Sintaxis generativa del español (Gramática del Español) (Spanish Edition) 8475228925, 9788475228921

Este texto ofrece una visión global de la sintaxis del español desde la perspectiva generativista sin descuidar las vali

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Índice
Prefacio
I. Bosquejo gramatical
1. Introducción
1.1. Ámbito del español moderno
1.2. La difusión del dialecto castellano
1.3. La evolución de la sintaxis del español
2. Características generales de la sintaxis
2.1. El orden de los constituyentes
2.2. El caso
2.3. Morfología flexiva
2.4. Los clíticos
2.5. Traslado de QU y Traslado de SN
2.6. Los determinantes
2.7. La concordancia negativa
2.8. Sujetos nulos
3. El constituyente sujeto
3.1. El orden
3.2. La distribución en cláusulas no finitas
3.3. Concordancia
4. El constituyente predicado
4.1. Tiempo y aspecto
4.2. El modo
4.3. La voz
4.4. Los verbos modales
4.5. La negación
4.6. Oraciones copulativas: sery estar
5. Cláusulas principales
5.1. Cláusulas declarativas
5.2. Cláusulas interrogativas
5.3. Cláusulas imperativas
5.4. Cláusulas exclamativas
6. Las cláusulas subordinadas
6.1. Cláusulas argumentales
6.2. Cláusulas relativas
6.3. Cláusulas adjuntas temporales
6.4. Cláusulas de gerundio y participio
6.5. Adjuntos de infinitivo
7. Variación dialectal
7.1. Variación relativa a los clíticos
7.2. Variación relativa a la negación
7.3. El «ser» intensivo
7.4. Los posesivos
7.5. Variación relativa al sujeto
II. El sintagma nominal
1. Introducción
2. Distribución de los SN argumentales
2.1. Generalizaciones descriptivas
2.2. Teoría temática
2.3. Caso abstracto
3. Sintagmas nominales predicativos
4. Los constituyentes del SN
4.1. Complementos
4.2. Adjuntos
4.3. Distinción entre complementos y adjuntos
4.4. Especificadores del SN
5. Determinantes de los SN argumentales
5.1. Distribución de los especificadores
5.2. La hipótesis del SD
6. Pre y postdeterminantes
7. Especificaciones de los SN predicativos
8. Orden de los constituyentes en el SN
9. Resumen
III. El sintagma verbal
1. Introducción
2. La distribución del SV
2.1. SV como predicado primario de la cláusula
2.2. Legitimación del SV
3. El argumento externo del SV
3.1. Asignación de papel temático y asignación de caso al argumento externo
3.2. Ascenso de sujeto-a-sujeto
4. Complementos del V: complementos preposicional y adjuntos
5. Complementos: SDes con función de objeto directo
6. Complementos indirectos
6.1. Similitudes entre los complementos directos y los indirectos
6.2. Diferencias entre los complementos directos y los indirectos
6.3. Marcado temático y asignación de casoa los complementos indirectos
6.4. Resumen
7. Complementos de verbos "inacusativos"
8. Resumen
IV. Categorías funcionales relativas al SV
1. Introducción
2. Adverbios del SV y la relación verbo/tiempo
2.1. Distribución de los adverbios del SV en relación con el orden S-V-O
2.2. Adverbios postverbales
2.3. Adverbios preverbales
3. Verbos auxiliares, tiempo y aspecto
3.1. Motivación del desplazamiento de V a FLEX:cotejo de rasgos
3.2. Verbos auxiliares
4. Los clíticos
4.1. La hipótesis del desplazamiento
4.2. La derivación directa de los clíticos
4.3. Los clíticos como núcleos funcionales
5. La negación
5.1. La negación de la cláusula con no
5.2. La concordancia negativa
6. Resumen
V. Sujetos, tópicos y el orden de los constituyentes en las oraciones declarativas
1. Introducción
2. El problema del orden variable del sujeto
2.1. El papel de las categorías funcionales
2.2. Desplazamiento del sujeto al especificador de SF
2.3. Resumen
3. Funciones del discurso: foco y tópico
3.1. El foco
3.2. El tópico
4. Desplazamiento del tópico al especificador de SF
4.1. Desplazamiento del tópico
4.2. El rasgo [tópico]
4.3. Los tópicos y los constituyentes negativos
4.4. Resumen
5. Tópicos dislocados
5.1. Dos tipos de tópicos dislocados
5.2. Derivación de los tópicos dislocados
5.3. Sujetos preverbales y adjuntos del tipo DC
5.4. Resumen
6. El orden del sujeto y el parámetro del sujeto nulo
6.1. El parámetro del sujeto nulo en la teoría de Principiosy Parámetros
6.2. La categoría Conc y el rasgo [+fuerte]
7. Resumen
VI. Desplazamiento a' y traslado de núcleos al complementante
1. Introducción
2. Desplazamiento Qu
2.1. El Desplazamiento Qu y el Criterio Qu
2.2. Legitimación por concordancia argumental
2.3. Preguntas subordinadas y el punto de destino del traslado Qu
2.4. Resumen
3. El foco contrastivo
3.1. Propiedades de los sintagmas focalizados
3.2. Las propiedades del desplazamiento
3.3. Posición estructural
3.4. Resumen
4. Otros desplazamientos A'
4.1. Anteposición libre (Scrambling)
4.2. Los huecos parasíticos
4.3. Expresiones adjetivales complejas
4.4. Complementos indefinidos tácitos
4.5. Resumen
5. Desplazamiento de núcleos a Cº
5.1. Desplazamiento de V a FLEX y a CO
5.2. Ascenso de los clíticos
6. Resumen
Bibliografía
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Sintaxis generativa del español (Gramática del Español) (Spanish Edition)
 8475228925, 9788475228921

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KAREN ZAGONA Este texto ofrece una visión global de la sintaxis del español desde la perspectiva generativista sin descuidar las valiosas contribuciones de la gramática tradicional. El primer capítulo presenta un bosquejo histórico y descriptivo del tema, además de algunas observaciones sobre la variación dialectal. En los capítulos siguientes se analiza la estructura de las principales categorías sintácticas: el sintagma nominal, el sintagma verbal y las categorías funcionales asociadas con el verbo y con el complementante. Al problema de la posición del sujeto se le dedica un capítulo aparte. Las abundantes referencias bibliográficas integradas en la exposición reflejan adecuadamente la intensa labor analítica de las últimas décadas, tanto en la teoría sintáctica en general como en su aplicación al español. Karen Zagona es catedrática de Lingüística en la University of Washington en Seattle, Washington.

ISBN 84-7522-892-5

9 788475 2 2 892 1

Gramática del Español / 11

Sintaxis generativa del español KAREN ZAGONA - Sintaxis generativa del español

CUB. SINTAXIS

11

Trad. de Heles Contreras y Conxita Lleó

VISOR LIBROS

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SINTAXIS GENERATIVA DEL ESPAÑOL

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KAREN ZAGONA

SINTAXIS GENERATIVA DEL ESPAÑOL

Trad. de Heles Contreras y Conxita Lleó

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Colección Gramática del Español, n.º 11 DIRIGIDA POR IGNACIO BOSQUE

© © ©

Título original «The Syntax of Spanish» Cambridge University Press Karen Zagona, 2002 Visor Libros, S. L. Isaac Peral, 18 28015 Madrid www.visor-libros.com ISBN: 84-7522-892-5 Depósito Legal: MImpreso en España Gráficas Muriel. C/ Buhigas, s/n. Getafe (Madrid)

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Índice

PREFACIO ............................................................................................ 11 I.

