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Spanish Pages [496] Year 2014
UBRARY Of PRINCETON
'
APR
61993
i
THEOLOGICAL SEMiNARY
"B5
Digitized by the Internet Archive in
2014
https://archive.org/details/comentarioloslibOOfern
CONSEJO SUPERIOR
DE
INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
Patronato Raimündo Lulio
-
Instituto Francisco SüÁREZ
COMENTARIO A LOS LIBROS DE ESDRAS Y NEHEMIAS POR EL
P.
ANDRES FERNANDEZ,
M A
D R
19
I
5 0
D
S.
J.
los
Andrés Fernánun veterano de estudios bíblicos y uno de
los
más destacados
R.
El
P.
dez, S. j., es
investiga-
dores del Libro Sagrado. Mallorquín de nacimiento, ingresó
en
Compañía de Jesús
la
des-
pués de ser sacerdote, y estudió en Cantorbery la Sagrada Escritura, a cuya enseñanza ha consagrado casi toda esta mitad de sig.o. Fué Rector del Pontificio Instituto Bíblico de
Roma, y más cursal que
el
tarde de la su-
mismo
Instituto
posee en Jerusalén. Fruto de sus años de profesorado son varios trabajos notables de Crítica Textual, y un libro sobre «Problemas de Topografía palestinense». Recientemente ha publicado una «Vida de N. S. Jesucristo;;, y tiene varias obras a punto de entrar en la imprenta.
Una
parte
muy
interesante
de su producción .literaria ha de recogerse en sus numerosos artículos publicados en «Bíblica»,
((Estudios Bíblicos»,
tudios
Eclesiásticos»
revistas.
«Esotras
y El presente volumen
ofrece no pocos puntos de vis-
en los debatidos problemas que plantean los libros de Esdras y Nehemías. El actual movimiento bíblico español reconoce en el P. Fernández a uno de sus más eficaces iniciadores, que se ha distinguido siempre por su criteta personales
rio equilibrado
y amplio.
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Patronato Raimundo Lulio
-
Instituto Francisco Suárez
CÓLECTANEA BIBLICA VOLUMEN
IV
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Patronato Raimundo Lulio
-
Instituto Francisco Suárez
COMENTARIO A LOS LIBROS DE ESDRAS Y NEHEMIAS POR EL
/
P.
ANDRES FERNANDEZ,
S.
).
Profesor del Pontificio Instituto Bíblico de Roma
MADRID
19
5
0
IMPRIMI potest:
y. Sayos, s. y. Praep. Prov. Tarracon
XIHIL OBSTAT:
Dr. yesús Enciso Vían a Censor
Madrid, 2j de junio de 194Q.
imprimatur:
Casimiro Obispo Auxiliar, Vic. Gener.
C.
Bermejo, Impresor.— García Morato,
í
18.— Teléf. 33-06-19.— MADRID
AL LECTOR Este comentario de Esdras tiene su pequeña histo-
y por cierto de tristes recuerdos. Enviado el manuscrito a Madrid para
ria,
la
impresión
poco antes del Alzamiento Nacional, pudo por dos años sustraerse a la furia roja acurrucado en
una casa protegida por
fieles
aparecidos éstos, invadió
en
ella
el
el
amigos. Mas
el
al
fondo de fin,
des-
recinto la ola bolchevista,
y
manuscrito, junto con otros muchos, para
siempre perecieron. El autor no había conservado copia,
y no
con ánimos para rehacerlo. Mas luego,
se sentía
pensándolo
mejor y reflexionando que el comentario de Nehemías -que había de seguir exigía y suponía necesariamente el de Esdras, decidióse al fin a escribirlo de
—
—
más
nuevo, pero harto
menores como en Este es
que
el
el
breve, sin bajar a tantos por-
anterior.
que ofrecemos hoy
al
público, esperando
benévolo lector se mostrará indulgente
el
halla en él todas las
menudas
si
no
particularidades que por
ventura esperaba encontrar.
Con nes te,
el
el fin
de no embarazar con prolijas discusio-
comentario, hemos juzgado oportuno tratar apar-
en sendos excursus, aquellos puntos que, o por su
VI
importancia
por ser particularmente impugnados,
o
más detenido
exigen un
En
la
nales no
método que seguimos
estudio;
ya, ciertamente con ventaja, en
el
comentario de Josué.
nombres propios persocaso dar una exacta repro-
transcripción de los
hemos
creído del
ducción gráfica de los caracteres hebreos; y esto por dos razones: para facilitar el trabajo del impresor, y
también por consideración a
alguno de
los lectores. Si
éstos está interesado en conocer la perfecta correspon-
duda quien conoce
dencia, será sin
por tanto, fácilmente, consultar
el
el
hebreo, y podrá,
Hemos
texto original.
adaptado, pues, dichos nombres a nuestra lengua,
que hacen, por
lo demás, no pocos autores. Así
en los nombres Maaseya (o Maaseja), Semaya, 10, 18 ss.)
Ezequías
damos, en consonancia con
etc., la
lo
v., gr.,
etc. (Esd.
Isaías, Jeremías,
transcripción Maasías, Semaías,
etc.;
o
acomodándonos a la grafía a que nos tiene acostumbrados la Vulgata, escribimos Josué en vez de Yeschuá, Josedec en lugar de Ydtsadaq (ibid. ). Es posi-
bien,
ble
que en tanta multitud de nombres no hayamos
siempre mantenido perfecta uniformidad, negligencia
que esperamos nos será perdonada. Es para nosotros un gratísimo deber hacer constar aquí nuestra
José M.
a
más profunda
gratitud al
Excmo.
don
Albareda, Secretario General del Consejo Su-
perior de Investigaciones Científicas, a
benevolencia debemos obra. Ni
Sr.
podemos
en religión Rvdo.
la
publicación
cuya singular de
la
olvidar a nuestro querido P.
presente
hermano
Fernando Fuster, quien ya desde
Vil
un principio tan generosamente y tan eficazmente
se
interesó por nuestra serie de carácter científico Colec-
tanea bíblica, y también por Florilegio bíblico; y a quien la
momento en que Hombre eminente en
muerte arrebató precisamente en
iba a ver cumplidos sus anhelos.
el
y en virtud habrá ya recibido del Señor el premio de una vida llena, más que de días, de intensa ac-
ciencia
Un
tividad apostólico-científica.
cariñoso recuerdo de
Roberto Cayue-
gratitud
vaya también
la, S. J.,
a quien cupo no poca parte en
las gestiones
entabladas por
presivas gracias S.
J.,
al
Rvdo.
el P.
debemos dar
al
P.
Fuster. Las
Rvdo.
Profesor de S. Escritura en
el feliz
el
P.
éxito de
más
ex-
Luis Brates,
Colegio
Máximo
de
San Ignacio, quien con tan generosa caridad se ofreció a tomar sobre sí el trabajo de la corrección de pruebas; tarea ímproba y difícil, que el autor, por su ausencia en Palestina, no podía por
sí
mismo
realizar.
Final-
mente, expresamos nuestro sincero y vivo agradecial Instituto -Francisco Suárez>, encargado de
miento
estampar
la obrita.
INDICE Págs.
V
Al lector
IX
Indice
BlLIOGRAFÍA
XIII
XX
Abreviaturas
INTRODUCCION Unidad
...
Libro
del
Argumento y
1
división
1
Importancia
12
Composición
(memorias, documentos
literaria
ves notas, pág. 4
oficiales,
listas,
bre-
unidad, pág. G)
;
4
Autor Memorias de Eidras y de Nehemías Fecha de la redacción
8 10 18
Historicidad
lo
Relación entre Esd.-Neh. y ;
de los Paralipómenos
libro
el
Formaban Esd.-Neh. y Paralipómenos un
El libro
3.°
17
19
solo libro?
de Esdias
Relación de 3 Esdras
20 al
Texto Masorético y
a
la
versión grie-
mismo
21
Carácter literario de 3 Esd
23
ga
del
Resumen página jes
I,
histórico
28;
pág. 31;
página 32
;
de
los
Cambises
imperios
II,
Artajerjes
Darío
II
pág. I
babilónico
30;
Darío
y
persa
pág.
I,
Longimano, pág. 32;
Nothus,
pág".
32
;
Artajerjes
(Ciro,
31;
Jer-
Jerjes II
II.
Mne-
mon, pág. 33 Artajerjes III Ochus, pág. 33 Darío III CoAlejandro domano, pág. 34 Filipo de Macedonia, pág. 34 Magno, pág. 34; Batalla de Isos, pág. 34) Cuadro sinóptico del imperio persa ;
;
;
;
26 85
X Págs.
Ccndición contra
de
social-religiosa
página. 36
religión,
;
desterrados
los
pág. 37
los
;
(condición
profetas,
pág.
38
;
social,
quejas
Providencia, pág. 41
la
35
COMENTARIO DE ESDKAS frimera caravana conducida por Zorobabel
47
'
Decieto de Ciro
EXCURSUS
I.
47
—Autenticidad
decreto
del
de
Ciro
51
Ejecución del decreto de Ciro
EXCURSUS
II.
— Sesbasar
57
y Zorobabel
personaje, o dos diferentes
¿son un solo y mismo 50
?
Lista de los repatriados
EXCURSUS
III.
02
— ¿Contiene
verdaderamente esta
sión de los repatriados al tiempo de Ciro
EXCURSUS IV.— Deportaciones EXCURSUS V. — ¿Hubo realmente Reedificación del altar y del templo ción de
la
lista
la
recen-
TI
?
70
caravana en tiempo de Ciro?
;
dedicación de éste y celebra-
primera Pascua
Erección del altar
EXCURSUS
VI.
90 91
,
Se echan los cimientos para
—
tiempo de Ciro
¿
la
restauración del templo
Hubo conato de
restauración del
en otros términos, es
o,
daderamente histórico
el
94
templo
al
relato 3,7-13 ver-
97
?
Hostilidad de los samaritanos
Correspondencia entre
EXCURSUS
VII.
fortificar la
los
— ¿Hubo
80
107
samaritanos y el monarca en tiempo de Ciro algún conato de
ciudad?
111
120
obra del templo y la autoriza explicitamente Darío carta del gobernador, pági(visita del gobernador, pág. 124
Se reanuda
la
;
na 125
;
caria de
Darío, pág. 128
;
compendio
del decreto de
123
Ciro, pág. 129)
EXCURSUS
VIII.— Autenticidad
Ejecución del decreto Celebración de
la
:
se termina
del decreto de el
templo
Pascua
EXCURSUS IX.— Ultimos
Darío
131
137
139
años de Zorobabel
140
:
P*gi caravana conducida por tsdras a Jerusalén
145
ladras, revestido de grande autoridad por un rescripto de Artajerjes,
conduce su caravana
a Jerusalén
14->
Genealogía de Esdras
140
Viaje
148
Rescripto de Artajerjes
149
Acción de gracias de Esdras
EXCURSUS
X.
150
...
—Autenticidad
decreto
del
Artajerjes
de
155
Lista de los repatriados
Preparativos para
el
lób
viaje (Esdras despacha
como preparación
de levitas, pág. 100;
proclama Esdras un dia de ayuno
el
viaje
confia a los sacerdotes y
;
le-
vasos sagrados que han de llevar consigo a Jerusa-
vitas los lén,
mensajeros en busca
inmediata para
100
pág. 162)
Viaje y llegada a Jerusalén
104
EXCURSUS
10o
Reforma (la
XI.
— Los
documento- árameos
por
religiosa,
la
disolución de
na 173
;
matrimonios mixtos
los
prevaricación del pueblo, pág. 172
dolor de Esdras, pagi-
;
oración de Esdras, pág. 175)
El pueblo se arrepiente y promete
Convocación de
179
grande asamblea (Esdras se asegura
la
ración de los principes, pág. neral, pág. 181
171
enmienda
la
ISO
;
convócase
alocución de Esdras, pág. 182
;
;
la
coope-
asamblea ge-
la el
pueblo asien-
y a petición del mismo se constituye un tribunal, pág. 183 ... lista de los culpables, pág. 180) te
;
'.
EXCURSUS XII.—Uso de la EXCURSUS XIII.— ¿Hay que capítulos 8-10 de tulos 8-10
entre
primera persona trasladar
Nehemías?, pág. sí,
pág. 191.
188
libro
al
180
ele
Esdras
los
Relación de los capí-
190.
Relación de dichos capítulos
al
de Esdras, pág. 193 EXCURSUS XIV.— Cronología relativa de Esdras y Nehemías ¿ Fué la vuelta de Esdras a Jerusalén anterior o posterior a la libro
190
:
¿abanla Comunidad judía, pág. 19S donó Esdras Jerusalén?, pág. 199; silencio respecto de Es-
de Nehemías? (estado de
dras,
mías,
pág.
pág.
201
los
;
203
;
:
gobernadores
sigmficación
matrimonios con extranjeros,
de pág.
207
hanán, pág. 208; disposición actual de pág. 211
;
carácter
de Esdras,
a
Nehe-
pág.
205
que precedieron la
voz ;
el
las
pág. 215>
gader,
aposento de Yovarias
narraciones,
UHJ
XII
Págs
COMENTARIO DE NEHEMIAS Ocasión del viaje de Nehemias Viaje a Jerusalén
219 228
,
Excursión nocturna alrededor de ios muros
'¿ütí
Alocución de Nehemias
243
Incipiente hostilidad de Sanballat y sus
EXCURSUS XV.— Los
compañeros
249
adversarios de Nehemias
253
Reconstrucción de los muros
Oposición de los samaritanos
EXCURSUS
XVI.
Descontento de
257 ...
286
,
—Abar-nahara
y sus provincias (Nehemias reprende a
población
la
300 los
ricos
y nobles 5,1-13. Propone su propia conducta como ejemplo de
generoso desinterés 5,14-19) Asechanzas de
EXCURSUS
los
samaritanos
XVII.
308 321
,
— ¿Comprendía
muro de Nehemias
el
la
co-
lma occidental? Se provee a
334
la custodia
de la ciudad con
el
fin
de prevenir una
sorpresa por parte de los enemigos
337
Lista de los primeros inmigrados
la grande asamblea para
la
340
reforma religiosa (lectura de
la
Ley,
página 346; confesión y penitencia del pueblo, pág. 359; se sella con juramento la promesa y se renueva la alianza con
Yahvé, pág. 375)
346
Repoblación de Jerusalén
388
Los que habitaban fuera de Jerusalén
401
de sacerdotes y levitas XVIII. El sumo sacerdote Yohanán y el sucesor de Nehemias como gobernador de Judea en los papiros de
Varias
listas
EXCURSUS
—
Elefantina
,
412
Dedicación de los muros Trátase levitas
de
y
las
ofrendas
otros
404
416
para
ministros
del
sustento
el
de
los
sacerdotes,
426
Santuario
Actividad de Nehemias durante su segunda estancia en Jerusalén (la
santidad del templo, pág. 431
página 434
;
observancia del
mixtos, pág. 442)
;
manutención de
Sábado, pág. 436
;
los levitas,
matrimonios 429
BIBLIOGRAFIA Los comentarios de Esdras-Nehemías, comparados con los de otros libros, son relativamente escasos; son por el contrario numerosos los estudios sobre puntos particulares. Más que enhilar una larga serie de unos y otros hemos juzgado más útil seleccionar unos pocos, añadiendo empero, si no a todos, al
menos
mayor
a la
tivas a su tendencia
parte algunas breves observaciones rela-
y
valor.
Comentarios Albright: to
A
Judah froni the Days of Josiah Great (The Biblical Archseologist, vol. 9,
brief History of
Alexander
the
1946, p. 1-16).
Denso y lúcido resumen, donde
el
autor
maestría entrelaza la historia del Destierro y
con
los datos
de
la historia
queología.
No
mismo de
la Revista,
todos,
la
con singular Restauración
profana y los resultados de
como por
lo
demás
advierte
el
la ar-
Editor
creerán poder aceptar todas las conclu-
siones del Autor; y por lo que a nosotros toca, tendríamos que hacer más de una reserva. De todas maneras el trabajo del Prof. Albright es desde su
punto de vista un modelo de sí dan
exposición clara y concisa, hecha a la luz de lo que de la historia profana y las excavaciones arqueológicas.
and Nehemiah (International Commentary), Edinburg 191 3.
Batten: The Books of Ezra cal
Criti-
XIV
Bertheau: Die Bücher Esra, Nehemia und Ester (Leipzig 1862). Bertholet: Die Bücher Esra und Nehemia (Kurzer
Hand-Com-
mentar zum Alten Testament), Tübingen 1902. Calmet: Commentarius menti.
Tomus
litteralis in
tertius: in
omnes
primum
et
libros
Veteris Testa-
secundum librum Es-
drse (Lucse 1732).
Cornelius a Lapide: Commentarii
mus ni
IV:
Commentaria
in
in
Esdram
Sacram Scripturam. Toet
Nehemiam
(Mediola-
1858).
Fillion:
Esdras Néhémie. y
Keil: Biblischer
Commentar über die nachexilischen Nehemia und Esther.
Geschichts-
bücher: Chronik, Esra,
Ryle: The Books of Esra
and Nehemiah (The Cambridge
Bible),
'
Cambridge 1907. Esra, Nehemiah und Esther übersetzt und erklárt (Handkommentar zum Alten Testament), Góttingen 1901.
Siegfried:
Siegfried da la traducción
principalmente textual.
En
al
y notas concisas que se refieren
sentido de los vocablos hebreos y a la crítica
Bertholet
no
se halla la versión, pero las notas son
de alguna mayor amplitud. En Bertheau es abundante
la
exé-
aunque relativamente antiguo, no deja de ser útil, más tal vez que muchos modernos. Batten toca y trata extensamente todos los problemas relativos a la crítica textual, histógesis y,
y lo hace con gran aparato de erudición; pero que en los tres terrenos se muestre con harta frecuencia arbitrario y poco ponderado. Su crítica es de un extremado radicalismo. rica
y
literaria,
es de lamentar
XV
Historia y cuestiones particulares Clamer: Esdras col.
et
Néhémie (Dictionn. de Théol. Cath.
vol.
5,
522-553).
Fernández: El profeta Ageo
15-18 y
2,
la
fundación del segun-
do Templo. Bíblica 2 (1921) 206-215. Idem: Epoca de la actividad de Esdras.
Bíblica
2
(
1
92
1 )
pá-
ginas 424-447-
Die chronologischen Fragen
Fischer:
Nehemia. Biblische Studien, Band
in
VIII,
den Büchern EsraHeft 3 (1903).
Tratado bastante completo, que corresponde perfectamente al título;
exposición clara y bien ordenada; juicio recto y pon-
derado, bien que puedan quizá no admitirse todas sus conclusiones.
Gabriel: ZorobabeL Ein Beitrag zur Geschichte der Juden in der ersten Zeit nach
dem
Exil (Wien 1927).
Naturalmente muchos problemas se plantean en torno a persona de Zorobabel, que
el
tud, pero cuyas conclusiones
la
autor trata con una cierta ampli-
— algunas
al
menos
— han de
to-
marse con mucha reserva. Jampel: Die (Breslau
Wiederherstellung
Is raéis
¡ínter
den Achdmeniden
1904).
De pronunciado uso frecuente de e historicidad
carácter polémico; tendencia-conservadora;
las inscripciones
en favor de
la
autenticidad
de ciertas partes de Esd.-Xeh. impugnadas
los críticos extremistas.
Klameth: Ezras Leben und Wirken (Wien 1908).
pol-
—
XVI
Kosters: Die Wiederherstellung lsraels
in der persischen
Pe-
riode (Heidelberg 1895).
Muy del
arbitrario así
punto de vista
desde
el
punto de vista
histórico: niega sin razón
la realidad histórica
de varios
literario
como
alguna plausible
relatos.
Kugler: Die Hauptfragen der Bücher Esra und Nehemia (Von
Moses bis Paulus. Forschungen zur Geschichte Münster i. Westf. 1922).
lsraels.
Tratado relativamente breve pero muy sustancioso, al que da gran valor, en lo que toca a las cuestiones de cronología, el conocimiento profundo que el autor distinguido asiriólogo poseía de la astronomía babilónica.
—
Lagrange: Rev. Bibl. 1894 p. 561-585; 1895 p. 193-202 (este segundo artículo es respuesta a una carta de van Hoonacker
que se halla en
MEyER
Ed.:
la
misma Rev.
Die Entstehung des Judentums (Halle 1896).
Bien que no todo cuanto en
un
Bibl. 1895, p. 186-192).
él
se dice
pueda admitirse, es
donde se tratan a fondo múltiples problemas, y muy buenas razones la autenticidad e historicidad de varios documentos, que otros autores rechazan arbitra-
éste
libro
se vindica
riamente
con
como
apócrifos.
Nikel: Die Wiederherstellung des jüdischen Gemeinwesens nach
dem babylonischen ExiL
Biblische Studien,
Band V, Heft
2
u. 3 (1900).
Libro digno de toda recomendación. Apenas hay punto que no se toque, y por cierto con suficiente amplitud, y en general con buen criterio. Pirot: Notes sur la restauration juive aprés la captivité de Babylone.
L'Ami du
Clergé, 192 1
(Num. 25 Aoút)
p.
465-476.
XVII
En unas doce páginas expone cipales
problemas a"que,'da pie
el
el
autor algunos de los prin-
libro
de Esd.-Neh. Exposi-
ción lúcida y nutrida, en la que empero sería tal vez de desear una mayor y más fina ponderación de los argumentos que en
pro y en contra se aducen. Riessler:
Ueber Nehemias und Esdras (Biblische Zeitschrift
1903, p. 232-245; ibidem 1904, p. 15-27. 145-153).
Schlatter: Die Listen der unter Jechonja Exilierten. Das
von Nehemia
8-10. (Zur
Datum
Topographie und Geschichte Pa-
lástinas, p. 324-328. 405-421.)
Sellin: Serubbabel. Ein Beitrag zur Geschichte
der messiani-
schen Erwartúng und der Entstehung des Judentums (Leipzig 1898).
Idem: Die Restauration der jüdischen Gemeinde in den Jahren
538-516. Das Schicksal Serubbabels. (Studien zur Entstehungsgeschichte der jüdischen Gemeinde nach
dem baby-
lonischen Exil. (Leipzig 1901).
Su no
teoría sobre Zorobabel carece de
decir
que tiene algo de
fundamento
sólido, poí-
fantástico.
Smend: Die Listen der Biicher Esra und Nehemia (Basel 1891).
und Literarkritische Fragen in Esra 1-6. (Alttestamentlische Abhandlungen, vol. II, Heft 5; 19 10.)
Theis:
Geschichtliche
Torrey: The Composition and Historical Valué of Ezra-Nehemiah (Beihefte zur Zeitschrift für die alttestamentlische Wissenschaft, vol. 2; 1896.)
Autor de un extremo radicalismo
como en
la literaria.
así en la crítica histórica Razonamiento poco fundado; conclusio-
—
—
—
XVIII
nes cuya misma exageración las hace menos ofensivas. Lásti-
ma
;
que tanta erudición sea puesta
de un
servicio
al
tal
método.
Torre y: Ezra Studies (Chicago
De la
1910).
mismas observaciones que de
esta obra cabe hacer las
precedente, del
mismo
autor.
Touzard: Les Juifs au temps de l
9
1
S>
P-
Bibl. 1916, p. ss.;
p.
299
ss.
estudios,
punto de vista histórico y a
se refiere al destierro y
persane. (Rev.
ss.
431
ss.;
Bibl.
1918, p. 336
p. 5 ss.;
1927, p. 5 ss.
Dos muy interesantes del
54
7, p.
1920,
ss.;
359
la periode
juive au temps des Perses (Rev.
191
ss.;
ss.;
1919, p. 5
174
Uame
59 ss -)-
1923, p. 59 161 ss.)
donde ampliamente
literario,
la
1926,
ss.;
se trata,
modo
cuanto en algún
restauración de la comunidad
judía.
Van Hoonacker: Nékémie
et
Esdras: uouvelle hypothése sur
chronologie de Vépoque de la restauration tion
Néhémie
et
Esdras (Rev.
Bibl.
juive. — La
1895, p.
tauration* juive aprés p.
3-26.
le'xil
de Bala res-
Esdras
(Rev.
Véxil de Babylone (Rev. Bibl. 1901,
La
175-199). Bibl.
ques-
186-192).
Notes sur Vhistoire de
Nouvelles études sur la restauration juive aprés bylone (París-Louvain 1896).
la
succésion chronologique
1923,
p.
481-494;
I9 2 4,
NéhémieP-
33" 6 4-
Estos dos últimos artículos son respuesta a las observacio-
nes del P. Kugler).
Van Hoonacker
es
Esdras, en cuya teoría
campeón de la cronología Nehemíastuvo numerosos adeptos y también nu-
el
merosos impugnadores. A defenderla contra éstos se encaminan casi todos sus escritos.
XIX
Texto
—
Libro 3.° de Esdras. El texto griego se hallará en The Oíd Testament in Greek according ta The Sepuagint, edited by Henry Barclay Swete (Cambridge 1907), en el vol. D. La versión latina puede verse en Fillion, Biblia Sacra (Parisiis 1887), al fin del volumen; y mejor aún en Hetzenauer, Biblia Sacra (Ratisbonae 1922), también al fin del volumen. Bayer: Das dritte Bucli Esdras itnd sein Verháltnis zu den Büchern Esra-Nehemia. (Biblische Studien,
Band XVI, Heft
1;
1911.)
Das apokryphe und das kanonische Esrabuch.
Fischer:
sche Zeitschrift,
2 (1904) p.
Bibli-
351-364.
Moulton: Ueber die Ueberlieferung und den textkritischen^Wert Esrabnches. (Zeitschr.
des dritten schaft; vol.
Der
Riessler:
19,
1899, p.
textkritische
blische Zeitschrift
5
für
alttestam.
209-258; vol. 20,
YVissen-
1900, p. 1-35.)
¡Veri des dritten Esdrasbuches. (Bi-
(1907) p.
146-158.)
Walde: Die Esdrasbiicher der Septuaginta. Ihr gegenseitiges Verháltnis
Heft
nntersucht.
(Biblische
Studien,
Band
XVIII,
1913.)
4;
Los dos artículos de Moulton son un trabajo de pura crítica textual, donde con escrupulosa minuciosidad se confronta el 0
—
de Esdras con
el texto masorético. Los de Fischer y una comparación de 3. 0 Esdras con el canónico Esdras griego. Bayer y Walde se enfrentan con el problema de un punto de vista más amplio. Su estudio abarca
libro 3.
Riessler se limitan a
.
—
el triple
mente
aspecto: textual, histórico y literario. Trátase detenida-
así
como de
de
la
la
mutua
relación entre las dos versiones griegas,
relación entre éstas y
el
texto masorético.
—— ——— —
ABREVIATURAS AASOR. AnnuaLof BASOR. BD.
— Vigouroux,
BZ.—Biblische
CAHist.
Oriental Research.
of
La
Mo temes.
Bible et les Découvertes
1896.
Zeitschrift.
The Cambridge Ancient History (véase pág. 26 del Comentario) Andreas, Commentarius in librum Josué. 1938.
— Fernández FK — Fernández
FJ.
American Schools
the
—Fr.
X, Kortleitner, Archaeologia Bíblica. MCMXVII. Bulletin of the American Schools of Oriental Research.
Arch. Bibl.
Problemas de
Andrés,
Topografía Palestinense
GP.—Abel,
Géographie de
la Palestine,
tome
I,
(3
—
PG. Migne, Patrología Graeca. PJB. Palaestinajahrbuch. PL. Migne, Patrología Latina.
—
Quart.
Stat.
RB.— Rev. RPE.
Palestine Exploration Fund.
Bibl.,
Revue
Zeitschrift
ZDPV .—Zeitschrift (
) ]
[ '
'
Quarterly Statement.
Biblique.
Real Protestantische Encyclopaedíe.
ZATW.
eliminación. adición.
modificación.
für die
Alttestamentliche
.
193G.
Band 1927). 1933; tome II, 1938.
Geschichte.— Kittel, Geschichte des Volkes Israel
Wissenschaft.
der deutschen Palastina-Vereins.
COMENTARIO
A LOS LIBROS
DE ESDRAS Y NEHEMIAS
INTRODUCCION Unidad
Los que hoy
del libro.
presentan
se
como dos
distintos libros,
de
Esdras y de Ne hernias, respectivamente, no formaban en su origen sino uno solo. Esta primitiva unidad se refleja en
jas
notas masoréti-
cas que suelen ponerse al fin de cada libro,
las
cuales en
nuestro caso se leen, no después del libro de Esdras, sino
Nehemias, refiriéndose a ambos
del de
;
de donde, con ra-
zón, se concluye que eran considerados
como uno
Talmud (Baba baihra
la
fol. y
14,
c
2),
en
solo.
El
enumeración de
Sagradas Escrituras, no hace mención sino de Esdras. Orígenes habla de dos libros (primero y segundo de Es-
las
dras) solo. se
en
pero hace notar que en hebreo
;
Pasamos por
alto
no eran sino uno
otros argumentos que pueden ver
Introducciones.
las
Argumento y dkñsi^n. El argumento
Babilonia
;
en
general es
judio en su Tierra de Israel bajo ligioso.
La
la
vuelta
del destierro
de
o en otros términos, la reconstitución del pueblo
historia
de
esta
el
doble aspecto
restauración
se
civil
extiende
y re
por
:
ARGUMENTO Y
2
todo un siglo 432,
del
fin
un
de
desde 538, fecha del decreto de Ciro, hasta
Nehemías. Trátase, empero, no continuado sino más bien fragmentario
ministerio de
relato
refieren
se
:
DIVISION. IMPORTANCIA
varios
que pudieran constituir otras
episodios,
tantas narraciones independientes, y que vienen a reducirse a cuatro 1) Primera vuelta del destierro y reedificación :
templo
Vuelta y actividad de Esdras 2) Vuelta de Nehemías y reconstrucción de los muros (445-432). 4) Segundo período de Nehemías (432...?). oel
(458...?).
3)
Como
se
senta años
(538-516).
ve,
queda un bloque considerable de casi se de los cuales no se dice ni una pa-
(516-458),
¿Débese tal silencio a que el autor no disponía de documentos relativos a dicho período, o más bien a que hizo una selección de los diversos acontecimientos, limitándose a referir los que juzgó más interesantes? Esto segundo parécenos más probable, pues no es creíble que nada sulabra.
piera del largo intervalo de sesenta años, y por otra parte, es muy verosímil que nada aconteciera de singular en di-
cho período, o sea, entre plo y
A)
Vuelta de
robabel
la reedificación definitiva del
tem-
vuelta de Esdras.
la
;
la
primera caravana, conducida por Zo-
erección del altar, reedificación del templo, Esd. 1-5.
B) Segunda caravana, bajo la dirección de Esdras forma de los matrimonios, Esd. 7-10.
;
re-
reconstrucción de los muros mismo, Neh. 1-13,3. D) Segundo ministerio de Nehemías, Neh. 13,4-31. N. B. De propósito omitimos aquí las subdivisiones, que pueden verse en el Indice.
C)
y
Vuelta de
Nehemías,
reforma religiosa por
el
—
Importancia.
De
la
vuelta del destierro a la patria había trazado Isaías
un espléndido cuadro en (cap.
la
segunda parte de sus profecías
40 y siguientes), y Ezequiel nos
la
había presentado
IMPORTANCIA
como una verdadera esta rico
de
vuelta,
en
a realizarse
él
De
(cap. 37).
relato
el
histó-
nada sabríamos de
la
ese hecho culminante en la
de Israel.
historia
te
resurrección tenemos
de Esd.-Ñeh. Sin
libro
el
resurrección del pueblo
esta
manera cómo vino
3
Además, ha de tenerse en cuenta que este período revisun interés singular. Sabido es que el carácter del pueblo
C,
judío, en los últimos tiempos antes de J.
que ofrecía en
del
to
Ahora bien
precisamente
cipios
en
afianzó
el
cautiverio del
al
Babilonia, a
el
uso de
resalte de la Ley, datan de aquella época, por
cuánto importa
el
Así,
lengua
la el
se
y
patria.
la
reunirse del pueblo en las sinagogas,
el
distin
destierro.
ser tuvo sus prin-
de
retorno
por citar algunos ejemplos,
gr., sólo
v.
aramea,
en
comienzos
los
muy
era
tiempos anteriores
como nueva manera de
esa
:
los
singular
donde
se
ve
conocerla.
Finalmente, ofrece
el
libro
otros aspectos. El relato de
la
especial interés,
bajo varios
reconstrucción de los muros
constituye un elemento no despreciable para resolver
el
pro-
blema sobre la extensión de las murallas de la ciudad en la época monárquica, como que Nehemías no hizo sino restaurar lo que había sido destruido. Aparece la finalidad de Dios en cumplir cho de librar patria los el
y
;
la
la
promesa que por sus profecías había he-
pueblo del destierro y reconstituirlo en su visible providencia que protegió el retorno de al
repatriados,
como nota expresamente Esdras. Admírale
carácter de Nehemías, su perseverante energía, su noble
za de sentimientos, y forma un cuadro de no literario
la
descripción
de los insistentes
común mérito
esfuerzos de
samaritanos, en forma ora de intrigas, ora de violencias
por
el
la
nobleza,
table del integérrimo
la
o.
con cuyas mezqir'nda habilidad, la entereza incontra-
contrario, de fingida amistad
des contrasta
los
;
gobernador Nehemías.
COMPOSICIÓN LITERARIA
á
C o mp o sición hojear
Basta
literaria
ligeramente
siquiera
.
para darse
libro
el
cuenta que no es un todo compacto, salido de autor y obra original suya. obra de compilación, en que
Muy
al
al
orden
ni
concierto,
ser-
menos hablando
en general, han conservado su forma primitiva sin
han
autor, o autores, se
el
del
contrario, aparece una
vido de escritos ya existentes, a los que,
gamándolos
pluma
la
y no amalen
;
sino disponiéndolos,
cuanto a ellos se les alcanzaba, conforme
al
orden crono-
y poniendo de propia cosecha las adiciones que convenía para trabar entre sí los varios documentos, o para re llenar los resquicios que entre los mismos quedaban. Asi que los varios elementos que integran el libro son los silógico,
guientes
:
Las Memorias de Esdras (7, 27-8, 34 Nehemías (Neh. 1-7, 73; 12, 27-43; 13, 4-31). Documentos oficiales: Decreto de Ciro 2) 1)
;
1-15), y de
9,
(1,
2-4).
Car-
ta de los sátrapas a Artajerjes (4, 9-16),
tajerjes (4,
y respuesta de Ar17-22). Carta de los sátrapas a Darío (5, 7-17), y
respuesta de Darío Listas,
3)
blicos
(6, 3-12).
Catálogo
:
(Esd.
2,
1-70
(Esd.
7,
1-5).
Decreto de Artajerjes
tomadas
probablemente de
los
= Neh.
7,
Catálogo de
de Artajerjes (Esd.
8, 1-14).
repatriados 6-73a).
documentos pú-
al
tiempo
Genealogía
repatriados
los
(7, 12-26).
de
Catálogo de
los
ci
de
Ciro
de Esdras año séptimo
que habían con-
traído matrimonio con mujeres extranjeras (Esd. 10, 18-43).
Catálogo de
los que firmaron la renovación de la alianza (Neh. 10, 1-39). Catálogos de los habitantes de Jerusalén, de las ciudades ocupadas por los repatriados, de los sacer-
dotes
y
(Neh.
11,
4)
autor.
levitas
Las
3-12,
tiempo
al
del
sumo
sacerdote
Joaquim
26).
partes
narrativas,
o
breves
notas
del
mismo
COMPOSICIÓN LITERARIA
5
Nótese que hay dos perícopas redactadas en lengua ara Esd. 4, 8-6, 18 (correspondencia de algunos oficiales
mea
:
con
monarca), y
el
12-26 (carta entregada por Artajer
7,
a Esdras).
jes
variedad
Esta múltiple
de
elementos,
unos de
independientes los
pocos son
dar de pronto
la
impresión que en
el
orden
lógico ni cronológico.
muchos
su excelente p.
componer
su obra se
Y
piensan, en realidad,
así
Baste citar Lusseau-Collomb,
autores.
253),
pudiera
otros,
autor con yuxtaponerlos, sin atenerse a ningún
contentó ni
el
cuales no
de los los
Manuel d'Etudcs Bibliques
(París, vol. 2, 1934,
que «ninguna trama unificadora da
afirman
obra un carácter homogéneo», y Giuseppe Storia d'Israele (vol.
1934),
2,
p.
cronológica)), de
donde saca
la
Ricciotti,
a
a
una exacta
serie
consecuencia que «cuando en
encuentran juntos dos documentos,
se
la
que en
127) escribe que «los do-
cumentos no están dispuestos conforme Rsdras-Ne hernias
quienes en
ninguna referencia cronológica puesta por
el
cronista,
sin
no
alguna para decir que el documento que segundo lugar sea cronológicamente posterior al
existe presunción
ocupa que
el
le
precede».
Ante todo, para prevenir confusiones, hay que concrepunto de la discusión. No se trata aquí, precisamente,
tar el
de
el
si
orden en que están dispuestos
responde, en realidad, a chos, sino
más bien
la
los
en Esd.-Neh. se
si
relatos parciales
sucesión cronológica de los herefleja
la
intención
del autor de disponer sus documentos en orden cronológi-
Son
co.
éstos,
como
se ve,
dos puntos de vista de todo en
todo distintos. Decimos, pues, que bro da claramente se
propuso
el
la
distinto,
como
él la
simple lectura del
de que
en
el
autor imprimirle un sello de unidad
trabar sus materiales,
gen
impresión
la
se
componerlo ;
que en
el
relativos a diversas épocas y de ori
inspiró
entendía.
li-
en
la
cronología de los hechos
tal
COMPOSICIÓN LITERARIA
6
Un
examen
rápido
de su obra justificará,
del contenido
creemos, nuestro aserto.
Libro de Esdras.
—decreto
—rContiene
éste tres hechos principales
de Ciro, caravana conducida por
gunda caravana bajo
cesión cronológica no cabe duda razonable el
autor dispone precisamente en
Y
correspondientes. límites
Zorobabel,
—
dirección de Esdras
la
no sólo
,
Ahora
(1).
mismo orden
el
se-
de cuya su bien:
los relatos
aun dentro de
esto, sino que,
de cada relato, se atiene escrupulosamente a
los
cro-
la
nología.
En
efecto
encabézase
:
con
libro
el
decreto de Ciro,
el
principio y origen de todo lo demás. Partida de la caravana y recuento de los repatriados. Como era de suponer, el primer cuidado fué restaurar el altar, a fin de poder ofrecer
desde luego sacrificios en tanto que se el
reconstruyendo
iría
templo, cuya restauración empieza, apenas aprontados los
materiales
(c.
Tiene que interrumpirse
3).
trigas de los samaritanos.
En
trabajo por in-
el
punto aprovecha
este
el
autor
oportunidad de mencionar algunas otras hostilidades, per-
la
tenecientes a diversa época
mente contraría gico.
En
a
nuestros
(c.
que en nada absoluta-
lo
4),
su propósito de seguir
mismos
días
orden cronoló-
el
muy
historiadores
dignos
de este nombre no se hacen escrúpulo a las veces de juntar
hechos de tiempos diversos, samiento
puede reanudarse
fin
que a nadie
sin
reprocharles de pecar contra
el
el
Surge empero nueva
trabajo, y se
dificultad
:
el
le
venga en pencronología. Al
la
pone mano a la obra. gobernador general se
persona en Jerusalén, preguntando con qué derecho están reconstruyendo
el
templo. Escribe
a
Darío, responde éste,
y al fin la restauración se lleva a feliz término
Cuanto
(1)
que
lo
a
Esdras.,
niegan.
no
faltan
Creemos que en
gumentos carecen
.de
todo
5-6).
autor expresa en términos genera-
el
Bien sabemos que
(c.
el
autores
que no
Comentario
fundamento
sólido.
se
sólo
verá
dudan,
cómo
sus
sino ar-
COMPOSICIÓN LITERARIA les
la
vuelta de
documento por Esdras
y
caravana cual
confería
el
el
partida y llegada
la
luego transcribe
7-10), y
(7.
monarca los poderes a preparativos que éste anduvo haciendo.
refiere los
;
finalmente,
\.
la el
7
a
Jerusalén
(c.
7,
1
1
-28
Poco tiempo después de haber llegado acomete reforma religiosa, empezando por los matrimonios
1-36).
8,
Esdras
la
mixtos
(c.
con
9-10),
lo cual se
Libro de Nehemías.
— Recibidos
Nehemías parte y
ca,
cierra el libro.
llega
los
poderes del monarInspecciona
Jerusalén.
a
los
muros, y se decide a restaurarlos cuanto antes (c. 1-2). Descríbese por menudo la manera de reconstruirlos, y se in tercala el relato de las intrigas, violencias y
samaritanos, lleva la
engaños de
obra
a feliz
término
(c.
Una
3-6).
vez reedificados
muros, se piensa, como era natural, en repoblar
¡os
dad
los
hasta que, a pesar de tanta contradicción, se
la
ciu
y con esta ocasión se inserta la lista de los que habían vuelto del destierro en la primera cavarana (c. 7). Habiendo ;
dado cima a la restauración material, acomete Nehemías la reforma religiosa (c. 8-10). Sigue un recuento de los que de hecho
se
establecieron en Jerusalén
ción varias listas
(c.
(c. 11), y a continuaDescríbese luego la Dedica-
12, 1-26).
ción de los muros recién cons f ruído s se
un breve relato
oscura.
(13.
Finalmente, ciérrase
nes sobre
la
actividad de
(c.
12.
27-47).
Añáde-
cuya posición cronológica es
1-5), el
libro
con algunas indicacio-
Nehemías en su segunda vuelta
a
Jerusalén (13. 6-31).
De
este rápido
recorrido aparece que,
rraciones en su sentido obvio, en varios
documentos presidió
autor de atenerse
al
la
a
delante
su juicio, a
tomando
las
el
na-
trabajo de juntar los
constante preocupación
orden cronológico.
rizados a concluir que, cuando relato
el
De
ahí
del
estamos auto-
referido autor coloca
un
de otro, este orden topológico corresponde, la
sucesión cronológica de los acontecimientos,
AUTOR
8
y por consiguiente constituye una presunción en pro de En consecuencia, hasta tanto que se aduzcan
dicha sucesión.
argumentos en contra, es perfectamete mantener el orden cronológico correspondiente
razonable
válidos
a
la
posi-
ción relativa de las narraciones parciales.
Y
para confirmar
vamos
a
puntualiza las fechas 3,
1 «Llegó
Esd.
:
3,
;
8 «El
«hasta
el
que para
el
día primero
el
;
2,
11 «y estuve
muralla
el
4, G
el
quedo
7,
;
;
«Y 24
subida de
llegó a Jerusa-
mes de Kisleu tres días»
4,
9 «y fué así
fijó él la
mes
;
6,
del
vigésimo
15 «terminóse
veinticinco de Elul, a los cincuenta y dos días
de comenzada» 6 «el
del quinto
«En
allí
;
principio de su reinado»
primer día del mes primero
lén» etc., etc. Neh. 1, 1
la
al
;
6 «desde el día primero del
3,
año segundo del reinado de Darío»
Babilonia, y
año»
;
«El primer año de Ciro»
1
1,
cronología
la
de los pasajes en que
segundo año de su venida»
reinado de Asnero,
el
siquiera
mes séptimo»
el
séptimo mes»
en
interés del autor por
el
recordar algunos
;
9,
1 «El día veinticuatro de este
mes»
;
13,
año treinta y dos de Artajerjes».
A ni av. Este nombre
lo
tomamos
redactor, compilador
forma la
actual,
;
aquí en sentido un tanto lato
en una palabra,
el
que dió
,
al libro su
sea cual fuere la parte que hubiere tenido en
primera redacción de sus documentos.
De
estos
documentos, aquellos en que Esdras (Esd.
7,
y Nehemías (Neh. 1-7; 12, 27-43; 13, 6-31) hablan en primera persona han ide atribuirse a la pluma de dichoo
27-c. 8-9)
personajes, respectivamente
(1).
Pero ¿fueron Esdras y Nehemías, o uno solo de ellos, en particular Esdras, los que dieron al libro su forma actual ?
(1)
Véase más abajo,
p.
10
ss.
188
ss.
AUTOR
En el
otros términos,
autor del libro
tiva.
No
de
obra
la
?
9
¿podemos llamar a Esdras propiamente Creemos que la respuesta ha de ser negacaso de ser
se explica en efecto que, el
mismo Esdras. hable
redactor
el
éste en primera persona,
y luego, sin motivo alguno que justifique el cambio, pase al uso de la tercera persona. Claro está que tal proceder no es absolutamente imposible
bable.
Por
el
pero
;
en extremo impro-
es
sí
contrario, se da perfecta razón del cambio con
suponer que otro autor inserta en
su libro
las
Memorias
de Esdras conservando su propio tenor, y por consiguiente la primera persona y una vez terminadas éstas, se usa de ;
nuevo
1.
la
tercera persona.
Verdad e^ que también en otros 5; Dan. 1, 1-7, 2; 7. 2-0, 27: 10.
libros (Jer. 1
20.
1.7
;
28,
10. 2-12, 13) alternan
;
primera y la tercera persona, y con todo nadie toma esto por indicio de diversidad de autores. A nuestro juicio, no
la
existe
paridad. Por
la
sola lectura
de los varios pasajes
el
alternarse de las dos personas da en los dos libros proféti
cos por una parte y en Esd.-Neh., por otra, impresión de
todo en todo distinta. Jeremías en directamente con Dios, y es al
Señor
lo
el
pone
natural que
hiciera en primera persona.
circustancias
mente
muy
20, 7-18 se
histórico-psicológicas
En
a
hablar
dirigiéndose
Jer. 28, 1.5 las
explican
satisfactoria-
cambio de persona.
Hananías,
el
falso
jugum Babylonis»
(28,
profeta, 2),
había
aludiendo
aue habia dicho Jeremías en
el
cap.
exclamado
«Contrívi
manifiestamente a 27
(cf.
v.
lo
1-7.8.9-10.
a quien se dirigía personalmente, acompañando quizá con el gesto sus palabras. Ahora bien, fácilmente se comprende que, cuando Jeremías quiso describir este episodio, se le pusiera por delante de la imaginación ia imagen de Hananías con su actitud agresiva, y que bajo esta impresión le saliera espontáneamente la frase «Dijo a nú», pues en ella vibraba una nota más personal que en la otra
12.14.16.19-22),
MEMORIAS DE ESD. Y NEH.
LO
«Dijo a Jeremías)).
nario,
1-6
con
7,2.
contienen El
ducción
;
v.
cuando ya no
luego,
vuelve
la
pone
j se
nada extraño, pues,
Lo
que en el v.
propio debe decirse de
nas en 10, 1.2.
La
parte histórica.
1 de este cap.
tercera persona, mientras que en
persona.
usar,
a
se trata> de
como de
la
ordi-
persona. Cuanto a Daniel, nótese que los
tercera
la
cap.
Y
profeta,
falso
del
actitud
En una
profética empieza
a él
manera de
intro-
hable Daniel en
2 lo hace en primera
diferencia de perso-
la
palabra, creemos que en Daniel se
usan diversas personas, pero no cabe decir que se pase pro-
piamente de una persona a otra.
Mantenemos, por consiguiente, que
el
cambio de per
sona en Esd.-Neh. excluye como redactor del libro
Esdras como a Nehemías. Tal cambio
mente en efecto,
se
así
a
explica perfecta-
hipótesis de que haya sido un tercero. Este, en
la
transcribió
Memorias de
las
la
encontraba
mientras que en lo que
primera persona
como
cuenta usó,
era natural,
tal
la
dos protagonistas,
como en
conservando ;
los
él
las
mismas
se
añadió por su propia
tercera persona.
Ni se opone a esta conclusión el aserto del Talmud (Baba bathra f 14). que hace a Esdras autor de su libro, pues en realidad tal título puede justamente dársele, siquiera en sentido lato, puesto que buena parte de dicho libro está formado por sus Memorias.
Memorias de Esdras y de Nehemías. (Esd.
7,
27-c.
8-9
Neh. 1-7;
;
Estos dos personajes por en singular o en plural, los escritos
;
trate aquí de
el
13, 6-31.)
la
primera persona,
como
los redactores de
uso de
presentan
27-43;
y no hay motivo alguno para sospechar que una mera ficción literaria. Suponerlo fuera evi-
dentemente arbitrario,
argumentos
se
12,
positivos.
a
menos de apoyar
tal
suposición en
.
MEMORIAS DE BSD. Y
No
merecen ser calificados de
Torrey {Ezra Studies,
de
en probar que
uso de
el
otra cosa que un
Invoca
el
mero
la
p.
el
y una noches
(!
las
consideraciones
con que
ss.),
se esfuerza
primera pers©na en Esdras no es («literary
artificio literario
ejemplo de varios
los Jubileos,
tales
244
11
N'EH
libros,
como
el
de vice»).
de Enoc,
el
de
Protoevangelio de S. Jaime y hasta las Mil en los cuales se pasa de la tercera a la pri),
mera persona, y a nadie se le ocurre pensar que las secciones donde se lee esta última sean verdaderas memorias auténsino
ticas,
que
se trata
pura y simplemente de ficción
lite-
raria
Es raro que pado
la
tro de
le
haya esca-
Esd.-Neh. Este reviste carácter propiamente históri-
como que
co,
de Torrey se
a la perspicacia
diferencia que va entre los libros citados y el nues-
resaltan en
él
manera evidente
de
los
distin-
verdaderamente histórica, mientras que aquéllos andan llenos de visiones o de escenas puramente imaginarias. Para la validez del razonamiento falta en abde una obra
tivos
soluto
la
paridad.
sino racionalistas, mi
Y v.
así lo
sienten autores no ya católicos,
quien afirma (Einleitung
gr.. Eissfeldt,
das Alte Testament, Tübingen 1934
motivo hay suficiente para considerar persona como ilusión tholet,
p. 586) el
que «ningún
uso de
la
primera
(künstliche Ilusión), y Ber-
artificial»
cuyas son estas palabras
;
:
«Las Memorias de Esdras
y de Xehemías son de inapreciable valor no sólo como fuentes históricas de primer orden, sino también y sobre todo
como
notas personales de dos hombres de tanta importancia
en
restauración de
a
la
las
la
Comunidad
judía, a quienes, gracias
mismas, podemos perfectamente conocer» (Esra una
Ne hernia,
XIV); y Jampel (Die Wiederherstellung..., p. «Del propágina 143) no vacila en estampar estas frases :
ceder anticientífico de Torrey, cuyas aserciones carecen de
todo fundamento, y que, como dice Meyer, son el resultado de pura fantasía, hay que prescindir completamente.» Palabras
duras,
que hacen
el
efecto
de
hierro
candente,
pero
MEMORIAS DE ESD. Y NEH.
12
bien merecidas. El
mismo Batten
formu «Los argu-
se siente forzado a
por cierto nada lisonjero
lar este juicio,
(p. 18)
:
mentos de Torrey no han logrado convencer a aquellos que se han dado a un estudio diligente de la historia de Esdras V con todo respeto a su erudición y diligencia [habrá mucha diligencia, pero manera de juzgar muy deficiente] yo me cuento en el número de aquellos que toman aún en serio la ,
Poco antes (p. 16) había dicho que Memorias de Esdras son un mito». Cuanto a las Memorias de Nehemías reconoce el mismo Batten (p. 14) que «como fuente histórica cuentan entre las mejores del Antiguo Testamento». Asentada en general la autenticidad e historicidad de las Memorias, cabe preguntar si deben considerarse como tales todas aquellas secciones donde se lee la primera persona y además, si dichas Memorias fueron en mayor o menor grahistoria
Esdras.»
de
Torrey sostenía que
«las
;
do modificadas por Batten
el
autor o último redactor del libro.
14-18) cree poder dar respuesta negativa a
(p.
primera pregunta, positiva a
la
segunda.
Nehemías reconoce como auténtico U b-20
;
3, 33-7,
5 a
;
Lo
13, 6-31.
1,
En
1-4
las 1,
;
la
Memorias de 11 b-2, 7
restante no es de la
;
2,
pluma
de Nehemías.
De Neh.
3,
no es de Nehemías. ticas de este
«Parece cierto que Neh.
1-32 dice:
No
documento»
3,
1-32
presenta ninguna de las caracterís(p. 15).
Eissfeldt, por el contrario,
manera categórica que «Neh. 3, o sea, la lista de los que tomaron parte en la reconstrucción de los muros, es miembro integrante de las Memorias de Nehemías» (Emleitung, p. 592).
afirma
sin
titubear y de
En
las
de Esdras considera
8,
15-19.21-25.28
s.
procede de Esdras. descubre Batten
Es claro que hablar con
la
la
así
s.
36
Por
lo
31
mano
;
como genuino Esd. 7, 27 s. 9, 1-11 a. 13-15. Lo demás no ;
que hace a
del cronista
las
modificaciones,
en los pasajes citados.
en un punto como en otro no es posible
misma aseveración que en
el
precedente, cuan-
FECHA do se trataba de
REDACCIÓN
DE LA
L3
autenticidad, en general, de las
la
Memo-
no cabe excluir a priori de un posibilidad de que el autor se haya permodo absoluto la mitido amplificar alguna sentencia de las Memorias, o introducir alguna modificación que ayudara por ventura a rias.
Del punto de
vista crítico
completar o aclarar
más
posibilidad, sino
para sostener que
Pero no
sentido.
el
bien de
si
la
existen indicios suficientes
autor en realidad procedió en
el
de
se trata aquí
la
forma
problema en estos términos décimo^: 1) que de ningún pasaje de las Memorias, tanto de Esdras como de Nehemías, cabe demostrar, no ya de manera conPlanteado
referida.
el
cluyeme, sino meramente probable, que haya sido añadido de cosecha propia por se
que tampoco
2)
;
descubren indicios positivos de alteraciones más o menos
considerables hechas por
da
autor del libro
el
el
mismo
autor.
La impresión que
Memoras
lectura del libro es que éste transcribió las
la
como mar que
tal
le
las
vinieron a
mano. No queremos con esto
la
copiara en su integridad
af'r-
casos hay en que, a
;
nuestro juicio, dió un corte omitiendo parte de las mismas (véase
el
Excursus,
p.
188
ss.)
;
pero
entendemos decir qne
si
en aquellas que juzgó oportuno reproducir en su libro respetó
vo
el
tal
como
texto, transmitiéndonoslo tal
vez
ligeras
lo
encontró,
sal
que apenas hay que
modificaciones de
tener cuenta. Las razones, ya filológicas, ya exegéticas que
aduce Batten en
contra,
andan muy
lejos
de
convin-
ser
centes.
Fecha de Esta
que puede
diríase
menos cuanto
al
la
fijarse
8,
11 y 22 se
4 ejercía
el
de un
terminus a quo por
enumeran último Jaddúa. Ahora bien,
los vv.
redacción.
oficio
al
los
sumos
éste
modo
pontífices,
según
Tosefo
tiempo de Alejandro
de donde se sigue, naturalmente que
preciso,
cap. 12. de
el
el libro
al
Neh. En siendo (Ant.
Magno
el
XI
(831)
.
Esd.-Neh. no
—
FECHA DE LA REDACCION
14
compuesto antes de dicha fecha. Añádase que en
pudo
ser
el
22 se menciona también
v.
— siendo
probablemente
éste
nos lleva a
misma
la
merosos autores,
más
tarde»)
Codomano
;
Ryle («no antes del 320, y quizá Lusseau-Collomb idel 300») ;
Esdras y de Nehemías datan de
La
vez de fines del siglo cuarto»).
tal
como
todo, no es tan firme
(336-331)
Esta fecha admiten nu-
Batten («no antes
(«los libros de
ga:
Darío
conclusión.
gr.,
v.
reinado de Darío, lo cual
el
a
la
época grie-
conclusión, con
primera vista parece. El ca-
pitulo 12, 1-26 es un conjunto de listas que no tienen nin-
guna relación
con
ni
que precede
lo
con
ni
lo
que sigue, de
suerte que pudieran perfectamente omitirse sin que de ello se
contexto. Esta circunstancia sugiere espon-
resintiera el
táneamente
la
pregunta
si
referidas listas no serían adi-
las
ción tardía, de cuyo contenido ninguna conclusión cabe por
consiguiente sacar relativa a cipal del libro.
Un
la
redacción del cuerpo prin-
como
autor tan poco sospechoso
Eissifeldt
(Einleitung, p. 596) admite francamente tales adiciones, las cuales,
dice,
no son obstáculo para
composición de
fijar la
breves .secciones,
Pero hay más de algunas de las en particular, puede probarse con alguna
probabilidad que
dentro
nuestro libro hacia
el
400.
:
mismo
del
posteriores, por ejemplo,
los vv.
cipio
de dos seciones bien definidas
frase
muy
familia
semejante y casi idéntica
los
;
jefes
de los levitas)
hay perfecto paralelismo, pido por los vv. 22-23
;
de que fueron añadidos
el
muy
que
la
dece
En 12.
(v.
son adiciones
efecto,
al prin-
24) se
lee
una
(los sacerdotes jefes
entre las
;
de
dos perícopas
cual viene a quedar interrum-
indicio esto,
más
tarde.
hasta cierto punto de los vv. 10-11.
que
capítulo
22-23.
por
Y
lo
No
menos probable,
propio cabe decir
lo
es,
pues, exacto lo
a la ligera afirma Ryle, al decir «ser cosa evidente
hipótesis de
exclusivamente
tradicional» (p.
adiciones tardías en nuestro al
deseo
de
poder
caso
mantener
XXIV). No dudamos que
la
obetesis
Eissfeldt protes-
taría enérgicamente contra semejante imputación.
La
fecha
.
HISTORICIDAD preferida por este crítico (hacia
modo como
en ningún
cierta,
en vez de fines
consiguiente,
el
15
400) creemos poder darla,
pero
sí
del 400
como probable
;
por'
no hay exageración
en decir a principios del mismo siglo. Varias frases («rey de Persia», «en los días de Nehemías») que suelen aducirse
en contra
Lusseau-Collomb.
(cf.
creemos que son susceptibles de en
la
Ryle, p.
255;
p.
muy
XXÍV)
correcta interpretación
hipótesis de dicha fecha.
Historicidad
Como
el
libro
homogéneo, antes
de Esd.-Neh. no es un todo compacto y bien, consta de partes diversas entre sí,
de distinta procedencia y
oportuno
estudiar
hemos juzgado
de índole varia,
carácter
el
histórico
de
las
diferentes
considerando cada una de ellas hacemos en sendos Excursus con los documentos árameos, las listas, etc.
secciones separadamente,
en particular. decretos
Y
reales,
así lo
los
Aquí, por consiguiente, nos limitaremos a unas pocas consideraciones de
orden general, que podrán servir como de
fondo a los razonamientos más particulares y concretos de los referidos Excursus.
ma
El relato de Esdras y Nehemías se nos presenta en fortal, en medio de tal ambiente y revestido de tales carac-
teres,
gar,
que no parece posible haya
quien
se
atreva
a
ne-
no ya en uno que otro particular, sino en conjunto,
su historicidad. Sin embargo, no faltaron tales osados. Así,
por ejemplo, Renán, en Histoire du peuple; d' Israel, volu-
men
4, p. 96 ss., afirma que las Memorias de Esdras y de ehemías son pura invención, y aun duda de la historicidad del mismo Esdras ( ) y en términos algo parecidos se expresa más recientemente Jahn, Dic Büchcr Ezra und _\T
!
Nehemia, de
la
p.
ciencia,
fantasías.
I
ss.
son
;
Afortunadamente, por
muy
contados los que
el
se
buen nombre permiten tales
:
HISTORICIDAD
16
La
simple lectura
da
del libro
que
cir,
impresión de que
la
nemos ante nosotros una obra de
Índole histórica,
te-
es de-
autor se propuso escribir historia (que lograra
el
o no su propósito es otra cuestión de que hablaremos lue-
Todo cuanto
go).
escribe
pertenece
nada de poesía, nada de visiones
cumentos
género narrativo
al
de profecías
ni
son do-
;
catálogos, relatos matizados de circuns-
oficiales,
tancias cronológicas y topográficas, que les dan, por decirlo así, forma concreta y tangible, y que revelan en el escritor
marcado
De
intención, pues,
la
interés por la
no cabe
neral,
exactitud y acribía histórica.
menos hablando en ge-
del autor, al
menor duda.
la
Pero, ¿corresponde a su intención
En
hechos?
otros
términos:
objetividad de los
la
Quiso
historia;
escribir
¿la
escribió en realidad? (1)
Lo que
se
narra son hechos públicos, que podemos ca de importancia capital para
linear de trascendentes,
judío
blo
relieve,
;
se
perfila
la
modo
moral
halla en
to se relata se
que vale tanto como
restauración judía,
decir de la resurrección
pue-
el
dos personajes de alto
cada uno a su manera, que fueron en cierto
héroes de
los
de
retrato
el
Y
del pueblo escogido.
armonía con
el
cuan-
ambiente histórico
de aquella época, con el carácter que los documentos profa-
nos nos han revelado de los monarcas persas particularidades
tas
han
se
;
plenamente
visto
y hasta
cier-
confirmadas
por escritos de indubitable valor histórico, como,
gr., el
v.
nombre de Sanballat, jefe de los samaritanos, que se con este mismo carácter en los papiros de Elefantina Finalmente,
la
sos
documentos
(1)
(2)
;
el
Sobre ésios,
la
cual
en fuerza de lo cual
Naturalmente, hablamos
prescindiendo por
(2).
fecha de nuestro libro cae dentro de una épo-
perfectamente histórica, de
ca
lee
momento véase
el
aquí desde
de
la
el
se
conocen numero-
el relato
punto de
de Esd.-Neh.
vista
histórico,
inspiración.
Excursus
correspondiente,
p.
412
ss.
:
RELACION ENTRE ESD.-NEH. Y PARAL.
las
que no
tenerse por histórico en tanto
debe
^Véase Eissfeldt, Einleitung,
contrario.
IT
pruebe
se
597-599.)
p.
lo
Para
pruebas más detalladas consúltense los respectivos Ex
cursus.
Relación entre Esd.-Xeh. y
Es
tal
semejanza de
la
de ios Paralif órnenos
libro
el
dos libros en cuanto a
los
la dic-
al espíritu, que los autores modernos, casi unánimemente, atribuyen ambos a un solo y mismo autor. Y no es esto cosa sólo de nuestros días ya los antiguos advirtieron dicha semejanza y llegaron a la misma conclusión
ción y en cuanto
;
—
«Oprime jam monuit Tostatus escribe Cornely (Introducto, vol. 2, p. 328) tantam esse inter Paralipomena et inter
—
libros
Esdrae similitudinem linguae
cpera
ista
id
tn
Esdrae
torum vocabulorum usum,
libris
sive
ut uni auctori
styli,
Ouod enim
sint attribuenda.
Paralipomenon,
et
habet proprii dictio
reperitur,
sive
ad cer-
ad praepositionum frequen-
animum adLex mosaica cira-
tiam, sive ad alias constructiones grammaticas vertas.
Eadem
eodem
tur.
in
utroque opere formula
fuse dicendi genere iisdemque fere vocabulis
vitarum muñera describuntur
rum se
et
:
eadem
invenitur
Y
catalogorum publicorum frequentia.»
numerosos ejemplos, que. por
citan
de todo
demás,
lo
le-
genealogía ello
pueden
verse en todas las Introducciones, y por eso no los repetimos aquí. Y añade el mismo Cornely en pro de la identi-
dad del autor otra consideración, que aducen y que también proponía ya Tostado
gumentum lam
innuit
prologum
et
Tostatus, libri
:
Paralipomenon
Esdrae
los
modernos,
«Alterum quoque
consonare.
ar-
scilicet
clausu-
Revera
eodem
Cyri decreto Paralipomena terminantur et Esdrae opus
in-
non integrum decretum affert Paralipomenon auctor, sed vix non media in phrasi finen facit. ut nonnullis
choatur
:
at
interpretibus aliquid libro deesse videatur.
Xihil
vero deest,
18'
RELACIÓN ENTRE ESD.-NEH. Y PARAL.
quoniam
ultimáis
indiguit,
quam optime
omnia
verbis
quibus ipse pro fine suo
ea,
Nihilominus fatendum
exprimit.
multo melius, cur integrum decretum non ri,
eum
si
altero
in libro,
templi reaedificationem
est,
explica-
attulerit,
quo reditum ex captivitate
in
narraturus,
erat
repetere
illud
et
vo-
supponamus.»
luisse
La
evidente semejanza de los dos libros en
el
lenguaje,
y generalmente en el espíritu que los informa justifica en un todo la hipótesis de un solo y mismo autor y por otra parte no creemos que contra ésta pueda hacerse
en
las ideas,
;
argumento positivo alguno.
valer
en admitir que
dificultad
mo
que
No
existe, pues, la
autor de Esd.-Neh. sea
menor el
mis-
de Paralipómenos. Pero ¿puede y aun debe con-
el
siderarse
el
como conclusión perfectamente
identidad
tal
de-
mostrada y sobre la cual no cabe ya duda razonable, según parecen dar por supuesto la gran mayoría de autores recientes
?
(1).
No
creemos que
grado de certeza esté
tal
justifi-
cado por los elementos de que actualmente disponemos. Es
muy
dos
concebir
posible
sacerdotes o dos levitas
que
—
escritores
—por
ejemplo,
que estén imbuidos del mismo
dos es-
mismas preocupaciones
píritu
sacerdotal,
por
templo y por cuanto se refiere al culto que habienel mismo ambiente literario se hayan familia-
el
sientan
las
;
do vivido en rizado con
el
mismo
estilo,
el
mismo
lenguaje.
Toda
esta
su formación religiosa y literaria se reflejará ciertamente en sus escritos, los cuales ofrecerán estrecha semejanza, con
todo y proceder de distintos autores. ¿No está de moda hoy día hablar de individuos pertenecientes a la escuela yahvís-
(1)
Véase,
v.
gr.,
la
manera y
el
tono con que afirma o más bien
da por supuesta esa identidad Noordtzij intentions
du Chroniste (Rev.
dos libros de
las
Bibl.,
en su interesante articulo
1940,
Crónicas (o sea, de Paralipómenos)
Les
quien habla de los
161-168),
como de
ala
primera
parte del libro del Cronista», y de los libros de Esdras y de Nehemías
como de
«la
segunda parte
del
mismo
libro»
(p.
164).
.FORMABAN UN SOLO LIBRO? a
tica,
la
escuela
elohística,
qúese esto a nuestro caso ia
misma
:
19
escuela sacerdotal? Apli-
a la
do s individuos pertenecientes
escuela habrían redactado Esd.-Neh.
menos. Repetimos que no entendemos negar
a
Paralipó-
y
identidad de
la
lo que decimos es que no está justificado el tono dogmático con que se afirma dicha identidad, dándola por
autor
;
perfecta y definitivamente demostrada
tesis
¿Formaban Esd.-Neh. y
A
esta pregunta,
a
(1).
Paralip órnenos un solo libro f
que contestan afirmativamente
la
la
gran mayoría de autores modernos, respondemos ya en parcon lo que acabamos de decir. Ahora añadiremos que tenemos por poco probable tal unidad. La índole de uno y otro, cuanto a la manera de tratar la historia, es distinta te
:
En Paralipómenos el autor la compendia toda entera, em pezando por el mismo Adán y las muchas fuentes de que ;
dispone no las reproduce de ordinario en su propio tenor,
dándole un
sino que de ellas teje la historia a su manera,
Por
carácter personal.
contrario, en Esd.-Neh. se recuer-
el
dan unos pocos episodios con todos sus pormenores, y los documentos, por lo menos en su mayor parte, se aducen en su forma original.
Cierto
es que
cronológicamente a
los
narrados en Paralipómenos, y que
últimos vv. de éste (36, 22
los
siguen
Esd.-Neh.
acontecimientos de
los
s.),
referentes
al
decreto de
Ciro, lo enlazan, por decirlo así, con Esd.-Neh., que se abre
(1)
justa
:
El
P.
Prado (De sacra
oCommunis
Esd.-Neh.
fere
auctorem
V
.
T. historia, 1934.
recentiorum
fuisse,
quamvis
opinio
extrinsece
(idem namque est compositionis tempus,
eadem videtur
rerum :
utriusque
liturgicarum
diversa operis
ipsa
in
in
utroque
fontibus
auctorem prodit.»
p.
461)
da
unum eundemque et
intrinsece
la
nota
Par.
et
probabüis
ídem aramaicus linguae color,
opere
allegandis
sollicitudo). ratio,
ni
certa
fallor,
minime diversum
LIBRO TERCERO DE ESDRAS
20
precisamente con
mismo como
el
A
de los dos libros.
circunstancia
decreto,
que
se
decisiva, en favor de la unidad
presenta, y a las veces
nosotros nos parece, por
contrario,
el
que es de muy poco, y aun quizá de ningún valor. En efecto, se comprende fácilmente que el autor de Paralipómenos, quienquiera que fuese, cerrase su libro con el decreto de Ciro
lo
;
un doble motivo dar a endesterrados no se habían que-
cual podia hacer por
tender a sus lectores que los
dado para siempre en indicar la
:
destierro
el
;
como por un
sensiblemente,
y además, por ventura, anillo de enlace, que
historia de Esd.-Neh. era continuación de la que él había
escrito.
tiene
Que no
reprodujese
importancia:
decreto en su integridad no
el
transcribió
que hacía
lo
a
su proposite.
lo
tuvieron por
El libro 3 de Esdras.
Es
libro apócrifo,
canónico. entero en
Y
pero muchos Padres
a la verdad, su contenido
el
lo.
hallamos casi por
canónico Esd.-Neh. Sólo tiene propio
libro
episodio de los tres jóvenes
3-5,
(c.
Véase
6).
la
el
correspon-
dencia de 3 Esdras por una parte, y por otra de Paralipó-
menos y Esd.-Neh.
:
3 Esd. 1
Como
2 Par.
»
»
2,
1-15
»
»
2,
16-30
»
»
3-5, 6
»
»
5.
7-73
»
»
0,
1-9,
»
»
9,
37-55
se ve,
Neh. En ésta
Esd. ....
3ü
35. 36.
»
4,
7-24.
»
2,
1-4,
»
5, 1-10, 44.
Neh.
....
7,
que
ello se
6.
73-8, 13.
sólo la perícopa 3-5, 6 no
se cuenta
Darío se concertaron entre
mgenio. Para
..
c.
1.
se
lee
en Esd.-
tres jóvenes al servicio del rey sí
propuso
sobre quién mostraría mayor el
problema: cuál de
las tres
.
LIBRO TERCERO DE ESDRAS cosas era
más
la
fuerte,
rey.» El tercero
fuerte es el
pero sobre todas
monarca a
vino,
el
«Fuerte es
primero escribió:
las
cosas vence
Grandes
los
rey o las mujeres. El
el
vino.» El segundo:
el
«Más
:
21
verdad.» Congregó
la
del reino,
«Más
fuertes son las mujeres
y en presencia de
.
el
la au-
gusta asamblea habló cada uno de los tres jóvenes exponien-
do con grande
su propia
elocuencia
después de haber' ponderado
la
opinión.
El
tercero,
fuerza de las mujeres, dice
que por encima de
ellas, y del vino y del rey, está la ververdad permanece, y triunfa, y vive por los siglos de los siglos» (3, 38). Entonces todos, entusiasmados, ex
dad:
«la
clamaron: «Grande es El joven que
Entonces todo
rey
te lo daré,
que
ría
el
así
los
dijo
le
«Pídeme cuanto
:
quisieres,
que
puesto que tú has mostrado mayor sabidu
demás.» Zorobabel
joven
El
la verdad, y ella triunfa.» habló no era otro que Zorobabel.
dijo
al
monarca
«Acuérdate del
:
voto que hiciste de edificar Jerusalén y restaurar el templo. Lo que ahora, pües, te pido es que cumplas el voto que al
Rey
del cielo
hiciste.»
El monarca accedió luego a su petición.
En
los
códices griegos 3 Esd. se halla
primer lugar con tro
el
Esd.-Neh. bajo
nombre de Esdras A, título
el
Ecr.-Ne. El 3
poco
interés,
Relación de
.1
libro
al
que vamos
a tocar
Esd. al Texto Masorético del
varias las hipótesis
:
otra versión griega
de
no
siquiera brevemente.
v a ¡a
versión grie
mismo 1) 3
Esd. es una modificación
de nuestra versión griega de Esd.-Neh. 2) cié
canónico Esd.-
Esd. ofrece varios problemas
ga
Son
comúnmente en cual sigue nues-
de Esdras F. Batten con otros
acatólicos a 3 Esd. llama 1 Esdr., y Neh..,
al
de Esd.-Neh.
Es modificación
distinta
de
la
actual.
22 3)
LIBRO TERCERO DE ESDRAS
Es versión
de un texto hebreo de Esd.-Neh.
directa
dis-
tinto del actual.
Las partes comunes camente idénticas
mero depende
3 Esd. y a Esd.-Neh. son prácti
a
de donde
;
podemos
del segundo, puesto que,
bieran tratado independientemente lo
concluir que el pri-
habrían h?cho de
mismo modo. No hay razón
del
fijo
dos escritores hu-
si
mismo argumento, no
el
para pensar, pues, en un texto hebreo distinto del nuestro.
Mas
¿
cómo
explicar
los acontecimientos
?
¿
el
3 Esd. tuvo ante los ojos
orden de
to al
tuvo ante él i
la
el
supone
un texto
el
autor
al fin
el
autor introducir en su libro un elemento nuevo, el
de Darío.
palacio
el
Esto
llevó a transportar Esd. 4, 7-24 a continuación de Esd. 1,
3 Esd.
2,
31) que
restauración del templo hasta
el
año
pues en aquella perícopa se dice se
de
orden actual, y que que se proponía. Es decú\
episodio de los tres jóvenes en lé
autor
el
distinto del nuestro cuan-
nuestro texto hebreo con
sí
que
esto
narración? Nosotros creemos que
modificó conforme
lo
quiso
orden diverso en que se narran
No
interrumpió
la
gundo de Darío,
lo
24
(v.
;
se-
cual preparaba el episodio de los tres
jóvenes, donde Zorobabel pide a Darío que cumpla su voto
de reconstruir 1-4,
la
casa de
Dios.
Por
contrario,
el
2,
6 tuvo que colocarse detrás del referido episodio, por-
que en dicho pasaje
narra
la
ida
orden, por consiguiente,
El
salén.
se
de Zorobabel a Jerude
tífico
NB.
introducción de
esto dicho se está que fuera evidentemente anticien-
dar
respecto
la
de los tres jóvenes.
la historia
Con
acontecimientos
los
en 3 Esd. es obra del autor, y obedece a
al
Esd.
al al
nexo cronológico en 3 Esd.
la
preferencia con
que ofrece Esd.-Neh.
Josefo, Ant.
XI,
c.
1-5,
sigue
cual tuvo ciertamente ante los ojos:
devolver los vasos sagrados,
c.
3 n.
1.
el
orden de 3 Esd.,
Darío hace voto de Episodio de los tres
LIBRO TERCERO DE ESDRAS jóvenes,
Lectura de
3 n. 2-9.
c.
nuación se da
Hay con
la
Ley,
la
Nehemías,
historia de
En
todo una diferencia.
c.
(c.
1 n. 3) Ciro en
5 n.
5 n.
c.
;
De
hacerle
volver de
parte en
ahí
que
el
la
conti-
ninguna men-
por
el
contrario,
carta que dirige a los go-
la
bernadores habla de Zorobabel diciendo que rusalén.
A
5.
6.
3 Esd.
ción se hace de Zorobabel antes de Darío
en Josefo
23
lo
envía a Je-
historiador judío se vea obligado a
santa ciudad
(c.
tomar
3 n. 1) para
referido certamen de los tres jóvenes. Claro que
el
hay en esto evidente incongruencia. Por ahí se ve que en
ningún modo cabe aducir
el
orden de los acontecimientos
en Josefo como argumento en favor del que ofrece 3 Esd.
Carácter literario de S Esdras.
Un
hecho hay innegable, y es que la versión de 3 Esd. es más elegante, más libre y airosa que la de Esd.-Neh., la
Para convencerse de
cual es servil y por ende embarazada. ello
Neh. se
de Ciro en ambas versiones (Esd.-
basta leer el decreto 1,
1-4; 3 Esd.
1-6).
2,
igualmente en
advierte
Y
los
que pasa en este pasaje
lo
demás.
Claro que para dar
prueba completa del aserto debiéramos recorrer todo
Para
ello
remitimos
lieferung
und
buchs, en
ZATW,
al
den
son estas conclusiones,
ia
de
(1)
y que
doción.
LXX
que
es,
Howorth sostuvo que 3 Esd. versión que corre como de Bayer, p. p.
155
y
Über-
dritten Esra-
juzgamos
cuyas
;
perfecta-
versión de 3 Esd. con
la
de Esd.-Neh.), se nota una manera
la
Cf.
;
el libro.
die
20 (1900), 1-35
nosotros
Parangonada
(1) (esto
de ambos más abajo,
Werth des
textkritischen
19 (1899), 209-258
mente justificadas:
Über
estudio de Moulton,
Fischer,
es
el
LXX p.
de
verdadero texto es
351
25^ quienes lo refutan.
en
realidad
(véase
la
la
cita
LXX,
de Teo-
completa
LIBRO TERCERO DE ESDRAS
24
menos mecánica. Con mayor
rrás libre,
libertad se
añaden y
suprimen artículos y pronombres la parataxis hebrea transforma en hipotaxis [esto con suma frecuencia] se
;
;
verbos pasivos en activos...
con
;
las
se
los
conjunciones se pro-
cede hasta cierto punto arbitrariamente, añadiéndolas u omitiéndolas
(1).
Otro hecho hay que también cabe dar por que
ber,
ni 3
Esd. es modificación de Esld'.-Neh.
ceversa.
