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Spanish; Castilian Pages 212 Year 2019
Chronica del rey Guillermo de Inglaterra Nieves Baranda (ed.)
MEDIEVALIA HISPANICA Colección dirigida por Maxim Kerkhof VOL. 4
Chronica del rey Guillermo de Inglaterra Hagiografía, política y aventura medievales entre Francia y España Edición, introducción y notas de Nieves Baranda
Vervuert • Iberoamericana • 1997
Die Deutsche Bibliothek - CIP-Einheitsaufhahme Chronica del rey Guillermo de Inglaterra : hagiografía, política y aventura medievales entre Francia y España / Nieves Baranda (ed.). Frankfurt am Main : Vervuert; Madrid : Iberoamericana, 1997 (Medievalia Hispanica ; Vol. 4) ISBN 3-89354-473-9 (Vervuert) ISBN 84-88906-76-5 (Iberoamericana)
© Vervuert Verlag, Frankfurt am Main 1997 © Iberoamericana, Madrid 1997 Reservados todos los derechos Diseño de la portada: Michael Ackermann Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico blanqueado sin cloro. Impreso en Alemania
A Víctor, a Gonzalo (y a Guillermo, claro)
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0. Preliminar Todo cuento que se precie debe abrirse con el famoso "allá por los tiempos de Mari Castaña" y éste, aunque más próximo a nosotros, no podía ser menos. Cuando todavía era un proyecto de filóloga en la Universidad Complutense, uno de los aspectos que más me admiraban de los grandes maestros era que pudieran llegar a postular la existencia de obras de las cuales no se conservaba ningún testimonio real o tangible. En mi mucha inocencia científica creía que tal era la cima del saber y que, desde luego, yo no alcanzaría a tocarla. Tras varios años de carrera y más del doble trabajando sobre un tema, me di cuenta de que yo, yo misma, llegaba a semejante conclusión a partir de un relato. Quizá el lector esté esperando ahora un final feliz, en el que la protagonista ve su dicha colmada y come perdices, pero... la realidad —por suerte— es como la camisa del hombre feliz, que es pobre, y está vieja y rota. Ahora que lo he logrado, no creo que la cima del saber se encuentre en ello, sino mucho más allá y sé que el "hallazgo" de un texto inexistente, en mi caso, no es más que el fruto del mucho trabajo y algunos conocimientos. Un seminario de crítica textual y la Historia del rey Canamor, mi Tesis de licenciatura, tuvieron la culpa de todo, porque con ello empecé a ahondar en lo que hoy conocemos como historias caballerescas breves y que entonces eran unas "novelitas". Poco a poco, por medio de bibliografías, trabajos particulares, de conjunto y ediciones he ido tratando de comprender un grupo genérico de cierta amplitud y una larguísima prolongación en el tiempo. Esta investigación aún se encuentra en marcha y quedan al menos dos proyectos de envergadura por completar: la bibliografía general, que comparto con Víctor Infantes, y un amplio estudio de conjunto. Esta edición de la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra forma, pues, parte de este panorama de logros e intenciones, al que suma otro jalón. Pero su valor no
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estriba sólo en ser elemento de un conjunto, sino también merece atención por sus propios méritos: la generosidad de su linaje, que la remonta a la India; sus ilustres parentescos en la literatura medieval hispana con la Estoria del rey Guillelme, El cavallero Plâçidas o el mismísimo Libro del cavallero Zifar, sus primos carnales entre lo más granado de la literatura francesa medieval; y sus vínculos por Inglaterra, Alemania e Italia, todo lo cual, bien mirado, la convierte en un auténtico ciudadano europeo, en un estilo que hoy sería calificable de "políticamente correcto". Eso no quiere decir que olvide lo nacional, antes bien, si mi lectura es correcta, a pesar de venir de tan lejos, se adaptará perfectamente a nuestras costumbres y terciará en el conflicto de las Comunidades, proponiendo su propia solución. No soy yo la primera que la ha editado, honor que correspondió al insigne filólogo alemán Hermann Knust, a finales del siglo pasado. A pesar de ello, se la ha mantenido siempre en un papel subsidiario respecto a la más antigua Estoria del rey Guillelme, por considerarla una proyección distorsionada y tardía más que una obra en sí misma. Este propósito, el examen de la obra en todas sus vinculaciones, pero en su propia condición de texto impreso en el siglo XVI, mueve la presente edición y su estudio introductorio. En la tarea me han socorrido de diversos modos colegas y amigos: consultas, fotocopias, datos, apoyo moral, consejos, asesoramiento técnico, bibliografía, etc. Por simple justicia, pobre recompensa al fin, deben figurar aquí los nombres de Juan Carlos Conde, M* Carmen Marín Pina, Giuseppe Di Stefano, D. José y José Manuel Fradejas, Pedro M. Cátedra, François López, Adeline Rucquoi, Victoria Campo, Ana Freiré, Juan Manuel Cacho Blecua, Víctor Infantes y, en especial Maxim Kerkhof, que me acogió en su colección. Dijo Sem Tob: "Por ende non falleçe/ plazer de compañía/ De omres sabios: syenpre cfeçe/ e va a mejoría", yo, por aplicarme el proverbio, he logrado que este trabajo sea algo menos defectuoso, pues sólo conocimientos y bondades les son atribuibles, lo demás corre a cargo de esta editora.
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1. De la leyenda de San Eustaquio a la historia del rey Guillermo de Inglaterra La vigencia, extensión, fortaleza y mutabilidad de la leyenda de San Eustaquio es bien conocida a partir de los estudios clásicos de G. H. Gerould, A. Monteverdi, L. Jordan, H. Delehaye, H. Petersen o A. Krappe1, donde se documentan y analizan posibles orígenes, difusión, versiones y relaciones. Según algunos de estos estudios, el relato primitivo sería originario de la India, de donde se difundió hacia Europa, mientras que otros creen que su origen, dada la presencia de motivos bíblicos, estaría en el Oriente cristiano. En una u otra forma los textos de la Europa Occidental se remontarían a un único subtipo que podríamos ver reflejado en la versión latina del siglo X recogida en las Acta sanctorum2 y que se podría resumir así: Plácidas, hombre bueno y generoso aunque no cristiano, es comandante del ejército del emperador romano Trajano. Un día cazando se aleja de su partida tras un ciervo, hasta que el animal se para y al volverse ve entre su cornamenta un crucifjo y oye que es Cristo, que se le aparece para que lleve a su familia, su esposa Teopistis y sus hijos Agapetus y Theopistus, ante el pontífice cristiano a bautizarse y que vuelva. Al día siguiente en el bosque el ciervo le dice al ahora llamado Eustaquio que será probado como Job, pero que si se mantiene firme recibirá su recompensa. A su vuelta a casa pierde primero sus esclavos y ganados, luego el resto de sus propiedades. Avergonzada de su pobreza la familia se dirige a Egipto, pero una vez embarcados el capitán de la nave desea quedarse con su esposa, se llevan dos
G. H. Gerould, "Forerunners, Congeners, and Derivatives of the Eustace Legend", Publications of the Modern Language Association of America, XIX (1904), pp. 335-448; A. Monteverdi, "La leggenda di S. Eustachi", Studi Medievali, III (1909), pp. 169-229, e "I testi della leggenda di S. Eustachio", ibidem, pp. 392-498; L. Jordan, "Die Eustachiuslegende, Christians Wilhelmsleben, Boeve de Hanstone und ihre orientalischen Verwandten" en Archiv für das Studium der neueren Sprachen und Literaturen, CXXI (1909), pp. 341-67; H. Delehaye, "La légende de saint Eustache", Bulletin de la Classe des Lettres de l'Académie Royale des Sciences, des Lettres et des Beaux-Arts de Belgique, V (1919), pp. 175-210; H. Petersen, "Les Origines de la légende de saint Eustache", Neuphilologische Mitteilungen, XXVI (1925), pp. 65-86; A. H. Krappe, "La leggenda di S. Eustachio", Nuovi Studi Medievali, III (1926-27), pp. 223-258. No he podido consultar el más reciente de G. Lemieux, Placide-Eustache. Sources et parallèles du conte-type 938, Laval-Québec, 1970. Acta Sanctorum, "De Sanctis Eustachio, uxore eius et filiis", septembris VI, Antwerp: Socii Bollandiani, 1757, pp. 123-37.
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bestias los hijos y él, abandonado, permanece en un pueblo donde trabaja durante 15 años. Trajano, necesitado de un general para sus tropas, manda buscar a Plácidas, que es encontrado por dos antiguos camaradas y se reincoipora a la vida militar. Los hijos, criados por separado en el mismo pueblo y ahora soldados en su ejército, descubren hablando que son hermanos; la madre, en cuya casa sin saberlo se alojan, les oye pensando que pueden ser sus hijos y al día siguiente reconoce a su marido en el general, informándole de todo. La familia se reúne y vuelven juntos a Roma. Allí Trajano ha sido sucedido por Adriano, que manda a Eustaquio que haga sacrificios a Apolo y al negarse como cristianos arroja a toda la familia primero a los leones, que no les atacan, y luego los encierra en un toro de fuego, donde mueren martirizados. Los cristianos recuperan los cuerpos en secreto y los entierran. La difusión europea de la leyenda se remonta al menos al siglo VIII, cuando a partir de textos anteriores la recoge en griego Juan Damasceno3, y de donde poco después es traducida al latín; se trata de una versión muy breve, que sólo narra hasta el comienzo de la primera visión, si bien se refiere al martirio final. Desde entonces hasta el siglo XV, señala Th. J. Heffeman 4 cómo cada siglo produce su propio texto latino, en prosa o en verso, y cómo la vida de San Eustaquio figura en las colecciones de ejemplos más conocidas de la Edad Media: el Scala coeli de Jean de Gobi, la Legenda aurea de Jacobo de la Vorágine, el Speculum historíale de Vicente de Beauvais y el Gesta romanorum, si bien parece que en general no hay una transmisión directa de las vidas latinas a las versiones romances. Quince son, según A. H. Krappe, los textos europeos derivados de este subtipo: seis franceses, cuatro alemanes, tres ingleses, uno italiano y uno español5. Todos ellos, como el que aquí nos interesa, desarrollan el tema del hombre probado por la
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En De imaginibus Oratio III, PG XCIV, 1382.
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"An Analysis of the Narrative Motifs in the Legend of St. Eustace", Medievalia et Humanística, VI (1975), pp. 63-89, pp. 66 y ss. También se encontrará un sintético panorama de la difusión medieval en A. Boureau, "Placido tramite. La légende d'Eustache, empreinte fossile d'un mythe carolingien?", Annales. Économies, Sociétés, Civilisations, XXXVII (1982), pp. 682-699, en pp. 682-86. Según A. H. Krappe, art. cit., pp. 227-28, se trata de los siguientes: Guillaume d'Angleterre, Die gute Frau, Wilhelm von Wenden, El caballero Zifar, Boeve de Hamstone, Sir Ysumbras, Gesta romanorum (redacción inglesa), Der Graf von Savoien, La belle Helène de Constantinople, Octavian, Sir Eglamour of Artois, Torrent of Portyngale, Aiol, Valentin et Orson, Hecatommiyhi de G. Giraldi Cinthio. En esta lista faltaría, al menos, el El cavallero Plâçidas castellano.
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fortuna, si bien ofreciendo variaciones en los motivos y en su combinación6; sus rasgos comunes son sintetizados así por J. R. Maier: - El protagonista debe marchar con su mujer y los hijos nacidos o por nacer. - Los miembros de la familia se separan. - Aventuras independientes de cada uno de los protagonistas. - Los hijos son criados por extraños. - Reunión accidental y reconocimiento.7 En la literatura española medieval son tres los relatos derivados de la leyenda de San Eustaquio: el Libro del cavallero Zifar, El cavallero Plágidas y la Estoria del rey Guillelme. Sin embargo, su procedencia inmediata y su intencionalidad los alejan entre sí. La relación entre la leyenda hagiográfica y el Libro del cavallero Zifar fue estudiada primero por Ch. Ph. Wagner8, que concluyó que la base del argumento estaba en la leyenda primitiva de Plácido. En la posterior revisión que hace R. M. Walker9, considerando el peso de los elementos árabes y semíticos, determina que no fue el arquetipo europeo, sino una versión árabe, hoy sólo conocida a través de Las mil y una noches, la fuente del Zifar. En cuanto a su intencionalidad, no hay duda de que entre las tres es la que más próxima está a la materia artúrica y al relato de aventuras, en especial por la derivación última del libro en "Los hechos de Roboán", pero con una buena dosis de didactismo, más o menos explícito en todo el conjunto. El Cavallero Plágidas y la Estoria del rey Guillelme comparten el origen francés y el espacio material, pues ambos se conservan juntos en el mismo Ofrece una tabla comparativa G. H. Gerould, art. cit., pp. 372-79, y A. Monteverdi un resumen de los diversos textos, art. cit., entre ellos los latinos (pp. 396-417), franceses (pp. 417-48) y del Plácidas castellano siguiendo a Knust (pp. 489-90). En la introducción a su edición de El rrey Guillelme, Exeter: University of Exeter, 1984, pp. XVII- XVIII, de donde traduzco. De las dos ediciones modernas de la Estoria, la de H. Knust y la presente, emplearé esta en las citas, a pesar de sus errores de lectura y sus muchas omisiones, para las cuales tengo en cuenta la imprescindible reseña de C. Gumpert, El Crotalón. Anuario de Filología Española, II (1985), pp. 581-87. "The Sources of El Cavallero Zifar", Revue Hispanique, X (1903), pp. 5-104, en pp. 13-29. Tradition and Technique in "El libro del cavallero Zifar", Londres: Tamesis Books, 1974, pp. 64-70; en la misma tesis profundiza M. Harney, "The Libro del caballero Zifar as a 'Refraction' of the Life of Saint Eustace", en Saints and Their Authors: Studies in Medieval Hispanic Hagiography in Honor of John K. Walsh, Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1990, pp. 71-82. Vid. asimismo J. M. Cacho Blecua, "Los problemas del Zifar" en Libro del caballero Zifar. Códice de Paris, Barcelona: M. Molerio, 1996, pp. 55-94.
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manuscrito h-I-13 de la Biblioteca de El Escorial. La primera, según establece su editor moderno R. M. Walker10, es traducción de la Vie de Saint Eustace con pequeños ajustes estilísticos, es decir, refleja el relato hagiográfico tal como se desarrollaba en su origen, manteniendo los tres núcleos narrativos esenciales que estudia Heffernan: la conversión, los sufrimientos y el martirio". La segunda, la Estoria del rey Guillelme, lo mismo que antes Zifar y que otras versiones "secularizadas", prescinde de las unidades inicial y final y ofrece un hiperdesarrollo narrativo del núcleo central, en el que desde esta perspectiva se abriría y concluiría el relato. Por lo demás, respecto a su fuente, no hay apenas duda de que fue el Conte de Guillaume d'Angleterre, poema francés del siglo XII atribuido a Chrétien de Troyes, el texto original empleado para la traducción. Esta reelaboración de la vida de San Eustaquio, por su antigüedad y su forma completa, será para nosotros la fuente última de las otras tres versiones que han llegado a nuestros días: el Dit de Guillaume d'Engleterre, la Estoria del rey Guillelme y la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra. El Conte de Guillaume d'Angleterre se conserva en dos manuscritos, uno en la Bibliothèque National de París y el otro en el St. John's College de Cambridge, ambos pertenecientes a familias distintas12. En sus prólogos leemos que la obra fue escrita por un tal Crestiens, lo cual ha motivado una larga y animada controversia entre la crítica sobre si es o no obra del famosísismo Chrétien de Troyes, paternidad que defendieron con verdadero ahínco W. Foerster, M. Wilmotte, F. Rebuffat y que aceptan al menos tácitamente, por ejemplo, C. Foulon, F. Danelon y P. R. Lonigan13; mientras que ha sido rechazada por F. J. Tanquerey, E. A. 10
El cavallero Plâçidas, Exeter: University of Exeter, 1982, pp. XXIV- XXXV, de donde traduzco.
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Art. cit., p. 64, núcleos sobre los que desarrolla su análisis.
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La obra ha sido editada en tres ocasiones basándose dos veces en el manuscrito P y la última en C: W. Forster, Wilhelm von England. Ein Abenteurroman von Kristian von Troyes, Halle: Max Niemeyer Verlag, 1911 (antes en 1899 entre las obras de Chrétien); M. Wilmotte, Guillaume d'Angleterre. Roman duXIf siècle, Paris: Honoré Champion, 1927; y hace pocos años por A. J. Holden, Ginebra: Droz, 1988, el cual expone los argumentos a favor y en contra de esta autoría sin llegar a identificar el Cresiens del texto con Chrétien de Troyes. En mis citas y referencias emplearé siempre la ed. de M. Wilmotte.
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Vid. W. Foerster, ob. cit.; M. Wilmotte, "Chrétien de Troyes et le Conte de Guillaume d'Angleterre", Romania, XLVI (1920), pp. 1-38; F. Rebuffat, "La posizione e il valore del Guillaume d'Angleterre nella produzione poetica di Chrétien de Troyes", Acme. Annali della Facoltà di Filosofia e Lettere dell'Università Statale di Milano, IV (1951), pp. 23-34; C. Foulon, "Les tendances aristocratiques dans le roman de Guillaume d'Angleterre", Romania, LXXI (1950), pp. 222-237; F. Danelon, "Sull'ispirazione e sull'autore del Guillaume d'Angleterre", Cultura Neolatina, XI (1951), pp. 59-67, en pp. 52-53; y P. R. Lonigan, "The
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Francis, D. Legge, A. J. Holden y S. Lefévre14. Asimismo han surgido discrepancias en torno a sus fuentes, sobre las que el propio texto se contradice, asignándolas unas veces a las crónicas escritas: "les estoires d'Engleterre" (v. 11) o "En l'estoire trovai" (v. 46) ; y en el explicit al relato oral: "La matere si me conta/ Uns miens compains, Rogers li Cointes" ( w . 3308-09). Pero estas cuestiones son el interés preferente de la filología francesa, mientras que para nosotros el punto de atención está en el texto tal como nos ha sido transmitido15. El rey Guillaume de Inglaterra y su mujer Gratiiene llevan una vida muy piadosa, pero sin hijos. Cuando la reina se queda embarazada y se acerca el parto, un día, antes de levantarse para ir a maitines, el rey ve una luz y oye una voz que le dice que por orden de Dios debe abandonar el reino. Consulta a su confesor, que le aconseja esperar. La segunda vez, le manda que reparta sus riquezas y que espere una tercera llamada. Cuando sucede por tercera vez y se prepara a partir, la reina se levanta para ir con él. Sostienen una discusión, y al fin marchan juntos de noche por el bosque. Por la mañana los vasallos, al no encontrarlos, saquean el palacio y entre ellos un paje se lleva un cuerno de marfil usado en la caza. El rey y la reina marchan un tiempo hasta que llegan a una cueva junto al mar. Allí la reina pare gemelos, que el padre envuelve en dos trozos de su capa; luego Gratiiene siente un hambre feroz y sugiere que podría comerse uno de los niños, pero Guillaume le ofrece un trozo de su pierna y solo así se le calma. Desembarcan unos marineros y al verlos se llevan a la reina dejándole a cambio una bolsa de oro. Decidido a marchar por mar, mientras traslada a los niños, a uno se lo lleva un lobo y al otro lo encuentran unos marineros. El va a tomar el oro dejado por el patrón, pero se lo arrebata un águila, lo que interpreta como castigo divino. Echa a
Authorship of the Guillaume d'Angleterre: A New Approach", Studi Francesi, XVI (1972), pp. 308-314; también parece aceptarlo, aunque no se pronuncie claramente H. S. Robertson, "Four Romance Versions of the William of England Legend", Romance Notes, III, 2 (1962), pp. 75-80. 14
Vid. F. J. Tanquerey, "Chrétien de Troyes, est-il l'auteur de Guillaume d'Angleterre?", Romania, LVII (1931), pp. 75-116; E. A. Francis, "Guillaume d'Angleterre", en Studies in French Language, Literature and History Presented to R. L. Graeme Ritchie, Cambridge: University Press, 1949, pp. 63-76; D. Legge, "The Dedication of Guillaume d'Angleterre", Medieval Miscellany Presented to Eugène Vinaver by Pupils, Colleagues and Friends, Manchester/Nueva York: University Press/ Barnes & Noble, 1965, pp. 196-205; S. Lefèvre, en la reseña de la ed. de A. J. Holden, Romania, CXII (1991), pp. 273-78, que apunta mesuradamente sobre este aspecto: "Le nom qui ouvre ce prologue peut être considéré comme une emprunt et un hommage d'un auteur anonyme à une gloire romanesque. Il peut aussi fonctionner comme terme programmatique d'une oeuvre d'inspiration chrétienne", p. 278.
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El resumen que figura a continuación está hecho sobre el Conte, de ahí que haya ciertas variaciones en los episodios en relación a las otras versiones que luego se emplearán como término de comparación.
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andar y encuentra unos mercaderes, quedándose en adelante a servir a uno de ellos bajo el nombre de Gui. Los mercaderes que se han llevado a la reina llegan al puerto de Surclin y para resolver la disputa por su posesión plantean el caso ante el señor de la tierra, que se llama Gleolai's, el cual decide quedársela él en su casa a su servicio. Al enviudar le propone matrimonio y aunque Gratiiene se resiste, al fin acepta con la condición de no mantener relaciones carnales en un año para cumplir una penitencia que le ha sido impuesta por una supuesta vida de pecado. Después de la boda, la hace jurar por señora de sus posesiones. Los niños son bautizados como Lovel y Marin y criados como hijos de los mercaderes, juntos pero sin saber que son hermanos. Ya crecidos, los mercaderes deciden que han de convertirse en peleteros y al negarse, los padres en el enfado y de forma independiente revelan que su origen es desconocido y cómo fueron hallados. Ambos deciden partir a su ventura y lo hacen junto con un criado, Rodains. Llegan a un bosque y cazan un ciervo en un vedado real, por lo que el montañero los lleva ante el rey de Catanasse, que los perdona y los educa en su corte. Guillermo, bajo el nombre de Gui, sirve al mercader hasta que éste le da dinero para que comercie en su nombre, primero en un viaje solo y luego en un segundo viaje a la feria de Bristot con sus dos hijos para que los eduque y adiestre. En Inglaterra gobierna su sobrino y allí encuentra al criado que había llevado el cuerno y que se lo vende para poder peregrinar a Saint Gille. Algunas gentes le reconocen como Guillermo y el sobrino va a verlo, pero él rechaza la identificación y vuelve a su barco. Se levanta una tormenta y deben refugiarse en el puerto de Sorlinc, donde existe un tributo que la propia señora de la tierra, la reina ahora viuda, debe tomar en persona. Llega al barco y reconoce a Guillermo, el cuerno y un anillo que ella le había regalado y le invita a su mesa sin decir nada. Durante la comida él la reconoce pero calla, luego se adormece y sueña que caza, así que al despertar se preparan para ir tras un ciervo. En el bosque revelan sus identidades y ella le previene que no atraviese un río, porque es el límite con las tierras de un rey que le hace guerra para casarse con ella. Salta el ciervo y Guillermo olvida la advertencia, lo mata al otro lado del río y lo encuentran luego sus hijos que quieren prenderlo. Descubren quiénes son y al contarlo cae del cielo como confirmación la bolsa que le había quitado el águila. Lo llevan ante el rey de Catanasse, descubren quién es su madre y preparan el
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encuentro, mientras por su parte la reina se dispone a rescatar a su marido. Se reúnen con el perdón de la madre hacia los hijos que estaban en guerra con ella. Premian a aquellos que les han ayudado. Llaman a la corte a los mercaderes que han criado a Marin y Lovel, les regalan trajes, pero ellos solo desean venderlos y la reina se los compra para volvérselos a regalar, aunque todos se ríen de ellos. El rey Guillermo envía a buscar a su burgués de Galveide, le hace consejero suyo y condes a sus hijos. Contemplado sobre el trasfondo de la leyenda de San Eustaquio, el relato del rey Guillermo de Inglaterra se seculariza en primera instancia al prescindir de los segmentos narrativos inicial y final, es decir, la conversión y el martirio. Así se reordena la significación de los elementos que permanecen, pues el exilio y la reunificación deben apoyarse sobre una nueva motivación que sostenga el relato y que justifique la aventura. Ésta encuentra su significado profundo en el plano moral, pues los protagonistas parten de una situación inicial de imperfección y llegan por medio de la aventura, del sufrimiento, a la perfección; aúna entonces el placer del relato profano con la edificación. Pero lo profano se halla todavía muy próximo a lo hagiográfico porque todas las aventuras se subordinan a Dios, agente que causa la acción al enviar la voz y que encadena los hechos para lograr sus fines, el dolor expiatorio y la recompensa final; su presencia se percibe constantemente16. Esta mezcla de lo religioso y lo profano se manifiesta en las ambivalencias con que la crítica ha venido clasificando el Conté según se incline por resaltar uno u otro aspecto y así A. Micha lo incluye en el capítulo dedicado a las obras de Chrétien de Troyes17; mientras que M. L. Meneghetti lo trata bajo el epígrafe: "Due tipi di romanzo edificante: gli ancestral romances e la trilogía di Robert de Boron'"8, y M. Stanesco y M. Zink lo hacen bajo "Le romanesque pieux'"9.
