Las Vanguardias latinoamericanas: textos programáticos y críticos 9788437609874


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Las Vanguardias latinoamericanas: textos programáticos y críticos
 9788437609874

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JORGE !;Cl-1\VARTZ

LAS VANGUAlstudjo ~ hrc las van.~u~•r· dias l~1tint>.lm1.,:rk~nas presema í,1ndamental mente la originalid pOSlulados. Non \erviam represen la el momento inau• gural de las vanguardias: del continentt. Otra posibilidad cronológica es la fijación de 1922 comoa1111u.s mtrabdü de las vangu_ardias internacionales y latmoamc:ricanas 1,._ En la introducción al lndrcedela nue>'apoesla americmra. de 1926, Borgcs adopta 1922 corno fecha generacional iniciadora de una nueva era en )as letras: «Desde mil novecientos veintidós - la fe.

cha es tanteadora: se trata de una situación de conciencia que ha

rdo definiéndose poco a poco- todo eso [las obras de Dario. Lugones, Rodó, etc.] ha caducado». Un año más tarde, en 1927, en la «Justificación» de Pedro J uao V ignale y César Tiempo a la Exposi· tión dela actual poesia ar¡wmuw. encontramo►. Thoodore Pc1erSn dice que 1'en los años 30. lá.$ re• vist;b de vanguatdia {~the little mag.irines») eran órganos de racjic31ismo idealiZádo Jlt) led. l01\, 1988, p..Ít!,. 58.

frederic L Bcnd~r), Nuc,·a Yotk, W W. Nor. . l6 {(Le peinnedc la vie mQdernc», en F.cnt.r .\ur/"an 2. Pan$. Calhmard. 1971. pág. 150 . 7 J1 Conferencia pronunciada en Vieux-Colomb1cr el _26 de llO:''!embrc de 191 y publicado l!n e1 Mi•rc:ure dt: Fr,mc~ 130 (nov1emb~..rl1c1c-mbrc. 1918>. oá8S, 385-396.

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Ra,na defme los efectos de lo «nuevo» en el arte y en la sociedad latinoamericana en términos de una pluraJidad significativa re pleta

de tensiones'ª: Surgen. en punlos es! ra1égicos de América Latina, olras fot;mges \•a1,guardis1as que se nuclcan en t0rno a m.anificstos. revistas. actos ptib1icos escandalosos, para proclarnaf la voluntad de lo mu>i•o. Esia palat;,ra. ingenuamente dignificada. se constituye en

el san ro y s-eiia con el cual se reconocen unos a 01ros y con el cual se unilican, potque si bien ella esconde plurales acepciones, dispares niveles, caóticas asociaciones. supera esa diversidad con el lÍTliéO dalo cier1ú que por el momento se aviroraba en el horizonte artís1ico; la voluntad de ser di~tunos de los a nteriores. la

conciencia (ISom ida gozósamen1e de ser «nuevos», de no deberle nada a los an1cpasados (aunque las deudas se acurnulaball e11 ra. rís) y disponer a su ;mlojo tJcl rtperl()rio de- una realidad que es la de su 1icmpo y que por lo lanto nadj c le puede dfaputar. «Todo nuevo bajo el sob>. frase q ue carnavaliza el conocido pro• verbio del Eclesias1és. se convierte. para los promotores de la vanguardia. en desafio a la autoridad l>iblita y a la trad ición. Huidobro, que se considera el «pequeño Dios» de la creación literaria. en el d ístico de «Arte poética» (1916) dice: Sólo para nOSOlrOS

Viven to-Oas las cosas b~jo el sol.

No hay prácticamente texto o programa de vanguardia en AmCrica Latina que no se somcla a la ideología de lo nuevo. -Por eso, no ex1raña encontrai;- ejemplos como el de la importante revista u rugua• ya los Nuevos (posible herencia de la famosa l 'Esprit Nom•eau de París), o del mencionado poema-programa de Huidobro, en el cu:,J el chileno dice: « Invenla nuevos mundos.» Incluso el primer Borges que adhiere a la ideología de lo n uevo a través de la metáfora uhraísta, define la poesía como una posil)ilidad de compe11dia 1· «un visión inédita de algún fragmento de la vida» y una volu ntad de «ver con ojos nuevos» w. La novedad no se limita a una actitud de repudio del pasado. Cobra consistencia en las transformaciones fonnaJes de la poesía, 3~ ~Las dos vanguardias l:mnosmcrican;is». ,\faldoror 9 ( 1913). pág. 59. 19 Cfr. «Al mál'l!,cn dé la lmca moderna». Nclson O~otio T rastrea esta mc1:il'ora de: lo nuevo en el \•lanifiesto Guforista de Bat1.srn y P:tlés r-..fatos. e n la Rc11Hta de ·1 "a11rede ('uha y en oesia Pau Brasil, Oswald de Andrade contrapone los fríos volúmenes geométricos de metal v cemento a la cálida esfera sotar: «Obuses de elevadores. cubos de arranha-céus e a sábia pregui~a solar» [Obuses de ascensores, cubos de rascacielos y la sabia pereza solar]. La posibilidad de un frío coostructivismo queda abolida por el atributo del ocio

