185 77 28MB
Spanish; Castilian Pages [139] Year 2009
Arqueología de los Encuentros. Lo Inka y lo Local en el Pukara de las Lomas Verdes (Tafí del Valle, Prov. de Tucumán, República Argentina)
South American Archaeology Series Edited by Andrés D. Izeta No. 9
Arqueología de los Encuentros. Lo Inka y lo Local en el Pukara de las Lomas Verdes (Tafí del Valle, Prov. de Tucumán, República Argentina)
Claudio Javier Patané Aráoz
BAR International Series 2025 2009
ISBN 9781407304656 paperback ISBN 9781407335520 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407304656 A catalogue record for this book is available from the British Library
BAR
PUBLISHING
Andrés D. Izeta Series Editor, South American Archaeology Series British Archaeological Reports International Series El registro arqueológico de Sudamérica es de una muy alta diversidad. Esto se refleja no sólo en las diversas profundidades temporales de la exploración, colonización y ocupación de los más variados ecosistemas, sino también en la complejidad social alcanzada en diversos puntos del subcontinente. Por ello es un grato placer la apertura de un espacio dentro de la serie internacional de British Archaeological Reports International Series (BAR) dedicada exclusivamente a la arqueología de Sudamérica. Esta serie, denominada South American Archaeology Series (SAmArSeries), tratará de integrar aquellos trabajos individuales o colectivos dentro un marco que permita mostrar las diferentes líneas de investigación que se están llevando a cabo en esta parte del mundo. Un breve análisis de los libros publicados por BAR hasta Septiembre de 2007 da cuenta de un total de 45 títulos dedicados a la arqueología de Sudamérica. De ellos, 17 corresponden a autores sudamericanos. En cuanto a las tendencias temporales hemos observado que de los 17 títulos de autores locales al menos 10 se han publicado en los últimos tres años y corresponden a tesis de grado y de postgrado. Si bien la tendencia indica que los arqueólogos de la Argentina son los que mayormente se han sumado a esta iniciativa, la intención a través de esta propuesta, es tratar de integrar trabajos de todos los países que componen Sudamérica. Esta situación ha sido la base para plantear este nuevo ámbito en el cual el público internacional pueda tener acceso a una arqueología, que si bien no tiene nada que envidiar a la que se realiza en otras partes del planeta, esta siendo escasamente representada en cantidad de libros de carácter internacional publicados. Esto es especialmente importante cuando los medios tradicionales (más locales) de difusión de nuestra disciplina no poseen aun un elevado impacto dentro de los colegas no sudamericanos. Por ello, creemos que esta es una gran oportunidad para poder lograr una mayor visibilidad de nuestros resultados y de nuestro trabajo en general con el cual podamos aportar a la construcción de una disciplina que integre nuestra visión desde Sudamérica. Asimismo permitirá canalizar los intentos individuales que se han venido realizando en los últimos años. BAR International Series South American Archaeology Series tiene la intención de publicar trabajos inéditos del área y que pueden incluir reportes de excavación, actas de Congresos, Jornadas, Simposios y los resultados de Tesis de grado o de Post-grado. Si bien los editores de BAR no imponen como requisito la evaluación de los trabajos, la presentación de un trabajo en las SAmArSeries implica la aceptación del envío del trabajo individual o colectivo a evaluar por pares externos. Esto significa que la SAmArSeries intenta ser un espacio editorial con referato con el fin de mantener una calidad mínima de los trabajos. Por ultimo, aquellos que deseen conocer mas acerca de la serie o que estén interesados en publicar deben contactar al Series Editor, quien mediara con BAR Publishing, los editores de BAR, en Oxford, Reino Unido. Las temáticas a incluirse pueden ser diversas pero deben ser apropiadas y de un estándar académico correcto (en algunos casos puede solicitarse a los autores el envío de un curriculum vitae con el fin de anexarlos a la evaluación del trabajo). El Series Editor se compromete a dar asistencia en aspectos técnicos del formato de las presentaciones y puede colaborar en la edición final del libro, si es necesario. Dr. Andrés D. Izeta Series Editor - South American Archaeology Series British Archaeological Reports International Series CONICET – Museo de Antropología FFyH - Universidad Nacional de Córdoba Av. Hipólito Yrigoyen 174, 5000, Córdoba, Argentina e-mail : [email protected]
Andrés D. Izeta Series Editor, South American Archaeology Series British Archaeological Reports International Series The South American archaeological record is highly diverse and reflects the many different periods of exploration, colonization and effective occupation of numerous diverse ecosystems. Social complexity is also heterogeneous throughout the whole occupation history and regions. Given this situation, it is most welcome that British Archaeological Reports has created a series dedicated exclusively to the archaeology of this vast sub continent within its International Series. In the South American Archaeology Series (SAmArSeries) an attempt will be made to integrate individual and collective works within a framework that will exhibit the different perspectives used in this part of the world. A look at the BAR catalogue (where there are in excess of 2000 titles) shows that relatively few titles are available on South American archaeology. Of a total of 45 books available until September 2007, only 17 were by South American researchers, and 10 published in the last 3 years. This representation contrasts with a situation where an increasing number of South American researchers are looking to publish their work in just such an international forum. Although, by circumstance, the SAmArSeries is starting with the work of Argentinean authors, it is very much intended for all South American researchers. The commencement of the SAmArSeries within BAR gives us an opportunity to construct a new space where the international audience can look for information on any topic of South American archaeology. This is important because traditional, more local places of publication are often not available to non South American researchers. With SAmArSeries a great opportunity arises for heightening the academic visibility of the investigations made by what is a very active archaeological community. The South American Archaeology Series of BAR is intended for publishing original work which may include excavation reports, museum catalogues, the proceedings of meetings, symposia and workshops, academic pieces of research, and doctoral theses Those wishing to submit books for inclusion in the SAmArSeries should contact the Series Editor, who will mediate with BAR Publishing, the publishers of BAR, in Oxford, UK. The subject has to be appropriate and of the correct academic standard (curriculum vitae may be requested and books may be referred); instructions for formatting will be given, as necessary.
Dr. Andrés D. Izeta Series Editor - South American Archaeology Series British Archaeological Reports International Series CONICET – Museo de Antropología FFyH - Universidad Nacional de Córdoba Av. Hipólito Yrigoyen 174, 5000, Córdoba, Argentina e-mail : [email protected]
Dedicado a, Agustín, Bernardita, Micaela y Paula, mis muy queridos sobrinos A mi Familia, permanente fuente de amor, apoyo e inspiración, en cada paso de mi vida A mis amigos y amigas, A Nadine
i
ii
INDICE DEDICATORIA...................................................................................................................................................................i INDICE............................................................................................................................................................................ii AGRADECIMIENTOS...................................................................................................................................................v
I. LO INKA Y LO LOCAL. HACIA UNA «ARQUEOLOGIA DE LOS ENCUENTROS». INTRODUCCION A ESTA TESIS....................................................................................................................................................................................1 I.1 Introducción ……………………………………………….…….………….………….................................................1 I.2 Naturaleza, lugar y materialidad: Bases para el estudio de un encuentro ……………………........................................1 I.3 Objetivo de Estudio …………………………………………………….…..…..…….…......................................…… 2 II. DEFENDIENDO LA NATURALEZA DEL ENCUENTRO. NATIVOS E INKAS EN ELNOA....................................5 ,,'H¿QLHQGRXQHQFXHQWUR««««««««««««««««««««««««««« II.2 Imperios: Breve caracterización ……………………………………………...............................................................5 II.3 Dos caras de una misma moneda ………………………………………….......................................................….... 6 III. LOS PUKARA. UN LUGAR ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA...........................................................................7 ,,,&RQÀLFWRV6LQFKLV\3XNDUDHQODVIXHQWHVKLVWyULFDV«««««««««««« ,,,6REUH&RQÀLFWRV«««««««««««««««««««««« ,,,6REUHORV6LQFKLV««««««««««««««««««««««« ,,,6REUHORV3XNDUD««««««««««««««««««««««« ,,,&RQÀLFWRV\3XNDUDWLHPSR\HVSDFLR«««««««««««««««««««««««« ,,,©1RFXOSHVDODVHTXtDVHUiTXHQRVHDPDQª6REUHFDXVDV\FRQVHFXHQFLDVGHFRQÀLFWRV ,,,/RV3XNDUDHQHO12$««««««««««««««««««««««««« ,,,/RV3XNDUDLQWHUSUHWDGRV«««««««««««««««««««««« ,,,$VHQWDPLHQWR&RQÀLFWRV\3XNDUDHQORV'HVDUUROORV5HJLRQDOHVGHO12$8QGRQGH\XQSRUTXp ,,,,QNDV)RUWDOH]DV3XNDUDRDPERV8QD~OWLPDFRQVLGHUDFLyQ«««««««« ,,,,QNDV(VWUDWHJLDV\IRUWDOH]DV««««««««««««««««« ,,,)RUWDOH]DV,QNDVHQHO12$««««««««««««««««««« ,,,/DVIRUWDOH]DV\ORVPLWLPDHVSDUDODJXHUUD«««««««««««««««« III.4.7 Evidencias de reocupación y abandonos …..…………....………………………..................................................14 IV. EL VALLE DE TAFI, INKAS LOCALES Y EL PUKARA DE LAS LOMAS VERDES. DELINEANDO ESTA INVESTIGACION............…………………………………………..………….….….….…................................……...17 ,9/R,QND\OR/RFDOHQXQULQFyQGHO12$««««««««««««««««« ,9$UTXHRORJtDHQHO9DOOHGH7DIt««««««««««««««««««««« ,96REUHHO7DUGtRH,QNDVHQHO9DOOH«««««««««««««««««««« ,9¢3XNDUDHQHO9DOOHGH7DIt"««««««««««««««««««««««««««« V. AREA DE INVESTIGACION. ANTECEDENTES..................................................................................................25 V.1 Área de Investigación ………………………………………..…………………..……….........................................25 V.2 La Parte Baja ……………………………..…………………………………….……….......................................... 25 V.3 La Parte Alta ……………………………..…………………………………….………...........................................26 9(O3XNDUDGH/DV/RPDV9HUGHV$QWHFHGHQWHV««««««««««««««««« VI.METODOLOGIA.……………………..…….………………………………….….................................................................31 9,,(/38.$5$'(//$6/20$69(5'(6¢&$0,12$/&,(/2"2¢'850,(1'2&21(/(1(0,*2" 9,,&DUDFWHUL]DQGRDO3XNDUDGHODV/RPDV9HUGHV«««««««««««« VII.2 Sectorización del Sitio …………………………………………………………………..……...........................37 Sector 1 (Ss-1) …………………………………………..………….….….….…...............................……..................37 Sector 2 (Ss-2) …………………………………………..………….….….….…..................................…...................37 6HFWRU6V ««««««««««««««««««««««««« 6HFWRU6V «««««««««««««««««««««««« Sector 5 (Ss-5) …………………………………………..………….….….….….................................…....................41
iii
Sector 6 (Ss-6) …………………………………………..………….….….….….................................…....................41 9,,©&DXVD\(IHFWRª¢$TXpOHGHEHPRVWDQWRVPDWHULDOHVDUTXHROyJLFRVHQVXSHU¿FLH"«««««««« VII.4 Los materiales registrados en el sitio …………………………………………..………….….….…..................44 9,,/DVH[FDYDFLRQHV«««««««««««««««««««««««««« («««««««««««««««««««««««««« («««««««««««««««««««««««« («««««««««««««««««««««««««« («««««««««««««««««««««««««« (««««««««««««««««««««««««« 9,,,,17(*5$&,21'(/265(68/7$'26 06 cm.)], tratamiento de superficie (decorados [fragmentos con presencia de pintura, engobe, bruñido, apliques, incisión-grabado, etc], no decorados [aquellos fragmentos que no presentan algunos de los tipos mencionados anteriormente], e indeterminados [fragmentos que por presentar determinado grado de erosión, o por su reducido tamaño no pudieron ser asignados a alguna de las otras dos categorías], alteraciones postdepositacionales (p.e. descascarado, rodamiento, pintura desvaída, etc.), análisis de fragmentos diagnósticos (bordes, bases), tareas de remontaje, determinación de formas presentes, etc.
Cada uno de los hallazgos que se recuperó en excavación fue localizado espacialmente y numerado secuencialmente de acuerdo a la unidad estratigráfica en los que aparecían. La numeración correlativa de cada hallazgo finalizaba al culminar la excavación de cada unidad estratigráfica (UE), para comenzar nuevamente desde el Nº 1, en adelante, al comienzo de una nueva UE4. Luego de completar cada uno de estos pasos se recolectó cada hallazgo y se los colocó en bolsitas individuales con su correspondiente ficha identificatoria, en la que consignábamos sus datos de proveniencia, unidad estratigráfica, estructura, y se los refería a categorías tales como cerámica, lítico, óseo (animal-humano), botánico, etc.
Por otra parte, como parte de estrategias empleadas a fin de obtener una calibración de la variable temporal en el sitio, se decidió efectuar excavaciones estratigráficas en lugares especialmente seleccionados del sitio. Fueron realizados cuatro sondeos estratigráficos de 1,20 x 1,20 mts. (E15, E10, E9 y E5) y uno de 1,50 x 1,50 mts (E18) (ver Plano 2, en Capítulo VII). Cada uno de estos sondeos fueron denominados con las iniciales del sitio, acompañado por la designación de cada estructura con su correspondiente número identificatorio (p.e LCZVIIIS1E5Sn1).
El sedimento removido en cada paso de la excavación fue colocado en baldes para su inmediata tarea de zaranda, siempre de acuerdo al estrato. De igual modo, cada uno de los hallazgos que se recuperaban en zaranda fue sistemáticamente colocado en bolsitas y fichas identificatorias a tal fin. Al culminar la excavación de cada Unidad Estratigráfica se levantaba la planta correspondiente, hasta arribar al nivel estéril (o roca madre). Finalmente, se realizaron dibujos de los perfiles (escala 1:10) en los que se representaba sus límites y características.
El «punto cero» o de referencia de la excavación estuvo localizado de forma permanente en un punto alto de una piedra de gran tamaño del afloramiento rocoso, localizado en el límite Norte de la E17. Desde allí se orientó el sistema de coordenadas con la que se rigieron las excavaciones2.
Una vez finalizada cada excavación, cada uno de los sondeos fue tapado con el sedimento removido originalmente para su protección.
El registro del trabajo en las excavaciones estuvo sistematizado siguiendo planillas prediseñadas en el marco del Proyecto de Investigación dirigido por la Lic. Bárbara Manasse.
Al finalizar cada trabajo de campo se procedió al control de planillas, el recuento e inventario de materiales recuperados en excavación y su correspondiente embalaje. Tanto los materiales arqueológicos recuperados en excavación, como las muestras sedimentarias y las planillas completadas en trabajos de campo fueron trasladados al Laboratorio 4 de la Escuela de Arqueología (UNCa) para su análisis más detallado y sistemático.
Al comienzo de cada una de las excavaciones se consignaron en esas planillas datos relacionados a factores naturales (topografía actual del terreno, cobertura vegetal), datos arqueológicos relevantes visibles en superficie (información sobre paredes de los recintos y detalles acerca de su construcción [ancho de paredes, el tamaño de las piedras, etc.], estado de conservación, como así también la recolección sistematizada de material arqueológico, etc.).
Una vez en el laboratorio, como primera medida, todos los materiales fueron limpiados atendiendo principalmente a su estado de conservación. El material cerámico fue lavado con un pequeño chorro de agua corriente y limpiado con
Seguidamente se procedía a confeccionar una primera planta del sondeo en papel milimetrado (escala 1:10) tomando 32
VI. Metodología cepillos pequeños de cerda blanda, en algunos casos los fragmentos fueron cepillados en seco para una mejor preservación del agregado de pintura (p.e. fragmentos Santamarianos). Igual procedimiento general se realizó con el material lítico. El material óseo, por su estado fragmentario y poco consolidado fue limpiado en seco.
Autocad) para la realización de análisis estadísticos y gráficos. Los resultados obtenidos en esta investigación serán expuestos a continuación. Notas
Cada hallazgo fue numerado-siglado de acuerdo a una categorización convencional adoptada por el proyecto, respetando en cada caso la identificación individual conferida en el terreno y registrada en planillas (ver Anexo Planillas).
1
Algunos de los datos obtenidos en estas investigaciones corresponden a trabajos efectuados por Manasse y Páez, como parte de sus estudios Doctorales. 2
En cada caso se realizó un detallado y pormenorizado análisis de los materiales atendiendo a los diferentes niveles de profundidad, localización espacial, posición (horizontal, vertical, inclinado), integridad de la muestra, alteraciones visibles en superficie, relación a eventos de perturbación naturales (cuevas de roedores, pisoteo, etc.).
Datum: S 26º49’57,5" O 65º41’33,6" - h:2338 mts.
3
Las muestras obtenidas en planta fueron de aproximadamente 500 grs, y las muestras obtenidas de perfiles oscilaban alrededor de los 50 grs. Estas muestras se encuentran actualmente bajo estudio. 4
La documentación de los hallazgos se realizó en una planilla prediseñada en donde se consignó localización espacial (dentro de la cuadricula y su profundidad), tipo de material, su posición al momento del hallazgo (inclinado, vertical, horizontal).
Todos los datos obtenidos en análisis de laboratorio fueron digitalizados en computadora (software Word, Excel y
33
J. Patané Araóz
34
VI. Metodología
VII.1 CARACTERIZANDO ALPUKARA DE LAS LOMAS VERDES
se aprovechó prácticamente toda la configuración natural del terreno para la instalación de recintos, como así también se valieron de rocas del afloramiento natural para la conformación de las paredes de los mismos. Este sitio cuenta, además, con un fácil acceso a recursos como agua y leña y se encuentra articulado espacialmente a espacios cercanos, utilizados para la agricultura y el manejo de ganado (Manasse 2002a, 2003).
El sitio cuyo estudio estamos abordando se localiza en la Zona de Intervención Arqueológica VIII, y fue identificado como Sitio N°1 (LCZVIII-S1). Se encuentra localizado sobre un morro en el extremo terminal de una de las estribaciones orientales del Filo de Las Micunas, a unos 2410 msnm. (ver fotografías VII.1 y VII.2).
Nuestras primeras tareas en el sitio estuvieron destinadas a realizar un registro y descripción sistemática de cada una de las estructuras presentes en el sitio. Para el registro de las estructuras tuvimos en cuenta la morfología de la planta y los componentes arquitectónicos (pared simple, doble, aberturas, etc.). Empleamos categorías descriptivas para subdividirlas (rectangulares, subrectangulares, circulares, etc.).
Mediciones efectuadas con navegador satelital permitieron obtener los puntos 26° 50’ 00" de latitud Sur y 65° 41’ 30,9" de longitud Oeste, a la altura de un mortero ubicado en una de las estructuras del sitio, conocido localmente como «Pie del Indio»1 (ver fotografía VII.11). La topografía del asentamiento se caracteriza por estar conformada a modo de dos «pisos» naturales. Una parte alta central, de relieve llano en gran parte de su extensión, conectada con un piso inferior hacia el Este, Oeste y Sur, a través de pendientes de gradiente variable (ver fotografía VII.3).
La visibilidad de las estructuras es buena en términos generales, pudiéndose apreciar las paredes que las conforman-delimitan. Aunque pudimos constatar que, en determinados casos, algunas estructuras fueron parcialmente destruidas por acción antrópica reciente2. No obstante esto, es clara la integración espacial de las distintas
La elección del terreno y el diseño del asentamiento debieron responder a diferentes factores. En este sentido,
Fotografía VII.1. Vista área del Pukara (desde el Noroeste). 35
J. Patané Araóz
Fotografía VII.2 Vista desde el Norte del sitio LCZVIIIS1.
Fotografía VII.3. Vista desde el Norte del sitio. Las flechas a la derecha señalan al puesto (inferior) y los corrales actuales (superior). Las líneas punteadas subdividen al sitio en sus partes alta y baja. Las flechas refieren a los sectores bajos del sitio (Sector 5 [occidente – derecha-medio] y Sector 6 [oriente - izquierda]) 36
VI. Metodología estructuras arquitectónicas y la unicidad de todo el conjunto, pudiéndose distinguir espacios públicos como privados (Patané Aráoz et al. 2002).
Oeste y Ss-6 al Este), fueron individualizados por su localización relativa. La mayor concentración de estructuras se localiza en toda la parte alta del sitio (Ss-1 al Ss-4), la superficie regular del terreno posibilita aquí una distribución homogénea en la disposición espacial. El sector 6 (Ss-6) del sitio, hacia el oriente y en la parte baja, presenta también espacios llanos aptos para la instalación de recintos, pero ha sido utilizado en gran medida (ver Plano 1 y fotografías VII.12 y 13). Tal vez esto pudo deberse una forma de defensa del sector de mayor concentración de población.
El conjunto general de las estructuras, si bien presentan diferencias en morfología y tamaños, fueron confeccionadas según las técnicas conocidas para los asentamientos locales tardíos de la región. En el sitio se encuentran estructuras cerradas de morfología heterogénea, (circular, subcircular, cuadrangular y subcuadrangular) y otras abiertas (hileras de piedra simple). Para la construcción de las paredes se utilizaron bloques de granito de distinto tamaño y morfología, sin utilización de mortero.
A continuación brindaré una descripción acotada de cada sector, tomando como punto de partida los sectores localizados en la parte alta del terreno.
Por otra parte, la ocupación de un terreno elevado, de topografía restringida y difícil acceso, con pendientes muy pronunciadas, especialmente hacia el Este y Oeste (ver fotografías A.4 y A.5 en Anexo Fotografías), le brindan al sitio un carácter defensivo y estratégico. Desde S1 se tiene, no solo una panorámica muy amplia del valle, sino de todos aquellos sectores inmediatos que lo rodean.
• SECTOR 1 (Ss-1) Ss-1 ocupa la porción meridional del sitio y es el sector de mayor extensión de los localizados en la parte alta del sitio. Desde un punto de vista topográfico, ocupa un área caracterizada por un marcado desnivel ascendente a medida que avanzamos hacia el Sur, tornándose más llano hacia Ss-2 y Ss-3 (ver fotografía VII.4).
Actualmente se accede al sitio por un único sendero que se localiza hacia el flanco Este del filo. Éste sería su sector más vulnerable, aunque no presenta mayor «defensa» que un muro perimetral en la parte «baja» del sitio (ver fotografías A.8 hasta A.14 en Anexo Fotografías).
La visibilidad y conservación de las estructuras de Ss1 es buena en términos generales. Aquí se encuentra una diversidad de estructuras, recintos cerrados y alineamientos simples de piedras dispuestas en forma casi paralelas (ver Plano 1).
Este muro fue recorrido y registrado en detalle. Actualmente se encuentra en mal estado de conservación, siendo casi irreconocible en algunos tramos. Bordea al sitio por su parte baja Oriental, mientras que hacia el Oeste ya no se lo observa con tanta claridad, su ausencia en este sector podría deberse a la protección natural brindada por abruptas pendientes.
Ss-1 puede ser subdividido a su vez en dos sectores claramente diferenciados. Por una parte, en la porción Sur de Ss-1, se registraron un conjunto de estructuras arqueológicas de diversa morfología (cerradas y abiertas) en muy buen estado de conservación. En cambio, hacia el Norte, se manifiestan claramente afecciones recientes de origen antrópico. Allí se construyó un puesto y dos corrales de uso semipermanente por lugareños (ver fotografía VII.5).
Registramos que en algunos tramos este muro fue construido en doble hilera de piedras, mientras que en otros sectores es simple. En promedio alcanza los 0,50 – 0,60 mts. de altura con respecto a la superficie actual del terreno (Patané Aráoz et al. 2002).
Para la construcción del puesto y los corrales se utilizaron numerosas piedras de recintos arqueológicos tanto de este sector, como de Ss-2 (Patané Aráoz 2007, Patané Aráoz et al. 2002). Sin embargo, aún son visibles en lugares específicos de este espacio alineamientos de piedras que emergen levemente en superficie, seguramente restos de recintos prehispánicos.
VI.2 SECTORIZACION DEL SITIO Tomando en cuenta la articulación-relación entre factores topográficos (localización, altitud, distancias) y la localización de estructuras (contigüidad o aislamiento de estructuras), se esquematizó la configuración general del sitio en seis «Sectores de análisis» (Ss-1 al Ss-6).
• SECTOR 2 (Ss-2)
Nuestro análisis identificó dentro de cada Sector a las diferentes estructuras existentes, siendo designadas estas por siglas y su correspondiente número identificatorio (E1 a E33) (Patané Aráoz et al. 2002; ver Plano con sectorización en Anexo Fotografías).
Este sector se ubica en la porción central y más llana de la parte alta. Conforma un gran recinto en piedra de planta cuadrangular, que delimita un amplio espacio interior (¿patio?). Su longitud, en dirección Norte-Sur, es de 14,80 mts y su eje Este-Oeste, un poco más amplio, es de 17,60 mts (ver fotografía VII.6).
Los Sectores que corresponden al piso superior fueron denominados Ss-1 al Ss-4, han sido definidos tomando en cuenta la distribución de las estructuras arquitectónicas. Los Sectores que corresponden al piso inferior (Ss-5, al
Presenta dos vías de acceso, ubicadas en el centro de los muros Norte y Sur, que permiten su comunicación con Ss1 (hacia el Sur) y con Ss-3 (hacia el Norte) respectivamente. 37
J. Patané Araóz
Fotografía VII.4. Vista área del sitio. Las líneas punteadas delimitan el espacio definido como Ss-1. El área menor contenida dentro de Ss-1 delimita los corrales actuales.
Fotografía VII.5. Vista desde el Norte, en primer plano el puesto actual, hacia el fondo se observa uno de los dos corrales actuales (en ampliación). Nótese la cantidad de piedras removidas de las estructuras arqueológicas del sitio.
Fotografía VII.6. Vista desde el Sudoeste de Ss-2 (señalado en líneas punteadas). Las flechas a la izquierda ubican a E11 y E10 (occidente del sitio). Abajo y hacia la izquierda de la foto se señala a E9 y a continuación una hilera de piedras localizada hacia el centro del sector. 38
VI. Metodología
Fotografía VII.7. Vista desde el Norte, en primer plano la Estructura 17.
