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Publicado originalmente en: Cuadernos del Instituto Nacional de Investigaciones Folklóricas Nº3, 1962, Buenos Aires, Argentina.
El quichua de Catamarca y La Rioja Por: Ricardo L. J. Nardi 0. Introducción. 1. Noticias generales sobre el quichua de Catamarca y La Rioja. 2. Fuentes para su estudio. 2.1. Crítica de las fuentes. 2.2. Materiales. 2.2.1. Fonética. Vocales. Consonantes. 2.2.2. Léxico. 2.2.2.1. Hispanismos. 2.2.3. Análisis de los sufijos. 2.2.4. Sintaxis. 2.2.4.1. Frases. 2.2.4.2. Oraciones (clauses y sentences) 2.2.5. Discusión de los materiales. 2.2.5.1. Fonética y fonología. 2.2.5.2. Morfofonémica. 2.2.5.3. Morfosintaxis. 2.2.5.4. Léxico. 3. El quichua prehispánico en el Noroeste. 4. El quichua posthispánico en el Noroeste. 5. Posición dialectal del quichua de Catamarca y La Rioja. 6. Conclusiones. ... Bibliografía.
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Indice || Primera Parte || Segunda Parte || Tercera Parte || Cuarta Parte || Quinta Parte || Sexta Parte
El quichua de Catamarca y La Rioja Parte I
0. Introducción. En la Argentina se hablaron, y se hablan aún, varias lenguas indígenas. El inexorable proceso de industrialización y extensión de las pautas nacionales o urbanas fue asimilando en distinto grado a diversos grupos socioculturales o los aniquiló. Así se perdieron para la ciencia numerosas etnías y sus patrimonios culturales. El quichua de Catamarca y La Rioja, uno de los dialectos de la lengua indígena más importante en la historia cultural de Sudamérica, es hoy una lengua muerta. La única posibilidad de lograr más material para su estudio sería el descubrimiento de viejas anotaciones inéditas, lo cual nos parece muy improbable. Por ello, hemos decidido comenzar el estudio del quichua en la Argentina por este dialecto muerto. Para ello debemos recurrir a los métodos filológicos, limitándonos al estudio del material escrito disponible, constituido por anotaciones lingüísticas hechas por aficionados, lo cual es tan poco apropiado para el conocimiento estructural-funcional de una lengua como lo son los viejos métodos de fijación y coloración de la Histología para el conocimiento de la estructura y función de los tejidos vivos. Sólo puede ayudarnos la comparación con los dialectos vivos presumiblemente relacionados y el estudio del español de la misma área. En la Argentina quedan en la actualidad dos áreas donde se habla quichua. Una tiene por centro Santiago del Estero, desde donde irradia a zonas vecinas de Tucumán, Salta, Chaco y Santa Fe, y es llevado más lejos aún con la migración interna de mano de obra santiagueña. Este dialecto mereció la atención de diversos autores ya desde el siglo pasado; nosotros iniciamos estudios de campo del mismo hace cinco años y los proseguimos con ciertas intermitencias en el curso de viajes de investigación antropológica a la provincia de Santiago del Estero. https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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Luis A. Ledesma Medina (p 124) calculó que en dicha provincia, en una zona central de unos 60.000 km2. Con unos 250.000 habitantes, se utilizaba el quichua “del modo más frecuente, común y generalizado”; alrededor de esa zona existiría otra de unos 6.000 km2. , con unos 120.000 habitantes, en la cual “l uso del quichua es menos frecuente, aun cuando buena parte de la población lo conoce”. Por nuestra parte, creemos que en la provincia de Santiago del Estero habrá actualmente unos 150.000 quichuaparlantes. La otra área importante donde se habla quichua actualmente, según distintas fuentes, es la Puna, desde donde irradia a la Quebrada de Humahuaca y los valles Calchaquíes. Se puede estimar el número de hablantes entre 10.000 y 20.000. Se trata de un dialecto quechua boliviano, del cual hay algún material publicado por Eric Boman (1908, II, pp. 484-499, 511512), Salvador De Benedetti (p 254, 3) y Juan Alfonso Carrizo (1933, pp. 697-699; 1934, pp 508-529); también existen algunas anotaciones en la Colección de Folklore del año 1921. Es muy probable que también se hable este dialecto en los departamentos salteños de Santa Victoria e Iruya. 1. Noticias generales sobre el quichua de Catamarca y La Rioja. La difusión de la lengua quechua está ligada, especialmente, a la expansión del imperio incaico. Si acudimos a las fuentes en busca de las noticias más antiguas que se relacionen con la vigencia histórica de la lengua incaica en nuestras provincias de Catamarca y la Rioja, debemos citar las declaraciones acerca de la existencia de ‘mitimaes’ en nuestro territorio, las cuales, a pesar de los elementos legendarios (Los Césares, Linlin, Trapalanda) o fantásticos con las que están adornadas, poseen -sin duda- un fondo real (explotaciones mineras y tributos en oro y plata al Inca). Así es que, en las informaciones recibidas en Santiago del Estero por orden de Ramírez de Velazco, acerca de los náufragos de tres barcos de la armada del obispo de Plasencia que se perdieron entre el Río de la Plata y el Estrecho de Magallanes, declaró el 15 de julio de 1589 Alonso de Tula Çerbín, escribano real y mayor de la gobernación de Tucumán, que había oído decir que los llamados “yngas de çesar” eran los que estaban asentados en Londres como gobernadores y capitanes del Inca, donde cobraban los tributos en oro y plata sacados de las minas de Londres para enviarlos al Cuzco. Agregó que en el momento del pasaje de Almagro para Chile se estaban conduciendo 90 andas en dirección al tambo del Toro, cada una con 90.000 pesos en oro fino de 22 kilates en tejuelos señalados con la marca del Inca. Cuando se enteraron del dominio de los españoles en el Perú y de la entrada de Almagro, los llamados incas se retiraron de Londres a lo que se llamó los Césares o Linlin (Ramírez de Velazco, pp. 718-719). El 5 de setiembre de 1589 declaró el capitán Blas Ponce, vecino de Santiago del Estero, quien dijo que una india Isabel, que había estado en la entrada de Almagro, había dicho que en el valle de Quiriquiri o de Quirequire, a 30 leguas de la cordillera de Chile, estaban asentados capitanes del Inca con más de 20.000 mitimaes para sujetar a los naturales de la provincia de Londres, donde tenían minas, de las cuales extraía oro y plata para el Inca. Desbaratados por Almagro y enterados del dominio de los españoles en el Perú, se fueron en busca de otro capitán general del Inca que andaba conquistando lo que se llamó Cesar. La misma india Isabel le contó que en la entrada de Diego de Almagro por los valles Calchaquíes, el adelantado se topó con una anda cargada de oro, seguida por más de 20 andas, en las cuales llevaban el tributo desde Londres al Cuzco. Asimismo, había sabido por un soldado Pedro Clavijo, que a su vez había conocido al capitán Saucedo (amo de la india Isabel en la entrada https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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de Almagro), que en tal anda había más de 90.000 pesos en tejuelos de oro, con la marca del Inca (Clavijo había visto algunos), los cuales eran el tributo que cada mes pagaba cada indio de la tierra al Inca. El mismo Blas Ponce. Durante la conquista de Londres, halló a un indio muy viejo y ciego en el valle Vicioso, quien le informó que los mitimaes que extraían oro y plata para el Inca, o habían sido muertos por Almagro, o habían huído por el camino del Inca en busca de otros capitanes (Ramírez de Velasco, pp 733-736). Informes más concretos acerca del empleo del quichua en Catamarca y La Rioja proceden del siglo XVII. Ello plantea un problema insoluble: algunos autores toman las fechas en que se registró el uso de tal lengua en algún lugar del Noroeste y, apoyándose en la fecha de entrada de Diego de Rojas, afirman que ya habían transcurrido tantos años de contacto con los españoles; por lo tanto, concluyen, la difusión del quichua es post-hispánica. Tal cálculo se basa en un supuesto que debe ser comprobado en cada caso: el del contacto y continuidad del mismo. Los documentos nos hablan del despoblamiento de muchos asientos de población española debido a las hostilidades de los indígenas y, por otra parte, los datos acerca de las localidades que mantenían contacto con los españoles distan de ser claros y completos. Por ello, en muchos casos no es posible tener seguridad acerca de si estamos frente a una difusión reciente de la lengua o si su introducción se debió a la existencia de mitimaes (mitmakuna mitmaqkuna, en quechua cuzqueño), o al contacto con las guarniciones incaicas situadas a lo largo del camino del Inca. A continuación reproduciremos algunas noticias publicadas por distintos autores: Una Carta Anua del Provincial Francisco Vázquez Trujillo dice que el P. Juan de Cerezeda y el P. Antonio Morero hicieron una misión de 4 meses, en el año 1631, “por las Cierras q llaman de Quimilpa y valle de Catamarca (Cartas Anuas, t XX, pp 395-396). También en 1631, lo PP Francisco Hurtado y Pedro de Herrera, “ambos muy buenos lenguas de la general q llaman el Cusco”, hicieron una misión de casi tres meses “por los valles de Capayan, Guatacol, y Famatina, distantes el que mas cincuenta leguas de La Rioja” (Cartas Anuas, t. XX, p 413). Otra fuente también refiere que los PP Juan Cerezeda y Antonio Macero, que hablaban las lenguas quichua y calchaquí, anduvieron cinco meses por los montes de Quimilpa y los valles de Catamarca (Techo, t. IV, p 115). Pocos años después, los padres Jaime de Barrios e Ignacio de Medina, peritos en la lengua general de los indios, fueron a los valles de La Rioja y a Londres a misionar (14ª Carta Anua, que relaciona lo acaecido en 1635-1637) (Cartas Anuas, t. XX, p 762). Según el P. Larrouy, el obispo de Tucumán, Dr. Juan Bravo Dávila de Cartagena, observaba en una carta de 1691 que el maestro Baltazar de Vargas Machuca, del curato de Londres o Belén, se decía “que no sabe la lengua” (1914, p 33), lo cual indicaría que era un medio de comunicación necesario. En cuanto al siglo XVIII, se sabe que en “el año 1705 los indios de Andalgalá necesitaban de la lengua para hacerse entender”, según escribe Lafone (1888, p. 94). Por su parte, afirma Larrouy que a fines del siglo XVII y en el XVIII, los indios hablaban quichua en Catamarca y solamente quichua en algunas partes, y que incluso muchos españoles, aun de clase distinguida, lo hablaban (1914, p 34).
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En un decreto del teniente de gobernador de Catamarca, Esteban de Nieva y Castilla, en 1711, se hace referencia a una india de la sierra de Ancasti que “es ladina”, y cuya lengua entiende el citado funcionario. En 1758 se nombra intérprete en Catamarca al sargento mayor Alonso Mascareña “por ser práctico en la lengua quechua” (Larrouy, 1914, p 33). Con respecto a la situación en el siglo XIX, afirma Lafone que en el año 1810 “en Huacu casi no se hablaba otra cosa que quichua”. Cuando Magdalena Gómez era joven (tenía en 1884 como 80 años) había muchas “cuzqueras” en Huaco, pero ella, por haberse criado en Pomán, nunca habló bien el quichua, aunque lo comprendía (Lafone, 1888, p 94). Por el año 1810, ésta [la quichua], era tan general en Catamarca y La Rioja como hoy aun lo es en Santiago” (Lafone, 1927, p 20). Lafone dice que hasta mediados del siglo XIX, el cura de Andalgalá, “Maubecin”, confesaba a sus feligreses en quichua (1927, p. 20). Según Larrouy, el presbítero Matías Mauvecín, que fue teniente y, luego, cura de Andalgalá desde 1853 hasta 1858, debió aprender quichua en Piedrablanca (donde nació en 1817), donde “quedaría en algunas casas quien lo hablara” (1914, p 34, 1). Algunos estudiosos extranjeros nos dan también noticias muy generales: V. Martin de Moussy, que viajó por la Argentina entre 1855 y 1859, al escribir sobre Catamarca dice que “el empleo de la lengua quichua ha desaparecido casi totalmente, ahora todo el mundo habla español en la provincia” (III, p 373). Johann Jacob von Tschudi, que estuvo en la Argentina en 1858, dice que se oye hablar quichua con frecuencia en Catamarca y Santiago del Estero, especialmente a mujeres que han venido desde Perú y Bolivia para casarse en la Argentina (p 68). Tomás J. Hutchinson, que anduvo por Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán en 1862 y 1863, escribió: “fuera de los límites de Santiago no he encontrado ni quichua ni binchucas” (p 249). Vicente G. Quesada, en 1863, afirma que se entiende el quichua en los departamentos del oeste de Catamarca (1863, p 13). El Dr. Federico Espeche escribió en 1875, en su descripción de la provincia de Catamarca, que “la quichua era le lengua hablada, uso que ha subsistido hasta hace poco en algunas estancias de Tinogasta, Belén i Santa María” (p 213). En oposición a tal afirmación, Lafone Quevedo escribió en 1887 que “la cuenca de Londres está todavía llena de gente que habla o comprende lo que ellos llaman ««Cuzco »»“ (1888, pp. IXX). Sin embargo, en la misma obra se hallan algunas cartas con afirmaciones que contradicen tal aseveración: “ya contados son los lugares donde se habla la lengua del Cuzco; pero se habla, como en Colpes, y Mutquin” (1888, p 95); “recién está desapareciendo la lengua del Cuzco” (1888, p 102); Magdalena Gómez le dijo que “en Andalgalá ya se han acabado los cuzqueros, y que uno que otro que aun existe es de Colpes ó de los pueblos del departamento de Pomán” (1888, pp. 102-103); sobreviven algunos que pueden expresarse “con todo el cariño y dulzura de esa lengua zalamera” (1888, p 183); el capataz de una estancia de los Corrales le decía que los indios de Mutquin y Colana iban dejando el quichua “por la mucha burla que se les hacía” (1888, p 211). Adán Quiroga, en 1889 dice que aún se mantenía el quichua en Catamarca (1890, p 219). En 1894 escribió Lafone que “no hace muchos años [...] era moneda corriente por estos mundos decir que había desaparecido la lengua del Cuzco de la provincia de Catamarca, y sin embargo nada más errado. Mi estanciero en Vis-Vis la habla, la Magdalena Gómez, de Huaco, era https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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insigne cuzquera y recién acaba de morir. Los pueblos del departamento de Pomán están aun llenos de gente que la habla y entiende, y otro tanto sucede en Tinogasta y el Cajón de Santa María” (1927, p 11). Adán Quiroga se ocupó de la fiesta de la Chaya (Carnaval) haciendo referencia a las localidades de “Malligasta, Anguinán, Nonogasta, Vichigasta, los demás pueblos, algún lugar de Pomán mismo y Fiambalá tinogasteño”; en esa ocasión dice que mucho antes de Carnaval, por la tarde o la noche, se ensayan las vidalitas “que el gaucho entendido compone, en letras de cuatro versos, ya quichuas, ya quichua y español, o simplemente español” (1897, pp 561562, 1929, pp. 18-19). Con respecto al siglo XX, en 1914, Lafone escribió que aún existían muchas viejas cuzqueras en los “pueblos” de Catamarca y La Rioja (1914, p 371). El estudioso Eric Boman publicó referencias del Dr. Florentino de la Colina (de 65 años de edad hacia 1924) y de Fermín de la Colina (de 80 años por la misma época), ambos nacidos en Los Sauces, quienes habían oído hablar mucho quichua allí cuando aún había indios con pelo largo y trenzado. Boman mismo, en su viaje de 1914, sólo conoció una persona de San Blas de los Sauces que hablaba el quichua: la anciana Laura Martínez, que vivía cerca de Arauquito; pero era tan vieja que le fue difícil conseguir que hablara unas palabras (1927-1932, p 280). Juan Alfonso Carrizo, que recorrió Catamarca en 1915, 1918 y 1919 en busca de cantares tradicionales, no oyó hablar en quichua. Cuando recorrió La Rioja, entre 1938 y 1940, recogió poquísimo material quichua, muy estropeado y cuya traducción era ignorada por los informantes. Según este autor, perduró hasta el último tercio del siglo pasado en los algarrobales de Vichigasta, San Blas de los Sauces, Aimogasta y Machigasta, y murió a principios de este siglo (1942, I, pp. 36-37). Doña Justina Díaz de Valverdi, vecina de Salicas (La Rioja) le informó a Carrizo que por el año 1900 había ido a Lorohuasi a juntar algarroba con una viejita vecina muy cuzquera (1942, II, p. 375), y Roque L. Quevedo, de Suriyaco, le dijo que 40 años antes (por 1900) había hombres y mujeres quichuistas en San Blas de los Sauces (1942, II, p 427). Clemente Hernando Balmori, que hizo viajes de prospección lingüística por varias zonas de la Argentina, en 1940 recogió entre los pastores de la Sierra del Cajón, “muestras de un Cuzco empobrecido en boca de cuzqueros persistentes” (p 591), pero no aclara de qué dialecto se trata. Jesús María Carrizo, entonces investigador del Instituto Nacional de la Tradición, anotó en el año 1949 en La Carrera (Catamarca) a Javier Agüero, de 73 años, una decena de voces quichuas y restos de un cantar, también en quichua, pero mus estropeados. Con respecto a la denominación dada a esta lengua por los hablantes de Catamarca y La Rioja parece que predominó la de ‘lengua del Cuzco’, que era una de las más empleadas por los españoles, junto a la ‘lengua del Inca’, ‘lengua general del Perú’, etc. Las afirmaciones de Lafone Quevedo son terminantes: “En la región de Catamarca aun se dice, lengua del Cuzco y no Quichua” (Lafone, 1888, p. 389); aun hoy [1898] la gente del país la llama ««lengua del Cuzco »», y a los que la hablan ««Cuzqueros »», lo que importa decir que es lengua introducida” (1927, p. 22); también en 1898 escribió: “nadie mejor que yo sabe que es la lengua del Cuzco, y no otra alguna, la que se habla en los rincones ocultos de Catamarca, Rioja, Salta y en mucha parte de Santiago” (1927, p 24), lo mismo que: “la gente criolla aún habla de la lengua Quichua como ««Cuzco »», y de las que aún la conservan como ««Cuzqueros »» (1927, p 24); años después insistía: https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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“Muchas viejas Cuzqueras existían y aún existen en los ««pueblos »», dichos así, de Catamarca y La Rioja, pero todas ellas, y los hombres también, hablan la lengua del Cuzco, y no sabrían de lo que se trata si se nombrase la lengua quichua (1914, p 371). En uno de sus últimos trabajos repitió: “««Lengua del Cuzco »», así la han designado siempre los que la hablaban en los valles de Catamarca” (1918-1919, p. 531, 1). D. Juan Alfonso Carrizo confirmó esta denominación: “Nuestros paisanos así de los Valles calchaquíes (Salta), como de Pomán en Catamarca y de los Sauces en La Rioja, no dicen quichua sino cuzco” (1942, II, p. 427; cf. I, p 37); la voz derivada que empleaban para designar a los quichuaparlantes era cuzquero y cuzquera. 2. Fuentes para su estudio Las fuentes de que disponemos son muy pocas. La más importante por su caudal es la constituida por las anotaciones de Samuel A. Lafone Quevedo (Montevideo, 1835-La Plata, 1920). Algunas palabras y expresiones había adelantado en su Londres y Catamarca, publicado en formas de cartas a La Nación entre 1883 y 1885, y como libro en 1888; pero su contribución más importante se halla en el Tesoro de Catamarqueñismos, publicado por partes en los Anales de la Sociedad Científica Argentina entre 1895 y 1899 y en forma de libro, por primera vez en 1898 (nosotros utilizamos para las citas la edición de 1927, pero corrigiendo los errores según la edición de 1898). Los informantes catamarqueños de Lafone fueron Magdalena Gómez (Huaco, Andalgalá), una vieja Garay (La cañada, Huaco, Andalgalá), Justina Soria y algunos otros que le dieron datos sobre folklore. La mayor cantidad de datos proceden de Rosa Cusillo (1887 y 1888) y de Magdalena Gómez (1884). Los informantes riojanos fueron una vieja cativa (Machigasta) y un viejo Peralta (El Pantano). El volumen del material riojano es muy pequeño. La segunda fuente en importancia es Adán Quiroga (San Juan, 1863 - Buenos Aires, 1904), quién viajó por los departamentos Pomán y Tinogasta (Catamarca) en diciembre de 1893 y enero de 1894, y por los departamentos de Pomán, Belén, Andalgalá y Ambato (Catamarca) en el verano de 1901. El material quichua catamarqueño más importante que anotó es el que corresponde al relato bilingüe del “médico” pomanista Bambicha, relacionado con los ritos propiciatorios del Chiqui (quizás proceda del primer viaje); otros informes los obtuvo de un indio Peralta y de una india María (ésta de Machigasta, La Rioja). La Colección de Folklore organizada mediante una encuesta al magisterio en el año 1921 contiene cierta cantidad de material quichua enviado por maestros de Catamarca y La Rioja. Luego de una atenta consideración hemos incorporado sólo algunas frases anotadas por E. Arturo herrera (Escuela nº 174, Talacán, La Rioja); las razones para no utilizar más material se verán en la parte dedicada a la crítica de las fuentes. Juan Alfonso Carrizo (San Antonio de Piedra Blanca, Catamarca, 1895 - Béccar, Buenos Aires, 1957) recogió en La Rioja (entre 1938 y 1940) material poético en quichua, anotándolo a varios informantes y tomándolo en cuadernos manuscritos. En este trabajo no se utiliza el material reunido por el distinguido estudioso de nuestra poesía tradicional pues, como veremos, en la época en que recorrió La Rioja eran simples supervivencias desintegradas y ruinosas de un sistema. https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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Otra fuente, utilizada sólo en parte, son los libros de Rafael Cano (Catamarca, 1889-), que contienen un material interesante para ejercitar la crítica de fuentes; en ellos no se indica la fecha de recolección ni el nombre los informantes (como se verá por lo que señalaremos más abajo, en algunos casos el autor podría haberse visto en dificultades para suministrar tales datos). Además de estas fuentes, existen numerosas obras (algunas inéditas) que contienen versiones del Año Nuevo pacari; tales trabajos no se consideran, pues su utilidad para un estudio lingüístico es prácticamente nula. Quizás en alguna ocasión se emprenda la comparación de las distintas versiones con vistas a la reconstrucción del texto. 2.1. Crítica de las fuentes. Lafone Quevedo, que llegó a ser Encargado de la Sección Lingüística del Museo del Plata, publicó un centenar de trabajos que versaron, especialmente, sobre lenguas indígenas sudamericanas y arqueología argentina. Los trabajos sobre temas de lingüística son alrededor de cuarenta y los publicó entre los 55 y los 84 años de edad. Cuantitativamente, su principal tarea consistió en la publicación de vocabularios y notas gramaticales (la mayoría de lenguas chaqueñas) recogidos por misioneros y viajeros, por lo general, precedidos por notas personales. Desgraciadamente, los estudios de campo realizados recientemente sobre algunas de estas lenguas muestran que las anotaciones que figuran en los viejos trabajos editados por Lafone encierran errores que las hacen inutilizables para estudios lingüísticos con valor científico. En lo que respecta a sus estudios lingüísticos, Lafone Quevedo fue principalmente un investigador de gabinete; sus estudios de campo se limitan a la anotación de un vocabulario toba al indio López (en 1888) y los materiales quichuas que reproducimos aquí. En sus publicaciones se halla documentada la endeblez de sus conocimientos fonéticos. Para disipar cualquier duda que pudiera existir acerca de ello se pueden citar algunos ejemplos de sus ‘definiciones’ y ‘explicaciones’ de sonidos de lenguas indígenas. Al ocuparse del toba (lengua que oyó hablar) y del mocoví escribió: “La fuerte gargarización de una de las eres es lo más usual en estas lenguas. Es un sonido que no podemos ni oír, ni decir, ni escribir bien, porque todo nos falta para ello. (1890-1891, p. 120). Con estas pintorescas ‘definiciones’, Lafone quiere referirse a una faringal, fricativa, sonora. Cuando se ocupó del guaraní trató de explicar la articulación de su vocal central cerrada no labializada con la contradictoria afirmación de que: “has little or nothing in common with English i: it is more like the u in ««hunt»», or even the French eu” (1919, p. 426). Las transcripciones de las voces tobas que anotó al indio López nos muestran que no percibía la diferencia entre velar y postvelar; no oía la glottal stop (a veces, la transcribía como h); a veces no señala la articulación palatal de ciertas consonantes; en fin de sílaba representaba sonoras en lugar de sordas; la faringal la transcribía, a veces, como velar; la vocal central semicerrada no labializada en ocasiones la transcribía mediante una i (1899, pp. 255-329).
