Comentario a los libros de Esdras y Nehemias

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UBRARY Of PRINCETON

'

APR

61993

i

THEOLOGICAL SEMiNARY

"B5

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2014

https://archive.org/details/comentarioloslibOOfern

CONSEJO SUPERIOR

DE

INVESTIGACIONES CIENTIFICAS

Patronato Raimündo Lulio

-

Instituto Francisco SüÁREZ

COMENTARIO A LOS LIBROS DE ESDRAS Y NEHEMIAS POR EL

P.

ANDRES FERNANDEZ,

M A

D R

19

I

5 0

D

S.

J.

los

Andrés Fernánun veterano de estudios bíblicos y uno de

los

más destacados

R.

El

P.

dez, S. j., es

investiga-

dores del Libro Sagrado. Mallorquín de nacimiento, ingresó

en

Compañía de Jesús

la

des-

pués de ser sacerdote, y estudió en Cantorbery la Sagrada Escritura, a cuya enseñanza ha consagrado casi toda esta mitad de sig.o. Fué Rector del Pontificio Instituto Bíblico de

Roma, y más cursal que

el

tarde de la su-

mismo

Instituto

posee en Jerusalén. Fruto de sus años de profesorado son varios trabajos notables de Crítica Textual, y un libro sobre «Problemas de Topografía palestinense». Recientemente ha publicado una «Vida de N. S. Jesucristo;;, y tiene varias obras a punto de entrar en la imprenta.

Una

parte

muy

interesante

de su producción .literaria ha de recogerse en sus numerosos artículos publicados en «Bíblica»,

((Estudios Bíblicos»,

tudios

Eclesiásticos»

revistas.

«Esotras

y El presente volumen

ofrece no pocos puntos de vis-

en los debatidos problemas que plantean los libros de Esdras y Nehemías. El actual movimiento bíblico español reconoce en el P. Fernández a uno de sus más eficaces iniciadores, que se ha distinguido siempre por su criteta personales

rio equilibrado

y amplio.

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Patronato Raimundo Lulio

-

Instituto Francisco Suárez

CÓLECTANEA BIBLICA VOLUMEN

IV

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Patronato Raimundo Lulio

-

Instituto Francisco Suárez

COMENTARIO A LOS LIBROS DE ESDRAS Y NEHEMIAS POR EL

/

P.

ANDRES FERNANDEZ,

S.

).

Profesor del Pontificio Instituto Bíblico de Roma

MADRID

19

5

0

IMPRIMI potest:

y. Sayos, s. y. Praep. Prov. Tarracon

XIHIL OBSTAT:

Dr. yesús Enciso Vían a Censor

Madrid, 2j de junio de 194Q.

imprimatur:

Casimiro Obispo Auxiliar, Vic. Gener.

C.

Bermejo, Impresor.— García Morato,

í

18.— Teléf. 33-06-19.— MADRID

AL LECTOR Este comentario de Esdras tiene su pequeña histo-

y por cierto de tristes recuerdos. Enviado el manuscrito a Madrid para

ria,

la

impresión

poco antes del Alzamiento Nacional, pudo por dos años sustraerse a la furia roja acurrucado en

una casa protegida por

fieles

aparecidos éstos, invadió

en

ella

el

el

amigos. Mas

el

al

fondo de fin,

des-

recinto la ola bolchevista,

y

manuscrito, junto con otros muchos, para

siempre perecieron. El autor no había conservado copia,

y no

con ánimos para rehacerlo. Mas luego,

se sentía

pensándolo

mejor y reflexionando que el comentario de Nehemías -que había de seguir exigía y suponía necesariamente el de Esdras, decidióse al fin a escribirlo de





más

nuevo, pero harto

menores como en Este es

que

el

el

breve, sin bajar a tantos por-

anterior.

que ofrecemos hoy

al

público, esperando

benévolo lector se mostrará indulgente

el

halla en él todas las

menudas

si

no

particularidades que por

ventura esperaba encontrar.

Con nes te,

el

el fin

de no embarazar con prolijas discusio-

comentario, hemos juzgado oportuno tratar apar-

en sendos excursus, aquellos puntos que, o por su

VI

importancia

por ser particularmente impugnados,

o

más detenido

exigen un

En

la

nales no

método que seguimos

estudio;

ya, ciertamente con ventaja, en

el

comentario de Josué.

nombres propios persocaso dar una exacta repro-

transcripción de los

hemos

creído del

ducción gráfica de los caracteres hebreos; y esto por dos razones: para facilitar el trabajo del impresor, y

también por consideración a

alguno de

los lectores. Si

éstos está interesado en conocer la perfecta correspon-

duda quien conoce

dencia, será sin

por tanto, fácilmente, consultar

el

el

hebreo, y podrá,

Hemos

texto original.

adaptado, pues, dichos nombres a nuestra lengua,

que hacen, por

lo demás, no pocos autores. Así

en los nombres Maaseya (o Maaseja), Semaya, 10, 18 ss.)

Ezequías

damos, en consonancia con

etc., la

lo

v., gr.,

etc. (Esd.

Isaías, Jeremías,

transcripción Maasías, Semaías,

etc.;

o

acomodándonos a la grafía a que nos tiene acostumbrados la Vulgata, escribimos Josué en vez de Yeschuá, Josedec en lugar de Ydtsadaq (ibid. ). Es posi-

bien,

ble

que en tanta multitud de nombres no hayamos

siempre mantenido perfecta uniformidad, negligencia

que esperamos nos será perdonada. Es para nosotros un gratísimo deber hacer constar aquí nuestra

José M.

a

más profunda

gratitud al

Excmo.

don

Albareda, Secretario General del Consejo Su-

perior de Investigaciones Científicas, a

benevolencia debemos obra. Ni

Sr.

podemos

en religión Rvdo.

la

publicación

cuya singular de

la

olvidar a nuestro querido P.

presente

hermano

Fernando Fuster, quien ya desde

Vil

un principio tan generosamente y tan eficazmente

se

interesó por nuestra serie de carácter científico Colec-

tanea bíblica, y también por Florilegio bíblico; y a quien la

momento en que Hombre eminente en

muerte arrebató precisamente en

iba a ver cumplidos sus anhelos.

el

y en virtud habrá ya recibido del Señor el premio de una vida llena, más que de días, de intensa ac-

ciencia

Un

tividad apostólico-científica.

cariñoso recuerdo de

Roberto Cayue-

gratitud

vaya también

la, S. J.,

a quien cupo no poca parte en

las gestiones

entabladas por

presivas gracias S.

J.,

al

Rvdo.

el P.

debemos dar

al

P.

Fuster. Las

Rvdo.

Profesor de S. Escritura en

el feliz

el

P.

éxito de

más

ex-

Luis Brates,

Colegio

Máximo

de

San Ignacio, quien con tan generosa caridad se ofreció a tomar sobre sí el trabajo de la corrección de pruebas; tarea ímproba y difícil, que el autor, por su ausencia en Palestina, no podía por



mismo

realizar.

Final-

mente, expresamos nuestro sincero y vivo agradecial Instituto -Francisco Suárez>, encargado de

miento

estampar

la obrita.

INDICE Págs.

V

Al lector

IX

Indice

BlLIOGRAFÍA

XIII

XX

Abreviaturas

INTRODUCCION Unidad

...

Libro

del

Argumento y

1

división

1

Importancia

12

Composición

(memorias, documentos

literaria

ves notas, pág. 4

oficiales,

listas,

bre-

unidad, pág. G)

;

4

Autor Memorias de Eidras y de Nehemías Fecha de la redacción

8 10 18

Historicidad

lo

Relación entre Esd.-Neh. y ;

de los Paralipómenos

libro

el

Formaban Esd.-Neh. y Paralipómenos un

El libro

3.°

17

19

solo libro?

de Esdias

Relación de 3 Esdras

20 al

Texto Masorético y

a

la

versión grie-

mismo

21

Carácter literario de 3 Esd

23

ga

del

Resumen página jes

I,

histórico

28;

pág. 31;

página 32

;

de

los

Cambises

imperios

II,

Artajerjes

Darío

II

pág. I

babilónico

30;

Darío

y

persa

pág.

I,

Longimano, pág. 32;

Nothus,

pág".

32

;

Artajerjes

(Ciro,

31;

Jer-

Jerjes II

II.

Mne-

mon, pág. 33 Artajerjes III Ochus, pág. 33 Darío III CoAlejandro domano, pág. 34 Filipo de Macedonia, pág. 34 Magno, pág. 34; Batalla de Isos, pág. 34) Cuadro sinóptico del imperio persa ;

;

;

;

26 85

X Págs.

Ccndición contra

de

social-religiosa

página. 36

religión,

;

desterrados

los

pág. 37

los

;

(condición

profetas,

pág.

38

;

social,

quejas

Providencia, pág. 41

la

35

COMENTARIO DE ESDKAS frimera caravana conducida por Zorobabel

47

'

Decieto de Ciro

EXCURSUS

I.

47

—Autenticidad

decreto

del

de

Ciro

51

Ejecución del decreto de Ciro

EXCURSUS

II.

— Sesbasar

57

y Zorobabel

personaje, o dos diferentes

¿son un solo y mismo 50

?

Lista de los repatriados

EXCURSUS

III.

02

— ¿Contiene

verdaderamente esta

sión de los repatriados al tiempo de Ciro

EXCURSUS IV.— Deportaciones EXCURSUS V. — ¿Hubo realmente Reedificación del altar y del templo ción de

la

lista

la

recen-

TI

?

70

caravana en tiempo de Ciro?

;

dedicación de éste y celebra-

primera Pascua

Erección del altar

EXCURSUS

VI.

90 91

,

Se echan los cimientos para



tiempo de Ciro

¿

la

restauración del templo

Hubo conato de

restauración del

en otros términos, es

o,

daderamente histórico

el

94

templo

al

relato 3,7-13 ver-

97

?

Hostilidad de los samaritanos

Correspondencia entre

EXCURSUS

VII.

fortificar la

los

— ¿Hubo

80

107

samaritanos y el monarca en tiempo de Ciro algún conato de

ciudad?

111

120

obra del templo y la autoriza explicitamente Darío carta del gobernador, pági(visita del gobernador, pág. 124

Se reanuda

la

;

na 125

;

caria de

Darío, pág. 128

;

compendio

del decreto de

123

Ciro, pág. 129)

EXCURSUS

VIII.— Autenticidad

Ejecución del decreto Celebración de

la

:

se termina

del decreto de el

templo

Pascua

EXCURSUS IX.— Ultimos

Darío

131

137

139

años de Zorobabel

140

:

P*gi caravana conducida por tsdras a Jerusalén

145

ladras, revestido de grande autoridad por un rescripto de Artajerjes,

conduce su caravana

a Jerusalén

14->

Genealogía de Esdras

140

Viaje

148

Rescripto de Artajerjes

149

Acción de gracias de Esdras

EXCURSUS

X.

150

...

—Autenticidad

decreto

del

Artajerjes

de

155

Lista de los repatriados

Preparativos para

el

lób

viaje (Esdras despacha

como preparación

de levitas, pág. 100;

proclama Esdras un dia de ayuno

el

viaje

confia a los sacerdotes y

;

le-

vasos sagrados que han de llevar consigo a Jerusa-

vitas los lén,

mensajeros en busca

inmediata para

100

pág. 162)

Viaje y llegada a Jerusalén

104

EXCURSUS

10o

Reforma (la

XI.

— Los

documento- árameos

por

religiosa,

la

disolución de

na 173

;

matrimonios mixtos

los

prevaricación del pueblo, pág. 172

dolor de Esdras, pagi-

;

oración de Esdras, pág. 175)

El pueblo se arrepiente y promete

Convocación de

179

grande asamblea (Esdras se asegura

la

ración de los principes, pág. neral, pág. 181

171

enmienda

la

ISO

;

convócase

alocución de Esdras, pág. 182

;

;

la

coope-

asamblea ge-

la el

pueblo asien-

y a petición del mismo se constituye un tribunal, pág. 183 ... lista de los culpables, pág. 180) te

;

'.

EXCURSUS XII.—Uso de la EXCURSUS XIII.— ¿Hay que capítulos 8-10 de tulos 8-10

entre

primera persona trasladar

Nehemías?, pág. sí,

pág. 191.

188

libro

al

180

ele

Esdras

los

Relación de los capí-

190.

Relación de dichos capítulos

al

de Esdras, pág. 193 EXCURSUS XIV.— Cronología relativa de Esdras y Nehemías ¿ Fué la vuelta de Esdras a Jerusalén anterior o posterior a la libro

190

:

¿abanla Comunidad judía, pág. 19S donó Esdras Jerusalén?, pág. 199; silencio respecto de Es-

de Nehemías? (estado de

dras,

mías,

pág.

pág.

201

los

;

203

;

:

gobernadores

sigmficación

matrimonios con extranjeros,

de pág.

207

hanán, pág. 208; disposición actual de pág. 211

;

carácter

de Esdras,

a

Nehe-

pág.

205

que precedieron la

voz ;

el

las

pág. 215>

gader,

aposento de Yovarias

narraciones,

UHJ

XII

Págs

COMENTARIO DE NEHEMIAS Ocasión del viaje de Nehemias Viaje a Jerusalén

219 228

,

Excursión nocturna alrededor de ios muros

'¿ütí

Alocución de Nehemias

243

Incipiente hostilidad de Sanballat y sus

EXCURSUS XV.— Los

compañeros

249

adversarios de Nehemias

253

Reconstrucción de los muros

Oposición de los samaritanos

EXCURSUS

XVI.

Descontento de

257 ...

286

,

—Abar-nahara

y sus provincias (Nehemias reprende a

población

la

300 los

ricos

y nobles 5,1-13. Propone su propia conducta como ejemplo de

generoso desinterés 5,14-19) Asechanzas de

EXCURSUS

los

samaritanos

XVII.

308 321

,

— ¿Comprendía

muro de Nehemias

el

la

co-

lma occidental? Se provee a

334

la custodia

de la ciudad con

el

fin

de prevenir una

sorpresa por parte de los enemigos

337

Lista de los primeros inmigrados

la grande asamblea para

la

340

reforma religiosa (lectura de

la

Ley,

página 346; confesión y penitencia del pueblo, pág. 359; se sella con juramento la promesa y se renueva la alianza con

Yahvé, pág. 375)

346

Repoblación de Jerusalén

388

Los que habitaban fuera de Jerusalén

401

de sacerdotes y levitas XVIII. El sumo sacerdote Yohanán y el sucesor de Nehemias como gobernador de Judea en los papiros de

Varias

listas

EXCURSUS



Elefantina

,

412

Dedicación de los muros Trátase levitas

de

y

las

ofrendas

otros

404

416

para

ministros

del

sustento

el

de

los

sacerdotes,

426

Santuario

Actividad de Nehemias durante su segunda estancia en Jerusalén (la

santidad del templo, pág. 431

página 434

;

observancia del

mixtos, pág. 442)

;

manutención de

Sábado, pág. 436

;

los levitas,

matrimonios 429

BIBLIOGRAFIA Los comentarios de Esdras-Nehemías, comparados con los de otros libros, son relativamente escasos; son por el contrario numerosos los estudios sobre puntos particulares. Más que enhilar una larga serie de unos y otros hemos juzgado más útil seleccionar unos pocos, añadiendo empero, si no a todos, al

menos

mayor

a la

tivas a su tendencia

parte algunas breves observaciones rela-

y

valor.

Comentarios Albright: to

A

Judah froni the Days of Josiah Great (The Biblical Archseologist, vol. 9,

brief History of

Alexander

the

1946, p. 1-16).

Denso y lúcido resumen, donde

el

autor

maestría entrelaza la historia del Destierro y

con

los datos

de

la historia

queología.

No

mismo de

la Revista,

todos,

la

con singular Restauración

profana y los resultados de

como por

lo

demás

advierte

el

la ar-

Editor

creerán poder aceptar todas las conclu-

siones del Autor; y por lo que a nosotros toca, tendríamos que hacer más de una reserva. De todas maneras el trabajo del Prof. Albright es desde su

punto de vista un modelo de sí dan

exposición clara y concisa, hecha a la luz de lo que de la historia profana y las excavaciones arqueológicas.

and Nehemiah (International Commentary), Edinburg 191 3.

Batten: The Books of Ezra cal

Criti-

XIV

Bertheau: Die Bücher Esra, Nehemia und Ester (Leipzig 1862). Bertholet: Die Bücher Esra und Nehemia (Kurzer

Hand-Com-

mentar zum Alten Testament), Tübingen 1902. Calmet: Commentarius menti.

Tomus

litteralis in

tertius: in

omnes

primum

et

libros

Veteris Testa-

secundum librum Es-

drse (Lucse 1732).

Cornelius a Lapide: Commentarii

mus ni

IV:

Commentaria

in

in

Esdram

Sacram Scripturam. Toet

Nehemiam

(Mediola-

1858).

Fillion:

Esdras Néhémie. y

Keil: Biblischer

Commentar über die nachexilischen Nehemia und Esther.

Geschichts-

bücher: Chronik, Esra,

Ryle: The Books of Esra

and Nehemiah (The Cambridge

Bible),

'

Cambridge 1907. Esra, Nehemiah und Esther übersetzt und erklárt (Handkommentar zum Alten Testament), Góttingen 1901.

Siegfried:

Siegfried da la traducción

principalmente textual.

En

al

y notas concisas que se refieren

sentido de los vocablos hebreos y a la crítica

Bertholet

no

se halla la versión, pero las notas son

de alguna mayor amplitud. En Bertheau es abundante

la

exé-

aunque relativamente antiguo, no deja de ser útil, más tal vez que muchos modernos. Batten toca y trata extensamente todos los problemas relativos a la crítica textual, histógesis y,

y lo hace con gran aparato de erudición; pero que en los tres terrenos se muestre con harta frecuencia arbitrario y poco ponderado. Su crítica es de un extremado radicalismo. rica

y

literaria,

es de lamentar

XV

Historia y cuestiones particulares Clamer: Esdras col.

et

Néhémie (Dictionn. de Théol. Cath.

vol.

5,

522-553).

Fernández: El profeta Ageo

15-18 y

2,

la

fundación del segun-

do Templo. Bíblica 2 (1921) 206-215. Idem: Epoca de la actividad de Esdras.

Bíblica

2

(

1

92

1 )

pá-

ginas 424-447-

Die chronologischen Fragen

Fischer:

Nehemia. Biblische Studien, Band

in

VIII,

den Büchern EsraHeft 3 (1903).

Tratado bastante completo, que corresponde perfectamente al título;

exposición clara y bien ordenada; juicio recto y pon-

derado, bien que puedan quizá no admitirse todas sus conclusiones.

Gabriel: ZorobabeL Ein Beitrag zur Geschichte der Juden in der ersten Zeit nach

dem

Exil (Wien 1927).

Naturalmente muchos problemas se plantean en torno a persona de Zorobabel, que

el

tud, pero cuyas conclusiones

la

autor trata con una cierta ampli-

— algunas

al

menos

— han de

to-

marse con mucha reserva. Jampel: Die (Breslau

Wiederherstellung

Is raéis

¡ínter

den Achdmeniden

1904).

De pronunciado uso frecuente de e historicidad

carácter polémico; tendencia-conservadora;

las inscripciones

en favor de

la

autenticidad

de ciertas partes de Esd.-Xeh. impugnadas

los críticos extremistas.

Klameth: Ezras Leben und Wirken (Wien 1908).

pol-



XVI

Kosters: Die Wiederherstellung lsraels

in der persischen

Pe-

riode (Heidelberg 1895).

Muy del

arbitrario así

punto de vista

desde

el

punto de vista

histórico: niega sin razón

la realidad histórica

de varios

literario

como

alguna plausible

relatos.

Kugler: Die Hauptfragen der Bücher Esra und Nehemia (Von

Moses bis Paulus. Forschungen zur Geschichte Münster i. Westf. 1922).

lsraels.

Tratado relativamente breve pero muy sustancioso, al que da gran valor, en lo que toca a las cuestiones de cronología, el conocimiento profundo que el autor distinguido asiriólogo poseía de la astronomía babilónica.



Lagrange: Rev. Bibl. 1894 p. 561-585; 1895 p. 193-202 (este segundo artículo es respuesta a una carta de van Hoonacker

que se halla en

MEyER

Ed.:

la

misma Rev.

Die Entstehung des Judentums (Halle 1896).

Bien que no todo cuanto en

un

Bibl. 1895, p. 186-192).

él

se dice

pueda admitirse, es

donde se tratan a fondo múltiples problemas, y muy buenas razones la autenticidad e historicidad de varios documentos, que otros autores rechazan arbitra-

éste

libro

se vindica

riamente

con

como

apócrifos.

Nikel: Die Wiederherstellung des jüdischen Gemeinwesens nach

dem babylonischen ExiL

Biblische Studien,

Band V, Heft

2

u. 3 (1900).

Libro digno de toda recomendación. Apenas hay punto que no se toque, y por cierto con suficiente amplitud, y en general con buen criterio. Pirot: Notes sur la restauration juive aprés la captivité de Babylone.

L'Ami du

Clergé, 192 1

(Num. 25 Aoút)

p.

465-476.

XVII

En unas doce páginas expone cipales

problemas a"que,'da pie

el

el

autor algunos de los prin-

libro

de Esd.-Neh. Exposi-

ción lúcida y nutrida, en la que empero sería tal vez de desear una mayor y más fina ponderación de los argumentos que en

pro y en contra se aducen. Riessler:

Ueber Nehemias und Esdras (Biblische Zeitschrift

1903, p. 232-245; ibidem 1904, p. 15-27. 145-153).

Schlatter: Die Listen der unter Jechonja Exilierten. Das

von Nehemia

8-10. (Zur

Datum

Topographie und Geschichte Pa-

lástinas, p. 324-328. 405-421.)

Sellin: Serubbabel. Ein Beitrag zur Geschichte

der messiani-

schen Erwartúng und der Entstehung des Judentums (Leipzig 1898).

Idem: Die Restauration der jüdischen Gemeinde in den Jahren

538-516. Das Schicksal Serubbabels. (Studien zur Entstehungsgeschichte der jüdischen Gemeinde nach

dem baby-

lonischen Exil. (Leipzig 1901).

Su no

teoría sobre Zorobabel carece de

decir

que tiene algo de

fundamento

sólido, poí-

fantástico.

Smend: Die Listen der Biicher Esra und Nehemia (Basel 1891).

und Literarkritische Fragen in Esra 1-6. (Alttestamentlische Abhandlungen, vol. II, Heft 5; 19 10.)

Theis:

Geschichtliche

Torrey: The Composition and Historical Valué of Ezra-Nehemiah (Beihefte zur Zeitschrift für die alttestamentlische Wissenschaft, vol. 2; 1896.)

