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HANS KELSEN
PROBLEMAS CAPITALES DE LA TEORÍA JURÍDICA DEL ESTADO (DESARROLLADOS CON BASE EN LA DOCTRINA DE LA PROPOSIOóN JURIDICA)
Traducción de la segunda edición del alemán por WENCESLAO ROCES
Notas, revisión y presentación de ULISES Sc:HMILL
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EDITORIAL PORRúA, S. A. AV. REPOBLICA ARGENTINA, 15 M:exICO, 1987
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTóNOMA DE Mll.ICO INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURIDICAS SERIE G: ESTUDIOS DOCTRINALES, NúM 108 OBRAS DE INVESTIGADORES DEL INSTITUTO PUBLICADAS POR. EDITORIAL PORR:OA, S. A. La Constitución Mexicana de 1917. JO.RGE CA.RPJ7.C>. Historia del Derecho Romano y de los Derechos Neorromanistas. - (De los orígenes a la alta Edad Media) • BEATIUZ BERNAL y DESMA,
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Metodolog{a, docencia e investigación jurldicas. Hf.croa. FIX-ZAMVDIO, Aportaciones jur{dicas a la sociologia del trabajo. SANTIAGO BAllAJAS. Financiamiento externo y desarrollo en América Latina. Jod JUAN 0LLOQUI,
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La formación del Estado Mexicano. CAltPlm, LDtA, MATUTE, MolWIO, REYES
GoNZÁUZ NAVAUO, LEMOIN&,
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La reforma de la legislación mercantil. CDYANl'III AHUMADA, Wrrua., BA·
IUlEllA GllAF, ÁLVAREZ SOIIEIWIIS, .AJwcAL. DfAz ]laAVO, EsQIJJVEL VÁZQUEZ Aa.M1N10, L\BAIUl!GA VILLA!ftlEVA, l.mN, ZAKOU.·Pmtcl!, AAllUN TAML
Manual de derecho adminiswativo del trahjo. SA.NTIAGO BAllAJAS. La Constitución Mexicana: Rectorla del Eslllda 7 Economla Mixta. ÁLVAUZ C\sTJLLO, BAllqufN ÁLVAUZ. BoaJA, CAIUCBO, CAMPILLO SÁENZ, CA· 1WLLO FLOllES, CHÁVEZ PANÓH, EúAs CALLD, Flx·ZAMUDlO, GoNZÁID OllOPEZA, KAPI.AN, 1.ABASnDA, LAu 5ADIZ, MADIIAZO, MAI.TÍNEZ BÁEZ, NOIUEGA CAN'rú, OllOZClO HENÚQUD. llAJduz tlEYMOSO, 1lnl'a HDOLD,
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IIAmDJ, S.úNz AIIROYO, SALINAa .DI! BJUMGAS, SAYEG )111.6, SU.úa DAVILA, VALADts, VAi.Da: Alwc,u., ZERTuCHE MuÑ la salida de la minoría de edad del. ser humano y la capaddsd de servi1'Se del propio entendimiento sin la direcci6n de otro. En el libro de JANJic y TouLMiN se encuentra una descripción muy minuciosa de este proyectb de ilustración. ·
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III. LA PUREZA METÓDICA
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maneca. Su preocupaci6n central consistió en librar a la ciencia jurí(lica' de elementos· ajenos, ideológicos, ético.:políticos y sociol6gicos. En uno de los primeros párrafos de la T eoria f,11ra del derecho de 1934, al exponer · las razon~ por 1as ·que califica de "p~" a Sl1 teoría jurídica, · se encuentra claramente expresada la teosi6n hist6rjco0sociológica y epistemológica de la Viena de. principios de siglo, tal como se presentaba en el ·campo de la jurisprudenciL Dice que "si ella se califica como teoría 'pura' · del derecho, ·es porque. pretende garantizar un conocimiento dirigido solamente hacia el derecho, y porque pretende eliminar ·de este le es que:~ ~o. sea; pero 'debe' ser castigado, es decir, no hay más que una necesi, es la progresiva determinación de las condiciones y modalidades del. ejercicio de :la coacción por parte de . unos hombres en contra de otros hombres. Por lo talató, el sentido y estructura del ordep. jurídico encuentra su formulación explícita ·• .la "norma fundamental hipotética", como la llama KELSEN, que constituye, .el fqn~ 11 · trazos más acusados es la que va dirigida contra la sociología científico-causal. En general, se admite como una premisa tácita y evidente el que la teotla del derecho no puede ser otra cosa que una teoría del derecho positivo; y sólo de vez en mando, incidentalmente, se apuntan los diversos peligros que amenazan a la ciencia XXXIX
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del derecho por la adopción, muchas veces inconsciente, de puntos de vista éticopoliticos. Este aspecto del problema no ha sido debidamente subrayado sino en posteriores estudios nuestros, y ya en 1913 se le concede señalada atención en el ensayo titulado "Contribución a la teoría de los negocios jurídicos públicos", que· vio la luz en el Archiv des óffentlichen Rechts (t. XXXI, págs. 247 ss.). Lo que primordialmente interesaba, en la obra que prologamos, era el dejar bien sentado que el derecho se rige por leyes propias, frente a la nat11raleza o a cualquier realidad social determinada por los criterios de la naturaleza. He aquí por qué la presente obra toma como punto de partida la f11ndamental antinomia entre el ser y el deber ser, la primera que, en cierto modo, descubre KANT, en su esfuerzo por fundamentar la sustantividad de la razón