122 85 4MB
Spanish Pages 430 [434] Year 2009
53. El motín de Esquilache, América y Europa. José Andrés-Gallego. 54. Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de la Mancha (11501250). Francisco Ruiz Gómez. 55. 1635. Historia de una polémica y semblanza de una generación. José M.ª Jover. 56. Moneda y Arbitrios. Consideraciones del siglo XVII. Elena María García Guerra. 57. España y Estados Unidos en el siglo XX. Lorenzo Delgado y Mª Dolores Elizalde (editores). 58. Gremios y artesanos en Madrid, 1550-1650. Juan Carlos Zofío Llorente. 59. La política exterior de España: Tomo 1. Una política mediterránea, occidental y de paz (1899-1905).
Tomo 2. Junto a las naciones occidentales (19051914). Cristóbal Robles Muñoz. 60. Comerciando con el enemigo: El tráfico mercantil entre Inglaterra y España (1700-1765). Nélida García Fernández. 61. Rumbo al Sur. Francia y la España del desarrollo, 1958-1969. Esther M. Sánchez Sánchez. 62. Rafael María de Labra. Cuba, Puerto Rico, Las Filipinas, Europa y Marruecos, en la España del Sexenio Democrático y la Restauración (18711918). María Dolores Domingo Acebrón. 63. Literatura de viajes y Canarias. Tenerife en los relatos de viajeros franceses del siglo XVIII. Cristina González de Uriarte Marrón. 64. Poder y movilidad social. Cortesanos, religiosos y oligarquías en la Península Ibérica (siglos XVXIX). F. Chacón Jiménez, Nuno G. Monteiro (editores). 65. Failure of catalanist opposition to Franco (1939-1950). Casilda Güell Ampuero. 66. Cambios y alianzas. La política regia en la frontera del Ebro en el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214). Ignacio Álvarez Borge. 67. Los moriscos en La Mancha. Sociedad, economía y modos de vida de una minoría en la Castilla moderna. Francisco J. Moreno Díaz-Campo. 68. ¿Verdades cansadas? Imágenes y estereotipos acerca del mundo hispánico en Europa. Víctor Bergasa, Miguel Cabañas, Manuel Lucena Giraldo e Idoia Murga (editores). 69. Gobiernos y ministros españoles en la Edad Contemporánea. José Ramón Urquijo y Goitia.
El Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid (1845–1877) nace con la intención de colmar en parte la gran carencia de obras de referencia sobre las instituciones educativas de largo recorrido histórico en nuestro país. Al mismo tiempo, la obra contribuye a la revalorización del rico y variado patrimonio educativo que custodia el centro desde hace más de ciento setenta años. Situado en el corazón de la Universidad Central, el Instituto Cardenal Cisneros es una institución singular que va a compartir aulas, gabinetes y laboratorios con las facultades de Derecho, Filosofía y el Rectorado de la Universidad de Madrid. Precisamente, esta proximidad es la que facilita que se convierta, una y otra vez, en el laboratorio de experimentación pedagógica de las distintas sensibilidades políticas, a la vez que contribuye a forjar una institución prestigiosa llamada a ejercer una gran influencia sobre una minoría de selectos que acabaron asumiendo los puestos de máxima responsabilidad en la sociedad española. En los últimos años se ha reavivado el debate sobre la educación secundaria y se han propuesto varias reformas consecutivas desde posturas enfrentadas. La polémica acerca de los fines, el carácter y los valores que se
transmiten en esta etapa que tanto interesa a padres, políticos, profesores, alumnos y sociedad en general, reaparece de forma recurrente. Curiosamente, la principal aportación de la obra es que nos muestra una radiografía de la actualidad educativa pese a tratar de un período de tiempo ciertamente lejano, el del segundo tercio del siglo xix. El conocimiento detallado de la trayectoria histórica del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid, escenario real de la actividad educativa, sin duda alguna ayudará a superar discrepancias, a encontrar respuestas a los viejos problemas y a alcanzar, en un futuro que deseamos próximo, un punto de encuentro, un pacto de estado que posibilite la estabilidad necesaria de la educación secundaria.
70
CARMEN RODRÍGUEZ GUERRERO
Carmen Rodríguez Guerrero
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Colección Biblioteca de HISTORIA: Últimos títulos publicados:
CSIC
Carmen Rodríguez Guerrero (Cáceres, 1958) es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense (1984) y doctora en Ciencias de la Educación por la UNED (2004). Actualmente ejerce como bibliotecaria y profesora del Instituto del Cardenal Cisneros y participa en el programa I + D Ciencia y educación en los institutos históricos madrileños: 1837-1936 (S 2007/ HUM – 0512 de la Comunidad de Madrid). Desde 1998, la autora centra sus investigaciones en el estudio y recuperación del patrimonio histórico educativo del Instituto del Cardenal Cisneros. Sobre todo le interesa el papel que, desde 1837, ha venido desarrollando el profesor de bachillerato en la sociedad de su tiempo, influencia que analiza especialmente a través de la pervivencia del profesor en la memoria de sus alumnos.
BIBLIOTECA DE HISTORIA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Cubierta: Escalera monumental del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Fotografía: Francisco Ruiz Collantes
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
BIBLIOTECA DE HISTORIA: 70
Director Carlos Estepa Díez (CSIC) Secretario Francisco Fernández Izquierdo (CSIC) Comité Editorial Alfredo Alvar Ezquerra (CSIC) Carlos Ayala Martínez (UAM) Manuel Espadas Burgos (CSIC) Eduardo Manzano Moreno (CSIC) Octavio Ruiz Manjón-Cabeza (UCM) José Ignacio Ruiz Rodríguez (Universidad de Alcalá) José Ramón Urquijo Goitía (CSIC) Consejo Asesor Antonio Fernández García (UCM) Antonio Furió Diego (Universidad de Valencia) José Ángel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre (Universidad de Cantabria) Juan Ignacio Gutiérrez Nieto (UCM) María Victoria López-Cordón Cortezo (UCM) Pascual Martínez Sopena (Universidad de Valladolid) María de los Ángeles Pérez Samper (Universidad de Barcelona) Guido Pescosolido (Universidad de Roma) Ofelia Rey Castelao (Universidad de Santiago de Compostela) Luis Ribot García (UNED) Pedro Ruiz Torres (Universidad de Valencia) Manuel Sánchez Martínez (CSIC)
CARMEN RODRÍGUEZ GUERRERO
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 2009
Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por medio ya sea electrónico, químico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, asertos y opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.
Catálogo general de publicaciones oficiales: http://www.060.es
GOBIERNO DE ESPAÑA
MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN
© CSIC © Carmen Rodríguez Guerrero NIPO: 472-09-075-1 ISBN: 978-84-00-08872-9 Depósito Legal: M. 40.479-2009 Preimpresión, impresión y encuadernación: Sociedad Anónima de Fotocomposición Talisio, 9 - 28027 Madrid Impreso en España. Printed in Spain En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.
ÍNDICE Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
15
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
25
Capítulo 1. De los estudios elementales de filosofía al santuario de las ciencias (1845-1868) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Orígenes y antecedentes del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. El Instituto del Noviciado y su vinculación con la Universidad Central (1845-1856) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. La ley Moyano y la consolidación de los estudios de bachillerato (1857-1868) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Capítulo 2. El laboratorio pedagógico de los progresistas (18681874) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. El bachillerato moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. El Instituto del Noviciado: laboratorio pedagógico de los progresistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Profesores krausistas que experimentan el bachillerato moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Alumnos matriculados en las asignaturas del sistema de bachillerato moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. La libertad de cátedra y las resistencias del profesorado al bachillerato moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. Las enseñanzas abiertas y la educación de adultos. . . . . . . . . 7. La cuestión religiosa y la separación de los profesores . . . . . 8. Defensa de las Humanidades y de los estudios de Latín. . . . . 9. El plan de estudios de 1873 en el Instituto del Noviciado . . .
27 28 30 51
71 75 79 84 93 94 95 98 106 111
8
ÍNDICE
Capítulo 3. El nacimiento del Instituto del Cardenal Cisneros (1875-1877) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. De Instituto del Noviciado a Instituto del Cardenal Cisneros . 2. La II Cuestión Universitaria y el cese del director Moya de la Torre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. La II Cuestión Universitaria y la separación del catedrático Merelo Calvo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. La II Cuestión Universitaria y el expediente sancionador al catedrático Ruiz Chamorro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. La Exposición Universal de París . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
121 122 125 128 132 138
Capítulo 4. Los profesores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Los órganos directivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. El sistema de acceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. El sistema retributivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. La jerarquía e inflexibilidad del Reglamento de segunda enseñanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. Reivindicaciones de los profesores de segunda enseñanza de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. Formación, publicaciones y proyección social de los profesores del Instituto del Noviciado de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . 7. Personal administrativo y de servicio . . . . . . . . . . . . . . . . . .
176
Capítulo 5. La confrontación ideológica de los profesores . . . . . 1. Los profesores progresistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Los profesores conservadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
187 187 199
Capítulo 6. Los alumnos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. El examen de ingreso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Procedencia social y geográfica de los alumnos . . . . . . . . . . 3. La matrícula y los gastos de la segunda enseñanza . . . . . . . . 4. Resultados académicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. La disciplina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. La proyección social de los alumnos del Instituto del Noviciado . 7. La pervivencia de los profesores en la memoria de sus alumnos . 8. El papel de los padres en el Instituto del Noviciado . . . . . . .
209 210 212 214 223 226 232 233 236
Capítulo 7. El edificio y los presupuestos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. El edificio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Los presupuestos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
241 242 249
Capítulo 8. Materiales y recursos didácticos . . . . . . . . . . . . 1. La Biblioteca-Museo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. El Jardín Botánico y la Escuela Botánica del Instituto Noviciado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
259 260
... ... del ...
141 141 151 174
178 181 183
264
9
ÍNDICE
3. 4. 5. 6.
El Gabinete de Historia natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El Laboratorio de Historia natural y de Fisiología e Higiene El Gabinete de Física y el Laboratorio de Química . . . . . . . Materiales especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . .
266 269 270 273
Capítulo 9. La enseñanza privada y doméstica. . . . . . . . . . . . . . 1. La enseñanza privada. Evolución de los colegios privados adscritos al Instituto del Noviciado (1845-1868) . . . . . . . . . . . . 2. La enseñanza privada en el Sexenio. Colegios adscritos en el periodo 1868 a 1874 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. La enseñanza privada en la Restauración (1875-1878) . . . . . . 4. La enseñanza doméstica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
277 277 285 287 289
Capítulo 10. Los manuales escolares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Profesores que publican manuales escolares . . . . . . . . . . . . . 2. Difusión de los manuales escolares medida por el número de ediciones y años en los que se editan. . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Difusión de los manuales en otras instituciones educativas del distrito universitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Manuales escolares producidos y utilizados para la asignatura de Historia natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
291 292
306
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
335
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
345
Índice de tablas e ilustraciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
365
Anexo: Formación y proyección social de los profesores del Instituto del Noviciado de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
367
296 303
PRÓLOGO
La historia de la segunda enseñanza (la etapa que hoy conocemos con el nombre de educación secundaria) es tan larga como interesante. En los últimos veinte años hemos venido celebrando el ciento cincuenta aniversario de la creación de los primeros institutos españoles de segunda enseñanza. Los antiguos institutos creados en las diversas provincias españolas a partir de 1835 evidencian así una longevidad más que apreciable, manteniendo además la mayoría de ellos su plena vitalidad. Uno de ellos, creado en 1845, es el actual Instituto del Cardenal Cisneros, denominado entonces Instituto del Noviciado, al que está dedicada esta obra. El lector se preguntará legítimamente por qué vale la pena dedicar el tiempo y esfuerzo que exige una tesis doctoral a un instituto singular. Creo que, aparte de la pasión de conocimiento, que no necesita justificación alguna, existen varias razones que dan respuesta al interrogante. Permítanme que les dedique alguna atención en este prólogo, cuya función se supone que es la de incitar al lector a adentrarse en la lectura del libro que tiene entre sus manos, tarea que, les adelanto, merece la pena. La primera justificación de este interés tiene que ver con la permanente actualidad de la educación secundaria. Hace ya más de ciento cincuenta años de la publicación de planes o proyectos educativos tan relevantes como el del duque de Rivas (1836), el de Someruelos (1838) o el de Pidal (1845) y este año se celebra el 150 aniversario de la ley Moyano, la más longeva en la educación española. Pues bien, a pesar del tiempo transcurrido y de la evolución histórica registrada (o quizás precisamente por eso) la educación secundaria sigue estando sometida a debate y escrutinio. En los últimos años se ha reavivado el debate acerca de su configuración, sus funciones y su carácter, dando a entender que las respuestas dadas hasta ahora a estas cuestiones no son definitivas ni están exentas de polémica.
12
PRÓLOGO
Para el historiador de la educación no cabe duda de que la segunda enseñanza apareció como la destinada a las nacientes clases medias, en un momento político en que el Antiguo Régimen iba dando paso en España al liberalismo moderno, en la primera mitad del siglo XIX. La consulta de la legislación moderada, la de la época estudiada en este trabajo, no deja lugar a dudas al respecto: la segunda enseñanza, que no se consideraba continuación de la instrucción primaria, sino una etapa distinta y dirigida a un público diferente, constituía la preparación para la enseñanza universitaria, de la cual incluso formaba parte a comienzos de aquel periodo. Esa realidad quedó plasmada en la ley Moyano (1857) y permaneció vigente prácticamente hasta la Ley General de Educación (1970), a pesar de los proyectos modernizadores de la segunda república española y de los tímidos intentos que se llevaron a cabo en la última etapa del franquismo. La LGE fue la que realmente acabó con el sistema educativo dual en España e introdujo la enseñanza comprensiva de tronco común desde los seis hasta los catorce años de edad (la conocida Educación General Básica o EGB). En tan sólo veinte años, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (1990) volvió a introducir cambios en la etapa, al dividirla en la educación secundaria obligatoria (la ESO) y la educación secundaria postobligatoria (compuesta por el bachillerato y los ciclos profesionales de grado medio). Así pues, tras una larga historia en que la etapa había afianzado su carácter propedéutico, en un breve lapso de tan sólo veinte años experimentó cambios de gran trascendencia y alcance. No debe, pues, sorprender que ese cambio, tan reciente y tan rápido, haya provocado una importante conmoción en unos centros más que centenarios y en unos cuerpos docentes de larga tradición. No hay que pensar que esa transformación y las dificultades de ella derivadas sean un asunto exclusivamente español. Debates similares han tenido y tienen lugar en la mayor parte de los países europeos pues, aunque algunos de ellos más adelantados en el tiempo, el proceso general de cambio no se remonta más allá del final de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, un tiempo breve para instituciones de larga historia. Siendo así las cosas, parece más que justificado volver la vista atrás para analizar el origen del proceso de constitución de la segunda enseñanza pública en España. El interés de ese estudio es, si cabe, mayor si tenemos en cuenta que también algunos de los debates actuales encuentran antecedentes en aquella época. Véanse como ejemplo las polémicas mantenidas entre krausistas y neocatólicos acerca del currículo de la etapa, que tan bien analizadas están en este trabajo. Por lo tanto, encuentro
PRÓLOGO
13
más que justificado el interés depositado en el estudio de uno de los institutos señeros, dado que por su ubicación en Madrid y por las personas que por él pasaron se convirtió en escenario de contraposición de los diversos modelos defendidos para la etapa. Si esa razón no bastase por sí sola para animar al lector, debo añadir un par de ellas más. Una es de orden histórico general y otra de carácter histórico-educativo. La primera consiste en la necesidad de descender de la historia general a la concreta, sea a la local o regional o a la institucional, para rastrear más profundamente las raíces y las manifestaciones de los procesos históricos. La visión macroscópica hace a veces perder el fluir de la vida, que se aprecia con una aproximación más cercana. Por eso ha renacido el interés por la microhistoria y por el estudio de las instituciones o de las realidades locales. No quiere decir que ese estudio deba llevarse a cabo en contraposición con los fenómenos y las tendencias más generales, o menos aún olvidándolos, pero el valor de la síntesis ha sido destacado reiteradamente en los últimos años. Además, desde el punto de vista de la investigación educativa, los historiadores de la educación nos hemos venido interesando en las últimas décadas por nuevos ámbitos, como las instituciones y las personas que viven en ellas, el currículo o la cultura escolar, para cuyo análisis conviene descender a un plano más concreto, a la vida cotidiana de los centros educativos. Eso es lo que hace Carmen Rodríguez cuando estudia los profesores y los alumnos del Instituto, cuando analiza los manuales utilizados y el papel que en su difusión tuvieron los profesores del centro o cuando se acerca a sus colecciones didácticas o los recursos del Instituto. La educación en abstracto queda así concretada en las prácticas educativas, en los usos y costumbres, en la vida escolar. Y de ahí deriva el interés de este tipo de trabajos. Así pues, deducirá correctamente el lector que tiene entre sus manos un libro que merece la pena leer. No es necesario ser especialista para hacerlo, aunque, si lo es, sacará buen provecho de la lectura. En cualquier caso, enriquecerá su conocimiento de una etapa que sigue levantando pasiones y controversias y que sigue resultando apasionante para todos los que nos apasiona la educación de nuestros jóvenes ciudadanos. ALEJANDRO TIANA FERRER Catedrático de la UNED Ex Secretario General de Educación y Director General del Centro de Altos Estudios Universitarios de la Organización de Estados Iberoamericanos
INTRODUCCIÓN
Se ha escrito mucho, quizá demasiado, sobre política y planes de estudio de bachillerato en el siglo XIX. Sin embargo, son muy pocas las páginas dedicadas a los institutos de segunda enseñanza, escenarios de la actividad educativa, y a los profesores y alumnos que los pueblan, actores implicados en la acción. La presente obra trata sobre el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid, centro de enseñanza media situado en pleno corazón de la capital, junto a la antigua Universidad Central. El austero color almagre del exterior del edificio contrasta con la luminosidad de su interior, espacio ennoblecido con suelos de mármol blanco y ornamentos de maderas nobles, en el que destaca una monumental escalera que ordena los desplazamientos por galerías, aulas, gabinetes, laboratorios y biblioteca. Para avanzar en la comprensión de la segunda enseñanza hemos situado un gran angular imaginario en el Instituto del Cardenal Cisneros, antes llamado del Noviciado. A través de él iremos descubriendo diversas panorámicas y nuevas perspectivas que nos permitirán inquirir en la naturaleza recurrente de algunos debates clave en la historia de la educación en nuestro país. El objetivo enfocará hacia el segundo tercio del siglo XIX, un periodo ciertamente lejano pero, curiosamente, de plena actualidad. En ese momento se forjaron los principios sobre los que se asienta la educación secundaria, propuestas que hoy siguen presentes en cada reforma educativa. Además, lo ocurrido entonces, al igual que ahora, muestra cómo los hechos educativos se engarzan con los acontecimientos sociales, políticos e intelectuales de la historia de España. A decir verdad, afirmar que las enseñanzas medias están en crisis es casi un tópico, en parte debido a que siguen pendientes varias respuestas que ayuden a comprender cuestiones tan decisivas como la organización de esta etapa educativa. Tanto hoy en día como en 1845, la selección de
16
INTRODUCCIÓN
las asignaturas y de los contenidos curriculares, los sistemas de acceso y retributivo de los profesores, la formación inicial y permanente de éstos, la formación moral, cívica y religiosa de los alumnos y un largo etcétera de planteamientos no están aun resueltos. La propia naturaleza de la segunda enseñanza hace que éste sea el periodo educativo que mayor interés despierta entre políticos, padres, profesores, alumnos y sociedad en general. Desde su creación en 1845, y de manera recurrente, se ha venido repitiendo la importancia y singularidad de las enseñanzas medias dentro del sistema educativo español. Buena prueba de esta inquietud son las constantes revisiones y mudanzas que ha sufrido, así como la multitud de reglamentos y planes de estudio que se han diseñado para el bachillerato. La elección del Instituto del Noviciado para el estudio propuesto no es fruto del azar. Son varias las razones que han motivado tal decisión. En primer lugar, hay que destacar que, durante el periodo analizado, esta institución comparte aulas, gabinetes y laboratorios con las facultades de Filosofía, Ciencias y Derecho de la Universidad Central. Esta circunstancia le convierte en el espacio educativo en el que se debate el futuro de la segunda enseñanza y se ensayan los distintos planes de estudio. La proximidad motivó que el Instituto del Cardenal Cisneros se convirtiera en el laboratorio de experimentación pedagógica de las distintas sensibilidades educativas que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo. En segundo lugar, profesores y alumnos forjaron una institución prestigiosa llamada a ejercer una gran influencia sobre una minoría de selectos, elite que, tras su paso por la universidad, acabó asumiendo puestos de máxima responsabilidad en las esferas políticas, militares, eclesiásticas, jurídicas, científicas o literarias del momento. Además, el estudio de esta institución permite acercarse a la transformación de la teoría pedagógica en política y de ésta en práctica educativa, es decir, de las ideas más o menos innovadoras a la realidad del centro educativo. Dicho de otra forma, permite recorrer el camino completo que lleva desde La Gaceta al aula, sendero que a veces se transita en el sentido contrario, el que parte de las propuestas surgidas de la propia actividad docente para concluir en la legislación educativa. Finalmente, son dignos de reseñar los materiales documentales que ahora ven la luz y que han permanecido custodiados en los Archivos y Biblioteca del Instituto, algunos desde hace ya ciento setenta años. Son documentos de una gran riqueza y variedad para el estudio de la segunda enseñanza en Madrid, en el distrito universitario y, por extensión, en la España liberal. Por primera vez, tal ajuar patrimonial se hace público para deleite de investigadores, historiadores, antiguos alumnos y en ge-
INTRODUCCIÓN
17
neral todo el público interesado en rastrear no solo la historia, sino también la política, la economía y la ideología de la educación secundaria en un periodo clave de la España contemporánea. El objetivo fijado es el de reconstruir la historia del Instituto a partir de una documentación olvidada. Y para empezar, hay que señalar que independientemente del nombre que utilicemos, ya sea el de Cardenal Cisneros o el de Noviciado, nos estamos refiriendo a la misma institución, pese a que oficialmente cambió de nombre en 1877. En consecuencia, al hablar del período comprendido entre 1845 y 1877 haremos referencia al Instituto del Noviciado, mientras que al evocar fechas posteriores emplearemos el nombre actual de Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Nuestra exposición arranca en Madrid, ciudad en la que el Instituto del Cardenal Cisneros ya desarrollaba una actividad educativa desde 1837. A mediados del siglo XIX la población se encontraba en pleno proceso de transformación. Madrid se despojaba de su carácter de villa y se transformaba en urbe moderna. Sede del gobierno, origen de las comunicaciones por tierra y feudo de las fortunas del país, el antaño poblachón se convertía en centro de aspiraciones políticas, sociales y culturales. La histórica corte se transforma finalmente en capital. El fuerte centralismo dominante durante el periodo estudiado favoreció que Madrid se convirtiera en una ciudad de servicios.1 El crecimiento de las clases medias motivó la demanda de una cultura distinta, de nuevas iniciativas en la educación. De esta clase media madrileña con nuevas necesidades de formación surgieron buena parte de los alumnos matriculados en el centro. Pese a todo, el Instituto del Noviciado fue mucho más que un instituto madrileño, aunque su localización en la capital determinara de forma evidente su historia. En la institución siempre existió una clara voluntad por participar de forma activa en la transformación de Madrid. El catedrático de Historia natural, Galdo López de Neira, fue alcalde de la capital en dos ocasiones y senador por la provincia, cargos que ocupó a partir del Sexenio demo1
ESPADAS BURGOS, Manuel, Madrid, centro del poder político, en Madrid la Sociedad del siglo XIX, Madrid, Comunidad de Madrid, 1986, pp. 179-193. En el mismo sentido, Fernández de los Ríos: «¿de qué vive pues, Madrid, si ni cosecha, ni cría, ni fabrica? Del presupuesto, a expensas de lo que fabrican, de lo que crían y cultivan las provincias. Consumiendo lo que se produce en España y contribuyendo a ser consumidor en París», véase en FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, El futuro de Madrid. Paseos Mentales por la capital de España tal cual es, tal cual debe dejarla transformada la revolución, Imprenta Biblioteca Universal, 1868, 2.ª edición por orden del Excmo. Ayuntamiento de Madrid, p. 309.
18
INTRODUCCIÓN
crático. Orgulloso de ser el primer alcalde de Madrid elegido por sufragio restringido, propuso y ejecutó numerosas mejoras urbanas en la capital. A él le debemos la comunicación de los barrios de San Francisco y la Morería con la calle Mayor a través del puente o Viaducto sobre la calle Segovia, infraestructura que llegará a empalmar con el Pretil de los Consejos. Las preocupaciones higiénico-sanitarias2 y educativas de este alcalde le llevaron a construir el Pósito de Madrid en la zona del Canal de Isabel II, hoy Santa Engracia, y a impulsar la construcción de escuelas de primaria en los nuevos barrios de la ciudad, entre las que destaca la Escuela Moderna3 del barrio de Chamberí. También fueron iniciativa suya las obras del barrio de Salamanca y el nomenclátor del ensanche, callejero dedicado al recuerdo de españoles de excepción como Goya, Velázquez, Claudio Coello, Lagasca, Padilla, Bravo, Maldonado, Jorge Juan, López de Hoyos, Hermosilla...4 El pueblo de Madrid le agradeció los esfuerzos realizados por la ciudad dedicándole una calle, una corta pero céntrica vía situada entre las populares calles del Carmen y Preciados. Galdo López de Neira se convierte así en el único catedrático de segunda enseñanza al que el Ayuntamiento de Madrid haya dedicado una calle.5 Resulta difícil entender la trayectoria histórica del Instituto del Cardenal Cisneros sin tener en cuenta el contexto educativo de la época. Por eso, en nuestro análisis partiremos de la organización educativa creada en 1845, un proyecto que perseguía un sistema común, uniforme y cen2
GALDO LÓPEZ DE NEIRA, M.M.J., en Diccionario de Higiene Pública y salubridad, traducido por José Sanz Criado, Madrid, E. Rubiños, 1886. 3 FERNÁNDEZ-VALLÍN BUSTILLO, Acisclo, La Instrucción popular en Europa. Rectificación del Mapa de Mr. J. Manier publicado con motivo de la exposición de París de 1867, Madrid, Imp. Aribau y Cía., 1878, p. 18. El autor es catedrático de matemáticas y director del Instituto del Cardenal Cisneros. 4 SAINZ DE ROBLES nos recuerda que este elogiable nomenclátor se debe a D. José M.ª Galdo López de Neira, alcalde, catedrático de Historia natural y director del Instituto del Cardenal Cisneros. Para estudiar la actuación del catedrático GALDO LÓPEZ DE NEIRA es oportuno consultar los siguientes textos: Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros (I Centenario), Madrid, Diana, 1945, p. 85. OSSORIO Y GALLARDO, Ángel, Diccionario político español, histórico y biográfico (desde Carlos V hasta 1936), Buenos Aires, Mundo Atlántico), 1945, p. 186. SAINZ DE ROBLES, Federico, Madrid. Crónica y Guía de una ciudad impar, Madrid, Espasa Calpe, 1962, p. 440. 5 La que anteriormente se conocía como calle del Candil. El cambio de nombre se debe al acuerdo municipal del 29 de noviembre de 1901, en REPIDE, Pedro de, Las Calles de Madrid, Madrid, Dionisio Aguado, S.A., 1881.
INTRODUCCIÓN
19
tralizado,6 esquema que condujo a una estructura piramidal en cuyo vértice se situaba la reina, quien, en lo relativo a la enseñanza, canalizaba sus órdenes a través del Ministerio de Fomento. La Instrucción Pública dependía del ministro del ramo, personaje con amplios poderes en el gobierno, encargado de la administración e inspección de todas las instituciones educativas. En un escalón más bajo del organigrama se encontraba el director general de Instrucción Pública, encargado de ejecutar las órdenes y reglamentos dictados por la reina. A él le correspondía la administración central de la Instrucción bajo las órdenes del ministro. Y como buena prueba de la influencia del entorno del Instituto del Cardenal Cisneros, su catedrático de Geografía e Historia, Manuel Merelo Calvo, desempeñó este cargo durante un tiempo. A él le debemos, entre otras, las medidas educativas recogidas en las circulares de los días 1, 2 y 3 de septiembre de 1869 de las que trataremos más adelante. Dentro del mismo esquema organizativo, siempre en orden descendiente, nos encontramos con el Real Consejo de Instrucción Pública, definido en términos decimonónicos como un «centro de luces». Este órgano asesor estaba compuesto por treinta miembros y un presidente nombrado por el monarca. Entre otras funciones, el Consejo de Instrucción Pública asumía las de revisar y aprobar los libros de texto y los programas propuestos por los profesores. En este órgano de gobierno intervinieron de forma muy activa profesores del Instituto del Noviciado, entre los que figuran Galdo López de Neira, catedrático de Historia natural; Acisclo Fernández-Vallín Bustillo, catedrático de Matemáticas; Francisco Andrés Commelerán Gómez, catedrático de Latín; Manuel Merelo Calvo, catedrático de Geografía e Historia; Ambrosio Moya de la Torre, catedrático de Matemáticas, y Félix Sánchez Casado, alumno del centro, más tarde profesor auxiliar de Letras y, finalmente, catedrático supernumerario de Geografía e Historia. A efectos administrativos, la Instrucción Pública dividió el territorio español en tantos distritos universitarios como universidades existían.7 En 1845, los distritos eran: Madrid, Barcelona, Granada, Oviedo, Salamanca, Santiago, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza. El control de la gestión y el presupuesto económico de las universidades correspondía al gobierno central, mientras que la segunda enseñanza dependía del presupuesto de las provincias y la instrucción primaria del poder local. Uni6
GIL DE ZÁRATE, Antonio, De la Instrucción Pública de España, Oviedo, Pentalfa, 1995, edición facsímil, t. II, p. 86. 7 GIL DE ZÁRATE, Antonio, De la Instrucción Pública en España, op. cit., p. I, 325.
20
INTRODUCCIÓN
camente los institutos madrileños eran objeto de un trato especial al incluirse sus presupuestos en los de la Universidad Central, o lo que es lo mismo, en los del Tesoro. De igual forma, los catedráticos de Madrid, considerados universitarios y de primera clase, gozaron de un sueldo superior a los del resto de España. De acuerdo con la división territorial, el Instituto del Noviciado se vinculaba a la Universidad Central junto con los institutos de segunda enseñanza de las provincias de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Segovia, Toledo y San Isidro del propio Madrid. Sin embargo, el del Cardenal Cisneros fue siempre singular al estar situado en el edificio de la calle San Bernardo, compartiendo espacios y recursos con las facultades durante los treinta y dos primeros años de existencia. El otro Instituto de Madrid, el de San Isidro, continuó desarrollando su actividad educativa en la calle Estudios, en el edificio del antiguo Colegio Imperial. La precariedad de las arcas del Estado impidió la construcción de un edificio independiente para los estudios de segunda enseñanza. Profesores y alumnos fueron invitados forzosos de la Universidad, cohabitación que con frecuencia generó roces y molestias por ambas partes. Pese a todo, el Instituto del Cardenal Cisneros siempre resultó favorecido por su vecindad con la Universidad Central. Sus privilegios iban desde la mayor facilidad de acceso a las plazas vacantes en las cátedras de las facultades a la publicación o traducción de manuales escolares y obras científicas, sin olvidar la enorme ventaja de poder conocer a los catedráticos universitarios para compartir ideas en un momento de gran actividad intelectual. El escenario político en el que se desarrolló la acción aquí narrada fue especialmente complejo. Gobiernos conservadores y progresistas se sucedieron de forma desigual a lo largo del tiempo. Los primeros gobernaron el país durante veinticuatro años frente a los ocho de presencia progresista. Los hechos educativos más relevantes no se produjeron de forma aislada, sino que vinieron entrelazados con la situación política, social e ideológica del momento. En consecuencia, la narración se ha articulado de acuerdo con un criterio cronológico basado en etapas ritmadas con los grandes acontecimientos históricos del país. En lo que respecta a la estructuración del libro, la información se organiza en tres grandes núcleos centrados respectivamente en la historia del Instituto del Noviciado, en los recursos personales y materiales de los que dispuso esta institución y, finalmente, en los manuales escolares que produjo para su uso en las aulas del propio centro y de otros institutos de la metrópoli y sus colonias. El primer capítulo comienza con un análisis del gran cambio producido en el régimen de gobierno durante los años fi-
INTRODUCCIÓN
21
nales del reinado de Isabel II, momento en el que se asiste a la transformación de una monarquía absoluta en un estado parlamentario burgués. La implantación de una nueva etapa educativa desencadenó el rechazo de los padres, inestabilidad que en el Instituto del Noviciado se tradujo en constantes cambios de organización. En el periodo comprendido entre 1845 y 1868 se sucedieron nueve planes de estudio, se dictaron dos reglamentos de segunda enseñanza y se aplicó la ley Moyano de educación. El relato continúa con la gran ruptura política y educativa causada por la Revolución de septiembre de 1868. El Sexenio comenzó su agitada andadura con la caída de la monarquía borbónica, a la que siguieron un gobierno provisional y la Constitución de 1869, la Regencia y la búsqueda de un rey, la monarquía de Amadeo I de Saboya, la I República y el gobierno autoritario de Serrano hasta que, a finales de 1874, se produjo un nuevo pronunciamiento y la Restauración de los Borbones en el trono de España. El Instituto del Noviciado de Madrid se mostró extremadamente sensible a cualquier cambio político y a las mudanzas pedagógicas. En el segundo capítulo comprobaremos cómo la política educativa de los demócratas se plasmó de forma inmediata en la experimentación del segundo sistema de bachillerato. La primera consecuencia de la Revolución de 1868 fue el ofrecimiento de colaboración de catorce profesores krausistas de la Universidad Central para convertir el Instituto en un laboratorio de ensayo, cuyo éxito pedagógico debería extenderse a todos los institutos de España. Otras consecuencias de las medidas tomadas por los gobiernos del Sexenio fueron la separación de tres profesores neocatólicos por negarse a jurar la Constitución de 1869, la defensa del bachillerato clásico y del latín y la rebelión del claustro al negarse a aceptar los decretos del ministro Chao. El final de esta etapa viene marcado por los escritos de varios profesores acerca de las propuestas educativas que pretendían convertir al Instituto del Noviciado en un satélite de la actividad política. El recorrido termina en los tres primeros cursos de la Restauración borbónica. Frente a los desórdenes académicos y disciplinarios acaecidos durante la etapa anterior, un nuevo director pretendió el renacimiento de una institución clásica y elitista, acorde con la tradición heredada de la Universidad de Alcalá. Este renacimiento será protagonista del tercer capítulo, sección que comienza con el nombramiento de nuevos catedráticos para nuevas asignaturas, el cese del director y la separación del catedrático de Historia, ambos destacados personajes progresistas de la sociedad madrileña de la segunda mitad del siglo XIX. En otro orden de
22
INTRODUCCIÓN
cosas, el periodo viene marcado por el cambio de nombre del centro, que a partir de entonces pasa a llamarse Instituto del Cardenal Cisneros. El Instituto del Noviciado se presenta como una institución viva y dinámica, en la que los profesores son elementos clave de su funcionamiento. Intencionadamente, en el capítulo cuatro se subraya el papel del profesorado y se insiste en que la labor profesional de los catedráticos del Instituto no se agotaba en la docencia, sino que se prolongaba en su actividad como abogados, médicos, académicos, políticos, periodistas..., buena prueba de la enorme influencia que ejercieron en la sociedad española del siglo XIX. Señalaremos la composición nominal del profesorado, las dificultades de acceso a la categoría docente de catedrático de primera clase, las reivindicaciones y privilegios de los catedráticos de Madrid y concluiremos con un breve estudio biográfico de los catedráticos del centro, anexo en el que se destacan su formación, su trayectoria docente, su proyección social y sus publicaciones, tanto científicas como didácticas. El objetivo perseguido es el de revalorizar una de las figuras injustamente olvidadas por la historia de la educación: la del profesor de instituto. Fundamentar históricamente nuestro estudio implica examinar de forma crítica los planteamientos ideológicos de los catedráticos del Instituto del Noviciado. El capítulo quinto aborda los posicionamientos de los profesores, tanto conservadores como progresistas, posturas detenidamente analizadas con el fin de poder evaluar las aportaciones que hicieron desde sus diferentes ámbitos de actuación pública, ya fuera en el Congreso de los Diputados, el Senado, las Academias, el púlpito, las publicaciones periódicas o, especialmente, en su faceta de autores de manuales escolares de las distintas disciplinas de segunda enseñanza. Los alumnos siempre han sido los protagonistas del quehacer educativo. El capítulo sexto explora de forma cuantitativa los datos de matrícula, acceso y éxito escolar, a la vez que se detiene en los distintos proyectos ideológicos articulados en torno a las exigencias disciplinarias y de educación moral. Como es bien sabido, la manifestación más visible de una institución educativa es el éxito social de sus alumnos, aspecto éste que será evaluado en función de la posterior ocupación de cargos políticos, eclesiásticos, intelectuales y sociales de relevancia hasta principios del siglo XX. Reviste especial interés el estudio de la pervivencia de los catedráticos en la memoria de sus discípulos y, con tal fin, hemos realizado un rastreo entre las obras literarias del género del yo. Memorias y autobiografías de algunos alumnos notables como Menéndez Pidal, Ossorio Gallardo, Sainz Rodríguez o Gómez de la Serna serán revisadas a la búsqueda del papel
INTRODUCCIÓN
23
que el profesor de secundaria ejerció en sus recuerdos. El capítulo se completa con una breve exposición sobre el cometido que asumen los padres en el buen funcionamiento del Instituto. Dos capítulos completos están dedicados a temas diversos entre los que figuran la revisión de presupuestos, con un análisis detallado de ingresos y gastos, los inconvenientes causados por la falta de un edificio propio o el interés de mostrar a los alumnos el saber de la época a través de las colecciones, gabinetes y laboratorios. De nuevo, el hecho de compartir sede con la Universidad Central implica estudiar las relaciones que el Instituto mantuvo con las Facultades de Ciencias y Filosofía, incluidos los problemas e inconvenientes derivados de la adquisición y mantenimiento de materiales que debían usarse conjuntamente por ambas instituciones, ya fuera en los laboratorios, la biblioteca o el jardín botánico. El compromiso inicialmente asumido por el Instituto del Noviciado con la sociedad madrileña se amplió más adelante tras decretar el gobierno que la enseñanza privada y doméstica fueran tuteladas por los institutos de segunda enseñanza. Ambas modalidades educativas serán tratadas en el capítulo noveno, en el que se destacan datos referentes al aumento de colegios privados adscritos a los institutos de Madrid a partir de 1868 y a la participación de los catedráticos del Instituto del Noviciado como empresarios o profesores en la docencia oficial y privada. La obra concluye con un análisis de la influencia del profesorado del Instituto a través de sus publicaciones didácticas. Revisaremos tanto la cantidad de manuales escolares publicados como los niveles educativos a los que iban dirigidos. Se tendrán en cuenta el número de ediciones de cada manual y la difusión de éstos entre otras instituciones educativas, ya que los libros escolares constituían una importantísima vía de intervención de los autores sobre su época y su entorno. En este mismo capítulo, décimo y último, se estudiará en detalle el Manual de Historia natural, primer manual escolar escrito en lengua castellana para la asignatura de Ciencias naturales, obra del catedrático Galdo López de Neira. Abordaremos su capacidad de irradiación en el resto de instituciones de secundaria y las razones que pueden justificar la obligatoriedad de su uso durante cuarenta y seis cursos consecutivos.
AGRADECIMIENTOS
Este libro es heredero de mi tesis doctoral, dirigida por el profesor Federico Gómez Rodríguez de Castro y defendida en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en el otoño del 2004. Los profesores Antonio Viñao Frago, Teresa Rabazas Romero, Gabriela Ossenback Gautier, María Luisa de la Cámara García y Manuel Puelles de Benítez, que actuó como presidente, aceptaron amablemente formar parte del tribunal que la juzgó. El Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid me ha prestado el soporte necesario para realizar este libro y, por mi parte, quiere ser un reconocimiento hacia esta institución y en su nombre al Director, Isidro Fadón Guerra, por su sereno consejo y porque me ha permitido el acceso a los materiales del Archivo y la Biblioteca de esta institución. En el Instituto del Cardenal Cisneros he tenido la enorme fortuna de estar rodeada por magníficos profesores y mejores amigos, que siempre han estado dispuestos a colaborar y me han regalado sus conocimientos para que mi paso por esta institución educativa siempre fuera grato. Entre ellos cuento a María Luisa Bonis, Caridad González, Maite Reyes, Carmen de Soto, José Sánchez Company, Pedro Palacios, Consuelo Muñoz de la Espada, Esteban Orive, Vestina Muntañola, María Luisa Aransay, Secundino Jiménez y otros muchos compañeros que componen el claustro de profesores de esta institución educativa. En este capítulo de agradecimientos debo, asimismo, referirme a los profesores Francisco Ruiz Collantes y Guadalupe Martín Simón, su entrega a la educación va más allá de lo puramente profesional, en ellos he conocido el significado del compromiso generoso hacia el Instituto del Cardenal Cisneros. Ahora bien, el comienzo de esta investigación, al igual este libro, corresponde a un curso de doctorado dirigido por el profesor Alejandro Tiana Ferrer, el primero que me anima a realizar un estudio sobre el pa-
26
AGRADECIMIENTOS
trimonio de los institutos históricos de Madrid, y que ahora, nuevamente, de forma desinteresada ha tenido a bien prologar este libro. Sería injusto por mi parte no expresar mi agradecimiento a las personas e instituciones que han hecho posible que este libro viera la luz. En primer lugar, quiero dar las gracias a Leoncio López-Ocón Cabrera, director del Instituto de Historia del CSIC, por la inestimable ayuda que siempre me ha otorgado y como creo haber abusado de su amabilidad, lo único que puedo es dejar aquí constancia de ello, al igual que a Santiago Aragón, profesor de la Universidad de París VI, siempre dispuesto a leer las versiones preliminares del texto y animarme en cada paso de esta investigación,y al Instituto de Estudios Madrileños en la persona de Alberto Sánchez Álvarez-Insúa, por su apoyo generoso en la conservación del patrimonio histórico-educativo madrileño. Este libro no sería el mismo sin la ayuda y colaboración del personal de los archivos y bibliotecas que me han facilitado la investigación, tanto de la Biblioteca Nacional como del Congreso de los Diputados, del Archivo del Senado y del CIDE y en especial al director del Archivo de Educación de Alcalá de Henares, así como de Fernando Illán y Esperanza Pavón del Instituto del Cardenal Cisneros. Mi gratitud a Ramón Pérez Carrión, Elia del Cerro Peñalver, Ginés Hernández Cortés y Vicente Martínez de la Vega, imprescindibles en la fase final de redacción de este libro. Asimismo, reconozco que esta deuda se hace extensiva a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, a la Dirección de Área Territorial Madrid-Capital y a la Dirección General de Recursos Humanos que me ha proporcionado la posibilidad de ejercer la docencia y la investigación en el propio Instituto del Cardenal Cisneros. Por último, aunque no en último lugar, mi agradecimiento a la nobleza y generosidad de Juan y Carlos Moreno, de Gabriel y Pencha, mis padres, si algo de bueno puede contener este libro se lo debo a ellos.
CAPÍTULO 1 DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO DE LAS CIENCIAS (1845-1868)
En el recorrido de la memoria por las noticias e incidentes que suponen la implantación de once planes de estudio distintos y dos reglamentos de segunda enseñanza, trataremos de señalar la singularidad del Instituto del Cardenal Cisneros pero, sobre todo, incidiremos en las relaciones que se establecen dentro del contexto educativo y de éste con el marco político y cultural de la sociedad española del siglo XIX. De esta manera, partimos de los orígenes y antecedentes del Instituto del Cardenal Cisneros en la Universidad de Alcalá y de su traslado con la Facultad de Filosofía a Madrid. Nos detendremos en la época moderada, que significó la instalación de un instituto de segunda enseñanza en el edificio del noviciado de los jesuitas, y su afianzamiento como institución educativa distinta a la universidad, distinción que viene marcada porque el título que el Instituto del Noviciado otorga es un mero requisito para acceder a los estudios superiores. Continuaremos con los cambios introducidos en 1857 a raíz de la ley Moyano, especialmente con la nueva organización que surge en los institutos por la aplicación del Reglamento de segunda enseñanza. Finalmente, en la década de la sociedad satisfecha, 1857-1868, es cuando comienzan las discrepancias ideológicas en el claustro de profesores del Instituto del Noviciado, de la misma manera que en la Universidad Central y en la sociedad española.
28
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
1.
Orígenes y antecedentes del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid
Nuestro Instituto cuenta con cuatro siglos de existencia, aunque como organismo autónomo comienza a funcionar en 1845.1 El Plan de estudios de 1845 cambió por completo la antigua organización de los establecimientos educativos de nuestro país. Suaña Castellet, secretario del Instituto, reconoce que los estudios de segunda enseñanza, que se establecen en todos los institutos como preparatorios y preliminares de los llamados mayores, se deben al plan Pidal de 1845, pero que el origen del Instituto del Cardenal Cisneros se remonta a los tiempos de la Universidad Complutense, fundada por el cardenal Fray Francisco Jiménez de Cisneros en 1499.2 El mismo secretario escribe que la fundación por el Cardenal Cisneros de la Universidad de Alcalá de Henares, coincide con el gran impulso de los estudios de Gramática, Retórica y Poética y Lengua Griega. Precisamente, estos estudios son los que más gloria van a dar a la Universidad y los que más alumnos matriculados tendrán durante el primer siglo de su existencia, llegando a contabilizarse hasta siete mil alumnos en los primeros veinte años de su funcionamiento. De esta forma, el origen del Instituto del Cardenal Cisneros se sitúa en los colegios de ámbito universitario que se crean en la Universidad de Alcalá de Henares, y, especialmente, en los Colegios de Artistas destinados a los que estudiaban Filosofía y Artes y principalmente en el denominado de los Manríquez. Este colegio, que estuvo destinado a los grandes de España, en su traslado a Madrid dona al Instituto de segunda enseñanza del Noviciado un sillón presidencial de gran suntuosidad. Este signo de distinción es colocado en 1877 en el despacho del director del Instituto del Cardenal Cisneros. La decadencia de la Universidad de Alcalá comienza a principios del siglo XVII, decadencia que va haciéndose más visible desde que doña Mariana de Austria funda en Madrid el Colegio Imperial de la Compañía. Los esfuerzos para reanimar los estudios, especialmente de Filoso1
Instituto de Enseñanza Media Cardenal Cisneros. I Centenario (1845-1945). Madrid, Diana, 1946, p. 17. 2 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: «Breve noticia histórica del Instituto del Cardenal Cisneros», en: Colección de Memorias acerca del estado del Instituto. Madrid: Imprenta y Estereotipia de Aribau y Cía. (Sucesores de Rivadeneyra), 1878, p. 5. Si bien es cierto que se inaugura en esa fecha la primera lección se imparte en 1508, versando ésta sobre la Ética de Aristóteles.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
29
fía, fueron muchos en el último tercio del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, pero fueron inútiles, pues el número de alumnos era tan reducido que, al parecer, en los años de su creación acudían más oyentes a una cátedra que a finales del siglo XVIII a todas juntas. Las aulas estaban desiertas y en los estudios de Humanidades o Filosofía no aparecían más que uno o dos discípulos matriculados en cada asignatura, y con frecuencia no se encuentra más nombre que el del mismo profesor encargado de la enseñanza, sin discípulos. Para los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros las causas de la decadencia de la Universidad de Alcalá, y su consecuente necesidad de traslado a Madrid, hay que buscarlas: — En el abandono de las normas fijadas por el fundador, especialmente durante los ocho años de la invasión francesa de 1808. — En la competencia que supone la instalación de la Universidad de Madrid en los Estudios de San Isidro, el 7 de noviembre de 1822. — Así como en la atención preferente que los estudios de San Isidro habían obtenido por parte del gobierno desde la expulsión de los jesuitas. Otras instituciones educativas de Madrid compiten con la Universidad de Alcalá. De éstas destacamos el Convento de los Agustinos, protegido por D.ª María de Aragón; el Convento de Santo Tomás y el Colegio de San Carlos. La desaparición de los alumnos becados contribuye de forma definitiva a que los estudios de Filosofía de Alcalá fueran trasladados a la Corte en el curso 1837 a 1838, un año después del traslado de la Escuela de Jurisprudencia. Ahora bien, el antecedente inmediato del Instituto del Cardenal Cisneros lo encontramos en el Plan3 diseñado por la Dirección General de Estudios, que se presentó a la Reina Gobernadora en 1837, para instalar estudios de segunda enseñanza en la Facultad de Filosofía. Este Plan alega que una parte de la enseñanza que se daba en Alcalá exigía mejoras; éstas se refieren a la segunda enseñanza o a la familia de Filosofía, y para ello se solicita dividir esta etapa en los estudios elementales y superiores de Filosofía. Consecuentemente la Dirección General de Estudios sugiere, para poner en marcha estos estudios, el nombramiento de catedráticos pertenecientes al claustro de la Universidad de Alcalá, doctores en Leyes, Literatura, Matemáticas, y Ciencias Físico-Naturales, con un sueldo de 3 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-9232.
30
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
doce mil reales. Este mismo organismo, antecedente de la Dirección General de Instrucción Pública, propone para la cátedra de Literatura a Félix Enciso Castrillo y le exige explicar elocuencia sagrada y forense en sus lecciones. El catedrático de Física y Química que se designe debe comprar instrumentos para el gabinete de Física y para un laboratorio de Química. También la Reina gobernadora deberá nombrar un catedrático de Matemáticas elementales, otro de Matemáticas superiores y, finalmente, uno de Matemáticas sublimes. Este plan propone, entre otros, el nombramiento, para la asignatura de Física y Química, del profesor Vicente Masarnau, director del Colegio de Carabanchel, y de Juan Cortázar para la vacante del segundo año de Matemáticas. Asimismo para la cátedra de Matemáticas sublimes propone a Alberto Lista y para las Matemáticas elementales dispone nombrar interinamente a un profesor. Con fecha 16 de diciembre de 1837, la Reina gobernadora dispone mediante real orden que se organicen los estudios de un Instituto de Segunda Enseñanza de la Corte, y que se nombren a los catedráticos mencionados. Esta norma completa la formación del claustro de profesores con un catedrático de Filosofía y dos catedráticos de Latín.4 2.
El Instituto del Noviciado y su vinculación con la Universidad Central (1845-1856)
2.1. Plan de estudios de 1845 De esta manera llegamos al curso de 1845 a 1846, que inaugura una nueva era en los fastos de la instrucción pública. Con la fundación de los institutos de segunda enseñanza5 se dio un paso decisivo para la cultura 4
Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-9232. Real orden, de 16 de diciembre de 1837, sobre la organización de un Instituto de Segunda Enseñanza en la Universidad de Madrid, y nombramiento de profesores. Acerca del período comprendido entre 1837 y 1845 en lo que a política educativa se refiere consultamos la obra de VIÑAO FRAGO, Antonio: Política y educación en los orígenes de la España Contemporánea. Examen especial de sus relaciones en la enseñanza secundaria. Madrid: Siglo XXI de España, 1982, pp. 298-330. 5 Según José de la Revilla, el ministro del ramo, Pedro Pidal, Antonio Gil de Zárate, director general de Instrucción Pública, Pedro Juan Guillén y el propio José de la Revilla, pertenecientes al Ministerio de la Gobernación fueron quienes elaboraron el Plan de 1845. REVILLA, José de la: Breve reseña acerca del estado presente de la Instrucción
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
31
nacional, pues se piensa que la cultura moderna será hija de los institutos y en ellos se incuba el progreso innegable que se observa en nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX. En 1845, la organización de la segunda enseñanza debemos interpretarla en consonancia con el resto de las reformas de la administración y con la situación política, social e ideológica de nuestro país. Partiremos de la vuelta de los moderados al poder tras el levantamiento contra Espartero en 1843, levantamiento que precipita la declaración de la mayoría de edad de Isabel II; muy poco tiempo después, Narváez se instala en el gobierno, dando una característica común a las distintas direcciones políticas de nuestro país: la aparición de los militares en los gobiernos, con los generales Espartero, Narváez, O’Donnell y Prim. Esta etapa moderada viene definida por la Constitución de 1845, en la que sobresale el sentido centralizador y el eclecticismo político como fundamento espiritual de los dirigentes de la vida nacional. En contrapunto frente a los moderados habrá una constante oposición progresista que se va radicalizando y sale a la superficie en los levantamientos de 1848, 1854 y 1868. Durante esta etapa se emprende una reordenación administrativa que busca la uniformidad junto con la centralización en un diseño piramidal que parte de los ayuntamientos, continúa en las diputaciones provinciales y culmina en el gobierno Central, creando así una estructura jerárquica que asegura el control del gobierno en todos los niveles de la Administración. La liquidación de la antigua administración se completa con la acomodación de la justicia, la hacienda, la instrucción y demás áreas de actividad del Estado a los principios de uniformidad y jerarquización centralizada. Estos principios de uniformidad y jerarquización van a configurar el sistema educativo; y así los encontramos en la exposición previa a este plan de estudios que realiza el propio ministro Pidal y que ya desde su prólogo define que pretende ser un sistema uniforme y bien ordenado, en una dirección más conforme a las necesidades de la sociedad.6 La convicción de los moderados de que el orden era consecuencia de una centralización uniforme y de un fuerte control gubernamental se evidencia en este diseño del sistema educativo. El plan de 1845 se configura bajo la estructura jerárquica piramidal anteriormente expuesta, pues la Pública en España con relación especial a los estudios de Filosofía. Madrid: Imp. Fundición y Librería de Aguado, 1854, p. 6. 6 UTANDE IGUALADA, Manuel: «Plan de estudios de 17 de septiembre de 1845», en: Planes de Estudios de Enseñanza Media. Madrid: Dirección General de Enseñanza Media, 1964, pp. 39-62.
32
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
enseñanza primaria corresponde a los ayuntamientos, la segunda enseñanza a las provincias, a excepción de los dos institutos de Madrid, y las universidades competen al gobierno central. Dentro del distrito de la Universidad Central de Madrid,7 al que pertenece el Instituto del Noviciado, la estructura piramidal se repite al ser nombrado el rector directamente por el Rey, pero también los decanos de cada facultad serán de nombramiento real; el secretario estará a las órdenes del director; mientras que la jefatura de los Institutos de Madrid, que correspondía al decano de la Facultad de Filosofía, también será de nombramiento real. Asimismo, y para cualquier comunicación de los profesores y alumnos con el rector, será necesaria la intervención del jefe del establecimiento, es decir, del decano de la facultad de Filosofía. En el Instituto del Noviciado entienden que, si bien este plan propone una mejora respecto a los estudios precedentes, ésta es relativa, ya que la transformación académica, administrativa y económica de las antiguas universidades para introducir algunas enseñanzas, especialmente de las ciencias exactas y naturales, le supone la pérdida de algunos privilegios.8 Sin embargo, el tratamiento que las humanidades y la filosofía reciben en este plan de estudios hace que la Junta de profesores lo acepte con mayor grado de satisfacción, pues respeta parte de los estudios de Alcalá. En la misma línea se manifiestan en el Instituto de Barcelona al considerar este plan como la «reforma de las reformas», por ser la más radical de cuantas se hicieron hasta ese momento, al establecer pluralidad de asignaturas, y al ser la Facultad de Filosofía considerada como ampliación y complemento de la segunda enseñanza.9 Los fines de la segunda enseñanza que se detallan en el Plan Pidal se van a repetir en casi todos los planes de estudios, y se referirán tanto a la ornamentación o distinción social como a la preparación para la universidad, y, precisamente este último fin es el mejor aceptado por los profeso7
Sobre el papel que juega Madrid y las demoledoras críticas de Jaime Balmes a este plan puede consultarse VIÑAO FRAGO, Antonio: Política y educación en los orígenes de la España Contemporánea..., pp. 344-345. 8 Aun así, no existe separación orgánica, ni institucional, e incluso ni física del Instituto con respecto a los estudios superiores. 9 ORTEGA Y ESPINOS, José: Discurso Inaugural leído el 1.º de octubre de 1871 en el I Provincial de Segunda Enseñanza de Barcelona. Barcelona: Imp. de Tomé Gorchs, 1871. Es catedrático de latín y castellano y director del Instituto de Barcelona y en el solemne acto de la apertura del curso académico de 1871 a 1872 cree que la Facultad de Filosofía era el coronamiento de la segunda enseñanza, máxime cuando iban alternando los profesores de ambas enseñanzas en exámenes y grados y viviendo bajo la misma sombra antigua y venerada de la Universidad.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
33
res del Instituto del Noviciado. Ahora bien, el mayor logro de este plan de estudios fue la secularización de las enseñanzas medias, y en esta afirmación coincidimos con Merelo Calvo, catedrático de Geografía e Historia del Instituto del Cardenal Cisneros, que escribe en 1865: Veinte años hace que se organiza (la segunda enseñanza) por el plan de 1845. La ventaja de éste es que se realiza sobre la base de secularizar la enseñanza y esto supone un paso en el camino de la libertad.10
Y así se recoge en la prensa, pues la revista El Profesorado considera que las bases fundamentales de este plan son la secularización y la libertad de enseñanza. Entiende A. Píralo,11 director de esta publicación y autor del artículo, que Gil de Zárate pretende la secularización como la pérdida de la soberanía de la iglesia para educar las inteligencias, trasladando esta facultad a la sociedad civil y que además este plan de estudios potencia que la iglesia también pierda la soberanía política al tener que renunciar a su sueño de teocracia universal. En los impulsores de este plan de estudios existe una profunda confianza en la sociedad civil como depositaria del saber y del progreso de la civilización. Desde la apertura del curso de 1845 a 1846, esta organización de los estudios de secundaria debe defenderse ante las numerosas críticas recibidas, principalmente de los padres. Las protestas vendrán motivadas porque son muchas las asignaturas que deben cursarse en las enseñanzas medias, ya que en el bachillerato se introducen las asignaturas de Historia natural y Física: Comprendiendo bajo el nombre de institución secundaria a los colegios e institutos, y todo lo que se conoció por los estudios filosóficos, será ahora la base general para la adquisición de las llamadas facultades mayores, aderezadas también con otras nociones más o menos elementales de ciencias exactas, naturales y físicas, cuya necesidad y utilidad son universalmente sentidas y cuya enseñanza y fomento se ha mirado con desdén entre nosotros.12
10
MERELO CALVO, Manuel: «La cuestión de la enseñanza», en Almanaque de la Democracia para 1866. Madrid: Imprenta Universal de Lucas Polo, 1865, p. 63. 11 PIRALO, Antonio: El Profesorado. Revista de Instrucción Publica. Madrid: Establecimiento Tipográfico P. Mellado, 1858. 12 BALSERA, José: Discurso leído en la apertura del Instituto de Segunda Enseñanza de Segovia el 2 de noviembre de 1845 por el Jefe Político de Provincia. Segovia: Imp. Sobrinos Espinosa, 1845, p. 12.
34
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
La segunda enseñanza, que es propia de las clases medias que cada día crecen por su enriquecimiento en los negocios, queda justificada como medio para paliar la ignorancia y la falta de instrucción, que los ilustrados entienden que son las causas de todos los males sociales y que, precisamente, con estos estudios se pueden mitigar. Precisamente, en el Instituto del Noviciado, se va a definir la segunda enseñanza como una instrucción razonada que desarrolla y perfecciona al hombre en su parte física, intelectual y moralmente, y que a la vez está inspirada en una sana moral y en los fecundos principios de la religión. Los catedráticos de esta institución creen que esta nueva ordenación académica parte de la idea de que el hombre es el resultado de su educación. Este principio les sirve para proclamar que con la educación se modifica el corazón, el espíritu y las costumbres viciosas. Esta concepción de la segunda enseñanza exige, por una parte, al profesor una equitativa distribución del premio y del castigo en la búsqueda de la felicidad, del aprovechamiento y la dicha de sus discípulos, y, por otra parte, a los padres, de forma reiterada, se les solicita el favor de legar a sus hijos el mejor patrimonio posible, que es una buena instrucción sin la que no es posible el bienestar. Al igual que en el modelo educativo francés, en nuestro país las instituciones escolares van a reproducir la división de la sociedad en las clases sociales, y, precisamente en esa división el Instituto del Cardenal Cisneros puede ser considerado como un «centro de notables»,13 institución de las clases dirigentes que necesitan y pueden pagar la cultura de los elegidos para distinguirse. Tras la implantación del plan Pidal de 1845, los estudios de segunda enseñanza en Madrid recibieron una gran afluencia de alumnos, lo que motiva que el gobierno decida que se cursen estos estudios indistintamente en los dos institutos de la corte, es decir, el del Noviciado y el de San Isidro. Este último dejó de ser un centro independiente y quedó agregado a la Universidad Central en las mismas condiciones que el Instituto del Cardenal Cisneros.14 Los profesores de ambos institutos, que eran denominados superiores, formaban un solo claustro con los catedráticos del período de la licenciatura, y tenían un jefe común para todos ellos. Este jefe fue el deca-
13 PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800-1967. Paris: Libraire Armand Colin, 1968, pp. 21-41. 14 PEREDA, Sandalio: «Estado académico, económico y material científico del Instituto de San Isidro», en: Colección de Memorias con breve reseña preliminar. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1876, p. 4.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
35
no de la Facultad de Filosofía, Eusebio María del Valle, catedrático de Economía Política. En el Instituto del Noviciado los denominados estudios elementales de Filosofía se organizan en cinco años, con las siguientes asignaturas:15 — El primer curso comprende tres materias: Gramática Castellana y rudimentos de Lengua Latina; Ejercicios de Cálculo y nociones elementales de Geometría y Elementos de Geografía; Mitología y principios de Historia General, impartidas por los catedráticos Ciriaco Cruz y Ruiz, Eduardo Rodríguez y Francisco Verdejo Páez. — En el segundo año se cursan las asignaturas de Lengua Castellana y Latina, Principios de Moral y Religión, e Historia, con la especialidad de España. Los catedráticos que se hacen cargo de este curso son Ciriaco Cruz y Ruiz, Fernando Llorente y Mariano Huerta Soriano. — En tercero los alumnos cursarán Lengua Castellana y Latina con ejercicios de traducción y composición en ambos idiomas; principios de Psicología, Ideología y Lógica; y Lengua Francesa. Los catedráticos Braulio Amezaga, Ángel Gómez y Francisco Tramarría Carranza se harán cargo de estas asignaturas. — En el cuarto curso los catedráticos Braulio Amezaga y Juan Cortázar Abasolo imparten las asignaturas de Lengua Castellana y Latina, y Traducción de los clásicos latinos; y Álgebra, Geometría y Trigonometría Rectilínea, respectivamente. — Finalmente, en el último curso se estudiarán las asignaturas de nociones de Historia natural, elementos de Física con nociones de Química y elementos de Retórica y Poética a cargo de Juan Chávarri y Venancio Valledor, Manuel María José Galdo López de Neira y Alfredo Adolfo Camús Cardero, respectivamente. En el Instituto del Noviciado esta oferta educativa se va a completar con los estudios de Ampliación de Letras que comprenden las lenguas inglesa, griega y alemana a cargo de los profesores Enrique Mac-Veigh, Luis Alfonso Nordenfels y Pedro José Lax. Aquellos alumnos que deseasen completar su formación científica cursaban los estudios de Ampliación de Ciencias, que correspondían a 15 La justificación, organización y distribución de estas asignaturas puede encontrarse en la obra de GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción Pública en España. Oviedo: Pentalfa, 1995, t. II, p. 22; edición facsímil, en: REVILLA, José de la: «Breve reseña acerca de la instrucción pública en España»..., pp. 6-14 y en: Memoria de creación de Instituto de Segunda Enseñanza de Orense en la inauguración del 1 de noviembre de 1845. Orense: Imprenta Craveo Paz, 1845, pp. 26-32.
36
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
las asignaturas y profesores siguientes: Matemáticas sublimes explicadas por Juan Cortázar Abasolo, Mineralogía, Zoología, y Botánica a cargo de Manuel María José Galdo López de Neira; y Astronomía física impartida por Francisco Verdejo Páez. De esta forma, en los primeros cursos de vigencia de este plan de estudios formaban el claustro del Instituto del Noviciado dos catedráticos de Matemáticas, dos de Latín y Gramática castellana, uno de Retórica y Poética, uno de Geografía y otro de Historia, uno de Lengua francesa, uno de Filosofía, uno de Historia natural, y uno de Física y Química. Se unían a éstos para los estudios de Ampliación en Letras, un catedrático de Griego, otro de Lengua Inglesa y un tercero de Lengua Alemana, que se compartía con la Universidad Central. Esto va a determinar que el Instituto del Noviciado junto con el de San Isidro sean los que mayor número de catedráticos dispongan desde 1845. Este diseño del currículo de bachillerato posee una fuerte carga humanística, aunque introduce de forma muy tímida las asignaturas científicas de Historia natural y Física y Química. La real orden que complementa este plan de estudios exige a los profesores de instrucción secundaria la publicación de programas que sirvan de norma y faciliten la composición de obras de texto elementales para los estudios de segunda enseñanza. Los manuales de los profesores del Instituto del Noviciado que son seleccionados por el Consejo de Instrucción Pública16 y que aparecen en la lista de obras de texto de uso obligado en los institutos de nuestro país y de las colonias por real orden de 22 de agosto de 1846 son: — Principios de Geografía física y política, por D. Francisco Verdejo Páez, Madrid. — Elementos de Historia Universal, por el mismo autor, Madrid, 1826, en dos tomos. — Retórica y Poética, de Alfredo Adolfo Camús.
16 VILLALAÍN BENITO, José Luis: Manuales escolares en España. Libros de texto autorizados (1833-1874). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1999, p. II, 19. Sobre los libros de texto aprobados por el Consejo de Instrucción Pública para las instituciones educativas se critica que pese a que el gobierno dice que para su aprobación ha procedido con imparcialidad sin tener en cuenta la doctrina de las obras aprobadas, esto no es real y entre otras critican duramente el manual de TERRADILLOS, Ángel María: «Trozos selectos de Literatura Latina y Castellana», en: la Revista Ibérica de Ciencias, Política, Literatura, Arte e Instrucción Pública. Madrid: Imprenta Manuel Galiano, 15 de octubre de 1861, pp. 161-163.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
37
— Tratado de Aritmética, de Juan Cortázar, en edición de 1846, de un tomo. — Los tratados del mismo autor sobre Álgebra, Trigonometría rectilínea y Topografía. — Para las lecciones de Perfección de Latín es aprobado el Manual histórico crítico de la Literatura latina, de Ángel María Terradillos. Ningún documento de esta época nos asegura qué manuales escolares son utilizados en estos cursos en nuestro Instituto, pero es probable que los catedráticos de esta institución emplearan los textos publicados por ellos mismos. También a partir de 1845, el director, Tramarría Carranza, comienza a solicitar la creación del Colegio Real de Internos, al modo de los internados franceses, y para ello va a utilizar los mismos argumentos que Fernando de Castro repetiría, con posterioridad, tras la visita que realizó a los principales colegios de notables del país galo:17 — Estar destinado a suplir a un número considerable de padres ocupados o indolentes. — Estar destinado a niños huérfanos, para facilitarles el estudio o la realización de ejercicios. — Estar destinado a mejorar el aseo y especialmente el control de la educación moral y religiosa. — Estar destinado a mejorar la responsabilidad de los alumnos. — Finalmente, apoyándose en el ejemplo y los resultados de Francia, propone la creación de un Colegio Real, ya que los colegios de internos adscritos a los institutos facilitan la uniformidad de ideas y el mayor progreso en los estudios. En los primeros años de creación y consolidación de los institutos de segunda enseñanza las reformas educativas francesas van a ser un referente para los ilustrados de nuestro país. El ministro Pidal, Gil de Zárate, José de la Revilla, Fernando de Castro y el propio Tramarría Carranza fijarán sus ojos una y otra vez en el modelo de educación francés.
17 Estos argumentos son utilizados más tarde por CASTRO, Fernando de: Memoria acerca de los sistemas de la Segunda Enseñanza colegial interna y externa que presenta al excelentísimo señor Ministro de Fomento en cumplimiento de la Comisión que por real orden se le confió para visitar los principales colegios de Francia. Madrid: Imp. Manuel Galiano, 1859.
38
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
2.2. Los primeros cambios: el plan de estudios de 8 de julio de 1847 Más que un plan de estudios se trata de una modificación del plan de 17 de septiembre de 1845, y tiene como objetivo introducir los cambios propuestos por una comisión encargada de revisar el plan anterior. Firmado por el ministro Nicomedes Pastor, es duramente criticado en el Instituto del Noviciado, al considerar que supone un paso más en la segregación de los estudios de los institutos respecto a los de la universidad, porque se priva a las instituciones de secundaria del derecho de conferir el grado de bachiller, el cual, si bien le fue devuelto poco después, lo fue formando parte del tribunal un catedrático de la facultad, representando al rector. El plan de estudios de 1847 ofrece poca variedad respecto al de 1845 en cuanto a la duración y el diseño de asignaturas. Los estudios de la segunda enseñanza continúan distribuidos en cinco años y las asignaturas se simplifican o se funden en una, quedando organizado el Instituto del Noviciado con las siguientes asignaturas y profesores: Religión y Moral a cargo del sacerdote Fernando Llorente, Lengua Latina y Gramática Castellana se imparte en dos cursos consecutivos y están al cargo de cada uno de ellos los catedráticos Ciriaco Cruz y Braulio Amezaga, para Retórica y Poética está nombrado Alfredo Adolfo Camús Cardero, que será sustituido por Ángel María Terradillos; los estudios de Elementos de Geografía y de Historia General y Particular de España son explicados por los catedráticos Francisco Verdejo Páez y Mariano Huerta Soriano; Elementos de Matemáticas se distribuyen en dos cursos impartidos por Juan Cortázar Abasolo y Eduardo Rodríguez, para Psicología, Ideología y Lógica se incorporará José María Rey Heredia y, al igual que en los cursos precedentes las asignaturas de Nociones de Historia natural y Elementos de Física con nociones de Química estarán a cargo de Manuel María José Galdo López de Neira y Juan Chávarri y Venancio Valledor. De la misma manera que en el plan de estudios de 1845, los idiomas que se van a impartir serán francés, inglés y alemán con los profesores ya citados por real orden, de 8 de septiembre de 1847, es aprobada la lista de obras de texto para la segunda enseñanza, y en ella encontramos los siguientes manuales publicados por los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros: — Gramática Castellana, por Ángel María Terradillos. — Elementos de Retórica y Poética, de Sánchez Barbero, anotados por Alfredo Adolfo Camús.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
39
— Trozos selectos de Literatura Latina y Castellana, por Ángel María Terradillos. — Principios de Geografía Física y Política, por Francisco Verdejo Páez. — Elementos de Historia Universal, por Francisco Verdejo Páez. — Tratado de Aritmética, por Juan Cortázar Abasolo. Lenguas vivas: — Gramática Francesa, de Francisco Tramarría. Para la facultad de Filosofía: — Manual histórico crítico, de Terradillos. — Preceptistas latinos, de Alfredo Adolfo Camús. — Trozos selectos, de Ángel María Terradillos. Libros para ejercitarse en la lectura: — Las páginas de la infancia, de Ángel María Terradillos. — El evangelio para los niños, de Ángel María Terradillos. Por real orden de 14 de septiembre de 1848 se incorporan a esta lista: — Tratado de Álgebra Elemental, por Juan Cortázar Abasolo. — Tratado de Geometría Elemental, por Juan Cortázar Abasolo. — Tratado de Trigonometría rectilínea, de Juan Cortázar Abasolo. — Curso Elemental de Física y nociones de Química, de Juan Chávarri y Venancio González Valledor. De esta manera, en 1849 todos los catedráticos del Instituto del Noviciado han publicado un manual escolar para su asignatura y éste ha sido aprobado por el Consejo de Instrucción Pública.18 La designación del li18
Para la asignatura de Religión y Moral el profesor Francisco Llorente publica un Catecismo, libro no localizado. Sí se publica para las tres lenguas vivas que se imparten: alemán, inglés y francés y asimismo se publica y no se aprueba el libro de Latín del catedrático, del cual conservamos un ejemplar en la Biblioteca del Fondo Antiguo del Instituto del Cardenal Cisneros. FERNÁNDEZ, Félix Miguel: Gramática Elemental Latina elaborado con arreglo al Programa de la Dirección General de Instrucción Pública: Madrid: Imp. M. Rivadeneyra, 1848, 182 p. Libro que está estructurado en los siguientes apartados: nociones preliminares, etimología, sintaxis, prosodia y finalmente un breve tratado de ortografía. Incorpora tres suplementos con los verbos irregulares, las oraciones de relativo y los verbos determinantes y la conjunción «que».
40
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
bro de texto para las lenguas vivas queda a la libre elección de los profesores que imparten estas asignaturas. Así, los catedráticos del Instituto del Noviciado dan respuesta a la invitación realizada por el ministro Pidal en 1846 para elaborar obras elementales y optan a los premios ofrecidos por SM.19 El gobierno, ante la escasez de manuales que se adapten a los nuevos estudios, había solicitado a los profesores la elaboración de los mismos para sus asignaturas, pues los existentes son calificados por el Consejo de Instrucción Pública de insuficientes y poco originales, y en algunas ocasiones de malas traducciones de peores libros extranjeros, especialmente franceses. Los criterios para la elaboración de manuales escolares vienen descritos en la citada orden y son de destacado interés para el estudio de los manuales escolares de segunda enseñanza. Así, se buscan obras que contengan: la parte elemental de la asignatura y que ésta sea expuesta con claridad, buen método y exactitud, con una extensión proporcional entre el número de días que tiene el curso y el número de lecciones que tiene la materia. 2.3. Los nuevos cambios: el plan de estudios de 1849 y el plan de estudios de 1850 Narváez, nuevamente en el gobierno hasta 1852, asume el poder con verdadero temor a las revoluciones que comenzaron en 1848 en varios lugares de Europa y que la prensa se encargaba de difundir.20 En este cor19 Real orden, del 1 de septiembre de 1846, disponiendo instrucciones para elaborar obras elementales y optar a los premios ofrecidos por SM., en: Colección Legislativa de España..., t. XXVIII, pp. 247-253. Acerca de la necesidad de manuales escolares podemos encontrar su justificación en Pérez Muro, director del Instituto de Jerez de la Frontera, y más tarde catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros, que escribe que aún son muchos los que se cuestionan si los jóvenes pueden estudiar tantas asignaturas y con tanta extensión como se estudiaban antes de 1845, y encuentra la respuesta a los problemas de los estudios secundarios en la invención y aplicación de nuevos métodos; estudiar la Geografía por mapas, la Historia por cuadros sinópticos, la Geometría por gráficas y la Lengua por prácticas, en PÉREZ MURO, J.: Memoria acerca del estado del Instituto provincial de Segunda Enseñanza de Jerez de la Frontera. Cádiz: Imprenta de Guadalete, 1861. 20 El miedo del moderantismo a la revolución se resuelve con la salida de deportados a Filipinas, esta situación afecta directamente al catedrático Merelo Calvo, al que obligan a trasladarse a Teruel desde Jaén en 1849. Poco antes, Merelo Calvo visitó y ayudó, en 1848, a una de estas célebres cuerdas de deportados políticos —su padre, abogado progresista, ya había sido deportado con grillete, su hermano estaba sentenciado a
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
41
to período de tiempo se va a modificar la segunda enseñanza dos veces, en 1849 y en 1850. Nosotros sólo tenemos datos de los cambios acontecidos en el Instituto del Noviciado por el plan de 1850, del que se afirma que dio independencia y autonomía a los institutos de segunda enseñanza en un afán de desligarlos de las facultades de Filosofía, y para ello comienza a dividir las instituciones de las enseñanzas medias en tres categorías: primera, segunda y tercera clase. Los estudios de aplicación, hoy formación profesional, se dirigen a la inmediata producción y al fomento de la riqueza. Son considerados como tales las asignaturas de Dibujo lineal, Topografía, Lenguas vivas, y Geografía política y mercantil, que conducen al título de perito. Ninguna información podemos aportar acerca de las enseñanzas positivas en el Instituto del Noviciado, ni con este plan de estudios ni con ninguno posterior. Ya desde sus inicios encontramos que se imparte un bachillerato clásico, teórico y preparatorio para el acceso a la universidad. Los propietarios y la alta burguesía, que nutrían de alumnos al Instituto, consideran, que los estudios de formación para ejercer una profesión eran inútiles y, así, daban mayor valor a los estudios clásicos de segunda enseñanza que se ofrecen en el Instituto.21 Esta concepción de la institución, como centro que otorga el título de grado de bachiller exclusivamente como paso previo a la Universidad, no es cuestionada en ningún momento en los escritos de los catedráticos. Por contraste, las ciencias de aplicación son consideradas por un grupo muerte y su cuñado encarcelado. El catedrático de Geografía e Historia sensible ante este hecho, fue atacado duramente por el jefe político de Jaén y tachado de demagogo de ideas disolventes. Este jefe recaba informes de todas las fuerzas de la provincia, del juez de primera instancia, del director del Instituto, del intendente, del comisario regio, del alcalde-corregidor que aprecian en el catedrático «una conducta digna de elogio» y así evitan que Merelo Calvo forme parte de una de estas cuerdas, pero no su traslado a Teruel. GÓMEZ SANTA MARÍA, Alberto: Biografías de los Diputados a Cortes de la Asamblea Constituyente de 1869. Madrid: Imprenta de Tomás Alonso, 1869, t. II, pp. 903-904. Sobre los cambios radicales de las revoluciones europeas destacamos el papel de la prensa y entre otros El Clamor Público, Periódico del partido liberal, Madrid, lunes 6 de noviembre de 1848, n.º 1535, p. 1. Este periódico, de carácter polemista, muy enfrentado con los gobiernos moderados, exige la extensión de los derechos políticos conseguidos en Europa a los españoles. 21 GONZÁLEZ SOTO, Julián: Discurso en que se aprueba que en la Segunda Enseñanza deben darse mayor importancia a las Ciencias de Aplicación que a las Letras y Ciencias Abstractas, leído el 2 de julio de 1849 al dar principio a los exámenes. Madrid: Imp. J. M. Alonso, 1849, 38 pp. Este orador fue presbítero y director del Colegio Politécnico de Madrid, posteriormente adscrito al Instituto del Cardenal Cisneros.
42
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
de intelectuales madrileños y una parte de la prensa22 más accesibles y útiles para los alumnos, por ser más concretos al fundamentarse en hechos materiales que se pueden percibir a través de los ojos. Con estos contenidos firman una Carta de defensa de los Estudios de Aplicación frente a los Literarios, pues estos últimos sólo producen parásitos a la sociedad y a las familias, a la vez que los institutos de segunda enseñanza reducen los brazos productores.23 También la prensa se hace eco una y otra vez de la definición de la segunda enseñanza, su utilidad, a qué edad deben comenzar los alumnos, qué asignaturas debe comprender y si debe ser continuidad de la primera enseñanza. La revista El Profesorado reproduce dos artículos de El Diario Español y La España que afirman que no es instrucción provechosa para ningún oficio, arte o función social: Que el bachillerato solo forma enciclopedias de rudimentos inconexos, forma charlatanes presuntuosos, llenos de vanidad, pero incapaces de ocuparse de un oficio.24
En el Instituto del Noviciado no existe rivalidad, ni siquiera comparación con los estudios de aplicación que se imparten en el Instituto de San Isidro: son dos esferas distintas de la educación y hasta 1900 no encontramos la necesidad social de dotar a la segunda enseñanza de un presupuesto suficiente que permita mantener sistemas o planes distintos, que posibilite por una parte la preparación para las carreras literarias e históricas, y por otra, para las ciencias aplicadas al movimiento industrial y comercial de principios de siglo XX. La falta de medios económicos justifica que los planes oficiales de segunda enseñanza tengan un carácter mixto: que aporten un tinte de cultura general y que supongan la preparación elemental para todas las carreras.25 22 La Concordia. Madrid: Imprenta de Manuel Tellado, 1863, 28 de junio de 1863, p. 8. Este periódico venía demandando la formación técnica con asignaturas como Agricultura desde fechas bien tempranas, ya que había sido olvidada una y otra vez en los distintos planes de estudio. 23 Carta de los padres del Colegio Politécnico dirigida al Ministro en 1848 con una exposición acerca de la utilidad de los estudios de las Ciencias Aplicadas frente a los Estudios Literarios. Madrid: Imp. J. M. Alonso, 1849, pp. 35-36. Firmada entre otros por el Duque de Vergara, el duque de Gor, el duque de Ahumada, duque de Abrantes, marqués de Santa Cruz y marqués de Someruelos. 24 El Profesorado. Revista de Instrucción Pública, reproduce los artículos del 17 y 24 de marzo publicados en El Diario Español y La España respectivamente. 25 GARCÍA ALIX, Antonio: Disposiciones dictadas para la reorganización de la Enseñanza. Madrid: Imp. del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos, 1900, p. XIV.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
43
Las variaciones del profesorado son determinantes para la historia de la institución. Además de la incorporación del catedrático de Filosofía, José María Rey Heredia, que ya hemos señalado, las dos cátedras existentes para las asignaturas de Geografía y de Historia se refunden en una sola denominada de Geografía e Historia, que ocupará Francisco Verdejo Páez. Y por otra parte, pasan a ser profesores exclusivamente de la Universidad Central Cortázar Abasolo y A. A. Camús, y acceden a nuestro Instituto Terradillos López y Moya de la Torre en las cátedras de Retórica y Matemáticas, respectivamente. Por lo que se refiere a manuales para la segunda enseñanza publicados por los profesores del Instituto del Noviciado en 1849 hemos de destacar: Por real orden, de 22 de septiembre de 1849, el Consejo de Instrucción Pública aprueba los siguientes manuales elaborados por los catedráticos del Instituto: — Curso de Psicología y Lógica, de Pedro F. Monlau y J. María Rey Heredia. — Manual de Historia natural, de Manuel José de Galdo López de Neira. — Gramática de Lengua Española y Latina, de Braulio Amezaga. De esta forma los nuevos profesores que se incorporan al Instituto del Noviciado también van publicando manuales para sus asignaturas. Y la prensa especializada otorga un gran valor al manual escolar al considerar que el profesor y el libro de texto son como partes de un mismo ser, que mutuamente se complementan, y así citan: Tanta es la importancia de los libros de texto que en caso de faltar alguno de los dos elementos de la educación, tal vez sería más fácil aprender una ciencia sin profesor, pero con buenos libros, pero no con profesor, pero sin libros.26
A la vez, una real orden señala el método que deben seguir los profesores en sus manuales, marcándole los límites a los que deben ceñirse en la exposición de los contenidos de los libros de texto. Se les exige que se centren en comunicar a los discípulos las ideas fundamentales de la materia, por su orden gradual de importancia, y que lo realicen con la máxima sencillez y claridad posibles para que puedan ser fácilmente com26 La Enseñanza católica. Revista de Educación. Madrid: Año I, n.º 4, de fecha 30 de enero de 1872, p. 24.
44
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
prendidos. La máxima a que debe atenerse el catedrático es: ajustarse a los libros de texto y a los límites de los programas. Pero en el camino que se había iniciado para la uniformidad de los estudios uno de los hechos más importantes es la publicación de los Programas para las asignaturas de segunda enseñanza.27 Éstos fijan y detallan el currículo de las asignaturas de Religión y Moral, Latín y Castellano, Retórica y Poética, Elementos de Geografía e Historia, Matemáticas elementales, Psicología y Lógica, Elementos de Física y nociones de Química, y Nociones de Historia natural. Los Programas para las asignaturas de Segunda Enseñanza de 1850 detallan los contenidos, el orden e, incluso, marcan las pautas metodológicas con un claro afán controlador, y a ellos se deben ajustar los libros de texto, el programa del catedrático y las explicaciones del profesor. Ajustar los libros de texto a estos Programas nos conduce, al igual que en el sistema educativo francés, a que el profesor pierda su autonomía para seleccionar los aprendizajes que debe impartir y, por tanto, ha de subordinar sus enseñanzas al control gubernamental a través del programa y del manual escolar. Con esta medida política se está asegurando la uniformidad de programas ¿pero esto conduce a la unidad de espíritu y de pensamiento? Ahora bien, uno de los hechos determinantes para la historia de la educación secundaria de nuestro país es que el libro de texto se convierte en obligatorio para los alumnos a partir de 1849. Una real orden28 de este año exige que, a los ocho días de comenzada la clase, el discípulo presente al profesor el libro de texto, en cuya portada escribirá el catedrático el nombre y el curso del alumno, el número que tiene en la lista y el nombre del instituto. Además, el profesor puede requerir cada dos meses el libro y, si el alumno no lo presenta, podrá ser borrado de la lista de matrícula. Las situaciones de picaresca a que conduce esta orden son innumerables, tanto por parte del profesor como del alumno, algunas de éstas serán reseñadas en el apartado de los alumnos. Acerca de la flexibilidad o rigidez de los profesores del Instituto del Noviciado, a la hora de exigir el manual escolar no tenemos datos fehacientes. Eso sí, desde 1876 esta norma va a crear problemas a los profe27
Programas para las asignaturas de Segunda Enseñanza mandadas observar por SM. en todos los Institutos, Seminarios y Colegios del Reino. Madrid: Imp. Nacional, 1850, 72 p. 28 Real Orden, de 24 de septiembre de 1849, dictando disposiciones con el fin de que los alumnos adquieran las obras de texto de sus respectivas asignaturas, Colección Legislativa de España..., t. XLVIII, pp. 89-90.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
45
sores progresistas y krausistas al negarse a exigir libro de texto y en 1881 el claustro de profesores contesta a un requerimiento del rector afirmando: No exigimos libros de texto sino que nos limitamos a señalar [...] y el alumno puede comprarlos de lance o adquirirlos de otras formas e incluso son varios los profesores que los regalan a los alumnos necesitados.29
Otra novedad de este plan de estudios es que permite a los alumnos de los seminarios conciliares30 la obtención de los grados y los títulos de bachillerato, siempre que realicen los estudios en el orden y en el tiempo que prescribe el plan y, además, sigan los programas y libros de texto designados por el gobierno. Estos artículos afectan a los catedráticos del Instituto del Noviciado en su calidad de autores de los manuales escolares, pues, a partir de este momento, introducen en éstos el subtítulo «para institutos, colegios de segunda enseñanza, y seminarios». De esta manera se incrementa el mercado de venta de ejemplares de manuales y en la misma proporción los beneficios de los profesores. En esta tutela administrativa del Estado hacia la segunda enseñanza se pretende reglamentar hasta los menores detalles, y también uno de los símbolos distintivos de la autoridad del profesor: el traje académico. La uniformidad, ya detallada en los programas y manuales, llega a la designación de trajes o insignias que deben usar los catedráticos.31 Los aspectos exteriores que adornan a los catedráticos de segunda enseñanza son la toga, el birrete y el traje negro, que se complementará en los actos solemnes con corbata y con guantes blancos. Los profesores de los Institutos de Madrid, al estar agregados a la Facultad de Filosofía, se distinguían con el color azul en el birrete y una venera o medalla en el pecho con un cordón. La medalla llevaba en el anverso grabado las armas reales y el texto con una dedicatoria de: «Isabel II a la enseñanza pública», y en el reverso un sol radiante circundado de una leyenda que dice: «Perfundat omnia luce» —Todo lo ilumina con su luz—. 29
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. s/c. Expediente del profesor Fernández-Vallín. Distingue este director entre exigir y señalar. Exigir procede del latín exigere, que se entiende cono requisito, ley, condición frente a señalar, también vocablo de procedencia latina, signare y es entendido como mostrar, guiar, orientar. 30 Real orden, de 28 de agosto de 1850, reformando el Plan de Estudios, en: Colección Legislativa de España..., t. L, pp. 772-807. 31 Real decreto, de 2 de octubre de 1850, designando el traje y las insignias que han de usar los graduados y catedráticos de las universidades e institutos de segunda enseñanza, Colección Legislativa de España..., t. LI, pp. 161-163.
46
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
La norma exige que los profesores entren en la cátedra con la toga y la medalla. Esta exigencia será más flexible en los años del Sexenio; ya en 1876, el incumplimiento de esta norma será motivo de apercibimiento al catedrático de Filosofía, Ruiz Chamorro. La libertad en la indumentaria es convertida por este profesor en un motivo más de la lucha por la libertad de cátedra. Desde 1849 hasta nuestros días, uno de los aspectos más polémicos es la formación inicial del catedrático de segunda enseñanza. La Escuela Normal de Filosofía32 es creada con el fin de formar profesores para los institutos. Los alumnos de esta Escuela Normal reciben cuatro mil reales anuales en el período de formación y, conforme van saliendo de la Escuela, reciben el título de Regente y un número de orden para la colocación en las vacantes de los institutos. Al cursar estos estudios los alumnos, futuros profesores, están obligados a servir durante diez años en la segunda enseñanza oficial. 2.4. El Concordato de 1851 y el plan de estudios de 1852 Durante el período comprendido entre 1851 y 1857, el Instituto del Noviciado deja de formar un solo cuerpo con la Facultad de Filosofía de la Universidad, no ejerciendo sin embargo su jefe propio, con el nombre de director, más que las funciones académicas. La gestión administrativa y económica del Instituto le corresponde al secretario de la Universidad Central. El Programa-Reglamento de 1852, nuevamente realizado por una comisión de «expertos» para introducir cambios que pretenden ser radicales,33 supone que los estudios de bachillerato del Instituto tienen definido su fin no como estudios generales que completan la educación primaria, sino como medio de prepararse para las facultades mayores. Éste es el fin prioritario de los estudios del Instituto del Noviciado, se debe cursar bachillerato para acceder a todas las carreras, y así queda expresado en todos sus documentos. Por otra parte, la norma propone la supresión de las lenguas modernas, aunque en el Instituto el catedrático Tramarría Carranza si32 Real orden, de 26 de abril de 1851, aprobando el Reglamento para la Escuela Normal de Filosofía, en: Colección Legislativa de España..., t. III, pp. 587-600. 33 Real decreto, de 10 de septiembre de 1852, mandando que se observe y se cumpla el adjunto reglamento de estudios, en: Colección Legislativa de España..., t. LVII, pp. 25-50.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
47
gue impartiendo el francés. Las asignaturas de Gramática Latina y Retórica34 adquieren mayor peso y, situar estas asignaturas como núcleo central del bachillerato es valorado como positivo para la formación de los alumnos tanto por los profesores y como por un buen número de padres. Al igual que en la segunda enseñanza en Francia uno de los fines de estos estudios es la educación para y por la elocuencia, en los bellos ejemplos se aprende a escribir discursos que más tarde se van a utilizar en los foros políticos, académicos y forenses. Y, además, a raíz de este plan de estudios se consolida el permiso a los alumnos de los seminarios conciliares, para la obtención de los grados y los títulos de bachillerato, en las condiciones ya expresadas. Esta medida agrava aún más la situación de algunos institutos, especialmente los situados en algunas provincias que tienen un número bajo de matrícula, y sin embargo, no remedia los males que algunos achacan a esta enseñanza.35 Este nuevo plan organiza el bachillerato en dos períodos de tres años cada uno. El primer período se denomina de Latinidad y Humanidades y se imparte las siguientes asignaturas del primer curso: Gramática, que consistía en dar de memoria las lecciones, leer y corregir composiciones de Latín y Castellano: traducción y análisis de los escritores Fedro y Cicerón; Gramática latina y Doctrina cristiana e Historia del Antiguo Testamento. El segundo curso se organizará con las siguientes asignaturas: Gramática, que nuevamente consistía en dar de memoria y explicar la lección, corregir la composición y versión hispana del latín, traducción y análisis de textos de los autores Julio César y Cornelio Nepote; y la Doctrina cristiana e Historia del Antiguo Testamento. En tercer curso, se repetía Gramática, que consistía en recitar de memoria la lección, corregir la composición y versión hispana del Latín, 34
Al igual que en los institutos españoles, de especial relieve son estas asignaturas en los liceos de notables franceses según PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800..., pp. 52-55. En el mismo sentido el catedrático Romero Aznárez envía una composición literaria de 80 tercetos con rima ABABCB en defensa del Latín y la Gramática. Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-8489. 35 RÍOS Y MARQUÉS, Ramón: Discurso inaugural leído en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Provincia de Álava en la solemne apertura del curso académico del día 1 de octubre de 1853. Vitoria: Imp. Viuda Monleli e Hijos, 1853, 12 p. En consonancia con la época y el recién firmado Concordato, estos males se paliarían con la obligación del profesorado en instruir sin renunciar a la sagrada función de moralizar para tener alumnos tan probos como instruidos, tan virtuosos como sabios.
48
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Traducción y análisis de Ovidio, Tíbulo y Horacio, Memorización de la Epístola a los Pisones, Traducción de las Catilinarias de Cicerón, Doctrina cristiana e Historia del Antiguo Testamento y Retórica y Poética (en la parte de preceptiva). Las asignaturas científicas se introducen en el segundo periodo denominado de Estudios Elementales de Filosofía, quedando organizado el cuarto curso con las siguientes asignaturas: Elementos de Matemáticas, Estudio de autores clásicos latinos y castellanos y Geografía e Historia. En quinto curso nos encontramos con la continuación de Elementos de Matemáticas y del Estudio de autores clásicos latinos y castellanos, y la novedad de Elementos de Física y Química General. En sexto curso habría que cursar Elementos de Psicología y Lógica, Elementos de Ética, Elementos de Historia natural, Francés, y Elementos de autores literarios clásicos latinos y castellanos. La única variación del profesorado en el período comprendido entre 1852 y 1857 es la incorporación en 1853 a la segunda cátedra de Matemáticas de Acisclo Fernández-Vallín, catedrático que desempeñará un papel muy importante en el Instituto como director en los primeros años de la Restauración, pero, sobre todo, en la elaboración de libros de texto, tanto de su propia asignatura, como por la colaboración que presta a otros catedráticos del claustro, y especialmente a Rey Heredia y a Galdo López de Neira en 1861 y 1894 respectivamente. Por real orden de 1852 se aprueban las listas de libros que van a servir de texto en segunda enseñanza; y a los ya apuntados se incorpora el Tratado elemental de Matemáticas de Acisclo Fernández-Vallín, es decir, nuevamente cada catedrático al llegar al Instituto del Noviciado va a publicar su manual escolar. Unos meses antes de que se apruebe el plan de estudios que estamos analizando se firma el Concordato de 1851 que posibilita a la Iglesia que la instrucción en universidades, colegios, seminarios y escuelas de cualquier clase, será en todo conforme a la doctrina de la religión católica. Este Concordato expone la relación de libros de texto seleccionados para todas las asignaturas de segunda enseñanza en todos los Seminarios de España. Destacamos entre éstos el Manual de Geografía, de F. Verdejo Páez.36 En los Apéndices de este Concordato se refleja la posibilidad de los prelados de elegir libros de texto en las asignaturas de segunda enseñan36 PIÑUELA, E.; MEANA, F. y otros: El Concordato de 1851 y disposiciones complementarias siguientes. Madrid: Edt. Rev. (S.A.), Manuales Reus de Derecho, vol. XXXVI, pp. 225-227.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
49
za del seminario. Los prelados elegían los que juzgaban más a propósito entre los propuestos por el gobierno para todos los centros, pero también se les concede la facultad de proponer otros para la aprobación de su Majestad de acuerdo a sus preferencias. En el período estudiado nos encontramos que la inercia del profesorado impide cualquier modificación de los Programas de 1850, lo cual se pone de manifiesto en algunos libros de texto que se expresan de la siguiente manera: — Las cosas humanas son inestables frente a la trascendencia de las divinas. — El espíritu de rebelión o desobediencia a las autoridades nos traerá grandes calamidades. — Es indudable que el Supremo Hacedor dirige los destinos de todos según sus sabios designios y sin que la razón humana pueda penetrarlos. En general encontramos resistencia a incorporar los descubrimientos científicos que vienen produciéndose en Europa. A los profesores en la segunda enseñanza corresponde indicar a los alumnos que estos avances servirán para poder evidenciar la inmensa sabiduría del Autor del Universo,37 nunca para contradecirla. Ningún dato podemos aportar acerca de las consecuencias del bienio progresista en la organización del Instituto del Noviciado, si bien es cierto que la prensa está exigiendo que la libertad se extienda al mismo compás que la ilustración y que los principios democráticos serán más fáciles de extender en la población educada.38 En esta etapa, las aportaciones de los catedráticos del Instituto del Noviciado en cuanto a manuales escolares son numerosas. En los archivos del Instituto del Cardenal Cisneros disponemos de documentos que nos permiten afirmar que, ya desde la Exposición Universal de París en 1878, los catedráticos de esta institución son conocedores de que una de sus mayores contribuciones a la educación de secundaria es la elaboración de libros de texto para todas las asignaturas, y así lo manifiestan: «En lo que se refiere a los primeros tiempos, el Instituto del Cardenal Cisneros prestó señalados servicios a la ilustración en general y en particular a la segunda enseñanza, descollando entre todos la publicación de exce37
BONET BONFILL, F.: Discurso Inaugural leído el 1 de octubre de 1855 en la solemne apertura del Instituto de Lérida. Lérida: Imp. y Librería de José Sol, 1855, p. 25. 38 La Iberia, Periódico Progresista. Madrid: La Iberia, 24 de septiembre de 1856, p. 2.
50
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
lentes obras elementales, algunas de las cuales faltaban entonces de todo punto o no reunían las necesarias condiciones las que se habían publicado, para que se adoptasen los textos en el Instituto y muchos de los nombres de los catedráticos van al frente de obras cuyo mérito es universalmente reconocido por toda España, algunos de ellos en nuestras posesiones de Ultramar y aún en las repúblicas hispanoamericanas.»39
Las explicaciones del profesor deben ajustarse al libro de texto, distribuyendo la materia de la asignatura en lecciones que deben ser tantas como clases tiene el curso. Esta distribución de la materia en lecciones conformaría el programa del catedrático. El catedrático podía editar el programa y el alumno tenía la obligación de comprarlo, y si hubiera profesor sustituto o auxiliar, seguirlo en el mismo orden. La forma que tenían los catedráticos para asegurarse la publicación del libro de texto, cuando el gobierno no disponía de manuales adecuados para esta etapa educativa, era participar en los concursos, como ya hemos anticipado. Nosotros haremos referencia a la convocatoria del concurso de 1854 para adjudicar un premio al autor del mejor manual de Física40 y nos fijamos en este concurso por haberlo ganado Eduardo Rodríguez, catedrático del Instituto del Noviciado. En la convocatoria de este concurso se especifica que el objetivo es buscar manuales elementales que contengan todas las verdades útiles y prácticas y, cuando los manuales se refieran a los estudios de Aplicación, se solicita que estas verdades se puedan verificar sin hacer uso de los métodos y demostraciones sublimes propias de la ciencia. El autor que presente un manual escolar a concurso puede separarse de los programas que adjunta el gobierno, siempre que sea para mejorarlo. Los libros que se presentan deben incorporar un lema, en el caso que estamos citando, el lema utilizado por Eduardo Rodríguez es: Si queréis gloria, pedidla a la Ciencia. Los restos de Newton caben en un reducido sarcófago: su nombre no cabe en el mundo.41
El ganador del concurso tiene derecho a la impresión de 1.200 ejemplares de la obra por cuenta del Estado y a los moldes de la imprenta para que pueda utilizarlos para editar cuantos ejemplares desee. Los catedráti39
SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve noticia..., p. 21. Gaceta, de 9 de septiembre de 1854. Madrid: Imprenta Nacional, 1854, pp. 27-30. 41 RODRÍGUEZ, Eduardo: Manual de Física General y aplicada a la Agricultura y a la Industria. Madrid: Imp. Fundación y Librería de D. Eusebio Aguado, 1858, 632 p. Obra premiada por SS. MM. en concurso público a propuesta de la Real Academia de las Ciencias. 40
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
51
cos están interesados en que sus obras sean declaradas de mérito especial por el Consejo de Instrucción Pública. Este mérito debería servirle para el ascenso en la carrera del profesorado público, puesto que se les ha prometido que se establecerá un baremo al modo del escalafón de los catedráticos de Universidad. También asistimos a la supresión de la figura del regente, a favor del título de doctor, que por sí solo habilita para el ejercicio del profesorado. 3.
La ley Moyano y la consolidación de los estudios de bachillerato (1857-1868)
Este apartado lo dedicaremos al análisis de los cambios ocurridos en el Instituto del Noviciado tras la promulgación de ley Moyano42 y su posterior desarrollo, dividiéndolo en dos partes: en la primera estudiaremos la consolidación de los reglamentos, de los que nos interesa destacar la buena aceptación de la norma de referencia que va a organizar el Instituto de forma estricta y pormenorizada, y en segundo lugar destacaremos que esta década parte de una estabilidad política y educativa, en la que, sin embargo, ya comienzan a significarse posturas y planteamientos de signo radicalmente distintos que finalmente nos conducirán a la I Cuestión Universitaria. Fruto de estos reglamentos son las memorias anuales que, a partir de 1858, se realizan en el Instituto del Cardenal Cisneros hasta nuestros días. Cumpliendo este reglamento, el 16 de septiembre de cada curso se celebra un acto oficial de apertura en presencia de los padres, alumnos, profesores, prensa y autoridades escolares, acto que adquiere relevancia por su proyección de la institución hacia el exterior, transciende de la comunidad educativa a la sociedad madrileña, pero también, por su valor histórico en la narración de los acontecimientos del curso anterior. Interpretamos las Memorias anuales como crónicas de primera mano realizadas sobre los hechos más relevantes de cada curso. De esta fuente de información tan valiosa destacamos los discursos inaugurales del director o del secretario de Instituto, que señalan la singularidad de esta institución docente en la implantación de los sucesivos planes de estudio.
42
La prensa progresista acusa al gobierno de que con esta ley está llevando la centralización hasta el absurdo, cuando el objetivo debería ser la generalización de la instrucción pública para todas las clases. La Iberia, Periódico Progresista. Madrid: La Iberia, 25 de septiembre de 1857, p. 52.
52
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
3.1. El reglamentarismo académico (1858-1863) Situamos este nuevo período del Instituto del Noviciado en los años conocidos como la década de la sociedad satisfecha. La Unión Liberal, que permanece en el poder desde 1858, es el partido que controla la vida política hasta la Revolución de septiembre de 1868. Mientras se mantuvo la etapa de cierta prosperidad, hasta 1863, la Unión Liberal consiguió ejercer el poder sin grandes problemas, pero desde ese año la crisis económica llevó a los gobiernos a una actitud cada vez más intransigente. El que ha venido denominándose «gobierno largo de O’Donnell» favoreció la consolidación de los estudios de segunda enseñanza. El catedrático de Historia del Instituto del Cardenal Cisneros, Merelo Calvo, justifica que la larga duración del gobierno de O’Donnell se debe al cansancio general más bien que a la satisfacción de la opinión pública, que este gobierno no podría convenir a los hombres que amaban el progreso y la ilustración, pero que sin embargo había tenido la virtud de permitir que los institutos de segunda enseñanza se implantaran en todas las provincias.43 Y, ciertamente, esta estabilidad política y económica viene a favorecer a la segunda enseñanza, pues su reciente implantación había producido ciertos conflictos entre padres y políticos. La cadena jerárquica expuesta continúa organizando la educación de estos cursos, con el objetivo de mantener el orden y la legalidad marcada por la centralización del plan Pidal, consolidándolas mediante la Ley de Instrucción Pública de 1857. Durante los gobiernos de la Unión Liberal se desarrolla y consolida el cuerpo de catedráticos de instituto mediante el escalafón,44 el sistema de acceso por oposición, el sistema retributivo según antigüedad y mérito45 y el control rígido sobre los programas y libros de textos.46 43 WEBER, Georg: Historia Contemporánea de 1830 a 1878. Madrid: F. Góngora y Compañía, 1876, t. III, p. 276. Traducido al castellano, anotado y aumentado con un «Apéndice histórico» por Merelo Calvo, Manuel. 44 Ley de Instrucción Pública, de 9 de septiembre de 1857, en Boletín Oficial del Ministerio de Fomento. Madrid: Imprenta Nacional, jueves 1 de octubre de 1857, t. XXIV, pp. 1-70. Acerca de la elaboración de esta ley consultar VIÑAO FRAGO, Antonio: Política y educación en los orígenes de la España..., pp. 379-392. 45 Real Orden, de 25 de mayo de 1861, dictando varias normas referentes al escalafón de catedráticos de Segunda Enseñanza, en Colección Legislativa de España..., t. LXX, pp. 443-446. 46 Circular disponiendo que por los Rectores de las Universidades dicten las medidas convenientes para que en los establecimientos no se adopten más libros de texto que
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
53
Esta etapa viene marcada por la ley Moyano, que es interpretada no como una ley innovadora sino una norma que venía a consagrar un sistema educativo diseñado en 1845.47 Esta ley, que se publica el 9 de septiembre de 1857, es considerada en el Instituto del Cardenal Cisneros como el principio de una nueva época que, a pesar de los acontecimientos políticos, logra subsistir en sus disposiciones más esenciales durante más de cien años. El Instituto del Noviciado, al igual que el de San Isidro, quedó desde entonces completamente desligado de la Universidad Central en los aspectos administrativos. La secretaría del Instituto es independiente de la general de la Universidad, y un catedrático del Instituto ocupará el cargo de secretario, siendo el filósofo Rey Heredia el primero de la larga lista. Por otra parte el plan de 1857 y las disposiciones provisionales para el curso de 1857 a 1858 suponen un cambio para los alumnos al realizar la matrícula por asignaturas y no por años académicos. Este nuevo plan va a especificar la composición del claustro de catedráticos que, a partir de 1858, van a ejercer la docencia y que en el Instituto del Noviciado se concretan en dos catedráticos de Latinidad: Félix Miguel Fernández y Hemeterio Suaña Castellet; uno de Latinidad y Rudimentos de Lengua Griega: Pedro J. Lax Urbina; uno de Religión y Moral cristiana, Alejandro Sánchez; uno de Psicología, Lógica y Ética: José María Rey Heredia hasta 1861 y Juan Manuel Ortí Lara desde 1861 hasta 1870, que realizaba planteamientos escolásticos dentro de la más pura ortodoxia tomista y polemizaba con los progresistas del Instituto; uno de Elementos de Geografía e Historia de España, Manuel Merelo Calvo, significado defensor de las ideas democráticas, que tomará posiciones progresistas en las polémicas; dos de Elementos de Matemáticas: A. Moya de la Torre, que marcará el período progresista con su dirección, y Acisclo Fernández-Vallín y Bustillo, director en los primeros años de la Restauración; uno de Elementos de Retórica y Poética, Ángel María Terradillos; uno de Elementos de Física y Química, desde 1861, Gonzalo Quintero Rodríguez; uno de Historia natural, M. J. M. Galdo López de Neira, que goza de gran prestigio dentro y fuera del Instituto con sus tesis progresistas; uno de Francés, Francisco Tramarría Carranza; dos de lenguas vivas: uno de Inglés, Enrique Mac-Veigh, y uno de Alemán, Luis Alfonso Nordenfels. los que marca la ley, en Compilación Legislativa de Instrucción Pública. Madrid: Imp. T. Fontanet, 1876, p. 303. 47 PUELLES BENÍTEZ, Manuel de: Educación e ideología en la España Contemporánea. Madrid: Tecnos, 1999, p. 33.
54
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
La incorporación de la Lengua griega da una mayor analogía al Instituto con las Humanidades de la Academia Complutense. Las lenguas vivas, de inglés y alemán, se impartirán en el Instituto de Noviciado sólo hasta 1863. Debido al escaso convencimiento de los políticos acerca de su utilidad, tras ser creadas las cátedras en 1845, son suprimidas en 1863. Solamente la de francés se mantendrá hasta la jubilación de su titular en 1868, por coincidir en esta cátedra el cargo de director con el de docente. La Ética se añade a la asignatura de Psicología y Lógica, separándola de la Religión y Moral, en la que había estado comprendida hasta ese momento. La asignatura de Religión y Moral estará a cargo de un eclesiástico. El plan de estudios de 1857 recibe su desarrollo definitivo en 1859, aunque sufre una nueva variación del 21 de agosto de 1861, que se manifiesta en restablecer otra vez los cursos académicos en cinco años aunque con la facultad de matricularse en menos asignaturas que las señaladas en cada curso. Este plan añade lecciones alternas de Principios de Aritmética y Geometría, estudios considerados como muy convenientes para facilitar a los alumnos el acceso a los estudios de matemáticas, a la vez que se suprimen los repasos de Lectura y Escritura por considerarlos inútiles, pese a que existe una queja constante acerca del nivel tan bajo que tienen los alumnos que acceden a bachillerato. En nuestro país, al igual que en Francia,48 los institutos son clasificados en tres categorías, cada una de éstas da lugar a tres sueldos diferentes entre los profesores. De esta forma, en la organización de 1857 los institutos de Madrid son premiados al ser designados como institutos de primera clase, razón por la que sus catedráticos cobrarán de sueldo 12.000 reales, frente a 10.000 u 8.000 de las provincias de segunda o de tercera clase. Cuando, en 1859, el director Tramarría Carranza construye su Discurso, no leído en acto académico, ha asumido los fines que el plan de estudios de 26 de agosto le marca en su prólogo, y escribe que la educación tiene por objeto formar al hombre por la senda de la virtud y por la vía de la ilustración.49 48
PONTEIL, Felix: Histoire de l’enseignement en France: les grandes étapes, 1789-1964. Paris: Sirey, 1966, pp. 105-108. 49 Memoria acerca del estado del Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado, incorporado a la Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1859 por el Sr. D. Francisco de Tramarría, catedrático de Lengua francesa y director del mismo Instituto, en la solemne apertura del curso de 1859 a 1860. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1859, p. 8.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
55
Las principales dificultades que encuentra Tramarría Carranza en el Instituto son: — Las referidas a la edad de ingreso de los alumnos, nueve años parece prematuro para el aprovechamiento de algunas asignaturas. — El excesivo número de alumnos con que cuenta el Instituto. — El excesivo número de asignaturas, que los alumnos han de cursar en los pocos años que duran estos estudios. Tramarría Carranza se hace eco de la demanda social que parte de la burguesía representada en la Unión Liberal, y que supone ganar la respetabilidad en la expresión de la vida católica, exigiendo que en el sistema de enseñanza se sigan las explicaciones de la Historia Sagrada y Principios de Religión y Moral, dando a esta asignatura la consideración de su importancia real, buscando no perder la autoridad y tutela de la Iglesia en el campo de la enseñanza. En la Memoria-Anuario de la Universidad Central, el rector se expresa en similares términos al informar de que: No pueden inculcarse en el tierno ánimo de los niños con la solidez necesaria y administrarse, en la exigua dosis de una lección semanal y sin necesidad de examen, los misterios de la santa Religión.50
A raíz de estas propuestas la edad de acceso de los alumnos a los institutos de segunda enseñanza se sitúa en los diez años, el propio Tramarría nos dice, en 1859, que el gobierno de Su Majestad, ha oído lo que él ha solicitado repetidas veces y lo ha contemplado situándolo en los diez años.51 En esta misma Memoria, Tramarría Carranza define el fin último de la formación que imparte a los jóvenes que habrán de ser mañana hombres de provecho para la sociedad y para el Estado: es una formación 50
Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y los establecimientos de su distrito en el curso 1859 a 1860. Madrid: Imp. Ducazcal, 1859. Anuario de la Universidad Central de 1859 a 1860. Madrid: Imp. Ducazcal, 1860. 51 Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado, incorporado a la Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1861 por el Sr. D. Francisco de Tramarría, catedrático de Lengua francesa y director del mismo Instituto, en la solemne apertura del curso de 1861 a 1862. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1861, p. 8. Real Decreto, de 21 de agosto de 1861, que modifica el Plan de estudios de segunda enseñanza que eleva la edad de ingreso a los 10 años, justificando que a los 9 años ni la primera enseñanza se termina convenientemente ni se siguen con aprovechamiento las de la segunda enseñanza, en: Colección Legislativa de España..., t. LXXXVI, pp. 206-209.