Autor de un extremo radicalismo

como en

la literaria.

así en la crítica histórica Razonamiento poco fundado; conclusio-







XVIII

nes cuya misma exageración las hace menos ofensivas. Lásti-

ma

;

que tanta erudición sea puesta

de un

servicio

al

tal

método.

Torre y: Ezra Studies (Chicago

De la

1910).

mismas observaciones que de

esta obra cabe hacer las

precedente, del

mismo

autor.

Touzard: Les Juifs au temps de l

9

1

S>

P-

Bibl. 1916, p. ss.;

p.

299

ss.

estudios,

punto de vista histórico y a

se refiere al destierro y

persane. (Rev.

ss.

431

ss.;

Bibl.

1918, p. 336

p. 5 ss.;

1927, p. 5 ss.

Dos muy interesantes del

54

7, p.

1920,

ss.;

359

la periode

juive au temps des Perses (Rev.

191

ss.;

ss.;

1919, p. 5

174

Uame

59 ss -)-

1923, p. 59 161 ss.)

donde ampliamente

literario,

la

1926,

ss.;

se trata,

modo

cuanto en algún

restauración de la comunidad

judía.

Van Hoonacker: Nékémie

et

Esdras: uouvelle hypothése sur

chronologie de Vépoque de la restauration tion

Néhémie

et

Esdras (Rev.

Bibl.

juive. — La

1895, p.

tauration* juive aprés p.

3-26.

le'xil

de Bala res-

Esdras

(Rev.

Véxil de Babylone (Rev. Bibl. 1901,

La

175-199). Bibl.

ques-

186-192).

Notes sur Vhistoire de

Nouvelles études sur la restauration juive aprés bylone (París-Louvain 1896).

la

succésion chronologique

1923,

p.

481-494;

I9 2 4,

NéhémieP-

33" 6 4-

Estos dos últimos artículos son respuesta a las observacio-

nes del P. Kugler).

Van Hoonacker

es

Esdras, en cuya teoría

campeón de la cronología Nehemíastuvo numerosos adeptos y también nu-

el

merosos impugnadores. A defenderla contra éstos se encaminan casi todos sus escritos.

XIX

Texto



Libro 3.° de Esdras. El texto griego se hallará en The Oíd Testament in Greek according ta The Sepuagint, edited by Henry Barclay Swete (Cambridge 1907), en el vol. D. La versión latina puede verse en Fillion, Biblia Sacra (Parisiis 1887), al fin del volumen; y mejor aún en Hetzenauer, Biblia Sacra (Ratisbonae 1922), también al fin del volumen. Bayer: Das dritte Bucli Esdras itnd sein Verháltnis zu den Büchern Esra-Nehemia. (Biblische Studien,

Band XVI, Heft

1;

1911.)

Das apokryphe und das kanonische Esrabuch.

Fischer:

sche Zeitschrift,

2 (1904) p.

Bibli-

351-364.

Moulton: Ueber die Ueberlieferung und den textkritischen^Wert Esrabnches. (Zeitschr.

des dritten schaft; vol.

Der

Riessler:

19,

1899, p.

textkritische

blische Zeitschrift

5

für

alttestam.

209-258; vol. 20,

YVissen-

1900, p. 1-35.)

¡Veri des dritten Esdrasbuches. (Bi-

(1907) p.

146-158.)

Walde: Die Esdrasbiicher der Septuaginta. Ihr gegenseitiges Verháltnis

Heft

nntersucht.

(Biblische

Studien,

Band

XVIII,

1913.)

4;

Los dos artículos de Moulton son un trabajo de pura crítica textual, donde con escrupulosa minuciosidad se confronta el 0



de Esdras con

el texto masorético. Los de Fischer y una comparación de 3. 0 Esdras con el canónico Esdras griego. Bayer y Walde se enfrentan con el problema de un punto de vista más amplio. Su estudio abarca

libro 3.

Riessler se limitan a

.



el triple

mente

aspecto: textual, histórico y literario. Trátase detenida-

así

como de

de

la

la

mutua

relación entre las dos versiones griegas,

relación entre éstas y

el

texto masorético.

—— ——— —

ABREVIATURAS AASOR. AnnuaLof BASOR. BD.

— Vigouroux,

BZ.—Biblische

CAHist.

Oriental Research.

of

La

Mo temes.

Bible et les Découvertes

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Zeitschrift.

The Cambridge Ancient History (véase pág. 26 del Comentario) Andreas, Commentarius in librum Josué. 1938.

— Fernández FK — Fernández

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American Schools

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X, Kortleitner, Archaeologia Bíblica. MCMXVII. Bulletin of the American Schools of Oriental Research.

Arch. Bibl.

Problemas de

Andrés,

Topografía Palestinense

GP.—Abel,

Géographie de

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tome

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PG. Migne, Patrología Graeca. PJB. Palaestinajahrbuch. PL. Migne, Patrología Latina.



Quart.

Stat.

RB.— Rev. RPE.

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ZDPV .—Zeitschrift (

) ]

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'

Quarterly Statement.

Biblique.

Real Protestantische Encyclopaedíe.

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193G.

Band 1927). 1933; tome II, 1938.

Geschichte.— Kittel, Geschichte des Volkes Israel

Wissenschaft.

der deutschen Palastina-Vereins.

COMENTARIO

A LOS LIBROS

DE ESDRAS Y NEHEMIAS

INTRODUCCION Unidad

Los que hoy

del libro.

presentan

se

como dos

distintos libros,

de

Esdras y de Ne hernias, respectivamente, no formaban en su origen sino uno solo. Esta primitiva unidad se refleja en

jas

notas masoréti-

cas que suelen ponerse al fin de cada libro,

las

cuales en

nuestro caso se leen, no después del libro de Esdras, sino

Nehemias, refiriéndose a ambos

del de

;

de donde, con ra-

zón, se concluye que eran considerados

como uno

Talmud (Baba baihra

la

fol. y

14,

c

2),

en

solo.

El

enumeración de

Sagradas Escrituras, no hace mención sino de Esdras. Orígenes habla de dos libros (primero y segundo de Es-

las

dras) solo. se

en

pero hace notar que en hebreo

;

Pasamos por

alto

no eran sino uno

otros argumentos que pueden ver

Introducciones.

las

Argumento y dkñsi^n. El argumento

Babilonia

;

en

general es

judio en su Tierra de Israel bajo ligioso.

La

la

vuelta

del destierro

de

o en otros términos, la reconstitución del pueblo

historia

de

esta

el

doble aspecto

restauración

se

civil

extiende

y re

por

:

ARGUMENTO Y

2

todo un siglo 432,

del

fin

un

de

desde 538, fecha del decreto de Ciro, hasta

Nehemías. Trátase, empero, no continuado sino más bien fragmentario

ministerio de

relato

refieren

se

:

DIVISION. IMPORTANCIA

varios

que pudieran constituir otras

episodios,

tantas narraciones independientes, y que vienen a reducirse a cuatro 1) Primera vuelta del destierro y reedificación :

templo

Vuelta y actividad de Esdras 2) Vuelta de Nehemías y reconstrucción de los muros (445-432). 4) Segundo período de Nehemías (432...?). oel

(458...?).

3)

Como

se

senta años

(538-516).

ve,

queda un bloque considerable de casi se de los cuales no se dice ni una pa-

(516-458),

¿Débese tal silencio a que el autor no disponía de documentos relativos a dicho período, o más bien a que hizo una selección de los diversos acontecimientos, limitándose a referir los que juzgó más interesantes? Esto segundo parécenos más probable, pues no es creíble que nada sulabra.

piera del largo intervalo de sesenta años, y por otra parte, es muy verosímil que nada aconteciera de singular en di-

cho período, o sea, entre plo y

A)

Vuelta de

robabel

la reedificación definitiva del

tem-

vuelta de Esdras.

la

;

la

primera caravana, conducida por Zo-

erección del altar, reedificación del templo, Esd. 1-5.

B) Segunda caravana, bajo la dirección de Esdras forma de los matrimonios, Esd. 7-10.

;

re-

reconstrucción de los muros mismo, Neh. 1-13,3. D) Segundo ministerio de Nehemías, Neh. 13,4-31. N. B. De propósito omitimos aquí las subdivisiones, que pueden verse en el Indice.

C)

y

Vuelta de

Nehemías,

reforma religiosa por

el



Importancia.

De

la

vuelta del destierro a la patria había trazado Isaías

un espléndido cuadro en (cap.

la

segunda parte de sus profecías

40 y siguientes), y Ezequiel nos

la

había presentado

IMPORTANCIA

como una verdadera esta rico

de

vuelta,

en

a realizarse

él

De

(cap. 37).

relato

el

histó-

nada sabríamos de

la

ese hecho culminante en la

de Israel.

historia

te

resurrección tenemos

de Esd.-Ñeh. Sin

libro

el

resurrección del pueblo

esta

manera cómo vino

3

Además, ha de tenerse en cuenta que este período revisun interés singular. Sabido es que el carácter del pueblo

C,

judío, en los últimos tiempos antes de J.

que ofrecía en

del

to

Ahora bien

precisamente

cipios

en

afianzó

el

cautiverio del

al

Babilonia, a

el

uso de

resalte de la Ley, datan de aquella época, por

cuánto importa

el

Así,

lengua

la el

se

y

patria.

la

reunirse del pueblo en las sinagogas,

el

distin

destierro.

ser tuvo sus prin-

de

retorno

por citar algunos ejemplos,

gr., sólo

v.

aramea,

en

comienzos

los

muy

era

tiempos anteriores

como nueva manera de

esa

:

los

singular

donde

se

ve

conocerla.

Finalmente, ofrece

el

libro

otros aspectos. El relato de

la

especial interés,

bajo varios

reconstrucción de los muros

constituye un elemento no despreciable para resolver

el

pro-

blema sobre la extensión de las murallas de la ciudad en la época monárquica, como que Nehemías no hizo sino restaurar lo que había sido destruido. Aparece la finalidad de Dios en cumplir cho de librar patria los el

y

;

la

la

promesa que por sus profecías había he-

pueblo del destierro y reconstituirlo en su visible providencia que protegió el retorno de al

repatriados,

como nota expresamente Esdras. Admírale

carácter de Nehemías, su perseverante energía, su noble

za de sentimientos, y forma un cuadro de no literario

la

descripción

de los insistentes

común mérito

esfuerzos de

samaritanos, en forma ora de intrigas, ora de violencias

por

el

la

nobleza,

table del integérrimo

la

o.

con cuyas mezqir'nda habilidad, la entereza incontra-

contrario, de fingida amistad

des contrasta

los

;

gobernador Nehemías.

COMPOSICIÓN LITERARIA

á

C o mp o sición hojear

Basta

literaria

ligeramente

siquiera

.

para darse

libro

el

cuenta que no es un todo compacto, salido de autor y obra original suya. obra de compilación, en que

Muy

al

al

orden

ni

concierto,

ser-

menos hablando

en general, han conservado su forma primitiva sin

han

autor, o autores, se

el

del

contrario, aparece una

vido de escritos ya existentes, a los que,

gamándolos

pluma

la

y no amalen

;

sino disponiéndolos,

cuanto a ellos se les alcanzaba, conforme

al

orden crono-

y poniendo de propia cosecha las adiciones que convenía para trabar entre sí los varios documentos, o para re llenar los resquicios que entre los mismos quedaban. Asi que los varios elementos que integran el libro son los silógico,

guientes

:

Las Memorias de Esdras (7, 27-8, 34 Nehemías (Neh. 1-7, 73; 12, 27-43; 13, 4-31). Documentos oficiales: Decreto de Ciro 2) 1)

;

1-15), y de

9,

(1,

2-4).

Car-

ta de los sátrapas a Artajerjes (4, 9-16),

tajerjes (4,

y respuesta de Ar17-22). Carta de los sátrapas a Darío (5, 7-17), y

respuesta de Darío Listas,

3)

blicos

(6, 3-12).

Catálogo

:

(Esd.

2,

1-70

(Esd.

7,

1-5).

Decreto de Artajerjes

tomadas

probablemente de

los

= Neh.

7,

Catálogo de

de Artajerjes (Esd.

8, 1-14).

repatriados 6-73a).

documentos pú-

al

tiempo

Genealogía

repatriados

los

(7, 12-26).

de

Catálogo de

los

ci

de

Ciro

de Esdras año séptimo

que habían con-

traído matrimonio con mujeres extranjeras (Esd. 10, 18-43).

Catálogo de

los que firmaron la renovación de la alianza (Neh. 10, 1-39). Catálogos de los habitantes de Jerusalén, de las ciudades ocupadas por los repatriados, de los sacer-

dotes

y

(Neh.

11,

4)

autor.

levitas

Las

3-12,

tiempo

al

del

sumo

sacerdote

Joaquim

26).

partes

narrativas,

o

breves

notas

del

mismo

COMPOSICIÓN LITERARIA

5

Nótese que hay dos perícopas redactadas en lengua ara Esd. 4, 8-6, 18 (correspondencia de algunos oficiales

mea

:

con

monarca), y

el

12-26 (carta entregada por Artajer

7,

a Esdras).

jes

variedad

Esta múltiple

de

elementos,

unos de

independientes los

pocos son

dar de pronto

la

impresión que en

el

orden

lógico ni cronológico.

muchos

su excelente p.

componer

su obra se

Y

piensan, en realidad,

así

Baste citar Lusseau-Collomb,

autores.

253),

pudiera

otros,

autor con yuxtaponerlos, sin atenerse a ningún

contentó ni

el

cuales no

de los los

Manuel d'Etudcs Bibliques

(París, vol. 2, 1934,

que «ninguna trama unificadora da

afirman

obra un carácter homogéneo», y Giuseppe Storia d'Israele (vol.

1934),

2,

p.

cronológica)), de

donde saca

la

Ricciotti,

a

a

una exacta

serie

consecuencia que «cuando en

encuentran juntos dos documentos,

se

la

que en

127) escribe que «los do-

cumentos no están dispuestos conforme Rsdras-Ne hernias

quienes en

ninguna referencia cronológica puesta por

el

cronista,

sin

no

alguna para decir que el documento que segundo lugar sea cronológicamente posterior al

existe presunción

ocupa que

el

le

precede».

Ante todo, para prevenir confusiones, hay que concrepunto de la discusión. No se trata aquí, precisamente,

tar el

de

el

si

orden en que están dispuestos

responde, en realidad, a chos, sino

más bien

la

los

en Esd.-Neh. se

si

relatos parciales

sucesión cronológica de los herefleja

la

intención

del autor de disponer sus documentos en orden cronológi-

Son

co.

éstos,

como

se ve,

dos puntos de vista de todo en

todo distintos. Decimos, pues, que bro da claramente se

propuso

el

la

distinto,

como

él la

simple lectura del

de que

en

el

autor imprimirle un sello de unidad

trabar sus materiales,

gen

impresión

la

se

componerlo ;

que en

el

relativos a diversas épocas y de ori

inspiró

entendía.

li-

en

la

cronología de los hechos

tal

COMPOSICIÓN LITERARIA

6

Un

examen

rápido

de su obra justificará,

del contenido

creemos, nuestro aserto.

Libro de Esdras.

—decreto

—rContiene

éste tres hechos principales

de Ciro, caravana conducida por

gunda caravana bajo

cesión cronológica no cabe duda razonable el

autor dispone precisamente en

Y

correspondientes. límites

Zorobabel,



dirección de Esdras

la

no sólo

,

Ahora

(1).

mismo orden

el

se-

de cuya su bien:

los relatos

aun dentro de

esto, sino que,

de cada relato, se atiene escrupulosamente a

los

cro-

la

nología.

En

efecto

encabézase

:

con

libro

el

decreto de Ciro,

el

principio y origen de todo lo demás. Partida de la caravana y recuento de los repatriados. Como era de suponer, el primer cuidado fué restaurar el altar, a fin de poder ofrecer

desde luego sacrificios en tanto que se el

reconstruyendo

iría

templo, cuya restauración empieza, apenas aprontados los

materiales

(c.

Tiene que interrumpirse

3).

trigas de los samaritanos.

En

trabajo por in-

el

punto aprovecha

este

el

autor

oportunidad de mencionar algunas otras hostilidades, per-

la

tenecientes a diversa época

mente contraría gico.

En

a

nuestros

(c.

que en nada absoluta-

lo

4),

su propósito de seguir

mismos

días

orden cronoló-

el

muy

historiadores

dignos

de este nombre no se hacen escrúpulo a las veces de juntar

hechos de tiempos diversos, samiento

puede reanudarse

fin

que a nadie

sin

reprocharles de pecar contra

el

el

Surge empero nueva

trabajo, y se

dificultad

:

el

le

venga en pencronología. Al

la

pone mano a la obra. gobernador general se

persona en Jerusalén, preguntando con qué derecho están reconstruyendo

el

templo. Escribe

a

Darío, responde éste,

y al fin la restauración se lleva a feliz término

Cuanto

(1)

que

lo

a

Esdras.,

niegan.

no

faltan

Creemos que en

gumentos carecen

.de

todo

5-6).

autor expresa en términos genera-

el

Bien sabemos que

(c.

el

autores

que no

Comentario

fundamento

sólido.

se

sólo

verá

dudan,

cómo

sus

sino ar-

COMPOSICIÓN LITERARIA les

la

vuelta de

documento por Esdras

y

caravana cual

confería

el

el

partida y llegada

la

luego transcribe

7-10), y

(7.

monarca los poderes a preparativos que éste anduvo haciendo.

refiere los

;

finalmente,

\.

la el

7

a

Jerusalén

(c.

7,

1

1

-28

Poco tiempo después de haber llegado acomete reforma religiosa, empezando por los matrimonios

1-36).

8,

Esdras

la

mixtos

(c.

con

9-10),

lo cual se

Libro de Nehemías.

— Recibidos

Nehemías parte y

ca,

cierra el libro.

llega

los

poderes del monarInspecciona

Jerusalén.

a

los

muros, y se decide a restaurarlos cuanto antes (c. 1-2). Descríbese por menudo la manera de reconstruirlos, y se in tercala el relato de las intrigas, violencias y

samaritanos, lleva la

engaños de

obra

a feliz

término

(c.

Una

3-6).

vez reedificados

muros, se piensa, como era natural, en repoblar

¡os

dad

los

hasta que, a pesar de tanta contradicción, se

la

ciu

y con esta ocasión se inserta la lista de los que habían vuelto del destierro en la primera cavarana (c. 7). Habiendo ;

dado cima a la restauración material, acomete Nehemías la reforma religiosa (c. 8-10). Sigue un recuento de los que de hecho

se

establecieron en Jerusalén

ción varias listas

(c.

(c. 11), y a continuaDescríbese luego la Dedica-

12, 1-26).

ción de los muros recién cons f ruído s se

un breve relato

oscura.

(13.

Finalmente, ciérrase

nes sobre

la

actividad de

(c.

12.

27-47).

Añáde-

cuya posición cronológica es

1-5), el

libro

con algunas indicacio-

Nehemías en su segunda vuelta

a

Jerusalén (13. 6-31).

De

este rápido

recorrido aparece que,

rraciones en su sentido obvio, en varios

documentos presidió

autor de atenerse

al

la

a

delante

su juicio, a

tomando

las

el

na-

trabajo de juntar los

constante preocupación

orden cronológico.

rizados a concluir que, cuando relato

el

De

ahí

del

estamos auto-

referido autor coloca

un

de otro, este orden topológico corresponde, la

sucesión cronológica de los acontecimientos,

AUTOR

8

y por consiguiente constituye una presunción en pro de En consecuencia, hasta tanto que se aduzcan

dicha sucesión.

argumentos en contra, es perfectamete mantener el orden cronológico correspondiente

razonable

válidos

a

la

posi-

ción relativa de las narraciones parciales.

Y

para confirmar

vamos

a

puntualiza las fechas 3,

1 «Llegó

Esd.

:

3,

;

8 «El

«hasta

el

que para

el

día primero

el

;

2,

11 «y estuve

muralla

el

4, G

el

quedo

7,

;

;

«Y 24

subida de

llegó a Jerusa-

mes de Kisleu tres días»

4,

9 «y fué así

fijó él la

mes

;

6,

del

vigésimo

15 «terminóse

veinticinco de Elul, a los cincuenta y dos días

de comenzada» 6 «el

del quinto

«En

allí

;

principio de su reinado»

primer día del mes primero

lén» etc., etc. Neh. 1, 1

la

al

;

6 «desde el día primero del

3,

año segundo del reinado de Darío»

Babilonia, y

año»

;

«El primer año de Ciro»

1

1,

cronología

la

de los pasajes en que

segundo año de su venida»

reinado de Asnero,

el

siquiera

mes séptimo»

el

séptimo mes»

en

interés del autor por

el

recordar algunos

;

9,

1 «El día veinticuatro de este

mes»

;

13,

año treinta y dos de Artajerjes».

A ni av. Este nombre

lo

tomamos

redactor, compilador

forma la

actual,

;

aquí en sentido un tanto lato

en una palabra,

el

que dió

,

al libro su

sea cual fuere la parte que hubiere tenido en

primera redacción de sus documentos.

De

estos

documentos, aquellos en que Esdras (Esd.

7,

y Nehemías (Neh. 1-7; 12, 27-43; 13, 6-31) hablan en primera persona han ide atribuirse a la pluma de dichoo

27-c. 8-9)

personajes, respectivamente

(1).

Pero ¿fueron Esdras y Nehemías, o uno solo de ellos, en particular Esdras, los que dieron al libro su forma actual ?

(1)

Véase más abajo,

p.

10

ss.

188

ss.

AUTOR

En el

otros términos,

autor del libro

tiva.

No

de

obra

la

?

9

¿podemos llamar a Esdras propiamente Creemos que la respuesta ha de ser negacaso de ser

se explica en efecto que, el

mismo Esdras. hable

redactor

el

éste en primera persona,

y luego, sin motivo alguno que justifique el cambio, pase al uso de la tercera persona. Claro está que tal proceder no es absolutamente imposible

bable.

Por

el

pero

;

en extremo impro-

es



contrario, se da perfecta razón del cambio con

suponer que otro autor inserta en

su libro

las

Memorias

de Esdras conservando su propio tenor, y por consiguiente la primera persona y una vez terminadas éstas, se usa de ;

nuevo

1.

la

tercera persona.

Verdad e^ que también en otros 5; Dan. 1, 1-7, 2; 7. 2-0, 27: 10.

libros (Jer. 1

20.

1.7

;

28,

10. 2-12, 13) alternan

;

primera y la tercera persona, y con todo nadie toma esto por indicio de diversidad de autores. A nuestro juicio, no

la

existe

paridad. Por

la

sola lectura

de los varios pasajes

el

alternarse de las dos personas da en los dos libros proféti

cos por una parte y en Esd.-Neh., por otra, impresión de

todo en todo distinta. Jeremías en directamente con Dios, y es al

Señor

lo

el

pone

natural que

hiciera en primera persona.

circustancias

mente

muy

20, 7-18 se

histórico-psicológicas

En

a

hablar

dirigiéndose

Jer. 28, 1.5 las

explican

satisfactoria-

cambio de persona.