tropical que envuelve a la megalópolis paulista. Autores como Borges, Vallejo o Mariátegui, con proyectos tan •o Ver d dinámico mua miento dado pOI' Bl"~•urii Sarlo a la cues:1ión Je lo nuc..,o en Una modernidad pen/ht adesper1ar nuevos 1cmples nerviosos, profundas perspicacias se1ttim1:nlales, amplificando vidcncias y comprensiones y densificando el amor~fa inqu ictod entonces crece y se exaspera y e-1wplo de la ••ida se aviva, Esta es la cultura vetdadeta que da e.l progrc:so; eslc es su únic..'O sentido estético, ~· no el de llenamos la boca con palabras ílamantei,.

Vallejo define asi de manera muy particular aquello que catiendc por «nueva sensibilidad», por «progre-so» y por la función de 1a

máquina moderna. Un año después, y todavía en París. en ocasjón de hacer una reseña del libro de poemas Ause11cia. de Pablo Abril de Vivero, Vallejo p rofiere la más virulentá de sus criticas a la vanguard ia. De manera sistemática, arreme,e contra los sigujentes elementos: Ja , en Os• w111rl de Andrade. Po111a de /(Inca. pág. x.,.iii.

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licción de los años 20. E.~qucmatismos aparte (del tipo: Oswald década del 20 • estetiian te; Oswald durante los años 30 = escritor comprometido). la actividad periodística que caracterizó a Oswald de$dc el comienzo de su carrera (periódico O Pirralho, las innume• rabies entrevistas. ensayos y notas de especiales) muestra un autor altamente comprometido con la realidad social. El ideario antropofágico, elaborado todavía en los años 20, revela a un hombre preocupado ..:n resolver las cande-ntes cuestiones de la dependencia

cultural. Oswald de Andrade fue todo menos un autor de gabinete. Y. a pesar de la reconocida irreverencia y contradicciones que marcaron su personalidad, era capaz de permanecer íiel y dar con-tinuidad a muchas de st1s ideas. como su extensa filiación al Partido Comunista (de 193 1 a 1945) o el mantenimiento del idea rio antropofágico hasta el lin de sus días. El primer lcxto signi ficat1vo de este giro intelectual e-s una especie de man ifiesto, hoy cl::isico, dondcO-swaJd reniega vio1cntamentc de su pasado. Es el «anti-prefácio» a Sera.fim Ponte Grande, fe-

chado en 1933. o sea, cuatro años después de la terminación de la novela. Es una especie de mea culpa por su pasado pequeño burgués («un payaso de clases») y por baber visitado Londres sin advertir a Karl Marx. En el texto. revela su deseo de ser. PQr lo me-

nos, «soldado raso en la Revolución Proletaria». La evolución política de Oswald le haée repensar totalmente su papel en la socie-

dad, parn asumir a partir de los años 30 (denominados por el mismo Osw.ald como «la crn revoluciona.ria del 30»), la r>stura de un intelectual engagé. Ya había sido un desafío para él su giro socializantc en la d6cada del 30, pero tal misión se intcnsillcó aún más

con los eventos que culminaron en la Segunda Guerra. Las catili• narias con1ra Mussolini y Hitler abundan en los escritos de Oswald de la época, los cuales intentan definir el papel del intelectual en la sociedadtt2; Con la guerra, llegamos a los dias p1·esente-s. Y los inldcc-lUates responden a un interroga1orio. Si su misión es participar de los acontecimientos. iCóino no? ¿Qué será de nosotros. que somos las voces de la sociedad en t.l'ansformación, por lo lanto. sus jueces y guías. si dejáramos qui! otras fuerzas influyeran ~ embarazara11 la ma!'clrn humana Qtie comicnza'1 (... ) És necesario, por Jo tanto, que sepamos ocupar nuestro lugar e-1\ la historia contemporánea. En un mundo que se dividió en un único combate. en el que no hay sitio para los neuuos.oanfibios( ...) El papel del 1n1elcctual y del artista es tan imporlanté hoy como el del guerrero de la primera I í oea. 7

t;l Qnla de /anca. pági• nas 99-10(). 54

No interesa tanto, en la producción literaria de Oswald de Andradc a partir de los aíios 30, verificar la calidad de sus textos, como el seguimiento de la e,•olución de su ideario estético. En este sentido, uno de los primeros conceptos c.¡uc merecen reflexión es su actitud ante LC>do lo que entendía por «moderno». En «Informe sobre o modernismo»t..t, Oswald abre el texto distinguiendo entre lo que el lérmino significó para él durante la Semana y el significado que el mismo término había tomado un cuarto de siglo más tarde: Definición de «moderno» muy difcrcme de. lo que pensaba que