56
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
para que las minorías dirigentes obtengan una posición social y así lograr la consolidación del sistema político-económico. De esta forma, en el Instituto del Noviciado encontramos que desde 1859 justifican la necesidad de cursar estudios de bachillerato por ser éste el periodo en que el joven adquiere un caudal de conocimientos indispensables para presentarse ante la sociedad como persona ilustrada. Además, el director del Instituto cree que las aptitudes profesionales se manifiestan durante el período de la segunda enseñanza, y que conocerlas permite al alumno dirigirse hacia los estudios superiores para los que muestre mayor aptitud y, por lo tanto, le ofrezcan mayores posibilidades de éxito. Ahora bien, tratando de reconstruir la historia del Instituto del Cardenal Cisneros nos encontramos con la aceptación general de los planes de estudio sucesivos, hasta once en el período de treinta y dos años, pero también, que la organización diaria viene marcada por el cumplimiento del Reglamento de 1859, que ajusta el funcionamiento real de la institución: profesores, alumnos, exámenes, evaluaciones, resultados académicos, materiales, edificio, organización de la enseñanza, libros de texto... También se aplica el Reglamento de segunda enseñanza para crear en el curso 1859-1860 las dos plazas de profesores auxiliares, uno de ciencias, que recaerá en el profesor Francisco Caballero Barba, y otro de letras, que desempeñará Valeriano Fernández Ferraz, alumno de Sanz del Río y perteneciente a la primera hornada de profesores krausistas. Acerca de la formación del profesorado de secundaria, el rector, Marqués de San Gregorio, expone que la Facultad de Filosofía y Letras es la Escuela Normal, que hasta cierto punto equivale a la extinguida en 1851, y es el lugar donde se perfeccionan los profesores de instituto.52 De entre las opiniones generales del rector de la Universidad Central acerca de la situación de los institutos de segunda enseñanza de su distrito, y más especialmente acerca del Informe de las mejoras, tanto del régimen administrativo como académico, que se deben introducir en los cursos que estudiamos, destacamos: — La necesidad de proveer las cátedras vacantes. En el caso de los institutos adscritos53 a la Universidad Central, afirma el rector que es un problema acuciante, pues los sustitutos interinos, por su inestabilidad en 52
Memoria acerca del Estado de la enseñanza en la Universidad Central..., curso 1859 a 1860..., p. 18. 53 Recordamos que se adscriben a la Universidad Central de Madrid los Institutos de segunda enseñanza de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Toledo, Segovia y Madrid.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
57
el puesto, no ponen el mismo celo en el desempeño de la docencia que los catedráticos. En el Instituto del Cardenal Cisneros en esta situación se encuentra la cátedra de Física y Química. — Buscar que los profesores sean competentes, accedan por el sistema de oposición y estén bien remunerados. — Dotar de un número suficiente de profesores auxiliares para que las clases se dividan en secciones y también para que puedan ayudar a los catedráticos en el cuidado de los gabinetes, colecciones y bibliotecas. — Ante las reformas propuestas por el plan de estudios de 1857, solicita el rector dar nueva vida a la Religión, Moral y Doctrina Cristiana. El Marqués de San Gregorio coincide con Tramarría Carranza en que una clase semanal en todos los cursos es insuficiente para esta materia, y ambos solicitan la incorporación de una lección diaria de Religión, impartiéndola en todos los cursos del bachillerato y en el último se explique en concordancia con la Psicología, Lógica y Ética. En 1861, Tramarría Carranza, que como ya hemos anticipado, había solicitado desde 1845 la creación de un Colegio de Internos para el Instituto del Cardenal Cisneros, reitera esta solicitud y presenta al rector un Proyecto.54 Se apoya para ello en su experiencia previa como profesor del Real Colegio de Pajes, en haber visitado algunos colegios españoles y franceses y en la normativa existente. Tramarría Carranza alega: — El gran detrimento de la ilustración de la juventud sin vigilancia de profesores. — La facilidad para adquirir o arrendar un edificio que bien pudiera ser el Seminario Antiguo de Nobles, o el que había sido convento de San Martín, que con pocas reformas podría admitir a los alumnos internos. — Tramarría Carranza plantea que la cuota que habrán de pagar los alumnos será de entre diez y catorce reales diarios, y que se deben admitir todos los que desahogadamente permita la extensión del dormitorio. En este sentido, ejemplifica con el Liceo de Napoleón, que cuenta con cerca de mil alumnos. — En este Colegio Real de Internos convendría crear plazas para alumnos becados. 54
Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa, Caja/legajos 32-9232. Proyecto de Colegio de Internos de fecha 4 de mayo de 1861. Un estudio detallado acerca de los internados franceses puede encontrarse en: PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800..., pp. 50-53 y en: PONTEIL, Felix: Histoire de l’enseignement en France, les grandes étapes 1789..., p. 103.
58
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En su estudio entiende que, con la creación de un Colegio Real de Internos, los padres conseguirían librar a sus hijos de los peligros de la corrupción y de los gastos que ocasiona tener que confiarlos a casas de hospedaje. Al igual que en Francia, se trata de crear la disciplina de espíritu, el objetivo es modelar la obediencia en el sentimiento del deber. Finalmente llega a esbozar un Reglamento de Régimen Interior con las figuras de director, vicedirector, administrador y el necesario director espiritual para la educación moral. Sin embargo, no encontramos que Tramarría Carranza presente el presupuesto necesario para la creación y el sostenimiento de esta institución, posiblemente influido por los internados franceses, ya que en este Reglamento encontramos similitudes con algunos de los que venían funcionando en la nación gala. Por lo que respecta a los manuales escolares elaborados por los catedráticos del Instituto del Noviciado nos encontramos con que a partir de la real orden del 22 de agosto de 1861, y una vez más, los libros de texto se van a elaborar de acuerdo con las prescripciones oficiales de los nuevos programas. Hasta la Revolución de 1868 los autores de manuales escolares deberán ajustar el número de lecciones al de los días de clase, de forma que el manual debe presentar tantas lecciones como días lectivos, descontando las clases correspondientes a los dos últimos meses, que serán reservados para el repaso. Y en este sentido comprobamos que en el Instituto del Noviciado cada catedrático tiene su propio manual, y, en los casos en que no lo han publicado o no se ha aprobado, se sirven de los publicados en el Instituto de San Isidro, recordamos que para la asignatura de Historia Universal se utiliza el publicado por Fernando de Castro, la Geometría de Fernández Cardín, la Preceptiva literaria de Coll y Vehi, y, por último, la Religión de Juan Díaz de la Baeza. A la par, el Instituto de San Isidro utiliza los siguientes manuales de texto publicados por los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros: Literatura, de Terradillos López; Geografía, de Verdejo Páez; Álgebra y Trigonometría de Cortázar Abasolo, Historia natural, de Galdo López de Neira; Francés, de Tramarría Carranza; y Aritmética de Fernández-Vallín y Bustillo. El manual para la asignatura de Psicología y Lógica es escrito conjuntamente por los catedráticos del Instituto de San Isidro, P. F. Monlau, y del Instituto del Noviciado, Rey Heredia. Asimismo, el de Geometría55 es firmado por Fernández Cardín, catedrático del Instituto de
55 Libro no localizado pero sí mencionado por VALLESPINOSA BUSTOS: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase de San Isidro de Madrid, incorporado a la
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
59
San Isidro, y por Moya de la Torre, catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros. En este apartado conviene recordar que el Consejo de Instrucción Pública forma la lista de los manuales escolares, repitiéndola el gobierno cada tres años según lo dispuesto en el artículo 84 de la ley de Instrucción Pública. El primer trienio deberá empezar a contar a partir del curso 1861 a 1862. Para que un libro de texto sea incluido en la lista que examina el Consejo deberá cumplir los siguientes trámites: — Ser avalado por dos consejeros o — Ser presentado para su aprobación por los autores o editores. En cualquier caso, para que una obra sea declarada de texto, deben presentarse dos ejemplares de la obra impresa y las instancias oportunas, antes del día 1 de febrero de cada año en el Consejo de Instrucción Pública. Cuando este organismo considere que ninguna de las obras publicadas para una determinada asignatura reúne las condiciones para ser libro de texto, puede convocar un concurso de redacción de manuales para dicha asignatura. 3.2. Las discrepancias se manifiestan (1863 y 1868) A partir de 1863 se producen las primeras manifestaciones de las discrepancias en cuanto a los planteamientos ideológicos, religiosos y pedagógicos en el Instituto del Noviciado, lo cual nos va a conducir a la toma de posturas intransigentes, tanto por parte de los profesores progresistas como de los conservadores. Si bien a partir de 1859 la Unión Liberal ya había dado signos de debilitamiento con el abandono de algunos dirigentes destacados, a partir de 1863 la crisis económica y política comienza a manifestarse.56 A causa de este debilitamiento, el general Narváez vuelve a hacerse cargo del poder en 1864, quien con su actitud cada vez más intransigente, favorece que los ataques de los progresistas, y especialmente de los demócratas, Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1860 por el licenciado D. Francisco Vallespinosa y Bustos, catedrático de Matemáticas y vicedirector del mismo, en el acto solemne de la apertura del curso de 1860 a 1861. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1860. 56 El Conciliador: Periódico político y literario. Madrid: Manuel Tomás (director). Madrid: Imp. Ángel Sedano. 1859.
60
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
no cesen desde la prensa, aunque también el hostigamiento y la crítica de los neocatólicos aumenta en la misma medida. La presión política iba incrementándose y los progresistas se mostraban escandalizados del comportamiento personal de la reina. Las fuerzas revolucionarias en 1865 aprovecharon para difundir su descontento mediante la célebre frase de la «España sin honra». En este sentido cabe recordar que el catedrático de Historia del Instituto del Cardenal Cisneros, Merelo Calvo, publica el periódico clandestino La Honra Nacional y entiende que el descrédito de aquella situación se agravaba por instantes, tanto por el nuevo empréstito de 150 millones en billetes hipotecarios, como por el dualismo Narváez-O’Donnell. Los primeros en sufrir esta crisis fueron la pequeña burguesía urbana, «fermento revolucionario del 68», y los funcionarios y empleados, que en Madrid, por su capitalidad política y administrativa, eran muchos y pertenecían a una administración inestable, estando sujetos a los oleajes de los cambios políticos. Mientras, por real orden del 5 de marzo, en el Instituto del Noviciado en el curso 1863 a 1864, las enseñanzas del Alemán e Inglés desaparecen hasta 1874 y los exámenes de Latín y Gramática Castellana se adelantan a junio, ya que hasta entonces los alumnos debían pasar el verano estudiando estas asignaturas, porque en junio no se reunía el tribunal para realizar exámenes. También comprobaremos que a partir de 1864 comienza el aumento de los colegios privados adscritos, así como el incremento de la matrícula oficial. Tramarría Carranza expone que el gran número de alumnos matriculados en la enseñanza oficial justifica las diferencias en cuanto a los resultados académicos de ésta con respecto a la privada. A mayor número de alumnos en el aula los resultados académicos que corresponden son más bajos, pues no es posible dar el mismo tratamiento individualizado que reciben los discípulos en la enseñanza privada. Tanto en el Instituto de San Isidro como en el del Noviciado defienden que ninguna clase debía exceder de 40-50 alumnos, dividiendo en secciones las clases, pero esto supondría para el Estado aumentar el número de catedráticos por asignatura.57
57 Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado, leída en la solemne apertura del curso de 1863 a 1864 por el Sr. D. Francisco de Tramarría, catedrático de Lengua francesa y director del mismo Instituto. Madrid: Imprenta de José M. Ducazcal, 1864, p. 10. Localizamos en este sentido un oficio de Merelo Calvo dirigido al director para dividir su clase de Historia Universal ante la imposibilidad de dar cabida a todos los alumnos: están matriculados 350 en el curso 1863-64. Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros, Carpeta de catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente del profesor citado.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
61
El curso de 1865-1866 fue especialmente triste para el Instituto del Noviciado, pues se vio afectado por la peste que azotó a Madrid y por las convulsiones políticas. En este curso Tramarría Carranza solicita que se dicten medidas desde el gobierno para enaltecer y dar importancia al profesorado, sin las cuales no puede ofrecer la influencia y predominio en el ánimo del alumno, máxime cuando al profesor le faltan los medios coercitivos de los que en otro tiempo sí disponía.58 Y efectivamente, en 1865, además del cólera morbo,59 se manifestaron en el Instituto del Noviciado las convulsiones políticas, aflorando las divergencias entre profesores progresistas y neocatólicos. Por una parte nos encontramos a los catedráticos conservadores, que en las Juntas de Profesores estarán representados por Ortí Lara, Romero Aznárez y el catedrático de Griego y sacerdote, Urbina Lax; por otra parte asumen el credo progresista los catedráticos Galdo López de Neira, Merelo Calvo y Moya de la Torre, que comienzan a tomar posiciones que estallan, a partir de 1867, de forma virulenta. El catedrático de Filosofía, Ortí Lara, y el catedrático de Historia, Merelo Calvo, defenderán las posiciones más extremas. Ortí Lara, al ser nombrado catedrático de Filosofía en el Instituto del Noviciado, acomete la ofensiva contra el krausismo a través del periódico El Pensamiento Español. Esta ofensiva contra los progresistas se recrudece especialmente a partir de la publicación de la encíclica Quanta Cura,60 del Papa Pío IX y la publicación del Syllabus errorum.61 58
TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Discurso acerca del estado del Instituto del Noviciado del... curso 1865-66..., p. 1. Fue en octubre de 1865 cuando en Madrid se produce el brote de cólera morbo que afecta a toda la población de la ciudad y la escolaridad se paraliza. 59 Es el cólera morbo una enfermedad preocupante en el s. XIX y para combatirla el profesor GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel, publica un ensayo científico: Breve Historia del mostrazgo, planta preconizada como una de los mejores específicos para combatir el cólera-morbo. Madrid: Imp. Higinio Remeses, 1855, p. 23, 1856, 2.ª edición. 60 El Syllabus y la encíclica Quanta Cura fueron un duro golpe contra el espíritu del catolicismo progresista y contra los que defendían la separación entre Iglesia y Estado como el catedrático Merelo Calvo que propugnaba la libertad para abrazar la religión que según el uso de la razón cada uno creyera verdadera. Es el Syllabus el conjunto de 80 errores y doctrinas falsas y perversas condenadas, proscritas y reprobadas por la suprema autoridad del Sumo Pontífice en sus Encíclicas, Alocuciones y Letras Apostólicas dirigidas a los obispos y fieles católicos de todo el orbe. 61 Mayor detalle en: FERNÁNDEZ MONTAÑA, José: Syllabus de Pio IX con la explicación debida y la defensa científica de la condenación de sus proposiciones. Madrid: Imp. Gabriel del Homo, 1905, 776 p.
62
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En el extremo opuesto Merelo Calvo había publicado «La cuestión de la enseñanza» en el Almanaque para la Democracia de 1866. En este artículo expone las reticencias de la Iglesia en el proceso de la secularización de la educación y, especialmente, en la libertad de enseñanza. No existe un punto intermedio, los términos de la discusión son los extremos, en las dos posturas, la educación es utilizada como un argumento, y así lo expondremos en este libro. La gran dificultad para armonizar tendencias diversas y conciliar aspiraciones tan distintas nos conducirán al estallido, de forma virulenta, de los distintos idearios, lo cual se traduce en ceses y separaciones sucesivas de unos y otros desde 1867. Tras la real orden del 20 de marzo de 1866, por la que se abre expediente contra Castelar, los sucesos se producen con gran rapidez, y van a afectar a la tensa calma del Instituto. El rector Montalbán es destituido y para sustituirle, es nombrado el Marqués de Zafra. Los profesores del Instituto del Noviciado tomaron parte en este asunto, así Merelo Calvo, representando el sentir democrático, escribe sobre el odio inextinguible al profesorado progresista, y de que es acusado de anticatólico por los fariseos modernos o bien de la reacción amodorrada a la roca de su ignorancia y fanatismo.62. Este catedrático afirma que los neocatólicos buscan apoyarse en los gobiernos moderados y en el alto clero para lanzar anatemas contra los llamados textos vivos, representados por los profesores progresistas. Cuando Merelo Calvo escribe estas frases tan duras está aludiendo a los artículos de Ortí Lara, a la vez que defendiendo a Castelar por sus ideas progresistas, por ser un escritor distinguido, y por ser un elocuente orador. De esta manera, Merelo Calvo responsabiliza de los hechos de la Noche de San Daniel a los neocatólicos y a la mano trémula de un senil demagogo de otro tiempo, en clara alusión a Alcalá Galiano. Merelo Calvo nos informa de que en 1867 Narváez madura un plan para concluir con las tendencias progresistas, inaugurando el régimen del sable y de la policía secreta con un rigor inusitado. Tras la muerte de Alcalá Galiano, en el Consejo de Ministros, le sustituye Manuel Orovio, cuyo primer acto es publicar la condena de Castelar y actuar con mano dura reorganizando el Consejo de Instrucción Pública, las Escuelas Normales, las Facultades de Filosofía y Letras y Derecho, así como los estudios de bachillerato.63 62
MERELO CALVO, Manuel: «La cuestión de la enseñanza», en: Almanaque de la Democracia de 1866, Madrid, Imprenta Universal a cargo de Lucas Polo, 1865, pp. 67-69. 63 ZABALA, Pío: El Padre Claret. Retratos de una vida ejemplar. Madrid: Labor (Pro Ecclesia et Patria), 1936, pp. 105-110. Este autor vincula las reformas de Orovio y
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
63
Y en este sentido, el plan de estudios de 1866 crea una situación de desconfianza hacia el profesorado de segunda enseñanza y, especialmente, hacia los profesores de Madrid, que ya habían manifestado sus tendencias progresistas. Mediante un real decreto,64 Orovio cambia el régimen de sostenimiento de los dos Institutos de Madrid, que pasan a depender de los presupuestos de la Diputación Provincial, desde los presupuestos del Estado se abonan exclusivamente los complementos salariales de antigüedad y mérito del profesorado. La matrícula gratuita en los colegios privados y en la enseñanza doméstica, decretada con fecha de 7 de septiembre de 1867, plantea varias dudas, además de una queja en el Instituto del Noviciado. La queja65 de Tramarría Carranza va dirigida al rector, Marqués de Zafra, pues la exención en el pago de la matrícula supone un perjuicio económico para el Instituto y las dudas consultadas al rector surgen por las dificultades producidas por la aglomeración excesiva de alumnos y los consiguientes problemas de disciplina, que se manifiestan por tener que asistir obligatoriamente a clase de Historia Sagrada, en 1867, en los mismos días varios grupos de alumnos. El decreto, del que tratamos, provoca el escrito de 37 alumnos al director del Instituto por la dificultad que supone implantar la reforma del decreto del 9 de octubre. A éstos se les inscribe en el primer año del segundo período y la falta de correspondencia con las asignaturas de los planes anteriores les perjudica, entre otras razones, por hacerles cursar asignaturas que creen haber aprobado en otros cursos.66 El plan de estudios que los moderados elaboran para la segunda enseñanza pondera el estudio de la lengua latina, la formación religiosa y la enseñanza doméstica, que como ya anticipamos es gratuita en el primer período del bachillerato. Tramarría Carranza acepta muy bien la parte referida en este plan a la formación religiosa, pues se dirige a los Catalina en 1866 y 1868 respectivamente con los planteamientos pedagógicos del Padre Claret. 64 Real decreto, del 3 de agosto de 1866, disponiendo sea por cuenta de las provincias el sostenimiento de los institutos de segunda enseñanza de Madrid, en: Colección Legislativa de España..., pp. XCVI, 347-348. 65 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-9232. Preguntas y protestas presentadas por el Director del Instituto del Noviciado al Rector de la Universidad. 66 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa, Caja/legajo 32-9232. Protesta presentada y firmada por 37 alumnos del Instituto del Cardenal Cisneros presentada al director del mismo solicitando su intervención.
64
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
alumnos animándolos para que alienten en sus pechos la antorcha de la religión.67 El ministro disminuye el peso de las materias científicas frente a las humanidades. Esta medida supone declarar excedente al segundo catedrático de Matemáticas, Acisclo Fernández-Vallín, ya que la reducción horaria de esta asignatura afecta al catedrático más joven. A la larga, pese a las medidas económicas decretadas comienza un período de alza económica para el Instituto del Noviciado, a pesar de no cobrar las matrículas del primer período de la enseñanza secundaria en las modalidades de enseñanzas doméstica y privada, el incremento de matrícula oficial suple las pérdidas de la anterior disposición. El plan de 1866 no permite establecer colegios que no sean de primera clase, es decir, que no abarquen toda la segunda enseñanza, y exige a sus profesores los mismos títulos académicos que a los catedráticos de Instituto. También, a raíz de este plan se habilitan en el Instituto dieciocho profesores particulares de la modalidad doméstica, destinados a la ciudad de Madrid y a los pueblos de Fuencarral, Valdemoro, Morata de Tajuña, Arganda y Alcalá de Henares. Estos profesores debían estar inscritos en el Instituto y presentar al examen del primer período de segunda enseñanza a los alumnos preparados por ellos. Orovio desarrolla este plan de estudios con el temor ya expresado por los profesores conservadores, el miedo al vértigo revolucionario a título de libertad absoluta de pensamiento y de soberanía de la razón por parte de los profesores progresistas por lo que prescribe el exacto cumplimiento de la ley de Instrucción Pública.68 Y pretende una política educativa fuertemente dirigida contra lo que entiende como la demagogia de una época, considerando que los progresistas engañan a la juventud con mentiras y promesas. En este diagnóstico, Orovio y el catedrático Ortí Lara coinciden en considerar que con los progresistas la enseñanza se va a convertir en elemento de propaganda política, y sobre todo, que los demócratas van a poner en riesgo las verdades sociales y religiosas que la nación española ha respetado en su tradición secular tantos años. 67
Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid durante el curso de 1866 a 1867, leída en el acto solemne de apertura del curso de 1867 a 1868 por D. Francisco de Tramarría catedrático de Lengua Francesa y director del mismo Instituto. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1868, p. 9. 68 Real orden, del 20 de julio de 1866, prescribiendo el exacto cumplimiento de la Ley de Instrucción Pública, en: Colección Legislativa de España..., t. XCVI, pp. 121-124.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
65
Este plan de estudios se completa con el nuevo Reglamento de segunda enseñanza,69 que supone un paso más en los planes trazados por Orovio para controlar a los profesores progresistas y asegurar el orden moral mediante el incremento de las funciones del director. De esta manera el director puede suspender a un profesor provisionalmente de su cátedra y abrirle expediente. También modifica los derechos de los catedráticos, que pueden ser separados de sus cátedras si enseñasen doctrinas perniciosas o contrarias a la religión católica y a la dinastía monárquica de los Borbones. El objetivo de Orovio es limitar la escasa libertad de cátedra existente. En este sentido, Merelo Calvo afirma que esta reforma: Ha matado el espíritu del profesorado y le hace renegar de una carrera que ni gloria ni pan le ofrece, que rebaja y humilla su dignidad de hombres de ciencia y que si bien les exige pomposos títulos académicos, pruebas difíciles y trabajo asiduo, a cambio solo les ofrece la retribución de un portero y la miseria para sí y para su familia.70
En efecto, este Reglamento debió suponer un fuerte choque para los profesores progresistas del Instituto del Noviciado; en este sentido se manifiesta la revista de El Magisterio Español.71 Esta publicación critica duramente el plan de 1866 por ampliar considerablemente las atribuciones de los directores y, sobre todo, por el espíritu en extremo restrictivo y ordenancista con que está concebido todo el documento. Acerca del nuevo Reglamento, augura esta misma revista que no tendrá mucho período de vigencia pues perturba gravemente el régimen de los Institutos al confundir uniformidad con unidad, además de engendrar confusión y fastidio entre el profesorado. Como resultado del decreto de 1866, el Estado no podrá ofrecer una instrucción tan barata, ni difundirla por todas partes, como hace y hará el clero. Los seminarios son calificados de terrible competencia para los institutos, argumentando los progresistas que un catedrático de instituto,
69
Real decreto, del 15 de julio de 1867, aprobando el Reglamento de Segunda Enseñanza en: Colección Legislativa de España..., t. XCVIII, pp. 109-266. 70 MERELO CALVO, Manuel: «La cuestión de la enseñanza», en: Almanaque para la Democracia..., p. 65. 71 Magisterio Español, El Periódico de Instrucción Pública. Órgano General de los Establecimientos de Enseñanza. Defensor de los intereses y derechos de los catedráticos y maestros. Madrid: Imp. R. Lebajos, 1867-1930, n.º 12, de 30 de julio de 1867, p. 90. Forma parte del Consejo de Redacción de esta revista Galdo López de Neira, catedrático de Historia natural del Instituto de Segunda Enseñanza del Cardenal Cisneros.
66
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
con 8.000 reales anuales de sueldo, difícilmente puede mantenerse él y su familia; mientras que los profesores del seminario por menos de nada y viviendo en el mismo seminario, pueden consagrarse con ardor, eficacia y exclusividad al magisterio y cumplir la alta misión del divino precepto ite et docete omnes gentes.72 Esta forma de amordazar a los profesores progresistas con un mayor control ideológico, y con una disciplina casi cuartelaria de los alumnos, choca con el espíritu de la búsqueda de la verdad, del sentido de la libertad, y de la apertura al pensamiento europeo, la libertad de la ciencia, y sobre todo, con la fe profunda de los profesores progresistas del Instituto del Noviciado en la educación, razón que les lleva a tomar parte activa en la vida política, situándose al lado de políticos progresistas como Cristino Martos, Castelar, Sagasta, Manuel Becerra, Ruiz Zorrilla o, posteriormente, Pi y Margall. 3.3. La I Cuestión Universitaria en el Instituto del Noviciado Los catedráticos del Instituto del Noviciado, Galdo López de Neira y Merelo Calvo, no firmaron el escrito de adhesión a Isabel II. Buscando la España con honra entendieron que no debían honrar a la reina. Sabemos la opinión de Merelo Calvo acerca de Isabel II cuando escribe sobre el descontento respecto a las intrigas de palacio y la conducta caprichosa de una reina que intenta conciliar una vida escandalosa con una piedad supersticiosa y una devoción llena de ostentación para la Iglesia. A esto se unen las relaciones cada vez más fluidas entre Roma y la Reina, siéndole otorgada a ésta por el Pontífice una rosa de oro como símbolo de todas las virtudes femeninas.73 Frente a la insistencia del rector de la Universidad Central, treinta y cinco profesores decidieron mantener su postura y no firmar el escrito de adhesión a la Reina. En el Instituto del Noviciado no firman los profesores Merelo Calvo y Galdo López de Neira. Por lo que se refiere al catedrático Merelo Calvo, recibió un oficio del Marqués de Zafra con el siguiente texto:74 72
En este sentido se manifiesta el escritor VALERA, Juan: «Revista de política interior», en: Historia y Política (1869-1887) en: Obras Completas. Madrid: Imp. Alemana, 1914, t. XXXVIII, pp. 15-33. 73 WEBER, Georg: Historia Contemporánea de 1830 a 1878..., pp. 281-285. 74 GÓMEZ SANTAMARÍA, Alberto: Biografías de los diputados a Cortes de la Asamblea constituyente de 1869 con retratos de los mismos perfectamente litografiados por
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
67
Como en el documento ajeno a toda pasión y a todo compromiso de partido la superioridad haya notado que no se encuentra la firma de Vs. en orden que acabo de recibir me manda excitar a Vs. a que se sirva a expresar los motivos que le hayan inducido a no suscribir la manifestación que autoriza la mayoría inmensa de profesores de todas las enseñanzas y que aparece en la Gaceta de este día.
La fecha de este escrito es del 19 de marzo y su objetivo, según la interpretación del catedrático de Historia, Merelo Calvo, era deshacerse de todos los profesores progresistas en la enseñanza oficial por no doblegarse ante el bando clerical o neocatólico. Merelo Calvo contesta a este oficio con otro escrito, de fecha de 20 de marzo que transcribimos literalmente: Excmo. Señor: Cumpliendo con un deber de cortesía me apresuro a contestar a la atenta comunicación de V.E., fecha de ayer, en la cual, y por orden de la superioridad, me excita a que exprese los motivos de que mi firma no apoye entre las de los demás catedráticos que han suscrito la exposición inserta en la Gaceta. Con manifestar a V.E. que la primera noticia de la decisión del claustro lo he tenido por su citada comunicación, pues que, individuo del mismo, ni he sido convocado a él, ni siquiera invitado oficialmente a firmar el documento referido, únicamente un bedel me ha presentado una copia de la exposición, que luego he visto publicada, tendría explicando uno de los motivos de no haberlo firmado. Pero aparte de esta razón hay otra para mí más poderosa cual es la que esencialmente político es a mi juicio el expresado documento, y por lo tanto no he creído conveniente que como catedrático debía prestarle mi asentimiento, ajeno yo en calidad de tal de todo asunto de esta índole.
Los argumentos que utiliza Merelo Calvo para no firmar la adhesión son dos: uno que el procedimiento utilizado no es el correcto y el otro, considerar el documento de carácter político. De esta forma Merelo Calvo coincide en la insubordinación con el resto de los profesores progresistas. El razonamiento esgrimido por los encausados es que firmar un documento colectivo supone un acto político prohibido por la propia normativa de Orovio.75 los principales artistas de esta capital, redactada por una sociedad de literatos. Madrid: Imp. de Tomás Alonso, 1869, t. II, p. 91. 75 Si bien Merelo Calvo no fue separado, afirma que no firmó en ningún momento a favor de la honra de la Reina; los Archivos consultados no llegan a aclarar este punto. Puelles Benítez afirma que los profesores no están obligados por ningún precepto legal
68
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Por otra parte, en los archivos del Instituto del Cardenal Cisneros encontramos el legajo en que el director general, Severo Catalina, el 31 de mayo oficia al rector mediante una real orden para que instruya expediente, entre otros, a Galdo López de Neira en vista de la presentación de sus ambiguas disculpas para excusarse por no haber firmado la Exposición de adhesión a la reina, y amenazándole con la separación.76 Galdo López de Neira interpreta que sus deberes como profesor son consagrarse con todas sus fuerzas físicas y espirituales a la investigación y a la exposición de la verdad, y aún se permite criticar, que la educación siga las fiebres de la moda en vez de marchar sin ruido cómo marcha y se mueve el mundo físico. Galdo López de Neira se avino a inscribirse con Lázaro Bardón, catedrático de griego de la Universidad Central, al grupo de los adheridos, aunque no de los firmantes de la exposición a la soberana. Un nuevo escrito del Marqués de Zafra expone al Consejo de Instrucción Pública que se conforma con las explicaciones dadas por los dos catedráticos ante la autoridad. En este sentido, el oficio ministerial afirma que se declaran satisfactorias las explicaciones dadas para haberse negado a firmar la Exposición que el claustro universitario eleva a Su Majestad. En otro oficio el rector, Marqués de Zafra, remitió al Ministerio de Fomento los expedientes de Sanz del Río, Fernando de Castro, Bardón y Galdo López de Neira, y el Consejo de Instrucción Pública les absolvió de toda responsabilidad, ya que las contestaciones de éstos satisfacían plenamente al legislador. Los tradicionalistas, y entre ellos Ortí Lara, asumen el papel de acusadores y contemplan cómo el tiempo ha venido a darles la razón, pues la alianza entre la monarquía y los progresistas es considerada imposible,77 y aprovechan esta situación para arreciar en sus ataques con un cierto aire de venganza. En el Instituto del Noviciado ésta es una época de acercamiento entre los profesores progresistas y los krausistas de la Universidad Central; van a coincidir sus intereses en la Revolución septembrina hasta el punto
pero que toman esta actitud invocando el Decreto del 22 de enero de 1866 que les impide participar en asuntos ajenos a la enseñanza, en especial en los referidos a las cuestiones políticas en: PUELLES BENÍTEZ, Manuel de: Educación e ideología en la España Contemporánea..., p. 148. 76 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. Expediente del catedrático Galdo López de Neira. Legajo s/c. 77 ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las cinco llagas de la instrucción pública», en: El Pensamiento Español. Colección de artículos firmados entre marzo y abril de 1867.
DE LOS ESTUDIOS ELEMENTALES DE FILOSOFÍA AL SANTUARIO...
69
de que van a implantar sus esperanzas educativas en el segundo sistema de bachillerato. En cuanto a manuales escolares exponemos que en este período el número de ellos que debe comprar un alumno que curse bachillerato en el Instituto del Noviciado es bastante mayor que el de las asignaturas. Para once asignaturas de que constan los estudios de segunda enseñanza, un alumno deberá utilizar dieciocho libros de texto. Sólo para las asignaturas de Gramática y Latín, y Retórica y Poética los profesores solicitan hasta siete libros de texto y doce volúmenes distintos: — La Gramática y la Ortografía de la Real Academia Española, son los libros solicitados en casi todo el periodo estudiado. — Dos colecciones de autores latinos: la de los Padres Escolapios, en tres tomos, y la mandada formar por el gobierno, también en tres tomos. — Para algunos cursos se utiliza la obra del mismo título del catedrático de Retórica Ángel María Terradillos en dos tomos, sustituyendo a alguna de las mismas colecciones. — Para la asignatura de Perfección y Latín se llegan a utilizar cuatro libros de texto. — Para la Estética y Clásicos se utilizan las Lecciones del profesor Terradillos, titular de esta cátedra. — Para ejercicios, el Manual de Terradillos, del mismo catedrático. — Para traducción, el tomo III de los Padres Escolapios. — Para la parte perceptiva, Coll y Vehi; en otros cursos Gil de Zárate, o el propio de Terradillos. Desde el curso 1866-1867 y 1867-1868, algunos profesores a la hora de designar libro de texto, incluyen el siguiente aviso: cualquiera de los designados por el gobierno y el programa del catedrático. Esta situación la encontramos para las asignaturas de Geografía e Historia general y particular de España, y Aritmética y Álgebra y Principios de Geometría. Es una forma de cumplimiento de la normativa, ya que, al incluir esta frase los catedráticos no se niegan a fijar libro de texto, sino que con ello manifiestan su malestar por la lista limitada de manuales escolares, a la vez que consideran: — Que todos los libros son iguales y — Que es más importante el programa y las explicaciones del profesor que el libro utilizado.
70
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Para el resto de las asignaturas cada profesor utilizó su obra, a excepción del profesor encargado de Física y Química que utilizó la obra firmada por los catedráticos de esta asignatura de la Universidad Central, y que con anterioridad lo habían sido del Instituto del Cardenal Cisneros, Juan Chávarri y Venancio Valledor.
CAPÍTULO 2 EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
El Sexenio revolucionario es uno de los períodos más agitados de la historia de España. En tan corto espacio de tiempo se suceden hechos políticos de gran relevancia: el destronamiento de Isabel II, la formación de un gobierno provisional, la regencia de Serrano, la monarquía democrática de Amadeo I de Saboya, la abdicación de éste, la República federal, la República unitaria, un nuevo gobierno provisional y, al final del camino, la Restauración de los Borbones en España. En este capítulo nos centraremos en analizar en qué medida los cambios políticos que se van sucediendo afectan a la organización y funcionamiento del Instituto del Noviciado, a la vez que en las aportaciones que los catedráticos y alumnos de esta institución realizaron para propiciar estos cambios. Destacamos la proyección política de los catedráticos progresistas durante los distintos gobiernos de esta misma tendencia: el alcalde de Madrid, tres senadores, cuatro diputados, un director general e incluso un ministro del Estado y un presidente de la I República han ejercido la docencia en nuestra institución. Las actuaciones políticas de los profesores del Instituto del Cardenal Cisneros tendrán sus repercusiones dentro del claustro: las relaciones profesor-alumno se verán modificadas con la libertad de enseñanza, y todo ello nos conducirá a que una parte significativa de la Junta de profesores rechace convertir al Instituto en «satélite de la política».
72
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Para comenzar, Merelo Calvo, catedrático de Historia del Noviciado, nos relata el hecho histórico de la Gloriosa, que vivió como miembro de la Junta Provisional de Madrid: Topete había enarbolado en la bahía de Cádiz la bandera de la insurrección y había publicado, de acuerdo con los generales desterrados, un manifiesto invitando a los españoles a olvidar las divisiones antiguas y a concurrir para derrocar el gobierno. Prim dio la primera proclama que terminaba con estas palabras «¡Viva la libertad!» y en una segunda proclama: «¡el sufragio universal será la base de la regeneración social y política de España1!».
Todas las fuerzas vivas estaban en pie clamando por la España con honra. A la cabeza de la conspiración civil estaban Sagasta, Ruiz Zorrilla y Prim. Pero el movimiento militar fue de los generales Serrano, Dulce, y Fernández de Córdoba, deportados en Canarias. Y, efectivamente, el golpe de estado que derrocó a Isabel II sigue los moldes clásicos de pronunciamiento, solidaridad de las guarniciones y surgimiento de las Juntas Revolucionarias en las ciudades. Todos los movimientos revolucionarios progresistas en España siempre tuvieron un solo fin: apoderarse de los órganos supremos del Estado y empezar a legislar desde La Gaceta. Se solicita la participación del pueblo, pero nunca como elemento decisivo.2 Algunos historiadores de nuestro país afirman que la Revolución de septiembre, considerada en su contexto europeo, es la manifestación del espíritu pleno de inspiraciones humanitarias progresistas, democráticas y de fraternidad universal.3 Espíritu humanitario que comparten varios catedráticos de los ya citados al pertenecer a Sociedades como la de Amigos de los Pobres, el Comité Nacional de Conciliación Nacional o la Liga contra la Ignorancia. Esta revolución no es un simple proceso de desmantelamiento dinástico, sino una década abierta a la esperanza en el progreso y en la que la educación ocupa un lugar privilegiado, que coincide con el espíritu abolicionista que conduce a la liberación de los esclavos en EE.UU., la de los siervos en Rusia, y a la fundación de la Primera Internacional y a la formación del espíritu de la unificación italiana. 1
WEBER, Georg: Historia Contemporánea de 1830 a 1878. Madrid: F. Góngora y Compañía, 1876, p. III, 276. Traducido al castellano, anotado y aumentado con un «Apéndice histórico» por Merelo Calvo, Manuel. 2 TERRÓN, Eloy: Sociedad e ideología en los orígenes de la España contemporánea. Barcelona: Península, p. 213. 3 JOVER ZAMORA, José María: «La Era isabelina y el Sexenio democrático (18341874)», en: Historia de España. Madrid: Espasa Calpe, 1981, t. XXXIV, p. 7.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
73
El 8 de octubre de este año la Junta Revolucionaria de Madrid4 realiza la declaración de derechos y libertades. Entre éstos destacamos la libertad de enseñanza y culto, de reunión, de asociación y prensa, de seguridad individual e inviolabilidad del domicilio y la abolición de la pena de muerte. Por primera vez fue puesto en tela de juicio nuestro credo tradicional, y para la prensa5 progresista estos derechos son irrenunciables, forman parte de las libertades individuales y solicitan comenzar por la libertad de enseñanza y de cultos para construir el nuevo país. El director del Instituto del Noviciado, Ambrosio Moya de la Torre, hombre progresista afín a las tesis de Cristino Martos, y nombrado para este cargo a los pocos días de triunfar la revolución, afirma que Madrid vivió durante muchos días una perpetua fiesta, la fiesta de la libertad.6 Este director equipara revolución con regeneración y solicita que esta regeneración no sea sólo política sino también social y moral.7 Con el Sexenio revolucionario se abre el período del triunfo oficial de las ideas krausistas y principalmente la idea de la reforma del nuevo hombre-ciudadano, que sólo se podía lograr a través de la educación. Al racionalismo armónico, que potencia al máximo la misión de la razón, se le une la fe en la perfectibilidad del hombre y de la sociedad humana en general. Los progresistas madrileños y, en la misma medida, los catedráticos demócratas del Instituto del Noviciado consideran correlativos el desarrollo de la educación y el progreso del país, ya que:
4
A la Junta Revolucionaria de Madrid pertenece Manuel Merelo Calvo que en su manual escolar escribe que son derechos individuales e irrenunciables: — Sufragio universal «como declaración más evidente y palpable de la soberanía de un pueblo». — Libertad religiosa «como necesidad de la época y propio de la sociedad moderna». — Libertad de enseñanza «de manera que la ilustración en vez de ser buscada vaya a buscar al pueblo». — Libertad de Imprenta como «voz perdurable de la inteligencia». 5 Gil Blas. Periódico político-satírico, antimonárquico y anticlerical. Madrid: Imprenta J. Antonio García, jueves, 1 de octubre de 1868, año V, p. 4. 6 Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid durante el curso de 1868 a 1869, dispuesta con arreglo a la legislación vigente, para ser leída en el acto solemne de apertura del curso de 1869 a 1870 por D. Ambrosio Moya de la Torre, doctor en Ciencias, catedrático de Matemáticas y director del mismo Instituto, Madrid, Imprenta de Segundo Martínez, 1870, p. 14. 7 En términos similares se expresa Juan Uña en: La Enseñanza: Revista general de instrucción pública y particular de archivos y bibliotecas. Madrid: Juan de Uña (Director). Madrid: Imp. De Fernández, 11 de octubre de 1868, pp. 1-2.
74
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
La clave del movimiento industrial está en la instrucción pública, desarrollada en grande por todos los medios, en todas las edades y clases, está en la propaganda general de conocimientos útiles, de nociones de artes y oficios, del dibujo, de la geometría, de las ciencias naturales, de la geología, de la zoología, botánica, física y química y de todas las artes auxiliares del cultivo y la industria.8
Durante el gobierno provisional y la Regencia del Duque de la Torre fueron ministros de Fomento Manuel Ruiz Zorrilla y José Echegaray, y directores generales de Instrucción Pública, Santiago Diego Madrazo, profesor de la Facultad de Derecho, y Manuel Merelo Calvo, catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros. Los principios rectores de la legislación educativa en el Sexenio fueron la formación para la recién adquirida condición de ciudadano y la libertad de enseñanza. En esta nueva configuración social del ciudadano, no sólo se define éste por tener reconocido el derecho al voto, sino por contar con un estatus social privilegiado, por el que se le respeta el derecho a la propiedad y a la posibilidad de aprender.9 Estos principios rectores se materializan en el plan de estudios del 25 de octubre de 1868, que ya desde su prólogo, quiere romper con todo lo anterior al derogar los precedentes de Orovio y Severo Catalina, por las humillaciones y amarguras que habían producido a los profesores y a los alumnos.10 El nuevo ministro se plantea como objetivo promulgar leyes que reflejen el espíritu de la renovación y otorguen a la enseñanza el fin de propagar la verdad, cultivar la inteligencia y corregir las costumbres.11
8
FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel: El futuro de Madrid, Paseos mentales por la capital de España tal cual es, tal cual debe dejarla transformada la revolución. Madrid: Imprenta Biblioteca Universal Económica, 1868, pp. 307-308. 9 En este sentido son ilustrativos los términos en que se expresa Fernández Monteverde al considerar que en este plan de estudios se establece una perfecta armonía entre el individuo y la humanidad hasta el punto de que el hombre tenga completo dominio sobre sus actos sin que éstos puedan perturbar la igual libertad de los demás hombres, en FERNÁNDEZ CASTROVERDE, Carlos: Discurso inaugural leído... en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Barcelona en... la apertura del curso... de 1869 a 1870. Barcelona: Imp. Celestino Verdaguer, 1869, 30 pp. En ese momento es catedrático de Lengua Alemana y Director del Instituto de Barcelona. 10 Decreto, de 21 de octubre de 1868, fijando el 1 de noviembre para la apertura del curso académico de 1868-69, firmado por Manuel RUIZ ZORRILLA, en: Colección Legislativa de España..., t. C, pp. 416-424. 11 El director manifiesta que hasta la Revolución los hombres públicos se han ocupado de reglamentar la enseñanza para convertirla en un satélite de la política y, por tan-
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
1.
75
El bachillerato moderno
Ruiz Zorrilla, ministro de Fomento, entiende la libertad de enseñanza como la libertad para crear centros educativos, la libertad de los textos y programas,12 la libertad de las diputaciones y ayuntamientos para fundar y sostener con sus fondos los establecimientos de enseñanza y libertad para que los alumnos cursen las asignaturas según su capacidad y fuerzas. Esta libertad trasciende a los profesores en cuanto a la libertad de exposición de la ciencia, a la libertad para la publicación de libros de texto y al nuevo papel del director, que debe ser un compañero que aliente y no persiga. Como ya hemos anunciado, el primer cambio,13 que se produce en el Instituto del Noviciado, es el del director. El rector, a la sazón Fernando de Castro, elige para el cargo al catedrático de Matemáticas, Ambrosio Moya de la Torre, hasta aquel momento vicedirector del Instituto, conocido progresista, ateneísta y firme defensor de la enseñanza primaria para todos los españoles. El espíritu de renovación apuntado lo encontramos en el Discurso Inaugural que este director pronuncia el 16 de septiembre de 1869 sobre los acontecimientos ocurridos en el Instituto en el curso 1868-1869. Moya de la Torre escribe su Discurso desde el deber moral de la libertad de enseñanza y no desde la obligación legal, y porque esta libertad de enseñanza exige a los centros oficiales hacer pública la vida interna de los institutos y unirse en fraternal armonía con los centros de enseñanza libre. to, condenarla a experimentar las mismas vicisitudes que ésta. Esta idea es repetida en casi todas las Memorias de Institutos consultadas a partir de este momento, la principal reivindicación del profesorado es la separación de la educación de los vaivenes políticos o, al menos, contar con un sistema y una legislación estable, ya que la situación educativa es vivida por los catedráticos de segunda enseñanza en el Sexenio como un mosaico al que le faltara la unidad. En el Instituto del Cardenal Cisneros esta idea la desarrollaremos en la I República. 12 Real decreto, de 21 de diciembre de 1868, en: Colección Legislativa de España..., t. C, p. 417. 13 Efectivamente el primer cambio que se produce en algunos institutos es el de director, los directores existentes no interesaban al proyecto progresista y así Tramarría Carranza es jubilado y el Marqués de la Corte, director del Instituto San Isidro de Madrid desaparece de la ciudad y el director del Instituto de Barcelona, Coll y Vehi, es cesado, todo ellos por las Reales órdenes de 8 de octubre de 1868 y 26 de junio de 1869. Serán sustituidos por Sandalio Pereda, en el Instituto de San Isidro; Carlos Fernández Castroverde, en el Instituto de Barcelona; y Moya de la Torre, en el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid.
76
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
De esta forma, descubrimos que el curso de 1868-1869 es inaugurado dos veces. Tramarría Carranza celebra la apertura del curso el 16 de septiembre de 1868, aunque no comienzan las funciones docentes hasta el 29 del mismo mes, jornada esta en la que se suspendieron las clases a causa de la formidable sacudida popular, que derrumbó las instituciones seculares y conmovió hasta los más hondos cimientos sociales de España. Moya de la Torre continúa narrando en su Discurso cómo: El pueblo de Madrid dueño de sí mismo, en la aurora de aquel día se levanta imponente para contestar al grito de libertad lanzado en Cádiz pocos días antes y considerando los momentos que está viviendo: como la más grande revolución democrática que registran los anales de nuestra patria.14
Moya de la Torre concibe el Instituto como la catedral de la ciencia y del saber, informándonos de que las cátedras continuaron cerradas mientras duró la efervescencia revolucionaria, pero, una vez constituido el gobierno provisional encargado de dirigir el nuevo rumbo del estado, sirviéndole de norte la voluntad popular y sancionada oficialmente la libertad de enseñanza, que es la palanca más poderosa de la cultura y de la ilustración de los pueblos, el 3 de noviembre comenzó por segunda vez el curso escolar. Los profesores progresistas del Instituto del Noviciado manifiestan gran interés en las modificaciones que se introducen en la organización de los estudios de segunda enseñanza a través del Decreto del 25 de octubre,15 y la Circular del 30 del mismo mes. La segunda enseñanza y su reforma son objetos predilectos de los gobiernos y el verdadero campo de batalla entre la reacción y la libertad, porque lo que en ella se aprende influye poderosamente en las decisiones posteriores. 14 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: «Discurso inaugural», en: Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid durante el curso de 1868 a 1869, dispuesta con arreglo a la legislación vigente, para ser leída en el acto solemne de apertura del curso de 1869 a 1870 por D. Ambrosio Moya de la Torre, doctor en Ciencias, catedrático de Matemáticas y director del mismo Instituto. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1870, p. 3. Los términos en que se expresa el director Moya de la Torre recuerdan al Manifiesto del Gobieno Provisional de 25 de octubre de 1868, éste afirma que el pueblo de Madrid es libre y dueño de sí mismo por el reconocimiento de la libertad y la dignidad como derechos naturales. 15 Decreto, de 25 de octubre de 1868, reorganizando los estudios de segunda enseñanza, en: Colección Legislativa de España..., t. C, pp. 453-534. Circular del 30 de octubre dictando varias disposiciones para la distribución de las asignaturas y demás en los institutos de Segunda Enseñanza, también en: Colección Legislativa de España..., t. C, pp. 534-535.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
77
Para los progresistas del Instituto del Noviciado, la nueva concepción de estos estudios va a contribuir a generalizar la cultura, a crear buenos ciudadanos y a ser el complemento necesario de la primera enseñanza. Entienden que la segunda enseñanza ha de perder el humillante carácter preparatorio de la universidad con que se ha querido distinguir por mucho tiempo. Moya de la Torre, director del Instituto del Noviciado y Fernando de Castro, rector de la Universidad Central, consideran los estudios de la enseñanza secundaria como el barómetro regulador de los pueblos en la escala social de la cultura, y estos se miden por poder acceder a ella la generalidad de los hombres, y no sólo a un reducido número de jóvenes.16 Estas ideas las traslada Merelo Calvo catedrático de Geografía e Historia del Instituto del Cardenal Cisneros y Director de Instrucción Publica, a las circulares del 1, 2 y 3 de septiembre de 1869. El nuevo bachillerato, según este catedrático, pretende mermar el carácter exclusivo y aristocrático que hasta el momento diferencia a la segunda enseñanza, considerándola como mera preparación para los estudios y carreras superiores, son estudios que están fuera del alcance del pueblo, y lo han divorciado de las clases poderosas y ricas. Si la primera enseñanza educa al pueblo y suaviza sus costumbres, y es una prenda segura para el orden y la estabilidad social, la segunda abre nuevos horizontes a su inteligencia y eleva el nivel cultural, prepara su espíritu para recibir toda idea de progreso y perfeccionamiento y ordena su voluntad para cumplir los fines del derecho y la moral.17 Merelo Calvo, en la circular del 3 de septiembre de 1869, pretende desvincular la segunda enseñanza de su fin preparatorio para la universidad, así como del concepto que de ella se tiene de entretenimiento de los jóvenes en una edad intermedia entre la escuela y la universidad. De esta manera, la educación secundaria es: La ampliación de la instrucción primaria, la educación necesaria a los ciudadanos, que viven una época de ilustración y cultura y el conjunto de conocimientos que deben poseer los hombres que no quieran vivir aislados y fuera de la sociedad. 16 CASTRO, Fernando de: «Concepto fundamental de la segunda enseñanza» en: Boletín de la Revista Universitaria de Madrid (BRUM). Madrid: Imprenta Rivadeneyra, 1869, vol. I, p. 18. 17 Circular, de 3 de septiembre de 1869, dirigida a que las diputaciones provinciales para que manifiesten si se hallan dispuestas a consignar en sus presupuestos la cantidad a que ascienden el aumento del sueldo de los profesores de instituto, con objeto de nivelar las asignaciones de todos, firmada por Manuel Merelo Calvo, en: Colección Legislativa de España..., t. CII, pp. 473-475.
78
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
De esta forma, las principales diferencias del plan de estudios del 25 de octubre de 1868 con respecto a los anteriores son: — Considerar destinada la segunda enseñanza a continuar la educación de los que han recibido la primaria, sigan o no carrera profesional, y — Plantear la educación del hombre y del ciudadano de forma conjunta; el hombre, como ser individual y a la par social, es el objeto esencial de la educación. El principio pedagógico que informa la educación en un proceso único desde la infancia hasta el final de la adolescencia parece inspirado en Giner de los Ríos. Proceso que encuentra a la hora de su realización el gran obstáculo de la división existente entre la enseñanza primaria y la secundaria, y en el Instituto del Cardenal Cisneros se analiza una y otra vez si entre la enseñanza elemental y la superior hay un lugar para la secundaria y si ésta no es una creación artificial, de concepto indefinido, que no se caracteriza por sí misma sustantivamente, sino por su nueva relación intermedia respecto de las otras.18 Al mismo tiempo, el político francés Gambetta está proponiendo a sus electores una instrucción primaria con carácter laico, gratuito y obligatorio desde 1869, si bien la gratuidad de esta etapa no se decreta hasta junio de 1881, y la obligatoriedad y laicidad hasta 1882.19 Por su parte Serrano Fatigati, profesor de las enseñanzas libres del Instituto del Noviciado y más tarde catedrático del mismo, considera que la segunda enseñanza debe ser, más que una escuela preparatoria para la universidad, el medio de difusión de los conocimientos científicos. En ella se deben formar seres inteligentes, que se conozcan a sí mismos, y ciudadanos aptos para la realización del fin social con arreglo a la ley suprema del progreso.20 De esta forma, los progresistas son fieles a la vieja
18
Un estudio más amplio en GÓMEZ RODRÍGUEZ DE CASTRO, Federico: «El Concepto de Formación General en Giner», en: Revista Complutense de Educación. Madrid: Editorial Complutense, 1992, vol. III, n.os 1 y 2, pp. 194-206. En este momento conviene recordar que tanto Francisco como su hermano Hermenegildo Giner de los Ríos ejercen como profesores auxiliares del Instituto del Noviciado para la asignatura de Arte y sus principios generales. 19 OZOUF, Mona: L’École, l’Église et la République, 1871-1914. Paris: Éditions Cana /Jean Offredo, 1982, pp. 30-55. 20 SERRANO FATIGATI, Eduardo: «Reforma de la Segunda Enseñanza», en: Boletín de la Revista Universitaria de Madrid. Madrid: vol. II, pp. 1713-1716. Serrano Fatigati será profesor de las enseñanzas abiertas en el curso 1868-1869 y catedrático de Ciencias Naturales en el Instituto del Cardenal Cisneros a partir de 1905.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
79
idea de la mesocracia como soporte del progresismo político y económico, de ahí que la concepción de la segunda enseñanza incluya su desvinculación de la universidad en cuanto a etapa preparatoria para ésta y la necesidad de darle un carácter autónomo. En este momento, coincidiendo los progresistas demócratas con los krausistas, plantean como objetivo de la educación contribuir a formar ciudadanos para el ejercicio de los derechos políticos que se han conquistado recientemente, y, al mismo tiempo, regenerar la sociedad española con ciudadanos ilustrados. 2.
El Instituto del Noviciado: laboratorio pedagógico de los progresistas
El plan de estudios de Ruiz Zorrilla plantea dos sistemas de bachillerato: 1. El bachillerato clásico, que supone la continuidad del que se estaba impartiendo, a excepción de la asignatura de Religión, que desaparece. 2. El segundo sistema de bachillerato o bachillerato sin Latín, en el que nos detendremos en este apartado. En el Instituto del Noviciado se va a implantar el segundo sistema de bachillerato completo, sin Religión, ni Latín; de esta forma, se convertirá en el lugar donde se enlaza el movimiento filosófico krausista con su plasmación práctica. Los krausistas plantean la educación para un «hombre nuevo» desde la dimensión físico-natural, la dimensión moral y la político-social. Ponderan el aprendizaje de los derechos y deberes para la ciudadanía, intentando incorporar a la segunda enseñanza la dimensión práctica frente al teoricismo del bachillerato clásico. El citado decreto permite la libertad de elegir uno u otro sistema tanto a los institutos como a los alumnos. Nosotros creemos que el director ofrece el Instituto, o al menos insinúa la posibilidad de utilizarlo, a la Diputación Provincial para ensayar este segundo sistema de bachillerato. Ya en un escrito del 23 de octubre de 1868, Moreno Benito, en nombre del presidente de la Diputación, Cristino Martos, se dirige a Moya de la Torre, recién nombrado director del Instituto, y le promete que tratará del método de enseñanza del Segundo Sistema en una próxima reunión. En un nuevo escrito de 3 de noviembre de 1868, Moreno Benito, en nombre del presidente de la Diputación de Madrid, Cristino Martos, re-
80
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
conoce al nuevo director, Moya de la Torre, que ha recibido un oficio mandado por el rector de la Universidad Central, Fernando de Castro, y que en sesión del 28 de octubre de 1868, la Diputación Provincial acuerda designar el Instituto del Noviciado para que en él se dé el nuevo sistema de bachillerato, y que en San Isidro se imparta lo marcado en la ley de 9 de septiembre de 1857, con las modificaciones que se han dispuesto.21 Con este acuerdo, justificado en beneficio de la enseñanza de Madrid, los progresistas pretenden que no exista diferencia alguna respecto a la categoría, condiciones académicas y económicas de los dos institutos de la capital. Por su parte, Moya de la Torre, director del Instituto del Cardenal Cisneros, informa que la Diputación, con arreglo a este decreto, propone que se establezcan en el Instituto los estudios del nuevo sistema de bachillerado en Artes, conservando a la vez los del bachillerato antiguo. Opina que el bachillerato moderno: Forma parte de una estrategia global de transformación de las personas y los hombres, que, así moldeados, serían los núcleos iniciales en los que cristalizarían la renovación española y que, esparcidos por todo el país, irían ganando poco a poco a la juventud española por la superioridad de sus propuestas intelectuales y morales.22
Moya de la Torre, director durante el Sexenio, presenta el Instituto del Noviciado como una esfera de actividad intelectual para la adquisición de los conocimientos indispensables y útiles a la juventud, y lo define como un templo dedicado a la ciencia, a la moralidad y al trabajo, al que deben acceder no sólo los que gozan de desahogada posición, sino que debe aprovechar a todos los talentos superiores. Aquellos que no quieran o no puedan seguir carrera científica o literaria, adquieren en el instituto la cultura general tan necesaria para la vida. La educación, a criterio de los profesores demócratas del Instituto del Noviciado, es un factor imprescindible de regeneración del país, y así lo reflejan en sus múltiples escritos. Reproducimos el texto del discurso pronunciado por Moya de la Torre en 1869: 21 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-9232. Escrito de 3 de noviembre de 1868, firmado por Moreno Benito. 22 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio, «Discurso inaugural del director del curso de 1868 a 1869», en: Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid durante el curso de 1868 a 1869..., p. 3.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
81
Uno y otro, maestro y discípulo, no han de perdonar labor ni medio alguno para cooperar en la obra grandiosa de la regeneración social, empresa gigantesca, que no se consigue por los caminos de la violencia, sino por la progresiva difusión de la moralidad y la enseñanza, haciendo que se infiltre y propague hasta en las clases sociales menos favorecidas de la fortuna.
Encontramos que en el segundo sistema de bachillerato se diseñan las asignaturas siguiendo los principios de: — La acción físico-técnica, por la necesidad que tiene el hombre de transformar la naturaleza. — La acción estética, donde se presupone el progreso del hombre por la acción cultural. — La acción ética planteada como desarrollo del hombre en la libertad. Las innovaciones que este nuevo sistema introduce respecto al bachillerato clásico son: 1. Supresión del Latín, se justifica este cambio en la necesidad de facilitar el estudio profundo de la Gramática castellana. El Latín era difícilmente defendible desde el punto de vista de su utilidad profesional posterior, pero sí tenia significado como elemento diferenciador, como símbolo de distinción social y como lenguaje oficial de la Iglesia. 2. Retórica y Poética se convierte en Literatura que incluye Estética, Crítica e Historia de la Literatura, según el Programa diseñado por Giner de los Ríos y Manuel de la Revilla23 en el Colegio Internacional. La Geografía continúa en los dos sistemas de bachillerato y la Historia se modifica y, en lugar de impartir Historia Universal y de España, se divide en Antigua, Medieval y Moderna, para subrayar así la continuidad histórica del progreso ininterrumpido a través de las edades. 3. Las Matemáticas siguen en el segundo bachillerato al considerarse que, por su carácter universal, no se prestan a usos partidistas, ni a interpretaciones unilaterales. Sigue dividiéndose en dos cátedras: Aritmética y Álgebra por una parte, y Geometría y Trigonometría por otra. En el caso del Instituto del Noviciado, Acisclo Fernández-Vallín, catedrático de Matemáticas y excedente desde los decretos de Orovio, vuelve a ejercer en la segunda cátedra de esta asignatura.
23 GINER DE LOS RÍOS, Francisco: «Plan para estudio de un curso de la Literatura», en: Obras completas. Madrid: Espasa Calpe, 1929, p. 29.
82
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
4. La asignatura de Física y Química también continúa en este bachillerato, pero separadas en dos asignaturas distintas con el objetivo de dar mayor peso a las ciencias en el bachillerato. 5. Los progresistas introducen Fisiología e Higiene en los dos sistemas de bachillerato por la importancia que supone para el alumno conocer hasta donde puede llegar con sus fuerzas y qué reglas necesitan para conservar correctamente el organismo. 6. La materia de Antropología surge por la fe profunda en el progreso moral del hombre y la suposición de la bondad antropológica en este nuevo hombre, bondad que se traduciría en una revolución en la escala de valores y, por tanto, en una modificación de sus costumbres atávicas. Sustituye la Psicología por la Antropología, esto es, pasar del mero estudio empírico y psicológico del alma según el espiritualismo ecléctico de origen francés, al estudio del hombre en la totalidad de sus relaciones: físicas, intelectuales, morales y metafísicas, según el racionalismo armónico de origen alemán. 7. La asignatura de Cosmología es incluida buscando la suprema armonía del cosmos. El estudio del cosmos, la disposición de los cuerpos en la naturaleza, parece interesante para los profesores progresistas. 8. El área de Biología se liga estrechamente a la Política y, por lo tanto, a la Ética. La filosofía que inspira este plan de estudios otorga a la ciencia un alto valor. Sanz del Río considera a la ciencia, junto con el arte, como los dos cuerpos centrales de la historia universal. La ciencia es concebida como la actividad humana que conduce al conocimiento racional de Dios, la naturaleza y el hombre. La ciencia es un valor moral y un valor humano y social.24 Creemos que precisamente estos sentidos, moral y social, son los que los progresistas tienen en cuenta para diseñar en la segunda enseñanza la asignatura de Biología y Ética, asignatura que Nicolás Salmerón impartía en el Instituto del Noviciado, para: preparar suavemente una más sabia organización de la sociedad por la regeneración de la conciencia privada y pública.25
Ésta plantea el estudio del hombre comenzando por la Biología, lo que implica aceptar que el hombre no es solo psique sino también ente
24 BARATAS DÍAZ, Luis Alfredo: Introducción y desarrollo de la Biología experimental en España entre 1868 y 1936. Madrid: CSIC, Cuadernos Galileo de Historia de las Ciencias, 1997, p. 19. 25 SALMERÓN, Nicolás: «La universidad en el Estado», en: La enseñanza, año I, 25 de octubre de 1868, p. 21.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
83
físico que, como tal, hay que estudiar desde los actos de conocimiento, las motivaciones y los impulsos a la acción. 9. La asignatura de Nociones de Derecho se impartirá en dos cursos con el objetivo de contribuir a hacer ciudadanos aptos para ejercer los derechos políticos. Para el planteamiento de esta asignatura se parte de una concepción ética del Derecho, entendido como principio rector del comportamiento del hombre, tanto individual como socialmente. La justificación de los estudios de Derecho en la segunda enseñanza la encontramos en el Discurso de apertura del curso universitario de 1868-1869, pronunciado por el rector, Fernando de Castro: Sobre la necesidad de extender los estudios de Derecho más allá de las esferas universitarias, estimaréis, como yo, la necesidad de un mayor desenvolvimiento en los estudios del Derecho natural y político, que hasta hoy no habían hallado cabida sino en la instrucción superior. ¡Como si sólo el abogado debiera ser ciudadano!26
10. Principios del Arte y su Historia, para desarrollar la sensibilidad artística del alumno. 11. Agricultura, Industria y Comercio, como formación para las actividades de producción inmediata que debe realizar el hombre. 12. Desaparecen la Religión y la Moral católica de ambos sistemas de estudio. Todas estas asignaturas se pueden agrupar en torno a tres grandes ejes: el hombre, la sociedad y la naturaleza. Del conocimiento del hombre surge el campo de las humanidades, en cuyo estudio se adquiere instrucción, seguridad en el pensar, delicadeza en sentir lo bello y gusto por expresarlo en la literatura y en el arte Son asignaturas de este campo: Historia, Geografía, Arte, Literatura, Gramática, Antropología y Lógica, incorporando la educación estética a varias de ellas. El eje de la sociedad organizaría las asignaturas económico-jurídicas, poniendo en relación lo individual con lo social, mostrando el lado práctico de los negocios a la vez que iniciando al alumno en su formación como ciudadano. Son asignaturas de este campo: Derecho, Agricultura, Industria y Comercio.
26 CASTRO, Fernando de: «Discurso leído por Fernando de Castro, rector de la Universidad Central en la inauguración del curso de 1868 a 1869», verificado en la Gaceta de Madrid, de 1 de noviembre de 1868.
84
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Del principio de la Naturaleza, en cuya atmósfera vive el hombre y los seres que le rodean, surgen las ciencias físico-matemáticas y naturales: Biología y Ética, Matemáticas, Física y Química, Fisiología e Higiene. Los documentos que poseemos nos indican que estas ciencias se mantienen en el segundo bachillerato con un carácter no utilitario, ni práctico-productivo, parten de planteamientos teóricos, con conocimientos que principalmente se adquieren en los libros. Giner de los Ríos valora este plan de estudios muchos años después y entiende que fue interesante porque significó la publicación por vez primera de un plan de segunda enseñanza sin Latín y en el que se transforma la vieja Retórica y Poética, momificada en los moldes de la preceptiva neoclásica, y a la vez se introduce, tal vez antes de que en ningún otro pueblo, la enseñanza del Derecho y del Arte.27 Durante el Sexenio parece existir un consenso en el papel del Estado, a éste se le presupone capacidad para posibilitar la enseñanza pública oficial y privada mediante una política educativa de respeto a la libertad y a la igualdad, postergando en algunos casos, como en el de Merelo Calvo, la idea de la descentralización. Los progresistas entienden que el Estado es el posibilitador, que debe actuar en el momento de introducir reformas de cierta envergadura en educación, pero más aún, el derecho de enseñar es de origen natural y el Estado no puede prohibirlo o restringirlo. Este plan de estudios, con currículo laico y más ilustrado, pretende romper el encasillamiento ancestral de la educación escolástica y especialmente, llegar al corazón del bachillerato, que hasta aquel momento había seguido el modelo francés, es decir se había estructurado sobre el estudio del Latín y de la Elocuencia. 3.
Profesores krausistas que experimentan el bachillerato moderno
En el Instituto del Noviciado, la primera dificultad que surge para la implantación del sistema de bachillerato moderno es la rápida multiplicación de asignaturas y la necesidad de profesores para impartirlas. Hasta 1868 los doce catedráticos, más dos profesores auxiliares, atendían con dificultades las catorce asignaturas del plan clásico; pero, para poder ofrecer las dieciocho asignaturas del segundo sistema se necesitaban obviamente más profesores y, además, que estos contaran con conocimientos de especialidades hasta aquel momento desconocidas en segunda enseñanza. 27 GINER DE LOS RÍOS, Francisco: «La Universidad Española» en: Obras completas. Madrid: Espasa Calpe, 1929, t. II, p. 26.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
85
Moya de la Torre nos informa de que fue posible ofrecer todas las asignaturas gracias a los esfuerzos de algunos catedráticos que voluntariamente doblaron su horario —Merelo Calvo, Galdo López de Neira, Fernández-Vallín y el mismo Moya de la Torre— o bien a un buen número de profesores auxiliares aptos, idóneos, adornados de ventajosas dotes, catedráticos de la Universidad Central, que aceptaron gustosos la docencia en el Instituto del Cardenal Cisneros, desempeñándolos gratuitamente en beneficio de la instrucción general.28 Los profesores auxiliares de los que habla el director son: — Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos29 para la asignatura de Principios del Arte y su Historia. — Manuel de la Revilla30 para la asignatura de Literatura General y de España. — Nicolás Salmerón Alonso para la asignatura de Biología y Ética. — Eusebio Ruiz Chamorro31 para la asignatura de Antropología. — Urbano González Serrano32 para la asignatura de Lógica. 28
MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: «Discurso inaugural del director del curso de 1869 a 1870», en: Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid..., p. 7. 29 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros, Carpeta de catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente del profesor citado. Hermenegildo Giner de los Ríos, hermano menor de Francisco, profesor del Colegio Internacional obtuvo en 1872 en comisión la cátedra de Literatura General y de España en la Universidad de Santiago, profesor implicado en la II Cuestión Universitaria por la que perdió la cátedra de Osuna y fue privado de la beca del Colegio San Clemente. Este nombramiento puede encontrarse reproducido en: GONZÁLEZ MONTERO, G. y TALAVERA IRIARTE, B.: Instituto de Bachillerato Cardenal Cisneros. 150 años de Historia. Memoria documental y gráfica. Madrid: Marín Álvarez Imp., 1995, p. 69. 30 REVILLA, Manuel de la. Hijo del profesor krausista José de la Revilla y el mismo catedrático de la Universidad Central, colabora con Francisco GINER en la elaboración de un Programa para los Estudios Literarios y es autor con Pedro de ALCÁNTARA de un Manual para el estudio de la literatura para el bachillerato moderno. Madrid: Tipografía del Colegio Nacional de Sordomudos y de Ciegos, 1872. 31 Eusebio Ruiz Chamorro, discípulo de Sanz del Río que se sitúa a la izquierda más radical del krausismo. Fue catedrático de Filosofía del Instituto del Cardenal Cisneros a partir de 1873, firme defensor de las libertades en educación, fue amonestado en distintas ocasiones por negarse a utilizar libro de texto, por no usar traje académico y por negar la infabilidad del Papa. Implicado en la II Cuestión Universitaria. 32 Urbano González Serrano, situado también a la izquierda del krausismo, colaborador de Francisco Giner, reconocido ateneísta y catedrático de Filosofía del Instituto de San Isidro a partir de 1873, implicado en la II Cuestión Universitaria y considerado como el introductor de la Psicología como ciencia en España. Fue profesor de Pío BAROJA y éste así lo recuerda en: La última vuelta del camino: memorias, Madrid, Caro Regio, 1982.
86
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— Miguel Carmona33 para las asignaturas de Derecho I y II. — Luis Jiménez de Vargas34 para Álgebra y Aritmética. — Valentín Morán35 para las asignaturas de Química, Agricultura, Comercio e Industria. — Eulogio Jiménez Sánchez36 para Aritmética y Trigonometría. Destacamos el esfuerzo realizado por los krausistas que, ofreciéndose ellos mismos para impartir las clases, esperaban por una parte conseguir tal éxito que venciera las resistencias de los catedráticos de los institutos de segunda enseñanza de nuestro país y, por otra, trataban de suplir la escasez de recursos del erario al renunciar a su sueldo. Los profesores Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos, Manuel de la Revilla, Luis Pérez Jiménez de Vargas, Urbano González Serrano y Nicolás Salmerón habían sido profesores del Colegio Internacional o habían estado vinculados a él. Una misma motivación unía a estos profesores para impartir las clases de forma gratuita en el sistema de bachillerato moderno en el Instituto del Noviciado. La razón bien podría ser que había llegado la hora de poner en práctica lo predicado, y el Instituto del Noviciado reunía los requisitos para convertirse en laboratorio pedagógico. Efectivamente, el Instituto del Noviciado fue el laboratorio de ensayo pedagógico que los krausistas utilizaron para experimentar la renovación de la enseñanza oficial, con el objetivo de difundir los necesarios cambios en la segunda enseñanza. Revistiendo al profesor de altas cualidades e importantes fines, de dotes de saber, de método y de perseverancia, pretendían conseguir la regeneración social del hombre a través de la educación. En el curso 1869-1870 renuncian los catedráticos de la Universidad que habían ejercido en el segundo sistema: Francisco Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón, Urbano González Serrano y Manuel de la Revilla; y 33
Miguel Carmona, discípulo muy allegado de Sanz del Río, del que fue albacea testamentario. 34 Luis Jiménez de Vargas, profesor krausista, también comenzó su aventura pedagógica con Nicolás Salmerón y Francisco Giner en el Colegio Internacional, nombrado profesor auxiliar del Instituto del Cardenal Cisneros en el curso 1870-71. 35 Valentín Morán, profesor auxiliar de Ciencias, diputado progresista, republicano federalista que presentó cinco ruegos en el Congreso de los Diputados para que los decretos de Chao se retirasen. 36 Eulogio Jiménez Sánchez, krausista, matemático en el Observatorio de Madrid, traduce del alemán con el catedrático Merelo Calvo algunas obras de Matemáticas. Alumno del catedrático Moya de la Torre, escribe un libro de Matemáticas como ofrenda a su profesor.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
87
son nombrados37 Tomás Tapia,38 Camilo Muñiz Vega,39 Augusto González de Linares,40 Miguel de la Guardia, Pedro Juste, Laureano Calderón41 y el profesor radical republicano Antonio Sánchez.42 En 1870-1871 los nombramientos43 de profesores auxiliares recaen en los siguientes profesores: Pedro Yuste Isaba para Latín y Vicente Ibáñez para Derecho, ambos renuncian a su sueldo. Eusebio Ruiz Chamorro para Antropología y Antonio Sánchez Pérez para Cosmología, cada uno con un sueldo de 1.800 pesetas anuales. Por su parte, la prensa católica crítica que una de las clases profesionales más halagada por los dirigentes de la revolución de 1868 es el profesorado de instrucción pública: A los profesores les prometieron ríos de leche y miel y un nuevo maná, pues los progresistas mientras están en el poder los necesitan para hacer la propaganda de sus ideas, para infiltrar en el corazón de la juventud el virus antirreligioso.44
Para Merelo Calvo, director general de Instrucción Pública, la forma de conseguir el interés de los catedráticos de los institutos de España en 37 Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-9232. Oficio de 1 de octubre de 1869 firmado por Fernando de Castro. 38 TAPIA, Tomás. Alumno y albacea testamentario de Sanz del Río en 1869. Participa en las Conferencias Dominicales con el tema de «La religión en la conciencia y en la vida» estudiando que la moral debe anteponerse a la religión. En su obra es especialmente crítico con la filosofía de Jaime Balmes. 39 MUÑIZ VEGA, Camilo. De tendencia neocatólica, fue separado en la denominada «Cuestión Religiosa» como ya especificaremos en el apartado correspondiente. 40 GONZÁLEZ LINARES, Augusto. Doctor en Ciencias Naturales, catedrático numerario del Instituto de Albacete, catedrático de la Universidad de Santiago, separado en la II Cuestión Universitaria y miembro de la Junta Facultativa que había de organizar la Institución Libre de Enseñanza. 41 CALDERÓN Y ARANA, Laureano. Doctor en Ciencias y en Farmacia, catedrático de la Universidad Central separado en la II Cuestión Universitaria. Miembro de la Junta Facultativa de la Institución Libre de Enseñanza. 42 SÁNCHEZ PÉREZ, Antonio. Estudió la carrera de Ciencias y obtuvo la cátedra de Matemáticas por oposición pero fue separado por sus ideas republicanas. Estuvo afiliado al partido republicano federal, ocupando distintos cargos en la I República. Volvió a ocupar la cátedra de Matemáticas del Instituto de San Isidro a finales de siglo al aprobar nuevamente la oposición. 43 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Oficio de 1 de octubre de 1870 firmado por Fernando de Castro. Caja/legajo 32-9232. 44 La Enseñanza Católica. Revista semanal ilustrada dedicada al profesorado y los padres. Madrid: 1872, Año I, n.º 6, p. 40.
M. Romero
C. Arterio M. de la Guardia M. Merelo Calvo J. León
Diario 1 ½ hs.
Diario 1 ½ hs.
3 días alternos (4 secciones)
3 días alternos
Diario 1 ½ hs. (2 secciones)
Latín y Castellano (II)
Retórica y Poética
Geografía
H.ª Universal
Aritmética y Álgebra
Asignatura, profesor, alumnos, aula y horario.
Coinciden
A. Moya de la Torre Asignatura E. Jiménez de Castro y profesor
P. Yuste
M. Romero
H. Suaña
Diario 1 ½ hs.
Latín y Castellano (I)
Profesores
Horario
Asignatura
1.er Sistema (bachillerato clásico) Horario
Aritmética y Álgebra
Diario 1 ½ hs. (2 secciones)
A. Moya de la Torre E. Jiménez de Castro
Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos Principios de Arte y su Historia
3 días alternos
V. Glez. Canales
H.ª de la E. Med. y 3 días alternos Mod. Univ. y de Esp.
M. de la Revilla C. Arterio M. de la Guardia M. Merelo Calvo J. León
Diario 1 ½ hs.
H. Suaña
Profesores
3 días alternos (4 secciones)
Geografía
Literatura
Gramática Castellana Diario 1 ½ hs.
Asignatura
2.º Sistema (bachillerato moderno)
Estudio comparado del bachillerato moderno con el bachillerato clásico en el Instituto del Noviciado
88 EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Horario
Diario 1 ½ hs.
Diario 1 ½ hs.
Diario 1 ½ hs.
3 días alternos
Asignatura
Geometría y Trigonometría
Física y Química
H.ª Natural
Fisiología e Higiene
M. J. M.ª Galdo López de Neira
M. J. M.ª Galdo López de Neira
A. Monreal
A. Fernández Vallín
Profesores
1.er Sistema (bachillerato clásico)
3 días alternos
Antropología
Asignatura, profesor, alumnos, aula y horario.
3 días alternos
Cosmología
Fisiología e Higiene
3 días alternos
3 días alternos
3 días alternos
Química
Biología y Ética
Diario 1 ½ hs.
Física
Profesor, alumnos, aula y horario.
Diario 1 ½ hs.
Horario
Geometría y Trigonometría
Asignatura
M. J. M.ª Galdo López de Neira
N. Salmerón
E. Ruiz Chamorro
V. Glez. Canales
V. Morán
A. Monreal
A. Fernández Vallín
Profesores
2.º Sistema (bachillerato moderno)
Asignatura, profesor, alumnos, aula y horario.
Coinciden EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
89
3 días alternos
Ética
Nicolás Salmerón
Ortí Lara
Profesores
Coinciden
3 días alternos
3 días alternos 3 días alternos
3 días alternos
Nociones de Derecho I Nociones de Derecho II Agricultura, Industria y Comercio
Horario
Lógica
Asignatura
V. Morán
M. Carmona
M. Carmona
Urbano Glez. Serrano
Profesores
2.º Sistema (bachillerato moderno)
Fuente: Memoria acerca del Estado del Instituto de primera clase del Noviciado del curso 1868 a 1869.
Diario 1 ½ hs.
Horario
Psicología, Lógica y Filosofía Moral
Asignatura
1.er Sistema (bachillerato clásico)
90 EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
91
las múltiples reformas del segundo sistema de bachillerato es incrementar los sueldos de los profesores hasta nivelarlos con los sueldos de los institutos de Madrid;45 para ello firma una circular, el 3 de septiembre de 1869, proponiendo la igualdad de los sueldos de los catedráticos de los institutos e invitando a las diputaciones provinciales a esta nivelación.46 Pero ante la falta de atractivo de los cambios propuestos en la segunda enseñanza, Merelo Calvo, en un nuevo esfuerzo por conseguir la aceptación de este sistema de bachillerato y evitar las críticas de los catedráticos que con este plan doblan el horario docente semanal, propone en una circular47 y posteriormente, en un nuevo decreto, instrucciones sobre la organización de los catedráticos y las asignaturas de segunda enseñanza. Mientras, dentro del Instituto, y pese al esfuerzo ya expuesto por implantar este plan de estudios, nos encontramos el oficio que dirige el director Moya de la Torre a la Diputación Provincial en mayo de 1870 en los siguientes términos: Ha sido tan poco lisonjero el éxito del sistema moderno, a pesar del reconocido celo de los profesores encargados de su enseñanza desde el mismo curso de su instalación, pero fueron muy pocos los alumnos matriculados y aún fueron disminuyendo. Esto es más llamativo por el aumento de matrícula del antiguo sistema.48 45 En el Instituto de Barcelona también se imparte el segundo sistema de bachillerato y los Estudios de Aplicación. La falta de profesores se resolvió al ofrecerse espontáneamente a dar las enseñanzas de nuevo bachillerato sin retribución alguna. De esta forma en la Junta de Profesores que se celebra para este tema estos asumen varias asignaturas sin premio o recompensa para responder de esta manera a las indicaciones de la Diputación Provincial. En ORTEGA Y ESPINOS, José, Discurso inaugural leído el 1 de octubre de 1871 en el Instituto provincial de Barcelona... 1871-1872 en: Memoria-Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre) de 1871 a 1872 leído en la inauguración del curso de 1872 a 1873. Madrid: Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1871, p. 13. 46 Circular del 3 de septiembre de 1869 para la nivelación de los sueldos de los catedráticos de Instituto por las Diputaciones Provinciales, en Colección Legislativa de España...; t. CI, pp. 472-474. Esta Circular es firmada por Manuel Merelo Calvo. 47 Circular del 30 de octubre de 1868, dictando varias disposiciones para la distribución de asignaturas, en: Colección Legislativa de España, t. C, pp. 534-536. Decreto, del 6 de noviembre de 1868, sobre la situación relativa de los catedráticos en los institutos de segunda enseñanza, en: Colección legislativa de España, t. C, pp. 567-568. 48 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Escrito de Moya de la Torre a la Diputación Provincial en mayo de 1870. Caja/legajo 32-9232.
92
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Este escrito se completa con un nuevo oficio, que eleva Moya de la Torre el 31 de diciembre, solicitando que se exima al Instituto del Noviciado de sostener las clases del segundo sistema de bachillerato.49 La respuesta la redacta y firma el propio ministro, mediante un oficio del 20 de marzo de 1871, en el que expone la imposibilidad de eximirle de la obligación de ofrecer las asignaturas del bachillerato moderno, ya que para modificarlo sería necesario un acuerdo de la Cortes, y además el ministro tiene en mente un plan de segunda enseñanza que presentará en la cámara baja y que coincide con los deseos del director Moya de la Torre.50 Moya de la Torre insiste, nuevamente, y afirma que en Madrid se impuso la obligación de establecer este segundo sistema de bachillerato por la vía de ensayo, y no se tuvo en cuenta las dificultades que supone encontrar profesores idóneos en las múltiples y nuevas enseñanzas, que los locales no son los apropiados, que este experimento exige mayores gastos, y, especialmente, la desilusión, pues para tanto esfuerzo habían conseguido poco éxito, ya que los alumnos se matriculaban en asignaturas sueltas por curiosidad.51 Este plan de estudios no dio sus frutos por diferentes razones entre ellas la falta de alumnos matriculados, la falta de comprensión por parte de los padres y de los profesores que no compartían el ideario progresista y la falta de tiempo para su aplicación, pues rápidamente se ordenaron nuevos decretos modificando el bachillerato. No era posible crear o transformar tanto la educación en tan breve espacio de tiempo, pues las condiciones sociales y educativas reales, las inercias y resistencias adquiridas y la falta de formación de los profesores no permitían la implantación del nuevo sistema con la rapidez que el deseo de los demócratas exigía. A ello se une que el plan de estudios que diseñaron los progresistas contaba con muchas más asignaturas y que, por tanto, precisaba mayor amplitud en el tiempo para que los alumnos pudieran cursarlas, lo cual chocaba con el objetivo de los padres de conseguir unos estudios cortos y baratos.
49 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Oficio de Moya de la Torre a la Diputación Provincial de 31 de diciembre de 1870. Caja/legajo 32-9232. 50 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Oficio de Moya de la Torre a la Diputación Provincial de 31 de diciembre de 1870. Caja/legajo 32-9232. 51 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Escrito de 26 de marzo de 1871, dirigido al rector de la Universidad Central por el Director Moya de la Torre.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
4.
93
Alumnos matriculados en las asignaturas del sistema de bachillerato moderno
A través de las actas de los exámenes de los tribunales, comprobamos que los alumnos que se examinan en este plan de estudios pertenecían a la modalidad de la enseñanza privada, principalmente al Colegio Internacional, y algunos matriculados en la enseñanza oficial. Los apellidos de estos alumnos son Jiménez de Vargas, Ruiz Chamorro, Martín Romero, Merelo Calvo..., hijos de profesores o intelectuales krausistas destacados. Enseñanza oficial
Enseñanza libre
Curso 68-69
69-70
70-71
71-72
68-69
69-70
70-71
71-72
N.º total de alumnos matriculados 1.310 1.373 1.747 1.419 1.617 1.338 1.118 1.062 Literatura 22 7 4 4 2 Agricultura 2 1 5 Derecho I 14 4 4 2 5 Derecho II 5 6 5 2 5 Principios de Arte 5 6 4 7 Gramática Castellana 10 5 3 2 8 2 Antropología 6 21 11 H.ª antigua 5 3 9 H.ª medieval 5 3 3 8 1 Física 4 3 Química 2 7 Cosmología 7 2 Biología y Ética 3 2 Totales 58 58 26 2 33 66 3 0 Fuentes: Memorias acerca del estado del Instituto de primera clase de Madrid curso 1868..., op. cit.
A partir del curso 1871-1872 no hay alumnos matriculados en este sistema de bachillerato. Los profesores progresistas fueron incapaces de conjugar los intereses de los padres y de los alumnos con sus propuestas pedagógicas.52 En cualquier caso, no hubo suficiente interés por las enseñanzas renovadas. 52
Aportamos los datos del Instituto de Barcelona en el curso 1869-70 publicados. Para la asignatura de Gramática Castellana se matriculan dos alumnos, para la Historia Antigua, uno; para Biología y Ética, tres; para Derecho, cuatro; para Química, tres y para Cosmología, tres.
94
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
5.
La libertad de cátedra y las resistencias del profesorado al bachillerato moderno
Un aspecto de la proclamada libertad de cátedra de los progresistas se refiere a la facultad del profesor para exponer y discutir las doctrinas que considere convenientes, pero también para permitir la libertad en la elección de libros de texto y programas.53 En cuanto a los libros de texto, en el Instituto del Noviciado todos los catedráticos publican manuales escolares o reeditan los ya publicados, y de entre los profesores auxiliares podemos citar a un buen número que también publicó. Así, frente a la uniformidad curricular existente hasta la Revolución de 1868, los progresistas proponen la libertad no sólo del profesor sino también del alumno afirmando que estudie cada cual según su capacidad el número de asignaturas que sea proporcional a sus fuerzas y, mientras unos concluyan sus estudios en pocos años, otros tardarán más. Evidentemente la educación para los progresistas debe de adecuarse a las necesidades y capacidades de los alumnos y no igualarlos o uniformarlos con los mismos manuales, programas, cursos y número de asignaturas por cursos. Si bien las palabras escritas por Moya de la Torre nos pueden confundir, pues parecieran indicar que todos los profesores del Instituto comparten el mismo criterio sobre la libertad de enseñanza, ya que al principio ningún profesor la rechaza de forma frontal, lo cierto es que varios de ellos la desaprueban en cuanto tienen oportunidad de ello. Sobre esta delicada cuestión Suaña Castellet, secretario del Instituto en 1872, critica la torcida interpretación que se ha dado a la libertad de enseñanza, pues la han esterilizado los mismos que la han defendido al reducirla al derecho de los alumnos a asistir o faltar a clase. Se ha vulnerado, con este sentido de la libertad, el derecho que tiene el alumno de ser enseñado por el profesor y el deber de asistir con puntualidad a clase, así como llevar sabidas las lecciones.54 53
Algunos profesores progresistas discrepan en el planteamiento que sobre la libertad los programas del profesor realizan los progresistas. Entienden la necesidad de estos programas para que la enseñanza de la ciencia sea uniforme en todas las cátedras, pero a la vez creen que estos programas deben ser suficientemente flexibles para que no dificulten la marcha del profesor al permitirle a este dividir, ordenar y presentar la materia libremente. FERNÁNDEZ CASTROVERDE, Carlos: Discurso inaugural leído... en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Barcelona en... la apertura del curso... de 1869 a 1870..., p. 23. 54 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Discurso inaugural del curso 1872-1873 sobre la importancia del lenguaje en general y en particular de la lengua latina como sólida
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
95
Pues según la interpretación realizada por el catedrático de Latín, esta libertad de enseñanza conduce a que los alumnos no hagan caso de las amonestaciones de los profesores y a que, amparándose en el ambiente de libertinaje, no se les aplique el reglamento para que sean borrados de la lista y, por tanto, que puedan perder curso. En clara alusión a las enseñanzas abiertas, el profesor conservador critica que la situación de la enseñanza en el Instituto se complica al impartir clases cualquier maestro, aunque carezca de títulos que le habiliten para la enseñanza. Las enseñanzas libres son duramente criticadas porque no conducen a ningún título académico. Un motivo más para la censura a la libertad de enseñanza viene por la facultad que tienen los alumnos para cursar las asignaturas en el orden que deseen. Varios profesores no puede comprender el propósito de algunos alumnos que pretenden cursar a la vez las asignaturas de Latín y de Retórica y Poética, ya que existe la creencia generalizada de que es necesario poseer los conocimientos de la lengua latina para poder avanzar en los estudios literarios. Algunos catedráticos del Instituto del Noviciado consideran que la mala aplicación de la libertad de la enseñanza es la responsable del descrédito en el que han caído los estudios de las lenguas clásicas y de los problemas de disciplina que están ocasionando los alumnos. La desaparición del Latín en el Segundo Bachillerato es interpretado como una ruptura del rasgo de distinción social propio de aquellos que han cursado la segunda enseñanza. 6.
Las enseñanzas abiertas y la educación de adultos
Unos días después de su toma de posesión como rector de la Universidad Central, Fernando de Castro dirige una circular a los directores de los institutos del distrito universitario. En esta circular recomienda las conferencias públicas y los cursos especiales conducentes a la educación de la mujer, las enseñanzas libres y las enseñanzas populares. En el Instituto del Noviciado, según el director Moya de la Torre, estas enseñanzas se ofrecen porque: Persuadido el claustro, de que la gran ventaja de la libertad de enseñanza consiste en llamar a todas las fuerzas hacia un fin común de ilustración y base en que debe asentarse toda la instrucción así científica como literaria. Madrid: Imp. Segundo Martínez, 1872, pp. 40-41.
96
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
moralización social, se han abierto los brazos a la enseñanza libre, facilitando aulas y todos los medios materiales... y en tan animado movimiento científico, literario y artístico, cuya duración diaria se dilata hasta las altas horas de la noche desde las primeras luces de la mañana, con amplia libertad de profesores para exponer su doctrinas y los alumnos en el modo y forma de hacer los estudios.55
De esta forma se autoriza las siguientes clases libres: Taquigrafía, que imparte desde el 15 de marzo de 1869 Luis Cortés Suaña; Francés, impartido por Carlos Gleizer; Música, comprensiva de Solfeo, Piano y Armonía, por Luis Masferrer. Las conferencias de Geografía, Historia, Economía y Principios de Derecho se establecen por la noche, con el fin de instruir a la clase obrera, por una asociación de jóvenes estudiantes de singular instrucción y filantrópicas aspiraciones coordinadas por Serrano Fatigati. Destacamos, entre ellos, a Ricardo Macías Picabea, estudiante de Letras en la Universidad Central y escritor regeneracionista a finales de siglo. Estas clases continuarán durante el curso 1869-1870, con buena afluencia de público en las de Taquigrafía y Humanidades. Pero las Conferencias,56 que tuvieron éxito en los primeros meses, más tarde fueron paulatinamente abandonadas por los concurrentes para asistir a las clases de instrucción primaria, que estuvieron llenas de obreros solícitos y deseosos de aprender lectura, escritura y aritmética. Pese a la escasez de los espacios, Ambrosio Moya de la Torre, director del Instituto del Noviciado, también participa de forma activa en las propuestas del rector Fernando de Castro en cuanto a la creación de un Centro Popular en la Universidad Central. Estas clases, muy numerosas al principio, poco a poco fueron disminuyendo en el número de los alumnos, pues no conviene olvidar que estos pertenecían al Batallón de Voluntarios de la Libertad que participaron en las guerras carlistas. Ambrosio Moya de la Torre, junto con algunos amigos personales, fueron quienes continuaron apoyando a Fernando de Castro en el proyecto de la calle Noviciado durante todo el período que este rector se mantuvo en su idea de crear un Centro Popular. El rector insiste en esta idea, en una circular que dirige a los directores de los institutos el 16 de diciembre de 1869, buscando que en estas escuelas, abiertas para la instrucción de los jóvenes, y principalmente de 55 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: «Discurso inaugural del curso 1869 a 1870» en: Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid..., p. 9. 56 Revista de instrucción pública. Seminario científico, literario y político. Madrid: Juan de Uña (Director). Madrid: Imp. de Fernández, 25 de octubre de 1868, p. 19.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
97
los adultos, se impartan todos los conocimientos que sean adecuados. Como primera medida propone que todos los empleados de la Universidad Central, y sus sustitutos, sepan leer, escribir y aritmética. Moya de la Torre nos informa de la aplicación de las propuestas del rector al incorporarse varios bedeles al Instituto, tras superar las pruebas de lectura y escritura en un tribunal que a tal fin se había constituido en la Escuela Central Normal. A los empleados del Instituto les obligará a aprender a leer y escribir en el plazo de cinco meses. El director del Instituto de San Isidro utiliza un tono muy distinto cuando, en su Discurso, informa de los problemas económicos y de cómo fue necesario que los propios profesores y alumnos pagaran el gas de los faroles que utilizaban en las clases nocturnas por la falta de presupuesto.57 Los profesores neocatólicos aprovecharon también la libertad de enseñanza para crear centros de instrucción y cursos gratuitos para los pobres. Así, el catedrático Ortí Lara fue promotor de la Asociación de Estudios Católicos, posteriormente denominada La Armonía. Finalmente, quisiéramos recordar, que a partir de la Revolución de 1868 dos son los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros que están en la arena política asumiendo cargos de responsabilidad hasta finales del siglo XIX. Por una parte, Galdo López de Neira, catedrático de Historia natural, vicedirector del Instituto, es elegido Alcalde de Madrid. Y por otra, Merelo Calvo, catedrático de Geografía e Historia, es elegido el 7 de noviembre de 1868 oficial primero de la Secretaría del Ministerio de Fomento; y el 19 de julio de 1869 director general de Instrucción Pública, más tarde ministro de Estado y senador vitalicio.
57 PEREDA, Sandalio: «Discurso inaugural del curso» en: Memoria acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid, (Antiguos Estudios del mismo nombre), leída el día 1 de octubre de 1870 por el director y catedrático de Historia natural del establecimiento Dr. D. Sandalio de Pereda y Martínez, académico numerario de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de la de Medicina, en el acto solemne de la apertura del curso de 1870 a 1871. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1871, p. 14. En este sentido es interesante el estudio que realiza Guereña sobre las Asociaciones Culturales para obreros y artesanos de Madrid en la época del Sexenio, este autor se pregunta sobre los fines de estas asociaciones más o menos filantrópicas, y encuentra en ellas la conjunción de dos objetivos: los económicos y los morales. Se trata de formar buenos obreros y buenos ciudadanos en: GUEREÑA, Jean Louis: «Associations Culturelles pour ouvriers et artisans a Madrid (1847-1872)» en: Culture et Société en Espagne et en Amérique latine au XIXe siècle. Lille: Centre d’Etudes Ibériques et Ibéro-américaines du XIXe de l’Université de Lille III, 1980, pp. 75-91.
98
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
La política educativa del Sexenio eleva a los catedráticos progresistas del Instituto del Cardenal Cisneros, hombres de ciencia, a los cargos de responsabilidad política, e incluso a desempeñar un papel relevante en la vida pública. Estos catedráticos defienden preferentemente, aunque no de forma exclusiva, los asuntos de educación. A los dos políticos ya mencionados, en el Sexenio se unen como diputados Eusebio Ruiz Chamorro, catedrático de Psicología, Lógica, y Ética, reconocido krausista y republicano; y Valentín Morán Gutiérrez, auxiliar de Ciencias, también republicano. 7.
La cuestión religiosa y la separación de los profesores
De la Constitución de 1869 destacamos tres artículos que crearon gran polémica en la institución que estamos estudiando: la definición de monarquía democrática; la concesión de los derechos individuales, especialmente el sufragio universal, y los artículos referidos a la libertad de cultos. Recordamos que la redacción de los artículos 20 y 21, referentes a la cuestión religiosa, es costosa y muy debatida. Las posturas en las Cortes eran extremas, igual que en el Instituto del Noviciado. Merelo Calvo, que se encontraba en esta legislatura ocupando un escaño por el Partido Democrático, propone la siguiente redacción: El Estado garantiza la libertad y la igualdad de cultos. En consecuencia, ni sostiene el culto ni a los ministros de la religión católica, ni mantiene relaciones oficiales con iglesia alguna.58
En su discurso político el catedrático de Geografía e Historia plantea que el Estado debe mantener todos los cultos o ninguno. En la otra orilla, si bien Ortí Lara no estaba sentado en el Congreso, la postura de los neocatólicos es defendida por el canónico Manterola: la religión católica, única y verdadera continúa siendo la religión del Estado.59 El argumento 58 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes» en sesión de 26 de abril de 1869, pp. 1374-1376. Enmienda a los artículos 20 y 21 del proyecto de Constitución de 1869 presentada por Merelo Calvo. Firman esta enmienda: Pastor Huerta, Morales Díez, González Encinas, Fernández de la Cueva, Luis Mohín y Tomás Carretero. 59 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes» en sesión del 26 de abril de 1869, pp. 1379-1383. Enmiendas a los artículos 20 y 21 del proyecto de Constitución de 1869, presentadas por Manterola.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
99
utilizado por Manterola en el Congreso, y por Ortí Lara en sus artículos periodísticos, es el mismo, que el hombre no puede disputar en absoluto derechos que son infinitos, que son ilimitados, cuales son los derechos de Dios. La redacción definitiva de los polémicos artículos quedaría así: La nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica. El ejercicio público o privado de cualquier otro culto queda garantizado a los extranjeros residentes en España sin más limitación que las reglas universales de la moral y del derecho.60
Para los neocatólicos la revolución del 24 de septiembre es radical y pretende resolver los problemas de la sociedad con los criterios de la ciencia moderna, en vez de hacerlo con los de la Iglesia católica. La percepción que tienen los neocatólicos de los progresistas que sostienen la libertad de cultos es que estos ignoran que son simples instrumentos de los enemigos de Dios. La libertad, en materia religiosa, no debe ser otra que dar toda la necesaria a la religión católica, única de España, para que tenga todo el desarrollo e imposibilite, por exclusión de otros, cultos y doctrinas falsas que vengan a alterar la doctrina católica.61 Esta misma discusión está presente en Francia entre 1870 y 1914 hasta convertirse en una cuestión principal la separación de la Iglesia y el Estado, en la que a la vez intervienen de forma decisiva la prensa y los políticos al proponer una educación laica asociada a la Republica, o bien católica unida a la Monarquía.62 El hecho más destacado es la ruptura de relaciones entre Roma y Madrid, y además que el gobierno va a utilizar la Gaceta para, una vez más, exigir lealtad y sometimiento para con sus principios políticos a los catedráticos de los institutos, a los funcionarios y a los sacerdotes. Esta adhesión, exigida mediante el decreto63 de 17 de junio, tiene de nuevo funestas consecuencias para el Instituto del Noviciado.
60
GARCÍA FERNÁNDEZ, F. y otros: Esquema del constitucionalismo español. Madrid: Facultad de Derecho, Universidad Complutense de Madrid, 1996. 61 PAGÉS DEL CORRO, Francisco: La unidad católica: única solución de la cuestión religiosa de 1869. Sevilla: A. Izquierdo, 1869, 37 pp. 62 OZOUF, Mona: L’École, l’Église et la République 1871..., pp. 16-20. 63 Decreto, de 17 de junio de 1869, dictando varias disposiciones para el juramento de la Constitución, en: Colección Legislativa de España..., t. CI, p. 744. Decreto, de 17 de junio de 1869, disponiendo la forma en que han de jurar la Constitución, en: Colección Legislativa de España..., t. CI, p. 745.
100
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Cuando el ministro Ruiz Zorrilla firma estos decretos, no tiene en cuenta que durante los años de la Gloriosa va a producirse una absorción de los recursos de la espiritualidad tradicional por parte del estamento docente como defensa de un clericalismo en crecida.64 Este decreto exige el juramento al clero, al ejército, a los ayuntamientos, y a las diputaciones. De esta forma, el 23 de marzo de 1870 se publica una ley disponiendo que jurasen la Constitución todos los funcionarios públicos, previendo que, de no hacerlo, serían separados de sus cargos. Se exigió juramento civil o sin invocación a Dios para evitar blasfemias y, en cualquier caso, alegando que había empleados que no creían en Él.65 Sin embargo, de forma contradictoria, los krausistas habían declarado que al profesor sólo le incumbe el ejercicio de su cargo y ningún poder tiene derecho a exigirle otras funciones. El profesor es ciudadano y sus actos y relaciones son completamente libres, es más, llegan a afirmar que no está al servicio de los gobernantes del momento porque esto sería hacer de la enseñanza un ridículo juguete y del profesorado una legión de favoritos.66 El profesor Fernández Cardín, catedrático de Matemáticas del Instituto de San Isidro, nos informa del proceso en la revista de El Magisterio Español. En primer lugar, los profesores se dirigen al cardenal arzobispo de Toledo, quien nada categórico supo contestar, más tarde consultaron al vice-nuncio quien tampoco supo indicar sobre tan delicada cuestión y finalmente, para decidir con mayor seguridad en su proceder, acuden a la Santa Sede buscando consejo y ésta contestó que se podía jurar con la adición de la salvedad «salvar las leyes de Dios y de la Iglesia». Este catedrático concluye con la célebre frase: Roma locuta, causa finita.67 El objetivo de los obispos con este juramento era, a la vez que manifestar su protesta, evitar que el profesorado oficial católico abandonara los centros públicos de enseñanza, por considerar que este abandono sería perjudicial para la religión católica. Más de setenta profesores se negaron a jurar la Constitución. De entre éstos son tres los profesores del Instituto del Noviciado que no
64 CUENCA TORIBIO, José Manuel: «Iglesia y poder político» en JOVER ZAMORA, José María (coordinador): Historia de España..., pp. 632-639. 65 MARTÍ GILABERT, Francisco: La cuestión religiosa en la revolución de 1868 a 1874. Madrid: Editora Mundial, 1989, p. 96. 66 Revista de instrucción pública. Seminario científico, literario y político. Madrid: Juan de Uña (Director). Madrid: Imp. de Fernández, 1868. 67 El Magisterio Español, periódico de Instrucción Publica. Órgano defensor de los derechos de los catedráticos y maestros, 5 de mayo de 1870.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
101
aceptan esta norma suprema. El procedimiento fue como sigue: todos los profesores del Instituto del Noviciado son requeridos, en fechas comprendidas entre el 17 de marzo y el 5 de abril, por el director para jurar la Constitución progresista. Los anteriormente citados no acuden a juramentarla y, ante la apremiante solicitud del director, escriben oficios al rector con fecha 8, 13 y 14 de abril respectivamente.68 Si bien dos solicitaron hacerlo incorporando «la salvedad de Dios y la Iglesia Católica», un tercero, Ortí Lara, afirma que bajo ningún concepto juraría la Constitución. Los catedráticos Ortí Lara, Romero Aznárez y el profesor auxiliar Muñiz Vega, son separados de sus cátedras por no jurar la citada Constitución. El catedrático de Filosofía Ortí Lara, neocatólico y neotomista, en un escueto escrito expone su resolución firmísima de no prestar juramento,69 sin alegar ninguna razón ni religiosa ni política. Romero Aznárez, catedrático de Retórica, está dispuesto a jurar la Constitución, pero siempre que se le admita salvar las leyes de Dios y de la Iglesia, sin esta adición explícita y terminante se considera Romero Aznárez en el imperioso deber de no prestar el juramento. En tono conmovedor, y desde una fe profunda en Dios y en la Iglesia, expone las razones que le conducen a esta actitud: Hay un Dios, cuyas leyes y las de su Iglesia he de cumplir. El Dios omnipotente y remunerador nos consolará, a mí y a mi familia, del modo que sea de su agrado, a su providencia me entrego. Yo escribiré, si Dios me inspira. Yo enseñaré, si Dios me proporciona a quién... 68
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros: Para este apartado hemos utilizado los siguientes oficios sin numerar: 1. Oficio de 8 de abril de 1870 de Ortí Lara negándose a jurar la Constitución. 2. Oficio de 13 de abril de 1870 de Romero Aznárez negándose a jurar la Constitución. 3. Oficio de 14 de abril de 1870 de Muñiz Vega negándose a jurar la Constitución. 4. Oficio de 14 de abril de 1870 de Moya de la Torre dirigido a los catedráticos anteriores. 5. Protesta de 24 de abril de Ortí Lara dirigida al Rector. 6. Aceptación de la protesta de 25 de junio de Ortí Lara firmada por Fernando de Castro. 7. Separación de los catedráticos firmada por Fernando de Castro. 69 El Pensamiento Español del 13 de abril de 1870 publica esta noticia en los siguientes términos: «J. M. Ortí Lara es desposeído de ella (cátedra) por haberse negado a jurar la Constitución se despidió ayer de sus alumnos, siendo objeto de una tiernísima ovación. Los jóvenes alumnos vitorearon a su catedrático, manifestándole a voces el cariño que le tenían y la satisfacción que les producía la firmeza de principios y creencias de su dignísimo profesor».
102
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
El profesor Muñiz Vega afirma que le es imposible prestar el juramento, pese a declararse monárquico constitucional, el tratamiento de la cuestión religiosa le impide jurar la constitución. El director del Instituto, Moya de la Torre, contesta con inmediatez a los oficios de los catedráticos, y posiblemente sin premeditación, ya que parece convertirse en un mero ejecutor de la orden del 23 de marzo, que determina que, en plazo de ocho días, a aquellos catedráticos que no juren la Constitución se les aplique la disposición segunda, y a los auxiliares la disposición cuarta, que en ambos casos significa la separación de la cátedra. Ortí Lara, disconforme con esta separación, por la vía administrativa presenta, para ser tramitado al Regente, una protesta, con fecha 27 de mayo, en la que reclama ser repuesto en su cátedra y acusa a Merelo Calvo en los siguientes términos: ¿Son tolerantes los que sostienen la tolerancia?, ¿qué significa proclamar la libertad de enseñanza si se suprimen de las facultades la Teología y se ponen obstáculos a su estudio en los seminarios a los que se priva de su asignación?70
En esta lucha de oficios contesta el rector, que el director de Instrucción Pública acepta la protesta, pero que seguirá separado de sus cargos al igual que los otros profesores. Merelo Calvo lo justifica al afirmar que el Syllabus es el verbo de los separados71 y considerando que estas cátedras están vacantes convoca un concurso para ser ocupadas por aquellos que aprueben la oposición.72 Ya en la I República, Ortí Lara y Romero Aznárez son repuestos en sus cátedras y les son abonados los haberes como profesores excedentes. En la carta dirigida al gobierno que firmaron Francisco Giner de los Ríos y Nicolás Salmerón solicitan que no haya separaciones y para ello reproducen los mismos argumentos que ya habían utilizado en la I Cuestión Universitaria y exigen una exquisita moderación en el ejercicio del excesivo poder para no provocar nuevos males a la ciencia y a la enseñanza.73 70 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. Expediente del profesor citado.. 71 WEBER, Georg: Historia Contemporánea de 1830 a 1873..., p. 226. Traducido al castellano, anotado y aumentado con un «Apéndice histórico» por Merelo Calvo. 72 El Magisterio Español, 20 de mayo de 1870.Se insertan anuncios de vacantes en la sección oficial. 73 Reproducida en: JIMÉNEZ LANDI, Antonio: La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente. Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia/Universidad Complutense/Univesidad Barcelona/Universidad de Castilla-La Mancha, 1996, 4 vols., p. 245.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
103
Una vez más nos encontramos con la separación de los profesores, no por sentencia judicial, sino por orden ministerial. La prensa reprocha al ministro y a Merelo Calvo de incumplir el artículo 170 de la ley de 1857, le recriminan arbitrariedad, desacierto, ilegalidad y sobrada impaciencia por deshacerse de los profesores que no les son afines y le preguntan «¿a qué conducen estos alardes? ¿a qué esa ridícula obsesión?».74 A partir de este momento cada profesor separado sigue caminos distintos para su reincorporación a la enseñanza: Ortí Lara no puede incorporarse a ningún instituto de Madrid, pues las cátedras de Filosofía están cubiertas por los conocidos profesores krausistas Urbano González Serrano y Eusebio Ruiz Chamorro y, tras cobrar los atrasos como catedrático profesor excedente, gana la cátedra de Metafísica de la Universidad Central, vacante por la separación de Nicolás Salmerón en 1876. Por contraste, la vacante de Filosofía del Instituto del Cardenal Cisneros es ocupada por un profesor con una orientación filosófica radicalmente distinta, el destacado catedrático krausista Eusebio Ruiz Chamorro. Romero Aznárez tampoco puede incorporarse. La razón estriba en que las plazas de Latín y de Retórica y Poética de los institutos de Madrid están cubiertas, por lo que acepta ser profesor auxiliar de letras en el Instituto del Noviciado, hasta que en 1876 se incorpora a la vacante de Geografía e Historia en el Instituto de San Isidro. Pero este catedrático había jurado la Constitución el día 31 de agosto de 1872 con todas las salvedades que la ley le permitió, compatibilizando así su firmeza de principios y el juramento debido. En el Discurso Inaugural del curso 1870 a 1871 el director Moya de la Torre recuerda que un triste acontecimiento les había privado de la cooperación de tres ilustres profesores y apreciados compañeros, pero no encontramos ninguna crítica a estas separaciones, siendo justificadas en el ordenamiento jurídico del momento.75 El Pensamiento Español informa, con fecha del 11 de abril, del repetido espectáculo nuevamente doloroso de ver los derechos de los cate-
74 El Siglo Ilustrado. Madrid: Imp. de R. Lebajos, 16 de mayo de 1869, p. 1. La situación se habia enrarecido de tal manera que se pide permiso a las Cortes para procesar a algunos obispos, en: El Sufragio Universal. Diario político defensor de todas las libertades. Madrid: Imprenta de Juan Antonio García, año I, sábado 26 de febrero, de 1870, p. 3. 75 En 1877, el secretario del Instituto del Noviciado afirma que el claustro vio con honda pena que la ley le privase de tres distinguidos miembros por razones dignas de respeto y pertenecientes al fuero interno de la conciencia. SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve noticia..., p. 29.
104
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
dráticos atropellados legalmente, y cita el artículo 27 de la Constitución progresista, que propone que los españoles obtengan los empleos y cargos públicos por oposición. Este periódico católico, apostólico y romano cuestionaba las decisiones de las autoridades educativas progresistas con los mismos argumentos que estos habían utilizado apenas hacía tres cursos:76 — La cátedra por oposición es una propiedad, de la cual el profesor no puede ser desposeído. — La ciencia debe ser considerada superior a la política y debe estar exenta de sus avatares. — Al desposeerlos de sus cátedras, el que falta a su compromiso es el Estado, no los profesores, que han ganado en oposición unos derechos irrebatibles. Este mismo periódico se dirige a los padres informándoles de que el proyecto de los progresistas es sustituir en la enseñanza el catolicismo religioso por el de los derechos individuales, realizándose este cambio precisamente por medio de catedráticos ocupados en los ministerios y en el Congreso, en las Comisiones de Gobierno y en los partidos, mientras sus cátedras son ocupadas por sustitutos que cambian también con frecuencia. Si bien El Pensamiento Español no cita nombres propios, entendemos que se refiere entre otros a Merelo Calvo y Galdo López de Neira, pues en estos momentos está en casi todas las actividades enumeradas. A raíz de estas separaciones, este mismo periódico propone la creación de un colegio católico en la capital, en el cual los padres verdaderamente cristianos puedan educar a sus hijos, enseñándoles la virtud a la par que la ciencia. Para ello ya cuentan con profesores separados que reúnen los siguientes requisitos: — Su fe está al abrigo de cualquier sospecha. — Su saber está demostrando por haber ganado la oposición. — Su capacidad para tratar a los alumnos está demostrada por los años de docencia. El Gobierno de la Revolución, separando a estos catedráticos, había cumplido la ley que él mismo había promulgado, pero en contra del espíritu progresista de la libertad de cátedra que pregonaba. El Pensamiento 76
El Pensamiento Español, de 11 de abril de 1870.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
105
español acusa que los gobiernos progresistas se ahogan por la debilidad política y son incapaces de salir del círculo vicioso que supone proclamar unos principios que, en la práctica, se ven obligados a contradecir. En la otra orilla, Merelo Calvo describe el ambiente de Madrid, diciendo que en la capital la libertad recientemente conquistada se dirigía contra los sacerdotes y contra la Iglesia, quemándose algunos ejemplares del Concordato delante de la casa del Nuncio.77 Las noticias en la prensa diaria son confusas y contradictorias, por una parte encontramos algún artículo de profesores de instituto y de la universidad analizando la fe a los ojos de la razón y afirmando que la fe se adquiere también por el estudio, pero a la vez la realidad se impone, pues se esta solicitando la autorización a las Cortes para procesar a los obispos de Burgo de Osma y Santiago.78 Por nuestra parte, entendemos que la Iglesia carece en este momento de sensibilidad o, al menos, de habilidad para perder el protagonismo, y en estas medidas comprueba que el peligro que implica la secularización es la pérdida del poder de la Iglesia en la enseñanza. Encontramos temor en la negativa de la Iglesia a aceptar la afirmación de una cierta neutralidad religiosa propuesta en la Constitución de 1869, neutralidad que, aunque reconociendo el catolicismo como religión oficial, tolera el resto de los cultos. En algún momento parece que los profesores separados sintieron que esta libertad de cultos desheredaría al catolicismo, y algunos, como Ortí Lara, llegan a identificar la unidad religiosa con la unidad nacional. De forma muy rápida se difunde que la masonería tuvo una participación decisiva en la Revolución del 1868, y consideran que la inmensa mayoría de los personajes, principales y secundarios, de esta revolución eran masones. Argumentan esta afirmación con el hecho de que el Supremo Consejo de la Masonería dirigió en octubre de 1868 al Gobierno Provisional un programa en el que figuraban, entre otras propuestas: la libertad de cultos, la secularización de cementerios, la incautación de bienes de la Iglesia, el matrimonio y el registro civil, etc. Entre los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros, sólo hemos comprobado que Manuel Merelo Calvo perteneció a la logia Grande Oriente, y que defen77
WEBER, Georg: Historia Contemporánea de 1830 a 1878. Madrid: F. Góngora y Compañía, 1876, p. III, 276. Traducido al castellano, anotado y aumentado con un «Apéndice histórico» por Merelo Calvo, Manuel. 78 Especialmente significativas son las noticias publicadas entre el 4 y el 26 de febrero de 1870 publicadas en: El Sufragio Universal. Periódico político defensor de las libertades.