Hananías,

el

falso

jugum Babylonis»

(28,

profeta, 2),

había

aludiendo

aue habia dicho Jeremías en

el

cap.

exclamado

«Contrívi

manifiestamente a 27

(cf.

v.

lo

1-7.8.9-10.

a quien se dirigía personalmente, acompañando quizá con el gesto sus palabras. Ahora bien, fácilmente se comprende que, cuando Jeremías quiso describir este episodio, se le pusiera por delante de la imaginación ia imagen de Hananías con su actitud agresiva, y que bajo esta impresión le saliera espontáneamente la frase «Dijo a nú», pues en ella vibraba una nota más personal que en la otra

12.14.16.19-22),

MEMORIAS DE ESD. Y NEH.

LO

«Dijo a Jeremías)).

nario,

1-6

con

7,2.

contienen El

ducción

;

v.

cuando ya no

luego,

vuelve

la

pone

j se

nada extraño, pues,

Lo

que en el v.

propio debe decirse de

nas en 10, 1.2.

La

parte histórica.

1 de este cap.

tercera persona, mientras que en

persona.

usar,

a

se trata> de

como de

la

ordi-

persona. Cuanto a Daniel, nótese que los

tercera

la

cap.

Y

profeta,

falso

del

actitud

En una

profética empieza

a él

manera de

intro-

hable Daniel en

2 lo hace en primera

diferencia de perso-

la

palabra, creemos que en Daniel se

usan diversas personas, pero no cabe decir que se pase pro-

piamente de una persona a otra.

Mantenemos, por consiguiente, que

el

cambio de per

sona en Esd.-Neh. excluye como redactor del libro

Esdras como a Nehemías. Tal cambio

mente en efecto,

se

así

a

explica perfecta-

hipótesis de que haya sido un tercero. Este, en

la

transcribió

Memorias de

las

la

encontraba

mientras que en lo que

primera persona

como

cuenta usó,

era natural,

tal

la

dos protagonistas,

como en

conservando ;

los

él

las

mismas

se

añadió por su propia

tercera persona.

Ni se opone a esta conclusión el aserto del Talmud (Baba bathra f 14). que hace a Esdras autor de su libro, pues en realidad tal título puede justamente dársele, siquiera en sentido lato, puesto que buena parte de dicho libro está formado por sus Memorias.

Memorias de Esdras y de Nehemías. (Esd.

7,

27-c.

8-9

Neh. 1-7;

;

Estos dos personajes por en singular o en plural, los escritos

;

trate aquí de

el

13, 6-31.)

la

primera persona,

como

los redactores de

uso de

presentan

27-43;

y no hay motivo alguno para sospechar que una mera ficción literaria. Suponerlo fuera evi-

dentemente arbitrario,

argumentos

se

12,

positivos.

a

menos de apoyar

tal

suposición en

.

MEMORIAS DE BSD. Y

No

merecen ser calificados de

Torrey {Ezra Studies,

de

en probar que

uso de

el

otra cosa que un

Invoca

el

mero

la

p.

el

y una noches

(!

las

consideraciones

con que

ss.),

se esfuerza

primera pers©na en Esdras no es («literary

artificio literario

ejemplo de varios

los Jubileos,

tales

244

11

N'EH

libros,

como

el

de vice»).

de Enoc,

el

de

Protoevangelio de S. Jaime y hasta las Mil en los cuales se pasa de la tercera a la pri),

mera persona, y a nadie se le ocurre pensar que las secciones donde se lee esta última sean verdaderas memorias auténsino

ticas,

que

se trata

pura y simplemente de ficción

lite-

raria

Es raro que pado

la

tro de

le

haya esca-

Esd.-Neh. Este reviste carácter propiamente históri-

como que

co,

de Torrey se

a la perspicacia

diferencia que va entre los libros citados y el nues-

resaltan en

él

manera evidente

de

los

distin-

verdaderamente histórica, mientras que aquéllos andan llenos de visiones o de escenas puramente imaginarias. Para la validez del razonamiento falta en abde una obra

tivos

soluto

la

paridad.

sino racionalistas, mi

Y v.

así lo

sienten autores no ya católicos,

quien afirma (Einleitung

gr.. Eissfeldt,

das Alte Testament, Tübingen 1934

motivo hay suficiente para considerar persona como ilusión tholet,

p. 586) el

que «ningún

uso de

la

primera

(künstliche Ilusión), y Ber-

artificial»

cuyas son estas palabras

;

:

«Las Memorias de Esdras

y de Xehemías son de inapreciable valor no sólo como fuentes históricas de primer orden, sino también y sobre todo

como

notas personales de dos hombres de tanta importancia

en

restauración de

a

la

las

la

Comunidad

judía, a quienes, gracias

mismas, podemos perfectamente conocer» (Esra una

Ne hernia,

XIV); y Jampel (Die Wiederherstellung..., p. «Del propágina 143) no vacila en estampar estas frases :

ceder anticientífico de Torrey, cuyas aserciones carecen de

todo fundamento, y que, como dice Meyer, son el resultado de pura fantasía, hay que prescindir completamente.» Palabras

duras,

que hacen

el

efecto

de

hierro

candente,

pero

MEMORIAS DE ESD. Y NEH.

12

bien merecidas. El

mismo Batten

formu «Los argu-

se siente forzado a

por cierto nada lisonjero

lar este juicio,

(p. 18)

:

mentos de Torrey no han logrado convencer a aquellos que se han dado a un estudio diligente de la historia de Esdras V con todo respeto a su erudición y diligencia [habrá mucha diligencia, pero manera de juzgar muy deficiente] yo me cuento en el número de aquellos que toman aún en serio la ,

Poco antes (p. 16) había dicho que Memorias de Esdras son un mito». Cuanto a las Memorias de Nehemías reconoce el mismo Batten (p. 14) que «como fuente histórica cuentan entre las mejores del Antiguo Testamento». Asentada en general la autenticidad e historicidad de las Memorias, cabe preguntar si deben considerarse como tales todas aquellas secciones donde se lee la primera persona y además, si dichas Memorias fueron en mayor o menor grahistoria

Esdras.»

de

Torrey sostenía que

«las

;

do modificadas por Batten

el

autor o último redactor del libro.

14-18) cree poder dar respuesta negativa a

(p.

primera pregunta, positiva a

la

segunda.

Nehemías reconoce como auténtico U b-20

;

3, 33-7,

5 a

;

Lo

13, 6-31.

1,

En

1-4

las 1,

;

la

Memorias de 11 b-2, 7

restante no es de la

;

2,

pluma

de Nehemías.

De Neh.

3,

no es de Nehemías. ticas de este

«Parece cierto que Neh.

1-32 dice:

No

documento»

3,

1-32

presenta ninguna de las caracterís(p. 15).

Eissfeldt, por el contrario,

manera categórica que «Neh. 3, o sea, la lista de los que tomaron parte en la reconstrucción de los muros, es miembro integrante de las Memorias de Nehemías» (Emleitung, p. 592).

afirma

sin

titubear y de

En

las

de Esdras considera

8,

15-19.21-25.28

s.

procede de Esdras. descubre Batten

Es claro que hablar con

la

la

así

s.

36

Por

lo

31

mano

;

como genuino Esd. 7, 27 s. 9, 1-11 a. 13-15. Lo demás no ;

que hace a

del cronista

las

modificaciones,

en los pasajes citados.

en un punto como en otro no es posible

misma aseveración que en

el

precedente, cuan-

FECHA do se trataba de

REDACCIÓN

DE LA

L3

autenticidad, en general, de las

la

Memo-

no cabe excluir a priori de un posibilidad de que el autor se haya permodo absoluto la mitido amplificar alguna sentencia de las Memorias, o introducir alguna modificación que ayudara por ventura a rias.

Del punto de

vista crítico

completar o aclarar

más

posibilidad, sino

para sostener que

Pero no

sentido.

el

bien de

si

la

existen indicios suficientes

autor en realidad procedió en

el

de

se trata aquí

la

forma

problema en estos términos décimo^: 1) que de ningún pasaje de las Memorias, tanto de Esdras como de Nehemías, cabe demostrar, no ya de manera conPlanteado

referida.

el

cluyeme, sino meramente probable, que haya sido añadido de cosecha propia por se

que tampoco

2)

;

descubren indicios positivos de alteraciones más o menos

considerables hechas por

da

autor del libro

el

el

mismo

autor.

La impresión que

Memoras

lectura del libro es que éste transcribió las

la

como mar que

tal

le

las

vinieron a

mano. No queremos con esto

la

copiara en su integridad

af'r-

casos hay en que, a

;

nuestro juicio, dió un corte omitiendo parte de las mismas (véase

el

Excursus,

p.

188

ss.)

;

pero

entendemos decir qne

si

en aquellas que juzgó oportuno reproducir en su libro respetó

vo

el

tal

como

texto, transmitiéndonoslo tal

vez

ligeras

lo

encontró,

sal

que apenas hay que

modificaciones de

tener cuenta. Las razones, ya filológicas, ya exegéticas que

aduce Batten en

contra,

andan muy

lejos

de

convin-

ser

centes.

Fecha de Esta

que puede

diríase

menos cuanto

al

la

fijarse

8,

11 y 22 se

4 ejercía

el

de un

terminus a quo por

enumeran último Jaddúa. Ahora bien,

los vv.

redacción.

oficio

al

los

sumos

éste

modo

pontífices,

según

Tosefo

tiempo de Alejandro

de donde se sigue, naturalmente que

preciso,

cap. 12. de

el

el libro

al

Neh. En siendo (Ant.

Magno

el

XI

(831)

.

Esd.-Neh. no



FECHA DE LA REDACCION

14

compuesto antes de dicha fecha. Añádase que en

pudo

ser

el

22 se menciona también

v.

— siendo

probablemente

éste

nos lleva a

misma

la

merosos autores,

más

tarde»)

Codomano

;

Ryle («no antes del 320, y quizá Lusseau-Collomb idel 300») ;

Esdras y de Nehemías datan de

La

vez de fines del siglo cuarto»).

tal

como

todo, no es tan firme

(336-331)

Esta fecha admiten nu-

Batten («no antes

(«los libros de

ga:

Darío

conclusión.

gr.,

v.

reinado de Darío, lo cual

el

a

la

época grie-

conclusión, con

primera vista parece. El ca-

pitulo 12, 1-26 es un conjunto de listas que no tienen nin-

guna relación

con

ni

que precede

lo

con

ni

lo

que sigue, de

suerte que pudieran perfectamente omitirse sin que de ello se

contexto. Esta circunstancia sugiere espon-

resintiera el

táneamente

la

pregunta

si

referidas listas no serían adi-

las

ción tardía, de cuyo contenido ninguna conclusión cabe por

consiguiente sacar relativa a cipal del libro.

Un

la

redacción del cuerpo prin-

como

autor tan poco sospechoso

Eissifeldt

(Einleitung, p. 596) admite francamente tales adiciones, las cuales,

dice,

no son obstáculo para

composición de

fijar la

breves .secciones,

Pero hay más de algunas de las en particular, puede probarse con alguna

probabilidad que

dentro

nuestro libro hacia

el

400.

:

mismo

del

posteriores, por ejemplo,

los vv.

cipio

de dos seciones bien definidas

frase

muy

familia

semejante y casi idéntica

los

;

jefes

de los levitas)

hay perfecto paralelismo, pido por los vv. 22-23

;

de que fueron añadidos

el

muy

que

la

dece

En 12.

(v.

son adiciones

efecto,

al prin-

24) se

lee

una

(los sacerdotes jefes

entre las

;

de

dos perícopas

cual viene a quedar interrum-

indicio esto,

más

tarde.

hasta cierto punto de los vv. 10-11.

que

capítulo

22-23.

por

Y

lo

No

menos probable,

propio cabe decir

lo

es,

pues, exacto lo

a la ligera afirma Ryle, al decir «ser cosa evidente

hipótesis de

exclusivamente

tradicional» (p.

adiciones tardías en nuestro al

deseo

de

poder

caso

mantener

XXIV). No dudamos que

la

obetesis

Eissfeldt protes-

taría enérgicamente contra semejante imputación.

La

fecha

.

HISTORICIDAD preferida por este crítico (hacia

modo como

en ningún

cierta,

en vez de fines

consiguiente,

el

15

400) creemos poder darla,

pero



del 400

como probable

;

por'

no hay exageración

en decir a principios del mismo siglo. Varias frases («rey de Persia», «en los días de Nehemías») que suelen aducirse

en contra

Lusseau-Collomb.

(cf.

creemos que son susceptibles de en

la

Ryle, p.

255;

p.

muy

XXÍV)

correcta interpretación

hipótesis de dicha fecha.

Historicidad

Como

el

libro

homogéneo, antes

de Esd.-Neh. no es un todo compacto y bien, consta de partes diversas entre sí,

de distinta procedencia y

oportuno

estudiar

hemos juzgado

de índole varia,

carácter

el

histórico

de

las

diferentes

considerando cada una de ellas hacemos en sendos Excursus con los documentos árameos, las listas, etc.

secciones separadamente,

en particular. decretos

Y

reales,

así lo

los

Aquí, por consiguiente, nos limitaremos a unas pocas consideraciones de

orden general, que podrán servir como de

fondo a los razonamientos más particulares y concretos de los referidos Excursus.

ma

El relato de Esdras y Nehemías se nos presenta en fortal, en medio de tal ambiente y revestido de tales carac-

teres,

gar,

que no parece posible haya

quien

se

atreva

a

ne-

no ya en uno que otro particular, sino en conjunto,

su historicidad. Sin embargo, no faltaron tales osados. Así,

por ejemplo, Renán, en Histoire du peuple; d' Israel, volu-

men

4, p. 96 ss., afirma que las Memorias de Esdras y de ehemías son pura invención, y aun duda de la historicidad del mismo Esdras ( ) y en términos algo parecidos se expresa más recientemente Jahn, Dic Büchcr Ezra und _\T

!

Nehemia, de

la

p.

ciencia,

fantasías.

I

ss.

son

;

Afortunadamente, por

muy

contados los que

el

se

buen nombre permiten tales

:

HISTORICIDAD

16

La

simple lectura

da

del libro

que

cir,

impresión de que

la

nemos ante nosotros una obra de

Índole histórica,

te-

es de-

autor se propuso escribir historia (que lograra

el

o no su propósito es otra cuestión de que hablaremos lue-

Todo cuanto

go).

escribe

pertenece

nada de poesía, nada de visiones

cumentos

género narrativo

al

de profecías

ni

son do-

;

catálogos, relatos matizados de circuns-

oficiales,

tancias cronológicas y topográficas, que les dan, por decirlo así, forma concreta y tangible, y que revelan en el escritor

marcado

De

intención, pues,

la

interés por la

no cabe

neral,

exactitud y acribía histórica.

menos hablando en ge-

del autor, al

menor duda.

la

Pero, ¿corresponde a su intención

En

hechos?

otros

términos:

objetividad de los

la

Quiso

historia;

escribir

¿la

escribió en realidad? (1)

Lo que

se

narra son hechos públicos, que podemos ca de importancia capital para

linear de trascendentes,

judío

blo

relieve,

;

se

perfila

la

modo

moral

halla en

to se relata se

que vale tanto como

restauración judía,

decir de la resurrección

pue-

el

dos personajes de alto

cada uno a su manera, que fueron en cierto

héroes de

los

de

retrato

el

Y

del pueblo escogido.

armonía con

el

cuan-

ambiente histórico

de aquella época, con el carácter que los documentos profa-

nos nos han revelado de los monarcas persas particularidades

tas

han

se

;

plenamente

visto

y hasta

cier-

confirmadas

por escritos de indubitable valor histórico, como,

gr., el

v.

nombre de Sanballat, jefe de los samaritanos, que se con este mismo carácter en los papiros de Elefantina Finalmente,

la

sos

documentos

(1)

(2)

;

el

Sobre ésios,

la

cual

en fuerza de lo cual

Naturalmente, hablamos

prescindiendo por

(2).

fecha de nuestro libro cae dentro de una épo-

perfectamente histórica, de

ca

lee

momento véase

el

aquí desde

de

la

el

se

conocen numero-

el relato

punto de

de Esd.-Neh.

vista

histórico,

inspiración.

Excursus

correspondiente,

p.

412

ss.

:

RELACION ENTRE ESD.-NEH. Y PARAL.

las

que no

tenerse por histórico en tanto

debe

^Véase Eissfeldt, Einleitung,

contrario.

IT

pruebe

se

597-599.)

p.

lo

Para

pruebas más detalladas consúltense los respectivos Ex

cursus.

Relación entre Esd.-Xeh. y

Es

tal

semejanza de

la

de ios Paralif órnenos

libro

el

dos libros en cuanto a

los

la dic-

al espíritu, que los autores modernos, casi unánimemente, atribuyen ambos a un solo y mismo autor. Y no es esto cosa sólo de nuestros días ya los antiguos advirtieron dicha semejanza y llegaron a la misma conclusión

ción y en cuanto

;



«Oprime jam monuit Tostatus escribe Cornely (Introducto, vol. 2, p. 328) tantam esse inter Paralipomena et inter



libros

Esdrae similitudinem linguae

cpera

ista

id

tn

Esdrae

torum vocabulorum usum,

libris

sive

ut uni auctori

styli,

Ouod enim

sint attribuenda.

Paralipomenon,

et

habet proprii dictio

reperitur,

sive

ad cer-

ad praepositionum frequen-

animum adLex mosaica cira-

tiam, sive ad alias constructiones grammaticas vertas.

Eadem

eodem

tur.

in

utroque opere formula

fuse dicendi genere iisdemque fere vocabulis

vitarum muñera describuntur

rum se

et

:

eadem

invenitur

Y

catalogorum publicorum frequentia.»

numerosos ejemplos, que. por

citan

de todo

demás,

lo

le-

genealogía ello

pueden

verse en todas las Introducciones, y por eso no los repetimos aquí. Y añade el mismo Cornely en pro de la identi-

dad del autor otra consideración, que aducen y que también proponía ya Tostado

gumentum lam

innuit

prologum

et

Tostatus, libri

:

Paralipomenon

Esdrae

los

modernos,

«Alterum quoque

consonare.

ar-

scilicet

clausu-

Revera

eodem

Cyri decreto Paralipomena terminantur et Esdrae opus

in-

non integrum decretum affert Paralipomenon auctor, sed vix non media in phrasi finen facit. ut nonnullis

choatur

:

at

interpretibus aliquid libro deesse videatur.

Xihil

vero deest,

18'

RELACIÓN ENTRE ESD.-NEH. Y PARAL.

quoniam

ultimáis

indiguit,

quam optime

omnia

verbis

quibus ipse pro fine suo

ea,

Nihilominus fatendum

exprimit.

multo melius, cur integrum decretum non ri,

eum

si

altero

in libro,

templi reaedificationem

est,

explica-

attulerit,

quo reditum ex captivitate

in

narraturus,

erat

repetere

illud

et

vo-

supponamus.»

luisse

La

evidente semejanza de los dos libros en

el

lenguaje,

y generalmente en el espíritu que los informa justifica en un todo la hipótesis de un solo y mismo autor y por otra parte no creemos que contra ésta pueda hacerse

en

las ideas,

;

argumento positivo alguno.

valer

en admitir que

dificultad

mo

que

No

existe, pues, la

autor de Esd.-Neh. sea

menor el

mis-

de Paralipómenos. Pero ¿puede y aun debe con-

el

siderarse

el

como conclusión perfectamente

identidad

tal

de-

mostrada y sobre la cual no cabe ya duda razonable, según parecen dar por supuesto la gran mayoría de autores recientes

?

(1).

No

creemos que

grado de certeza esté

tal

justifi-

cado por los elementos de que actualmente disponemos. Es

muy

dos

concebir

posible

sacerdotes o dos levitas

que



escritores

—por

ejemplo,

que estén imbuidos del mismo

dos es-

mismas preocupaciones

píritu

sacerdotal,

por

templo y por cuanto se refiere al culto que habienel mismo ambiente literario se hayan familia-

el

sientan

las

;

do vivido en rizado con

el

mismo

estilo,

el

mismo

lenguaje.

Toda

esta

su formación religiosa y literaria se reflejará ciertamente en sus escritos, los cuales ofrecerán estrecha semejanza, con

todo y proceder de distintos autores. ¿No está de moda hoy día hablar de individuos pertenecientes a la escuela yahvís-

(1)

Véase,

v.

gr.,

la

manera y

el

tono con que afirma o más bien

da por supuesta esa identidad Noordtzij intentions

du Chroniste (Rev.

dos libros de

las

Bibl.,

en su interesante articulo

1940,

Crónicas (o sea, de Paralipómenos)

Les

quien habla de los

161-168),

como de

ala

primera

parte del libro del Cronista», y de los libros de Esdras y de Nehemías

como de

«la

segunda parte

del

mismo

libro»

(p.

164).

.FORMABAN UN SOLO LIBRO? a

tica,

la

escuela

elohística,

qúese esto a nuestro caso ia

misma

:

19

escuela sacerdotal? Apli-

a la

do s individuos pertenecientes

escuela habrían redactado Esd.-Neh.

menos. Repetimos que no entendemos negar

a

Paralipó-

y

identidad de

la

lo que decimos es que no está justificado el tono dogmático con que se afirma dicha identidad, dándola por

autor

;

perfecta y definitivamente demostrada

tesis

¿Formaban Esd.-Neh. y

A

esta pregunta,

a

(1).

Paralip órnenos un solo libro f

que contestan afirmativamente

la

la

gran mayoría de autores modernos, respondemos ya en parcon lo que acabamos de decir. Ahora añadiremos que tenemos por poco probable tal unidad. La índole de uno y otro, cuanto a la manera de tratar la historia, es distinta te

:

En Paralipómenos el autor la compendia toda entera, em pezando por el mismo Adán y las muchas fuentes de que ;

dispone no las reproduce de ordinario en su propio tenor,

dándole un

sino que de ellas teje la historia a su manera,

Por

carácter personal.

contrario, en Esd.-Neh. se recuer-

el

dan unos pocos episodios con todos sus pormenores, y los documentos, por lo menos en su mayor parte, se aducen en su forma original.

Cierto

es que

cronológicamente a

los

narrados en Paralipómenos, y que

últimos vv. de éste (36, 22

los

siguen

Esd.-Neh.

acontecimientos de

los

s.),

referentes

al

decreto de

Ciro, lo enlazan, por decirlo así, con Esd.-Neh., que se abre

(1)

justa

:

El

P.

Prado (De sacra

oCommunis

Esd.-Neh.

fere

auctorem

V

.