ruese lo «mOt en la época de la Semana: y tan radical cuaJ1do considera las relaciones entre campo y ciudad. Si las sigu ientes expresiones de Oswald de Andradc se aislaran de su concexco. difícilmence po-

drían atribuirse al escritor paulista: Solo así el se,uido del intel'ior ¡)revalecerá sobre el c-0smo1)olitismo > la culturfl corrupta)' cínica de las ciudades(... ) si hay un mal mo d~ Andradc. en su Ultimo balance crft ico ·mood Williams. Ot ampo eaeulade. trad. de P31,do Henrlquc.s Brino, Sao Pa1)1o, C'omp,.,nhin das Letras. 1989. M Manuscrito inédito CopJa tn el lnsti1u10 de Estudios 8nmlc1ros. de la Uníversidad de Silo PauJo.

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No hay exager~ción en la acumulación de mise.ria urbana en que vivimos. Mientras lanto. la ciudad a1 rae cadti vez l)l~is y produce el éxodo del campo. El pobte gana más ~11l(i )' no sabe lo que cspe~ ra, ¡,Será suficiente compe1)sación psíquica el asfalto liso de las calles, el espejo multicolor de las vidricrns, el aprctujamiento en el interior de los 1rn11vias. el desfile di! los colcg1alcs uniformados los días de parada, para las l◊scs En «C.ina a ~l y d t re(Jc1onmnr>, pág.116. , . . 5 «Vicente MutdbrO: d(ltO\ b1Qgrafícos». op_ m .. p~g, 36

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empiezan a surgir las voces poéticas. En su Antologla de poesía ehi• lena m,e,•a (1935). Volodia Tcitclboim afirma que «la nueva poesía rechaza la teoría romántica de la INSPIRACIÓN y a su turno patrocina el tipo del pocLa intei'iorizado en su proceso creador»fi. Alii vemos la marca del creacionismo de Huidobro. qu ien encabe-za la lista de poetas prcscmados. Antonio de Undurraga, uno de los críticos más apologéticos de Huictobro 1, ve a su obra influyendo en la poesía de Pablo de Rokha, Pablo Neruda y hasta de Grabriela Mfatral. De hecho, aparecen títulos de inspiración vanguardista, como U ( 1925) de Pablo de Rokha. o Loap1111( de Juaa Marfn. En 1926. se abre en Chile una exposición de caligrarnas, donde exponen Rosamel del Valle. Díaz Casanova y Gcrardo ScgueL quienes ya hablan sido precedidos en esas experiencias caligramáticas por José Juan Tablada y Vicente Huidobro. En 1920 ya había aparecido un primer maniíicsto Agú (especie de grito primario). Jirmado por Alberto Rojas Giménez y Manín 13unst.ers.. Estos dos nombres reaparecen en Rosa náulíca. cartel publicado en 1922. en el único númel'o deA111ena • tlojal'a11guardirsa y firmado por un gran elenco. Este manifiesto se caracte,.. riza por el tono provocativo. considera a Chile una especie de ' que 110 cxi~utia si,1 el. Asi que hay dos verdades: la verdad de la vida y la verdad del arte. Para lo.\! crearitmi.Jtos, la Vtnus de f\,1ilo es unn verd:id de b vkb, pvc~ no es bdJa en sí ,nisma. s100 que., por evocación, pareciera que nos hace pensar en la hdleza femenina.. Por el contrario, una mcs.'1 se incluirfa m.\S bfon f;iJ pJYJ1niJ, donde se encuentran versos que re\•elao, sm dud:1, un temperamento de poeta. Par.a comprender todo el csfuerro y el 1'1lénto t1lormt: de estos poc;:tas, hay que 1ener en cuenta el medio hosti I en que viven. La menor au• dad.-.. la máf. pequeña irnagen escapada el-el circulo es1recho en que el púhltco h:,hitu:ilrnc:nte ~ p;,se:l, provocan un gdtcrio SCb1\Jido de burlas e. insultos. En 1913, d1:rad1>. la critica se cansó de reírse anee imágenes CúmO las sigufont~s: «L:.n mi cc.rebro hay á lgu1cn que vino de muy lejos» o bien «Las horas que e-a.en en silencio como gotas de ~gua sobre uri vidrio». Muy pocos podían comprender que yo eserihiera: «E.J cuarto adormecido en e l espejo», o bien

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«El tanque estañado», o. en fin: «Del margen del libro me acerqué una tardo•. l~os estos versos y muchos otros perrurbatun á los espíntui. mis rranqu1los. Con este c:jc::mplo, yo uaro de que~ áprecie mejor e l doble esfuer✓.O q_ue sosriencn acu,almc::nrc: los pottas en leogua española. Es verdad que el público siémpre es más o menos igual que tn hanc:1a, o cn los otro.s páíses. L.1 élite que comprende y apoy;. lo:- esfuerzos de los jóvenes está lejos de set numerosa. Sólo qoe, en los palscs. de lengua española, los artistas no se h~n reunido como aqui en un gran ce1Hro, sino que t:stán dispersos y, por eso mjsmo, son m:is vulner:ll,lcs a los ataques de los tornos. He querido msi:mr en estos puntos para hacer mai. comprc::m,ihJe que el fuerte temperamento del artista y c:I t:ntu.,'iiasmo "ºº mx:esa rios a estos poeus p-.1.ra no suc:umhir.