Fotografía VII.8. Vista desde el Suroeste, en primer plano la Estructura 14. Se señala un mortero confeccionado en roca sésil a la «entrada» de la misma. En el interior de este sector, hacia el Oeste, se localizan E8 y E9. Estas dos estructuras de forma subrectangular se encuentran adosadas entre ellas, contra la pared Oeste del Sector. A un metro de estas estructuras se despliega una hilera doble de piedra que corre en dirección Norte-Sur, en forma casi paralela a las paredes Este de E8 y E9. Hacia el final de esta hilera, hacia el Sur, se encuentra ligada con otra hilera de piedras que se desprende de E8 en sentido Este, cortando perpendicularmente a la primera hilera.
Hacia el Sur del sector, y en extremos opuestos (Este y Oeste) se localizan dos recintos. E12 (al Oeste) es una estructura circular que se encuentra en muy mal estado de conservación, en razón que fuera excavada casi completamente y no fue rellenada para su protección, es por eso que varias de las piedras que conformaban sus paredes se encuentran desplomadas en superficie. E13 (hacia el Este), no presenta buena visibilidad, ya que se encuentra en gran parte cubierta por sedimento. Aunque parece conformar una estructura circular.
Por fuera de la pared oriental de Ss-2, hacia el Sur, se localizan E10 y E11. Estas dos estructuras se emplazan específicamente en un sector intermedio de las suaves pendientes que comunican la parte alta del sitio con el Sector 5, hacia el Oeste.
El espacio central de este sector, de gran amplitud, se encuentra libre de construcciones (¿patio?). • SECTOR 4 (Ss-4)
• SECTOR 3 (Ss-3)
El Sector 4 (Ss-4) se localiza en la porción septentrional de la parte alta del sitio. Desde aquí se tiene una visión inmejorable del valle y un buen control de las laderas y accesos al mismo (ver fotografía VII.9). De igual modo, desde este sector se tiene una muy buena visión de los sectores más bajos del sitio (Ss-5 al Oeste y Ss-6 al Este).
Este sector se localiza hacia el Sur de Ss-2, aquí fueron registradas seis estructuras (ver Plano del sitio). E17, hacia el Norte, es un recinto rectangular con su eje mayor en dirección Este-Oeste (14,40 por 3,80 mts. [ver fotografía VII.7]) a las que se adosan, en su pared Sur, dos estructuras (E14 y E15).
Ss-4 está compuesto por una diversidad de estructuras 39
J. Patané Araóz
Fotografía VII.9. Tomada desde la Estructura 20 (Ss-4), nótese la extensa panorámica de todo el valle que se obtiene desde esta parte del sitio.
Fotografía VII.10. Vista desde el Norte, se señalan las Estructuras 21 (derecha) y 23 (izquierda), ambas correspondientes al Sector 4.
Fotografía VII.11. Vista desde el Norte de los morteros confeccionados en roca sésil, denominados como «Pie del Indio». 40
VI. Metodología del terreno más llana y espaciosa, apto para la instalación de estructuras. Sin embargo, como ya mencioné, no cuenta con la misma densidad edilicia que el sector elevado del sitio (ver fotografía VII.13).
arquitectónicas, cerradas y lineamientos simples de piedras (ver Plano del sitio, y fotografía VII.10). Un rasgo distintivo de este Sector es una piedra granítica de gran tamaño en la que fueron confeccionados tres hoyos de morteros. Dos de ellos, en particular, se encuentran unidos de tal forma que a simple vista parecen conformar la planta de un pie humano. Es por esta razón que los lugareños denominaron familiarmente a este sitio como «Pukara del Pie del Indio» (ver fotografía VII.11).
En este Sector se reconocieron una serie de estructuras cerradas de diversa morfología, ocupando principalmente la porción Sur del Sector. Se trata de recintos adosados, conformando dos conjuntos separados entre ellos, aunque en cercanía espacial (ver fotografía VII.14). Por otra parte, hacia el Norte de este Sector, se identificó una serie de alineamientos de piedra dispuestos en forma casi paralela, tal vez conformando muros de contención.
• SECTOR 5 (Ss-5) Los Sectores 5 y 6 se localizan en la porción inferior del sitio. Específicamente, Ss-5 se ubica en el faldeo Occidental, vinculado con la parte alta a través de pendientes pronunciadas.
Unos metros por debajo de estas estructuras, ya sobre las pendientes, se localizaron tramos del muro perimetral referido anteriormente. A diferencia de Ss-5, este muro se registra aquí con mayor claridad, manteniendo un recorrido continuo desde el Sur del sitio (Ss-4) hasta la porción media del sector (ver fotografías A.8 a 14, en Anexo Fotografías).
Su topografía, estrecha y poco transitable, no ofrece la posibilidad de instalación de recintos. Aquí solo registramos la presencia de una hilera de piedras (E 25) a modo de muro perimetral, aunque en determinados sectores presenta un recorrido irregular o discontinuo. Este muro está conformado por piedras seleccionadas y piedras del afloramiento natural (ver fotografía VII.12).
VII. 3 «CAUSA Y EFECTO». ¿A QUÉ LE DEBEMOS TANTOS MATERIALES ARQUEOLOGICOS EN SUPERFICIE? Nuestros primeros trabajos en el sitio nos alertaron sobre una particularidad, en superficie afloraban constantemente en diferentes épocas del año, abundante cantidad de materiales arqueológicos. Hecho que no se registraba en otros sitios aledaños.
En este Sector, al igual que en otros lugares del sitio, detectamos evidencias de huaqueo reciente. Por otra parte, ha sido sistemáticamente el Sector en donde se recuperaran en superficie la mayor cantidad de material arqueológico producto de procesos postdepositacionales (Patané Aráoz 2007).
A fin de efectuar evaluaciones orientadas al registro de la variabilidad, potencialidad y magnitud de aquellos procesos naturales y culturales, se emprendieron sucesivos estudios en el sitio. Estos trabajos fueron realizados en cada una de las estaciones del año. Nuestro objetivo tuvo como prioridad la observación y el registro de procesos actuantes,
• SECTOR 6 (Ss-6) Este Sector se encuentra localizado sobre el faldeo oriental del sitio. A diferencia de Ss-5, presenta una configuración
Fotografía VII.12. Vista desde el Sur de una porción del Sector 5. Nótese el relieve, particularmente estrecho y con pendientes muy pronunciadas. Las flechas en señalan el muro referido en el texto (ver también el Plano del Sitio). 41
J. Patané Araóz
Fotografía VII.13. Vista desde el Sur del Sector 6, tomada desde una de las estructuras ubicada en la porción superior del sitio (E 20, Ss-4)
Fotografía VII.14. Vista desde el Sureste, hacia la izquierda de la fotografía se observan las pendientes que comunican la parte alta del sitio con el Sector 6. Hacia la derecha se aprecian las Estructuras 27,28 y 29 (ver Plano del sitio). de forma paralela se registró y recolectó de forma intensiva los materiales arqueológicos en superficie. Este estudio partió de una zonificación, mencionada anteriormente, que subdivide al sitio en seis sectores de análisis. En cada campaña el sitio fue recorrido íntegramente, respetando esta zonificación, delimitando zonas de afección, concentración de materiales y recolección a través de georeferenciación y mapeo.
encontraban generalmente diseminados o agrupados en pequeños «montículos» o «conos» (generados por los «tucu-tucu») o concentrados en material sedimentario arrastrado por las pendientes, (c) encontramos que estos procesos generaban una distribución heterogénea del material arqueológico, siendo relativamente baja en la parte elevada del sitio (Ss1, 2, 3 y 4) vs. sectores con picos de alta densidad de hallazgos fundamentalmente en todo el área de pendientes más pronunciadas (Ss-5 y 6) (Patané Aráoz 2007).
Los resultados obtenidos pueden ser sintetizados del siguiente modo, (a) el paisaje de S1 es particularmente activo debido a factores naturales, en mayor medida por acción de pequeños mamíferos cavadores [«tucu-tucu», Ctenomys sp.], lluvias estivales y por acción de plantas y raíces y antrópicos, huaqueo y utilización de piedras de las estructuras arqueológicas, (b) los materiales arqueológicos hallados, fundamentalmente fragmentos cerámicos, se
En suma, estas tareas nos permitieron individualizar y caracterizar tipo, efecto y magnitud de procesos actuantes en el sitio y sus implicancias en el registro arqueológico. Especialmente destacamos que la relación resultante entre procesos actuantes en el sitio y los patrones de distribución / densidad de material arqueológico adoptan el carácter de 42
VI. Metodología
Plano: Sitio LCZVIIIS1 «Pukara de las Lomas Plano: Verdes» (Los Cuartos, Tafí del Valle, Prov. Sitio LCZVIIIS1 “Pukara de las Lomas Verdes” de Tucumán) (Los Cuartos, Tafí del Valle, Prov. de Tucumán)
Proyecto: «Procesos socio – culturales del Proyecto: último milenio en el borde oriental del sub“Procesos socio – culturales del área valliserrana: el Valle de Tafí.» último milenio en el borde oriental (SECyT– del sub-área valliserrana: el Valle UNCa; Código 02/B233). de Tafí.” (SECyT– UNCa; Código 02/B233)
Plano confeccionado por: Claudio Javier Patané AráozPlano confeccionado por: Claudio Javier Patané Aráoz
Plano 1.
43
J. Patané Araóz Tipo Cerámico
Tosco
SMB
Belén
Inka
FNR
FNG
SM N/R
SMT
Indet.
Total
Totales
1262
289
95
83
61
22
19
2
414
2247
Porcentaje
56,16%
12,86%
4,23%
3,69%
2,71%
0,98%
0,85%
18,43%
100%
decorados n=571
0,09%
Tabla VII.1
Gráfico VII.1 «causa-efecto», reflejándose en el sitio de manera diferencial de acuerdo a la variabilidad estacional (Patané Aráoz 2007).
La materia prima registrada también ha sido variada. Entre ellas la local, como el cuarzo blanco (lascas y desechos), también cuarcita roja y verde (lascas externas, extraídas de nódulos no muy grandes).
Por otra parte, quiero destacar que el conjunto cerámico total recuperado en estas tareas estuvo compuesto por 2247 fragmentos. Sobre estos se efectuaron una serie de análisis, ya sea a nivel macro y microscópicos, algunos de ellos permanecen en etapa preliminar. Más debo subrayar que obtuvimos una primera aproximación orientada a una caracterización tipológica de los mismos. Los porcentajes obtenidos pueden observarse en la Tabla VII.1 y Gráfico VII.13
Considero importante subrayar la presencia de material alóctono, me refiero a distintas variantes de obsidiana, traslucida y negra (ver fotografías VII 17 a 19). De acuerdo a estudios preliminares, la Dra. Patricia Escola sugiere una proveniencia de al menos tres fuentes diferentes: Ona (Salar de Antofalla, Antofagasta de la Sierra, Catamarca), Cueros de Purulla (Antofagasta de la Sierra, Catamarca), Valle Ancho (Tinogasta, Catamarca).
VII.4 LOS MATERIALES REGISTRADOS EN EL SITIO En cuanto a los materiales arqueológicos obtenidos en el sitio, conforman un conjunto particularmente significativo, pero fundamentalmente «complejo» en su diversidad.
Los hallazgos de restos óseos han sido escasos, de ellos la mayoría no pudieron ser identificados debido a un alto grado de meteorización, o bien por su reducido tamaño. Se identificaron restos de fauna de origen europeo, pero también de camélidos y algunos restos humanos (ver fotografía VII.20).
Estos fueron recuperados a través de recolecciones superficiales sistemáticas (por sectores, por transectas), seguimiento del alambrado perimetral del sitio (Manasse et al. 2004) y excavaciones. Se trata principalmente de fragmentos cerámicos, y en menor medida elementos líticos, óseos y metales.
Los materiales cerámicos conforman una proporción abrumadoramente superior al resto. Básicamente se trata de una muestra, (a) fragmentaria y con alto porcentaje de elementos en mal estado de conservación, (b) compuesta principalmente por elementos de piezas utilitarias4, y (c) sesgada por el huaqueo e intensos procesos postdepostacionales. De hecho, los remontajes efectuados no arrojaron resultados alentadores.
Los materiales líticos registrados en superficie han sido diversos. Por un lado, registramos 13 morteros, ya sea sobre rocas sésiles o bien portátiles (ver fotografía VII.15 y 16), además de algunas moledoras. 44
VI. Metodología
Fotografías VII.15 y 16. Vista de morteros confeccionados sobre roca sésil, localizados ambos en Ss-3 (ver también fotografías VII.8 y VII.11)
Fotografías VII.17 a 19.
Los fragmentos decorados responden a tipos tardíos de ocupación del valle (ver Tabla VII.1 y Gráfico VII.1)5. Entre ellos, los fragmentos del tipo Santamariano constituyen una proporción mayoritaria. Corresponden a urnas funerarias y pucos o escudillas, siendo estos mayoritariamente bicolores (N/B y en menor medida N/R), con pocos fragmentos tricolores (N y R/B, [ver fotografía VII.21]). Los de tipo SM Bicolor presentan diversos diseños, principalmente ofidios bicéfalos, además de figuras geométricas. Recuperamos también algunos apliques (p.e. de rostros antropomorfos) y asas de urnas que conservan su pintura original (ver fotografías VII.22 a 27).
Fotografía VII.20. Elemento óseo punzante.
La cerámica Famabalasto Negro Grabado (FNG), interpretada como parte del conjunto cerámico de lo Santamariano (Palamarzuk y Manasiewicz 2001), apareció en proporciones relativamente bajas en el sitio. Este tipo de material fue registrado en mayores densidades en otros sitios de la parte baja del área (Los Cuartos y Barrio Malvinas) (Manasse 2004, ver fotografía V.3, Capitulo V). La alfarería de tiempos inkaicos la clasificamos, siguiendo la propuesta de Calderari y Williams (1991), en inka cuzqueño, inka provincial, inka mixta y de la fase inka. De las piezas que imitan la morfología cuzqueña se registraron aríbalos, platos pato y ollas en pie. Diversidad que, a priori, nos ofrece una perspectiva de complementariedad morfo-funcional de las vasijas
Fotografía VII.21 45
J. Patané Araóz
Fotografías VII.22 a 27. Corresponden a una muestra del material Santamariano bicolor (N/B) recuperado en recolecciones superficiales realizadas en el sitio. Ver referencias en el texto En cuanto a los aríbalos, vasijas restringidas de cuerpo globular con cuello angosto y bordes evertidos, se recuperaron varios fragmentos (cuerpo, asas y bordes). La mayoría presenta pintura negra sobre engobe o baño rojo, aunque en algún caso presentan diseños en negro de elementos inka («banderines») sobre un baño crema (ver fotografías VII.30 a 32).
empleadas en este sitio (servicio, preparación y presentación de alimentos y bebidas (ver Bray 2003). Los diseños registrados en estos fragmentos responden a los tradicionales inkaicos geométricos (triángulos, banderines, «clepsidras»). Una de las formas alfareras inkas más representadas en el sitio son los platos, o cuencos poco profundos 6. Se reconocieron bases, sectores de cuerpo, bordes y apéndices (cabezas de pato y protuberancias asemejables a «colas» [Páez y Patané Aráoz 2007], ver fotografías VII.28 y 29).
Recuperamos un solo fragmento que responde a los clásicos diseños imperiales. Se trata de un fragmento de tamaño medio, probablemente de «plato pato», que en su superficie interna presenta diseños en negro y rojo sobre un fondo crema (ver fotografía VII.33).
Las cabezas zoomorfas presentan alta variabilidad morfológica, siendo difícil encontrar cabezas similares o en la disposición de los ojos, inclinación del cuello, forma y tamaño del pico. De igual manera, hay cierta variedad en lo que respecta a los tratamientos de superficie y decoraciones. Las superficies de estas piezas fueron trabajadas mediante las técnicas de alisado y pulido. La aplicación de engobe fue registrado en casi la totalidad de las superficies interna y externa de los fragmentos analizados.
De destacar también es la fusión en la cerámica de elementos inkas con los provinciales (Inka Mixto). Un fragmento de tamaño mediano, probablemente también de plato pato, presenta en su superficie interna las clásicas «llamitas» estilizadas pintadas en negro sobre fondo rojo (Inka Pacajes, ver fotografía VII.34)7. Entre los tipos cerámicos que corresponden a tradiciones estilísticas del NOA que persistieron sin sufrir demasiadas transformaciones bajo el dominio inka (Fase Inka) - usualmente asociados a poblaciones mitimaes- aparece en el sitio el Famabalasto Negro sobre Rojo (ver fotografías VII.35 a 37).
Recientes estudios tecnológicos aportaron importante resultados. Análisis efectuados a través de cortes delgados sobre fragmentos de «plato pato» recuperados en este sitio reconocieron la presencia de microtiestos en las pastas de más de la mitad de la muestra analizada. Esta característica tecnológica ya fue registrada para momentos tardíos del valle de Tafí, en alfarería Santamariana (Páez 2005, Páez et al. 2005). Otro aspecto de interés fue la presencia de inclusiones piroclásticas blanquecinas en las pastas, aunque estas no fueron registradas junto al uso de tiesto molido (Páez y Patané Aráoz 2007).
Análisis efectuados en esta muestra aportaron algunos datos interesantes. En primer lugar, registramos una alta diversidad en cuanto a la forma de los bordes presentes, que nos remite a una gran variedad de formas cerámicas. De estos fragmentos también registramos cierta variedad 46
VI. Metodología
Fotografías VII.28 y VII.29. Nótese en VII.28 (fragmento de gran tamaño de plato pato) que en su superficie interior aún conserva restos de diseños clásicos inkaicos. VII.29, fotografía de tres «cabezas de pato» sobre un total de 10 recuperadas en el sitio.
Fotografías VII.30, 31 y 32
Fotografía VII.33
Fotografía VII.34
en cuanto a la tonalidad aplicada de fondo, en algunos casos es de color rojizo fuerte, otras veces alcanzando una tonalidad cercana al rosado, mientras que en otros casos presenta un color marrón oscuro.
valles meridionales (Valle de Hualfín). Estos corresponden principalmente a fragmentos de urnas funerarias. Los diseños corresponden a serpientes bicéfalas, también motivos geométricos con líneas negras finas o gruesas (ver fotografías VII.38 a 43). Las variedades (o «fases») de estas urnas están actualmente bajo estudio (ver discusión en Manasse y Páez 2006).
Un conjunto significativo en esta muestra corresponde también a cerámica de cocción oxidante con pintura negra sobre fondo rojo, con rasgos diagnósticos del tardío de los 47
J. Patané Araóz
Fotografías VII.35 a 37
Fotografías VII.38 a 43.
Un dato de gran interés obtenido en análisis efectuados sobre el material cerámico fue la identificación de altas densidades de inclusiones blanquecinas en las pastas del Santamariano (bi y tricolor), Belén e Inka (ver discusión en Manasse, Ovejero y Páez 2004, Páez et al. 2007, Páez y Patané Aráoz 2007). Pastas con similares características fueron registradas en sitios inkaicos del área valliserrana como Potrero Chaquiago e Ingenio del Arenal Médanos, ambos en Catamarca (Cremonte 1991), y otros del Norte del Valle Calchaquí, en Salta (Williams 2003).
Uno de ellos es de tamaño pequeño, fragmentado y en mal estado de conservación (ver fotografía VII.44). El restante corresponde a una pieza en buen estado de conservación, se trata de un tumi (ver fotografía VII.45) Este último tipo de pieza habría sido incorporado al repertorio local del NOA junto a la expansión inkaica8 (González et al. 1998-9).
Para finalizar, los elementos metálicos hallados en el sitio han sido escasos. La muestra está compuesta por dos elementos, ambos recuperados en recolección superficial.
En primer lugar, el análisis de los conjuntos materiales recuperados en el sitio me permitió avanzar sobre aspectos cronológicos del sitio. Una representación dominante de
Ahora bien, según los resultados obtenidos hasta aquí, comencé a delinear algunos aspectos de interés para esta investigación.
48
VI. Metodología tipos cerámicos registrados (Santamariano, Belén, FNR e Inka) y el tumi, sugerían una ocupación de momentos de expansión y dominio inkaico en el NOA. A lo que debemos añadir la ausencia total de materiales que remitan al Formativo local u otros registros de tiempos coloniales. Sin embargo, el patrón arquitectónico del sitio respondía a las características del Tardío del valle. No registramos algún tipo de evidencia de los clásicos diseños estructurales inkaicos (p.ej. RPC, collcas, etc.), o aún de remodelaciones en algunos sectores del sitio. Evidencias que, como ya fuera mencionado, se presentan en algunos sitios del valle de Santa María, Quebrada de Humahuaca o del valle de Vinchina.
Fotografía VII.45 lo posible lugares con claras evidencias de alteraciones postdepositacionales.
Tomando en cuenta todas estas evidencias surgieron nuevas (y diversas) preguntas relacionadas, principalmente, a problemáticas particulares del sitio como así también a su inserción dentro del contexto general del valle. ¿Fue un sitio construido por poblaciones locales que fuera posteriormente (¿inmediatamente?) ocupado-utilizado por inkas (o sus mitimaes)?, o bien, ¿fue un sitio construido por poblaciones locales en tiempos de dominio inka, según sus propios estándares arquitectónicos? En definitiva, esta última inquietud derivó necesariamente hacia una problemática social específica, a través del análisis de este registro, ¿podíamos determinar si este sitio fue escenario de tensiones – negociaciones - resistencias o persistencias?
Las excavaciones estuvieron orientadas hacia, (a) determinar la potencia arqueológica, registrar presencia y densidad de evidencias arqueológicas diagnósticas, obtención de información sedimentológica, (b) establecer posibles secuencias cronológicas y, (c) obtener información sobre la función de las estructuras. Las estructuras seleccionadas para excavar fueron cinco, E5 (Ss-1), E9 y E10 (Ss-2), E15 (Ss-3) y E18 (Ss-4) (ver Plano 2, abajo). Los sondeos en E5, E9, E10 y E 18 se realizaron contra los muros de los recintos, en cambio el sondeo E15 se realizó en el centro de la estructura.
En relación a estas preguntas, y como parte de las estrategias de trabajos formulados para esta investigación, es que se decidió profundizar los estudios en el sitio con el propósito de, (a) alcanzar una mayor contextualización del aparente «desorden cronológico-cultural» registrado hasta el momento, (b) comenzar a delinear la funcionalidad del sitio, pero de manera que se privilegiara el estudio de determinados elementos que me permita conocer un pukara «por dentro», alejándome de las cargas conceptuales y/o tipológicas con las que usualmente se carga a este tipo de sitio, a las que ya me referí en el Capitulo IV.
Las tareas en el terreno fueron dirigidas por la Lic. Bárbara Manasse, directora del proyecto de investigación en el que se inserta esta investigación, coordinando los trabajos específicos de excavación de los sondeos la Lic. María Cecilia Páez (E5 y E15) y el autor de esta investigación (E9, E10 y E18)9. En las siguientes páginas detallaré las actividades realizadas en estas excavaciones. Cada una de las ellas será tratada individualmente, comenzando desde la realizada en el sector septentrional del sitio (E18).
Con tal fin, planificamos la realización de excavaciones en el sitio, escogiendo lugares que atendiendo a los objetivos planteados, respondieran también a ciertas cuestiones operativas. Así, por caso, buscamos evitar en la medida de
VII.5 LAS EXCAVACIONES
• • • • •
Sitio: LCZVIIIS1 Estructura: 18 Sector: Ss-4 Dimensión excavación: 1,50 x 1,50 mts. Coordenadas geográficas: 26º49’57,1” lat. Sur 65º41’30,7” long. Oeste
La Estructura 18 (E18) se localiza hacia el Norte del Sector 4 (ver Plano 2). Es uno de los recintos de mayor extensión del sitio y presenta un muy buen estado de conservación (ver fotografía E18.1). Su planta es aproximadamente cuadrangular, cubriendo una superficie de unos 55,50 mts2. Sus muros se conservan
Fotografía VII.44 49
J. Patané Araóz bien y son de hilada doble. Para su construcción se utilizaron piedras locales (granito) de diverso tamaño y morfología, aunque también fueron aprovechadas las piedras del afloramiento. Están ensambladas entre sí en seco, sin la utilización de mortero.
lo que corresponde a la parte baja (Ss-5 y Ss-6). En superficie son visibles numerosas piedras, varias de ellas dispuestas en forma desordenada, posiblemente de derrumbes de las paredes. Aunque un rasgo particular es la presencia algunos alineamientos simples. Su visibilidad es parcial, encontrándose cubiertas por sedimento y vegetación. Pensamos que estas hileras de piedra estarían conformando espacios internos segregados, a modo de subdivisiones dentro de la estructura. Fue a los fines de comprender mejor esta posible estructuración especial, por
E18 se comunica con E 17, hacia el Norte, a través de una abertura visible en superficie, de unos 0,90 mts. de ancho, y con las E 20 y 19, hacia el Sur y en suave pendiente, desde donde comienza el faldeo que desciende hacia Los Cuartos. Desde esta estructura se tiene muy buena visibilidad hacia ambos márgenes del sitio (Este y Oeste),
Plano 2. De arriba hacia abajo E18, E15, E19, E9, E5 50
VI. Metodología
Fotografía E18.1. Tomada desde el Norte, las líneas puntuadas en blanco señalan el espacio de E18. Las líneas puntuadas al interior de E18 especifican el lugar en donde fue realizado el sondeo.
Fotografía E18.2. Tomada desde el Oeste, en primer plano el área seleccionada para la realización del sondeo. Las líneas punteadas en blanco (a la izquierda) señalan la hilera de piedras que emergía en superficie. 51
J. Patané Araóz
Tabla E18-1 la que optamos por realizar uno de los sondeos estratigráficos en esta estructura (ver fotografía E18.2).
corresponde a fragmentos cerámicos, también fueron recuperados restos óseos (n=16 - 22,53%) y líticos (n=2 2,81%).
• DESCRIPCIÓN DE LA EXCAVACION. En la Tabla 1 se puede observar la correlación entre tipo y densidad de materiales por unidad estratigráfica. Debo aclarar que 6 de los elementos de la UE2 provienen de la remoción de sedimentos por tucu-tucu (ver más adelante), que provinieron de un sector aledaño a la cuadricula.
