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Spanish; Castilian Pages 136 Year 2000
José Luis Rivarola Español andino
Textos y documentos españoles y americanos Vol. I Directores: José Jesús de Bustos Tovar, Universidad Complutense de Madrid. Rafael Cano Aguilar, Universidad de Sevilla. Wulf Oesterreicher, Universität München. José Luis Rivarola, Universitá di Padova.
José Luis Rivarola
Español andino Textos de bilingües de los siglos XVI y XVII
Vervuert • Iberoamericana • 2000
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Impreso en España por Imprenta Fareso, S. A. Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico sin cloro.
ÍNDICE
Reconocimientos
11
Introducción
13
Textos y comentarios I
II
III
IV
V
VI
Memoria de bienes de Francisco Domínguez. ABP - Visita a los hospitales de Santa Ana, Espíritu Santo y San Andrés, legajo 9086:63-D, f. 3, 1587
37
Autos promovidos contra el capitán Martín de Mendoza, excorregidor de la provincia de Jauja. AGN - Juicios de residencia, legajo 8-C21, f. 187, 1591. Edicto
41
Autos promovidos contra el capitán Martín de Mendoza, excorregidor de la provincia de Jauja. AGN - Juicios de residencia, legajo 8-C21, f. 188, 1591. Edicto
43
Memorial que presentan los caciques y principales de Collana de Lampas (Ancash) al provisor y vicario general en contra de su cura, 9 de diciembre de 1625. AAL Capítulos, legajo V:4, f. 12-14v. Pleito de capítulos del protector general de los naturales contra el doctor Alonso Mejía, cura de la Collana de Lampas
45
Memorial que presenta la india Catalina Cargua al cura de Vico y Pasco, licenciado Diego Hernández Machón, Ninacaca (Pasco), 22 de mayo de 1638. AAL - Expedientes matrimoniales, legajo VIII:30, f. 1. Expediente seguido por María del Castillo y José de Barrosoeta
51
Carta de don Juan Alaya a su hermano don Jerónimo Soco Alaya, Lima, 2 de enero de 1642. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 4, exp. 21, f. 138. Causa criminal contra don Juan Apo Alaya, cacique y gobernador de Anaguanca, valle de Jauja
53
6
José Luis Rivarola VII Memoria y acusación que hacen don Tomás de Acosta, curaca de Checras, y Tomás Guaraca y Martín Guaraca, contra don Rodrigo Guarnan Chaua, indio principal del pueblo de Maray, y otros, por haber hecho hechicerías, Checras 1647. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo II, 7A, f. 1
55
VIII Memoria de los bienes de Francisco Malqui hecha por Sebastián Arroyo, Huaroquín, 24 de julio de 1659. AAL Causas de hechicerías e idolatrías, legajo 111:21, f. 4. Causa criminal contra Francisco Malui, indio del pueblo de Huaroquín (Canta)
59
IX
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 1. Causas criminales de idolatrías y hechicerías contra unas indias de la doctrina de Ambar (Cajatambo)
61
Carta del fiscal Agustín Capcha al visitador general de idolatrías, Ambar, 26 de julio de 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 11. Causas criminales contra unas indias de la doctrina de Ambar
65
Carta del fiscal Agustín Capcha al visitador general de idolatrías, Ambar, 26 de agosto de 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 10. Causas criminales contra unas indias de la doctrina de Ambar
67
XII Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:9, f. 1. Autos seguidos para buscar las máscaras, tamborinos, cusmas y demás instrumentos del baile guacón
71
XIII Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 28. Causas criminales de hechicerías e idolatrías contra unas indias de la doctrina de Ambar
73
XIV Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:28, f.l. Causa de querella criminal de Agustín Capcha contra el bachiller Fernando de Paz Melgarejo, presbítero, por haber querido matar y puesto las manos a una india llamada María Magdalena, del pueblo de Ambar
75
X
XI
Español andino XV
7
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 14 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 33, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Juan de Ventosilla y María Dominga de Ugalde, mestizos, sobre haber venido amancebados al dicho pueblo de Ambar
77
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 20 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 36, f. 1-2. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Domingo Tixi y Juana Antonia, india del pueblo de Ambar, por estar amancebados
79
XVII Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 36, f. 4. Causa contra Domingo Tixi y Juana Antonia, por estar amancebados
83
XVIII Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 20 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 32, f. 1. Causa criminal de querella de Agustín Capcha contra Inés Magdalena y Francisco Puma Yanac, él de Gorgor y ella de Ambar, por estar amancebados
85
XVI
XIX
XX
XXI
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 22 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 30, f. 1. Causa criminal de querella de Agustín Capcha contra Santiago Guaranga, indio natural del pueblo de Ambar, por estar amancebado con Luisa Caxa
89
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 26 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 27, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Juan Bartolo, indio del pueblo de Ambar, y Catalina Ana, del dicho pueblo, sobre estar amancebados
91
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 26 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 37, f. 1. Causa criminal de querella de Agustín Capcha contra Juan de Espinosa y Juana Quillay, del pueblo de Ambar, por estar amancebados
93
8
José Luis Rivarola XXII
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 29 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 34, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Martín de Todos los Sanctos y María Magdalena, indios del pueblo de Ambar, por estar amancebados
95
Denuncia que hacen don Lucas Pilco, indio principal, Alonso Todos Santos y Martín Todos Santos, indios del pueblo de Ambar, Ambar 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 39, f. 1. Denuncia contra Alonso Juica sobre que se ha amancebado con María Canchan
97
Memorial que presenta Alonso Juica Condor, indio de Ambar, 25 de diciembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 38, f. 1. Querella puesta por Alonso Juica Cóndor contra Alonso de Todos Santos sobre que está amancebado con María Canchan
99
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 30 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 35, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Luis Gonzaga y María Juliana, por estar amancebados
101
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 31, f. 1. Causa criminal por querella del fiscal Agustín Capcha sobre el pecado de incesto contra Cristóbal Ambray, indio del pueblo de Cochamarca y residente en el valle de Jaihua
105
XXVII Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 38, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Alonso de Todos los Santos y María Esperanza, indios del pueblo de Ambar, por estar amancebados
107
XXVIII Memorial que presentan los principales del repartimiento de Luringuanca (Junín), 1670. AAL Derechos parroquiales, legajo IV:2, f. 1. Causa que siguen los principales de Luringuanca contra los curas que cobran excesivos derechos de entierros
109
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
Español andino XXIX
XXX
9
Recibo firmado por varios indios cantores del pueblo y obraje de la Limpia Concepción de Paucartambo, y redactado por Blas Sánchez, escribano de cabildo, 10 de diciembre de 1677. AAL - Testamentos, legajo 110:13, f. 90. Testamento de Andrés López Grayño, comerciante y administrador del obraje de Paucartambo (Pasco)
111
Recibo firmado por indios del pueblo de la Limpia Concepción de Paucartambo y redactado por Blas Sánchez, indio, escribano de cabildo, Paucartambo, 1679. AAL-Testamentos 110:13, f. 55. Testamento de Andrés López Grayño
113
Referencias bibliográficas
115
Mapa
120
índice de materias
121
Láminas
123
RECONOCIMIENTOS
La investigación que subyace a la presente publicación ha sido posible gracias al apoyo, primero, de la Pontificia Universidad Católica del Perú y, luego, de la Universidad de Padua. Además, se ha beneficiado de la colaboración y el consejo de varios colegas que paso a mencionar. Laura Gutiérrez {Archivo Arzobispal de Lima) tuvo a su cargo la exploración inicial y realizó la transcripción de los documentos a comienzos de los años 90, transcripción que me sirvió de base para las numerosas revisiones que han desembocado finalmente en la edición que ahora se ofrece a los estudiosos. Carmen Castillo Peña (Università di Padova) colaboró en la confrontación final de los textos editados con la transcripción de los manuscritos. José Pérez Navarro (Università di Padova) prestó su concurso para el diseño de la edición y para resolver los problemas vinculados con el proceso de composición. Rodolfo Cerrón-Palomino (Universidad Nacional Mayor de San Marcos/Pontificia Universidad Católica del Perú) leyó una versión anterior del texto y formuló oportunas observaciones. Rocío Caravedo {Pontificia Universidad Católica del Perù/Università di Venezia) acompañó con permanente interés el proceso de la investigación, leyó también versiones previas del libro, sugiriendo diversas correcciones, y aportó su competencia en lingüística hispanoamericana a la discusión de numerosas cuestiones específicas. Finalmente, a la iniciativa de Wulf Oesterreicher {Universität München) se debe la aparición del libro en la presente casa editora. J. L. R. Padua-Lima, setiembre de 1999
INTRODUCCIÓN
Concepto de español andino Por «español (o castellano) andino» 1 entiendo, no el español hablado en todo el territorio de los países llamados andinos (Perú, Bolivia, Ecuador) —suponiendo que existiese en ellos, efectivamente, una modalidad con carácter unitario—, sino una variedad geográficamente más limitada, esto es, aquella vigente en las áreas propiamente andinas (en contraposición a las costeñas o a las amazónicas) de estas repúblicas (pero también en el noroeste de Argentina), áreas en las cuales el español ha convivido secularmente, y en parte convive aún hoy, con los idiomas indígenas mayores, a saber, el quechua y el aimara. Tratándose de un área tan extensa, hay que considerar, por cierto, en tal variedad la existencia de subvariedades, tanto regionales como sociales 2 ; asimismo, es necesario tener presente que la delimitación espacial anterior corresponde al lugar histórico de surgimiento y de mayor vigencia actual del español andino, pero no excluye fenómenos de difusión más reciente, debida a migraciones contemporáneas que han trasladado este patrón lingüístico a otras áreas ajenas a su matriz histórica originaria3. En un sentido amplio, incluyo 1 Privilegio el término español (ya desde el título del libro), pero uso también castellano como estricto sinónimo, teniendo en cuenta el extendido uso hispanoamericano. Por lo demás, esta sinonimia permite anclar terminológicamente el uso de castellanización para el proceso de difusión de la lengua española entre la población indígena, para el cual me parece menos adecuado el de españolización o el de hispanización, que tendrían una connotación distinta. 2 Los estudios sobre variación espacial y, especialmente, sobre variación social en el español andino son aún escasos y de desigual valor. Para el Perú cf. la información bibliográfica hasta 1985 en Rivarola (1986). Vid. también los trabajos pertinentes en Hernández Alonso (Coordinador) (1992) y en Alvar (Director) (1996), los cuales permiten actualizar la bibliografía. Cf. asimismo de Granda (1995). 3
Cf. Rivarola (1989) para el Perú. En Caravedo (1990, 17-37) se encontrará una presentación de los fenómenos migratorios hacia Lima y sus repercusiones lingüísticas.
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en la noción de «español andino» no sólo la variedad regional de hablantes nativos de esta lengua sino también la de hablantes bilingües que tienen como primera lengua uno de los idiomas indígenas mencionados y cuya competencia puede ser muy diversa, en un continuo que va —para decirlo en términos tan difundidos como gruesos— de lo incipiente a lo coordinado. La inclusión dentro de la categoría de «español andino» tanto de las variedades 'monolingües' como de las 'bilingües' (es decir, de las variedades de hablantes sólo de español y de aquéllas de hablantes de español y de una lengua indígena) se debe a la existencia de rasgos comunes a ambas y al hecho de que es la situación de bilingüismo histórico, es decir, de contacto de lenguas, la que ha producido gran parte de dichos rasgos4. Aquí me propongo considerar, justamente, las muestras más antiguas de español andino, conservadas en los documentos de los siglos XVI y XVII que se publican en el presente libro, describir las circunstancias histórico-sociales en las que ellas se enmarcan y comentar la naturaleza de los procesos lingüísticos y comunicativos que ilustran. La difusión del español entre los indígenas andinos, que debió de comenzar casi inmediatamente después de la conquista española, fue un proceso que avanzó muy lentamente, como lo señalan diversos indicios y testimonios. Por ejemplo, el Inca Garcilaso, en su ancianidad cordobesa, tenía el recuerdo, referido a su Cuzco natal de hacia 1560, de una población indígena casi absolutamente monolingüe en su lengua materna: ... que aun en mis tiempos, con ser veintinueve años más adelante de los que vamos hablando [i.e. del episodio de Cajamarca], y con haver tratado los indios a los españoles y estar más acostumbrados en oír la lengua castellana, tenían la misma torpeza y dificultad que Felipillo, que nunca hablava con los españoles en lengua española, sino en la suya. En suma, digo que no conoscí indio que hablasse español, sino dos muchachos que fueron condiscípulos míos, que dende niños anduvieron al escuela y aprendieron a leer y escrevir (...). Y añade luego: Fuera de estos dos, en todos los demás indios havía tan poca curiosidad en aprender la lengua española, y en los españoles tanto Vid. también Caravedo (1996a). 4
Para la fiindamentación de este punto de vista puede verse Rivarola (1988 y 1989). Se adhiere a él de Granda (1995,116).
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descuido en enseñarla, que nunca jamás se pensó enseñarla ni aprenderla, sino que cada uno dellos, por la comunicación y por el uso, aprendiesse del otro lo que le conviniesse saber. Y este descuido de ambas partes era tan grande, que aun los muchachos indios que conmigo se criaron, aunque me entendían las cosas manuales que en castellano les dezía, en los recaudos de alguna importancia me obligavan a que se los dixesse en indio, porque, por no entenderlos en el lenguaje español, no sabían dezirlos en el suyo5. Pero esta situación, si bien mayoritaria, no debía de ser uniforme, ya que ciertas zonas de la sierra central peruana, como veremos más adelante, asimilaron más rápidamente el impacto de la castellanización. Ahora bien, al lado de la minoría que en el siglo XVI aprendía el español de modo más o menos precario y por simple exposición había otra que accedía a él a través de una cierta escolarización. Este privilegio educativo lo tenían, básicamente, los indios principales y, en particular, los curacas6, a quienes los conquistadores utilizaron en la función de intermediarios con los indios del común a su cargo, recompensándolos con algunas ventajas, como la de estar exentos del tributo, que ellos mismos tenían que cobrar a sus indios. Reforzados en su posición de poder por esta investidura española, los curacas muchas veces se comportaban como tiranuelos locales, de modo abusivo y arbitrario (uno de los textos que analizaremos luego contiene alusiones significativas al respecto): tenían acceso a algunos de los privilegios del nuevo poder y los utilizaban astutamente en beneficio propio7. Dentro de tales privilegios hay que contar el conocimiento del español. Con el advenimiento de la nueva sociedad colonial se había creado una dicotomía entre la minoría española, que constituía el vértice de la pirámide social, y la masa indígena reducida a condición servil, que representaba la base de esa pirámide (en los puntos intermedios, cada vez más matizados y complejos, se situaban los grupos surgidos de diversos mestizajes, todos ellos imbuidos también de un sentido de superioridad frente a los indios). Esta dicotomía se expresaba de modo simétrico en el máximo de funcionalidad que correspondía al castellano en el marco del nuevo Estado y en el mínimo al que se vieron reducidas las lenguas indígenas. Para tal situación creo que se puede emplear sin ambages —a diferencia de otros contextos 5
Garcilaso (1617, lib I, cap. XXIII: cito por la ed. de A. Rosenblat, p. 67).
6
Cf. Solano (1991). Véase también Bayle (1934).
7
Sobre la transformación del curaca en la sociedad andina en el último tercio del siglo XVI cf. Ramírez (1987).
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más matizados, a los que se ha preferido aplicar, por ejemplo, la expresión pautas diglósicas8— el propio término fergusoniano de diglosia9, si bien en la consabida ampliación conceptual que permite integrar situaciones de polarización funcional de lenguas distintas. Como es obvio, esta situación, asociada a la ya mencionada de monolingüismos que llamaré insulares, era particularmente grave para los indígenas, cuyo único acceso directo a las instancias superiores de la nueva sociedad pasaba ahora por el aprendizaje, por más precario que éste fuese, del español. Quien, además, lograba una competencia más elaborada, que incluyera el dominio alfabético, mejoraba su posición para relacionarse con dichas instancias y para representar de modo directo sus intereses.
Textos de los siglos XVIy
XVII
Esta situación nos ha quedado testimoniada en antiguos textos de español andino, con toda probabilidad escritos por bilingües 10 con distintos grados de solvencia idiomàtica. Hasta hace algunos años, las únicas muestras conocidas de esta variedad de bilingües eran las crónicas de Felipe Guamán Poma de Ayala y de Juan de Santa Cruz Pachacuti, las cuales, si bien nos ilustraban sobre los fenómenos propiamente lingüísticos, eran menos iluminadoras respecto de los ámbitos funcionales de esta modalidad de español colonial. Hoy tenemos una imagen algo mejor enfocada gracias a los documentos que publico en el presente libro, los cuales nos informan sobre diversos aspectos del contacto de lenguas y sobre los circuitos comunicativos en estos siglos iniciales de la sociedad colonial hispanoamericana. Los documentos del siglo XVI son escasos, hecho que puede deberse a una menor extensión del bilingüismo —de la que tan expresivamente da cuenta el Inca Garcilaso—, pero no hay que descartar, por cierto, que la pesquisa archivistica nos depare nuevas sorpresas: por ahora se trata apenas de una Memoria sobre bienes (texto I) y de unos edictos escritos por escribanos indígenas o mestizos (textos II y III), edictos que nos ilustran sobre la temprana escritura de oficio en manos 8
Cf. sobre la relación entre el español y el catalán en Cataluña, Vallverdú (1991).
9
Ferguson (1959).
10
Valga la cautela de la formulación por el hecho de que no tenemos pruebas externas del bilingüismo de los personajes en cuestión.
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de naturales". En cambio, del siglo XVII se dispone de un número bastante mayor de textos, la mayoría de ellos redactados por un mismo personaje, de quien hablaré luego; los restantes pertenecen, por lo general, a curacas e indios principales, y sirven para dirigirse a autoridades eclesiásticas. En un caso, se trata de una carta personal dirigida por un curaca a su hermano. Todos los textos de dicho siglo se encuentran en diversos legajos del Archivo Arzobispal de Lima12. Antes de continuar, debo explayarme sobre esta última referencia. En efecto, los documentos del siglo XVII que aparecen reunidos aquí forman parte de expedientes ventilados ante la justicia eclesiástica y, consecuentemente, se refieren, en su mayor parte, a problemas surgidos en el contexto del nuevo orden religioso que se impuso con la colonización: acusaciones del fiscal eclesiástico o de otras personas sobre prácticas idolátricas de los indígenas, protestas de autoridades indígenas locales sobre abusos del cura, causas seguidas por amancebamiento. Dos recibos redactados por el escribano indígena del pueblo en nombre de un grupo de naturales se encuentran en un expediente testamentario. En cuanto a los lugares de redacción, hay que señalar que todos los textos proceden de las serranías de Lima (Canta, Huarochirí, Cajatambo) y de pueblos situados —respecto de Lima— en los Andes centrales (actuales departamentos de Junín y Pasco) y norcentrales (departamento de Ancash), todas zonas jurisdiccionales de la arquidiócesis limeña (véase el mapa incluido al final). " Cf. al respecto Rivaróla (1990) y (1994); vid. asimismo la colección peruana publicada por mi en Fontanella de Weinberg (1993). En verdad, existen otros textos del siglo XVI (uno de 1595 y otro de 1598) que podrían haber sido incluidos en la presente colección y que estudio, desde el punto de vista de las alternancias vocálicas, en otro lugar (Rivarola, Alternancias). No los he incorporado aquí, de una parte, porque los rasgos que presentan me parecen menos unívocos en comparación con los que caracterizan los textos recogidos en este libro, y, de otra, porque me es menos clara la identidad de los escribientes. En cualquier caso, remito al estudio citado para ciertos fenómenos que podrían ser considerados propios del español andino. Llamo la atención, asimismo, sobre el texto publicado y estudiado por Cerrón-Palomino (1992): se trata de la Relación del escultor indígena de la Virgen de Copacabana (Puno), Francisco Tito Yupanqui, transcrita años después, no sabemos con qué grado de fidelidad, por el cronista criollo de Huamanga (Ayacucho) Baltazar Ramos Gavilán, quien publicó su obra en 1621. No obstante su transmisión indirecta, se trata de un testimonio de indudable interés. 12 Los aquí publicados no constituyen, en verdad, todo el universo textual del s. XVII relativo a esta modalidad lingüística. En la colección documental de García Cabrera (1994) se encontrarán otros textos más, provenientes inclusive de los mismos personajes que redactan los aquí publicados (pero véase lo que digo en la nota 33), y es probable que una investigación más intensa sacara a luz nuevos testimonios.
