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Spanish Pages 491 [488] Year 2001
C O L E C C I O NS O C I E D A D Y C U L T U R A
LAS LITURGIAS DEL PODER Celebraciones publicas y estrategias persuasivas en Chile colonial (1609-1709) Jaime Valenzuela Marquez
CENTRO DE INVESTIGACIONES DIEGO BARROS ARANA
LAS LITL'RGIAS DELPODER CELEBFACIOKES P~JBLICASY ESTRATEGIASPERSUASIVAS EN CHILE COLONIAL (1609-1709)
Cohccih SoGiedad y Cultura
CIP Bibliolcu Nacioul de Cbilo ~
306 20983 V16
Vdenzusla M&rqusz,Jaime. La8 IibrrgLS del poda Cclebracioner Mblicas y etwatcgias penuasiw m Chile Colonial (16091709) /Jaime Valeauck MArquez ; pnjlogo de Bernard Lavalle - S ~ b a g oChile , :Cmtro de I n v s a t i p k Diego Banas &ana, DIBAM : Lam Editores , 2001. 499 p : il. , 2 3 em (Coleeeiirn sociedad y cultura / Centra de lnveatrglcims Diego Banon Arana) ~
Bibliogalia. p 469489. ISBN 9562440710 (coleccibn) 1. ANTROPOLOGlA POLITICA - CHILE - HISTORIA - SI(iL0 17 2. ESTRUC’RJRA SOCIAL --CHILE HISTORIA - SIGLO 17 ~.ESPANA - COLONIAS - CHILE -ADMINISTRACION. 4. CHILE - CONDlClONES SOCIALES - 1540-1810. I. Lw&. Bernard.pol. I1 Chile. Dirscri6n de Bibliotecan, Archivos y Muneon. Centr~de I n v c s t i ~ a c ~Diego o ~ Bmos Anna. Ill T W O . N.S a i e ~
Q JAIME V~LE.U%UEIA MdnQIru. 2001
e Direccih de Bibliotecas,Archivos y Museos. Q Edidones LOM Inscripcidn No 113.847
ISBN 956-244-135-0 ISBN 956-244-071-0 (cokcidn) Derechos exclusivos reservados para todos 10s paises Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos y Representante Legal Sra. Clara Bndnik Sinay Director del Centro de Investigaciones Diego Barros h Director Responsable Sr. Rajhel Sagredo B o w
ay
Editor
Sr. Marcel0 Rajas Vhqnez
Correcadn de Textos Sr.Manuel Vicurin Umrin Disetlo de Portada Sra. Claudia Tapia Roi Fotogafia de Portada hccsian del Corpus Domini en el Cwm, cd. 1680
fFrrlpnrnt0)
Impreso en 10s talleres de U ) M Ediciones Maturana 9 - Santiago
Ediciones de la DirecaBn de Bibliotecas, Archivos y Museos Av. Libertador Bemardo O’Higgins No 651 Tclefono: 3605283. Fax: 3605278 Santiago. Chile I.HPRES0 EN CIIILE/PRlh-IED IN CHILE
LAS LJTURGIAS DEL PODER Celebraciones piiblicas y estrategias persuasivas en CMe colonial (1609-1709) Jaime Valenmela Mkquez
Prdogo de Bernard Lava&
CENTRO DE INVESTIGACIONES DIEGO BARROS M A
INDICE
15 17
Siglas Prefacio Prologo por Bernard Lavalle‘ Introduccidn
19 23
PRIMERA PARTE
EL ESPACIO, LOS HOMBRES, LAS INSTITLJCIONES SANTIAGO, UNA CAPITAL
PERIF~RICA
Una “ish”urbana La capital civil frente a la guerra El peso relativo de su poblacion ... ...frente a un espacio rural predominante LUm sociedaddindrnica? El udesorden”de 10s doininados El ideal del orden corporativo Las elites hispanocriollas: referente cultural y jerkquico El modelo militar Adaptaciones, extensionesy refuenos de las elites Arquihctura y control del espacio El corazon de la ciudad Un espaciojerarquizado Lo urban0 controlado por lo sagrado
35 35 38 43 45 45 48 51 58 61
65 65 69 71
h S PILARFS INSTITUCIONALES
La confbnnan’dn de un gobierno vicario Las formas del Estado en Am6rica colonial El gobernador chileno: un vicario militar frente a la capital civil La Real Audiencia en Santiago
77 77
80 82
83 84 87 87 88 91 93
Una instalaci6n conflictiva Un sueiio cortesano para las elites El Cabildo: Zus elites institucionalizadar El modelo de la metr6poli L o s criterios de la organizacidn municipal en Santiago Cargos en venta.. para las elites L a s funciones politicas: del rol a la pretensi6n
S!iGUhl3A PARTE
EL PODER
ENTRE DEUMATIZACI6N Y SACKALIZACI6N bPRESEIWACI6N DEL REY Y LlTURCIA MOh’kQUICA
De la Europa medieval a los “timpos modmos” Realeza y sacralidad L a coronaci6n Los cuerpos y las temporalidades de la monarquia Acontecimientos y celebraciones Los aportes modernos El rcferenh hispano Una mision divina El marc0 ideol6gico para el imaginario politico El impulso estetico de 10s Habsburgo Refueno de 10s lazos con lo sagrado
UNAIGLESIA u
~ SUFTUENTE~Y TRIUNFANTE” ~
La IglGsia de la cxpansio’n imperial Un instrumento tradicional Una Iglesia de Estado para America colonial Iglesia y cristianizacicjn El poder de la lengua El adoctrinamiento relativo en Chile central Contrarrt+a y ~arroco La nueva militancia de una piedad tradicional Manipulaci6n estetica y prktica emocional La estrategiabmoca en una lejana colonia La canalizaci6n corporativa de la pr5ctica religiosa