Como primera medida, completamos planillas que referían a datos del medio visibles en superficie (topográficos, vegetación, etc.), como también arqueológicos. Posteriormente se procedió a limpiar el espacio a excavar, para ello se extrajo la vegetación y los primeros centímetros de suelo (0,05 mts.) a pala rasante. Este sedimento fue zarandeado (0.003 mts. de abertura). Estos primeros centímetros fueron identificados como Unidad Estratigráfica 0 (UE0)10.
En laboratorio se confeccionó una planta general de la cuadricula en Autocad, consignando valores referidos a la localización de cada uno de los hallazgos y su profundidad, con la intención de poder determinar probables patrones de distribución.
El suelo presentaba una cobertura vegetal compuesta principalmente de gramíneas, sin vegetación arbustiva. La superficie se encontraba parcialmente removida por pisoteo de ganado vacuno, caprino y equino, encontrándose material suelto (excremento animal y pastos). Por otra parte, la recolección superficial de materiales arqueológicos no produjo resultados positivos.
Los resultados obtenidos señalaron una mayor concentración de materiales en los cuadrantes NE, NO y SE, estando el cuadrante SO casi desprovisto de materiales (Gráfico 1). En el Gráfico 2 se representan estos mismos datos, pero desde una perspectiva de relación entre densidad de hallazgos (barra superior) y la profundidad en la que fueran registrados los hallazgos (establecida cada 0,05 mts - barra lateral). El perfil fue el registrado hacia el Norte de la cuadricula.
La excavación alcanzó una profundidad aproximada de 0,60 mts., hasta arribar a un estrato infértil. Hemos registrado dos unidades estratigráficas claramente diferenciadas, con límites precisos, que denominamos UE1 y UE2. Ambos estratos presentaron espesores variables, de acuerdo a su localización dentro del sondeo. El Estrato 1 (UE1) presentó un espesor muy variable, oscilando entre los 0,07 y 0,36 mts. Es de color marrón oscuro, de escasa compactación. Se caracterizó por un alto contenido de material orgánico. Hacia el Sur del sondeo afloraron algunas piedras de tamaño mediano, en cercanía al alineamiento, correspondiendo, posiblemente, al derrumbe de las mismas. Estas fueron localizadas próximas a la base de UE 1. El Estrato 2 (UE2), de menor espesor (entre 0,10 a 0,31 mts.) presentó, (a) un sedimento más suelto y seco, (b) cambio en su tonalidad, marrón más claro, (c) un alto porcentaje de gravilla y rocas disgregadas, (d) menor contenido orgánico. • ANÁLISIS El conjunto material recuperado en esta excavación estuvo compuesto por 72 elementos, de los cuales el 74,64% (n=54)
Gráfico E18-1 52
VI. Metodología
Gráfico E18-2
Fotografía E18.3 - Vista desde el Sur de perfiles Norte y Oeste de la excavación en E18Sn1 (16 de mayo de 2007) • LOS «TUCU-TUCU». UN CASO APARTE, TODO UN TEMA
encontró directamente dentro de una cámara (TT4), uno al costado de TT3, y los otros 4 directamente en los «montículos» que estos roedores producen (TT1), siendo uno de estos hallazgos de gran tamaño, 8 cm. y de 32 gr. de peso (ver fotografía E18.6).
Una característica constante en esta excavación ha sido el registro de túneles de tucu-tucu (Ctenomys sp.). Identificamos cuatro cámaras, tres de ellas correspondieron a cámaras «actuales» y una ya abandonada. Cada una de ellas fue registrada en planillas, tomamos sus medidas (longitud, dirección, ancho-altura de las bocas de las cámaras), registramos también los materiales asociados. De igual manera, estas fueron individualizadas en base a una ordenación numérica (TT1 a TT4) (ver Gráfico 3).
Registramos que el volumen de sedimento que pueden llegar a remover los tucu-tucu en muy poco tiempo es bastante apreciable. Por mencionar un ejemplo, al retornar al trabajo en el sondeo luego de una noche, en una de las cámaras descubiertas (boca Norte de TT1), un tucu-tucu removió tal cantidad de sedimento que se pudo llenar casi dos baldes, al mismo tiempo que esta «tarea» unió las cámaras de TT1 con TT4 (ver fotografía E18.5). Esto fue registrado hacia el NO de la cuadrícula, afectando principalmente a la UE2.
Un rasgo, por demás notable, fue la profundidad que alcanzaron algunas de estas cámaras. Específicamente, TT4, una de las de menor extensión, comenzaba desde los 0,21 mts. (contra el perfil Oeste), conectándose con el perfil Norte a una profundidad de 0,51 mts. (ver fotografía E18.3 y E18.4).
• CERÁMICA
Los materiales arqueológicos asociados a estas cámaras fueron 6, todos fragmentos cerámicos. De ellos, uno se
El total de fragmentos cerámicos recuperados en esta excavación fueron 54. Sobre esta muestra, los porcentajes 53
J. Patané Araóz
Fotografía E18.4 - Vista desde el Sur de perfiles Norte y Oeste de E18Sn1 (15 de mayo de 2007). Las líneas punteadas arriba señalan la cámara de TT1, su longitud es de aprox. 0,60 mts. Las líneas punteadas abajo señalan la cámara de TT3, que comenzaba a aparecer en excavación. Posteriormente se extendió en dirección Norte, alcanzando una longitud de 0,50 mts. obtenidos entre toscos y decorados resultó equiparable (46,29% en ambos casos)13. La conservación de estos fragmentos, en términos generales, es buena. En el caso de los fragmentos decorados se conserva la pintura original, aunque en casi todos los casos se registró evidencia de rodamiento (ver Anexo Planillas). En la Tabla E18-2, en la que represento comparativamente los fragmentos cerámicos según su tamaño por UE, se puede observar que los de tamaño mediano superan ampliamente en cantidad en cada UE, a los grandes y pequeños. En la Tabla E18-3 exponemos la posición en la que fueron hallados los materiales. Las tareas de remontaje de piezas solo han permitido ensamblar 10 fragmentos del total, corresponden a 5 piezas diferentes, dos toscas, una FNR, una de SM N/R y una Fotografía E18.5 - Vista desde el Este de perfiles Norte y Oeste de indeterminada (Tabla E18.4). E18Sn1. Las flechas señalan la acumulación de sedimento De igual modo, del total de la muestra cerámica se removido por los tucu-tucu en el término de una noche (17 de reconocieron pocos fragmentos diagnósticos que nos mayo, contra el perfil Norte). Los círculos en blanco señalan las remitan a formas. Se registraron 6 bordes, 3 corresponden a bocas de TT 1 (arriba) y TT 4 (abajo) (perfil Oeste). 54
VI. Metodología
Fotografía E18.6 -Nueva remoción de sedimento por tucu-tucu en el transcurso de una noche (19 de mayo, contra perfil Norte). Los círculos blancos señalan las cámaras 1 (arriba) y 4 (abajo) contra el perfil Oeste. En el sedimento removido fueron hallados 6 fragmentos cerámicos. Uno de estos fragmentos cerámicosal costado izquierdo de la escala es de gran tamaño y pesado (8 cm de longitud y 32 gramos de peso) Las líneas punteadas (arriba) delimitan el resultado de esta remoción que, en este caso, unió las cámaras 1 y 4 (contra perfil Norte).
Gráfico E18-3. Representación en planta de las cámaras de tucu-tucu (TT1 a TT4) registradas en excavación. En la parte superior de este gráfico se señalan las piedras que conforman la hilera de piedras. 55
J. Patané Araóz
Tabla E18-2
Tabla E18-3 Unidad Estratigráfica
Tabla E18-4
Fragmentos diagnósticos por UE bordes bases
UE0
-
-
UE1
5
1
UE2
1
-
Totales
6
1
Tabla E18-5
Fotografía E18.7. Tres de los fragmentos de la urna SM N/R. En ampliación, el fragmento con los diseño «serpentiformes» referido en el texto 56
VI. Metodología
Tabla E18-6
Tabla E18-7
Fotografía E18.8
Fotografía E18.9
fragmentos Belén, uno correspondiente a un plato pato inkaico, un pequeño fragmento FNR y un tosco (Tabla E185). Solo una base compone el total de la muestra, es de filiación inkaica y parece corresponder a un plato pato (ver más adelante).
ocupación del valle, sin haberse registrado materiales del formativo o coloniales. En la siguiente tabla se hace referencia sobre la relación resultante entre los tipos cerámicos según la UE en la que fueran hallados (Tabla E18-7).
Finalmente, sobre la base de todos estos resultados hemos realizado el recuento del número mínimo de piezas (NMP) presentes en la muestra. Los resultados obtenidos son expuestos en la siguiente Tabla E18.614.
Una primera lectura de estos resultados resalta la alta variabilidad de tipos estilísticos presentes. Algo que, como veremos más adelante, se presentó con regularidad en los demás sondeos.
• TIPOS CERÁMICOS Los fragmentos Santamarianos N/R (de tamaño considerable) pertenecen a una misma pieza, aunque solo dos fragmentos remontan. La superficie externa se
Los fragmentos decorados pertenecen en su totalidad a tipos cerámicos asignados a momentos muy tardíos de 57
J. Patané Araóz encuentra levemente erosionada, sin embargo se conservan bien los diseños, reticulados y cabezas de «serpientes», subdivididas estas últimas en cuatro sectores con puntos a modo de «ojos» (ver fotografía E18.7). Estos fragmentos presentan inclusiones blancas en la pasta.
Dos de los fragmentos de tipo inkaico pertenecen a la forma de plato pato, aunque corresponden a diferentes piezas. Uno de ellos, de tamaño mediano (parte del borde y cuerpo) conserva parte de pintura negra sobre la parte superior del borde. El otro fragmento, de mayor tamaño, corresponde a una base, presenta también cierto grado de alteración postdepositacional. En su superficie interna se pueden apreciar diseños geométricos, pintados en blanco sobre un fondo rojizo rojo desvaído (ver fotografía E18.8).
Por otra parte, los fragmentos SM Bicolor (SMB) son de tamaño mediano, con diseños geométricos en negro sobre un baño de crema, en todos los casos el baño crema se presenta apenas visible. Su pasta no presenta inclusiones blancas. Los fragmentos del Famabalasto Negro s/Rojo (FNR) son de muy buena factura, conservan un engobe rojo en ambas superficies, pero los diseños son apenas visibles. Su pasta no presenta inclusiones blancas.
Finalmente, los fragmentos atribuidos a Belén no presentaron un buen estado de conservación y, en la mayoría de los casos, son de tamaño pequeño (fotografía E18.9). Conservan un fondo rojo con dibujos en negro (superficie interna y externa) representando reticulados y en algunos casos triángulos continuos a la altura del borde. Uno de estos fragmentos presenta inclusiones blancas en la pasta.
Los correspondientes al Famabalasto Negro Grabado (FNG) son de tamaño pequeño y en la mayoría de los casos muy erosionados, solo en un caso se registró una línea realizada por grabado.
Los fragmentos toscos (n=25) no presentan mayormente partes diagnósticas y se encuentran afectados por procesos postdepositacionales. La mayoría corresponde a fragmentos de tamaño mediano (80%), mientras los grandes están representados en un 16%, y los pequeños en un 4%. El 80% de estos fragmentos presenta evidencias de haber estado expuesto a fuego directo. • LÍTICO En excavación solo fueron recuperados dos elementos líticos. Un desecho de talla pequeño (cuarzo blanco) hallado en la UE1 y una punta de proyectil, recuperada en la UE2, a gran profundidad (0,49 mts.). Esta última es apedunculada, de base escotada, limbo triangular y dentada, fue tallada en una lasca de obsidiana por presión (ver fotografía E18.10)15. Manasse (com. pers. 2007) ha obtenido igual tipo de material
Fotografía E18.10
Fotografía E18.11. Tomada desde el Sur. Las líneas punteadas hacia la izquierda delimitan la unión de los túneles TT1 y TT4 (ver más arriba). 58
VI. Metodología en sus excavaciones efectuadas en las estructuras tardías localizadas en la zona media del paleocono.
descarte de materiales. Analicemos esto, la excavación ocupó gran parte de este espacio que creemos segregado intencionalmente, no registramos allí evidencia de fogones o elementos relacionados a molienda, por lo que podemos razonablemente descartar que éste sea un espacio relacionado a ese tipo de actividades. Por otra parte, el tipo de materiales recuperados es sugestivo. De hecho, si bien abundantes, los restos alfareros solo dan cuenta de la presencia de un escaso número de piezas.
• ARQUITECTURA El sondeo fue localizado de tal modo de poder tener una mejor visibilidad de ciertos aspectos arquitectónicos de esta estructura, en particular de una de las hiladas internas señaladas anteriormente. Esta hilera de piedras se localiza en el cuadrante Sudeste de E18, su eje longitudinal corre en dirección Este-Oeste, perpendicular al eje mayor de la estructura (Norte-Sur), sin conformar una estructura cerrada. Tiene una longitud aproximada de 2 mts., aflorando de la superficie actual del terreno, en promedio, unos 0,12 a 0,17 mts.
En resumen, la relación entre tipo de materiales y densidad de hallazgos por niveles nos refiere a un lugar de «uso» continuo, pero que no fuera acondicionado permanentemente, en sentido de ser mantenido «limpio». Es posible que este pequeño espacio, como un área segregada intencionalmente dentro del interior de la estructura, haya sido mantenido por sus antiguos ocupantes como un área de descarte de materiales del área de ocupación adyacente.
Nuestra excavación hizo visible una gran proporción de esta hilera, resaltando que su estado de conservación es bueno. Su base se localizó a una profundidad de 0,38 mts. por lo que la altura total, con el agregado de los 0,12 - 0,17 mts. visibles en superficie, alcanzó un promedio de 0,50 mts. El paramento se caracterizó por piedras de gran tamaño, dispuestas verticalmente (n=2), de forma rectangular y de similar longitud (~0,50 mts), pero con diferente ancho (0,17 y 0,25 mts.). Estas se encontraron separadas entre sí por piedras redondeadas, de menor porte, colocadas una por encima de otras de forma de alcanzar la altura de las más grandes (ver Gráfico E18.2 y fotografía E18.11).
x x x x x
No se detectaron posibles aberturas, como tampoco la utilización de revoque, o el acondicionamiento del suelo que se correlacione con la construcción de la pared.
Sitio: LCZVIIIS1 Estructura: 15 Sector: Ss-3 Dimensión excavación: 1,20 x 1,20 mts. Coordenadas geográficas: 26º49’57,4’’ lat. Sur 65º41’33,5’’ long. Oeste
La Estructura 15 (E15) se encuentra próxima de E18, a unos 3 metros, en dirección Noroeste (ver Plano del Sitio). Su planta es circular, de unos 5 mts. de diámetro. Las paredes son de hilada doble con relleno interior, sin aparente utilización de mortero. Para su construcción se han empleado piedras (granito) de diferentes tamaños, aprovechando también las rocas del afloramiento.
La base en donde las piedras que conforman esta hilera se asientan corresponde al comienzo de la UE1 (0,40 mts. aproximadamente). Siendo este un dato importante para nuestros análisis ya que, como vimos anteriormente, es a partir de esa profundidad en donde registraromos la mayor concentración de hallazgos (0,20 - 0,40 mts.). Por lo que confiablemente podemos suponer que esta correlación refiere a los momentos de construcción y uso de este espacio.
E15 se encuentra separada de E14 (al Este) por un espacio angosto, de un metro aproximadamente, que corre en dirección Norte-Sur. Este espacio de separación (¿pasillo?) continua hacia una abertura de aproximadamente 0,70 mts. localizada en la pared Norte de E17 (hacia el Sur, ver fotografía E15.1).
• SINTESIS En primer lugar, basados en una relación entre densidad de hallazgos y arquitectura, podemos sostener una correlación cronológica entre la construcción de la hilada de piedra y el primer momento de uso de este espacio, correspondiente a los 0,40 mts. de profundidad.
Tanto E14 como E15 se encuentran adosadas a la pared Norte de E17, sin aberturas de comunicación entre ellas (ver Plano 1). La visibilidad de E15 es buena en términos generales, aunque la acumulación de sedimentos no permite, en algunos sectores, apreciar detalles de sus paredes. Desde E15 se tiene buena visión de la parte baja Occidental del sitio (Ss-5), comunicándose con este sector a través de una suave pendiente.
Un dato que considero importante destacar es que través de esta secuencia de hallazgos no se registraron cambios sustanciales en la distribución-densidad de hallazgos, como tampoco en el tipo de materiales arqueológicos recuperados. Por lo que podemos suponer un uso continuo (y específico) de este espacio, desde el momento de su construcción hasta su abandono.
• DESCRIPCIÓN DE LA EXCAVACION Nuestro plan original consideró, en un principio, la realización de una serie de sondeos en diferentes estructuras del sitio y la excavación íntegra de una estructura (E14).
Por otra parte, la hilera de piedra claramente está marcando una subdivisión dentro de la estructura, tal vez conformando un pequeño pasillo interno o un lugar de 59
J. Patané Araóz
Fotografía E15.1
Fotografía E15.2. Las líneas punteadas, hacia el centro de la fotografía, señalan el lugar seleccionado para la realización del sondeo.
Fotografía E15.3. Vista del perfil Este de E15Sn1, finalizada la excavación. 60
VI. Metodología A nuestro arribo al sitio, realizamos una primera recorrida de chequeo previa a la excavación, pudimos advertir que la superficie actual de E14 en gran parte de su sector Sur, se encontraba alterada. Por el tipo de remoción observada consideramos que se trataba de un huaqueo producido en tiempos recientes.
espesor fue variable, según el sector de la cuadrícula, con valores que rondaron alrededor de 0,05 mts. (hacia el NO) hasta 0,21 mts. (hacia el Sur). Este estrato cubre parcialmente a UE4 en el sector Oeste, llegando hasta la roca madre en un pequeño sector del cuadrante SO. La UE4 fue definida por una mayor concentración de pequeñas piedras disgregadas que corresponden a la descomposición de la roca madre. Presentó una alta concentración de arcilla arenosa, y en menor proporción de arena fina y gravilla. Se registraron también en este estrato algunas raíces. Es un estrato con ancho de valores casi constantes, variando entre 0,04 a 0,06 mts.
En definitiva, optamos por excavar en E15, dada la cercanía espacial a E14, y por sus similares características estructurales16 (ver Plano del Sitio y Fotografía E15.2). El suelo actual en E15 presentó escasa vegetación, compuesta principalmente por gramíneas, sin arbustivas. También hemos registrado pisoteo reciente de animales. La recolección superficial de materiales arqueológicos no produjo resultados positivos.
• ANÁLISIS Se recuperaron en este sondeo 86 elementos, de los cuales la mayoría correspondió a fragmentos cerámicos (n=81; 94,18%), en menor proporción restos óseos (n=2; 2,32%) y líticos (n=3; 3,49%). Analizando la correlación entre densidad y tipo de hallazgos/unidad estratigráfica, obtuvimos los siguientes valores (Tabla E15-1).
La excavación alcanzó una profundidad de 0,45 mts. hasta arribar al basamento. Se reconocieron 5 unidades estratigráficas, UE0 a UE4, desde la más superficial hasta la más profunda (ver fotografía E18.3). La UE 0 corresponde a los 0,05 mts. del suelo actual, que fueron sacados a pala rasante. La UE1 es un estrato plano horizontal, con un espesor fluctuante entre 0,02 a 0,11 mts. Es de color marrón oscuro, y de compactación suelta. Está compuesto por materia orgánica, principalmente pequeñas raíces. La UE2, sobre la que se apoya UE1, se distinguió por un cambio en la coloración del sedimento, marrón claro. El sedimento es de menor compactación y contenido orgánico, compuesto predominantemente por limo y gravilla. Su espesor también resulto variable, hacia el centro del estrato alcanzó un valor de 0,05 mts., tornándose más ancho hacia sus extremos (0,14 mts.). Hacia el Sur de la cuadrícula se detectó un pequeño sector con una escasa concentración de carbones17.
Gráfico E15-1
La UE3, de color marrón grisáceo oscuro, presentó también compactación suelta. Compuesta principalmente por arcilla, registró proporciones menores de arena fina y gravilla. Su
Tabla E15-1 61
J. Patané Araóz
Gtáfico E15-2
Tabla E15-2
Tabla E15-3
Tabla E15-4
62
VI. Metodología
Unidad Estratigráfica
Frag. que remontan
UE0
-
UE1
-
UE2
3
UE3
4
UE4
2
Frag. de zaranda
1
Total
10 Tabla E15-5
Tabla E15-6 Los fragmentos cerámicos presentaron similares porcentajes entre los pequeños y medianos (46,91% y 40,74% respectivamente). Aunque es notorio que los más grandes, si bien relativamente escasos, se registraron únicamente en las UE más profundas del sondeo (Tabla E15-3).
La planta general de esta cuadricula realizada en Autocad, en donde consigné valores referidos a la localización de cada uno de los hallazgos y su profundidad, arrojó los siguientes resultados (GráficoE15-1), los fragmentos cerámicos fueron registrados en toda la cuadricula, entre las UE 2,3 y 4, aunque sin reconocerse concentraciones localizadas. Los elementos líticos, se ubicaron hacia el Centro y al Oeste, en las UE3 y UE4 entre los 0,25 a 0,35 mts. de profundidad. Los restos óseos se registraron hacia el Norte, a similar profundidad que los líticos, pero específicamente en la UE3 (ver Tabla E15-1).
En cuanto a la posición en las que fueron recuperados los materiales en relación a su profundidad, hemos registrado lo siguiente (Tabla E15-4), Como se desprende de esta tabla, los materiales recuperados tanto en posición horizontal como inclinados presentan valores porcentuales prácticamente similares en todas las UE. En ningún caso los hallazgos en posición vertical han sido significativos.
En el Gráfico E15-2 se representan estos mismos datos, pero desde una perspectiva de relación entre densidad de hallazgos (barra superior) y la profundidad en la que fueran registrados los hallazgos (establecida cada 0,05 mts - barra lateral)18.
Por otra parte, de esta muestra se pudo remontar una muy baja proporción de fragmentos, 10 del total (Tabla E15-5). La mayoría corresponden a piezas toscas, salvo una FNR. En todos los casos se remontaron tiestos pequeños, que no permitieron distinguir formas o determinar si corresponden a una misma pieza.
• CERÁMICA Una de las principales características obtenidas del análisis de esta muestra ha sido el marcado contraste en las proporciones de los conjuntos toscos y decorados (67,90% y 12,34% respectivamente, ver Tabla E15-2). 63
J. Patané Araóz Se reconocieron 3 bordes (2 pertenecen a una misma pieza (tosca), aunque no remontan), una base (tosca) de tamaño grande y un asa, pequeña y erosionada (Tabla E15-6).
Pero fundamentalmente, y retomando brevemente lo expresado arriba, la relación existente entre los tipos cerámicos decorados (tomados como indicadores cronológicos-culturales) y la profundidad a la que fueron hallados, no nos permite pensar en ocupaciones diacrónicas, más bien sugerir una sola ocupación, bastante tardía.
Sobre la base de estos últimos resultados es que pudimos identificar tres ollas toscas y, posiblemente, una urna Santamariana. Los materiales que presentan superficies decoradas corresponden a los tipos asignados para momentos tardíos de ocupación del valle (FNR, n=3 y FNG, n=1), más considero importante mencionar la presencia de material SM Tricolor (n=6).
x x x x x
Los fragmentos SM Tricolor pertenecen a una misma pieza, aunque no remontan. Presentaron un regular estado de conservación. En tres de ellos se aprecian, en su superficie externa, parte de su pintura original con diseños geométricos.
Sitio: LCZVIIIS1 Estructura: 10 Sector: Ss-2 Dimensión excavación: 1,20 x 1,20 mts. Coordenadas geográficas: 26º49’56,9” lat. Sur 65º41’33,1” long. Oeste
E10 es una estructura de planta semicircular, de unos 4,60 mts. de diámetro. Presenta un buen estado de conservación. Sus paredes están conformadas por hileras dobles de piedra de diversa morfología, sin relleno interior. El eje mayor de esta estructura corre en dirección Norte-Sur.
De los tres fragmentos FNR, uno es de tamaño pequeño y remonta con otro fragmento pequeño recuperado en zaranda, conserva parte de su pintura original en su superficie externa. Otro es de tamaño mediano, presenta un alto grado de alteración postdepositacional. El restante fragmento, de tamaño grande, presenta un buen estado de conservación. El único fragmento FNG es de tamaño mediano y se encuentra muy erosionado19.
E10 se encuentra adosada a E11, hacia el Sur, separada por una hilera simple de piedras. Ascendiendo aproximadamente un metro por la pendiente, hacia el Este, se encuentran E9 y E8 (ver más adelante fotografía E9.1, para referencia). Hacia el Norte, a unos dos metros de E10 y en el mismo nivel topográfico que E8 y E9, se encuentra E12 (ya referida en el apartado de E15).
Finalmente, el total de fragmentos toscos asciende a 54. Las técnicas de tratamiento superficial registrados señalan preferentemente un acabado por alisado o peinado. La mayoría son de tamaño pequeño (46,30%), siguiéndole en cantidad los medianos (40,74%) y los grandes (12,96%). Solo un 22,22% se estos fragmentos toscos presentan evidencias de haber estado expuestos a fuego directo.
• DESCRIPCIÓN DE LA EXCAVACION Las tareas de excavación se desarrollaron en el área NE de E10. Luego de la limpieza de superficie, se abrió la cuadrícula junto a la pared Este. El suelo actual presentó escasa vegetación, compuesta principalmente por gramíneas, sin arbustivas. No registramos material arqueológico en superficie.
• SINTESIS
Se reconocieron 4 unidades estratigráficas, UE0 a UE3. La UE 0 corresponde a los primeros 0,05 mts., que fueron extraídos a pala rasante (ver fotografía E10.1).