18
José Luis Rivarola Grados de competencia castellana
Ahora bien, los textos en cuestión revelan grados distintos de competencia idiomàtica en español y, por consiguiente, no son unitarios a este respecto. Como las clasificaciones sobre la base de un corpus antiguo y relativamente pequeño pueden revelarse engañosas, me abstengo del intento de señalar todos los posibles hitos de una escala en dicho sentido13. Pero echemos una mirada. El primero de los textos a los que me referiré procede del personaje más representado en el corpus, al cual ya se ha aludido. Se trata de un indio llamado Agustín Capcha, el cual —habiendo sido primer sacristán del pueblo, la doctrina de Ambar en Cajatambo— fue promovido, en tanto hombre de confianza del visitador general de idolatrías y del arzobispo de Lima, al cargo de fiscal en las causas correspondientes14. Conviene aclarar brevemente el contexto en el que se sitúa esta función. A fines del siglo XVI las autoridades eclesiásticas comprobaron que los resultados de la evangelización de los indios dejaba mucho que desear, pues, en el mejor de los casos, su cristianismo era apenas una delgada cutícula, bajo la cual sobrevivían las costumbres y prácticas ancestrales. Se dio curso, entonces, a una política que se conoce como de «extirpación de idolatrías», destinada a mejorar la salud religiosa del pueblo indígena. Esta política —que se intensificó a partir de la asunción (en 1609) al arzobispado de Lima de Lobo Guerrero, sucesor de Toribio de Mogrovejo, y que incluía la supresión física de los ídolos, la prohibición de los ritos y el castigo de los idólatras (multas, castigos corporales, prisión)— se basaba en el espionaje y en la delación, y podía convertirse también en una manera de ventilar conflictos personales de otro orden15. En el contexto de la extirpación de idolatrías16, especialmente intensa en los primeros decenios del siglo 13 Para el español andino actual cf. el estudio de A. M. Escobar (1990) sobre grados de bilingüismo en relación con determinadas variables. 14 Estas indicaciones provienen de diversos lugares de la misma documentación que contiene los textos escritos por el fiscal. 15
De la amplia bibliografía sobre la «extirpación de idolatrías» —cuya consulta es indispensable para comprender numerosos extremos de nuestros textos— remito a Duviols (1971) y (1986: incluye un apéndice documental, pero editado sin criterio filológico). Vid. también, con un alcance más amplio, Bernand/Gruzinski (1988) y Ramos/Urbano (comp.) (1993). Especialmente instructivo es el estudio de Urbano (1999). 16
A propósito de la ideología de uno de los principales promotores de la extir-
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XVII, se produjeron actividades de relevamiento que bien podríamos calificar de etnográficas, orientadas a conocer los mitos y ritos religiosos de los indígenas. De la zona de Huarochirí, en las serranías de Lima, se ha conservado un extenso y valioso documento escrito en quechua por ayudantes indígenas (o mestizos) del visitador de idolatrías, y luego traducido al español por éste, documento que, aparte ser un precioso testimonio del quechua regional, constituye un verdadero tratado cosmogónico en el que se superponen o se fusionan diversos estratos culturales indígenas 1 . Pero volvamos a Agustín Capcha y a su función de fiscal, la cual, a juzgar por los textos conservados, desempeñaba con celo y eficiencia. Los textos que produce (IX-XXII, XXV-XXVII) son cartas de información o memoriales acusatorios, con numerosos componentes formulísticos, dirigidos a las autoridades eclesiásticas sobre asuntos de su competencia, entre los cuales se contaba también la persecución de los adúlteros y amancebados 18 . El análisis del conjunto permite reconocer las características de su español en contacto con su probable quechua materno. A pesar de una cierta solvencia expresiva (desigual, sin embargo, en los diversos textos), que contrasta con los escritos de otros personajes, Capcha no puede controlar en la escritura los que probablemente eran rasgos de su oralidad. Como ejemplo para esta Introducción tomaré el texto X. En él, aparte la ortografía seseante, que
pación, el padre jesuíta José de Acosta, dice Urbano (1999, p. XXXVII): «extirpar idolatrías significaba arrancar de raíz las creencias y prácticas prehispánicas, es decir, ir a buscarlas en la propia conciencia de los individuos, desterrarlas tanto del territorio físico como del espacio mental. Hacia ahí apunta el cuidado de Acosta a escudriñar la mente indiana y, en términos mucho más prácticos, a emplear medios para conocerla y luego, los instrumentos eficaces para educarla conforme a los objetivos de la misión jesuítica. Mientras la retórica siembra en la sierra limeña el temor y el terror, la confesión permite el acceso a la conciencia. De esa manera, la sombra del Santo Tribunal de la Inquisición se proyectaba sobre el universo mental indígena. Las "visitas" serían poco a poco el pretexto para que la idea se desarrolle en los medios eclesiásticos. Es por ellos que se deslizaría la "extirpación de idolatrías"». 17 18
Cf. Taylor(1987).
«Muchos de estos denunciados en el fuero eclesiástico son objetos de prácticas punitivas reconocidas en el derecho civil. Entre muchos otros casos, cabe mencionar el adulterio, el concubinato, el incesto y, obviamente, la hechicería e idolatría» (Urbano 1999, p. XLV). Lo que se considera «pecado» en el ámbito religioso es reconocido como crimen en el ámbito civil. Se trata de lo que se conoce como «fuero mixto».
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en este contexto no entra en consideración19, hay que mencionar, en primer lugar, las abundantes confusiones vocálicas, que son una conocida constante del español andino, especialmente en un nivel subestándar. Estas confusiones se originan en la matriz vocálica del quechua y del aimara, idiomas que no distinguen fonológicamente /i/ de /e/ ni luí de /o/, y en los cuales la ocurrencia de mayor o menor apertura en cada serie está regulada por el contexto fonético20. De los abundantísimos casos citaré apenas unos cuantos: estemaré (2)21, halli (2), oblegasión (4), lligé (5), mi (por me, 6), endias (7), hicho (8), cen (8), ne (9), etc. Cuando se analizan, con un propósito lingüístico, textos escritos hay que tener presente, sin embargo, que no todos los casos son necesariamente residuos de lo oral en lo escrito, pero no siempre hay manera de hacer la discriminación. No podemos saber, por ejemplo, a qué fisonomía oral corresponde exactamente mué (2), testimonio de la dificultad de nuestro fiscal con los diptongos, que tiende a graficar con el elemento más cerrado (simpre, 3; Jista, 5; etc.), pero no uniformemente (quen, 36; hesere, 45, caso éste de predominio de e, por la vocal anómala de la primera sílaba). Este fenómeno constituye asimismo un patrón de interferencia, ya que las combinaciones vocálicas tautosilábicas están excluidas en las lenguas indígenas aludidas y, por consiguiente, también en el quechua de Capcha: esto explica las formas hiáticas loego (6, 13), fraele (34); se puede sospechar una pronunciación igualmente hiática en cuicho (10), donde se manifiesta una modificación de timbre en las dos vocales de cohecho. Antes de pasar a comentar algunos aspectos sintácticos, mencionemos la presencia de un vulgarismo fonético panhispánico, como es el refuerzo velar en guerta (41) o la sustitución de IV por /r/ implosivas en furminar (24), que podría ser un rasgo de fonética 'andalucista' 22 , cuando no un caso de asimilación, o incluso de anticipación puramente gráfica. La sintaxis de Capcha presenta diversas construcciones anómalas, algunas relativamente corrientes en escrituras poco normativas, por 19
Llamo la atención, sin embargo, sobre el hecho de que los usos gráficos relativos a las sibilantes en los textos aquí publicados revelan un seseo generalizado. 20
Para el sistema fonológico y gramatical del dichas lenguas cf. Cerrón-Palomino (1987) y (1994).
21
En este punto vale aclarar que en la escritura de Capcha se distinguen claramente las letras i y e.
22
Para este tipo de rasgos remito al estudio de J. A. Frago sobre «Difusión de la fonética andaluza en la sociedad indiana» (en Frago 1994, 91-110).
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ejemplo instancias de que expletivo (15) o la redundancia de solo (9); en otros casos, el patrón de interferencia es reconocible de modo directo, como en las discordancias de género y número (14, 17, 39-40) o de modo más indirecto y difuso, como en las diversas anomalías en el uso de clíticos (6: se repite mi por me de objeto indirecto; 20-21: aparte el uso redundante de la construcción preposicional con de, de todo/dellu, aparece un lo antes del verbo; 33-34: doble acusativo; 25: se suman esto y lo ante que). El texto de Capcha contiene cruces léxicos como el que se expresa eh saludo (3, por salud), o formas neológicas como herrona (41, que cabe comparar con un herronía que se encuentra en Poma de Ayala) 23 . No obstante lo dicho, hay que convenir en que, considerado el conjunto, la físonomia anómala del habla del fiscal, por lo menos en esta carta, resulta sobre todo de la abundancia de las confusiones vocálicas, menos de las desviaciones sintácticas y mucho menos de la articulación del discurso, en la cual no se observan baches profundos 24 . No es, a este último respecto, el caso del documento VII, fechado en 1647, con el que propongo continuar este recorrido introductorio. Se trata de una «Memoria y acusación que hacen don Tomás de Acosta, curaca de Checras, y Tomás Guaraca y Martín Guaraca, contra don Rodrigo Guarnan Chaua, indio principal del pueblo de Maray, y otros por haber hecho hechicerías». La letra, que parece pertenecer al segundo de los nombrados , es —como se ve por la lámina reproducida al final— clara, regular y bien formada. Pero el español de los redactores —si se me permite referirme así a todos los firmantes—- refleja una quiebra profunda, que va mucho más allá de desviaciones fonéticas y sintácticas particulares, al punto de que la comprensibilidad del discurso, por momentos, está puesta seriamente en cuestión. Aparte numerosas interferencias y transferencias del tipo ya señalado en el texto anterior, encontramos aquí otras más radicales, como, por ejemplo, la recurrente ausencia de artículo (el quechua, en efecto, no lo posee): que adoró hija de don Rodrigo (13-14), sin oyr missa está holgando día de ginissa y día de miércoles (25), vcultaré de mi cassa quando biene señor visitador (34-35). Un análisis pormenorizado del texto nos revela, en verdad, un tipo de variedad simplificada característico de las competencias incipientes o subordinadas en una segunda lengua, en las cuales se producen fenómenos que afectan profunda-
23 24
Cf. a este propósito Rivaróla (1988).
En otros documentos, sin embargo, Capcha muestra una articulación discursiva mucho más precaria. Véase, por ejemplo, el texto XXV.
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mente al sistema gramatical de dicha lengua secundaria: fusiones y generalizaciones categoriales y funcionales, reducción o eliminación de marcas morfológicas, hipodiferenciaciones léxico-semánticas, etc. Así, en el texto de los principales de Checras, encontramos, entre otros, los siguientes fenómenos: 1) generalización del uso de la preposición de, que reemplaza a en (ensserrada de vna despenssa, 19; vcultaré de mi cassa, 34-35); 2) empleo de formas no finitas con valor de formas finitas {con vna llama de la tierra blanca degolar, 14; luego de la mañana comentando a holgar, 16; y quidado vn poco cauello, 23; quando degollar vna lama de la tierra blanco, 2825); 3) uso de estar por ser (estoy cassique, 33-34); 4) empleo de indicativo por subjuntivo {vcultaré de mi cassa quando biene señor visitador, 34-35). En algunos casos la sintaxis revela, ya no fenómenos inteipretables en términos de simplificación, sino una articulación compleja en su anomalía: así, en el parágrafo 3, a la discordancia se suma el hecho de que se anticipa una de las instancias de la enumeración al sustantivo genérico que las categoriza: el dicho don Rodrigo tiene su abuela, sus brojas, llamada María Carua Chami y su madre Angelina Llacxaghuque y otra.... El parágrafo 1 es difícilmente describióle en términos de articulación sintáctica. En suma, el texto de Guaraca y sus cofirmantes, del cual he analizado apenas algunos rasgos, representa un grado relativamente bajo de solvencia idiomàtica, en verdad, un tipo de competencia simplificada y precaria que suele darse en los procesos de aprendizaje de una segunda lengua, competencia que puede tener carácter transicional o que puede fosilizarse en tal estadio. Ambas posibilidades se dieron y se dan en el proceso de castellanización de la población indígena andina. No obstante su carácter restringido, pueden pasar, como aquí, a la escritura, por medio de la cual los indios principales de la época que nos ocupa podían participar —con ventajas y desventajas— en el juego regulado por el poder colonial, lo que en este caso de los principales de Checras suponía alinearse —víctimas de la contradicción que el sistema comportaba— en las filas de los extirpadores y denunciar la idolatría de las propias tradiciones en la persona de un indio principal adversario. El texto VI, que consideraré como representante de un nivel alto de competencia castellana, es una carta escrita en Lima en 1642 por el curaca de Hananguanca en el valle de Jauja, Juan de Alaya, a su hermano Jerónimo Soco Alaya. La carta nos muestra un Alaya asimilado lingüística y culturalmente al segmento social dominante: su 25
Rodolfo Cerrón-Palomino me hace notar que este fenómeno podría estar vinculado a la nominalización de las subordinadas en quechua.
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castellano es fluido, matizado, por momentos irónico. Los indios (probablemente los indios a su cargo) son perros (15), sus enemigos son insultados como hebreos (21), en el sentido de «infieles», con lo cual muestra su compenetración con el mundo de valores cristiano de la época: repárese, además, en la grave sentencia que aparece hacia la mitad de la carta (23-24: Dios es sobre todo y es todo falso lo de este mundo). Antes de proseguir debo señalar que la zona de Jauja y, en general, el valle del Mantara en la sierra central del Perú recibieron el mayor impacto cultural y lingüístico colonial desde el siglo XVI. La castellanizaron lingüística avanzó allí más rápidamente que en otros lugares y el mestizaje tuvo características especiales. Los edictos escritos por escribanos andinos en el siglo XVI proceden justamente de pueblos del Mantara. Hoy varias zonas del valle están profundamente castellanizadas y el quechua se halla en extinción26. Dicho esto, podemos considerar a Alaya como testimonio de este proceso particular. En primer lugar, Alaya escribe una carta personal a su hermano en español y no en quechua. Es verdad que ésta no era realmente una opción, ya que el quechua en la época de Alaya no tenía mayor cultivo escrito, más allá de textos doctrinales, gramáticas y vocabularios, redactados básicamente por españoles, y de alguno que otro texto como el mencionado de Huarochirí, recopilación ordenada por el extirpador de idolatrías Francisco de Avila. No había, pues, una tradición que sustentara o promoviera el cultivo escrito del quechua; el registro de la escritura estaba reservado al español. No obstante, hace unos años se han descubierto cinco cartas en quechua de comienzos del siglo XVII, escritas por curacas sobre asuntos de su jurisdicción. Estas cartas muestran una competencia alfabética aprendida para el español y transferida a un quechua lleno de préstamos léxicos y de otros fenómenos de transferencia (por ejemplo, la acumulación de los pluralizadores del español y del quechua, a saber -s y -kuna, en una misma palabra). Las cartas proceden de Cotahuasi (en la sierra sur del Perú), zona mucho menos expuesta a la castellanización que el valle del Mantara; en cualquier caso, hasta donde se sabe estos textos privados en quechua constituyen un fenómeno más bien excepcional27. Alaya, pues, escribe en español, y en un español bien conformado y articulado. Se le escapan, eso sí, algunos rasgos que conviene a nuestro propósito comentar. El tratamiento al hermano alterna la forma 26
Cf. Cerrón-Palomino (1989).
27
Cf. Itier (1991).
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deferencial de segunda persona con la no deferencial, y puede llegar a combinar en una frase tres formas diversas, correspondientes a tú, a vos y a vuestra merced: y así ynporta hermano que te bengáis luego que bea esta carta (4-5). Si bien alternancias de este tipo se encuentran ocasionalmente en la tradición hispánica no bilingüe, es probable que aquí se deban a la existencia de una instancia única para la segunda persona en la lengua de origen, lo cual dificultaba el dominio de las mencionadas matizaciones en las formas de tratamiento españolas. Un caso de discordancia se observa en son vnos borrachos que a mí no me a de hager nada (9-10), al cual se podría añadir todas las cosas de por allá andan todo el reués (7), aunque es verdad que todo podría interpretarse con un valor adverbial; la liebre salta también en la prouigión digen que lo tiene el correjidor pasado (28-29), frase con la cual Alaya testimonia una discordancia de género por privilegiamiento del pronombre lo, la cual caracteriza hasta hoy el español andino, incluso en el nivel estándar. En el plano fonético, los únicos rasgos sospechosos de transferencia parecerían la primera vocal de pidirá (8) y la tercera de regeturía «receptoría» (13), pero, al menos respecto del primero, es más prudente suspender el juicio, habida cuenta de que en la tradición propiamente española existen formas no disimiladas de este tipo de verbos 2 . Hay uno que otro rasgo más que podría añadirse a los anteriores (alguna discordancia, si es que no se conviene en una posible interpretación ad sensum; algún uso preposicional), pero, en conjunto, creo que el texto de Alaya, como he dicho, podría considerarse, en comparación con los otros, como testimonio de una competencia idiomàtica castellana mejor adquirida, con mínimos rasgos de transferencia lingüística. La carta revela, además, flexibilidad y matización estilística en varios extremos, incluyendo el momentáneo cambio de código por medio de un término quechua, a saber, vañusca (21, «flojo, de poco ánimo»), que recoge probablemente un uso coloquial de carácter afectivo-enfático. Creo no equivocarme al pensar que el habla andina que revela el texto corresponde a un nivel que preludia el nivel alto actual. La escritura, infelizmente, no permite reconocer la fonética sino en los casos más gruesos de anomalía, como en los dos textos previamente comentados, y nos deja en la incógnita sobre el fonetismo de esa variedad que entrevemos en la carta de nuestro curaca jaujino.
28
Cf. Montgomery (1976); Clavería (1991); Rivarola (Alternancias).
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Importancia de los textos de español andino Una vez analizados los tres ejemplos textuales, escogidos según el criterio de que ilustraran distintos grados de competencia castellana, quisiera añadir algunas reflexiones acerca de la importancia de este tipo de textos y también acerca de los problemas que ellos plantean, asuntos ambos que han asomado ya de manera incidental en los comentarios anteriores, no obstante lo cual, ahora quisiera darles un mayor grado de explicitud y proyectarlos a la investigación futura. No es usual disponer para las etapas iniciales de una situación de contacto de lenguas de testimonios escritos que nos permitan acceder, tanto a los procesos lingüísticos que se originan en ese contacto, cuanto a las circunstancias sociales y pragmáticas en las que se producen los textos que reflejan dichos procesos. En este sentido, creo que nuestros textos son de mucho interés para la lingüística histórica, y asimismo para la teoría y la historia de las situaciones de contacto. Pero, además, en un nivel más específico, constituyen un caso singular en la historiografía lingüística hispanoamericana. En efecto, de las numerosas situaciones históricas de contacto del español con las lenguas indígenas nos quedan, sobre todo, las instancias de préstamo léxico que la escritura americana reflejó pródigamente desde sus inicios; para otros tipos de transferencias apenas podemos proyectarnos hacia el pasado a partir de la realidad dialectal contemporánea. La existencia de textos completos que de modo más o menos directo recogen y atestiguan el discurso castellano del hablante nativo indígena —y que, por consiguiente, permiten documentar in extenso fenómenos de transferencia y simplificación en todos los niveles— no tienen, hasta donde conozco el asunto, paralelo en otras situaciones históricas. En el caso de México, donde los españoles promovieron la alfabetización y la escritura en náhuatl, se han conservado textos en esta lengua escritos por indios principales en los siglos XVI y XVII, según resulta de varios estudios, como los debidos a J. Lockhart o a S. Cline29; el primero de los mencionados registra, en una investigación de tipo diacrònico, un paso progresivo del náhuatl al castellano en la correspondencia de tales personajes, de modo que en ciertos momentos tardíos de transición nos topamos con documentos que presentan, en cuanto a los fenómenos de transferencia, analogías con los analizados aquí. Curándome en salud, no quisiera excluir que esta situación se deba a una insuficiente investigación archivistica y que en el futuro se den a conocer textos más
29
Cf. Lockhart (1991) y Cline (1993).
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antiguos de este tipo en el área mexicana que los proporcionados por Lockhart. Sin embargo, un recorrido por la colección de textos mexicanos a partir del siglo XVI publicada hace unos años30 no arroja resultados positivos a este respecto. Todo parece apuntar a que en México las variedades 'bilingües' de español, que debieron de existir, tuvieron un carácter transicional sin mayor estabilidad histórica, y que esto explica la ausencia de testimonios escritos. En el área andina, como he señalado, las lenguas generales y, en particular, el quechua y el aimara, si bien fueron objeto de esfuerzos de codificación y normalización en la escritura por parte de los misioneros —esfuerzos reflejados en las gramáticas, diccionarios y textos de catequesis—, no se utilizaron de modo significativo como instrumentos de alfabetización ni fueron promovidas, por consiguiente, en el nivel de la escritura. Por lo demás, hay que señalar que, producido el derrumbe del Tahuantinsuyo y debilitada, como consecuencia, la vigencia del registro de lengua común que promovieron los incas (la famosa «lengua general»), afloró la fragmentación dialectal del quechua, la cual, por cierto, dificultaba, cuando no imposibilitaba, la difusión de un uso escrito. La sociedad indígena manifestó, no obstante, a lo largo de los siglos, una fuerte resistencia cultural y, en lo que respecta a la lengua, un altísimo grado de conservación, en parte por la desproporción demográfica entre indígenas y españoles, y en parte por la inoperancia y el desinterés del régimen colonial para promover un sistema de equilibrio intercultural. Este equilibrio se fue dando sólo muy lenta y parcialmente, sobre todo a través del continuo proceso de trasvase — bastante inorgánico— de hablantes de lenguas indígenas al español, proceso generador de distintos grados de competencia en esta última lengua, aunque también —en menor escala— por el aprendizaje de lenguas indígenas de parte de la población de origen hispánico (de fines del siglo XVIII tenemos varios testimonios acerca del carácter bilingüe de la población surandina de ambos orígenes étnicos)31. La escritura, sin embargo, no formó parte de este proceso y el castellano fue siempre, mayoritariamente —fuera de casos aislados de uso privado del quechua o de su cultivo literario por parte de mestizos cultos— la lengua utilizada cuando se trataba del registro gráfico, tanto en el dominio público como en el privado. Nuestros textos constituyen, así, no obstante su carácter temáticamente restringido y parcialmente formulístico, una especie de ventanas 30
Cf. Company (1994).
31
Cf. Rivarola (1988).
