Revista De Educacion No Formal

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FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ: Presentación. —ANTONIO J. COLOM CAÑELLAS: Continuidad y complementariedad entre la Educación formal y no formal. — JOAQUÍN GARCÍA CARRASCO: Educación informal de personas adultas en culturas orales, lectoescritoras e informacionales. —ANTONIO VÍCTOR MARTÍN GARCÍA y AGUSTÍN REQUEJO OSORIO : Fundamentos y propuestas de la Educación no formal con personas mayores. —JESÚS MARTÍN BARBERO: Nuevos regímenes de visualidad y des-centramientos educativos. —ROBERTO APARICI MARINO: Medios de comunicación y educación. —FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ: La validación universitaria de los aprendizajes adquiridos en la experiencia: su contexto económico y social. —JORDI PLANAS COLL: El papel de la empresa en la formación de los trabajadores en España. —MARÍA NOVO VILLAVERDE: Educación ambiental y Educación no formal: dos realidades que se realimentan. —JOSÉ ORTEGA ESTEBAN: La Educación a lo largo de la vida: la Educación social, la Educación escolar, la Educación continua… todas son Educaciones formales. —VÍCTOR MANUEL MARÍ SÁEZ: Movimientos sociales y Educación popular en tiempos de globalización. —ENRIQUE MIRET MAGDALENA: Los catecismos: pros y contras como camino de enseñanza religiosa. —Mª CARMEN PEREIRA DOMÍNGUEZ: Cine y Educación social. —LUIS TORREGO EGIDO: La educación a través de la canción de autor. —CONCEPCIÓN MEDRANO SAMANIEGO: ¿Se puede favorecer el aprendizaje de valores a través de las narraciones televisivas?

JUAN JIMÉNEZ DEL CASTILLO: Redefinición del analfabetismo: el analfabetismo funcional. —JOSÉ MANUEL SUÁREZ RIVEIRO; ANA PATRICIA FERNÁNDEZ SUÁREZ y DANIEL ANAYA NIETO: Un modelo sobre la determinación motivacional del aprendizaje autorregulado.

VICENÇ FONT MOLL y ANA BEATRIZ RAMOS: Objetos personales matemáticos y didácticos del profesorado y cambio institucional. El caso de la contextualización de funciones en una facultad de ciencias económicas y sociales. —MARIBEL GARCÍA GRACIA: Culturas de enseñanza y absentismo escolar en la Enseñanza Secundaria Obligatoria: estudio de casos en la ciudad de Barcelona. AMELIA BARQUÍN y NEKANE PLAZA: La luciérnaga que era... ¿diferente? Un aula «multicultural» en Guipúzcoa: convivencia y conflictos entre los alumnos e intervención de las maestras.

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA

REVISTA DE eDUCACIÓN

RE

EDUCACIÓN NO FORMAL

REVISTA DE eDUCACIÓN

SUMARIO

SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2005

ISSN 0034-8082

338

EDUCACIÓN NO FORMAL

SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2005

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA

338

CONSEJO DE DIRECCIÓN PRESIDENTE Alejandro Tiana Ferrer Secretario General de Educación VICEPRESIDENTE Javier Díaz Malledo Secretario General Técnico VOCALES José Luis Pérez Iriarte Director General de Educación, Formación Profesional e Innovación Educativa María Antonia Ozcariz Rubio Director General de Cooperación Territorial y Alta Inspección Carmen Pérez Cristóbal Subdirectora General de Información y Publicaciones Carmen Maestro Martín Directora del Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo José Pérez Iruela Director del Centro de Investigación y Documentación Educativa Antonio Moreno González Director del Instituto Superior de Formación del Profesorado

CONSEJO DE REDACCIÓN DIRECTORA Carmen Maestro Martín SECRETARIA Carmen Labrador Herraiz

NORMAS GENERALES PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS

JEFE DE REDACCIÓN Jesús Domínguez Castillo

1. Los autores remitirán los originales a la redacción de la revista (con dirección de contacto) para su selección de acuerdo con los criterios formales y de contenido de la misma.