BOSQUEJO GRAMATICAL ................................................................ 1. Introducción .......................................................................... 1.1. Ámbito del español moderno .......................................... 1.2. La difusión del dialecto castellano .................................. 1.3. La evolución de la sintaxis del español ............................ 2. Características generales de la sintaxis .................................... 2.1. El orden de los constituyentes ........................................ 2.2. El caso .......................................................................... 2.3. Morfología flexiva .......................................................... 2.4. Los clíticos ...................................................................... 2.5. Traslado de QU y traslado de SN .................................... 2.6. Los determinantes .......................................................... 2.7. La concordancia negativa ................................................ 2.8. Sujetos nulos .................................................................. 3. El constituyente sujeto .......................................................... 3.1. El orden .......................................................................... 3.2. La distribución en cláusulas no finitas ............................ 3.3. Concordancia ................................................................ 4. El constituyente predicado .................................................... 4.1. Tiempo y aspecto ............................................................ 4.2. El modo ........................................................................ 4.3. La voz .......................................................................... 4.4. Los verbos modales ........................................................ 4.5. La negación .................................................................... 4.6. Oraciones copulativas: ser y estar .................................... 5. Cláusulas principales ............................................................ 5.1. Cláusulas declarativas .................................................... 5.2. Cláusulas interrogativas ..................................................

13 13 13 15 17 20 21 22 27 29 32 34 36 38 40 40 43 44 46 46 51 53 55 56 59 61 61 63

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5.3. Cláusulas imperativas ...................................................... 5.4. Cláusulas exclamativas .................................................. 6. Las cláusulas subordinadas .................................................... 6.1. Cláusulas argumentales .................................................. 6.2. Cláusulas relativas .......................................................... 6.3. Cláusulas adjuntas temporales ........................................ 6.4. Cláusulas de gerundio y participio .................................. 6.5. Adjuntos de infinitivo .................................................... 7. Variación dialectal ................................................................ 7.1. Variación relativa a los clíticos ........................................ 7.2. Variación relativa a la negación ...................................... 7.3. El «ser» intensivo ............................................................ 7.4. Los posesivos .................................................................. 7.5. Variación relativa al sujeto ..............................................

65 67 68 68 69 73 74 77 79 79 81 81 82 82

II. EL SINTAGMA NOMINAL ................................................................ 1. Introducción .......................................................................... 2. Distribución de los SN argumentales........................................ 2.1. Generalizaciones descriptivas .......................................... 2.2. Teoría temática .............................................................. 2.3. Caso abstracto ................................................................ 3. Sintagmas Nominales predicativos .......................................... 4. Los constituyentes del SN ...................................................... 4.1. Complementos ................................................................ 4.2. Adjuntos.......................................................................... 4.3. Distinción entre complementos y adjuntos ...................... 4.4. Especificadores del SN .................................................... 5. Determinantes de los SN argumentales .................................. 5.1. Distribución de los especificadores .................................. 5.2. La hipótesis del SD ........................................................ 6. Pre y postdeterminantes ........................................................ 7. Especificadores de los SN predicativos .................................. 8. Orden de los constituyentes en el SN .................................... 9. Resumen ..............................................................................

85 85 86 86 88 94 96 99 100 103 105 107 108 109 112 117 122 125 131

III. EL SINTAGMA VERBAL...................................................................... 1. Introducción .......................................................................... 2. La distribución del SV .......................................................... 2.1. SV como predicado primario de la cláusula .................... 2.2. Legitimación del SV ...................................................... 3. El argumento externo del SV ................................................ 3.1. Asignación del papel temático y asignación de caso al argumento externo ...................................................... 3.2. Ascenso de sujeto-a-sujeto .............................................. 4. Complementos del V: complementos preposicionales y adjuntos ............................................................................

133 133 134 134 138 141

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5. Complementos: SDes con función de objeto directo ............ 6. Complementos indirectos ...................................................... 6.1. Similitudes entre los complementos directos y los indirectos ................................................................ 6.2. Diferencias entre los complementos directos y los indirectos ................................................................ 6.3. Marcado temático y asignación de caso a los complementos indirectos ................................................ 6.4. Resumen ........................................................................ 7. Complementos de verbos «inacusativos» ................................ 8. Resumen ..............................................................................

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IV. CATEGORÍAS FUNCIONALES RELATIVAS AL SV .................................... 1. Introducción .......................................................................... 2. Adverbios del SV y la relación verbo/Tiempo ........................ 2.1. Distribución de los adverbios del SV en relación con el orden S-V-O ........................................................ 2.2. Adverbios postverbales .................................................... 2.3. Adverbios preverbales .................................................... 3. Verbos auxiliares, tiempo y aspecto ........................................ 3.1. Motivación del desplazamiento de V a FLEX: cotejo de rasgos .............................................................. 3.2. Verbos auxiliares ............................................................ 4. Los clíticos ............................................................................ 4.1. La hipótesis del desplazamiento ...................................... 4.2. La derivación directa de los clíticos ................................ 4.3. Los clíticos como núcleos funcionales ............................ 5. La negación .......................................................................... 5.1. La negación de la cláusula con no .................................. 5.2. La concordancia negativa ................................................ 6. Resumen ..............................................................................

191 194 204 205 209 211 216 216 219 222

V. SUJETOS, TÓPICOS Y EL ORDEN DE LOS CONSTITUYENTES EN LAS ORACIONES DECLARATIVAS .................................................. 1. Introducción .......................................................................... 2. El problema del orden variable del sujeto .............................. 2.1. El papel de las categorías funcionales .............................. 2.2. Desplazamiento del sujeto al especificador de SF ............ 2.3. Resumen ........................................................................ 3. Funciones del discurso: foco y tópico .................................... 3.1. El foco ............................................................................ 3.2. El tópico ........................................................................ 4. Desplazamiento del tópico al especificador de SF .................. 4.1. Desplazamiento del tópico .............................................. 4.2. El rasgo [tópico] ............................................................

225 225 227 228 230 232 232 233 235 237 238 241

177 177 179 182 183 188 190

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4.3. Los tópicos y los constituyentes negativos ...................... 4.4. Resumen ........................................................................ 5. Tópicos dislocados ................................................................ 5.1. Dos tipos de tópicos dislocados ...................................... 5.2. Derivación de los tópicos dislocados .............................. 5.3. Sujetos preverbales y adjuntos del tipo DC .................... 5.4. Resumen ........................................................................ 6. El orden del sujeto y el parámetro del sujeto nulo .................. 6.1. El parámetro del sujeto nulo en la teoría de Principios y Parámetros .............................................. 6.2. La categoría Conc y el rasgo [+fuerte] ............................ 7. Resumen ..............................................................................

243 244 244 245 248 251 253 253

VI. DESPLAZAMIENTO A’ Y TRASLADO DE NÚCLEOS AL COMPLEMENTANTE .. 1. Introducción .......................................................................... 2. Desplazamiento Qu .............................................................. 2.1. El desplazamiento Qu y el Criterio Qu .......................... 2.2. Legitimación por concordancia argumental .................... 2.3. Preguntas subordinadas y el punto de destino del traslado Qu .............................................................. 2.4. Resumen ........................................................................ 3. El foco contrastivo.................................................................. 3.1. Propiedades de los sintagmas focalizados ........................ 3.2. Las propiedades del desplazamiento ................................ 3.3. Posición estructural ........................................................ 3.4. Resumen ........................................................................ 4. Otros desplazamientos A’ ...................................................... 4.1. Anteposición libre (Scrambling) ...................................... 4.2. Los huecos parasíticos .................................................... 4.3. Expresiones adjetivales complejas .................................... 4.4. Complementos indefinidos tácitos .................................. 4.5. Resumen ........................................................................ 5. Desplazamiento de núcleos a Cº ............................................ 5.1. Desplazamiento de V a FLEX y a Cº .............................. 5.2. Ascenso de los clíticos .................................................... 6. Resumen ..............................................................................