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a través de las cuales podemos atisbar diversos aspectos de un proceso que se inició con el transplante del español al área andina, que continúa en la actualidad y que nos enfrenta en esta actualidad a muestras análogas de habla y a similares fenómenos de contacto32. Y he aquí que los textos antiguos nos permiten —o, mejor, nos permitirán, cuando se logre incrementar el tamaño del corpus y se realice, sobre una base textual ampliada33, el necesario estudio exhaustivo— comparar distintos estadios histórico-lingüísticos con ingredientes de contacto, y así, en la perspectiva que da un gran lapso temporal, identificar rasgos de competencias probadamente grupales, determinar constantes que se manifiesten en el decurso histórico-lingüístico y, finalmente, reconocer fenómenos de cambio cumplidos o en proceso. La situación de bilingüismo histórico en el área andina ha producido transformaciones importantes en el español, las cuales, en los casos en los que no existe ya tal situación —es decir, donde el español es ya la única lengua vigente— deben ser considerados como fenómenos sustratísticos. La evaluación cabal de los resultados del contacto en cada etapa requiere, sin duda, numerosas investigaciones tanto histórico-textuales como dialectológicas y sociolingüísticas de carácter sincrónico. Con respecto a esto último, es imprescindible, en efecto, un conocimiento de las formaciones diatópicas y de las estratificaciones sociales del español andino: sólo de este modo podrán realizarse correlaciones pertinentes y significativas en el eje temporal señalado. Tales estudios y tales correlaciones exigen, por cierto, la aplicación de métodos refinados de relevamiento y de procesamiento de datos que nos permitan ir más allá de la observación aislada o de la comprobación fragmentaria, aunque no todo, es verdad, deberá limitarse a constataciones cuantitativas o a proyecciones estadísticas; hay una dimensión 32
Cf. Cerrón-Palomino (1995), quien compara testimonios escritos modernos de castellano rural andino con la modalidad idiomàtica que se manifiesta en la Primer crónica... de Felipe Guamán Poma de Ayala. 33
Como lo adelanté en la nota 12, es necesario realizar una investigación más sistemática en diversos archivos; para los fondos del Archivo Arzobispal de Lima se cuenta con un catálogo de la sección documental de Capítulos, que abarca tres siglos (Tineo Morón 1992). Parte del material relativo a las causas de idolatría ha sido publicado por diversos estudiosos; hace pocos años apareció el recogido por García Cabrera (1994), sumamente importante desde el punto de vista histórico, ya que contiene la transcripción de expedientes completos de tales causas. Dentro de estos expedientes se encuentran algunos de los textos que también aparecen en la colección presente (y otros adicionales), si bien la transcripción de García Cabrera no puede utilizarse para propósitos lingüísticos (por lo demás, la lectura de dicho estudioso difiere en numerosos extremos de la que subyace a la presente edición).
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explicativa y hermenéutica de proyección histórica que es necesario rescatar para la investigación sincrónica, sobre todo si esta última no quiere verse restringida a los límites de una «sincronía descriptiva» sino asumir el carácter de una «sincronía explicativa», en el sentido de la diferencia que Kurt Baldinger, de modo muy pertinente, estableció hace más de tres décadas 34 .
Carácter de la presente colección En lo que respecta a la investigación de carácter histórico-textual, la dimensión filológica está, obviamente, en un primer plano. A este último propósito, me referiré, finalmente, a las aludidas dificultades específicas de nuestros textos 35 . Como todo texto, y como todo texto manuscrito antiguo, presentan éstos dificultades inherentes a su condición. Sin embargo, las dificultades son mayores por el tipo de lengua en el que están redactados. Ya en el nivel paleográfico, nos damos con que la anomalía lingüística dificulta sobremanera en los casos dudosos la decisión por una u otra lectura, en la medida en que no se cuenta con el apoyo de un parámetro normativo y en la medida en que aquí se trata, justamente, de evitar el riesgo de normalizar los textos; no puede sino primar, entonces, el mayor esfuerzo de objetividad, a fin de minimizar dicho riesgo. En cuanto a la interpretación lingüística, si bien todo texto que se quiera evaluar desde el punto de vista, por ejemplo, de la información fonética que nos proporciona su grafía plantea problemas más o menos espinosos según los casos 36 , aquí el espectro de la variación es muy amplio, y a pesar de que se cuente con el apoyo de los patrones de transferencia se hace muy problemático, a veces, juzgar cuándo estamos ante un fenómeno de oralidad y cuándo debemos confinar la anomalía al nivel del error o de la desviación ortográfica. La objetividad señalada se manifiesta en la presente colección en un esfuerzo por respetar al máximo el texto que presentan los manuscritos, teniendo en cuenta que se trata de una publicación que está des34 Cf. Baldinger (1963). Una versión española revisada y ampliada se encuentra en Baldinger/Rivarola (1971). 35
Para una visión de conjunto de los problemas ecdóticos que suscitan las fuentes para el estudio del español colonial cf. Lüdtke (1996). 36
Cf. Rivarola (1993, 78 s.).
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tinada a servir de fuente lingüística. Ahora bien, este respeto no equivale, tal como lo entiendo, a una renuncia absoluta a intervenir en el texto que se edita, pues cabe —dentro de dicho respeto— intervenir de modo pertinente y transparente, teniendo claras, además, las prioridades a las que uno, como editor, adhiere. En el caso presente, debo decir que he sacrificado, al juntar y separar palabras, y al introducir puntuación, mayúsculas y acentos de acuerdo con mi criterio (con las precisiones que se darán más adelante), el valor de la presente documentación para aquellos aspectos de la historia de la escritura en los que he intervenido editorialmente37. Y los he sacrificado en beneficio del interés lingüístico más amplio y general de nuestros textos, que resultan más abiertos y disponibles, aun dentro de su dificultad, superadas ciertas barreras gráficas de la escritura que no me parecen especialmente relevantes en el presente contexto. Sin embargo, como los manuscritos editados y presentados con el diseño gráfico que los predispone para su utilización filológica y lingüística resultan fuertemente extrañados del acto de habla y de escritura originarios, y convertidos en asépticas piezas modernas del museo académico, para contrarrestar en algo esta alienación y dar una imagen más directa de la naturaleza originaria de dicho acto, he incluido al final la reproducción fotográfica de algunos manuscritos, a saber, de aquellos cuyo estado de conservación se prestaba mínimamente para esta operación. Menos trascendencia para la historia de la escritura, y más utilidad para el lector, tienen otras pocas enmiendas, siempre señaladas en los lugares correspondientes, que he introducido. Se trata de aquellas que subsanan algunos errores mecánicos de escritura, o, por lo menos, de errores que yo evalúo de este modo. Se podrá decir que hay muchos otros casos en los que se habría podido intervenir. Sin embargo, he preferido ser conservador en este punto y evitar una alteración mayor del perfil de los textos. Tratándose de documentos que presentan una lengua anómala, se puede caer a menudo en la tentación de enmendar más allá de lo razonable, poniendo así en peligro el sentido que tiene la presente publicación. Quedan, por cierto, numerosas dudas, sobre si se ha acertado, sea interviniendo, sea sin intervenir. Así, cuando me ha parecido tratarse de una falta mecánica de escritura, sin ninguna otra significación mayor, y que esta falta podía acarrear alguna dificultad en la lectura del texto, he enmendado: es el caso, por ejemplo, de bin[i]da 37
En este sentido, modifico los criterios aplicados en la parte peruana, a mi cargo, de la colección documental editada por Fontanella de Weinberg (1993). Aprovecho, además, para corregir los errores que se deslizaron en la edición anterior de algunos de los textos del presente libro.
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(XI, 9) o de contfra] (XV, 8), donde se corrige la ausencia de una letra (en el primer caso) y la secuencia de dos (en el segundo). En cambio, no he intervenido en formas como Asumpisión (XI, 12), vistos los muchos casos de anaptixis que presenta la lengua de estos textos y, particularmente, la del autor de aquellos de los que provienen los ejemplos, tendencia que podría haber motivado la presencia de i luego de la p, esta última de carácter etimológico. Además, no parece haber aquí ninguna dificultad mayor para el lector. Muchos otros casos en los que podría haberse introducido una enmienda no me parecen presentar mayor dificultad para la lectura. La extrañeza de ciertos usos léxicos me ha inducido, asimismo, a dejar sin intervención una forma comosulminidad (XVI, 3), que, sin duda, podría ser sólo un caso de metátesis gráfica por sulimnidad, forma ésta completamente explicable a partir del fonetismo de nuestros textos. Y no la he enmendado, también, porque en el texto XV (3) aparece la variante sonimnidad, que requeriría una intervención diversa, con lo cual estaríamos ante un proceso ecdótico normalizador, que es lo que justamente se quiere evitar. Con la parquedad de la intervención enmendatoria, el lector se ve enfrentado a la masiva presencia de formas anómalas, respecto de las cuales, o de algunas de las cuales, puede sospechar que se trata de errores de transcripción o de imprenta. Para bloquear estas sospechas habría sido necesario diseminar a lo largo de los textos un sinnúmero de indicaciones ratificatorias, por medio del socorrido sic. No he hecho uso de esta posibilidad, que habría significado casi duplicar el número de palabras y convertir a los textos aquí publicados en extrañas creaturas intensamente avirueladas por estas marcas de anomalía. Sin embargo, no está demás decir que hay un sic implícito y omnipresente (frente a un par de explícitos), lo cual significa que el editor se ha esmerado por lograr una exacta concordancia con la realidad de los manuscritos. Luego de cada texto aparece un comentario de carácter misceláneo (unas veces algo extenso, otras extremadamente breve 38 ), el cual trata aspectos diversos del texto en cuestión, aunque prevalecen los de carácter crítico-textual y, sobre todo, los de carácter lingüístico 39 . En cuanto a los primeros, debo decir que ellos compensan la falta de 38
La mayor o menor extensión del comentario se debe, como es natural, a las características del documento mismo; pero, además, la extensión menor se explica por el deseo de no reiterar en modo detallístico y exhaustivo lo que anteriormente ha sido señalado y comentado. 39
Estos últimos aparecen ordenados en el índice de materias que se publica al final.
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aparato crítico stricto sensu, que no me ha parecido justificarse en el caso presente. Los comentarios lingüísticos, por su parte, no pretenden agotar, ni mucho menos, el análisis del texto desde esta última perspectiva: deben entenderse, más bien, como una orientación interpretativa referida a la peculiaridad andina de los textos, orientación complementaria de la que se ofrece en esta Introducción. Esto quiere decir que no me he ocupado de otros numerosos fenómenos, relevantes también para la historia de la lengua en general, si bien no he dejado de apuntar algunos que me han parecido especialmente significativos desde esa perspectiva más general. Tanto en esta Introducción como en el comentario a los textos se hace uso del concepto de «anomalía» (y relacionados). A este propósito quisiera hacer algunas precisiones. Ante todo, debo aclarar que tal concepto no se usa con un valor normativo y correctivo (moderno y, por consiguiente, anacrónico), con lo cual quiero anticiparme a la eventual impresión de que del conjunto de las observaciones y los análisis se configura un discurso de tipo evaluativo y, finalmente, condenatorio. «Anomalía», en primer lugar, debe entenderse en un sentido técnico y descriptivo. Esto quiere decir que, como elemento de referencia para la identificación y la descripción de los fenómenos que se encuentran en los textos de esta colección, tomo —más implícita que explícitamente— aquella variedad que puede considerarse como el español «estándar» o «general» vigente en los aproximadamente cien años que abarca nuestro conjunto documental40. Ahora bien, qué y cómo haya sido esta variedad no es asunto que pueda considerarse consensual y definitivamente resuelto, pues, de modo general, cabe recordar que todas las variedades de una lengua —incluida, por cierto, la llamada «estándar» o «general»— son construcciones que se basan sobre ciertas recurrencias en el uso, sobre ciertas informaciones y 40
Como obras de referencia menciono Keniston (1937), Lapesa (1981), Cano Aguilar (1988). Ahora bien, cada vez resulta más claro que bajo el concepto de «español clásico» se esconde una pluralidad de variedades sociales, geográficas y estilísticas que conviven y se superponen a lo largo de los siglos XVI y XVII (aparte, además, la diversidad que resulta de la propia diacronía interna de este amplio período), y que será materia de la investigación futura hacer más nítido el perfil de tales variedades. Cf. a este respecto Oesterreicher et al. (eds.) (1998). En Eberenz (1996) se hallará una muestra convincente de los caminos que se abren para determinar las tendencias, a menudo encontradas, que se dan en un 'estado de lengua' (en este caso, estudiado en el uso y en la reflexión gramatical de Nebrija). Véase ahora también el reciente libro de Frago (1999), quien expone, con apoyo documental, la gran variedad de usos que se da, justamente, en testimonios escritos de españoles emigrados a América.
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juicios de carácter metalingüístico, sobre ciertas categorizaciones sociales o culturales, sobre determinadas sanciones de tipo normativo y, a fin de cuentas, sobre la base de una interpretación, más o menos compartida, de quienes proponen tales construcciones. La homogeneidad de éstas no se refleja, además, en el uso real, ya que los hablantes no suelen emplear de modo consecuente y único «una» variedad, sino que más bien —por más que se orienten más o menos fuertemente en una dirección— pueden combinar elementos de variedades distintas, sobre todo si se trata de variedades derivadas de matrices de tipo social o estilístico41. De lo dicho anteriormente resulta que, en segundo lugar, el concepto de «anomalía» tiene aquí, forzosamente, un carácter aproximativo, pues si ya para la sincronía actual la cuestión se presenta compleja, cuando se trata de estadios antiguos de lengua la construcción (o reconstrucción) de una determinada variedad presenta numerosas zonas de imprecisión e inseguridad, lo cual dificulta, naturalmente, su uso como término de comparación. Así, por ejemplo, en cuanto a la vacilación del timbre de las vocales átonas, hay un margen amplio de duda sobre qué usos correspondían o no a la variedad «estándar»; tanto en éste como en otros casos, el asunto es materia de investigación y de discusión42. Naturalmente que no siempre es igual el grado de inseguridad. Para no salir del campo fonético, las vacilaciones en el timbre vocálico de las tónicas /e/ y /i/ están prácticamente excluidas de la variedad «estándar» o «general» aludida. Lo que he dicho sobre el concepto de «anomalía», tal como lo aplico aquí, no excluye ciertamente que en determinados momentos históricos, con mayor o menor intensidad, con mayores o menores consecuencias sociales y psico-sociales, los usos anómalos sean evaluados de modo negativo o condenatorio, y se constituyan en reflejo de desequilibrios más o menos fuertes en la sociedad, o colaboren a producirlos. Este es un asunto de carácter ideológico y sociológico sobre el cual no me extenderé en la presente ocasión4 , si bien se podrá suponer, 41
Remito, para una ampliación de estas consideraciones, a Rivarola (1997) y a la bibliografía que allí se cita.
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Cf. Rivarola (Alternancias). Recientemente, sin embargo, Alvar (1997, 238-240), estudiando las vacilaciones vocálicas en un documento bogotano de fines del siglo XVI, considera, decididamente, que dicho fenómeno es un rasgo «arcaizante y vulgar», propio de un sistema «no estabilizado» sino en «busca de nivelación». 43
Remito a mi estudio sobre la parodización de la 'lengua de indio' desde el siglo XVII en adelante (Rivarola 1990, 173-202).
Español andino
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por lo dicho en los parágrafos anteriores de esta Introducción, que el español andino en formación que atisbamos a través de las siguientes muestras textuales no fue objeto de una valoración precisamente alta, habida cuenta de la naturaleza de las relaciones sociales en estos primeros siglos de la situación colonial y de lo que nos enseña la historia posterior, incluida la realidad actual.
Criterios
ecdóticos
A continuación presento otros criterios de la edición, que en parte aclaran y en parte completan lo dicho anteriormente: 1) Se respeta la grafía del original, pero ténganse en cuenta las siguientes restricciones: -se emplean mayúsculas y minúsculas, según el uso moderno, sin indicarlo cada vez; -se resuelven las abreviaturas por medio de letra cursiva; -se introducen signos de puntuación y acentos según el uso moderno; -se separan las palabras según el uso moderno, pero se mantienen las contracciones, salvo en algunos casos (claramente reconocibles por la presencia del apóstrofo) en los que ha parecido oportuno — s e a con el fin de prevenir una interpretación en sentido moderno, sea simplemente con el de facilitar la lectura— separar palabras fusionadas (p. e. d 'espacio)-, -los antropónimos indigenas aparecen tal como en el original, es decir, no se ha intervenido (salvo alguna ocasión que se señala) para juntar o separar, aun cuando tal operación se pudiera apoyar en el uso moderno; tampoco se les ha añadido tildes; -en cuanto al uso de la tilde, cabe advertir que ésta puede aparecer sobre letras que en lo moderno la excluyen, pero sólo en aquellos casos en los que se trata, así, de evitar la ambigüedad en la interpretación de la forma (p. e. traya, con el objeto de marcar el imperfecto; en cambio, Martjn); también se coloca tilde en formas que en su equivalente con el vocalismo normal no lo llevan, a fin de hacerlas más fácilmente reconocibles (p. e. sía por sea)\ en algún caso la acentuación tiene carácter puramente hipotético (bachiría, V , 6); -se dejan sin modificar, salvo indicación en contrario, los casos de haplografía y ditografía.
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2) Los signos empleados tienen el siguiente valor: -los paréntesis cuadrados o corchetes [ ] encierran una enmienda por adición de letras o modificación de su secuencia. También aparecen entre ellos, al final de los documentos, las indicaciones sobre firmas y rúbricas; -los paréntesis angulares < > indican una enmienda por supresión, es decir, contienen letras cuya presencia se debe a un error de escritura y que deben dejarse de lado para el reconocimiento de la palabra en cuestión; -las barras / / contienen una indicación del editor en letra cursiva sobre alguna característica material del documento, como rotura o tachadura; también encierran la información sobre el carácter interlineado de una secuencia, la cual se imprime en letra redonda; -el signo de interrogación entre paréntesis indica una palabra o una letra de lectura incierta, según se especifique en el comentario; -el signo f corresponde a la aparición de un signo de cruz en los manuscritos, si bien en éstos tal signo no suele estar ubicado en la línea sino en la interlínea. La secuencia en que aparecen los textos sigue el orden cronológico por años; en algunos casos, relativos a los documentos de 1662, no he respetado estrictamente el orden cronológico derivado de las fechas indicadas en ellos, con el objetivo de ofrecer juntos los que están estrechamente relacionados por el contenido. Los encabezamientos de cada documento original, los cuales no forman parte de los textos mismos —en el sentido de lo que aquí interesa como realidad lingüística— no han sido transcritos literalmente, pero se han tomado como base para la descripción que antecede a cada una de las piezas de la colección. Todas las indicaciones numéricas que se hacen en esta Introducción y en los comentarios, relativas a cada texto, remiten, cuando aparecen en romanos, a los textos, y, cuando en arábigos, a las líneas de cada uno de ellos en la presente impresión. Tratándose de documentos de uno o dos folios (con la excepción de IV), no me ha parecido imprescindible repetir la indicación de folio —que se da de todos modos en el encabezamiento— fuera de la caja de la impresión; sin embargo, dentro del texto se indica el cambio de folio por medio de la sucesión de dos barras //.