EQUIPO DE REDACCIÓN Lis Cercadillo Pérez Mercedes Díaz Aranda Sara González Villegas CONSEJO EDITORIAL Santiago Arellano Hernández Gerardo Muñoz Sánchez-Brunete José Luis García Garrido Gloria Pérez Serrano CONSEJO ASESOR Jesús Beltrán Llera Antonio Bolívar Botía César Coll Salvador Agustín Dosil Maceira Félix Etxeberría Balerdi Mª Ángeles Galino Carrillo Julián Martín Martínez Mario de Miguel Díaz Juan Manuel Moreno Olmedilla José Luis Negro Fernández Ramón Pérez Juste M.ª Dolores de Prada Vicente Manuel de Puelles Benítez Juan Carlos Tedesco Mercedes Vico Monteoliva

Revista cuatrimestral Publicaciones de la Secretaría General de Educación Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo (INECSE) San Fernando del Jarama, 14 - 28002 Madrid Tel. (+34) 91 745 92 00 Fax (+34) 91 745 92 49 e-mail: [email protected] MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA Edita: SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA. Subdirección General de Información y Publicaciones NIPO: 651-05-011-6 ISSN: 0034-8082 Depósito Legal: M. 57 / 1958 Imprime: OMAGRAF, S.L. Pol. Rucimar, Madroño, 5 - Humanes de Madrid - Madrid La revista no comparte necesariamente las opiniones y juicios expuestos en los trabajos firmados Número 338 septiembre-diciembre 2005 Suscripciones en la Subdirección General de Información y Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia Juan del Rosal, 14 - Ciudad Universitaria - 28040 MADRID (España) - Teléfono: +34 91.453.9800 ext. 73026 Fax: +34 91.453.9884 - e-mail: [email protected]

2. Todos los trabajos deberán ser originales o inéditos. La extensión de los mismos no sobrepasará las 25 páginas (8.000 palabras). La presentación deberá remitirse en formato informático (disquete o CD) o a través del correo electrónico a la dirección: [email protected]. 3. En la medida de lo posible, el artículo deberá incluir esquemas, dibujos, etc. en blanco y negro, acompañados de título y fuente. 4. El texto del artículo irá acompañado de un resumen de 8 a 10 líneas (100 palabras), en castellano e inglés (abstract). 5. Se incluirá, tanto en castellano como en inglés, un listado de 5 a 10 términos con las palabras clave del artículo (key words). 6. Al final del trabajo se incluirá la lista de referencias bibliográficas, por orden alfabético, que deberá adoptar la forma siguiente: a) Libros: Apellido/s e inicial/es del nombre del autor/es separados por coma y en versalita, dos puntos, título del libro en cursiva, punto, lugar de edición, coma, editorial, coma y año de edición. Si hay dos autores o más, estos irán separados entre sí por punto y coma. Ejemplo: GÓMEZ LORENZO, M. y otros: El sistema educativo en la universidad española: un análisis histórico. Madrid, Centro de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, 1995. b) Revistas: Apellidos/s e inicial/es del nombre del autor/es separados por coma y en versalita, dos puntos, título del artículo entre comillas, coma, en, seguido del nombre de la revista en cursiva, coma, número de la revista, año de publicación entre paréntesis, coma, y páginas que comprende el trabajo dentro de la revista. Si hay dos autores o más, estos irán separados entre sí por punto y coma. Ejemplo: GARCÍA ROMERO, A.; FERNÁNDEZ ALADO, C.: «El sistema educativo en la nueva reforma», en Revista de Educación, 309 (1996), pp. 498-789. c) Páginas web: Las direcciones de Internet que se citen como referencia bibliográfica irán después de la bibliografía ordinaria, bajo el título «Páginas web». Entre paréntesis, se citará la fundación u organismo al que corresponde dicha página en versalita, seguido de la fecha de consulta de la dirección. Ejemplo: http://www.ince.mec.es/revedu/revinfo.htm 23/05/2005).

(REVISTA DE EDUCACIÓN. Consulta:

7. Las notas a pie de página se numerarán consecutivamente. Si se cita al autor, el orden es: Nombre y Apellidos (al contrario que en la bibliografía) y lo demás como el resto de la bibliografía. 8. Las citas textuales deberán separarse por una línea en blanco anterior y posterior, sangradas a derecha e izquierda, seguidas del apellido/s del autor de dicho texto, año de publicación y página/s de las que se ha extraído dicho texto, todo ello entre paréntesis. 9. El Consejo de Redacción se reserva la facultad de introducir las modificaciones que considere oportunas en la aplicación de estas normas de edición. Los originales enviados no serán devueltos.