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La ignorancia que manifiesta Lafone Quevedo acerca de cuestiones fonéticas no es posible justificarla apelando a los conocimientos de la época, pues Rodolfo Lenz, en sus Estudios araucanos (publicados en 1895 y 1897) y otras obras posteriores, presenta unas ajustadas descripciones de la articulación de los sonidos del araucano que han podido ser utilizadas recientemente para un estudio fonológico por el Dr. Jorge A. Suárez. Por otra parte, el P. Luys de Valdivia, en sus conocidos estudios sobre el araucano publicados en 1606, hace unas admirables descripciones de varios sonidos. En cuanto a la comparación de Lenguas, Lafone se caracterizó por el desconocimiento del método apropiado. Es verdad que halló unas pocas correspondencias fonéticas entre lenguas emparentadas, pero, por lo general, realizó comparaciones por simple analogía externa; aisló raíces hipotéticas y las estudió recurriendo a otras lenguas (incluso de áreas remotas y cuyo parentesco no podía probarse); trabajó con topónimos procedentes de lenguas desconocidas, de los cuales extrajo secuencias de sonidos de significado desconocido y los comparó con morfemas de lenguas conocidas (por ejemplo seudomorfe-mas del kakán interpretados por medio del quichua, etc.); frecuentemente pasó de una lengua a otra, de un prefijo a un sufijo; halló raíces continentales, sonidos simbólicos (idea de padre, idea de origen, etc.), etc. Un hecho importante por sus consecuencias es que relacionó morfemas con etnías y, cuando creyó descubrir un préstamo de morfemas de una lengua a otra, lo relacionó con migraciones étnicas y mezclas de pueblos. También relacionó lenguas y razas (aunque no distingue bien entre raza y cultura). Un ejemplo de ello es su afirmación de que la secuencia ya que se halla en el nombre de Guayana, comparado con Guana, es un “elemento étnico intrusivo” que “perturba la pureza de la sangre Arawak” (1919, p. 427). Lafone consideró que todas las lenguas eran mezcla de varias, lo cual le permitió pasar con facilidad de una a otra en sus análisis. Para sus comparaciones solía emplear los morfemas personales. Decía que si hay identidad en la mayor parte de los “pronombres”, ello basta para incluir “cualesquier dos o más idiomas como ramas de una misma familia; y aun cuando la identidad sólo sea parcial, puede esta servir para establecer un interparentesco más o menos cercano o remoto” (1910, p 17). La misma importancia tenían los “afijos de relación personal” (“para declinación posesiva de nombres y la conjugación de los verbos”). Afirmó que había “que conceder como posible cierto interparentesco entre lenguas que no se reconocen hoy como de la misma estirpe lingüística por parecerse más en su pronunciación que en sus respectivos vocabularios” (1910, p. 9). Lafone también tomaba en consideración otros rasgos o factores: multiplicidad de alomorfos en los afijos personales, coexistencia de habla de hombres y mujeres, existencia de plural inclusivo y exclusivo, contacto geográfico, etc. En sus comparaciones, Lafone solía utilizar la voz correspondiente a ‘agua’, a la cual le asignaba gran importancia por designar una cosa de conocimiento universal (hoy diríamos que forma parte del léxico ‘no cultural’). Sus estudios lo llevaron a sobrevalorar las “partículas pronominales” (morfemas personales posesivos, subjetivos y objetivos) y hacerlas el centro de su tipología lingüística, una de sus contribucio-nes originales (cf., por ej., 1900, pp. 100-135). Así como D´Orbigny había distinguido una raza ando-peruana, una raza brasilo-guaraní y una raza pampeana, Lafone distinguió las lenguas de la familia del Pacífico o sufijadoras, las lenguas mezcladas o del medio (que no eran guaraní ni araucano). Otro criterio que utilizó para su tipología lingüística morfológica fue la existencia o no existencia de múltiples alomorfos en los morfemas personales, mediante lo cual determinaba la existencia de lenguas “uniformes”, con “una sola https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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serie de pronombres personales y de posesivación”, y de lenguas “multiformes”, ricas en “series de articulaciones pronominales”. Lafone también hizo incursiones en el campo de lo que hoy se llama Etnolingüística o Lingüística antropológica; había leído trabajos de W. H. R. Rivers, E. Westermarck, Bronislav Malinowski[3] y Robert H. Lowie, en los cuales se trataba el matrimonio entre primos cruzados, y quiso hallar el reflejo de esta norma en la nomenclatura de parentesco de los Guaraní del Guayrá, tal como había sido anotada por el P. Antonio Ruiz de Montoya. En este análisis se halla su usual establecimiento de ‘raíces’ (algunas continentales, como una que halla en Dakota), etc. Otra de sus contribuciones originales fue la redacción de sus instrucciones destinadas a los colectores de vocabularios en lenguas indígenas (1892), para las cuales aprovecha en pequeña proporción sus conocimientos sobre varias lenguas sudamericanas. Es interesante un consejo que dió Lafone, hacia sus 50 años de edad, en su Londres y Catamarca: “Un examen prolijo de todos los lugarejos, un estudio minucioso de las palabras en uso general que se han españolizado, una permanencia de algún tiempo entre los indígenas, que aun conservan la lengua general, nos darían resultados curiosísimos y de gran utilidad para la historia de los orígenes del país. Somos muy amigos de imitar en todo á nuestros hermanos de la América septentrional; hagámoslo también en esto” (1888, pp. 183-184). Desgraciadamente, D. Samuel no dio el ejemplo siguiendo su propio consejo en lo que tenía de más valioso, en lo más importante y urgente: la investigación de campo con los indígenas, a la cual le dedicó muy poco tiempo (así fue que desaprovechó las posibilidades que tenía de anotar un copioso material quichua en Catamarca). En sus trabajos lingüísticos, Lafone Quevedo fue fundamentalmente un estudioso de gabinete; tuvo, indudablemente, fallas metodológicas y falta de preparación técnica, pero fue un entusiasta e incansable trabajador con innegable afición por las lenguas americanas. Fue un gran lector de cronistas, historiadores y viajeros, etc., en los cuales buscaba informaciones acerca de las lenguas, etnías y acontecimientos históricos que explicaran alguna situación lingüística; también acudió a los documentos de los archivos y colecciones. Su entusiasmo lo llevaba a extraer conclusiones apresuradas que variaban, a veces en cuestiones fundamentales, de un trabajo a otro. Perteneció, sin duda alguna, a la etapa precientífica de los estudios lingüísticos. Los futuros estudiosos descubrirán, probablemente, en su frondosa producción los “geniales” atisbos que se suelen hallar al hacer las Historias de las Ciencias. Nosotros lo consideramos como una de las pocas fuentes para el estudio del quichua de Catamarca y La Rioja, y como un precursor sudamericano de los estudios de tipología lingüística, de lingüística antropológica y de la confección de cuestionarios lingüísticos. Indudablemente, fue el precursor más importante que surgió en estas latitudes. En sus estudios arqueológicos, por el contrario, Lafone Quevedo demostró poseer un mayor equilibrio y sentido crítico. Conoció el terreno; describió admirablemente estilos cerámicos y sus variedades; estableció algunos tipos formales, como la cerámica “draconiana”; tuvo una clara idea de la existencia de áreas de difusión de los elementos culturales; diacronizó los hallazgos, estableciendo que los vasos “tipo peruano” pertenecían a una época distinta de la de los vasos “tipo de Andalgalá” (con “dragón o hidra”); se opuso a la interpretación https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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panincaica en la Arqueología de nuestro Noroeste; pensó en un fondo común a la mitología de la región andina, etc. Este breve resumen de las concepciones de Lafone Quevedo nos da la explicación de muchas características de su Tesoro de catamarqueñismos. Esta obra, a pesar de su título, incluye no sólo voces propias de Catamarca (o por lo menos anotadas en Catamarca), sino también voces de La Rioja, Tucumán, Salta, Jujuy, el Litoral, en una mezcla abigarrada que comprende indigenismos, voces españolas regionales, voces españolas arcaicas y aún voces españolas vigentes actualmente y de difusión amplia. A ello hay que agregar topónimos históricos y coetáneos de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, santa Fe, e incluso Chile y Perú; antropónimos de Catamarca, La Rioja, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Perú; gentilicios; voces quechuas de Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Bolivia; voces quechuas tomadas de Garcilaso de la vega, Cieza de León, Cobo, santo Thomás, González Holguín; voces aymaras (tomadas de Bertonio o con indicación de ser voces bolivianas); voces araucanas, matacas, tobas, tehuelches; “raíces” de lenguas conocidas (quechua) o de filiación desconocida (incluso de significado desconocido, posiblemente kakanas), “radicales”, “temas”, “sonidos radicales”, “partículas” (denominaciones con las cuales se rotulan muchos elementos que no se sabe si son morfemas, sílabas, partes de topónimos aisladas caprichosamente, voces realmente existentes, étimos, etc.); también se incluyen explicaciones de los cronistas acerca de voces o antropónimos (no siempre conocidos en Catamarca) y referencias históricas. Lafone consigna para muchas voces un origen kakán; en algunos casos debe ser así, pero hay errores imperdonables, como considerar kakana a la voz española aloja, y posiblemente kakanas a cocho y jarilla; asimismo son graves errores considerar voces posiblemente kakanas a las denominaciones quichuas anatuya [sic], coñalu, chinchilla, libi, etc. Resulta inexplicable que Lafone busque étimos quechuas a las voces pala, sucucho, paila, chicha, osar [sic] (por hozar), etc.; también es incomprensible que busque un origen araucano a pucará (pu-cara, ‘los fuertes’!) Y que postule otras etimologías descabelladas. Hay errores groseros en el análisis de algunos morfemas, como en el caso de ya-ku-,que para Lafone significa ‘tomar mujer, casar’. Otras afirmaciones son graciosas, como cuando dice de poxca que “la raíz suena a podrido, sobre todo, a ese po síncopa de podrido”. Debido a la falta de método evidenciada en la compilación del Tesoro existen artículos que no se sabe si se refieren a voces conocidas en Catamarca, si son tomadas de cronistas, si son “raíces” hipotéticas, etc. Hay voces cuyo motivo de inclusión se ignora, como es el caso de ticsi o el de huinca (esta última, desprovista de toda acepción). Por otra parte, existen voces con varias grafías, por lo cual no se puede saber cuál responde a la pronunciación catamarqueña. En síntesis, el estudio cuidadoso del Tesoro demuestra una anarquía y carencia de método lexicográfico, la existencia de numerosos ejemplos de desconocimiento de la técnica lingüística (o, aún, de sentido común). A pesar de ello, el estudioso que conozca la zona y ejerza una crítica minuciosa de los materiales del tesoro podrá extraer un rico material dialectal procedente del español del noroeste de la Argentina y muchos datos acerca del folklore regional, tales como el canto del Chiqui, la fiesta del Chiqui, el Llastay, la Pachamama, medicina popular, la utilización de la algarroba, el apero de montar, fiestas religiosas (especialmente la de Tuama, Santiago del Estero), las vidalitas, el trabajo en las minas, etc. https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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La identificación del material quichua de Catamarca (y la Rioja) contenido en el Tesoro encierra diversas dificultades. Una parte se halla agrupada en el Apéndice D (1927, pp. 254255), pero cierto número de expresiones quichuas está incluído en el cuerpo del vocabulario general. En los casos en que se cita al informante o se aclara que es voz del Cuzco local, del Cuzco de Catamarca, del quichua local, no hay mayor dificultad para la incorporación de tal material al del apéndice D. Pero, en ocasiones, se emplea la calificación de catamarcano o lengua catamarcana y, muchas veces, resulta imposible saber si se refiere al dialecto quichua de Catamarca o al español regional; incluso se ha utilizado la curiosa denominación de Cuzco diaguita. Son numerosas las veces quichuas que no poseen indicación de informantes o de lugar de empleo; en algunos casos se aclara que se usa en Catamarca pero queda la duda acerca de si pertenece al quichua o es quichuismo del español regional. A veces, las explicaciones son confusas y no es posible aclarar el área de vigencia de la voz o si es de empleo actual o no. Por todo ello, se comprenderá fácilmente el delicado y difícil problema que constituye la clasificación de ciertas voces. Una vez aislado el material que se considera quichua de Catamarca y La Rioja surge un nuevo problema: La grafía inconsistente y fluctuante empleada por Lafone; ello plantea graves interrogantes para el estudio fonético y el análisis fonológico. Lafone emplea c, qu y k tanto para la oclusiva velar como para la postvelar, pero a esta última también la representa mediante cc, kh y kj. En fin de sílaba se hallan las grafías c, h (a veces, hasta s ) que casi con certeza deben corresponder a fricativas velares o postvelares (el único caso que probablemente no sea así es el de los grupos consonánticos con una ´liquida´en segundo lugar); el empleo de la c debe ser por influjo de las lecturas de Santo Thomás y González Holguín. Otros casos de inconsistencia menos importantes son el uso de s o c para el mismo sonido; el empleo de hu, u o w (incluso gu con el mismo informante); la fluctuación entre y e i; el uso de sh o x, etc. Además en caso de palabra iniciada con h (hacu) se aclara que tal grafía carece de valor fónico. En cuanto al material morfosintáctico y léxico anotado por Lafone es bastante pobre; en consecuencia quedan numerosas lagunas en el conocimiento de este dialecto. La figura de Adán Quiroga es muy inferior a la de Lafone Quevedo, tanto en cuanto a sus trabajos sobre temas lingüísticos, como en cuanto a sus estudios arqueológicos. En sus obras revela un conocimiento de cronistas del Perú y viajeros americanos, e incluso muestra haber hecho algunas lecturas de etnógrafos norteamericanos. La mayor parte de su quehacer lingüístico se limita a generalidades acerca del quichua y otras lenguas habladas en la Argentina, con etimologías absurdas que igualan a las más osadas especulaciones de Lafone. Es un ejemplo del florecimiento de la tendencia ´etimologista´ inspirada en los desatinos de Vicente Fidel López. Quiroga se empeño en la búsqueda de étimos de nombres propios y en el establecimiento de relaciones genéticas entre lenguas no emparentadas.
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También se afilió a una corriente pandifusionista en boga a fin de siglo pasado y comienzos de éste, que prescindió de recaudos de sentido común (más tarde enunciados y denominados criterios etnológicos de forma y cantidad) y del método comparativo lingüístico para postular “correlaciones” culturales y lingüísticas intercontinentales. Para citar un ejemplo de sus conclusiones diremos que consideró muy probablemente kakanas a las voces aloja, chamisa [sic], chifle, higuana [sic], mogote, sotreta, etc. Su innegable entusiasmo y viva imaginación lo llevaron a la interpretación simbólica de la decoración de la cerámica del Noroeste y de los motivos ornamentales de las artesanías indígenas americanas en general, en los cuales hallaba representaciones míticas y de deidades (por ejemplo, identificaba un meandro con Huayrapuca). En vida, Quiroga reelaboró y publicó, más de una vez, distintos materiales, y luego de su muerte algunos editores volvieron a publicar junto con trabajos inéditos algunos de los estudios que habían visto la luz con anterioridad. Adán Quiroga utilizó largamente a otros autores contemporáneos suyos, intercalando sus citas con la de los cronistas. Compartió opiniones con otros precursores, como Juan B. Ambrosetti y Lafone Quevedo; del primero incluso tomó invocaciones a la Pachamama en quichua sin citarlo (cf. 1897, p. 573; 1929, pp. 29-30; y Ambrosetti, 1896, p. 73). En cuanto a su labor arqueológica se limitó (como era usual en su época) a la extracción de piezas (material cerámico, lítico, etc.) Sin respetar la estratigrafía ni las asociaciones de elementos culturales. Este material le sirvió muchas veces solo para ilustrar tradiciones indígenas locales o mitos peruanos. A pesar de tales reparos metodológicos tuvo una contribución positiva: publicó un interesante material folklórico del noroeste con datos valiosos y originares -asociados a sus consabidas citas de cronistas- referentes al Chiqui, el Pujllay, la Pachamama, el Huayrapuca, el Supay, el Mikilo, el velorio de angelito, diversas creencias y supersticiones, ceremonias propiciatorias, curas mágicas, brujerías, daño, amuletos, cacería de vicuñas, transformaciones en tigre, cuentos de animales, tejedurías, etc. Su contribución más valiosa al quichua de Catamarca es el relato bilingüe anotado a Bambicha (1897, pp. 566-567; 1929, p. 23). En el material que estudiamos, sus trascripciones, como las de Lafone, son fluctuantes: c y k, hua y gua. Parece no percibir la diferencia entre velar y postvelar. Es llamativo que al mismo informante anotó dos formas del mismo morfema -rca- / -rka- y -ra-. No tomamos en consideración algunos fragmentos de cantos en quichua por ser textos muy ´deturpados´ (Canto de los Allis, canto de Carnaval, canto de la fiesta del Chiqui), ni el material quichua de otras áreas o tomado de otros autores (Invocaciones de Valles Calchaquíes, tomadas de Ambrosetti; canto del Chiqui de La Rioja, según Lafone; copla de Tiopunco, Tucumán; material santiagueño). Las anotaciones del quichua santiagueño comprenden una serie de interesantes expresiones relacionadas con el Diablo (1929, p.79).
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Las instrucciones para la recolección de material que formó la Colección de Folklore, reunida por el Consejo Nacional de Educación en 1921 mediante una encuesta al magisterio proyectada por el vocal Dr. Juan P. Ramos, indicaban entre los ítems a anotar (4º i) las “lenguas indígenas, apuntes de gramáticas , vocabularios, frases sueltas”. Debido a esta circunstancia se halla material de varias lenguas indígenas en sus legajos. Los maestros y directores de escuela no poseían la base técnica especializada ineludible para realizar tales anotaciones, por lo cual tal material es aprovechable solo luego de cuidadosa crítica y -mejor aún- luego de verificación con informantes. En los legajos correspondientes a Catamarca (357, según en catálogo) y La Rioja (189 legajos, según el catálogo) se halla cierta cantidad de material. Las anotaciones hechas en Catamarca contienen alguna versión trunca del Canto de los Allis; material quechua boliviano (cf.: uc, tagua, ñoca, juchuisito, imayna cachanqui, etc. -incluso voces aimaras-); coplas ´deturpadas´ muy conocidas en Santiago del Estero; grafías que muestran el yeísmo catamarqueño (no se sabe si del maestro); voces con traducciones que demuestran que el informante no tenia un gran conocimiento del quichua; restos de invocaciones a la Pachamama muy alteradas; vocabularios quichuas (incluso frases) con material muy estropeado; vocabularios con gran porcentaje de voces quichuas que no se sabe si responden a la estructura del dialecto hablado en Catamarca o si son formas asimiladas al español regional. Debido a tales circunstancias se hace imposible en muchos casos asegurar si se trata de material anotado a hablante de quichua catamarqueño o a residentes santiagueños, si son voces procedentes del área de dialecto bolivianos, si son formas poéticas repetidas por personas que no comprendían su significado, etc.; además el material necesitaría una cuidadosa verificación y restauración. Por todas esas razones no se ha utilizado en el presente estudio. En el material riojano abundan las versiones incompletas del Canto de los Allis, que se entona en la fiesta de San Nicolás y el Niño Alcalde. Todas están muy estropeadas y son de significación desconocida para los cantores. Las grafías no muestran indicios de consonantes glotalizadas o aspiradas; se halla -ta como morfema objetivo y hay formas (ana / anas, atari, acu, etc.) que sugieren dialectos argentinos. Las anotaciones de los maestros contienen oraciones copiadas de viejos catecismos en otros dialectos; vocabularios de quechua boliviano (ppilco, hichhu, huchhuylla, yuttu, etc.); coplas quichuas estropeadas muy conocidas en Santiago del Estero (los maestros señalan a veces que la traducción de tales coplas es desconocida); vocabularios con gran porcentaje de voces quichuas sin aclarar si se tratan de quichuismos del español o de formas del dialecto quichua de La Rioja. Como en el caso de las voces de Catamarca, este material plantea problemas metodológicos insolubles. Como ya hemos señalado más arriba solo hemos incorporado algunas frases anotadas por E. Arturo Herrera en Talacán, las cuales presentan indudables errores en la acentuación El material recogido por Juan Alfonso Carrizo (1942, II, pp. 399-430 y III, pp. 431-432) consiste fundamentalmente en versiones estropeadas del Canto de los Allis. Estas tampoco muestran huellas de consonantes glotalizadas ni aspiradas, contienen los morfemas -ta (objetivo), -ra- (pasado) y ausencia de h (salvo la grafía en las formas iniciadas con hua-) o j iniciales, lo cual sugiere dilectos locales. https://web.archive.org/web/20220127110910/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-01.html#cabecera
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Otros breves cantares en quichua que trae Carrizo también están muy estropeados (alguno es de contenido religioso, otros parecen letras de danzas o canciones populares). Este material tampoco se incluye, debido al grado de alteración de la lengua que revela. Las publicaciones de Rafael Cano contienen los textos de manejo más difícil. No hay indicación de informantes ni de fecha de recolección (o de fuente de la cual se tomó). En Del tiempo de Ñaupa se hallan: algunas expresiones y poesías sin indicación del lugar de procedencia; coplas estropeadas, algunas conocidas en Santiago; una invitación en quichua empleada durante la señalada en las “Sierras Catamarqueñas” (1930, p. 31) y que fue recogida por Ambrosetti en los Valles Calchaquíes (1896, p. 64 y otros trabajos posteriores), del cual lo toma Cano sin citarlo; una versión de los insultos en quichua de la chuña al suri que Cano dice recogida en el departamento La Paz (Catamarca), cuando su coincidencia con la anotada en Talacán (La Rioja) por E. Arturo Herrera (Cano solamente corrige los acentos y agrega algún error) no admite dudas acerca de su procedencia. De este libro tomamos un dialogo y otras expresiones, pero nos cuidamos de indicarlo mediante una sigla en todas las ocasiones, debido a que no sería difícil (vistos los ejemplos citados arriba) que alguna vez se descubra que alguna vez fueron tomados de otra fuente o procede de otra zona. En Alpamisqui se distribuye el material según tres zonas (Centro, Este, y Oeste) en que Cano divide a la provincia de Catamarca. Allí se hallan expresiones, coplas cantares y adivinanzas quichuas bastante estropeados. Las adivinanzas y material poético son muy conocidos en Santiago del Estero y, por otra parte, no hay seguridad de que hayan sido anotados en Catamarca o de que los informantes no hayan sido santiagueños (si no fuera porque figuran en un libro dedicado al folclore catamarqueño no se dudaría en afirmar que proceden de Santiago del Estero: el tiempo dirá). Por otra parte, Cano incluye con el material de la zona oeste (1938, p. 142) una invocación que se hace a la Pachamama antes de hilar, recogida por Ambrosetti al oeste de Molinos, provincia de Salta (1899, p.189); sin embargo, no aclara su origen (no quedan dudas acerca de la procedencia pues hasta la traducción de la invocación contiene elementos que no figuran en el texto quichua y que había publicado Ambrosetti). Nosotros empleamos (con mucho temor) solo algunos materiales y “con beneficio de inventario”. En ellos se encontrarán las usuales fluctuaciones en la grafía. Como se comprenderá Cano es una fuente peligrosa. Indice || Primera Parte || Segunda Parte || Tercera Parte || Cuarta Parte || Quinta Parte || Sexta Parte
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Indice || Primera Parte || Segunda Parte || Tercera Parte || Cuarta Parte || Quinta Parte || Sexta Parte
El quichua de Catamarca y La Rioja Parte II
2.2. Materiales. Se han respetado las grafías empleadas por los autores para representar las voces quichuas o híbridas. No se podían unificar las transcripciones debido a la falta de datos seguros y las contradicciones de las fuentes. En el caso de algunos errores evidentes se han reconstruido las formas adoptando las grafías de cada autor. Tanto los errores como la anarquía gráfica de las fuentes han hecho aumentar artificialmente el número de artículos. En la lista alfabética de material léxico se incluyen también las bases aisladas (bases de inflexión o derivación, o sea, raíces, radicales, temas, stems, etc.). En la lista alfabética de sufijos se hallan todos los sufijos aislados, con la indicación de las voces en las cuales aparecen y el señalamiento de los morfos constitutivos de las mismas. Por fin, figura el material sintáctico, con las formas también divididas en los morfos componentes. En los casos de voces totalmente españolas usadas en quichua no se han analizado los componentes inmediatos, pues no consta que los morfemas ligados de las mismas se hayan empleado unidos a morfemas quichuas. En cambio, sí figuran las bases y sufijos españoles que se emplean con morfemas quichuas. Tanto las bases aisladas analíticamente como los significados que se incluyen para completar las lagunas de información de las fuentes se señalan mediante un asterisco antepuesto. Del material de Lafone Quevedo no se han incorporado un número de voces algo mayor que el incluido pues no había seguridad en cuanto a su empleo en Catamarca o la Rioja. Podrían ser voces de dialectos de Bolivia, o el Cuzco, voces tomadas de Fr. Domingo de Santo Thomás o de los cronistas, quichuismos del español de Catamarca, etc. La indicación voz del Cuzco, que Lafone coloca en ocasiones, no es segura, pues hay voces así señaladas que, evidentemente, no son de dialectos argentinos. Sólo en dos o tres ocasiones hemos incluido material que no tiene indicación de lugar pues lo hemos creído justificado. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Todo el material fonético, léxico y sintáctico tiene la indicación del lugar e/o informante y de la fuente de la cual fue tomado. En algunos casos se ha comparado con la forma santiagueña correspondien-te transcripta mediante una grafía definida al final del trabajo. En numerosos artículos, luego de las acepciones consignadas en las fuentes se han incluído notas que señalan errores de transcripción o de traducción, remisiones a otros artículos, notas aclaratorias, comparativas, etc. Siglas empleadas AQ: Adán Quiroga B: Bambicha, “médico” de Pomán (Catamarca) C: Rafael Cano G: Garay, india vieja de La Cañada, Huaco (Andalgalá, Catamarca) HE: Arturo Herrera, Talacán (La Rioja) L: Samuel A. Lafone Quevedo, Tesoro de Catamarqueñismos MG: Magdalena Gómez, Huaco (Andalgalá, Catamarca) RC: Rosa Cusillo, Siján (Pomán, Catamarca) S: Santiago del Estero TG: Teresa Gualcumay, Colpes (Pomán, Catamarca) Abreviaturas art. : artículo cf. : confrontar dep. : departamento lit. : literalmente 2.2.1. Fonética.