LA CREACIÓN PURA• (En$á)'O de cstétiea} VICE NTE

Ht

IDOBRO

El entusiasmo artístico de nuestra, época y la luch~ emr. • l:.su rctCrcnc1.:a p:if':t-'e ha.her' ,n.spttado 11 HuJdhro en h rorl'lfl03'kión 1de J06 fa-

mosos ven.o« cid 1)0cma o.Arte POCt1c:ur,: .,p()r qué ,. P•ll' 55-61 /N. J./

11~"«11•

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bs preciso hate,r nota e esta diferencia entre la verdad de 1:, vid~ }' la verdad del arte; un¡¡ q1,1i: exi.:;te a1ues del artista,)' Otra que le t.":S poste-

rior, que es producida por éste. .El confundi r :unb:ts \'Crdades es la prindp:tl foerue de error en el juicio csténco. Debemos poner atención en este;: punto, pues la época que c;om1er1za será cmincRtemc:nte creativa. El Hombre sacude: su ) ugo, se rebela contra la oaturalcza como~ nraño $t: rebela.ra Lucifer contra Dios, a pesar de que esta rebelión sólo es aparente, pues e/ hr1.111bn nun,a r1l11PO má.J ,erra 4e la ,Vaturu/teyi que am>ro qut;·a IUJ busca 11nitarla v1 J11J t,pttr:.'mciaJ1 sino baetr /q 1t11ilflfJ qut fila, i111itri1'd(J/a rn ti plan() dtt JIIS Í'tJ" rhn.rtmctiuas, en la realización dt: un iodo, en d mecanismo de la producción de nuevas formas. Veremos enseguida c6mo el hornbrc, producto de la Naturalcz..'I., sigue en sus pwducciones mdependientes el mismo orden y las ,nisinas leyes que la Namrak2a. No ,;e tr:.ua de imitar la Natuta1eza, sino que hacer como e lla; no imitar sus exteriorizaciones sino su poder cxtcrioriwdor. Ya que el bombrc pertenece a la Naturaleza y no puede evadir.se de dla, debe obtent.r de ella l:1 esencia efe sus crt:aCiúnd. Tendrernós, pues. que considerar las relaciones que hay entre el mundo objetivo y el Yo, el rnundo suh¡et1vo del artiStá. El ,1rti:>t:, . dice Francinc Masicllo'. También fue J"1t1r1iu Fierro la pdmcra en cuestionar la prcten• s1ón de Madrid de ser el eje cultural - el «meridiano intelectual»- de la producción ltispanoamericana. Otro caso de enorme repercusión fue el de Lcopoldo Lugoncs. Al comicn,o. el poeta simbolista dio un gran apO}' O al grupo fundador de la revista, pero cometió el traspié de publicar una contundente defensa de la rima, coo lo c1ue se volvió un continuo blanco de criticas y burlas. Luna• r/o semimental. la obra más acabada de Lugones, fue llamada por Borges. durante años. Nultlrio sentim('nwJ.¡. , ~ re•Y>lución mart111fi(•rris,a, Rucnos Aires. Edtc.10110 Cullura1cs Atgenlinas, 1962, pilg, 62. ~ Leng1,aje e 1d(?()lS J01ciale-s compañe;;r9s de gesta de Rubc.n van despojando su labor de las habkualc:s topificacionc.s que sig.. nan e~~á tendencia, y realizando aisladameme obras dest::mcfáotes. Juao • Cn

NffllffS

ISl. Ru t:11 C:6:a.r h:r-

ní ndc:t .Moreno, La nal,:Jmi y

ÍIJIS

¡,apd,1, pi~. 493-497.

I03

Ramón JimC:ne2 propende así a una .suerte de psicologismo confesional y abrev,~ dó; Válle-Jocl:in gesticula su incredulic!ád juh1losa en versos pirnetc.::ros~ Lugones se olvida de Laforgue y l:ls metáforas formales pam enc:.lm,mar.se :t los paisajes sumisos; Pércz de A ya la ensancha en su pro!-a reda y palpable la uadición de Quevedo, y el ca1ttor de Úl titrro dt A/1,'(Jr/j)n':ldlez. s.t: ha encastillado en un severo sHencio. A rne esa rcvir;ta. ANQUII.O!l;AMIENTO DI! 1,0 u1uu! . - I unos i otros señoritos de la culn1ra l;itina. ~,.ritcros de su alma, se pedcstalizan sobre.; las marmÓ• teas le>•es estéticas para dignificar etfrcicio tan lamentable. Todos quien;n rcali?..:u obr:ts apclmawdas i pcrcno.cs. Todos viven en s1.1autobio• grafí~ todos creen en su personalidad, esa inescolao.za de pc:i:cepciones entrtverad:u, de salpicaduras de citas, de admi r:u;:ic>n. Nuestro ane quiere superar es~s. martingalas de -siempre i para él, Ja vc::r(fadt:(".t santidad dd c rt:advr!. .. ¡llay pocús santos! ,tl11rti,1 Fi"1'1>> crítico, s-abc que una locomotor~ no es comparaU1t: ~t una manza1)a y t:I hecho S d, Además de estas consideraciones sobre los princ1pios de la compos1ción, Mário se detiene en los nuevos temas poéticos. Tampoco él escapa a la seducción de cantar a la ciudad, como Jo hiciel