EDUCACIÓN NO FORMAL

sumario MONOGRÁFICO

FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ: Presentación ......................................

7

ANTONIO J. COLOM CAÑELLAS: Continuidad y complementariedad entre la Educación formal y no formal .....................................................

9

JOAQUÍN GARCÍA CARRASCO: Educación informal de personas adultas en culturas orales, lectoescritoras e informacionales ...............................

23

ANTONIO VÍCTOR MARTÍN GARCÍA y AGUSTÍN REQUEJO OSORIO: Fundamentos y propuestas de la Educación no formal con personas mayores......................................................................................................

45

JESÚS MARTÍN BARBERO: Nuevos regímenes de visualidad y des-centramientos educativos ...................................................................

67

ROBERTO APARICI MARINO: Medios de comunicación y educación......

85

FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ: La validación universitaria de los aprendizajes adquiridos en la experiencia: su contexto económico y social ..........................................................................................................

101

JORDI PLANAS COLL: El papel de la empresa en la formación de los trabajadores en España..................................................................................

125

MARÍA NOVO VILLAVERDE: Educación ambiental y Educación no formal: dos realidades que se realimentan....................................................

145

JOSÉ ORTEGA ESTEBAN: La Educación a lo largo de la vida: la Educación social, la Educación escolar, la Educación continua … todas son Educaciones formales .........................................................................

167

VÍCTOR MANUEL MARÍ SÁEZ: Movimientos sociales y Educación popular en tiempos de globalización ................................................................

177

ENRIQUE MIRET MAGDALENA: Los catecismos: pros y contras como camino de enseñanza religiosa .................................................................

193

Mª CARMEN PEREIRA DOMÍNGUEZ: Cine y Educación social ................

205

LUIS TORREGO EGIDO: La educación a través de la canción de autor ..

229

CONCEPCIÓN MEDRANO SAMANIEGO: ¿Se puede favorecer el aprendizaje de valores a través de las narraciones televisivas? .............................

245

ESTUDIOS JUAN JIMÉNEZ DEL CASTILLO: Redefinición del analfabetismo: el analfabetismo funcional ...................................................................................

273

JOSÉ MANUEL SUÁREZ RIVEIRO; ANA PATRICIA FERNÁNDEZ SUÁREZ y DANIEL ANAYA NIETO: Un modelo sobre la determinación motivacional del aprendizaje autorregulado ..................................................................

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INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS VICENÇ FONT MOLL y ANA BEATRIZ RAMOS: Objetos personales matemáticos y didácticos del profesorado y cambio institucional. El caso de la contextualización de funciones en una facultad de ciencias económicas y sociales..............................................................................................

309

MARIBEL GARCÍA GRACIA: Culturas de enseñanza y absentismo escolar en la Enseñanza Secundaria Obligatoria: estudio de casos en la ciudad de Barcelona..............................................................................................

347

INFORMES Y DOCUMENTOS AMELIA BARQUÍN y NEKANE PLAZA: La luciérnaga que era... ¿diferente? Un aula «multicultural» en Guipúzcoa: convivencia y conflictos entre los alumnos e intervención de las maestras ...................................................

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RECENSIONES ..........................................................................................

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monográfico FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ Presentación ANTONIO J. COLOM CAÑELLAS Continuidad y complementariedad entre la Educación formal y no formal JOAQUÍN GARCÍA CARRASCO Educación informal de personas adultas en culturas orales, lectoescritoras e informacionales ANTONIO VÍCTOR MARTÍN GARCÍA y AGUSTÍN REQUEJO OSORIO Fundamentos y propuestas de la Educación no formal con personas mayores JESÚS MARTÍN BARBERO Nuevos regímenes de visualidad y des-centramientos educativos ROBERTO APARICI MARINO Medios de comunicación y educación FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ La validación universitaria de los aprendizajes adquiridos en la experiencia: su contexto económico y social JORDI PLANAS COLL El papel de la empresa en la formación de los trabajadores en España MARÍA NOVO VILLAVERDE Educación ambiental y Educación no formal: dos realidades que se realimentan JOSÉ ORTEGA ESTEBAN La Educación a lo largo de la vida: la Educación social, la Educación escolar, la Educación continua… todas son Educaciones formales VÍCTOR MANUEL MARÍ SÁEZ Movimientos sociales y Educación popular en tiempos de globalización ENRIQUE MIRET MAGDALENA Los catecismos: pros y contras como camino de enseñanza religiosa