T. historia, 1934.

recentiorum

fuisse,

quamvis

opinio

extrinsece

(idem namque est compositionis tempus,

eadem videtur

rerum :

utriusque

liturgicarum

diversa operis

ipsa

in

in

utroque

fontibus

auctorem prodit.»

p.

461)

da

unum eundemque et

intrinsece

la

nota

Par.

et

probabüis

ídem aramaicus linguae color,

opere

allegandis

sollicitudo). ratio,

ni

certa

fallor,

minime diversum

LIBRO TERCERO DE ESDRAS

20

precisamente con

mismo como

el

A

de los dos libros.

circunstancia

decreto,

que

se

decisiva, en favor de la unidad

presenta, y a las veces

nosotros nos parece, por

contrario,

el

que es de muy poco, y aun quizá de ningún valor. En efecto, se comprende fácilmente que el autor de Paralipómenos, quienquiera que fuese, cerrase su libro con el decreto de Ciro

lo

;

un doble motivo dar a endesterrados no se habían que-

cual podia hacer por

tender a sus lectores que los

dado para siempre en indicar la

:

destierro

el

;

como por un

sensiblemente,

y además, por ventura, anillo de enlace, que

historia de Esd.-Neh. era continuación de la que él había

escrito.

tiene

Que no

reprodujese

importancia:

decreto en su integridad no

el

transcribió

que hacía

lo

a

su proposite.

lo

tuvieron por

El libro 3 de Esdras.

Es

libro apócrifo,

canónico. entero en

Y

pero muchos Padres

a la verdad, su contenido

el

lo.

hallamos casi por

canónico Esd.-Neh. Sólo tiene propio

libro

episodio de los tres jóvenes

3-5,

(c.

Véase

6).

la

el

correspon-

dencia de 3 Esdras por una parte, y por otra de Paralipó-

menos y Esd.-Neh.

:

3 Esd. 1

Como

2 Par.

»

»

2,

1-15

»

»

2,

16-30

»

»

3-5, 6

»

»

5.

7-73

»

»

0,

1-9,

»

»

9,

37-55

se ve,

Neh. En ésta

Esd. ....



35. 36.

»

4,

7-24.

»

2,

1-4,

»

5, 1-10, 44.

Neh.

....

7,

que

ello se

6.

73-8, 13.

sólo la perícopa 3-5, 6 no

se cuenta

Darío se concertaron entre

mgenio. Para

..

c.

1.

se

lee

en Esd.-

tres jóvenes al servicio del rey sí

propuso

sobre quién mostraría mayor el

problema: cuál de

las tres

.

LIBRO TERCERO DE ESDRAS cosas era

más

la

fuerte,

rey.» El tercero

fuerte es el

pero sobre todas

monarca a

vino,

el

«Fuerte es

primero escribió:

las

cosas vence

Grandes

los

rey o las mujeres. El

el

vino.» El segundo:

el

«Más

:

21

verdad.» Congregó

la

del reino,

«Más

fuertes son las mujeres

y en presencia de

.

el

la au-

gusta asamblea habló cada uno de los tres jóvenes exponien-

do con grande

su propia

elocuencia

después de haber' ponderado

la

opinión.

El

tercero,

fuerza de las mujeres, dice

que por encima de

ellas, y del vino y del rey, está la ververdad permanece, y triunfa, y vive por los siglos de los siglos» (3, 38). Entonces todos, entusiasmados, ex

dad:

«la

clamaron: «Grande es El joven que

Entonces todo

rey

te lo daré,

que

ría

el

así

los

dijo

le

«Pídeme cuanto

:

quisieres,

que

puesto que tú has mostrado mayor sabidu

demás.» Zorobabel

joven

El

la verdad, y ella triunfa.» habló no era otro que Zorobabel.

dijo

al

monarca

«Acuérdate del

:

voto que hiciste de edificar Jerusalén y restaurar el templo. Lo que ahora, pües, te pido es que cumplas el voto que al

Rey

del cielo

hiciste.»

El monarca accedió luego a su petición.

En

los

códices griegos 3 Esd. se halla

primer lugar con tro

el

Esd.-Neh. bajo

nombre de Esdras A, título

el

Ecr.-Ne. El 3

poco

interés,

Relación de

.1

libro

al

que vamos

a tocar

Esd. al Texto Masorético del

varias las hipótesis

:

otra versión griega

de

no

siquiera brevemente.

v a ¡a

versión grie

mismo 1) 3

Esd. es una modificación

de nuestra versión griega de Esd.-Neh. 2) cié

canónico Esd.-

Esd. ofrece varios problemas

ga

Son

comúnmente en cual sigue nues-

de Esdras F. Batten con otros

acatólicos a 3 Esd. llama 1 Esdr., y Neh..,

al

de Esd.-Neh.

Es modificación

distinta

de

la

actual.

22 3)

LIBRO TERCERO DE ESDRAS

Es versión

de un texto hebreo de Esd.-Neh.

directa

dis-

tinto del actual.

Las partes comunes camente idénticas

mero depende

3 Esd. y a Esd.-Neh. son prácti

a

de donde

;

podemos

del segundo, puesto que,

bieran tratado independientemente lo

concluir que el pri-

habrían h?cho de

mismo modo. No hay razón

del

fijo

dos escritores hu-

si

mismo argumento, no

el

para pensar, pues, en un texto hebreo distinto del nuestro.

Mas

¿

cómo

explicar

los acontecimientos

?

¿

el

3 Esd. tuvo ante los ojos

orden de

to al

tuvo ante él i

la

el

supone

un texto

el

autor

al fin

el

autor introducir en su libro un elemento nuevo, el

de Darío.

palacio

el

Esto

llevó a transportar Esd. 4, 7-24 a continuación de Esd. 1,

3 Esd.

2,

31) que

restauración del templo hasta

el

año

pues en aquella perícopa se dice se

de

orden actual, y que que se proponía. Es decú\

episodio de los tres jóvenes en lé

autor

el

distinto del nuestro cuan-

nuestro texto hebreo con



que

esto

narración? Nosotros creemos que

modificó conforme

lo

quiso

orden diverso en que se narran

No

interrumpió

la

gundo de Darío,

lo

24

(v.

;

se-

cual preparaba el episodio de los tres

jóvenes, donde Zorobabel pide a Darío que cumpla su voto

de reconstruir 1-4,

la

casa de

Dios.

Por

contrario,

el

2,

6 tuvo que colocarse detrás del referido episodio, por-

que en dicho pasaje

narra

la

ida

orden, por consiguiente,

El

salén.

se

de Zorobabel a Jerude

tífico

NB.

introducción de

esto dicho se está que fuera evidentemente anticien-

dar

respecto

la

de los tres jóvenes.

la historia

Con

acontecimientos

los

en 3 Esd. es obra del autor, y obedece a

al

Esd.

al al

nexo cronológico en 3 Esd.

la

preferencia con

que ofrece Esd.-Neh.

Josefo, Ant.

XI,

c.

1-5,

sigue

cual tuvo ciertamente ante los ojos:

devolver los vasos sagrados,

c.

3 n.

1.

el

orden de 3 Esd.,

Darío hace voto de Episodio de los tres

LIBRO TERCERO DE ESDRAS jóvenes,

Lectura de

3 n. 2-9.

c.

nuación se da

Hay con

la

Ley,

la

Nehemías,

historia de

En

todo una diferencia.

c.

(c.

1 n. 3) Ciro en

5 n.

5 n.

c.

;

De

hacerle

volver de

parte en

ahí

que

el

la

conti-

ninguna men-

por

el

contrario,

carta que dirige a los go-

la

bernadores habla de Zorobabel diciendo que rusalén.

A

5.

6.

3 Esd.

ción se hace de Zorobabel antes de Darío

en Josefo

23

lo

envía a Je-

historiador judío se vea obligado a

santa ciudad

(c.

tomar

3 n. 1) para

referido certamen de los tres jóvenes. Claro que

el

hay en esto evidente incongruencia. Por ahí se ve que en

ningún modo cabe aducir

el

orden de los acontecimientos

en Josefo como argumento en favor del que ofrece 3 Esd.

Carácter literario de S Esdras.

Un

hecho hay innegable, y es que la versión de 3 Esd. es más elegante, más libre y airosa que la de Esd.-Neh., la

Para convencerse de

cual es servil y por ende embarazada. ello

Neh. se

de Ciro en ambas versiones (Esd.-

basta leer el decreto 1,

1-4; 3 Esd.

1-6).

2,

igualmente en

advierte

Y

los

que pasa en este pasaje

lo

demás.

Claro que para dar

prueba completa del aserto debiéramos recorrer todo

Para

ello

remitimos

lieferung

und

buchs, en

ZATW,

al

den

son estas conclusiones,

ia

de

(1)

y que

doción.

LXX

que

es,

Howorth sostuvo que 3 Esd. versión que corre como de Bayer, p. p.

155

y

Über-

dritten Esra-

juzgamos

cuyas

;

perfecta-

versión de 3 Esd. con

la

de Esd.-Neh.), se nota una manera

la

Cf.

;

el libro.

die

20 (1900), 1-35

nosotros

Parangonada

(1) (esto

de ambos más abajo,

Werth des

textkritischen

19 (1899), 209-258

mente justificadas:

Über

estudio de Moulton,

Fischer,

es

el

LXX p.

de

verdadero texto es

351

25^ quienes lo refutan.

en

realidad

(véase

la

la

cita

LXX,

de Teo-

completa

LIBRO TERCERO DE ESDRAS

24

menos mecánica. Con mayor

rrás libre,

libertad se

añaden y

suprimen artículos y pronombres la parataxis hebrea transforma en hipotaxis [esto con suma frecuencia] se

;

;

verbos pasivos en activos...

con

;

las

se

los

conjunciones se pro-

cede hasta cierto punto arbitrariamente, añadiéndolas u omitiéndolas

(1).

Otro hecho hay que también cabe dar por que

ber,

ni 3

Esd. es modificación de Esld'.-Neh.

ceversa.

Con

mos,

certidumbre de que

la

cierto,

a sani vi-

(2),

sólo leer las dos versiones se adquiere,

cree-

modificación constituye una

tal

verdadera imposibilidad moral. Tanto

la

una como

la

otra

dependen inmediatamente de un original hebreo. Que nueshebreo actual es

tro texto

el

que

sirvió a la versión de Esd.-

Neh. no puede dudarse. El problema guiente,

saber

a

si

3 Esd.

se

reduce, por consi-

depende del mismo, o bien de

otro distinto.

En

ma

este punto se dividen los pareceres.

BZ

en

5 (1907) 157, que

P. Riessler afir-

texto hebreo que tradujo

el

3 Esd. era anterior y mejor que nuestro texto masorético.

Por

el

contrario,

llegado a lante de

nosotros.

la

sí el

J.

Fischer

(BZ

conclusión de que

mismo

Ambos

el

autor de 3 Esd. tuvo de-

texto hebreo que poseemos actualmente

escritores

propia conclusión en

2 [1904] p. 361.363) había

el

fundan,

examen de

como

es

natural,

su

varios pasajes de 3 Esd.

cotejados con nuestro texto masorético.

Nosotros tenemos por más probable

la

sión. Creemos que 3 Esd. tuvo delante de

segunda conclunuestro texto



hebreo, que trató empero con harta libertad y aun desenvoltura, simplificando,

sigue un

ampliando, interpretando

;

de donde se

principio de grande alcance en la esfera de la crí-

(1)

Véase también Bayer,

(2)

Esto sostuvo Keil. Cf. Bayer,

p.

147 ss p.

147.



LIBRO TERCERO DE ESDRAS tica textual,

TM

las

no

divergencias que se notan en 3 Esd.

deben

se

a la existencia de

hebreo distinto, sino más bien a

que

se permitía el autor.

la

manera

reconstitución del

la

Con

TM,

todos

quien en casi

Batten.

un original

libre de traducir

Por consiguiente resultan

ridas divergencias o lecciones propias de

para

Ha-

que puede formularse en estos términos:

blando en general, respecto del

35

contra los

el

las refe

muy

escasa ayuda

juicio

y parecer de

casos les da

preferencia.

embargo, no pretendemos negar que variar de dichas lecciones representen un original mejor que nuestro texto hebreo actual. Citemos únicamente unos pocos paesto,

guisa de ejemplo

sajes a la

frase

difícil.

En

plifica. 9.

sin

7.

(TM

16

en singular dras. la

Un

3 Esd. en 6,

10, el

5,

5)

y en

6,

4 7

(TM (TM

4)

5,

omite sim-

5, 6-7)

19-20) interpreta v amplía.

16) es preferible su lección,

donde

verbo separar, teniendo como

se

En

halla

a Es-

sujeto

ejemplo, repetido con frecuencia, que nos muestra

toma el autor, nos lo ofrece la expresión KPB que él traduce por s-ocpyo; xo»Av¡:f lupia; xa; Esd. 7.1 = TM 5. 6; y en otros muchos pasajes).

libertad que se

m¡1}

\2V

$otvtx?ic(3

En

conclusión, puede caracterizarse

en dos palabras:

Sobre

el

Edmund ha!tnis

Bayer,

XVI

en cuanto

T.

Das

dritte

Buch Esdras und

sein

:

Ver-

Heft

1 p.

XI-161

;

Freiburg 1911. El más com-

a los varios puntos que abarca. Moulton. Véase más arriba la cita completa. Fischer, Das apokryphc und das kanonische Esrabuch,

BZ P.

versión de 3 Esd. fiel.

su den Biichcrn Esra-Nehcmia, en Biblische Studien,

Band

W.

la

más elegante: menos

punto que acabamos de :ratar pueden consultarse

pleto,

en

:

En 6. 6 (TM 10-11 (TM 6,

J.

2 (1904) 351-364. Riessler.

buches, en

BZ

Der

textkritische

5 (1907) 146-158.

¡Veri des

dritten

Esdras-

IMPERIO BABILÓNICO

26

Resumen histórico de los imperios babilónico y persa

En

612

C,

(2) a.

en

el

da por Ciaxafes rey de

usurpado

trono de

el

mes de Ab (= Julio- Agosto), Media y Nabopolasar, que

la

Babilonia desde

(1):

sitia-

tenía

año 625, aliados

el

ambos desde el 614, cayó Nínive, la capital del imperio asirio. Los dos monarcas se dividieron el coloso caído, tocando Siria y Mesopotamia al nuevo imperio babilónico regido por Nabopolasar.

Dos años después Norte

cia el

La

historia de

en

The

(1)

nada

3

(1927)

x

y

en

3

vol.

más sucintamente en Vandervorst,

p.

más profusamente CAHist.)

(=

(1929)

2

Israel

et

p.

vol.

484-489.

na-

3

6 (1927)

vol.

Volkes

des

Kitte\,G eschichte

264-298;

1-20.

p.

verse

History

a cerrarle el paso

4 (1926) p. 1-25. 173-346;

vol.

brevemente

352-386;

1-24.

p vol.

206-225;

Ancient

II se adelantaba ha-

Va

de Palestina.

período puede

este

Cambridge

126-131.

(1925) p.

Faraón Necao

el

(3) a través

Israels,

663-667;

V Ancient Orient 2

(1929),

127-200.

Hasta hace poco,

(2)

caída de Nínive se

la

colocaba generalmente

Gadd, The Fall of Ninive; The newly discovered Babylonian Chronicle, N.° 21.901 in the British er¡

606

pero desde

;

Museum (London, Alfrink,

Cf.

1927,

385

publicación de C.

la

adelanta de

se

1923),

J.

seis

años,

poniéndose en 612.

Die Gadd'schc Cronik und die Heilige Schrift, en Bíblica

ss.,

donde

da,

se

p.

386 nota,

una abundante

bibliografía.

Véase asimismo Bíblica 1932, 399 ss. RB 1924, 223-231. La versión de dicha crónica puede versa en Gressmann, Altor. Texte zum Alten ;

Test. (1926) p. 362-365. (3) la

de

Según 4 Reg.

23,

expedición se dirigía

Gadd

se ve

29

como actualmente

tal

contra Asiría. Pero por

que era más bien en su favor

la

;

se

lee,

parece que

mencionada crónica

y en esto se acuerda

documento babilónico con Josefo, quien en Ant. X, 5, 1, dice que Necao «iba a guerrear contra los medos y los babilonios, que habían destruido el imperio de los asirios». De varias maneras se ha ensayado entre otras, el cambio de la partícula de hacer desaparecer la antinomia (contra) en (hacia); y ésta parece ser la solución más senel

;

^

^

cilla.

(2

Cf.

Alfrink,

Par. 35, 21)

cf.

1.

c,

RB

p.

389

1948,

ss.

390

Sobre

ss.

la

frase

«Dios

me

ordenó...»

IMPERIO BABILÓNICO rey de Judá (1)

Josias,

en 600 en

la

A

27

pero es derrotado por

:

Megiddo

llanura del Cisón, junto a

años más tarde, en

el

egipcio

Reg.

(4

23,

Necao, que

29

s.).

se

habla quedado en Siria, fué completamente deshecho en

su vez,

Carkemish, 2) s

tres

Djerablus, junto

actual

la

60í>,

Eufrates (Jer. 46.

al

por Nabucodonosor, hijo de Nabopolasar

talla fué decisiva

toda

:

Esta ba-

(2).

con Palestina cayó en manos

la Siria

de Babilonia, «que se apoderó de cuanto había sido del Faraón, desde

el

Torrente de Egipto hasta

monarca egipcio Reg. 24, 7).

el

(4

se atrevió a salir ya

Eufrates

el río

más

;

ni

de su tierra»

El vencedor se adelantó en seguimiento del fugitivo Fa-

raón hacia Egipto. Pero habiendo tenido noticia de

Mayo

de su padre Nabopolasar, ocurrida entre

te

tomando apresuradamente

retrocedió

del 605,

la

muer-

y Julio

camino de

el

Babilonia.

En

dicho año 605,

598) y

lugar

el

el

tercero (Dan.

1, 1)

primero de Nabucodonosor

(Jer.

el

primer asedio de Jerusalén y Dan. 1, 1-2 4 Reg.

(2 Par. 36, 6-8;

(1)

que

el

No

aparece claro

Faraón declara

rey de Judá

el

,qusto

la

Bíblica

kes

(2

se

1932,

Nínive

reanimara 400-409;

(Leipzig 1924)

CAHist.

I

;

Jeremías hace coincidir

los

conducta,

Imperio

contra

visto con

con

el

Cf.

Florit

asirio.

se

más cuanto

tanto

expedición no va

auxilio

des israelitisch-jüdischem

en

este

2, la batalla

pasaje

en Vol-

s.

(25,

Cf.

Goettsberger,

1)

el

de Carkemish con

diferencia nace probablemente de la

años.

Joaquim

24, 1) (4).

210-212, y también p. 298

(3)

computar

primera deportación

la

su

tuvo

(3),

295.

p.

Cf.

La

1)

Es probable que Josías había

Geschichte

(2)

de Joaquim.

que

agonizante

Sellin,

3,

tal

cíe

25,

y ahora quería impedir que

el

de Nabucodonosor, y en 40,

p

motivo

el

explícitamente

Par. S5, 21).

de

caida

Egipto

de

;

de Joaquim (608-

Das Buch

año primero el

año cuarto

distinta

manera de

Daniel

(Bonn,

192S)

15.

Curtís (The Booi: oj Chronicles, Edinburgh, 1910 p. 520 s.) se (4) muestra un tanto escéptico respecto a esta deportación. No es preciso decir que la llevase i cabo Nabucodonosor en persona bien pudo ser ;

IMPERIO BABILÓNICO

28

contra Babilonia, y contra él subió Nabucodonosor año séptimo de su reinado (Jer. 52, 28), esto es, en 598 c 597. Por este tiempo había muerto ya Joaquim, dejando como sucesor su hijo Joakín (más tarde Jeconías, Jer. 37, 1), rebeló el

quien a los tres meses de subido a Babilonia (4

Reg.

Sedecías, puesto en

tación.

trono fué llevado cautivo

segunda deportrono por Nabucodonosor en Reg. 24, 17), negó a su vez

el

lugar de su sobrino Joakín (4 la obediencia al rey de Babilonia

y éste marchó contra Jeaño noveno de Sedecías, 589, y

cual asedió el

rusalén,

la

tomó

año undécimo

el

al

24, 8-16), siendo ésta la

;

mismo monarca, 587

del

(4

Reg.

ciudad y llevándose numerosos vos e inmenso botín (v. 5-21) tercera deportación.

destruyendo

1-4),

la

25,

cauti-

;

El nuevo imperio babilónico fué de corta duración.

En

un reinado de cuarenta y tres años, Nabucodonosor II dejó el trono a su hijo Amel-Marduk, el Evil-Merooac de la Biblia, que se mostró clemente para con el cautivo

562, tras

rey de Judá Joakín (4 Reg. 25, 27 ss.). A los dos años, en 560, E vil-Mero da c sucumbió a un movimiento revoluciona-

por

capitaneado

rio

Nergal-sar-usur

blemente cuñado del rey

menor de

su hijo,

En

(1).

(Neriglissar),

proba-

556 a Neriglissar sucede

edad, Labasi-Marduc, quien a su vez es

asesinado en 555, ocupando

el

trono Nabonidos.

Precisamente por este tiempo se obraba entre medos y el andar de los años debía ser

persas un cambio, que con fatal al

imperio babilónico.

En

559

el

persa Ciro (2) sucedió

como a su padre Cambises, y cuatro años más tarde, en 555, se rebeló contra el soberano de medos y rey de

que diera ción,

encargo de efectuarla a alguno de sus generales. La aserPar. como de Dan.,' es explícita, y ningún motivo

el

tanto

Ansan

de 2

hay para dudar de su exactitud. CAHist.,

(1)

Cf.

(2)

Sobre

este

3,

217

monarca,

s.

Cf.

RB

1912,

22-49;

Cyrus

le

Grané.

IMPERIO BABILÓNICO

29

tomó

persas, Astiages, a quien hizo prisionero, y cuya hija

en matrimonio.

Un

éxito preocupó a Creso, rey de Lidia, que había

tal

sucedido a su padre hacia

Buscó y obtuvo

el 5G0.

el

Egipto y de Nabonidos para marchar contra Ciro éste, noticioso, por un traidor, de tales planes, toma del

apoyo pero

;

la de-

y después de varias peripecias logra triunfar de Creso. En los años siguientes, hasta el 539 poco más o me-

lantera,

nos, extendió sus conquistas hacia el Norte, Sur y Oeste (1).

Es

claro que, a no tardar, Ciro volverá los ojos hacia

imperio babilónico que, hallándose decadencia,

fiesta

conquistador.