Si bien no se pudo determinar pisos de ocupación definidos (con algún tipo de rasgo que pueda dar cuenta del mismo), tentativamente hemos hallado cierta depositación diferencial de los materiales que sugieren que entre los 0,20 y 0,40 mts. de profundidad (UE3 y UE4) se concentra la mayor densidad de hallazgos (93,83%)(ver Gráfico 2). Por la posición del sondeo en el centro de la estructura, nos falta información para correlacionar este posible piso con los rasgos arquitectónicos de la misma.
La UE1 presentó un espesor variable entre 0,04 y 0,25 mts. Es de color marrón oscuro y de compactación suelta, compuesto por materia orgánica, con pequeñas raíces. Se distribuye de forma heterogénea por la cuadricula. Corta a UE2 hacia el Sur de la cuadricula y se apoya en UE3 en una gran proporción de la cuadricula (ver fotografía E10. 1 y gráfico E10-2).
Los materiales hallados, con un importante número de fragmentos toscos, sugieren que, al menos en este sector de la estructura, se realizaron preferentemente actividades relacionadas a quehaceres domésticos (tareas culinarias o de depósito de alimentos o líquidos).
La UE2 apareció a partir de los 0,12 mts. de profundidad, distinguiéndose por una coloración de tonalidad marrón amarillenta. Presentó escasas raíces y gravilla. Esta UE aparece solo en una pequeña porción del sector NO, con un espesor entre 0,13 a 0,16 mts.
Los materiales decorados son muy escasos y en escasa variedad, siempre correspondiendo al tardío local. Precisamente, su baja frecuencia y su distribución restringida nos sugieren un uso restringido en esta estructura de materiales con una funcionalidad diferente a las culinarias.
La UE3, de color marrón oscuro, es plano horizontal, extendiéndose por toda la cuadricula. Comenzó a aparecer a los 0,23 mts. de profundidad con valores muy fluctuantes en su espesor, entre 0,07 a 0,36 mts. Presentó un sedimento más compacto con un mayor porcentaje de gravilla y 64
VI. Metodología
Fotografía E10.1. Vista del perfil Oeste de la cuadricula. Las líneas punteadas delimitan las UE reconocidas en excavación (ver Gráfico E10-2, más abajo)
Tabla E10-1 • ANÁLISIS El total de materiales arqueológicos recuperados en excavación fueron 75. Correspondiendo la mayoría a fragmentos cerámicos (n=71, 94,66%.) Solo un 2,67% corresponde tanto a restos óseos (n=2), como a elementos líticos (n=2). La mayor cantidad de estos hallazgos fueron registrados, tal como se observa en la Tabla E10-1, en la UE 3. Apelamos también en este sondeo a la cantidad y disposición de los materiales para inferir un piso de ocupación, igualmente se pudo asociar a ciertos rasgos constructivos. Es importante destacar que los valores porcentuales de hallazgos obtenidos por unidad estratigráfica mantuvieron valores altos y constantes a través de toda la secuencia de la excavación, particularmente entre una profundidad de 0,20 a 0,50 mts. y 0,60 a 0,75 mts. (UE1, 2 y 3). En este punto es necesario detenerme brevemente para ser más específico con respecto a este último dato. Al arribar en excavación a la roca madre, comenzaron a aparecer fragmentos de cerámica en posición primaria (grandes y medianos), específicamente hacia el centro de la cuadrícula. Comprobamos al finalizar la excavación que correspondían a una vasija de tipo tosca, que había sido colocada en un pequeño pozo intencionalmente excavado en
Gráfico E10-1 pequeñas piedras disgregadas correspondientes a la descomposición de la roca madre. La roca madre comenzó a aparecer hacia el sector Norte de la cuadricula, a unos 0,38 mts. de profundidad. Hacia el Sur aflora recién hacia los 0,61 mts. 65
J. Patané Araóz
Gráfico E10-2
Fotografía E10.2. Vista desde el Sur de TT5. Unidad Estratigráfica 1. Las denominamos TT5 y TT6. La primera, particularmente extensa, partía desde el cuadrante SE, en sentido casi longitudinal, hacia el centro de la cuadricula (ver fotografía E10.2). La segunda se localizó contra el perfil Norte de la cuadricula (ver fotografía E10.3).
el basamento para alojarla. Hacia uno de los costados, se encontró una piedra de mediano tamaño colocada a modo de sostén de la misma (ver fotografía E10.9, más adelante). La planta general de esta cuadricula da cuenta que hacia el Centro y Sur de la cuadricula se encuentra la mayor densidad de los materiales, teniendo una muy baja incidencia hacia el Norte y Este (ver Gráfico 1). La línea continua de puntos negros en el gráfico señala la ubicación y concentración de los fragmentos pertenecientes a la vasija apoyada sobre la roca madre, registrados entre una profundidad de 0,55 a 0,75 mts.
En ambos casos se tomaron sus medidas y registraron relaciones contextuales. Se confeccionó en el terreno una planta (escala 1:10) consignado estos datos
• TUCU-TUCU. USTEDES OTRA VEZ
Ambas cámaras fueron registradas en la UE1. TT5 comenzó a aparecer en excavación hacia el cuadrante SE, a unos 0,10 mts. de profundidad, extendiéndose hacia el cuadrante NO de la cuadrícula, alcanzando en ese sector una profundidad de 0,19 mts. La longitud de esta cámara fue de 0,11 mts. y un ancho máximo de 0,06 mts. TT6 fue localizada hacia el Norte de TT5, a unos 0,05 mts. por debajo de TT5. Esta cámara se extendía en sentido Este-Oeste, con una longitud de 0,30 mts.
En esta cuadricula también registramos cámaras actuales de tucu-tucu. A diferencia de E18, no fueron numerosas y no alcanzaron una gran profundidad dentro de la cuadrícula.
Tanto en el interior como alrededor de la cámara TT5 no se registraron hallazgos. En cambio en TT6, al igual que lo registrado en una de las cámaras de E18, se recuperaron
En el Gráfico E10-2 se representan estos mismos datos, pero desde una perspectiva de relación entre densidad de hallazgos (barra superior) y la profundidad en la que fueran registrados los hallazgos (establecida cada 0,05 mts - barra lateral). El perfil fue el registrado hacia el Oeste de la cuadricula.
66
VI. Metodología
Fotografía E10.3. Vista desde el Sur de TT6. A la izquierda, una ampliación en la que se puede apreciar el sedimento removido por los tucu-tucu en una noche.
Tabla E10-2
Tabla E10-3
67
J. Patané Araóz
Tabla E10-4
Tabla E10-5
Tabla E10-6 68
VI. Metodología
Tipo
Forma
Tamaño
Función
olla
grande
cocción de alimentos
olla
mediana
cocción de alimentos
olla
pequeña
cocción de alimentos
olla
grande
Posiblemente "simbólica", ver referencias en el texto
aríbalo
S/D
almacenamiento
puco
mediano
servido y consumo
olla
mediano
(?)
SM
puco
mediano
servido y consumo
Yocavil-Averías
Vaso (?)
S/D
(?)
Tosco
Inka
FNR
Tabla E10-7 fragmentos cerámicos removidos a superficie por los tucutucu, luego de un tiempo de estar expuesto.
De igual modo, en este sondeo se recuperaron cierta cantidad de fragmentos diagnósticos. En muchos casos, estos se encontraron en buen estado de conservación y pudieron ser remontados, lo que en definitiva nos permitió la posibilidad de poder reconocer cierta cantidad de formas (ver Tablas E10-6 y E10-7).
• CERÁMICA La muestra cerámica estuvo compuesta por 71 hallazgos. El conjunto de más alta frecuencia lo representaron los fragmentos toscos (n=53, 65%), frente a un 22,53% (n=16) de los decorados (Tabla E10-2)20.
Estos últimos resultados nos posibilitaron realizar análisis tendientes a determinar el NMP presentes en este sector de E 10, ciertamente los más satisfactorios de todos los sondeos realizados (Tabla E10- 7).
Los valores porcentuales obtenidos de tipos cerámicos por unidad estratigráfica manifestaron en la UE1 una alta proporción de fragmentos de tipos toscos por sobre los decorados. En cambio en UE3 notamos un marcado incremento en la frecuencia de fragmentos decorados, se registraron 39 fragmentos toscos y 15 decorados.
Por otra parte, el análisis de los fragmentos decorados permite distinguir una alta variabilidad de tipos presentes en toda la secuencia de depositación. Estos se encontraron presentes en casi todo el depósito, desde sus niveles más profundos (ver más arriba, Tabla E10-2).
Debo destacar que, de los 39 fragmentos toscos, 33 correspondieron a una misma pieza que pudo ser reconstruida parcialmente (ver más adelante). De la muestra total de fragmentos recuperados, los valores porcentuales obtenidos por tamaños corresponden, en muy alta proporción, a tamaños medianos y grandes (59,15% y 39,44% respectivamente), siendo ínfima la cantidad de pequeños (1,41%) (TablaE10- 3). En la siguiente Tabla (E10-4) se consigna la posición en la que fueran recuperados los materiales según las unidades estratigráficas respectivas. Nótese que el depósito, de acuerdo a esta Tabla, se presentó muy alterado. Sin embargo, debemos tener en cuenta que gran parte de los fragmentos en posición vertical e inclinada de UE3 corresponden, entre otros, a la pieza que se encontraba fragmentada in situ. Las tareas de remontaje de los materiales nos permitieron ensamblar 33 fragmentos de la muestra total. Corresponden a tres piezas diferentes, un puco del tipo FNR, un plato pato y una pieza tosca (Tabla E10-5). Gráfico E10-3 69
J. Patané Araóz
Fotografía E10.4. Plato pato
Fotografia E10.5. Escudilla Famabalasto Ns/R
Fotografía E10.6. Fragmentos SM bicolor
Fotografía E10.7 Fragmento Yocavil-Averías
Debo destacar el hallazgo de dos grandes fragmentos de un plato pato, localizados hacia el Centro-Oeste de la cuadricula (UE 3), que completaban casi la totalidad de la pieza. Ambos presentaron un muy buen estado de conservación, siendo aún visible un engobe rojizo en sus superficies interna y externa (ver fotografía E10.4 y Gráfico E10-3)21. Se recuperaron 8 fragmentos FNR, de los cuales 6 pudieron ser remontados. Distinguimos tres piezas diferentes, una de las cuales es de gran tamaño (4 fragmentos que conforman una escudilla). Los fragmentos de esta pieza, con un muy buen estado de conservación, fueron recuperados entre una profundidad de 0,25 a 0,50 mts. (ver fotografía E10.5 y E10.12). Otro fragmento, de tamaño grande, corresponde a borde, cuello y parte del cuerpo. El borde es evertido, con decoración en pintura negra en su superficie interna. La porción correspondiente al cuerpo, si bien no muy grande, permite distinguir que se trataría de parte una pequeña «olla» subglobular. También presenta diseños en negro en su superficie externa.
Fotografía E10.8. Uno de los fragmentos toscos recuperados en E10Sn123 70
VI. Metodología
Fotografía E10.9. Vista de la vasija in situ siempre con valores superiores a los de los tipos decorados (ver fotografía E10.8). Se registraron muy pocos fragmentos diagnósticos, principalmente bordes (n=4, dos corresponden a una misma pieza). El porcentaje de fragmentos con evidencia exposición al fuego (hollín y/o ahumado) fue relativamente alto (53,70%).
Fotografía E10.10 y E10.11. Fragmentos remontados de la vasija. Corresponden al sector señalado en líneas punteadas.
La pieza más significativa de este conjunto corresponde a una vasija que se encontraba apoyada en un pequeño pozo realizado en la roca madre (ver fotografías E10.9, 10 y 11). Se recuperaron 33 fragmentos que corresponden a esta pieza, de los cuales 21 pudieron ser remontados (ver fotografías E10.10 y E10.11). Se trata de una pieza de tamaño bastante grande, resultando particularmente sugestiva la ausencia de los fragmentos que la completen.
Los fragmentos SM bicolor son pequeños, uno de ellos es un borde de un pequeño puco. No remontan entre ellos, pero parecen pertenecer a una misma pieza. Se conserva bien su pintura original, distinguiéndose diseños geométricos en negro sobre un baño crema (ver fotografía E10.6).
Nuestro análisis general de la excavación no hace descartar una «masiva» migración de fragmentos por tucu-tucu (u otro factor postdepositacional), por lo que podemos suponer que fuera depositada ya fragmentada.
El fragmento Yocavil-Averías fue encontrado a bastante profundidad (~ 0,60 mts.). Es de tamaño mediano y su estado de conservación es regular (ver fotografía E10.7). En su superficie exterior se perdió parte de la decoración por descascaramiento, sin embargo se observa claramente un fondo de baño crema amarillento, con diseños lineales y paralelos realizados en negro azulado y en rojo22. Debo destacar que este fragmento es –hasta el momento- el único de su tipo reconocido en el Valle de Tafí.
• ARQUITECTURA La excavación fue efectuada junto a una porción de la pared Norte de E10. Esta afloraba levemente por sobre superficie. Nuestros primeros registros notaron el manejo de piedras de diferente tamaño, conformando una pared de hilada doble. Algunas de estas piedras, de gran tamaño, poseían una longitud promedio de 0,40 x 0,50 mts, otras de tamaño más reducido tuvieron en promedio 0,30 x 0,15 mts.
Pocos centímetros por debajo de este último hallazgo recuperamos un fragmento cerámico grande, que corresponde al cuello de un aríbalo. Presenta en su superficie exterior un fondo rojizo y es apenas visible una línea realizada en negro.
A una profundidad aproximada de 0,45 mts. de excavación (UE3), fueron registradas piedras correspondientes al derrumbe de esta pared, estas son de tamaño mediano (en promedio 0,20 x 0,15 mts.) localizadas principalmente hacia el cuadrante SE de la cuadrícula. Junto a estas piedras se encontraron mezclados algunos fragmentos cerámicos (ver fotografía E10.12).
Por otra parte, ya mencioné al conjunto de fragmentos toscos como el de mayor representatividad (n=53; 74,65%). Estos se encontraron en toda la secuencia de depositación, 71
J. Patané Araóz
Fotografía E10.12. Vista desde el Sur, nótese las piedras del derrumbe de la pared Norte (abajo y a la derecha). En la ampliación se aprecian tres grandes fragmentos cerámicos in situ, dos de ellos corresponden al FNR parcialmente reconstruido referido en el texto (ver fotografía E10.5)
Fotografía E10.13. Vista desde el Sur, se señala una de las piedras del afloramiento utilizada como base para la construcción de la pared Norte 72
VI. Metodología Al finalizar la excavación registramos que este paramento estaba conformado por piedras colocadas una por sobre otra, de forma vertical, con sus caras planas hacia el interior del recinto. Hacia el NE notamos que, al igual que en E9, se aprovecharon grandes piedras del afloramiento para acomodar algunas de estas piedras (ver fotografías E10.13 y E9.14 para referencia).
La Estructura 9 (E9) se localiza hacia el Oeste de Ss-2 (fotografía E9.1). Presenta un muy buen estado de conservación. Es de planta subrectangular de unos 21 mts2. Sus paredes, de hilada doble, están construidas en piedras graníticas de diversa morfología (algunas de gran tamaño) unidas entre sí sin la utilización de mortero. En algunos casos, en particular el sector Norte de la pared Oeste, fueron seleccionadas piedras de gran tamaño colocadas de forma vertical con su cara plana hacia el interior del recinto. A diferencia de la pared Sur, que está compuesta por piedras más pequeñas y redondeadas colocadas una encima de la otra. Las paredes Oeste y Este siguen un rumbo uniforme hacia el Norte, en cambio la pared Sur se abre unos 10º hacia el Sureste.
La base sobre la que estaban apoyadas las piedras correspondió a los primeros centímetros de la UE3. De este modo, registramos que la altura alcanzada por esta pared estuvo en el orden de los 0,60 cm. Resta ofrecer dos últimas consideraciones. En primer lugar, que la mayor concentración de materiales comienza a acentuarse a partir del basamento de esta pared, manteniendo valores porcentuales relativamente parejos entre los 0,45 a 0,25 mts. de excavación (ver Gráfico 2). Por otra parte, no registramos evidencia en esta pared de algún tipo de revestimiento o indicios de remodelaciones estructurales.
• DESCRIPCIÓN DE LA EXCAVACION Las tareas de excavación se desarrollaron en el área SO de E9. Luego de la limpieza de superficie, se abrió la cuadrícula junto a la esquina del recinto que une a la pared Oeste y Este (ver fotografía E9.2).
• SINTESIS La cantidad y diversidad de los elementos recuperados en este sondeo nos permitió realizar una serie de observaciones sobre los bienes materiales, principalmente en relación a criterios cronológicos y de uso.
El suelo actual en E9 no presentó alteraciones recientes por pisoteo de animales o actividad reciente de tucu-tucu (los clásicos «montículos», o bocas de túneles). Se registraron 3 unidades estratigráficas, UE0 a UE2. La UE 0 corresponde a los 0,05 mts. del suelo que fue limpiado a pala rasante.
No obstante haberse registrado cámaras de tucu-tucu en esta cuadricula, una alta proporción de fragmentos recuperados son de tamaño grande y mediano, y en los niveles de mayor concentración de materiales estos aparecieron en posición primaria de depositación. La mayor densidad de hallazgos se relaciona con el evento de construcción de la pared Norte de este sector de la estructura.
La UE1, de color marrón claro, presentó un espesor variable, entre 0,17 mts. (hacia el Norte) profundizándose hacia el Sur, alcanzando una profundidad máxima de 0,33 mts. Es de forma plano horizontal, distribuyéndose homogéneamente por toda la cuadricula. Presentó escasa compactación, compuesta principalmente por materia orgánica (pequeñas y grandes raíces, con algunas hojas en descomposición).
Los materiales arqueológicos recuperados en esta excavación corresponden mayoritariamente a fragmentos cerámicos. De ellos, una gran proporción corresponden a fragmentos toscos, relacionados éstos al almacenamiento y/o cocción de alimentos. Una de estas piezas se «colocó» por debajo del nivel de ocupación, tal vez como un «acto fundacional».
La UE2 es plano horizontal de espesor homogéneo (0,20 mts). Se extendió por toda la cuadricula, comenzando a aparecer en excavación a los 0,22 mts., alcanzando mayor profundidad hacia el Sur (0,55 mts.). De color marrón rojizo, presentó una mayor compactación con alto porcentaje de gravilla y pequeñas piedras disgregadas (descomposición de la roca madre). La roca madre comenzó a aflorar hacia el sector central de la cuadricula a unos 0,40 mts. de profundidad.
Sin embargo, hay que destacar el registro de una amplia variedad estilística de piezas decoradas, todas correspondientes a momentos de dominio inkaico en el NOA. Pensamos, por el tipo de material registrado, que estos pudieron participar aquí dentro de un contexto relacionado a actividades de carácter especial, interviniendo como objetos de alto valor simbólico.
• ANÁLISIS Los restos materiales recuperados en este sondeo fueron escasos. La muestra estuvo compuesta por 43 materiales, de los cuales 41 corresponden a fragmentos cerámicos (95,35%) y 2 elementos líticos (4,65%)24. La Tabla 1 da cuenta de la densidad de hallazgos por unidad estratigráfica.
• Sitio: LCZVIIIS1 • Estructura: 9 • Sector: Ss-2 • Dimensión excavación: 1,20 x 1,20 mts. • Coordenadas geográficas: 26º49’56,9” lat. Sur 65º41’33,2” long. Oeste
Identificamos un posible piso de ocupación en relación a la cantidad y disposición de los materiales y por su asociación con ciertos rasgos constructivos. La Tabla 2 indica la proporción relativa respecto a la posición de los hallazgos 73
J. Patané Araóz
Fotografía E9.1. Se señala hacia la izquierda la E9. Nótese la proximidad espacial con E10 y E11, ubicados a un metro por debajo de E9 y por fuera del muro Oeste de Ss2.
Fotografía E9.2. Vista desde el Este de E9Sn1. al momento de nuestras excavaciones. De acuerdo a ello, es necesario señalar el alto porcentaje de materiales en posición inclinada. Si bien los verticales no son tan abundantes, su número no deja de ser significativo. Como se puede apreciar en la planta general de la cuadricula, la distribución y densidad de hallazgos en toda la cuadricula es particularmente aleatoria (Gráfico 1). En ninguna de las UE se registró una concentración localizada de materiales. En el siguiente Gráfico (2) se presentan estos mismos datos, atendiendo a la relación entre densidad de hallazgos (barra superior) y la profundidad en la que fueran registrados los hallazgos. El perfil fue el registrado hacia el Oeste de la cuadricula. • CERÁMICA Se recuperaron 41 fragmentos, la mayoría de ellos son toscos (n=20, 48,78%), 13 decorados (31,71%) y 8
Gráfico 1 74
VI. Metodología
Tabla 1
Tabla 2
Tabla 3
Gráfico 2. 75
J. Patané Araóz
Tabla 4
Tabla 5 indeterminados (19,51%). La Tabla 3 da cuenta de la proporción de tamaños de estos fragmentos por UE. Llama la atención la escasa cantidad de los fragmentos pequeños y, a su vez, la alta proporción de fragmentos grandes de la UE más profunda.
pertenecer a una misma pieza, ambos conservan en su superficie externa parte de su pintura original, en un caso muy tenue y en el otro se encuentra representado parte de un diseño reticulado. El fragmento FNG es de tamaño mediano, se encuentra en regular estado de conservación, por erosión de su superficie externa. Aunque en su superficie interna se mantiene el negro intenso producido por pulido. La cerámica inkaica se encuentra representada por un pie de compotera (ver fotografía E9.5), dos fragmentos de plato pato y un borde de aríbalo.
Las tareas de remontaje permitieron ensamblar solo 8 fragmentos, que correspondían a cuatro piezas diferentes: dos toscas, una SMB (con restos de hollín en sus superficies interna y externa) y otra decorada, aunque no pudimos determinar el tipo cerámico por el alto grado de erosión (Tabla 4). Los tipos cerámicos decorados presentan una alta variabilidad, todos correspondientes a momentos muy tardíos de ocupación del valle (Tabla 5). Evaluando los resultados obtenidos en nuestros análisis podemos señalar que el SM bicolor está representado por un número mínimo de dos piezas. Una de estas conformada por dos fragmentos que no remontan (ver fotografía E9.3). Ambos se encuentran en buen estado de conservación, presentando en sus superficies externas diseños en negro sobre fondo crema. Corresponden a una olla subglobular. La otra pieza SM Bicolor está compuesta por dos fragmentos (tamaño mediano y pequeño) en buen estado, conservando su pintura original en superficies externa e interna (ver fotografía E9.4). Estos fragmentos no remontan, pero parecen corresponder a un puco. Los fragmentos del SM N/R son de tamaño mediano y se encuentran en regular estado de conservación. No parecen
Gráfico 3 76
VI. Metodología
Fotografia E9.3. Fragmento de gran tamaño de pieza subglobular SMB
Fotografía E9.5. Pie de compotera
Fotografia E9.4. Fragmento mediano de SMB, vista de diseños en su superficie interna.
Fotografía E9.6. Fragmento de plato pato borde correspondiente a otra pieza. Una gran proporción del resto de los fragmentos toscos se encuentra en mal estado de conservación, lo que dificultó seriamente nuestro análisis. Un poco más de la mitad de la muestra, 12 fragmentos (57,14%), presentaron restos de hollín en su superficies (interna y/o externas).
Los fragmentos de plato pato corresponden a dos piezas diferentes. Uno de ellos, de tamaño grande, presenta en su borde las clásicas «colitas». En ambas superficies se observan restos de un engobe rojo (ver fotografía E9.6 y gráfico 3). El otro fragmento de plato pato es de tamaño mediano y conserva parte del borde y del cuerpo. Si bien su estado de conservación es regular, su superficie interna aún presenta restos de engobe rojizo.
Finalmente, sobre la base de estos análisis hemos determinado el NMP presentes en la totalidad de la muestra cerámica (Tabla 6)
El fragmento de borde de aríbalo es de gran tamaño, se encuentra en mal estado de conservación, aunque en algunos sectores se observa restos de pintura rojiza.
• LÍTICO En excavación se recuperaron seis elementos líticos: 2 in situ y 4 en zaranda. Los primeros corresponden a un desecho de talla de cuarzo blanco y un elemento de molienda, un
De los fragmentos toscos solo pudieron ser remontados 4 fragmentos, correspondientes a dos piezas diferentes. Por otra parte, hemos recuperado un pequeño fragmento de 77
J. Patané Araóz
Tipo cerámico
Inka
Forma
Función
pie de compotera
cocción de alimentos
aríbalo
almacenamiento de líquidos
plato pato (2)
servido y consumo de alimentos
puco
servido y consumo de alimentos
olla
almacenamiento
olla
cocción de alimentos
puco
servido y consumo de alimentos
Santamariano
Tosco
Tabla E9-6
Fotografía E9.7. Vista desde el Este, se observa la esquina Sudoeste de E9
Fotografía E9.8. En primer plano la pared Oeste de E9
metate. En zaranda se recuperaron desechos de talla de obsidiana. Al igual que lo registrado en nuestras recolecciones de superficie en este sitio, destacamos la variedad de tipos registrados (ver fotografías VII.15 a 17, Capítulo VII).
estas grandes piedras algunas otras de mucho menor tamaño para el relleno de espacios vacíos (ver fotografía E9.9). La pared Sur conforma también una doble hilada, pero fue levantada con piedras de diverso tamaño, preferentemente medianas y redondeadas, colocadas una por encima de otras, hasta alcanzar la misma altura que registró la pared Oeste (alrededor de los 0,40 mts.). Hacia la esquina de esta estructura se aprovechó una gran roca del basamento (ver fotografía E9.10, ver también fotografía E10.14).
• ARQUITECTURA La excavación nos permitió poner al descubierto segmentos correspondientes a las caras internas de las paredes Oeste y Sur. El material utilizado para la construcción de ambas paredes es local (granito), al igual que para la construcción de los muros de Ss-2 (ver fotografías E9.7 y E9.8).