Español andino Siglas y abreviaturas
principales
ABP = Archivo de la Beneficencia Pública de Lima AGN = Archivo General de la Nación (Lima) AAL = Archivo Arzobispal de Lima exp. = expediente f. = folio
I 1587
Memoria de bienes de Francisco Domínguez. ABP - Visita a los hospitales de Santa Ana, Espíritu Santo y San Andrés, legajo 9086:63D, f. 3, 1587
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Memoria de las cosas que quidan en la estancia de Carvacallán y en poder de Ana Domingues, mi muger, en los segueente: -primeramente ciento e nueventa y ocho pesos correntes, nueve rreales al peso, queda en una taliquz'lla de lenzo viexo: asi de dar a Diego de Deva Irotol que son suios, y Francisco Domingues los cobré del padre Blas de Caragate que ce los devía de resto de un negro [...?] combrava. -más quedan en poder de la dic/rn /entre líneas: Ana/ Domingues ciento y ochinta y tres pesos correentes, nueve rreales de al peso: estos son de Pedro Munez de Carvaxal, de plata que me a dado para le combrase carneros; -queda más en la estancia que son cosas del hospital: sesenta carneros de la tierre, de los quales ce le deven a la dz'cha Ana Domingues y a sus hijos ciento y veinte pesos correintes, nueve rreales al peso; -más queda en la dicha estancia dos cavallos del dicho hospital, un murfello y otro castaño, con sus aparexos para llevar lana a Lima; -más queda en la dic/za estancia viente y tres capras y chicos y grandes, machos y hembras; -más quedan herramentos, una parida, una azadón y una lampa y un peco y una hacha y una azoela y una cierra, dos coplos y una corpea y dos parenas y un martillo de adaracar c[la]vos, una pecornea piquiña; //-más quedan en Caxatanpo en poder de Cristóval de Cardona, Diego Hemantes Francés, ciento y tantas arropas de lana grande como más claramente parecerá por un ?édula fecha y fermada del dz'cho Cristóval de Cardona, la qual dz'cha fídula queda en poder de la dic/za Ana Domingues;
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-que[da] más cañado [ov]exuno questá en la estancia [d]el d/cho hospital: son ciento y setenta y sete ovejas chicas y grandes, machos, 30 hembras; estos son [entre líneas: de] Pedro me conado, al qual me parece ce le poderá entregar la estancia y cañado del espital, pacándole su travaxo y con que algún hermano le visete algunas vezes por año ansí para pacar los yndios pastores como para ver qué rrecaudo tiene en el cañado ovexono del hospital, por estar ya escrito en otra parte antes 35 de agora, y no escrivo aquí más porque los dolores grandes que tengo y antormentan la cabera y todo lo más de me cuerpo, no me dan logar a más hablar y ansí quido por momientos esperando la despedida deste ánima y daquesta carne misquina. Es fecho oy domingo antes del alva, muy magnífico señor, a dizeséis de diziembre, 1587 años, en el pueblo 40 de Los Rreyes de Chinchacocha, etce/era; vesa las manos de vuestra merced su seruidor. Francisco Domingues [firmado]
Comentario Esta Memoria sobre bienes y sobre la disposición de ellos se debe quizá a un mestizo del valle del Mantara; está firmada, en efecto, en Chinchaycocha, actual departamento de Junín. El final del texto nos informa sobre la penosa circunstancia en la que se efectúa la escritura, circunstancia que probablemente influye en el descuido de la letra, que por partes dificulta la lectura, como, por ejemplo, al final de la línea 7, donde el texto que precede a combrava parece poder leerse como co qui la da (que he preferido no transcribir, reemplazando la secuencia por puntos suspensivos); en la línea 5 parece faltar un yo antes del nombre del firmante y quizás una s antes de la e, que he preferido excluir por medio de los paréntesis agudos; en varios lugares el redactor agrega entre líneas palabras o sílabas omitidas (8, 30), pero en otros no subsana el error, como en la línea 28, donde he enmendado (ovexuno se apoya en el exino o exuno que se lee en el texto, y en el ovexono claramente legible en la línea 34). Un caso de ditografía es el de los segueente (2), que no evalúo, por consiguiente, como anomalía en la morfosintaxis. En la línea 22 he enmendado calvos, que debe de ser un error mecánico de escritura; también me parece sólo error de pluma el (en vez de del, 28). El texto presenta una estructura conforme a este tipo de escrituras,
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en las que se enumera por ítem, si bien aquí no aparece esta palabra, a diferencia de lo que ocurre en VII, ni tampoco numeración: el más hace las veces de señalador, aunque no siempre inicia el párrafo (12, 28). No en el presente Corpus, pero sí en otros documentos de la época, es corriente la acumulación ítem más (cf. Autoridades s.v.). Formulismos propios del género son la repetición de anafóricos como dicho (passim) y relativos, a veces en combinación: p.e. la qual dicha gídula (26). También es característico del lenguaje jurídico o administrativo el mantenimiento de / en fecha (25), fecho (38). En cuanto al vocalismo, el texto presenta numerosas formas anómalas, tanto en posición tónica como en átona. De e por i: murcello [morcillo] (11), peco (21), fermada (25), me (36), vísete (32); de i por e: quidan, quido (1, 37), taliquilla (4), asi [se ha] (4), ochinta (9), piquiña (22), gídula (26; pero qédula 25), misquina (38); u por o: murcello (17); o por u: azoela (21), cortado (30), ovexono (34). Diptongos: los diptongos se reproducen con una posición inversa de sus componentes en correintes (14) y viente (18), con una repetición de una de la vocales en segueente (2), correentes (9) o con una sola vocal en correntes (3), lenzo (4), herramentos (20), sete (29), dizeséis (39). Momientos (37) se debe a hipercorrección1. Respecto del consonantismo, hay casos de reproducción de oclusivas sonoras como sordas: taliquilla (4), cañado (28, 34), capras (18), arropas (24). Combrava (7) y combrase (11) son casos de hipercorrección2. Léxico: coplos (21) debe de ser escoplos, con aféresis de la primera sílaba; pecornea (22) equivale a bicórnea. Parenas (22) quizá sea barrenas. No identifico el verbo adaracar (22), ni sé a qué herramienta se aluda con corpea (21). Obsérvese la alternancia entre espital y hospital, mencionada por Juan de Valdés en el Diálogo de la lengua, quien consideraba la primera como andalucismo de Nebrija 3 . Antormentar (antormentan 36) es variante popular de atormentar.
1
Cf. lo dicho sobre el vocalismo en la Introducción, p. 20.
2
El quechua, en efecto, no conoce oclusivas sonoras en su sistema fonológico (vid. Cerrón-Palomino 1987). 3
Valdés (1990, 165). Pero en Nebrija, en verdad, se hallan las dos formas.
II 1590
Autos promovidos contra el capitán Martín de Mendoza, excorregidor de la provincia de Jauja. AGN - Juicios de residencia, legajo 8-C21, f. 187, 1591. Edicto.
En este pueblo de Sancta Ana de Cincos, 21 deas de el mes de henero de mil y quinientos nuevinta años, ande el don Felipe Guaraga, el alcalde, y don Pedro Paytanca, rregedor hordenareos por el rre nuestro señor por su magestad, y a mí, escriuano nombrado, parició este 5 edito de el corgedor para que to[entre líneas: ma]ra reseden^ia al capitán Martín de Mendoía, pasado corgedor, y luego yo el dicho scriuano ley [y] notifiqué este edito por los d/chos caciques y principales e yndios deste dicho pueblo y se an dado a las calles con un pregonero llamado Juan [testado: Liora] Limaco. Al pregonero dada e 10 bozes y pregonado y a los d/chos caciques deste dicho pueblo oydo y los [testado: ni] notifi[testado: fajcaciones y pregonandos, y los firmaron de su nombres. Don Juan [firmado] Don Felipe [firmado] Don Pedro [firmado]
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ante mí, Juan Alonso Napanpoma [rubricado], scriuano nombrado.
Comentario II y III son documentos similares, por lo cual los comentaré conjuntamente. Se trata, en los dos casos, de notificaciones de edictos sobre
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el inicio del juicio de residencia al excorregidor. Aparte el interés lingüístico que presentan, ambos textos son testimonios muy ilustrativos para la historia de la escritura de oficio en América, pues no obstante la prohibición de Felipe II de que los mestizos ejercieran como escribanos, en la práctica éstos y los indios ladinos practicaban la escribanía 1 . Los edictos tienen un carácter formulístico y estereotípico: en este marco se presentan las interferencias propias del bilingüe, como se ve en las varias formas anómalas que mencionaré en seguida. III contiene una frase en estilo directo, que he marcado entre comillas. En cuanto al vocalismo, obsérvese: deas (11,1), nuevinta (11,2), rregedor (11,3), corgedor (11,5 y 6; la falta de e podría ser error de escritura), hordenareos y hordenarios (11,3; 111,3), rre (11,3), parido (11,4), pide (111,13), si es que se interpreta como pedí. Como anomalía hipercorrecta en el consonantismo considérese ande [ante] (11,2). La morfosintaxis está bastante marcada en su disidencia. Casos de discordancia son: los notificaciones (11,11), rregedor hordenareos (11,3; cf. también 111,3), los mitas (111,12), este notificaciones (111,13-14), los firmaron (III, 14)2. Hay indicativo en vez de subjuntivo en una frase final: para que toman (111,6). En II la sintaxis se hace extraña en la frase formulística final por la presencia de formas verbales no finitas. En III (7-8) aparece un uso de a ante objeto directo no personal; y en III (13) el lo me parece redundante en el contexto. Se an (11,8) no sigue la norma prevalente en la época en cuanto a la posición del pronombre (norma que, en cambio, respeta el texto I, 4 con asi [hase, i.e., se ha]', cf. también IV,25 y IX, 10). En lo que respecta a ley notifiqué (II, 7 y III, 7), debe de tratarse de un caso de haplografía que corresponde a la fórmula leí y notifiqué. En cuanto al léxico, obsérvese los quechuismos mitas, papas, quinvas, al lado del taínismo axis (111,12).
1 2
Cf. a este propósito Rivarola 1990, cap. X.
Los numerosos casos de discordancia que evidencian los textos de la presente colección tienen su origen en el sistema morfosintáctico del quechua, que carece de género, y en el cual la pluralización se expresa por medio de sufijos que se comportan de modo muy diferente de las marcas de pluralidad en español.
III 1591
Autos promovidos contra el capitán Martín de Mendoza, excorregidor de la provincia de Jauja. AGN - Juicios de residencia, legajo 8-C21, f. 188, 1591. Edicto. En el pueblo de la Asíensión de Mito en veynte días del mes de henero de mili y quinientos nouenta y un años antel don Juan Guacramanyan, alca/de, y don Diego Ninalloclla, rregidor hordenarios deste dicho puei/o por su magestad, y ante mí, scriuano nombrado, 5 pareció don Martín Pomacanchaya, alguazil mayor, que traxo vn hedito para que toman la rresiden?ia al capitán Martín de Mendo9a, corregidor passado, y luego yo el dicho escriuano nombrado ley [y] notifiqué a este hedito a los dichos caciques y principales y yndios deste dicho pueWo, y se an dado a las calles con vn yndio pregonero llamado Juan 10 Mango Guarnan, y dada y bozes y pregons a los d/chos caiques y yndios deste dicho pueWo rrespondieron [testado: que] diziendo que no está pagado por los mitas, por los axis y papas y quinvas y otras cossas: «desto yo pide ante el corregidor», así lo rrespondieron. Y oy di este notificaciones y así los firmaron de sus nombres. 15
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Santiago Mallaucan Chare [rubricado] Don Hernando Chiguan [rubricado] Sebastián Chiguan Cori [rubricado] Fíelipe Tomay Aranya [rubricado] Miguel Arete [rubricado] Don Diego Ninalloclla [rubricado] Don Joan Guancavare [rubricado] Don Domingo Mallaucan Chare [rubricado] ante mí Franc/sco Lorenzo Guaripata [rubricado], escriuano nombrado.
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Comentario: Véase el comentario al texto anterior.
IV 1625
Memorial que presentan los caciques y principales de Collana de Lampas (Ancash) al provisor y vicario general en contra de su cura, 9 de diciembre de 1625. AAL - Capítulos, legajo V:4, f. 12-14v. Pleito de capítulos del protector general de los naturales contra el doctor Alonso Mejía, cura de la Collana de Lampas. Ylustrícimo señor.
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Los pobres, que tanto encargó Dios, padesemos sin consuelo, sin amparo y sin rremedio, pues quando despachamos doze ynJz'os a pedirlo con quarenta capítolos contra el doctor Mejía, tubo trasas de quitarlos a los que le llebaban, queriéndolos hazer matar, y si a los ojos de vuestra señoría ay este atribimiento, qué hará solo y sin que le jusgue, pues en quatro años no a tenido besita, porque sienpre juye de ella porque su mala bida y los agrabios que nos haze no parescan. Por las llagas de Jesucristo Nuestro Señor que nos haga vuestra señoría justicia y le mande exsiba los capítulos y querella que contra el dicho doctor enbiábamos a Lima; en ellos decíamos y numerado los agrabios de priciones, tresquilas, azotes, coses, palos y mujicones que de ordenario nos daba: 1 Muertes de seys yníftos que con sus mercaderías enbiaba fuera desta Collana; dos murieron de hanbre en Anbar llebando unos puercos; tres murieron en Lima que llebaba con caballos y gallinas y tocinos a bender; // otro murió en un rrío de Rrequay (?) ahogado en invierno: aunque el indio no quería ir, le aporreó y mandó que fuese, y se ahogó y lo comieron los cóndores. 2 Quatro años a que no se confiessa la dotrina sino de cunplimiento quatro indios no más, porque todo el tienpo gasta en hilar y tejer y hacer pabellones. 3 Muchos indios se an muerto sin confisión por no querer venir el
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dicho padre Mejía a confesarlos. 4 Anos hurtado muchos puercos y metido entre los suyos y negado luego. 5 Anos quitado otros que balen quatro pessos. 6 No a pagado indio de quantos enbiaba a Lima, a la provincia de Guailas, a la provincia de Conchucos y a Los Llanos, y anos quitado carneros, lana y quanto tenemos, como un tirano. 7 Cobró de las yglecias siento y ochenta pessos ensayados, como parecerá, y se a quedado con ellos. 8 Quitónos siento y veynte pesos para un manto de Nuestra Señora y trajo una librea que enviamos a Nwesíra Señora. 9 Quitó una rreja de la yglecia de Aquia y hizo banquillos para sus baúles. 10 Jurtó una manta de cunpi y hizo alforjas della que era de la iglecia de Guasta. 11 Y otro cunbe de la yglecia de Chiquiyán se la llebó hurtado. 12 Quitónos dos años el día de Todos Santos a patacón a los casados y a los solteros a quatro rreales, con que nos rrobó más de mil pesos, y a unas estancias de ganado de la tierra que tenemos en Chiquiyán los quitó ochenta patacones, no mirando el salario y espeseas que le damos. 13 Quitónos el dicho padre Mejía siento y beynte pesos de la cofradía de Copacabana, que no balen treynta patacones. Todo quanto hallaba en Lima al juego o a sus canbalaches, todo lo traya a bender a esta dotrina, con que nos rrobaba y quitaba el dinero: no las ponemos aquí todas porque a su tienpo pareserán. 14 A un ynJi'o casado llamado Diego le quitó a su mujer Barbóla. Estando el dicho padre Mexía públicamente amansebado con ella, porque se la pedió el dicho marido lo asutó y tresquiló, con que no hiso bida con ella hasta la muerte. 15 En los tres pueblos desta Collana, llamando las solteras a su casa a hilar y a urdir, a la que le parecía desía luego le abía hurtado la mitad de la olya y mitiéndola en su cama la forsaba, y desta manera se aprobechó de todas; y por una dellas llamada Anilla peleó con un ynteren suyo llamado don Francisco de Olibares que se abía rrebuelto con ella. 16 Los hicheseros estaba en la tablilla de la yglecia por los padres de la Conpañía y por los besitadores: los quitaba el dicho // padre Mexía por plata que le pagaban y a otros con quien se enojaba los escribía por /roto/, dándonos mucho escándalos con esto. 17 Hazía el dicho padre Mexía que le amasasen en su casa panes tan chequitos que no abía nadie que los quisiese conprar, y a las mismas
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yndias que los amasaban se los hasía llebar a palos y que le pagase/i la plata de ellos. 18 Y con estos y otros muchos malos tratamientos se an huydo más de dusientas personas desta dotrina, como lo haremos todos si el dicho padre Mexía bolbiese acá. 19 De beynte pabellones que hiso no nos a pagado nada; estos llebó agora a Lima. 20 A casa [d]el gobernador don Alonso de Balberde entró el dicho padre Mexía y le quitó por íuersa treynta arrobas de hilasa y la bendió a dies patacones a Pedro Rrabelo, y agora nos pide trecientos patacones que monta la dicha hilasa. Todo esto y mucho más, ylustrícimo señor, yba en nuestros capítolos con distención y claridad. Y porque los quitaron como dicho es, y allá abirriguará vuestra señoría y berá por la carta que ba con ésta de uno de los principales que allá te[ne]mos, escribimos ésta de priesa y pedimos balga, en quanto ubiere lugar, por querella y por capítolos que de nuebo presentámos pidiendo a vuestra señoría como a padre el rremedio de nuesíros trabajos, y para la prueba de lo que tenemos dicho pedimos y suplicamos nombre vuestra señoría un besitador christiano que benga a esta Collana a la abiriguación de lo rreferido. Y para que vuestra señoría eche de ber // que no somos nosotros solos los que nos quejamos del dicho padre Mexía, pida vuestra señoría al dotor Felisiano de Bega el proseso que la dotrina de Llata se hiso contra el dicho padre Mexía, el qual coxió en ésta Collana a un yndio de la dicha dotrina de Llata y porque abía jurado contra él lo tresquiló y asotó cruelmente, disiéndonos que a otro abía hecho cortar la cara en Lima porque abía jurado tanbién contra él y que lo mesmo abía de hazer con nosotros si le capitulábamos, porque vuestra señoría le quería tanto que otros capítolos que ynbiamos agora seys meses se los dio vuestra señoría mesmo a él, y que tiene tanto fabor en Lima que no se le da nada de nadie. Y para darnos a entender esto nos pidió sien gallinas, una botija de manteca, tosinos, mays, papas, cocopa, chochoca y buebos en cantidad, disiendo que todo era para vuestra señoría: no nos dio un rrial por todo ello y supimos que lo abía bendido y aprobechádose de la plata. Tornamos otra bes a suplicar a vuestra señoría nos ampare y nos rremedie, librándonos de la tiranía deste padre Mexía, y para obligarse a ello ynfórmese vuestra señoría que a más de treynta años que no capitolamos a ningún clérigo ni somos amigo de pleytos ni pusiéramos éste si tubiéramos dotrina, // si nos confesáramos y uyéramos sermón; si nada desto tenemos sino un enimigo que nos maltrate y quite las hasiendas, por qué no emos de clamar al sielo y a vuestra señoría, a quien protestamos, y juramos a
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Dios y a esta j que no nos muebe odio, pación ni malicia a lo dicho sino el trabajo rreferido y la falta de dotrina que con él tenemos, y si 110 fuere nesesario obligamos nuestras personas y bienes abidos y por aber a la paga de los salarios del besitador que pedimos, si diere por libre al dicho padre Mexía, y para ello renunciamos la menuría y todas las leys que nos pueden amparar y librar de la dicha obligación, para cuya fuersa nos rretificamos en lo dicho y firmamos nuestros nombres en 115 esta Collana en nuebe días del mes de disienbre de 1625 años. Don Alonso Balberde Cusi Paucar [rubricado] Don Alonso Limai Condor [rubricado] Don Joan de Castilla [rubricado] Don Simón Cusi Paucar [rubricado] Don Joan Yacalua [rubricado] Don Phelipe Paucar Mona [rubricado] Francisco de Auendano Mur [rubricado] Maríjn Hirca Lloclla [rubricado] Pedro Joan Lluclla [rubricado] Don Gonzalo Paucar Baman [rubricado] Don Diego Bilca Quispe [rubricado] Alonso Mahac Chaua [rubricado] Jhuan Caua Chiaque [rubricado] Domingo Traate (?) [rubricado] Don Martín Mendoza [rubricado]
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Comentario Este memorial presentado por quince principales de la doctrina de Collana, actual departamento de Ancash, es el documento más extenso del corpus. La buena articulación discursiva y sintáctica del texto hace presumir un nivel alto de competencia castellana del escribiente andino del documento. Por lo demás, el texto está escrito de modo cuidadoso y no contiene, salvo alguna excepción (73) (que he preferido enmendar, pues me parece un error mecánico de escritura, en un contexto general en que no los hay), errores, correcciones o tachaduras. La fonética, a diferencia de los textos anteriores y de muchos posteriores, no presenta rasgos abundantes y muy marcados de interferencia: el consonantismo, por ejemplo, no tiene rasgos anómalos. En cuanto a las vocales, las alternancias e/i, o/u, o la preferencia de una
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vocal frente a la otra —en contra de lo que era la norma que iba prevaleciendo en los primeros decenios del s. XVI— sólo se da en las átonas, de modo que la mayoría de los casos podría ser interpretada como expresión de una norma conservadora o arcaizante del propio español, y no como un fenómeno de interferencia. En todo caso, aquí se plantea un problema de difícil solución que he tratado en otro lugar a propósito de documentos del XVI 1 , ya que no se dispone de un inventario de las voces cuyo vocalismo ha vacilado a lo largo de los siglos. Formas como capítolos (4, 78, 81, 94), hesita (7), besitador (84), ordenado (13), dusientas (69), ynbiamos (94) y varias otras más son perfectamente tradicionales, y tan solo manifiestan un estado de lengua más conservador. Claro que aquí puede haber coactuado la competencia del bilingüe; en todo caso, más parecen ser productos de esta competencia (y por lo tanto debidas a interferencia, ynteren (58, por ínterin), hicheseros (60), chequitos (65), asutó (52; pero asoló, 90), menuría (112) y alguna otra. En el mismo terreno fonético, pero en otro orden de fenómenos —pues no me parece haber conexión con el bilingüismo—, llamo la atención sobre la presencia de formas con inicial aspirada o con velar, que muestran la preferencia por la solución andaluza frente a la castellana: juye (7, frente a huydo 68) y jurtó (37, pero hurtado 25 y 55)2. Obsérvese la forma buebos (98), con su expresión del refuerzo labial de la semiconsonante. En cuanto a la morfosintaxis, cabe señalar la alternancia de le/lo para el objeto directo (p.e. /e,18, 93; lo, 19): véase, a este propósito, la alternancia en un microcontexto de los y le, línea 5, para el objeto directo homorreferencial. Téngase en cuenta el uso de los (43) para el objeto indirecto, frecuente en el español andino actual 3 . En la línea 78 parece anómala la falta de indicación del objeto indirecto. Se comprueban algunos pocos casos de discordancia (39, 60, 104; en cambio, el uso del quien invariable, en la línea 62, es todavía normal en los primeros decenios del s. XVII 4 ). Los subjuntivos de la línea 106 no parecen justificarse por el contexto.
1
Cf. Rivarola, Alternancias.
2
Cf.Frago (1994, 91-110).
3
Sobre el uso de los pronombres oblicuos en el español andino cf. Caravedo (1996b, 162) y la bibliografía allí citada. 4
Cf. al respecto Lope Blanch (1997).
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En cuanto al léxico, vale la pena consignar la presencia de quechuismos ( c o c o p a , chochoca, 97), uno en doble forma: cunpi (37) y cunbe (39) 5 .
5
Para cocopa cf. Lira (1982) s. kukúpa («Una vianda preparada con chuño blanco»); respecto de chochoca vid. González Holguín (1608) s. chucchucca («Maíz cocido y pasado al sol que es como arroz»), Cumpi aparece como compi («ropa preciada») en el Vocabulario anónimo de 1586, forma que también prefiere el Inca Garcilaso (1609, V, 6). Guamán Poma de Ayala (1615) escribe de variada manera: cunbe, conbi, cumpi, qumbi, etc. (cf. el glosario de la ed. citada en la Bibliografía).
V 1638
Memorial que presenta la india Catalina Cargua al cura de Vico y Pasco, licenciado Diego Hernández Machón, Ninacaca (Pasco), 22 de mayo de 1638. AAL - Expedientes matrimoniales, legajo VIII:30, f. 1. Expediente seguido por María del Castillo y José de Barrosoeta.