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Vocales e “[...] suele decirse falta en Quichua, etc., y la hallamos, sin embargo, en ese idioma como en el Catamarcano” (L, 106). i “Es una letra o sonido tan común en lengua de Cuzco como en la de Catamarca. Se confunde con la y vocal y muchas veces representa una ll, v.gr.: paica o payca por pallca, etc.” (L, 141). o “[...] a veces se dice que no existe en quichua, pero la verdad es que se encuentra con bastante frecuencia [...]. En quichua pueden citarse unos 16 temas radicales que comienzan con o, pero aún éstos podrían reducirse a menor número. Posible es que sean voces de origen extranjero [...]. En Catamarca la o representa una u las más de las veces; así Mayu [sic], río; Cóndor por Cúntur, el cóndor” (L, 175). u “Es también vocalización de m como se ve en aunchi por amchi, etc., [...]” (L, 229). Consonantes h “Los empadronamientos que son de 1688, etc., dan apellidos con H, v.gr. Hachampis, Hamanchay, Hancate, Hampastí, Hampi. Claro está que para ellos se oía la H” (L, 123). j “En el dialecto catamarqueño se confunde la s, así dicen suc por huc (juc) uno; sacha por hacha (jacha), árbol cualquiera” (L, 147). l “Es letra muy importante en el alfabeto catamarcano y tan común como la ll, aun cuando en quichua puede decirse que no existe. [...] Como inicial aquí también representa la r suave del Cuzco, v.gr. Lima por Rimac, luna por Runa, locro por Rocro. En el Cuzco Diaguita o Cacán se dice Laca, larca, etc., a la moda del Aymará.” “Esta l muchas veces representa una ll quichua, v. gr., Lachihuana por Llachihuana [...]” (L, 151). ll “La ll es una letra muy usada en quichua y en catamarcano. Puede ser inicial, como en Llastay, numen; Llacta, pueblo; medial, como en Huallpa, Huallcumay, Llocllani, avenir el río. Como final, sólo que la l sea por ll puede decirse que exista en catamarcano. Esto se hace verosímil por cuanto es notorio aquí esta degeneración, como en Urpila por Urpilla; palomita por palomilla; Andalgalá por Andalgalla.” “La ll se confunde con la y, y así lo que en Cuzco sería huallca, cuenta; pallca, horqueta; en esta tierra suena payca y huayca. La verdad es que el arribeño muchas veces confunde los sonidos ll y y; pero esto no faculta a decir que confundirían llampa (sic), todos, con yapa o ñapa, añadir o aumentar. [...] “En esta tierra jamás se oye esa horrible corruptela que de “calle Cuyo” hace “Cage Cugio” (ge y gio italianos); más bien pecan por uniformar todo con la y suavísima. Por suerte aquel vicio va dejándose a los muchachos, a los https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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descuidados y a la gente de campo. Sonidos tan dulces como la ll y la y merecen que se conserven en toda su pureza” (L, 154). “En la lengua del Cuzco, la ll de Allpa (Tierra), suenas igual que en castellano, aunque delante de consonante, muchos la cambian en la afine SH.” “Así ocurre en varias zonas de la provincia de Santiago del Estero, cuyos habitantes escriben “Ashpa” (en vez de Allpa) y pronuncian la SH agregando a la S, una pronunciación suave y manteniendo cerrados los dientes de modo que sea dental [sic].” “Pero cabe notar, que el paisano catamarqueño escribe y pronuncia “Allpamisqui”, nombre con el que designa a la avispa y también a la colmena” (C, 1938, 3-4). n “La n hace las veces de ñ en toda la región diaguita cacana, y así oímos Nokha, vice Ñokha, yo” (L, 171). r “[...] la r inicial o rr del castellano es desconocida en quichua, y lo propio debe suceder en el cacán. En esta colocación la suple la l como luro por ruru, larca por rarca, locro por rocro.” [...] “En quichua se usa de todos modos, pero su sonido se parece más a nuestra r de era” (L, 202). s “Como final en ambos idiomas [quichua y cacán] responde a la degeneración de la c, v. gr.: ¿Imata mascas purinqui? ¿Qué andas buscando? Ampas (por Ampac) Cachi, nombre de lugar [...]” “La s en la región cacana representa la h quichua, como Sacha por Hacha, árbol que no sea algarrobo; suc por huc, uno” “En Catamarca hay tendencia a engrosar la s y hacerla x catalana, sch; como Uxuta por Usuta” (L, 205). x “La x es una letra que sólo sirve para desorientar. Por lo general representa una s más o menos gruesa, v. gr.: Xurí [sic] por Suri, avestruz. Hoy a veces representa una j, v. gr.: Uxuta, Ojota, plantilla o sandalia.” “Aquí equivale al sh inglés; sch alemán y x catalana o gallega” (L, 237). y “La y es famosa letra, intercambia con la l o u, que a su vez representa una r.” “En quichua y en cacán puede ocupar los tres lugares, inicial, medial y final. La ortografía castellana confunde la vocal con la consonante (L, 237). En la voz tiyanchu dice Lafone que “la y casi no suena”. RC (L, 254). 2.2.2. Léxico.
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(Con inclusión de morfemas ligados que funcionan como bases verbales y ambivalentes). (Con inclusión de morfemas ligados que funcionan como bases verbales y ambivalentes). Acu! ‘¡vamos!’. Dice Lafone que “así suena, pero debe escribirse hacu”. Santiago y Catamarca. Lengua del Cuzco. (L, 40). En S, aku! Acuchis! ‘¡vámonos!’. Forma más usada que la anterior, según Lafone. Santiago y Catamarca. Lengua del Cuzco (L, 40, art. Acu). En S, akuychis!, akuysh! Achuma ‘cardón’. Voz del Cuzco, aparece en la Canción de la Guanaca (L, 41, art. Achumasisa; 142, art. I o Y). Aica? [sic] ‘¿cuándo?’ RC (L, 255). La forma correcta debe ser aykap, como en S. Aicapi? [sic] ‘¿cuándo?’ RC (L, 255). Ver la voz anterior. * Aicha ‘carne’. Aichata ‘carne’ (objeto verbal) RC (L, 255). * Aisa- ‘estirar’. Aisaricu ‘estirarse’. Cuzco de Huaco (L, 44). * Alli ‘bien’. Catamarca (L, 62, art. As). * Alliya [sic] ‘bien, no más’. Debe ser allilla, como en S. Alliyata [sic] ‘bien’. Debe ser allillata ‘bien, no más’ (objeto verbal). El Pozo o balde, campo de Tuscamayo, Las salinas (Pomán) (C, 1930, 18). * Ampi- ‘curar’. Ampisca ‘curar’ [sic]. Debe ser ‘curado,curada’. RC (L, 254). * Ancha ‘mucho’. Anchata ‘mucho’ (objeto verbal). RC (L, 255). * Anchu ‘separarse’. Cf. Anchuphuarmi ‘mujer separada’. MG (L, 55). Quizá sea * anchoj huarmi ‘mujer que se separa’. * Apa- ‘llevar’. * Apam(u)- ‘traer’. Apampuay ‘tráemelo ésto’. MG (L, 254). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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* Api- ‘tener’. Apini ‘tengo’. MG (L, 254). Apin ‘tiene’. MG (L, 254). Apinchis ‘tenemos’ MG (L, 254). Apinquichu? ‘¿tienes?’. MG (L, 254). Apumuy [sic] ‘dame’. Debe ser apamuy ‘¡trae!’ RC (L, 255). Ver * Apa-. As. .”[...] sílaba inicial de muchos nombres. En Catamarca, Ashalli dice, bastante bien [...]“ (L, 63). Ver Ash. * Ash ‘bastante’. Catamarca. Cf. Ashalli ‘bastante bien’ (L, 63, art. As). González Holguín (p. 34) trae: “As, o hashuan. Más comparativo”; y (p. 35): “As o aslla, o asllalla, o hualca vn poco”. En S existe la voz astaan ‘más’. Por otra parte, Bravo (p. 249) trae la forma Ashca ‘mucho’; nosotros sólo hemos registrado la forma achka. Ataillpa ‘gallina’. MG (L, 65). En S, atallpa. * Atari- ‘levantarse’. Atarini ‘levantarme’ [sic]. RC (L, 254). Debe ser ‘me levanto’. Atari! ‘¡levántate!’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Debe ser atariy! Atoc ‘zorro’ Voz general (L, 65). Ver Atoj. Atoj ‘zorro’. Piedra Blanca (?) (C, 1930, 223). En S, atojj. * Atun ‘grande’ Atunta ‘grande’ (objeto verbal). RC (L, 255). * Ca- ‘ser’ (verbal). Ver Ka-. Cani ‘soy’. RC (L, 255). Canki ‘eres’. RC (L, 255). Canqui ‘eres’. MG (L, 168, art. Micu siqui canqui). Can * ‘es’. El Pozo o Balde, campo de Tuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Cancu ‘son’. Canción de la Guanaca, Canto del Huanacu (L, 142, art. art. I o Y; 137, art. Huayramuyu). Carca ‘era’ (él). RC (L, 255). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Captenka * ’sí es‘. El Portezuelo, dep. Ambato (C, 1938, 57). En S, kaptenqa. Corakara [sic]. Quizás * kasa kara ‘había sido’, como en S. El Pozo o Balde Campo de Tuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 20). * Cai ‘aquí’. Ver Cay. * Cailla ‘aquí, no más’. Caillamanta ‘de aquí, no más’. MG (L,74). Caina ‘ayer’ RC (L, 255). En S, qayna. * Call(a) [sic] ‘cerca’. En S, qaylla. * Callita [sic] ‘cerquita’. Callitapi [sic] ‘aquí cerca’. Debe ser ‘aquí cerquita’. El Pozo o Balde Campo de Tuscamayo, Las Salinas, dep. Pomán (C, 1930, 18). Callana ‘tiesto’. Voz del Cuzco local (L, 76, art. Callana-mayu). En S, kallana. Camayoc. “Diestro en cualquier oficio. Guagua Camayoc, niñera, ama de crianza. Rivera llama así a los capataces. Papeles del doctor Cárcano” (L, 77). Cari ‘agrisado, tordillo’. H (Talacán, La Rioja). En S, kari. Casi ‘quieto’. MG (L, 81, art. Casi tiyay). En S, qasi. * Cay ‘aquí’. Cayta ‘por aquí’ [* ‘aquí’ (objeto verbal)]. MG (L, 82, art. Cayta purinca). * Cay ‘esto’. Cayca ‘esto’ (enfático). MG (L, 254). En S, kayqa. Caya ‘mañana’. RC (L, 255); MG (L, 82, art. Caya minchac). S, qaya. * Ccam ‘tú’. Ver Kjam. En S, qam. Ccampah [sic] ‘tuyo’. MG (L, 254). Debe ser Ccampa. En S, qampa. Ccari ‘varón’. MG (L, 254). En S, qari. * Cira- ‘hilar’ [sic]. Debe ser ‘coser’. En S, sira- ‘coser’. Ciranaypac ‘para que lo hile’ [sic]. Debe ser ‘para que yo cosa’ RC (L, 254). Cisa ‘flor’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Ver Sisa. * Co- ‘dar’. En S, qo-. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Couanki ‘me das’. RC (L, 255). Coaay *’dame‘. Andalgalá (L, 196, art. Puñu). Couay ‘dame’. RC (L, 254). Couaychi [sic] ‘dadme’. RC (L, 255). Debe ser couaychis. Coiki ‘te doy’. RC (L, 255). Cosunki ‘tu das’ [sic]. MG (L, 86). Debe ser ‘él te da’. Cosunka ‘le dará’ [sic]. RC (L, 255). En S, qosonqa ‘él te dará’. * Collque ‘plata’. En S, qollqe. Collquecta ‘plata’ (objeto verbal). MG (L, 254). Collquemanta ‘de plata’. RC (L, 255). Conan *’ahora‘. Cuzqueras, Andalgalá (L, 196, art. Puñu). Ver Cunan. Concor ‘rodilla’. RC (L, 255). En S, qonqori. Corakara [sic]. Quizás * kasa kara ‘había sido’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 20). * Cuchi [sic] ‘sal’. Debe ser cachi. Cuchinac [sic] ‘sin sal’. Debe ser cachinac. MG (L, 162, art. Macuchinac). * Cuchi- [sic] ‘cortar’. Debe ser cuchu-. Cuchinki [sic] ‘has de cortar’. Debe ser cuchunki. RC (L, 255). Cunan * ‘ahora’. Cf. Cunan punchau ‘hoy’. RC (L, 255). Cha * ‘ese, esa, eso’. Cf. Cha tian * ‘ahí está’, ‘¡velay!’. El Portezuelo, (dep. Ambato). (C, 1938, 57). Chaina ‘sí’ [sic]. Debe ser ‘así’ (cha-yna ese-como) Cuzco de Fiambalao (L, 90). Chaca ‘aquella’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). En S, chaqay ‘aquel, aquella’. * Chacru- ‘mezclar’. Chacrusca ‘mezclado (de muchos pueblos)’. MG (L, 89). En S, chajjrusqa ‘mezclado, mezclada’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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* Chae [sic] * ‘ese, esa, eso’. Debe ser chay. Ver chai, chay. Chaepi [sic] ‘ahí’. Debe ser chaypi. Chaesitupi [sic] * ‘ahicito’. Debe ser chaysitupi. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). * Chai * ‘ese, esa, eso’. Ver Chay. Chaipi * ‘ahí’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Chairá ‘recién’. MG (L, 126, art. Huacha). En S, chayrajj. * Chaki ‘pies’. Chakian ‘de pies’ [sic]. Literalmente ‘con pie’ MG (L, 90, art. Chakihanhuachanqui). * Chaplla- *’probar o hurtar la comida (de las ollas)‘. Chapllak * ‘el que prueba o hurta la comida (de las ollas)’.MG (L, 164, art. Mancachapllak). En S, chapllajj. * Chaqui ‘patas’. Ver Chaki. Cf. Chaquín [sic] horqueta ‘patas de horqueta’. H (Talacán, La Rioja). Debe ser chakin orketa. * Chay ‘eso’. Chayta ‘eso’ (objeto verbal). RC (L, 255). Chayrac ‘recién’. MG (L, 126, art. Huacha). Cf. Chayrah (L, 95, art. Chayrac). En S, chayrajj. * Chaya- ‘llegar’. Chayanki ‘has llegado’. RC (L, 255). * Chica ‘tanto’ (cantidad). * Chicalla ‘tanto no más’. En S, chikalla. Chicallam “No hay más, eso es todo. En Andalgalá se dice Xicaya” (L, 96). Parece que debería analizarse así: Shika-lla-m ‘tanto no más (enfático)’. * Chicra- ‘volver’. En S, tijra- ‘poner al revés, dar vuelta una cosa’. Chicrani ‘volver’ [sic]. Debe ser ‘vuelvo (alguna cosa)’. MG (L, 96). Chilicote ‘grillo’. “La forma catamarqueña puede resultar de corruptela” (L, 97) En S, también chilikote. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Chiqui. “Es la adversa fortuna, la fatalidad [...]. Para el logro de cualquier empresa, el indio tenía que invocarle; si no las cosas salían al revés de lo que se quería”. India María (Machigasta, La Rioja) y B (AQ, AQ, 1897, 550 ss.; 1929, 6 ss.; describe la fiesta). Canto del Chiqui. “Especie de vidala que se cantaba o entonaba en estas fiestas [del Chiqui]. En 1886 el presbítero Juan Vázquez y Amado, Cura de San Blas de los Sauces, hizo apuntar la letra de este canto [...]”. Lafone reproduce la letra e intenta una traducción (L, 99). Juego del Chiqui. “Fiesta que se celebraba para conjurar las plagas en las labranzas y hacer llover” (L, 99). Chuncu ‘mucha gente’. RC (L, 254), Diego González Holguín (p. 121) dice: “Chuncu.El corrillo o la manada” y Lira (p. 143): “Chunku, m. Corrillo, coro o reunión de varios para hablar o tratar alguna cosa [...]”. * Chura- ‘poner’. Churay ‘ponlo’. RC (L, 255). Churi ‘hijo’ (dice el padre). RC (L, 255). Churiy ‘mi hijo’ (dice el padre). MG (L, 254). Guagua * ‘niño’ (L, 77, art. Camayoc). Ver Hua, Huahua, Uaua. * Guagua ‘hijo’. Guagüita ‘mi hijito’ [sic]. Debe ser ‘hijito’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). * Guanchi- ‘matar’. En la región diaguita. Ver Huanchi-. Cf. Runaguanchi (L, 130, art. Huan o Huana). * Guañu- ‘morir’. Ver Huañu-, Wañu-. Guañuni ‘me muero’ (L, 133, art. Huañuni). Hacu ‘harina molida’ [sic] MG (L, 123). En S, aku ‘harina’. Hacuta ‘harina molida’ (objeto verbal) (L, 123, art. Hacu). Hacu ‘vamos’. Santiago y Catamarca (L, 40, art. Acu). Ver Acu. Hacuchis ‘vámonos’. Santiago y Catamarca (L, 40, art. Acu). Hamu- ‘venir’. MG (L, 123). En S, amu-. Hamuni ‘vengo’. G (L, 232, art. Upalla). Hamunca ‘viene (vendrá)’ [sic]. RC (L, 255). En S, amonqa ‘vendrá’. Hamunca ‘vendrá’. RC (L, 255). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Hanan ‘arriba’. MG (L, 167, art. Mayu hanan). En S, anajj ‘arriba’, ‘parte superior’. González Holguín (p 148) trae: “Hanac, o hanan. Cosa alta, o de arriba.” Cf. Lira (p. 214): “Hána y más usado Hánakk, adv. 1. Arriba, encima, lo alto, parte superior.” “Hánan, adv. 1. En lugar superior, en parte alta o elevada [...]”. Hayhuachacuni ‘estoy por saber algo’. MG (L, 124). Ver Hayrini. Cf. González Holguín (p 168): “Huacchaccuni, huachani. Parir.” También Lira (p. 1070) trae Wachákuy ‘parir, estar de parto una mujer, dar a luz a su hijo’. Hayrini ‘voy en corto tiempo’. MG (L, 124). Ver Ri-. González Holguín (p 158) trae las expresiones Hayri pachallan, Hayri, Hayrilla ‘brevemente’; Hayripunilla, Hayripachalla ‘con presteza, en un momento o instante’. Hua ‘hijo o chico’. “En Colpes, y de boca de la Teresa Gualcumay, aprendí que en ese dialecto hua es hijo o chico” (L, 125). Ver Huahua, Uaua. Huay ‘mi hijo’ (dice la madre). MG (L, 254). * Huay ‘mi hijo’. TG (L, 125, art. Hua vel Gua). Huaycuna ‘mis hijos’. TG (L, 125, art. Hua vel Gua). Huaycuna-raicu ‘por causa de mis hijos’. TG (L, 125, art. Hua vel Gua). * Hauyqui [sic] ‘tu hija’. Debe ser Huayqui. El Portezuelo, (Ambato) (C, 1938, 56). Hauyquita [sic] ‘a tu hija’ (objeto verbal). Debe ser Huayquita. El Portezuelo, (Ambato) (C, 1938, 56). * Hua * ‘parte superior’, ‘arriba’. Cf. González Holguín (p 144): “Hahua. Sobre, o tras de, o después de”, y “Hahua. Sobre y encima” (p. 145). También Lira (p. 234) trae Háwa ‘sobre, encima, encima de, tras, después de’. Huan. “Ver Huanpi. Frase: Huanci huanpi, más arriba de la casa, etc.” MG (L, 130). Huanpi. “Por encima de, más arriba de” (L, 132). Podría analizarse así: wa-n-pi ‘en su parte superior’. Cf. González Holguín (p 144): “Hahuaypi. Sobre mí, o encima de mí”; “Cay hahuanpi. De más de esto, o después de esto”, etc. En S, saa ‘parte superior’. * Huaca- ‘llorar’. En S, waqa-. Huacasiki ‘llorón’. MG (L, 125). * Huacaicha- ‘guardar’. Huacaichay ‘guardar’, ‘guarda (tú)’. MG (L, 125). En S, waqaychay. Huaci ‘casa’. MG (L, 130, art. Huan). Ver Huasi. Huacha- ‘parir’ (L, 126).
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Huachanki ‘parido’, ‘tú eres nacido’ [sic]. Debe ser ‘tú pares’. MG (L, 90, art. Chakianhuachanki). Huachasca ‘nacido’ [sic]. Debe ser ‘parido’. MG (L, 126, art. Huacha; también en 95, art. Chayrac). En S, wachasqa. * Huahua ‘hijo, hija’. Ver Uaua. En S, waa ‘hijo, hija’ (dice la madre). *Huahuita ‘hijito, hijita’. Huahuitay ‘mi hijito’. En la Canción de la Guanaca (L, 142, art. I o Y). Huahuitay ‘mi hijita’. En el Canto del Huanacu (L, 137, art. Huayramuyu). * Huahua ‘niño’. Ver Uaua. En S, waa ‘niño, niña, criatura’. Huahuata ‘al niño’ (objeto verbal). MG (L, 254). Huallicu ‘tener asco’ MG (L, 129). Cf. González Holguín (p 170): “Huaclliccuni, o huacllini. Dañarse algo, echarse a perder, o hazerse deshonesto”. En S, según Bravo (p. 284), Huájlliy es ‘echarse a perder, descomponerse, malograrse, abortar, descolorirse’. * Huanchi- ‘matar’. Ver Runahuanchi. En S, wanchi-. * Huaño- ‘morir’. Ver Huañu-, Uañu-, Wañu-. Huañorca ‘murió’. RC (L, 255). En S, wañora. * Huañochi- ‘matar’. Huañochinco ‘la mataron’. B (AQ, 1897, 567; 1929, 23). En S, wañuchinku ‘matan’ (también ‘mataron’). * Huañoche- ‘matar’. Huañocheranco ‘mataron’. B (AQ, 1897, 567; 1929, 23). En S, wañucheranku ‘mataron’. * Huañu- ‘morir’. Ver Uañu-, Wañu-. En S, wañu-. Huañuni ‘me muero’. MG (L, 133; también 185, art. Pencay). * Huarmi ‘mujer’. Cf. Anchuphuarmi ‘mujer separada’ MG (L, 55). Huasi ‘casa’ MG (L, 254). En Huaco (L, 184, art. Patanpi o Patapi). Huasiy ‘mi casa’. RC (L, 255). Huasiyki ‘Tu casa’. RC (L, 255). Huasin ‘su casa’. RC (L, 255). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Huasinchis ‘nuestra casa’. RC (L, 255). Huasinkichis ‘vuestra casa’. RC (L, 255). En S, wasiykish o wasiykichis. Huayaca ‘bolsa, talega’. “Voz quichua, pero muy usada aún por los peones criollos (L, 136). Huayna ‘mozo’ RC (L, 255). * Huayra ‘viento’. Huayraca ‘el viento’ (enfático). RC (L, 255). En S, wayraqa. Ver Huayramuyu, Huayrapuca. * Huayra- (base verbal) ‘haber viento’, ‘estar con viento’, ‘ventear’. Huayras ‘con viento’. RC (L, 255). Una traducción más literal es ‘venteando’. Huayramuyu ‘remolino’. Canto del Huanacu (L, 137). Literalmente ‘viento redondo’, siempre que no sea por wayra muyojj ‘viento que da vueltas’. ‘viento que gira’. Huayrapuca. “Viento colorado, el polvillo, voz de la cuenca de Londres, Los Sauces”. Voz que aparece en el Canto del Chiqui (L, 137). Huilla. “Liebre; talca también en Andalgalá. [...] Común en toda la Argentina. Los de hoy pronuncian muy claramente, huilla, anglicé, willa, por liebre” (L, 138). “Billa o huilla [...] es, el nombre que en la región cacana se da a las liebres; en tal sentido, la voz tiene que ser cacana [...] " (L, 137, art. Hui). En S también se dice willa. * Huma ‘cabeza’. Humaniyoc “dueño de la cabeza”. B, indio Peralta (AQ, 1897, 553; 1929, 9). * Humá [sic] ‘cabeza’. Ver Huma, uma. Humán [sic] ‘cabeza’. Literalmente ‘su cabeza’. H (Talacán, La Rioja). Debe ser uma-n. * Ima (referencia a cosa). Imata? ‘¿qué?’ (Objeto verbal). MG (L, 254); común a toda la región (L, 118, art. Gasta); construcción muy diaguita (L, 99, art. Chiqui); catamarca, La Rioja (L, 22); RC (L, 255); El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 57). Imatac? ‘¿qué?’ (enfático). MG (L, 143, art. Ina); Cuzco de Huaco (L, 203, art. Rua); Catamarcano (L, 193, art. Pu). En S, imatajj. Ina-. “Hacer; famosa radical verbal equivalente a rua y rura, muy usada en catamarcano y en santiagueño. [...] A Magdalena Gómez de Huaco se debe el descubrimiento de la existencia de este verbo importante, y el señor don Telésforo Ruiz, vecino del Fuerte, pero hijo de Santiago, me asegura que allí también es muy usado.” [...] “En La Paz y Chichas es voz bien conocida y usada [...] no figura en los vocabularios corrientes de la lengua del Cuzco [...]” (L, 143-144).
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Inapun ‘le ha hecho’ (él a otro). MG (L, 143, art. Ina); Catamarcano (L, 193, art. Pu); nuestros indios (L, 25); Catamarca, La Rioja (L, 22). Inapu [sic] ‘le ha hecho’ (a aquel). En catamarcano (L, 193, art. Pu). Cf. González Holguín (p. 161): “Hinaspari. Y assí, o haziendolo assí, o con esto”; también (p 162) “Hinarccuni. Acabar de dar fin a la obra concluyr ya con ella”. J. J. Von Tschudi (p 333) trae: “hinany, ich mache es so”. Lira (p. 251) también incluye Hinay: “Hacer así, hacer de tal o cual modo.” También se podrían hacer citas referentes a otros dialectos (incluso para Ecuador, con su morfema shina). Inti ‘el sol’. B, indio Peralta; voz usada en la fiesta del Chiqui, en catamarca (Colpes, San José) y La Rioja (Machigasta) (AQ. 1897, 553; 1929, 9, 13, 35); El Pozo o Balde, Campo deTuscama-yo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Itioj [sic] ‘con sol’. Debe ser Intioj. Piedra Blanca (C, 1930, 223). En S es Intiyojj. Irke. “Llorón, desmedrado”. MG (L, 145). En S se llama erqe al niño desnutrido, raquítico, por falta de leche materna. * Ixpa- ‘orinar’. Ixpacu ‘meón’. Voz del Cuzco local (L, 146), En S, ishpakojj. * Ka- * ‘haber’. Kara * ‘había’. Corakara [sic]. Probablemente kasa kara ‘había sido’, como en S. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 20). * Ka- ‘ver’. En S, qaa-. Kas ‘viendo’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). En S, qaas. Kay ‘este’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 56). Kayca ‘este, esto’ (enfático). RC (L, 255). En S, kayqa. * Kechu- * ‘despojar’. En S, qechu-. Kechuna * ‘despojable, que se puede despojar’. Cf. Mama kechuna, “juego de niños, que se forman atrás de uno que hace de madre y otro los roba” (L, 164). * Kichari- ‘abrir’. Kicharini. “Abrir, como la puerta [...]”. En realidad ‘yo abro’. (L, 198, art. Quicharini o Kicharini). Kjam ‘tú’. RC (L, 255). En S, qam. Kjamkuna ‘vosotros’. RC (L, 255).