La mayor concentración de materiales se registró a partir de su fundación, acrecentándose este porcentaje hasta los 0,20 mts. de profundidad. A esa profundidad apareció un fragmento grande del cuerpo de una vasija SM bicolor asociada a un pie de compotera (hallado en posición invertida) y un metate, todos en posición primaria de depositación (ver fotografía E9.11). Unos pocos centímetros
Las piedras puestas al descubierto de la pared Oeste son de gran tamaño y fueron colocadas de forma vertical, apoyadas sobre rocas del afloramiento o sobre otras de menor tamaño. En algunos casos fueron colocadas entre 78
VI. Metodología
Fotografía E9.9. Vista de E9Sn1 desde el Este. Hacia la izquierda se observa parcialmente la pared Sur. En primer plano, hacia el centro, se observan las piedras que constituyen parte de la pared Oeste de E9. lugar, podemos destacar los elementos líticos recuperados, entre ellos el metate, recuperado en posición primaria, hacia la esquina del recinto. El hallazgo de este elemento, utilizado para la molienda de alimentos, sumado a la alta proporción de fragmentos toscos, nos permite sostener la realización de actividades relacionadas a lo doméstico (al menos) en este sector de la estructura. El alto porcentaje relativo de desechos de talla de obsidiana, a más de la posible variedad de su procedencia como materia prima, también apoya este tipo de interpretaciones. Interesa señalar también que en este sondeo pudimos ubicar el área de ocupación en base a la densidad y posición de los materiales arqueológicos y la concordancia con la base de las paredes, antes que a rasgos específicos del sedimento. Nuevamente, la variedad de fragmentos decorados refleja una ocupación muy tardía, con relevancia de aquellos claramente inkaicos y santamarianos. Fotografía E9.10. Vista desde el Norte, las líneas punteadas hacia la izquierda delimitan la pared Sur. Las líneas punteadas hacia la derecha y abajo señalan la pared Oeste. Las líneas punteadas hacia abajo y el centro señalan una gran roca del basamento que fuera aprovechada para colocar algunas de las piedras de ambas paredes.
x x x x x
por debajo de estos hallazgos, se recuperó el fragmento de gran tamaño de plato pato en posición levemente inclinada, ya que se apoyaba sobre la roca madre (ver fotografía E9.12)
Sitio: LCZVIIIS1 Estructura: 5 Sector: Ss-1 Dimensión excavación: 1,20 x 1,20 mts. Coordenadas geográficas: 26º49’56,2’’ lat. Sur 65º41’32,7’ long. Oeste
E5 se localiza hacia el Sureste del Ss-1. Conforma, junto a E3 y E4, un grupo de estructuras adosadas dispuestas en eje Norte-Sur. Hacia el Oeste, y a muy escasa distancia de este conjunto de estructuras, se observa una estructura compleja a manera de aterrazamiento (E6), compuesta por
• SÍNTESIS En el sondeo de esta estructura se recuperó un número relativamente escaso de materiales arqueológicos. En primer 79
J. Patané Araóz
Fotografía E9.11. Tomada desde el Este. La flecha hacia la izquierda señala el fragmento SM bicolor. La flecha hacia el centro (inferior) señala el pie de compotera (hallado en posición invertida) y la flecha hacia el centro (superior) indica el metate.
Fotografía E9.12. Tomada desde el Sur. La flecha hacia la izquierda señala el fragmento de plato pato recuperado a muy pocos centímetros por debajo de los hallazgos mencionados anteriormente. una serie paralela de hileras de piedras, cortadas perpendicularmente por otra hilera de similares características (ver Plano del Sitio).
• DESCRIPCIÓN DE LA EXCAVACIÓN Las tareas de excavación se desarrollaron en el área NO de la estructura, específicamente contra el sector central de la pared Oeste (ver fotografía E5.2).
E5 es una estructura de planta rectangular, con su eje mayor en dirección Norte-Sur, y una superficie de 54,60 m2. Sus paredes son de hilada doble con relleno interior. Fueron utilizadas piedras graníticas de diferente tamaño y morfología, colocadas horizontalmente (ver fotografía E5.1).
El suelo actual en E5 presentó evidencia de pisoteo reciente (se encuentra muy cercano a los corrales) y excremento de caballos. Aunque no se registró actividad reciente de tucutucu o remociones producto de huaqueo. La vegetación estaba compuesta principalmente por gramíneas, con algunas pequeñas arbustivas secas.
Esta estructura se encuentra en regular estado de conservación25. En superficie se registraron algunas piedras que podrían corresponder a derrumbes de las paredes. 80
VI. Metodología
Fotografía E5.1. Tomada desde el Suroeste, las líneas continuas en blanco señalan la disposición espacial de E5.
Fotografía E5.2. Tomada desde el Sureste, en momentos previos al comenzar la excavación. Hacia el centro de la foto se observa el lugar delimitado para la realización del sondeo. Este sondeo presentó una estratigrafía bastante compleja, a pesar que nuestras excavaciones solo alcanzaron los 0,33 mts. de profundidad. Hemos individualizado 7 unidades estratigráficas, UE0 a UE6, siendo que la primera corresponde a los 0,05 mts. superficiales que fueron extraídos a pala rasante.
se trata del mismo depósito que UE2, pero que al estar apoyado junto a la pared conservó mayor humedad. Tiene una mayor proporción de gravilla. La UE4, de color marrón más claro, estuvo compuesta principalmente por limo con agregado de arena. Este estrato fue el de mayor compactación. Apareció por debajo de UE2, hacia los cuadrantes NE y SE. Inmediatamente por debajo de UE4 apareció UE5.
La UE1, de color negro, presentó escasa compactación y una composición de limo, arena y abundante contenido orgánico (raíces y rizomas). Su potencia es mayor en las proximidades de la pared.
La UE5, de color marrón claro, estuvo compuesta principalmente por limo con composición secundaria de arena y arcilla y una menor compactación. Su distribución en la cuadricula fue muy similar a la registrada para UE4, ocupando gran parte del sector Este de la cuadricula.
La UE2, más arcillosa y de escasa compactación, presenta un color marrón claro. Está compuesta por arcilla limosa con presencia de gravilla y contenido orgánico (pequeñas raíces). De textura heterogénea, este estrato comenzó a presentar mayor compactación. Se distribuía en toda la superficie del sondeo, salvo en el sector NO (ocupada por UE3). Posteriormente, en profundidad, ocupó la porción central de la cuadricula (ver gráfico 2).
La UE6, de color marrón rojizo, apareció en excavación a unos 0,22 mts., extendiéndose por toda la cuadrícula. Debe su tonalidad a la presencia de hierro por alteración de feldespatos. Estuvo compuesta principalmente por arcilla arenosa, con composición secundaria de roca disgregada correspondiente a la descomposición de la roca madre.
La UE3 ocupaba el sector NO del sondeo, junto a la pared, presentando un color marrón grisáceo oscuro. Posiblemente 81
J. Patané Araóz
Tabla 1
Tabla 2
Tabla 3 82
VI. Metodología • CERÁMICA Se obtuvieron 118 restos cerámicos, con un muy alto porcentaje de fragmentos toscos (n=89, 75,42%) (ver Tabla 2) 28. Otro dato relevante en nuestros estudios fue la ausencia de fragmentos que puedan ser asignados confiablemente a alguna de las variedades del Santamariano29. En cuanto a la relación entre tamaño de los fragmentos con respecto a la UE en la que fueran hallados hemos obtenido los porcentajes que se pueden observar en la Tabla 3. En la siguiente Tabla (4) se puede observar que el mayor porcentaje de hallazgos no parecen estar en posición primaria en UE2, aunque en UE3 hay un incremento de materiales en posición horizontal, observándose varios en posición inclinada, registrando solo unos pocos en posición vertical.
Gráfico 1 • ANÁLISIS Este sondeo aportó cantidad (y variedad) de materiales. Se recuperaron 130 elementos, de los cuales la mayor proporción corresponde a materiales cerámicos (90,76%), en menor medida elementos líticos (5,38%), restos óseos (1,54%), metales (0,76%)26 y lo que denominamos como «otros» (1,54%)27. Su distribución por UE se presenta en la siguiente Tabla (1).
Las tareas de remontaje permitieron ensamblar 36 fragmentos del total de la muestra (ver Tabla 5) 30. Corresponden principalmente a materiales toscos. Por otra parte, en esta muestra hemos registrado 6 bordes, 3 toscos (de piezas diferentes), una de FNR (muy pequeña y erosionada) y un borde (tamaño mediano y erosionado) que corresponde a un plato pato y 3 indeterminados (2 pertenecen a una misma pieza). Se recuperó un asa reconstruida parcialmente (4 fragmentos). No se registraron bases de piezas cerámicas (Tabla 6).
Ha sido notoria la distribución registrada de los materiales en estratigrafía, siendo que ellos aparecen principalmente en la UE 3 y en UE 5 (ver también Anexo Planillas). La planta general realizada en Autocad (Gráfico 1), refleja una distribución bastante homogénea de los materiales por toda la cuadricula. En particular, los fragmentos cerámicos fueron registrados en toda la cuadricula, los elementos líticos, se localizaron hacia los cuadrantes Noroeste y Sudoeste (UE3), en cercanía a la pared Oeste de E5. Pequeñas concentraciones de carbón fueron halladas en cercanía, hacia el cuadrante Sudoeste (UE2 y 3). Un elemento metálico fue hallado hacia el NO, en la UE3.
En cuanto a los fragmentos decorados recuperados, todos corresponden a tipos de momentos tardíos de ocupación del valle (ver Tabla 2). Si bien la variabilidad es relativamente baja, se distinguen tipos que se asocian a los momentos de expansión inkaica en el NOA. De esa muestra, debemos resaltar los materiales de tipo FNG. En particular podemos destacar el hallazgo de un tortero de tamaño pequeño y con forma cónica. En su superficie se representó, por incisión, los clásicos motivos de este tipo cerámico. Fue hallado en la UE3, a unos 0,17
En el Gráfico 2 se representan estos mismos datos en su distribución vertical.
Gráfico 2 83
J. Patané Araóz
Tabla 4
Tabla 5
Tabla 6 mts. de profundidad, específicamente en el cuadrante Noroeste de la cuadricula, cercano a la pared (Fotografía E5. 4).
En un caso se trata de una porción de una escudilla (0,09 mts. de alto y un espesor de pared de 5 mm), que no muestra las características guardas incisas (ver fotografía E5.6).
El resto de los fragmentos de este tipo remontan, aunque no se pudo comprobar si pertenecen a una misma pieza (ver fotografía E5.5).
La cerámica inkaica se encontró escasamente representada (n=1). Se trata de un pequeño borde de plato pato, en regular estado de conservación. 84
VI. Metodología
Fotografía E5.3 y 4. Vista desde el SE, se señala la localización del tortero referido en el texto. La ampliación muestra al hallazgo in situ.
Fotografía E5.5 Los fragmentos de FNR (n=4) presentan un buen estado de conservación, pudiéndose apreciar en sus superficies externas diseños en negro. Un fragmento de tamaño mediano aún conserva parte de diseños de «dedos» (que corresponden a las clásicas «manos» del FNR). Otro de los fragmentos de FNR se distingue del resto de esta muestra por la aplicación de un engobe de tonalidad marrón oscuro en sus superficies interna y externa (ver fotografía E5.7; ver también fotografía VII.35, en Capitulo VII), en ambas superficies se conservan diseños en negro.
Fotografía E5.6 Finalmente, sobre la base de estos últimos datos, hemos inferido el número mínimo de piezas (NMP) que se puede observar en la Tabla 7 • ARQUITECTURA
Por otra parte, los fragmentos toscos representaron la mayor proporción (n=89; 75,42%). Los fragmentos chicos y medianos presentaron valores altos (43,82% y 51,69% respectivamente), siendo muy escasos los fragmentos grandes (4,49%)31.
Esta excavación se realizó hacia el Centro-Oeste de E5, adyacente a una porción de la pared Noroeste. Como ya fuera mencionado, esta pared, junto a las localizadas hacia el Norte y Sur, son las que presentan una mejor visibilidad (ver fotografías E5.9 y 10).
Hemos reconocido 4 bordes (de piezas diferentes). Uno se distingue por su gran tamaño, es de borde evertido, conserva parte del cuello y cuerpo, presenta en superficie externa tratamiento por peinado (ver fotografía E5.8).
Algunas de las piedras de estas paredes fueron registradas en superficie, localizadas hacia el interior y exterior del recinto, producto seguramente de derrumbe postocupacional. Debo recordar, que piedras de estas 85
J. Patané Araóz
Fotografía E5.8 mayoritariamente cerámicos, aunque hay que remarcar el hallazgo de metal. Fotografía E5.7 Otra de las particularidades registradas en este sondeo es que fue el único que presentó un suelo que se presentó lo suficientemente consolidado, de manera que pudimos interpretarlo como piso de ocupación (UE4). Por otra parte, como ya fuera mencionado, la forma de UE4 dentro de la cuadricula resultó bastante particular (ver fotografía E5.12).
estructuras fueron retiradas tiempo atrás para la construcción de los corrales actuales. Una vez finalizada esta excavación quedó al descubierto parte de la pared Noroeste. Como se puede apreciar en la fotografía E5.11, la base de esta pared no alcanzó una gran profundidad, aproximadamente 0,22 mts, unos pocos centímetros por arriba de la roca madre.
Esta UE ocupó gran parte del cuadrante Este de la cuadricula, cortándose abruptamente hacia el Centro, dejando vacío (?) gran parte del cuadrante Oeste. La excavación en este espacio, desde el corte de UE4, no aportó abundantes hallazgos, tampoco se registraron evidencias de fogones u otro tipo de indicios que nos permita plantear algún tipo de hipótesis acerca de los motivos de su elaboración u organización con una funcionalidad específica.
En este recinto las paredes fueron elaboradas por piedras de diferente tamaño (preferentemente pequeñas y medianas) colocadas una encima por encima de otras. A diferencia de lo observado en otros sondeos (ver E18 y E9), no registramos aquí la utilización de piedras colocadas verticalmente con sus caras planas hacia el interior del recinto.
Mencionamos también que la base de la pared puesta al descubierto en excavación se localizó a una profundidad de ~0,22 mts, precisamente dentro de los niveles de mayor concentración de materiales.
• SINTESIS Nuestras excavaciones en E5 dieron cuenta de estratos arqueológicamente fértiles de una reducida potencia. Sin embargo, UE3 y UE5 son claramente los más fértiles en cuanto a hallazgos arqueológicos. Estos son
Tipo
Por otra parte, en E5 se obtuvieron restos materiales bastantes particulares. Me refiero al tortero y a la laminilla
Forma
Función
olla
cocción de alimentos
olla
cocción de alimentos
FNR.
olla globular
(?)
Indet
puco
Servido y consumo de alimentos
Tosca
Tabla 7 86
VI. Metodología
Fotografía E5.9. Vista desde el NO, las líneas punteadas en blanco señalan las paredes Noroeste (a la derecha) y Noreste (izquierda) de E5.
Fotografía E5.10. Vista desde el SO, las líneas punteadas en blanco señalan las paredes Sur (a la derecha) y Noroeste (izquierda) de E5.
Fotografía E5.11. Vista desde el Este, en primer plano se observa la porción de la pared NO que fuera puesto al descubierto.
87
J. Patané Araóz
Fotografía E5.12. Vista desde el Sureste. La línea punteada en blanco señala el fin de la UE4. Nótese el espacio intermedio vacío (?) entre esta UE y la pared. de bronce. El tortero es el único elemento de este tipo recuperado hasta ahora en el sitio. En cuanto al objeto metálico, esta laminilla se suma a la muestra que ya tuvimos la oportunidad de recuperar en tareas de recolección superficial, pero su importancia radica principalmente en que esta vez puede ser contextualizada en excavación.
tamaño, por lo que no pueden ser confiablemente atribuidos a algún tipo cerámico. Las siglas «SMB» corresponde a Santamariano Bicolor, «FNR» a Famablasto Negro s/Rojo, «FNG» a Famabalasto Negro Grabado, «SM N/R» a Santamariano Negro s/Rojo y «SMT» a Santamariano Tricolor.
Los fragmentos decorados recuperados, aunque escasos, corresponden en su totalidad a momentos tardíos (Inka, FNR y FNG). Sin duda, un dato notable en este sentido fue la falta de materiales asignados al Santamariano32. Los fragmentos decorados comienzan a aparecer desde los niveles más profundos de excavación, lo que en definitiva llevaría la cronología de ocupación a momentos inkas.
4
Análisis preliminares realizados en fragmentos diagnósticos de la cerámica utilitaria (bordes, bases) permitieron distinguir cierta variedad estilística y formal. 5
En términos generales nuestra muestra se asemeja a la registrada anteriormente por Santillán de Andrés, «En el suelo aflora gran cantidad de fragmentos de alfarería, algunos de los cuales pertenecen al tipo de urnas Santamarianas, otras al tipo Belén y algunas alfarerías toscas sin caracteres especiales» (Santillán de Andrés 1951: 23).
Para cerrar este apartado, a juzgar por el tipo de materiales hallados, me refiero a la abundancia de fragmentos toscos (muchos de ellos con evidencia de exposición directa al fuego), el tortero y cierta cantidad de desechos de talla lítica, nos permiten sostener confiablemente un uso de este espacio relacionado a actividades de tipo domésticas.
6
Esta forma corresponde a la categoría 13 en la clasificación de Meyers (1975) [Shallow plate/bowl] y a la Forma G de Rowe (1944) [Pucu]. Se los relaciona con el uso cotidiano para consumo individual de alimentos.
Notas
7
Nombre derivado de una piedra granítica, de gran tamaño, que presenta dos morteros unidos, de modo que a simple vista parece conformar un pie humano.
Este tipo de material ha sido registrado en otros asentamientos inkas en el NOA, con decoración de llamas estilizadas, asociada a diseños cuzqueños u otros del NOA (Gentile 1991). Pero siempre en proporciones muy bajas.
2
8
1
Hacia el Norte del sitio, se reutilizaron piedras de las estructuras arqueológicas para la construcción de un puesto y corrales (Patané Aráoz 2007).
Podemos referir sobre estos elementos, «…. a fines descriptivos, los tumi pueden considerarse piezas formadas por dos elementos, una hoja y un mango. Una de sus características definitorias es que el mango se dispone perpendicular a la hoja, uniéndose en su sector central. La hoja suele presentar una forma semilunar, aunque también se conocen algunas de forma elíptica, rectangular o
3
Identificamos en la Tabla VII.1 como «Indet.» (Indeterminados) a aquellos fragmentos que presentan un alto grado de alteración postdepositacional o reducido 88
VI. Metodología 18
trapezoidal. El borde opuesto al de la unión con el mango, por lo general se encuentra afilado» (L. González et al. 19989:210).
El perfil corresponde al cuadrante Oeste de la cuadricula.
19
Se recuperaron en zaranda dos fragmentos más de este tipo, son de tamaño muy pequeño, remontan entre ellos pero se encuentran en mal estado de conservación. No han sido incluidos en los gráficos y tablas de referencias por no haber podido ser registrados espacialmente, aunque si están referidos por UE.
9
Para las tareas realizadas en el campo se contó con la valiosa colaboración de profesionales y alumnos avanzados de la Universidad Nacional de Tucumán (Srtas. Cecilia Castellanos, Soledad Ibáñez, Ana Leiva, Alejandra Perea Bianchetti; Universidad Nacional de Catamarca (Sr. Leonardo Esteban Torre Faryluk), y Universidad Nacional de La Plata (Lic. Marco Giovanetti).
20
Del total de la muestra, dos fragmentos por su pequeño tamaño y alto grado de erosión no han podido ser identificados.
10
Este procedimiento fue realizado en cada uno de los sondeos realizados.
21
Estos fragmentos son los únicos en toda la muestra que presentaron inclusiones blancas.
11
En el Gráfico 2 se representan las bocas de las cuevas de tucu-tucu (hacia la izquierda entre el límite de UE1 y UE2).
22
Por lo recto del fragmento podría llegar a corresponder a un puco, o bien a un kero (Dr. José Togo, com. pers., 2007).
12
Ya mencioné anteriormente que la presencia de estos roedores cavadores en el sitio fue registrada en otras tareas de campo, ya sea por numerosos «montículos» o «conos» visibles en superficie, formados al excavar la tierra, o bien por su señal sonora característica (Patané Aráoz, 2007). Estos «montículos» fueron detectados en casi todos los sectores del sitio, pero principalmente en los sectores más bajos del sitio (Ss-5 y Ss-6). También se registró que preferentemente los meses de mayor actividad son aquellos de mayor temperatura y humedad (primavera y verano). Por lo que los resultados que obtuvimos en esta excavación enriquecen y complementan aquellos primeros resultados. Particularmente porque este trabajo nos ofrece la posibilidad de analizar cuali-cuantitativamente sus efectos en subsuperficie.
23
Kriscautzky (1999) reconoció piezas de similar morfología en sus excavaciones en Fuerte Quemado (Valle de Santa Maria, Prov. de Catamarca). Según su clasificación estas piezas corresponden a tipos Santamarianos-Inka. 24
En tareas de zaranda recuperamos cinco elementos líticos más y un resto óseo (ver más adelante). Estos no fueron consignados en los valores porcentuales referidos en la Tabla 1 ya que carecemos de datos específicos sobre su localización espacial y profundidad de hallazgo, aunque si fueron discriminados por UE. 25
De esta muestra 4 fragmentos no pudieron ser determinados, ya sea por lo pequeño de sus tamaños y/o el grado de erosión (7,41%).
Según nos comentaran los puesteros, de este sector se retiraron, tiempo atrás, piedras de las estructuras arqueológicas para la confección de las paredes de los corrales. En determinados sectores (p.e. la pared Sudeste) no presenta buena visibilidad por acumulación de sedimento.
14
26
13
Si bien se mencionó que se registraron fragmentos diagnósticos (particularmente bordes), nos resultó muy difícil poder determinar a que tipo de pieza (forma) corresponde en razón de lo reducido de sus tamaños. Por lo tanto adopto una posición conservadora, determinando formas cerámicas a las que nos brindan un alto grado de confiabilidad. Igual criterio se aplicará para los demás análisis del resto de los sondeos.
Corresponde a una pequeña «laminilla» de bronce, similar a una hallada anteriormente en recolección superficial. Este fragmento metálico, al igual que los materiales líticos recuperados en este sondeo, se encuentra actualmente bajo estudio, por lo que en futuros trabajos serán brindados más detalles sobre este hallazgo. 27
En este caso la denominación «otros» fue asignada a pequeñas muestras de carbón, recuperadas en las UE2 y UE3.
15
Esta punta de proyectil es la única obtenida en el sitio. En tareas de recolección superficial, como ya fuera mencionado, se hallaron numerosos desechos de talla y núcleos en obsidiana (ver fotografía s VII.15 a 17, Capitulo VII)
28
17 (14,40%) fragmentos no pudieron ser determinados por su tamaño reducido y/o por presentar un alto grado de erosión.
16
Como parte de esta readecuación de trabajo, se consideró que esta excavación fuera un sondeo, dejando la posibilidad al grupo de trabajo de contar con el tiempo suficiente para realizar una similar tarea en otra estructura.
29
17
30
Dos fragmentos de la muestra, muy pequeños y erosionados, presentan restos de pintura blanca. Dadas estas condiciones mantengo una postura conservadora clasificándolos como «indeterminados».
Estos fueron recolectados de manera minuciosa, a fines de ser analizados en laboratorio.
Las siglas consignadas en la tabla 5 corresponden a E.E. (en estratigrafía) y Z. (zaranda). 89
J. Patané Araóz 31
Aproximadamente la mitad de esta muestra presentó restos de hollín / ahumado (49,44%). 32
Aunque ya he aclarado que una probable explicación de esta ausencia pueda deberse, en cierta medida, al grado de erosión que presentan los fragmentos, lo que dificulta su identificación.
90
VIII. Integración...
A partir de aquí mi intención es efectuar un análisis, a modo de punto de integración, tomando en consideración los resultados generales alcanzados en esta investigación.
total de 406, lo que representa un 77,34%, un dato por demás concreto. Asimismo, en nuestros análisis de cada uno de los sondeo no registramos momentos de depositación cultural separados por sedimento estéril que nos indiquen diferentes eventos culturales o, en este mismo sentido, cambios sustanciales en la composición de los materiales (p.e. ausencia de otros tipos cerámicos con implicancias cronológicas [Formativo/Hispano-Indígena].
El análisis conjunto de los resultados obtenidos por excavación nos ofrece la posibilidad de rescatar, al menos, dos aspectos sobresalientes para los objetivos de estudio planteados. En primer lugar, la potencia arqueológica de los diversos sondeos se manifestó homogénea. La media de profundidad alcanzada en cada sondeo se mantuvo constante, alrededor de los 0,50 mts1. Hemos visto que, salvo el caso de E5, en el resto de los sondeos no se percibió la existencia de depósitos sedimentarios muy diferenciados, solo una transición gradacional mínima en cuanto a textura, color, composición y compactación del sedimento.
En el siguiente gráfico se presentan los resultados totales (cantidad y porcentaje) de hallazgos obtenidos en excavación (Gráfico VIII.1). Resaltamos el claro predominio del material cerámico, con porcentajes análogos a los obtenidos en estudios previos efectuados a los fines de evaluar los procesos de formación de sitio2.