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No me detendré en el análisis comparativo entre la leyenda de San Eustaquio y la del rey Guillermo, porque se pueden consultar con mucho provecho los realizados por S. Buzzetti en su edición, Dit de Guillaume d'Englelerre, Turin: Giappichelli, 1978, pp. 37-41, basado en las teorías de Bremond y de Meletinskij; el de F. Gómez Redondo, La prosa del siglo XIV, Madrid: Júcar, 1994, pp. 283-290; y el de J. R. Maier, ed. cit., pp. XVH-XL, a partir de las funciones narrativas establecidas por Propp; por lo demás muchas de sus observaciones han sido incluidas en las notas al texto.
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Vid. J. Frappier y R. R. Grimm, dir., Le román jusqu'à la fin du XIIf siècle, t. 1 (Partie historique), Grundriß der Romanischen Literaturen des Mittelalters, vol. IV, Heidelberg: Carl Winter Universitätsverlag, 1978, pp. 262-64.
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En su introducción al volumen II romanzo, Bolonia: Il Mulino, 1988, pp. S6-S8.
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Efectivamente, varios son los aspectos de la obra que merecen ser destacados sin que hayan de ser excluyentes entre sí: su análisis por comparación con las obras de Chrétien de Troyes ha servido para que se le haya prestado mucha más atención de la que de otro modo hubiera merecido y ha llevado a estudios como los de F. Danelon sobre el rico simbolismo que recorre la obra, o el de C. Foulon, que resalta las fuertes tendencias aristocráticas, propias de un medio cortés20. Como ancestral romance en posible relación a la familia Lovel ha sido analizado por E. A. Francis, M. D. Legge y M. L. Meneghetti, teoría que critica A. J. Holden21. Y a su carácter más significativo de relato piadoso se hace mención casi siempre que se cita. En esta condición conviene destacar que no se trata de un ejemplo aislado de trasvase de un material religioso al ámbito profano, sino que es un caso más en una corriente que fluye en ambas direcciones desde los inicios del roman y a lo largo de toda la Edad Media, que se puede rastrear en otras obras, no solo en las muchas derivadas de San Eustaquio (Die gute Frau, Wilhelm von Wenden, Boeve de Hamstone, Sir Ysumbras, Der Graf von Savoieri), sino también en Gui de Warewic, modelado sobre la vida de San Alejo, en Eracle de Gautier d'Arras, cuyo asunto gira en torno a la defensa de la cruz; en Florence de Rome, o en la leyenda del Grial. En palabras de Roger Dubuis el equilibrio entre el valor edificante, el interés literario en los relatos y la complacencia del público es "Un des problèmes les plus délicats qu'ait rencontrés, au XIIe et au XIIIe siècles, le conte pieux, et avec lui l'exemple", que en su desarrollo en los siglos XIV y XV constituyen "le désespoir des historiens de la littérature tant leur résistance à tout classement est grande"22. Sólo el examen individualizado del peso que unos y otros elementos alcanzan en este equilibrio nos podría llevar a acercarlos al roman o a la hagiografía, pues es tan inestable que varía incluso de una versión a otra, como se puede percibir nítidamente a través de la vida literaria de la historia del rey Guillermo de Inglaterra. Ahora bien, en todo caso las perplejidades y problemas clasificatorios son para el crítico actual, porque seguramente no los Vid. su Histoire européenne du roman médiéval. Esquisse et perspectives, Paris: PUF, 1992, pp. 95-98, trabajo que por su ambicioso planteamiento a la par que escaso desarrollo nos deja casi siempre ayunos. 20
Ambos cit. supra n. 13.
21
E. A. Francis, art. cit. y M. D. Legge, art. cit.; A. J. Holden, "La géographie de Guillaume d'Angleterre", Romania, CVII (1986), pp. 124-29, concluye a partir del estudio de la geografía que "Guillaume d'Angleterre a été écrit sur le continent pour un public continental", p. 129.
22
Vid. R. Dubuis, "XII. Les formes narratives brèves", en La littérature française aux XIVe et XVe siècles. Tome I (Partie historique), dir. por D. Poiron, Grundriß der Romanischen Literaturen des Mittelalters, vol. VIII/1, Heidelberg: Carl Winter Universitätsverlag, 1988, las citas en p. 183.
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sintió como una hibridación el lector de su momento, que quizá encontraría en estas obras la vía para la lectura placentera, tan denostada desde el ámbito religioso el cual, por otro lado, estaba muy habituado al uso de relatos profanos para el sermón y la exégesis religiosa.
2. Las versiones de la historia del rey Guillermo de Inglaterra La popularidad de la historia del Rey Guillermo de Inglaterra y la ductilidad de sus materiales quedan demostradas por la pervivencia a través de las varias versiones hasta el siglo XVI hispano. Como señalé anteriormente, además del Conte existen otras tres versiones: el poema francés titulado Dit de Guillaume d'Engleterre; y las dos obras castellanas en prosa: la Estoria del rey Guillelme y la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra. A principios del siglo XIV se ha datado el Dit de Guillaume d'Engleterre13. Como su propio nombre indica se trata de un poema destinado a la lectura en voz alta como parte de un repertorio para juglares, por lo cual, aun conservando la esencia del relato del Conte, se diferencia de éste no solo en aspectos de detalle, sino en el conjunto de su carácter, pues la intencionalidad y el público exigen que sea muy distinto, como ha señalado S. Buzzetti Gallarati. Si la primera se caracteriza por su carácter aristocrático, con una fuerte trama simbólica, un comportamiento de los personajes modelado según las reglas de la cortesía y un conjunto de significaciones capaces de ser captadas por un público refinado; en la segunda los valores simbólicos apenas se señalan y se prescinde de la profúndización psicológica en favor del interés por la aventura y sus elementos de patetismo, acelerando el ritmo narrativo, acentuando el aspecto mágico24. Sus orígenes se pueden explicar a partir del Conte, sin necesidad de recurrir a otras versiones desconocidas de las que sería un resumen, sugerencia hecha por M. D. Legge25 que no encuentra eco alguno en la editora S. Buzzetti. Ésta atribuye las 23
Entre otras razones, su fecha puede ser determinada porque habla de Luis IX como "Saint Loys de France" (v. 19). Pueden verse las ediciones modernas de F. X. Michel, en Chroniques anglonormandes, Rouen: E. Frère, 1836-40, t. III, pp. 173-211; la de H. S. Robertson, Le dit de Guillaume d'Angleterre. A Critical Edition, tesis de Indiana University, 1959; y la de S. Buzzetti, ed. cit., que empleo. Sobre el género vid. J. Cerquiglini, "VII. Le Dit", en D. Poiron, dir., La littérature française, ob. cit., pp. 86-94.
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No puedo detenerme a comentar detalladamente esta cuestión, que además ha sido extensamente estudiada por S. Buzzetti, ob. cit., pp. 29-31, a la que remiten mis afirmaciones.
25
Art. cit., pp. 197-98, remite a la existencia de una mención de la obra en Robert de Blois, L'enseignement des princes (s. XIII), donde se alude a un Guillaume al que Dios salva de los
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divergencias a las reinterpretaciones que sufre un mismo relato en una u otra versión "corrette e arricchite ora dalla sensibilità e dalla cultura cortese e dall'attenzione ai valori simbolici abbinabili ai materiali narrativi [Conte], ora dal gusto della narrazione, del drammatico, del patetico e dal fascino del magico tradizionale fiabesco rivisitato in chiave cristiana [Z)i7]"26. Lo que ningún crítico ha señalado ha sido que esta obra no se limitó a materia de repertorio juglaresco del siglo XIV, sino que pervivió hasta los tiempos del impreso y se difundió a través de diferentes ediciones en el siglo XVI27. Este hecho, además de indicar el interés que en Francia, como en España, despertaba este género de relato medieval piadoso (recuérdese el Dit de Robert le Diable), nos habla a las claras de una transmisión del relato prolongada a través del siglo XV (necesariamente debe estar motivada por su atractivo y vigencia para el público de la época), a la par que nos garantiza que perduró en momentos para los que no tenemos testimonios precisos, pues los dos manuscritos del Dit son de la primera mitad del siglo XIV28. En el mismo siglo, aún con menos precisión cronológica, se data la Estoria del rey Guillelme, conservada en un único testimonio en el famoso ms. h-I-13 de la Biblioteca del monasterio de El Escorial, manuscrito donde se recogen cuatro vidas de santas (Santa María Madalena, Santa Marta, Santa María Egipfiaca, Santa Catalina), dos textos derivados de la tradición de San Eustaquio, con el tema de "el hombre probado por el destino" (El caballero Pláqidas y nuestra Estoria), y tres variantes del tema de "la esposa calumniada" (Cuento del emperador Otas de Roma, Cuento de una santa enperatris que ovo en Roma, Cuento del enperador Carlos Maynesf. Este conjunto muestra una admirable unidad de sentido y traidores enviándole aviso por medio de un ángel, logrando que él huya con su mujer y sus hijos (vid. el fragmento en M. Wilmotte, Guillaume..., ed. cit., p. IV). Esta conjetura le sirve para apuntalar su teoría de que la obra hubiera sido creada para enaltecer los orígenes de la familia Lovel, pues según sus palabras "Guillaume d'Angleterre has the appearance of being an oíd story hurriedly adapted for a new purpose and furnished with appropriate placenames", p. 197. 26
Ed. cit., pp. 40-41. El título de uno de los conservados, el de la Bibliothèque National de París, Res. pYe.6, París, s.i., s.a., pero s. XVI: S'ensuit le romant du Duc Guillaume le qu'el en son bivant fut Roy d'Angleterre et aussi duc de Normendie dont il tint paisiblement son peuple. Imprime nouvellement a Paris. Los dos impresos parecen haber pasado completamente desapercibidos para estudiosos y editores, sin embargo, habían sido reseñados por J. Ch. Brunet, Manuel du libraire et de l'amateur de livres, Paris: Firmin Didot, 1860-65, 6 ts., t. II, col. 1816, bajo el título Le romant du duc Guillaume, Paris, s.a., 14 ff, 4o. En una rápida consulta personal comprobé que se trataba de la version del Dit.
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Vid. su descripción y datación en S. Buzzetti, ed. cit., pp. 41 -43. Vid. sobre el sentido de este conjunto J. R. Maier y Th. Spaccarelli, "Ms Escurialense h-l-13: Approaches to a Medieval Anthology", La Coránica, 11,1 (1982), pp. 18-34.
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estructura, y dentro de él la Estoria adquiere su pleno significado. Se trata de un texto en prosa, que traduce muy de cerca el Conté, hasta el punto de que W. Foerster lo empleó como elemento de peso en su edición del poema francés, por considerarlo representante de una tradición distinta de la que ofrecen los dos manuscritos franceses30. Estas similitudes y diferencias han sido evaluadas de diversos modos por los críticos hispanos, pues H. Knust propone que la Estoria derive de un original perdido que sería el empleado por el autor del Conté31. mientras que J. R. Maier, tras su comparación, determina: "Differences do exist, mainly stylistic, but they in no way affect the basic story being told since these changes are most probably due to the prosification of a poetic original"32. Efectivamente, no son sólo estilísticos los cambios, pero la única diferencia significativa se refiere al episodio de la bolsa del dinero que un pájaro arrebata a Guillermo: en el Conté cae del cielo sin más después de reunirse el padre con sus dos hijos y en la Estoria lo hace cuando dos pájaros se la disputan, en la visita final al lugar del parto, ya todos reunidos. Otros aspectos menores no nos autorizan a suponer que el traductor español dispusiera de una versión distinta de la que conocemos, sino por el contrario igual, lo que por otro lado atestigua una admirable unidad en la transmisión del Conté. En último lugar, en orden cronológico, se situaría la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra, que se conserva en dos impresos castellanos del siglo XVI y que en su contenido ofrece notables diferencias con cualquiera de las restantes versiones hasta aquí señaladas, lo cual le presta a mis ojos un particular interés. Ésta será en adelante el objeto del presente estudio.
3. La Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra Existen en la Biblioteca Nacional de Madrid dos ediciones distintas de la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra, la primera impresa en Toledo en 1526 y
30
Ed. cit. Semejante decisión fue ampliamente criticada por M. Wilmotte, sobre todo porque no considera —desde una perspectiva ecdótica creo que acertada— que sus variantes puedan tener la misma validez que las de los manuscritos franceses, vid. ed. cit., pp. III-IV.
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Dos obras didácticas y dos leyendas, Madrid: Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1878, pp. 160163, donde se incluye edición de la Estoria del rrey Guillelme, pp. 171-247, y de la Chrónica del rey don Guillermo, pp. 295-414.
32
Ed. cit., p. IX y pp. IX- XVI, para la comparación detallada entre ambas versiones.
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la segunda en Sevilla, en casa de la viuda de Dominico de Robertis, 155333, aunque con seguridad a partir del estudio ecdótico se puede determinar que hubo al menos otra anterior, sin que tengamos siquiera conjetura de su fecha y lugar de impresión. Como ya he apuntado el texto que presenta esta Chrónica ofrece notables divergencias respecto a cualquiera de las versiones anteriores en lo estilístico y más aún en su contenido. Si todos los demás textos comienzan con el estado en que se encuentran Guillermo y Graciana justo antes de oír la voz, la Chrónica se remonta muy atrás, al momento en que Guillermo aún no es rey de Inglaterra. En el ducado de Angeos se suscitan unas fuertes luchas intestinas cuando muere sin descendencia ni testamento el duque. Reunidos los nobles para buscar una solución, eligen a un oscuro señor, que se ha mantenido apartado de las guerras y que se llama Guillermo. Una vez nombrado duque, se casa con doña Beta, una buena mujer, y viven en paz. En el reino de Inglaterra se produce una situación parecida a la vivida en el ducado y aquí es el abad Ensino el que promueve los tratos entre los nobles y quien, tras muchas deliberaciones, propone que se llame como rey al nuevo duque de Angeos, Guillermo. Este acepta y es coronado. El rey de Escocia, dos años después, cree que se han peijudicado sus derechos al trono, por lo que manda a Guillermo una embajada de guerra, que es contestada a través del abad Ensino. Cuando éste vuelve de Escocia con un mensaje de concordia, se levanta una fuerte tormenta en el mar y se le aparece una figura sobrenatural, quizá San Pedro, que le conmina a instaurar desde Roma la fiesta de la Inmaculada Concepción, porque, si acepta, cesará la tormenta. A su llegada a Inglaterra lo comunica a todos y luego visita al Papa, que establece esta celebración el 8 de diciembre. A partir de este punto enlaza la Chrónica con las restantes versiones, que resumía por medio del Conté. Se produce la llegada de la voz divina y el exilio de Guillermo y Beta, la huida de noche, el parto de gemelos, el rapto de Beta a manos de unos mercaderes, la pérdida de los niños y el acomodo de Guillermo al servicio de un mercader. Separado el grupo familiar se narra la suerte individual de cada uno: Beta se salva de los mercaderes y llega a la corte del rey de Normandía o Ibervia, donde primero actúa de criada, luego de esposa del rey y por fin de reina viuda en guerra con su vecino; los niños se crían en casa de dos mercaderes distintos y antes de tomar oficio de menestrales se marchan en busca de fortuna, llegando a servir en altos cargos como caballeros al rey de Escocia; Guillermo, La descripción completa, localización, etc. de estas ediciones se encontrará más adelante en el capítulo correspondiente.
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tras muchos años de servicio al mercader Melchín, tiene su confianza para embarcarse por su cuenta, una tormenta le empuja a Inglaterra donde casi es reconocido, y en su huida se refugia del mar en el puerto de Normandía/ Ibervia, donde es reconocido por su mujer. Se inicia la tercera parte, la reunificación: se reconocen Beta y Guillermo; Guillermo es reconocido por sus hijos; Guillermo une a su mujer y a sus hijos. Vuelven a Inglaterra, donde sigue siendo rey y recompensa a todos los que han ayudado a él y a sus hijos. Pero también en el final se distancia la Chrónica de las otras versiones, porque en vez de cerrarse con las recompensas, el relato se prolonga hasta el reparto de la herencia y la muerte de Guillermo y Beta, que, como premio a su santidad, son avisados por la misma voz del ángel del día en que han de morir.
4. Orígenes, vinculaciones y fuentes de la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra 4.1. Relaciones entre la Chrónica del rey Guillermo y otras versiones del relato A la hora de dilucidar relaciones entre esta versión y las restantes la crítica es muy unánime y establece dos ramas: la formada por el Conté y la Estoria escurialense; y la que aproxima el Dit a la Chrónica impresa34. En estos términos lo resume H. 5. Robertson: 1. Dit, Chrónica: Guillermo es rey de Inglaterra y duque de Normandía. Conté, Estoria: solo rey de Inglaterra. 2. Chrónica: el exilio es una penitencia; Dit: acento en las miserias terrenas frente a la gloria celestial. Conté, Estoria: no hay razón para el exilio. 3. Dit, Chrónica: el águila confunde la bolsa de monedas con carne. 34
El estado de la cuestión lo resume H. S. Robertson, art. cit., pero tiene antecesores en H. Knust, ed. cit., pp. 159-167, que concluye: "ni el autor de la Chrónica se sirvió de las demás obras para la suya, ni de aquélla los autores de éstas", p. 167; G. Cohn, "Zum Guillaume d'Angleterre", Archiv für das Studium der neueren Sprachen und Literaturen, CXXXI (1913), pp. 84-102 y CXXXII (1914), pp. 336-51; y M. Wilmotte, "Chrétien de Troyes...", art. cit. Le siguen J. R. Maier, ed. cit., pp. VII-XVI.
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22 Conté, Estoria: no hay motivo para la acción del águila.
4. Chrónica: el episodio del águila se produce antes de perder a los hijos. Conté, Estoria, Dit: pierde los hijos antes que el dinero 5. Chrónica: Guillermo y la reina se unen después de comer, durante la cacería. Dit: a bordo del barco antes de la comida. Conté, Estoria: durante la comida. 6. Dit, Chrónica: las monedas nunca le son devueltas a Guillermo. Conté, Estoria: le son devueltas, pero en distinto momento y manera. 7. Dit, Chrónica: Guillermo nunca vuelve a la cueva de sus desgracias. Conté, Estoria: vuelve a la cueva. Concluye a partir de este esquema: "Note that the Dit agrees with the Chrónica four times, once with Chrétien [Conté] and twice stands alone; the Estoria agrees five times with Chrétien, once with the Chrónica and once stands alone. The Chrónica and Chrétien never agree"35. No son estas mis conclusiones, que, por el contrario, a partir de una comparación más detenida me llevan a concluir que la Chrónica está estrechamente emparentada con el Conté o con una versión casi igual a la del Conté. Para examinar el problema desde un nuevo enfoque y siempre aceptando que las cuatro versiones se hallan muy relacionadas entre sí, debemos considerar el Conté como reflejo del texto primitivo, pues es el más antiguo y fuente segura de la Estoria (su traducción fiel) y del Dit (una reelaboración particular), empleándolo como término de las comparaciones para considerar si en aquellos puntos en que el Dit y la Chrónica se alejan de la versión del Conté se aproximan entre sí. Un número elevado en sus coincidencias demostraría que no se trata de reelaboraciones independientes a partir del mismo Conté, sino que existe una relación directa entre ellas. Es decir, que con una técnica similar a la aplicada en la crítica textual debemos apoyarnos en el error común a partir de un texto base que sería el Conté, para determinar si se trata de una filiación directa, si nos Art. cit., p. 79. Existen también otras opiniones críticas, como la de S. Buzzetti, que señala respecto a la Chrónica: "l'affinità più vistosa con quest'ultima [el Conte] è reperibile nell'identico modellarsi del rituale di riconoscimento tra el re e la regina, mentre lo spazio geografico è determinato genericamente (l'azione si svolge tra Inghilterra, Scozia e Normandia) e spesso precisato, cosi come i nomi di persona; alcuni particolari del racconto sono invece inediti", ed. cit., p. 33, sin terminar de decidirse a establecerle filiaciones.
