Más allá del espejismo

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^Acto conmemorativo del 150 aniversario del Grito de^ Lares.

I Jará 3g anos regresamos a Puerto Rico Lolita, Oscar, Irvin v yo después de ha­ ber cumplido más de 25 anos de prisión. Recuerdo que cuando llegué al aeropuerto y vi tantos boricuas agitando nuestra bandera dije con gran alegría en el corazón ¡mi pueblo está vivo!, ¡mi pueblo vive! Esa misma alegría sentí hoy en Lares al ver a los miles de boricuas honrando nuestra bandera y honrando el Grito de Lares de 1868. Volví a repetir ¡mi pueblo vive! Y gracias por los abrazos y las expresiones de cariño que tan feliz me hacen. ¡Gracias, pueblo mío. por no dejarte vencer! ¡Gracias, mi Puerto Rico, por saber vivir de pie! Hoy, 23 de septiembre de 2018, sentí la presencia de Albizu Campos. Mariana

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Bracetti, Blanca Canales, Juan Antonio Corretjer, Carmín Pérez, Doris Torresola, bolita Lebrón, Isabelita Rosado, Andrés Figueroa Cordero, Irvin Flores Rodríguez, Oscar Collazo, Gilberto Concepción de Gracia, Juan Mari Bras, monseñor Antulio Parrilla, Filiberto Ojcda Ríos, Dominga de la Cruz Bcccrril, Juanita Ojeday tantos otros y otras que lian puesto la dignidad del pueblo puertorriqueño sobre la vida misma. Ellos caminaban hoy entre nosotros. Gracias, pueblo mío, por los abrazos que hemos compartido hoy, en el 15o ani­ versario del Grito de Lares.

23 de septiembre de 2018

¿Qué es I

lo que hay detrás?

Mi gente, Pensaba compartir con ustedes otro tema, pero en estos días escuché en la ra­ dio a un an ti puertorriqueño decir (pie mi pueblo es cobarde porque no hubo una asistencia masiva a la actividad Bombazo contra la Junta celebrada en la avenida Uni­ versidad en Río Piedras el pasado ig de noviembre. A los que tal cosa afirman yo les respondo que si algo tiene de sobra mi pueblo es valor, lo que hemos demostrado hasta la saciedad. El pueblo es valiente, pero no suicida. En los actos del 1 de mayo de 2017 y 2018 sufrimos el abuso de la policía contra un pueblo desarmado. Situaciones como estas reclaman nuevas tácticas y estrate­ gias. Conozco las estrategias que usa el enemigo y me pregunto si habrá alguna in­ tención malévola detrás de las acusaciones de cobardía que se lanza contra nuestro pueblo. ¿Provocación? Para terminar, mi gente, incluyo unos versos.

Cuando escucho de un puertorriqueño lamiéndole los pies al gringo, le doy gracias al destino pues yo ante nadie me doblego. Que prefiero morir de pie a vivir como un lambón pues me sirven de inspiración Fii i bei’to y Carmín Pérez.

21 de noviembre de 2018 ' i

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HERMANADOS EN LA LUCHA DE LOS PUEBLOS Hermán Be/I, Leonard Pellier,

fuimos compañeros de prisión y nunca pudo el opresor

romper a ninguno de los (res.

Hermán Bell, del Black Liberation Army, quien salió de prisión después de más de 40 años encarcela­ do. Leonard Peltier, del American Indian Movement, lleva más de 45 años en prisión y Rafael Canee! Miranda del movimiento nacionalista por la libertad de Puerto Rico. Prisión de máxima seguridad, Marión, Illinois, 1977. Fotografía: Colección Cancel Vázquez.

Siempre fue un honor para mi compartir con estos dos compañeros. Unidos, ningún poder podría doblegarnos. ¡Pa’lantc siempre! ¡Gracias, Hermán; gracias. Lconard! Hará unos cuantos años, en las entrañas del imperio estadounidense, muchos luchaban por los derechos de su gente a través de organizaciones como el Black Li­ beration Armv, Brown Berrets.Wealhermen, Black Panlhers, American Indian Muvement y las fuerzas puertorriqueñas conocidas como las FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional). Nada ha cambiado. Me pregunto ¿volverán? 2OKJ

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Verdaderos soldados de la Patria Honor a quien honor merece. riQWijiuwiMrw

EL MOVIMIENTO LIBERTADOR h EN LA ó

00N RAMÓN REDUCA RAMÍREZ

HISTORIA DE PUERTO RICO íp I di «»\i» í\/nri

Don Ramón Medina Ramírez y sus cinco hijos Eugenio. Armando. Alberto, & femando y Ramón fueron encarcelados por rehusar servir en el ejército invasor. Los hijos, inclín endo a Geñilo. quien era ciego, fueron encarcelados en la prisión de lallahassee y don Ramón, en otra prisión estadounidense, lodos al mismo tiempo, hn ningún otro país del mundo se ha dado un caso similar. Don Ramón Medina Ramírez, gracias a usted y a sus hijos por darnos un ejemplo en vivo de un corazón (pie no se rinde.

Gracias, compañero don Ramón, gracias a usted y a sus hijos, aunque uno era cicguiio, tenían un mismo corazón. 27 de mayo de 2019

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60 ANIVERSARIO DE CLARIDAD

1 de junio de 2019. Frente a las oficinas del semanario Claridad, calle Borinqueña, Río Pie­ dras, Puerto Rico. Fotografía: Colección Periódico Claridad.

Mi gente. Quiero compartir una alegría con ustedes. Anoche había decidido pasar una hora en la celebración del 6o aniversario de nuestro semanario Claridad, pero me quedé por dos horas y inedia y pasé uno de los momentos de mayor satisfacción en mi vida. Allí estaba mi pueblo, tres generaciones de patriotas que han luchado por la

libertad de nuestra Patria. Celebraban con la alegría que solo pueden sentir los que se saben libres, seguros de sí mismos. Celebraban la victoria de Claridad pues bien que conocemos todos los intentos del imperio y sus lacayos de darle muerte para acallar su voz. pero ahí estábamos, celebrando su resistencia y triunfo. La música.los abrazos y saludos estaban llenos de amor patrio. Decía Belances que se empieza a ser libre cuando se lucha por la libertad y ano­ che vi un ejemplo de ello. Gracias, compañeros y compañeras de Claridad por ser parle de ese pueblo libre y por darme la oportunidad de vivir una noche gloriosa. Tome el tiempo que lome para construir la Patria libre, venceremos. De eso esto} seguro. 2 de junio de 2019

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PATRIOTAS La dignidad turba a los indignos.

Quien trata de difamar la grandeza termina por difamarse a sí mismo.

Los cobardes se humillan ante el ene­ migo; los valientes ni se humillan ni se dejan humillar, ¡combaten! Es bueno tener buenos zapatos para pisar firme en la tierra, pero es aún mejor tener buenos principios para pisarfirme en la vida.

El honory ¡a dignidad solo tienen sentido para aquellos que ¡o viven.

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Juan Mari Brás, Filiberto Ojeda Ríos, Carlos Gallisá y Sofía Gallisá Moriente Fotografía: Colección periódico Clariad.

¡Carlos Gallisá vive! En todos mis años de vida, que no son pocos, nunca había presenciado tanto amor, lisas y aplausos en una despedida como los que presencié en la Funeraria Ehret, donde celebramos tu vida-no llorábamos tu muerte-el pasado martes, 10 de diciembre. Nunca pudieron rendirte)' eso es para celebrar. ¡Gracias, inolvidable compañero Carlos!

Mi querido hermano, Carlos Gallisá, se equivoca quien te crea muerto, vives en el alma de tu pueblo y eres un sol que no se apagará. Tu voz no dejará de escucharse generación tras generación, porque siempre tuviste el corazón para decir la verdad sin escudarte.

Por eso no lloramos tu muerte, y sí, celebramos tu vida, diste valor y sabiduría, siempre fuiste la voz de tu gente.

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Venciste la muerte compañero, más muertos están muchos vivos, los que ante los poderes se han rendido y otros que viven esclavos de sus miedos.

Gracias patriota, gracias hermano, por haber sido siempre Carlos Gallisá y hablarnos siempre con la verdad y por dar el todo por liberarnos. 13 de diciembre de 2018

Quique

Quique Ayoroa Santaliz. Parque-Monumento Pedro Albizu Campos, Bo. Tenerías, Ponce. 12 de septiembre de 2013.

Quique Ayoroa Santaliz, hermano de primer grado, que desde que te conocí tu dignidad he admirado. Por tu amor por la Patria, la sensibilidad por tu pueblo, quiero darte las gracias por alumbrarnos el sendero.

