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Spanish Pages 147 [158] Year 1962
EvaluciOn de la lmprenta, las Libras y el Periodismo Coloniales
VIRGILIO RODRIGUEZ BETETA
MCMLXll
GUATEMAlA, CENTRO AMEttCA TIPOGRAFIA NACIONAl
•
EVOLUCION IJE LA IM.PRENTA, LOS LIBROS Y EL PERIOIJISMO COLONIALES Los tres primeros impresos hechos fuera del pals antes de que Guatemala tuviera imprento.
Leyes colonioles en moterio de impresos. A los trescientos arios de la introducci6n de la lmprento. Evoluci6n hist6rica.--C.ar6tulas y g.robados.-libros preciosos que Guatemala ho perdido para siempre.-Medio de Ir repani6ndolos. Actos con que se conmemor6 el Ill Centenorio de la lmprenta.
VIRGILIO RODRIGUEZ BETETA
Evolucion de la lmprenta, las Libras y
el
Periodisma Colaniales
Guatemala, Centro America
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IM~IUESO NUM~O
3890
Los tres impresos mais antiguos sobre asuntos de Guatemala publicados fuera de Guatemala . Hasta donde hemos podido indagar, los im_p resos mas antiguos hechos en el mundo y concernientes a asuntos que se refieren a lo que fue el Reino de Guatemala, hoy Centro America, son tres: el primero, el libro del celebre cronista y humanista italiano -radicado luego en Espana-, el padre Pedro Martir de Angleria, titulado Decades de Orbe Novo, comenzadas a publicar en Venecia en 1505 y a reproducir en Sevilla, en espanol, por el famoso tip6grafo Jacobo Crom berger, en 1511. En sus ultimas decadas (de donde tom6 mucho de las suyas sin duda Herrera), publicadas ya en Espana entre 1520 y 25 (pues murio en 1526), escribio mucho sobre Guatemala, sobre sus civilizados indigenas que construian patios y templos dedicados al juego de pelota y que sobre todo dieron a la epoca el rasgo de singular humanismo del poco divulgado cuestionario que el cacique Nicarao, sin duda emparentado con los may as, le f ormulo al conquistador Gil Gonzalez Davila. Dicho cuestionario sera la materia principal de nuestro primer articulo. El segundo impreso fue el de las ya ahora bien conocidas y divulgadas cartas de don Pedro de Alvarado a su jefe y amigo Hernan Cortes, impresas en "la imperial ciudad de Toledo" por primera vez, al ano siguiente mismo de haberse fundado la primera ciudad de Guatemala en btimche, es decir, en 1525. Un aiio despues se reproducian esas dos primeras cartas de Alvarado, tambien con las de Cortes al Emperador, en Valencia. Y el tercer impreso fue hecho ya en la propia America, pero fuera de Guatemala, en la primera imprenta ( o segunda) que entro a Mexico, operada por el inteligentisimo Juan Pablos, enviado con contrato a la Nueva Espana por el hijo de aquel famoso tip6grafo sevillano Cromberger a quien acabo de citar como el que se apresur6 a imprim.ir en espaiiol la primera "Decada de Angleria". Y es nada menos que el impreso que mi ilustre companero Cesar Branas ha llamado con razon el primer reportaje periodistico publicado en las Americas. 1 0 sea la cr6nica escrita por el escribano del Ayuntamiento de la Muy Noble y Muy Leal 1 Vf/r "Bl Imparclal" de lunea 29 de novtembre de 11148, p6gtnu edltorlalea : "Prlmer RepOrtaJe publlcado en Bl8pano Am6rtca", con motlvo del Dia del Pertodlata.