Con
mos,
certidumbre de que
la
cierto,
a sani vi-
(2),
sólo leer las dos versiones se adquiere,
cree-
modificación constituye una
tal
verdadera imposibilidad moral. Tanto
la
una como
la
otra
dependen inmediatamente de un original hebreo. Que nueshebreo actual es
tro texto
el
que
sirvió a la versión de Esd.-
Neh. no puede dudarse. El problema guiente,
saber
a
si
3 Esd.
se
reduce, por consi-
depende del mismo, o bien de
otro distinto.
En
ma
este punto se dividen los pareceres.
BZ
en
5 (1907) 157, que
P. Riessler afir-
texto hebreo que tradujo
el
3 Esd. era anterior y mejor que nuestro texto masorético.
Por
el
contrario,
llegado a lante de
nosotros.
la
sí el
J.
Fischer
(BZ
conclusión de que
mismo
Ambos
el
autor de 3 Esd. tuvo de-
texto hebreo que poseemos actualmente
escritores
propia conclusión en
2 [1904] p. 361.363) había
el
fundan,
examen de
como
es
natural,
su
varios pasajes de 3 Esd.
cotejados con nuestro texto masorético.
Nosotros tenemos por más probable
la
sión. Creemos que 3 Esd. tuvo delante de
segunda conclunuestro texto
sí
hebreo, que trató empero con harta libertad y aun desenvoltura, simplificando,
sigue un
ampliando, interpretando
;
de donde se
principio de grande alcance en la esfera de la crí-
(1)
Véase también Bayer,
(2)
Esto sostuvo Keil. Cf. Bayer,
p.
147 ss p.
147.
—
LIBRO TERCERO DE ESDRAS tica textual,
TM
las
no
divergencias que se notan en 3 Esd.
deben
se
a la existencia de
hebreo distinto, sino más bien a
que
se permitía el autor.
la
manera
reconstitución del
la
Con
TM,
todos
quien en casi
Batten.
un original
libre de traducir
Por consiguiente resultan
ridas divergencias o lecciones propias de
para
Ha-
que puede formularse en estos términos:
blando en general, respecto del
35
contra los
el
las refe
muy
escasa ayuda
juicio
y parecer de
casos les da
preferencia.
embargo, no pretendemos negar que variar de dichas lecciones representen un original mejor que nuestro texto hebreo actual. Citemos únicamente unos pocos paesto,
guisa de ejemplo
sajes a la
frase
difícil.
En
plifica. 9.
sin
7.
(TM
16
en singular dras. la
Un
3 Esd. en 6,
10, el
5,
5)
y en
6,
4 7
(TM (TM
4)
5,
omite sim-
5, 6-7)
19-20) interpreta v amplía.
16) es preferible su lección,
donde
verbo separar, teniendo como
se
En
halla
a Es-
sujeto
ejemplo, repetido con frecuencia, que nos muestra
toma el autor, nos lo ofrece la expresión KPB que él traduce por s-ocpyo; xo»Av¡:f lupia; xa; Esd. 7.1 = TM 5. 6; y en otros muchos pasajes).
libertad que se
m¡1}
\2V
$otvtx?ic(3
En
conclusión, puede caracterizarse
en dos palabras:
Sobre
el
Edmund ha!tnis
Bayer,
XVI
en cuanto
T.
Das
dritte
Buch Esdras und
sein
:
Ver-
Heft
1 p.
XI-161
;
Freiburg 1911. El más com-
a los varios puntos que abarca. Moulton. Véase más arriba la cita completa. Fischer, Das apokryphc und das kanonische Esrabuch,
BZ P.
versión de 3 Esd. fiel.
su den Biichcrn Esra-Nehcmia, en Biblische Studien,
Band
W.
la
más elegante: menos
punto que acabamos de :ratar pueden consultarse
pleto,
en
:
En 6. 6 (TM 10-11 (TM 6,
J.
2 (1904) 351-364. Riessler.
buches, en
BZ
Der
textkritische
5 (1907) 146-158.
¡Veri des
dritten
Esdras-
IMPERIO BABILÓNICO
26
Resumen histórico de los imperios babilónico y persa
En
612
C,
(2) a.
en
el
da por Ciaxafes rey de
usurpado
trono de
el
mes de Ab (= Julio- Agosto), Media y Nabopolasar, que
la
Babilonia desde
(1):
sitia-
tenía
año 625, aliados
el
ambos desde el 614, cayó Nínive, la capital del imperio asirio. Los dos monarcas se dividieron el coloso caído, tocando Siria y Mesopotamia al nuevo imperio babilónico regido por Nabopolasar.
Dos años después Norte
cia el
La
historia de
en
The
(1)
nada
3
(1927)
x
y
en
3
vol.
más sucintamente en Vandervorst,
p.
más profusamente CAHist.)
(=
(1929)
2
Israel
et
p.
vol.
484-489.
na-
3
6 (1927)
vol.
Volkes
des
Kitte\,G eschichte
264-298;
1-20.
p.
verse
History
a cerrarle el paso
4 (1926) p. 1-25. 173-346;
vol.
brevemente
352-386;
1-24.
p vol.
206-225;
Ancient
II se adelantaba ha-
Va
de Palestina.
período puede
este
Cambridge
126-131.
(1925) p.
Faraón Necao
el
(3) a través
Israels,
663-667;
V Ancient Orient 2
(1929),
127-200.
Hasta hace poco,
(2)
caída de Nínive se
la
colocaba generalmente
Gadd, The Fall of Ninive; The newly discovered Babylonian Chronicle, N.° 21.901 in the British er¡
606
pero desde
;
Museum (London, Alfrink,
Cf.
1927,
385
publicación de C.
la
adelanta de
se
1923),
J.
seis
años,
poniéndose en 612.
Die Gadd'schc Cronik und die Heilige Schrift, en Bíblica
ss.,
donde
da,
se
p.
386 nota,
una abundante
bibliografía.
Véase asimismo Bíblica 1932, 399 ss. RB 1924, 223-231. La versión de dicha crónica puede versa en Gressmann, Altor. Texte zum Alten ;
Test. (1926) p. 362-365. (3) la
de
Según 4 Reg.
23,
expedición se dirigía
Gadd
se ve
29
como actualmente
tal
contra Asiría. Pero por
que era más bien en su favor
la
;
se
lee,
parece que
mencionada crónica
y en esto se acuerda
documento babilónico con Josefo, quien en Ant. X, 5, 1, dice que Necao «iba a guerrear contra los medos y los babilonios, que habían destruido el imperio de los asirios». De varias maneras se ha ensayado entre otras, el cambio de la partícula de hacer desaparecer la antinomia (contra) en (hacia); y ésta parece ser la solución más senel
;
^
^
cilla.
(2
Cf.
Alfrink,
Par. 35, 21)
cf.
1.
c,
RB
p.
389
1948,
ss.
390
Sobre
ss.
la
frase
«Dios
me
ordenó...»
IMPERIO BABILÓNICO rey de Judá (1)
Josias,
en 600 en
la
A
27
pero es derrotado por
:
Megiddo
llanura del Cisón, junto a
años más tarde, en
el
egipcio
Reg.
(4
23,
Necao, que
29
s.).
se
habla quedado en Siria, fué completamente deshecho en
su vez,
Carkemish, 2) s
tres
Djerablus, junto
actual
la
60í>,
Eufrates (Jer. 46.
al
por Nabucodonosor, hijo de Nabopolasar
talla fué decisiva
toda
:
Esta ba-
(2).
con Palestina cayó en manos
la Siria
de Babilonia, «que se apoderó de cuanto había sido del Faraón, desde
el
Torrente de Egipto hasta
monarca egipcio Reg. 24, 7).
el
(4
se atrevió a salir ya
Eufrates
el río
más
;
ni
de su tierra»
El vencedor se adelantó en seguimiento del fugitivo Fa-
raón hacia Egipto. Pero habiendo tenido noticia de
Mayo
de su padre Nabopolasar, ocurrida entre
te
tomando apresuradamente
retrocedió
del 605,
la
muer-
y Julio
camino de
el
Babilonia.
En
dicho año 605,
598) y
lugar
el
el
tercero (Dan.
1, 1)
primero de Nabucodonosor
(Jer.
el
primer asedio de Jerusalén y Dan. 1, 1-2 4 Reg.
(2 Par. 36, 6-8;
(1)
que
el
No
aparece claro
Faraón declara
rey de Judá
el
,qusto
la
Bíblica
kes
(2
se
1932,
Nínive
reanimara 400-409;
(Leipzig 1924)
CAHist.
I
;
Jeremías hace coincidir
los
conducta,
Imperio
contra
visto con
con
el
Cf.
Florit
asirio.
se
más cuanto
tanto
expedición no va
auxilio
des israelitisch-jüdischem
en
este
2, la batalla
pasaje
en Vol-
s.
(25,
Cf.
Goettsberger,
1)
el
de Carkemish con
diferencia nace probablemente de la
años.
Joaquim
24, 1) (4).
210-212, y también p. 298
(3)
computar
primera deportación
la
su
tuvo
(3),
295.
p.
Cf.
La
1)
Es probable que Josías había
Geschichte
(2)
de Joaquim.
que
agonizante
Sellin,
3,
tal
cíe
25,
y ahora quería impedir que
el
de Nabucodonosor, y en 40,
p
motivo
el
explícitamente
Par. S5, 21).
de
caida
Egipto
de
;
de Joaquim (608-
Das Buch
año primero el
año cuarto
distinta
manera de
Daniel
(Bonn,
192S)
15.
Curtís (The Booi: oj Chronicles, Edinburgh, 1910 p. 520 s.) se (4) muestra un tanto escéptico respecto a esta deportación. No es preciso decir que la llevase i cabo Nabucodonosor en persona bien pudo ser ;
IMPERIO BABILÓNICO
28
contra Babilonia, y contra él subió Nabucodonosor año séptimo de su reinado (Jer. 52, 28), esto es, en 598 c 597. Por este tiempo había muerto ya Joaquim, dejando como sucesor su hijo Joakín (más tarde Jeconías, Jer. 37, 1), rebeló el
quien a los tres meses de subido a Babilonia (4
Reg.
Sedecías, puesto en
tación.
trono fué llevado cautivo
segunda deportrono por Nabucodonosor en Reg. 24, 17), negó a su vez
el
lugar de su sobrino Joakín (4 la obediencia al rey de Babilonia
y éste marchó contra Jeaño noveno de Sedecías, 589, y
cual asedió el
rusalén,
la
tomó
año undécimo
el
al
24, 8-16), siendo ésta la
;
mismo monarca, 587
del
(4
Reg.
ciudad y llevándose numerosos vos e inmenso botín (v. 5-21) tercera deportación.
destruyendo
1-4),
la
25,
cauti-
;
El nuevo imperio babilónico fué de corta duración.
En
un reinado de cuarenta y tres años, Nabucodonosor II dejó el trono a su hijo Amel-Marduk, el Evil-Merooac de la Biblia, que se mostró clemente para con el cautivo
562, tras
rey de Judá Joakín (4 Reg. 25, 27 ss.). A los dos años, en 560, E vil-Mero da c sucumbió a un movimiento revoluciona-
por
capitaneado
rio
Nergal-sar-usur
blemente cuñado del rey
menor de
su hijo,
En
(1).
(Neriglissar),
proba-
556 a Neriglissar sucede
edad, Labasi-Marduc, quien a su vez es
asesinado en 555, ocupando
el
trono Nabonidos.
Precisamente por este tiempo se obraba entre medos y el andar de los años debía ser
persas un cambio, que con fatal al
imperio babilónico.
En
559
el
persa Ciro (2) sucedió
como a su padre Cambises, y cuatro años más tarde, en 555, se rebeló contra el soberano de medos y rey de
que diera ción,
encargo de efectuarla a alguno de sus generales. La aserPar. como de Dan.,' es explícita, y ningún motivo
el
tanto
Ansan
de 2
hay para dudar de su exactitud. CAHist.,
(1)
Cf.
(2)
Sobre
este
3,
217
monarca,
s.
Cf.
RB
1912,
22-49;
Cyrus
le
Grané.
IMPERIO BABILÓNICO
29
tomó
persas, Astiages, a quien hizo prisionero, y cuya hija
en matrimonio.
Un
éxito preocupó a Creso, rey de Lidia, que había
tal
sucedido a su padre hacia
Buscó y obtuvo
el 5G0.
el
Egipto y de Nabonidos para marchar contra Ciro éste, noticioso, por un traidor, de tales planes, toma del
apoyo pero
;
la de-
y después de varias peripecias logra triunfar de Creso. En los años siguientes, hasta el 539 poco más o me-
lantera,
nos, extendió sus conquistas hacia el Norte, Sur y Oeste (1).
Es
claro que, a no tardar, Ciro volverá los ojos hacia
imperio babilónico que, hallándose decadencia,
fiesta
conquistador.
En
no mucho
al Tigris,
más
tarde Ciro,
Norte de
triunfante
al
Sept.-Oct.;
(=
Tisri
ejército babilónico
el
al
resistir
mes de
efecto, en el
539 es derrotado
del
años atrás en mani-
tae
podrá
difícilmente
en Opis, junto
actual Bagdad.
la
corriéndose hacia
el
el
Sur,
Un mes
apodera de
se
Sippar, a donde se había refugiado Nabonidos, quien escapa a
Contra esta ciudad tenía despachado ya Ciro
Babilonia.
aesde Opis parte de su ejército
al
mando de Gubaru, gober-
nador del país de Gutium. Este por una hábil estratagema
tomó
la capital dos días después que Ciro se había apoderado de Sippar. El 3 de Marhesvan, o sea en la segunda
en Gubaru como gobernador
anitad ide Octubre, Ciro hacía su entrada
quistada, y puso a
Cf.
El libro de Daniel contiene varias noticias sobre babilónico que crean cierta dificultad,
acuerdan con los datos de
car
Se da
(5,
30)
remitiendo
como
medo
1.
(5,
(6,
1)
profanos,
tratos
30),
a
(5,
11.
pues no es
No
historia profana.
la
los
autores que lo
último rey de
de Nabucodonosor
banquete
tos
punto,
este
hijo
el
1-15.
(1)
4.
con-
(2¡).
(2)
perio se
CAHist.,
la capital
18),
y cuyo sucesor
Babilonia a
el
fin
fácil
del
ver
haremos sino
tratan
Baltasar
de
Im-
cómo to-
propósito.
(Bel-sar-us'ir),
que murió mientras daba un gran
—
al
parecer,
—
inmediato*
fué Darío
Asuero (9, 1). Ahora bien según los documenCiro sucedió inmediatamente a Nabonidos. De los con hijo de
en escritura cuneiforme parece que
;
el
último del reinado de Na-
IMPERIO PERSA
30
A
muerte
la
que hasta
de
Ciro
ocurrida en circunstancias
(529),
de hoy han quedado un tanto oscuras
el día
(1),
sucedióle su hijo mayor, Cambises II, que llevaba ya el títu-
de rey de Babilonia.
lo
El nuevo monarca llevó en 525 sus armas contra Egipto,
donde reinaba aún Amasis. Muerto II, que le sucedió en el trono,
tico
su hijo
éste,
Psamme-
se adelantó a dar la ba-
talla a Cambises frente a Pelusium, siendo derrotado y refugiándose a Menfis. Esta ciudad cayó poco después en ma-
nos del conquistador persa, y con trada la
prendió en
En
de
tentativa
conquistar
primavera del 522
la
camino llególe no por el falso Smerdis el
adelanta
se
pero en esto
le
alcanzó
bonidos está fechado Ciro
24 del
el
el
—
mago Gaumata
tropas contra
sus la
(2).
que se había
,
usurpador
;
(3).
10 de Marhesvan, y
el
mismo mes. No
el
muerte, sobre cuyas circunstan-
completa oscuridad
cias reina
Cambises em-
Babilonia
la vuelta a
verdadero hermano de Cambises. Este
el
frente de
al
todo Egipto. Frus-
Etiopía,
noticia de la usurpación del tro-
la
—
como
presentado
ella
la
hay,
primero del tiempo de
el
pues, lugar
ni
para Baltasar
ni
para Darío.
Numerosas soluciones probable es que Baltasar
nombre
—
fué
que
otro
es
se
han propuesto. Quizá, por ahora,
—consta
asociado por su padre en
el
y Darío el medo no gobernador de Babilonia.
reino
nombrado por Ciro
Gubaru,
más
la
que Nabonidos tenía un hijo de este ;
Claro que esta solución no es de todo punto satisfactoria. De todas maneras, antes que lanzarse a condenar como falsa la narración de Daniel
prudente
es
sobre
el
La
Vigouroux,
RB
1912, 40 (1)
esperar
particular.
Bible
otros
et
les
découv.
descubrimientos
Das Buch mod.,
hagan nueva
Daniel, p. 41
vol.
4
(J896)
p.
s.
luz
47-49;
351-373;
s.
CAHist.
Cf.
que
Goettsberger,
Cf.
4,
15;
RB
1912,
48
s.
Lo
que
parece
fuera
de duda es que murió guerreando. (2)
Cf
Sobre
CAHist. (3)
Cf.
la 4,
ibid.
actividad bélica, civil y religiosa de Cambises en Egipto
20-23; 4,
3,
173.
311-313.
IMPERIO PERSA
No
tardó en descubrirse
::i
engaño
el
del intruso, a quien
asesinó en abril del 521 Darío, hijo de Histaspes, de la familia de los
Aquemenidas. quien fué luego reconocido come
legítimo monarca.
Al principio de su reinado tuvo que hacer frente Darío a
I
temibles sublevaciones que estallaron en varias partes de
su inmenso imperio
do un
;
pero
al fin triunfó
terrible castigo sobre
daba restablecida
la
de todas, infligien-
En
todo a Babilonia.
518 que-
paz. Dedicóse entonces a reorganizar la
administración de sus estados para darles mayor unidad y con esto más estrecha dependencia de la autoridad real, y
asimismo para hacer más butos
No
fácil
la
de
recolección
los
tri-
(1).
contento con sus vastos dominios, hizo nuevas con-
quistas al Este y al Sur y redujo a obediencia varias poblaciones del Norte. Quedaba al Oeste la Grecia. Darío la
atacó con un inmenso ejército
tón
el
año 490
(2).
;
pero fué derrotado en Mara-
Este desastre alentó a los egipcios, que
se rebelaron y arrojaron del territorio la guarnición persa.
Darío do
le
se
preparaba para vengar ese doble descalabro, cuan
sorprendió
la
muerte en 485, después de treinta y
siete
años de remado.
A
su hijo y sucesor Jerjes
años sofocar te
los
(1)
I
rebelión egipcia.
la
costó no
En
conatos de independencia de
Sobre
La
la
organización
del
Imperio
menos de cuatro
481 castigó severamenBabilonia
por
;
Dario.
y
el
Cf.
otoño
CAHisc.
no la introdujo él, pero sí la perfeccionó ella se remonta a Cambises y a Ciro. Cf. ibid. p. 194. Véase asimismo Abel, Géographie de la Palestine, vol. 2 (París, 1938)
4,
194-201.
división
en
satrapías
;
p.
108
ss.
(2)
Cf.
CAHist
4
.
229-252
IMPERIO PERSA
32
mismo año
de este
llevó sus
armas contra Grecia, logrando
apoderarse de Atenas, pero siendo derrotada su flota (23 septiembre 480) en Salamina (1). A este desastre sucedieron
con
otros, y
un movimiento general de
ellos se inició
vación por parte del
mundo
suble-
griego. Jerjes, indolente y afe-
minado, se estuvo inactivo, hasta que en 465 murió a manos de un cortesano, Artabanus
Sucedióle
uno
de sus
(2).
hijos,
Artajerjes
Longimano,
I
quien por espacio de tres años tuvo que defender contra sus competidores. zó
el
grito
En
de guerra, y
el
trono
462, Inaros, rey de Libia, lan-
al
punto
estalló
una sublevación
general entre los egipcios, poderosamente ayudados por los
griegos
sublevación de que
;
triunfar
sino en 454.
Con
el
monarca persa no logró
otras provincias y con sátrapas
rebeldes tuvo también que luchar, y hacer frente a divisio-
nes intestinas. Murió en 424, después de cuarenta y un años de reinado.
Subió
al
trono su hijo Jerjes
cinco días fué asesinado
II,
que a
los
cuarenta y
de sus hermanos
por uno
ilegíti-
mos, por nombre Sogdianos, quien a su vez, después de solos seis meses y medio de reinado, cayó bajo los golpes de
hermano ilegitimo, que ocupó el trono en 423 con nombre de Darío II Nothus, el bastardo. otro
Este tuvo que emplear
la
mayor parte de su reinado en
someter a rebeldes que aspiraban a intervino por su hijo 1?
Ciro en
la
Grecia, entre Atenas y Esparta
(1)
Cí.
CAHist.
4,
(2)
Cf.
ibid.,
2
6,
313
s.
eí
la
corona.
El año 412
guerra que ensangrentaba :
gracias
al
apoyo persa,
33
IMPERIO PERSA
segunda triunfó de la primera en 405. Poco después, en moría Darío II, dejando heredero del trono a su hijo primogénito Arsakes, que tomó el nombre de Artajerjes II ia
404,
Mnemon-.
Ya durante la ceremonia misma de la coronación, su hermano Ciro, llamado el joven, quiso atentar contra su vida. Perdonado,
se fué al
marche hacia
cito
el
Asia Menor, y reunido en 401 un ejérOriente y pereció en ia batalla de Cu-
Norte de Babilonia. (1), El nuevo monarca intervino en las guerras que sostenían
naxa
poco
entre
sí
en particular Atenas y Esparindependencia. Se
las ciudades griegas,
Egipto
ta.
al
se
mandó contra
esforzaba en recobrar su el
Faraón un fuerte
después de
ejército que,
obtener un triunfo junto a Pelusium, retrocedió, quedando así el
Egipto en 374
libre del
yugo
persa. El gran
seguía siendo árbitro de los pequeños estados de
que
se disputaban su alianza
otro varios sátrapas.
;
pero se
En 3G2 murió
el
le
monarca Grecia,
la
rebelaban uno
tra-.
anciano Artajerjes
Ti,
sucediéndole su tercer hijo Artajerjes 111 Ochus.
Sus recelos hicieronle inaugurar su reinado con
la
ma-
tanza de todos los príncipes que podían tener alguna pretensión
al
trono.
Muy
pronto suscitáronse una multitud
rebeliones, avivadas y sostenidas por
cié
Egipto, que mantenía
por aquel entonces su independencia. Los judíos parece que lucieron causa
común con
traron simpatizar con ellos
buen número de cania.
(1) 0,
los
los rebeldes, o :
por
lo
en consecuencia de
principales
menos moslo
cual,
un
fueron desterrados a Hir
Artajerjes emprendió una expedición militar hacia
Puede verse una
detallad;:
descripción
de
la
rr.isma
en
eJ
CAHist.
4-9.
3
IMPERIO PERSA
34
Occidente, donde castigó duramente a los habitantes de Sidón. Se dirigió luego contra Egipto, cuyo rey, Neetanebo, fué derrotado y se escapó a Etiopía, quedando de nuevo el
Egipto sujeto
al
imperio persa
año 342
el
Ochus, vuelto a Susa, abandonó
(1).
gobierno
las riendas del
en manos del eunuco Bagoas. Este, temiendo caer, por trigas de sus rivales, en desgracia del
en 338, dando el
menor de
al
monarca,
mismo tiempo muerte
lo
in-
envenenó
a sus hijos, excepto
todos, Arsés, a quien puso en
el
trono, seguro
de poder gobernarlo a su talante. Pero cuando
el
joven rey
dió muestras de querer deshacerse de la tutela del poderoso
manos de éste la misma suerte de su padre (335). Entonces Bagoas ofreció la corona a uno de sus amigos, Codomano, que tomó el nombre de Darío III. ministro,
sufrió
de
Poco tiempo duró su reinado.
Filipo de Macedonia, des-
pués de sometidas las ciudades griegas rivales entre
dó hacia
el
mismo
la
se disponía a
y asesinado en 336. él
man-
Oriente un ejército de 10.000 hombres con
de sublevar contra
fin
sí,
El plan de Filipo
Persia a los griegos de
la
el
costa
;
marchar en persona, cuando fué
lo llevó
a cabo su hijo y sucesor Ale-
jandro. Al frente de un ejército bien
disciplinado
ganó
la
en 333. Pasó por Jerusalén y llegó a Egipto en 332. En 331 volvió al Asia, y en el mes de Septiembre, en Arbelas, al otro lado del Tigris, triunfó de Darío Codo-
batalla de Isos
mano, quien en su huida pereció a manos de uno de sus ge nerales, y con él desapareció el imperio persa (2).
(1)
Cf.
CAHist.
6,
21-24.
(2)
Cf.
CAHist.
6,
352-380.
IMPERIO PERSA
35
IMPERIO PERSA 538- 529
Ciro
Decreto
de
Ciro.
Vuelta
del
destierro bajo Zorobabel, 538.
Se da principio a ración
529
Cambises Hystaspes
I
522
-
522-521
Pseudo-Smerdis Darío
521
-
485
Termínase de
Jerjes
Longimano.
I
templo
el
Darío
el
año 6
el
año
(516).
485- 465
(Asuero)
I
Artajerjes
restau-
la
templo, 537.
del
465
Vuelta
425
-
Esdras
bajo
7
de Artajerjes, 458. Vuelta de
Nehemías tajerjes,
año 20 de Ar-
por 2 meses
Jerjes II
Sogdiano Darío
el
445.
por 7 meses
Nothus
II
Artajerjes II Artajerjes
424
Mnemon Ochus
III
-
405
...
405-358
...
358
-
337
337 -335
Arses
Darío
III
Codomano
335-333
...
Condición social-religiosa de los desterrados.
No
será, creemos,
ve cuadro de
la
fuera de propósito completar ese bre-
historia
dición de los judíos en
Es de creer que gada,
con algunos el
a los principios
antes bien angustiosa.
de Palestina babilonios.
;
ni
perfiles
sin
la
con
no sería su posición holllevar consigo
Poco debieron
cabe suponer que recibieran
Mirábanlos
sobre
destierro.
duda
éstos
mucho
de los
despectivamente
y
hemos de juzgar por la conducta que observó Nabucodonosor en Ribla (4 Reg. 25. fi-7. 20-21) y por la naturaleza misma de las cosas. Vivirían por consiguiente
con malos ojos,
si
pobres y humillados.
CONDICIÓN SOCIAL DE LOS DESTERRADOS
36
Pero como no pocos de
deportados pertenecían a
los
la
nobleza de Jerusalén y debían de poseer una cierta cultura,
y muchos eran artesanos hábiles en su universos
«transtulit
14-16,
oficio
principes...
et
Reg.
(4
omnem
24,
artifi-
cem...»), no es temerario conjeturar que los unos se fueron
conquistando poco a poco
simpatías
las
de
los
naturales,
y los otros pudieron ganarse con su trabajo el pan de cada día. Por lo demás, nos consta que Daniel y sus compañeros la misma corte que el suma benevolencia por EvilMerodac (4 Reg. 25, 27-30), y que más tarde Nehemías ejervarios doció el honroso cargo de copero del rey. Es más
fueron tenidos en grande honor en
;
rey Jeconías fué tratado con
:
cumentos dan fe de la posición holgada a que andando el tiempo llegaron no pocos de los desterrados. En 1893 descubrióse en Nippur un aposento lleno de tablitas cuneifor-
mes
—unas
730
—del
tiempo de Artajerjes
por nombre Murasu. Ahora bien: leen
numerosos nombres
judíos,
de los desterrados se dedicaban ches, p. 30
la cita
;
I
y Darío
II.
Eran
una grande familia de comerciantes
contratos hechos por
en estos documentos se indicio
al
de
comercio
completa en pág.
45).
En
que no pocos (véase Dai Esd.
2,
65 se
dice que los repatriados, al volver a Jerusalén, llevaban con-
cantores y cantoras, número de entre ellos gozarían de sigo
mo
siervos,
cabe
concluir
del
tad.
Es probable que
cómoda
posición.
Lo
Ciro, que les permitía
quedarse en
Tampoco desde un
cual indica que buen
mis-
hecho que numerosos judíos no
aprovecharon del decreto de triarse, prefiriendo
lo
principio
el
se
repa-
destierro.
gozarían de grande
liber-
se les fijó lugar de residencia, sin
que
dejara a su libre elección. Esto parece apuntarse en
se
les
el
libro de
Tobías
1,
4,
privilegio, se le permitía
cuando ir
se nota que,
a
manera de
a donde quisiera, indicio claro de
que no se concedía a los demás. Con todo, es de creer que dentro de ciertos límites no se
les
impediría moverse libre
RELIGIÓN DE LOS DESTERRADOS
37
según parece colegirse de Ez. 8, 1 14, donde vemos que los ancianos del pueblo
mente,
;
83, 30,
1
;
20,
1
.
se reunían
mayor o menor grado más o menos benévola de las autoridades locales. De todas maneras podemos suponer como muy probable que a los miembros de una misma familia o a los habitantes de un mismo pueblo de Palestina se les permitiría vivir en un mismo sitio. Conjetura en casa del profeta. Por lo demás,
de libertad dependería de
que el
de
el
disposición
un apoyo en Esd.
halla, al parecer,
recuento
la
2, 3-58.
59-63,
donde
repatriados se hace por familias y por
los
pueblos, y donde se ve cuánta cuenta se tenía con la genealogía,
cual parece indicar que tales circunstancias se tu-
lo
vieron presentes en
fijar el
el
lugar de residencia de los des-
Es además muy verosímil que se les concedería tribunales propios, donde se tratarían las causas de
terrados.
tener sus
menor importancia, relativas a los asuntos internos de la Comunidad, conforme parece desprenderse del caso de Su sana en
Por
el
lo
Daniel.
libro de
que hace a
que habían caído en
no
se
la religión,
muy
mantendrían
apenas cabe dudar que les
idolatría en la propia tierra de Israel
la
fieles al culto
de
Yahvé en un
país
extranjero, donde se les entraban por los ojos toda suerte de prácticas y de ceremonias idolátricas
como
;
y más, revestidas
iban de fastuoso esplendor. Contra este peligro trata
de precaverles Jeremías en su admirable carta a los deste-
rrados (Baruch,
c.
6)
«Veréis en Babilonia,
:
les dice, dioses
de oro, de plata, de piedra y de madera, que son llevados en triunfo sobre las espaldas e inspiran miedo a las gentes. Vosotros,
empero, guardaos bien de imitar a esos extranjeros y y cuando veréis a las muchedumbres
de temer a esos dioses apiñarse en torno
a
vuestros corazones:
;
ellos
¡A
ti
y prestarles homenaje, decid en sólo, Señor, hay que adorar!...
»
SENTIMIENTOS DE LOS DESTERRADOS
38
Llevan en su mano una espada, pero no pueden defenderse contra
¡No
enemigo o
el
temáis!»
los
el
ladrón. Bien se ve que no son dioses, 4-5.
(v.
Hasta qué punto
14).
mantu-
se
vieron fieles a estas apremiantes exhortaciones del profeta,
ignoramos. Es posible que
lo
los ojos
que
y
barro con
el
más y más
De
más
les volviera
:
así
la
misma desgracia
dóciles
el calor,
al
;
les abriera
pero no hay que olvidar
revés de
cera,
la
endurece
se
son algunos corazones.
los sentimientos íntimos
de los desterrados frente a
gran calamidad que estaban sufriendo aparecen algunos
la
vivos reflejos en Jeremías y en Ezequiel.
daban
consecuencia
de
tierra
De uno
fin,
como quien esperando de un momento a otro
vivían
paso, inactivos, la
Los desterrados
que el destierro pronto tocaría a su
a creer
Y
Israel.
un
de ellos,
al
allí
principio
tal
Hananías de Gabaón,
Terusalén. Presentóse éste
un
la
blo
allí
Voy
:
misma
día en el templo, y en presen-
de Jeremías, delante de los sacerdotes y de todo reunido, exclamó
nos ha
excitación
cia
¡
de
volver a
se
la
que reinaba por aquel entonces entre los judíos en
:
y en
está
esto anunciaban los falsos profetas.
transmitido un interesante episodio que revela
Dios de Israel
se
el
pue-
«Esto dice Yahvé de los ejércitoj,
a hacer trizas
el
yugo
del rey de Ba-
Todavía dos años, y yo haré volver a este lugar santo los vasos de la casa de Yahvé, que se llevó el rey de
bilonia!
Babilonia
;
y
al
rey Jeconías y a todos los desterrados... haré ¡Yo haré trizas
volver a este santo lugar. Esto dice Yahvé: el
yugo
ces
del rey de
Babel!» Contradi jóle Jeremías.
falso profeta,
el
arrancándole a Jeremías
el
Y
enton-
yugo que
éste llevaba al cuello, lo rompió, repitiendo en presencia de
todo
el
pueblo:
«Esto dice Yahvé:
arrancaré dentro de dos años la
cerviz de todas las
Y
como
el
el
naciones
¡Asi,
hecho
trizas,
yugo de Nabucodonosor de
!
mismo lenguaje usaban en
el
destierro
los
SENTIMIENTOS DE LOS DESTERRADOS falsos profetas que
una
vos
carta
Yahvé de
allí
39
estaban, Jeremías envió a los cauti-
concebida
en
Dios de
los ejércitos,
términos
estos
Israel, a
:
«Esto
dice
todos los que fue-
ron llevados cautivos de Jerusalén a Babilonia
:
Edificad ca
plantad huertos y comed de sus frutos. y habitadlas Desposaos y engendrad hijos e hijas dad mujeres a vuessas
;
;
y que engendren hijos de suerte que vayáis creciendo en número, lejos de
tros hijos y casad a vuestras hijas e hijas
;
disminuir.
Y
procurad
el
,
bienestar de la ciudad a donde os
he transportado, y haced por
ella
Yahvé
oración a
Y
en su bienestar estará vuestro propio bienestar.»
encarándose
Yahvé de
con
falsos
los
Dios de Israel
los ejércitos,
añade
profetas,
No
:
porque
;
luego,
«Así
:
habla
os dejéis seducir
por vuestros profetas, que están en medio de vosotros, y por vuestros adivinos ni hagáis caso de vuestros sueños ;
que estáis soñando.
en mi nombre
La
carta
:
¡
Mentirosamente os están profetizando
yo no los envié
»
de Jeremías hirió en lo vivo a aquellos falsos
profetas de Babilonia mita,
!
y uno de
;
ellos.
Semeías
Nehela-
el
escribió al pueblo de Jerusalén, y a los sacerdotes, y
en particular a Sofonías. a quien decía: «Yahvé
puso a
te
vigilaras sobre todo
hombre que
se da
ti
Yahvé
en lugar de Joyada sacerdote, para que en la casa de
por inspirado y por
profeta, para que lo metas en el cepo o en la argolla. ¿Poi-
qué, pues, no has atajado a Jeremías de Anatot, que os está
mandó recado
profetizando? Porque has de saber que nos Babilonia diciendo:
a
¡Esto va a ser largo! Edificad casas, y comed de sus frutos!».
habitadlas; plantad huertos, y
Hémosnos sobre
ofrecer
detenido un
una
viva
mientos que animaban habían quedado en sa
tanto en
imagen de
así a los
la patria,
los
porque,
episodio
este
encontrados
como
desterrados
nos pone ante
la
comunicación entre unos y otros. (Véase
senti-
a los qu*3
vista la inten Jer.,
c.
28-29.")
:
SENTIMIENTOS DE LOS DESTERRADOS
40
No menos
interesante,
si
bien no tan pintoresco, es
cuadro que se nos ofrece en Ezequiel en punto a
el
la destruc-
ción definitiva de Jerusalén.
El profeta, anuncia
con vivas imágenes y sí'mbolos. llamativos;, las calamidades y finalmente la caída de-
asedio,
el
y esto como castigo de los pelas amenazas un día y otro tiempo pasaba y no llegaban a cumplir-
sastrosa de la ciudad santa
cados del pueblo. día
y viendo que
;
;
Repetíanse el
empezaron a decir, repitiéndolo en cierto modo a guisa ¡Los días van pasando, y toda visión se resolverá en nada! Habían perdido el miedo a las amenazas, de se,
de estribillo:
acabaron por no hacer en
suerte que sión.
Pero Dios mismo
les replicaba
ninguna impre
ellos
dirigiéndose
al
profeta
:
Hijo del hombre, en
la
¿ qué refrán es éste que andáis repitiendo Tierra de Israel? : El tiempo pasa, y toda visión queda
Diles,
pues a ellos: Así habla
sin
efecto.
Yo
haré que se acabe con este refrán, y no
en Israel. Diles por
cumplimiento de
el
toda
contrario visión.
hablaré ; y lo
Y
fetas que,
cesos y
paz
cumpliré. (c.
Lo
más
la
casa de Israel. Por-
que yo diré se cumplirá sin
dice el
pronunciaré una
Señor Yahvé!
(12, 21-25).
13) se encara Ezequiel contra los falsos pro-
por dar gusto
le
al
pueblo,
le
anunciaban gratos
su-
decían ¡Paz!, mientras que en realidad no había
y contra ciertas mujeres que se daban por pro hablando en nombre de Yahvé, vendiendo sus orácu-
(v. 10)
fetisas,
los
la
luego
repetirán
El tiempo se avecina, y el Porque no habrá ya visión
tardar; en vuestros días, oh casa rebelde,
palabra, y
lo
Señor Yahvé:
:
mentirosa, ni adivinación lisonjera en
que yo, Yahvé,
el
;
por un puñado de avena o un mendrugo de pan
Pero
al fin,
(v. 17-23).
aquellos rebeldes israelitas tuvieron que ren-
dirse a la evidencia. El
año
12.°
de
la
cautividad (en 586),
el
décimo mes ( = Dic-Enero) llegó a Babilonia un individuo escapado de Jerusalén, que dió la triste nueva ¡Cayó la ciudad! (33, 21). Desde aquel momento cambió la día 5 del
QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA actitud de los desterrados.
saron
las burlas,
y
la
Cumplido
el
11
terrible vaticinio ce-
despectiva indiferencia trocóse en sen-
timientos de consideración y reverencia. Se interesan por los
oráculos del profeta, y hacen de ellos materia de conversación en las puertas de las casas y donde quiera que se en-
cuentran, y se excitan unos a otros diciendo
qué es
que
lo
Yahvc!
cíiee
de Ezequiel. y se están
¡Quantum mutatus ab Ayer
el
dejen
momento
Y
se apresuran en
/
:
Venid y oíd
masa
a la casa
sentados, pendientes de su boca.
allí
illo! }
pudiéramos decir con
el
poeta.
pueblo, indiferente y escéptico, hacía el vacío alrededor del profeta hoy es un continuo ir y venir, sin que le ;
de reposo.
Y, sin embargo, Dios no estaba satisfecho de su pueblo.
Mi
pueblo, dice, se sienta ciclan: e de
ti,
y escuchan tus pala-
ponen en práctica: mentiras en su boc>i, codicia en su corazón! Eres para ellos un gracioso cantor, de bella vos y que toca lindamente Escuchan tus palabras, pero no las ponen en práctica (33, 30-32). Cuadro éste que acabamos de trazar, de VIVO 0 olorido, que bras; pero
no
las
.
nos permite entrever algo de \
la
de sus íntimas disposiciones
Comunidad de
los cautivos
.
* * *
Otro punto había, de mayor alcance y de más hondas que traía preocupado el ánimo de los desterrados, \ también de los que se habían quedado en la patria. Era problema grave, que tocaba a la Providencia de Dios, a la jus
raíces,
ticia
divina.
Para apreciar del judío, a
la fuerza con que se planteaba a los ojos no ya despreocupado, sino aun del devoto y fiel
su Dios, conviene recordar los últimos acontecimientos que
precedieron
Hacia
el
al destierro.
año 698 subió
al
trono de Judá
el
impío Mana-
QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA
42
Con
sés.
contra
el
remado
su
se
una violenta
inició
del verdadero
culto
dada de sangre inocente, y
Dios
persecución
Jerusalén se vió inun-
:
gozó
la idolatría
del favor ilimi-
tado del monarca. Cincuenta y cinco años reinó, y al fin
murió en paz y fué sepultado con los suyos. «Dormivitque Manasses cum patribus suis, et sepultus est in horto domu? suae.» Cf. 4 Reg. 21, 1-18.
A Muy par
los
dos años sucedióle su nieto Josías, hacia
distinto de su abuelo, dióse el
la idolatría
que aquél había tanto favorecido
ció el culto en su pureza
ma
religiosa
llevó a cabo
;
extir-
restable-
una completa refor-
en una palabra, su conducta fué
;
:
que me-
tal
mag-
reció del autor sagrado, por cierto nada adulador, este nífico elogio
Domino, declinavit
Ahora
et
«Fecitque (Josias) quod placitum erat coram
:
ambulavit per omnes vias David patris sui
ad dextram
bien,
él
sive
ad sinistram» (4 Reg.
rey tan piadoso
Necao, rey de Egipto, que
640.
el
nuevo monarca a
;
non
22,
2).
¿cómo murió? Vencido por
a quien
por querer cumplir con
*o
juzgaba su deber se había opuesto. Tras un reinado
de treinta y un años, consagrados a restablecer y dar esplendor al culto de Yahvé, el monarca ejemplar cae víctima de las
saetas enemigas
;
y en vez de regresar triunfante a Je-
rusalén, la ciudad contempla consternada entrar por sus puertas su cadáver
ensangrentado
gica muerte fué
como
el
(4
Reg.
23, 29 s.).
principio de
Y
esta trá-
nuevas calamidades.
años más tarde, en 605,
Nabucodonosor sujeta a los primeros cautivos. En 597 segunda y Judá y se lleva a más numerosa deportación. Poco después iba a venir la comCuatro
pleta ruina.
Dadas
las
ideas que en aquellos tiempos reinaban de la
prosperidad temporal cil
como premio de
la virtud,
adivinar qué sentimientos produciría en
de tales acontecimientos.
De
ellos
mías una descripción inimitable.
el
no es
pueblo
difí-
la vista
nos ha transmitido Jere-
QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA
Reprende
el
profeta a sus compatriotas que estaban con
echándoles en cara
él,
A
pias.
idolatría de sus padres y las pro-
la
sus reprensiones y
«Cuanto
amenazas
dan esta respuesta
le
:
que tú nos has dicho en nombre de Yahvé no
a lo
queremos darte oídos. Seguiremos haciendo cuanto nos pareciere
bien,
cielo
fia
ofreciendo sacrificios y libaciones a
luna),
la
reina del
conforme hicimos nosotros y nuestros pa-
dres, nuestros reyes
y nuestros príncipes en
Judá y en
de Jerusalén
las plazas
ciudades de
las
y entonces podíamos har-
;
tarnos de pan y todo nos iba bien, v no nos sobrevino mal.
Pero desde que dejamos de ofrecer a
sumidos por era
la
lección
la
vemos con-
espada y
el
hambre»
y en medio de
;
de muerte violenta
Manasés,
las idolatrías
de prosperidad y bienandanza.
forma
(Jer.
44,
16-18).
Esta
que habían sacado de los acontecimientos
ésta su filosofía de la historia.
paz
sacrificios y libaciones
reina del cielo estamos faltos de todo y nos
la
;
la
;
impío, murió en
de su largo reinado se gozó
El piadoso Josías sucumbió
y su celo por
el
ciudad y con
nos quedamos con nuestros ídolos
culto de
una
religiosa fué el principio de
que acabaron con
el
el ;
Yahvé, su
serie de
re-
calamidades
reino. Nosotros, pues,
nada queremos saber de
Yahvé.
Los judíos de Babilonia no llegaron a tal extremo. No mancharon su? labios con tan insolente y no sé si digamos desvergonzada protesta. Por lo menos no consta. Sin embargo,
sus palabras,
bien que
menos
un sentimiento de rebeldía contra
crudas, la
podían envolver
Providencia de Dios,
de abatimiento y desesperación, viendo lo inútil de sus bue-
nas obras. « Los padres, iban repitiendo, ya refrán, quiel,
como
a guisa de
comieron agraz, y los hijos sufren la dentera» (Eze18, 2). Y añadían en tono de desalentada resignación:
«Nuestras iniquidades y nuestros pecados pesan sobre nosotros y en ellos nos estamos nosotros consumiendo ;
:
:
QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA
14
¿cómo, pues, podemos vivir?» (Ez.
10).
33,
A
la
luz de la
historia precedente bien se ve ahora el alcance de estas palabras.
Como
dijeran
si
impío Manases, y Dios
Pecaron nuestros padres
:
les
aquellos pecados lo sentimos nosotros la
ira
Y
divina.
se
si
imposible para nosotros volver a
Tal era
;
;
pues una vez descargó
más
se apartará
la vida.
persuasión de los cautivos de Babilonia
la
el
en nosotros se ceba
divina venganza, nunca
la
pecó
nos dice que también nosotros somos
es inútil hacer penitencia
culpables,
sobre nosotros
;
dejó sin castigo. Este castigo por
per-
;
más íntima y profunda cuanto que parecía justificada y confirmada por el mismo Dios. ; No había dicho por Jeremías «Mandaré contra ellos cuatro géneros de suasión tanto
:
castigo las
:
la
espada para matar, los perros para despedazar, para devorar y y haré de ellos un ejemplo de terror para todos
aves del cielo y las bestias de
consumir
:
los reinos de la tierra»?
Y
la
termina:
tierra
«A causa
de
Manases
hijo de Ezequías, rey de Tudá, por cuanto hizo en Jerusalén» (Jer. 14,
3-4).
Pero hay más.
No
ya en un caso determinado, sino en
general y a maner,a de principio, había Dios declarado que castigaba a los hijos por los pecados de los padres:
«Ego
sum Dominus Deus
tuus fortis, zelotes, visitans iniquitatem
r>atrum in
tertiam et quartam generationem (que
filios,
in
castigo a los hijos por
la
iniquidad de los padres hasta
tercera y cuarta generación) 5).
Es precisamente
lo
eorum
qui oderunt
que pasaba a
ellos,
los
me» (Ex.
la
20,
cautivos de
Babilonia Pecaron los padres, y ellos llevan la pena de pecados que no cometieron. ¿Es maravilla que en su pro:
funda amargura dejaran escapar, quizá de dolor, que era blasfemia:
¿Cómo
responde
el
Con una rotunda y
Dios no
sin querer,
es justo?
profeta Ezequiel?
absoluta negativa.
un grito
QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA
«Vivo yo, dice
el
Señor Yahvé
;
4r,
no será que repitáis más
vosotros este proverbio en Israel. Todos los hombres míos
son
;
mismo que
padre, lo
el
no el
me gozo en
míos son
el hijo,
(18, 3-4). « Vivo yo, dice el
care, éste morirá» la
;
muerte del impío, sino en que
impío de su proceder y viva» (33,11). Las palabras del profeta son terminantes
:
que pe-
el
Señor Yahvé
;
se aparte
Nadie morirá
por pecados de otro. Si alguien pecó y se convierte, no morirá. Y no se contenta Ezequiel con sólo asentar los prinlos desenvuelve, los explica, los ilustra
con ejemplos,
cipios
:
a
de grabarlos profundamente en sus oyentes.
fin
El profeta Ezequiel proclamó rrados
principio de la
el
muy
alto entre los deste-
responsabilidad individual
;
y
sin
duda que fué parte para modificar la antigua concepción. Pero ésta tenía echadas tan hondas raíces que aun al tiem po de Jesucristo aparece en
cuando
los
el
Evangelio de San Juan
apóstoles, a propósito del
preguntan come
más
cosa
la
(9, 2),
ciego de nacimiento,
¿quién
«Maestro,
natural:
La
pecó, éste o sus padres, para, que naciese ciego?»
res-
puesta de Jesús vino a confirmar y consagrar el principio sentado por el profeta del destierro: «Xi éste pecó ni sus padres, sino para que sean manifestadas las obras de Dios
en
(Y. 3.)
él.»
Sobre \erse
la
(1).
condición de los judíos en
Nikel, Bibl. Studien
V
destierro
pueden
(1900) p. 1-27.
Daiches, The Jezvs in Babylonia
Nehem&ah according
(1)
el
:
El punto
to
Babylonian
in thc
time of Ecra and
Inscript'wns,
1910.
que aqui brevemente tocamos puede verse tratado con en A. Fernández, El problema de la respou
alguna mayor extensión ¿abilidad
núm.
8).
individual
en.
el
profeta Ezequiel (Colección
Florilegio
Bíblico
ESCRITOS DEL TIEMPO DE ESD.-NEH.
46
Kyssel, Die Anfdnge der jüdischen S chriftgele hrsamkeit
en Theolog. Studien und Kritiken (1887)
Touzard ses, citados
en
Algunos
la
(520)
cf
;
Ag.
Zacarías.
1,
t
c
mps des
Per-
que ilustran los tiempos de Esdras
escritos
—Profetizó .
au
juive
,
149-182.
Bibliografía, al principio del volumen.
Ne hernias.
y
Ageo.
L'áme
sus artículos
;
p.-
1
;
el
año
2, 1.
11
;
segundo de Darío Hystaspes Esd. 5,1
;
—Profetizó, como Ageo,
6,14.
el
año segundo de Da-
Hystaspes (520); cf. Zach. 1, 1 Esd., 5, 1 6, 14. Ambos profetas urgieron a Zorobabel, a Josedec y al pueblo para que reanudaran las obras de la restauración del río
;,
;
templo.
Malaquías.
— Ninguna
indicación cronológica se halla en
sus profecías. Generalmente se cree que profetizó en tiem-
po del imperio persa, como que en 1, 8 menciona al pehah. Van Hoonacker (Les douze Petits Pro p he tes) lo coloca poco antes de Nehemías, hacia 450-445; Nowack (Die kleinen Propheten) lo hace preceder a Esdras y Nehemías, por consiguiente antes de 458
;
otros lo fijan entre las dos ad-
Los más
ministraciones de Nehemías, poco después de 432. lo
ponen en
la
primera mitad del siglo quinto. Pueden verse
otras opiniones en la Introducción de Cornely
Libro tercero de Esdras. Véase Josefo.
—Ant.
XI
c.
1-5.
lo
dicho
y en
más
Depende de nuestro
otras.
arriba. libro
ca-
nónico y de 3 Esd. v
Documentos árameos de Elefantina. en
el
comentario de Nehemías
;
p.
412
—Véase
ss.
Excursus,
Libro de Esdras 1 El primer año de Ciro, rey de Persia, para que se
I
cumpliera citó
la
Yahvé
palabra de Yahvé por boca de Jeremías, exespíritu de Ciro, rey de Persia, e hizo pu-
el
Primera caravana. Decreto de Ciro El primer
preámbulo le
el
introducción
cié
que se propone
fin
posiciones para su ejecución v.
o
Indica
.
más
autor sagrado
el
zea 11,
Parece extraño
como que
verbum, quod
su objeto, o sea
lib.
claro que
Sea
no cabe
lo
fecha del decreto
13"P1
(Num.)
;
el
;
fin,
1,
:
común continuación o su«hoc Gregorio M.
í 11 í
hom.
:
verbo, quod intus audierat, 2,
n.
2; PL. 70, 796). El
la visión,
que luego expre-
que fuere de esta explicación, es
aplicarla a los libros históricos.
En
aparece las más de las veces unido a un verbo,
(Jos., Jud., 1
la
finalmente, varias dis-
explica S.
lo
foris protulit,
sa externamente.
o
;
el
causa que
la
éste indica por lo
coniunxit» (In Es.,
»rW
;
sigue
;
la
4.
la
profeta contempla en .su interior
wau
decreto
el cummanera cómo se promulgó. principio de un libro el uso del
al
Sabido es cómo
cesión.
el
al
bien uno de los fines que Dios se proponía
plimiento de una profecía; roi&QI
2
v.
vuelta de los judíos a su patria v. 3
1
1-4
1,
mismo, en que Ciro manifiesta
del
mueve y
sirve
v.
C. 1-2
éstos
v. gr.
.
y 2 Sam., Neh., Esth.), o top^l (Lev.), otras veces a un pronombre, nfewi (Ex.),
;
48
ESD.
voz de pregón y también por escrito en todo su
blicar a
reino lo siguiente
:
o a un substantivo, -parii
parece indicar que bro o en pero,
1
1,
la
ejemplo Jos., Jud., no
wau
suyo
consecutivo
las
a.
usa en
la
narración
pero, puede
wau
veces se atenúa tanto que
manera de
año en que
el el
En
c).
29, 10, a
y
;
por
;
para que se
2 Par. 36, 21 se lee
cambia
Batten, p. 56
nombre de Jeremías por grafo, según acabamos de decreto
el
descubre
oculto consejo de Dios el espíritu
de Ciro
el ;
el
de Isaías,
la libera
>©d en
autor.
como que
decir,
hace alusión
autor
la
sin el
al
razón hagió-
primero.
providencia divina,
el
y por esto dice que Dios suscitó hace con tanta mayor razón cuan-
y lo to que conocía también sin duda ;
s.,
el
cumpliese.
cuya profecía sobre el
el
demás
lo
Ciro a ser dueño de todo
intransitivo ;
judíos
los
ss.
este dominio
:
ción al cabo de setenta años se refiere aquí
En
se
nuestro libro, em-
apoderó de Babilonia
momento empezó
Jer. 25, 12
cf.
118
o quizá también a 1 Reg. 25, 27
se
imperio persa,
"121
§
que más interesaba a
desde aquel
fór-
extremada frecuencia con que
la
Joüon
la
indicar verdadera sucesión, y cabe refe-
a 2 Par. 36, 21,
rirlo
nriN era
el
(cf.
1 Sam., Estn.
:
viene a desaparecer, y el autor lo emplea a
mula introductoria por
li-
como por
libros,
gr.
con Rosenmüller que
decir
es
wau el
quiere continuar
el
v.
uso del
el
mirada en
la
algunos
de
de otros,
asi
Por consiguiente mejor fuerza del
que
historia precedente,
esto puede decirse
si
De
Reg.).
(3
autor tiene puesta
el
las profecías
de Isaías, 14,
y precisamente en 45, 13 se lee el mismo verbo Ti y- El decreto se promulgó de viva voz, y también por escrito, queriendo decir el autor que se expidieron co24-28
;
pias del
45,
1-13,
mismo
a las autoridades y a los personajes a quie-
nes podía interesar. Bickermann, p. 272 adelante, p. 51) piensa que
la
s.
(Véase
promulgación
la cita
se hacía
más
por una
ESD.
'2
1,
19
1
2 Así hab a Ciro, rey de Persia
de
la
cielo,
puso en mis manos Yahvé,
v
mismo me ordenó
él
inscripción
fija
:
/Cómo
muro
(«the
edict
se cumplió la profecía de Jeremías 26, 12; 29, 10?
menos
al
templo
was a poster reproducing the messamuy posible que fuese así.
y es
Parece,
Dios del
un
al
reinos
lo?
el
edificarle
en un poste, o quizá pegada
mikhrabh of Cyrus ge»)
Todos
:
tierra
a
primera
ben computarse desde
vista,
que los setenta años de-
destrucción de Jerusalén en 586
la
pero desde esta fecha hasta
;
decreto de Ciro en 538 no
el
mediaron sino cuarenta y cinco o cuarenta y seis años. El Colunga (La Ciencia Tomista 10, 1014-15, p. 353-374) re-
P.
suelve la dificultad diciendo que
el
número 70 debe tomarse
en sentido simbólico, y significa «el espacio de tiempo de la prueba más grave a que Dios sometió a su pueblo» (p. 363) :
desde
el
605
al
586 fué obra de justicia
que
se inicia
desde
el
587
al
y desde el 538 al 398 obra de misericorcon el decreto de Ciro y se prolonga hasta
obra de penitencia dia,
;
539
:
época mesiánica. Nosotros creemos que los textos de Jeremías 25, 12 29, 10 y los demás que pueden citarse a este la
;
propósito permiten sin dificultad alguna tomar
nas a quo
el
año 605, fecha de
la
como
termi-
primera deportación de
cautivos a Babilonia, con lo cual se logra un espacio de se senta y siete o sesenta y ocho años, que en
número redondo
corresponden perfectamente a los setenta años de Jeremías. 2. la
Ciro reconoce que
tierra.
pero
Yahvé
le
dió todos los reinos de
Evidentemente, hay en esto alguna exageración
estaba,
en
cierto
modo,
justificada
por
la
;
inmensa
grandeza del Imperio persa. Este Dios fué quien le dió la orden de edificar el templo de Jerusalén. Sobre el alcance preciso de las frases empleadas por
el
monarca y sobre
la
autenticidad del decreto, junto con otras cuestiones relacio-
nadas con
el
mismo, véase más abajo,
al
fin
del v.
4. 4
50
1, 3-4
ESD.
en Jerusalén, en Judá. 3 Quienquiera de entre vosotros pertenece a su pueblo, que esté con
su Dios,
él
y suba a Jerusalén, en Judá, y edifique el templo de Yahvé, Dios de Israel él es el Dios que tiene su re;
sidencia en Jerusalén.
3.
ésta
y
es,
pero (G-K § 37) pronombre relativo :
donde
3,
7,
la
en a
da parte del
desde
v.
el
Ryle
considera
la
la
137
§
LXX
B
cf.
;
Jud.
;
expresión que está en Judá hasta
la
el
como
sencillamente c.)
y esta interomite toda la segun-
primer Jerusalén con
demás versiones llevan vo que
(G-K
indefinido
Vulg. no lleva interrogativo
confundió
fin:
también es
veces
las
y Vulg. como interroacepción más común
su
efecto,
pretación es aquí preferible.
el
donde quiera que alguno
LXX
han interpretado
lo
"»d
gativo,
Y
4
v.
paréntesis,
el
La
íntegro.
segundo. Las
frase DVfrKfl {OH
de suerte que
sigue se refiere no a Dios, sino a
la
el relati-
casa de
Yahvé
;
y como leída de esta manera indica que Yahvé era tenido por el (único) verdadero Dios, debe rechazarse como glosa introducida por algún judío, pues no es posible que Ciro hiciese
La razón
afirmación.
tal
tal,
v.
gr.
:
4.5;
1,
de tener dicha frase por
muchos otros pasajes aparece como
parentética es que en 2,
68:
5,
2.14.15.16,
etc.
que en ninguno de estos pasajes se
advertir
Yahvé
Dios de
Israel,
sino
Ha
:
Este es
de levantarse
el
la
Dios
que...,
casa de
casa de
simplemente casa de Dios o
de Yahvé. Aquí había razón especial para que cribiera
Pero es de lee
con
lo
Yahvé en
el
autor es-
cual quería decir:
Jerusalén, precisa-
mente porque él es el Dios de Jerusalén lo cual está en perfecta armonía con las ideas religiosas de Ciro, para quien ;
cada dios tenía su propio asiento, su propia ciudad. 4.
"itttwn
superstes,
relictus
;
los
que
sobrevivan
de
los que habían sido trasladados de Palestina, o de sus hijos cf.
Neh.
1,
2.3
;
Ag.
1,
2.3.
A
los judíos
;
que se decidan a
ESD.
L.
EXCURSUS
51
I
haya sobrevivido y habite como extranjero, la gente del lugar vendrá en su ayuda con plata, y oro, con toda suerte de géneros y con ganado, y con ofrendas para eí templo de Dios en Jerusalén.
partir les prestarán auxilio sus convecinos, es decir, los mis-
mos
babilonios, pues de lo contrario no se habría usado la
expresión hombres en general, sino más bien sus herma-
Poco vale contra esto la razón que aduce Batten para impugnar tal sentido, a sa-
nos, los judíos que se quedaban.
que «Ciro... era harto político para que
ber:
los pueblos conquistados)
nes a
pidiera (a
restauración de un templo para los despreciados
la
judíos»
les
que contribuyeran con suscripcio
59).
(pág.
Es muy arriesgado formular
juicio,
a
veinticinco siglos de distancia, sobre lo que podía o no po-
monarca persa. Su orden o consejo anda bien la singular generosidad que mostró para
día hacer el
de acuerdo con
con
el
pueblo judío.
^
de propósito se usa aquí este vo-
cablo, con el cual se designaban
comúnmente
ros que vivían en medio de los judíos al
revés:
extranjeros son los judíos.
los
puede referirse a esto
segundo
;
la
casa de Dios o a
mucho más probable
los extranje
sólo que ahora es
;
El relativo
"it£/N
Dios. Batten prefiere es lo
primero.
Excursus Autenticidad del decreto de Ciro diera
(1)
un
(1).
este
monarca
decreto permitiendo a los judíos la vuelta a su patria,
Puede verse una
reciente,
muy
erudita
autenticidad del decreto en Journal of Biblical 275:
— Que
Elias
J.
la
sólida
defensa 6T)
de
(1946)
la
249
of Cyrus in Esra I. tomados de la historia de aquella época pone verosimilitud de varios pormenores que no pocos críticos
Bickermann, The Edic
Con numerosos en clara luz
y
Literature
paralelos
modernos rechazan como de todo punto improbables.
52
ESD.
pocos
EXCURSUS
1.
han negado. Entre éstos
lo
I
Maurice Wer-
se cuenta
nes, Précis d'histoire jtdve (París 1889), pág. 568 sultats de Vexégese
(1890), pág. 67
Les
;
ré-
(citado por
s.
Wiederherstellung, pág. 15) y también el mis1. c, quien arguye (págs. 14-15) de esta ma-
Kosters,
mo
biblique
;
Kosters,
nera
En tiempo
:
de Ciro no hubo
siquiera conato
ni
de
reedificar el templo, pues el relato 3, 8-13 es de todo punto
Ahora
falso.
en ninguna manera
esto
bien,
existió realmente el decreto.
y principal de éste era no la
la
En
se
concede a los judíos templo
el
;
el
más bien
templo del Dios de los
edificar el
:
Como
por esto a los ju-
cielos,
permiso de volver a Jerusalén. En
gados
a
templo.
santa
la
esto
Si
les
concede
tales condiciones,
primer cuidado de los repatriados, una vez
el
no
debía
ciudad, se
ser
re-
Ciro quiere re-
díos que en dicha empresa quieran trabajar se
claro que
Se
permiso de volver a su patria y
sino
si
repatriación de los judíos, sino
restauración del templo. El texto del decreto no es:
edificar
el
explica
efecto, el objeto primario
reconstrucción
la
es lle-
del
fué porque en realidad un tal
hizo
decreto nunca existió.
Es de
advertir que la crítica de Kosters va todavía
cho más
allá
en
:
que en tiempo de Ciro
De
de judíos.
de
8-13,
3,
mu-
páginas 17-42 se esfuerza en probar
las
ni siquiera
esto último,
hubo repatriación alguna
como también
de
la historicidad
trataremos en su lugar. Por ahora baste decir
que, aun dado caso que los judíos repatriados no hubiesen
puesto esto
mano
estaríamos
;
autorizados
para negar
Era muy posible que
decreto. les
a la obra de la restauración del templo,
que se ofrecieran
la
existencia
las circunstancias
tales obstáculos
;
y aún
tal
el
abatimiento del pueblo fuese
manera de emprender
la
tal
del
fueran ta-
vez que, da-
das las condiciones en que hallaron a Jerusalén, sión y
no por
la
desilu
que no hubiera
grande obra, esperando tiempos
ESD.
V
mejores.
EXCURSUS
1.
que en realidad
halagüeñas
indica
lo
narración. Es
la
existencia del decreto
la
más cuanto que sabemos que
se intentó, pero que,
no eran muy
las circunstancias
suficientemente toda
por consiguiente arbitrario negar tanto
53
I
la
;
restauración realmente
por causas que veremos más adelante,
se pudo continuar. Por lo demás tal existencia es sumamente probable aun a priori, y casi debiéramos suponerla aunque ningún documento nos la atestiguase. Consta, en
no
efecto, que Ciro concedió
pueblos
;
;
generosamente
la
libertad a otros
por qué había de hacer una excepción con
el
pue-
Tanto más que para este existia una razón especial dado caso que Ciro conociese, como es muy probable, las profecías de Isaías 44, 1*4-28 45, 1-13, donde con expreblo judio?
;
siones tan halagüeñas para él se anuncia dicha liberación.
Forma
o contextura del decreto.
cutido que fícil.
Poseemos
en caso
contrario 1)
provincia
la
cf. G, 1-12.
;
2-4
1)
A
di-
2-4 y 6, 3-5.
1,
al
go-
dos preguntas vamos
¿puede
ser auténtica?
preferirse a la
;
dis-
más
respuesta de Darío
la
La forma de 1, afirmativo, 2) Debe
a responder:
Y
punto es más
un doble texto:
del decreto
Este último se halla incluido en
bernador de
— Este
precedente, y es de solución sin duda
el
otra,
o
al
?
Siegfried afirma,
19,
p.
que
el
cronista lo
de su propia fantasía («aus freier Phantasie»)
:
compuso
es pura
fal-
y Meyer (Entstehung, p. 49) lo declara un «Machwerk» mera chapucería. Hacemos gracia al lector de otros muchos autores acatólicos, que se expresan en los mismos términos. Las razones con que se apoya un tal aserto sificación
:
;
vienen a reducirse a dos
manera
;
y que
Cuanto
el
:
Que
decreto no pudo ser redactado en hebreo.
a lo primero,
como
cepción religiosa, reflejada en noteísta,
Ciro no pudo hablar de esta
hay que examinar
:
el
a)
la
dificultad está en la con
momono-
decreto, que parece ser si
Ciro profesaba
el
:
5á
ESD.
1.
EXCURSUS
I
y en caso negativo b) si podía, sin embargo, usar expresiones que leemos en el texto.
teísmo las
;
Josefo, Ant.
a)
XI
1,
1,
interpretó las palabras del de-
creto en sentido monoteísta, y lo propio hicieron no pocos
autores, v. gr., Cornelio a Lapide, in loe. El texto es cier-
tamente susceptible de
Que Yahvé que
le
la
;
pero no
la exige.
y que del mismo se diga tierra, no excluye necesa-
cielo
existencia de otros dioses,
como veremos
luego.
demás, de los documentos cuneiformes aparece hoy
lo
que Ciro reconoció y adoró multitud de dioel llamado Cilindro de Ciro se leen
día claramente ses
tal interpretación,
Dios del
dio todos los reinos de la
riamente
Por
se llame
por ejemplo, en
así,
estas palabras
:
«Yo soy
Ciro, rey de los pueblos, el gran
aman Bel y Nebo... Cuan-
rey, rey poderoso, cuyo gobierno
do entré victorioso en Babilonia..., Marduk,
el
gran
dios,
inclinó el noble corazón de los hijos de Babilonia hacia mí,
que todos los días pensaba en honrarlo... Por mi obra regocijó Marduk, bises,
mi
su favor» ss.
;
(df.
el
gran dios
y a todo
hijo...,
mi
;
y a
nií,
ejército,
su adorador, y a
se
Cam-
mostró benignamente
Schrader, Keilinshriften Bibliothek, III 2 p. 120
Vigouroux, La Bible
et les
découvertes modernes, 1896,
Es evidente que tal manera de expresarse no deja lugar a duda. Véase Delmotte, Eratne Cyrus monotheista?, en Verb. Domini I (1921) 177-180. vol. 4, p.
47
ss.).
¿cómo pudo
Pero,
b)
Yahvé me
dio
edificar
templo.
el
siendo politeísta, usar las
Ciro,
frases que leemos en el decreto
Estas son en particular
?
todos los reinos de
Yahvé
es
el
la
tierra.
El
me mandó
Dios que habita en Jeru-
salén.
que Ciro tenía a Yahvé por el Dios de los judominio en Jerusalén, y además, que fuera de sus propios dioses reconocía también como suyos,
Es
cierto
díos, quien ejercía su
bien que en lugar secundario y de categoría inferior, a lo*
KSD.
1.
EXCURSUS
55
I
otros dioses, que restituyó a sus sedes respectivas, a los cuales
ruega que
le
sean favorables e intercedan por
en
él
la
presencia de Bel y de Nebo. («Ojalá que todos los dioses, que he restituido a sus ciudades, pidan todos los días a Bel y
Nebo
prolongación de mis
la
días,
y digan a Marduk, mi Señor...», presente, ya no causará maravilla
Yahvé
y
me muestren
su favor,
1.
c). Si esto se tiene
el oír
de boca de Ciro que
cf.
haya mandado edificar su templo. Los reyes,
le
como
de Egipto
así
de Babilonia, lo que pretendían hacer en
honor de alguno de
los dioses lo atribuían a
una inspiración
mismo. Recuérdense las palabras del Rabsaces a Eze«¿Por ventura sin la voluntad de Yahvé subí yo a este lugar para destruirlo? Yahvé fué quien me dijo: Sube a esa tierra y destruyela.)) (Is. 36, 10.) Por semejante manera, Ciro atribuye a una inspiración del Dios de los judíos el propósito que formó de reedificar su templo. Y si del
quías
:
Yahvé
le
tenía destinado para restaurar su templo, era na-
sus enemigos y le ayudara por consiguiente, con razón bien y que con cierta hipérbole podía decir que Yahvé le había tural
que
le
a conquistar
defendiera contra
el
reino
—
;
—
dado todos
los
reinos
expresión éste es
el
de
la
tierra.
Por
Dios..., ya dijimos
lo
que hace
a
la
que no debe tomar-
como paréntesis, y que no significa otra cosa sino que Yahvé es el Dios que tiene su sede en Jerusalén. Y todo ello se explica aún más fácilmente si se admite que fueron mostradas a Ciro las profecías de Isaías. Lo afirma Josefo se
XI 1,2;
y es cosa de suyo muy probable, si se considera que no faltarían en la corte persa judíos de alguna
en Ant.
—
—
recuérdese a Xehemías quienes no dejarían duda de comunicar al monarca una predicción, que tanto le honraba y que, haciéndole concebir una alta estima de Yahvé, le inclinaba naturalmente a favorecer a su pueblo. influencia
,
sin
Finalmente, no ha de olvidarse que Ciro deseaba congraciarse
la
benevolencia de los judíos, y por tanto era
muy
;
ESD.
56
natural que en su el
EXCURSUS
1.
I
manera de expresarse procurase acentuar
tono que mejor sonaba a sus oídos, cosa que en igualdad habría hecho también sin duda con otros
de condiciones pueblos.
La redacción
en
del decreto
lengua
hebrea
no
ofrece
realmente ninguna dificultad. Por de pronto
el
muy
la original
la
bien traducirlo a dicha lengua,
es
si
que
autor pudo era
la babilónica, o tal vez la aramea. Pero tampohay imposibilidad alguna en que Ciro quisiera que el
persiana o
co
ejemplar destinado a los judíos fuese redactado en su pro-
un escritor tan poco sospechoso como Batten, quien observa, contra Siegfried, que «el
pia lengua. Esto lo reconoce
cronista difícilmente incorporaría en su libro el original persa o babilónico
;
y que por
lo
demás, siendo
de los judíos, bien pudo ser que
neficio
el
el
edicto en be-
mismo
original
estuviese redactado en hebreo» (Ezra-Nehemiah, p. 61).
¿Cuál de
las
dos formas
se por auténtica?
—Es
a) 1, 2-4
:
;
b) 6, 3-5 ha de tener-
que entre una y otra existe notable diferencia. En b) nada se dice de la inspiración de Yahvé, ni del permiso de volver a Jerusalén, ni de la ayuda
de te,
cierto
que van a repatriarse. Por otra par-
los habitantes a los
ninguna mención
plo, ni de los gastos
se hace en a) de las
que va
a. hacer el
medidas del tem-
monarca,
ni
de
la de-
volución de los vasos sagrados.
Nosotros creemos que
la
forma, no digamos auténtica,
sino más bien primaria y principal del decreto, es a). Ella, en efecto, encierra los elementos de mayor importancia, al-
guno de
los cuales, v.
gr.
en ninguna manera podía
el
permiso para
faltar
;
la repatriación,
su tenor es de índole
más
general y de mayor alcance, como conviene a una disposición dada inmediatamente por el mismo monarca en persona. Al contrario, en b) se
orden sin
;
que
enumeran elementos de segundo
circunstancias que pudiéramos ni
siquiera se
mencione
lo
llamar accidentales
que era esencial,
la
repa-
ESD.
57
5
1,
5 Dispusiéronse entonces los jefes de familia de Ju-
Benjamín, los sacerdotes y los levitas
dá y
triación. el c.
¿
Cómo
explicar tales diferencias
parece indicar que
nuación
Nótese que en
?
voz rUTDH memoria; lo cual escriba real no pretende dar a conti-
2 se lee
al fin del v.
6,
el
la
decreto de Ciro en su integridad,
el
—todos
sino
que su
intento es dejar consignado en los anales del reino un
como
mismo, anotando sólo aquello que por aquel entonces más parecía interesar. Y es claro que lo que en aquella coyuntura tenía más cuenta era lo que se refería a la subvención de los gastos a que el rey se había comprocompendio
metido.
del
de repatriación se daba por supuesto.
El permiso
Es muy posible que
los
pormenores que aquí
se
fueran objeto secundario del decreto y algo así sulas anejas al mismo (cf. Nikel, p. 41).
También en idéntico con
mencionan
como
cláu-
2 Par., 36, 22-23 se lee el texto del decreto,
muy
¿Cuál duda este último, puesto que
ligeras diferencias al de Esd. 1, 2-4.
fué su lugar primitivo?
Sin
aquí se pone como fundamento de toda la narración y además su tenor es más completo. El autor de Par. lo tomó de Esdras, y no en su integridad, sino únicamente hasta la ;
voz suba del
v.
como que
3,
esto era suficiente para su in-
tento,
que no era otro sino dar
no
habían quedado indefinidamente en
se
a
entender que los judíos cautiverio.
el
Sobre los puntos referentes al decreto de Ciro que aquí se han tratado puede verse Meyer, p. 46 Nikel, p. 31-41 :
Ko>ter s
50; tel,
p.
,
14-15;
p.
209-319;
Vtrb.
;
Vigonroux,
Dom.
Quiénes son 5
v.
6
;
los
los
N - qpg^
que
cf
j os
\\
404-419:
Ki'.-
5-11
1,
se repatrian v. 5
dones de Ciro (
4.
177-180.
1,
Ejecución del decreto
pueblo
BD
\
v.
:
las
ofrendas del
7-11.
21,
1
:
22.
Mi
parece estar
58
esd.
6-7
1,
aquéllos cuyo espíritu excitó Dios
car
el
—
para subir a
templo de Yahvé, en Jerusalén. 6
Y
edifi-
todos sus
circunvecinos vinieron en su ayuda con enseres de oro
con toda suerte de géneros, con ganado y con objetos preciosos, sin contar todo lo que se dió en
y
plata,
ofrenda. 7 El rey Ciro por su parte devolvió los utensilios
por
del
templo de Yahvé, que Nabucodonosor había
HWl
ETOfctn
Joüon
familia (cf.
e
indica
§ 136
n).
los
jefes
de parentela o de
Israel se dividía
en
tribus,
la
tribu en parentelas (cognationes), la parentela en familias, la
familia en individuos ;
en
el v.
cf.
Jos.
14-17 (adviértase que
7,
17 hay que hacer alguna corrección). Los emigran-
pertenecen todos a las dos tribus de Judá y de Benja mín, y se dividen en tres clases padres de familia, sacerdotes
:
La
cuyo espíritu Dios no indica una cuarta clase, como y quiere Bertheau, sino que es más bien restrictiva, es decir,
tes
y
movió
levitas.
frase
todos aquellos
es parentética,
que no todos
los pertenecientes
a las tres clases indicadas
partieron, sino únicamente aquellos que fueron
Dios,
como justamente
Batten, etc.
lo
movidos por
interpretan Siegfried,
Bertholet,
El infinitivo para subir depende del verbo se
levantaron. 6.
Propiamente parece sigcon todo aun en la forma femenina se
nto^O circumstantes,
nificar loca vicinia;
vicini.
dice también de las personas, v. gr.
Ps. 44, 14. Batten lo
:
restringe a los judíos que se quedaban
;
pero conforme a
4 debe entenderse de los babilonios
lo que dijimos en el v. "1:6 y de los judíos. En vez de Num. 39. 29, Ex. cf. 37; i^; 12, ]D 7.
En
2 Par. 36, 7, se dice que
se usa
comúnmente
Nabucodonosor colocó
y lo vasos sagrados de Jerusalén en su propio palacio mismo se supone en Dan. 5, 2-3, donde leemos que Baltalos
;
.
ESD.
J
8
,
59
11
sacado de Jerusalén y colocado en el templo de su dios 8 v los puso Ciro, rey de Persia, en manos de ;
y éste los consignó a Sesbapríncipe de Judá. 0 He aquí la lista de los misTreinta palanganas de oro y mil palanganas de
Mitridates, sar,
mos
:
plata
tesorero,
el
veintinueve cuchillos
;
y cuatrocientas
diez
10 treinta copas de oro
;
copas de plata de inferior
cali-
En conjunto
eran
dad; otros utensilios hasta mil. 11
sar bebió en aquellos vasos.
Pero por
vemos que también puso parte de
el
mismo Dan.
en
ellos
el
1,
2,
templo de su
dios.
Mitridates
8.
consagrado a Mitra
:
De S esbasar,
véase
9-10.
significa
Lag.
fDlPE
vierte
al
como en
a los otros vasos de oro lo hiciera
de dicha voz,
el
;
número
te
fundamento 11.
el
2.000
excesivo, sin contar que
tal
secundarium
o ;
LXX
;
sentido pudiera ser
el
realidad lo eran con respecto
pero
notar
11.
v.
duplum
Vulg. secundi
fcrXw.
de segundo orden,
rece extraño
del
fin
ello es
tan evidente que pa-
autor.
Algunos
;
leen, en ve/,
pero éste debe tenerse por
sustitución carece de suficien-
crítico.
La suma
parciales de los
total
vv.
es
9-10,
.">.400,
a
mientras que los números
saber:
80
1.000
29
80
no dan sino 2.490. Hay error en la suma, o en sumandos, o en uno y en otro elemento. En 3 Esd. 2.