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encontramos ante una contaminatio, o si sencillamente sus relaciones se exlican a través de un arquetipo común como innovaciones de copista. Aunque las divergencias o coincidencias entre versiones están recogidas en las notas al texto, he creído clarificador añadir en apéndice un cuadro comparativo en el que se detalla cada uno de los puntos, con el fin de que el lector pueda extraer si lo desea sus propias conclusiones. Entre los veintinueve puntos divergentes/ convergentes que se pueden establecer, todas las obras difieren entre sí en tres aspectos36; por otro lado Conté y Dit coinciden en quince, Conté y Chrónica en ocho, mientras que la Chrónica y el Dit solo coinciden en cuatro, lo cual en principio indica que no se puede establecer una rama que agrupe la Chrónica con el Dit, cuando entre ambas existen veinticinco divergencias y menos coincidencias de las que hay entre la Chrónica y el Conté. Por otra parte, ya que no todas las pruebas pueden tener la misma validez, conviene analizar en detalle los puntos en que convergen Chrónica y Dit, por si su importancia tuviera un peso decisivo, sobre todo considerando que el autor de la Chrónica muestra trabajar con mucha libertad sobre su posible original, pues se aleja en quince puntos de cualquiera de las dos tradiciones, la del Conté y la del Dit. Entre estos cuatro puntos de coincidencia señalados he excluido dos de los establecidos por Robertson, los títulos de Guillermo como rey de Inglaterra y duque de Normandía y la falta de restitución del dinero robado por el águila. Efectivamente al comienzo del Dit se lee: "II fu roy d'Engleterre et duc de Normendie,/ Et d'assez d'autres lieus avoit la seigneurie" ( w . 37-38); sin embargo, en la Chrónica —y prescindo de los capítulos introductorios de nueva creación— Guillermo al comienzo es duque de Angeos y rey de Inglaterra, y sólo al hacer de la tierra gobernada por Beta un reino, el de Normandía/ Ibervia, se convierte en rey, que no duque, de Normandía. Esta diferencia entre ambos textos que puede parecer de simple matiz es a mi entender sustancial, porque indica que el autor del Dit está remitiéndose sin mayores pretensiones a una realidad histórica de su momento, porque a partir de Guillermo el Conquistador a la corona inglesa se une el ducado de Normandía. Por su parte, el autor de la Chrónica acomoda un episodio de la obra a su conveniencia por el simple mecanismo de cambiar los nombres, con lo que también busca acercarse a la realidad histórica, pero incluyéndola literaturizada en su obra, de modo que no el inicio, sino el resultado de los hechos se conforma con la historia real. En cuanto a la falta de devolución del dinero no es tal, porque en este punto la Chrónica vuelve a poner de 36
Se trata de la entrega del anillo de la reina a Guillermo, el momento de la anagnorisis entre los esposos y la restitución de la bolsa o del dinero "pagado" por la reina.
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manifiesto su independencia, pero a la vez su voluntad de "verismo" y la cuidosa reelaboración que sufre el modelo, al hacer del dinero, cien sueldos de plata, que no de la devolución de la bolsa, uno de los objetos que recibe Lobato de su padre adoptivo. Esos cien sueldos de plata que se "pagan" por Beta para criar a los hijos y que desaparecen en el mar son exactamente la misma cantidad que Frochel, que llega y se marcha en barco, entrega a Lobato para su camino y que, pagados al montero por su silencio, llevarán a los gemelos a la corte real y a su "segunda" crianza37. De las coincidencias entre el Dit y la Chrónica dos se explican fácilmente a partir de una de las características del Conté (y por ende de la Estoriá), su tendencia a omitir en el momento de los hechos ciertos detalles que luego resultan fundamentales para comprender el desarrollo del relato, aludiéndolos a posteriori: el anillo de Graciana que lleva Guillermo y que en su reencuentro en el barco le pide como peaje ( w . 2444-48); la viudez de Graciana (vv. 2388-89), que permite su acercamiento libre a Guillermo; y la guerra con el rey vecino que se quiere casar con ella (w. 2655-60). En estos tres puntos tanto el Dit como la Chrónica buscan ajustar mejor el proceso del relato, subsanando los "olvidos", pero en la entrega del anillo de forma independiente, porque el Dit lo incluye durante el parto y la Chrónica antes de ser separados por el rapto; y aparentemente de común acuerdo en los otros dos casos. Sin embargo, los otros dos ajustes, la viudez y la guerra de Graciana con su vecino, sólo tienen un momento lógico en el que incluirse, que es después de la boda de Graciana y antes de pasar a narrar los hechos de sus hijos; aun así el Dit solo menciona la viudez, mientras que la Chrónica también añade que se desató la guerra. La mención a esta guerra no es incluida por el Dit hasta el final del subnúcleo en torno a los hijos, inmediatamente antes de tratar sobre Guillermo. El recurso a ajustes en la disposición de la materia narrativa no explica por qué en ambas obras se justifica la acción del águila ante la bolsa por su parecido a la carne y por qué nunca vuelve Guillermo a la cueva. La primera, la justificación del robo de la bolsa por una confusión con la carne, es un motivo que aparece en varios relatos medievales, unos próximos a la leyenda de San Eustaquio, por ejemplo, en Sir Ysumbras; otros sin aparente relación con ella, caso de la Historia de Pierres de Provenza y la linda Magalona38. Probablemente el primero de ellos 37
Cf. infra los pasajes correspondientes del texto en cap. XI.
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El tema ha sido detenidamente estudiado por G. H. Gerould, art. cit., que resume así el motivo: "The hero has in his possession some treasure, either brought from home or obtained in exchange for his wife. This treasure, which is enclosed by some kind of gaudy cover, whether
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sea, no obstante, L 'escoufle, román en verso de hacia 120039, que bien pudo influir en el autor del Dit, si no de forma directa, dado que era obra de renombre en la época, sí como una simple reminiscencia al tratar el mismo motivo. Por otra parte, nunca se ha recurrido al Dit para explicar su presencia en la Estoria: "dexóse venir una águila a él porque cuydó que era carne"40, lo cual nos confirma que si no estaba en el propio Conté —quizá en una versión algo distinta de la conocida—, sí venía fácilmente asociada en otros relatos al motivo del robo por parte de un pájaro y que no es improbable su presencia, independientemente del Dit, en la Chrónica41. El final de una obra es uno de los puntos privilegiados para su significación, pues desde su perspectiva se reinterpretan las acciones anteriores e incluso el conjunto, alcanzándose entonces la plenitud comunicativa del mensaje literario. Si consideramos el final de las cuatro versiones de Guillermo nos damos cuenta de que todas terminan de distinta forma, incluso aquellas que como el Conté y la Estoria se hallan estrechamente ligadas entre sí. En el Conté al final del todo Guillermo, a su vuelta a Inglaterra, no va directamente a Londres, sino que se detiene en la cueva para explicar sus sufrimientos y desde ahí entrar en Londres a recobrar el trono. En la Estoria, cuando todos los personajes se han reunido en la cueva, inserta la devolución de la bolsa con el dinero, como forma de subrayar su simbolismo, lo que cierra el relato en el mismo sitio de comienzo de las desgracias y con la devolución del único objeto que no había sido restituido, alcanzando así una significación distinta y un final más simbólico42. Esta vuelta a la cueva antes
purse, box or mantle, is carried off by a bird. Subsequently it is recovered by the hero, and sometimes it brings him back to fortune", p. 392; examina su presencia en una de las ramas de relatos derivados de la leyenda de San Eustaquio en pp. 408-23. Sobre Pierres de Provenza, vid. W. Soderhelm, "Pierre de Provence et la Belle Maguelonne", Mémoires de la Société Neophilologique de Helsingfors, VII (1924), pp. 4-49, que estudia el motivo en pp. 21-22, 26 y 27. 39
L 'escoufle es obra de Jean Renart, que la crítica estudia dentro del román realista del siglo XIII, y cuyas obras fueron de difusión amplia, vid. J. Frappier y R. R. Grimm, dir., Le román jusqu 'á la Jin du Xllf siécle, ob. cit., pp. 401-405, con los aspectos esenciales y la bibliografía correspondiente en el t. 2, n°308.
40
Ed. cit., p. 50, es decir, en el relato final que Guillermo hace de los acontecimientos y no en el episodio mismo, donde la acción se presenta sin más motivo que el divino.
41
En la Chrónica la influencia, si no es de otra versión del Conté (de la cual la tomara la Estoria), puede provenir del L 'escoufle o de la Historia de Pierres, como se comprobará más adelante, pues la segunda es creación literaria vinculada al círculo ducal angevino, el mismo en el que yo sitúo la redacción del texto origen de la Chrónica.
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La comparación y la valoración de ambos finales puede verse en J. R. Maier, ed. cit., pp. IX-XI. En el Conté la bolsa cae del cielo inmediatamente después de que Guillermo se reúne con sus
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de retomar el trono ha sido omitida tanto por el Dit como por la Chrónica. El primero practica una abbreviatio con los sucesos posteriores a la anagnórisis con los hijos, dedicando al reencuentro con la madre, las recompensas y la vuelta al trono diez estrofas, con una premura que chocaría con la inclusión de un episodio que no avanzaba la acción, sino al revés la retardaba, y cuyo valor era exclusivamente simbólico43. La Chrónica, por su parte, es en general tan libre en su remodelación y pone tanto acento en los valores políticos y en la transmisión del poder que no necesitaba establecer un lazo de retorno por medio de la cueva, lugar cuya visita seguramente le creaba muchos conflictos en su presentación de un monarca "auténtico", más dado a hacer una entrada real que a visitar el lugar de sus desgracias. Aun así, en caso de que las razones esgrimidas para explicar las coincidencias entre el Dit y la Chrónica no se consideraran suficientes, a la vista de las numerosas y significativas divergencias entre ambas no podríamos suponer una derivación Dit -> Chrónica, sino bien el empleo de una misma forma del Conté que presentara estas variaciones, mínimas respecto a la versión que conocemos, o bien una contaminación en esos dos incidentes. Lo que no podemos decir es, como hace Robertson, que la comparación "indicates two sepárate traditions of the story which agree to some extent only in items 3 and 4"44, sino por el contrario, que existe una única tradición, la del Conté, que presenta algunas variaciones (la Estoria) y dos realizaciones distintas, el Dit y la Chrónica.
4.2. La reelaboración de la Chrónica Al analizar la relación entre las versiones, señalaba que era la Chrónica la que más divergencias presentaba en el conjunto. Y no me refiero a la inserción de materiales nuevos, que se agrupan en los capítulos primero a octavo y en el capítulo final, sino al relato nuclear. En éste la trama es la misma que en las otras tres versiones, con los mismos personajes y episodios, pero su combinación y su significado se han sometido a profundos cambios que alteran el resultado final, llevándonos a interrogarnos sobre el carácter y el sentido de estas modificaciones. hijos (vv. 2805-16), lo cual se interpreta como símbolo de que lo relatado por el protagonista a sus hijos es verdad. 43
Recordemos cómo. S. Buzzetti, ed. cit., p. 26, señalaba la atenuación de los valores simbólicos en esta versión y su voluntad ante todo narrativa, volcada hacia la aventura.
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Art. cit., p. 79.
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En conjunto lo más destacable es la amplificatio que afecta a toda la obra45 y que se podría calificar como racionalizadora o explicitadora. A pesar de tratarse de un relato en el que todo alcanza su razón última en Dios y, por tanto, las justificaciones de carácter "lógico" son innecesarias, en esta versión se procura imponer una explicación natural a los hechos, que deben así narrarse de forma amplificada para argumentar sus causas o sencillamente para dejar explícito aquello que podía sobreentenderse a partir del desarrollo posterior del relato. Si comparamos la preparación del exilio en la Estoria y la Chrónica vemos cómo en la primera la única preocupación del rey es su alma y dedica los días entre las visiones a reparar los daños morales causados, es decir, a expiar sus pecados en lo material, mientras que del reino y los problemas que se suscitarían por la ausencia del monarca nada se dice; así posteriormente se produce el saqueo del palacio e igualmente sin ninguna otra explicación la vuelta al trono, que estaba ocupando su sobrino. La Chrónica busca ajustar estas "lagunas" y, por tanto, durante los tres días en que se sucede la voz, Guillermo, si bien no descuida sus deberes religiosos, emplea el resto de su tiempo en preparar legalmente la sucesión que llene el vacío de poder, y encomendará al abad Ensino que se ocupe de repartir las riquezas necesarias y de saldar las deudas una vez él se haya ido. Esta voluntad repercute también en la escena en que los cortesanos se encuentran la cámara vacía, porque a los rastreos iniciales que figuran en todas las versiones se añade en esta en qué modo se va a reorganizar el estado para cubrir la ausencia de Guillermo y Beta y legitimar a la vez el nuevo poder. El resultado es el mismo, será un sobrino de Guillermo quien ocupe interinamente el trono, pero el desarrollo narrativo completamente distinto. En otro plano podemos contrastar las escenas del encuentro entre los esposos antes de la anagnórisis: Estoria: "Quando la dueña entró en la nave e vio el rrey, el corasfón le comen9Ó a tremer porque oyera dezir que era bivo el rrey e que lo vieran muchos" (p. 36). Chrónica: "vídole ella el anillo que ella le embió quando los mercaderes la tomaron, y miróle a la cara y conosciólo, y dixo entre sí: 'Este es el rey mi señor'" (p. 168).
De ahora en adelante cuando haga referencia a toda la obra prescindiré de los capítulos iniciales y del último capítulo donde se encuentra el material añadido, de los cuales me ocuparé más adelante.
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Es decir, en la primera el reconocimiento se produce irracionalmente a través de un vuelco del corazón; mientras en la segunda hay un objeto que lo desencadena, el anillo, que conduce a la deducción, en un proceso "lógico". Esta misma necesidad racionalizadora se extiende a las causas por las cuales Guillermo a su vez no reconoce a Beta, omitidas por innecesarias en el planteamiento de la Estoria y que sí se incluyen en la Chrónica: "Y él no la conosció, assí por un velo que ella traía delante la cara, según usan9a de la tierra, como porque la vido reina, como porque avía engordado" (p. 169). Este esfuerzo explicitador y racionalizador aplicado al conjunto del relato es el que produce en último extremo muchos de los cambios que observábamos en relación a las otras versiones: en la discusión entre los esposos antes del exilio se alude a razones de gobierno; Guillermo recibe el anillo antes de separarse de Beta; quizá la racionalización del robo de la bolsa, y desde luego la vía de restitución del dinero; Beta llega a un reino y se casa con su rey, no con un señor feudal, cuya muerte se narra antes de ocuparse de la historia de los hijos; los hijos tienen que demostrar el cohecho del montero para ser perdonados y son acogidos en calidad de caballeros cortesanos, no como niños a los que educar; quien reconoce a Guillermo en Inglaterra es el paje que le vende el cuerno, no gentes anónimas; y Guillermo y Beta no entregan ninguna tierra a otro señor, sino que aglutinan todas ellas en torno a la corona de Inglaterra, repartiéndolas luego en herencia. También son ampliables a los personajes, que adquieren mayor desarrollo, en especial los secundarios como Perión, a quien se asigna una función desde el comienzo. La figura del sobrino, que figuraba en el Conté y en la Estoria solo mencionada al final, aumenta su papel convirtiéndose desde el inicio en una pieza fundamental del poder, a la que de forma "natural" se le transmite éste cuando ha desaparecido su auténtico dueño. Todos estos cambios afectan necesariamente al sentido último de la obra, que sin perder su fondo hagiográfico se tiñe de valores mucho más mundanos. Conté, Estoria y Dit tratan de la vida de un rey, que por causas poco claras es sometido por Dios a una dura prueba, de la cual sale victorioso y cuya recompensa son exclusivamente bienes espirituales, la vida eterna, porque en lo material nada ha cambiado respecto al comienzo. Incluso de forma explícita, la tierra sobre la que rige Graciana se le regala al rey que le hacía guerra en premio por educar a sus hijos. El planteamiento inicial de la Chrónica es idéntico, pero al concluir la aventura ordenada por Dios se ha conseguido sumar otro reino a la corona inglesa. Si nos trasladamos al capítulo primero de esta versión podemos percibir una progresión por la cual Guillermo manteniendo una conducta estrictamente
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religiosa pasa de ser un noble, a convertirse en duque, luego en rey y por último, a través de otra suerte de aventura (no solo la elección de la nobleza), en rey de dos reinos. Como en un libro de caballerías, donde la superación de la aventura produce una recompensa material en forma de tierras, ascensión social, amor, etc., aquí el beneficio, por mucho que se insista en la religiosidad de Guillermo y la recompensa divina anunciándole el día de su muerte, no deja de ser tierras y poder, como queda perfectamente explicitado en el reparto de la herencia. Además, otro de los rasgos característicos de esta versión es la presentación dignificada de una clase mercantil burguesa de gran poder, en algunos aspectos muy próxima a la nobleza y fácilmente asimilable a ella. También en el Conté y la Estoria todos los auxiliares del héroe son recompensados, aunque los pobres mercaderes de baja condición que han criado a los hijos se ven ridiculizados dentro de unas concepciones cortesanas cuyos valores aparentemente ajenos a lo crematístico no comprenden. Pero aún más allá, la Chrónica muestra un interés real en el mundo del comercio, plasmado en la vida de los hijos y a través de las andanzas de Guillermo. Ante los primeros se abre la posibilidad real de asentarse como menestrales: Tú te vas haziendo ombre y un día destos serás de hedad para casar y según la calidad de la tierra no podrías bivir sin ayuda de algún oficio, porque aunque yo tenga caudal, no sería cosa justa de todo en todo desapoderarme dello y dártelo, sino partir contigo, que con algo que te yo dé y con tu dispusición y con saber oficio, avrás muger con que bivas honrado46. Y aunque es una opción rechazada, los personajes que la sustentan se manifiestan dignos de respeto y sus posturas se presentan humanamente comprensibles: Frochel despide a Lobato con lágrimas y lamenta su partida como la muerte, y su madre adoptiva, que siente lo mismo, le dice: "Lobato, fijo, aunque no te parí, cierto muchos dolores y penas y sobresaltos he ávido por ti, que no hazía menester para ellas ser mi hijo, pues en el amor lo eras" (p. 149). Marín rechaza vehementemente la propuesta de Grolieles y discute con él, pero aún así, a través de la madre, se refiere "que aunqu'él no era su padre, que era cierta que no amava cosa tanto como a él" (p. 151). Por su parte Guillermo se convierte en un mercader de gran éxito y como premio a su esfuerzo también se le ofrecen medios para casarse y asentarse con una forma de vida digna, cuando Melchín le dice: ...avrás ya quarenta y cinco años, pues que sean dos más ni dos menos, buena hedad tienes ya para casar. Si te quieres casar, yo te daré mi nave por tuya 46
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y te daré la costa de la boda, que yo te lo devo de servicios, con condición que trates mi dinero y que la ganancia que la partamos la media para mí y para tu señora con que nos mantengamos y la otra mitad para ti y para tu muger. (p. 162) Es decir, en la Chrónica se muestra una sociedad que no se reduce a la clase noble cuyas aspiraciones son las únicas aceptables, sino que hay otros estamentos en los que la vida se puede desarrollar dentro de unos cauces legítimos, plenamente válidos. Estas características, una reelaboración desde el verismo narrativo que exige una amplificación constante y la presencia de valores ajenos a las versiones profundamente medievales, sólo serán explicables dentro de una época y una mentalidad cercanas al final de la Edad Media y, por tanto, a las fechas de la primera impresión castellana47.
4.3. Las fuentes de la Chrónica Los años finales del siglo XV y los primeros del siguiente fueron de gran riqueza para el desarrollo de la narrativa impresa, no en vano verán el comienzo de alguna de las principales corrientes de la denominada narrativa "idealista" que recorrerán la centuria: la novela sentimental, los libros de caballerías y las historias caballerescas. Junto a las obras de nueva creación para las prensas, se recurre a otras dos vías para satisfacer y generar la demanda de prosa de ficción: las traducciones de lenguas romances (francés casi siempre e italiano) y las remodelaciones de obras ya conocidas en la España medieval. La Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra, que con tanta faciliad se ubica dentro de las historias caballerescas, no tiene por qué ser una excepción a estas corrientes y en la comparación con ellas hemos de buscar sus orígenes48.
47
Creo que es de utilidad y apoya mi reflexión el trabajo de M. Harney, "Economy and Utopia in the Medieval Hispanic Chivalric Romance", Hispanic Review, 62 (1994), pp. 381-403, especialmente en sus primeros apartados.
48
No me detendré en exponer las características de este género, para lo cual hay ya una bibliografía suficiente a la que remito: V. Infantes, "La prosa de ficción renacentista: entre los géneros literarios y el género editoriaF', Journal of Hispanic Philology, XIII (1989), pp. 115-24; ídem, "La narración caballeresca breve", en Evolución narrativa e ideológica de la literatura caballeresca, Bilbao: Universidad del País Vasco, 1991, pp. 165-81; y N. Baranda, "La literatura
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La existencia de la Estoria medieval nos puede llevar a pensar que lo más probable es que la Chrónica sea una remodelación hecha a partir de una versión conocida en Castilla, que se desempolva para darle nuevos aires, como le sucede a la Historia de la reina Sebillo, a la Crónica del Cid Ruy Díaz a la Crónica de Fernán González y casi seguramente a la Historia de Enrique fi de Oliva. Pero no se puede establecer como norma que siempre que hay una versión medieval castellana el texto impreso deriva de ella, pues lo desmiente la Historia de Flores y Blancaflor, cuyo argumento se aleja de los que nos aseguran otras fuentes49; menos aún si el prologuista se nos presenta como traductor del texto: Y porque las historias que hasta aquí en nuestra lengua materna son escritas an ya perdido la novedad, me paresció que la historia de don Guillermo, rey de Inglaterra y duque de Angeos, viniesse en las manos de todos, (p. 85) Claro que de prologuistas mentirosos, especialmente en lo que a libros de caballerías se refiere, está el siglo XVI lleno, ¿se trata, pues, de uno más de los que intenta ocultar autorías propias bajo lenguas ajenas? Podría ser, pero entonces deberíamos considerarlo responsable de la versión que conocemos como Chrónica y de todas las variaciones que presenta respecto a la Estoria, lo que no sería fácilmente explicable. Las amplificaciones más extensas e interesantes se producen en los ocho primeros capítulos, en los que se explica cómo nombran a Guillermo duque de Angeos, luego se convierte en rey de Inglaterra y se instaura la fiesta de la Inmaculada Concepción. Los episodios referidos a Inglaterra y el milagro mariano origen de la festividad eran bien conocidos, porque se encuentran recogidos en las adiciones de La leyenda dorada, una de las colecciones hagiográficas más difundidas de la Edad Media, en el capítulo CLXXXIX, "La Concepción de la bienaventurada Virgen María"50. Los hechos se sitúan en tiempos del "gloriosísimo duque de los normandos Guillermo", es decir, de Guillermo el Conquistador, que vence y mata al impío rey inglés Eraldo para proclamarse a su vez rey de los ingleses. Los dacios se enteran de que los normandos han ocupado un reino al que creen tener derecho y se aprestan para la guerra, por lo que Guillermo envía como embajador a Helsino, abad del monasterio de Ramsey, para conocer sus intenciones. De vuelta, se levanta una tempestad que amenaza con caballeresca. Estado de la cuestión. 1. Las historias caballerescas breves", Jahrbuch, 45 (1994), pp. 272-294.
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Vid. N. Baranda, "Los problemas de la historia medieval de Flores y Blancaflor", Dicenda, 10 (1991-92), pp. 21-39.
50
Manejo y cito la trad. de J. M. Macías, Madrid: Alianza, 1982, pp. 850-52.