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Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, dando cuenta y a raiz del "espantable" terremoto e inundaci6n que destruy6 totalmente la ciudad fundada por Jorge de Alvarado, en ausencia y como lugarteniente de su hermano don Pedro, en 1528, al traicionero pie de los hermosisimos volcanes de Agua, Fuego y Acatenango, o sea la que hoy llamamos a secas, con esa sequedad de quien ha perdido el gusto por los vinos aiiejados en las refinadas odres de una tradici6n romantica, "Ciudad Vieja de la Antigua". El escribano, puesto ya entonces que comenzaba a tener importancia, era Juan Rodriguez Cabrillo, hijo del conquistador de los mismos apellidos y padre y abuelo de alcaldes. Pero su f ama hist6rica le viene no solamente por haber escrito esa cr6nica apellidada primer reportaje hecho en America, sino por raz6n, nada menos, de haber sido su padre el que con barcos construidos en Guatemala y que formaron parte de la segunda escuadra de don Pedro de Alvarado, descubri6 la costa occidental de la Nueva Espaiia hasta mas all& de a donde habfa llegado Hernan Cortes y hasta la actual California. Este descubridor, a quien apenas se conoce en Guatemala, ha sido objeto en aiios recientisimos de la apoteosis consagrada a su memoria por los actuales califomianos. Y es por ello que deb ere ocuparme, con el debido detenimiento, tanto de la cr6nica o prim.e r reportaje del hijo, como de la gloriosa empresa del padre.
El primer impreso en el Mundo sobre Centro America.-Las profundas decadas del Padre Angleria Antecedentea del arte de la imprenta en Eapaiia.-SeYilla conquiata el cetro de las publicacionea aobre America recien deacubierta
Si la imprenta fue un poderoso auxiliar en el adelanto cultural de nuestra America, el descubrimiento de esta, con las infinitas maravillas que aparej6, no fue un menor acicate para el progreso y difusi6n de la imprenta en Europa. En efecto, si Juan Gutenberg se hubier·a podido imaginar o siquiera sospechar que antes de los primeros cincuenta aiios de su prodigioso invento iba a ocurrir un acontecimiento humano de la magnitud del descubrimiento de un Nuevo Mundo, de seguro que no hubiera tenido que defenderse entre la espada y la pared cuando cada individuo o cada secta le apremiaba sobre la clase de impresiones a que dedicaria su invento. El terror parecia haber excedido en mucho a los primitivos entusiasmos. Y asi tenia que contentar a los astr6logos alhagandolos con que se publicarian, de preferencia, tablas cosmo16gicas; a los doctos, anunciandoles gramaticas latinas; a los cat6licos, que se publicarian biblias a base del Nuevo Testamento, y a los judios, biblias ortodoxas segun Moises y los profetas. Todos temian la multiplicaci6n de la letra de molde, y todos perdonaron a Gutenberg, al fin y al cabo, su invento, menos los judios, que en materi.a de multiplicas
ci6n solo tenian fija la para ellos poco grata historia de quien hizo la multiplicaci6n de los cinco panes y los cinco peces cerca del Iago de Galilea ... Pero si Gutenberg hubiera presentido siquiera el descubrimiento de America, a buen seguro C.:1L~j. LXXXYIJ. ambiente y la eternamente inquieta imaginaci6n humana, Tarzan Para dar a conocer a loa le.;:1Nteil eac.e llbro de Anglerta, tenemoe que recurrlr a eate eJemplar de una ed1cl6n muy poetertor, de las selvas ... aunque alempre del alglo XVI. Se conaet'Va como precloea Joya en la Blblloteca de la Academia de la Hlatorta, de Madrid. Los Reyes Cat6licos estaban cejijuntos. Por un lado, la imprenta les brindaba un medio de publicar doctrinas cristianas, catecismos y vocabularios, con los cuales salvar para el ciefo millones de almas de id6latras americanos. Pero, por otro, no eran menos los riesgos de aquella espada de dos filos, mas temible que la que blandieran en visperas de la creaci6n del mundo, Luzbel y sus secuaces. Asi como el invento
ORBE NOVO
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de Gutenberg podia servir para cristianizar, podria ser arma tambien contra la teologfa escolastica, la filosofia aristotelica y los infalibles dogmas de la iglesia. No se equivocaban. Pero ;.quien puede detener la marcha del mundo? Esta vez parece ser que a los reyes de Espana les sucedi6 en su propia tierra lo que con el tiempo y el transcurso de dos siglos, Jes sucederia en America. Que sin necesidad de imprenta propia o a pesar de ella los libros extranjeros y tenidos por perniciosos para la moral, la religi6n y las buenas costumbres, llegaban a montones de contrabando en las bodegas de los barcos. Como el comercio era prohibido, el contrabando tenia raz6n para considerarse libre. Y en esas perplejidades aconteci6 que aunque Espana era ya la primera potencia del Orbe, carecia de lo que ya disfrutaban las otras potencias tales como Alemania, Italia, Francia y aun Holanda y Belgica: de imprenta. Pero los catalanes habfan encontrado f orma de entrar de contrabando Iibros impresos de toda clase. De suerte que Fernando e Isabel tuvieron que tomar una resoluci6n polftica extrema pero que creyeron salvadora: ser ellos los primeros en estimular a la imprenta, a los impresores y a los libreros. 0 como se diria en un proverbio espaiiolisimo y usadisimo: "Al toro por los cuernos". j$abiduria de monarcas que se daban cuenta del problema que tenian entre manos !