1.000,
se
lee
la
suma de
5.4(10.
p^jyn
tomado substantivamente (subir Sobre 7\hMT\ véase más abajo 2,
infinitivo in
110 los
18
constructo nifal
proprium
commodum)
1.
Excursus
o
Sesbasar y Zoro babel, /son un solo y mismo personaje dos diferentes:' Scsbassar era considerado por muchos
—
60
ESD.
los
Todo
II
de oro y de plata cinco mil cuatrocien-
utensilios
tos.
EXCURSUS
1.
llevó consigo Sesbasar al subir los cautivos
desde Babilonia a Jerusalén.
como nombre
persa
mas ahora
;
es tenido
babilónico: Sanms-bal-usur, o Sin-bal-usnr,
tege
comúnmente por Samas o Sin, pro-
al hijo.
Zerubbabel babilónico
;
como nombre
generalmente
consideran
lo
ha encontrado, en efecto, Zer-Babili, Semen
se
Babylonis, es decir, nacido en Babilonia. Antes era tenido
de muchos por nombre hebreo ello
pues
dificultad,
Babylone
seminatus (natus)
significa
^33~jrn
semen Babylonis, o
!?DD~jnT
y
;
y no parece que haya en
;
sea,
natus
Ba
bylone.
El nombre Sesbasar se lee en Zorobabel, en
2
2,
;
3,
2.8; 4, 2.3;
El problema sobre sar y Zorobabel es
mentos
1,
la
8.11
;
5,
14.16
;
el
de
5, 2.
identidad o
distinción
de Sesba-
y quizá no dispongamos de ele-
difícil,
formular un juicio definitivo. Los
suficientes para
muy divididos abogan por la identidad van Hoonacker, Kugler, Ryle y otros por la distinción, Nikel, Pirot, Touzard y otros. Nosotros nos inclinamos, bien que
autores andan
:
;
con cierta reserva, en favor de
Los
siguientes 2,
21
;
la identidad.
argumentos en apoyo de ésta son Zorobabel es llamado Pehah en Ag. 1,
principales :
1)
y precisamente
A
el
mismo
título
los 1
;
se da en Esd. 5, 14
en Esd. 1, 8, Principe de explícitamente dicho lleve aunque no luda; y Zorobabel, 4, 2.3 título, aparece de todo punto como tal en Esd. 3, 2.8 5, 2: cf. Zach. 4, 7-10. 3) En Esd. 5, 16, dícese que Sesa Sesbasar. 2}
éste se le llama
;
y esto mismo se Zorobabel. 4) Fide 2.3) breve mención en 1, 8
basar echó los fundamentos del templo afirma precisamente en
nalmente,
desaparece
3,
8
(cf. 4,
Sesbasar después de
completamente de
la
la
;
;
escena,
mientras
que en
ESD.
EXCURSUS
1.
61
II
misma entra de repente Zorobabel, y es quien sigue fi gurando en la historia esta aparición meteórica de Sesla
;
basar
sin
dejar rastro
de
difícilmente
sí
se
explica en la
hipótesis de la distinción.
En
de ésta se hace
favor
valer
nombre.
2)
El hecho que en Esd.
habla de
sí
mismo, diciendo que a
La
1)
:
5,
14-16,
él le
diversidad
de
Zorobabel no
había Ciro consig-
nado los v^sos sagrados, y que él mismo era quien había echado los cimientos del templo, sino que habla de Sesba sar en tercera persona, el
es incomprensible
lo cual
él
si
era
mismo Sesbasar. Sin pretender que estos argumentos carezcan de valor,
creemos, empero, que son susceptibles de solución suficien-
temente satisfactoria.
De
personas que llevaran doble nom-
misma
bre no faltan ejemplos en la
gr.
Biblia, v.
:
Daniel
compañeros (Dan. 1, 6 s.) Pul y Teglatfalasar eran nombres diferentes del mismo rey de Asiría (4 Reg. 15, 19.29). Nada hay de improbable en que un solo y mismo personaje fuese conocido con el nombre de Sesbasar en la y sus
;
corte persa, y entre sus compatriotas judíos, con robabel.
Que
éste
hubiera
sido
recibido
en
el
de Zo-
dicha
corte,
nada tendría de extraño, siendo como era nieto del rey Jeconías (1 Par. 3, 17-19), con quien se había mostrado muy benévolo Evil-Merodac al
'segundo argumento
Reg.
(4 ,es
ancianos los que íesponden
cionan
el
25,
27).
Por
lo
que hace
de advertir que en Esd. 5 son los al
nombre de Sesbasar
gobernador persa es, sin
;
y
sí
más conocido Zorobabel entre los persas, y con mismo nombre se le había nombrado en 1, 8, cuando
era
entregaron los vasos sagrados.
Si
men-
duda, porque por éste este se le
Zorobabel estaba en com-
pañía de los ancianos, es ciertamente extraño que no aparezca en la escena; pero, ¿quién podrá asegurarnos que en aquella coyuntura se encontraba
allí
presente?
Muchos mo-
62
ESD. 2
pudo haber de su ausencia, siquiera momentánea, que no porque nosotros los ignoremos serían menos reales. En resumen creemos que los varios argumentos, puestos en parangón unos con otros, hacen inclinar la balanza en fativos
:
vor de
En
identidad.
la.
3 Esd.
(oí.
2,
11
13.4a46.47-c.
4,
;
distingue a Sesbasar de Zorobabel
parece que los identifica
monio,
uno como
del
así
ambos
fuerza, pues en
Véanse
sobre
XXXI
p.
89
1915,
s.
s.
;
(cf.
12
Ant.
Kugler,
XI
1-4)
gnmde
halla
problema,
s.
;
68-73) se
contrario,
el
pero
;
al
testi-
muy
poca
confusión.
Nikel,
Batten, p. 70
;
1-6.
5,
Josefo, por
del otro, cabe atribuir
se
el
s.
;
14-53
p.
Ryle,
;
Touzard, Rev. Bibl.
204-207.
p.
Lista de los repatriados. C. 2 (Cf.
Neh.
7,
6-73
a.
3 Esd. 5, 7-45)
;
El cap. se divide en dos partes, de las cuales
mucho más
ra,
da
(v.
;
3-19
v.
36-39
;
;
Natineos.
70 cierra todo
el v.
Consejo de según
v.
:
2-67), contiene
(v.
lista
la
;
la
prime-
la
segun-
68-69), la ofrenda de los dones. El v. 1 sirve de in-
troducción
58
larga
v.
43-54
v.
2
;
Pueblo
ciudades o aldeas
las
Levitas v.
doce
los
el relato.
;
40
;
Cantores
según
:
v.
v.
41
20-35
las ;
familias
Sacerdotes
Porteros
;
v.
Hijos de los siervos de Salomón
42
;
v. 55-
Laicos y sacerdotes que no pueden dar prueba de su
origen
males
v.
59-63
v. 66-67.
;
Suma
total
v.
64-65.
Número
Ofrendas de los príncipes
sula de todo el cap.
v.
5,
Cláu-
70.
Este documento se halla también en Neh. 3 Esd.
de los ani-
v. 68-69.
7-45, pero en situación diversa.
7,
6-73 y en
En Neh.
se trata
de colocar a los habitantes de Jerusalén después que estu-
vieron construidos los 'muros de
la
ciudad
;
en 3 Esd. se
ESD.
Estos son los hijos de
II 1
ron de
cautividad del
la
la
provincia que subie-
que Nabucodono-
destierro,
Babilonia, había llevado cautivos a
rey de
sor,
1-2
2,
Babi-
y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su propia ciudad 2 los cuales vinieron con Zoroba-
lonia,
;
refiere
no
al
tiempo de Ciro, sino era
ri^HO
1.
el
provincias en que
judá te
(cf.
S en
5.
al
de Darío. Sobre su re-
Nehemías véase también
lación con el libro de
nombre que dividía
se la
se
daba
imperio
el
81
s.
cada una de las
aquí se trata de
:
provincia de Judá), que formaba par-
de una de esas provincias. Hijos de
man
a
p.
provincia se
la
lla-
que habitan en Judá, como se llaman hijos de Jerusalén los que moran en dicha ciudad. Cf., asimismo Neh.
1,
3
los
;
llevar
11,
en concreto, o sea Esd. 31
;
(de
nSaPl
3.
emigrar
descubrir,
ÍTO
varias
tiene
destierro),
al
acepciones
:
en
;
1)
hifil.
destierro
lugar donde estaban los desterrados
el
:
6,. 21: 2) desterrados: Esd. 10, 8; Jer. 28, G; y es de advertir que así se llaman no sólo cuando se
hallan
realmente en
el
destierro
29,
(Jer.
4.
20.
2!),
4.20.
31).
sino
también después de haber vuelto ya del destierro y regresado a Judá (Esd. 10, 8). KW significa destierro en abstracto, es decir, la con de
dición
los
desterrados
y también sencilla 2 Par. 28, 17. En nuestro pa
Esd.
:
9,
7
;
mente desterrados Is. 20, 4 saje, donde se juntan los dos vocablos, :
;
en sentido abstracto, es decir, ba
Israel,
la
cautividad
entenderse o bien del lo
la
mientras
;
primero
el
que
el
o bien de los
sitio
se
toma
situación en que se halla-
segundo puede desterrados. Por
dicho se ve que los repatriados se llamaban bené
hamme
dinah en cuanto se hallaban ya en Judá. y bené ha g gola I en cuanto habían estado en el destierro.
Enumcranse
2.
Neh.
"
7 y
m
sólo
3 E-d.
5,
once 8,
nombres
:
pero
doce
en
pues entre Rehelaías y Mardo-
64
esd.
Josué,
bel,
Nehemías,
Mardoqueo,
2,
3-6
Seraías,
Bilsán, Mispar, Bigvai,
Cuenta de
los
[Nahamani]
Reelaías,
Rehum, Baana.
varones del pueblo de Israel
hijos de Faros, dos mil ciento setenta y dos
jos de Sefatias, trescientos setenta y dos
de Arah, setecientos setenta y cinco
Pahat Moab, de
La omisión en
4 los hi-
;
5 los hijos
;
6 los
hijos
de
Josué [y] de Joab, dos
Nahamani, que en 3 Esd.
interpone
se
cai
nius.
los hijos de
;
3 Los
:
se
llama Eue-
hebreo sería fortuita. Aunque no se
el
repatriaron sino Judá y Benjamín (cf. 1, 5), los doce nombres quieren sin duda representar las doce tribus de Israel
;
cf.
3,
Reg.
18,
31; Esd.
6,
17;
8,
35; Act. 26, 7;
Apoc, 7, 4-8, en los cuales pasajes aparece el número 12, aunque por aquel entonces las tribus estuvieran divididas o
hubieran ya
desaparecido.
Los doce personajes parece
una especie de Consejo aristocrático, puesto que se nombran separadamente de los demás, y entre ellos se cuentan Zorobabel y el sumo sacerdote Josué. Los últimos vocablos del v. deben naturalmente juntarse con el constituirían
v. siguiente.
En sículo, 6.
Neh,
7,
7 lleva
Nehum
en vez de
Rehum.
no seguiremos el texto versículo por versino que nos contentaremos con algunas notas.
los vv. 3-19
nnD
En
1 Par.
4,
22 se dice que algunos de
Judá ejercieron un cierto dominio en Moab trátase pues probablemente de una familia descendiente de aqué;
aquí llos
y que con
el
tiempo vino a tomar
el
nombre
que en aquel país ejercieron sus antepasados
;
cf
.
del oficio 8,
4
;
10,
30; Neh. 3, 11; 10, 15. Al nombre Joab añádasele wau, conforme al pasaje paralelo de Neh. 7, 11, de suerte que se lea: de los hijos de Josué y de Joab. Aquel antiguo prefecto o gobernador de Moab parece que estaba representado por dos familias principales,
la.
de Josué y
la
de Joab.
De
esta
;
ochocientos doce
mil
BSD.
2,
7
los
;
7-23
de Elam, mil
hijos
dos-
cientos cincuenta y cuatro; 8 los hijos de Zattu, no9 los hijos de Zaccai, sevecientos noventa y cinco ;
tecientos sesenta
renta y dos trés
12 los
;
dós
;
seis
;
10 los hijos de Bani, seiscientos cua-
;
11 los hijos de
;
de
hijos
Bebai, seiscientos veinti-
Azgad, mil doscientos
veinti-
13 los hijos de Adoniqam, seiscientos sesenta y 14 los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis
15 los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro 1G los hijos de Ater, de
;
familia de Ezequías, noven-
la
17 los hijos de Besai, trescientos veintiy ocho trés 18 los hijos de Vora, ciento doce; lí) los hijos
ta
;
;
Hasum,
de
doscientos
veintitrés
20
;
de
hijos
los
'Gabaón', noventa y cinco 21 los hijos de Belén, ciento veintitrés 22 los varones de Netofa, cincuenta ;
;
y
seis
28 los varones de Anatot,
;
veintiocho
ciento
;
—
manera se explica cómodamente el texto. 7. Elam es quizá el nombre de uno de la tribu de Benjamín, mencionado en 1
Par.
8,
24.
En vez de
20.
baón =
cd-Djib,
13a
léase con
unos 10 km.
Neh.
7,
25
pjQj
Ga
Noroeste de Jerusalén
al
,
—21.
Aquí se trata, naturalmente, del coFJ (1) p. nocido Belén, S km. al Sur de Jerusalén no del otro Be 22. Netofa la idenlén en la tribu de Zabulón, Jos. 1.— 29.
de
una el
la
cierta probabilidad
monte
Scopus,
hoja 21 de
Oeste de
Madkur
W.
;
Fernández, Problemas.
tal
la
:
Beit
Survey
es-Sur, unos 5
vez pueda
se
ha propuesto
Nuba,
se señala
km.
al
identificarse
Nuba. un Kh.
Sudoeste
Magbis
;
esd.
31-39
2,
67
31 los hijos del nuevo Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro
;
32 los hijos de Harim,
33 los hijos de Lod, cinco
;
cinco
;
veinte
Ono, setecientos
Eiadid v
34 los hijos de Jericó,
trescientos
veinti-
cuarenta y
35 los hijos de Senaa, tres mil seiscientos trein-
36 Los sacerdotes
ta.
trescientos
los hijos de Yedaias, de la casa
:
37 los hijos de de Josué, novecientos setenta y tres Immer, mil cincuenta y dos 38 los hijos de Pashur, ;
;
mil doscientos cuarenta y siete
con esa ruina. la
—31.
Yulg. añade
de se lee
el
La
v.
En
nombran
se
;
desconocida;
es
v.
v.
7,
don-
pero es nombre de persona,
lo es
pero es de familia sacerdotal. se
Klam
refiriéndose sin duda al
alterius,
mientras que en nuestro
aquí
de
situación
mismo nombre
imposible identificarlo.
39 los hijos de Ha-
;
—33.
hallan en
la
Las
el
—
32. Harim mismo nombre,
de población.
39 se lee
;
tres poblaciones
que
región próxima a Jafa.
Lod = Ludd, Lidda, 20 km. aJ Sudeste de Jafa Hadid = el-Hadite, pueblecito al Nordeste de Lidda Ono ss ;
;
Kefr "Ana, entre Lidda y Jafa, unos 8 km.
Noroeste del primero. 34. Jericó es la conocida ciudad de este nombre, la primera conquistada por Josué, situada a unos 27 kiló metros de Jerusalén y 11 del Jordán. Sobre las excavaciones al
—
en í>6.
las ruinas
—35.
de dicha ciudad (Tell es-Sultan)
Senaa.
Como
se
cf.
FJ
p.
90-
nombra inmediatamente después de
y en Neh. 3, 3 los hijos de Senaa reconstruyen los muro- junto a los hombres de Jericó, es natural que e identifi que con algún sitio próximo a esta última ciudad, cf. Abel, Tericó,
(
rP 1 p. 45T>. que la coloca unos 11 km. hacia el Norte. 36-39. Sólo cuatro familias sacerdotales se mencionan
que en 1 Par. 24, 7-18 se enumeran veinticuaEs de notar que en el v. 36 se añade de la casa de Josué no parece ser el sumo sacerdote contemporáneo de Zo-
aquí, mientras tro.
éste
robabel. sino la
:
más
bien alguna antigua familia sacerdotal, de
cual habrían salido varias otras familias.
68
esd.
2,
40-58
Los
rim, mil diez y siete. 40
levitas
:
los hijos de Jo-
sué y de Oadmiel, de los hijos de Odavias, setenta y
Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veinLos hijos de los porteros: los hijos de Sallum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Aqqub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai, en conjunto ciento treinta y nueve. 43 Los Natineos cuatro. 41
42
tiocho.
:
Hasufa, los hijos de Tab-
los hijos de Siha, los hijos de
44 los hijos de Qeros, los hijos de Siaha, los
baot,
hijos de
Fadón, 45
de Lebana, los hijos de
hijos
los
Llagaba, los hijos de Aqqub, hijos de Salmai,
los
de Giddel, los hijos
'los
4(>
los
hijos de
los hijos de Llanán,
hijos de Gahar,
'los
Hagab,
47 los hijos
hijo; de Reaías, 48
de Resín, los hijos de Xeqoda, los hijos de
Gazzam, 40
los hijos de
Uzza, los hijos de Fasea, los
hijos de Besai, 50 los hijos de Asena, los hijos de los
Meuneos,
los hijos de los Nefiseos, 51 los hijos de
Baq-
buq, los hijos de Haqufa, los hijos de Harhur, 52 los hijos de Baslut, los hijos de Mehida, los hijos de
Har-
53 los hijos de Barqos, los hijos de Sisera, los hi-
sa,
Tamah, 54 los hijos de Nesíah, los hijos de Ha55 Los hijos de los Siervos de Salomón los hijos
jos de tifa.
:
de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Feruda, 56 los hijos de Yaala, los hijos de
Darqón,
los hijos de Giddel,
57 los hijos de Sefatias, los hijos de Hattil, los hijos de
Pokereí-Hassebaim. 40-42. 16-32)
Así los cantores
como
los porteros
de los levitas,
43-58.
No
(c'f.
como parece
que parece pertenecían
(v. 43-54),
los hijos de
le
(cf. 1
1
Ami. 58 En conjunto Par.
15,
Par. 26) no
16-24:
25:
6.
serían distintos
indicar el tenor del texto, sino
a dicha clase.
pertenecían
empero
ni los hijos de los siervos de
los
natineos
Salomón
(v. 55-58).
ni
ESD.
69
2, 59-.'>
eran los Natineos y los hijos de los Siervos de Salo-
món, 59 rub,
trescientos noventa y dos.
Los que subieron de Te'l-Melah, Tel-Harsa, KeAdán e Immer, y no pudieron demostrar que su
familia y su descendencia era de Israel son los siguientes
60 dos hijos de Delaías, los hijos de Tobías, los
:
Y
Neqoda, seiscientos cincuenta y dos. 61
hijos de los hijos
de los sacerdotes
:
los
de
Habaías, los
hijos de
Haqqos, los hijos de Barzillai, quien había tomado en matrimonio una de las hijas de Barzillai, el galaadita, y se le llamó de su nombre. 62 Estos buscaron su documento genealógico y no lo hallaron, y en hijos de
consecuencia fueron excluidos del ejercicio sacerdotal.
V
63
ordenó
les
Tirsata que no comieran de lo san-
el
muy
Estas dos clases son se
ocupaban de
de los
parecidas entre
natineos lo descubren algunos en los gabaonitas,
quienes se perdonó
a los
Salomón
s.). ;
De
los sier-
esto es, se dice
que habían quedado de los antiguos pueblos tributarios
usque
ad
diem
hanc».
fuera de Esd. y Neh. se mencionan sólo en
59-60.
a
vida, pero se les obligó al acarreo del
1a
agua y de la leña para el templo (Jos: 9, 26 vos de Salomón se habla en 3 Reg. 9, 20-21 que
y son los que origen
sí,
los servicios inferiores del templo. El
1
«fecit
Los natineos, Par.
9,
2.
Señálanse los que no pudieron dar prueba de que
eran realmente de los hijos de Israel. Por ahí se ve cuánto caso se hacía de los tres últimos
indican
+
la
genealogía. Algunos (Ryle) piensan que
nombres
las .res familias del v.
in
;
l
cados en
se trata de
6163.
del v. 59
res ciudades de un
el
v.
(>0
mismo
deben juntarse entre distrito.
De
esta
sí
?
manera
corresponderían a los tres distritos
precedente. Es posible que sea así
;
pero
mera conjetura.
De
Barzillai galaadita se habla en 2
Sam.
17, 27
;
70
esd.
to
sagrado hasta que apareciera un sacerdote que
y
Urim y constaba
pudiera servirse del
En conjunto
64
de
cuarenta
65 aparte
32-39
19,
64-65
2,
dos
y
asamblea toda entera
la
trescientas
sesenta
3 Reg.
Una
7.
2,
hija
suya fué dada en ma-
trimonio a un sacerdote, cuyos hijos tomaron honorífico que era en Israel
nombre de
el
nombre no
el
madre, probablemente por
del padre, sino de la \
personas,
siervos y siervas, que eran siete mil tres-
'los
;
mil
Tummim.
conocido
lo
Los
Barzillai.
nombrados no pudieron probar que eran de familia Las dos voces y DHPnTIBn (parxp. hitp.
aquí
sacerdotal.
están en aposición («el libro, es decir,
)
registrados»).
En
consecuencia, no se
El Tirsata
funciones sacerdotales.
las
que están
los
permitió ejercer
les (of.
Neh.
65.70)
7,
es el gobernador, que era Zorobabel (los que consideran a
como
éste
distinto de Sesbasar aplican el título
En Neh.
este último).
mado
el
Fué por
Tirsata.
decisión.
Por
9
8,
;
10, 2
lauto
bien a
también Nehemías es
autoridad
la
que se dice en
lo
más
el v.
civil la
lla-
que dió
63 se ve que
el
!a
sumo
sacerdote Josué no se creía facultado para servirse del orácu lo
llamado Urim y
pueden verse Ex. 28, la
6
;
14, 41
cf.
causa
No
la
(Luz y Verdad?), sobre
el cual
Num.
1 Sam.
Lev.
;
8
8,
;
27, 21
:
es
que con
el
;
posible que no sirviéndose del
cautividad viniese a caer en desuso
tenía esperanza
;
estuvo en uso después del destierro
ignoramos
la
mismo en
.
Tummim 28, 30
;
pero se
tiempo surgiera un sacerdote que
restituyese su uso.
La suma
total es idéntica
números
es también algo
en Esd., Neh. y 3 Esd. Los números parciales difieren un tanto, y la suma que arro64-65.
jan dichos
son evidentemente distintos de los del vitas destinados al templo. la
presencia de cantoras.
Por
lo
Unos y
diversa. v. 41,
Los cantores
que son los
le-
demás cabe concluirlo de
otras servían para deleitar
esd.
66-70
2,
además doscientos can-
cientos treinta y siete. Poseían tores
66
cantatrices.
y
treinta y seis
7!
Sns caballos eran
setecientos
sus mulos doscientos cuarenta y cinco
;
67 sus camellos cuatrocientos treinta y cinco había seis mil setecientos veinte. 68
De
de familia, en llegando
jefes
los
;
asnos
;
templo
al
de Yahvé, en Jerusalén, presentaron algunos ofrendas voluntarias
al
templo de Dios para que fuese recons-
truido en su propio sitio
69 conforme a sus faculta-
;
la obra sesenta y un mil dáminas de plata y cien túnicas
des dieron a los fondos de ricos de oro, cinco mil
sacerdotales.
70
los
en
Y
se establecieron los sacerdotes y los levitas v
como
oídos, y solían hallarse así en festivos banquetes tristes funerales
35, 25. ravilla
cf.
;
Eccle.
2,
8
;
2
Sam.
10, 35
:
Era comúnmente gente de baja condición. No que se hallasen entre los repatriados, pues en
merosa caravana habría 66-67.
Indole y
sin
duda no pocos
número de
En
la
nu-
:
caballos,
mu-
Zach. 14, 15 se nombran los mis-
los, camellos'
y asnos.
mos y en
mismo orden. Tal cantidad
el
ma-
ricos.
animales
los
2 Par. es
de animales y su
índole parece confirmar lo que decíamos arriba, que no po-
cos miembros de 68-69.
la
caravana eran gente más o menos
Ofrendas de los principes. En Neh.
describen con
más pormenores. La versión de
hiiirederentur» no es del
todo exacta, pues
templo propiamente no existía
Tesoro de
la
obra es
el
;
más
7.
rica.
70 72
-
la
Vulg. «cuni
el
edificio
del
bien «cuando llegaron».
fondo destinado para
la
erección del
templo. Los dones consisten en dáñeos, minas y vestidos. 70.
El autor nota en general
que, después de
la
'y
de una manera
muy vagi
ofrenda que acaba de narrar, todos sin
excepción se dispersaron y fueron a establecerse cada uno
;
ESD.
72
2.
EXCURSUS
III
gente del pueblo, los cantores y los porteros y los natineos en sus ciudades. Todo Israel se estableció en
la
sus ciudades.
en 73
que escogió o que
sitio
el
donde
a,
se dice lo
mismo,
En Neh.
fué señalado.
le
más
texto corre con
el
7,
fluidez.
Excursus ¿Contiene verdaderamente esta repatriados al tiempo de Ciro neral sobre la índole de la
?
lista
— (Sobre
¡a
recensión de los
este punto, y en ge-
pueden verse
lista,
:
Nikel, p. 71-
Kittel, p. 330-340 Touzard, Rev. Bibl. 1915, 86 ss. Lods, Les Prophétes d' Israel et les deKosters, p. 20-42
80
;
;
;
buts du Judmsrme (París 1935) p. 215-217.
Problema
muy
es éste
razones en favor de esculpido en
sí
la
mismas
hoy
discutido
día,
por más que las
respuesta afirmativa parecen llevar el
de
sello
la
evidencia.
Estas pro-
pondremos en primer lugar, y luego examinaremos gumentos que se aducen en contra. Lugar que ocupa
—En
documento
Esd. sigue inmediatamente
dente que te
el
autor, colocándolo
el
claridad
su
asi en
los ar-
Esd. como en Neh.
decreto de Ciro. Es evi-
al allí,
manifiesta con suficien-
convicción que los enumerados en
la
lista
más cuanto que apenas publicado dicho decreto mu-
habían venido en virtud de aquel decreto, tanto
que
se dice
en
5
1,
chos se dispusieron para volver a Jerusalén. Cuanto a Neh. el mismo Xehemías dice (7, 5) que encontró la lista de aquellos
que habían subido
doble significado
:
al principio o
en un tiempo anterior.
mera vuelta
p:itpfc03.
En
del destierro,
el
simplemente antes, es decir,
primer caso se refiere a
(pie
Ciro (véase más adelante, p. 80 significación,
Esta voz puede tener un
fué ciertamente
al
la pri-
tiempo de
ss.). Si se prefiere la
segunda
sola palabra
mencio-
no cabe probar por
la
ESD.
nada que
se trate de la
2.
EXCURSUS
73
III
primera caravana
tiempo de Ciro,
al
De
puesto que pudiera hablarse de otra intermedia.
maneras, como
documento de Neh.
el
todas
es idéntico al de Esd.,
y de éste consta por la posición que ocupa que se refiere a dicha caravana, en taj sentido parece deber interpretarse la
voz hebraica. El
texto
mismo
documento
del
.
— En
2.
2
se
que
dice
ahora aquellos repatriados vinieron con Zorobabel y Josué bien, estos dos personajes levantan el altar y emprenden la ;
reconstrucción del templo 4.
2.
3.
al
tiempo de Ciro (Esd.
3, 2. 7. 8
:
5).
l. c, niega en redondo que haya nada en este documento que se refiera al tiempo de Ciro (adviértase que dicho autor no admite caravana alguna durante el reinado de este monarca véase p. 80 ss.), aduciendo las siguientes razones: la lista ocupaba originalmente un lugar distinto, del cual la arrancó el cronista para colocarla donde ahora está. Prueba de esta manipulación es que en Esd. y Neh. el documento se halla en un ambiente histórico del todo dis-
Kosters,
:
tinto
;
en
(Esd.
3,
(Xeh.
8,
él 1 1
primero en
ss.), ss.).
se el
relaciona con la erección del altar segundo con la lectura de la Ley
Ahora bien:
son incompatibles
:
como
y
es claro la
que
las
dos situaciones
restauración del altar carece
de todo valor histórico (así lo piensa Kosters
:
de esto ha-
blamos más adelante, p. 03 s.), resulta que el verdadero ambiente cronológico es el de Xeh., muy posterior a los tiempos de Ciro. Pero, como a este razonamiento se opone Xeh. los
7,
5
donde
se dice
que habían venido
al
que Xehemías «encontró
la lista
principio», Kosters declara sin
de
más
dando por razón que la de los antiguos repatriados de ninguna utilidad podía a Xehemías para el negocio de repoblar la ciudad de
este pasaje invención del cronista, lista
ser
Jerusalén. nista,
a
También condena Esd.
quien se
le
2.
2
como
ocurrió introducir en
el
ficción del cro-
relato
a
doce
ESD.
7-1
personajes
Hacemos
como
EXCURSUS
2.
III
representantes de las doce tribus de Israel.
gracia al lector de varios otros argumentos, que
pueden verse en el mismo Kosters, p. 32-34. Touzard, 1. c, admite que la lista incluye sí a los repatriados al tiempo de Ciro, pero afirma que comprende ade-
más
a
Imuchos
que fueron viniendo
otros
en
caravanas
sucesivas hasta el tiempo de Esdras, y aun quizá (p. 107).
de
la
Las razones en que
se funda
son
:
Que
más
tarde
los profetas
restauración nada dicen de esta primera caravana. Ade-
más, aunque
muy
pronto emprendieron
templo, en realidad se quedaron
muy
la
reedificación del
a los principios, de
tal
suerte que al tiempo de Darío se trata de la restauración del
mismo como
si
nada hasta entonces
cual no se concibe
si
ya en
la
se
hubiera hecho
;
lo
primera caravana regresaron
enumeran en la lista (p. 87). documento observa Touzard sitio primitivo era en Neh., y que el autor lo tomó de allí para colocarlo donde ahora está (p. 88 s.). Afirma además que en Esd. 2, 2 hay que borrar el nombre de Zorobabel, que fué sustituido por el autor a otro nombre de índole más general.
del destierro todos los
Cuanto que el
al
que
lugar que ocupa
se
el
No hay por qué vayamos examinando uno por uno los argumentos propuestos. Mejor será dejar el tono polémico y tratar positivamente
la
cuestión bajo
el
aspecto literario,
histórico y exegético.
El documento ocupa su propio lugar más bien en Esd.
que en Neh.
En
efecto, en aquél
va inmediatamente prece-
dido del decreto de Ciro, en virtud del cual pudieron regresar los repatriados, y le sigue el relato de la erección del
que se verificó poco después de la llegada a Jerusalén. Al contrario, en Neh. ningún nexo tiene la lista con la nala única razón rración que la precede ni con la que la sigue de encontrarse allí es por haberla hallado Nehemías en unos
altar,
:
ESD.
archivos, y
III
dejó estampada, no porque
la
de utilidad,
EXCURSUS
2.
las
desempeña
un
que
Esd.,
accidental y secundario en Neh.
Ninguna razón
crítica
o substituir por otro
como
Neh.
5:
7,
di-
generaciones posteriores. Es evidente,
pues,
para eliminar
fuese de gran-
porque tuvo por oportuno transmitir
sino
cho documento a
2,
le
papel
principal
y
primario
en
cabe aducir para suprimir en Esd.
nombre de Zorobabel,
el
2,
tampoco
ni
glosa tardía y falta de valor histórico
puramente arbitrario negar que Nehemías
es
encontrara en los archivos
consabida
la
lista,
cosa que de
suyo e independientemente de toda otra consideración
tie-
ne todos los visos de probable. El documento, pues, debe tenerse por autentico y puesto en su propio lugar.
Que
la
reedificación
templo no pasara adelante en
del
ninguna manera prueba que
repatriados de
los
caravana fuesen en corto número. Conocida es
primera
la
intensa y perseverante hostilidad de los samaritanos, que hacían prác-
ticamente
imposible
continuar
el
Pero esta imposibilidad
hizo
la
empresa
comenzada.
absoluta cuando
la
misma
Y
ordenó
la
suspensión de los trabajos.
probable que aun
lo
poco que habían hecho fuera des-
autoridad
muy
se
la
civil
es
truido por los adversarios. Si esto se tiene presente, a nadie
maravillará
silencio
el
ción respecto de
la
de los profetas de
la
restaura-
primera caravana, tanto más cuanto que
como el porvenir. todos modos el número
a ellos no les interesaba tanto el pasado
Y
si
alguien
objetara que
de repatriados en
la lista
que partieron para decir que sobre
el
de
es harto subido con respecto a los
el destierro,
pudiéramos contentarnos con
número de
éstos se disputa no poco, y
que por tanto no conviene fundar tan frágil, y además, que en cierta
el
razonamiento en base
el destierro, viviendo con uní comodidad, pudieron multiplicarse considerablemente
ESD.
76
4-7)
Nikel, p.
(cf.
EXCURSUS
2.
con todo vamos
;
IV
estudiar este punto
a
con alguna detención.
Excursus. Deportaciones.
— Fuera,
bre las cuales puede
punto
de varias otras deportaciones, so-
caber alguna duda, dos hay de todo
cuya existencia nadie pone en
ciertas,
una en 598/97, h otra en 587/86. La primera (4 Reg. 24, 13-14. 15-16). En
la
tela de juicio
el v.
:
10 se dice
que fueron transportados 7.000 hombres de armas tomar y 1.000 artesanos a los cuales hay que añadir el rey con sus ;
mujeres y su séquito y además los nobles del nados todos ellos en el v. 15.
En mar
el v.
14
es 10.000
el total
:
no
mencio-
país,
de príncipes y hombres de armas to-
es claro
si
en esta cifra van incluidos los
artesanos que a continuación se nombran.
La diferencia de
2.000 (entre los 8.000 de los vv. 15-16 y los 10.000 de los
pueda explicarse diciendo que en
vv. 13-14) quizá
además de incluían
se
tomado
las
los defensores
otros
que,
armas,
si
como
propiamente dichos de bien
Sanda
tenemos por más probable
— los
en
séquito real.
.
el
el
v.
el
15 junto
con
el
la
v.
14,
ciudad,
no habían empero
fuertes,
quiere
el
;
o tal vez
—y
esto
nobles del país mencionados
Parece extraño que
mismo autor tenga dos maneras distintas de computar número de los deportados. No es improbable que el v. 14
haya
sido
introducido
como admiten no pocos rece
la
quita
cho los
a v.
el
texto
la
de
segunda intención,
autores. Y, en efecto, el v. 15 pa-
continuación inmediata del
verdad histórica
ni
al
v.
13.
Esto empero nada
carácter inspirado de di-
Se trata de dos rehitos paralelos, en que se miran
hechos desde un diferente punto de
vista.
uno como en el otro se cuentan únicamente varones, conforme indica el tenor mismo del texto. Es
Así en los
en
el
claro que éstos
no partirían solos, sino que llevarían con-
ESD.
EXCURSUS
2.
sigo sus mujeres y sus hijos
en Jer.
donde
6
29,
el
por
;
profeta
lo
77
[V
demás, esto se supone
exhorta
desterrados
ios
procrear hijos... Ahora bien,
edificar casas,
dado
que
a la
gran mayoría fueran casados, como es muy probable, se puede calcular que como promedio cada familia contaría de o
personas
cuatro
a
tres
cuadruplicando
Segunda deportación
campaña
11)
(v.
;
triplicando
un
resultará
total
.
Reg.
(4
tor que de los deportados la
consiguiente
número de varones
el
de 30.000 a 40.000 personas.
en
por
y
Ll-12). Especifica el au-
25,
unos residían en
la
ciudad, otros
pero se abstiene de dar
cifras,
de
número de los que en esta ocasión fueron al destierro. De todas maneras, que estos fueron numerosos, podemos no sin funsuerte que no es posible conocer con certeza
damento concluirlo dejaron en
se
del v. 12,
varan los viñedos,
lo
En
se dice la
que de
la
plebe
tierra
y
culti-
cual parece indicar que todos los que
no eran indispensables para tierro.
donde
quienes trabajaran
país
el
el
tal
trabajo salieron para
el
des-
deportación del 508 fueron llevados principal-
la
mente
los nobles,
oficio,
y quizá por la calidad de las personas se da el nupor el contrario, en la del 587 se trataba más
mero preciso
los
;
bien del grueso de esto
le
combatientes y los diestros en algún
parecería
cuento de todos
al
la
población, de
la
autor que no valía
Y
ellos.
turba multa la
;
pena hacer
y por el
re-
precisamente porque se trata de
población en general y no de clases determinadas, y ade-
la
más porque parece que en to
no es arriesgado fué
esta coyuntura se había propues-
Xabucodonosor acabar de una vez con el
el
reino de Judá,
sospechar que esta segunda deportación
más numerosa que
la
segunda.
Así
lo
cree
Sanda en
Dic Bücher der Kónige,
p. 388; y Kittel (1. c, p. 02), opina que en dicha segunda deportación el número de varones as-
cendería
a
L5.000,
es
decir,
5.000
más que en
la
primera.
:
ESD.
78
Por
EXCURSUS
conforme
consiguiente,
establecimos
2.
proporción
la
a
IV
que
arriba
total sería de 45.000 a 60.000 personas.
el
En resumen Deportación del 598:
10.000 varones
=
30.000 a 40.000
15.000 varones
=
45.000 a 60.000
personas.
Deportación del 587: personas. Total, según
la cifra
más
baja
25.000 varones
:
=
75.000
personas.
Xo
estará de
más examinar
aquí por vía de apéndice un
pasaje de Jeremías (52, 28-30) que ofrece alguna dificultad.
Se enumeran tres deportaciones, señalándose en cada una la
el
fecha y el número exacto de deportados, dándose empero caso que ni aquélla ni éste parecen acordarse con los da-
Reyes, que arriba vimos. Dícese en efec-
tos del libro de los
que
to,
la
primera deportación tuvo lugar
Nabucodonosor (en 4 Reg.
año séptimo de
el
año octavo), y salieron el año décimooctavo (en 4 Reg. 25, 8 el año decimonono), y salieron 832 personas la tercera, el año vigésimo tercero, y fueron de para
12
24,
destierro 3.023 judíos
el
;
el
la
segunda,
:
portados 745 judíos. Esta última no se menciona en
el libro
de los Reyes.
La
diferencia en las fechas (nótese que en Jer. 52, 12 en
vez de 18 se lee 19) se explica sin dificultad
manera de computar
diversa
año de reinado
los
:
depende de
En Reg.
años de reinado.
se />rrdata (por tanto
hay un año más)
la el
en
;
Ter. se postdata.
No
tan fácilmente se resuelve
la
diferencia en
el
número
de los deportados. Se han propuesto muchas soluciones
;
la
y verdadera nos parece la siguiente Los 3.023 judíos (no sólo varones) serían los que en la primera depor
más
sencilla
:
ración vinieron de la campaña, en contraposición a los que
eran de
la
capital
;
y constituían una parte de los 10.000
BSD.
BXGURSUS
2.
IV
Tí)
Por el contrario, las 832 personas en la segunda deportación salieron de Jerusalén. donde había que dado sin duda una población muy reducida después del 598.
de 4 Reg. 24, 14.
Confesamos que aun satisfactoria.
Precisado
esta solución anda lejos de ser del todo
Kittel. p. 54 ss
C-f.
así,
al
;
Nikel, p. 5
ss.
menos aproximadamente,
el
número de
los deportados,
nos hallamos en condiciones de responder a
pregunta
existe realmente proporción entre dicho nú-
la
mero y lista
la
si
suma de
de Esd.
Esd.
2,
64 se da,
como
número de personas
es sabido,
van Hoonacker (Nou7\ Etudes, y Kosters (IViedcrherstellufig.
suma van contadas
la cifra
60
p.
s.),
siguiendo a
mujeres y
los niños, debió
Smend
afirma que en esta
33),
p.
repatriadas.
de 42.360. Pero
incluidos únicamente los varones, y que
las
la
resolver, empero, antes una cuestión prelimi-
cuál era en realidad el
:
En
enumeran en
se
2.
Habrá que nar
que
los repatriados
total,
el
de elevarse a 150.000
ó 200.000. La razón, única, que se aduce es que «entre israelitas la regla era
(van Hoonacker,
que se computara sólo
a los
los
varones»
y no hay motivo alguno para creer que en nuestro caso se haya hecho una excepción. Que muchas veces se contaban únicamente los varones, es cierto so p. 61),
—
;
bre todo cuando se trataba de saber
el
número de hombres
tos para la guerra o hábiles en algún oficio
en
el
:
y
tal es el
recuento de los deportados (4 Reg. 24), pues
pretendía Nabucodonosor no era del país,
tanto
sacar
ap-
caso
lo
que
mucha gente
cuanto privarle del nervio y fuerza de sus mejores
habitantes. Esta idea es del todo ajena a la lista de los repatriados.
Además,
la
voz ^np en Esd.
2,
64 parece significar
multitud en general, sin distinción de hombres y mujeres es el sentido que tiene en Neh. 8, 2. 17. De todas maneras la
:
no creemos haya razón suficiente para apartarnos de terpretación que
comúnmente
se
da a nuestra
lista.
la
in-
80
ESD.
Ahora
bien,
EXCURSUS
2.
dado que
V
número de deportados en 598
el
y 587 fuera aproximadamente de 75.000, bien pudieron después de sesenta o cincuenta años volver a su patria 42.000, quedándose aún no pocos y aun muchos en el destierro.. Puesto que los desterrados, por lo menos en gran parte, se hallaban en condiciones favorables, no es arbitrario suponer
que en ese largo espacio de tiempo habría crecido notablemente la población.
Excürsus.
¿Hubo
caravana en tiempo de Ciro?.
—Aunque
expusiffnos
ya, bien que brevemente, las razones en pro del decreto de
Ciro y
la
consiguiente caravana,
como
existencia de ésta
la
fué combatida con lujo de argumentos y aparato científico, juzgamos oportuno insistir todavía sobre lo mismo ello nos :
dará ocasión de rectificar algunas ideas y esclarecer ciertos puntos.
Como
principal
el
sostenedor de esta
Kosters (Wiederherstellung,
p. 14-42), a
tesis
negativa es
ese autor nos aten-
exponiendo primero fielmente su pensamiento, y examinando luego su valor. dremos,
El primero y principal argumento lo saca de los profeAgeo y Zacarías. Estos nunca, dice, hablan de caravana venida del destierro, ni hacen siquiera a la misma la tas
¿Cómo
fenómeno si al tiempo ya de Ciro habían vuelto a Jerusalén más de 40.000 personas? Ni es sólo el argumento del silencio. Positivamente
más
leve alusión.
excluyen
tal
caravana.
a entender que figo. Pero,
destierro
si
explicar tal
Zacarías, en
1,
sigue durando todavía
3-12, el
da claramente
período del cas-
millares de judíos habían sido librados ya del
y vuelto
a
Jerusalén,
indicio
era
éste
dente de que había empezado ya el período de misericordias. Además, el mismo profeta en 2, ta a los
desterrados a huir de
la
bien
las
evi-
divinas
10-16,
invi-
región del Norte de Babi-
ESD.
«¿Cómo
lonia.
car
hacerles
sin
81
V
exclama Kosters
es posible,
versos
estos
EXCURSUS
2.
en
violencia
que ya Ciro hubiese permitido
la
20),
(p.
repatriación
expli-
hipótesis
la
No
?
de
hay por
qué huir de una tierra que se puede libremente abandonar con ¡sólo querer.» De donde se sigue, a juicio de Kosters, que no había existido tal repatriación. Pero esta conclusión tropieza con una gravísima dificultad
testimonio expreso del autor sagrado en los cap.
el
:
En
6.
el
ra en tiempo de Ciro
maban, y en de
5,
en
;
13-10
6,
;
el cap.
3-5.
Kosters no se inmuta ante parecer, infranqueable
ra se
14 se confirma
la
existencia
caravana.
tal
y una
1-
hubo una carava2 enumera los que la for-
cap. 1 afirma formalmente que
cierta dosis de le
abra por
obstáculo de esa barrera^
el
con la ayuda de la crítica literaria buena voluntad logrará que la barre;
misma, franqueándole
sí
to de los cap. 5-6, dice, consta de dos
antiguo, A, contenía
al
5,
paso. El rela-
documentos. El más
y en él se dice en sustemplo en tiempo de Darío. Más
1-5.
tancia que se construyó el
el
6-10
;
tarde quisieron los judíos relacionar dicha construcción con Ciro, quien aparecía en
Yahvé 6,
1.
Is.
14, 28
;
ordenó
como
el
Siervo de ;
la
restauración del
templo.
luego reparo los judíos posteriores se
45, 1
y de ahí nació el segundo documento, Esd. 5,11-17 3-5, donde se afirma precisamente que fué Ciro quien ;
con que
el
:
Pero en esto hallaron no podían conformar-
santuario de Israel hubiera sido levantado por
un no-israelita.
;
Qué hacer pues? Se
inventó un tercer do-
cumento, Esd. que
al
donde el autor crea una caravana, 1, 3-4, tiempo de Ciro regresó a Jerusalén con el fin ex-
preso de restaurar
el
templo.
Como
se
ve,
al
fin
se abrió
manera más Quedaba empero todavía un último obstáculo, la lista del cap. 2 (= Neh. 7, 6-73 a) donde, tanto por el sitio que ocupa como por su contenido, se ve claramente que el aula
barrera, sin violencia y de la
natural.
6
82
ESD.
enumerar
tor quiso
EXCURSUS V
2.
las familias
que
habían repatriado
se
al
tiempo de Ciro. También de éste acierta a desembarazarse Kosters. Cuanto rirse
al sitio,
de Esdras
al
el
de Nehemías, dice, ha de prefe-
en éste
;
la
tanto es perfectamente extraña
como
un intruso, y por
es
contexto, asi precedente
consiguiente, del cual en consecuencia ningún argu-
mento cabe (7,
lista al
Pero es
sacar.
el
caso que también en Nehemías
5 b) se dice expresamente que
la lista es
años antes habían vuelto del destierro
y
;
de aquéllos que
es claro
esto se alude a la caravana del tiempo de Ciro.
bién a esta dificultad encuentra Kosters
poco en Nehemías ocupa fué traído
allí
que con
Mas tam-
fácil solución.
Tam
documento su lugar primitivo de fuerza por algún redactor. Por lo que hace el
;
a la aserción clara y terminante del v.
5 b, se declara in-
vención pura y simple del mismo manipulador del documento. ¡Pobre documento! La crítica literaria lo va desalo-
jando de un
Cuanto
al
tras otro,
sitio
contenido
:
sin dejarle refugio
Por de pronto,
el título
seguro.
que enca-
asegura Kosters, no indica, como a primera vista pudiera parecer, el grupo de repatriados en contraposición a los que se habían quedado
beza
la
lista
Esd.
2,1.
Dicho
en Babilonia, sino más bien
la
título,
población entonces existente
en Jerusalén y sus alrededores, compuesta de repatriados y de otros que nunca habían ido al destierro. Y que en tal sentido debe realmente interpretarse la lista lo demuestra 2,
64
donde
s.,
«la
número Nabucodonosor»
perior al
suma de
los repatriados resulta
muy
su-
de los que fueron llevados al destierro por
Pero además, añade, hay otra circunstancia muy significativa, indicio claro de que la lista es posterior a la restauración del templo. En efecto, en Neh. 7, 70-72 se ofrecen entre otras cosas túnicas sacerdotales, que (p.
33).
no servían evidentemente para la construcción de la casa de Dios, sino que suponían ésta ya terminada. Verdad es que en
el
pasaje paralelo Esd.
2,
68
s.
se habla explícita-
ESD.
EXCURSUS
2.
83
V
mente de dones ofrecidos para restablecer la casa de Dios. Pero esto lo condena Kosters como glosa tardia y por tanto de ningún valor. Y si alguien objetara que entre los doce personajes que condujeron la caravana (Esd. 2, 2) se cuentan Zorobabel y Josué, que se hallaban ya en Palestina tiempo de
al
la
ponde Kosters
fundación del templo (Esd.
-3,
2
;
5,
res-
2),
que Zorobabel y Josué nunca tuvieron en el destierro, y que por lo demás todo eso de doce personajes es pura ficción del redactor.
Hemos y
lo
za.
(p.
36
ss.)
fielmente expuesto
es-
los
razonamiento de Kosters,
el
presentamos en conjunto para conservarle toda su fuerProlijo fuera y enojoso aquilatar uno por uno todos los
argumentos.
Creemos que tocando
quedará bien patente
puntos principales
los
frágil de la tesis sostenida
lo
por
di-
cho autor. El silencio de la
Ageo y
Zacarías constituye para Kosters
más firme base de su argumentación en gran parte por
ce,
manera de resolver
llar
Que en ninguno
;
lo
demás
se redu-
menos, a desvanecer reparos y ha-
lo
dificultades.
de los dos profetas aparecen de
relie-
ve los repatriados, resueltamente lo reconocemos. Pero con
no menor resolución negamos que sea esto suficiente motivo para rechazar la existencia de una caravana. Ninguna razón había para que hablasen de ella en particular. Los antiguos desterrados, una vez vueltos a
la
patria,
se jun-
uno en su pueblo respectivo, formando una población homogénea. ¿Por qué, pues, habían tarían a los demás, cada
de hablar en especial de los unos distinguiéndoles de los
otros? Observa Kosters fleja la
18)
que
la
población que se re-
en los escritos de los dos profetas se da
tierra,
rece
(p.
posee viñedos, olivares,
como habitando
efecto,
la
la
etc.
:
al
cultivo de
en una palabra, apa-
región desde muchos años. Y, en
venían ocupando ya por dieciocho años.
Y
claro
84
ESD.
2.
EXCURSUS
V
está que en todo ese espacio de tiempo no se quedarían bra-
¿Qué maravilla, pues, que araran la tierra, y vendimiaran, y recogieran la aceituna, y que de entre ellos unos fuesen jornaleros y otros propietarios? Pues ¿de qué
zos cruzados.
iban a vivir
no
si
se
perder contacto con
daban la
La época de Ageo y
trabajo? Desconocer esto es
al
realidad Zacarías,
andarse por las nubes.
;
¿
caía dentro del período del
Con el decreto de obra de misericordia para con su pue-
castigo o dentro del de la misericordia?
Ciro inició Dios blo
pero a
;
con
ria,
la
Una
realidad.
la
rósea esperanza de éste no correspondió
vez en
la patria se
egoísmo de
el
encontraron con
los propios
hermanos y con
la
mise-
la la
hos-
y malquerencia de los pueblos extranjeros y ellos mismos, parte por la desilusión parte por su propia flaquetilidad
;
vinieron a caer bien pronto en un estado de inercia v
za,
de abandono
para
cuanto
refería
se
esta culpable disposición del pueblo la
causa,
do,
cuales
los
¿A
siquiera
parcial,
culto
al
divino.
En
descubren los profetas
que está sufrien-
de los males
son castigo de Dios por sus infidelidades.
Ageo y ZaDios extendida aún para castigar? Tal manera de ver responde perfectamente a la quién maravillará que en tales condiciones
carías
contemplen
realidad
objetiva.
la
mano
de
Cabe por tanto
con toda verdad
decir
misericordia, y que en 520 se dejaban sentir aún los rigores del castigo.
que en 537
se había iniciado la
Pero Kosters
insiste (p.
obra de
la
20) en que siquiera alguna vez
debieran haber hablado los profetas de esa misericordia que se había ya mostrado al tiempo de Ciro y aduce en con:
firmación
el
ejemplo de Esdras quien en
0,
6-25,
aunque
no haber llegado aún a su término el tiempo del castigo, reconoce sin embargo (v. 8) que Dios tuvo para con A esto hay que advertir que ellos un rasgo de misericordia. entre la situación de Esdras y la de los profetas media un dice
—
abismo. Aquél habla casi en
el
momento mismo
de
la
He-
ESD
gada
después de un
res,
85
V
adonde había venido con amplios pode-
Jerusalén,
a
EXCURSUS
.
feliz
viaje,
colmado de favores por el olvidar esa muestra tan
¿cómo podía entonces
monarca,
palpable de
benevolencia divina? Esta se
la
ríamos, por los ojos;
;
cómo podía no
entraba,
le
di-
expresar, siquiera en
su gratitud por tan señalado beneficio en
breves palabras,
su sentida y devota oración? Maravilla fuera que no lo hubiese hecho. carías
Muy
otras eran las condiciones de
que huelga
tan otras,
;
vana estaba entonces reciente,
insistir
ni
en
ello
:
Ageo v Zani
cara-
la
habían intervenido en
ella
de Artampoco igualaba el favor de tajerjes en una palabra, la liberación del 537 entreveíase como cosa lejana, desnuda de la aureola que en un princilos profetas, ni
C iro al
:
un estado de decaimiento e inquién extrañará que en tales circunstancias
pio la nimbara, seguida de digencia.
¿A
nadie volviera a
ella los
ojos para presentarla
como un
ras-
go de la divina misericordia. ? Harto preocupados andaban con la miseria presente que, aunque no quisieran, se les ponía
tristemente ante la vista.
Pero hay más. Si es verdad que. según decíamos arriba, no aparece de relieve en ninguno de los dos profetas una vuelta del destierro, no lo es menos que tanto en el uno
como en
el
misma
otro se hace a la
0 exclama:
Vosotros
en
1,
sa
de mi casa, que
está
en
andáis corriendo cada cual
bien clara alusión.
ruinas,
haci-a
Ageo
«a cau-
estáis sufriendo miseria
mientras que vosotros
su propia
casa.))
El senti-
do parece bien límpido. El profeta quiere poner de relieve la
de
actitud de la
los habitantes
suya propia
:
ocupa de levantarla
;
hacia su propia casa. cuál es su objeto
;
respecto de
la
casa de Dios y
aquélla sigue en ruinas, y nadie se pre-
por
el
Ageo no
pero
el
uno se da prisa a qué obedece esa prisa,
contrario, cada dice
contexto bien lo indica
:
en las
dos actitudes hay contraste, hay contraposición, y por consiguiente, si en el primer miembro se trata de la no cons-
86
ESD.
2.
EXCURSUS V
trucción de la casa de Dios, es natural concluir que se trata
segundo de
en
el
Y
así,
sen
«a causa de
:
la
construcción de las casas particulares.
en efecto, traduce parafrásticamente
mi
el
texto Wellhau-
casa, que está en ruinas, mientras que
vosotros os dais prisa a construir vuestras propias casas».
Kosters reconoce que la frase interpretada en este sensupone la llegada de una caravana. Y en realidad, es
tido
claro que los repatriados, o al
menos muchos de ellos, tenPor esto pone todo su
drían que fabricarse sus viviendas.
esfuerzo en darle o^ra interpretación. Observa por de pron-
que Ageo en ninguna manera habla de construir. Que no habla explícitamente, es decir, que no usa la palabra to
construir, construcción esto ya lo sabíamos nosotros. Y propone luego Kosters su propia exégesis del pasaje. Este, según él, quiere decir «a causa de mi casa, que está en ruinas, mientras que cada uno de vosotros tiene una casa, en la que puede entrar». Sobre tal manera de traducir permítansenos algunas observaciones En primer lugar, pudiéramos hacer notar al autor que el texto no habla de en:
:
:
trar. Además, tampoco se dice que los habitantes poseían una casa, sino que corrían a su casa. Y si únicamente se trataba de la posesión de una casa, ¿a qué viene el correr, el darse prisa? Por el contrario, está muy en su punto si el
profeta quiere reprochar a los habitantes que, mientras an-
dan reacios y negligentes en la restauración del templo, se muestran muy solícitos y diligentes en la construcción de propias casas. Finalmente, cualquiera habrá de confe-
sus
sar que no deja de ser
muy ramplón
una casa donde puede entrar
tiene
posee puede entrar en ella;
puede
En 6,
al
que cada uno
es evidente que
menos
se dijera:
si
la
¡donde
tranquilamente descansar! Zacarías se lee un pasaje por extremo interesante,
9-15, al cual,
mos
si
:
el decir
por
lo
que se refiere
al
problema que
esta-
tratando, se han dado interpretaciones diametralmente
ESD.
EXCURSUS V
2.
Van Hoonacker (Nouv.
opuestas.
87
Etudes,
asegura
88)
p.
que «Zacarías afirma en términos explícitos que
Gola, los
la
Judíos vueltos de Babilonia están ya establecidos en Judea.
No
de una diputación venida del Oriente»
aquí
trata
se
Kosters, por
el
contrario, descubre en dicho pasaje una cla-
ra confirmación de su tesis to
aún de Babilonia
Una
21
(p.
ninguna caravana había vuel-
:
s.).
circunstancia está aquí por encima de toda discu-
y es que en esta profecía (v. 10) se habla de la Golah desterrados cf. ad 2, T) palabra que no se en ningún otro sitio de los escritos de Zacarías. Dicha
sión,
(cautividad, lee
:
;
voz puede referirse de suyo tanto a todavía en
el
destierro
(cf.
Jer. 29, 1
que seguían
los judíos
Ez.
;
1, 1)
como
a los
que se habían ya repatriado (en numerosos pasajes de Esdras, v. gr., 4, 1
9,
;
4).
segundo, claro está que por
Si lo
aquel entonces había ciertamente vuelto ya del destierro.
ción
En
The International
Critical
debe tenerse, a nuestro
tación
una caravana
este sentido se la interpreta en la colec-
Commentary. Tal juicio,
interpre-
por de todo punto
equivocada. Zacarías recibe unos dones de tres personajes
venidos de
Babilonia,
cuales
representaban
Golah,
la
Toma misma construcción gramatical etc. Es evidente que los llegados no traían los dones en nombre de los ju-
conforme índica de
los
la
:
Golah, es decir, de Joldai,
la
recién
díos que estaban en Judá, sino de parte de los que todavía se hallaban en el destierro.
Por consiguiente, nada es dado Por lo de-
concluir en favor de una precedente caravana.
más,
la
interpretación preferida por nosotros es la que dan
comúnmente
los
exégetas
;
por ejemplo, Knabenbauer, No-
wack, Junker, etc. Pero tampoco está mejor fundada tende sacar Kosters del «los
v.
15.
En
la
conclusión que pre-
éste anuncia Zacarías
que están lejos vendrán para construir
Yahvé». ¿Se
refiere el profe'a
a
el
que
templo de
sólo los judíos, dispersos
88
en
ESD.
el
mundo y
también
EXCURSUS V
2.
particularmente en Babilonia, o van incluidos
los gentiles
De
?
los primeros
De
de los segundos es probable.
Kosters
no cabe duda alguna
;
todas maneras pregunta
«Si al tiempo ya de Ciro vino un grupo de ju-
:
díos que estaban actualmente trabajando en la reconstruc-
¿cómo pudo Zacarías dejar de mencionar, una palabra, esos primeros repatriados ? La res-
ción del templo, siquiera con
puesta no es
difícil
Si
:
profeta tenía puestos los ojos
el
porvenir y contemplaba como extático el celo ardiente de los desterrados y sus ansias de glorificar a Yahvé, que
en
el
haría volar a Jerusalén para
los
en
la
tomar parte también
restauración de su santo templo, es
muy
ellos
natural que
en aquellos momentos no pensara siquiera en los que ya bajaban, y mucho menos que
se
tra-
mencio-
entretuviera en
narlos.
Nuestra conclusión
es,
pues, que de Zach.
6,
9-15 nada
cabe concluir en favor o en contra de una caravana
al
tiem-
po de Ciro.
Por
lo
que hace a
tenido en Esd. 5-6
especulaciones
la
la
explicación que da Kosters del con-
más
(cf.
arriba, p. 81
s.),
la
base de sus
constituye la crítica literaria de dichos ca-
mismo
precisa examinar con alguna deten-
pítulos.
Por
ción
realmente existe en ellos dualidad documental con
si
lo
y aun opuesta ideología. Aunque varios de los argumentos que se aducen para demostrar la distinción de dodistinta
cumentos
los
tocamos en
1)
Contradicción
de Darío empiezan
según el v. 16 po de Ciro. 2) ta de
se
:
la
comentario, no será
el
como
inútil
re-
propone Kosters. 1-5 los judíos el segundo año En 5, construcción del templo, mientras que
producirlos aquí, agrupados
tal
los
habían echado ya los fundamentos
Falta de ilación
:
En
Darío, que se junta
6, al
6
ss.
se lee parte de
al
tiem-
una car-
contexto inmediatamente pre-
:
KSL).
como
cedente
fuese
si
2.
KXC'L'RSrS V
Sí)
continuación del mismo. Pero en
la
realidad no hay tal: en 6, 1 se dice que se encontró un documento, cuyo contenido se da en los vv. siguientes 3-5 y ;
a continuación leemos apor consiguiente
como en
ro que esta última expresión se queda
debe reconocerse
Un
3)
busque busca
Aquí
En
17-c. G Tattenai sugiere
5,
que
se
edicto de Ciro en Babilonia, y aqui en efecto se mientras que luego, en 6, 2, se dice, sin ad1)
el (6,
;
que
preliminar,
el
Ec batana. Se ve claramente que el
el aire.
cla-
por tanto un zurcido de dos documentos.
duplicado:
vertencia alguna
edicto
fué
hallado
en
existían dos relatos para-
que llevaban diferentes nombres
lelos,
Es
Tattenai...»
,
el
:
uno Babilonia
;
otro Ecbatana.
Tales son los argumentos aducidos por Kosters
Para
la
81
;
22
s.).
respuesta a cada uno de ellos en particular, por evi-
remitimos a
tar repeticiones, p.
(p.
ad
135
2), p.
Leyendo traernos a
ss.
;
ad
páginas siguientes
las
ad
1),
3),
razonamiento de Kosters no podemos sus-
el
impresión que sólo quien tiene
la
:
ibidem.
el
propósito de
sostener a todo trance una idea preconcebida puede forzar los textos arriba citados a dar testimonio en favor de su te-
Esta, por lo demás, son
sis.
la
patrocinan
p.
72
En
lo ss.
;
véase Nikel,
que se refiere a
muy
la
contados los autores que
68.
p.
encontrará
lista,
parte de la respuesta, la
el
lector en
cual completaremos aquí
con algunas consideraciones. El encabezamiento del catálogo en
2,
1 basta leerlo
si-
quiera rápidamente para darse cuenta de su verdadero sentido.
La expresión
suyo toda
la
hijos de ¡a provincia
puede
significar de
población, comprendiendo los que nunca habían
ido al destierro
;
pero esta significación general queda lue-
go
restringida por las
los
que vinieron del destierro,
frases
que siguen inmediatamente
Babüorm por Nabucodonosor. A
que habían sido llevados a lo s
que
se
habían quedado
;
90
ESD. 3
siempre en
sofistería
no
la patria
Con razón
se hace ni la
Bertholet califica
que vuelve
más mínima
alusión.
aserción de Kosters de «pura
la
las cosas al revés».
Las túnicas sacerdotales, ¿no podían ofrecerse por venel templo estuviera edificado? ¿No podían guardarse para cuando los sacerdotes se hallaran en condiciones de usarlas? Además, si las traían ya de Babilonia
tura para cuando
¿no era natural que
misma llegada mucho antes de
se presentaran desde la
a Jerusalén? Finalmente, no se olvide que
restauración del templo se había levantado un altar y que en él se ofrecían sacrificios (3, 1-6). la
Cuanto a los argumentos con que pretende Kosters demostrar que Zorobabel nunca estuvo en el destierro, y que por tanto no pudo volver de Babilonia (p. 38-41), creemos que ni siquiera merece Véase lo dicho en p. 80
los
Reedificación del altar
y
y
honores de una seria refutación.
ss.
del templo, dedicación de éste
celebración de la primera Pascua. C. 3-6
Dentro del mismo año de séptimo mes, se construye
la
llegada a Jerusalén, en el
el altar 3,
1-6
;
año siguiente,
el
después de hechos los preparativos, se echan los cimientos del
templo
3,
7-13
;
opónense
los
samaritanos
oposición de los mismos al tiempo de Asuero
tiempo de Artajerjes del templo, 6,
16-18
;
Desde
v.
7-24
;
se
reanuda
la
v.
4,
1-5
6,
y en
restauración
C. 5-6, 15, y se hace la dedicación del
mismo
celébrase la primera Pascua, 6, 19-22. 4,
7 hasta
6,
18
el
texto está redactado en lengua
aramea.
Ofrece este relato no pocas dificultades, y apenas sección del mismo sobre la cual no se entablen graves cusiones.
Muchos niegan que
a reedificar
el
templo
al
los
judíos hayan
tiempo de Ciro.
No
haydis-
comenzado
faltan quienes
ESD. III
1 Llegó
3, 1-2
mes séptimo y
el
continuaban en sus ciudades
como un
a reunirse
afirmen que en
De
ritanos.
1-5
4,
solo
no
:
hijos
los
vino entonces
hombre en
de Israel el
pueblo
Jerusalén. 2
A ele-
enemistad de los sama-
se trata de
4, 6-24 se han formulado los
perícopa
la
91
más
variados juicios. Por lo que hace a los documentos árameos,
unos ran
les
niegan todo valor, mientras que otros los conside-
como
Finalmente
relatos históricos dignos de toda fe.
hay que dar razón de esa mezcla extraña de lengua hebrea y aramea. Erección del altar 1.
3,
1-6
El mes séptimo es Tisri (= Setiembre-Octubre) y lugar el mismo año de la llegada a Jerusalén ;
tenía esto
podemos precisar), pues en el v. 8 se habla del segundo mes del año segundo. Tisri era un mes particularmente sacro, como que se celebraban en él nume(cuya fecha exacta no
rosas fiestas 2.
;
cf.
Num.
29, 1. 7. 12-38
;
Lev. 23, 34-36. 39-44.
Los hermanos de Zorobabel deben de llamarse aquí familiarum» de
los «patres
hijo de Sealtiel
y
;
lo
2,
2.
68.
Zorobabel se dice ser
propio se repite en
el v.
8 y en
5,
2
;
Neh. 12, 1; Ag. 1, 1. 12. 14; 2, 3. 24; Mat. 1, 12; Lnc. 3. 27. Esto crea una cierta dificultad, pues en 1 Par. 3, 17-19 se dice que era hijo de Pedaías, hermano de Sealtiel, hijos ambos del rey Jeconías
de
de suerte que Zorobabel habría sido sobrino
y de todas maneras nieto siempre de Jeconías. AlKnabenbauer, in Matth., piensan que hay
Sealtiel,
gunos,
;
gr.,
v.
corrupción en 1 Par. de Pedaías resuelven la
;
la
3,
19,
debiéndose leer Sealtiel en vez
otros (Cornely, Introd.
antinomia por
la
3,
ley del
viuda de Sealtiel, muerto sin hijos,
Matth />. levirato, diciendo que fué tomada en matri-
200
;
Buzy,
.9.
monio por Pedaías, que tuvo de ella a Zorobabel: en forma desaparece la aparente contradicción.
tal
92
ESD. 3,3
lantóse Josué, hijo de Josedec, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, y pusiéronse a levantar el altar del Dios de
para ofrecer en
Israel,
Parece preferible con
3.
bien que
como
el plural,
blemente que apenas
es posible darle
B
siguiente
frase
A
el
*r
mismo
es
muy
del
sitio
oscura y
un sentido más o menos
satisfac:
LXX TM
y concuerda con el 49 es parafrástisco y confuso la siríaca no ofrece la
5,
frase
;
la
lleva,
;
;
ligeramente
el
(en enemistad)
más
sencillo es modifi-
porque
leyendo
texto,
en
como
levantaron
el
los pueblos circunvecinos les fuesen altar
para hacerse propicios a Dios
ofreciéndole sacrificios. Algunos dan a la partícula za adversativa
:
terror
contra ellos estaban los pueblos de las re-
giones; es decir, hostiles,
más
El sentido es proba-
en
"ílD^iO
asen-
singular, sitio,
el
el qeri.
sino ligerísimas diferencias. Quizá lo
car
Y
de ayuda en este caso las versiones
ni sirven
omite
3 Esd.
ketib
altar fué levantado
el
La
;
el
quiere
antiguo. si
holocaustos conforme a lo
Ley de Moisés varón de Dios. 3
escrito en la
torio
él
«levantaron
el altar
T
fuer-
por más que tuviesen con-
Otros vierten dicha partícula por aun y todo. Van Hoonacker (Restauration juive, p. 144) propone una intertra sí...»
pretación de todo punto distinta ses bases;
car une
bama
:
«lis établirent l'autel sur
se trouvait dessus, élevée par les
soins des peuples des terres.»
Es
decir,
que
los pueblos de al-
rededor, entre los cuales los samaritanos, en
el
del antiguo altar de los judíos habían levantado
mismo
sitio
otro altar,
un
bama donde ofrecían sacrificios, y que los repatriados tenían naturalmente por sacrilego. Explicación más ingeniosa que verdadera. Batten, p. 113
introduciendo en
él
s.,
tomando como base 3 Esd. e un
varias modificaciones, logra darnos
texto en que todos los pueblos de la región «se muestran
§
taron
na y de la tarde. 4 Y celebraron
93
porque
se les mostra-
región; y ofrecieron en
holocaustos de
los
el
holocausto de ca-
número debido, según
al
y luego
de las
maña-
la
de los Tabernáculos con-
y ofrecieron
;
to para cada día; 5 sacrificios
;
fiesta
la
lo prescrito
da día conforme
los
sitio,
los 'pueblos' de la
holocaustos a Yahvé
forme a
á-6
-"i,
.
en su propio
el altar
ban hostiles él
l >
prescri-
lo
holocausto perpetuo, y neomenias y de todas las santas el
de Yahvé, y de quienquiera presentaba una ofren-
fiestas
da voluntaria a Yahvé. 6 Desde él día primero del sép-
muy
bien dispuestos hacia
díos) y ofrecen
guir
el
sacrificios...»
y les ayudan (a ios Quien tenga paciencia de
ju-
altar,
se-
procedimiento de Batten se maravillará de ver a qué
el
inesperados resultados puede llevar
Sobre
4-6.
de los
fiesta
la
la crítica
textual!
tabernáculos
34-42; Deut. 16, 13-15. Véase también Neh.
cf.
8,
Lev. 23,
14-16.
Aun-
que no había todavía templo, y sí sólo el altar, se reanudaron desde luego los sacrificios en el modo y forma que estaban prescritos en la Ley. El relato sobre de
la
historicidad.
la
erección del altar lleva impreso
Los repatriados llegaron
rusalén llenos de entusiasmo, antes
las
habían
privados.
visto
larga,
la
No
tela
más
es
pues
maravilla
levantaran por de pronto el
que,
apenas
de juicio
el
altar",
con
lo
que
acto principal del culto, que era
ofrecimiento de sacrificios. es que
deseosos de renovar cuanto
reedificación del templo iba a ser obra
podían ya restablecer
poner en
el sello
duda a Je-
funciones religiosas de que por tanto tiempo se
llegados, ya que
muy
sin
el
No hay
el
pues razón alguna para
valor histórico del relato. Verdad
tarde se mostraron los
mismos que habían regre-
sado del destierro indolentes y perezosos
:
pero de esto no
te
ESD.
7-8
o,
timo mes empezaron a ofrecer holocaustos a Yahvé, bien que no se hubieran echado aún los fundamentos del templo.
7 Dióse dinero a canteros y artesanos, y a los Sidonios y Tirios comida, bebida y aceite para que aportaran madera de cedro del Líbano a Joppe, conforme a la autorización
que Ciro, rey de Persia, les había dado. 8 El segundo año de su venida al templo de Dios cabe concluir que faltase también
el
entusiasmo en los
pri-
meros tiempos de su llegada a Jerusalén.
Se echan
los cimientos
para 3,
7.
Lo primero que
materiales
món
(cf.
;
restauración del templo
la
7-13
había de hacerse era preparar los
y en este punto imitaron
3 Reg.
6-12
5,
;
2 Par.
3
2,
la
ss.).
conducta de Salo-
Ni cabe decir que
tal coincidencia sea artificial y haya de atribuirse a pura invención del autor, pues queriendo restaurar el templo era
natural que hicieran lo que se había hecho cuando por pri-
mera vez
se edificó.
pia tierra,
ni
Los judíos
ni tenían
cedros en su pro-
artesanos que supieran trabajarlos
por
era,
;
consiguiente necesario acudir a los de Tiro y Sidón, que poseían lo uno y lo otro. 8.
Prontos ya
los materiales
púsose manos a
la
obra
;
y
esto fué al segundo año de su llegada al templo de Dios, esto al sitio donde quedaban las ruinas del templo y en el segundo mes, que era Jyyar (= Abril-Mayo), por consiguiente en plena primavera tiempo muy a propósito, cuando en parte se había terminado ya el trabajo de la siega y habían cesado las lluvias. El verbo empezaron no lleva complemen-
es,
;
;
to,
pero fácilmente se sobreentiende
Presiden
al
acto,
como
la
obra de restauración.
era natural, la autoridad
civil
y
la
ESD.
en Jerusalén, en
el
sedec, con
9
95
segundo mes, dieron principio
obra Zorobabel, hijo de los
3,
Sealtiel,
a la
y Josué, hijo de Jo-
resto de sus hermanos, los sacerdotes y y cuantos habían venido del cautiverio a
el
levitas,
Jerusalén, y deputaron a los levitas de veinte años para arriba para que dirigieran los trabajos del templo
de Yahvé. 9 Aprestáronse, pues, unánimemente a
eclesiástica, el
pueblo.
diri-
y toman parte los sacerdotes, los levitas y todo Los que distinguen a Zorobabel de Sesbasar
dicen que fué este último quien asistió
como gobernador
—
que era entonces de Judá. Con todo Kittel que sostiene la distinción de los dos personajes admite (p. 432), citando n Zach. 4, 9 s., que también Zorobabel se hallaba presente
—
como
representante
de
la
antigua familia
que tenemos por más probable
Nosotros,
real.
identidad de Sesbasar y Zorobabel, creemos que éste presidía como jefe civil de la la
Comunidad. Para obra tan importante como entonces se emtomaban parte en ella, era natural que se nombraran inspectores que estuvie
prendía, y siendo tantos los obreros que
sen a
mira de cómo iban adelante los trabajos
la
:
y para
esto fueron escogidos los levitas de veinte años para arri-
ba
Num.
i(of.
8,
24
s.
;
1 Par. 28, 24. 27), oficio que se ar-
monizaba perfectamente con Este
9.
v.
la
índole propia de los mismos.
ofrece algunas incongruencias.
Hay que
sus-
nombre de Judá por Hodavías, de quien descienden dos familias de Josué y de Oadmiel cf. 2, 40. Bertheau.
tituir el
las
;
H
eneRyle y Siegfried colocan la última frase los hijos de gana, texto el dad... entre la s dos voces r:¿:b -HXD y pero nosotros sospechamos que cierto, mucho en fluidez en realidicha frase fué añadida posteriormente al texto :
;
;
dad,
Neh.
el
nombre de Henadad no aparece en
10,
10.
Esto no quiere decir que
nombre aquí tenga que
ser
la
forzosamente
2,
40,
y
sí
en
mención de ese falsa.
Hólscher,
96
esd.
10-13
3,
gir los trabajadores del templo de Dios Josué con sus
hermanos, Qadmiel con sus hijos, los hiasimismo los hijos de Henadad con sus hijos y sus hermanos, los levitas. 10» Y al echar los albañiles los cimientos del templo
hijos y sus
jos de 'Hodavías'
de Yahvé
;
asistieron'
ornamentos, con
sacerdotes revestidos de sus
los
trompetas, y los levitas, hijos de Asaf, con los címbalos para entonar alabanzas a Yahlas
vé conforme a las ordenanzas de David, rey de Israel. 11 es
Y entonaban himnos y alabanzas a Yahvé Que él bueno que eterna es su misericordia para con Is:
;
rael
Y
!
todo
el
pueblo lanzaba grandes aclamaciones
de júbilo, alabando a Yahvé por echarse los cimientos
templo de Yahvé. 12
del
to
y primer templo,
el
Y
muchos de
los sacerdotes
que habían
jefes de familia, los ancianos
levitas
echarse en su presencia los
al
y
visci-
mientos de ese otro templo, rompían en altas voces de llanto,
mientras que otros muchos lanzaban clamores
de alegría
razón
sin
que debe 10.
13 de forma que no podían distinguir
;
ser eliminada
En
denansas
vez del
de...
que aquí
las
considera todo
suficiente,
;
se
el v.
como mera
la
glosa,
del texto.
«rapi. Según
léase el qal
hifil
cf. 1.
Par. 25,
usan
cf.
1
2. 3. 6.
—11.
Par. 16, 41
;
Sobre
2 Par.
5,
las
fórmu-
las
13
or
;
3
7,
;
Jer. 33, 11.
12-13. lo
se
En HD'S
que sigue, es
decir,
iba a reedificar.
conmoción
no
En
del pueblo
:
se
sufijo
el
al
refiere
evidentemente
templo de Salomón, sino
al
a
que
aquella circunstancia grande fué la
unos rompiendo en sollozos de do-
y tan alto era el vocerío y confusión que apenas era posible distinguir los unos de los otros. Cabe aquí preguntar: ¿Cómo podían aque-
lor, tal
otros en gritos de alegría
ía
;
ESD.
3.
EXCURSUS
voz de jubilosa alegría de
como que
la
97
VI
voz de llanto del pueblo,
pueblo alzaba grande gritería,
el
que
tal
los
ecos se percibían a lo lejos.
nuevo templo con el de Salomón, si del primero no se había hecho aún otra cosa que echar los cimientos? Ryle dice que sus lágrimas nacían no precisamente de la comparación del nuevo templo con el antiancianos comparar
líos
el
guo, sino más bien del dos
triste
recuerdo de los tiempos pasa-
los desastres de su juventud, la dolorosa condición del
:
muchos que habían ya desaparecido, la insignificancia de la nueva Comunidad en cotejo con las brillantes esperanzas mesiánicas... Todo esto pudo muy bien
destierro, los
ser causa de su dolor pero que entre éste y la vista del nuevo templo hubo verdadera relación de causa y efecto parece indicarlo claramente el texto sagrado. Les parecería tal vez a aquellos ancianos que los fundamentos no eran grandiosos, como ellos se los habían imaginado, y que lo^ preparativos eran mezquinos, y de ahí preveían ya con razón o sin ella lo que había de ser el nuevo templo cf Ag. 2, :
—
—
:
aunque este pasaje se refiere a 3 plo al tiempo de Darío.
la
:
.
reedificación del tem-
Excursus.