265 265 266 266 269

254 261 263

272 273 274 274 275 277 280 280 280 282 284 287 289 289 289 293 296

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Prefacio

Este texto presenta una visión global de la sintaxis del español, tomando en cuenta los resultados de investigaciones recientes sin entrar en discusiones teóricas ni presuponer familiaridad con la teoría sintáctica actual. La descripción de estos resultados hace necesario introducir suficiente base teórica para hacer accesibles los análisis presentados. Los capítulos iniciales, especialmente los capítulos 2 y 3, están basados en la teoría de Principios y Parámetros siguiendo a Chomsky (1981) y (1986). En los capítulos 4 y 5 se introducen los elementos básicos del enfoque Minimista de Chomsky (1993) y (1995). Esta presentación prescinde de formalismos y no pretende dar una introducción exhaustiva a la teoría sino más bien proporcionar una base que permita al lector seguir las líneas de investigación que se han adoptado para dar cuenta de fenómenos como la estructura de la cláusula y el orden de los constituyentes. El capítulo 1 presenta una visión de conjunto de la gramática del español, combinando observaciones tradicionales con generalizaciones que surgen del modelo generativo. En esta descripción se intenta incluir tanto generalizaciones de interés particular para los estudiosos de la lingüística española como información más amplia para aquellos lectores no especializados en el estudio del español. En el capítulo 2 se examina el Sintagma Nominal (SN). En el curso de la presentación se introducen algunos conceptos básicos de la teoría de Principios y Parámetros, como la asignación de papeles temáticos, la asignación de Caso y la Predicación, para dar cuenta de la distribución externa del Sintagma Nominal. Al tratar de la estructura inter11

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na del SN se introduce la llamada «hipótesis SD» (que postula la existencia de un Sintagma Determinante). Esta tesis juega un papel importante en el análisis de los determinantes y del orden interno de los constituyentes del SN. En el capítulo 3 se analiza el Sintagma Verbal (SV) desde la perspectiva de Principios y Parámetros, iniciando la presentación con el estudio de la distribución externa del SV, y poniendo énfasis en la Predicación y en la relación entre el SV y el Tiempo. Al considerar la estructura interna del SV, retornamos a la asignación de papeles temáticos e introducimos la distinción entre argumentos externos y argumentos internos, los que, junto a los rasgos de Caso, determinan qué elementos aparecen como sujetos y cuáles como complementos. Se resumen las propiedades de estos constituyentes, diferenciándolos de los llamados adjuntos. Los capítulos 4 y 5 se ocupan de las categorías funcionales asociadas con el SV. En el capítulo 4 se examina la distribución de los adverbios —tanto los asociados con el SV como los adverbios oracionales— los verbos auxiliares, los clíticos y la negación. En cada una de estas áreas se introducen primero ciertas generalizaciones empíricas y luego se examina cómo se puede dar cuenta de ellas mediante categorías funcionales. El capítulo 5 examina el problema de la posición del sujeto oracional en las cláusulas declarativas, así como el problema más general del orden de los constituyentes en una lengua de orden «flexible» como el español. Se muestra cómo la idea de que el desplazamiento de constituyentes no es optativo ha influido en el análisis del orden variable en lenguas como el español. Se considera también la hipótesis desarrollada en muchos estudios recientes de que el «contenido informativo» de los constituyentes (reflejado en nociones como «Tópico» y «Foco») juega un papel central en el análisis del orden de los constituyentes en cláusulas declarativas. Este capítulo presenta un resumen de los análisis recientes y termina con una visión global del llamado «parámetro del sujeto nulo». Finalmente, en el capítulo 6 se examinan varias construcciones cuyo análisis estándar involucra la parte superior de la oración —el Sintagma Complementante— y cuya derivación requiere desplazamiento a una posición no argumental, como el Especificador del Sintagma Complementante. Este capítulo es más que nada descriptivo, y presenta las construcciones del español que exhiben las propiedades de este tipo de traslado.

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I. BOSQUEJO GRAMATICAL

1. INTRODUCCIÓN 1.1. Ámbito del español moderno Hay casi 300 millones de hablantes de español, lo que lo sitúa entre los tres o cuatro idiomas con mayor número de hablantes, después del chino mandarín, el inglés y posiblemente el hindi.1 El español es la lengua principal u oficial de numerosos países, incluyendo a España y sus dependencias, la Guinea Ecuatorial, dieciocho países de América Central y América del Sur y el protectorado norteamericano de Puerto Rico.2 El español es primera o segunda lengua en muchas regiones del suroeste de los Estados Unidos, como también en otras regiones agrícolas de este país, además de áreas urbanas como Miami y Nueva York. Según el censo de 1990, en los Estados Unidos cerca de 17,3 millones de personas mayores de cinco años hablan español en el ámbito familiar. 1

El chino mandarín tiene más de 700 millones de hablantes y el inglés más de 400 millones. Los cálculos para el español van desde 266 millones (Bright 1992) hasta 290 millones (Green 1992). Para el hindi, Bright (1992) estima 182 millones y Décsy (1986) 290 millones. 2 El español es la lengua oficial de la mayoría de los países de América Latina. En el Perú tanto el español como el quechua son lenguas oficiales. En Bolivia, las lenguas oficiales son el español, el quechua y el aimara. Aunque el español es la lengua oficial de la Guinea Ecuatorial, se calcula que sólo entre el 4 y el 5% de la población lo habla (Kurian 1992:600).

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Muchos países donde el español es la lengua oficial o principal exhiben diversidad lingüística. En estos países, el bilingüismo es común, aunque no universal. En el norte de España, las lenguas más importantes incluyen el vasco (o euskera), el catalán y el gallego.3 En América Latina se hablan muchas lenguas autóctonas paralelamente al español. En Bolivia, por ejemplo, por lo menos la mitad de la población habla quechua o aimara, y se estima que el 40% de estos hablantes no domina el español (Grimes 1988:85-87; Kurian 1992:184). En Paraguay, más de tres millones de habitantes son hablantes nativos de guaraní, y entre ellos la mayoría de hablantes rurales son monolingües (Grimes 1988:125). Hay también grupos relativamente numerosos de hablantes de lenguas autóctonas en Perú (quechua de Ayacucho y quechua de Cuzco), Guatemala (lenguas mayas) y Ecuador (quichua). Hay muchas otras lenguas autóctonas habladas por grupos que varían desde unas pocas docenas hasta diez mil o más personas. En Honduras, Nicaragua, Costa Rica, la República Dominicana y Panamá hay grupos relativamente pequeños que hablan lenguas criollas.4 El inglés gana terreno como segunda lengua en algunas regiones del Caribe, como la República Dominicana y Puerto Rico, en el norte de México y en diversas áreas urbanas de América Latina. Los dialectos del español moderno en la península ibérica incluyen, además del castellano, el navarro-aragonés, el leonés y el asturiano en el norte, y los dialectos andaluces en el sur.5,6 El ladino, o judeo-español, es un dialecto del español hablado por los judíos sefarditas expulsados de España hacia fines del siglo XV. Es 3

Se estima que el gallego es más cercano al portugués que al español, mientras que el catalán se aproxima más al occitano. El vasco no está relacionado con ninguno de ellos. 4 En Belice, del 25 al 40% de la población es hispanohablante, y la mayoría habla una lengua criolla basada en el inglés. La lengua oficial de Belice es el inglés. Las estadísticas sobre las lenguas criollas están basadas en Grimes (1988) y Kurian (1992). 5 Para detalles sobre los dialectos ibéricos, véase Alvar (1996) y Otero (1971). [Los aquí llamados dialectos del norte se derivaron directamente del latín, mientras que el andaluz se considera propiamente derivado del castellano. HC y CLl] 6 Entre los dialectos andaluces, que se caracterizan por el debilitamiento de la -s en posición final de palabra, hay áreas en que la -s parece estar desapareciendo. Esta eventual pérdida puede tener consecuencias sintácticas con respecto a la «riqueza» de expresión de rasgos de número y persona, ya que la –s marca la pluralidad en los nombres y la segunda persona en el paradigma verbal.