••• Como en todo lo que se refiere a inventos, descubrimientos, nacimiento de grandes hombres o pasos memorables de adelanto humano, cada naci6n y diversas ciudades, dentro de ellas, se disputan la gloria de haber sido la cuna de tales inventos o grandes hombres. Ni la imprenta de Gutenberg escapa a esta ley humana tan natural, ya que el primer impreso, aunque con una imprenta menos eficaz, se le atribuye a una ciudad de Holanda. Pero ni siquiera los pueblos civilizados de la antiquisima Asia se escapan de esta forma de gloriosa y poco costosa ':rivalidad; y aunque los autores esten de acuerdo en decir que hacia el siglo V --es decir novecientos aiios antes que los occidentales- ya China, J ap6n y Corea tenian imprenta e imprimian miles de Ii bros, de que han quedado fehacientes testimonios, las tres referidas naciones, y ya no digamos sus principales ciudades dentro de ellas, se disputan el honor del maravilloso invento. Y a medida que tratemos de "civilizarlos" mas, a lo occidental, esa disputa se volvera mas acerrima.
Espana no podia ser excepci6n, y bibli6filos e historiadores estan en desacuerdo sobre si fue Valencia, Barcelona o aun Zaragoza la ciudad que se lleva la palma de la primera imprenta. Dos libros juegan 8
en la disputa, incunahles desde luego, y aun de existencia dudosa: tina Gramatica Latina y un Tratado de Filosofia Aristotelica. Los anos disputados varian entre 1471-74-77, y entre los disputantes figura lo mas . granado del cogollo: Antonio Campmany, Francisco Mendez, Victor Oliva, Haebler y Serrano y Sanz. Pero dejando a un lado este limbo de la autentica paternidad, en lo que todos o los mas estan de
acuerdo, es en que la primera obra bien constatada y cuya f echa bien determinada es la de 1474, fue la Hamada "Obres o Trobes", aerie de poemas en valenciano, castellano y hasta toscano, impresa en Valencia por un impresor oriundo de la ciudad alemana de Colonia, llamado Lamberto Palmart y un su pequeno grupo de asociados, tambien extranjeros. Pero fue pronto Sevilla la que tom6 el cetro en las actividades tipograficas. 1 Atrajo a muchos alemanes, flamencos y espanoles mismos y se vio floreciente en sus treinta talleres que rivalizaban en elegancia de tipo y estilo nitido, tan original, que les dio a sus impresores una fisonomia que hasta ahora los hace inconfundibles. Y naturalmente, a orillas del Guadalquivir, el camino natural de salida y entrada de America, Sevilla vino a representar en Espana el emporio comercial del Nuevo Mundo. Y ya hemos visto como el comercio, libre o de contrabando, es el padre de los libros. Pero aquellos impresores y libreros sevillanos eran gente de elevado nivel mental, al punto de que el tenido como el mas activo entre ellos, Thierry Martens de Alist, pertenecia a la Universidad de Lovaina, y se asegura que vendia libros sin por ello desamparar
SU
catedra. i Si siempre los libreros e impresores hubieran
tenido esa altura de mirajes ! Hasta su lema era profundo: "In vino veritas", con lo que queria decirnos que la letra de molde llegaba hasta las entranas y que por lo tanto debia ser pura. Pero esto lo decia un librero-tipografo que no tenia nada de prosaico y contaba entre sus mejores amigos nada menos que a Erasmo de Rotterdam y a Yadoco Badio. Los reyes de Espana vieron de perlas la ocasion de ensayar su nuevo programa. Eximieron a Martens de todo pago de derechos fiscales por la venta de sus libros, y por otra parte llevaron sus estimulos al punto de que las Cortes de Toledo ( 1480), declararon libre y franco todo comercio de libros. . . i Ya habria tiempo de rectificar, segun se vinieran las cosas ! . . . 2 1
Bin embargo tanto Ju prenaaa de Barcelona como Ju de Valladolld 11e lea hablan adelant&do a Ju eevlllanu en la reproduccl6n -en Castellano-, en Joe aftoe 1493 y 1497, de la celeb6rrlma prlmera Carta de COl6n con la aobrenatural - por lo maravlllora- notlcla del deecubrlmlento de Ju lndlu Occldentalea (como haata •WI liltlmoe dlu crey6 Col6n J , que ae habla apreeurado a publlcar Parle, en latln. Be ha eatablecldo en nueetroa dlu que la prlmera edlc16n de Ia Carta fue becba en Barcelona en 1593 por el lmpreaor Pedro Lara.