/Hubo
realmente eonato de restauración del templo
al
tiempo de Ciro; o en otros términos, el relaír ?i.> es verdaderamente histórico f Lo niegan no pocos autores aca-
—
tólicos,
entre los
Tempelbaues. 460
ss.
en
Die Dauer des WWtUtn
cuales Schrader,
Tlieolo^.
y Holscher.
1.
c.
Studien
u.
Kritiken
p. 50S, quien declara
40
muy
(1887)
en serio
que «este relato es pura novela».
A la (cf,
la
verdad no cabe negar que
impresión 4,
24),
del templo.
que entonces, se
en
el
el
texto de Esd.
ñ,
2 di
segundo año de Darío
emprendió por primera vez
la
reedificad ón
Dícese. en efecto, que «entonces se levantaron
98
ESD.
3.
EXCURSUS
VI
Zorobabel... y Josué... y empezaron a edificar
la
casa de
Dios». Pero en buena exégesis este pasaje no debe ni pue-
de tomarse aisladamente, sino que ha de confrontarse con 3,
7
ss.,
y además, y sobre todo, con
5,
1G donde los ju-
díos del tiempo de Darío hablan de la emprendida restau-
ración ya en tiempo de Ciro.
nable es ver
el
si
texto de
En 5,
tales condiciones lo razo-
2 excluye una restauración
armoniza con ella. Nosotros afirsegundo. El verbo 7\j2 puede entenderse en
anterior, o al contrario se
mamos
lo
el
sentido
v.
gr., Jos.
plicarlos.
de 6,
reedificar
:
los
ejemplos
26; 3 Reg. 16, 34;
Am.
Ni crea tampoco dificultad
el
9,
son
numerosos,
14;
inútil multi-
verbo empezaron:
después de dieciséis años de interrupción, y no habiendo tal vez quedado nada de los cimientos que ya se habían puesto
en tiempo de Ciro, siendo
muy
probable que los samarita-
nos los hubieran arrancado, bien cabe decir que entonces
empezaron de nuevo a
Suelen también aducirse
reedljicar.
como
argumento contra una primera restauración los pasajes de Ag. 2, 15-19 y de Zach. 4, 9 S, 9. Estos profetas es verdad que nunca mencionan, ni parece siquiera que aludan a un conato de restauración anterior. Pero esto se comprende perfectamente. La obra comenzada en tiempo de Ciro fué muy pronto interrumpida, y es muy probable que apenas quedó rastro visible de la misma: ¿qué interés podían tener Ageo o Za(v.
gr.,
Kosters,
p.
5-13)
valioso
;
carías en volver los ojos hacia aquel episodio desgraciado,
que todos los judíos debían de mirar con pena e indignación, si no es que lo habían ya casi olvidado ? Por esto aquel primer conato de restauración era para ellos como si nunca hubiera existido.
Cuanto
al
pasaje, en particular,
de Ag.
2,
15-18,
a jui-
de ciertos autores (van Hoonacker, Nikel) no sólo no ofrece dificultad, sino que, muy al revés, constituye un ar-
cio
gumento contundente en favor
del
conato de restauración
:
ESD.
del
BXCURSUS
.'í.
Como
templo en tiempo de Ciro.
99
V;
un punto
trata de
se
de no escasa importancia y sobre
el
cual se formulan juicio-
vamos
a
examinarlo con alguna
diametralmente opuestos, detención.
el primer día del sexto mes = Agosto-Sept.). Ageo exhorta a Zorobabel, Josué y todo el pueblo a poner mano a la obra del templo (Ag. 1, 1). Esta se inicia el día 24 del mismo mes (1. 15). El día 21 del mes siguiente (Tisri) el profeta dirige una segunda
El año segundo de Darío,
(Elul
alocución
(2,
Finalmente,
1).
(= Nov.-Dic).
sea Kisleu
les
Cuanto
tudiar.
día 24 del
;
este pasaje, especialmente vv.
de
noveno mes, o habla de nuevo (2, 10 ss.) y 15-18. es el que vamos a esel
contenido del oráculo y a
ai
muchos pormenores nos remitimos
nosotros tocaremos
invite á
«Aux
deux reprises
los
aquellos puntos que
sólo
mente nos interesan. Van Hoonacker propone en estos términos:
a
clara
vv. 15
s.
explicación
la
comentarios
más
y brevemente et au v. 18
la le
directa-
cuestión
prophéte
ses auditeurs á considérer avec atten-
comme
tion une certaine période de temps. en leur indiquant
point de départ TI de
le
le
24 e jour du 9® mois de Tan
méme
Darius. Mais au second endroit on trouve en
temps proposé été fondé.
me une
II
comme
comme
importance pour cette
difficulté.
point de départ
que ce jour
est évident
est
jour oü
le
mentionné
lecteur s'en apercoit, de la plus haute sujet
a-t-il.
que nous traitons. Malheureuse-
au
v.
18.
exempte d'une sérieuse
l'intention d'indiquer une
points de départ distinets pour
qui vient de finir?
nrésent,
le
Ou
24* jour du
tre le jour oíi le
com-
íci
le
double date. Tune fixée au présent, l'autre clans
comme
temple a
le
interprétation n'est pas
Aggée
le
déterminée. T/interprétation du passage
date bien
est done,
ment
jour présent.
temple
la
le
bien les deux termes, á savoir 9e
mois de Tan
a été
passé,
revue d'une époque le
jour
IT d'une part, et d'au-
fondé, ne constituent-ils qu'une
»
100
ESD.
EXCURSUS
3.
double détermination d'une seule
méme
point de départ
En
?
et
ce cas
il
VI
méme
date, d'un seiú et
faudrait diré que d'aprés
Aggée, le jour oú le temple a été fondé est le 24 e jour du 9 e mois de Tan II de Darius. C'est la question que nous avons á résoudre»
Como
(1).
es fácil ver, el cardo totius quaestionis, por decir-
se halla en el v. 18, que muchos vierten en esta for«Poned vuestra atención desde este día y más allá desde el día 24 del mes nono desde el día en que se echaron los cimientos del templo de Jahvé, poned vuestra atención.» lo asi,
ma
:
;
;
De
esta versión dice Nikel,
1.
c.
p.
112:
«Si esta versión
es exacta, queda demostrado que precisamente en aquel día
fueron puestos por Zorobabel los fundamentos del templo.
Para evitar
tal
conclusión y vindicar,
como
es justo,
Hoonacker propone otra sión interpretando de diversa manera la partícula |oS historicidad de Esd. 3-4, 5 van
la
ver,
la
cual vierte no «desde el día», sino usque inde a die templi
fundati» (2)
«jusquá depuis
;
namente acepta Nikel,
Como
jour» (3)
p. 112,
c.
1.
le
;
«bis vori
versión que ple-
dem Tage
abv>.
en dicha partícula, conforme a esta
se ve, se encierra
un doble concepto que van Hoonacker excon estas palabras «Tout en les conviant á remonter
interpretación, plica
:
en esprit le
passé)
le il
cours du temps (parce qu'il s'agit de se rappeler
marque dans
le
passé un événement á partir du-
quel les faits seront á considérer dans l'ordre de leur succession réelle. C'est ainsi qu'il avait fait
w.
15-16. Cette notion
exprimé par la double particule b et jo La le terme á partir duquel l'examen devra S préfixé parce que la pensée doit atteindre est faire se y examines le ce point de départ par un retour sur le passé
complexe
est
particule \o
.
marque
;
:
(2)
Le Mus é on, 1891 p. 489 Le Muséon, p. 499.
(3)
Petits Proph.. p. 572
(1)
s.
EXCURSl'S
ESI).
passé, de ce jour-ci et plus haut,
fondation du temple» la
j
us que depuis
Nikel, p. 114.
(1). Cf.
fundación del templo de que habla
hizo durante
101
VI
el
le
jour de
En una
profeta es
que se
la
reinado de Ciro, y es tomada aqui a
el
como terminas ad quem y terminas
la
palabra,
la
vez
a quo, expresados estos
dos aspectos, respectivamente, por los dos elementos
De
} y jü. interpreaceptar esta quisiéramos poder buena gana
según la cual el pasaje de Ageo no sólo no excluye una primera fundación del templo en tiempo de Ciro, sino
tación,
que más bien la confirma. Con todo, a pesar de tan apreciable ventaja no creemos poder admitir la exégesis propuesta.
Por de pronto
tal
explicación a alguien parecerá tal vez,
y no sin fundamento, un tanto sutil reproche que en efecto ha hecho, v. gr., Flier a van Hoonacker. Sin embargo, cabe ;
responder con éste
(2)
que un minucioso
puede a
análisis
veces descubrir en las partículas compuestas matices que a
primera vista no aparecen.
Y
de todas maneras,
entre
si
nosotros existen escritores conceptuosos y sutiles, ¿por qué no pudo haberlos en la antigüedad? Pero hay otra dificultad
mucho más la
partícula
buye.
grave, que también se ha hecho valer, y es que |D^>
no es susceptible del sentido que pues, como justamente nota
Todo depende,
van Hoonacker, «de tee de la particule
du jour oü
le
la
vob
se le atriel
question de savoir quelle est
dont
le
mismo la
por-
prophéte se sert en parlant
temple a été fondé. Notre particule,
a-t-elle,
ou non, exactement la méme valeur que ]D la préposie tion employée au membre précédent depuis le 24° jour du 9 mois ? Les auteurs dont nous avons parlé le prétendent ou oui
,
:
supposent. C'est le point que nous avons á éclaircir» (3). Ante todo permítasenos observar que la cuestión no está
le
(1)
Hetits
Proph.
p.
r,73.
(2)
Peiits
Proph.
p.
673.
(9)
Le Musió*,
p.
4ÍWÍ.
NouveUet Etudes,
p.
113
102
ESD.
quizá planteada con
muy bien mo valor
la
3.
p
van Hoonacker
,
VI
precisión que fuera de desear. Puede
acontecer que
que
EXCURSUS
no tenga exactamente
]nb
embargo no sea
y, sin
A
le atribuye.
mis-
el
susceptible del que
nuestro juicio debiera propo-
La partícula ]üh ¿ introduce sólo un como hace jo, o bien puede introducir al mismo tiempo un terminus ad quem? La partícula ych se usa con relación al espacio y al tiem-
nerse en esta forma
:
terminus a quo,
po. Este segundo aspecto es el que a nosotros interesa.
pasajes donde ocurre un
tal
Los
sentido pueden verse en Brown's
Hebrezv and Engllsh Lexicón, p. 583 son unos 23 y en Deut. 4, 32 2 Sam. 7, 11 se halla precisamente la 9, 7 misma frase itt'N "PH"]?^ que en nuestro v. 18. Los hemos examinado todos, y creemos poder afirmar que absoluta:
mente en ninguno puede probarse conceptos mencionados. el
examen de
En
todos
;
;
;
Y
la
existencia de los dos
esta conclusión se confirma con
que
los pasajes en
]e6
se refiere al espacio.
cuya enumeración puede verse en
ellos,
el
lugar
ya citado, dicha partícula introduce única y exclusivamente
un terminus a quo. se
No negamos,
claro está,
encuentren los dos elementos
y terminus a quo p. Pero esto no basta; hay que sí y formando una
quem
^
ver
estas dos partículas, unidas entre
si
que en
que indican terminus ad
tercera, conservan su fuerza nativa
a priori razonando sobre
la
;
y esto no cabe concluirlo
naturaleza de dichas partículas,
examinando cada uno de los pasajes donde ocurre el sentido que en ellos tiene. Ahora bien, si verificando y encierre tal ellos es dado probar que \D? de en ninguno es más, si es cierto y evidente que no lo doble concepto
sino
;
¿podemos creernos autorizados a atribuírselo en un pasaje difícil y oscuro como es el nuestro? La respuesta
encierra,
no parece dudosa. Van Hoonacker, sin embargo, piensa de aux deux éléments dice «II faut garder diversa manera
—
:
dont se compose
la
locution
pS
—
leur valcur respective'; la
BSD.
préposition > signifie
la
EXCURSUS
•>.
VI
1
0!'»
direction de l'esprit vers une époque
Pour du passe d'oü il est ramené par la préposition p examiner la période signalée a Tattention du prophéte, on remonte du jour présent vtrs le passé et Ton redescend du .
terme marqué dans
le
Esta concepción, pero
passé vers
lo
présent»
le
reconocemos, es
(1).
ingeniosa
bella e
;
fundada? Se aduce en su favor una
¿es igualmente
prueba que podemos llamar negativa, y que van Hoonacker considera sin duda como la principal «Nous avons contro:
lé
de cette derniére locution
l'emploi
endroits (que se citan).
Dans aucun de
(
en
|07
vingt-neuf le
point
soit
dans
ees endroits
de départ marqué par Icuiin n'est un point présent
Y
más phénoméne que lemin ne
l'odre du temps, soit dans celui de l'espace» (Ibid.).
adelante:
«Ainsi s'expliquerait
le
s'emploie jamáis pour déterminer un point de départ consi-
deré
comme
présent» (Ibid., p. 499).
Sentado este principio
conclusión es evidente
la
considérations qui précédent.
d'Aggée
II
18,
le
jour de
mais
II de Darius,
qu'il est
fondation du temple ne peut
la
étre le jour présent, á savoir
«Des
:
résulte que dans le passage
il
le
'2V jour
du 9 e mois de Tan
nécessairement un jour considé-
re dans le passé» (Ibid.).
Por de pronto pudiera oponerse un argumento ad hominem. En ningún pasaje encierra ¡emin el doble concepto mencionado y, sin embargo, van Hoonacker se lo atribuye ;
en Ageo
mar que iftíHUS
2,
18.
Con
el
mismo derecho puede alguien
afir-
dicha partícula introduce en nuestro pasaje un ler-
a
quo p
r e
senté,
bien que no
.
Según dicho autor Tabeel
es
un judío que con anuencia o de
acuerdo (bislilam no es nombre propio, sino apelativo f
ace)
con
el
samaritano Mitridates escribió
al
:
cwn
monarca en
defensa de los judíos .«Se trata, dice Klostermann, de un escrito en favor de la
dío
oficialmente
comunidad
judía,
autorizado para ello».
mandado por un
Y
ju-
en dicho escrito
112
no sólo
se reproduce
rey
9-22),
(4,
ESD.
4,
6
la carta
de
Rehum
y
propuesta del
la
sino también el episodio de Tattenai
(5,
3-6,
1 y siguientes).
Esta ingeniosa explicación abrazó con entusiasmo Kittel (Geschichte 3 [1929] rio la
impugna
[1934] p. 594
p.
602
mientras que por
ss.,
contra-
el
Eissfeldt (Einleitung in das Alte Testament
s.)-
El P. de Vaux, que
menciona en Rev.
la
muestra alguna indecisión en aceptarla. La cita de Schaeder, que sostiene dicha hipótesis y es mencionado por Kittel y Eissfeldet, puede verse en Rey. Bibl. 1. c. Pasamos por alto otras interpretaciones la de Batten, por
Eibl. 1937 p. 44 ss.,
;
cierto
muy complicada, puede
verse en
p.
169;
Por de pronto notamos que bien puede corrupción en
el
De
texto.
cf. p.
ser
todas maneras,
158
s.
160.
haya alguna
como
los
dos
y 8 sean paralelos, es decir, que de Bislam y sus compañeros se diga que escribieron al rey, exactamente de la vv. 7
misma manera que y no se ponga entre del
cia
se
uno respecto
dice
los dos vv.
del
Rehumi y Simsai,
escribieron
nexo alguno,
ni
dependen-
por esto nos inclinamos a
otro,
y por la misma razón de paralelismo pensamos que ambas fueron escritas creer que se trata de dos cartas distintas
por samaritanos en contra de
Por
;
los judíos.
que hace a la interpretación de Klostermann hemos de reconocer que tiene la ventaja no despreciable de ofrecer
lo
solución
satisfactoria
al
difícil
problema sobre
la
sucesión cronológica de los documentos en esta sección ara-
mea
(c.
4-6) ide Esd.
tas dificultades
decurso de los
mo
«su
judíos
otra parte tropieza con cier-
que hacen difícil su aceptación. En todo el documentos no se trasluce en lo más míni-
supuesta intención del escribiente
la
;
:
es
muy
extraño
con una sola palabra haya dejado entrever carta iba escrita en favor de sus compatriotas los y es ello tanto más de extrañar cuanto que esta
que Tabeel
que
Mas por
ni
sección aramea da
la
impresión de ser bastante completa
;
ESD.
7
4,
113
V en
hitantes de Judá y Jerusalén. 7 jerjes escribieron Bislam,
más colegas
nj
los días de Arta-
Mitridates, Tabeel y sus de-
a Artajerjes, rey de Persia
por qué
se concibe
docu-
el
y
;
redacte de Esd. había de eliminar
el
y aun necesarios para conocer la verdadera índole de los documentos. Además, el episodio
ciertos
elementos
de Tattenai
útiles
1-15)
(5-6,
anda íntimamente enlazado con
hecho de haberse reanudado (5,
1-2),
y por
él
solo perfectamnte se explica
ligera relación se descubre entre el
de
el
reconstrucción del templo
la
mismo y
ni
:
la
más
documento
el
4, 7-24. 7.
Artajerjes
reinó
de 405
Mitndatcs (dado
425.
a
Mitra) es nombre persa, que se lee también en se halla en Is. 7, 6
sonaje siró
nombre de un per10 leemos Tobías, nombre que se
donde parece
en Neh.
;
2,
ser el
tiene por idéntico al anterior, ;sólo
elemento es
el,
a
Tabeel
8.
1,
que en éste
segundo
el
mientras que en otro es Yalirc. ÍTIUD, que
en varias formas se repire en 4, 9. 17. 23 5, 3. 6 G, 6. 13, significa probablemente no subditos, sino más bien compa ñeros, compadres prn^SH nombre persa, que significa escri;
;
.
documento, carta, D3*)tl interpretar, traducir, exponer. Es una observación del autor el documento estaba escrito en caracteres árameos y redactado en lengua aramea. Con
to,
:
esto quiso dar a entender que conocía perfectamente crito, él
se
el
es-
aumentaba naturalmente la confianza que en podía tener. Ni tampoco era inútil esa nota, puesto lo
cual
que, siendo dirigida la carta
al
rey de Persia, alguien pudie-
sospechar que estaba redactada en lengua y caracteres persianos o quizá en lengua y caracteres samaritanos, pues-
ra
;
to que samaritanos eran los que la escribían.
No
pocos au-
tores creen que se habla de una traducción, e interpretan el
texto
de varias maneras
rPDIM en fVD^B
,
:
Meyer,
de suerte que
el
p.
18 cambia
el
documento había
primer sido re-
1U
ESD.
mentó estaba Simsai,
en caracteres árameos, y redacaramea. 8 Rehum, gobernador, y
escrito
lengua
en
tado
escribieron
secretario,
rusalén
al
8-9
4,
una
sobre
carta
rey Artajerjes en estos términos
Je-
«Rehum,
9
:
Siegfried, dactado en lengua persa y traducido- al arameo por el contrario, dice que fué escrito en arameo y traslada;
do
al
n^EHN como
persiano. Bertholet considera el segundo
glosa, añadida para indicar que lo que sigue está redactado
en lengua aramea el
persiano.
que
la
el
:
original dice que era evidentemente
No creemos
que sea tan evidente
;
y pensamos
explicación que dimos arriba es todavía
la
Rehum
2
más pro-
bable. 8.
26;
12,
3.
entre otros pasajes se lee en
cytO
juicio,
decisión,
decreto
2,
(cf.
;
Neh.
10,
Jon. 3,7). de
donde señor del decreto es título del prefecto o gobernador, gosignificación que se armoniza perfectamente con 4, 23 bernador empero inferior evidentemente al Peha, cuyo do;
minio se extendía a toda
un
jefe local,
cierto
que
la
provincia
;
Rehum
debía de ser
que residía probablemente en Samaría.
fuera
persa
escriba o secretario
;
es
;
y
muy
lo
propio
dígaise
de
No
es
Simsai,
posible que ciertos puestos de
autoridad locales se confiaran a indígenas. 9.
Empieza
el
texto de la carta.
Se especifican nueve
nombres, que son los de otras tantas gentes, que todas vivían en la región de Samaría, entre otras, los de Uruk, de Babilonia, de Susa, de Elam. Según Siegfried, Bertholet
y otros, varios de estos nombres indican más bien oficios, nosotros creemos que sienverbi gracia, el primero jueces do algunos por lo menos ciertamente gentilicios, y no pu:
diéndose afirmar de ninguno con certidumbre que indique oficio, lo natural es
que
se interpreten todos
como nombres
de los varios pueblos que habían sido transportados a Samaría.
1012
KM). 4,
L15
gobernador, y Shimshai, secretario, y sus demás colegas, los Dineos, Afarsatkeos, Tarpeleos, Afarseos, Arkeveos, Babilonios, Susankeos, Dehaveos, Elamitas 10 y los de-
más pueblos que
el
grande
e ilustre
Osnapar transportó
y estableció en la ciudad de Samaría y en las demás regiones de Abar-nahara, etc.» 11 Esta es copia de la carta
que enviaron
«Tus siervos, los habi12 Sabido sea del rey que los
rey Artajerjes
al
tantes de Abar-nahara, etc.
Osnapar
10.
v. 2),
(cf.
ryD^
et
11
a.
cierto
es
mos precisamente
cuál
:
:
un rey de Asiría pero ignoralo identifican con Asarhaddón ;
unos
otros con Asurbanipal (6G8-G2G).
en
rü$?Dl
hurta tempus, y equivale a nuestro etc. Al fin del v. anterior queda interrumpida
ducción de
la carta,
y en este
v.
se
17
el v.
la intro-
pone una segunda, bre-
ve introducción. 11 b-16.
Carta
escrita
con
grande
habilidad,
muy
a
el ánimo del monarca. Empiezan por exponer sencillamente el hecho, pero en forma tal que haga ya nacer graves recelos contra los judíos (v. 12). Ponen luego ante los ojos del rey los inconvenientes que traerá consigo la reedificación de los muros de la
propósito para hacer impresión en
ciudad
;
ya que, una vez fortificada ésta, los judíos se ne-
garán a pagar el tributo (v. 13). Y para que esta delación no pueda atribuirse a envidia o mala voluntad, protestan que el único motivo que les ha inducido a hacerla es la gra titud
con que
todas maneras,
se si
sienten obligados al
monarca
éste quiere cerciorarse por
(v. sí
14).
De
mismo de
verdad, no tiene sino que buscar en los archivos reales y se convencerá de la exactitud de cuanto ellos dicen (v. 15).
la
Y
terminan asegurando que,
si
la
ciudad es reedificada
circundada de sus muros, podrá tenerse por acabado
minio del rey en toda 12.
La
rebelión
la
provincia
(v.
de que se acusa
el
y do-
16). a
Jerusalén debe re-
116
ESD.
lo -16
4,
judíos que de Ti subieron llegaron hasta nosotros, a Jerusalén ; que están reedificando esta ciudad rebelde y
mala, reparan los muros y restauran las defensas. 13 Ahora bien, sepa el rey que si esta ciudad es reedificada y sus
muros reparados, no pagarán peaje; y
nosotros
comemos
sal
la
contemplar impasibles
Y
el
el
pues
de palacio, y no nos sufre detrimento del rey, por esto
enviamos carta para poner busque en
ni tributo, ni impuestos, ni
tesoro del rey sufrirá detrimento. 14
el
al
tanto
Que
rey. 15
al
se
libro de anales de tus padres, y hallarás en
de anales y yerás que esta ciudad es ciudad rebelde y que acarrea daños a reyes y provincias, y que traman revoluciones ya de antiguo en su seno por esel libro
:
Hacemos pues nosotros ciudad es reedificada y sus mu-
to fué esta ciudad destruida. 16
saber
rey que,
al
si
esta
hubo de sacudir
a las varias tentativas que
ferirse
extranjero en los últimos años antes del 587. literalmente
nifica
donde ahora
este
como
bien,
Comer
14.
a
ahora,
tiempo,
—13.
cf.
¡>7D
16,
5,
sig-
de
especie de fórmula introductoria.
sal en casa de alguien quiere decir ser o
la
haber sido su huésped, o también estar a su servicio
segunda acepción
yugo
el
es aquí preferible
;
los
:
esta
que escribían eran
que cobraban sueldos del Estado. También podría
oficiales
asimismo
significar
un pactum
salis, cf.
Num.
18,
lí)
;
2 Par.
33,5; o sea, una alianza firme y perpetua: pero no parece ser éste el significado que tiene en este pasaje.
Jerusalén
15.
nosor
;
y
es claro
fué
en
efecto
destruida
que un hecho de
tal
por
Nabucodo-
resonancia se había
—
consignado en los anales del reino. 16. Verdaderamente había grande exageración en decir que, una vez fortificada la ciudad, los judíos habrían movido guerra al monarca persa y habrían logrado asentar su ol
Oeste
del
Eufrates
;
dominio en toda
la
región
pero se comprende perfectamente
esd.
-t,
17-22
117
ros son reparados, en consecuencia de esto ninguna posesión te quedará en Abar-nahara.»
17 Contestó
el
rey a
Rehum, gobernador,
a Simsai,
secretario, y al resto de sus colegas que habitan en Sa-
maría y en
demás regiones de Abar-nahara: «Salud,
las
etcétera. 18
La
carta que nos enviasteis fué leída dis-
tintamente delante de mí. 19 Por mi orden hicieron
in-
vestigaciones y hallaron que esta ciudad de antiguo se
levantó contra los reyes, y que en ella urdían revueltas e insurrecciones 20 y que hubo en Jerusalén reyes po;
derosos y que dominaban en toda Abar-nahara, y que les pagaban tributo, impuestos y peaje. 21 Ahora bien,
dad orden que esos hombres no sigan adelante, y esa ciudad no sea reedificada hasta que se dé por mí una orden tes
al
propósito. 22 Guardaos de mostraros negligen-
en este punto, no sea que se acreciente
el
mal en
detrimento de los reyes.»
su manera hiperbólica de hablar,
dado
el
fin
que se pro-
ponían. 17-21?.
la
Respuesta del rey.
— 17.
El autor hace preceder
carta de una breve introducción, en que
tinatarios.
Al
fin del v.
acusa recibo de
la
el
carta
saludo clásico (v.
18)
:
:
nombra
los des-
Paz. El monarca
ordena que
se
vean los
anales del reino, y, en efecto, se encuentra que era de todo
punto exacta
la
vista de lo cual
relación de los samaritanos (v. 19-20)
urgencia impidan a todo trance que
vaya adelante
(v.
no
en
la
obra de fortificación
Con todo es de notar que dicha modo el carácter de provisoria, de
21-22).
orden tiene en cierto suerte que
;
no sólo permite, sino que manda que con
se excluía la posibilidad de
permitiera reanudar los trabajos.
que más tarde se
118
esd.
4,
23-24
23 Entonces, así que la copia de la carta del rey Ar-
hubo
tajerjes
sido leída delante de
te a Jerusalén,
Rehum, y de Sim-
y de sus colegas, fuéronse prestamen-
sai, el secretario,
a los judíos, y con brazo fuerte hicié-
ronles cesar en su trabajo. 24 Cesó entonces la obra
No
23.
podían esperar decisión más grata para
ellos los
samaritanos.
Sin pérdida de tiempo corren a Jerusalén, y obligan a los judíos, aun con la violencia, a desistir de la
empresa. Cierra
24.
autor este episodio diciendo que se inte-
el
rrumpió entonces así
parada hasta
la el
obra de
la
año segundo
casa de Dios, y se quedó del reinado de Darío, rey
de Persia.
N.
B.
— Este
último
v.
causa grave dificultad.
En
la
carta de los samaritanos y en la respuesta del rey se habla
única y exclusivamente de la reconstrucción de
la
ciudad y
de sus muros
;
de
objeto único de la carta y del decreto, sino
una y ahora se nos dice que, como resultado del decreto real y de la violencia de los samaritanos, quedó interrumpida no la fortificación la ciudad,
sola palabra del templo
ni
restauración del templo, del cual ni se había hecho.
Y
no sólo
esto, sino
la
más
que
;
ligera
la
mención un
salta a la vista
Las cartas van dirigidas a Jerjes (v. 6) y a Artajerjes (v. 7, 11. 23), ambos posteriores a Darío (Jerjes = Asuero 485-465 Artajerjes 405-425).
evidente
anacronismo.
;
Esta
última
dificultad
resuélvenla
algunos
(a
Lapide,
monarcas mencionados Pseudo-Smerdis (522), los cua-
Calmet y otros) diciendo que los dos
son Cambises (529-522) y el son, en efecto, anteriores a Darío. También Sellin Stu-
les
dien, p. 17-25, es de opinión jerjes el
que bajo
el
nombre de Arta-
debe entenderse Ciro o Cambises, de suerte que todo y añade que la recons-
episodio se pasó antes de Darío
trucción de la ciudad y
la
;
restauración del templo se lleva-
ESD.
templo
del
hasta
4,
24
11!»
Dios en Jerusalén. y quedó paralizada año secundo del reinado de Darío, rey de Per-
el
ele
sia.
ban de frente
:
segunda sin la no se oponían a de
y que de todas maneras no era posible la primera. Dice, además, que los samaritanos las
obras del templo, sino a
al calificativo
de arbitraria
:
el
nombre de Arta jer jes
no en un solo pasaje, sino en muchos: Neh.
21:
11.
la fortificación
ciudad. Pero tal solución difícilmente puede sustraerse
la
1:
2.
14
5,
;
13,
6.
En
se lee
14:
7. 1. 8; 6, últimos nadie estos
4,
7.
absolutamente duda que se trate de Artajerjes debe decirse, pues, de dicho nombre en Esd.
propio
lo
:
c.
4 y
0.
La
solución hay que buscarla por otro camino.
El episodio se refiere
mano
Con
(405-425).
nológica, que nace del
de colocar la
el
mención
al
esto
tiempo de Artajerjes
queda
nombre de
los reyes en la
hecho antes de Darío. Pero,
del
templo en
el
v.
Longi-
T
resuelta la dificultad cro-
24.
;
hipótesis
cómo
explicar
cuando en todo
con-
el
texto precedente no se habla sino de la ciudad y de sus
mu-
Y
¿qué razón dar de la presencia de este relato en un sitio que cronológicamente no le corresponde ? Quizá pueda proponerse la siguiente hipótesis que, a nuestro juicio, no ros?
deja de ser plausible. Existía un relato arameo de
la
hosti-
lidad samaritana contra los judíos al tiempo de Ciro, paralelo a
nuestro texto hebreo
(arameo).
Como
samaritanos en
el
en
hostilidad
como
y que se cerraba con el v. 24 manejos de los
reinado de Ciro,
añadir a continuación
ma
4, 1-5,
1-5 se narraban lo>
4,
el
el
autor creyó oportuno
relato aramaico (v. 8-2$) de
la
samaritana en tiempos posteriores, algo
misasí
Mateo, verbigracia, junta sucesos que se pasaron a larga distancia unos de otros y como el v. 24 era no sólo S.
;
natural conclusión del relato
que
al
mismo tiempo
arameo paralelo
a 4, 1-5,
era oportuna introducción a
5.
1
sino ss..
120
ESD.
á.
EXCURSUS
Vil
por esto
lo conservó colocándolo inmediatamente antes de segunda restauración del templo. Cuanto a los vv. 6 y 7 puede muy bien haberlos añadido el mismo autor. Reconocemos que esta explicación no es de una claridad meridiana, pero creemos que resuelve de una manera suficientemente la
satisfactoria el
problema en su doble aspecto
real
literario.
y
Excursus
¿Hubo dad
?
al
— Que
tiempo de Ciro algún conato de fortificar
los judíos
emprendieron
muy
pronto
la ciu-
la reedifica-
ción del templo está por encima de toda duda. Pero cabe pre-
guntar
De
:
i
Se redujo a esto-la actividad de los recién llegados ? lo que dice explícitamente el autor la res-
atenernos a
puesta
debiera
afirmar que
el
ser
afirmativa.
Pero,
¿quién se atreverá a
de todo punto completo
relato es
?
Muchas
cosas habrán sin duda pasado, de las que no se hace mención alguna.
atendemos
Si
al
medio ambiente en que vinieron a encon-
trarse los repatriados, difícil es concebir que su primer pen-
samiento no fuese pido e imperfecto,
pueblos que
el
de restaurar, siquiera de un
modo
derruidos muros de la ciudad.
los
rodeaban
rá-
Los
eran hostiles, y podían con fundamento temer que esa hostilidad se tradujera en obras, y les
les
ellos se sentían débiles e inermes.
De comenzar por
la reedi-
ficación del templo, se exponían a tener que interrumpir a
momento
la obra y aun a que los enemigos destruyepoco que hubieren hecho. Era, según dice con pintoresca imagen Sellin (Studien II, p. 19), comenzar la construcción de una casa por el techo. Es de creer, pues, que
cada ran
;
lo
muros
y una vez levantados éstos, o paralelamente con el progreso de éstos, se iría reedificando el templo. Por tal forma se ponían al abrigo ante todo se preocuparían de los
de un golpe de
mano y
;
se veían libres de las continuas zozo-
ESD.
bras a que te
la
4,
EXCURSUS
121
VII
ciudad desmantelada les habría necesariamen-
expuesto.
Otro argumento aduce que
tesis
mismo
él
Sellin
en
(ibidem)
La oposición de
sostiene.
favor
de
la
los samarita-
nos, de que nos habla el autor, no era ni podía ser contra la
restauración del templo. Contra ésta nada tenían que ob-
jetar.
Es más,
deseaban, puesto que ellos mismos se ofre-
la
cieron a cooperar en ella (Esd.
que
muros
Lo que no
4, 2).
querían era
y se comprende. Ellos tenían la hegemonía en el país, y pretendían dominar también a los recién venidos. Si éstos levantaban las murallas y se hacían fuertes en la ciudad, aquélla se desvanecía, o cuando menos se rehicieran los
;
quedaba notablemente atenuada
;
y esto era
lo
que se pro-
ponían con todas sus fuerzas evitar. Los esfuerzos de los samaritanos tición
al
tiempo de Nehemías no eran sino una repe-
de los hechos ántes ya por los del reinado de Ciro,
pero con más éxito estos últimos que aquéllos. Tal es
la
interpretación que da Sellin a los primeros ca-
pítulos del libro de Esdras, y los
ya
Studien
(cf.
II.
p. 18-43).
A
argumentos en que pesar de
la
la
apo-
resolución con
la defiende y de los argumentos que acumula, su tesis aparece a nuestro juicio como un edificio falto de base, por
que lo
menos de sólida base. Por de pronto hase de reconocer que
real ni en el relato del autor es
ni
en
dado descubrir
vestigio de un conato de reconstrucción de los
después de llegada su decreto (1, 1-4
da para
ello
;
la
rescripto
el
ni
siquiera
muros poco
primera caravana a Jerusalén. Ciro en
6, 3-5)
ordena
la reedificación del
toda suerte de facilidades
;
de los
templo, y
muros de
la ciu-
dad, ni una palabra. El autor narra con profusión de detalles el
principio, las vicisitudes, el término de la
templo
;
grande obra del
¿es posible que andando ésta tan íntimamente traba
da, a juicio de Sellin,
con
la
reconstrucción de los muros, no
se le ocurra al autor decir de éstos ni
una sola palabra,
ni ha-
122
EXCURSUS
ESD. 4.
cer a los
mismos
la
más
VII
ligera alusión?
Hemos
de confesar
un verdadero enigma. Que no pocos hechos aun de cierto relieve se omitan a nadie puede extrañar, dada la índole fragmentaria de nuestra historia pero que suceso de tal importancia que según Sellin era preliminar indis-
que
tal silencio resulta
;
—
pensable para
restauración del templo, hasta
la
que ésta resultaba imposible
sin aquél
—
lo
el
punto de
pasara por alto
el
muy difícil, por no decir imposible, es concebirlo. Pruebas de muy gran peso fueran menester para contrapesar la fuerza de ese argumento del silencio. No tenemos por tales
autor, esto
que
las
Sellin aduce.
Empezando por
la
segunda, alguien po-
drá maravillarse, y con razón, que se invoque el amor de los samaritanos hacia el templo para concluir de ahí que no se opusieron, ni pudieron oponerse a su restauración, y que por
consiguiente su resistencia no tenía otro objeto sino impedir la fortificación
de
la
ciudad.
definida está por el autor
del templo
;
:
La
actitud de los samaritanos bien
Se ofrecen a colaborar en
'a
obra
pero es rechazada su oferta. Esta repulsa es
que enciende su odio, que trueca en
la
fiera hostilidad su ante-
Nada más
psicológico que un tal proceder. que mencionamos en primer lugar, se presenta con mayores visos de probabilidad. No cabe negar
rior benevolencia.
La
otra prueba,
que
los trabajos de restauración del templo se habrían llevado adelante con mayor seguridad dentro de una ciudad
bien fortificada
;
que los muros, una vez levantados, habrían al abrigo de un golpe de mano de
puesto a los trabajadores
parte de la población hostil. Pero,
permiso de emprender patriación no consta.
¿contaban
de suyo es
En muy dudoso que
bierno imperial autorizara ya desde un principio trucción de las murallas:
sejaba
mucha
cautela
;
la
con
el
el decreto de re-
tal fortificación?
Y
ellos
la
el
Go-
recons-
prudencia más elemental acon-
convenía estar a
la
mira de cómo se
desarrollaba la nueva Comunidad. Diráse por ventura que ésta
emprendió
la
obra
sin
permiso
;
quizá suponiéndolo.
ESD.
V.
123
Pusiéronse a profetizar
1
carías, hijo de Iddo, a los
Pocos aceptarán, a nuestro
más
1
5,
profeta
el
tan
juicio,
la
toda
magna obra
la
de
la
razón de ser de
y por lo
sí
y ante
sí
a
fortificación de la ciudad.
caravana era
la
Yahvé en Jerusalén
del culto de
fácil,
solución. Difícil se hace creer que el
arbitraria,
el
de-
grupo
empren Además,
restablecimiento
para esto abandonaban
;
destierro, para esto regresaban a la patria.
natural que su primer pensamiento fuese
templo, indispensable para
y Za-
judíos de Judá y Jerusalén.
de los recién llegados se atreviera por der
Ageo
el ejercicio
la
¿No
restauración del
del culto?
podían tropezar con dificultades. Pero su
el
era, pues,
Claro que
era bastante
fe
robusta para que firmemente esperaran que Dios, por quien trabajaban,
protegería
les
todo obstáculo,
allanado
y,
les
sacaría triunfantes de todos sus enemigos.
Se reanuda
la
obra del templo, y la autoriza explícitamente Darío. C. 5-6, 1-18
Por exhortación de a
la
los profetas se
restauración del templo
gobernador pregunta ello 5, 3-5
Darío
;
a
los
la
restauración del templo 6,
zar,
la
Jer.
15,
13-15, del cual se celebra
última voz, sobre
nombre de Dios
que de Dios
cf.
G,
16-18.
El sufijo de
es que el
decreto real, y se lleva a
el
bablemente no a los judíos, sino decir,
el
y para cerciorarse de la verdad escribe al mismo monarca, después de hallado en los anales decreto de Ciro, contesta al gobernador 6, 1-12,
dedicación 1.
pone de nuevo mano
de lo cual enterado
0-17. El
5,
del reino el
la
;
judíos quién les autorizó para
quien pone luego en ejecución
cabo
1-2
5,
16
ellos, se refiere
a los profetas
se había
;
y
el
invocado sobre
pro-
sentido
ellos,
es
habían recibido el impulso para profeti;
Ts.
63,
10.
Es claro que profetizar
se
.
124
esd.
2-3
5,
en nombre del Dios de Israel, que a
ello les
movía
seguidamente aprestáronse Zorobabel, hijo de
;
2 y
Sealtiel,
y Josué, hijo de Josedec, a dar principio a la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén y con ellos ;
estaban los profetas de Dios que les prestaban ayuda. 3 Por ese tiempo presentáronse a ellos Tattenai, pe-
toma aquí no en
la
acepción de predecir
lo futuro, sino
de
exhortación y a un tiempo grave reprensión que se lee en Ag. 1, 1-11, y que lleva como fecha el
exhortar, predicar
;
año segundo de Darío, primer día
sexto
del
(Elul =
mes
k gosto-Setiembre) 2.
No
del profeta
fueron esta vez palabras lanzadas :
jefes
viento las
al
y pueblo, dóciles a quien hablaba en nommanos a la obra. Por lo que
bre de Dios, pusieron al punto
inmediatamente sigue se ve que no se creyeron obligados a
monarca o
pedir autorización al cia.
Ya observamos
cia se
toma en
el
ban manteniendo
gobernador de
al
sentido de reedificar. el
provin-
la
arriba que el verbo edificar con frecuen
Los profetas ayuda-
fervor del pueblo y animándolo a llevar
adelante la obra comenzada.
Viska
3-5.
3 Esd.
6,
gobernador.
del
3 lleva Sisones
;
era
el
—
En
3.
vez
de
TatUnai
gobernador o peha de
la
pro-
de Judá. Si Setar
subordinado el peha Bozenai fuera su secretario, parece que lo habría notado el autor, como lo hizo con Simsai (4, 8). Es probable que fue-
vincia, al cual estaba
gobernador para dar-
se
un personaje samaritano, enviado
le
parte de lo que estaban haciendo los judíos, y que con el
mismo había venido
a Jerusalén.
Es de notar que
pañeros o compadres, que aquí lleva lo tiene singular y se refiere
al
al
la
el sufijo plural,
dicho personaje
;
voz comen es,
el v.
6
pues,
que sean también samaritano s que formaban la comisión o embajada que fué a entrevistarse con el peha.
verosímil
esd.
5,
4-7
125
ha de Abar-nahara, y Setar Bozenai, con sus colegas, y habláronles en estos términos ¿ Quién os dió autori:
zación para edificar esta casa y reparar sus muros ? 4 Y 'siguieron preguntándoles' en esta forma: ¿Cuáles son
nombres de
los
cio
En verdad que
5
?
que
los
están
edificando
este
edifi-
ojo de su Dios velaba sobre
el
y no les hicieron cesar en negocio fuese deferido a Da-
los ancianos de los judíos,
su trabajo en tanto que
el
y mandaran una decisión
río,
al
propósito.
6 Copia de la carta que Tattenai, peha de Abar-na-
y Setar Bozenai, y sus colegas los Afarsekeos de Abar-nahara enviaron al rev Darío. 7 Mandáronle
hara,
cómo éste no condena sin más a los judíos, sino como hombre prudente, se limita a preguntar si están
Adviértase que,
debidamente autorizados para
la
obra que han emprendido.
La Vulg. conformándose con
4.
el
TM
lleva
respon-
dimus, siendo por consiguiente los judíos los que hablan
por
con los
10 se ve que continuaba
el v.
dor
pregunta
la
;
pero
del goberna-
DON de acuerdo Evidentemente no se trata de nombres de cuantos trabajaban, sino sólo de los que didebe leerse, pues,
;
LXX
que lleva
la
tercera persona
etxooav.
rigían la obra.
Esta
5.
rrumpirla
;
el
el
gobernador tenía
que no
videncia especial Ps.
18
33,
todo
el
;
34,
duda facultad de
sin
lo hiciera lo atribuye el
autor a
de Dios, que tenía puestos sus ojos 16) en los ancianos,
pueblo. Se convino en que
el
inte-
la pro(cf.
que representan aquí
peha
escribiría a Darío,
y en tanto que viniese la respuesta ellos podían seguir trabajando. Es claro que los judíos dieron la debida contestación a las preguntas de Tattenai, pero se omite aquí porque lue-
go va a
leerse en la carta de éste,
que se
cita
en su inte-
gridad. C-17.
Carta del gobernador.rr-%-1
Knuméranse
los
que
:
126
ESD.
O,
8-11
pues un relato, y estaba concebido en estos términos «Al rey Darío salud perfecta. 8 Sabido sea del rey que nos
hemos personado en
la
provincia de Judá, en la casa
Dios Grande, y se está ella construyendo con sillares, y se está poniendo maderaje en los muros, y la obra se está haciendo rápidamente y adelanta en sus del
manos. 9 Interrogamos aquellos ancianos y les hablamos en esta forma ¿ Quién os dió autorización para :
y reparar estos muros ? 10 Y les preguntamos además por sus nombres para dártelos a co-
edificar esta casa
nocer, mientras que notamos por escrito los
ron
hombres que están la siguiente
al
respuesta
el
frente de ellos. 11 :
nombre de
Y
nos
die-
Nosotros somos siervos del
y estamos reedificando un templo y que fué edificado de muchos años antes de ahora y
Dios de
cielo
tierra,
;
suscribían la carta, y al fin del v. 7 empieza propiamente ésta
con
el
saludo de paz.
cho, e indica su tas
que hizo a
—8-10.
El peha pone por delante
el
he-
manera de proceder especificando las Muestra grande reverencia hacia
pregun-
los judíos.
Dios de éstos, a quien da
el
de grande, y da a entender que se trabaja con actividad, pues el edificio va crecienel calificativo
do a vista de ojo. La respuesta es hábil y sincera: dan sencillamente la historia del templo. Se llatman siervos del Dios del cielo y de la tierra, título a propósito para inspirar al gobernador cierto respeto y simpatía hacia los servidores de tal Dios. El templo no es cosa nueva se trata de mera restauración :
;
y su primera construcción data de muy antiguo, y fué obra no de uno cualquiera, sino de un gran rey tres circunstan:
y si y sobriamente expresadas (v. 11) ese templo fué destruido, sépase que no fué precisamente
cias bien escogidas
;
obra de hombres, sino del mismo Dios, quien se sirvió de
Nabucodonosor como de instrumento para castigar
a
su
127
que
editicó y llevó a
buen término un gran monarca de
Israel. 12
Mas porque
del cielo
entrególos en
nuestros padres irritaron
Dios
al
manos de Nabucodonosor
rey
y destruyó este templo y su pueblo lo llevó cautivo a Babilonia. 13 El primer año
de Babilonia,
empero de
el
caldeo,
Ciro, rey de Babilonia,
rey Ciro dió or-
el
den de reedificar este templo de Dios
;
14 y además los
templo de Dios, en oro y plata, que Nabucodonosor había sacado del templo de Jerusalén y utensilios del
trasladado
el
el
rey Ciro
entregó a uno por nom-
los
15 y a quien había constituido peha Estos utensilios tómalos y ve a deponerlos en templo de Jerusalén, y que la casa de Dios sea re-
bre le
templo de Babilonia, sacólos
al
templo de Babilonia y
del
Sesbasar,
dijo
;
:
construida en su propio
sitio.
pueblo por sus prevaricaciones
16 Vino pues este Ses-
(v.
12V
Y
ahora
si
lo res-,
monarcas de Persia, pues Ciro no sólo dió el permiso, sino que aun restituyó los vasos preciosos de que lo había despojado Nabucodonosor y aquel a quien los entregó, que fué Sesbasar, tauran. lo hacen con plena autorización de los
;
el
mismo echó
los cimientos del templo, el cual desde enton-
ces se está construyendo (v. 13-16). blar de los
manejos de
los
De
propósito evitan ha-
samaritanos y de
la
a que por fuerza les habían obligado. Schrader, dice
que
las
últimas frases de
la
interrupción 1.
c.
162,
p.
respuesta demuestran que
nunca hubo interrupción alguna en
los trabajos del templo,
y que por consiguiente no puede tenerse por histórico ei relato del c. 4. Pero muy atinadamente observa Sellin, Studien. 2. s., que bien pudo decirse de la cátedra! de Colonia antes de 1860:
«Desde
el
año 1248
terrupciones de hasta
más de
se está edificando
y
to-
más que hubiese habido inun siglo. La razón por qué en
davía no se ha terminado», por
128
ESD.
1-2
6,
basar y echó los cimientos de salén y desde entonces hasta ;
la
casa de Dios en Jeru-
el
presente se está cons-
truyendo, y todavía no se ha terminado. 17 Ahora bien, si parece bien al rey, háganse investigaciones en la casa
de los tesoros del rey ahí en Babilonia, sobre
si
existe
un decreto, emanado del rey Ciro, para reconstruir esta casa de Dios en Jerusalén y se nos comunique la vo;
luntad del rey a este propósito.»
VI. 1 Entonces dió
el
rey Darío orden de hacer in-
vestigaciones en la casa de los archivos, donde se hallan depositados los tesoros, allí
la
en Babilonia
2 y ha-
;
respuesta se menciona Sesbasar y nada se dice de Zoro-
babel ya
al
monarca que
del tesoro real
—
dimos más arriba,
61
p.
s>.
El gobernador cierra su carta proponiendo cortes-
17.
mente
la
—que
para ver
gado por
al
si
se
haga un reconocimiento en
mismo tiempo
se encuentra
los judíos,
allí
la
casa
debía servir de archivo el
y de todas maneras
decreto de Ciro alele
dé a conocer cuál
es su voluntad.
el v. 6
;
—Esta
empieza propiamente con pero porque no lleva saludo como en 4, 17, y por otra
1-12
6,
Carta de Darío.
parte supone lo que se dice en los vv. precedentes, parece
que
el
autor no nos transmitió
a la forma, aunque
sí
en
lo
el
que
documento íntegro cuanto se refiere al fondo.
1-2. Lo que en 5, 17 se llama casa del tesoro, aquí lleva un nombre más completo, casa de los libros del tesoro, es decir, que en el tesoro se conservaban también los archi-
vos. 5, 17.
No hay
razón para modificar
la
frase adaptándola a
Conforme había propuesto. el gobernador
se
buscó en
y no hallándose en dicha ciudad lo que se pretendía, se hizo la indagación en Ecbatana, mansión veraniega de los reyes, y que suele identificarse con la actual HaBabilonia
;
ESD.
Ecbatana, en
lióse en
l>,
o-5
128
que está en
la fortaleza
provin-
la
Media, un volumen, y en él había un escrito en estos términos Memoria 3 El primer año del rey Ciro,
cia de
:
dió
:
rey Ciro una orden tocante a la casa de Dios
el
en Jerusalén
:
Que
sea reedificado
de se ofrezcan sacrificios
;
el templo, lugar donque se pongan sólidos funy
damentos. Su altura será de sesenta codos, y de sesenta 4 los órdenes de silla-
codos asimismo será su anchura res serán tres, y uno sólo correrán a cuenta de la casa
de
el
;
de madera. Los gastos
real. 5
Y
además
los uten-
casa de Dios, en oro y plata, que Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y transportó a silios
la
madan.'La voz
pudiera de suyo significar el paKrn*D3 lacio-castillo, morada del monarca pero aqui debe tomarse como sinónimo de Ecbatana, de suerte que la ciudad misma, que debía de estar bien fortificada, recibe el nombre de for;
taleza
del palacio real
:
de Media. Por
lo
no
que está en
se diría
los archivos,
por una razón o por otra,
En
ladado de Babilonia a dicha ciudad.
do en
el el
rollo de
que luego se habla
palacio del monarca.
La
;
diga
el
se
hubiesen tras-
ésta, pues, fué halla-
empero que rWlDH es como que de la misma dijimos no
se dice
última palabra
de lo que sigue. Véase lo
el título
lo
Es muy posible
autor, se sabe que era capital de la Media.
que
provincia
la
demás, Ecbatana, aunque no
arriba, p. 57.
Compendio
3-5.
del decreto
dicho en
que en
la
p.
del
decreto
de Ciro.
— Sobre
la
índole
y su relación con el de 1, 2-4, remitimos a lo 56 s. Sobre la interpretación del v. 4 y el uso
antigüedad se hacía de
la
madera en
la
construc-
ción de templos, palacios y casas particulares véase Sidney
Smith, Timber and brick or masonry construction en Pal. Explor. Quart. 1941 p. 5-17. 9
;
esd.
6,
6-12
Babilonia, sean devueltos y llevados al templo de Jerusalén, a su propio lugar, y repuestos en la casa de Dios.
6 Ahora bien, Tattenai, peha de Abar-nahara, Setar Bozenai, y vuestros colegas los Afarsekeos de Abarnahara, retiraos de ahí; 7 dejad que vaya adelante la
obra de esa casa de Dios
;
que
el
peha de los judíos y Dios
los ancianos de los judíos reedifiquen esa casa de
en su propio
sitio.
8
Y
ésta es la orden que
doy cuanto
a lo que habéis de hacer con esos ancianos de los ju-
díos para reconstruir esa casa de Dios
:
De
los tesoros
rey provenientes del tributo de Abar-nahara sean
del
puntualmente sufragados a esos hombres los gastos y esto sin demora. 9
Y
cuanto sea necesario en bece-
rros, carneros, corderos, para los holocaustos del
Dios
vino y aceite, conforme a la demanda de los sacerdotes de Jerusalén se les dé día por
del
cielo,
en trigo,
sal,
día sin falta, 10 a fin que ofrezcan sacrificios de suave
Dios del
cielo
sus hijos. 11
Doy
olor -de
al
y rueguen por la vida del rey y orden asimismo que quienquiera
violare este decreto, se arranque de su casa
ro y, atado, sea en
reducida a un
que hace
él
un made-
suspendido, y su casa sea por esto
montón de inmundicias. 12 Que
residir allí su
pueblo que pusiera su
el
Dios,
nombre, acabe con todo rey y
mano para
violar
el
decreto y
destruir esa casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, el decreto: que se cumpla puntualmente.
6-12. los judíos.
La
di
respuesta del monarca es del todo favorable a
Ordena
sigan adelante en
a sus oficiales que los dejen en paz y que obra del templo (v. 6-7) y no sólo esto,
la
;
sino que de los tributos de la provincia se les ayude,
si
fuere
necesario, para que los trabajos no tengan en ningún tiempo
ESD.
EXCURSUS
VIII
L33
y quiere además que se les suministren demás que se requiera para los sacrificio-, j
que suspenderse víctimas y lo
6.
;
pide finalmente que se eleven oraciones al Dios del cielo por la
la
y cierra su carta con amenaza de empalamiento para quien osare oponerse a
vida del rey y de sus hijos
(v. 8-10)
;
Dios contra todo mo-
este su decreto, e invocando la ira de
narca o pueblo que se atreviere a extender su el
mano
contra
tetmplo de Jerusalén (v. 11-12).
Excursus Autenticidad del decreto de Darío
(1).
— Es
innegable que
Darío se muestra, en este decreto favorable por extremo a los judíos.
No
con
ya se dieran ellos por bien satisfechos, sino que
lo cual
solamente respeta
mandamiento de Ciro,
el
expresa su firme voluntad de que se realice cumplidamente,
aun a costa
del tesoro público.
de su confianza en
humildemente
el
Y
¿que decir de su piedad y
Dios de Jerusalén. que
oraciones
a
mismos
sus
realmente extraño que un tan gran monarca de
tal
Parece
?
manera
se
una insignificante comunidad perdida, por de-
interese por cirlo así,
pedir
le lleva a
subditos
No
en los confines del imperio.
es maravilla pues
que se haya dudado del valor histórico de ese decreto, y aun que algunos autores, como Hólscher, no hayan vacilado en calificarlo de
pura falsificación. Las razones en que
este autor son las siguientes
pesar sobre
el fisco los
:
No
gastos de
es creíble que la
se
se
reconstrucción
;
funda
hagan menos
aún que hayan de ofrecerse sacrificios por el monarca y sus hijos, cosa que no tiene paralelo en la historia. Además de todo punto imposible («ganz unmóglich») es que Darío en un documento oficial haya puesto en duda la duración del im-
(1)
Véase
P. de
Vaux. Les décrets de Cyrus
(onstrnction du temple
;
en Rer. Bibl. 1937
p.
et
de Dorius
29-57.
sur
la
re-
132
ESD.
6.
EXCURSUS VIH
perio persa, y que hable de reyes y de pueblos que puedan un día invalidar su decreto (1. c. p. 514). Por de pronto hay que tener presente el ambiente histórico de aquel entonces.
insignificante
La Comunidad
en medio
del
judía era en verdad
inmenso imperio persa
;
pero
aun dentro de su pequenez revestía singular importancia. Cambises había conquistado Egipto, pero no había logrado pacificarlo y el descontento que estaba fermentando se manifestó muy particularmente a la muerte del monarca. ;
Darío,
al subir al
trono, se encontró enfrentado con
blema egipcio. Jerusalén
se hallaba al
extremo
el
pro-
del imperio,
y por su posición geográfica venía a ser como un punto de enlace entre Asia y Africa. Por ahí se ve cuánto ínteres
monarca persa en mantener favorables a su causa a los judíos. Eran éstos, en verdad, pocos y débipero su situación era privilegiada. Toda otra política les fuera evidentemente política suicida. Ahora bien: ¿cuál era el camino más a propósito para granjearse la benevolencia y la confianza de la pequeña Comunidad? Darío no lo ignoraba. Los judíos habían vuelto a su patria con el objeto de lo que más anhelaban era restablecer el culto de su Dios la restauración del templo, y poder de nuevo ofrecer sacrificios a Yahvé. En tales condiciones claro está que nada les debía de tener
el
;
;
ganaría tanto
el
corazón como ayudarles a realizar sus ar-
dientes deseos. Esto es lo que hizo
el
monarca
:
ni
más
ni
menos. Conducta diferente habríala tenido sólo alguno de esos políticos cuyo furor antireligioso les lleva a sacrificar a sus propias ideas el bien común de la nación. Por lo demás,
las
ideas personales
de Darío andaban
muy
lejos
de
ser antireligiosas.
No
hay. pues, de qué maravillarse
sufragar los
consigo
Y
la
gastos,
si
quiso contribuir a
por cierto no pequeños, que llevaba
reconstrucción de
la
menos extraño aún parecerá
casa de Dios en Jerusalén. si
se
recuerda que
lo
propio
ESD.
6.
hizo con otros templos.
Menfis, y construir
EXCURSUS
mandó
El
restaurar
gran templo en
el
133
VIII
de Pta en
el
oasis de
el
Khargah.
Ofreció sacrificios a los dioses de Egipto, y se mostró muy generoso en dádivas a los sacerdotes. Uzahor en su inscripción
de
Sais,
cómo Darío
narra
templo-escuela que
existía,
allí
le
ordenó restablecer
el
«Todo y termina diciendo la mejor manera :
esto hizo el rey porque sabía que tal era
de dar nueva vida a de mantener
fin
sus rentas y
Más
la
el
lo
que estaba cayendo en ruinas, con
honor de todos
el
los dioses, sus templos,
perduración de su culto con sus fiestas.»
tarde un arquitecto egipcio, que llevó al cabo
muchos
le llama «amigo de todos los The Cambridge Ancicnt History, voL IV The Persian Empire (1926) p. 25. Ni fueron sólo los reyes per-
trabajos por cuenta de Darío, dioses».
Cf.
sas quienes se interesaron por el templo de Jerusalen. Josefo,
Ant.
XII
3 refiere
•'>.
a los judíos que sí
le
que Antioco
todos los gastos necesarios para
y además
y de
les
proveyó de vino,
víctimas para
las
Grande, por gratitud
el
habían ayudado en la
la
;
en una palabra, de cuan-
Ni es cosa
to se requería para el culto.
tomó sobre
incienso, harina, sal
aceite,
el sacrificio
guerra,
reparación del templo,
increíble, ni
mucho
menos, que
el monarca persa pidiera sacrificios y oraciones y para sus hijos. Jeremías (29, 7) escribía a los desterrados «Quaerite pacem civitatis ad quam transmigrare
para
sí
:
vos se
feci, et
orate pro ea ad
dice que
los
Dominum .»
Y
en 1 Mach.
7,
33
sacerdotes mostraron a Nicanor los holo-
caustos que se ofrecían por
el
Mas
rey.
lo
que realmente
puede parecer extraño es la terrible amenaza de Darío contra todo hombre que osare violar su decreto. Pero afortunadamente tenemos un caso muy parecido del mismo monarca:
A
Gadatas, en Magnesia,
le
manda
bajo
amenaza de
fuertes castigos que se guarde bien de descuidar las disposiciones (cf.
que
Kittel,
l.
él c.
mismo ha dado en p
296).
favor
de
los
dioses
134
ESD.
Vengamos
6.
EXCURSUS
VIII
argumento Aquiles de Hólscher. imposible, un puro absurdo, que Darío en un documento oficial haya puesto en tela de juicio la duración del imperio persa. Por de pronto, aunque esto hubiera hecho no tendría nada de extraño. El monarca Para
él
finalmente
de
es
todo
al
punto
no ignoraba que otros grandes imperios se habían
persa
derrumbado ser ¿ podía él imaginarse que el suyo iba a eterno ? ¿ Había por ventura ningún desdoro en dejar traslucir, aun en documento público, la posibilidad de que lle;
un día en que dejara también de .existir el impePero persa? el caso es que ni siquiera tal posibilidad se
gara rio
al fin
deja traslucir, pues
el
monarca no
dice aquí ni
una palabra
de su propio reino. Habla de reyes y de pueblos, sin duda
más
o
menos vecinos de
Jerusalén.
Y
¿qué incongruencia
cabe descubrir en que alguno de esos reyezuelos, o de esos pueblos, por ejemplo, los samaritanos, con
el
andar del tiem-
po tratara de frustrar el decreto que el monarca persa había dado? Ojos más que de lince se necesitan para verla.
De
otras objeciones de
menor
menos teniDigamos con
cuantía, o al
das por tales, se puede hacer gracia
al lector.
todo siquiera dos palabras.
Causa extrañeza a algunos
la
perfecta correspondencia
entre la pregunta del gobernador y la respuesta del rey, correspondencia que a su juicio da a pensar que no fué sino
mismo autor quien compuso
la una y la otra. Además, en forma de ambas, en las frases que en las mismas se leen, salta a la vista un tinte marcadamente judío que delata a su
el
la
verdadero
autor.
(Véase Hólscher,
1.
c.)
Hay que
hacer
verdadero esfuerzo para convencerse de que alguien haya
podido hacer seriamente y en una obra científica la primera objeción. Lo natural parece que toda respuesta corresponda
un superior, éste contesta resolviendo las dudas que se han propuesto. Esto es lo común y ordinario y los reyes de Persia no an-
a la pregunta.
Cuando un
inferior consulta a
;
ESD.
daban tan
Por está
lo
¿qué concluir de ahí? Los ofiregia es natural que por el largo con-
pero,
ciales de la cancillería los
135
VIII
reconocemos francamente que
al tinte judío,
muy acentuado;
tacto con
EXCURSUS
buen sentido que obraran diversamente.
faltos de
que hace
6.
desterrados conocieran sus ideas religiosas
¿qué maravilla, pues, que en
;
redacción de un documento,
la
y más destinado a los mismos judíos, se reflejaran dichas ideas, y aun la manera de expresarlas? Pero, además, otra circunstancia debe tenerse en cuenta.
Sabemos que entre
desterrados no faltaban personajes de cierto relieve tancia, y
los
impor-
e
aun que algunos, como, por ejemplo, Xehemías,
ocupaban cargos no insignificantes en la misma corte. ; No podemos con razón suponer que alguno habría también en la cancillería que sirviera como de enlace entre los judíos y el Gobierno, o que de todas maneras alguno de ellos fuese consultado al prepararse el importante documento ? Y en tal caso no sólo se comprende, sino que resulta muy natural el tinte judío
Por
lo
que se nota en
que toca
al
rrespondencia de Tattenai con lectura
da
la
decreto.
el
aspecto puramente literario de el
monarca
impresión de perfecta unidad
todo quien como Kosters
22
(o.
ss.)
Sus principales argumentos
documento
se
;
la
su
con
falta
una de
la
En
6,
reducen a dos
se
Ecbatana.
:
otra. se
1
y en el v. siClaro que no hay
buscó en Babilonia
guiente que se encontró en
no
crea poder distinguir
dos narraciones paralelas, independiente dice que el
(5,
co-
la
6-6, 1-12),
:
nada de anormal, observa Kosters. en que se encontrase el documento en un sitio distinto de aquel en que por de pronto se buscó
;
pero
sí
lo
hay en que nada de esto mencione «Como el decreto no
autor. Este debió de haber dicho
encontró en Babilonia, ordenó batana.»
El
hecho de
faltar
el
esa
:
el
se
rey que se buscara en Ecdeclaración de
parte
del
autor revela manifiestamente
la
junta de dos relatos, de los
uno llevaba Babilonia,
el
otro Ecbatana. Otro indicio
cuales
:
136
ESD.
EXCURSUS
6.
VIII
de iuxtaposición de narraciones diversas se descubre en
6, 6
La
carta de Darío carece de principio, y parece suponer una parte anterior ; mas ésta en realidad no existe, pues lo que
inmediatamente precede es copia del decreto de Ciro
Una
tan burda negligencia, asegura Kosters, no
suponerla en un escritor que sabe lo que escribe
;
(6, 3-5).
podemos hemos de
pues, que hubo amalgama de varios documentos. Ya notamos en su lugar (p. 128) que se advierte, en efecto, una cierta anomalía en 6, 6 que la carta del monarca empieza ex abrupto, y aparece como consecuencia de algo que falta. Ahora bien; preguntamos a nuestra vez: ¿Es posible suponer que un escritor que sabe lo que escribe cayera admitir,
;
en tan burda negligencia? El debió de tener, sin duda, entre las
manos
la carta
nar que no
le
en su integridad
;
una parte
;
llegó sino
incluyó toda entera en su narración?
fuera arbitrario imagi¿
por qué, pues, no
Con
ello
la
ganaba ésta
en fluidez y resultaba más completa. Cortarla de propósito, esto ya es algo que merece calificación más dura que de negligencia y descuido. Resulta, pues, inútil y aun absurda la
no
explicación dada por Kosters.
La que más
hicimos sino insinuar es a nuestro juicio
dadera
:
En
contrado
el
la
carta de Darío se decía
arriba (p. 128) sencilla
cómo
y ver-
se había en-
decreto de Ciro, cuyo texto se citaba
;
y tras
monarca sus órdenes a Tatenai (v. 6). Toda esta que podemos llamar primera parte la dió el autor en forma narrativa (v. 1-5), porque así le pareció más oportuno, y de todas maneras más a su gusto. Hecho esto, es evidente que era de todo punto inútil repetir lo mismo en forma de
esto daba
el
y como al principio de acostumbrada salutación, por esto no la leemos ahora en el v. 6. Cuanto al otro argumento, es un tanto arriesgado, por no decir pretencioso, lanzarse a precisar con tanta aseveración lo que debía decir o no decir el autor. Este, diciendo que el documento se ha-
carta, la
y en consecuencia
lo
misma debía de haber
omitió
la
;
!
esd.
13
6,
13-14
Entonces Tattenai, peha de Abar-nahara, Setar
Bozenai y sus colegas conforme a
Darío
137
así
puntualmente hicieron. 14
bía buscado en
que mandó
lo
Y
los ancianos de
Babilonia y se había encontrado en Ecba-
tana, bien podía suponer que el lector entendería que
encontró en
el
rey
el
primer
sitio,
no
no se habría ido a buscarlo en otro. Diráse
está que
se
pues de haberse hallado claro tal
más perfecto advertirlo explícitamente. Sea enhorabuena no vamos a discutir sobre ello. Pero, ¿escogen siempre los autores la manera más perfecta de
vez que habría sido ;
¡Cuántas frases y aun párrafos debieran ser rechazados por no auténticos, o como un zurcido poco hábil escribir?
de varios documentos
Ejecución
13-15
lo
decreto
del
;
termina
se
templo.
el
—
El gobernador da ejemplo de perfecta obediencia. Por
13.
demás
es probable que personalmente
no era
hostil a los
judíos, bien que tal vez, puesto en guardia por los samari-
tanos, hubiera mostrado al principio una cierta reserva. 14.
La
versión de
exactamente ta?
Vulg. iuxta prophetiam no responde Quiere decir el autor que los profe-
la
al original.
seguían profetizando, esto
esto se debía en gran parte lante
:
cf.
5,
1.
es, el
exhortando y animando
que
El poder restaurar
el
templo
lo
Dios, quien
mueve
el
y a
agradecen
naturalmente a los monarcas persas, pero ante todo
mo
;
los trabajos fueran ade-
al
mis-
corazón de los hombres. El nom-
bre de Artajerjes causa no poco embarazo, pues en realidad
nada tuvo que hacer por
la
reedificación del templo.
fué por otra parte favorecedor de los judíos (fué
él
Como quien
envió a Esdras), se comprende que un copista añadiera aquí su
nombre
a continuación de los otros
res del pueblo hebreo
;
y
así, los
monarcas, bienhecho-
autores
comúnmente
lo eli-
minan como glosa, solución que no puede tacharse de arbitraria. Verdad es que no cabe apoyarla en las versiones,
:
138
esd.
6,
15-17
los judíos seguían
construyendo y yendo felizmente adelante en fuerza de los oráculos del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Iddo y llevaron a buen término la ;
construcción conforme a
orden del Dios de Israel
la
orden de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Per15 Quedó terminado este templo el día tercero del mes de Adar, en el sexto año de reinado del rey Darío.
y a
la
sia.
1G Celebraron con alegría los hijos de Israel, los
sacerdotes y los levitas, y los demás hijos de la cautividad la dedicación de la casa de Dios 17 y ofrecieron ;
para
la
dedicación de
la
casa de Dios cien becerros, dos-
pues todas llevan dicho nombre. Por esto quizá sea preferíble
otra
aceptada por Oettli y Bertheau
explicación,
autor habla en concreto de su pensamiento va
más
otro respecto hizo
mucho
la
:
El
restauración del templo, pero
ornamentación y funcionamiento del mismo, y aun tal vez a la ordenación y afianzamiento de la Comunidad judía y es cierto que bajo uno v allá,
a la
;
Artajerjes despachando a Esdras
con plenos poderes para Jerusalén
;
por este motivo
el
mis-
ino autor habría añadido su nombre. 15.
se
Adar
termina
el
según Ag.
1,
duodécimo mes = Febrero-Marzo. Como año sexto de Darío y se había comenzado,
es el
15, el
segundo año
(cf.
Esd.
4, 24) del
mismo
y precisamente el día 24 del sexto mes, Etul Agosto-Setiembre), resulta que se emplearon en la res(= tauración cuatro años y medio.
monarca,
Dedicación.
16-18.
— 18.
Hijos
de
Israel
es
la
deno-
minación general, que se concreta luego en tres clases sacerdotes, levitas y los demás, es decir, los laicos. Hijos de
la
cautividad
víctimas es
caron en
la
muy
cf.
;
lo
dicho en 2,1.
—17.
El número de
reducido cotmparado con las que se
sacrifi-
primera dedicación hecha por Salomón, 3 Reg.
ESD.
cuatrocientos corderos
cientos carneros,
como
y
;
sa-
de expiación por todo ísrel doce machos ca-
crificios
bríos
18-20
6,
conforme
al
número de
las tribus
de Israel. 18
Y
constituyeron a los sacerdotes según sus clases, y a los
según sus divisiones para el servicio de Dios en Jerusalén en conformidad con lo prescrito en el libro levitas
de Moisés.
Y
19
celebraron los hijos de
a los catorce del
mes primero
la
cautividad
la
20 pues habíanse puri-
;
ficado los sacerdotes y los levitas sin excepción
estaban purificados
;
8,
5.
organización de los sacerdotes y levitas Celebración de
Como
el
siguiente
se
autor esta
Pascua
la
templo se terminó celebró
fiesta,
la
todos
por sus hermanos los sacerdo-
— 18.
¡Los tiempos eran muy distintos!
63.
;
Pascua por todos
y sacrificaron la
los hijos de la cautividad,
Pascua
el
6,
1
la
19-22.
mes duodécimo y
el
Pascua,
por más que
cf.
Sobre
Par. 23-26.
al
mes
por esto describe aquí
el
episodio no tenga ninguna
y como esta celebración no se hallaba en el documento arameo, sírvese de nuevo el autor de la lengua hebrea. Decir con Batten (p. 151) relación especial con
el
relato anterior
;
que este pasaje era en un principio parte de templo, y que luego fué modificado por
modarlo a
las
el
El primer mes, Xisán
20.
Se pudo celebrar
la
(
= Marzo-Abril)
Pascua porque
los levitas estaban purificados
;
cf.
hermanos de
;
cf.
2 Par. 53, 14.
(cf.
cf.
Ex. 12.6
3.
"intC
como en
los levitas, listos sacrifican
blo en general, para los sacerdotes
mismos
;
los sacerdotes
2 Par. 30,
dos sin excepción. Los sacerdotes se llaman,
sí
editor para aco-
nuevas circunstancias, es arbitrario.
19.
29, 34,
la historia del
para
2 Par. 29,
y
to-
2 Par. el
pue-
y para
140
ESD.
y por
tes,
si
mismos
;
EXCURSUS IX
6.
21 y comieron la Pascua los hijos
de Israel que habian vuelto de
como tam-
la cautividad,
bién cuantos se habian apartado de la inmundicia de las
gentes del país y allegádose a ellos, para buscar a Yahvé Dios de Israel. 22 Y celebraron con alegría la fies-
Dos
21.
clases se distinguen aquí que participaron en la
la Pascua los que habían vuelto del destiey los que a éstos se adhirieron separándose de la inmundicia de los paganos. Esta segunda clase no la consti-
celebración de
:
rro,
tuían gentiles que, habiendo renunciado a su culto idolátrico, se hubiesen convertido en prosélitos del judaismo,
más bien aquellos
sino
que no habían sido llevados al destierro y que, habiendo vivido con los pueblos paganos, se habían mantenido inmunes de su inmundicia, o que de israelitas
todas maneras habían renunciado a
Degada de
los repatriados.
Que
misma después de
la
se trata de israelitas
la
y no
de prosélitos se ve claro por la comparación de nuestro pasaje con 9, 1. 2. 10
que por Darío.
10, 2. 10. 11
el
No
el
;
Neh.
título
9, 2
;
10, 29.
«rey de A$iHay>, puesto
contexto es evidente que
el
autor se refiere a
es posible dar explicación de todo punto satis-
la más probable es que se llama porque ejercía su autoridad en todos
factoria sia
;
Extraña no poco
22.
;
antiguo reino de Asiría
así lo
;
así el
los
rey de Per-
dominios del
entienden Batten, Bertheau,
La mención de la obra de la casa de Dios no cabe como indicio de que este relato constituía parte de la
Ryle, etc. darla
historia del templo
perduraba
el
:
el
autor habla de
grande gozo
ella
porque todavía
del pueblo por su restauración re-
cientemente terminada.
Excursus Ultimos años de Zorobabel.
— No
deja de llamar
la
aten-
ción que Zorobabel, que tan brillantemente intervino en
el
ESD.
t>.
EXCURSUS IX
141
de los ácimos por siete días, pues habíales llenado
ta
de gozo Yahvé trocando en su favor, en
de
la
Dios de
el
restablecimiento de
corazón del rey de Asiría
forma que
tal
casa de Dios,
el
la
Comunidad
aparezca súbitamente de
la
sostuvo en
les
la
obra
Israel.
judía en Jerusalén,
des-
escena sepultado en completo
ol-
meteoro fugaz que no deja rastro de sí. Entre la restauración del templo (6, 15) en 516 y la caravana conducida vido
:
por Esdras
1 ss.)
(7,
¿Qué pasó en
en 458 median cincuenta y ocho años. tiempo? ¿cual fue la actividad
este espacio de
de Zorobabel, gobernador de Judá ? ¿nada hubo importante, digno de conservarse en la historia ? O más bien diremos
que hubo que
el
mucho
algo de relieve, y aun de
sí
relieve,
pero
autor creyó prudente sustraerlo a nuestras miradas
cubriéndolo con
mentos
se
el
velo del silencio
Cierto que los docu-
?
mantienen mudos en este punto
;
pero a
dios indirectos
;
la
conjetura,
con
tal
que
de
falta
éstos quizá nos sea dado levantar un tanto el velo por se presente
mecon
mayor o menor plausibilidad, está en este caso perfectamente justificada. Por este camino varios autores,
caracteres de
y en particular Sellin en Serubbabel y también en Studien, han ensayado de proyectar algún rayo de luz en este oscuro y más concretamente en actividad de Zorobabel. período de
la historia,
la
persona y
(Studien II p. 162). no vino con la primera caravana (Sellin distingue Zorobabel de Sesbasar), Este,
según
Sellin
sino que se puso al frente de otro
grupo hacia
el
año 520.
llegada de este descendiente de la casa real de David
Con
la
con
las
con
la feliz
magníficas profecías de
Ageo
;
y Zacarías, y luego
restauración del templo, se reanimó
la
esperanza
mesiánica, y brillaron de nuevo ante los ojos del pueblo los
esplendores de un magnífico porvenir.
Los unos
se
mantenían dentro de
la
esfera espiritual
;
y
142
en
ESD.
tal
EXCURSUS IX
6.
sentido entendían las palabras de los profetas. Otros,
empero, veían ya resurgir
antiguo reino de David, con su
el
independencia, con toda su gloria. Estos, teniendo por cosa
indigna continuar sometidos a una potestad pagana, creye-
ron llegado
el
momento de
independientes, resucitando
levantar bandera y proclamarse trono de David y ¿ quién ha-
el
;
bía de ocuparlo sino el descendiente del
gran monarca, Zo-
robabel? Este, o por debilidad, o por ambición, o por entu-
siasmo religioso, se
ello es
que
se dejó llevar de la corriente
y
proclamó, o se dejó proclamar rey. El castigo no se hizo esperar. Enterado
condenó
sa de lo que pasaba en Jerusalén,
Gobierno per-
el
al
efímero mo-
narca por delito de alta traición y le hizo ejecutar y cuanto de nuevo se había hecho en la ciudad fué arrasado al suelo. ;
A
Zorobabel los judíos
un poder impío y
le
le
tuvieron por víctima inocente de
precisamente este mártir es
la
el
;
y ca-
nombre de Siervo de Yahvé.
pítulo 53 bajo el
En
la aureola de mártir que describe Isaías en el
circundaron de
conclusión-resumen con que cierra Sellin sus
quisiciones en Serubbabel (p. 208
s.)
dice:
«Mucho de
dis-
que
lo
llevamos expuesto lo tenemos nosotros por puramente hipotético.