101 101 104 106 108 109 111 111 112 116 118
~
,
123 123 125 130 132 133 137 137 140 144 148
Las cofradiasjesuitas El papel pedagdgico de las imigenes Dramatizacionesespectaculares: el papel de 10sjesuitas El peso de las cathtrofes
152 154 158 163
LALITURGIA RELIGIOSA AL SERVICIO DEL IMPERIO Implorando y ahbando la proteccih celestial Suplicas y expiacionespor el Rey, por nosotros... ...y tambikn por el Gobernador y la guerra El papel del Santisimo Sacramento Las invocacionesregulares De la sliplica al agradecimiento: el ejemplo del heredero al trono El Santisimo tambib en la alegr-a Motivos y escenificaciones cruzadas ZDeum Laudamus Participaci6n activa y masiva del clero Usos y potencial del sermon Lm ceremonias de Ea rnuerte Los reyes van al cielo Los preparativos de una representacion colonial El panegirico del difunto Ritos e imaigenes de 1os.funerales metaftiricos Las dificultades de una colonia perif&ica La escenificacidn de un mensaje simbdlico del poder El despertar de fin de siglo
165 165 171 173 174 176
178 180 182 184 187 189 189 190 192 193 197 204 206
L A ARTICULACI6N DE LOS ACTORES LOCALES Tiempo sagradoy presenciu de h autoridades laicas Un ritmo sensible, regular y fi-ecuente Ocasiones de exposicih publica en el calendario lihirgico Los votos de la elite institucionalizada Unapresencia corporativa: persuasion politica y ejemplo moral El espacio sensible de las rogativas En el templo, lugarcv y gestar ritualu La posici6n distintiva de 10s poderosos Los atributos La susceptibilidad a 10s gestos
213 213 217 221 228 234 237 237 241 246
La intcgracih acliaa en la prdctica religiosa Manipulaciones visuales, participation sacramental y aproximaciones fisicas a 10s objetos sagrados Del financiamiento laic0 al usufructo simbolico Una cofradia penitencial para la elite municipal L o s posicionamientosen las procesiones
251 251 258 262 266
TERCERA PARTE LA P E R S U A S I 6 N LITORGXCA EN LAS CELEBRACIONES “CIVILES”
RESONANCIA LOCAL DE ms MODELOS m m o s Celebacionw pur la monarquits La circulacion de formulas festivas L a adaptaci6n a la realidad de Santiago Llegada de la noticia y preparativos locales Los desfases de temporalidad y sus paradojas tecnicas El pan dia: un ritual oficial... ...en un ambiente de alegria Lar autoridadtsvicariascomoprotugonirtas El modelo general de las “entradas” reales Una lucida reproduccidn para recibir a 10s virreyes Apropiacion local del modelo: la recepcibn del gobernador en Santiago Gasto y usufructo privados Una estrategia para el conjunto de 10s “vicarios” Las apuestas de la vispera: la munificenciaen bdsqueda de reciprocidad A las “puertas” de la ciudad... ...las formulas rituales de la recepcion oficial La parodia simbdlica de una entrada real
271 271 275 277 281 283 285 288 288 291
296 298 300 302 307 310 312
h S “FETICHES” DEL PODER
El nllo real Unagran “presencia” en Santiago La “sacralizaci6n” La entrada oficial del “fetiche-tabP
315 3 15 317 319
El pendh o estandarte real Un simbolo de us0 piiblico habitual ;Fiesta de Santiago o del pendhn? Posicionamiento de 10s actores y papel del Alferez Real El ritual civic0 luego de la misa mayor
322 322 324 326 329
PRESENCIA~ OFICIALFS EX LA CAUE
El sentzdo del cortgo Una forma estable Un orden en movimiento PosiciBn de 10s notables: de lo civil a lo militar La ostmtacih de la aparieruia Significados sociales Vestidos, colores, adornos... La 16gica del control suntuario Las reglamentaciones del lujo de la muerte
331 331 336 337 342 342 345 352 356
COMPLEMEhTOS INDISPENSABLES
Los sonidos del poder EI lenguaje de las campanas Disparos y fuegos de artificio LTnarnusica predominantemente marcial Smicitica de h divemiones Corridas de toros y juegos caballerescos: otro usufruct0 simbglico de 10s notables L a “inversion” economics en las practicas Micas Las referencias del teaeo profano En Chile, expresiones tornadas aiin de las fiestas religiosas La presencia oficial sobre 10s tablados
EP~LOGO
AiUXOS
i d i c e de nombres, lugares y materia Fuentes y Bibliopafia
363 363 370 372 374 374 384 388 392 399 403 411 457 469
SIGLAS
A.C.E.