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un dialecto «fosilizado» que mantiene la pronunciación de esa época. En el caso de América Latina, es difícil definir los límites dialectales.7 La gramática varía en cuanto a criterios fonológicos, morfológicos, sintácticos y léxicos, pero el carácter gradual de la variación dificulta en extremo el trazado de límites dialectales «discretos». Más apropiadamente, se distinguen «áreas» dialectales asociadas con patrones lingüísticos generales, como la región del Río de la Plata de Uruguay y Argentina, las mesetas andinas, y la región caribeña. En la sección 1.3 se presentan los patrones generales de variación sintáctica de estas regiones. 1.2. La difusión del dialecto castellano A pesar de que el español cubre una amplísima extensión geográfica, su sintaxis es relativamente uniforme. Esto se debe en parte a la temprana unificación política de España y a la difusión del dialecto de Castilla por toda el área unificada. Esta unificación fue consecuencia de la campaña de reconquista de la península, iniciada desde Castilla la Vieja, después de la ocupación por los musulmanes a principios del siglo VIII. En el curso de la batalla secular contra los árabes, el dialecto castellano se esparció hacia la mayor parte de la España contemporánea, donde coexistió con los dialectos de otras regiones y al correr del tiempo los desplazó. La mayor parte de la península ibérica había sido romanizada durante el período de expansión del latín hablado.8 Tras la decadencia de Roma, la península fue invadida sucesivamente por diversas tribus germánicas, y finalmente fue sometida al control visigodo entre los siglos V y VIII. Este período marca una transición durante 7

Para una presentación minuciosa del problema, véase Lipski (1994). Si bien el latín oral data de tiempos mucho más tempranos, su período de mayor extensión geográfica empieza entre el año 100 antes de Cristo, cuando el latín reemplazó al osco como lengua oficial de la Italia central, y el año 200 después de Cristo, cuando el imperio alcanzó su auge máximo. Aunque la romanización de la península ibérica se remonta a la segunda guerra púnica, que es anterior a estos años, los legionarios (y colonos) de este período quizás no eran en su mayoría hablantes de latín. Lapesa (1981:94-101) apunta que muchos de ellos pueden haber sido hablantes de osco-umbro, subfamilia de las lenguas itálicas que se hablaba en el sur de Italia. 8

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la cual el latín hablado era en sus comienzos suficientemente similar al latín clásico en su forma escrita para permitir su uso en asuntos administrativos.9 Entretanto la creciente debilidad política de los reinos visigodos y los comienzos del feudalismo aceleraron el desarrollo de variantes románicas locales. Este fue el caso en particular del norte y el noroeste de la península, donde la romanización nunca fue muy extensa, la urbanización fue mínima y el romance coexistió con el vasco y quizás otras lenguas autóctonas. A causa de su conquista por los árabes, la península ibérica se mantuvo temporalmente aislada del resto de Europa, donde los monasterios emergentes proporcionaban un contrapeso lingüístico y cultural al aislamiento feudal. A través de gran parte de Iberia, el mozárabe se convirtió en la forma estándar de romance.10 Sin embargo, el norte de la península, menos accesible por su geografía montañosa, nunca fue totalmente colonizado por los árabes, y así mantuvo su diversidad dialectal (Alatorre 1989:108). A medida que disminuyó el control de los musulmanes, el norte y el noroeste se convirtieron en bastiones cristianos que renovaron sus vínculos con el resto de Europa. Surgieron monasterios y catedrales, y Santiago de Compostela llegó a ser un importante punto de destino para los cristianos de toda Europa. En la periferia austral de Asturias (el entonces reino de Oviedo), un área relativamente inhabitada llamada previamente Bardulia (Alvar 1994:81) había sido poblada y fortificada con castiellas contra las incursiones de los moros. Hacia el siglo IX esta área se conocía como «el lugar de los castillos», o «Castilla». Según Lloyd (1987:177), Castilla fue poblada por colonos de diferentes regiones que abandonaron los rasgos fonéticos particulares de sus áreas de origen. Castilla era también una región en que se hablaba vasco, y algunos rasgos del español, como el cambio de f inicial a h han sido atribuidos a la influencia de esta lengua. A través de los siglos siguientes, Castilla se convirtió en una potencia dominante en el norte, y fue ahí donde se inició la reconquista de la península. A pesar de no ser un dialecto con prestigio, el 9

Es cuestión debatida en estudios recientes si los hablantes de latín consideraban o no el latín hablado y el latín escrito como la misma lengua. Véase al respecto Wright (1991). 10 El término «mozárabe» se refiere o bien a los cristianos que vivían en las áreas de España controladas por los árabes o a la variedad de español hablado por cristianos (y no cristianos) en esas áreas. Véase Galmés de Fuentes (1996).

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castellano se extendió gradualmente hacia el sur y se convirtió en el dialecto dominante con la unificación y cristianización de España.11 El celo religioso que siguió a la reconquista incluyó una campaña de «purificación» lingüística: se quemaron libros árabes en Granada, y durante el siglo XVI se condenó el uso del árabe y hasta el uso de préstamos de esa lengua. Entre 1609 y 1614 fueron expulsados de España unos 300.000 moriscos (musulmanes no asimilados o parcialmente asimilados y sus descendientes). La modalidad lingüística que arraigó en América Latina fue el resultado de varias influencias unificadoras. Una de ellas fue el clima social de conformidad —incluyendo conformidad lingüística— que reinaba en España en el tiempo de la colonización. Esta tendencia se convirtió en política concreta con respecto a la colonización, ya que los monarcas prohibieron la emigración de judíos y musulmanes al nuevo mundo (Sánchez-Albornoz 1984:15). Otro factor que redujo la diversidad durante la Colonia fue el marco temporal relativamente corto en que ocurrió la colonización. La inmigración alcanzó su auge antes de 1650 y disminuyó drásticamente hacia los años 1700.12 La colonización también coincidió con la introducción de la imprenta, traída a la Ciudad de México en la década de 1530 (Alatorre 1989:138). Otros factores posteriores, como el continuo comercio con España, los movimientos de independencia, el bilingüismo y el desarrollo de los medios de comunicación masiva, han producido una rica gama de variación fonética y morfológica, pero menos variación en la sintaxis. 1.3. La evolución de la sintaxis del español El paso del latín hablado al protorromance se caracterizó desde el principio por la simplificación de los paradigmas flexivos de los 11 Lloyd (1987:179-180) sugiere que una especie de «prestigio inverso» puede haber influido en la expansión del castellano, dado el rol de Castilla en la liberación de la península de los musulmanes. Un factor adicional fue la migración. Durante el siglo XVI, a raíz del deterioro de la economía en el norte, hubo una migración sustancial desde el norte de Castilla hacia el sur de la península, lo que reforzó la expansión del castellano. 12 Sánchez-Albornoz (1984:15-16) calcula que entre 200.000 y 243.000 personas inmigraron durante el siglo XVI y otras tantas en la primera mitad del XVII. Estas cifras son pequeñas, comparadas con la inmigración a los Estados Unidos desde otros países.