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Benito de Jesús, María de los Ángeles Vázquez, Rafael Cancel Miranda, Rita Zengotita, Marilú Carrasquillo, Quique Ayoroa Santaliz. Museo de la Masacre, Ponce.

Dondequiera que te encuentres, estarás a nuestro lado, pues nunca estarás ausente del pueblo que tanto has amado.

Gracias, Quique, compañero, gracias en nombre de tu pueblo, gracias en nombre de Albizu Campos, de Lolita, de Filiberto.

8 de junio de 2019

Soy ellos Saludos, mi gente. El 1 de febrero, después de 133 días sin luz tras el paso del huracán María el 20 de septiembre pasado, nos llegó la electricidad. Pero, a través de todo Puerto Rico, cientos de miles de familias permanecen sin electricidad y otros miles tampo­ co tienen servicio de agua potable. Mientras para éstos sigue la crisis, los llamados federales y su gobiernito colonial se acusan mutuamente por el caos reinante en el país. Es tiempo de que se callen y se pongan a trabajar para evitar más muertes y tragedias a nuestro pueblo.

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Cadetes nacionalistas. Rafael Cancel Miranda, primera fila, cuarto de izquierda a de­ recha. c. 1945-1947

Dicho esto, hace tiempo que quiero dejar escritos los nombres de aquellos que en mi niñez y adolescencia me enseñaron con su ejemplo a respetar y luchar por mi pueblo y a respetarme a mí mismo como puertorriqueño. Muchos de ellos, sino todos, han cruzado el horizonte. Emilio Aníbal Torres, Juan Ramón Martínez, Luis Mojica Valentín, Eleuterio Lugo, Rafa Méndez, Carmen Constantino, Dominga de la Cruz Becerril, José Cruzado Ortiz, Ramón Villa Rivera, Julio Santiago, Daniel Feliciano, Tomás Ruiz Cancel, Juan Gallardo Santiago, Josefina Gandulla, Jacinto Rivera Pérez, los her­ manos Felipe, Amado y Roque Peña, Bcnicio Colón Leiro, Quevedo el barbero y, por supuesto mi padre, Rafael Cancel Rodríguez. En honor a ellos, boricuas mayagüezanos como yo, escribo estos versos.

Dondequiera que haya un boricua defendiendo nuestro honor patrio, ahí estarán los nacionalistas, incluyendo a Agiiebaná El Bravo. Que por ahí aparecerían Albizu, Lolita, Carmín Pérez,

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Filibcrto y Leónides Díaz, Collazo y Mariana Bracetti.

Siempre habrá nacionalistas donde se luche por nuestra Patria, dispuestos a ofrendar la vida, dispuestos a empuñar la espada. Gracias a los puertorriqueños, gracias a las puertorriqueñas, que dieron vida y hacienda por la libertad de su pueblo.

5 de febrero de 2018

De Río Piedras a Ponce: Valor y sacrificio No quiero que pase el día de hoy, 24 de octubre, sin rendir honores a cua­ tro mártires nuestros que fueron masacrados en Río Piedras el 24 de octubre de 1935, asesinatos ordenados por el nefasto coronel del ejército estadounidense Elisha Francis Riggs, quien fue cómplice en Nicaragua del asesinato del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino. Ese día los nacionalistas tenían un acto en la Universidad de Puerto Rico y cuatro estudiantes, ligados a los sectores de po­ der en el país, convocaron una asamblea esc mismo día para declarar a don Pedro Albizu Campos el enemigo número uno de los estudiantes. Cuatro jóvenes nacio­ nalistas, Ramón S. Pagán, Tesorero del Partido Nacionalista, José Santiago Barca, Pedro Quiñones y Eduardo Rodríguez Vega, se acercaron al recinto universitario, donde los interceptó la policía. Los cuatro fueron acribillados por la policía colonial y resultó herido el nacionalista Dionisio Pearson. Para esos años, crecían en Puerto Rico tanto el movimiento independentista como el Partido Nacionalista. Desde Washington, bajo órdenes del presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, se envió al coronel Riggs para fungir como jefe de la Policía Insular de Puerto Rico, y al general Blanton Winship como gobernador, con instrucciones de exterminar el Partido Nacionalista. Ambos mi­ litares declararon: Frente a los nacionalistas, tiren a matar. El 23 de febrero de 1936, el coronel Riggs fue ajusticiado por dos jóvenes nacionalistas, Elias Beauchamp e Hiram Rosado, quienes luego fueron asesinados en el cuartel de la policía. El

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allá del e s p e j i s m o

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tribunal estadounidense en Puerto Rico, llamado “federal” ordenó el arresto del liderato nacionalista: Pedro Albizu Campos, Clemente Soto Veloz, Erasmo Vclázquez, Juan Gallardo Santiago y Pablo Rosado Ortiz, con cargos de “conspiración sediciosa”, o sea, intentar derrocar el gobierno de los Estados Unidos. Desde Was­ hington enviaron a Puerto Rico al juez federal Robert A. Coopcr y al fiscal Cccil Snyder, así como los primeros dos agentes del FBI que llegan al país. Todo ello para fabricar un caso contra los nacionalistas. Entre los abogados de estos estaban los jóvenesjulio Pinto Gandía y Gilberto Concepción de Gracia. Se celebró un primer juicio con un jurado mayoritariamente puertorriqueño, el cual absolvió a los nacionalistas. Ante este resultado, se celebró un segundo juicio con un jurado constituido por estadounidenses y uno o dos puertorriqueños, de esos que se venden al mejor postor. El 31 de julio de 1936 todos los nacionalistas fueron declarados culpables y posteriormente enviados a la prisión federal de At­ lanta, Georgia. El 21 de marzo de 1937, los nacionalistas organizaron una demostración pa­ cífica en Ponce para reclamar la excarcelación de don Pedro Albizu Campos y sus compañeros nacionalistas. Bajo órdenes del general Blanton Winship, se perpetró la Masacre de Ponce, donde fueron asesinados 19 boricuas, entre ellos la niña de 12 años de edad, Georgina Maldonado, quien salía de la iglesia puesto que era Domingo de Ramos. Resultaron heridas alrededor de 200 personas. Mis padres fueron sobrevivientes. Tanto nuestros mártires caídos en Río Piedras, como los caídos en Ponce, vivi­ rán para siempre en la memoria del pueblo por el cual dieron sus vidas. Recordar a los héroes y heroínas fortalece el espíritu de los pueblos. Recordemos y honremos los nuestros. 24 de octubre de 2016

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Honor a

quien honor merece

Hiram Rosado y Elias Beauchamp

En esta ocasión voy a referirme a los patriotas puertorriqueños Elias Beau­ champ c Hiram Rosado, quienes el 23 de febrero de 1936 ajusticiaron al nefasto criminal coronel Elisha Francis Riggs, perpetrador de la Masacre de Río Piedras el 24 de octubre de 1935, cuando fueron asesinados los jóvenes nacionalistas Ramón S. Pagan, Pedro Quiñones, Eduardo Rodríguez Vega, José Santiago Barea y herido Dionisio Pcarson. Los nacionalistas se dirigían a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras cuando fueron emboscados por la policía insular bajo las órdenes del coronel Riggs. El coronel Riggs y el también nefasto general Blanton Winship fueron enviados por el entonces presidente Franklin D. Rooscvek, como jefe de la policía y goberna­ dor respectivamente, para exterminar a los nacionalistas y lidiar con la huelga de los trabajadores de la caña. Estos dos individuos ya habían estado en Nicaragua en una misión, peticionada por el sangriento dictador Anastasio Somoza, para orga­ nizar un operativo y asesinar al general de hombres libres, Augusto César Sandino. El general Sandino fue emboscado y muerto el 21 de febrero de 1934. Gracias a la heroica acción de nuestros patriotas Elias Beauchamp c Hiram Rosado, Riggs no cometería ningún otro asesinato contra nuestros pueblos. Pagaron con sus vidas, pero le hicieron un bien a la humanidad. 1 amo Riggs como Winship expresaron públicamente su encomienda de Fíenle a los nacionalistas tiren a matar. Fue precisamente lo que también hizo \\ inship un 21

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de marzo de 1937 en la Masacre de Ponce, donde fueron asesinados 19 boricuas y heridas alrededor de 200 personas; pero otro joven nacionalista, el estudiante Án­ gel Esteban Antongiorgi, el 25 de julio de 1938 intentó ajusticiarlo, lo que motivó la salida de Winship del país. El patriota Antongiorgi también pagó con su vida. Tanto él como Beauchamp y Rosado dieron sus vidas para honrar la nuestra. ¡Honrémoslos! Gracias a todos aquellos que hoy realizan actividades para recor­ darlos.