práctica frente a la razón teórica, del valor frente a la realidad, de la moral frente a la naturaleza. Acogiéndonos a la interpretación kantinana ele WINDELBAND y SIMMEL, vemos en el deber ser la expresión de la autonomía del derecho, que a la ciencia jurídica cumple determinar, a diferencia de un ser social "sociológicamente" captable. por donde la norma se enfrenta,· en cuanto juicio del deber ser, a la ley natural y la norma jurídica a la específica ley causal ·de la sociología. De aquí que la,. norma jurídica sea, pata nosotros, .en cuanto expresión de las leyes específicas del d•echo, en cuanto la ley j11rídica por excelencia, el problema cardinal. Y, desde este púnto de vista,· .se ·afirma el derecho de la ciencia jurídica como un sistema· de nonnas de derecho, como un conjunto coherente de juicios, del mismo modo que la , naturaleza. aparece ante la ciencia de la naturaleza, tal como la ve la filosofía trascendental, como un sistema de juicios: con la diferencia de que estos juicios expresan la legalidad causal de la conexión natural, mientras que en la norma jurídica. se manifiesta la nonnatividad, especifica del derecho. Lo mismo que en los juicios de las leyes naturales, en las normas juridicas se enw;a a una .determinada. condición una determinada consecuencia; lo que ocurre es que aquí se recurre· a otro ·principio de enlace, vez del nexo causal que ahi anuda la·consecuencia a.la·comlición. El deber ser expresa el sentido en que la norma juddica anuda. al substracto de hecho, en cuanto condición, otro hecho o conjunto de hechos en cuanto consecuencia· jutldíca. Si la ley natural enlaza 1a causa y el efecto con la necesidad de un tener que ser en el que no hay cabida para ninguna clase de excepciones, la ley jurídica establece con el mismo rigor el deber ser de la síntesis del, substracto de hecho condicionante y del condicionado. En.la esfera del derecho que en un estudio posterior ("Contribución a la teoría de las ficriones jurídicas", en Annalen Jer Philosophie, 1919, t. I, págs. 630 ss.) hemos llamado nosotros la "realidad jurídica", vemos que el delito aparece enlazado a la pena de ,un modo tan necesario como la causa al efecto en: la esfera de la naturaleza o. de la realidad· natural. El juicio formulado en estos términos: ··"quien robe debe ser castigado", ·postula en la órbita de un sistema de derecho positivo exactamente ·la misma validez que esta otra ley: "los cuerpos sometidos a la acción del calor aumentan de volumen". Tal es el sentido --del que es posible que, en ·un principio, no nos diésemos ruenta con absoluta claridad- de nuestro insistente esfueno por ·formular la norma jurídica como un j11icio hipotético. No es otra la cazón de. que; desde el primer momento, rechazásemos• resueltamente la opinión dominante según la cual el derecho es una suma de imperativos dirigidos, por su esencia misma, a ciertos destinatarios
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PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
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subjetivos y que, por tanto, para ser eficaces, necesitan que el interesado los reciba
:y, además, que los reconozca. La preocupación primordial de esta obra nuestra, ahora reeditada, estriba evidentemente en dejar bien sentada la ob¡eti11idild de la 11alidez, sin la que no puede existir, ni la normatividad en general, ni en especial, la normatividad jurídica. Y, · sin ley jurídica, no puede haber ni conocimiento del derecho ni ciencia del derecho. •Por tanto: juicio objetivo, y no imperativo subjetivo. "La ley jurídica se asemeja -exteriormente- a la ley natural en que no va dirigida personalmente a nadie y en que rige sin necesidad de que se la conozca o se la reconozca." (infra, capítulo XIV). Es cierto que, en la presente obra, la analogía entre la ley jurídica y la. ley · natural no aparece todavía en su plenitud, pero ello se debe a nuestra preocupación por evitar que ambos conceptos se confundan, por impedir que la analogía lleve a perder de vista la autonomía del derecho frente a la normatividad causal de la ; naturaleza. No tenemos inconveniente en conceder que el concepto del deber ser, , empleado para expresar la normatividad jurídica objetiva, lleva todavía adheridos originariamente, en la terminología usual, ciertos elementos del imperativo subjetivo, y reconocemos también que, a veces, esta obra nuestra que ahora reaparece reincide • más de lo que debiera en esta esfera de la teoría del imperativo. Lo que aquí nos t jnteresa es poner de manifiesto la tendencia fundamental en que se apoyan nuestros trabajos posteriores; y esta tendencia fundamental se orienta, ·manifiestamente, hacia la afirmación, en ·todas sus direcciones, de la objetividad del derecho y de su carác. ter positivo.