Mª CARMEN PEREIRA DOMÍNGUEZ Cine y Educación social LUIS TORREGO EGIDO La educación a través de la canción de autor CONCEPCIÓN MEDRANO SAMANIEGO ¿Se puede favorecer el aprendizaje de valores a través de las narraciones televisivas?

PRESENTACIÓN FLORENTINO SANZ FERNÁNDEZ*

Hace casi cuarenta años que el concepto de «educación no formal» comenzó a circular por el mundo con el fin de servir al análisis de las diferentes modalidades y prácticas educativas. La sociedad ha cambiado mucho después de aquellos años y las reformas educativas se han acelerado de tal manera que puede ser un buen momento para reflexionar sobre la vigencia y utilidad de este concepto en el momento actual. Desde los años sesenta hasta los primeros años del siglo XXI, los sistemas nacionales de enseñanza, denominados también sistemas formales, han sido zarandeados de tal forma que las lindes entre sus prácticas educativas (formales) y aquéllas otras que se califican como prácticas educativas no formales se han movido y en muchas ocasiones desdibujado. Ya no existe una frontera tan definida entre educación formal y no formal como se pensaba en los años sesenta porque muchas tareas educativas, consideradas tradicionalmente como no formales, están ofreciéndose en espacios escolares y otras, consideradas formales, también se ofrecen en los espacios tradicionalmente clasificados como no formales (A. Colom); porque determinados públicos, como el de los adultos, considerados como públicos privilegiados de la educación no formal, se están convirtiendo en sujetos normales de la formación reglada (J. García Carrasco; A.V. Martín García; A. Requejo Osorio); porque la tecnología de la imagen y la comunicación digital están desafiando más profundamente de lo que se percibe a simple vista a los sistemas de enseñanza formal (J. Martín Barbero; R. Aparici); porque la sanción jurídica de la titulación oficial que se obtenía solamente después de un proceso de enseñanza formal ahora también se puede obtener después de un proceso de aprendizaje a través de la experiencia (F. Sanz Fernández); porque las empresas están, cada vez más, normalizando los sistemas de formación continua por encima y con más potencia que la enseñanza formal y los convenios formativos entre universidad y empresa son cada vez más la norma común (J. Planas); porque la intencionalidad de los procesos educativos no necesariamente ha de ser explícita y porque el marco tradicional de la enseñanza formal, que es el de la formación inicial, está siendo superado por la formación en ejercicio y por la formación a lo largo de toda la vida que tienen lugar en un marco comunitario más amplio que el de la comunidad escolar. Todo ello indica que existe una mutua contaminación entre las distintas modalidades de enseñanza y aprendizaje que pertenecen a un mismo ecosistema de saberes * Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Revista de Educación, núm. 338 (2005), pp. 7-8 Fecha de entrada: 11-04-2005