En este contexto, el comportamiento de los hallazgos en la matriz sedimentaria de cada sondeo, en términos de densidad y distribución, presentó cierta homogeneidad. Las densidades de hallazgos se manifestaron constantes en cada excavación con registros de mayores densidades a partir de los 0,20 a 0,40 mts de profundidad. En términos cuantitativos, allí se recuperaron 314 hallazgos sobre un
Nuestro análisis contempló también el cotejo de la composición artefactual de los sondeos realizados. En la muestra cerámica, se buscó principalmente determinar relaciones y/o asociaciones de los tipos cerámicos, como así también establecer el número mínimo de piezas
Gráfico VIII.1 91
J. Patané Araóz presentes, a fin de evaluar posibles cambios o continuidades en la secuencia estratigráfica. La muestra cerámica total recuperada fue numerosa (n=364, 89,65%), siendo la media por sondeo de 73 fragmentos cerámicos3.
a) En primer lugar, la alta frecuencia de materiales asignados al tardío local (Santamariano en sus variantes) en un sitio que consideramos de momentos inkaicos. Según resultados de estudios en curso, esta alfarería no manifiesta cambios estilísticos y morfológicos de relevancia4. b) Si bien en las recolecciones superficiales los fragmentos asignables a Belén son bastante representativos, en excavación solo aparecieron en E18. c) En relación inversa a la anterior, los fragmentos asignados al FNG son representativos en excavación, más relativamente escasos en las recolecciones efectuadas en superficie. d) En estratigrafía apareció un fragmento Yocavil-Averías, el único registrado hasta ahora en el sitio (y en el valle). e) Particularmente intrigante es, (a) que el estilo FNs/R apareciera registrado en todos los sondeos, (c) su alta frecuencia en el total de la muestra, en relación inversa a lo registrado en las recolecciones superficiales (ver Capítulo VII). f) La cerámica de tipo inkaico apareció en cuatro de los cinco sondeos. La muestra recuperada en el sitio, tanto en
Los fragmentos toscos han sido los de mayor representatividad, manteniendo por lo general valores porcentuales muy superiores a los decorados (excepto E18, ver Gráfico VIII.2). Del total de la muestra, este tipo constituye un 68,13% (ver Gráfico VIII.3). Los fragmentos decorados dieron cuenta de asociaciones mayormente recurrentes en todos los sondeos, manifestando una alta diversidad de tipos presentes (Tabla VIII.1). Si bien estos resultados presentan, en términos generales, cierta relación con los registrados en las recolecciones superficiales (ver Capitulo VII), considero importante aportar también otros datos que merecen particular atención y deben destacarse.
Gráfico VIII.2
Gráfico VIII.3 92
VIII. Integración...
Tipo cerámico FNs/R FNG Inka SMB SM Ns/R SMT Belén Yocavil Totales
Cantidad
Porcentaje
20 14 12 10 8 6 5 1 76
26,31% 18,42 % 15,79 % 13,16 % 10,53 % 7,89 % 6,58 % 1,32 % 100 %
Fragmentos que remontan 10 5 2 2 2 Tabla VIII.1
Tabla VIII.1 recolección superficial como en estratigrafía, es significativa en cuanto a número y diversidad.
tecnológico. Estudios microscópicos sugieren que se trataría de rocas piroclásticas. En ninguno de los casos analizados su presencia se circunscribe a una morfología específica, sustentando la hipótesis de su agregado con intencionalidad no estrictamente funcional. Estos investigadores han recalcado que la ausencia de esta materia prima en la geología local nos plantea interrogantes acerca de la circulación de bienes alfareros, poblaciones o materias primas durante estos momentos del desarrollo histórico del Valle (Páez et al. 2007).
Por otra parte, estudios tecnológicos realizados en fragmentos cerámicos recuperados en este sitio también aportaron datos que merecen ser considerados. Me refiero concretamente a dos esferas de interés relacionadas con, (a) continuidades en las prácticas de manufactura y (b) circulación de bienes. En primer lugar, análisis a nivel microscópico (cortes delgados) en fragmentos atribuidos a una forma clásica del conjunto alfarero inkaico, los «platos pato», identificaron la presencia de microtiestos en la composición de las pastas5 (Páez y Patané Aráoz 2007).
Finalmente, la integración de información generada hasta el momento nos permite sugerir que en el sitio hubo un solo momento de construcción-uso del mismo7. Vinculamos este momento de ocupación, basados en el análisis de presencia y asociación en estratigrafía de los estilos cerámicos, a tiempos de dominio inkaico.
Este rasgo tecnológico está presente en la alfarería Santamariana de momentos tardíos en valle de Tafí (Páez 2005, Páez et al. 2005). Otro dato relevante obtenido en esos trabajos fue que la presencia de microtiestos en la pasta no se presenta junto a inclusiones piroclásticas en los cortes analizados. Estas últimas fueron identificadas en alfarería de sitios inkaicos de la provincia de Catamarca (Cremonte 1994).
Las superficies excavadas en cada estructura no nos habilitan a realizar generalizaciones sobre la distribución de actividades y totalidad de los eventos sociales en cada una de ellas, aunque registramos que los elementos recuperados, por lo general, confirman la realización de múltiples actividades vinculadas a la vida doméstica. Me refiero a la preparación, almacenamiento, servido y consumo de alimentos, talla lítica, hilado y tejido.
La presencia de estas inclusiones blanquecinas en la pasta de algunos fragmentos cerámicos del sitio se presenta como un segundo elemento de consideración. En el valle fue registrada en fragmentos cerámicos relacionados a los momentos de expansión imperial (Páez et al. 2007).
Por otra parte, nuestros registros no dieron cuenta de la posibilidad de un abandono violento del sitio, en excavación no se hallaron restos de techos quemados o evidencias de intención humana en el desmoronamiento de las paredes. Por el contrario, estas se conservan en buen estado siendo que las piedras registradas dentro de las estructuras serían el resultado natural del decaimiento constructivo post-abandono.
En este sentido, identificamos un conjunto de fragmentos que, con un tratamiento de superficie que responde a las características de la alfarería Santamariana (bi y tricolor), Belén e Inka, presentan una pasta que se distingue macroscópicamente por una alta densidad de inclusiones blanquecinas, pequeñas y redondeadas6. Pastas con este tipo de apariencia fueron referidas para alfarería de sitios inkaicos como Potrero Chaquiago e Ingenio del Arenal Médanos, ambos sitios localizados en la Prov. de Catamarca y otros del Norte del Valle Calchaquí (Williams 2003). Esto es de sumo interés para nuestros estudios, ya que este rasgo tecnológico fue atribuido al producto de manufactura por parte de mitmaqkunas altiplánicos (Cremonte 1994).
Notas 1
Recordemos que la mayor profundidad registrada en E10 se debió al hallazgo de una vasija «enterrada» en un estrato subyacente, estéril. 2
En aquella oportunidad, sobre un total de 2296 hallazgos, 2247 fueron fragmentos cerámicos (97,86%), 39 elementos líticos (1,70%), 8 restos óseos (0,35 %) y 2 elementos metálicos (0,09 %) (ver Patané Aráoz 2007).
Estudios realizados por miembros de nuestro proyecto permitieron comenzar a caracterizar este tipo de rasgo 93
J. Patané Araóz 3
Recuerdo que la muestra presentó cierto tipo de inconvenientes debido principalmente a importantes evidencias de alteración postdepositacional.
6
4
7
En el valle de Tafí estas inclusiones fueron identificadas en un asentamiento al pie de las Cumbres Calchaquíes. El sitiolo identificamos como LC Z IX (1) (Manasse 2003).
Debemos destacar el hallazgo de materiales Santamarianos Tricolor. Si bien fue reconocido en un solo sondeo (E15), al igual que en recolecciones superficiales, su presencia en contextos tan tardíos agrega más inquietudes a nuestro registro.
Pero ciertamente un espacio construido en clara asociación con otros sitios en cercanía espacial y con los registrados en la parte baja (Manasse 2002a, 2003).
5
Sobre un total de 16 cortes realizados, estuvieron presentes en el 56,25%.
94
XI.Conclusiones
A través de la aplicación de diferentes estrategias de análisis, fue objetivo de esta investigación comenzar a reconstruir la «historia» del Pukara de las Lomas Verdes.
en estimular un enfrentamiento de este reto, de forma colectiva. En este sentido, las prácticas que definen una «identidad» tienen el potencial de ser redefinidasreinterpretadas, particularmente como en situaciones de contacto cultural. En la que, ciertamente, la «materialidad» resultante puede poseer significados-valores dinámicos y relacionados a su contexto histórico particular.
Mi investigación estuvo orientada, en primer lugar, hacia alcanzar una caracterización del asentamiento, como también de los materiales recuperados en recolecciones superficiales y en excavación.
Partiendo desde estas reflexiones, mi propósito es brindar ahora una recapitulación sobre los alcances de esta investigación.
Habiendo tomado en consideración los resultados de nuestra primera etapa de análisis en el sitio, nos llamó la atención una aparente «mezcla» en superficie de estilos tardíos (arquitectura y estilos cerámicos [SM y FNG])1, en adición con tipos de momentos de expansión inkaico (Belén, FNR, Inka en alguna de sus variantes).
Los resultados obtenidos en nuestros trabajos apuntan a que este sitio tuvo una sola ocupación, tal vez por un lapso relativamente corto. Muestra de ello sería la ausencia de hiatos ocupacionales en estratigrafía, la armonía y solidez «estilística» de la arquitectura y la homogeneidad registrada en la muestra cerámica.
A partir del análisis de estos últimos datos, es que comencé a formular una serie de interrogantes con la intención de profundizar el estudio de este sitio (ver Capitulo VII).
Los análisis realizados en los materiales recuperados en el sitio nos brindaron resultados muy interesantes. Por ejemplo, el registro de materia prima lítica proveniente de lugares bastante alejados (ver Capítulo VII). De igual manera, del análisis de los conjuntos cerámicos se desprendieron también resultados muy importantes, algunos de ellos fueron revisados en el capitulo anterior.
De esa manera abordé el análisis de las características que pudieron derivarse de la «naturaleza del encuentrointeracción» entre «lo inka» y «lo local», específicamente en este sitio. Estudios recientes realizados en regiones cercanas al valle de Tafí relacionados a esta problemática (Valle Calchaquí [Gifford 2003] y Valle de Santa Maria [González y Tarragó 2004]), constituyeron un respaldo para encarar este tipo de estudio.
Asimismo, dada la marcada significancia de algunos hallazgos, considero conveniente avanzar en algunas consideraciones al respecto.
Al comenzar a delinear esta investigación, y desde un marco general, destaqué que todo intento explicativo sobre las políticas implementadas durante la expansión inkaica en sus provincias, desafía todo esquema rígido y generalizador, tanto como una visión homogénea de imperialismo-colonialismo.
La presencia de cerámica foránea o exótica (Inka Cuzqueño, Inka Pacajes, Famabalasto Negro s/Rojo, Yocavil-Averías) sería aquí una expresión de relaciones mantenidas entre este territorio y otros sectores provinciales y centrales del imperio.
Posicionado desde esa perspectiva, sostuve que mi análisis requería ineludiblemente de un enfoque que considere, (a) que la conquista-influencia inkaica en el valle de Tafí no puede ser entendida acabadamente sin tener en cuenta la historia previa del valle, (b) que el análisis sobre reorganización y estructuración social a nivel local no puede ser abordado sin tener en cuenta el proceso de imperialismo de la que fue parte, (c) que aquellas derivaciones que se desprenden de una conquista imperial pueden inducir a los grupos conquistados a reorganizar-reorientar divergente o situacionalmente su sentido de partencia étnica, tanto como
En especial, merece particular consideración el hallazgo en este sitio de fragmentos atribuidos al Inka Cuzqueño e Inka Pacajes. Dato relevante, en tanto el registro de ambos estilos es poco frecuente en sitios inka, o bajo su influencia, en el NOA. Siendo reconocidos concretamente en sitios de importancia en el engranaje implementado en sus provincias2. De igual manera, el hallazgo de tumi en otras regiones del NOA no es particularmente frecuente. Sobre estos 95
J. Patané Araóz materiales se ha propuesto una complejidad técnica en su manufactura, asimismo que su utilización pudo tener connotaciones especificas, relacionadas a marcador de status, también como soporte material para la ideología dominante (L. González et al. 1998-9).
Consideremos también otro dato, me refiero a que una forma característica de la alfarería inkaica (platos pato) sea manufacturada según estándares locales (utilización en la pasta de microtiestos, ver Capítulo anterior). De igual manera, pienso que si el patrón arquitectónico local, manifestado en el sitio, fuera mantenido durante momentos de profundos cambios sociopolíticos (dominio inka en el NOA, en particular en el valle), no es este un dato menor.
La circulación en las provincias de este tipo de elemento pudo ser operado a través de canales restringidos y específicos, ingresando dentro del sistema redistributivo del imperio como elementos especiales destinados a establecer y/o reforzar lazos de alianzas y lealtades con lideres locales a fin de legitimar y reproducir condiciones de dominación (Ibíd.).
En nuestros análisis de la arquitectura del sitio, tanto en excavación como en relevamientos efectuados en restos visibles en superficie, no se detectó alguno de los cánones tan propios y particulares del inka.
De acuerdo a esto último, podemos pensar que estos materiales cerámicos y metálicos («especiales») adquirieran aquí el rol de elementos empleados en actividades de orden exclusivo, concretos (simbólicos-prestigio). Tal vez de acuerdo a prácticas estatales de carácter ceremonial o político, empleadas como generadoras de nexos con el Tawantinsuyu.
Si bien los resultados obtenidos nos inducen a pensar en «persistencias-continuidades» de prácticas locales en tiempos de dominio-colonización, es necesario profundizar los alcances de los resultados alcanzados hasta aquí. Pensamos encarar nuevas investigaciones en el sitio, así como ahondar en el estudio de los materiales obtenidos en el sitio. Esto nos ofrecerá, en definitiva, la posibilidad de contar con un cuerpo de datos mayor que nos acerque un poco más al conocimiento de los matices que pudieron alcanzarse a través de la articulación de las estrategias empleadas por el imperio, como también de las respuestas locales.
Siguiendo dentro de este contexto de análisis, fue mi interés atender también el examen del rol de la historia local como configuradora en el modelado de este encuentro. Considerando que esta interacción incluye tanto intereses y negociaciones entre todos los actores participantes. Bien remarcó Gifford la necesidad de revertir una pregunta recurrente ¿a qué se debe el bajo-escaso registro de materiales inkaicos en una región determinada?, pregunta que considero ha desmotivado todo interés por esta temática en el valle de Tafí, hacia un objetivo de análisis más instructivo que sería ¿por qué persiste en una gran proporción el registro de lo local bajo esa misma situación? (Gifford 2003:342-3).
Por otra parte, determinar si este sitio fue «hogar» de mitimaes no es sencillo de establecer a priori. En primera instancia, todos los datos registrados señalan que este sitio fue construido-utilizado por poblaciones locales. Sostengo esta posición basado en tres aspectos, (a) la arquitectura como el patrón del asentamiento responden a tipos registrados en el valle para momentos tardíos, (b) se reconoció en la muestra cerámica (tanto de recolecciones superficiales como de excavación) una proporción superior de tipos cerámicos Santamarianos (en sus variantes) (ver Tabla VII.1 y Gráfico VII.1, Tabla VIII.1), (c) registramos también indicios de continuidad, en algunos casos de la muestra cerámica, en las prácticas tecnológicas.
Efectivamente, un análisis profundo de este tipo requiere de un acabado conocimiento de la historia local previa a la llegada del inka. Los datos disponibles sobre el Tardío en el valle, publicados o bajo análisis, fueron revisados en páginas anteriores (ver Capítulos IV y V). Si bien conforman un cuerpo en (constante) construcción, considero que me permiten avanzar también en algunas consideraciones sobre el registro de cambios y/o persistencias en las prácticas locales (particularmente las registradas en este sitio) bajo esta situación de dominio.
De igual modo, el sitio no presenta características de un establecimiento estatal con poblaciones movilizadas destinadas a cumplir funciones específicas como, por caso, se observa en Potrero Chaquiago (Cremonte 1994, Lorandi 1984, Williams y Lorandi 1991)3.
Nuestros estudios han reconocido ciertas continuidades de prácticas locales en este sitio. Lo vimos a través de la cerámica y la arquitectura.
Sin embargo, algunos resultados de análisis realizados en los conjuntos cerámicos merecen particular atención, (a) la relativa abundancia del estilo cerámico Famabalasto Negro s/Rojo (ver Tabla VIII.1), (b) el caso de las inclusiones blanquecinas registrada en las pastas.
Análisis realizados sobre los conjuntos cerámicos pusieron de manifiesto una alta proporción de materiales asignados al tardío local en estos momentos de dominio inkaico (ver Tabla VIII.1 en Capítulo anterior). Esta particularidad fue registrada, muy sugerentemente, en todos aquellos sitios en los que se reconoció cerámica inkaica en el valle (p.e., las «depresiones cuadrangulares» de la parte baja, ver Capitulo V; ver también Tabla 1 en Capítulo IV).
Si bien podemos pensar, basados en los resultados obtenidos en este estudio, que estos materiales llegaron al sitio dentro del contexto de movilización de bienes como parte de las políticas generales implementadas, 96
XI.Conclusiones consideramos que renovados análisis aportaran datos para el interés de investigación.
Es mi entender (mi deseo) que cada pukara debería ser analizado como una unidad independiente, aunque de ninguna manera descontextualizado de su momento particular y de sus relaciones regionales. Cada uno de ellos contiene su propia historia, sus propias particularidades.
Por cierto, el Pukara de las Lomas Verdes, ¿es realmente un pukara?. Tal vez si algún cronista español de las primeras épocas de la conquista hubiera tenido la oportunidad de visitarlo, no hubiera dudado en referirlo como tal.
Esta investigación ha sido pensada y realizada con ese fin. Notas
Pero más allá de esta apreciación personal, mi intención en este trabajo no fue limitarme a continuar reproduciendo categorizaciones tipológicas. Así que no responderé con «pukara verdadero» o «pseudopukara» o «pukara latu sensu» o «sensu stricto». Mi objetivo fue dar un paso más allá, comenzar a reconstruir la «historia» de uno de ellos, conocerlo por dentro.
1
Según estudios realizados por el equipo de Tarragó en el Sur del valle de Yocavil, el estilo alfarero Famabalasto Negro Grabado se desarrolla a partir del siglo X de nuestra era, siendo registrado en sitios de ese valle en proporciones minoritarias en relación al Santamariano. Posteriormente, habría trascendido su espacio originario como resultado de concretos intereses cuzqueños, siendo reconocido a partir de esta movilización en algunas de las instalaciones estatales (p.e., Potrero de Payogasta [Valle Calchaquí Norte], Potrero Chaquiago [Depto. Andalgalá], Shinkal [Valle de Hualfín]) (ver González y Tarragó, 2004; Palmarzuk y Manasiewicz 2001). En nuestros estudios pudimos determinar la asociación de elementos SMB y FNG junto a otros estilos relacionados a la expansión inkaica (Belén, FNs/R) en las excavaciones realizadas en una de las «depresiones cuadrangulares» localizadas en la Parte Baja (López 2001, López y Manasse 2001, ver Capitulo V y fotografías V.2 a V.4) .
Deteniéndonos un poco más en esto, podemos señalar que a diferencia de otras regiones del imperio (p.e. valle de Mantaro, área Lupaca), los inkas «permitieron» aquí la continuidad del uso de un patrón de asentamiento propio de tiempos previos a su dominio. Es importante destacar también que no recuperamos abundantes materiales «bélicos» en el sitio (solo una punta de proyectil) y, dado el mal estado de conservación de la muralla-muro que circunda el sitio, no nos habilita a determinarla como «puramente defensiva».
2
Piezas o fragmentos correspondientes al Inka Pacajes fueron registrados en sitios del NOA como, Potrero de Payogasta, Fuerte Quemado, Pukara de Tilacara, Casa Morada de la Paya (Gentile, 1991:229), en el sector «Fuerte» de Tolombón (Wiiliams 2004:191), Punta de Balasto (González y Tarragó 2004:399), Sitio «La Puerta« en el Valle Calchaquí (Pollard 1983:25-6).
¿Debo por ello descartar una probable función defensiva del sitio? Como fuera explicitado en páginas anteriores, varios autores han sido claros en manifestar que, (a) la complejidad en las manifestaciones de las situaciones de conflictos en el mundo prehispánico aún son poco conocidas, (b) que la respuesta a esa pregunta no descansa necesariamente en considerar cuali-cuantitativamente la cantidad o tipo de «armamento» o «barreras» artificiales desplegadas para su defensa4
3
Desde una perspectiva más general, en el valle de Tafí no contamos con evidencias considerables sobre poblaciones mitimaes reasentadas, salvo el registro localizado de escasos fragmentos cerámicos. La conquista inkaica parece no haber ocasionado marcados cambios en la fisonomía social del valle, es así que no se han registrado cambios en la arquitectura, cerámica u organización de asentamientos que nos remitan a la posibilidad de mitimaes. 4
Adoptando esta posición no sostengo de forma alguna que esta fuera su única «función». Considero factible la posibilidad de realización-articulación de otras actividades de variada índole (políticas, sociales, simbólicas, espirituales) en la estructuración social del grupo que habitó este «lugar», tanto como la probabilidad de sus relaciones con sitios en áreas aledañas
En un contexto general de análisis, no escapa a nuestros intereses preguntas relacionadas a, ¿por qué un pukara en el valle en estos momentos?, ¿en defensa de quién(es)?, ¿ha sido el valle de Tafí una zona fronteriza del imperio? Nos resulta un indicativo intrigante, en este sentido, que las evidencias inkaicas hacia el oriente de esta región – al menos por el momento - se desvanecen casi por completo. Finalmente, considero que los datos obtenidos en esta investigación vienen a cumplir con las expectativas que la precedieron. Si bien parte de la historia de este sitio fue develada, los resultados obtenidos, más que considerarse un cierre en si mismo, nos abren las puertas a renovadas preguntas, algunas de ellas ya fueron expuestas. Consideramos de sumo interés ahondar en estudios específicos que nos permitan relacionar los resultados obtenidos aquí con los alcanzados en la parte baja, también realizar nuevos estudios en sitios localizados en sectores montañosos aledaños al Pukara. La realización de similares tareas a las efectuadas aquí, en otros sitios del valle que presenten problemáticas análogas, serán de interés en la dirección propuesta. 97
J. Patané Araóz
98
XI.Conclusiones
Abbott, M., M. Binford, M. Brenner y K. Kelts (1997). A 3500 14C yr high-resolution record of water-level changes in Lake Titicaca, Bolivia-Peru. QuaternaryResearch, 47: 169180.
Binford, M., A. Kolata, M. Brenner, J. Janusek, M. Seddon, M. Abbott y J. Curtis (1997). Climate variation and the rise and fall of an Andean civilization. Quaternary Research, 47: 235-248.
Acuto, F. (2004) Landscapes of Ideology and Inequality: Experiencing Inka domination. Tesis Doctoral Inédita. Binghampton University. New Cork.
Bray, T. (2003) Inka pottery as culinary equipment: food, feasting, and gender in Imperial State design. Latin AmericanAntiquity, 14 (1):3– 28.
Ambrosetti, J. (1897) Los monumentos megalíticos del Valle de Tafí (Tucumán). Boletín del Instituto Geográfico Argentino,Tomo XVIII.
Bruch, C. (1991) Exploración arqueológica en las provincias de Tucumán y Catamarca. Biblioteca Centenaria. Tomo V.Universidad Nacional de La Plata.
Arkush, E. (2005) Colla Fortified Sites: Warfare and regional power in the Late Prehispanic Titicaca Basin, Peru. Tesis Doctoral Inédita. University of Califonia, Los Angeles.
Burke, R., J. Campelo, J. Fernandez, E. Gilardenghi. (2007)Tempranos y Tardíos: Posibles relaciones espaciales y cronológicas dentro del sitio Barrio MalvinasArgentinas, Tafí del Valle – Tucumán. MS.
Arkush, E. y Ch. Stanish (2005) Interpreting conflict in the Andes. Implications for the archaeology of warfare. Current Anthropology, 46 (1):4-27.
Calderari, M. y V. Williams (1991) Re-evaluación de los estilos cerámicos incaicos en el noroeste argentino. En: El imperio inka: actualización y perspectivas por registros arqueológicos y etnohistóricos. Comechingonia Año Nº 9 Nro.Especial pp. 73 – 95. Córdoba.
Baldini, L.(2004) Proyecto Arqueología del Valle Calchaquí Central (Salta, Argentina). Síntesis y Perspectivas. En Local,Regional, Global: Prehistoria, Protohistoria e Historia de los Valles Calchaquíes. P. Cornell y P. Stemborg (Eds.). Suecia.
Callegari, A. (2004) Las poblaciones precolombinas que habitaron el sector central del valle de Vinchina entre el 900/950 y1600/1650 d.C. (Dto. General Lamadrid, La Rioja, Argentina). Relaciones de la SAA, XXIX:81-110. BuenosAires.
Balesta, B. y N. Zarogodny (1999) la Loma de los Antiguos, Azampay (Depto. Belén, Catamarca). Actas del XII Congreso Nacional deArqueología Argentina, Tomo III, pp:277-281. La Plata.
Callegari, A. y M. Raviña(1991) Un caso de reocupación inka de un sitio arqueológico en el valle de Vinchina (Depto. Gral. Lamadrid,Pcia. de la Rioja). Comechingonia, 4:149-164. Córdoba.
Bauer, B. (1992) The Development of the Inka State. University of Texas Press. Bennett, W., E. Bleiler y F. Sommer (1948) Northwest Argentine Archaeology. Publications in Anthropology Nº38. Yale University Press. New Heaven.
Cigliano, E. y R. Raffino (1973) Tastil: Un modelo cultural de adaptación, funcionamiento y desarrollo de una sociedad urbana prehistórica. Relaciones de la SAA (N.S.), T. VII. Buenos Aires (1975) Arqueología en la vertiente occidental del valle Calchaquí medio. Relaciones de la SAA, IX:47-58
Berberián, E. y A. Nielsen (l988) Sistemas de asentamiento prehispánicos en el Valle de Tafí. Editorial Comechingonia. Córdoba.
Cobo, B. (1964 [1653]) Historia del Nuevo Mundo. Biblioteca de Autores Españoles, Tomo XCII. Madrid.
Bertonio, L. (1986 [1612]). Vocabulario de la lengua Aymara. CERES, IFEA y MUSEF. La Paz, Bolivia.
99
J. Patané Araóz Conrad, G. y A. Demarest (1984) Religión and Empire: The Dynamics of Aztec and Inca Expansionism. New Studies in Archaeology. Cambridge Univeristy Press. Cambridge.
Prehistoria, Protohistoria e Historia de los VallesCalchaquíes. P. Cornell y P. Stemborg (Eds.). Suecia. Figueroa, A. y F. Hayashida (2004) Sitios amurallados en la Costa Norte: Nota preliminar sobe Cerro Arena, Pampa de Chaparri,Lambayeque. Boletín de Antropología PUCP, 8:359371. Perú.
Cornell, P. y F. Fahlander (2007) Encounters-MaterialitiesConfrontations: An introduction. En Encounters É Materialities É Confrontations:Archaeologies of Social Spaces and Interaction. P. Cornell y F. Fahlander (Eds.). Cambridge Scholars Press.