Museo de la Catedral de Santiago, Actas del Cabildo Eclesihtico. Actar capitulares del Cabildo de Santiago, publicadas en la CoEecci6nde historiadores de Chiley de dommentos rekztivos a la historia nuciond Archivo General de India, Sevilla Archivo Nacional de Chile. Fondo Capitania General. Archivo Nacional de Chile. Fondo Claudio Gay. Archivo Nacional de Chile. Fondo Morla Vicufia. Archivo Nacional de Chile. Fondo Real Audiencia Boletin de la Academia Chilena de Ea Hirtoria. Biblioteca Nacional de Chile. Archivo Diego Barros Arana. Biblioteca Nacional de Chile. BibliotecaAmericanaJost5 Toribio Medina, Manuscritos. Elias Lizana (cornp.). Coleccih de documentos histhicos recopiladosdeldrchivo &E Artobispado de Santiago. Colem'iin de dommentos intditospara la historia de Chile desde el viaje de Magallancs basta la Qatalkzde Maipo. Cohxi6n de hinbiadms de Chiiey & documntos relatioos a Ea Airtoria m ' d Revista chilma de historia y geografia. Recopihcion de &yes de 10s reinos de las hdim mandadas irnprirnirypbliGarfior la majotad catdica del r ~ don y CarlosII nuestro s&.
kC.S.
kG.1. A.N.C.G.
AN.Gay ANMV AN.RA B.ACh.H. BNJ3.A B.N.B.M.Ms C.D.kS. C.D.LH.Ch. C.H.Ch. RCh.H.G.
UI.
15
PREFACIO
L a investigacih que presentamos es el resultado de una aventura intelectual compleja y apasionante que ha ocupado cercade ocho aiios. Todo comenz6 en 1991, cuando el profesor Sergio Villalobos me dio la oportunidad de integrar el Centro de InvestigacionesDiego Barros Arana, que habia creado recientemente en la Biblioteca Nacional. Fue en ese momento en que mi campo de investigaci6n, centrad0 hasta entonces en el siglo XIX, se abrio hacia el mundo colonial. De hecho, esta investigaci6n tuvo su origen en un documento que describe las fiestas realizadas en Santiago para laproclamaci6n de Carlos IV, en 1789, cuya lectura me fue recomendada por el profesor Villalobos con vistas a un eventual articulo sobre el tema. El proyecto adquiri6 una dimensi6n insospechada, generando la necesidad de profundizar y extender las fuentes, 10s enfoques y el propio objeto de estudio. En este sentido, 10s dos afios que permaneci en dicho Centro me otorgaron un tiempo y un espacio ideales para sentar las bases documentales del trabajo. La investigacidn adquiri6 una energia fundamental al disefiarla como eje de mi proyecto de estudios doctorales. Entre 10s amigos y colegas que confiaron y que apoyaron mi iniciativa, agradezco especialmente a Sofia Correa, Cristih Gazmuri, Alfred0Jocelyn-Holt, Anne Perotin-Dumon, Armando de Ramon, Claudio Rolle, Rafael Sagredo, Sol Serrano y Raid Lmia El apoyo institucionalbrindado por el profesor Villalobos a mi candidatura al doctorado h e , sin duda, esencial. La obtencidn de la beca “Presidente de la Repiiblica”, otorgada por el Ministerio de Planificaci6n y Cooperad6n del Estado de Chile, permitid continuar mi proyecto en Francia, como estudiante de doctorado en la &cole des HaUtes 3hde.s en Sciences Sociales de Paris. El didogo interdisciplinario con otras ciencias sociales, fecund0 en 10s planos epistemoldgico y metodoldgico, e inspirado en la tradicidn de la escuela de 10s Anndes, permitieron una reformulaci6n vital de las hip6tesis que sustentaban la investigacibn y la agudizacidn del andisis de las fuentes. Agradezco al profesorJean-Pierre Berthe, que me acogio como su alumno el primer aiio, y al profesor Bernard Vincent, que gui6 la tesis durante 10s aiios siguientes. Ambos me aportaron sus consejos y un apoyo efectivo. De hecho, gracias al profesor Vincent pude obtener una “misidn de investigacidn” del Centre National de la Recherche Scientfque (C.N.RS.),que me permiti6 trabajar en el Archivo General de Indias, en Sevilla. L o s profesores Bernard LavallC, Frederique Langue y Franqois-Xavier Guerra tambikn jugaron un papel importante en la configuraci6n de mi traba17
jo, acogi6ndome en sus seminarios, compartiendo sus impresiones y, finalmente, participando en el jurado frente al cual defendi la tesis que constituye la base de este libro. En 10smomentos en que mi beca chilena tenninaba su plazo de tres aiios, el profesor Berthe y la profesora Carmen Val-Julih me ofi-ecieronde inmediato su apoyo. En ese momento, obtuve el cargo de “Attach6temporaire d’enseignement et de recherche” en la Facultad de Letras de la Universidad de Le Mans. En el transcurso de 10s dos afios siguientes, encontre d i m context0 de amistad y de incentivo que me permitieron terminar la redacci6n de la tesis en excelentes condiciones. Agradezco particularmente a mis colegas Maryse Vich-Campos, Mm-aAranda y Annie Vignal. Los amigos fueron un apoyo fundamental durante la estadia en Francia: Catherine, Guy y Vincent Duflot abrieron las puertas de su familia, en una relacion desinteresada plena de afecto y de una generosidad inagotable. Ellos constituyeron, sin duda, un eje central durante esos aiios. A su lado, recibiamos la s6lida amistad de Maryvonne Leclhe y Michel Viard. Nunca olvidaremos, por cierto, el cariiio y la acogida pennanente que nos brindaron Marcela y Sergio Letelier. Tambih estuvieron anuestro lado Valerie y Luis Alvarado, Jasmina