Catalena Cargua, yndia soltera, natural del pueblo de Ninaca[ca] en esta provincia de Chinchacocha, madre [de] María de [Cas]tillo, hija natural de Juan Alonso de Castillo, en mi nombre [y] en el suyo digo questá consertado de casar la d/cha mi hija con Jusepe de Barrasuyta, 5 español; por estar ausente más a de vn mes en la ciudad de Guánuco el bachiría de Orueta, nuestro cura, y fuera desso teniéndonos aminasados y a mí y a mis hijas que no les case sin su lengincia, mi presento ante vuestra merced con la dicha mi hija para que la case con el dfcho según orden de la santa madre yglefia, para lo qual a vuestra merced pido y 10 suplico la mande depo?itar en parte lebre [e] segura; tomado su consintimjento proceda amo[nes]stala y casalla, etcetera. Pido just/c/a, etcetera. Catalena Cargua [rubricado]
Comentario Este breve memorial presentado por Catalina Cargua, quien se autodesigna como yndia soltera (1), está escrito quizá por el notario de nombre indígena que aparece como fedatario al final del documento, el cual contiene, asimismo, la resolución (no publicada aquí) del licenciado Hernández Machón, favorable al pedido. Es un texto escrito con
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letra grande y descuidada, y presenta omisiones de palabras y sílabas, que he enmendado. En cambio, no he intervenido, como se ve en el texto, para uniformar la escritura de la unión entre el infinitivo y el pronombre enclítico al final del texto (11), puesto que amonéstala podría reflejar una variante con asimilación de /r/ del infinitivo a /l/, variante alternativa a la más usual representada por la palatal lateral. En cuanto a la fonética, obsérvese el vocalismo andino ya en el antropònimo Catalena (1); luego aminasados (6), lengincia (7; además, con anticipación de la consonante nasal), lebre (10), consintimjento (11). En la morfología se nota un caso de les (7) para objeto directo femenino, frente a la (8, 10, 11). Es algo anómala la articulación sintáctica de la doble expresión de causalidad, primero a través de por+infinitivo (5) y luego por medio de una perífrasis con gerundio (6). Bachiría (6) no se encuentra registrado en las fuentes lexicográficas como variante de bachiller y bachaller.
VI 1642
Carta de don Juan Alaya a su hermano don Jerónimo Soco Alaya, Lima, 2 de enero de 1642. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 4, exp. 21, f. 138. Causa criminal contra don Juan Apo Alaya, cacique y gobernador de Anaguanca, valle de Jauja.
Don Gerónimo Soco Alaia:
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Sierto que habéis mal de no benir luego a esta ciudad a la lixera, pues os e dicho que ynporta mucho así para nuestros negocios como para otras cosas del repartimiento de Hananguanca. Y así ynporta, hermano, que te bengáis luego que bea esta carta sin detenerse en cosa alguna para que acá se remedien muchas cosas, porque me han dicho que todas las cosas de por allá andan todo al reués. Ynporta mucho que se benga luego, pidiendo testimonio de todo, que con ellas se pidirá aquí justicia. De lo demás, de los capitulantes, me rrío y digo que son vnos borrachos que a mí no me a de hacer nada, que de balde están candándose los perros; i allá no lleuó juez ninguno, que hasta eso mintieron los borrachos; al señor corregidor nueuo lleuaron vna comisión recetaría para ratificar los testigos falsos y no más, y no lleuó a otra cosa, y así se rría de todo lo que dijieren, que sólo enborracharse saben esos perros yndios. // Ello dirá andando el tiempo. A don Leandro Tacona y a su hermano estoy aguardando; paré?eme don Gerónimo que no hacéis nada de lo que os encargué y todo lo hacéis al reués, pues hasta agora no me auéis enbiado a Tacona y a su hermano y a Jasinto y a otros que e enbiado a llamar; no haféis diligencia ninguna. Despácheme luego a todos, por vida suya, y acuda a todo como amigo y no sea vañusca, que estáis temblando de todos esos hebreos y no acertáis ni aun andar, que con palabra de yndias biejas os hacen temblar; no tengáis tanto miedo, que Dios es sobre todo y es todo falso lo de este mundo. Mirad lo que dicen de mí y nada es berdad lo que
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25 di?en; y yo me estoy rriyendo de lo que ha?en. A mi madre suegra que me enbíe plata, aunque benda todo lo que ay; sólo me enbíe plata, todo lo que pudiere, y las gallinas; y no aya falta. Y auisadme a la ligera de lo que vbiere y del gouierno. La prouifión // di?en que lo tiene el corregidor pasado; auíseme de todo y no sea floxo. María y todos están 30 buenos, con salud, a Dios grafías. A mi tía mis abrafos y que benga acá y se boluerá con los muchachos sus nietos a herrar el ganado, y no aya falta. Guárdele Dios Nuesíro Señor, Lima 2 de enero de 642 años. Don Joan de Alaia [rubricado]
Comentario Esta carta privada, al igual que el texto IV, es un buen ejemplo del alto nivel de castellanización lingüística de algunos miembros de las clases dirigentes indígenas. A este propósito, no es irrelevante que estemos aquí en el ámbito del valle del Mantara, donde el impacto de la castellanización fue mayor desde épocas antiguas (cf. la Introducción). El texto no presenta problemas de lectura. Como se ve, no hay en él omisiones, correcciones o tachaduras. Para el análisis de sus características lingüísticas remito a las pp. 22-24.
VII 1647
Memoria y acusación que hacen don Tomás de Acosta, curaca de Checras, y Tomás Guaraca y Martín Guaraca, contra don Rodrigo Guarnan Chaua, indio principal del pueblo de Maray, y otros, por haber hecho hechicerías, Checras 1647. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo II, 7A, f. 1.
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Memoria lo que I1Í90 las causas y bellaquirías de don Rodrigo Guarnan £haua son los siguientes: 1 yten: el dicho don Rodrigo consenten el Pedro Maiz, primeramente mandan para traygan llenas y harar sus chacras. 2 yten: el dicho don Rodrigo que consentan a vna cassa; allí beberon con Pedro Mays y Gongalo Poma. Entre los d/chos junto beberon las 9hÍ9has, ya más de abrá tres meses y medio. 3 yten: el dz'cho don Rodrigo tiene su abuela, sus brojas, llamada María Carua Chami y su madre Angelina Llacxaijhuqwe y otra llamada Cecilia Quillai, que hiñeron vellaquirías con vn biejo Gonfalo Poma, broxo, ya más de ocho meses poco más o minos. A este [tes]tigo ssaue llamada Leonor Rimay, yndia forastera. 4 yten: el dz'cho don Rodrigo, digo que su madre que adoró hija de do« Rodrigo con vna llama de la tierra blanca degolar en una parte enfuera llamada Acfha, estar allí mediano9he con Gonzalo Poma, broxo. Luego de la mañana comen?ando a holgar con tamborillos y beber muflías 9hi9has hasta tres días. 5 yten: el dz'cho don Rodrigo, digo que su muger doña Ysabel Quillai questán ensserrada de vna despenssa; dixo que parió vna niña, por esso hazieron de ayuno sin oyr missa y a la dotrina hasta de tres meses. Testigo Andrés Poma, pueblo de Can en. // 6 yten: el dicho don Rodrigo, que trescaron a su hija de vn año y poco más o minos, y quidado vn poco cauello hasta agora nostá trescado ni acabado. Luego entonses holgaron asta 9Ínco días con los
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25 tinyas, sin oyr missa está holgando día de finissa y día de miércoles deste año, ni rre9Íbido la siniza. Saue este [tes]tigo Joan Poma deste pueblo de Maray. 7 yten: quando degollar vna lama de la tierra blanco sacaron sus sangres a rramar al suelo y quemaron sus carnes con las maíz curudo, el 30 qui hi?o Gonzalo Poma, y sacrificaron medianoche con su madre de don Rrodrigo. Saue este [tes]tigo María Vpiay, yndia. viuda. 8 yten: el d/cho don Rodrigo que llegó a cassa de Gon9alo Poma para dar los conssejos que no sse hue adondequiera, «para esso estoy cassique», dixo, «que yo le ampararé y faborrecer[é], vcultaré de mi 35 cassa quando biene señor visitador». Testigo el mesmo su hija de G o ^ a l o Poma, María Quispi Sisa. 9 yten: el dicho don Rodrigo mandó para texer de vna camixita y trabajó escondido en vna asento de 9ha?ra; dixo que estaua Pedro Maiz, este testigo ssaue muy bien Martín Guaraca. 40 Estos todos sus causas que no es malicio y firmé de mi nombre. Don Tomás de Acosta [rubricado] Thomás Guaraca [rubricado] Martín Varaca [rubricado]
Comentario Este texto ha sido analizado en la Introducción (pp. 21-22), a la cual remito. Añado aquí algunas observaciones sobre el léxico indígena: junto a los indigenismos no andinos, pero tempranamente consolidados en la región, chicha (7), maíz (29), cassique (34), se hallan quechuismos como chacra (4, 38, sin anaptixis, cf. con anaptixis en XI, 29 y XXV, 48; cf. Santo Tomás 1560 chocara), llama y lama (14, 28; cf. Santo Tomás s.v.) —con la expresión añadida de la tierra, que es un residuo de la más antigua designación española de estos auquénidos como ovejas de la tierra. Respecto de la voz tianyas (25), que se encuentra claramente escrita así en el manuscrito, me decido por introducir una enmienda, por considerar que la que excluyo es un error de escritura: en efecto, no hay otra manera, en mi opinión, de interpretar la voz en el contexto que como tinyas, ya recogida por el primer lexicógrafo del quechua con el valor de «adufe o atambor» (Santo Tomás, en verdad, trae timya o guanear, cf. s. timya). También la
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consigna el Vocabulario anónimo de 1586, s. tinya, como «atabal, adufe, vihuela», acepciones a las que González Holguín (1608) agrega «guitarra».
VIII 1659
Memoria de los bienes de Francisco Malqui hecha por Sebastián Arroyo, Huaroquín, 24 de julio de 1659. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo 111:21, f. 4. Causa criminal contra Francisco Malui, indio del pueblo de Huaroquín (Canta).
Memoria de los bines de Francisco Malque questá enbargado en poder de don Lorenso, prencipal del pueblo d[e] San Pedro de Guaruquín, oy juebes julio 24 de mi659 años. Primeramente vna fresade aguasca y una anacobija y dos lleecllas y dos camijetas, otro 5 listado y uno biejo, y más dies ubillos y un costal. Yten: treinta cabesas de ubejas de Ca[s]tilla y más siete carneros de la tierra. Halló los tes/entre líneas:tigos/ prisentes Martín Benito y Alonso Capcha. Sebastián Arroyo [rubricado] Don Lorenco Quispe Guarnan [rubricado]
Comentario Esta brevísima Memoria de bienes está escrita, como lo dice el encabezamiento y como lo muestra la unidad de letra entre texto y firma por Sebastián Arroyo. La letra es clara; algunas vacilaciones han quedado en los pocos (y poco relevantes) borrones y tachaduras que muestra el texto, y para los cuales remito a la reproducción. Delante de la palabra yten (5), con la que comienza una línea en el manuscrito, hay un signo de ítem. En cuanto al vocalismo, obsérvese prencipal (2), ubillos (5), ubejas (6), prisentes (7). De dificultades con los diptongos da testimo-
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nio bines (1). Llama la atención la forma camijeta (4), con grafía de palatal o de velar claramente legible, la cual es producto de los trueques de sibilantes (cp. con camixita, VII, 37) 1 . En cuanto a léxico, obsérvese los quechuismos aguasca (4) y lliclla (aquí lleeclla 4), y la posible forma híbrida anacobija (4) .
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Cf. a este propósito Alonso (1947) y, recientemente, del Valle (1996).
Aguasca se encuentra documentado lexicográficamente por Santo Tomás (1560) con el valor de «cosa texida» y lliclla por González Holguín (1608) como «manta de mugeres». En cuanto a anacobija me parece que es una fusión de anacu (que el Vocabulario anónimo de 1586 define como «saya de india») con cobija.
IX 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 1. Causas criminales de idolatrías y hechicerías contra unas indias de la doctrina de Ambar (Cajatambo).
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Agustín Capcha, natural deste pueblo de Noestra Señora de la Asompisión de Ambar, paresco ante vuestra merced como más a mi dericho combenga: digo que por quanto que suy fiscal maior de todo el arsobispado por el título que vuestra merced se cervió de darme por el horden y comisión del muy lustrísimo señor dotor don Pedro Bella Gomes, mi señor, en el qual título tengo hecho juraminto en furnia de dericho como chrestiano de no consenter nengón pecado público, escándalo contra la lé de Dios, como son hechiseros, ydólatras y casados dos beses y concuvinarios y amansebamintos; y asé por la comisión tan bastante que tengo para ellu, ase lligado a mí notisia que cómo en este dicho pueblo avía endia hechisera qui fueron nombradas Juana de los Reis y Juana Mayuay y María Juliana y María Canchan, y a las quales endias, dado parte al lecensiado Bernabé López de Burgus, mi cura énter deste benefisio, hese parecer conmigo a don Pablo Pilco Quespe, que fue alcalde deste dicho pueblo y a don Martín Naupari, escreuano de cabildo y a los demás ministros de la justisia, y asé, refirindo el caso de mi relasión, puse presas a todas las dichas endia, apartes a cada una dellas para seguridad de sus declarasiones: porque no mi negase en todo timpo puse todos sus dichos por escritos en presencia del dicho mi cura para que cervise de sumario ante vuestra merced y ansé agora /testado: mi querellu creminalmente/ a las quales endias acoso creminalmente, premiso lo nisisario, en lo qual comitiron gravis delitos digeno de punisión y castigos, y asé para cuio remidió a vuestra merced pido y suplico se cerua demandar que les condene en las penas del en que han encurrido, mandándolas executar en sus
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personas y vines para que les sía escarminto y castigos y a otros exemplos, y que mi page los derichos que mi combinen confiirme a dericho que mi toca, sobre que pido justisia y costas, y juro en furnia y para ellu, etcetera. 30
Augustín Capcha [rubricado]
Comentario En este primer texto de Capcha aparece ya un rasgo muy notorio de todos los redactados por este personaje: la abundancia de anomalías vocálicas. Más que por otros fenómenos del fonetismo, los textos de Capcha muestran su pecularidad en este aspecto. De la masiva presencia de formas gráficas anómalas en el vocalismo no se puede concluir, sin embargo, una mayor presencia del fenómeno en la oralidad de nuestro personaje, en relación con la que reflejarían otros textos. Lo que sí podemos concluir es que Capcha tenía poca conciencia de la grafícación estándar, como se muestra, asimismo, en las letras correspondientes a fonemas sibilantes (s casi general, con pocas excepciones de c correcta, por ejemplo, parecer, 14, y c anómala en cervió 4 y cervise 20, verbo que Capcha inicia regularmente con c; vid. X, 4 y passim). El hecho no deja de ser curioso, habida cuenta de la función que ejerce y de la probable práctica de la lengua escrita que ella implicaba. La letra de Capcha, por lo demás, es una cursiva regular y bien formada, no exenta de rasgos elegantes. La anomalía vocálica se encuentra inclusive en aquellas partes formulísticas que se repiten al comienzo y al final de los textos: dericho (3, 27, 28; pero derecho, en otros textos), furma (6, 28), confurme (27), o en formas gramaticales corrientes, sea verbales (suy, 3; sía, 26), sea adverbiales asé (9, 16, 23; pero también ansé, 21), sea pronominales {ellu, 10; qui, 11). De las dificultades en la reproducción de diptongos dan testimonio, además, lé («ley», 8), amansebamintos (9), timpo (19), comitiron (22), vines (26), combineri (27). Con respecto a Asompisión (2), podría tratarse de un caso de anaptixis, fenómeno presente también en digeno (23) y varias veces en los escritos, tanto de nuestro personaje como de otros redactores; la palabra se repite de forma análoga en XI (12). Lustrísimo (5) es, quizá, haplografia, ya que esta palabra se suele escribir con y inicial, letra con la que termina la palabra anterior.
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Por lo que atañe a la morfosintaxis, obsérvese, junto a usos que se atienen a antiguas convenciones sintácticas, como el pronombre (en este caso se) en enclisis cuando la palabra inicia frase después de pausa (ase 'se ha' 10), los varios casos de discordancia: 17, 19, 27. En las líneas 24-25 hay otra frase de sintaxis anómala: les condene en las penas del en que han encurrido. En esta misma secuencia obsérvese les para objeto directo (frente a las en 25). El dado de la línea 13 podría ser un error gráfico por dando o bien un uso perfectivo equivalente a habiendo dado.
X 1662
Carta del fiscal Agustín Capcha al visitador general de idolatrías, Ambar, 26 de julio de 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 11. Causas criminales contra unas indias de la doctrina de Ambar (Cajatambo).
Mi señor visitador:
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Estemaré mucho que este papel halli a vuestra merced con mué entera saludo, para que simpre mi haga mersede y honras. Yo, mi señor, quedo con ella para cervirle a vuestra merced como tengo oblegasión. Digo, mi señor, yo lligé a este pueblo para la físta del señor San Pedro y que loego no faltó persona que mi vino a darmi parte cómo Francisco Renre, alcalde que es al presente, avía cojido unas endias hechiseras y que él solo aví[a] hicho su justisia cen dar parte a mi cura Bernabé Lopes de Burgos ne a su companiro don Pablo, solo por quidarse él solo con el cuicho que diron las dichas endias, qui fuiron una pisa de ropa de mujer y tres pesus en reales. Y savido todo esto comoniqué con el dicho mi cura y con don Pablo para hacer las delegensias, como lo hise más loego, y puse presas a quatro endias, con que ellas mismas declararon todo sus maldades cin darles tormento ne hacerles vijasión alguna; y que preguntando a ellas que se Francisco Renre avía hallado sus hechisus en su poder, nos respondiron que era berdad, que no pudían negar. Y a esto le bolbimos a pregontar quí era lo que hallú: nos dijo una dilla que fueron lo que hallú una cabesa de pájaro y unas plumas y un gusano dorado y cabellu de persona y lanas de todas colores y um puco de tirra naranjada y sebos. De todo esto le dijimos qué lo hiso el alcalde dellu: nos respondió que los avía quemado en su casa del dicho alcalde. Y dijimos que se fue berdad que dio ropa y plata; nos dijo que era berdad. Y savido todo esto nos pusimos a furminar cabesa de auto por eschiso en furma de un borrador, para que vuestra merced lo pusira
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25 en orden lo que se a de hacer y darle sentensia. Esto lo que yo le aviso a vuestra merced es por agora estar ocopado en abiarmi para Lima con unas cargillas de mi cura Juan de Salasar; se n[o], yo em persona fuira a besarle sus manos. La causa de todo esto fiie por abe[r]nos dicho el cura de Caxatambo que vuestra merced no estaua ya en ese ualli , que se 30 avía edo a Lima com toda su jinte; esto fui agora quense días, al timpo quando yo estaua para saler a ese ualli, // con que mi esturvó mi yda, que nos determinamos de dar parte al señor arsubispo, que la respuesta la estamos esperando. Hasta que lo supimos que vuestra merced estaua en ese ualli de Sallan, que estuvo con vuestra merced un fraele 35 lemosnero de la horden de mi padre San Agustín que aportó a este Ambar. Asé avisamos a vuestra merced como a quen le toca esta causa de ydolatría para que sían castigadas, y en quanto para las costas teñimos embargados todo lo poco que ellas tinen, aunque dos endias dellas case nada tinen, que no Higa a dos patacones; las otras dos 40 tudavía tine balor de quarinta pesus y Francisco Renre tine dos muías y guerta de mansanas para pagar la herrona que hiso. Que estando vuestra merced aqué entindo (?) para mí pareserá otras hechiseras. Con esto, mi señor, no sui más largo. Guarde Dios a vuestra merced muchos años. Ambar, benteséis de julio de 1662 años. De vuestra merced su menor 45 hijo que sus manos besu, esperando la respuesta que mi hesere mersede. Agustín Capcha [firmado]
Comentario Cf. el comentario incluido en la Introducción (pp. 19-21).
XI 1662
Carta del fiscal Agustín Capcha al visitador general de idolatrías, Ambar, 26 de agosto de 1662. AAL - Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 10. Causas criminales contra unas indias de la dotrina de Ambar (Cajatambo).