Garralla, S. (1999) Análisis polínico de una secuencia sedimentaria en el Abra de El Infiernillo, Tucumán, Argentina. Actas resúmenes Primer Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología. La Pampa.
Cornell, P. y H. Galle (2004) El fenómeno Inka y su articulación local. Reflexiones desde el sitio de El Pichao, Valle de Santa María (Tucumán). En Local, Regional, Global: Prehistoria, Protohistoria e Historia de los Valles Calchaquíes. P.Cornell y P. Stemborg (Eds.). Suecia.
García Salemi, M. (1993) Ordenamiento territorial en la cultura Tafí, provincia de Tucumán, Republica Argentina. Revista C.E.R.S., Tomo X (1/2), pp:15-21.
Cornell, P. y P. Stenborg (2004) Local, Regional, Global: Introducción. En Local, Regional, Global: Prehistoria, Protohistoria e Historia delos Valles Calchaquíes. P. Cornell y P. Stemborg (Eds.). Suecia.
Gasparini, G. y L. Margolies (1980) Inca Architecture. Indiana University Press. Bloomington.
Cremonte, B. (1991) Caracterizaciones composicionales de pastas cerámicas de los sitios Potrero-Chaquiago e Ingenio delArenal Médanos. Shincal 3, Tomo I : 33 – 47. Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de Catamarca. (1994) Las pastas cerámicas de Potrero Chaquiago (Catamarca). Producción y movilidad social. ArqueologíaNº4:133-163. ICA-FFyL:UBA. Buenos Aires.
Gentile, M. (1991) Correspondencias etnohistóricas de dos estilos alfareros prehispánicos puneños: Evidencias, hipótesisy perspectivas En: El imperio inka: actualización y perspectivas por registros arqueológicos y etnohistóricos.Comechingonia Año Nº 9 Nro. Especial pp:217-243. Córdoba. (1991-92) La conquista incaica de la puna de Jujuy. Notas a la crónica de Juan de Betanzos. Xama, 4-5:91106. Mendoza.
Cusik, J. (Ed.)(1998) Studies in Culture Contact: Interaction, Culture Change, and Archaeology. Carbondale, Illinois. Centerfor Archaeological Investigations.
Ghezzi, I. (2004) Chankillo and the nature of Andean warfare. Ponencia presentada en el Midwest Andeanist Conference, Urbana-Champaign. USA.
D’Altroy, T. (1987) Transition in Power. Centralization of Wanka Political Organization under Inka Rule. Etnohistory, 34:78- 102.
Gifford, Ch. (2003) Local Matters: Encountering the Imperial Inkas in the South Andes. Tesis Doctoral Inédita. Columbia University. New York.
(1992) Provincial Power in the Inka Empire. Smithsonian Institution Press. Washington. (2002) Los Incas. Editorial Ariel. España.
Gil García, F. (2005) Batallas del pasado en tiempo presente. «Guerra antigua», civilización y pensamiento local en Lipez (depto. de Potosí, Bolivia). Bulletin de I’institut Français d’Etudes Andines, 34 (2):197-220.
D’Altroy, T., A. Lorandi, V. Williams, M. Calderari, C. Harstof, E. DeMarrais y M. Hagstrum (2000) Inka rule in the Northern Calchaqui Valley, Argentina. Journal of Field Archaeology, 27:1-26. D’ Altroy, T. y K. Schreiber (2004) Andean Empires. En H. Silverman (ed.). Andean Archaeology. Blackwell Publishing.
González, A. R.(1980) Patrones de asentamiento incaico en una provincia marginal del Imperio. Relaciones de la SAA,XIV(1):63-82 (1982) Las provincias incas del antiguo Tucumán. Revista del Museo Nacional, XLVI:317-380. Lima, Perú.
DeMarrais, E., L. Castillo y T. Earle (1996) Ideology, materilization, and power strategies. Current Anthropology, 37:15-31.
González, A. y V. Núñez Regueiro(1960) Preliminary report on archaeological research in Tafí del Valle N.W. Argentina. Actas del 34º Congreso Internacional de Americanistas, pp:485-496. Alemania.
Esparrica, M. (2001) Nuevas evidencias arqueológicas acerca de la tradición Santamariana en el piedemonte septentrional de la provincia de Tucumán. Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Tomo I:211222.Córdoba. (2004) Estado actual de las investigaciones arqueológicas en el área de la comuna de San Pedro de Colalao, Tucumán, Argentina. En Local, Regional, Global:
González, L. (1994-5) Blues del Bicho Muerto: observaciones arqueológicas en el sur del valle de Yocavil. Palimpsesto,4:97-102. Buenos Aires. (2000) La dominación Inca. Tambos, caminos y santuarios. En Nueva Historia Argentina. M. Tarragó (Ed.)Editorial Sudamericana. Argentia. 100
XI.Conclusiones González, L., E. Cabanillas y T. Palacios (1998-9) El Pozo y el Tumi: Arqueometalurgia del sur del valle de Yocavil. Cuadernos del INAPL, 18:207-222.
López, M. y B. Manasse (2001) Estudio de la relevancia arqueológica de las depresiones cuadrangulares de la localidad de LosCuartos, Tafí del Valle, Tucumán. XIV Congreso de Arqueología Argentina. Rosario.
González, L. y M. Tarragó (2004) Dominación, resistencia y tecnología: La ocupación incaica en el Noroeste Argentino. Chungara, 36 (2):391-404. Chile. (2005) Vientos del Sur: El Valle de Yocavil (NO Argentino) bajo la dominación incaica. Estudios Atacameños,29:67-95. Chile.
Lorandi, M. (1980) La frontera oriental del Tawantinsuyu.: El Umasuyu y el Tucumán. Una hipótesis de trabajo. Relacionesde la SAA, XIV:147-164. (1984) Soñocamayoc. Lo olleros del Inka en los centros manufactureros del Tucumán. Revista del Museo deLa Plata (NS) T.VIII. La Plata.(1992) El mestizaje interétnico en el noroeste argentino. En 500 años de Mestizaje en los Andes, H. Tomoeda y L. Millones (Eds.). Senri Ethnological Studies 33, Nacional Museum of Ethnology, Osaka, Japón.
Gosden, C. (2004) Archaeology and Colonialism: Cultural Contact from 5000 BP to the Present. Cambridge University Press. Cambridge. Gosden, C. y Y. Marshall (1999) The cultural biography of objects. World Archaeology, 31(2):169-178. Guaman Poma de Ayala, F. (1980 [1613]). El Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno. Siglo Veintiuno. México.
Madrazzo, G. y M. Ottonello (1966) Tipos de instalación prehispánica en la Región de la Puna y su Borde. Monografías I, Museo Municipal «Damaso Arce». Olavarria.
Hodder, I. (1982) Symbols in Action. Cambridge University Press. Cambridge.
Manasse, B (1999) Historia de una calle: arqueología de rescate en el loteo del km. 61, 5 de Los Cuartos, Tafí del Valle,Tucumán. Actas del XII Congreso de Arqueología Argentina, Volumen III pp. 305 – 310. UNLaP.
Hyslop, J. (1976). An Archaeological Investigation of the Lupaqa Kingdom and itsOrigins. Tesis Doctoral Inédita.Columbia University. (1990) Inka Settlemenet Planning. University of Texas Press. USA.
(2002a) Caracterización arqueológica del norte de la Estancia de Los Cuartos, Tafí del Valle, Provincia deTucumán. Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, 2: 397-411. UNC, Córdoba.
Jacobs, J. (1996) Edge of Empire: Postcolonialism and the City. Routledge. Londres, UK. Kopytoff, I. (1986) The cultural biography of things: Commoditization as process. En The Social Life of Things: Commodities in Cultural Perspective. A. Appadurai (Ed.). Cambridege University Press. Cambridge.
(2002b) Una historia alternativa sobre el pasado prehispánico del valle de Tafi Producciones Científicas NOA 2002. UNCa. Editado en Formato CD. (2003) Arqueología en los faldeos suroccidentales de las Cumbres Calchaquíes. Aportes Científicos desde Humanidades, Vol. 3 pp. 393 – 409. Universidad Nacional de Catamarca.
Kriscautzky, N.(1999) Arqueología del Fuerte Quemado de Yocavil. Publicación de la Dirección Provincial de Cultura (Prov. deCatamarca), Tomo I. (2002-4) Pucará de Aconquija, incaico, catamarqueño, y monumento histórico nacional. ¿Lo verán nuestroshijos?. Boletín de la Junta de Históricos de Catamarca, Año XIV. Catamarca.
(2006) Estudio de Relevancia e Impacto Arqueológico, Loteo «La Quesería». Informe a la Dirección dePatrimonio Histórico y Antropológico de la provincia de Tucumán. MS,
Lanzelotti, S. (2002) La utilización de GIS para el procesamiento de los datos obtenidos en la prospección arqueológica delFilo de Las Micunas (Tafí Del Valle, Tucumán). Trabajo presentado al VII Congreso Nacional de Estudiantesde Arqueología. San Pedro de Colalao, Tucumán.
(2007) Tiempo antes de la conquista en el Valle de Tafí. En Paisajes y procesos sociales en Tafí. Una mirada desde el valle. P. Arenas, B. Manasse y E. Noli (Comp.). Universidad Nacional de Tucumán.
Lambert, P. (2002) The Archaeology of War: A North American Perspective. Journal of Archaeological Research,10(3):207-235.
Manasse, B. y P. Arenas (2001) Espacios y procesos sociales en Tafí del Valle. Memorias del II Congreso Internacional sobre Patrimonio Histórico e Identidad Cultural. Cochabamba, Bolivia. MS.
LeBlanc, S. (1999) Prehistoric warfare in the American Southwest. Salt Lake City: University of Utah Press.
Manasse, B, R. Ovejero y M. C. Páez (2005) Estudios Tecnológicos de Alfarería Tardía del Este del Valle de Tafí, Tucumán. XV Congreso NacionalDe Arqueología Argentina, Simposio «Ceramología III: Avances Teóricos y Metodológicos». MS.
López, M. (2001) Estrategias de estudios e investigación arqueológica de las depresiones cuadrangulares de la localidad de Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán. Tesis de Licenciatura Inédita. Universidad Nacional de Catamarca. 101
J. Patané Araóz Manasse, B. y M. C. Páez (2006) La alfarería Belén: sentidos de la evidencia. Actas III Congreso de Historia de Catamarca. S. F. V. de Catamarca.
de Arqueología Argentina, Tomo XXV (1/4):87-98. Museo de Historia Natural de SanRafael, Mendoza. Núñez Regueiro, V. y M. Tarragó(1972) Evaluación de datos arqueológicos: ejemplos de aculturación. Estudios de Arqueología, 1:36-48. Cachi,Salta.
Manasse, B., C. J. Patané Aráoz y C. Melián(2004) Intervención arqueológica en LCZVIII-S1 (Los Cuartos, Tafí del Valle, Prov. de Tucumán). Aportes Científicos desde Humanidades, Tomo1:144-155. Fac. de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca.
Núñez Regueiro, V. y M. Tartusi (1990) Aproximación al estudio del área pedemontana de Sudamérica. Cuadernos del INAPL, 12:125-160. Buenos Aires.
Mercado de Peñalosa, P. (1885 [1588-89]) Relación de la Provincia de los Pacajes. En Relaciones Geográficas de Indias por M. Jiménez de la Espada, Tomo II, Ministerio de Fomento. Madrid.
Olivera, D. (1991) La ocupación Inka en la Puna Meridional Argentina. Departamento Antofagasta de la Sierra,Catamarca. Comechingonia, Vol. I (4):63-71. Córdoba.
Meyers, A. (1975) Algunos problemas en la clasificación del estilo incaico. Pumapunku, 8:7-25. La Paz.
Orgaz, M. (2002 [1995]) Presencia inkaica en los Andes Meridionales. Caso de estudio en la cabecera norte del valle de Chaschuil (Tinogasta,-Catamarca). CENEDIT. Universidad Nacional de Catamarca.
Mulvany, E. (2003) Control estatal y economías regionales. Cuadernos de la Facultad de Humanidades y CienciasSociales, 20:173-197. Universidad Nacional de Jujuy. Jujuy.
Owen, B. (1995). Warfare and engineering, ostentation and status in the Late Intermediate Period Osmore drainage.Ponencia presentada en Society for American Archaeology 60th Annual Meeting.
Nielsen, A. (1997) Impacto y Organización del dominio Inka en Humahuaca. MS. (2001). Evolución social en Quebrada de Humahuaca (AD 700-1536). En Historia Argentina Prehispánica., E. Berberián y A. Nielsen (Eds.) 1:171-264. Editorial Brujas. Córdoba, Argentina. (2002) Asentamientos, conflicto y cambio social en el altiplano de Lipez (Potosí). Revista Española de Antropología Americana, 32:179-205.
Páez, M. C. (2005) El tardío en el valle de Tafí, Provincia de Tucumán: Estudio de material alfarero Santamariano. Tesis presentada para optar a la Licenciatura en Arqueología. UNCa. MS. Páez, M. C., B. Manasse y G. Toselli (2007) Alfarería tardía con inclusiones blancas en el valle de Tafí, Prov. de Tucumán. Aportes desdeHumanidades 7, pp: 272-280. Universidad Nacional de Catamarca. Editado en formato CD.
Nastri, J. (1998) Patrones de asentamiento prehispánicos tardíos en el suroeste del valle de Santa Maria (Noroeste Argentino). Relaciones de la SAA, 22/23:247-270. Buenos Aires. Neyra, G. y E. Valverdi (2006) Enterratorios Santamarianos en Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán, Republica Argentina. Trabajopresentado al I Congreso de Humanidades, Fac. de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca.
Páez, M. C., R. Ovejero y G. Toselli (2005) Caracterización tecnológica de alfarería Santamariana del Valle de Tafí. Ponencia presentada al Primer Congreso Argentino de Arqueometria. Rosario. MS. Páez, M. C. y C. J. Patané Aráoz (2007) Análisis tecnológico de alfarería incaica: Los platos pato del Pucará de Las Lomas Verdes (Tafí delValle, Tucumán). Aportes Científicos desde Humanidades 7, pp:283-296. Universidad Nacional de Catamarca.Editado en formato CD.
Niemeyer, H. (1997) El periodo medio. Complejo Las Ánimas. En Culturas Prehistóricas de Copiapo, H. Niemeyer y M.Cervellino (Eds.). Universidad de Copiapo, Chile. Núñez Atencio, L. y T. Dillehay (1995) Movilidad giratoria, armonía social y desarrollo en los Andes Meridionales patrones de tráfico e interacción económica. Universidad Católica de Chile Antofagasta, Chile.
Palamarzuk, V. y M. Manasiewicz (2001) Tiempos antiguos: centralización y estandarización en la producción de la cerámica FNG. Ponencia presentada en XIV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Rosario. MS.
Núñez Regueiro, V. (1974) Conceptos instrumentales y marco teórico en relación al desarrollo cultural del Noroeste Argentino.Revista del Instituto de Antropología, 5: 169 – 190. Universidad Nacional de Córdoba.
Palma, J. (2003) La funebria de Campo Morado, Quebrada de Humahuaca (Depto. de Tilcara, Pcia. de Jujuy). Relaciones de la SAA, XXVIII:61-74. Buenos Aires.
Núñez Regueiro, V. y J. García Azcarate(1996) Investigaciones arqueologías en El Mollar, Depto. Tafí, Pcia. de Tucumán. Actas y Memorias del XI Congreso Nacional
Pärssinen, M. (2003) Tawantinsuyu. El estado Inca y su organización política. Pontificia Universidad Católica del Perú. Perú. (2005) Caquiaviri y la provincia Pacasa. Desde el alto formativo hasta la conquista española. 102
XI.Conclusiones Colección:Maestría en Historias Andinas y Amazónicas. Colegio Nacional de Historiadores de Bolivia. CIMA Editores. LaPaz, Bolivia.
Rowe, J. (1942). Sitios históricos en la región de Pucara, Puno. Revista del Instituto Arqueológico, 10-11: 66-75. (1944) An introduction to Cuzco Archaeology. Papers of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, T.27 Nº2. University of Harvard, Cambridge.
Pärssinen, M. y A. Siiriäinen (2003) Andes Orientales y Amazonia Occidental. Ensayos entre la Historia y la Arqueología de Bolivia, Brasil y Perú. Producciones CIMA, La Paz, Bolivia.
Sampietro, M. (1996) Informe de Rescate Arqueológico. Línea de Alta Tensión El Bracho – La Alumbrera. MS. (2007) Tras una década de Geoarqueología en el Valle de Tafí. En Paisajes y procesos sociales en Tafí. Una mirada desde el valle. P. Arenas, B. Manasse y E. Noli (Comp.). Universidad Nacional de Tucumán.
Patané Aráoz, C. J., C. Melián y D. Alvarez Candal (2002) Investigación y rescate arqueológico en Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán: ¿Redescubriendo el Pucará de Las Lomas Verdes?. Ponencia presentada al VII Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología. S.P. de Colalao, Tucumán. MS.
Santillán de Andrés, S. (1951) Poblaciones indígenas en el Valle de Tafí. Geographia una et varia. Universidad Nacional de Tucumán.
Patané Aráoz, C. J. (2007) Evaluando causas y consecuencias: Un estudio sobre procesos naturales y culturales de formación desitio. El caso de LCZVIIIS1 (Tafí del Valle, Tucumán). Aportes desde Humanidades 7, pp: 1856-1867. Universidad Nacional de Catamarca. Editado en formato CD.
Santillán de Andrés, S. y T. Ricci (1980) Geografía en Tucumán, consideraciones generales. Fac. de Filosofía y Letras, Univ. Nac. de Tucumán, S.M. de Tucumán. Sarmiento de Gamboa, P. (1943 [1572]) Historia de los Incas. A. Rosenblat Ed., Emece Editores. Buenos Aires, Argentina.
Plaza Schuller, F. (1980) El complejo de fortalezas de Pambamarca. Serie Arqueología nº3. Instituto Otavaleño de Antropología. Ecuador.
Schreiber, K. (1987) Conquest and consolidation: A comparation of the Wari and Inka occupations of a highland peruvianvalley. American Antiquity, 52(2)::266-284.
Pollard, G. (1983) The Prehistory of NW Argentina: The Calchaqui Valley Project, 1977-1981. Journal of Field Archaeology, 10 (1):11-32.
Sempé, M. C. (1999) La cultura Belén. Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Vol. II pp.: 250- 258. LaPlata.(2006) El periodo tardío en Azampay: El señorío Belén y su modelo geopolítico. En Presente y pasado de un pueblito catamarqueño, M. Sempé, S. Salceda y M. Mafia (Eds.). Editorial Al Margen.
Quipocamayos([1542-1544] 1920) Declaración de los quipocamayos a Vaca de Castro. Colección de Libros y documentosreferentes a la historia de Perú. 2da Serie, Tomo III. Lima, Perú.
Silliman, S. (2005) Cultural contact or colonialism? Challenges in the archaeology of native North America. AmericanAntiquity, 70(1):55-74.
Quiroga, A. (1899) Ruinas de Anfama, el pueblo prehistórico de La Cienaga. Boletín del Instituto Geográfico Argentino,XX:95-123, Buenos Aires. Raffino, R. (1991) Poblaciones indígenas en Argentina. Urbanismo y Proceso social precolombino. Editorial TEA. BuenosAires.
Sinopoli, C. (1994) The Archaeology of Empires. Annual Reviews of Anthropology, 23:159-180. Smith, M. y S. Montiel (2001) The Archaeological Study of Empires and Imperialism in Pre-Hispanic Central Mexico. Journal of Anthropological Archaeology, 20:245-284.
Raffino, R., G. Raviña, L. Iacona, D. Olivera y A. Albornoz (1979-1982) Aplicaciones de la teoría de sistemas y propuesta taxonómica de los vestigios inkas en los andesmeridionales. Cuadernos del INAPL, 9:59-76. Buenos Aires.
Stanish, Ch. (1997) Nonmarket imperoialism in the prehisopanic Americas: The Inka ocupattion of the Titicaca Basin. Latin American Antiquity, 8 (3):195-216. Tarragó, M. (1974) Aspectos ecológicos y poblamientos prehispánicos en el Valle Calchaquí, Provincia de Salta. Revista del Instituto de Antropología, Tomo V. Córdoba.
Ratto, N. (1997) Revisión de impacto ambiental arqueológico- postconstrucción de la Línea de Alta Tensión (El Bracho-La Alumbrera) sector Tafí del Valle (Tucumán), 160 pp. Informe realizado para Minera Alumbrera Ltd..Manuscrito en la Secretaría de Cultura de la Provincia de Tucumán. MS.
(1987) Sociedad y sistema de asentamiento en Yocavil. Cuadernos del INAPL, 12:179-196. Buenos Aires. (2000) Chacras y Pukara. Desarrollos sociales tardíos. En Los pueblos originarios y la conquista. Nueva Historia Argentina,Tomo 1, pp:257-3000. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.
Ruiz, M. y M. Albeck (1997) El fenómeno pukara visto desde la puna jujeña. Estudios Atacameños, 12:83-95. Chile.
103
J. Patané Araóz Tarragó, M. y L. González (2004) Arquitectura social y ceremonial en Yocavil, Catamarca. Relaciones de la SAA, XXIX: 297-316. BuenosAires.
Willey, G. (1953) Prehistoric Settlement Patterns in the Virú Valley, Perú. Bureau of American Ethnology Bulletin 15.5. Williams, V. (2002-2005) Provincias y capitales. Una visita a Tolombón, Salta, Argentina. Xama, 15-18:177-198. Mendoza.
Thompson, L., E. Mosley-Thompson, J. Bolzan y B. Koci (1985) A 1500-year record of tropical precipitation in ice cores from the Quelccaya ice cap, Peru. Science, 229:971973.
(2003) Poder y cultura material bajo el dominio inka. Primer Congreso de Historia Sudamericana. Santa Cruzde la Sierra, Bolivia. MS.
Toledo, F. (1949 [1570]) Información hecha por orden de Don Francisco de Toledo en su visita de las Provincias de Peru.En Don Francisco de Toledo, Supremo organizador del Perú. R. Levillier (Ed.), Vol 2, pp:14-37. Espasa-Calpa, Buenos Aires.
(2004) Nuevos datos sobre la prehistoria local en la quebrada de Tolombón, Pcia. de Salta. Argentina. En Local, Regional, Global: Prehistoria, Protohistoria e Historia de los Valles Calchaquíes. P. Cornell y P. Stemborg (Eds.). Suecia.
Topic, J., y T. Topic (1978) Prehistoric fortification systems of Northern Peru. Current Anthropology, 19 (3):618-619.
Williams, V. y T. D’Altroy (1998) El sur del Tawantinsuyu: Un dominio selectivamente intensivo. Tawantinsuyu, 5:170-178.
(1987)The archaeological investigation of Andean militarism: Some cautionary observations. En The Origins and Development of the Andean State. J. Haas, Sh. Pozorski y T. Pozorski (Eds.). Cambridge University Press.
Williams, V. y A. Lorandi (1991) Control estatal incaico en el noroeste de Argentina. Un caso de estudio, Potrero Chaquiago.Arqueología Nº 1:75-103. Buenos Aires.
Wallerstein, I. (1974) The Modern World System. Academic Press. New York.
Zanolli, C. (2003) Los Chichas como mitimaes del Inca. Relaciones de la SAA, XXVIII:45-60. Buenos Aires.
104
Figura A.1. Vista desde el Sur de los faldeos sudoccidentales de las Cumbres Calchaquíes (Los Cuartos, Tafí del Valle). Se señala la localización del Pukara de las Lomas Verdes, unos metros por arriba de la torre de alta tensión (ver siguiente foto).
Figura A.2. Vista área del Pukara desde el Sudoeste (señalado entre líneas punteadas). Se señala a la derecha una de las torres de alta tensión (El Bracho-La Alumbrera). Nótese la cercanía de esta al sitio.
105
Figura A.3. Vista área del sitio. Las líneas punteadas señalan la subdivisión del sitio (ver Plano del sitio), las líneas punteadas inferiores señalan los corrales actuales.
106
Figura A.4. Vista desde el Norte de las pendientes orientales del sitio
+
Figura A.5. Vista desde el Norte de las pendientes occidentales del sitio
107
Figuras A.5 y A.6. Técnicas constructivas empleadas en la construcción de los muros de diferentes estructuras en la parte alta del sitio
Figura A.7. Vista desde el Noroeste, en primer plano la porción interna de la pared Este de E 14
108
•
DIFERENTES VISTAS DEL MURO PERIMETRAL DEL SITIO
Figuras A.8 y A.9. En la figura A.8 (izquierda) la línea punteada señala la extensión del muro, visible en superficie, en la parte baja occidental del sitio (Sector 5). La figura A.9 muestra en detalle una pequeña porción de este muro
109
Figura A.10. Vista desde el Sur, corresponde a una porción del muro localizado en el Sector 4 (parte alta del sitio).
Figura A.11
Figura A.12
110
Figura A.13
Figura A.14. Señala, junto a las fotografías A.11, 12 y 13, distintos tramos del muro localizados en la porción baja oriental del sitio (Sector 6)
111
Figura A.15. Plano del Sitio LCZVIIIS1. Se señala con líneas punteadas a la sectorización analítica (Ss-1 a Ss6). Ver referencias en el texto y en Patané Aráoz et al., (2002)
112
ANEXO A.2 PLANILLAS1
Tabla de análisis de materiales cerámicos recuperados en E 18
Muestra Identificación
Tipo decorativo
Porción presente
1
LC61b1
tosco
indet.
2
LC61b2
tosco
cuerpo
3
LC61b3
tosco
Tamaño < 02 cm.
4
LC61b4
Inka
5
LC61b5
FNR
6
LC61b6
FNG
indet.
7
LC61b7
8
LC61b8
Belén
borde, cuello
9
LC61b9
10
LC61b10
11
LC61b11
Hollín / Ahumado
Carácter
6
0
0
6
0
0
x
6
1
0
x
1,6
0
0
1,6
0
0
6
0
0
1,6
0
0
› 06 cm.
x x
cuerpo borde, labio, cuerpo indet.