Baron, Anna y Daniel Merkez, Ingrid Segue1 y Guillaume Boccara. Entre librerias y bis&oi!s, en Paris y en Ginebra, fue creciendo la gran amistad que me une a Patricio Daza, compaiiero de conversaciones eternas y de sueiios imbatibles. Para 61, Constanza y Maina, un recuerdo agradecido y nostdgico. En relaci6n con el texto preparado para la presente publicacibn, deseo agradecer a 10sprofesores Sergio Villdobos y Matias Tagle, cuya atenta lectura h e acompaiiada de acertadas sugerencias. Mi esposa, Maria Angelica, debe tener un lugar aparte en estas lineas. Ella no sdlo cornparti6 las angustias y las alegrias de todos estos 6 0 s ; es decir, ]as situaciones “normales” de la vida de pareja en un “tiempo de tesis”, lo que ya la transformaba en heroina de la vida en c o m k . Pero, ademh, Maria Ang6lica tradujo todo el texto de la tesis del castellano al fiances. Una dedicatoriano es suficiente; tampoco las palabras de agradecimiento que yo podria escribir qui. PAMS
PRIMAVERA DE 1998 RmOA
PRIMAVERA DE 1999
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PROLOGO
En el libro colectivo La NouuelleHisloire, que desde muchos aspectos constituyd hace veinte aiios el manfiest0 de una nueva generaci6n de historiadoresy de una nueva manera de hacer historia, And+ Burpicre intent6 definir la antropologia histbrical. ExpEc6 que el objetivo de esa perspectiva, entonces novedosa, era estudiar al hombre en las mliltiples facetas de su entorno -bioclimfitico, tecnico, familiar, social, etc.- analizando las mliltiples redes en las que se movia o de lasque podia parecer como prisionero, tratando de entender en liltima instancia c6mo &stasorientaban, restringan o distorsionaban sus comportamientos,sus relaciones. La evocaci6n y sobre todo el andisis de la trama de la vida, tan individual como colectiva, permite asilaidentificacidn de lo que Burguike llama acertadamente “h systkncs m e v e l i s ’ ~lo no dicho, lo no consciente. Si se llega a alcanzar el sentido profundo de las actitudes aparentemente silenciosas, de 10s comportamientosque pueden parecer automfiticos,si se desentraiian 10ssignificados perdidos de 10s sistemas simbdlicos, sera posible reconstituir, para entenderla, una especie de metal6gica del pensamiento y del comportamiento humanos. M h all%de la mera descripcibn de las apariencias, como se sabe no pocas veces engaiiosas, de las racionalidades elaboradas por 10s agentes hist6ricos y que casi siempre funcionan como m5scaras de lo estructural, sin duda se requiere una actitud extraordinariamente perspicaz, atenta a 10s mas minimos detalles per0 tambih globalizante en cuanto al sentido de 10s mismos, que consiga distinguir y entender las fuenas que achian en 10s procesos de lo que podria aparecer como de petrificaci6n social. La obra deJaime Valenzuela se sihia en esa linea, habiendo interiorizado las tCcnicas y reflexiones que, en las ultimas dos decadas, han dado m5rs consistencia afin a la via arriba indicada, y que han renovado y completado en muchos aspectos sus perspetivas. Este es un libro que, de manera muy evidente, se concibid y construy6 en las encrucijadas de aportes muy diversos pero pensados en una perspectiva complementaria y globalizadora: histbrica, per0 nutrida de la antropologia y de la semi6tica;social, pero sin olvidar las mliltiples facetas de lo politico y lo cultural, de la estktica y de las ideologas; utilizando constantemente, con Jacques Le Goff, Roger Chartier et Jacques Revel (din.),Ln NoumIi2 Hisloire, pp. 37-61.
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mucha sutileza, 10s jeux d’icheW entre lo macro y lo micro, en este cas0 completados por otro sistema de variables, el que a la vez oponia y unia de forma indisociable un “centro” peninsular aparentemente todopoderoso y una “periferia” chilena relativamente desvalida. Ambos sin duda lejanisimos y hasta separados por las distancias-tiempos de que habla Pierre Chaunu, per0 entraiiablemente unidos por la presencia obsesiva del primer0 en las vivencias y representaciones de la segunda. Podia parecer casi un reto lanzarse, como lo hizo Jaime Valenzuela, al estudio de la “fiesta” en Santiago de Chile. Por su magnitud, sus riquezas, su polifact5tico poder, su complejidad etnica, 10s grandes centros de 10s siglos coloniales americanos como Lima o Mexico ofrecian para este tip0 de andisis un campo desde muchos enfoques m a amplio, perfecto y lleno de sugerencia. A la inversa, la capital de aquel Fhndes indiano, del que s610 llegaban al virrey y a Madrid rumores de guerras y problemas, perdida al extremo del continente en angustiosa mediania, por no decir pobreza, no era, a primera vista., el escenario m a adecuado para un andisis de rico valor pedag6gico y ejemplar. El merit0 del autor ha sido, precisamente, hacer de esa supuesta debilidad inicial una de las fuenas de su demostracib, pues la diferencia y la distancia le permitieron, mejor que en otros lugares m h centricos y privilegiados del sistema hispano, divisar la acci6n interactiva de las reproducciones del modelo y de las modificaciones que impusieron el lugar y la cpoca.