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Kjamkichis [sic] ‘vosotros’. RC (L, 255). J. J. Von Tschudi, aparte de la forma qamkuna, trae qamchij (hemos reemplazado los tipos especiales que dicho autor emplea, por sus equivalentes fonéticos en el sistema aquí empleado). Kjampa ‘tuyo’, ‘de usted’. RC (L, 255). En S, qampa. Laca * ‘vulva’. Cuzco diaguita o Cacán. (L, 151, art. L.). También en S (Bravo, p 308). Larca ‘acequia’. “En Santiago también se dice larca”. G (L, 151-152). Larcapi ‘en la acequia’. G (L, 176, art. Occocuni; 232, art. Upalla y Urma). Liyancu ‘tiene’ (errado) RC (L, 255). Debe ser tianku / tiyanku ‘están, residen’. Ver tia-, tiya-. Llamta ‘leña’. “Voz común aún entre los viejos en Tinogasta, Andalgalá y otros lugares cuzqueros” (L, 156). En S, yamta, yanta. Llamtata ‘leña’ (objeto verbal) RC (L, 255). * Llanca- ‘trabajar’. En S, llamka-. Llancas ‘trabajando’. MG (L, 254). Llastay también Yastay. “Genio, numen de un lugar”. Llámanse [sic] también Amigo y Dueño o Dueña de las aves [...] El hombre de campo que sale a correr “aves” tiene buen cuidado de propiciar al Llastay con anticipación, colocando yerba, azucar, tabaco, coca, harina de maíz o de chaclios o algún otro vicio sobre alguna piedra de las que nunca faltan [...]”. Lafone trae muchos datos de Pedro calderón, de un viejo Peralta (del pueblo perdido del Pantano), de un estanciero Esparza (de Huasán) (L, 156-157). Es el dueño de las ‘aves’ de las llanuras (guanacos, liebres, zorros, quirquinchos, suris, etc.). B (AQ, 1897, 551, 553, 565; 1929, 7, 9, 22, 23). * Llocsi- ‘llegar’ [sic]. Debe ser ‘salir’. En S, llojjsi-. Llocsis ‘llegando’ [sic]. Debe ser ‘saliendo’. RC (L, 255). Ma [sic] (referencia a cosa). Ver Ima. Cf. Macuchinac ‘cosa sin sal’. MG (L, 162). * Macsi- ‘cabecear’. En S, majjsi-. Macsini ‘cabecear’ [sic] Debe ser ‘yo cabeceo’. MG (L, 162). Machi ‘médico’ RC (L, 254). * Mai? ‘¿dónde?’. Ver May. Maiman? ‘¿por dónde?’ [sic]. Debe ser ‘¿hacia donde?’. El Pozo o Balde, Campo deTuscama-yo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). * Maki ‘mano’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Makipi ‘en la mano’. RC (L, 255). * Mama ‘madre’. * Mamai ‘mi madre’. B (AQ, 1897, 567; 1929, 23). Maman ‘madre’ [sic]. Debe ser ‘su madre’. RC (L, 255). Mamaita ‘a su madre’ (objeto verbal). B (AQ, 1897, 567; 1929, 23). Mamita ‘mamita’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Mana ‘no’ (negación). MG (L, 254); TG (L, 125, art. Hua vel Gua); El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Manarac ‘todavía no’ MG (L, 254). En S, manarajj. Manchu [sic] ‘no (es)’. Debe ser manachu ‘¿no?’. Canto del Huanacu (L, 137, art Huayramu-yu). Manca ‘olla’. RC (L, 255). ‘Olla grande’. MG (L, 164). En S, manka ‘olla’. * Mancha- ‘temer’. Manchayki ‘tengo miedo’ [sic]. Debe ser ‘te temo’. Justina Soria, Tinogasta (L, 165). Manchana ‘espanto’. (L, 165). Una traducción más literal es ‘(cosa) temible’. * Maña ‘pedir’. * Mañaco- Ver Mañacu-. Mañacoj * ‘peticionante’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 56). En S, mañakojj. * Mañacu- ‘pedir’. En S, mañaku-. Mañacuapttiki [sic] ‘que me pidas’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 55). En S, mañakuaptiyki ‘cuando me pidas’, ‘que me pidas’. * Masca- ‘buscar’. Mascanqui ‘andas buscando’ [sic]. Debe ser ‘buscas’. MG (L, 254). Mascas ‘buscando’. MG (L, 254); muy diaguita (L, 99, art. Chiqui); común a toda la región (L, 118, art. Gasta). En S, maskas. * May? ‘¿donde?’. Mayman ‘¿donde?’ [sic]. RC (L, 255). Debe ser ‘¿hacia dónde?’. * May * ‘cuál’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Maypas [sic] ‘cuyo’. MG (L, 167). Debe ser Maypa. Lira (p 643) consigna: Máypa ‘de cuál’. En S, Bravo (p 320) registró Mayckanpa? ‘¿de cuál?’ Maychanpas ‘cualquiera’. Mayu ‘río’ (sustantivo). MG (L, 167, art. Mayu hanan, Mayu-urampi). * Micu- ‘comer’. Micus * ‘comiendo’. RC (L, 255). Quizás debería ser micoj ‘el que come’ (que se puede traducir adecuadamente por ‘a comer’). Micunas ‘por comer’. RC (L, 255). Una traducción más literal es ‘queriendo comer’. En S, mikunaas. Micu siqui ‘comilón’. MG (L, 168). En S, micushiki. Millaycha. ‘Aborrecer’. MG (L, 168). Bravo (p 321) anotó en S la voz Millay ‘acción y efecto de asquear, sentir repugnancia’. González Holguín (p 239) anotó: “Millaychani”. Affear algo, ensuziarlo”. Lira (p 654) trae Millaychay ‘afear, poner feo’, también ‘tachar, vituperar, denigrar’. Mincha * ‘pasado mañana’ Cf. Caya mincha ‘pasado mañana’. RC (L, 255). En S, mincha ‘pasado mañana’. Minchac [sic] * ‘pasado mañana’. Cf. Caya minchac ‘hasta pasado mañana’ [sic]. MG (L, 82). Ver Mincha. Morco ‘vieja’. RC (L, 255). Bravo trae para S: “Morcko, adj. Viejo” (p. 323). Muchuy ‘hambre’. Voz del Cuzco (L, 170). Bravo (p. 324) trae la voz Múchuy ‘carestía, escasez’. Muchuy pacha. “Tener hambre, según la señora que dió la frase, usada en Tinogasta, pero que en realidad dice más bien: tiempo (pacha) de hambruna (muchuy)” (L, 170). Muchipachi [sic]. “Hambruna, en Tinogasta” (L, 170). Para S, Bravo (p. 324) consigna Múchuy pacha ‘época de carestía’. * Muna- ‘querer’. Munas ‘queriendo’. RC (L, 254). * Numaska [sic]. Debe ser munaska ‘deseo’. En S, munasqa. Numaskan [sic]. Debe ser munaskan ‘su deseo’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 57). En S, munasqan. Muspachi. “Presto”. MG (L, 171). González Holguín trae (p 253): “Muzpachini. Turbar a otro, o desatinarle, o hazer errar al que trabaja con darle priessa, o apurarle”. Para S, Bravo (p. 325) consigna Muspas, como adverbio de modo y el significado “Ir o venir caminando ligero, caminar coqueteando”.
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* Muyu ‘redondo’, o quizás muyoj ‘que gira, que da vueltas’. En S, muyu y muyojj, respectiva-mente. Cf. Huayramuyu ‘remolino’. Canto del Huanacu (L, 137). Na! ‘¡vaya!’. G (L, 176, art. Occocuni); Es una interjección con que se inicia una respuesta a una pregunta y que posee varios matices expresivos (fastidio, desacuerdo, duda, hesitación, etc). Na ‘ya’. RC (L, 254, 255). * Ni- ‘decir’. Ver Ñi Nipus [sic] ‘a decirle’. Debe ser nipoj. RC (L, 255). En S, nipojj. Nigri ‘oreja’. Cuzco de Catamarca y Santiago (L, 172); en la región cacana y en la de los Chichas (L, 203, art. Rincri vel Rinri); nuestros indios y los indios Chichas (L, 25); Catamarca, La Rioja, Santiago, etc. (L, 22). En S, nigri. “Otra de las voces que [...] tenemos en común con los Chichas” (L, 144, art. Ina). “Es este un argumento a favor de la hipótesisde que la quichua precolombina en los valles calchaquinos era oriunda de los chichas, de cuya provincia era capital Tupiza” (L, 172, art. Nigri). Nigrin * ‘su oreja’. Cf. Nigrin sipusca ‘sorda’ (lit. ‘Su oreja fruncida’). Cuzqueros de Colpes. (L, 172). * Nina ‘fuego’. Ninapi ‘en el fuego’. RC (L, 255). Nocca ‘yo’. MG (L, 254); RC (L, 255). En S, noqa. Nocaca ‘yo’ (enfático). RC (L, 254).En S, noqaqa. Noccami ‘yo’ (enfático). RC (L, 255). Noccapa ‘mío’. RC (L, 255). Noccapa ‘mi’ [sic]. Debe ser ‘mía’. RC (L, 255). Noccapah [sic] ‘mío’. Debe ser Noccapa. MG (L, 254). Noccanchis ‘nosotros’. RC (L, 255). En S, noqanchis. Noccanchis ‘nos’. MG (L, 254). Nokha ‘yo’. (L, 171, art. N). Ver Nocca. Ñahuí [sic] ‘ojos’. H (Talacán, La Rioja). Debe ser Ñahui. En S, ñawi. Ver ñaui. Ñan ‘cuesta’ [sic]. Debe ser ‘camino’. MG (L, 232, art. Ura). Ñaui ‘ojos’. Huaco (L, 174, art. Ñaui utula). Ñi- ‘decir’. MG (L, 174). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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* Occo- ‘mojar, empapar’. S, oqo-. * Occocu- ‘mojarse, empaparse’. En S, oqoku-. Occocuni ‘me he empapado’, ‘me mojé’. G (L, 176, art. Occocuni; 232, art. Urma). Occocuni ‘me mojo’ (L, 176). Occocusca ‘mojada’. G (L, 232, art. Upalla). En S, oqokusqa. Onco- ‘estar enfermo’. Vieja Cativa, de Machigasta (La Rioja) L, 177). * Onco- ‘enfermarse’. Oncoscca ‘enferma’. Cativa, (L, 177, art. Onco). En S, onqosqa. Paccari- ‘amanecer’. Voz del Cuzco (L, 178-179). Esta base nominoverbal aparece en el Canto de los Allis (La Rioja). Paccarinqui ‘has amanecido’ (L, 178, art. Paccari). En S, paqarinki. Pacha *’tiempo, época‘. Tinogasta (L, 179; cf. Muchuy pacha, 170). Pacha ‘ropa de indios’. “Voz aún usada cuando se quiere decir que ciertos indios se vestían a su usanza antigua” (L, 179). Pacha “Tierra, mundo, lugar. Frase: “Pacha mama llastay” [...] Pacha mama del lugar [...]. Todo casadero [sic] o estancia tiene su dueño o Pacha mama a quien propician con ofrendas de coca, etc.” (L, 179). Ver Pachamama. Pachamama. “El dios o espíritu de la fecundidad y de la reproducción, venerado aún en las estancias más remotas de la provincia, como ser el Cajón de Santa María, etc.” Lafone describe la fiesta de la “hierra” (L, 179-180). “Numen de la tierra o de la localidad [...] es especialmente la madre de los cerros [...] no sólo es dueña de todo animal, sino que propicia las siembras y preside la buenaventura [...] es invocada [...] en toda empresa,- trátese de caza, abundante cosecha, y demás”. Pueblos de La Rioja; oarte norte de Pomán, Andalgalá, Belén y Tinogasta (Catamarca) (AQ, 1897, 565 ss.; 1929, 22 ss.). * Pai ‘él, ella’. Ver Pay. Paipa * ‘de él, de ella’. El Portezuelo, (dep. Ambato). (C, 1930, 57). * Palla- ‘recoger’. S, palla-. * Pallana ‘recogedero’ (lugar donde se recoge). Pallanapi *’en el recogedero‘ (de algarroba). El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). * Pampa ‘pampa’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Pampita ‘pampita’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). * Pañu- [sic] ‘dormir’. Debe ser puñu- (Ver esta base). Puñuni [sic] ‘he dormido’. Puñunichu [sic] ‘no he dormido’ (en la construcción mana puñunichu). MG (L, 254). En S, mana puñunichu. Para ‘lluvia’. MG (L, 182-183). * Para- ‘llover’. Paran ‘llueve’. Piedra Blanca (C, 1930, 223). Pascca-. “Soltar, perdonar”. Cuzqueros de Huaco (L, 183). Bravo anotó (p 337): Páscay ‘desatar, desligar, desenvolver’. * Pata * ‘borde, orilla, ribera, margen’. Patapi ‘cerca’. Huaco (L, 184, art. Patanpi o Patapi). Lit. ‘En el borde’, etc. Patampi ‘cerca’. MG (L, 134, art. Huasi). Lit. ‘en su borde’, etc. Patanpi ‘cerca’. Huaco y Santiago del Estero (L, 184). En S, patampi; lit. ‘En su borde’, etc. Pay ‘él’. RC (L, 255). Paycuna ‘ellos, ellas’. RC (L, 255). Paypis ‘él’ [sic] RC (L, 254). Pencay ‘vergüenza’ MG (L, 133, art. Huañuni); Santiago, Córdoba (L, 185). En S, penqay. Pencay manta. ‘de vergüenza’. MG (L, 133, art. Huañuni); Santiago, Córdoba (L, 185, art. Pencay). Pichca ‘cinco’ (L, 187). Ver Pixca. González Holguín (p. 284) trae la forma Pichca. Pichusca. “La flor cuando está en ciernes. Se dice de la algarroba, de la viña, del maíz que están en pichusca, cuando derraman el polen”. Común en la Argentina Cuzquera (L, 187). Pilciao-man ‘a Pilciao’ TG (L, 125, art. Hua vel Gua). * Pintu- ‘envolver’. Pintuna. “Envolvedor que usan las teleras para envolver la tela que se va tejiendo” (L, 189). Pintuna “Pañal, culero, mortaja”. Cuzqueros de Huaco (L, 189). Pisca ‘cinco’ (L, 187, art. Pichca). Ver Pixca. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Pixca ‘cinco’ (L, 187, art. Pichca). Mediante la x representa Lafone una fricativa pálatoalveolar sorda. Tal vez esta grafía se acerque más a la pronunciación de esta voz en el dialecto catamarqueño. Bravo anotó en S la forma pishcka (o sea pishqa). * Puca ‘colorado’. Cf. Huayrapuca. “Viento colorado, el polvillo, voz de la cuenca de Londres, Los Sauces” (L, 137, art. Huayrapuca). * Pucaya- ‘colorear’ [sic]. Debe ser ‘enrojecerse’, ‘tornarse rojo’. Pucaya [sic] ‘coloreando’. Debe ser pucayas ‘poniéndose rojo’. RC (L, 255). Pucllay. “El héroe del Carnaval [...]. Muñeco de trapo, que figura un viejo ridículo, bonachón, de cabeza encanecida, sin duda un sólo cabello negro, y en su estremo [sic] andrajoso, como que no vive sinó [sic] en orgías”. Tinogasta (AQ, 1897, 559; 1929, 15). Ver Pujllay. Pujllay. “El muñeco o juego de carnaval. Frase: “Enterrar el pujllay o Pusllay”, enterrar el muñeco que representa el carnaval” (L, 195). En S, pujllay ‘jugar’. * Puncu ‘puerta’. MG (L, 198, art. Quicharini o Kicharini). Punchau * ‘día’. Puncuta ‘la puerta’ (objeto verbal). MG(L, 198 art. Quicharini o Kicharini). Punchau * ‘día’. Cf. Cunan punchau ‘hoy’. RC (L, 255). En S puncháw ‘día.’ Puñu- ‘dormir’. Cuzqueras, Andalgalá y Santiago (L, 196). Puñusunchis * ‘dormiremos’. Cuzqueras, Andalgalá y Santiago (L, 196, art. Puñu). Puñunaykipac ‘para dormir’ [sic]. RC (L, 25). Debe ser ‘para que duermas’. En S, puñunayki-pajj. Puñus [sic] ‘a dormir’ (en la construcción: puñus rini). RC (L, 255). Quizá sea puñoj; En S, puñojj. * Puri- ‘pasar’. Purinca ‘pasó’. MG(L, 82, art. Cayta purinca). En S, purera ‘pasó’, purenqa ‘pasa’ (enfático) y, en ciertos contextos, ‘pasó’ (enfático); purenqa también es ‘pasará’. * Puri ‘andar’. Purini ‘anday’ [sic]. Debe ser ‘andoy’. Vieja Cativa, Machigasta (La Rioja) L, 177, art. Onco). Purinki ‘andas’ RC (L, 255). Purinqui ‘andas’ MG (L, 255); común a toda la región (L, 118, art. Gasta); muy diaguita (L, 99, art. Chiqui). Purin ‘anda’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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* Puschka- ‘hilar’. En S, puchka-. Puschkana ‘el huso’. “Voz muy general” (L, 197). * Quichari- ‘abrir’. Ver Kichari-. Quicharini. “Abrir, como la puerta”. MG(L, 198). Debe ser ‘yo abro’. Quilla ‘luna’. MG(L, 199, art. Quilla unta). Quistupa. “[...] la liebre, compuesta con adornos para la fiesta [del Chiqui]”.RC(L, 231, art. Umaniyoc). “La víctima en el juego del Chiqui” (L, 201). “Quistupa, le decían al talka, y lo hacían saltar”. RC (L, 255). * Re- ‘ir’. Ver Ri-. Rerka * ‘fue’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). En S, rera. * Ri- ‘ir’. Rini ‘vamos’ [sic]. Debe ser ‘voy’. RC (L, 255). Rini ‘fui’ TG (L, 125, art. Hua vel Gua). Rinki ‘vas’. RC (L, 255). Rincu ‘se han ido’. RC (L, 255). En S, rinku ‘van’ y, en algunos contextos, ’fueron’. Rircani ‘fui’. TG (L, 125, art. Hua vel Gua). En S, rerani. Risá [sic] ‘iré’. RC (L, 255). En S, risajj. Risunki ‘le va’ (a usted). El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Rierin []. Tal vez sea rikurin ‘aparece, se deja ver’, como en S.El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Rima- ‘hablar’. “Verbo en uso en Huaco, que se cita por ser la voz que dio origen al nombre de Lima” (L, 203). Rua- ‘hacer’. “En Cuzco de Huaco y de Santiago” (L, 203). En S, rua-. Lira, además de la forma Rúray, consigna Rúway (p. 862). Ruay ‘haz’. MG(L, 123, art. Hacu). Ruas ‘haciendo’. RC (L, 255). Ruapun ‘le ha hecho’ (él a otro). MG(L, 143, art. Ina); Cuzco de Huaco y de Santiago” (L, 203, art. Rua); Catamarca, La Rioja, Santiago (L, 22); “hacer en sentido de hechizar” , nuestros indios (L, 25). https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Rua ‘moler’ [sic]. MG(L, 203). Rumi ‘peñasco’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). * Rumi * ‘piedra’ (sin traducción). Rumita ‘piedra’ (objeto verbal) (sin traducción). MG(L, 254). * Runa * ‘hombre’ (indígena). Cf. Runahuanchi (L, 130, art. Huan o Huana; 204). Runahuanchi. “San Jorge, avispón negro blindado, que persigue a los apasancas o tarántulas” (L, 204). “En esta región al San Jorge, abispón [sic] negro, con alas coloradas, se llama Runaguanchi, mata indio [...]”. “[...] una cosa queda constatada que para el Diaguita de catamarca y de Santiago el tema que expresa la idea de matar era Huanchi. Ya sea por corruptela de Huañochi, ya sea por cuenta propia [...]” (L, 130, art. Huan o Huana). Quizás el nombre quicha original haya sido runahuanchej, porque en S, es ‘el que mata’. * Rupa- ‘quemar’. Rupaj * ‘quemante, que quema’ (sin traducción). El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 20). * Sa * ‘parte superior’. En S, saa. San ‘sobre’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Lit. Podría traducirse ‘su parte superior’. Sanipi [sic] ‘sobre’. Debe ser sampi. RC (L, 255). Lit. se podría traducir ‘en su parte superior’. En S, saampi. Sacha. “Arbol cualquiera”. Dialecto catamarcano (L, 147, art. J). En S, sacha ‘monte, bosque’. González Holguín (p. 74) trae: “Çachha, o hacha. Arbol”. Lira (p. 864) consigna Sách’a ‘arbusto, arbolillo’. * Sacha ‘cerro’ [sic]. Sachaman ‘al cerro’ [sic]. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Pensamos en un error de traducción pues no conocemos ningún dialecto quechua en que sacha signifique ‘cerro’. Sajara [sic] ‘feo’. RC (L, 255). En S, sajjra. Sara ‘maíz’ RC (L, 255). * Saya- ‘parar, pararse, estar parado’. Saya. “estar en pie”. MG (L, 209). * Sayachi- ‘parar (a otro), poner de pie’. Sayanchinki [sic] ‘ha de parar’ [sic]. RC (L, 255). Ha de ser sayachinki ‘pararás, has de parar’. * Saycu- ‘cansarse’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Saycuni ‘me cansé’. MG (L, 254). Es pretérito en ciertos contextos. Siki. “Nalgas, cola, palabra grosera”. “En Huaco y otras partes la voz siqui vel siki se aplica a la natura de la mujer” (L, 211). En S, siki “nalgas, asentaderas, trasero, ano”. * Simi ‘boca’. Simín [sic] ‘boca’. H (Talacán, La Rioja). Lit. ‘Su boca’. Debe ser simin, con acento en la penúltima sílaba. * Sipu- ‘fruncir’. Sipusca ‘fruncida’. Cuzqueros de Colpes. (L, 172, art. Nigrinsipusca). En S, sipusqa. Siri- ‘acostar’. “Voz usada en Huaco” (L, 212-213). Sisa ‘flor’. Canción de la Guanaca (L, 142, art. I o Y). Voz del Cuzco (L, 41, art. Achumasisa). Sisa sisa ‘flor flor’ [sic]. H (Talacán, La Rioja). Quizás ‘medio florecida’. Suc ‘uno’. “Dialecto catamarcano” (L, 147, art. J). Suc rumita * ‘una piedra’ (objeto verbal) (sin traducción). MG (L, 254). En S, suj. Sullca o Xulca (mediante x Lafone representa una fricativa pálatoalveolar sorda). “El menor de una especie; en catamarcano, el hijo menor de todos, a veces se usa de la mujer también” (L, 214). Bravo registró para S (p. 367) las formas Shushcu y Shushca, con las significaciones de ‘el último hijo’ y ‘la última hija’, respectivamente. Por nuestra parte, hemos anotado las denominaciones sullko ‘hijo menor’ (Tacañitas, S). Ver Xulca. Suma [sic] ‘lindo, linda’. RC (L, 255). Ver Sumah. Sumah. ‘lindo’. MG (L, 254). En S, sumajj. Sumas [sic] ‘lindo’ RC (L, 255). Ver Sumah. * Suya- ‘esperar’. Suyay ‘espera’ (tú). RC (L, 255). Suyas [sic] ‘a esperarme’. Debe ser suyaaj. RC (L, 255). En S, suyaaj. Shipas ‘moza’. RC (L, 255). En S, sipas. Shipas cuna ‘mozas’ RC (L, 255). Debe ser Shipascuna. En S, sipaskuna. Shipas ‘hija’ [sic]. RC (L, 255). Ver art. Anterior. Taco ‘algarroba’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). En S, taqo es ‘algarroba’ y ‘algarrobo’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Talca. “En Andalgalá, huanaco; en los Sauces, liebre; lo que indica que más bien era nombre aplicado al animal sagrado” [...]. “Talca designa a la liebre o al huanaco [...]. La voz no parece ser quichua; desde luego, justo es suponer que sea cacana. ” [...] “Lo probable es que se trata del apelativo de un “totem” y posible es que los orígenes de la voz se remonten muy allá de las lenguas que conocemos. Dentro de pocos años habrá desaparecido hasta la tradición del uso de esta voz; pero lo cierto es que fue muy general en toda la región cacana, y que entraba para mucho en el juego o ceremonia del Chiqui [...] (L, 216-217). “Huilla. Liebre; talca también en Andalgalá” (L, 138, art. Huilla). * Tari- ‘hallar’. Tarini ‘hallo’. MG (L, 254). * Tarpu ‘sembrar’. Tarpus ‘sembrando’. RC (L, 255). * Tata ‘padre’. En S, también tata. * Tatay ‘mi padre’. Tatayca ‘mi padre’ (enfático). MG (L, 254). Tatayqui ‘tu padre’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). * Tia- ‘hallarse, estar’. Ver Tiya-. Tianchin? [sic] ‘¿está?’ (tu padre). Debe ser tianchu?, como en S. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Tiarca ‘hallóse’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). En S, tiara. Tian. Cf. Cha tian * ‘¡Velay!’, ‘¡ahí está!’, ‘¡eso es!’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 57). * Tia- ‘estar’ (haciendo algo). Ver Tiya-. Tiani ‘estoy’ (queriendo hacer algo, muriéndome, por morirme). RC (L, 254, 255). Tiani ‘estaba’ (trabajando). MG (L, 254). En ciertos contextos es pretérito. Tianki ‘estás’ (viendo, labrando). B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). RC (L, 255). Tian ‘está’ (quemando, saliendo). RC (L, 255). B (AQ, 1897, 553; 1929, 9, 13, 35). * Tia- ‘andar’ (haciendo algo). Ver Tiya-. Tiani ‘ando’ (sembrando). RC (L, 255). Tiras
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Cf. Tiras tiras * ‘con cabellos medio arrancados’, ‘medio desplumado’. H (Talacán, La Rioja). Esta es una expresión interesante pues plantea el problema de su filiación. González Holguín (p. 344) trae: “Tirani, Arrancar, mesar, pelar aue, o cabellos”. Lira (p 1012) registró T’iray, “Descuajar [...] Mesar los cabellos o pelos”. Por otra parte, en S, tiras tira es ‘rotoso’ (probablemente del español tira). Tiya. “Asentarse, ser, estar, morar, permanecer” (L, 233). Tiyanchu? ‘¿está?’ (mi padre). MG (L, 254). * Tiya- ‘estar’ (haciendo algo). Tiyani ‘yo estaba’ (queriendo). MG (L, 254). Tiyan ‘está’ (venteando). RC (L, 255). * Tiya- ‘estar’ (permanecer en una situación o condición). Tiyay! ‘¡estáte! (quieto)’. MG (L, 81, art. Casi tiyay). Tiyanki? ‘¿estás?’ (como) (L, 233, art. Tiya). * Tucu- ‘acabar’. Tucuchanaypac ‘para que lo acabe yo’ RC (L, 254). Tullu. “Hueso y flaco; voz usada en Huaco” (L, 228). En S, tullu. Tuta ‘noche’. Voz usada en Huaco (L, 228); Andalgalá (L, 196, art. Puñu). Tutamanta ‘de mañana’, “bien de alba”. Huaco (L, 228). En S, tutamanta ‘de mañana’, ‘muy de mañana’. * Uañu- ‘morir’. Ver Wañu-. Uañunki ‘morirás’. RC (L, 255). Uañunas ‘por morirse’ (acción inminente). RC (L, 255). * Uaua ‘criatura’. Ver Hua. * Uauay ‘mi criatura’. Uauaypa ‘de la criatura’ [sic]. Debe ser ‘de mi criatura’. RC (L, 255). * Ucu ‘cuerpo’. En S, uku. Cf. Ucún [sic] cajón ‘cuerpo de cajón o caja’. H (Talacán, La Rioja). Debe ser ukun, como en S. * Ucu * ‘interior’. En S, uku. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Ucupi ‘adentro’. MG (L, 125, art. Huacaychay). Ullpa * ‘ceniza’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 20). En S, uchpa. Bravo ha registrado la forma ushpa, que nosotros no hemos oído. Ver Uxpa. Uma ‘cabeza’. Umaniyoc “El que tiene la cabeza para juego o ceremonia del Chiqui [...]. Umaniyoc es el que recibía la cabeza del Huilla o Talca para conservarla y con ella iniciar la fiesta del año” RC (L, 255). La presencia en esta voz del morfema vacío -ni- nos indica que debía ser uma-nni-yoc ‘el que tiene su cabeza’, ya que se sufija a bases terminadas en consonante. Umpi- ‘sudar’. “Etim.: Humpi, estar acalorado, sudar; aquí se ve cómo la h inicial desaparece en los dialectos” (L, 231). Uncu. “Ropaje de las indias en Huaco; era una especie de pollera o enagua” (L, 232). Unta ‘llena’. MG (L, 199, art. Quilla unta). Uñapa ‘india vieja’. RC (L, 255). “Uñapa es voz local que dice India Vieja [...]” (L, 99, art. Chiqui). En S es voz despectiva, con el significado de ‘sirvienta, criada’ . Bravo consigna el sentido de “Muchacha tosca, ordinaria, rústica, especialmente ocupada en el servicio doméstico” (p. 385). Upalla- ‘callar’. Upalla [sic] ‘¡calla!’. G (L, 232). Debe ser Upallay! Upallai ‘¡cállate!’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Ura. “Abajo” (L, 232). * Ura ‘parte inferior’. Urapi ‘abajo’. MG (L, 232, art. Ura). Urampi ‘abajo’. MG (L, 167, art. Mayu-urampi); RC (L, 255). Se podría analizar ura-mpi ‘en su parte inferior’. Uriacui. “Trabaja, apura que es tarde” (L, 232). Fr. Domingo de Santo Tomás (p. 372) incluye la voz vriacuni ‘trabajar’. González Holguín (p. 350, 357) trae varias palabras precedidas por el calificativo Vri, que indica rapidez en alcanzar un estado o condición. Lira (p. 1051) trae la voz Uriy ‘antelar’, ‘anticipar’. Urma- ‘caer’ (L, 232). Urmaspa ‘cayéndome’. Lit. ‘cayendo’. G (L, 176, art. Occocuni; 232, art. Upalla y Urma). Utula ‘chico, pequeño’. “Voz común en Huaco, Colpes, etc. y que se aplica también a las criaturas” (L, 233). Huaco (L, 174, art. Ñaui utula).