Pero
presentado
tres
puntos hay que constantemente se nos han
como probables
proclamado rey
;
del Deuteroisaías,
:
Zorobabel fué verdaderamente el Siervo de Dios individual
Zorobabel es
murió por consiguiente como mártir
;
fi-
nalmente, entre Zorobabel y Nehemías-Esdras Jerusalén fué añade: «Esuna vez más devastada, el templo destruido.»
Y
tos tres resultados,
de los cuales
al
menos
el
primero y
el
tercero tenemos por bien asegurados, constituirían las líneas
fundamentales para
la
futura reconstitución de la historia de
aquel saeculum obscurum.»
Más sobrio y reservado se muestra Kittel conténtase con decir que Zorobabel, viendo el horizonte político de entonces muy oscuro, en previsión de posibles ataques creyó :
ESD.
EXCURSUS IX
6.
143
poder, o de todas maneras se lanzó a reconstruir los muros
de
la
ciudad sin
la
debida autorización del Gobierno persa.
Esto excedía, naturalmente, quien en consecuencia
fué
las atribuciones del
gobernador,
depuesto de su cargo
(cf.
c.
I.
430-438, 459-462).
p.
Que
de un período de cerca de sesenta años nada diga
el
autor no deja, ciertamente, a primera vista de extrañar. Pero a
poco que
muy
se reflexione quizá desaparezca, o
quede siquiera
atenuada, nuestra maravilla. Téngase por de pronto en
cuenta que nuestro libro no contiene una historia seguida, sino el
que
autor
esencialmente fragmentaria.
es
relato de
el
un largo período
No
quiso darnos
su propósito se limi-
;
taba a poner de relieve algunos acontecimientos que
gaba de singular importancia, y que en realidad a dos:
restauración del templo y
la
él juz-
se reducían
actividad de Esdras.
la
Y
pudo ser también que de sólo éstos poseyera los documentos necesarios para tejer la historia. Además, ¿quién puede asegurarnos que entre la restauración del templo y la vuelta de Esdras tuviera lugar en
bastante relieve que
episodio de
transmitido la
a.
las
la
Comunidad
se
generaciones futuras
judía algún
juzgase digno ?
ser
vida en Jerusalén durante ese período se deslizara ordi-
y aun primer entusiasmo
naria y monótona, sin episodio alguno sobresaliente
no
de
Es muy posible que
sería de extrañar que,
disminuido
el
religioso, la piedad del pueblo fuera languideciendo,
infiltrándose abusos, y la
Comunidad
;
fueran
viniese a caer en
una
especie de inercia, sin producirse nada merecedor de especial relato.
Por
lo
mos que de ser
él
que toca en particular a Zorobabel, mucho duda-
llegara a persuadirse, el
como
insinúa Kittel, p. 461,
destinado para futuro Mesías. Pero lo que
cae perfectamente dentro
es que, dadas las circunstancias históricas en
marcada hostilidad de
sí
de los límites de la verosimilitud
que vivía y
la
los pueblos circunvecinos, creyera pru-
144
ESD.
6.
EXCURSUS IX
dente prepararse contra toda eventualidad fortificando Jerusalén
muy
y es
;
posible que, o por lo urgente de tal medida
o por suponer que merecería
aprobación del Gobierno
pasara adelante sin pedir antes
central,
autorización.
Que
la
la
correspondiente
Autoridad persa no aprobara
proce-
taj
quizá recelando algún conato de independencia,
der,
mente
comprende
se
de su cargo
al
tura
—
;
si
fácil-
y en tal caso es natural que depusiera gobernador. Si todo esto que no pasa de ser ;
—
mera conjetura la
la
pero
ciertamente,
plausible,
;
al
conje-
fin
todo esto, decimos, responde verdaderamente a
realidad, nos suministra ello explicación satisfactoria del
observado por el autor, quien juzgó prudente omitir un episodio desagradable y poco honroso para el jefe de la Comunidad judía y nos descubre el motivo probable de la
silencio
;
súbita desaparición de Zorobabel.
Cuanto a
la
coronación del mismo como rey, a sobre todo a
ción del templo, y
Siervo de
Yahvé
descrito por Isaías,
no hay por qué
nernos en refutarlo, pues no ofrece todo
lo
ello ni el
y aun por ventura no califique de puro juego- de fantasía.
carácter de probabilidad
Y
la destruc-
su identificación con el
;
dete-
más
ligero
falte
quien
puesto que hablamos de Zorobabel y Sesbasar, no será
fuera de propósito mencionar siquiera los variados juicios
que, en la hipótesis de
época,
el oficio,
Ambos
1)
del
el
la distinción, se
han emitido sobre
origen de dichos personajes.
vinieron juntos del destierro con
tiempo de Ciro
oficio le substituyó
la
;
la
caravana
como gobernador, en cuyo Zorobabel. Es la opinión más
Sesbasar
más
tarde
común. 2)
Sesbasar regresó con
a Jerusalén, donde ejerció el
la
caravana
al
tiempo de Ciro
cargo de gobernador.
Más
de, hacia el 520, a los principios del reinado de Darío,
babel
condujo
Studien II
una
p. 162).
segunda cara\'ana a Jerusalén
tar-
Zoro-
(Sellin.
;
ESD.
7,
1-2
liS
VII. 1 Tiempo adelante de estos sucesos, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras, hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Helqías, 2 hijo de Sallum, hijo
Sesbasar fué
3)
tal
vez enviado por Ciro
—sin
que em-
pero condujera ninguna caravana propiamente dicha rusalén,
con
objeto de restaurar
el
como tampoco
templo.
sumo sacerdote Josué,
el
nunca estuvo en
el
destierro
el
;
ni era,
—a
Je-
Zorobabel, de Josedec,
hijo
por otra parte, descen-
diente de David (Kosters, Wiederterstellung, p. 26
s.
Caravana conducida por Esdras a Jerusalén.
38-40).
C. 7-8
Esdras, revestido de grande autoridad por un rescripto de Artajerjes, conduce su caravana a Jerusalén
La narración consta de dos paralelas entre el
En
sí.
la
decreto del monarca,
el
8) deja hablar al
nudo
(c.
7),
pueden llamarse
cuyo centro ocupa
autor da brevemente una idea ge-
neral de los acontecimientos, (c.
partes, que
primera
mientras que en
segunda
la
mismo Esdras, quien cuenta por me-
que se había dicho a grandes rasgos en la primera. El autor nos presenta la persona de Esdras, cuya genealo
logía nos da cita
1-6
7,
por extenso
;
el
describe sucintamente
el
mente nos muestra a Esdras dando gracias insigne favor v. 27-28. Lista de
preparativos para
viaje v. 7-10
rescripto de Artajerjes v. 11-26
el viaje v.
;
y Dios por tan
repatriados
los
15-30
a
;
final-
;
8,
1-14
viaje y llegada a Jeru-
salén v. 31-36.
Genealogía de Esdras
Se notan en
ella
dos lagunas.
En
7,
el
1-6 v.
1
Esdras se dice
hijo de Seraías pero éste es precisamente el sumo sacerdote que fué entregado a la muerte en Ribla por Nabucodonosor el año 588 (4 Reg. 25, 18-21) y como entre 588 y 458 median ;
;
f
o
146
esd.
3-6
7,
de Sadoq, hijo de Ahitub, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, 4 hijo de Zerahías, hijo de
Uzzi, hijo de Buqqi, 5 hijo de Abishua, hijo de Piñenas,
Aharón sumo
hijo de Eleazar, hijo de
sacerdote.
6 Este tal Esdras subió de Babilonia
;
y era
él
es-
no menos de ciento treinta años, claro está que Esdras no puede ser hijo inmediato' de Seraías. Que éste, por otra parte, sea realmente el sumo pontífice mencionado se ve claramenVulg. 6, 13 s. Otra laguna se advierte te por 1 Par. 5, 39 s. ;
entre Azarías y Meraiot, donde se omiten seis miembros, desde Amarías hasta Jonatán, miembros que se
tn
el
v.
3,
leen en 1 Par.
5,
33-35; Vulg.
La primera laguna obedece
7-9.
6,
a
un propósito consciente del
autor. Seraías fué padre de Josedec (Yehosadaq), que fué
vado
al
destierro (1 Par. 5, 40
dieron en 12, 10
s.,
el
sumo
s.)
;
y sus hijos que
le
sacerdocio, se hallan enumerados en Neh.
de donde cabe concluir que Esdras descendía de Se-
como
por uno de sus hijos menores. Ahora bien:
raías
lle-
suce-
autor quería mostrar que Esdras procedía de
el
de los
la línea
sumos sacerdotes, y entre sus progenitores el primer sumo sacerdote era Seraías, a éste nombró, saltando a los demás intermedios, que no le interesaban.
La
otra laguna, por
el
contrario, es probablemente for-
con Amarías (1 Par. 5, 33), saltando los nombres intermedios hasta Meraiot exclusive. Ejemplos parecidos de confusión de nombres, o en general de vocablos, son bien conocidos. Ni tamtuita
:
se debería a la confusión de Azarías (1 Par. 5,36)
poco faltan casos en que dese 6. v.
la
la
omisión fué voluntaria
genealogía de Jesucristo en Mat. Ti"!D
*I3^D
es título
11 donde también
el
honorífico,
monarca
1,
como
se lo da,
;
recuér-
1-17. se
ve por
el
pero que corres-
ponde perfectamente a la realidad. La segunda voz pronto, de donde hábil, experto, y en tal acepción
significa se
toma
ESD. 7, 6
Ley de Moisés, que
criba experto en la
de Israel
y otorgóle
;
147
como que
rey,
el
en los únicos tres pasajes donde se
lee,
Yahvé Dios mano de Yah-
dió la
16, 5
Is.
Prov. 22,
;
y en este último se hallan las dos voces juntas, exactamente como en el nuestro. El primer vocablo sofer fué tomando con el andar del tiempo varios matices en su 29
Ps. 45, 2
;
;
La fundamental
significación. escribir,
anunciar
mente en Jud. 5, mente dentro del
14,
ejército,
modifican
autores
el
8,
si
bien es de advertir que no pocos
texto.
En
un príncipe
efecto dicho título
2 Sam.
es la del verbo sajar, contar,
Antes de la monarquía se lee únicadonde indica un dignatario y probable-
etc.
17 se da
al
Reg.
4
4
Reg.
al
Rabsaces se cuenta
12, 11 el sofer del rey está
En
templo.
la
mente escribe
;
al perito
lo
En
corte enviados
en
el arte
cual parece
sofer
el
encargado de
Jer. 36, 26.32 se dice de Baruc, y
bablemente sino
de
podemos
en
que en
secretario del rey o del Estado.
4 Reg. 18, 18. 37, entre los dignatarios de
como embajadores
19 recibe
25,
del ejército, mientras
las
;
y en
obras del
no indica pro-
y que
escribir,
real-
concluir del v. 18,
donde Jeremías pronuncia las profecías, y Baruc las va escribiendo como también de la antítesis entre los títulos que en el v. 26 se dan a Jeremías y a Baruc respectivamente. Idén;
significación tiene en otros pasajes
tica
cuchillo del sofer (Jer. 36, 23), o del
donde
punzón
se
habla del
del sofer (Ps. 45,
o del tintero del sofer, que llevaba en la cintura (Ez.
2),
2.3).
alta
9,
Esta misma significación y al mismo tiempo otra más se refleja en Jer. 8, 8, donde se habla de explicaciones
falsas de la
Ley
ya
como
el
sofer
escritas
por
los soferim.
intérprete de
la
Aquí
se
nos ofrece
Ley, que es precisamente
vocablo en nuestro pasaje, y que se describe más por menudo en el v. 10. La mano de Dios se
la
fuerza que tiene
el
extiende para proteger,
como aquí (cf. 8, 18; Neh. 2. como en Deut. 2. IS Ruth.
etcétera), o para castigar,
:
8.18, 1,
13.
148
7, 7-9
esd.
vé su Dios velaba sobre
cuanto
él,
ron un cierto número de los hijos de
Y
7
le pidió.
subie-
de los
Israel,
sacerdotes, de los levitas, de los cantores, de los porteros y de los natineos a Jerusalén el año séptimo del
Y
rey Artajerjes. 8
año séptimo
el
llegó a Jerusalén
del rey. 9
Y
Viaje
La expresión
7.
el
quinto mes, en
fué asi que para
7,
primer
el
7-10
hijos de Israel
no abarca aquí todas
las
diferentes clases, sino que se limita a los laicos. Sobre los
varios órdenes que se nombran, jes (nosotros
el
En
9.
ID"
;
«él,
36
ss.
Como
comenzó
;
Artajer-
véase
a reinar en 465,
la si-
séptimo año era 458.
8. El quinto mes mismo año séptimo de
1
2,
sostenemos que fué Artaj. primero
discusión en su propio lugar)
gúese que
cf.
vez del es
era
Ab (=
participio
decir,
primer día del primer
Julio-Agosto)
Esdras, 'mies
el
con
léase
ordenó,
(Nisan
día 12 del
LXX
fijó
la
el
;
la
perfecto
subida».
= Marzo- Abril)
de del comienzo de los preparativos dicha no empezó sino
dentro del
;
Artajerjes.
El
se entien-
marcha propiamente
mismo mes
(8, 31).
Llega-
ron a Jerusalén el quinto mes, y precisamente el día primero emplearon por consiguiente cuatro meses exactos y si se descuentan doce días, es decir, si tomamos como punto ;
;
de partida
distancia entre
(8,
31), el viaje
duró 108
días.
La
Babilonia y Jerusalén a vuelo de pájaro es pero es claro que la caravana no vino di-
de unos 800 km. rectamente,
Ahava
el río
sino
;
probablemente
por
Karkemis,
teniendo
que dar una gran vuelta, con lo cual se alargaría la distancia hasta quizá unos 1.400 kms. Vienen a resultar unos 12 o 13 kms. por día, lo cual no es, ciertamente, poco, si tene-
mos en
cuenta que iban mujeres y niños, y sin duda gran
cantidad de bagajes.
LSD.
mes primero
149
subida de Babilonia, y día primero del quinto mes llegó a Jerusalén, como
dia del el
10-11
7,
que
mano
la
la
él
'fijó'
de su Dios velaba favorablemente sobre
10 pues Esdras tenia puesto su corazón en estudiar
él,
Ley de Yahvé y practicarla, y en enseñar en Israel derecho y justicia. 11 Esta es la copia del rescripto que dió el rey Artala
La causa
10. *s
decir,
del favor de
Dios era
piedad de Esdras,
la
perfecto cumplimiento de su oficio sagrado de
el
que consiste en estudiar la Ley (cf. Ps. 119, 45. 155 1 Par. 28, 8 2 Par. 14, 4), no sólo para conocerla, sino tamsofer,
;
;
bién para practicarla, y luego enseñarla al pueblo (cf. 2 Par. 17, 9). Todo esto hacía Esdras, y era por consiguiente un escriba perfecto.
Rescripto
Introducción del autor de
Arta jerjes
de
11
v.
;
7,
11-26
Salutación
12
v.
Facultad de a Jerusalén y objeto del viaje v. 13-14 consigo los demás dones del rey y de sus consejeros,
ir
;
llevar
y de todos los demás, con para los sacrificios, y todo
lo
cual se procure las víctimas
lo
demás que
necesite para la
casa de Dios lo adquiera a cuenta del fisco regio
Y
Permiso
;
dirigiéndose a los tesoreros de
la
gran provincia
v.
les
15-20.
ordena
que den a Esdras todo cuanto les pida, a fin de que el culto del templo se practique ordenadamente y como se debe y les hace saber además que todos los ministros del templo ;
están exentos de pagar los impuestos v. 21-24. Finalmente, dirigiéndose de nuevo a Esdras, des, v.
le
concede amplias faculta-
y amenaza con severas penas a quien no
obedezca
25-26. 11.
criba,
Júntanse aquí los dos
como también en
títulos,
de sacerdote y de es-
los vv. 12 y 21
;
Nch.
8,
9
;
12, 26.
150
esd.
7,
jerjes al sacerdote Esdras,
12-13
escriba;
el
experto en los
preceptos de Yahvé y ordenanzas a Israel
:
12 Artajer-
rey de reyes, a Esdras sacerdote, escriba consuma-
jes,
do en
Ley
la
del
Dios del
cielo, etc.
13 Por mí ha sido
decretado que quienquiera del pueblo de Israel, de los sacerdotes y de los levitas que se hallan en mi reino,
El autor concreta más
el
segundo diciendo que era escriba
de los preceptos..., es decir, que conocía e interpretaba la
Ley
cf
;
12.
.
v. 12.
Rey de
reyes,
como en
Ez. 26, 7 se dice de Nabu-
codonosor, título que no era mera hipérbole, pues dominaban en realidad sobre muchos reyes que les eran tributarios. Kittel (l. c. p. 577. 581) piensa que el título de escriba tiene en boca del monarca un alcance muy particular. Es muy probable, dice, que en
la cancillería
del imperio habría
una
sección que se ocuparía de los negocios de los judíos, y es-
pecialmente de lo
blo lo
parte religiosa, la
esencia
como que la religión era misma de la vida del pue-
y es natural que de dicha sección formasen parte por menos algunos judíos, y que al frente de la misma estu;
un hombre que conociera perfectamente
viese to
la
que constituía como
la
Ley, pues-
que en conformidad con ésta habían de resolverse
cuestiones que se ofrecieran
:
este
hombre debió de
las
ser Es-
y por ahí se ve toda la fuerza del título que le da Artajerjes escriba de la Ley del Dios del cielo. Estas observaciones, de suyo muy puestas en razón, parece confirmarlas dras
;
;
el
que en realidad
existía
en
la cancillería
una especie de co-
mité que se ocupaba de cuanto se relacionaba con los dere-
chos de los templos de Egipto (Kittel, 13.
p.
581 no'a).
El permiso de repatriarse es general,
excepción
;
sin
ninguna
nadie es forzado a partir, pero a los que quieran
hacerlo se les concede amplia libertad.
;
tsu.
deseare
14-1 ü
r,
L51
a Jerusalén, contigo vaya; 14 ya que tu de
ir
parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a
pasar visita en Judá y en Jerusalén ateniéndote a
de Dios que está en tu
y oro que Israel
mano
la
Ley
15 y para llevar la plata rey y sus consejeros ofrecen al Dios de
el
;
que tiene su sede en Jerusalén
;
16 y toda la plata
y oro que pudieres hallar en toda la provincia de Babilonia, junto con las ofrendas del pueblo y de los sacerdo-
14.
Sobre
bién en los vv. 15. 28, el
Consejo
de
real, los
cf.
Esth.
;
ver
el
14: eran los que formaban
Judea y en particular Jeruestado en que se hallaban desde el punto de la
Ley, cuyas disposiciones,
vista de la
laban por de pronto bién a la
1,
consejeros natos del monarca. El objeto
misión era inspecionar
la
salén
consejeros, que se mencionan tam-
los siete
Naturalmente
civil.
como
es sabido, regu-
vida religiosa, pero alcanzaban tam-
la
el
resultado de dicha inspec-
ción había de ser cortar abusos, introducir reformas.
mano
presión que está en tu
La
es interpretada de varias
ex-
ma-
No
quiere decir que Esdras tenga en su posesión y lleve consigo un ejemplar determinado de la Ley, el único neras.
que
reviste
carácter oficial
algo nuevo (Bertholet)
:
ni
(Siegfried)
ni
;
que contuviera
que de todas maneras fuese uno
de los volúmenes que sin duda corrían de
la
Ley (Batten)
Ley en general, de
la
que posee Es-
sino que se trata de la
como justamente lo entienRyle den y Kittel (p. 582). La justificación de esta exégesis la encontramos en v\ v. 26 donde también de la sabiduría y prudencia de Esdras dice el monarca que está en tu mano
dras un conocimiento perfecto,
;
es bien cierto
que no se trata aquí de algún objeto que
y tenga Esdras en su mano, sino de una cualidad que posee. 15-20.
Nótese en
El el v.
monarca 16
la
se
muestra generoso en extremo.
provincia de Babilonio, que aparece con
152
esd.
tes,
que ofrecen para
Por
lo tanto, ten
la
7,
casa de Dios en Jerusalén. 17
cuidado de procurarte con este dine-
ro becerros, carneros, corderos y sus correspondientes oblaciones y libaciones
de
;
y
los ofrecerás sobre el altar
casa de Dios en Jerusalén. 18
la
Y
que a
lo
y a sobrante de
hermanos pareciere bien hacer con el plata y oro, hacedlo en conformidad con
tus la
Y
que
voluntad
te dieren
para
servicio de la casa de tu Dios, depónlos ante el
Dios
de vuestro Dios. 19 el
la
ti
de Jerusalén. 20
Y
lo
los utensilios
demás necesario para
Dios que tuvieres tú que procurarte, de la tesorería real. 21
Y
te lo
la
casa de
procurarás
ordeno yo, Artajerjes, rey, a
todos los tesoreros de Abar-nahara que todo cuanto les
Ley
pidiere el sacerdote Esdras, escriba de la
puntualmente se otorgue
del cielo,
;
Dio?
del
22 hasta cien talentos
de plata, cien coros de trigo, cien batos de vino, cien
frecuencia en Daniel,
provincia de
Media
viértase en el v. 18
;
v.
gr. 2, 48. 49
en
6,
cómo
8
la
;
3, 1.
provincia
En
Esd.
"de
Judea.
deja a Esdras y a sus
6,
2
la
Ad-
hermanos
grande libertad en el empleo del dinero, pero observando que ha de hacerse todo conforme a la voluntad de Dios. 21.
porque
Léese aquí un encabezamiento parecido lo
que sigue hasta
el
v.
al del v. 13.
24 inclusive contiene una
orden especial dirigida a los oficiales del tesoro, a quienes manda que den a Esdras todo cuanto les pida, aunque luego en
el v.
22.
siguiente pone sus limitaciones.
Un
talento de plata
-
3.000 siclos
=
unas 9.400 pe-
por consiguiente, se le podía dar a Esdras hasta casi un millón de pesetas. 100 coros de trigo = unos 36.400 litros. 100 batos de vino = unos 3.600 litros. Se añadían otros tantos batos de aceite y cuanto a la sal, sin medida. setas
:
;
esd.
^3-1*5
7,
Que todo cuanto
batos de aceite, y sal sin tasa. 23
ordenado por tud para cite
Dios del cielo se haga con toda
el
su ira contra
levitas,
está
solici-
casa del Dios del cielo, para que no se ex-
la
el
reino,
cemos también saber que ni
153
a
Os
rey y sus hijos. 24
el
ninguno de
ha-
los sacerdotes,
cantores, porteros, natineos y ministros de
esa casa de Dios hay facultad para imponer tributo, im-
puesto ni peaje. 25
Y
tú,
Esdras, conforme a
nombra
duría de Dios que tú posees,
que administren
Y
sabi-
pueblo de Abar-naha-
el
la
Ley de
tu
Dios
;
quiere que todo esto se cumpla puntualmente, no
sea que se inflame
Según
24.
todo
todos los que conocen
ra, esto es, a
23.
justicia a
la
escribas y jueces
la ira
Tosefo.
de Dios contra
Ant. XII.
3,
Grande declaró exentos de impuesto
3,
al
el
reino.
también Antioro
el
Senado, a los sacer-
dotes y escribas del templo. Nótese que para dar en cierto
modo mayor
énfasis a
su orden se dirige aquí
a los oficiales directamente en
Se confieren
25.
traordinarios.
La.
a
el
monarca
segunda persona.
Esdras poderes verdaderamente ex-
voz sabiduría de
tu
Dios no ha ce
inter-
pretarse, a nuestro juicio, del libro material de la Ley, sino
Las dos voces pO&p y IT" de suyo significan lo mismo. jueces pero como es probable que el autor no cayó en una mera tautología, podemos interpretar la primera en el sentido de escribas, cuyo oficio era interpretar, explicar la Ley, y la segunda en el de jueces, que debían dar sentencia y di-
más
bien del contenido del libro
;
cf. lo
dicho en
el v. 14.
:
rimir los litigios.
De
ahí cabe concluir que la jurisdicción de
Esdras no se limitaba a
la
esfera estrictamente religiosa, sino
que se extendía aun a los asuntos civiles, que habían de ser juzgados en conformidad con la Ley. Dicha jurisdicción en términos del rescripto alcanza a todo el pueblo de Abar-
154
esd.
26-28
7,
y a quien no la conociere enséñasela. 26 Y a quienquiera no cumpla la ley de tu Dios y la ley del rey, que sin vacilaciones se dicte contra él justa sentencia, con-
denándole bien a muerte, bien multa, bien a
Yahvé Dios de nuestros
Yahvé en Jerusalén
;
28 y
me
casa de
la
hizo hallar gracia ante
pero luego se precisa más en particular de qué
;
pueblo se trata
Esdras
padres, que
corazón del rey para glorificar
así dispuso el
práctico
una
destierro, bien a
la cárcel.
27 Bendito sea
Nahara
al
;
;
:
son
que conocen (con conocimiento
los
por consiguiente, y practican) la Ley del Dios de por es decir, los que viven conforme a dicha Ley ;
tanto los israelitas dispersos en toda se añade
Esto se
Y
:
no
a quien
la
conozca se
Y
gran provincia.
la
daréis a conocer.
la
en imedio de
refiere a aquellos judíos que, viviendo
pueblos paganos y en continuo contacto con ellos, habían ido perdiendo poco a poco su propia manera de ser, hasta tener
olvidada
Ley y abandonadas sus
la
bién éstos caían bajo
la jurisdicción
prácticas.
de Esdras
;
Tam-
pero éste
no debía dejarles abandonados en su ignorancia, sino que había de ejercitar con ellos un verdadero apostolado. La frase, pues, no ha de entenderse de los gentiles que no conocen
la
Ley
judía,
y del proselitismo que
se permite a
Es-
dras practicar con los mismos, sino de los que por sangre
pertenecen
al
pueblo hebreo.
decreto, ni
tampoco
cerlos. Sin
duda no
no
se dice le
De si
los prosélitos
no habla
el
tenía Esdras facultad de ha-
estaba prohibido, pero positivamente
se le autoriza para ello
:
se prescinde.
Que
los prosélitos,
caso de haberlos, pudieran ponerse bajo la jurisdicción esdrina es probable 26.
Sobre
la
;
pero aquí no se especifica.
Ley de Dios ponía
el
rey todo
el
peso de
su autoridad, y por esto venía a ser también ley del monar-
ESD.
el
EXCLRSUS X
7.
156
rey y sus consejeros y todos los altos príncipes del
Yo
rey.
pues tomé ánimo, ya que
la
mano
de Dios ve-
número de
laba sobre mí, y junté de Israel a un cierto los principales para que subieran conmigo.
y en consecuencia sus infractores se hacían reos de las penas señaladas para los que violaban las leyes civiles. Las
ca,
que aquí se enumeran son terpretan excomunión
ambos
ceptible de
:
el
muerte, destierro (algunos
:
verbo gnu»
sentidos, que son
más
in-
Ps. 52, 7, es sus-
cf.
bien matices), con-
fiscación de bienes o multa, prisión.
Acción de gracias de Esdras
Ante tanto
'favor,
7,
27-28
que reconoce venirle de
lo alto,
Esdras
exhala sus fervorosos sentimientos de profunda gratitud. For-
y protegido por la mano de Yahvé (cf. lo dicho en v. 6), se decide a poner manos a la grande obra, y reúne a los personajes más en vista que iban a emprender con él la vuelta a la patria. Nótese que con el v. 27 encontramos de nuevo la lengua hebrea. talecido así
Excursus. Autenticidad
Neh.,
p. .S07)
decreto.
del
que «de todos
— De
los
éste
dice
que inspira mayor desconfianza»
el
Hólscher
niega resueltamente que
517)
(Ezra-
documentos oficíalo en estos
nuestros libros es (p.
Batten
auténtico, y añade que ciertos elementos
del
el
;
y
decreto sea
mismo
clara-
mente delatan un falsario judío. Las razones aducidas son: el matiz acentuadamente judío que aparece en la terminoloel tono cordial que en gía y en el conocimiento de la Ley ;
todo
el
rescripto
se
hace sentir
;
la
inverosimilitud de que
tan enormes cantidades se concedieran a un pobre sacerdote judío
;
la
grande estima que
se
muestra de
la
Ley
:
final-
156
ESD.
EXCURSUS X
7.
mente, y sobre todo, lo que «sobrepuja toda probabilidad» y que «debe darse absolutamnte por descontado» son los extraordinarios poderes que «en realidad hacían de ese sacer-
dote judío
la
suprema autoridad en toda
la
provincia de Si-
ria».
Hemos dinario
de confesar que algo y aun el rescripto de Artajerjes
tiene
mucho de ;
extraor-
pero esto,
claro
no es por sí solo motivo suficiente para condenarlo por obra de un falsario puede muy bien ser que circunstancias de tiempo y lugar den plena justificación de las liberalidades del monarca. Por lo que toca al matiz judío, inútil insistir después de lo que dijimos a propósito de la carta de Darío (df. p. 135). Oficiales de la cancillería amigos de los judíos, y aun quizá judíos ellos mismos, podían perfectamente imprimir al documento el matiz que en él se nota. Y por ahí se explica asimismo el conocimiento y estima de la Ley, y aun el tono está,
:
cordial que a los autores tal
mencionados tanto escandaliza.
tono parecerá todavía menos extraño
mos
arriba,
cancillería
Esdras era
el jefe
que entendía en
si,
como
insinua-
de una sección especial de
las cosas del
Y la
pueblo judío. Cuanto
a las cuantiosas sumas de dinero y en especie, bien que de
suyo grandes, no pueden causar maravilla a quien tenga en cuenta quezas.
la dilatada
extensión del imperio y sus inmensas
ri-
Finalmente, por lo que se refiere a las facultades
conferidas a Esdras, es evidentemente exagerado lo que dice Batten, que
le
constituían la
suprema autoridad en toda
la
provincia de Siria («the supreme authority in the whole Syrian province», p. 307). se limitaba,
como ya
En
efecto, la jurisdicción de
dijimos, a solos los judíos
:
Esdras
sobre los
ningún poder. Las facultaconferidas sobre los miembros de su puefueron le des que blo, bien que cosa extraordinaria, no cabe calificarla de pura
demás no
ejercía absolutamente
invención, ni siquiera de improbable^
Como
los repatriados
:
ESD.
al
tiempo de Ciro llevaban
así la
de
la
EXCURSUS X
7.
157
encargo de restaurar
el
misión de Esdras iba encaminada a
Comunidad
la
el
templo,
reorganización
judía en toda la provincia de Abar-nahara
esto se desprende de
sentirse la necesidad de
Y
14.
7,
una
por cierto que bien dejaría reforma. El primer grupo
tal
de 538, una vez llegado a Jerusalén tuvo que luchar con mil dificultades, externas e internas
nos,
indigencia,
;
hostilidad de los samanta-
descorazonamiento,
y de ahí
indolencia
Hubo un momento de fervor, encendido por las insistentes exhortaciones de Ageo y Zacarías, gracias al cual se llevó al
cabo
la
reconstrucción del templo. Desde esta fecha nada
sabemos de
lo
que pasó a
mos
de juzgar por
más
tarde
el
Nehemías,
la
Comunidad
judía
que se habían introducido numerosos abusos, po social como en fluyentes,
el
pero
;
he-
si
estado en que la encontró Esdras y podemos con fundamento sospechar
religioso
así
en
personajes de los
:
cam-
el
más
in-
y entre ellos aun sacerdotes, acabaron por trabar
amistad con los medio
gentiles
samaritanos
fueron
;
fre-
cuentes los matrimonios mixtos, y naturalmente se fué aban-
donando poco
a
poco
la
observancia de
la
Ley
;
andaba des-
equilibrado el orden social, teniendo abandonados los ricos a los pobres, y sufriendo los débiles vejaciones de parte de
Y esto que pasaba en Jerusalén y Judea sin duda acontecía también, y más aún, en las regiones apartadas, donde los judíos se hallaban como perdidos en medio
los poderosos.
de
la
población pagana. Al Gobierno persiano
ta reforzar la
Comunidad
judía, pues,
cuen-
le traía
como decíamos
al ha-
blar del decreto de Darío (p. 132), bien que fuera ésta
muy
reducida, era tal su posición geográfica, en los confines del
imperio junto a Egipto, que
el
tenerla en su favor podía ser
de ayuda no despreciable para Artajerjes, tanto
más cuanto
que por aquellos años, y precisamente en 460, se había sublevado en Egipto Inaros, sublevación de tal arranque que la lucha se prolongó hasta
el
454
;
por donde se verá
si
real-
;
158
8, 1-4
ESD.
VIII. 1 Estos son los jefes de familia, con su correspondiente genealogía, que subieron conmigo, en
reinado del rey Artajerjes, a Jerusalén
de Pinehas,
Gersom
;
2
:
De
el
los hijos
de los hijos de Itamar, Daniel
de los hijos de David, Hattus, 3 de los hijos de Secade los hijos de Faros, Zacarías, y con él inscri4 de los hijos de tos como varones ciento cincuenta
nías
;
;
mente
sentía
subditos
el
necesidad de mantener
la
Y
sus
reforma había de ha-
la
si
cerse, tenía que ser tomando por base ;
todos
rey de Persia en 458, fecha en que se coloca la
vuelta de Esdras a Jerusalén.
Lev
a
fieles
y para que
la
la
acción de Esdras fuese verdaderamente
una
eficaz se le había de revestir de
cierta autoridad
habían de conferir poderes para urgir
Leído
a los recalcitrantes.
observancia de
la
el rescripto
la
y se le reforma y castigar la luz
de Artajerjes a
de estas consideraciones nada ofrece que no sea
muy
creíble,
y por tanto ningún motivo existe para dudar de su autenticidad.
Lista de los repatriados 1.
8,
1-14 (Véase Esd. 2
Sobre jefes de familia
cf.
;
Neh.
7.)
5.-2. Antes de enu-
1,
de los repatriados señala en particular merar tres, que representan: las dos primeras, dos ramas de la falas
milia
familias
casa de David
1 Par.
(c¡f.
parece echarse de 8,
Aarón
sacerdotal de
29 lleva Arcóos
(cf.
3,
Ex.
6,
25)
Ee^svioo
;
la
tercera,
la
22).—3. Después de Secanías
menos un nombre. En o
;
efecto, 3 Esd.
A
por otra parte, en 1 Par. 3, 22
Hattus aparece pariente de Secanías es pues probable que, juntando el principio del v. 3 con el v. 2, deba leerse «Hattus, de los hijos de Secanías.» Sigue la enumeración de 12 familias, que probablemente quieren representar las doce ;
:
tribus de Israel. 4.
Sobre Pahat Moab, o
el
Peha de Moab,
cf.
2,
6.—
esd. 8, 5-14
Moab,
Pahat
Eíioenai,
doscientos varones;
5
15í>
de
hijo
Zerahias,
de los hijos
canias,
hijo
de
Yahaziel,
y
rones
6
de
los
de
hijos
con
de él
y
él
[Zatoes],
Se-
trescientos
va-
Abed,
Adin,
con
de y Jonatán, y con él cincuenta varones; 7 y de los hijos de Elam, Isaías, hijo de Atalías, y con él cincuenta ;
varones
;
hijo
8 y de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de
Micael, y con
él
ochocientos varones
9 de los hijos
;
de Joab, Obadías, hijo de Yehiel, y con
él
doscientos
dieciocho varones; 10 y de los hijos de [Banis], Selomit, hijo de Josefías, y con él ciento sesenta varones
;
11 y de los hijos de Bebai, Zacarías, hijo de Bebai, y con él veinte y ocho varones 12 y de los hijos de Az;
gad, Yohanán, hijo de Haqqatán, y con
varones
;
él
ciento diez
13 y de los hijos de Adoniqam, que fueron
nombres
posteriores, y estos son sus
Elifelet,
:
Semaías, y con ellos sesenta varones
Yehiel y
14 y de los hijos de Bigvai, Utai y Zaccur, y con ellos setenta varones.
5.
Al principio parece
cí.
üsysviac;
ZaGor,:;
ut«>v
8)...»;
2,
LXX A leerse:
Baavi;
léase: 3
of.
(3
fal'ar
Esd.
un nombre
;
con
LXX A
a~o
«de los hijos de ZaOor, (Zatto
Esd. 8,
;
36
8,
32.— 10.
Bav.ac;
;
Esd.
Conforme 2,
10^3)
?
a
debe
«de los hijos de Banis o Banías.»
v. ofrece varias anomalías: por de pronto fe nombres, mientras que en los vv. anteriores se el adjetivo posteriores resulta en exseñala solamente uno
Este
13.
clan
tres
;
tremo oscuro
¿quiere decir
:
en incorporarse a de
la
misma
parte de
la
la
familia
el
autor que fueron los últimos
caravana, o más bien otros miembros de
Adoniqam, que habia formado ya
expedición de Zorobabel
dar respuesta satisfactoria.
— 14.
(2,
13)
5 j
Xo
es posible
Aquí pénense dos nombres,
;
160
esd.
15 Los reuní junto
8,
río
al
15-16
que desemboca en Ahava,
y acampamos allí tres días. Y habiendo parado mi atención en el pueblo y en los sacerdotes, ninguno encontré allí de los hijos de Leví, 16 Mandé pues por Eliezer, lo cual constituye
en
los
w.
también una excepción a
la
fórmula común
precedentes.
Preparativos para
el
viaje 8, 15-30.
Esdras despacha mensajeros en busca de levitas. Ahava parece ser aquí nombre de región, que lo daría
15-20. 15.
su
homónimo
el río
probablemente uno
a
Ahava, mencionado en
los vv. 21
y 31
de
vez mero
canal
los
afluentes
(tal
no lejos de Babilonia.
Eufrates,
del
artificial)
—
mucho por consiguiente de
No
esta ciudad la región de
distaría
Ahava
sobre cuya precisa identificación es inútil perderse en conjeturas,
ninguna de
cientemente
cuales cabe apoyarla en base sufi-
las
Como
sólida.
permanecieron acampados
tres
y partieron el día 12 de Ahava (v. 31), habían llegado aquí el dia 8 ó 9. Los preparativos habían comenzado ya el
días,
primero
día
extrañar:
pecha que
(cf.
no es la
7,
La
9).
fácil
ausencia de levitas no deja de
dar razón de
la
misma. Siegfried sos-
perspectiva del servicio del templo en oficios
secundarios tenía para ellos poco atractivo
encontrado en
el
destierro una
manera de
;
y
vez habían
tal
vivir
más produc-
tiva. Cf. Nikel, p. 171.
Para buscar levitas despachó Esdras una embajada de once personas nueve eran jefes, es decir, padres de fa16.
:
milia
(cf. 1, 5),
los otros
voz se aplica en Neh.
Ley
al
pueblo,
8,
podemos
dos se llaman 7-9 a los levitas
DTOD
;
como
esta
que enseñaban
la
concluir que se trata aquí de escri-
bas o quizá sacerdotes instruidos en la Ley, y que la expli-
caban
a los
demás.
1
IGL
EsD. 8, 17-L'U
Elnatan,
Ariel, Semaías,
y por Voyarib y Elnatán, doc17 y les di una comisión para iddo, jefe en el
Mesullam, jefes
rías y
tores
Yarib, Elnatan, Natán, Zaca-
;
;
lugar de Casifía, y les declaré muy en particular lo que habian de decir a lddo y a sus hermanos los natineos
en
lugar de Casifía, con
el
objeto de que nos traje-
el
sen ministros para
la
efecto, nos trajeron
—como
casa de nuestro Dios.
que
mano
la
ba favorablemente sobre nosotros
—
V en
18
de Dios vela-
un hombre de pru-
dencia, de los hijos de Moholi. hijo de Leví, hijo de Is-
con sus hijos y hermanos, en 19 y Hasabías, y con él Isaías de
a saber. 'Serebías'.
rael,
número de dieciocho los hijos de Merari,
número de 17.
veinte
;
;
con sus hermanos y sus hijos, en 20 y de los natineos, que David y
cuya situación
Casifía,
se ignora,
debía de ser una
colonia judía, donde vivían numerosos levitas y otros ministros inferiores del templo. Iddo sería el jefe
no precisamente
de los levitas, sino más bien de la ciudad o del distrito y no es improbable que ocupase dicho puesto por disposición :
de
autoridades
las
Sorprende que
persas.
natineos sus hermanos 1YIK1
.
se
llame
los
a
Es posible que, siendo uno
de ellos, por sus bellas dotes personales hubiera merecido
cargo que pues a
él
se
se
pretarse en
había confiado.
le
dirige Esdras.
el
el
Debía de tener influencia,
La voz
sentido de santuario
:
DIpE no ha de
inter-
sencillamente indica que
un nombre geográfico. La embajada obtuvo su efecto
se trata de 18. vitas
de
discrcció)i.
Prov. 3 El
feliz
,4
;
prudencia,
12, 8.
buen número de
éxito
lo
La
sabiduría))
:
cf.
1
atribuye cf.
le-
«Hombre
Par.
Este hombre es Serebías (omítase
anano para protegerle:
—20.
:
y natineos se decidieron a partir con Esdras.
22, el
12
:
wauV
Esdras a que Dios extiende su 7,
G;
frase fueron distinguidos
pero aquí añade
buena.
por sus nombres, que se 1
;:
162
esd. 8, 23.-22
los príncipes habían puesto
doscientos veinte natineos.
al
servicio de los levitas,
Todos fueron notados por
sus propios nombres.
21 Intimé millarnos en dirle
allí
el
un ayuno junto
Ahava, para hu-
al río
acatamiento de nuestro Dios
para pe-
;
un próspero viaje para nosotros, para nuestros pe-
queñuelos y para todos nuestros haberes 22 tanto más cuanto que me daba vergüenza pedir al rey una escolta y ;
hombres de a caballo para protegernos contra enemigos durante el viaje, pues nosotros habíamos dicho al rey
La mano
:
que
lee
en varios
le
de nuestro Dios vela en favor de todos
buscan, mientras que su cólera y su poder
los
otros pasajes,
verbigracia,
1
Par.
12,
31
16, 41 parece significar que todos los nombres fueron nota-
dos distintamente en una 21-30.
Como
lista.
preparación inmediata para
el
viaje
Es-
día de ayuno, y confía a los sacerdotes y levitas los vasos sagrados que han de llevar consigo a Jc-
dras proclama un
rusalén.
—21.
El ayuno aquí,
dos cometidos es muestra y misión a Dios
;
y su objeto era implorar y obtener
tección divina durante
tanto
más
más que penitencia por pecacomo protesta de humilde su-
el
viaje.
—22.
Y
la
pro-
esta protección era
necesaria cuanto que había rehusado
escolta
la
que el rey le había ofrecido para protegerle y defenderle de los enemigos con que pudiera tropezar en el camino y esto ;
lo
había hecho a fin de que creciera siempre
monarca
más
la
estima
poder y grandeza del Dios de los judíos. A este propósito dice hermosamente Calmet «Veritus est Esdras, ne quid minus dignum de potestate Dei
que ya tenía
el
rex animo conciperet,
si
del
nulla evidenti necessitate coactus,
cautiones adversus hostes suos
impar esset Deus populi
sibi
procuraret, quasi scilicet
sui patrocinio et tutelae.»
bsd.
pesan sobre cuantos
8,
28-29
abandonan. 23 Ayunamos pues,
le
y nos dirigimos suplicantes a
Dios
;
y se
L68
tal
propósito a nuestro
nos mostró propicio.
24 Puse luego aparte a doce sacerdotes
:
Serebías,
Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos; 25 y les consigné contado y pesado la plata y el oro y los vasos ofrenda por la casa de Dios, que habían ofrecido el rey, y ;
sus consejeros, y sus príncipes, y todos los de Israel
allí
presentes. 26 Consigné pues en sus manos, pesado y contado, seiscientos cincuenta talentos de plata, vasos de plata
por cien talentos, cien talentos de oro, 27 veinte copas
de oro por valor de mil dáricos, y dos vasos de bronce pulido, excelente, preciado
como
el
oro
28 y les dije
;
:
consagrados a Yahvé, y consagrados también los vasos y la plata y el oro son ofrenda voluntaria a Yahvé, Dios de vuestros padres. 29 Poned
Vosotros
estáis
;
cuidado en custodiarlos hasta tanto que hagáis de ellos
contados
entrega,
23.
y
pesados,
ante
los
jefes
Como
Su confianza no quedó defraudada.
de
los
Esdras
escribe después de llegado a Jerusalén. puede asegurar que
Dios escuchó sus oraciones concediéndole un G50 talentos de plata lentos de oro,
a
por
la
cierto,
—26.
6.100.000 pesetas. "Los 100 ta-
talento equivale a unas "150.000 pe-
unos 15 millones de pesetas. Suma gran
setas, vienen a ser
de,
= unos
como cada
feliz viaje.
que Batten declara imposible, atribuyéndola Meyer. empero (p. 69) quien la
—
fantasía del cronista.
atenúa diciendo que los 100 talentos eran de plata, pero en
oro
—reconoce
no imaginaria,
si
muy
bien ser real y se tienen en cuenta las inmensas riquezas
que
tal
cantidad puede
del imperio persa.
28-30.
Esdras.
al
todas estas riquezas,
entregar les
a
los
sacerdotes y levitas
exhorta a que
las
custodien con
ESD.
8,
30-33
sacerdotes y los levitas, y los jefes de familia de Israel,
en Jerusalén, en los aposentos de
casa de Yahvé. 30
la
Hiciéronse pues cargo los sacerdotes y los levitas de la plata, el oro y los vasos, todo contado y pesado, para transportarlo a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios.
31 Pusímonos en marcha desde del
el rio
Ahava
el
primer mes para encaminarnos a Jerusalén
mano
;
doce y
la
de nuestro Dios estuvo velando sobre nosotros,
y nos preservó de enemigos y asechanzas en el viaje. 32 Llegamos a Jerusalén, y por tres días nos estuvimos quedos. 33 Al cuarto día se consignó, pesado y contado, la plata y
oro y los vasos en
en las manos del
Dios,
Urías ellos
el
;
y junto con
él
la
casa de nuestro
Meremot,
sacerdote
hijo
de
Eleazar, hijo de Pinehas, y con
Yozabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binnui,
los vasos y demás utenson cosa sagrada, y que el oro y la plata están destinados a Yahvé, y que ellos mismos son santos, y que, por
todo cuidado, recordándoles que silios
tanto, a tal santidad debe corresponder su conducta.
Viaje y llegada a Jerusalén
31
.
Por
fin se
emprende
la
marcha
mes, Nisan, por consiguiente hacia dense
las fechas
de
7,
9
;
8,
15.
el
Por
8,
31-36
el día
12 del primer
28 de marzo. Recuérel
feliz
éxito del viaje
Esdras expresa de nuevo su agradecimiento a Dios, que los libró de todo enemigo y de toda asechanza, sin que precise empero si tuvieron que resistir algún ataque, o bien si prosiguieron y terminaron la jornada en perfecta paz, sin que nadie les molestara.
No
32-34.
pero por
7,
se da aquí la fecha de la llegada a Jerusalén,
8-9
sabemos que fué
el
día primero del quinto
ksd.
levitas
:
34-36
8,
165
34 todo en número y en peso
aquella ocasión
peso
el
;
y fué notado en
por escrito.
total
35 Los inmigrados del destierro, los hijos de vidad, ofrecieron holocaustos
al
la cauti-
Dios de Israel
doce
:
toros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta
y siete corderos, doce machos cabrios en sacrificio de expiación todo en holocausto a Yahvé. 36 Entonces :
entregaron los decretos reales a los sátrapas del rey y a los gobernadores de Abar-nahara
taron su apoyo
Ab (=
mes,
pueblo y a
al
la
y éstos pres-
Julio-Agosto), por tanto hacia
(véase lo dicho en
7, 9).
15 de Julio
el
Es natural que después de tan largo tomaran algún descanso. Repuestas
y sin duda penoso viaje un tanto las fuerzas se procedió
notando puntualmente
traía,
;
casa de Dios.
la
al
inventario de cuanto se
cantidad de
moneda y
el
peso
de los vasos sagrados.
En
35-36.
gracias por
acción de
la
protección divina
ofrecieron los recién venidos holocaustos a Yahvé. Sobre los
inmigrados del destierro y los hijos de l-a cautividad, véase lo dicho en 2, 1. La voz persiana que se traduce comúnmente
por sátrapas no
se lee
en otro pasaje de Esd., pero
Esth. 3, 12 d anide se junta
asimismo con pahot
en varios lugares de Dan., verbigracia, bernadores eran inferiores a
los*
;
3, 2. 3.
en
sí
8, 9 etc.,
27.
y
Los go-
sátrapas. Estos, visto el res-
cripto de Artajerjes (7, 21-24/), se
mostraron en todo favora-
bles a Esdras.
Excursus. Los documentos árameos. 8-6,
1-18
;
7,
— La
sección aramea de Esd. 4,
11-26 constituye una nota característica,
que
naturalmente llamó no poco la atención de los autores. Consta de
dos elementos, primario y secundario. El primero
forman documentos
oficiales
y semioficiales
;
lo
es decir, car-
:
166
ESD.
EXCURSUS XI
8.
monarca
tas dirigidas aj rey, o escritas por el
;
el
segundo,
breves observaciones del autor.
Documentos
Rehum y sus Respuesta del rey 4, 17 Carta de Tattenai y sus Respuesta del rey 6, 2 Carta de
compañeros
4,
11 b-16.
5,
7 b-17.
b-22.
compañeros d-12.
Decreto de Artajerjes en favor de Esdras
7,
12-26.
Observaciones del autor: 4,
6,
4,
;
17 a
;
4,
23-24
tean
1-7 a
;
6,
1-2
;
;
el
uno
literario,
histórico el otro:
1)
¿Cómo
presencia de estos escritos árameos en Esd.
El problema tener presente
y
5,
13-15
6,
;
propósito de estos documentos dos problemas se plan-
estos documentos auténticos
el
;
36-18.
A la
8-11 a
marco de Hacia el
el
explicar 2)
¿
Son
?
fácilmente
literario
?
se
resuelve
con
sólo
fondo histórico, que forma en cierto modo
los referidos
documentos.
siglo ix el Asia occidental, las regiones al
Oeste
Este del Eufrates están ocupadas por una multitud de
al
el más conocido para nosotros es el de Damasco por sus continuas luchas con Israel. En todos estos
reinos árameos
;
países se hablaba naturalmente
la
lengua aramea, de
la cual
monumentos en numerosas inscripciones, por ejemplo, las de Hadad (primera mitad del siglo 8), de Panamu a mediados del mismo siglo, de Bar Rekub (la misma época), las tres halladas en Zendjirli las dos de Nerab (siglo vn), encontradas en el sitio de este nombre (cf. G. A. Cooke, North-Semitic Insllegaron hasta nosotros
claros
;
Oxford 1903, núm. 61-05 Kittel, 1. c. p. 522, Baumgartner, ZATW 1927, 84-87). Y dicha lengua era copor nocida aun fuera de los límites de la población aramea
criptions,
:
:
4 Reg. 18, 26
vemos que
la
hablaban
así los jefes del ejército
ESD.
como
asirio
grandes
los
EXCURSUS
8.
XI
167
Ezequías
oficiales del rey
;
y de esta
ultima circunstancia es dado concluir que no pocos de
ción
Y
arameo.
el
pueblo mismo con
más
tarde penetraría sin duda aun en
Y
a la región de Samaria.
judíos que
componían
Superior,
conocían
(cf.
el
inmigración de los extranjeros, que de
la
lengua aramea trasladaron los monarcas asirios
los países de
com
aramea,
la clase
con mayor o menor perfec-
alta entre los judíos poseerían
de notar que también los
probablemente
y
por
ve
se
muy
es
colonia de Elefantina, en
la
los
hablaban
documentos
allí
el
Egipto
la
lengua
encontrados
Sayce and Cowley, Aramaic Papyri Discovered at As-
London
suan,
Cuanto
1906).
tierro, es indudable
a los
que salieron para
que se familiarizarían
con
allí
el
el
des-
arameo,
puesto que esta lengua era conocida ya de siglos en aquella
como claramente
región,
gües (cf.
demuestran
lo
los contratos bilin-
encontrados, escritos en cuneiforme y en arameo
allí
Messina, L'antico Arameo, en Miscellayiea Bíblica, vo-
lumen timo
'2
101
(1934)
que
había
véase también
;
venido
ser
a
comercial en aquellas regiones.
merario suponer que
el
p.
modo
en cierto
Siendo esto
los judíos, se servía del
cido.
Pero es más
bien que indirecta
un decreto
a
lengua
la
no es
te-
más en concreto,
arameo, que de todos era cono-
de ello tenemos una prueba positiva,
;
:
así,
úl-
Gobierno persiano, en sus relacio-
nes con sus subditos del Asia occidental, y
con
idioma este
93),
Darío expidió a
los judíos de Elefantina
propósito de los ácimos
;
y este decreto
lo
recibieron escrito en lengua aramea. Si así fué ya redactado el original,
diferente
;
o
si
más
bien se trataba de una traducción, es in-
lo cierto es
que
comunicada en arameo. colonia
de
Elefantina,
Y
monarca
les fué
a su vez los judíos de la
misma
la
disposición del
cuando escriben
goas, lo hacen también en lengua aramea
ginas
51¿6 s.).
al
gobernador Ba-
(cf. Kittel,
1.
c.
pá-
:
168
ESD.
EXCURSUS XI
8.
el fondo histórico se ofrece espontánea primera cuestión que arriba propusimos
Reconstituido asi la
La
respuesta a
la
presencia de la sección aramaica en Esdras, lejos de cau-
sar extrañeza aparece en perfecta armonía con el ambiente histórico de escritos en
la
época
arameo
;
los
el
hecho, por consiguiente, de estar
documentos que en
la
misma
se con-
tienen no es motivo alguno para dudar de su autenticidad.
Ni había por qué dujese
al
el
autor, al incluirlos en su libro, los tra-
hebreo, antes se entiende perfectamente que los
conservase en su lengua original, puesto que de todos era conocida.
Se dirá por ventura, y no sin algún fundamento, que esto sí, a los documentos, pero no a las observaciones
se aplica,
Por qué no las escribió éste en hebreo, como ? Nosotros creemos que es esto susceptible de una explicación cuando menos plausible. De lo que arriba llevamos dicho es dado muy bien suponer que el del autor.
¿
lo restante del libro
autor conocía perfectamente
de esta lengua con
la
el
misma
arameo, y que podía servirse facilidad que de la hebrea.
Ahora bien, como en aquélla estaban redactados los largos documentos que él copiaba, nada tiene de extraño, antes bien es muy natural que al pasar del uno al otro escribiera,
como espontáneamente y casi sin Jarse cuenta, las breves transiciones en la misma lengua. Un solo reparo cabe oponer a esta explicación, y es efecto, por
qué
el
6,
16-22.
No
autor escribe en arameo
se la
comprende, en dedicación del
(v.
y en hebreo la celebración de la Pascua 19-22). Quizá podría decirse que esta segunda perícopa
no
iba incluida en la
templo
más
(v.
16-18),
primera redacción del
tarde fué añadida por
suposición
no
cabe
el
mismo
libro,
y que sólo
autor. Claro que esta
fundamentarla con ningún argumento
no deja de ser plausible. Otra hipótesis pudiera proponerse relativamente a todo
positivo, pero
el
conjunto de
la
sección.
Esta habría sido un escrito ara-
ESD.
8.
EXCURSUS XI
169
maico independiente, donde se describían que habían sido objeto los judíos en
de
las hostilidades
obra de reconstruc-
la
ción del templo. Antes de 4, 8 falta una parte de dicho es-
que
crito,
tal
vez por ser demasiado difuso o por otra razón
fué sustituido por el propio relato del autor en lengua hebrea. Este añadió asimismo, y también en hebreo, la períco-
pa
lí)-22
0,
sobre
celebración de la Pascua. El autor por
la
consiguiente nada habría escrito en arameo. última explicación parezca
Cuanto a
la
autenticidad de los documentos, es claro que
no cabe, después de contra rio,
el
más
Tal vez esta
más probable.
lo
dicho,
aducir
como argumento en
hecho de estar redactados en arameo bien pudiera invocarse
tal
al
;
contra-
circunstancia en favor
mayor mismo de
de su historicidad. Los argumentos con que ésta con
ahinco se combate están tomados del contenido
Nosotros
dichos documentos.
de cada uno de los referidos
no hay por qué repetir 131
ss.
cete s
a
155
ss.
Una
lo
que
sola
examinamos ya al tratar documentos en particular y los
;
allí
expusimos (véase
observación añadiremos.
algunos autores cosa
difícil
que
Los
judíos
ran venir en posesión de los referidos documentos la
p.
;
121
s.
Parépudie-
de donde
conclusión que debieron ser ellos imismos quienes los inven-
En base a la verdad bien frágil se apoya esta concluPor de pronto, aunque ni rastrear pudiésemos por qué camino les vinieron a las manos tales escritos, no fuera esto taron. sión.
motivo suficiente para negar, o siquiera dudar, que en dad
los
poseyeron. Pudieron darse relaciones sociales que
nosotros ignoramos
;
circunstancias
personales y otras de en tales condiciones
tiempo y lugar a nosotros desconocidas resulta
reali-
muy
;
arriesgado lanzarse a sentenciar que los judíos
no tuvieron medios de hacerse con
los referidos
documentos
;
y por consiguiente la única actitud razonable es aceptar como verdadera la aserción del autor en tanto no se demuestre lo
170
ESD.
contrario.
8.
EXCURSUS
XI
El hecho indiscutible que Nehemías ocupaba un
puesto distinguido en
palacio de Artajerjes nos demuestra
el
en el destierro mantenían relaciones con la y es natural que estuvieran en contacto con los funcionarios del Gobierno y en tal situación claro está que podían muy bien conocer los decretos reales y comunicarlos
que
los judíos
corte
;
;
a sus compatriotas de Jerusalén.
Además, cuando
de un rescripto contrario a los judíos, es natural
18-22,
que éste
les fuese
como
el
se trataba
de Esd.
mostrado como
4,
justifi-
cativo de las medidas que contra ellos se tomaban. Cf. Nikel, 1.
c.
p.
135
s.
También se ha invocado contra la autenticidad de los referidos documentos la semejanza de su grafía con el arameo de Daniel
cual los críticos acatólicos señalan fecha
(al
tardía) y su
desemejanza con
el
de Elefantina
conclusión que fueron escritos no
saca
la
sino
mucho después por algún
el
v y iv siglo,
falsario.
Sin bajar a pormenores, para los cuales remitimos tor a Baumgartner,
ZATW
muy
de donde se
;
1927, 120
ss.
;
Kittel,
1.
al lecc.
pá-
Torrey, Ezra Studics, p. 161 ss., nos ss. remos a proponer algunas consideraciones que, si bien de índole puramente general, son muy a propósito, a nuestro ginas 528
juicio,
limita-
;
para visualizar debidamente
el
problema.
Aun dado
caso que la grafía en Esdras fuese parecida documentos árameos posteriores, no cabría de sólo esto concluir la contemporaneidad de unos y otros. Sabido es, en efecto, que la evolución de la escritura no es siem-
a la de los
pre en todas partes uniforme,
como tampoco
lo es la cultura,
pues no pocas veces depende de circunstancias locales distintas en distintos países. A más de esto hay que tener presente la posibilidad y aun probabilidad de una modificación es decir, que un escriba posterior consciente de la grafía ;
de un documento antiguo, a la nueva maneacomodándola que ya resultaba anticuada,
puede haber cambiado
la escritura
:
ESD. 9
De
ra de escribir.
gítimo, pues,
tal
171
proceder, por cierto perfectamente
le
ofrecen ejemplos en nuestros mismos días.
se
un copista
del
ni o
siglo
;
n
a.
C,
Si,
transcribiendo la
sección aramaica de Esdras, juzgó oportuno adaptar su grafía
cambio
a la corriente de su tiempo, es evidente que tal
dejaba íntegra
antigüedad de los documentos. Por ahí se
la
verá que calificativo merece
la
aserción de Torrey cuando
con harta desenvoltura escribe (Ezra Studies,
p.
163 nota)
documentos) fueron
sis «Suponer que ellos temáticamente alterados, de suerte que desaparecieron aque-
(los
llos indicios
mimos, es tupidez
referidos
por los cuales podían ser reconocidos
inteligibilidad de los
es-
modo menoscabarían
la
documentos.»
Por de pronto, pudiérase retorcer el argumento contra Si los documentos, como justamente ob-
mismo Torrey
serva Kittel,
un
ge-
una
ejemplo («unexaimpled stupidity»), tanto más
(sic) sin
cuanto que los arcaísmos en ningún
el
como
atribuir al cronista o a sus predecesores
falsario,
sexto,
:
c.
1.
p.
530, los redactó hacia el siglo tercero
que pretendía darlos como del siglo quinto o
debió naturalmente usar
última época
;
de estupidez.
si el
Y
falsario
no
la
grafía corriente en
respondiendo ahora directamente a
ción de Torrey, diremos que éste supone que
el
e.^ta
muestras
lo hizo así dio claras
la aser-
copista que
habría modificado la grafía estuvo pensando que en los tiem-
pos por venir los habría ticidad de los
biera
tal
vez que dudarían de
la
auten-
documentos, y que precisamente por esto dela modificación. Tal
haberse abstenido de introducir
suposición es puramente arbitraria.
Reforma
religiosa por la disolución de los
matrimonios
mixtos. C. 9-10 Se anuncia
la
prevaricación del pueblo a Esdras
9,
1-2
quien herido de profunda pena prorrumpe en una sentida
172
ESD.
1-2
9,
IX. 1 Terminadas que fueron estas cosas llegáronNo se han mantenido se a mí los príncipes diciendo separados el pueblo de Israel, y los sacerdotes, y los :
levitas de los pueblos de estas tierras, cual debieran en
vista de sus
abominaciones
a saber, los cananeos, los
;
héteos, los ferezeos, los jebuseos, los ammonitas, los
moabitas, los egipcios y los amorreos
oración a Dios
9,
3-15.
Conmovido
;
2 antes tomaron
pueblo se arrepiente
el
y propone la enmienda 10, 1-4; y Esdras, animado con tal actitud, convoca una gran asamblea para tratar de la cuestión de los matrimonios 10, 5-44.
La
1-2.
prevaricación
pueblo.
del
—El
llegado a Jerusalén estuvo acibarado por
gozo de haber
la triste noticia
de
defección del pueblo y aun de sus jueces. ¿Cuándo recibió Esdras dicha noticia? La nota cronológica después de cumplidas estas cosas, sin duda las que se narran en 8, 33-36, es
la
muy vaga
y de índole
muy
general
;
con todo parece
car que había transcurrido un espacio de tiempo
limitado
;
pues caso de haber sido éste
indi-
más bien
muy prolongado
nin-
gún motivo había para referirse a aquellas cosas. Pero además existe un indicio más convincente, la profunda impreque produjo en Esdras la noticia. Esta parece ser del todo nueva para él. Ahora bien, de haberse hallado ya varios meses en lerusalén, ¿cómo podía haberle pasado por alto abuso tan grave y tan generalizado? Verdad es que la grande asamblea no se reunió sino en el mes noveno (10, 9), sión
y parece exceloso sacerdote tardara tanto en poner mano
es decir, cuatro meses después de la llegada
traño que
el
a la obra de la reforma. Pero fácilmente se
;
comprende que,
aunque la emprendiera desde luego, tenía que prepararla informarse exactamente de con mucho cuidado y cautela la extensión del mal, de la disposición de los culpables, tanto :
más cuanto que
entre éstos
se
contaban aun sacerdotes y
esd.
de sus hijas para
3-3
9,
L73
y para sus hijos, y ta raza santa se entremezcló con los pueblos de estas tierras y los prinsi
;
cipes y
jefes
los
fueron en
prevaricación los pri-
tal
meros. 3 En oyendo yo tal cosa rasgué mis vestiduras y mi manto, y mesé mis cabellos y mis barbas, y me senté
levitas
en una palabra, habíase de tantear
;
ceder con
mucha
un fracaso.
mucho
reserva y
terreno y prono exponerse a
el
tino por
todo esto se tiene en cuenta, a nadie maravillará que sólo después de cuatro meses pudiese reunirse Si
con esperanza de éxito
la
grande asamblea. Nos parece, por
tanto, equivocada la conjetura de Ryle, que
noticia se
la
dió «unos cuatro meses después de lo descrito en
una o dos semanas antes de convocar
la
le
31-^5, y
8,
asamblea general».
Los príncipes son naturalmente los que se hallaban ya de antes en Jerusalén, no los que habían llegado con Esdras. DÍTrcyrO conforme a sus abominaciones, es decir, como no ha debieran haber hecho, atendida-s sus abominaciones ;
de interpretarse, pues, en
el
sentido de que imitaran sus abo-
como hacen algunos
la
Vulg. Ca-
naneos puede referirse a pueblos («los pueblos de
las tierras,
minaciones,
es decir,
los cananeos»),
supliendo
al
más to
o bien a abominaciones,
estado constructo
el
concreto colectivo
son santos.
no se
¡"TO'N^l
semen
sanctitatis)
que por razón
lo s
:
el
lamed
y esto segundo tenemos por
;
probable. Raza santa (Vulg.
por
autores con
abstrac-
;
nacimiento
ide
refiere a transgfesió?i (in transgre-
sione hac prima), sino a los príncipes, es decir, que ellos ha-
bían
;sido los
dado
el
3-5.
manto, las cf.
primeros
mal ejemplo
Dolor de las
;
o, cf.
de todas maneras, que ellos habían
Gen. 38, 28
Esdras. —
3.
;
Deut. 13, 10.
Menciónanse
la
túnica y
el
dos piezas principales del hábito hebreo. Sobre
muestras,
para
Lev. 10, 6: Jos.
nosotros 7.
un tanto extrañas,
6; Amos.
fl.
10: Esth, 14,
de 2.
dolor
Alguien
174
esd.
Y
desolado, 4
9,
4-5
cuantos reverenciaban los preceptos del
Dios de Israel juntáronse en torno a mi, a propósito de la
prevaricación de los venidos del cautiverio
estuve sentado en desolación hasta
Y
5
tino.
tiempo del
al
;
y yo
me
sacrificio vesper-
el
sacrificio vespertino
ha calificado de escena esa .actitud de Esdras
levánteme de Kittel, pá-
(cf.
s.). Es cosa arriesgada juzgar de las costumbres de otros pueblos por las del propio cada uno tiene su ca-
ginas 596
:
y este carácter influye necesariamente en las manifestaciones de dolor, de alegría, etc. Si, sobre ser éste un movimiento espontáneo, no fué ajeno a la intención de Esdras llamar la atención de la (multitud y moverla a penitencia, no lo discutiremos pero decimos que es posible
rácter particular
;
;
demostraciones
tales
justificadas
A
4.
por
están
;
en un oriental suficientemente
sola grandeza del dolor.
la
este espectáculo
buen golpe de gente
se reunió
en
torno de Esdras, es decir, aquellos a quienes infundían reverencia y temor las palabras que
pronunciado acerca de
que
vespertino
ifcio ;
frase
el
que
cf.
Ex.
Dios de Israel había
prevaricación cometida
verbigracia, en Deut.
se hallan,
ras»
la
29, 41
7,
1-4.
donde se
;
Sobre
palabras el sacri-
dice «inter vespe-
se cree significar el espacio entre la puesta
y el momento en que ya oscurece. ¿ Cuánto tiempo permaneció Esdras en esta posición? No creemos que haya fundamento suficiente para decir con Ryle que «la mayor del sol
parte del día» dió
la
noticia
:
;
no sabemos en qué momento preciso
se le
por consiguiente toda conjetura carece de
base sólida. 5.
Levántase
al fin
Esdras,
al tieimpo
del sacrificio ves-
pertino, y rasgando (segunda vez) su túnica y su indica la construcción gramatical de la frase
;
poies,
exacta
como
efecto de
la
manto
(esto
no parece,
traducción rasgadas su túnica y su manto, la
acción del
v.
3 y refiriéndose a la misma,
ESD.
9,
t>
y rasgando mi túnica y mi manto, caí de hinojos, extendí mis manos a Yahvé mi ¡Dios mío! Vergüenza me da y Dios, 6 y exclamé:
mi estado de
aflicción,
confusión alzar, oh Dios mío, mi rostro hacia
ti
;
por-
que nuestras iniquidades se fueron multiplicando por encima de
la
cabeza, y nuestra culpa se acrecentó hasta
bien que no pocos autores la prefieren. Hólscher declara di-
cha frase glosa, dando por razón que ya
¡Cómo
lo
había hecho Es-
no pudiese hacerlo segunda vez!) se puso de hinojos y extendió los brazos. Sobre esta postura en la oración, cf. 3 Reg. 8, 54; Dan. 6, 10; Ex. 9, 29; Is. 1, 15, etcétera. Si alguien pregunta: ¿qué necesidad había de rasdras antes.
gar de nuevo
si
las vestiduras?
que no de todas
las cosas,
responderemos por de pronto
por más que estén históricamente
probadas, es siempre posible dar razón cumplida
más sabido
es
que un dolor profundo
una y otra vez
repitiendo
finalmente,
si
las
suele
pero ade-
mismas manifestaciones
y alguien cree poder afirmar que, habiendo cre-
número de espectadores, quiso Esdras
cido el
;
desahogarse ;
repetir en su
presencia las señales de su inmensa pena, no nos empeñare-
mos nosotros en 4-19.
—
negarlo.
Hermosa
6-15
oración,
muy
parecida a
la
de Daniel
9.
Esdras empieza por expresar sentimientos de humilde
vergüenza y confesar
las
muchas prevaricaciones
del
pue-
datan ya de antiguo, y por ellas los entregó Dios en poder de los gentiles v. 7 pero Dios se compadeció del pueblo, y les dio siquiera un momento de blo v.
6
éstas
;
;
moviendo en su favor el corazón de los reyes de Per8-9 pero aun con esto el pueblo siguió violando los mandatos divinos v. 10-12, y con todo, el Señor se mostró aún misericordioso no puede por tanto el pueblo hacer otra cosa que humillarse delante de Dios reconociendo sus alivio
sia v.
:
;
iniquidades,
v.
13-15.
;
176 el
esd.
Desde
cielo. 7
9, 7-8
los días de nuestros padres nosotros
venimos siendo reos de grave culpa hasta el día de hoy y por nuestras iniquidades fuimos entregados nosotros, nuestros reyes, nuestros sacerdotes, en poder de los re-
yes de las naciones por la espada, por
el
cautiverio, por
como aun hoy día. 8 Ahora en verdad mostró por un breve momento su misericordia Yahvé nuestro Dios, dejándonos un resel
pillaje
y por
la
pública vergüenza,
to que se ha salvado, dándonos un
apoyo en
el
lugar
santo, devolviendo nuestro Dios la luz a nuestros ojos,
y dándonos un poco de vida en medio de nuestra
Los
7.
nuestros padres es frase
días de
que puede aplicarse a cualquier momento de Israel. Ryle, citando a
cipios
del
pueblo
Mal.
israelita
3,
general,
historia de
cree que alude a los prin-
7,
teniendo
nosotros,
;
muy la
servi-
en
cuenta
Neh. 9, 32, lo referimos más bien con Siegfried al período que comienza con la opresión asiría. Esdras podía decir como aun hoy día, pues que todavía quedaban muchos israelitas en
el
destierro
nada de
;
y además
la
situación en Jerusalén no tenia
lisonjera.
8. Con todo, el Señor por un momento (desde la primera caravana en tiempo de Ciro) les dió algún respiro, ir* la estaca que, hundida en el suelo, sostiene la tienda, es me-
táfora
tomada de
el desierto,
rada en un
la
vida del beduino, que anda errante por
pero que también sitio
determinado.
fija
La
por algún tiempo su mo-
pintoresca expresión, pues,
no quiere indicar en primer término presente situación (Siegfried), sino
la
más
inseguridad de bien
el
la
reposo que
ha concedido, con delicada alusión, sin embargo, a vaivenes de la fortuna. El lugar de su santidad continuos los no es sólo el templo, sino toda la ciudad, y aun la Judea, se
les
incluido naturalmente, y de
modo muy
especial,
el
templo.
esd.
9,
9-12
177
Porque siervos somos nosotros; pero en nuestra servidumbre no nos abandonó nuestro Dios, e hizo que halláramos gracia ante los reyes de Persia,
dumbre.
i)
de suerte que nos dieran vida para levantar
casa de
la
nuestro Dios, y para restaurar sus ruinas, y nos concedieron una empalizada en Judá y en Jerusalén. 10 Y ahora, oh Dios nuestro,
¿
qué podemos decir después
Porque abandonamos tus preceptos, 11 los preceptos que diste por mano de tus siervos los proLa tierra en que vosotros vais a entrar fetas, diciendo para tomarla en posesión es tierra inmunda, por la intodo
de
esto
?
:
mundicia de
pueblos de esas tierras, por
los
naciones de que purezas. 12
Por
la
abomi-
las
llenaron de cabo a cabo con sus im-
tanto, vuestras hijas
no
las daréis a sus
hijos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos
;
y nun-
ca jamás trataréis de estar en paz y en buenas relacio-
La voz
9.
5
Os.
;
2,
que significa cerca, vallado, seto
8 donde se usa para indicar
circunda un
campo
el
(cf. Is. 5,
vallado con que se
toma aquí en sentido me-
o una viña), se
tafórico y representa la protección de los reyes de Persia '¿s\
justamente
Oettli,
lo
interpretan
Calmet, quien escribe:
Ryle,
Bertheau,
«refugium, locum
;
Sieg-fried.
ab
scilicet
hostibus tutum in Juda... Moenibus septa Jerosolyma non
alquando post, sub Nehemia». Bertholet, Batten lo entienden de los muros materiales de Jerusalén. Pero de
fuit nisi
esto trataremos
más largamente
al
nológica entre Esdras y Nehemías
La
10. §
te
164
b.
partícula
— 11-12.
Lo que
acentúa
hablar de (p. la
19G
caban. Véase en particular Deut. 1S,
relación cro-
afirmación;
cf.
Joüon
aquí se dice no se halla taxativamen-
en los libros de los profetas, pero éstos
Lev.
la
ss.).
7.
sin
1-0: 23.
duda lo prediG: Ex. 23. 32;
24-30. I
2
178
esd.
nes con
9,
13-15
de que os mantengáis fuertes, y comáis los bienes de la tierra, y la paséis en posesión eterellos, a fin
ná a vuestros
hijos. 13
Y
después de cuanto nos sobre-
vino por causa de nuestras malas obras y de nuestra grave culpa bien que tú, oh Dios nuestro, te quedar-
—
corto en castigar nuestras iniquidades, y nos hic ste merced de unos cuantos librados tal como ahí esta:
te
mos
—
14 ¿podríamos volver a infringir tus manda-
,
mientos y unirnos en matrimonio con pueblos de tales abominaciones ? ¿ No te indignarías contra nosotros has-
punto de acabarnos, de suerte que no quedase ni ? 15 Yahvé, Dios de Israel tú eres jus-
ta el
resto de librados
:
to, pues no somos sino un resto de librados, tal como hoy aparecemos. Henos aquí en tu acatamiento bajo el peso de nuestra culpa no hay manera, en tal estado, de permanecer en tu acatamiento. :
La traducción
13.
frase
"roten es
iniquidades
peso
de)
;
o
más
:
decir
:
material
de
no dejaste caer sobre nosotros
todas nuestras iniquidades,
la
que tenían merecido. ;
sobre
— la
disminuyéndolas,
(el
ha-
menos de 14. ptfb de suerte que no, como proposición consecutiva, cf Joüon
en otros términos
;
en 2 Par. 14, 12
bien
tú retuviste hacia abajo parte de nuestras
es
ciéndolas bajar io
literal,
los
:
castigó
.
§ 169.
El haberse salvado un residuo, que es evidentemen-
15.
obra de misericordia, parece extraño que se aduzca para probar que Dios es justo. Siegfried lo explica diciendo que te
en
la
época postexílica
gracia. tu,
Más
el
acertada es
adjetivo
p^"S
incluía la idea de
solución de Calmet
la
Domine, qui módicas hasce populi
:
Justus es
tui reliquias,
caeteris
aequissima justitiae tuae severitate dissipatis deletisque, mero clementiae tuae
beneficio
servari
volueris».
Interpretación
ESD. 10, 1-3
179
Mientras estaba Esdras exhalando su oración y confesión, llorando postrado ante la casa de Dios, agru-
X.
1
póse en torno suyo una inmensa multitud de
israelitas,
hombres, mujeres y niños y estaba el pueblo llorando a lágrima viva. 2 En esto tomó la palabra Secanías, hijo de Yehiel ,de los hijos de Elam, y le dijo a Esdras Nos;
:
otros
hemos prevaricado contra nuestro Dios tomando
mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra pero hay aún esperanza en este punto para Israel. 3 Comprometámonos por pacto con nuestro Dios a despedir to;
que dan igualmente Ryle, Bertheau.
En
la
salvación de unos
pocos pueden considerarse dos aspectos: misericordioso, en cuanto que éstos fueron realmente salvados
;
justiciero,
en
cuanto que sólo éstos se salvaron, mientras que todos los
demás perecieron. La oración
se cierra
con bellísimos
senti-
mientos de humildad profunda y de amorosa y completa sumisión.