MáriC> de Andradc recibe 1~ mfluc.nc1a directa dé Vicente Huidohro a tra'>'éS

de los Jf1icu!Qs que el chileno publicó en la re\·is1a francesa L 'F..rprit Nmm~m,, de la cual M:i.rfo era asiduo lector, Vt.r M.1ti.l Helena Grcmbcd:í. Mám> dt· 1fndráde e L 'Esprít Nou~·t•m,, San Pablo. lE.8/USP, 1969; >' Raúl Aotelo. ~Dcsvairismo e cri;i,cao pura». en Na ilha dt Maropa1á (Mário deAndr lé os hi.1pa111N1mnica1ws),

San PabJC>. Hucitcc, 1986,

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ran posteriormente Borgesen Fenorde Buenos Aires (1923) o T. S. El iot en Thc waste /and ( 1922). El título es ya firme indicio de esa nueva poes/a urbana: Paul1céia des•airada, que abre con un epígrafe del ¡x¡eta belga Emile Verbaeren, autor de Vil/es te,rtaculaires. Mário habla del «asfalto cotidiano de la poesía de 1922» y se percibe a sí mismo como el primitivo de una nueva era. aprisionado eo las redes contradictorias: de una tradición primitiva y de la moder• nidad crepitante de la mcgalópolis: «Com o ,•ário / alaúde que construí, me parto por essa selva/ selvagem da cidade». [«Con el diverso/ laúd que construí, me parto pr esa selva/ salvaje de la ciudad».] Se advierte ahí una respuesta baudelairiana al poeta ro-

mántico encerrado en su torre de marfil del siglo x1x. Mário de Andrade ve el proceso dela creación arlfstic.a no como algo inmancn .. te. sino integrado a un sistema social de percepción y recepción. en el cual la responsabilidad del lector del texto aumenta, pues debe descifrar las dificultades que le presentan.

PREFACIO INTERESANTÍSIMO* MARIO 01; ANORADE

o.('An,. mon pay:s de fiel et d'ot j'cn

:-l.lJl! la loi)1 1::.. V t:i111tSll.h!'-/

Lector:

Queda fundado el Desvarisrno.

1...]

Este prefacio. aunque interesante, H'lúLil.

¡,.. 1

• Cuando :.u:nlc)

el

impulso lírico escribo $1t'l [X:ó~ar- todo lo que in1

inconsciente rnc gtita. Pienso después: no sólo para corregir, sino

• 1>ubhcado en PdJtlidi" Dmmrada (Sáo P.1UI(), 1922} f'11t1~1 C9ltlp/et(AJ, piRS-, S9~T.

Andr..adc. 120

y reproducido c,l M5rió flc:

p;ir:a: justificar lo que escribí. Ahí esta la razon ,

r1 •

¿t.:'1l poco de: teoría? Creo. que cJ lirismo, nacido en d ~ubc;:onsdcntc, acdsolado en un pensamiento claro o coofuso, crea frases que son ,,e~_., c:ntt:r() un hombre, de.-.pués una nube,

después un arroyo, ttc. pero aclvicrce surn.dt:inc:nmcntc codo eso. Ahora hicn, el poeca módernistll al ohservar ese fenómeno 1,.¡'0't

Lom1~ cip1ge. Era una 7 Rcfucnc;i:a :a Pkyc::I, nurc:a dd p1:am,forti: q1,1e lli:v:. el nC>1nhrc de su iovcntor, IR• o:1zJ01,4,:ph P!c.:)·d ( 1757- 1831).

139

ilusión óptic:,. l,01> ohjeros dh:tames no disminufan. Era una ley de apa.. rienda. Entonces eJ momc;nro es de reacciór1 a la apariencia. Reacción a l:t copia. Substituir la perspectiva visual y natur:ilisua por una. pcrs• pectiva de otro t ipo: sc:ntimental. i,udectual, irónica, ingt:Aua.

Ur,a nueva escala.: La oua. la de un mundo p roporcionádo y catalogado con leteas en los libros, ojños en los r.cg,tzos. El rccL1mc produciendo lc:.trn!. m:is grandes c¡ut: torres. Y las r,uevas forma.r, Traduc.cióo de l2s notas, Inés A,-..u.