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Uxpa. ‘Lejía’ [sic]. Voz del Cuzco (L, 233). Ya hemos dicho que la x para Lafone equivale a una fricativa pálatoalveolar sorda. En realidad la voz debería ser ushpa lejía ‘lejía de ceniza’. En S, uchpa lejía. Uya ‘rostro cara’. Voz conocida en Huaco (L, 233). En S, uya. Uyaca. “Palos de sacar fuego. Con un usillo de palo duro, un pedazo de cardón y un movimiento rápido de molinillo sacaban los indios una chispa de fuego. Este molinillo o virabarquín de fuego, llamábase uyaca o nina sorcuna, y aún conserva este nombre en Santiago. Uyaca, es general” (L, 233-234). Viña- [sic] ‘crecer’. Voz usada en Huaco (L, 235). En S, wiña-. * Wanu- [sic] ‘morir’. Ver Wañu-. Wanus [sic] ‘muriendo’. RC (L, 254). * Wañu- ‘morir’. Wañurka ‘murió’. RC (L, 254). En S, wañora. Waracacha- [sic] ‘correr’. “En Quichua es: correr a pedradas” RC (L, 254). Debe ser Huayracacha-. Bravo trae para S (p. 282), Huayracáchay ‘correr’. Willa ‘liebre’. “Común en toda la Argentina” (L, 138, art. Huilla). * Willa- ‘avisar’. Willay ‘avisar’. TG (L, 138, art. Huilla). * Xica ‘tanto’ (cantidad). Xicaya ‘no hay más, eso es todo’. Andalgalá (L, 96, art. Chicallam). Debería ser xicalla, lit. ‘tanto no más’. En S, chikalla. Xulca. Ver Sullca (L, 214, art. Sullca o Xulca). Xulka. “El menor de todos. Siempre x = sch” (L, 237). Ver Sullca. Yaco * ‘agua’. Cf. Yaco yaicuna ‘charco’. H (Talacán, La Rioja). * Yacha- ‘saber’. Yachani. “Voz usada del precio por Magdalena Gómez, de Huaco” (L, 238). * Yaicu- * ‘entrar, penetrar’. En S, yayku-. Yaicuna * ‘lugar donde entra o penetra’. Cf. Yaco yaicuna ‘charco’. H (Talacán, La Rioja). * Yaien- [sic] ‘entrar’. Debe ser yaicu-. Yaienno [sic] ‘donde se pone o entra’. Debe ser yaicuna. En S, yaykuna ‘entrada’. https://web.archive.org/web/20220127120821/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-02.html
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Yastay. Ver Llastay (L, 156). * Yma (referencia a cosa). Ver Ima. Ymata? ‘¿qué?’ (objeto verbal). MG(L, 254); RC(L, 255). Ynti ‘el sol’. RC (L, 255). Ver Inti. Yoca-. “Subir a caballo (Magdalena Gómez, de Huaco, quien asegura que se usaba también en sentido de cópula). En Santiago se usa para indicar las dos cosas” (L, 239). En S, lloqa‘montar, subir, trepar’. Yocay ‘subir’. RC (L, 254). * Yscai ‘dos’. Yscaimi [sic] ‘los dos’. RC (L, 255). Debe ser iscay-nin ‘los dos juntos’, como en S. Yurac ‘blanca’ MG(L, 254). En S, yurajj ‘blanco, blanca’. Yurak ‘blanco’. Voz usada en Huaco (L, 242). Ver Yurac.
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El quichua de Catamarca y La Rioja Parte III
2.2.2.1 Hispanismos. Adiós. RC (L, 255). * Ara- ‘arar’. Aras ‘labrando’ [sic]. RC (L, 255). * Azucar Azucarpas * ‘y azucar’ (sin traducción). Cuzqueras de Andalgalá (L, 196, art. Puñu). Bellaco. RC (L, 255). * Bombilla Bombillaiqui ‘tu bombilla’. RC (L, 255). Bueno ‘adjetivo’. (L, 255). * Caballu ‘caballo’. En S, kaballu. Caballumpi ‘a caballo’. RC (L, 255). Lit. ‘en su caballo’. Cajón. H (Talacán, La Rioja). * Cama Camaiki ‘tu cama’. RC (L, 255). * Cardón B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). * Casara- ‘casar’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Casaracun ‘se casa’. Piedra Blanca (C, 1930, 223). En S, kasarakun. * Cree- ‘creer’. Creeskaiki ‘te he de creer’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 55). En S, kreesqayki. * Cuchillo Cuchillop [sic] ‘el cuchillo’ (objeto verbal). RC (L, 255). Tal vez, Cuchillot o Cuchillota. * Cuchillu ‘cuchillo’. Cuchilluan ‘con el cuchillo’. RC (L, 255). Charabón. “Suri corredor”. RC (L, 254). Voz usada en los insultos de la chuña al suri. H (Talacán, La Rioja). Charaboncito. “Suri chico”. RC (L, 255). * Dedo Dedollacta ‘dedos no más’ (objeto verbal). RC (L, 255). * Enemigo Enemigocuna ‘los enemigos’. Canto del Huanacu (L, 137, art. Huayramuyu). Enemigo [sic] ‘enemigo’. (AQ, 1897, 566; 1929, 23). * Hilu ‘hilo’. Hiluta ‘hilo’ (objeto verbal). RC (L, 254). Horqueta. H (Talacán, La Rioja). * Labranza Labranzapi ‘en la labranza’. RC (L, 255). * Lan [sic]. Debe ser lau ‘lado’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Lucero. RC (L, 255). * Merce(d) Merceniqui ‘tu merced’ (tratamiento). Vieja Cativa, Machigasta (La Rioja) L, 177, art. Onco). Merceninqui ‘su merced’. Huaco (L, 168). El sufijo -nqui debe ser -yqui. Ver -ni-. Mesa. RC (L, 255). https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Mordasa ‘mordaza’. H (Talacán, La Rioja). * Moso ‘mozo’. Kay mosopaj ‘para este mozo’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 56). * Pastu ‘pasto’. Pastuta ‘pasto’ (objeto verbal). MG (L, 254). Pedro. MG(L, 254); RC (L, 255). Pedropas ‘para Pedro’ [sic]. Por el contexto debe ser Pedropa ‘de Pedro’. RC (L, 255). Poncho (la prenda de vestir). H (Talacán, La Rioja). * Rega- ‘regar’. Regas- [sic] ‘a regar’. RC (L, 255). Debe ser regaj. En S, regajj. Remedia- * ‘remediar’. Remediasajku * ‘remediaremos’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 57). En S, remediasajjku. * Rode- ‘rodear’. Rodeanchi [sic] ‘nos rodean’. Canto del Huanacu (L, 137, art. Huayramuyu). * Rodi- ‘rodear’. Rodianchi [sic] ‘nos rodea’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Debe ser rodianchis. Señor. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Sólo (adverbio de modo). El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 55). * Vida Viday ‘mi vida’. [sic]. “Diminutivo del anterior” (L, 235). En realidad es ‘mi vidita’. * Vinu ‘vino’ (la bebida). Vinuta ‘vino’ (objeto verbal). RC (L, 254). * Yerba Yerbata ‘yerba’ (objeto verbal). Cuzqueras de Andalgalá (L, 196, art. Puñu). https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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2.2.3. Análisis de los sufijos. -a- 1a. persona objeto; ‘me, a mí’. Con bases verbales. Ver -ua-. Otros alomorfos del morfema de 1a. persona son -ni, -j, -y, -n-. Co-a-y ‘dame’. Apa-m-pu-a-y ‘tráemelo’. Suya-s [sic] ‘a esperarme’. Quizás sea suya-a-j. Rode(a) -a-n-chis ‘nos rodean’. Rodi(a)-a-n-chi [sic] ‘nos rodea’. Debe ser rodi(a)-a-n-chis. Mañacu-a-ptt(i)-iki [sic] ‘que me pidas’ ©. Debe ser maña-cu-a-pti-yki; lit., se podría traducir por ‘cuando tu pedido de mí’. -an instrumental; ‘con’. Con bases nominales. Forma adverbios nominales (modificadores de predicado). Chaki-an ‘de pies’; lit. ‘con el pie’. Cuchillu-an ‘con el cuchillo’. -ca enfático, reforzador. Luego, de nombres, pronombres y verbos. Lafone consideró a este sufijo como una “partícula final que equivale al artículo o pronombre demostrativo” y una “partícula final de verbo que según parece corresponde a un pronombre personal de 3a. Persona” (L, 73), aunque muchas veces lo confunde con partes de raíces. Noca-ca ‘yo’. Cay-ca, Kay-ca ‘esto’. Kay-ca ‘este’. Huayra-ca ‘el viento’. Tata-y-ca ‘mi padre’. Puri-n-ca ‘pasó’. En S sería pure-n-qa. -ca futuro (3a. Persona actor). Con bases verbales. Ver -ka. Hamu-n-ca ‘vendrá’. En S, amo-n-qa. Hamu-n-ca ‘viene’, ‘vendrá’. -co plural pronominal de 3a. Persona NKU. Ver -cu, -ku. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Huaño-chi-n-co ‘la mataron’ (AQ). Huaño-che-ra-n-co ‘la mataron’ (AQ). -co reflexivo. * Maña-co-j ‘peticionante’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 56). -cta objeto del predicado. Con bases nominales. Ver -ta. Dedo-lla-cta ‘dedos’ [sic]; debe ser ‘dedos, no más’. (objetivo). Collque-cta ‘plata’ (objetivo). -cu- reflexivo. Con bases verbales o ambivalentes. Hualli-cu [sic] ‘tener asco’. Debe ser hualli-cu-y. Casara-cu-n ‘se casa’. Occo-cu-ni ‘me mojo’. Hay-huacha-cu-ni ‘estoy por saber algo’. Aisa-ri-cu [sic] ‘estirarse’. Debe ser Aisa-ri-cu-y ‘comenzar a estirarse’. Ixpa-cu [sic] ‘meón’. Quizás sea ishpa-co-j; En S, ishpa-co-jj. Maña-cu-a-ptt(i)-iki [sic] ‘que me pidas’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 55). -cu plural pronominal de 3a. Persona. Ver -co, -ku. Ca-n-cu. ‘son’. Ri-n-cu. ‘se han ido’. Liya-n-cu [sic] ‘tiene’ (errado). Debe ser tiya-n-cu ‘están’. -cuna plural nominal. Shipas-cuna ‘mozas’. Enemigo-cuna ‘los enemigos’. Hua-y-cuna ‘mis hijos’. Kjam-cuna ‘vosotros’. Pay-cuna ‘ellos’. -cha- verbalizador factivo (hacer lo indicado por la base). Ver -ycha-. El ejemplo es dudoso, pues quizás sea -chi-. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Tucu-cha-na-y-pac ‘para que lo acabe yo’. Hay que observar que en la misma zona existe el morfema -cha-, por ejemplo, en pilachar ‘desnudar’ (= hacer pila, o sea, desnudo), que forma verbos con bases nominales. -che- causativo (hacer realizar alguna cosa; ser causa de algo). Con bases verbales. Ver -chi-. Huaño-che-ra-n-co ‘la mataron’. -chi- causativo (hacer realizar alguna cosa; ser causa de algo). Con bases verbales. Sayan-chi-nki [sic] ‘ha de parar’. Debe ser saya-chi-nki ‘has de parar’ (poner de pie algo). Huaño-chi-n-co ‘la mataron’ (AQ). Muspa-chi ‘presto’. -chi [sic] plural inclusivo de 3a. Persona. Debe ser -chis. Rodi(a)-a-n-chi ‘nos rodea’. Co-ua-y-chi ‘dadme’. -chin [sic] interrogativo. Debe ser -chu. Tia-n-chin? [sic] ‘¿está?’ (tu padre) ©. Debe ser -tianchu? -chis plural inclusivo de 1a. persona, plural de 2a. persona. Con bases nominales y verbales. Huasi-n-chis ‘nuestra casa’. Huasi-nki-chis [sic] ‘vuestra casa’. Debe ser huasi-yki-chis. Nocca-n-chis ‘nosotros’. Api-n-chis ‘tenemos’. Puñu-su-n-chis * ‘dormiremos’. Co-ua-y-chi [sic] ‘dadme’. Rode(a)-a-n-chis ‘nos rodean’. Rodi(a)-a-n-chi [sic] ‘nos rodea’. -chu no efectuado, no realizado (negativo, interrogativo). Se sufija a partículas negativas o al verbo, por lo general. Mana-rac puñu-ni-chu [sic] ‘todavía no he dormido’ (debe ser puñu-ri-chu; lit.: ‘no-aún duermo-negativo’. Man-chu [sic] huahu-ita-y ‘no es (el enemigo), mi hijita’. Debe ser mana-chu ‘¿no?’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Api-nqui-chu? ‘¿tienes?’. Mana tata-y-ca tiya-n-chu? ‘¿está mi padre?’. Quizás sea: Mana-chu tata-y-ca tiya-n? ‘¿no está mi padre?’ (interrogación negativa). -i posesión. 1a. persona singular. Con bases nominales. Ver -y. Mama-i-ta ‘a mi madre’ (AQ). Lafone escribió: “I o Y. Partícula final que significa: 1º Mi, posesivo [...]” (L, 142). Cree-ska-i-ki ‘te he de creer’ (C); lit. ‘Mi creída a tí’. || 1a. persona actor. Con bases verbales. Ver -y-. Alomorfo del morfema de 1a. persona que se emplea antes de -ki (2a. persona objeto). Ver -ni, -n-, -j, -a-, -ua-. Co-i-ki ‘te doy’. -i imperativo. Con bases verbales- Ver -y. Upa-lla-i ‘¡cállate!’ (AQ). -iki posesión, 2a. persona singular. Con bases nominales. Ver -iqui, -yki, -yqui. Otros alomorfos son -nki, -ki, -su-. Cama-iki ‘tu cama’. Maña-cu-a-ptt(i)-iki ‘que me pidas’ (C). Debe ser maña-cu-a-pti-yki, lit.: ‘cuando tu pedido (para tí) de mí’. -ina semejanza; ‘así, tal como’. Con bases nominales. En S tiene tres alomorfos: -yna, luego de morfema terminado en vocal; -ina, luego de consonante no-postvelar; -ena, luego de consonante postvelar. Cha-ina ‘sí’ [sic]. Debe ser ‘así’; lit. ‘como eso’. Ima-ina? ‘¿cómo?’. -iqui posesión, 2a. persona singular. Con bases nominales. Ver -yki, -yqui, -iki. Otros alomorfos son -nki, -ki, -su-. Bombilla-iqui ‘tu bombilla’. Merce-n-iqui ‘tu merced’ (La Rioja). Debe ser merce(d)-ni-yqui. -ita diminutivo femenino (préstamo del español). Es el alomorfo luego de vocal (a la cual reemplaza); luego de consonante se emplea el alomorfo -sita (ver -situ). Con bases nominales. Mam-ita ‘mamita’. Guagü-ita ‘mi hijito’ [sic] (AQ). Pamp-ita ‘pampita’ (C). https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Mam-ita-y ‘Mi madre’. Huahu-ita-y ‘mi hijito, mi hijita’. Call-ita-pi ‘aqu´cerca’ (C); en realidad, ‘cerquita’. -j nominalizador agentivo; ‘el que’. Con bases verbales. Maña-co-j * ‘peticionante’ (C). Rupa-j * ‘quemante’ (C). -j 1a. persona actor. Se emplea luego de -sa- (futuro). Con bases verbales. Otros alomorfos del morfema de 1a. persona son -y, -n-, -ni-, -ni, -a-, -ua-. Remedia-sa-j-ku ‘remediaremos’ (C). -k nominalizador agentivo ‘el que’. Con bases verbales. Ver -j. Chaplla-k *’el que prueba o hurta la comida (de las ollas)‘. -ka futuro (3a. persona actor). Con bases verbales. Co-su-n-ka ‘le dará’. -ka condición (luego de -pte- acentúa su sentido de dependencia). Ca-pte-n-ka *‘si es’ (C). En S, ka-pte-n-qa. -ki ‘el que’. 2a. persona objeto. Alomorfo del morfema de 2a. persona luego de -y- (1a. persona actor), y -n- (3a. persona actor). Con bases verbales. Los otros alomorfos del morfema de 2a. persona son -yki, -nki y -su-. Co-i-ki ‘te doy’. Mancha-y-ki ‘tengo miedo’. [sic]. Debe ser ‘te temo’. Co-su-n-ki ‘tú das’ [sic]. Debe ser ‘él te da’. Ri-su-n-ki ‘le va (a Ud.)’ (C). || 2a. persona objeto de posesión. Con bases nominales. Cree-ska-i-ki ‘te he de creer’; lit. ‘Mi creída a tí’. -ki-chis [sic] Kjam-ki-chis ‘vosotros’. Probablemente se trata de un error. -ku plural pronominal de 1a. persona exclusiva (y de 3a. persona). Ver -co, -cu. Remedia-sa-j-ku *‘remediaremos’ (C). https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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-lla excluyente; ‘no más, sólo’. Sin restricciones. Cai-lla-manta ‘de aquí no más’. Chica-lla-m ‘no hay más, eso es todo’; lit. ‘tanto, no más’. Dedo-lla-cta ‘dedos’ (objeto). Upa-lla [sic] ‘¡calla!’. Debe ser upa-lla-y. -m posesión, 3a. persona singular. Alomorfo del morfema de 3a. persona ante p. Ver -n. Con bases nominales. Otro alomorfo del morfema de 3a. persona es -pu- . Pata-m-pi ‘cerca’; lit. ‘en su borde, en la orilla’. Ura-m-pi ‘abajo’; lit. ‘en su parte inferior’. Caballu-m-pi ‘a caballo’; lit. ‘en su caballo’. -m enfático. Ejemplo único, pues luego de vocal siempre es -mi. Ver -mi. Chica-lla-m ‘no hay más, eso es todo’; lit. ‘tanto, no más’. -m- movimiento en dirección al hablante. Con bases verbales. Quizás sea un alomorfo; ver mu. Apa-m-pu-a-y ‘¡tráemelo!’. -man direccional; ‘a, hacia’. Con bases nominales. Forma adverbios nominales (modificadores de predicado). Pilciao-man ‘a Pilciao’. May-man? ‘¿dónde?’; debe ser: ‘¿a dónde?’. Sacha-man ‘al cerro’ (AQ); debe ser ‘al bosque’, ‘al monte’. Mai-man? ‘¿por dónde?’ (C); debe ser: ‘¿a dónde?’. -manta causa, procedencia, materia de que está hecha una cosa, tiempo en que sucede una cosa. Con bases nominales forma adverbios (modificadores de predicado). Pencay-manta ‘de vergüenza’. Cai-lla-manta ‘de aquí, no más’. Collque-manta ‘de plata’. Tuta-manta ‘de mañana, bien de alba;’ lit. ‘(aún) de noche’. -mi enfático. Sin restricciones en S. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Nocca-mi ‘yo’. -mu- movimiento en dirección al hablante. Con bases verbales. Quizás sea un alomorfo; ver m-. Apa-mu-y [sic] ‘dame’. Debe ser apa-mu-y ‘trae’. Quizás también en hamu- ‘venir’. -n posesión, 3a. persona singular. Con bases nominales. Ver -m. Huasi-n ‘su casa’. Mama-n ‘madre’ [sic]; debe ser ‘su madre’. Nigri-n * ’su oreja‘ (La Rioja). Chaquí-n [sic] ‘patas’; debe ser chaqui-n ‘su pata’ (La Rioja). Humá-n [sic] ‘cabeza’; debe ser huma-n ‘su cabeza’ (La Rioja). Simí-n [sic] ‘boca’; debe ser simi-n ‘su boca’ (La Rioja). Ucú-n [sic] ‘cuerpo’; debe ser uku-n ‘su cuerpo’ (La Rioja). Numas-ska-n [sic]; debe ser muna-ska-n *‘su deseo’ (C). Ca-pte-n-ka *’si es‘ (C). Pata-n-pi ‘cerca’; lit. ‘en su borde’. Hua-n-pi ‘más arriba’; lit. ‘en su parte superior’. Sa-n ‘sobre’; lit. ‘su parte superior’ (AQ). Sa-ni-pi [sic] ‘sobre’. Debe ser sa-m-pi ‘en su parte superior’. || 3a. persona singular, actor. Luego de -ra- o -rca- tiene grado cero, salvo que se trate de 3a. persona plural (con sufijo -cu). Con bases verbales y ambivalentes. Otro alomorfo del morfema de 3a. persona es -pu-. Api-n ‘tiene’. Ca-n ‘está’ (en un lado) (C). Puri-n ‘anda’ (C). Para-n ‘llueve’ (C). Tia-n ‘está’ (haciendo algo). Tiya-n ‘está’ (haciendo algo). Casara-cu-n ‘se casa’ (C). https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Tiya-n-chu? ‘¿está?’ (En un lugar). Puri-n-ca ‘pasó’. Ina-pu-n ‘le ha hecho’. Rua-pu-n ‘le ha hecho’ Ca-n-cu ‘son’. Ri-n-cu ‘se han ido’. Liya-n-cu ‘tiene’ [sic]. Debe ser tiya-n-cu ‘están’. Huaño-chi-n-co ‘mataron’ (AQ). Ri-su-n-ki ‘le va’ (a Ud.) (C). Co-su-n-ki ‘tú das’ [sic]. Debe ser ‘él te da’. Rodi(a)-a-n-chi [sic] ‘nos rodea’; debe ser Rodi(a)-a-n-chis. Rode(a)-a-n-chis ‘nos rodean’. Con el material disponible no se puede determinar en los dos últimos casos, si n es morfo de 1a. persona o el morfema de 3a. persona actor. -n- posesión, 1a. persona. Con bases nominales. Es alomorfo del morfema de 1a. persona ante el morfema pluralizador -chis. Ver -ni, -j, -y, -a-, -ua-. Huasi-n-chis ‘nuestra casa’. En el caso de noccanchis ‘nosotros’, se plantea el problema de si estamos ante el mismo morfo osi se trata de un alomorfo -nchis con el valor de plural inclusivo de 1a. persona. || 1a. persona actor. Con bases verbales o ambivalentes. Ante el morfema -chis (pero sin estar precedido por -a- como en el caso del morfo -n de 3a. persona actor). Api-n-chis ‘tenemos’. Puñu-su-n-chis * ‘dormiremos’. -na nominalizador. Sufijado a bases verbales, deriva nombres relacionados con la acción verbal. Mancha-na ‘espanto’ (cosa temible). Pintu-na ‘envolvedor’. Pushka-na ‘huso’. Palla-na * ‘recogedero’ (lugar donde se recoge) (C). Yaienno [sic]; debe ser yaicu-na * ‘entrada’ (C) https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Yaicu-na cf. Yaco yaicu-na ‘charco’ (‘lugar donde entra agua’). Kechu-na *‘despojable’. Tucu-cha-na-y-pac ‘para que lo acabe yo’; más lit. ‘Para mi terminación’. Puñu-na-yki-pac ‘para dormir’ [sic]; debe ser ‘para que tú duermas’. Más lit. ‘Para tu dormir’. -na- innminencia de una acción. En S posee, además, un sentido desiderativo o de intención de realizar alguna cosa, y su forma es -naa-. Uañu-na-s ‘por morir’ (“queriendo morir”). Micu-na-s ‘por comer’ (“queriendo comer”). -nac carencia. Con bases nominales. Macuchinac [sic] ‘cosa sin sal’ Debe ser Ima cachi-na-c. -ni 1a. persona actor. Con bases verbales. Otros alomorfos del morfema de 1a. persona son -y, -j, -n-, -a-, -ua-. Huañu-ni ‘me muero’. Guañu-ni ‘me muero’. Saycu-ni ‘me cansé’. Tiya-ni ‘estaba’. Ri-ni ‘voy, fui’. Hamu-ni ‘vengo’. Api-ni ‘tengo’. Ca-ni ‘soy’. Tia-ni ‘ando’, ‘estoy’. Tari-ni ‘hallo’. Puri-ni ‘anday’ [sic]; debe ser ‘andoy’ (La Rioja). Occo-cu-ni ‘Me mojo’, ‘me mojé’, ‘me he empapado’. Hay-ri-ni ‘Voy en corto tiempo’. Hay-huacha-cu-ni ‘estoy por saber algo’. Ri-rca-ni ‘fui’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Atari-ni ‘levantarme’ [sic]; debe ser ‘me levanto’. Chicra-ni ‘volver’ [sic]; debe ser ‘vuelvo’. Macsi-ni ‘cabecear’ [sic]; debe ser ‘cabeceo’. Kichari-ni, quichari-ni ‘abrir’ [sic]; debe ser ‘yo abro’. -ni- morfema vacío. Se emplea antes de los sufijos pronominales y de -yoc. De acuerdo con lo que sucede en quichua santiagueño y otros dialectos se usa sufijado sólo a bases nominales que terminan en consonante; por ello, hemos creído necesario agregar ciertas observaciones a los ejemplos de Lafone y Quiroga. Uma-ni-yoc ‘el que tiene la cabeza’ Huma-ni-yoc ‘dueño de la cabeza’ (AQ). Posiblemente se deba analizar uma-n-ni-yoc ‘con su cabeza’. Merce-ni-nqui [sic] ‘su merced’. Merce-ni-(i)qui ‘tu merced’ (La Rioja). Posiblemente deba analizarse merced-ni-yki o mercen-ni-yki ‘su merced’ (de Ud.). * -nin ‘compañía; ’juntos‘. Yscaimi [sic] ‘los dos’. Debe ser iscay-nin ‘los dos juntos’, como en S. -nki 2a. persona actor. Con bases verbales. Otros alomorfos del morfema de 2a. persona son yki, -ki, -su-. Ver -nqui. Ri-nki ‘vas’. Puri-nki ‘andas’. Ca-nki ‘eres’. Cuchi-nki [sic] ‘has de cortar’; debe ser cuchu-nki. Uañu-nki ‘morirás’. Chaya-nki ‘has llegado’. Tia-nki ‘estás’ (haciendo algo). Tiya-nki ‘estás’ (condición, estado). Huacha-nki ‘parido’ [sic]; debe ser ‘pares’. Ri-su-nki ‘le va’ (a Ud.) (C). Co-ua-nki ‘me das’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Sayan-chi-nki ‘ha de parar’ [sic]; debe ser saya-chi-nki ‘pararás’. -nki [sic] posesión, 2a. persona. Con bases nominales. Debe ser un error por -yki. Merce-ni-nqui ‘su merced’ (de Ud.). -nqui 2a. persona actor. Con bases verbales. Otros alomorfos del morfema de 2a. persona son -yki, -ki, -su-. Ver -nki. Ca-nqui ‘eres’. Masca-nqui ‘andas buscando’; debe ser ‘buscas’. Puri-nqui ‘andas’. Pacca-rinqui ‘has amanecido’. Api-nqui-chu? ‘¿tienes?’