Fecha de aceptación: 10-05-2005

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(Novo, M.) y que hoy hace difícil establecer con claridad donde están las fronteras entre las modalidades de enseñanza (formal, no formal e informal) que estableció la famosa trilogía de Coombs, utilizada primero en la ponencia pronunciada en la Internacional Conference on World Crisis in Education de 1967 y después publicada en la primera versión de su famoso libro sobre La crisis mundial de la educación. Eso obliga a plantear la utilidad actual y la verdadera función de esta herramienta conceptual (J. Ortega). De todas formas para lo que sí sirve, todavía, esta categoría de análisis es para recordarnos que el escenario de la educación, de la formación, del aprendizaje y de la enseñanza trasciende los límites impuestos por la tradicional institución escolar. La escuela no es capaz por sí sola de acompañar a todo el pueblo en el proceso formativo que los ciudadanos de la sociedad actual necesitan (V. M. Mari Sáez). Históricamente, la escuela nunca totalizó la función social de la educación ni siquiera en las sociedades letradas del segundo entorno en las que el estado sistematizó la educación y confió hegemónicamente a la institución escolar la función social de educar. La educación encontró otros cauces muy plurales y diversos. Hubo otros muchos espacios educativos, además de la escuela, como, por ejemplo, el hogar, las plazas, los pórticos, las iglesias, los ateneos, los museos, las empresas, las ciudades educadoras, etc. Han existido diversas modalidades de agentes educativos, además de la del maestro o profesor, como lo han sido la madre de familia, los predicadores, los confesores, los líderes sociales, los periodistas y, también ha habido diversidad de recursos, además del libro escolar, como, por ejemplo, las imágenes (desde las vidrieras hasta las estampas y desde las portadas románicas hasta los graffity, o desde los Belenes hasta los pasos de Semana Santa), los sermonarios, los devocionarios, los cuentos, los pliegos de cordel, o los catecismos tanto políticos como religiosos que se estudian en este número (E. Miret Magdalena). Pero si la educación se ha desarrollado por vertientes no escolares a lo largo de la historia, en la época actual no lo es menos. La sociedad digital modifica las conductas y las mentalidades a través de nuevos discursos, lenguajes y espacios. En este sentido el cine (C. Pereira), la canción (L. Torrego Egido) y la televisión (C. Medrano Samaniego) se han convertido en un gran potencial para el aprendizaje y la enseñanza. Solamente son tres ejemplos pero podríamos haber estudiado otros como el teatro, la novela, la pintura o cualquier expresión artística que el ser humano utiliza para transmitir y comunicar su saber y su experiencia. En este número, la Revista de Educación pretende ofrecer un marco de reflexión abierto y plural sobre el concepto de educación no formal, así como sobre las nuevas prácticas que, por el hecho de ser clasificadas como prácticas no escolares no por eso pertenecen a un rango educativo de inferior categoría. La escuela está dejando de ser el espacio hegemónico de la educación y la formación. Los aprendizajes se adquieren cada vez más en espacios compartidos y en modalidades diferentes pero ninguna de ellas ha de considerarse de segunda categoría. La educación no formal que, como término negativo, venía reuniendo prácticas educativas consideradas como de segundo orden respecto a la enseñanza formal, ha ganado en prestigio y en repercusión social. Con estas reflexiones no se trata de poner en cuestión la función de la escuela como institución de la enseñanza formal, ni la función del libro como recurso de la enseñanza y del aprendizaje, ni tampoco la función del maestro como profesional académico. Se trata de repensar la enseñanza y el aprendizaje desde una perspectiva que trasciende las funciones tradicionalmente asignadas a la escuela, al libro de texto y al profesor. 8

CONTINUIDAD Y COMPLENTARIEDAD ENTRE LA EDUCACIÓN FORMAL Y NO FORMAL ANTONIO J. COLOM CAÑELLAS*

RESUMEN. A partir de la desescolarización y de las metáforas de la ciudad educativa, la sociedad del aprendizaje, la sociedad de la información, etc., se hace una revisión de la educación formal y no formal, a fin de fundamentar una crítica sobre su discriminación o diferenciación, ya que, hoy en día, encontramos tantas similitudes entre ellas que se nos hace difícil distinguirlas; ni por sus instituciones, ni por la edad de los usuarios ni por planteamientos de carácter pedagógico; hoy las escuelas propician educación no formal, y centros de educación no formal desarrollan programas formales de educación. Todo ello nos lleva a promulgar que entre la educación formal y no formal se da una continuidad en lo que sería arquitectura pedagógica y una complementariedad en cuanto a su desarrollo práctico. Para llegar a tal conclusión analizamos 30 características educativas que abarcan los aspectos más importantes del profesorado, del alumnado, de las instituciones y de sus recursos físicos. ABSTRACT. Formal and non-formal education are analysed taking as a starting point un-schooling and the metaphors of the educating city, the learning society, the information society, etc. The aim is to provide the basis for criticism on their discrimination or differentiation, since nowadays, so many similarities can be found that differentiation between them is difficult (they cannot even be distinguished neither by their establishments, nor users'age, nor pedagogical approaches). These days, educational establishments provide non-formal education and non-formal education centres implement formal education programmes. All this leads us to state that what exists between formal and non-formal education is continuity as regards pedagogical architecture and complementarity as regards their practical development. This conclusion has been reached by analysing 30 educational characteristics that cover the main aspects related to teachers, pupils, establishments and their physical resources.