Alteraciones
02 - 06 cm.
x x
x
12
LC61b12
tosco
cuerpo
x
2,6
1
0
13
LC61b13
tosco
cuerpo
x
6
1
1
14
LC61b14
15
LC61b15
indet.
6
0
0
16
LC61b16
FNG SM bicolor
1,6
0
0
17
LC61b17
18
LC61b18
19
LC61b19
1,6
0
0
20
LC61b20
21
LC61b21
22
1,6
0
0
x
indet.
x
indet.
indet.
LC61b22
SM N/R
cuerpo, cuello
23
LC61b23
tosco
borde
x
6
1
0
24
LC61b24
Belén
indet.
x
1,6
0
0
25
LC61b25
tosco
indet.
x
6
1
0
26
LC61b26
tosco
cuerpo
x
6
1
0
27
LC61b27
FNG
indet.
6
0
0
1,2,6
0
0
1,5,6
0
1
1,6
0
0
28
LC61b28
Belén
borde, cuello
29
LC61b29
SM N/R
cuerpo
30
LC61b30
indet.
indet.
x
x
x x x x
1
En estas planillas las celdas en gris claro refiere a restos óseos, gris oscuro a material lítico, trama gris clara a carbón, trama oblicua a metales. En la columna “Alteraciones” el Nº1 corresponde a “descascarado”, 2 a “pintura desvaída”, 4 a “fractura fresca”, 5 a “agrietado”, 6 a “rodamiento” y 8 a “rayado”. En la Columna “Hollín/Ahumado” el Nº1 corresponde a “presencia”. En la columna “Carácter” el Nº1 corresponde a “Remonta”. 113
31
LC61b31
tosco
cuerpo
32
LC61b32
33
LC61b33
tosco
cuerpo
34
LC61b34
FNR
cuerpo
35
LC61b35
indet.
36
LC61b36
37
LC61b37
6
1
0
6
1
0
x
1,6
0
1
indet.
x
6
0
0
tosco
indet.
x
6
1
1
Inka
base
2,6
0
0
38
LC61b38
tosco
indet.
39
LC61b39
SM N/R
indet.
40
LC61b40
SM N/R
cuerpo
41
LC61b41
tosco
indet.
42
LC61b42
43
LC61b43
tosco
cuerpo
44
LC61b44
tosco
cuerpo
45
LC61b45
tosco
46
LC61b46
47
LC61b47
48
LC61b48
49
LC61b49
50
LC61b50
51
LC61b51
52
LC61b52
53
LC61b53
54
LC61b54
tosco
cuerpo
55
LC61b55
56
LC61b56
57
LC61b57
SM N/R SM bicolor tosco
58
LC61b58
59
x
x
x x
6
1
0
1,6,8
0
0
1,6,8
0
0
6
1
0
6
1
0
x
6
1
0
indet.
x
6
1
0
indet.
indet.
x
1,6
0
1
SM N/R
cuerpo
1,6
0
1
tosco
cuerpo
6
1
0
tosco SM bicolor
cuerpo
x
6
1
0
cuerpo
x
1,6
0
0
x
3,6
0
0
cuerpo
x
1,6,8
0
0
indet.
x
1,6
0
0
indet.
x
6
0
0
tosco
cuerpo
x
6
1
0
LC61b59
Belén
borde, labio,cuello
x
1,2,6
0
0
60
LC61b60
tosco
cuerpo
x
6
1
0
61
LC61b61
Belén
indet.
x
1,6
0
0
62
LC61b62
63
LC61c1
FNR
indet.
x
4,6
0
1
64
LC61c2
FNG
indet.
x
6
0
0
65
LC61c3
66
LC61c4
67
LC61c5
68
LC61c6
tosco
cuerpo
6
0
0
69
LC61c7
tosco
indet.
x
6
1
0
70
LC61c8
tosco
indet.
x
6
1
0
71
LC61c9
SMB
cuerpo, cuello
x
1,6
0
0
x x x
x
x
x
x
114
72
LC61c10
FNR
borde
x
1,6
0
0
Alteraciones
Hollín / Ahumado
Carácter
Tabla de análisis de materiales cerámicos recuperados en E 15
Muestra Identificación
Tipo decorativo
Porción presente
Tamaño 0,06 cm
indet.
x
6
1
0
indet.
x
1,6
0
0
6
0
0
indet.
x
cuerpo
x
6
0
0
cuerpo
x
6
0
0
indet.
x
6
0
1
x
1,6
0
1
x
1,6
0
0
6
1
0
x x
6
1
0
6
0
1
6
0
0
6
0
0
6
0
0
x
6
0
0
x
6
0
0
x
6
0
0
x
6
0
0
6
0
0
6
0
0
6,8
0
0
6
0
0
6
0
0
6
0
0
x
6
0
0
x
6
1
0
6
0
0
x
6
0
0
x
6
0
0
6
0
0
6
0
0
x
6
0
1
x
6
0
0
1,6
0
0
x x x
x
x x
x
36
LC60c13
indet.
indet.
x
6
0
0
37
LC60c14
tosco
indet.
x
6
0
0
115
38
LC60c15
tosco
indet.
39
LC60c16
indet.
indet.
x x
6
0
0
1,6
0
0
40
LC60c17
indet.
indet.
x
6
0
0
41
LC60c18
tosco
indet.
x
6
0
0
42
LC60c19
tosco
indet.
x
6
0
1
43
LC60c20
tosco
indet.
x
6
0
0
44
LC60c21
indet.
indet.
x
6
0
0
45
LC60c22
tosco
indet.
6
0
0
46
LC60c23
tosco
indet.
x
6
0
0
47
LC60c24
tosco
indet.
x
6
0
0
48
LC60c25
indet.
indet.
x
5,6
0
0
49
LC60c26
x
50
LC60c27
tosco
cuerpo
x
6
0
1
51
LC60c28
FNR
indet.
x
1,6
0
0
52
LC60c29 tosco
indet.
6
0
0
x
6
1
0
6
1
0
x
1,6
0
0
53
LC60c30
54
LC60c31
x
55
LC60c32
tosco
cuerpo
56
LC60c33
tosco
indet.
57
LC60c34
indet.
borde
58
LC60c35
indet.
indet.
6
0
0
59
LC60c36
cuerpo
x
6
0
0
60
LC60c37
cuerpo
x
1,6
0
0
61
LC60c38
6
0
0
62
LC60c39
tosco SM tricolor SM Tricolor tosco
cuerpo
x
6
0
0
63
LC60c40
tosco
cuerpo
x
6
0
0
64
LC60e1
65
LC60e2
tosco
indet.
x
6
0
1
66
LC60e3
tosco
indet.
x
6
1
0
67
LC60e4
tosco
indet.
68
LC60e5
tosco
cuerpo
69
LC60e6
tosco
indet.
70
LC60e7
tosco
indet.
71
LC60e8
tosco
indet.
72
LC60e9
FNR
indet.
x
1,6
0
0
73
LC60e10
base, cuerpo
x
6
0
0
74
LC60e11
cuerpo
x
1,6
0
0
75
LC60e12
tosco SM tricolor tosco
6
0
0
x x
cuerpo
x
x
6
0
0
6
1
0
x
6
0
0
x
6
1
0
6
0
0
x
x
indet.
76
LC60e13
tosco
cuerpo
77
LC60e14
indet.
indet.
78
LC60e15
tosco
cuerpo
79
LC60e16
tosco
indet.
80
LC60e17
tosco
indet.
81
LC60e18
indet.
indet.
82
LC60e19
tosco
83
LC60e20
tosco
x x x x x
6
0
0
1,2,6
0
0
6
1
0
6
0
1
6
0
0
x
6
0
0
indet.
x
6
0
0
indet.
x
6
1
0
x
116
84
LC60e21
indet.
asa
85
LC60e22
tosco
cuerpo
86
LC60e23
tosco
indet.
x x x
6
0
0
2,6
0
0
6
1
0
Alteraciones
Hollín / Ahumado
Carácter
Tabla de análisis de materiales cerámicos recuperados en E 10
Muestra Identificación
Tipo decorativo
Tamaño Porción presente >0,02 cm
0,02 0,06
< 0,06 cm
1
LC59a1
2
LC59a2
tosco
cuerpo
x
6
0
0
3
LC59a3
tosco
cuerpo
x
6
0
1
4
LC59a4
tosco
cuerpo
x
6
1
1
5
LC59a5
tosco
cuerpo
6
0
1
6
LC59a6
tosco
cuerpo
x
6
0
0
7
LC59a7
tosco
cuerpo
x
6
0
0
8
LC59a8
tosco
indet.
x
6
1
1
9
LC59a9
tosco
cuerpo
x
6
1
1
10
LC59a10
tosco
cuerpo
x
6
0
0
11
LC59a11
tosco
borde, cuello, cuerpo
x
6
0
0
12
LC59a12
indet.
indet.
x
1,6
0
0
13
LC59a13
FNG
indet.
x
6
0
0
14
LC59a14
tosco
cuello
x
6
0
0
15
LC59a15
tosco
cuello
2,5,6
1
0
16
LC59a16
tosco
cuerpo
6
1
0
17
LC59a17
tosco
cuerpo
x
6
0
0
18
LC59c1
indet.
indet.
x
6
0
0
19
LC59c2
Inka
cuerpo
x
2,4,5,6
0
0
20
LC59c3
tosco
cuerpo
6
1
0
21
LC59c4
tosco
cuerpo
x
6
1
0
22
LC59c5
tosco
cuerpo
x
6
0
0
23
LC59c6
tosco
cuerpo
x
6
1
0
24
LC59c7
Inka
borde,cuerpo,base
x
1,2,5,6
0
1
25
LC59c8
tosco
cuerpo
x
6
0
0
26
LC59c9
tosco
cuerpo
x
6
0
0
27
LC59c10
tosco
borde, cuerpo
x
6
0
0
28
LC59c11
FNR
borde, cuello, cuerpo
x
1,6
0
0
29
LC59c12
tosco
indet.
x
6
1
0
30
LC59c13
Inka
borde,cuerpo,base
x
1,2,5,6
0
1
31
LC59c14
cuerpo
x
6
0
0
32
LC59c15
tosco SM bicolor
1,6
0
0
x
x x
x
borde, cuerpo
x
117
33
LC59c16
34
LC59c17
SM bicolor tosco
35
LC59c18
FNR
borde,cuerpo
36
LC59c19
tosco
cuerpo
37
LC59c20
FNR
borde, cuerpo
x
38
LC59c21
tosco
borde, cuerpo
x
39
LC59c22
tosco
cuerpo
x
40
LC59c23
FNR
cuerpo
41
LC59c24
FNR
cuerpo
42
LC59c25
tosco
cuerpo
43
LC59c26
44
LC59c27
tosco
cuerpo
45
LC59c28
tosco
cuerpo
46
LC59c29
tosco
cuerpo
x
1,2,6
0
0
cuerpo
x
2,5,6
0
0
x
1,2,6
0
1
x
6
1
1
1,2,5,6
0
1
6
0
0
6
1
0
x
5,6
0
1
6
1
0
x
6
1
0
x
6
0
0
x
6
1
0
cuerpo
x
6
1
0
x
47
LC59c30
tosco
cuerpo
x
6
0
0
48
LC59c31
FNR
borde
x
1,4,6
0
0
49
LC59c32
FNR
borde,cuerpo
x
1,6
0
1
50
LC59c33
tosco
cuerpo
x
6
0
0
51
LC59c34
52
LC59c35
tosco
cuerpo
6
1
0
53
LC59c36
Yocavil
indet.
x
2,5,6
0
0
54
LC59c37
tosco
cuerpo
x
6
1
1
55
LC59c38
tosco
cuerpo
6
1
1
56
LC59c39
FNR
cuerpo
x
1,6
0
1
57
LC59c40
tosco
cuerpo
x
6
1
1
58
LC59c41
tosco
cuerpo
x
6
1
0
59
LC59c42
tosco
indet.
x
6
1
0
x
x
60
LC59c43
tosco
cuerpo
x
6
1
1
61
LC59c44
tosco
cuerpo
x
6
1
1
62
LC59c45
tosco
cuerpo
x
6
0
1
63
LC59c46
tosco
cuerpo
x
6
0
1
64
LC59c47
tosco
cuerpo
x
6
1
1
65
LC59c48
tosco
cuerpo
x
6
0
0
66
LC59c49
tosco
cuerpo
x
6
0
1
67
LC59c50
tosco
indet.
6
0
1
68
LC59c51
tosco
cuerpo
6
1
1
69
LC59c52
tosco
cuerpo
6
1
1
x x x
70
LC59c53
tosco
cuerpo
x
6
1
1
71
LC59c54
tosco
indet.
x
6
1
0
72
LC59c55
Inka
cuello,cuerpo
1,6
0
0
73
LC59c56
tosco
indet.
6
0
1
74
LC59c57
tosco
base
6
1
1
75
LC59c58
x x x
118
Tabla de análisis de materiales cerámicos recuperados en E 9
Muestra
Identificación
Tipo decorativo
Porción presente
Tamaño >0,02 cm
0,02 0,06
< 0,06 cm
Alteraciones
Hollín / Ahumado-
Carácter
1
LC58a1
tosco
cuerpo
x
6
1
1
2
LC58a2
tosco
cuerpo
x
6
1
1
3
LC58a3
tosco
indet.
x
6
1
0
4
LC58a4
tosco
indet.
x
2,6
1
0
5
LC58a5
SM N/R
cuerpo
x
1
0
0
6
LC58a6
indet.
indet.
x
6
0
0
7
LC58a7
inka
borde
x
1,2,6,9
0
0
8
LC58a8
tosco
cuerpo
x
6
1
0
9
LC58a9
indet.
x
6
0
0
10
LC58a10
cuerpo
x
1,6
0
0
11
LC58a11
tosco SM bicolor tosco
6
1
0
12
LC58a12
indet.
cuerpo
x
1,6
0
0
13
LC58a13
tosco
cuerpo
x
6
1
0
14
LC58a14
tosco
indet.
x
2,5,6
1
0
15
LC58a15
indet.
cuerpo
x
6
0
0
cuerpo
x
16
LC58a16
indet.
cuerpo
x
1,6
0
1
17
LC58a17
tosco
indet.
x
6
0
0
18
LC58a18
tosco
cuerpo
x
6
0
0
19
LC58c1
tosco
cuerpo
x
2,6
1
0
20
LC58c2
borde
x
1,6
0
0
21
LC58c3
cuerpo
x
1,6
0
0
22
LC58c4
inka SM bicolor indet.
indet.
x
1,6
0
0
23
LC58c5
tosco
cuerpo
x
6
1
0
24
LC58c6
tosco
cuerpo
x
6
0
0
25
LC58c7
tosco
cuerpo
26
LC58c8
indet.
borde
x
6
1
0
1,6
1
0
27
LC58c9
tosco
cuerpo
6
0
0
28
LC58c10
29
LC58c11
SM bicolor
cuerpo
x
1,6
0
0
30
LC58c12
Inka
pie de compotera
x
2,6
1
0
31
LC58c13
FNG
cuerpo, base
32
LC58c14
tosco
cuerpo
6
0
0
x
2,6
1
0
33
LC58c15
indet.
indet.
1,6
0
1
34
LC58c16
Inka
cuerpo, borde
35
LC58c17
tosco
cuerpo
36
LC58c18
FNR
indet.
x
1,6
0
0
37
LC58c19
tosco
cuerpo
x
2,6
1
0
38
LC58c20
Inka
borde
1,6
0
0
39
LC58c21
cuerpo
x
6
1
0
40
LC58c22
tosco SM bicolor
cuerpo
x
1,6
0
0
x x
x x x x
x
119
1,6
0
0
6
1
0
41
LC58c23
SM N/R
42
LC58c24
indet.
43
LC58c25
cuerpo labio, borde, cuerpo
x x
1,6
0
0
1,6
1
0
Tabla de análisis de materiales cerámicos recuperados en E 5
Muestra Identificación
Tipo decorativo
Tamaño Porción presente >0,02 cm
0,02 0,06 cm
Alteraciones
Hollín Ahumado
Carácter
< 0,06 cm
1
LC57a1
2
LC57a2
3
LC57a3
tosco
indet.
x
6
0
0
4
LC57a4
tosco
indet.
x
6
1
0
5
LC57a5
tosco
indet.
x
6
0
1
6
LC57a6
7
LC57a7
tosco
indet.
x
6
1
0
8
LC57a8
tosco
indet.
x
6
1
0
9
LC57a9
tosco
indet.
x
6
0
0
10
LC57a10
indet..
indet.
x
1,6
0
0
11
LC57a11
Inka
borde, labio
x
1,6
0
0
12
LC57a12
tosco
indet.
x
6
1
0
13
LC57a13
tosco
indet.
x
6
0
0
14
LC57a14
tosco
indet.
x
6
0
1
15
LC57a15
tosco
cuerpo
6
0
0
16
LC57a16
tosco
indet.
6
0
0
17
LC57a17
tosco
indet.
x
6
0
1
18
LC57a18
tosco
cuerpo
x
6
0
1
19
LC57a19
indet.
indet.
x
1,6
0
0
20
LC57a20
tosco
indet.
x
6
0
0
21
LC57c1
FNG
tortero
6
0
0
22
LC57c2
tosco
asa
x
6
0
1
23
LC57c3
tosco
indet.
x
6
0
0
24
LC57c4
FNG
cuerpo
x
4,6
0
1
25
LC57c5
indet.
indet.
26
LC57c6
tosco
indet.
27
LC57c7
tosco
asa
28
LC57c8
tosco
indet.
29
LC57c9
tosco
cuerpo
30
LC57c10
tosco
cuerpo
x
31
LC57c11
FNR
cuerpo
x
32
LC57c12
33
LC57c13
tosco
indet.
6
1
0
34
LC57c14
tosco
indet.
x
6
0
1
35
LC57c15
tosco
cuerpo
x
6
1
1
36
LC57c16
tosco
cuerpo
x
6
1
0
37
LC57c17
tosco
cuerpo
x
6
1
0
38
LC57c18
39
LC57c19
tosco
cuerpo
6
1
x x
x
x x x x x
x
x
120
6
0
0
6
0
0
6
0
1
6
0
0
6
0
0
6
0
1
1,6
0
0
40
LC57c20
41
LC57c21
42
LC57c22
43
LC57c23
44
LC57c24
tosco
indet.
x
6
0
tosco
indet.
x
6
0
0
45
LC57c25
46
LC57c26
FNG
cuerpo
x
2,5,6
0
1
47
LC57c27
FNG
borde,labio,cuerpo
x
4,5
0
1
48
LC57c28
indet..
indet.
49
LC57c29
tosco
asa
50
LC57c30
tosco
cuerpo
51
LC57c31
tosco
indet.
52
LC57c32
x
1,6
0
0
6
0
1
6
0
1
6
0
1
5,6
1
0
x
1,6
0
1
x x x
LC57c33
tosco
54
LC57c34
indet.
cuerpo
55
LC57c35
indet.
cuerpo
x
1,6
0
1
56
LC57c36
tosco
asa
x
6
0
1
indet.
cuerpo
x
6
0
1
x
53
borde,labio,cuerpo
x
57
LC57c37
58
LC57c38
59
LC57c39
indet.
cuerpo
6
0
1
60
LC57c40
tosco
cuerpo
x
6
1
0
61
LC57c41
indet.
cuerpo
x
6
0
0
62
LC57c42
indet.
cuerpo
x
6
1
0
63
LC57c43
tosco
indet.
64
LC57c44
tosco
65
LC57c45
tosco
indet.
66
LC57c46
67
LC57c47
FNG
cuerpo
68
LC57c48
tosco
indet.
69
LC57c49
indet.
70
LC57c50
tosco
71
LC57c51
tosco
indet.
72
LC57c52
tosco
indet.
73
LC57c53
FNG
cuerpo
74
LC57c54
tosco
indet.
x
75
LC57c55
FNG
cuerpo
76
LC57c56
tosco
indet.
77
LC57e1
tosco
78
LC57g1
tosco
79
LC57g2
80
LC57g3
81 82
x
6
0
0
x
6
0
1
x
6
1
0
x
6
0
1
x
6
0
0
borde
x
6
0
1
indet.
x
6
0
1
6
0
1
x
6
0
0
x
6
0
1
6
0
1
x
6
0
1
x
6
1
1
indet.
x
6
1
0
indet.
x
6
1
1
tosco
indet.
x
6
1
0
tosco
indet.
x
6
1
0
LC57g4
tosco
cuerpo
6
1
1
LC57g5
tosco
indet.
x
6
0
0
83
LC57g6
tosco
indet.
x
6
1
0
84
LC57g7
tosco
indet.
x
6
1
0
85
LC57g8
indet.
indet.
x
1,6
0
0
86
LC57g9
FNR
indet.
x
1,6
0
0
x
x
121
87
LC57g10
tosco
88
LC57g11
89
LC57g12
90
LC57g13
tosco
indet.
x
6
0
0
91
LC57g14
tosco
cuerpo
x
6
1
1
92
LC57g15
tosco
cuerpo
x
6
0
1
93
LC57g16
tosco
indet.
6
0
0
94
LC57g17
tosco
cuerpo
x
6
1
1
95
LC57g18
tosco
cuerpo
x
6
1
1
96
LC57g19
tosco
cuerpo
x
97
LC57g20
indet.
cuerpo
98
LC57g21
tosco
indet.
99
LC57g22
indet.
indet.
100
LC57g23
tosco
indet.
x
6
1
1
101
LC57g24
tosco
cuerpo
x
6
1
1
102
LC57g25
tosco
cuerpo
x
6
1
1
103
LC57g26
tosco
cuerpo
x
6
1
1
104
LC57g27
tosco
cuerpo
x
6
1
1
105
LC57g28
tosco
indet.
x
6
0
1
106
LC57g29
tosco
indet.
x
6
0
0
107
LC57g30
tosco
indet.
x
6
0
0
108
LC57g31
tosco
cuerpo
x
6
1
0
109
LC57g32
tosco
indet.
x
6
1
0
110
LC57g33
tosco
borde
x
6
1
0
111
LC57g34
tosco
indet.
x
6
1
0
112
LC57g35
FNR
cuerpo
x
1,6
0
0
113
LC57g36
tosco
indet.
6
0
0
114
LC57g37
FNR
indet.
x
6
0
0
115
LC57g38
tosco
cuerpo
x
6
1
0
116
LC57g39
tosco
cuerpo
x
6
0
0
117
LC57g40
tosco
cuepo, cuello
x
6
0
0
118
LC57g41
tosco
indet.
x
6
1
0
119
LC57g42
tosco
indet.
x
6
0
0
120
LC57g43
indet.
indet.
x
1,6
0
0
121
LC57g44
indet.
indet.
6
1
1
122
LC57g45
tosco
indet.
123
LC57g46
indet.
indet.
124
LC57g47
tosco
indet.
125
LC57g48
tosco
indet.
126
LC57g49
tosco
indet.
127
LC57i1
tosco
indet.
x
128
LC57i2
tosco
indet.
x
6
0
0
129
LC57i3
tosco
indet.
x
6
0
0
130
LC57i4
tosco
indet.
x
6
0
0
indet.
x
tosco
indet.
x
tosco
borde
6 x
x
x x x
x
x x
0
6
0
0
6
1
0
6
1
1
6
0
1
6
0
0
6
1
1
6
0
1
6
1
1
x
6
1
0
x
6
1
0
x
6
1
0
6
0
0
x
122
0
South American Archaeology Series Edited by Andrés D. Izeta e-mail: [email protected]
No 1. Izeta, Andrés D. 2007 Zooarqueología del sur de los valles Calchaquíes (Provincias de Catamarca y Tucumán, República Argentina): Análisis de conjuntos faunísticos del primer milenio A.D. (British Archaeological Reports, International Series S1612) Oxford. ISBN 978 1 4073 0054 2. No 2. Bugliani, María Fabiana 2008 Consumo y representación en el sur de los valles Calchaquíes (Noroeste argentino): Los conjuntos cerámicos de las aldeas del primer milenio A.D. (British Archaeological Reports, International Series, S1774) Oxford. ISBN 978 1 4073 0215 7. No 3. Marconetto, María Bernarda 2008 Recursos forestales y el proceso de diferenciación social en tiempos Prehispánicos en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina. (British Archaeological Reports, International Series S1785) Oxford. ISBN 978 1 4073 0216 4. No 4. López, Gabriel E. J. 2008 Arqueología de Cazadores y Pastores en Tierras Altas: Ocupaciones humanas a lo largo del Holoceno en Pastos Grandes, Puna de Salta, Argentina. (British Archaeological Reports, International Series S1854) Oxford. ISBN 978 1 4073 0231 7. No 5. Alconini , Sonia (Ed) 2008 El Inkario en los Valles del Sur Andino Boliviano: Los Yamparas entre la arqueología y etnohistoria (British Archaeological Reports, International Series S1868) Oxford. ISBN 978 1 4073 0235 5. No 6. Mariana Dantas & Germán G. Figueroa 2008 Análisis tecnológico y funcional del registro cerámico del Valle de Salsacate y pampas de altura adyacentes (Provincia de Córdoba, República Argentina) (British Archaeological Reports, International Series S1869) Oxford. ISBN 978 1 4073 0236 2. No. 7. Inés Gordillo 2009 El sitio ceremonial de La Rinconada: Organización socioespacial y religión en Ambato (Catamarca, Argentina) (British Archaeological Reports, International Series S1985) Oxford. ISBN 978 1 4073 0459 5. No. 8. Guillermina Espósito 2009 De clasificaciones y categorizaciones: Los objetos de metal del valle de Ambato, Catamarca, Argentina (600-1200 d.C (British Archaeological Reports, International Series 2014) Oxford. ISBN 978 1 4073 0464 9. No. 9. Claudio Javier Patané Aráoz 2009 Arqueología de los Encuentros. Lo Inka y lo Local en el Pukara de las Lomas Verdes (Tafí del Valle, Prov. de Tucumán, República Argentina) (British Archaeological Reports, International Series 2025) Oxford. ISBN 978 1 4073 0465 6.
Distributors: BAR Publishing, 122 Banbury Road, Oxford OX2 7BP, England Telephone: (0)1865 310431 : Fax: (0)1865 316916 : Email: [email protected] Website: www.barpublishing.com