. -oj tenencia, posesión; ‘con’. Con bases nominales. Ver -yoj. Iti-oj [sic] ‘con sol’ (C). Debe ser Inti-oj o Inti-yoj. -p [sic] objeto de predicado. Debe ser error por -ta o -t, como en S. Cuchillo-p ‘el cuchillo’ (objetivo). -pa poseedor; ‘de’. Con bases nominales. En S hay dos alomorfos, -pa luego de consonante, p luego de vocal. Kjam-pa ‘tuyo’, ‘de usted’. Nocca-pa ‘mío’, ‘mía’. Pai-pa *’de él, de ella‘ (C). Uaua-y-pa ‘de la criatura’ [sic]; debe ser ‘de mi criatura’. -pac benefactivo, propósito; ‘para’. Con bases nominales Forma adverbios nominales (modificadores de predicado). Tucu-cha-na-y-pac ‘para que lo acabe yo’; más lit. ‘para mi terminación’. Puñu-na-yki-pac ‘para dormir’ [sic]; debe ser ‘para que duermas’. o, más lit., ‘Para tu dormir’. -pah [sic] poseedor; ‘de’. Con bases nominales. Debe ser error por -pa. Nocca-pah ‘mío’. Ccam-pah ‘tuyo’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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-pas [sic] poseedor; ‘de’. Con bases nominales. Debe ser error por -pa. May-pas ‘cuyo’; lit. ‘de cuál’. Pedro-pas ‘Para Pedro’ [sic]; del contexto se deduce que es ‘de Pedro’. -pas conectivo; ‘y’. Con bases nominales. Yerba-ta azucar-pas co-a-y * ‘dame yerba y azúcar’. -pi locativo; ‘en’. Con bases nominales. Forma adverbios nominales (modificadores de predicado). Larca-pi ‘en la acequia’. Nina-pi ‘en el fuego.’ Maki-pi ‘en la mano’. Labranza-pi ‘en la labranza’. Palla-na-pi *‘en el recogedero’ (C). Uku-pi ‘adentro’; más lit. ‘en el interior’. Huan-pi ‘por encima, más arriba’; más lit. ‘en su parte superior’. Pata-pi ‘cerca’; más lit. ‘en el borde, en la orilla’. Pata-m-pi ‘cerca’; más lit. ‘en su borde, en la orilla’. Pata-n-pi ‘cerca’; más lit. ‘en su borde, en su orilla’. Ura-pi ‘abajo’; más lit. ‘en la parte inferior’. Ura-m-pi ‘abajo’; más lit. ‘en su parte inferior’. Sa-ni-pi [sic] ‘sobre’; debe ser sam-pi, lit. ‘en su parte superior’. Chai-pi *’ahí‘ (C). Chae-situ-pi *’ahicito‘ (C). Call-ita-pi ‘aquí cerca’ [sic] (C); debe ser ‘cerquita’. Caballu-m-pi ‘a caballo’ (C); lit. ‘en su caballo.’ -pis * conectivo. Pay-pis ‘él’ [sic]. Debe ser ‘él también’. Ver -pas.
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-pte- dependencia, condición: ‘cuando, si’. Sufijo nominalizador que se agrega a bases verbales. Forma adverbios nominales. Es un alomorfo que aparece ante -n-ka, lo cual nos está indicando que tal reemplazo de -pti por -pte se debe a una alternancia automática condicionada por el medio fonológico siguiente que, sin duda, es /nq/. Ver -pti-, Ca-pte-n-ka *’si, es‘. En S, ka-pte-n-qa. -ptti- [sic] dependencia, condición; ‘cuando, si’. Sufijo nominalizador. La grafía correcta debe ser -pti-. Forma adverbios nominales. Maña-cu-a-ptt(i)-iki [sic] ‘que me pidas’ (C). Debe ser maña-cu-a-pti-yki, que, lit. Podría trducirse por: ‘cuando tu pedido de mí’. -pu 3a. Persona objeto; ‘le’, ‘lo’. Con bases verbales. Lafone escribió: “[...] en santiagueño y catamarcano el pu es pronombre objetivo de tercera persona, que se usa en las transiciones de tercera a tercera” (L, 193). En realidad, el morfo -pu- es 3a. Persona objeto con la 1a., 2a. ó 3a. personas como actor, y se ha registrado también como otros dialectos (cuzqueño, boliviano, etc.). Otros alomorfos del morfema de 3a. persona son -n, -m. Ina-pu-n ‘le ha hecho’ (él a otro). Rua-pu-n ‘le ha hecho’ (él a otro). Ina-pu [sic] ‘le ha hecho’ (a aquél); debe ser Ina-pu-n. Ni-pu-s ‘a decirle’ [sic]; debe ser ni-po-j. En S, ni-po-jj. Apa-m-pu-a-y ‘tráemelo esto’. -ra- perfectivo; acción o estado pasado. Con bases verbales. Ver -rca-, -rka-. Haño-che-ra-n-co ‘mataron’ (AQ). Ka-ra *’había‘ (C). -rá [sic] durativo; ‘todavía, aún’. Debe ser error por -rac. Chai-rá ‘recién’. -rac durativo; ‘todavía, aún’. Se sufija a partículas y nombres (en otros dialectos, también a verbos, adverbios nominales, etc.). Debe ser más exacta la grafía -raj, pues Lafone anota también chay-rah (sin indicación de lugar; art. Chay-rac, L, 95). Mana-rac ‘todavía no’. Chay-rac ‘recién’. -raicu causal; ‘por’. Con bases nominales. Hua-y-cuna-raicu ‘por causa de mis hijos’. -rca- perfectivo; acción y estado pasado. Con bases verbales. Ver -ra-, -rka-. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Ca-rca ‘era’. Tia-rca ‘hallóse’ (AQ). Ri-rca-ni ‘fui’. -ri- * inceptor; ‘comenzar algo’. Con bases verbales. Aisa-ri-cu- ‘estirarse’; debe ser ‘comenzar a estirarse’. -rka- perfectivo; acción o estado pasado. Con bases verbales. Ver -ra-, -rca-. Huaño-rka ‘se murió’. Re-rka (AQ). Los morfos terminados en -e y -o, antes de este sufijo, hacen pensar en que fonológicamente debe ser /-rqa-/. -s simultaneidad. Con bases verbales y ambivalentes. Fluctúa con el morfo -spa. Ara-s ‘labrando’. Huayra-s ‘con viento’ [sic]; debe ser ‘venteando’. Ka-s ‘viendo’ (AQ). Llanca-s ‘trabajando’. Masca-s ‘buscando’. Llocsi-s ‘llegando’ [sic]; debe ser ‘saliendo’. Micu-na-s *’queriendo comer‘, ‘por comer’. Muna-s ‘queriendo’. Rua-s ‘haciendo’. Rupa-s ‘quemando’. Tarpu-s ‘sembrando’. Wanu-s [sic] ‘muriendo’; debe ser wañu-s. Uañu-na-s ‘queriendo morirme’, ‘por morirme’. -s [sic] nominalizador agentivo. Con bases verbales. Debe ser error por -j. Ni-pu-s ‘a decir’. Rega-s ‘a regar’. Suya-s ‘a esperarme’; debe ser suya-a-s. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Micu-s ‘a comer’. Quizás sea una ultracorrección de Lafone debido a que en el español del área la -s final de palabra, en ciertos contextos, cambia en fricativa laringal o velar. Lafone puede haber escuchado -j e interpretado -s. Otra posibilidad es que el hábito lingüístico del español regional estuviera difundiéndose al quichua, como se podría deducir de la observación de Lafone: “[...] en cuanto a la s por la c ya es otra cosa, pues es común a toda la región eso del subfijo s por c participial [...] (L, 118, art. Gasta). -sá- [sic] futuro, 1a. persona. Con bases verbales. Ver -sa-. Ri-sá ‘iré’. -sa- futuro, 1a. persona. Con bases verbales. Es un alomorfo del morfema de futuro ante el morfo -j (1a. perona actor); otro alomorfo es -su-, ante el morfo -n- (1a. perona actor). Remedia-sa-j-ku * ‘remediaremos’ (C). -sca efecto, resultado. Sufijo nominalizador que se agrega a bases verbales. Ver -scca, -ska. Chacru-sca ‘mezclado; en S, chajjru-sqa. Huacha-sca ‘nacido’; en realidad ‘parido’. Sipu-sca ‘fruncida’. Occo-cu-sca ‘mojada’. Ampi-sca ‘curar’ [sic]; debe ser ‘curado,curada’. Pichu-sca ‘la flor cuando está en ciernes’ (algarroba, viña, maíz). Quizás sea una forma derivada con este sufijo. -scca efecto, resultado. Nominalizador agregado a base verbales. Ver -sca, -ska. Onco-scca ‘enferma’ (La Rioja). -siki propensión. Nominalizador agregado a base verbales. Ver -siqui. El estudio de otros dialectos muestra que esta forma no es un sufijo sino una base independiente (siki ‘trasero’, ver) que se emplea también en composición de palabras (como otras denominaciones anatómicas). Pero creemos que en estos casos no se la siente tal como cuando se la emplea sin componer (además, en S, se han originado dos formas, siki ‘trasero’ y -shiki, sufijo propensivo). -siqui propensión. Nominalizador agregado a bases verbales. Ver -siki. Micu-siqui ‘comilón’. -situ diminutivo (del español). Alomorfo luego de consonante. Con bases nominales. Ver -ita. Chae-situ-pi * ‘haicito’ (C); lit. ‘en esito’. En S, chay-situ-pi. -ska efecto, resultado. Nominalizador agregado a bases verbales. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Cree-ska-i-ki ‘te he de creer’ (C); lit. ‘mi creída a tí’. -spa simultaneidad; acción durativa. Con bases verbales y ambivalentes. Fluctúa con el morfo -s. Urma-spa ‘cayéndome’. -su futuro, 1a. persona. Con bases verbales. Alomorfo del morfema de futuro ante el morfo -n(1a. persona actor). Ver -sa-. Puñu-su-n-chis * ‘dormiremos’. -su 2a. persona objeto. Aunque en los ejemplos aparece con un actor de 3a. persona, en S también se emplea con actor de 1a. persona. Muchas veces refuerza al morfo -ki (2a. persona objeto). Con bases verbales. Otros alomorfos del morfema de 2a. persona son -nki, -yki, -ki. Co-su-n-ka ‘le dará’ (él a usted). Ri-su-n-ki ‘le va’ (ello a usted) (C). Co-su-n-ki ‘tú das’ [sic]; debe ser ‘él te da’. -ta objeto del predicado. Con bases y frases nominales. Parece fluctuar con -cta. Aicha-ta ‘carne’. Hacu-ta ‘harina’. Hilu-ta ‘hilo’. Hau-yqui-ta [sic]; debe ser hua-yqui-ta *‘a tu hija’ (C). Huahua-ta ‘al niño’. Llamta-ta ‘leña’. Mama-i-ta ‘a mi madre’ (AQ). Pastu-ta ‘pasto’. Puncu-ta ‘puerta’. Rumi-ta *’piedra‘. Vinu-ta ‘vino’. Yerba-ta ‘yerba’. Cay-ta ‘por aquí’. Chay-ta ‘eso’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Yma-ta? ‘¿qué?’. Ima-ta? ‘¿qué?’ Ancha-ta ‘mucho’. Alli-ya-ta [sic] ‘bien’; debe ser alli-lla-ta. Manca atun-ta ‘olla grande’. -tac enfático; ‘y, pues’. Los ejemplos son muy pocos, pero en S se emplea generalmente sufijado a la primera o una de las primeras palabras de una frase u oración (por lo común un nombre o verbo). Ima-tac? ‘¿qué?’ (¿qué, pues?, ¿y qué?). -ua- 1a. persona objeto; ‘me, a mí’. Con bases verbales. Parece fluctuar con -a-. En S es un alomorfo que se emplea luego de bases terminadas en -aa. Ver -a-, -ni, -j, -y, -n-. Co-ua-y ‘dame’. Co-ua-y-chi [sic] ‘dadme’; debe ser co-ua-y-chis. Co-ua-nki ‘me das’. -y posesión, 1a. persona singular. Con bases nominales. Otros alomorfos de 1a. persona son ni, -n-, -j, -a-, -ua-. Hua-y ‘mi hijo’ (dice la madre). Huahu-ita-y ‘mi hijito, mi hijita’. Huasi-y ‘mi casa’. Churi-y ‘mi hijo’ (dice el padre). Mam-ita-y ‘mi madre’ [sic]; debe ser ‘mi mamita’. Tata-y-ca ‘mi padre’. Uaua-y-pa ‘de la criatura’ [sic]; ‘de mi criatura’. Vida-y ‘mi vida’. Vid-ita-y ‘mi vida’ [sic]; debe ser ‘mi vidita’. Tucu-cha-na-y-pac ‘para que lo acabe yo’; lit. ‘para mi terminación’. Lafone escribió: “Y. Partícula final que significa: 1º Mi, posesivo como vida-y, mi vida; mamita-y, mi madre; en el idioma híbrido, o en el Quichua local [...]” (L, 142, art. I o Y). -y infinitivo. Nominalizador empleado luego de bases verbales. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Huaca-ycha-y ‘guardar’. Huilla-y ‘avisar’. Willa-y ‘avisar’. Yoca-y ‘subir’. -y imperativo singular. Con bases verbales. Apa-m-pu-a-y ‘tráemelo esto’. Apa-mu-y ‘dame’ [sic]; debe ser apa-mu-y ‘trae’ (tú). Rua-y ‘haz’ (tú). Suya-y ‘espera’ (tú). Tiya-y ‘estate’. Co-ua-y-chi [sic] ‘dadme’; debe ser co-ua-y-chis. -y- 1a. persona actor. Con bases verbales- Ver -i-. Alomorfo del morfema de primera persona que se emplea antes de -ki (2a. persona objeto). En S también se emplea reforzado por el sufijo -su-, que va inmediatamente antes de él. Otros alomorfos del morfema de la 1a. persona son -ni, -n-, -j. Mancha-y-ki ‘tengo miedo’. [sic]; debe ser ‘te temo’. -ya- verbalizador transformativo; ‘deviene’. Con bases nominales. Puca-ya [sic] ‘coloreando’; debe ser puca-ya-s ‘enrojeciéndose’. -ya [sic] excluyente; ‘no más, sólo’. Sin restricciones. Debe ser error por -lla. Alli-ya-ta ‘bien’ (C); debe ser Alli-lla-ta ‘bien, no más’ (objetivo). -ycha- verbalizador factivo (hacer lo indicado por la base). Con bases nominales. Ver -cha-. Huaca-cha-y ‘guardar’, ‘guarda tú’. -yki posesión, 2a. persona singular. Con bases nominales. Ver -iqui, -iki, -yqui. Es un alomorfo del morfema de 2a. persona; otros alomorfos son -nki, -ki, -su-. Huasi-yki ‘tu casa’. Puñu-na-yki-pac ‘para dormir’ [sic]; debe ser ‘para que tú duermas’. o, más lit., ‘Para tu dormir’. -yoc tenencia, posesión; ‘con’. Con bases nominales. Ver -oj. Uma-ni-yoc ‘el que tiene la cabeza’. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Huma-ni-yoc ‘dueño de la cabeza’ (AQ). Debido a que el morfema vacío -ni- en todos los dialectos se emplea luego de bases terminadas en consonante, creemos que ambos ejemplos deben ser analizados: uma-n-ni-yoc ‘el que tiene su cabeza’, ‘con su cabeza’. -yqui posesión, 2a. persona singular. Con bases nominales. Ver -yki, -iqui, -iki. Otros alomorfos de 2a. persona son -nki, -ki, -su-. Tata-yqui ‘tu padre’ (C). 2.2.4. Sintaxis. 2.2.4.1. Frases. 2.2.4.1.1. Frases nominales: -Nombre (centro, cabeza o núcleo) + atributo (modificador o calificador): Ccari sumah ‘varón lindo’. MG (L, 254). Huayna suma [sic] ‘lindo mozo’. RC (L, 255). Shipas suma [sic] ‘linda moza’. RC (L, 255). Quilla unta ‘luna llena’. MG (L, 199). Ñaui utula ‘ojos chicos’ Huaco. (L, 174). Huasi yurac ‘casa blanca’. MG (L, 254). Mama kechuna, “Juego de niños, que se forman detrás de uno que hace de madre, y otro los roba [...]” (L, 164). Lit. ‘madre despojable’: mama kechu-na. Ma kuchinac [sic] ‘cosa sin sal’. MG (L, 162). Debe ser ima cachinac. Poncho cari *’poncho gris, poncho tordillo‘. H (Talacán, La Rioja). Simín [sic] mordasa ‘boca de mordaza’. H (Talacán, La Rioja). Debe ser simin mordasa, lit. ‘su-boca mordaza’: simi-n mordasa. Para esta construcción y las cinco siguientes, comparar con las empleadas en el español rurar del área: ¡Oiga, su lengua bola!, ¡Oiga, su boca torcida! Ucún [sic] cajón ‘cuerpo de cajón’ H (Talacán, La Rioja). Debe ser ucun cajón, lit. ‘Sucuerpo cajón’: ucu-n cajón. Chaquín [sic] horqueta ‘patas de horqueta’ H (Talacán, La Rioja). Debe ser chaquin horqueta, lit. ‘su pata horqueta’: chaqui-n horqueta. Humán [sic] sisa sisa ‘cabeza flor flor’ (‘cabeza medio florecida’). H (Talacán, La Rioja). Debe ser uman sisa sisa, lit. ‘su-cabeza flor flor’: uma-n sisa sisa. https://web.archive.org/web/20220127110622/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-03.html
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Ñahuí [sic] yaco yaicuna ‘ojos de charco’. H (Talacán, La Rioja). Debe ser ñahui yaco yaicuna, lit. ‘ojo agua entrada’ (o sea, ‘ojo entrada de agua’): ñahui yaco yaicu-na. Nigrin sipusca ‘sorda’. Cuzqueros de Colpes (L, 172). Lit. ‘su-oreja fruncida’: nigri-n sipusca. Huachasca chairá [sic] ‘recién nacido’. MG (L, 126, art. Huacha). Debe ser huachasca chairaj, lit. ‘nacido-eso todavía’: huacha-sca chai-raj; compara con huachasca chairah (L, 95, art. Chayrac). -Atributo + nombre: Anchup [sic] huarmi ‘mujer separada’. MG (L, 55). Quizá sea anchoj huarmi, lit. ‘que-sesepara mujer’: ancho-j huarmi. -Partícula + nombre (núcleo): Cunan punchau ‘hoy’. RC (L, 255). Lit. ‘ahora día’. Cunan tuta *’esta noche‘. Cuzqueras, Andalgalá (L, 196, art. Puñu). Lit. ‘ahora noche’. -Nombre especificador + nombre (núcleo): Achuma sisa ‘flor del cardón’. Voz del Cuzco (L, 41); Canción de la Guanaca (L, 142, art. I o Y). Cardón sisa ‘flor del cardón’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Muchuy pacha “tener hambre [sic] Tinogasta (L, 170). En realidad esta frase significa: ‘tiempo de hambruna, tiempo de necesidad, tiempo de carestía: muchu-y pacha. Muchipachi [sic] ‘hambruna’. Tinogasta (L, 170). Ver la frase anterior. Mayu hanan ‘río arriba’ MG (L, 167). Quizá sea ‘parte superior del río’; lit. ‘río su-partesuperior’: mayu hana-n. Otra interpretación posible sería ‘río alto’, frase nominal constituida por un núcleo seguido por un atributo. Manca chapllak. “Goloso que visita las ollas; ladrón del contenido de las ollas”. MG (L, 164, Más lit. ‘probador de ollas’: manca-chaplla-k. -Nombre especificador (atributo con sufijo de poseedor) + nombre (ítem poseído, con sufijo pronominal de posesión en transferencia): Kjampa huasiyki ‘de Ud. es la casa’ [sic]. RC (L, 255). Debe ser ‘tu casa’; lit. ‘de-tú tucasa’. Indice || Primera Parte || Segunda Parte || Tercera Parte || Cuarta Parte || Quinta Parte || Sexta Parte
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El quichua de Catamarca y La Rioja Parte IV