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Bolo velntld6a aftoe hablan tranacurrldo de eat.a llb6rrlma Iey (1584) cuando 11e le ueat6 golpe de muene llenando de reatdcclonee la publlcacl6n y venta de Ubroa y conmlnancto a Joe lnfractoree con la quema de aua lJbl'Oll en la plaza plibllca por mano del verdugo, p6rdlda del precto '1 multa por el triple de eae preclo. Ver "RecopUacl6n de Cutllla", Ley l•, Tltulo us. Llbro 19, en ADalea de la Socledad de Oeografla e Hlatorla, artlculo tltulado " Leyea Colonlalee en materta de Imprenta'', por Vlrglllo Rodriguez Beteta, aflo I, tomo I, piglna 287 y algulentee. Junlo de 1925. Be reproduce mu adelante dlcho artlculo por eatar tan lntlmamente relaclonado con lu materlu de que trata el preaente llbro.
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Analeria y aua Decadaa
Las primeras noticias sobre Centroamerica fueron naturalmente las escasas que consignaron en el diario de a bordo el escribano Diego de Porras o los propios don Bartolome y don Fernando Colon, hermano el primero, e hijo el segundo del descubridor y quienes acompaiiaron a este durante su cuarto y ultimo viaje a America, en 1602, viaje en el que fue descubierta la costa atl,ntica de Honduras, la de Nicaragua y Costa Rica hasta el Darien, en Panama. Pero ese diario asi como la CartaRelacion del descubridor sobre este cuarto viaje no vieron la luz publica sino muchos aiios despues que Colon habia muerto, siendo asf que habia llevado a cabo ese descubrimiento de la costa centroamericana cuatro afios antes solamente. Las celeberrimas primera y segunda Cartas-Relaci6n del descubrimiento de America habian sido ya impresas muy tempranamente: primero en Paris, en latin, un aiio despues del descubrimiento, es decir en 1593, bajo el titulo de "Epistola Crist6foro Col6n de lnaulia Repertia" y en el mismo idioma, y reproduciendolas de la edici6n de Paris, una en Barcelona (1493) y otra en Valencia (1497) en latfn, tambien, pero con la traducci6n espaiiola. Entretanto, un aiio antes que ocurriese la muerte de Colon, ya vefa la luz publica en Venecia un libro que es hoy casi imposible de conseguir en su original y que ha escapado por lo general al examen de nuestros cronistas e historiadores y a la cita de nuestros arque6logos. El autor a que me refiero, y quien ademas de insigne humanista del renacimiento, segun se colige de sus comentarios sobre las cosas y hechos de los indios, tiene el singular merito de haber sido el primer europeo en ocuparse con admirable sagacidad de las cosas y aun del pensamiento de America, es el no tan divulgado como se debiera, Pedro M'rtir D' Angleria, quien antes de pasar y radicarse en Espana, escribia en Venecia bajo el nombre de Pietro Martire D'Angheria. La primera parte de sus noticias y comentarios la public6 en 1504, bajo el tftulo de "Libretto di tutta la Navigazione del Rei di Spagna dalle Isolle nuovamente trovati" y se apresuro a reimprimir su primer Decada el ya citado y famoso tipografo Cromberger, en Sevilla, en 1511. 1 Fue Angleria el primero en darle a conocer al mundo (Decadas primera, segunda y tercera), la mas maravillosa planta cultivada en America y hoy en el mundo todo: el Malz, alma y sustento de los habitantes y aun de las culturas precolombinas. Ya lo he die ho. El padre Angleria era uno de esos hombres f ormados en las ideas de la nueva era en que entraba el hombre y el mundo, o sea el llamado "Renacimiento" del antiguo clasicismo de las ideas y la filosofia griegas. Salvado el pensamiento humano de la garra que le venia a imponer la invasion de los barbaros y la final destrucci6n de Roma, gracias a la hospitalidad de los conventos, que dentro de sus 1 La Imprenta Dpaftola 1 IU dltual6n en Am6r1ca. por Alexandre Stole, conterencta ante Ja Socledad Naclo nal de Htatorla, Mh:lco, 4 de marr.o de 11157.