Las liturgiar delpoder no se cbie a un mer0 andisis de las celebraciones civicas en Santiago a lo largo del siglo XVII. Para deck la verdad, &stas parecen a veces no haber sido para el autor m h que un punto de paxtida -quiza diriamos, de manera un poco provocadora, una coartada- hacia objetivos de otra naturaleza y, sin duda, en el fondo, m5s ambiciosos, como bien lo revela en el titulo de su obra, cuando dude a las ”estrategiaspersuasivas”. Lasformas y expresiones esteticas, 10s m j m sociales, 10s contenidos ideoltigicos tan minuciosa como sutilmente destejidos y revelados sin sus m k a r a s a veces aparatosas, nos acercan al coraz6n mismo del funcionamiento de las elites locales, uno de 10s temas predilectos de la actual reflexion sobre esa America colonial. El libro llega a penetrar y a hacernosvisibles el sentido real de la simbologfa identitaria, el posicionamiento de 10s actores en el juego sutil de una sociedad mucho m h matizada de lo que podria parecer a primera vista, 10s procesos de legitimaci6n que esas elites buscaban a la vez de si mismas y del lejano poder central del que, de algunaforma, emanaban, apesar de las discrepancias que podian tener con 61, y 10s intercambios constantes entre las esferas civil y religiosa que permitian una sacralizacion de lo cotidiano, que a su vez refonaba a 10s sectores laicos. Jacques Revel [dit),fnu: d’tdeUcs. La mino-ana.IJsc d l’expnencc.
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Trabajo imprescindible para entender desde dentro al mundo criollo -en este cas0 chileno- en via de afirmacion durante un siglo fundamental de su historia, las paginas deJaime Valenzuela constituyen asimismo un aporte decisivo para la delineacion del famoso barroco americano, otro de 10s centros de andisis privilegiado de la investigacih actual. En la dinmica de las ilusiones de las apariencias en que se funday la emotividad del espectilculo que maneja, a veces casi con violencia, otras veces con mucha sutileza y no pocos rodeos, 10s diversos cddigos que utiliza y sus trasfondos distan mucho, en 10s capitulos que les esti3.n consagrados aqui, de la esMtica majestad que antes se les atribuian. Estas consideraciones, y otras mfis que la lectura del libro evidenciarfi, nos llevan a la conclusi6n de que, si bienJaime Valenzuela parti6 de un escenario relativamente reducido y marginal, muchas de sus conclusiones -tomando en cuenta las inevitables variantes regionales y temporales- son en lo esencial valederas para otras ciudades y otras zonas del antiguo imperio espaiiol de Am&ica Vale decir que, fuera de sus muchos y grandes aportes para el conocimiento de la sociedad santiaguina y chilena del siglo XWI, Las liturgim del poder nos parece, desde muchos aspectos, un trabajo modr5lico que sin duda alguna ha de llamar la atenci6n de la comunidad cientifica en otras latitudes. Antes de terminar, quisir5ramos insistir sobre otro de 10s mCritos notables de este trabajo. En las Cltimas dCcadas, la investigacih histdrica ha podido adolecer de dos distorsiones, es decir, de dos meritos convertidos en defectos por sus mismos excesos. Por una parte, algunos han privilegiado demasiado, a veces hasta la caricatura, lo ingenioso sobre lo basico, el sauoirfuire sobre la efectividad del proceso demostrativo; digtimoslo en dos palabras: las segundas intenciones del Cxito editorial sobre la seriedad del quehacer cientifico. Por otra parte, a otros, quiza temerosos ante la vuelta de ciertas derivas hvinemmtie&, se les ha ido la mano en cuanto a teorizar sin el respaldo previo de la oscura, paciente y modesta confrontxion de las hipdtesis con la realidad surgida de 10s archivos. Jaime Valenzuela ha evitado ambos escollos y por eso mismo nos ofrece aqui ya no una tesis -en cuya defensa, en la &ole des Hautes Etudes en Sciences Sociales?nos honramos de haber participado- sino un libro documentado, estructurado y lleno de sugerencias que, como hemos dicho, van mucho mas alla del cuadro y de la epoca que las suscitaron.