Mi padre y señor:
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Estemaré mucho que este papel halli a vuestra merced con mué entera saludo para que simpre mi haga mersed y honras, de lo que no meresco a tantos fabores que mi hase. Digo, mi señor, que este su hijo quedó con ella para cerbirle a vuestra merced como su mínimo criado, que por cer asé mi atrivo hacer esta y dar quenta de lo que pasa en este pueblo, que, aunque es berdad que antes desta le dé quenta de todo por estas endias que tengo presas, mi mandó vuestra merced que yo esperase su buena bin[i]da para que yo como su ministro dirá quinta por el cargo que vuestra merced mi hiso mersede. Lo obidesí, visto que staua d'espasio vuestra merced en ese Sallán. Di una lejira a Lima estubi de buelta para la fista de la Asumpisi[ón] de Noestra Señora en este pueblo y en el énter quise er a besar sus manos di mi señor padre. No tubi lugar para ellu por tener en la cama a su hija de mi señor, mi esposa, a quien asta agora no la tengo con saludo; por esta causa no boe en persona a hacer rrelasión por caual, solo hago saber por estas endias que dos dellas está enferma y a la demás estamos guardando con muchísimos trauajus porque no nos haga fuga estos malos chrestianos endios que han binido de Lima, que todos están en este pueblo. Y asé vuestra merced vía en esto con el resgo que estamos guardando, con decerle a los ministros que lo himos de pagar sus trauajus, que vuestra merced dirá en eso lo que se an de dar por día, que corre desde la fista de Señora Santa Ysabel, que de contino está puesto de aguarda y lo tengo asentado por mimo//ria los días y los gastos que hago en estos
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25 portadores, como lo sabrá vuestra merced por el lesensiado Bernabé Lopes de Burgos, mi cura. Asé vuestra merced nos hará mucha mersed de abesarnos su buena bin[i]da, porque estamos mué aflijidos por estar en timpo de sementeras de papas para nuestros sustentos que tenemus noestras chácaras dos leguas deste pueblo y lo otro con la cosecha dé 30 maesal. Asé, por amor de Dios, mi i mor dé horden de estas presas, que los despachimos allá o que vendrá vuestra merced brebe a este pueblo. Lo estemaré mucho como de mi señor padre; con esto no alargo más, que guarde Dios a vuestra merced como merese. Ambar benteséis de agüsto de mil seesintos secenta y dos, de mi señor su minor hijo que sus 35 manos beso. Agustín Capcha [rubricado]
Comentario Esta carta, que tiene el mismo destinatario de la anterior, el visitador general de idolatrías, Juan Sarmiento de Vivero, se inicia con igual fórmula (y se repiten por tanto los rasgos ya analizados a propósito de dicho texto), pero con un añadido de rasgos anómalos en cuanto a la sintaxis preposicional. Con respecto a la disposición del texto en el manuscrito original, hay que señalar que a partir de la segunda sílaba de estos en la línea 18 y hasta el final del contenido del folio, el texto está escrito transversalmente sobre el margen izquierdo. Señalo algunos casos de anomalía vocálica especialmente marcada, por las razones mencionadas en el comentario al texto IX: mi (8), er (13), di (13), ellu (14), vía (20). Cf. también mué («muy», 2), boe («voy», 15). Respecto de la morfosintaxis, nótese junto a lo (25) como objeto directo (frente a les, señalado en IX), la misma forma con función de objeto indirecto plural (21; aunque podría interpretarse también como objeto directo redundante). Un caso de los discordante en género se halla en la línea 31. Otros casos de discordancia se presentan en las líneas 17-18, 22, 23-24 {lo tengo asentado ...los días y los gastos). Parece haber ausencia de objeto en la línea 20 (que estamos guardando), si bien la articulación de toda la secuencia es sintácticamente poco clara. Por en la línea 16 parece tener el sentido de «a propósito de».
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Instancias de doble posesivo se hallan en las líneas 13 y 141. Léxico: lejira (11, «ligera») significa 'viaje rápido y breve' (y está relacionado con la expresión a la ligera (vid., p.e., VI, 1), de la cual quizá deriva. Para a la ligera cf. Autoridades sub ligera.
1 La retención, en el español andino, de este esquema ya presente desde las más antiguas etapas del español, así como su reforzamiento y ampliación a otros contextos, es un tema ampliamente estudiado y discutido. Remito al reciente trabajo de de Granda (1997) y a la bibliograña que allí se cita.
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Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:9, f. 1. Autos seguidos para buscar las máscaras, tamborillos, cusmas y demás instrumentos del baile guacón.
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Agustín Capcha, fiscal mayor deste arzobispado, paresco ante vuestra merced como más a mi derecho combenga: digo que por quanto tengo facultad para denonsiar todos los pecados públicos y asemismo puedo denonsiar todas las osansas que vsan los endio de sus antividades com[o] son se ponerse a baylar con las mugers cantando en sus lenguas, alabándoles a los hombres por sus desendentes o cerros o punas, desindo que fue nasidos de tal cerros o punas, y que las dichas mugers con los tamburiles en las manos tocando y cantando con ella; y asemismo tenen de custumbres los endios de ponerse a baylar en los días de fistas en vna osansa de antividades que se llama «guacon», con vnas máscaras lo mas feio que se puede ber, puestas en las caras con vnos combes que les cervin de camesetas ju[n]tado todo el brasus y pies con vnos colores narangadas tirras o de otras cosas. Esto hase los endios deste pueblo con poco temor de Dios Noestro Señor, de lo qual acoso creminalmente, permiso en lo nesesario. Por tanto a vuestra merced pido y suplico se cerua de mandar al fiscal desta vesita Juan Sanchis de la Crus que baya conmigo a casa de los dichos endios a buscar los tamburiles y las máscaras de los dichos guacunes y las camisetas de cumbe para que sía manefistada ante sí, para que della haga vuestra merced lo que aquella que más combiner, que juro en fiirma de derecho a vna señal de la crus | que pido justisia, costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Este breve e ilustrativo memorial sobre costumbres rituales indígenas presenta, desde el punto de vista lingüístico, algunas particularidades también interesantes. Aparte los casos de anomalía en los usos vocálicos y en los diptongos, que no hace falta inventariar (pero nótese vsan 4, frente a osansas, 4, 10), llamo la atención sobre mugers de la línea 5, cuya falta de e podría ser, ciertamente, sólo un descuido gráfico sin valor sintomático, pero que, igualmente, cabría interpretar como testimonio de la caída de la vocal, razón por la cual no he enmendado. Otros fenómenos interesantes son la caída de la consonante velar que parece testimoniar antividades (5, 10), donde la v puede reflejar /u/ o /b/, y la i antihiática en feio (11). En el terreno de la morfosintaxis, fuera de los casos de discordancia (4, 7, 13), obsérvese el uso redundante de se (5) y el referente poco claro del anafórico ella (8). Algunas formaciones sintácticas se singularizan por el uso preposicional anómalo: ponerse a baylar...en vna osansa (9-10), puestas en las caras con unos combes (11-12), con vnos colores ... o de otras cosas (13). Nótese también el sintagma atributivo narangadas tirras referido a colores (13), que refleja un esquema Ad-S del quechua, y para cuya comprensión ayuda la comparación con lo que se dice en el texto X (19)1. La sintaxis de la línea 20 se aclararía considerando una a no expresada por haplografía ([a] aquella 20) y un expletivo. Combiner (20) es el futuro de subjuntivo de convenir. Léxico: obsérvese la alternancia vocálica en el quechuismo guacón/guacunes (10, 18)2. Para combe-cumbe, cp. IV (37, 39) y el comentario respectivo.
1
Sobre el uso de la «tierra anaranjada» cf. el siguiente pasaje de un expediente publicado por García Cabrera (1994, p. 427): «...dixo que dicha Juana Mayguay le dixo que era buena la dicha tierra naranjada para que los hombres la quisieran, que las mujeres de Gorgor la tenían». 2
Esta palabra aparece registrada por el Vocabulario anónimo de 1586 en la forma huacon y con el significado de «máscara, o enmascarado». Guamán Poma de Ayala (1615 [1980, 322 y 323]) se refiere tanto al baile del vacon como a los personajes que participan en él como uacones.
XIII 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:2, f. 28. Causas criminales de hechicerías e idolatrías contra unas indias de la doctrina de Ambar (Cajatambo). Agustín Capcha paresco ante vuestra merced como más a mi dericho combenga: digo que mi querellu contra don Pablo Peleo Quiespe, al cual acoso criminalmente, permiso lo nesisario: di[g]o qui agora por el mes de junio deste precente año, si[n]do mayordomo del 5 Santísimo Sacraminto, el dicho don Pablo mandó a recojer a muchas endias solteras para que ensayase unos bayles para la celibirasión de la fista del Corpos Christe y qui en el dicho ensayo cujió la una della um paño de robán, lo embolbió como a modo de una munica, cojindo en las manos, cantando én sus lenguas, baylando alredor como a modo de 10 osansa de antividad, y a todo esto el dicho don Pablo, pudi[n]do mandar castigar, antes gustó del dicho bayle y el día cegente lo mismo baylaron en agto público, como parecerán las dichas endia, qun y quan fueron, y asé para castigo remidió dellu a vuestra merced pido y suplico se cerua de mandar despachar mandaminto de pressión para las dichas endias y 15 juntaminte otro mandaminto de presión para el dicho don Pablo, que oy está en Lima con su mujer, aucentado por hallarse culpado en el delito que a comitido, que merese graves penas y castigo yjemplar para el vin del (?) república, ofresco a dar eníurmasión bastante para ellu, pido justisa y costas, etcetera. 20
Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Este memorial, que compagina con el anterior por su contenido, nos permite señalar otra forma con anaptixis: celibirasión (6). Asimismo, es de notarse la resolución del diptongo de rúan (aquí roan, nombre de la tela originaria de la ciudad francesa de Rouen) en robán (8). Particularmente interesante es la graficación agio (12), que quizá refleje ya la pronunciación característica del castellano andino actual de la /k/ implosiva como /x/1. Una anomalía que causa cierta perplejidad ecdótica es la que aparece finalmente como cujió la una della (7), ya que podría haberse optado por unir la al verbo, como anticipación, discordante en género, del objeto directo (es decir, um paño de robán). Obsérvese, finalmente, la yuxtaposición asindética de castigo y remidió (13, pero podría tratarse de un caso de haplografía de o), y la poco clara expresión qun y quan fueron (12).
1 Naturalmente que la g es ambigua a este respecto, ya que podría ser expresión solo de la normal sonorización de las sordas en posición implosiva. En cuanto a la extensión del fenómeno en lo moderno, hay opiniones disímiles: A. Escobar (1978, 45-46), por ejemplo, lo considera difundido en toda el área andina, con excepción de los Andes occidentales sureños; Cerrón-Palomino (1996), en cambio, lo ve como propio de los Andes sureños y del Altiplano.
XIV 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL Causas de hechicerías e idolatrías, legajo IV:28, f. 1. Causa de querella criminal de Agustín Capcha contra el bachiller Fernando de Paz Melgarejo, presbítero, por haber querido matar y puesto las manos a una india llamada María Magdalena, del pueblo de Ambar. Cajatambo. Agustín Capcha, fiscal mayor, paresco ante vuestra merced en la mijur vía y furnia de der[e]cho que aya a mí lugar. Digo que mi querellu contra el licenciado Fernando de Pas Melgarejo sobr'aber aporriado a vna endia llamada Mana Magdalena sólo por deser que lo 5 avía hechisado, que della se hallaua enfermo con dolor de barriga; que cogió de los cabellus a la dicha endia desindo: «a, perra endia, que uos mi abés hechisado, que todas sues endias enfernal», y a esto safándose de sus manos la dicha endia se hecho a correr, y a esto anduuo boscando el mangual para matarla a la dicha endia. A no hallar 10 el mangual cogió la espada y el buquel, con ella en las manos corrió tras de dicha endia. Y asé, para la aberguasyón de mi relasyón a vuestra merced pido y suplico mande que la dicha endia María Magdalena paresca ante sí con los demás personas que se hallaron presente en dicha ocasión de pendensia del dicho licenciado Fernando de Pas 15 Melgarejo y de dicha María Magdalena, que ofresco a dar enfiirmasión para lo que tengo dicho en esta mi petesión, que para ellu juro a Dios y a vna senial de la crus f que no cer de malisia seno por alcansar justisia, que pido costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Este texto presenta como particularidad interesante el intento de reproducción en discurso directo de una frase del encausado (6-7). Obsérvese allí el uso de vos (y de la forma verbal concomitante abés) para referirse al inferior. Capcha, por lo demás, pone en boca de Paz Melgarejo su propia fonética (sues, endias, enfernal) y su sintaxis discordante: todas sues endias enfernal. Buquel (10) estará por broquel.
XV 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 14 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 33, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Juan de Ventosilla y María Dominga de Ugalde, mestizos, sobre haber venido amancebados al dicho pueblo de Ambar. Cajatambo.
Agustín Capcha, fiscal mayor deste arsobispado, paresco ante vuestra merced en la mijur vía y furnia de derecho que aya a mí lugar: digo que, premissa la sonimnidad de derecho, me querellu de Juan de Bentosilla, el qual con poco temor de Dios, en grabe daño de su 5 consinsia a traydo consigo a vna muger mistisa del pueblo de Gorgor, con quien está junto, causando escándalo en este pueblo, que por cer cosa pública escandalosa mi an dado notisia, y para que se ybite las ofensas cont[ra] de la Devina Magestad, por tanto a vuestra merced pido y suplico mande despachar mandaminto de presió[n] cont[r]a los 10 susudichos, por quanto no tengo más pruiua de la notisia que mi an dado de que an benido juntos, lo están en vna misma casa con escándalo, porque es público por no cer casado. Juro a vna senial de la crus f por Dios Noestro Señor que no cer de malisia esta mi querella seno porque se ebiten las ofensas contra la Devina Magestad, en ellu 15 alcansar justisia, que pido costas etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Repárese en la forma sonimnidad («solemnidad», 3) y compáresela con la variante que aparece en XVI (3). El lo de la línea 11 podría referirse, en una interpretación canónica, a juntos: sin embargo, cabe la sospecha de que pueda tratarse de un caso del uso de pronombres objeto con verbos intransitivos, como el que parece darse en el texto XVIII (10): cf. el comentario respectivo y la bibliografía que allí se cita.
XVI 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 20 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 36, f. 1-2. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Domingo Tixi y Juana Antonia, india del pueblo de Ambar, por estar amancebados.
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Agustín Capcha, fiscal mayo[r] deste arsobispado, pare[s]co ante vuestra merced en la mijor fixrma que a mi derecho combenga, premisa la sulminidad [de] derecho, digo que mi querellu sevil y criminalmente de don Domingo Tigse, endio natural del pueblo del Cercado, y de Juana Antonia, los quales con poco temor de Dios Noestro Señor en gran daño de su consensia, con gran escándalo deste pueblo a muchos días que viven mal amistad, sindo casado en Lima el dicho don Domingo Tigse; con achaque de que vine a comprar mansanas a este pueblo se bine a él para estarse con la dicha Juana Antuñia dejando a su muger lijítima en Lima, sen tener nesisidad de bener a buscar mansanas fuera de su casa porque todos los endios que las tine ban a descansar a la dicha su casa que tine en la calli de Malambo con sus cargas de mansanas, que no cervi sino de juntarse a emborracharse y cachiuar (?) de día y de nocho, hasindo cavildo para jurar falso y lliuantar testemunio; él los consinte y enduse por comprarles con comodedad las dichos mansanas para rebenderlas, que por hacerlo asé lo asotó por las calli don Sebastián Nabarrete sindo alcalde ordinario el año pasado. Y demás del pecado de fumicasión a comitido otros dos pecados graves que an sido de adulterio, en que an encurrido en grabes penas corporales el dicho don Domingo Tigisi, porque la ygicusi[ón] de la lé es egual, y no pider las mugeres destos pob[re]s endios contra ellus el desagrabio de sus // malos tratos es porque son tímidas y no tine« amparo en las justisias, y porque no las maltraten más sus maridos callan y los consinten que vibin amancebados, cosa que nesisita gran
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25 remidió y jemplar castigo para el escarminto de otros; y lo otro, a faltado a la fe de sacramento en que gran fasilidad estos endios, porque lo jeneral de los endios casados deste pueblo viben amansebados, tenendo a sus amigas juntamente con sus mugeres lijítimas, sen bergunsa ne temor de Dios, de las justisa y de las gentes, que más 30 párese yresión del sacramento santo del matremunio que fragilidad de mes[e]ria homana, en que como fiscal yclisiástico que suy me compete el cuidado de prucurar ebete semejantes ofensas contra la Devina Magestad y que castigen los dichos don Domingo Tigise y a Juana Antonia por tod[o] regor y der[e]cho para que cerua de escarminto a 35 otros y a los susudichos de enminda, porque e tenido notisia de que el dicho do« Domingo Tigisi está uculto en las guertas que están abajo del reio, que de noche sen respeto y temor que se debe al autoridad del ofisio que vuestra merced vine egersindo, sube de nochi a este pueblo a juntarse con la dicha Juana Antuñia, causando mal yj implo y dando 40 helantes a los demás para que haga lo mismo. Por tanto a vuestra merced pido y suplico aya por presentada esta mi querella y mande se me reseba enfurmasión conteni[d]a en ella, y dada en lo sufisinte mande despachar mandaminto contra las personas del dicho don Domingo Tigise y de la dicha Juana Antunia, que juro a Dios y a esta crus t no 45 cer de malisia esta mi querella seno por alcansar justisia en que se castigen semejantes delitos para que se ebeten las ofensas y pecados públicus // contra la Devina Magestad, la qual pido y costas. Agustín Capcha [rubricado]
Comentario Las enmiendas introducidas en este texto afectan a letras omitidas, salvo en las líneas 20 y 21, en las cuales se invierte el orden errado en el que las letras aparecen en las palabras respectivas. Sobre sulminidad cf. p. 30. En la línea 13 marco con signo de exclusión una letra, a fin de orientar en la identificación de la forma, si bien reconozco que podría ser un caso de anaptixis. Obsérvese, en cuanto a la fonética reflejada en la grafía, el antropónimo Tigse (4, 8), con g en posición implosiva, en vez de c (como antes agto XIII, 12), en alternancia con las formas anaptíeticas Tigise y Tigisi (20, 33, 36, 44). También hay variación en el antropónimo del otro personaje encausado (5, 9, 39, 44). Lé («ley», 20)
Español andino
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aparece como en IX (8) (cp. también rre en II, 3); obsérvese asimismo suy (31), como en IX (3). Nótese reio («río», 37). Jemplar (25) debe de ser haplografía (cf. lustrísimo IX, 5). En el campo de la morfosintaxis señalo las siguientes peculiaridades del texto: instancias de discordancia de género y número (11, 16, 40); usos preposicionales anómalos (de con valor de «para», 13; en que con valor causal, 19, 31; véase asimismo el uso de a como marca de acusativo personal solo referido a la segunda persona nombrada en la línea 33; verbos con valor pasivo-impersonal sin se (ebete, 32; castigen, 33; pero se ebeten, 46); ausencia de artículo (se me reseba enfurmasión contenida, 41-42); indicativo delante de consentir (24; salvo que vibin sea un intento de marcar el subjuntivo, teniendo en cuenta que luego aparece viben como indicativo, 27). Obsérvese la construcción de infinitivo con función de sujeto en las líneas 21-22: y no pider ... es porque.... Finalmente, la segunda parte de la línea 26 queda sintácticamente suelta por falta de verbo. Léxico: cachiuar no se lee con claridad. Como me señala gentilmente Rodolfo Cerrón-Palomino, debe de tratarse de un préstamo del verbo quechua para «danzar», ya registrado en los diccionarios antiguos, p.e., en Santo Tomás (1560) como cachuani (s.v.) y en González Holguín (1608) como ccachhuani («danzar en corro», s.v.). Por lo demás, compruebo que la vocal epentética aparece ya en Guamán Poma de Ayala (1615 [1980], quien emplea los sustantivos cachiwa y cachawa (p.e. pp. 317 y 628). No he encontrado documentación para dar helantes (39-40), de significado claro en el contexto: podría ser una locución derivada de vela con el sentido de «pretexto», que consignan tanto Covarrubias como Autoridades (s.v.); pero también podría tratarse de esta misma palabra, caso en el cual habría que leer bela [a]ntes, con el sentido de «dando pretexto más bien».
XVII 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar 1662. AAL Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 36, f. 4. Causa contra Domingo Tixi y Juana Antonia, por estar amancebados.
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Agustín Capcha, fiscal mayor deste arsobispado, paresco ante vuestra merced en la mijur vía y furnia de derecho que aya a mí lugar /testado: digo/ en la causa creminal que sigo contra don Domingo Tigse y Juana Antunia sobre bib[er] mal amistados los susudicho, y digo que como por vista de ojus costa a vuestra merced aber estado vculto y escondido el dicho don Domingo Tigse, pues en presensia de vuestra merced le hallamos y prendimos oy sobere el cerro, que se no fuese por su perro no lo descubríramos, y se no se sintira culpado y delencuente el dicho don Domingo Tigse no huirá ne se escondira a la justisia y demás de vuestra merced, con que no nesisita de más prueba, y sen embargo no mi escuso de darla y lo contenido de la dicha mi querella, y agora combine a mi derecho que loego contenente vuestra merced ce c[er]ua de mandar prender a la dicha Juana Antunia porque si tine notisya de que está preso el dicho don Domingo Tigse se a de ucultar y esconde[r]se. Y asemismo loygo que sía trayda la susudicha Juana Antunia ante vuestra merced se le resiua su declarasyón a rasón s'estuuo junto con ella el dicho dun Domingo Tigse esta nochi pasada, en qué parte y lugar estuuo junto con ella, porque e tenido notisia de que estubiron juntos los susudichos. Por tanto a vuestra merced pido y suplico asé lo probía y mande, poes justisia que pido y costas en lo nesesaryo, etcetera. Agustín Capcha [rubricado].
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Comentario En este memorial, complementario del anterior, las enmiendas entre corchetes corresponden a bibre (4), creua (13), escondese (15). Nótese la forma con anaptixis sobere (7); asimismo, la representación de -yera, correspondiente al subjuntivo de huir, como -ira (9), es decir, igual a la del diptongo presente en formas que no tienen en el subjuntivo una consonante palatal: descubríramos (8), sintira (8), escondira (9) (para la reproducción del diptongo ie cf. tine 14; estubiron, 19). Nótese también loygo (15) frente a loego (X, 6) y luego (XVIII, 14). En cuanto a la morfosintaxis, aparte la discordancia de la línea 4, obsérvese la repetición de se, en posición enclítica y proclítica (14-15). En la línea 17 he marcado con apóstrofo la amalgama de la conjunción condicional con el verbo (cp. 7 se y 14 si, ambas conjunciones; también el pronombre aparece en las dos formas). Léxico: repárese en mal amistados (4) con el significado de «amancebados».
XVIII 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 20 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 32, f. 1. Causa criminal de querella de Agustín Capcha contra Inés Magdalena y Francisco Puma Yanac, él de Gorgor y ella de Ambar, por estar amancebados.