Albizu encabeza desfile de nacionalistas. Detrás de la portadora de la corona, semioculta aparece Zoraida Cancel Miranda; el niño a la extrema derecha es Rafael Cancel Miranda (circa 1935). Tomado de: Rosado, Marisa. Pedro Albizu Campos. Las llamas de la aurora. Segunda edición. San Juan, 1998.

Beauchamp y Rosado Elias Beauchamp, Hiram Rosado, jóvenes patriotas del ayer, su ejemplo de amor patrio inspira a combatir de pie. Gracias por haber ajusticiado al malvado coronel Francis Riggs.

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A ustedes los acribillaron pero están tan vivos como el coquí. En nombre de Albizu Campos, Antongiorgi y Pinto Gandía, y en el nombre del suelo patrio por el que ustedes dieron la vida.

Por eso es que esta medalla se honra con el nombre de los dos, porque ustedes honraron la patria y la patria reciproca el honor. 23 de febrero de 2017

21 DE MARZO Mis padres fueron sobrevivientes de la Masacre de Ponce, ordenada por el general Blanlon 11 inship. Era Domingo de Ramosy la niña Georgina Maldonado salía de la iglesia con su ramito de palmas en las manos. La policía colonial la crucificó por la espalda. Para ese entoncesyo tenía casi 7 años de edad. Ahífue que comencé a comprender nuestra realidad colonial.

Oficial de la Policía Insular de Puerto Rico dispara mientras yace frente a él el Cadete de la República Elifaz Escobar. Fotografía: Proyecto de Digitalización de Fotos del periódico El Mundo, Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

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ALLÁ DEL ESPEJISMO

Bajaban de sus montañas, jibaritos de noble corazón, un trago de café en su entrañas y en el alma un pedazo de ilusión.

No bajaban en busca de placeres, la ciudad no les llamaba la atención, solo venían a decir presente donde la patria defendía su honor. Allí se hermanaron con otros compatriotas venidos de otros campos, costas y ciudades, unidos todos en aquella hora por el mismo dolor, esperanzas e ideales.

Soplaban aquel día las brisas de marzo, la Perla del Sur brillaba majestuosa, era un Domingo de Ramos, día de culto para las almas religiosas. Y fue ese día donde allí quedaron jibaritos y poblanos tirados en el suelo, perforados por la metralla del tirano, caídos sin saber ni el porqué del fuego.

Veinte y tantos boríncanos allí dejaron para siempre la sangre de sus venas, sus esperanzas, sus hogares y los años que la metralla Ies robó en furia ciega.

Unos ya no volverían a sus montañas, ¡sin saberlo bajaron para no volver! Otros no volverían a sus ciudades amadas, ni lo que atrás dejaron volverían a ver. Pero no han muerto ni morirán los que por ramos ese día recibieron balas,

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y aunque mil años y mil cosas pasaran, ¡la sangre de ellos no olvidará la Patria! 18 de marzo de 1962, Prisión de Leavenworth, Kansas

Publicado en: Cancel Miranda, Rafael. Lucha e ideario de un puertorriqueño. Mayagüez, 1971.

Mi Viejo (Carpeta 51)

Acto nacionalista en Mayagüez. Rafael Cancel Rodríguez, izquierda, al frente, con sombrero.

A Rafael Cancel Rodríguez, de su hijo. Nacionalista, cadete de la República, patriota de alma revolucionaria, combatiente de la Insurrección Nacionalista, sentenciado por la Ley de la Mordaza.

Sobreviviente de la cruel Masacre de Ponce, amigo de don Pedro, Corretjer, Concepción, y amigo de las mujeres y de los hombres, que por la patria daban el corazón.

Más allá

del espejismo

Un día como hoy, un diecisiete de agosto, una bala traidora cegó tu vida, pasé por tu tumba y vi que no estabas solo, había un pordiosero y se sonreía. Era uno de aquellos herederos tuyos, de aquellos herederos que me dejaste, de aquellos que te acompañaron al sepulcro, Jorge el Feo, Matapiojo, Siquitraque. Tu historia ni siquiera está en las carpetas, quemaron la tuya, la cincuenta y uno, para que tu luz no le alumbre la conciencia, al pueblo que amaste con pasión y orgullo. Gracias mi viejo, gracias en nombre de tu pueblo, y de aquellos que caminaron contigo, y gracias por haberme dado con tu ejemplo, el inmenso orgullo de ser tu hijo.

15 de agosto de 2016

Cartas a mi viejo Mi viejo, Fuiste luz en mi camino y sigues siéndolo, a pesar de que una bala que supuestamente no era para ti puso fin a tu patriótica vida en el balcón de la casa. De eso, el 17 de este mes se cumplirán 39 años. Sobreviviste a la Masacre de Ponce, sobreviviste a la Insurrección Nacionalista y sobreviviste el presidio hasta que esa bala segó tu vida, ¡pero jamás tu luz! Recuerdo que gracias a la lucha que libró nuestro pueblo (llevaba ya 23 años preso) se pudo lograr que los carceleros me “permitieran” regresar a la Patria para acompañarte en tu partida. Estuve 7 horas en Puerto Rico, por supuesto, acompañado de varios algua­ ciles del imperio y de la colonia. Miles de boricuas nos acompañaron en tu despedida. Cuando los periodistas me preguntaron cómo me sentía ante tu muerte, les contesté: jVo vine a llorar su muerte, vine a celebrar su vida, Gracias, mi pueblo y gracias, mi viejo.

16 de agosto de 2017

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Mi querido viejo, Mañana, 17 de agosto, se cumplen 40 años de tu violenta c inesperada muerte, aunque tú y yo venimos de aquel tiempo en que se decía que los nacionalistas vi­ vían con un pie en la cárcel y otro en el cementerio. Se que por defender tu Patria, nunca le temiste ni a la una ni a lo otro. Es mucho lo que con inmenso orgullo podría contar de ti pero, sobre lodo, que tuve la gran suerte de ser tu hijo pues tu ejemplo y el de tus compañeros y com­ pañeras nacionalistas mayagüezanos como Emilio Aníbal Torres, José Cruzado Ortiz (mi padrino), Juan Gallardo Santiago, Juan Ramón Martínez, Rafa Méndez, Carmen Constantino, Luis Mojica Valentín, Julio Santiago, Lydia Bárrelo, Loida Figucroa y los hermanos Amado, Roque y Felipe Peña, ayudaron a la formación de quien he sido, soy y siempre seré: nacionalista y boricua hasta la muerte. Sé que a muchos de los que menciono ya no se les nombra, aunque son dignos de recordar pues eran patriotas dispuestos a lo que fuera necesario por la libertad patria. La sola mención de sus nombres fortalece mi espíritu. Conseno una felici­ tación navideña que me enviaste a la prisión de Leavcnworth, Kansas, en 1967. En ella incluyes unos versos tuyos dedicados a nuestra bandera.

Es nuestra amada bandera la que adorna esta postal, la que amaré hasta que muera y aún en lo espiritual, es el símbolo sagrado, es el pendón nacional. Rafael Cancel Rodríguez Gracias, padre mío, y un fuerte abrazo dondequiera que estés.

Tu hijo, Rafael (Pito)

Rafael Cancel Rodríguez, n. 16 de noviembre de 1900, San Germán, Puerto Rico m. 17 de agosto de 1978, Mayagüez, Puerto Rico

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Nuestro héroes

del

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30 de octubre

Quisiera tener el poder para liberar a mi patria, aunque un minuto después la vida se me acabara.

Se acercaba la gloriosa fecha del 30 de octubre y quise recordar a los nacio­ nalistas mayagúczanos que combatieron en aquel histórico grito patrio del 30 de octubre de 1950 conocido como el Grito dejayuya. Ese día haría tres ofrendas florales. Mi es­ posa y yo conseguimos las flores y ella preparó tres sencillos ramos. Le informe a una aprecia­ da compañera mayagüezana mi intención. La invitación que haríamos no sería a nombre de alguna Organización, sino en nombre del pa­ triotismo puertorriqueño. Así que a la 1:30 de la larde del 30 de octubre nos encontramos en el cementerio de Mayagüez con un pequeño grupo de patriotas, entre ellos dos Cadetes de la República. Caminamos hacia la tumba donde descan­ san los restos de los nacionalistas mayagüezanos que cayeron en la Masacre de Poncc. Allí siempre flota la bandera puertorriqueña pues un compañero se encarga de que así sea. Tres compañeras presentaron las ofrenda floral, no solo en homenaje a los mayagüezanos que fueron masacrados en Ponce, sino también en homenaje al valiente y digno joven estudiante Cementerio histórico de Mayaguez. puertorriqueño, Angel Esteban Antongiorgi. El 30 de octubre de 2015. 25 de julio de 1938 el mismo gobernador que ordenó la Masacre de Poncc, general Blanton Winship, intentó hacer una marcha militar en Poncc, intentando descerar la sangre puertorriqueña derramada allí. El joven Antongiorgi evitó que esa profanación ocurriera tiroteando la tribuna donde se encontraba Winship. A Antongiori lo mataron en el acto y desaparecieron su cuerpo. ¡Honor al joven estudiante Angel Esteban Antongiorgi!