106
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
dió en esta legislatura tanto la libertad de cultos como la incautación civil de los cementerios. Ahora bien, de Merelo Calvo se afirma que fue un hombre activo, tanto en la cátedra como en la política, a título individual y no como miembro de la organización masónica.79 8.
Defensa de las Humanidades y de los estudios de Latín
El Instituto del Noviciado se había caracterizado hasta 1868 por impartir el bachillerato clásico, humanista y con constante añoranza de los estudios de filosofía de la Universidad de Alcalá. Tras el sarampión de los primeros momentos de la Revolución, y una vez comprobado que el número de alumnos que se matricula en la modalidad de bachillerato sin Latín no es suficiente para garantizar el éxito y, mucho menos, para extenderlo al resto de los institutos de España, algunos profesores reivindican la importancia del estudio de esta lengua. El procedimiento que utiliza el catedrático de esta asignatura es difundir la necesidad de esta materia mediante un discurso publicado bajo el título: La importancia del lenguaje en general, y en particular de la lengua latina como sólida base en la que debe asentarse toda la instrucción, así científica como literaria. Las proposiciones que con este asunto se realizan las encabeza Suaña Castellet,80 quien, aprovechando el Discurso 79
MORAYTA, Miguel: Masonería Española. Páginas de su historia. Memoria leída en la Asamblea del Grande Oriente Español de 1915 por el Gran Maestro. Madrid: Establecimiento tipográfico Paisaje del Comercio, 1915, Editorial Nos, 1956, 2.ª Edición con ampliaciones y refutaciones de Mauricio Carlavillo, p. 210. 80 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Discurso inaugural que para la Apertura del Curso Académico de 1872 a 1873 del Instituto del Cardenal Cisneros compuso el catedrático de Latín y con arreglo al Real Decreto de 15 de marzo de 1872. Madrid: Imp. Segundo Martínez, 1872, 48 pp. Por Real decreto se restablece el acto de solemnizar la apertura de curso en los institutos con un discurso doctrinal más una Memoria. Pero el 26 de septiembre aparece un nuevo decreto en la Gaceta que deroga el anterior. Cuando la última norma llega a los Institutos el Discurso y la Memoria ya se habían impreso. Un resumen de los Discursos de todos los institutos se pueda consultar en CRISTÓBAL, Vidal: Resúmenes de los Discursos Inaugurales del curso 1872 a 1873 en los Institutos de Segunda Enseñanza. Vitoria: Imprenta Hijos de Mantelli, 1873. El catedrático y director del Instituto de Vitoria publica un total de veinticuatro discursos de contenido histórico, científico o literario que van desgranando el estado de la segunda enseñanza en los institutos de España en 1872. Sin referencias políticas exponen las preocupaciones, los cambios y límites recientes de la ciencia como el darwinismo, los satélites, los cometas y su posible coordinación con la teoría teocrática. En este sentido reviste gran interés la propuesta de Rafael García Álvarez, catedrático de Historia natural del Instituto de Granada concluyendo que el hombre es el único de todos los seres que presentan dignidad, inde-
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
107
Inaugural del curso 1872 a 1873, saca a la palestra los siguientes argumentos: Que los tiempos para el estudio del Latín no son los adecuados, porque esta lengua no es apreciada por el vulgo ignorante, que sólo busca la utilidad inmediata y más positiva de la enseñanza, pero tampoco por los ilustrados que, ocupando puestos importantes, la han eliminado de la segunda enseñanza. Se olvidan estos últimos de que, para el estudio gramatical de nuestro idioma, el Latín es de gran importancia, pues es la base de todos los conocimientos que deben adquirirse. Para asegurar la importancia del estudio de las lenguas clásicas, Suaña Castellet utiliza, como argumento principal, el pasado glorioso de esta lengua ya que acudían a ella los sabios para sus escritos. Apoyándose en textos de Quintana, Jovellanos, Martínez de la Rosa y Pedro Gómez de la Serna, razona que, si nadie aprende Física sin haber aprendido antes Matemáticas, tampoco se puede aprender Literatura sin haber estudiado antes la lengua latina. Tanto los textos de la Enseñanza de la lengua latina de Jovellanos, como el Arte Poética de Martínez de la Rosa, le permiten recrearse en la defensa de los ilustrados de la lengua latina. El catedrático y secretario continúa realizando su defensa desde la comparación con otros planes de estudio de Europa y América; y en este sentido, afirma que la enseñanza del latín está recogida en todos los países europeos, excepto Rusia y Grecia, y que el país al que hay que imitar en cuanto a los métodos de enseñanza es EE.UU., pues, pese a ser su de historia reciente y caracterizarse, por tanto, por la búsqueda de la utilidad en los estudios, concede una gran importancia a los estudios literarios. Suaña Castellet ejemplifica con algunas instituciones agregadas a la Universidad de Cambridge y muestra la forma de impartir la asignatura de latín en estas instituciones. Sin embargo, este catedrático olvida citar que precisamente en septiembre de 1872 el ministro Jules Simón había decretado una reforma para la educación secundaria en Francia, por la cual se incrementa el tiempo semanal de dedicación a las clases de Geografía e Historia, Lengua y Literatura francesa y Lenguas vivas en detrimento del horario de los estudios del latín.81
pendencia y libertad, o el del catedrático Álvarez Espina del Instituto de Cádiz que diserta sobre el estado de la segunda enseñanza, o la necesidad de la Instrucción Pública escrita por Delgado Vargas, director del Instituto de Toledo. 81 SUAÑA CASTELLET va a utilizar similares argumentos que Dupanloup en: Une défense du vers latin, publicada en París en 1873 y reproducida en: PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800..., pp. 66-67. Los distintos apectos de esta refor-
108
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Suaña Castellet justifica la necesidad de impartir Latín en bachillerato: — Porque la lengua castellana es hija de la latina, y de ella toma las cuatro quintas partes de sus vocablos. — Porque también le debemos a la lengua latina gran parte de las formas gramaticales y de las construcciones sintácticas del castellano. — Porque la lengua latina surte de vocablos al lenguaje científico y literario. — Porque es un auxiliar para escribir con buena ortografía. No se puede conocer nuestra propia lengua sin conocer la latina. El autor de esta Defensa reconoce la influencia de las lenguas árabe y griega en la lengua castellana, pero en una medida muy inferior a la latina. El legado que el latín ha supuesto en la literatura universal y especialmente en la española, desde Luis Vives, o Erasmo, pasando por Garcilaso de la Vega, Fray Luis de Granada, Herrera, y los escritores del siglo de Oro, le confieren suficiente peso como para seguir estudiándolo en la segunda enseñanza, pues tanto Virgilio como Cicerón son modelos en los que beben los autores anteriormente citados. El peso de la tradición y el pasado glorioso de nuestro país son argumentos muy queridos para reivindicar el estudio de esta asignatura. El catedrático de Latín refuta también a los que creen más importante las matemáticas, pues considera que no son asignaturas encontradas ya que ambas desarrollan el sentido exacto y preciso, siendo, además, el latín necesario para escribir con elegancia, extender un informe, redactar una memoria o pronunciar un discurso. En todos estos razonamientos existe una clara identificación de la cultura y del hombre culto con el humanismo clásico. Por otra parte, aquellos que pretenden divorciar las ciencias de las letras son desconocedores de la unión entre la idea y lenguaje, pues tanto al hombre científico como al literario les viene bien el estudio profundo de las lenguas ya que catedrático le servirá para desarrollar todas las facultades intelectuales. Las funciones intelectuales que desarrolla el estudio del Latín son la abstracción y generalización, y el raciocinio inductivo y deductivo. En suma, su estudio para la inteligencia significa lo mismo que la gimnasia para el cuerpo: lo desarrolla, aumenta su soltura y fuerza y le enseña a
ma en Francia se puede consultar en: OZOUF, Mona: L’École, l’Église et la République 1871..., p. 25.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
109
ser más hábil y eficaz. De esta forma los ejercicios de Latín desarrollan la atención, la reflexión, la comparación y fortalecen la memoria. Este catedrático tampoco entiende cómo se denomina a esta asignatura lengua muerta, cuando a ella se recurre para formar nuevas palabras y sirve de trampolín para el estudio de las lenguas modernas. A las ventajas enumeradas, el catedrático Suaña Castellet añade que engrandece al hombre porque logra depositar en la mente de los niños la fecunda semilla de la doctrina. Además de los valores formativos, estéticos e intelectuales mencionados, también encontramos en esta lengua la posibilidad de desarrollar los valores morales.82 El catedrático de Latín analiza la pobreza en la expresión de los alumnos al construir frases en castellano, en las que alternan complementos circunstanciales sin orden, y expone que, mediante el aprendizaje de la gramática latina, se mejora la construcción gramatical tanto el análisis oracional como el lugar que cada término ocupa en la frase, lo que permite descubrir el orden natural de las palabras. Suaña Castellet, ante la crítica de los progresistas al estudio rutinario del latín, replica que el problema estriba en el método empleado, que se basa en la memorización y no en los ejercicios de traducción y composición.83 La traducción de los autores clásicos según el método inductivo es más moderno y eficaz, pues aporta al alumno: — Un gran caudal de locuciones castellanas. — Aprende a investigar y analizar la frase latina para verterla al castellano con un buen diccionario, pero a la vez pone a raya a la imaginación fogosa y entrena el hábito de pensar con reflexión y aplomo. Al instinto, la pasión y la fantasía los sustituye con hábitos de atención y reflexión. Mediante los ejercicios de composición se enseña el método deductivo: la composición latina supone para el alumno pasar del conocimiento de las reglas generales, que previamente ha adquirido, a la aplicación a los casos particulares.
82
Acerca del valor moral de esta asignatura se puede consultar VIÑAO FRAGO, Antonio, Política y educación en los orígenes de la España Contemporánea. Examen especial de sus relaciones de la Enseñanza Secundaria..., p. 448. 83 Es precisamente el conocimiento pedante y superficial, de esta forma adquirido, el que critican los progresistas, la enseñanza memorística de los textos latinos es lo que se denominó «eruditos a la violeta», en referencia a la obra de José Cadalso del mismo título.
110
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Con respecto al método de aprendizaje traducción-composición, el catedrático de latín entiende que viene a paliar uno de los defectos sistema de enseñanza, que consiste en que no se obliga a trabajar al alumno. El profesor se contenta con transmitir, con una explicación, sus conocimientos al auditorio y el alumno permanece en un estado pasivo, como un cristal más o menos tenso que recibe las ideas que el profesor expone en clase. Según este catedrático, los ejercicios prácticos de Latín contribuyen a que el alumno se apodere de la idea, la elabore a su manera y la convierta en sustancia propia, en términos actuales hablamos de teorías pedagógicas de construcción del aprendizaje. Por todas estas razones Suaña Castellet añade la necesidad de estudiar las lenguas clásicas para introducirse en el estudio de las obras originales y especialmente, para desarrollar la elocuencia, el brillo y el ornamento de los jóvenes, que van a actuar en los foros. El bachillerato clásico propone una lección diaria de Latín durante dos cursos consecutivos, y una también diaria de Retórica y Poética durante un curso. La propuesta de Suaña Castellet se materializa en cuatro cursos consecutivos de Latín, los dos primeros de lección diaria, y los dos siguientes, de lección alterna, incrementando la duración de cada lección a dos horas para permitir la explicación del profesor y los ejercicios prácticos de los alumnos en la misma sesión. Este catedrático se apoya en Sánchez de la Campa para criticar el lugar que ocupa el Latín en los distintos planes de estudio, pues ambos consideran que es un hecho que en las materias de educación secundaria se ha venido en España formando como la tela de Penélope,84 haciendo y deshaciendo al compás del discurso político. Suaña Castellet, en la búsqueda de un lugar para el Latín en los planes de estudio, pretende que el estudio de la lengua latina sea un instrumento de interpretación del presente desde los valores del mundo clásico, a la vez que propone una renovación metodológica de la enseñanza de esta asignatura. Finalmente el catedrático asevera, dirigiéndose a los progresistas, que las lenguas clásicas deben formar parte esencial del plan de estudios de segunda enseñanza, no tanto por los conocimientos que se adquieren en ellas, sino porque perfeccionan al hombre y cultivan su razón, es decir, hacen al hombre más hombre en todo lo que le distingue de los demás animales, humani humaniore litterae.
84 SÁNCHEZ DE LA CAMPA, Juan Miguel: Historia filosófica de la Instrucción Pública en España. Burgos: Timoteo Arnaiz, 1871-1874, v. 1, p. 393.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
9.
111
El plan de estudios de 1873 en el Instituto del Noviciado
La revolución, que debía liderar Prim, era moderada, dirigida a una burguesía acomodada; pero el nacimiento de los utopismos pequeño-burgueses y el atentado contra Prim acabaron con esta fase de moderación, entrando en el período de la monarquía de Amadeo I de Saboya, hasta que en 1873 se produce una segunda revolución dentro del Sexenio, al cambiar el principio monárquico por el republicano, y el Estado unitario por el Estado federal. Esta situación se radicaliza en la fase presidencialista comprendida entre el golpe de estado del general Pavía y el pronunciamiento de Martínez Campos. Una vez más, nos encontramos con que los acontecimientos históricos son decididos por la fuerza y no por las ideas. Los profesores del Instituto del Noviciado presentes en el Congreso de los Diputados en este periodo tan agitado fueron Manuel Merelo Calvo, Miguel Carmona, Valentín Morán y Eusebio Ruiz Chamorro; en el Senado se encuentra Galdo López de Neira. A partir de 1872, dentro del Instituto surgen contestaciones a la libertad de enseñanza por parte de los profesores autodenominados reaccionarios. Estos profesores critican que esta libertad permite en muy breve tiempo las intromisiones de disposiciones políticas contrapuestas en los centros educativos. Acusan de indecisas e irregulares las medidas dictadas para la segunda enseñanza, y argumentan que la mejor prueba de inseguridad del legislador es el incumplimiento del decreto del 15 de marzo de 1872, que tenia como objeto dictar las reglas para los actos de apertura de curso de los institutos de segunda enseñanza, y se completa con una circular que establece las reglas sobre el fondo y la forma del discurso de apertura.85 Este dirigismo les extrañó a algunos profesores del Instituto ya que no le encontraban justificación en una época en que los progresistas presumen de descentralización y autonomía de los centros, pero aceptan la norma fijada en La Gaceta, y es elegido un catedrático por el claustro para redactar la Memoria y las estadísticas correspondientes al curso anterior, El 26 de septiembre de 1872, cinco días antes de comenzar el curso, un nuevo decreto suprime el Discurso Inaugural. En el Instituto del Noviciado algunos profesores califican estas normativas de falsa libertad y no ven en ellas más que un arma política, e interpretan que 85
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Mariano, secretario del Instituto del Noviciado, en: Colección de Memorias..., curso 1872-73..., pp. 9-13. Fue alumno, posteriormente profesor auxiliar y secretario del Instituto del Noviciado.
112
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
en aras de esa libertad están tratando a los profesores como satélites del poder. En este ambiente de malestar, los nuevos cambios políticos traen otros nuevos proyectos educativos que se traducen en los Decretos del 2 y 3 de junio del ministro Chao. El cambio contínuo de planes, reformas y modificaciones de los progresistas es una forma de exponer el afán de renovación de las políticas educativas de estos profesores, pero desde el claustro del Instituto del Cardenal Cisneros se interpreta como una indecisión propia de políticos, ya que ninguna de estas reformas convencen y entienden que a cada nueva modificación se le sumaba los males de las anteriores. Por su parte los progresistas dicen buscar la autonomía de la enseñanza con respecto al poder y la gestión de los asuntos docentes por los propios claustros. Lo hacen con un lenguaje altisonante en el que califican de alta misión la del profesorado y muestran una gran confianza en su autogobierno, pero son acusados por los conservadores de desconocimiento de la problemática docente y de ineficacia para resolver los problemas de disciplina. Nosotros nos detenemos en el decreto del 3 de junio, que reorganizaba nuevamente la segunda enseñanza. El prólogo le sirve al ministro Chao, para definir esta etapa, caracterizándola como: El conjunto de conocimientos necesarios a todo hombre culto, cualquiera que sea la carrera que elija. La segunda enseñanza no aspira a formar filósofos, matemáticos, literatos... su objeto es la formación de hombres cultos, aptos para cualquiera de estos fines y, ante todo, para producir debidamente en cualquier esfera de la vida social, de ahí el carácter universal con que debe contar.86
El ministro Chao busca una instrucción integral, excluyendo el carácter clásico de la segunda enseñanza y las especialidades que forman alumnos que exclusivamente memorizan, eruditos a la violeta. El plan propone el bachillerato como una continuidad de las asignaturas del Segundo Sistema de Enseñanza, que ya había fracasado en el Instituto del Noviciado. El plan de estudios del 3 de junio sigue suprimiendo el Latín y la Religión e incorpora Lexicografía española, Uranología y Geología, Botánica y Geología, Matemáticas aplicadas, Economía, Tecnología y, con carácter optativo, Música, Dibujo y Gimnástica higiénica. 86 UTANDE IGUALADA, Miguel: Planes de Estudios de Enseñanza Media..., pp. 255-256.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
113
Asimismo las asignaturas del segundo sistema de bachillerato de 1868 se completan de la siguiente manera: — La Química general con Mineralogía orgánica. — La Geografía con la Etnografía. — Derecho natural con nociones de civil y mercantil. — Derecho político con penal y procesal. — Cosmología con Teodicea. Conserva la libertad de los alumnos para cursar el número de asignaturas según sus capacidades, pero regulando el orden en cinco grupos y reorganizando el profesorado existente en los nuevos perfiles de las asignaturas. Esta organización provocó grandes protestas87 en muchos institutos. Nosotros podemos aportar las razones alegadas en el Instituto del Noviciado para rechazar este plan. Contamos con la versión de algunos miembros del claustro por dos fuentes: a través del secretario del Instituto, Mariano Fernández Rodríguez, y de las intervenciones políticas del profesor auxiliar de ciencias y diputado republicano, Valentín Morán Rodríguez.88 Para el secretario del Instituto del Noviciado, Fernández Rodríguez, hay que lamentar la influencia de la política en la enseñanza; pues, desde la Revolución, los nuevos hombres que gobiernan traen nuevas ideas para la educación, y en principio, los profesores parece que tenían las esperanzas puestas en la República para que desaparecieran las influencias ministeriales del capricho de un hombre que asume el poder, a veces sin suficientes conocimientos de educación secundaria, y sobre todo que lo quiere transformar todo con decretos. Pero la desilusión vino de la mano de los célebres decretos, firmados por el ministro Chao, que van a intro-
87
CAPITÁN DÍAZ, Alfonso: La Educación en la I República Española (1873). Valencia: Nau Libres, 1997, p. 158. 88 Valentín Morán es diputado a Cortes por el Distrito de Benavente (Zamora) en las legislaturas de 1872-1873 y 1873-1874. Valentín Morán en el Congreso de los Diputados interpela al Ministro en los siguientes términos «¿Sabe el Ministro que el Claustro universitario de Madrid se ha reunido y, de los 87 profesores, 80 protestaron contra las reformas del 2 y 3 de junio? ¿Qué las contraprotestas sólo las han presentado 7 y que estos van a ser favorecidos porque pasarán a ser catedráticos de Facultad?. Diario de Sesiones de Cortes Constituyentes, en sesión de 28 de agosto de 1873 p. 1875. Para consultar las intervenciones parlamentarias de Valentín Morán respecto a la derogación y suspensión de los decretos del 2 y 3 de junio de 1873 consultar el Archivo del Congreso de Diputados. Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la I Republica Española, pp. 1144, 1145, 1180, 1652, 1841 y 1842.
114
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
ducir mayores complicaciones e intrincadas dificultades en el laberinto legislativo.89 Los claustros de los dos institutos de Madrid y la Universidad, alarmados por la publicación de estos decretos, se reunieron con el objetivo de examinarlos y pedir su suspensión. La reunión del claustro general había sido convocada a instancias de los catedráticos de los institutos de Madrid —que tenían derecho a asistir según el artículo 276 de la Ley Moyano— y de algunos profesores de la Facultad de Ciencias.90 Mientras esto ocurría en el claustro, en el Congreso de los Diputados contabilizamos hasta nueve intervenciones parlamentarias de Valentín Morán entre los meses de julio y septiembre de este año, todas ellas referidas al tema de la educación. Comenzaremos reseñando las que se refieren a la derogación y suspensión de los decretos del 2 y 3 de junio reformando la segunda enseñanza y la Facultad de Filosofía. Valentín Morán presenta una proposición de ley, con fecha de 5 de agosto, para solicitar suspender los decretos citados por entender que perjudican a todos los distritos universitarios, y por estar elaborados con criterios altamente perniciosos al arrebatar los derechos legítimos de los profesores y herirlos profundamente con un espíritu centralizador, a la vez que humillante especialmente para los distritos de Barcelona, Valladolid, Santiago y Salamanca.91 Las críticas a los apartados referidos a la segunda enseñanza se plantean por el incremento del número de asignaturas, llegando a contabilizar hasta veinticuatro; pero, además, acusan al ministro Chao de concebir esta etapa educativa como un conjunto extraordinario de ciencias teóricas, sin tener en cuenta que los niños de diez años no pueden estudiar Teodicea o Poligonometría.92 Y nuevamente, con fecha del 6 de agosto, el profesor auxiliar vuelve a plantear en el Congreso de los Diputados las mismas preocupaciones que encuentran su reflejo en la Memoria del Instituto del Cardenal Cisneros: la necesidad de los estudios de Latín para estudios posteriores. 89 FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Mariano: Memoria acerca del estado del Instituto del Cardenal Cisneros..., p. 9. 90 SANZ DÍAZ, Federico: La Segunda Enseñanza Oficial en el siglo XIX. Madrid: Servicios de Publicaciones del MEC, Breviarios de Educación, 1985, pp. 376-379. 91 Archivo del Congreso de Diputados. Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española, sesión del 5 de agosto de 1873, pp. 1144-1145, realiza una excepción con el distrito universitario de Madrid. 92 Archivo del Congreso de Diputados. Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española, sesión del 6 de agosto de 1873, pp. 1180-1183.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
115
Algunos profesores no entienden que, a cambio del Latín, los alumnos cursen Francés, y Valentín Morán llega a afirmar: No podemos consentir que España se convierta en una colonia francesa! Todo, absolutamente todo de cuanto inútil y pernicioso se ha producido en Francia, la Música, el Teatro, la Novela... se ha importado.93
Por lo que respecta a la convocatoria de concursos entre los profesores para elaborar los programas y libros de texto para las nuevas asignaturas, tampoco gusta a los profesores del Instituto del Noviciado autodenominados reaccionarios, que critican el procedimiento del concurso bajo el argumento de que los promotores de estos decretos pretenden que los profesores de España expliquen mediante estos programas lo que ellos ignoran, aprovechándose de esta manera de la buena voluntad del profesorado para implantar sus ideas. Finalmente también critican, tanto en la Memoria del Instituto del Noviciado como en el Congreso de los Diputados, la libertad de enseñanza propuesta en estos decretos. Valentín Morán considera que los progresistas han actuado de forma hipócrita al proclamar una libertad que en realidad no obliga a los alumnos a estudiar, pero sí a examinarse en los centros oficiales para obtener el titulo oficial. En nuestro Instituto aún se va más lejos en la censura de la libertad, pues la asocian a las motivaciones políticas: Y en manos de políticos los centros oficiales de enseñanza se han convertido en tumultuosas expendedurías de títulos y en centros de holgazanería donde el profesor juega el papel que le marca un político imperito mediante decretos.94
Con fecha de 7 de agosto de 1873, se publica el Dictamen de la Comisión de Fomento en el Congreso de los Diputados,95 que aconseja se dejen sin efecto los decretos del 2 y 3 de junio, y en el se expresa que no entra a discutir los detalles expuestos por Valentín Morán. Pocos días después, el 18 de agosto, el nuevo ministro de Fomento, José Fernando Fernández, presenta un proyecto de ley96 sobre la segunda 93
Archivo del Congreso de Diputados. Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española, sesión del 6 de agosto de 1873, p. 1182. 94 FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Mariano: Memoria acerca del..., p. 13. 95 Archivo del Congreso de Diputados. Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española, Sesión del 7 de agosto de 1873, Apéndice 5, p. 1244. 96 Proyecto de ley sobre la Reforma de la Segunda Enseñanza y las facultades de Filosofía y Letras y Ciencias presentada el 18 de agosto de 1873 por el ministro de Fo-
116
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
enseñanza, proyecto nuevamente criticado, dentro del Instituto, por Fernández Rodríguez y, en el Congreso de los Diputados, por Valentín Morán, coincidiendo los argumentos en uno y otro lugar. Este proyecto no varía en lo esencial del plan propuesto en 1868, y nuevamente se plantea la reforma de la segunda enseñanza para adecuarla a los principios e ideas del progreso, pero las asignaturas propuestas en este proyecto coinciden con las aprobadas en el plan de estudios del 3 de junio, organizadas así: — Matemáticas I y II, Física, Historia media y moderna y Ampliación de Latín, impartidas durante un curso de lección diaria cada una de ellas. — Lexicografía, Lógica, Gramática española, Principios e Historia del Arte, Geografía y Etnográfica, Antropología, Principios de Literatura e Historia de España, Química general y orgánica, Biología, Ética y Teodicea, Historia antigua, Uranografía y Geología, Tecnología, Botánica, Zoología y Fisiología, Principios de Derecho Natural e Idea de las Principales Instituciones del Derecho Español y Economía. Cada una de estas asignaturas tendrá la duración de un curso, de lección alterna. — De forma optativa el alumno puede cursar Música, Dibujo y Gimnasia artística, con duración de dos cursos de lección alterna, cada una de ellas. El alumno puede cursar las asignaturas en el orden que desee, pero respetando los grupos de asignaturas señalados. Por nuestra parte, presentamos el paralelismo de las críticas en el Congreso de los Diputados y en el Instituto del Noviciado: 1. Morán en el Congreso de los Diputados afirma la necesidad de fomentar primero la instrucción primaria y así se elevará el nivel científico del país.97 En el mismo sentido, Mariano Fernández Rodríguez en el Instituto del Noviciado, el 16 de septiembre, expresa de forma interrogativa la misma idea: ¿Cómo es posible, que se dirija exclusivamente a la segunda enseñanza y a la facultad de filosofía y que deje la instrucción primaria en un el mismo estado, donde las tres cuartas partes de los habitantes del país mento, en: Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española», Apéndice 9, p. 1617. 97 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española», en sesión del 28 de agosto de 1873 p. 1848.
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
117
no saben leer ni escribir, y el magisterio de primeras letras carece no sólo de medios para la enseñanza, sino para la subsistencia? Ambos solicitan como más acertado: Disminuir el hambre de los profesores de escuelas primarias, aumentar el número de escuelas y después pensar en crear filósofos, químicos, numismáticos [...]98
2. Las razones económicas, según los profesores reaccionarios del Instituto del Noviciado, que elevan la protesta, no han sido tenidas en cuenta por el autor de este proyecto de ley. Para ellos con veinticuatro asignaturas no sólo se aleja a las clases más necesitadas, sino que les da un carácter más aristocrático al bachillerato, razón por la que sobran al menos una tercera parte de estas asignaturas. Para los conservadores imponer este proyecto en los institutos supone que los gastos económicos de los padres se doblarían al multiplicarse por dos el número de asignaturas, con lo que los alumnos tardarían más tiempo en realizarlo, cifrando el período de estudios de segunda enseñanza en una duración de al menos ocho años. Esto nos conduce a que sean estudios destinados a las clases más desahogadas, circunstancia que permite a los profesores reaccionarios recriminar que esto ocurra en una época llamada democrática. Valentín Morán cree que el incremento en 125 pesetas que suponen a cada alumno los gastos de la matrícula de la segunda enseñanza es una barrera que tiende a aristocratizar la ciencia y no a popularizarla.99 Finalmente, los detractores de este proyecto en el Instituto del Cardenal Cisneros critican la idea, no explícita en el Diario de Sesiones, pero sí entre los catedráticos, de que era un plan de estudios similar al de Alemania. Acusan al autor de estos decretos de falta de reflexión por querer importar directamente a nuestro país una organización académica que en el país germano tiene fundamento pero que, por las condiciones de inmadurez de España lo hacen inviable: afirman que no hay ningún parecido con Alemania; en la nación germana el Estado lejos de imponerse al profesorado y, mucho menos, de vejarle y humillarle, procura enaltecerlo, pues esa carrera es la más respetada por todos. El secretario, Fernández Rodríguez, aprovecha la ocasión para solicitar: más museos, bibliotecas
98
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Mariano: Memoria acerca del..., p. 16. Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española», en sesión del 28 de agosto de 1873, pp. 1874-1877. 99
118
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
e independencia para el profesorado, así como generosidad a la hora de ser retribuido e incremento de la dotación de materiales para los institutos. El objetivo expreso de los republicanos era modernizar los contenidos científicos de las asignaturas y los profesores reaccionarios lo rechazan con el cómodo argumento de que lo que se pretendía era imponer el sistema de los centros educativos que en Alemania estaban funcionando. Nosotros entendemos que para los catedráticos de instituto este plan supone: — Incremento del número de horas semanales de docencia para cada catedrático, e incluso, en algún caso, llega a multiplicar por dos las horas de clase. Cada profesor, desde 1845, debe asumir la docencia de la asignatura de la que es titular, en un horario de seis clases semanales de una hora y media, es decir, nueve horas de docencia que con el nuevo plan se convertirán en doce horas semanales, al asumir todos los profesores dos asignaturas, una de lección diaria y otra de lección alterna. Este proyecto confía en la buena voluntad de los profesores para distribuirse las asignaturas, los doce profesores deberán impartir veinticuatro asignaturas, añadiendo algunas especialidades nuevas como Uranografía, Tecnología, Etnografía, Teodicea... de las que deben responsabilizarse para evitar el traslado a otro instituto o la excedencia forzosa; materias para las que no están formados. — La pretensión del gobierno progresista de nivelar a los catedráticos de todos los institutos de España con los de Madrid no supone ninguna mejora económica para estos últimos. A estos agravios se une que se suprimen los derechos que cobran los profesores por razón de exámenes y grados, lo que en los institutos de Madrid suponen una cantidad económica considerable, cantidad que podían perder con el nuevo sistema retributivo. — Como contrapartida, el sostenimiento de los institutos no es obligatorio para las diputaciones: los institutos deben mantenerse con sus propios ingresos y, si en tres meses consecutivos, no pueden abonar sus gastos, podrán suspender las clases o acordar la suspensión del Instituto. Sólo institutos con un gran número de alumnos matriculados, o con rentas por fundaciones, podían mantenerse sin los presupuestos de la diputación provincial o ayuntamiento. — Las nuevas reglas marcadas para los ejercicios de Grado de Bachiller también afectan a las condiciones de los catedráticos, porque si los exámenes pueden celebrarse en cualquier momento, y no hace falta
EL LABORATORIO PEDAGÓGICO DE LOS PROGRESISTAS (1868-1874)
119
esperar a junio, esto supone las consecuentes molestias para los catedráticos al tener que constituirse el Tribunal de Grados varias veces en el año. — Los padres de los alumnos tampoco debían entender el incremento de asignaturas y, por tanto, el del número de años para realizar el bachillerato, que el propio legislador fija en un mínimo de seis, aunque se pueden invertir ocho o nueve, como en otros países de Europa. En el Instituto del Noviciado tenemos constancia de que el defensor de los decretos del ministro Chao fue Merelo Calvo, es más, este es nombrado para formar parte de la Comisión de Personas Competentes que auxiliarían en sus trabajos a la dirección general de Instrucción Pública para la implantación de este bachillerato. Miembros de esta Comisión fueron: Nicolás Salmerón, Juan Uña, Pérez Pujol, José Muro, y el propio Merelo Calvo, todos ellos nombrados por el propio ministro Chao. Tras los decretos de Chao, que no llegan a tener vigencia, se restablecen los estudios de Latín, muy arraigados en la tradición clásico-humanista del Instituto del Noviciado por considerarlo la lengua madre del castellano y por ser el idioma oficial de la Iglesia Católica, religión de la inmensa mayoría de los españoles.100 También se reducen las asignaturas de secundaria a las previstas en el bachillerato clásico, puesto que hubiera sido imprudente obligar a los institutos a implantar el nuevo plan de estudios, cuando existía el precedente del fracasado sistema de 1868 en el Instituto del Noviciado. Los políticos y la prensa republicana101 están equiparando moralidad con instrucción, pero se refieren a la educación primaria, a la educación del obrero, a la necesidad de universalizar esta etapa, pero no hay ningún documento que cuestione el pago del bachillerato por parte de las familias, ni que este sea una continuidad natural de la primera enseñanza. Pese a ser una experiencia breve, casi efímera, las propuestas educativas del Sexenio tuvieron sus repercusiones ya que además de pioneras, aportan un legado de gran valor para el estudio de la educación secundaria Con el proyecto de ley de 1873 se cierra el ciclo revolucionario en materia de educación, pero los grandes principios pedagógicos 100
SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Discurso inaugural compuesto para la apertura del curso académico de 1874-75. Madrid: Imp. Segundo Martínez, 1873, 39 pp. 101 La Ilustración popular. Prensa republicana. Madrid: Imp. Santos Larxe. Del 16-08-1873.
120
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
estarán presentes durante los cincuenta años que constituyen la Restauración. De esta forma, en el Instituto del Cardenal Cisneros el Sexenio es un período de luces y sombras, de esperanzas y de frustraciones, de proyectos inacabados, en el que varios catedráticos asumen el poder político, tienen capacidad de decisión y poder y, por tanto, se acentúan los conflictos personales e intergrupales.
CAPÍTULO 3 EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
Producido un nuevo cambio de régimen político, el Instituto del Noviciado sufrirá también varias transformaciones. Estas afectarán principalmente a los profesores progresistas, a los que el nuevo régimen acarrea múltiples problemas, pues debían entrar en los estrechos moldes trazados por el ministro Orovio en cuanto a la libertad de libros de texto, programas y doctrinas que impartir. Aunque Cánovas del Castillo opinaba que la Restauración debía venir por los caminos políticos, antes que por los atajos militares, debió aceptar la precipitada acción del general Martínez Campos al proclamar a Alfonso XII como rey de España con el conocido sistema del pronunciamiento: así tenemos un nuevo rey de la vieja dinastía. La Restauración como régimen político tiene los rasgos definitorios de la estabilidad, la tendencia general a la moderación con unas reglas establecidas por los partidos políticos, moderados y progresistas, que aceptan la legalidad constitucional establecida en 1876 y, que se alternan, en un turno de gobierno pacífico. En este capítulo tendremos la oportunidad de comprobar que esta estabilidad se va a trasladar al Instituto del Cardenal Cisneros posibilitando el proceso de afirmación como una de las instituciones educativas de mayor proyección social en nuestro país. Pero, lo más sorprendente fue el mantenimiento de los dos sistemas de bachillerato durante los primeros años de la Restauración, posiblemente por el afán de Cánovas de dar continuidad a los logros del Sexenio y tratar de no provocar ninguna ruptura. Ahora bien, en la realidad sólo funciona el bachi-
122
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
llerato clásico con latín y religión y este sistema, en la práctica no tiene ninguna diferencia con los planes anteriores; es una concesión a lo existente. 1.
De Instituto del Noviciado a Instituto del Cardenal Cisneros
El nuevo régimen político trae al Instituto del Noviciado tres reales órdenes que pretenden un reconocimiento de este cambio y un ajuste a las nuevas demandas de la sociedad madrileña. La primera real orden es promulgada el 21 de junio de 1877, por la que el ministro de Fomento, Conde de Toreno, comunica que el rey Alfonso XII acepta el cambio de nombre del Instituto del Noviciado, que pasa a denominarse Instituto del Cardenal Cisneros. A partir de ese momento, se le permite estampar en todos sus documentos este título, usando entrelazadas las armas de la provincia de Madrid con las del Arzobispo Cardenal Cisneros. El cambio de nombre es solicitado por Acisclo Fernández-Vallín, nuevo director, y las razones para elegir este nombre son: — Porque el Cardenal es el ejemplar más digno de imitación para ofrecer como modelo a la juventud. — Porque en el Cardenal se ha revelado amor a la Religión, a la Patria, a la Libertad, a la Ciencia, al propio tiempo que a las Letras, la Imprenta o las Bellas Artes, y, lo que es aun más de notar, fue sensible al estado social del siglo XV mostrando su apasionamiento por las mejoras materiales, económicas e higiénicas que hoy con razón preocupan a los hombres estudiosos de los problemas sociales.1 — Porque el Cardenal Cisneros supo unir el entusiasmo por lo bueno, lo bello, lo verdadero y el inefable placer del estudio. De esta manera, en el Instituto de Segunda Enseñanza se alega que Cisneros representa el modelo de hombre propuesto por Jovellanos con tan admirable acierto en su Memoria sobre la educación pública.
1
Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros. Álbum del Cardenal Cisneros. Recuerdos históricos y artísticos. Madrid, 23 de julio de 1877, sin editar. Álbum de 19 fotografías en las que se detallan los lugares donde el Cardenal Cisneros alcanzó la gloria. Se especifica que el objetivo de este material didáctico es la realización de Paseos instructivos bien reales o imaginarios por los sitios de la provincia y fuera de ella por las que transcurrió la vida del Cardenal. Este libro fue elaborado con el fin didáctico de acercar el arte y la historia a los alumnos.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
123
— Porque creen ver en Cisneros el modelo de hombre a educar, valiente en la batalla, político audaz, dócil en la religión, elegante caballero, con amor al estudio y caritativo con sus semejantes, virtudes todas ellas humanistas que deben estar en el objetivo del hombre instruido en la segunda enseñanza. En definitiva, este cambio de nombre, busca por todo lo expuesto, honrar la memoria del ilustre fundador de los estudios de Humanidades y Filosofía, de los que este Instituto se considera heredero. La nueva institución educativa del Cardenal Cisneros pretende convertirse en un modelo de elegancia y distinción en consonancia con la sociedad de la Restauración. Con el objetivo de paliar lo que se considera decadencia intelectual, moral y religiosa del Instituto, fruto de la política educativa del Sexenio, el nuevo director, Acisclo Fernández-Vallín, vuelve a las Conferencias Literarias, que ya se habían iniciado en los Estudios menores de Filosofía en Alcalá, a la vez que inaugura distintas Exposiciones escolares en los locales del Instituto y de la Universidad, en un desvelo por el renacer del Instituto, lejos de los experimentos progresistas. A este afán de prestigio que demanda el Instituto contribuyen el Premio concedido a nuestro centro en la Exposición de Filadelfia y la creación de las cátedras de Dibujo lineal y de adorno, así como la de Agricultura, Comercio e Industria, unido todo ello a la implantación nuevamente de los idiomas modernos de Inglés y Francés. Con esta nueva pedagogía, que incluye salir del recinto del aula con los trabajos escolares mediante los ejercicios orales —Conferencias— y gráficos —las Exposiciones— se busca el brillo de la institución desde los juegos de elocuencia de los alumnos más brillantes. Este entrenamiento en el buen decir de las palabras más bellas es el premio que se le otorga a los discípulos sobresalientes y se justifica su necesidad en el fomento de la costumbre de hablar en publico, en el entrenamiento en la parte practica de los conocimientos que se han adquirido en el aula y en intentar superar la pasividad y la apatía del alumno mediante el sistema de la emulación. Estas Conferencias se celebraban en el salón de actos, con la asistencia de las autoridades académicas de la institución y de la Universidad Central, de la Dirección General de Instrucción Pública, de las familias y se completaba con una gran repercusión en la prensa madrileña, y especialmente en la especializada en educación como El Magisterio Español. Con carácter quincenal se organizaban las Conferencias con los trabajos especiales de los alumnos, que consistían en la preparación de una disertación por parte de uno de ellos y enfrente del disertante se situaban
124
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
dos compañeros que le hacían objeciones, buscando la controversia, conmover al público y rivalizar en la selección de las palabras precisas a la vez que preciosas. La estructura de cada Conferencia era como sigue: — Elogio al Cardenal Cisneros. — Lectura de trozos escogidos de literatura latina y castellana. — Una disertación sobre algún tema histórico, literario o filosófico. — Una disertación, a veces con demostración, de un tema científico. — Clausura del director o catedrático con evidente intención moral. En este nuevo ordenamiento, el propio rey Alfonso XII concede varios títulos y honores a distintos profesores de la institución que no se habían significado en el régimen anterior, como el nombramiento de Caballeros de la Orden de Carlos III a los catedráticos Chamorro Abad y Suaña Castellet, y el premio de mérito en la sección primera del escalafón al director Acisclo Fernández-Vallín y nuevamente a Chamorro Abad. En el acto académico celebrado con motivo del cambio de nombre, Suaña Castellet se dirige a las autoridades académicas y a los alumnos especificando el nuevo fin de los estudios de segunda enseñanza que marca el gobierno de la Restauración: Para inspirar a la juventud el amor a lo grande y a lo bello, formando así un escogido plantel de excelentes patricios y ciudadanos, a lo que contribuye especialmente las Humanidades, que tan desatendidas y menospreciadas están entre nosotros. Día vendrá en que así toméis un puesto honroso, desde el cual podáis ser útiles a vosotros mismos, útiles a vuestras familias y prestar a la patria los servicios que, para levantarse de la postración en que yace hoy, reclama más imperiosamente que nunca de todos sus hijos.2
Con esto se trata de fijar una nueva mirada en el pasado, apoyándose en el estudio del Latín, la Religión y las Humanidades. Tras los afanes de renovación del Sexenio, el Instituto del Cardenal Cisneros nace como un centro de notables, de elegidos, a los que se les hace conocer su situación para ocupar su puesto en la sociedad. 2 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Elogio del Cardenal Cisneros leído en la solemne función académica que en memoria suya y patriótico recuerdo el 26 de mayo de 1878 el Instituto del que es titular bajo la presidencia del Ministro de Fomento-Sr. Conde de Toreno, antiguo alumno del Instituto. Madrid: Impr. y Ester. de Aribau y Cía., 39 pp. Consta de un discurso de Suaña Castellet y de las composiciones poéticas, que para tal fín los profesores Campillo y Correa y Commelerán, junto con los alumnos del Instituto y Colegios adscritos, redactaron.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
2.
125
La II Cuestión Universitaria y el cese del director Moya de la Torre
Los dos cursos que le quedan de vida al Instituto todavía llamado del Noviciado, no están exentos de acontecimientos conflictivos. Tras el cambio de nombre debemos reseñar el cambio de director. Con fecha 26 de febrero de 1875, La Gaceta publica un real decreto3 y una circular firmadas por el ministro Orovio. El real decreto trata de restablecer los libros de texto y los programas, volviendo a la legislación anterior a 1868. Los catedráticos deberán someter sus programas a la aprobación del Ministerio de Fomento por conducto del rector, y se da el visto bueno a los libros que en ese momento se están usando, pero sólo por este curso, en los sucesivos necesitarán volver a ser aprobados e incluidos en las listas oficiales. El legislador justifica la nueva norma acerca de la utilización obligatoria del manual escolar basándose en que éste garantiza la enseñanza correcta al incluir las verdades científicas probadas y, además, ser una guía indispensable para los alumnos. El programa del profesor no es menos importante que el libro, el legislador se apoya para solicitarlo de nuevo en el hecho de que la mayoría de los profesores han publicado el suyo. Ambos, manual y programa, son concebidos como instrumentos necesarios para controlar la relajada disciplina y evitar que se impartan doctrinas no deseadas. Por otra parte, Orovio pretende poner diques a los abusos de la libertad en las instituciones educativas oficiales. De esta forma, acogiéndose al uso obligatorio del libro de texto y del programa, controla que no se puede enseñar ninguna doctrina que redunde en menoscabo de la persona del rey o del régimen monárquico constitucional; así este ministro, apoyándose en el credo religioso de la mayoría del país, obliga a impartir las clases a los profesores en un solo sentido religioso. Nos encontramos con un nuevo movimiento pendular en educación que trae consigo fuertes limitaciones a la libertad de cátedra en aras del restablecimiento de la disciplina y el orden. Tras la publicación de esta normativa, la reacción de protesta4 de los profesores de la Universidad de 3
Real decreto, de 26 de febrero de 1875, derogando los artículos 16 y 17 del Decreto Ley de 1868 y disponiendo vuelven a regir respecto a los libros de texto y programas, las prescripciones a la ley de 9 de septiembre de 1857, en: Compilación legislativa de Instrucción Pública..., pp. 304-306. 4 La cuestión universitaria 1875. Epistolario de Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate, Nicolás Salmerón. Introducción, notas e índices por Pablo de Azcárate. Madrid: Tecnos, 1967, 180 pp.
126
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Santiago tuvo su repercusión en Madrid. Presentaron la protesta treinta y nueve profesores entre los meses de marzo y abril de 1875. Nosotros destacamos las de Eusebio Ruiz Chamorro y Manuel Merelo Calvo, ambos catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros, presentadas con fecha 6 de abril. Merelo Calvo presenta su protesta dirigiéndose al director para que lo pusiera en conocimiento de la superioridad y le diera a ésta carácter de solemne y enérgica contra los atropellos y vejaciones de que era víctima el profesorado. Eusebio Ruiz Chamorro se declara librepensador y también se queja del atropello de que eran víctimas los profesores.5 Varios profesores que habían sido auxiliares en el sistema de bachillerato moderno en el Instituto del Cardenal Cisneros también presentan protesta: Serrano Fatigati, José Muro, González Serrano, Hermenegildo y Francisco Giner de los Ríos... A raíz de estas protestas son confinados6 Salmerón, Francisco Giner de los Ríos, Azcárate, Linares y Calderón. Ahora bien, los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros que tuvieron problemas con esta circular y decreto y presentaron su protesta, no fueron expedientados en este momento y por esta circunstancia, lo fueron con posteridad y por otros motivos que especificamos en este mismo capítulo. Dentro del Instituto del Cardenal Cisneros situamos el inicio del episodio con la información que nos aporta Ruiz Quevedo, el cual se había dirigido en los primeros días de junio a Galdo López de Neira, catedrático de Historia natural del Instituto del Cardenal Cisneros, preguntándole qué haría el claustro de la Universidad ante estos hechos tan graves y respondió el Maestro Botánico de nuestras instituciones, Galdo: Que no sabía nada pero me prometió indagar y decirme al día siguiente, viernes, en el jardín de la Universidad, donde, en conferencia práctica a los alumnos, debíamos vernos.7
5
RUIZ QUEVEDO, M.: Cuestión universitaria: Documentos coleccionados por M. Ruiz de Quevedo referentes á los profesores separados, dimisionarios y suspensos. Madrid: Imp. Aurelio J. Alarcia, 1876, p. 14. 6 Ortí Lara escribiría «allá por el año 1875 con ocasión de la cual fueron privados de cátedra algunos profesores notoriamente incrédulos, pero en primer lugar es cosa sabida y oficialmente reconocida que estos profesores no fueron removidos de sus cátedras en concepto de incrédulos y sembradores de cizaña, sino por los rebeldes que protestaron contra la orden del gobierno...», en: ORTÍ LARA, Juan Manuel: El catecismo de los textos vivos. Madrid: Biblioteca de la Ciencia Cristiana, 1884, p. XVI. 7 RUIZ QUEVEDO, M.: Cuestión Universitaria de 1875..., pp. 143-145.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
127
Al día siguiente, Galdo López de Neira informa a Ruiz Quevedo, que se había nombrado ponente a Moya de la Torre de una Comisión Universitaria que debía proponer una solución al Consejo. El sábado recibió Ruiz Quevedo un mensaje de Moya de la Torre, director del Instituto del Noviciado, tras el cual conciertan una entrevista en la que el director del Instituto manifiesta: — Que el Consejo Universitario ha nombrado una Comisión formada por Moya de la Torre, Rossel y Calleja. — Que sospechaba que el nombramiento en su favor envolvía el siniestro propósito de los conservadores de humillar a los krausistas, dando mayor autoridad a una resolución propuesta por profesores conocidamente progresistas. El día 16 de junio, Ruiz Quevedo aconseja a Moya de la Torre que otorgue todos los pronunciamientos favorables para los confinados y que solicite al Gobierno que revoque el decreto y la circular como incompatibles con la dignidad del profesorado. La propuesta de la Comisión, solicitando la separación por uno, dos y tres meses de estos catedráticos no es del agrado de la máxima autoridad académica; de esta forma, Moya de la Torre se enfrentó a las tesis del rector y fueron suspendidos los profesores Salmerón, Francisco Giner de los Ríos y Azcárate, mientras que el propio Moya de la Torre es destituido como director del Instituto del Noviciado por real orden del 11 de noviembre. El ministro firma la orden alegando las extrañas circunstancias que concurren en Moya de la Torre. Probablemente al nuevo régimen político no le interesa un director que había defendido la libertad de enseñanza y participado de forma activa en las propuestas pedagógicas de los demócratas. El rigor legal de los ministros de la Restauración y la inflexibilidad doctrinal de los profesores progresistas en el Instituto del Cardenal Cisneros nos conducen al cese del director, a la separación del catedrático de Historia, y a los problemas con el catedrático de Filosofía por seguir defendiendo la libertad de elegir o no libro de texto. No caben en el estrecho molde de Orovio los años de libertad vividos por los catedráticos demócratas del Instituto del Noviciado durante el Sexenio.
128
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
3.
La II Cuestión Universitaria y la separación del catedrático Merelo Calvo
Manuel Merelo Calvo es separado del cuerpo de catedráticos de segunda enseñanza, por la real orden de 9 de julio de 1877, como colofón del expediente que se le había abierto a los pocos días de comenzado el curso 1876-1877. Se alega como razón para la separación que el catedrático había infundido doctrinas perniciosas con su manual Lecciones de Historia de España publicada en 1873, mientras estaba ocupando puestos de responsabilidad en los gobiernos progresistas. De esta manera se resuelve el expediente que se mandó formar a este catedrático con fecha de 12 de noviembre del año anterior.8 El catedrático Merelo Calvo ya había elevado una protesta contra las disposiciones del 26 de febrero de 1875, origen de la II Cuestión Universitaria; pero no fue separado por esta razón, sino por infundir doctrinas perniciosas en su obra titulada Lecciones de Historia de España, publicada en la tercera edición en 1873 y haber sido aprobada como texto de su cátedra. El rector alega que algunos padres de familia se han quejado en el Rectorado porque ven ofendidas la institución real en algunos párrafos del manual y, más en concreto, en las últimas lecciones de éste. El rector entiende que el catedrático Merelo Calvo,9 incurre en el incumplimiento del artículo 170 de la Ley de 1857 y realiza un pliego de cargos que presenta en el Consejo Universitario contra el profesor por haber confundido a sus alumnos con doctrinas perniciosas. El expediente va a pasar al Consejo de Instrucción Pública, formado por los catedráticos Miguel Colmeiro, Amador de los Ríos, Aguilar, Barrantes y el Marqués de Zafra. Éstos se reúnen en averiguación de si el catedrático infunde en sus clases doctrinas contra la institución monárquica. En esta sesión del Consejo, de fecha 9 de noviembre de 1876, 8
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente del profesor citado. Hoja de servicios manuscrita por el propio catedrático, Oficio firmado por el Secretario del Instituto de Noviciado, Suaña Castellet, el 20 de noviembre de 1876. 9 El artículo 170 de la Ley de Instrucción Pública de 1857 plantea «la inhabilitación para ejercer el cargo cuando el catedrático no cumple con los deberes, porque infunde en sus discípulos doctrinas perniciosas o es indigno por su conducta moral de pertenecer al profesorado», en: Compilación Legislativa de Instrucción Pública..., pp. 44-45. Este mismo argumento ya había sido utilizado por la prensa y los profesores separados en la Cuestión Religiosa que hemos expuesto.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
129
no pueden examinar la obra de Historia de España por no disponer de ejemplares de este manual, por lo que tomaron el siguiente acuerdo: comisionar al rector de la Universidad para que visite la cátedra y dé cuenta del resultado de esta visita y de las declaraciones prestadas por los alumnos. El día 10 de noviembre el rector visita la cátedra de Merelo Calvo y da cuenta del resultado de esta visita y de las declaraciones prestadas por los alumnos de la siguiente manera: El día 10 de noviembre, a las 9,30 horas de la mañana, el rector, acompañado del secretario del Instituto, Suaña Castellet, y de dos dependientes administrativos, visitan la cátedra. El rector entra en clase e informa a Merelo Calvo que suspenda las explicaciones de la lección, y para evitar la confusión entre los alumnos y terminar pronto la visita, dispone el rector que salgan de clase aquellos que no tengan libro de texto, unos 20 alumnos.10
El resto de los discípulos exhibieron sus libros de texto y Suaña Castellet, en presencia del rector, fue tomando nota del nombre del alumno y del libro de texto que poseía. De los 32 alumnos presentes con libros de texto, 15 manejaban el texto de la edición de 1867 y 17 utilizaban ejemplares de la edición de 1873 y con estos datos elaboran una lista que se adjunta al informe del rector. Por su parte, Merelo Calvo describe este mismo episodio en los siguientes términos: Ajeno yo a toda preocupación más que al cumplimiento de mi deber, hallándome explicando en mi cátedra, cuando presentándose repentinamente en ella, con extraño e inusitado aparato, el rector hízome levantar de la silla y abandonar el aula sin permitir terminar mi explicación.11
El día 11 de noviembre es el último día que el catedrático de Historia imparte la clase, pues el 12 de noviembre se le suspende en el ejercicio del cargo y se procede a la formación de un expediente ante el Consejo Universitario. 10
Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-8341. Narración del proceso de visita-inspección a la cátedra de Historia por el propio Rector. 11 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-8341. Narración del proceso de visita-inspección a la cátedra de Historia por el propio Rector. Contencioso presentado por Merelo Calvo ante el Consejo de Estado contra la real orden, que le separa de su cátedra.
130
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Merelo Calvo protesta, pues no había recibido ninguna advertencia, amonestación o represión con anterioridad a la visita del rector. Tampoco encuentra a los padres quejosos, ni quiere la máxima autoridad informarle ante quién ni por qué se habían quejado de un manual publicado varios años antes, máxime cuando la clase de Historia de España la venía desempeñando el auxiliar por estar cumpliendo él otros deberes políticos como diputado, director de Instrucción Pública y ministro de Estado en los distintos gobiernos progresistas. El catedrático de Historia alega que sólo había explicado los trece primeros temas, es decir, hasta la dominación visigoda, temas en los que Merelo Calvo entiende que no es posible impartir doctrina, sólo hecho histórico. El catedrático de Historia se defiende con los argumentos de la razón ante lo que él considera un atropello al haber sido prejuzgado, ya que su manual no era clandestino, pues estaba aprobado oficialmente. Es más, Merelo Calvo entiende que el Consejo Universitario confunde el doble carácter de catedrático y autor de un manual, y de forma inexacta le castiga como catedrático cuando, en el caso de haber infundido doctrinas perniciosas, lo sería como autor, y plantea las siguientes cuestiones: — El autor de una obra cualquiera de enseñanza, que no es catedrático, puede con la publicación de ella incurrir en un delito que se pena por la legislación común o por la especial de imprenta, pero no por la de Instrucción Pública. — De la misma manera, el catedrático que no es autor puede a su vez incurrir con sus explicaciones en falta según el artículo 170 citado y con arreglo a éste ser castigado; pero no por la ley común, no por la de imprenta, sino por la de Instrucción Pública. — El autor, y catedrático, a la vez puede ser separado por ambas causas o cada una según el delito cometido, pero no confundiendo una con otra. Merelo Calvo interpreta que ha sido separado y desposeído de su cátedra sin motivo justo, ni fundamento legal, mediante un expediente vicioso en su origen, irregular en su tramitación e improcedente en su esencia. Los hechos que conducen a la separación de Merelo Calvo se suceden con gran rapidez y la Dirección General de Instrucción solicita que intervenga el juez de Primera Instancia del Distrito Centro, alegando como causa para la intervención de la justicia el hecho de que este catedrático ha injuriado gravemente a su majestad, el Rey Alfonso XII. El Ministerio de Gracia y Justicia se inhibe por dos veces al considerar que el expediente mandado formar a Merelo Calvo es puramente de
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
131
carácter académico, por lo «que procede que el juzgado debe manifestar que no es competente y es ajeno a la causa que se persigue».12 De esta forma, Merelo Calvo siente que ha sido separado de su cátedra sin haberse analizado su libro de texto, pues el Consejo de Instrucción Pública no dispone de ejemplares para su estudio y el rector sólo comprueba el año de edición del manual, pero no los párrafos con los que se dice que ofende a la monarquía. La vacante de Geografía a Historia del Cardenal Cisneros es ocupada por el catedrático Bernardo Monreal Ascaso, que en 1870 había sido separado del Instituto de Ávila, precisamente por el director general de instrucción publica Merelo Calvo, por no jurar la Constitución de 1869. En 1881, Merelo Calvo será readmitido nuevamente como catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros, a la vez que es elegido representante en el senado por el Partido Demócrata en el primer gobierno de Sagasta, y posteriormente, senador vitalicio hasta su muerte, a principios del siglo XX. Al reincorporarse a la docencia en 1881, la cátedra del Instituto del Cardenal Cisneros está cubierta por Monreal Ascaso, y Merelo Calvo acepta ejercer en el Instituto renunciando al sueldo como catedrático, si bien, mientras tanto, va a cobrar como senador.13 A nosotros nos interesan los versos de Quevedo que incorpora Merelo Calvo en el prólogo de su libro de Lecciones de Historia Universal14 publicado tras su incorporación a la cátedra: No he de callar, por más que con el dedo, ya tocando la boca, o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿no ha de haber un espíritu valiente? ¿siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿nunca se ha de decir lo que se siente?
La rebeldía de este catedrático, que ya había manifestado desde 1865 su opinión contraria a las listas y controles de los libros de texto, es casti12 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo citados. Oficio, de 11 de diciembre de 1877. 13 Como recuerdo de este catedrático se conserva en la Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros un ejemplar no publicado de fotografías Álbum del Cardenal Cisneros. Recuerdos históricos y artísticos... 14 MERELO CALVO, Manuel: Lecciones Elementales de Historia Universal por el catedrático de esta asignatura en el Instituto Cardenal Cisneros. Madrid: Saenz de Jubera, Hermanos editores, 1885, p. III.
132
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
gada. El manual escolar de Historia de España por el que fue separado el catedrático no ha sido localizado hasta el momento, en otras ediciones de este mismo libro sus opiniones políticas no son incorporadas, ni tampoco la interpretación de los acontecimientos políticos más recientes en los que él mismo había sido protagonista, pero sí se incluyen en el Apéndice de la traducción de la obra de Weber.15 Merelo Calvo traduce la obra16 de este autor titulada Historia Contemporánea de 1830 a 1875, de la que Sanz del Río ya había traducido con anterioridad tres tomos. El catedrático de Historia del Instituto del Cardenal Cisneros realiza en esta obra una fuerte crítica al reinado de Isabel II, a la España sin honra y a la influencia de Sor Patrocinio y el Padre Claret en las cuestiones de Estado. En ella se declara firme partidario de la monarquía constitucional y del rey de la Revolución, Amadeo de Saboya, del sufragio universal y de la necesidad de conjugar libertad e igualdad como pilares de la educación. 4.
La II Cuestión Universitaria y el expediente sancionador al catedrático Ruiz Chamorro
Como venimos anunciando, tras la Restauración son varios los episodios que ocurren en el Instituto del Cardenal Cisneros en torno a la libertad de utilización de los libros de texto y programas escolares. La libertad que los profesores habían disfrutado para elegir manuales de texto y programas en el Sexenio revolucionario es claramente recortada y, como primera medida, el rector solicita a cada profesor la entrega de un programa al que habrá de ajustar las explicaciones de su asignatura. Todos los catedráticos del Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado entregan los programas con fecha de 14 de noviembre de 1875, excepto el catedrático de Psicología, Lógica y Ética, Eusebio Ruiz Chamorro, que no entiende las razones de este control por parte del Gobierno. Habrá que esperar al 24 de noviembre de 1875 para que, ante la reiterada solicitud del rector, este catedrático remita el Programa de Psicolo15 Weber, Georg, historiador alemán, profesor y director de la Escuela Superior Municipal de Heidelberg. Fue discípulo directo de Krause y autor del Compendio de Historia, en 1856, esta obra es traducida por Sanz del Río y nuevamente por Merelo Calvo, aumentando el texto con dos apéndices. 16 WEBER, Georg: Historia Contemporánea de 1830 a 1875. Madrid: F. Góngora y Compañía, 1876. Traducido al castellano y, anotado y aumentado por Merelo Calvo.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
133
gía, Lógica y Ética de Sanz del Río con un apéndice en el que incorpora el siguiente texto: Estar del todo conforme con su sentido general.17
Este hecho es notificado al Consejo de Instrucción Pública por contener errores panteístas que este órgano debe resolver, y alega el rector que este Programa no responde a los fines de la segunda enseñanza ya que: Lejos de servir para enseñar a los adolescentes a razonar, les servirá para hacerles oscuros, sofistas, declamadores abstractos e impertinentes.18
Esta situación se complica con el Informe19 que realiza el mismo rector, Vicente de la Fuente, para el Ministerio de Fomento. El rector comunica al ministro que ha recibido varias quejas de algunos padres de familia con motivo fundado de que en la Universidad se falta a la Real Orden de 26 de febrero. Vicente de la Fuente aprovecha este escrito para criticar el método de delatar a los profesores a través de la prensa madrileña. La denuncia contra Ruiz Chamorro es la más grave de las dos denuncias que el rector había recibido, pues este catedrático ya había publicado un Programa para su cátedra, haciendo en él: Intempestivo e inconveniente alarde de profesor de las doctrinas de su maestro, Sr. Sanz del Río.
Condenadas estas doctrinas por la Iglesia y siendo poco oportuno descender en una cátedra de segunda enseñanza a doctrinas calificadas 17 RUIZ CHAMORRO, Eusebio: Programa de Psicología, Lógica y Ética. Madrid: Segundo Martínez, 1875. Y el de SANZ DEL RÍO, Julián: «Programa de Psicología, Lógica y Ética» en: Revista Ibérica de Ciencias, Política, Literatura, Arte e Instrucción Pública, Madrid: Imprenta Manuel Galiano, 15 de octubre de 1861, pp. 27-44. 18 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-8499. Oficio de 11 de diciembre de 1875, firmado por el rector Vicente de la Fuente. 19 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-8499. Informe de 10 de abril de 1876, firmado por Vicente de la Fuente por cargos graves contra los profesores Morayta y Ruiz Chamorro. En las paginas iniciales detalla que la denuncia contra Morayta, que se incluye en el mismo informe que el de Ruiz Chamorro, versa sobre las explicaciones de este y las teorías prehistóricas de Darwin acerca del origen de la humanidad y a la par lanzar invectivas contra el Génesis, máxime cuando este profesor se ha manifestado a favor de los catedráticos krausistas encausados. Morayta alega en su descargo que eran inculpaciones hijas quizás de la maledicencia de partido o de la mala comprensión de algún alumno.
134
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
de obtusas e inseguras por los nuevos gobernantes, este hecho es calificado por el rector de reto lanzado al rectorado y al gobierno. Este conflicto se agrava con la pretensión de Ruiz Chamorro de publicar un libro de texto en el que niega la infabilidad del Papa. El director suspende la publicación del libro y también recoge la tirada del primer pliego, único publicado.20 El rector envió una copia de esta publicación al Consejo de Instrucción Pública y los acontecimientos se desbordan. A la vez, aparece publicado en El Pensamiento Español y en algún otro periódico la noticia de que este profesor hace algunas afirmaciones poco convenientes sobre el clero y las personas piadosas. De esta forma, la trascendencia ha sido mayor de la esperada, las quejas y los ofendidos aumentan de tal manera que hasta el prelado de la diócesis, el cardenal obispo de Toledo, se queja de palabra al rector. En el largo Informe que el rector envía a la Comisión de Instrucción Pública expone que: La posibilidad de introducir espionaje en la cátedra sería innoble y no lo haría un rector, y examinar a los alumnos a nada le conduce, porque estos nada delatarán contra él catedrático o darán contestaciones amañadas según tiene acreditado la experiencia.21
Estas palabras delatan al rector y manifiestan que este método ya lo ha probado, a la vez que ninguna prueba fiable puede presentar el rector de que la noticia aparecida en el periódico sea verdadera. Sólo dispone de la queja de unos padres anónimos, el eco que se hace la prensa de ésta, y las páginas de un libro que no se ha publicado. El rector no sabe nada sobre lo que realmente está ocurriendo en el aula de Ruiz Chamorro, o no encuentra nada para poder actuar sin pruebas, sólo le queda es20
Conocemos la publicación de este libro por la información del Rector en el legajo anteriormente citado y por MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los heterodoxos..., t. VIII, p. 472. De ella afirma Menéndez Pelayo que es un libro escrito para niños de un país católico pero que en el prólogo afirma «luchemos contra la fe ciega. Pasaron los tiempos de los oráculos y de las sibilas. Dios no puede violar la naturaleza poniendo la verdad en depósito de la Iglesia». Ya informa Menéndez Pelayo que solo ha localizado 32 hojas de este libro impreso en Madrid, 1875 Imp. de J. Antonio García. Nosotros no lo hemos localizado. ORTÍ LARA, J. M.: Catecismo de los textos vivos..., pp. 12-60, considera este asunto de tal interés que le dedica dos capítulos. 21 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/Legajo 32/8499. Informe de 10 de abril de 1876, firmado por Vicente de la Fuente por cargos graves contra los profesores Morayta y Ruiz Chamorro.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
135
perar a la resolución del Consejo de Instrucción Pública sobre el programa y la obra del texto no publicado. No hubo pronunciamiento en contra de Ruiz Chamorro, pues creemos que no convenía alterar el clima de tensa tranquilidad que reinaba en la Universidad tras la separación de los catedráticos Giner de los Ríos, Salmerón y Azcárate. El gobierno de Cánovas del Castillo probablemente no quiso seguir hurgando en la herida de los profesores progresistas. No obstante, lejos de terminar los problemas del catedrático, este episodio no es más que el comienzo de la larga batalla por la libertad de uso del manual que Ruiz Chamorro va a emprender. Desde este momento, considerará el catedrático que no necesita manual escolar y no lo solicita a los alumnos, alegando que: No tengo otro texto que mis explicaciones, ya que la ciencia no puede imponerse ni sujetarse a ninguna fórmula literal cerrada ni menos imponerse a la inteligencia, que por su propia reflexión y esfuerzo no lo aceptará.22
En una larga argumentación, Ruiz Chamorro se dirige al director, ante el requerimiento de éste, para que fije un manual de texto. El catedrático de Filosofía entiende que ha examinado a los alumnos de la asignatura que explica, habiendo preguntado siempre al alumno qué sistema o autor ha estudiado, aceptando siempre las respuestas por razonadas y fundamentadas y no por confirmar o negar sus opiniones particulares. Ruiz Chamorro presume de tal grado de tolerancia, que lo mismo ha aprobado y suspendido a escolásticos que a balmistas, como también a los que han seguido la filosofía escocesa o la racionalista, y esto motiva que no tenga necesidad de señalar un libro de texto. El catedrático krausista manifiesta que: Todos los manuales son iguales y puesto que es obligado a fijar uno por imposición legal, acepta el que más guste al rector.
El director del Instituto de Noviciado recibe este escrito con fecha de 4 de enero de 1876, e informa inmediatamente al rector de los argumentos expresados por el profesor citado. La máxima autoridad académica contesta a este escrito con las instrucciones para resolver el asunto, ya que el rector se niega a ser él mismo quien señale un libro de texto para los alumnos de la clase de Ruiz Chamorro, entendiendo que la actitud del 22 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. Expediente del profesor citado.
136
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
catedrático de filosofía es irrespetuosa debido a que el profesor no debe abdicar de sus funciones y entre éstas se encuentra fijar el manual escolar. El método que el rector propone para terminar con este asunto es el siguiente: que el director llame al catedrático a su despacho y tras intimarle y leerle el artículo 86 de la ley de Instrucción Pública, le solicite que en el término de 48 horas cumpla sin réplica ni pretexto lo que manda la ley citada y que el texto que designe debe estar de acuerdo con alguno de los que el Consejo aprobó antes del año de 1868, y, si es distinto a éstos, que acompañe un ejemplar del libro que seleccione, de no hacerlo así, será responsable de las consecuencias. El director del Instituto del Noviciado, llama a Ruiz Chamorro a su despacho y, con afán conciliador, le intenta convencer de la necesidad de fijar un libro de texto para facilitar la tarea de aprendizaje de los alumnos. En el mismo despacho discuten qué manual puede seleccionar. En primer lugar, Ruiz Chamorro designa el libro del Padre Liberatore,23 pero el director, inmediatamente, le comunica a Ruiz Chamorro la imposibilidad de utilizar este manual por estar impreso en latín. Tenemos que recordar que la condición impuesta para ser manual escolar de segunda enseñanza es estar traducido al castellano, y era un inconveniente añadido el que este libro constara de cuatro tomos. A estos argumentos se une que las explicaciones del profesor Ruiz Chamorro están muy alejadas del planteamiento de este libro y, por tanto, pueden producir confusión en los alumnos. Ante la presión del director, Ruiz Chamorro sigue proponiendo libros imposibles como el del padre Rothenflue, que nuevamente es desestimado por estar también escrito en latín. Transcurrido el plazo de cuarenta y ocho horas, el catedrático Filosofía, sin réplica ni pretexto, cumple lo que se le ordena. Se pliega no sólo a la letra, sino a las tendencias del rector, y señala como texto aquel que se adecua mejor al espíritu del real decreto de 26 de febrero, es decir, el del padre Zeferino González,24 que es libro de texto de todos los seminarios. 23
LIBERATORE, Matteo (S.I.): Institutiones Philosophicae: ad triennium accommodatae. Romae: Typis Civitatis catholicae, 1869, 3 v. Obra que según Ortí y Lara es rica en excelente doctrina. 24 GONZÁLEZ, Fray Zeferino: Estudios sobre filosofía de Santo Tomás. Fue obispo de Córdoba. Por su parte, Menéndez Pelayo cree que quien escriba la historia de la filosofía española tendrá que colocar en el centro de la restauración escolástica a este sabio dominico que ciñe la mitra de Córdoba, Véase en: MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: His-
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
137
En ningún momento Ruiz Chamorro manifiesta que este manual esté de acuerdo con sus explicaciones, ni con sus planteamientos filosóficos, sino que designa el manual que mejor sirva los pensamientos del rector y así evita consecuencias desagradables para todos. El rector25 no recibe con agrado las frases de Ruiz Chamorro, pero renuncia a pedir explicaciones y acepta la contradicción manifiesta entre la doctrina explicada en clase, el programa del profesor y el libro de texto elegido. Es más que probable que los alumnos compraran el manual escolar, pero que, tras el enfrentamiento mantenido con el director del Instituto del Noviciado y con el rector, no fuera utilizado en clase. A comienzos del curso siguiente, Ruiz Chamorro propone como manuales de su asignatura el libro anteriormente citado y el texto escrito por el catedrático krausista de esta asignatura en el Instituto de San Isidro, Urbano González Serrano, pudiendo elegir los alumnos el texto que prefieran. De esta manera, el catedrático de Filosofía del Instituto del Noviciado ganaba la batalla al rector y permitía la elección del libro de texto al alumno. Esta negativa a utilizar libro de texto continúa a lo largo de toda la vida académica del catedrático, y así lo atestiguan los Archivos del Instituto Cardenal Cisneros. Ruiz Chamorro no publica libro de texto, pero sí se dan a la imprenta unos Apuntes de este profesor26 que firma M. F. M., autor desconocido, que pretende ordenar las contestaciones para el examen conforme al espíritu y explicaciones del catedrático. Estos apuntes se venden en el Almacén de papel de la Universidad o bien se pueden pedir al autor M. F. M. en la calle Espíritu Santo, 47, al precio de seis pesetas. Este domicilio no coincide con el del profesor, y las hipótesis que caben sobre este asunto son muchas, nosotros nos decantamos por un alumno, antiguo o conocido, que publica los apuntes, con o sin el permiso del profesor, para conseguir un dinero extra. En cualquier caso las toria de los heterodoxos..., p. 412. A su vez, GIL CREMADES, Juan José: El Reformismo español: krausismo, escuela histórica, neotomismo. Barcelona: Ariel, 1969, p. 166. Opina que este libro es de orientación tomista, pero de carácter abierto. 25 FUENTE, Vicente de la: Historia de la Iglesia católica. Barcelona: Librería Religiosa, 1876, 6 vols. Es catedrático de Disciplina Eclesiástica y rector de la Universidad Central. De él dice Menéndez Pelayo que vive la tradición, el espíritu y hasta las formas de nuestras antiguas aulas, siendo quizás el más genuino representante de una raza universitaria y modo de cultura próximo a perderse, en: Historia de los heterodoxos... t. IV, p. 415. 26 RUIZ CHAMORRO, Eusebio: Apuntes extractados taquigráficamente por M. F. M. del catedrático Ruiz Chamorro para la asignatura de Psicología, Lógica y Ética. Madrid: Imp. Hijos de González, 1890.
138
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
trescientas diecisiete páginas, estructuradas en cuarenta y ocho lecciones, no están ni reconocidas ni firmadas por Ruiz Chamorro. En 1877, el rector informa «de forma reservada» al director del Instituto de Noviciado, Acisclo Fernández-Vallín, que el programa del profesor Ruiz Chamorro es poco apropiado para la enseñanza de la juventud. 5.
La Exposición Universal de París
Nada reflejan los documentos del Instituto del Cardenal Cisneros sobre la Exposición de París de 1867, ni de la presentación del Mapa relativo a la Instrucción Primaria en Europa, de Manier, en el que se incluían datos muy negativos sobre la situación de la educación en España. Pero la presentación del francés no debió agradar a los profesores españoles, de tal forma que el objetivo de la siguiente Exposición Universal fue presentar lo mejor en la educación española. En el Instituto del Cardenal Cisneros varios profesores participaron de forma activa en la preparación de esta Exposición: — Galdo López de Neira coordinó dentro del Instituto los trabajos que lo representarían. — Suaña Castellet fue el encargado de recopilar e imprimir la Colección de Memorias acerca de la situación del Instituto del Cardenal Cisneros desde el curso 1858-1859 hasta el 1877-1878, ya con el nuevo nombre de Cardenal Cisneros, y en ella introduce una Breve reseña histórica. — Acisclo Fernández-Vallín escribió un folleto de veintisiete páginas y un mapa plegable en el que rectificaba el mapa de Manier, publicado con motivo de la Exposición Universal de París de 1867. Este folleto alcanzó tal éxito que fue preciso hacer una nueva impresión ese mismo año. La publicación de Acisclo Fernández-Vallín,27 La Instrucción popular en Europa. Rectificación del Mapa de Mr. J. Manier publicado con motivo de la última Exposición de París de 1867, tiene por objetivo refutar los datos del mapa que había presentado Manier, en el que equipara la instrucción popular en España con la de los países más atrasados, como Rusia y Turquía. Aunque hubo quejas por parte de España, Manier vuel27 FERNÁNDEZ-VALLÍN, Acisclo: La Instrucción popular en Europa. Rectificación del Mapa de Mr. J. Manier publicado con motivo de la última exposición de París de 1867. Madrid: Imprenta Aribau y Cía., 1878, nueva edición, 24 pp. + índice + mapa.
EL NACIMIENTO DEL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS (1875-1877)
139
ve a presentarlo en la siguiente Exposición Universal y Fernández-Vallín afirma que publican este libro para defender el honor de los españoles. Manier divide a las naciones en: — Países muy adelantados, donde la instrucción popular es casi general: Suiza, Alemania, Suecia, Dinamarca y Francia. — Países bastantes adelantados, donde una parte considerable del pueblo sabe leer y escribir. Integran este grupo: Bélgica, Noruega, Holanda, Gran Bretaña. — Países atrasados, donde la población casi en su totalidad es analfabeta: Austria, Hungría, Italia, Grecia y Portugal. — Países muy atrasados, donde prácticamente la totalidad desconoce la lectura y escritura: Rusia y Turquía. En este último grupo nos coloca Mr. Manier mientras que Fernández-Vallín, movido por un alto patriotismo, no acepta tal clasificación y nos ubica en el grupo segundo, porque en España, en los últimos años se había reducido de forma notable el número de personas que no sabían leer y escribir. Alega que en 1870 hay un aumento de tres mil escuelas en España, con doscientos mil alumnos y un incremento de cuatro millones de pesetas de gasto en educación. Partiendo el autor del concepto previo de que la instrucción popular es una base de riqueza, bienestar y moralidad de los pueblos, afirma que en España los gobiernos han creado escuelas y perfeccionado métodos y materiales en el último decenio y se ha comenzado a dar educación popular a las mujeres. Una de las razones por las que se ha incrementado el número de españoles que sabe leer y escribir viene determinada por la exigencia obligatoria de estos conocimientos para ingresar en el cuerpo de la Guardia Civil y de los Carabineros, así como la creación de una escuela en cada batallón de Infantería y Caballería. Tenemos en España escuelas en los hospitales, asilos, cárceles y presidios y, como razón última, alega que los niños españoles asisten a las escuelas tantos años como asisten en el resto de los países de Europa. Documenta estas afirmaciones con los siguientes datos estadísticos: — España tiene una superficie de 507.000 km2 y una población de 16.800.000 de personas, a las que les corresponden veintinueve mil treinta y ocho escuelas y un presupuesto de veintiséis millones de pesetas. Francia tiene 528.572 km2, una población de 36.905.788 habitantes, a la que le corresponde setenta y una mil doscientas ochenta y nueve escuelas con un presupuesto de sesenta millones de pesetas.
140
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— Comparando los gastos anuales: Alemania aporta dos mil trescientas cincuenta y tres pesetas, por cada escuela, Francia aporta ochocientas cuarenta y dos y España ochocientas noventa y cinco pesetas. Es decir, Alemania invierte tres con veintisiete pesetas, Francia una con cincuenta y dos pesetas y España una con cincuenta y cinco pesetas en educación popular por cada habitante. En 1877, Manier no rectificó y, según Fernández-Vallín, esto es debido a la animadversión del francés hacia nuestro país, pero el director del Instituto del Cardenal Cisneros sigue insistiendo en que la situación está mejorando, con una escuela por cada sesenta y cinco habitantes. Manuel María José Galdo López de Neira, catedrático de Historia natural, aprovechando la afluencia de personas a París con motivo de esta Exposición, consiguió convocar una reunión de personalidades importantes del ámbito cultural y de la enseñanza y, especialmente, de la prensa internacional, en la que se propuso rebatir y rectificar los datos de Manier, y en cualquier caso se habló a la vez en toda la prensa europea de la educación en España. El objetivo se logró parcialmente, pero supuso para el Instituto del Cardenal Cisneros una medalla de oro.28
28 La Ilustración española y americana: museo universal: periódico de ciencias, artes, literatura, industria y conocimientos útiles. Madrid: Abelardo de Carlos, 1878, pp. 298-299.
CAPÍTULO 4 LOS PROFESORES
El objetivo de este capítulo es narrar los aspectos más relevantes del personal docente. Estudiamos en primer lugar los órganos directivos y, más concretamente, los tres directores del Instituto de Noviciado cuyos mandatos coinciden con los tres grandes cambios políticos de la época estudiada. Y en este camino, nos vamos a detener en una de las figuras más clamorosamente olvidada por la historia de la educación: el profesor de secundaria, su forma de acceso, su formación inicial, las dificultades y ventajas de ser profesor en Madrid y las retribuciones económicas de estos. De cada uno de los catedráticos y profesores auxiliares conoceremos algo más que su nombre, buscaremos sus aportaciones como autores de manuales escolares, sus propuestas para modificar la institución y su implicación en las instituciones políticas, académicas y culturales de la sociedad madrileña. 1.
Los órganos directivos
1.1. Los directores El estudio de los mandatos de los directores nos parece una aportación esencial para la historia del Instituto del Cardenal Cisneros, pues además de ser éstos piezas claves en la estructura jerarquizada del distrito universitario, supieron conjugar los intereses del Instituto con los rei-
142
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
terados cambios de las administraciones educativas de distinto signo político. El primer director del Instituto de Noviciado fue Francisco Tramarría y Carranza, aunque con anterioridad, Eusebio María del Valle, decano de la Facultad de Filosofía, actuó como jefe de los dos institutos universitarios de Madrid, formando un solo claustro con los profesores de segunda enseñanza de San Isidro, de Noviciado y de la Facultad de Filosofía. Una vez que la normativa en 1847 segrega los institutos universitarios de dicha Facultad, se nombra un jefe para cada uno de ellos, que recibe el título de director. El nombramiento del director tiene lugar mediante una real orden, y la elección debe recaer, salvo excepciones, en un catedrático del Instituto. La exigencia del grado de doctor para poder ejercer como director surge a partir de 1867; pero esta medida no parece afectar a los nombramientos para este cargo del Instituto de Noviciado, pues todos los catedráticos son doctores. Los directores de los institutos de Madrid gozaban de los siguientes privilegios:1 — Una gratificación de dos mil reales anuales sobre el sueldo de los catedráticos. — El derecho a casa-habitación en los locales del instituto. La falta de espacio en el Instituto de Noviciado imposibilitaba este beneficio, razón por la que se incluye en el presupuesto una gratificación proporcional al precio de los alquileres de Madrid, es decir, tres mil reales anuales. — Recibir el trato de señoría en actos y comunicaciones oficiales, y los honores propios de la consideración administrativa de catedrático de Facultad. — Usar como símbolo de distinción de su cargo toga, birrete y medalla de oro con cordón negro sujeto con los botones de plata. También usan en las solemnidades académicas guantes blancos y vuelos de encaje. Entre sus incompatibilidades se encuentran las de dar clases particulares, dirigir o establecer colegios privados y poseer casas de pensión. En el Instituto del Noviciado, el director tenía amplios poderes sobre los profesores a los que, además de dar posesión por su nombramiento, puede visitar en sus cátedras para inspeccionar qué doctrinas imparten, 1 Real Decreto, del 22 de marzo de 1859, sobre el Reglamento de segunda enseñanza, en: art. 2, Colección Legislativa de España..., t. LXXX, p. 270.
LOS PROFESORES
143
amonestar en privado, por escrito y, además, proponer los nombramientos de los profesores auxiliares y sustitutos. Estas funciones se ven incrementadas en los planes de Orovio de 1867, al permitir la apertura de expedientes sancionadores y un control más riguroso sobre las actuaciones de los profesores, especialmente de los progresistas, del Instituto del Noviciado. El director, además de presidir la Junta de Profesores y el Consejo de Disciplina, propone al rector de la Universidad Central los catedráticos que han de desempeñar los cargos de secretario y de vicedirector; asimismo, actúa de enlace entre los catedráticos y el rector. Los profesores sólo podían dirigirse a la máxima autoridad del distrito a través de los oficios, que tramitaba el director, si lo consideraba procedente. Con respecto a los alumnos, el director podía premiar o sancionar tanto su conducta como su regularidad en la asistencia a clase; estaba facultado para adoptar todas las medidas que considerara oportunas para el mantenimiento del orden y de la disciplina escolar. El director tenía poder para nombrar, suspender y separar a los dependientes cuyo sueldo no superasen los cuatro mil reales. Son dependientes con un sueldo inferior a esta cantidad algunos miembros del personal administrativo, de mantenimiento del orden y limpieza. Una de las funciones más importantes, además de disponer de la administración económica del Instituto, era la de visitar regularmente los centros privados de su jurisdicción. Esta visita incluía una inspección sobre la titulación de los profesores, libros de texto y condiciones materiales del colegio adscrito. El director, Tramarría Carranza, solicitó y consiguió que las renumeraciones de estas inspecciones se abonasen en los haberes del director como gratificación especial. Una vez descritas las funciones del director queremos hacer la observación de que en el Instituto del Noviciado hay un nuevo nombramiento para esta función con cada giro político del período estudiado. Como dijimos más arriba, el primer jefe del Instituto fue Eusebio María del Valle, decano de la Facultad de Filosofía, que ejerció como tal desde el 28 de septiembre de 1845 hasta agosto de 1847, fecha en que se separaron de dicha facultad los institutos universitarios y se nombró para cada institución un director. El cambio de legislación motiva el nombramiento de Francisco Tramarría Carranza, que ejercerá como tal desde 1847 hasta 1868, período de orden y moderación durante el reinado de Isabel II. Este catedrático de francés se ocupa del mantenimiento de la disciplina hasta la Revolución de septiembre de 1868, en que el nuevo gobierno acepta su jubilación.
144
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
El nuevo director, nombrado desde el 31 de octubre de 1868, fue Ambrosio Moya de la Torre, catedrático de Matemáticas, significado profesor progresista, afín al partido de Cristino Martos y leal seguidor de los proyectos del rector, Fernando de Castro. Será cesado por real orden del 15 de noviembre de 1876 En los primeros años de la Restauración borbónica, Acisclo Fernández-Vallín y Bustillo, catedrático de Matemáticas y convencido monárquico, es nombrado director. Obtuvo su nombramiento por real orden de 13 de noviembre de 1876, y cesó a petición propia el 30 de abril de 1881. Tramarría Carranza, Francisco En 1818 es designado profesor de francés de la Real Casa de Pajes, y en 1825 profesor de la Escuela de Comercio de Madrid. En 1845 se le nombra profesor para el Instituto de Noviciado y a partir de 1847 ocupa la dirección hasta octubre de 1868. Algunos documentos nos informan que Tramarría Carranza fue nombrado director por ser el profesor de mayor edad y por haber prestado servicios en la enseñanza con anterioridad a la creación del Instituto. Este director tuvo como objetivo principal implantar con orden los nuevos estudios de segunda enseñanza, y es gratamente valorado como director. De él se resalta su capacidad para mantener el orden, sus dotes como organizador, su actitud de buen compañero con el resto de los catedráticos y padre, a la vez que juez, de los estudiantes.2 A lo largo de los años, el director Tramarría Carranza va escribiendo los discursos inaugurales que se adjuntan a las memorias y en los que, además de los temas preceptivos,3 incluye aquellos que le preocupan, y entre ellos ocupa un lugar central el mantenimiento del orden y la disciplina: Los jóvenes en su mayor parte se han prestado dóciles a escuchar su voz paternal [la de los profesores] y se han penetrado que sólo aplicándose 2
Instituto de Enseñanza Media Cardenal Cisneros I Centenario (1845-1945)...,
p. 19. 3
«El director leerá una Memoria en que se de cuenta del estado del Instituto durante el curso anterior expresando las variaciones que haya habido en el profesorado, número de alumnos matriculados, examinados, frutos que ha ofrecido, mejoras hechas en el edificio, aumentos del material científico y las demás noticias que puedan contribuir a dar cabal idea de la marcha del establecimiento, en el artículo 96 del Reglamento de segunda enseñanza», en Colección Legislativa..., t. LXXX, p. 285.
LOS PROFESORES
145
a los estudios los alumnos corresponden a los esfuerzos de los maestros y a los desvelos y gastos que ocasiona a una familia el dar carrera a sus hijos.4
Este director define al Instituto como un «Santuario de las Ciencias y de las Letras» y se refiere a él con la denominación de Establecimiento Literario, en clara alusión a épocas precedentes. Tramarría cree que el fin de la educación secundaria en el Instituto de Noviciado es formar a aquellos que habrán de ser mañana hombres de provecho para la sociedad y para el Estado, sembrando la semilla del bien que germinando en los jóvenes va a purificar su corazón, sus acciones y sus costumbres. La segunda enseñanza es considerada como fundamento de la dicha de los hombres, de la familia y de la gloria de los pueblos.5 Tramarría Carranza considera la enseñanza privada como una especulación mercantil y realiza esta afirmación apoyándose en las intervenciones de Saint Marc-Girandin en las cámaras francesas y constatando esta aseveración con sus inspecciones a los colegios privados adscritos.6 En tono erudito, e incorporando citas del latín clásico, Tramarría Carranza defiende la religión como uno de los ejes fundamentales de la segunda enseñanza proponiendo reformar el sistema que se sigue en las explicaciones de Historia Sagrada y Principios de Religión y Moral, dando a esta asignatura mayor peso. La implantación de la segunda enseñanza en el Instituto del Noviciado crea dificultades que este director comunica al rector de la Universidad Central en distintas ocasiones. Tramarría Carranza solicita, una y otra vez, cambios para superar: — La existencia de clases con matrícula superior a 350 alumnos. — La corta edad de los alumnos que, según el plan de estudios de 1845, ingresan en el Instituto con nueve años. — La aglomeración de asignaturas heterogéneas. — La escasez de medios materiales. 4 Memoria acerca del Estado del Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado incorporado a la Universidad Central leída el 16 de septiembre de 1859 por el Sr. D. Francisco Tramarría en el solemne acto de apertura del curso 1859-60. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1859, p. 2. 5 Memoria acerca del Estado del Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado de 1.ª Clase de Madrid durante el curso 1863-64 leída por Francisco Tramarría. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1864, p. 1. 6 Memoria acerca del Estado del Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado incorporado a la Universidad Central leída el 16 de septiembre de 1859 por el Sr. D. Francisco Tramarría en el solemne acto de apertura del curso 1859-60. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1859, p. 9.
146
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Y propone la creación de un colegio de internos al modo francés. Tramarría Carranza fue nombrado Caballero de la Real Orden de Carlos III como premio a su gestión, a la vez que ejercía como vicedecano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central. Moya de la Torre, Ambrosio (1823-1895) Tras la jubilación en 1868 de Tramaría Carranza, es designado director Moya de la Torre, catedrático de Matemáticas, destinado en el Instituto de Noviciado desde 1850. Con el triunfo de la Revolución de septiembre de 1868, Moya de la Torre era el catedrático más indicado para ser director por diversos motivos: — Por poseer experiencia, al haber sustituido en distintas ocasiones desde 1862 al director Tramarría Carranza en sus numerosas licencias por enfermedad y ante la negativa de Isabel II a conceder la jubilación a este último. En los años que transcurren hasta 1868, bien como director sustituto o vicedirector, asume la representación del Instituto en distintos actos oficiales tanto en la Universidad Central como en Palacio.7 — Además había manifestado sus simpatías hacia los progresistas y especialmente hacia Cristino Marcos y su partido político.8 Esta alineación hacia las tesis progresistas favorecerá la experimentación de las teorías pedagógicas de los krausistas en el Instituto de Noviciado. Moya de la Torre asume los principios progresistas y los manifiesta en el Discurso Inaugural de 1869-1870. Para este director, la Revolución es la vía para alcanzar la libertad de enseñanza que es la palanca más poderosa de la cultura e ilustración de los pueblos y el más firme baluarte contra toda tiranía de cualquier género y linaje. Moya de la Torre pretende convertir al Instituto en una institución que debe responder a las necesidades sociales y a los altos fines a que aspira la Revolución Democrática. 7
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. s/c. Expediente del profesor Moya de la Torre, Ambrosio De este expediente destacamos la asistencia como vicedirector del Instituto al besamanos de la reina Isabel II en distintas ocasiones (19 de marzo de 1862, mayo de 1866). 8 En este sentido aportamos la felicitación de Cristino Martos, vicepresidente de la Diputación Provincial de Madrid, a Moya de la Torre en la que se congratula del necesario cambio en la dirección del Instituto. Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores s/c. Expediente del profesor Moya de la Torre, Ambrosio. Legajo del 10 de noviembre de 1868 s/c.
LOS PROFESORES
147
La actitud favorable de Moya de la Torre hacia la libertad de enseñanza posibilita que: — El Instituto se convierta en el laboratorio pedagógico para la experimentación del sistema de bachillerato moderno sin coste económico alguno. Tanto el director como los catorce profesores krausistas de la Universidad Central se ofrecen a la Diputación Provincial para realizar un ensayo pedagógico cuyos resultados favorables se deben generalizar al resto de los institutos de España. Los demócratas creen que los catedráticos de la nación adoptarán este sistema de bachillerato moderno al comprobar los magníficos frutos que en los alumnos del Instituto del Noviciado iban a producir. — Las enseñanzas libres se implantan en el Instituto en el curso 1868-1869 por profesores y alumnos de la Universidad Central y mediante nombramiento del Claustro de Profesores del Instituto. La creación y mantenimiento del Centro Popular de la Universidad Central de Madrid propuesto por el rector Fernando de Castro es apoyada firmemente por Moya de la Torre. Este director recibe fuertes ataques de los detractores de la libertad de enseñanza, pues le culpan de los bajos rendimientos y los problemas de disciplina de los alumnos. Moya de la Torre alega que estas dificultades surgen: Por la numerosa concurrencia de los alumnos, la corta edad de muchos de ellos y la falta de práctica en el uso prudente de la libertad de enseñanza.9
Este director tendrá problemas con cada uno de los gobiernos de signo conservador, en ocasiones por denuncias de la prensa o bien por que no se ajusta a algunas normas de la Dirección General de Instrucción Publica. Su expediente recoge diversos intentos de separación del cuerpo de catedráticos, por ausentarse de Madrid sin pedir permiso al rector o por estar en desacuerdo la sección de segunda enseñanza de la Dirección General de Instrucción Pública con los programas a los que ajusta las explicaciones de la asignatura de Matemáticas. Este catedrático es destituido como director por real orden del 11 de noviembre de 1876, firmada por el rey, alegando las especiales circuns9 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Discurso inaugural que precede a la Memoria del curso 1870-71 leída en el solemne acto de inauguración del curso 1871-72. Madrid, Imp. de Segundo Martínez, 1871, p. 12.
148
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
tancias que concurren en el catedrático, circunstancias que se analizan en el capítulo dedicado a la II Cuestión Universitaria. Fernández Vallín y Bustillo, Acisclo En 1847 obtuvo, por oposición, la cátedra de Matemáticas del Instituto de Valladolid, desde el que accedió al de Noviciado en 1853 por concurso de traslados. Tomó posesión como director el 13 de noviembre de 1876 y cesó, a petición propia, el 30 de abril de 1881 en el primer gobierno progresista de Sagasta. El rector, Francisco de Pisa, acepta esta dimisión, pero le obliga a que desempeñe el cargo de forma interina hasta la toma de posesión del nuevo director, Manuel María José Galdo López de Neira. El proyecto pedagógico de este director era restablecer las Conferencias Académicas, que tanta fama habían dado a la Universidad de Alcalá antes de que esta se trasladara a Madrid. La primera fiesta académica-literaria se celebra el 26 de mayo de 1878, ocupando el sillón presidencial10 el ministro de Fomento, Conde de Toreno, antiguo alumno del Instituto: El selecto público asistió a una de las suntuosas fiestas alegóricas donde todos los discursos y poesías tenían como objeto ensalzar la grande y colosal figura del Cardenal Cisneros en conmemoración del nuevo título concedido al que antes era Instituto de Noviciado y que en la actualidad comenzó a denominarse Cardenal Cisneros a solicitud del señor Fernández Vallín.11
El Instituto, bajo la dirección de Fernández Vallín, alcanzó un gran prestigio en la sociedad española al obtener la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París y la Mención Honorífica en la Exposición Universal de Viena, medallas que se obtienen por los trabajos que profesores y alumnos presentaron a dichas exposiciones.12
10 El Sillón Presidencial es un regalo del Colegio de Nobles de Alcalá de Henares al Instituto de Noviciado. Véase en: SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve reseña..., p. 4. 11 Instituto de Enseñanza Media Cardenal Cisneros I Centenario..., p. 20. 12 Libro de Trabajos de Alumnos del curso 1877-1878, en el Archivo del Instituto Cardenal Cisneros, sin editar y del que posteriormente Suaña Castellet recoge y publica sólo la parte referida a composiciones de Retórica y Poética bajo el título Elogio del Cardenal Cisneros leído en la solemne función académica que en memoria suya y patriótico recuerdo el 26 de mayo de 1878 el instituto del que es tiular bajo la presidencia
LOS PROFESORES
149
Con motivo de estas Exposiciones se elaboró un Libro de Trabajos de Alumnos del curso 1877-1878 que a la par sirvió para celebrar el cambio de nombre del Instituto de Noviciado a Instituto del Cardenal Cisneros. Es un libro de gran valor para el estudio de las traducciones y composiciones del latín y castellano de los alumnos. De estos trabajos de los alumnos destacamos las rimas y sonetos referentes al ensalzamiento de la figura del Cardenal Cisneros, realizados en clase de Retórica y Poética, los trabajos realizados en clase de Dibujo lineal y de adorno, y los mapas elaborados en la de Geografía e Historia universal. En el mandato de Fernández Vallín aumenta de forma notable el personal administrativo y se pone en práctica el nuevo sistema de inscripciones de matrículas para evitar el caos del método anterior. Hasta 1876 se les permite a los alumnos matricularse de asignaturas sueltas de distintos cursos, de manera que era imposible determinar con precisión matemática el resultado de las calificaciones y de las pérdidas de curso, a partir de este año se matriculan los alumnos por cursos completos.13 Este director realizó grandes cambios en el Instituto del Cardenal Cisneros: sólo en los dos primeros cursos de su mandato estableció la iniciación de los Estudios de aplicación con las cátedras de Dibujo lineal y de adorno, así como los de Agricultura, Comercio e Industria; colocó en su despacho un cuadro del rey Alfonso XII de tamaño natural; decoró los departamentos con escudos de todas las provincias; y ejecutó obras, como la instalación de una tribuna en cada aula para el profesor, que fueron abonadas por el propio Fernández-Vallín de su bolsillo. Con el nuevo cambio de gobierno, este director cesó en su cargo el 30 de abril de 1881, si bien continuó en el Instituto como catedrático hasta su jubilación en 1896. 1.2. Vicedirectores del Instituto del Noviciado El Reglamento de segunda enseñanza,14 en su artículo diez, prescribe que habrá en cada instituto un vicedirector nombrado por el rector a pro-
del Ministro de Fomento —Sr. Conde de Toreno—, antiguo alumno de este instituto. Madrid: Imprenta y Esterotipia de Aribau y Cía., 1878. 13 Este nuevo sistema de matriculación viene recogido en el Real Decreto del 10 de agosto de 1877. 14 El Reglamento de segunda enseñanza, de fecha 22 de mayo de 1859, en su artículo 10, en Boletín Oficial del Ministerio de Fomento. Madrid: Imp. Nacional, 1859, p. 6.
150
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
puesta del director, debiendo recaer la elección en uno de los cuatro catedráticos más antiguos del establecimiento. La documentación estudiada nos indica que fueron vicedirectores del Instituto de Noviciado: — Ambrosio Moya de la Torre, desde el 30 de mayo de 1859 hasta el 30 de septiembre de 1868, es decir, los últimos nueve años y cuatro meses en que fue director Francisco Tramarría. Repite nuevamente como vicedirector a partir de 1882, durante los gobiernos de Sagasta. — Manuel María José Galdo López de Neira, desde el 3 de noviembre de 1868 hasta el 30 de abril de 1881, es decir, doce años, cinco meses y veintiocho días, que se corresponden con los mandatos de los directores Moya de la Torre y Acisclo Fernández Vallín y Bustillo. En ambos casos, tras su paso por este cargo ejercerán como directores. 1.3. Los secretarios del Instituto del Noviciado El Instituto del Noviciado no tiene secretario propio hasta el desarrollo normativo de la ley Moyano. Las funciones administrativas hasta 1858 son desempeñadas por el secretario de la Universidad Central. Con la ley Moyano el secretario de los institutos era nombrado por el rector a propuesta del director y por tanto sus funciones estaban sometidas a las indicaciones de éste último, al que debía dar cuenta de las cuestiones administrativas y económicas del centro. Las funciones del secretario serán administrativas, tales como la formalización de matrículas, el pago de los derechos de exámenes, las pruebas de grado, la custodia de los libros de registro, la comprobación de documentos presentados por los alumnos, el cuidado de los archivos, la expedición de las certificaciones, la elaboración de las actas de las Juntas de Profesores y las del Consejo de Disciplina. A partir de 1859, el secretario será el encargado de las gestiones económicas de todo el Instituto, al intervenir los ingresos y gastos y actuar como habilitado, distribuyendo a partes iguales entre los catedráticos los derechos de exámenes recaudados en la secretaría del centro. El secretario del Instituto del Noviciado incrementa sus retribuciones de catedrático con: — El uno por ciento de todos los ingresos de las matrículas.
LOS PROFESORES
151
— El cobro de seis reales por cada certificado y copia de los documentos que excedan de veintiocho líneas. Son secretarios del Instituto de Noviciado, en los años comprendido entre 1858-1878, los siguientes profesores: José María Rey y Heredia (1858-1859 y 1859-1860); Manuel Romero Aznárez (1860-1861 y 1867-1868); Gonzalo Quintero (1861-1862, 1863-1864, 1864-1865 y 1865-1866); Manuel Merelo Calvo (1862-1863, 1868-1869 y 18691870); Hemeterio Suaña (1873-1874, 1874-1875, 1875-1876 y 18761877); Narciso Campillo (1870-1871 y 1871-1872); Mariano Fernández Rodríguez (1872-1873). Esta inestabilidad en la ocupación del cargo de secretario del Instituto hace pensar que era poco deseado. Pese a la retribución económica extraordinaria, este cargo es desempeñado por profesores auxiliares, como es el caso de Mariano Fernández Rodríguez. Tramarría Carranza reivindica un secretario que fuese empleado puramente administrativo y extraño al profesorado, como lo era en la universidad, argumentando que el Instituto del Noviciado tiene un alto número de alumnos matriculados y muchos colegios privados incorporados, lo que le lleva a soportar más matrícula que muchas universidades. 2.
Sistema de acceso
2.1. Nómina de los catedráticos. Su permanencia en el Instituto Historia natural A lo largo de todo el período estudiado fue profesor de la asignatura de Historia natural el catedrático Manuel María José Galdo López de Neira (1825-1895). Tras ganar la oposición a la cátedra universitaria en Mineralogía de la Universidad de Barcelona y la de los dos institutos de Madrid, optó por permanecer en Madrid hasta su muerte en 1895; de esta forma perteneció al claustro del Instituto durante cincuenta años. Filosofía La cátedra de Filosofía fue ocupada de forma interina por Ángel Gómez, quien cesa el 6 de diciembre de 1847 para ser sustituido por José María Rey Heredia (1818-1861), que accede desde el Instituto de Ciudad Real, el 8 de enero de 1848, y permanece en él hasta su prematura muerte
152
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
por tuberculosis en 1861. La cátedra de Filosofía nuevamente vacante es desempeñada por Juan Manuel Ortí Lara (1826-1904), que accede desde el Instituto de Granada y pasa a formar parte del claustro desde 21 de octubre de 1861 hasta su separación del mismo, por causas políticas, en abril de 1870. Finalmente, esta cátedra es desempeñada por Eusebio Ruiz Chamorro (1846-1898), que la gana mediante oposición el 25 de junio de 1873 y en la que permanece impartiendo la asignatura de Psicología, Lógica y Ética durante veinticinco años, es decir, hasta su fallecimiento en 1898. La cátedra de Filosofía del Instituto del Cardenal Cisneros nos permite hacer un recorrido por tres de las grandes corrientes de la filosofía española del siglo XIX. Rey Heredia se declara kantiano e introduce traducciones de textos de Kant en su obra, Ortí Lara es un firme defensor del tomismo y Ruiz Chamorro se alinea con los krausistas de la Universidad Central, para terminar afirmando que es librepensador. Física y Química Conocemos escasos datos acerca del funcionamiento de la cátedra de Física y Química desempeñada por Venancio Valledor, quien, tras pocos meses en el Instituto pasa a ocupar una cátedra en la Universidad Central. Le sustituye Juan Chávarri, y se repite la situación al pasar éste a ser decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid. Más tarde es profesor encargado Mariano Sinobas, hasta 1859, año en que es nombrado profesor sustituto para desempeñar la cátedra Mariano Remetería, quien permanece en el cargo hasta el 3 de noviembre de 1861, ya que, procedente de la cátedra del Instituto de Jerez de la Frontera, llega al Instituto de Noviciado Gonzalo Quintero Rodríguez (1829-1899). En estos años la comunidad científica era tan reducida que Quintero Rodríguez también fue designado en 1867 para ocupar la cátedra de Cosmografía en la Universidad Central. Vacante una vez más la cátedra de Física y Química, es nombrado catedrático, en comisión de servicios, Agustín Monreal García, que había ejercido el mismo cargo en el Real Instituto Industrial. Pero de nuevo queda vacía esta cátedra al ser ascendido el 1 de junio de 1869 a la cátedra de la Universidad Central. Rafael Chamorro Abad (1817-1886) fue catedrático de esta asignatura, en la que permaneció desde su nombramiento en comisión de servicios en 1869, y más tarde en propiedad, hasta su jubilación el uno de febrero de 1882.
LOS PROFESORES
153
Geografía e Historia Cuando se creó el Instituto, en 1845, las cátedras de Geografía e Historia fueron independientes, siendo nombrados Mariano Huerta Soriano para la cátedra de Geografía, y Francisco Verdejo Páez para la cátedra de Historia. El 1 de septiembre de 1850 se refunden las dos cátedras en una sola, la denominada Geografía e Historia, siendo su titular Francisco Verdejo Páez desplazándose Mariano Huerta Soriano al Instituto de San Isidro. Tras la jubilación de Verdejo Páez en 1859, es Manuel Merelo Calvo (1829-1901) quien ocupa esta vacante por traslado desde la cátedra de Física y Química del Instituto de Zaragoza. Merelo Calvo permanece en el Instituto de Noviciado hasta 1900, año en que se jubiló. Estuvo vinculado al Instituto durante cuarenta y un año, a excepción de los cuatro que estuvo separado porque, a consecuencia de sus ideas, fue denunciada una de las ediciones de su manual titulado Historia de España. Volvió a ser reintegrado en su cátedra tras el acceso al poder de Sagasta, en 1881. Hasta 1900 ejerció sin cobrar el sueldo de catedrático al simultanear la docencia con su puesto de senador vitalicio. Separado Merelo Calvo, el catedrático Bernardo Monreal Ascaso (1824-1894) impartió las clases de Geografía e Historia, este profesor se reincorporaba tras su separación en abril de 1870 por negarse a jurar la Constitución de 1869. En 1881, el Instituto de Noviciado tiene de nuevo dos catedráticos para una plaza vacante, pues Merelo Calvo renuncia a su sueldo como catedrático, si bien ejerce la docencia como tal en la sección de Historia Universal. La Dirección General acepta esta situación al no suponerle coste económico alguno. Latín y Griego Las dos cátedras de Latín, que existen desde 1845, no adquieren estabilidad en el profesorado hasta 1865, pues son varios los profesores que cesan, bien por ocupar otra cátedra en el Instituto de San Isidro, o bien por fallecimiento. De esta manera se trasladan al Instituto de San Isidro Ciriaco Cruz Ruiz, a partir del 1 de septiembre de 1850, e Ildefonso Rosendo Fernández, a partir del 6 de diciembre de 1858. Mientras, han fallecido los catedráticos Braulio Amezaga, el 22 de noviembre de 1851; Ramón Ponce de León, el 21 de septiembre de 1853; y, finalmente, Félix Miguel Fernández en diciembre de 1858.
154
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En 1865, Hemeterio Suaña Castellet (1830-1910) accede a una de las cátedras de Latín desde el Instituto de Toledo, permaneciendo en ella durante cuarenta y cinco años consecutivos como secretario y catedrático, hasta su jubilación en 1910, con ochenta años de edad. Esta situación de continuidad también se ofrece en la segunda cátedra de Latín al ganarla en oposición en 1873, Francisco Andrés Commelerán Gómez (1848-1919) y conservarla hasta su jubilación en 1918. Cuarenta y tres años de servicio en la misma institución permaneció Commelerán Gómez ejerciendo la docencia. Vinculada a la cátedra de Latín estuvo la de Griego, ocupada por el presbítero Pedro José Lax y Urbina (1804-1872), que, tras la desaparición de estos estudios, pasó a ocupar la de Latín hasta su jubilación en 1868. Los estudios literarios Desde 1845 el renombrado profesor Alfredo Adolfo Camús Cardero (1818-1889) ocupó la cátedra de Retórica y Poética. Era catedrático interino de la Universidad Central desde 1843 y compartió docencia con el Instituto de Noviciado hasta el ocho de julio de 1848, fecha en que cesó en el Instituto al ganar la oposición a la cátedra de Literatura latina de la Universidad de Madrid. Ángel María Terradillos es catedrático de la asignatura de Retórica y Poética desde 1848 hasta su jubilación en 1869. Esta cátedra sufre los vaivenes propios de la Revolución de 1868 al tener que acoger en la vacante de Retórica y Poética al catedrático de Latín, Manuel Romero Aznárez, pues tras la implantación del segundo plan de bachillerato, sin Latín, cesa en esta asignatura. Desde 1870, y por problemas políticos derivados de no jurar la Constitución de 1869, es separado de su cátedra, accediendo a ella en comisión de servicios Narciso Campillo Correa (1834-1910), quien la obtiene en propiedad en 1871, permaneciendo en ella hasta 1900, lo que significa que ocupa la cátedra de los estudios literarios durante treinta y un años. Matemáticas También desde 1845, las cátedras para la asignatura de Matemáticas son dos, estando cubiertas por Juan Cortázar Abasolo (1809-1873), que ejerce hasta el 31 de agosto de 1850, en que cesa por pasar a ocupar esta
LOS PROFESORES
155
misma cátedra en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central; y por Eduardo Rodríguez, que también cesa por ganar la cátedra de Física en el Real Estudio Industrial, el 31 de enero de 1853. En 1850 una de las cátedras vacante es ocupada por Ambrosio Moya de la Torre (1823-1895), quien permanece en ella hasta su muerte, es decir, dedica cuarenta y cinco años a la docencia en el Instituto de Noviciado. En 1853 llega al Instituto, desde la misma cátedra del Instituto de Valladolid, para ocupar la segunda vacante de esta asignatura, Acisclo Fernández-Vallín Bustillo (1825-1896), que permanece en el Instituto durante cuarenta y tres años. Idiomas Las enseñanzas de los idiomas modernos Inglés y Alemán estuvieron agregadas al Instituto desde 1845 hasta 1863. La enseñanza del Alemán fue desempeñada por Luis Alfonso Nordenfels, que se trasladó a la Escuela de Ingenieros tras la supresión de este idioma en el Instituto del Noviciado. Esta cátedra no es cubierta de nuevo hasta 1906. La cátedra de Inglés corre similar suerte, al cesar en su puesto Enrique Mac-Veigh en 1860, año en que desaparecen las enseñanzas de Inglés del Instituto. En 1877, con los nuevos planes de la Restauración borbónica, Eduardo Martín Peña es nombrado profesor interino y posteriormente catedrático hasta 1913. En esta falta de definición que muestran los idiomas modernos en la etapa de secundaria nos encontramos la cátedra de Francés, cubierta por Francisco Tramarría y Carranza, vacante que ocupa desde 1845 hasta su jubilación en octubre de 1868, ejerciendo pues como profesor veintitrés años. Esta cátedra desaparece durante el Sexenio, y en 1877 es ocupada por el profesor interino Justo Sales Esteban. Otras cátedras Desde la creación de la cátedra de Agricultura, en 1876, es nombrado catedrático Eduardo Abela Sainz de Andino, que ya había ejercido la docencia como catedrático de esta misma asignatura en el Instituto de Jaén; va a permanecer en el Instituto de Noviciado hasta 1899, año en que renuncia para ocupar distintos cargos políticos. También en 1876 se crea la cátedra de Dibujo lineal y de adorno, para la cual el ministro, Conde de Toreno, nombra a Alberto Commelerán Gó-
156
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
mez (1853-1909), hermano del catedrático de Latín anteriormente citado, que ejerce esta asignatura durante veintiocho años, permaneciendo en el Instituto hasta su jubilación en 1904. El funcionamiento de la cátedra de Pedagogía fue de muy breve duración en el Instituto, pues se fundó para atender la Instrucción Primaria, compensando de este modo la supresión de las Escuelas Normales. Jacinto Sarrasi tomó posesión el 26 de septiembre de 1869 y cesó el 15 de octubre del mismo año, al ser restablecidas las Escuelas Normales, con lo que este catedrático pasó a ocupar la dirección de la Escuela Normal Central. En 1869, el director Moya de la Torre, acogiéndose a las Enseñanzas Libres, crea una cátedra de Taquigrafía, sin retribución económica, que desempeñó Luis Cortés Suaña hasta 1872. El éxito obtenido por esta enseñanza motiva al director Fernández Vallín en 1876 a solicitar la creación oficial de esta cátedra, deseo que se consigue el 1 de febrero de 1878. Fue nombrado para este cargo Luis López Barthe, dotándose esta plaza con un sueldo de seis mil reales anuales, al parecer estos estudios se impartían de forma exclusiva en el Instituto del Cardenal Cisneros. Finalmente, el sacerdote Fernando Llorente es nombrado para la asignatura de Religión y Moral desde 1845 hasta su fallecimiento en 1853, el cual se rodea de varios profesores auxiliares. Posteriormente el presbítero Alejandro Sánchez es nombrado profesor de Doctrina cristiana e Historia sagrada, pero fue cesado en 1868 al suprimirse esta asignatura de los planes de estudio de secundaria. Todos estos datos nos permiten afirmar que el treinta por ciento de los catedráticos del Instituto del Noviciado permanecen ejerciendo la docencia en este Instituto durante más de veinticinco años, e incluso que un veinte por ciento permanece en la misma cátedra de la institución entre cuarenta y cincuenta años consecutivos. Esta estabilidad se rompe en las siguientes cátedras: — Las ocupadas por profesores de la asignatura de Física y Química que acceden todos como catedráticos de la misma materia a la Universidad Central. — La demanda de profesores de especialidades científicas posibilita el cambio de dos catedráticos de Matemáticas, que también pasan a ejercer a las cátedras vacantes de la Universidad Central. — Los catedráticos de Latín, ya que dos fallecieron en los primeros años de creación del Instituto y otros dos permutaron con el Instituto de San Isidro.