143

JV Contra todas las catequesis. Y contra la madcc de los G rac:os 1•

V Sólo me mter~a lo que no es roío. Ley del hombre. 1.A:.!y del antro• p6fago. VI

Escamos cansados de todos los maridos católicos suspicaces, pues• tos a dramatizar. Freud termmó con el cn1gma mujer y ~oo otros sustos de 1a pskología impre$ái.

vn 1..o ' d mundo exterior. TA reacción contra e l hombre vesudo. El cinc noneamericano informará..

VIII 1Hjo.s del .sol. m:,drede los viviemcs. 11:ill;,idos y :\mados fero1,mcn• ,e, coa coda la hipocresía de La añoran7..a, por los inml~ados, por los traficados y por los «turiseaM. Eo el país de: 1(1 Vlbora Grandr \

rx Fue porque nunca tuvimos gramática, ni c:olecc::ione..', de vegetales viejo$. Y nunc;a supimos lo que era urbano1 suburbano, frontcti1.o, y contincmal. Pc:cczosos en el mapa-1llund1 del Srai.iJ-1. Uóa Cúodencia panid_pantc, una rh1nic..1. religiosa. 1 Figuta de !:a scvcrtOr América, Ul edad de. oro. Y t()ar~ 10• d1c:m:1'JPIJ,'{P/1'11-t ti S111Ti.-ÚUJ/IN, ¡úg. t 7.l m /J1ún4 e;\ el ~~,t:l.do &:I Uta.~1J IYLl'IS int1uidopor la ("\.llturn "egna de lu6 1.'l!cbvo~ 1111• 1f. ()1,

141

XIV Pe ro nunca admitimo.,; e l nacimiento dé- la lógica entre nosotros. Contra el Padre Vieira. Autor de nuestro primer préstamo. par~ ganar comisión. El rey ,1.J1alfabeto le había dicho: ponga esto en el papel pero sin mucha labia. Se h izod préstamo. Se creó el impuesto;il -azticar brasileño. Viera dejó el dinero en PoctugAl y nos ttajo la labja 11 •

XV E l espíritu~ rc::hUsa a concebir, el espíritu sin cuerpo. El antropo~ morfismo. Necesidad de vac,ma antropo(ágica. Para el equilibrio con. tr.t las religior1es de meridfano"2• Y las inquisiciones exteriores.

XVJ

Solamente r.xxh.:mo:; atender al mundo onicuhu". XVII Teníamos la justicia, codific.'lción de la venganza••, La ciencia, codificaci.ón cle la mag1a. Antropofagia. La 1ransformaci6n pe(manerHe

del Tabú ~n tótem.

XVlll Contra el mundo reversible y la:. ideas objetivadas. Cadavcrizadas. El stop del pensamjenco que es dinámico. El individuo victil'm'I del si!\port1 y de 1a cc,looiución del pais. Andradc se ref,crc ,a la propoes-t11 de V~-i.r.a. de- 1649. de organi2:tr una com pa~ ñia d~in,uJ:a :1 explo t:tr et :azó~r prodvcido en el clitado de Maranhio. I? l..llS ,r//¡,iwrtJ ddmuidi.rno S(>1\ l:as rélig.tQ1,C$ univC,fllálé:$ y 1Tlt;$l;¡_n1». Y sabíamos trnn-sponer el m1s.tetio )' la muecte coo el au...xilif'()ere:ee16n, 1,;uy~ n11w~ ralara• gua:1l!ll fue l,:1uti~(b i:n Saint.Malo. Un-a versión ralsa, divulgada en 1()$ manu:tlropttdaJp,fflld,q Jd Esiado habla de líl monogam111 oom◊ t1p«)grt:i;o his16rtCn de el.ase relaaon.1d.2 con la divmón del 1t'ma1 de 1mdos del .siglo xvu, compr1du ¡1or d c;mpetador hurb1de. )' u111iudo romt-) w f~idcnHl meim:ano, (lllC en 1?11 pubhca el f:ulloSo. \Vdx:r. \'v'uster. Kok.odika. K~lndinsky. Sterc::mbc:rg (Com. de B. A. de Moscou). ~!me. Lunacharsky. Erhenbourg. T•linc. Koochalowskv. Machkoff. 1\'fme. Ekster. \X1 lle Monate. Marewna. Larionow. Gondi:,rowa, Bdova. Sont;nc;:, Oaiiblet. 00t'.~burg. Raynat Zahu.. Dcrain. \XfaJtcrowua Zur = J\,lucklcn. Jcan Cocceau. Pierre Al ..