El pueblo se arrepiente y promete 1.
Ahora por primera vez
se
la
enmienda
nos indica
10, 1-4
el sitio
donde
se
alguno de los antiguos y derruidos patios del templo, o bien en la plaza frente al mismo. Es natural
hallaba Esdras
:
que, comunicándose la noticia unos a otros, la multitud fue se
creciendo
flere,
;
y conforme a aquello de Horacio
dolendum
tagiado por
est
el llanto
primum
ipsi tibí», el
:
pueblo,
de Esdras, rompió también
«Si vis me como conél
a llorar.
Nada en
este cuadro que no sea natural y espontáneo. Secanías se adelanta y haciéndose, al parecer, portavoz de los demás, dice que no está todo perdido, que el mal se puede remediar. ; Pensaba en lo dicho en Deut. 30-, 1-10 2.
donde
se
promete perdón a
sospecha Ryle? Es posible.
los
—
3.
que
se
arrepienten,
como
El remedio es prometer a
!
!
:
esd. 10, 4-6
180
das las mujeres y los que de ellas nacieron, conforme al consejo de 'mi señor' y de los que conservan el temor de la
Ley de nuestro Dios.
Y
óbrese en conformidad con
Ley. 4 Levántate, que en tus manos queda puesto
negocio a
la
la el
y nosotros estamos a tu lado. ¡Animo y manos
;
obra
5 Levantóse pues Esdras e hizo prestar juramento a los jefes de los sacerdotes, a los levitas y a todo Israel
que harían conforme a lo dicho y juraron. 6 Partióse Esdras de enfrente la casa de Dios, y se fué al aposento ;
Dios el repudio de las mujeres forasteras y de sus hijos. Leer «de mi señor», es decir, Esdras y para esto cambiar 'adonaí en 'adoní. 4. Es admirable el tono resuelto y enérgico de Secanías todo,s están con Esdras emprenda pues la reforma, con esperanza segura de feliz éxito no hay tiempo que perder manos a la obra ,
y
;
—
:
;
;
;
Convocación de 5-G
—
5.
la
Esdras se asegura
grande asamblea ¡a
10, 5-44
cooperación de los príncipes.
Esdras quiere andar sobre terreno seguro
jefes de los tres órdenes, sacerdotes,
que harán conforme a
Israel) les hace jurar
proponer Secanías
por esto
:
levitas
y
a los
laicos (todo
que acaba de
lo
y juran. El ejemplo de los príncipes lo
;
seguirán los demás. 6.
Como
aquí se repite que Esdras se levantó, Batten
considera esto texto.
No
hay
como
indicio
de un cierto
nosotros diríamos con
tal:
desorden en
mucha
el
naturali-
levantóse pues Esdras y nadie descubriría en esta manera de decir señal alguna de desorden la partícula castellana pues, que da un matiz particular a la
dad después del
frase,
v.
5
:
;
puede decirse que está bien representada por el wau En Neh. 12, 23 se habla de
conversivo del verbo se levantó.
;
zsd. 10, 7-8
fie
Yohanán,
pan
ni bebió
181
hijo de Eliasib, y 'pernoctó'
Ni comió
allí.
agua, porque estaba apenado por
ricación de los inmigrados del cautiverio. 1
la
Y
preva-
se hizo
pasar pregón en Judá y en Jerusalén a todos los hijos de la cautividad que fueran a reunirse en Jerusalén 8 y que quienquiera no se presentara dentro de tres días
un Yohanán,
propiamente nieto de Eliasib, como
hijo, o má.,
Eliasib es sin
duda
sacerdote contemporáneo de Nehemías (Neh.
3, 1),
se
ve por Neh. 12, 10 .
s.
22.
sumo y Yohael
sumos sacerdotes que le sucedieron. No quiere por tanto decir el autor que Yohanán poseyera o
nán uno de
los
habitara entonces en aquel aposento, sino que éste era co-
nocido por su nombre a causa de alguna relación especial, de posesión o habitación, que había tenido con aquel sacerdote. Véase
gina 208 7-9.
En
ss.
más largamente
tratado este punto en pá-
vez del segundo -^l léase A*l pernoctó.
Convócase
la
asamblea general.
— Aunque
de esta convocación sigue inmediatamente precedente,
muy
es
sumo
probable que medió
tiempo. Véase lo dicho en
9,
de
al
el
la
relato
escena
buen espacio de
1.
La convocación se hizo en nombre de los jefes y de como se ve por el v. 8. Los convocados eran
7.
los ancianos,
todos los que habían vuelto del destierro con anterioridad a Esdras.
nada
De
se dice
los :
que nunca habían estado en
es posible,
como
el
destierro
indica Batten, que por hijos
del cautiverio se entienda a las veces la población toda entera. 8.
Como
el
área ocupada entonces por
judía era tan reducida,
tres
días
se
la
Comunidad
tenían por suficientes
para que todos pudieran acudir a la capital. Doble castigo se amenaza a quien faltare a la cita confiscación de bienes (el herem llevaba antes consigo destrucción cf. Deut, 20, 1G-17) :
;
esd. 10, 9-11
182
conforme
acuerdo de los principes y de los ancianos, serían confiscados todos sus haberes, y él mismo sería al
excluido de la sociedad de los inmigrados del cautiverio. 9 Reuniéronse pues a los tres días todos los
hombres
de Judá y de Benjamín, a los veinte del noveno mes y todo el pueblo se estaba en la plaza de la casa de Dios, ;
temblando por motivo del negocio y a causa de vias. 10 Levantóse Esdras sacerdote, y les dijo
las llu:
Vos-
otros habéis prevaricado por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, agravando la culpa de
11 Ahora, pues,
Israel..
haced vuestra confesión a Yahvé, Dios de vuestros pay excomunión de la persona, es decir, exclusión de la Comunidad con privación de los derechos correspondientes. Se obedeció
9.
muy
:
reunieron todos
se
los
lante del templo
(cf.
Neh,
8,
día 20 del
el
1),
Kisleu (= Nov.-Dic), por consiguiente hacia bre,
invierno.
el
No
quinto es
el
mes
;
cf
.
noveno mes, el
5 Diciem-
la
llegada a Jerusalén, que
Se estaba pues en pleno
pues extraño que estuvieran temblando a
causa de las lluvias
;
pero quizá más aún por
cual se les había convocado
castigos que se les
:
la
el
asunto mismo
perspectiva de tener
y en caso de negarse a ello, los impondrían. El verbo aquí usado encierra
que abandonar sus mujeres el
(era
7, 8.
cuatro meses después de
había sido
para
varones
natural que no asistieran las mujeres) en la plaza de-
;
doble matiz: temblar (de miedo),
tiritar (de frío).
—
Alocución de Esdras. 10. El hifil del verbo hacer habitar consigo, de donde contraer matrimonio. 10-11
DB"
—11.
rnip agnitio, confessio, o de los beneficios, y entonces es acepción la más común, verbigracia, de gracias Lev. 7, 12. 13. 15 Is. 51, 3 o de los pecados, como en nuesacción
;
;
;
Hermosamente van
tro pasaje, y en este caso es penitencia.
como graduados enmienda.
aquí los tres
estadios
:
dolor,
propósito,
:
183
ESD. 10, 12-14
dres, y cumplid su voluntad separándoos de los pueblos de la tierra y de las mujeres extranjeras. 12 Contestó to-
da
asamblea, y clamaron en alta voz: Conforme a tu
la
palabra, asi nos toca obrar. 13 Pero roso, y es
el
tiempo de
el
y no hay
lluvias,
pueblo es numeresistencia para
permanecer a cielo abierto por otra parte, se trata de negocio no de un dia ni de dos, pues muchos son los que pecamos en esta materia. 14 Quédense los príncipes en ;
El pueblo asiente, y a petición del mismo se for12. Es inútil preguntarse con Batten
12-17
ma un ;
la
tribunal.
—
por qué responde
el
cosa más natural.
blo precedente,
pueblo en voz alta?,
como
si
no fuera
no ha de juntarse con
tfvJJ
como hace
Vulg., sino con
la
el
el
voca-
que sigu?,
y significa a nosotros toca, nuestro deber es, nos sentimos obligados cf. 2 Sam. 18. 11. 13. Pero cuanto a la ejecución,
—
;
ponen
muy
ciertos reparos, por cierto
cio va para largo
:
razonables, en la ma-
El pueblo es numeroso:
nera de llevarla adelante:
el
nego-
por otra parte es la estación de las
llu-
y no podemos nosotros estarnos al descubierto. eran estos vanos pretextos, sino la pura realidad. vias,
14.
En consecuencia proponen
su plan:
Que
todos
T
.\
o
re-
gresen a sus respectivos pueblos, y se queden sólo los prin cipes en vez de toda la congregación. El lamed lo interpretan Bertheau, Oettli (los
como
príncipes de toda
juzgamos equivocada especie de dativus
la
equivalente
constructus
al status
congregación), interpretación que
más commodi :
bien (cf.
tomarse como una
debe
Joüon
§
133
d).
Luego
su-
birán a fecha determinada los reos, señalándose a cada uno su turno
:
y
les
propias ciudades
acompañarán :
sin
los
ancianos y jueces de las ellos, que tenían bien
duda para que
conocidos a los individuos, depusieran con conocimiento de causa. Al final del
v.
léase
en vez de
1JJ
Vulg. Siegried da una interpretación diversa
,
:
con dice
LXX
y
que
el
184
ESD. 10, 15
lugar de toda
asamblea
la
;
y todos
los
que en nuestras
ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras vengan a
tiempos prefijados, y con
ellos los
ancianos de
la
ciudad
respectiva, y sus jueces, hasta que la encendida ira de
Dios
causa* de este negocio se aparte de nosotros.
'a
15 Sólo Jonatán, hijo de Asael, y Yahazías, hijo de Tiqva, y Mesullam y Sabbetai, levita, les
se opusieron a ello
;
no en Jerusalén, sino en
juicio debía tenerse
las
sendas ciu-
dades, de suerte que cada individuo seria juzgado en su propia ciudad y que el tribunal había de ser constituido por los
ancianos y los jueces locales junto con alguno de los príncipes.
Tal manera de entender
texto nos parece poco acer-
el
tada, bien que sea preferida también por Calmet, quien propone claramente ambas interpretaciones «Peragrarunt illi :
urbes, diemque apud se dicebant nis inveniebant
quos reos ejus crimiadhibitisque Senioribus et Magistratibus loci,
;
iis,
junctis
simul suffragiis causam expendebant,
tentiae
executionen urgebant.
siculus 16.
coram
Malunt
totius
alii,
gentis
reis
Id
nos
lataeque sen-
docere videtur ver-
dictam fuisse diem Jerosolymae,
Synedrio,
accitis
reis
singularium ur-
bium, ex delatione et indicio seniorum et Judicum potius jussos fuisse Judices locorum sistere se et gentis in
loci
;
vel
coram Esdra
Optimatibus, ut qua ratione expleta essent ea, quae
conventu generali totius populi decreta fuerant, enarra-
rent».
15.
Este
se presta a dos interpretaciones
v.
mente opuestas
:
la
rativa, verbigracia,
sativa,
partícula
Gen.
2G, 9,
por ejemplo en Gen.
T|K
diametral-
puede tener fuerza aseve-
y fuerza restrictiva o adver4. Tomándola en la pri-
9,
mera acepción cabe entender el v. en el sentido que Jonatán y sus compañeros se encargaron de llevar adelante lo propuesto, ayudándoles en esto Mesullam y su compañero
ESD. 10, 10-17
apoyaron. 10
De
L86
todas maneras, los hijos de
dad dispusiéronse a obrar conforme a sacerdote Esdras 'se escogió' varones,
según sus
la cautivi-
convenido. El
lo
jefes de familia,
distintas familias, y todos ellos señalados
sus nombres. Juntáronse en sesión
cimo mes 'para
,
inquirir sobre el
el
por
primer día del dé-
negocio
17 y dieron re-
;
el mismo sentido y en este caso dase al verbo que ciertamente tiene en el v. 14. No se hizo pues a Esdras
el levita
;
oposición alguna
tendemos empero restrictivo,
todos
;
se
mostraron
partícula
la
diremos que
el
conformes.
en sentido
en-
Si
adversativo
pueblo en general aceptó
la
o
pro-
puesta esdrina, pero que encontró oposición de parte de los
pocos cuyos nombres se
toma en
la
el
autor menciona
acepción de levantarse
Par. 20, 23. Esta segunda interpretación
;
y
verbo
el
noy
como en 1 sostienen la mayor
contra,
parte de exégetas modernos, Siegfried, Bertholet, Bertheau,
Crampón
Ryle, Batten, Hólscher,
mos
el texto.
No
;
y en favor de
la
misma
y en conformidad con ella traducimaravilla que hubiera alguna voz diso-
nos inclinamos nosotros es
;
nante. 16.
De
todas maneras se llevó adelante
dras escogió (léase
el
singular
"6
)
el
negocio. Es-
jefes
de
familia,
representando cada uno una familia, conocidos por sus propios
y se constituyeron en tribunal décimo mes, Tebet (= Dic. -Enero).
nombres
mero
del
el
día
pri-
;
Al
fin
del
versículo léase &n"6-
de los culpables se terminó el duró día primero del primer mes, Nisán (= Marzo-Abril) por consiguiente tres meses, desde el 15 de Diciembre hasta b?2 crea alguna dificultad: la el 15 de Marzo. La voz 17.
El
examen y
juicio
;
misma puntuación masorética parece separarlo del vocablo se han propuesto varias maneras de insiguiente hombres ;
esd. 10, 18-22
186
mate
todos los hombres*, que habían tomado mujeres
'a
extranjeras,
18
De
día primero del primer mes.
el
los hijos de los sacerdotes
mujeres extranjeras se hallaron
y de sus hermanos
hijo de Josedec,
Yarib y Gedalías. 19
Y
que habían tomado
De
:
los hijos de Josué,
Maasías, Eliecer,
:
dieron palabra de despedir a sus
mujeres. El sacrificio de expiación por su culpa, un car-
De
nero. 20
De
Immer
los hijos de
los hijos de
Harim
:
De
terpretarlo
Acabaron con todo,
(cf.
Bertheau)
Hanani
y
Zebadías. 21
Maasías, Elias, Semaías, Yehiel
y Uzías. 22
:
:
los hijos de Pashur:
Elioenai, Maasías,
es decir,
con los hombres
acabaron en todas partes, o sea en todas
;
las
ciudades con... (Bertheau); acabaron bajo todos respectos^ con... (Siegfried)
leen
el texto,
Esta es
la
;
Hólscher y Oettli, modificando un tanto acabaron con todos los hombres.
D v¿'jNrr^DD
mejor solución. La de Batten, a saber, que
Ss::
debe eliminarse del texto por ser mero efecto de dittografía del vocablo precedente, apenas merece ser mencionada.
apoya en sólido fundamento la opinión de varios autores (Ryle, Bertholet, etc.), que dan como probable que la frase los hombres que habían tomado mujeres extranjeras era encabezamiento o título de la perícopa siguiente, donde y que por descuido de algún copista pasó al sitio ahora se encuentra.
Tampoco
18-4-1
Personas
se
Lista al
de
los
culpables.
servicio del templo
;
—Consta
sacerdotes,
laicos. Muchos de los res y porteros mente idénticos a los del capítulo 2. ;
18-22.
Harim y Pashur aparecen en
2,
(5,
37-39
el
Los
2). ;
dos partes: levitas,
canto-
nombres son natural-
Sacerdotes. Son 17. Josué es
contemporáneo de Zorobabel
de
Neh.
sumo
sacerdote,
Immer,
hijos de 7,
40-42
;
1 Par.
:
187
esd. 10, 23-33
Yozabad
Ismael, Xatanael,
Rozabad. Semei, Qelaias, o
De
y Eliecer. 24
Ramias,
:
De
De
Israel
Matanías, Zacarías,
:
De
Yehiel, Abdi, lerimot y Elias. 27
los hijos de Zattu
Matanías, Yeremot, Zabad y Aziza. los hijos de Bebai Yohanán, Ananías, Zabbai y
Elioenai,
28
:
:
Miamin, Elazar, Malkías
Elam
los hijos de
Juda
De los porteros De los hijos de Fa-
Eliasib.
:
Izzías, Malkías,
y Benaías. 26
los levitas:
sea, Qelita, Petahías,
los cantores
Sallum, Telena y Uri. 25 ros
De
y Elasa. 23
De
Eliasib,
:
Atlai. 29
De
los hijos de
Bani
Mesullam, Malluc, Adaías,
:
De
Yasub, Seal y Yeramot. 30
Pahat
los hijos de
Moab
:
Adna, Kelal, Benaías, Maasías, Mattanías, Besalel, Minnui v Manases. 31 [De] los hijos de Harim Eliecer, Is32 Benjamín, Malluc y sías, Malkías, Semaías, Simeón, :
Semarías. 33
24.
Dar
8-14.
prometer
De 'los
;
23-24.
cf.
la
Hasum: Mattenai,
hijos de
mano
Levitas, 0
;
expresa
19)
(v.
4 Reg. 10, 15
;
Ez. 17, 18
1 cantor y
lleva doble nofnbre, Oelalías y Qelita en Neh. 8. 7 10. 11.
lee
:
ac o
el
de
ceder
2 Par. 30, 8.
;
porteros.
:>
Mattatta,
Un
levita (v. 23)
sólo este
secundo
se
;
25-44.
Israel, o sea, los laicos.
Son 86 El orden de
familias es diverso del que se observa en
El último
31 léase
el v.
interpretum. ofrece
La primera
dificultades,
que
v.
el
capítulo
las
En
2.
44 bien cabe llamarlo crux
parte es clara
Bertheau
:
califica
pero de
la
segunda
insuperables.
se Por de pronto se observa doble anomalía gramatical 2"*: masculino, es trata de mujeres y, con todo, el sufijo en :
y masculino es también el sujeto del verbo que sigue (pusieron) y cuanto al fondo no es fácil hacer concordar los dos ;
últimos miembros.
tender
el
vertí haec
El sentido general que quiso dar a en-
autor parece ser
el
que indica Calmet
:
«Animad
videntur, ut ostendatur milla ex parte mitigatam
188
ESD. 10.
EXCURSUS
XII
Yeremai, Manases y Semei 34 De los hijos de Bani: Maadai, Amram, Uel, 35 Benaías, Bedeías, Zabad,
Eiifelet,
Keluai, 36 Naias, Meremot, Elasib, 37 Mattanías, Mattenai, Yasai,
38 Bani, Binnui, Semei, 39 Selemias, Natán,
Adaías, 40 Macnadbai, Sasai, Sarai, 41 Azarel, Selemiahu,
Semanas, 42 Sallum, Amanas y José. 43 De los hijos de Nebo Yeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Yaddau, Joel y Benaías. 44 Todos estos habían tomado mujeres extranjeras, y había entre 'ellas' mujeres que 'habían parido'. :
latae ab Judicibus sententiae severitatem quamvis enim plures ex hisce faeminis liberos gentiissent, nullus tamen misericordiae locus habitus est, sed omnes cum filiis
esse
;
expulsae».
En
3 Esd.
9,
36 se lee precisamente que ellos ex-
pulsaron a las mujeres con los hijos oüv
xsxvoic; )
modificamos
otros
a^sXuaav
(xai
lección que aceptan Bertheau, Hólsoher.
todas maneras,
ligeramente
como ya
el
texto
auxac;
Nos-
De
masorético.
dijimos, el pensamiento del autor
aparece con suficiente claridad.
Excursus Uso de 1-34; pias
la
Memorias
luego
primera persona.
— Este
uso en Esd.
7,
27-8,
1-15 no ofrece dificultad. Si Esdras escribió sus pro-
9,
el
es natural
que usara
redactor del libro,
al
la
primera persona
incluirlas
en
éste,
a transcribirlas conservándoles su forma original.
tan fácilmente se explica por qué dentro de la ción referente a Esdras
(c.
;
y
se limitó
Pero no
misma
sec-
7-10) se emplea la tercera per-
razón dar del uso alternado de las dos personas ? ¿ qué La primera persona aparece de repente en 7, 27, donde Esdras prorrumpe en nacimiento de gracias por el rescripto
sona
:
real.
autor
La generosa concesión ;
de éste, quien la narra es
el
y parece que debiera haber dicho unas palabras de
EXUKSUS
ESD. 10.
XII
189
nexo entre su relato y la acción de gracias de Edras. El hecho de hablar éste en primera persona creemos qüe indica suficientemente en este caso parti-
transición que fuesen
el
mismo había
cular que él
referido la singular liberalidad
que había sido objeto por parte de Artajerjes. cluímos
que en
1)
:
precedida
iba
un
de
mente en hebreo
el
la
De
original esdrino la perícopa 7, 27-28
donde Esdras narraba breve-
relato,
concesión del rescripto
omitió este relato para poner en su lugar
;
2)
que
el
autor
genealogía de
la
mismo
del decreto
en
su
libro
comprende. Con esto
se
explica la falta de nexo entre
Esdras y interesaba
v.
27 y
el
texto
el
incluir
de-
ahí con-
;
puntos ambos que
le
que fácilmente se
interés
;
el
contexto precedente.
Otra incongruencia, por
que toca al uso de la primera también al fin del capítulo 9
lo
v de la tercera persona, aparece
y principio del 10. En efecto, el capítulo 9 se cierra con la oración de Esdras, y es evidente que con esto no podía darse por terminado
matrimonios,
como que
el relato,
que parece de
tan
el
negocio de los
excepcional
importancia,
se quedaba todo en suspenso. Debía seguir el relato de medios que se pusieron para remediar tan gran mal
como
los ;
y
ese relato no era sino continuación de lo que prece-
día, era natural
que
lo hiciera, el
mismo Esdras continuando
a hablar en primera persona. Y sin embargo acontece todo lo contrario
:
quien habla es
en tercera persona. indicio positivo se ta
;
se trata de
juicio,
es
¿
Cómo
el
autor, y Esdras se menciona
explicar
tal
anomalía
meras hipótesis. La más
que también aquí
la
Ningún
el
plausible, a nuestro
autor dió un corte en las
Memorias de Esdras. Este había consignado dos para
?
nos ofrece para responder a esta pregun-
los pasos da-
supresión del deplorable abuso. Al autor
le
pa-
reció el relato harto breve, y quiso reemplazarlo por su propia cuenta con otro más abundante, más rico en detalles.
190
ESD. 10.
EXCURSUS
XIII
Esta explicación nada tiene de improbable, y da razón satisfactoria de la anomalía que se observa en el texto actual respecto al uso de la primera y de la tercera persona. N. B. Algunos autores, verbigracia, Torrey, Ezra Studies, p. 244 s., piensan que el uso de la primera persona no
pasa de ser una ficción
en
la
literaria
Introducción, p. 10
pero de esto hablamos ya
;
ss.
Excursus
¿Hay que
trasladar al libro
—
de Esdras los
ce.
8-10 de
Nehemías? En Neh. 7 73 b-cap. 8-10 aparecen junto s Esdras y Nehemias en la grande asamblea, donde se leyó la }
Ley. Esto y el hallarse dichos capítulos incluidos en el libro de Neh. parece indicar suficientemente que los aconteci-
mientos
allí
descritos se pasaron durante la (primera)
nístración del
mismo Nehemias,
admi
estando presente
445-433,
Esdras.
Por otra
mias más que del la
c.
sospecha que los
Y
tardía.
3 Esd.
la
del c. 9, la
no puede negarse que
parte,
el c.
10 es continuación del ce.
7
c.
;
de donde
intermedios 8-10 sean una intrusión
esta sospecha parece confirmarla el
perícopa Neh. el
11 de Nehe-
8,
hecho que en
1-12 forma precisamente parte
cual corresponde a Esd. 10, donde se describe
actividad de Esdras
en
el
negocio de
los
(matrimonios
mixtos.
En
tales
condiciones no es maravilla que ya de
tiempo arrancaran algunos autores Michaelis, en Bertheau [1] p. 205
verbigracia,
(cf.,
s.) los.
ce. 8-10
mucho J.
D.
de Nehe-
mias y los juntaran al libro de Esd. a quienes han seguido no pocos intérpretes de nuestros días, bien que en los pormenores no convengan entre sí. Batten (Ezra-Neh. p., 352 s.) ;
(1)
Die Bücher Esra, Nechemia und Esther
;
Leipzig 1802.
ESD. 10.
atribuye
Del
10 a
191
XIII
segunda administración de Nehemías. sólo una cosa ninguna indicación hay de la presen-
la
9 se ignora completamente el origen
c.
es cierta cia
el c.
BXCURSUS
que en
:
él
de Esdras. Finalmente, cuanto
al c.
;
8 es indudable, dice,
que los vv. 1-12 han de colocarse al fin del libro de Esdras
menos
claro, bien
que
muy
;
probable, es que lo propio debe
hacerse con los vv. 13-18. Torrey (Composition,
em-
29)
p.
pieza por asentar una serie de proposiciones que pronuncia
tamquam auctoritatem habens «Los tres capítulos de Nehemías 8-10 donde ahora se hallan están fuera de su lugar. :
El capítulo 11 forma
la
debida continuación del capítulo
como generalmente piensan
los críticos.
tulos intermedios (8-10) pertenecen
no
Además,
7,
capí
Nehemías,
relato de
al
los
sino al que se refiere a Esdras y a su ministerio. Ellos for-
man
evidentemente un todo con la narración de Esd. 7-10 qué relación tienen precisamente con ella, es un problema ;
que no ha sido aún resuelto. Manifiestamente Neh. 8 no
puede ser
Y
la
continuación de Esd. 10,
como en
1 Esdras.»
«Yo creo pos ble precisar por encima de dónde se hallaban en un principio estos capítulos 2) de qué manera vinieron a pasar al sitio que ahora ocupan.» Y expuestas las pruebas, que luego examinaremos, luego añade
toda duda
;
:
1)
:
;
fija el
Esd.
siguiente orden (p. 34):
9.
Dos
10
;
son,
Neh.
como
9.
Esd.
7.
8; Neh.
se ve, los
problemas que con
ción de las varias opiniones quedan planteados
de los capítulos 8-10 de Neh. entre
mismos
1)
al libro
7, 70-8,
sí.
2)
:
la
1)
9 supone el frase «de
exposi-
Relación
Relación de los
de Esdras.
Relación de los capítulos S-10 de Neh. entre
Viniendo
18;
10.
sí.
primera cuestión, es cierto que el capítulo capítulo 8 y está con él en perfecta armonía. La a la
este
mes» en
el
v.
1 se refiere evidentemente al
192
mes
ESD. 10.
— séptimo — de
blea se reúne
XIII
que se ha hablado en
el 24,
los tabernáculos.
EXCURSUS
7,
73
b.
dos días después de terminada
Se
lee la
Ley,
como en
v. 3,
el
La asamla fiesta
de
capítulo 8.
Aparecen los mismos levitas, v. 4 cf. 8, 7. Del capítulo 10 no cabe afirmar tanta afinidad pero cuanto en él se dice conviene perfectamente con la situación de los capítulos 8 ;
;
y 9. Es natural que la asamblea se cierre con la promesa de observar la Ley, y que para dar a ésta mayor fuerza se haga en forma de pacto sellado con las firmas de los principersonajes,
pales
Los
tres
capítulos
como
representantes
de todo
pueblo.
el
pues se completan mutuamente
;
cons-
un todo armónico, y nada hay en ellos que disuene No hay por ende razón para disociarlos. Las razones que para hacerlo aduce Batten son de poco o de ningún valor, como lo demuestra un ligero examen de
tituyen
de esa unidad.
las
mismas.
Del capítulo 9 no tiene otra cosa que decir sino que «es señalar el origen del capítulo 9» (Esra and
imposible
Neh.
}
p.
353).
Cuanto añade
ni
un rayo de
luz da para la
solución del problema. El capítulo 10 lo coloca a continuación del 13 por razón de la semejanza entre los dos
gina 372
s.),
perteneciendo por ende ambos a
administración de Nehemías.
En
el
capítulo
los
la
pá-
segunda
dos capítulos
exacta relación entre uno y 10 enuméranse los puntos sobre los
para darse cuenta de cuál es otro.
Basta leer
(ibid.
la
pueblo promete reformarse en el capítulo 13 cuendespués ta Nehemías que durante su ausencia de Jerusalén varios de estos puntos no habían sido observados. del 433 cuales
el
;
—
—
que coincidan unos con otros? Y ¿quién extrañará que se introdujeran semejantes abusos? O ¿se cree que lo mismo es cumplir que prometer? Pero hay
¿Qué
maravilla,
pues,
13 supone en cierta manera el 10, pues en las porcio13, 10 dice Nehemías: «me enteré asimismo de que
más
:
el capítulo
EXCURSUS
ESD. 10.
XIII
19:*
nes prescritas para los levitas no habían sido dadas»,
lo cual
parece referirse a 10, 38 donde se habla precisamente de
décimas de
Relación de dichos capítulos
2)
¿
Hay que
al
libro
de Esdras. de Es-
trasladar estos capítulos 8-10 al libro
dras? Preciso es convenir en que realmente
como
las
los levitas.
ya insinuábamos,
el
capítulo 11,
en cierta manera continuación
es
7 y además que los dichos capítulos 8-10 ofrecen la anormalidad de no hablar en ellos Nehemías en primera per-
del
;
sona.
fenómeno lo explicamos nosotros de esta Nehemías había incluido en sus Memorias los acontecimientos aquí narrados pero como éstos eran meramente Este
manera
último
:
;
religiosos, y
estaba interesado sobre todo en
él
la
reconsti-
ción material y política de Jerusalén, los había descrito breve y sucintamente. El autor del libro, a quien no satisfacía una
brevedad, dejó en este punto las Memorias y les susti-
tal
tuyó su propia narración, fundada sin duda en dichas
Memo-
y además en otros documentos que ofrecían de todo ello una descripción más particularizada. Que los mencionados
rias
capítulos aparezcan en cierto
modo como una
interpolación
en realientre los capítulos 7 y 11, nada tiene de extraño dad, la asamblea religiosa constituía como un paréntesis en :
el
trabajo progresivo de
repoblación de todas maneras
la el
capítulo 8 cuadra perfectamente a continua-
ción de los capítulos 6-7. hacia
el fin del
reconstrucción de los muros y Era de orden diverso. Pero de
la
ciudad.
En
efecto, los
muros
sexto mes, Elul= Agosto-Sept.
dan órdenes para
la
defensa de
la
ciudad
(7.
1
se
terminan
(6, 15),
y se
ssA Cumpli-
dos estos trabajos, que eran perentorios y que habían absorbido la actividad de todos, parecía llegada la hora de inaugurar
la
reforma religiosa
:
y precisamente en este momento, '3
194
ESD. 10.
a principios del
EXCURSUS
mes séptimo,
Tisri
XIII
(=
Sept.-Oct.), se con-
voca para este fin la grande asamblea (7, 73 b-8, 1). Pero es el hecho, se objetará, que en 3 Esd. al capítulo
que corresponde
9
al
capítulo
Esdras canónico, se halla precisamente
De
1-12.
todos es conocido
el
parte legendario de 3 Esd.
En
pascua celebrada por Josías
;
10 la
y
fin del
último
del
sección Neh.
8,
carácter fragmentario y en el
capítulo 1 se describe la
en los capítulos 3-4 se lee
Con
la
amalgama, ¿qué maravilla juntara el autor algún trozo del libro de Nehemías, que es muy posible anduviera en documento sepaconocida leyenda de los tres jóvenes.
rado
?
Falta examinar la
tal
la
singular teoría de Torrey, fundada en
interpretación de Neh.
7, 70-73.
Empieza por asentar que
estos versículos se refieren al servicio del templo. Esto su-
puesto, pregunta Torrey:
«Pero ¿cómo es posible explicar
indirecta alusión al servicio del templo en este lu-
la súbita,
gar donde carecería de sentido?» (Composition, p. realidad la explicación es muy sencilla. Neh. 7, 6
30').
En
es la
ss.
reproducción de un documento que Nehemías dice haber ha-
y es evidentemente el de Esd. 2, 1 ss. El encabezamiento es de todo punto idéntico, y las diferencias que se llado (7, 5)
;
notan en los dos textos se explican sin dificultad. Ahora bien: en Esd., después del recuento de las personas y de los animales se habla de las ofertas de los jefes de familia 69)
;
y finalmente
que todos,
dice
se
En Neh. familia,
Atersata
sacerdotes,
fueron a habitar en sus propias ciudades
pueblo...
(v. 68-
levitas, (v.
70).
dones de los jefes de
7, 70-72 se habla de pero con más pormenores, y se menciona además
los
70), el cual
(v.
Atersata de Esd. a Sesbasar)
;
2,
y en
no
63 donde el v.
Nehemías, sino más bien el a Zorobabel (o por papalabra casi reproduce
es
el título se refiere
73 se
No
que los vv. 70-73 constituyen un solo documento con los precedentes, y que
labra
el v.
70 de Esd.
2. ¿
salta a la vista
EXCURSUS
ESD. 10.
195
XIII
unos y otros son nada más que la reproducción de Esd. 2? Así en efecto lo entienden la generalidad de los intérpretes.
Pero que
común
Dr. Torrey, apartándose del
el
aceptada por
«la hipótesis
mayoría de
la
sentir,
afirma
los críticos
mo-
dernos, que estos cuatro últimos versos del capítulo 7 fue-
ron copiados, junto con to
más antiguo,
Y
tion, p. 30).
probabilidad ni «la manifiesta
la lista
es tan inútil
precedente, de un documen-
como improbable» (Composi-
sin
preocuparse de dar de esa pretendida im-
el
más mínimo argumento, nos asegura que
y única solución satisfactoria de
está en reconocer que la sección del
la dificultad
documento esdrino, que
fué desplazada de su lugar primitivo, empieza no con Neh. 8, 1 ó 7, 73 b-8, sino con 7, 70» (ibid.).
de Esd.
al fin
Y
dicha sección la coloca
8.
Tal explicación, como hemos visto,
además
base. Pero
en su misma
f laquea
tiene otro inconveniente. Esd. 9 sigue, y
debe seguir inmediatamente a Esd.
8.
En
tulo 9 los príncipes se acercan a Esdras
efecto, en el capí-
y
comunican
le
el
estado en que se hallaban las cosas, a saber, que eran nu-
merosos
los
matrimonios con extranjeros
nueva para Esdras, como
es evidentemente
muestras de sorpresa y de dolor que dió
Ahora
lugar ya fiesta
a
la
grande asamblea, y
raíz
fin,
lo
La
la lectura
si
noticia
prueban
al oírla (v.
esto concebirse
de los tabernáculos, en
La escena te,
¿cómo podría
bien:
(v. 1-2).
3
las ss.).
hubiese tenido
de
la
Ley, y
la
cuanto se narra en Neh. 8?
de Esd. 9 es natural y se comprende perfectamende
la
llegada de Esdras a Jerusalén,
antes que
tuviera tiempo y ocasión de informarse de las condiciones en
que se hallaba
el
pueblo
:
es,
al
contrario,
fuera absolutamente de su propio lugar,
pués de Neh.
8.
Es
si
ininteligible
y
se la coloca des-
claro que no se refiere a este capítulo
«Terminadas que fueron estas cosas» (Esd. 9, 1), sino a Esd. 8, 33-36, donde se narra el recuento que se hizo
la
frase
;
196
EXCURSUS XIV
ESD. 10.
de los tesoros traídos de Babilonia y los sacrificios que se ofrecieron al llegar a Jerusalén.
Para colocar Neh. 9-10 a continuación de Esd. 9-10 e! argumento de Torrey es que Esd. 10 termina de una manera poco satisfactoria, lo cual se evita añadiendo los capítulos Neh. 9-10, que constituyen una adecuada concluprincipal
Ya vimos que Neh.
sión.
forman una unidad
8-10
literaria,
que ninguna razón hay para disociarlos. Cuanto abrupto cómo termina
más
explicación cf. p.
199
y
modo
de Esd. no falta alguna otra
que
satisfactoria,
damos
en
su
lugar
ss.
Finalmente
grave
el libro
al
la
dificultad.
teoría
del
¿Cómo
los
Torrey tropieza con otra capítulos 8-10 de Neh. han sido Dr.
arrancados de su puesto primitivo, que se dice ser tan connatural, para ser introducidos violentamente en
que
les es
reproducir
de todo punto contrario aquí
la
?
explicación que
Dr. Torrey (Composition,
p.
34).
un ambiente
Tenemos por de
da
ello
superfluo el
La improbabilidad
mismo de las
forzadas transposiciones que se ve obligado a suponer, cree-
mos que supera y con mucho
las
improbabilidades que
cho autor se ha complacido en acumular contra sición de
Neh
la actual
di-
po-
8-10.
Excursus Cronología relativa de Esdras y Ne hernias La vuelta de Esdras a Jerusalén, ¿fué anterior o posterior a la de Nehemías? Sabemos que Esdras condujo una caravana a Jeru:
—
año séptimo de Artajerje s (Esd. 7, 1.8). Cabe predicho Artajerjes ¿era el primero (465-425), o más bien el segundo (405-358)? En el primer caso la llegada de Esdras a la capital de Judá habría sido en 458, anterior por tanto a la de Nehemías como que éste llegó el año vigésimo salén
el
guntar:
;
de Artajerjes (Neh.
5,
14:
1, 1)
en 445; en
el
segundo caso
ESD. 10. EXCURSUS XIV
muy
sería
dan a
L97
posterior, en 398. El orden que actualmente guar-
narraciones entre
las varias
como
parece indicar que,
sí
Zorobabel sigue cronológicamente Esdras, así a éste sigue
Nehemías y que por tanto los dos últimos personajes llegaron a Jerusalén durante el reinado del mismo Artajerjes primero Esdras el año séptimo (458), Nehemías el vigési;
;
mo
(445).
En
1890 van Hoonacker escribió varios artículos
(1)
para
demostrar que Esdras no precedió a Nehemías, sino que
le
siguió, afirmando que su llegada a Jerusalén tuvo lugar en
tiempo del segundo Artajerjes,
año 398. La misma
el
ha sostenido en varios escritos posteriores
número
cierto
de autores
otros la han combatido
Aéhéwie
(1)
de Vépoquc de
et
Esdras.
que un
tesis
;
mientras que
(3),
(4).
Une
restauration
¡a
(2)
han aceptado
tesis
,
nouvclle hypothese sur
en Le
Muséon
v.
chronologie
la
9 (1890)
151
p.
ss.,
389
de
Ba-
Y siguientes.
Nouvelles Etudes
(2)
sur
la
restauration
juive
apres
Vexil
bylone, Louvain 1896. Notes sur VhistoLre de la resiQura¿io>i juive apres Vexil de
Babylone, en Rev. Bibl. 1901,
gina 561
Edimburg
Néhcmie
Lagrange,
P.
(3)
§s.
Lorixg W.
et
1
p.
Esdras
ss.,
en
175
ss.
Rev.
1894,
Bibl.
pá-
The books of Ecra aiid Nchcmtah, Touzard, Les juifs au tevips de la période
BATTEN,
1913, p. 28 ss. J.
persane, en Rev. Bibl. 1915 p. 112
ss.
y
otros.
Huyghe, La chronologie des Vares d' Esdras et de Nihé mié, en Revue des questions historiques, v. 54 (1893) p. 5 ss. Fr.. De Moor, L'époque de la restauration juive d'apres les livres d'Esdros et de Néhémie, en La Science Catholique v. 9 (1895) p. 135 ss.. 347 ss., Ch.
(4)
526
ss.
Nikel.
J.
Die
dem Babylonichcn Die
Wiedcrherstcllung des jüdischen Exil,
chronologischcn
Studien 1903, 1922.
Ya
p.
se
p.
6S
en Bibl. Studicn
1900.
p.
G em tkmcstfU 146
ss.
J.
nack
Fischfr.
Fca¿en in de>± Büchern- Rsra A eheuúu, en Bibl F. X. Kugler. Van Moses bis í'aulus. Münster
ss.
215-233.
ve
que
en
estas
indicaciones
bibliográficas
no
pretendemos
198
ESD. 10.
La
EXCURSUS XIV
situación histórica que se refleja en el libro de Néhe-
mías ¿está en armonía con Jerusalén o,
precedente viaje de Esdras a
el
He
excluye?
al contrario, lo
aquí
el
punto cen-
de la cuestión, por el cual vamos a empezar. Es indudable que la condición de la Comunidad judía, al tiempo de llegar Nehemías a Jerusalén, era en extremo de-
tral
La
plorable.
ciudad santa poco poblada (Neh.
4)
7,
sus
;
muros derruidos (1, 3) los habitantes en connivencia con los extranjeros, y aun supeditados a ellos, y las alianzas matrimoniales con los mismos frecuentes (3, 33-35 6, 10-14. 17-19 10, 31). ¿Cómo un tal estado de cosas era posible después de ;
;
;
trece años (458-445) de gobierno de Esdras? El rey le había
plenos poderes para urgir
conferido
Ley y para con muchos
constituir jueces
el
observancia de
y magistrados (Esá.
25
7,
la s.),
privilegios en lo que se refería especialmente al
culto (7, 11-24)
que
la
;
llegado a Jerusalén inició la reforma, a la
pueblo no parece haber opuesto resistencia, y
adelante con perseverancia (Esd. 9-10).
Tan
hacían con razón esperar un notable mejoramiento, esfera social como en
que sucedió todo
lo
la religiosa, y,
contrario
así
en
la
embargo, vemos
sin
indicio
;
la llevó
felices principios
éste inequívoco de
que los acontecimientos de Esd. 7-10 no son anteriores a Nehemías. De serlo, la historia de este último resulta un verdadero enigma. Tal es
el
razonamiento de los que impugnan
la
preceden-
cia de Esdras. Aquilatar todos los elementos que en
él
van
involucrados no es cosa fácil. Por de pronto hay que reconocer que se funda en hechos innegables pero da por su;
puesto uno que anda sujeto a discusión, y es que Esdras se quedó en Jerusalén hasta la llegada de Nehemías. Ahora
ser
completos.
Nikel, p.
1.
IX-X.
c.
p.
Quien
las
desee
en
XIII-XV; Tousard,
mayor abundancia puede 1.
c.
p.
112.
114;
verlas
Fischer,
1.
en c.
ESD. 10. EXCURSUS XIV
¿Y
cabe preguntar:
bien,
hubiese abandonado
la
llegado? Cierto, en
tal
si
no
al
hubiese quedado?
el
En
país.
la triste
457 a 445) tiempo había para des-
c.
espacio,
el
tre
triste y deplorable. Recuérdese lo que pasó parecer relativamente breve, que medió en-
al
primera y
la
(Xeh. 13, 4
ss.)
segunda administración de Nehemías
la
los graves
;
esto después que
abusos que se introdujeron
Nehemías había permanecido en
no menos que por doce años (Neh. nos
refor-
la
para mezclarse de nuevo con los extranjeros, para caer
;
en una condición en
si-
el intervalo de
vanecerse aquel entusiasmo con que se emprendió
ma
¿Si
poco tiempo de haber
caso a nadie extrañaría
tuación en que Nehemías halló diez o doce años (de
se
ciudad santa
199
dice, es verdad, de
pero
salén,
la
un
hipótesis
convienen en que
tal
5.
14).
La
la
y ciudad ;
Biblia nada
alejamiento de Esdras de Jeru-
nada tiene de improbable. Todos
comunicaciones entre Babilonia y Esd. capital de Judea eran frecuentes (cf. Xeh. 1, 2 las
;
y otros pasajes)
ss.
;
la 4,
sabemos que Nehemías partió de Je-
rusalén y luego volvió (Neh. 13, 6-7). Finalmente, del mismo Esdras piensa van Hoonacker (Reí'. Bibl. 1901, p. 193) que se fué
con Nehemías, bien que los documentos nada de esto
nos digan.
Pero hay más
:
con esto se da razón satisfactoria de
la
manera evidentemente abrupta como Esdras quedó truncada la actividad del reformador, y con esto la narración de la misma. Decir con van Hoonacker que termina
el
libro
de
:
todo se explica «par a
diré»
(Rcr.
Bibl.
la
circonstance qu'il n'y avait plus rien
1901.
p.
188) es realmente
decir
muy
Lo
igno-
poco. ¿
Cuál habrá sido
ramos.
Un
la
causa de partirse Esdras
hecho tenemos
a la vista:
la
?
conclusión singular
y extraña de su libro, que da la impresión de algo no terminado, de una redacción violentamente interrumpida. Esto es innegable
:
y esto se explica cumplidamente con
el
abandono
200
de lo
ESD. 10.
la
EXCURSUS XIV
ciudad por parte de Esdras. Cuanto a las razones que
motivaron, sospechan algunos (Kittel,
sado
p.
599
que pa-
ss.)
primer entusiasmo se produjo una fuerte reacción
el
contra las medidas radicales que había tomado, reacción que hizo
muy
difícil,
si
no imposible,
la estancia
de Esdras en
jerusalén. Nosotros no nos atreveríamos a afirmar que así
decimos que un
movimiento nada tiene de no pocos casos análogos y el lector habrá quizá pensado en notables cambios del sentimiento popular que en días aun no lejanos presenciamos. pero
fué,
sí
improbable.
La
tal
historia ofrece
;
Otra causa podría señalarse, y de hecho se ha señalado, de índole muy diversa, y que halla un punto de apoyo en el mismo libro de Esdras. Conocidas son las dificultades que ofrece
el
capítulo 4, 6-24.
han dado (véase
el
mero, que se trata de murallas
Muy
comentario).
Dos cosas hay
ciertas
:
pri-
de la ciudad y de sus segundo, que se hizo antes
la reedificación
vv. 12-13. 16. 21)
(cf.
variadas interpretaciones se
;
de Nehemías en tiempo de Artajerjes
I,
y por judíos que ha¿Quiénes
bían regresado recientemente del destierro (v. 12).
eran estos judíos?
No
lo dice el texto,
pero es claro que de-
bían de ser bastante numerosos para emprender una
tal
obra.
Sabemos positivamente que Esdras fué a Jerusalén, en tiempo de un Artajerjes, con una gran caravana. ¿No serían ésmuros ? Esdras mencionan (cf. Esurgente necesidad, y movido
tos los que intentaron la reconstrucción de los
no
tenía poderes para ello
;
al
menos no
se
Pero en vista de la quizá por sus compañeros, se creyó implícitamente autorizado para emprender los trabajos. El monarca, que con él se había mostrado tan generoso, alarmado por las acusacio-
dras
7).
nes de los samaritanos, ordena
la
suspensión de
la
obra (Es-
para pedirle dras 4, 21) y probablemente llama a Esdras cuenta de su proceder. Es de notar que el rey en su decreto no excluye la posibilidad de su revocación (cf. v. 21). Así se ;
el explica perfectamente la súbita desaparición de Esdras y
EXCURSUS XIV
ESD. 10.
modo abrupto cómo
termina su
en particular
Con
p. G07.
que en los
del silencio
libro.
201
Kittel, p. 001 ss.,
Cf.
esto se da también cumplida razón
siete
primeros capítulos de Nehemías
no volvió a Jerusalén hasta reconstrucción de los muros, es
se observa sobre Esdras. Si este
poco antes de terminarse
la
claro que no podía aparecer en escena.
Pero demos que volviera en compañía de Nehemías
más
todavía
;
Decimos que aun
lestina.
así se explica
Neh. 1-7 respecto de Esdras, como flejada en el libro de Neh.
dor
descrita
La
el silencio
de
actividad del gran restaura-
la
reconstrucción de las
en torno a ésta giran todos
:
tanto
situación histórica re-
la
en los capítulos 1-7 es ciertamente notable
pero se reduce a un solo punto, rallas
o
;
que hubiera permanecido los doce años en Pa-
los esfuerzos del
De reforma
todos los obstáculos con que tropieza.
codiciosos que
Nehemías reprende
peha y
religiosa,
de observancia de la Ley, ni una palabra. Sólo en atraviesa un episodio, en que
;
mu-
el c.
5 se
a los ricos
oprimían a los pobres exigiéndoles fuertes
más
usuras. Pero todo ello es
bien de carácter social que re-
y por otra parte, no es cierto el tiempo preciso en que esto se pasó. No pocos sostienen que fué después de ligioso
;
terminadas ya
murallas.
las
predominante de
la
la
como
presencia del
el
Lo que
era ciertamente religioso.
o social,
Por
contrario,
el
carácter
misión que se había confiado a Esdras
en
ella
había de político
quedaba suprimido con pe ha. ¿Es maravilla que, tratándose ahora
el
constituir jueces,
de un negocio exclusivamente secular, trucción de los muros, no apareciera
como la
era la recons-
figura de Esdras
?
cuando terminada la obra se hace la fiesta de la dedicación, acto propiamente religioso, donde le vemos ocupar un lugar distinguido (Neh. 12,36). Aparee?, por
Y
por
lo
el
contrari:),
que hace
al
estado de
la
Comunidad
judía a la
llegada de Nehemías, ténganse presentes las siguientes cir-
cunstancias
:
Cuando Esdras propuso, en condiciones que
ESD. 10, EXCURSUS XIV
202
pudiéramos llamar dramáticas, nios, ésta se aceptó
la
reforma de
con entusiasmo
;
pero es
los
matrimo-
muy
probable
que, pasados los primeros fervores, se sentina toda la
difi-
cultad que llevaba consigo el separarse de mujeres con quie-
nes se había vivido por largos años, quedando muchas milias
este
destrozadas y muchos corazones exacerbados
;
fa-
y de
descontento se aprovecharían los samaritanos y otras
gentes del país para excitar más y más los ánimos contra el reformador y hacerle odioso a los ojos del pueblo. Y nada
extraño que con esto perdiese Esdras su prestigio, y poco en tal esa poco viniese a quedar anulada su actividad.
Y
tado de cosas,
¿
a quién puede sorprender que retoñasen los
abusos y que no pocos de los que habían abandonado sus mujeres extranjeras las tomasen de nuevo, y la vida de la Comunidad volviera a correr por el mismo cauce de antes?
No
Nehemías enconsi no se hubiese tró al pueblo viviendo de tal ejercitado allí el ministerio de Esdras. Cuanto a la ruina de los muros y el abandono de la ciudad, se comprende fáhay por qué maravillarse, por tanto,
si
manera como
cilmente, ferirse el
tiempo y a episodio de Esd. si
al
la 4,
persona de Esdras ha de 8
ss.
;
re-
los samaritanos destru-
yeron lo que se había ya edificado, y la ciudad se quedó completamente desabrigada y en tal coyuntura nada tieabandonasen la cahabitantes los ne de improbable que pital y se dispersaran por las aldeas. Y dado caso que Esd. 4 no se refiera a Esdras, y que éste ningún intento ;
haya tenido de reconstruir los muros, éstos se habrían quedado en el estado de ruina a que los redujo Nabucodonosor.
Por consiguiente, en cualquiera de
las
dos hipótesis se ex-
plica sin dificultad el estado de desolación
en que Nehemías
encontró Jerusalén.
De
lo
dicho nos creemos autorizados a concluir que la
situación histórica supuesta en el libro de Neh. en ninguna
manera excluye
la
ida
precedente
de
Esdras a Jerusalén,
ESD. 10. EXCURSUS XIV
antes se armoniza perfectamente con
ella.
203
Falta ahora exa-
minar algunos puntos particulares.
Cuando Nehemías pide al monarca licencia para ir a Jerusalén, observa van Hoonacker que «parmi ses vifs sujets de crainte, il ne compte évidemment pas celui d'entendre le
roi lui
que
mon
«Et Esdras,
repondré:
chargé de pouvoirs,
envoyé en Judée, devrai-je le rappeler ici pour en échanson á ta place?...» (Rcv. Bibl. 1901, p. 176).
j'ai
mon
faire
Esto supone que Esdras estaba todavía en Jerusalén. Pero
¿y si no estaba? Claro está que no había por qué temiera Nehemías semejante respuesta. Y aun en caso de estar, tal podía ser su situación, y tales las circunstancias del país, que
muy
hicieran realmente necesaria o del
nuevo peha. Recuérdese
lo
conveniente
la
presencia
que dijimos arriba sobre
las
probables consecuencias derivadas de las disposiciones dadas por Esdras sobre los matrimonios mixtos.
Nehemías
dice (Neh. 5, 15)
precedieron oprimían exacciones.
al
que los gobernadores que
pueblo y
esquilmaban con sus
le
Van Hoonacker prgunta
le
:
«Mais comment une
situation eüt-elle été possible sous la tutelle de Yéner-
telle
gique Esdras...?»
A
esta pregunta
misma respuesta que dimos
hay que contestar con
la
reparo anterior. Por de pron-
al
to se da por supuesto que Esdras permaneció en Jerusalén
hasta
llegada de
la
muy
arriba,
Nehemías suposición, como vimos más Además, aun dada la presencia de :
discutible.
tal presencia resultaba inútil y de ninguna eficacia, una vez que había perdido todo prestigio y autoridad. En Neh. 12, 26: «Estos eran del tiempo de Joaquim...
Esdras,
hijo de Josedec, y del tiempo de
Esdras sacerdote escriba.»
muy al
De
Nehemías gobernador y de «Es
este pasaje dice Batten
:
de notar que Nehemías preceda a Esdras, contrariamente
orden en que
Neh.,
p.
278).
el
En
Cronista dispone sus materiales.» (Ecraefecto,
a
primera vista llama
que Nehemías preceda a Esdras, como
si
la
atención
quisiera indicarse
204
ESD. 10,
EXCURSUS XIV
que éste siguió cronológicamente a aquél. Pero en realidad no hay tal. Es en extremo probable que los dos personajes
como contemporáneos, cual aparecen en los capítulos precedentes, y que ambos indican una sola y misma época tanto más cuanto que a continuación se narra se consideran aquí
;
dedicación de los muros, donde aparecen juntos Esdras
la
36) y Nehemías (v. 38). Este se nombra antes de aquél, duda por su dignidad de peha (de Nehemías gobernador). Por lo demás este capítulo 12, que es de carácter muy frag(v.
sin
mentario, ofrece alguna dificultad to
que
los vv. 22-23,
donde
se
y no es de todo punto
;
enumeran
los
sumos
cier-
pontífices
hasta Jaddúa, formen parte del texto primitivo.
Parece extraño que Tobías y Sanballat y sus compañeque tanto dieron que hacer a Nehemías. dejaran tran-
ros,
quilo a Esdras, contra el cual no se mínima oposición (van Hoon. Rev.
lee
la
más
176
s.).
que hicieran
Bibl.
1901,
p.
Varias circunstancias conviene tener aquí presentes. Por de
pronto
la
escasez de documentos
:
poco más de dos capítu-
y en éstos se narra un solo hecho, la reforma de los matrimonios mixtos. En tales condiciones bien se ve con qué extrema cautela hay que usar el argumento del silencio. Además, recuérdese el carácter que revestía la misión de Esdras, la cual, bien que no exenta de los (Esd. 8, 33-c. 9-10)
;
toda índole política, era sobre todo y ante todo religiosa. Ahora bien: en el libro de Neh. toda la enemiga de Tobías y
sus congéneres va contra
de sus muros
;
cuando
la
la ciudad y reforma religiosa no se
restauración de
se trata de
ve que intervengan para nada. Es verdad que las
mujeres extranjeras pudo
mador. Pero, cuenta en
si
así
el libro
fué,
la
expulsión de
excitar el odio contra el refor-
esto es precisamente lo que
de Esdras.
En
tercer lugar,
si
no
se
Esdras por
una u otra causa permaneció poco tiempo en Jerusalén, como arriba decíamos, no es maravilla que. no hubiera aún
tomado cuerpo y
se hubiera
intensificado contra
él
la
hos-
ESD. 10. EXCURSUS XIV
tilidad
de los samaritanos. Finalmente,
construcción narrado en Esd. dras,
como ya insinuamos,
1.
7
ss.
20o
si
el
conato de
fuese del
claro está que no
tado las hostilidades de los samaritanos.
re-
mismo Eshabrían
le
Que Tobías
fal-
y San-
no se ocuparan de Esdras, mientras Nehemías estaba construyendo los muros si es que entonces se hallab Esdras en Jerusalén nada tiene de extraño, pues claro ballat
—
i
—
que
verdadera y única autoridad era entonces el fe ka, y contra éste naturalmente se dirigían todos los esfuerzos. En Esd. 9, 9 cuenta Esdras entre los beneficios que Dios está
les
la
había concedido por medio del rey de los persas,
que
el
dado un gadcr, "na, en Judá y Jerusalén, «et daret nobis sepem in Juda et Jerusalem» (Vulg). En estas palabras descubre van Hoonacker, seguido por Batten (Esra-
éste les hubiera
Neh.,
p. 334), la existencia
de los muros de Jerusalén
;
éstos no fueron reconstruidos sino por Nehemías,
cluye que
éste precedió
La voz gader
a Esdras.
como
y
con-
se
significa
propiamente empalizada, usada sobre todo para proteger viñas,
como
se ve,
por ejemplo, en
Num.
22, 24
;
las
5 etc.
Is. o,
Y
en este último pasaje, como también en Ps. 80, 13, se toma en sentido figurado algo que protege, defiende, que :
da una cierta seguridad.
Lo que Esdras
Dios ha inclinado hacia nosotros
el
quiere decir es claro
corazón del rey
benevolencia de éste, su protección, es
da que nos permite vivir en seguridad. entienden
la
Bertheau, otros, v.
gran mayoría de
Siegifried,
Ryle,
los
Oettli,
como una
Y
así
intérpretes,
;
y
:
la
empaliza-
en efecto
lo
verbigracia,
en sus comentarios
;
y
gr. Vaccari. Si Esdras hubiera querido hablar de los
muros de la ciudad, habría usado el vocablo común y ordihomah. El permiso de reconstruir las murallas era un favor harto grande y sobrado concreto para que Esdras
nario
expresara con frases que indicaran sólo una protección vaga y general. No negaímos nosotros que gadcr signifique muro en el
lo
:
206
EXCURSUS XIV
ESD. 10.
sentido lato de la palabra* es decir, algo que protege, que-
que
divide, ni
Lo que decimos
limita.
es que dicha voz nunca,
en un solo caso, indica muralla de ciudad,
de comprobar recorriendo los
gunos
varios
lo cual es fácil
Citemos
pasajes.
al-
:
En
Ez. 13, 5
22, 30
;
ramente metafórico
;
Ps. 80, 13 se
;
algo que defiende,
casa de Israel (Ez. 13, 5)
toma en sentido puprotege muro que :
pared puesta entre
circunda
la
Dios y
país para defender a éste contra la ira divina (Ez. 22,
30)
;
13).
el
;
cerca que protege la viña de Dios que es Israel (Ps. 80,
En ninguno
íicamente, en
En Num.
de los tres pasajes se toma, ni aun metafósentido de
el
muro
material de una ciudad.
24; Ps. 62, 4; Prov. 24, 31; Eccle. 10, 8; Is. 5, 5 Os. 2„ 8 significa cerca, vallado, seto, formado de yerbas y espinos o de piedras, que circunda un campo, una viña, o que limita un camino. Es ésta la acepción más común. 22,
;
En
Ez. 42,
10 se trata
7.
sí
de un muro, pero no de
la
ciudad, sino puesto frente a un atrio del templo.
En
Mich.
7,
¿Se habla de
11 (T¡ni3)
muros
los
sentido
el
no es
fensas en general? El paralelismo con limite indicar
más
todo claro.
del
de la ciudad, o simplemente de de-
pn
(
)
parece
Con todo no nos atrevemos
bien lo segundo.
a
dar una respuesta decisiva.
De
todas maneras ello es indudable que este pasaje resulta
oscuro y que es mar que la voz
único en su género.
el
Podemos pues
afir-
no es de uso ordinario en el A. T. para una ciudad. de muro designar el Todo lo contrario acontece con el vocablo ¡lETi Citaremos sólo algunos pasajes de los muchos que pudieran adu.
cirse,
donde
tiene
Lev. 25, 29. 30. 31 18, 24
;
27; Neh. passim
;
20. 21. 24
;
;
ciertamente
Deut.
Is.
22,
5
3,
20, 15. 21
;
;
la
significación
los. 2, 15
3 Reg. 3, 27
;
;
6,
20
;
6, 26.
indicada
2 Sam. 11, 30
;
18, 26.
10; 60, 10; Ps. 51, 20. Y nótese (Is. 60, 10; Ps. 51, 20) se
que en los dos últimos pasajes
EXCURSUS XIV
ESD. 10.
207
trata precisamente de la restauración de los
muros de
Je-
rusalén.
En
tales condiciones,
timos, para decir que,
muros de
la
si
¿no hay
fundamento, repe-
suficiente
Esdras hubiese querido hablar de los
ciudad se habría servido del vocablo
ordinario HDin
común y
?
Además, de haber hablado de los muros de la ciudad hamencionado sólo Jerusalén y no Judá y tanto es así que Batten (1. c.) se inclina a borrar del texto por un proceder
bría
;
—
—
Y
voz Judá.
en efecto, ¿por qué nombrar a Judá si se trataba de las murallas de Jerusalén? La razón dada por Bertholet y van Hoonacker (Rez Bibl. 1901, p. 179) que dichas murallas constituían una prode todo punto arbitrario
la
1
.
tección no sólo para
la
misma
Jerusalén, sino moralmente
para todo Judá, no satisface al Dr. Kaupel (Biblische Zeitsch. 22, 1934, p. 89-92) y con harto motivo. Si Esdras tenía pre;
un muro material, no habría hablado en esta forma. Lo primero que debía ofrecérsele a la mente era Jerusalén, no el territorio de Judá, puesto que los muros de aquélla eran la causa y fundamento de la protección moral de éste Finalmente, obsérvese que cuando habla de la reedificación sente
«la hace en términos bien claros y precisos renglón casa de Dios», «levantar sus ruinas» ¿ por qué a
del
templo
lo
:
;
seguido habría usado una frase tan general
al tratarse
de
la
reconstrucción de los muros?
Van Hoon.
afirma (Rev. Bibl. 3901,
p.
185
ss.)
que Es-
matrimonio con toda clase de extranjeros, mientras que en Neh, 1-7 no parece de donde concluye que que estuvieran todavía prohibidos dras 9-10 supone
la
prohibición
del
;
Esdras es posterior a Nehemías. La ley prohibía
monio con
los
cananeos (Deut.
gentes (Deut. 21, 10
que advertir:
1)
que
ss.
;
Num.
7,
31,
las palabras
ninguna mapera nos autorizan
1
ni
ss.),
18).
el
matri-
pero no con otras
Esto supuesto, hay
de Nehemías siquiera
a
(6, 17-19)
en
sospechar que
208
EXCURSUS XIV
ESD. 10.
como
tuviera aquellos matrimonios
lícitos
2)
;
que en Neh.
10,
31 se promete solemnemente no contraer matrimonio con las
gentes del país
que
3)
;
la
extensión de
la
prohibición a
todos los extranjero- es anterior a Esdras, puesto que ya
desde
principio esto dan por supuesto los príncipes (Esd.
el
9,
que en ninguna manera es dado probar que dicha extensión no fuera ya muy anterior al año 445 5) que el
1
ss.)
4)
;
;
mayor rigor de Esdras en comparación con el de Nehemías puede explicarse por su mayor celo, muy en armonía con su carácter sacerdotal y con
cumplir
ley
la
quien sabía
;
tal
misión que llevaba de hacer
la
o bien por
la
mayor
cautela de Nehemías,
vez que las medidas radicales de su prede-
cesor, bien que de pronto eficaces, habían resultado al fin
contraproducentes riencia, se
cual,
y por
;
modo más
muestra en cierto
como
más
se ve, sería
aleccionado
esto,
por
la
expe-
contemporizador, lo
bien una prueba de la anterio-
ridad de Esdras respecto a Nehemías.
En
Esd. 10, 6 se lee que Esdras se alzó de delante de
casa de
Dios y se fué
En Neh
Eliasib.
Eliasib, o
12,
más propiamente
raneo de Nehemías
Yohanán
23 se menciona un
(cf.
sumos sacerdotes que
Neh.
el 3,
hijo de
como sumo sacerdote contempo .1), y Yohanán uno de los
aparece de 12, 10-
nieto,
Este Eliasib es sin duda
11. 22.
la
aposento de Yohanán, hijo de
al
sucedieron y que, claró está, sería bastante posterior a Nehemías. Esto mismo han venido a le
confirmar los papiros árameos de Elefantina. la
carta
colonia
(1) allí
sacerdote y a tales
de
(1)
efecto, en
Bagohi,
los
éste
es
Cf. Drei aramáische
Berlín 1908;
La
de Sanballat.
hijos
premisas es evidente
Yohanán y
Sachau,
En
pehah de Judea, dicen los de la establecida que han escrito a Yohanán sumo a
Si
:
muy
conclusión de
Esdras es contemporáneo
posterior
a
Nehemías, claro
Papyrusurkunden aus Elefantine, von Eduard
Urkunde
I,
líneas
18.
29.
£SD. lü. BXCURSUS XIV
mismo Esdras.
está que a él es posterior también el
Muséon 1890, p. Examinemos
el
Nuestra opinión
es,
tido
181-184
Rev. Bibl. 1901,
;
pasaje
que a primera
y
lo
209
preocupación
sin
ser
Le
Cf.
s.
apologética
confesamos lealmente, que
vista se ofrece parece
sumo
195
p.
el
sen-
que se trata
Yohanán, y que a éste se como contemporáneo de Esdras. Pero con esto no queda resuelto el problema. Todo el mundo sabe que no
aqui realmente del le
pontífice
considera
hay perfecta ecuación entre sentido obvio y sentido verday que lo primero no siempre supone o lleva consigo lo segundo. Conviene, pues, preguntarnos: ¿Es dicho pa-
dero
;
saje susceptible
verbigracia,
de otra interpretación?
Huyghe
(1.
c.
p.
15
ss.)
No
faltan autores,
que niegan, o por
lo
menos ponen en duda, la identidad del Yohanán de Esd. 10, 6 con el sumo pontífice, hijo o nieto del sumo pontífice Eliasib,
fundándose en que existen varios otros personajes
que llevan dichos nombres. Por nuestra parte admitimos identidad
como más
probable, reconociendo, empero, que
la la
opinión de dichos autores no carece de una cierta verosimi-
y esta circunstancia es preciso tener en cuenta cuando aduce el pasaje en favor de una u otra teoría. De todos
litud
se
;
modos, supuesta el
la identidad,
puede
pasaje de otra manera, a saber
en Esd. 10, 6 era conocido con
bien interpretarse
El aposento mencionado
:
el
muy
nombre de Yohanán
hijo
de Eliasib, y por este nombre lo designa el autor, que escribía bastante tiempo después de Esdras (nótese que no es éste quien habla en primera persona).
Esta interpretación,
evidentemente, no es dado probarla con argumentos posi-
pero es cierto que nada tiene de inverosímil, y la cosa es de suyo muy natural. Por consiguiente está pertivos,
fectamente justificada, en tanto no se demuestre con bue-
nos argumentos ser falsa o por
lo
que aduce van Hoon. (Muséon 1890, página 195 s.) difícil es tenerlos por
menos improbable. Los p.
183
:
Rev, Bibl. 1901,
tales. «II est á
supposer
210
— dice—
ESD. 10,
qu'il
EXCURSUS XIV
y avait un local réservé au dépót des revenus
du grand-prétre
;
mais
c'était bien, croirait-on, le
quí restait affecté á cetté
sous
destination
méme
les
local
différentes
pontiles qui se succédaient. Quelle raison peut-il y avoir eu
ue donner ou de garüer a un locai ue ce genre,
le
nom
a un
Nous ne connaissons aucun exem-
grand-prétre determiné?
En hecho
píe d'un usage pareil.» (Aluséon, p. 183 .)
de verdad
conocemos un ejemplo que ilustra admirablemente nuestro caso. En Neh. 13, 4-9 cuenta el mismo Nehemías que en el intervalo que medió entre su primera y su segunda administración, al tiempo que se hallaba en Babilonia, el sumo sacerdote Eliasib hizo o cedió a Tobías un grande aposento Uscak geúolak— en las dependencias aei templo (v. 5. 7).
—
Nada extraño fuera que por aquel entonces el pueblo llamara aquel aposento el aposento de Tobías. Ahora bien: lo que Eliasib hizo con Tobías, ¿qué dificultad hay en que hiciera
Yohanán consigo mismo
reservara para
si
un aposento
r
¿ Qué
especial,
el
lo
en que
dificultad
cual por consi-
guiente tomaría su nombre
? Razones pudo tenerlas varias, aunque a nosotros sean desconocidas y en todo caso su ;
propio arbitrio.
Que se diga Yohanán ben Eliasib, y no sencillamente Yohanán no tiene importancia alguna. «Iohanan, á la lischka duquel Esdras se rend dice van Hoon. est dans son idée,
—
—
non pas un simple nom
un personnage congu comrne tel.» Y da la razón «Voilá pourquoi il indique le nom du pére de Iohanan qui d'ailleurs dans 1' usage courant était appelé Iohanan tout court. (Néh. XII, 11. 22; loséphe 11. ce.)» {Muséon 1890, p. 183.) Bastaba continuar no más ;
c'est
:
que hasta Eliasib,
el
siguiente v. 23 para leer en él
precisamente
vv. 11. 22, su
como en Esd.
misma contextura
10,
6.
Yohanán ben Cuanto
exigía o aconsejaba
bre solo, con exclusión del ben Eliasib.
No hay
el
a
los
nom-
sino leerlos.
Así que estos dos pasajes nada absolutamente prueban. Con-
ESD. 10. KXCURSUS XIV
211
cluímos, pues, que independientemente de toda teoria pre-
concebida
el
pasaje de Esd. 10, C es susceptible por igual de
una y otra interpretación.
Pero a nuestro
mismo
El
juicio cabe dar todavía
ción a la primera.
En
allí
apo-
al
pernoctó (léase p'l en vez de
cuanto en aquel
pero de
;
que Esdras iue
efecto, dicese
sento de Yohanán, y que l^l)
un paso adelante
texto nos invita a preferir la segunda interpreta-
hizo no
sitio
sabe
autor
el
decirnos otra cosa sino que «no comió pan ni bebió agua». Si
en dicho aposento se hallaba
para tratar con
allá
posible que ni
el
el
mismo Yohanán, y Esdras
del negocio de los matrimonios,
él
fué
¿es
autor sagrado, ni entonces ni después, dijera
una sola palabra
sumo sacerdote?
del
Cierto,
un
tal
pro-
ceder no deja de ser extraño. Tal dificultad se desvanece
por completo, pontífice,
mado
sino
si
Yohanán
únicamente
no
indica el
la
sumo
presencia del
aposento que de
él
había to-
nombre. Por consiguiente nuestro pasaje no solo
ei
no prueba que Esdras fuese contemporáneo de Yohanán, sino lo
que, al contrario,
tiende
más bien
Parécenos que del examen de
mos procurado
aquilatar,
los reparos,
podemos
indicar
que no
líneas generales
como en
cuyo valor he-
concluir que la situación
histórica descrita en Esd. 9-10 y en
la
a
era.
Neh.
1-10, tanto
en sus
sus pormenores, se armoniza con
prioridad de Esdras respecto de Nehemías, por lo
tan satisfactoriamente
ahora
como con
su posterioridad. Falta ver
existen algunas razones para inclinar
si
balanza en favor de
la
primera de
La que por de pronto
menos
las
el
fiel
de
la
dos hipótesis.
se ofrece es la disposición
misma
de las varias narraciones. El autor habla de tres personajes principales, que volvieron del destierro a Jerusalén. De Zorobabel no cabe duda que fué
po
;
y,
el
primero en orden de tiem-
en efecto, colócase en primer lugar. Presentando a
ESD. 10. EXCURSUS XIV
212
Esdras antes de Nehemías, parece quiso dar a entender el autor que en realidad Esdras precedió cronológicamente a Nehemías, y que éste fué el último de la serie. El relato de la
segunda administración de Nehemías (Neh. 13) se coloca conforme al orden cronológico. En todo el libro se
al fin,
siente 1.
que
el
15. 31. 32)
autor se preocupa
Esd.
1. 7.
8.
9
por disponer los acontecimientos en
el
orden
(cf.
7,
;
8,
en que se efectuaron (cf. asimismo la Introducción, p. 5 ss.) no se descubre un plan lógico según el cual se agrupen los hechos en varias secciones, prescindiendo de la sucesión cro;
nológica,
como
acontece,
verbigracia,
en
evangelio
el
de
San Mateo. Hay que convenir pues en que, por lo menos a juicio del autor, Esdras precedió a Nehemías. Ahora bien: en hecho de tal relieve, aun prescindiendo de toda inspiración, es bien difícil que el autor se engañara y a su opinión, aunque no fuera sino un historiógrafo profano, debiera reconocer un peso, no diremos decisivo, pero sí muy notable, toda crítica histórica verdaderamente seria. Esta argumentación, sin embargo, lo reconocemos, tiene un punto flaco. El orden actual de las narraciones ¿es realmente el original? Y si no lo es, claro está que cae por su misma base nuestro raciocinio. No hay duda que nuestro libro es de carácter pronunciadamente fragmentario. Además, convenimos en que la sección de Esd. 7-10 no está necesariamente enlazada con Esd. 1-6 ni con el libro de Ne;
Es cierto asimismo que alguno de los relatos, como Esd. 4, 6-23, no se halla en el sitio que cronológicamente le corresponde. En vista de esto no parece pueda ex-
hemías.
en absoluto la hipótesis de una perturbación del orden primitivo. Pero es claro que una tal perturbación no dar por lo menos basta suponerla es preciso justificarla
cluirse
;
;
una explicación plausible. Esto ha procurado hacer van Hoon. en repetidas ocaNouv. Et., p. 304 ss. Rev. siones (Neh. et Esd., p. 75 ss. ;
;
EXCURSUS XIV
ESD. 10.
Bibl. 1901, p. 13 s.).
que por
tos,
No
reproduciremos aquí sus argumen-
demás tienden todos
lo
certains milieux juifs,
on
se représentait
vécu au commencement de de l'histoire de
pas
difficile
la captivité
probar que «dans
a
Esdras
comme
ayant
de Babylone» (Nouv.
«C'est en luí (Esdras) que la derniére période
Et., p. 306).
ment des
213
la
Tora
de voir
a
l'éffet
eu son point de départ.»
«II n'est
que pouvaient avoir sur l'arrange-
nous avons donné un court apercu. II était naturel que Ton songeát á mettre Esdras, d'une maniere aussi immédiate que possible, en raprécits
bíbliques, les idées dont
port avec l'époque qui marque
la
fin
de
captivité,
la
c'est
du retour sous Zorobabel.» El P. Lagrange, que reproduce estos pasajes de van Hoon., dice:
á-dire avec l'époque
«Nous ne pouvons adhérer
á cette explication» (Rev. Bibl.
y nosotros convenimos en un todo con el Reverendo Padre. El mismo van Hoon. parece que se encarga 1894, p. 581)
;
de refutar dicha explicación, cuando escribe juive touchant l'époque á laquelle ter
Toeuvre du fameux Sopher,
te, par voie directe,
probléme. Tantót
il
«La
tradition
est tres hésitante et n'appor-
aucune lumiére á
elle fait
:
conviendrait d: rappor-
la
solution de notre
remonter Esdras á
la captivité
de
raméne jusqu'a 1'époque d'Alexandre-le Grand» (Nouv. Et., p. 305). «Si les deux traditions sont anciennes, observa justamente el P. Lagrange (1. c. página 582), pourquoi déranger ou ranger les documents Babylone, tantót
elle
le
d'aprés Tune plutót que d'aprés l'autre?»
El R. P. propone por su parte otra hipótesis que nos otros,
por no exponernos a
falsearla,
nos permitimos co-
«Le livre de Néhémie a des caracteres d'unité qui manquent au livre d'Esdras... Dans l'hypothése nouvelle, ce livre (el de Nehemías) existait, quand Esdras vint á Jépiar:
rusalem
comme
chef de
mudique, acceptée par soit
l'auteur
des
la nation.
les
De
plus, la tradition tal-
exégétes catholiques, veut qu'il
Paralipoménes ou Chroniques...
le
livre
214
EXCURSUS XIV
ESD. 10,
d'Esdras a été écrit pour faire suite aux Chroniques. Des
on comprend
lors,
de
meuraient depuis de Néhémie, fait
bien qu'Esdras
tres
premiére restauration d'aprés
la
d'autre part
;
temps de Zorobabel. Arrivé á l'époque
le
pas á
n'avait
il
Thistoire
écrit
ait
documents qui de-
les
la
puisque
raconter,
c'était
devait luí répugner d'introduire dans
il
un ouvrage complet, muni de la signature de son auteur. II raconta done sa propre mission á la suite de celle son
livre
de Zorobabel, passant sous silence celle de Néhémie))
c.
(1.
p. 582).
Bien que su autor
la
explicación sea «trés simple»,
—nosotros
tememos que
cos a nuestro juicio
la
Jerusalén y de
parece
muy
del libro rio
que se
muy
su nombre, siguiera
En
le atribuye.
efecto,
po-
el
el
proceder
nos
autor litera-
¿es verosímil que un au-
que muestra marcado interés por
tor,
llama
—
discutibles,
que Esdras, o de todas maneras
lleva
la
antes ya que Esdras llegara
suposiciones
otras
difícil
que
como
demasiado
sea
aceptarán. Prescindiendo de la exis-
tencia del libro de Nehemías, a
lo
las
fechas y por
sucesión cronológica de los hechos, sin hacer
la
menor
la
ad-
vertencia colocara conscientemente, uno a continuación del
dos relatos que se refieren a épocas completamente
otro,
y separadas por más de un siglo? Sabiendo Esdras que entre su propia época y la de Zorobabel mediaba la de Nehemías con su importante restauración y reforma, ¿es probable que de tal manera dispusiera su libro que diedistintas
ra
la
impresión que
diatamente a
la
última época había seguido inme-
primera, sin dar lugar a la segunda? Di-
ráse que ahí estaba riaba esta
la
el
de Nehemías, donde se histo-
libro
segunda época
.