7Jr 116 RAFAEL CANCEL MIRANDA

Del cementerio de Mayagüez partimos hacia el cementerio de Cabo Rojo, donde descansan los restos del patriota Irvin Flores Rodríguez, para hacer una ofrenda floral y el cambio de bandera. El compañero Irvin no solo fue a cumplir con su deber patrio el 1 de marzo de 1954 en Washington DC, sino que también fue un combatiente aquel 30 de octubre de 1950. Esa la noche del asistimos al concierto musical patriótico que presentó Roy Broun junto a sus hijos y unos magníficos grupos musical y de baile que le acompañaron. El Teatro Yagüez se llenó a capacidad y se sentía mucho fervor patrio. En una pantalla en el escenario se presentaron imágenes de aquel 30 de octubre de 1950, junto al reclamo de libertad para Oscar López Rivera. El concierto finalizó, por supuesto, con la interpretación de OubaoMotn de don juán Antonio Corretjer. Esc concierto de Roy Brown honraba a cabalidad la fecha del 30 de octubre de 1950. ¡Gracias, Roy! Al día siguiente mi esposa y yo, acompañados por José Pérez González Joíto), fuimos a cambiar la bandera que flota sobre la tumba de mi padre Rafael Cancel Rodríguez, quien además de ser sobreviviente de la Masacre de Poncc, participó en el grito patrio del 30 de octubre de 1950, junto a otros mayagüezanos, caborrojeños y compañeros y compañeras de pueblos limítrofes. ¡Honor a todos ellos! ¡Viva siempre el Grito de Lares del 23 de septiembre de 1868! ¡Viva siempre el grito patrio del 30 de octubre de 1950, Grito dejayuya! ¡Honor a todos los patrio- . tas que participaron en ambas gestas! ¡Pa'lante siempre!

31 de octubre de 2015

Mensaje para el Comité de Amigos de Puerto Rico en México EN OCASIÓN DE LA CONMEMORACIÓN DEL G1UTO DE LARES Y EL Grito de Jayi ya el 2$) de octubre de 2016

Saludos, compañeras y compañeros. Agradezco mucho al Comité de Amigos de Puerto Rico en México la con­ memoración del Grito de Lares y el Grito dejayuya del 30 de octubre de 1950. Me honra muchísimo que dediquen esta conmemoración a mi persona. A la de­ dicatoria le uniría los nombres de Lolita Lebrón, Irvin Flores Rodríguez, Andrés Figueroa Cordero y el patriota puertorriqueño licenciado Julio Pinto Gandía, se­ cuestrado y desaparecido el 18 de septiembre de 1976. De México tengo muchos buenos recuerdos pues cuando donjuán Antonio Corretjer, presidente de la Liga Socialista de Puerto Rico, falleció me tocó conti­ nuar el trabajo que éste realizaba para que no se extraditara al patriota Guillermo

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Morales a los Estados Unidos y que se le enviara a un tercer país amigo, que en este caso fue Cuba. Gracias infinitas a la abogada Pilar Noriega y a otras compañeras y compañeros mexicanos que se dedicaron con alma y corazón a estas gestiones. También, gracias a la intercesión del Lie. Rubén Bcrríos Martínez, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, ante el presidente de México en esc tiem­ po, gestión de la que me enteré posteriormente. También estuve en México cuando se efectuó el Segundo Congreso por la Independencia de Puerto Rico en 1979, y más adelante se me invitó y asistí al Congreso Internacional del Partido de los Trabajadores. Uno de los pensamientos que ha guiado mi vida ha sido el del patriota mexica­ no Benito Juárez: La paz es el respeto al derecho ajeno. Asimismo, la lucha de Emiliano Zapata ha fortalecido mi propia lucha. En nombre del pueblo patriota puertorriqueño y en el mío, repito mis gracias al Comité de Amigos ele Puerto Rico en México. ¡Pa’lante siempre!

21 ele octubre de 2016

Pa’ Lares con doña Isabelita Doña Isabel Rosado Morales, doña Isabelita, usted es Lares, usted esjayuya, usted es la Patria. Sabemos que usted se hizo nacionalista como reacción al abuso cometido en la Masacre de Ponce el 21 de marzo de 1937. Recuerdo el Grito de Lares de 1995 cuando en mis manos cayó el comunicado de Filiberto Ojcda Ríos, en el que anunciaba que regresaba al elandestinaje. Decidí leerlo en la tribuna. Cayó una pequeña f-""” lluvia y se me mojaron los espejuelos. I Al no poder seguir leyendo, moví la vista por la tribuna buscando a alguien rL'-'^rT •V para que siguiera leyendo. Hasta que la r - r.V. vi. Ahí paré de buscar, le hice una se­ ñal para que se acercara y le pregunté si podía seguir leyendo el comunicado de Filiberto. Inmediatamente empezó a leer y al finalizar gritó a viva voz ¡Viva la lucha armada! Me sonreí pues eso no estaba en el comunicado.

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Rafael Cancel Miranda se despide de Isabelita Rosado^r^eljTospital de Fajardo.

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* 1B RAFAEL CANCEL MIRANDA

Durante una actividad en Nueva York fui testigo cuando una señora se le acer­ có, la abrazó y le dio la gracias por haberle enseñado a leer y escribir cuando am­ bas csluvicron presas en una cárcel en Puerto Rico. Y qué decir de su ternura para con los niños y niñas. Nunca olvidaré la última vez que nos vimos, doña Isabelita. Usted ya había cumplido 107 años de edad y estaba recluida en un hospital en Fajardo. Estaba en su lecho de muerte. Fui a visitarla con mi esposa y mi hijo y cuando llegó el momento de despedirnos, uno de nosotros entonó La Borinqueño. Todos alzamos el puno ) usted ti ató de levantar el suyo. Apoyó el codo de su frágil brazo en la almohada y lo logió. Esa fue la última vez que la vi. Dos días después se nos fue. \oy paia Lares y usted irá conmigo pues la llevaré en mi pensamiento. ¡Gra­ cias, doña Isabelita!

3 de septiembre de 2018

Jibarito Andrés Andrés Figuera Cordero, humilde jibarito nuestro, siempre encaraste al imperio sin ni una gota de miedo. En el camino del recuerdo cumpliendo para con tu pueblo, me parece estarte viendo, sonriendo y sin lamentos.

Andresito, hermano nuestro, ni el cáncer mató tu sonrisa, ni sacó al nacionalista que siempre habitó en tu pecho.

Quisieron los carceleros chantajearte porque morías pero tu honor puertorriqueño ni ante la muerte se rendía.

Más

allá del e s p e j i s m o

Andrés Figueroa Cordero junto a don Paulino Castro Abolafia.

Saliste en silla de ruedas, pero muy de pie, Andresito, por eso hoy se te recuerda como a un indio bravio. La cárcel no pudo romperte, ni pudo borrar tu sonrisa, viviste como un valiente, dándonos vida con tu vida. Gracias en nombre de tu pueblo por saber ser puertorriqueño y demostrar al imperio que la Patria no es un juego.

2 de julio de 2016

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Irvin Flores Rodríguez (1 de octubre de 1924 - 19 de marzo de 1994) Yo he conocido patriotas que aman la patria sin límite, entre esos, en nuestra historia, vive Irvin Flores Rodríguez.

Compañero y hermano Irvin, Hoy se cumplen 23 años de tu partida, el 19 de marzo de 1994, y quiero de­ cirle que sigues viviendo en el corazón de tu pueblo. De nosotros cuatro, Andrcsito, Lolita, tú y yo, quedo yo, y a través de mí el pueblo los abraza y expresa su agradecimiento pues después de 62 años ha visto claramente la verdad de lo que fuimos a decir a Washington aquel 1 de marzo de 1954. Comparto esos abrazos con ustedes. Siempre te recuerdo y hoy quiero compartir lo que narró nuestro hermano Juan Rodríguez Cruz sobre cómo llegaste a la lucha en una reseña biográfica que escribió sobre ti en 1993, a catorce años de nuestro regreso a la patria. Avanzada esa década de 1940 a 1950, Mayagüez era un hervidero de senti­ mientos patrióticos y organizaciones independentistas y nacionalistas. En Mayagüez, Juan Mari Brás había organizado y dirigía en 1943 el Capítulo de Agre­ gados Pro-Independencia. A'íás tarde se divide en la Juventud Independentista presidida por Juan Man Brásy la Juventud Revolucionaria dirigida por Rafael Cancel Miranda, entre otros, y siendo consejeros Santiago Mari Ramos y Rafael Cancel Rodríguez. Así fue como en una tertulia que sostenía la Juventud Revolucionaria en el 1946 en la Plaza Colón de Mayagüez Irvin se acercó como un curiosoy quedó preso en la arenga patriótica para siempre. Quien habla en ese momento era Rafael Cancel Miranda. A partir de ese instante Irvin se convierte en uno de los más militantes de aquel grupo dejóvenes revolucionarios. En septiembre de 1991, tú mismo narraste a Claridad cómo fue tu encuentro con don Pedro Albizu Campos.