(*)

Universidad de las Islas Baleares y miembro académico de l’Institut d’Estudis Catalans.

Revista de Educación, núm. 338 (2005), pp. 9-22 Fecha de entrada: 06-09-2005

Fecha de aceptación: 23-09-2005

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LA NECESIDAD DE UN MARCO HISTÓRICO La complejidad de la sociedad actual, fundamentalmente con el surgimiento de las nuevas tecnologías, ha propiciado la necesidad del conocimiento –la sociedad del conocimiento– de forma imperativa más allá de los muros escolares, dando entonces –al menos en parte– la razón a los viejos visionarios que en la década de los años sesenta y de los setenta nos hablaban del «aula sin muros» (M. MacLuhan y E. Carpenter, 1968), de la «deseducación» (P. Goodman, 1973), de la «muerte de la escuela» (E. Reimer, 1974), de la «sociedad desescolarizada» (I. Illich, 1976), o del «fracaso de la escuela», (J. Holt, 1979). Una histórica y olvidada bibliografía pero que se merecería una seria consideración visto como se han ido produciendo los acontecimientos, y como se han desarrollado los procesos de enseñanza a distancia, las universidades, o campus virtuales, y en general, las denominadas formas flexibles de educación. Paralelamente, en estos mismos años, se iniciaba la preocupación de cómo dotar de funcionalidad educativa a esta sociedad que tenía que competir con la escuela. Uno de los primeros ejemplos de tal actitud fue (Reimes, 1974), «la sociedad educativa», o «la sociedad del aprendizaje» (T. Husen, 1978, 1988), la «ciudad educadora» (Ayuntamiento de Barcelona, 1990), o incluso la «era de la información» o la «sociedad red» (M. Castells, 1997), eran algunas de las denominaciones que con mayor o menor fortuna se utilizaron entre nosotros. Como fácilmente podemos comprobar todas ellas tienden a poner en evidencia la ampliación del espacio educativo más allá de lo escolar, poniendo énfasis en un tipo de educación que es, o permanente o propia de la ciudad, de la sociedad, de la red, o en general, de los medios de la información. 10

De hecho la propia definición de educación permanente que nos aportaba E. Faure (1972, p. 265) «proceso (educativo) continuo e inacabable que se prolonga a lo largo de la vida…» venía a ser una solución de síntesis entre la educación escolar y los nuevos retos educativos que ya se perfilaban de forma global. La educación permanente no sólo defendía la ampliación de la educación escolar sino que también abogaba por un sentido formativo que se prolongase en el tiempo y en otros espacios sociales, como los propios del ocio, o del tiempo libre, o en las esferas laborales. Era necesario reseñar este contexto pues es en él, y paralelamente a tales denominaciones y enfoques, cuando se acuña en la literatura pedagógica unos conceptos que son claves en el amplio marco de las ciencias de la educación ya que se han querido utilizar para deslindar estas otras educaciones (J. Trilla, 1993a). Me refiero, claro está, a lo que entendemos por educación formal, no formal e informal, terminología que, con el tiempo, y a pesar de sus posibles confusiones de significado, ha sido aceptada ampliamente. Pues bien, de entre ellas, la educación no formal, pretende dar cuenta de los fenómenos educativos a los que nos hemos ido refiriendo hasta ahora, es decir, los propios de las formas educativas no convencionales. Según J. Trilla (1993b, pp. 17-ss.) el término «educación no formal» parece que se usa por primera vez en la International Conference on World Crisis in Education que se celebró en Virgina (USA) allá por 1967. Pues bien el documento que sirvió de base para asentar los objetivos de este congreso fue elaborado bajo la supervisión de Philip Coombs por la Oficina de Planeamiento de la Educación de la UNESCO que el mismo dirigía. Ahora bien como las aportaciones

al mencionado congreso no se publicaron hasta algunos años más tarde (Ph. Coombs, 1971) el uso de la expresión «educación no formal» siguió postergada. I. Pastor que recientemente ha estudiado la cuestión (2001) y afirma que no fue hasta 1975, con la publicación del libro de Ph. Coombs y M. Ahmed (1975), cuando se comenzó a deslindar los sentidos y significaciones de lo que se entendería por educación formal, no formal e informal.