Convenido
dos libros recibía fatalmente
la
;
pero quien
leía
los
impresión que Esdras ha-
año séptimo y Nehemías el año vigésimo de Artajerjes y que por ende el primero al segundo. Y de tal cronológicamente había precedido
bía
regresado
a
Jerusalén
el ;
ESD. 10. EXCURSUS XIV
impresión es imposible que podía
muy
autor no se diese cuenta
el
bien prevenirla con una breve indicación.
diga que no quería repetir lo que ya se narraba en de Nehemías
puesto que en contramos brevemente dicho
mayor difusión; compárese,
mismo
el
;
el libro
cuenta con
se
con
gr., 7, 7-9
v.
se
Esdras en-
libro de
que luego
lo
y
:
Ni
8,
15
Así
ss.
que todo bien considerado, mantiene su valor probativo
el
hecho de
la
la
Esd. 7-10,
posición actual de
referentes
a
misión de Esdras.
Otra razón positiva en pro de la prioridad de éste resla poca aptitud que el mismo habría tenido para ponerse al frente de una caravana en el año
pecto a Nehemías es
Habiendo desempeñado un papel importante en la primera administración de Nehemías (445-433), es claro que en 398 debía ser ya hombre por lo menos de unos setenta de edad no poco avanzada a ochenta años. Ahora bien, un tal anciano no parece fuese el más a propósito para aprestar una gran caravana, dirigir un largo viaje y organizar la Comunidad judía. Creemos que pocos negarán a este argumento un cierto grado séptimo de Artajerjes
II,
en 398.
;
de probabilidad, que por lo demás es lo único que nosotros
pretendemos
Y
no
(Nouv. Et. a
darle. lo
¡se
p.
quitan
298
;
las
observaciones
Rev. Bibl. 1901
demostrar que en realidad Esdras, era ya un anciano
caravana,
ciendo propio portrait
el juicio
de
que nous tracent
de
al
p.
la
vie»
(Rev. Bibl.
impartíale des textes» trato
194),
ponerse
que tienden de
al frente
muy avanzada
du
sopher
les
ibid.).
Muy
(Nouv. Et.
al
chapitres
homme
la
Ha-
edad.
M. Halévy, nos asegura que
d'Esdras est celui d'un vieillard ou d'un de
Van Hoon.
de
«le
IX-X
au déclin
contrario, la «lecture
ibid.)
prueba que
que Halévy nos da de Esdras es por
lo
menos
el
re
arbi-
extrañamos las palabras un tanto vivas del «Certes P. Lagrange, que hablando de dicho retrato dice
trario,
y no
:
216
ESD. 10.
EXCURSUS XIV
ees traits sont vifs, trop vifs, et je m'étonne de l'adhésion
M. Van Hoonacker
de
:
«on ne saurait contester
la fidélité
de ce portrait» (Rev. Bibl. 1894 p. 563).
Esdras
inicia
una reforma
gicas y radicales.
Que
tomando medidas enér-
Esto ciertamente no revela un anciano
decrépito y llorón, sino un
voluntad.
difícil,
hombre de
carácter y de firme
a la noticia de la general prevaricación ras-
el manto y se arrancara los cabellos, y postrado en presencia de Dios diera rienda suelta a sus sentimientos
gara la
de dolor, todo esto prueba su profunda piedad, no
queza de su ánimo. Ni es exacto vient
la
fla-
decir que «Schekanja
el
á propos rappeler á Esdras qu'agir vaudrait mieUx
que se lamenten) {Rev. Bibl. 1901 p. 194). Esta frase de Van Honn. es poco feliz y no refleja fielmente el texto (Esd. 10,2
Es verdad que aquél le dice a Esdras «Animo y manos Pero es después de haber confesado su pecado «Nosotros hemos prevaricado contra nuestro Dios...», y de haber dicho que estaban dispuestos a enmendarse «Comprometámonos por pacto con nuestro Dios a despedir todas las mujeres...» El texto tomado en su integridad, y no en sólo una frase aislada, produce una impresión del todo ss.).
:
a la obra».
:
:
diversa.
No
es
temerario
sospechar que Esdras,
con
las
muestras de profundo dolor, quería no sólo desahogar sus propios sentimientos, sino provocar timiento en los que
íntimas éstas
se
le
disposiciones,
rodeaban con
muy
;
el
dolor y
el
arrepen-
y que no conociendo sus buen acuerdo esperó que
manifestasen antes de imponer su voluntad.
vez explorado el terreno, véase
cómo
Una
sus palabras no son
sino una intimación clara y enérgi«Levantóse pues Esdras sacerdote, y les dijo Vosotros habéis prevaricado por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, agravando la culpa de Israel. Ahora, pues, haced vuestra con-
un lamento jeremíaco, ca
:
:
fe=
:
ón a Yahvé. Dios de vuestros padres, y cumplid su vo-
luntad separándoos de los pueblos de la tierra y de las mu-
ESD.
EXCURSUS XIV
10.
extranjeras.» (10, 10-11). Es que
jeres
sabía armonizar
el
suaviter con
217
el
gran reformador
el fortiter.
El no haber teni-
do en cuenta esta consideración ha inducido a Halévy a
tra-
zar de Esdras una semblanza unilateral y a falsear con esto su carácter.
Nuestra conclusión es que hoy por hoy el orden EsdrasNehemías es el que mejor justifican los textos. Harto precipitado anduvo quien, no mucho después de haber sido propuesta la nueva teoría, quiso ya considerarla como definitivamente escribe
:
establecida.
Kittel
(Geschichte
«No hay razón alguna para abandonar
cronológico profundamente arraigado en
636)
p.
orden
el
¿Sur-
la tradición».
elementos nuevos que aconsejen cambiar dicho or-
girán
den? Es posible. En tanto no
más
1929
científico
se
presenten,
tenemos por
sostener que Esdras regresó a Jerusalén
el
año 7 (458) y Nehemías el año 20 (445) del mismo monarca esto es, de Arta jer jes I. ;
Jmpresa ya esta página, leemos en L'Ami du Clergé, (19 agosto 1948), pág. 532, que el P. de Vaux, director de Revue Biblique, en el artículo Israel, en el Sup-
número 34
plément au Dictionnaire de 777) sostiene decididamente
la
Bible (fase.
XX-XXI,
c.
729-
la cronología Esdras-Nehemías y nos alegramos de ello. Por razón de las circunstancias actuales no nos ha sido posible tener en nuestras manos el artículo nos permitimos copiar el texto de la revista arriba mencionada. «Le P. de Vaux est tres net en faveur de la séquence Esdras-Néhémie. Le premier est venu á Jerusalem en 458, chargé de mission par Artaxerxés I, á la cour de qui :
:
aux affaires juives par son truchement, le roi donnait á la Torah valeur de loi d'Etat. L'oeuvre de Néhémie, postérieure, est administrative et sociale elle sup-
il
était
secrétaire
:
:
pose
la
433
la
reforme religieuse d'Esdras et se fonde sur elle. La premiére venue de Néhémie á Jérusalem se situé de 445 á :
date de
la
deuxiéme
est ignorée.
— On voit que
le
P.
>
218
ESD.
Vaux abandonne
la
10.
EXCURSUS XIV
théorie de
Van Hoonacker
sur
la
succes-
sion Néhémie-Esdras, qui avait été adoptée par beaucoup il arrive que Ton revienne, d'historiens catholiques en les :
comprenant mieux á d'anciennes positions» (pág. 532). En realidad ya se iba notando de algún tiempo acá ese retorno a la cronología Esdras-Nehemías, y estamos persuadidos que se
irá
La misma
de cada día acentuando
más y más.
cronología, o sea, que Esdras vino a Jerusalén
año séptimo de Artajerjes I, y Nehemías el año vigésimo del mismo monarca, sostiene y prueba el P. Alberto Vaceari en su reciente versión-comentario de Esd.-Neh. (La Sao-a el
Bibbia, tradotta dai testi originali con note, a cura del Pont. Istituto
gina 176
Bíblico. s.
III.
I
libri
storici
-
2.
Firenze, 1947),
pá-
t
Libro de Nehemías Memorias de Nehemías, hijo de Hacalías. En el mes de Kisleu del vigésimo año hallábame yo I
1
Ocasión del viaje de Nehemías. 1
general del Obro.
Titulo
a.
suyo hechos, obras
morias
(lo
que
él
Cualquiera de
pasaje;
escribió).
las
31-42; 13, 4-31) habla en
Véase
la
;
En ambos
20, 31
;
cf.
en Esd.
asimismo 3 Reg.
1.
a
parte del libro
pers. el
1-7;
12.
mismo Nehemías.
pa-
(c.
segundo sentido
el
el libio
encabeza con
se
:
escrito,
;
el
2, 2.
=
16 y TVk 112" con-
El nombre de su padre (ppten lee fuera de este pasaje sólo en 10,
en Yahvé) se
indica la
me-
escrito,
sentidos apare-
aquí se distingue naturalmente del mencionado en
fía
de
de memorias nombre de su autor. Introducción. El ¡TOTO (= Yahvé consuela) de
rece preferible suerte que
significar
dos acepciones conviene a nuestro
como en buena
pero,
H31 puede
i
que hizo Neh.), o bien
(lo
mismo
ce el vocablo en 2 Par. 12, 15 11, 41.
C.
misma persona. Los
3,
2,
donde
hay, entre los cuales Sánchez,
que hacen de Nehemías un sacerdote, engañados por la lección de la Vulg. «iussit sacerdos Nehemías» (2 Mac. 1, 21)
donde en realidad sino
el
dotes».
el
texto griego lleva no
acusativo plural
Sobre
el
tepciQ,
el
«mandó Nehemías
fuego milagroso
(2
Mac.
1,
nominativo, a los sacer-
18-36)
y
la
*
220
NEH.
en Susa,
2 cuando vino Hanani, uno de mis
la fortaleza,
hermanos,
1-2
1,
y varios otros, de Judá. Les pregunté por los judíos que se habían librado, que habían sobrevivido él
formada por Neh.
biblioteca
Mac.
(2
13)
2,
cf.
los
comen-
tarios.
1 b. leu
=
Sobre el wau de >ÍT1 cf. Com. Esd. 1, 1. KisNov-Dic. Por 2, 1 se ve que el año 20 se refiere al
reinado de Artajerjes
no
el
te, p.
Mnemon
Longimano (465-425), Fundamen-
cual t§ el
el
;
(405-358),
com
31 Cf. Com. Esd. p. 196
quiere Marquart,
ss.
Susa era
la residencia inver-
como Ecbatana (Esd. 6,2) era la con artículo y en aposición a Susa se lee asimismo en Dan. 8, 2. Significa en ambos pasajes que la ciudad era fortificada, y dicha voz tiene por consiguiente la
nal de los reyes de Persia,
de verano.
H^DD
misma extensión que Susa, un modo
bien que tal vez se aplicara de Idéntico alcance tiene
especial a la acrópolis.
vocablo en Esd.
6,
2 aplicado a Ecbatana,
2.
2,
'OÍD
8;
7,
2;
ad
cf.
bien la cons-
Com. Aparece también
trucción es un tanto diversa. Véase
en Neh.
si
loe.
(forma idéntica en 3 Reg. 16, 1) parece
mistmo nombre que Hananías
compadece. Aunque
la
el
(1 Par.
voz hermano
3,
es de
vaga, aquí empero debe tomarse en
el
el
= Yahvé se significación muy
19)
sentido estricto de
hermano propiamente dicho o al menos de pariente, pues tal es su alcance en 7, 2. Tanto Hanani como los que le acompañaban venían de Judá, v Nehemías les preo-untó naturalmente sobre los judíos que sobre Jerusalén. Varias frases guiente ofrecen alguna derherstellung, p. 44 a
saber,
allí
dificultad
s.) las
estaban, y en particular v. como del siKosters (Wiecomo y
de este
así ;
interpreta en favor de su teoría,
que ninguna caravana de repatriados hubo antes
de Nehemías, diciendo denominación no disimilar de la actual puerta nueva en Jerusalén. Los hay empero que ponen dicho adjetivo en relación con otro sustantivo, de donde resultan varias 6.
antigua
:
;
interpretaciones
puerta de
:
la
ciudad antigua
muro antiguo. O como nombre de una ciudad,
antigua
Betel
del
;
cf.
;
de
;
'Ain Siniya,
Hólscher, Batten, Guthe, en
Noroeste de
al
ZDPV
1885, 279
Cuanto a su posición, se hallaba ciertamente por ventura un tanto al Sudoeste de la puerta
De
12, 39, único pasaje fuera del nuestro
ta es
nombra pescado. Precisar más no
y
la del
que
entre
se
la
séptima y
(1)
bíblica.
la
El P. Víncent,
En
gunda o nueva
RB
cambia
efecto, (cf.
Soph.
1,
10
explícitamente de
la
;
en
sep-
(ZDPV
Vía Dolorosa.
la
fi^Dí!
elimina de
la
topografía
puerta de
la
ciudad se-
4 Reg. 22, 14).
Verdad
muro
el
puerta de Efraín
la
Johanniterhospiz, entre
la
1904, 62. 66. 72.
Hjt£,^H
otra que la puerta de Efraín.
distingue
el
octava estación de
y
del pescado.
es posible. Schick
1885, 269: 1891, 48) la coloca en
(1).
Oeste,
al
en que dicha puer-
mencionada, cabe concluir que estaba en
tentrional, puesto
la piscina
bien se considera dicha voz
la
cual afirma
no ser
que dicha puerta en 12. 39 se puerta anticua pero la mención de ésta es
;
debe tenerse, según Vincent, por «adición masorética inspirada en 3. 6*. Pocos, creemos, seguirán al P. Vincent en este camino. Es cierto que en 12, 39 toda
la
LXX
omite
la
sección 12, 37-42
puerta antigua
LXX
42 son omitidos por completo),
difiere el
;
mas
es
de
notablemente del
advertir
que en
TM
vv. 41
(lo^
cual es preferido, y con razón, por
h
gran mayoría de los intérpretes. Cf. ad loe. El principal argumento del P. Vincent parece ser que en 3, 6 ss. no se hace mención de la puerta de Efraín. Pero ha de tenerse en cuenta que nuestra lista es probablemente incompleta. Cf. ad v. 11
NEH.
264
7
3,
ellos asentaron la y Mesullam, hijo de Besodías armadura y pusieron sus hojas, sus cerraduras y sus
sea,
;
tiancas; 7 y a su lado trabajó en la restauración ladas,
gabaonita, y Yadón,
el
meronita, los
el
Mehom-
Por de pronto se nombra un gabaonita, Melatías, y esto parece indicar que hombres de Gabaón luego 7.
los
:
aquél era jefe de éstos, los cuales trabajaban bajo su rección.
De
bién Yadón,
el
;
como
éste se llama no hombres de Meronot, rar, sino
de Masfa.
scher, Bertholet,
texto
del
di-
dado concluir por paralelismo que tammeronita, era jefe del otro grupo sólo que
ahí es
nos
Lo más
sencillo fuera
Masfa en Meronot
parece
;
cambiar con H61-
pero
modificación
tal
suponer con
Preferimos
arbitraria.
era de espe-
Bertheau que existía un pueblec to por nombre Meronot :
(cf. 1 Par. 27, 30) en los contornos de Masfa y que un personaje importante del primero dirigía en los trabajos de ;
reconstrucción una parte de los hombres de
muv
difícil
la
De como
segunda.
interpretación es lo que sigue, tanto que,
justamente observa presente con
el
P. Vincent
explicación
han propuesto
pales que se
(hasta o junto), y
tfDD es
(1.
c), no se dió hasta
satisfactoria. :
el
1)
Dos son
las
el
princi-
El lamed tiene fuerza local
tribunal o residencia del go-
bernador de Abar-nahara (1). Según esto que se construyó el muro hasta o junto
la
residencia
del
peha (Calmet,
2)
El
lamed
in-
Hólscher,
dicaría pertenencia,
Batten,
Ryle)
se referiría a los
;
el
sentido
sería
hombres de Gabaón
y es decir, que éstos caían bajo la iuri^ieción y de Masfa del gobernador de la grande provincia de Abar-nahara, y no del jefe de la comunidad judía (Bertheau, Bertholet). Nosotros preferimos la segunda interpretación. Poca pro;
babilidad tienen algunas otras explicaciones la
residencia
(1)
Schick,
del
ZDPV
:
para construir
gobernador (insinuada por Calmet) 1891, 48, piensa que es el
mismo Nehemías.
;
en
:
265
NEfl. 3, 8
bres
de
Gabaón y de Masfa, de
gobernador de Abar-nahara restauración Uziel,
la
hijo
;
la
jurisdicción
del
8 y a su lado trabajó en de Haraias, orífice' y a ;
su lado trabajó en la restauración Hananias, perfumis-
nombre
gobernador
del
haciendo los gastos 8. al
gremio de
expensas,
a
perfumista,
es
—unidos
los perfumistas
de oficio
sino
;
decir,
es
gobernador (Vincent).
el
Como Hananias
parentesco,
Ryle)
(cf.
—
o mejor,
no por
el
pertenecía
vínculo de
por semejante manera parece
debe decirse que Uziel formaba parte del gremio de ces,
y por consiguiente con Hólscher ha de añadirse
lante de
D^Sma
Hay
.
de suerte que Uziel sería brían trabajado con
aposición el
al
nombre precedente,
y éstos hapasa por alto a Uziel y los
jefe de los orífices
LXX
él.
de-
quienes (Bertheau, Bertholet) con-
como
sideran este vocablo
p
orífi-
orífices, y por esto los eliminan del texto Vincent y Batten nosotros creemos que la omisión proviene sencillamente de ha-
ber confundido curísima, de satisfactoria.
primer p^nn con
el
la
que hasta
Lo
sería
los cuales Vincent,
la
el
el
segundo. ""Oiy^ frase os-
presente no se dió explicación
que prefieren algunos, entre los
Hólscher (reconstruyeron, o pavimenta-
cierto, como afirman Buxtorf y puede tener tal significado. De todos modos ello es cierto, que éste no se halla en ningún pasaje bíblico. Además ¿por qué únicamente aquí se usa esta frase, siendo así que fueron muchos los que restauraron una parte de las murallas? Nosotros preferimos conservar
ron Jerusalén),
si
otros, que el verbo
al
verbo
(xaxeXtTTov
su
fuera 2tV
sentido
ordinario,
apoyado en
dimisserunt), y con Bertheau,
terpretar la frase en
las
versiones
Ryle, Batten, in-
sentido de que una parte de las casas no muchas sin duda, se dejaron fuera de las murallas. Pueden verse en Ryle otras maneras de explicar el texto. Siegfried propone, no sin alguna hesitación, "nftPl
de
la ciudad,
el
neh.
266
3, 9
dejaron aparte Jerusalén hasta
ta:
Y
muro ancho.
el
9
lado trabajó en la restauración Refalas, hijo
a su
circundaron. Pura conjetura mencionado entre la torre de
El muro espacioso
(1).
los
hornos y
(2)
es
puerta de Efraín
la
y como ésta se hallaba todavía en la parte septentrional, también aquí, pero ya muy al extremo, debía de 38
(12,
s.)
:
muro. Schick hace de dicho muro el trazo de el primero y segundo muro, formando el lado
estar dicho
unión entre
oriental de la piscina de Ezequías (3).
La voz
9.
breo
"Se
tenemos en cuenta
si
,
el
nuevo he-
y los otros idiomas semíticos, p. ej. el árabe y el redondeado, de donde círculo, circuí
(4)
asirio (5), s gm:fica algo ;
De suyo puede
distrito.
to,
aplicarse a las varias partes o
barrios en que se divide una ciudad
menciona
se
príncipe de Masfa. y en
el
del distrito de
y
;
como en 15
el v.
el v.
19
príncipe
el
Masfa. no parace que éste pueda entenderse
de un barrio de
rededores
pero,
;
la
así lo
más bien de
ciudad, sino
LXX
ha interpretado
la
región o
(wepEXT. andar errando. En sentido un tanto diverso se usa en Is. 32, 6. Son los dos únicos pasa-
ciudad piensa en
jes
en que se
el
lee dicho vocablo.
3. También ahora acude Neh. a empero, de poner los medios que
DPP^P
sobre
rible,
aunque
ellos, o
o contra ellos es decir,
que
:
oración, sin descuidar,
prudencia aconsejaba.
modo praegnans no, como quiere
la
:
segunda versión prefeel mismo. DfTOBC expre-
la
;
sentido viene a ser
el
sión en cierto
contra ellos
la
la
para defenderse de
Bertheau, a
guardia se colocó en
espiar los movimientos del enemigo.
sitio
la vista
de
ellos,
ellos,
de donde podía
;
4, 4-6
NEH.
292
mismos. 4 Judá por otra parte decía: Viene a menos la fuerza de los acarreadores y los escombros son mu;
no podemos nosotros seguir edificando el muro Que nada 5 mientras que nuestros enemigos se decían sepan ni vean hasta que lleguemos en medio de ellos, los matemos, y pongamos fin a la obra. chos
;
:
En
6
tanto
como
Ni faltaban
4.
de todas partes viniesen los judíos
en
dificultades internas,
misma comu-
la
nidad judía. El trabajo era duro, puesto que aun antes de
remover propiamente se usa
reconstruir la muralla,
mucha
era
(3, 34).
se hallaban extenuados
dicho verbo en
era preciso
Muy
en 2 Par.
:
tierra,
la el
sentido de falto de fuerzas. Las frases es-
el
dentemente de rebelión
No
eran sólo quejas
;
;
se trataba evi-
pero
¿Había
mismos alguno o algunos que trabajaban
cretamente para crear malcontento en
la
población?
que pasó más tarde no hay en
lo
estado
tal
de ánimo no podía menos de apenar a Nehemías.
gar por
'.
28, 15 se lee el partcp. de
tán quizá dispuestas en forma métrica.
entre los judíos
que
verbo bwD
ello
A
se-
juz-
nada de im-
probable.
El enemigo había formado su plan. Sus amenazas ha-
5.
bían resultado vanas
prender
la
ciudad
;
:
era tiempo de venir a las obras
matar
para defenderse o escapar pre
fin
6.
a la
los trabajadores sin darles
poner obra comenzada.
Ni sólo contra
el
;
así
sor-
tiempo
de una vez para siem-
cansancio de los trabajadores tenía
que luchar Nehemías, sino también contra las solicitaciones de los judíos que venían de fuera. rbxx El sufijo ha de referirse no, decir,
sino,
De
los
como
quiere Siegfried, a los jerosolimitanos, es
habitantes de los pueblos en torno a Jerusalén,
como hacen Bertheau,
Ryle, Batten, a los adversarios.
éstos se habla en el v. precedente
a ellos diga relación.
Y
;
es,
pues, natural que
efectivamente los judíos que habi-
NEH.
i,
7
293
nos dijeron una y muchas ¡Volved a nuestras casas! 7 Entonces aposté en
que habitaban cerca de veces:
ellos,
taban en los confines del enemigo podían conocer mejor sus intenciones.
Se pone
chas veces
cf.
;
número determinado
el
Gen. 31, 41.
y sirve para introducir
Sam. lo
15, 20
2 Sam.
;
la
4
1,
"ifc'K
G-K
mu-
^
como en en
1
oración directa
(cf.
diez por
equivale a la partícula
§
157
c).
Así justamente
Les invitaban a abandonar Jeru-
entiende Siegfried.
salén y regresar a sus pueblos y esto a causa del peligro que corrían en la capital de parte de los adversarios. Así lo ;
Bertheau,
interpretan Siegfried,
relación gramatical de este v. con el
como
tidumbre. Puede considerarse su integridad
;
o bien sólo
la
apódosis empiece ccn
la
mos más
Oettli.
prótasis todo
y Vulg. en vez de
la
segunda persona
llevan la tercera (venerant), siendo el sentido:
de donde venían hacia nosotros».
desaparecen ferida
que
las
por Hólscher,
Batten.
fin del
( >31£''n
)
«...los sitios
Esta lección, en
que
la
Nosotros creemos 'más bien
no entendieron
los traductores
la frase,
tercera persona. El
TM
de perfectamente que, del
6 en
solicitaciones de los recién llegados, es pre-
dar algún sentido a la
el v.
primera parte, de suerte que Nosotros nos inclinaría-
bien en favor de esta segunda hipótesis. Al
LXX
v.,
Cuanto a la siguiente ,no hay cer-
Ryle,
enemigo, corrieran
la
oración directa
introdujeron,
como
da excelente sentido
:
y,
para
adivinando,
compren-
se
conociendo de cerca los propósitos a Jerusalén
para advertir a sus
alle-
gados y exhortarlos a que se sustrajeran al peligro abandonando la capital y retirándose a sus casas. 7. let,
quet.
Este después
Una
v.
de
es
de una oscuridad desesperante
varias
cosa es cierta
tentativas, ;
:
Bertho-
termina con un noyi
li-
que se trata de medidas que tomó
Neh. para precaver una sorpresa por parte del enemigo, y que estas medidas consistían en armar al pueblo y distri-
NEH.
294
7
4,
muro, en
las partes bajas del lugar, detrás del
los sitios
abiertos, aposté, digo, al pueblo, distribuido por fami-
grupos en torno a
buirlo en
ciudad
la
pero
;
modo
el
con-
Ni hay que escorresponde en un todo
creto en que esto se hizo resulta incierto.
perar luz de las versiones al
TM
la
Vulg.
difiere
un tanto, pero
venga de haber tenido
más var
LXX
:
(alguna ligera diferencia
el
autor
más abajo)
discutirá
¡se
la
un texto
distinto,
De
bien del deseo de dar un sentido aceptable.
texto
el
nos en
actual
:
Como
sino
conser-
más o me-
podría interpretarse poco
forma
la siguiente
;
diferencia no parece que
objeto del primer
"TO^NI
ha de sobreentenderse custodios, vigilantes, o más en ge-
mismo de
neral gente, o tal vez el
pueblo. El
o sea,
Clpn
segunda parte del probablemente la ciudad, y
es
la
v.,
la
guardia se coloca en sus partes bajas HVnnno, fuera de las murallas, y más particularmente en los sitios descubiertos, esto
es,
dar con
sin árboles la
(G^nT^D
razón de una
escogerse más bien cuenta de los
las
tal
cf.
Ez. 24, 7
estrategia
partes altas,
:
a fin de
:
que
la
difícil
darse mejor
movimientos del enemigo. Pero
otra interpretación
Es
s.).
parece que debían
es
posible
gente se pusiera detrás del mu-
la parte de adentro, en los sitios donde dicho muro más bajo y que por consiguiente estaban más al descubierto. Tal conducta por parte de Nehemías era ciertamenpero hemos de confesar que este sentido, de te prudente
ro en
era
;
LXX N segunda parte del v. saTV]aav = VIBJPI, lección que prefiere Hólscher en sólo la primera parte, la cual refiere no a Nehemías sino a los adversarios. Nosotros tenemos por muy improbable suyo aceptable, se halla bien recóndito en
Lag.
lleva
así
en
la
primera como en
el texto.
la
tal manera de interpretar el texto. Después de las alarmantes noticias del v. 6 lo natural es que se hable en seguida de las medidas tomadas para oponerse al temido
NEH.
4, 8-9
295
con sus espadas, sus lanzas y sus arcos. 8 Hice una inspección, y adelantándome hablé a los nobles, a los
lias,
jefes
y
al
resto del pueblo:
¡No
les
hayáis miedo! Al
grande y temible, tened presente y pelead por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuesSeñor,
el
;
mujeres y vuestras casas. 9 En dándose cuenta nuestros enemigos que nos-
tras
Del enemigo no se dice que viniese
ataque.
planes
sus
que se
texto
ciones
del
torias.
La más
;
contrario,
al
Las reconstituhan propuesto son poco satisfac-
fueron desbaratados
(cf.
ingeniosa es quizá
v.
9).
de Bertheau, que da
la
pero que se tildará, no sin razón, de «Coloqué máquinas de defensa (WatíTl 2 Par. 15) debajo de los muros, en sitios resguardados)). Nosexcelente,
sentido
arbitraria: 26,
otros
de
preferimos
terminar haciendo
nuestro
el
non
liquet
Bertholet. 8.
Neh. anima a
defensores de
los
la
ciudad inspirán.
doles confianza en Dios, grande y terrible para sus enemiel verbo fcOfcO sin objeto. LXX Lag. vm copxiaa auToyq xupiov Xs-fíov, una lección curiosa que corresponde a ^fttíb DJP3#fcJ3D
los cf.
16.
El adversario, viéndose descubierto y que era imposorpresa, desistió de sus propósitos. La gran ma-
la
yoría de los autores (Bertheau,
Siegfried,
Oettli,
etc.)
ha-
:
NEH.
296
4,
10-12
otros estábamos enterados, vino a frustrar Dios sus planes, y volvimos todos nosotros a la muralla, cada cual a
su trabajo. 10 Desde aquel día empero la mitad de mis
mancebos se ocupaban en el trabajo, mientras que mitad empuñaba 'lanzas', escudos, arcos y corazas
la
;
y
los jefes estaban al atisbo sobre toda la casa de Judá.
11 Cuanto a los que trabajaban en la construcción del
muro y los que acarreaban cargas, los cargadores con una mano hacían el trabajo y con la otra empuñaban el arma 12 y los que trabajaban en la construcción, ;
cen comenzar
la
con
nosotros creemos más bien que se
"ID^
el qeri)
como
,
:
lo
apódosis con entiende
la
el
verbo volvimos (léase inicia
bt^Hl
T T-
con
Vulg. y prefiere Hólscher. La más fluida y, por
construcción gramatical nos parece así
;
otra parte, creemos que Neh. debía de hacer especial hincapié en
el
hecho que Dios mismo había desbaratado sus
planes.
Pasada la inminencia del peligro volvióse al trapero Nebajo, que provisionalmente se había suspendido hemías, como hombre prudente, juzgó que se había de estar continuamente en guardia. nyj son la gente de la casa del gobernador cf. v. 17; 5, 10.16 13, 19. En DTIDin omítase el wau y añádase más bien al vocablo siguiente basta leer el v. para darse cuenta que pudo fácilmente in10.
;
;
;
troducirse una cierta confusión. fried
conserva únicamente
to las demás.
las
La razón que da
De
las varias
lanzas,
armas, Sieg-
eliminando
es nula:
del
tex-
((Difícilmente ha-
uno una coraza». El autor sagrado no los géneros de armas que se usaban, pero no afirma que cada uno se sirviera de todas. Los brá
tenido
dice
tal.
cada
Enumera
príncipes presidían la casa de Judá, cuidando que todo pro-
cediese con orden. 11-12.
Para mayor seguridad aun
los
que trabajaban
NEH.
297
13-14
4,
llevaban cada uno ceñida a la cintura su espada, y esta-
ban a un tiempo construyendo. Cuanto la trompeta, estaba junto a mí.
Y
13
que tocaba
al
dije
no-
los
a
y a los jefes, y al resto del pueblo: El trabajo es mucho y espaciado y nosotros andamos dispersos sobre 14 en cualquier sitio el muro, alejados uno del otro bles,
;
:
quiso Neh. que anduviesen armados. Después de b2ü2 pu-
C&'pn armados
diérase añadir
Ex.
(cf.
que corres-
13, 18),
LXX,
y que habría desaparecido del texto probablemente por haberlo confundido algún espondería
al
criba con es
de
sv oftXoic
necesaria
aun
;
sin
ella
que trabajaban en
los
WWüV
siguiente
partcp.
el
la
sentido
el
pero
',
construcción del
adición no
tal
claro
resulta
Tanto
:
muro como
los
que acarreaban materiales iban armados, pero en diferente manera, que
a quienes
dos,
ambas
quedaba una mano
dispuestos
flechas,
sentase
autor cuidadosamente explica
el
;
los
primeros,
manos,
como que
llevaban con ésta
libre,
apenas
lanzarlas
a
Los segun-
:
la
ocasión
se
tenían que trabajar
pre-
con
una espada ceñida a la cintura acus. absol. accincti quoad gladium). Cuanto a Ne("Din hemías, tenía junto a sí lo que diríamos ahora un corneta para comunicar órdenes o dar la señal de alarma. LXX llevaban
junta las dos primeras voces del
puntuación aceptada por a nuestro
13-14.
bajo era tro
juicio,
la
Sobre
los
mucho y
de un área
varios
v.
11 con
Hólscher,
pero
preferencia sobre
cnn
y
los
espaciado,
muy
extensa
grupos estaban
lejos
tancia parece indicar que
;
cf.
decir,
precedente
merece,
TM
y Vulg.
ad
2,
6.
El tra-
que se hacía den-
de donde resultaba que los
unos
de otros.
Esta circuns-
de los muros que se no se ceñía a la colina oriental del abarcaba también la occidental. Cf. FP el
circuito
estaban restaurando Ofel,
pág.
sino
148
;
que no del
la
D'OJD
es
el v.
que Extraña
ss.
cipo
en
estado
constructo
;
pero
298
neh.
4,
15-16
oyereis la voz de la trompeta,
reunios en torno a
allí
nuestro' Dios peleará por nosotros.
nosotros:
15 Nosotros, pues, estábamos trabajando en
— la mitad empuñando las lanzas— desde aurora hasta
tiempo
de
el salir
también
dije
el
la
obra
apuntar de
la
16 Por aquel mismo Que cada uno con su
las estrellas.
pueblo
al
:
La medida tomada por Neh. era no convenía que ningún grupo entrara aisladamente en lucha con el adversario debían oponérsele resalta aquí confianza De nuevo en Dios. juntos. su todos Lev.
cf.
4,
24; Jer. 22, 12.
prudentísima
:
;
Una
15.
especie de breve recapitulación
de
lo
dicho.
Neh. y los de su casa (cf. v. 10) siguen trabajando sin descanso desde el apuntar de la aurora hasta el aparecer de las estrellas. Jornada por cierto bien completa. Entre tanto, al servicio del peha no dejamano. Esta última frase Hólscher y Batten la tienen por glosa de un escriba que la tomó del v. 10 y la razón que aducen es que no tiene aquí ningún
la
mitad de los que estaban
ban
armas de
las
la
;
sentido y que separa expresiones que debieran ir juntas. La verdad es que la frase eliminada está muy en su puesto y
da excelente sentido.
continuaban
Como Neh.
dice
que
él
y los suyos
trabajo de las murallas, es natural que re-
el
cuerde que no todos andaban ocupados en esta faena, sino
que otros seguían armados, prontos
a la defensa. El último
miembro
puede afectar
grupos rarlo
;
del v. (desde el apuntar...) o,
si
se quiere,
como proposición
el
a los dos
segundo miembro cabe conside-
incidental.
Para asegurarse más y más contra un improviso asalto del enemigo, Neh. dicta otra disposición. Hasta entonces parece que muchos de los que trabajaban iban a pernoctar en sus pueblos, no lejos de Jerusalén, de donde 16.
volvían a se
la
mañana
quedarán en
la
siguiente
capital:
y
fcf.
así,
v.
6).
En
adelante todos
después de haber trabaja-
neh.
siervo pernocte en
4,
299
17
interior de Jerusalén, de suerte
el
que
nos sirvan de guarda durante la noche, y de día para el trabajo. 17 Ni yo, ni mis hermanos, ni mis mancebos, do durante horas de
las
última frase
la ;
podrán ayudar haciendo
día,
el
noche. Este es ciertamente
no,
como
mos guardia durante voz nr^Sü
la
Batten,
pasaje
:
el
lo
de la Biblia
guardia en
sentido de
Nosotros
noche y trabajábamos de
la
significa aquí «working forcé»,
quien por
—ciertamente
traduce Hólscher
la
día.
como
la
tenía-
Ni
quiere
demás reconoce que en ningún otro tiene tal sentido. Se ve que muchos
—
de los que venían a trabajar en un criado o muchacho, que a las lo cual nada tiene de extraño veces sería el propio hijo también éste quería Neh. que se quedase a pernoctar en
no todos
Jerusalén traían consigo
:
;
capital.
la
La
partícula
to matiz a la frase, .
traduce 17.
la
del principio parece añadir cier-
CJ
algo
así
como además, también, como
LXX
Vulg. (quoque) se contenta con xai. la impresión que se tenía de un posible ;
Tal era
ataque nocturno por parte de los enemigos, que
ni él
mismo
Neh., ni los de su parentela, ni los que estaban a su servini
cio,
los
descansar. dia
De
.
hombres de guardia deponían el vestido para es claro quiénes eran esos hombres de guar-
No
suyo pudiéramos entender sencillamente los judíos
que por turno vigilaban de noche, con lo dicho en el v. precedente.
lo
En
cual está en armonía tal
caso, la frase
guiente ha de interpretarse que estaban conmigo. sentido
de
como
dicha
frase
parece
ser
más
concreto,
Pero algo
si-
el
así
de mi escolta y en esta hipótesis se podría pensar cuerpo de guardia —compuesto probablemente no de judíos sino de extranjeros— mencionado en 2, 9. Sobre la
en
;
el
|W cf. G-K., § 152 n. Las tres últimas voun verdadero enigma. La versión material cada uno, sus armas el agua, o al agua, no da sentido aceptable. LXX BA n las omite; Vulg. unusqui-squc Lantum
expresión ces
resultan
:
NEH.
300
4.
EXCURSUS XVI
hombres de guardia de mi propia escolta, ninguno de nosotros, nos desnudábamos de nuestros vestidos
ni los
cada uno...
baptismum (para
nudabatur ad
el
baño,
para
o
lavarse)
evidentemente interpreta más bien que traduce. Se han pro«Para cada uno sus armas eran el puesto varios sentidos :
baño»
;
en vez de bañarse tenía que estarse con
decir,
es
armas en la mano. «Cada uno tenía junto a sí sus armas y el agua» (para beber). «Cada uno, su desnudarse era sólo para el agua», o sea, para satisfacer una necesidad. Tales interpretaciones no son muy tentadoras. Omitimos otras las
que pueden verse en Bertheau, Ryle.
agua
con
(a traer agua),
av&pa
(xai
ov
arsaTeXAov
él
exi
LXX
Lag.
:
xo
üBwp,
av/jp
xat
Pero cabe dudar si este texto rrespondencia hebrea puede verse en Batten etq
xo ,ü5(op
).
—
original hebreo,
peculación
DVm
¡"iWn osada.
tiva es
blema
o no es
más que
el
Batten propone
exegética.
una
lleva
El hombre que enviaban al iba un hombre armado al agua
lección que da buen sentido
auxou
oxXov
—cuya
co-
refleja
un
resultado de una es-
como «bold guess»
noche ni de día. Realmente la tentavale reconocer que por ahora el pro-
ni de
Más
es insoluble.
Excursus Abar-nahara y sus provincias nahar
:
trapías (llamadas por río I su
(1).
—Abar-nahara
('eber
del otro lado del río) era la quinta de las veinte sa-
Herodoto
vojioi)
en que organizó Da-
inmenso imperio. Extendíase de
la
orilla occidental
Cf. A. Alt. ludas Nachbarn zur Zeit Nehemias, en Palaestina(1) jahrbuch (= PJB) 27 (1931) 66-74. Gustav Hoelscher, Palaestina in der M. Abel, Géogripersischen und hellemstischen Zeit (Berlín 1903).
F—
phie de la Palestine,
Tome
II
(París 1938), p. 108
ss.
NEH.
4.
3U1
KXCURSUS XVi
y era gobernada por un Damasco. residencia en tenia su que sátrapa Dividíase la satrapía en varias provincias, de las cuales nos interesan, de Norte a Sur: Samaría, Judá, Asdod, Aradel Eufrates hasta el Mediterráneo,
bia, y al Este Ammón. Todas elias confinaban con Judá, que ocupaba en cierto modo el centro. Estaban gobernadas por sendos pehas subordinados al sátrapa de Abar-nahara. Judá es llamada meáinah INeh. 1, 3; Esd. 2, 1 5, 8 passim ;
así
en Esd. como en Neh.j
a otras provincias,
v.
gr.
;
misma denominación se da y Babel (Esd. 7, 10), Elam (Dan. la
;
y en general a regiones regidas por príncipes (3 Reg. de suerte que el vocablo tiene una cierta elastialgunos piensan que a veces se aplica la recidad aun y
8, 2),
20, 34 ss.)
;
;
denominación a un
ferida
que no sea sino parte
territorio
de una provincia.
Y
lo
mismo
propio cabe decir del título peha,
que a Sesbassar (Esd.
5,
a Zorobabel (Ageo
14),
a jefes de pequeños territorios (3
¿
cual se da lo
el
a Tattenai sátrapa de Abar-nahara (Esd. 5, 6
Cuál era
documentos
Reg.
10, 15; 4
;
1,
Reg.
6,
1)
6j
y
18, 24).
la provincia de Judá ? Varios Neh. nos suministran elementos
extensión de
la
del
libro
de
no con absoluta certeza, menos con suma probabilidad. Tales documentos son:
suficientes para fijar sus límites, si
por 1)
lo
La
lista
de los inmigrados:
lista
de
de los
muros
:
Esd.
Neh.
2.
3.
3)
2)
El
Una
que ocuparon los hijos de Judá y los hijos Neh. 11, 25-35. 4) Una breve nota sobre
sitios
Benjamín:
algunos
=
Neh. 7
relato de la reconstrucción de los
sitios
de los levitas
Límite Norte.
—Las
:
Neh.
cionadas en estos documentos son
12, 27-30.
más
poblaciones :
septentrionales
men-
Gabaón, Masfa, Beerot,
Rama, Djeba, Betel y Hai (Neh. 3, 7 7, 29-32). De ahí parece podemos concluir que la provincia de Judá no se extendía —al menos considerablemente más allá de Betel ;
—
;
NEH.
302
EXCURSUS XVI
4.
y Hai, cuya posición nos discute
perfectamente conocida.
es
Masfa y Beerot
es verdad, la identificación de
;
;
Se
pero
como que dichas han de buscarse ciertamente al Sur de Betel y Hai. Este limite parece corresponder poco más o menos al que existía en tiempo del rey Josías (cf 4 Reg. 23, 15) y se corre un tanto más hacia el Norte que el del tiempo de Asa (3 Reg. 15, 22). eso no afecta en nada a nuestro propósito
ciudades
1
.
Más
difícil
;
es de fijar el límite del Mediodía.
neralmente entre Betsur y Hebrón
Pónese ge-
pero a nuestro jui(1) varios períodos, según parece ;
hay que distinguir los exigir el tenor de los documentos que poseemos.
cio
En
la lis-
ta de los primeros inmigrados al tiempo de Ciro la ciudad
más meridional que
menciona es Belén (Esd. 2, 21 Neh. 7, 26). Diríase por consiguiente que por aquel entonces el territorio de la medinah no iría mucho más allá de dicha población. Verdad es que se nombra también Netofah
;
pero
si
ésta
nosotros creemos se coloca,
(cif
allí
se
se
identifica
.
p. 418),
más
se halla
conforme otros quieren, en
hallarse prácticamente a la
Más
Umm
con
tarde,
al
adelantado hacia
misma
En
Sur.
al
Norte
;
y
si
viene a
Beit-Nettif,
altura de Belén.
tiempo de Nehemías, el
como
Tuba,
el
límite
efecto, entre los
se había
que acudieron
a Jerusalén para trabajar en la restauración de los
muros
cuéntanse
al
lo s habitantes
de Tecu a (Neh.
de Belén, y los de Betsur
Hebrón
(3,
16),
3,
5) 8
ciudad ya
km.
muy
Sur
cerca de
pero esta última no se nombra, indicio de que el sazón entre las dos poblaciones. Naturalmente se da por supuesto que, si la importante ciudad de ;
límite corría a la
Hebrón hubiese pertenecido entonces brían dejado de tomar parte
sus
obra que se llevaba a cabo en
la
(1)
Alt,
PJB
25 (1929) 88.
a la medinah,
no ha-
habitantes en la grande
capital.
NEH.
Un
tercer
ficultad.
4.
303
EXCURSUS XVI
documento (Neh.
11, 25-30) ofrece especial di-
£1 autor enumera los
sitios
en que habitaron
los
lujos de Judá, entre los cuales se cuentan varios al Sur de Hebrón, y aun el mismo Bersabee (v. 27. 30). Ahora bien, el hecho de dicha ocupación a la época de Nehemias ¿cómo es posible que en tan corto espacio de tiempo se desplazara el limite de tal suerte hacia el Sur ? La
perteneciendo
incongruencia es tan patente que varios autores no vacilan en negar
documento todo valor
al referido
histórico (1).
extremo quizá sea posible dar una expliLa lista de que tratamos no forma parte de las Memorias de Nehemias. Como en el libro asi de Esd. como de Neh. se hallan documentos independientes unos de otros y de distinta procedencia, bien pudiera ser que Sin venir a
tal
cación satisfactoria.
documento
referido
el
reflejara ia situación de tiempos pos-
y habria sido incorporado a la compilación canónica por su último redactor. El P. Abel (1. c. p. 121) insiteriores,
manera
núa
otra
los
predichos
del
destierro
soslayar
la
dificultad
no
de
eran
diciendo
que
inmigrados
Judá que se habían quedado los
y permay vivían mezclados con los habiregiones vecinas, que a raíz del destierro hasino
necido siempre en tantes de las
de
hijos
bían penetrado en
los
el pais,
el territorio
de Judá. Bien que
pretación no parece corresponder
al
tal inter-
sentido obvio del docu-
mento, puede con todo tenerse por solución más o menos plausible del problema.
conservar a
la
No
consabida
es imposible, pues,
lista
como
se ve,
su valor histórico.
El límite oriental se extendía ciertamente hasta Jericó, pues habitantes de esta ciudad formaban parte de mera caravana, conducida por Zorobabel (Esd. 2, de
la
(1) p.
84.
misma subieron trabajadores para Hólscher,
1.
c.
p.
Algunos creen que
26 la
s.
;
lista
Bertholet, es
la
la
pri-
34) y restauración de
Die Bücher Esra
preexílica (ibidem).
;
u.
Neh,
304
las
NEH.
murallas (Neh.
hasta
EXCURSUS XVI
4.
3, 2)
y dicho límite alcanzaría sin duda la medinah del territorio de
;
Jordán, que dividiría
el
Ammón. Finalmente, cuanto
alguna
dificultad.
En
límite
al
la
occidental se tropieza con
enumeración de
que acudieron
los
las
reconstrucción de los muros (Neh. 3) ciudades más occidentales que se mencionan son Qeila
(y.
17
a Jerusalén para
s.)
la
y Zanoah (v. 13), de manera que según esto el medinah comprendería la región montañosa
territorio de la
hasta
borde oriental de
el
mienzos. Por
el
sefela,
la
hasta sus co-
o sea,
contrario en la lista de los inmigrados (Esd.
33) y en la de los sitios habitados por los benjaminitas (Neh. 11, 34 s.) se habla de Eod, Hadid y Ono, ciudades que se hallan ya en plena llanura. 2,
Es
difícil
concebir una
extensión de
tal
la
medinah. Por
de pronto fuera extraño que de ninguno de los tres
sitios
de Nehemías para los traPero además se ofrece otra razón. Los adversarios de Nehemías le invitan a un coloquio que ha de tenerse en la llanura de Ono (Neh. 6, 2). Teniendo en cuenta su aviesa intención es probable que el sitio adonde le brindaban se hallaba fuera del territorio de Judá y prenadie acudiera al llamamiento
bajos de
la capital.
;
cisando
más aún podemos
creer que por ventura, para pre-
venir recelos, sería terreno que
neciendo ni a
la
medinah
dinamos neutro, no
ni a la provincia
perte-
de Samaría.
Estos datos, como se ve, presentan una cierta mutua oposición y parecen llevar a distintas
puedan armonizarse en esta forma
:
conclusiones.
Entre
los
Quizá
deportados a
Babilonia contábanse los habitantes de Lod, Hadid y Ono la primera caravana, y en con;
volvieron del destierro con
secuencia son mencionados en rante el intervalo,
es
vuelta del mismo,
dichas
decir,
la
lista
de Esd.
2.
Pero du-
entre la ida al destierro y la
ciudades habían sido arrancadas
de Judá, y por consiguiente no volvieron a
ellas
los inmi-
NEH.
4.
3U5
LXCURSUS XVI
y por ahí se explica por qué no aparecen entre que fueron a trabajar en Jerusalén (Neh. 3). ¿Quién había tomado? ¿Habíanse incorporado a la provincia
grados ios las
;
de Samaría o a
mero
la
de Asdod
queriendo
Xehemías,
le
filistea)?
es de creer
amistosas
apariencias
bajo
región
(la
poco probable ,pues no
es
traer
Lo
en engaño
invitara a venir a su propia provincia.
gundo no tropieza con esta término Es posible que las
dificultad.
:
real,
Neh. rey,
de
lo
que tenía
a se-
Pero cabe un tercer
un do-
cual nos ofrece precisamente un ejemplo
8 donde se habla de
2,
Lo
referidas ciudades con sus res-
pectivos territorios constituyesen lo que llamaríamos
minio
pri-
que Sanballat,
allí
un bosque perteneciente
su custodio,
quien
lo
al
administraba en
nombre del monarca. Ello es cierto que las tres ciudades Lod, Hadid y Ono se nombran juntas (Esd. 2, 33; Neh. 11, 31
y dan
s.),
la
impresión de formar una unidad particular,
independiente en cierto
Más
modo
del territorio circundante.
tarde, cambiadas quizá las condiciones, penetrarían
de nuevo los benjaminitas en aquel territirio etapa que se refleja en Neh. 11, 34 este pasaje de los habitantes
s.
O
;
y es ésta
la
bien se habla en
que no partieron para
des-
el
y siguieron habitando en el país. Huelga advertir que pisamos aquí terreno movedizo y que fuerza es contentarnos con probabilidades.
tierro
Cuanto a los países y gentes confinantes con la m c dinah apenas se ofrece dificultad. Al Norte, la provincia de Samaría, compuesta de aquel híbrido conglomerado de ju-
—
paganos tan al vivo descrito en 1 Reg. 17. Al Este ammonitas, cuyo territorio debía de extenderse hasta el Jordán, lindando por consiguiente con el de Judá (1). Al díos y
los
—
(1)
1 ss.
Lo prueba Smend donde
se dice
que
en Z. Alt.
Ammón
¡Viss.
se había
22 (1902) 134
s.
Cf. Jer.
49,
posesionado de Gad. 20
NEH.
306
Oeste, se
provincia de Asdod.
ia
más
bien de una provincia
los filisteos los
ya
EXCURSUS XVI
4.
que habitaban
asirios parece
los
mos hoy
Diríase que debiera hablarfilistea,
pues en realidad eran
región
la
pero es
;
en Asdod
instalaron
el
caso que
que llamaría-
lo
un Alto Comisario, y el territorio todo entero de su jurisdicción vino a tomar el nombre de la ciudad en que residía: Asdudu (1). Y esto mismo viene a corrobodía
manera de hablar de Nehemías, quien mencio-
rarse por la
na
entre
adversarios
sus
asdoditas
a los
(4,
1),
y cuenta
entre las mujeres extranjeras también a las asdoditas
mientras que ni una sola vez se lee
23),
filisteos.
pero
la
denominación de
la
el
los
país,
provincia dábasela una de sus
—Finalmente,
Es claro que no
(13,
nombre de
Estos eran ciertamente los que ocupaban
ciudades, Asdod. bia.
el
al
Sur
se trata de la
provincia de Ara-
la
Arabia propiamente
cha, sino de la región meridional de Palestina
árabes de los que dice Herodoto III
7
5.
s.
;
di-
serían los
que ocupaban
el territorio que se extiende al Sur de Gaza (2). Sin duda que en dicha provincia buena parte de la población, quizá
la principal,
sería
de más bien
Entre
y
;
pero
los adversarios
de Nehemías
preguntar
relación entre esta provincia y
Cf. Alt.
(2)
Es
PJB
denominación correspon-
el
principal sin duda
era Sanballat, gobernador de Samaría.
vista de esto cabe
(1)
la
aspecto administrativo.
más encarnizado
el
En
al
idumea
25 (1929) 84
s.
;
la
si
mediaba alguna especial
de Judá. El prof. Alt dis-
27 (1931) 71
significativo que en 2 Par. 17, 11;
s.
21,
;
1G
Abel, ;
1.
c.
26, 7 se
p.
121
s.
nombran
juntamente, dando la impresión que ocupaban regiones vecinas, filisteos y árabes. Por ahí se ve que ya en tiempo del rey Josafat los árabes habían penetrado en la parte meridional de Palestina. Sobre esta infiltración
de los árabes ficiente,
que
Hoelscher, 1. c. p. 17-21 (sostiene, sin fundamento suidumeos son árabes). Véase asimismo Abel, 1. c. p. 122 s.
cf.
los
1
NEH.
cute
problema
el
(lj
4.
307
EXCURSUS XV
y llega a
conclusión que
la
el territorio
judio no fue constituido ya desde un principio en provincia independiente, y que Zorobabei y sus sucesores no fueron
propiamente gobernadores sino más bien una especie de AlComisarios, dependientes no solamente del sátrapa de Abar-nahara, sino también hasta cierto punto del peha de tos
gobernador ver-
sido el primer
Nehemias habría daderamente independiente. Samaria
:
—
No
que parece aceptar el puede negarse que esta tesis halla algún fundamento en el tenor P. Abel, 1. c. p. 120 mismo del texto sagrado. La osada y al parecer confiada
—
apelación de los samaritanos, ya en tiempo de Ciro, a
autoridad
central
contra los
conatos
restauración,
de
insistente oposición de Sanballat a la obra de
menos sospechar que nos no era una mera intrusión
cen por
lo
la
Nehemias, ha-
actuuu ae
sino
más
la la
los
bien
la
samantadefensa,
quizá exagerada, de un derecho que creian conculcado.
De
suyo nada, cierto, hay de inverosímil en que
el
pe-
Judá fuese puesto al principio bajo una gran provincia de Samaria, de largo tiempo constituida pero que en realidad tal haya acontecido, los argumentos que en favor de ello se aducen no
queño
territorio de
cierta dependencia de la ;
nos parecen convincentes. te
Aun
sin
un
derecho por par-
tal
de los samaritanos, creemos que su conducta se explica
suficientemente por otros motivos.
En quedó
efecto,
después del asesinato de Godolías, Judá se
sin jefe,
y es natural que por aquel entonces cayera,
de hecho o de derecho, bajo gilancia
del
cuando vino
Zorobabei,
dignidad de peha no es
(1)
schríft
la jurisdicción,
gobernador de Samaria.
En
o siquiera la vi-
tales
condiciones,
aunque estuviera investido de la maravilla que los samaritanos, en
Die Rolle Samarías bei der Entstehung des Judentiims, en Fcst-
Otto Procksch (Leipzig 1934)
p.
5-28.
NEH. 5
308
fuerza de
la
costumbre, se creyeran con cierto derecho a
intervenir en la reconstrucción del templo, bien que el
mo-
que alegan sea de Índole puramente religiosa (Esd. 4, 1 ss.)« Ni puede tampoco sorprender la actitud de los adversarios al tiempo de Nehemias. Conocida es la condición tivo
deplorable en que antes de la venida de Esdras había caído
Judá,
(de la
cual no era
más que un 9-10). Es
matrimonios mixtos (Esd.
indicio el
abuso de
los
claro que en tal estado
de desarreglo religioso-social, los pueblos circunvecinos podrían inmiscuirse en los asuntos del país sin que la pobla-
muy
ción judía les ofreciese resistencia. Es
natural que,
darse cuenta del carácter e intenciones de Nehemias
al
y per-
hombre de armas tomar y que no les decampar por sus respetos, es natural, decimos, que formaran todos ellos un frente común con el fin de paralizar por todos los medios la obra del nuevo gobernador. suadirse que era jaría
Repetimos que no rechazamos en absoluto la tesis de Alt pero no creemos que esté suficientemente probada. ;
Descontento de Neh. reprende a
la
población
los ricos y nobles, 5, 1-13.
propia conducta
como ejemplo
Propone su
de generoso
desinterés, 5, 14-19
Contiene este cap. un interesante episodio, que en lenguaje moderno pudiéramos llamar de lucha de clases pueblo oprimido contra el capitalismo opresor. Unos,
:
el
sin
duda los proletarios que nadan poseen, piden sencillamente pan para sus hijos e hijas, que son numerosos otros se ;
quejan de tener que empeñar sus campos, sus viñas y sus casas para recibir un puñado de trigo otros, finalmente, se ;
lamentan de verse obligados a tomar dinero prestado hipotecando sus campos y sus viñas para pagar los impuestos.
NEH.
V
1-2
5,
309
Levantóse un gran clamor
pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos los judíos. 2 Los había que 1
del
Nosotros con nuestros hijos y nuestras hijas somos numerosos recibamos trigo para poder comer y
decían
:
;
Resultado de todo esto
es,
que no pocos tienen que entre-
gar sus hijos y sus hijas por esclavos.
La
circunstancia de intercalarse esta breve relación den-
más extenso
tro del
relato de la restauración de los
hace sospechar que coincidió cronológicamente con
aun que fué
No
misma. bajo de se
tal
muros ella,
vez provocada hasta cierto punto por
en efecto, que con
es maravilla,
el
y la
intenso tra-
ciudad, que todos, a no dudarlo, hacían gratis,
la
hubiesen disminuido o cesado de todo punto
las
entradas
ya de suyo mezquinas que antes percibían. Aunque, a decir verdad,
el
mal debía de tener más hondas
raíces.
Antes ya
de que viniese Nehemías explotarían los ricos a los pobres
que ahora
sólo
hizo estallar
se
la ira
habrá producido
mal comprimida.
sión para ello la presencia
misma
Y
algún incidente,
;
que
por ventura fué oca-
del peha, en quien el pue-
blo esperaba encontrar un íntegro defensor de sus intereses.
Y
en esto no se engañó.
los judíos ricos cf. ad 2, 16. pocos autores (Siegfried, Bertholet, Hólscher, etcétera), precedidos por Houbigant, cambian D>2H en C>3 "Vy (cf.
1.
D*TlPpn
2.
No
v.
3),
siendo
;
el
cambio de trigo; y conserva
el
QOI
sentido así lo
que empeñaban sus hijos en
entiende
la
Vulg., es decir, que
(multae), pero añade «accipiamus pro pre-
ño eorum frumentum» en tales condiciones es claro que Vulg. no puede invocarse en apoyo de la modificación :
la
propuesta.
Por otra
dan con
TM. Además,
el
parte, la
LXX BA
N Lag. Sir. concuerdura condición a que tienen que
someter sus hijos se halla expresada más adelante, v. 5 la gradación en la formulación de las quejas en el actual tex:
NEH.
310
3-4
5,
Nuestros campos, nues3 y los había que decían tras viñas y nuestras casas tenemos nosotros empeña-
vivir
;
:
das para recibir trigo en nuestra hambre
que decían
mo
para
Hemos
:
el
tenido que tomar dinero a présta-
campos
tributo real, hipotecando nuestros
más armónica, y
to masorético es
tiene v 'sos de i
Nosotros, por consiguiente,
babilidad.
4 y los había
;
mayor
pro-
conservamos con
lo
Bertheau, Oettli, Batten, Ryle. 3. El partcp. de y\y empeñar, hipotecar, indica que por aquel entonces empeñaban sus propiedades, o que, ha-
biéndolo ya hecho
el
hambre», en
niD
4. ;
6,
8
El
condición en que nos hallamos
;
sen-
más probable. El verbo
El sentido es claro
como en Esd.
Cuanto a
la
lleva aquí
¡"1*6
4, 13.
un doble acusativo.
tomaron prestado dinero, y como gacampos y viñas, es decir, los hipote-
:
rantía entregaron sus
caron.
m
empeñadas.
causa del hambre», o «en
tributo para el tesoro real,
7, 24.
;
seguían estando
significar
la triste
tido, este último,
20
antes,
puede
bet de
construcción
explicarse la frase en
el
quizá puede tomaron prestado
gramatical,
sentido de que
sus campos.
dinero, y dieron en préstamo
Sería en cierto
modo, como observa Siegfried, una frase híbrida. El segundo acus. {nuestros campos y nuestras viñas) es eliminado
como glosa venida
del v. precedente por Hólscher,
Ya en
Bertholet. Este último da la razón:
el
v.
Batten,
3 se dice
que se empeñaron los campos no hay, por tanto, gradación alguna. Esto no es exacto. La característica del v. 4 no es que se hipotecaron las propiedades, sino que esto tuvo que hacerse no ya por no morir de hambre, sino para pagar los ;
impuestos
;
lo cual es
ciertamente
más
duro, puesto que del
dinero tomado así en préstamo no se percibe algún beneficio personal.
más
,los
Existe, pues, evidente gradación.
vocablos se hallan en
las
versiones.
Por
lo
de-
:
NEH.
y nuestras viñas
5,
5 pues en
;
31J
5
fin
de cuentas
carne de
la
nuestros hermanos no es de mejor condición que nuestra carne, ni sus hijos son de mejor condición que nuestros
y con todo nosotros tenemos que sujetar nues-
hijos;
La queja expresada en
este v. no parece sea excluun grupo, pues todos en general podían haber llegado al extremo que aquí se lamenta. Es de notar cómo aquellos plebeyos tenían el sentimiento de una legítima igualdad. Con digna altivez recuerdan que no eran ellos de peor condición que los ricos, puesto que eran todos hermanos, hi5.
siva de
mismo pueblo, del pueblo escogido. «Pari omnes nati sumus, ex iisdem avis et parentibus
de un
jos
liberi
terim cogimur pia»
aliorum aequalium
alii
servi
fieri
iure :
in-
manci-
et
Calmet menciona otro sentido, propuesto Por la crueldad de los ricos, nosotros hemos hallarnos en la misma condición que nuestros her-
(Tirinus,).
por a Lapide venido a
:
manos todavía
La primera
cautivos en Babilonia.
interpre-
D^'2D nos vemos forzados a sujetar (ü/23 suj c tar, pon?r por debajo) a esclavitud... Es más, las hay de nuestras hijas que lo están ya. Según la Ley mosaica podía un padre poner sus hijas al servicio
tación es ciertamente preferible.
fr
7), como podía hacerlo cualquier persona misma (Lev. 25, 39) pero el amo debía no como esclavos, sino como criados, y además
de otro (Ex. 21, respecto
de
tratarlos
sí
;
darles la libertad el año del jubileo (Lev. 25 ,40 34,
8-22).
La
conforme
es
en nuestra
muy
al
(?) poder de nuestra mano, esto
mano
;
cf.
la
misma
parecida en Gen. 31, 29
pero
sí
hijos
vayan
se
;
sobrentiende
el
a la esclavitud.
y no
no está
frase en Deut. 28, 32 y otra
Mich.
;
sujeto,
Y
es,
Jer.
cf.
traducida materialmente es:
frase
la
2,
1.
No
se expresa,
que es impedir que
razón de
tal
los
impotencia es
que sus campos y sus viñas pasaron a otras manos. Sobre el wau introduciendo una oración casual cf. G-K § 158 a j
§
170
c.
NEH.
312
6-8
5,
tros hijos y nuestras hijas a servidumbre
y de nuestras hijas las hay que son ya sierras, y nosotros nos hallamos impotentes, como que nuestros campos y nuestras ;
viñas están en poder de otros.
Grande fué mi indignación al oír sus quejas y tales palabras. 7 Tomé consejo conmigo mismo, y lancé una reprimenda a los nobles y a ios jefes, y les dije: ¡Con 6
que vosotros os portáis como usureros con vuestros her-
manos
Convoqué en contra de
!
blea, 8
les dije
y
ellos
una grande asam-
Nosotros, en cuanto nos fué posible,
:
El ánimo recto y generoso de Neh. encendióse en ira al oír tan indigna conducta de parte de quienes debían dar 6.
ejemplo de desinterés "Ti^ cf. ad 4, 1. 7. Sólo aquí se encuentra el verbo de tomar consejo
;
bo Ntófa o ¡"It20 si tomando interés ( t
en
sentido
el
más
cf.
ma
de
sí
mismo
el
como
La
verbo.
24
"t£0
Ex.
Con
).
*3tD
"bn
mi
22, 24,
en
sentido
el
consejo. El versignifica prestar
todo, debe tomarse también
lato de prestar sencillamente, sin especi-
no
interés,
puesto que Nehemías
afir-
que prestaba, y para expresar esta idea se sirve verbo (v. 10). Sin duda para evitar tal ambigüe-
dad se añade siderarse
4,
se atiende a
ficarse si se exige o
de!
Dan.
sustantivo acus.
el cual parece ha de conno como objeto directo del
nít'q
absol.,
frase pues en nuestro pasaje ha de interpretarse
prestar a interés. Esto lo prohibía la
Ley mosaica
(Ex*.
22,
24; Lev. 25, 36; Deut. 23, 20). Lo que sí permitía era retener alguna prenda como garantía y aun esto bajo cier;
Para poner coto a rales abudelincuentes una grande asamblea
tas condiciones (Deut. 24, 10-13).
sos
convocó contra
los
(rftnp)-
8-11. triple la
Toda
la
sentencia resulta un tanto oscura por la
repetición del verbo
acepción de comprar
;
""DIO.
Bertheau toma
pero en realidad
VODA
significa
en
dicho
NEH.
313
9
5,
rescatamos a nuestros hermanos, los judíos, vendidos a gentes
las
y vosotros, vosotros vendéis a vuestros her-
;
manos, para que sean luego vendidos a nosotros. Callá-
no supieron qué responder. 9
ronse, y
Y
seguí dicien-
verbo, en los tres casos, vender. El sentido es que Nehemías redimió sus hermanos vendidos a les es cosa insoportable que los mismos judíos
Mientras
:
(los
;
y
vendan sus propios hermanos,
nobles)
manera éstos
esquilmen que por no
los
aniorir
tal
de hambre se vean
quien los compra para darles luego
como
dispuesto
libertad,
;
ricos
de
decir,
quienes a su vez los
obligados a venderse a oíros,
vendan a Nehemías
es
genti-
los
está siempre a venir en auxilio de
sus hermanos. Si la noble conducta del gobernador la tuvo éste en Persia (Bertheau, Ryle) o en Jerusalén (Bertholet,
Batten,
Kósters, p. 45) no es claro. Las razones de Bat
cf.
ten y de Kósters en favor de la segunda hipótesis distan
mucho de cia, la
ser decisivas.
(
etc.
que
y de los varios géneros —dique les habían prestado, les cedan
garantía
nero, trigo, vino, aceite
1.
(cf.
devolver a los pobres los campos, viñas,
habían recibido
no pre-
garantía. Véa-
exhorta a todos
exhortativo
mo. Era hacer anticipadamente
como
;
cual parece entenderse mensual, con
condonaba a
los
deudores
el
12 por 100 de
NEH.
5,
315
12
uno por ciento del dinero. y del trigo, del vino y del aceite que vosotros les tenéis presHaremos la devolución, y nada tado. 12 Y respondieron de ellos exigiremos: como tú dices asi haremos. Llamé entonces a los sacerdotes, e hice que les tomaran juraolivares y sus casas, y
el
:
cuanto habían recibido en préstamo. empero, no parece armonizarse con
En
Neh. exhorta
éste
mientras que en
;
con que devuelvan
las
una
Cabe
prestado.
sentido que dimos
ei
se cambia
pnq
en
Kt£>D
PNtSto
En
cf.
,
en
12 por 100 de
el
;
conserva
Se
1)
10
v.
el
11 se contenta
v.
solución:
doble
a
el
precedente.
v.
deuda, o sea lo
la
y cedan
fianzas
interpretación,
del
la
condonar toda
a
que habían prestado lo
Esta
en
y
Deut. 24, 10. Es
el
v.
11
la interpre-
Neh. exhorta a que se renunno sólo a la fianza, sino aun al préstamo mismo. Del interés no se habla pero evidentemente dase por supuesto que no se exige. 2) Se conserva en el v. 11 el PND, y en tación de Bertholet.
ella
cie
;
el
v.
10
se
toma en el sentido de interés. En este menos exigente quiere que se de-
caso Neh. se muestra
vuelva los
no
:
se pida el interés,
acreedores mantengan
prestado.
que
fianza y
la
el
Es
difícil
sentido
indicamos,
la
la
pero permite que
propiedad de
que tienen
lo
decir cuál de las dos sea preferible.
más obvio dificultad
del v.
10 parezca ser
creada por
el
v.
Aun-
que
el
allí
11 en su estado
más
actual es de tal suerte, que nosotros nos inclinaríamos
bien en favor de la segunda hipótesis. 12.
La reprensión de Nehemías produjo
su efecto
:
to-
dos se mostraron prontos a seguir los consejos del gober-
Dos cosas prometen. La primera es clara devolverán (ywj) los campos y viñas que retenían como garantía (v. 11 a). La segunda ofrece alguna dificultad. Dicen que no exigirán de ellos, es decir, de los pobres pero no nador.
:
;
se expresa el objeto del verbo.
¿Es
el
dinero o
el
trigo que
316
NEH.
5,
13
mentó de que obrarían conforme a la palabra dada. 13 Más aún sacudí mi manto diciendo Asi sacuda Dios de su casa y de sus haberes a todo aquél que no cum;
:
pliere la palabra
dada
de todo se quede
Y respondió toda la asamblea
prestaron,
o
!
solamente
Así sea sacudido
!
;
y desposeído :
¡Amén
!
de lo prestado? Ambas En conformidad con lo que dipreferimos la segunda. Como para el
interés
interpretaciones son posibles. arriba
jimos
nosotros
palabra y dar mayor solemnidad a la promesa, Nehemías llama a los sacerdotes a fin de que éstos reciban
tomarles
el
la
juramento
(cf.
Num.
5,
19
de suerte que
ss.),
verbo hice jurar no se refiere a
del
los acreedores
su palabra y
;
la
los
y además, quizá porque causa se llevaba ante
el
sufijo
sacerdotes, sino a si
éstos faltaban a
el tribunal,
los sacer-
dotes eran por ventura los que habían de intervenir en calidad de jueces, cf. 2 Par. 19, 8.
Para más y más asegurar el cumplimiento de la promesa lanza Neh. contra el perjuro una iriprecación, que acompaña con un acto simbólico. Consistió éste probablemente en levantar la orla de su manto hasta la altura del 13.
pecho, y apretándolo contra éste lo separó luego violentamente, pronunciando a un tiempo la fórmula imprecatoria.
Como
el
manto era sacudido
del pecho,
así
venga Dios
a
sacudir y arrojar de sus posesiones a quien violare la promesa hecha. que se lee únicamente en otro pasaje, Is. 49, 22, significa
en ambos no precisamente
tido (aquí se trata
sino el del
to),
sible
mismo Nehemías
sacudir éste,
aquél
(cf.
cumple
el
la ;
el
seno del ves-
falda o ruedo del
modo
manto.
En
za
símbolo.
:
acto en
Neh. sacude
man-
sólo que, no siendo poel
vestido pegado
Bertheau, Siegfried, Ryle). Batten imagina
ción de otro
del
en realidad de
los
a
la ac-
brazos, y se le cae el
este separarse el vestido del cuerpo está la fuer-
Esa interpretación no
tiene
en cuenta
el
NEH.
Y
glorificaron a Yahvé.
la
palabra dada.
Además, desde
14
gobernador' en
'su
simo hasta
—doce
obró
el
pueblo conforme a
me
día en que se
el
destinó a ser
de Judá, desde
la tierra
el
año vigé-
año trigésimo segundo del rey Artajerjes
el
años
Y
317
14
5,
— ni
yo
sentido de la voz
ni
|un
mis hermanos comimos de los
Por
.
posesión adquirida con trabajo.
toda cosa o
se entiende
Jjvp
como
vacío,
p"i
natural-
mente debía quedar la bolsa que formaba el manto apretado al pecho, cuando éste se dejaba caer. No es maravilla que toda la asamblea, en la cual habría probablemente más de un deudor, aprobase la imprecación de Nehemías con un entusiasta amén,
y alabase
a
Yahvé por
en favor de los pobres. .Bien que
f
voz
la
obtenido
triun o
el
en
el
1 de-
v.
signe precisamente los deudores, aquí se refiere sin duda a
que habían hecho la promesa del v. 12. Nehemías recuerda su generoso desinterés todo
los acreedores,
14-19. el
tiempo de su gobierno, oponiendo su conducta a
gobernadores que
los
La
14.
le
partícula
ca
puede referirse
al
v.
10,
bien puede tomarse sencillamente en
en verdad.
DTP
se
menciona.
ellos,
En
cf.
Deut.
4,
el
10.
Como
duda Artajerjes, que
vez de
DnS
de los que habitaban en Judá
sujeto de
;
;
PUS
renglón seguido
a
gobernador de
DnnS
léase
como
además o sentido de por cierto,
quiere Siegfried, y en tal caso debe traducirse
se sobrentiende sin
de
la
habían precedido.
o bien sencillamente
Su gobierno había durado desde
año 20 de Arta&) Hólscher tiene por glosa esta data cronológica por la grave razón de que era inútil al lado de la otra, a saber, que la duración
PinB
.
jerjes
(cf.
2,
1) hasta
había sido de 12 años. decir ni lió,
ni
el
Como
una palabra más de
para
sí
ni
el
año 32 (445-433
si
lo
a
Neh.
a.
le
neecsario
!
estuviera vedado
Neh. no se va-
para su familia, del derecho que tenía a ser
:
NEH.
318
5,
emolumentos de gobernador bernadores anteriores, que
carga para
el
15-16
15 mientras que los go-
;
me
precedieron, eran pesada
pueblo, pues por pan y vino tomaban de
y también empero, por temor 16 Asimismo tomé personalmente
'diariamente' cuarenta siclos de plata
ellos
sus criados oprimían al pueblo.
de Dios, no obré
así.
;
Yo
mantenido pos sus subditos. Esto es lo que llama el pan del gobernador. Los gastos los sufragaba de sus bienes propios, personales.
Muy
15.
imponían
tos
otra era la conducta de sus predecesores. Esal
pueblo cargas, que luego se particularizan
tomaban por pan y vino
la suma de cuarenta siclos de aposición en a BDDj, equivalente a unas 120 pe(ü^ptp setas oro. La voz "luN es de difícil interpretación:
plata
LXX
no da sentido alguno. Algunos (Bertheau, Oettli) conservan el texto, y traducen más de, es vierte ec/a-rov, lo cual
que tomaban más de cuarenta
decir,
mos
siclos
;
pero
reconocen que dicho vocablo en ningún
ellos mis-
otro
pasaje
La mayor parte de autores, siguiendo la "HN DVb (Bertholet, Hólscher, Bat-
tiene tal sentido.
Vulg. (quotidie), leen ten,
Ryle)
como en
sobrentendiéndose
el v. Í8,
día.
o simplemente ir¡N (Siegfried),
Si bien es posible que
la
Vulg. más
que traducir haya interpretado un texto oscuro, su lección parece deberse preferir, siendo la frase
la
única que permite dar a
un sentido aceptable. Ni sólo
valiéndose de
la
esto,
sino que, pre-
autoridad del gobernador, los que estaban
a su servicio ejercían sobre el pueblo
un dominio despótico,
causándole vejaciones. Nada de esto hizo Nehemías, inspi-
rado como estaba en
el temor de Dios. Ni se contentó con esto, sino que positivamente tomó parte él mismo en la obra de los muros. Esta aserción
16.
estaría
más que suficientemente
justificada por
constante de Neh. en que se llevase adelante
la
el
esfuerzo
restauración
>TEH. 5, 17-18
y no adquirí ninguna heredad y todos mis mancebos estaban allí junios, dados a la obra. 17 Y judíos y jefes, hasta parte en
la
obra de restauración de esta muralla
;
;
ciento cincuenta, a
más de
los
que nos venían de
de
ciudad
la
los paí-
mi mesa. 18 Lo que
ses circunvecinos, sentábanse a
se
pero es posible que hubiera hecho algo más,
;
esto es, que por cuenta propia y de su bolsillo particular hubiese levantado alguna parte de las murallas, bien que de
haga en ningún pasaje mención
esto no se
ña la
frase
la
siguiente
"¡Tról
.
muy
Estaría
explícita. Extra-
en su lugar,
posesión de un campo hubiera sido condición necesaria
En
para estar obligado a trabajar en los muros. el
si
sentido
sería
:
«Yo
(sobre esta fuerza del waii, seía
ningún campo»
trario.
;
pero
cf.
J § 171
suponer
Pudiera verse una alusión a
tal
caso
muros por más que
trabajé en los
f
;
tal
lo
G-K
§
154) no po-
condición es
dicho en
10
v.
arbis.,
a
Xeh. no se prevalió de la indigencia de los pobres para tomar de éstos sus campos como fianza, y luego quedarse con ellos. Pero esto, después de cuanto ya dijo Xehemías, no parece venga a propósito. Lo más probable es que la frase tiene sentido general, como la interpretan saber, que
(«Rem meam
non auxi, sed potius me meaque omnia expendí pro urbis et civium commodis») Calmet, Tirinus, Batten. También los de su casa se hallaban a Lapide.
et praedia
continuamente ocupados en
la
obra de
las
murallas.
17. Hacía aún más Xehemías tenía siempre a su mesa numerosos comensales. Sobre el sentido de O'HVPfl cf. ad 2, 16. Personajes de importancia comían a sus expensas, no menos de 150 y a éstos había que añadir los que ocasionalmente venían de fuera. Todo el mundo tenía entrada y mesa :
;
franca. 18.
Xeh. enumera por menudo
que diariamente
se
necesitaba para
la
cantidad
tanta
gente.
de
víveres
La
cons-
NEH.
320
18
5,
preparaba diariamente, era un toro, dos y volatería
esto se
;
me
carneros escogi-
seis
preparaba
y cada diez días y con todo
;
se hacía provisión de vino en abundancia
;
trucción de la primera sentencia es un tanto oscura, y puede entenderse en varias maneras 1) Lo que se preparaba :
cada día era un
toro, seis carneros escogidos y aves
Lo que
se míe preparaba (Siegfried). 2)
— un
día
toro...
—
se
preparaba a mis expensas
3) Lo que se preparaba cada toro... se me preparaban. En
la
:
(es
como
el
(Oettli).