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hundir su barco, tiene entonces lugar la aparición que le pide al abad a cambio de la calma que en adelante celebrará y procurará difundir la fiesta de la Concepción. A su llegada, Helsino narra lo sucedido y establece la fiesta en Ramsey. La fuente última se encuentra en el Sermo de Conceptione Beatae Mariae y el Miraculum de Conceptione Beatae Mariae que se atribuían a San Anselmo51, de donde pasaron a otros relatos y colecciones inglesas y continentales52. De forma exenta la encontramos en La Conception de Nostre Dame de Wace", poema que gozó de una amplia difusión a juzgar por los numerosos manuscritos, en alguno de los cuales coincide con el Conté de Guillaume d'Angleterre5\ y como parte de alguna colección de milagros marianos conservadas en diversas bibliotecas55. En cualquier caso se trata de un relato bien conocido tradicionalmente en Francia e Inglaterra y quizá sólo a través de la Legenda aurea en España, donde es verdad que podía ofrecer menos interés, por poner el acento como lugar de origen de una fiesta mañana en un rey y unas tierras ajenas. A partir de esta narración milagrosa referida a un rey inglés llamado Guillermo, hombre que, según la Legenda, "procuró mejorar las costumbres de los ciudadanos e hizo lo que estimó conveniente para que la iglesia fuese tratada con el respeto y decoro debidos a su dignidad"56, se tuvo que producir la fusión del milagro con el Conté, como si fueran dos relatos referidos a un mismo personaje: el histórico Vid. los textos en Migne, Patrología latina, CLIX, cois. 320-23 y 323-26, en la tercera parte de las obras de San Anselmo; en CLVIII, cols. 42-45, se refuta su autoría, que H. Thurston y T. Slater, Eadmeri monachi Cantuariensus tractatus de Conceptione sanctae Mariae, Friburgo: Herder, 1904, atribuyen a Eadmero. 52
Sobre la difusión de estas leyendas mañanas vid. el clásico R. W. Southern, "The English Origins of the Miracles of the Virgin", Medieval and Renaissance Studies, IV (1958), pp. 176216; y para España J. Montoya Martínez, Las colecciones de milagros de la Virgen en la Edad Media (el milagro literario). Granada: Universidad, 1981, pp. 55-74, especialmente.
53
Hay ed. moderna de W. R. Ashford, Chicago: George Banta Publishing Co., 1933.
54
Así en el ms. de Cambridge, vid. P. Meyer, "Les manuscrits français de Cambridge", Romania, VIII (1879), pp. 305-42. F. Rico, "Entre el códice y el libro", en Libro del caballero Zifar..., ob. cit., pp. 244-258, pone el dedo en la llaga al postular que "los códices misceláneos, formados por premeditada agregación de títulos más o menos afines pero independientes, están en el origen de buen número de libros de sentido en definitiva unitario...", p. 255; ¿es la Chronica parcialmente resultado de una proximidad física?
55
Para el manuscrito conservado en The British Library vid. H. L. D. Ward, Catalogue of Romances in the Department of Manuscripts in the British Museum, Londres: British Museum, 1893, II, pp. 615-16, donde señala la presencia de colecciones similares en Toulouse, Oxford y Cambridge, aunque es en el manuscrito de Toulouse donde hay copia del milagro que nos interesa.
56
Ed. cit., p. 851.
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Guillermo el Conquistador (c. 1027-1087), duque de Normandía (1035), conde de Anjou (1062) y luego rey de Inglaterra (1066). Pero, dado que el núcleo de la obra se apoyaba sobre un personaje caracterizado por su casi santidad, la conquista como medio de acceder al trono podía resultar no solo poco adecuada, sino en una autoridad ilegítima, considerando que la conquista, según las teorías políticas de la época, no se contemplaba como una de las formas lícitas de acceder al poder57, de ahí que quizá para poder mantener a Guillermo como paradigma de rey santo y en perfecta sintonía con su carácter en el Conté se sustituya la conquista por la elección de los nobles. Seguramente con la voluntad de unir también Anjou, se crea desde este segundo núcleo el primero, referido al ducado, modelándose así la ascensión al ducado y al trono según idénticos patrones repetidos, cerrados ambos sobre sí mismos58. La vinculación que un reelaborador establece entre un relato de ficción y la historia real responde casi siempre que lo sabemos a causas perfectamente definidas y generalmente de índole práctica. Muy llamativo es el caso del denominado "román genealógico", en el que relatos, casi siempre preexistentes, se adaptan para reflejar de modo distorsionado, pero aun así reconocible, el origen de una dinastía a la que sirven, por ejemplo, los Lusignan, exaltados con el Román de Mélusine, o la familia de Gavre en la Histoire des Seigneurs de Gavre$9. Hay otros
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En la Glosa al regimiento de príncipes de Egidio Romano se exponen las cuatro formas jurídicamente legítimas: orden divina, provisión eclesiástica, herencia o elección del pueblo, caso este que ejemplifica con Vespasiano y otros emperadores romanos, vid. ed. de J. Beneyto, Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1947, vol. III, p. 117.
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Cada vez que se cierra uno de estos núcleos se destaca cuál es el régimen de vida que siguen Guillermo y Beta, que se establece como modelo perfecto y sin fisuras, hasta que desde el exterior se produce un nuevo desequilibrio que genera otros acontecimientos: "Y ellos todos idos, el duque començô a entender en la governación del pueblo y a oír en su palacio cada tarde, de manera que su tiempo lo gastava assí (...) Y assí estuvieron cerca de dos años, que no entendían en ál" (p. 97), "Y ello assí acordado, cada uno se fue a su casa y quedó el rey con mucha alegría, porque era muy devoto de Nuestra Señora, a la qual él y la reina siempre servían", p. 116.
59
Es el tipo denominado por D. M. Legge ancestral romance, que caracteriza del siguiente modo: "The object of the composition was to flatter a family by oblique references to a glorious past, and to hold up a kind of distorting mirror to the family fortunes", art. cit., p. 197; entre otros recuerda Fouke Fitz-Warin, Gui de Warewic, Fergus, Waldef y Boeve, los dos últimos basados en la leyenda de San Eustaquio. Otras obras más tardías se citan en D. Poiron, dir., La littérature française, ob. cit., pp. 209-10, y para España contamos con la relación sobrenatural de los Manrique estudiados por A. Rucquoi, "Le Diable et les Manrique", Razo, 8 ( 1987), pp. 103-111 ; y los casos de tradición melusiniana recogidos por J. R. Prieto Lasa, Las leyendas de los señores de Vizcaya y la tradición melusiniana, Madrid: Seminario Menéndez Pidal, etc., 1994.
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casos destacables de esta aproximación en literaturas foráneas60, pero también en la hispánica, en la cual han sido analizados para la historiografía, la ficción sentimental o la narrativa caballeresca (Tirant, Amadís de Gaula o el Caballero de la Cruz, entre otros), hasta poderse afirmar que "la realidad histórica del último cuarto del siglo XV es también materia novelable para estas ficciones, una fuente inagotable de inspiración"61; las mismas obras que serán instrumento de propaganda política al servicio de las clases dominantes y la monarquía. No se aleja mucho de estos casos el que presenta la Chrónica como remodelación del Conté, sometido a una extensa amplificatio en la materia narrativa y a cambios en topónimos que la anclan en una geografía política definida. La adición de materiales bien conocidos en la tradición miraculística y quizá de cierta difusión generalizada servía para prestarle un referente histórico en la prestigiosa figura de Guillermo el Conquistador, que unió bajo su poderosa mano el reino de Inglaterra, el ducado de Normandía y el condado de Anjou. La transfiguración se completa con la sustitución de la geografía indeterminada del Conté por unos topónimos de contenido político: Surclin, señorío al que llega Beta, se convierte en el reino de Normandía/ Ibervia62; el rey que guerrea contra ella es el de Escocia, enemigo de Guillermo el Conquistador. Lo que no se explica con tanta facilidad es el interés en insertar el ducado de Angeos, es decir, Anjou en el juego político, sobre todo hacerlo como un episodio independiente y destacarlo en su significado, a no ser que atribuyamos al refundidor poderosos motivos extra-literarios para hacerlo. Al comienzo y final del relato se señalaba cómo se mantendrá su independencia: 60
Podemos recordar el caso de Henry de Plantagenet, J.-G. Gouttebroze, "Henry II Plantagenet, patron des historiographes anglo-normands de Langue d'Oil", en La littérature Angevine médiévale. Actes du colloque du samedi 22 mars 1980, Maine-et-Loire: Hérault Imprimerie Edition, 1981, pp. 91-105, monarca que, por cierto, encargó a Wace la redacción de La Conception.
61
La cita en C. Marín Pina, "La historia y los primeros libros de caballerías españoles", en Medioevo y literatura. Actas del V Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, ed. de J. Paredes, Granada: Universidad, 1995, III, pp. 183-192, p. 184; sobre el tema vid. D. Catalán, "Poesía y novela en la historiografía castellana de los siglos XIII y XIV", en Mélanges offerts à Rita Lejeune, Gembloux: J. Duculot, 1969, I, pp. 423-441; R. Beltrán Llavador, "Novelar la historia: apuntes sobre la prosa castellana del XV", Monteolivete, I (198384), pp. 67-77; A. D. Deyermond, "La ideología del estado moderno en la literatura española del siglo XV", en A. Rucquoi, Realidad e imágenes del poder: España a fines de la Edad Media, Valladolid, Ambito, 1988, pp. 171-193; y A. Rucquoi, "La lutte pour le pouvoir en filigrane de l'historiographie Trastamariste" en Genèse médiévale de l'Espagne moderne. Du refus à la révolté: les résistances, Niza: Université de Nice- Sophia Antipolis, 1991, pp. 127-144.
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Sobre la denominación cambiante de este reino, tan pronto llamado Normandía como Ibervia vid. las sugerencias que hago en la n. 325 del texto.
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...les prometía [a los súbditos de Angeos] de nunca juntallos con el reino de Inglaterra sino siempre tenellos libres y dalles tal govemador que los tuviesse en paz y sosiego, (p. 106) ...los de Angeos quiero que ayáis por duque y señor a mi sobrino Perión. Y esto porque me ha servido muy bien y lealmente, y no es mucho dárgelo y dógelo libre y desembargado por agora y para siempre jamás, para él y hijos y nietos y quantos dél vinieren, con una condición: que si dél o de su generación faltare heredero, que el ducado sea de la corona real de Inglaterra., (p. 192) Sin duda debía haber lazos estrechos entre el autor de la refundición y los intereses políticos o dinásticos en torno al ducado de Anjou, como sucedía entre los romans dinásticos o ancestral romances antes mencionados y diversas familias señoriales, bastando para ello la pertenencia del autor a un círculo literario y a su ámbito de mecenazgo: ...les prétentions historiques du roman à la fin du Moyen Age sont favorisées par le mécénat princier. Nombreux sont les romans généalogiques écrits sur commande à la gloire d'une famille et des héros successifs qui l'ont illustrée.63 Si las implicaciones políticas de la obra apuntan a intereses de Inglaterra o más bien de Anjou, las coordenadas cronológicas también se pueden exprimir de la propia obra, cuya técnica de modelación responde, sin duda, a las características que imprime a sus textos uno de los procesos más llamativos de la literatura francesa a fines de la Edad Media: el de las prosificaciones. Según lo han establecido los estudios dedicados al tema, desde los más antiguos de E. Besch y A. Tilley, al clásico de G. Doutrepont y los más modernos y particulares de J. Rasmussen o D. Queruel64 se podría decir que se considera una prosificación la
M. Zink, "Le Roman" en La littérature française..., Grundriß der Romanischen Literaturen, ob. cit., pp. 210-11. 64
E. Besch, "Les adaptations en prose des chansons de geste au XV e et au XVIe siècle", Revue du Seizième Siècle, III (1915), pp. 151-81; A. Tilley, "Les romans de chevalerie en prose, Rabelais et Henri II", Revue du Seizième Siècle, VI (1919), pp. 45-63, luego en sus Studies in the French Renaissance, Cambridge: University Press, 1992, pp. 48-55; G. Doutrepont, Les mises en prose des Epopées et des Romans chevaleresques du XIVe au XVf siècle, Bruselas: Académie Royale de Belgique, 1939; J. Rasmussen, La prose narrative française du XVe siècle. Etude esthétique et stylistique, Copenhague: Ejnar Munksgaard, 1958; D. Queruel, "Des mises en prose aux romans de chevalerie dans les collections bourguignones", en Rhétorique et mise en prose au XVe siècle. Actes du Vf Colloque International sur le Moyen Français, Milán: Université Cattolica del Sacro Cuore, 1991, pp. 173-93; en estos trabajos y, en particular, en el indispensable Doutrepont se apoyan mis palabras.
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remodelación que un autor hace de un poema anterior, con el fin de conservar y transmitir una historia atractiva, proceso en el cual la materia narrativa es sometida a una transformación actualizadora. Este fenómeno, que en su esencia sería una de las prácticas o hábitos definidores de la Edad Media, se desarrolla en Francia en el siglo XV65 de una forma espectacular y con unas características bien definidas, creando nuevas historias, de las cuales muchas pasarán a la imprenta o se traducirán, como sucede con la Historia de París y Viana, la Historia de Oliveros de Castilla, el Libro del Conde Partinuplés, la Historia de Clamades y Ciarmonda, etc., que conocemos en castellano. Las transformaciones que muestra la Chrónica en relación al Conté son muy similares a los procesos habituales a que fueron sometidos los poemas en su paso a la prosa, tal como han sido detalladados por G. Doutrepont, al que seguiré de cerca como modelo seguro66. Los puntos en que la Chrónica coincide con las prosificaciones serían los siguientes: I. Adiciones: 1. [1] Tendencia al título extenso, que explícita generosamente el contenido de la obra, al igual que a las rúbricas de capítulos amplias, hasta el punto de que podemos comprobar cómo en la Chrónica por el simple procedimiento de unir estas rúbricas obtenemos un magnífico resumen del argumento. En este punto habría que considerar asimismo el prólogo de carácter explicativo o justificativo, donde el refiindidor (para nosotros el traductor) suele presentar la finalidad de la obra y su proceso. 2. [3] La precisión cronológica no se manifiesta por medio de las cifras, sino situándola en una época determinada, al identificar al rey Guillermo del Conté con Guillermo el Conquistador, como hemos visto. 3. [4] La precisión geográfica, que señala Doutrepont, en la Chrónica está íntimamente ligada a la voluntad de verismo histórico, pues el cambio de nombres geográficos tiene implicaciones históricas; aunque, cuando se trata de topónimos de ciudades o puertos, salvo Gravisenda que siempre es el puerto de Londres, se prescinde de ellos. Vid. para las precisiones cronológicas G. Doutrepont, ob. cit., pp. 352-63. 66
Seguiré los apartados que establece en el capítulo VII, "Genres et procédé de remaniement", ob. cit., pp. 467-636; a ellos remiten los puntos que analizo a continuación y el número entre paréntesis cuadrados para facilitar la confrontación. Parte de estas características las extiende M. Zink a los romans del siglo XV, vid. su capítulo "Le roman" en D. Poiron, dir., La littérature française, ob. cit., pp. 197-218.
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4. [5] La invención de nuevos personajes y la adición de nombres propios es una de las características que definen la Chrónica, pues respecto al Conté unos nombres cambian (Graciana Beta; Rodains Jordán), otros se añaden: Perión, Melchín, y dada la ampliación, se incluyen nuevos personajes (abad Ensino, rey de Escocia). 5. [6] La adición de episodios es común a muchas de las obras, si bien en cada una puede tener distintas fuentes de inspiración, medios de adaptación y finalidades. 6. [7] La posibilidad de añadir relatos de torneos y fiestas mundanas, como las denomina Doutrepont, es escasa en la Chrónica y aun así notamos cómo se amplían los recibimientos, despedidas y celebraciones públicas, por medio de detalles de cortesía o protocolo. 7. [8] Cumple la Chrónica estrictamente con la tendencia a especificar la posteridad del héroe, ampliándola muchísimo en relación al abrupto final del Conté. 8. [9] Adición de diálogos y de discursos directos, los cuales pueden llegar a considerarse incluso un rasgo significativo de la Chrónica, así los discursos del principio ante las asambleas de nobles o el extenso diálogo entre Beta y Guillermo justo antes de la anagnórisis. 9. [10] Como en los ejemplos ofrecidos por Doutrepont67 si comparamos ciertos episodios del Conté con la Chrónica es evidente la demora descriptiva que ofrece esta última por la adición de detalles. 10. [15] Se da en casi todas las prosificaciones y ya he señalado cómo es el aspecto más relevante de la Chrónica la tendencia a la lógica y a la verosimilutd dentro del relato, que Doutrepont califica como más "moderno" y sobre el que concluye: "la recherche de la vraisemblance, de la logique, du rationnel forme l'un des grands principes modificateurs de la poésie épique et romanesque qu'ont modernisée les metteurs en prose".68 11. [16] Por último, en lo que a adiciones se refiere, otra las características que puede definir la Chrónica que es la tendencia a clarificar y ordenar el relato.69 67
Ob.cit.,pp. 508-10.
68
Ob. cit., p. 559. Se apartaría la Chrónica en el espíritu cíclico [2], difícil de aplicar, y en los puntos 11-14: adición de detalles eruditos, moralizantes y de proverbios, adición o desarrollo de detalles religiosos (punto al que podría responder la inclusión del milagro mañano), desarrollo del
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38 II. Supresiones:
1. [1] Se elimina el comienzo de muchos poemas, y así también sucede con el del Conté en relación a la Chrónica. 2. [9] Cumple la Chrónica con la supresión de oraciones, discursos piadosos y detalles relativos a la religión, al menos en las reflexiones de Guillermo sobre la codicia, cuando le es arrebatada la bolsa o en las oraciones de la reina durante el parto. 3. [12] Y podría considerarse que se produce la supresión del elemento maravilloso o fabuloso si suponemos que el prosifícador sustituyó la devolución de la bolsa cayendo del cielo por su transmisión indirecta a través de Grolieles. III. Modificaciones: 1. [1] Presentar la obra como una historia verdadera es una de las pretensiones de los prosificadores también presente en la Chrónica, que lo declara desde su prólogo al señalar que es el prefacio a esta "crónica de Inglaterra", y a lo largo del texto se incluye el tópico "dize la coránica" como fuente. 2. [2] Cambios en la sucesión de los acontecimientos, que ya hemos visto hacía la Chrónica en relación al Conté. 3. [3] Cambios en los topónimos y antropónimos. 4. [4] Las modiñcaciones de las cifras se dan en la Chrónica al referirse a los años que tienen los jóvenes Lobato y Marín cuando se marchan de casa, mucho mayores en la reelaboración, y a los que Guillermo pasa en el exilio, que no son veinticuatro como en el Conté y el Dit, sino veinte, como recuerda Guillermo en el barco a su esposa; también en la cantidad de monedas que le entregan por la esposa, que se transforman de "cinc besans de fin or vermel" (v. 724) en "cient sueldos de plata" (p. 134). 5. [5] Cumple la Chrónica otro de los aspectos que caracterizan las prosificaciones, la modernización o modificación en favor de ciertos héroes y para honrar a ciertas familias de la época, si es que leemos bajo este prisma las menciones a Anjou y su unión a Inglaterra, que pueden responder a los intereses de un escribano deseoso de agradar a un noble.
aspecto maravilloso y adición de detalles picantes o escabrosos, que no tendrían cabida en un relato de las características del de Guillermo.
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6. [7] La actualización de estas obras puede ser léxica y no nos es posible comprobarla, pero la ideológica está presente, como veíamos en el trato que se le da a la clase burguesa y los tintes favorables con que se valora la actividad comercial70. Esta comparación entre los procesos habituales en la prosificación de antiguos poemas franceses (romans o epopeyas) y las diferencias que se observan en la Chrónica respecto al Conte, muestra sin lugar a dudas que la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra tal como se conserva en el impreso castellano responde a los mismos criterios, pues comparte con esas prosificaciones gustos, técnicas, modas y, por supuesto, fuentes similares, sólo un texto francés del siglo XV nos falta para demostrarlo. Si a la época y el interés por Anjou —coordenadas de tiempo y lugar en que creo que debemos encuadrar la versión presentada por la Chrónica—, le sumamos algunas circunstancias históricas y Otros ejemplos literarios del momento, creo que obtendremos una hipótesis que de no haber sido verdad, al menos pudo serlo. Me refiero en particular al hecho de que en la Francia del siglo XV, asolada por la guerra de los Cien años, no era Inglaterra el país de moda. Así lo señala G. Doutrepont cuando comenta el elogio a Inglaterra que se lee en el Gui de Warwick: Par ces propos aimables l'auteur répondait-il à un sentiment de l'époque? Non sans doute, car l'époque n'est guère favorable a l'Angleterre. G. Paris note même comme étant 'significatif au moyen âge 'le fait qu'il n'y a guère, en français de littérature au service du roi anglais'. Les gouvernants et les simples mortels d'outre-Manche sont plutôt objet de railleries, voire d'attaques violentes." El sentimiento general no pudo por menos que ser ese, pero existió una cierta tregua —quizá no en los sentimientos, sí formal— cuando en el marco de las negociaciones de paz, en 1443, se busca una esposa francesa para Enrique VI de Inglaterra y la elección recae en la sobrina del rey de Francia, Margarita de Anjou, hija de Renato, duque de Anjou y principal negociador por la parte francesa en
70
Señala a este respecto J. Rasmussen: "la préoccupation de la vie quotidienne resulte dans un matérialisme pratique, où se manifeste un intérêt minutieux pour les questions pécuniaries, les problèmes du ménage et le savoir-faire technique", ob. cit., p. 152.
71
Ob. cit., p. 617; vid. asimismo P. S. Lewis, "La 'France anglaise' vue de la France Française", en La "France Anglaise " au Moyen Age. Actes du II]' Congrès National des Sociétés Savantes (Paris, 1986), París: C.T.H.S., 1988, pp. 31-39.
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representación Carlos VII de Francia.72 La novia debía renunciar expresamente a sus derechos sobre Anjou y el novio era sólo pasajeramente duque de Normandía73, pero esos títulos eran parte de sus generosos linajes y un ilustre antepasado, Guillermo el Conquistador, había ejercido un poder real que unía todos los territorios, ¿qué mejor regalo a los novios que una versión embellecida de su figura? ¿Acaso John Talbot, conde de Shrewsbury, no había regalado a la futura reina un precioso manuscrito que contenía, entre otras obras, un Guy de Warwick y un Renaud de Mantauban, ambos prosificaciones de los antiguos cantares de gesta, con el propósito declarado en un prólogo de que la futura reina, al hablar ahora inglés, no se olvidara de su lengua materna74? Me resulta grato creer una historia así, pero carece de cualquier prueba. Sin embargo, es cierto que la corte ducal de Anjou fue uno de los centros culturales más relevantes del siglo XV, apenas a la zaga de la borgoñona. Recordemos que trabajó en ella Antoine de La Sale, preceptor del hermano de Margarita, destacado escritor, autor de varias obras narrativas de gran relieve como Petit Jehan de Saintré o Le paradis de la royne Sibille. No fue el único ligado a ese círculo, que como la corte de Borgoña atrajo y mantuvo una serie de escribanos anónimos, que desarrollaron tareas literarias al servicio de los gustos e intereses del mecenas, prosificando o elaborando antiguos materiales novelescos. Si bien el caso borgoñón es mucho más conocido, hasta el punto de que se llega a identificar su producción con el roman francés de finales de la Edad Media75, también Anjou tiene sus propios gustos. Éstos son así definidos por M. Zink "Elle s'intéresse aux 72
Esta boda y sus implicaciones se analizan en A. Lecoy de la Marche, Le Roi René. Sa vie, son administration, ses travaux artistiques et littéraires d'après les documents inédits des archives de France et d'Italie, Paris: Firmin Didot, 1875,1, pp. 225-38, que destaca cómo el rey no quiso desposar a ninguna de sus hijas, porque en caso de guerra tendría que combatir contra su propia descendencia; mientras que para el rey René significaba ligar su dinastía a una corona real.