BERNARDL A v m Universite de la Sorbonne Nouvelle
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CHILE DURANTE LA EPOCA COLONIAL,
LA SERENA
UEVA IMPERIAL
F I ~ Alvaro : Jara, Guma y sociGdad m Chi&
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"f...] il impwtc de bdtir unc histoire du politiqw, qui soit uw histoire du pouvoir sow t o w s s a f a m qui ne sonl pnr toutcs palitiques, une histoire qui incluc notamment b symbolique et l'imaginairc". J A Q ~ LE GOFF,prefacio a la segunda ediddn de La muaellc histoin (1988) '@el est EC lien nhzssairc entre b Pounoir et le Sani? .Si1 5c rehch au gri de !'histoire, jamais mmc il w s'at dinout. Cat que le Sam6fait partic de la structure &e du pmtvoir; de tout pounoir9 LLICDE HEUSCH, Le pouooir et b smi
"LaPL?a i t 6 la relation publiquc prioikgiie de Ia monarcicie; e l k joue k u fait un r6b c~pituldnm la conrt*uction de I'ktut. Elk a sa place dnnr la tr& grandc hiitaire". PIERRE CHAUNU, L'Espapc de Charles Quint
He aqui nuestra propuesta de recomdo a traves del largo proceso de reproduccidn cultural y de construccidn histdrica de un sistema de estrategias persuasivas de control social y de legitimacibn politica En 10s confines del imperio espaiiol, europeos inmigriintes, indigenas con mayor o menor grado de aculturaci6n, mestizos, esclavos africanos y mulatos, van a configurar paulatinamente una sociedad colonial ped6rica. La dominacibn hispana, conjugando opuestos -integracibn y exclusidn, el "otro" semejante y el "otro" diferer~te-~, reproduciendo espacios de control, de estratificacidn y de sociabilidad, va a intentar recrear un sistema de vida y una arquitectura social conforme a su propia cosmovisidn. Los valores, 10s comportamientos y las representaciones sobrenaturales ancestrales inmigran tambien con 10s conquistadores y con las instituciones que salvaguardan la ortodoxia occidental, sentando las bases del modelo cultural predominante. No obstante, como sip0 caracteristicode toda sociedad colonial hispanoamericana, el proceso se vivir&en medio de superposiciones, tensiones, acomodaciones regionales e hibridaciones de todo tipo. En este contexto, nuestro propdsito no es otro que presentar lasfornmextemus que adopt6 la "via persuasiva de la dominacibn colonial" y develar 10s mcunirmos inicrnosque permitieron conjugar dichas fonnas como un sistema coherente. Cf. Tzvetan Todorov, La conpu8tt de lYrnhipue. La paation I !'autre.
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Las primeras hipdtesis surgidasluego de la lectura del documento de 1789-citado en el prefacio- mostraron precozmente la complejidad que escondia el barniz l6dico del evento. Nos parecia evidente la b6squeda de legitimacidn del poder mon&quico, a un nivel festivo-simbdlico, en 10s confines de un continente que no conoci6 la presencia fisica de ningtin rey. De hecho, m lejania lo obligaba a delegar una parte de sus poderes y de su upresencia” en ciertas autoridades que lo representaban a nivel local. Asi, estas iiltimas d a n papeles protaghicos en las celebraciones y atrafan las miradas y Ias intenciones. La participacidn, al mismo tiempo, de notables y poderosos locales permitia su integracibn, a nivel del campo visual, en una alianza administrativa y cromatica con 10s vicarios del monarca Un iiltimo actor de esta “dramatizaci6n” politica era lo sagrado. La Iglesia participaba con todo su arsenal litiirgico y su armamento persuasivo. El hecho de ser el intermediario oficial ante la divinidad otorgaba al clero un lugar irreemplazable en el sen0 del sistema de poder de la epoca. Avanzando en el tema, constatamos que la serie de rituales y de festividades que formaban parte de estas manifestaciones no eran especificas de las celebraciones reales, sin0 que tambien se ejecutaban, ajust5ndolas a la contingencia, para otros eventos excepcionales de la vida pliblica local, repitigndose de una forma miis o menos similar y con mayor frecuencia. Lo que comenzo como una aproximacion monogrifica am sujeto especifico se extendi6 r5pidamente a todo un universo de formas y de contenidosculturales polivalentes y de larga duracibn. En la biisqueda de sus raices, aunque sin caer ni en el “idol0 de 10s origenes”, criticado por Marc Bloch, ni en la aiieja causalidad lineal y teleologica hegeliana, criticada por Michel Foucault, este estudio retrocedio en el tiempo. Desde la Europa medieval, pasando por la proyeccion hacia el “Nuevo Mundo”, nuestralejana colonia ser5 un receptciculo de fonnas elaboradas en otro contexto. La Contrarreforma catcilica -tan cara a la monarquia- y la estktica barroca les darfin, miis tarde, su estructura general y una marca de larga duracih. Luego, el absolutismoborbhico y el neoclasicismo republican0 readaptarb a sus objetivos espe&cos una estrategia ya suficientementeasentada Por otra parte, el hecho de trabajar sobre una colonia perif&ica, orientada en terminos politicos hacia una “guerra” interna contra 10s indigenas del sur, nos Ilevd a reflexionar respecto a la eventual originalidad local de esta reproducci6n. En efecto, Santiago,que era apenas u n villomo del imperio, no cont6 m kzpktica con la presencia de un representante estatal titular de la monarquia durante l a r p dCcadas, hasta el establecimiento del tribunal de la Real Audiencia, en 1609. Esta institucidn encamabauno de 10s mkimos atributos de la soberania monkquica. Por lo mismo, su instalacidn generark un espacio de acci6n politica de pan relevancia local y un peso simbdlico que definirk parte de 10s ejes centrales del campo de las liturgias publicas de la ciudad. Ello explica el que escogieramos dicha fecha como inicio formal de nuestro estu24