2.2.4.1.2. Frases atributivas -Partícula comparativa + núcleo del atributo: Ash alli “bastante bien” [sic]. Catamarca (L, 63, art. As). En S, astaan alli es ‘mejor’ (lit. ‘más bien’), ‘más bueno’. 2.2.4.1.3. Frases adverbiales (modificadores del predicado): -Frases locativas: Frase nominal + sufijo locativo. Huasi patapi ‘cerca de la casa’. Huaco y Santiago del Estero (L, 184, art. Patanpi o Patapi). Lit. ‘casa en-borde’, ‘casa en-orilla’ (‘en el borde de la casa’, ‘en la orilla de la casa’): huasi pata-pi. Ñan urapi ‘cuesta abajo’. MG (L, 232, art. Ura). Lit. ‘camino en-parte-inferior’ (‘en la parte inferior del camino’): ñan ura-pi. Huaci huanpi ‘más arriba de la casa’. MG (L, 130, art. Huan). Lit. ‘casa en-su-partesuperior’ (‘en la parte superior de la casa’): huaci hua-n-pi. Huasi patampi ‘cerca de la casa’. MG (L, 134, art. Huasi). Lit. ‘casa en-su-borde’, ‘casa en su orilla’ (‘en el borde de la casa’, ‘en la orilla de la casa’): huasi pata-m-pi. Mayu urampi ‘río abajo’. MG (L, 167). Lit. ‘río en-su-parte-inferior’ (‘en la parte inferior del río’): mayu-ura-m-pi. https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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2.2.4.2. Oraciones (clauses y sentences): 2.2.4.2.1. Oración simple: A) Oración simple independiente: I. Oración simple independiente afirmativa: Afirmativa de relación: -Sujeto + predicado (nombre con sufijo de relación de posesión o fin): Kayca noccapa ‘esto es mío’. RC (L, 255). Lit. ‘esto-(enfático) de-yo’: Kay-ca nocca-pa. Cayca noccapah [sic] ‘esto es mío’. MG (L, 254). Debe ser cayca nocca-pa. Ver ejemplo anterior. Cayca ccampah [sic] ‘esto es tuyo’. MG (L, 254). Debe ser cayca ccampa, lit. ‘Esto(enfático) de-tú’: cayca ccam-pa. Camaiki puñunaykipac ‘tu cama es para dormir’. RC (L, 255). Más exacto es traducir ‘tu cama es para que duermas’ ; lit. ‘Tu-cama para-tu-dormir’: Cama-iki puñu-na-yki-pac. Afirmativa de cualidad: -Atributo nominal + conector: Micu siqui canqui [sic] ‘eres comilón’ . MG (L, 168). Debe ser micusiqui canqui: micu-siqui ca-nqui. -Atributo nominal (frase nominal) + frase conectora (nombre derivado de una base verbal + verbo): Ullpa rupaj corakara [sic] (C, 1930, 20). El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán). Debe ser ullpa rupaj kasa kara * ‘ceniza que-quema sido había’ (‘había sido ceniza que quema’): ullpa rupa-j ka-sa ka-ra. En S, el alomorfo -sa deriva nombres que se emplean en frases verbales ante verbos con raíz ka- ‘ser’; el otro alomorfo es -sqa. -Sujeto + predicado nominal: Bombillaiqui collquemanta ‘tu bombilla es de plata’. RC (L, 255). Lit. ‘tu-bombilla deplata’: bombilla-iqui collque-manta. -Sujeto + predicado (atributo + conector): Noccami bueno cani ‘yo soy bueno’. RC (L, 255). Lit. ‘yo-(enfático) bueno soy’: Nocca-mi bueno ca-ni. https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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-Predicado (atributo + conector) + sujeto: Bellaco carca Pedro ‘Pedro era malo’. RC (L, 255). Lit. ‘bellaco era Pedro’: bellaco ca-rca Pedro. Afirmativa de estado: -Oración base con elementos marginales o periféricos: -Predicado afirmativo de estado (atributo nominal + verbo) + vocativo: Oncoscca purini, Merceniqui ‘cosa enferma anday [andoy], tu merced’. Vieja Cativa, Machigasta (La Rioja) (L, 177, art. Onco). Lit. ‘enferma ando, tu-merced’ onco-scca puri-ni, merce-ni-(i)qui. -Exclamación + Afirmativa de estado (causal (locativo + acción con simultaneidad temporal) + frase verbal (atributo nominal + verbo)): Upalla, larcapi urmaspa occocusca hamuni ‘¡calla, en la acequia habiéndome caído cosa, mojada vengo’ [sic]. Segunda versión que dio el señor Ruiz de la respuesta de la Garay (L, 232, art. Upalla). Lit. ‘¡calla!, en.acequia cayendo mojada vengo’: upalla-y!, larca-pi urmaspa occo-cu-sca hamu-ni. Afirmativa de identidad: -Atributo nominal + conector: Huayramuyu cancu ‘son los torbellinos’. Canto del Huanacu (L, 137, art. Huayramuyu). Lit. ‘torbellino son’: huayra-muyu ca-n-cu. -Atributo (frase nominal) + conector: Shipas noccapa canki ‘tú eres mi hija’ [sic]. RC (L, 255). Lit. ‘moza de-yo eres’ (‘eres mi moza’): Shipas nocca-pa ca-nki. -Sujeto + predicado (frase nominal (atributo especificador + ítem)): Kayca kjampa sara ‘este maíz es tuyo’ [sic]. RC (L, 255). Debe ser ‘éste es el maíz tuyo’; lit. ‘éste-(enfático) de-tú maíz: kayca kjam-pa sara. Kayca Pedropas [sic] sara ‘este maíz es para Pedro’ [sic]. RC (L, 255). Debe ser Kayca Pedropa sara, lit. ‘éste-(enfático) de-Pedro maíz’ (‘éste es el maíz de Pedro’): Kay-ca Pedropa sara. -Sujeto + Predicado (atributo (frase nominal) + conector): Nocca uauaypa maman cani ‘yo de la [sic] criatura soy madre’. RC (L, 255). Lit. ‘yo demi-criatura su-madre soy’ (‘yo soy la madre de mi criatura’): Nocca uaua-y-pa mama-n ca-ni. -Oración base con elemento marginal: https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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-Afirmativa de identidad (atributo (frase nominal) + conector) + Vocativo: Achuma-sisa cancu huahuita-y ‘son las flores del cardón, mi hijito’. Canción de la Guanaca (L, 142, art. I o Y). Más correcta es la transcripción achuma sisa cancu, huahuitay; lit. ‘cardón flor son, mi-hijito’: achuma sisa ca-n-cu, huahu-ita-y. -Afirmativa de acción: -Locativo (adverbio nominal) + verbo: Sachaman rerka ‘huyó, trepando al cerro’ [sic]. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Lit. ‘al monte fue’ (‘fue al monte’): sacha-man re-rka. -Sujeto + predicado (verbo + adverbio temporal): Nocca risá [sic] caya ‘yo iré mañana’. RC (L, 255). Debe ser nocca risaj caya: nocca ri-sa-j caya. Pay hamunca caya ‘él vendrá mañana’. RC (L, 255). Pay hamu-n-ca caya. -Afirmativa de acción con frase verbal: -Predicado verbal (frase verbal): Tarpus tiani ‘ando sembrando’. RC (L, 255). Lit. ‘sembrando estoy’: tarpu-s tia-ni. Huayras tiyan ‘está con viento’. RC (L, 255). Lit. ‘venteando está’: huayra-s tiya-n. -Sujeto + predicado (frase verbal): Lucero llocsis tian ‘el lucero está llegando’ [sic]. RC (L, 255). Lit. ‘lucero saliendo está’: lucero llocsi-s tia.n. Ynti rupas tian ‘el sol está quemando’ [sic]. RC (L, 255). Lit. ‘Sol quemando está’: Ynti rupa-s tia.n. -Predicado verbal (frase verbal) + locativo: Aras tianki labranzapi ‘estás labrando en la labranza’. RC (L, 255). Lit. ‘arando estás enlabranza’: ara-s tia-nki labranza-pi. -Partícula temporal + frase verbal incoativa: Caya suyas [sic] rinki ‘mañana me vas a esperar’. RC (L, 255). Debe ser caya suyaaj rinki, lit. ‘mañana esperante-a-mi vas’: caya suya-a-j ri-nki. -Modal (adverbio nominal) + frase verbal incoativa: Yscaimi puñus rini [sic] ‘vamos a dormir los dos’. RC (L, 255). Debe ser iscaynin puñoj rinchis, lit. ‘los-dos-juntos durmiente vamos’: iscay-nin puño-j ri-n-chis. -Elemento marginal + oración base afirmativa de acción: https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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-Exclamación + predicado (partícula temporal + verbo): Adios na rini [sic] ‘¡adiós!, ya me voy’. RC (L, 255). Debe ser adiós!, na rini: adiós!, na rini. -Afirmativa de acción con objeto o referente personal incorporado al verbo: -Sujeto + predicado: Nocca coiki ‘yo te doy’. RC (L, 255). Nocca co-i-ki. Kjam couanki ‘tú me das’. RC (L, 255). Kjam co-ua-nki. Pedre [sic] cosunka ‘Pedro le dará’ (a usted). RC (L, 255). Pedro co-su-n-ka. Enemigocuna rodeanchis ‘los enemigos nos rodean’. Canto del Huanacu (L, 137, art. Huayramuyu). Enemigo-cuna rode-a-n-chis. -Afirmativa de acción dirigida a un objeto no incorporado al verbo: -Objeto + verbo = Construcción objetiva (eje + director). Cayta purinca ‘por aquí pasó’ MG (L, 82). Lit. ‘esto-(objetivo) anda-(enfático)’: cay-ta puri-n-ca. Manca atunta sayanchinki [sic] ‘olla grande ha [sic] de parar’. RC (L, 255). Debe ser manca atunta sayachinki ‘olla grande pararás’: manca atun-ta saya-chi-nki. -Sujeto + predicado (verbo + objeto). Noccapini [sic] collquecta ‘tengo plata’. MG (L, 254). Debe ser nocca apini collquecta ‘yo tengo plata’: nocca api-ni collque-cta. Noccanchi apinchis collquecta ‘nos, etc.’ [’nosotros tenemos plata‘]. MG (L, 254): nocca-nchis api-n-chis collque-cta. Pedro apin collquecta ‘Pedro tiene plata’. MG (L, 254): Pedro api-n collque-cta. Nocca tarini, suc rumita ‘yo hallo’ [sic]. Debe ser nocca tarini suc rumita ‘yo hallo una piedra’: nocca tari-ni suc rumi-ta. -Sujeto + predicado (frase verbal + objeto): Nocca munas tiyani huahuata ‘yo estaba queriendo al niño’. MG (L, 254). Lit. ‘yo queriendo estoy al-niño’: nocca muna-s tiya-ni huahua-ta. -objeto + locativo + verbo: Cuchillop makipi liyanku [sic] “errado”, ‘tiene el cuchillo en la mano’ “mal”. RC (L, 255). Debe ser cuchillot makipi apin, lit. ‘al-cuchillo en-mano tiene’: cuchillo-t maki-pi api-n. En ciertas áreas de S el morfema objetivo tiene la forma -t, fluctuante con -ta. https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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-Objeto + verbo + instrumental (adverbio nominal): Aichata cuchinki [sic] cuchilluan ‘carne has de cortar con el cuchillo’. RC (L, 255). Debe ser aichata cuchunki cuchilluan, lit. ‘carne-(objetivo) cortarás con-cuchillo’: aicha-ta cuchunki cuchillu-an. -Objeto + frase verbal + benefactivo: Huayquita [sic] mañacoj kay mosopaj [sic]. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 56). En esta oración falta el verbo que debería formar una frase verbal con el agentivo mañacoj; hipotéticamente la reconstruimos así : huayquita mañacoj amuni kay mosopaj, lit. ‘a-tu-hijita peticionante vengo este mozo-para’ (‘vengo a pedir a tu hijita para este mozo’): hua-yqui-ta mañaco-j amu-ni kay moso-paj. Afirmativa de proceso: -Predicado verbal (frase verbal): base verbal con sufijo durativo + verbo. Wanust iani [sic] ‘me estoy muriendo’. RC (L, 254). Debe ser wañus tiani, lit. ‘muriendo estoy’: wañu-s tia-ni. Uañunas tiani ‘estoy por morirme’. RC (L, 255). Lit. ‘Queriendo-morir estoy’: uañu-na-s tia-ni. -Causal (adverbio nominal) + verbo: Pencay manta guañuni [sic] ‘me muero de vergüenza’. MG (L, 133, art. Huañuni). Debe ser pencaymanta huañuni, lit. ‘de-vergüenza muero’: pencay-manta huañu-ni. El mismo Lafone anotó la forma Pencay-manta huañuni (L, 185, art. Pencay), sin indicación de informante ni lugar. -Partícula temporal + verbo: Na wañurka ‘ya murió’. RC (L, 254). Na wañu-rka. Na (sa) huañorka [sic] ‘ya se murió’. RC (L, 255). Comparando esta construcción con la anterior se puede establecer que la forma correcta es na wañorka: na waño-rka. -Modal (adverbio nominal) + verbo: Chakianhuachanki ‘tú eres nacido de pies’ [sic]. MG (L, 90). En realidad, chakian huchanki significa ‘pares con los pies’, lit. ‘viento-pie pares’: chakian huacha-nki. -Sujeto + predicado (frase verbal: base verbal con sufijo durativo + verbo): Huayraca pucaya [] hamunca ‘viene coloreando el viento (vendrá)’. RC (L, 255). Debe ser huayraca pucayas hamunca, lit. ‘viento-(enfático) enrojeciéndose vendrá’: huayra-ca pucaya-s hamu-n-ca. -Causal (locativo + acción con simultaneidad temporal) + verbo:
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Larcapi urmaspa occocuni ‘habiéndome caído en la acequia me mojé’. G (L, 232, art. Urma). Lit. ‘en-acequia cayendo me-mojo’: larca-pi urma-spa occo-cu-ni. -Afirmativa de proceso con elemento marginal: -Exclamación + afirmativa de proceso (causal (locativo + acción con simultaneidad temporal) + verbo): Na! larcapi urmaspa occocuni ‘¡vaya! en la acequia cayéndome me he empapado’. G (L, 176, art. Occocuni). Ver el ejemplo anterior. Afirmativa de localización: -Locativo (frase adverbial) + verbo: Rumi santíarca [sic] ‘hallóse sobre un peñasco’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Debe ser rumi sampi tiarca, lit ‘piedra en-su-parte-superior estaba (o estuvo)’ (‘estaba o estuvo en la parte superior de la piedra’): rumi sa-m-pi tia-rca. II. Oración simple independiente negativa: Negativa de existencia: -Partícula negativa + verbo: Mana apin ‘no hay’ [sic]. MG (L, 254). Debe ser ‘no tiene’: mana api-n. Negativa de acción: -Causal (adverbio nominal) + partícula negativa + direccional (adverbio nominal) + verbo: Huaycuna-raicu mana Pilciao-man rini (o rircani) ‘por causa de mis hijos no fui a Pilciao’. TG (L, 125, art. Hua vel Gua). Lit. ‘por-mis-hijos no a-Pilciao voy (o fui)’: hua-y-cuna-raicu mana Pilciao-man ri-ni (o ri-rca-ni). Negativa de proceso: -Partícula negativa (con sufijo temporal) + verbo (con sufijo negativo): Manarac puñunichu [sic] ‘todavía no he dormido’. MG (L, 254). Debe ser manarac puñunichu, lit. ‘no-todavía no-duermo’: mana-rac puñu-ni-chu. III. Oración simple independiente interrogativa: Interrogativa corroborativa (por sí o no): -Verbo (con sufijo interrogativo) + objeto: https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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Apinquichu collquecta? ‘¿tú tienes plata?’. MG (L, 254). Lit ‘tienes-(interrogativo) plata(objetivo)’: api-nqui-chu collque-cta? Apinquichu pastuta? ‘¿hay pasto?’ [sic]. MG (L, 254). Debe ser ‘¿tienes pasto?’: api-nquichu pastu-ta? -Sujeto + verbo (con sufijo interrogativo): Tatay qui Tianchin? [sic] ‘¿tu padre está?’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Debe ser tatayqui tianchu?, lit. ‘tu-padre está-(interrogativo)’: tata-yqui tia-n-chu? Interrogativa negativa corroborativa: -Partícula negativa + sujeto + verbo (con sufijo interrogativo): Mana tatayca tiyanchu? ‘¿está mi padre?’ [sic]. MG (L, 254). Debe ser ‘¿no está mi padre?’, lit. ‘no mi-padre-(enfático) está-(interrogativo)’: mana tata-y-ca tiya-n-chu? Interrogativa informativa: -Nombre (con sufijo objetivo) + verbo: Ymata mascanqui? ‘¿qué andas buscando?’. MG(L, 254). Lit. ‘qué-(objetivo) buscas?’: yma-ta masca-nqui? Imata inapun (o ruapun) ‘¿qué le ha hecho?’. Catamarca, La Rioja, Santiago (L, 22). Lit. ‘qué-(objetivo) le-hace’: ima-ta ina-pu-n (o rua-pu-n)? Imatac [sic]inapun? ‘¿qué le ha hecho?’. MG(L, 143, art. Ina; cf. Art. Ima). Debe ser Imata inapun? (ver ejemplo anterior) Imatac inapu? [sic] ‘¿qué le ha hecho a aquél?, ‘¿qué tiene?. Catamarcano’’ (L, 193, art. Pu). Debe ser Imata inapun? (ver más arriba). Imatac [sic] ruapun? ‘¿quéle ha hecho?’ (a él). Cuzco de Huaco (L, 203, art. Rua); Catamarcano (L, 193, art. Pu); MG(L, 143, art. Ina). Debe ser Imata ruapun? (ver más arriba). -Nombre (con sufijo objetivo) + frase verbal (base verbal con sufijo durativo + verbo): Imata mascas purinqui? ‘¿qué andas buscando?’. MG(L, 254); construcción muy diaguita (L, 99, art. Chiqui); común en toda la región (L, 118, art. Gasta). Lit . ‘’qué-(objetivo) buscando-andas?: ima-ta masca-s puri-nqui? Imata ruas purinqui? ‘¿qué andas haciendo?’. RC(L, 255); Lit . ‘’qué-(objetivo) haciendoandas?: ima-ta rua-s puri-nqui? -Nombre (con sufijo objetivo) + frase verbal incoativa (agentivo con sufijo referencial objetivo + verbo):
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Imata nipus [sic] rinki? ‘¿qué le vas a decir? RC (L, 255) Debe ser Imata nipoj rinki?, lit. ‘qué-(objetivo) diciente-a-él vas?’: ima-ta ni-po-j ri-n-ki? -Locativo (adverbio nominal) + verbo: Maiman purin? ‘¿por donde anda?’ [sic]. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Debe ser ‘¿hacia donde camina?’: mai-man puri-n? -Locativo (adverbio nominal) + verbo + sujeto: Mayman rincu shipas cuna? [sic] ‘¿dónde se han ido las mozas?’. RC (L, 255). Debe ser Mayman rincu shipascuna?, lit. ‘¿hacia-dónde van mozas?’: May-man ri-n-cu shipas-cuna? -Nombre modal (nombre con sufijo de semejanza) + verbo: Imaina paccarinqui? ‘¿cómo has amanecido?’. Cuzco (L, 178, art. Paccari). Lit. ‘qué tal amaneces?’: ima-ina paccari-n-qui? Imaina tiyanki? ‘¿cómo estás?’. Sin indicación de lugar (L, 178, art. Tiya). Lit. ‘qué tal estás?’: ima-ina tiya-nki? Imaina risunki? ‘¿cómo le va?’. (ello a usted). El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Lit. ‘¿qué-tal ello-te-va?’: ima-ina ri-su-n-ki? -Partícula + verbo: Aicapi [sic] chayanki? ‘¿cuando has llegado?’. RC (L, 255). Debe ser Aicap chayanki?, lit. ‘cuándo llegas?’: Aicap chaya-n-ki? -Partícula + frase verbal incoativa (agentivo + verbo): Aica regas rinki? ‘¿cuándo vas a regar?’‘. RC (L, 255). Debe ser Aicap regaj rinki?, lit. ‘cuándo regador-vas?’: Aicap rega-j ri-n-ki? IV. Oración simple independiente imperativa: -Verbo (imperativo) + locativo (adverbio nominal): Huacaychay ucupi ‘guarda adentro’. MG(L, 125, art. Huacaychay). Se analiza así: Huacaycha-y ucu-pi. Churay ninapi ‘ponlo en el fuego’. RC (L, 255). Lit. ‘pon en-fuego’: chura-y nina-pi. -Locativo (frase nominoadverbial) + verbo (imperativo): Mesasanipi [sic] churay ‘ponlo sobre la mesa’. RC (L, 255). Debe ser mesa sampi churay, lit ‘mesa en-su-parte-superior pon’: mesa sa-m-pi chura-y. Mesa urampi churay ‘ponlo abajo de la mesa’. RC (L, 255). Lit. ‘mesa en-su-parte-inferior pon’: mesa ura-m-pi chura-y. https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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-Objeto + verbo (imperativo) + benefactivo (adverbio nominal): Llamtata apumuy [sic] ‘dame leña’ [sic]. RC (L, 255). Debe ser Llamtata apamuy, lit. ‘leña(objetivo) trae’: llamta-ta apa-mu-y. Hacuta ruay ‘haz harina molida’ [sic]. MG(L, 123, art. Hacu). Lit. ‘harina-(objetivo) haz’: hacu-ta rua-y. -Objeto + verbo (imperativo) + benefactivo (adverbio nominal): Vinuta couay tukuchanaypac ‘vino dame para que lo acabe yo’. RC (L, 254). Lit. ‘vino(objetivo) dame para-mi-acabar’: vinu-ta co-ua-y tuku-cha-na-y-pac (quizás sea tucu-chi-nay-pac). Hiluta couay ciranaypac ‘hilo dame para que lo hile’ [sic]. RC (L, 254). Lit. ‘Hilo-(objetivo) dame para-mi-coser’ (‘dame hilo para que cosa’): hilu-ta co-ua-y cira-na-y-pac. -Atributo + verbo (imperativo): Casi tiyay ‘estate quieto’. MG(L, 81). Lit. ‘quieto estate’: casi tiya-y. V. Oración independiente exclamativa: -Sujeto + predicado (frase verbal = base verbal con sufijo durativo + verbo): Inti rupas tian! ‘¡el sol está quemando!’. B, indio Peralta (AQ. 1897, 553; 1929, 9, etc.). Lit. ‘¡sol quemando está!’: inti rupa-s tia-n. -Objeto + verbo. Mamaita huañocheranco! ’¡a mi madre la mataron’. B (AQ, 1897, 567; 1929, 23). Lit. ‘mimadre-(objetivo) mataron’: mama-i-ta huaño-che-ra-n-co. -Exclamativa con elementos marginales: -Interjección (sujeto + verbo) + condición (frase-adverbio nominal) + objeto + verbo: Cha tian paipa numaskan [sic] captenka imata remediasajku *’¡velay! ¡si es su deseo, qué remediaremos!‘. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 57). Debe ser Cha tian! Paipa munaskan captenka, imata remediasajku!, lit. ‘eso está! De-él su-deseo si-su-ser, qué-(objetivo) remediaremos’: cha tia-n! pai-pa muna-ska-n ca-pte-n-ka ima-ta remedia-saj-ku! B) Oración simple dependiente: -Respuesta completiva + elemento marginal (vocativo): -Objeto + vocativo: https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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Alliyata, señor [sic] ‘bien, señor’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Debe ser Allillata, señor, lit. ‘bien-no-más-(objetivo), señor’: alli-llata, señor. -Partícula negativa + vocativo: Mana, señor ‘no, señor’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). -Respuesta negativa + elemento marginal (vocativo): -Partícula negativa + vocativo: Manchu [sic] huahuitay ‘no es el enemigo, mi hijita’. Canto del Huanacu (L, 137, art. Huayramuyu). La construcción Manachu, huahuitay significa ‘¿no, mi hijita?’ (Interrogativa negativa): mana-chu, huahu-ita-y. 2.2.4.2.2. Asindesis o parataxis: -Comparación mediante asíndesis: Oración independiente afirmativa de cualidad + oración independiente afirmativa de cualidad: ambas oraciones constan de sujeto y predicado (atributo + conector): Kjam sajara [sic] canki, nocca sumas [sic] cani ‘yo soy más lindo que tú’. RC (L, 255). Debe ser Kjam sajra canki, nocca sumaj cani, lit. ‘tú feo eres, yo lindo soy’: Kjam sajra canki, nocca sumaj ca-ni. -Afirmativa de acción + afirmativa de proceso: -Frase verbal (base verbal con sufijo durativo + verbo) + verbo: Llancas tiani saycuni ‘trabajando estaba y me cansé’. MG(L, 254). Lit. ‘Trabajando estoy, me canso’: Llanca-s tia-ni, saycu-ni. -Afirmativa de acción dirigida a un objeto + afirmativa de proceso: -Construcción objetiva (objeto + frase verbal incoativa (agentivo + verbo)) + verbo: Chayta micus [sic] rinki wañunki ‘si comes eso te morirás’. RC (L, 255). Debe ser Chayta micoj rinki, wañunki, lit. ‘eso-(objetivo) comedor vas, morirás’: chay-ta mico-j ri-nki, wañunki. -Imperativa + afirmativa de acción: -Verbo + frase verbal (base verbal con sufijo inminentivo + verbo): Couaychi [sic] micunas tiani ‘dadme que estoy por comer’. RC (L, 255). Debe ser Couaychis, micunas tiani, lit. ‘dadme, queriendo-comer estoy’: Co-ua-y-chis, micu-na-s tia-ni.