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nombres, adjetivos y verbos, y por la introducción o mayor uso de las construcciones perifrásticas que cumplían algunas de las mismas funciones. El paradigma de caso nominal se redujo a la distinción entre nominativo y acusativo, indicándose los demás casos por medio de preposiciones. Surgieron los artículos definido e indefinido (del demostrativo latín ille « aquel» y el cardinal unum «uno» respectivamente). Las formas comparativas sintéticas de los adjetivos fueron reemplazadas por formas perifrásticas. En el paradigma verbal la simplificación de las flexiones clásicas incluyó la pérdida del futuro, de la forma pasiva sintética y de diversas formas no finitas. Muchos de estos cambios eran ya incipientes o estaban bien desarrollados en el latín hablado, y algunos de ellos se aceleraron como resultado de cambios fonológicos, como la pérdida de consonantes finales de palabra y de algunas distinciones vocálicas. Los rasgos flexivos más estables fueron los de persona, número, género (reducido a la distinción entre masculino y femenino) y la flexión [+/- PASADO] de los verbos. La «desintegración» del protorromance en las diferentes lenguas románicas se ubica generalmente en el momento en que el latín escrito dejó de ser inteligible para los hablantes de romance, más o menos entre los siglos V y IX.13 Las características del español antiguo se deducen de documentos del siglo XI. Los cambios gramaticales durante este período son una continuación de las tendencias ya descritas: simplificación de las flexiones y gramaticalización de los morfemas funcionales o semifuncionales; en muchos casos estos cambios eran comunes a diversas lenguas. Por ejemplo, se perdió la distinción nominal entre nominativo y acusativo. En las variantes occidentales del romance, el acusativo plural -s fue reanalizado como marca de plural. Los pronombres acusativos y dativos perdieron el acento y se convirtieron en clíticos. Los verbos auxiliares se convirtieron en marcadores de la voz pasiva y de los tiempos perfecto, futuro y condicional. El clítico se (marca reflexiva de tercera persona en latín) fue gramaticalizado, primero como morfema detransitivi13

Como el latín clásico se usaba durante las administraciones visigodas, es más difícil precisar la transición del protorromance al romance en la península ibérica que en otras regiones. En Francia, a manera de contraste, empezaron a aparecer «traducciones» hacia 813 (véase la nota 8; también véase Palmer 1954:178-179). El sistema visigodo de escritura no fue reemplazado por el carolingio hasta el siglo XI (Lapesa 1981:169).

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zante (anticausativo), luego como marcador de la voz media, y en español como morfema pasivo (Hanssen 1945:230-231). Una innovación sintáctica de este período es la introducción de la forma llamada «a personal» del español para marcar los complementos directos humanos y específicos. Al principio la «a personal» se usaba más consistentemente con nombres propios y pronombres, pero menos consistentemente con nombres comunes (Lapesa 1981:213). Torrego (1998:42, citando a Lapesa 1968) menciona un factor adicional que influyó en la distribución de la «a personal» en los siglos XIII y XIV, a saber, su uso con complementos de verbos que denotan acciones que afectan a un individuo física o psicológicamente. Su uso con complementos directos animados «no afectados» fue posterior. El orden de constituyentes del español antiguo difiere del orden del español moderno en varios aspectos. En el español antiguo sólo los sintagmas encabezados por morfemas de clase cerrada (como artículos, complementantes y preposiciones) eran claramente de núcleo inicial. Los sintagmas encabezados por morfemas léxicos, o de «clase abierta» (nombres, adjetivos y verbos) permitían tanto el orden complemento–núcleo como el orden núcleo–complemento. Se ha propuesto que el orden básico entre el verbo y sus objetos era inicialmente OV para luego convertirse en VO (Otero 1975; Saltarelli 1994). Es interesante notar que las perífrasis verbales que constan de auxiliar + verbo derivaron gradualmente del orden verbo + auxiliar (Rivero 1993; Lapesa 1981:217; Hanssen 1945:249, 251). Los constituyentes de las cláusulas también exhibían un orden distinto en el español antiguo. Fontana (1993) sugiere que el español antiguo es una lengua del tipo V2 (con el verbo en segunda posición dentro de la cláusula), no al estilo del alemán (que pone el verbo en segunda posición sólo en las cláusulas principales), sino del tipo islandés, con los verbos en la segunda posición también en las cláusulas subordinadas. Fontana se refiere a esta propiedad como «V2 simétrico». Otra diferencia entre el español antiguo y el español moderno tiene que ver con las propiedades de los pronombres clíticos. En el español moderno los clíticos acompañan sólo al verbo, al que preceden o siguen según si el verbo es finito o no. Los clíticos pronominales del español antiguo ocupaban la segunda posición de la cláusula y dependían fonológicamente del elemento precedente, que podía ser verbo o no. Esta dependencia se manifiesta en el hecho de que 19

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los clíticos no podían aparecer en posición inicial después de pausa.14 En este respecto los pronombres clíticos se comportaban tal como otros elementos átonos, por ejemplo la negación non, las conjunciones y algunos auxiliares. Los auxiliares, sin embargo, perdieron esta propiedad durante el período del español antiguo (Hanssen 1945:251-252). El español antiguo exhibía alternancia de auxiliares, tal como el francés y el italiano modernos (Vincent 1982). El auxiliar ser alternaba con el auxiliar aver en los tiempos perfectos compuestos. Se usaba ser generalmente con inacusativos e intransitivos «reflexivos» (anticausativos), y aver con transitivos (Lapesa 1981:212; Hanssen 1945:230-233). El tiempo perfecto compuesto mostraba además concordancia con el complemento directo. Sin embargo, tanto la alternancia de auxiliares como la concordancia con el participio pasado eran inconsistentes.15 2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA SINTAXIS Muchos rasgos de la sintaxis del español son típicos de la familia indoeuropea, como por ejemplo la relativa riqueza de la morfología verbal frente a la morfología nominal, y el desplazamiento patente de los sintagmas interrogativos y de los sintagmas nominales (por ejemplo, en construcciones pasivas). Otras características son más específicas de las lenguas románicas, como el orden núcleo + complemento, la presencia de clíticos pronominales, sujetos nulos y una rica morfología de concordancia. Dos rasgos más restringidos son la ya citada «a personal» que precede a los objetos directos animados bajo ciertas condiciones16 y la duplicación de clíticos con complementos indirectos (y en algunos dialectos también con complementos directos). En esta sección se resumen los rasgos sintácticos típicos 14 Exposiciones detalladas de la sintaxis de los clíticos en español antiguo pueden consultarse en Rivero (1986, 1991), Wanner (1987) y Fontana (1993). 15 Lapesa (1981:212) nota el uso inconsistente de ser y de la concordancia con el participio pasado y apunta la existencia de «usos contradictorios» debidos a influencias extranjeras. 16 Lapesa (1981:94-101) observa que el uso de la «a personal» es uno de varios rasgos gramaticales que los dialectos ibéricos comparten con el siciliano y otras variedades del italiano del sur.

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del español, que proporcionan una introducción a las secciones subsiguientes. 2.1. El orden de los constituyentes El español moderno es una lengua de núcleo inicial. Como se indica en la figura (1), el núcleo Xo precede al complemento SY, de manera que los nombres, adjetivos, verbos y preposiciones encabezan los sintagmas correspondientes. Véanse los ejemplos en (2). (1)

X’ Xo

(2) a. b. c. d.