73
El dominio político sobre el ducado de Normandía alternó entre Francia e Inglaterra desde el siglo XI y las luchas adquirieron especial virulencia en el marco de la guerra de los Cien años. Enrique V de Inglaterra la conquistó en 1420, pero la resistencia de los campesinos y las sublevaciones facilitaron la reconquista francesa entre 1436 y 1450.
74
Se trata del manuscrito conservado en The British Library, Royal 15. E. vi, cuyo contenido, descripción y procedencia pueden verse en H. L. D. Ward, ob. cit., pp. 129-130; para las palabras del prólogo sigo a G. Doutrepont, ob. cit., p. 196. No debe olvidarse que el Gui de Warwick es en su origen una reelaboración caballeresca de la leyenda de San Alejo, lo cual lo asemeja al Guillermo de Inglaterra.
7$
Aunque existen estudios posteriores y otros particulares, sólo citaré el clásico de G. Doutrepont, La littérature française à la cour des ducs de Bourgogne. Philippe le Hardi, Jean sans Peur, Philippe le Bon, Charles le Témeraire, Paris: Champion, 1909, con reimpresión en Ginebra: Droz, 1970.
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histoires exemplaires, recueille des romans séparés traitant souvent des sujets à peu près inconnues jusqu'alors, même s'ils exploitent des motifs éculés"76; y se ejemplifican con la Historia de París y Viana, la de Pierres de Provenza y la linda Magalona y Pontus et Sidoine11. Sus argumentos coinciden en que sobre planteamientos inicales profanos se desarrollan conductas próximas a la santidad, que, aunque no se inician de forma voluntaria ni buscada, acaban por representar una expiación de pecados que lleva a la felicidad. Entre ellas no podría sorprender la presencia de la Chrónica del rey Guillermo, cuyo argumento, mezcla de aventura profana y hagiografía, se acerca mucho a esas líneas, más aún cuando los intereses mundanos se acentúan y la conducta piadosa alcanza primero una recompensa terrenal78. En resumen, creo que las múltiples divergencias entre la Chrónica del rey Guillermo y las restantes versiones del relato, en especial del Conte, son el resultado de haber sido prosificado durante el siglo XV, pues los cambios literarios e ideológicos responden a los habituales para esas obras. Por su contenido político, que vincula el ducado de Anjou con Inglaterra, lo más probable es que tal prosificación se realizara en la corte ducal de Anjou, quizá con motivo de los preparativos de la boda de Margarita, hija del rey René, con Enrique VI de Inglaterra, pero, aun sin estar directamente vinculado a la boda o las negociaciones de paz, por su contenido, ideología y orígenes se aproxima a otras obras literarias del círculo angevino, a las que podría sumarse sin apenas contrastes. La fecha aproximada debería estar sobre la primera mitad del siglo XV y con más probabilidad en los años que giran en torno a la boda real, que coincide asimismo con la época de redacción que se asigna a otros romans angevinos.
76
En D. Poiron, dir., La littérature française, ob. cit., p. 217.
77
Antoine de La Sale, Paris y Viana y Pierres de Provenza por su pertenencia a la corte angevina han sido estudiados por A. Coville, La vie intellectuelle dans les domaines d'Anjou-Provence de 1380 à 1435, Paris, Librairie E. Droz, 1941, pp. 456-491; otros apuntes sobre la vida cultural bajo el espléndido rey René pueden verse en A. Lecoy de la Marche, Le Roi René, ob. cit., II, pp. 175-90; y para la propia obra literaria del rey vid. V. Chichmaref, "Notes sur quelques oeuvres attribuées au Roi René", Romanía, LV (1929), pp. 214-250; y N. Coulet, A. Planche y F. Robin, Le roi René: le prince, le mécène, l'écrivain, le mythe, Aix-en-Provence: Édisud, 1982, pp. 143215. Se podrían estudiar otras relaciones, por ejemplo, la presencia de la aventura marítima y de la vida mercantil en todas ellas, y señalar una consecuencia inmediata de esta posible vinculación, porque entonces sería innecesario recurrir a una versión con variantes del Conte como fuente del Dit y de la Chrónica, pues la mención del parecido entre la bolsa y un trozo de carne podría ser una contaminación del mismo motivo en Pierres y la supresión de la devolución de la bolsa una cuestión meramente argumentai propia del espíritu de la prosificación.
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4.4. La traducción castellana
Traducir un texto supone disponer de un original en otra lengua que se emplea como fuente, original que en una u otra forma ha de llegar a manos del traductor. En cuanto a la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra el proceso de esta transmisión entre Francia y España es ciertamente posible, lo mismo que la pérdida total de un texto francés, pero el modo en que se pudo llevar a cabo suscita para cada posiblidad numerosos interrogantes, que no se pueden obviar y que nos ofrecen en consecuencia más preguntas abiertas que resultados. Considerando los muchos romans franceses en prosa y verso, manuscritos e impresos que se conocen (no hay más que ver la bibliografía de B. Woledge79), podría parecer difícil justificar la pérdida total de un testimonio, que pudo viajar a España, pero no dejó huellas en Francia. Por desgracia la literatura francesa carece de un catálogo de su lost literature, como el espléndido trabajo desarrollado para España por A. D. Deyermond,80 así que no se pueden evaluar de forma global las pérdidas sufridas, que tampoco suelen ser reseñadas en los estudios sobre el género". Ahora bien, G. Doutrepont al plantear el problema de la difusión lectora de las prosifícaciones señala la existencia de grandes obras que fueron realizadas para satisfacer el deseo de una sola persona y cómo las menciones en inventarios o en otras obras literarias no encuentran muchas veces un referente preciso entre los textos conocidos; mientras que consultar desde esta perspectiva la bibliografía de Woledge revela la existencia de manuscritos, ediciones y textos perdidos, a los 79
Bibliographie des romans et nouvelles en prose française antérieurs a 1500, Ginebra: Droz, 1975 (1* ed. 1953) y el Supplément 1954-1973, idem. El resultado último de sus magníficos esfuerzos es La literatura perdida de la Edad Media castellana. Catálogo y estudio. I. Épica y romances, Salamanca: Universidad, 1995, en cuya bibliografía se encontrarán las referencias a la literatura perdida de R. W. Chambers y R. M. Wilson para Inglaterra, K. Hughes y R. J. Lyall sobre Escocia, J. Jesch sobre Islandia, y A. F. West sobre la literatura latina.
81
Por ejemplo, a pesar de tratar "Quelques problèmes de critique", no hace ninguna alusión a la pérdida de testimonios J.-C. Payen, Le roman, Turnhout: Brépols, 1975, pp. 53-60; lo señala al referirse a los problemas de la historia de la imprenta D. Coq: "11 n'existe d'abord aucun répertoire exhaustif de ce qui a été imprimé en France à cette époque: non seulement une bonne partie de ce qui a été publié a complètement disparu, mais encore les bibliographies et répertoires d'éditions des XV®-XVIe siècles sont soit inachevés..." (p. 59); más adelante indica el reducido número de ejemplares que conservamos cuando eran obras de éxito, lo que le lleva a afumar: "les éditions dont aucun exemplaire en subsiste plus à l'heure actuelle ont dû être fort nombreuses", en "Les débuts de l'édition en langue vulgaire en France: Publics et politiques éditoriales", Gutenberg Jahrbuch, LXII (1987), pp. 59-72, pp. 59 y 66 para las citas.
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que en su momento P. G. Brunet había dedicado un ensayo particular82, lo cual indica que en ocasiones será factible la ausencia de noticias sobre una obra. Tal podría ser el caso de la fuente francesa de la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra. La comparación también nos permite apuntar que el traductor pudo disponer de un original impreso, porque casi todas las historias, caballerescas o no, traducidas del francés cuyo caso ha sido estudiado se remontan a una de las ediciones y no a manuscritos, así Oliveros de Castilla, Melusina, la Vida de Roberto el Diablo, La historia de la linda Magalona o la Historia del cavallero Clamades83; pero también hay excepciones como el Libro del Conde Partinuplés, que evidencian una posibilidad abierta84. Esta posibilidad por un lado facilita la explicación de la transmisión de Francia a España, y por el contrario dificulta la pérdida del texto francés, que se habría producido sobre dos testimonios: un manuscrito y una edición. Pero, por otra parte, reflexionando sobre el contenido de la obra y el rechazo de los franceses hacia lo inglés que antes señalaba, podría atribuirse a falta de interés la desaparición de un rastro que loaba Inglaterra y le asignaba tierras poco antes conquistadas para la corona francesa a costa de mucha sangre y sufrimientos85. Si era ideológicamente poco aceptable ¿por qué se hizo una impresión si el editor tuvo en cuenta el rechazo francés hacia Inglaterra? ¿o no lo tuvo en cuenta? Si solo existió en copias manuscritas, ¿es factible que por esos
G. Doutrepont, ob. cit., pp. 675-81, aunque su preocupación se centre en la imposibilidad de poder determinar si se trata de un poema o un relato en prosa y no haga ninguna alusión a las posibles pérdidas; en B. Woledge se puede comprobar, por ejemplo, cómo Ogier le Danois (n° 109) tenía un único manuscrito perdido; Alexandre en la versión de Jean de Vignai (n° 5) ha desaparecido. P. G. Brunet, bajo el seudónimo de Philomneste junior, Livres perdus. Essai bibliographique sur les livres devenues introuvables, Bruselas: Gay & Doucé Éditeurs, 1882 (= Leipzig: Zentralantiquariat, 1973), cita entre otros los siguientes romans: Clamades (pp. 15-16), Fierabras (pp. 40-41), Pierres de Provence (pp. 92-93), Estoria Vespasiana (p. 118). 83
Vid. los estudios particulares citados infra, n. 91, ya que S. Cantrelle, "Traductions espagnoles de livres fiançais au XVIe siècle. Études de quelques prologues de traducteurs", Investigación franco-española, IV (1991), pp. 11-34, apenas trata el género de pasada. Otra bibliografía se encontrará en N. Baranda, "La literatura caballeresca. Estado de la cuestión. I. Las historias caballerescas breves", Romanistisches Jahrbuch, 45 (1994), pp. 272- 294.
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El Libro del conde Partinuplés deriva de un poema manuscrito, según señala R. T. Smith, The "Partinuplés, conde de Bles": A Bibliographical and Critical Study of the Earliest Known Edition, Its Sources and Its Later Structural Modifications, Tesis Doctoral de The University of California, Berkeley, 1977, pp. xliii-xliv.
83
No obstante, hay obras como Olivier de Castille que se ambientaban sin dificultad alguna en Inglaterra, pues conocieron un enorme éxito, bien es verdad que carecía de dimensiones políticas que implicaran intereses franceses.
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medios llegara a un español interesado en difundir la obra? ¿quién? ¿por qué? ¿una supervivencia casual?*6 Las traducciones de historias, caballerescas o no, a finales del XV y comienzos del XVI, para aquellos casos en que conocemos los dos términos del proceso muestran unas pautas bien definidas que se pueden sintetizar de la siguiente forma: el original francés es un texto impreso87, que probablemente un impresor hispano88, convencido de su interés y conocedor de su éxito en otro país, encarga a un traductor para su traslado y adaptación. Este trabajo suele presentar una lengua correcta, sin grandes errores sintácticos o léxicos y con escasos extranjerismos89; el contenido se muestra en la mayoría de los casos fiel al original, aunque haya 86
Cabría hacer extensas reflexiones en torno al Guillaume prosificado dentro de la difusión de la literatura en Francia a fines del siglo XV y el paso del manuscrito a la imprenta, pero es preferible remitir a los siguientes estudios hechos con mucho rigor y más conocimientos: H. S. Bennett, "The Author and His Public in the Fourteenth and Fifteenth Centuries", en S. C. Roberts, éd., Essays and Studies by Members of the English Association, Oxford: The Clarendon Press, 1938, pp. 7-24; A. Lôkkôs, "La production des romans et des récits aux premiers temps de l'imprimerie genevoise", en Cinq siècles d'imprimerie genevoise, Ginebra: Société d'histoire et d'archéologie, 1980, pp. 15-30; D. Régnier-Bohler, "La vie de l'écrit, de la Cour de Bourgogne aux presses des imprimeurs: systèmes en mutation et destin des manuscrits", Atalaya, II (1991), pp. 43-57; y A. Charon, "Usages du livre en France au XVIe siècle", en Pratiques de la culture écrite en France au XV siècle, Louvain-La-Neuve: Fédération International des Instituts d'Études Médiévales, 1995, pp. 459-72. Los lugares de edición más comunes para estas obras eran Lyon, Ginebra o Toulouse; recuérdese que Lyon era uno de los mayores centros de difusión y comercio del libro impreso ya antes de 1500, y que hacía las veces de receptor y distribuidor de todo tipo de productos y novedades, y a través de Toulouse se exportaban libros a España, vid. L. Febvre y H.-J. Martin, La aparición del libro, México: UTEHA, 1962, pp. 244-45. Por hispano, me refiero sencillamente a que imprime libros en castellano, porque Juan de Parix, era de Heidelberg y aunque estuvo primero en Segovia, luego se asentó en Toulouse, donde imprimió varios libros de enorme éxito en castellano, vid. A. Odriozola, "Los protoincunables (1472-1479) impresos por Juan Parix en Segovia (España) y Toulouse (Francia)", Gutenberg Jahrbuch, 51 (1976), pp. 130-137; otros, en una larga nómina (Ungut y Polono, Fadrique de Basilea, Jacobo Cromberger, etc.), se instalaron aquí, hasta el punto de que son difíciles de encontrar en las primeras épocas impresores oriundos de España. Un fenómeno similar al que apunto ha sido establecido para la primitiva imprenta en Lyon, cuyos impresores de origen alemán siguen el modelo de éxito que conocían, considerando que sería natural "que les adaptations des ces textes dans ta langue de leur pays d'adoption remportassent ici un succès analogue", D. Coq, art. cit. supra, p. 63.
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No se ha examinado suficientemente este aspecto (me limito a apuntarlo aquí con la esperanza de que alguien se anime a su estudio), pero casi todas las traducciones de romans que conozco tienen en castellano una redacción mucho más correcta que las obras anónimamente adaptadas de una versión medieval hispana (se podrían excluir, claro está, el Amadis de Gaula y algunas otras, por ejemplo, la Crónica del Cid abreviada), que se resienten gravemente de una labor de reducción y modernización superficial y apresurada, como demuestran palmariamente al Historia de Enrique fi de Oliva y la Historia de la reina Sebillo.
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adaptaciones de diverso género, según los intereses y conocimientos del traductor y quizá las exigencias y orientaciones del impresor; en su aspecto externo, también se acerca al original que imita, llegando en algunos casos a copiar además del formato, los grabados. Los ejemplos de esta práctica son muy numerosos: L'ystoire d'Olivier de Castille et d'Artus d'Algarbe (Oliveros de Castilla) estudiado por M. A. Frontón, La Vie du terrible Robert le Diable (Vida de Roberto el diablo), La conqueste du grand Charlemaine des Espaignes et les vaillances des douze Pers de France et aussi celles de Fierabras {Historia del emperador Carlomagno y de los doze pares de Francia), Mélusine (Historia de la linda Melosiná), Partonopeus de Blois {Libro del conde Partinuplés), etc90. Por lo que a fechas se refiere, estos trabajos de adaptación se enmarcan entre 1489 y 1524, años que corresponden respectivamente a la primera edición de la Historia de la linda Melosina (Toulouse, Juan de Parix y Esteban Clebat) y la Historia de París y Viana (Burgos, Alonso de Melgar), que abren y cierran la serie de romans traducidos. Aunque los hábitos apuntados no se puedan erigir en norma91, consideraré que la Chrónica sigue pautas muy similares a las del resto de traducciones, que el texto mismo y sus circunstancias no desmienten. Por eso creo que su primera edición debería situarse entre 1489 y 1524 y su traducción poco antes, pues estaría hecha con vistas a su inmediata impresión. En cuanto a las técnicas de traducción, lo más 90
M. A. Frontón, "Del Olivier de Castille al Oliveros de Castilla", Criticón, XLVI (1989), pp. 6376; J. M. Cacho Blecua, "Estructura y difusión de Roberto el diablo", en Formas breves del relato, Zaragoza: Universidad, 1986, pp. 35-55; F. Márquez Villanueva, "El sondable misterio de Nicolás de Piamonte (problemas del Fierabrás español)", en Relecciones de literatura medieval, Sevilla: Universidad, 1978, pp. 95-134; Historia de la linda Melosina, ed. de I. A. Corfis, Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1986; R. T. Smith, ob. cit., pp. xlivlxix, donde se encontrará uno de los análisis más detallados, que resumo con las palabras de Smith: "the Spanish adaptation of the French poem preserves the narrative and thematic elements found in what is now considered the original composition", p. xliv. A estos se podría aAadir el caso de la Coránica del noble cavallero Guarino Mezquino, que aun siendo traducción del italiano presenta las mismas características, vid. ed. de N. Baranda, Madrid: UNED, 1991 (microficha).
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De estas líneas generales entre las historias caballerescas sólo se aparta La coránica de los nobles cavalleros Tablante de Ricamonte y de Jofre, que aunque no tiene original francés inmediato, la versión impresa en castellano se aleja mucho del espíritu y la letra de Jaufré, como han estudiado J. B. Hall, "Tablante de Ricamonte and Other Castilian Versions of Arthurian Romances", Revue de Littérature Comparée, XLVIII (1974), pp. 177-189; y A. van Beysterveldt, "El roman de Jaufré y la Crónica de Tablante de Ricamonte", en Studia Occitana in memoriam Paul Remy: II. The Narrative Philology, Kalamazoo: Medieval Institute Publications, Western Michigan University, 1986, pp. 203-10. La adaptación era imprescindible para acercarlo a las concepciones caballerescas castellanas, pues presentaba rasgos muy alejados de ellas.
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probable es que el traductor se ajustara en lo esencial al texto francés original, si bien introduciendo cambios según sus propios intereses, algunos perceptibles en el texto que conocemos y otros sólo supuestos. Los más evidentes se hallan en algunos nombres propios, topónimos de la geografía española incluidos en la obra como parte del recorrido de Guillermo con sus mercancías: Barcelona, Medina y Villalón92. La primera es el puerto más destacado de Aragón al Mediterráneo, lo cual, por tratarse de un mercader que fleta un barco, no es mención extraña; las dos restantes, aunque sin duda se trata de lugares comerciales con importantísimas ferias, se hallan tierra adentro, muy alejados del mar, en la provincia de Valladolid, por lo que solo una razón personal pudo llevar al traductor a incluirlos. No debía ser una práctica desconocida el cambio en estos itinerarios con el ñn de mencionar lugares de interés para el adaptador, porque al menos en la Historia de Oliveros de Castilla, en la Coránica del noble cavallero Guarino Mezquino y en el Libro del Conde Partinuplés, obras alejadas entre sí, se procede del mismo modo93. A falta de mejores razones, una vinculación directa con esa zona vallisoletana, quizá la patria de origen del adaptador o del primer impresor, podría ser el motivo de esa sorprendente inclusión que hace a Villalón de Campos puerto de mar. Varios de los antropónimos plantean otros problemas. Respecto al Conté se modifican: Gratienne que se llama Beta; el sobrino de Guillermo, que no tenía nombre y se llama Perión; y el criado de Lobato y Marín, que de Rodains pasa a ser Jordán. El sentido original de la transformación varía mucho si la atribuimos al original francés o al traductor castellano94, aunque desde el texto final el resultado sea el mismo. Beta y Perión son ambos nombres de personajes secundarios en dos grandes sagas caballerescas del momento: el primero, tan similar a Berta, no puede dejar de asociarse a la narrativa carolingia, pues la más famosa es Berta de los grandes pies, madre de Blancaflor; mientras que Perión es el nombre del padre de Amadís de Gaula. Dado lo poco común de ambos nombres y los ecos seguros que debía despertar en cualquier lector avezado en la materia,
92
He aquí las dos citas: "desque Guillermo se falló despachado en un puerto donde acabó de vender sus mercadurías, que era en Bajetona, que se partió con intinción de ir a Galnaxa" (p. 160), "Porque no se parasse, la feria de Medina, que era en Castilla, donde ay grandes ganancias, acordó de ir a Villalón, un puerto, y de allí embiallas a la feria" (p. 161).
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Así se señala en M. A. Frontón, "Del Olivier de Castille al Oliveros de Castilla", art. cit., p. 74; en la ed. del Guarino Mezquino, ob. cit., pp. 22-27; y en R. T. Smith, ob. cit., pp. Ixii-lxiii.
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Cambios de los nombres de personajes secundarios se producen también en el Cuento de Tristón de Leonis, vid. L. Cuesta, "La transmisión textual de Don Tristón de Leonís", Revista de Literatura Medieval, V (1993), pp. 63-93, p. 87.
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no hay que desdeñar la posibilidad de que quien los transformó, quizá el traductor, buscara una vinculación sugerida a esos grandes ciclos. En cuanto a Jordán es también el nombre de ese criado en la Estoria, por lo que si lo achacamos al original francés, debemos considerar que hubo una versión del Conté perdida de donde beben la Estoria y el prosificador; mientras que si se lo atribuimos al traductor castellano, es obligado admitir una influencia de la Estoria o de la versión medieval hispana sobre la Chrónica. Podríamos en este sentido añadir la modificación que sufre el episodio de Beta raptada por los mercaderes, que no llega como objeto de disputas ante el señor de Catanassa, sino que es desembarcada por el patrón del barco, ya que los mercaderes se han matado entre sí por el ansia de poseerla. Se trata de una solución similar al rapto de Grima en el Zifar, salvo que en éste, una vez muertos los raptores, un misterioso niño en la vela conduce el barco a buen puerto95. Si nuestro medio de interpretación de la Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra es la comparación con otras muchas obras castellanas, similares en época y contenidos, hemos de suponer que el texto hispano debe reflejar con bastante fidelidad un original francés perdido, lo cual ha servido para que en un juego de palimpsestos haya sido posible en este estudio remontarse a su tiempo y orígenes, perceptibles con debilidad pero aún legibles si se emplea la luz adecuada.
5. La Chrónica del rey Guillermo castellana 5.1. La estructura del relato El relato original de la historia del rey Guillermo, presentado por el Conté, ofrecía una trabazón narrativa y simbólica muy estructurada, como han resaltado los diversos análisis de H. Knust, M. Wilmotte, F. J. Tanquerey, F. Danelon, J. R. Maier (aunque sean para la Estoria), etc. Parte de esta profunda simbología se perdía en el Dit, como demostró S. Buzzetti, pues los intereses del refundidor le Las diferencias en la formulación son numerosas entre ambas obras, por lo que me inclino por la existencia del motivo en el original francés, y no por una contaminación directa del Zifar castellano, cf. el Libro del caballero Zifar, ed. de J. González Muela, Madrid: Castalia, 1982, pp. 120-26. A propósito del episodio con la intervención divina para salvar a la esposa amenazada, comenta F. Rico las conexiones que implica entre el ms. h-I-13 de El Escorial y el Zifar, art. cit. supra, pp. 256-257.