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-Imperativa con elemento marginal + afirmativa de acción: (verbo + vocativo + (sujeto + predicado (verbo con sufijo pronominal objetivo)): Atari [sic] mamita. Enemigo [sic] rodianchi [sic] ‘levántate, mamita; el enemigo nos rodea’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Debe ser Atariy, mamita; enemigo rodianchis; lit. ‘levántate, mamita; enemigo nos-rodea’: atari-y, mam.ita; enemigo rodi(a)-a-n-chis. -Afirmativa de acción + afirmativa de acción (atributo modal) + verbo) + (sujeto + verbo): Itioj [sic] paran atoj casaracun ‘cuando llueve con sol se casa un zorro’. Piedra Blanca (C, 1930, 223). Debe ser Intiyoj paran, atoj casarakun, lit. ‘con-sol llueve, zorro se-casa’: Inti-yoj para-n, atoj casa-ra-ku-n. -Imperativa con elemento marginal + afirmativa de acción dirigida a un objeto independiente: (verbo + vocativo) + (objeto sin sufijo marcante + frase verbal (base verbal con sufijo durativo + verbo)): Upallai guaguita. Cardoncisa kastianki [sic] ‘cállate, mi hijito; flor de cardón estás viendo’. B (AQ, 1897, 566; 1929, 23). Debe ser Upallai wawita; cardón cisa kas tianki, lit. ‘calla, hijito; cardón flor viendo estás’: upa-lla-i waw-ita; cardón cisa ka-s tia-nki. -Imperativa objetiva + afirmativa de acción: (objeto (nombre con sufijo objetivo + nombre con sufijo conectivo) + verbo + (frase adverbial temporal (partícula temporal + nombre) + verbo): Yerbata azucarpas coay conan tuta puñu sunchis [sic] “dicen las marchantas que corrompen a los mozos de almacén. Esta frase [...] la he oído con frecuencia en boca de cuzqueras de Andalgalá” (L, 196, art. Puñu). Debe ser Yerbata azucarpas coay; conan tuta puñusunchis, lit. ‘yerba-(objetivo)y-azucar dame; ahora noche dormiremos’ (‘dame yerba y azucar; esta noche dormiremos’): yerba-ta azucar-pas co-a-y; cunan tuta puñu-su-n-chis. 2.2.4.2.3. Oración compuesta adverbial: -Margen + base: Frase nominoadverbial (partícula + adverbio nominal) + nombre: Sólo mañacuapttiki [sic] creeskaiki ‘sólo que me pidas te he de creer’. El Portezuelo (Ambato) (C, 1938, 55). Debe ser Sólo mañacuaptiyki, creeskaiki, lit. ‘sólo cuando-tu-pedidoa-mí, mi-creída-a-tí’: sólo maña-cu-a-pti-yki, cree-ska-iki. 2.2.4.3. Textos. Como respuesta a una pregunta se anotó el texto siguiente: Callitapi, señor. Taco pallanapi chaesitupi chaca pampita rierin inti yaiennolán, chaipi can [sic] ‘Aquí cerca, señor; juntando algarroba por aquella pampita donde se pone o entra el https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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sol’. El Pozo o Balde, Campo deTuscamayo, Las Salinas (Pomán) (C, 1930, 18). Se podría analizar así: -Locativo (adverbio nominal) + vocativo + locativo (frase adverbio-nominal): Cayllitapi, señor; taco pallanapi. ‘cerquita, señor; algarroba en-el recogedero’ (‘cerquita, señor; en el recogedero de la algarroba’): cayll-ita-pi, señor; taco palla-na-pi. -Locativo (adverbio nominal) + frase locativa con elementos atributivos (frase adverbionominal + agentivo + locativo (frase nominal)): Chaysitupi: chaca pampita(pi) ricurej (?) Inti yaicuna lau. Lit. ‘ahicito: aquella pampita-(en) que-se-deja-ver sol entrada lado’ (‘ahicito: en aquella pampita que se deja ver lado de la entrada del sol’): chay-situ-pi: chaca pamp-ita-(pi) ricure-j inti yaicu-na lau. -Oración afirmativa de colocación (situación espacial): adverbio nominal + verbo: Chaipi can ‘allí es’: chai-pi ca-n. Adán Quiroga (1897, 566-567; 1929, 23, con muy pequeñas variantes) anotó al “médico” pomanista Bambicha un cuento bilingüe que parece haber tenido gran difusión en el área. Lafone Quevedo trae restos de algunas versiones en verso (en quichua), conocidas como Canción de la Guanaca o Canto del Huanacu. Por informes que obtuvo Juan Alfonso Carrizo de una señora de Aimogasta, en 1938 (1942, III, pp 432 y 434, pie de pág.), se sabe que formaba parte de l repertorio de cantos que se entonaban en las ceremonias propiciatorias al Chiqui (deidad con atributos de Señor de los animales); dicho estudioso logró una versión en español. Además, en la Colección de Folklore de la Encuesta del Magisterio del año 1921 (Legajo 91 de Catamarca, Escuela infantil nº 114, Ramadita, Fiambalá) figura otra versión española anotada por Cándida Centa a Bartolomé Funes, de 90 años. Dado el interés que poseen todas estas versiones como probables supervivencias de la cultura espiritual de los indígenas del área (restos de un ritual deshierofanizado ), a pesar de todos los agregados extraños que, sin duda, contienen, los incluimos a continuación. La versión de Adán Quiroga dice que “cuenta la tradición que cuando el enemigo blanco descendía al cerro, y una guanaca y su pequeñuelo estuvieron en peligro de verse rodeados que el indio creía que la conquista se estendía [sic] a las aves-, Llastay avisó del peligro al pequeño guanaco, para que fugara con su madre á la cumbre, entablándose este tan nativo como sentido diálogo, que literalmente me ha dictado el indio-médico Bambicha, entre el tekesito y aquella: GUANAQUITO -Atari, mamita (Levántate, mamita) Enemigo [sic] rodianchi (El enemigo nos rodea) GUANACA -upallai guagüita (Cállate, mi hijito) Cardoncisa kastianki (Flor de cardón estás viendo) Después de esto, la tomaron a la guanaca; el guanaquito pudo huir porque hallóse advertidamente, sobre un peñasco (rumi santíarca). https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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GUANACA -Tenía razón mi hijo. El guanaquito huyó, trepando el cerro (sachaman rerka), donde guarecióse. A la guanaca (huaño-chinco)la mataron. Entonces dijo el GUANAQUITO -Mamaita huañocheranco! (á mi madre la mataron!)”. Lafone Quevedo trae sólo algunos fragmentos (L, 137, art. Huayra-muyu y art. 142, art. I o Y), que ordenamos según la versión de Quiroga: -Enemigocuna rodeanchis ‘los enemigos nos rodean’. -Manchu huahuitay ‘no es el enemigo, mi hijita’. Huayramuyu cancu ‘son los torbellinos’. Achuma-sisa cancu huahuita-y ‘son las flores del cardón, mi hijito’. La versión de Juan Alfonso carrizo es la siguiente: “Me confirmó [otra señora de Aimogasta] la noticia de que los cantares del chiqui estaban hechos en quichua pero que también los había en español. Recordaba la señora haber oído este diálogo entre la guanaca y su cría al disparar por las lomas: ¡Achari mamita! ¡mamita! ¡vienen! ¡perros traen! -¡No hijita, Son flores de cardón! Pobrecita -me decía mi informante-, la guanaquita le advertía a la madre la presencia de un cazador, pero la vieja... ¡no es tal, le decía, son flores de cardón, hijita!”. La versión de Cándida Centa es así: “Una vicuña y su cría se fueron a pacer en un campo; de pronto, la vicuña vio unos perros y le gritó a la madre: -Juay, mamita, los zarcos vienen por la quebrada, por la cañada, https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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las patas golpiando, la sangre chorriando. La vicuña le contestó: -Mentís, hijita, que son las flores del cardón. Pero no tardó en ver que era verdad y, a su vez, gritó a la vicuñita: -Dispara hijita; menea las uñas; sube al filito; vamos a los pastos secos que vate [sic] el viento de Pío Pascual”. 2.2.5. Discusión de los materiales. Como ya dijimos, las fuentes suministran un material poco abundante y que contiene muchos errores y contradicciones. Debido a ello se plantean problemas insolubles en torno a muchos puntos. No es posible presentar un esquema estructural seguro de este dialecto, pero es posible referirse a ciertos rasgos con alguna seguridad o alta probabilidad aprovechando el conocimiento de otros dialectos (en especial el de Santiago del Estero). 2.2.5.1. Fonética y fonología Vocales. Superando la fluctuación gráfica, la peculiar distribución de las vocales indica que originariamente el quichua de Catamarca debió poseer sólo 3 fonemas vocálicos /a, i, u/. Las parejas i-e, u-o eran los alófonos en distribución complementaria. Los años de contacto con el adstrato español, con la concomitante gran difusión de elementos en ambos sentidos, a lo cual quizás se debe agregar la influencia del sustrato prequichua (p. ej. chelko, voz conocida en el quichua de Santiago y en el español de Catamarca y la Rioja) y la propia evolución a cambio del mismo dialecto quichua (p. ej. chilikote) lleva a un sistema pentavocálico semejante al español /a, e, i, o, u/ pero que conserva a los miembros de las parejas e/i y o/u en complementación parcial. En el quichua de Santiago, que también posee un modelo con cinco vocales, sólo se emplea e y o inmediatamente antes y después de postvelar (q, jj) y antes de los grupos consonánticos https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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nq, rq, e yq, lo mismo que antes del morfema -ra- (históricamente -rqa-); en tales posiciones no aparecen i ni u; lo mismo parece suceder en el quichua de Catamarca. Consonantes. La consideración del sistema de fonemas consonánticos del dialecto catamarqueño, lo mismo que el del quichua de Santiago, enfrenta con un problema al cual los estructuralistas han dado distinta solución. La difusión de rasgos lingüísticos ha dado como resultado la incorporación de voces procedentes de lenguas indígenas de sustrato, de voces españolas o el cambio de algunos fonemas de voces quichuas por otros pertenecientes a otros sistemas. Si se toman en cuenta las voces indígenas de sustrato y los hispanismos el modelo del sistema consonántico varía. Algunos autores consideran a los nuevos fonemas incluidos en los préstamos como un sistema paralelo (cf. Bloch, p 329; Harris, pp 71 (27), 115; Pike, pp. 142-143, 211), o sea que describen un modelo fonológico y ‘piezas’ sueltas de otro modelo paralelo. Es verdad que el rendimiento funcional es mínimo para ciertos sonidos prestados por sustratos y adstratos, pero se hallan formando parte de una sola estructura e integrando un sistema de interrelaciones. La exclusión de tales sonidos significa la introducción de factores subjetivos por parte del investigador. El hablante medio de lenguas indígenas muchas veces no tiene conciencia de la alogeneidad de los préstamos. Se podría ejemplificar con algunos casos anotados entre quichuistas santiagueños: para ellos en “la quichua” existe la voz chinchi, que se traduce en “castilla” mediante las voces chinche y binchuka (esta última un quichuismo); las voces walu, wipu, kwelo, misoGa, etc. son consideradas legítimamente quichuas, etc. Antes de presentar los pocos caracteres que se pueden inferir acerca del sistema de fonemas consonánticos del quichua de Catamarca, creemos que es útil referirse rápidamente al sistema del quichua de Santiago . Si se incluyen los préstamos, dicho sistema es el siguiente: /p, t, ch, k, q, b, d, ll, g, G, f, j, jj, s, sh, rr, m, n, ñ, l, w, y, r /. Hay cinco órdenes: labial, dental, palatal, velar y postvelar. En el dialecto santiagueño se hallan oclusivas sordas (fortes) en fin de sílaba. En el caso de las postvelares sólo conocemos un ejemplo con la oclusiva (waq waq!) Y también un caso indiscutible con la oclusiva velar (tik tik!); en los demás casos (que son muy pocos) se podrían analizar los grupos consonánticos según el patrón introducido por los préstamos del español (oclusiva + líquida: u-kli, cha-kra, lo-kro, etc.) O según la alternativa del patrón quichua (uk-li, chak-ra, lok-ro). En cambio hay numerosos casos de /p, t, ch/ en fin de sílaba. Las consonantes sonoras (o lenes) /b, d, g/ no sólo ocurren en hispanismos sino también en voces quichuas o de otros sustratos indígenas (p. Ej. Qetubí, qebishu, ullibincha, bambala, simból, wildu, uturungu, yanga, pishinga, porongo, nigri, paragwáy, tangól, ampalagwa, etc.); son oclusivas luego de nasales (en el caso de /d/, también luego de /l/), a veces en posición inicial absoluta o en posición enfática. El fonema /ll/ es una fricativa palatoalveolar sonora (o lenis) y corresponde a la lateral palatal sonora de otros dialectos; se africa en una secuencia luego de una nasal o de l, o como inicial en una pronunciación enfática. Esta es una característica dialectal importante del quichua santiagueño y es propia, además, del español de Santiago, pues la ll castiza (palatal, lateral, fricativa, sonora con contacto amplio y tenso de la lengua con el paladar) pasó a una fricativa pálatoalveolar sonora, con conservación simultánea de la de la y (semiconsonante palatal https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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sonora). Este fenómeno sucede también sucede también en el quichua del Ecuador (Colta, provincia de Chimborazo), según los estudios de Reyburn; lo cual se confirma en las anotaciones de Elsie Clews Parsons, realizadas en Peguche (Otavalo, provincia de Imbabura), en las cuales emplea j en lugar de ll (no tiene importancia que la j se realice como africada en inglés). Por otra parte, a fines del siglo pasado (XIX), Grimm halló en el dialecto de Quito que la ll “la articulan algunos mal, lsh” (Introducción, p VII), lo cual nos señala una coexistencia de normas articulatorias que debe haber llevado al cambio posterior. Luis Cordero, por la misma época, estudió el dialecto de Azuay y, junto con la ll, señala la existencia de un “sonido que no se conoce en castellano y que en quichua es comparable con la de la j francesa” (p VII). Para tal sonido, Cordero emplea la grafía zh y es interesante que en las voces en que aparece corresponde a la ch de otros dialectos o se trata de voces locales (quizás de otras lenguas indígenas). Actualmente se sabe que, en ciertas áreas del Ecuador, con la pronunciación de ll e y en español ocurre el mismo fenómeno que en el quichua de Chimborazo y que en el español y quichua de Santiago del Estero. Este hecho nos hace pensar que tal norma se difundió del quichua al español regional. Sería interesante estudiar el español del centro y norte del Perú pues, según Farfán (1952, p 10) en el quichua de Cajamarca la ll (el pasaje es algo oscuro y, en realidad, dice l, lo cual es imposible) “cambia en y simple o en je francés” (uno de los ejemplos, wiyan, contribuye a aclarar las cosas, pues, sin duda, es willan en otros dialectos). Además, en una comunicación personal, el mismo autor nos dice que “la ll se muta en y o je francesa [...] fricativa alvéolo-palatal sonora. Me parece que este fenómeno fonético es un reemplazo total de un sonido por otro. Acerca de la zona donde ocurre este cambio, Ud. puede notar en los textos del dialecto Ancash. Cajatambo era antiguamente parte de este Departamento”. Por su parte Tessmann (pp 235, 249, 252-253) trae cortos vocabularios en dialectos quichuas de etnías de la montaña peruano-ecuatoriana (Lamisto, Chasutino, Kichos, Kanelo), en los cuales se ve que el sonido y se mantiene, pero el de la ll se conserva como lateral, palatal sonora en algunos casos, en los demás pasó (según los dialectos) a fricativa palatal sonora, semivocal palatal sonora, africada palatal sonora, africada pálatoalveolar sonora y hasta una doble fricativa palatal sonora (con coexistencia de distintas pronunciaciones en cada dialecto). Estos fenómenos son ejemplos interesantes de competencia de pautas articulatorias y, por otra parte, el hecho de existir africadas pálatoalveolares plantea el problema de la influencia de algún adstrato o sustrato indígena sobre el quichua (tal como el guaraní influyó sobre la pronunciación de la y en Paraguay, etc.). El fonema /G/ es una fricativa postvelar sonora (o lenis) que sólo hemos registrado en dos casos de préstamo de alguna lengua indígena local (ochoGo ‘una especie de ave’ y mishoGa ‘una especie de cactácea’). El fonema /rr/ es una fricativa retroflexa ápicoprepalatal sonora con tendencia a ensordecerse; se emplea en hispanismos (en el español regional es la pronunciación que adquirió la vibrante múltiple) y también en algún caso de voz quichua o de otra filiación (rraku, ‘grueso’, rrua ‘una especie de ave’ y rron rron ‘picaflor’). En el dialecto cuzqueño las fricativas sordas de articulación plana (labial, dental, velar y postvelar) son alófonos en posición implosiva y miembros del mismo fonema que las oclusivas sordas con igual punto de articulación. En el dialecto santiagueño el caso es distinto. https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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Si consideramos las fricativas sordas de articulación plana (f, j, jj) veremos que /j/ y /jj/ tienen una distribución complementaria (serían alófonos) si se toman en cuenta solamente las voces quichuas y los préstamos de otras lenguas indígenas, ya que la fricativa velar aparece en posición inicial absoluta y trabando sílaba luego de /i/ y /u/, y la fricativa postvelar traba sílaba luego de /a/, /e/, /o/ y aparece en el único caso registrado entre dos vocales /a/ (a veces, entre /a/ y /w/ se emplea la velar en lugar de la postvelar). Solamente tomando en cuenta los hispanismos se obtiene algún contraste entre /j/ y /jj/ (kaja, wajjalu ‘una especie de hormiga’). Este caso es un ejemplo de los cambios que sufre un sistema. Posiblemente el dialecto santiagueño poseyó originariamente un fonema oral, velar, sordo y un oral, postvelar sordo, cada uno con un alófono oclusivo en principio de sílaba y uno fricativo en fin de sílaba. Relacionados con ambos fonemas se distribuían los alófonos de las vocales anterior y posterior /i, u/; los alófonos cerrados [i, u] en relación con el fonema oral velar sordo /k/ y los alófonos abiertos [e, o] en relación con el fonema oral postvelar sordo /q/. La difusión de rasgos lingüísticos modificó el sistema pues se fonologizaron /e/ y /o/ y las consonantes fricativas sordas velares y postvelares aparecieron en comienzo de sílaba y en contraste con las oclusivas correspondientes, fonologizándose los antes alófonos /k, q, j, jj/; así tenemos uku (‘cuerpo’), uju (‘tos’), waqalo (‘llorón’), wajjalu (‘una especie de hormiga’). Hay pocos casos de fricativa sorda plana bilabial (la representación mediante f)en fin de sílaba en voces quichuas (qeshifra, llafsa); hay más casos de oclusiva bilabial en fin de sílaba (apsu, aykap, munaptin, noqaykup, etc). Ricardo Rojas (p. 190 (1)), señala que “algunos gauchos santiagueños dicen Puchkadoraf, Nokhaf, trocando p por f”; este es un indicio de que históricamente [p] y [f] deben haber sido alófonos en distribución complementaria, lo mismo que en los órdenes velar y postvelar. Los hispanismos introdujeron la f labiodental, pero no parece contrastar con la fricativa bilabial (se halla en distribución complementaria o fluctúa con bilabial). Las fricativas sordas de articulación acanalada /s, sh/ aparecen tanto a principio como en fin de sílaba. De las tres nasales /m, n, ñ/, /m/ y /n/ aparecen en principio y fin de sílaba; /ñ/ aparece en principio de sílaba pero, en algunos casos de pronunciación rápida, la /n/ ante /ch/ o /y/ se realiza como /ñ/ por asimilación del punto de articulación. La consonante lateral dentoalveolar /l/ aparece a principio y fin de sílaba, no sólo en hispanismos y voces de lenguas de sustrato sino también en voces quichuas (lijra, lawray, utula, qoshúl, palta). A veces corresponde a la vibrante simple /r/ de algunos otros dialectos (laka, lokro, lijra, lawray, etc.), otras veces a una lateral palatal sonora (chilka, chilikote, urpila, lasay). Las semivocales (semiconsonantes) /w, y/ también aparecen en principio y fin de sílaba. La vibrante simple /r/, aparece en principio y fin de sílaba, incluso como inicial absoluta (ruay, riy, rantiy, etc.). El acento intensivo es fonológico en quichua santiagueño pues no es predecible. En la inmensa mayoría de los casos cae en la penúltima sílaba pero existe una serie de voces en las cuales cae en la última sílaba; algunas son quichuas como puncháu ‘día’, paragwáy ‘bataraz’, qollúl o qollúr ‘estrella fugaz’, pero la mayoría son préstamos de otras lenguas indígenas o hispanismos (tangól, karán, aláw, simból, etc.). Por otra parte, el acento en la última sílaba en ciertas construcciones quichuas es una marca que indica la existencia de un sufijo en grado cero.
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Aunque existen sufijos interrogativos, se puede emplear la entonación para dar un sentido interrogativo a una expresión (i qamqa? ‘¿y tú?’). La estructura silábica de las voces quichuas es: V, CV, VC, CVC. Los hispanismos introdujeron las sílabas: CrV(C), CIV(C), CyV(C), CwV(C), CryV, CrwV, etc. La combinación de sílabas más frecuentes es: (C)V + CV(C), (C)VC + CV(C); pero se halla también el tipo (C)V + V(C) por pérdida de /w/ o /y/ intervocálicas. Los grupos consonánticos más comunes son de dos consonantes, las cuales pertenecen a dos sílabas distintas; como hemos visto los hispanismos alteraron dicho patrón. Pero, aún en voces quichuas, aparecieron grupos de tres consonantes: en un idiolecto registramos, p. ej., llojjsinayshpajj ‘para que nosotros salgamos’, con una secuencia de dos consonantes en una sola sílaba (-naysh + -pajj = CVCC + CVC). El sistema consonántico del quichua de Catamarca, según se puede inferir del material publicado, poseía los siguientes fonemas: /p, t, ch, k, q, b, d, g, j, s, sh, m, n, ñ, l, ll, w, y, r/. Se puede suponer que los hispanismos habrían incorporado, además, los fonemas /f/ y /rr/ (fricativa bilabial sorda y fricativa retroflexa ápicoprepalatal sonora, respectivamente); existen voces regionales probablemente de filiación indígena que poseen /f/ (afa, afata). La existencia de un fonema postvelar /q/ se infiere de ciertas grafías (ccari, nocca, ccam, occocuni, oncoscca, pascca, etc.), a pesar de la inconsistencia de las transcripciones. Los fonemas /b, d, g/ se hallan en hispanismos pero también figura la voz quichua nigri y algunas voces indígenas de sustrato. Que existe un sonido fricativo vélico sordo se deduce de ciertas grafías (sumah, chayrah, sajara) de Lafone, y las anotaciones ‘con beneficio de inventario’ citadas por Cano: mañacoj, mosopaj, remediasajku, itioj, atoj. Lafone, con su motivación hacia las grafías arcaicas, trae una serie de voces con -c en fin de sílaba, la cual debe corresponder a sonidos fricativos vélicos-velares y postvelares- (atoc, collquecta, chayrac, yurac, suc, etc.). Seguramente existió una fricativa velar y una postvelar, aunque nuestra aseveración tiene un fundamento endeble (solamente la voz mañacoj, suministrada por Cano, con cambio de u por o, lo cual sucede ante postvelar en santiagueño y otros dialectos). En cuanto al status fonológico de tales elementos fónicos, creemos que las fricativas se oponen a las oclusivas, como en santiagueño, debido a que en el español regional de Catamarca y La Rioja existe una serie de voces con fricativas velares con distribución variada, que, seguramente, deben haberse incorporado al léxico quichua (piji/pije ‘una especie de avispa’; alijuche ‘escorpión’; jana ‘espinas pequeñas de las cactáceas’; las denominaciones de los vegetales jume/jumi, pillijay y pilliján; jasi ‘una especie de roca’, etc.). En cuanto a si la fricativa velar y la postvelar eran alófonos de un mismo fonema es difícil decidir; ya vimos la situación en el quichua de Santiago del Estero. En el español de Catamarca se registró la voz gwajalo, que en quichua santiagueño tiene una fricativa postvelar; quizás estas voces indígenas y los hispanismos hayan determinado la constitución del fonema /jj/. https://web.archive.org/web/20220127120519/https://adilq.com.ar/Nardi-CLR-04.html
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Asociación de Investigadores en la Lengua Quechua
El fonema fricativo pálatoalveolar sordo /sh/ es más frecuente en Catamarca y La Rioja que en Santiago (p. ej. ixpacu, shipas en las voces de Lafone); hasta fue incorporado al sistema fonológico del español (blandushko, pashuko, ashina, panshako, ayshito, etc.). Probablemente uno de los factores de este cambio sistémico haya sido la estructura fonológica de alguna lengua de sustrato (casi seguramente el kakán: recordemos que el español regional se incorporaron voces tales como shinki, tushi, shipinki, pishpito, etc.). El fonema /ll/ en quichua de Catamarca muy probablemente era una lateral palatal sonora; un indicio es el de las formas payka, wayka (con pérdida de la articulación lateral) incorporadas al español de Catamarca en lugar de pallka, wallka; otro indicio es que, en el español regional de Catamarca y La Rioja, o existe yeísmo con convergencia de sonidos ll e y en el de la y castellana (semiconsonante palatal sonora), o se conserva la pronunciación de ll e y castizas, según las áreas (ya dijo Lafone que no existe el sonido de fricativa pálatoalveolar sonora). Según una poco clara noticia de Cano (1938, pp 3-4) parecería que en Catamarca se habría pronunciado como la ll castellana. Las transcripciones de Lafone plantean el problema de si en quichua catamarqueño existió el fonema /h/, como se podría interpretar por las grafías hamuni, hanan, hacu, etc., pero bajo la voz acu nos aclara el mismo Lafone que “así suena pero debe escribirse hacu” (1927, p. 40, art. Acu). Sin duda se debe a su respeto por las anotaciones de los gramáticos de los siglos XVI y XVII, que, sin embargo, estudiaron otros dialectos; en apoyo de la carencia de realidad fónica de esta grafía se puede agregar que el mismo Lafone trae las formas aica(p), ampisca, apini, atun, umpi, unta, etc. que comienzan con h en González Holguín. No creemos que en el quichua de Catamarca se plantee el problema que existe en una gran área dialectal del español de la Argentina con la s en fin de sílaba (y en fin de palabra que constituye un grupo fónico con otra que comienza en vocal), posición en la cual se realiza una gran serie de sonidos que lo único que tienen en común con la articulación de la s inicial de la sílaba es la fricación (a veces muy lene), por lo cual no existe una base fónica común que permita agruparlos a todos en un fonema /s/ y que no sea compartida por otros fonemas; en este caso se podría postular la existencia de dos fonemas /s/ y /h/. Pero, como hemos dicho, no creemos que ello haya ocurrido en el quichua de Catamarca. Posiblemente el acento intensivo haya sido fonológico, como en el dialecto santiagueño; la inclusión de hispanismos con acentuación fuera de la penúltima sílaba y la existencia, en el área, de voces indígenas locales muy conocidas con acento en la última sílaba (karán, pilliján, ischilín, pikillín), que seguramente fueron incorporadas al quichua, deben considerarse los factores principales para tal cambio. Quizás existió entonación interrogativa fonológica. La estructura silábica debía ser como en el dialecto santiagueño. También había ocurrido en algunos casos (o estaba en marcha) la pérdida de /w/ e /y/ intervocálicas que parecen indicar ciertas grafías hua/huahua, tia-/tiya-, kas (*qaas