SY construyeron un puente con un martillo estudiante de física leal a los ideales

[Vo – SN] [Po – SN] [No – SP] [Ao – SP]

Las categorías funcionales también preceden a las categorías léxicas a las que rigen; así, los determinantes preceden a los sintagmas nominales, y los complementantes preceden a las cláusulas. Los verbos auxiliares, que pueden ser considerados como elementos funcionales o semifuncionales, también preceden a los verbos principales: (3) a. Habíamos hablado del problema. b. *Hablado habíamos del problema. El orden de los adjuntos (sintagmas modificadores optativos) con respecto al núcleo varía de acuerdo a varios factores. Todas las posiciones indicadas en el número (4) son posibles con entonación normal (sin interrupción): (4) [(adjunto) núcleo (adjunto) complemento (adjunto)] Si el adjunto es estructuralmente complejo, generalmente sigue al núcleo y sus complementos. Hay varios factores que hacen posible la presencia de adjuntos prenucleares, entre ellos, las propiedades 21

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estructurales y léxicas del adjunto así como la categoría del núcleo. El orden de los adjuntos en el sintagma nominal, en el sintagma verbal y en la cláusula será examinado en los capítulos 2, 4 y 5 respectivamente. El orden de los sujetos se trata en la sección 3.1 de este capítulo y en el capítulo 5. 2.2. El caso El sistema de caso del español es del tipo nominativo/acusativo. No se manifiesta morfológicamente en los nombres o determinantes; sólo los pronombres personales y algunos pronombres relativos exhiben vestigios de las distinciones de caso del latín. Los pronombres personales fuertes (tónicos o acentuados) muestran las distinciones morfológicas del número (5), ilustradas con las formas de primera persona singular: (5) a. Nominativo: yo b. Objetivo: mí c. Genitivo: mí(o/a(s))17 El caso que aquí llamamos objetivo es la forma común a los complementos de preposición. Los pronombres débiles (sección 2.4) exhiben distintas formas y distribución según si se trata de complemento directo o indirecto. Estas diferencias dan cabida a tres tipos de caso objetivo: (a) acusativo (complemento directo de Vo; (b) dativo (complemento indirecto de Vo) y (c) oblicuo (complemento de Po). La presentación que sigue resume brevemente los contextos de los distintos casos. El caso nominativo es el caso de los sujetos de cláusulas finitas, tanto de indicativo como de subjuntivo, de los predicados nominales que se refieren al sujeto de la cláusula, y de los sujetos de cláusulas adjuntas de participio y de gerundio. El ejemplo (6) muestra que tanto el sujeto pronominal de indicativo como el de subjuntivo llevan caso nominativo: (6) Insisto yo en que lo hagas tú. 17

Las formas tónicas de los pronombes posesivos concuerdan en género y número con el nombre al que modifican.

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Los ejemplos de (7) muestran que los predicados nominales también aparecen en caso nominativo: (7) a. El campeón eres tú. b. Lo que encontraron era yo. Nótese que el verbo concuerda en persona y número con el pronombre predicativo. Los ejemplos de (8) muestran cláusulas adjuntas con sujeto nominativo: (8) a. b. c. d.

[Llegada ella] empezó la fiesta. [Habiendo llegado ella], empezó la fiesta. [Al cantarlo tú], empezó la fiesta. [De ganar ellos] los felicitaremos.

En estas construcciones el participio o infinitivo ha de preceder al sujeto, pero hay cierta variación dialectal al respecto (véase la sección 7). El participio de (8a) concuerda en género y número con el sujeto; el participio de (8b) y los infinitivos (8c, 8d) son invariables.18 El genitivo es el caso del sujeto de un sintagma nominal, y va marcado o bien con la preposición de seguida de un elemento no pronominal, como en el ejemplo (9), o con la forma genitiva del pronombre, como en el ejemplo (10). Los genitivos pronominales exhiben una forma débil en posición prenominal y una forma fuerte en posición postnominal (10a y 10b respectivamente): (9) el retrato de Josefina (10) a. mis libros b. los libros míos En ejemplos del tipo (9) el sintagma encabezado por de puede referirse ambiguamente al poseedor, al agente o al sujeto del retrato. Esto indica que los genitivos no son necesariamente poseedores y que el morfema de no es marca exclusiva de genitivo. Los ejemplos de (10) muestran que los pronombres genitivos concuerdan en género y 18

Rigau (1992) muestra que las construcciones del tipo (8c), que parecen ser nominalizaciones, de hecho son cláusulas.

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número con el nombre al que modifican. En contraste con el italiano, los determinantes no se combinan con los posesivos prenominales (*los míos libros) en la mayoría de los dialectos del español. En contraste con el inglés, no hay «genitivos dobles» del tipo a book of his (*un libro de suyo). Los genitivos postnominales van marcados o bien con la preposición de (ejemplo (9)) o con morfología de genitivo (ejemplo (10b)). Los pronombres relativos, pero no los interrogativos, tienen foma de genitivo, lo cual se ilustra en los ejemplos de (11):19 (11) a. la persona cuyo coche se venderá b. *¿Cuyo coche se venderá? c. ¿Se venderá el coche de quién? Como se ve en el ejemplo (11b), la forma genitiva cuyo no es posible como pronombre interrogativo. En el ejemplo (11c) se ve que la forma de genitivo del pronombre interrogativo está marcada por la preposición de. Los genitivos no se dan como sujetos de cláusulas nominalizadas, a diferencia de las cláusulas de gerundio del inglés. En su lugar aparece la forma nominativa del pronombre: (12) a. [El hacer eso tú] sería buena idea. b. *[Su hacer eso] sería buena idea. Los tres tipos de caso objetivo mencionados anteriormente se distinguen según vayan o no combinados con pronombres clíticos, y según la forma del clítico, si éste está presente. El caso oblicuo es el que marca el complemento de la mayoría de las preposiciones,20 19 Los pronombres interrogativos no exhiben distinciones de caso en general. Qué y quién, por ejemplo, aparecen tanto en posición de sujeto como en posición de complemento:

(i) a. ¿Qué (nominativo) pesa siete kilos? b. ¿Qué (acusativo) dijo Susana? (ii) a. ¿Quién (nominativo) trabaja aquí? b. ¿(A) quién (acusativo) buscan? 20

Las preposiciones hasta, como y entre rigen caso nominativo:

(i) a. Todos bailaron en la fiesta, hasta yo/*mí. b. Nadie baila como yo/*mí. c. Entre tú y yo/*mí...

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tanto en frases preposicionales adjuntas como en complementos verbales.21 Los complementos oblicuos del verbo no admiten formas pronominales débiles (clíticas), como se ve en (13):22 (13) a. Hablaron [de Juan/él]. b. *Le hablaron (en el sentido de «Hablaron de él») Los complementos no oblicuos del verbo admiten (o requieren) formas clíticas. Los acusativos requieren un clítico cuando el complemento es anafórico o pronominal. Compárense los siguientes ejemplos: (14) a. *(Me) vi a mí misma. b. (*Me) hablé de mí misma. Como se ve en el ejemplo (14a), el pronombre reflexivo en posición de complemento directo requiere un clítico. En cambio, el pronombre reflexivo oblicuo del ejemplo (14b) no lo admite. Otra característica del caso acusativo es que las frases en acusativo pueden ir «marcadas» con el morfema a (la llamada «a personal» o AP). Este morfema es superficialmente una preposición, idéntica a la preposición que marca el caso dativo.23 La a personal aparece 21 Como se ha indicado anteriormente, los pronombres tónicos no distinguen las formas oblicua, acusativa y dativa. Una excepción a esta generalización son las formas regidas por la preposición con: conmigo, contigo, consigo. Estas formas constan de la preposición con más el pronombre seguido de la forma go, que deriva del latín cum «con». 22 Un posible caso de duplicación de clítico con ciertos verbos de movimineto es el que se ilustra en (ic):

(i) a. María fue al parque. b. María se fue. c. María se fue al parque. Tanto el sintagma preposicional como el clítico se expresan la idea de Meta. En el ejemplo (ic), ambos están presentes. Otros verbos con comportamiento similar son escaparse y fugarse (compatibles con sintagmas preposicionales que denotan Meta y Origen). A diferencia de los casos estándar de duplicación de clíticos, el clítico del ejemplo (ic) concuerda con el sujeto de la cláusula, no con el complemento de la preposición. 23 Torrego (1998) sostiene que esta coincidencia no es arbitraria, ya que en lenguas tan diversas como el español y el hindi se usa el mismo morfema para los dos casos.