LOS PROFESORES
157
Los profesores auxiliares Esta figura docente desempeñó un papel muy importante en el Instituto del Noviciado por ejercer con frecuencia la cátedra de los titulares: Profesores auxiliares de Ciencias Francisco Caballero y Barba es profesor en la asignatura de Matemáticas, desde 1848 hasta su fallecimiento en 1863; auxiliar de Historia natural y Física fue José Ceruelo Obispo desde 1865 a 1867, que se traslada al Instituto de Oviedo. Gran importancia adquiere Mariano Fernández Rodríguez, alumno primero, después profesor auxiliar y secretario interino. A él debemos la Memoria de 1872 que más tarde utilizará el profesor auxiliar de Ciencias y diputado Valentín Morán Gutiérrez15 para presentar las protestas de los profesores de Madrid contra los decretos de Chao en las Cortes de la I República. Valentín Morán ejerció en el Instituto de Noviciado desde 1864 a 1874. El profesor krausista Vicente González Canales fue designado por el claustro como auxiliar para la asignatura de Cosmología, sin retribución económica, cesa al ganar por oposición, en 1872, la cátedra de Historia natural del Instituto de Gerona. También sin sueldo, imparte la asignatura de Aritmética y Álgebra en el curso 1868-1869, Enrique Jiménez de Castro, brillante antiguo alumno del Instituto, que asimismo cesa por obtener la cátedra de esta asignatura en el Instituto de Barcelona. Los profesores auxiliares krausistas Eulogio Jiménez Sánchez y Luis Jiménez Pérez de Vargas se ofrecieron en el curso 1868-1869 como profesores para las asignaturas del segundo sistema de bachillerato. En el curso 1869-1870 son nombrados como profesores auxiliares de Ciencias Augusto González Linares y Laureano Calderón Arana, para las asignaturas de Física y Química, respectivamente, del sistema moderno de bachillerato.16 15 Valentín Morán fue diputado a Cortes en la legislatura de 1872-1873 por el distrito de Benavente (Zamora) con 4.625 votos de los 8.442 votantes y en la legislatura de 1873 a 1874 por el mismo distrito con 5.000 votos de los 7.754 votantes. Archivo del Congreso de Diputados. Archivo Histórico de Diputados de 1810 a 1977. 16 Nombramientos localizados en el Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Carpeta de Directores. s/c. Caja/legajo 32-9232. Oficio del 1 de octubre de 1869 dirigido al director del Instituto del Noviciado Moya de la Torre y firmado por el rector de la Universidad Central Fernando de Castro.
158
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Eduardo Lozano y Ponce de León ejerce en el curso de 1870-1871, impartiendo las asignaturas de Geometría y Trigonometría, y Física del plan sin Latín. También renuncia al sueldo y cesa tras ganar la oposición a la cátedra de Física del Instituto de Badajoz. Santos Roca Vecino fue nombrado profesor auxiliar de ciencias durante el curso 1873 a 1874 y de nuevo desde 1885 hasta 1891. Estos nombramientos se producen pese a tener este profesor la titularidad de la cátedra del Instituto de Soria. Finalmente, reseñamos al profesor Antonio Sánchez Pérez que obtuvo por oposición la cátedra de Agricultura del Instituto, pero fue desposeído inmediatamente a causa de sus ideas políticas, pues desde muy joven estuvo afiliado al Partido Republicano. Sin embargo, en octubre de 1870, el rector de la Universidad Central le adscribe como auxiliar de Cosmología, Agricultura, Industria y Comercio del Instituto del Noviciado, cesando en septiembre de 1872 para ocupar distintos cargos políticos en la I República. Antonio Sánchez Pérez, pese al éxito que obtiene como periodista, es separado de la docencia y gana por segunda vez la oposición a la cátedra vacante de Matemáticas en el Instituto de San Isidro de Madrid. Nicolás Salmerón fue nombrado profesor auxiliar del Instituto de Noviciado desde 1858 hasta 1863, año en que gana la cátedra en la Universidad de Oviedo. Vuelve al Instituto de Noviciado en el curso 1868-1869 para explicar la asignatura de Biología y Ética del bachillerato moderno. Profesores auxiliares de Letras Miguel Carmona, alumno y albacea testamentario de Julián Sanz del Río, fue profesor auxiliar de Letras, nombrado para explicar los dos cursos de Derecho del plan de bachillerato sin Latín en el año 1868. Cesó en septiembre de 1869. Valeriano Fernández Ferraz fue alumno y profesor auxiliar del Instituto del Noviciado desde 1854 hasta 1862, año en que ganó la cátedra de Griego, Árabe y Hebreo en la Universidad de Madrid. Los profesores krausistas Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos fueron profesores auxiliares de la asignatura de Principios de Arte e En los Archivos del Instituto del Cardenal Cisneros y en las Memorias del Instituto del Noviciado no encontramos ninguna referencia a estos profesores. Posiblemente no llegaran a ejercer la docencia por falta de alumnos matriculados en estas asignaturas en el segundo sistema de bachillerato.
LOS PROFESORES
159
Historia en el curso 1868-1869. En este mismo curso, fue profesor auxiliar Urbano González Serrano quien renuncia a su sueldo de acuerdo con el resto de los profesores krausistas. Ejerce la docencia de la asignatura de Lógica para más tarde, en 1873, ganar por oposición la cátedra de esta asignatura en el Instituto San Isidro de Madrid. Miguel de la Guardia y José Hidalgo fueron nombrados en el curso 1868-1869 para la cátedra de Geografía e Historia en las distintas secciones, renunciando a su sueldo. En 1870, Vicente Ibáñez Ferrando es nombrado para la asignatura de Derecho, a la que renuncia en 1873 al ser nombrado juez de primera instancia en Torrelavega. Juan Gelabert Guardiola ejerció como profesor auxiliar desde 1868 a 1875, en que gana la oposición a la cátedra de Sánscrito de la Universidad Central. Esta situación se repite con el profesor Pedro Juste Isaba, que tras ejercer desde 1867 hasta 1872 como profesor de una sección de Latín y de Historia, gana la oposición a la cátedra del Instituto. Desde 1866 a 1867, el profesor Luis Ramírez de la Guardia ejerce como auxiliar hasta que ganó la cátedra de Perfección de Latín y Principios generales de la Literatura en el Instituto de Ciudad Real. Dentro de la nómina de profesores auxiliares krausistas incorporamos a Manuel de la Revilla, que fue alumno sobresaliente de bachillerato en el Instituto de Noviciado, y durante el curso 1868-1869 explica la asignatura de Literatura, y a Tomás Tapia, alumno de Sanz del Río, amigo además de Giner de los Ríos, que en el curso 1869-1870 explica Antropología, Biología y Ética. Camilo Muñiz Vega también ejerció como auxiliar de letras, pero fue separado por negarse a jurar la Constitución de 1869. Manuel Romero Aznárez, catedrático de quien hemos hablado en la asignatura de Latín y Retórica y Poética, ejerció como auxiliar desde 1875 hasta 1877, año en que pasa a cubrir una vacante de Historia en el Instituto de San Isidro. 2.2. El sistema de acceso Los catedráticos del cuerpo de segunda enseñanza acceden a las plazas vacantes del Instituto del Noviciado por distintos procedimientos: nombramiento de regentes, oposiciones, y concurso de traslado. En este apartado recordaremos estos procedimientos y detallaremos como se realizan las oposiciones en los años estudiados. El plan de estudios de 1845 necesitaba profesores suficientemente formados para poner en marcha un instituto de segunda enseñanza. Una de las mayores dificultades para implantar el nuevo orden educativo era
160
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
encontrar catedráticos con la experiencia y conocimientos suficientes, pues: El estado de ilustración del país no lo permitía y cuando atrasados se hallaban entre nosotros los estudios científicos y literarios, hubiera sido mucho exigir para unos establecimientos nacientes, lo que con dificultad se encontraba para las universidades mismas.17
Gil de Zárate y José de la Revilla pensaron fundar en Madrid una Escuela Central Normal con el objetivo de formar profesores de segunda enseñanza para que, una vez que se tuvieran los catedráticos idóneos, ir gradualmente creando los institutos. José de la Revilla entiende que la Facultad de Filosofía ha de dedicarse a un doble fin: cultivar cualquiera de las ciencias que sus secciones comprenden o bien a la carrera de formar al profesorado.18 En este sentido se hizo un ensayo en 1847 con la creación de la Escuela Normal de Filosofía. Esta institución no cuajó por la necesidad urgente de poner en funcionamiento los institutos y por el interés del ministro Ventura González Romero en suprimirla en 1852. La necesidad de aprovechar el momento favorable para potenciar las enseñanzas medias hizo pensar a los políticos en otro sistema de acceso más rápido y optaron por obligar a los aspirantes a catedráticos a obtener el título de regente para la asignatura que pretenden impartir. El título de regente se obtenía aprobando los ejercicios que marcaba la Universidad, de ahí que nos encontremos regentes de primera y segunda clase según la categoría de la Universidad. El nombramiento de regente venía aparejado con el carácter de interinidad durante varios años, ya que no se les permitía optar a la propiedad de la plaza hasta varios años después de haber demostrado buenas dotes en el ejercicio de la cátedra. Es evidente que el objetivo de este procedimiento era obtener ciertas garantías de idoneidad del catedrático, así como posibilitarle la formación necesaria, especialmente en el campo de la didáctica, y a la vez comprobar que era capaz de mantener la discipli-
17
GIL DE ZÁRATE, Antonio. De la Instrucción Pública en España..., t. II, p. 64. REVILLA, José de la: Breve reseña acerca del estado presente de la Instrucción Pública en España con relación especial a los estudios de Filosofía. Madrid..., p. 24. Éste será uno de los temas más debatidos en la segunda enseñanza y ya escribía Giner de los Ríos sobre la necesidad de crear en el Doctorado de las Facultades de Filosofía y de las Ciencias de una Escuela Normal para el profesorado de secundaria a modo de la de París o la organizada en Madrid en 1847. GINER DE LOS RÍOS, Francisco. «Nota sobre la segunda enseñanza» de sus «Ensayos Menores sobre Educación y Enseñanza», en: Obras Completas, Madrid: Imprenta de Julio Cosano, p. II, 173. 18
LOS PROFESORES
161
na en el aula. De esta manera el catedrático acreditaba su moralidad y buen comportamiento en los años de interinidad. La formación en la Escuela Normal de Filosofía se realiza en cuatro años y se requiere para ser admitido una nota de sobresaliente en el bachillerato en Filosofía y aprobar un examen previo de las asignaturas de segunda enseñanza. Este plan de formación se divide en tres secciones: Literatura, Ciencias Físico-Matemáticas y Ciencias Naturales. En las tres secciones se cursan las asignaturas comunes de Pedagogía y Ejercicios de Pedagogía, así como conferencias preparatorias para la licenciatura. Este método fue utilizado desde 1848 hasta 1851, siendo duramente criticado por aquellos que defendían el sistema de oposiciones, por entender que el examen de la universidad para la obtención del título de regente era una redundancia de los ejercicios realizados para la licenciatura. Los catedráticos que acceden con el título de regentes al Instituto de Noviciado son: Manuel María José Galdo López de Neira, Francisco Tramarría y Carranza, Ambrosio Moya de la Torre, Acisclo Fernández Vallín y Bustillo, José María Rey Heredia, Venancio Valledor, Juan Chavarri, Francisco Verdejo Páez, Alfredo Adolfo Camús Cardero, Mariano Huerta Soriano, Eduardo Rodríguez y Juan Cortázar Abasolo. Este sistema se pervierte por el poco rigor de las universidades para conceder el título de regente. La posibilidad de acceso por oposición es barajada desde 1845 por los políticos conservadores, pero en los primeros años que se implanta la secundaria se rechaza por entender que la obtención de una cátedra en propiedad posibilita que el catedrático se dedique, además, a otra profesión: abogado, médico, eclesiástico, farmacéutico..., y tome la profesión de catedrático como complementaria. Máxime cuando el objetivo de Gil de Zárate era encontrar catedráticos que se dedicaran en cuerpo y alma a la educación. De esta manera, el sistema de acceso por oposiciones vuelve a ser tenido en cuenta en 1852, aunque debemos esperar a la ley Moyano para que resuelva definitivamente la normativa de acceso por este sistema. Para adquirir la categoría de catedrático de instituto de segunda enseñanza se necesita: — Tener el título universitario correspondiente. — Haber cumplido veinticuatro años y — Aprobar la oposición a la plaza vacante.19 19 Ley de Instrucción Pública, de 9 de septiembre de 1857, artículo 208 en la Compilación Legislativa de Instrucción Pública. Madrid: Imprenta T. Fortanet, 1876, p. 77.
162
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
El sistema de oposiciones en nuestro país se aplica de forma ininterrumpida desde 1861, pero su normativa se desarrolla a partir de 1858 mediante órdenes, decretos y circulares.20 La convocatoria de la oposición comienza con la publicación de la vacante en La Gaceta de Madrid y los Boletines Oficiales de las provincias. Simultáneamente, los rectores de las universidades lo publican a través de los directores de los institutos de su distrito. La normativa exige para opositar a las cátedras de bachillerato ser español, varón mayor de veinticuatro años, y cumplimentar una instancia acompañada con la partida de bautismo y el certificado del párroco y alcalde, que acrediten buena conducta moral y religiosa. A estos documentos hay que adjuntar el título académico y una relación de notas, méritos y servicios prestados. La Dirección General de Instrucción Pública nombra a un tribunal constituido por siete jueces, todos ellos pertenecientes al cuerpo de catedráticos. Los jueces de estos tribunales fueron en numerosas ocasiones Galdo López de Neira, Campillo y Correa, Moya de la Torre, Romero Aznárez... Estos catedráticos cobraban quince pesetas por cada sesión que celebraba el tribunal. Los ejercicios que debían superar los aspirantes eran tres: — El primero consistía en responder en una hora a diez preguntas sobre la base de los ciento veinte temas de la asignatura. El procedimiento era introducir sesenta preguntas de esos temas y responder el aspirante a las diez cuestiones que sacaba al azar el Tribunal. — El segundo ejercicio consistía en escribir una disertación sobre un tema de la asignatura, para lo cual los aspirantes eran incomunicados en varias salas. Este ejercicio pasó a conocerse desde entonces y hasta la actualidad con el nombre de «la encerrona». — Terminado este ejercicio, los jueces deciden qué opositores pasan a la tercera prueba, que consistía en la proposición de una trinca, que permitía la explicación oral de una lección de la asignatura, tal como lo haría el profesor a sus alumnos, contrincantes en este caso. Se completaba con un ejercicio práctico de análisis y traducción si la vacante era de lengua, o con resolución de problemas y experimentos si pertenecía al área científica.
20 Real orden, de 25 de abril de 1861, en Colección legislativa de España..., p. LXXXVI, 322.
LOS PROFESORES
163
Desde este momento,21 tendrá el nuevo catedrático que instalarse en su correspondiente instituto de tercera clase de provincia y dejar transcurrir los quinquenios y los concursos de traslados para acceder a una vacante de instituto de segunda clase. De nuevo debía esperar hasta que una nueva vacante se produjera, lo cual le permitía concursar a un instituto de primera clase: San Isidro o Noviciado de Madrid. Algún estudio afirma22 sobre la necesidad de dejar transcurrir hasta cuarenta y seis años de docencia para llegar a un instituto de primera clase. En el período comprendido entre 1845 y 1855, son varios los profesores que acceden al Instituto del Noviciado: Tramarría Carranza, Moya de la Torre, Fernández-Vallín y Galdo López de Neira, que van a permanecer más de cuarenta años en el Instituto, con lo que impiden que existan vacantes en los concursos en las asignaturas de Geografía e Historia, Matemáticas e Historia natural hasta finales de siglo. Durante el Sexenio el sistema de acceso mediante oposición a la plaza concreta, sin distinción de clase del Instituto, provoca fuertes críticas de los conservadores. Destacamos la realizada por Menéndez Pelayo, pues según éste son los gobiernos progresistas los que permiten el acceso de un número significativo de profesores krausistas, afirmando: Cuando los krausistas mandaban se repartían las cátedras como botín conquistado, se ayudaban, se protegían unos a otros.23
Este mismo autor expone que los adversarios de Sanz del Río sostienen que éste premiaba la lealtad de sus adeptos distribuyendo entre ellos, 21
Esta forma de acceso es duramente criticada, especialmente en los años de la Restauración borbónica por Francisco Giner de los Ríos, ya que considera que la oposición elige pero no forma al profesorado, además de que no asegura la moralidad necesaria, ni la vocación que para aprobar se exige exclusivamente la vaciedad retórica y la brillantez superficial de recitar los temas, véase a GINER DE LOS RÍOS, Francisco, Nota sobre la segunda enseñanza, de sus «Ensayos Menores sobre Educación y Enseñanza», en: Obras Completas..., pp. II, 174-175. En estos momentos siguen siendo un tema de preocupación para las autoridades ministeriales. 22 DÍAZ RUBIO, Vicente: Consideraciones acerca del escalafón de los catedráticos de Instituto de Segunda Enseñanza. Cádiz: Imp. De la Revista Médica, 1866, p. 53. 23 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los Heterodoxos..., p. VIII, 391. Por su parte, López Morillas expone que los detractores del krausismo argumentaban que para preparar el terreno le era necesario al krausismo infiltrarse en los centros de enseñanza media y superior, singularmente en la Universidad Central... que era la más indicada para servir de foco de irradiación de las nuevas doctrinas, en: LÓPEZ MORILLAS, Juan: El Krausismo español. México: Fondo de Cultura Económica, 1970.
164
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
como otras tantas Baratarias, las cátedras de los institutos y de las universidades. Los catedráticos que acceden al Instituto de Noviciado en el Sexenio por el sistema de oposición sin pasar por institutos de tercera o segunda clase son Eusebio Ruiz Chamorro y Francisco Commelerán Gómez; el primero, progresista krausista radical de izquierdas, y el segundo, conservador monárquico. Ahora bien, los profesores auxiliares del Instituto del Cardenal Cisneros que se sitúan en el escalafón de catedráticos de 1878 por haber ganado oposición durante el Sexenio revolucionario son Vicente González Canales, José Ceruelo Obispo, Enrique Serrano Fatigati, Eduardo Lozano Ponce de León, Eulogio Jiménez de Castro, Eusebio Ruiz Chamorro, Urbano González Serrano, Hermenegildo Giner de los Ríos, Ricardo Macias Picabea, Luis Ramírez Laguardia y José Muro. 2.3. El escalafón general de catedráticos de segunda enseñanza y situación de los profesores del Instituto del Noviciado en éste La razón para ocuparnos del escalafón de catedráticos de segunda enseñanza viene determinada por ser éste el modo de organización del cuerpo de catedráticos propietarios de número. Esta organización numerada se hace imitando al cuerpo de catedráticos de universidad, pero con bastantes más limitaciones que el ordenamiento numérico desarrollado en las universidades. La reivindicación común a todos los catedráticos de segunda enseñanza es la elaboración de un listado general al modo del que rige las universidades de España.24 Esta reivindicación es recogida en la ley Mo24 En este sentido baste recordar los escalafones de los catedráticos de las Universidades del Reino publicadas con anterioridad a los escalafones de Segunda Enseñanza: — Escalafón de antigüedad de los catedráticos de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Impr. La Publicidad, 1849, 14 pp. — Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Ministerio de Comercio, 1851, 19 pp. — Escalafón de antigüedad de los catedráticos de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Imp. del Ministerio de Gracia y Justicia, 1855, 25 pp. — Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: E. Raso López, 1856, 25 pp.
LOS PROFESORES
165
yano de 1857, que prevé que se formará un escalafón general que enumerará a todos los catedráticos de instituto, escalafón en el que se ascenderá por antigüedad y mérito. En la universidad, este listado se mantiene actualizado y, por tanto, permite a los catedráticos ascender de una categoría a otra con fluidez. Entre los catedráticos de instituto transcurrieron, sin embargo, muchos años para actualizar la numeración y las vacantes, lo cual dificultaba el acceso a algunas cátedras de categoría superior. El primer escalafón de catedráticos de segunda enseñanza se publica en 1862, y encontramos en su convocatoria25 las siguientes reglas: — Los catedráticos de segunda enseñanza formarán un escalafón general con arreglo a la ley, en la que se ascenderá por mérito y antigüedad, siendo estos dos aspectos valorados por separado. — El legislador propone el siguiente procedimiento: formar una escala general numerada por orden riguroso de antigüedad, de tal manera que los treinta primeros números obtendrán un aumento de sueldo de 3.000 reales, los sesenta siguiente obtendrán 2.000 reales y los ciento veinte números siguientes obtendrán mil reales. El resto de los catedráticos se mantendrán con el sueldo de entrada. Estos aumentos de sueldo son denominados «premios». — Realizada esta escala, los catedráticos se clasificarán por méritos. Se consideran méritos la publicación de obras de texto o trabajos científicos o literarios calificados por el Consejo de Instrucción Pública como originales y de reconocida autoridad. Cumplen este apartado los catedráticos Tramarría Carranza, Moya de la Torre, Terradillos, Galdo López de Neira, Fernández Vallín, Rey Heredia. Asimismo, se califica por este apartado el grado de doctor que poseen los anteriormente citados, así como haber desempeñado la docencia en seminarios conciliares con — Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Impr. Nacional, 1857, 15 pp. — Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Impr. Del Ministerio de Comercio, 1859, 19 pp. — Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde a fecha 1.ª de octubre. Madrid: Imprenta Nacional, 1860, 15 pp. — Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Imprenta Nacional, 1862, 15 pp. 25 Escalafón general de catedráticos de instituto de segunda enseñanza en fecha 1 de enero de 1861. Madrid: Imprenta Nacional, 1862, 51 pp.
166
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
arreglo a los planes de estudio anteriores a 1845. Finalmente, se valora la notoria reputación, la capacidad e ilustración, celo, buena conducta desempeñada en el ejercicio de la enseñanza y el haber sido director o desempeñar comisiones sin sueldo. Son acumulables los aumentos por premios de antigüedad y méritos. Con estos datos se forman cuatro secciones en el cuerpo de catedráticos de segunda enseñanza: — La primera sección está formada por catedráticos que reciban premios por antigüedad y mérito de tres mil reales por cada concepto, es decir, seis mil reales anuales. — La segunda sección, constituida por catedráticos que reciban por antigüedad y mérito un incremento de dos mil reales por cada concepto, es decir, cuatro mil reales anuales. — La tercera sección supone, por antigüedad más mérito, dos mil reales anuales. — La cuarta sección mantiene su sueldo de catedrático de entrada, ocho mil reales anuales. Este escalafón instaura la situación administrativa de catedrático propietario de número, que va a persistir hasta la actualidad en el cuerpo de profesores de secundaria. El catedrático es propietario de la plaza ganada por oposición y a la vez es denominado de número porque, tras ganar la oposición, se le otorga un número en el escalafón, en el que se deberá ascender por quinquenios y méritos. De los cuatrocientos doce catedráticos que forman el escalafón de 1861 nos encontramos a los profesores del Instituto de Noviciado en la siguiente situación: — Sólo uno forma parte de los treinta máximos posibles de la primera sección. — En número de ocho se agrupan en los sesenta posibles de la segunda sección. — También uno forma parte de los ciento veinte posibles de la tercera sección. — Ningún profesor pertenece a la cuarta sección. La antigüedad se contabiliza desde la fecha del nombramiento de propietario para las asignaturas de segunda enseñanza en los establecimientos públicos. Esta razón justifica que sólo pueden pertenecer a la primera sección si se han cumplido quince años de antigüedad en el cuerpo, como ocurre con el director Tramarría Carranza.
LOS PROFESORES
167
Gran parte de la Junta de Profesores del Instituto del Noviciado pertenecen a la segunda sección y presentan entre diez y quince años de docencia. Son profesores que ingresaron en 1847 o con anterioridad en el cuerpo de catedráticos de secundaria. Así, pertenecen a esta sección Moya de la Torre, C. Cruz Cruz, A. María Terradillos, P. J. Lax, Galdo López de Neira, Fernández Vallín, Rey Heredia y Romero Aznárez. Manuel Merelo Calvo pertenece a la tercera sección, que se refiere a los profesores que han ejercido la docencia entre cinco y diez años. Pero una vez realizado el escalafón es imprescindible mantener el listado actualizado, pues las variaciones por fallecimiento, jubilaciones, ceses y separaciones del profesorado afectan directamente a los siguientes ascensos y estos son previos al cobro de los premios y a la ocupación de plazas vacantes en el concurso. Un nuevo escalafón26 se publicará en 1866, es decir, un quinquenio después del anterior, y presenta como novedad la incorporación de los catedráticos de las Escuelas Elementales de Comercio en el escalafón de los catedráticos de los institutos.27 Este escalafón, que sigue básicamente los mismos criterios que el anterior, supone para el Instituto de Noviciado que: — Ascienden en el escalafón a la primera sección Moya de la Torre y Ángel María Terradillos. — Permanecen en la segunda sección los mismos profesores que en el escalafón de 1861, excepto J. María Rey Heredia, que causa baja por fallecimiento, y asciende J. M. Ortí Lara. No pueden ascender, a pesar de reunir más de quince años de ejercicio en la docencia y tener méritos suficientes, los profesores P. J. Lax, Galdo López de Neira y Fernández-Vallín Bustillo, por hallarse cubiertos los treinta primeros puestos de la primera sección. — Manuel Merelo Calvo continua en la tercera sección, y Gonzalo Quintero Rodríguez se incorpora a este escalafón a la par que al Instituto del Noviciado. Los catedráticos que forman el escalafón en 1866 ascienden a quinientos cincuenta y ocho, es decir, ha aumentado su número en ciento
26 Escalafón General de los catedráticos del Instituto de Segunda Enseñanza el 1 de enero de 1866. Madrid: Imprenta Nacional, 1866. 27 Esta situación no afectaría directamente al Instituto de Noviciado al no contar con estudios de Aplicación, si al de San Isidro de Madrid al incorporarse Dibujo Lineal, Contabilidad Mercantil, Economía Política y Derecho Mercantil.
168
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
cuarenta y seis con respecto al anteriormente publicado. Esta situación motiva fuertes críticas, pues al hacerse siguiendo los criterios de la universidad, no prevé que el número de profesores de secundaria sea mayor que el de la universidad, si bien el número de premios es igual que los de ésta. A esto se le une que estos premios son más reducidos económicamente que los de la Universidad. Tabla comparativa entre el escalafón de catedráticos de universidad y los de segunda enseñanza Escalafón de catedráticos de universidad
Escalafón de catedráticos de segunda enseñanza
Sección
N.º
Sueldo
Sección
N.º
Sueldo
1.ª 2.ª 3.ª 4.ª Total con premio Total sin premio
30 60 120 83 210 83
18.000 16.000 14.000 12.000
1.ª 2.ª 3.ª 4.ª Total con premio Total sin premio
30 60 120 348 210 348
10.000 + 6.000 10.000 + 4.000 10.000 + 2.000 8.000
Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
Si tenemos en cuenta que el número total de catedráticos es de quinientos cincuenta y ocho y sólo reciben premios doscientos diez, es decir, la suma de treinta (primera sección), sesenta (segunda sección) y ciento veinte (tercera sección), nos encontramos con trescientos cuarenta y ocho catedráticos que no tienen premio. De esta forma, el número de catedráticos de la cuarta sección, que no tienen premio, es superior al de las otras tres secciones juntas. Esta situación se complica cuando, para aspirar a la tercera sección desde la cuarta, deben pasar un mínimo de cinco años y quedar vacantes por cubrir. Los catedráticos de provincias solicitan que los ascensos sean fijos por antigüedad,28 planteando como más equitativo el cobro de una cantidad fija para todos los catedráticos tras cada quinquenio cumplido, ya que los premios son tan mezquinos en remuneración como difíciles de conseguir. Este mismo catedrático, Rubio Díaz, reivindica que el escalafón de catedráticos de segunda enseñanza se ponga en condiciones iguales a la 28 RUBIO DÍAZ, Vicente: Consideraciones acerca del escalafón de catedráticos de Instituto de Segunda Enseñanza. Cádiz: Imp. y Lit. de la Revista Médica, 1866, p. 10.
LOS PROFESORES
169
universidad y expone que el porcentaje de profesores premiados en enseñanza secundaria supone un cuarenta por ciento del total del cuerpo y que para equiparar estos porcentajes con los catedráticos de la Universidad se deben incrementar hasta el setenta por ciento. Las equitativas reformas que propone Rubio Díaz suponen aumentar el presupuesto en ciento cincuenta y ocho mil reales, cantidad muy superior a los sesenta y seis mil que ya se venían empleando en el pago de los premios.29 El Conde de Toreno, con fecha 24 de marzo de 1876, publica en La Gaceta el decreto30 para la elaboración del escalafón de catedráticos, ordenando de nuevo los seiscientos tres catedráticos de los institutos tanto provinciales como locales. Este decreto viene a resolver la situación creada en 1868, ya que los políticos proponen en el Sexenio la continuidad del escalafón anterior. Esta decisión perjudica claramente a los doscientos diez catedráticos que ya cobran el premio de segunda o tercera sección por no poder acceder a otra superior, y a los de la cuarta sección al no poder ascender a la tercera. A la vez supone que las vacantes pueden ser cubiertas en comisión de servicios, al antojo de la Dirección General de Instrucción Pública. Además, se complica al votar las Cortes la ley del 13 de junio de 1870 que declara de la misma clase los institutos locales y provinciales, ingresando así los catedráticos de los Institutos locales en el listado del escalafón general. El escalafón de 1876 incorpora los profesores de los Estudios de Aplicación, que en el caso del Instituto del Noviciado son Alberto Commelerán Gómez, para la asignatura de Dibujo Lineal y de Adorno; y Eduardo Abela y Sanz de Andino, para la de Agricultura. El aspecto más interesante del escalafón, resuelto en 1878, lo encontramos en los apéndices incorporados. El apéndice n.º 1 se refiere a los honores y condecoraciones tenidas en cuenta como méritos para la elaboración de éste, y en él se incorpora a Moya de la Torre, Galdo López de Neira, Fernández Vallín Bustillo, Chamorro Abad, Monreal Ascaso y Suaña Castellet.
29 La Enseñanza: Revista general de instrucción pública y particular de archivos y bibliotecas. Madrid: Juan de Uña (Director). Madrid: Imp. De Fernández, 25 de abril de 1866, p. 206. 30 Proyecto de Escalafón de antigüedad de los catedráticos de los Institutos de Segunda Enseñanza el 1 de septiembre de 1876, conforme a las bases propuestas por el Consejo de Instrucción Pública y aprobadas el 24 de marzo de 1876, Boletín Oficial del Ministerio de Fomento. Madrid: Imp. Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau y Cía., 1876, 1.er Semestre, pp. 156-189.
170
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En el apéndice n.º 2, se reseñan los cargos honoríficos tenidos en cuenta entre los profesores, en el que nuevamente se incorpora a Galdo López de Neira López, Fernández Vallín Bustillo, Chamorro Abad y Monreal Ascaso. En el apéndice n.º 3 se valora a aquellos que participan en tribunales de oposiciones y en el que nuevamente nos encontramos a Moya de la Torre, Galdo López de Neira, Fernández Vallín Bustillo, Chamorro Abad, Monreal Ascaso, Suaña Castellet, Campillo y Correa y Commelerán Gómez. Para estudiar el Instituto del Cardenal Cisneros, es sumamente interesante el apéndice n.º 4 en el que se enumera a los catedráticos como autores de publicaciones didácticas, científicas y literarias: Moya de la Torre, Galdo López de Neira, Fernández Vallín Bustillo, Chamorro Abad, Monreal Ascaso y Suaña Castellet, Campillo y Correa, Commelerán Gómez, Abela y Sanz de Andino y Ruiz Chamorro están también aquí representados. Todos los catedráticos del Cardenal Cisneros son valorados en el apartado de méritos docentes como autores de manuales escolares, pues todos ellos, en 1876, han publicado obras de texto para sus alumnos. De esta forma, la situación de los catedráticos del Instituto del Cardenal Cisneros en el Escalafón del 1 de enero de 1878 quedará de la siguiente forma: Moya de la Torre será el único catedrático situado en la primera sección, Galdo López de Neira, Fernández-Vallín, Ortí Lara y Romero Aznárez en la segunda, mientras en la tercera se encuentran Chamorro Abad y Merelo Calvo, finalmente en la cuarta localizamos a Suaña Castellet, Campillo Correa, Commelerán Gómez, Ruiz Chamorro y Monreal Ascaso. 2.4. Categorías docentes Los catedráticos Centraremos este apartado en los catedráticos de segunda enseñanza del Instituto del Noviciado como una categoría docente que accede a nuestra institución para terminar su carrera profesional; asimismo, estudiaremos a los profesores auxiliares, como categoría que se consolida a partir de la ley Moyano y que serán imprescindibles ante el aumento constante de alumnos matriculados. Recordaremos también a los sustitutos personales y a los supernumerarios.
LOS PROFESORES
171
Los profesores catedráticos del Instituto del Noviciado, al igual que en Francia, recibirán a lo largo del período estudiado distintos nombres: catedráticos universitarios, catedráticos del Instituto universitario, catedráticos de Instituto de primera clase, catedráticos de segunda enseñanza, etc. En cualquier caso, son nombrados para ejercer la docencia en el Instituto, aunque en varios casos combinan algunas clases con la Universidad Central, condición por la que son considerados y retribuidos. El rasgo más llamativo es el deseo de gran parte de los catedráticos del Instituto de llegar a serlo de la Universidad Central. Esta situación se hace realidad en los siguientes casos: Alfredo Adolfo Camús, Juan Cortázar Abasolo, Eduardo Rodríguez, Juan Chávarri, Venancio Valledor, Mariano Santiesteban Sinobas, Agustín Monreal García, Gonzalo Quintero Rodríguez, Luis Alfonso Nordenfels, Enrique Mac-Veigh, Juan Manuel Ortí Lara y Alberto Commelerán Gómez. Los profesores auxiliares Ya en 1859, en el informe31 que elabora el rector de la Universidad Central sobre el Instituto del Noviciado, se manifiesta la necesidad de dotar a éste de profesores auxiliares. Al rector le preocupa la necesidad de dividir las clases en secciones por ser éstas demasiado numerosas, sobrepasando en algunas asignaturas los trescientos cincuenta alumnos matriculados. Los profesores auxiliares ocupan un lugar destacado en la institución que presentamos ya que asumen con frecuencia la cátedra de los titulares por: 1. La ausencia de los catedráticos, al ocupar puestos de relevancia social y política en la segunda mitad del siglo XIX. 2. El gran número de alumnos matriculados, que obliga a desdoblar algunas clases en secciones. 3. Experimentar el segundo sistema de bachillerato completo según el plan de estudios de 1868. Los documentos que localizamos en el Instituto del Cardenal Cisneros sobre este tema, en fechas anteriores a 1858, son numerosos, siempre con la mirada puesta en las soluciones que han adoptado la adminis31
Memorias acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito en el curso de 1859 a 1860; y en Anuario de 1860 a 1861 conforme a los artículos 26 y 27 del Reglamento General Administrativo y a la Orden de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. Ducazcal. 1861..., pp. 43-44.
172
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
tración educativa francesa. En ellos, el catedrático titular propone al director una persona «adornada de las dotes necesarias» para su sustitución. Son sustitutos personales a los que el catedrático titular abonará de su propio sueldo la sustitución. Terradillos o Tramarría Carranza piden licencia por enfermedad, gracia que otorga la reina Isabel II en reiteradas ocasiones y en las que ellos abonan los honorarios de sus sustitutos. Ya en 1859, la normativa prevé que cuando falte un catedrático debe sustituirle otro de forma gratuita,32 iniciando así el sistema de guardias rotatorias que sigue aun vigente, pero también contempla la posibilidad de nombramiento de dos profesores auxiliares. Acogiéndose a esta medida, el rector de la Universidad Central crea para el Instituto del Noviciado dos plazas de profesores auxiliares: una destinada a las asignaturas de Letras y otra a las de Ciencias. A las funciones de docencia los profesores auxiliares deben unir la de bibliotecario y archivero en el primer caso, y el de mantenimiento de las colecciones y laboratorios en los auxiliares de Ciencias. Estos nombramientos, en virtud del artículo 26 del Reglamento de segunda enseñanza vigente desde 1859, se van a repetir a lo largo de todos los años estudiados; pero el director solicita que tengan carácter de permanente, para que la estabilidad de sus cargos les dé una posición fija y que evite los inconvenientes de la eventualidad de su nombramiento para un solo curso. A partir del curso 1863-1864, estos profesores, además de sustituir a los catedráticos en situaciones de ausencia y enfermedad, asumen secciones o clases divididas ante el exceso de alumnos matriculados en determinadas asignaturas. Así, el profesor auxiliar de letras puede tener a su cargo una sección de Historia general o de Latín, y el de Ciencias la docencia de una sección de Geometría. La división de las clases33 en secciones se hace cada curso más necesario por el incremento de matrícula, siendo preciso nombrar dos auxilia32
Reglamento de segunda enseñanza..., art. 25, p.274. Esta situación se había resuelto en Francia mediante un decreto del 30 de octubre de 1803 que posibilita el nombramiento de profesores adjuntos en el Liceo Louis-le Grand, los agregados aparecen en el curso 1810-1811. También debajo de los titulares y próximos a los agregados aparecen los profesores suplentes De forma similar, en España, el agregado realiza un trabajo igual al del catedrático pero con una ganancia inferior, en PONTEIL, Felix: Histoire de l’enseignement en France: les grandes etapes, 1789..., pp. 107-110. 33 TRAMARRÍA LÓPEZ, Francisco: Memoria acerca del estado del Instituto del Noviciado incorporado a la Universidad Central leída en la apertura del curso 1866/67. Madrid, Ducazcal, 1867, p. 4.
LOS PROFESORES
173
res de Letras desde el 27 de octubre de 1866, y dos de Ciencias desde el 5 de enero de 1867. De esta manera, a partir de 1867 el Instituto del Noviciado contará con un mínimo de cuatro profesores auxiliares, que alcanzará hasta catorce en los primeros cursos del Sexenio. Este aumento se produce por el intento de descentralización manifestada en el decreto de 21 de octubre de 1868, que autoriza a los claustros para que nombren profesores auxiliares ante la implantación del segundo sistema de bachillerato. En 1875, el Marqués de Orovio firma un real decreto34 por el que reduce a tres el máximo de profesores auxiliares en cada uno de los dos Institutos de Madrid, y exige los siguientes requisitos para realizar el nombramiento de profesor auxiliar: 1. Ser varón mayor de veintidós años. 2. Poseer el título de licenciado en alguna de las asignaturas que se va a ejercer la docencia. Demostrar una experiencia de cinco años de ejercicio en la docencia como profesor auxiliar. A cambio, el ministro Orovio ofrece a los profesores auxiliares las siguientes condiciones: 1. Una gratificación única de mil quinientas pesetas sobre el sueldo de ocho mil reales anuales. 2. La remuneración por los derechos de exámenes en los Tribunales de Grado en los que participen. Este derecho, hasta 1875, solo correspondía a los titulares de la cátedra. 3. Calificar el ejercicio de la función docente como mérito a tener presente en las siguientes convocatorias de oposiciones. Por otra parte, la figura del catedrático supernumerario también es contemplada en los institutos de segunda enseñanza de la misma forma que en la universidad. Nos encontramos en esta situación a Félix Sánchez Casado, nombramiento35 que recibe al llevar ejerciendo más de diez años como profesor auxiliar en 1876.
34
Real decreto, del 25 de junio de 1875, organizando el profesorado auxiliar de Universidades e Institutos y suprimiendo los sustitutos personales, en: Compilación Legislativa de Instrucción Pública..., pp. 255-258. 35 Real decreto, de 11 de julio de 1871, concediendo el nombramiento del catedrático por haber prestado más de tres cursos de servicios, en: Colección Legislativa de Instrucción Pública..., p. 249.
174
3.
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
El sistema retributivo Jamás darán un buen resultado catedráticos envilecidos y mal pagados.36
Comenzamos este apartado con una frase ilustrativa de la situación económica deseada por el legislador, pero que una vez más no coincide con la realidad de los catedráticos de segunda enseñanza. Los catedráticos del Instituto del Noviciado cobran un sueldo de doce mil reales por ser este un instituto de segunda enseñanza de primera clase agregado a la Universidad Central. Este sueldo se puede ver incrementado en tres mil reales por antigüedad y otros tres mil reales por méritos. Los catedráticos de los Institutos de Madrid son los que más sueldo cobran y, aun así, necesitan complementar sus ingresos con las publicaciones de manuales escolares y el ejercicio de la docencia en centros privados. De esta manera, ser catedrático de Madrid puede suponer un sueldo de dieciocho mil reales anuales, siendo ésta la máxima cantidad que cobra como profesor oficial de segunda enseñanza, y solamente es posible en el caso de los catedráticos de Madrid. En realidad en el período estudiado solo lo cobraron los catedráticos del Instituto del Noviciado Tramarría Carranza, Moya de la Torre y Terradillos López. La mayor parte de los catedráticos del Instituto del Noviciado van a cobrar dieciséis mil reales anuales por encontrarse en la 2.ª sección del escalafón y no moverse de esta situación: Ciriaco Cruz, Pedro José Lax, Manuel María José Galdo López de Neira, Acisclo Fernández Vallín, José María Rey Heredia, Manuel Romero Aznárez y Juan Manuel Ortí Lara. Cobrarán catorce mil reales Manuel Merelo Calvo y Gonzalo Quintero Rodríguez. Y doce mil reales Hemeterio Suaña Castellet, Narciso Campillo Correa, Francisco Commelerán Gómez, Eusebio Ruiz Chamorro y Bernardo Monreal Ascaso. Ahora bien, desde que se implanta esta nueva etapa educativa se trata de evitar que el ejercicio de la docencia se compatibilice con otro puesto, y la cátedra se reduzca a asegurarse un salario. El objetivo era que los catedráticos se ocupasen exclusivamente de la enseñanza, pero la realidad nos demuestra que los sueldos de la docencia en la segunda enseñanza eran insuficientes, por lo que se complementan con: 1. Los cargos de director, vicedirector o secretario. 36
GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción Pública..., p. II, 66.
LOS PROFESORES
175
2. El porcentaje que le corresponde al profesor al distribuir los derechos de examen entre los miembros del jurado examinador.37 Dado que en los Institutos de Madrid eran muchos los alumnos matriculados y por tanto los jurados de exámenes necesarios, también eran cuantiosos los derechos a repartir. 3. Por la publicación de libros de texto, que era una práctica habitual entre los profesores del Instituto del Noviciado. 4. Por ser miembros de tribunales de oposiciones a cátedras. 5. Por ocupar cargos de responsabilidad en la sociedad madrileña, citación esta que reporta pocos emolumentos, aunque sí prestigio social pues, en algunos casos, o no eran retribuidos o bien eran incompatibles con el sueldo de catedrático y por lo tanto debían optar por renunciar a su gratificación. Galdo López de Neira, como alcalde de Madrid; Merelo Calvo, como director general de Instrucción Pública o ministro renuncian a su renumeración como políticos; en el caso de Merelo Calvo, desde 1882 hasta su jubilación, dieciocho cursos consecutivos, ejerce la docencia renunciando al sueldo de catedrático por ser incompatible con el de senador. 6. Por ejercer simultáneamente la enseñanza38 oficial y la privada. Compatibilizan la doble enseñanza oficial y privada los profesores que detallamos en el capítulo referido a esta modalidad educativa: Ángel Terradillos, catedrático de Retórica y dueño y profesor del Colegio del Rosario en la calle Ancha de San Bernardo, en el que ejerció Acisclo Fernández Vallín, catedrático de Matemáticas, impartiendo dicha asignatura; Galdo López de Neira, catedrático de Historia natural, Moya de la
37
Los profesores auxiliares de Instituto pueden participar de los derechos económicos por exámenes, como los catedráticos cuando entran a formar parte del tribunal. Las cantidades recaudadas por derecho de examen se dividen en partes iguales entre catedráticos y auxiliares que formen parte del tribunal, teniendo en cuenta que si el director es catedrático percibirá el doble. Viene regulada esta actuación en: — Orden del 18 de marzo de 1858 de la Dirección General de Instrucción Pública, en: Compilación Legislativa de 1876..., p. 199. — Orden del 21 de junio de 1868 de la Dirección General de Instrucción Pública, en: Compilación Legislativa de 1876..., p. 203. 38 El ejercicio de la docencia en centros privados por los profesores públicos viene recogido en la siguiente legislación: — Real orden, de 7 de febrero de 1859, regulando el ejercicio de la enseñanza privada, Orden, del 7 de octubre de 1873, prohibiendo establecer enseñanzas de carácter privado en las habitaciones de los centro oficiales, y en la Real orden, de 22 de octubre de 1875, completada con la circular de 10 de marzo de 1876, en: Compilación Legislativa de Instrucción Pública..., pp. 532-536.
176
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Torre, catedrático de Matemáticas en el colegio Politécnico, fueron director y profesor respectivamente. Ortí y Lara también impartía Filosofía en el colegio Santo Tomás de Aquino. Con fechas comprendidas entre los primeros días de marzo y los últimos días de abril de 1859, los catedráticos del Instituto del Noviciado solicitan un aumento de una cuarta parte de su sueldo, tres mil reales, por haber cumplido más de diez años desde que fueron nombrados. El primer documento que elaboran para reclamar al gobierno este incremento contiene el mismo texto y está firmado por ocho catedráticos, pero no de forma conjunta, sino individual. En esta exposición individual al rector de la Universidad Central, los catedráticos alegan que, según la real orden de 29 de abril de 1849, se consideran con derecho a que se le conceda el aumento de un cuarto de sueldo.39 Firman Moya de la Torre, Terradillos, Galdo López de Neira, Pedro José Lax, Rey Heredia, Merelo Calvo, Félix Miguel Fernández y Fernández Vallín. Este incremento no fue contestado por la administración, pues pese al interés de los catedráticos, las arcas públicas no permitían este incremento. Por otra parte, los profesores auxiliares cobraban las tres cuartas partes del sueldo de los catedráticos, ocho mil reales, es decir, lo mismo que los catedráticos de instituto de tercera clase. El desempeño de la docencia desde el puesto de profesor auxiliar supone inestabilidad, ya que no poseen la cátedra en propiedad, pero posibilitaba firmar oposiciones a las cátedras de la Universidad Central, como ocurrió con varios de ellos. Profesores auxiliares del Instituto del Noviciado que ganan la cátedra de la Universidad Central son Valeriano Fernández Ferraz, Juan Gelabert Guardiola y Nicolás Salmerón Alonso. 4.
La jerarquía e inflexibilidad del Reglamento de segunda enseñanza
La época que hemos estudiado está caracterizada y definida por una estructura jerarquizada en forma piramidal que a la vez muestra una gran inflexibilidad en la exigencia rigurosa del Reglamento. El Reglamento desde 1859 va a regular hasta los más pequeños detalles de la vida en el Instituto del Noviciado. 39 Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-0232.
LOS PROFESORES
177
Esta uniformidad e inflexibilidad vienen marcadas desde los reglamentos de segunda enseñanza,40 que mediante el articulado del capítulo II regula las actuaciones de los catedráticos y los alumnos. — Los catedráticos están obligados a obedecer y respetar al director y a auxiliarle en el mantenimiento del orden y de la disciplina académica. — Si un catedrático desobedecía al director, podía ser suspendido provisionalmente por el propio director. — Un catedrático no podía dirigirse al rector directamente, tenía primero que dirigirse al director, que sería quien transmitiese, si lo consideraba oportuno, la demanda del catedrático al rector. — El catedrático debía cumplir con sus clases, que serían públicas y con explicaciones en castellano, ajustándose a los programas que el Gobierno publicaba y eligiendo el libro de texto de entre los propuestos por el Consejo de Instrucción Pública. Esta jerarquización e inflexibilidad va a ser utilizada en interés propio en el Instituto del Noviciado, especialmente, contra los profesores progresistas Merelo Calvo, Moya de la Torre y Ruiz Chamorro en los gobiernos conservadores, o contra los neocatólicos Ortí Lara, Romero Aznárez y Muñiz Vega en el Sexenio revolucionario. La defensa de sus ideales en educación, les lleva a sufrir la separación de sus cátedras. Los artículos más conflictivos son los que se refieren a las faltas de asistencia o permisos de los catedráticos. Las licencias o permisos de los profesores eran tramitadas mediante el oportuno oficio dirigido al director y éste lo remitía al rector, pues, en última instancia, era el rector quien concedía la licencia. Nosotros hemos encontrado las licencias concedidas por permisos de enfermedad a Tramarría Carranza, y a Terradillos López, así como otros permisos por fallecimiento de familiares próximos, y permisos por asuntos personales —las bodas celebradas fuera de Madrid, como fue el caso del profesor Merelo Calvo. El artículo 219 de este Reglamento, que parece tan aséptico, conduce a varios expedientes informativos, ya que puede ser utilizado por las distintas administraciones para perjudicar a un profesor que no es obediente al régimen del momento. El profesor Moya de la Torre es requerido por 40
Nos referimos a los Reglamentos de segunda enseñanza de 1859 y de 1867, siendo este último promulgado por el ministro Orovio, pero que tiene una vigencia de apenas un año, pues es derogado tras la Revolución de septiembre de 1868, y nuevamente, el reglamento aprobado en 1859 vuelve a entrar en vigor.
178
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
el rector para que explique su ausencia de la clase entre los días 20 y 30 de octubre de 1877, por haberse publicado en la prensa conservadora que se había ausentado de la Corte y salido al extranjero sin su autorización. Este expediente no prospera porque el director del Instituto del Noviciado no quiere hacer el informe negativo, aunque de forma «reservada» también le insta a ello el director general. Otro de los motivos de conflicto en el Instituto del Noviciado es el cumplimiento del artículo 28 del citado reglamento,41 minucioso en cada detalle, y máxime en los que se refiere al profesorado. Este artículo prescribe el traje académico, a lo que hizo caso omiso Ruiz Chamorro, por lo que el director del Instituto le solicitó, una vez terminadas las vacaciones de Pascua de 1876, que asistiese a la cátedra con el citado traje. Fernández Vallín le recuerda al catedrático de Filosofía que están exentos de este traje los profesores de las asignaturas de ciencias experimentales, por lo molesto que sería éste para las prácticas en laboratorios y gabinetes; pero los de la sección de letras, como es la asignatura de Filosofía que imparte Ruiz Chamorro, si alguna vez necesitan explicar en el encerado, deben hacerlo con el traje académico. 5.
Reivindicaciones de los profesores de segunda enseñanza de Madrid
Los catedráticos de segunda enseñanza de provincias atribuyen a los de Madrid algunos privilegios que ellos no podían alcanzar en un instituto de segunda o tercera clase, mayores sueldos, mayores posibilidades culturales y sociales, y otros que iremos detallando, son deseados por los profesores de provincias. Pero los catedráticos de Madrid tienen también problemas y reivindicaciones: Ocho años de estudio por lo menos, título de bachiller y licenciado, tres o cuatro difíciles ejercicios de oposición con éxito dichoso verificado se necesitan para entrar en el cuerpo docente de Segunda Enseñanza. Los profesores comienzan con ochenta mil reales anuales de sueldo y terminan su carrera y su vida, si por ventura llegan al grado superior, asunto poco menos que imposible, pues los ascensos son lentísimos, con dieciocho mil 41
Recordamos que los catedráticos de Instituto están obligados al uso de toga, birrete, medalla y cordón iguales a los del director con la diferencia que la medalla será de plata, en real decreto, de 22 de mayo de 1859, aprobando el Reglamento de segunda enseñanza, artículo 28, en: Colección Legislativa de España..., p. LXXX, 269.
LOS PROFESORES
179
reales, que es el máximo a que pueden aspirar en el Instituto de primera clase de Madrid.42
Los candidatos llegan a un instituto de primera clase por antigüedad y mérito, y con grandes dificultades por ser el número de plazas muy limitado. En las asignaturas de Historia natural, Física y Química, Geografía e Historia, Filosofía, Retórica y Poética, no existen más que dos plazas, una en el Instituto de San Isidro y otra en el de Noviciado. Para las especialidades Latín y Matemáticas, en cada Instituto hay creadas dos plazas. A la escasez de plazas se une el largo período de permanencia de los profesores en sus cátedras, circunstancias ésta que impide que se produzcan vacantes para los concursos. La meta conseguida al acceder a un Instituto de Madrid se ve recompensada económicamente, pues el mayor sueldo es lo que distingue a estos profesores, a los que se exige los mismos títulos, las mismas pruebas de idoneidad, el mismo escalafón para ascender, las mismas explicaciones, horarios y programas. Sin embargo los catedráticos de Madrid también tienen sus problemas, que exponen, en 1861, a través del Marqués de la Corte, director del Instituto San Isidro de Madrid, destacando: La infinita muchedumbre de jóvenes matriculados en una misma asignatura, lo inadecuado de la forma de ciertas aulas para poder ejercer la necesaria vigilancia y la dificultad de emplear medios intuitivos.43
El Marqués de la Corte continúa exponiendo los yugos que tienen los catedráticos destinados en Madrid por el mayor tiempo que consumen en exámenes y grados (mientras que los profesores de provincia descansan de sus tareas académicas), las molestias que tienen que sufrir al acudir a visitar los colegios privados situados a considerable distancia de Madrid —El Escorial, Alcalá de Henares, Getafe y San Fernando— y los gastos que supone vivir en una ciudad tan cara como Madrid. Para Tramarría Carranza, director del Instituto del Noviciado, los esfuerzos de los profesores de los institutos no se corresponden con los resultados que obtienen los alumnos: 42 LAVERDE, Gumersindo: «Nivelación de los Institutos de Segunda Enseñanza», en: Ensayos críticos sobre Filosofía y Literatura e Instrucción Pública. Lugo: Imp. Sto. Freire, 1865, pp. 143-170. 43 CORTE Y RUANO CALDERÓN, Juan Antonio de la: Discurso Inaugural del Instituto de San Isidro Madrid. Madrid: Fuentenebro, 1861, p. 14. Marqués de la Corte es director del Instituto de San Isidro de Madrid.
180
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— Por el número excesivo de alumnos por aula. — Por la falta de tiempo del profesor para velar diariamente por los avances de los alumnos. El director afirma que ninguna clase debía exceder de cuarenta o cincuenta alumnos,44 y propone soluciones tales como que se aumente el número de Institutos de Madrid o bien se nombre dos o más profesores para cada asignatura, o por lo menos se dividan las clases en secciones.45 Gumersindo Laverde afirma que es posible que Madrid sea algo más cara para vivir que el resto de España, pero que esta circunstancia está compensada con las ventajas de que gozan los catedráticos que ejercen en la capital: — Mayores posibilidades de formación y de goces morales e intelectuales, pudiendo satisfacer el amor a los libros y, sin grandes dispendios, asistir a ateneos, congresos, academias... — Mayores recursos por derechos de exámenes y grados, que pueden llegar a cuatro mil reales anuales en Madrid, frente a los quinientos o mil que cobran los catedráticos de tercera o segunda clase. — Mayores posibilidades de ejercer la docencia privada o dedicarse a las tareas literarias. — Ser profesor de Madrid también significa mayores posibilidades para publicar libros de texto; existen más editoriales y más alumnos matriculados en los institutos y en los colegios incorporados, lo cual incrementa el número de posibles ejemplares y las ganancias a conseguir. Para este autor, las ventajas de los catedráticos de Madrid son tan notables que, aunque se nivelasen los sueldos de los catedráticos de todos los institutos de segunda enseñanza, los institutos de Madrid serían solicitados con preferencia. Precisamente será Manuel Merelo Calvo, catedrático de Geografía e Historia del Instituto del Noviciado a la par que director general de Instrucción Pública en 1869, quien preocupado por la 44 En el citado curso la matrícula de todas las asignaturas supera los cien alumnos en varias de ellas los doscientos. 45 Esta reivindicación también la encontramos, aunque con fecha posterior, en Giner de los Ríos, quien encuentra que en los institutos no existe nada de división de las clases numerosas; que siguen las hordas de oyentes, que no hay cultivo de la reflexión personal, sino memorismo (1899) véase en: GINER DE LOS RÍOS, Francisco: «El Decreto de Segunda Enseñanza», incorporado en: Ensayos Menores sobre educación y enseñanza..., pp. II, 110-111.
LOS PROFESORES
181
desigualdad de los catedráticos de segunda enseñanza animará a las diputaciones provinciales a equiparar los sueldos de los catedráticos de su provincia con los de Madrid.46 Otra ventaja no considerada por Laverde y que supone un motivo importante para desear ser catedrático de Madrid es, desde 1859, la posibilidad de acceder a las cátedras de la Universidad Central, siempre que el catedrático tenga el título de doctor.47 Esta vía la utilizan varios profesores del Instituto del Noviciado como hemos expuesto anteriormente. En 1875, una nueva normativa permite que los catedráticos de instituto puedan aspirar por concurso a las cátedras de las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias dentro de las secciones a las que corresponda la asignatura de que son profesores numerarios en segunda enseñanza, y los que expliquen Economía, Política y Legislación mercantil en los Estudios de aplicación de segunda enseñanza a las cátedras de la Facultad de Derecho.48 6.
Formación, publicaciones y proyección social de los profesores del Instituto del Noviciado de Madrid
En un anexo que incorporamos a este trabajo hemos realizado un breve recorrido por la trayectoria vital de cada uno de estos profesores: formación académica, carrera docente, experiencia profesional, cargos dentro del Instituto, proyección social y publicaciones. Reconocemos la dificultad para incorporar algunos retratos, grabados y fotografías de estos catedráticos, pero debemos considerar que éstos no están al alcance de todos y son propios de personas de alto nivel económico o personalidades muy sobresalientes de la sociedad del momento. La biografía de estos catedráticos nos permitirá conocer una nueva dimensión social de esta institución. La gran cantidad de datos que exponemos en el anexo, nos permite afirmar:
46 Circular, de 3 de septiembre de 1869, en Colección Legislativa de España..., t. CII, p. 319. 47 Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, en artículo 227, en Boletín Oficial del Ministerio de Fomento. Madrid: Imp. Nacional, t. XXIV, p. 62. 48 Real orden de 30 de noviembre de 1875, resolviendo a que cátedras de facultad pueden aspirar por concurso los catedráticos del instituto que tengan edad y título, en: Colección Legislativa de España..., t. CXV, p. 751. Derecho que ha venido manteniéndose hasta fechas bien recientes.
182
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
A)
Respecto a la formación académica de los catedráticos:
— Más del noventa por ciento poseen estudios en Derecho o Jurisprudencia. La carrera preferida de los profesores del Instituto del Noviciado es la de Derecho, seguida de las de Filosofía, Matemáticas, Ciencias naturales o Físicas, Letras, e incluso, en dos casos, la carrera de Ingeniería. — Los catedráticos que poseen dos o más licenciaturas superan el ochenta por ciento del total. El grado de doctor también es común entre ellos, un noventa por ciento tienen al menos un doctorado. B)
Respecto a la carrera docente:
— Los datos son muy dispares, pero en ninguno de los profesores estudiados existe la demanda de trasladarse desde el Instituto del Noviciado a un instituto de provincias. Sí conocemos las permutas producidas entre las cátedras vacantes de los dos institutos de Madrid. — El traslado desde los institutos de segunda clase sí será uno de los procedimientos utilizados por los catedráticos para acceder al Instituto del Noviciado. C) Respecto a la proyección social y los cargos que ocupan los agruparemos de la siguiente manera: 1.
Cargos políticos:
— Tres profesores estudiados, Merelo Calvo, Ruiz Chamorro, y Valentín Morán son diputados a Cortes; otros tres catedráticos, Galdo López de Neira, Merelo Calvo y Commelerán Gómez son senadores del reino. — Galdo López de Neira es alcalde de Madrid; Merelo Calvo es director general de Instrucción Pública y ministro de Estado. — Este número se incrementa con el listado de profesores auxiliares. Entre ellos encontramos un presidente de la I República, Nicolás Salmerón, y cuatro diputados a Cortes. 2.
Actuaciones en instituciones culturales:
— Ocho catedráticos: Cortázar Abasolo, Fernández Vallín, Verdejo Páez, Monreal Ascaso, Commelerán Gómez, Alfredo Adolfo Camús, Galdo López de Neira y Ortí Lara, son a la vez miembros de las distintas academias: Lengua, Historia, Ciencias, Jurisprudencia y Ciencias morales.
LOS PROFESORES
183
— Además, cuatro catedráticos son socios y conferenciantes del Ateneo de Madrid: Galdo López de Neira, Camús Cardera, Moya de la Torre, y Campillo y Correa, y tres lo son de la Asociación de Amigos del País —Rey Heredia, Monreal Ascaso, y Verdejo Páez— y varios más lo son de distintas instituciones culturales madrileñas. — Los honores y medallas de la Administración son concedidos a cinco catedráticos del Instituto: Moya de la Torre, Commelerán Gómez, Suaña Castellet, Monreal Ascaso y Galdo López de Neira. 3.
Respecto a las publicaciones:
— Todos los catedráticos del Instituto del Noviciado publican obras de carácter didáctico. — Algunos de estos profesores publican obras científicas y cuatro de ellos realizan traducciones de obras escritas en lengua alemana, francesa o inglesa. — Exponen sus ideas políticas, sociales y educativas en la prensa madrileña: La Democracia, La Discusión, El Heraldo, El Progresista, El Pensamiento Español, etc. — Los catedráticos que hemos expuesto dirigen, escriben y son miembros de los consejos de redacción de revistas de sus asignaturas: La Gaceta Agrícola, La Ilustración; o de educación general, como El Magisterio Español. De la nómina de profesores del Instituto del Cardenal Cisneros nos interesa recordar su adecuada preparación científica, su probada experiencia profesional y su gran implicación en la transformación de la realidad educativa mediante los cargos que ocupan y las publicaciones que realizan. En cualquier caso, los datos expuestos rompen con el anonimato injusto de los profesores de instituto en la historia de la educación. 7.
Personal administrativo y de servicio
Hasta la ley Moyano de 1857 el Instituto del Noviciado no posee secretario ni personal administrativo, pues las funciones de administración eran desempeñadas por el secretario de la Universidad Central. El Instituto de Noviciado recibe ayuda de la Universidad Central en el curso 1858-1859 para la organización de la secretaría del Instituto. Para adecuar su funcionamiento al Reglamento de segunda enseñanza necesita la institución de secundaria empleados administrativos y depen-
184
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
dientes del orden y limpieza. En consonancia con esta norma se nombran en el Instituto seis clases distintas de personal no docente: un oficial de secretaría, ayudado en sus funciones por un escribiente de secretaría, un conserje, tres bedeles, un portero y tres mozos de aseo. El oficial de secretaría estaba bajo las órdenes directas del secretario y era responsable de todo el trabajo de administración del centro, matrículas, expedientes y actas. Su sueldo era de mil quinientas pesetas, es decir, seis mil reales anuales. Comienza siendo oficial de Secretaría Manuel de la Pinella Suárez hasta el curso 1866-1867, que es sustituido por Vicente Ruiz Eguiluz, quien, tras permanecer menos de un curso en este cargo, deja el puesto al reputado calígrafo y dibujante Manuel Luque y Soria. Bajo las órdenes de este oficial se encontraba el escribiente de Secretaría, con un sueldo de mil pesetas, cuatro mil reales anuales. Pero el trabajo administrativo aumenta tanto que deben destinar horas extraordinarias al despacho de los expedientes, especialmente en la época de matrículas y exámenes. A partir del curso 1870-1871, tanto por el incremento del número de alumnos matriculados como por el aumento en el número de colegios adscritos al Instituto, es necesario contratar a un escribiente más para la secretaría. Este puesto es ocupado por varios escribientes, hasta que en el curso 1862-1863 lo asume Vicente Carvajal Rueda, que incorpora a la Secretaría a sus hermanos, Basilio y Juan, que ascienden sucesivamente hasta finales del siglo XIX a oficiales de Secretaría. El conserje del Instituto49 de Noviciado es el cargo de máxima responsabilidad dentro del personal subalterno, es el jefe de todos los bedeles, porteros y mozos de aseo. Entre sus funciones, el conserje tendrá que velar por el cuidado del edificio, la limpieza y el aseo del centro, el buen estado de los muebles, así como vigilar que no vivan en el centro más que las personas autorizadas, y vigilar tanto los robos como evitar los incendios. Su rasgo distintivo son dos galones de plata de veintiocho milímetros en la vuelta de la manga del frac o levita. En el Instituto del Noviciado el sueldo para este cargo es de seis mil reales anuales, y fue conserje Pedro Fernández del Pato, quien contó con el apoyo de los directores hasta el año 1870, fecha de su fallecimiento. A éste le sucedió Laurentino Salazar, que avanza en su carrera desde segundo mozo de aseo, ascendiendo los grados de primer mozo de aseo en 1853, bedel tercero, bedel segundo y bedel primero y, finalmente conser49 Las funciones son descritas por el Reglamento de Segunda Enseñanza de 1859..., arts. 33-34.
LOS PROFESORES
185
je, permaneciendo en el establecimiento veintidós años, hasta que cesa el 17 de agosto de 1875. Los bedeles en el Instituto de Noviciado son a lo largo de estos años nombrados y destituidos por el director, y su sueldo se señala en los presupuestos de la institución en virtud de la antigüedad. Se distinguen porque usan un galón de plata de treinta y seis milímetros en la vuelta de la manga, y entre sus funciones destacan las de velar por la conservación del orden y disciplina escolar en el Instituto y sus alrededores, pudiendo amonestar a los alumnos más inquietos. Algunas de las funciones que corresponde a los bedeles es avisar a los profesores de la hora de entrada y salida de clase, entregarles las convocatorias de juntas o las comunicaciones de secretaría. El portero cuida de la puerta exterior del edificio, con entrada por la calle Reyes número cuatro; su sueldo anual es de cuatro mil reales y, al ser un Instituto de primera clase, se le distinguiría por llevar un galón de plata de veintiocho milímetros en la vuelta de la manga de la levita. El primer portero, Antonio Balencini y Campillo, permaneció en el Instituto desde 1862 hasta 1877. Los mozos de aseo, que en el Instituto de Noviciado eran tres, tenían como función mantener el orden y la limpieza del establecimiento. Al ser instituto de primera clase, cobraban tres mil reales anuales, con la prohibición expresa, bajo la amenaza de separación del cargo, de recibir ninguna propina o gratificación de los alumnos.
CAPÍTULO 5 LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
En las siguientes páginas exponemos los planteamientos de los profesores del Instituto del Noviciado que, coexistiendo en los mismos cursos académicos y en los mismos espacios de la institución e impartiendo clase a los mismos alumnos, presentan orientaciones radicalmente opuestas. Posturas y talantes que van fermentando desde 1863, con la llegada de Ortí y Lara al Instituto, y que aflorarán a partir de 1866, con la publicación de «La cuestión de la enseñanza» por Merelo Calvo en El Almanaque para la Democracia y «Las cinco llagas de la Instrucción Pública» por Ortí Lara en El Pensamiento Español. La ideología de estos profesores debe examinarse como una aportación más al dualismo intelectual y educativo que se está produciendo en la sociedad española. Sólo desde esta óptica creemos posible interpretar las propuestas de los catedráticos progresistas y conservadores, que tienen una preocupación común: la educación. Uno de las aportaciones más interesantes de los docentes del Instituto del Noviciado es el análisis crítico de la educación realizado desde distintos ángulos y con distintos fines. 1.
Los profesores progresistas
Entre los profesores progresistas del Instituto del Cardenal Cisneros nos encontramos con distintas actitudes en lo que concierne a las posi-
188
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
ciones ideológicas. Todas ellas, sin duda, son políticamente progresistas y forman un verdadero mosaico, aunque entre ellos encontramos muy diversos matices: demócratas, republicanos, federalistas. Sin afán de simplificar ni etiquetar, para situarlos tendremos en cuenta tanto sus propias afirmaciones como las que sobre ellos se realizan en 1945 con motivo del I Centenario del Instituto Cardenal Cisneros, así como los cargos políticos que ocupan y sus intervenciones en el Senado, en el Congreso de los Diputados y la prensa madrileña. En primer lugar, comprobamos que se definen como progresistas partidarios del sufragio universal los catedráticos Moya de la Torre, Galdo López de Neira y Campillo y Correa, además del citado Merelo Calvo; son republicanos, en cambio, Ruiz Chamorro, Valentín Morán y Sánchez Pérez, aunque no en todo el período estudiado mantienen las mismas tesis políticas. En cualquier caso, son catedráticos que asumen responsabilidades políticas durante el Sexenio y que las van a mantener hasta finales del siglo XIX. Profesores que buscan en la política las condiciones para mejorar la educación y la situación del país, y a la vez ponen a disposición de la política la formación y prestigio adquirido en la docencia. Son políticos y docentes que, desde sus estrados de oradores o desde sus cátedras, asumen y buscan la mejora de la instrucción pública con la profunda convicción de que la misma conducirá a la regeneración del país. Los progresistas, demócratas o no, concuerdan en la idea de progreso que encierra el porvenir de los pueblos, ya que según las palabras de Merelo Calvo desde la educación la humanidad: Está llamada para sacudir el contagioso letargo en que se encuentra sumida y luchar por la propagación y defensa de las verdades de libertad e igualdad.1
Los progresistas del Instituto del Cardenal Cisneros confían en el esplendor de la inteligencia humana que ha tomado grandeza en la multitud de creaciones y descubrimientos realizados por el hombre a lo largo del siglo XIX: la electricidad, el telescopio, el microscopio..., siempre en la búsqueda de su propio bienestar. Pero, si grande es lo realizado, tienen fe en que mayor es lo que le queda por conseguir, y que el hombre educado lo logrará para su beneficio y el de sus congéneres. Creen en la perfectibilidad del ser humano y confían en que su voluntad 1 GÓMEZ SANTAMARÍA, Alberto: Biografías de los diputados a Cortes de la Asamblea constituyente de 1869..., pp. 20-21.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
189
hará posible que desaparezcan las fronteras, y se hundan las barreras que oprimen el pensamiento.2 1.1. El papel del Estado y la libertad de cátedra En el terreno político, Merelo Calvo se reconoce como progresista, monárquico constitucionalista y demócrata, defensor del principio más valioso: el sufragio universal, el cual legitima el régimen político en la voluntad soberana del pueblo.3 Al Estado le corresponde, según Merelo Calvo, proporcionar una constitución democrática, que podríamos definir como ley que, amparando a todos sin distinción de vencedores ni vencidos, nos ponga en condiciones de la regeneración política, social e intelectual.4 Acerca de la enseñanza y el papel del Estado Merelo Calvo piensa que la enseñanza es un arma terrible que emplean los gobiernos reaccionarios para combatir o afianzar el estado en que se encuentran las naciones. Cree que la solución al problema de la enseñanza está en la libertad y se pregunta: ¿Con qué derecho el Estado asume la facultad de marcar límites, designar los programas seleccionando los conocimientos que deben darse o restringirse, impedir la propagación de las doctrinas o abusar en la designación de los libros de texto?, esto supone un detrimento de las libertades individuales.5
2 MERELO CALVO, Manuel: «La cuestión de la enseñanza», en: Almanaque para la democracia para el año 1866..., p. 62. Esta idea ilustrada del progreso es repetida por el catedrático Merelo Calvo con grandes similitudes con la expresada por Kant acerca del progreso material e intelectual pero especialmente moral. Encontramos que la idea del progreso del género humano hacia lo mejor se consigue a través de la educación; puede consultarse en: KANT, Inmanuel: Pedagogía. Madrid: Akal (Básico de bolsillo), 2003, edición de Mariano Fernández Anguita. 3 Circular, del 19 de octubre de 1868, a los agentes de España en el extranjero, explicando las causas, el carácter y las aspiraciones de la revolución, en: Colección Legislativa de España..., t. C, pp. 334-341. 4 WEBER, Georg: Historia contemporánea (1830-1875)..., p. 219, traducido por Merelo Calvo. 5 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones del Senado», 5 de junio de 1882, p. 2264. Son notables las intervenciones de Merelo Calvo a favor de la abolición de la esclavitud en Cuba. El derecho a la libertad individual y a la igualdad es una de las constantes de las intervenciones de este senador, en el año citado, y según Merelo Calvo, aun existían 700.000 esclavos.
190
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Según este catedrático, el Estado, acogiéndose al principio tutelar, había convertido la enseñanza en un monopolio, y que en nuestro país la centralización fue usada con el criterio doctrinario del partido político de los neocatólicos. Esta percepción, contraria a cualquier intervención del Estado6 en la educación, la mantendrá Merelo Calvo hasta 1885, si bien con distintas matizaciones para progresivamente adecuarse a la realidad. Frente a las actitudes que vienen a defender las ideas centralizadoras del Estado, el catedrático de Historia propone estrechar vínculos entre las enseñanzas privada y pública en una red educativa que coordine a los centros estatales oficiales y a los de ayuntamientos y los centros privados libres, unidos todos ellos para conseguir la instrucción de las masas. Merelo Calvo, como ya hemos expresado, difiere de la opinión aceptada por otros progresistas de que la enseñanza es función del Estado. Cree que la enseñanza es función de la Sociedad, representada por el individuo, la colectividad, la corporación; cree en una idea descentralizada de la educación. Pero, aun siendo consciente de su contradicción, entiende que hasta que llegue el momento en que la acción del Estado deje de ser necesaria y los poderes públicos dejen de tutelar el servicio de la educación, es necesario un Ministerio de Instrucción Pública. Por su parte, Galdo López de Neira se define también progresista y firme defensor del sufragio universal. Considera que el Estado es el elemento favorecedor del progreso y el responsable de poner la instrucción pública primaria al alcance de todos los ciudadanos, porque entiende que la enseñanza es función del Estado. Pese a las distintas concepciones del Estado, Merelo Calvo y Galdo López de Neira coinciden en el Senado defendiendo los temas de instrucción pública y pertenecen a las mismas Comisiones, siempre referidas a la educación7 y sanidad civil, e incluso se ceden el uso de la palabra en la cámara para intervenir de forma indistinta. 6 Circular, de 1 de septiembre de 1869, a los rectores de las universidades explicando la inteligencia que deben darse a las disposiciones dictadas sobre la enseñanza libre y estimulando la creación de Escuelas, el mejoramiento de los Institutos provinciales y puntual pago a los maestros firmada por MERELO CALVO, Manuel, en Colección Legislativa de España..., t. CII, pp. 272-274. También en «La cuestión de la enseñanza» en: Almanaque de la democracia para el año 1866. Madrid, Imp. Universal a cargo de Lucas Polo, 1865, p. 57. 7 Nos referimos entre otras a la Comisión para la creación de Bibliotecas en lugares de mil a cinco mil habitantes, y en la distribución de los bienes recaudados por matrículas y grados. Legislatura 1872-1873. Archivo del Senado. «Diario de Sesiones del Senado», 25 de junio de 1872, p. 2719.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
191
Políticamente, el catedrático de la asignatura de Filosofía, Ruiz Chamorro representa en el Congreso de los Diputados al Partido Republicano Federalista en una sola legislatura,8 sin realizar en ningún caso propuestas o pertenecer a ninguna comisión referida a cuestiones de educación. Además, se reconoce krausista, y como tal adopta el programa de Sanz del Río para el estudio de la Filosofía. Tras los acontecimientos de la II Cuestión Universitaria, este catedrático se considera librepensador. La realidad educativa del país viene determinada por la carencia de recursos básicos de todo tipo, especialmente los concernientes al profesorado y a las infraestructuras existentes. Sin embargo, los demócratas sí ven con buenos ojos el incremento de centros privados, cuyo número llega a cuadruplicarse en Madrid precisamente en los años de gobierno de los progresistas. Ahora bien, para estos profesores la libertad de enseñanza es un derecho pero también un deber que se concibe como el respeto a todas las teorías y sistemas por encontrados y antitéticos que puedan parecer, como aspectos distintos de la verdad, conceptos parciales de un pensamiento superior y gradaciones sucesivas de la ciencia imperfecta pero perfectible.9 La libertad de enseñanza es uno de los derechos más firmemente defendidos por Moya de la Torre, Galdo López de Neira, Merelo Calvo y Campillo Correa, quienes utilizan este término en algunas ocasiones como sinónimo de libertad de ciencia o refiriéndose a varias libertades, abarcando desde la libertad de creación de centros a la libertad del alumno, la libertad de programas y manuales o la libertad de exposición de doctrinas por parte del profesor. En algunas intervenciones en el Senado Merelo Calvo la equipara a la libre investigación científica.10 Igualmente, Moya de la Torre sostiene que la libertad de enseñanza es la más poderosa de las armas para la cultura y la ilustración de los pueblos y el más firme baluarte contra todas las tiranías de cualquier género y linaje. Pide leyes más justas, en consonancia con los principios racionalistas del siglo XVIII, leyes que han de acomodarse a las necesida8 Ruiz Chamorro es elegido diputado por Ciudad Real en la legislatura de 1872. Solo presenta una proposición de ley acerca de la exención de las quintas y el servicio militar. 9 Circular de 1 de septiembre de 1869 firmada por MERELO CALVO, Manuel, en: Colección Legislativa de España..., t. CII, pp. 464-467. 10 Intervención de Merelo Calvo en: Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», 5 de junio de 1882, p. 2264.
192
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
des sociales pero también a los individuos, puesto que la sociedad no es otra cosa que sus individuos. La libertad de enseñanza es una cuestión palpitante, más allá de los deseos de los políticos progresistas, la prensa pone de manifiesto el fuerte choque de esta libertad con la realidad escolar de nuestro país. A modo de ejemplo reproducimos un fragmento de la carta que un maestro dirigió a Merelo Calvo, director general de Instrucción Pública y publicó El Magisterio Español: Maestros que llevan quince meses sin pan, y al abrazo de la libertad se cometen arbitrariedades e injusticias, siendo el maestro el gran sacerdote de la humanidad se le está convirtiendo en el primer pobre de cada pueblo.11
En cuanto al papel de los profesores en la sociedad, Merelo Calvo afirma que los profesores de todas las clases docentes del país formarán en el futuro un solo cuerpo, con las virtudes del prestigio y la responsabilidad necesarias al sacerdocio de la ciencia. En otro momento, del mismo discurso, define a los profesores como: Hombres encanecidos en el servicio al Estado, eminencias profesionales y distinguidas en todas las ramas del saber.12
El estado carece de autoridad para condenar las teorías científicas y debe permitir a los profesores exponer y discutir lo que piensan. Los docentes deben ser libres en la elección de libros de texto y en la formación de programas, porque la enseñanza no es un trabajo automático, ni el eco de lo ajeno. El catedrático merecedor de serlo tiene un sistema y método propio.13 Una de las propuestas menos conocidas es que Merelo Calvo, desde 1884, defiende ardientemente una proposición de ley, que ya había presentado en 1881, para la creación del Ministerio de Instrucción Pública. Dicho Ministerio se ocuparía de los asuntos de la Dirección General de Instrucción Pública, la Imprenta Nacional, el Teatro Real, dependiente de Hacienda y Gobernación, los profesores con destino en Ultramar..., ya que muchos servicios de Instrucción Pública están dispersos en otras tantas dependencias del Estado y esta dispersión es la que crea dificultades 11
El Magisterio Español, Periódico de Instrucción Publica..., 19 de enero de 1870,
p. 3. 12
Intervención de Merelo Calvo en: Archivo del Senado «Diario de Sesiones», 5 de junio de 1882, p. 2719. 13 La Discusión. Diario democrático, 27 de octubre de 1868.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
193
de organización. El objetivo expuesto por el catedrático de Historia es que se concentren en un departamento ministerial todas estas competencias y que en él se pueda prestar atención exclusiva a los asuntos de la enseñanza, con independencia de todo carácter político de tendencia exclusivista, ni de secta determinada. Un año después, en una nueva intervención en el Senado, Merelo Calvo solicita crear este Ministerio para ocuparse de los intereses materiales, pero especialmente morales e intelectuales en que debe fundamentarse la prosperidad del país.14 En esta misma sesión es elegido secretario de la comisión del Senado que se ha de encargar de la creación del Ministerio de Instrucción Pública. Esta Comisión propone la creación de una cartera que se ocupe de la primera y segunda enseñanza, así como de la superior universitaria, profesional, archivos, bibliotecas, museos y academias. Una de las actuaciones que resalta la prensa del momento son sus gestiones para ampliar el horario de apertura de la Biblioteca Nacional hasta las nueve de la noche.15 De esta forma, el catedrático de Geografía e Historia del Instituto del Noviciado presenta durante ocho años el proyecto de creación del Ministerio de Instrucción Pública, aunque siempre apostilla que no pretende que sea para él esta cartera. Aunque no encuentra una fuerte oposición confesa dentro de la Cámara, no logra que se apruebe el proyecto debido a las resistencias de uno u otro partido político y los gobiernos de turno. 1.2. La enseñanza primaria y el bachillerato Otro de los aspectos de gran interés en el Instituto del Cardenal Cisneros es la universalización de los estudios primarios, tema ya debatido en Francia desde la ley Guizot y recogido en la ley del 27 de mayo de 1882. Para los catedráticos progresistas la enseñanza primaria debe ser objeto preferente del Gobierno, ya que es el modo de que el verdadero espíritu de la moderna revolución se infiltre en todas las capas de la sociedad. El objetivo de estos profesores es extender la instrucción primaria hasta conseguir que todos los españoles disfruten de los conocimientos elementales y necesarios para la vida social, y desarrollar, a través de esta situación, las virtudes sociales e individuales. Merelo Calvo propone 14
Archivo del Senado «Diario de Sesiones», 19 de febrero de 1885, pp. 1326-1364. El Sufragio Universal. Diario político defensor de todas las libertades, Año I, viernes 4 de febrero de 1870. 15
194
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
el establecimiento de escuelas de niños y niñas en todos los pueblos, la creación de las clases de párvulos, de adultos y las enseñanzas de sordomudos y ciegos, la creación de las bibliotecas escolares y el perfeccionamiento de maestros.16 La primera enseñanza educa al pueblo y suaviza sus costumbres; la segunda enseñanza abre nuevos horizontes, eleva el nivel de su cultura, prepara el espíritu para recibir toda idea de progreso y perfección y ordena la voluntad para cumplir los fines de la moral y del derecho. Pero, a decir verdad, las palabras mágicas que atraen a los profesores progresistas son enseñanza laica, gratuita y obligatoria con las que pretendían responder a las necesidades de educación del pueblo que ya en Francia se venia discutiendo desde la ley Guizot. Galdo López de Neira fue un firme defensor de la a instrucción primaria, asunto en el que más a menudo y con mayor intensidad interviene en el Senado, con propuestas como la necesidad de que todos los concejales y miembros de las Juntas de Instrucción Pública sepan leer y escribir17 y con reiteradas solicitudes de pago puntual a los maestros por parte de los ayuntamientos para que se respete el más sagrado e imprescindible deber que vienen realizando los maestros, argumentando que es la única vía si se quieren mejoras y adelantos en el porvenir del país,18 llegando a afirmar que: Es función del Estado velar por los siempre olvidados maestros de escuela que parecen condenados a la eterna maldición desde los tiempos antiguos.19
Este catedrático afirma que los políticos tienen la ineludible obligación de velar por la enseñanza y, como consecuencia, por los encargados de ella, y en tal sentido propone, junto con otros catedráticos, incrementar los gastos de Instrucción Pública hasta suponer el veintiocho por ciento del total del presupuesto, es decir, cien millones de reales dedicados a la enseñanza. Entre otras proposiciones que realiza en el Senado destacamos la solicitud de jubilación o la necesidad de las vacaciones de los maestros en la canícula. 16
Circular, de 2 de septiembre de 1869, firmada por Merelo Calvo, en: Colección Legislativa de España..., pp. CII, 469-472. Por analogía con Francia consultar en: REBOUL SCHERRER, Fabienne: La vie quotidienne des premiers instituteurs, 1833-1882, Paris: Hachette Littératures (La Vie quotidienne), 1994, pp. 228-229. 17 Archivo del Senado «Diario de Sesiones», 4 de mayo de 1872, p. 586. 18 Archivo del Senado «Diario de Sesiones», 4 de junio de 1872, pp. 657-658. 19 Archivo del Senado «Diario de Sesiones», 28 de abril de 1880, pp. 1728-1755.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
195
Y, finalmente, recordaremos la proposición de ley para que los ayuntamientos cedan conventos y edificios para crear escuelas, hasta llegar a treinta y cuatro mil escuelas de primaria frente a las tres mil existentes en ese momento en España y mejorar las condiciones de estas, pues la mayoría no dispone de locales adecuados ni de condiciones higiénicas. Solicita además que el Estado asuma los gastos de mantenimiento de estos edificios.20 Los progresistas, entre ellos Ruiz Chamorro, acusan a los neocatólicos de la situación en que se encuentra la educación primaria en España por haberse entregado las escuelas rurales a los curas y propone al igual que se había hecho en Bélgica y en Alemania se nombre maestros y se creen escuelas en todos los pueblos de nuestro país.21 Por lo que respecta al bachillerato Merelo Calvo se plantea las siguientes preguntas: — «¿Qué ha de ser la segunda enseñanza en España cuando tres o cuartas partes de sus hijos no saben leer y escribir, cuando la enseñanza de párvulos y adultos es nula, cuando la instrucción de la mujer, que mañana será madre, está en el más completo abandono?» — «¿Acaso puede la segunda enseñanza prosperar con el absurdo de hacer obligatorio el estudio de lenguas muertas, latín y griego, como parte integrante del bachillerato en artes, lo mismo al abogado, al ingeniero, al médico y al farmacéutico que al arquitecto?»22 Además Merelo Calvo no entiende las razones por las que el Estado sigue contribuyendo con ciento veinte mil reales de 1866 al sostenimiento de cada seminario, fijados según el Concordato de 1851, a la par que las diputaciones provinciales no tienen presupuesto para mantener los institutos. Además, que mientras el gobierno exige al profesorado laico grados, títulos, pruebas, ejercicios y oposiciones para impartir enseñanza, y para los que enseñan en los seminarios basta con la calidad de presbíteros. Para los profesores progresistas la segunda enseñanza se encuentra, por tanto, centralizada en principios restrictivos y en manos de las clases 20
En este caso es contestado por el Ministro de Fomento que «está en el espíritu de los políticos... pero atenderá lo relativo a la Instrucción Pública en cuanto las exiguas condiciones del presupuesto lo permitan», en: Archivo del Senado «Diario de Sesiones», 1 de marzo de 1880, pp. 1141-1142. 21 La Discusión. Diario democrático, Madrid, 27 del 10 de 1868. 22 MERELO CALVO, Manuel: Lecciones Elementales de Historia Universal. Madrid: Agustín de Jubera, 1888, 4.ª edición.
196
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
privilegiadas que van a ocupar el poder y la dirección de la sociedad, por lo que desde su creación se le ha dado un carácter exclusivo y aristocrático, considerándola como mera preparación para la universidad. Las enseñanzas medias están fuera de alcance del pueblo y, así, divorcia unas clases sociales de otras, a la vez que facilita el sometimiento de las clases bajas a las clases más poderosas. El bachillerato oficial, tal y como está concebido, es una red escolar única de arriba abajo, y Merelo Calvo propone modificar este nivel educativo según un criterio racional que borre, por medio de la instrucción, la división y el antagonismo de las diferentes clases sociales, que se mantienen precisamente por la ignorancia del pueblo. La educación secundaria debe ser el punto de enlace para que todos los ciudadanos constituyan un cuerpo social único. Y propone crear cátedras de aplicación, hoy formación profesional, que contribuirían al desarrollo económico del país y a consolidar instituciones propias de la revolución. Por su parte, Galdo López de Neira considera a la segunda enseñanza como la grandiosa obra que tiene por objeto la ilustración de todos los ciudadanos españoles para que constituyan un pueblo verdaderamente libre, puesto que contribuye a conocer los derechos y también contribuye a crear la conciencia del deber, que son correlativos. Con posiciones más realistas que Merelo Calvo, el catedrático de Historia natural asume la defensa de las reivindicaciones de los catedráticos de los Institutos de Alicante y Almería, en el Senado, en una constante adaptación a las condiciones concretas existentes y a sus posibilidades de mejora. 1.3. La educación de la mujer Moya de la Torre y Galdo López de Neira consideran que la educación de la mujer está muy descuidada. La mujer debe ser educada al menos como madre para que sea capaz de crear en sus hijos el sentimiento moral de ciudadanos honrados y libres. Defienden la incorporación de la mujer a todos los estudios, incluidos los universitarios. Proponen en distintos foros la creación de escuelas de niñas23 o la equiparación de los sueldos de maestros y maestras.24 Una vez más, utilizan la tribuna del Senado para solicitar permiso ministerial para matricular alumnas en el
23
Archivo del Senado «Diario de Sesiones», de 2 de enero de 1886, p. 33. Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid: Librería de D. Gregorio Hernando, 1882, pp. 255-258. 24
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
197
Instituto de Segunda Enseñanza del Cardenal Cisneros y la Universidad.25 Ahora bien, la formación de la mujer que solicitan los catedráticos progresistas del Instituto del Cardenal Cisneros no es como una persona libre e independiente, sino como reproductora física y sobretodo de los principios democráticos en sus hijos. En el mejor de los casos Galdo propone la formación de la mujer como un derecho cívico, jamás para ejercer derechos políticos. Este problema también crea controversia en el país vecino, será en 1880 cuando Camille Sée proponga en el Senado la creación de liceos para las mujeres con una pedagogía femenina específica26 y en ellos van a poner sus ojos los progresistas del Instituto del Cardenal Cisneros. 1.4. Las ideas religiosas Con respecto a la religión, Merelo Calvo insiste en la idea de que el Estado no es pedagogo, ni constructor, ni comerciante, ni industrial, pero tampoco patrocinador de inmunidades, privilegios, franquicias y monopolios como los que posee la clase eclesial.27 Propone que sea el Estado el que garantice la libertad e igualdad de cultos, sin sostener relaciones oficiales con ninguno de ellos. Todos los profesores progresistas del Instituto del Cardenal Cisneros creen que los fines de la educación deben venir marcados por las nuevas necesidades sociales y no por la Iglesia. Argumentan que el Estado no puede comprometerse a sostener un solo culto determinado, ni por consiguiente a sus ministros; lo equitativo es que el Estado se comprometa a sostener todos los cultos o ninguno. En 1869 Merelo Calvo cree que puede que la religión católica sea la verdadera, pero si hay un español que no la sigue ¿en virtud de qué derecho se le puede imponer como la única verdadera y además obligarle a contribuir al mantenimiento del culto y sus ministros? Por otra parte, considera que la religión católica no es la única verdadera, ni la única
25 Archivo del Senado «Diario de Sesiones», sesión de 26 de octubre de 1881, p. 1263. 26 Para el estudio de la educación de las mujeres en Francia consultar en: OZOUF, Mona: L’École, l’Église et la République, 1871-1914..., pp. 93-102 y en: REBOUL SCHERRER, Fabienne: La vie quotidienne des premiers instituteurs, 1833-1882..., pp. 255-259. 27 Intervención parlamentaria de Merelo Calvo, Archivo del Congreso de Diputados «Diario de Sesiones», 26 de abril de 1869, pp. 1374-1379.
198
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
que profesan todos los españoles, de ahí que no corresponda otorgarle privilegios en el campo de la educación, y, a la vez, le parece poco oportuna la vigencia de un Concordato que impone la enseñanza de la religión católica con exclusión de otras. Los demócratas del Instituto del Noviciado creen en el progreso infinito del hombre en la libertad absoluta de conciencia, la separación entre la Iglesia y el Estado, y afirma que una cosa es la importancia del elemento religioso y otra cosa es identificar este elemento con la religión verdadera. La situación en cuanto al hecho religioso es realmente conflictiva, tanto dentro como fuera del Instituto del Cardenal Cisneros, y se manifiesta en la pregunta parlamentaria que realiza Moreno Nieto acerca de las intenciones del Gobierno de prohibir en las escuelas de España la enseñanza de la Religión, como se ha realizado ya en la segunda enseñanza en 1868. Merelo Calvo expone que: Si el Estado imparte la enseñanza católica, porque así está admitido en la legislación del país, debe darla para todos los que con igual título e igual derecho de ciudadanos viven bajo la acción del Gobierno del Estado; si la da a los católicos, la habrá de dar a los judíos, protestantes, mahometanos y a todas las demás religiones.28
Las luchas que se mantienen en la prensa en 1869 y los primeros meses de 1870 son confusas y plagadas de malentendidos. Así, el catedrático de Historia, siendo director general de Instrucción Pública, es acusado por Menéndez Pelayo de haber sugerido elaborar una circular en la que encargaba a los maestros de escuela la supresión de la enseñanza religiosa. El catedrático-político niega la existencia de esta circular y acepta que en la confusión propia de 1869, algunos interesados falsificaran dicha circular. Menéndez Pelayo, no conforme con estas explicaciones, sigue acusando a Merelo Calvo por no perseguir suficientemente a los falsificadores.29 La secularización de la enseñanza es consecuencia forzosa de la libertad religiosa, libertad que no significa indiferencia del Estado, ni que éste deje de considerar como un gran elemento de progreso social al cristianismo, y menos que pretenda hostilizarlo y perseguirlo. En ningún texto de Galdo López de Neira o Moya de la Torre se niega la existencia 28
Intervención parlamentaria de Merelo Calvo, Archivo del Congreso de Diputados «Diario de Sesiones», 26 de abril de 1869, p. 1379. 29 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los heterodoxos españoles..., t. IV, p. 430.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
199
de Dios, si bien es cierto que se plantean una concepción más racional de las creencias religiosas. Prueba de ello es que el primero seguirá reproduciendo en sus libros de texto las tesis del Génesis para justificar la formación de la Tierra o la aparición del hombre en ésta. Pero la mejor prueba de esta afirmación son los elogios que la prensa católica va a otorgarle por sus intervenciones en el senado, solo un reproche:30 Tuvo la desgracia de acceder a ser político y afiliarse al partido progresista, que es el que menos progresa...
En Campillo y Correa existe una clara afirmación de la existencia de Dios en su obra poética, especialmente en la titulada Nuevas Poesías. Estos profesores proponen la defensa de la enseñanza laica que obedecerá siempre a la ciencia y a la razón. El catedrático de Filosofía Ruiz Chamorro tomará una actitud más radical al cuestionar la infabilidad del Papa en su manual escolar. Finalmente, en el Senado, Merelo Calvo niega la necesidad de la existencia del Consejo de Instrucción Pública, si bien tanto los profesores progresistas como neocatólicos del Instituto de Noviciado no sólo lo aceptan sino que forman parte del mismo, ya sea como consejeros o como miembros de las distintas comisiones, y esto incluye al propio catedrático de Historia. 2.
Los profesores conservadores
Entre los denominados profesores conservadores destacamos al catedrático de Filosofía, Juan Manuel Ortí Lara, que durante los años que permaneció en el Instituto defendió las tesis más tradicionalistas, especialmente cuando éstas eran referidas al papel de la Iglesia en la educación. En la visión trascendente del hombre y su destino Ortí Lara no está solo en el Instituto del Noviciado. El catedrático de Retórica y Poética, Romero Aznárez, y el también catedrático de Griego y presbítero, Pedro Lax Urbina, comparten esta idea, aunque de forma más flexible y transigente. Ortí Lara reconoce, con gusto, las reformas legales de Orovio y es esa coyuntura política la que aprovecha el catedrático de Filosofía para publicar una colección de artículos, bajo el título de «Las cinco llagas de la Instrucción Pública» en El Pensamiento Español. El filósofo neocatóli30
En la revista La Enseñanza Católica, 28 de diciembre de 1872, pp. 131-132.
200
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
co considera que el plan de 1845 es el que ha permitido que penetrara el germen heterodoxo en la enseñanza pública en España, y sobre el que se asienta la secularización de los estudios para los neocatólicos. 2.1. La secularización de la enseñanza Ortí Lara se hace eco del pensamiento de Balmes al entender que desde 1845 se establece en España la funesta lucha entre Iglesia y Estado que conduce a convertir la enseñanza en un monopolio del Estado, y a que este último pueda utilizar la educación como instrumento eficaz de barbarie y ruina. Para Ortí Lara el objetivo de esta secularización es: Convertir a los jóvenes en enciclopedias vivientes, llenarles las cabezas de ciencia y vanidad, y educar jóvenes cortesanos para intrigantes políticos, y no como a siervos de Dios.31
Desde el plan de 1845, el modelo de alumno propuesto por la secularización de la educación es el producto de personificar la suprema inteligencia, se trata de instruir discípulos al modo del doctrinarismo ecléctico francés, formados a su vez por los modelos importados de Alemania. En el mismo artículo que estamos citando, Ortí Lara define la enseñanza secularizada de la siguiente manera: Es el fruto que produce el árbol prohibido de la ciencia que la razón cultiva por sí misma después de emancipada de la Iglesia católica.
De esta forma, para el catedrático de Filosofía, la enseñanza secularizada es el principio protestante, formulado en el Syllabus como grave error al asumir el régimen de escuelas públicas el Estado. La libertad de pensamiento, la soberanía del orden civil en la inteligencia humana emancipada de la Iglesia, produce fanatismo al negarle a la Iglesia la soberanía intelectual. Para el catedrático neocatólico, Ortí Lara, los dos grandes errores de la secularización de la enseñanza son: — Considerar como verdades absolutas el saber, el progreso y libertad; y que se confié en que sólo pueda haber progreso intelectual en la sociedad civil y no en la eclesiástica. 31 ORTÍ LARA, Juan Manuel, en: El Pensamiento Español, lunes, 25 de marzo de 1867, p. 1.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
201
— Desposeer a la Iglesia del dominio de la inteligencia implica forzosamente la exclusión absoluta de la Iglesia de la enseñanza. Este error es gravísimo, pues vulnera la misión divina: «docente omnes gentes». Ortí Lara define la educación inadecuada como la primera llaga de la enseñanza pública que surge por el tipo de educación, que no está basada en el principio católico. La educación inadecuada se realiza en los establecimientos dirigidos por los seglares, presentando éstos la moral como una tesis y no como un código, la Religión y la Moral se convierta en una asignatura que es preciso aprender como cualquiera otra para aprobar el curso, en lugar de ser el modelo, la regla, el principio de todos los actos. Este catedrático se pregunta: ¿Quién debe educar? ¿La paternidad natural de los padres cristianos que ejercen una especie de sacerdocio en la educación de sus hijos? ¿Los sacerdotes que, con una vida ejemplar, se consagran a formar al joven y tratan de dispensar los dones de la educación con eficacia, con ternura y con la pureza de un amor desinteresado? Ortí Lara crítica a aquellos profesores que han aprendido el oficio en el Emilio de Rousseau, es decir, en las Escuelas Normales, y son partidarios de la educación por la ciencia, saber falso que empieza por donde acaba el impío. Y se pregunta: ¿Qué provecho puede esperarse para el alumno y el corazón de los niños de la educación que le dan a tantos reales por día?32
Así, en sus publicaciones, una y otra vez, le parece necesario definir quiénes son los llamados por Dios para educar a la juventud. 2.2. La segunda enseñanza y los manuales escolares. «Los textos muertos» La segunda llaga de la enseñanza pública es la acumulación de asignaturas. Desde 1857 los alumnos de segunda enseñanza deben estudiar catorce asignaturas en cinco años, lo cual produce, según el profesor neocatólico, Ortí Lara, un estado de angustia y desaliento mortales en alumnos y padres. A este problema se une la confusión de eludir los estudios verdaderamente necesarios para formar la inteligencia. Para Ortí Lara en el diseño
32 ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las siete llagas de la Instrucción Pública», en: El Pensamiento Español, 27 de marzo de 1865, p. 1.
202
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
de la enseñanza secundaria de la ley Moyano sobra un poco de todos los estudios, pues las ordenanzas contribuirán a formar con los alumnos una especie nueva de eruditos a la violeta, pero no aprenderán la metafísica, la ciencia raíz de la que todos proceden, la ciencia de las razones supremas de las cosas.33 Así, la filosofía según Ortí Lara queda en ese diseño gubernamental reducida a la Psicología, ciencia del alma humana, y a la Lógica; pero olvida la Ontología, la Cosmología y la Teodicea. Ortí Lara encuentra en este planteamiento de la filosofía la influencia del psicologismo francés de Víctor Cousin, psicologismo que es engendrado, para los tradicionalistas, desde el panteísmo. Las razones últimas para entender los planteamientos neocatólicos, según este catedrático, son: la falsa idea que da al hombre el poder de la razón humana, a la cual se rinde culto, a la vez que, al suprimir la verdadera fe, el alumno procede a juzgar por su propia razón y capacidad todas las cosas divinas y humanas, lo temporal y lo eterno. Otra llaga más de la enseñanza oficial para Ortí Lara son los «textos muertos» definidos como libros dañinos adoptados como textos entre los profesores Estos textos muertos sirven para: Herir el entendimiento y el corazón al convertirse en oráculos donde pone las sentencias el Gobierno que las autoriza.34
El Gobierno, al escoger los libros escolares, busca que contengan lo esencial de la sabiduría de cada materia y así los ofrece como poseedores de la verdad científica que con suma autoridad van a penetrar en la inteligencia de los alumnos. De modo que la autoridad de los manuales escolares puede confundir a los alumnos con sofismas en vez de ilustrarlos con verdades y virtudes. Ortí Lara mezcla en otro apartado manuales escolares con otro tipo de libros, y habla de la nefasta influencia del enciclopedismo y el naturalismo, previniendo sobre aquellos libros escolares que parecen asépticos, como las Matemáticas, pero que pueden contener errores nefastos para los alumnos. 33
ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las siete llagas de la Instrucción Pública», en: El Pensamiento Español, 29 de marzo de 1867, p. 2. 34 ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las siete llagas de la Instrucción Pública», en: El Pensamiento Español, Martes, 2 de abril de 1867. Para el estudio de la enseñanza de la asignatura de Filosofía en bachillerato puede consultarse en: HEREDIA SORIANO, Antonio: Política docente y filosofía oficial en la España del s. XIX: la era isabelina. Salamanca: Instituto de Ciencias de la Educación, 1892.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
203
2.3. El papel del profesor. «Los textos vivos» Los «textos vivos» son los catedráticos que profesan doctrinas anticatólicas públicamente y, además, lo manifiestan en distintas publicaciones.35 Uno de los libros más duramente criticado por los neocatólicos es el titulado Psicología o ciencia del alma, del catedrático krausista Ruiz Chamorro. En El catecismo de los textos vivos,36 Ortí Lara dedica dos capítulos completos a refutar las tesis de Ruiz Chamorro. El método que utiliza Ortí Lara es el de pregunta-respuesta para, de forma minuciosa, página a página, ir polemizando las doctrinas krausistas expuestas por Ruiz Chamorro, las cuales están despojadas de cualquier referencia a Dios. Por su parte, Ruiz Chamorro en esta confrontación con los neocatólicos del Instituto del Noviciado, afirma que: Estos en su fanatismo aceptan cual verdades infalibles algunos dogmas, misterios y cosas que no se comprenden, y que la fe ciega debe quedarse únicamente para los espíritus perezosos, que abdican su autonomía y su personalidad en extrañas autoridades, especie de servidumbre.37
Ortí Lara consideró que este «texto vivo» —el profesor Ruiz Chamorro, catedrático de Filosofía, que ocupó su vacante tras la separación del profesor neocatólico en el Instituto del Noviciado— era un insulto a los católicos, y le contesta cuestionándole su independencia, al considerarlo discípulo de Sanz del Río y de Tiberghien. Ortí Lara entiende que el profesor krausista del Noviciado no ve ciencia posible para el hombre sin los principios y sistemas de Sanz del Río, y pregunta: ¿Quién es más servil, aquel que sirve al dogma o el que sirve a la razón?38
En esta batalla se interroga Ortí Lara si esta idealización de Sanz del Río es lo que el catedrático Ruiz Chamorro llama independencia y dignidad, y añade: ¡Oh caecas hominum mentes! 35 ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las siete llagas de la Instrucción Pública», en: El Pensamiento Español, Viernes, 5 de abril de 1867. En esta situación encontramos en el Instituto de Noviciado a Merelo Calvo y Galdo López de Neira. 36 ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las siete llagas de la Instrucción Pública», en: El Pensamiento Español..., pp. 2-48. 37 RUIZ CHAMORRO, Eusebio: Psicología o ciencia del alma. Madrid: Segundo Martínez, 1876, p. 28. 38 ORTÍ LARA, Juan Manuel: El Catecismo de los textos vivos..., pp. 6-7.
204
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Para los conservadores, el profesor se presenta ante los alumnos con la investidura académica, que lo transforma en autoridad de la ciencia. El alumno, según los profesores neocatólicos, escucha al profesor con instinto de fe, con la conciencia de su propia ignorancia y el convencimiento de la superioridad del profesor, verdadero oráculo por el que se trasmiten opiniones, sentencias y dogmas de fe. Cuando estos profesores, bajo el nombre de la libertad y el progreso, amparados por los sistemas filosóficos y políticos, aprovechan la cátedra para difundir el error, es obligación de la sociedad purgar de la enseñanza estos textos vivos. Ortí Lara entiende que con este modelo de enseñanza oficial están los gobiernos creando una sociedad ilustrada a la moderna: incrédula, charlera, superficial, que se encargará a su vez de ilustrar a las masas. La ley establece la educación obligatoria de la infancia en las escuelas de instrucción primaria. El grave problema para el filósofo está en encomendar esa educación-sacerdocio a los maestros de las Escuelas Normales; ya que de estas escuelas salen apóstoles de la idea, enemigos del culto divino.39 2.4. El papel del Estado en la educación En las teorías opuestas entre sí acerca del papel del Estado, planteadas desde el concepto de evolución o desde el concepto de creación,40 es donde con mayor claridad Ortí Lara explica la doctrina relativa a la naturaleza y al fin propio del Estado. Para el catedrático neocatólico los términos de evolución y creación son los polos opuestos de las dos concepciones del ser y de la realidad; atea y racionalista una de ellas, cristiana la otra. Ortí Lara critica en esencia estos puntos del evolucionismo: — El Estado es Dios. — La Iglesia no está sobre el Estado, ni fuera del Estado, sino que el Estado hace las veces de la Iglesia.
39
ORTÍ LARA, Juan Manuel: «Las siete llagas de la Instrucción Pública», en: El Pensamiento Español. Martes 9 de abril de 1867. 40 ORTÍ LARA, Juan Manuel: Teorías opuestas entre si acerca del Estado y su fin según que proceden del concepto de evolución ó del concepto de la creación: discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en la recepción pública del Sr. D. Juan Manuel Ortí y Lara el día 23 de Abril de 1899. Madrid: Impr. de San Francisco de Sales, 1899, p. 79.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
205
— El Estado es fin absoluto e inmóvil y, como tal, posee el derecho supremo sobre los individuos. — La supremacía, en cuanto al ser de los individuos, es ser miembros del Estado. Para Ortí Lara, el concepto de Estado es fabricado por la idea moderna, ilustrada, que es hija legítima del protestantismo y la filosofía incrédula, nos conduce a la escuela sin Dios. El Dios real recibe el nombre de Dios-Estado, fin de sí mismo, fuente única del deber y del derecho, de quien reciben los individuos todo lo que les hace falta para la plena realización de su esencia. No hay para los individuos un destino supremo y personal, ni ideal de perfección, ni vida bienaventurada y eterna. Esta escuela laica va introduciéndose: De forma traidora en la enseñanza oficial con las propiedades de gratuita y obligatoria. De esta manera el Estado, acogiéndose a la gratuidad y obligatoriedad de la escuela, ha encadenado al carro de su triunfo a la humanidad entera.41
Por otra parte, para Ortí Lara el darwinismo ha pretendido ser una explicación científica del origen, naturaleza y constitución de los seres naturales. Esta teoría explica la psicología, la historia, la religión, la familia y el derecho, llegando a convertirse en una filosofía de la política. Pero según este profesor, de la doctrina de la evolución no sale ni puede salir el concepto verdadero de Estado. Su concepto surge únicamente de la filosofía iluminada por la fe representada dignamente en las escuelas; filosofía que reconoce en Dios, creador y ordenador del mundo físico y moral, el principio y fin de todas las cosas. Ortí Lara concluye que la teoría de la evolución es, pues, una hipótesis absurda porque no es ciertamente producto de la experiencia, sino de la imaginación apoyada en sofisticadas razones. Ortí Lara achaca al Estado la maldad de permitir que se construyan escuelas donde los jóvenes no sean educados en la obediencia a Dios, sino en la obediencia a los hombres que ostentan el poder terrenal. Según el catedrático neocatólico, los países donde el Estado ha ganado la batalla a la escuela cristiana han sido Bélgica y Francia. En Bélgica la ley, elaborada al dictado de las logias masónicas, según el catedrático de Filosofía, es duramente criticada por los neocatólicos
41 ORTÍ LARA, Juan Manuel: Teorías opuestas entre sí acerca del Estado y su fin según que proceden del concepto de evolución ó del concepto de la creación..., p. X.
206
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
porque permite que los libros de enseñanza sean aprobados por el Gobierno, sin necesidad de licencia eclesiástica. En este país europeo, los ministros de los diversos cultos dan enseñanza religiosa antes o después de las horas de clase y, a esto se añade, que para ser nombrado maestro, sólo se necesite ser belga y tener el título correspondiente. Peor situación representa para Ortí Lara la ley francesa de educación de 1850, inspirada en el doctrinarismo ecléctico de Guizot y Cousin, que consideran la enseñanza libre del yugo de la Iglesia, sitúa al país vecino como «una nación sin Dios». Como ya hemos manifestado, Ortí Lara se inspira en el pensamiento neoescolástico italiano y en los textos de San Severino y el padre Liberatore, y en la Summa contra los Gentiles de Santo Tomás. Y escribe que en España la cuestión de la enseñanza desde 1845 está sometida a un combate entre el catolicismo y su mayor enemigo, el progresismo, y, así, considera injusto y pernicioso el empeño del estado moderno por usurpar a la Iglesia la función de la enseñanza que el Señor le ha encomendado. De esta manera, los neocatólicos entienden que se debe reconocer y respetar el derecho de los padres y su sagrada obligación de proveer de salud moral y felicidad eterna a sus hijos mediante la educación y la enseñanza. Asimismo, según este filósofo, el fin para el que se fundan las instituciones docentes es formar cristianos dignos de este nombre, mediante la formación intelectual y moral y mediante la instrucción: por esta razón el ministerio de la enseñanza recta debe recaer en la Iglesia, ya que ha creado, crea y creará instituciones docentes para formar cristianos dignos. Por consiguiente, para este catedrático ni el Estado ni las Cortes deben legislar sobre la educación, porque este asunto pertenece exclusivamente a los padres de familia, los cuales, en esto, están sometidos directamente a la jurisdicción del gran Padre. Para Ortí Lara el verdadero progreso es la perfección y la felicidad que nos espera en la patria definitiva. Ortí Lara rechaza toda forma de idealismo y sensualismo como incompatibles con las tesis aristotélico-escolásticas, al tiempo que cree que el único tipo viable del espiritualismo creyente es la filosofía de Aristóteles comentada por los doctores escolásticos, y principalmente por Santo Tomás.42
42
Reproducido en: VIÑALS, Antonio: Estudios filosóficos y sociales sobre la enseñanza y educación en la cuestión religiosa. Con motivo de algunas conferencias dadas en el Ateneo de Madrid con una carta prólogo de J. M. Ortí Lara. Madrid: Est. Tip. Atilano, 1903, p. 156.
LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROFESORES
207
Pero este debate no es singular en el Instituto del Cardenal Cisneros, también en Francia la prensa y los políticos toman posturas relativas a derechos que el estado francés posee con respecto a la educación de la juventud, acerca de la legitimidad de «una moral sin Dios» y entrelazado con las discusiones acerca de la libertad de enseñanza, tomando las posturas más radicales los monárquicos y algunos republicanos.43 Recordamos que ante la Revolución de 1868, la desaparición de la asignatura de Religión en los dos sistemas de bachillerato, y la necesidad de jurar la Constitución de 1869; los profesores conservadores manifiestan su disconformidad de la siguiente manera: — El presbítero Pedro Lax Urbina solicita, y le es concedida, la jubilación. — Romero Aznárez es separado pese a que acepta jurar la Constitución, poniendo a salvo su fe, a la religión católica y a la Iglesia. — Muñiz Vega afirma que acepta solamente el credo político, pero su fe no le permite realizar el juramento y también es separado. Ortí Lara no acepta jurar esta Constitución por ser contraria a su credo religioso. En este caso, su comportamiento es perfectamente coherente en su lógica confesional y dogmática.
43 Para una perspectiva de la situación en Francia: OZOUF, Mona: L’École, l’Église et la République, 1871-1914..., pp. 149-160.
CAPÍTULO 6 LOS ALUMNOS
En el análisis de los elementos personales que estamos realizando, los alumnos del Instituto del Noviciado representan uno de los actores imprescindibles del quehacer educativo de esta institución. Pretendemos presentar datos cuantitativos referidos a: — El porcentaje de los alumnos de primaria que solicitan matricularse en este Instituto y que acceden a él. — La procedencia social y geográfica de dicho alumnado. — El incremento gradual de la matrícula de segunda enseñanza en los distintos períodos estudiados. — El número de alumnos que obtienen el título de grado de bachiller. — Los resultados académicos de segunda enseñanza. En cuanto al número de alumnos matriculados también detallaremos el lugar que ocupa el Instituto del Cardenal Cisneros en el distrito universitario y en el resto de los distritos, así como la distribución por edades y modalidades del alumnado. Los datos referidos a los resultados académicos nos permiten profundizar en las respuestas que buscamos: ¿Cuántos alumnos que ingresan en segunda enseñanza logran alcanzar el Título de Grado y, por lo tanto, acceder a la universidad? ¿Cuántos años permanecen en el Instituto? ¿Existen diferencias entre los discípulos matriculados en la enseñanza oficial y los de los colegios adscritos en cuanto a los resultados académicos? Posteriormente, nos detendremos en las percepciones dispares que se producen en el tema de la disciplina y los valores morales y sociales que
210
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
se transmiten a los alumnos en virtud de las opiniones de los profesores conservadores y progresistas, así como en la proyección social de los alumnos del Instituto del Noviciado. En relación con éstos hemos realizado un breve estudio de la pervivencia del profesor en la memoria de los alumnos. Estos alumnos, al escribir sus memorias o autobiografías, recuerdan a sus catedráticos del Instituto del Noviciado. 1.
El examen de ingreso
El plan Pidal en 1845 sólo exige a los alumnos que deseen cursar la segunda enseñanza tener cumplidos nueve años de edad y aprobar un examen. Esta ordenación de la etapa secundaria no concreta nada acerca de los contenidos de este examen. La ley de Instrucción Pública1 tampoco especifica el tipo de examen, por lo que tendremos que esperar hasta 1858 para conocer que el alumno para ingresar en los institutos, necesita aprobar un examen de lectura, escritura, ortografía y las cuatro reglas aritméticas. En el Reglamento de segunda enseñanza de 1859 se establecen nuevamente los requisitos para ingresar en estas instituciones docentes:2 — Acreditar mediante partida de bautismo haber cumplido nueve años de edad. — Aprobar un examen de las materias que comprenden la primera enseñanza elemental y, especialmente, de lectura, escritura, ortografía y las cuatro reglas. — Los catedráticos de primer año de Latín y Castellano serán los jueces de este examen. La prueba se popularizó con el nombre de examen de ingreso y ha estado vigente hasta la ley de Educación de 1970. Los profesores del Noviciado vieron siempre estas medidas como insuficientes, pues, ni la edad ni el nivel de conocimientos adquiridos en la escuela de primaria y requeridos para el ingreso eran garantía para alcanzar el éxito escolar. En la apertura de curso de 1859-1860, el director Tramarría Carranza alega que la edad de los bachilleres no les permite seguir tantas asignatu1
Ley de Instrucción Pública, de 9 de septiembre de 1857, en: Colección Legislativa de España..., artículo 17, p. 258. 2 Reglamento de segunda enseñanza de 1859, en: Colección Legislativa de España..., t. LXXX, p. 289.
211
LOS ALUMNOS
ras y alega que ésta es una de las dificultades para el correcto aprovechamiento de los estudios de bachillerato. Pero este director mantiene la postura contraria un curso después, pues afirma que ni el crecido número de alumnos matriculados ni su corta edad son impedimentos para la buena marcha del Instituto. A partir de 1861 se fija de forma definitiva la edad de acceso3 a los institutos de segunda enseñanza en diez años, siempre que superen una prueba general que demuestre los conocimientos de la instrucción primaria completa. Estos conocimientos se demostraban en una prueba global de doctrina cristiana, lectura, escritura, principios de aritmética y gramática castellana. El número de alumnos que se examinan para ingresar en el Instituto de Noviciado va aumentando en la misma proporción que el número de matrículas, duplicándose entre 1863 y 1876. Alumnos de instrucción primaria que se examinan para ingresar en el Instituto Curso
Presentados
Aprobados
% Aprobados
Suspensos
% Suspensos
1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77
381 339 448 483 599 543 499 566 632 758 586 728 548 686
357 324 427 453 589 520 483 532 601 742 572 698 496 654
93,70 95,58 95,31 93,79 98,33 95,76 96,79 93,99 95,09 97,89 97,61 95,88 90,51 95,34
24 15 21 30 10 23 16 34 31 16 14 30 52 32
6,30 4,42 4,69 6,21 1,67 4,24 3,21 6,01 4,91 2,11 2,39 4,12 9,49 4,66
Fuente: Memoria estadística, catálogos e inventarios de todo lo concerniente al Instituto de primera clase del Noviciado en los cursos citados.
3 Real decreto, del 21 de agosto de 1861, modificando el plan de estudios de segunda enseñanza pues los resultados aconsejan que la edad de ingreso se establezcan en 10 años, pues a los 9 no se termina convenientemente la primera enseñanza ni se sigue con aprovechamiento los estudios de la segunda enseñanza, en: Colección Legislativa de España..., t. LXXXVI, pp. 206-207.
212
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Con estos datos podemos afirmar que el nivel de aprobados en el acceso a la educación secundaria es muy alto, entre el noventa y el noventa y ocho por ciento. Si la prueba de control de acceso no es selectiva, parece evidente que la barrera para acceder a los estudios de segunda enseñanza no estaba en el examen de ingreso. Las dificultades para cursar los estudios de secundaria vienen determinadas por distintos factores, tanto económicos como culturales y sociales, que iremos definiendo. 2.
Procedencia social y geográfica de los alumnos
Cualquier visión del Instituto del Noviciado deberá incluir este apartado para poder justificar la afirmación que venimos realizando acerca de que esta institución cumple con la exigencia de formar los alumnos cuyas decisiones van a pesar en la sociedad madrileña. En principio, los alumnos a los que les corresponde matricularse en nuestra institución corresponden a la población estudiantil del cuartel Norte de Madrid o de las distintas provincias, que tienen en común una situación socioeconómica privilegiada. En un eje imaginario que trazamos desde el paseo del Prado, siguiendo por la carrera de San Jerónimo, la Puerta del Sol, y la calle Mayor hasta llegar a Palacio, distinguimos que los alumnos que les corresponde matricularse en el Instituto del Noviciado son los que residen al norte, mientras que en el Instituto de San Isidro han de cursar el bachillerato aquellos que habitan al sur de este eje. A la vez, el emplazamiento de cada instituto de Madrid hizo que desde el primer instante se asignase a cada uno de ellos un signo social distinto. Nos expresaremos con las palabras de Pío Baroja, escritor de la época y antiguo alumno del Instituto de San Isidro: El del Noviciado recoge la población escolar de los barrios altos y de centro, y el de San Isidro la de los bajos.4
Y efectivamente, esta diferencia es especialmente visible en los colegios incorporados, ya que al Instituto del Noviciado se adscribieron casi todos los centros religiosos importantes. Los colegios serán los creados a
4 BAROJA, Pío: «La última vuelta del camino. I, familia, infancia y juventud; Final del siglo XIX y principios del XX» en: Obras completas. Madrid: Biblioteca Nueva, 1948, p. II, 216.
LOS ALUMNOS
213
la vez que los ensanches del barrio Salamanca, Chamberí y la barriada de Moncloa, barrios habitados por la burguesía adinerada madrileña, lugares donde residen los poseedores del dinero y de las rentas, y que se sitúan entre las calles de Fortuny, la Ronda de Recoletos, Almagro y las cercanías de la Puerta de Alcalá. Al Instituto del Noviciado a partir de 1868 se incorporan también alumnos de las calles Goya y Serrano, pertenecientes al recién creado barrio del marqués de Salamanca. Madrid ha sido siempre un foco de atracción para la burguesía periférica. La burguesía agraria absolutista con títulos de nobleza, la burguesía propietaria de las fincas urbanas, los rentistas ociosos y la burguesía comercial necesitan un título académico que el Instituto del Noviciado puede facilitar. Su adquisición, la que supone el cursar estudios secundarios, es la llave para el acceso a la universidad. En la sociedad madrileña, socialmente estratificada, la segunda enseñanza imponía las diferencias correspondientes a la categoría social. Los estudios de segunda enseñanza fueron dirigidos en la época estudiada a una élite con poder económico, de la que las capas bajas eran excluidas. Con estos estudios de bachillerato se consolidaba una forma de distinción social. El Instituto del Noviciado completaba su alumnado con jóvenes adinerados de todas las provincias de España, tradición que ha venido conservándose entre la burguesía española hasta bien entrado el siglo XX. En este sentido, Gil de Zárate escribe que, durante los primeros años de la creación de los institutos, la emigración de los alumnos pudientes a los Institutos de Madrid supuso para las provincias cercanas a la capital que sus institutos tuvieran una gran merma de matrícula, ya que las familias preferían mandar a sus hijos a la Corte donde esperaban una formación más sólida, y, sobretodo, un ascenso más rápido.5 Para conocer la procedencia social y económica de los alumnos hemos tomado como indicadores los apellidos de los mismos y detallado el papel que ocuparon posteriormente en la sociedad. Por lo que se refiere a los apellidos, en la época estudiada, encontramos a Diego de Madrazo y Ruiz Zorrilla, Queipo de Llano y Fernández de Córdoba, Cristino Martos Lloret, Cánovas del Castillo y Vallejo, Sebastián Espoz y Mina, Fernández Amador de los Ríos, Méndez Vigo, Núñez de Arenas, Gayoso de los Cobos, marqués de la Vega Armijo, conde de Toreno, Primo de Rivera... 5
GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción Pública en España..., t. II, p. 122. Los Institutos cercanos a Madrid son los que menos prosperan y menos alumnos tienen, el Instituto de Cuenca ha estado siempre vacilante, el de Ávila no prospera y el de Guadalajara tuvo que cerrarse durante varios cursos».
214
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Todos ellos son hijos de clase burguesa decimonónica con profesiones liberales como médicos, abogados, intelectuales, miembros aventajados de la burocracia y militares de alta graduación, y ellos mismos, como testifican sus apellidos, serán médicos, abogados, catedráticos, altos funcionarios de la administración, etc. En cualquier caso pesarán en la vida española, porque definirán orientaciones, tendencias, solucionarán los problemas e intereses burgueses y mostrarán actitudes concretas ante la vida social y política; de esta forma están reproduciendo su clase social. Los alumnos del Instituto de Noviciado estudian bachillerato para acceder a la universidad, y es precisamente el hecho de poseer esa instrucción lo que les diferencia de los otros sectores. Estos alumnos poseen una relativa altura y dignidad económica que les permite una activa relación social y política al terminar sus estudios. Van a ser dirigentes de la sociedad y van a mostrar capacidad de decisión en los aspectos políticos, económicos, sociales, eclesiásticos y culturales. 3.
La matrícula y los gastos de la segunda enseñanza
La matrícula de segunda enseñanza adquiere gran significado para la familia burguesa, supone el inicio del camino y el paso previo en el que se materializan las expectativas que se han formado para sus hijos; hijos que serán bachilleres y que así habrán comenzado el itinerario hacia la licenciatura en la universidad. Con la matrícula se abonan unos estudios que no tienen valor en sí mismos, sino que adquieren sentido en el futuro universitario del hijo. Estos estudios ratifican su pertenencia a una clase social privilegiada. Los alumnos pagarán6 por derecho de matrícula 120 reales, abonándolos en dos plazos: el primero al solicitar la inscripción y el segundo antes de entrar en el examen del curso. A partir de 1868 el Gobierno señala como época para el pago del segundo plazo de matrícula en los institutos el mes de marzo, disponiendo que los alumnos que no hubieran satisfecho el primero de abril estas cantidades sufrirán un recargo del veinticinco por ciento, anulándose la matrícula si el último día de curso no se hubiese hecho efectivo el pago. Esta forma de pago se modificará a partir de 1877 al fijarse un solo plazo para abonar los derechos de la matrícula. El pago se realizará en el 6 Real orden, del 24 de julio de 1868, disponiendo cuando ha de pagarse el segundo plazo de la matrícula en los Institutos de Segunda Enseñanza, en Compilación Legislativa de Legislación Pública..., p. 202.
LOS ALUMNOS
215
mes de septiembre, entregando ocho reales en concepto de derecho de matrícula por cada asignatura de los estudios generales de segunda enseñanza, sea esta oficial, privada o doméstica. Los derechos de matrícula se abonarán en los Institutos de Madrid en timbres o sellos especiales de pagos al Tesoro. Los gastos que por término medio necesita hacer una familia durante los años de la segunda enseñanza varían en función de la modalidad educativa elegida por los padres: — Los jóvenes que siguen los estudios en la enseñanza doméstica serán los que más gastos causarán a sus familias, pues si bien el control moral y religioso es mayor, económicamente les resulta más gravoso. A partir de 1859 hay que abonar los honorarios a los profesores debidamente autorizados por el instituto. Esta modalidad educativa compensa económicamente si el padre necesita educar a dos o más hijos o si se reúnen los hijos de varias familias. — Los jóvenes de provincia que se desplazan a Madrid deben sufragar su estancia en los colegios privados o en las pensiones que oscilan entre tres mil quinientos y siete mil quinientos reales anuales. — La modalidad más económica será la de los alumnos que residiendo en Madrid acuden al Instituto para cursar la modalidad de enseñanza oficial. Los gastos comunes a las tres modalidades citadas serán los que el alumno ha de abonar para realizar el examen de ingreso: veinte reales, y además ciento veinte reales cada curso por derecho de matrícula. En segunda enseñanza se pagan ocho reales por asignatura que, como el bachillerato constaba al menos de catorce asignaturas, suponen un total de ciento doce reales. Los derechos de examen suponían cinco reales por asignatura, incrementándose en setenta reales los estudios de secundaria. A esta cantidad hay que sumar la matrícula del Grado de Bachiller, que asciende a trescientos reales, y la expedición del título que supone doscientos reales más. De esta manera, un alumno de segunda enseñanza por derechos de matrícula, exámenes, títulos y grado abona mil doscientos setenta reales, cantidad que equivale aproximadamente a trescientas diecisiete pesetas de la época. Esta cuenta se incrementa con los gastos por manuales escolares de adquisición obligatoria para los alumnos. El importe por manuales escolares de los cinco años de duración de los estudios de secundaria asciende a ciento veintiséis pesetas, equivalente a quinientos seis reales. De suerte que, calculando que el alumno empleará al menos cinco años en
216
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
cursar los estudios generales de segunda enseñanza, los gastos que deberá abonar su familia son: — Mil doscientos setenta reales por matrícula y derechos de examen. — Entre tres mil quinientos y siete mil quinientos reales anuales por gastos de mantenimiento y asistencia. — Quinientos seis reales por gastos de libros de texto. Nuestros cálculos coinciden con otros,7 realizados en la época, que hablan de cantidades que oscilan entre seis mil y cuarenta mil reales como gastos de un alumno de bachillerato. Este importe se produce en los años en que un profesor de instituto percibía entre ocho mil y doce mil reales anuales. Además, este capital que consume una familia en los estudios del hijo no produce réditos, intereses que, calculados a interés compuesto, ascienden hasta cinco mil doscientos reales para las cantidades expuestas. Y, todos estos gastos sólo conducían a la adquisición del derecho a empezar los estudios en la universidad. La cuantía económica que importaban estos estudios no estaba al alcance de todos los ciudadanos. Gómez Rodríguez de Castro escribe que la burguesía raramente ha cuestionado la falta de gratuidad de la enseñanza secundaria; porque prefiere pagar con tal de detener a los que no pueden hacerlo a las puertas de este filtro, lo cual garantiza que a los estudios superiores sólo llegaran los miembros de su clase.8 La segunda enseñanza es cara, como también lo es en Francia, los datos publicados nos indican que los gastos para cursar el bachillerato en los liceos reales de Paris ascendían a setecientos cincuenta francos anuales, en la época que un profesor percibía entre mil doscientos y dos mil francos anuales. Para formalizar la matrícula la secretaría del Instituto del Noviciado estaba abierta los quince primeros días de septiembre y, en casos excepcionales, hasta el día 30 de ese mes, en un horario que podía alcanzar hasta las doce de la noche. El alumno, acompañado por el padre o encargado, presentaba una instancia con su dirección y recibía en la secretaría una cédula, en la que 7
TORREMOCHA, Gregorio: Guía de los Jefes de Familia o instrucción de cuanto es indispensable que sepan para dirigir con acierto a sus hijos acerca de las cuarenta carreras que hay en España. Madrid: Imp. Manuel Anoz, 1859, p. 57. 8 GÓMEZ RODRÍGUEZ DE CASTRO, Federico, «De la Didáctica a la matética», en: Historia de la educación, Revista Interuniversitaria. Salmanca: Ediciones Universidad de Salamanca, n.º 17, 1998. Para los datos en Francia de la época se puede consultar en: PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800-1967..., 1968, pp 30-34.
LOS ALUMNOS
217
constaban las asignaturas matriculadas y las obligaciones que contraía. Los alumnos eran incluidos en la lista de los catedráticos y recibían una papeleta por asignatura en la que se había matriculado; en la secretaría también se le entregaba el número de orden para el examen. A partir de 1858 no se permite al alumno, en ningún caso, cursar al mismo tiempo asignaturas que le obliguen a asistir a más de tres clases en un día; no se tiene en cuenta en este máximo las clases de doctrina cristiana, religión y moral, dibujo y repaso de lectura y escritura.9 Esta situación es modificada en los cursos comprendidos entre 1868 y 1874. A raíz de la Revolución de 1868 los alumnos tienen libertad para cursar el número de asignaturas que deseen y en el orden que crean oportuno. En el Instituto de Noviciado estas reformas no son bien recibidas, pues los escolares cursan más asignaturas y sin el orden que algunos catedráticos consideran deben realizarse, y especialmente aquellas que se refieren al bachillerato moderno. Esta laxitud en la trama de la segunda enseñanza es interpretada como una constante fuente de abusos y desórdenes, ya que se vive como una excesiva libertad y falta de control, lo cual conduce a la anarquía. Suaña Castellet acusa al gobierno de permitir que algunos alumnos cursen a la vez asignaturas de la segunda enseñanza y de la facultad. La libertad de enseñanza es duramente criticada, pues supone dejar la matrícula a la elección y arbitrio del alumno. El Instituto de Noviciado, por estar enclavado en el mismo corazón de la Universidad Central y por el elevado número de bachilleres, se resintió sobremanera de este desorden en la matriculación, llegando a crear problemas de disciplina en estos seis cursos. Ya con el orden restablecido en la Restauración, en el Instituto del Cardenal Cisneros se ve con agrado la incompatibilidad establecida entre ciertas asignaturas, evitando la posibilidad de que el alumno curse según sus capacidades la enseñanza secundaria. A la vez, la secretaría del Instituto de Noviciado solicita mayor rigor en los traslados de matrícula.10 Traslados que se producen en gran número y con frecuencia por la falta de previsión de los padres en cuanto a qué tipo de enseñanza conviene más a sus hijos, eligiendo al azar el colegio e ignorando la fecha y los 9
Real decreto, de 26 de agosto 1858, en Colección Legislativa de España..., t. LXVIII, p. 246. 10 Esta queja es elevada al Conde de Toreno que dispone, en la Real Orden de 23 de abril de 1877, fuertes restrinciones para el traslado de matrícula y para la admisión a examen de prueba de curso y grados académicos en: Compilación Legislativa..., p. 225.
218
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
modos de realización de la matrícula. El secretario alega que estos traslados conducen a la falsificación de los documentos académicos. Los traslados de alumnos desde los institutos de provincias a Madrid son justificados por el flujo de empleados civiles y militares, que de forma constante llegan a la cúspide política y económica del reino en cada cambio político. Los traslados de matrícula también son numerosos entre los alumnos de los dos Institutos de Madrid. 3.1. Evolución de la matrícula y su comparación con los datos nacionales y del distrito universitario La evolución de la matrícula en el Instituto de Noviciado es ascendente. Partiendo de mil doscientos cincuenta y un alumnos en el curso de 1858-1859 se multiplica en el periodo estudiado, llegando a matricular tres mil doscientos sesenta y cuatro alumnos en los estudios de segunda enseñanza, números que suponen un diez por ciento del total de la matrícula nacional en esta etapa educativa.
Cursos
Matriculados en segunda enseñanza
Matrículas de Grado
1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77
1.251 1.369 1.479 1.508 1.585 1.699 1.586 1.771 1.934 2.707 2.825 2.711 2.865 2.481 2.178 2.888 3.264 2.453 2.368
94 153 136 149 172 166 177 136 120 139 216 196 181 243 425 399 413 309 300
Fuente: Memoria estadística, catálogos e inventarios de todo lo concerniente al Instituto de primera clase del Noviciado en los cursos citados.
219
LOS ALUMNOS
Este aumento en la matrícula se debe a: — Mayor número de alumnos en la modalidad de enseñanza oficial que solicitan matricularse en el Instituto del Noviciado. — Mayor número de colegios adscritos, colegios que se crean principalmente en el Sexenio, en la misma medida en que crecen los nuevos barrios burgueses de Madrid: Salamanca, Chamberí y Argüelles. El mismo fenómeno ocurre en las matrículas de Grado, pues al ser muy alto el porcentaje de alumnos que aprueban el bachillerato, también lo es el de los que solicitan y aprueban el Graduado de Bachiller. Sin embargo, pese a ser uno de los institutos con mayor concentración de alumnos, encontramos que el bachillerato moderno, sin latín, no es elegido por los alumnos, probablemente por tener más asignaturas y, por tanto, necesitar más años para cursarlo. Además, la situación se complica, pues este incremento de matrícula no va acompañado del aumento de profesores correspondientes. Esto motiva que en algunas asignaturas estén matriculados un número superior a trescientos. alumnos, por lo que resulta necesario dividir las clases en secciones. División esta que exige la designación de un profesor auxiliar para cada asignatura o bien el que el catedrático imparta dos lecciones diarias por el mismo sueldo. Con estos datos podemos afirmar: — Madrid es el distrito universitario que aporta mayor número de alumnos matriculados en segunda enseñanza al total de los que la cursan
Distribución de alumnos matriculados por distritos universitarios Distrito Universitario
Madrid Barcelona Granada Oviedo Salamanca Santiago Sevilla Valencia Valladolid Zaragoza Total
N.º de alumnos
% nacional
5.356 4.099 2.254 1.127 1.263 2.045 4.407 3.928 3.314 1.995
18 13,8 7,6 3,8 4,2 6,9 14,8 13,2 11,1 6,6
29.788
100
220
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Zaragoza 6,6
Valladolid 11,1
Madrid 18 Barcelona 13,8
Valencia 13,2
Sevilla 14,8
Santiago 6,9 Salamanca 4,2
Granada 7,6 Oviedo 3,8
Fuente: Boletín Oficial del Ministerio de Fomento de 1876, primer semestre de 1877, pp. 156-189. Datos referidos al curso 1876-1877.
en España. Supone un dieciocho por ciento del total nacional, frente al catorce coma ocho por ciento de Sevilla o al trece coma ocho por ciento y al trece coma dos por ciento de Barcelona y Valencia, respectivamente. — Madrid posee más alumnos matriculados porque recibe también más alumnos de las provincias. — En el mismo curso, y dentro del distrito universitario de Madrid, el Instituto de Noviciado es el que mayor número de alumnos matriculados presenta: un cuarenta y cuatro coma cuatro por ciento del distrito. — La matrícula en el Instituto del Noviciado es tan numerosa que supone, en todos los cursos estudiados, entre el siete y el diez por ciento de la media nacional.
Situación del Instituto del Noviciado en el distrito de la Universidad Central de Madrid Institutos del D. U. de Madrid de 1876-77
N.º alumnos
% distrito
% nacional
Noviciado S. Isidro Toledo Ciudad Real Segovia Cuenca Guadalajara Total distrito
2.382 1.777 412 323 168 156 138 5.356
44,4 33,2 7,7 6 3,1 2,9 2,6
8 6 1,4 1,1 0,6 0,52 0,46 18
Total nacional
29.788
221
LOS ALUMNOS
N.º de alumnos en el distrito universitario de Madrid Segovia Cuenca 156 168 Ciudad Real 323
Guadalajara 138 Noviciado 2.382
Toledo 412
S. Isidro 1.777
Fuente: Boletín Oficial del Ministerio de Fomento de 1876, primer semestre de 1877, pp. 156-189.
Comparación de la matrícula de segunda enseñanza del Instituto del Noviciado con la media nacional Cursos
N.º de alumnos de España
N.º alumnos Noviciado
%
1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72
19.728 20.898 21.478 23.179 27.086 28.803 26.435 26.939 28.698 31.497 36.331 38.811 34.595
1.345 1.522 1.615 1.657 1.865 1.763 1.907 2.054 2.846 3.041 2.907 3.046 2.724
6,75 7,29 7,52 7,15 6,89 6,12 7,22 7,73 9,91 9,65 8 7,85 7,88
Fuente: Boletín Oficial del Ministerio de Fomento de 1876, primer semestre de 1877, pp. 156-189.
3.2. Distribución de los alumnos matriculados por modalidades educativas y edades En los cursos 1858-1859 y 1859-1860 no se incorporan los alumnos de enseñanza doméstica, ni de los colegios, pues unos y otros corresponden indistintamente a los dos institutos de la Universidad Central y constan en los asientos de matrícula sin el deslinde que se realiza a partir de 1860.
222
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Destacamos: — El incremento de los alumnos matriculados en la enseñanza oficial en todos los cursos, a excepción de: El curso 1861 a 1862 por cambiar la edad de acceso de los alumnos de nueve a diez años. Cursos
E. Oficial
E. Doméstica
C. Privados
1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77
711 789 761 697 735 770 710 801 959 1.336 1.198 1.373 1.747 1.419 824 1.081 938 746 587
— — 60 69 61 69 71 57 43 139 617 — — — — — — — —
— — 650 724 781 842 805 903 932 1.232 1.010 1.338 1.118 1.062 1.354 1.807 2.326 1.707 1.781
Fuente: Memoria estadística, catálogos e inventarios de todo lo concerniente al Instituto de primera clase del Noviciado en los cursos citados.
En los primeros cursos de la Restauración por el nuevo modo de realizar la matrícula por cursos completos y no por asignaturas, y tal vez porque el Instituto sufre las consecuencias de la innovación realizada en el Sexenio. El aumento de la enseñanza privada es constante a lo largo del período estudiado, y este aumento está en consonancia con los colegios que se van adscribiendo al Instituto. En la enseñanza privada el número de alumnos matriculados asciende de forma gradual, hasta llegar a triplicarse. La edad de comienzo de los estudios de segunda enseñanza es de diez años y la duración de los estudios era de cinco ó seis años según el plan de estudios. Estos datos hay que analizarlos en combinación con los referidos al alto porcentaje de alumnos que no se presentan a examen.
223
LOS ALUMNOS
Distribución por edades de los alumnos Curso
9a
10 a
11 a
12 a
13 a
14 a
15 a
16-19
20 o +
Total
1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68
147 — — — — — — —
200 518 349 381 339 448 483 599
186 181 264 346 256 290 211 325
192 127 251 260 198 208 293 307
212 207 166 182 219 193 219 302
216 135 167 185 155 136 205 343
144 111 104 117 170 134 169 209
85 155 182 124 124 165 117 348
97 74 102 104 125 197 237 274
1.479 1.508 1.585 1.699 1.586 1.771 1.934 2.707
Fuente: Memoria estadística, catálogos e inventarios de todo lo concerniente al Instituto de primera clase del Noviciado en los cursos citados.
Pero podemos comprobar que el núcleo de alumnos comprendidos entre dieciséis y veinte años es cada vez mayor, indicándonos que los alumnos repiten asignaturas y dilatan el tiempo de permanencia en el instituto. Así, la segunda enseñanza puede durar más de diez años para algunos alumnos, pues las repeticiones son frecuentes. Esto indica que se va formando en el Instituto del Noviciado una bolsa cada vez mayor de alumnos que superan la edad de veinte años y por tanto crean mayores problemas de disciplina. 4.
Resultados académicos
Con los cuadros que a continuación presentamos podemos concluir que el grado de eficacia de este bachillerato es muy alto; el nivel de aprobados es superior al ochenta por ciento, entre los alumnos que se presentan a examen, llegando algún curso al noventa y dos coma tres por ciento. El objetivo de este alto porcentaje de aprobados es el de asegurarse «clientes» y, de paso, afianzar la segunda enseñanza ante la desconfianza de los padres. También la selección socioeconómica de los alumnos al inicio de la escolaridad facilita este gran número de aprobados. El nivel de expectativas de los alumnos de segunda enseñanza es otro criterio que debemos tener en cuenta para medir el éxito escolar. El alumno cursa el bachillerato porque piensa optar a los estudios superiores parece que no le importa los años que tarde en obtener el titulo de secundaria. No se incorporan en este cuadro las matrículas de las asignaturas de Religión y Repaso de lectura y escritura, que no se califican: la asistencia a esta clase es suficiente para ser valorada positivamente.
224
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Datos generales de porcentajes de aprobados Cursos
Aprobados de segunda enseñanza (%)
Aprobados de Grado (%)
1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77
85,13 90,36 85,90 87,99 85,10 88,51 88,41 92,38 90,20 82,40 79,42 80,20 82,40 79,10 84,83 78 81,30 82,50 85,25
80 94 88,20 87,30 76 80 82,50 73 82,50 80,30 70 68,39 72 75 87,10 80,40 82,80 75,40 82
Cuadro de alumnos aprobados y suspensos sobre el número de presentados Curso
N.º matriculados
N.º de matrículas
Presentados
Aprobados
Suspensos
1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75
761 697 735 770 710 801 959 1.336 1.198 1.373 1.747 1.419 824 1.081 938
3.341 2.213 2.104 2.360 2.374 2.469 3.248 3.004 3.572 4.811 5.008 5.208 4.978 5.097 2.583
1.339 1.295 1.316 1.356 1.344 1.572 1.927 1.590 2.430 3.952 3.681 3.778 3.875 4.129 2.346
1.236 1.139 1.123 1.114 1.195 1.425 1.655 1.425 2.254 3.134 2.706 2.693 3.090 3.494 1.717
103 156 193 242 149 147 272 165 176 818 975 1.085 785 635 629
Fuente: Memoria estadística, catálogos e inventarios de todo lo concerniente al Instituto de primera clase del Noviciado en los cursos citados.
LOS ALUMNOS
225
Asimismo los datos de Latín I y II están incluidos, aunque los exámenes sólo se realizan en septiembre, con los exámenes extraordinarios. La nota más destacada es el alto porcentaje de alumnos que no se presenta a examen. Pero, si más del ochenta por ciento consigue terminar el bachillerato, necesita para ello entre cinco y diez años. La selección «natural» de alumnos está condicionada por una situación económica desahogada, tanto para poder abonar los gastos de la educación como para mantener a un miembro de la familia que no produce durante los más de cinco años que cursa estos estudios. A la hora de calificar los institutos de secundaria utilizan los siguientes términos: sobresaliente; notablemente aprovechados; buenos, equivalentes a la nota que en la actualidad supone bien; y medianos, como equivalente a aprobado, y reprobados, es decir, suspensos. En muchos casos el número de medianos supera la suma de sobresalientes, notables y buenos. En el estudio de los alumnos del Instituto del Noviciado, comprobamos en todo el período estudiado las siguientes constantes: — El alto porcentaje, entre el noventa y el noventa y ocho por ciento, de los alumnos que solicita el ingreso para cursar los estudios de bachillerato en esta institución y accede al Instituto. El examen de ingreso no es determinante para acceder a los estudios de secundaria. — Los alumnos del Instituto del Noviciado estudian el bachillerato para acceder a la universidad, el objetivo es aprobar el examen de Grado. — Cursar los estudios de segunda enseñaza en el Instituto del Noviciado de Madrid supone, en términos económicos, entre seis mil y cuarenta y un mil reales, cantidades que alejan de estos estudios a gran parte de la población. — Madrid es el distrito universitario que aporta el mayor número de alumnos matriculados de segunda enseñanza al total nacional, el dieciocho por ciento. Dentro del distrito universitario, el Instituto del Noviciado es el que más alumnos matriculados presenta, cuarenta y cuatro por ciento del total del distrito. — El alto porcentaje de alumnos que no se presenta a examen y vuelve a matricularse de nuevo en el Instituto posibilita que se cree una bolsa cada vez mayor de alumnos que superan la edad de veinte años sin haber superado el bachillerato y que crean los mayores problemas de disciplina. — El éxito académico de los alumnos que se presentan a examen es muy alto, en algunos cursos llega a superar el noventa por ciento.
226
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Distribución de notas entre los alumnos aprobados Curso
Sobresalientes
Notablemente aprovechados
Buenos
Medianos
Totales
1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68
116 135 119 71 99 72 152 210
171 168 151 120 117 142 164 223
303 350 327 336 295 344 465 409
646 486 526 587 686 867 574 588
1.236 1.139 1.123 1.114 1.195 1.425 1.655 1.425
Fuente: Memoria estadística, catálogos e inventarios de todo lo concerniente al Instituto de primera clase del Noviciado en los cursos citados.
5.
La disciplina
Presentamos a continuación un análisis de la disciplina y los valores morales transmitidos, tanto desde la perspectiva de la práctica real como de los deseos expresados por los catedráticos del Instituto del Noviciado. La disciplina y los medios para su aplicación son contemplados en el Reglamento de segunda enseñanza de 1859, clasificando las faltas de disciplina en leves y graves, y los castigos proporcionales al grado de la falta. Desde el mismo momento que el alumno se matricula en el Instituto, queda sujeto a la autoridad escolar dentro y fuera del establecimiento y debe asistir obligatoriamente y con puntualidad a las clases y guardar la debida compostura. La disciplina en la época moderada (1844-1868) El tema de la disciplina y el control del comportamiento de los alumnos es una de las máximas preocupaciones de los directores de todas las instituciones educativas. La primera noticia11 del Instituto del Noviciado que trasciende a la prensa se refiere a las protestas de los padres por las peleas y pedradas que se producen a la salida de clase de los bachilleres con los mozos de los Cuatro Caminos. 11
El Heraldo, del 25 de septiembre de 1846, p. 1.
LOS ALUMNOS
227
En el Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros localizamos un legajo de 1858 en el cual el profesor Sebastián Fernández se dirige al director, Tramarría Carranza, en los siguientes términos: Con el más vivo pesar y afectado del más profundo disgusto, me es forzoso participar a Ud. que los estudiantes de la clase de Retórica se han portado distinguidamente y escandalosamente mal, faltándome al respeto de forma descortés. Sin recibir ayuda de los bedeles, que están ocupados, y temiendo que el escándalo tomara mayores proporciones y se me arrogara algún desacato más grave, he tomado la resolución de abandonar la clase e informar a Ud., para que aplique un ejemplar castigo a los alumnos o exponga al Rector que soy poco a propósito para el cargo. Acompaño a Ud. la nota que acaban de presentar unos alumnos, que se han presentado en mi habitación, negándome ser los componentes en el cargo, a que se han hecho acreedores sus compañeros.12
La intervención del director es suficiente para restablecer el orden. En esta carpeta no encontramos ningún oficio dirigido al rector notificándole esta falta de los alumnos. Tenemos constancia de otro problema ocurrido al profesor Valeriano Fernández Ferraz, profesor auxiliar de Letras y de Religión y Moral cristiana en 4.º y 5.º curso, por el tumulto organizado por los alumnos. El profesor nos informa en un oficio del 12 de mayo de 1859: Al tiempo que pasaba lista, se promovía un gran desorden entre los alumnos y me vi precisado a levantar la clase. Al salir de clase, me encontré rodeado por los mismos alumnos, que a gritos descompasados y descompuestos, además pretendían insultarme. Esta turba casi amenazadora me persiguió hasta salir a la calle y quiso abrumarme a fuerza de griterío y escándalos.
El director Tramarría Carranza instruye un oficio para informar al rector. Los bedeles le habían notificado los pormenores de lo ocurrido y así lo relata el director a su jefe superior: El profesor ha tomado una actitud amenazadora respecto a los alumnos y, al estar colocados en la puerta de salida y tener algunos alumnos paraguas, han causado una lesión en las narices del alumno D. Pantaleón García González.13 12
Archivo del Instituto s/c. Expediente del profesor 13 Archivo del Instituto s/c. Expediente del profesor
del Cardenal Cisneros. Carpeta de Profesores Auxiliares. citado. del Cardenal Cisneros. Carpeta de Profesores Auxiliares. citado.
228
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En ambos casos, el director Tramarría Carranza intenta conjugar la rigidez de la norma escrita en el Reglamento con la actitud de un paternal. El objetivo es encontrar una moral de obediencia para el mantenimiento de la disciplina de los alumnos. Estos hechos excepcionales resultan de gran interés para del estudio de la aplicación de la disciplina teórica impuesta por el Reglamento de segunda enseñanza. Tramarría Carranza justifica la necesidad de esta normativa en la falta de autoridad de los padres y en la falta de medios coercitivos de los profesores. Se busca que los discípulos aprovechen el tiempo, asistan con puntualidad a clase y observen buen comportamiento para obtener buenos resultados, pues no solo la ciencia se adquiere en las aulas sino también las virtudes sociales, la base del bienestar de los individuos, el indestructible apoyo del orden de los estados. Aranguren14 equipara la felicidad con la prosperidad, entendiendo esta prosperidad como el progresivo enriquecimiento de los individuos que componen la nación. Esta idea ilustrada de la consecución de la prosperidad mediante el esfuerzo y el trabajo será la base de la educación y del orden expuesto por todos los directores en la época estudiada. Se aprende a ser hombre virtuoso en el instituto, y virtuoso es el laborioso, el sobrio, el que se esfuerza, el útil frente al inútil, que se asocia con el vago, pero también con el vicioso; y, así, se demanda de los alumnos que correspondan con su aplicación, aprovechamiento y buena conducta para ilustrar la inteligencia y ennoblecer el corazón El aprobado es fruto de la laboriosidad y del esfuerzo, mientras que a los alumnos negligentes no les queda más que la amargura y el castigo de la desaplicación y el suspenso. Estos alumnos así disciplinados son definidos en el Instituto del Noviciado como: Futuros ornamentos y glorias de la patria, jóvenes escogidos que han optado por el buen camino con plena fe para que nuestra patria recobre el lugar preferente que en los pasados tiempos ocupó entre todos lo pueblos civilizados.15
14 LÓPEZ ARANGUREN, José Luis: Moral y Sociedad. La moral social española en el siglo XIX. Madrid: Cuadernos para el Diálogo, 1974, pp. 15-24. 15 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1867 a 1868..., p. 19. En una clara alusión a un pasado constantemente idealizado.
LOS ALUMNOS
229
Como estamos exponiendo, la formación moral de los alumnos está basada en un sentimiento de obediente docilidad, a la vez que en un aprendizaje de conductas que faciliten la continuidad de las virtudes burguesas. En el Instituto del Noviciado están buscando alumnos que en el futuro sean emprendedores en el mundo de la economía, en el de la política y en el de los negocios de la sociedad madrileña, a la vez que inmovilistas16 en los planteamientos sociales. Se transmite el no a los grandes cambios, a la revolución o la desestabilización del orden establecido, tanto dentro del Instituto como de la sociedad. Si el objetivo es instruir a las nuevas generaciones, esta instrucción debe producirse dentro de un clima adecuado, entre iguales, entre aquellos que tengan los mismos objetivos políticos, religiosos y sociales y que puedan dar continuidad a los idearios burgueses. En el plano religioso, también se le exige al alumno la huida de la novedad, a la vez que devoción en el credo de sus padres. De esta forma el orden terrenal se suma al orden divino impuesto por la escolástica. Estos alumnos, que: Han sido cultivados en la fe católica, aprenden a separar las malas hierbas ayudados por la luz de la religión de sus padres, considerada única y verdadera, y que les servirá para poder distinguir las buenas de las malas ideas y es través de la antorcha de la religión donde los alumnos adquieren los sanos principios para adquirir la felicidad a que se puede aspirar en este mundo.17
Aranguren expone la doble moral del siglo XIX en España, doble moral que estos alumnos vivieron en el contraste de la moralidad social y religiosa que les está exigiendo, frente a la inmoralidad política y financiera que se están viendo en la sociedad moderantista. Al conformismo y religiosidad que se le exige al alumno, se une la creación en él de un sentimiento de elegido, privilegiado, y se le requiere un comportamiento como tal. Dentro de estos privilegiados aun se establece una clase superior, que son los premiados, conceptuados como sobresalientes entre los 16
Esta actitud inmovilista llega a ser física, pues el alumno alcanzará el éxito sino se mueve de su asiento y mantiene el hábito de la atención constante: «el éxito lo conseguiréis si durante vuestra permanencia en clase os halláis pendientes de los labios de vuestros dignísimos maestros [...] dispensadores de vuestra alegría que como una especie de arquitectos el Señor os ha proporcionado para echar sólidos cimientos en el edificio de vuestra prosperidad». En: TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1860 a 1861..., 14-15. 17 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1865 a 1866..., pp. 9-10.
230
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
sobresalientes, orgullo del Instituto y futuro orgullo de la patria, son alumnos que honran al Instituto del Noviciado. El premio es fruto de la aplicación, del talento y la conducta del alumno; y tiene por objetivo estimular y provocar la perseverancia, así como el deseo de emulación de los alumnos. Tramarría Carranza al dirigirse a los discípulos premiados, los cita como: Noble estímulo por penetrar en los secretos de la ciencia y ser los primeros en el aula, y mañana serán los primeros también en difundir los sanos principios de la Ciencia y la Moral Cristiana.18
La disciplina en el Sexenio En el Instituto del Noviciado la Revolución de 1868 representa la esperanza de cambio, que se expresa en la necesidad de una nueva sociedad, y se refleja en el deseo de interesar a los alumnos en el uso prudente de los nuevos derechos como ciudadanos para conseguir que lleguen a ser hombres honrados, virtuosos, instruidos, útiles a la sociedad y a sí mismos, y hasta célebres notabilidades del país.19 Las virtudes que se buscan en el alumno son la moralidad, el trabajo y la libertad que se adquiere con la constancia en los estudios, y una fe robusta en el progreso para cooperar en la obra grandiosa de la regeneración social. Los profesores progresistas desean enseñar el uso prudente de la libertad, que el discípulo comprenda y practique la libertad recién conseguida, pero sin olvidar la laboriosidad. El joven que educamos debe ser tan virtuoso como sabio, tan prudente en el uso de su libertad como laborioso. De esta manera encontramos que la acción moral es la que está presidida por una máxima acorde con la ley moral. No basta con actuar de acuerdo con la ley, hay que actuar así por la ley misma. En este sentido queremos ver que el propósito de los progresistas se enlaza en la corriente ilustrada que marca actuar conforme a y por el deber que en términos kantianos es sinónimo de libertad. La formulación del postulado de la libertad de los alumnos para los progresistas es irrenunciable, pues, al igual que Kant, sin esta no es posible moralidad alguna.20 18
TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1862 a 1863..., p. 14. 19 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1869-70..., p. 11. 20 KANT, Inmanuel: Pedagogía. Tres Cantos (Madrid): Akal, 2001, p. 21. Edición de Mariano Fernández Enguita.
LOS ALUMNOS
231
Esta libertad no es entendida por los alumnos ni tampoco por gran parte de los profesores, pues creen que en este anárquico período los institutos se van a transformar en centros de holganza e indisciplina. Las posturas de los conservadores y progresistas en cuanto a la disciplina de los alumnos están enfrentadas de la siguiente manera: — El secretario del Instituto del Noviciado manifiesta que, a pesar de la libertad del plan de Ruiz Zorrilla, se enorgullece de estar en uno de los pocos establecimientos que ha conservado su disciplina en medio del general desorden. — Frente a la anterior manifestación nos encontramos con la percepción de los profesores progresistas, que entienden que con la libertad están educando a los alumnos que serán más afortunados, pues construirán un país más rico, ilustrado, pacífico y laborioso.21 Ahora bien, frente a las teorías nos encontramos una nota informativa en El Magisterio Español escrita en forma de pregunta retórica al profesor X, el cual ha encerrado varios días en el Instituto a los alumnos para castigar sus faltas. El redactor requiere al catedrático la reflexión sobre estos castigos que no se avienen con las ideas modernas que rigen la Instrucción Pública.22 Aunque breve, esta noticia escolar no cita al profesor, pero la identificación debía ser fácil, al menos para la comunidad del Instituto del Noviciado. La disciplina en los primeros años de la Restauración (1874-1885) Por su parte, la Restauración confía también en la educación secundaria para sacar a la patria de la decadencia moral y religiosa en que se encuentra tras los gobiernos de la revolución. El secretario del Instituto, Suaña Castellet solicita del alumno que aporte su trabajo personal, pues: Dios impuso la ley del trabajo y, según la expresión del Génesis, que el hombre ha de fecundar el suelo con el sudor de su rostro.23 21
MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1870-71..., p. 16. 22 El Magisterio Español Periódico de Instrucción Pública. Órgano General de los Establecimientos de Enseñanza. Defensor de los intereses y derechos de los catedráticos y maestros. Madrid: Imp. R. Lebajos, 1869, 25 de octubre, p. 2. Pertenecen al Consejo de Redacción: Galdo López de Neira, Moret, Madrazo, Figuerola, Lázaro Bardón, Jerónimo Bravo, Echegaray. 23 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase del Noviciado del curso 1876-77..., p. 8.
232
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Hemos observado que la educación de los alumnos del Instituto del Noviciado consistía en la formación de una élite política e intelectual. Esta educación es entendida como una receta mágica en la que se coordina el orden, la laboriosidad y la religiosidad en la institución escolar. 6.
La proyección social de los alumnos del Instituto del Noviciado
Si como ya hemos anticipado los diversos modelos de educación habían tenido en el Instituto del Noviciado el primordial propósito de preparar a la élite, esta conclusión se ve confirmada cuando comprobamos que son muchos los alumnos que pasan por las aulas del instituto y que ocupan posteriormente puestos de relevancia social, política o cultural. En este apartado nos centraremos en unos cuantos nombres. Por otra parte, queremos pensar que el profesor prolonga su existencia en la memoria de cada alumno, razón por la que expondremos los recuerdos de algunos de estos estudiantes cuando, autores ya consagrados, los reflejan en sus memorias autobiográficas u otras modalidades del género del yo. De esta manera comenzaremos afirmando que de los 50.904 alumnos que pasan por el Instituto de Noviciado en sus treinta y dos años de existencia, hay algunos que desempeñan las primeras dignidades de la Iglesia y del Estado, notables oradores, escritores, periodistas, magistrados, militares y profesores. El Instituto de Noviciado es considerado por sus profesores uno de los centros más importantes de España en cuanto al número de alumnos matriculados, pero también en cuantas inteligencias privilegiadas que tuvieron la oportunidad de pasar por sus aulas. La lista de alumnos que presentamos es incompleta, al haberse cedido una parte de los expedientes al Archivo Histórico Nacional, estando estos expedientes mezclados con los de la Universidad Central. Los libros de matrícula de determinados cursos no existen, o están ordenados por asignaturas y no por cursos. De aquí que la enumeración de los alumnos que realizamos está elaborada con los datos de las Actas de los Tribunales de Exámenes. Algunos de los alumnos del Instituto del Noviciado en la época estudiada son: Segismundo Moret; Alejandro Groizard; Borja Gayoso de los Cobos, Conde de Toreno; Francisco Silvela; Fermín Lasala; Marqués de Vega Armijo; Juan Espina Crespo; Nemesio Fernández Cuesta; Valeriano y Juan Fernández Ferraz; Pelayo Quintero de Atauri; Ramón Menéndez Pidal; Antonio Aguilar Casado; José Cánovas del Castillo y Vallejo;
LOS ALUMNOS
233
Fernando López Monis; Carlos Fernández Shaw; Alfonso y Álvaro Queipo de Llano y Fernández de Córdoba; Cristino Martos y Lloret; Antonio Diego Madrazo; Manuel Ruiz Zorrilla, Carlos Arniches, Jardiel Poncela, Jacinto Benavente... Sin pretender ser exhaustivos, podemos nombrar también a los alumnos de los colegios adscritos: Ramón Gómez de la Serna, Ángel Ossorio Gallardo, Pedro Sainz Rodríguez, Carlos María Cortezo... Fueron asimismo alumnos y profesores del Instituto de Noviciado: Félix Sánchez Casado, Valeriano Fernández Ferraz, Manuel de la Revilla Moreno y Enrique Jiménez de Castro. Todos ellos obtienen premios ordinarios y extraordinarios en los estudios de bachillerato. 7.
La pervivencia de los profesores en la memoria de sus alumnos
Jacinto Benavente escribió que en la literatura española escasean las obras de este género (Memorias) hasta el punto de poderse contar su número con los dedos. Durán López,24 sin embargo, piensa que esta afirmación es un tópico obligado al iniciar los estudios sobre autobiografías españolas, y cataloga 479 nombres de autores nacidos entre 1694 y 1875 que han cultivado este género. No obstante, Benavente insistirá que el español no ha sido dado a desnudarse en público, y se pregunta: ¿Modestia o excesivo orgullo? Y como no es la modestia, ciertamente, cualidad española, será la altivez y el orgullo y, como una de sus manifestaciones, el temor al ridículo.25
Para la crítica literaria actual tanto las memorias, manifiestos, jubilaciones, recuerdos, diarios, crónicas, dietarios, cartas de libros y de viaje y autorretratos forman parte de la literatura personal del yo. Pero, la variedad y riqueza de artificios literarios con los cuales los autores resuelven su voluntad de autobiografiarse es incalculable; en toda literatura de ficción hay elementos autobiográficos.26 24
DURÁN LÓPEZ, Fernando: Catálogo comentado de la autobiografía española (s. XVIII y XIX). Madrid: Ollero Ramos, 1997, p. 11. 25 BENAVENTE, Jacinto, Recuerdos y Olvidos. Madrid: Aguilar (Crisol), 1959, p. 26. 26 VIÑAO FRAGO, Antonio, «Autobiografías, memorias y diarios como fuente histórica educativa» en: RUIZ BERRIO, Julio: La cultura escolar de Europa. Tendencias emergentes, Memoria crítica de Educación, en Colección dirigida por Escolano Benito, Agustín. Madrid: Biblioteca Nueva, 2000, pp. 169-204.
234
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Ahora bien, los escritores del género del yo aquí estudiados y que pertenecieron, como educadores o discípulos, al Instituto del Noviciado están interesados en recoger en sus Memorias el mundo externo que les rodea y los hechos históricos más importantes que discurren a la par que sus vidas. Nos encontramos así con autobiografías con un fuerte matiz emocional. El lenguaje utilizado en estas memorias se caracteriza por un estilo cuidado, ampuloso, de frases largas, de descripciones exhaustivas y abundancia de curiosidades y anécdotas. Todos ellos escriben acerca de su infancia y su juventud, e incluyen notas y recuerdos acerca de sus profesores. Reproducimos éstos: Ossorio y Gallardo, Ángel [1873-1940] Aprendí Física sin ver un solo aparato, Anatomía sin contemplar un solo esqueleto, Química sin mirar un solo líquido. Todo de memoria. Profesor de francés era don Justo Sales, catedrático del Instituto oficial, que, burlando las leyes, daba aquella clase particular. Yo era amigo de su hijo Paco, al cual iba a buscar para ir de paseo y le gritaba desde la calle: —Pero Sales, ¿sales o no sales? El tal don Justo llevaba un pasante llamado don Paco Montoya, que verdaderamente nos daba la clase. Era del mismo Jaén, y para inculcarnos que, en francés, cuando una palabra acababa con il había de pronunciarse como ll, ponía como ejemplo las palabras de bail, corail, email, soupirail, eventail, travail, y nos aseguraba con el más puro acento jienense, que habíamos de decir, baye, coraye, eventaye, travaye, y así por el orden.27
Justo Sales es director del Colegio Sales, adscrito al Instituto del Noviciado en el curso 1868-1869, situado en la calle Preciados número 80 y, efectivamente, Justo Sales era a la vez profesor interino de francés del Instituto de Noviciado. Menéndez Pidal, Ramón [1869-1968] En una entrevista concedida a los alumnos del grupo 4.º C del Instituto del Cardenal Cisneros, en el curso 1949-1950, don Ramón comienza hablando de su época de estudiante en el Instituto: 27
OSSORIO Y GALLARDO, Ángel: Mis memorias. Madrid: Tebas, 1956. Abogado, ministro de Fomento, concejal teniente alcalde del Ayuntamiento de Madrid, presidente del Ateneo y de la Academia de la Jurisprudencia.
LOS ALUMNOS
235
Recuerdo durante mi último curso al director Don Manuel Galdo López de Neira, profesor de Historia natural, que me dio clase y a quien recuerdo con gran estimación. Me inició en Gimnasia, Declamación y Esgrima. Desde entonces fui bastante aficionado a la esgrima [...]28
Sainz Rodríguez, Pedro [1897-1986] Después de estos primeros años, mi padre decidió que yo y mi hermano Antonio estudiáramos juntos el bachillerato con profesores en casa. No le gustaba que fuésemos a clases, primero porque suponía una molestia, ya que tenían que llevarnos y traernos, pero, sobre todo, porque no tenía gran fe en la enseñanza de los institutos españoles. Tuve como profesor de la sección de Letras a Justo García Soriano, que influyó en mi vocación por la Literatura y los estudios literarios y en mi amor por los libros y, finalmente, en mi decisión de estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Durante el bachillerato estudié muy mal las Matemáticas y con verdadera afición todas las asignaturas de Historia, Literatura y de Gramática. Influyó también en que no me dedicase mucho a las Matemáticas el hecho de que el profesor del Instituto del Cardenal Cisneros, don Ignacio Suárez Somontes, era cliente de mi padre y, por esa razón, siempre nos aprobaba, supiésemos mucho o poco. Cursé bachillerato en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros. Pasé de uno a otro por un incidente, que tuve con el catedrático de latín, que se llamaba don Luis Parral y Cristóbal. Este Señor había publicado una Gramática latina, para uso de sus alumnos, al final de la cual venían unas hojas en blanco para hacer unos ejercicios, hojas que había que presentar en el acto del examen: manera de controlar que se había adquirido el libro. Como mi hermano Antonio y yo estudiábamos juntos, a mi padre le pareció un dispendio absolutamente inútil gastar en dos libros, y compró uno, como hacía para todas las demás asignaturas. Al llegar al examen, mi hermano presentó sus estudios, sus notas, sus trabajos en el anexo del texto y yo presenté un cuaderno, en el que estaban los mismos ejercicios, que había hecho mi hermano; pero el profesor se molestó profundamente, porque yo no llevase el texto impreso y, por esa razón exclusivamente, sabiendo yo mucho más latín que mi hermano, a mí me dio una nota inferior. Esto me produjo tal indignación que, desde aquel momento, juré, como Aníbal, la venganza y pensé que algún día podría impedir que estos abusos de los libros de texto continuasen.
28 Revista Cardenal Cisneros n.º 2. Revista del Instituto Nacional de Enseñanza Media. Madrid, 1949, p. 5.
236
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Aunque parezca mentira, cuando fui ministro, al llevar las medidas eficaces que tomé contra los abusos de los libros de texto, me acordaba de la desaprensión del señor Parral y Cristóbal.29
Cortezo, Carlos María [1850-1933]30 Fue alumno notable del Instituto de San Isidro, pero los recuerdos más agradables se dirigirán hacia el profesor Galdo López de Neira, que le dio clase en el preparatorio de Medicina en 1866. Fernández Ferraz, Valeriano [1831-1889]31 Trasladó su expediente como alumno desde el Instituto de Sevilla al del Noviciado en 1854, del que será alumno, y más tarde profesor auxiliar, hasta que obtuvo la cátedra de Sánscrito en la Universidad Central. En esta biografía no cita a sus profesores de segunda enseñanza, sólo a sus compañeros de clase Segismundo Moret, Prieto y Caudet, y Martínez Campos. 8.
El papel de los padres en el Instituto del Noviciado
En este apartado nos centraremos en el papel que juegan los padres del Instituto del Noviciado en la vida del mismo. Los profesores les demandan atención hacia sus hijos, atención en casa para que realicen los deberes y atención entendida como preocupación manifestada en las visitas a los catedráticos. Por su parte, los progenitores interesados en que 29
SAINZ RODRÍGUEZ, Pedro: Testimonios y Recuerdos. Barcelona: Planeta, 1978. Con prólogo de José María Areiza y epílogo de Luis María Ansón. Fue alumno de enseñanza doméstica del Instituto del Cardenal Cisneros, más tarde catedrático de Literatura de la Universidad de Oviedo y de Bibliografía en la Central, académico de la Española y de la de Historia, ministro de Educación Nacional. 30 CORTEZO, Carlos María: Paseos de un solitario. Madrid: Ruiz Hermanos Editores, 1923, p. 49. Fue catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada, ministro de Instrucción Pública, vicepresidente del Congreso de los Diputados, Académico de Medicina y presidente de dicha Academia. 31 FERNÁNDEZ FERRAZ, Valeriano: Recuerdos de la vida y errores de un profesor trashumante, no localizado, citado en: PÉREZ VIDAL, José: V. Fernández Ferraz, Un krausista español en América. Gran Canaria: Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, 1986, p. 26.
LOS ALUMNOS
237
sus hijos cursen los estudios de segunda enseñanza con rapidez y éxito en varias ocasiones actúan como elemento de presión. En distintos momentos los padres son utilizados por el rector y el director del Instituto para denunciar a los profesores cuando consideran que estos últimos imparten doctrinas inadecuadas. De esta manera, cuando se implanta la segunda enseñanza en 1845, los padres32 protestaban porque solicitaban para sus hijos estudios breves, fáciles y baratos. Por su parte, Gil de Zárate encuentra que los alumnos no muestran hábitos de laboriosidad y que la generalidad de las familias, por un cariño mal entendido, se quejan del trabajo que se le impone a sus hijos.33 Los directores del Instituto de Noviciado, en los Discursos con los que inauguraban los cursos, se dirigen a los padres solicitando su colaboración e intentando que su percepción de la segunda enseñanza sea modificada, de modo que encuentren en esta etapa educativa unos estudios útiles para ir a la universidad, pero también una formación social, técnica e incluso integral. En el Discurso de 1859, Tramarría Carranza apela a los cabezas de familia por la necesaria colaboración de éstos para educar a los hijos en la senda de la virtud y en la ilustración del entendimiento, considerándola como una obra común de padres y profesores. Pero, ahora bien, se les acusa de querer ver progresar a sus hijos con sólo asistir a las aulas y esto sin gran puntualidad, llegando a afirmar que están más atentos a los rigores de la estación, calor, lluvia o nieve, que a los aprendizajes. Los profesores del Instituto del Noviciado creen que los padres, además de proteger excesivamente a sus hijos, justifican los errores de éstos en el desconocimiento de la normativa. Para evitar esta situación, en el curso 1860-1861, en el dorso de las papeletas de matrícula se insertan las obligaciones que contraen con el Instituto y el profesorado, en cuanto al orden y disciplina se refiere. En sus discursos el director reitera la importancia de los padres en la educación de sus hijos, rechazando el abandono en manos secundarias por parte de aquellos que creen concluir con sus deberes paternales proporcionándoles los recursos materiales necesarios para estudiar la segunda enseñanza y la carrera universitaria elegida por el padre. Además, alega que los progenitores no tienen en cuenta ni los intereses, ni la
32
DIEZ DE LA GUARDIA, Emilio: Educación y desarrollo de las Enseñanzas Medias en España. Un conflicto político-pedagógico. Madrid: CIDE, 1988, p. 14. 33 GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción Pública en España..., t. II, pp. 41-42.
238
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
capacidad ni el carácter de los hijos, ya que están guiados únicamente por el deseo de que el hijo ocupe una posición brillante. Es fundamental que las familias inculquen el respeto a los profesores y la compostura que deben guardar para evitar conflictos y actos de indisciplina. Se solicita que los padres se acerquen al Instituto a averiguar si sus hijos aprovechan el tiempo y asisten con puntualidad a clase. Vemos, pues, que entre las responsabilidades que Tramarría Carranza exige a los padres está la visita con regularidad a los catedráticos, pues sólo se acercan a ellos cuando se aproximan las fechas de los exámenes, temiendo el suspenso de sus hijos. Este descuido justifica una de las causas para el suspenso; los profesores entienden que los padres al descargar la responsabilidad en los catedráticos complican el funcionamiento de las cátedras: Es necesario preguntar a diez o doce, veinte alumnos para encontrar uno que conteste la lección del día, si el profesor no puede remediar esto por falta de medios coercitivos, es la familia la que debe exigir el estudio de sus hijos.34
En el Sexenio revolucionario, el nuevo director, Moya de la Torre, también solicita la colaboración de los padres para alcanzar las grandes ventajas de la educación democrática y mantiene que las familias están en un error, pues la costumbre de exigir los estudios de instituto para el acceso a la universidad hace confundir lo principal con lo secundario, al hacer creer que el objeto de éstos es preparar para aquellos, pues sin atender a que, por el mero hecho de exigirse previamente para todas las carreras, no es preparación especial para ninguna.35 El rechazo de los padres para aceptar el bachillerato moderno se manifiesta en la negativa de estos a matricular a sus hijos en este sistema, al tener que cursar más asignaturas aumentan las posibilidades de suspenso, así como el tiempo invertido para acceder a la universidad. En cualquier caso, el papel que se le solicita a las familias es el apoyo desde el hogar a la acción del profesor, y entre otras tareas se trata exigirle la memorización de las lecciones, inculcarles el sentido del deber, de la disciplina y el comportamiento adecuados en el aula; para esto solicitan las visitas regulares de los padres a las cátedras con el objetivo de informarles.
34
TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Discurso acerca de curso 1863-64..., p. 11. MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Discurso leído en el acto de apertura del curso 1869-70..., p. 19. 35
LOS ALUMNOS
239
En los legajos encontrados en el Instituto de Noviciado destacamos dos de ellos, que se refieren a las actuaciones de los padres: — La denuncia, que al parecer presentan unos padres, según el rector de la Universidad Central, por los últimos capítulos del manual escolar Historia de España, del catedrático progresista demócrata Merelo Calvo. Esta denuncia se resuelve con la separación del profesor Merelo Calvo, en 1877, del cuerpo de catedráticos de secundaria. Se trata de ¿una actuación de presión de los padres para la toma de una medida disciplinaria contra un profesor?, o bien de ¿la necesidad de esta denuncia para tomar la decisión de separar a Merelo Calvo? — Algunas estrategias utilizadas para conseguir el aprobado. Aparece una carta de recomendación de un «amigo íntimo de un padre de un alumno»,36 que solicita, si es posible, se le recomiende al señor Suaña Castellet y señor Commelerán Gómez para que apruebe el hijo de su amigo. Destacamos en los listados de matrículas de alumnos varios hijos de profesores catedráticos. Para evitar la picaresca, en 1853, Isabel II firma una real orden, para que: En los exámenes y grados de los alumnos y que en cualquier acto académico o literario, en los que haya de ser calificada la actitud, o considerado algún hecho, no pueden presidir el tribunal ni formar parte del mismo los padres y parientes dentro del tercer grado.37
El papel de la madre En esta educación, referida a élites masculinas, siempre aparece la figura del padre de familia, pero el papel de la madre queda oculto. Núñez38 estudia la alfabetización de la mujer como factor fundamental para el desarrollo económico y, especialmente, para mejorar la calidad de la población. Capitán Díez, en la misma línea afirma, que la falta de la ins36
Archivo del Instituto de Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. Expediente del profesor Ortí Lara, Manuel. 37 Real orden, del 29 de enero de 1853, mandando que no entren a formar parte de los tribunales de examen a tercer grado los padres o parientes de los examinandos, en: Compilación Legislativa de Instrucción Pública..., p. 314. 38 NÚÑEZ, Clara Eugenia: La fuente de la riqueza. Educación y desarrollo en la España Contemporánea. Madrid: Alianza Editorial, 1992, pp. 198-220.
240
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
trucción de la mujer era un obstáculo grave para la promoción familiar y dificulta el cambio social y económico que la nueva burguesía española deseaba.39 Pero en los sectores sociales de la élite que nosotros estudiamos, la educación que recibía la mujer consistía en el aprendizaje de la lectura y escritura, danza, canto, baile, normas de urbanidad y unas palabras en francés. La prensa,40 especialmente la femenina, se hace eco de ello y consideran que la carrera y el porvenir de la mujer era casarse y, si bien sus maridos, cuyos apellidos hemos comenzado a enumerar, ocupan puestos de relevancia política e intelectual, para ellas está vedada cualquier participación que salga del ámbito del hogar y de la maternidad. Consecuentemente con esta mentalidad, encontramos que la primera mujer que se matricula en el Instituto del Cardenal Cisneros lo hará como alumna libre en el curso de 1877-1878. Y para matricular a las mujeres en el Instituto del Cardenal Cisneros fue decisivo el apoyo del catedrático Galdo López de Neira tanto en la modalidad de enseñanza oficial como libre, siempre habrá que contar con el amparo de este director como lo hizo Emilia Pardo Bazán para sus hijas. Ahora bien, muy pocas veces los documentos de esta institución se refieren a la mujer y cuando lo hacen es apelando a su papel de madres y hermanas, el bello sexo ataviado de trajes y sombreros elegantes que asisten a los actos académicos como la fiesta de inauguración del curso o la entrega de premios a sus hijos o hermanos, pero sólo son consideradas adornos que dan colorido a la función.
39 CAPITÁN DÍAZ, Alfonso: La educación en la I República Española (1873). Valencia: MAU libres, 1997, p. 158. 40 Nos referimos a: El Almanaque Literario Ilustrado para el año 1877. Madrid: Imprenta de los Señores Rojas, 1876, p. 96, y El Ángel del Hogar. Revista semanal de literatura, educación y moda bajo la dirección de María Pilar Sinués, Madrid: 24 de julio de 1865, el año II, n.º 23, p. 1.
CAPÍTULO 7 EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
Presentamos un Instituto sin edificio propio, un Instituto que, tras varios anteproyectos para la construcción de espacios para uso exclusivo de los alumnos de segunda enseñanza en Madrid, tiene que esperar hasta 1888 para hacer realidad este deseo. El Instituto del Noviciado se llamó así por estar situado en el edificio del mismo nombre que perteneció a los jesuitas, ocupando el propio local que las Facultades de Filosofía, Teología y Jurisprudencia de la Universidad de Madrid.1 Los orígenes de este instituto hay que buscarlos en la Universidad de Alcalá.2 Los locales del Seminario de Nobles donde se sitúa la Universidad de Madrid, en su traslado desde Alcalá en 1837, eran amplios, pero el barrio de Moncloa estaba demasiado lejos de la Puerta del Sol. La Dirección General de Estudios propone su trasladó al convento de las Salesas, situado en la calle Ancha de San Bernardo. El espacio de este convento era insuficiente, además de poco adecuado para impartir las clases. La situación de las arcas del Estado no disponían de recursos económicos suficientes para construir edificios para los institutos de segunda 1
GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción Pública en España..., pp. 11-81. «Noticias y datos estadísticos relativos a la organización y enseñanza del distrito Universitario de Madrid», en: Revista de la Universidad de Madrid, Parte Oficial, 2.ª época, curso 1872-1873, p. 355. «Situamos su origen en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Alcalá cuando ésta se trasladó a Madrid por real orden, del 29 de octubre de 1836 y se instaló en un antiguo edificio del Seminario de Nobles que había pertenecido a los Jesuitas». 2
242
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
enseñanza en cada provincia, de ahí, que un número importante de los creados en los primeros momentos se van a situar en los conventos desamortizados. De esta manera, al ordenarse el nuevo sistema educativo en 1845, para la Universidad de Madrid se reutilizan cinco edificios, el Museo Nacional de Historia natural y el Jardín Botánico, situados a gran distancia unos de otros dentro de la población. Además del edificio del noviciado, el de mayor número de alumnos matriculados, los otros se localizan en los locales del Colegio Imperial y el Hospital de San Carlos. 1.
El edificio
El Instituto del Noviciado se situó como tal en el denominado edificio del noviciado, en el corazón de la Universidad Central de Madrid, junto con el Rectorado, la Oficina Administrativa, los Archivos, la Secretaría, y como ya hemos anunciado comparte aulas y gabinetes con las Facultades de Filosofía, Teología y Jurisprudencia. El otro instituto de Madrid, era y estaba en el edificio de San Isidro,3 junto con alguna cátedra de la Facultad de Filosofía, la Facultad de Medicina, la de Farmacia, y la Biblioteca de la Universidad. En el traslado de la Universidad de Madrid al noviciado de los jesuitas en 1845, al Instituto de segunda enseñanza se le permite el acceso a los dos cuerpos laterales construidos según los planos de Narcis Colomer. En uno de ellos se encontraban las oficinas administrativas, comunes a las dos instituciones, y en el otro los laboratorios de Física y Química y el Gabinete de Historia natural. También tenía acceso a la huerta destinada para jardín botánico, que construyó, Galdo López de Neira, y al Salón de Actos, así como a las aulas, que compartían en función del número de alumnos matriculados.4 3
Se destina a Instituto de segunda enseñanza una quinta parte del local de los Antiguos Estudios de la Villa compartiendo con: la Escuela de Arquitectura, la Biblioteca de San Isidro y las Clases de Dibujo de la Escuela de Arte y Oficios. Para impartir sus clases el Instituto de San Isidro cuenta con doce aulas, dos de las cuales reúnen capacidad para trescientos alumnos, dos para doscientos, seis para cien y las dos restantes para cincuenta, disponiendo además de un Salón de Actos Público, Capilla, Sala de Juntas, Dirección, Secretaría y Archivo, en: PEREDA, Sandalio: Estado Académico, Económico y Material Científico del Instituto de San Isidro desde 1858 a 1875. Madrid: Imprenta Gómez Fuentenebro, 1877, pp. 7-9. 4 TRAMARÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del Instituto de Segunda Enseñanza de Noviciado incorporado a la Universidad Central leída el día 16 de septiembre de 1859 por el director del mismo en la solemne apertura del curso 1858-59..., p. 7.
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
243
Conocemos las aulas construidas entre 1845 y 1848 por conservarse todavía alguna de ellas en el Instituto del Cardenal Cisneros. Son clases de galerías anfiteatro y plataforma rodeada de barandilla para colocar la mesa y asiento del profesor, sustituyendo al antiguo púlpito de las clases de Alcalá. El Instituto del Noviciado cumple su función docente en las aulas prestadas según el número de alumnos matriculados. Dichas aulas oscilan entre cinco y ocho, y, además, se utiliza un despacho para la dirección, la Secretaría, el Salón de Grados y los gabinetes de ciencias compartidos. La enseñanza de las clases experimentales se impartió en los mismos gabinetes y laboratorios de la Facultad de Ciencias, lo cual dificultaba calcular tanto los gastos de adquisición de material científico como los producidos por el mantenimiento de los gabinetes. En el Instituto de Noviciado, desde 1859, el director plantea la reivindicación de un edificio independiente o, al menos, que se proporcionen gabinetes y clases para uso exclusivo de los alumnos de segunda enseñanza. Nuevamente, en 1860, Tramarría Carranza, sigue solicitando un edificio propio, ya que compartir locales significa tener que distribuir horas, clases y asignaturas según el criterio de ocupación de las aulas y no por las necesidades de los profesores y de los alumnos. Acogiéndose al real decreto del 6 de noviembre de 1861, Tramarría Carranza solicita al rector de la Universidad Central que el Instituto tenga local propio y la posibilidad de un Colegio Real de Internos, ya que muchas familias prefieren los colegios privados por carecer los institutos públicos de Madrid de este servicio. La necesidad de compartir los espacios con la Universidad Central debía crear una situación compleja, tanto para el Instituto como para las facultades. De esta manera el rector, el Marqués de San Gregorio, en 1854, realiza un anteproyecto para la construcción de un edificio de nueva planta5 en el que se establezca el Instituto y un Colegio Real de Internos. Este edificio ocupará el patio principal de la casa del Marqués de Bendaña, en la calle Reyes, a continuación de la calle de San Bernardo. El arquitecto Juan José Urquijo firma este anteproyecto, así como su presupuesto, con fecha de 14 de enero de 1862. El edificio no se construye, posiblemente por falta de recursos económicos, el director debe confor5
Archivo Central MEC, Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-9232. Anteproyecto de creación de un edificio de nueva planta para establecer un Instituto de Segunda Enseñanza y Colegio de Internos, firmado en 1862 por el arquitecto Urquijo.
244
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
marse con continuar en la situación de invitado de la Universidad Central y así, en los discursos de apertura, nos informa de las mejoras que va introduciendo en las aulas y galerías, y continua insistiendo en la necesidad de un edificio exclusivo para los alumnos de bachillerato. En 1866 renacen las esperanzas de tener un edificio propio, ya que la cesión de parte del patrimonio de la reina Isabel II al Estado posibilita al gobierno la tarea de adquirir un edificio para colocar el Instituto y el Colegio Real de Internos adjunto,6 esperanzas que nuevamente se verán defraudadas. La falta de locales y la escasa capacidad de las aulas en el Instituto del Noviciado cristaliza en las denuncias de los progresistas, y especialmente en la que Merelo Calvo realiza en 1866: Los institutos sostenidos por el Gobierno carecen de local propio en que prestar sus enseñanzas conveniente y decorosamente, en el mismo Madrid sus Institutos de primera clase según la ley, no tienen edificios suyos, ocupan locales insuficientes y prestados, sin embargo hemos visto un cambio firme en los cuarteles que se han consumido muchos millones.7
En los cursos sucesivos, Tramarría Carranza informa de la imposibilidad de atender a todos los alumnos en las ocho aulas asignadas, y de la necesidad del traslado obligatorio de las dos clases de Latín a la Escuela Normal Central. El rector, Marqués de Zafra, con fecha 10 de septiembre de 1868, propone en la Memoria Anual de la Universidad Central el traslado del Instituto a la Escuela Normal Central, ya que los alumnos matriculados son muchos y los locales escasos. Este rector alega como razón para este traslado que la falta de espacio crea un problema para mantener el orden en las cátedras de secundaria. Esta propuesta de organización de los edificios ya se había acordado en una reunión entre el director de la Escuela Normal Central y el del Instituto de Noviciado, acuerdo expresado en los siguientes términos: Que las clases de la Escuela Normal Central se utilizaran por los alumnos de segunda enseñanza para evitar las aglomeraciones, y los problemas
6 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del Instituto de 1.ª Clase del Noviciado incorporado a la Universidad Central, leída en el acto de solemne apertura del curso de 1866-67. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1866, p. 9. 7 MERELO CALVO, Manuel: «La Cuestión de la Enseñanza», en: Almanaque de la democracia para el año 1866..., 1865, pp. 57-70.
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
245
de higiene, disciplina y moralidad que se provocaban los jueves y los sábados en las clases de Catecismo e Historia Sagrada y en las de Latín y Castellano.8
La limpieza y la ventilación de las aulas de la Universidad Central no eran posibles por estar ocupadas a todas las horas. Por otra parte, esta continua ocupación retrasa la entrada de los alumnos, cuando no se trata de primera hora. Además, la propia Universidad estaba interesada en la recuperación de las aulas para su propia actividad, pues esto significaría que las clases de la Facultad de Ciencias estarían agrupadas en Noviciado y facilitarían la inspección del decano. El director del Instituto del Noviciado, Tramarría Carranza, solicita que se destine el edificio de la suprimida Escuela Normal a Instituto, o bien la solución que más satisfacía a los profesores del Instituto: instalar en el piso bajo de la Facultad de Filosofía las clases del primer período mientras las del segundo período permanecerían donde estaban, es decir, en el piso principal, y establecer el Colegio Real de Internos en el piso primero. La cercanía, a la vez que la independencia de la Universidad Central, era muy atractiva. El director del Instituto del Noviciado durante el Sexenio, Moya de la Torre, reitera la necesidad de un edificio y pone sus esperanzas en la diputación provincial de Madrid, especialmente en el político Cristino Martos. Justifica la necesidad de contar con los espacios oportunos al tener que impartir las catorce asignaturas del bachillerato clásico y las dieciocho nuevas que surgen de la experimentación del bachillerato moderno, en ocho aulas, a todas luces insuficientes, máxime cuando tiene que dividir algunas clases en varias secciones por el elevado número de alumnos matriculados. A partir de 1869, Moya de la Torre argumenta nuevas razones para tener un edificio propio: — Que es el instituto más concurrido de España, en cuanto al número de alumnos matriculados. — Que se mantiene económicamente con los ingresos obtenidos por derechos de matrículas y grados.
8
Archivo Central MEC, Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajo 32-9232. Propuesta de traslado del Instituto del Noviciado a la Escuela Normal Central, dirigida al rector de la Universidad Central, el 5 de junio de 1868, firmada por el director del Instituto del Noviciado.
246
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Y expresa la desilusión producida por la falta de eficacia de los políticos progresistas: Seguimos careciendo de un edificio propio exclusivamente destinado a nuestro Instituto, que continúa instalado en un escaso departamento del edificio que ocupa la Universidad, donde se sitúan a la vez tres numerosas facultades, la de Derecho, la de Ciencias y la de Filosofía, además de la Biblioteca, el Archivo y la Secretaría General.9
En otra ocasión, Moya de la Torre interviene para informar que las continuas gestiones que en el tiempo que lleva al frente del Instituto ni los buenos deseos de la superioridad han podido lograr un edificio para este Instituto, no encuentra recursos económicos, pues, ni en el Estado, ni en la Diputación Provincial.10 Los Gobiernos del Sexenio contaban con escasos recursos para invertir en un edificio, tenían otras prioridades y muy poco tiempo para conseguir sus ideales educativos. En 1877 el secretario del Instituto, Suaña Castellet, se muestra esperanzado por las obras que van a emprenderse en la parte del edificio que da a la calle de los Reyes, obras que tendrán la consideración de ser la sede para el que «es el mayor instituto del Reino en cuanto a número de alumnos matriculados».11 Por la real orden de 21 de junio de 1877, además de las obras para un nuevo edificio, se plantea también el cambio de nombre del Instituto, que aunque no tiene edificio propio y ha sufrido nuevamente un cambio, tercero, en la dirección. En este curso se colocan timbres eléctricos que, movidos por un mismo regulador, señalan con uniformidad la misma hora en todas las clases, a la vez que se pierden dos aulas por la instalación de la Escuela de Diplomacia en el edificio del Noviciado. El director, Acisclo Fernández-Vallín, hace una renovación del mobiliario del Instituto colocando estatuas y cuadros y una cancela con crista9
MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria acerca del Instituto de 1.ª Clase del Noviciado de Madrid durante el curso 1869/70 dispuesto con arreglo a la legislación vigente para ser leída en el acto solemne de la apertura del curso 1869-70 por D. Ambrosio Moya de la Torre, Director del mismo y catedrático de Matemáticas. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1869, p. 22. 10 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria acerca del Instituto de 1.ª Clase del Noviciado de Madrid durante el curso 1870/71 dispuesto con arreglo a la legislación vigente para ser leído en el acto solemne de la apertura del curso 1871-72 por D. Ambrosio Moya de la Torre, Director del mismo y catedrático de Matemáticas. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1871, p. 13. 11 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve noticia histórica que precede a la Colección de Memorias acerca del Estado del Instituto Cardenal Cisneros..., p. 24.
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
247
les decorados, adorna las paredes con unos mapas topográficos, geológicos y climatológicos, hasta gastar un total de dos mil quinientas pesetas de su propio bolsillo.12 El nuevo director coloca un retrato de tamaño natural del rey Alfonso XII junto con el premio concedido al Instituto en la Exposición Universal de Viena y la medalla de Oro de la Exposición de Filadelfia. Pero lo más importante de este curso es la compra de un local anexo al edificio de la calle Reyes. La real orden, del 10 de febrero de 1876, dispuso la adquisición de la casa —tahona del marqués de Linares por un importe de ochenta y seis mil pesetas. El local es comprado por el Ministerio de Fomento, cuyo ministro, el Conde de Toreno, antiguo alumno del Instituto, va a dar su consentimiento para el comienzo a las obras del edificio del Instituto del Cardenal Cisneros, para ello se solicitan los planos al arquitecto Jareño. Las obras de movimiento de tierras y la cimentación hasta el primer piso y la adquisición de la piedra de Colmenar son adjudicadas al constructor Lorenzo González Batista. El edificio, que podemos observar hoy en su estado original, repite la misma estructura arquitectónica en las tres plantas. Una crujia de sesenta y tres metros de longitud por dieciocho de ancho a la que se le adjunta un cubo, cuya anchura es de veintitrés metros de ancho por trece de largo y veintiún de alto, en este se sitúa la escalera principal. Al edificio le acompaña un patio de siete metros de ancho por sesenta y tres de largo, agregado al Jardín Botánico de la Universidad que permite jugar a los alumnos en las horas de descanso. Los costes totales de esta construcción superan las quinientas mil pesetas y destacamos como elemento diferenciador la escalera principal. Esta escalera, monumental, realizada en mármol blanco, desde su diseño es concebida para impresionar, el objetivo confeso desde el momento de su inauguración es infundir respeto a los alumnos por su grandeza y suntuosidad. Hoy día, esta escalera es el recuerdo de una institución de notables, de los elegidos, y, además cumple la función de estructurar los desplazamientos por el interior de la institución. El edificio es entregado a Galdo López de Neira en 1887. Este director se encargó de realizar el traslado a los nuevos locales desde las aulas de la Universidad Central, pero ya desde su inauguración, el Instituto del Cardenal Cisneros es considerado pequeño y el número de aulas escaso 12
SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memoria acerca del estado del Instituto Cardenal Cisneros (antes del Noviciado) durante el curso 1877-78, escrito por el catedrático de Latín y Secretario del Establecimiento. Madrid: Imprenta Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau y Cía., 1877, p. 23.
Plano elaborado por el arquitecto Jareño, en 1877. Archivo del Instituto Cardenal Cisneros.
248 EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
249
Aula del Instituto del Cardenal Cisneros, con galería de anfiteatro y plataforma rodeada de barandilla.
para la gran cantidad de alumnos matriculados,13 por lo que fue preciso seguir ocupando aulas de la Universidad Central. 2.
Los presupuestos
Los presupuestos de los dos Institutos de Madrid, desde 1845 hasta 1867, son gestionados de tal forma que el Estado cobraba los derechos de matrícula e incluía los gastos de estos institutos en el Presupuesto General del Tesoro. Tramarría Carranza explica que fondos y gastos estaban integrados en los de la Universidad Central, pero que desde 1866 el Ministerio de Fomento dispuso que la diputación provincial se encargara de sostener los dos Institutos de Madrid, al igual que se hacia en el resto del país. A la par que el número de alumnos matriculados aumenta, los ingresos comienzan a superar a los gastos, llegando a poseer el Instituto un exceden13
CASTRO Y MARCOS, Miguel: Legislación de Instrucción Pública referente a los Institutos Generales y Técnicos, copilada, seleccionada y comentada. Madrid: Tip. de la Revista Archivos, 1921, p. 14.
250
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Plano y aulas del Instituto del Noviciado en la Universidad Central, elaborado por un alumno, en 1877.
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
251
te que supera las cien mil pesetas. El director, Moya de la Torre, debe ingresar al Tesoro este superávit, pues nuevamente, el decreto del 30 de noviembre de 1875, ordena que los dos institutos de Madrid vuelvan a depender de los presupuestos del Tesoro. Desde el punto de vista económico, fue el período de 1868 a 1875 en el que este Instituto obtuvo más ingresos. No sólo fue autosuficiente, sino que creó varios laboratorios, adquirió y materiales didácticos para todas las asignaturas, y, aun así, cuando el Tesoro Público incauta sus bienes conservan el excedente anteriormente citado. La Diputación provincial14 sólo desembolsó en este periodo quince mil quinientas treinta y dos pesetas, entregadas por el diputado Manuel Merelo Calvo y el alcalde de Madrid, Manuel María José Galdo López de Neira, ambos catedráticos del Instituto de Noviciado. Los presupuestos realizados a partir de 1869 los presentamos en pesetas, moneda oficial a partir de esta fecha. Con anterioridad a este año, y respetando los documentos originales, los reseñamos en reales. La tabla número 1 corresponde al total de ingresos, desde 1845 hasta 1876, que suponen un millón doscientas sesenta y nueve mil pesetas, y los gastos un millón seiscientas cincuenta y cinco mil seiscientas cincuenta pesetas, resultando una diferencia negativa de trescientas ochenta y seis mil seiscientas cuarenta y nueve pesetas. A las distintas administraciones el Instituto de Noviciado les supone una carga económica anual media de doce mil ochenta y dos pesetas. En la tabla número 2 detallamos los datos de los ingresos por matrículas y exámenes de grados. Entre 1860 y 1866 se recibe un ingreso extraordinario de doce mil ochocientos reales desde la Diputación Provincial. Los mayores ingresos se producen en los cursos del Sexenio, por ser más los alumnos matriculados y mayor el número de asignaturas en las que se matriculan. El curso de 1867 a 1868 es el que presenta menores ingresos al no cobrar matrículas de grado elemental en la enseñanza doméstica y privada. En la tabla número 3 comprobamos que los gastos del Instituto del Noviciado van incrementándose a lo largo de la época estudiada. El incremento de los gastos se dedican a pagar a los catedráticos, personal auxiliar... Solo entre un cinco por ciento y un diez por ciento se gasta en la compra de materiales. En este sentido no conviene olvidar que hasta 1858 cualquier adquisición se realiza a través del secretario de la Universidad Central. 14
SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve noticia histórica..., p. 28.
252
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Tabla n.º 1. Resumen de los ingresos y gastos del Instituto de Noviciado desde el año 1845 a 1877 en pesetas Años académicos
Ingresos
Gastos
Diferencia
1845-46 1846-47 1847-48 1848-49 1849-50 1850-51 1851-52 1852-53 1853-54 1854-55 1855-56 1856-57 1857-58 1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77
12.430 14.190 11.180 10.780 13.840 13.940 23.400 29.950 28.150 29.150 39.600 41.750 44.050 41.250 36.823 46.675 47.480 48.355 47.128 50.625 52.408 37.300 21.950 81.592 68.105 71.917 67.895 69.960 62.025 42.868 29.205 33.030
35.385 45.910 36.453 39.283 42.687 45.449 45.346 45.483 45.385 45.846 46.234 49.105 51.362 53.260 54.363 56.110 58.183 61.576 61.292 60.955 60.148 53.379 49.240 46.287 45.000 46.798 49.881 55.117 79.433 70.714 63.328 66.658
–22.955 –31.720 –25.273 –25.503 –28.847 –31.509 –21.946 –15.533 –17.235 –16.696 –6.634 –7.355 –7.312 –12.310 –17.540 –9.435 –10.703 –13.241 –14.164 –10.330 –7.740 –16.079 –27.290 35.305 23.105 25.119 18.014 14.843 –17.408 –28.028 –34.123 –33.628
Totales
1.269.001
1.655.650
–386.649
Fuente: SUAÑA CASTELLET, Hemeterio, Breve noticia histórica..., op. cit., p. 29.
253
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
Tabla n.º 2. Distribución de los ingresos del Instituto de Noviciado desde el año 1845 a 1877 en pesetas Años académicos
Matrículas
Grados
1845-46 1846-47 1847-48 1848-49 1849-50 1850-51 1851-52 1852-53 1853-54 1854-55 1855-56 1856-57 1857-58 1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77
9.280 9.840 9.480 9.080 11.840 12.240 20.850 27.400 26.100 25.950 34.050 33.900 35.700 37.150 29.623 29.025 28.780 30.305 28.278 31.430 34.858 31.400 16.650 57.440 59.240 60.140 60.545 59.070 56.445 35.938 23.945 26.680
3.150 4.350 1.700 1.700 2.000 1.700 2.550 2.550 2.050 3.200 5.550 7.850 8.350 4.100 7.200 5.150 6.200 5.550 6.350 6.695 5.050 5.900 5.300 8.800 8.865 8.720 7.350 10.890 5.580 6.930 5.260 6.350
Totales
1.002.652
172.940
Otros ingresos
Total en pesetas
12.800 12.800 12.800 12.800 12.800 12.800
15.352 3.057
93.409
Fuente: SUAÑA CASTELLET, Hemeterio, Breve noticia histórica..., op. cit., p. 29.
12.430 14.190 11.180 10.780 13.840 13.940 23.400 29.950 28.150 29.150 39.600 41.750 44.050 41.250 36.823 46.675 47.480 48.355 47.128 50.625 52.408 37.300 21.950 81.592 68.105 71.917 67.895 69.960 62.025 42.868 29.205 33.030 1.269.001
254
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Tabla n.º 3. Distribución de los gastos del Instituto de Noviciado desde el año 1845 a 1877 en pesetas Años académicos
1845-46 1846-47 1847-48 1848-49 1849-50 1850-51 1851-52 1852-53 1853-54 1854-55 1855-56 1856-57 1857-58 1858-59 1859-60 1860-61 1861-62 1862-63 1863-64 1864-65 1865-66 1866-67 1867-68 1868-69 1869-70 1870-71 1871-72 1872-73 1873-74 1874-75 1875-76 1876-77 Total
Personal
Material
Total de gastos en pesetas
33.235 32.235 33.715 36.715 40.540 42.590 42.590 42.590 42.560 42.860 43.600 46.100 48.495 50.406 50.406 51.534 56.331 57.737 58.104 58.140 57.267 49.787 45.857 40.640 41.685 42.014 45.238 50.562 58.813 50.315 56.825 59.158
2.150 2.675 2.738 2.568 2.147 2.859 2.756 2.893 2.795 2.986 2.634 3.005 2.867 2.854 3.957 4.576 1.852 3.839 3.188 2.815 2.881 3.592 3.383 5.847 3.315 4.784 4.643 4.555 20.620 20.399 6.503 7.500
35.385 45.910 36.453 39.283 42.687 45.449 45.346 45.483 45.385 45.846 46.234 49.105 51.362 53.260 54.363 56.110 58.183 61.576 61.292 60.955 60.148 53.379 49.240 46.287 45.000 46.798 49.881 55.117 79.433 70.714 63.328 66.658
1.508.644
146.176
1.655.650
Fuente: SUAÑA CASTELLET, Hemeterio, Breve noticia histórica..., op. cit., p. 29.
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
255
En el capítulo de los gastos tendremos en cuenta que a mayores ingresos se producen más gastos, ocasionados principalmente por el mayor número de profesores auxiliares. En cumplimiento del Reglamento de segunda enseñanza, los presupuestos son elaborados anualmente por el director, oída la Junta de Profesores, e incorporando en ellos tanto los ingresos como los gastos que se prevé puedan producirse en el curso siguiente.15 Al finalizar el curso, los directores planificaban un presupuesto del Instituto para el año siguiente, dividiendo los gastos en ordinarios y extraordinarios, personales y materiales, e incluyendo también los ingresos. Son considerados ingresos: — Las rentas que posee el Instituto, que, en el caso de Noviciado, no se computan, al no haberse deslindado las rentas de las fundaciones en Alcalá de Henares y ser cobradas estas por la secretaría de la Universidad Central. — El importe de los derechos de matrícula, grados y títulos. Se deben consignar como gastos: — Los sueldos y gratificaciones que han de recibir el director, los profesores, los empleados y los dependientes del establecimiento. — La cantidades para la conservación del edificio y del material científico. — Los gastos de secretaría y personal de administración y limpieza. — Una partida, destinada a imprevistos, que llega a ascender hasta un cuatro por ciento del total de los gastos. La autonomía económica del Instituto del Noviciado viene de la mano del decreto, del 3 de agosto de 1866, de acuerdo con el informe realizado por el Consejo de Instrucción Pública que dictamina que los Institutos de Madrid pasen a depender de los presupuestos de la Diputación Provincial. Un error en el cómputo económico del ministro Orovio, al considerarlos como onerosos para la economía nacional, les permite conservar como ingresos propios del Instituto las ganancias por matrículas y los excedentes, que son depositados en el Banco de España y cobrar intereses por el superávit. 15 Reglamento de segunda enseñanza, de 22 de mayo de 1859. Madrid: Imprenta Nacional, edición oficial, 1859, pp. 18-24.
256
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Al mismo tiempo, el plan del ministro Orovio supone un revés económico para algunos institutos, especialmente para los menos numerosos en matrículas, pues introduce la matrícula gratuita del primer período de segunda enseñanza para los alumnos que estudian en los colegios adscritos o en la enseñanza doméstica. En el curso 1868-1869 el Instituto de Noviciado tuvo que pedir dinero adelantado a la Diputación provincial,16 pues tras la Revolución no pudo disponer de los fondos que tenían en la Caja General de Depósitos del Banco de España. Aun disponiendo de recursos económicos, en un período en el que los ingresos superaron a los gastos en los meses de marzo, abril y junio de 1869, es preciso pedir adelantos en concepto de préstamos económicos. Ascienden estos préstamos a mil ochocientos reales el 30 de marzo, mil trescientos reales el 10 de abril y tres mil reales el 4 de junio. Los Institutos de Madrid son rentables económicamente, y en 1874 las circunstancias políticas aconsejan que sea restablecida, tanto en lo económico como en lo administrativo, la legislación anterior al Sexenio. Así, en la Restauración se plantea el cambio del nuevo régimen económico del Instituto al hacerse efectivo el decreto de 14 de noviembre de 1874, que declara al Instituto del Cardenal Cisneros, junto con el de San Isidro, establecimientos del Estado, incluyendo sus respectivos presupuestos de nuevo en el presupuesto general de Instrucción Pública. El ministro Navarro Rodrigo entiende que el decreto de 1866 había realizado los cálculos de los ingresos de los dos institutos de Madrid de forma equivocada, al considerarlos onerosos para el Estado. El informe elaborado por el Consejo de Instrucción Pública aporta datos muy esclarecedores: los dos Institutos de Madrid alcanzan un superávit de doscientas ochenta y cuatro mil doscientas cuarenta y tres pesetas.17 Con fecha del 1 de diciembre de 1875 el director Moya de la Torre es obligado a hacer entrega de las ciento once mil once pesetas, que mantenía de remanente, a la Dirección General del Tesoro. El 30 de junio de ese mismo año, entre los dos institutos de Madrid tenían un sobrante de trescientas sesenta y tres mil ochocientas quince, según las Memorias de las dos instituciones, pero ante el aviso de incautación el director y el catedrático de Física del Instituto del Noviciado se trasladan a París para adquirir materiales para dotar de laboratorio para esta asignatura por 16 MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª Clase del Noviciado del curso 1869 al 1870..., p. 26. 17 Decreto, de 14 de noviembre de 1874, haciéndose cargo el Gobierno de sostener los dos institutos de Segunda Enseñanza de Madrid, en: Colección Legislativa de Instrucción Pública..., p. 248.
EL EDIFICIO Y LOS PRESUPUESTOS
257
importe de setenta y nueve mil quinientas setenta y dos pesetas, incluidos los aranceles de aduanas. A partir de esta fecha la recaudación por las matriculas se realiza en papel de pagos al Estado. Para evitar picarescas, el secretario del Instituto, al recibir los papeles de pagos, los consigna en un registro especial con la numeración de todos los pliegos de cada matrícula o grado de bachiller de todos los alumnos.18 En todos los casos, las fuentes consultadas nos confirman la lucha constante contra la estrechez de los presupuestos, acogiéndose al principio de la resignación, «con lo que tenemos hacemos lo que podemos» justifican la actuación docente y la falta de medios para la educación.
18 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memoria acerca del estado del Instituto... curso 1875 a 1876..., p. 19.
CAPÍTULO 8 MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
Los ilustrados, y entre ellos Gil de Zárate, consideran que los aparatos y las colecciones eran una exigencia indispensable en la segunda enseñanza. De forma muy optimista, en 1852, el director general de Instrucción Pública cree que en España apenas hay institutos que no tengan un gabinete de física, mapas, globos, instrumentos topográficos y cuanto requieren las explicaciones de Matemáticas, Física, Geografía e Historia. El mismo Gil de Zárate nos asevera: «que muchos institutos poseen un jardín botánico y colecciones de Historia natural, así como bibliotecas formadas con los fondos que poseían los antiguos conventos desamortizados y sobre los que se van a instalar los primeros institutos de nuestro país».1 José de la Revilla, más realista, considera de escasa o ninguna importancia la enseñanza de las ciencias físico-naturales y las matemáticas en los institutos, careciendo de los medios materiales más indispensables, lo que reduce los estudios científicos a seguir el más puro escolasticismo.2 En esta polémica nosotros disponemos de los datos del Instituto del Noviciado que comparte gabinetes y laboratorios para la enseñanza de todas las ciencias experimentales con la Facultad de Ciencias de la Universidad Central. El Instituto del Noviciado utiliza y posee los gabinetes que especificamos: 1 2
GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción Pública en España..., t. II, pp. 68-69. REVILLA, José de la: Breve reseña acerca..., p. 14.
260
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— Jardín Botánico o Escuela Botánica. — Biblioteca-Museo. — El Gabinete de Física y Química. — Laboratorio de Química. — Gabinete de Historia natural. — Laboratorio de Historia natural y de Fisiología e Higiene. — Materiales específicos para la enseñanza de las asignaturas que exigen demostraciones: Geografía e Historia, Matemáticas, Agricultura, Comercio e Industria y Dibujo lineal y de adorno. Carecer de edificio propio supone la convivencia más o menos pacífica de los profesores de segunda enseñanza con los de las facultades y mantener los laboratorios y gabinetes exige una organización compartida, en cuanto a horarios e inversiones, entre los profesores del Instituto y los de la Universidad. El director Tramarría Carranza, a través del rector, solicita a la Dirección General de Instrucción Pública una dotación especial para la adquisición de materiales para las clases experimentales. Tras una visita que la inspección realiza al Instituto, se le concede un presupuesto extraordinario de ocho mil reales que deben repartirse entre las cátedras de Geografía e Historia, el gabinete de Historia natural y el de Física y Química a partes iguales. De esta manera se cumple el Reglamento de segunda enseñanza3 que prescribe un Gabinete de Historia natural, un Jardín Botánico, así como un Laboratorio de Química y un Gabinete de Física. 1.
La Biblioteca-Museo
Desde su creación la Biblioteca es denominada del Cardenal Cisneros en honor: [...] del ejemplar más digno de imitación para ofrecer como modelo a la juventud [....] en él se revelan el amor a la Religión, a la Patria, a la Libertad y a la Ciencia, al propio tiempo que a las Letras, a la Imprenta y a las Bellas Artes.4
3 Reglamento de segunda enseñanza en 1859, en arts. 118-122 en: Colección Legislativa de España..., LXXX, pp. 288-289. 4 Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros. Álbum del Cardenal Cisneros. Recuerdos históricos y artísticos. Madrid 23 de julio de 1877, sin editar. Álbum de 19 fotografías en las que se detallan los lugares donde el Cardenal Cisneros alcanzó la gloria. Se especifica que el objetivo de este material didáctico es para la realización de Paseos
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
261
En el año 1860 el Instituto del Noviciado carecía de biblioteca, y utilizaba los servicios de la Universidad Central.5 El director del Instituto cree necesario que los centros de secundaria cuenten con una biblioteca propia para que: — Los alumnos, al salir de la cátedra, puedan fácilmente aclarar sus dudas, resolver sus dificultades y satisfacer su curiosidad. — Los profesores tengan a mano textos complementarios, que necesitan para sus explicaciones. La mayor dificultad estriba en la falta de recursos para adquirir los fondos necesarios, ya que el rector de la Universidad Central, en su disposición de 1858,6 no prevé la organización de la bibliotecas de las instituciones de la Universidad, ni los fondos económicos, ni el personal necesario, y centraliza este servicio en la Biblioteca del Instituto de San Isidro que ya contaba con un bibliotecario, tres oficiales y setenta y cinco mil quinientos noventa y siete volúmenes. Tramarría Carranza, acogiéndose al artículo 122 del Reglamento de segunda enseñanza, nombró bibliotecario del Instituto a Manuel María José Galdo López de Neira.7 El activo catedrático acepta el nombramiento, se brinda a establecer la biblioteca sin gasto alguno, y lo cumple al dedicarse a la búsqueda de fondos durante treinta y cinco años. Galdo López de Neira consiguió que, al finalizar el primer curso de su nombramiento, ya existiesen libros suficientes como para tener una biblioteca propia. Consigue sus fondos a través de las donaciones de personalidades del mundo político y cultural de Madrid. Con anterioridad a 1860, el Rectorado de la Universidad Central había adquirido obras literarias para el Instituto de Noviciado y, entre ellas, destacamos la Colección de Autores Clásicos, cuya factura es encargada instructivos bien reales o imaginarios por los sitios de la provincia y fuera de ella por las que transcurrió la vida del Cardenal. Este libro fue elaborado con el fin didáctico de acercar el arte y la historia a los alumnos. 5 En 1858 cuatro bibliotecas dependen de la Universidad Central de Madrid. La Biblioteca situada en el edificio de Noviciado, la de San Isidro y las de las Facultades de Medicina y Farmacia. Los fondos de la de la Biblioteca Noviciado proceden de la Universidad de Alcalá; la de San Isidro pertenecen a los estudios del mismo nombre y es considerada como la principal y las otras dos son las específicas de las Facultades, en: GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la Instrucción..., t. III, p. 361. 6 Anuario de la Universidad Central para el curso 1858 a 1859. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1858, pp. 104-106. 7 Reglamento de segunda enseñanza de 1859..., p. 31, en art. 122 que manda que la biblioteca de cada instituto estará a cargo del catedrático que designe el director.
262
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
por el Gobierno, o la Colección de las Escuelas Pías de 1852 con el ex libris del rector y el sello de la Universidad Central. En estos fondos consta la frase «mandado comprar para el Instituto de Noviciado». A éstos se unían los más de mil volúmenes que la institución había trasladado desde los colegios menores de filosofía de Alcalá, desde incunables a joyas bibliográficas de los siglos XVI; XVII y XVIII, pero que no parecían adecuadas para su uso en bachillerato. En el discurso inaugural del curso 1862-1863 el director Tramarría aprovecha para solicitarle al rector que segregue de la Biblioteca de la Universidad Central las obras que se refieren a la segunda enseñanza y se las done al Instituto del Noviciado, alegando una mayor utilidad en éste que en la Universidad. A la vez, Tramarría Carranza alaba la voluntad de Galdo López de Neira para incrementar los fondos de la biblioteca, pues recibe donaciones de forma periódica de las: — Reales Academias de las Ciencias, Historia, Lengua, Ciencias morales y políticas. — Direcciones Generales de Instrucción Pública, Agricultura, Ultramar, Estadística, Obras Públicas, Aduanas y Aranceles. — Otras instituciones, como el Real Observatorio de Madrid; a este respecto no conviene olvidar la amistad de Galdo López de Neira con el grupo krausista que trabaja en esta institución, y especialmente con Eulogio Jiménez Sánchez, que había sido alumno y profesor auxiliar de matemáticas en el Instituto del Noviciado. De esta manera en 1863 nos encontramos con un inventario de mil trescientas treinta y una obras, principalmente referidas a autores clásicos griegos y latinos y a la literatura española de los siglos de oro, junto con la obra científica de Linneo o Cuvier. A estas obras se unen ciento ochenta y un opúsculos, folletos y memorias. Otros de los medios que Galdo López de Neira utiliza desde 1864 hasta el final del siglo, para la adquisición de fondos para la Biblioteca, es la demanda de obras de escritores de la época, como Modesto Lafuente, Hartzenbuch, Julián Sanz del Río, Menéndez Valdés y otros que comienzan a publicar, como Pérez Galdós y Clarín. Estos autores se dignan ceder un ejemplar de sus obras, de esta manera, van proporcionando unos fondos actualizados a la Biblioteca del Instituto Cardenal Cisneros. También hay que tener en cuenta las donaciones de los centros académicos que publican alguna obra y los trabajos de los alumnos dignos de ocupar un puesto en la Biblioteca. En este sentido citamos el trabajo realizado por el alumno Tomás Esciche y Mieg en clase de Historia univer-
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
263
sal con la cronología de los reyes de España, distinguiendo los monarcas que han reinado en Navarra, Aragón, Castilla, León y Portugal. A la vez, se incrementan los fondos con las tesis doctorales y publicaciones de los antiguos alumnos, tales como el Conde de Toreno, Carlos Fernández Shaw..., así como las publicaciones de los profesores del centro, e incluimos en este apartado los legados de algunos profesores fallecidos, cuyos familiares donan su biblioteca particular al Instituto.8 Asimismo, se deben consignar los obsequios de algunos políticos, que coinciden en sus puestos con los catedráticos del Instituto cuando estos ocupan también cargos políticos. En este sentido fue realmente importante la donación del senador Joaquín María Pérez, que incrementa la biblioteca con doscientos setenta y seis volúmenes calificados, ya en su momento, de gran valor por su rareza. Algunos alumnos matriculados en el Instituto son hijos de importantes figuras del mundo intelectual o político del momento, los cuales enriquecen la biblioteca del centro con sus obsequios: Madrazo, Amador de los Ríos, Silvela, Vázquez Queipo, Cristino Martos, Eduardo Chao... En el curso 1865-1866 aumentan de forma notable los volúmenes de la biblioteca,9 tanto en cantidad como en calidad, pues destacamos, entre otras, la donación de las joyas bibliográficas del profesor Sánchez Casado Thesaurus antiquitatum Romanorum Graecanumque y las Siete Partidas del Rey Alfonso X el Sabio con la glosa de Díaz de Montalvo, ambas en ediciones del siglo XVI. En el curso 1866-1867 se reciben nuevos donativos de instituciones muy dispares, desde las Observaciones meteorológicas de la provincia de Murcia hasta las Memorias agronómicas de Lugo, junto con los Diccionarios de la Real Academia o varias ediciones de la Biblia del siglo XVIII. En 1868, Galdo López de Neira solicita la Biblioteca de la suprimida Escuela Normal de Maestros, sin conseguirla. Tampoco en los años del Sexenio el presupuesto del Instituto permite la adquisición de más fondos y la actualización continúa a merced de regalos y donaciones de la Dirección General de Instrucción Pública, Dirección General de Estadística... En el curso 1872-1873 es necesario cerrar la Biblioteca y amontonar los libros por carecer de local donde instalarla. Hasta el curso 1876-77 8
Esta costumbre continúa entre los profesores del Instituto del Cardenal Cisneros. Uno de los últimos legados que se ha recogido en fecha muy reciente corresponde a la biblioteca personal del catedrático y académico de Historia José María Igual Merino. En esta biblioteca personal está incluida la biblioteca de José Canalejas adquirida por este catedrático a la viuda del político por cuatro mil pesetas y a su vez englobada en la Biblioteca del Fondo Antiguo del Instituto Cardenal Cisneros. 9 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria del curso de 1865 a 1866..., p. 6.
264
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
no disponemos de nuevas noticias de la Biblioteca y se refieren a un inventario de unos cuatro mil quinientos títulos y seis mil volúmenes que se presenta en la Exposición Universal de Paris. En los primeros años de la Restauración borbónica,10 se reseñan obras como la Colección Legislativa de España, Aparato bibliográfico para la Historia de Extremadura, por Abrantes; Cartas de los Secretarios del Cardenal Jiménez de Cisneros. Colección de Documentos inéditos del Archivo de Indias, Resumen de las Actas y tareas de la Real Academia Española desde 1859 a 1862 por el secretario perpetuo Bretón de los Herreros... A partir de 1905 se convierte en Biblioteca Publica de Madrid y es nombrado un bibliotecario, un archivero y un auxiliar para la atención del público que acudía a la Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros. Esta apertura hacia la ciudad de Madrid se va a premiar con una dotación de diez mil pesetas anuales. Hasta 1936 constaba de dos salas de lectura, una para cada sexo y en ella existía servicio de préstamo como consta en los libros de préstamo bibliotecario que se conservan. Para realizar el préstamo de un libro fuera de las salas de lectura era necesario el aval de un catedrático. En la actualidad, esta biblioteca consta de treinta mil ejemplares de gran riqueza y valor para la historia de la educación y de las ciencias en España y es posible la consulta en la red de una parte de sus fondos, en torno a doce mil títulos. Con fechas muy recientes se han digitalizado los manuales escolares y la legislación educativa expuesta en este libro, a esta información se puede acceder desde la dirección bibliotecas escolares históricas dentro de la Biblioteca Virtual del Patrimonio histórico. 2.
El Jardín Botánico y la Escuela Botánica del Instituto de Noviciado
Cuando se trasladó la Universidad Central al edificio de Noviciado existía ya una huerta de gran extensión, que había pertenecido a los jesuitas. Ésta la cultiva por arriendo un agricultor madrileño, hasta que en 1851 el catedrático Galdo López de Neira convenció al rector, Claudio Moyano, para que la huerta se convirtiera en Escuela Botánica,11 pero sólo fue jardín una cuarta parte de la huerta, las otras tres partes restantes seguían plantadas de hortalizas. 10
Ejemplares pertenecientes a los legados de las bibliotecas personales de los catedráticos Commelerán Gómez, Francisco y Sánchez Casado, Félix localizados en la Biblioteca del Fondo Antiguo del Instituto del Cardenal Cisneros. 11 Memoria acerca de la Universidad Central del curso 1860 a 1861..., p. 11.
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
Biblioteca.
Fondos bibliográficos del Instituto del Cardenal Cisneros.
265
266
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Esta situación se resolvió siendo rector el marqués de San Gregorio, en 1857, al dotar el Jardín de un pequeño presupuesto y rescindir el contrato de arrendamiento, de tal forma que se convirtió en una Escuela de Botánica de siete mil quinientos metros, con plantas traídas del Jardín Botánico de la corte, del Vivero de la Villa y del Real Patrimonio de Aranjuez. El catedrático de Historia natural, Galdo López de Neira, es nombrado director de la Escuela Botánica, de ahí que se le conociera como Maestro Botánico. Con un presupuesto muy escaso comienzan las obras de instalación de un invernadero de hierro y cristal para seiscientas macetas y una noria. Conviene recordar la pasión de Galdo López de Neira por la botánica, pues a partir de 1853 el catedrático solía recoger con sus alumnos algunas plantas en los alrededores de Madrid y regalaba habitualmente plantas medicinales a los pobres. Una vez más, movido por la ilusión, Galdo López de Neira consiguió mejoras significativas en 1871, instalando un sistema de alambrera en el techo del invernadero para preservar sus cristales junto con la instalación de una nueva noria y una armadura para las parras. Fruto de esta pasión son los dos herbarios del último tercio del siglo XIX que se conservan en el Gabinete de Historia natural del Instituto del Cardenal Cisneros, así como varios herbarios realizados por los alumnos. Los gastos de mantenimiento y conservación del Jardín Botánico son abonados por el Instituto y la Universidad conjuntamente. 3.