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estrecheces de criterio teol6gico-filos6fico rendian tributo a las doctrinas de los sabios y los santos de la cristiandad, aunque interpretada a su manera, pero sentida al fin y al cabo, el despertar del Renacimiento encontr6 pronto la materia mejor dispuesta en las altas esferas de los monjes ilustrados y de vanguardia. Angleria fue uno de los primeros en abrazar el correspondiente credo social; y el panorama que le ofrecfa la variedad natural, social y politica del Nuevo Mundo, encontr6 en el un apasionado cultivador que venia a satisfacer el principio universalista de la nueva filosoffa. Encontr6 pronto que los nativos de America eran no solamente seres racionales -lo que la voz publica del conquistador negaba-, sino que en algunos casos, como en el de los indios chorotegas de Nicaragua~ de cercanas atingencias mayas, tenian s6lidas dudas acerca del hombre y su destino en el Universo, lo que no es otra cosa sino el meollo de esa duda universal que se llama filosofia. De aqui que se haya fijado tanto en el cuestionario que el "salvaje" Nicarao le presentara al "civilizado" conquistador. De una vez, en este duelo a muerte de ideas, declaramos por muerto al segundo. En parte es la filosoffa que el padre Vitoria defendia en SU catedra de Salamanca. No otra la filosofia en defensa de la vida de los indios del padre las Casas, con su cohorte de s6lo dos compaiieros, cuando se lanzaron a la apenas imaginable aventura de reducir por la paz del evangelio, hecho sencilla musica y sencillas canciones, a los irreductibles indfgenas de la poderosa tierra llamada hoy Verapaz. Por eso tienen tanta importancia el libro de Angleria y el siguiente dialogo que bien pudiera llamarse "de los siglos" y que es tan poco conocido de nuestros historiadores y hombres de estudio, por mas que un historiador nicaragilense contemporaneo diga que hasta los niiios lo conocen. Eso sera en Nicaragua, en muy buena hora, pero no, desgraciadamente, en el resto de America ni en el mundo. El ilustre historiador guatemalteco Jose Milla se fij6 en el, hace mas de setenta aiios, lamentando que el cronista Herrera no citara las fuentes de origen de sus noticias, pero presumiendo que el au tor del referido dialogo fuera Angleria. Nosotros, que siempre hemos apreciado en lo que vale ese dialogo, lo he:mos constatado en las Decadea de Orbe Novo, que solo por gran casualidad puede consultarse ya en algunas antiguas bibliotecas de Europa, como la de Bolonia. Ademas, si el ilustre Milla hubiera podido abarcar en sus magnfficos dos tomos de historia colonial, la historia y prehistoria indigenas, a que s6lo pudo dedicar prudentemente algunos capitulos, hubiera podido ver en el famoso ge6gr·afo, lingilista y ge6logo, Efrain George Squier, categ6ricamente afirmar que aquel dialogo entre Nicarao y Gonzalez Davila, se origin6 en las Decadas de 11
Angleria. Todas las referencias igualmente sobre la canoa y su sorprendente tripulaci6n, que encontro Colon en la Isla de Guanaja (a la que puso el nombre de Pinos), asi como las de la singular destreza de los nativos de la costa de Honduras para desplegar velas y reconducir de regreso el bergantin de los tratantes de esclavos, las trae detalladamente Angleria, quien salvo, de esta suerte, paginas que tanto hablan a favor de los mayas de la epoca de la conquista, que aun conservaban restos del genio de sus antepasados milenarios. Preaunta• y repreauntu
Veamos, en unas pocas lineas, por ultimo, cual fue el contenido de ese dialogo. Cuando la conquista de Nicaragua, hacia 1528, Gil Gonzalez Davila, enviado de Pedrarias Davila, su pariente y gobernador de Panama, redujo a los indios nicaragilenses, que lo recibieron de guerra, a sangre y fuego. Y como siempre, por dura que fuera esa resistencia, nada podia ella contra el estruendo de los arcabuces y cafiones y la