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llevaban a reforzar aspectos narrativos y aventureros. En este sentido la Chrónica se configura de forma similar, ya que al modificarse los intereses que movían el relato incial, permanecen los elementos esenciales, aunque su relación ha sido trastocada. En primer lugar habrá que considerar la existencia de tres núcleos narrativos, de los cuales solo el segundo se corresponde con la totalidad del relato primitivo, el cual se reinterpreta en función de las dos lecturas que lo abren y lo cierran. El primer núcleo estaría constituido aproximadamente por los siete primeros capítulos que narran el ascenso de Guillermo desde señor de un único castillo al ducado de Angeos y al trono inglés, más la instauración de la fiesta de la Concepción; el segundo correspondería a la acción desencadenada por la voz divina, el exilio y la reunificación de la familia; el tercero, que tampoco tiene correspondencia en el relato original, son las postrimerías del héroe después de haber premiado a sus auxiliares, es decir, el reparto de la herencia, su modo de vida y su muerte. El primer núcleo es el de la formación del héroe, su preparación previa a la gran aventura religiosa que representa el exilio por orden divina. En este núcleo se producen dos etapas, que se desarrollan en esquemas repetitivos de acrecentamiento territorial: 1. guerra civil, elección, ducado [matrimonio] = mejora económica/ social y personal. 2. guerra civil, elección, reino = acrecentamiento económico y social. Por medio de ellas Guillermo llega a ocupar la cúspide de la pirámide social. Surge entonces el primer antagonista de la obra, el rey de Escocia, que genera el tercer episodio de este núcleo, el del milagro. Sin embargo, este antagonismo es más aparente que real, porque no consigue crear un auténtico obstáculo al ser superado solo por medio de la embajada del abad Ensino y, en consecuencia, la aventura también se desplaza del protagonista Guillermo al abad, que es su auténtico destinatario, por lo que se detiene el avance narrativo, si bien el autor, consciente de este "fallo", procura ligarlo al héroe, considerándolo como cumplimiento de su propia devoción, y al reino, resaltando el honor que supone96. 96
Las vinculaciones de Guillermo al establecimiento de la fiesta de la Concepción se expresan en los siguientes pasajes: "porque a El avía plazido y consentido que en aquella tierra se comenfava tan grand servicio a Nuestra Señora" (pp. 115-16); "y quedó el rey con mucha alegría, porque era muy devoto de Nuestra Señora, a la qual él y la reina siempre servían (p. 116); "Y dígote que porque eras devoto de Nuestra Señora, a ti plugo a Dios darte comiedo en tu reino de su gran fiesta de la Concebición. Y agora por más honrarte el día suyo que la Iglesia celebra la fiesta de la Concebición, tú y tu muger partirés desta vida" (pp. 194-95).
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Esta constitución interna demuestra cómo hay que considerar el deseo de insertar el milagro de la Inmaculada Concepción de la Virgen como tema a partir del cual el autor genera este núcleo, pues su introducción a posteriori carece de cualquier justificación, y cómo probablemente sea su original, la llegada de Guillermo al trono de Inglaterra, lo que le lleva a desarrollar dos episodios consecutivos idénticos para unir el ducado de Angeos. En cuanto a los temas que se plantean en este núcleo, se observan desde el mismo inicio los dos polos del relato: la obtención de bienes materiales (tierras, poder) y la ambición de bienes eternos. El primero de ellos ocupa casi todo el objeto de la narración, mientras que el segundo queda tan solo apuntado al considerar que las elecciones de Guillermo se efectúan por voluntad divina, al reseñar su modo de vida polarizado entre los deberes políticos y los religiosos y, por último, por medio de la aparición milagrosa, que se procura vincular al reino y a su rey. El segundo núcleo lo constituye el relato original del rey Guillermo, es decir: su exilio, la separación de la familia, la reunificación y las recompensas. La motivación del cambio, a partir de una situación social que en otros relatos es punto de llegada, es divina, pues se trata de un mandato directo de Dios, por mucho que las causas "lógicas" no queden nunca claras para el lector97. Su consecuencia es el destierro de la corte o del hogar, por lo que no se podrá cerrar hasta la vuelta al mismo hogar/ corte, que representará el final de este núcleo narrativo. Los puntos de partida y retorno actuarán a su vez como límites espaciales entre los cuales se desarrollarán acciones especulares sobre el eje de las acciones individualizadas: partida (la familia está unida: esposos e hijos por nacer) // separación// acciones individuales// unión // retorno. Dentro de él, no obstante, la acción no será lineal, sino que tras un brusco descenso en dos etapas, se produce un paulatino ascenso hasta un punto más elevado que el de partida, en lo espiritual, lo afectivo y lo económico/social. Guillermo, en el primer núcleo narrativo, había ascendido a la cúpside social en dos fases, ducado y reino, ahora descenderá al inferior de todos en varias secuencias consecutivas: el exilio que le lleva a desprenderse de todo lo material y de su rango; la pérdida de la mujer ligada a los insultos (bellaco, villano, engañador) y la paliza; y la pérdida sucesiva de los dos hijos, culminada con la oración a Dios. A partir de este punto se inicia el retorno por separado de cada uno de los personajes, que les llevará a la 97
Recuérdese que D. Legge apuntaba la posibilidad de que la traición, revelada por la voz divina, y no una rara penitencia fuera la causa de la partida, vid. supra n. 25. En la Chrónica nada se dice salvo un genérico: "porque fagas penitencia de algunos pecados en que ás caído", p. 118.
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reunificación98. Ésta, siguiendo las pautas de diseño especular, se realizará con dos secuencias, al reconocer primero a la madre y después a los hijos, de modo que Guillermo, el héroe, que había sido el eslabón roto en la separación, será luego el lazo de la unión que podrá establecer el vínculo entre ellos. Las peripecias individuales, paralelas en el tiempo, se presentan en el relato de forma sucesiva, siguiendo a cada personaje desde el punto de la separación hasta la situación que tendrá cuando se produzca la anagnórisis. Nuevamente el orden establecido por la separación y luego por el reencuentro será el que ocupen los personajes: primero Beta, luego los gemelos, por último Guillermo. Por otra parte en cada una de estos subnúcleos se alternan una etapa de viaje y otra de asentamiento, que en el caso de los gemelos es doble: Beta: viaje por mar —> asentamiento. Lobato y Marín: viaje por mar —> asentamiento —> viaje por tierra —> asentamiento. Guillermo: viaje por tierra —• asentamiento —• viaje por mar —> reencuentro. Esquema que manifiesta cómo la secuencia invertida hace que lo que para Beta y sus hijos fue el elemento de separación, el mar, se convierta para Guillermo en medio de unión y, en último extremo, en instrumento de la voluntad divina, ya puesto a su servicio en el primer núcleo con el milagro. Pero estos viajes físicos para Beta y los gemelos son también reflejo de un viaje de ascenso social" hacia una corte, que si bien no es el espacio propio será un sustituto, por medio del cual se manifiesta cómo los personajes han recuperado parcialmente su identidad social y que su conducta es positiva. Y a través de la caza, actividad cortesana por excelencia, tanto que el rey de Escocia la había reservado para sí, se unirán todos los protagonistas, porque Beta se revela momentos antes de cazar el ciervo y al ir tras este Guillermo, perdido, encuentra a sus hijos. Para Guillermo este segundo núcleo narrativo, la superación de esta "aventura" tiene su reflejo inmediato en el plano material y le convierte en rey de dos reinos, como demuestra en la respuesta a sus hijos, al afirmar que es rey de Inglaterra y Normandía. El progreso espiritual era patente en el abandono de todos los 98
Para este esquema constructivo y los medios con que controla la separación-unión de los personajes en un relato lineal serán aplicables muchas de las observaciones realizadas a propósito de la estructura del Zifar, vid. A. Durán, Estructura y técnicas de la novela sentimental y caballeresca, Madrid: Gredos, 1973, pp. 134-40; y por C. González, "El caballero Zifar " y el reino lejano, Madrid: Gredos, 1984, pp. 110-116.
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No hay rastro en el texto de un proceso de perfeccionamiento espiritual, a no ser que se considere que ambos factores están íntimamente ligados, de modo que los logros materiales sean reflejo de la superación de pruebas espirituales.
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intereses mundanos: la riqueza, de la que se siente desprendido a pesar de ser mercader; su propia identidad social, al rebajarse al más bajo estado social de siervo, tanto que lo oculta parcialmente cuando luego relata su historia en público100, y el poder, al que renuncia expresamente al volver a Inglaterra y huir de nuevo. Sin embargo, también en su caso se produce un progreso reflejado en el plano material, porque como criado es posible identificarlo con el buen siervo de la parábola bíblica que multiplica las ganancias de su amo, aunque no revierta en él, que sigue fiel a su condición servil hasta que se reencuentra con Beta y se convierte en rey. A la reunificación, sometida a una exensa amplificado cortesana, le sigue la vuelta al trono de Inglaterra, para sumar las posesiones antiguas a las nuevas y el pago de sus "deudas", pues de algún modo se sugería en esta versión que había encomendado al abad Ensino pagar sus deudas101, por lo que según el principio del redde quo debes ahora debía hacerse cargo de las nuevas, contraídas con quienes criaron a sus hijos y con el mercader que le acogió. Como muestra de una nueva vida espiritual no comete los mismos errores antes implícitos, de ahí que uno de sus primeros actos de gobierno, pasados los festejos, sea ocuparse de estas deudas, que tienen un lugar destacado en el libro y que cierran el segundo núcleo narrativo. El tercero no es solo la prolongación de la biografía del héroe hasta su muerte, sino también sirve para equilibrar el conjunto del relato, desarrollando lo que J. F. Burke denomina el estado de gaudium y dándole una mayor importancia en relación al pathos que ocupa todo el centro de la obra102. Pero su eje temático es ahora la construcción de la "santidad" de Guillermo. Logrados los bienes espirituales procede a su reparto como herencia y se retira con Beta a una vida de santidad, lo que supone el abandono voluntario de lo material, sacrificio recompensado por un nuevo milagro, por medio del cual se manifiesta que Guillermo (y Beta) ha conseguido la salvación, elevándose por encima de los reyes a la esfera de los santos y uniendo también en el final los dos polos de perfección espiritual y de progreso material que son el tema esencial de la obra. 100
Aunque no especifica qué aspectos calla ("mas no todas las cosas del tiempo de Melchín su amo, sino que bivía con él y algunos passos que él vido que convenía", p. 176), hay que considerar que ciertos oficios eran incompatibles con la dignidad del caballero, vid. J. Rodríguez Velasco, El debate sobre la caballería en el siglo XV. La tratadística caballeresca castellana en su marco europeo, Valladolid: Junta de Castilla y León, 1996, pp. 284-85.
101
Dice así: "en lo del descargar la conciencia de los servicios y cargos que él mandava fazer, dieron cargo al abad Ensino, su devoto, de complillo todo, para lo qual le dieron cierta cantidad de dineros para que por un memorial pagasse y descargasse su conciencia del rey; el qual lo fizo assí", p. 128. El tema del redde quo debes se encuentra presente en el Zifar, donde ha sido analizado por J. F. Burke, History and Vision: The Figural Structure of the "Libro del cavallero Zifar", Londres: Tamesis Books, 1972, pp. 39-54.
102
J. F. Burke, ibidem, pp. 83-84.
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5.2. El buen gobernante y otros personajes Los personajes de la obra se pueden dividir en dos grandes grupos: Guillermo y su familia, que ocupan el espacio nuclear del relato y son su eje; y los que giran en torno a ellos, cumpliendo funciones diversas según el lugar que ocupan respecto a los personajes eje. Cada uno de los primeros tienen su propio subnúcleo narrativo al actuar separadamente, mientras que los segundos se relacionarán con uno u otro de esos subnúcleos o con el conjunto, siempre, eso sí, de forma subsidiaría y cumpliendo funciones positivas en ayuda de los protagonistas (todos los que reciben recompensas), bien negativas incidiendo sobre su mala fortuna (mercaderes raptores) o bien oscilantes como el rey de Escocia, que primero es antagonista de Guillermo y Beta, pero termina por incorporarse al círculo de Guillermo, lo que conlleva el ensalzamiento del protagonisa. El protagonista de la obra es Guillermo, que da título al relato. Si como héroe no nos sorprende que su característica más acusada sea la virtud, sin embargo, sí es menos habitual en el román de aventuras que su modo de manifestación sea una constante pasividad. Guillermo se presenta al lector a través de las alabanzas de un anciano caballero del ducado de Angeos, que lo muestra como futuro gobernante ideal. Sólo por este aspecto se convertirá primero en duque y luego en rey. No se trata de que no luche por ello, sino que su única voluntad es la de conservar — y defenderá su reino frente al rey de Escocia—, no la de adquirir. Tampoco tiene una vocación de santidad, por mucho que lleve una vida de trabajo y recogimiento; el destierro es una orden divina que debe acatar, no una opción, y para aceptarla se hace aconsejar por su confesor, sometiéndose a su interpretación lo mismo que luego se somete a la firme decisión de Beta de acompañarle; también será por voluntad divina el fin de este exilio. Durante el destierro sufrirá diversas pruebas que podemos atribuir a la mano de Dios, pero no es menos cierto que aún en esos casos su pasividad, el sometimiento a las circunstancias es casi absoluto. Hombres y fortuna decidirán su destino y cuando sea él quien tome una decisión los otros se encargarán de impedirle actuar reduciéndole a su inactividad: se enfrenta a los mercaderes para salvar a Beta y es golpeado; piensa acomodar a sus hijos y le desaparecen; así que él mismo se presenta ante los mercaderes atado, como símbolo de su propia situación de aceptación de la voluntad de otro, la de Melchín de tomarle a su servicio. Ni siquiera después de encontrar a Beta, lo que supone el fin de sus pruebas, cambia este aspecto, porque al ir de caza, actividad que desea fervientemente, se pierde y tendrán que ser los hijos quienes le encuentren y no a la inversa. Así, sometido a
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los otros, las recompensas serán para los agentes positivos de su destino: los padres adoptivos de Lobato y Marín, el mercader Melchín, su sobrino Perión, Jordán, criado de sus hijos y el rey de Escocia, que los ha mantenido en su corte103. Este aspecto esencial de su carácter le aleja del protagonista del román de aventuras y deja entrever sus orígenes en la hagiografía, en la cual el tema de "el hombre probado por el destino" exige, como en Job, sometimiento y, por tanto, una pasividad, que ahora se extiende a todo su proceso vital y a todos sus acontecimientos. Beta se presenta como la esposa ideal para el gobernante ideal, porque reúne nobleza, linaje y "buen gesto", es decir, belleza, amén de desplegar con eficacia y aprobación de todos las tareas propias de la mujer noble; sólo las riquezas faltan para cumplir los requisitos exigibles a la mujer del príncipe tal como los establece Egidio Romano104. A diferencia de otros romans donde el papel de la mujer es meramente subsidiario respecto al hombre, héroe y protagonista único de la aventura, en esta obra Beta, como esposa, ocupa también un lugar destacado y se convierte en eje de parte de las aventuras. Por esta razón su carácter es en unos episodios pasivo y en otros activo. En el relato original, considerando como tal el Conté, Gratiiene se presenta siempre como mujer activa105 que desarrolla sus propias iniciativas a veces en oposición a la voluntad del esposo y que vela por sus intereses decididamente desde el principio hasta el final, cuando reúne a sus tropas para ir a rescatar al esposo prendido por sus enemigos y entrega personalmente la recompensa a los mercaderes que han criado a sus hijos. La Chrónica, sin embargo, presenta una Beta de carácter oscilante: activa y fuerte en el núcleo central, derivado del Conté; dependiente e inactiva en los núcleos inicial y final, donde casi desaparece, hasta el punto de que ni llama a sus tropas a la guerra ni es la dama cortesana que premia a Frochel y Grolieles, manifestación inequívoca de la voluntad del refúndidor. Si Guillermo se defiende por medio de la pasividad y el sometimiento, las armas de Beta son la palabra y la astucia. Su capacidad de engaño y persuasión se manifiesta en oposición a los hombres que pretenden regir su destino, primero Guillermo y luego el rey de Normandía/ Ibervia. Frente a Guillermo se finge 103
La recompensa para el rey que pretende a Gratiiene y guerrea con ella serán las tierras; ahora, aglutinado Normadía/ Ibervia bajo la corona inglesa, la recompensa se traslada a la boda, que es a la vez señal de sometimiento.
104
Vid. las observaciones de n. 186.
105
A este propósito conviene recordar cómo los relatos de la "antología" del ms h-I-13 de El Escorial, entre ellos la Estoria, muestran en común la presencia de una mujer fuerte que ejerce un papel protagonista, vid. J. R. Maier y Th. Spaccarelli, art. cit. supra.
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dormida y oculta que también ella ha visto la luz, luego logra acompañarlo en su exilio a pesar de la negativa inicial. Más tarde domina la situación cuando lo reconoce de mercader y "juguetea" con él de forma descortés (es decir, no adecuada a la cortesía que se debe mostrar con un mercader), hasta llegar a revelar su identidad en el momento que considera más oportuno. Por lo que al rey de Normandía se refiere, es capaz de simular que ignora su enamoramiento durante doce o trece años, procura disuadirle de su boda y miente para forjarse un pasado pecador y una penitencia que la libre del débito conyugal. Y si estas "armas" la llevan hasta el trono de Normandía, con la guerra abierta mantendrá su derecho a la viudedad frente al rey de Escocia. Se establece, pues, un fuerte contraste entre este carácter y la debilidad que manifiesta cuando los mensajeros de Escocia llegan a anunciar dónde está su marido: "fallaron a la reina, la qual de pesar estava tan traspassada que era maravilla" (p. 178), es decir, incapaz de asumir la acción. Recuperado su papel de pasividad inicial junto a Guillermo, hasta la muerte le será otorgada de forma subsidiaria, pues participará como cónyuge en este premio a la santidad al anunciársela para ambos solo al esposo. El tercer núcleo del relato está protagonizado por los hijos de Guillermo y Beta, Lobato y Marín, que ocupan un tercer lugar en la jerarquía de personajes del relato. Destaca E. A. Francis106 que resulta extraño, a la luz de la importancia que la sociedad feudal concede al heredero, el que se omita toda referencia a cuál de los dos gemelos nació antes, aunque el mismo autor señala cómo la posición de Lovel o Lobato en el Conté es más destacada. Efectivamente también en la Chrónica se observa la misma igualdad incial entre los hermanos, porque tras nacer solo sabemos que uno es hallado en boca de un lobo y el otro en un barco. Las divergencias entre ellos, levemente marcadas, no comienzan hasta la escena en que sus padres les proponen convertirse en pellejeros o peleteros: "Y Lobato era ombre reposado y sufrido" (p. 148), "Pues Marín era brozno, no fizo lo que fizo Lobato" (p. 150). Así se explica la diferencia en su conducta para con sus padres adoptivos y su distinta suerte en lo material, pues Lobato parte con un caballo mejor, los cien sueldos de plata, una taza de plata, arco y fechas; mientras que Marín solo obtiene el paño prueba de su origen. Su diferente carácter, cortés/ brozno, se manifiesta en esta recompensa y en las sucesivas, porque serán los dones que ha recibido Lobato los que les permitirán entrar al servicio del rey de 106
En "Guillaume d'Angleterre", art. cit., p. 68; a pesar de tratarse de gemelos la obra busca la variedad en el modo de encontrarlos y de comportarse con sus padres, sin decir nunca cuál de los dos era mayor, cuestión fundamental para la herencia, "There are, however, many signs that the poet intended to give more attention to Lovel than to Marins, although this fact does not seriously disturb the impression of similarity and equality appropriate to twins", p. 68.
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Escocia: el arco y las flechas para la caza; la taza de plata y las monedas para demostar el cohecho del montero. En adelante las notas diferenciadoras se multiplicarán107, siendo el reconocimiento de Lobato anterior al de Marín, recibiendo la mejor parte de la herencia, que es el reino de Inglaterra y, por último, el encargado de preparar las pompas fúnebres como principal heredero. No obstante, a pesar de la extrañeza de E. A. Francis, el relato refleja en este aspecto su estrecha vinculación al folclore y a patrones frecuentes para los gemelos, que modificados podrían explicar algunos aspectos conflictivos de la obra: el hambre de la madre tras el parto como medio para matar a uno de los hermanos que es salvado por el padre; la iniciación por el abandono, paso del agua y la recuperación. Estos motivos se hallaban ligados también a las leyendas de origen de linajes, con las que el Conté ha sido vinculado, y figuran muy atenuados en algunos libros de caballerías, en los que las parejas de gemelos muestran distintas vocaciones108. El personaje más próximo al círculo familiar de Guillermo es Peñón, su sobrino. Su carácter en el relato está determinado por su función de alter ego del protagonista, siendo casi un desdoblamiento del propio Guillermo, para permitirle mantener el poder mientras se encuentra en el exilio. Como familiar que había sido llamado a su lado inmediatamente después de asumir el ducado y parte de su círculo de confidentes más próximos, desempeña siempre tareas de subordinación informando a su tío, llevando sus mensajes o dirigiendo su armada, sin embargo, nunca llega a adquirir rango de consejero real, que se reserva para el abad Ensino. Por otra parte, Perión encarna los sentimientos y deseos de la corte y el pueblo cuando Guillermo se va, da acción a la voluntad generalizada de encontrarlos promoviendo la primera búsqueda y luego el interrogatorio a Guillermo mercader. El premio a esta tarea de fidelidad será la boda de su hija con el rey de Escocia y su designación como duque de Angeos. Fuera del círculo real o nobiliario hay otros personajes con papeles muy destacados, estos son los mercaderes. No es frecuente que figuren personajes así en otros relatos caballerescos o cortesanos, donde el mundo representado suele terminarse dentro de los estamentos más elevados. De todas las historias 107
Nótense las siguientes citas: "Lobato, que era de mejor sufrimiento y de mejor habla" (p. 155) "el rey fizo a Lobato, porque era bien razonado, su camarero; y a Marín dio la copa" (p. 157) ". Y porque el rey quería más a Lobato, por podelle ver más vezes, fizóle capitán de la gente de toda la tierra y condestable; y a Marín fizóle almirante de la mar" (p. 157).
108
Todos estos aspectos, con muchas más sugerencias de las que me es posible incluir aquí pueden verse en F. Delpech, "Les jumeaux exclus: cheminements hispaniques d'une mythologie de l'impurité", en Les problèmes de l'exclusion en Espagne (XVf- XVIf siècles), Paris: Publications de La Sorbonne, 1983, pp. 177-203, passim.