l>ert Birút. Metsir1ger. Jea,, f.harlot. Maurice Reyoal. Pieo:-t. P. T. Marinctd. G. P. Lucinni. P:tolo 81,.17.:(:f. A. l>al:tZ1,c;sch1. E.nnque Cavacchioli. Libero Aho,nare. Luc-iano FoJgore. E. CarcLile. G Carricri. F. Mansella Fontini. Aur() d'Alba. !\fario Betuda. An»ando Mau.a. M. Docdo!U. C D. Carrá. G. Sevcrlm. BaJilla Pratella: C,mgmllo. (C)rrn. M:ui:ino. Boccioni. Fessy. Setimellí. Catli. Ochsé. U11ati Tita Rosa. Saint-Point. Divoirque \'cnció en 186211 los mvasorc:s fninS p-.tncgiristas sistemáticos. Es necesario defender nuestra juventud que han enfermado los merolicos exeg,stico~ co.n nombramiento oficial de catedrá.ticos. Charles Chaplin es anguJ:u-. reprCSOLFO ÁVJL/\ SANp:tm1, el supri;;m11usmo .lp;!f(!Cc; en Rus,a en l 91 S. Li~o dCMI. El texto «bandera», publicado en rascacielos, es un repudio a la agresión sufrida en Bolivia por su director. Serafín Del mar (pscudóni1no del poeta Rcynaldo Bolaños). El mismo 1ítulo tiene u.na connotación ide-ológica que en el 1exto adquiere dimensiones continentales. en el llamado a América Latina y a la a? de digerir. y de digen.r bien. hml() unos artnQu~ sep¡cntnonalcs o un kousko1.1soncntaL como uná bc(as11la oo-

SQ

cinaUá t .n la llama o unq de es~ i:horit lueg c.:n receptáculo de cuanco poetastro pare el .M undo.. .! A la poesfa no le,: vic.:ne bien el verso mé:Lrico. Me hieden ya los cadávetcs de C.'lmp0:1mor y NUñez cico de la bestia. Sólo asi traduce el secreto lenguaje músical ele la tarde en que el grillo traspn,;a con su nOfít gri:i y pt:-rsi;i,tcntc la torre carcomida del Parnaso. DeslitcraruricCmonos. Mattn'los el cisne)~ d n.Üstñor. Yo prdamo el imperio cié la rana, es-a JOya dé porcelana verde prendida al seno oscuro de Jas charcas. ~lacemos la do.. cuenda, d tono mayor, logra ve, lo teatral, lo que se pavorrealea eo los pmt.arrnjeados escenarios, donde la carát\lla humana se hincha en pro~ porción a su i111bet:1lidad y pedantería. t\latemós el signu ele adm,ni,ción y I:\ rimbombancia y la g.1rrulc:ria dt los ~,dj,ctivos puestos sin cooscienci.a 1ncelecrual; matemos ta lógica, las reg_)as y la mesura. Oe$nudémono.,; en c:I mar oloroso y fresco de las cosas y, sobce todo, seamos humildes con los muñecos que hacen la felicidad de: los nuios en et Guiúol de lá repllblica de~ Domingo. Vivamos Ja vida simple. la vid~ anónima dd buen zapatcco que sólo levaota la cabeza para enhe--brar la aguja al rayo de sol que tr-:1spa.o;a d tr:~Juz de su covacha. De este modo, el poeta atrojará en el camino la vieja e:arg.t de ripios y tópicos que hacen de !iu poesfa un museo de reliquias bistóric-as. Olvidemos a Dado, a Herrera Rcissig y a. todos los que por estar en cerra.dos en la cárcel dt:I verso métrito y por no haberse desligado en absoluto de la Hildición literaria. han pasado a set clisico~~ momias del Parnaso en telara.ña.c.. Un:.! m;1no nos llama entre la niebla. Detrás-de las tOrtc:s góticas están el rascacielos )' el barno con las banderas azules de las blusas. y el ritmo cotidiano de las cosas triviales y maravillosas.. La poesía ha ) «AU's n',gh/ wilh llJt wrkJJJ, nos dijo con su prosaísmo soberbio nuestro quc;rido i.in Roberto Browoing. Y es cieno.

gr,ego, (

(Con pito) En fin, Rubén,

pais:tOO 1nevllable, te saludo con mi bombín, que se comieron los ratones en mil novecientos velntc )' cjn.. co

PRIMER MANIFffiSTO* LIGER.1\ EXPOSLC[ÓN Y PROCLAMA OE LA Ats'l1-ACADE~UA NICARAGÜENSE Josli Coít.ONEt.. UR1·e.c110 11 ~ha

..oe las Acadcm1a11 líbranosrScllOr» Ru bl!N DAltiot.