LA NECESIDAD DE UNA REITERACIÓN Personalmente he venido defendiendo que la diferencia más determinante que se da entre educación formal y no formal es, sorprendentemente, de carácter jurídico y no pedagógico (Colom et al., 2001); es decir, entiendo la educación formal como aquella que concluye con titulaciones reconocidas y otorgadas según las leyes educativas promulgadas por los Estados, desde los diplomas de enseñanza primaria o básica hasta la titulación de doctor. Es pues la propia de los sistemas educativos reglados jurídicamente por el Estado y en consecuencia la que mayoritariamente se imparte en centros o instituciones docentes, aunque esta última característica espacial, no puede ser, hoy en día, tomada como un elemento definidor o de distinción en relación con la educación no formal, pues se dan casos de enseñanzas regladas que se imparten a distancia desde los niveles primarios hasta los universitarios. En consecuencia la educación no formal sería, por el contrario, la que no viene contemplada en las legislaciones estatales de educación; es decir, que su responsabilidad no recae directamente en los ordenamientos jurídicos del Estado. Es, por ejemplo, el caso de los postgrados o maestrías universitarias que son ejemplo de educación no formal, pues si bien

se llevan a cabo en instituciones educativas oficiales como puedan ser las propias universidades, su marco legal no viene definido por la legislación ministerial sino por la Universidad misma. Tener en cuenta cualquier otra variable creo que nos lleva a la confusión, pues la educación formal o no formal aceptan múltiples aspectos comunes como pueda ser el espacial (que ya hemos analizado someramente), el profesional, el sistemático o por el contrario la flexibilidad, la racionalidad, la planificación, lo evaluativo, etc. Efectivamente, ambos tipos de educación pueden tener finalidades profesionales, ser racionales –estar pre-pensadas– ser sistemáticas y ordenadas, con objetivos por conseguir, ser flexibles y basarse, por ejemplo en climas no autoritarios o en metodologías agradables, ser objeto de evaluación y de planificación, etc. Es decir, y de ahí la confusión de significados de tales terminologías, la formalidad o no formalidad educativa no se refieren a características de índole pedagógica ya que si intentásemos a partir de las Ciencias de la Educación distinguir lo que significa una «pedagogía formal» de otra «pedagogía no formal», no llegaríamos a conclusión alguna. Como muestra un botón, puede haber procesos educativos no formales que son mucho más rígidos o sistematizados que las prácticas escolares más al uso; por ejemplo, lo que sucede con las academias que ayudan a superar los exámenes suspendidos o los múltiples programas de formación en la empresa (por ejemplo, la formación de cajeros o cajeras), o la mera aplicación del «método del caso» que obedece a unas reglas y tiempos preestablecidos. Son éstos ejemplos pedagógicamente muy formalizados pero que, paradójicamente, son propios de la educación no formal. En cambio, la aplicación en una escuela del método de proyectos o la práctica del método

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Freinet –ambos de carácter cooperativo– o la práctica institucional francesa –autogestionada– nos propician ejemplos de no formalidad pedagógica en procesos educativos formales. La concepción formal o no formal no depende pues de ninguna variable pedagógica siendo en todo caso el argumento jurídico el que más claramente sirve para discriminar ambos tipos de educación. Asimismo la denominada educación informal, tampoco atiende a ningún tipo de proceso o regla pedagógica ya que se concibe como la educación que el individuo recibe sin depender para nada de ninguna opción o característica educativo-pedagógica; es por tanto un tipo de educación en la que no interviene ninguno de los aspectos que abrazan las ciencias de la educación. Diríamos que es una educación etérea, con influencias desconocidas pero que el propio ambiente, el vivir cotidiano, el contacto con la gente, o el desarrollo de actividades que nada tienen que ver con la educación, aportan sin embargo, procesos de aprendizaje útiles para desarrollar con mayor eficacia nuestra vida. Podríamos decir pues que la «educación informal» es lo «desconocido pedagógico», de tal manera que si llegáramos a saber como se influye informalmente en la formación de las personas, dejaría de existir la educación informal pues al conocer su forma de actuación podría aplicarse en los ámbitos formales y no formales de la educación. Hace años intenté un ejercicio clarificador a través del turismo, de cómo poder acceder al conocimiento de lo informal en educación (Colom; Brown, 1993).