dio. En lo que respecta a la otra figura politica del reino, el Gobernador, dste residia la mayor parte del tiempo en el sur, en la capital de la guerra, que era la ciudad de Concepcion, y solo iba a Santiago en circunstancias especificas o durante 10s periodos invernales. Solo a comienzos del siglo XVIII lo vemos quedhdose mis tiempo en la capital civil y, entre 1709 y 1715 -a partir de una decision del gobernadorJuan Andres de Ustkiz-, instaltindose alli definitivamente. De hecho, este momento marca el limite cronoltigico final de la investigacion. Las fiestas y ceremonias del poder, habituales en todo el imperio espaiiol, tendrtin un impact0 local diferenciado, ya que el posicionamiento de sus actores no solo respondera a normas y valores generales, sin0 tarnbib alas realidades especificas de las diversas regiones americanas, al grado jerkrquico de sus autoridades, al nivel de sus recursos y de su capacidad de gasto, etc4.Frente a esta realidad, el modelo original se veia relativizado en su intencionalidad legitimante, que, idealmente, deberta orientarse exclusivamente hacia la realeza Lgos quedaban las ceremonias europeas, donde el monarca estaba presente corporalmente, rodeado de atributos majestuosos y de una espldndida y suntuosa corte. Lejos quedaban tambih, si bien en un menor grado, 10s modelos litbgicos reacondicionados en 10s centros virreinales americanos. En Lima, espejo de referencia permanente de las autoridades y de 10s p p o s altos de Santiago, la presencia de un viney y de una corte pomposa, asi como de una compleja red de funcionarios, y la existencia de una prospera economia minera, hacian posible una reproduccion bastante elaborada de 10s modelos peninsulares. Desprovista de grandes riquezas, la capital chilena reproducira con dificultad estos ejernplos. Por otra parte, y a diferencia de otros lugares,la regi6n de Santmgono contaba con una poblacitin nativa tan estructurada. Los indigenas de la zona central fueron sometidos rapidamente y digeridos ya en forma ternprana -bien que estn debe relativizarse- por el aparato cultural de 10s europeos. De ahi la influencia comparativamente limitada ejercida por el substrato aut6ctono sobre la estetica de la celebration pfiblica en el Santiago colonial. Esta condition ayudara a cultivar un cierto grado de purism0 cultural, tan car0 a las elites de Santiago y a su gusto por mostrar abiertamente una supuesta filiacion nobiliaria de larga y antigua raiz castellana. La reproduccidn obsecada de modelos urbanisticos, de costumbres y de conductas, de formas festivas y El comentarista de una ponencia de Antonio Bonet Correa insiste asi sobre el inter& de observar la utili&& de las formas lihirgicas peninsdares en 10s diferentes territorios del imperio, =en el que se producen distintaa versiones que van desde las r n h altas y costosas hash 10s remedos provincianos y pobres. El estudo de estereotipos y sucedineos, de formas rigdas y de etiqueta cortesana hasta las rnanifestaciones popdares enraigadas en la tradxion son d i p s de una atenta inspeccien":Antonio Bonet Correa, "La fiesta barroca como p k t i c a del poder", p. 48.
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ceremoniales, de mecanismos de sociabilidad y de religiosidad, de gestos y de signos protocolares entre 10s diversos actores del poder sera parte de un imaginario singular, ligado a la ambicion identitaria de pertenecer a una d t u r a diferente a la mestiza americana Sentirse de raiz castellana, comportursc como un castellano, sera el horizonte de todo hispano~riollo~. Pese a la situation modesta y periferica de una ciudad como Santiago, el hecho de estudiar la versi6n colonial marginal de las grandes festividades europeas en este microcosmos urban0 nos permitid profundizar en el andisis sobre el conjunto de las ramificaciones funcionales de estas manifestaciones en el universo local del sistema de poder. En efecto, Santiago adopta rapidamente las formulas festivas importadas reproducihdolas en tanto que canales regulares de las celebraciones “propias”. Asi, s e r h 10s eventos, las instituciones y 10s personajes de la ciudad, 10s rn& directos y “vitales” para el ritmo local, quienes irnprirnirh el verdadero sentido final de las expresioneslithgicas del sistema El “temperamento festivo local” -se@ 10s Erminos de Michel Vovelle6- se transformar&,entonces, en el engranaje comtin y permanente. Nuestra propuesta es, pues, un estudio de historia politica, entendida como una historia del poder en su vertiente persuasiva y a partir de un enfoque apoyado en ejes interpretativos provenientes de un didogo constante con otras ciencias sociales, entre las cuales destacamos la antropologia y la sociologia. Una historia que pretende, en un context0 que lo amerita, desplazar las ideas, las palabras explicitas y 10s personajes de renombre a un nivel de acci6n secundario. Nuestra reflexion se concentra, en consecuencia, en aquellos elementos profundos que sostienen el aparato ideol6gico de control social y que alirnentan 10s contenidos de la legimaci6n colectiva de la autoridad?. Una legitimacidn que no pasa por las vias racionales del discurso hablado ni por las accionesjuridico-legales o la coaccion del sistema imperante, sin0 por 10s meandros persuasivos del gesto, de la presencia ostentatoria, de la palabra teatralizada, de lamagnificencia sensual, de la exhortaci6n a la ernoci6n y a la adrniracirin... Este enfoque, en definitiva, nos pone frente a la sene de argumentos subjetivos a traves de 10s cuales se constmye y se alirnenta larepresentaci6n colectiva del poder durante el llamado “Antiguo Regimen”. El papel que en este universo juegan las formas simbolicas, expresadas a traves de pr6cticas rituales y festivas volcadas al espacio pfiblico, constituye, Esta idea se encuentra desarrollada en la tesis doctoral de Jean-Paul Z6iiiga, Erpapls d’outre-mer. &migration, reploduction sotiale rt mentalitls d Santiago-du-Chili au xm sieccle. Cf. tambibn, paraVenezuela, 10s trabajos de Fed6rique Langue, ”Les identi~sfractales. Honneur et couleur dans la societe vinizu6lienne du XVIII‘ siicle” y “De la munificence B I’ostentation. Attitudes et modeles culturels de la noblesse de Mexico (XVIII~si8cle)”. Michel Vovelle, Lw mltamotphoses de lo @e en Aovencc de 1750 b 7820, p. 76. Nos hemos extendido sobre estas hipdtesis en nuestro articulo “De las liturgias del poder al poder de las liturgias: para, una antropologia politica de Chile colonial”.