En

no mucho

al Tigris,

más

tarde Ciro,

Norte de

triunfante

al

Sept.-Oct.;

(=

Tisri

ejército babilónico

el

al

resistir

mes de

efecto, en el

539 es derrotado

del

años atrás en mani-

tae

podrá

difícilmente

en Opis, junto

actual Bagdad.

la

corriéndose hacia

el

el

Sur,

Un mes

apodera de

se

Sippar, a donde se había refugiado Nabonidos, quien escapa a

Contra esta ciudad tenía despachado ya Ciro

Babilonia.

aesde Opis parte de su ejército

al

mando de Gubaru, gober-

nador del país de Gutium. Este por una hábil estratagema

tomó

la capital dos días después que Ciro se había apoderado de Sippar. El 3 de Marhesvan, o sea en la segunda

en Gubaru como gobernador

anitad ide Octubre, Ciro hacía su entrada

quistada, y puso a

Cf.

El libro de Daniel contiene varias noticias sobre babilónico que crean cierta dificultad,

acuerdan con los datos de

car

Se da

(5,

30)

remitiendo

como

medo

1.

(5,

(6,

1)

profanos,

tratos

30),

a

(5,

11.

pues no es

No

historia profana.

la

los

autores que lo

último rey de

de Nabucodonosor

banquete

tos

punto,

este

hijo

el

1-15.

(1)

4.

con-

(2¡).

(2)

perio se

CAHist.,

la capital

18),

y cuyo sucesor

Babilonia a

el

fin

fácil

del

ver

haremos sino

tratan

Baltasar

de

Im-

cómo to-

propósito.

(Bel-sar-us'ir),

que murió mientras daba un gran



al

parecer,



inmediato*

fué Darío

Asuero (9, 1). Ahora bien según los documenCiro sucedió inmediatamente a Nabonidos. De los con hijo de

en escritura cuneiforme parece que

;

el

último del reinado de Na-

IMPERIO PERSA

30

A

muerte

la

que hasta

de

Ciro

ocurrida en circunstancias

(529),

de hoy han quedado un tanto oscuras

el día

(1),

sucedióle su hijo mayor, Cambises II, que llevaba ya el títu-

de rey de Babilonia.

lo

El nuevo monarca llevó en 525 sus armas contra Egipto,

donde reinaba aún Amasis. Muerto II, que le sucedió en el trono,

tico

su hijo

éste,

Psamme-

se adelantó a dar la ba-

talla a Cambises frente a Pelusium, siendo derrotado y refugiándose a Menfis. Esta ciudad cayó poco después en ma-

nos del conquistador persa, y con trada la

prendió en

En

de

tentativa

conquistar

primavera del 522

la

camino llególe no por el falso Smerdis el

adelanta

se

pero en esto

le

alcanzó

bonidos está fechado Ciro

24 del

el

el



mago Gaumata

tropas contra

sus la

(2).

que se había

,

usurpador

;

(3).

10 de Marhesvan, y

el

mismo mes. No

el

muerte, sobre cuyas circunstan-

completa oscuridad

cias reina

Cambises em-

Babilonia

la vuelta a

verdadero hermano de Cambises. Este

el

frente de

al

todo Egipto. Frus-

Etiopía,

noticia de la usurpación del tro-

la



como

presentado

ella

la

hay,

primero del tiempo de

el

pues, lugar

ni

para Baltasar

ni

para Darío.

Numerosas soluciones probable es que Baltasar

nombre



fué

que

otro

es

se

han propuesto. Quizá, por ahora,

—consta

asociado por su padre en

el

y Darío el medo no gobernador de Babilonia.

reino

nombrado por Ciro

Gubaru,

más

la

que Nabonidos tenía un hijo de este ;

Claro que esta solución no es de todo punto satisfactoria. De todas maneras, antes que lanzarse a condenar como falsa la narración de Daniel

prudente

es

sobre

el

La

Vigouroux,

RB

1912, 40 (1)

esperar

particular.

Bible

otros

et

les

découv.

descubrimientos

Das Buch mod.,

hagan nueva

Daniel, p. 41

vol.

4

(J896)

p.

s.

luz

47-49;

351-373;

s.

CAHist.

Cf.

que

Goettsberger,

Cf.

4,

15;

RB

1912,

48

s.

Lo

que

parece

fuera

de duda es que murió guerreando. (2)

Cf

Sobre

CAHist. (3)

Cf.

la 4,

ibid.

actividad bélica, civil y religiosa de Cambises en Egipto

20-23; 4,

3,

173.

311-313.

IMPERIO PERSA

No

tardó en descubrirse

::i

engaño

el

del intruso, a quien

asesinó en abril del 521 Darío, hijo de Histaspes, de la familia de los

Aquemenidas. quien fué luego reconocido come

legítimo monarca.

Al principio de su reinado tuvo que hacer frente Darío a

I

temibles sublevaciones que estallaron en varias partes de

su inmenso imperio

do un

;

pero

al fin triunfó

terrible castigo sobre

daba restablecida

la

de todas, infligien-

En

todo a Babilonia.

518 que-

paz. Dedicóse entonces a reorganizar la

administración de sus estados para darles mayor unidad y con esto más estrecha dependencia de la autoridad real, y

asimismo para hacer más butos

No

fácil

la

de

recolección

los

tri-

(1).

contento con sus vastos dominios, hizo nuevas con-

quistas al Este y al Sur y redujo a obediencia varias poblaciones del Norte. Quedaba al Oeste la Grecia. Darío la

atacó con un inmenso ejército

tón

el

año 490

(2).

;

pero fué derrotado en Mara-

Este desastre alentó a los egipcios, que

se rebelaron y arrojaron del territorio la guarnición persa.

Darío do

le

se

preparaba para vengar ese doble descalabro, cuan

sorprendió

la

muerte en 485, después de treinta y

siete

años de remado.

A

su hijo y sucesor Jerjes

años sofocar te

los

(1)

I

rebelión egipcia.

la

costó no

En

conatos de independencia de

Sobre

La

la

organización

del

Imperio

menos de cuatro

481 castigó severamenBabilonia

por

;

Dario.

y

el

Cf.

otoño

CAHisc.

no la introdujo él, pero sí la perfeccionó ella se remonta a Cambises y a Ciro. Cf. ibid. p. 194. Véase asimismo Abel, Géographie de la Palestine, vol. 2 (París, 1938)

4,

194-201.

división

en

satrapías

;

p.

108

ss.

(2)

Cf.

CAHist

4

.

229-252

IMPERIO PERSA

32

mismo año

de este

llevó sus

armas contra Grecia, logrando

apoderarse de Atenas, pero siendo derrotada su flota (23 septiembre 480) en Salamina (1). A este desastre sucedieron

con

otros, y

un movimiento general de

ellos se inició

vación por parte del

mundo

suble-

griego. Jerjes, indolente y afe-

minado, se estuvo inactivo, hasta que en 465 murió a manos de un cortesano, Artabanus

Sucedióle

uno

de sus

(2).

hijos,

Artajerjes

Longimano,

I

quien por espacio de tres años tuvo que defender contra sus competidores. zó

el

grito

En

de guerra, y

el

trono

462, Inaros, rey de Libia, lan-

al

punto

estalló

una sublevación

general entre los egipcios, poderosamente ayudados por los

griegos

sublevación de que

;

triunfar

sino en 454.

Con

el

monarca persa no logró

otras provincias y con sátrapas

rebeldes tuvo también que luchar, y hacer frente a divisio-

nes intestinas. Murió en 424, después de cuarenta y un años de reinado.

Subió

al

trono su hijo Jerjes

cinco días fué asesinado

II,

que a

los

cuarenta y

de sus hermanos

por uno

ilegíti-

mos, por nombre Sogdianos, quien a su vez, después de solos seis meses y medio de reinado, cayó bajo los golpes de

hermano ilegitimo, que ocupó el trono en 423 con nombre de Darío II Nothus, el bastardo. otro

Este tuvo que emplear

la

mayor parte de su reinado en

someter a rebeldes que aspiraban a intervino por su hijo 1?

Ciro en

la

Grecia, entre Atenas y Esparta

(1)

Cí.

CAHist.

4,

(2)

Cf.

ibid.,

2

6,

313

s.



la

corona.

El año 412

guerra que ensangrentaba :

gracias

al

apoyo persa,

33

IMPERIO PERSA

segunda triunfó de la primera en 405. Poco después, en moría Darío II, dejando heredero del trono a su hijo primogénito Arsakes, que tomó el nombre de Artajerjes II ia

404,

Mnemon-.

Ya durante la ceremonia misma de la coronación, su hermano Ciro, llamado el joven, quiso atentar contra su vida. Perdonado,

se fué al

marche hacia

cito

el

Asia Menor, y reunido en 401 un ejérOriente y pereció en ia batalla de Cu-

Norte de Babilonia. (1), El nuevo monarca intervino en las guerras que sostenían

naxa

poco

entre



en particular Atenas y Esparindependencia. Se

las ciudades griegas,

Egipto

ta.

al

se

mandó contra

esforzaba en recobrar su el

Faraón un fuerte

después de

ejército que,

obtener un triunfo junto a Pelusium, retrocedió, quedando así el

Egipto en 374

libre del

yugo

persa. El gran

seguía siendo árbitro de los pequeños estados de

que

se disputaban su alianza

otro varios sátrapas.

;

pero se

En 3G2 murió

el

le

monarca Grecia,

la

rebelaban uno

tra-.

anciano Artajerjes

Ti,

sucediéndole su tercer hijo Artajerjes 111 Ochus.

Sus recelos hicieronle inaugurar su reinado con

la

ma-

tanza de todos los príncipes que podían tener alguna pretensión

al

trono.

Muy

pronto suscitáronse una multitud

rebeliones, avivadas y sostenidas por

cié

Egipto, que mantenía

por aquel entonces su independencia. Los judíos parece que lucieron causa

común con

traron simpatizar con ellos

buen número de cania.

(1) 0,

los

los rebeldes, o :

por

lo

en consecuencia de

principales

menos moslo

cual,

un

fueron desterrados a Hir

Artajerjes emprendió una expedición militar hacia

Puede verse una

detallad;:

descripción

de

la

rr.isma

en

eJ

CAHist.

4-9.

3

IMPERIO PERSA

34

Occidente, donde castigó duramente a los habitantes de Sidón. Se dirigió luego contra Egipto, cuyo rey, Neetanebo, fué derrotado y se escapó a Etiopía, quedando de nuevo el

Egipto sujeto

al

imperio persa

año 342

el

Ochus, vuelto a Susa, abandonó

(1).

gobierno

las riendas del

en manos del eunuco Bagoas. Este, temiendo caer, por trigas de sus rivales, en desgracia del

en 338, dando el

menor de

al

monarca,

mismo tiempo muerte

lo

in-

envenenó

a sus hijos, excepto

todos, Arsés, a quien puso en

el

trono, seguro

de poder gobernarlo a su talante. Pero cuando

el

joven rey

dió muestras de querer deshacerse de la tutela del poderoso

manos de éste la misma suerte de su padre (335). Entonces Bagoas ofreció la corona a uno de sus amigos, Codomano, que tomó el nombre de Darío III. ministro,

sufrió

de

Poco tiempo duró su reinado.

Filipo de Macedonia, des-

pués de sometidas las ciudades griegas rivales entre

dó hacia

el

mismo

la

se disponía a

y asesinado en 336. él

man-

Oriente un ejército de 10.000 hombres con

de sublevar contra

fin

sí,

El plan de Filipo

Persia a los griegos de

la

el

costa

;

marchar en persona, cuando fué

lo llevó

a cabo su hijo y sucesor Ale-

jandro. Al frente de un ejército bien

disciplinado

ganó

la

en 333. Pasó por Jerusalén y llegó a Egipto en 332. En 331 volvió al Asia, y en el mes de Septiembre, en Arbelas, al otro lado del Tigris, triunfó de Darío Codo-

batalla de Isos

mano, quien en su huida pereció a manos de uno de sus ge nerales, y con él desapareció el imperio persa (2).

(1)

Cf.

CAHist.

6,

21-24.

(2)

Cf.

CAHist.

6,

352-380.

IMPERIO PERSA

35

IMPERIO PERSA 538- 529

Ciro

Decreto

de

Ciro.

Vuelta

del

destierro bajo Zorobabel, 538.

Se da principio a ración

529

Cambises Hystaspes

I

522

-

522-521

Pseudo-Smerdis Darío

521

-

485

Termínase de

Jerjes

Longimano.

I

templo

el

Darío

el

año 6

el

año

(516).

485- 465

(Asuero)

I

Artajerjes

restau-

la

templo, 537.

del

465

Vuelta

425

-

Esdras

bajo

7

de Artajerjes, 458. Vuelta de

Nehemías tajerjes,

año 20 de Ar-

por 2 meses

Jerjes II

Sogdiano Darío

el

445.

por 7 meses

Nothus

II

Artajerjes II Artajerjes

424

Mnemon Ochus

III

-

405

...

405-358

...

358

-

337

337 -335

Arses

Darío

III

Codomano

335-333

...

Condición social-religiosa de los desterrados.

No

será, creemos,

ve cuadro de

la

fuera de propósito completar ese bre-

historia

dición de los judíos en

Es de creer que gada,

con algunos el

a los principios

antes bien angustiosa.

de Palestina babilonios.

;

ni

perfiles

sin

la

con

no sería su posición holllevar consigo

Poco debieron

cabe suponer que recibieran

Mirábanlos

sobre

destierro.

duda

éstos

mucho

de los

despectivamente

y

hemos de juzgar por la conducta que observó Nabucodonosor en Ribla (4 Reg. 25. fi-7. 20-21) y por la naturaleza misma de las cosas. Vivirían por consiguiente

con malos ojos,

si

pobres y humillados.

CONDICIÓN SOCIAL DE LOS DESTERRADOS

36

Pero como no pocos de

deportados pertenecían a

los

la

nobleza de Jerusalén y debían de poseer una cierta cultura,

y muchos eran artesanos hábiles en su universos

«transtulit

14-16,

oficio

principes...

et

Reg.

(4

omnem

24,

artifi-

cem...»), no es temerario conjeturar que los unos se fueron

conquistando poco a poco

simpatías

las

de

los

naturales,

y los otros pudieron ganarse con su trabajo el pan de cada día. Por lo demás, nos consta que Daniel y sus compañeros la misma corte que el suma benevolencia por EvilMerodac (4 Reg. 25, 27-30), y que más tarde Nehemías ejervarios doció el honroso cargo de copero del rey. Es más

fueron tenidos en grande honor en

;

rey Jeconías fué tratado con

:

cumentos dan fe de la posición holgada a que andando el tiempo llegaron no pocos de los desterrados. En 1893 descubrióse en Nippur un aposento lleno de tablitas cuneifor-

mes

—unas

730

—del

tiempo de Artajerjes

por nombre Murasu. Ahora bien: leen

numerosos nombres

judíos,

de los desterrados se dedicaban ches, p. 30

la cita

;

I

y Darío

II.

Eran

una grande familia de comerciantes

contratos hechos por

en estos documentos se indicio

al

de

comercio

completa en pág.

45).

En

que no pocos (véase Dai Esd.

2,

65 se

dice que los repatriados, al volver a Jerusalén, llevaban con-

cantores y cantoras, número de entre ellos gozarían de sigo

mo

siervos,

cabe

concluir

del

tad.

Es probable que

cómoda

posición.

Lo

Ciro, que les permitía

quedarse en

Tampoco desde un

cual indica que buen

mis-

hecho que numerosos judíos no

aprovecharon del decreto de triarse, prefiriendo

lo

principio

el

se

repa-

destierro.

gozarían de grande

liber-

se les fijó lugar de residencia, sin

que

dejara a su libre elección. Esto parece apuntarse en

se

les

el

libro de

Tobías

1,

4,

privilegio, se le permitía

cuando ir

se nota que,

a

manera de

a donde quisiera, indicio claro de

que no se concedía a los demás. Con todo, es de creer que dentro de ciertos límites no se

les

impediría moverse libre

RELIGIÓN DE LOS DESTERRADOS

37

según parece colegirse de Ez. 8, 1 14, donde vemos que los ancianos del pueblo

mente,

;

83, 30,

1

;

20,

1

.

se reunían

mayor o menor grado más o menos benévola de las autoridades locales. De todas maneras podemos suponer como muy probable que a los miembros de una misma familia o a los habitantes de un mismo pueblo de Palestina se les permitiría vivir en un mismo sitio. Conjetura en casa del profeta. Por lo demás,

de libertad dependería de

que el

de

el

disposición

un apoyo en Esd.

halla, al parecer,

recuento

la

2, 3-58.

59-63,

donde

repatriados se hace por familias y por

los

pueblos, y donde se ve cuánta cuenta se tenía con la genealogía,

cual parece indicar que tales circunstancias se tu-

lo

vieron presentes en

fijar el

el

lugar de residencia de los des-

Es además muy verosímil que se les concedería tribunales propios, donde se tratarían las causas de

terrados.

tener sus

menor importancia, relativas a los asuntos internos de la Comunidad, conforme parece desprenderse del caso de Su sana en

Por

el

lo

Daniel.

libro de

que hace a

que habían caído en

no

se

la religión,

muy

mantendrían

apenas cabe dudar que les

idolatría en la propia tierra de Israel

la

fieles al culto

de

Yahvé en un

país

extranjero, donde se les entraban por los ojos toda suerte de prácticas y de ceremonias idolátricas

como

;

y más, revestidas

iban de fastuoso esplendor. Contra este peligro trata

de precaverles Jeremías en su admirable carta a los deste-

rrados (Baruch,

c.

6)

«Veréis en Babilonia,

:

les dice, dioses

de oro, de plata, de piedra y de madera, que son llevados en triunfo sobre las espaldas e inspiran miedo a las gentes. Vosotros,

empero, guardaos bien de imitar a esos extranjeros y y cuando veréis a las muchedumbres

de temer a esos dioses apiñarse en torno

a

vuestros corazones:

;

ellos

¡A

ti

y prestarles homenaje, decid en sólo, Señor, hay que adorar!...

»

SENTIMIENTOS DE LOS DESTERRADOS

38

Llevan en su mano una espada, pero no pueden defenderse contra

¡No

enemigo o

el

temáis!»

los

el

ladrón. Bien se ve que no son dioses, 4-5.

(v.

Hasta qué punto

14).

mantu-

se

vieron fieles a estas apremiantes exhortaciones del profeta,

ignoramos. Es posible que

lo

los ojos

que

y

barro con

el

más y más

De

más

les volviera

:

así

la

misma desgracia

dóciles

el calor,

al

;

les abriera

pero no hay que olvidar

revés de

cera,

la

endurece

se

son algunos corazones.

los sentimientos íntimos

de los desterrados frente a

gran calamidad que estaban sufriendo aparecen algunos

la

vivos reflejos en Jeremías y en Ezequiel.

daban

consecuencia

de

tierra

De uno

fin,

como quien esperando de un momento a otro

vivían

paso, inactivos, la

Los desterrados

que el destierro pronto tocaría a su

a creer

Y

Israel.

un

de ellos,

al

allí

principio

tal

Hananías de Gabaón,

Terusalén. Presentóse éste

un

la

blo

allí

Voy

:

misma

día en el templo, y en presen-

de Jeremías, delante de los sacerdotes y de todo reunido, exclamó

nos ha

excitación

cia

¡

de

volver a

se

la

que reinaba por aquel entonces entre los judíos en

:

y en

está

esto anunciaban los falsos profetas.

transmitido un interesante episodio que revela

Dios de Israel

se

el

pue-

«Esto dice Yahvé de los ejércitoj,

a hacer trizas

el

yugo

del rey de Ba-

Todavía dos años, y yo haré volver a este lugar santo los vasos de la casa de Yahvé, que se llevó el rey de

bilonia!

Babilonia

;

y

al

rey Jeconías y a todos los desterrados... haré ¡Yo haré trizas

volver a este santo lugar. Esto dice Yahvé: el

yugo

ces

del rey de

Babel!» Contradi jóle Jeremías.

falso profeta,

el

arrancándole a Jeremías

el

Y

enton-

yugo que

éste llevaba al cuello, lo rompió, repitiendo en presencia de

todo

el

pueblo:

«Esto dice Yahvé:

arrancaré dentro de dos años la

cerviz de todas las

Y

como

el

el

naciones

¡Asi,

hecho

trizas,

yugo de Nabucodonosor de

!

mismo lenguaje usaban en

el

destierro

los

SENTIMIENTOS DE LOS DESTERRADOS falsos profetas que

una

vos

carta

Yahvé de

allí

39

estaban, Jeremías envió a los cauti-

concebida

en

Dios de

los ejércitos,

términos

estos

Israel, a

:

«Esto

dice

todos los que fue-

ron llevados cautivos de Jerusalén a Babilonia

:

Edificad ca

plantad huertos y comed de sus frutos. y habitadlas Desposaos y engendrad hijos e hijas dad mujeres a vuessas

;

;

y que engendren hijos de suerte que vayáis creciendo en número, lejos de

tros hijos y casad a vuestras hijas e hijas

;

disminuir.

Y

procurad

el

,

bienestar de la ciudad a donde os

he transportado, y haced por

ella

Yahvé

oración a

Y

en su bienestar estará vuestro propio bienestar.»

encarándose

Yahvé de

con

falsos

los

Dios de Israel

los ejércitos,

añade

profetas,

No

:

porque

;

luego,

«Así

:

habla

os dejéis seducir

por vuestros profetas, que están en medio de vosotros, y por vuestros adivinos ni hagáis caso de vuestros sueños ;

que estáis soñando.

en mi nombre

La

carta

:

¡

Mentirosamente os están profetizando

yo no los envié

»

de Jeremías hirió en lo vivo a aquellos falsos

profetas de Babilonia mita,

!

y uno de

;

ellos.

Semeías

Nehela-

el

escribió al pueblo de Jerusalén, y a los sacerdotes, y

en particular a Sofonías. a quien decía: «Yahvé

puso a

te

vigilaras sobre todo

hombre que

se da

ti

Yahvé

en lugar de Joyada sacerdote, para que en la casa de

por inspirado y por

profeta, para que lo metas en el cepo o en la argolla. ¿Poi-

qué, pues, no has atajado a Jeremías de Anatot, que os está

mandó recado

profetizando? Porque has de saber que nos Babilonia diciendo:

a

¡Esto va a ser largo! Edificad casas, y comed de sus frutos!».

habitadlas; plantad huertos, y

Hémosnos sobre

ofrecer

detenido un

una

viva

mientos que animaban habían quedado en sa

tanto en

imagen de

así a los

la patria,

los

porque,

episodio

este

encontrados

como

desterrados

nos pone ante

la

comunicación entre unos y otros. (Véase

senti-

a los qu*3

vista la inten Jer.,

c.

28-29.")

:

SENTIMIENTOS DE LOS DESTERRADOS

40

No menos

interesante,

si

bien no tan pintoresco, es

cuadro que se nos ofrece en Ezequiel en punto a

el

la destruc-

ción definitiva de Jerusalén.