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principalmente cuando el complemento directo es [+HUMANO] y [+ESPECÍFICO], como se ilustra en (15) y (16). Compárese (15a), que tiene complemento [+HUMANO], con (15b), en que el complemento es inanimado. El contraste entre complementos específicos y no específicos se ilustra en (16): (15) a. En el mercado vi *(a) los vecinos. b. En el escritorio vi (*a) los papeles. (16) a. (Yo) busco a una secretaria. b. (Yo) busco una secretaria. En el ejemplo (16a) se busca a una persona específica descrita como secretaria, mientras que en el ejemplo (16b) se busca a cualquier persona que sea secretaria. La a personal puede también ser usada con complementos animados no humanos para denotar un individuo específico (como en el caso de animales domésticos) o de algún modo personificado.24 También se da la a personal con complementos directos inanimados (ejemplos de Hanssen 1945:296): (17) a. El adjetivo modifica al sustantivo. b. ¿Y a eso llamaban libertad? En el ejemplo (17a), tanto el sujeto como el complemento son inanimados; en el ejemplo (17b) el verbo llamar selecciona como complemento una cláusula nominal «mínima»– en efecto un doble acusativo en que tanto el sujeto como el predicado nominal son inanimados.25 Zubizarreta (1994) propone que la presencia de la a personal en casos como estos sugiere que este morfema no es tanto un marcador del rasgo [+HUMANO] sino más bien un marcador de complemento directo en construcciones con dos argumentos animados o dos inanimados. Es decir, cuando el rasgo [+/-ANIMADO] no distin24

Hanssen (1945:296) presenta los ejemplos Llamó a la muerte y Llamó la muerte. La diferencia de interpretación parece depender de si se evoca una abstracción (quizás un evento) o si esta abstracción se personifica. 25 Para algunos hablantes la a personal en casos como (17a) es optativa. Esto puede deberse a características aspectuales del verbo modificar, según apunta Torrego (1998:17).

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gue el sujeto del complemento, el morfema a marca inequívocamente al complemento directo. De otro modo es difícil dar cuenta de ejemplos como (17). Pasando ahora a los dativos, estos complementos (indirectos) del verbo van marcados con la preposición a y pueden ir acompañados de un doble clítico, incluso cuando el argumento no es pronominal ni anafórico. (18) Juan le mandó un paquete a José. La preposición a marca aquí el caso dativo, y su presencia no depende de si el complemento denota un ser animado o inanimado (cf.: Le mandé el formulario al departamento). Se afirma frecuentemente que el clítico le es obligatorio en estos casos. Sin embargo, Demonte (1995) observa que hay condiciones que favorecen su omisión. En particular, muchos hablantes lo omiten si se entiende que la transferencia denotada por el verbo no ha sido completada.26 2.3. Morfología flexiva En el número (19) se muestran los tipos principales de flexión morfológica del español: (19) a. GÉNERO y NÚMERO amigo amiga amigos amigas (m.sg.) (f.sg.) (m.pl.) (f.pl.) (sustantivos, demostrativos, determinantes definidos e indefinidos, cuantificadores, pronombres personales [tónicos y átonos], pronombres interrogativos y relativos, pronombres reflexivos y recíprocos, adjetivos, participios pasivos, participios pasados absolutos) 26

El contraste entre la presencia y la ausencia del clítico es semejante al contraste entre las construcciones del inglés con dativo «antepuesto» como I sent him the package y las construcciones en que el dativo sigue al acusativo como I sent the package to him. La primera construcción sugiere que la transferencia se ha completado, mientras que la segunda es compatible con una situación en que el paquete fue enviado pero quizás no recibido.

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b. PERSONA yo tú él/ella (1.ª sg.) (2.ª sg.) (3.ª sg.) (pronombres personales [fuertes y débiles], reflexivos/ recíprocos, verbos finitos) c. CONJUGACIÓN I II cantar temer (verbos finitos y no finitos)

III escribir

d. PRESENTE, PASADO, FUTURO canto canté cantaré (pr. 1.ª sg.) (pas. 1.ª sg.) (fut. 1.ª sg.) (verbos finitos) e. PRETÉRITO/IMPERFECTO canté cantaba (pas. 1.ª sg.) (impf. 1.ª sg.) (verbos finitos) f. ASPECTO PERFECTIVO Y PROGRESIVO ha cantado está cantando (verbos no finitos) g. MODO cantas (pr. ind. 2.ª pers. sg.) (verbos finitos)

cantes (pr. subj. 2.ª pers. sg.)

h. VOZ fue cantado (participios) Como se muestra en estos ejemplos, muchos elementos exhiben concordancia de género y número, pero son los verbos los que presentan la mayor variedad flexiva. Otros afijos cuasiflexivos son el sufijo diminutivo y un intensificador para los adjetivos (residuo de los sufijos superlativos del latín). Los adverbios, preposiciones y conjunciones carecen de afijos flexivos y de alomorfos condicionados por el contexto. 28

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2.4. Los clíticos El término «clítico» se refiere a elementos sintácticamente independientes pero que dependen fonológicamente de otros elementos. Esta dependencia fonológica normalmente implica que el clítico pasa a formar una palabra con un constituyente dotado de acento prosódico. Por ejemplo, las formas abreviadas de los auxiliares del inglés se combinan con el elemento precedente (e.g. She’ll leave ‘Ella se irá.’) Las condiciones fonológicas y sintácticas de la cliticización, como también los inventarios y propiedades de los clíticos particulares, varían de una lengua a otra.27 El español y las lenguas románicas en general adquirieron un rico sistema de clíticos, derivados del demostrativo latino ille y de los pronombres fuertes, incluyendo los pronombres reflexivos. En los números (20)-(22) se muestran los clíticos del español, agrupados según que correspondan al sujeto, al complemento directo o al complemento indirecto: (20) Nominativo: se 3.a pers. sg. (21) Acusativo: me 1.ª pers. sg. te 2.ª pers. sg. lo 3.ª pers. sg. m. la 3.ª pers. sg. f. se 3.ª pers. sg./pl. reflexiva

nos (os) los las

(22) Dativo me 1.ª pers. sg. te 2.ª pers. sg. le 3.ª pers. sg. se 3.ª pers. sg./pl.29

nos 1.ª pers. pl. (os) 2.ª pers. pl. les 3.ª pers. pl.

1.ª pers. pl. 2.ª pers. pl.28 3.ª pers. pl. m. 3.ª pers. pl. f.

27 Véase Zwicky (1977) para una visión general de los tipos de clíticos. Para un análisis detallado de los clíticos auxiliares del inglés, véase Kaisse (1983). 28 Las flexiones y los clíticos de segunda persona plural son exclusivos de los dialectos peninsulares. 29 El dativo se es tanto un clítico reflexivo/recíproco como un alomorfo del pronombre le. Se reemplaza a le cuando precede directamente a un clítico acusativo de tercera persona (p.ej. le+lo —> se lo).