aplastante agilidad de los caballos, cuya sola presencia infundia ei terror y el panico entre los indigenas. Una vez hubo vencido, el conquistador hizo comparecer ante el al cacique Nicarao, el mas poderoso de toda la region de los lagos. Y con el tono grave que convenia a un conquistador espaiiol, empezo a amonestarlo: era necesario que dejaran de hacerse la guerra entre los indigenas mismos y que dejaran de ejecutar sus danzas y emborracharse. Y sobre todo, que debian prestar obediencia al monarca espaiiol y al Pontifice de la iglesia catolica, apostolica y romana, ya que el primero era todopoderoso y el segundo infalible. Entonces el cacique, muy serio a su vez, aunque probablemente disimulando la sonrisa exceptica que ha de haber sentido en el f on do de su alma, empez6 a dialogar con el, contestando a sus amonestaciones y a la vez dirigiendole sus repreguntas. Comenzo por decirle que con bailar y emborracharse no le causaban daiio a nadie y que en cuanto al oficio de la guerra no lo iban a poner en manos de las mujeres, haciendose cargo ellos, en cambio, de los oficios de estas, como moler el maiz y el tejer. Y entr6 aqui lo gordo de las repreguntas: ;. Como era que si su religi6n lee prohibia matar, los espaiioles los mataban a ellos? Y luego, como sin darle importancia a la cosa, le pregunt6, ya que los conquistadores sabian tanto, si tenian noticia del diluvio y si habria otro. ;. Que sucederia al fin de los tiempos, se destruiria el mundo por si solo o caerian los astros sobre el? ;. Cuando cesaria el curso del sol? ;;Llegaria el sol a apagarse y lo mismo la luna y las estrellas? ;. C6mo eran de grandes los astros y quien los movia y los hacia mover? 12
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En seguida ( o quiza antes, pues el orden de las preguntas y observaciones puede haber variado en los apuntes del piloto Cereda, de la expedicion de Gonzalez Davila, que fue quien recogi6 el dialogo), se remont6, siempre con la mayor naturalidad, a una critica sonriente de la naturaleza misma. No la hallaba muy perfecta, que digamos, pues habfa noches oscuras y con frfo, siendo asf que hubiera sido mejor que todas fueran claras y con calor. Pero las preguntas finales remataron el cuadro: ;. A donde ira el alma despues que se separa del cuerpo? ;. Se morfan tanto el monarca como el papa, a pesar de ser todopoderoso el primero e infalible el segundo? Y por ultimo, mereciendo ser lo primero: ;. Para que quieren tanto oro unos pocos hombres? Tales fueron las objeciones y repreguntas del "salvaje" Nicarao al representante de la civilizacion cristiana, recubierto de hierro y armas que disparaban como el rayo. Naturalmente, Gil Gonzalez Davila ha de haber dado la callada por respuesta a cada una de esas fieras repreguntas, o por lo menos un nervioso balbuceo. i Buenos eran aquellos rudos aventureros salidos de siete siglos de guerra contra arabes y moros para dar respuesta a preguntas de una filosoffa de la vida que arrancaba de los viejfsimos mayas milenarios, con quienes emparentaba estrechamente, segun arque6logos modernos, la subraza de los chorotegas de los alrededores del gran Iago de Nicaragua! Para concluir, una nota humorfstica del mismo Angleria y del mismo rel a to: "El cacique Nicoya ( del Golfo de ese nombre, tambien chorotega), le habia dado a Gil Gonzalez Davila, 14,000 piezas "de a ocho", de oro de 13 quilates y 13 fdolos de "un palmo de mano" de alto, del mismo metal. Y luego el cacique Nicarao, viendo que no era facil ablandar al conquistador, le habia hecho entrega de 25,000 de esas piezas y aun mayor numero de idolillos. Pero Gonzalez Davila, que era insaciable, apel6 a una estratagema de guerra, para conseguir mas abundantes regalos. Y la estratagema consisti6 esta vez (invencion exclusiva de este conquistador), en hacerles desmochar el cabello a sus mas melenudos compaiieros de arm as y f abricar con ese pelo veinticinco barbas, para hacerselas poner a los mas biSODOS de SUS soldados Y que aparecieran ante los indios "barbudos". Esto daba mas formidable apariencia al ejercito espaiiol, ya que los indios, al decir de Angleria, "les tenfan tanto horror a las barbas de los espaiioles como a sus caballos ... " Por lo menos, asi nos lo cuenta Squier, citando a Angleria, en quien, sin citarlo, se inspir6 a su vez Herrera en su Decada III, Libro IV, Capitulo V. i 1 Loll ep18ocllm de la canoa maya con que 1e encontr6 Col6n en la OuanaJa, eeUD en la D6cada IV Llbro Cap. m. de Herrera, 1 el de lOll lndlm que 1upleron conduclr de recreeo el t>ergantlD en la D6~ D, llbro II, Cap. VII, del mlamo.