Un
título)
los tres casos la construcción
Puestos a escoger, nos decidiríamos
resulta algo violenta.
por
día
esto
:
preparaba cada
se
primera, reconociendo empero que
cierta negligencia literaria,
el
autor, por una
que en nada toca empero a
la
verdad objetiva, y apenas sin darse cuenta, tomó las palabras un toro seis carneros... como atributo del verbo era y
mismo tiempo que" como sujeto del verbo se preparaban para mí. La segunda manera de construcción la consideramos poco probable, porque el ^ no significa, a nuestro al
—idea
juicio, a mis expensas segunda parte del v.
—
del
verbo TWy en
tante frecuente
que sigue
tr
;
se halla
tal
Es como
la
sino sencillamente para mí. El uso
Gen. 18, 7 es
muy
s.
;
1 Sam. 25, 18.
La
frase
oscura, tanto que varios autores
y2) ) ( (Siegfried, Hólscher) la dejan, en todo o
ducir.
expresada en
sentido de preparar la comida es bas-
el
cf.
que
en parte, sin
posible que el texto se haya alterado.
tra-
Tomándolo
que dentro de diez días, se hacía provisión de varios géneros
está, el sentido parece ser
esto es, cada diez días,
de vino en abundancia. Sólo que no aparece claro qué papel
LXX
desempeña el 2 delante del bj. lleva oivoc ico izkrfiei y Lag. añade toxvti tío Xcup Apoyándose en esta lección, Batten da a la frase este sentido Mientras que para unos .
:
pocos
la
bebida diaria era
el
vino,
servía sino una vez cada diez días.
a los
demás no
Dudamos que
el
se les
mismo
NEH.
321
1
6,
eso nunca reclamé los emolumentos de gobernador en vista de
que andaba este pueblo agobiado bajo
trabajo.
el
¡Tenme favorablemente en cuenta, Dios mío,
19
cuanto hice por este pueblo
VI
!
Gesem
1 Al llegar a oídos de Sanballat, Tobías,
Batten quede
muy
de
satisfecho
otros poca confianza nos inspira sólido fundamento,
ni
A
interpretación.
tal
de
ni la lección
:
nos-
LXX
creemos que a Nehemías se
le
es
ocu-
mencionar tal detalle. A pesar de gastos tan considerables, no exigió Neh. el pan del peha, o sea, el tributo que el gobernador tenía derecho a percibir. Y esto lo hizo por consideración al pueblo, sobre quien pesaban ya graves rriese
cargas.
Termina Neh. con una breve oración, que se repien 13, 22 y en forma un tanto diversa en 6, 14
19.
te idéntica
13, 29.31.
^
dat.
es
LXX
;
;
El objeto del verbo acuérdate es todo
commodi. No debe, por
y Vulg. «acuérdate de mí»,
date de cuanto
hice)}.
La
Podría
tal
;
traducirse con
más bien «acuér-
^
en nuestra lengua
es claro
vez decirse:
que hice
sino
versión del
se hace difícil. El sentido de cerle.
tanto,
lo
:
para favore-
«T entile favorablemente
en
cuenta, Dios mío, cuanto hice por este pueblo».
Asechanzas de los Samaritanos.
A vó
la
la
noticia de
C. 6
que iban a terminarse los muros se avipero ha-
persecución por parte de los adversarios
;
biendo visto por experiencia que nada adelantaban con los
medios violentos, acudieron a ciéndose
en esto
cómplices
la
intriga y al engaño,
samaritanos
de los
ha-
no pocos
de entre los mismos nobles judíos. 1.
El lamed después del verbo
Sobre Sanbnllat y
los
demás,
cf.
oír,
ad.
2.
parecido a 13, 27. 10.10 y Excursus. 2
I
NEH.
322
6,
2
árabe y demás enemigos nuestros que había reedificado el muro y que no quedaba ya en él brecha sólo que el
—
hasta aquella fecha no había puesto aún las hojas en las
puertas
—
2
,
mandáronme un recado
Gesem
Sanballat y
diciéndome Vente, y nos entrevistaremos en una de las aldeas, en la llanura de Ono. Pero ellos llevaban intención de hacerme daño 3 y así les mandé a decir Llevo :
;
253
p.
La
ss.
Sobre
brechas de los muros,
las
partícula
versativa; se
colocaron
lo
dicho en
ej.,
p.
3,
25.
Jer. 36,
hojas de
las
cf.
ad. 1, 3
aquí restrictiva, y en cierto
es
cf.,
:
Sobre
el
puertas de
las
;
2, 13.
modo
ad-
tiempo en que ciudad véase
la
1.
Sanballat y Gesem por un mensajero invitan a Nehemías a una especie de conferencia, cuyo objeto no se 2.
expresa aquí, pero que sin duda se
le
comunicaría.
Lo
cier-
que esto lo hacían simulando amistad. El nifal de (cf. asimismo v. 10) significa juntarse en sitio y tiempo convenidos para tratar algo. El vocablo DnDD tanto (vi culis) lo traducen por (xü)}Aairy TOI acus. indir. (J § 126 i) § 133 g. J § 166 m expresión más ordinaria suele ser nílf) CC^D* cf. Ps.
feta. cf.
la
106,
;
;
43; Eccle.
expresada por substantivo
:
solo
en Lev. 25, 51
;
adjetivo
kqWoiz
D^a^íl
omitida
LXX
Siegfried,
misma
idea está
LXX
A
B
Lag.
lleva
que parece corresponder a
DTy
última voz
la
la
sobrentendiéndose
rfi3~l
en nuestro pasaje
ooü
oixtip{io«;
22
7, el
;
el sv
spDITQi
prefieren la lección de
Bertholet, Hólscher y Batten, quien añade otras razones, a saber, que la versión muchas veces «is impossible on any just principies
no cuadra con Difícil
es
(cuáles
y además, que tal versión contexto, donde se quiere hacer resaltar
el
que cada vez que
Hebrew syntax»
of
sean esos principios no lo dice)
el
;
pueblo clamaba a Yahvé éste
atinar con la
fuerza de esta razón
con decir cada vez se expresa ya
la idea
multiplicidad, y por consiguiente la frase
dra perfectamente con
el
pronto es de notar que
le libraba.
parece que
de repetición, de
muchas veces
contexto. Cuanto a el
:
LXX,
cua-
por de
adjetivo femenino concierta con
D^ny femen., y no con el substantivo precedente que es masculino. Además, se comprende que el traductor estuviera influenciado por los vv. 19 y 27
donde se
presión tus grandes misericordias
contrario,
sido la lección de
de
explicar
la
LXX
con Bertheau,
por
verdadera.
la
car por
2
de
Oettli,
En "pomD
como hacen
;
la original,
introducción
última
al
la
ex-
de haber
no hay manera posible
TM. Así que esta Henne, ha de tenerse
del
la
Ryle, es
lee
perfectamente
Siegfried, Hólscher, el
inútil
2
tro-
partícula
neh.
372
29-31
9,
volvían a obrar mal delante de
y los abandonabas en poder de sus enemigos, y los tenían bajo su dominio volvían a invocarte, y tú del cielo les oías y les tí,
;
según tu misericordia infinitas veces. 29 Les para hacerles volver a tu Ley mas
libraste
dirigiste reproches
envalentonaron y no dieron oído a tus manday pecaron contra tus preceptos, que quien
ellos se
mientos los
;
;
cumple
vivirá por ellos
;
volvieron rebeldes
te
mostraste con ellos
les dirigiste
es-
la
no prestaron oído 30 y tú longánime por largos años y
palda, atiesaron su cerviz y
;
;
reproches por tu espíritu valiéndote de los
no prestaron oído y los entregaste en poder de los pueblos extranjeros. 31 Con todo, por tu gran
profetas, y
;
que expresa
muy
misericordias» (cf
invocar
la
traductores
bien .
G-K
partícula :
la
ev
pensamiento del autor «scgtín tus
el
§
102
de
c
y los diccionarios^)
LXX,
dada
la
;
ni
libertad
Vulg., que sin duda tenía delante
el
cabe
de los actual
texto hebreo, vierte en v. 27 asecundum miserationes tuas»
en
v.
29-31.
Estos tres vv. se refieren a todo
siguió la época de los Jueces, Tiy-
los cf.
se
;
28 «i» misericordiis tuis».
lyni impf.
el
hif.
período que
apocop. de
Ht£W proposición condicional en que la relación entre dos miembros se expresa por un simple wau (J § 167 b), Lev. 18, 5. la imagen está tomada del toro que H3rvi rebela contra el yugo; cf. Zach. 7, 11; Os. 4, 16: la r
f
Vulg. (recedentem) hace derivar de 11D el partcp., que viene, por el contrario, de "VID: sobre la imagen de la cerviz cf.
ad
v.
16:
ambas vienen
un modo poético acus. indirecto, y no
a expresar de
la misma idea. Muchos años (v. 30) es depende del verbo Tpyon» en el cual se sobrentiende "!pn< voz que se expresa en Ps. 36, 11; 109, 12: Dios se esforzaba en infundirles su espíritu, es decir, en cambiar la dispo-
;;
neh.
32-33
0.
37:;
misericordia no los destruíste ni los abandonaste, por-
que
32
Dios clemente y misericordioso. ahora, oh Dios nuestro, Dios grande, podero-
eres
tú
Y
so y temible, que mantienes el pacto y la misericordia, no tengas en poco la aflicción que nos sobrevino desde
tiempos de los reyes de Asiría hasta
los
hoy
sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros
a nuestros
Tú empero
padres y a todo tu pueblo. 33
alma inclinándolos a
sición de su
Los pueblos de
Jer. 36, 15.
41 se llaman goyim. efecto, tenía Dios
eres justo
observancia de
la
sirviéndose para ello .de los profetas
5,
día de
el
son
las tierras
Ley,
la
2 Par. 24, 19
cf.
;
s.
;
que en Ps. 106,
los
Con todo no acabó con
ellos
;
en
y,
prometido que no
los destruiría (cf.
Jer.
se va a implorar
más de propósito
mi-
18; 46, 28).
Cuando
32-33.
oportunamente
sericordia,
se
recuerdan
grandes atribu-
los
tos que, por una parte infunden sentimientos de reverencia, y animan por otra a la- esperanza del perdón cf. Deut. 10, 11 ;
5; Deut.
Is. 9,
ÓD nN G-K §
Jos. 22, 17. (J §
126
g
7, 9, etc., etc.
ra Siegfried
como
como un nominativo que
su comentario
luego con
al
misma
la
34.
v.
G-K
lo
conside-
se hace preceder
117
§
frase en
en vv. 19 y 34
117 m). Poco acertadamente
para darle énfasis, citando
fica
>
es acus. indirecto,
r
;
"L}yn
véase
,
i
;
de
véase también
El sufijo plural nosotros se especi-
las varias clases
de
la
sociedad, cuya enume-
ración se cierra con un término general (tu pueblo) que las
abraza todas. Con alude a (745-727 fried,
la
la frase tiempos de los reyes de Asur se primera cautividad, que llevó a cabo Teglatfalasar
a.
C.)
;
4 Reg. 15, 19.24.
cf.
citando en su favor
tícula a pesar de
da con
el
}
contexto
Is.
38,
»by
15,
Bertheau, Sieg-
interpretan esta par-
no obstante, interpretación que se acuer:
«Mucho hemos
sufrido de parte tuya
;
reconocemos, empero, que a pesar de esto tú eres justo».
374
neh.
34-35
9,
en todo cuanto se nos vino encima, porque tú fuiste en
el
yes,
fiel
obrar y nosotros prevaricadores. 34 Nuestros reen efecto, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes
y nuestros padres no observaron tu Ley, ni tuvieron cuenta con tus mandamientos y con tus amonestaciones con que tú
Con todo
amonestabas
les
35 y ellos en su reino
;
es preferible traducir sencillamente con
LXX
erci
y Vulg. in: aen lo que...»; y así lo entienden Ryle, Batten, Hólscher, Henne, etc. Es hermosa la última antítesis, ex-
presión de un corazón humilde
:
Tú
fuiste
en todo verda-
voz notf tiene un significado más amplio que en nuestras lenguas), te portaste bien y nosotros nos portadero
(la
mos
mal.
;
Como
34-35.
antes había hecho en
que entendía
pecifica aquí los
del v.
Menos
33.
Bertheau, según israelitas
de
acertada nos parece
En
cativo
(G-K
nombres son
154
quienes
a
p,tfl
varios
§
la
el
autor es-
nosotros
al
fin
interpretación de
cual nosotros quiere decir «nosotros los
el
ahora)),
príncipes, etc.
el v. 32, el
en
incluir
a),
el
wau
como
si
en cierto
los
modo wau
reyes, expli-
y en efecto. Los ad v. 19.32). En su
se dijera:
acus. indirecto
reino, en los tiempos
contraponen
se
es
en que era
(cf.
tal,
o sea, antes del destie-
-pw en Jer. 31, 11 rprP~D>t3« v. 13 >^1í0; es la bondad de Dios que se muestra en los bienes que dispensa, o más bien esos mismos bienes dispensados por su bondad, que rro,
en Jer.
se
prefijo bet
es ajena al
particularizan.
por a pesar de
pensamiento del autor,
(a pesar de) introduce halla en el texto.
partícula
,
}
Siegfried, Hólscher traducen el no obstante. Aunque esta idea no
un matiz
la
muy
manera de expresarla acentuado que no se
Preferible es la versión ordinaria de Ja
que conservan
la
gran mayoría de los intérpreindignidad de mostrarse rebel-
tes.
El autor hace
des
después de tantos beneficios recibidos.
resaltar la
neh.
y en
abundancia de tus bienes, que tú
la
les concedis-
fértil que tú les diste, no enmendaron de sus malas obras. nosotros, ¡nosotros somos hoy esclavos Y la tie-
te,
y en
te
sirvieron y
36
Y
espaciosa y
la tierra
no
se
!
que
rra
375
36-37
9,
diste a nuestros padres
para gozar de sus frutos
y de sus bienes, en ella somos nosotros esclavos. 37 Y su abundante producto lo da para los reyes a quienes tú por nuestros pecados nos sometiste y ejercen su dominio sobre nuestras personas y sobre nuestros ganados a su talante así que nos hallamos en grande mi;
;
seria.
X me
1
En
vista de todo esto
alianza, y lo
Hay
36-37.
nuestros
reyes,
contraemos nosotros
ponemos por
algo
de
trágico
en
nuestros
padres,
no quisieron
estos
nosotros ahora somos servidores esclavos esta
misma
Esos frutos hif.
a
y firman
escrito,
que tú nos
tierra
ella los
;
dos
y
el
vv.
do-
Ellos,
servirte,
lo
(nmn
frutos.
partcp.
pero no para nosotros, sino para los monarcas
fem.),
quienes tú nos entregaste por nuestros pecados (sobre
prefijo
2
y
somos en
comer de sus
diste para
produce en abundancia
fir-
cf.
J § 133 c)
y su duro dominio
;
nuestras personas y a nuestros bienes
;
así es
el
se extiende a
que
(tal es la
fuerza del wau) nos hallamos en grande miseria.
Es de notar que en toda esta oración, que refleja tan profunda pena, no asoma ni el más mínimo sentimiento de rebeldía
contra
Se
sella
divina
la
doloroso castigo
;
Providencia.
pero reconocen su
con juramento
za con Yahvc.
—Alianza
la
Sienten vivamente
promesa y se renueva Los que suscriben
10, 1
;
Puntos que se obligan a observar
v.
el
justicia. la alianv.
2-20
;
30-40.
PW^rDl Esta expresión, al parecer tan sencilla, se interpreta de muy distintas maneras. Batten pretende, sin 1.
NEH. 10, 1
376
dar de ello
la
menor prueba, que no pertenece
primitivo, sino que es obra del cronista:
queriendo darle hacer creer
el
sentido de en este tiempo
que
al lector
el
al
documento
éste la introdujo, (cf. 13, 6),
para
cap. 10 era verdaderamente con-
tinuación del precedente, y que en ambos se narraban aconla misma época. Véase la discusión sobre este
tecimientos de
p. 191 ss. Según Siegfried le falta a la un punto de apoyo, como que no puede referirse al capítulo 9 de donde concluye que algo desapareció de lo que formaba la introducción del documento original. Ryle
punto en Com. Esd. frase
;
a pesar de todo esto.
vierte:
constituye una
pués que za
el
muy
cap. 10
el
:
Des-
la alian-
Ley, y que de es muy natural que
los preceptos de la
ha sinceramente arrepentido,
se
ello
de verdad
pueblo ha reconocido que había violado
que había infringido
;
En hecho
apropiada conclusión del cap. 9
desee renovar dicha alianza y se muestre dispuesto a prometer solemnemente para en adelante la observancia de la
Ley.
Y
texto
que
es
versión
por
Huelga
el
com
esto
aú,
en armonía con esto cuadra puntualmente con
la
lo
decir
en vista de
demás
la
que dan
la
pues
siendo
esto,
mayoría de
los intérpretes.
que esta interpretación corresponde en un todo
LXX
y Vulg. ¡"ÜDN que fuera de este pasaúnicamente en 11, 23 y equivale al n"H3 de 9, 8, como procedente que es del verbo ptf significa algo firme, consisa la lección de
je se lee
tente
D^rü texto
:
quizá se usa aquí para insinuar se refiere ciertamente al pacto
mismo y
las firmas
:
estas últimas alude el autor
;
la
idea de fidelidad.
pero en éste había
el
Bertheau, Siegfried piensan que a ;
nosotros creemos que más bien
tiene presente el texto. El escribir las firmas se indica explí-
y por otra parte es natural el decir que el pacto no sólo se había expresado de palabra, sino que se había fijado por escrito y así con razón lo entienden Henne, Crampón. Los dos participios ¿han citamente en
la
frase siguiente
;
;
de entenderse en
la
esfera del pasado (Bertheau, Siegfried),
NEH.
o
más bien en
En
la
o es otro ;
De
?
suyo
pero en
o frecuentativo
:>tt
1
Hólscher, Henne...)?
del presente ¡(Oettli,
estas palabras ¿habla en
pasada
10,
el v.
participio
el
1
el
mismo que en
el c.
0,
puede expresar una acción
caso suele tratarse de un acto durativo
tal (cf.
J
121
§
f).
De
haberse querido expre-
—
que aquí no era ni frecuentativo ni un acto ya pasado habría empleado sencillamente el creemos que se durativo perfecto. Por lo demás, el sentido que preferimos cuadra sar
—
muy a
bien con
el
contexto
;
«En
firmarse se plegó y en
la
vamos
de todo esto
vista
El escrito, donde estaba
contraer...))
la
alianza, antes de
parte exterior se puso
el
sello,
y
por esto se llama DTffl como en Jer. 32, 11.14, y junto al lo cual se expresa por la parsello pusieron sus firmas
la
—
—
tícula
manera
los príncipes, los levitas
y los sacerdotes. Sobre el lugar
de redactar un documento sellado véase
citado Jer. 32, 10-14 donde se dan pormenores interesantes.
Batten da del principio del dice ser
v.
una versión, que
él
«very different from the usual translation».
realidad es así
;
mismo
Y
en
pero dudamos que esto diga mucho en su
Nosotros estamos grabando correctalos nombres ide la lista, cambiando, para obtener este sentido, la puntuación del TM y leyendo (cf. Gen. 20, 12 y como también elimina la 7, 20) voz de 11, 23 (cf. ad loe.) que es el otro pasaje donde se favor.
Vierte, pues
mente,
refiriéndose
:
a
;
;
exclama como triunfalmente que el vocablo rUDK «is rethe Heb. lexicón». No será temerario pensar que, a pesar de tan categórica orden de destierro, el buen vocablo se quedará tranquilamente en el léxico hebreo gozando todos los derechos ide ciudadanía.
lee,
moved from
La última
frase
del v.
expresa de una manera concisa,
pero suficientemente clara, que se pusieron los nombres en el
documento
quiere incluir
rresponden
sellado. el
las
Es probable que en
autor los jefes de familia tres
clases
(príncipes,
la
(v.
levitas,
voz principes 15),
y
así co-
sacerdotes) a
378
NEH. 10, 2-9
cumento nuestros
príncipes,
nuestros levitas, nuestros
sacerdotes.
2 Firman de Hacalías
el
documento
:
Nehemías
el
Tirsata, hijo
y Sedéelas, 3 Seraías, Azarías, Jeremías, 4 Pashur, Amarías, Malicias, 5 Hattus, Sebanías, Ma;
6 Harim, Meremot, Obadías, 7 Daniel, Ginnetón, Baruc, 8 Mesullam, Abías, Miamín, 9 Maazías, Bilgai,
lluc,
las
los
que luego se enumeran con más pormenores indicándose nombres en particular.
Por de pronto
se
nombran
con 21 con 17 nombres y luego los jefes de familia, v. 15-28, con 44 nombres (?) (de algunos vocablos cabe dudar si forman un solo nombre
nombres
;
siguen los levitas,
los sacerdotes, v. 3-9, v.
10-14,
;
o dos).
DVOinn
2.
tores), sino el
en sing.
son evidentemente no los que firman (signa-
documento
como en
el v.
1
sellado. ;
Siegfried cambia el plur.
con todo, mejor
es conservar el
texto con. Bertheau, Bertholet, Hólscher, pues parece
verosímil que
se
para poner todas
necesitaran varios las firmas.
El primero que firma es natu-
ralmente Nehemías, a quien se da aquí,
como en
9,
8,
el
de Tirshata. Sedecías, que es nombrado inmediatamen-
título
te
muy
documentos separados
después del gobernador, debía de ser personaje
distin-
guido, pero cuyo rango o dignidad nos es desconocido
:
al-
gunos sospechan que era el presidente del Consejo de los otros (Rawlinson) lo identifican con el ancianos (Meyer) ;
escriba lo
Zadoq (Neh.
13, 13).
Inútil perderse
en conjeturas
;
único que con fundamento cabe afirmar es que debía ocu-
par algún puesto importante. 3-9.
Los 21 nombres representan otras tantas clases saPor qué se cuentan sólo 21 y no 24 difícil es dealgunos sospechan que desaparecieron tres nombres
cerdotales. cirlo
:
pero es mera conjetura.
;
379
NEH. 10, 10-29
Semaías.
Y
Estos son los sacerdotes. 10
los
levitas:
Binnui, de los hijos de HenaJosué, hijo de Azanías hermanos, Sebanías, Hodias, 11 sus Qadmiel dad, y ;
Pelaías,
Qelita,
13 Zaccur, nu. 15
Los
Rehob,
Hanán, 12 Mica,
Serebías, Sebanías, 14 Hodias, jefes del pueblo
:
Hasabias, Bani, Beni-
Paros, Pahat-Moab, Elam,
Zattu, Bani, 16 Bunni, Azgad, Bebai, 17 Adonías, Bigvai,
Adín, 18 Ater, Ezequías, Azzur, 19 Hodias,
Hasum,
Besai, 20 Harif, Anatot, Nebai, 21 Magpías, Mesullam,
Hezir, 22 Mesezabel, Sadoq, Jaddúa, 23 Pelatías, Henán,
Anaias, 24 Hoseas, Hananías, Hassub, 25 Halloes, Pil-
Rehum, Hasabna, Maasias, 27 Ahías, Ha-
ha, Sobeq, 26
nán, Anán, 28 Malluc, Harim, Baana. 29
10-14.
También
nombres de
los
los
Y
levitas
el
resto del
representan
casas o familias levíticas. 15-28. familias.
se
La
lista
de los jefes del pueblo lo es asimismo de
Compárese con Esd. 2; Neh.
7.
Nótese que en la enumeración de los sacerdotes el pone al fin de la serie en las otras dos, al principio.
título
;
29. Los demás del pueblo, es decir, los que no han sido nombrados en los vv. precedentes y que no se contaban entre los firmantes. Todos los nombres que siguen, empezando
por sacerdotes éste se
teros y
,
están en aposición a pueblo, de suerte que
toma aquí en su sentido más amplio. Sobre los pordemás cf. ad Esd. 2, 70. A'éstos se añadía otra cate-
goría de personas,
la
de aquellos israelitas que no habían ido
al destierro y que, habiéndose entremezclado con los pueblos circunvecinos, se apartaron luego de ellos (cf. ad Esd.
21 Neh. 9, Poco probable
6,
j
2)
para seguir fielmente
la
Ley de Yahvé.
es la opinión de los que entienden la
frase
de los gentiles que se hicieron prosélitos de Israel apartándose de sus propios pueblos
;
cf.
Ryle.
En
ui'a palabra,
todo
;
neh. 10, 30-32
380
pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los Natineos, y todos los que, separados de los pueblos extranjeros, habían vuelto a la Ley de Dios,
sus mujeres, sus hijos y sus hijas, cuantos tenían uso de
razón, 30 se fueron adhiriendo a sus hermanos los nobles,
y jurando con imprecación que seguirían la Ley de mano de Moisés, siervo de
Dios, que había dado por
Dios
que observarían y pondrían en práctica todos
;
los
mandamientos de Yahvé nuestro Señor, sus ordenanzas y sus preceptos 31 a saber que no daríamos nuestras hijas a los pueblos del país, ni tomaríamos sus hijas para ;
nuestros hijos
;
:
32 y cuanto a los pueblos del país que
que tenía uso de razón, es decir, que podía entender Haupt omite este 8, 2.3. Parece que sobra jnv o último quizá lo más sencillo es añadir con LXX wau antes
el
cf.
;
del
segundo, como hacen Hólscher, Henne, Crampón. 30.
Continúase en este
precedente.
Todos
ellos se
v.
la
sentencia
adhieren (bv
empezada con
D^inü
en
el
tal sen-
hermanos más distinguidos, esto es, a los jefes que en nombre de todos habían firmado. El verbo CfrO con alguno de los dos substantivos que siguen significa prestar juramento, prometer con juramento ; cf. Ez. 17, 13. H^N en Deut. 29, 13 se vierte justamente por juramento tido sólo aquí) a sus
;
pero en nuestro pasaje es probable que indica más bien
fórmula
— una
especie de maldición
ramento, puesto que éste otro vocablo njJDtP
se
—
que acompaña
la
al ju-
expresa evidentemente por
el
•
Se especifican algunos de los preceptos incluidos en la Ley que prometen observar los que consideran como más importantes, o de todas maneras como más apropiados 31-32.
;
a las circunstancias de hallan.
"it^Nl
el
wau
tiempo y lugar en que actualmente se probablemente explicativo o especifi-
es
1
NEH.
38
33
10,
traen mercancías en día de Sábado y toda suerte de gé-
neros para vender, que nada tomaríamos de ellos en día
y que dejaríamos descansar el año séptimo y renunciaríamos a toda deuda de cualquier género que fuese. 33 Y tomamos sobre nos-
de Sábado ni en día santo
cativo
de
(cf.
G-K
tierra
la
154 a) esto es; en particular. Los pueblos
§
son
;
las
gentes circunvecinas, no israelitas, con
quienes los
judíos habían contraído matrimonio violando
Ley (Deut.
7,
es
3)
Esd.
cf.
;
un casus pendens
9,
la
La primera frase del v. 32 Los sobredichos pueblos
2.
J § 156).
(cf.
llevaban a Jerusalén sus mercancías
(cf. 13, 16 ss.). PTipE apax de npS que se usa en el sentido de comprar (5, 2.3). Prometen no recibir dichas mercancías en día de Sábado, Vi en cualquier otro día santo, esto es, en las fiestas en que
Lo
está prohibido el trabajo.
abandonar)
campo cada
el
bres se refiere a Ex. 23, 10
como en
5,
7
(tt'tW dejar,
años en beneficio de los poLev. 25,
;
2-7.
La voz
Deut. 15, 1-2 donde en vez de
cf.
;
s.
dejar inculto
del
siete
en idéntico sentido.
"P~^D
género que sea. La deuda no
se usa
Deut. 15, 2) de cualquier
(cf.
condonaba en absoluto
se
;
pero no se exigía aquel año. El plur. niSD
33. cer,
por
el
mente sigue,
asumen
(cf.
v.
36).
el
ising.
se explica, al pare-
se refiere sólo a lo
que inmediata-
demás obligaciones que Siegfried omite el segundo Xxhty* Está
también a
sino
LXX
representado en
en
en vez del
hecho que no
;
y
las
como
la
frase
puede entenderse
sentido no precisamente de dar sino de imponerse, me-
jor es conservarlo,
como hacen Bertheau,
Bertholet, Hóls-
cher, etc. Se obligan a dar un tercio de shcqel (el sheqel de plata
equivalía
En Ex.
30, 13
unas 3 ptas.
a s.
;
38,
26,
se
oro
;
por tanto 1 peseta).
ordena que todo
veinte años para arriba tendrá que dar
medo
israelita
isiclo
;
de
y a esta
:
NEH
382
10, 33
.
ordenación parece referirse 2 Par. 24, 6 tidad
V il
—un didrachma — daba en
ü,
se
(i
rresponde,
pues,
;
y
la
misma
can-
Mt. 17, 24 y también Josefo, BJ los tiempos del iNuevo Test. No co-
cf.
cantidad que aquí se imponen con
la
la
que estaba ordenada en la Ley. Una manera fácil de ar¡nonizar los do>s extremos sería suponer con Siegfried que el
tercio
de siclo era una carga de supererogación que se
imponían además del medio siclo preceptuado en la Ley como justamente observa Bertheau, nada indica que ;
pero,
una obligación nueva, sino más bien de urgir
se trate de la
ya existente
cap.
;
y
tal
es
ciertamente
el
caso
en todo
el
no hacen leyes nuevas, sino que prometen observar Además, fuera extraño que en las angustiosas
:
las antiguas.
circunstancias en que se hallaban hubiesen voluntariamente
asumido cargas mayores de
como
verosímil es,
extrema pobreza ducido cio.
el
que imponía
hubiera,
siquiera
impuesto bajándolo de medio
siclo.
;
:
re-
un
ter-
siclo
a sólo
El medio
siclo el
aparece en toda
la legislación
el
mosaica. Los hay que decla-
pasaje de Ex. 30, 13
s.
;
38, 26;
proceder arbitrario, no justificado por ninguna razón de textual
del
cen-
la contribución anual y ordinaria era un terPero de este doble impuesto ningún indicio
ran interpolación tardía
tica
Más
provisoriamente,
era un impuesto de ocasión, cuando se hacía
so del pueblo
de
Ley.
la
indica Bertheau, que dado su estado de
se
Otras explicaciones se han dado
Exodo cio
las
literaria.
ni
Otros,
finalmente,
distinguen
crí-
dos
maneras distintas de computar, la babilónica y la fenicia un tercio de siclo según la primera correspondía a medio así Bertholet, Kittel (Geschichsiclo conforme a la segunda tc 3 p. 645) cf. Ryle. Tal manera de armonización es sencilla y cómoda pero no deja de ser también algo problemática. Lo más probable parece ser que hubo en esta ley, como quizá en algunas otras, una cierta evolución. En un principio se impuso la contribución de medio siclo, que ha;
;
;
383
NEH. 10, 34
otros la obligación de imponeros un tercio de siclo por
año para
servicio de la casa de nuestro Dios
el
de pagarse cuando se hacía
bia
modo
insinuar 2 Par. 24,
y esto parece Los judíos del tiempo
6.
;
disminuyeron por razón de su pobreza. Pero,
de Nehemías lo
cuando
circunstancias hubieron cambiado, se volvió a
las
cantidad antigua de medio
objeto a que se destinaba
el tercio
trata de la
restauración del templo,
como en 2
la
"muy ? 1
dos drachmas.
siclo, o sea,
el
señálase
Más
censo del pueblo.
el
tarde se convirtió dicho impuesto en anual
en algún
34 para
;
de siclo
no
:
se
Par. 24, 12,
sino de sufragar los gastos del culto, cuyas varias partes, o
de todos
modos algunas de
ellas se especifican
en
v.
el
si-
guiente. 34.
ordena
¿e
Los panes de proposición
1)
el
modo de
19 donde se les da
perpetua; ésta se
disponerlos
;
;
1 Par.
32 y 2 Par.
9,
4,
nombre de 'OED nrb- 2) La oblación ordena para mañana y tarde, junto con el el
holocausto perpetuo en Ex. 29, 38-42; 4 Reg. 16, 15; en Esd.
Reg. 18, 29.36
Lev. 24, 5-8 donde
cf.
Num.
;
en 3
28, 3-8;
4 se menciona
9,
la
oblación vespertina. 3) El holocausto perpetuo; también ma-
ñana y tarde junto con la oblación, Ex. 29, 38-42 Num. 28, en 4 Reg. 16, 15 se habla del holocausto matutino (y ;
3-8
de
;
la
oblación vespertina). 4) Sacrificios especiales para los cf. Num. 28, 9-10. 5) Idem para la nueva luna;
Sábados; cf.
Num.
38. 7)
28, 11-15. 6)
Para
rtsticos o de acción de gracias
Sacrificios por los pecados; c.
Num.
las fiestas; cf.
Los CttHpn suelen considerarse como
28 y 29
marse
el
;
Ez. 45, 17. 9)
substantivo
cf.
No
:
cf.
Lev.
el
material del templo se usa en Esd.
también en Neh. tholet.
En
tal
11, 16 (cf.
2 Par. 29, 33
;
35, 13. 8)
4, 13-21; 16, 21-34
es claro
HDN^D: en
28, 16-29,
sacrificios euca-
;
Num.
en qué sentido deba
to-
de fábrica o restauración 3,
8
;
ad loe). Así
6,
22 y
al
parecer
lo interpreta
Ber-
caso se expresa aquí algo distinto de todo lo
neh. 10, 35
3S4
panes de proposición, y la oblación perpetua, y para holocausto perpetuo, los Sábados, los novilunios, para
los el
y para los sacrificios eucaristicos y los sacrificios por los pecados para expiar por Israel, y para todo servicio de la casa de nuestro Dios. las ñestas,
Echamos
35
La misma expresión en Neh. 11, 22 (cf. ad más bien al servicio del templo en general, o
anterior. se aplica
Tomado
al culto.
suertes, los sacerdotes, los levitas y
en
tal
el
loe.)
sea,
acepción DOfrÓD es sinónimo del D"Dy
y en este caso el autor cierra su enumeración con una frase general, que comprende en su vaguedad todo cuandel v. 33
;
to se refiere al templo, sin exceptuar la reparación material
mismo. Esta segunda interpretación tenemos por más En ^31 es claro que se sobrentiende el lamed como prefijo, sin que empero haya necesidad de añadirlo al texto. del
probable.
A
alguien pudiera quizá parecer que lo de
del tercio del siclo
que
dice
no
armoniza con Esd.
se
monarca persa se compromete culto. Por de pronto no sabemos
el
gastos del
rey se cumplió en
el
la
;
9
6,
a si
decurso de los años con
nerosidad con que se había dado
contribución
donde
se
sufragar los
orden
del
misma
ge-
la
la
además, es posible que
con
el
andar del tiempo se aumentaran los gastos del tem-
plo,
y
la
generosidad regia no fuera ya suficiente para cu-
brirlos.
En
35.
Lev.
G,
5 se ordena que cada
dote cuide de poner leña sacrificios,
hacer io
mañana
sacer-
el
fuego que ha de servir para
pero nada se dice sobre
provisión de
la
al
la
los
forma y manera de
dicho combustible.
Este trabajo se
distribuían ahora los sacerdotes, los levitas y el pueblo.
El echar las
tres
las
varias
lamed s
milias),
suertes se refería
familias se
habían
toman en
el
de
al
orden de sucesión en que
asumirse
sentido de
dicha
faena.
norma (según
Los
las fa-
de tiempo (en determinados tiempos) y de finalidad
neh. 10, 30-38
pueblo, a propósito de
38:»
ofrenda de
la
para apor-
la leña,
por orden de familias,
tarla a la casa de nuestro Dios,
en tiempos determinados de año en año, para arder en el
Yahvé nuestro Dios en conformidad con lo Aportaremos las primicias de nues-
altar de
escrito en la Ley. 36
todo fruto de todo género
tra tierra, y las primicias de
de árboles año por año a
Yahvé
37 y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, conforme a lo escrito en la Ley y los primogénitos de casa de
la
;
;
nuestros bueyes y de nuestras ovejas, los aportaremos a la casa de Nuestro Dios, a los sacerdotes que ejercen el
ministerio en la casa de nuestro Dios
{para arder)
duda
;
cf.
J
133
§
La
d.
;
38 y lo mejor
última frase se refiere sin
bien que en él no se da ninguna norma en particular. Cf. Neh. 13, 31. 3&-37. N'^n ? no depende de la frase al principio del v. 35, pues en ningún modo se ve qué razón pudo haber para al
pasaje citado Lev.
6
5,
;
1
echar suertes sobre
mogénitos.
Más
oblación de
la
las primicias
y de los
pri-
bien parece que en la mente de los que ha-
blan depende de
la
expresión con que se encabeza
el v.
33.
que en dicha dependencia hay una cierta flojedad,
Claro
puesto que está de por medio materia
se
cambió
el v. 35,
verbo es por consiguiente paralelo de] v.
Sobre
35.
las
donde por razón de
al
primicias de
nr6
la
no Ex.
del v. 33
tierra
cf.
la
El referido
construción gramatical.
la
al
23,
19
;
Deut. 26, 2; sobre las del fruto de los árboles, Num. Deut. 8, 8. Júntanse en uno cf. Lev. 19, 23 18, 12 s.
34, 26
;
;
;
(v.
37) los primogénitos del
Inmundos porque catar
;
cf.
Num.
así los
18, 15
hombre y
unos como s.
;
Ex.
génitos de los animales puros 38.
Se cambia
la
cf.
los
de los animales
los otros se
13, 12
Num.
s.
Sobre
han de los
res-
primo-
18, 17.
construcción gramatical.
rWíO
(cf.
Deut. 18, 4) no parece haya de tomarse aquí en sentido cro25
;
NEH. 10, 38
386
de nuestra sémola y de nuestras ofrendas, y del fruto de todo género de árbol, del vino y del aceite aportaremos
nológico, según hace Siegfried, de
como que de
micias,
sino
indicando por consi-
cualitativo,
mejor, una parte escogida
lo
signifique pri-
éstas se habió ya en los vv. precedentes,
más bien en sentido
guiente
modo que
;
y
justamente
así
lo
interpretan Bertheau, Ryle, Nikel (p. 202). HD'Hy es una es^ pecie de sémola, o de sopa hecha de harina. ción)
tiene
un
muy vago
significado
muy
ser naturalmente de
riD-nn
variados objetos
cf
;
Esd.
.
(eleva-
que puede
oblación,
25
8,
Neh. 13, 5; Ex. 25, 2 s. Lev. 7, 32. Como los demás términos son precisos y concretos, algunos autores, v. gr., Ber;
Hólscher, eliminan
tholet,
el
más cuanto que
vocablo, tanto
LXX
B A bien que se halle en Lag. y también gran mayoría de los intérpretes (Bertheau, Ryle, Batten, Henne, etc.) preferimos conservarlo el traductor griego o algún escriba pudieron omitirlo por creerlo supérfluo, mientras que ningún motivo es dado imaginar no
lo lleva
Con
en Vulg.
la
:
o quizá
para introducirlo, caso de no hallarse en
el
texto
desapareció por haberse confundido con
el
vocablo prece-
dente, que tiene exactamente la
la
voz
misma terminación. El
como también
oblaciones,
tantivo
todos de
los
Num.
18, 27
percibir
diezmos de
(piel
s.
;
de
dependen
siguientes,
al
servicio del tem-
plo o al mantenimiento de los sacerdotes y levitas los
subs-
era un aposento que servía
reschit.
de almacén para los objetos destinados
Sobre
;
la tierra a los levitas cf
.
;
cf. 13, 5.
Lev. 27, 30
y son
ellos, los levitas, quienes^
liíty;
este
deben
mismo verbo en Gen.
ir
;
a
22;
28,
Deut. 14, 22 significa pagar los diezmos) los diezmos en las Hay quien poco acer-
ciudades donde hay tierra cultivable.
tadamente entiende trataría
cadas
al
l^m^y
de
la
pertenencia
al
templo
;
se
por consiguiente de solas aquellas ciudades adjudi-
templo
;
cf.
Siegfried.
neh. 10, 39-40
387
a los sacerdotes en los depósitos de la casa de nuestro
Dios, y
diezmo de nuestra
el
tierra a los levitas, esto es,
aquellos levitas que perciben
el
diezmo en todas
las ciu-
dades donde nosotros cultivamos. 39 El sacerdote, hijo de Aarón, acompañará a los levitas cuando
perciban'
diezmo y los levitas ofrecerán la décima parte del diezmo a la casa de nuestro Dios en los depó-
los levitas el
;
sitos de la casa del tesoro
40 pues a los depósitos apor-
;
tarán los hijos de Israel y los hijos de Levi la ofrenda
Y
39.
mientras los levitas están haciendo esta jira (en
vez de "ifrjp léase "lipjp )
acompañará un sacerdote, quien no se merme lo que de
les
vigilará sobre lo percibido a fin de que
derecho se debe a los sacerdotes
;
puesto que de sus pro-
pios diezmos deben dar los levitas la décima parte al templo
Num.
cf.
;
Se da
40.
18, 26 la
a las leschacot
:
;
Neh.
12, 47.
razón por qué estos
las
oblaciones deben llevarse
aposentos, en efecto, son los desti-
nados para servir de depósito a cuanto traen seglares y levitas para el servicio del templo. Nótese cómo el substantivo
tos
terümah se concreta aquí indicándose los varios objeque se ofrecen. No se trata en este pasaje de los vasos que eran de uso inmediato para
del santuario (cf.
Esd.
como
1,
más bien de aquellos que servían como trigo, vino, aceite, tal sentido da de suyo el contexto. Tamaposentos, o más bien junto a ellos, vivían
7-11),
sino
recipientes de los productos,
que se ofrecían: bién en aquellos los
los sacrificios
sacerdotes durante
de añadirse, pues,
wau
el
período de su ministerio (no ha
a D^rn&'D
según hace Siegfried, en
el
e
sentido
interpretar
el
vocablo,
de ministros distintos
ae los sacerdotes, por más que en su favor pueda invocarse el
testimonio de
Vulg.).
En
la
LXX
B A
última frase
(cf.
Lag., y quizá también de la 13, 11) compendian todos los
388
NEH. 11
del trigo, del vino y del aceite
y
;
allí
se hallan los uten-
santuario, y están los sacerdotes que ejercen ministerio, y los porteros, y los cantores. En resumen,
silios del el
no dejaremos abandonada
la
casa de Dios.
buenos propósitos manifestados en los vv. precedentes. El nb) tiene una fuerza particular en una palabra. Puede considerarse en cierto modo como wau explicativo.
wau en
:
Repoblación de Jerusalén n, 1-24
En
5 había convocado Nehemías una asamblea para
7,
proveer a
Aunque
repoblación de Jerusalén.
la
estaban ya terminadas,
las
murallas
no había habitantes que las defendieran la ciudad se quedaba a merced de los enemigos (cf. 4, 16). Mas como con esta ocasión se encontró la lista de los primeros repatriados, y ésta por su importancia se juzgó si
digna de ser insertada en
las
Memorias
,
el relato
de
blea se quedó interrumpido, o quizá sin terminar.
pasaje 11, 1
s.
Jerusalén
el
resultado de ;
véase
la
referida asamblea, no
más abajo
que
el
—
el
estado de
autor ningún interés hubiese mostrado
efecto que tuvieron los esfuerzos de
punto tan importante como era tal.
Nuestro
tiempo de los primeros repatriados. Difícilmente
se concebiría
por
el
quieren algunos al
asam-
es históricamente la continuación de 7, 5, y
nos da a conocer
—como
la
Si la noticia
que nos da
la
la
Nehemías en un
repoblación de
la
capi-
sacó de las Memorias de
Nehemías, que condensó y abrevió notablemente por trao si escribió tarse de materia civil que poco le interesaba independientemente de dichas Memorias, no es cosa fácil de decidir. Por lo poco que nos dice sabemos que un buen número de personajes distinguidos, probablemente ya en la misma asamblea y movidos, por las razonas de Nehemías, ;
NEH. 11
380
resolvieron trasladarse a vivir en Jerusalén. Pero,
número no nada
a
fuese suficiente, y
la
como
gente no se mostrara
establecerse en la capital
— sin
duda porque tenían
sus propiedades en los pueblos, y naturalmente les era cultivarlas
fácil
viviendo en ellos
—
tal
incli-
más
tuvo que acudirse a
la
coerción, obligando a un habitante de cada diez, señalándose
por suertes con
de no hacer injuria a nadie. Mientras
el fin
se estaba procediendo de esta manera, a lo que parece, algunos más generosos se ofrecieron voluntariamente disminu>endo así el número de los obligados: el pueblo alabó y
agradeció
Más (v.
3
tal
difícil es
ss.) está
es decir,
tes,
generosidad. decir
si
la lista
que se pone a continuación
o no en íntima relación con los vv. precedensi
contiene las familias que habitaron Jerusa-
lén a consecuencia del procedimiento
segunda hipótesis si representa tiempo de Nehemías, o el que
el
si
más
y en
esta
mencionado, o
bien es completamente independiente del
mismo
estado
existía
de
;
la
ciudad
en los tiempos
al
de
Zorobabel.
A
nuestro juicio
la
mente relacionada con ción del autor.
Si
lista
de 11, 3
los vv. 1-2:
éste,
ss.
se
tal es sin
halla estrecha-
duda
la inten-
inmediatamente después de haber
dicho que se aumentó la población de Jerusalén y por cuál lista de aqué-
procedimiento esto se consiguió, nos da una llos
precisamente que habitaron dicha ciudad, es natural con-
segundo es continuación y complemento de lo que, a primera vista por lo menos, pudiera objetarse contra esto es que en el v. 3 se habla no sólo de Jerusalén, sino también de las ciudades de Judá, o sea, de la región ocupada por los judíos que no vivían en la capital. Pero adviértase que esta dualidad se halla ya explícitamente en el v. 1, donde se dice que la décima parte de la población habitó en Jerusalén, y las otras nueve partes en as cluir
que
primero.
lo
Lo
1
ciudades. Esto último pudiera haberlo omitido
el
autor
¡
pero,
390
NEH. 11
como es consecuencia espontánea y aun necesaria de lo primero a nadie puede sorprender que lo expresara. Y consecuente con esta mención no se contenta con darnos la lista de los habitantes de Jerusalén, sino que añade
habitaron en las ciudades rece claro que da blación de
la
;
si
bien de todo
mayor importancia, mayor
capital.
La
de los que
la
contexto apa-
el
realce a la po-
aparición, por consiguiente, de la
referida dual/dad en el v. 1, y en el v. 3 prueba que existe
estrecha relación entre uno y otro.
Lo que
llevamos dicho aparecerá más claro aún de un
breve análisis de todo
miento de
la
lista
(habitantes
rías
enumera de los
(v.
capítulo.
el
donde
3),
Después
del
encabeza-
se indican las dos catego-
de Jerusalén y de las ciudades), el autor los hijos de Judá y de Benjamín (v. 4-9),
que de
los
sacerdotes
10-14),
(v.
de
los
levitas
y otros miY luego
nistros inferiores (v. 15-19) habitaron en la capital.
en
el v.
20 dice que los restantes, pueblo, sacerdotes y
estaban en
tas,
las
ciudades.
Como
se ve,
levi-
esta doble des-
cripción corresponde puntualmente a la dualidad del v.
mencionada ya en
el v.
1
;
tegoría (habitantes de Jerusalén) ocupa no
menos de 16
la segunda (habitantes de las ciudades) se limita a uno sin que se nombre ninguna familia en particular.
A
lo
dicho añade
el
3,
sólo que mientras la primera ca-
autor, pudiéramos* decir, a
vv.,
solo,
manera
de apéndice, unas notas sobre los que vivían en Jerusalén (v.
21-24),
y otra sobre los que estaban en
las
ciudades
y como el nombre de las familias que en ellas habitaban no le interesaba, dió más bien el de las ciudades mismas. Hay, por consiguiente, perfecta armonía entre las (v.
25-35)
;
mayor o menor longitud comenor importancia que les daba
varias partes del capítulo, y su
rresponde a el
la
mayor
o
autor.
Bertheau, Siegfried piensan que tiene que ver
la
lista
11,
3
ss.
nada
con los dos vv. precedentes, pero que de todos
NEH.
XI rusalén
ü,
1-2
morada en
1 Fijaron los jefes del pueblo su
y
;
el
de cada diez uno viniese a morar en Jerusalén, santa, y nueve partes en las ciudades. 2
modos
se
refiere
tiempo
al
Smend, Stade, Meyer
(cf.
estado de Jerusalén en
la
Es interesante 9,
Je-
resto del pueblo echaron suertes para que
Nehemías.
de
Otros
el
pue-
,v.
gr.,
Bertholet), afirman que refleja
cotejo de nuestra
el
colmó
ciudad
el
época de Zorobabel.
enumeran
2-17 donde se
Y
la
lista
con
la
de 1 Par.
primeros habitantes de Jeru-
los
no sólo judíos y benjamitambién hijos de Efraín y de Manasés (v. 3). La manera de empezar el relato "GtS;v parece indicar
salén, entre los cuales se cuentan nitas, sino 1.
]
que algo tiene presente
el
autor, de lo cual es consecuencia
y como lo que inmediatamente precede nada tiene que ver con la repoblación de Jerusalén, hay
que
lo
mismo narra
él
que retroceder hasta
;
4 donde hallamos
7,
la
asamblea con-
vocada por Nehemías precisamente para ver de repoblar capital.
la
Estos príncipes del pueblo se ofrecieron sin duda
espontáneamente
y
;
tal
vez no sólo para satisfacer los de-
seos de Nehemías, sino también para dar buen ejemplo
al
pueblo. Verosímil es que algunos lo siguiesen, pero no tantos que el tes,
1
como
Sam.
número
resultara suficiente. Se acudió a las suer-
se había
hecho en
santidad se repite en
le
24.
Es
10, 35
;
cf.
Jos. 14, 2
;
18, 10
;
10, 19 ss., etc. El calificativo de Jerusalén ciudad de
el
el v.
18
;
nombre que suelen dar
cf. Is. 48,
2
;
a la ciudad los
Dan. 9, musulmanes
52, 1
;
:
Gen. 47, 24; 4 Reg. 11, 7: expresión metafórica para indicar partes, como que decimos un puñala
santa.
nVPPl
cf.
do, dos puñados. 2.
Algunos
del
pueblo se mostraron más generosos ofre-
ciéndose libremente a vivir en Jerusalén, lo que
les
valió
muestras de aprobación y estima. ¿Fueron éstos de supererogación, como piensa Batten, o más bien suplieron una parte
de los que debían
ir
obligados por
la
suerte?
Lo segundo
392
NEH. 11, 3
blo de bendiciones a todos los
mente
se ofrecieron a
hombres que voluntariamorar en Jerusalén.
3 Estos son los jefes de la provincia que fijaron su
parece
más probable. Se comprende
tían oor trasladarse a Jerusalén.
la
repugnancia que sen-
Apenas llegados
del des-
cada cual se había ido a su antiguo pueblo, o de todos modos al pueblo de sus antepasados, y allí había empezado
tierro
Es natural que, una vez establecido abandonar el puesto tanto por el amor que cada uno tiene a su propia aldea, como también por el inconveniente de hallarse lejos de los campos que había de a
cultivar sus tierras. sintiera
allí,
cultivar.
El ser este título distinto del que se halla en
3. v.
el
1 no es motivo suficiente para negar que se trate de
mismas personas tanto más cuanto que 11, 1-2 y 11, pueden ser de autores distintos o estar tomados de documentos diversos, nno es la provincia de la cual formaba parte Judá, o mejor el mismo Judá cf. Neh. 1, 3. "nym según la puntuación masorética debe unirse con lo que 'sigue las
3
;
ss.
;
(y
en
las ciudades... habitaban...)
Bertholet, Batten
fried,
Vulg. juntan
la frase
;
con
por lo
el
y
;
así lo interpretan Sieg-
contrario
LXX
B
A
Lag.
que precede {en Jerusalén y en
Hólscher, división que siguen Bertheau, Henne. Para nosotros es difícil decidirnos en favor de una u otra lección. Por una parte, el especial interés que muestra el autor por Jerusalén nos inclinaría hacia la primera interpretación, pues en ésta toma mayor relieve lo referente a la capital y aparece en alguna manera como selas
ciudades...),
Oettli,
cundario lo de lado,
la
las
otras ciudades
;
mientras que, por otro
segunda manera de construcción parece más unifluida, y está apoyada por LXX y Vulg. A pe-
forme y más
sar de estas últimas la
preferencia a
la
razones, en resumidas cuentas
damos
primera. Pero no tenemos por aceptable
NEH
morada en Jerusalén y en ;
11, 4-8
.
las
393
ciudades de Judá cada uno
se estableció en su respectiva propiedad, en sus corres-
pondientes ciudades: los
Israel, los sacerdotes, los levitas,
Natineos y los hijos de los siervos de Salomón. 4 En Jerusalén se establecieron así de los hijos
de Judá
Judá
:
como de
los hijos de
De
Benjamín.
los hijos de
Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de
Amanas,
hijo de Sefatías, hijo de Mahalalecl, de los hi-
jos de Paros ze, hijo
5 y Saasías hijo de Baruc, hijo de Colhode Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo
de Zacarías,
;
( )
el
Todos
'Selanita'. 6
los hijos de
Fa-
que se establecieron en Jerusalén fueron cuatrocien tos sesenta y ocho hombres de armas tomar. 7 Y éstos
res
son los hijos de Benjamín: Sallu hijo de Mesullam, hijo de Yoed, h jo de Pedaías, hijo de Qolaías, hijo de Maa;
sías, hijo
el
de
Itiel,
hijo de Isaías
;
8 y después de
él
Gab
sentido que Siegfried da a la sentencia, a saber, que se
habla de los que hasta entonces, hasta
el
momento de pasar Menos motivo
a Jerusalén, habían habitado en las ciudades.
hay aún para declarar dicha sentencia ajena al texto primitivo, atribuyéndola a un glosador. El nombre Israel indica evidentemente los laicos por contraposición a los ministros del santuario. 4-6.
Los que repoblaron Jerusalén eran de
la
tribu de
Judá y de Benjamín. Solas estas dos, en efecto, se mencionan en Esd. 1, 5 cuando se habla de los repatriados. Cf. 1 Par. 9, 3. La frase del v. 6 '"wm indica que en el número 468 cuéntanse únicamente los hombres de armas tomar. Al 7-8.
pués de ¿
fin
del v. 5 omítase
El principio del él
v.
p
y léase i^Tl
;
cf.
Num.
26, 20.
8 ofrece alguna dificultad. Des-
(de Sallu v. 7) indica relación de orden
es cronológico o de dignidad
?
Lo
:
pero
primero parece más pro-
394
NEH. 11, O
Querría decirse que por de pronto fué a la capital y luego le siguieron... Pero ¿se trata de un solo nombre o de dos? En esta segunda hipótesis es extraño que bable. Sallu,
falte
ces
LXX
conjunción copulativa:
la
representan exactamente
TM
el
como dos nombres
distintos.
muy
variadas
dicho -texto
y de
B A Lag. y
considerando
Vulg.
dos vo-
las
Los intérpretes modifican maneras Siegfried, apo:
yándose en 1 Par. 9, 8, cambia los dos nombres en un tencero Yibneyah Batten, fundándose en LXX Lag., propo;
y sus hermanos (VPIN en vez de VHntf) Gabbai y Sallai; todos los hijos de Benjamín; Bertholet, Hólscher, invocando igualmente Lag. y en conformidad con el
ne leer:
LXX
principio
del
v.
leen
14,
^r¡
sus
y
dos versiones de
lleva
B A)
es la de
de
la
y
oí
la
misma voz
cñzXooi
ocütou.
recensión dudaba de cuál era
la
y.ai
:
hrmanos
LXX
eran hombres de armas tomar. Por de pronto otcioío
Lag. (que
aoxoü
Es probable que
el
autor
verdadera palabra hebrea,
y con su acostumbrado tuciorismo puso doble versión su testimonio por consiguiente no es de gran peso. Omitir simple:
mente
nombres sustituyéndolos por hombres de armas lomar es de todo punto arbitrario ni menos lo es la modificación de Batten la de Siegfried tiene algún fundamento con todo, si tenemos en cuenta la notable variedad que ofrece 1 los
;
;
Par.
;
no parece haya motivo
9,
suficiente para preferir su lec-
ción a la de nuestro pasaje. Así que lo conservamos (reco-
nociendo empero un solo nombre), pues ninguna modificación se ofrece
como más
caso por
LXX
civil cf.
de
v.
como
la
y Vulg.
ciudad.
14.22).
satisfactoria
En
Joel
n'6y
quiere Batten,
era
se refiere
sino
que
TM, apoyado
el
el v. 9 se
en este
indica la organización
prefecto
inspector
o
no sólo a
los
a las dos tribus
("PpD
benjaminitas,
(Bertheau)
;
de
lo contrario se habría señalado también para los de Judá un prefecto propio, lo cual no se hace. Quizá para todos los habitantes de ambas tribus se escogió un benjaminita
neh bai-Sallai
.
395
11, 9-13
novecientos veintiocho. 9 Joel, hijo de Zecri,
:
era su intendente
;
y Judá, hijo de Hassenúa,
segundo
el
en el cargo de la ciudad.
De
10
los sacerdotes
:
Yedaías,
Joiarib, Yakín, 11
)
(
Seraías hijo de Helcías, hijo de Mesullam, hijo de Sa-
doq, hijo de Meraiot, hijo de Ahitub, príncipe de la casa de Dios, 12 y sus hermanos que hacen el servicio del ochocientos veintidós y Adaías hijo de Yero-
templo
:
;
ham, hjo de Pelabas,
hijo de
Amsi, hijo de Zacarías,
hijo de Pashur, hijo de Melkías, 13 y sus
hermanos
je*
por pertenecer Jerusalén a Benjamín (Jos. 18, 28 cf. FP p 139 ss.). riJtíto pudiera de suyo referirse a ciudad indican;
do una parte de
la
misma, como acontece en 4 Reg.
2 Par. 34, 22; Soph.
second city») siempre
dad
el
;
artículo y
además tanto
;
10,
el
vicarius,
«Joelis
tfungens»
nunca se junta con el sustantivo ciuB A Lag. (Bsuxspoc;) como Vulg.
segundo en dignidad eius
y ésta tiene dicha voz en ;
es el
la v.
el
como ab
el
sentido
dice Calmet,
illo
secundus,
que indudablemente
significación
17 y asimismo en 1 Par. 15, 18 Bertheau, Bertholet, ;
entienden a Lapide,
;
10-12.
en
o,
dignitate
vicibus,
y así la Hólscher, Oettli, Henne, 5
16,
;
LXX
(secundus) lo refieren a Judá, interpretándolo en
de que éste era
22, 14
Batten («the
así lo interpreta
y pero nótese que en los varios pasajes lleva 1,
el v.
10
etc.
En conformidad ;
wau. tntt
con 1 Par.
son tres nombres paralelos (cf.
2 Par. 31, 13
;
;
9,
10
omítase
p
en 1 Par. precede
Jer. 20, 1
;
véase asimismo
1 Par. 12, 27) denota sin duda un oficio de cierta importancia,
cuya índole precisa desconocemos
especie de prepósito o inspector. Sus refiere
no sólo a Seraías sino también a
mencionados en 13-14.
v.
10
;
éstos hacían
el
;
tal
vez
hermanos
era (v.
una
12)
se
los otros sacerdotes
servicio del templo.
Justamente se dice aquí «hermanos de
él»
por
396
NEH. 11, 14-16
de familia
doscientos cuarenta y dos y Amassai hijo de Azreel, hijo de Ahzai, hijo de Mesillemot, hijo fes
:
;
de Immer, 14 y su oficio
:
hermanos, hombres excelentes en
'sus'
ciento veintiocho
;
y su intendente era Zabdiel,
Haggedolim.
hijo de
15 De los levitas Semaías hijo de Hassub, hijo de Azriqam, hijo de Hasabías, hijo de Bunni, 16 y Sabtai, :
referirse a sólo Adaías
zas de familia.
que ver con tanto
el
Como
;
es
de los cuales se dice que eran cabetítulo éste
quizá revista en este pasaje una significación espe-
:
que nosotros no alcanzamos
cial
que de suyo nada tiene
carácter sacerdotal, no deja de sorprender un
:
en términos casi idénti
9, 13. En v. 14 léase conforme a LXX con Siegfried, Batten VÑNV como en v. 13 lección exige el contexto, como que el sufijo se rea una sola persona, Amassai. Aunque la expresión
eos se halla en 1 Par. (aBsXcpoi
y
tal
fiere
n TUX
a'jxo'j)
;
suele entenderse del valor militar, aquí se refiere cier-
tamente a
como
la
destreza en cuanto tocaba
se dice explícitamente en 1 Par.
servicio
al 9,
13.
El
divino,
oficio
de
Zabdiel se extendía probablemente a todos los sacerdotes,
como
y no únicamente a los del pero la índole pretercer grupo conforme quiere Batten es probable que fuese una cisa de tal oficio la ignoramos interpreta
lo
Bertheau,
;
:
especie
de
superintendencia,
diese con orden y concierto. los tres
cionan
cuidando de que todo proce-
En
1 Par. 9, 13 junta
el
autor
grupos de hermanos que en nuestro pasaje se men12.13.14) con sus características propias.
(v.
15-16.
Idéntica
frase
«.servicio
exterior
de
la
casa de
Dios» se lee en 1 Par. 26, 29, donde se mencionan oficiales quizá inferirse que el trabajo de y jueces, de donde pudiera dichos levitas consistía en juzgar, celebrándose los juicios en las afueras del templo. Con todo, más probable parece que
el
referido servicio externo es algo que se refiere a
la
NEH.
U,
397
J7-09
y Yozabad, al cuidado de la obra exterior de la casa 17 y Mattade Dios, de entre los jefes de los levitas ;
nias hijo de Mica, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, que presidia al 'canto
en
la oración,
sagrado' y entonaba el himno eucaristico y Baqbuqias, que ocupaba segundo lugar
entre sus hermanos, y lal,
hijo de
santa 19
Abda
Samúa,
hijo de
Yedutún. 18 Total de
hijo de Ga-
los levitas en la ciudad
doscientos ochenta y cuatro.
:
Los porteros
:
Aqqub, Talmón y sus hermanos,
fábrica o conservación del templo, y que es considerado inferior al que se llama simplemente servicio del templo (v. 22).
Los dos que tenían
la
los jefes de los levitas.
en
LXX 17-19.
inspección de dicho trabajo eran de
Es de notar que
dum) y numerosos autores principio,
16 no se halla
léase nbnr\ alabanza en vez
que no da sentido alguno. Era jefe de
za, es decir,
significa
el v.
B A pero si en x Lag. y en muchos mss. minúsc. Con LXX A Lag. (aivoo) y Vulg. (ad laudan-
de los himnos sagrados. El
ordinariamente dar gracias, y
había un prefecto de
rmn
(1
hif.
r6nn
alaban-
la
miD
de
7YV
como sabemos que
Par. 16, 7
;
cf.
Neh.
empezó
12, 8),
himno que era precisamente Asaf, y que éste por la voz l"irij (1 Par. 16, 7-8), es natural que interpretemos el referido imperfecto en el sentido que Mattanías debía entonar, o hacer que se entonase
el
el
hódú, o sea,
el
himno
y esto en oración (rÓDH ?), entendiéndose aquí o tal vez probablemente por oración la junción religiosa 1
eucaristico,
;
rr.'ás
en concreto, como quieren algunos,
v.
gr.
Bertheau,
nal fin de la oración». Baqbuqias tendría un oficio parecido pero subordinado al de Mattanías. Es de advertir que todo
LXX
A V01"tD hasta ffllKB se halla sí en ausencia; explicar su fácil no es Lag., pero falta en B
el
pasaje desde
:
de todas maneras no hay motivo para suprimirlo.
En
el v.
19
398
neh. 11, 20-22
que estaban de guardia en y dos. 20 El resto de
puertas
las
:
ciento setenta
Israel, los sacerdotes, los levitas s~ es-
tablecieron en las ciudades de Judá,
cada cual en su
respectiva propiedad.
21 Los Natineos tenían su morada en Siha y Gispa estaban
menciónanse solos importancia,
al
;
y
Y
porteros,
los
cual aparece
la
Ofel
el
frente de los Natineos. 22
duda por su singular
sin
muy
de relieve en 1 Par.
9,
17-29.
Este
20. la
v.
corresponde
al v.
3
En
b.
población judía en dos categorías
:
este v. 3 se dividía
la
de los habitantes
de Jerusalén y la de los que vivían en las ciudades, es decir, fuera de la capital. De la primera categoría se habló lar-
gamente (v. 4-19) de la segunda lo hace el autor sólo vagamente y en general ningún interés tenía en decirnos cuáles eran las familias que se quedaron en las ciudades. ;
:
Judá indica evidentemente aquí no de Judá, sino jamín. Este
la v.,
bien se mira, está
si
anda lejos de ser exacta verse
uthis
(21-24),
4-19)
(v.
is
no
la
territorio
de
la tribu
la
muy
en su lugar, y
categórica aserción de Ryle que
clearly out of place».
no son de ;
el
entera región de las dos tribus Judá y Ben-
misma
índole
Los que
vv. los
que siguen precedentes
se trata ya de indicar quiénes fueron a vivir
en Jerusalén, sino de añadir algunas observaciones particuno cabe por consiguiente lares sobre los que allí vivían decir que el v. 20 interrumpa la narración. Por igual mane;
podemos afirmar que
ra
nota
3, 26.
B En
una como
geográfica añadida al v. 20.
21-22.
A,
los vv. 25-35 constituyen
Sobre
el
Ofel donde habitaban los natineos,
Es de notar que los llevan
el v.
22
los dos vv. 20
n Lag. Es
'Hüb
se
difícil
y 21 faltan en
cf.
a
i
LXX
dar razón de su ausencia.
junta con TpD» es decir, que Uzzi era
399
NEH. 11, 23
intendente de los levitas en Jerusalén con respecto
el
servicio de
-la
al
casa de Dios era Uzzi hijo de Bani, hijo
de Hasabías, hijo de Mattanias, hijo de Mica, de los hijos
de Asaf, cantores
23
;
como que
LXX
con respecto al servicio... y Vulg. lo voz precedente cantores (cantores en el servi-
jefe de los levitas
juntan con cio...).
la
Aquí
había una or-
se entiende
perteneciente
lo
en con-
culto,
al
traposición al servicio externo del v. 16. 23.
El rey es aquí
de duda en
de Persia,
el
como
lo es
sin
género
y así con razón lo entienden generalmente los autores. Batten afirma que se trata de David, el v.
siguiente
;
citando en su favor 12, 24, pasaje que en realidad no prueba
absolutamente nada David, no piOi
ni
;
él se lee el nombre mismo de menos que en Esd. 3, 10 mien-
pues en
más
ni
;
que en Neh. 13, 6.26 bis alguna se aplica a Artajerjes.
tras
certeza a quiénes se refiere
título
el
No
"¡bn
cabe decir con
en
sufijo
el
sin calificación
de los mismos
misma
la
DH^y-
Siegfried
parte de las disposiciones acerca de los
de suerte que no sería sino una mismos. Desde el
punto de vista real esta interpretación
es
parece entenderlo lo
que
a continuación se
también bajo
el
cantores,
dice de éstos
aspecto gramatical, pues
zvau de
puede considerarse como wau explicativo. Con probable parece que
sufijo
tiene
todo,
PDON
más
un alcance más amplio, que
se refiere a los levitas en general, de los
es decir,
que
se había
hablado en
Bertheau,
el
como
posible, el
Bertholet,
el
v.
etc.
precedente
rUDN
es
;
y
así
lo
interpretan
determinado,
algo
fijo
ad 10, 1). ""Ql negocio de cada día cf. Ex. 5, 13.19 Esd. 3, 4. Esta expresión Bertheau la considera como 4; 16, nosotros sujeto de una oración cuyo predicado es n:ON
(cf.
;
;
;
son más
creemos que paralelas entre relativas
al
sí.
¿Se
servicio
bien
dos
oraciones
trata en todo el
religioso
del
v.
templo,
independientes de disposiciones
según
piensan
;
NEH. 11, 24
400
denanza del rey a propósito de ellos, y un reglamento fijo para los cantores en lo que atañe al ministerio de cada día. 24 Fetahías hijo de Mesazebeel, de los hijos de Zera, hijo de Judá, era deputado del rey para cuanto se referia al pueblo.
a Lapide, Oettli, Batten, o
sustentamiento de rencia,
como
las
más bien de provisiones para
personas a
creen Calmet,
B.ertheau,
el
se hace refe-
cuales
las
Siegfried,
etc.
?
El
contexto inmediato, donde se trata del culto divino, parece favorecer
la
primera interpretación
;
pero,
cuenta que los favores de Artajerjes (Esd. 2,
8) se refieren a los gastos requeridos
tenemos en 12-24; Neh.
si
7,
por
el
culto
y
la
sustentación de los ministros del santuario, y que el monarca ni una sola disposición da que toque directamente a
manera de practicar el servicio divino, fuerza es concluir la segunda interpretación es la única admisible. Además Neh. 12, 47 la frase ""Q"l se refiere ciertamente al susen la
que
tento de los ministros del culto.
todo
el v.
24. vicio
;
23
"T ? 1
ser
b,
Notamos que también
desde ¡"DONl hasta
el fin, falta
en
LXX
aquí
B A.
significa estar a disposición del rey, a su ser-
en algún modo su ministro
;
cf
.
13,
13
;
1 Par.
28; y esto en cuanto tocaba a los intereses del pueblo. parece que estuviera revestido de alguna autoridad más bien seria una especie de agente u hombre de confian23,
No za,
encargado de tener
al
rey
corriente de
al
cómo
iban
cosas de la Comunidad judia, y de mirar por el bienestar, orden y concierto de ésta. No es fácil precisar cuáles eran pero no parece haber sus relaciones con el gobernador
las
;
duda que éste conservaba integralmente la autoridad. Es claro que Fetahías era un judío. Algunos, como Ryle, piensan que tenía su residencia en la corte del monarca como que 'H"6 parece en algún modo indicar relación personal con el rey con todo juzgamos con Bertheau más probable ;
NEH. 11, 25-30
25 Cuanto
a
las
4U1
con sus
aldeas
territorios,
hallá-
banse hijos de Judá domiciliados en Qiryat-arbe y iugares dependientes, en 'Dimonah' y lugares dependientes, en Iqabsel y sus villorrios, 26 en Yesua, en Mola-
en Hasar-sual, en Berseba y lugares dependientes, 2S en Siceleg, en Mecona y lugares da, en Bet-Pelet, 27
depedientes, 29 en
En-Rimmón, en
Sarea, en Yarmut,
30 Zanoa, Adullam y sus villorrios, Lakis y sus territorios, Azeca y lugares pedendientes. En resumen, se
asentaron desde Berseba hasta
el
valle de
Hinnom.
que residia en Jerusalén, donde podía más fácilmente y por sí mismo darse cuenta de cómo andaba el negocio de la naciente Comunidad, y desde a
corte.
la
el
LXX
principio del v.
enviar información exacta
allí
y Yulg. malamente juntan con el v. 24 25, que en realidad pertenece a la sec-
ción siguiente.
Los que habitaban fuera de Jerusalén La presente sección
es de
II,
25-36
(1)
índole completamente distin-
precedente. Esta es genealógica mientras que aquépuramente geográfica. Bertheau piensa que en el documento original, junto con los distritos, se mencionaban dice nos hacía esperar los jefes de familia, ya que esto ta
de
lla
es
la
—
—
el título (v.
fundamento,
3) de si
se
todo
el capítulo.
admite
la
Tal aserción tiene algún
interpretación por
del referido título, es decir, que
el
él
preferida
autor promete enumerar
que habitaban en Jerusalén y en las ciudades de Judá pero no, caso de aceptar la que dimos nosotros (cf. ad- loe.). Con ésta se halla en perfecta consonancia el los
jefes ;
fi)
Sobre esta sección cf Excursus,
p.
303.
26
402
neh. 11, 25-30
que en
sección v. 25
ss. no se dé ninguna nota genealóque sea de índole puramente geográfica. Es pues arbitrario el decir con Bertheau que el texto por amor a la brevedad fué mutilado.
la
gica, sino
Ni es exacto afirmar, con Bertholet, Batten, que la primera parte del v. 25 está incompleta, y que supone algo que
La
desapareció.
puede
frase
muy
bien traducirse con Ber-
theau, Siegfried, Oettli, Henne, en esta forma: o,
por
que hace
lo
de introducir
tualmente
al
que es una manera
;
3
25-30)
luego
;
a...;
apropiada
b.
Se enumeran en primer lugar (v.
Cuanto
muy
segunda sección, y que corresponde pun-
la
v.
a...
de Benjamín
las
ciudades
las
31-35).
(v.
En
de las
Judá prime
manera vaga .las pomenores en torno de la principal, empleándose diferentes nombres: hijas (v. 25 bis. 27.28.30), aldeas (v. 25.30), campos o regiones (v. 30). En la descripción de Benjamín sólo una vez hijas (v. 31). Como las ciudades de judá que aquí se nombran excepto dos de que luego haras,
repetidas veces se indican de una
blaciones
blaremos
—
—
se hallan en Jos. 15, 21
remitimos para
ss.,
determinación de su topografía a nuestro comentario bro de Josué (FJ p. 207 una ciudad de Moab (cf. leerse
Dimonah
en Josué sin
suficiente.
nah
(v. 28)
31),
como
tal
cambio
;
22).
(v.
gr.
Tampoco
es
muy
si
bien
problemático.
en silencio muchas de
las
x
Batten)
(v.
la
26) no aparece
eliminan, tal vez
menciona en Josué Meko-
quizá pueda cambiarse en
quiere Batten,
de Mesha) quizá deba
Yeschua se
la li-
vez de Dibon, nombre de
la inscripción
15,
hay quienes
;
razón
(Jos.
En
ss.).
al
Madmannah
(Jos. 15,
hemos de reconocer que
Como
en Neh. se pasan
poblaciones mencionadas en Josué,
no ha de tenerse por imposible que a su vez se añadan algunas que no aparecen en dicho libro. Al fin del v. 30 se compendia en una frase la extensión del territorio ocupado por los de la tribu de Judá: Bersabee es el límite meridio-
NEH. 11, 31-35
31 Los hijos de Benjamín
403
domiciliados
hallábanse
desde Gabaa en Míchmas, Hai, Betel y lugares dependientes, o2 Anatot, Nob, Anania, 33 Hasor, Rama, Gittaim, 31 Hadid, Seboim, Neballat, 35 Lod,
nal
;
se
da por
el
p
139
septentrional,
el
en Jos. 15, 8;
tal
está al lado,
Hinnom
de
valle
como en
el
va-
efecto
ciudad de Jerusalén, que
la
Benjamín
pertenecía a
Ono,
(J03.
18,
28;
FP
cf.
ss.).
ymo
31.
«en Gabaa»,
paa
Guthe, Bertholet, Batten, Hólscher leen
que es ciertamente más
lección
Vulg. representan fielmente
el
TM, según
toma como punto de partida en
el
LXX
fácil.
cual
Gabaa
se
enumeración de las ciudades. Parece preferible conservar con Bertheau, Siegfried, Oettli, Henne la lectio difficilior. No se ve cómo esta pudo sólo tres
beptentrional et-Tell al
fácil.
Ramah
Gabaa, Betel,
De
las
ciudades de Benjamín
se hallan entre las
enume-
Michmas al borde FJ p. de Wady es-Swenit frente a Gabaa. Hai ('aya) Este de Betel, y junto a Deir Diwan del lado
radas en Jos. 18,
=
muy
de otra obvia y
salir
la
21-28;
22G.
cf.
Noroeste. 32-33.
Anatot
=
'Anata, poco al Norte de Jerusalén,
patria del profeta Jeremías.
x
cida.
nah?
Nob poco
al
Norte de Jerusalén
pero cuya precisa identificación es desconoAnanyah mencionada sólo aquí: ¿será Beit-Hani
Is.
(cf.
10, 32),
a las raíces de
Neby Samwil
del lado Este.
vez Ba'al-Hasor, poco al Norte de et-Taiyibeh, 13, 23.
ción
:
la
De Abel
Gittaim, la
cf.
2 Sam.
localiza en
4,
Ramle
3,
Hasor cf.
2
tal
Sam
se ignora la identifica-
o en sus contornos;
con
más probabilidad parece situarse, con Schulz, Dhorme, en ia
región de Be'erot. 34-35.
Lod
es
Hadid =el-Hadite
;
Lidda, y poco al Este de ésta se halla hacia el Norte Ono = Kufr Ana, y
entre las dos últimas un tanto hacia
el
Este Neballat
=
Beit
404
NEH. 12
De
de los artesanos. 36
lie
los levitas ciertos
grupos
de Judá se hallaban domiciliados en Benjamín.
Mebala.
SeboHm por razón
probablemente no
DW"inn ^
muy
del
contexto ha de colocarse
en 1 Sam. 13, 18
lejos de Lidda, cf.
en 1 Par.
se trata probabablemente de un valle donde vivía una clase de artesanos. En qué sitio propiamente se hallaba lo ignoramos Sieg-
rrvj,
se
lee
4,
14
;
;
Henne traducen «en
fried, Ja
región donde estaba
el
Ono
valle...»,
de suerte que sería
pero parece más probable que
;
ha de considerarse como nombre paralelo a Ono, y que se trata por tanto de dos lugares distintos.
La
38.
concisión de este
lo
v.
hace oscuro. El sentido
parece ser que ciertos grupos de levitas, que antes del des-
en
tierro habitaban
Lag.
pero xat
tü)
la tribu
LXX
de Benjamín.
lleva
B xa',
A
de Judá, pasaron a vivir en
corresponde puntualmente
ex
tíov
Asüitídv
|i£piBs