El 15 de diciembre de 1947, el Maestro regresa a la Patria del exilioforzoso que le impusiera el impeno, luego de cumplir una condena de 10 años de prisión en una cárcelfederal. El Cuerpo de Cadetes se prepara a cumplir deberes superioresy va a recibir como héroe a su comandante en jefe, a su comandante supremo. Yo me sentía eljoven más orgulloso de todo Puerto Rico al ser cadete de ese cuerpo military presto

M Ás

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a ir a rendirle honores aljefe supremo, al Maestro, al hombre más grandey ejemplar que ha dado la historia de luchay sacrificio por la independencia de Puerto Rico.

La idea de saludar y estrechar la mano del Maestro siempre la tuve conmigo desde su regreso a la Patria. La ocasión anhelada se me presentó cuando me invitaron a ser parte de una delegación de la Junta Naciona­ lista de Mayagüez para ir a visitar a don Pedro en el Hotel Normandie, lugar donde se hospedaba. Compo­ nía la delegación don Rafael Cancel Rodríguez, don Jacinto Rivera Pé­ rez, Emilio A. Torres, Juan Ramón Martínez, Reynaldo Trilla Martí­ nez, Rafael Cancel Miranda y yo. Para mífue uno de los momentos más grandes y emotivos de mi vida dentro de la lucha patriótica. Recuerdo, Irvin, que tu­ vimos programas radiales pa­ trióticos y publicamos boleti­ nes, combatimos la marinería Irvin Flores Rodríguez a la derecha de don Pedro Albizu yanqui cuando se metieron en Campos el 12 de enero de 1948 ante la tumba de las nacio­ nalistas mayagüezanos caídos en la Masacre de Ponce. Mayagüez. Tú participaste en la acción armada durante la Insurrección Nacionalista de 1950. El “don Flor” que buscaba la policía por los montes de Puerto Rico no era otro que tú. No bien pa­ sados dos años de nuestro regreso a la patria estuviste dispuesto a poner tu vida en la línea de fuego por Vieques, tal como lo hiciste aquel 1 de marzo de 1954. Desde que empezaste tu lucha, jamás hiciste pausa. Te diste de lleno y para siempre. Eras un hombre de valor sereno y seguro de la causa por la cual luchabas. No muere quien después de la muerte sigue dándole vida a su pueblo. ¡Gracias, Irvin!

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Primero de marzo de 1954 En recordación de Lolita Lebrón, Irvin Flores Rodríguezy Andrés Figueroa Cordero, quienes ante el congreso del imperio supieron demandar respeto al pueblo puertorriqueño un 1 de marzo de 1954. Gracias, queridos compañeros, por aquel primero de marzo en que los puertorriqueños su honor pusieron en alto.

Y por más años que pasen, el pueblo los recordará pues dejaron esa tarde nuestro grito de libertad. Y aunque años han pasado de aquel primero de marzo aún los siento a mi lado respirando amor patrio. Ese amor que nos da valor para llegar donde sea en pos de la liberación del alma puertorriqueña.

A través de la historia, en las colonias siempre ha habido tres tendencias: la independencia, el estado libremente asediado y los que quieren ser propiedad per­ manente de los amos del momento. Nada es nuevo bajo el cielo. Por suerte y fortu­ na, la independencia es la que más ha predominado entre las naciones. Si no fuera por las minorías dispuestas al valor y el sacrificio por el bienestar de su pueblo, muchas serían las colonias y pocos los pueblos liberados del coloniaje. En las colonias vencen los que reafirman la patria y se reafirman a sí mismos, y los derrotados son aquellos que reniegan de sí mismo y se ponen a los pies del invasor. 26 de mayo de 2016

Más allá

del espejismo

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I a llegada a la Patria

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Recibimiento en Nueva York, 11 de septiembre de 1979. Rafael Cancel Miranda. Irvin Flores Rodríguez, Lolita Lebrón, Oscar Collazo. Fotografía: Colección periódico Claridad.

Mi gente, Gracias a muchos de ustedes, el 10 de septiembre de 1979 salí de prisión junto a Lolita Lebrón, Oscar Collazo e Irvin Flores Rodríguez. Gracias a ustedes, sali­ mos con el puño en alto, triunfadores. Gracias a Nclson W. Canals; a los abogados Emilio Soler Mari, Juan Mari Bras, Michael Deutsch y Mara Siegal; a Rita Zengotita, Pupa Nazario, Domingo Vega Figueroa, Roberto Martínez, Iris Martínez, Rev. José Torres, Pepe Rivera Sotomayor, Paulino Castro, Rosa Collazo, y tantos otros compañeros y compañeras que lucharon por nuestra excarcelación incondi­ cional. Así fue que salimos, sin condiciones ni perdones. Gracias a Fidel Castro y al pueblo cubano que negoció con la administración Cárter, se logró un canje de prisioneros entre agentes de la CIA encarcelados en Cuba y los cinco presos nacionalistas. Nuestro compañero Andrés Figucra Cordero había sido excarcelado incondicionalmente un año antes por padecer de un cáncer terminal, pero también fue parte de la negociación y la excarcelación, sin perdones ni condiciones. Gracias a todos aquellos y aquellas que por años nos fortalecieron el espíritu con sus cartas de solidaridad patria. Salimos de prisión el 10 de septiembre y tu­ vimos el gran honor de llegar a la Patria el 12 de septiembre, día en que se con­ memora el natalicio de don Pedro Albizu Campos. Del aeropuerto salimos para

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el cementerio del Vie jo San Juan donde descansan sus restos. El periódico Claridad recogió esos momento en sus páginas. De los cinco quedo yo, pero Lolita, Andresito, Oscar c Irvin siguen vivos en nuestros corazones y en la lucha por nuestra liberación nacional. ¡Pa’lantc siem­ pre!

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Honrando a quienes nos honran Carmelo Ruiz. Gracias, compañero, por siempre llevar a nuestro pueblo en tu corazón. Calladamente, siempre estabas donde sabías que debías estar. Habla­ bas poco, pero sentías mucho. La última vez que te vi fue en el campamento contra la junta fascista dictatorial, dos días antes de tu muerte física. Fui a la funeraria y allí estaban tantos compañeros y compañeras que te cono­ cieron y aprendieron a quererte. No cabía un alma más. Dejaste el más grande de los capitales: el amor y agradecimiento de tu pueblo. ¡Gracias, compañero! Julio Pinto Gandía. Un 18 de septiembre de 1976 asesinaron y desaparecieron a uno de los más grandes patriotas que he tenido el honor de conocer: el licenciado Julio Pinto Gandía. Desde sus años universitarios ya era un activo combatiente por la libertad de su patria junto a Gilberto Concepción de Gracia, quien también era estudiante universitario para ese tiempo y líder de la juventud estudiantil independentista. En 1936 tanto Concepción de Gracia como Pinto Gandía fueron los abogados que defendieron a don Pedro Albizu Campos y otros nacionalistas ante el tribunal imperialista estadounidense en Puerto Rico. Era el presidente interino del Partido Nacionalista cuando ocurrió la Masacre de Poncc y sobrevivió la misma. Por años fue delegado del Partido en los Estados Unidos. Gilberto Concepción de Gracia y Pinto Gandía volvieron a encontrarse en 1953 en la ONU y juntos lucharon contra el engaño que el gobierno de los Estados Unidos y algunos de sus lacayos allí perpetraron con la creación del llamado Estado Libre Asociado y una supuesta soberanía. Yo estuve ahí y fui testigo de esa farsa, engaño que motivó el acto del 1 de marzo de 1954 organizado por el patriota Lie. Julio Pinto Gandía en el que participamos Lolita Lebrón, Andrés Figucroa Cordero, Irvin Flores Rodríguez y yo. No fue hasta el 50 aniversario de este acto en el 2004 y 28 años después de su desaparición que revelé el papel fundamental que había desempeñado Pinto Gandía en esta necesaria acción.

Más allá

del espejismo

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De Pinto Gandía habría mucho más cinc decir. Hombres y mujeres como el de­ ben vivir por siempre en la memoria de su pueblo pues son los que nos representan.