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entonces, el objeto de estudio que presentamos, abarcando la tradicidn y la coyuntura, 10s intereses del imperio espaiioly las realidades regionales, la ideologia y el imaginario que alimenta y sostiene al sistemamonkrquico colond, la moda estktica y 10s poderes locales, lo sagrado y lo profano, etc.: las liturgias persuasivasde representacidn y legitirnaciondel poder se nos presentan en toda su dimensi6n compleja y polivalente. Nuestra opcidn metodologica y nuestras hipotesis se ligan, asi, con las tendendas historio@icas que buscan restituir el andamio de tensiones que constituyen una sociedad, no ya a partir de una reconstitucidn global y jerarquizada de todas sus instancias, sin0 privilegiando un punto de entrada particular: un evento, mayor o menor, una trayectoria biogr5fica, la historia de una comunidad, la singularidad de una prtictica, etcetera8. De esta forma, las hip6tesis que han guiado nuestra investigacion surgen de la confluencia de una serie de reflexiones epistemol6gicasy metodol6gicas que han iluminado el trabajo con las fuentes documentales. El estudio del espectciculopdblico como instancia de poder y en el context0 hispanoamerican0 del siglo XVII, debe considerar, necesariamente, la obra deJose Antonio Maravall, para el cual la fiesta constituye una herramienta de control hegemonico y de legitimacidn institucionaP. Edrnund Leach la analiza en tanto mecanismo que refuerza el tejido de la sociedadIo,y Victor Turner enfatiza su papel en un proceso de integracidn social -efectiva o simb6lica-ll. Paul Veyne ve la relacion entre gobiemo y festides publicos como un contrato simbdlico, el “circo” de 10s gobernados12.Sin querer caer en un sincretismo simplista, pensamos que estas cuatro aproximaciones son congruentes entre si y permiten dar cuenta de las diferentes aristas de un mismo objeto: la fiesta o ceremonia pliblica como instrumento funcional a un sistema de poder, persuadiendo, creando consensos, generando actitudes, conductasy representacionesmentales colectivas respecto a la autoridad, al control, a las prohibiciones y transgresiones, a las fuerzas sobrenaturales, etcetera. En la reflexidn precedente podemos insertar el concept0 de “violenciasimb6lica” propuesto por Pierre Bourdieu. Este autor se refiere asi a la imposicidn de la cultura -normas, valores, hcibitos- de la clase o p p o dominante, a 10s miembros de 10s grupos dominados. Un segundo aspecto de esta idea corresponde al proceso por el cual estos iiltirnos se sienten “obligados”areconocer la cultura dominante como legftima y a ver la suya como ilegiti~na’~.
* Roger Chartier, “Philosophie et histoire: un dialogue”, p. 157. La culiura del Barrom. Analisis de una esbuctura hisibrica Culture and Communication. 27re Lop by wich Symbols are Conncclld 31u Ritual Aoccss: Structure and Anti-Structure. l2 Lc Pain et IC Cirque. l 3 Cit en Peter Burke, Sociologia c historia, p. 69. Vease tambien la obra cl&iica de Norbert Elias sobre la irnposicion generalizada en Europa de 10s hsbitos, las maneras y las formas de cornportamiento de 10s p p o s dominantes y sobre su evolucion relativa en un tiempo largo: El promo de la c i v i l w o n . bnwtigacimus sociogm.4ticn.i y psuogmtticas. lo
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El conflicto eventual se encontraria, entonces, en el encuentro entre las “subculturas”de una sociedad y esta imposici6n simb6lica m h o menos consciente. Un conflicto que puede ser exteriorizado per0 que, en general, pasa inadvertido a traves de canales silenciosos.De hecho, podemos establecer una relacidn clam entre la hipotesis de Bourdieu y la idea de “hegemoniacultural” propuesta por Gramsci al hacer referencia a la aceptaci6n de la cultura de 10s p p o s udominantes”por parte de 10s grupos “subordinados”.Aceptacien que tiene lugar sin que gobernantes ni gobemados Sean necesariamente conscientes de las consecuencias o de las funciones politicas que ella conlleva. Lo que aparece como decisivo, por lo tanto,no es solamente el sistema consciente de ideas. Lo decisivo ser5 la vivencia -por la mayoria de 10s individuos- de un proceso social organizado por 10s valores y las significaciones de 10s grupos dominantes, que barb pasar las presiones y 10s limites de un sistema econ6mico, politico y cultural especifico como presiones y limites de la simple experiencia y del sentido comunL4. La argumentaci6n nos lleva necesariamente a Michel Foucault y a su blisqueda de la construccion, a traves de las practicas sociales y de 10s discursos sobre la “verdad”, de las representadones historicasprovisorias y discontinuas de la “realidad”. Esta liltima, asi, responderia a las configuracionesespecifcas que en distintas &pocasy lugares se habnan dado entre el “saber”y el “poder”. A partir de esta alianza se estableceria lo que Foucault denomina “disparitivcrs de dominm’6ny