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Agustín Capcha, fiscal mayor, paresco ante vuestra merced como más a mi dericho combenga: digo que me querellu contra Ynés Magdalena, endia naturala deste pueblo de Ambar, sobre que la susudicha estar amansebada con poco temor de Dios Noestro Señor con Francisco Pumanya, casado con Grasia Caxa, con la qual su muger a estado casada más de trenta años poco más o menos, que en el dicho timpo hiso boena bida creiando sus hijus como boen christiano el dicho contenido, y que agora seis meses poco más o menos tuuo que ber con la dicha Ynés Magdalena, de que a resoltado de aporrearla a la dicha su muger, tratándola mal de palabra, acudíndola a la dicha su amiga de contino, como se fuera su misma muger ligítima sen hacer caso a la real justisia solo por dar gusto al demuño y querer condenar su alma al enfirno. Con aberlo requerido los alcaldes deste dicho pueblo y aber hecho juramento para no bolbire a hacer tal pecado, luego, asé como se despidió de los dichos alcaldes, se fue la dicha endia a segemento del dicho endio, y que el segente día lo entregó la dicha endia al dicho endio a que le tegese vna manta para ella, y que a esto lo dixo su dicha muger: «Hermano, como queres quebrantar el juramento que hiseste, sues chrestiano». Le respondió desindo que quién la metía en lo que estaua hasindo; desindo esto lliuantó aporrearla como la aporrió, y cojió lo que estau[a] teg(?)endo, se fue al campo adonde estuuo dos días sen lligar a su casa, y que la dicha endia les daua de comer y de nochi se iua a dormer en casa de dicha endia. Sabido esto fue de nocho la dicha su muger a rondarle con vn endio llamado Hernando Raura, adonde lo
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25 cogió ambos dentro de su casa antes que se acostase, sentados en escuras, asta que ense[n]dió lus; que en esto comensó a hablar mué mal la dicha Ynés Magdalena desendo que ay estaua su marido, que no lo menestía para nada, que ella tambín era hija de vn amansebado, de qué se admiraua, que se fuese con mil diablo, y a esto Irotol el dicho 30 Hernando Raura que callase la boca, que para qué hablaua tan mal, que tubise berguensa, // que era mal hecho hacer tal pecado contra la lé de Dios; que esto la dicha endia le respundió, que eso era asé, que el hombre le eba a buscarla, y a esto la dicha muger del endio le dijo que para qué avía besado la bara de los alcaldes con juramento; le dijo que 35 qué ualía besar la bara del alcalde, «qué se mi da mí que bayas querellarme, qué mi a de hacer porque suy amansebada con tu marido». Estas palabras habló la dicha Ynés Magdalena y su hermana Ysabel Caxa y otra endia vija llamada María Caxa Carua en presensia del dicho testigo todas estas rasones. Y por tanto a vuestra merced pido y suplico 40 se cerua de mandar que se ponga en la cársel eglesyásteca para que avindo dado enfurmasyón de mi parte sobre el caso de mi relasyón, sindo berdad pido que se castige públicamente con vn pregón por uos de pregonero y que se les quite los cavellus por desobidente al mandato de los alcaldes ordénanos para ejemplo de los demás amansebados, que 45 asé combin[e] me dericho, que juro a vna senial de la crus f en fiirma de derecho que no cer de malisia seno por alcansar justisia, que pido costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
Comentario Uno de los protagonistas de los sucesos referidos en este memorial es Francisco Puma Yanac, según informa el encabezamiento; Pumanya en el texto (5) debe de ser un error de Capcha. Llamo la atención sobre el hecho de que la g de tegendo (21) no se lee claramente: en verdad, primero parece haberse escrito una s y luego encima (y parcialmente montada) una c, como si se hubiese querido rectificar un error, con lo cual se forma un letra compuesta por las figuras de s y c. En todo caso, g se confirma por tegese (17). Nótese la grafía inicial de lliuantó (20), quizá por cruce con llevar. Otros fenómenos interesantes: creiando (7), con consonante palatal antihiática; lé (31) como en IX (8). Compárese eglesyásteca (40) con
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las formas que aparecen en XIX (15), XX (9), XXII (7), XXIV (26). En la morfosintaxis, junto a las discordancias de género (6, 25, 29, 45) —tan frecuentes en estos textos— obsérvese la formación femenina naturala (3). Lo (17) aparece en función de complemento indirecto. Notable me parece el caso de la asociado a acudíndola (10), que podría ser interpretado en el sentido del uso de este clítico, estudiado por Cerrón-Palomino (1992), con verbos intransitivos de movimiento en el español andino actual, y que este estudioso (que señala además un ejemplo antiguo) pone en relación con un sufijo aspectual del quechua qüe indica proceso acabado (vid. también Godenzzi 1986 y de Granda 1998). Uno de los aspectos sin duda más interesantes del presente texto está representado por las varias secuencias de discurso referido (entre ellas dos de discurso directo), que intentan reproducir la coloquialidad. En las líneas 18-19 tenemos la combinanción de formas de tuteo (18, hisesté) y de voseo (19, sues)\ queres (18), en cambio, se puede interpretar en cualquiera de las dos direcciones (como queres «quieres» o como querés). En la segunda secuencia con discurso directo (35-36) nótese la ausencia de a en bayas querellarme. Respecto del léxico, obsérvese el uso de ¡levantar (20) con el valor de «comenzar». La extraña forma verbal menestía (28) «¿necesitaba»? quizá se relacione con haber (ser) menester (cp. con ministina «haber menester, necesitan), préstamo derivado de menester en el quechua ecuatoriano, según Toscano Mateus 1953, 25). De hecho, hay antecedentes de un uso verbal en Quiñónez de Benavente («aquesta barba ...no he menestella») 1 . Pero el pasaje no es claro con este significado. Como la segunda e de la palabra no está del todo clara, podría interpretarse como o: en este caso, el tía (que aparece algo espaciado respecto de la secuencia gráfica anterior) podría ser una forma anómala de tenía, con lo cual el significado del conjunto vendría a ser «tenía en menos».
1
Cf. DECH, s.v.
XIX 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 22 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 30, f. 1. Causa criminal de querella de Agustín Capcha contra Santiago Guaranga, indio natural del pueblo de Ambar, por estar amancebado con Luisa Caxa.
Agustín Capcha, fiscal mayor, paresco ante vuestra merced como más a mi derecho combenga: digo que mi querellu contra Santiago Guaranga, endio natural deste pueblo de Ambar sobre que susudicho esta amansebado con poco temor de Dios Noestro Señor con vna endia 5 bioda llamada Luisa Caxa, con la qual a estado simpre de contino en su misma casa del dicho endio juntos con su misma muger, sin hacer caso a la real justisia; por decer que el susudicho es prensipal lo a consentido los alcaldes ordenaryos que an sido, y lo otro por cer sus amigos no ávido remedio para poderlo apartar de tal pecado, y por agora sólo 10 porque no haga algón castigo exemplar en él, está aucente el dicho contenido, que tengo notisia que está en el balli de Jayba sen acuder a su obligasyón. Y asé, por tanto, a vuestra merced pido y suplico se cerua de mandar despachar mandamiento de presyón para que sía traydo ante sí preso, puesto a boen recaudo, y que la dicha endia Luisa 15 Caxa sía depusitada y presa en la cársel yclisiáteco asta que se pruvía otra cosa, que para ellu juro a una senial de la crus t en furnia de derecho que no ser de malisia seno por alcansar justisia que pido, ofresco a dar enfurmasión para ellu, costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Obsérvese la falta de artículo al final de la línea 3. En las líneas 78 hay discordancia de número entre sujeto y verbo.
XX 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 26 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 27, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Juan Bartolo, indio del pueblo de Ambar, y Catalina Ana, del dicho pueblo, sobre estar amancebados. Agustín Capcha, fiscal mayor deste arsobispado, paresco ante vuestra merced como más a mi derecho combenga: digo que mi querellu contra Juan Bartolo, endio deste pueblo de Ambar, el qual está amansebado con Catalina Ana, sultera, con la qual tengo notisia que le 5 da mué mala bida a su muger el dicho endio, por dar gusto a la dicha su amiga, lo qual delito comité los que son amansebados, por no aber castigos para ellu, y asé combine a mi derecho que es justo que se castige para escarminto de muchos. Por tanto a vuestra merced pido y suplico mande que esté preso en la cárcel yclisiástico asta que yo dé 10 enfurmasyón sob[re] el delito que tine comitido el dicho contenido, que para ellu juro en fiarma de derecho a vna senial de la crus f que no cer de malisia seno por alcansar justisia, que pido etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
Comentario En la línea 10 he enmendado en sobre el sober del manuscrito, si bien, teniendo en cuenta XVII (7), podría tratarse de una forma con anaptixis, caso en el cual debería haberse enmendado agregando una e final (sin embargo, hay varios casos de sobre, p.e. XVIII, 3; XIX, 3).
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Obsérvese la construcción de la línea 6 con un relativo neutro aparejado a un sustantivo masculino, a lo que se suma luego la discordancia de número entre sujeto y verbo.
XXI 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 26 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 37, f. 1. Causa criminal de querella de Agustín Capcha contra Juan de Espinosa y Juana Quillay, del pueblo de Ambar, por estar amancebados.
Agustín Capcha, fiscal mayor deste arsubispado, paresco ante vuestra merced como más a mi derecho combenga: digo que mi querellu contra Juan d'Espenosa, endio sultero deste pueblo, el qual está amansebado con vna endia llamada Juana Quellay, endia sultera, 5 con la qual está mué amaridablemente, públicamente hasindo vida, con poco temor de Dios Noestro Señor; sólo por cer hijo del alcalde don Alonso de Heredia y lo otro por deser que se quere [cjasarse con la dicha endia lo a traydo entretenido a los alcaldes, con que no lo a castigado, y que por agora hasindo poco caso de la real justisia anda 10 públicamente, como lo hallí en el camino de Jayba benendo para este pueblo junto con ella al dicho endio. A esta causa para que ponga remidió en ellu a -vuestra merced pido y suplico mande prender al dicho Juan d'Espenosa y a la dicha Juana Quillay en la cársel yclisiástico, para que sía castigado por el dellito que tine comitedo para ejemplo de 15 muchos los que son amansebados y que para ellu juro a vna senial de la crus t en furma de derecho que no cer de malisia seno por alcansar justisia, que pido costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Señalo los casos de discordancia (8, 8-9, 14) y el de repetición del se de casar(se) (7). Con que (8) parece tener valor causal; cp. en que con este valor en XVI (19, 31). En cuanto al léxico, nótese otra forma de aludir al amancebamiento: amaridablemente (5) y compárese con XVII (4).
XXII 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 29 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 34, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Martín de Todos los Sanctos y María Magdalena, indios del pueblo de Ambar, por estar amancebados.
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Agustín Capcha, fiscal mayor, paresco ante vuestra merced en la mijur vía y furma de derecho que aya a mí lugar: digo que mi querellu sivil y creminalmente contra Martín de Todo Santos y de María Magdalena, el qual con poco temor de Dios Noestro Señor está amansebado en el pecado de adulterio hasiendo a su muger que les consentan, por que encuiten en grabes penas y en el de faltar a la lealtad de escarminto del matrimunio, en que por ministro yclisiático debo peder y acosar para que se castigen al dicho contenido para escarminto de los demás amansebados, porque el dicho endio por cer amigo mué éntimo del caseque Domingo Rodreges Pilco tine tales atriviminto y lo otro por saber que los alcaldes no los an de castigar ne poner remedio en ellu y a esta causa, para cui[o] remedio a vuestra merced pido y suplico mande poner en la cárcel yclisiástico al dicho Martín de Todo Santos y a la dicha María Magdalena, que para la mayor testigo mío tine en la dicha endia vna hija del dicho endio y que para los demás testigos mi oblego a dar enfurmasión bastante para que al dicho endio se castige por el delito que a comitido, que asé combine para el cervisio de Dios Noestro Señor, que para ellu juro en furma de derecho a vna señal de la crus f que no cer de malisia seno por alcansar justisia, que pido costas, etcetera. Augustín Capcha [rubricado]
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Comentario Haré aquí un comentario aclaratorio de las dificultades mayores que presenta el texto anterior, siguiendo su secuencia. En la línea 4 estamos ante un caso de discordancia, ya que el qual tiene una antecedente plural; sin embargo, es evidente que este fenómeno se debe a que el redactor tiene en mente como principal referente al personaje masculino. Por que (6) se imprime separado en razón de su función relativa: «por lo que»; en la segunda parte de la construcción relativa, el me parece explicarse por referencia a pecado. Escarminto (7) es un obvio lapsus anticipatorio (en efecto, se menciona luego) por sacramento. La construcción causal que comienza en la línea 9 se refiere al acusado y señala la primera motivación de su comportamiento (tales atriviminto 10-11); luego continúa (11: lo otro) aludiendo a los amancebados en general. El sentido que tienen las líneas 16-17 (para .... endió) parece ser: «el mayor testigo que tengo es la hija que la dicha india tiene del dicho indio».
XXIII 1662
Denuncia que hacen don Lucas Pilco, indio principal, Alonso Todos Santos y Martín Todos Santos, indios del pueblo de Ambar, Ambar 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 39, f. 1. Denuncia contra Alonso Juica sobre que se ha amancebado con María Canchan. Don Lucas Pilco y Alunso Todo Santos y Martén Todo Santos, natural deste pueWo de Ambar, parecimos ante vuestra merced, mijor uía y forma y direcho /testado: y/, diygo Alunso Hulea Condor estaua manfepado con María Cancha«, con esta yndia aman^epada 9Íete añu. 5 Este yndia esta merafldo sus chacas yn Ayllon, vnde ziembra papas y v/borrón/cas. Mande vuestra merced tomar confisión a la dicha yndia y para yso ay testego, uen saui testegu a Bartolumé Flores y Miguel Martén; mande vuestra merced tomar joramento al dicho dos tes[ti]go. A vuestra merced pedo y suplico se sirua de ma[n]dar a vuestra merced 10 ma[n]de puner preso al dicho Alunso Hulea Condor; y la yndia está preso con las mugeres, mande vuestra merced tomar conf^ión a la dicha María Canchan: nu liuando palso y testemunio, nu diygo malicia, joru a Dios de la cruz t , pedo josdicias, etcetera.
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Don Lucas Pilco [rubricado] Alonso Todo Santos [rubricado] Martén Todo Santos [rubricado]
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Comentario Este memorial está escrito por Lucas Pilco, con letra clara y bien formada; en cambio, la letra de los cofirmantes es más grande e irregular. Por sus características lingüísticas, representa un tipo de competencia afectada por numerosas transferencias, y muestra precariedades expresivas que lo sitúan junto al texto VII. Obsérvese, al lado de las anomalías vocálicas, los fenómenos de transferencia y de inseguridad fonética (manifestada en los casos de hipercorrección) que refleja la graficación del consonantismo, comparable a la de los textos I, II y III: mangepado (4), amancepada (4), liuando («levanto», 12), palso («falso», 12), josdicias (13). En el terreno de la morfosintaxis, vemos que las discordancias recurren en breve espacio (4, 8, 10-11) y que hay frases con repeticiones anómalas (4, 9-10) o con un significado que se puede reconstruir sólo a partir del contexto temático y formulístico, pero no a partir de su propia construcción: (7-8: uen saui testegu a Bartolumé Flores y Miguel Martén; cf. VII, 11-12). El antropónimo Todo Santos aparece a veces unido y a veces separado; en la transcripción he uniformado. Los encabezamientos de los documentos en los que figuran estos personajes consignan Todos Santos.
XXIV 1662
Memorial que presenta Alonso Juica Condor, indio de Ambar, 25 de diciembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 38, f. 1. Querella puesta por Alonso Juica Cóndor contra Alonso de Todos Santos sobre que está amancebado con María Canchan.
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Alonso Juica Condor paresco ante vuestra merced en la mijur vía y furnia de derecho que aya lugar: digo que estoy preso en la cársel yclesiástico por mandado de vuestra merced por querella de Alonso de Todo Santos que mi pone demanda tan falsamente en decer que yo estoy amansebado con María Canchan no sindo asé berdad; sólo por tenermi mala volontad me llibanta tal testemunio, porque agora seis años poco más o menos fue berdad que yo como malo y pecador cay en tal pecado de amansebaminto con la dicha María Canchan, de lo qual soy libre della por aberme arepentido de los pecados que comití contra su Divina Magestad, por abermi confesado della agora tres años poco más o menos como es público notorio, y que agora el dicho Alonso de Todo Santos hase relasyón falsa contra mí por aber yo presa a su amiga a la cársel por certa deoda; que la susudicha endia se llama Lionor María, con quen es mansebado el dicho Alonso de Tpdo Santos mucho timpo desta parte con poco temor de Dios Noestro Señor, sólo por deser que es prensipal y ser regedor, sólo para eso no más pretende a tener bara en cada años, no podindo cerlo, porque con cer amansebado da malos yjemplo a los demás que son chrestianos que procuran a ce[r]bir a Dios Noestro Señor como temerosos de sus castigos; pero bindo a los prense//pale amansebado todos los demás endios trata a cer amansebados, para cuio remidió a vuestra merced pido y suplico aya por precentada esta mi querella y con ella mande prender al dicho Alonso de Todo Santos y a Lionor María para que se castige para jemplar de muchos los demás amansebados, y que por agora yo el dicho Alonso Juica Condor sue su fiador del dicho Alonso de Todo Santos,
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digo que se boelba a la cárcel ycleisiático porque no lo asigoro su persona, que mi combine a dar enfurmasyón sobre el amansebaminto de los susudichos Alonso de Todo Santos y de Lionor María, que para ellu juro a Dios y a vna senial de la crus f que no cer de malisia seno por 30 alcansar justisia, que pido costa, etcetera. Alonso Juica Condor [rubricado]
Comentario Este memorial de Alonso Juica, que constituye una contradenuncia a uno de sus acusadores (cf. XXIII), está escrito con un letra muy similar a la de Capcha, y cabe la sospecha de que éste sea el autor, cuanto más que los rasgos lingüísticos del texto, además de los formulismos jurídicos y el estilo redaccional de la acusación, son análogos a los documentos producidos por el fiscal. Obsérvese ya la grafía 11 en llibanta (6), como en XVIII (20); asimismo, procurar a 18, como en XXV (5), etc. Nótense los siguientes fenómenos morfosintácticos: construcción tautológica con de en las líneas 8-9 (con discordancia genérica, a saber, ella, probablemente inducida por la cercanía de la referencia a María Canchán; luego se repite el femenino erróneamente en la línea 10); las discordancias (17-18, 20-21); usos preposicionales anómalos {pretende a, 16; procuran a, 19, y cp. XXV, 5; trata a cer, 20); duplicación de objeto directo (26-27, con discordancia; pero lo podría interpretarse también como indirecto). Obérvese jemplar (24), sin posibilidad de interpretación por haplografía, a diferencia de otros casos de ausencia de la primera vocal (sobre el uso sustantivo cf. egimplar en XXV,59 y ejemplar en XXVI, 28) y la variación yclesiástico (3)/ycleisiático (26).
XXV 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 30 de noviembre de 1662. AAL - Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 35, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Luis Gonzaga y María Juliana, por estar amancebados.
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Agustín Capcha, fiscal mayor deste Arsobispado, paresco ante vuestra merced como más a mi derecho combenga: digo que me querellu sivil y creminalmente contra Lúes Gonsaga, endio natural deste pueblo de Ambar, sobre que el susudicho por cer mandón y camachico prucura simpre a ser alcalde y tener cargo para haser sus malos hechos en tocante a la ofensa de Dios Noestro Señor, con poco temor de su Devina Magestad, como lo tine de custumubre sindo alcalde saler de nochi en achaque de rondar, sale a casa de mugeres casadas, como lo furnicó a Juana Quellay, muger llijítima de Jerónimo Rojas, endio tributario deste dicho pueblo, el qual endio por cer encapas y muchacho le causó de ausentarse a la villa de Guaura, adonde estuuo ausente mucho timpo asta que su padre del dicho endio lo traju, redusindole a su casa; y juntamente con el gobernador deste dicho pueblo don Juan Rodreges Pilco lo hiso amistad con la dicha su muger, sen hacer algona delejensia, solo por tenerle mucha uoluntad al dicho Lúes Gonsaga. Y asemismo el dicho Lúes Gonsaga lo furnicó a María Juliana, endia casada con Domingo Llaulli, endio tributario deste dicho pueblo, el qual dicho su marido se ausentó solo por berse afrentado y reseber tan grande agrave, de que le resoltó su ausensia asta agora. Y porque agora tine en la dicha endia vn hijo barón de hidad de dos años poco más o menos, al qual su hijo lo hiso bautisar vn día domingo como si fuira su mismo hijo ligítimo con música de chirimías, hallándose presente en la puerta de la ygelisia el dicho Lúes Gonsaga,// de que se quedaron más admirados todos los que no comiten tales pecados de lujuriosas. Y talas mugeres se quedaron mormorando del
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dicho Lúes Gonsaga y después de misa llevaron a su casa el dicho Lúes Gonsaga a todos los actores (?) y a las demás personas que se hallaron presente, y asé hombre y mugeres, a hacer brabos (?) combites de comidas y de vividas, asé de veno y chichas. Y savido de todas estas rasones su dicho marido de dicha endia no a quirido tener a hacer vida con la dicha su muger. Y asemesmo el dicho Lúes Gonsaga, sindo alcalde, lo mandó prender a María Barbóla, endia soltera hija de Franc/sco Renre Godoy, solo por fornicaria como lo fornicó de parte de nochi dentro la misma cárcel, mandándole apartar de la puerta a los alguaseles qui se hallaron presente, como lo declarará los endios que fueron alguaseles en dicha ocasión. Por tanto, visto todas estas maldades, escándalos y cer mal ejemplo que daua, y otras muchas maldades, y cer grandísimos borracho y soberbio sen respeto con bala (?) de cer alcalde, le hisiron capítolo los prensepales deste dicho pueblo, entraron a cabildo de consulta para entestado:ljliger otro alcalde en lugar del dicho Lúes Gonsaga, como lo nombró a Juan Martín y a Francisco Vilca Guaranga para que por ellus fuese castigado el dicho Lúes Gonsaga: no lo queso haser por cer su amigo de panaguado y cer prensepal como ellos, quererse bin, a otros y a otros. Y asemismo este dicho Lúes Gonsaga a sido dos años mayordomo del Santísimo Sacraminto, la premira con Jus[e]pe Barselo y el otro año con Juan Martín: en dicho timpo ajuntó muchas limosnas asé em plata como en maes y papas y gueuos, y hacer chácara de trigo y de papas. De todo ella no a dado quentas, y demás de eso dejar los defontos en sus testamentos para la dicha cofradía, // y asemismo a hecho vna derama a las mugeres que disen cer mayoralas a dos reales, que todas ellas son más de trenta mugeres. Llamando por mandado de vuestra merced por uos de pregonero se ajuntarán luego a declarar la berdad, que derán ellas más verdad que yo; y lo mismo los da de la comonidad, los prensepales, dose patacones para la físta, con que de todo lo que tengo egpresado monta muchísimo cantidad de pesus, que de todo ellu no tine gastado la tersia parte de dicho limosna de dicha cofradía. Y a esta causa combine mi derecho para el cervisio de Dios Noestro Señor y para egimplar de los mayordomos que fueren en qualquera cofradía, que es nesesario que se les tome quenta y dé rasón de lo que pido; por tanto a vuestra merced pido y suplico aya por presentada esta mi petesyón y con ella mandar despachar mandaminto de presió[n] contra el dicho Lúes Gonsaga, porque el susudicho esta ausentado foer[a] del pueblo solo por no dar quenta, por quedarse aprobechando co[n] toda la plata de dicha cofradía del Santísimo Sacramento, que para ella juro a Dios y a vna s[e]nial de la crus f que no cer de malisia seno por hacer por la causa de Dios como ministro yclisyástico, que pido justisia,
Español andino
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costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado].