El profeta, anuncia

con vivas imágenes y sí'mbolos. llamativos;, las calamidades y finalmente la caída de-

asedio,

el

y esto como castigo de los pelas amenazas un día y otro tiempo pasaba y no llegaban a cumplir-

sastrosa de la ciudad santa

cados del pueblo. día

y viendo que

;

;

Repetíanse el

empezaron a decir, repitiéndolo en cierto modo a guisa ¡Los días van pasando, y toda visión se resolverá en nada! Habían perdido el miedo a las amenazas, de se,

de estribillo:

acabaron por no hacer en

suerte que sión.

Pero Dios mismo

les replicaba

ninguna impre

ellos

dirigiéndose

al

profeta

:

Hijo del hombre, en

la

¿ qué refrán es éste que andáis repitiendo Tierra de Israel? : El tiempo pasa, y toda visión queda

Diles,

pues a ellos: Así habla

sin

efecto.

Yo

haré que se acabe con este refrán, y no

en Israel. Diles por

cumplimiento de

el

toda

contrario visión.

hablaré ; y lo

Y

fetas que,

cesos y

paz

cumpliré. (c.

Lo

más

la

casa de Israel. Por-

que yo diré se cumplirá sin

dice el

pronunciaré una

Señor Yahvé!

(12, 21-25).

13) se encara Ezequiel contra los falsos pro-

por dar gusto

le

al

pueblo,

le

anunciaban gratos

su-

decían ¡Paz!, mientras que en realidad no había

y contra ciertas mujeres que se daban por pro hablando en nombre de Yahvé, vendiendo sus orácu-

(v. 10)

fetisas,

los

la

luego

repetirán

El tiempo se avecina, y el Porque no habrá ya visión

tardar; en vuestros días, oh casa rebelde,

palabra, y

lo

Señor Yahvé:

:

mentirosa, ni adivinación lisonjera en

que yo, Yahvé,

el

;

por un puñado de avena o un mendrugo de pan

Pero

al fin,

(v. 17-23).

aquellos rebeldes israelitas tuvieron que ren-

dirse a la evidencia. El

año

12.°

de

la

cautividad (en 586),

el

décimo mes ( = Dic-Enero) llegó a Babilonia un individuo escapado de Jerusalén, que dió la triste nueva ¡Cayó la ciudad! (33, 21). Desde aquel momento cambió la día 5 del

QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA actitud de los desterrados.

saron

las burlas,

y

la

Cumplido

el

11

terrible vaticinio ce-

despectiva indiferencia trocóse en sen-

timientos de consideración y reverencia. Se interesan por los

oráculos del profeta, y hacen de ellos materia de conversación en las puertas de las casas y donde quiera que se en-

cuentran, y se excitan unos a otros diciendo

qué es

que

lo

Yahvc!

cíiee

de Ezequiel. y se están

¡Quantum mutatus ab Ayer

el

dejen

momento

Y

se apresuran en

/

:

Venid y oíd

masa

a la casa

sentados, pendientes de su boca.

allí

illo! }

pudiéramos decir con

el

poeta.

pueblo, indiferente y escéptico, hacía el vacío alrededor del profeta hoy es un continuo ir y venir, sin que le ;

de reposo.

Y, sin embargo, Dios no estaba satisfecho de su pueblo.

Mi

pueblo, dice, se sienta ciclan: e de

ti,

y escuchan tus pala-

ponen en práctica: mentiras en su boc>i, codicia en su corazón! Eres para ellos un gracioso cantor, de bella vos y que toca lindamente Escuchan tus palabras, pero no las ponen en práctica (33, 30-32). Cuadro éste que acabamos de trazar, de VIVO 0 olorido, que bras; pero

no

las

.

nos permite entrever algo de \

la

de sus íntimas disposiciones

Comunidad de

los cautivos

.

* * *

Otro punto había, de mayor alcance y de más hondas que traía preocupado el ánimo de los desterrados, \ también de los que se habían quedado en la patria. Era problema grave, que tocaba a la Providencia de Dios, a la jus

raíces,

ticia

divina.

Para apreciar del judío, a

la fuerza con que se planteaba a los ojos no ya despreocupado, sino aun del devoto y fiel

su Dios, conviene recordar los últimos acontecimientos que

precedieron

Hacia

el

al destierro.

año 698 subió

al

trono de Judá

el

impío Mana-

QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA

42

Con

sés.

contra

el

remado

su

se

una violenta

inició

del verdadero

culto

dada de sangre inocente, y

Dios

persecución

Jerusalén se vió inun-

:

gozó

la idolatría

del favor ilimi-

tado del monarca. Cincuenta y cinco años reinó, y al fin

murió en paz y fué sepultado con los suyos. «Dormivitque Manasses cum patribus suis, et sepultus est in horto domu? suae.» Cf. 4 Reg. 21, 1-18.

A Muy par

los

dos años sucedióle su nieto Josías, hacia

distinto de su abuelo, dióse el

la idolatría

que aquél había tanto favorecido

ció el culto en su pureza

ma

religiosa

llevó a cabo

;

extir-

restable-

una completa refor-

en una palabra, su conducta fué

;

:

que me-

tal

mag-

reció del autor sagrado, por cierto nada adulador, este nífico elogio

Domino, declinavit

Ahora

et

«Fecitque (Josias) quod placitum erat coram

:

ambulavit per omnes vias David patris sui

ad dextram

bien,

él

sive

ad sinistram» (4 Reg.

rey tan piadoso

Necao, rey de Egipto, que

640.

el

nuevo monarca a

;

non

22,

2).

¿cómo murió? Vencido por

a quien

por querer cumplir con

*o

juzgaba su deber se había opuesto. Tras un reinado

de treinta y un años, consagrados a restablecer y dar esplendor al culto de Yahvé, el monarca ejemplar cae víctima de las

saetas enemigas

;

y en vez de regresar triunfante a Je-

rusalén, la ciudad contempla consternada entrar por sus puertas su cadáver

ensangrentado

gica muerte fué

como

el

(4

Reg.

23, 29 s.).

principio de

Y

esta trá-

nuevas calamidades.

años más tarde, en 605,

Nabucodonosor sujeta a los primeros cautivos. En 597 segunda y Judá y se lleva a más numerosa deportación. Poco después iba a venir la comCuatro

pleta ruina.

Dadas

las

ideas que en aquellos tiempos reinaban de la

prosperidad temporal cil

como premio de

la virtud,

adivinar qué sentimientos produciría en

de tales acontecimientos.

De

ellos

mías una descripción inimitable.

el

no es

pueblo

difí-

la vista

nos ha transmitido Jere-

QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA

Reprende

el

profeta a sus compatriotas que estaban con

echándoles en cara

él,

A

pias.

idolatría de sus padres y las pro-

la

sus reprensiones y

«Cuanto

amenazas

dan esta respuesta

le

:

que tú nos has dicho en nombre de Yahvé no

a lo

queremos darte oídos. Seguiremos haciendo cuanto nos pareciere

bien,

cielo

fia

ofreciendo sacrificios y libaciones a

luna),

la

reina del

conforme hicimos nosotros y nuestros pa-

dres, nuestros reyes

y nuestros príncipes en

Judá y en

de Jerusalén

las plazas

ciudades de

las

y entonces podíamos har-

;

tarnos de pan y todo nos iba bien, v no nos sobrevino mal.

Pero desde que dejamos de ofrecer a

sumidos por era

la

lección

la

vemos con-

espada y

el

hambre»

y en medio de

;

de muerte violenta

Manasés,

las idolatrías

de prosperidad y bienandanza.

forma

(Jer.

44,

16-18).

Esta

que habían sacado de los acontecimientos

ésta su filosofía de la historia.

paz

sacrificios y libaciones

reina del cielo estamos faltos de todo y nos

la

;

la

;

impío, murió en

de su largo reinado se gozó

El piadoso Josías sucumbió

y su celo por

el

ciudad y con

nos quedamos con nuestros ídolos

culto de

una

religiosa fué el principio de

que acabaron con

el

el ;

Yahvé, su

serie de

re-

calamidades

reino. Nosotros, pues,

nada queremos saber de

Yahvé.

Los judíos de Babilonia no llegaron a tal extremo. No mancharon su? labios con tan insolente y no sé si digamos desvergonzada protesta. Por lo menos no consta. Sin embargo,

sus palabras,

bien que

menos

un sentimiento de rebeldía contra

crudas, la

podían envolver

Providencia de Dios,

de abatimiento y desesperación, viendo lo inútil de sus bue-

nas obras. « Los padres, iban repitiendo, ya refrán, quiel,

como

a guisa de

comieron agraz, y los hijos sufren la dentera» (Eze18, 2). Y añadían en tono de desalentada resignación:

«Nuestras iniquidades y nuestros pecados pesan sobre nosotros y en ellos nos estamos nosotros consumiendo ;

:

:

QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA

14

¿cómo, pues, podemos vivir?» (Ez.

10).

33,

A

la

luz de la

historia precedente bien se ve ahora el alcance de estas palabras.

Como

dijeran

si

impío Manases, y Dios

Pecaron nuestros padres

:

les

aquellos pecados lo sentimos nosotros la

ira

Y

divina.

se

si

imposible para nosotros volver a

Tal era

;

;

pues una vez descargó

más

se apartará

la vida.

persuasión de los cautivos de Babilonia

la

el

en nosotros se ceba

divina venganza, nunca

la

pecó

nos dice que también nosotros somos

es inútil hacer penitencia

culpables,

sobre nosotros

;

dejó sin castigo. Este castigo por

per-

;

más íntima y profunda cuanto que parecía justificada y confirmada por el mismo Dios. ; No había dicho por Jeremías «Mandaré contra ellos cuatro géneros de suasión tanto

:

castigo las

:

la

espada para matar, los perros para despedazar, para devorar y y haré de ellos un ejemplo de terror para todos

aves del cielo y las bestias de

consumir

:

los reinos de la tierra»?

Y

la

termina:

tierra

«A causa

de

Manases

hijo de Ezequías, rey de Tudá, por cuanto hizo en Jerusalén» (Jer. 14,

3-4).

Pero hay más.

No

ya en un caso determinado, sino en

general y a maner,a de principio, había Dios declarado que castigaba a los hijos por los pecados de los padres:

«Ego

sum Dominus Deus

tuus fortis, zelotes, visitans iniquitatem

r>atrum in

tertiam et quartam generationem (que

filios,

in

castigo a los hijos por

la

iniquidad de los padres hasta

tercera y cuarta generación) 5).

Es precisamente

lo

eorum

qui oderunt

que pasaba a

ellos,

los

me» (Ex.

la

20,

cautivos de

Babilonia Pecaron los padres, y ellos llevan la pena de pecados que no cometieron. ¿Es maravilla que en su pro:

funda amargura dejaran escapar, quizá de dolor, que era blasfemia:

¿Cómo

responde

el

Con una rotunda y

Dios no

sin querer,

es justo?

profeta Ezequiel?

absoluta negativa.

un grito

QUEJAS CONTRA LA PROVIDENCIA

«Vivo yo, dice

el

Señor Yahvé

;

4r,

no será que repitáis más

vosotros este proverbio en Israel. Todos los hombres míos

son

;

mismo que

padre, lo

el

no el

me gozo en

míos son

el hijo,

(18, 3-4). « Vivo yo, dice el

care, éste morirá» la

;

muerte del impío, sino en que

impío de su proceder y viva» (33,11). Las palabras del profeta son terminantes

:

que pe-

el

Señor Yahvé

;

se aparte

Nadie morirá

por pecados de otro. Si alguien pecó y se convierte, no morirá. Y no se contenta Ezequiel con sólo asentar los prinlos desenvuelve, los explica, los ilustra

con ejemplos,

cipios

:

a

de grabarlos profundamente en sus oyentes.

fin

El profeta Ezequiel proclamó rrados

principio de la

el

muy

alto entre los deste-

responsabilidad individual

;

y

sin

duda que fué parte para modificar la antigua concepción. Pero ésta tenía echadas tan hondas raíces que aun al tiem po de Jesucristo aparece en

cuando

los

el

Evangelio de San Juan

apóstoles, a propósito del

preguntan come

más

cosa

la

(9, 2),

ciego de nacimiento,

¿quién

«Maestro,

natural:

La

pecó, éste o sus padres, para, que naciese ciego?»

res-

puesta de Jesús vino a confirmar y consagrar el principio sentado por el profeta del destierro: «Xi éste pecó ni sus padres, sino para que sean manifestadas las obras de Dios

en

(Y. 3.)

él.»

Sobre \erse

la

(1).

condición de los judíos en

Nikel, Bibl. Studien

V

destierro

pueden

(1900) p. 1-27.

Daiches, The Jezvs in Babylonia

Nehem&ah according

(1)

el

:

El punto

to

Babylonian

in thc

time of Ecra and

Inscript'wns,

1910.

que aqui brevemente tocamos puede verse tratado con en A. Fernández, El problema de la respou

alguna mayor extensión ¿abilidad

núm.

8).

individual

en.

el

profeta Ezequiel (Colección

Florilegio

Bíblico

ESCRITOS DEL TIEMPO DE ESD.-NEH.

46

Kyssel, Die Anfdnge der jüdischen S chriftgele hrsamkeit

en Theolog. Studien und Kritiken (1887)

Touzard ses, citados

en

Algunos

la

(520)

cf

;

Ag.

Zacarías.

1,

t

c

mps des

Per-

que ilustran los tiempos de Esdras

escritos

—Profetizó .

au

juive

,

149-182.

Bibliografía, al principio del volumen.

Ne hernias.

y

Ageo.

L'áme

sus artículos

;

p.-

1

;

el

año

2, 1.

11

;

segundo de Darío Hystaspes Esd. 5,1

;

—Profetizó, como Ageo,

6,14.

el

año segundo de Da-

Hystaspes (520); cf. Zach. 1, 1 Esd., 5, 1 6, 14. Ambos profetas urgieron a Zorobabel, a Josedec y al pueblo para que reanudaran las obras de la restauración del río

;,

;

templo.

Malaquías.

— Ninguna

indicación cronológica se halla en

sus profecías. Generalmente se cree que profetizó en tiem-

po del imperio persa, como que en 1, 8 menciona al pehah. Van Hoonacker (Les douze Petits Pro p he tes) lo coloca poco antes de Nehemías, hacia 450-445; Nowack (Die kleinen Propheten) lo hace preceder a Esdras y Nehemías, por consiguiente antes de 458

;

otros lo fijan entre las dos ad-

Los más

ministraciones de Nehemías, poco después de 432. lo

ponen en

la

primera mitad del siglo quinto. Pueden verse

otras opiniones en la Introducción de Cornely

Libro tercero de Esdras. Véase Josefo.

—Ant.

XI

c.

1-5.

lo

dicho

y en

más

Depende de nuestro

otras.

arriba. libro

ca-

nónico y de 3 Esd. v

Documentos árameos de Elefantina. en

el

comentario de Nehemías

;

p.

412

—Véase

ss.

Excursus,

Libro de Esdras 1 El primer año de Ciro, rey de Persia, para que se

I

cumpliera citó

la

Yahvé

palabra de Yahvé por boca de Jeremías, exespíritu de Ciro, rey de Persia, e hizo pu-

el

Primera caravana. Decreto de Ciro El primer

preámbulo le

el

introducción

cié

que se propone

fin

posiciones para su ejecución v.

o

Indica

.

más

autor sagrado

el

zea 11,

Parece extraño

como que

verbum, quod

su objeto, o sea

lib.

claro que

Sea

no cabe

lo

fecha del decreto

13"P1

(Num.)

;

el

;

fin,

1,

:

común continuación o su«hoc Gregorio M.

í 11 í

hom.

:

verbo, quod intus audierat, 2,

n.

2; PL. 70, 796). El

la visión,

que luego expre-

que fuere de esta explicación, es

aplicarla a los libros históricos.

En

aparece las más de las veces unido a un verbo,

(Jos., Jud., 1

la

finalmente, varias dis-

explica S.

lo

foris protulit,

sa externamente.

o

;

el

causa que

la

éste indica por lo

coniunxit» (In Es.,

»rW

;

sigue

;

la

4.

la

profeta contempla en .su interior

wau

decreto

el cummanera cómo se promulgó. principio de un libro el uso del

al

Sabido es cómo

cesión.

el

al

bien uno de los fines que Dios se proponía

plimiento de una profecía; roi&QI

2

v.

vuelta de los judíos a su patria v. 3

1

1-4

1,

mismo, en que Ciro manifiesta

del

mueve y

sirve

v.

C. 1-2

éstos

v. gr.

.

y 2 Sam., Neh., Esth.), o top^l (Lev.), otras veces a un pronombre, nfewi (Ex.),

;

48

ESD.

voz de pregón y también por escrito en todo su

blicar a

reino lo siguiente

:

o a un substantivo, -parii

parece indicar que bro o en pero,

1

1,

la

ejemplo Jos., Jud., no

wau

suyo

consecutivo

las

a.

usa en

la

narración

pero, puede

wau

veces se atenúa tanto que

manera de

año en que

el el

En

c).

29, 10, a

y

;

por

;

para que se

2 Par. 36, 21 se lee

cambia

Batten, p. 56

nombre de Jeremías por grafo, según acabamos de decreto

el

descubre

oculto consejo de Dios el espíritu

de Ciro

el ;

el

de Isaías,

la libera

>©d en

autor.

como que

decir,

hace alusión

autor

la

sin el

al

razón hagió-

primero.

providencia divina,

el

y por esto dice que Dios suscitó hace con tanta mayor razón cuan-

y lo to que conocía también sin duda ;

s.,

el

cumpliese.

cuya profecía sobre el

el

demás

lo

Ciro a ser dueño de todo

intransitivo ;

judíos

los

ss.

este dominio

:

ción al cabo de setenta años se refiere aquí

En

se

nuestro libro, em-

apoderó de Babilonia

momento empezó

Jer. 25, 12

cf.

118

o quizá también a 1 Reg. 25, 27

se

imperio persa,

"121

§

que más interesaba a

desde aquel

fór-

extremada frecuencia con que

la

Joüon

la

indicar verdadera sucesión, y cabe refe-

a 2 Par. 36, 21,

rirlo

nriN era

el

(cf.

1 Sam., Estn.

:

viene a desaparecer, y el autor lo emplea a

mula introductoria por

li-

como por

libros,

gr.

con Rosenmüller que

decir

es

wau el

quiere continuar

el

v.

uso del

el

mirada en

la

algunos

de

de otros,

asi

Por consiguiente mejor fuerza del

que

historia precedente,

esto puede decirse

si

De

Reg.).

(3

autor tiene puesta

el

las profecías

de Isaías, 14,

y precisamente en 45, 13 se lee el mismo verbo Ti y- El decreto se promulgó de viva voz, y también por escrito, queriendo decir el autor que se expidieron co24-28

;

pias del

45,

1-13,

mismo

a las autoridades y a los personajes a quie-

nes podía interesar. Bickermann, p. 272 adelante, p. 51) piensa que

la

s.

(Véase

promulgación

la cita

se hacía

más

por una

ESD.

'2

1,

19

1

2 Así hab a Ciro, rey de Persia

de

la

cielo,

puso en mis manos Yahvé,

v

mismo me ordenó

él

inscripción

fija

:

/Cómo

muro

(«the

edict

se cumplió la profecía de Jeremías 26, 12; 29, 10?

menos

al

templo

was a poster reproducing the messamuy posible que fuese así.

y es

Parece,

Dios del

un

al

reinos

lo?

el

edificarle

en un poste, o quizá pegada

mikhrabh of Cyrus ge»)

Todos

:

tierra

a

primera

ben computarse desde

vista,

que los setenta años de-

destrucción de Jerusalén en 586

la

pero desde esta fecha hasta

;

decreto de Ciro en 538 no

el

mediaron sino cuarenta y cinco o cuarenta y seis años. El Colunga (La Ciencia Tomista 10, 1014-15, p. 353-374) re-

P.

suelve la dificultad diciendo que

el

número 70 debe tomarse

en sentido simbólico, y significa «el espacio de tiempo de la prueba más grave a que Dios sometió a su pueblo» (p. 363) :

desde

el

605

al

586 fué obra de justicia

que

se inicia

desde

el

587

al

y desde el 538 al 398 obra de misericorcon el decreto de Ciro y se prolonga hasta

obra de penitencia dia,

;

539

:

época mesiánica. Nosotros creemos que los textos de Jeremías 25, 12 29, 10 y los demás que pueden citarse a este la

;

propósito permiten sin dificultad alguna tomar

nas a quo

el

año 605, fecha de

la

como

termi-

primera deportación de

cautivos a Babilonia, con lo cual se logra un espacio de se senta y siete o sesenta y ocho años, que en

número redondo

corresponden perfectamente a los setenta años de Jeremías. 2. la

Ciro reconoce que

tierra.

pero

Yahvé

le

dió todos los reinos de

Evidentemente, hay en esto alguna exageración

estaba,

en

cierto

modo,

justificada

por

la

;

inmensa

grandeza del Imperio persa. Este Dios fué quien le dió la orden de edificar el templo de Jerusalén. Sobre el alcance preciso de las frases empleadas por

el

monarca y sobre

la

autenticidad del decreto, junto con otras cuestiones relacio-

nadas con

el

mismo, véase más abajo,

al

fin

del v.

4. 4

50

1, 3-4

ESD.

en Jerusalén, en Judá. 3 Quienquiera de entre vosotros pertenece a su pueblo, que esté con

su Dios,

él

y suba a Jerusalén, en Judá, y edifique el templo de Yahvé, Dios de Israel él es el Dios que tiene su re;

sidencia en Jerusalén.

3.

ésta

y

es,

pero (G-K § 37) pronombre relativo :

donde

3,

7,

la

en a

da parte del

desde

v.

el

Ryle

considera

la

la

137

§

LXX

B

cf.

;

Jud.

;

expresión que está en Judá hasta

la

el

como

sencillamente c.)

y esta interomite toda la segun-

primer Jerusalén con

demás versiones llevan vo que

(G-K

indefinido

Vulg. no lleva interrogativo

confundió

fin:

también es

veces

las

y Vulg. como interroacepción más común

su

efecto,

pretación es aquí preferible.

el

donde quiera que alguno

LXX

han interpretado

lo

"»d

gativo,

Y

4

v.

paréntesis,

el

La

íntegro.

segundo. Las

frase DVfrKfl {OH

de suerte que

sigue se refiere no a Dios, sino a

la

el relati-

casa de

Yahvé

;

y como leída de esta manera indica que Yahvé era tenido por el (único) verdadero Dios, debe rechazarse como glosa introducida por algún judío, pues no es posible que Ciro hiciese

La razón

afirmación.

tal

tal,

v.

gr.