19 de septiembre ele 2016

Gracias

otra vez,

Fidel

Dignísimo hermano Fidel, gracias por haber vivido y enseñarnos a tener fe ante cualquier enemigo. Gracias por darnos con tu ejemplo y el de tu pueblo también que no hay ni habrá imperio que no se le pueda vencer.

Los que crean que has muerto pronto verán que estás vivo en el alma de tu pueblo y en el alma de ios dignos.

No te has ido, Fidel, te quedaste en tu pueblo, confrontando el imperio dondequiera que estés. Gracias, Fidel, compañero, tu luz nunca se apagará, siempre serás un lucero para toda la humanidad.

Allá para el año 1951, después de cumplir dos años de cárcel en una prisión del imperio por rehusar ser parte del ejército estadounidense y matar coreanos, me querían volver a encarcelar por lo mismo. A sugerencia de mi padre, salí para Cuba usando un seudónimo. Muchos años más tarde, en La Habana, supe que mi padre había entregado las armas que usaron los nacionalistas de Mayagüez en la Insurrección de 1950 al Movimiento 26 de Julio.

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Volviendo al 1951, residí en La Habana por unos 14 meses. Allí me encontra­ ba cuando el histórico aldabonazo del patriota Eduardo Renato Chibas. El 10 de marzo de 1952 Balista tomó el poder y en agosto de esc mismo año me mandó a arrestar, al igual que al joven nacionalista Reinaldo Trilla Martínez. Luego de estar varios días encarcelados en el Campamento Tiscornia, nos echaron de Cuba. A Reinaldo lo deportaron a Miami y a mí a Puerto Rico. En diciembre de ese mismo año partí para Nueva York. En 1953 estaba pre­ sente en la Organización de Naciones Unidas cuando el imperio quiso engañar al mundo reclamando que Puerto Rico había alcanzado su autogobierno bajo el Estado Libre Asociado. Ante esa farsa, los nacionalistas decidimos desenmascarar el imperio y el 1 de marzo de 1954 cuatro jóvenes nacionalistas—Lolita Lebrón, An­ drés l’igucroa Cordero, Irvin Flores Rodríguez y yo viajamos a Washington, DCy tiroteamos el Congreso imperialista. Sesenta y dos años después el mismo gobierno estadounidense admitió que el Estado Libre Asociado había sido y sigue siendo una farsa. Cuento esto porque después de 25 años y medio en las cárceles del « *J_. imperio, logramos salir de prisión mediante un indulto incondicional gracias a una campaña internacio­ nal y a Fidel y el gobierno revolu­ cionario cubano que realizaron un canje de prisioneros, el cual incluía a unos agentes de la CIA, con el go­ bierno estadounidense. Los nacionalistas salimos de pri- 9 sión el 10 de septiembre de 1979. Fidel, Celia Sánchez y otros rcvolu- K cionarios cubanos visitaron Nueva ■ York pocas semanas después para • asistir a la Asamblea General de la ONU y nos invitaron a encontrarnos Fidel ríe ante comentarios de Rafael Cancel Miranda en la Misión Permanente de Cuba. en la Tribuna Antiimperialista en La Habana, Cuba. Fotografía: Bill Hackwell, 2000. Allí nos conocimos personalmente. Luego, los nacionalista fuimos imitados a viajar a Cuba a finales de octubre de ese mismo año. Fidel nos honró otorgándonos él mismo la Orden de Playa Girón y la Medalla del XX Aniversario de la Revolución.

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En otro viaje a Cuba en el año 2000, Fidel se encomiaba presente cua hable en la Tribuna Antiimperialista y dije: ¡Un millón de Batistas no valen o que callo de Fidel! Batista me echó de Cuba y Fidel me abraza. ¡Gracias, Fidel. Unos ¡as tarde me envió un mensaje para que me quedara tres días adicionales y ha ) ara la tribuna en Pinar del Río puesto que Fidel salía para un viaje a 1 ’anama con luego supimos que la CIA y sus alicates pretendieron asesinarlo). Gracias a esa in­ vitación guardo un foto con el comandante Raúl, el comandante Almeida y ot comandantes de la República de Cuba, quienes estaban presentes en la actividad de Pinar del Río. Sobre todo, Fidel, gracias por tu firme e inquebrantable solidarida con a dependencia de Puerto Rico, desde tus días de estudiante y duiante toda tu vida.

5 de diciembre de 2016

Gracias, Fidel Gracias le doy a la vida por mi cielo ser boricua, mi alma, nacionalista y mi credo, Fidclista.

Gracias le doy a la vida por atreverme a luchar, por atreverme a confrontar la bestia imperialista. Gracias le doy a la vida por doña Isabel y Albizu y por aquellos amigos que me sirvieron de guía.

Gracias le doy a la vida por mi pueblo valeroso, que ha sabido con decoro mantener su alma viva.

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Gracias le doy a la vida por la luz en mi camino, y por marcar mi destino con el de la patria mía.

Gracias por darnos con tu ejemplo y el de tu pueblo también que no hay ni habrá imperio que no se le pueda vencer. Los que crean que has muerto pronto verán que estás vivo en el alma de tu pueblo y en el alma de los dignos.

No te has ido, Fidel, te quedaste en tu pueblo, confrontando el imperio dondequiera que estés. Gracias, Fidel, compañero, tu luz nunca se apagará, siempre serás un lucero para toda la humanidad.

Recién terminado este poema, me enteré del fallecimiento del compañero Fi­ del. Con la intención de honrar a quien tanto nos honró, le puse el título “Gracias, Fidel” y en su honor cambié una palabra en el poema. Esta mañana me entrevistó un periodista acerca de la muerte de Fidel, quien para mí no ha muerto. Hay Fidel para buen rato. La mafia imperialista trató de que no llegara ni a los 50 años de edad, pero siendo Fidel, Fidel, su cuerpo decidió la fecha de su partida. En 1977, me encontraba encarcelado en una prisión yanqui en Estados Uni­ dos cuando mataron a mi padre. Gracias a la presión del pueblo, el gobierno yan­ qui se vio obligado a autorizar mi traslado a Puerto Rico por 7 horas para asistir al entierro. Los periodistas me preguntaron cómo me sentía ante la muerte repentina de mi padre. Yo les respondí que no había venido a llorar su muerte, sino a celebrar su vida, que fue la de un patriota. Lo mismo digo de Fidel. Gracias a Fidel y al Gobierno Revolucionario de Cuba, así como a la campaña

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internacional por la liberación de los cinco na­ cionalistas, salimos de prisión el 10 de septiem­ bre de 1979. Fidel y el Gobierno Revoluciona­ rio cubano negociaron un canje de prisioneros, entre los que se encontraba Lawrencc Lunt, un agente de la Cía preso en Cuba. Un reportero me preguntó si iría a Cuba, pero como tú sabes, Fidel, yo nunca he acepta­ do la ciudadanía estadounidense impuesta a los puertorriqueños por el congreso yanqui, y por lo tanto tampoco acepto su pasaporte, requisito impuesto para salir de Puerto Rico al exterior. No podré estar allí físicamente, pero mental y emocionalmcnte estaré contigo y con el heroico pueblo de Cuba. Fidel Castro Ruz saluda a Rafael Cancel , . . . • hlOei uasuu nuz. oaiMuu «. —---------Es mucho lo que podría decir de ti, peí o Mjranda durante la primera visita de este por el momento solo quiero decirte, en nombre a Cuba luego de la excarcelación de los nacionalistas. La "Habana, 1979. de Puerto Rico y de todos los que tu ejemplo i ~ a ’ i mundo mejor ¡Gracias, Fidel! Dondequiera seguirá inspirando en la lucha por un i que estés, ¡pa’lante siempre, compañero! ¡Venceremos! .. Jll CAI IMU

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25 de noviembre de 2016

Boricua de sol a sol Dedicado a mi amigo De. Diis E Camacho

Yo nací puertorriqueño, de lo que no me lamento, siento orgullo por mi pueblo, pues no han podido vencerlo.

Un pueblo que no se rinde, ni pierde su razón de ser, un pueblo de alma libre, un pueblo que no pierde la fe.

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Y que como tantos otros, padece de renegados, pero también como todos, tiene los Albizu Campos.

Y aunque tenemos los parías, como en las trece colonias, hay los que honran la patria, y esos nos llenan de gloría. Y para dignidad nuestra, siempre tenemos patriotas que honran nuestra bandera y ante nadie se eñangotan. Nos dieron el Grito de Lares y el Grito de Jayuya, y pese a sus tres masacres, seguimos en pie de lucha.

Y aún siendo colonia, maldita sea la palabra, aún tenemos la honra de no rendir nuestras almas.