El Gabinete de Historia natural
En 1845, al crearse la asignatura de Historia natural para la segunda enseñanza, el Rector, para ocupar esta vacante nombra al catedrático Galdo López de Neira que no encontró en la Universidad Central más que un trozo de coral blanco para el estudio de esta asignatura, pues en la Universidad de Alcalá, primero, y en la de Madrid, después, no figuran los estudios de esta materia. Galdo López de Neira no puede disponer de un gabinete de estudio práctico, y propone, y obtiene del gobierno, que la enseñanza se imparta en las aulas del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Así, durante los cursos 1845-1846 y 1846-1847 asistían los discípulos, tanto del Instituto del Noviciado como de San Isidro, a las clases que este catedrático impartía en el Museo.12 12 En el Instituto de San Isidro el catedrático Galdo López de Neira, comenzó a instalar en 1848, en una de las aulas situadas en el piso segundo, cuatro armarios de pino
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
267
Esta situación no es del agrado del Museo pues además de que los alumnos matriculados en esta asignatura eran superiores a la capacidad de las aulas, el ruido y el deterioro que producían aconsejaron pensar en construir sendos gabinetes en los dos institutos de Madrid. A los alumnos, que diariamente iban a todas las clases del Instituto del Noviciado o del San Isidro, les era molesto desplazarse hasta el Museo, así que el Gobierno dispone crear el Gabinete de Historia natural en el edificio de la Universidad de Madrid. Dentro del Instituto del Noviciado el catedrático lo sitúa en la pequeña antesala de las aulas tres y cuatro, sala que servía también de salón de descanso a los profesores. Los armarios necesarios se construyen aprovechando las estanterías de una antigua botica de Alcalá de Henares. En 1848 se colocan en estos dos armarios una colección de minerales, remitida por el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, y la colección de animales disecados, que habían preparado los alumnos de la cátedra de Taxonomía, junto con la colección de doscientos setenta y cinco ejemplares de minerales y treinta y ocho rocas. El espacio era muy escaso y estaba, como ya hemos dicho, en una sala de paso, por lo que en 1855 el rector, marqués de San Gregorio, permite las reformas necesarias para la instalación del Gabinete de Historia natural, y las estanterías se realizaron en el curso 1866-1867 por los mismos carpinteros que estaban construyendo las de la Facultad de San Carlos de Medicina de Madrid. Estas estanterías se realizan en pino pulido y barnizado, con veinte cuerpos de cuatro metros de altura y dieciséis metros lineales, con cajones en la parte inferior y cristales en la superior.13 En 1857, como consecuencia de la ley de Instrucción Pública, los alumnos de preparatorio de las carreras de Medicina y Ciencias, que tenían que estudiar la asignatura de Mineralogía, Botánica y Zoología, lo realizarían aprovechando el Gabinete del Instituto. El Gabinete queda distribuido de la siguiente manera: la colección zoológica se ordena en el aula tres, la colección mineralógica en el aula cuatro y la de rocas y fósiles en la antesala, y una salita oscura contigua se destina para guardar enseres. pintados de blanco y los objetos y colecciones regaladas por el Museo. En 1852, se hace una reforma creándose un Gabinete más amplio que desde el curso 1853-54 Sandalio Pereda regentó, al pasar en este curso Galdo López de Neira a ocupar la plaza de esta asignatura en el Instituto de Noviciado en exclusiva. SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memoria del curso 1876 a 1877..., p. 95. 13 En la actualidad se puede contemplar este mobiliario y las colecciones en el Gabinete de Historia natural del Instituto del Cardenal Cisneros.
268
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
A partir de 1870 la colección mineralógica consta de seiscientos nueve minerales, cuarenta y cinco rocas y otros treinta y seis enseres. Hasta 1888 el Instituto y la Facultad de Ciencias utilizan conjuntamente la colección zoológica, pero a partir de 1870 cada profesor tiene sus propias colecciones deslindadas con claridad. La enorme fortuna y la prudencia del catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros que fue poniendo una señal a cada uno de los ejemplares y de las colecciones, a lo largo de cuarenta años, posibilitó que estas colecciones no fueran expropiadas por el gobierno para construir los laboratorios de la Universidad de Madrid. En 1872, el Instituto posee: un esqueleto artificial de hombre, dos esqueletos de mamíferos, uno de ave, siete calaveras, once moldes anatómicos clásticos, treinta y cuatro mamíferos, ciento siete aves, cuarenta y cinco reptiles, sesenta y siete peces, doscientas cuarenta y ocho moluscos, ciento treinta y tres articulados y sesenta y cuatro zoófitos. En el centro del Gabinete hay una mesa aparador de cristales donde se colocan los modelos anatómicos y los modelos de calavera de las razas humanas. En los cursos sucesivos, los directores hacen referencia a los estrechos límites del presupuesto de material, pero, pese a este obstáculo, el Gabinete de Historia natural ha conseguido una colección de peces del Mediterráneo y otro del Atlántico, así como minerales, plantas y animales de la provincia de Madrid, recogidas por el profesor con sus alumnos. Todo ello gracias a las gestiones del catedrático de esta asignatura, Galdo López de Neira. Entre las donaciones encontramos una lechuza y un cráneo de gorila, gran mono del Gabón de África, así como una colección de culebras, una calavera de delfín y una mandíbula de tiburón. En los archivos del Instituto Cardenal Cisneros localizamos distintos documentos referidos a las donaciones realizadas por antiguos alumnos del Instituto, como el marqués de San Gregorio y el vizconde San Javier, que ocupan puestos de relevancia política en las colonias españolas.14 Destacamos también los ejemplares geológicos y mineralógicos remitidos por los padres de los alumnos José María Onís, García Aparicio, Francisco Ezquerra y Diego López de la Infanta. Con el presupuesto extraordinario15 de dos mil reales son adquiridos en 1867 algunos instrumentos, tales como una forja quince con fogón,
14
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. s/c. Expediente del profesor Galdo López de Neira, M. M.ª José. 15 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria del curso 1866 a 1867..., p. 60, cuadro n.º 23.
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
269
una placa para fundiciones, un fuelle de corriente constante y mesa para esmaltar. En 1868, el ministro asigna al Instituto una colección de minerales, aves y conchas procedentes de la expedición que había realizado una comisión de naturalistas al Pacífico.16 Notables son las donaciones del Ayuntamiento de Madrid durante toda la época estudiada. Recordamos un colmillo de elefante, un avestruz, una gacela joven, que muere en el Parque de Madrid,17 y que Galdo López de Neira supo solicitar para el Instituto, una hiena, un guanaco joven, un canguro, un faisán, una cabeza de venado y una tortuga.
Vista general del Gabinete de Historia natural del Instituto del Cardenal Cisneros.
4.
Laboratorio de Historia natural y de Fisiología e Higiene
La falta de espacio motiva que el Instituto no tenga laboratorio de Historia natural ni de Fisiología e Higiene hasta el curso 1874-1875, cur16 17
TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria del curso 1867 a 1868..., p. 17. MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria del curso 1869 a 1870..., p. 14.
270
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
so en el que se habilita el salón de la planta baja para este fin e inmediatamente se dota de fogones, hornillos y alumbrado de gas, con un presupuesto procedente del excedente de matrículas. También, el Instituto de San Isidro posee laboratorio de Historia natural, que está instalado en un salón contiguo a la respectiva cátedra y posee una estantería y dos grandes aparadores en los que se incluye un modelo completo de hombre de tamaño natural para estudiar los órganos de la asignatura de Fisiología. 5.
El Gabinete de Física y el Laboratorio de Química
Como ya hemos anticipado, el Gabinete de Física comienza funcionando con los aparatos y máquinas del Infante Don Sebastián, cedidos por el Palacio Real, y con los trasladados de San Isidro. La situación se complica cuando los instrumentos, máquinas y aparatos que se habían utilizado18 desde su traslado a Madrid son devueltos al Palacio Real en el curso de 1860-1861. Los conflictos para el funcionamiento de este Gabinete parten del 22 de diciembre de 1856, al disponer el rector de la Universidad Central que desde el antiguo Gabinete de San Isidro: Se sustrajeran, apartasen y fueran trasladados al Gabinete de la Facultad de Ciencias (el mismo que del Instituto de Noviciado) algunos aparatos de construcción española del siglo XVIII.19
Estos aparatos son reivindicados por la cátedra de Física del Instituto de San Isidro desde 1869 y su catedrático solicita su devolución mediante distintos escritos, dirigidos al rector de la Universidad Central, Fernando de Castro. Este rector dispone que el Gabinete de Física y Química que tiene la Facultad de Ciencias en el Instituto de San Isidro pase a ser propiedad del Instituto del Noviciado.20
18
TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria... del curso 1860 al 1861..., p. 10. SANTIESTEBAN, Mariano: Breve historia de los gabinetes de física y química del Instituto de San Isidro de Madrid por el catedrático de la misma. Madrid: Imp. de la Viuda de Aguado, 1875, pp. 135-136. 20 Oficio, del 7 de octubre de 1869, dirigido al rector de la Universidad Central y firmado por el catedrático del Instituto de San Isidro SANTIESTEBAN, Mariano: Breve historia de los gabinetes de física y química del Instituto de San Isidro de Madrid por el catedrático de la misma. Madrid: Imp. de la Viuda de Aguado, 1875, pp. 135-137. 19
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
271
Mariano Sebastián vuelve a insistir nuevamente al rector, el 10 de julio de 1871, en los siguientes términos: El profesor que suscribe ha visto, aunque de pasada, dichos instrumentos en el Instituto del Noviciado en un estado que no se atreve a calificar de puro lamentable y a la vez observa todos los días, con honda pena, el vacío que dejaron en su gabinete [...] y entiende que la decisión tomada en 1856 de ceder los aparatos y máquinas es hija de la arbitrariedad y capricho [...] pues se adquirieron con fondos que no pertenecían ni a la Universidad de Alcalá ni a la de Madrid.21
El rector, como respuesta a las demandas del Instituto de Noviciado, pues estos materiales eran insuficientes, aumenta la dotación con un presupuesto extraordinario de seis mil reales. Los materiales son solicitados a Inglaterra y Francia a través del rector, pero tendrán que ser de uso conjunto con los alumnos de Ciencias de la Universidad Central. Estos materiales los componen: una máquina neumática de Pixii, una máquina eléctrica, un pararrayos, una pila de Volta, un barómetro de Gay-Lussac y aparatos para el estudio de la luz y electricidad. Esta situación no parece extraña, es más, podríamos afirmar que en el Instituto de Noviciado se valieron de unos laboratorios escasos, pero no tanto como en el resto de los institutos, y así queda reflejado en un artículo firmado por N22 bajo el título «¿Por dónde debe comenzarse el estudio de la Química?». En este artículo trata de dar respuesta a: ¿cuántos laboratorios hay en nuestros institutos para la enseñanza de la Química?, ¿cuántas reacciones y ensayos presencian en esta clase los alumnos?; Estas preguntas le sirven al autor para analizar la lamentable situación de los Gabinetes y Laboratorios de Física y Química. Por su parte, el laboratorio de Química,23 independiente del de Física, comienza a funcionar en 1865, con la adquisición de 80 productos químicos en frascos pequeños y de reactivos líquidos. El catedrático de esta asignatura va especificando a modo de inventario cada curso las compras realizadas, las adquisiciones imprescindibles y las donaciones. A partir de 1868, las donaciones provienen principalmente del Ayuntamiento de Madrid, cuyo alcalde es el catedrático de Historia natural del Instituto. 21 Oficio, del 10 de julio de 1871, dirigido al rector de la Universidad Central y firmado por el catedrático del Instituto de San Isidro y también autor en: SANTIESTEBAN, Mariano: Breve historia de los gabinetes de..., pp. 137-139. 22 Boletín de la Revista Universitaria de Madrid..., t. III, p. 1072. 23 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria del curso 1865 a 1866..., p. 9.
272
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En el curso 1871 a 1872, ante la necesidad de crear un gabinete de Física24 para uso independiente de la Universidad, argumentando los muchos alumnos matriculados y disponer de un excedente económico superior a ciento ochenta mil pesetas, se habilitó el Salón de Grados con una estantería para tal fin. Poseemos un inventario de los gabinetes y laboratorios con la relación exhaustiva de sus materiales que realizó el catedrático de Física y Química, Chamorro Abad, en el curso 1876-1877 para la Exposición Universal de París.
Laboratorio de física del Instituto del Cardenal Cisneros.
Los materiales de los gabinetes de Física y Química se clasifican25 por las especialidades de: Mecánica con diecinueve aparatos, Dinámica con diez aparatos, Hidrostática con nueve aparatos, Hidrodinámica con veintidós aparatos, Aerostática y Aerodinámica con veintidós aparatos, Acústica con cinco aparatos, Calor con dieciocho aparatos, Magnetismo con nueve aparatos, Electricidad con cuarenta y cinco aparatos, y Meteorología con pluviómetro y martillo de agua. Todos ellos se verán reflejados en las ilustraciones del manual elaborado para esta asignatura por el profesor Chamorro Abad. 24 25
MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: Memoria... del curso 1871 al 1872..., p. 14. SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memorias del curso 1866 a 1867..., pp. 90-92.
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
273
El Laboratorio de Química creado en 1871 consta de un alambique de cobre, cinco hornillos, globos de vidrio, copas de cristal, morteros, tubos de ensayo y una colección de ochenta frascos pequeños con los cuerpos que ilustran el manual de Chamorro Abad.26 6.
Materiales especiales
El uso de estos materiales viene regulado en el Reglamento de segunda enseñanza ya citado, y se destinan para las asignaturas que exigen demostraciones o modelos. La dotación que posee el Instituto es muy variada y se va actualizando en la medida que los presupuestos ordinarios y extraordinarios lo permiten. A lo largo de los cursos estudiados nos encontramos con presupuestos anuales desiguales para la adquisición de materiales. El director del Instituto de Noviciado, Moya de la Torre, justifica en el curso 18681869, los notorios apuros económicos del erario y la imposibilidad de adquirir materiales. Aún así, parece que es en el Sexenio cuando más se incrementan estos materiales por: — Una dotación de la Diputación Provincial de Madrid, gobernada por Cristino Martos. — Una dotación extraordinaria de mil pesetas del director general Instrucción Pública y a la vez catedrático del Instituto, Manuel Merelo Calvo. — Otra dotación del Ayuntamiento de Madrid, cuyo alcalde es el catedrático Manuel María José Galdo López de Neira. 6.1. Materiales especiales para la enseñanza de la Geografía e Historia En el período que impartió clases, Manuel Merelo Calvo cataloga los siguientes materiales especiales para la enseñanza de la Geografía e Historia:27 — Cuatro globos celestes y una esfera armilar, un sistema planetario procedentes de la antigua Universidad de Alcalá. 26 CHAMORRO ABAD, Rafael: Lecciones de elementos de Física, y nociones de Química..., p. III, 354-471. 27 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memoria del curso 1876 a 1877..., pp. 88-89.
274
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— El Instituto Geográfico y Estadístico regala el plano parcelario y el topográfico de la Villa de Madrid 1876. — Las cartas de ferrocarriles y carreteras donadas en 1875 por el Ministerio de Fomento. — El subsecretario del Ministerio de Gobernación, Alzugary, donó una carta de las comunicaciones telegráficas internacionales. — Una colección de mapas murales, tanto del mapa-mundi como de Europa, Asia, África, América y España, donada por Merelo Calvo. — El plano topográfico de la Villa y Corte de Madrid de 1768 y el plano parcelario de Madrid, de Ibáñez Ibero. — La carta del globo terráqueo, publicada por la Dirección Hidrográfica, con los principales descubrimientos realizados por los navegantes europeos en 1870. — El mapamundi orográfico e hidrográfico de Víctor Clerot. — Los mapas-mundi climatológico, geológico y de distribución geográfica de animales, plantas, montañas, ríos, cataratas y maravillas de la Naturaleza. — Un cuadro sinóptico de la Historia de España y Portugal por F. Coello de 1852 y un atlas mural histórico geográfico de 1876, con ocho mapas dedos por dos metros: Mapas de Europa en su evolución histórica desde la caída del Imperio Romano hasta la Guerra de los Treinta Años. — Una colección de veinte mapas históricos de España y Portugal y el mapa elaborado por Eduardo Chao y mapas murales de dos por un metro, para la enseñanza de la historia en sus principales momentos. 6.2. El material científico para la enseñanza de las Matemáticas El material adquirido es: 1. Una colección de pesas y medidas del sistema métrico decimal compuesta de: — Un metro-tipo de acero en su caja, otro de latón y un tercero de madera con aros de hierro. — Veintisiete medidas de capacidad en latón y madera con aros de hierro. — Ocho pesas de hierro desde un hectogramo hasta la de veinte kilogramos. — Un estuche con las medidas de peso: el kilogramo y sus divisiones. — Un pequeño globo terráqueo, junto con una caja de modelos para explicar el sistema métrico.
MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS
275
2. También poseen una lujosa colección completa de pesas y medidas de la Villa de Madrid, regalada por el ayuntamiento y construidas expresamente para este Instituto y que consta de: — Una vara de caoba. — Nueve medidas de estaño para líquidos, desde la arroba a la media copa. — Otras nueve de caoba para áridos, desde la media fanega hasta el ochavillo. — Un precioso estuche con diez piezas de bronce para medir desde la arroba hasta el adarme. 3. Cartabones, reglas y compases de madera para el uso diario de las cátedras de matemáticas. 4. Veintitrés maderas para el estudio de la geometría del espacio. 5. Una caja con noventa y tres cuerpos geométricos de madera. 6. Otras varias colecciones construidas por los alumnos del Instituto. 7. Seis grandes banderolas para levantamiento de planos. 8. Dos miras de caoba, sistema inglés, de cuatro metros de altura, con su caja. 6.3. Materiales para la enseñanza de Dibujo lineal y de adorno El director del Instituto, Acisclo Fernández-Vallín, costea en 1877, de su propio sueldo, varias colecciones gráficas y yesos para mostrar a los alumnos en la clase de dibujo: — La colección inglesa de Hulme en treinta cartones con dibujos, para los ejercicios de iniciación en ornamentación. — Otra colección del mismo autor en veinticuatro cartones con dibujos geométricos progresivamente complicados. — Asimismo se adquieren las colecciones de ornamentación de Corot y de Borrell y de construcciones lineales de Cheneveau, cartones para los dibujos de animales, cartones de objetos de artes y oficios, láminas arquitectónicas, láminas cromolitográficas y láminas de escudos de las provincias de España. — Finalmente en yeso se buscan modelos de los cinco órdenes arquitectónicos, de reproducciones de la Alhambra y de la Mezquita de Córdoba, platos de bajorrelieve de Cellini, como la Degollación de los Inocentes, o el caballo de Troya y escudos de casas nobles.
276
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— También en yeso se adquieren bustos, como el de Murillo, Velázquez, Ribera, Juan de Herrera y del propio Rey Alfonso XII. 6.4. Materiales para la enseñanza de la Agricultura Cuando se crea esta cátedra, en 1876, se solicitan al extranjero instrumentos y colecciones. En el inventario presentado en 1877 nos encontramos con la solicitud de semillas de crucíferas, resedáceas, lináceas, malváceas, terebintáceas, leguminosas, rosáceas, compuestas, urticáceas y gramíneas.
Laboratorio de agricultura del Instituto del Cardenal Cisneros.
CAPÍTULO 9 LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
Tras el estudio detenido de la enseñanza oficial que hasta aquí hemos realizado, en este capítulo nos centraremos en el análisis de las otras modalidades educativas que van a coexistir junto a ésta en el Instituto del Cardenal Cisneros, nos referimos a la enseñanza privada y doméstica. Comenzaremos la exposición con los colegios privados adscritos al Instituto del Noviciado y valoraremos dos aspectos: — Los catedráticos de esta institución que ejercen la docencia en los colegios privados de segunda enseñanza de Madrid. — El incremento del número de colegios privados creados y adscritos al Instituto a partir del curso 1868-1869. 1.
La enseñanza privada. Evolución de los colegios privados adscritos al Instituto del Noviciado (1845-1868)
Cuando se trasladan los Estudios de Filosofía de Alcalá a la corte, ya existían varios colegios en Madrid. Estos centros educativos habían experimentado un notable desarrollo como consecuencia del plan del ministro Calomarde,1 que facilitó el establecimiento de colegios para la enseñanza de la filosofía y que impuso una única limitación: que no hu-
1 El Plan de Calomarde de 12 de octubre de 1824 puede consultarse en: PUELLES BENÍTEZ, Manuel de: Historia de Educación en España..., pp. 61-116.
278
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
biese en la misma población otros estudios procedentes de las antiguas universidades. Este plan distingue entre Escuelas de Latinidad, Colegios de Humanidades, Seminarios, Colegios de Jesuitas, Escolapios, y algunas otras instituciones de función piadosa. El plan literario de Calomarde, que está vigente hasta 1838, facilita que los estudios elementales de filosofía se multipliquen en Madrid. Ya conocemos los colegios de D.ª María de Aragón y el de Santo Tomás,2 que estaban habilitados para la enseñanza de la filosofía desde el siglo XVI. A éstos se unen las clases que se habilitaron, tanto en San Fernando como en Getafe, en las Escuelas Pías de San Antonio Abad, que hasta entonces no habían impartido más que las primeras letras. Desde 1826 también figura en la lista el Colegio de San Bernardo, que impartía dos cursos de Filosofía, y el Real Colegio de San Lorenzo del Escorial, así como la Real Casa Conventual de Santiago de Uclés. A partir del curso de 1837-1838 aparecen varios colegios seglares, tanto en la capital como en las provincias limítrofes. Estos centros están situados en Casar de Talamanca, Quintanar de la Orden, y, con el nombre de instituto, se funda en este mismo curso un colegio que enseñaba Filosofía en Guadalajara, al que se añade otro en Brihuega. Dos años más tarde, y ante la anarquía reinante en la enseñanza privada, la Regencia se vio obligada a publicar un decreto para regular la situación.3 En el curso 1840-1841 los colegios que remiten a la Universidad de la capital la lista de discípulos son cuarenta, aunque sólo son admitidos a examen los alumnos de veintiocho colegios por ser éstos los que cumplen los requisitos solicitados en la normativa.4 En Madrid, mediante el plan Pidal, se crearon dos Institutos, el de San Isidro y el del Noviciado, pero este hecho no paralizó la creación de colegios, ni la incorporación de los ya existentes a la Universidad. De éstos destacamos el Colegio de Serra,5 el Colegio de la calle de la Madera,6 2
El colegio de Santo Tomás era el que más afluencia de alumnos tenía en Madrid, pues ya en el curso de 1828 a 1829 asisten 376 alumnos en los tres años de Filosofía, en: SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve reseña..., p. 15. 3 Nos referimos al real decreto, de 18 de noviembre de 1840, véase en: SIMÓN PALMER, M.ª C: La enseñanza privada seglar en Madrid 1820-1868. Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1972, p. 19. 4 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Breve reseña..., p. 15. 5 El Colegio de Francisco Serra se traslada a la corte en 1823, tras cinco años en la ciudad de Segovia, y llega a ser una de las instituciones más importantes de Madrid. 6 Cuyo empresario es Juan N. Servet, teniente coronel de Infantería, continuando la labor iniciada por Equilaz en 1823. Recibe el nombre de Colegio de San Felipe Neri.
LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
279
el de San Mateo, que tuvo entre sus profesores a Alberto Lista,7 las Escuelas Pías de San Antonio Abad, tanto de San Fernando como de Getafe, el Colegio de Vicente Santiago Masarnau,8 instalado en el que había sido convento de las Vallecas, en la calle Alcalá, y el fundado en Carabanchel por García Carrasco en 1844. Estos colegios no se incorporan a ninguno de los dos Institutos de Madrid, sino a la Facultad de Filosofía, de la que formaban parte. Esto explica que en el Colegio de Masarnau9 se impartan enseñanzas propias de la licenciatura en ciencias e ingeniería, con validez académica obtenida mediante examen. Hasta la ley Moyano, los exámenes de los alumnos de los colegios privados los realizan los profesores de uno y otro Instituto de Madrid indistintamente. Con anterioridad, el plan Pidal había establecido también mayores exigencias para la creación de nuevos centros buscando un control, que hasta aquel momento era inexistente. Así, en 1845, los centros privados se definen como aquellos cuya enseñanza se sostiene y dirige por personas particulares, y se nombran con el título de colegios, liceos, o cualquier otro, ninguno de ellos podrá usar la palabra instituto.10 En este sentido, el rector de la Universidad, en 1854, encarga a Tramarría Carranza, director del Instituto de Noviciado, que organice una visita de inspección a los centros privados de Madrid, y este director cree conveniente que los servicios de los inspectores sean remunerados, y así lo solicita. Esta comisión recorre los colegios e inspecciona y elabora un informe con el expediente particular de cada colegio, y un informe general.11 Y en esta delicada cuestión, vigente en nuestro país desde la ley Moyano, encontramos los acentos más apasionados, se debate el lugar que debe ocupar la enseñanza oficial y la privada, y, en principio, se resuelve con la supremacía de la enseñanza oficial sobre la privada. Así, a los colegios privados, al igual que en el país galo, para su funcionamien7
Alberto Lista es calificado como el iniciador de la enseñanza privada seglar en España, en: SIMÓN PALMER, M.ª Carmen: La enseñanza privada seglar..., p. 296. 8 Vicente Masarnau es catedrático de Física Experimental en la Universidad Central. 9 En el colegio de Masarnau cursan los estudios de ingeniería tanto Práxedes Mateo Sagasta como Manuel Merelo Calvo. Véase en Los Diputados pintados por sus hechos..., p. 60. 10 UTANDE IGUALADA, Miguel: Planes de Estudio de Enseñanza Media..., p. 59. 11 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores s/c. Esta comisión está formada por Mariano Huerta, secretario del Instituto de San Isidro y anteriormente catedrático del Instituto de Noviciado y Miguel Calvo que actúa como secretario de la Comisión.
280
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
to les es necesario además de la autorización gubernamental someterse a la inspección de los directores de los institutos de Madrid. La ley de Instrucción Pública, ya en 1857, establece, entre otros requisitos, para los colegios privados: — remitir anualmente las listas de matrículas a los Institutos, — estudiar con los mismos libros de texto y programas del Instituto al que están inscritos, además en el mismo orden, y que — los exámenes se celebren en el Instituto al que está incorporado el colegio.12 Esta ley divide los colegios privados en tres categorías, según la enseñanza que impartan y el número de alumnos que matriculen, y se exige para ser empresario o dueño de un colegio privado de segunda enseñanza las siguientes condiciones: — Ser mayor de veinticinco años. — Haber obtenido la autorización especial del Gobierno, oído previamente el Consejo de Instrucción Pública. — Realizar un depósito de seis mil reales, si es para instalar un colegio de primera clase, y de tres mil si es de segunda o casa de pensión. La categoría del establecimiento estaba en función de las enseñanzas que impartía, distinguiendo entre segunda enseñanza elemental completa e incompleta. Esta misma normativa distingue entre el cargo de director y el de empresario, exigiendo al director el grado de doctor si es centro de primera clase, el de licenciado si es centro de segunda clase, y el de bachiller para las casas de pensión. En Madrid, por imperativo de esta ley, los colegios privados existentes se adscriben a los dos institutos en virtud de su proximidad a éstos.13 12
Ley de Instrucción Pública del 9 de septiembre de 1857..., arts. 148-157. Para la situación de la enseñanza privada en Francia puede consultarse: PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800-1967..., pp. 23-45 y PONTEIL, Felix: Histoire de l’enseignement en France: les grandes etapes, 1789-1964. Paris: Sirey, 1966, pp. 179-189. 13 Memoria acerca del estado del Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado, incorporado a la Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1859 por el Sr. D. Francisco de Tramarría, catedrático de Lengua francesa y director del mismo Instituto, en la solemne apertura del curso de 1859 a 1860, Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1859 [...], cuadros anexos y en: Memoria acerca del estado del Instituto de Segunda Enseñanza de San Isidro de Madrid, incorporado a la Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1859 por el doctor D. Mariano de Huerta, catedrático de
LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
281
Se adscriben al Instituto del Noviciado los colegios de primera clase siguientes: los Escolapios de la calle Hortaleza, el Colegio de Ramón Meana, el Colegio de Luis García Sanz, el Colegio del Rosario y el Colegio de Bernardino Llanderay y Calvo. Los colegios de segunda clase adscritos al Instituto del Noviciado serán el Colegio de Manuel María Tobía y el de Ramón Camarasa. De la misma manera, al Instituto de San Isidro se adscriben las Escuelas Pías de San Fernando, las Escuelas Pías de Getafe, los Colegios de Félix Guerrero Vidal en Carabanchel Alto y en la calle Alcalá, todos ellos de primera clase. Además de segunda clase nos encontramos el Colegio de Ignacio Parada, el Colegio de Vicente Artero, el Colegio de Juan Andrés Barrio y el Colegio de Masallera. Tras la puesta en vigor del Reglamento de segunda enseñanza de 1859, los colegios privados incorporados al Instituto del Noviciado son inspeccionados nuevamente por el director. Poco tiempo después de esta visita, Tramarría Carranza previene acerca de los peligros de la educación privada, entendiéndola como una especulación mercantil, en la que se sacrifica al dinero el interés de la instrucción de los jóvenes que les confían. Denuncia a las personas y colegios que se anuncian de forma pomposa en los periódicos sin tener autorización para ejercer la enseñanza o sin reunir los requisitos necesarios para obtenerla. En el curso 1862-1863, Tramarría Carranza llega a afirmar que desgraciadamente no en todos los colegios domina el interés a favor de la instrucción sobre la especulación.14 En la misma línea se manifiesta Juan Antonio de la Corte, director del Instituto de San Isidro, quien realiza una inspección a los diez colegios que le habían asignado. El director del Instituto de San Isidro especifica, en el informe que realiza, los aspectos relacionados con el estado higiénico, la disciplina y la educación física, religiosa y moral de los alumnos de cada uno de los colegios. En general son bien valorados, pero reseña la actitud de ciertos empresarios que: Crean colegios sin suficiente número de aulas, que no construyen patios y capillas, y en algunos casos no resistirían quizás estos centros el paralelo con la más miserable escuela de una aldea.15 Geografía e Historia y vicedirector del mismo, en el acto solemne de la apertura del curso de 185 a 1860, Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1859, cuadros anexos. 14 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado, leída en la solemne apertura del curso de 1862 a 1863..., p. 9. 15 CORTE RUANO Y CALDERÓN, Juan Antonio: Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase de San Isidro de Madrid (Antiguos Reales Estudios del mismo nombre),
282
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Por su parte, Tramarría Carranza comprueba en sus inspecciones de 1861, la picaresca de algunos de los centros adscritos, en cuyos cuadros de profesores figuran unos nombres y otras personas son los que imparten las clases. El director del Instituto del Noviciado insiste en una legislación más exigente que obligue a los empresarios, ya que los directores literarios suelen serlo sólo en el nombre y los profesores varían con tal frecuencia, que la enseñanza no puede menos de resentirse. Los Discursos Inaugurales del director del Instituto del Noviciado nos detallan que los profesores de los colegios privados explican distintas asignaturas a las expuestas en los programas y la especulación es el pensamiento capital que domina. Tramarría Carranza cree que los métodos mercantiles son lícitos en otros negocios, pero que no pueden aplicarse en la educación. Los directores de los dos institutos de Madrid solicitan del Gobierno el fomento, la creación y el desarrollo de los centros oficiales para enaltecer el país, y propone que, frente a los intereses del mercantilismo, el gobierno actúe con mayor autoridad, intervención e inspección.16 Y así, en el Instituto del Noviciado se justifica la necesidad de los colegios privados en Madrid sólo por la falta de un Colegio Real de Internos, y proponen que la forma de resolverse esta necesidad es con la creación de más institutos y critican que la falta de organización de los políticos es suplida por los intereses mercantiles de los colegios privados. Pero estas reivindicaciones se contradicen con la realidad, pues mientras los directores pronostican las dificultades para la enseñanza oficial por la competencia de los centros privados, los catedráticos imparten clase en estos colegios. Nos resulta llamativo que gran parte de los catedráticos del Instituto de Noviciado fueran a la vez profesores de la enseñanza privada, y aún encontramos más extraño que estos catedráticos sean empresarios o directores de estos centros. En los expedientes de los catedráticos que citamos a lo largo de este trabajo, encontramos la petición para que fuera tramitada por el director
leída el día 16 de septiembre de 1860 por el director y catedrático de Psicología, Lógica y Ética del mismo doctor D. Juan Antonio de la Corte y Ruano-Calderón, en el acto solemne de la apertura del curso académico de 1861 a 1862, Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1862, pp. 16-18. 16 Parece oportuno la aplicación de las disposiciones recogidas en la real orden, de 7 de febrero de 1859, dictando las reglas que han de tenerse presente para autorizar a o los profesores de los establecimientos públicos a dar lecciones en los establecimientos particulares, en: Colección legislativa de España desde 1859..., t. LXXIX, p. 146.
LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
283
la compatibilidad para ejercer en centros privados.17 El permiso fue concedido por el rector a los profesores en los siguientes casos: El presbítero Ciriaco Cruz Ruiz, catedrático de Latín, va a impartir clases de esta asignatura y ejercer como director de los colegios Purísima Concepción, Masarnau y el Colegio de Humanidades que llevó su nombre. El catedrático de Latín, Ildefonso Rosendo, impartirá clases y ejercerá como director del Colegio Parada. Por su parte, el también catedrático de latín, Braulio Amezaga, impartirá clases en el Colegio Politécnico, cuyo director es Juan Cortázar, que también ejercerá en este colegio. A su vez impartirán clases de Matemáticas y Física y Química los catedráticos Ambrosio Moya y Eduardo Rodríguez en el Colegio Politécnico. Además, el mencionado catedrático Juan Cortázar fue director del Colegio Marsanau y de una Academia de Matemáticas que llevaba su nombre. Ángel María Terradillos, catedrático de Retórica y Poética, también fue empresario y director del Colegio Santo Rosario, el mismo en el que ejercieron Fernández-Vallín y Bustillo, para la especialidad de Matemáticas y Mariano Huerta Serrano para los estudios de Geografía e Historia. Manuel Romero Aznárez, catedrático de Retórica y Poética, es director del Colegio de las Humanidades y Francisco Verdejo Páez dirige una Academia para el estudio de Geografía Astronómica, Física y Política. Galdo López de Neira explica Historia natural en el Colegio de Carabanchel, y J. María Ortí Lara se encargará de los estudios filosóficos en el Colegio Santo Tomás y en la Asociación La Armonía. Cuando Gumersindo Laverde afirma que los catedráticos de Madrid gozan de mayores posibilidades de incrementar su sueldo por el ejercicio de la docencia en los centros privados, al ser éstos mucho más numerosos que en provincias, está realizando un retrato fiel de la realidad educativa de Madrid. Esta compatibilidad hoy nos parece incomprensible, habida cuenta que los alumnos de los colegios privados debían examinarse en el Instituto. Las razones que podrían justificar esta situación del doble ejercicio de la docencia en la enseñanza oficial y privada son: — La escasez de personas con estudios de bachiller y licenciados que pudieran y quisieran ejercer como profesores. 17
Es muy difícil establecer las fechas exactas en las que ejercieron la docencia en centros privados al no disponer en los Archivos del Instituto del Cardenal Cisneros más que los documentos referidos a las solicitudes de los catedráticos y las concesiones del rector pero no las fechas del cese.
284
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
— La facilidad que representaba para un catedrático, que se había preparado las clases para la enseñanza oficial, volver a repetirlas en el colegio privado y más aún si ha de seguir las lecciones en el mismo libro de texto del que es autor, y además suponen un complemento económico al sueldo de profesor oficial. Los colegios privados incorporados al Instituto del Noviciado a partir de la ley Moyano son: — Escuelas Pías de San Antonio Abad, situado en la calle Hortaleza 69, pertenece a la orden de los Padres Escolapios, se incorpora a la Universidad Central el 15 de julio de 1850, su director es el padre Ramón del Valle, y permanece inscrito como centro de primera clase durante toda la época estudiada. En el curso 1860-1861 tiene matriculados doscientos cincuenta y dos alumnos, y el porcentaje de aprobados es superior al noventa por ciento. — Colegio de don Ramón Meana, llamado de la Purísima Concepción. Sus orígenes hay que situarlos en 1834, en la Plazuela de Londres, 13. Estuvo fuertemente vinculado al Instituto de San Isidro ya que dos de sus catedráticos fueron directores del colegio, pero es adscrito al Instituto del Noviciado por estar más próximo a éste tras su instalación en la Montaña de Príncipe. Cuando se incorpora al Instituto del Noviciado, ya es de primera clase; el número de alumnos matriculados es de noventa y tres y el nivel de aprobados es superior al ochenta y seis por ciento. — Colegio de don Luis García Sanz. En octubre de 1840 ya existe este centro con el nombre de Colegio Polímatico, en la calle de la Reina, 8. Cuando se incorpora al Instituto de Noviciado, el 15 de julio de 1859, está clasificado de primera clase bajo el nombre de Colegio Español. El número de alumnos matriculados en el curso de 1861 es de cien, y el porcentaje de aprobados es de ochenta y tres por ciento. — Centro de Manuel Tobías, anteriormente Colegio de Humanidades, con licencia para su funcionamiento desde el 16 de agosto de 1849, está adscrito al Instituto de Noviciado desde el 15 de julio de 1859, ejerce las funciones de director Francisco Caballero y Barba y está situado en la plaza de San Martín, el número de alumnos matriculados es de sesenta y dos y el porcentaje de aprobados de setenta por ciento. — El Colegio del Santo Rosario comenzó a funcionar en 1852 y era director y empresario a la vez Ángel María Terradillos, catedrático de Retórica del instituto que estudiamos. Está situado en la calle Ancha de San Bernardo, 9 y se incorpora al Instituto Noviciado el 15 de julio de 1859 como centro de primera clase. Están matriculados sesenta y ocho
LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
285
alumnos y el porcentaje de aprobados es superior al setenta y cinco por ciento. — Colegio de Humanidades de don Sebastián Vilella Font. Se incorpora al Instituto del Noviciado el 16 de agosto de 1859. Están matriculados treinta y ocho alumnos y el porcentaje de aprobados es superior al ochenta y cinco por ciento. — Colegio de don Ramón Camarasa. Es adscrito como centro de segunda clase el 24 de agosto de 1859 siendo su director don Juan de Dios de la Rada y Henares. Están matriculados veinticinco alumnos y el porcentaje de aprobados es del ochenta y cinco por ciento, sus locales están situados en la calle Magdalena, 18. — El Colegio de Santa Isabel, más tarde Hispano-Americano de Santa Isabel. Colegio de primera clase adscrito al Instituto de Noviciado el 1 de septiembre de 1859, está situado en la calle Barquillo, 5. El número de alumnos matriculados es de treinta y nueve y el porcentaje de aprobados es de ochenta por ciento. Este número se va incrementando hasta 1868, fecha en la que ya están adscritos doce colegios para cada instituto de Madrid. También los profesores auxiliares del Instituto del Noviciado ejercieron simultáneamente la enseñanza oficial y la privada. Con anterioridad al Sexenio, una parte de ellos imparte docencia en el Colegio Internacional, dirigido por Nicolás Salmerón. 2.
La enseñanza privada en el Sexenio. Colegios adscritos en el periodo 1868 a 1874
Los hombres de la Revolución piensan que, sirviendo la enseñanza para propagar la verdad, cultivar la inteligencia y corregir las malas costumbres, es absurdo encerrarla dentro de los estrechos límites de los establecimientos públicos. De esta forma, cuanto mayor sea el número de los que enseñen, mayor será el de las verdades que se propaguen.18 Así algunos progresistas defienden ideas más radicales como que la supresión de la enseñanza pública es el ideal, y el estado sólo debe garantizar el derecho de todos. La enseñanza es libre y todos los españoles están autorizados para fundar centros de enseñanza.19 18
Decreto, de 21 octubre de 1868, fijando el 1 de noviembre para la apertura del curso académico 1868-69, en: Colección Legislativa de España..., t. C, pp. 416-424. 19 La Discusión. Diario democrático. 23 de octubre de 1868, p. 2.
286
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Merelo Calvo, catedrático de Geografía e Historia del Instituto del Noviciado, entiende que llegará un tiempo en que, como ha sucedido en la industria, se establecerá la competencia entre los que enseñan, y desaparecerá la enseñanza oficial. La realidad del país no permite acercarse a este ideal, pero mientras ocurre, las dos enseñanzas, oficial y privada, deben colaborar para elevar el nivel intelectual de la nación.20 El director, Moya de la Torre, haciéndose eco de estas doctrinas, en el Discurso Inaugural del curso académico de 1868-1869, afirma que los colegios incorporados al Instituto recibieron la autorización para retirar los depósitos económicos que habían entregado cuando fueron creados, y que a partir de esta fecha son establecimientos libres de enseñanza privada, no haciéndose distinción entre alumnos de la enseñanza doméstica y de los colegios privados, pues todos son evaluados como libres. Colegios privados incorporados en el Sexenio al Instituto del Noviciado N.º de orden
Título del Colegio
Fechas de su incorporación
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Juste Sales Jesús Pontes San Isidoro Lara Sto. Ángel de la Guarda Ángel Ibérico S. Isidro S. Agustín Madrileño Católico S. Vicente Paúl Ibero-Americano Niño Jesús Ariza Santísima Trinidad Politécnico español León Gómez S. Francisco Javier García Álvarez Matritense Inmaculada Concepción S. Vicente Ferrer Carpetana
1868-69 1868-69 1868-69 1868-69 1869-70 1869-70 1869-70 1869-70 1869-70 1869-70 1869-70 1869-70 1870-71 1870-71 1871-72 1872-73 1872-73 1872-73 1873-74 1873-74 1874-75 1874-75 1874-75 1874-75 1874-75 1874-75
Directores
Pedro Juste Justo Sales Ángel Gutiérrez Alejandro Pontes Matías Díez Quijano Federico Lara Ángel Pérez Villalvilla Antonio Arias Élice Rafael Langa Manuel María Santos José Verbier Fernando Sierra José Ortiz Jove Miguel García José Roselló Rafael Segarra Joaquín Ariza Cristóbal González Juan Catalina León Gómez Francisco Besalú García Álvarez Nicolás Escudero Isidro Ciordia Narciso Moreno Luis Moreno
Domicilios
Pez, 1 Preciados, 80 Desengaño, 12 Barco, 24 Barquillo, 5 Progreso, 15 Atocha, 62 Pza. del Ángel, 10 Leganitos, 10 Fuencarral, 8 Logo, 9 Cedaceros, 9 Pza. San Miguel, 5 Valverde, 2 Pez, 23 Valverde, 33 Relatores, 11 Desengaño, s/n Fuencarral, s/n Infantes, 3 Goya, 7 Sta. Brígida, 2 Atocha, 53 Ancha, 8 Claudio Coello, 36 Pza. Mayor, 1
Alumnos matriculados
59 57 28 128 35 65 19 38 34 11 11 43 49 25 37 33 98 20 21 32 25 19 8 2 5
20 Circular, del 1 de septiembre de 1869, firmada por MERELO CALVO, en: Colección Legislativa de España..., t. CII, p. 342.
LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
287
El número de colegios que se incorporan al Instituto durante el Sexenio es de veintiséis, que se suman a los señalados en la etapa anterior. De ellos, en el curso 1860-1861 han cerrado cuatro: el Colegio del Rosario, el Colegio de Santa Isabel, el Colegio de Sebastián Vilella y Font y el Colegio de Manuel María Tobía. En la provincia, localizamos el Colegio de los Padres Agustinos, de San Lorenzo del Escorial, y el Colegio de San Antón de las Escuelas Pías de Alcalá de Henares, que siguen funcionando en la actualidad. A partir de la revolución septembrina la percepción de la enseñanza privada cambia en el Instituto del Noviciado, y de esta forma, Suaña Castellet cifra la importancia de esta modalidad educativa tanto en la cantidad de colegios adscritos y el número de alumnos matriculados, como en la calidad de la educación, que se imparte en éstos. Destaca el Politécnico de la calle Hortaleza, en el que se educaron casi todos los jóvenes aristócratas de Madrid en la segunda mitad del siglo XIX. A lo largo del Sexenio escasean las disposiciones legales sobre los estudios en los centros privados y apenas hay referencias a esta modalidad educativa en las Memorias del Instituto del Noviciado, a excepción de los datos estadísticos referidos al número de alumnos matriculados. Comprobamos que el número de alumnos de enseñanza oficial y libre están equilibrados, representando alrededor del 50% cada una de las modalidades educativas. A partir del curso 1872-1873, la matrícula de los centros privados crece, hasta llegar a ser tres veces superior a la de los alumnos oficiales. 3.
La enseñanza privada en la Restauración (1875-1878)
El incremento de los colegios adscritos al Instituto del Noviciado en los cursos de 1875-1876 y 1876-1877 continúa hasta un total de nueve que se suman a los que ya hemos expuesto. Los adscritos en estos tres años son: Colegio Carrillo, Colegio San Miguel Arcángel, Colegio San Antonio, Colegio San Fulgencio, Colegio Latino-Español, Colegio Universal, Colegio San Vicente Ferrer, Colegio Franco-Español y Colegio García Álvarez. En ese momento, se justifica el incremento de la matrícula en la enseñanza privada y el descenso en la oficial por la mayor atención que recibe el alumno de la enseñanza privada, frente a la imposibilidad en que se ve el profesor oficial de hacer un seguimiento individua-
288
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
lizado de los aprendizajes de cada discípulo, por ser clases más numerosas.21 En el curso 1877-1878, el secretario del Instituto argumenta que los mejores resultados académicos de la enseñanza privada se justifican en el mayor número de medios coercitivos que los colegios privados disponen para obligar a los alumnos a preparar sus lecciones, mientras la acción del catedrático de Instituto no se extiende más allá del recinto de las clases, al no contar con el apoyo activo de los padres. En el Instituto del Noviciado entienden que, para que sean sólidos los conocimientos que adquiere el alumno matriculado en la enseñanza oficial y pueda sacar provecho de las explicaciones del catedrático, el alumno necesita suplir con su trabajo personal los inconvenientes que tiene una clase numerosa. El número tan elevado de alumnos matriculados por clase, imposibilita que el catedrático se dirija a cada uno de los alumnos, como es práctica común y muy laudable en la enseñanza privada. Los colegios privados se adscriben a cada instituto de Madrid con los criterios de proximidad geográfica e igualdad numérica. Los colegios privados adscritos al Instituto de Noviciado responden a una necesidad y a una exigencia. La necesidad viene determinada por la falta de un colegio de internos o de seminario en Madrid. De esta forma la función de los colegios privados es acoger a los alumnos de provincias que acuden a la capital. La exigencia de estos centros es planteada por las clases medias altas que prefieren enviar a sus hijos a los colegios privados, para distinguirse socialmente y para que estos se eduquen entre sus iguales y así perpetuar sus principios y valores. El peso específico de la enseñanza privada es extraordinario en el núcleo urbano de Madrid. No ocurre lo mismo en la provincia, pues al mundo rural llega sólo y a duras penas la instrucción primaria sostenida por los poderes públicos, salvo los colegios ya mencionados de Getafe, San Fernando, Alcalá de Henares y El Escorial. El crecimiento de la enseñanza privada seguirá imparable. En 1900, el ministro García Alix se expresará en los siguientes términos: La moda, el capricho, la propaganda interesada, han venido apartando de los centros docentes oficiales a los hijos de nuestras clases elevadas o 21 SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Memoria acerca del estado del Instituto del Cardenal Cisneros (antes el Noviciado) durante el curso de 1876 a 1877..., p. 9. La documentación referida a los profesores que imparten clases en estos centros, los alumnos matriculados y resultados académicos pueden consultarse en el Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
LA ENSEÑANZA PRIVADA Y DOMÉSTICA
289
acomodadas, entregándolos a colegios de instituciones que van lentamente, como la hiedra, secando el tronco de la enseñanza oficial [...] hay que volver a que el Instituto sea el centro más prestigioso de este grado de instrucción...22
Algunos profesores destacan el mayor éxito de estos colegios en los exámenes frente a los estudios oficiales del Instituto. Y, efectivamente, el éxito académico es condición necesaria para que estos colegios puedan seguir atrayendo a más alumnos. Los buenos resultados se deben a una suma de factores: por una parte, las clases se imparten con un número de alumnos reducido en virtud de una selección económica previa; y, por otra, encontramos un mayor interés y seguimiento de los padres, pues, además de la matrícula, tendrán que abonar el colegio, los derechos de examen y los libros de texto. 4.
La enseñanza doméstica
Desde el plan de estudios de 1848 se entiende que la modalidad de enseñanza doméstica es la que pueda estudiarse en la casa de los padres o tutores de los niños bajo una serie de condiciones que se irán marcando a lo largo de la época estudiada. Esta modalidad educativa no gozó de prestigio en el Instituto del Noviciado. Los catedráticos consideran que produce: A los padres amargos y tardíos desengaños al seducir a las familias con las pompas de repasos que luego quedan defraudadas en sus halagüeñas esperanzas.23
De esta forma, Tramarría Carranza aconseja a los padres que acudan a los centros públicos o privados donde se imparta la segunda enseñanza completa, pues la complejidad de estos estudios exigía un profesor por cada asignatura. A partir del curso 1866-1867, los profesores de enseñanza doméstica son habilitados desde el Instituto, para poder ejercer en el primer periodo de la segunda enseñanza con efectos académicos. 22 GARCÍA ALIX, Antonio: Disposiciones dictadas para la Reorganización de la Enseñanza. Madrid: Imprenta del Colegio Nacional de Sordomudos y de Ciegos, 1900, p. XV. 23 TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: Memoria acerca del estado... del curso 1860 a 1861..., p. 13.
290
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Así, se acredita a los siguientes profesores particulares: — Licenciados en Filosofía y Letras para Madrid: Luis Montalvo y Jover, Manuel Guzmán y González y Plácido Gómez Molina. — Bachilleres en Filosofía y Letras en Madrid: Mariano Barsi Contard, Arturo Torre y Saiz Tejada, Antonio Armenta Díaz, Manuel Uribe, J. María Sánchez, Ricardo Valpando Fernández, Julio Fernández Pérez, Eduardo García Borcano y Juan Uña Gómez. — Preceptores de latinidad para Madrid: Valentín Casans Vergara, Francisco de Paula García y José María del Castillo. — Para la villa de Fuencarral, el preceptor de latinidad, Gabriel González Tirado. — Para Valdemoro, Eustaquio A. García Esteban, regente de segunda clase en latinidad. — Para Morata de Tajuña, Facundo Gomicia Asensio. — Para Arganda, Pedro Cid González. — Para Alcalá de Henares, Vicente Catalina Cerezo, Beneficiado de la Santa Iglesia Magistral. Esta lista se incrementa en el curso siguiente con los licenciados: Luis Ramírez de la Guardia y Luis Rodríguez Miguel. En el período comprendido entre 1863 y 1868 la enseñanza doméstica es incentivada por la gratuidad de la inscripción del primer período, lo que implica el aumento del número de alumnos matriculados en esta modalidad.
CAPÍTULO 10 LOS MANUALES ESCOLARES
Entre todas las aportaciones de los profesores del Instituto que hasta aquí hemos narrado debemos destacar la contribución de estos a la educación de los alumnos de secundaria mediante la elaboración de libros de texto para todas las asignaturas. En este capítulo trataremos de evaluar la influencia del profesorado del Instituto del Noviciado a través de los manuales escolares. Y para ello, debemos tener en cuenta que la producción didáctica de los profesores de este Instituto estuvo sometida a las disposiciones legales y a los condicionamientos sociales y científicos de la época estudiada, y a la vez, trataremos la obra didáctica publicada, tanto en lo que se refiere a los libros de texto como a los programas, indicando si se trata de diccionarios, atlas o cuadernos de ejercicios. Algunos catedráticos comienzan a escribir libros de texto con anterioridad a los años de la creación de esta institución en Madrid y, por lo mismo, apreciaremos que la influencia de tales obras permanece en la época que estudiamos. Estos manuales no fueron escritos para la segunda enseñanza, pero se utilizaron para este fin. Por otra parte, no hemos puesto tope al año final de publicación, ya que algunos manuales se siguen publicando a lo largo del siglo XX: de esta manera tenemos en cuenta todos los títulos de la obra didáctica del profesorado del Instituto del Noviciado, aunque algunas ediciones se comiencen a publicar con anterioridad a 1845 y finalicen con posterioridad a 1877. Son varios los manuales que vivirán muchos más años que el propio autor.
292
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En la numeración de las ediciones de los manuales escolares producidos en el Instituto del Cardenal Cisneros nos hemos encontrado varias dificultades: — En algunos casos la enumeración no es correlativa, a veces los autores introducen el término «novísima edición» y no siguen inventariando, pese a encontrarnos con un manual del mismo título y estructura que los publicados con anterioridad. — El número de ejemplares publicados con anterioridad a 1857 que se conservan es muy escaso y, por tanto, nos resulta difícil de localizar ediciones de manuales anteriores a la ley Moyano. — La encuadernación de una gran parte de los manuales escolares se realiza en rústica para abaratar su precio, lo que supone que la conservación de las portadas sea deficiente y, a veces, nos presentan dudas para fechar la edición. 1.
Profesores que publican manuales escolares
Para llevar a cabo este estudio dividimos los manuales escolares publicados en el Instituto del Cardenal Cisneros en dos apartados. El criterio que hemos tomado para esta división viene determinado por las categorías docente del profesor: catedráticos y auxiliares. La justificación para esta distinción viene determinada por constatar la certeza de que los manuales escolares producidos por los catedráticos son de uso obligatorio en las aulas durante el período en que estos ocupan la cátedra, pero no podamos afirmar lo mismo de los manuales producidos por los profesores auxiliares. Para este primer análisis tomamos como indicadores los datos referidos a: — Los títulos de los manuales, — Asignaturas para las que el propio autor afirma que publica, y — Los referidos tanto a las etapas educativas como a las instituciones para los que son escritas. El profesorado del Instituto del Noviciado fue fecundo en la publicación de manuales escolares. Su volumen de producción didáctica asciende a ciento veintitrés títulos de libros de texto, elaborados estos por veintidós catedráticos en el plazo de treinta y dos años. De esta manera cada catedrático publica una media de cinco o más libros de texto. Destacamos que las asignaturas que acaparan mayor número de títulos son:
LOS MANUALES ESCOLARES
293
— Geografía e Historia universal y de España: veinticinco títulos. — Matemáticas: veintitrés títulos. — Retórica y Poética: diecinueve títulos. — Filosofía: catorce títulos. — Inglés: once títulos. — Latín: diez títulos. El primer autor, en cuanto a número de títulos publicados, es Cortázar Abasolo, quien edita doce títulos para la asignatura de Matemáticas, esto representa el 10 por ciento del total de los manuales publicados en el Instituto del Noviciado. De Cortázar Abasolo podemos afirmar que una de sus principales ocupaciones fue elaborar manuales escolares, y que estos alcanzaron una gran aceptación en su época: Sus libros de texto alcanzaron tal celebridad que fueron solicitados por la mayoría de los centros docentes nacionales y extranjeros e imprimió ciento cincuenta ediciones con un consumo de más de medio millón de ejemplares en el lapso de media centuria.1
En orden decreciente, los catedráticos del Instituto del Noviciado que producen más manuales son, Merelo Calvo, para la asignatura de Geografía e Historia, para la de Inglés, Mac-Veigh, y para la de estudios literarios, Terradillos, once títulos cada uno, los cuales representan para cada autor un 8,8 por ciento del número total mencionado. También el catedrático de Filosofía, Ortí Lara, supera la media de publicaciones del Instituto, con un 7,25 por ciento del total y siete títulos para uso en bachillerato. Entre el conjunto de autores que menos títulos publican nos encontramos al catedrático de Filosofía, Ruiz Chamorro, que mantiene la actitud de negarse a utilizar y publicar libros de texto durante todos los cursos de su actividad docente. Por lo que se refiere a la asignatura que menor número de manuales editados registra es la de Física y Química, donde sólo el catedrático Chamorro Abad elabora su libro de texto y programa. Este hecho puede justificarse en la falta de estabilidad de los profesores en esta cátedra, pues como ya hemos indicado, esta asignatura cambia de catedrático hasta cuatro veces durante el período estudiado. Finalmente, para la asignatura de Religión durante muchos años se utilizó el manual del presbítero que ejerce en el Instituto de San Isidro, completado con el Catecismo publicado por el sacerdote Alejandro Sánchez.
1 Instituto de Enseñanza Media Cardenal Cisneros I Centenario 1845-1945..., p. 101.
294
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Galdo López de Neira publica cuatro títulos distintos para su uso en la cátedra de Historia natural, para la asignatura de Matemáticas los dos catedráticos que van a convivir hasta finales del siglo XIX van a editar libros y programas, Moya de la Torre, cuatro títulos, y Fernández-Vallín Bustillo un total de ocho. También ocho títulos va a publicar el catedrático de Geografía e Historia, Verdejo Páez, mientras Monreal Ascaso edita seis distintos. Para los estudios literarios todos los catedráticos firman manuales escolares, por orden cronológico situamos a Adolfo Alfredo Camús con cuatro títulos, Terradillos López con once, Romero Aznárez con dos y Campillo Correa con dos libros distintos de Preceptiva literaria. Los catedráticos de Latín también presentarán libros de texto para sus asignaturas, y así nos encontramos a Suaña Castellet y a Francisco Commelerán Gómez con cuatro y seis títulos didácticos respectivamente. Para las asignaturas de Agricultura y Dibujo encontramos siete títulos distintos de los catedráticos Abela y Sainz de Andino y Alberto Commelerán Gómez respectivamente. En este análisis encontramos que normalmente cada profesor escribe los manuales o los programas de la misma especialidad cuya vacante ocupa y, en algunos casos, también los de las asignaturas afines. Los catedráticos de Retórica y Poética escriben también de Gramática y Literatura Latina y Griega, de Ortografía y Gramática castellana e, incluso, de Historia. Por otra parte los catedráticos de Matemáticas también escriben para Geografía por la proximidad curricular con la Geometría. Los catedráticos del Instituto del Noviciado normalmente escriben libros de texto para el nivel en el que ejercen la docencia. Se trata obras destinadas a institutos de segunda enseñanza y a los colegios privados adscritos a éstos. Algunos autores incluyen una nota afirmando que estos manuales también pueden ser utilizados en seminarios, incluso en escuelas especiales o facultades. Para ello combinan los tamaños de las letras, de manera que los párrafos con letra menor servirán para las escuelas especiales y estudios de aplicación, mientras que los párrafos con letra de tamaño mayor servirán para el aprendizaje de los alumnos de secundaria. Algunos catedráticos del Instituto del Noviciado escriben manuales específicos para la instrucción primaria. En este terreno destacamos las obras de Fernández-Vallín, Terradillos López, Cortázar Abasolo y Sánchez Casado. También encontramos las obras didácticas de algunos catedráticos del Instituto del Noviciado en las listas aprobadas por el Consejo de Instrucción Pública para los estudios superiores. En este sentido se publican las obras de Terradillos y Camús Cardero para la Facultad de Fi-
LOS MANUALES ESCOLARES
295
losofía, o las de Galdo López de Neira y Cortázar Abasolo para la de Ciencias. La interpretación de estos datos debe ser completada tanto con los referentes al número de ediciones como a los años de vigencia de cada manual escolar. Pero en este intento por analizar el influjo de los docentes del Instituto del Cardenal Cisneros, nos encontramos con que los profesores auxiliares también fueron realmente productivos en cuanto al número de obras didácticas publicadas. No pretendemos enumerar de forma exhaustiva la producción didáctica los diecisiete profesores auxiliares que publican un total de sesenta y seis títulos de manuales escolares, pero si queremos destacar que estos profesores accedieron a las cátedras de los institutos de España, tras su paso por el Instituto del Noviciado, y fueron publicando sus propios manuales desde las distintas provincias: Barcelona, Valladolid, Toledo, Ávila, Granada... hasta bien entrado el siglo XX. Si conviene recordar que estos son: Félix Sánchez Casado, José Ceruelo Obispo, Enrique Jiménez de Castro, Valentín Morán Gutiérrez, José Lozano y Ponce de León, José Juste Isaba, Juan Gelabert Guardiola, Santos Izquierdo Alonso, Juan León Valero, Juan de la Gloria Artero y González, Eduardo Serrano Fatigati, Hermenegildo Giner de los Ríos, Ricardo Macías Picabea, José Muro, Urbano González Serrano, Manuel de la Revilla Moreno y Eulogio Jiménez Sánchez. Los manuales publicados por estos profesores son principalmente de uso en los centros de secundaria, aunque algunos también se utilizarán en primaria y en las escuelas militares. De los profesores auxiliares Caballero y Barba, Fernández Rodríguez, Jiménez Pérez de Vargas, Santos Roca Vecino, Valeriano Fernández Feraz, Muñiz Vega, José Hidalgo, Miguel de la Guardia e Ibáñez Serrano, no hemos localizado ninguna obra de carácter didáctico. Por otra parte, no hemos reflejado los manuales escolares de los profesores krausistas que actúan como auxiliares en las asignaturas del segundo sistema de bachillerato y que a la vez son catedráticos de la Universidad Central, como Nicolás Salmerón o Francisco Giner de los Ríos, bien por ser su obra didáctica escrita fuera del Instituto del Noviciado, o bien porque no publican ningún manual para la educación secundaria, como Tomás Tapia, Miguel Carmona, Augusto González Linares y Laureano Calderón Arana. Entendemos que la productividad no garantiza la calidad de los textos, pero sí queremos anticipar que la aportación de los profesores del Instituto del Noviciado, tanto catedráticos como auxiliares, fue de gran riqueza y utilidad en los institutos de segunda enseñanza.
296
2.
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Difusión de los manuales escolares medida por el número de ediciones y años en los que se editan
En el camino que hemos iniciado con el análisis de los manuales escolares producidos por los profesores del Instituto del Cardenal Cisneros, nos parece importante incorporar un apartado dedicado al estudio de la difusión de estos manuales, lo que observaremos mediante un estudio cuantitativo de los libros de texto utilizados, tanto en el Instituto como en otras instituciones educativas. Comenzaremos determinando los libros de texto producidos y utilizados en el Instituto, el número de ediciones de estos manuales y la permanencia como libros de texto en el Instituto y en el mercado. En cuanto a la publicación y utilización de manuales escolares entre 1845 y 1877 en el Instituto del Noviciado debemos distinguir tres momentos: 1. Manuales escolares publicados con anterioridad a la Revolución de 1868. De los que queremos reseñar, en primer lugar, que con anterioridad a 1858, no encontramos ningun documento que nos permita aseverar con certeza la utilización de los manuales escolares cuyos autores fueran los propios catedráticos, pero parece probable que así fuera, ya que el objetivo de la elaboración del libro de texto, manifestado de forma expresa por los catedráticos, es la posibilidad de su utilización en el aula. A la par, desde 1845 a 1868 contamos con las listas oficiales elaboradas por el Consejo de Instrucción Pública, las cuales confirman que los manuales que exponemos están aprobados e incluidos entre la terna de libros de textos autorizados para su uso en la segunda enseñanza. 2. En los años comprendidos entre 1868 y 1874 nos encontramos con la libertad para la publicación y utilización de manuales, período en el que entendemos que si los catedráticos del Instituto siguen reeditando sus manuales y elaborando otros nuevos, es porque sus libros continúan siendo manuales escolares de uso en el Instituto del Noviciado. 3. En los primeros años de la Restauración Borbónica encontramos nuevamente limitaciones en la publicación de los manuales escolares, pero aun así, podemos afirmar que cada catedrático está utilizando su manual escolar a excepción del catedrático Ruiz Chamorro que se niega a encerrar la ciencia filosófica en el formato cerrado de un libro escolar. 4. Ordenados por asignaturas encontramos: Para Historia natural: se utiliza el Manual de Historia natural en los cursos comprendidos entre 1848-1895, del cual el catedrático Galdo López de Neira va a realizar diez ediciones distintas, siendo la primera edi-
LOS MANUALES ESCOLARES
297
ción 1848 y la décima edición 1894. En todo el período estudiado encontramos un único catedrático en el Instituto del Noviciado para esta asignatura, Galdo López de Neira, quien presenta su manual para la aprobación del Consejo de Instrucción Pública en 1848. Tras ser aprobado, es utilizado en sus clases hasta su fallecimiento en 1894. El catedrático de filosofía, Rey Heredia, ejerce como tal en el Instituto del Noviciado desde 1848 hasta su muerte en 1861. Durante estos trece años sus manuales son utilizados en esta institución, pero a su muerte son sustituidos por los del nuevo catedrático, Ortí Lara, si bien los manuales de Rey Heredia siguen reeditándose y, por tanto, utilizándose en otros institutos hasta 1902. El catedrático Rey Heredia publica Elementos de Psicología —doce ediciones y veinte años de pervivencia en los centros de segunda enseñanza— Elementos de Lógica —doce ediciones y veinte años de pervivencia en las instituciones de secundaria— y Elementos de Ética o Filosofía Moral —trece ediciones y cuarenta y nueve años de pervivencia en los institutos. Durante los nueve años que permanece el catedrático Ortí Lara en el Instituto del Noviciado se utilizarán sus manuales en las clases de filosofía. En 1870 Ortí Lara es separado del cuerpo de catedráticos de secundaria, pero sus libros se siguen editando y utilizando en los institutos de segunda enseñanza de España, aunque en el Instituto del Cardenal Cisneros el catedrático que le sustituye no los utilizará. Ortí Lara publica los manuales para su asignatura bajo los títulos de Ética o Principios de Filosofía Moral, Psicología, Fundamentos de Religión y Lógica, todos ellos con ocho ediciones distintas y los años transcurridos entre la primera y última publicación son cincuenta y dos cursos. Finalmente el catedrático krausista de Filosofía, Ruiz Chamorro, permanecerá en el Instituto del Noviciado desde 1870 hasta 1895. Este profesor se niega a ceñir sus explicaciones a un manual escolar, y, en la época que las autoridades académicas así se lo exigen, buscará las distintas argucias para no designarlo. De él conocemos un Programa de Psicología, Lógica y Ética siguiendo las pautas de su maestro, Sanz del Río. A lo largo del período estudiado la cátedra de Física y Química presenta dificultades para cubrirse con un profesor estable, razón por la que creemos que los auxiliares acudían a los manuales escolares publicados por los catedráticos de la Universidad Central Juan Chávarri y Venancio Valledor. Cuando se incorpora el profesor Chamorro Abad, éste publica su manual, que permanece como libro de texto mientras él es catedrático, es decir, hasta 1882, una sola edición que estará vigente siete años.
298
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
El número de títulos de manuales para el estudio de las Matemáticas que se publican y se utilizan en el Instituto del Noviciado es de diez, pero el número de ediciones es de doscientas treinta y seis. Como en el apartado anterior, hemos de destacar la gran producción de Cortázar Abasolo, pues este catedrático publica ciento treinta y seis ediciones distintas de los cuatro libros de texto que se van a usar en el Instituto del Noviciado. Palau Dulcet afirma que: Las obras de Cortázar fueron de venta continua y constan de infinidad de reimpresiones.2
En el prólogo de algunas de sus obras los editores advierten de la posibilidad de reproducciones fraudulentas en las ediciones redactadas y publicadas en Nueva York y París.3 Los títulos bajo los que publica son Geometría Elemental,4 Tratado de Trigonometría,5 veinticuatro ediciones y ochenta años de uso en los institutos, Tratado de Aritmética,6 cuarenta y cinco ediciones y setenta y un años de uso en las aulas y Tratado de Álgebra elemental,7 treinta y cinco ediciones y cincuenta años entre la primera y la última edición de este manual. Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que los manuales de este catedrático perviven al propio autor, siguen editándose después de su muerte. El catedrático Moya de la Torre publica y utiliza su manual desde 1867, aunque sabemos que con anterioridad había publicado conjuntamente con el catedrático del Instituto de San Isidro de Madrid, Fernán2 PALAU DULCET, Antonio: Manual del Librero Hispanoamericano: bibliografía general española e hispanoamericana desde la invención de la imprenta hasta nuestros tiempos: con el valor comercial de los impresos descritos. Barcelona: Librería Palau, 1848-1977, 28t., t. IV, p. 134. 3 CORTÁZAR ABASOLO, Juan: Tratado de Trigonometría rectilínea, esférica y topografía. Obra señalada en primer lugar para texto en las Universidades, Institutos y Escuelas Industriales. Madrid: Compañía de Impresores, 1848, 1.ª edición, y en 1910, 24.ª y última edición. 4 CORTÁZAR ABASOLO, Juan: Tratado de la Geometría elemental. Madrid: Imprenta Fundición Aguado. 1852, 4.ª edición. 1.ª edición no localizada, encontramos este manual ya en la lista de libros de textos aprobados en 1845, y en 1905, 34.ª y última edición. 5 CORTÁZAR ABASOLO, Juan: Tratado de Trigonometría, 1.ª edición 1845 y 24.ª y última edición en 1925. 6 CORTÁZAR ABASOLO, Juan: Tratado de Aritmética: Obra señalada en primer lugar para las universidades, institutos y escuelas profesionales, adaptadas espontáneamente en muchos seminarios conciliares. Madrid: Imprenta E. Aguado, 1846, 1.ª edición, y en 1897, 40.ª y última edición. 7 CORTÁZAR ABASOLO, Juan: Tratado de Álgebra elemental. Madrid: Imprenta y Fundición Eusebio Aguado, 1848, 1.ª edición y en 1919, 35.ª y última en el 2000.
LOS MANUALES ESCOLARES
299
dez Cardín.8 Moya de la Torre, en los cursos 1866-1867 y 1867-1868, manifiesta su oposición a las listas cerradas de los libros de texto y así se acoge a la fórmula de solicitar a sus alumnos cualquiera de la lista de textos aprobados y las explicaciones del profesor. Los títulos que utiliza en su obra didáctica son: Lecciones de Aritmética, Elementos de Matemáticas, Aritmética, Álgebra y Principios de Geometría, Ejercicios prácticos de Aritmética, se editan hasta seis veces y están vigentes en las aulas treinta años, es decir desde su edición hasta la jubilación del autor. La segunda cátedra de Matemáticas, a partir de 1853 y durante cuarenta y tres años, es ocupada por Fernández-Vallín Bustillo, quien utiliza sus propios manuales escolares. Fernández-Vallín Bustillo tenía en ese momento gran interés por la elaboración de libros de texto que facilitaran el aprendizaje de los alumnos, pues fue comisionado por el gobierno y viajó al extranjero varias veces con este fin.9 Los manuales escolares de este catedrático se conocen bajo los títulos de Elementos de Matemáticas10 y Aritmética, con veinte y setenta ediciones distintas de cada uno de ellos y pervivencia superior a cuarenta y tres años de uso en las aulas de secundaria. Las aportaciones que realizan los catedráticos de Geografía e Historia en cuanto manuales escolares se refieren fueron numerosas. Destaca el libro Principios de Geografía Astronómica, Física y Política, del catedrático Verdejo Páez, que se publica por primera vez en 1818 y se reedita hasta treinta veces, el autor falleció treinta años antes de que se dejara de utilizar su libro de texto en las aulas. Este manual de Geografía fue libro de texto recomendado en los Seminarios desde el Concordato de 1851. Verdejo Páez también edita para su asignatura el manual titulado Elementos de Historia Universal, entre la primera y la sexta y última edición median treinta y nueve años, que son los que creemos que se utiliza como libro de texto. El manual de esta asignatura que menos ediciones presenta es el titulado Lecciones de Historia de España del catedrático 8
MOYA DE LA TORRE, Ambrosio y FERNÁNDEZ CARDÍN, Joaquín María: Manual de Aritmética, Álgebra y Principios de Geometría. Madrid, Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1862. Escribe este manual con FERNÁNDEZ CARDÍN, catedrático del Instituto de San Isidro. 9 Biblioteca del Fondo Antiguo del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid. Hoy en día en este Instituto se conservan ejemplares de los manuales de ciencias y matemáticas franceses y alemanes traídos por este catedrático en sus viajes por Europa. 10 FERNÁNDEZ-VALLÍN BUSTILLO, Acisclo: Elementos de Matemáticas: Aritmética, Álgebra, Geometría, Trigonometría y Nociones de Topografía. Obra declarada de texto por los gobiernos de España y Portugal. Madrid: Imprenta y Librería de Vicente Matute, 1851, 1.ª edición y en 1897, 11.ª edición y León: Universidad de León, 2000. No contabilizamos en los años de pervivencia la última edición realizada en León.
300
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Merelo Calvo. Este catedrático es separado del cuerpo de secundaria por atentar contra las más altas instancias de la monarquía española en la tercera edición de este manual;11 consecuentemente no vuelve a imprimirlo. Ahora bien, este catedrático va a editar ocho veces los manuales titulados Lecciones elementales de Historia Universal y Lecciones elementales de Geografía que se van a usar treinta y un años en el Instituto del Cardenal Cisneros. El profesor Merelo Calvo, pese a estar ejerciendo la docencia en el Instituto del Noviciado desde 1859, no publica manual escolar hasta 1866; mientras, se vale de la Historia Universal sagrada y profana de Fernando de Castro, catedrático del Instituto de San Isidro, o se acoge a la fórmula de cualquiera de los manuales designados por el Gobierno y las lecciones del profesor,12 para así protestar contra las listas cerradas de los manuales escolares elaboradas por el Consejo de Instrucción Pública. Los tres catedráticos de Retórica y Poética del Instituto del Noviciado van a editar manuales para los estudios literarios. El libro de Camús Cardero no es original, el propio autor reconoce que el valor de este libro radica en haber realizado una síntesis con los preceptos elementales de la Retórica de Hugo Blair y la Poética del Padre Sánchez,13 aun así se edita tres veces y va a ser usado durante veinte años en las aulas de bachillerato. La Colección de trozos y modelos extractados de autores selectos castellanos sobre Religión, Moral, Elocuencia y Poesía es uno de los más utilizados en los institutos del distrito universitario con anterioridad al Sexenio. Su autor, el profesor Terradillos llega a editar manuales escolares para todas las asignaturas afines de la segunda enseñanza: Latín, Gramática Castellana, Geografía e Historia. Sin embargo, el manual que mayor número de ediciones alcanzó fue su texto para estudios de primaria titulado el Evangelio para los niños, del que localizamos hasta setenta ediciones. El manual de Campillo y Correa titulado Literatura Preceptiva es editado en once ocasiones y utilizado en el Instituto del Cardenal Cisne11
Esta separación es detallada en el apartado referido a incidentes y separaciones de los catedráticos del Instituto del Noviciado. 12 Memorias acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito en el curso de 1864 a 1866; Anuario de 1866 a 1867 conforme a los artículos 26 y 27 del Reglamento General Administrativo y a la Orden de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1867, pp. 23 y 29 respectivamente. 13 CAMÚS CARDERO, Adolfo Alfredo: Curso elemental de Retórica y Poética. Valladolid: Naxtor, 2002 (edición facsímil).
LOS MANUALES ESCOLARES
301
ros de Madrid hasta 1912. Este manual es duramente criticado por Manuel Azaña: Nuestra preparación de bachilleres, y juzgo por la mía, era modesta. El que más, recitaba a coro páginas de Campillo. Yo había cursado este librito en mi Colegio de Alcalá y conservaba en la memoria algunas nociones: —¿Qué son tropos? —Formas figuradas de hablar [...]14
Tenemos muy pocos datos acerca de la utilización de los manuales de Gramática Castellana. Los manuales de Braulio Amezaga, Nueva Gramática Castellana, y Terradillos López son aprobados por el Consejo de Instrucción Pública y, por tanto, entendemos que fueron utilizados, con anterioridad a 1857. A partir de la promulgación de la ley Moyano se utilizaron los manuales de Gramática y Ortografía publicados por la Real Academia Española. Para los repasos se utiliza Epítome de Gramática castellana con la parte ortografía del catedrático Terradillos, con cuatro ediciones y veintitrés años de utilización como libro de texto. Para la asignatura del Latín se utilizan a la vez los libros de los dos catedráticos: el de Suaña Castellet para el estudio teórico, con el título de Curso teórico-práctico de latinidad, en cuatro ediciones y veintitrés años de vigencia en el Instituto del Cardenal Cisneros. Y para la traducción los de Francisco Commelerán Gómez de Gramática elemental de lengua latina escrita para los dos primeros cursos de la segunda enseñanza y Crestomatía Latina de Autores Sagrados y programas elegidos, anotados y gradualmente dispuestos, con ocho ediciones y treinta y ocho años de uso en las aulas, los mismos que el catedrático fue profesor en el Instituto del Cardenal Cisneros. Desde 1876 hasta 1899 los manuales que se utilizan para los estudios de Agricultura, Industria y Comercio, son el Curso de Agricultura elemental y Programa razonado de Agricultura elemental, con nueve ediciones distintas cada uno de ellos y veintitrés años de uso en las aulas. Su autor, el catedrático Abela y Sainz de Andino, toma como referente para elaborar este manual la obra de Miguel Colmerio: La Botánica y los botánicos de la Península hispano-lusitana.15
14
AZAÑA, Manuel: El Jardín de los Frailes, Madrid, El País, 2003, p. 6. COLMEIRO, Miguel: La botánica y los botánicos de la Península hispano-lusitana. Madrid: Imp. y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1858, 216 p. Es doctor en Medicina y Cirugía y catedrático de Organografía y Fisiología vegetal en el Museo de las Ciencias Naturales de Madrid. Su obra obtiene el premio de la Biblioteca Nacional en 1858 y se imprime a expensas del Tesoro Real. 15
302
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En cuanto a los manuales para el estudio de los idiomas del Instituto de Noviciado nos encontramos que desde el curso 1845-1846 el francés se imparte en 1.º y 2.º de bachillerato en una lección de hora y media en clases alternas. El profesor fue Francisco Tramarría Carranza, que utilizó sus propios manuales: — Gramática francesa para uso de los españoles, de la cual hemos localizado la tercera edición de 1841 y la cuarta de 1848, ambas publicadas en Madrid por Eusebio Aguado. — Leçons françaises de littérature et de Morale croisées des meilleurs auteurs qui ont ecrit dans ce Genre, Madrid, Imp. y Librería de Eusebio Aguado, 1859, cuarta edición. A partir de 1868-1869 estas disciplinas desaparecen de los planes de estudios de segunda enseñanza. En el curso 1877-1878 se vuelve a impartir francés en educación secundaria. En el Instituto del Noviciado contratan al profesor Justo Sales Esteban como interino. El texto que utiliza es de Delaborde: Manual de Lengua Francesa. Las enseñanzas de inglés y alemán las cursaban los alumnos de forma voluntaria, previo pago de la matrícula, hasta que, con la real orden del 5 de marzo de 1865, desaparecen del plan de estudios y, por tanto, se suprimen las cátedras, y los catedráticos de ambos idiomas, Luis Alfonso Nordenfels y Enrique Mac-Veigh, son cesados. El manual escolar utilizado en lengua alemana es el Método alemán de F. Ahn. El mismo método se utiliza en lengua inglesa traducido por el catedrático del Instituto del Noviciado Enrique Mac-Veig bajo el título: Primer curso de inglés método de Ahn arreglado al castellano por el profesor Mac-Veigh, París, Librería editorial Bailly Bailliere e Hijos, 1859. De este manual hemos encontrado catorce ediciones, la última de 1894, todas en la misma editorial, incluyen el texto en español e inglés. La lengua inglesa vuelve a incorporarse en el curso 1877-1878 y, para impartirla, se nombra al profesor interino Eduardo Martín Peña, que utiliza el manual de Gramática inglesa de Bergries. Ninguna mención se realiza sobre el papel que ocupan los idiomas dentro del Instituto, pero nos inclinamos a pensar que, al igual que en los planes de estudio de segunda enseñanza de los cursos estudiados, los idiomas modernos tienen un papel secundario y en algunos momentos, el legislador ni siquiera debió comprender el sentido a estos aprendizajes en las enseñanzas medias, pues suprimió, primero,las lenguas inglesa y alemana y, más tarde, la francesa.
LOS MANUALES ESCOLARES
303
De esta manera, cada catedrático elabora su propio manual. Y, mientras permanece en el Instituto, es el libro de texto de uso obligado para los alumnos. La media de utilización de estos manuales es de veinte años en el Instituto del Noviciado. El manual escolar que más años permanece como libro de texto es el referido a la Historia natural de Galdo López de Neira, que durante cuarenta y seis cursos consecutivos es utilizado para el estudio de esta asignatura. Los libros de Latín de los catedráticos Suaña Castellet y Commelerán Gómez se utilizarán durante cerca de cuarenta cursos seguidos, situación que se repite con los manuales de Matemáticas de Fernández-Vallín Bustillo, que son utilizados durante cuarenta y tres años, los mismos que este profesor permanece como catedrático. En orden descendiente seguirán los manuales de los catedráticos Campillo y Correa y Terradillos, que se utilizarán veinticinco y treinta y ocho años respectivamente. 3.
Difusión de los manuales en otras instituciones educativas del distrito universitario
Continuamos buscando la difusión de los manuales escolares, pero en esta ocasión trataremos de encontrar el reconocimiento de los libros de texto elaborados por los catedráticos citados al ser utilizados en otras instituciones educativas del distrito universitario. Nos ha parecido oportuno utilizar como fuentes las Memorias y Anuarios de la Universidad Central, así como las Memorias del Instituto de San Isidro y del Noviciado. Si bien disponemos de Memorias desde el curso 1858-1859, no hacemos constar en estos documentos ningún dato referente a los cursos del Sexenio democrático por no explicitar el libro de texto seleccionado por el profesor. Asimismo, tampoco nos ha sido posible realizar el estudio en todo el territorio nacional, por no contar con fuentes de información que nos permitan dar continuidad al trabajo. Por tanto, nos referiremos a los institutos de segunda enseñanza y a los colegios privados adscritos de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Toledo, Segovia, y los de San Isidro y Noviciado de Madrid. En el Instituto de Ciudad Real utilizan hasta nueve manuales de los publicados por los catedráticos del Instituto del Noviciado, cinco de ellos en el mismo curso. En todo el período estudiado utilizan los manuales de Galdo López de Neira y de Rey Heredia para las asignaturas de Historia natural y Filosofía respectivamente. También los manuales de Matemáti-
304
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
cas, tanto del profesor Fernández-Vallín como de Cortázar Abasolo, son de interés en el instituto manchego. Asimismo, para los estudios de Geografía e Historia utilizan los tres manuales elaborados por los sucesivos catedráticos del Instituto del Noviciado: Verdejo Páez, Monreal Ascaso y Merelo Calvo, para la enseñanza del Latín Curso de Latinidad de Suaña Castellet y para los estudios literarios Colección de trozos... de Terradillos López, así como el Catecismo de Alejandro Sanchez. En el Instituto de Toledo se llegan a utilizar hasta diez libros de texto de los publicados en el Instituto del Noviciado. Coincide el uso de los manuales de Filosofía e Historia natural en todos los años estudiados y en algunos cursos utilizan hasta 8 libros a la vez de los producidos por los catedráticos estudiados entre los que se encuentran el libro de Álgebra Elemental de Cortázar Abasolo y el de Aritmética de Fernández-Vallín, para la asignatura de francés Gramática francesa para uso de los españoles de Tramarría, la Psicología y Lógica del catedrático Ortí Lara, Curso de Latinidad de Suaña Castellet, para los estudios literarios Colección de trozos de Terradillos López y Literatura Preceptiva de Campillo Correa. En el Instituto de Segovia nos encontramos con que también utilizan ocho libros escolares producidos por los catedráticos del Instituto del Noviciado, pero se usan durante menos tiempo. El manual de Filosofía de Rey Heredia es remplazado por el de Ortí Lara en algunos cursos, para la enseñanza de las Matemáticas se utilizan Tratado de Álgebra Elemental y Tratado de Aritmética de Juan Cortázar, Aritmética de Fernández-Vallín y Elementos de Matemáticas de Moya de la Torre y Fernández Cardín, Psicología, Lógica y Ética o Filosofía Moral de Ortí Lara, el Manual de Historia natural de Galdo López de Neira, Literatura Preceptiva de Campillo Correa, y la Gramática francesa para uso de los españoles de Tramarría. Estos datos coinciden con los del Instituto de Cuenca, pero en este caso se incorporan a la lista los manuales de Historia Universal de Merelo Calvo y el de Geografía Universal de Sánchez Casado. En el Instituto de Guadalajara se utilizan libros de texto cuyos autores son catedráticos del Instituto del Noviciado para todas las asignaturas, a excepción de Física y Química y Geografía e Historia. En el Instituto de San Isidro de Madrid se utilizan aquellos libros que han sido escritos de forma conjunta por los catedráticos de la materia que ejercen en los dos institutos madrileños, nos referimos a Elementos de Psicología, Lógica y Ética o Filosofía Moral de Rey Heredia y P. F. Monlau y a Elementos de Matemáticas de Moya de la Torre y Fernández Cardín, por otra parte, en ambos institutos utilizan conjuntamente Colec-
LOS MANUALES ESCOLARES
305
ción de trozos de Terradillos y los Diálogos literarios de Coll y Vehi, mientras que ambos ejercen la docencia en sus respectivos institutos. Los datos de las escuelas normales se refieren a la Escuela Superior de Maestros y Escuela Superior de Maestras de Ciudad Real, Escuela Superior de Maestros y Escuelas de Maestras de Cuenca, Escuela Superior de Maestros de Guadalajara, Escuela Central de Maestras de Madrid, Escuela Superior de Maestros Escuela Normal de Maestras de Segovia, y la Escuela Superior de Maestros de Toledo. Con anterioridad a 1868 hemos de destacar que tanto en la Escuela Superior de Maestros como en la Escuela Superior de Maestras de Ciudad Real se va a utilizar la Geografía Física, Política y Astronomía de Verdejo Páez, Aritmética de Cortázar, Geometría de Fernández Vallín y el Manual de Historia natural Galdo López de Neira. En la Escuela Superior de Maestros de Cuenca se va a utilizar el manual de Aritmética de Cortázar y en la Escuela de Maestras de Cuenca el libro de Geografía Física, Política y Astronomía de Verdejo Páez. En la Escuela Superior de Maestros de Guadalajara son libros de texto Geografía Física, Política y Astronomía de Verdejo Páez. Aritmética de Cortázar. Geometría de Fernández Vallín. Tanto en la Escuela Superior de Maestros como en la Escuela Normal de Maestras de Segovia será de uso en las aulas Geografía Física, Política y Astronomía de Verdejo Páez, Aritmética de Cortázar y Manual de Historia de Terradillos López. En la Escuela Superior de Maestros de Toledo utilizan el libro de Aritmética de Cortázar y el Manual de Historia natural Galdo López de Neira y en la Escuela Central de Maestras de Madrid utilizan la Geografía Física, Política y Astronomía de Verdejo Páez y el Manual de Historia de Terradillos López. Con los datos expuestos podemos concluir que los libros de texto de los catedráticos Rey Heredia y Galdo López de Neira, para las asignaturas de Filosofía y Ciencias naturales respectivamente, son utilizados en todos los institutos del distrito universitario y en todos los cursos expuestos. Los manuales de Matemáticas de Cortázar Abasolo también gozan de una amplia difusión entre los institutos del distrito. Para esta asigantura se combina el uso del manual de Cortázar con el del catedrático Fernández-Vallín; en ambos casos coincide que estos manuales son los que presentan mayor número de ediciones. Para la asignatura de Retórica y Poética, con anterioridad al Sexenio, se utiliza el manual de Terradillos en varios institutos, pero a partir de la Restauración los institutos del distrito usarán el libro de texto escrito por
306
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
el catedrático Campillo y Correa. El manual utilizado hasta 1868 para los estudios de latín es el libro de Ciriaco Cruz, y a partir de 1875 es sustituido por el de Suaña Castellet. Antes del Sexenio, dos de los libros más utilizados en las instituciones de secundaria y escuelas normales son los de Verdejo Páez y Cortázar Abasolo, manuales que a partir de 1877 no volvemos a encontrar entre los listados de manuales escolares de los institutos presentados en la Universidad Central. 4.
Manuales escolares producidos y utilizados para la asignatura de Historia natural
A modo de ejemplo, entramos ahora en el análisis más detallado del Manual de Historia natural del catedrático Manuel María José Galdo López de Neira. Centramos nuestra atención en este manual por: — Ser el libro de texto utilizado para esta asignatura en el Instituto del Cardenal Cisneros durante cuarenta y seis cursos consecutivos, desde 1848 hasta 1894. — La amplia difusión de este manual en cuanto a número de institutos y escuelas normales del distrito universitario que lo utilizan, como se ha puesto de manifiesto en el apartado anterior. — Por permitirnos comprobar la forma en que se introducen los avances científicos europeos del siglo XIX en el manual escolar de ciencias naturales a lo largo de sus diez ediciones. — Por ser el primer manual escrito en lengua castellana para esta asignatura de la segunda enseñanza y, como tal, hacer referencias a determinados puntos y localizar zonas de la geografía española, supliendo así una notable carencia de las traducciones de los libros franceses utilizados en la misma época. Para la revisión de este manual nos atendremos a los siguientes criterios: 1. Aspectos formales del manual, siguiendo el orden cronológico: — Nombre de la asignatura. — Título y subtítulo de la obra, lugar de la edición, imprenta en la que se edita, fecha de edición, número de ediciones localizadas. 2. Estructura y presentación del manual. Evolución en las distintas ediciones: — Prólogo e índice.
LOS MANUALES ESCOLARES
307
— Organización temática, su evolución en las distintas ediciones. — Analogías y diferencias en la estructura de este manual con los Programas de segunda enseñanza de 1850. — Tipos de letras, tamaño, y funciones. Ilustraciones. — Facilidad de manejo y precio del manual. 3. Tratamiento de los aspectos didácticos: — Objetivos y metodología que el autor se plantea. — Notas a pie de página de ampliación o aclaración. — Esquemas, cuadros cronológicos y ejemplos. — Papel del alumno y método de aprendizaje al que conduce el manual. 4. Tratamiento de los aspectos científicos del manual: — Teorías científicas en los que se apoya y su vigencia. — Incorporación de las nuevas teorías en las sucesivas ediciones. — Criterios con los que selecciona los contenidos. — Planteamientos científicos de este libro con respecto a la terna de manuales propuestos por el Consejo de Instrucción Pública. 4.1. Aspectos formales del Manual de Historia natural del catedrático Galdo López de Neira según el orden cronológico El Manual de Historia natural que vamos a estudiar consta de diez ediciones distintas. De la primera edición fueron presentados dos ejemplares al Consejo de Instrucción Pública para su aprobación, conservándose uno de ellos en la Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros. Es editado por la Imprenta de Higinio Reneses y consta de cuatrocientas ochenta y ocho páginas, un índice y programa, pero sin prólogo. Al año siguiente, aprobado el manual e incluido en la lista oficial por el gobierno, se vuelve a publicar con la misma estructura y disposición pero incorporando un prólogo y siendo editado en la Imprenta de D. J. González. En 1853, vuelve a publicar una nueva edición del Manual de Historia natural en la misma imprenta pero incrementa el número de páginas —cuatrocientas noventa y tres— e introduce alguna modificación para adaptarse a los Programas oficiales que había publicado el gobierno. La cuarta edición, fechada su publicación en 1855, no ha sido localizada, la quinta y sexta se realizan en 1856 y 1860 respectivamente en la Imprenta J. Rodríguez, más tarde Santiago Aguado y ambas constan de un total de cuatrocientas noventa y cuatro páginas.
Nombre de la asignatura
Nociones de Historia natural.
Nociones de Historia natural.
Historia natural.
Nociones de Historia natural.
Plan de Estudios
17 de septiembre de 1845, Pedro José Pidal.
8 de julio de 1847, N. Pastor y Díaz.
14 de agosto de 1849, Juan Bravo Murillo.
28 de agosto de 1850, Seijas Lozano.
5.º curso, lección diaria de 1 y 1/2 h.
5.º curso, 4 lecciones semanales.
5.º curso, lección diaria y 1h y ½.
5.º curso, lección diaria y 1h y ½.
Cursos y horas
Manual de Historia natural en su edición 1849 del Catedrático del I. de Noviciado M. M.ª J. Galdo.
Manual de Historia natural en su edición 1849 del profesor de los Institutos de S. Isidro y Noviciado M. M.ª J. Galdo.
Manual de Historia natural en su edición 1848 del Profesor de los Institutos de S. Isidro y Noviciado M. M.ª J. Galdo.
—
Libro de texto utilizado
Aspectos formales del manual siguiendo el orden cronológico
R. O. de 26 de septiembre de 1850 y R.O. de 5 de septiembre de 1851. Los mismos manuales de la R. O. de 14 de septiembre de 1849
R. O. de 14 de septiembre de 1849 Elementos de H.ª Natural de Bouchardt Lecciones de H.ª Natural de Doyere Cuadernos de H.ª Natural Milne Edwards traducido por Miguel Guitart y Buch. Manual de H.ª Natural de M. M.ª J. Galdo.
R. O. de 14 de septiembre de 1848 Nociones de H.ª Natural de Bouchardt traducida por Luis Sánchez Toca. Lecciones de H.ª Natural de Doyere traducida por Lucas de Tornos Matamoros.
Lista del Gobiernos en las Reales Ordenes
308 EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Estudio de Historia natural.
Elementos de Historia natural.
Nociones de Historia natural.
Nociones de Historia Natural.
23 de septiembre de 1857, Claudio Moyano.
26 de agosto de 1858, Marqués de Corvera.
21 de agosto de 1861, Rafael Bustos y Castillo.
Nombre de la asignatura
10 de septiembre de 1852, Ventura González Romero.
Plan de Estudios
5.º año, en 3 lecciones semanales de 1 y 1/2 h.
1 curso, de 3 lecciones semanales de 1 y 1/2 h.
2.º periodo de 6.º año, de 1 y 1/2 h.
2.º periodo 3.er año por la tarde, lección diaria de 1 y 1/2 h.
Cursos y horas
Manual de Historia Natural en su edición 1860 del Catedrático del I. de Noviciado M. M.ª J. Galdo.
Manual de Historia natural en su edición 1858 y 1860 del Catedrático del I. de Noviciado M. M.ª J. Galdo.
Manual de Historia natural en su edición 1856 del Catedrático del I. del Noviciado M. M.ª J. Galdo.
Manual de Historia natural en su edición 1849, 1853, 1855 y 1856 del Catedrático del I. de Noviciado M. M.ª J. Galdo.
Libro de texto utilizado
R. O. de 26 de septiembre de 1861. Manual de H.ª Natural de M. M.ª J. Galdo. Elementos de H.ª Natural de S. Pereda.
R. O. de 13 de septiembre de 1858. Cuadernos de H.ª Natural de Milne Edwards. De Mineralogía y Botánica de M. Bosch. Manual de H.ª Natural de M. M.ª J. Galdo.
R. O. de 1 de octubre de 1855. Los mismos manuales de la R. O. de 14 de septiembre de 1849.
R.O. de 15 de septiembre de 1852. R. O. de 18 septiembre de 1853. R. O. de 13 de octubre de 1854. R. O. de 1 de octubre de 1855. Los mismos manuales de la R. O. de 14 de septiembre de 1849.
Lista del Gobiernos en las Reales Ordenes
LOS MANUALES ESCOLARES
309
1.er sistema Nociones de Historia Natural, Fisiología e Higiene. 2.º sistema Biología y Ética y Fisiología e Higiene.
25 de octubre de 1868, Manuel Ruiz Zorrilla.
10 de septiembre de 1873
1.er sistema Nociones de Historia Natural y Fisiología e Higiene. 2.º sistema Biología y Ética y Fisiología e Higiene.
Nociones de Historia Natural.
9 de octubre de 1866, Manuel Orovio.
3 de junio de 1873, E. Chao.
Nombre de la asignatura
Plan de Estudios
Manual de H.ª Natural en su edición de 1865. Carecemos de datos.
Lección 3 días alternos de 1 y 1/2 h. Lección 3 días alternos de 1 y 1/2 h.
No existen datos. Manual de Fisiología e Higiene de Hidalgo.
Manual de H.ª Natural en su edición de 1865 y 1878.
Manual de H.ª Natural en su edición de 1865.
Libro de texto utilizado
Lección diaria de 1 y ½ h.
Cursos y horas
Libertad de elección de texto Plan no llevado a la práctica.
R. O. del 31 de agosto y R. O. del 14 de septiembre de 1867. Los mismos manuales de la R. O. de 14 de septiembre de 1861.
Lista del Gobiernos en las Reales Ordenes
310 EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
LOS MANUALES ESCOLARES
311
A partir de la séptima, 1865, y hasta la décima edición, 1888, este manual presenta como novedad la incorporación de trescientas cuarenta y una ilustraciones, y por tanto se incrementa el numero de paginas hasta seiscientas tres. Este manual se repite en las cuatro ediciones consecutivas y para su edición el catedrático Galdo López de Neira va a utilizar las imprentas de Santiago Aguado, J. Moraleda y Gregorio Hernando. 4.2. Presentación del Manual. Evolución en las distintas ediciones A pesar de las diez ediciones que hemos expuesto, Galdo López de Neira siente, que sólo ha escrito un manual, «su libro», y así lo manifiesta en la carta-testamento científica dirigida a su amigo y editor Eugenio Páez: Casi al borde del sepulcro he hecho cuanto he podido por mi libro, que ha sido en algunos años mi único y modesto patrimonio.16
Prólogos e índices del Manual de Historia Natural La edición de 1848 es previa y no-numerada, pues corresponde a la que presenta el catedrático para su aprobación por el Consejo de Instrucción Pública, el 22 de septiembre de 1849. Galdo López de Neira no incorpora ningún prólogo pero sí dos índices-programas de noventa lecciones cada uno, permitiéndoles a los profesores que puedan optar por el que más se acomode a sus explicaciones. En la edición de 1849 Galdo comienza su libro de texto con un prólogo en el que especifica las razones que le impulsan y los objetivos que se propone al escribir el libro. Este prólogo lo repite en todas las ediciones, e incorpora, además, una introducción en la que agradece a los profesores que utilicen su libro, así como cada una de las pequeñas modificaciones que va introduciendo. Este autor comienza su manual con una sentencia en lengua latina, distinta en cada edición. Una dedicatoria a Isabel II antecede al prólogo en los manuales de las ediciones 1849, 1853, 1858 y 1860 en términos de sumisión, con un profundo respeto como súbdito y autor. A partir de la edición de 1865 dicha dedicatoria desaparece y, para justificar este cambio, basta recordar la 16 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: «Carta de Galdo de Neira dirigida a [su editor] Eugenio Páez», en: Elementos de Historia Natural..., prólogo.
312
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
negativa del catedrático Galdo López de Neira a honrar a Isabel II en la denominada I Cuestión Universitaria. Galdo López de Neira no olvida incorporar todos los títulos y nombramientos que posee en las distintas ediciones y, así, en 1848 acompaña al título del libro en la portada: catedrático propietario de esta asignatura en la Universidad Central, doctor y regente de primera clase en la Facultad de Ciencias y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de esta Corte. Unos años después, en la edición de 1865, acompaña la publicación de innumerables títulos que repite en todas las ediciones: catedrático propietario de la Universidad de Madrid, encargado de la asignatura de Mineralogía, Nociones de Geología y Botánica en la Facultad de Ciencias, Licenciado en Medicina y Cirugía, Socio de Mérito de la Academia Médica de Emulación de Santiago, Individuo honorario del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Miembro de la Sociedad Geológica de Francia, Académico corresponsal de la Real de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, Miembro corresponsal de la Sociedad de Ciencias Médicas de Lisboa, Socio fundador de la Antropológica española y Honorario de la de París.17 Desde la edición de 1849 Galdo López de Neira finaliza el manual con un índice de materias, especie de diccionario, en el que va definiendo los conceptos de Mineralogía, Biología, Zoología y Geología. En cada apartado nos indica el número de página en el que se puede localizar cada término correspondiente. Este índice es elaborado para facilitar al alumno la memorización de las definiciones y para su uso como vocabulario específico de la asignatura. Organización temática y su evolución en las distintas ediciones Desde la edición de 1848 Galdo López de Neira divide la materia en diversas ciencias y les asigna el orden siguiente: 1. 2. 3. 4. 5.
Nociones preliminares, a las que dedica dos lecciones. Mineralogía, en veinticinco lecciones. Geología, consta de tres lecciones. Zoología, incluye treinta y seis lecciones. Botánica, con veinticuatro lecciones.
17 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., edición de 1865, página de cortesía.
LOS MANUALES ESCOLARES
313
Suman un total de noventa lecciones que este autor repite hasta la edición de 1853, en la cual incorpora otras seis lecciones de Zoología. En la edición de 1865 incluye más lecciones, hasta ciento diez, agrupadas en los mismos bloques descritos, pero cambiando el orden de distribución de materias. Analogías y diferencias del Manual de Historia Natural con los Programas de segunda enseñanza de 1850 Esta división temática corresponde a la que publica el gobierno de Isabel II en 1850, organizando los programas para las asignaturas de segunda enseñanza,18 si bien el número de lecciones que proponen estos programas es de ciento veinte, mientras Galdo López de Neira sólo expone ciento diez. Estas diferencias se ponen de manifiesto en el apartado de zoología, pues mientras los Programas oficiales aconsejan cincuenta lecciones el catedrático las reduce a cuarenta. El citado Programa aconseja que se comience el curso por la Botánica para aprovechar la vegetación del otoño, seguir por la Zoología y terminar con los estudios de los minerales. El manual del que nos ocupamos presenta las lecciones en el siguiente orden: Mineralogía, Botánica, Zoología y Geología. Ilustraciones en el Manual de Historia Natural y su correspondencia con el Gabinete de Historia Natural A partir de la edición de 1865 el catedrático incorpora trescientas cuarenta y una ilustraciones, generalmente son dibujos en blanco y negro y todos presentan un pie en el que se indica el animal, la planta, el órgano expuesto y sus partes. Los grabados tienen la función aclaratoria del texto, no se busca la composición estética, sino aclarar o reforzar el concepto. El aspecto que más nos ha llamado la atención es la correspondencia entre los grabados del manual y las colecciones del Gabinete de Historia natural del Instituto del Cardenal Cisneros. De esta manera, y a modo de ejemplo, presentamos varias ilustraciones del Manual de Historia Natural y el reflejo real de estas representaciones. 18
Nuevamente nos referimos a los Programas para las asignaturas de segunda enseñanza ordenadas observar por SM. en todos los institutos, seminarios y colegios del Reino. Madrid: Imp. Nacional, 1850, pp. 66-72.
314
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Precisamente esta coincidencia es la que nos hace pensar en la capacidad de irradiar de los ejemplares y colecciones que componen este Gabinete a las distintas generaciones que tuvieron que estudiar las ciencias naturales en este libro de texto, tanto los que cursaron bachiller en el Instituto del Cardenal Cisneros como en el resto de los institutos de nuestro país y de las colonias.
GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., edición 1865, p. 416.
El precio del Manual de Historia Natural El precio del Manual de Historia Natural del catedrático Manuel María Galdo es de treinta y tres reales en encuadernación de rústica, y de treinta y ocho en holandesa. Para adquirir este manual hay que dirigirse a la Librería clásica y central de la Universidad.19 19
Anuncio que inserta la Imprenta en el libro de Curso de Psicología y Lógica de los catedráticos Monlau y Rey Heredia. Los manuales de Galdo López de Neira y Rey Heredia son publicados en la misma imprenta.
LOS MANUALES ESCOLARES
315
Gabinete de Historia Natural del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid.
Si revisamos el número de alumnos matriculados en esta asignatura en el curso 1858-1859 en el distrito de la Universidad Central nos encontramos20 con: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.
Instituto de Cuenca: treinta alumnos. Instituto de Guadalajara: veinticuatros alumnos. Colegio privado adscrito de Molina de Aragón: cero alumnos. Instituto del Noviciado: ciento setenta y seis alumnos. Colegios adscritos a este Instituto: setenta alumnos. Instituto de San Isidro: ciento setenta alumnos. Colegios adscritos a este instituto: noventa y tres alumnos. Instituto de Segovia: veintitrés alumnos. Instituto de Toledo: veintinueve alumnos. Instituto de Ciudad Real: cincuenta y dos alumnos.
20 Fuente: Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y los Establecimientos de su distrito. Madrid: Imp. Ducazcal, 1860.
316
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel M.ª José: Manual de Historia Natural..., edición 1865, p. 225.
Un total de seiscientos setenta y siete alumnos cursan la asignatura de Historia Natural en el curso citado. Teniendo en cuenta que es obligatoria la compra del manual escolar por parte del alumno, y que éste se vende a treinta y tres reales en su encuadernación rústica, la más barata, podemos afirmar que la venta del Manual de Historia Natural en el curso 1858-1959 asciende a un importe de veintidós mil once reales. No contamos en estas operaciones los manuales vendidos en las escuelas normales que también lo utilizan, ni en los seminarios, ni en el resto de los institutos de España. Tampoco podemos delimitar el porcentaje de esta cantidad qué corresponde a beneficios para la imprenta o para el autor. En cualquier caso, el Manual de Historia Natural es realmente «el patrimonio» del catedrático Galdo López de Neira, y para ello
LOS MANUALES ESCOLARES
317
Gabinete de Historia Natural del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid.
baste recordar que su retribución como catedrático es de 16.000 reales en el citado curso. 4.3. Tratamiento de los aspectos didácticos en el Manual de Historia Natural de M. M.ª J. Galdo Tipos de letra del Manual de Historia Natural Los tipos de letra que utiliza el autor siempre son los mismos, de los que destacamos: mayúscula y negrilla para los grandes títulos y cabecera de las lecciones, y minúscula y cursivas para destacar los conceptos que el alumno debe recitar memoristicamente. Galdo López de Neira deja muy poco espacio interlineal y los márgenes son muy estrechos, utilizando la totalidad del papel, lo que le da una sensación de aridez al manual, salvo en aquellas páginas que presentan ilustraciones. El catedrático introduce cada concepto con un número, y llega a definir novecientos veintinueve términos que el alumno debe recitar de memoria.
318
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Objetivos que se plantea el autor El Manual de Historia Natural pretende ser un libro que facilite los estudios científicos de los jóvenes de dieciséis años, es decir, supone la iniciación de los bachilleres en las ciencias de la naturaleza, pero nosotros nos preguntamos: ¿Qué estrategias utiliza Galdo López de Neira para que los discípulos memoricen tantas clasificaciones y taxonomías? En este apartado buscaremos los objetivos que se plantea el autor, el significado de las notas en el pie de página, la presentación de esquemas y ejemplos, y la adecuación del vocabulario a la edad y conocimiento de los alumnos. Galdo López de Neira confiesa que escribe este manual por la urgente necesidad, que tenían los alumnos de una obra verdaderamente elemental y arreglada al estado que en aquel momento se encontraba la ciencia. Ante la falta de manuales escolares, y cumpliendo con el encargo que recibió del Gobierno, el catedrático emprende la redacción de su manual con el deseo de ser útil a la enseñanza de las ciencias en España. El objetivo del autor es elaborar el primer manual castellano de su asignatura para el nivel elemental, que se supone que se corresponde con la segunda enseñanza. De esta manera Galdo López de Neira se plantea: Dar a conocer, con toda brevedad y claridad posible todas las riquezas naturales que presenta el suelo, valiéndose para ello de cuadros analíticos y de nombres conocidos y peculiares.21
Para la realización de este manual no puede servirse de otras obras elementales, pues de pocas puede valerse en aquellos momentos; ya que, si bien en España circulaban varias publicaciones, ninguna, a excepción de la publicada en Barcelona y, en 1820 por Agustín Yánez, podía llevar el título de libro de texto de segunda enseñanza, pues casi todas, estaban traducidas del francés y arregladas a otro plan de enseñanza anterior a 1845, Galdo se encontró un gran vacío en lo que se refiere a los manuales escolares, en una palabra, los existentes no estaban diseñadas para la educación secundaria. Efectivamente, el manual de Galdo López de Neira es el primero escrito en castellano que aprueba el Consejo de Instrucción Pública, además, es el único no traducido del francés que figura en las listas del Gobierno hasta 1861, fecha en la que esta institución aprueba los manuales de los catedráticos Bosch y Sandalio Pereda. 21 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural. Madrid: Imprenta de Santiago Aguado, 1865, Prólogo y 1888, 9.ª y última edición.
LOS MANUALES ESCOLARES
319
El éxito y la aceptación de este manual entre los catedráticos animan a su autor a seguir editando e incorporando ilustraciones, pero en 1868 comienza a implicarse en la vida pública ocupando cargos de relevancia política tales como: alcalde de Madrid, senador, director del Instituto del Cardenal Cisneros, consejero de Instrucción Pública... Esta intensa actividad del catedrático trae consigo que se reedite el mismo libro de texto sin ninguna modificación hasta 1894, en que introduce el cambio porque: Bullía en mi cerebro la idea de un nuevo orden más metódico de conocimiento, de manera que su adquisición fuera más asequible y menos laboriosa (para los alumnos), aunque representase un tránsito violento de nuestro sistema docente: los alumnos necesitan más doctrina racional, más ideas generales y menos monografías y mínimas fatigas.22
Metodología expuesta en el Manual de Historia Natural Galdo López de Neira cree que el estudio de las ciencias naturales es más sencillo si comenzamos desde los elementos más simples, por la diferenciación del prisma y de la célula orgánica. El método para el aprendizaje de esta ciencia es partir de las formas más sencillas para llegar a las más complejas, siempre buscando el estudio memorístico, pero también práctico de las ciencias. El método que utiliza Galdo es la descripción de cada uno de los ejemplares de minerales, aparatos, animales buscando en cada elemento su posible aplicación práctica en la medicina, industria, ganadería... A la par que las descripciones para los alumnos, el autor aconseja a los profesores que van a utilizar su libro en las aulas la mejor manera de exponerlo e, incluso, advierte de los posibles peligros de la utilización de algunos de los aparatos descritos. La justificación didáctica del uso de las taxonomías por parte del catedrático es especialmente interesante, pues con ellas trata de sistematizar los conocimientos con los caracteres diferenciales y a la vez imprimen un verdadero ejercicio gimnástico de memoria para entrenar favorablemente las inteligencias de los alumnos para estudios posteriores. El Manual de Historia Natural presenta esquemas y clasificaciones y va ejemplificando cada uno de los detalles expuestos, todo ello con un vocabulario fácil de entender por los alumnos pero también con los términos científicos adecuados, que va destacando con letra cursiva. 22 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel M.ª José: «Carta de Galdo de Neira dirigida a [su editor] Eugenio Páez», en: Elementos de Historia Natural..., prólogo.
320
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Galdo López de Neira no expone en el manual las cuatro últimas lecciones, referidas a la Botánica, porque afirma que éstas han de ser prácticas. Los Archivos del Instituto del Cardenal Cisneros citan los paseos que realiza Galdo López de Neira por la sierra madrileña, desde 1850. Para estudiar las familias de helechos, musgos, líquenes, hongos, fauna y flora madrileña, todas del interés del denominado «Maestro Botánico». Siguiendo el hábito científico imperante en el resto de Europa, el catedrático comienza en 1848 una colección de minerales, fósiles, ejemplares de botánica y zoología, modelos didácticos, hoy expuestos en el Gabinete de Historia Natural del Instituto Cardenal Cisneros, que en su momento sirvieron para «deslumbrar» a los alumnos que cursaban esta asignatura. 4.4. Tratamiento de los avances científicos La necesidad del estudio de las ciencias naturales en los institutos de segunda enseñanza es cuestionada en diferentes ocasiones, pues se considera que estos conocimientos son muy difíciles para los alumnos, y los padres creen que restan tiempo a sus hijos para el aprendizaje de las materias humanísticas. Por otra parte, en la segunda mitad del siglo XIX los avances científicos son muy importantes para el desarrollo de la sociedad. Nosotros pretendemos estudiar las teorías científicas que expone el catedrático Galdo López de Neira en su manual escolar, especialmente en lo referente a la incorporación de los últimos progresos en la materia. La Revolución Francesa muestra el eminente papel que desempeñarán los científicos y técnicos en un estado moderno. Mientras los centros educativos del Antiguo Régimen ignoraban la ciencia, en algunos países europeos, y especialmente en Francia, comenzó a impartirse una enseñanza elemental de las ciencias físicas y naturales en los establecimientos de enseñanza media y superior. Esta idea es fomentada en España por Jovellanos, quien propone la necesidad de introducir esta asignatura en los planes de estudio con el objetivo de: Conocerla para perfeccionar nuestro ser, aplicar este conocimiento al socorro de nuestras necesidades, al servicio de nuestra patria y al bien del género humano, ved aquí el fin de la nueva ciencia.23 23 JOVELLANOS, Gaspar Melchor: «Oración sobre el estudio de las Ciencias Naturales», en: Obras Selectas, Zaragoza, Ebro, 1972, p. 65.