:

4.5;

1,

de tener dicha frase por

muchos otros pasajes aparece como

parentética es que en 2,

68:

5,

2.14.15.16,

etc.

que en ninguno de estos pasajes se

advertir

Yahvé

Dios de

Israel,

sino

Ha

:

Este es

de levantarse

el

la

Dios

que...,

casa de

casa de

simplemente casa de Dios o

de Yahvé. Aquí había razón especial para que cribiera

Pero es de lee

con

lo

Yahvé en

el

autor es-

cual quería decir:

Jerusalén, precisa-

mente porque él es el Dios de Jerusalén lo cual está en perfecta armonía con las ideas religiosas de Ciro, para quien ;

cada dios tenía su propio asiento, su propia ciudad. 4.

"itttwn

superstes,

relictus

;

los

que

sobrevivan

de

los que habían sido trasladados de Palestina, o de sus hijos cf.

Neh.

1,

2.3

;

Ag.

1,

2.3.

A

los judíos

;

que se decidan a

ESD.

L.

EXCURSUS

51

I

haya sobrevivido y habite como extranjero, la gente del lugar vendrá en su ayuda con plata, y oro, con toda suerte de géneros y con ganado, y con ofrendas para eí templo de Dios en Jerusalén.

partir les prestarán auxilio sus convecinos, es decir, los mis-

mos

babilonios, pues de lo contrario no se habría usado la

expresión hombres en general, sino más bien sus herma-

Poco vale contra esto la razón que aduce Batten para impugnar tal sentido, a sa-

nos, los judíos que se quedaban.

que «Ciro... era harto político para que

ber:

los pueblos conquistados)

nes a

pidiera (a

restauración de un templo para los despreciados

la

judíos»

les

que contribuyeran con suscripcio

59).

(pág.

Es muy arriesgado formular

juicio,

a

veinticinco siglos de distancia, sobre lo que podía o no po-

monarca persa. Su orden o consejo anda bien la singular generosidad que mostró para

día hacer el

de acuerdo con

con

el

pueblo judío.

^

de propósito se usa aquí este vo-

cablo, con el cual se designaban

comúnmente

ros que vivían en medio de los judíos al

revés:

extranjeros son los judíos.

los

puede referirse a esto

segundo

;

la

casa de Dios o a

mucho más probable

los extranje

sólo que ahora es

;

El relativo

"it£/N

Dios. Batten prefiere es lo

primero.

Excursus Autenticidad del decreto de Ciro diera

(1)

un

(1).

este

monarca

decreto permitiendo a los judíos la vuelta a su patria,

Puede verse una

reciente,

muy

erudita

autenticidad del decreto en Journal of Biblical 275:

— Que

Elias

J.

la

sólida

defensa 6T)

de

(1946)

la

249

of Cyrus in Esra I. tomados de la historia de aquella época pone verosimilitud de varios pormenores que no pocos críticos

Bickermann, The Edic

Con numerosos en clara luz

y

Literature

paralelos

modernos rechazan como de todo punto improbables.

52

ESD.

pocos

EXCURSUS

1.

han negado. Entre éstos

lo

I

Maurice Wer-

se cuenta

nes, Précis d'histoire jtdve (París 1889), pág. 568 sultats de Vexégese

(1890), pág. 67

Les

;

ré-

(citado por

s.

Wiederherstellung, pág. 15) y también el mis1. c, quien arguye (págs. 14-15) de esta ma-

Kosters,

mo

biblique

;

Kosters,

nera

En tiempo

:

de Ciro no hubo

siquiera conato

ni

de

reedificar el templo, pues el relato 3, 8-13 es de todo punto

Ahora

falso.

en ninguna manera

esto

bien,

existió realmente el decreto.

y principal de éste era no la

la

En

se

concede a los judíos templo

el

;

el

más bien

templo del Dios de los

edificar el

:

Como

por esto a los ju-

cielos,

permiso de volver a Jerusalén. En

gados

a

templo.

santa

la

esto

Si

les

concede

tales condiciones,

primer cuidado de los repatriados, una vez

el

no

debía

ciudad, se

ser

re-

Ciro quiere re-

díos que en dicha empresa quieran trabajar se

claro que

Se

permiso de volver a su patria y

sino

si

repatriación de los judíos, sino

restauración del templo. El texto del decreto no es:

edificar

el

explica

efecto, el objeto primario

reconstrucción

la

es lle-

del

fué porque en realidad un tal

hizo

decreto nunca existió.

Es de

advertir que la crítica de Kosters va todavía

cho más

allá

en

:

que en tiempo de Ciro

De

de judíos.

de

8-13,

3,

mu-

páginas 17-42 se esfuerza en probar

las

ni siquiera

esto último,

hubo repatriación alguna

como también

de

la historicidad

trataremos en su lugar. Por ahora baste decir

que, aun dado caso que los judíos repatriados no hubiesen

puesto esto

mano

estaríamos

;

autorizados

para negar

Era muy posible que

decreto. les

a la obra de la restauración del templo,

que se ofrecieran

la

existencia

las circunstancias

tales obstáculos

;

y aún

tal

el

abatimiento del pueblo fuese

manera de emprender

la

tal

del

fueran ta-

vez que, da-

das las condiciones en que hallaron a Jerusalén, sión y

no por

la

desilu

que no hubiera

grande obra, esperando tiempos

ESD.

V

mejores.

EXCURSUS

1.

que en realidad

halagüeñas

indica

lo

narración. Es

la

existencia del decreto

la

más cuanto que sabemos que

se intentó, pero que,

no eran muy

las circunstancias

suficientemente toda

por consiguiente arbitrario negar tanto

53

I

la

;

restauración realmente

por causas que veremos más adelante,

se pudo continuar. Por lo demás tal existencia es sumamente probable aun a priori, y casi debiéramos suponerla aunque ningún documento nos la atestiguase. Consta, en

no

efecto, que Ciro concedió

pueblos

;

;

generosamente

la

libertad a otros

por qué había de hacer una excepción con

el

pue-

Tanto más que para este existia una razón especial dado caso que Ciro conociese, como es muy probable, las profecías de Isaías 44, 1*4-28 45, 1-13, donde con expreblo judio?

;

siones tan halagüeñas para él se anuncia dicha liberación.

Forma

o contextura del decreto.

cutido que fícil.

Poseemos

en caso

contrario 1)

provincia

la

cf. G, 1-12.

;

2-4

1)

A

di-

2-4 y 6, 3-5.

1,

al

go-

dos preguntas vamos

¿puede

ser auténtica?

preferirse a la

;

dis-

más

respuesta de Darío

la

La forma de 1, afirmativo, 2) Debe

a responder:

Y

punto es más

un doble texto:

del decreto

Este último se halla incluido en

bernador de

— Este

precedente, y es de solución sin duda

el

otra,

o

al

?

Siegfried afirma,

19,

p.

que

el

cronista lo

de su propia fantasía («aus freier Phantasie»)

:

compuso

es pura

fal-

y Meyer (Entstehung, p. 49) lo declara un «Machwerk» mera chapucería. Hacemos gracia al lector de otros muchos autores acatólicos, que se expresan en los mismos términos. Las razones con que se apoya un tal aserto sificación

:

;

vienen a reducirse a dos

manera

;

y que

Cuanto

el

:

Que

decreto no pudo ser redactado en hebreo.

a lo primero,

como

cepción religiosa, reflejada en noteísta,

Ciro no pudo hablar de esta

hay que examinar

:

el

a)

la

dificultad está en la con

momono-

decreto, que parece ser si

Ciro profesaba

el

:



ESD.

1.

EXCURSUS

I

y en caso negativo b) si podía, sin embargo, usar expresiones que leemos en el texto.

teísmo las

;

Josefo, Ant.

a)

XI

1,

1,

interpretó las palabras del de-

creto en sentido monoteísta, y lo propio hicieron no pocos

autores, v. gr., Cornelio a Lapide, in loe. El texto es cier-

tamente susceptible de

Que Yahvé que

le

la

;

pero no

la exige.

y que del mismo se diga tierra, no excluye necesa-

cielo

existencia de otros dioses,

como veremos

luego.

demás, de los documentos cuneiformes aparece hoy

lo

que Ciro reconoció y adoró multitud de dioel llamado Cilindro de Ciro se leen

día claramente ses

tal interpretación,

Dios del

dio todos los reinos de la

riamente

Por

se llame

por ejemplo, en

así,

estas palabras

:

«Yo soy

Ciro, rey de los pueblos, el gran

aman Bel y Nebo... Cuan-

rey, rey poderoso, cuyo gobierno

do entré victorioso en Babilonia..., Marduk,

el

gran

dios,

inclinó el noble corazón de los hijos de Babilonia hacia mí,

que todos los días pensaba en honrarlo... Por mi obra regocijó Marduk, bises,

mi

su favor» ss.

;

(df.

el

gran dios

y a todo

hijo...,

mi

;

y a

nií,

ejército,

su adorador, y a

se

Cam-

mostró benignamente

Schrader, Keilinshriften Bibliothek, III 2 p. 120

Vigouroux, La Bible

et les

découvertes modernes, 1896,

Es evidente que tal manera de expresarse no deja lugar a duda. Véase Delmotte, Eratne Cyrus monotheista?, en Verb. Domini I (1921) 177-180. vol. 4, p.

47

ss.).

¿cómo pudo

Pero,

b)

Yahvé me

dio

edificar

templo.

el

siendo politeísta, usar las

Ciro,

frases que leemos en el decreto

Estas son en particular

?

todos los reinos de

Yahvé

es

el

la

tierra.

El

me mandó

Dios que habita en Jeru-

salén.

que Ciro tenía a Yahvé por el Dios de los judominio en Jerusalén, y además, que fuera de sus propios dioses reconocía también como suyos,

Es

cierto

díos, quien ejercía su

bien que en lugar secundario y de categoría inferior, a lo*

KSD.

1.

EXCURSUS

55

I

otros dioses, que restituyó a sus sedes respectivas, a los cuales

ruega que

le

sean favorables e intercedan por

en

él

la

presencia de Bel y de Nebo. («Ojalá que todos los dioses, que he restituido a sus ciudades, pidan todos los días a Bel y

Nebo

prolongación de mis

la

días,

y digan a Marduk, mi Señor...», presente, ya no causará maravilla

Yahvé

y

me muestren

su favor,

1.

c). Si esto se tiene

el oír

de boca de Ciro que

cf.

haya mandado edificar su templo. Los reyes,

le

como

de Egipto

así

de Babilonia, lo que pretendían hacer en

honor de alguno de

los dioses lo atribuían a

una inspiración

mismo. Recuérdense las palabras del Rabsaces a Eze«¿Por ventura sin la voluntad de Yahvé subí yo a este lugar para destruirlo? Yahvé fué quien me dijo: Sube a esa tierra y destruyela.)) (Is. 36, 10.) Por semejante manera, Ciro atribuye a una inspiración del Dios de los judíos el propósito que formó de reedificar su templo. Y si del

quías

:

Yahvé

le

tenía destinado para restaurar su templo, era na-

sus enemigos y le ayudara por consiguiente, con razón bien y que con cierta hipérbole podía decir que Yahvé le había tural

que

le

a conquistar

defendiera contra

el

reino



;



dado todos

los

reinos

expresión éste es

el

de

la

tierra.

Por

Dios..., ya dijimos

lo

que hace

a

la

que no debe tomar-

como paréntesis, y que no significa otra cosa sino que Yahvé es el Dios que tiene su sede en Jerusalén. Y todo ello se explica aún más fácilmente si se admite que fueron mostradas a Ciro las profecías de Isaías. Lo afirma Josefo se

XI 1,2;

y es cosa de suyo muy probable, si se considera que no faltarían en la corte persa judíos de alguna

en Ant.





recuérdese a Xehemías quienes no dejarían duda de comunicar al monarca una predicción, que tanto le honraba y que, haciéndole concebir una alta estima de Yahvé, le inclinaba naturalmente a favorecer a su pueblo. influencia

,

sin

Finalmente, no ha de olvidarse que Ciro deseaba congraciarse

la

benevolencia de los judíos, y por tanto era

muy

;

ESD.

56

natural que en su el

EXCURSUS

1.

I

manera de expresarse procurase acentuar

tono que mejor sonaba a sus oídos, cosa que en igualdad habría hecho también sin duda con otros

de condiciones pueblos.

La redacción

en

del decreto

lengua

hebrea

no

ofrece

realmente ninguna dificultad. Por de pronto

el

muy

la original

la

bien traducirlo a dicha lengua,

es

si

que

autor pudo era

la babilónica, o tal vez la aramea. Pero tampohay imposibilidad alguna en que Ciro quisiera que el

persiana o

co

ejemplar destinado a los judíos fuese redactado en su pro-

un escritor tan poco sospechoso como Batten, quien observa, contra Siegfried, que «el

pia lengua. Esto lo reconoce

cronista difícilmente incorporaría en su libro el original persa o babilónico

;

y que por

lo

demás, siendo

de los judíos, bien pudo ser que

neficio

el

el

edicto en be-

mismo

original

estuviese redactado en hebreo» (Ezra-Nehemiah, p. 61).

¿Cuál de

las

dos formas

se por auténtica?

—Es

a) 1, 2-4

:

;

b) 6, 3-5 ha de tener-

que entre una y otra existe notable diferencia. En b) nada se dice de la inspiración de Yahvé, ni del permiso de volver a Jerusalén, ni de la ayuda

de te,

cierto

que van a repatriarse. Por otra par-

los habitantes a los

ninguna mención

plo, ni de los gastos

se hace en a) de las

que va

a. hacer el

medidas del tem-

monarca,

ni

de

la de-

volución de los vasos sagrados.

Nosotros creemos que

la

forma, no digamos auténtica,

sino más bien primaria y principal del decreto, es a). Ella, en efecto, encierra los elementos de mayor importancia, al-

guno de

los cuales, v.

gr.

en ninguna manera podía

el

permiso para

faltar

;

la repatriación,

su tenor es de índole

más

general y de mayor alcance, como conviene a una disposición dada inmediatamente por el mismo monarca en persona. Al contrario, en b) se

orden sin

;

que

enumeran elementos de segundo

circunstancias que pudiéramos ni

siquiera se

mencione

lo

llamar accidentales

que era esencial,

la

repa-

ESD.

57

5

1,

5 Dispusiéronse entonces los jefes de familia de Ju-

Benjamín, los sacerdotes y los levitas

dá y

triación. el c.

¿

Cómo

explicar tales diferencias

parece indicar que

nuación

Nótese que en

?

voz rUTDH memoria; lo cual escriba real no pretende dar a conti-

2 se lee

al fin del v.

6,

el

la

decreto de Ciro en su integridad,

el

—todos

sino

que su

intento es dejar consignado en los anales del reino un

como

mismo, anotando sólo aquello que por aquel entonces más parecía interesar. Y es claro que lo que en aquella coyuntura tenía más cuenta era lo que se refería a la subvención de los gastos a que el rey se había comprocompendio

metido.

del

de repatriación se daba por supuesto.

El permiso

Es muy posible que

los

pormenores que aquí

se

fueran objeto secundario del decreto y algo así sulas anejas al mismo (cf. Nikel, p. 41).

También en idéntico con

mencionan

como

cláu-

2 Par., 36, 22-23 se lee el texto del decreto,

muy

¿Cuál duda este último, puesto que

ligeras diferencias al de Esd. 1, 2-4.

fué su lugar primitivo?

Sin

aquí se pone como fundamento de toda la narración y además su tenor es más completo. El autor de Par. lo tomó de Esdras, y no en su integridad, sino únicamente hasta la ;

voz suba del

v.

como que

3,

esto era suficiente para su in-

tento,

que no era otro sino dar

no

habían quedado indefinidamente en

se

a

entender que los judíos cautiverio.

el

Sobre los puntos referentes al decreto de Ciro que aquí se han tratado puede verse Meyer, p. 46 Nikel, p. 31-41 :

Ko>ter s

50; tel,

p.

,

14-15;

p.

209-319;

Vtrb.

;

Vigonroux,

Dom.

Quiénes son 5

v.

6

;

los

los

N - qpg^

que

cf

j os

\\

404-419:

Ki'.-

5-11

1,

se repatrian v. 5

dones de Ciro (

4.

177-180.

1,

Ejecución del decreto

pueblo

BD

\

v.

:

las

ofrendas del

7-11.

21,

1

:

22.

Mi

parece estar

58

esd.

6-7

1,

aquéllos cuyo espíritu excitó Dios

car

el



para subir a

templo de Yahvé, en Jerusalén. 6

Y

edifi-

todos sus

circunvecinos vinieron en su ayuda con enseres de oro

con toda suerte de géneros, con ganado y con objetos preciosos, sin contar todo lo que se dió en

y

plata,

ofrenda. 7 El rey Ciro por su parte devolvió los utensilios

por

del

templo de Yahvé, que Nabucodonosor había

HWl

ETOfctn

Joüon

familia (cf.

e

indica

§ 136

n).

los

jefes

de parentela o de

Israel se dividía

en

tribus,

la

tribu en parentelas (cognationes), la parentela en familias, la

familia en individuos ;

en

el v.

cf.

Jos.

14-17 (adviértase que

7,

17 hay que hacer alguna corrección). Los emigran-

pertenecen todos a las dos tribus de Judá y de Benja mín, y se dividen en tres clases padres de familia, sacerdotes

:

La

cuyo espíritu Dios no indica una cuarta clase, como y quiere Bertheau, sino que es más bien restrictiva, es decir,

tes

y

movió

levitas.

frase

todos aquellos

es parentética,

que no todos

los pertenecientes

a las tres clases indicadas

partieron, sino únicamente aquellos que fueron

Dios,

como justamente

Batten, etc.

lo

movidos por

interpretan Siegfried,

Bertholet,

El infinitivo para subir depende del verbo se

levantaron. 6.

Propiamente parece sigcon todo aun en la forma femenina se

nto^O circumstantes,

nificar loca vicinia;

vicini.

dice también de las personas, v. gr.

Ps. 44, 14. Batten lo

:

restringe a los judíos que se quedaban

;

pero conforme a

4 debe entenderse de los babilonios

lo que dijimos en el v. "1:6 y de los judíos. En vez de Num. 39. 29, Ex. cf. 37; i^; 12, ]D 7.

En

2 Par. 36, 7, se dice que

se usa

comúnmente

Nabucodonosor colocó

y lo vasos sagrados de Jerusalén en su propio palacio mismo se supone en Dan. 5, 2-3, donde leemos que Baltalos

;

.

ESD.

J

8

,

59

11

sacado de Jerusalén y colocado en el templo de su dios 8 v los puso Ciro, rey de Persia, en manos de ;

y éste los consignó a Sesbapríncipe de Judá. 0 He aquí la lista de los misTreinta palanganas de oro y mil palanganas de

Mitridates, sar,

mos

:

plata

tesorero,

el

veintinueve cuchillos

;

y cuatrocientas

diez

10 treinta copas de oro

;

copas de plata de inferior

cali-

En conjunto

eran

dad; otros utensilios hasta mil. 11

sar bebió en aquellos vasos.

Pero por

vemos que también puso parte de

el

mismo Dan.

en

ellos

el

1,

2,

templo de su

dios.

Mitridates

8.

consagrado a Mitra

:

De S esbasar,

véase

9-10.

significa

Lag.

fDlPE

vierte

al

como en

a los otros vasos de oro lo hiciera

de dicha voz,

el

;

número

te

fundamento 11.

el

2.000

excesivo, sin contar que

tal

secundarium

o ;

LXX

;

sentido pudiera ser

el

realidad lo eran con respecto

pero

notar

11.

v.

duplum

Vulg. secundi

fcrXw.

de segundo orden,

rece extraño

del

fin

ello es

tan evidente que pa-

autor.

Algunos

;

leen, en ve/,

pero éste debe tenerse por

sustitución carece de suficien-

crítico.

La suma

parciales de los

total

vv.

es

9-10,

.">.400,

a

mientras que los números

saber:

80

1.000

29

80

no dan sino 2.490. Hay error en la suma, o en sumandos, o en uno y en otro elemento. En 3 Esd. 2.

1.000,

se

lee

la

suma de

5.4(10.

p^jyn

tomado substantivamente (subir Sobre 7\hMT\ véase más abajo 2,

infinitivo in

110 los

18

constructo nifal

proprium

commodum)

1.

Excursus

o

Sesbasar y Zoro babel, /son un solo y mismo personaje dos diferentes:' Scsbassar era considerado por muchos



60

ESD.

los

Todo

II

de oro y de plata cinco mil cuatrocien-

utensilios

tos.

EXCURSUS

1.

llevó consigo Sesbasar al subir los cautivos

desde Babilonia a Jerusalén.

como nombre

persa

mas ahora

;

es tenido

babilónico: Sanms-bal-usur, o Sin-bal-usnr,

tege

comúnmente por Samas o Sin, pro-

al hijo.

Zerubbabel babilónico

;

como nombre

generalmente

consideran

lo

ha encontrado, en efecto, Zer-Babili, Semen

se

Babylonis, es decir, nacido en Babilonia. Antes era tenido

de muchos por nombre hebreo ello

pues

dificultad,

Babylone

seminatus (natus)

significa

^33~jrn

semen Babylonis, o

!?DD~jnT

y

;

y no parece que haya en

;

sea,

natus

Ba

bylone.

El nombre Sesbasar se lee en Zorobabel, en

2

2,

;

3,

2.8; 4, 2.3;

El problema sobre sar y Zorobabel es

mentos

1,

la

8.11

;

5,

14.16

;

el

de

5, 2.

identidad o

distinción

de Sesba-

y quizá no dispongamos de ele-

difícil,

formular un juicio definitivo. Los

suficientes para

muy divididos abogan por la identidad van Hoonacker, Kugler, Ryle y otros por la distinción, Nikel, Pirot, Touzard y otros. Nosotros nos inclinamos, bien que

autores andan

:

;

con cierta reserva, en favor de

Los

siguientes 2,

21

;

la identidad.

argumentos en apoyo de ésta son Zorobabel es llamado Pehah en Ag. 1,

principales :

1)

y precisamente

A

el

mismo

título

los 1

;

se da en Esd. 5, 14

en Esd. 1, 8, Principe de explícitamente dicho lleve aunque no luda; y Zorobabel, 4, 2.3 título, aparece de todo punto como tal en Esd. 3, 2.8 5, 2: cf. Zach. 4, 7-10. 3) En Esd. 5, 16, dícese que Sesa Sesbasar. 2}

éste se le llama

;

y esto mismo se Zorobabel. 4) Fide 2.3) breve mención en 1, 8

basar echó los fundamentos del templo afirma precisamente en

nalmente,

desaparece

3,

8

(cf. 4,

Sesbasar después de

completamente de

la

la

;

;

escena,

mientras

que en

ESD.

EXCURSUS

1.

61

II

misma entra de repente Zorobabel, y es quien sigue fi gurando en la historia esta aparición meteórica de Sesla

;

basar

sin

dejar rastro

de

difícilmente



se

explica en la

hipótesis de la distinción.