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caballerescas solo dos incluyen personajes significativos de estas categorías: la Historia de la reina Sebilla (el Cuento de Carlos Maynes, según se titula en el manuscrito escurialense) y la Chrónica del rey Guillermo. En la primera el personaje del villano Baruquel ha sido estudiado por E. Kóhler109, mientras que en la segunda, la versión del Conté, y en consecuencia de la Estoria, que de tan cerca lo sigue, fue examinada por Foulon, que la califica de "aristocrática"110. Efectivamente no hay duda de que la perspectiva social que aplica y defiende la Estoria es la de la nobleza, que se burla del espíritu mercantilista y vil representado por los padres de Lobel y Marín, alejados de toda cortesía. La Chrónica transforma este aspecto lo mismo que otros, al dar a estos personajes un carácter burgués, casi cortesano. Aunque todos sean mercaderes ni inicial ni finalmente se sitúan en la misma categoría social: la riqueza de unos y otros queda reflejada por medio de la propuesta de vida que hacen a sus "huéspedes": menestral para los hijos; comerciante marítimo para Guillermo, lo cual tiene una repercusión directa en su recompensa posterior, que consiste en ascender un peldaño en la escala social. Melchín, de condición semi-noble, será premiado con la boda de sus hijos con dos damas de la nobleza, armarlos caballeros y darles oficio como tales de almirantes con renta; Frochel y Grolieles son recompensados con la honra que reciben en la corte, los vestidos, por medio de los cuales "ya parescían cavalleros" (p. 189), y las rentas para disfrutar en su casa. Por último Jordán es el criado gentil que acepta servir a Lobato y Marín compartiendo su aventura, a través de la cual encuentra su fortuna: de repostero de cámara del rey de Escocia a gobernador y mayordomo mayor en la esfera de intimidad de Guillermo. Estos personajes nos muestran que en la Chrónica se mantiene el mismo ideal aristocratizante que existía en el Conté, si bien modificado en su concepción. Los estamentos plebeyos son perfectamente respetables y cumplen una función social digna, sea cual sea su ocupación, sin embargo sus aspiraciones están puestas en integrarse a la nobleza o al menos compartir su ámbito de privilegos. La aristocracia es, pues, un espejo legítimo en el que el resto de la sociedad se contempla y del que desea formar parte, al ser tocados por ella se produce la transformación e incluso unos simples mercaderes pueden asumir la apariencia de caballeros. 109
"Ritterliche Welt und 'villano': Bemerkungen zum Cuento del enperador Carlos Maynes e de la enperatriz Sevilla", Romanistisches Jahrbuch, 12 (1961), pp. 23-43, luego en Esprit und arkadische Freiheil. Aufsätze aus der Welt der Romania, Frankfurt am Main/ Bonn: Athenäum Verlag, 1966, pp. 287-301.
110
C. Foulon, "Les tendances aristocratiques...", art. cit.
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5.3. Ideología e ideales El prólogo de la Chrónica no se aleja de lo que suele ser habitual en otras obras del género caballeresco, que con mayor o menor fortuna exprimen los tópicos del prodesse et delectare. La historia es magister vitae y, aunque la moralidad de la ficción pueda ser puesta en entredicho, tras atender los asuntos del alma, puede uno recrearse en "libros seglares, así de cavallerías como de otras materias", es decir, en una obra como la presente, que sin ninguna inocencia se sugiere asimilable a los libros de caballerías1". No es tan tópica la siguiente mención a la vida política: Y desta forma a la manera del pulpo, que toma la color de la peña adonde se allega, en las cosas que tocan a la vida política vestiremos la librea del tiempo, que será de tantas colores de quantas historias nos pudiéremos buenamente alumbrar, (p. 85) Es decir, que la historia ñcticia o real, en cualquier caso la que aquí se presenta, contendrá enseñanzas para la vida política, para el arte de gobernar y para las cuestiones de estado112. La voluntad didáctica en este campo, de relevancia suficiente para ser mencionada en el prólogo, se corresponde con los múltiples contenidos políticos de la obra, lo cual la sitúa aparte de las historias caballerescas breves, en las cuales por lo general sólo los contenidos religiosos, morales o amorosos cobran relieve113. Sin embargo, no era así en los libros de caballerías, que proclaman unos valores éticos aprovechados por la monarquía para su propaganda114, ni en obras de otros géneros, como expresa J. M. Nieto Soria: 111
Se encuentran motivos similares en otros prólogos coetáneos: las traducciones de Tirant lo Blanc (Valladolid: Gumiel, 1511), ed. de M. de Riquer, Madrid: Espasa-Calpe, 1974,1, pp. 3-5; Oliveros de Castilla, en Historias caballerescas del siglo XVI, ed. de N. Baranda, Madrid: Turner/ Biblioteca Castro, 1995,1, pp. 181-82; el de Zifar en su edición sevillana de 1512, ed. de C. González, Madrid: Cátedra, 1983, pp. 459-60.
112
El adjetivo político tuvo en el Siglo de Oro dos acepciones: la actual, 'relativo a la ciudad y al estado', 'perteneciente al gobierno'; y la anticuada de 'educado'o 'urbano y cortesano'. Esta segunda, no obstante, no la registra el DCECH hasta finales de siglo en Covarrubias, Lope y el Guzmán de Alfarache, por lo que podemos tener la certeza que la actualizada en el texto es la primera.
113
Vid. N. Baranda, "Las historias caballerescas breves", en Literatura popular, Anthropos, 166-67 (mayo-agosto, 1995), pp. 47-50, donde se encontrará una clasificación de este conjunto de obras según su trama argumental.
114
C. Marín Pina, "La ideología del poder y el espíritu de cruzada en la narrativa caballeresca del reinado fernandino", Fernando II de Aragón, reí Rey Católico, Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 1996, pp. 87-105; por su parte L. Cuesta, Aventuras amorosas y caballerescas en las novelas de Tristón, León: Universidad, 1994, p. 227, hace alusión a una posible interpretación
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Nieves Baranda La presentación ideológica de la realeza supone siempre la expresión de un ideal monárquico (...) Tal ideal monárquico, manifestado a través de imágenes visuales, de actos, de ritos, generalmente público y palabras y frases, frecuentemente formularias o incluso alegóricas, pero no por ello carentes de sentido político concreto, tiene una de sus manifestaciones más ricas y sugerentes (...) en los textos literarios.115
La Chrónica del rey Guillermo de Inglaterra plantea un caso algo distinto a partir de la solución política a los conflictos. La ausencia de poder, debido al caos que genera, y las posibles consecuencias para el país, en especial la pobreza y la vulnerabilidad a los vecinos, se subsanan en la obra dos veces por medio de la elección del perfecto gobernante, primero en potencia, cuando se describen sus virtudes, y luego en acto, cuando se detalla su género de vida. En cuanto a los elementos que lo conforman serán: linaje, esfuerzo, virtud, buenas costumbres, fama, juventud y ser cristiano, a los cuales debe sumar, por el bien del estado, un matrimonio de calidad y una descendencia que asegure la continuidad en el poder. La falta de descendencia, por exceso de juventud (caso del duque de Angeos y luego del rey de Inglaterra) o por la mucha vejez (así el rey de Normandía/ Ibervia) puede conducir a la guerra civil y al caos, a no ser que se delegue el poder de forma legal en otras personas (en Inglaterra Perión; en Normandía la propia Beta, reina viuda). El gobernante elegido por los nobles reunidos en asamblea debe aceptar un pacto que limita su poder, pues el juramento se realiza por las dos partes, y si los subditos le van a obedecer como a señor natural, él deberá respetar todos los privilegios establecidos"6. Más claramente se expresa en las condiciones que Elsino pone ante los nobles ingleses para elegir un nuevo rey: política del Tristón de Leonís en relación al reinado de Carlos V, que luego desarrolla en "Libro de caballerías y propaganda política: un trasunto novelesco de Carlos V", Mundos de ficción (Actas del VI Congreso de la Asociación Española de Semiótica), Murcia: Universidad, 1996, pp. 553-560. Por otra parte, tal uso de la ficción no era desconocido y parece que la leyenda de San Eustaquio se prestaba a ¿1 fácilmente, al menos si aceptamos la hipótesis expuesta por A. Boureau, "Placido tramite...", art. cit., pp. 686-89, de que sirvió para sustentar la utopía de un orden imperial-religioso bajo Luis el Piadoso y Carlos el Calvo. ns
"Apología y propaganda de la realeza en los cancioneros castellanos del siglo XV. Diseño literario de un modelo político", En la España Medieval, XI (1988), pp. 185-221, la cita en p. 195; vid. asimismo de J. M. Nieto Soria, Fundamentos ideológicos del poder real en Castilla (siglos XIII-XVJ), Madrid: Eudema, 1988; y A. D. Deyermond, "La ideología...", art. cit. Lo que aleja esa literatura de la Chrónica del rey Guillermo es —como veremos— que plantea un ideal de gobierno discrepante frente al sistema impuesto a partir de la derrota comunera en 1520, lo cual debía hacerse necesariamente con voz muy queda.
116
Así lo expresa el texto: "os ruegan y os quieren que vos queráis ser su duque y guiador y señor y defendedor y guardador de sus usos y costumbres, y para que les tengáis en justicia y ellos sean vuestros vasallos súditos naturales, y que vos les juraréis de les tener y guardar todas las cosas
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...no devéis elegir ombre del reino, porque siempre avrá embidias, ni menos os consejo que traigáis de fuera ombre que sea más ni tanto como vos, porque no atribuya este reino al suyo. Y hazed una cosa: pensad en las comarcas algún ombre virtuoso y de linage y fazedlo rey y tenello és por señor, por la subjeción a que os ponéis; y tenello és por igual, por la honra en que lo ponés, y él hará de vosotros lo qu'él querrá y vosotros harés dél lo que quisiéredes. (p. 101) En esencia se trata de elegir un primus inter pares que acepte los dictados de la nobleza y al cual ésta, como estamento, le pueda hacer frente en igualdad de condiciones. Esta solución viene en último extremo refrendada por su excelente resultado al elegir como rey a Guillermo, que por cauces poco ortodoxos acrecentará el reino. Si el tema político rara vez tiene cabida en las historias caballerescas, menos aún con una visión alejada de las tesis más conservadoras de un poder real hereditario o al menos absoluto. En el Amadís de Gaula, donde se cuestiona al rey Lisuarte, se hace porque no es un buen rey, se ha dejado dominar por los malos consejeros y se ha convertido en un tirano, pero al fin vence la monarquía absoluta"7. El mismo status quo político que está presente, aun sin desarrollar, en el resto de historias caballerescas, quizá con excepciones como la Crónica del Cid o la Crónica de Fernán González, que por estar basadas en la historia de España tienen otras implicaciones y lecturas. Así por contraste, cuando hay que hacer una lectura "política" de la Chrónica del rey Guillermo por la importancia que en ella tiene ese mensaje, nos damos cuenta de que navega contracorriente al alejarse de la tendencia ampliamente extendida de considerar la potestad regia un poder absoluto, al menos en la teoría. Esta ideología podría ser debida a su fuente, que sin duda establecía las líneas arguméntales de la obra, pero también se podrían explicar sin salir de la Castilla de la época. A la muerte de Isabel la Católica en 1504 se abre en Castilla hasta 1521 un largo periodo de incertidumbres marcado por las regencias de Felipe el Hermoso, Fernando el Católico, el Cardenal Cisneros y la llegada al trono de Carlos V, la que los duques antepassados les guardaron. Y ellos vos jurarán de vos ser leales vasallos y de vos obedescer como a señor natural", pp. 93-94. 117
Cf. J. M. Cacho Blecua, Amadís: heroísmo mítico cortesano, Madrid: CUPSA/ Universidad de Zaragoza, 1979, pp. 297-306, donde señala los aspectos políticos del enfrentamiento entre realeza y nobles en el Amadís de Gaula; en otros términos lo estudia C. González, "El conflicto entre el héroe y el rey en el Poema de mío Cid y en el Libro del Cavallero Zifar", en Studies on Medieval Spanish Literature in Honor of Charles F. Fraker, ed. de M. Vaquero y A. D. Deyermond, Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1995, pp. 173-182.
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crisis culminará en la guerra de las Comunidades. El conflicto tiene dimensiones muy profundas y ha merecido un extenso y documentado estudio de J. Perez 1 ", sin embargo, para su relación con la ficción que nos interesa podemos extraer de su obra algunos detalles: Carlos V, era duque de Borgoña, pero no era rey natural de sus subditos, pues había nacido fuera de Castilla y se rodeaba de extanjeros; abandona España poco después de haber sido reconocido como rey por presentarse a obtener la corona del imperio y a ello dedica enormes recursos que obtiene de Castilla; la elección imperial preocupaba a Castilla porque suponían que la convertiría en un territorio marginal dentro del conglomerado que regiría Carlos; las cortes de 1518 le recuerdan a Carlos la obligación que tiene de somerterse a la ley y, más aún, le dicen: ...ante todas cosas, queremos traer a la memoria de vuestra alteza, se acuerde que fue escojido e llamado por rey; cuia interpretación es regir bien, y porque de otra manera non sería regir bien mas desypar e ansy non se podría decir nin llamar rey e el buen regir es facer justicia.119 Asimismo recordar cómo la gran nobleza, se mantiene solo expectante en la primera fase de la sublevación comunera, satisfecha de los apuros que está pasando la monarquía y esperando su momento para intervenir como árbitro de la situación; y cómo algunos de los centros más importantes del movimiento comunero fueron Valladolid, Medina del Campo y Toledo. Estos acontecimientos no están presentes de forma explícita en la Chrónica del rey Guillermo ni tampoco asistimos a un argumento que los novelice, se trata de un proceso de sugerencias veladas expresadas a través de un relato ficticio y altamente idealizado en sus contenidos, que incluso pueden justificarse desde un punto de vista religioso. Sería forzar las lecturas de la obra de forma equivocada señalar que con el abandono del ducado de Angeos por Inglaterra se está presentando a Carlos V en su marcha hacia el trono imperial, porque los hechos del relato no permiten ni de lejos la identificación de un román á clef. No obstante, creo que también sería ingenuo obviar que en el Toledo de 1526 e incluso en la La revolución de las Comunidades de Castilla (1520-1521), Madrid: Siglo XXI, 1981, trabajo que sigo para todo lo referido al tema; vid. asimismo S. Haliczer, Los comuneros de Castilla. La forja de una revolución (1475-1521), Valladolid: Universidad, 1987. 119
Apud J. Perez, ob. cit., pp. 119-20, que recuerda cómo esta ideología se expresaba a través de la metáfora del cuerpo, también presente en la Chrónica en uno de los discursos finales. Para los aspectos señalados pueden verse pp. 129-40, y para el que se indica a continuación pp. 455-60 y 669-76. Por otra parte estudia algunos mecanismos de defensa del pueblo frente al poder J. L. Bermejo Cabrero, Máximas, principios y símbolos políticos (una aproximación histórica), Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1986, pp. 122-133.
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Castilla de Medina (del Campo o de Rioseco) y Villalón, a las que alude la propia obra, los acontecimientos que habían desembocado en la guerra de las Comunidades y el conflicto mismo habían sido apasionadamente vividos en primer plano, por lo que no podían olvidarse en apenas cinco años, demasiado pocos para que ciertos aspectos de la ficción dejaran de traer reminiscencias de la realidad120. Los deseos de la nobleza de compartir el poder del monarca, la existencia de un poder político colegiado que elige rey, la elección de un rey extranjero, el abandono del reino por orden divina o sin ella, son hechos de la obra con una fácil vinculación a una realidad insatisfactoria y conflictiva, que en la ficción encuentran su resolución ideal, por lo que si el relato podría leerse como una vaga propuesta de soluciones también es una manifestación de problemas latentes. Este acercamiento entre la ficción y la realidad no lleva aparejado un origen castellano para la versión de la Chrónica. Dado que no se está novelando la historia, lo que se hace es emplear una ficción preexistente cuyos contenidos, quizá sutilmente manipulados, pueden ser interpretados bajo una luz nueva. El román francés insertaría ya los dos episodios de la elección de Guillermo, pero no necesariamente todas las reflexiones que giran en torno a ellos, de modo que los mismos acontecimientos convenientemente "glosados" alcanzaban nuevos matices, implícitos anteriormente o no. Por ejemplo, en la siguiente frase: "estos cavalleros que aquí veis, con acuerdo de la comunidad, por el bien de toda la tierra, acordaron de embiaros a pedir..."121, la referencia a la comunidad, dirigida por los nobles y que actúa por el bien común, podía no haber figurado en el original francés. Para insertar estas reflexiones no era necesario modificar el conjunto de la obra, sino "conducir" suavemente al lector en la dirección adecuada, porque no hay duda de que, aunque practicado por un rey santo, el ideal de gobierno que indisimuladamente postula la Chrónica se halla muy alejado de las posturas ortodoxas en la Castilla del momento122. Por supuesto que la lejanía
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En cuanto a la pervivencia del conflicto en la memoria colectiva vid. las páginas 679-80 de J. Perez, ob. cit., que comienzan con: "Maldonado esperó más de veinte años a publicar su diálogo sobre las comunidades; en 1545 le parecía que, por fin, todas las pasiones se habían apagado..."., ¿qué no sería en 1526, cuando aún se estaban padeciendo las represiones recientemente impuestas?; y también S. Haliczer, ob. cit., pp. 264-65, para la pervivencia de la ideología comunera y pp. 262-264, para las relaciones entre la alta nobleza y el emperador. Pág.92. Cf. estas prácticas que yo señalo como probables con las demostradas por F. Márquez Villanueva a propósito de la traducción del Carlomagno, en el que no se introducen grandes cambios sino pequeñas alteraciones que modifican algunos significados de la obra, "El sondable misterio...", art. cit., pp. 106-126. En cuanto al término comunidad se encuentra explicado en A. Rucquoi,
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cronológica, la geográfica y, por tanto, política, la relación del argumento con hagiografías conocidas y los elementos folclóricos le prestaban un halo de irrealidad propio de la ficción caballeresca, el cual servía para disfrazar el mensaje que posibilitaba su difusión impresa. También serán las razones que permitan su reedición en la Sevilla de 1553, donde la lectura sería una ficción caballeresca sostenida por el propio texto y sus significados inmediatos123.
6. Nuestra edición 6.1. Los impresos T: TOLEDO, s.i. [pero, Miguel Eguía], 1526 [Enmarcado en una orla tipográfica de cuatro piezas. Dentro en la parte superior:] El rey don Guillermo [Debajo grabado con escena de corte que representa en el centro un rey con corona y cetro sentado, dos figuras a su derecha y tres a su izquierda. Debajo:] K Chronica del rey don Guiller/ mo rey de Ynglaterra x duque de Angeos: x / déla reyna doña Beta su muger: t de co/ mo por reuelacion de vn ángel le fue/ mandado que dexasse el reyno x da/ cado x anduuiesse desterrado/ por el mundo: x délas estra-/ ñas auenturas que andan/ do por el mundo le aui/ no. Agora nueua-/me«te impresso./ [tres puntos en disposición de triángulo invertido] [A la vuelta comienza el prólogo a línea tirada, h. lv.] ^ Prologo o prefacio déla presente chro-/ nica de Ynglaterra. Enderezada al benigno lector./ COmun sentencia es de los autores/ ansi griegos... Valladolid en la Edad Media. II. El mundo abreviado (1367-1474), Valladolid: Junta de Castilla y León, 1987, pp. 393-397. 123
Obsérvese que las dos ediciones, tienen grabados muy distintos en la portada, acordes al mensaje que, según mi lectura, buscan subrayar: la toledana, un rey sedente con los atributos del poder, similar al de las portadas de La coránica del rey don Rodrigo con la destruyción de España, de Pedro del Corral (Sevilla, Jacobo Cromberger, 1511), la Historia de Alexandre Magno de Quinto Curcio (Sevilla: Juan Varela, 1518); el Valerio de las historias escolásticas de Diego Rodríguez de Almela, (Toledo: Juan de Villaquirán, 1520); o la Hystoria del emperador Carlomagno y de los doze pares de Francia (Sevilla: Jacobo Cromberger, 1521). La edición sevillana refuerza el contenido de aventura al presentar un caballero que conduce a una dama y señala hacia el mar donde se observan algunos barcos, lo que incide sobre el papel del mar en la obra y su carácter de espacio para la peripecia.
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[f. 2r. comienza el texto] 1 Capitulo prime-/ ro como por fallescimiento de here/ dero... [Colofón, f. 33r.] K Fue impressa la presente chronica / del Rey don Guillermo: x déla rey-/ na doña Beta su muger. En la im-/ perial ciudad de Toledo. A. xxiiij. / dias del mes de Setiembre de mil / T quinientos T. xxvj. años. [h. 33v.-34r.] Tabla/ K Tabla déla chro-/ nica del Rey don GuillermoFolio, letra gótica, 33 fols. + 1 h., dos cois., signs. aiiij [+4]— ciiij [+4]-dv [+5], cabeceras. Madrid BN, R-2965, encuademación en pergamino moderno en cuyo lomo se lee: "CORONI [szc]/ del Rey/ Don/ Guillermo"
P. de Gayangos,"Catálogo razonado de de los libros de caballerías que hay en lengua castellana ó portuguesa, hasta el año de 1800", en Libros de caballerías, Madrid: BAE, 1847, pp. LXIII-LXXXVIII, p. LXXIX; B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, Madrid: Rivadeyra, 1863 (= Madrid: Gredos, 1968), t. I, n° *778, con error en la descripción al asignarle un grabado como el que encontramos en la edición sevillana; C. Pérez Pastor, La imprenta en Toledo. Descripción bibliográfica de las obras impresas en la imperial ciudad desde 1483 hasta nuestros días, Madrid: Imp. M. Tello, 1887 (= Toledo: Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1984), n° 26; A. Palau, Manual del librero hispanoamericano, Barcelona: Librería Palau, IV, 1951, n°65002; J. Simón Díaz, Bibliografía de la literatura hispánica, Madrid: CSIC, IX, 1959, n° 1281; Catálogo colectivo de obras impresas en los siglos XVI al XVIII existentes en las bibliotecas españolas. Sección I, siglo XVI. Edición provisional, Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia, etc., 1972-1984, 15 vols., n° 3683; J. Vega González, La imprenta en Toledo. Estampas del Renacimiento, 1500-1550, Toledo: Diputación Provincial, 1983, p. 47, que la asigna al taller de Miguel Eguía124.
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Dice así: "Similares a ésta [portada del Contemptus murtdi de Juan Gerson] son las que aparecen en la Crónica del Rey don Guillermo y en la Crónica de Tablante de Ricamonte y de Jofre (1526), sin indicaciones tipográficas pero, probablemente, salidas de su taller ese mismo año", atribución que asumo. Una síntesis de las andanzas e intereses de Eguía junto con referencias bibliográficas sobre el impresor puede verse en J. Delgado Casado, Diccionario de impresores españoles (siglos XV- XVII), Madrid: Arco Libros, 1996, n°230, en pp. 198-200, del t. I; y más extensamente en J. Gofti Gaztambide, "El impresor Miguel de Eguía procesado por la Inquisición (c. 1495-1546)", Hispania Sacra, I (1948), pp. 35-88.