Y hemos dado para atrás los golpes que nos han dado, por eso me puedo mirar con orgullo boríncano.

¿Por que dedico este poema al amigo Camachito, como le decíamos? Cuando los cuatro nacionalistas llegamos a Puerto Rico el 12 de septiembre de 1979, des­ pués de más de 25 años de encarcelamiento, miles de puertorriqueños nos recibie­ ron en el aeropuerto de San Juan. Luego del recibimiento, me llevaron en un carro del aeropuerto a la tumba de don Pedro Albizu Campos en el Viejo San Juan. Así es que conocí a Camachito, pues era el chofer del auto. A la sazón, era el vicepre­ sidente del Colegio de Abogados y al año siguiente asumió la presidencia de esa institución. Dos o tres años después, Camachito y yo coincidimos en una comisión,

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espejismo

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junto a Gilberto Concepción Suárcz, que viajó a Nueva York para realizar unas gestiones en la Organización de las Naciones Unidas. Unos ocho o nueve años atrás, nuestro amigo mutuo Jacobo Morales nos con­ vocó para hacer un carneo al inicio de su película Ángel. Recuerdo las palabras de Camachito al concluir nuestra actuación: ¡Debut y despedida! Habíamos pasado toda una calurosa mañana para grabar una breve escena frente a la cárcel de Bayamón. Pero, en verdad, lo disfrutamos mucho. ¡Gracias, Jacobo y Blanca! Algunos años después de nuestro cstrcllato, nos encontramos en El Antojito, restaurante boricua en el barrio Guavate de Caycy. Nos tomaron una foto que luego colocaron en la pared de uno de los salones. Un tiempito atrás, nos volvimos a encontrar y nos pidió a María de los Ángeles y a mí que cuando volviéramos a Cayey le avisáramos para invitarnos a otro de sus restaurantes favoritos. Después de todo, en Cayey todo era “favorito” para él. No pudimos compartir un rato en ese restaurante, pues te nos fuiste, pero el martes pasado estuvimos junto a tu pueblo en la misa que tus queridos compueblanos te dedicaron. ¡Hasta siempre, compañero!

28 de junio de 2014

Al patriota don Julio Vives Vázquez, a quien HUBIESE QUERIDO CONOCER MEJOR. Lo vi personalmente por última vez en una visita que le hice al hospital. Aun cuando estaba postrado en cama, me sentí ante la presencia de un hombre que siempre supo vivir de pie. Don Julio Vives Vázquez

Fuiste un patriota íntegro, nunca echaste para atrás, por eso te despedimos con orgullo y dignidad. Por eso seguirás vivo en el alma de tu pueblo, porque diste como Albizu tu corazón por entero.

132 RAFAEL CANCEL MIRANDA

Por eso tú no estás muerto, como no mueren los grandes, que dejan en su sendero huellas de amor imborrables. 3 de diciembre de 2014

Rafael Cancel Miranda. Julio Vives Vázquez (al fondo) y Juan Antonio Corretjer en recibimiento a los nacionalistas puertorriqueños excarcelados. 12 de septiembre de 1979.

Los

tres de

Maravilla

Mi gente, Un par de horas después de escribir los siguientes versos me enteré por un ami­ go de que don Julio Ortiz Molina, el dignísimo chofer de carros públicos de Ponce, había muerto hacía unos diez años en Texas. Por su integridad y por haber dicho la verdad de lo que ocurrió en el Cerro Maravilla, fue objeto de hostigamiento por las supuestas “autoridades” de aquellos años y tuvo que salir del país. Como muchos sabemos, donde se vive de la mentira, la verdad es un delito. ¡Gracias, don Julio Ortiz Molina! Su gesta de dignidad y valentía servirá de ejem­ plo para esta y futuras generaciones.

MÁS ALLÁ I) E L E S P E J I S M O

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Unos esbirros sin alma creyeron haberlos matado, pero aquí están Carlos y Arnaldo compartiendo con la Patria.

Han pasado cuarenta años de aquel vil entrampamiento, hoy están Carlos y Arnaldo junto a su pueblo cantando.

No hay balas ni soldadesca que puedan matar el alma de los que aman la Patria y ante nadie se doblegan. Y a usted, don Julio, el chofer que supo honrarnos ese día, en nombre de los nacionalistas levanto el puño ante usted.

13 de julio de 2018

PaN/UIÁ Y LA CIUDADANÍA Mi gente, En días pasados me entere de que el servicio de inmigración en el aeropuerto de Panamá detuvo por 18 horas al patriota Oscar López Rivera cuando iba cami­ no a Bolivia para asistir a una actividad. Hará unos 20 años, en un viaje para Nicaragua, en esc mismo aeropuerto de Panamá, me detuvieron por 17 horas. Los funcionarios panameña me exigían que indicara en los formularios de inmigración que era ciudadano “estadounidense” y yo insistía en declarar que era y soy ciudadano puertorriqueño. Les decía.- ¡Mírenme bien! ¿Les parezco gringo o puertorriqueño? Llevaba como documentos de identificación mi acta de nacimiento y licencia de conducir ya que nunca he aceptado el pasa­ porte estadounidense puesto que nunca he aceptado ni aceptaré la imposición de su ciudadanía. Soy puertorriqueño y punto.

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Quiero aclarar que entiendo que pueden haber razones muy válidas para el uso del pasaporte estadounidense por parte de ciudadanos puertorriqueños, inclu­ so en gestiones para adelantar la lucha por la independencia de Puerto Rico. En esc caso, hasta yo mismo lo usaría. ¡Y miren que me sería duro!

10 de agosto de 2018

Doña Fifo Doña Fifo, compañera, valiente mujer boricua, gracias por Lucy y Alicia y por ser a toda prueba.

Tú, la mujer de Aguadilla del peón de Las Marías, amaste con fuerza viva, siempre con una sonrisa. Sembraste patria en New York, en Chicago, Nicaragua dejando en cada palabra pedazos de tu corazón. En la tierra de Sandino me di cuenta de tu valor pues en más de una ocasión confrontaste el peligro. Gracias por haber amado con tanta pasión tu Patria, y por habernos dejado tanto amor en nuestras almas.

Me refiero, doña Fifo, a aquel viaje que hicimos varios compañeros y compa­ ñeras a Nicaragua en 1986 para participar en la Jornada por la Libertad de los Prisioneros Políticos Puertorriqueños, organizada por el gobierno revolucionario

Más

allá del espejismo

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de Nicaragua. Parte del grupo se quedó en Managua y usted, Rita y yo continua­ mos viaje hacia la ciudad de Darío, que en aquel momento era parte del frente de guerra y donde se escuchaban día y noche los cañonazos. Los compañeros nos hospedaron en una de las casas históricas donde se al­ bergaba a unos jóvenes sandinistas que enfrentaban a las tropas contrarrevolu­ cionarias. Llegamos al lugar de noche. Al entrar vimos combatientes sandinistas durmiendo en el piso en colchonetas, sus armas apretadas contra el pecho. Uno o dos días después de nuestra llegada, los “contra” atacaron una cooperativa en la montaña. Combatientes sandinistas salieron al auxilio, pero fueron emboscados en el camino y asesinados. Poco a poco fueron llegando sus cadáveres a la casa histórica. Entonces se organizó un grupo de soldados sandinistas para ir en una camioneta, por el mismo camino de la emboscada, hacia la cooperativa que había sido atacada. Usted, Rita y yo nos fuimos en esa camioneta con los sandinistas. Recuerdo que le dije a uno de los “compás” que llevaba dos rifles: Si nos atacan, me das uno de esos rifles. Finalmente, llegamos a la cooperativa a salvo. Durante todo el transcurso del viaje, ida y vuelta, usted y Rita iban de lo más tranquilas. Al regresar a Darío, asistimos al entierro de los “compás” que cayeron en la em­ boscada. Tuvimos el honor de poner ofrendas florales en nombre del Frente Sandinista de Liberación Nacional en las tumbas de los que habían caído en la emboscada En otra ocasión, divisaron un cuerpo en el monte y no se podía determinar s. era de un “contra” o un “compa”. Salió una camioneta con soldados sandinistas para verificar y ¿quiénes iban con ellos? Usted, Rita y yo. Recuerdo que en el ca­ mino nos bajaron a los tres pues se dieron cuenta de que no nos habían puesto la vacuna contra el tétanos. En más de una ocasión las vi a las dos brindando consue­ lo a las madres que habían perdido a sus hijos en la guerra. Este recuerdo, doña Fifo, tómelo como una ofrenda floral en nombre de Rita y de aquellos valientes jóvenes sandinistas que cayeron en la emboscada aquella y en nombre del joven sandinista que regresó herido con nosotros a Managua y que nos dijo que si alguna vez los puertorriqueños lo necesitábamos, podíamos contar con él. Nos duele su partida, pero nos regocija que haya sido parte de nuestras vidas. María de los Angeles y yo la recordaremos siempre.