J,I) Hay qt1e aprovechar la prc:sencia t!A e!itá ciudad de álgunos ele-

ine11tos jóvenes de afición literaria para formar un núcleo de vanguar• dll, que t rabaje por abnr la pc:ts:pt:cliva de una literaturn nacional )' construir una especie de capital literaria que sea como el meridiano in•

celectua) de la nación 2• 2:) El nombre de .Anu-J\cademia v la estructura circular , empeñados en t rabajar constante >' clisc1pl1nadamemc parn hacerle aunósfora a nuesuo modo de scrmr la nac:ión )' de e;icprcs.ar en fo rmas: (k lo:- dh•cr:;oo gwpm. F.~ d i;:;1~0 tk Pomho ~e ~b·

dnd, de lo:. ult~i,,t.1 .., o Ru:hinuod de Buenos 1\m:!!f, de lo~ 111a.t1mtCl'l'1S>:.:is. o d üfe d~· f\ad...-.. lrx·;1I ,le rc:unidn de lo-. ci.tnc:len11~t.1-.._

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en que daremos a cooocer los trabajos ánísticos de la vanguardia l1teraria que fo rmamos. e) ANTOLci11: lidÜRr«::mos 1;:ambién a su debido tiempo y sazón, un.1 zantQlogía de la poesía nueva que se haga en Niéaragua. pata darla a conocer a nuestro pUbhco y al extranjero (Para la pl1blic:u;ión de nuestros iofotmes, cuadernos, etc., cont.1mos con núestta propia fuerza, con la ayuda ele algum).~ propietarios de jmprenta, con la misma Academia de la Lengua. nuestra antagónk;t, que ,10 podrá menos de apreci:u 1~ importanci:t, siquJera hlSlórica, de nuestras invesugac1ones, y por úlumo, basta con el Supremo Goh1ers'lú.) De est.1 m:lnera ex.ponemos ligt!r:'lmtnte los firmes propós1tos y pc:rspcx.·tiv:1!> generales ele lá Anti-Academia que hernos fundado y a la cual pcctcnccemos.

(Firman) Bruno Mongalo-Josc;Coronsl Urtecho -1 .ui,C:,strillo -Joaqojn Pasos J\r~ello - Pablo .Anco11.io Cuadra - Octavio Rócha - l .ui~ Alberto Cahrales - ManólO Cuadra - ,foaquin /...avafo Urcccho. DOS PERSPECTIVAS* PABI.Q AN1'0Nlú (U,\ORA

Al viento varias páginas ya. Muchas personas tienden su página:; se retlejs estar nlás ceroblíga a aclarar un concepto. Ore❖ g'1 y Gassct ptiso en el tapete el problema ele las generrtcior1est. Pero e$te: problema prescoca dos aspectos diferentes. Un aspecto pucamente biológk:o y un aspecto psicológico. A nosotros- sólo nos ioccresa este úlcimo. Consideramos de l Fesw refleja una etapa de reflexión que ya había deJado atrás a Ja Semana del 22. Las divergencias entre los grupos se encuentran más o menos cristalizadas, a pulllo que Tristiio de Ataide reconoce, por lo menos, tres, facciones en el modc111ismo: el primitivismo. capitaneado por Mário de Andrade y Oi;wald de Andradc: el dina• mismo, dirigido por Graca Aranha y Rcnato Almcida; y la corriennombre que eligieron paro ,;u rcviSi-a, Fi'.\'ta , no ) colocada en iodo cuanto represente una produc..-ción desinteresado dc.:1 pcn:,;,¡tmiento. Hay en esto -sea cual fuere el país donde se produzca- algo de rnrn mental,

Probablemente, el conocimiento dcfkit.:nLe del modernismo y de sus (liforcnLc.s facciones es lo que llevó al crHico uruguayo a atri• buir un nacionalismo tan extremado al movimiento. La evaluación que hace de la llleratura brasileña revela un total desconocimiento de la obra de Mário de Andradc y de Oswald de Andrade. Su j uicio, sin embargo, es irnponante, porque rcprescnLa otra voz hispanoamericana en Fej·ta. Por lo demás. es significativo y sorprendente el nl1mero de revistas hispanoamericana~ recibidas por Fes/// (entre otras, la Cru: del Sur, Noso1ros y Repenorio Amel'icano). No extraña ver publicados, en las dos fases de Fesltl. pOcmas

de Juana de fbarbourou, Gabriela M istral, Pablo Neruda. Vicente Huidobro, notas sobre la obra de Oliverio Girondo y, en el dé> y en la p,oesía brasileña más «carácter».

Lejos de las profundas roílcxiones de los ensayos de Mário de 1

TamhiC:n en ese nlanltro :-orprendc ha.llar un:i resci\a hedrn por Rafod Cans•• noiH\sséns. fundador del vl1t;lísmoe-:,:;pañol. sobre la novel.a 1/i::..su, úlQUÍl'la de Andrade Muncy, publica son ondas dc:;,sconoc1>sólo se realiza en el p rimer número, hecho por colaboradores locales. Poco a poco. la revista comienza a acusar recibo de una colección de Proa y números de ..\1artín Fierro. Las colaboraciones h ispanoamericanas van creciendo: ilustraciones de las argentinas Maria Clemencia y Norah Borgcs, poemas de lldcfonso l'é rcda Valdés, Nicolás Fusco Sansone v otros. Más sorprendente a\in es la colaboración especial de Blaisc Cendrars. que mereció una'págína entera del tercer número y ofrece una simpá tica c.acofonía en el t ítulo