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Spanish Pages [248] Year 2008
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V. *
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que ten-
Y
expiró.
El estudiante acercó su linterna y entre el vello bravio y
«Soy
abundante del pecho, leyó:
cataléptico: favor, etc..»
—¡Haberlo sabido antes!— murmuró, y guió destazando
si-
el cadáver...
Empezaba yo a dar signos de impaciencia, y advirtiéndolo Valenzuela, insinuó amablemente:
—Pero voy
a contarte un asunto que te
agradará sin duda; cuestión de un instante, ¡ya verás!: 231
Amado
N
e
v
*
le
dio
r
Has de saber que a un amigo mío
hace tiempo por experimentar su fuerza psíquica, sus fluidos, su eso;
empezó por
od o como se llame a
ejercitar la
acción de su vo-
luntad a distancia, y produjo la hipnosis a in-
numerables gentes, más aún, a innumerables animales.
Dormía vacas,
Y
no contento con
un
tar
día,
toros, perros, asnos... esto, quiso
proyec-
su voluntad, ya no sobre los seres anima-
dos, sino sobre las cosas inanimadas; el expe-
rimento capital que quiso llevar a cabo...
fué...
¿a que no lo adivinas?
—-No— contesté
secamente.
—Fué apagar una
vela...
naturalmente, sino con
la
el
soplo,
voluntad.
Encendía noche a noche la
no con
la vela,
colocába-
sobre una mesa. Sentábase a cierta distan-
cia
y formulaba interiormente, con
la
mayor
energía de que era capaz, esta orden:
—¡Vela, apágate! ¡Pero ni por ésas! La vela continuaba ar-
diendo como
si tal
cosa;
no sólo sino que
allá
para su alma negra de pábilo, alrededor de 232
la
Obras Completas cual danzaba
como un puñal
misterioso su
flama, parecía decir:
— Sabio estúpido... vas a —Apágate, diciendo
vela.
el sabio.
ver...
Apágate, vela...— seguía
Hasta que una noche...
—¿Qué sucedió?— exclamé
malhumora-
do—: ¿Apagó el sabio la vela? —No...— respondió Ovidio tranquilamente—: La vela apagó
al sabio...
— ¡Cómo! —Sí;
de mirarla con
éste, a fuerza
fijeza,
se
quedándose profundamente dor-
hipnotizó, mido...
Tomó
Valenzuela
se rascó la cabeza con so,
que
le era peculiar,
—Pero
último sorbo de café,
el
un movimiento nervioy añadió:
No
jqué diablo!
te
he referido lo
mejor.
—No, Ovidio— le dije levantándome — no me refieras ya nada. Decididamente hoy tus argumentos me disgustan. Y haciendo una profunda reverencia, salí ;
de
la
pieza. 233
ÍNDICE
ÍNDICE Página?
Amado Ñervo Lía y Raquel El miedo a la muerte
La última guerra Los dos claveles
9 23 43 59 85
Dos rivales Una esperanza
131
El viejecito
147
Las casas
159
Una
173
humillación
119
«El dominio del Canadá»
189
El final de un
201
Un cuento
idilio
215
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PQ Ñervo, Amado Obras completas de Amado 7297 N5A1325 Ñervo 1920 v.5
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