vm.
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Primera p6g1na de la Hlatorla de San Vicente de Cblapa y Guatemala, del padre domln1co tray Antonio de Reme-1. lmpreaa en Madrid. y que ademu le coet6 al autor toda claee de enemlatadea y pereec uclonee par la herolca detenca de loe lndloe.
Remesal pertenecia en cuerpo y alma a la escuela espiritual de Bartolome de las Casas, y asf ambos comprendieron que el indio abori.:. gen deberia ser tratado por otros metodos, si se querfa abrirle la senda a la colonia de una futura convivencia pacffica y arm6nica entre el pequeiiisimo nucleo de criollos, la gran masa indfgena y la clase intermedia que de ambas se derivaria inevitablemente: la mestiza. De ahf el empeiio de las Casas y sus compaiieros dominicos de emplear en la obra de la conquista los medios persuasivos, en vez de las armas, que ellos fueron a poner en practica yen los que tuvieron el mas inusitado y absoluto exito en la vasta provincia de La Verapaz, Hamada desde entonces por tat nombre en vez del de "tierra de guerra" con que la conocfan los espaiioles que en vano habfan querido tres veces reducirla por la fuerza. De la misma manera Remesal comprende que el obligar a trabajar al indigena haciendolo esclavo o siervo cuando menos, acarreara a la futura colonial el otro fatal daiio de que los espaiioles se desentenderan de toda clase de trabajo, ya sea en sus talleres de artesanfa ya en el campo mismo. Y que esto sera una nueva raiz venenosa para el arbol que se pr~tente plantar en el centro de la nueva casa. Y asf nos dice en el libro 4, capitulo 4 de su deliciosa Cronica: que favorecidos los espaiioles con encomiendas de indios, el herrero apag6 la fragua; el sastre cerr6 la tienda y tan lejos estaba de dar puntada que aun no sabfa c6mo se llamaban la aguja y el dedal; el zapatero no conocfa las hormas y para sf mismo enviaba por zapatos fuera de la ciudad; el carpintero huia de la azuela y trataba de jaeces y caballos siendo f orzozo amenazarlos en Cabildo de 19 de abril de 1586 con el despojo de las encomiendas para que usasen de sus oficios ... Dado este modelo de la doctrina profunda de la obra de Remesal, ofrezco a los lectores un modelo de su estilo Beno de picarezca gracia e ironia. Tratandose del primer "medico" que tuvo la ciudad de Gua"'. temala, nos dice textualmente: "Enterr6 el solo mas espaiioles en uri aiio que habian acabado en diez las guerras de Nueva Espana. Y en este de 1541 se encarniz6 de tal suerte que no se le escapaba enfermo que visitase. El 5 de agosto mandaron los ediles, so graves penas, que no ejerciese mas la medicina y conminandolo con el destierro de la ciudad si visitaba a algun desgraciado."
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Loa primeroa libroa guatemaltecoa publicadoa en Espana
HI STORIA
POR F.L PRF.SF.NTADO FRAY ANTONIO Df, RE.1fE.SAL W># ""'f'"'
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El primer Ubro, la Hlatoria de Remeaal, 1619. Eata caratula, verdadera tlllgrana del arte del gr abado, 11610 la oetenta un peq uerio numero de eJemplarea.
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