LA NECESIDAD DE UNA (AUTO)CRÍTICA Tras haber revisado someramente el contexto histórico de su implantación así como el significado de lo que se entiende por educación formal, no formal e

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informal, creemos que es hora de denunciar un hecho que ahora, mirando bibliográficamente hacia atrás, no nos deja de sorprender. Me refiero a que los autores que, principalmente, hemos tratado estas cuestiones, como podamos ser J.M. Touriñán (1983), J. Mª Quintana (1989), J. Sarramona (1992), J. Trilla (1993a, 1993b), J. Sarramona, G. Vázquez y A.J. Colom (1998), I. Pastor (2001), en gran medida hemos intentado siempre un ejercicio diferenciador, discriminativo, entre los tres universos de la educación, desarrollando en todo caso, algunas de sus parcelas o campos de aplicación. Ahora bien, si tenemos en cuenta sus inicios históricos, tanto la educación no formal como las metáforas educativas más allá de la escuela, no surgen en oposición a, sino por la perentoria necesidad de que la labor de la escuela se desarrolle fuera de ella, en otros ámbitos sociales o cívicos, pues la necesidad de la educación se ve, a partir de los años setenta, como una necesidad plural y permanente. La complejidad social, el desarrollo incesante de la innovación tecnológica, la necesidad de nuevos conocimientos que a su vez pronto quedan obsoletos ha hecho que la sociedad actual requiera de formas más flexibles y constantes de educación: requiere de escuelas para después de la escuela. Ésta es la razón de la educación no formal. Su surgimiento pues, no requería de análisis discriminativos, sino poner en evidencia la necesidad de una continuidad y permanencia estable entre la educación formal y la educación no formal. Un estudio adecuado del fenómeno de la no formalidad educativa tendría que basarse entonces en la continuidad y complementariedad entre la escuela oficial –educación no formal– y los procesos educativos que se dan en los ámbitos más diversos de la sociedad. Y efectivamente, al menos entre nosotros nos ha faltado esta perspectiva longitudinal de análisis.

La educación no formal nace por necesidades perentorias marcadas por las innovaciones sociales que se producen en el mercado laboral, en el tiempo libre o de ocio, en la necesidad de crear nuevas profesiones para nuevas necesidades, en la continuidad de reciclajes o actualizaciones de conocimientos, o simplemente, como formas de desarrollo o crecimiento personal. En cualquiera de estas circunstancias se atisba una necesidad de continuidad en la formación, en el aprendizaje, en la culturalización y, en definitiva, en la educación humana. Reiteramos pues que la adecuada ubicación de la educación no formal se encuentra en ser considerada como un continuum de la educación formal. Así, si ésta es la encargada de aportar los fundamentos del conocimiento y de las aptitudes necesarias para que el hombre pueda encauzar su vida, la educación no formal, a modo de segunda etapa, presupone aportar las herramientas para capacitarlo ante los cambios e innovaciones a los que se tendrá que someter en las múltiples facetas que a buen seguro le aportará la vida. Ni tan siquiera hay entre la educación formal y no formal diferencias significativas de objetivos. Ambas están para facilitar la vida personal, social y cultural del hombre en todas sus dimensiones y a lo largo de su vida. Por tanto, ambas forman un todo diferenciado pero, al mismo tiempo, unitario que se conformaría como el sistema educativo idóneo para el hombre de nuestro tiempo. Además, la educación formal y no formal, a pesar de su disyuntiva jurídica, pedagógicamente tienden, cada día más, a entremezclarse y a confabularse mutuamente, de tal manera que ni tan siquiera la edad de los educandos es un argumento distintivo entre ambas. Veamos sus mutuas interferencias: • La educación no formal se estructura de forma paralela a la educación formal, ya que ambas están institu-

cionalizadas, son racionales, están planificadas, poseen objetivos, utilizan técnicas y materiales que también son propios de las escuelas; además, son evaluables, el profesorado, docente u orientador, actúa de forma parecida… Con ello no negaré algunas diferencias –fundamentalmente en el plano de las metodologías, horarios, instituciones, etc.