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Esta tendencia se revela también; muy particularmente, en el modo de tratar, el problema del derecho s11b¡e1it10: eii la repulsa del deredio subjetivo como una enti· dad distinta del derecho objetivo, situada en cierto inodo al margen del sistema de fas normas jurídicas dotadas de validez objetiva, al margen de este orden jurldico que es el derecho objetivo. La reducción del derecho subjetivo al derecho objetivo, tal y como se aborda en la presente obm -"Se habla todavía, es cierto, en términos un tanto vacilantes, de una "derivación" del derecho subjetivo partiendo del derecho objetivo-, representa la superación de un dualismo inadmisible dentro de un sistema unitario de conocioiiento y, al mismo tiempo el desplazamiento de la teoría del derecho del campo del derecho natural a la esfera del derecho positivo. Por ello se hace hincapié, cosa de la mayor importancia en este sentido, en el concepto del deber ¡urídico. En efecto, al descartar la usual concepción de un derecho subjetivo consistente exclusivamente en una facultad y dirigido en forma de pretensión al Estado o al orden jurídico objetivo, la teoría jurídica no sólo se desetnbaraza de uno de los más dudosos instrumentos de la · especulación iusnaturallstica, sino que, además, elimina, con el factor de la volwital y el interés asociado al derecho subjetivo, uno de los motivos fundamentales que siembran la confusión en lo jurídico, al traer a este campo argumentaciones y elementos de juicio tomados- de la esfera psicológico-sociológica. La teoría del derecho echa, de este modo, por la borda una perturbadora herencia recibida de la teoría de la jurisprudencia foral romana, de una jurisprudencia de abogados a quienes el derecho sólo interesa desde
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el punto de vista de la parte subjetivamente afectada, desde el punto de vista de si
ese . derecho es,. y hasta qué punto es, "mi" derecho, el derecho de la parte intere..: sada. Pero esta concepción del derecho subjetivo no permite construir una verdadera ciencia del derecho, ya que ésta tiene necesariamente que ser, en su esencia más intima, una ciencia objetiva, cuya validez no depende para nada del sujeto. Por lo demás, nos remitimos, en lo que a este punto se refiere, a las consideraciones expµestas en nuestro estudio titulado Reehtswissensehaj, tmd Reeht (La ciencia jurídica y el derecho). Otro dualismo que amenaza con desintegrar la unidad del sistema del derecho, preocupación central de la presente obra, al igual que el que separa el derecho objetivo del derecho subjetivo, es el dualismo entre el derecho ptíblieo y ef dtrecho ¡,rwtllio. También esta antomia, que proyecta su sombra sobre toda nuestra sistemática científica, procede de la teoría del derecho· romario y es, al ·igual qúe la que se establece entre el derecho objetivo y el derecho subjetivo -con la que presenta, a veces, cierta analogía de sentido-, la máscara o el disfraz por debajo del· cual se deslizan en la exposición del derecho positivo ciertos elementos políticos, es decir, procedentes del cainpo . del derecho natural. · De aquí ·que en la presente obra· se rechace, sustancialmente,· la distinción entre el derecho privado y el derecho público, en la medida en que se trata, con ella, de expresar o de mantener ciertas diferencias en: tuanto a la esenf:ia misma del. derecho. Este punto de vista aparece desarrollado más a fondo en ·el estudio citado más arriba: "Contribución a la teoda de los negocios jurldicos públicos". Pero, ya antes de que nosotros lo hiciésemos había sido proclamado este criterio; fundamental y decisivo, en un ensayo de otro investigador: nos referimos al importantísimo estudio de FRANz WEYR publicado' en 1908 con el titulo de "Sobre el problema de un sistema unitario del derecho" ( Archiv des offfentlichen Reehls, t. XXIII; págs. 529· ss.). Posteriormente, este mismo autor hubo de · aportar en una serie de trabajos, contribuciones de carácter esencial 'una téoria .puta del 'derecho. (Entre sus escritos publicados en lengua alemana, citaremos: •'Sóbre dos ·puntos fundamentales de la teoría del derecho público de KEi.sEN", en Griinh111s Zeitsehri/1 fiir dar Privat- llnd offenlliehe Recht ·Jer Gegenwa,,, 1913, t. XI; págs. 175 ss.; "Sobre la diferencia entre· el derecho público. y el derecho privado", en Oeslerreichische Zeilschrlft f.ir óffentliebes Recht, 1914; t. I~ págs. 439 ss.; "Sobre la teoria de los actos constitutivos y declaratorios", en Oesterr.iehisehe Zeitschrift ¡;;, ófl1n1/iches Reeht, 1918, t. III, págs. 490 ss.; "Filosofía del derecho y ciencia del derecho"', en Zeitseh,ift fiJr óffent/iches Recht, 1921, t. 11, págs.. 671 ss.).
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111 En ·la presente obra se señala como· el aiterio específico de la legalidad jurídica