17 de abril de 2015

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Olga Pabón de Cintrón Hoy, 5 de noviembre de 2018, recibimos la noticia de su partida. Siempre celebraremos su vida, doña Olga. Vivirá en nuestros corazones porque ustedfue todo amor para su puebloy el amor no muere. Mi comandanta

Doña Olga Pabón-Cintrón, mujer digna de respeto, pues fue boricua de corazón y supo luchar por su pueblo. Gracias, en nombre de Albizu, Carmín Pérez y doña Isabel, fue usted un ejemplo vivo de una valiente mujer.

Su pueblo no la olvidará, pues nunca lo abandonaste, luchaste por su libertad con dignidad y coraje.

¡Gracias, comandanta! 5 de noviembre de 2018

Mensaje en ocasión de la otorgación de la Medalla Blanca Canales Torresola a Lydia Collazo Cor tés EL 9 DE LEBRERO DE 2019 Apreciados compañeros y compañeras de la Casa-Museo Blanca Canales Torresola. Gracias por la invitación a la actividad en que se otorgará la Medalla Blanca Canales Torresola a la compañera y patriota Lydia Collazo Cortes, invitación que me honra muchísimo. Desafortunadamente no podre acompañarlos, como sería mi deseo, por una inesperada situación de salud. Precisamente el 8 de fe­ brero el médico principal que me atiende me informará si se procederá con una cirugía.

M Á S A LLÁ D E L ES P EJ I S M O

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Bien que la compañera Lydia merece el honor que se le concede pues ha lu­ chado toda la vida por la Patria y asumió importantes responsabilidades en tiempos muy álgidos para nuestra lucha. Allá por los años 1953-54, yo residía en la ciudad de Nueva York y recuerdo lo activa que ya para ese tiempo estaba Lydia en la lucha pa­ tria. Participamos juntos en más de una actividad, y con nosotros doña Rosa Collazo. No quiero dejar de mencionar el aprecio con que siempre me trataron doña Rosa, Lydia c Iris Collazo, así como los demás miembros de laJunta Nacionalista de Nueva York durante los catorce meses que residí en esa ciudad antes de aquel 1 de marzo. Me tomo la libertad, en nombre de Oscar Collazo, de darles las gracias a los organizadores por haber seleccionado a Lydia Collazo Cortés para recibir este ho­ nor. Para Lydia, en nombre de Albizu Campos, a quien ella siempre supo honrar, le extiendo un patriótico abrazo, el que acompaño con otro de mi parte.

Gracias y ¡pa’lante siempre! 29 de enero de 2019

Ser obispo en una colonia Para 1971, estando todavía encarcelado, escribí mi primer libro con la ayuda de mi padre. En uno de los pensamientos que incluí en ese libro dije: La política es una ciencia; la politiquería, una desvergüenza. De lo último se da mucho en Puerto Rico y de lo primero, poquísimo. Es mi esperanza que lo segundo sea a lo que se refirió el papa Francisco cuando se dice que le dijo a los obispos puertorriqueños que no se involucraran en la política de Puerto Rico. Considerándolo una persona de mucha sabiduría, estoy seguro, o quiero creer, que le pedía a los obispos puertorriqueños que no se dejaran caer en las garras de la politiquería, porque decirles que no parti­ cipen en la política de su país es pedirles que miren para el otro lado. Precisamente, se va a canonizar al obispo Arnulfo Romero de El Salvador porque no miró para el otro lado y defendió a su pueblo contra la injusticia institucionalizada. No hay que ser sabio para saber que Puerto Rico vive en un estado de esclavi­ tud sociopolítica y económica que le ha costado la vida a miles de sus jóvenes en las guerras del invasor de nuestra patria. El 12 de mayo de 1898, la marina de Guerra estadounidense nos bombardeó matando a puertorriqueños y puertorriqueñas en las calles y en sus casas y destruyendo o dañando edificios, entre ellos, la Iglesia de San José del Viejo San Juan. Bajo órdenes del invasor anglosajón nos han masacrado: las Masacres de Río Piedras, Poncc y Utuado. Los atropellos y las humillaciones son

138 RAFAEL CANCEL MIRANDA incontables, y hasta el mismo Cristo hubiese protestado pues Él predicaba la justicia social y fue por eso que el imperio romano, valiéndose de un llamado “plebiscito” lo crucificó. Cuando el padre Camilo Torres se unió a las guerrillas colombianas pre­ guntó de qué valía prometerle al pueblo un cielo después de muertos si en vida no se les libraba del infierno en que vivían. Lo que voy a decir lo digo con seriedad, aunque con una sonrisa, pues me siento con derecho a opinar sobre este asunto por los seis años durante los que me atreví a ser monaguillo en la prisión de Alcatraz. El capellán, un sacerdote jesuíta irlandés, y yo nos hicimos buenos amigos. Respeto mucho al papa Francisco, por eso no quiero creer que él le haya ordenado a los obispos de Puerto Rico que no se involucren en la política de su país. Sería como pedirles que fueran cómplices del coloniaje que padecemos. Se dice que el que calla otorga, y hay momentos en que el silencio es complicidad. Como han demostrado los obispos de Puerto Rico, no hay que dejar de ser puertorriqueño para ser obispo. ¡Viva el obispo Romero! ¡Viva el padre Camilo Torres! ¡Viva monseñor Antulio Parrilla y tantos otros que han seguido el camino del Cristo revolucionario!

11 de junio de 2015

Ante el Altar de la Patria Mi gente, Hará unos 20 o 25 años, me di cuenta de que en los Estados Unidos se había comenzado una campaña mediática contra la Iglesia Católica. Recordé enton­ ces a mi buen amigo el padre Scanell, sacerdote jesuíta. Lo conocí en la prisión de Alcatraz, donde era el capellán. Por ser irlandés, el padre Scanell entendía la situación de Puerto Rico pues su país también había sufrido los estragos del coloniaje, en el caso de Irlanda, impuesto por Gran Bretaña. Nos hicimos ami­ gos, tanto así que el padre Scanell quiso ir a Washington, DC a interceder por mi excarcelación. Le pedí que no lo hiciera pues no lo dejarían entrar jamás a una prisión. Durante los 6 años que estuve encarcelado en la prisión de Alcatraz (1954-1960) fui su monaguillo, cuando todavía se oficiaba la misa en latín. Cuando leí sobre el ataque que lleva cierto grupo en Puerto Rico contra mon­ señor Roberto González, Arzobispo de San Juan, y creyéndolo un atropello, decidí escribir estas líneas, en mi nombre y en recordación del padre Scanell.

M Á S AL L Á D E I. E S |» E J I S M O

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Altar de la Patria en la Catedral Metropolitana y Basílica Menor San Juan Bautista. San Juan, Puerto Rico

Usted, mi querido Monseñor, es un verdadero cristiano, y como es boricua de corazón, no le cae bien a los agringaos.

Ya antes quisieron difamarlo, y se difamaron ellos mismos, usted honra el nombre de Cristo, y ellos, ¿a quién están honrando? Ahora mismo estoy recordando a la hija de un politiquero, la que escribió al Vaticano pidiendo lo sacaran del templo. Cabe preguntarse, Monseñor, ¿será que quieren crucificarlo porque usted tuvo el valor de dar al pueblo un altar patrio?

1 de abril de 2018

RAFAEL CANCEL MIRANDA

Carlos Gallisá Bisbal Garlos, compañero y hermano. Gracias por haber honrado con tu vida a nuestra Patria y nuestro Pueblo. Siempre mantuviste nuestra bandera en alto y así la mantendremos. En 1977 cuando la muerte de mi padre, el pueblo, entre ellos tu, lograron traerme desde la prisión de Marión, Illinois, a Puerto Rico por siete horas; por supuesto, custodiado por varios alguaciles. Le dije a la prensa que yo no venía a llorar la muerte de mi padre, y sí a celebrar su vida de patriota. Lo mismo digo hoy de ti. Tú seguirás siendo parte importante de nuestra lucha por la indepen­ dencia patria. Al igual que decimos que Albizu vive, Mari Bras vive, Blanca Canales vive, Lolita vive, Concepción de Gracia vive, Corretjer y Filiberto viven, así decimos de ti. ¡Carlos Gallisá Bisbal vive!

Rafaelito 8 de diciembre de 2018

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Rafael Cancel Miranda en despedida de Carlos Gallisá del programa radial Fuego Cruzado. Septiem­ bre 2018. Fotografía: Colección Periódico Claridad

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