LOS MANUALES ESCOLARES
321
Encontramos grandes similitudes en los planteamientos de Jovellanos y Galdo López de Neira. El Manual de Historia Natural coincide en las definiciones, objetivos y métodos de esta ciencia con los realizados por Jovellanos en su Oración sobre el estudio de las Ciencias Naturales. Galdo López de Neira entiende, como Jovellanos, que los conocimientos de las ciencias de la naturaleza son el complemento de todas las demás y que estos saberes adquieren sentido en otras ciencias, como las matemáticas que serian estériles si no las aplicamos a la investigación de la naturaleza. Jovellanos afirma que la investigación de la naturaleza: Nos conduce a comprender las leyes que la sabiduría del Creador dicta a la naturaleza para la inmutable consecución de su grande obra.24
Por su parte, el catedrático entiende que mediante el estudio de la Historia natural: Se da a conocer al autor de todo lo criado, a Dios, al principio intrínseco que rige, gobierna y causa las acciones y funciones de la naturaleza, el orden y concierto de todas las cosas creadas.25
Jovellanos y Galdo López de Neira vuelven a coincidir en la valoración de la magnífica labor de Linneo al realizar su inventario o taxonomía. Galdo López de Neira sigue incorporando en su manual la antigua división de la Historia Natural en dos imperios: seres inorgánicos y seres orgánicos; aunque el catedrático prefiere realizar una clasificación más acorde con la ciencia, que organiza de la siguiente manera: 1. La ciencia de los astros, denominada Astronomía. 2. La ciencia de los minerales o Mineralogía. 3. La ciencia de los vegetales como ciencia Botánica o Phitología. 4. La ciencia de los animales como Zoología, incluyendo en esta última, y ocupando un lugar importante en ella, el ser humano. Esta clasificación la va a mantener el catedrático en las nueve ediciones del Manual de Historia Natural. Pero, en 1894 presenta un nuevo li-
24
JOVELLANOS, Gaspar Melchor: «Oración sobre el estudio de las Ciencias Naturales», en: Obras Selectas..., p. 68. 25 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., pp. 3-4.
322
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
bro escolar bajo el título de Elementos de Historia Natural,26 en el que pretende incorporar los adelantos que esta ciencia ha realizado a partir de las investigaciones de la segunda mitad del siglo. La naturaleza, en esta última edición, comprende todo cuanto en el mundo se hace manifiesto o sensible, como los seres y los fenómenos en general. Su estudio no sólo abarca el conjunto de sus seres sino también cada uno de ellos en particular, dando leyes para reconocerlos y no confundirlos con cualquiera de los demás. Comenzamos, pues, con el estudio de las teorías científicas que Galdo López de Neira incorpora en el Manual de Historia Natural especificando sus planteamientos en cada una de las ciencias que divide el Manual: 1. 2. 3. 4. 1.
Mineralogía. Phitología o Botánica. Zoología. Geología y, dentro de ella, la Paleontología.
Mineralogía
En su Manual de Historia Natural, Galdo define la Mineralogía como «[...] la parte de la Historia Natural que estudia, reconoce, denomina, clasifica y describe los minerales, ya considerándolos como seres aislados unos de otros, ya estudiando las masas resultantes de su misión, su estructura y posición en el Globo.»27 El autor de este manual divide a la Mineralogía en: — Glosológica: conocimiento y valor de los caracteres y propiedades de los Minerales. — Taxonómica: clasificaciones y leyes. — Descriptiva: historia particular de cada mineral. — Tecnológica: aplicaciones y usos a que puedan destinarse. El catedrático entiende que en su manual ya ha superado las definiciones propias de siglos anteriores, en las que los antiguos llamaban minerales sólo a los que eran sólidos. En 1849 se da este nombre —mi26 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Elementos de Historia Natural. Madrid: Librería de la Viuda de Hernando y Cía., 1894. Novísima edición con nuevos grabados en el texto y una lámina aspectual en colores. 27 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., edición de 1865, p. 11.
LOS MANUALES ESCOLARES
323
nerales— a los seres inorgánicos sólidos, líquidos o gaseosos que se encuentran en la superficie o en el interior de nuestro globo. Don Manuel busca la necesaria relación de la mineralogía con las ciencias físicas y química. De esta forma la Mineralogía, en situación de menor progreso en el siglo XIX que el resto de las ciencias naturales, va a florecer gracias a los estudios de química y a la formulación de los principios cristalográficos. De hecho, utiliza la química para describir las características de los minerales y enumera los sesenta y un elementos simples entre los que incluye el donadio y el illumenio, no aceptados todavía por muchos autores. El método que adopta Galdo López de Neira es buscar los caracteres propios que diferencian unos minerales de otros y que se encuentran en tres series distintas: la física, la química y la gemológica.28 En las ediciones de 1848 y 1849 expone las clasificaciones de Mr. Beudont y Werner,29 y en la edición de 1853 incorpora también la de Haüy30 para adaptar el manual a los Programas de Segunda Enseñanza de 1850. Siguiendo a Werner, expone las causas que justifican el origen de la formación de los minerales: por la disolución de un líquido, por el calor y mecánicamente. De aquí proviene la clasificación de los minerales en neptúnicos, plutónicos y volcánicos. En todos los casos busca la utilidad de esta ciencia para la industria, la medicina y la economía. Del mismo modo que con los minerales realiza una descripción de los aparatos y útiles de esta ciencia, que a partir de la edición de 1865 ilustra sus textos con dibujos, como el compás goniómetro y el goniómetro de Garangeot, el goniómetro de Babinet y el de Wollaston, necesarios para realizar las mediciones de los ángulos diedros de los cristales.
28 En este sentido conviene consultar la propia obra científica de GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Museo Pintoresco de Historia Natural. Los tres reinos de la Naturaleza, con todos los descubrimientos posteriores hasta el día bajo la dirección de D. M. M. J. de Galdo e ilustrada con una magnífica y numerosa colección de láminas en vista del natural, y los planos del Gabinete de Historia Natural y del Jardín Botánico de Madrid, Madrid, Imprenta de Gaspar y Roig, Editores, 1857. t. VI. 29 Werner, A., mineralogista alemán (1794-1849), fundador de la escuela neptuniana y director de la Escuela de Minas de Freiberg. Sostiene la tesis de que la tierra estaba cubierta por un océano primitivo, a partir del cual se habían depositado todos los estratos rocosos mediante procesos de cristalización, precipitación química o sedimentación mecánica. 30 Haüy, R. J., mineralogista francés (1743-1822), profesor en Paris, se ocupa del estudio de los cristales y su estructura y desarrolla la teoría de las redes espaciales cristalinas. Se le puede considerar el fundador de la cristalografía.
324
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
El catedrático conoce la historia de esta ciencia y la expone mediante la Taxonomía Mineralógica que Linneo31 realizó para establecer unos principios generales en: Una naturaleza que no da preferencia a ninguna clase de caracteres y que de todos se vale para armonizar los seres y presentarlos a nuestra vista de un modo halagüeño que revela evidentemente el designio del Autor de esta fábrica admirable, en la que todo está construido para el todo y para cada una de sus partes.32
El autor del manual lamenta que en Mineralogía no se definan los minerales con dos nombres, como se hace en Botánica y en Zoología. El autor diferencia su manual de los otros libros aprobados por el Consejo de Instrucción Pública precisamente por incluir en cada mineral, además de su descripción, los yacimientos y los manantiales de aguas minerales de España, así como la situación de la industria minera española. A lo largo de los cincuenta años que ejerció la docencia en el Instituto del Cardenal Cisneros este catedrático logró reunir una de las mejores colecciones minerales de Madrid.33 Ésta, muy acorde con el espíritu europeo del coleccionismo, serviría para despertar la curiosidad e iluminar la enseñanza de las jóvenes inteligencias. 2.
Geología
Desde el siglo XVIII se define el término latino de Geología34 en contraposición al de Teología y con él se pretende describir el estudio de la historia de la Tierra. Para el catedrático, la Geología es la ciencia que estudia la tierra y apunta que como ciencia moderna se forma a finales del siglo XVIII, ya que anteriormente se justificaba el origen de la tierra con teorías fantásticas, no científicas. 31 Linneo, naturalista sueco (1707-1778) cofundador de la Academia Sueca de las Ciencias y profesor de la Universidad de Upsala, notable sistemático de su época que agrupó las plantas en un sistema artificial con los conceptos de género y especie, y que introdujo la nomenclatura binaria. Estableció también un sistema claro y conciso para los animales y minerales. 32 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel M.ª José: Manual de Historia Natural..., edición de 1849, p. 63. 33 Dicha colección se conserva en el Museo de Historia Natural del Instituto del Cardenal Cisneros. En la actualidad supera los 9.000 ejemplares, algunos considerados de alto valor para el estudio de esta ciencia. 34 PELAYO, F., «Las teorías geológicas y paleontológicas durante el siglo XIX», en: Historia de la Ciencia y de la Técnica. Madrid: Akal, 1994, p. 8.
LOS MANUALES ESCOLARES
325
En las nueve primeras ediciones del Manual de Historia Natural afirma que los filósofos son los que han creado las teorías de los neptunistas y plutonianos, que los antiguos egipcios, al observar la monstruosa afluencia del Nilo en sus inundaciones y cataratas, suponían que el agua era el principal fundamento de la formación del mundo. Galdo continúa afirmando que los griegos declaraban que era el fuego la causa de la formación de la tierra, ya que estaban expuestos a las catástrofes de los terremotos y los volcanes. El catedrático de Historia natural en esta controversia, que prevaleció durante mucho tiempo, se inclina del lado de los griegos. Un paso de gigante da Galdo López de Neira en su manual editado en 1894 al aceptar las teorías evolucionistas de Darwin, ya que en las ediciones anteriores justifica que se debe buscar en la Geología, la concordancia de los Libros Sagrados con los descubrimientos de la ciencia. De esta forma el catedrático de Historia natural cree que de la combinación de los neptunistas y plutonistas podrá darse una explicación más satisfactoria de esta gran cuestión que por cualquiera de ellas aisladamente. Estos argumentos los va repitiendo en todas las ediciones hasta 1894, y entiende que la Geología no está en oposición con las verdades reveladas y que pueden adoptarse sus conclusiones sobre la formación de la Tierra sin contradecir en nada lo que las Escrituras nos enseñan de la creación del Universo. Las palabras del Génesis le sirven al autor del Manual de Historia Natural como ejemplo de estas afirmaciones, exponiendo que la mala interpretación de la palabra «día» es la que justifica la creación de la Tierra por el Sumo Hacedor. Si muchas son las personas que por seis días de la Creación entienden el espacio de tiempo que comúnmente se designa con este nombre. ¿Pues cómo puede concebirse que al hablar Moisés del primer día de la Creación le hubiera semejado a un día de veinticuatro horas que son medidas por la revoluciones de la Tierra sobre un eje en presencia del Sol, si este astro no fue dispuesto hasta el cuarto día?35
Y con el razonamiento de que para el profeta en el Génesis mil años, son como un día, Galdo concluye conciliando religión y ciencia de la siguiente manera: el cultivo de las ciencias, lejos de ser hostil a la religión, es, por lo contrario, su más estable y sólido apoyo. De esta forma, el catedrático no pone en duda que la Tierra ha sido creada ex nihilo por el Supremo Hacedor. 35 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., edición de 1849, p. 63.
326
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Si bien podemos afirmar que Galdo López de Neira conocía por sus lecturas a los científicos europeos que va a citar en su manual —Lineo, Lamarck, Cuvier, y Tournefort— ya que existen ejemplares anotadas de sus principales obras en el Gabinete, no podemos precisar cuándo llegan a su conocimiento las teorías darwinistas, ahora bien, es un hecho que en el Manual de Historia Natural de Galdo López de Neira el dogma religioso va a justificar la falta de una teoría científica, ya que la primera causa de todas las cosas corresponde al Sumo Hacedor. Precisamente en este aspecto, Galdo López de Neira reproduce las tesis de Cuvier,36 siendo el punto débil del catedrático del Instituto del Noviciado la devoción a interpretar las tesis científicas bajo las palabras del Génesis. En las ediciones del Manual de Historia Natural de 1865, 1878, 1883 y 1888 clasifica la creación del mundo en períodos: — En el primero, creación de la materia ex nihilo, como obra del Supremo Hacedor, tesis defendida por los geólogos bíblicos. — En el segundo, nos presenta la disposición de las sustancias que constituyen nuestro planeta y a los seres que lo pueblan, bajo las tesis fijistas de los neptunistas y de los plutonistas, inclinándose el catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros por estos últimos. — En el tercero, sitúa las catástrofes que se producen durante el período de descanso del Creador y que han agitado nuestro globo. De esta forma, Galdo López de Neira se hace eco en su libro de texto de las tres teorías geológicas vigentes en la primera mitad del siglo XIX: 1. La teoría de los geólogos bíblicos. 2. Las teorías de Werner y Cuvier. 3. Las teorías de los catastrofistas El catedrático no incluye las aportaciones de Lamarck, ni de Darwin, en las ediciones de 1878, 1883 y 1888, y sigue fiel a Cuvier para explicar que los cambios en la altura del agua, observables por la sucesión de estratos, las diversas inundaciones y retiradas de agua forman sucesivamente cadenas montañosas y nuevas formas de vida. Pero Galdo López de Neira se plantea a partir de la edición de 1865 una serie de dudas ante las leyes que se repiten en la naturaleza:37 36 Cuvier (1769-1832), anatomista francés firmemente antievolucionista que se acoge al catastrofismo diciendo que la Tierra se había ido inundando periódicamente y creándose nuevas formas de vida tras cada una de estas inundaciones. 37 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., edición de 1865, p. 601.
LOS MANUALES ESCOLARES
327
1. Cada formación geológica tiene sus fósiles especiales y ninguno puede encontrarse en dos terrenos de edades diversas. 2. Tanto más se diferencian las especies perdidas de las actuales, cuanto son más antiguas. 3. La comparación de la fauna y la flora de diversas épocas hace ver que la temperatura ha variado en la superficie de la Tierra. 4. Las especies que vivieron en las épocas antiguas estuvieron más dispersas geográficamente que las que viven en la actualidad. 5. Las formas de terreno antiguas se componen de animales de organización muy sencilla, organización que va perfeccionándose a medida que nos aproximamos a épocas modernas. Estas leyes que anteceden al evolucionismo en la explicación de la formación de la Tierra desaparecen en la edición de 1894, el catedrático publica una nueva edición atendiendo al nuevo rumbo y a los adelantos que se han producido en la ciencia. Galdo no quiere morir sin afirmar que es un científico moderno y evolucionista incluyendo en su libro: la Petrografía, Geotectónica, Geología Dinámica y la Geografía Histórica. El autor del manual, en su última edición, reconoce la obra de geólogos más modernos, como Mallet, Svess, Nevmayer y Macpherson, que consideran la vida con arreglo a los principios transformistas; y tampoco reprime su admiración por una de las figuras más notables del mundo científico, Carlos Roberto Darwin. De esta forma, entiende que la dominación teocrática ha pretendido acomodar todos los conocimientos a los textos bíblicos, cuestión que no puede admitirse racionalmente, ya que la justificación mediante el dogma ha sido una constante rémora para el progreso científico.38 Aun así, Galdo López de Neira es un hombre de profunda fe cuando exclama al despedirse con la publicación de su ultimo libro de texto: ¡Dios me perdone y perdone a todos! 3.
Botánica o phitología
Galdo define la Botánica como la ciencia de las plantas que se ocupa de reconocer, denominar, clasificar y describir los vegetales. Ciencia especialmente amena e interesante para el autor, que entiende, dada su facilidad, puede ser cultivada por todos los hombres y hasta «por el 38 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: «Carta de Galdo de Neira dirigida a [su editor] Eugenio Páez», en: Elementos de Historia Natural..., p. 3.
328
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
bello sexo». Justifica la necesidad de estudiar esta ciencia por ser útil, al proporcionarle al hombre alimentos, medicinas y avances industriales. Divide los conocimientos de la Botánica en:39 1. Física: Organografía, Fisiología, Patología y Geografía. 2. Botánica: Glosología, Taxonomía y Phitografía. 3. Aplicada: Agrícola, Industria, Medicina... En su manual, el catedrático se centra en la Organografía, Fisiología, Taxonomía y Phitografía, mostrándose de acuerdo con algunas investigaciones recientes en cuanto a la necesidad del uso del microscopio para el estudio de esta ciencia. Galdo López de Neira distingue entre célula, vaso y fibra y sigue las tesis de Linneo y de Candolle40 en cuanto a la ordenación y clasificación de los frutos. El autor expone la Taxonomía botánica siguiendo el método dicho-tomo ya expuesto por Lamarck, que se fundamenta su clasificación en la aplicación de dos caracteres: uno positivo y otro negativo, esto es, uno que indica la existencia de una cualidad y otro que denota su ausencia. El único científico español que el escritor cita es a Cavanilles,41 cuya clasificación botánica incorpora, sin mayor análisis en su manual, pues siempre manifiesta sentir admiración científica por Linneo. Muchos científicos contemporáneos de Galdo López de Neira consideran que Linneo se encuentra sumido en analizar cuestiones de detalle que faciliten la identificación de los seres vivos pero se aleja del pensamiento experimental y social de su época,42 y de igual manera, el catedrático del Instituto del Noviciado sigue repitiendo estas tesis durante cuarenta y seis años. D. Manuel incorpora en su Manual de Historia Natural algunas clasificaciones que advierte que no son para estudio en las cátedras en la se39 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Museo Pintoresco de Historia Natural. Los tres reinos de la Naturaleza..., t. VIII, 680 pp. Galdo desarrolla aquí con mayor extensión que en el manual escolar los conocimientos de Botánica. 40 Candolle (1778-1841), se da a conocer por la preparación de la tercera edición de la flora francesa de Lamarck y que expone los principios de la clasificación que procede de Jussieu pero con un número mayor de familias. 41 Cavanilles (1745-1805), presbítero y botánico español que en 1870 se traslada a París donde aprende de la mano de Jussieu y Lamarck. Fue director y profesor del Real Jardín botánico de Madrid. 42 GONZÁLEZ BUENO, Antonio: Los sistemas de clasificación de los seres vivos. Madrid: Akal, 1992, p. 32.
LOS MANUALES ESCOLARES
329
gunda enseñanza, pero que sí adecuan el uso de este manual en las clases preparatorias de las facultades de ciencias. En Galdo López de Neira se une la condición de catedrático y la de médico y, como tal, se preocupa por la situación sanitaria del país e introduce en su manual escolar distintos consejos para mejorar la higiene de los alumnos y del consumo de los alimentos.43 4.
Zoología
La Zoología es definida en el Manual de Historia Natural como la ciencia que se ocupa de reconocer, denominar, clasificar y describir los animales. Galdo López de Neira divide esta ciencia en las siguientes partes: — Organografía, palabra griega que significa descripción de órganos. El catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros imitando a los científicos de mediados del siglo XIX, la denomina Anatomía. — La Fisiología o Zoobiología describe las funciones o actos desempeñados por los órganos de los animales. — La Taxonomía es la teoría de las clasificaciones aplicada al Reino Animal. — La Zoografía es la parte de la Zoología que tiene por objeto el estudio de los caracteres por medio de los cuales pueden ser descritos y reconocidos los animales. Especialmente interesante parece la exposición sobre las facultades intelectuales en el hombre. El catedrático relaciona el desarrollo del encéfalo con el de las facultades intelectuales e instintivas que se creen que residen en éste, cita a este respecto a Camper44 y su teoría del Ángulo Facial que significa que: Trazando una línea vertical se tira una línea desde la parte media de la frente a la raíz de los dientes de la mandíbula superior y otra desde este
43 Las aplicaciones de la botánica son tratadas de forma extensa en: GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Museo Pintoresco de Historia Natural. Los tres reinos de
la Naturaleza..., pp. 400-680. 44 Camper, Pieter (1722-1789) compara cráneos de diferentes razas y edades y funda su noción de ángulo facial como signo de capacidad intelectual. Esta noción fue el primer concepto resultante de la aplicación del método comparado a la Antropología Física en: LÓPEZ PIÑERO, José Luis: La anatomía comparada antes y después del darwinismo. Madrid: Akal, 1992, pp. 13-14.
330
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
punto pasando por el conducto auditivo a la base del cráneo. El ángulo facial que forman estas dos líneas en la raíz de los dientes marca cuanto más agudo sea mayor desarrollo de la cara y del instinto y menor de las facultades intelectuales. Cuanto más aproximado al recto más desarrollado estará el cráneo y las facultades intelectuales estarán también con desventaja del instinto.45
Esta tesis se cumple según Galdo López de Neira en la estupidez de los hombres de frente muy aplanada o corta, pero no se cumple esta teoría en algunos animales como la ballena. Cuvier, una vez más, es uno de los científicos preferidos por el catedrático de Historia natural para exponer el sistema locomotor, nervioso, sensorial, digestivo, circulatorio, respiratorio, urinario, o el de los aparatos sexual y excretor. Este profesor entiende la importancia del método comparado de Cuvier por permitir la formulación de teorías generales acerca de la organización animal. También en Zoología el catedrático sigue el método dico-tomo, ya expuesto en la taxonomía botánica, consistente en designar los animales con dos nombres: uno genérico y otro específico, como indica De-Candolle,46 que completa con la Taxonomía de Milme Edwards. En este apartado de su Manual de Historia Natural no cita al científico español Cavanilles. Diferencias del Manual de Historia Natural con los manuales traducidos para la asignatura de Historia natural de Doyere y Milme Edwards Para la asignatura de Historia natural el Consejo de Instrucción Pública aprueba la traducción de los manuales: — Doyere, M. L. Lecciones de Historia Natural, traducidas al castellano por D. Lucas de Torno y Matamoros, Madrid, Establecimiento Tipográfico-Literario Universal, 1847.
45
GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Manual de Historia Natural..., edición del 1865, pp. 363-364. 46 De-Candolle (1778-1841), intenta formar una gran enciclopedia de las plantas basando su clasificación en la teoría de la jerarquización en: GOMIS, Alberto: «La Biología en el siglo XIX», en: Enciclopedia de la Ciencia y de la Técnica. Madrid: Akal, 1994, p. 29.
LOS MANUALES ESCOLARES
331
— Milme Edwards. Cours Elementaire d’histoire naturalle. París, Imprimerie A. Lahure 1886, 14 ediciones. Nos parece interesante aportar alguna pequeña diferencia entre estos manuales que nos sirva para distinguir el Manual de Historia Natural de Galdo López de Neira. Galdo López de Neira no incluye el concepto de fuerza vital, comienza a exponer la teoría del sistema nervioso sin citar a Magendie.47 Con esta omisión marca la primera diferencia en su manual con el resto de los libros de texto aprobados por el Consejo de Instrucción Pública: En las Lecciones de Doyere48 aparece «la fuerza vital» al explicar el concepto de vida y el agente que la produce en contraposición con los cuerpos brutos. También Milme Edwards49 nos escribe sobre «la force vitale» para diferenciar a los seres vivos de los inanimados, denominándolos pneuma vital. El autor incluye la distribución de los animales en el globo pero, para diferenciarse del resto de las traducciones de los manuales franceses, hace referencias explícitas a la Península Ibérica. Galdo López de Neira tiene en cuenta, para la elaboración de su manual, la Colección de grabados de Comte del reino animal según el sistema de Cuvier.50 Esta serie de láminas son compradas por recomendación del Consejo de Instrucción Pública, mediante la circular del 10 de marzo de 1847, el precio de dichas láminas asciende a cuatrocientos reales y en el Instituto del Noviciado se justifica su adquisición por la carencia de manuales escolares para esta asignatura.
47
Magendie, F. (1783-1855) hizo de la experimentación el único método de trabajo en la fisiología. Contrario al concepto de fuerza vital centró su atención en el estudio del sistema nervioso llegando a establecer la funcionalidad de las raíces de los nervios en: GOMIS, Alberto: «La Biología en el siglo XIX», en: Enciclopedia de la Ciencia y de la Técnica. Madrid: Akal, 1994, p. 19. 48 DOYERE, M. L., Lecciones de Historia Natural Traducidas al castellano por D. Lucas de Torno y Matamoros. Madrid, Establecimiento Tipográfico-Literario Universal, 1847, p. 3. 49 MILME, Edwards: Cours Elementaire d’histoire Naturalle. París: imprimerie A. Lahure, 1886, 14 edición, p. 8. 50 Treinta grabados de esta colección se localizan en el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid.
332
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Los sistemas de clasificación y taxonomías en el Manual de Historia Natural de Galdo López de Neira Los modos de ordenar, clasificar y nombrar son en definitiva una forma de explicar la naturaleza. Ordenar o disponer por clases, distribuir utilizando las diferencias o similitudes es una de las formas de comprender la realidad. Galdo López de Neira dice que la marcha que seguimos para reconocer un ser entre los muchos que con él existen en el globo se llama clasificación. Unido al concepto de clasificación de los seres vivos el catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros sigue las taxonomías de diferentes categorías usadas y reconocidas internacionalmente al igual que los naturalistas de su época, hasta que a finales de siglo surge la aceptación de la teoría de la evolución por medio de la selección natural. La Taxonomía debe entenderse como parte de la biología que trata de los principios, métodos y fines de la clasificación. Durante el período preevolucionista, las tareas clasificatorias se muestran orientadas a reconocer el orden creacional divino, esto es, el hombre aparece como un redescubridor de los planes de Dios. Este sistema lógico de categorías le parece muy interesante a Galdo que además de dedicarle un libro51 lo introduce en todas las ediciones de sus manuales por su carácter didáctico y por lo acertado del método. Pues para el catedrático lo que hizo Linneo fue sentar las bases del edificio colosal que después De-Candolle levantó para dar a la ciencia de la naturaleza uniformidad. Estos principios fueron trasladados íntegramente a la zoología, ciencia que recibe una extensión considerable, no así en la mineralogía, que ha unido su evolución a la química. El método natural de clasificación que defiende Galdo López de Neira, está basado en una multiplicidad de caracteres seleccionados a posteriori en virtud de su correlación con conjuntos de otros caracteres, con objeto de formar una estructura jerárquica.52 El autor del manual escolar que estudiamos explica que esta selección de caracteres no es arbitraria y de su buena elección depende la bondad de la estructura que se crea. Un ejemplar de cada especie se llama individuo, la reunión de individuos cuyos caracteres esenciales se perpetúan por la generación se denomina es51 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Taxonomía y cuadros sinópticos de Historia Natural: 1.ª parte Geología, Mineralogía, Petrografía y Geología y 2.ª parte Biología, Botánica y Zoología, Madrid, Vda. de Hernando y Cía., 1894, 164 pp. 52 GONZÁLEZ BUENO, Antonio: Los sistemas de clasificación de los seres vivos..., p. 37.
LOS MANUALES ESCOLARES
333
pecie y si los individuos de esta especie se diferencian entre si por algún carácter se denomina variedad, así se construyen las razas, géneros, tribus, órdenes y clases. Pese a los cambios de planes de estudios, el Manual de Historia Natural apenas se modifica en los cuarenta y seis años consecutivos que se utiliza como libro de texto en el Instituto del Cardenal Cisneros. El autor del Manual de Historia Natural, hombre de su época, fuertemente influido por las tesis fijistas de Cuvier y por sus creencias religiosas, en un acto de honradez científica, acepta en 1894 la teoría de la evolución de las especies, expuesta por primera vez por Darwin en 1859. Esta aceptación se resume en una frase y en un manual que sólo se utilizará un curso en el Instituto del Cardenal Cisneros, el de 1894-1895. Entendemos que varias son las causas que justifican las teorías científicas expuestas en el Manual de Historia Natural de Galdo López de Neira. Cuando publica las ediciones de 1848, 1849, 1853, y 1856 las teorías científicas de Darwin no existían, y a partir de 1859, las nuevas teorías científicas no se incorporan en el libro de texto por: — Falta de conocimiento de los últimos avances científicos de los catedráticos. — Inercia de Galdo López de Neira a repetir las mismas tesis de siglos anteriores, a la vez que considera que la edad y la propia condición de los alumnos no es la propicia para introducir innovaciones no demostradas. — El contexto educativo es más dogmático frente al científico que es más dinámico e innovador. — El espíritu religioso imperante en la sociedad y algunos aspectos personales, como la propia religiosidad del catedrático, le impide separar ciencia y religión. — Las cuestiones económicas, pues Galdo debió hacer sus cuentas y valorar que incorporar el darwinismo en su libro de texto supondría el rechazo de algunos catedráticos y, por tanto, la venta de menor número de ejemplares. De esta forma, encontramos un contagio del marco de referencia doctrinal en el libro de texto. Ante esto nos preguntamos, ya que Galdo López de Neira repite durante cuarenta y seis años consecutivos las mismas tesis científicas: ¿cuánto tiempo ha de transcurrir desde que se producen los nuevos descubrimientos y teorías hasta que se incorporan al manual escolar?, ¿existe divorcio entre las innovaciones científicas y las teorías expuestas en los manuales escolares de secundaria?
334
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Podemos concluir que el Manual de Historia Natural del catedrático Galdo López de Neira incorpora una gran riqueza de datos, es de una exquisita minuciosidad en detalles, con una acumulación erudita de pormenores y todo ello con un estilo brillante. Es un libro redactado para el ejercicio de la elocuencia del profesor y de la memoria del alumno. La lectura de este manual nos permite afirmar que parece existir la creencia de que el libro de texto es capaz de sustituir la realidad, expresando verdades absolutas, máxime cuando este constituye una de las pocas fuentes de información que tiene el alumno en la época que estudiamos.
CONCLUSIONES
Enviar a un hijo al Instituto del Cardenal Cisneros era una aventura financiera, se nos ha olvidado demasiado pronto el aspecto económico de la segunda enseñanza, pero precisamente sobre éste se va a afirmar su carácter de clase. Estudiar el bachillerato en esta institución no es accesible más que a una ínfima minoría de jóvenes, solo una élite muy restringida va a ser la afortunada. El bachillerato cursado en este centro educativo es un signo de distinción cuyos costes económicos asumen las familias. Los padres sufragaban la mayor parte de los gastos, los datos son elocuentes, la educación de más de 50.000 alumnos le supone al Tesoro 386.650 pesetas, que se pagan en treinta y dos años, es decir, por cada puesto escolar el Estado aporta poco más de siete pesetas de las setenta que eran necesarias cada año para cursar la enseñanza oficial. A pesar de esto, la relación de las familias con la institución educativa es escasa, son dos universos distintos, sin apenas comunicación, los progenitores depositan en el centro las expectativas de que sus hijos obtengan el título de bachillerato para acceder a la universidad, y el Instituto del Cardenal Cisneros va a cumplir con el papel social que se le demanda: educar a las promociones de jóvenes que ejercieron una gran influencia en la sociedad española al asumir los puestos dirigentes en las esferas política, militar, eclesiástica, jurídica, científica e intelectual. La oferta educativa que se realiza en el Instituto del Cardenal Cisneros se reduce al bachillerato clásico, humanista, aderezado con los estudios de lenguas vivas: inglés, francés y alemán —y como complemento la práctica de la esgrima—; casi siempre anclado en la tradición de sus orígenes en Alcalá.
336
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Y es que el perfil de alumnos que cursaban las enseñanzas medias en este Instituto, principalmente las clases acomodadas madrileñas del cuartel norte, es decir, los residentes al norte de una división imaginaria de la capital que partiría desde el paseo del Prado hasta Palacio pasando por la carrera de San Jerónimo y la calle Mayor, además de los ensanches de Argüelles, Chamberí y barrio de Salamanca, y de la burguesía adinerada de todas las provincias de España, no necesitaba conocimientos profesionales, ni de carácter técnico-manual, para estos bachilleres las enseñanzas que se impartían en el Instituto del Cardenal Cisneros fueron estudios intermedios e imprescindibles para matricularse en la Universidad. Los conocimientos de aplicación se ofrecían en la otra institución de secundaria de Madrid, el Instituto del San Isidro, que acogía a los alumnos de los diez barrios del cuartel sur y en él se alcanzaba el título de perito mercantil y agrícola. Así la actividad educativa del Instituto de San Isidro corre paralela en el tiempo y en la misma ciudad que la del Instituto del Cardenal Cisneros. Además encontramos las mismas necesidades en ambas instituciones: la mejora de los edificios, la escasez de recursos para la adquisición de materiales didácticos, los sueldos insuficientes de los profesores y el excesivo número de alumnos matriculados por aula, pero ambas instituciones realizan sus actividades de forma independiente. Durante varios cursos los catedráticos de ambos institutos pertenecen al mismo claustro pero apenas existen demandas ni documentos conjuntos, cada institución actúa por sí misma, si bien mirándose de soslayo. La diferenciación más notable entre los dos institutos comienza a partir de la revolución de 1868, cuando los progresistas y demócratas singularizan al Instituto del Cardenal Cisneros al convertirlo en un escaparate de las reformas pedagógicas que desean introducir en las enseñanzas medias al implantar un bachillerato en el que no se cursaba las asignaturas de Latín y Religión. La distinción entre las dos instituciones de secundaria va a continuar durante la Restauración, pues el Instituto del Cardenal Cisneros, en un nuevo movimiento pendular, oferta un bachillerato semejante al de sus orígenes y se significa en la sociedad madrileña como un centro de notables mediante las Exposiciones escolares y las Conferencias Académico-Literarias que se difunden a través de la prensa. Ahora bien, el corazón de la pedagogía de esta institución es educar a imagen de un modelo, principalmente clásico, con la mirada puesta en el pasado que ya tiene probado su valor moral y que se sustenta sobre dos pilares: los estudios de Latín y los de Retórica.
CONCLUSIONES
337
El aprendizaje del Latín será uno de los ejes fundamentales en la organización curricular del bachillerato, en él se iniciaban los niños tras el examen de ingreso, a la edad de diez años. De la importancia de esta asignatura nos da cuenta el hecho de que los alumnos aprenden la gramática castellana por imitación de la latina y los conocimientos de ambas lenguas se imparten en la misma asignatura y por el mismo catedrático. El Latín distingue al bachiller, sin él no hay cultura, y no se llegan a apreciar los grandes autores castellanos al abusar de la lectura de la literatura latina. Aprobar esta asignatura en el Instituto del Cardenal Cisneros era tan difícil que un buen número de alumnos trasladaban la matrícula al Instituto de San Isidro y, tras cursar los dos o tres años de Latín a los alumnos se les iniciaba en la asignatura de Retórica. Se trataba de cultivar el gusto y formar el estilo, prepararse principalmente para la elocuencia pública y la composición de documentos. En el estudio de las Bellas Letras no se buscaba la novedad, sino conocimientos provechosos para el foro y en esta tarea se vuelven los ojos, nuevamente, hacia el mundo clásico y el pasado glorioso. El estudio de la palabra bella es eficaz para su uso en la tribuna, en el púlpito o en las aulas. El principal método didáctico que se utilizaba en nuestro Instituto es el de la emulación, el premio es el reconocimiento de los alumnos que más brillan por su laboriosidad, aplicación y buena conducta. La eficacia de este método reside en mostrar a estos alumnos como ejemplo, se distingue a un buen alumno, al coronarlo de laurel en actos académicos que transcienden del interior de las aulas, y la puesta en escena se celebra en el Salón de Actos para darles mayor solemnidad. Los premios se obtenían en el examen oral. Creemos encontrar en este tipo de examen una especie de torneo en el que el alumno puede obtener el triunfo, pues recibe la mayor calificación, aquél que mejor sabe recitar las lecciones, por ser el que mejor ha memorizado y mayor fluidez verbal presenta. Esta modalidad de examen no permite a los jueces del tribunal calificar los conocimientos de ortografía, la caligrafía y las construcciones sintácticas, entre otros, al anteponer la memoria frente al razonamiento. La vitalidad y la espontaneidad de los jóvenes es coartada por las rígidas normas del reglamento; así, la segunda enseñanza cumple su función al convertirse en un entrenamiento previo a las reglas del éxito social. La búsqueda de la moral en el sentido normativo, estableciendo preceptos éticos concretos de obligado cumplimiento para los alumnos, pretendía crear jóvenes dóciles y aplicados.
338
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
En el aula el profesor de segunda enseñanza transmite conocimientos y la idea del bien al alumno. De esta forma, conocida la idea del bien, en el futuro serán hombres buenos, actuarán como hombres honrados y participarán en el progreso del país. El joven que se educa alcanzará la felicidad en el bienestar individual y en el respeto al orden social, llegando a equipararse, en el Instituto del Cardenal Cisneros, a la persona educada con un modelo moral. Sólo durante el Sexenio, y de forma más teórica que práctica, las virtudes que se buscan inculcar en el alumno son la moralidad, el trabajo y el uso prudente de la libertad, por primera vez encontramos la solicitud de cumplir con el deber con responsabilidad. De especial relevancia en el análisis de la época estudiada en el Instituto del Noviciado, hoy del Cardenal Cisneros, resulta la consideración de los enfrentamientos ideológicos entre los profesores, reflejo de la agitación política e ideológica del momento. Efectivamente, en los 32 años de existencia con esta denominación, el Instituto experimenta distintos cambios en función del poder político que gobierne. Los sucesivos planes de estudio, once, que se implantan van variando al compás del discurso político, razón por la que los catedráticos conservadores y progresistas acusan a los gobiernos de signo contrario de querer convertir al profesorado en instrumento de sus fines particulares y exigen mantenerse en una esfera neutral, apartados de todo influjo político, con el objetivo de atender sólo a la verdad y a la ciencia. Pero profesores progresistas y conservadores violan continuamente este principio, participando de distintas maneras en la vida social y política madrileña, de forma que pedagogía y política convergen en el Instituto del Cardenal Cisneros. Y, para ello, conviene recordar que en la exposición cronológica que hemos realizado encontramos un hilo conductor común: la preocupación por el tema de la educación, pero exclusivamente de la educación de élites masculinas, de jóvenes patricios encargados de conservar o modificar las condiciones del país y de la clase social a la que pertenecen. Comenzando con el periodo de creación y consolidación de los estudios de segunda enseñanza hasta el año 1868, en el Instituto del Noviciado hemos asistido a la puesta en escena de un camino laborioso, de pedagogía rutinaria, llegando a abusar de la memoria del alumno y la elocuencia del profesor, del rigor dogmático y la solicitud por parte del legislador de unidad ideológica y curricular que viene marcada por el Reglamento, ajustando el currículo a los programas oficiales y a las listas cerradas de los libros de texto. Pero este periodo es fundamental para permitir la transformación de una institución del Antiguo Régimen en un centro adaptado a las necesidades educativas de las clases medias, que serán las que van a impulsar el afianzamiento de este centro educativo.
CONCLUSIONES
339
Pero será a partir de la I Cuestión Universitaria, cuando los catedráticos del Instituto del Noviciado comiencen a significarse en la política de nuestro país, vinculando su historia a la de la Universidad Central. Será en este momento cuando las discrepancias emerjan, y la dualidad ideológica se manifiesta de forma virulenta con separaciones sucesivas de la cátedra, ora de los catedráticos neocatólicos, ora de los progresistas, siguiendo los vaivenes políticos de la época estudiada. Tras la revolución de 1868, los catedráticos progresistas ocupan los puestos directivos del Instituto del Noviciado, pero también en el Congreso de los Diputados, en el Senado, en la Alcaldía de Madrid y en la Administración educativa. Pero, sobre todo, posibilitan que el Instituto se convierta en el laboratorio pedagógico donde los profesores krausistas y demócratas experimenten los cambios deseados en educación secundaria. El cambio político se concreta en un nuevo director, Moya de la Torre, que ofrece esta institución educativa a la Diputación Provincial de Madrid para experimentar el bachillerato sin Latín, sin Religión y Moral católica, y con la incorporación de las nuevas asignaturas de Biología y Ética, Antropología, Fisiología e Higiene, Derecho, Literatura, Agricultura, Comercio e Industria y Arte. De esta manera, catorce profesores krausistas, algunos de ellos catedráticos de la Universidad Central, unidos a los cuatro catedráticos progresistas del Instituto del Noviciado —Moya de la Torre, Merelo Calvo, Galdo López de Neira y Campillo y Correa— pretenden convertir al Instituto en un laboratorio pedagógico para experimentar la libertad de enseñanza y la educación del nuevo hombre, del ciudadano. Una experiencia breve, cierto es, pero revolucionó la visión imperante que sobre la educación secundaria se manejaba y en ella participaron como profesores auxiliares renunciando a su sueldo: Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón, Urbano González Serrano, Miguel Carmona, Tomás Tapia, Augusto González Linares, Laureano Calderón,... Y, efectivamente, se hizo un gran esfuerzo, pero fue insuficiente por la escasez de recursos y la escasa comprensión del significado de esta innovación educativa entre profesores, padres y alumnos. El afán de los catedráticos demócratas del Instituto del Noviciado por conseguir la regeneración moral del país mediante la educación les lleva a compartir los locales y materiales con las denominadas Enseñanzas Abiertas y la Educación de Adultos, propuestas por el rector, Fernando de Castro. Estas enseñanzas están coordinadas por Enrique Serrano Fatigati y actúa en ellas como profesor Ricardo Macías Picabea.
340
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Por otra parte, en 1869, los tres profesores neocatólicos del Instituto del Noviciado se niegan a jurar la Constitución, lo que conduce a la separación del cuerpo de catedráticos de segunda enseñanza de Ortí Lara, Romero Aznárez y Muñiz Vega. En este caso, la postura inflexible del Gobierno, al no permitir el juramento con las salvedades propuestas por Roma, nos conduce a un nuevo enfrentamiento que se va a ventilar en la prensa madrileña, en el Congreso de los Diputados y en la institución educativa. Así, pues, las posturas de los catedráticos de nuestro instituto cada vez se van radicalizando más, con lo que encontramos manifiestos a favor de las humanidades y del latín, a la vez que escritos e intervenciones parlamentarias en contra o a favor de los cambios educativos propuestos por el ministro Chao. Todo este periodo se cierra con un nuevo giro en el rumbo educativo del Instituto del Noviciado provocado por el régimen político de la Restauración. El primer cambio se manifiesta en el nombre del Instituto, que, buscando el renacimiento de la institución clásica, pasa a denominarse Instituto de Segunda Enseñanza del Cardenal Cisneros. Se intenta proyectar una imagen exterior de mayor brillo participando activamente en las Exposiciones Universales y otras actividades fuera del aula. Pero nuevamente, los acontecimientos de la Universidad Central no pueden ser ajenos al Instituto del Noviciado, y la denominada II Cuestión Universitaria nos conducirá a la protesta de los catedráticos Merelo Calvo y Ruiz Chamorro, así como al cese del director, Moya de la Torre. De esta forma, a partir de 1875 asistiremos a nuevas separaciones y expedientes, en este caso de los profesores demócratas y republicanos, argumentando para ello el rectorado la publicación de manuales escolares que propagan doctrinas perniciosas, que atentan contra la infabilidad del Papa o contra la figura del Rey. En este caso los expedientes y separación se producirán para evitar que se enseñen otras doctrinas que las que ordenan el dogma católico y el régimen monárquico recién instaurado. Es inevitable contrastar que los catedráticos progresistas y los tradicionalistas del Instituto del Cardenal Cisneros defienden posiciones divergentes y se expresan en lenguajes antagónicos, por lo que nunca llegan a entenderse. La tradición ideológica dual española se manifiesta en la propia concepción de la educación. Discrepan respecto al papel del Estado en la sociedad y en la educación. Es más, se cuestionan la independencia de los poderes Iglesia-Estado y, especialmente, muestran sus diferencias en cuanto a los conceptos referidos a la finalidad y carácter de la educación, la concepción de la instrucción primaria y la secundaria,
CONCLUSIONES
341
la gratuidad y obligatoriedad de ésta, e incluso, en cuanto al papel del profesor y de la libertad de cátedra. Por una parte, los progresistas del Instituto acusan a los neocatólicos, de conculcar las libertades individuales, así como los principios sagrados de los demócratas: el sufragio universal y la libertad de enseñanza; y también de pretender imponerse recurriendo a los argumentos de la fe y las creencias religiosas frente a los de la razón y el progreso. Por su parte, a los neocatólicos del Instituto les une un antiliberalismo radical y encuentran en los principios progresistas el peligro que supone la secularización de la educación y la pérdida del poder de la Iglesia en este campo. En este sentido destacamos a Ortí Lara, que acusa a los progresistas de pretender imponer la razón y la filosofía del yo como fundamento único y absoluto de la educación. De los testimonios escritos de estos catedráticos podemos concluir que la experiencia negativa, que les supone durante esos treinta y dos años de existencia en que se implantan once planes de estudio y dos reglamentos de segunda enseñanza, es la que les lleva a reclamar la necesidad de una estabilidad educativa ajena a los cambios políticos. Tanto los catedráticos progresistas como los conservadores tienen el convencimiento de que se están convirtiendo en satélites de la política, se les exige lealtad al gobernante de turno y, a cambio, se les prometen ilusorias mejoras que en realidad sólo se traducen en un nuevo plan de estudio. Los profesores del Instituto del Cardenal Cisneros admiran el sistema educativo alemán, paradigma de la excelencia educativa. Como muestra de ello tanto en la biblioteca como en los laboratorios se custodian los materiales didácticos y científicos adquiridos por los catedráticos en ese país, pero gran parte de las reformas que proponen están basadas en el modelo francés, lo que deja traslucir una mezcla de admiración y temor a la novedad. En nuestro país, desde 1857, la enseñanza privada va a coexistir con la enseñanza oficial. Y, tomando como referente el modelo francés, la enseñanza privada no es libre, ha de soportar dos servidumbres por parte del Estado: la financiera, al tener que abonarla los padres además de los gastos del Instituto, y la tutela de la enseñanza oficial, y en este sentido hemos de subrayar que al Instituto del Cardenal Cisneros se van a adscribir la mitad de los colegios privados que se crean. El éxito que siempre tuvo en Madrid la enseñanza privada motiva el incremento gradual de los colegios, llegando a superar el número de cuarenta por cada instituto en el periodo estudiado y los alumnos matriculados en esta modalidad ser superior en número a los de la enseñanza oficial.
342
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Pero quizás la mayor aportación pedagógica del Instituto del Cardenal Cisneros fue la elaboración de manuales escolares de las asignaturas de segunda enseñanza para gran parte de los institutos de nuestro país y de las colonias. Los profesores de esta institución fueron muy fecundos en la publicación de libros de texto. Cada catedrático publica manuales escolares para su asignatura, y éstos se utilizan en las aulas mientras el catedrático está vinculado al Instituto. El rasgo común de los manuales que estudiamos es el título. Todos coinciden en su denominación: Principios, Elementos, Lecciones, Prontuario, Nociones, Rudimentos, de la asignatura a la que se refieren. Y efectivamente, todos los prólogos de los manuales revisados nos muestran que uno de los objetivos del autor es escribir un tratado elemental que recoja las verdades, los conocimientos básicos de su asignatura. De esta manera, a través de los títulos, se pone de relieve el contenido de los libros de texto. Por una parte, son elementales en su doble acepción: sencillos, claros, evidentes, fáciles, simples, comprensibles e inteligibles; fundamentales, principales, sustanciales, básicos e imprescindibles. Y por otra parte, son libros que enseñan verdades en su significado de axiomas, principios o certezas indudables, innegables, probadas, indiscutibles e irrefutables, en definitiva, dogmáticas. Hoy resulta difícil de entender que estos libros superaran una media de veinte años de uso en las aulas, y en algunos casos sobrevivan al propio autor, máxime cuando contemplamos el cambio continuo de los manuales escolares por parte de las editoriales, con el consentimiento de los profesores, padres y administraciones educativas. En todos los libros de texto producidos en el Instituto del Noviciado observamos que sus autores no pretenden serlo de obras de erudición, ni de innovación. El saber erudito y especializado corresponde a los estudios universitarios; en la enseñanza secundaria se imparten los saberes elementales de cada ciencia, que se ampliarán más tarde en la Universidad. Son los libros del catedrático, de hecho son conocidos por el nombre de su autor, se refieren a ellos como la «Preceptiva de Campillo» o el «Latín de Conmelerán», mientras que en nuestros días los manuales escolares se les denomina por las editoriales que los elaboran. Escribir las páginas de este libro ha sido un ejercicio de composición que, poco a poco, ha ido acercándonos a los problemas reales de la educación secundaria. En los momentos actuales, en nuestro país seguimos debatiendo, con posturas enfrentadas, acerca de la formación del profesorado, la enseñanza pública y privada, los fines y el carácter que definen esta etapa educativa y los valores morales y sociales que se transmiten a
CONCLUSIONES
343
los alumnos de educación secundaria, y, por nuestra parte, creemos que bien pudieran empezar a superarse las discrepancias, alcanzar un punto de encuentro, repensar el futuro a partir del conocimiento de las instituciones educativas que como el Instituto del Cardenal Cisneros tanto han aportado a la historia de la educación.
BIBLIOGRAFÍA
Archivos Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Actas de Tribunales de Exámenes del Instituto del Noviciado del curso 1869 a 1870. Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Álbum del Cardenal Cisneros. Recuerdos históricos y artísticos. Álbum de 19 fotografías en las que se detallan los lugares donde el Cardenal Cisneros alcanzó la gloria. Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Asuntos Generales de los Institutos de Segunda Enseñanza de Madrid: Instituto del Noviciado e Instituto de San Isidro Cajas/legajos 32-9232; 32-9233 y 32-9234. Expedientes de Catedráticos del Instituto del Noviciado ABELA Y SANZ DE ANDINO, Eduardo: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Agricultura. s/c. Expediente personal. CAMPILLO Y CORREA, Narciso: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Catedráticos de Literatura. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa Expediente personal. Caja/legajo 5638-1. CAMÚS CARDERO, Alfredo Adolfo: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid Carpeta de catedráticos de Literatura. s/c. Expediente personal. — Archivo del Ateneo de Madrid. CHAMORRO ABAD, Rafael: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Física y Química. s/c. Expediente del profesor citado.
346
BIBLIOGRAFÍA
COMMELERÁN GÓMEZ, Francisco Andrés: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Latín. s/c. Expediente personal. — Archivo Histórico del Senado Expediente personal, HIS-0123-01. COMMELERÁN GÓMEZ, Alberto: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Dibujo. s/c. Expediente del profesor citado. — FERNÁNDEZ-VALLÍN BUSTILLO, Acisclo: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Directores. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa Expediente personal. Caja/legajo 5693-25. — Archivo de la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales Expediente personal. — GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Directores. s/c. Expediente personal. — Expediente personal en el Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa, Caja/legajo 5703-2. — Archivo Histórico del Senado, Expediente personal. HIS-0174-02. — Archivo del Ateneo de Madrid. Expediente personal MERELO CALVO, Manuel: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa Expediente personal. Caja/legajo 5798-12. — Archivo Histórico del Senado, Expediente personal. HIS-0285-06. MONREAL ASCASO, Bernardo: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa Expediente personal. Caja/legajo 5806-7. MOYA DE LA TORRE, Ambrosio: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Directores. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa Expediente personal. Caja/legajo 5816-15. ORTÍ LARA, Juan Manuel: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. Expediente personal. REY HEREDIA, José María: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. Expediente personal.
BIBLIOGRAFÍA
347
ROMERO AZNÁREZ, Manuel: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Catedráticos de Literatura. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Expediente personal. Caja/legajo 5888-18. RUIZ CHAMORRO, Eusebio: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. Expediente personal. — Archivo Central del MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Expediente personal. Caja/legajo 5894-1. SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Latín. s/c. Expediente personal. TERRADILLOS, Ángel María: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid Carpeta de catedráticos de Literatura. s/c. Expediente personal. TRAMARRÍA CARRANZA, Francisco: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Directores. s/c. Expediente personal. VERDEJO PÁEZ, Francisco: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de Catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente personal.
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Profesores Auxiliares y Carpeta del Sexenio s/c. Expediente de Profesores Auxiliares de Ciencias Caballero Barba, Félix; Calderón Arana, Laureano; Fernández Rodríguez, Mariano; González Canales, Vicente; González Linares, Augusto; Jiménez de Castro, Enrique; Jiménez Pérez de Vargas, Luis; Jiménez Sánchez, Eulogio; Lozano y Ponce de León, Eduardo; Morán Gutiérrez, Valentín; Roca Vecino, Santos; Salmerón Alonso, Nicolás; Sánchez Pérez, Antonio.
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Profesores Auxiliares y Carpeta del Sexenio s/c. Expediente de Profesores Auxiliares de Letras Carmona, Miguel; Fernández Ferraz, Valeriano; Gelabert Guardiola, Juan; Giner de los Ríos, Francisco; Giner de los Ríos, Hermenegildo; González Serrano, Urbano; Guardia, Miguel de la; Hidalgo, José; Ibáñez Fe-
348
BIBLIOGRAFÍA
rrando, Vicente; Muñiz Vega, Camilo; Ramírez de la Guardia, Luis; Tapia, Tomás. Prensa y publicaciones periódicas Boletín Oficial del Ministerio de Fomento, Madrid, 1857. Colección de Circulares, Reales Decretos y Órdenes para su ejecución del Ministerio de Fomento. Madrid: Imprenta Nacional, 1866, edición oficial. Colección Legislativa de España, Madrid, Imprenta de Gracia y Justicia (1846-1877). Compilación Legislativa de Instrucción pública. Madrid: edición oficial, Imprenta T. Fortanet, 1876. Colección de leyes referentes a la Instrucción Pública y otras que con ésta se relaciona. Madrid: Imprenta Fundición Manuel Tello, Impresor de Cámara de SM., 1890, edición oficial. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, legislaturas de 1868-1877. Diario de Sesiones del Senado, legislaturas de 1868-1902. El Almanaque Literario Ilustrado para el año 1877. Madrid: Imprenta de los Señores Rojas, 1876. El Ángel del Hogar. Revista semanal de literatura, educación y moda bajo la dirección de María Pilar Sinués, Madrid: 24 de julio de 1865, el año II, n.º 23. El Clamor Público, Periódico del partido liberal. Madrid, lunes 6 de noviembre de 1848, n.º 1535, p. 1. El Conciliador: Periódico político y literario. Madrid: Imp. Ángel Sedano. 1859. El Siglo Ilustrado. Madrid: Imp. de R. Lebajos, 1869. El Sufragio Universal. Diario político defensor de todas las libertades. Madrid: Imprenta de Juan Antonio García, año I, 1870 Gil Blas. Periódico político-satírico, antimonárquico y anticlerical. Madrid: Imprenta J. Antonio García, jueves, 1 de octubre de 1868, año V. La Concordia. Madrid: Imprenta de Manuel Tellado, 1863. La Discusión. Diario democrático, Madrid, 1868. La Enseñanza Católica. Revista semanal ilustrada dedicada al profesorado y los padres. Madrid: 1872, Año I, n.º 6. La Enseñanza: Revista general de instrucción pública y particular de archivos y bibliotecas. Madrid: Juan de Uña (Director). Madrid: Imp. De Fernández, 11 de octubre de 1868. La Iberia, Periódico Progresista. Madrid: La Iberia, 24 de septiembre de 1856. La Ilustración española y americana: museo universal: periódico de ciencias, artes, literatura, industria y conocimientos útiles. Madrid: Abelardo de Carlos, 1878. La Ilustración popular. Prensa republicana. Madrid: Imp. Santos Larxe, 1873.
BIBLIOGRAFÍA
349
El Magisterio Español. Períodico de Instrucción Pública, Órgano General de los Establecimientos de Enseñanza. Defensor de los intereses y derechos de los catedráticos y maestros. Madrid: Imp. R. Lebajos, 1867-1930. El Pensamiento Español, periódico católico, apostólico y romano de 1866-1870. Boletín de la Revista Universitaria de Madrid. Madrid: Imprenta Ryvadeneira, 1869. Almanaque de la Democracia de 1866, Madrid, Imprenta Universal a cargo de Lucas Polo, 1865. El Profesorado. Revista de Instrucción Publica. Madrid: Establecimiento Tipografico P. Mellado, 1858. Revista Cardenal Cisneros n.º 2. Revista del Instituto Nacional de Enseñanza Media. Madrid: 1964. Revista de la Universidad de Madrid, Parte Oficial, 2.ª época, p. 355, curso 1872-1873, «Noticias y datos estadísticos relativos a la organización y enseñanza del distrito Universitario de Madrid». Fuentes secundarias Obras publicadas en el período estudiado Anuario de 1876 a 1877 y Memoria acerca del estado de la enseñanza de la Universidad Central en el curso de 1875 a 1876. Madrid: Imp., estereotipia y galvanoplastia de Aribau y Cía., 1877 BALSERA, José: Discurso leído en la apertura de curso del Instituto de Segunda Enseñanza de Segovia el 2 de noviembre de 1845 por el Jefe Político de Provincia. Segovia: Imp. Sobrinos Espinosa, 1845. BONET BONFILL, Francisco: Discurso Inaugural leído el 1 de octubre de 1855 en la solemne apertura del Instituto de Lérida, Lérida: Imp. y Librería de José Sol, 1855. CAPMANI MONTPALU, Antonio: Origen histórico y etimológico de las calles de Madrid. Madrid: Comisión Oraganizadora de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, 1986 (facsímil de la edición de 1863). Carta de los padres del Colegio Politécnico dirigida al Ministro en 1848 con una exposición acerca de la utilidad de los estudios de las Ciencias Aplicadas frente a los Estudios Literarios. Madrid: Imp. J. M. Alonso, 1849. CASTRO, Fernando de: Memoria acerca de los sistemas de la Segunda Enseñanza colegial interna y externa que presenta al excelentísimo señor Ministro de Fomento en cumplimiento de la Comisión que por Real Orden se le confió para visitar los principales colegios de Francia. Madrid: Imp. Manuel Galiano, 1859. Colección de memorias acerca del Estado del Instituto Cardenal Cisneros, precedida de una noticia histórica del establecimiento. Contiene treinta y una páginas de la noticia histórica y las memorias del Instituto publicadas de
350
BIBLIOGRAFÍA
manera independiente entre 1859 y 1877. Edición realizada para presentarse en la Exposición Universal de París. Madrid: Imprenta y Estereotipia de Aribau. 1878. COLMEIRO, Miguel, La botánica y los botánicos de la Península hispano-lusitana. Madrid: Imp. y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1858. Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las Sesiones celebradas y publicadas por la Sociedad del Fomento de las Artes. Madrid: Librería de D. Gregorio Hernando, 1882. CORNOLDI, Padre: Examen crítico de la historia de los conflictos entre la religión y la ciencia. Madrid: Imp. Maroto, 1878. DÍAZ RUBIO, Vicente, Consideraciones acerca del escalafón de los catedráticos de Instituto de Segunda Enseñanza, Cádiz, Imp. de la Revista Médica, 1866. Discurso inaugural en el acto solemne de apertura del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Segovia, verificado el 1 de octubre de 1848. Segovia: Imprenta Sobrinos de España, 1848. Discurso inaugural que en la solemne apertura del curso académico de 1872 a 1873 leyó D. Luis Pau y Boneten el Instituo provincial de Segunda Enseñanza de Baleares. Palma: Imprenta de Felipe Guasp y Vicens, 1872. DOYERE, M. L: Lecciones de Historia Natural traducidas al castellano por D. Lucas de Torno y Matamoros. Madrid: Establecimiento Tipográfico-Literario Universal, 1847. Escalafón general de los catedráticos de Instituto de segunda enseñanza en fecha 1 de enero de 1861, Madrid, Imprenta Nacional, 1862. Escalafón general de los catedráticos de Instituto de segunda enseñanza en 1 de enero de 1866, Madrid, Imprenta Nacional, 1866. Proyecto de escalafón de antigüedad. Escalafón general de los catedráticos de Instituto de segunda enseñanza en enero de 1878, Madrid, Imp. Nacional de Sordomudos, 1878. Escalafón de antigüedad de los catedráticos de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Impr. La Publicidad, 1849. Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Ministerio de Comercio, 1851. Escalafón de antigüedad de los catedráticos de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Imp. del Ministerio de Gracia y Justicia, 1855. Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: E. Raso López, 1856. Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Impr. Nacional, 1857.
BIBLIOGRAFÍA
351
Escalafón de antigüedad de los catedráticos numerarios de las Universidades del Reino, según el lugar que cada uno de ellos le corresponde. Madrid: Impr. del Ministerio de Comercio, 1859. Estadísticas de la Universidad Central en los cursos académicos de 1853 a 1854 y 1854 a 1855 [s.l: sn., s.a] 4p., + 1 h., plegable. FERNÁNDEZ, Félix Miguel: Gramática Elemental Latina, elaborado con arreglo al Programa de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. M. Rivadeneyra, 1848. FERNÁNDEZ CASTROVERDE, Carlos: Discurso inaugural leído en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Barcelona en la apertura del curso de 1869 a 1870. Barcelona: Imp. Celestino Verdaguer, 1869. FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel: El futuro de Madrid. Paseos Mentales por la capital de España tal cual es, tal cual debe dejarla transformada la revolución, Imprenta Biblioteca Universal Económica, 1868. — Guía de Madrid. Madrid: Monterrey Edics, 1982 (facsímil de la edición de 1876). — La Asamblea Constituyente de 1868. Biografías de los representantes de la nación. Madrid: Imp. Tomás Rey, 1869. FERNÁNDEZ-VALLÍN, Acisclo: La Instrucción popular en Europa. Rectificación del Mapa de Mr. J. Manier publicado con motivo de la última exposición de París de 1867. Madrid: Imprenta Aribau y Cia, 1878, nueva edición, 24 p + índice + mapa. FUENTE, Vicente de la: El juramento a la Constitución exigido al profesorado español en 1870. Madrid: Segundo Martínez, 1871. — La enseñanza tomísta en España. Noticia de las Universidades, Colegios y Academias tomistas, con las Fundaciones de ellas y sus cátedras principales. Madrid: Imp. a cargo de R. P. Infante, 1874. — Historia de la Iglesia católica. Barcelona: Librería Religiosa, 1876, 6 vols. GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Elementos de Historia Natural: Curso primero Geología, Mineralogía, Petrografía, Geotecnia, Geología dinámica y Geología histórica. Madrid: Vda. de Hernando y Cía., 1894. — Manual de historia natural. Madrid: Imprenta de Santiago Aguado, 1848, 1849, 1853, 1856, 1860, 1865, 1878, 1883 y 1888, 9.ª y última edición. — Museo Pintoresco de Historia Natural. Los tres reinos de la Naturaleza, con todos los descubrimientos posteriores hasta el día bajo la dirección de D. M. M. J. de Galdo e ilustrada con una magnífica y numerosa colección de láminas en vista del natural, y los planos del Gabinete de Historia Natural y del Jardín Botánico de Madrid. Madrid: Imprenta de Gaspar y Roig, Editores, 1857. GIL DE ZÁRATE, Antonio: De la instrucción pública en España. Oviedo: Pentalfa, 1995.. GÓMEZ RANERA, Alejandro: Historia de España desde su origen. Madrid: Imprenta Alejandro Gómez Fuentenebro, 1853.
352
BIBLIOGRAFÍA
GÓMEZ SANTAMARÍA, Alberto: Biografías de los diputados a Cortes de la Asamblea constituyente de 1869 con retratos de los mismos perfectamente litografiados por los principales artistas de esta capital, redactada por una sociedad de literatos. Madrid: Imp. de Tomás Alonso, 1869. GONZÁLEZ SOTO, Julián: Discurso en que se aprueba que la Segunda Enseñanza deben darse mayor importancia a las Ciencias de Aplicación que a las Letras y Ciencias Abstractas, leído el 2 de julio de 1849 al dar principio a los exámenes. Madrid: Imp. J. M. Alonso, 1849. JOVELLANOS, Gaspar Melchor: «Oración sobre el estudio de las Ciencias Naturales», en: Obras Selectas. Zaragoza, Ebro, 1972. KANT, Emmanuel: Lo bello y lo sublime. Ensayo de estética y moral. Madrid: Espasa Calpe, 1937. — Pedagogía, Akal (Básica de Bolsillo), 2003. LABRA, Rafael María: El Ateneo de Madrid. Sus orígenes, desenvolvimiento, representación y porvenir. Madrid: Imp. Aurelio J. Alaria, 1878. LAVERDE, Gumersindo: «Nivelación de los Institutos de Segunda Enseñanza» en: Ensayos críticos sobre Filosofía y Literatura e Instrucción Pública. Lugo: Imp. Sto. Freire, 1865. Los Diputados pintados por sus hechos: Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por sufragio universal en las constituyentes de 1869. Recopilado por distinguidos literatos y seguido de un resumen histórico de las causas y efectos de la revolución española hasta el día en que las Cortes decidan la definitiva forma de Gobierno que ha de regir la Nación, ilustrada con retratos en litografía por Santiago Llanta. Madrid: Imp. R. Labajos, 1869-1870. MADOZ, Pascual: Madrid: Audiencia, provincia, intendencia, vicaria, partido y villa por Pascual Madoz. Madrid: Giner, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846-1850), 1981. Memoria sobre la creación del Instituto de Segunda Enseñanza de la ciudad de Orense en la inauguración del día 1 de noviembre de 1845, Orense, Imp. Craveo Paz, 1845. Memoria acerca del estado del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Jerez de la Frontera, leída en el acto solemne de apertura del curso 1861 a 1862 por Don Julián Pérez Muro, director de este establecimiento de Jerez, Jerez, Imprenta Guadalete, 1861. Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito en el curso de 1858 a 1859; Anuario de 1859 a 1860 conforme a los artículos 26 y 27 del Reglamento General Administrativo y a la Orden de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. Ducazcal, 1859. Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito en el curso de 1859 a 1860; Anuario de 1860 a 1861 conforme a los artículos 26 y 27 del Reglamento General Adminis-
BIBLIOGRAFÍA
353
trativo y a la Orden de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. Ducazcal. 1861. Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito en el curso de 1864 a 1866; Anuario de 1866 a 1867 conforme a los artículos 26 y 27 del Reglamento General Administrativo y a la Orden de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1867. Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad Central y en los establecimientos de su distrito durante el curso de 1867 a 1868; Anuario de 1867 a 1868 conforme a los artículos 26 y 27 del Reglamento General Administrativo y a la Orden de la Dirección General de Instrucción Pública. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1868. Memoria-Anuario de la Universidad Central del curso 1877 a 1878 que se publica con arreglo a la Real Orden del 15 de agosto, acompañada de la Oración Inaugural pronunciada en la solemne apertura del curso de 1877 a 1878. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1877. Memoria acerca del estado del Instituto de Segunda Enseñanza de San Isidro de Madrid, incorporado a la Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1859 por el doctor D. Mariano de Huerta, catedrático de Geografía e Historia y vicedirector del mismo, en el acto solemne de la apertura del curso de 1859 a 1860. Madrid: Imprenta de J. M. Ducazcal, 1859. Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase de San Isidro de Madrid, incorporado a la Universidad Central, leída el día 16 de septiembre de 1860 por el licenciado D. Francisco Vallespinosa y Bustos, catedrático de Matemáticas y vicedirector del mismo, en el acto solemne de la apertura del curso de 1860 a 1861. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1860. Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase de San Isidro de Madrid (Antiguos Reales Estudios del mismo nombre), leída el día 16 de septiembre de 1860 por el director y catedrático de Psicología, Lógica y Ética del mismo doctor D. Juan Antonio de la Corte y Ruano-Calderón. en el acto solemne de la apertura del curso académico de 1861 a 1862. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1861. Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª clase de San Isidro de Madrid (antiguos reales estudios del mismo nombre), leída el día 16 de septiembre de 1860 por el director y catedrático de Psicología, Lógica y Ética del establecimiento D. Juan Antonio de la Corte y Ruano-Calderón, Marqués de la Corte, en el acto solemne de la apertura del curso académico de 1868 a 1869. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1868. Memoria acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre), en el curso de 1869 al 1870 por el vicedirector y catedrático de Matemáticas del establecimiento D. Francisco Vallespinosa
354
BIBLIOGRAFÍA
y Bustos, doctor en Ciencias. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1870. Memoria acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre), leída el día 1 de octubre de 1870 por el director y catedrático de Historia Natural del establecimiento Dr. D. Sandalio de Pereda y Martínez, académico numerario de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de la de Medicina, en el acto solemne de la apertura del curso de 1870 a 1871. Madrid: Imprenta de D. Alejandro Gómez Fuentenebro, 1871. Memoria acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (antiguos estudios del mismo nombre), leída el día 1 de octubre de 1871 por el director y catedrático de Historia Natural del establecimiento Dr. D. Sandalio de Pereda y Martínez, académico numerario de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de la de Medicina, en el acto solemne de la apertura del curso de 1871 a 1872. Madrid: Oficina tipográfica del Hospicio, 1871. Memoria-Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre) de 1871 a 1872 leído en la inauguración del curso de 1872 a 1873. Madrid: Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1872. Memoria-Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre) de 1872 a 1873 leído en la inauguración del curso de 1873 a 1874. Madrid: Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1873. Memoria-Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre) de 1873 a 1874, leído en la inauguración del curso de 1874 a 1875 por el licenciado en Jurisprudencia D. Mariano Muñoz y Herrera, secretario interino del establecimiento. Madrid: Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1874. Memoria-Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos Estudios del mismo nombre) de 1874 a 1875, leído en la inauguración del curso de 1875 a 1876 por el licenciado en Jurisprudencia D. Mariano Muñoz y Herrera, secretario interino del establecimiento. Madrid: Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1875. Memoria-Apuntes en defensa del derecho que asiste al Instituto de 2.ª enseñanza y 1.ª clase de San Isidro de Madrid para poseer y reivindicar todos los bienes y rentas de los estudios reales del mismo nombre, por el doctor D. Juan Antonio de la Corte y Ruano-Calderón, director y catedrático propietario de Psicología, Lógica y Ética del referido Establecimiento. Madrid: Imprenta de Alejandro Gómez Fuentenebro, 1864. MENDIVE, José: La religión católica: vindicada de las imposturas racionalistas. Madrid: Librería Católica de Gregorio del Amo, 1887. MERELO CALVO, Manuel: Lecciones elementales de Historia Universal por el catedrático de esta asignatura en el Instituto Cardenal Cisneros. Madrid: Saenz de Jubera, Hermanos editores.
BIBLIOGRAFÍA
355
— La reforma de la segunda enseñanza. Cartas que deben perderse. Madrid: Romero, impresor, 1894. MESONEROS ROMANOS, Ramón: Memorias de un sesenton. Madrid: Castalia (Clásicos Madrileños), 1994. — El Antiguo Madrid. Paseos históricos-anecdóticos por las calles y casas de esta villa. Madrid: Trigo ediciones, 2000. — Manual de Madrid. Madrid: Fernando Plaza, 1990 (facsímil de la edición de 1833). MILME, Edwars: Cours Elementaire d’histoire Naturalle. París: Imprimerie A. Lahure, 1886. MINTEGUIAGO, P. Venancio María: La Moral independiente y los principios del derecho nuevo. Madrid: Imp. Asilo Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1868. MONLAU, Pedro Felipe: «Madrid en la mano o el amigo del forastero» en Madrid y sus cercanía. Madrid: Impr. Gaspar y Roig, 1850. ORTEGA Y ESPINOS, José: catedrático de latín y castellano y director del Instituto de Barcelona. Discurso Inaugural leído el 1.º de octubre de 1871 en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Barcelona en el solemne acto de la apertura del curso académico de 1871 a 1872. Barcelona: Imp. de Tomás Gorchs, 1871. ORTÍ LARA, Juan Manuel: La sofistería democrática, Granada, J. M. Zamora, 1861. — Ética o Filosofía moral. Madrid: Imp. Vda. e Hijo de E. Aguado, 1881, 8.ª edición revisada. — El catecismo de los textos vivos. Madrid: Biblioteca de la Ciencia Cristiana, 1884. — Discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en la recepción pública de Ortí Lara el 23 de abril de 1899. Madrid: Imp. San Francisco de Sales, 1899. — Teorías opuestas entre si acerca del Estado y su fin según que proceden del concepto de evolución ó del concepto de la creación: discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en la recepción pública del Sr. D. Juan Manuel Orti y Lara el día 23 de Abril de 1899. Madrid: Impr. de San Francisco de Sales, 1899. PAGES DEL CORRO, Francisco: La unidad católica, única solución de la cuestión religiosa de 1869. Sevilla: Imp. D. A. Izquierdo, 1869. PALACIO VALDÉS, Armando: Los oradores del Ateneo. Semblanzas y perfiles. Madrid: Casa Editorial Medina, 1872. PEÑASCO DE LA PUENTE, Hilario: Páginas de Historia de Madrid. Madrid: Fernando Fe, 1891. PEREDA, Sandalio: Estado académico, económico y material científico del Instituto de San Isidro en colección de Memorias con breve reseña preliminar. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1876.
356
BIBLIOGRAFÍA
Programas para las asignaturas de Segunda Enseñanza mandadas observar por SM. en todos los Institutos, Seminarios y Colegios del Reino. Madrid: Imp. Nacional, 1850. REVILLA, José de la: Breve reseña acerca del estado presente de la Instrucción Pública en España con relación especial a los estudios de Filosofía. Madrid: Imp. Fundición y Librería de Aguado, 1854. RÍOS Y MARQUES, Ramón: Discurso inaugural leído en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Provincia de Álava en la solemne apertura del curso académico del día 1 de octubre de 1852. Vitoria: Imp. Viuda Monleli e Hijos, 1853. RUIZ QUEVEDO, Manuel: La Cuestión Universitaria. Documentos coleccionados referentes a los profesores separados, dimisionarios y suspensos. Madrid: Imp. Aurelio J. Alarcia, 1876. SÁNCHEZ DE LA CAMPA, Juan Miguel: Historia filosófica de la Instrucción Pública en España. Burgos: Timoteo Arnáiz, 1871-1974. 2 vols. SÁNCHEZ ORTIZ, Modesto y BERÁSTEGUI, Fermín: Las primeras cámaras de la Regencia. Datos electorales, estadísticos y biográficos. Madrid: Imp. Enrique Rubiños, 1886. SANTIESTEBAN, Mariano: Breve historia de los gabinetes de Física y Química del Instituto de San Isidro de Madrid por el catedrático de la misma. Madrid: Imp. de la Viuda de Aguado, 1875. SANZ DEL RÍO, Julián: Programa para la enseñanza de Psicología, Lógica y Ética. Madrid: Imp. de Galiano, 1892. SUAÑA CASTELLET, Hemeterio: Curso Teórico-práctico de latinidad. Madrid: Imprenta de la Compañia de Impresores y Libreros, 1870, 2.ª edición compendiada. — Discurso inaugural que para la apertura del curso académico de 1872 a 1873 del Instituto del Noviciado compuso el catedrático de Latín y Castellano del mismo Instituto con arreglo al decreto del 15 de marzo de 1872. Sobre la importancia del lenguaje en general y en particular de la lengua latina como sólida base en que debe asentarse toda la instrucción así científica como literaria. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1872. — Elogio del Cardenal Cisneros, leído en la solemne función académica que en memoria suya y patriótico recuerdo el 26 de mayo de 1878 el Instituto del que es titular bajo la presidencia del ministro de Fomento-Sr. Conde de Toreno, antiguo alumno del Instituto. Madrid: Impr. y Ester. de Aribau y Cía., 1878. — Breve noticia histórica del Instituto del Cardenal Cisneros en Colección de Memorias acerca del estado del Instituto. Madrid: Imprenta y Estereotipia de Aribau y Cía. (Sucesores de Rivadeneyra), 1878. TEBAR, Pedro E. y OLMEDO, José: Las Segundas Cortes de la Restauración. Semblanzas parlamentarias. Senado. Madrid: Imp. de Manuel G. Hernández, 1880.
BIBLIOGRAFÍA
357
TORREMOCHA, Gregorio: Guía de los Jefes de Familia o instrucción de cuanto es indispensable que sepan para dirigir con acierto a sus hijos acerca de las cuarenta carreras que hay en España. Madrid: Imp. Manuel Anoz, 1859. VIDAL, Cristóbal: Resúmenes de los Discursos Inaugurales del curso 1872 a 1873 en los Institutos de Segunda Enseñanza. Vitoria: Imprenta Hijos de Mantelli, 1873. WEBER, Georg: Compendio doctrinal de la Historia Universal hasta 1851, traducido, ampliado en general y en relación a España por Sanz del Río. Madrid: Imprenta Nacional, 1856. — Historia Contemporánea de 1830 a 1872. Madrid: F. Góngora y Compañía, 1876, traducido al castellano, anotado y aumentado con un «Apéndice histórico» por Merelo Calvo, Manuel. Obras publicadas con posterioridad al periodo estudiado ABELLÁN, José Luis: Historia crítica del pensamiento español. Madrid: Espasa Calpe, 1978. ÁLVAREZ SIERRA, José: Diccionario de Autoridades Médicas. Madrid: Editora Nacional, 1963. AYALA, María Ángeles: «Una decena de cuentos», primera recopilación de Cuentos de Campillo y Correa, en: el Cuento Español en el siglo XIX. Autores raros e olvidados. En: Scriptura, Jaume Pont, Ed. Universitat de Leida, 2001. AZAÑA, Manuel: El Jardín de los Frailes. Madrid: El País, 2003. AZCÁRATE, Gumersindo: La Cuestión Universitaria 1875. Epistolario de Francisco Giner, G. de Azcárate y N. Salmerón. Madrid: Tecnos, 1967. BALLESTEROS ROBLES, Luis: Diccionario Biográfico Matritense. Madrid: Imp. Municipal, 1912. BARATAS DÍAZ, Luis Alfredo: Introducción y desarrollo de la Biología experimental en España entre 1868 y 1936. Madrid: CSIC, Cuadernos Galileo de Historia de las Ciencias, 1997. BAROJA, Pío: «Desde la última vuelta del camino en Familia, Infancia y Juventud» en Obras Completas. Madrid: Biblioteca Nueva, 1948. BÉCQUER, Gustavo Adolfo y MOMBELA, Julio: Bécquer. Páginas desconocidas, Recopilación de Fernando Iglesias Figueroa. Madrid: Renacimiento, s/f. BENAVENTE, Jacinto: Recuerdos y Olvidos. Madrid: Aguilar (Crisol), 1959. CABALLÉ, Anna: Narcisos de tinta. Ensayos sobre la literatura autobiográfica en lengua castellana ss. XIX y XX. Madrid: Megazul, 1992. CACHO VIU, Vicente: La Institución Libre de Enseñanza. I. Orígenes y etapa universitaria (1860-1881). Madrid: Rialp, 1962. CADALSO, José: Los eruditos a la violeta. Zaragoza, Ediciones Ebro, 1967. CAPITÁN DÍAZ, Alfonso: La Educación en la I República Española (1873), Valencia: Nau Llibres, 1997.
358
BIBLIOGRAFÍA
CARR, Raymond: España 1808-1939, Barcelona: Ariel, 1970. CASCALES Y MUÑOZ, José: Sevilla intelectual. Sus escritores y artistas contemporáneos. Setenta y cinco biografías de los mejores ingenios hispalenses y apéndice con estudios bibliográficos y críticos. Madrid: Librería de Victoriano Suárez, 1896. COMÍN COLOMER, Eduardo: La Masonería en España. Apuntes para una interpretación masónica de la historia patria. Madrid: Editora Nacional, 1944. CORTEZO, Carlos María: Paseos de un solitario. Madrid: Ruiz Hermanos Editores, 1923. CUENCA, Francisco: Biblioteca de Autores Andaluces modernos y contemporáneos. La Habana: Tipología Moderna, 1921. CUENCA TORIBIO, José Manuel y MIRANDA GARCÍA, Soledad: El poder y sus hombres. ¿por quienes hemos sido gobernados los españoles (1705-1998). Madrid: Actas, 1998. DELGADO CRIADO, Buenaventura: Los primeros institutos de segunda enseñanza en Pasado, presente y futuro de la educación secundaria en España. Sevilla: Kronos, 1996. Coordinado por Nieves García Gómez. DIEZ DE LA GUARDIA, Emilio: Educación y desarrollo de las Enseñanzas Medias en España. Un conflicto político-pedagógico. Madrid: CIDE, 1988. DURÁN LÓPEZ, Fernando: Catálogo comentado de la autobiografía española (s. XVIII y XIX). Madrid: Ollero Ramos, 1997. ELÍAS DE MOLINS, Antonio: Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Escritores y artistas catalanes. Barcelona: Imp. Fidel Giró, 1889. 2 vols. ESPERABÉ DE ARTEAGA, Enrique: Diccionario enciclopédico, ilustrado y crítico de los hombres de España. Madrid: Gráficas Ibarra, 1946-1947, con prólogo del Conde de Romanones. FERNÁNDEZ MONTAÑA, José: Syllabus de Pío IX con la explicación debida y la defensa científica de la condenación de sus proposiciones. Madrid: Imp. Gabriel del Homo, 1905. GARCÍA ALIX, Antonio: Disposiciones dictadas para la reorganización de la Enseñanza. Madrid: Imp. del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos, 1900. GARCÍA MERCADAL, José: Antología de los Humoristas españoles del siglo I al XX. Madrid: Aguilar, 1961. GIL CREMADES, Juan José: El Reformismo español: krausimo, escuela histórica, neotomismo. Barcelona: Ariel, 1969. GINER DE LOS RÍOS, Francisco: «Plan de un curso de principios elementales de literatura 1867», en: Obras Completas. Madrid: Espasa Calpe, 1929, tomo III. — «La Universidad Española», en: Obras completas. Madrid: Espasa Calpe, 1929.
BIBLIOGRAFÍA
359
— Ensayos menores sobre educación y enseñanza. Madrid: Imp. Julio Cosano, 1927. GÓMEZ DE LA SERNA, Ramón: Automoribundia (1888-1948). Madrid: Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg, 1998. — Historia de la Puerta del Sol. Madrid: Méndez Molina-Almarabú, 1987. GÓMEZ MOLLEDA, María Dolores: Los reformadores de la España contemporánea. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Escuela de Historia Moderna), 1981. GÓMEZ RODRÍGUEZ DE CASTRO, Federico: «De la Didáctica a la matética», en: Historia de la educación. Salamanca: Revista Interuniversitaria, Ediciones Universidad de Salamanca n.º 17, 1998. — «El Concepto de Formación General en Giner», Revista Complutense de Educación, Vol. III, n.os 1 y 2. Madrid: Editorial Complutense, 1992. GOMIS BLANCO, Alberto: «La Biología en el siglo XIX», en: Historia de la Ciencia y de la Técnica. Madrid: Akal, 1994. GONZÁLEZ BUENO, Antonio: «Los sistemas de clasificación de los seres vivos», en: Historia de la Ciencia y de la Técnica. Madrid: Akal, 1994. GONZÁLEZ MONTERO, G. y TALAVERA IRIARTE: El Instituto del Cardenal Cisneros. 150 años Historia. Memoria documental y gráfica. Madrid: Marín Álvarez Hnos., 1995. GUEREÑA, Jean Louis: «Associations Culturelles pour ouvriers et artisans a Madrid (1847-1872)», en: Culture et Société en Espagne et en Amérique latine au XIXe siècle. Lille Centre d’Etudes Ibériques et Ibéro-américaines du XIXe sè de l’Université de Lille III, 1980. HEREDIA SORIANO, Antonio: La política docente del Sexenio y su filosofía subyacente en Educación e Ilustración. Dos siglos de Reforma de la Enseñanza. Madrid: Centro de Publicaciones del MEC, CIDE. 1988. HERNÁNDEZ SANDOICA, Elena: La Universidad de Madrid en el siglo XIX. Una aproximación histórica, en Madrid en la sociedad del siglo XIX. Madrid: Comunidad de Madrid, Consejería de Cultura, 1986. Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros (I Centenario). Madrid: Diana, 1945. ISERN, Damián: Ortí Lara y su época. Estudio sociológico-necrológico. Madrid: Imp. Asilo de Huérfanos, 1904. JIMÉNEZ LANDI, Antonio: La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia/Universidad Complutense/Univesidad Barcelona/Universidad de Castilla-La Mancha, 1996, 4 vols. LÓPEZ ARANGUREN, José Luis: Moral y Sociedad. La moral social española en el siglo XIX. Madrid: Cuadernos para el Diálogo, 1974. LÓPEZ ESTRADA, Francisco: Campillo y Trueba, predecesores de Bécquer en la pregunta ¿Qué es la poesía? Tirada aparte de Homenaje a la Memoria de Antonio Rodríguez-Moñino, 1910-1970, Madrid, Castalia, 1975. LÓPEZ MORILLAS, Juan: El Krausismo español. México: Fondo de Cultura Económica, 1970.
360
BIBLIOGRAFÍA
LÓPEZ PIÑERO, José Luis: La anatomía comparada antes y después del darwinismo. Madrid: Akal, 1992. MARTÍ GILABERT, Francisco: La cuestión religiosa en la revolución de 1868 a 1874. Madrid: Editora Mundial, 1989. MENÉNDEZ BEJARANO, Mario: Historia de la Filosofía en España hasta el siglo XX. Madrid: Renacimiento, 1927. MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los heterodoxos españoles. Madrid: La Editorial Católica, 1978. — «Estudios literarios», en: Obras Completa. Madrid: Fortuny, 1933. MIRALLES, José: Santo Tomás de Aquino y el moderno régimen constitucional. Madrid: Biblioteca de la Ciencia Cristiana, 1890. MONLEÓN, José: «Un canario en América», en las Jornadas Canarias-América, Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canarias, 1992. MONTERO, Carlos de: Biografías de hombres célebres. Madrid: Blass y Cía., 1916. MORAYTA, Miguel: Masonería Española. Páginas de su historia. Memoria leída en la Asamblea del Grande Oriente Español de 1915 por el Gran Maestro. Madrid: Establecimiento tipográfico Paisaje del Comercio, 1915. — Historia general de España desde los tiempos antehistóricos hasta nuestros días. Madrid: Felipe González Rojas, 1898. NÚÑEZ, Clara Eugenia: La fuente de la riqueza. Educación y desarrollo en la España contemporánea. Madrid: Alianza, 1992. OLLERO TASSARA, Andrés: Filosofía del derecho como contrasecularización, Ortí Lara y la reflexión jurídica del XIX. Granada: Universidad Departamento de Filosofía del Derecho (colección Monográfica Universal de Granada), 1974, v. 27. OSORIO Y BERNARD, Manuel: Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX. Madrid: Moreno y Rojas, 1883. — Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX. Madrid: Imp. y litografía de J. Palacios, 1903-1904. OSSORIO Y GALLARDO, Ángel: Diccionario político español, histórico y biográfico (desde Carlos V hasta 1936), Buenos Aires, Mundo Atlántico (Los diccionarios de nuestro tiempo), 1945. — Mis memorias. Madrid: Tebas, 1956. — Diccionario político español, histórico y biográfico (desde Carlos V hasta 1936), Buenos Aires, Mundo Atlántico (Los diccionarios de nuestro tiempo), 1945. OZOUF, Mona: L’École, l’Église et la République, 1871-1914. Paris: Éditions Cana/Jean Offredo, 1982. PALAU DULCET, Antonio: Manual del librero hispanoamericano: bibliografía general española e hispanoamericana desde la invención de la imprenta hasta nuestros tiempos: con el valor comercial de los impresos descritos, Barcelona, Librería Palau, 1848-1977, 28t.
BIBLIOGRAFÍA
361
PELAYO, Francisco: «Las teorías geológicas y paleontológicas durante el siglo XIX», en: Historia de la Ciencia y de la Técnica. Madrid: Akal, 1994. PÉREZ DE ALHAMA, Juan: La Iglesia y el Estado Español. Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1967. PÉREZ GALDÓS, Benito: Fortunata y Jacinta. Madrid: Hernando, 1979, 13.ª edición. — «Adolfo Camús, Alfredo. Memorias de un desmemoriado», en: Recuerdos y Memorias. Madrid: Tebas, 1975. PÉREZ VIDAL, José: V. Fernández Ferraz, Un krausista español en América, Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria. 1986. PIÑUELA, E.; MEANA, F. y otros: El Concordato de 1851 y disposiciones complementarias siguientes. Madrid: Edt. Rev. (S.A.), Manuales Reus de Derecho, t. XXXVI, pp. 225-227. PONTEIL, Felix: Histoire de l’enseignement en France: les grandes etapes, 1789-1964. Paris: Sirey, 1966. PRISCO, José: Filosofía del Derecho fundada en la ética. Madrid: Miguel Guijarro, 1891. PROST, Antoine: Histoire de l’enseignement en France 1800-1967. Paris: Libraire Armand Colin, 1968. PUELLES BENITEZ, Manuel de: Historia de la Educación en España. Tomo I: De las Cortes de Cádiz hasta la Revolución de 1868. Madrid: Ministerio de Educación, 1979. — Educación e ideología en la España Contemporánea, Madrid, Tecnos, 1999. RAMÍREZ DE ARELLANO, Rafael: Ensayo de un catálogo biográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba. Con descripción de sus obras. Madrid: Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1992. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Relación de Académicos desde el año 1847 hasta el 2003. Madrid: Realigraf, 2003. RÉPIDE, Pedro de: Las Calles de Madrid. Madrid: Dionisio Aguado, S.A. 1881. RÍOS RUIZ, Manuel: Diccionario de escritores gaditanos. Cádiz: Instituto de Estudios gaditanos, Diputación Provincial, 1973. RUIZ BERRIO, Julio: La cultura escolar de Europa. Tendencias emergentes, Memoria crítica de Educación, Madrid: Biblioteca Nueva, 2000. Colección dirigida por Escolano Benito. SAINZ DE ROBLES, Federico C.: Ensayos de un Diccionario de Escritores Españoles e Hispanoamericanos, 1953, 2.ª edición. — Madrid. Crónica y Guía de una ciudad simpar. Madrid: Espasa Calpe, 1962. SAINZ RODRÍGUEZ, Pedro: Testimonios y Recuerdos, Barcelona: Planeta, 1978. Con prólogo de José María Areiza y epílogo de Luis María Ansón. SANZ DÍAZ, Federico: La segunda enseñanza oficial en el siglo XIX. Madrid: Servicios de Publicaciones del MEC (Breviarios de Educación), 1985. SIMÓN DÍAZ, José: Historia del Colegio Imperial de Madrid (del Estudio de la Villa a Instituto de San Isidro. Años 1346 a 1955). Madrid: Instituto de Estudios Madrileños, 1992.
362
BIBLIOGRAFÍA
SIMÓN PALMER, María Carmen: La enseñanza privada seglar en Madrid (1820- 1868). Madrid: Instituto de Estudios Madrileños, 1972. SUÁREZ, Constantino: Escritores y artistas asturianos. Índice bibliográfico. Madrid: Imp. Sáez Hermanos, 1936-1959, 7 v. TARDIEU, Ambrosio: Diccionario de Higiene Pública y salubridad. Madrid: E. Rubiños, 1886, traducido por José Sáenz y Criado. TERRÓN, Eloy: Sociedad e ideología en los orígenes de la España contemporánea. Barcelona: Península, 1978. TIANA FERRER, Alejandro: La investigación histórica-educativa actual. Enfoque y métodos. Madrid: Cuadernos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1988. — La Educación hoy: una mirada a las políticas de mercado en Educación coordinado por Aurora Ruiz. — La Escuela pública. El Papel del Estado en la educación. Madrid: Biblioteca Nueva, 2002. TURÍN, Yvonne: La educación y la escuela en España de 1874-1902. Liberalismo y tradición. Madrid: Aguilar, 1967. UTANDE IGUALADA, Miguel: Planes de Estudios de Enseñanza Media. Madrid: Dirección General de Enseñanza Media, 1964. URQUIJO GOITÍA, José Ramón: Gobiernos y ministerios españoles (1808-2000). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Biblioteca de Historia), 2000. VALERA, Juan: «Estudios críticos sobre filosofía y religión», en: Obras Completas. Madrid: Imp. Alemana, 1914. VALLE LÓPEZ, Ángela del: La Universidad Central y su distrito en el primer decenio de la Restauración Borbónica. Madrid: Consejo de Universidades, Secretaría General, 1990. VILLACORTA BAÑOS, Francisco: El Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid (1885-1912). Madrid: Centro de Estudios Históricos, 1985. VILLALAÍN BENITO, José Luis: Manuales escolares en España. Tomo II. Libros de texto autorizados (1833-1874). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1999. VIÑALS, Antonio: Estudios filosóficos y sociales sobre la enseñanza y educación en la cuestión religiosa. Con motivo de algunas conferencias dadas en el Ateneo de Madrid con una carta prólogo de J. M. Ortí Lara. Madrid: Est. Tip. a cargo de Atilano, 1903. VIÑAO FRAGO, Antonio: «Autobiografías, memorias y diarios como fuente histórica educativa» en: Ruiz Berrio: La cultura escolar de Europa. Tendencias emergentes, Memoria crítica de Educación, Colección dirigida por Escolano Benito. Madrid: Biblioteca Nueva, 2000. — Política y educación en los orígenes de la España contemporánea. Examen especial de sus relaciones de la enseñanza secundaria. Madrid: Siglo XXI de España, 1982.
BIBLIOGRAFÍA
363
— «La educación en el Sexenio (1868-1874). Libertades formales y libertades reales», en Anales de Pedagogía n. 3, 1985, pp. 87-102. Separata, Secretariado de Publicaciones e intercambio científico Universidad de Murcia. VIÑAO FRAGO: Antonio y GABRIEL, Narciso de: La investigación histórico-educativa. Tendencias actuales, Barcelona: Ronsel (Methodica), 1997. ZABALA, Pío: El Padre Claret, Retratos de una vida ejemplar. Madrid: Labor (Pro Ecclesia et Patria), 1936.
ÍNDICE DE TABLAS, GRÁFICOS E ILUSTRACIONES
Tablas y gráficos Tabla comparando el bachillerato moderno con el bachillerato clásico en el Instituto del Noviciado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla de alumnos matriculados en las asignaturas del sistema de bachillerato moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla comparativa entre el escalafón de catedráticos de universidad y los de segunda enseñanza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla de alumnos de instrucción primaria que se examinan para ingresar en el Instituto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla de la evolución de la matrícula de segunda enseñanza y grados . Tabla de la distribución de alumnos de segunda enseñanza por distritos universitarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gráfico de la distribución de alumnos de segunda enseñanza por distritos universitarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla de la situación del Instituto del Noviciado en el distrito de la Universidad Central por el número de alumnos matriculados . . . . Gráfico de la situación del Instituto del Noviciado en el distrito de la Universidad Central por el número de alumnos matriculados . . . . Tabla comparativa de la matrícula de segunda enseñanza del Instituto del Noviciado con la media nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla con la distribución de los alumnos matriculados por modalidades educativas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla con la distribución por edades de los alumnos matriculados . . Tabla de los datos generales de porcentajes de aprobados en segunda enseñanza y grado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
88 93 168 211 218 219 220 220 221 221 222 223 224
366
ÍNDICE DE TABLAS, GRÁFICOS E ILUSTRACIONES
Tabla de alumnos aprobados y suspensos sobre el número de presentados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla de distribución de notas entre los alumnos aprobados. . . . . . . Tabla de resumen de los ingresos y gastos desde el año 1845 a 1877 . . Tabla de distribución de los ingresos desde el año 1845 a 1877 . . . . Tabla de distribución de los gastos desde el año 1845 a 1877 . . . . . Tabla de colegios privados adscritos al Instituto del Noviciado en el Sexenio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabla de aspectos formales del Manual de Historia Natural del catedrático Galdo López de Neira según el orden cronológico de su publicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
224 226 252 253 254 286
308
Ilustraciones Plano elaborado por el arquitecto Jareño, en 1877 . . . . . . . . . . . . . Aula con galería de anfiteatro y plataforma rodeada de barandilla . . Plano y aulas del Instituto del Noviciado en la Universidad Central, elaborado por un alumno, en 1877 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Biblioteca del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. . . . . . . . . Ejemplares pertenecientes a los legados de las bibliotecas personales de los catedráticos Igual Merino y Commelerán Gómez . . . . . . . Vista general del Gabinete de Historia natural . . . . . . . . . . . . . . . . Materiales del Laboratorio de Física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Materiales para la enseñanza de la Agricultura . . . . . . . . . . . . . . . . Ilustraciones en el Manual de Historia Natural de Galdo López de Neira y su correspondencia con el Gabinete de Historia natural . . Retrato del catedrático de Historia natural Manuel María José Galdo López de Neira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Retrato del catedrático de Filosofía José María Rey de Heredia . . . . Retrato del catedrático de Filosofía Juan Manuel Ortí Lara . . . . . . . Retrato del catedrático de Matemáticas Juan Cortázar Abasolo . . . . Retrato del catedrático de Matemáticas Acisclo Fernández Vallín y Bustillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Retrato del catedrático de Geografía e Historia Francisco Verdejo Páez . Retrato del catedrático de Geografía e Historia Manuel Merelo Calvo . Retrato del catedrático de Dibujo Alberto Commelerán Gómez . . . . Retrato del catedrático de Literatura Narciso Campillo y Correa . . . Retrato del catedrático de Latín Francisco Andrés Commelerán Gómez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
248 249 250 265 265 269 272 276 314 368 375 378 389 393 396 398 410 416 423
ANEXO
Formación, publicaciones y proyección social de los profesores del Instituto del Noviciado de Madrid Concebimos el Instituto del Noviciado como una institución docente en su momento viva, palpitante, con iniciativa, escenario real donde se desarrolla la acción educativa, y en el que los profesores representan un papel principal. Son profesionales de la enseñanza que contribuyen con su esfuerzo, tenacidad y constancia a la formación de sus alumnos, pero también a la consolidación de las enseñanzas medias en la segunda mitad del siglo XIX en nuestro país. Lo hicieron tanto desde la docencia y la publicación de manuales escolares como desde la prensa, la política, el Ateneo y las reales academias. Muchos de ellos creyeron que era posible mejorar la educación y esto motiva su compromiso decidido desde todos los foros posibles. Pese a ello, sus nombres no han resonado en nuestra historia educativa. Es inútil buscar sus semblanzas en los manuales de historia de la pedagogía. A decir verdad, es difícil encontrar en el acervo común de nuestro país el nombre de un catedrático de bachillerato, sin embargo, cada uno de nosotros, individualmente, recordamos un profesor que en la adolescencia nos deslumbro, del que admiramos su conocimiento de la materia, su capacidad para transmitirla o su autoridad moral; con éste profesor de alguna forma nos llegamos a identificar. Sean cuales sean las razones para este silencio social creemos que son sólo un aspecto más del olvido generalizado de la historia la segunda enseñanza en nuestro país, y descubrimos que es en la memoria de los estudiantes donde pervive con más fuerza el profesor de instituto, con-
368
ANEXO
virtiéndose este recuerdo personal casi en las únicas huellas de la historia educativa de generaciones de personas. Rescatar del pasado educativo a los profesores del Instituto del Cardenal Cisneros es un acto de justicia necesario y oportuno. Necesario porque recupera parte de la memoria educativa y con ello evitamos uno de los olvidos más clamorosos de la historia de la educación, oportuno, ya que en nuestro país, en los momentos actuales, asistimos nuevamente a varias reformas consecutivas de la educación secundaria, y reconstruir la prosopografía de estos catedráticos, sus carreras docentes, sus aportaciones, sus publicaciones nos permiten explicar el presente de esta etapa y, sobretodo, proyectar el futuro. 1. El catedrático de Historia natural Manuel María José Galdo López de Neira (Madrid, 1825 - Madrid, 1895) Galdo López de Neira nace y muere en Madrid. A esta ciudad y al Instituto del Cardenal Cisneros dedica más de cincuenta años de su vida. En estas páginas destacamos su papel como catedrático, como autor del primer manual escolar publicado en lengua castellana para la asignatura de Historia natural y como político firme defensor de la sanidad civil y la instrucción pública.
Retrato del catedrático de Historia natural Manuel María José de Galdo López de Neira. Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
ANEXO
369
La formación académica de Galdo López de Neira es la que corresponde a los intelectuales de su época, en primer lugar es doctor en Ciencias, más tarde obtiene las licenciaturas en Medicina y Cirugía y en Leyes y finalmente obtiene el título de regente de primera clase en Ciencias por la Universidad Central. Por lo que se refiere a su carrera docente y experiencia profesional1 recordamos que comienza como profesor ayudante encargado de la clasificación, arreglo e inventario del Gabinete de Historia natural del Museo de Ciencias de Madrid desde 1844 hasta 1848 y a la vez ejerce de catedrático interino de Nociones de Historia natural de los dos Institutos de Madrid agregados a la Facultad de Filosofía.2 Pese a que obtiene la cátedra de Mineralogía de la Universidad de Barcelona, plaza ganada por oposición, renuncia a ella a los diez días de su toma de posesión, añoraba Madrid. Desde ese momento hasta su fallecimiento ocupa la vacante de profesor encargado de la cátedra de Mineralogía, Zoología y Botánica de la Facultad de Ciencias de Madrid y la titularidad de catedrático de Historia natural, con cincuenta años de servicios en el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Este profesor se implica de forma activa en la organización y funcionamiento del Instituto al ocupar los cargos de vicedirector desde el 3 de noviembre de 1868 hasta el 30 de abril de 1881, director interino desde el 1 de mayo al 1 de septiembre de 1881, director en propiedad, por real orden del 2 de septiembre de 1881 hasta su fallecimiento el 19 de julio de 1895. A ello se une que fue miembro de la Comisión de la Universidad Central que ha de estudiar los medios para el mantenimiento de la disciplina académica y el prestigio del profesorado, nombramiento que ejerce desde 1870. Ahora bien, Galdo López de Neira simultanea el ejercicio de la docencia con la medicina y la política, y es precisamente en los cargos fuera de la Institución donde se nos muestra como un personaje polifacético. Verdadero protagonista de los cambios que se proyectan y ejecutan en el Madrid decimonónico asume responsabilidades como Jefe Superior de la Administración Civil, Caballero de la Orden de Carlos III, Vicepresidente de la Junta Superior Consultiva de Sanidad del Reino, Vocal del Consejo Superior de Sanidad, Consejero del Monte de Piedad y Caja de 1 Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., p. 34. — Archivo del Instituto de Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. s/c. Expediente del profesor citado. 2 Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/Legajos 32-8164-65.
370
ANEXO
Ahorros de Madrid, Miembro de la Sociedad Geográfica de Francia, Académico Corresponsal de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana y Lisboa, Socio Fundador de la Sociedad Antropológica de España, Gran Medalla de Isabel la Católica, Miembro delegado del Gobierno con motivo de la inauguración del Canal de Suez, Protector e Inspector de la Asociación de Escritores y Artistas,3 Inspector General de Instrucción Pública, Vocal y Secretario de la Junta de Inspección y Estadística de Instrucción Pública, Consejero de Instrucción Pública, Vocal de la Junta de Primera Enseñanza, Comisionado por el Ayuntamiento de Madrid para adquirir en el extranjero material de enseñanza con destino a la instrucción primaria y Representante del Gobierno en la Exposición Universal de París de 1878. Una de las facetas que más llama la atención es su compromiso con la política, fue alcalde de Madrid y también senador. Su implicación siempre tuvo un afán: mejorar la instrucción tanto primaria como secundaria y en este sentido reseñamos algunas de sus intervenciones en el Senado en las legislaturas de 1872,4 y de 1872 a 1873 (2.º período)5 por la provincia de Madrid y en las legislaturas de 1879 a 1880 y de 1881 a 1882 por la Universidad de Salamanca. El catedrático de Historia natural fue un senador muy activo, cuyas propuestas en relación con la educación eran realistas y acordes con la sociedad que le toca vivir. Sus aportaciones fueron fundamentales para la consolidación del sistema liberal y en este sentido se dirigen las preguntas que realiza a los distintos ministros de Fomento acerca de los concejales individuos de 3
OSSORIO Y BERNARD, Manuel: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX. Madrid: Imp. y litografía de J. Palacios, 1903-1904, pp. 90-91. 4 Archivo del Senado. Expediente personal del Senado, Signatura HIS-0174-02. Votación de 223 compromisarios para nombrar senadores por Madrid bajo la presidencia del Presidente de la Diputación de Madrid el 15 de abril de 1872. Extracto de la votación: n.º de votantes 223. Obtienen escaño: Baldomero Espartero, Príncipe de Vergara. Duque de Victoria con 215 votos, Galdo López de Neira con 123 y Juan Manuel Montalbán, 116. No obtienen escaño en esta votación: Fernández de los Ríos, Nicolás María Rivero, Laureano Figuerola. Fuente: Archivo del Senado legajo 174-2 (1). 5 El 6 de septiembre de 1872 los compromisarios se reúnen bajo la presidencia del Presidente de la Diputación Provincial. N.º de votantes, 167. Obtienen escaño: Baldomero Espartero, con 147 votos, Fernando Hidalgo Saavedra con 145, Galdo López de Neira con 123, Laureano Figuerola con 119. — No obtienen escaño: E. Castelar con 13 votos; Estanislao Figueras con 11 votos, F. Pi y Margall con 9, Ruiz Zorrilla con 3, Roque Barcia con 3, Moreno Nieto 1 voto, Fernando Garrido 1 voto, Cristino Martos 1 voto. Archivo del Senado, legajo 174-2 (5).
ANEXO
371
las Juntas de Instrucción pública que no saben leer ni escribir,6 acerca de los sueldos, atrasos e impagos a los maestros de Instrucción Primaria,7 sobre la supresión de dietas de los catedráticos que forman parte de los tribunales de oposición,8 sobre el estado en que se encuentra la primera enseñanza en la provincia de Cádiz9 y la situación de los profesores de los Institutos de Almería y Alicante.10 El énfasis que muestra a favor de la instrucción publica se manifiesta en las proposiciones de ley que presenta sobre el modo de dotar de material necesario a todas las escuelas rurales de España,11 sobre cesión a los Ayuntamientos de conventos y edificios públicos para la instalación de escuelas primarias,12 así como para que se regularice el disfrute de las licencias de los maestros de Primera Enseñanza durante la canícula.13 A lo largo de las distintas legislaturas que ocupa escaño realiza varios ruegos a los ministros de Fomento de turno con el fin de que se imponga el debido correctivo contra el abuso cometido por el municipio de Jerez al negar la jubilación a un maestro que cuenta con ochenta y ocho años de edad y con sesenta y seis en el ejercicio de su profesión,14 para la creación de las escuelas de niños y niñas de Alcaraz (Cuenca)15 y para que no se impida la matriculación a las mujeres en la universidad y otros establecimientos educativos.16
6
Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 4 de mayo de 1872,
p. 58. 7 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión del 14 de junio de 1872, p. 457. 8 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 13 de mayo de 1872, p. 118. 9 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 7 de julio de 1879, p. 63. 10 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 2 de enero de 1886, p. 33. 11 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 29 de abril de 1880, p. 1728. 12 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 4 de marzo de 1880, p. 1355. 13 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 28 de junio de 1877, p. 1222. 14 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 8 de mayo de 1880, p. 1755. 15 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 24 de diciembre de 1881, p. 1318. 16 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 24 de diciembre de 1881, pp. 1318-1355.
372
ANEXO
De su omnipresencia en la capital dan buena cuenta las coplillas que se cantaban en la ciudad: A Galdo veo en la plaza, él en todo mete baza, y hasta cuando tomo caldo, me voy a encontrar con Galdo.17
Asimismo, como alcalde de Madrid, interviene en el I Congreso Nacional de Pedagogía18 y fue muy aplaudida su exhortación sobre la equiparación de los sueldos de maestros y maestras, y la necesidad de incrementar los presupuestos de Instrucción Pública hasta llegar a un 28 por ciento del presupuesto nacional, es decir, solicita dedicar más de cien millones de reales a la enseñanza.19 La enseñanza primaria, pública, obligatoria y gratuita para todos los españoles como remedio más eficaz para el progreso del país le lleva a fundar las Escuelas Modelos de Cuenca y Madrid. Estuvo comisionado en el extranjero para adquirir materiales para estas escuelas, y el resultado de este viaje fue la adquisición de libros, láminas francesas y materiales didácticos para la enseñanza de la aritmética y de las ciencias.20 Es socio del Ateneo de Madrid21 desde 1848 y en esta institución pronuncia varias conferencias, y también imparte clases de Historia natural en el Ateneo Artístico y Literario de Señoras.22 Sus compañeros del Instituto afirman que como político militó en el partido progresista y abogó por la libertad de la ciencia y lo sitúan como un hombre de talante conciliador, laico moderado. Galdo López de Neira dedicó sus manuales escolares a Isabel II hasta la edición de 1865. A partir de esta fecha antepone la lucha por la libertad de la ciencia, siendo de esta manera uno de los profesores implicados en la I Cuestión Universi17
ESPERABÉ DE ARTEAGA, Enrique: Diccionario de los hombres de España..., p. 297. 18 Congreso Nacional de Pedagogía. Actas..., pp. 255-258. 19 FERNÁNDEZ VALLÍN, Acisclo: La Instrucción popular en Europa. Madrid: Imprenta Aribau y Cía., 1878, p. 24. 20 BALLESTEROS ROBLES, Luis: Diccionario Biográfico Matritense..., p. 201. 21 VILLACORTA BAÑOS, Francisco: El Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Madrid: Centro de Estudios Históricos, 1985..., pp. 250-251. Documentamos que imparte una cátedra de Mineralogía y Geología en sus relaciones con las artes industriales y especialmente con la joyería en noviembre 1863. Archivo del Ateneo de Madrid. 22 CAPITÁN DÍEZ, Alfonso: La Educación de la I República Española (1873). Valencia: MAU libres, 1997, p 131.
ANEXO
373
taria al negarse a firmar la Exposición a la Reina Isabel II. Para ello argumenta la superioridad e independencia de la ciencia sobre las cuestiones políticas. Sus relaciones con la Institución Libre de Enseñanza son conocidas.23 En su semblanza parlamentaria es descrito como senador por el partido radical, haciendo una oposición al Gobierno de forma templada y sin producir tempestades. Su palabra es reposada y lógica siendo su dialéctica de profesor. Se interesa mucho por las clases populares; es un decidido protector de la enseñanza pública, a la vez que una persona rebosante de fe en la bondad del hombre.24 De sus publicaciones periódicas recordamos que perteneció al Consejo de Redacción de la revista profesional El Magisterio Español y que escribió en la prensa democrática25 siempre en defensa de la Instrucción Pública y de la Sanidad Civil. Publicaciones Didácticas — Manual de Historia Natural. Madrid: Imprenta de Santiago Aguado, 1848, 1849, 1853, 1856, 1860, 1865, 1878, 1883 y 1888, novena y última edición. — Elementos de Historia Natural. Madrid: Librería de la Vda. de Hernando y Cía., 1894. — Taxonomía y cuadros sinópticos de Historia Natural. Madrid: Librería Viuda de Hernando y Cía., 1894. Científicas — Breve Historia del mostrazgo, planta preconizada como una de los mejores específicos para combatir el cólera-morbo. Madrid: Imp. Higinio Remeses, 1855 y 1856, segunda y última edición. 23
JIMÉNEZ LANDI, Antonio: La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente..., t. I, p. 382. 24 TEBAR, Pedro E. y OLMEDO, José: Las Segundas Cortes de la Restauración. Semblanzas parlamentarias. Senado. Madrid: Imp. de Manuel G. Hernández, 1880, pp. 93-94. 25 OSSORIO Y BERNARD, Manuel: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX..., t. X, p. 96.
374
ANEXO
— Discurso leído en la Academia Médico-Quirúrgica Española en la sesión inaugural del año académico de 1878 a 1879. La higiene pública y la Administración Municipal de Madrid. Madrid: Enrique Teodoro, 1870. — Enciclopedia del Reino Animal. Museo Pintoresco. Madrid: Gaspar Roig, 1852-1858, 9 v. en colaboración con Eduardo Chao y P. F. Monlau. La autoría de los tres últimos volúmenes pertenece a Galdo López de Neira. — Conferencias sobre Egipto con motivo de la Inauguración del Canal de Suez, sin localizar. — Apuntes sobre Medicina y Toxicología,26 sin localizar.
Prólogos a las obras — TARDIEU, Ambrosio: Diccionario de Higiene Pública y salubridad. Madrid: Establecimiento tipográfico El porvenir literario, 18821885, 5 v. Traducido por José Sáenz y Criado. — PEÑASCO DE LA PUENTE, Hilario: Páginas de Historia de Madrid. Madrid: Fernando Fe, 1891, 199 pp. — VERA LÓPEZ, Vicente de: Lluvias e inundaciones: distribución general de las aguas. Madrid: Imp. y Litografía de Guirnaldo, 1880. 2. Los catedráticos de Filosofía La cátedra de Filosofía del Instituto del Noviciado nos permite narrar la forma en que se acercan tres de las corrientes filosóficas más importantes del siglo XIX a las aulas de bachillerato, y lo haremos desde las orientaciones de los catedráticos que la ocuparon de forma sucesiva en el tiempo. Un profesor kantiano, otro tomista y un tercero krausista regentaran los estudios filosóficos de los alumnos que cursaron las enseñanzas medias entre 1845 y 1894 en nuestra institución. Comenzamos con José María Rey Heredia, profesor conocido, junto a Núñez de Arce, por su orientación kantiana. A su muerte se hará cargo de la docencia Juan Manuel Ortí y Lara, distinguido conservador neocatólico y, finalmente, tras la separación de éste en 1870, la cátedra fue ocupada por Eusebio Ruiz 26 ÁLVAREZ SIERRA, José: Diccionario de Autoridades Médicas. Madrid: Editora Nacional, 1963, p. 99.