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Se usa a veces la expresión «clíticos pronominales» o «pronombres clíticos» para referirse a los clíticos del español. Sin embargo, estos morfemas no son uniformemente pronominales ni anafóricos, ni identifican necesariamente a argumentos del verbo. El mismo clítico puede representar expresiones no argumentales (p.ej. benefactivos) y tener otras funciones, como marca de voz pasiva o media o de aspecto léxico. El número (23) presenta una «plantilla» de los clíticos del español basada en Perlmutter (1971): (23) [se] - [2.ª pers.] - [1.ª pers. dat.] - [3.ª pers. dat.] - [3.ª pers. acus.] a. En secuencias de clíticos no reflexivos de tercera persona, el dativo precede al acusativo; b. Los clíticos de 2.a y 1.a persona preceden al clítico de 3.a persona; el clítico de 2.a persona precede al de 1.a persona: es decir, II - I - III; c. Se precede a los demás clíticos; d. No se admiten secuencias de clíticos fonéticamente idénticos. El clítico se que aparece en posición inicial puede ser sujeto, pronombre reflexivo acusativo o dativo, o clítico «inherente» (es decir, sin correspondencia con ningún argumento).30 El único clítico con la función de sujeto es el se «impersonal».31 Las cláusulas con se impersonal tienen formas verbales de tercera persona singular. El clítico se no puede ser duplicado con un sujeto explícito: (24) a. *Uno/él, se trabaja demasiado allí. b. *El hombre, se piensa demasiado. Pasando ahora a los clíticos acusativos y dativos, las formas de primera y segunda persona son idénticas para los dos casos.32 En 30 Veáse Strozer (1976) para una descripción meticulosa de las secuencias y funciones de los clíticos. Véase también Bonet (1991, 1995). 31 Las formas explícitas de los pronombres personales son fuertes, es decir, tónicas (véase la sección 7 para el español dominicano). 32 Los clíticos de primera y segunda persona derivan de los pronombres del latín, y la fusión de los acusativos y dativos es el resultado de cambios fonológicos normales. Las formas no reflexivas de tercera persona derivan del demostrativo ille, que tenía las declinaciones –o/-a en el acusativo y –e en el dativo.

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algunos dialectos, las formas de un caso se funden parcial o totalmente con las funciones del otro.33 En otros dialectos, se mantiene la distinción entre clíticos acusativos y dativos de tercera persona. Como vimos en la sección anterior, cuando el complemento directo es pronominal o anafórico se requiere un clítico; en el caso del complemento indirecto se requiere un clítico también para complementos no pronominales o anafóricos. El español carece de clíticos correspondientes a complementos oblicuos (v.gr. preposicionales). Así las expresiones correspondientes al francés y son allí, ahí, allá, formas tónicas no clíticas. Los clíticos del español moderno siempre son adyacentes al verbo y nunca aparecen en construcción con ninguna otra categoría léxica. Con infinitivos, gerundios e imperativos afirmativos, el clítico sigue al verbo, como se muestra en (25) y (26). Nótese que por convención ortográfica, los enclíticos se representan como parte del verbo, mientras que los proclíticos se escriben como elementos separados: (25) a. Hazlo ahora. b. Intentó mandármelo. c. Estaba cantándolo. (26) a. *Lo haz ahora. b. *Intentó me lo mandar. c. *Estaba lo cantando. Los clíticos preceden a las formas negativas de imperativo y a las demás formas de verbos finitos: (27) a. No lo escriba ahora. b. *No escríbalo ahora. (28) a. María lo escribió ayer. b. *María escribiólo ayer. En las formas progresivas el clítico puede preceder al auxiliar o seguir al participio, como se ve en (29). En (30b) y (31b) se ve que los clíticos no pueden seguir a un participio pasado o de voz pasiva. 33

Estas modalidades se conocen como «leísmo» (el dativo le(s) se usa también para acusativos masculinos), «laísmo» y «loísmo» (sustitución de los dativos de tercera persona por formas de acusativo).

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(29) a. Juan lo estaba preparando. b. Juan estaba preparándolo. (30) a. María ya lo había preparado. b. *María ya había preparádolo. (31) a. La carta ya te fue mandada. b. *La carta ya fue mandádate. El español comparte con el italiano el fenómeno de «reestructuración» o «ascenso de clíticos», en que los clíticos relacionados con un infinitivo subordinado aparecen en construcción con un verbo «semiauxiliar» de la cláusula matriz. Tanto (32a) como (32b) son gramaticales: (32) a. Susana quiere verte. b. Susana te quiere ver. Además, en español la reestructuración puede afectar a secuencias de verbo más gerundio: (33) a. María seguía cantándolo. b. María lo seguía cantando. El estudio de los clíticos es un tema vigente de investigación en la sintaxis del español. Entre las cuestiones que se debaten están el problema de la posición en que se generan los clíticos, la forma en que se relacionan con las posiciones argumentales, y la naturaleza de sus rasgos sintácticos. En el capítulo 4 consideraremos algunos problemas y propuestas generales sobre estos temas. El fenómeno de la reestructuración, que ha suscitado controversia con respecto a la estructura del infinitivo y del gerundio, será examinado en el capítulo 6. 2.5. Traslado de QU y Traslado de SN Los sintagmas interrogativos aparecen en posición inicial de cláusula tanto en preguntas directas como en preguntas indirectas. Compárese la posición del complemento directo en la oración decla32

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rativa de (34a) con su posición en las oraciones interrogativas de (34b) y (34c): (34) a. Juan leyó ese libro. b. ¿Qué libro leyó Juan? c. María no sabe [qué libro leyó Juan] También se dan preguntas múltiples, en las que un elemento interrogativo aparece en posición inicial de cláusula mientras que los demás permanecen in situ:34 (35) a. ¿A quién le mandó qué libro? b. ¿Qué libro le mandó a quién? Los procesos de pasivización y ascenso del sujeto también muestran posiciones derivadas para los SN. Sin embargo, como los sujetos tienen cierta libertad de orden con respecto a otros elementos, los efectos de estos procesos no siempre son transparentes. Considérense, por ejemplo, las oraciones pasivas de (36): (36) a. El artículo fue publicado. b. Fue publicado el artículo. El orden de (36a) muestra que un complemento directo puede ser desplazado a la posición de sujeto preverbal. En (36b) parece que no ha habido tal desplazamiento. Sin embargo, el sintagma el artículo puede ocupar una posición estructuralmente más alta que la del complemento directo, como se ve en el ejemplo (37): (37) Analiza las preposiciones el artículo. Esta posición, distinta de la posición de complemento directo, también está disponible en principio para casos como (36b). En los 34 Puede haber desplazamiento de más de un elemento interrogativo si la cláusula dispone de una segunda posición inicial apropiada:

(i) ¿Qué libro no sabe Juan [quién compró]? La gramaticalidad de este tipo de extracción desde una pregunta indirecta depende de la función gramatical de los elementos extraídos. Véase Torrego (1984) para una presentación detallada.

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capítulos 3 (sección 3.3) y 5 se examina esta cuestión en mayor detalle. 2.6. Los determinantes Los determinantes y demostrativos concuerdan en número y género (masculino o femenino) con los nombres. Las siguientes son las formas de los determinantes indefinido y definido:35 (38) un(o) m.sg.36 una f.sg.

unos unas

m.pl. f.pl.

(39) el la

los las

m.pl. f.pl.

m.sg. f.sg.37

El determinante neutro lo se da en sintagmas determinantes (SD) que no van seguidos de un nombre explícito. Esta forma puede ir seguida por un adjetivo o por una cláusula de relativo:38 (40) a. Lo importante de esa película es el diálogo. b. Lo que me interesa es el diálogo. Los nombres o sintagmas nominales no explícitos también se dan con otros determinantes y demostrativos. La forma correspondiente al pronombre one del inglés es siempre tácita: el otro ‘the other one’. 35

Los demostrativos, que también concuerdan en género y número con el nombre, distinguen tres grados de proximidad al hablante: este libro, ese libro, aquel libro. 36 La vocal final de uno se elide ante un nombre explícito. Compárese (i) e (ii): (i) Dame un lápiz. (ii) Dame uno. 37 Con nombres femeninos que empiezan con una a acentuada, como agua, se usa el en vez de la: el agua, las aguas. Tanto el femenino el como la derivan de ela (