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[Portada a dos tintas. Enmarcado en una orla tipográfica de seis piezas. Dentro en la parte superior, en rojo:] El Rey don Guillermo. [Debajo grabado que representa a un caballero/ mercader conduciendo a una dama por el brazo hacia unos barcos que le señala; detrás de la dama otra mujer. Debajo:] [rojo] La coronica del Rey/ do« Guillermo rey de Inglater / [rojo] ra x Duque de Angeos: T de la reyna doña Beta su / muger: x de como por reuelacion de vn ángel le / [rojo] fue mandado que dexasse el reyno T ducado / t anduuiesse desterrado por el mundo / [rojo] x délas estrañas auenturas que / andando por el Mundo le /[rojo] auino. Agora nueua-/ mente impresso. / [rojo] + / Año. MD.Liij. [A la vuelta comienza el prólogo a línea tirada, h. Ir.] f Prologo o prefacio déla presente coro-/ nica de Inglaterra. Enderegada al benigno lector./ COmun sentencia es de los autores/ ansi griegos... [f. 2r. comienza el texto] f Capitulo primero co/ mo por fallecimiento de heredero... [Colofón, f. 28v.] | Fue Impressa la presente chronica del / Rey don Guillermo: y déla reyna doña / Beta su muger. En la muy noble y leal / ciudad de Seuilla En casa de Dominico / de Robertis que sancta gloria aya. A. vij. dias / del mes de Agosto, año M.D.Liij. [h. 29r.-29v.] ^ Tabla déla chroni / ca del rey don Guillermo... Folio, letra gótica, 28 fols. + 2 hs., dos cois., signs. aiiij[+4] — Ciiij[+4]- diij [+ 3], con reclamos, cabeceras. Ejemplares en: Madrid, BN R-12647, ex-libris de Gayangos, con espléndida encuademación en marroquin rojo con hierros en oro en lomo, cortes y caras; en el lomo se lee: "Coronica/ del rey/ Guil-/ lermo/ de / Ingla- / térra" "Sevilla / 1553". Otro ejemplar en Munich, Bayerische Staatsbibliothek, Res. 2°P.o.hisp.27125, encuadernado entre Bernardo de Vargas, Cirongilio de Tracia (Sevilla: Jácome Cromberger, 1545) y Pedro Hernández de Villalumbrales, Libro intitulado peregrinación de la vida del hombre puesto en batalla debaxo de los trabajos que sufrió el Cavallero del Sol (Medina del Campo, Guillermo de Millis, 1552). P. de Gayangos, ob. cit., p. LXXIX.; B. J. Gallardo, ob. cit., n° *779; J. Simón Díaz, ob. cit., IX, 1282; A. Palau, ob. cit., n° 65002 en nota; Catálogo colectivo..., ob. cit., n° 3684, donde se recoge el ejemplar de la BNM; sobre el impresor vid. J. 125
Agradezco a Víctor Infantes que viera para mí este ejemplar.
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Hazañas y La Rúa, La imprenta en Sevilla..., Sevilla: Imp. de la Revista de Tribunales, 1892, pp. 96-97, donde señala que imprimió gran número de libros de caballerías e historias caballerescas, aun sin mencionar la del rey Guillermo; y J. Delgado Casado, Diccionario de impresores..., ob. cit., n° 753.
6.2. Criterios de edición y selección de variantes Para la presente edición se han tenido en cuenta ambos impresos, que se han cotejado minuciosamente, llegando a la conclusión de que T presenta menos errores que S y una lengua más arcaizante. En cuanto a los errores es fácilmente observable a partir del cuerpo de variantes que son pocas las ocasiones en que se debe desechar la lección de Ty aun en bastantes de estos casos se trata de un mero trastrueque tipográfico fácilmente detectable. Plantea más dificultad demostrar que muchas de las adiciones de S son ñuto de la intervención amplificadora de su copista y que no implican omisiones de T. Si bien esta demostración no es desde luego posible en bastantes casos, debemos valorar el conjunto a partir de los ejemplos en que la adición supone información redundante y de los que denotan errores, lo que me lleva a sospechar que se trataba de una tendencia del copista de 5, quizá obligado por la necesidad de adaptar la obra a una caja diferente, considerando que se suelen agrupar hacia el final de la segunda columna del folio y que cesan aproximadamente a partir del capítulo XVI, probablemente porque ya se había llegado a ajustar el texto. Veamos algunos ejemplos: I, n T viendo cómo lo que dezís es cierto / S viendo que en todo lo que dezís es cierto (error en el en) III," T Estando el duque en esta vida que os hemos dicho IS La coránica dize que estando el duque don Guillermo como os he dicho III, b T adoleció y su mal fue de manera que murió sin hazer testamento / adolesció y su mal fue de muerte de manera que murió sin hazer testamento ni otra cosa ninguna III, 1 T gana de tollerar tantos daños / S gana de tollerar tantas muertes y tantos daños y tan grandes robos. III,' Tal dicho monesterio / Sal dicho monesterio donde estova el abadEnsino
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VI, 4 T Partidos los embaxadores de la corte del rey don Guillermo para ir a su señor / S Partidos que fueron los embaxadores de la corte del rey don Guillermo para ir a donde estova su señor VII,^ ^ u T quedó el rey con mucha alegría, porque era muy devoto de Nuestra Señora, a la qual él y la reina siempre servían / S quedó el rey con muy grande alegría, porque era muy devoto de Nuestra Señora, a la qual el Rey y la reina siempre servían y encomendaban sus cosas. VIII, afl"ap, T encomendóse a Dios y a su Madre que los socorriesse / S encomendóse a Dios Nuestro Señor y a su Madre Sancta María que los socorriesse y guardasse VIII, be"bf, T se metieron al monte y llegaron cansados, en especial la reina / S se metieron en un grande monte y llegaron cansados, especialmente la reina, que como iva preñada no podía caminar, etc. En cuanto a las variantes lingüísticas se observa el mismo fenómeno que en las adiciones: cesan casi completamente a partir del capítulo XVI. Hasta ese punto ambos textos presentan abundantes diferencias siendo la lengua de S en su conjunto más próxima a las formas actuales, así en las vacilaciones de timbre vocálico y en las consonánticas: complido / cumplido; vertud / virtud; inconvinientes / inconvenientes; intinción / intención; mochachos / muchachos-, en súpitamente / súbitamente; agora / aora; en los prefijos: estonces / entonces; en la f- inicial, que se sustituye casi siempre por h- y se restituye o suprime de acuerdo generalmente a la ortografía actual: ora / hora; hedad / edad; á / ha; ombre / hombre; herrada / errada; en los pronombres átonos de tercera persona: gelo, gela / se lo, se la; en los morfemas verbales: harés / haréys; podrás / podréys; estó / estoy; dame / dadme; catá / catad; y muy rara vez en la sustitución de un término anticuado por otro más moderno: fuzia / esperanga. Si bien estas características no pueden ser consideradas como sistemáticas, pues frente a ellas también encontramos en S vocalismos no aceptados en la lengua actual: recibimiento / recebimiento; redimido / redemido; y una tendencia a mantener los grupos consonánticos cultos: codició / cobdició; fruto / fructo; soleniza / solemniza; escrito / escripto; codicia / cobdicia; bautizar / baptizar; asolver / absolver; cativavan / captivavan (pero recabdo / recaudó). Estas diferencias desaparecen casi totalmente a partir del capítulo XVI, cuando la lengua de T y 5 coincide salvo pequeñísimas variantes, que muestran cómo T continúa las mismas tendencias lingüísticas en vocalismos, consonantes, y1 inicial,
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etc., que ahora sí copia S, lo cual indica que estaban en el arquetipo y que es S la que ha introducido los cambios. El cuerpo de variantes prescinde de todas aquellas que se puedan calificar de ortográficas o gráficas, pues aumentan considerablemente el registro pero son inútiles para establecer la filiación. Los errores conjuntivos muestran que T y S derivan de un mismo arquetipo a : Ibd, IIIa2, m - , IV1, IV", IVy, VIIf, VIIIj, VIH", X¡, X p , X T , XIbc, XVC, XVIir, XVIII8, XIXC, XIXf, XIX8, XX a , XX b , XXIIa, XXII8, XXIV, XXVIa, CU8, CUr, CUU, CU". Sin embargo, no lo hacen copiando S de T, sino ambos independientemente de a, como queda constatado por los errores separativos, que limito a aquellos errores de T que no podrían ser fácilmente identificables por el copista de S y por tanto corregidos: I"\ Iaw, IIm, II", IIIe, IIIbi, IIIbl, Vil', VIIk, VIIIf, VIII', VIIIaj, VIIIaw, XId, XI1, XI", Xi8", XIII", XIVr, XV a , xvr, x v n r , x x 8 , x x i \ A partir de los datos expuestos la filiación comenzaría con el autógrafo o apógrafo del traductor/ adaptador del que copiaría el primer impreso, arquetipo a, del que derivan a su vez independientemente T y S. Por tanto, las palabras que figuran en las portadas de Ty S "agora nueuamente impreso" podrían indicar tanto que se trata de una novedad editorial como que ha sido impreso de nuevo, pues ambas posibilidades son reales en el caso de esta obra. He aquí el stemma:
O
a
T S Por estas razones he basado la presente edición en el texto de T, que considero más fiel a a y, en consecuencia, al original del traductor. Las enmiendas propuestas son de tres tipos: las que se apoyan en la lección de S y que me sirven para corregir los errores de T (Ij, III®, por ejemplo); los contados casos en que hay dos lecciones erróneas distintas en T y S, que se combinan para proponer una lección correcta (I**, XVIIf, por ejemplo); las enmiendas ope ingenii, que considero imprescindibles cuando ambos impresos muestran la misma lección errónea. En estas he procurado en todo momento que la corrección fuera lo más
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sencilla posible y lo más próxima a las grafías existentes, a fin de reducir al mínimo la conjetura e intervención; algunas de ellas se explican en nota a pie de página y para todas tiene el lector registro en el corpus de variantes, a fin de que establezca su propio diálogo con el texto. La transcripción del texto sigue los criterios habituales en este género de ediciones que tienen como objetivo facilitar la lectura a un lector culto universitario, respetando al máximo las peculiaridades lingüísticas y ortográficas del texto, manteniendo aquellas grafías que tengan un valor fonológico y transcribiendo según criterios de la lengua actual aquellas que son simples variantes ortográficas. Así, se regularizan: - Los usos «/ v, empleando u para el sonido vocálico y v para el consonántico. - Los grafemas j / i / y, que alternan en sonidos vocálicos / consonánticos: i para la vocal (Ynglaterra > Inglaterra)-, j para la consonante {insta > justa)-, y para el fonema prepalatal (maiores > mayores) y en las mismas posiciones en que se usa actualmente, es decir, en diptongo final de palabra (rey > rey-, pero reyna > reina), entre los cuales incluyo el adverbio ay. - Las nasales n y m ante la bilabial oclusiva, que se transcriben siempre por m, la cual se empleará asimismo cuando afecte a la unión o separación de palabras (tan bien > también). - Las consonantes dobles que no se mantienen hoy en día se simplifican: (officio > oficio-, peccados > pecados-, abbad > abad). - La separación de palabras sigue por lo general los criterios actuales, si bien con algunas excepciones: por ejemplo, assimismo se transcribirá si es necesario a sí mismo; mientras que viso rey será visorrey-, las decenas y veintenas en los cardinales se transcribirán separadas (diez y siete)-, se mantendrán las formas aglutinadas comunes a toda la lengua medieval y renacentista, bien sean de [preposición + demostrativo] (deste, desta, etc.) o los aglutinamientos del pronombre dativo no reflexivo con el pronombre átono de tercera persona: gelo, gela, pero se lo, se la; otras aglutinaciones se resolverán a través del apóstrofo: darm 'eis. - Se desarrollan todas las abreviaturas, sin indicación alguna.
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Se respetan: - Todas las grafías que reflejan el sistema de sibilantes, que en la época está sufriendo profundas reestructuraciones y en nuestro texto muestran cierta confusión, especialmente entre las sordas y sonoras, bien las fricativas apicoalveolares (sucediese, valiese, promisiones) o las africadas apicodentales {sezo por 'seso'). Estos mismos criterios y confusiones se aplican a los fonemas fricativos prepalatales sordo y sonoro (linages, recojo, cojó, estranjeros). - La ausencia/ presencia de h- inicial, se trate del verbo haber, cuyas formas de tercera persona del singular frecuentemente figuran sin h-, o de h- inicial antietimológica como hedad. - Las formas verbales tenes, tomó, etc. En lo que a uso de mayúsculas, puntuación y acentuación se refiere sigo las normas actuales de la Real Academia Española, aunque empleo el acento para diferenciar homógrafos que no se producen actualmente, en particular por omisión de la h- inicial en formas del verbo haber, á, tercera persona del presente de indicativo, frente a preposición; ás, segunda persona del singular del presente de indicativo, frente as\ és, segunda personal del plural del presente de indicativo por reducción del diptongo, frente es, tercera persona de singular del presente de ser.
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Chrónica del rey don Guillermo
El rey don Guillermo. Chrónica del rey don Guillermo, rey de Inglaterra y duque de Angeos, y de la reina doña Beta su muger, y de cómo por revelación de un ángel le fue mandado que dexasse el reino y ducado y anduviesse desterrado por el mundo, y de las estrañas aventuras que andando por el mundo le avino.
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[h. l.r] El rey don Guillermo Chrónica" del rey don Guillermo, rey de Inglaterra y duque de Angeos, y de la reina doña Beta su muger, y de cómo por revelación de un ángel le fue mandado que dexasse el reino y ducado y anduviesse desterrado por el mundo, y de las estrañas aventuras que andando por el mundo le avino. Agora nuevamente impresso. [h. lv.] Prólogo o prefacio de la presente chrónica de Inglaterra, enderezada al benigno lector. Común sentencia es de los autores ansí griegos como latinos, que la historia es maestra de nuestra vida126, porque no es otra cosa sino una narración que cuenta de las cosas que en los tiempos passados acontecieron. Porque el que no sabe más de las cosas que en el discurso de su vida acaescen niño principiante se puede dezir, assí como aquel que para lo que él no pudo alcafar por ingenio faltaron maestros. Y porque no pueden todos tenerb los maestros vocales127; o a lo menos si algún tiempo los usan no los pueden aver de contino; y dado que los pudieran tener, no fuera su memoria tan firme que sin mudar la sentencia contaran a los descendientes lo que antes oyeron a sus antecessores; y ya que lo pudieran hazer, no fueran de tanta verdad que o por encarecer o por minuir128 su sentencia no trocaron loc blanco por negro, proveyeron los antiguos maestros, que a sus contemporáneos con la voz viva enseñaron, de dexard unos sustitutos que después de sus días notiñcassen a los menores lo que ellos con la voz no pudieron129. Y por
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La historia como magister vitae fue un tópico ampliamente extendido en la Edad Media y el Siglo de Oro, recogido tanto en obras históricas como de ficción, y sirviendo, por ejemplo, en los prólogos a los libros de caballerías, de justificación al uso; con ello recogían un tema habitual en los romans artúricos de finales de la Edad Media, como se puede comprobar en C. E. Pickford, L'évolution du roman arthurien en prose vers la fin du Moyen Âge, Paris: A. G. Nizet, 1960, pp. 264-71, donde se encontrarán palabras similares a las de nuestro prologuista. La denominación maestros vocales no remite a una categoría específica de maestro, sino que probablemente hay que interpretar vocal como 'que actúa con la voz' enseñando directamente al alumno, en oposición a los libros o al autoaprendizaje, como se señala a continuación sobre los antiguos que enseñan con la voz; sobre la enseñanza en la Edad Media y el Renacimiento, vid. Historia de la educación en España y América, Madrid: SM/ Ediciones Morata, I, 1992, pp. 309 y ss. minuir: latinismo derivado de minuere, 'menguar', 'disminuir'. Se justifica así la invención de la escritura: "E sy por ventura lo que uno sabe non lo supiesen synon solos los de aquel tienpo sería perdida toda esta dotrina e provecho a los subçesores. E, por tanto, el artifiçio ha fallado la manera del escrevir por la qual vee el omne la entynçiôn de los pasados e absentes, asy como sy presentes fuesen", Alfonso de la Torre, Visión deleitable, ed. de J. García López, Salamanca: Universidad, 1991,1, p. 109.
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esta causa se dizen los libros maestros enmudecidos6130, porque solamente nos dan a entender por señas las cosas que antes passaron. Por tanto me paresce, benigno lector, que pues es grande aviso escarmentar en males ágenos131, que nosotros que vamos creamos a los que vienen y miremos los trances, los yerros, los estrechos en que se vieron, y ansí proveamos las vidas apartándonos de los males que dañaron a otros y llegándonos a los bienes que por dechado y exemplarf nos dexaron. Y para esto se escriven los libros seglares, así de cavallerías como de otras materias, por quando ayamos complido en las cosas del alma nos recreemos en las historias que los casos que passaron por otros ansí nos los pintan, como si fuéramos presentes a ellos132. Y como el que conosce por sola la uña la quantidad del león, conoscamos quán mayores fueron aquellos cuya pintura rodeada punto por punto133 nos paresce tan grande. Y desta forma a la manera del pulpo, que toma la color de la peña adonde se allega134, en las cosas que tocan a la vida política vestiremos la librea del tiempo, que será de tantas colores de quantas historias nos pudiéremos buenamente alumbrar. Y porque las historias8 que hasta aquí en nuestra lengua materna son escritas an ya perdido la novedad, me paresció que la historia de don Guillermo, rey de Inglaterra y duque de Angeos, viniesse en las manos de todos, la qual, allende queh de consejos y de santas doctrinas abunda, es cosa tan agradable que los que estuvieren enhastiados de otras tomarán deporte135 en aquesta. Y porque por mucho 130
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La más bella expresión de este tópico se encuentra en un soneto de Quevedo: "Retirado en la paz de estos desiertos,/ con pocos, pero doctos, libros juntos,/ vivo en conversación con los difuntos/ y escucho con mis ojos a los muertos...", Obra poética, ed. de J. M. Blecua, Madrid: Castalia, I, 1969, p. 253. Recoge H. Knust, Dos obras, p. 300, gran número de citas para documentar este tópico, desde los Bocados de oro, los Dichos de los sabios, el Zifar, etc., lo cual me exime de cualquier comentario. Se puede comparar la similitud de estas palabras con las que recoge C. E. Pickford, L'évolution..., ob. cit., y con las de algunos prólogos de libros de caballerías españoles que se encuentran en N. Baranda, "En defensa del Amadís y otras fábulas. La carta anónima al caballero Pero Mexía", Journal of Hispanic Philology, XV (1991), pp. 221-236, en n. 39; y más inmediatamente con las de la traducción de Tirante el Blanco, el Zifar en su edición de 1512 y la traducción del Guarino Mezquino, vid. supra n. 111. punto por punto: 'detalladamente', 'minuciosamente'.
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Esta propiedad estaba ampliamente divulgada: "El pulpo en el agua muda el color como el camaleón en la tierra y según que es el color de las peñas que están en el mar y a que se arrima muda los suyos", Covarrubias, Tesoro, sin ir más lejos.
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tomar deporte: 'deleitarse', 'solazarse', sin que implique actividad física: "cada mañana salía fuera de la ciudad a tomar deporte a los jardines que avía", París y Viana, p. 162. La voluntad de agradar y de la lectura por placer es propia de este género de literatura y se inicia en los romans del siglo XV, como señala J. Rasmussen, La prose narrative française du XVe siècle. Étude esthétique et stylistique, Copenhague: Ejnar Munksgaard, 1958, pp. 13-19.
Nieves Baranda
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que diga yo verá más el que se espaciarell36en la obra, cesso remitiéndome a ella, no defraudando' al autor que nos dexó tal memoria de tanta loa quanto provecho alcan9áremos della. Vale. [f. 2r.] Capítulo primero. Cómo por fallescimiento137 de heredero del ducado de Angeos se perdía y estruíaa|3< y robava, y cómo por voluntad de Dios fizieron duque a don Guillermo. En otro tiempo ovo una ciudad que se llamób Angeos139, la qual era cabefera de una provincia cuyo señorío señoreava un varón noble que avía por nombre Nisperium. Era ombre de linaje, el qual señorío era de padre y de agüelos140, su título era duque de Angeos. Y este Nisperium quedó muy mofo en la governación sin tener muger ni hijos y como todos somos naturales al morir, enfermó y murió141. Y su muerte fue muy sentida por todos los de su ducado, assí grandes como pequeños, y mucho más por los menudos142 del pueblo, porque se vieron sin señor que sucediese en su lugar, temiendo que avría diferencias y discordias en el ducado, como por obra se mostró. Porque luego que el duque fue muerto, cada uno 136 137
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espaciarse: 'holgarse', 'solazarse'. fallescimiento: 'falta', 'ausencia'. "Fasta tanto que por mucho fallecimiento de sangre cayó del cavallo sin ningún sentido", Crónica del Halconero, p. 204. estruir: 'destruir'. En la obra convive esta forma con la moderna destruir casi con el mismo número de apariciones. Angeos: Anjou; en la obra es tanto una ciudad como el territorio ("una provincia") correspondiente al ducado del mismo nombre. Históricamente ocupó una extensión variable según la época, ya que fue primero condado desde 929, renovado en 1246 y luego, cuando Juan II el Bueno concedió los territorios a su segundo hijo Luis I (1351), se convirtió en ducado. agüelos: vulgarización frecuente desde el siglo XV y durante los siglos de oro, vid. Lapesa, Historia, pp. 468-69. El mismo esquema —el gobernante que muere sin descendencia dejando un vacío de poder— se repite en la obra por dos veces, para poder convertir legítimamente a Guillermo primero en duque de Angeos y luego en rey de Inglaterra. A este respecto es necesario recordar las palabras de Egidio Romano, Glosa al regimiento de príncipes, III, p. 117: "E aquí conviene de notar que los principados e los sennorios son de establecer con legítima autoridad, la cual cosa puede acaescer en cuatro maneras: o por ordenamiento, o provisión de Dios, o por colación de la Iglesia, o por autoridad de Dios, o por sucesión legítima de fijo a padre, o por elección de los caballeros o del pueblo, ca en una de estas cuatro maneras fueron reyes o príncipes todos los que fueron". gente menuda: 'pueblo llano'."E toda la gente menuda le tiravan con lodo e piedras e lo maldezían allí donde estava", Palmerín de Olivia, p. 604.
Chrónica del rey don Guillermo
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de los de la ciudad codició ser el mejor y que más valiese, de cuya causa se comen9Ó entre ellos tanta división que vinieron en tantas peleas y tantos ayuntamientos que no solo ellos se matavan y estruían0 y robavan; mas todas las otras gentes de los lugares143 de toda la provincia, cada uno siguiendo sus opiniones y intereses, se matavan y robavan unos a otros, de manera que el ducado se iva a perder sin tener remedio. Y como Nuestro Señor en estas cosas al mejor tiempo socorre, puso en corafón a ciertos cavalleros ancianos a quien todo esto parecía mal, que se juntasen en la dicha ciudad algunos días para platicar el perdimiento que de su propria tierra vían. Y ellos juntos, acordaron de embiar a rogar a todas las cabeferas144 de los vandos principales que para un día señalado se juntasen en una iglesia principal de lad ciudad, en una capilla donde estava una imagen de Nuestra Señora muy devota, para que allí oyesen missa. Y fizóse ansí, que les dixo missa un notable® ombre y pariente de todos los más dellos, y ombre de muy sancta vida, al qual encomendaron la paz y sosiego de la tierra. Y la missa oída, con mucha devoción sentáronse todos para ver a qué eran llegados145 allí, porque los más dellos no lo sabían. C o m e t o la habla un cavallero anciano muy honrado diziendo así: —Muy virtuosos señores, si mi lengua faltare146, assí en enojar con lo que diréf o por no dezillo por tal concierto como deve o por ella no ser tan cortés en su razonamiento, la mer