Comentario Este memorial del fiscal eclesiástico de Ambar es uno de los menos logrados discursivamente. En efecto, aquí el redactor no logra establecer de modo unívoco las identificaciones referenciales y las secuencias temporales y causales de los acontecimientos. Así, en la línea 10, el qual parece ser un objeto indirecto correferencial del le de la línea 11, es decir, de Jerónimo Rojas, que es el sujeto de ausentarse (mientras causó se refiere a la conducta de Luis Gonzaga). En la línea 14, el sujeto de hiso amistad es el mismo Gonzaga, pero el de hacer en la línea 15 es Rodríguez Pilco. A partir de la línea 20 hasta la 26 se inicia una serie de frases subordinadas que no tienen una principal a la cual ser referidas. En la línea 26 el sujeto de llevaron, no obstante la discordancia, parece ser Luis Gonzaga, que aparece después.En la línea 41 como parece tener un valor consecutivo, pero en toda la secuencia las identificaciones referenciales son imprecisas, como se ve también por el hecho de que en las líneas 41 y 42 se mencionan dos alcaldes, si bien luego esta mención se retoma en singular (43, no lo queso hacer) y en plural (44, como ellos). Como se ve, las dificultades para establecer las correspondencias referenciales se agravan por los fenómenos de discordancia (cf., adicionalmente a los ya mencionados, 32, 33, 34-35, 36, 57). Otros factores que colaboran a la opacidad referencial son las formas no finitas. Así, a propósito de la acusación sobre apropiación ilícita de las limosnas, aparecen construcciones con tales formas (hacer chácara..., 48; ... dejar los defuntos..., 49), que hay que interpretar aproximativamente sobre la base de las relaciones temáticas y no a partir de la sintaxis (cf. a este propósito el texto VII y el comentario respectivo en la Introducción). Como fenómenos específicos de la morfosintaxis, aparte los varios casos de discordancia ya aludidos, obsérvese: perífrasis anómala (30: tener a hacer)] régimen anómalo de procurar con a (5); duplicación de objeto (7-8: lo tine de custumubre... saler; 9 y 16-17: lo furnicó a... (con lo por la)\ 14: lo hiso amistad; 54-55: y lo mismo los da de la comonidad, los prinsepales dose patacones —si es correcta la
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interpretación de los y patacones como correferenciales)1; ausencia de artículo (6: en tocante)-, doble posesivo (12 y 30). Véase, asimismo, un caso de le en un microcontexto con lo (12-13), ambos con función de objeto directo. Como peculiaridades gráfico-fonéticas llamo la atención sobre la forma con anaptixis custumubre (7) y ygelisia (23). Asimismo, nótese gueuos (48, frente a buebos en IV, 98; y cf guerta en X, 41). Es interesante también egpresado (56), que hay que relacionar con agto del texto XIII (véase el comentario) y del XXVII. En cuanto al léxico, obsérvese agrave (19) por agravio; lujuriosas (25) con el valor de «lujuria». Indigenismos: camachico2 (5), chichas (29), maes (48), papas (48), chácara (48).
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Sobre el fenómeno de la duplicación de objeto, muy extendido en el español andino actual, cf. de Granda (1996) y la bibliografía que allí se recoge. 2
Cf. Santo Tomás (1560) s. camachicoc «prouedor o mandador».
XXVI 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 31, f. 1. Causa criminal por querella del fiscal Agustín Capcha sobre el pecado de incesto contra Cristóbal Ambray, indio del pueblo de Cochamarca y residente en el valle de Jaihua.
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Agustín Capcha, fiscal mayor deste arsobispado, paresco ante vuestra merced como más a me der[e]cho combenga: digo qui me querellu contra vn endio llamado Chrestóbal Amray, natural del pueblo de San Migel de Guacag del curato de Cochamarca, al qual acos[o] creminalmente, permiso lo nesisario. Referindo el caso de mi querella, digo: en catorse días deste mes de nobimbre de 1662 años lligó a mí notisia cómo el dicho endio avía comitedo delito ta[n] gravísimo como es y como lo furnicó a quatro hermanas, con poco temor de Dios Noestro Señor, sindo casado con vna della llamada Francisca Sanchis, y la otra hermana llamada Juana. Melchora y la otra hermana llamada Juana Alferes y la otra hermana llamada Mana Vnchi, y que todas estas dichas endias son nito lijítimos de Pablo Guarnan y de María Chuque, el qual es defunto, que tuo por hijo lijítemos a Caxacondor y a Juana Quillay y a Ysabel Astuchuray y a Juana Quillay, de los quales son sus hijas las dichas quatro hermanas, como costará por el libro del bautísimo, por cer naturala deste pueblo de Ambar las dichas contenidas, y ase savido estas cosas tan mal hechas por Jusé de Súniga, español que resede en el balli de Jayba. Yo, el dicho fiscal mayor, y Jusé de Barragá, alguasí mayor [d]esta besita, lo prendemos, y asé lo traygo ante vuestra merced para que mande poner preso, puesto a boen recaudo, asta que se ponga en jusio enfiirmasyón que paresca las partes, y por tanto /agregado en letra más pequeña y menos entintada: enmendó Juana Melchora bale/ a vuestra merced pido y suplico se cerua demandar que se mi reseba la enfurmasyón que ofresco para ellu
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25 y mandar al dicho Caxacondor que baje a Jayba a que trayga todas sus hermanas con sus maridos y sus sobreñas s[i]n que aya falta en ellu, para la mayor justificasyón de mi querella, porque el dicho endio merese a qui sía castigado conforme a derecho, para ejemplar de muchos, que no atriua a tales delitos y pecado tan escándalo, que juro a 30 una señal de la crus | en forma de dericho que no ser de malisia sen[o] por alcansar justisia, que pido costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
Comentario El agregado de las líneas 22-23 parece querer subsanar la repetición de un nombre en la línea 14. En cuanto a tuo («tuvo», 13), podría tratarse de un simple caso de haplografía. A propósito de la morfosintaxis vale la pena observar: discordancias (9, 12, 13-14, 21); tan precediendo al superlativo (7); naturala (16), como en XVIII (3); falso régimen en merese a (28); escándalo como adjetivo (29). En cuantos a los pronombres, aparte la ausencia de se en el verbo pronominal (atriua, 29), obsérvese, por una parte, el doble acusativo con discordancia (8), como en XXV (9 y 16-17), y, por otra, la ausencia de pronombre objeto delante del verbo (20, mande poner preso)\
1 Este fenómeno, aunque aquí no presenta características idénticas, puede ponerse en relación con el señalado en el español andino actual, consistente en la ausencia del pronombre objeto nominal cuando el nombre precede al verbo. Cf. a este propósito de Granda (1996).
XXVII 1662
Memorial que presenta el fiscal Agustín Capcha, Ambar, 1662. AAL Causas de amancebamiento, legajo 5, exp. 38, f. 1. Causa criminal por querella de Agustín Capcha contra Alonso de Todos los Santos y María Esperanza, indios del pueblo de Ambar, por estar amancebados.
Agustín Capcha, fisca[l] mayor, paresco ante vuestra merced como más a mi derecho combinga: digo que me querellu contra Alonso de Todo Santos sobre que el susudicho es amansebado con María Esperansa, endia bioda, en la qual tine vna hija y que con la qual 5 endia a dado mué mala bida a su muger el dicho endio, al qual acoso creminalmente porque el dicho contenido, por cer prensepal, está, trata simpre a ser regedor o alguacil por tener sus malos hechos con el dicho cargo que tine, y por agora es rejedor del pueblo no para el cervisio de Dios Señor, antes para ofenderle como tan mal chrestiano poco 10 temeroso de Dios Noestro Señor, y asé combine mi derecho que el dicho endio, ambos con la dicha muger, sía paresido ante sí, y por tanto a vuestra merced pido y suplico se cerua de mandar despachar mandaminto de presión para los que contine en esta mi petesión para castigo exemplar y para enminda de muchos que sía castigado en agto 15 públ[i]co y penada en costas, que asé lo merese el delito que teñe comitido, que para ellu juro a vna senial de la crus f en furma [de] derecho, que no cer de malisia seno por alcansar justisia que pido y ofresco a dar enfurmasión para lo que pido, y costas, etcetera. Agustín Capcha [rubricado]
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Comentario Nótese agto (14) como en XIII (12); trata (6-7), con falso régimen (precedido de está, que quizá Capcha ha olvidado borrar, ya que la sucesión de ambos verbos no es fácilmente explicable).
XXVIII 1670
Memorial que presentan los principales del repartimiento de Luringuanca (Junín), 1670. AAL - Derechos parroquiales, legajo IV:2, f. 1. Causa que siguen los principales de Luringuanca contra los curas que cobran excesivos derechos de entierros.
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Don Bernardino Limaylla, casique principal y gouernador del repartimiento de Luringuanca, y don Baltasar Ticsi Cangauala, segunda persona, y don Bartolomé Aylas y don Joan Picho, don Bísente Quispi Atis, don Sebastián Toro Rachin y don Francisco Mango Aylas, casiques del dicho repartimiento, desimos que las senudales deste arzobispado está dispuesto según el capítulo dies y nueue dellas que los curas no puedan de propia autoridad entrarse en los bienes de los difuntos, y da forma asimesmo en el caso y nuentestatu, y dise la cantidad de misas que se deuen desir por los d/chos difuntos que se morieren; y en contrauenfión de las dichas senudales los curas del dí'cho rrepartimiento se entrudusen de propia autoridad en los bienes despojando a los erederos a título de misas y sufragios, y aunque les amonestan y rrequieren con dichas senudales y en menosprecio dellas obran según a su gusto. Y para que cosa tan perjudicial tengan el rremedio deuido a vuestra merced pedimos y suplicamos mande se despache provisión en que con toda las penas de derecho se les obligui a que cumplan, ogseruen lo que es de su obligación en esta particular. Otrosí desimos que por el aransel deste arfobispado esta dispueesto el precio y cantidad que se a de lleuar por los entierros, misas y demás aciiones pertenecientes a los entierros de los yndios, y los dichos curas sin atender a ellas lleuan cantidades excicibas según es su boluntad y antojo, y esto deue tener rremedio pocibli. Y para que se concigan a vuestra merced pedimos y suplicamos se sirba asimesmo de mandar so pena de discomonión mayor y todas las demás que le parecieren a los dichos curas guarden y cumplam lo que // está dispuesto por el dicho
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aransel. Otrosí desimos que los dichos curas tienen entroducifdo] a un abuso: es que los yndios forasteros deuen pagar por su entierro y foneral de la misma forma que los españoles, lo qual es en fraude de las senudales, pues en lo perteneciente a yndios no se da distinción alguna, 30 pringipalmente acudiendo los dichos forasteros a seruir a los dz'chos curas, con toda deligen9Ía acodiendo, y así seruicio de Dios y su Magestad. Así a vuestra merced pedimos y suplicamos justicia, y juramos a Dios y a una crus t que todo lo rreferido es cierto y no de malicia. Mande asimismo so las rreferidas penas no se dé distin9ión 35 alguna en la cantidad de los entierros entre forasteros y oregenarios en consederagión que el aransel no destingue. Pedimos justigia. Do« Bario/orne Aylas [rubricado] Don Juan Picho [rubricado] Don Francisco MangayImanchada la continuación y la rúbrica/ Don Baltasar Ticsi Cangauala Don Vegente Qespi Ates [rubricado] Don Sebastián Turo Rachin [rubricado]
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Comentario El memorial anterior está escrito con la letra de uno de los firmantes, Juan Picho. En el plano fonético gráfico cabe señalar lo siguiente: vocalismo anómalo (senudales, 5, 10, 29; entrudusen, 11; entroducido, 26; obligui, 16; pocibli, 22; foneral, 28; acodiendo, 31, pero acudiendo, 30; oregenarios, 35; consederagión, 36; destingue,36); la presencia de g en ogseruen (17, sobre lo cual cf. XIII, 12 y el comentario respectivo); la representación con es (2) en el antropònimo Tixi, frente a la graficación de Capcha con gs (cf. XVI y XVII). Algunas formas anómalas en la morfosintaxis —como, por ejemplo, las discordancias de las líneas 5-6 (aunque aquí podría tratarse de la falta de en, quizá por olvido de una ene después de la e del que anterior) y de la línea 14; según seguido de a (14) o la preposición superflua con introducir en la línea 26— no turban mayormente una sintaxis fluida y bien formada. En la línea 31, con toda deligencia acodiendo parece reflejar, en la posposición del gerundio, el patrón sintáctico quechua de verbo en posición final, muy común en el español andino.
XXIX 1677
Recibo firmado por varios indios cantores del pueblo y obraje de la Limpia Concepción de Paucartambo, y redactado por Blas Sánchez, escribano de cabildo, 10 de diciembre de 1677. AAL - Testamentos, legajo 110:13, f. 90. Testamento de Andrés López Grayño, comerciante y administrador del obraje de Paucartambo (Pasco).
Resebimos nos, los cantores deste pueblo de Paucartambo don Blas Sanchis, Santiyago de la Crus t> Agustín Tello, Juan Francisco, Juan Pasqual, Josepe Palpa y Bernabé, el sacristán de nuestro cura, del señor vicario Nicolás Martines Pardo veynte ocho baras de pañete que 5 nos dio a quatro baras cada vno por nuestro trabajo de aber asistido al yntiero, onras y nobenario, y nos pagó como albasea y teñidor de bienes del capz'/án Andrés Lopes Grayño, a cuyo entiero asistemos, y por ser berdad que nos pagó las dichas baras dimos este nuestro resibo firma[do] de nuestro nombre, siendo testigos el señor Fernando 10 Argueles, Francisco de Álbares, Agustín Álbares, que se hallaron presentes, ques fecho en este pueblo y obraje de la Limpia Concepsión de Paucartambo en dies de desiembre del año de 1677.
15
Josepe de la Crus f [rubricado] Blas Sanchis [rubricado] Juan Pasqual [rubricado] Santi[a]go de la Crus |[rubricado] Juan Francisco [rubricado] Agustín Tello [rubricado]
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José Luis Rivarola
Comentario Los dos recibos con los que concluye la colección proceden de la mano del mismo escribano de cabildo, Blas Sánchez, y los comentaré conjuntamente. El primero (XXIX) presenta algunas anomalías vocálicas (casi ausentes en el segundo), a saber: yntiero (6, pero entiero 7), teñidor (6), asistemos (7), desiembre (12). En el segundo (XXX) solo registro firmarun (13) y doe (15). En XXIX llama la atención el uso arcaizante de nos con función de sujeto en la línea 1, que puede deberse al carácter formulístico de este tipo de textos.
XXX 1679
Recibo firmado por indios del pueblo de la Limpia Concepción de Paucartambo y redactado por Blas Sánchez, indio, escribano de cabildo, Paucartambo (Pasco), 1679. AAL-Testamentos 110:13, f. 55. Testamento de Andrés López Grayño. prinsipales, don Don Juan Vaman Yauri y Felipe de la Crus Domingo Juica, alcalde ordinario deste dicho pueblo y su campanero, Juan Bautista Juica Yauri, alcalde del obraje de Paucartanbo y todo el común, así en particular como en general, desimos que el licenciado 5 Nicolás Martines Pardo, nuestro cura y rector deste dicho pueblo, nos pagó por el capitán Andrés Lopes Grayno, difunto, como albasea suyo tres tercios que nos quedó debiendo de nuestro trabajo el dicho Andrés Lopes y asimesmo todas las guairas y demás /testado: y demás/ ditas particulares y alcanses que hisimos, de las quales pagas nos damos por 10 contentos y satisfechos, y damos mancomunados todos, chicos y grandes, este nuestro resibo ante el escrivano deste dicho nuestro pueblo y testigos Fernando Argueles y Francisco Albares y Lorenso Álbares, que son los testigos, y firmarun sus nombres ques fecho en el pueblo de la Limpia Concepsión de Paucartambo de 1679 anos. Yo el 15 presente escrivano dello doe fee.
20
A[n]te mí Blas Sanches escrivano [rubricado] Lorenso Álbares [rubricado] Francisco Albares [rubricado] Fernando Arguelles [rubricado]
de
cabie(?)ldo
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José Luis Rivarola
Comentario Véase el comentario al texto anterior.
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INDICE DE MATERIAS 1
A ante objeto directo no personal, 42. Aimara, v. quechua. Anaptixis, 30, 56, 62, 74, 80, 84, 103. Anomalía (concepto), 31 s. Artículo: omisión, 21 s., 81, 90, 104. Bilingüismo: histórico, 14 y n. 4, 27 y n. 32; grados de competencia castellana en bilingües, 18 ss., 23,48; incipiente y subordinado, 22. Castellanización, 15, 23 s. Castellano, v. español. Con que con valor causal, 94. Consonantismo andino, 39, 98. Contacto de lenguas, 19,25, 27. Cruces léxicos, 21, 104. De con valor final, 81. Diglosia en la sociedad colonial, 16, Discordancia: 21, 24, 42, 49, 63, 68, 72, 76, 81, 84, 94, 96, 98, 100, 106, 110.
Doble acusativo, 21, 100, 103 s. y n . l , 106. En que con valor causal, 81. Escribanos indígenas y mestizos, 16, 41 s. Español (o castellano) andino: concepto y extensión, 13 s. y n. 1; formación, 14 ss. Español "estándar" o "general" en los siglos XVI y XVII, 31 s. y n. 40. Género en adjetivo invariable: naíurala, 87, 106. H aspirada o velar en posición inicial, 49. Indigenismos léxicos, 42, 50, 56, 60, 72,81, 104. Infinitivo con pronombre enclítico (variantes), 52. K implosiva, sonorización o fricativización, 74, 80, 110. L y r implosivas (neutralización), 20.
1 Este índice contiene los temas y fenómenos de mayor relevancia tratados o mencionados en la Introducción y en los comentarios a cada texto. Los números remiten a las páginas.
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José Luis Rivarola
Le en alternancia con lo/la para objeto directo, 49, 52, 104. Les para objeto directo femenino, 52 s., 63. Lo: en vez de la(s), 24, 103; con verbo intransitivo, 78, 87; omisión, 106; como objeto indirecto, 49, 68, 87. Orden: adjetivo antepuesto a sustantivo, 72; verbo en posición final, 110. Persona: alternancia de formas en la segunda persona, 24; vos con valor devaluativo, 76; nos por nosotros, 112. Por que "por lo que", 96. Posesivo doble, 69, 104. Preposiciones: usos anómalos, v. sintaxis y régimen; v. también con que, de, en que. Que expletivo, 21. Quechua: escritura del quechua en los siglos XVI y XVII, 23; codificación del quechua y el aimara en los siglos XVI y XVII, 26; fragmentación dialectal, 26.
Quien invariable, 49. Régimen anómalo: pretende a, 100; procurar a, 100, 103; merese a, 106; trata a, 108. Se: redundancia, 94; omisión, 106. Semiconsonante velar en posición inicial: refuerzo velar o labial, 20,49, 104. Sibilantes: ortografía seseante, 20 y n. 19, 62; trueque, 60. Sintaxis: transferencia y simplificación, 22, 25, 42; anomalía, 52, 72, 81, 98, 103, 110. V. también régimen. Superlativo precedido de tan,
106. Variedades monolingües o bilingües de español, 14,26. Verbo: formas verbales no finitas con el valor de finitas, 22, 42, 103; estar por ser, 22; indicativo por subjuntivo, 22, 42. Vocalismo andino, 20, 32, 39, 42, 52, 59, 62, 68, 72, 76, 80 s„ 84, 86, 110, 112.
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