ANEXO
375
Chamorro, reconocido progresista krausista y militante radical de izquierdas. José María Rey de Heredia (Córdoba en 1818-Córdoba en 1861) Rey Heredia nace y muere en Córdoba. Nos interesa destacar su formación kantiana y el manual escolar titulado Elementos de Ética, que se difundió entre todos los institutos del distrito universitario.
Retrato del catedrático de Filosofía José María Rey de Heredia. Fuente: Grabado incorporado en Teoría transcendental.
De su formación académica27 conocemos que estudió las primeras letras en las Escuelas Pías y latinidad con don Juan Monroy28 hasta que obtiene el grado de bachiller en Artes. Más tarde, gana la licenciatura en Filosofía y Jurisprudencia que completa con el título de licenciado en Teología por el Seminario de San Pelayo de Córdoba.
27
Fuentes: Archivo del Instituto de Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Filosofía. s/c. - Expediente del profesor citado. — Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., p. 48. 28 RAMÍREZ DE ARELLANO, Rafael: Ensayo de un catálogo biográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba. Con descripción de sus obras. Madrid: Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1992, t. VIII, p. 705.
376
ANEXO
En su hoja de servicios alega que inició los doctorados de la licenciatura de Filosofía y Jurisprudencia pero no llegó a tomar los grados. Se considera a sí mismo, y es considerado por sus compañeros, como filósofo y matemático. De su carrera docente y experiencia profesional reseñamos que fue profesor de Lógica en el Instituto de Ciudad Real hasta que, en 1848, ganó por oposición la cátedra del Instituto del Noviciado al superar los ejercicios compitiendo con otros doce opositores. Fue catedrático en esta institución hasta su muerte por tuberculosis, es decir durante trece cursos consecutivos y la vez que el ejercicio de la docencia Rey Heredia desempeña el puesto de secretario del Instituto del Noviciado. El rector de la Universidad Central firma su nombramiento a propuesta del director del Instituto. En su proyección social29 contamos que fue Miembro de la Sociedad de Amigos del País y Miembro de la Academia General de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. El director Francisco Tramarría Carranza nos informa que con su muerte «se ha perdido una futura gloria de nuestra patria».30 La corporación local de Córdoba31 aprueba poner su nombre y una lápida a la calle donde murió. Publicaciones Didácticas — Elementos de Psicología. Madrid: Imp. Nacional, 1865, con P. F. Monlau. — Elementos de Lógica. Madrid: Imprenta de Rivadeneyra, 1859. — Elementos de Ética o Tratado de Filosofía Moral. Madrid: Imp. Rivadeneyra, 1853.
29
REY HEREDIA, José María: Teoría trascendental de los números imaginarios, Madrid, Imp. Nacional, 1865, p. 18. 30 TRAMARRÍA, Francisco: Discurso inaugural que precede a la Memoria del curso de 1860-61..., p. 2. 31 RAMÍREZ DE ARELLANO, Rafael: Ensayo de un catálogo biográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba. Con descripción de sus obras..., t. VIII, p. 705.
ANEXO
377
Científicas — Teoría trascendental de los números imaginarios. Madrid: Imp. Nacional, 1865. Precedida de un prólogo biográfico de P. F. Monlau. José María Rey de Heredia muere prematuramente, en 1861, por lo que no pudo escribir el prólogo; en su lugar se reproduce otro texto escrito con distinto fin. De este prólogo reproducimos:32 «a fines de 1860, y a muy pocos días de conocer a mi compañero D. Acisclo Fernández Vallín y Bustillo, catedrático como yo del Instituto del Noviciado de la Universidad Central, consúltame varias veces sobre diferentes puntos de los Elementos de Matemáticas [...] a la perseverancia de mi amigo Acisclo se debe que yo haya terminado mi trabajo». Rey Heredia murió sin ver su obra editada, y será el catedrático Fernández Vallín quien promovió su publicación y dibujó todas las figuras que van intercaladas en el texto, así como la comprobación y rectificación de los cálculos y la impresión del libro. De la importancia de este ensayo nos da cuenta la repercusión que tuvo en su época. Por una parte, Menéndez Pelayo escribe: «Es, sin duda, la obra más original que el movimiento kantiano ha producido en España [...] ya que la escuela idealista fue poco influyente en la filosofía española, Rey Heredia es un pensador original y solitario y uno de los pocos filósofos que conoce en España a Cousin».33 Luis de Rute afirma que el valor de la obra de Rey Heredia radica en introducir a Kant en España;34 de hecho, la obra contiene, además, la traducción de unos fragmentos de la obra de Kant La Crítica de la razón pura y un glosario de las principales voces empleadas en la obra. También los krausistas quieren ver en esta obra un reflejo de la idea de Krause acerca del espacio y el tiempo.35 Ya en nuestros días, Abellán sitúa a Rey Heredia como kantiano puro que realiza una aplicación al campo de las matemáticas de la teoría kantiana, intentando superar la oposición entre empirismo y racionalismo.36 32
REY HEREDIA, José María: Teoría trascendental de los números imaginarios, Madrid, Imp. Nacional, 1865, p. 9. 33 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los Heterodoxos..., t. II, p. 142. 34 RUTE, Luis: Boletín de la Revista Universitaria, año I, p. 29. Nos referimos a Luis de Rute Giner, conocido krausista e institucionalista. 35 JIMÉNEZ LANDI, Antonio: La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente..., t. II, p. 142. 36 ABELLÁN, José Luis: Historia crítica del pensamiento español. Madrid: Espasa Calpe, vol. V, pp. 121-122.
378
ANEXO
El propio autor reconoce en su obra cierta influencia kantiana, aunque él entiende que difiere de Kant especialmente en su proximidad al eclecticismo. Menéndez Bejarano, catedrático de Preceptiva Literaria del Instituto del Cardenal Cisneros y autor del manual de Historia de la filosofía española define a Rey Heredia como un filósofo apasionado de las matemáticas, y conceptúa su obra científica como la más original del movimiento kantiano en España, reconociendo que fue acogida de forma entusiasta por el público perito. La única crítica negativa que recibe la obra de Rey Heredia se refiere al manual de texto de bachillerato titulado Elementos de Ética, libro escolar del que se afirma que monopoliza la enseñanza oficial durante muchos años, aunque también se reconoce que es una aportación importante y una verdadera creación para su tiempo, dado el atraso de los estudios filosóficos en España.
Retrato del catedrático de Filosofía Juan Manuel Ortí Lara. Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
Juan Manuel Ortí Lara (Granada, 1826-Madrid, 1904) Ortí Lara nace en Granada y muere en Madrid. En estas páginas presentamos la intensa actividad de este catedrático de orientación claramente tomista y destacamos que en él se conjugan una sólida formación con el coraje suficiente para defender las ideas conservadoras y establecer una fuente polémica con los krausistas tanto en la Junta de Profesores del Instituto del Noviciado como de la Universidad Central.
ANEXO
379
Ortí Lara recibe una formación académica acorde con su época, es decir, obtiene los títulos de licenciado en Jurisprudencia y de doctor en Filosofía y Letras. La profunda piedad católica de Ortí Lara es desarrollada en un ambiente familiar extremadamente religioso y en la amistad con el obispo Escolano Fenoy, con cuya hermana llegará a contraer matrimonio. Es a este obispo a quien debe Ortí Lara la convicción de que Santo Tomás escribió la última palabra en materia filosófica.37 En su obra escrita combate además del krausismo cualquier postura progresista. Consagra su vida a la docencia, siendo uno de los más entusiastas escolásticos de España, su propósito fue la restauración del tomismo frente a las tendencias racionalistas de su tiempo. Las fuentes principales de su obra escrita fueron las obras de San Severino y Prisco, fuentes que por otra parte el filósofo nunca niega.38 Accede a la cátedra de Lógica y Ética del Instituto del Noviciado desde el Instituto de Segunda Enseñanza de Granada, el 21 de octubre de 1861. Tras negarse a jurar la Constitución de 1869 por incompatibilidad con su credo religioso, Ortí Lara es separado en 1870. A partir de ese año y hasta 1876 sigue enseñando con carácter privado, estableciendo en su casa una academia de filosofía. En 1876 ingresa en la Universidad de Madrid, ejerciendo la docencia en la cátedra de Metafísica hasta 1904. Paradójicamente Ortí Lara ocupa la vacante que se produce tras la separación de Nicolás Salmerón, mientras que la vacante que él deja en el Instituto del Noviciado es ocupado por un krausista. Ortí Lara es miembro de número de la Academia de Ciencias Morales en 1899, a la que accede leyendo un trabajo sobre «Las teorías opuestas entre si acerca del Estado y su fin, según que proceden del concepto de la evolución o del concepto de la creación», fue contestado por Isern, además de Académico de la Romana de Santo Tomás de Aquino39 y Conferenciante en la Sociedad literario-católica de la Armonía. 37
Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., pp. 45-51. CACHO VIU, Vicente: La Institución Libre de Enseñanza..., pp. 146-180. 39 Academia tomista creada en el siglo XVI por Dña. Ana Arteaga en la C/ Atocha de Madrid. Los datos que disponemos de 1825 nos informan de que había ocho cátedras: tres de Filosofía, una de Derecho Canónico, dos de Teología por la Summa de Sto. Tomás, otra de Oratoria y Sagradas Escrituras y la octava de Filosofía Moral. En mil ochocientos treinta estaban matriculados sesenta alumnos de Teología y trescientos doce en Filosofía. Véase en: FUENTE, Vicente de la: La enseñanza tomística en España. Noticia de las Universidades, Colegios y Academias tomistas, con las Fundaciones de ellas y sus cátedras principales. Madrid, Imp. a cargo de R. P. Infante, 1874, pp. 31-32. 38
380
ANEXO
Sus contemporáneos lo definen como propagandista católico que dio multitud de conferencias en círculos religiosos de asociaciones católicas.40 En este profesor se conjugan una sólida formación con el coraje suficiente para defender todo aquello en lo que creía. Publicaciones Didácticas — Curso abreviado de Metafísica y Filosofía Natural. Madrid: Sociedad Edit. Imp. de San Francisco de Sales, 1857-1898. 2.ª edic., 2 vols. — Curso abreviado de Psicología, Lógica y Ética. Madrid: Hijos de M. G. Hernández, 1908. — Ética o Principios de Filosofía Moral. Madrid: Castro Palomino, 1853. — Extracto de Lógica. Madrid: Pascual Conesa, 1869. — Fundamentos de la Religión por el catedrático de Noviciado. Madrid: Tejado, 1868. — Introducción a la Filosofía y especialmente a la Metafísica. Madrid: Tip. Guttenberg, 1883. — Lógica. Madrid: Impr. Tejado, 1868. — Psicología. Madrid: Impr. Tejado, 1867. — Introducción al Estudio del Derecho y Principios de Derecho Natural. Prensa41 — Redactor de El Triunfo en Granada. — Redactor desde 1861 de El Pensamiento Español, periódico neocatólico del que destacamos su colección de artículos «Las siete llagas de la Instrucción Pública». — Redactor de La Armonía. — Director de La Ciudad de Dios desde 1870. — Director de La Ciencia cristiana desde 1887. — Director de El Universo desde 1901. 40
ESPERABÉ DE ARTEAGA, Enrique: Diccionario de los hombres de España..., p. 82. OSSORIO Y BERNARD, Manuel: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX..., p. 194. Algunos artículos los firmaba bajo el seudónimo de: El filósofo rancio. 41
ANEXO
381
Artículos más destacados — «Ni complicidad, ni rebeldía», 1883. — «Cartas de un filósofo integrista al Director de la Unión Católica», 1889. — «El Reconocimiento de Alfonso XII por los católicos españoles», 1896. — «El deber de los católicos españoles con los poderes constituidos», 1896. Discursos, memorias y opúsculos — Asociación General para el estudio y la defensa de los intereses de la clase obrera. Madrid: Hijos de M. G. Hernández, 1900. — La conversión de los pecadores alcanzada por la devoción del Corazón de María. Lérida: Imprenta Mariana, 1908. — Las tres grandes luces, los tres símbolos y las tres virtudes teologales de la Masonería explicadas por el hermano masón Krause. Memoria: escrita y remitida al Congreso antimasónico de Trento. — Discurso leído en el acto inaugural de las reuniones de la Sociedad Literario-católica intitula la Armonía. Madrid: Tejada, 1865. — Discurso leído en la Universidad Central en la solemne apertura del curso académico de 1899 a 1900. Madrid: Imp. Colón, 1899. — Los derechos de la Iglesia en la Enseñanza. Valencia: Doménech, 1888. Científicas — El error del partido integrista, con censura eclesiástica. Madrid: Imp. del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1882. — La ciencia y la divina revelación o Demostración de que entre las ciencias y los dogmas de la Religión católica pueden existir conflictos. Madrid: Guttemberg, 1861. — Krause y sus discípulos convictos del panteísmo de Krause. Madrid: Imp. Tejada, 1884. — Los derechos del Papa no prescriben. Madrid: Tip. Guttemberg, 1881. — La Inquisición. Madrid: Imp. Viuda e hijo de Aguado, 1877. — Lecciones sobre el sistema de filosofía panteísta del alemán Krause. Madrid: Tejada, 1865.
382
ANEXO
— Lecciones sumarísimas de Metafísica y Filosofía Natural según la mente de Angélico Doctor Santo Tomás. Madrid: Imp. Asilo de Huérfanos, 1887. — El catecismo de los textos vivos. Madrid: Biblioteca de la Ciencia Cristiana, 1884 (A. Ruiz de Castroviejo), XXVII, 540 p. — El racionalismo y la humildad. Madrid: Impr. Tejada, 1862. — La sofistería democrática o examen de las lecciones de D. Emilio Castelar acerca de la civilización en los primeros siglos de la Iglesia. Granada: SM, Zamora, 1861. — Ensayo sobre el catolicismo en sus relaciones con la alteza y dignidad del hombre. Madrid: Imp. de Tejada, 1864. Traducciones — RIESS, Florian: El estado moderno y la Escuela cristiana. Madrid: Librería católica de San José, 1879. — Obras de San Francisco de Sales. Madrid: San Francisco, 18951903, 3v. — YUNGMANN, Padre: La belleza y las Bellas Artes según la filosofía socrática y la cristiana. 1873. Traducida del alemán. Madrid: F. Maroto, 1879. — TILMANN PESCH, Padre: Los grandes Arcanos del Universo. Madrid: Imp. Luis Aguado, 1890. Traducida del alemán. — SCHMITT, Jacobo: Método para preparar a los niños a la primera comunión. Madrid: Sociedad de San Francisco, 1891. — TAPARELLI, Padre: Ensayo teórico del Derecho Natural. Madrid: Imp. Tejada, 1886. — CORNOLDI, Padre: Examen crítico de la historia de los conflictos entre la religión y la ciencia. Madrid: Imp. Maroto, 1878. — HURBER, Padre: Los derechos de la razón y de la fe, s/l. — HITZE, F: El problema social y su solución. Madrid: Librería San José, 1880. — BENZIGER, Bibiana. Madrid: Edit. Tipógrafos, 1894. Novela escrita en francés diligentemente revisada por Einsiedein. Prólogos — P.V: Casos de conciencia acerca del progresismo sacado de la obra escrita. Madrid: Biblioteca de la Ciencia Cristiana, 1886, traducido y adicionado con notas de Jerónimo Seisdedos Sanz.
ANEXO
383
— VALLINA Y SUBIRANO, Esteban de la: El certamen universal de 1900 y la reforma de la enseñanza del Exmo. Sr. Marqués de Pidal. Madrid: Imp. Asilo de Huérfanos, 1900. — MINTEGUIAGO, P. Venancio M.º: La Moral independiente y los principios del derecho nuevo. Madrid: Imp. Asilo Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1868. — MENDIVE, José: La religión católica: vindicada de las imposturas racionalistas. Madrid: Librería Católica de Gregorio del Amo, 1887. — PRISCO, José: Filosofía del Derecho fundada en la ética. Madrid: Miguel Guijarro, 1891. — Vida de la bienaventurada Margarita María Alacoque escrita por una religiosa del Monasterio de la Visitación de Santa María de Madrid. Madrid: San Francisco de Sales, 1890. — MIRALLES, José: Santo Tomás de Aquino y el moderno régimen constitucional. Madrid: Biblioteca de la Ciencia Cristiana, 1890. — VIÑALS, Antonio: Estudios filosóficos y sociales sobre la enseñanza y educación en la cuestión religiosa en España. Madrid: Establecimiento tipográfico de A. Haro, Madrid, 1903. — P. V.: Existencia legal de las corporaciones religiosas en España. Madrid: Imp. San Francisco de Sales, 1901.
Obras escritas sobre Ortí Lara — OLLERO TASSARA, Andrés, Filosofía del derecho como contrasecularización, Ortí Lara y la reflexión jurídica del XIX. Granada: Universidad Departamento de Filosofía del Derecho (colección Monográfica Universal de Granada), 1974, v. 27. — COLLANTES BUENO, J. M.: Resumen de las lecciones en que se divide el programa de derecho de Ortí Lara. Granada: Imp. Viuda Puchol, 1880. — ISERN MARCO, Damián: Ortí Lara y su época: Estudio sociológico-necrológico. Madrid: Imp. Asilo de Huérfanos, 1904. Ortí Lara define la doctrina filosófica con el más puro escolasticismo tomista; cuando introduce la filosofía moderna es para rechazarla con un lenguaje poco claro y profuso en citas en latín. Menéndez Pelayo nos presenta a este filósofo como el escritor que dedica su vida y su obra a polemizar contra el krausismo y en esta confrontación es donde demuestra una sólida formación religiosa, una gran
384
ANEXO
preparación filosófica así como su buen conocimiento del idioma alemán para traducir directamente a Krause y refutar a Sanz del Río.42 Por su parte, Méndez Bejarano lo define como excelente persona, muy conocida por sus ideas ultramontanas y por ser redactor de periódicos derechistas calificando a sus libros como variantes de un mismo tema que se inspira en Santo Tomás de Aquino con estrechísimo criterio, no aportan ninguna novedad original y repiten los argumentos del P. Liberatore contra las doctrinas racionalistas.43 Abellán especifica que Ortí Lara va a realizar un extraordinario trabajo de captación en pro de la restauración escolástica, siguiendo muy de cerca la inspiración de la Civita Católica sobre la base de autores como el P. Liberatore, Sanseverino, Taparelli, Prisco, Kleutgen».44 Eusebio Ruiz Chamorro (Madrid 1844-Madrid 1898) Eusebio Ruiz Chamorro nace y muere en Madrid. Accede al Instituto del Noviciado como profesor auxiliar del bachillerato moderno en el curso 1868-1869, y permanece en esta institución hasta su fallecimiento en 1898. En el ejercicio de la docencia se va a significar por la defensa de las tesis krausistas en cuanto al uso del manual escolar y el traje académico. De hecho, Ruiz Chamorro es colocado, por sus contemporáneos, a la izquierda del krausismo y definido como hombre de extraordinarias facultades filosóficas que se aplicó con preferencia a la esfera del Derecho.45 De su formación académica destacamos que es licenciado en Derecho y licenciado de Filosofía y Letras. Y, como ya hemos anunciado, comienza su carrera docente como profesor auxiliar en los cursos 1868-69 y 1869-70 sin remuneración económica. La Junta de Profesores del Instituto del Noviciado realiza su nombramiento a propuesta del rector Fernando de Castro. Gana la cátedra de Psicología, Lógica y Ética en las polémicas oposiciones de 1873, siendo acusado por Menéndez Pelayo de haber accedido al cuerpo de catedráticos por su afiliación krausista. Fuera de la institución conocemos que fue nombrado Diputado a Cortes en el Sexenio.46 42
MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los heterodoxos..., p. 353. MÉNDEZ BEJARANO, Mario: Historia de Filosofía..., p. 421. 44 ABELLÁN, José Luis: Historia crítica del pensamiento español..., pp. 451-454. 45 MENÉNDEZ BEJARANO, Mario: Historia de la Filosofía..., p. 474. 46 Archivo del Congreso de los Diputados. Expediente personal del Congreso. Diputado a Cortes en las elecciones del 10-5-1873 por la provincia de Ciudad Real en el 43
ANEXO
385
Publicaciones Didácticas Ruiz Chamorro informa al rector en 1875 que se encuentra escribiendo un manual de texto. Este libro no ha sido localizado por haberlo retirado el director del Instituto del Cardenal Cisneros de la imprenta ya que transciende a la prensa que su autor niega la infalibilidad del Papa en una de sus lecciones. A partir de este momento el catedrático de filosofía se niega a encerrar la ciencia filosófica en un manual escolar, a la vez que se nos va a mostrar como laico beligerante. Si hemos localizado publicados unos apuntes de Psicología y Lógica: Apuntes taquigráficamente por las explicaciones del catedrático Eusebio Ruiz Chamorro. Madrid: Imprenta de Hijo de González, 1890. Estos apuntes firmados por M. F. M., autor desconocido, se venden en la calle del Espíritu Santo de Madrid, al precio de seis pesetas. Prensa — Redactor y articulista de La Discusión. Científicas — Psicología o ciencia del alma. Madrid: Segundo Martínez, 1876. — Lógica. Madrid: s./l., 1891. — Crítica y comentarios de todos y cada uno de los artículos de la Constitución de 1869. Madrid: sin localizar. — Psicología, Lógica y Ética según el sistema de filosofía analítica. Madrid: s./l.47 — Programa de Filosofía, Lógica y Ética para el Instituto de Segunda Enseñanza del Noviciado. Madrid: El programa que firmó este catedrático se ajustó en todos sus términos al publicado por Sanz del Río, su maestro. La obra más criticada por los conservadores es la Psicología o ciencia del alma, sin embargo, para otros es la más original al seguir la docdistrito de Almadén para la legislatura de 1873 a 1874, recibiendo 5.436 votos de los 10.102 votantes. 47 Obra sin localizar, la conocemos por los méritos presentados en el Escalafón de 1878..., p. 109.
386
ANEXO
trina de Krause con criterio monista. Ruiz Chamorro cree necesario para el estudio de la Psicología los métodos de experimentación, introspección y la observación interna del alma. 3. Los catedráticos de Física y Química Esta cátedra se va a significar por la falta de estabilidad de los catedráticos en el desempeño de esta enseñanza. En la época estudiada cinco catedráticos del Instituto del Noviciado pasan a ser catedráticos de esta asignatura en la Universidad Central, nos referimos a Juan Chávarri, Venancio Valledor, Eduardo Rodríguez, Manuel Rico Sinobas y Gonzalo Quintero Rodríguez. Gonzalo Quintero Rodríguez (1829-1898) Muy pocos datos biográficos poseemos acerca de este catedrático, ahora bien, pese a que es el primero que accede por oposición a la cátedra de Física y Química del Instituto del Noviciado, sólo permanece en ésta seis cursos y no publica ningún manual escolar para esta asignatura en la etapa de secundaria. En cuanto a su formación académica, su hoja de servicios presenta los títulos de licenciado en Letras, licenciado en Ciencias por la Universidad de Valladolid, regente de primera clase de la Sección de Ciencias Físico-Matemáticas en la Universidad Central en 1849 y Regente de segunda clase en Historia Natural por la Universidad de Valladolid en 1852. Comienza su carrera docente48 como profesor ayudante en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid, en 1850 y 1851, desde donde accede a la plaza de catedrático interino de Elementos de Física y Nociones de Química del Instituto de Santander y, unos meses después, se traslada a la misma plaza en el Instituto de Jerez de la Frontera. Desde el 4 de noviembre de 1861, Quintero Rodríguez es catedrático del Instituto del Noviciado. En 1867 cesa por ser designado para ocupar la Cátedra de Cosmografía de la Universidad Central. Fue Director del Observatorio Meteorológico de Jerez en 1852 y posteriormente secretario49 del Instituto del Noviciado. 48
Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., pp. 57-58. Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª Clase del Noviciado leída el 16 de septiembre de 1864 por el director F. Tramarría Carranza. Madrid: Imp. J. Ducazcal, 1864, p. 6. 49
ANEXO
387
Publicaciones50 Programa de la asignatura de ampliación de Física para la Facultad de Ciencias, Madrid, Imp. y Tip. de los Huérfanos, 1892. Rafael Chamorro Abad (1817-1883) Chamorro Abad es el primer catedrático de Física y Química que se jubila como tal en el Instituto del Noviciado, así como el primero que publica y utiliza su manual escolar para esta asignatura. De este catedrático es conocida su defensa de las tesis krausistas en cuanto a la educación de la mujer y su participación en el Ateneo femenino y la Escuela de Institutrices. Poseía los grados para ejercer la docencia en educación secundaria al contar con los títulos51 de doctor en Farmacia, licenciado en Ciencias y regente de segunda clase en Física y Química. En 1846 fue nombrado catedrático interino del Instituto de Sanlúcar de Barrameda y dos años después del Instituto de Cádiz. En 1851, obtiene la plaza en propiedad en el Instituto de Alicante en el que permanece hasta 1869 en que fue trasladado en comisión de servicios al Instituto del Noviciado. En 1871 consolida su puesto en esta institución mediante concurso. Cesa por jubilación en 1882 tras treinta y seis años de docencia. Rafael Chamorro es director interino y vicedirector del Instituto de Alicante, director de las observaciones meteorológicas del Observatorio de Alicante, vocal de la Comisión de Monumentos Históricos de la Junta de Estadística y de la Junta de Agricultura, Industria y Comercio, censor de los teatros de Alicante y Miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País.
50
Fuentes: — Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Física y Química. s/c. Expediente del profesor citado. Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., p. 53. 51 Memoria acerca del estado del Instituto de 1.ª Clase del Noviciado leída el 16 de septiembre de 1864 por el director F. Tramarría Carranza, Madrid, Imp. J. Ducazcal, 1864, p. 6.
388
ANEXO
Publicaciones Periódicas — Referidas a las observaciones meteorológicas en: la Revista de los Progresos de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Didácticas — Lecciones de Elementos de Física y Química. Madrid: Segundo Martínez, 1876. — Programa de la asignatura de Física y Química. Madrid: Segundo Martínez, ediciones de 1875, 1876 y 1878. 4. Los catedráticos de Matemáticas El Instituto del Noviciado, desde su creación en 1837, cuenta con dos catedráticos de matemáticas. El legislador premia a las dos instituciones de bachillerato de la capital con dos cátedras de esta asignatura por ser considerados institutos universitarios de primera clase y, por tanto, implantar la etapa de segunda enseñanza completa. Juan Cortázar Abasolo (Bilbao, 1809-Madrid, 1862) Cortázar Abasolo comienza sus estudios de latinidad en Bilbao, y en 1834 ingresa en la Escuela de Ingenieros de Madrid, pero al cerrarse ésta a causa de la epidemia del cólera, se traslada a París donde cursa Ingeniería de Puentes y Caminos en la Escuela Central de Artes y Manufacturas. Posee el título de licenciado en Ciencias Físico-Matemáticas52 y tras una corta estancia en Inglaterra fue nombrado catedrático del Instituto del Noviciado en 1837, en el que ejerce hasta el 31 de agosto de 1850, momento en que pasa a explicar Álgebra Superior y Geometría Analítica en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, y, donde más tarde será nombrado decano de la Facultad. 52 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Matemáticas. s/c. Expediente del profesor citado.
ANEXO
389
Retrato del catedrático de Matemáticas Juan Cortázar Abasolo. Fuente: Archivo Instituto del Cardenal Cisneros.
Fue elegido académico de la Real Academia de Ciencias Exactas en 1857. Cortázar Abasolo no llegó a pronunciar el Discurso de Ingreso porque murió sin haber tomado posesión de este cargo.53
Publicaciones Didácticas Varias publicaciones apuntan a que sus libros de texto alcanzaron tal celebridad que fueron solicitados por la mayoría de los centros docentes nacionales y extranjeros, se llegan a sumar hasta 180 ediciones y una tirada de más de medio millón de ejemplares.54 — Aritmética. Madrid: Manuel Tello, 1856. — Aritmética práctica. Madrid: Librería Hernando, 1853. — Aritmética práctica para uso de las escuelas de primaria. Madrid: G. Alambra, 1856. — Complemento de Álgebra. Madrid: 1851, s/l. — Geometría elemental. Madrid: Imp. E. Aguado, 1843. 53
Es miembro electo desde el 12 de enero de 1857 en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en: Relación de Académicos desde el año 1847 hasta el 2003, Madrid, Realigraf, 2003, p. 18. 54 Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., p. 101.
390
ANEXO
— Tratado de Álgebra Elemental. Madrid: F. Sánchez Hernando, 1860. — Tratado de Álgebra Superior. Madrid: F. Sánchez, 1854. — Tratado de Aritmética. Madrid: Aguado, 1846. — Tratado de Geometría analítica. Madrid: Sánchez, 1862. — Tratado de Trigonometría rectilínea y esférica de topografía. Madrid: Compañía de Impresores, 1848. — Tratado de Trigonometría y Topografía. Madrid: Hernando, 1862. — Memoria sobre el cálculo del interés. Madrid: Imp. Aguado, 1843. — Reglamento de la Academia Preparatoria para Carreras Especiales. Madrid: M. Tello, 1870. — Álgebra elemental. Madrid: Manuel Tello, 1877. Ambrosio Moya de la Torre (1823-Madrid, 1895) La época en que Ambrosio Moya de la Torre ejerció como catedrático y director del Instituto del Cardenal Cisneros estuvo marcada por una fuerte confrontación ideológica, en la que él se decantó por las tesis más progresistas: enseñanza primaria universal y gratuita, libertad de cátedra y sufragio universal. Como punto de partida nuestro catedrático55 presenta los siguientes títulos: regente de Matemáticas en 1846, licenciado en Ciencias Físico-Matemáticas en 1853, doctor en Ciencias en 1854, bachiller en Jurisprudencia, Delineación en el Conservatorio de Artes y, además, aprobó el Ingreso y dos años de Escuela de Ingenieros de Caminos.56 Comienza su carrera docente57 como profesor del Colegio San Pablo de Valencia y va a pasar sucesivamente por las cátedras de los Institutos de Logroño, Murcia y Valencia hasta que accede al Instituto del Noviciado en 1850. Ejerció la docencia durante cuarenta y cinco años consecutivos en el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid a la vez que compatibiliza con las clases que imparte como profesor de Geometría descriptiva y Mecánica en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central. Se compromete en la organización del Instituto al aceptar los nombramientos de director58 desde 1868 hasta 1876 y vicedirector en dos 55
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. s/c. Expediente del profesor citado. 56 Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-8372. Hoja de servicios. 57 Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., p. 102. 58 Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-22141-273. Cesado por real orden, de 11 de noviembre de
ANEXO
391
ocasiones: desde 1859 a 1868, cesado por ser nombrado director; y desde el 12 de enero de 1882 hasta su propia jubilación. Fuera de la Institución es nombrado Jefe Superior Honorario de la Administración Civil,59 Gran Cruz de Isabel la Católica, Presidente honorario de la Sociedad General Científico Literaria y Socio Conferenciante del Ateneo. De talante demócrata y afín al partido de Cristino Martos,60 fue uno de los seguidores de las tesis de Fernando Castro según se especifica en el apartado referido a los directores de este Instituto. Publicaciones Didácticas — Ejercicios prácticos de Aritmética y Geometría. Madrid: Sáez de Jubera, 1894. — Lecciones de Aritmética. Madrid: 1867, 1.ª edición. — Elementos de Matemáticas I, Aritmética y Álgebra II, Geometría y Trigonometría. Madrid: Imp. Segundo Martínez, 1867. — Geometría. Madrid: Hernando y Cía., 1862. Traducciones — La escuela, obra escrita en francés por M. R. Julio Simón y traducida por A. Moya de la Torre, Valencia, Imp. de Emilio Pascual, 1883. Discursos — Discurso leído en 1854, en la Universidad Central, sobre: «La importancia filosófica del cálculo de probabilidades». 1876, dirigida por el Rey Alfonso XII al director general de Instrucción y al Rector de la Universidad Central. 59 Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-208-108. Nombramiento realizado mediante Decreto de fecha de 20 de febrero de 1870, por el Regente Serrano, alegando como méritos para este nombramiento: «la autoría de obras de enseñanza de reconocido prestigio». 60 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Legajo que contiene oficio de Cristino Martos, fechado el 3 de noviembre de 1868. El político felicita a Moya de la Torre por su nombramiento como director.
392
ANEXO
— Memoria acerca del estado del Instituto de primera clase del Noviciado de Madrid durante el curso de 1868 a 1869, dispuesta con arreglo a la legislación vigente, para ser leída en el acto solemne de apertura del curso de 1869 a 1870 por D. Ambrosio Moya de la Torre, doctor en Ciencias, catedrático de Matemáticas y director del mismo Instituto. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1870. — Memoria acerca del estado del Instituto del Noviciado de Madrid durante el curso de 1869 a 1870, leída en el acto solemne de apertura del curso de 1870 a 1871 por D. Ambrosio Moya de la Torre, doctor en Ciencias, catedrático de Matemáticas y director del mismo Instituto. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1871. — Memoria acerca del estado del Instituto del Noviciado de Madrid durante el curso de 1870 a 1871, leída en el acto solemne de apertura del curso de 1871 a 1872 por D. Ambrosio Moya de la Torre, doctor en Ciencias, catedrático de Matemáticas y director del mismo Instituto. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1872. Acisclo Fernández Vallín y Bustillo (Gijón, 1825-Madrid, 1896) Nace en Gijón el 17 de noviembre de 1825 y fallece en Madrid el 25 de mayo de 1896.61 Catedrático de talante conciliador, colabora con José María Rey Heredia y con Galdo López de Neira en las ediciones de sus obras al final de sus vidas, y así se lo agradecen tanto el catedrático de Historia natural en el prólogo de su libro62 como P. F. Monlau en la obra póstuma de Rey Heredia.63 Comenzó sus estudios en el Instituto Jovellanos de Gijón, donde su padre fue profesor y director, estudió Matemáticas y Cálculo. Y gana el título de doctor en Ciencias Físico-Matemáticas. En 1847, obtuvo por oposición la cátedra de Matemáticas del Instituto de Valladolid, y por concurso se traslada a la cátedra de Matemáticas del Instituto del Noviciado de Madrid en 1853. Fue declarado excedente por el plan de estudios de 1866, que convierte las dos cátedras de Mate-
61
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en: Relación de académicos desde..., p. 45. 62 GALDO LÓPEZ DE NEIRA, Manuel María José: Elementos de Historia Natural: Curso primero Geología, Mineralogía, Petrografía, Geotecnia, Geología dinámica y Geología histórica. Madrid: Vda. de Hernando y Cía., 1894. 63 REY HEREDIA, José María: Teoría trascendental de los números imaginarios. Madrid: Imp. Nacional, 1865.
ANEXO
393
Retrato del catedrático de Matemáticas Acisclo Fernández Vallín y Bustillo. Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
máticas en una, asignándole dos tercios del sueldo. Nuevamente se incorpora en noviembre de 1868 al implantarse el bachillerato moderno. Desde el 21 de noviembre de 1889, con sesenta y cuatro años de edad, solicita la jubilación alegando tener «abatido el ánimo y quebrantada la salud» por la reciente muerte de su esposa, pero la Reina Regente le deniega esta jubilación. Fue director64 del Instituto del Cardenal Cisneros desde 1877 hasta 1881 y a propuesta suya se cambió el nombre del Instituto del Noviciado por el de Cardenal Cisneros y como tal, fue comisionado para viajar al extranjero. Su objetivo fue estudiar los manuales de texto franceses e ingleses para mejorar los españoles. Fundó en 1879 las Escuelas de Granda y Vega del Concejo de Gijón. Fernández Vallín donó una parte de su patrimonio al Asilo de Niñas huérfanas de Gijón, denominado Santa Laureana, al igual que su esposa, Vocal de la Junta superior de Inspección y Estadística de la Instrucción Pública, Consejero de Instrucción Pública. Fue nombrado académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En el acto de ingreso leyó un trabajo sobre la Cultura científica de España en el siglo XVI.65 Miembro de la Sociedad Económica del País, miembro de la
64
Expediente del profesor citado. Carpeta de Directores. s/c. Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. 65 Es miembro electo de la Real Academia desde el 6-12-1880 y tomó posesión de su cargo el 4-01-1994.
394
ANEXO
Sociedad Geográfica de Madrid, jefe superior honorario de Administración Civil, poseedor de la Gran Cruz de Isabel la Católica, comendador de número de la Orden de Carlos III, miembro de la Real Academia de Historia, miembro de la Academia Gaditana de Letras, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores entre España y las Repúblicas Americanas, título de oficial de Instrucción Pública, concedido por el Gobierno francés, protector de la Escuela de Artes y Oficios y del Instituto de Jovellanos. En 1887 formó parte de la Comisión para la creación de la Escuela de Artes y Oficios de Gijón. En esta escuela se impartían además las enseñanzas de perito y las de aprendizaje de oficios, combinadas con la instrucción primaria; también se enseñaba corte y confección a las mujeres.66 Fue presidente del Centro Asturiano en Madrid.
Publicaciones Prensa — Redactor de El Carbayón de Oviedo. — Artículos en: el Boletín del Centro Asturiano. Científicas — La Cultura Científica de España en el siglo XVI. Madrid: Est. Tip. Sucs. de Rivadeneyra, 1893. Didácticas — Aritmética para niños. Madrid: 1859, 1.ª edición; 1902, 72.ª edición. — Geografía para los niños que concurren a las escuelas de primera enseñanza. Madrid: 1879, última edición. 66
Real decreto, de 5 de noviembre de 1887, por el que se crean en España siete Escuelas de Artes y Oficios en Alcoy, Almería, Béjar, Logroño, Santiago, Villanueva y Geltrú y Gijón. Hoy la Escuela de Artes y Oficios de Gijón se denomina Fernández Vallín por acuerdo del Consejo Escolar, del 21 de diciembre de 1987, otorgado este nombre por orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 19 de julio de 1988 (BOE 5 de septiembre de 1988). En la actualidad se hace entrega a los alumnos más sobresalientes del área técnico-práctica del premio Fernández Vallín.
ANEXO
395
— Atlas y nociones de Geografía para uso de los niños. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, 1885. Edición destinada exclusivamente a las Repúblicas del Río de la Plata. — Elementos de Matemáticas. Madrid: Librería de Vda. Hernando, Colección Fénix 1892, 1.ª edición. — Gramática traducida en lengua tagala de la castellana por diálogos, aumentada con parte del epítome de la Real Academia Española. Manila: Est. Tip. La Imperial, 1886. — El monitor de los niños. Madrid: 1856, 32.ª edición. — Rectificación al mapa de la Instrucción popular de Europa. Madrid: Imp. Est. Aribau y Cía., 1878. — Mapa de la Segunda Enseñanza y la Universitaria. Madrid: No localizada. Obras escritas sobre Fernández Vallín — GUZMÁN SANCHO, Agustín: Acisclo Fernández Vallín (Consejero de Instrucción Pública). Gijón: Taller de Artes Gráficas, MEC. 1994. — GUZMÁN SANCHO, Agustín, Instituto Politécnico de Gijón: Cien años de Formación Profesional, Gijón, La Industria, 1988. — GUZMÁN SANCHO, Agustín y Flórez, Sancho: El Instituto de Jovellanos. Gijón: Apel, 1993. 5. Los catedráticos de Geografía e Historia Hasta 1850, la cátedra de Historia fue independiente de la de Geografía. Al ser consideradas dos asignaturas distintas, el Instituto del Noviciado tiene dos catedráticos: Mariano Huerta y Soriano, que imparte Historia, y Francisco Verdejo Páez para las clases de Geografía. A partir de ese año las dos cátedras se funden en la que se denomina Geografía e Historia. De esta manera, Mariano Huerta Soriano cesó en el Instituto y se hizo cargo de la asignatura Francisco Verdejo Páez. En 1859, tras la jubilación de Verdejo Páez, es Manuel Merelo Calvo quien ocupa la cátedra hasta 1901, a excepción de los cursos comprendidos entre 1877 y 1881. Desde 1877, Bernardo Monreal Ascaso es quien va a sustituir a este catedrático.
396
ANEXO
Francisco Verdejo Páez Del catedrático Verdejo Páez se han conservado muy pocos datos, su expediente administrativo no ha sido localizado ni en los Archivos de la Universidad Central, ni en los de Alcalá de Henares. Los documentos del Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros referidos a este catedrático sólo contienen su nombramiento.
Retrato del catedrático de Geografía e Historia Francisco Verdejo Páez. Fuente: Grabado incorporado en su manual de Geografía física.
Con anterioridad al ejercicio de la docencia en el Instituto del Noviciado es catedrático de Geografía de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central y catedrático de Matemáticas puras y mixtas en los Estudios de San Isidro y en la primitiva Universidad de Madrid, y catedrático de Fortificación y Topografía de la Real Academia de Cadetes de Guardia Españoles. Es nombrado Comendador67 de la Real y Distinguida Orden española de Carlos III y socio de la Antigua Academia de Ciencias Naturales.
67 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente del profesor citado.
ANEXO
397
Publicaciones Didácticas — Cartilla elemental de Historia, Geografía antigua y Moderna y Cosmología. Madrid: Imp. López Repullés, 1846. — Elementos de la Historia Universal que comprenden desde el principio del mundo hasta el presente año. Madrid: Imp. López Repullés, 1846. — Principios de Geografía, Astronomía, Física y Política antigua de la Edad Antigua y Moderna arreglado al estado del mundo y adecuada con muchas tablas curiosas y sus correspondientes láminas y mapas geográficos. Madrid: Imp. López Repullés, 1837. Este libro, siguiendo las recomendaciones del Concordato de 1851, es destinado al estudio de esta asignatura en los seminarios. — Repertorio de Geografía, deducido de los principios de geografía astronómica, física y política del mismo autor. Madrid: Imp. de López, 1858. — Tratado de Agrimensura o Arte de medir tierra y aforar líquidos para uso de Agrimensores y Labradores. Madrid: J. Repullés, 1814. — Repertorio geográfico de agrimensores y labradores o tratado completo de Agrimensura y Aforage. Madrid: Imp. López Repullés, 1833. — Descripción General de España e Islas dependientes de ella. Madrid: Imp. Repullés, 1827, 2 vols. — Guía práctica de Agrimensores y Labradores o tratado completo de Agrimensura y Aforaje. Madrid: Imp. de M. Repullés, 1822, 232 pp. Literarias — La Inquisición. Drama original en cuatro actos. Valencia: Imp. de Domingo y Mompié, 1820. Manuel Merelo Calvo (Madrid, 1829-Madrid, 1901) Catedrático de biografía muy amplia y del que exponemos sólo los datos que nos han parecido más relevantes para nuestra historia. Merelo Calvo nace y muere en Madrid, ciudad en la que va a desempeñar su actividad docente y ocupar los puestos de máxima responsabilidad tanto política como administrativa.
398
ANEXO
Retrato del catedrático de Geografía e Historia Manuel Merelo Calvo. Fuente: Archivo del Congreso de los Diputados.
Hombre de sólida y variada formación académica68 de la que recordamos que es licenciado en Derecho civil y canónico, doctor en Ciencias e Ingeniería de caminos y puentes, estos últimos estudios los inicia con su compañero Sagasta, aunque no podemos asegurar que los finalizó. En 1846, con diecisiete años, ganó por oposición la cátedra69 de Matemáticas del Instituto de Jaén. Y efectivamente, en enero de 1846 se celebran las oposiciones a cátedra de bachillerato ante un tribunal compuesto por Juan Cortázar, Travesedo, Subercase, Dolz y Riquelme, todos ellos catedráticos de Ciencias de la Universidad Central. Al parecer Merelo Calvo decide presentarse a realizar las oposiciones con el fin de alejarse de la Corte por la desilusión romántica de un amor no correspondido. En Jaén toma posesión de la vacante el 13 de abril del mismo año. Recorrió los Institutos de Teruel, Lérida, Ciudad Real, Málaga y Zaragoza explicando las asignaturas de Matemáticas, y también de Física y Química, Historia Natural y Geografía e Historia. 68
Instituto Cardenal Cisneros I Centenario..., pp. 75-76. GÓMEZ SANTAMARÍA, Alberto: Biografías de los diputados a Cortes de la Asamblea constituyente de 1869 con retratos de los mismos perfectamente litografiados por los principales artistas de esta capital, redactada por una sociedad de literatos. Madrid: Imp. de Tomás Alonso, 1869, t. II, pp. 901-916. 69
ANEXO
399
En 1858 accede a la vacante de Geografía e Historia del Instituto del Cardenal Cisneros,70 en la que permanece hasta su jubilación en 1900. Cuenta con un total de cuarenta y un años de docencia en esta institución, si bien, fue separado de su cátedra en 1877 y posteriormente repuesto en 1881 por el ministro Albareda. Este catedrático se compromete como secretario del Instituto en los cursos 1862 a 1863 y 1868 a 1869, pero su mayor actividad la va a realizar en los distintos foros de la corte y de las provincias en las que fue profesor. De ellas destacamos que en 1851 es nombrado Director de Caminos y Canales de riego de la provincia de Teruel. La Diputación de Teruel le delega para que represente a esta provincia en la Exposición Universal de París.71 Progresista convencido, desde 1853 tomó parte activa en los acontecimientos políticos e ideológicos de su época y, tras su primera detención en Teruel, el 18 de julio de ese mismo año, fue liberado por el pueblo que le nombró por aclamación vocal y secretario de la Junta de Gobierno. Trabajó en la Revolución de 1854 con Nicolás María Rivero y la capital le atrae tanto que abandona el Instituto e ingresa en la Milicia Nacional, en el Batallón Tercero de Ligeros junto con Manuel Becerra, y toma parte en la sublevación contra O’Donnell. Es detenido en la Plaza de Sto. Domingo de Madrid y encarcelado en el Saladero. Después del golpe de Estado de julio de 1856 no puede ocupar la cátedra del Instituto de Ciudad Real, donde había dejado un sustituto personal, por haber cubierto la diputación esta plaza con otro catedrático. Fracasada la sublevación se encontró preso en la cárcel de Madrid y sin vacante en ningún instituto. Al recobrar la libertad forma con Nicolás María Rivero un partido que se agrega con posteridad al de Cristino Martos. Puesto que su plaza de catedrático de Ciudad Real estaba cubierta, Merelo Calvo es desplazado al Instituto de Málaga donde tampoco pudo tomar posesión al estar todas las plazas ocupadas. De esta manera se encontró cesante hasta que se creó una vacante en 1857 en el Instituto de Zaragoza. En 1865 redacta «La cuestión de la enseñanza» en: Almanaque para la Democracia y firma el ideario democrático en el Manifiesto del Comi-
70 Archivo Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32/8341. 71 La Asamblea Constituyente de 1868. Biografías de los representantes de la nación, Madrid, Imp. Tomás Rey, 1869, p. 102. Con prólogo y bajo la dirección de A. Fernández de los Ríos.
400
ANEXO
té Central del Partido Demócrata en Madrid,72 junto con Nicolás Salmerón, Castelar y Chao, entre otros. Este manifiesto tuvo gran importancia para la redacción de los posteriores manifiestos de las Juntas Revolucionarias en septiembre de 1868. Ya en este documento Merelo Calvo exige la libertad de enseñanza desde las coordenadas de la libertad y de la igualdad, así como la descentralización de la educación. Estuvo también implicado, aunque no fue separado, en la Primera Cuestión Universitaria.73 A partir de 1864 defendió la Unión Ibérica.74 En septiembre de 1868 fue miembro interino de la Junta Revolucionaria de Madrid.75 A esta Junta, entre otros, pertenecían: Nicolás María Rivero, Estanislao Figueras, Laureano Figueroa, Ambrosio Aguilar Correa, Francisco Romero Robledo, Eduardo Chao, Miguel Morayta... También fue nombrado Miembro del Comité Nacional de Conciliación para las Elecciones de 1869 y de la Sociedad Amigos de los Pobres. Tras el triunfo de la Revolución de 1868, es nombrado oficial primero de la secretaría del Ministerio de Fomento. Cuando recibe este nombramiento ejerce el cargo de secretario del Instituto de Noviciado, desempeñando la cátedra simultáneamente con el escaño en el Congreso de los Diputados. Asume este mismo año la Dirección General de Instrucción Pública.76 Pese a que no fue un camino fácil, a partir de ese momento, se compromete con la mejora de la educación de nuestro país y firma varias circulares77 imprescindibles para el estudio de la educación se-
72 CAPITÁN DÍAZ, Alfonso: La Educación en la I República Española (1873), Valencia: Nau Llibres, 1997, p. 34. 73 Biografías de los Diputados a Cortes de la Asamblea Constituyente de 1869..., t. II, p. 915. 74 La Unión Ibérica propugna la fusión de España con Portugal y en el Sexenio democrático ofrecieron la corona a D. Fernando Coburgo, viudo de la reina de Portugal en: COMÍN COLOMER, Eduardo: La Masonería en España. Apuntes para una interpretación masónica de la historia patria, Madrid, Editora Nacional, 1944, p. 165. 75 Biografías de los Diputados a Cortes de la Asamblea Constituyente de 1869..., pp. 101-102. Archivo del Congreso de los Diputados. «Diario de Sesiones», Sesión de 26 de abril de 1869, pp. 1374-1383. 76 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente del profesor citado. 77 Circulares del 1, 2 y 3 de septiembre firmadas por el director general de Instrucción Pública Manuel Merelo Calvo en: Colección Legislativa de España..., t. CII, pp. 472-474. Los Diputados pintados por sus hechos: Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por sufragio universal en las constituyentes de 1869, Madrid, Imp. R. Labajos, 1869-1870, t. II, p. 19.
ANEXO
401
cundaria en nuestro país, especialmente las de 1, 2 y 3 de septiembre de 1869. A la vez, como diputado de las Cortes Constituyentes,78 interviene en la discusión de la Constitución de 1869. Destacamos su proposición de redacción de los artículos que trataban de la libertad de cultos,79 que tanta polémica crearon en el Instituto del Noviciado. Durante todo el período revolucionario y hasta final de siglo militó en las filas de los demócratas y fue firme defensor del régimen constitucional y de la monarquía de Amadeo de Saboya. Como demócrata antiguo defiende todas las soluciones propuestas en la denominada Ley de Garantías.80 Enmienda a los artículos 20 y 21 de la Constitución de 1869 presentada por Merelo Calvo: El Estado garantiza la libertad y la igualdad de todos los cultos. En consecuencia ni sostiene el culto ni los ministros de la Religión católica, ni mantiene relaciones oficiales con Iglesia alguna. 78 Fue diputado por la provincia de Ciudad Real desde el 15 de enero de 1869. De los 19.843 votantes del distrito obtiene 16.725 votos. En esta legislatura pertenece a: — Comisión para la elaboración de la Ley Electoral, en: Archivo del Congreso de Diputados, «Diario de Sesiones», 18 de marzo de 1869, p. 1896. — Comisión para elaborar una proposición de ley declarando los cementerios establecimientos puramente civiles, en: Archivo del Congreso de Diputados, «Diario de Sesiones», sesión de 7 de junio de 1869, p. 2569. — Comisión que se nombra para elaborar una proposición de ley derogando el artículo de instrucción pública referente a la edad que se exige para las oposiciones a cátedra, en: Archivo del Congreso de Diputados, «Diario de Sesiones», en sesión del 11 de junio de 1869, p. 2679. — Comisión para estudiar proposición de Ley sobre la necesaria autoridad para la entrada en domicilio, en: Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes», en sesión de 1 de octubre de 1869, p. 3757. — Comisión para la proposición de ley relativa a las clases trabajadoras en demanda de protección al trabajo, p. 3757. Discursos: — Exposición de la Asociación para la enseñanza popular, en: Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», sesión del 19 de marzo de 1869, p. 574. — Sobre la edad que se exige para las oposiciones o cátedras, en: Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión de 9 de junio de 1869, p. 2620. — Discurso relativo a la enseñanza de la religión en las escuelas, respuesta a Moreno Nieto en: Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de Cortes constituyentes», en sesión de 2 de abril de 1870 p. 7082. Fue elegido nuevamente por la circunscripción de Almadén, Ciudad Real, obtuvo 7.195 votos a favor de los 7.231 votantes. 79 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión de 26 de abril de 1869, pp. 1374-1383. 80 SÁNCHEZ ORTIZ, Modesto y BERÁSTEGUI, Fermín: Las primeras cámaras de la Regencia. Datos electorales, estadísticos y biográficos. Madrid: Imp. Enrique Rubiños, 1886, p. 78.
402
ANEXO
Laico moderado, entabló una agria polémica con Menéndez Pelayo81 acerca del papel de la religión en las aulas y en el Estado, significándose como un firme defensor de la separación Iglesia-Estado. Fue diputado82 en varias legislaturas del Sexenio Revolucionario, que iremos detallando. En el Gobierno de Ruiz Zorrilla llegó a ocupar la cartera de Estado al sustituir a Cristino Martos83 desde el 30 de julio de 1872 al 1 de septiembre de 1872. Hombre muy activo en el Congreso de los Diputados formó parte de varias comisiones,84 de la que destacamos: Comisión Permanente de Actas,85 Comisión de Presupuestos,86 Comisión de Sociedades Mercantiles,87 Comisión de Presupuestos de Cuba y Puerto Rico88 y Comisión de Inundaciones en la provincia de Almería.89 Miembro y presidente de la Legación de la Confederación Helvéti90 ca, también fue miembro de la Comisión de Personas Competentes que auxiliaran en sus trabajos a la Dirección General de Instrucción Pública para la implantación del plan de estudios de la I República, propuesto 81 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los heterodoxos españoles..., t. IV, p. 430. 82 Fue diputado en las Cortes Constituyentes abiertas en el 11 de febrero de 1869 por Ciudad Real, en las elecciones de 8-3-1871 para la legislatura de 1871-1872 por el distrito de Almería con 4.208 votantes recibió 3.893 votos, su número de credencial fue 3.893, y por tercera vez es diputado a Cortes en las elecciones del 24 de agosto de 1872, siendo elegido por la circunscripción de Almadén (Ciudad Real) obteniendo 7.195 votos de los 7.231 votantes. 83 CACHO VIU, Vicente: La Institución Libre de Enseñanza. I. Orígenes y etapa universitaria (1860-1881)..., p. 138. 84 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», sesión de 11 de noviembre de 1871, pp. 3350. - Discursos: Propuestas y reivindicaciones de distintos pueblos: Vinaroz, Dolores, Baztán, Briviesca, Alcoy. Crédito de dos millones de pesetas para paliar los daños de las inundaciones de Almería. 85 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión del 5 de abril de 1871, p. 25. 86 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión del 17 de mayo de 1871 p. 945. 87 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión del 25 de agosto de 1871, pp. 184. 88 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión del 5 de noviembre de 1871, p. 3050. 89 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones», en sesión del 11 de noviembre de 1871, p. 3349. 90 Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones de la Asamblea Nacional», en sesión del 5 de mayo de 1873, pp. 376-400. Archivo del Congreso de Diputados. «Diario de Sesiones del segundo período de la Legislatura», pp. 80 y 376-400.
ANEXO
403
por el ministro Eduardo Chao. Figuran en esta comisión, además de Merelo Calvo, Fernando de Castro, Nicolás Salmerón, Francisco Giner de los Ríos y Juan Uña y subsecretario de Estado en el Ministerio de Cristino Martos en la I República. Fue senador en la legislatura de 1872 a 1873, y nuevamente desde 1881 hasta 1886, en ambos casos por la provincia de Ciudad Real. A partir de 1886 ejerce como senador vitalicio.91 En la cámara alta va a realizar una intensa actividad política de la que destacamos92 que formó parte de la Comisión para la creación de las bibliotecas en los pueblos de mil a cinco mil vecinos, junto con Galdo López de Neira,93 de la Comisión de Ingreso en el Tesoro de los derechos académicos que abonan los alumnos de segunda enseñanza, la Comisión para el estudio de la creación del Ministerio de Instrucción Pública, junto con Lasala, Montejo, Silvela y Zorrilla. En sus intervenciones siempre manifestó una postura comprometida con la mejora de la educación y de la sociedad española con discursos como el que realizó a favor de la abolición de la esclavitud en la isla de Cuba,94 o defendiendo la descentralización administrativa, y desde 1882 a favor de la creación de un Ministerio de Instrucción Pública. Su última intervención en este sentido fue en el Senado tres días antes de morir ya ciego. También presenta exposiciones defendiendo los derechos de los catedráticos de los Institutos de Valencia, Tarragona, Málaga, Santiago, Valladolid, Segovia, Toledo, Reus, Granada, Cádiz y La Coruña95 y otras como el Discurso sobre provisión de cátedras en la universidad y categorías de catedráticos de universidades e institutos,96 Discurso sobre la reorganización del Consejo de Instrucción Pública,97 y de otros temas 91
Archivo del Senado. Legajo 285-6 (11). Archivo del Senado Expediente personal. HIS-0285-06. 93 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», sesión del 13 de diciembre de 1871, p. 903. Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», sesión del 13 de diciembre, p. 909, en la Comisión de Ingreso en el Tesoro de los derechos académicos que pagan los alumnos de segunda enseñanza. 94 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 5 de junio de 1882, p. 2264. 95 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 2 de junio de 1885. 96 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 1 de febrero de 1888, p. 776. 97 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 18 de abril de 1890, pp. 2437-2964. 92
404
ANEXO
como el Discurso sobre el ejército de Ultramar,98 o sobre la Paz con los Estados Unidos,99 el funcionamiento de los manicomios100 y sobre el descanso dominical.101 Pese a ello, en el tema de la educación es donde mayores aportaciones realiza con proposiciones de ley para crear el Ministerio de Instrucción Pública,102 preguntas y peticiones sobre el expediente relativo a la provisión de la cátedra de Historia Universal del Instituto San Isidro de Madrid,103 sobre la redacción y publicación del Reglamento de reorganización del Consejo de Instrucción Pública104 las solicitudes de datos al Ministerio de Fomento de la lista detallada del profesorado de uno y otro sexo en las Escuelas Normales,105 o sobre los nombramientos de los catedráticos.106 También destacamos su proposición de ley proponiendo que el Instituto Geográfico y Estadístico formule un plan de división del territorio civil107 pues no cabe olvidar que Merelo Calvo fue Miembro fundador de la Sociedad Geográfica,108 Miembro honorario correspondiente de la Society for the encouregement of the Manufactures and Commerce de Londres, Vicepresidente de la Sociedad de Africanista y Miembro de la Logia masónica Gran Oriente.109 98
Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 30 de mayo de 1887, p. 1313. 99 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 28 de febrero de 1899, p. 24, suplemento n.º 58. 100 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión 18 de enero de 1889, p. 335. 101 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 2 de marzo de 1900, pp. 2696-3203. 102 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 19 de febrero de 1885, p. 1233. 103 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 31 de mayo de 1891, p. 182. 104 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 31 de mayo de 1891, p. 182. 105 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 22 de abril de 1891, p. 478. 106 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 5 de diciembre de 1894, pp. 550, 719-720. 107 Archivo del Senado. «Diario de Sesiones», en sesión de 10 de enero de 1895, p. 68. 108 Instituto Cardenal Cisneros I Centenario..., pp. 75-76. 109 MORAYTA, Miguel: Masonería Española. Páginas de su historia. Memoria leída en la Asamblea del Grande Oriente Español de 1915 por el Gran Maestro. Madrid: Nos, 1956, 2.ª edición con ampliaciones y refutaciones de M. Carlavilla, p. 210 y en
ANEXO
405
Publicaciones Prensa — Director de La Nueva España, revista hispano-lusitana, que clausuró el gobierno conservador a los pocos números de ver la luz pública.110 — Destacamos sus artículos sobre la libertad de cátedra,111 ya desde 1853, en las revistas de los Institutos y en el periódico El Teruelano. — En 1868 dirige el periódico clandestino La Honra Nacional. Didácticas — Lecciones elementales de Historia Universal. Madrid: Sáenz de Jubera, 1866. — Nociones de Geografía Descriptiva, precedidos de un ligero resumen de Astronomía y Física. Madrid: J. Peña, 1865. — Lecciones elementales de Historia de España. Madrid: J. Peña, 1868. — Atlas elemental de Geografía histórica. Madrid: Imp. Hernando y Cía., 1889, incluye veinticuatro mapas. — Nociones elementales de Cronología para auxiliar el estudio de la Historia acompañado de un pequeño atlas. Madrid: Librería de San Martín, 1865. — Lecciones elementales de Geografía General. Madrid: Minerva, 1877. — Nociones de Historia general y particular de España. Madrid: M. J. Peña, 1867. — Nociones de Geografía descriptiva. Madrid: Imp. Julián Peña, 1869. — Programas de lecciones elementales de Historia de España. Madrid: Agustín Jubera, 1867. — Lecciones de Historia Universal. Madrid: Agustín Jubera, 1872. — Lecciones elementales de Historia Universal. Madrid: Imp. A. Pérez Dusrell, 1885. COMÍN COLOMER, Eduardo: La Masonería en España. Apuntes para una interpretación masónica de la historia patria. Madrid: Editora Nacional, 1944, p. 166. Es calificado como un miembro destacado de los «cimbrios» junto con Rivera, Manuel Becerra, Echegaray, Segismundo Moret, Romero Girón y Cristino Martos. 110 Instituto Cardenal Cisneros I Centenario..., pp. 75-76. 111 ESPERABÉ DE ARTEAGA, Enrique: Diccionario enciclopédico, ilustrado y crítico de los hombres de España..., p. 351. No hemos tenido acceso a dichos artículos.
406
ANEXO
Traducciones — BALTZER, R. y JIMÉNEZ, Eulogio, Elementos de Matemáticas traducidos directamente del alemán. — WEBER, D. G., Historia Contemporánea112 de 1830 a 1872, Madrid: F. Góngora y Cía., 1873. Traducida directamente del alemán, continuación de la traducida por Sanz del Río, a la que incorpora dos apéndices muy interesantes sobre la situación de Oriente y los últimos acontecimientos históricos de España. Otras — Álbum de retratos originales de sus contemporáneos.113 — La Reforma de la Segunda Enseñanza. Cartas que deben perderse. Madrid: F. Góngora y Cía., 1894. Bernardo Monreal Ascaso (Huesca 1824-Madrid 1894) El catedrático Monreal Ascaso es licenciado en Derecho civil y canónico y doctor en Filosofía y Letras. Accede como catedrático de Geografía e Historia al Instituto Cardenal Cisneros en 1877, ya que se había producido una vacante por la separación de Merelo Calvo. Con anterioridad, en 1870, el propio Monreal Ascaso había sido separado de la cátedra del Instituto de Ávila ante la negativa a jurar la Constitución de 1869 por razones religiosas. Académico correspondiente de la Historia,114 socio de número de la Sociedad Geográfica de París, comendador de Isabel la Católica, abogado del Ilustre Colegio de Madrid y Académico de la Matritense de Jurisprudencia y Legislación.
112
Libro muy interesante para conocer la interpretación histórica de los últimos años del reinado de Isabel II y el Sexenio. 113 Curiosa colección personal de 176 fotografías localizadas en: Biblioteca de Humanidades del CSIC, que reproducen a sus coetáneos, personas importantes en su vida política y personal. 114 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Geografía e Historia. s/c. Expediente del profesor citado. Central MEC. Archivo del Centro de Investigación y Documentación Educativa. Caja/legajos 32-8354-55.
ANEXO
407
Publicaciones Didácticas — Curso elemental de Geografía física, política y astronómica. Madrid: Hijos de Tello, 1853. Libro que recibe una crítica muy dura por parte de Palau Dulcet. — Curso elemental de Geografía física, política y astronómica moderna e histórica. Madrid: Santiago Aguado, 1913. — Epítome de Geografía. Madrid: Viuda e Hijos de Tello, 1899. — Curso de Historia de España. Madrid: M. Tello, 1890, 5.ª edición. — Atlas. Madrid:, s/l. — Programa de Historia de España en los Institutos de Segunda Enseñanza. Madrid: Tip. Gutemberg, 1872. Científicas — La Turquía y la Rusia. Historia de estos dos imperios. Madrid: Almirante, 1869, por entregas. — Descripción geográfica y su estadística de España y sus provincias de Ultramar. Madrid: Rivadeneyra, 1869. 6. Los Catedráticos de Agricultura La cátedra de Agricultura se crea en el Instituto del Noviciado en 1876, y en la actualidad se conserva el Laboratorio de Agricultura integrado en el Museo de Historia Natural del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Eduardo José Abela y Sainz de Andino El catedrático de Agricultura del Instituto del Cardenal Cisneros es Ingeniero Agrónomo y explica Matemáticas en el Instituto de Jaén hasta que en 1863 pasa a ejercer la asignatura de Agricultura en el mismo Instituto. En 1869, accede por concurso a la misma cátedra del Instituto de Sevilla. En 1876, el Conde de Toreno crea la cátedra de Agricultura Elemental en el Instituto del Noviciado, y Abela y Sainz de Andino fue nombrado numerario de esta asignatura. Permanece en ella hasta 1899, en que
408
ANEXO
pide la excedencia para ocupar cargos de responsabilidad política. A su reingreso, en 1902, la cátedra del Instituto del Cardenal Cisneros está ocupada por otro catedrático y, por tanto, es destinado a la vacante del Instituto de Málaga y, posteriormente, de Valladolid, en la que se jubila. Ocupará el cargo de vicedirector del Instituto Cardenal Cisneros, desde 1895 a 1899. De su proyección social destacamos que es director de la Granja Escuela Sevillana, consejero de la Junta Consultiva de Ingenieros Agrónomos, representante de España en diversos congresos internacionales de Agricultura y director de la Estación Enotécnica en París.
Publicaciones Periódicas — Redactor jefe de La Gaceta Agrícola.115 — Redactor de La Reforma Agrícola, periódico quincenal de Agricultura, Comercio e Industria. — Redactor de La Crónica de la Agricultura Española.116 — Colaborador de La Ilustración Española con el seudónimo de Dianno.117 Didácticas — Curso de Agricultura Elemental. Madrid: Librería Gregorio Hernando, 1877. — Economía agrícola o Programa razonado de la Agricultura. Madrid: Tip. Manuel Ginés, 1888. — Programa de Agricultura Elemental en el Instituto Cardenal Cisneros. Madrid: 1882, Imp. M. G. Hernández. — Programa razonado de Agricultura Elemental. Madrid: M. G. Hernández, 1884. — Epítome de Cosmografía y Geografía Física. Madrid: Hijos de M. G. Hernández, 1894. 115 Ley, de 1 de agosto de 1876, creando la Gaceta Agrícola en: Compilación Legislativa de Instrucción Pública..., p. 525. 116 RÍOS RUIZ, Manuel: Diccionario de escritores gaditanos..., p. 460. 117 OSORIO Y BERNARD, Manuel: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX..., p. 409.
ANEXO
409
Científicas118 — Máquinas agrícolas. Manual Práctico dedicado al conocimiento de los instrumentos y máquinas agrícolas que ofrecen mayor interés en España. Madrid: Hijos de M. G. Hernández, 1898, 2.ª edición — El libro del viticultor. Breve resumen de las prácticas más útiles para cultivar las viñas y fabricar buenos vinos. Madrid: Hijos de M. G. Hernández, 1885, 1930 última edición. — Memoria sobre el estado de la Agricultura en la Provincia de Madrid. Madrid: Impr. Estereotipia de Aribau y Cía., 1876. — El naranjo y los demás árboles confamiliares de las auranciáceas. Madrid: Imprenta M. G. Hernández, 1879. — Principios de Fisiología e Higiene. Málaga: La Española, 1907. — Memorias sobre los trabajos de extinción de la langosta. Madrid: Obra escrita en colaboración con Gumersindo Azcárate, Ministerio de Fomento, 1877. — Principios de Mineralogía. Valladolid: Imp. de Andrés Martín, 1901. — Memoria de los trabajos en que se ha ocupado la Junta de Agricultura, Industria y Comercio de la Provincia de Sevilla. Madrid: El Porvenir, 1870. — Memoria sobre los ensayos, los instrumentos y máquinas agrícolas presentadas a la Diputación Provincial. Jaén: Estereotipia y Tipografía de F. López Vizcaínos, 1865. — Técnica industrial o nociones generales de las principales industrias. Madrid: Hijos de M. G. Hernández, 1895. — Fabricación de quesos y mantecas y medios de desarrollar la industria lechera en España. Madrid: Agustín Jubera, 1891. 7. Los catedráticos de Dibujo Alberto Commelerán Gómez119 (Jaén, 1853-Madrid, 1909) Hermano del catedrático de Latín del mismo Instituto y pintor de reconocido prestigio en la sociedad madrileña del siglo XIX.
118
CUENCA, Francisco: Biblioteca de Autores Andaluces modernos y contemporáneos..., t. VII, p. 1925. 119 OSSORIO Y GALLARDO, Ángel: Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX..., p. 713. Afirma que es oriundo de Linares (Jaén).
410
ANEXO
Retrato del catedrático de Dibujo Alberto Commelerán Gómez. Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
Desde 1855 fue discípulo del pintor Bernardino Montañés y desde 1875 miembro de la Academia de San Fernando. En 1876, este catedrático ocupa la plaza de Dibujo lineal y de adorno creada en el Instituto del Noviciado por el Conde de Toreno y permanecerá en su desempeño hasta 1894. A la par obtiene por oposición la plaza de profesor auxiliar en la Escuela Central de Artes e Industria de Madrid, y ejerce en las dos instituciones educativas. Desde esta cátedra difundió el conocimiento del Dibujo geométrico entre los artesanos madrileños. Tantos alumnos acudían a su clase que fue preciso establecer turnos de admisión. Publicaciones Didácticas — Primeras nociones de Dibujo: Memoria descriptiva acerca del plan, método de enseñanza y adaptación de las nociones de dibujo a la Escuela Primaria. Madrid: Sucesores de Hernando, 1905. — Tratado elemental de Dibujo para la enseñanza de esta asignatura en los Institutos y las Escuelas de Artes Industriales. Madrid: Madrid, Hernando, en 1981, 27.ª y última edición. Desconocemos la fecha de la 1.ª edición. — Técnica de Dibujo. Madrid: Gustavo Gili, 1971, 7.ª edición.
ANEXO
411
Artísticas120 En la Exposición Nacional de 1876 presenta un estudio de cabeza humana y un lienzo que representa a D.ª María de Pacheco, recibiendo la carta de despedida de su esposo, Padilla, prisionero en Villalar. Ambos son muy bien valorados. Son conocidos un cuadro de Santo Tomé y San Luis de Francia que se conservan en el Convento de Santo Tomás de Aquino, y el Retrato del Arzobispo de Manila, que en 1920 pertenecía a una colección privada. 8. Los catedráticos de Literatura Alfredo Adolfo Camús Cardero (1818-1889) Pérez Galdós en su autobiografía titulada las Memorias de un desmemoriado121 muestra un testimonio de admiración y respeto hacia este profesor. El novelista dedica un capítulo de sus Memorias a realizar una detallada descripción, tanto física como psicológica, de Camús, a resaltar sus gustos literarios, a admirar su erudición sobre la literatura clásica y la forma de exponerla en clase. Este mismo literato presenta al catedrático Camús122 como uno de los personajes de la novela Fortunata y Jacinta el: «no cursaban todos el mismo año y aunque se reunían en la cátedra de Camús [...]». Obtiene el número uno en la oposición a la cátedra de francés en el Colegio Nacional de la Asunción de Córdoba en 1834; en 1836 se encarga de la cátedra de Geografía en el mismo centro educativo. Este Colegio en 1846 se convierte en Instituto Provincial. En 1843 es nombrado catedrático interino de la primera sección del curso primero de la Universidad de Madrid, y en 1844 se le adscribe como catedrático de Literatura e Historia. En 1845 desempeña la cátedra de Retórica y Poética del Instituto del Noviciado; el 8 de julio de 1848 cesa al ganar por oposición la cátedra de Literatura latina de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central. 120
Biblioteca de Autores Andaluces. 1921, t. I, p. 99. PÉREZ GALDÓS, Benito: «Alfredo Adolfo Camús. Memorias de un desmemoriado», en: Recuerdos y Memorias, Madrid, Tebas, 1975, pp. 117-122. 122 GALDÓS, Benito: Fortunata y Jacinta. Madrid: Sucesores de Hernando, 1915, p. 9. 121
412
ANEXO
Alfredo Adolfo Camús es reconocido como socio catedrático del Ateneo de Madrid,123 miembro de la Sociedad Geográfica de Francia, individuo de número de la Real Academia de Ciencias naturales y caballero de la Real y Distinguida Orden de Isabel la Católica. Por encargo del rector, Camús compuso la inscripción latina de la puerta principal del Paraninfo de la Universidad Central en la calle Ancha de San Bernardo. Este catedrático manifiesta que sus alumnos en la clase de Preparatorio de Literatura latina fueron su mayor motivo de orgullo, y no es extraño, pues entre ellos destacamos a Cánovas del Castillo, Castelar, Pérez Galdós, Clarín, Menéndez Pelayo, Canalejas... Publicaciones Discursos — Discurso inaugural pronunciado para la solemne apertura del curso 1843 a 1844 en la Universidad de esta Corte de Madrid acerca de la influencia de la Universidad en beneficio público y en la gloria de las naciones. Madrid: Impr. Aguado, 1843.
Prólogos — Historia de la Literatura Griega hasta la época de Alejandro. Madrid: Tipografía de Ricardo Fe, 1889, traducida de la 4.ª edición alemana por Ricardo de Hinojosa.
Didácticas — Compendio elemental de Historia Universal. Madrid: Imprenta y Librería de Boix, 1843, 2.ª edición. — Curso elemental de Retórica y Poética. Retórica de Hugo Blair. Poética de Sánchez. Textos aprobados por el Consejo de Instrucción Pública, ordenados, corregidos y adicionados con un tratado de versifi123
Archivo Ateneo/Cartas. En este sentido aun se mantienen en el Ateneo de Madrid las referencias de sus cátedras sobre la Enseñanza Pública en octubre de 1861 o sobre la Historia de la Literatura en el Renacimiento.
ANEXO
413
cación castellana y latina. Madrid: Imprenta de la Publicidad a cargo de M. Rivadeneyra, 1847. — Preceptistas latinos para uso de las clases de principios de Retórica y Poética con la traducción del Ars poetica de Horacio y notas de F. Martínez de la Rosa. Madrid: Rivadeneyra, 1846. — Programa de literatura clásica, griega y latina presentado en la Universidad Central. Madrid: Imp. Escuelas Pías, 1861.
Sobre este autor — GARCÍA JURADO, Francisco, A. A. Camús: El humanismo en el Madrid del siglo XIX. Madrid: Ediciones clásicas 2002. Ángel María Terradillos López (1827/28-1869) En su hoja de servicios constan sus títulos de licenciado en Letras, licenciado en Jurisprudencia y regente agregado de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Madrid. Con fecha del veinte de febrero de 1847, fue nombrado catedrático del Instituto del Noviciado por el Rector de la Universidad Central. Su nombramiento se produjo tras el paso del catedrático Alfredo Adolfo Camús y Cardero a dar clase en la Universidad Central. Terradillos López ejerce como director y empresario del Colegio privado del Rosario. Su jubilación, a petición propia, se produce mediante resolución del 3 de mayo de 1869. Muy pocos días después moría, el 10 de junio de 1869. En su expediente se adjunta una esquela de defunción con mención a los veintiún años de ejercicio de docencia en el Instituto del Noviciado. Fuera del Instituto ocupa los cargos de abogado del Ilustre Colegio de Madrid y tesorero de la Academia Grecolatina.
Publicaciones Didácticas Terradillos tiene una enorme producción bibliográfica principalmente de carácter didáctico, de algunos manuales localizamos hasta setenta ediciones y la suma de todas ellas ascienden a ciento setenta.
414
ANEXO
— Páginas de la infancia o sea el libro de los deberes de los niños. Madrid: Jordán, 1846. — El Evangelio para los niños: obra arreglada al castellano según el texto de «El espíritu de los evangelistas». Madrid: Imp. Hernando, 1899. — Colegio del Rosario. Reglamento. Madrid: Imp. J. M. Ducazcal, 1885. — Epítome de Gramática Castellana, Madrid, Lib. de Fernando. s.f. Epítome de Gramática castellana y ortografía. Madrid: Imp. de Hijas de Vázquez, 1869. — Elementos de Gramática Castellana según los principios de la de los idiomas, y arreglada su ortografía a la que acaba de publicar la Academia de la Lengua. Segovia: Imp. de Espinosa, 1845. — Curso elemental de literatura latina. Madrid: Imp. de la Ilustración, 1848. — Prontuario de Historia de España. Madrid: Imp. Jordán, 1846. — Colección de trozos y modelos extractados de autores selectos castellanos sobre religión, moral y poesía. Madrid: Palacios, 1847. — Manual Histórico-crítico de literatura latina. Madrid: Imp. Jordán, 1846. — Colección de trozos selectos de literatura latina. Madrid: Imp. de J. F. Palacios, 1847. — Prontuario de Gramática castellana según los principios de la filosofía de los idiomas y arreglada su ortografía a la que acaba de publicar la Academia de la Lengua. Madrid: Lib. Hernando, 1845. — Compendio menor de Gramática castellana, fundado en las mejores doctrinas y arreglada su ortografía a la Real Academia de la Lengua. Madrid: Imp. Jordán, 1847. — Prontuario de Literatura preceptiva. Madrid: Imp. Jordán, 1856. — Lecciones elementales de Retórica y Poética. Madrid: Hernando, 1852, en colaboración con A. A. Camús. — Programa de Retórica y Poética. Madrid: Imp. Publicidad, 1847. Manuel Romero Aznárez (1839-1896) Licenciado y doctor en Letras. Llega al Instituto del Noviciado por concurso de traslado desde el Instituto de Zaragoza en 1852 para la cátedra de Latín y Castellano. Ante los cambios propuestos en el plan de estudios de 1868, Romero Aznárez tuvo que impartir la asignatura de Retórica y Poética. Es separado del cuerpo de catedráticos de segun-
ANEXO
415
da enseñanza el 26 de mayo de 1870 por negarse a jurar la Constitución de 1869. El 13 de agosto de 1872, el rector informa al director del Instituto que la Junta Consultiva de Instrucción Pública ha examinado el informe del profesor Romero Aznárez, ya que ha jurado la Constitución con las salvedades a Dios y a la Iglesia. La autoridad ha tenido a bien que Manuel Romero Aznárez, catedrático que fue de Retórica y Poética, sea declarado excedente desde la fecha de la real orden, y que el tiempo trascurrido desde que fue separado hasta la declaración de excedencia «no sea de abono para los derechos de escalafón aunque vuelva a su cátedra o a otra análoga».124 El propio Romero Aznárez, con fecha del 5 de septiembre de 1872, escribe una carta al director informándole que había jurado la Constitución de 1869. A partir de este momento comienza el proceso para restituir a Romero Aznárez a su cátedra o análoga, pero en Madrid no hay ninguna cátedra vacante, razón por la que el catedrático aceptó ser profesor auxiliar de letras del Instituto del Noviciado, cobrando como honorarios las dos terceras partes del sueldo, es decir ocho mil reales. Esta situación se mantiene hasta el año 1877 en que se jubila el catedrático de Historia del Instituto de San Isidro y se incorpora a dicha cátedra. Publicaciones — Programa de Historia Universal de la Universidad Central. Instituto San Isidro. Madrid: Imp. de Ignacio Moraleda, 1878. — Programa de la asignatura de Geografía para el curso 1881 a 1882 del Instituto San Isidro. Madrid: Imp. Gregorio Hernández, 1881. Narciso Campillo y Correa (Sevilla, 1835-Madrid, 1900) Catedrático, periodista y escritor. Tras haber manifestado sus simpatías por las ideas progresistas ocupa la cátedra vacante de Retórica y Poética por el procedimiento de comisión de servicios. Al trasladarse al Instituto del Noviciado de Madrid era concejal del ayuntamiento de Cádiz. El 26 de octubre de 1854 obtuvo por unanimidad de votos el grado de bachiller en Filosofía y Letras en el Instituto de Sevilla. Estudia algunos 124
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid s/c.
416
ANEXO
Retrato del catedrático de Literatura Narciso Campillo y Correa. Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
años de Cosmografía y Pilotaje en el extinguido Colegio Nacional de San Telmo125 (Cádiz). En el bachillerato fue alumno de Francisco Rodríguez Zapata, discípulo de Lista y, él mismo fue uno de los creadores de la Nueva Escuela Sevillana.126 El 3 de julio de 1861 obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras con nota de sobresaliente por la Universidad de Sevilla. Cursó los dos primeros años de la facultad de Jurisprudencia. Su carrera docente comienza en 1865 al ganar por oposición la cátedra de Retórica y Poética de Cádiz dotada con un sueldo de diez mil reales. En virtud de la reforma de segunda enseñanza de 9 de octubre 1866, y por real orden, de 16 de octubre del mismo año, Campillo Correa es numerario de la cátedra de Latín y Principios Generales de Literatura con el mismo sueldo. Por supresión de esta cátedra, mediante el decreto de 25 de octubre de 1868, queda como numerario desempeñando la vacante de Principios Generales de Arte y Elementos de Literatura. Por orden del ministro de Fomento, Ruiz Zorrilla, fue nombrado para la cátedra de Retórica y Poética del Instituto del Noviciado el 18 de 125
««Era preciso para estudiar en este colegio ser huérfano, pobre y de noble cuna. El Estado costeaba la educación y la alimentación de los internos. Allí fue condiscípulo de G. A. Bécquer, en: MOMBELA, Julio: Bécquer. Páginas desconocidas, Recopilación de Fernando Iglesias Figueroa, Madrid, Renacimiento, s/f. p. 13. 126 AYALA, María Ángeles: «Una decena de cuentos», primera recopilación de Cuentos de Campillo y Correa en: el Cuento Español en el siglo XIX. Autores raros e olvidados. En: Scriptura, Jaume Pont, Ed. Universitat de Leida, 2001, p. 133.
ANEXO
417
mayo de 1869, en comisión de servicios, con un sueldo de tres mil pesetas anuales. Obtuvo esta cátedra, en propiedad, por concurso de fecha 13 de abril de 1871, con un sueldo de cuatro mil pesetas anuales, al sumarle los premios de antigüedad y méritos. En el ejercicio de la docencia en centros privados destacamos que en enero de 1857 en compañía de dos socios fundó el Gimnasio de Sevilla.127 Del 1 de noviembre de 1865 al 31 de mayo de 1867 enseñó en el Colegio de San Fernando de Sevilla dirigido por D. Antonio San Martín. Desde enero de 1861 hasta 1865 da clases de Retórica y Poética en el Colegio Santa Catalina de Sevilla. El 15 de octubre de 1864 es elegido miembro de la Academia Nationale, Agricole, Manufacturiere et Comerciale de Francia. Se declaró progresista y demócrata en 1868 y tras la Revolución fue miembro de las Juntas Revolucionarias de Cádiz.128 El 19 de septiembre de 1868 fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Cádiz y secretario de esta institución. Por nombramiento del 2 de octubre de 1868 fue vocal de la Junta de Fomento e Instrucción Pública de Cádiz, empleo no remunerado. Además el 14 de diciembre de 1868 fue nombrado vocal de la Junta provincial de primera enseñanza de Cádiz, empleo no remunerado. El 20 de febrero de 1872, ya residiendo en Madrid, fue nombrado socio honorario del Liceo Artístico de Sevilla y el 24 de mayo de 1879 fue nombrado académico de la Real Academia Gaditana de Ciencias y Letras de la sección de Literatura. Al año siguiente fue nombrado académico numerario de la Academia Gaditana de Ciencias y Artes, y miembro de la Sociedad de la Liga contra la Ignorancia,129 en agradecimiento por enseñar lectura, escritura y principios de aritmética a trabajadores pobres madrileños. Pero quizás, una de las actividades que más veces repitió fue la de vocal de distintos tribunales de oposiciones. Comenzó en diciembre de 1871, muy poco tiempo después de haber obtenido la cátedra del Instituto del Noviciado, y lo hizo como vocal de tribunal de oposiciones para la provisión de una plaza de maestra de escuela de San Bernardino y 127
Instituto de Enseñanza Media del Cardenal Cisneros. I Centenario..., pp. 95-96. CÁSCALES Y MUÑOZ, José: Sevilla intelectual. Sus escritores y artistas contemporáneos. Setenta y cinco biografías de los mejores ingenios hispalenses y apéndice con estudios bibliográficos y críticos, Madrid, Libr. De Victoriano Suárez, 1896, p. 230. 129 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. A propuesta de su presidente Manuel Villegas. 128
418
ANEXO
vocal del tribunal de oposiciones para provisión de una plaza de maestra de niñas en las escuelas normales. Nuevamente, en 1882 fue vocal del tribunal de oposiciones a las cátedras de Retórica y Poética de los Institutos de Murcia, Ávila, Pamplona y Canarias y en 1891 fue vocal del tribunal de oposiciones para las cátedras vacantes de Retórica y Poética de los Institutos de Valencia y Reus. Por invitación del Conde de Toreno, ministro de Fomento, escribió una Memoria sobre la Segunda Enseñanza, «que debe estar arrinconada en algún lugar del Ministerio».130 Publicaciones Prensa131 Colabora en la prensa asiduamente como articulista, autor de cuentos y crítico literario. — El Mediodía, periódico literario y artístico que fundó en Sevilla en enero de 1856. — Desde 1863 a 1865 dirigió el Diario de Sevilla. — En 1866 y 1867 fue redactor del Diario de Cádiz y de El Demócrata Andaluz. — En 1869 y 1870 fue redactor de El País de Madrid. — En 1869 dirigió El Museo Universal. Al desaparecer este periódico por fundirse con la Ilustración Española y Americana, siguió como redactor. — Colaboró en Los Lunes del Imparcial y La España Moderna. — Corresponsal en Madrid de varios periódicos de Sevilla, Chile y Argentina. — Campillo y Correa pronuncia conferencias históricas, literarias y participa en veladas literarias y poéticas del Ateneo de Cádiz, y en el de Sevilla. En Madrid despliega una enorme actividad en el Ateneo de Señoras y en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid.
130
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de catedráticos de Literatura. s/c. Expediente del profesor citado. 131 MONTERO, Carlos de: Biografías de hombres célebres. Madrid: Blass y Cía., 1916, t. I, p. 247.
ANEXO
419
Literarias132 Con veintidós años de edad publica la obra titulada Poesías (1858). Esta obra llegó a incluirse en las críticas literarias que realizaba Juan Valera.133 Las Poesías de Campillo y Correa son de interés escaso para la crítica de nuestro siglo,134 a pesar del éxito que gozaron tras su publicación. Es considerado precursor de Bécquer y representante del espíritu ecléctico de la Nueva Escuela Sevillana de poesía.135 Los principios literarios de esta Escuela Sevillana coinciden con el credo estético de la lírica renacentista que comprende poetas como José Amador de los Ríos, Manuel Cañete, Ruiz de Apodaca, Gabriel Tassara, Luis Segundo Huidobro... De esta lírica renacentista, Campillo y Correa siente una especial predilección por Fray Luis de León y especialmente por su obra La Profecía del Tajo. El catedrático de Literatura conoce también y admira a Víctor Hugo, Lamartine y Zorrilla. Como poeta gozó en vida de la estimación de un buen número de lectores.136 Su creación poética, a pesar de su vinculación con la Escuela Sevillana, va desde el romanticismo convencido hasta la contemplación mística, pasando por el sensualismo erótico, aunque principalmente se decantará hacia una poesía de corte clásico. Sus relaciones con el romanticismo hay que ligarlas a su amistad con Bécquer en Sevilla y posteriormente en Madrid.137 132
CUENCA, Francisco: Biblioteca de Autores Andaluces modernos y contemporáneos.., t. VI, p. 426. 133 Dato a tener en cuenta pues su manual de Perceptiva Literaria está dedicado a este escritor. Las críticas de Juan Valera sobre Narciso Campillo Correa son reproducidos en: El Contemporáneo, Madrid, Castalia, 1966, pp. 27-30. 134 LÓPEZ ESTRADA, Francisco: Campillo y Trueba, predecesores de Bécquer en la pregunta ¿Qué es la poesía? Tirada aparte de Homenaje a la Memoria de Antonio Rodríguez-Moñino 1910-1970, Madrid, Castalia, 1975, pp. 373-381. 135 Un estudio de la obra literaria de Campillo Correa puede encontrarse en: FUENSANTA GUERRERO, en: Revista de Literatura XXV, 1964, números 51 y 62. 136 AYALA, María Ángeles: «Una decena de cuentos», primera recopilación de Cuentos de Campillo y Correa en: el Cuento Español en el siglo XIX. Autores raros e olvidados..., p. 133. 137 CAMPILLO Y CORREA, Narciso: escribe una biografía de Bécquer, que debía publicarse tras su muerte bajo el título de «Mis Contemporáneos». El manuscrito lo conserva entre sus papeles MOMBELA, Julio: y se publica en: Bécquer. Páginas desconocidas. Madrid, Renacimiento, s/f., del cual recogemos los versos de corte horaciano dirigidos a Campillo y Correa por Bécquer: «Muy más sabrosos que la miel hiblea, // Más gratos que el murmullo de la fuente, // Me son, Narciso, tus hermosos versos».
420
ANEXO
De su obra, destacamos: — Poesías. Sevilla: Librería Española y Extranjera, 1867. — Memoria y teoría del Estilo. Cádiz: La Marina, 1865. — Cartas y Poesías inéditas dirigidas a Eduardo Barra. Valparaíso: Imp. de Roma, 1923. — Nuevas Poesías. Cádiz: Arjona Impresor SM., 1867. Fuertemente influido por Fray Luis de León y Francisco Herrera, fue un admirador apasionado de clásicos andaluces: Herrera, Rioja, Arquijo. — Almanaque Enciclopédico. Cádiz: 1868 y 1869. s/l. — Nuevos Cuentos. Madrid: R. Páez, 1881. — Una docena de cuentos, Biblioteca Selecta de Autores Contemporáneos. Madrid: Ilustración Española e Hispanoamericana, 1878. Prólogo de Juan Valera, donde muestra cierto espíritu anticlerical inspirándose en la obra de Boccacio. Es una colección de cuentos de carácter popular con refranes y anécdotas de tipo tradicional. — Cuentos y sucedidos en prosa y verso, en colaboración con Javier de Burgos. Madrid: Hernando y Cía., 1899. — Florilegio Español, Madrid, Hernando, 1885, 2 volúmenes. El número uno recoge una colección de artículos originales del autor y el segundo una selección de las mejores poesías españolas. — Se le atribuyen Historias de la Corte Celestial, Madrid, Imp. de Domingo Blanco. Estas historias están firmadas bajo el seudónimo de Un Sacristán Jubilado.138 Varios son los críticos importantes de la época que comentan su obra, Gumersindo Laverde, que tanto distaba de las ideas de Campillo le consideraba uno de los primeros líricos139 del siglo XIX. El Padre Blanco, crítico literario que para ningún progresista prodiga elogios, califica de «varia, elegante y espléndida la inspiración de Narciso Campillo».140
138
PALAU DULCET, Antonio: Manual del librero hispanoamericano: bibliografía general española e hispanoamericana..., t. III, p. 82. 139 LAVERDE, Gumersindo: «Nivelación de los Institutos de Segunda Enseñanza» en: Ensayos críticos sobre Filosofía y Literatura e Instrucción Pública..., p. 466. 140 GARCÍA MERCADAL, José: Antología de los Humoristas españoles del siglo I al XX..., p. 440.
ANEXO
421
Didácticas — Retórica y Poética o Literatura preceptiva. Madrid: Imp. Hernando, 1872, 1.ª edición. Desde la 7.ª ed., en 1912, se le incorpora un «Resumen crítico de la historia de la literatura española» por Andrés González Blanco. — Programa de Retórica y Poética o Literatura Preceptiva que explicara D. Narciso Campillo Correa. Madrid: Imp. de G. Hernando, 1873. Prólogos — Alba, Leopoldo: La revolución española en el siglo XIX. Madrid: Imp. Universal, 1869. — Magariños, Cazalla, Ensayos poéticos. Madrid: Tip. de Francisco Monrroy, 1867. Sobre este autor — BAQUERO GOYANES, Mariano en: El cuento español en el siglo XIX, Madrid, CSIC, 1949. — COSSÍO, José María: «la Escuela Sevillana de poesía», en Cincuenta Años de poesía española (1880-1900). Madrid: Espasa Calpe, 1960. — LÓPEZ ESTRADA, Francisco: Campillo y Trueba, predecesores de Bécquer en la pregunta ¿Qué es la poesía? Madrid: Castalia, 1975, pp. 373-381. Tirada aparte de Homenaje a la Memoria de Antonio Rodríguez-Moñino 1910-1970. — GUERRERO, Fuensanta: «Vida y obra de Narciso Campillo», en: Revista de Literatura, 1964, p. XXV, 49-50. — BAQUERO ESCUDERO, Ana, El cuento popular en el siglo XIX. (Fernán Caballero, Luis Coloma, Narciso Campillo, Juan Valera). Murcia: Anales de la Universidad de Murcia, 1 y 2 (1894-1895). — AYALA, María Ángeles: «Una decena de cuentos, primera recopilación de Cuentos de N. Campillo y Correa», en: El Cuento Español en el siglo XIX. Autores raros e olvidados, en: Scriptura, Jaume Pont Ed. Universitat de Leida, 2001.
422
ANEXO
9. Los catedráticos de Latín Hemeterio Suaña Castellet (Barcelona, 1830-Madrid, 1910) En 1865 fue nombrado catedrático de Latín para el Instituto del Noviciado donde permaneció hasta su jubilación en 1904, es decir, cuarenta y cinco años consecutivos. Ejerce como secretario del Instituto del Noviciado, más tarde Cardenal Cisneros, desde 1873 y va a recibir la condecoración de la Encomienda de Isabel II «por sus obras con gloria propia y de su patria, obras que contribuyen al aumento de las riquezas materiales y a la mejora moral del país».141 Esta es una medalla concedida a los profesores que se distinguen por la calidad de sus obras científicas, literarias o artísticas. Publicaciones Didácticas — Curso teórico y práctico de latinidad. Madrid: Imp. de la Vda. de D. Antonio Yenes, 1868-69. — Programa de las materias que comprende el primer año de Lengua Latina. Madrid: Compañía de Impresores, 1879. — Programa de lengua latina. Madrid: Corporación de Impresores y Libreros, 1879. — Curso de traducción latina. Madrid: Arribau, 1892. Folletos escritos sobre el Instituto — Breve noticia histórica del Instituto Cardenal Cisneros. Madrid: Imp. y Est. Aribau y Cía., 1878, 35 pp. — Elogio al Cardenal Cisneros leído en solemne función académica del 26 de mayo de 1875 bajo la dirección del ministro del ramo, Conde de Toreno al que se incorpora un estudio crítico biográfico del maestro Elio Antonio de Nebrija. Madrid: Imp. Est. Aribau y Cía., 1878, 59 pp. — Memoria acerca del estado del Instituto del Noviciado de Madrid durante el curso de 1875 a 1876, leída en el acto de apertura del curso 141 Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Carpeta de catedráticos de Latín. s/c. Expediente del profesor citado.
ANEXO
423
de 1876 a 1877, por D. Hemeterio Suaña y Castellet, catedrático numerario y secretario del establecimiento. Madrid: Imprenta de Segundo Martínez, 1866. — Memoria acerca del estado del Instituto del Cardenal Cisneros (antes el Noviciado) durante el curso de 1876 a 1877, escrita por Hemeterio Suaña y Castellet, catedrático y secretario del establecimiento. Madrid: Imprenta, Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau y Cía, 1877. — Discurso inaugural para la apertura del curso 1872-73. Madrid: Imp. Segundo Martínez, 1872, 38 pp., en el que saca «en pública palestra la defensa de un idioma (el latín) tan combatido en estos tiempos».142 Francisco Andrés Commelerán Gómez (Zaragoza, 1848-Madrid, 1919) Este catedrático presenta en su hoja de servicios los méritos de ser doctor en Filosofía y Letras y licenciado en Derecho, licenciatura que obtuvo siendo catedrático del Instituto del Cardenal Cisneros. Ganó por oposición la cátedra de Latín y Castellano del Instituto del Noviciado en 1873 y permaneció como tal hasta su jubilación en 1918. Conmelerán Gómez ejerció cuarenta y seis años consecutivos en la cátedra del Instituto del Cardenal Cisneros.
Retrato del catedrático de Latín Francisco Andrés Commelerán Gómez. Fuente: Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros.
142 La importancia del lenguaje en general y en particular de la lengua latina (1872)..., p. 12.
424
ANEXO
Asume la responsabilidad de ser director143 del Instituto desde el 31 de julio de 1895. Tomó posesión tras el fallecimiento de M. M.ª J. Galdo López de Neira y cesó por jubilación el 14 de diciembre de 1918. Académico144 de la Española desde enero de 1889 y Censor perpetuo desde 1903. Para el discurso de recepción en mayo de 1890 eligió el tema: Las leyes que regulan las transformaciones que el estado actual de nuestra lengua sufre en su elemento fonético. La palabra latina se transforma en castellana. Fue contestado por el escritor Juan Valera.145 Consejero de Instrucción Pública y senador por la provincia de Segovia desde 1899 a 1901 y por la provincia de Cuenca de 1907 a 1908. Destacamos que en la legislatura de 1899 a 1900 fue miembro de la Comisión de regulación del trabajo de las mujeres y los niños,146 y en la legislatura 1907 a 1908 fue senador por la Real Academia Española y ejerció como miembro de la Comisión de Corrección de Estilo147 y miembro de la Comisión de honor y mensaje de recibimiento y despedida de SS. MM. en la sesión regia de apertura.148 Posteriormente, en las legislaturas de 1911 a 1914, 1914 a 1915, 1916, 1917, 1918, 1919 a 1920 es senador por la Real Academia Española también fue miembro de la Comisión de corrección de estilo.149 Recibe la medalla de Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica.
143
Archivo del Instituto del Cardenal Cisneros. Carpeta de Directores. s/c. Expediente del profesor citado. 144 SAINZ DE ROBLES, Federico C: Ensayos de un Diccionario de Escritores Españoles e Hispanoamericanos,1953, 2.ª edición, p. 383. 145 Instituto de Enseñanza Media Cardenal Cisneros, I Centenario..., p. 91. 146 «Diario de Sesiones», en sesión de 5 de diciembre de 1859, p. 1496. 147 «Diario de Sesiones», en sesión de 23 de mayo de 1907, p. 75. 148 «Diario de Sesiones», en sesión de 12 de mayo de 1907. 149 «Diario de Sesiones»,en sesión de 23 de mayo de 1914, p. 66. «Diario de Sesiones», en sesión de 11 de noviembre de 1914, p. 91. «Diario de Sesiones», en sesión de 23 de mayo de 1916, p. 98. «Diario de Sesiones», en sesión de 1 de febrero de 1917, p. 55. «Diario de Sesiones», en sesión de 5 de junio de 1918, p. 567. «Diario de Sesiones», en sesión de 30 de junio de 1919, p. 343. Se refleja su fallecimiento en el «Diario de Sesiones», en sesión del 19 de noviembre de 1919, p. 636. Interviene el Presidente de la Cámara, Manuel Allendesalazar, calificando al senador de «infatigable trabajador de las Letras, merecedor con sus propios esfuerzos de la gran reputación de docto que gozaba. Gramático y humanista notable, trato afable dentro de su severidad en lo que se refiere a las ideas morales y costumbres. Educador de varias generaciones de discípulos de los que se encuentran algunos en esta Cámara».
ANEXO
425
Publicaciones Discursos — Contestación a los discursos que se pronunciaron ante la Real Academia Española con motivo de la recepción de D. Francisco Fernández González en 1894, y de D. José Alemany Bolúfer en 1909. Artículos — Colección de artículos sobre el Diccionario de la Lengua Castellana por la Academia Española. Madrid: Imp. de A. Pérez Dubrull, 1887. Didácticas150 — Gramática comparada de la lengua Castellana y Latina. Madrid: Agustín Jubera, 1897, Imp. Teresiana. — Didáctica Gramática elemental de la lengua latina escrita por los dos primeros cursos de la Segunda Enseñanza. Madrid: Perlado y Páez, Suc. Hernando, 1881. — Diccionario lógico-etimológico latino-español. Madrid: Perlado, Páez y Cía., 1907. — Crestomatía Latina de Autores sagrados y programas elegidos, anotados y gradualmente dispuestos. Madrid: Imp. A. Pérez Dubrull, 1888. — Gramática de Lengua Castellana. Madrid: s/l. Científicas — D. Pedro Calderón de la Barca, príncipe de los ingenios españoles, Estudio biográfico-crítico. Madrid: Impr. D. A. Pérez Dubrull, 1900. 150 Commelerán Gómez legó su biblioteca personal al Instituto del Cardenal Cisneros en 1910. Esta biblioteca se compone de más de 2.000 títulos, varios de ellos pueden ser clasificados como joyas bibliografícas de un gran valor para el estudio de las lenguas clásicas y la gramática castellana en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Este legado se encuentra integrado en la Biblioteca del Fondo Antiguo del Instituto del Cardenal Cisneros.
426
ANEXO
10. Catedrático supernumerario Félix Sánchez Casado (1836-1896) Fue alumno del Instituto del Noviciado entre 1847 y 1852, cursando el bachillerato con la calificación de sobresaliente en todas las asignaturas y premio extraordinario en segundo, tercero y quinto año. Aprobó el 24 de junio de 1852 el grado de bachiller de Filosofía; el mismo año en el curso preparatorio para la Facultad de Jurisprudencia obtuvo el Premio Ordinario.151 Entre los años 1853 y 1856 aprobó primero, segundo, tercero y cuarto de la sección de Literatura con nota de sobresaliente y premio ordinario. El 8 de mayo de 1856 recibió el grado en la Facultad de Literatura con nota de sobresaliente por unanimidad del jurado; y SM. la Reina Isabel II en persona le otorgó el título. En los años comprendidos entre 1853 y 1858 aprobó, en la Universidad Central, los cinco años de Facultad de Jurisprudencia con nota de sobresaliente, obteniendo en 1859 el grado de licenciado en la facultad de Derecho. Accede a la carrera docente como profesor auxiliar de Letras, con solicitud dirigida al director del Instituto con fecha de 25 de junio de 1859. Así, el 27 de octubre de 1859 es profesor auxiliar de Letras con un sueldo de ocho mil reales, y, a partir, del curso 1859-1860 es nombrado profesor auxiliar de la cátedra de Latín y Geografía con el mismo sueldo. En el curso 1860-1861, es profesor auxiliar de Psicología, Lógica y Ética, y, a partir de febrero de Geografía e Historia, con dieciocho horas de docencia semanales. En el curso 1861 ejerce como sustituto por las ausencias y enfermedades de los catedráticos de Latín y Psicología, Lógica y Moral. El curso 1862-1863 es profesor del primer año de Latín y Castellano y desde enero sustituye al catedrático de Historia general. El curso 1863-1864 es profesor del segundo año de Latín y Castellano. El curso 1864-1865 es profesor del primer curso de Latín y Castellano y sustituto de la cátedra de Francés. El curso 1866-1867 es profesor para Perfección del Latín y Principios de Literatura. Es cesado como profesor auxiliar desde el 30 de abril de 1867 hasta el 24 de agosto de 1875, que obtiene de nuevo el cargo de profesor auxiliar de la sección de Letras con un sueldo de siete mil reales. Ganará la cátedra del Instituto de Ciudad Real, pero no se incorpora, pues prefiere 151 Archivo del Cardenal Cisneros. Carpeta de profesores auxiliares de Literatura, s/c. Expediente del profesor citado.
ANEXO
427
seguir ocupando la plaza de profesor auxiliar de la sección de Letras del Instituto del Cardenal Cisneros. En 1876 obtiene la cátedra de supernumerario de Geografía e Historia al dividirse dicha cátedra en dos: Geografía e Historia de España, e Historia universal. Para este nombramiento se acoge al derecho que le concede el Real Decreto del 11 de julio de 1871, por haber ejercido esta asignatura más de tres años. La Junta de Catedráticos dirige una carta al director general de Instrucción Pública en la que solicita por unanimidad el nombramiento de catedrático supernumerario para Félix Sánchez Casado por sus servicios y aptitudes. El director del Instituto del Cardenal Cisneros, en nombre de la Junta de Profesores, incorpora a esta carta una hoja de servicios que justifica el ejercicio de diez años como profesor auxiliar del Instituto del Noviciado con «constante celo y conocimiento, con varias obras publicadas, y exactitud, firmeza, asiduidad y acierto para mantener la disciplina».152 El título de catedrático lo consiguió con fecha de 8 de marzo de 1884, trasladándose al Instituto de San Isidro para ocupar la cátedra de Historia, es decir, es nombrado catedrático después de veinticinco años de servicio. Fue consejero de Instrucción Pública.
Publicaciones Periódicos153 — Colaborador de La Ilustración Católica.
Didácticas154 — Gramática Latina; de este manual no poseemos más información que la firmada por el autor en su hoja de servicios. 152 Archivo del Cardenal Cisneros. Carpeta de profesores auxiliares s/c. Expediente del profesor citado. En el expediente de este profesor está incorporada un Acta de reunión de la Junta de Catedráticos con esta solicitud y la firma de todos los catedráticos de este Instituto. 153 OSORIO Y BERNARD, Manuel: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX..., p. 154. 154 Donaba el 25 por ciento de su salario y de la venta de manuales escolares a los pobres de Madrid.
428
ANEXO
— Elementos de Geografía comparada. Madrid: Librería Hernando, 1884. — Prontuario de Geografía. Madrid: Imp. L Aguado, 1872. — Elementos de Historia Universal. Madrid: Librería Hernando, 1884. — Prontuario de Historia Universal. Madrid: Imp. L. Aguado, 1869. — Atlas de Geografía s/l. — Prontuario de Retórica y Poética. Madrid: G. Hernando, 1876. — Prontuario de Psicología, Lógica y Ética. Madrid: Librería G. Hernando, 1876. — Prontuario de Aritmética y Álgebra. Madrid: Viuda de Gómez Fuentenebro 1874. — Prontuario de Geometría y Trigonometría. Madrid: Imp. L. Aguado, 1902. — Guía del Bachiller de Letras. Madrid: Imp. De Federico Escámez, 1870. — Guía del Bachiller de Ciencias. Madrid: Imp. Federico Escámez, 1891. — Elementos de Física y Química. Madrid: Librería Hernando, 1884. — Historia Natural con principios de Fisiología e Higiene. Madrid: Imp. Gutemberg, 1882. — Elementos de Historia Natural. Madrid: Gutemberg, 1882. — Elementos de Fisiología e Higiene. Madrid: Jubera, 1882. — Prontuario de Historia de España. Madrid: Librería Hernando, 1876. — Atlas escolar para el estudio de Geografía e Historia de España. Madrid: Librería Hernando, 1898. — Elementos de Ética para alumnos de 3.º Palma: Imp. Moseen Alcover, 1937. — Epítome de Historia de España. Madrid: Hernando y Jubera, 1901. Sobre este autor — D.E.S.C. y R. M. Agustín Arnal: Biografía del Sr. Sánchez Casado. Madrid: Arnal, 1879. — Biografía seguida de cuatro escritos del difunto Sánchez Casado. Madrid, A. Arnal, 1897.
Editada bajo la supervisión del Departamento de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, esta obra, fruto del coraje y la entereza de su autora, se terminó de imprimir en octubre de 2009 en Sociedad Anónima de Fotocomposición
53. El motín de Esquilache, América y Europa. José Andrés-Gallego. 54. Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de la Mancha (11501250). Francisco Ruiz Gómez. 55. 1635. Historia de una polémica y semblanza de una generación. José M.ª Jover. 56. Moneda y Arbitrios. Consideraciones del siglo XVII. Elena María García Guerra. 57. España y Estados Unidos en el siglo XX. Lorenzo Delgado y Mª Dolores Elizalde (editores). 58. Gremios y artesanos en Madrid, 1550-1650. Juan Carlos Zofío Llorente. 59. La política exterior de España: Tomo 1. Una política mediterránea, occidental y de paz (1899-1905).
Tomo 2. Junto a las naciones occidentales (19051914). Cristóbal Robles Muñoz. 60. Comerciando con el enemigo: El tráfico mercantil entre Inglaterra y España (1700-1765). Nélida García Fernández. 61. Rumbo al Sur. Francia y la España del desarrollo, 1958-1969. Esther M. Sánchez Sánchez. 62. Rafael María de Labra. Cuba, Puerto Rico, Las Filipinas, Europa y Marruecos, en la España del Sexenio Democrático y la Restauración (18711918). María Dolores Domingo Acebrón. 63. Literatura de viajes y Canarias. Tenerife en los relatos de viajeros franceses del siglo XVIII. Cristina González de Uriarte Marrón. 64. Poder y movilidad social. Cortesanos, religiosos y oligarquías en la Península Ibérica (siglos XVXIX). F. Chacón Jiménez, Nuno G. Monteiro (editores). 65. Failure of catalanist opposition to Franco (1939-1950). Casilda Güell Ampuero. 66. Cambios y alianzas. La política regia en la frontera del Ebro en el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214). Ignacio Álvarez Borge. 67. Los moriscos en La Mancha. Sociedad, economía y modos de vida de una minoría en la Castilla moderna. Francisco J. Moreno Díaz-Campo. 68. ¿Verdades cansadas? Imágenes y estereotipos acerca del mundo hispánico en Europa. Víctor Bergasa, Miguel Cabañas, Manuel Lucena Giraldo e Idoia Murga (editores). 69. Gobiernos y ministros españoles en la Edad Contemporánea. José Ramón Urquijo y Goitia.
El Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid (1845–1877) nace con la intención de colmar en parte la gran carencia de obras de referencia sobre las instituciones educativas de largo recorrido histórico en nuestro país. Al mismo tiempo, la obra contribuye a la revalorización del rico y variado patrimonio educativo que custodia el centro desde hace más de ciento setenta años. Situado en el corazón de la Universidad Central, el Instituto Cardenal Cisneros es una institución singular que va a compartir aulas, gabinetes y laboratorios con las facultades de Derecho, Filosofía y el Rectorado de la Universidad de Madrid. Precisamente, esta proximidad es la que facilita que se convierta, una y otra vez, en el laboratorio de experimentación pedagógica de las distintas sensibilidades políticas, a la vez que contribuye a forjar una institución prestigiosa llamada a ejercer una gran influencia sobre una minoría de selectos que acabaron asumiendo los puestos de máxima responsabilidad en la sociedad española. En los últimos años se ha reavivado el debate sobre la educación secundaria y se han propuesto varias reformas consecutivas desde posturas enfrentadas. La polémica acerca de los fines, el carácter y los valores que se
transmiten en esta etapa que tanto interesa a padres, políticos, profesores, alumnos y sociedad en general, reaparece de forma recurrente. Curiosamente, la principal aportación de la obra es que nos muestra una radiografía de la actualidad educativa pese a tratar de un período de tiempo ciertamente lejano, el del segundo tercio del siglo xix. El conocimiento detallado de la trayectoria histórica del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid, escenario real de la actividad educativa, sin duda alguna ayudará a superar discrepancias, a encontrar respuestas a los viejos problemas y a alcanzar, en un futuro que deseamos próximo, un punto de encuentro, un pacto de estado que posibilite la estabilidad necesaria de la educación secundaria.
70
CARMEN RODRÍGUEZ GUERRERO
Carmen Rodríguez Guerrero
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
EL INSTITUTO DEL CARDENAL CISNEROS DE MADRID (1845-1877)
Colección Biblioteca de HISTORIA: Últimos títulos publicados:
CSIC
Carmen Rodríguez Guerrero (Cáceres, 1958) es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense (1984) y doctora en Ciencias de la Educación por la UNED (2004). Actualmente ejerce como bibliotecaria y profesora del Instituto del Cardenal Cisneros y participa en el programa I + D Ciencia y educación en los institutos históricos madrileños: 1837-1936 (S 2007/ HUM – 0512 de la Comunidad de Madrid). Desde 1998, la autora centra sus investigaciones en el estudio y recuperación del patrimonio histórico educativo del Instituto del Cardenal Cisneros. Sobre todo le interesa el papel que, desde 1837, ha venido desarrollando el profesor de bachillerato en la sociedad de su tiempo, influencia que analiza especialmente a través de la pervivencia del profesor en la memoria de sus alumnos.
BIBLIOTECA DE HISTORIA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Cubierta: Escalera monumental del Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid. Fotografía: Francisco Ruiz Collantes