En

de ésta se hace

favor

valer

nombre.

2)

El hecho que en Esd.

habla de



mismo, diciendo que a

La

1)

:

5,

14-16,

él le

diversidad

de

Zorobabel no

había Ciro consig-

nado los v^sos sagrados, y que él mismo era quien había echado los cimientos del templo, sino que habla de Sesba sar en tercera persona, el

es incomprensible

lo cual

él

si

era

mismo Sesbasar. Sin pretender que estos argumentos carezcan de valor,

creemos, empero, que son susceptibles de solución suficien-

temente satisfactoria.

De

personas que llevaran doble nom-

misma

bre no faltan ejemplos en la

gr.

Biblia, v.

:

Daniel

compañeros (Dan. 1, 6 s.) Pul y Teglatfalasar eran nombres diferentes del mismo rey de Asiría (4 Reg. 15, 19.29). Nada hay de improbable en que un solo y mismo personaje fuese conocido con el nombre de Sesbasar en la y sus

;

corte persa, y entre sus compatriotas judíos, con robabel.

Que

éste

hubiera

sido

recibido

en

el

de Zo-

dicha

corte,

nada tendría de extraño, siendo como era nieto del rey Jeconías (1 Par. 3, 17-19), con quien se había mostrado muy benévolo Evil-Merodac al

'segundo argumento

Reg.

(4 ,es

ancianos los que íesponden

cionan

el

25,

27).

Por

lo

que hace

de advertir que en Esd. 5 son los al

nombre de Sesbasar

gobernador persa es, sin

;

y



más conocido Zorobabel entre los persas, y con mismo nombre se le había nombrado en 1, 8, cuando

era

entregaron los vasos sagrados.

Si

men-

duda, porque por éste este se le

Zorobabel estaba en com-

pañía de los ancianos, es ciertamente extraño que no aparezca en la escena; pero, ¿quién podrá asegurarnos que en aquella coyuntura se encontraba

allí

presente?

Muchos mo-

62

ESD. 2

pudo haber de su ausencia, siquiera momentánea, que no porque nosotros los ignoremos serían menos reales. En resumen creemos que los varios argumentos, puestos en parangón unos con otros, hacen inclinar la balanza en fativos

:

vor de

En

identidad.

la.

3 Esd.

(oí.

2,

11

13.4a46.47-c.

4,

;

distingue a Sesbasar de Zorobabel

parece que los identifica

monio,

uno como

del

así

ambos

fuerza, pues en

Véanse

sobre

XXXI

p.

89

1915,

s.

s.

;

(cf.

12

Ant.

Kugler,

XI

1-4)

gnmde

halla

problema,

s.

;

68-73) se

contrario,

el

pero

;

al

testi-

muy

poca

confusión.

Nikel,

Batten, p. 70

;

1-6.

5,

Josefo, por

del otro, cabe atribuir

se

el

s.

;

14-53

p.

Ryle,

;

Touzard, Rev. Bibl.

204-207.

p.

Lista de los repatriados. C. 2 (Cf.

Neh.

7,

6-73

a.

3 Esd. 5, 7-45)

;

El cap. se divide en dos partes, de las cuales

mucho más

ra,

da

(v.

;

3-19

v.

36-39

;

;

Natineos.

70 cierra todo

el v.

Consejo de según

v.

:

2-67), contiene

(v.

lista

la

;

la

prime-

la

segun-

68-69), la ofrenda de los dones. El v. 1 sirve de in-

troducción

58

larga

v.

43-54

v.

2

;

Pueblo

ciudades o aldeas

las

Levitas v.

doce

los

el relato.

;

40

;

Cantores

según

:

v.

v.

41

20-35

las ;

familias

Sacerdotes

Porteros

;

v.

Hijos de los siervos de Salomón

42

;

v. 55-

Laicos y sacerdotes que no pueden dar prueba de su

origen

males

v.

59-63

v. 66-67.

;

Suma

total

v.

64-65.

Número

Ofrendas de los príncipes

sula de todo el cap.

v.

5,

Cláu-

70.

Este documento se halla también en Neh. 3 Esd.

de los ani-

v. 68-69.

7-45, pero en situación diversa.

7,

6-73 y en

En Neh.

se trata

de colocar a los habitantes de Jerusalén después que estu-

vieron construidos los 'muros de

la

ciudad

;

en 3 Esd. se

ESD.

Estos son los hijos de

II 1

ron de

cautividad del

la

la

provincia que subie-

que Nabucodono-

destierro,

Babilonia, había llevado cautivos a

rey de

sor,

1-2

2,

Babi-

y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su propia ciudad 2 los cuales vinieron con Zoroba-

lonia,

;

refiere

no

al

tiempo de Ciro, sino era

ri^HO

1.

el

provincias en que

judá te

(cf.

S en

5.

al

de Darío. Sobre su re-

Nehemías véase también

lación con el libro de

nombre que dividía

se la

se

daba

imperio

el

81

s.

cada una de las

aquí se trata de

:

provincia de Judá), que formaba par-

de una de esas provincias. Hijos de

man

a

p.

provincia se

la

lla-

que habitan en Judá, como se llaman hijos de Jerusalén los que moran en dicha ciudad. Cf., asimismo Neh.

1,

3

los

;

llevar

11,

en concreto, o sea Esd. 31

;

(de

nSaPl

3.

emigrar

descubrir,

ÍTO

varias

tiene

destierro),

al

acepciones

:

en

;

1)

hifil.

destierro

lugar donde estaban los desterrados

el

:

6,. 21: 2) desterrados: Esd. 10, 8; Jer. 28, G; y es de advertir que así se llaman no sólo cuando se

hallan

realmente en

el

destierro

29,

(Jer.

4.

20.

2!),

4.20.

31).

sino

también después de haber vuelto ya del destierro y regresado a Judá (Esd. 10, 8). KW significa destierro en abstracto, es decir, la con de

dición

los

desterrados

y también sencilla 2 Par. 28, 17. En nuestro pa

Esd.

:

9,

7

;

mente desterrados Is. 20, 4 saje, donde se juntan los dos vocablos, :

;

en sentido abstracto, es decir, ba

Israel,

la

cautividad

entenderse o bien del lo

la

mientras

;

primero

el

que

el

o bien de los

sitio

se

toma

situación en que se halla-

segundo puede desterrados. Por

dicho se ve que los repatriados se llamaban bené

hamme

dinah en cuanto se hallaban ya en Judá. y bené ha g gola I en cuanto habían estado en el destierro.

Enumcranse

2.

Neh.

"

7 y

m

sólo

3 E-d.

5,

once 8,

nombres

:

pero

doce

en

pues entre Rehelaías y Mardo-

64

esd.

Josué,

bel,

Nehemías,

Mardoqueo,

2,

3-6

Seraías,

Bilsán, Mispar, Bigvai,

Cuenta de

los

[Nahamani]

Reelaías,

Rehum, Baana.

varones del pueblo de Israel

hijos de Faros, dos mil ciento setenta y dos

jos de Sefatias, trescientos setenta y dos

de Arah, setecientos setenta y cinco

Pahat Moab, de

La omisión en

4 los hi-

;

5 los hijos

;

6 los

hijos

de

Josué [y] de Joab, dos

Nahamani, que en 3 Esd.

interpone

se

cai

nius.

los hijos de

;

3 Los

:

se

llama Eue-

hebreo sería fortuita. Aunque no se

el

repatriaron sino Judá y Benjamín (cf. 1, 5), los doce nombres quieren sin duda representar las doce tribus de Israel

;

cf.

3,

Reg.

18,

31; Esd.

6,

17;

8,

35; Act. 26, 7;

Apoc, 7, 4-8, en los cuales pasajes aparece el número 12, aunque por aquel entonces las tribus estuvieran divididas o

hubieran ya

desaparecido.

Los doce personajes parece

una especie de Consejo aristocrático, puesto que se nombran separadamente de los demás, y entre ellos se cuentan Zorobabel y el sumo sacerdote Josué. Los últimos vocablos del v. deben naturalmente juntarse con el constituirían

v. siguiente.

En sículo, 6.

Neh,

7,

7 lleva

Nehum

en vez de

Rehum.

no seguiremos el texto versículo por versino que nos contentaremos con algunas notas.

los vv. 3-19

nnD

En

1 Par.

4,

22 se dice que algunos de

Judá ejercieron un cierto dominio en Moab trátase pues probablemente de una familia descendiente de aqué;

aquí llos

y que con

el

tiempo vino a tomar

el

nombre

que en aquel país ejercieron sus antepasados

;

cf

.

del oficio 8,

4

;

10,

30; Neh. 3, 11; 10, 15. Al nombre Joab añádasele wau, conforme al pasaje paralelo de Neh. 7, 11, de suerte que se lea: de los hijos de Josué y de Joab. Aquel antiguo prefecto o gobernador de Moab parece que estaba representado por dos familias principales,

la.

de Josué y

la

de Joab.

De

esta

;

ochocientos doce

mil

BSD.

2,

7

los

;

7-23

de Elam, mil

hijos

dos-

cientos cincuenta y cuatro; 8 los hijos de Zattu, no9 los hijos de Zaccai, sevecientos noventa y cinco ;

tecientos sesenta

renta y dos trés

12 los

;

dós

;

seis

;

10 los hijos de Bani, seiscientos cua-

;

11 los hijos de

;

de

hijos

Bebai, seiscientos veinti-

Azgad, mil doscientos

veinti-

13 los hijos de Adoniqam, seiscientos sesenta y 14 los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis

15 los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro 1G los hijos de Ater, de

;

familia de Ezequías, noven-

la

17 los hijos de Besai, trescientos veintiy ocho trés 18 los hijos de Vora, ciento doce; lí) los hijos

ta

;

;

Hasum,

de

doscientos

veintitrés

20

;

de

hijos

los

'Gabaón', noventa y cinco 21 los hijos de Belén, ciento veintitrés 22 los varones de Netofa, cincuenta ;

;

y

seis

28 los varones de Anatot,

;

veintiocho

ciento

;



manera se explica cómodamente el texto. 7. Elam es quizá el nombre de uno de la tribu de Benjamín, mencionado en 1

Par.

8,

24.

En vez de

20.

baón =

cd-Djib,

13a

léase con

unos 10 km.

Neh.

7,

25

pjQj

Ga

Noroeste de Jerusalén

al

,

—21.

Aquí se trata, naturalmente, del coFJ (1) p. nocido Belén, S km. al Sur de Jerusalén no del otro Be 22. Netofa la idenlén en la tribu de Zabulón, Jos. 1.— 29.

de

una el

la

cierta probabilidad

monte

Scopus,

hoja 21 de

Oeste de

Madkur

W.

;

Fernández, Problemas.

tal

la

:

Beit

Survey

es-Sur, unos 5

vez pueda

se

ha propuesto

Nuba,

se señala

km.

al

identificarse

Nuba. un Kh.

Sudoeste

Magbis

;

esd.

31-39

2,

67

31 los hijos del nuevo Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro

;

32 los hijos de Harim,

33 los hijos de Lod, cinco

;

cinco

;

veinte

Ono, setecientos

Eiadid v

34 los hijos de Jericó,

trescientos

veinti-

cuarenta y

35 los hijos de Senaa, tres mil seiscientos trein-

36 Los sacerdotes

ta.

trescientos

los hijos de Yedaias, de la casa

:

37 los hijos de de Josué, novecientos setenta y tres Immer, mil cincuenta y dos 38 los hijos de Pashur, ;

;

mil doscientos cuarenta y siete

con esa ruina. la

—31.

Yulg. añade

de se lee

el

La

v.

En

nombran

se

;

desconocida;

es

v.

v.

7,

don-

pero es nombre de persona,

lo es

pero es de familia sacerdotal. se

Klam

refiriéndose sin duda al

alterius,

mientras que en nuestro

aquí

de

situación

mismo nombre

imposible identificarlo.

39 los hijos de Ha-

;

—33.

hallan en

la

Las

el



32. Harim mismo nombre,

de población.

39 se lee

;

tres poblaciones

que

región próxima a Jafa.

Lod = Ludd, Lidda, 20 km. aJ Sudeste de Jafa Hadid = el-Hadite, pueblecito al Nordeste de Lidda Ono ss ;

;

Kefr "Ana, entre Lidda y Jafa, unos 8 km.

Noroeste del primero. 34. Jericó es la conocida ciudad de este nombre, la primera conquistada por Josué, situada a unos 27 kiló metros de Jerusalén y 11 del Jordán. Sobre las excavaciones al



en í>6.

las ruinas

—35.

de dicha ciudad (Tell es-Sultan)

Senaa.

Como

se

cf.

FJ

p.

90-

nombra inmediatamente después de

y en Neh. 3, 3 los hijos de Senaa reconstruyen los muro- junto a los hombres de Jericó, es natural que e identifi que con algún sitio próximo a esta última ciudad, cf. Abel, Tericó,

(

rP 1 p. 45T>. que la coloca unos 11 km. hacia el Norte. 36-39. Sólo cuatro familias sacerdotales se mencionan

que en 1 Par. 24, 7-18 se enumeran veinticuaEs de notar que en el v. 36 se añade de la casa de Josué no parece ser el sumo sacerdote contemporáneo de Zo-

aquí, mientras tro.

éste

robabel. sino la

:

más

bien alguna antigua familia sacerdotal, de

cual habrían salido varias otras familias.

68

esd.

2,

40-58

Los

rim, mil diez y siete. 40

levitas

:

los hijos de Jo-

sué y de Oadmiel, de los hijos de Odavias, setenta y

Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veinLos hijos de los porteros: los hijos de Sallum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Aqqub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai, en conjunto ciento treinta y nueve. 43 Los Natineos cuatro. 41

42

tiocho.

:

Hasufa, los hijos de Tab-

los hijos de Siha, los hijos de

44 los hijos de Qeros, los hijos de Siaha, los

baot,

hijos de

Fadón, 45

de Lebana, los hijos de

hijos

los

Llagaba, los hijos de Aqqub, hijos de Salmai,

los

de Giddel, los hijos

'los

4(>

los

hijos de

los hijos de Llanán,

hijos de Gahar,

'los

Hagab,

47 los hijos

hijo; de Reaías, 48

de Resín, los hijos de Xeqoda, los hijos de

Gazzam, 40

los hijos de

Uzza, los hijos de Fasea, los

hijos de Besai, 50 los hijos de Asena, los hijos de los

Meuneos,

los hijos de los Nefiseos, 51 los hijos de

Baq-

buq, los hijos de Haqufa, los hijos de Harhur, 52 los hijos de Baslut, los hijos de Mehida, los hijos de

Har-

53 los hijos de Barqos, los hijos de Sisera, los hi-

sa,

Tamah, 54 los hijos de Nesíah, los hijos de Ha55 Los hijos de los Siervos de Salomón los hijos

jos de tifa.

:

de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Feruda, 56 los hijos de Yaala, los hijos de

Darqón,

los hijos de Giddel,

57 los hijos de Sefatias, los hijos de Hattil, los hijos de

Pokereí-Hassebaim. 40-42. 16-32)

Así los cantores

como

los porteros

de los levitas,

43-58.

No

(c'f.

como parece

que parece pertenecían

(v. 43-54),

los hijos de

le

(cf. 1

1

Ami. 58 En conjunto Par.

15,

Par. 26) no

16-24:

25:

6.

serían distintos

indicar el tenor del texto, sino

a dicha clase.

pertenecían

empero

ni los hijos de los siervos de

los

natineos

Salomón

(v. 55-58).

ni

ESD.

69

2, 59-.'>

eran los Natineos y los hijos de los Siervos de Salo-

món, 59 rub,

trescientos noventa y dos.

Los que subieron de Te'l-Melah, Tel-Harsa, KeAdán e Immer, y no pudieron demostrar que su

familia y su descendencia era de Israel son los siguientes

60 dos hijos de Delaías, los hijos de Tobías, los

:

Y

Neqoda, seiscientos cincuenta y dos. 61

hijos de los hijos

de los sacerdotes

:

los

de

Habaías, los

hijos de

Haqqos, los hijos de Barzillai, quien había tomado en matrimonio una de las hijas de Barzillai, el galaadita, y se le llamó de su nombre. 62 Estos buscaron su documento genealógico y no lo hallaron, y en hijos de

consecuencia fueron excluidos del ejercicio sacerdotal.

V

63

ordenó

les

Tirsata que no comieran de lo san-

el

muy

Estas dos clases son se

ocupaban de

de los

parecidas entre

natineos lo descubren algunos en los gabaonitas,

quienes se perdonó

a los

Salomón

s.). ;

De

los sier-

esto es, se dice

que habían quedado de los antiguos pueblos tributarios

usque

ad

diem

hanc».

fuera de Esd. y Neh. se mencionan sólo en

59-60.

a

vida, pero se les obligó al acarreo del

1a

agua y de la leña para el templo (Jos: 9, 26 vos de Salomón se habla en 3 Reg. 9, 20-21 que

y son los que origen

sí,

los servicios inferiores del templo. El

1

«fecit

Los natineos, Par.

9,

2.

Señálanse los que no pudieron dar prueba de que

eran realmente de los hijos de Israel. Por ahí se ve cuánto caso se hacía de los tres últimos

indican

+

la

genealogía. Algunos (Ryle) piensan que

nombres

las .res familias del v.

in

;

l

cados en

se trata de

6163.

del v. 59

res ciudades de un

el

v.

(>0

mismo

deben juntarse entre distrito.

De

esta



?

manera

corresponderían a los tres distritos

precedente. Es posible que sea así

;

pero

mera conjetura.

De

Barzillai galaadita se habla en 2

Sam.

17, 27

;

70

esd.

to

sagrado hasta que apareciera un sacerdote que

y

Urim y constaba

pudiera servirse del

En conjunto

64

de

cuarenta

65 aparte

32-39

19,

64-65

2,

dos

y

asamblea toda entera

la

trescientas

sesenta

3 Reg.

Una

7.

2,

hija

suya fué dada en ma-

trimonio a un sacerdote, cuyos hijos tomaron honorífico que era en Israel

nombre de

el

nombre no

el

madre, probablemente por

del padre, sino de la \

personas,

siervos y siervas, que eran siete mil tres-

'los

;

mil

Tummim.

conocido

lo

Los

Barzillai.

nombrados no pudieron probar que eran de familia Las dos voces y DHPnTIBn (parxp. hitp.

aquí

sacerdotal.

están en aposición («el libro, es decir,

)

registrados»).

En

consecuencia, no se

El Tirsata

funciones sacerdotales.

las

que están

los

permitió ejercer

les (of.

Neh.

65.70)

7,

es el gobernador, que era Zorobabel (los que consideran a

como

éste

distinto de Sesbasar aplican el título

En Neh.

este último).

mado

el

Fué por

Tirsata.

decisión.

Por

9

8,

;

10, 2

lauto

bien a

también Nehemías es

autoridad

la

que se dice en

lo

más

el v.

civil la

lla-

que dió

63 se ve que

el

!a

sumo

sacerdote Josué no se creía facultado para servirse del orácu lo

llamado Urim y

pueden verse Ex. 28, la

6

;

14, 41

cf.

causa

No

la

(Luz y Verdad?), sobre

el cual

Num.

1 Sam.

Lev.

;

8

8,

;

27, 21

:

es

que con

el

;

posible que no sirviéndose del

cautividad viniese a caer en desuso

tenía esperanza

;

estuvo en uso después del destierro

ignoramos

la

mismo en

.

Tummim 28, 30

;

pero se

tiempo surgiera un sacerdote que

restituyese su uso.

La suma

total es idéntica

números

es también algo

en Esd., Neh. y 3 Esd. Los números parciales difieren un tanto, y la suma que arro64-65.

jan dichos

son evidentemente distintos de los del vitas destinados al templo. la

presencia de cantoras.

Por

lo

Unos y

diversa. v. 41,

Los cantores

que son los

le-

demás cabe concluirlo de

otras servían para deleitar

esd.

66-70

2,

además doscientos can-

cientos treinta y siete. Poseían tores

66

cantatrices.

y

treinta y seis

7!

Sns caballos eran

setecientos

sus mulos doscientos cuarenta y cinco

;

67 sus camellos cuatrocientos treinta y cinco había seis mil setecientos veinte. 68

De

de familia, en llegando

jefes

los

;

asnos

;

templo

al

de Yahvé, en Jerusalén, presentaron algunos ofrendas voluntarias

al

templo de Dios para que fuese recons-

truido en su propio sitio

69 conforme a sus faculta-

;

la obra sesenta y un mil dáminas de plata y cien túnicas

des dieron a los fondos de ricos de oro, cinco mil

sacerdotales.

70

los

en

Y

se establecieron los sacerdotes y los levitas v

como

oídos, y solían hallarse así en festivos banquetes tristes funerales

35, 25. ravilla

cf.

;

Eccle.

2,

8

;

2

Sam.

10, 35

:

Era comúnmente gente de baja condición. No que se hallasen entre los repatriados, pues en

merosa caravana habría 66-67.

Indole y

sin

duda no pocos

número de

En

la

nu-

:

caballos,

mu-

Zach. 14, 15 se nombran los mis-

los, camellos'

y asnos.

mos y en

mismo orden. Tal cantidad

el

ma-

ricos.

animales

los

2 Par. es

de animales y su

índole parece confirmar lo que decíamos arriba, que no po-

cos miembros de 68-69.

la

caravana eran gente más o menos

Ofrendas de los principes. En Neh.

describen con

más pormenores. La versión de

hiiirederentur» no es del

todo exacta, pues

templo propiamente no existía

Tesoro de

la

obra es

el

;

más

7.

rica.

70 72

-

la

Vulg. «cuni

el

edificio

del

bien «cuando llegaron».

fondo destinado para

la

erección del

templo. Los dones consisten en dáñeos, minas y vestidos. 70.

El autor nota en general

que, después de

la

'y

de una manera

muy vagi

ofrenda que acaba de narrar, todos sin

excepción se dispersaron y fueron a establecerse cada uno

;

ESD.

72

2.

EXCURSUS

III

gente del pueblo, los cantores y los porteros y los natineos en sus ciudades. Todo Israel se estableció en

la

sus ciudades.

en 73

que escogió o que

sitio

el

donde

a,

se dice lo

mismo,

En Neh.

fué señalado.

le

más

texto corre con

el

7,

fluidez.

Excursus ¿Contiene verdaderamente esta repatriados al tiempo de Ciro neral sobre la índole de la

?

lista

— (Sobre

¡a

recensión de los

este punto, y en ge-

pueden verse

lista,

:

Nikel, p. 71-

Kittel, p. 330-340 Touzard, Rev. Bibl. 1915, 86 ss. Lods, Les Prophétes d' Israel et les deKosters, p. 20-42

80

;

;

;

buts du Judmsrme (París 1935) p. 215-217.

Problema

muy

es éste

razones en favor de esculpido en



la

mismas

hoy

discutido

día,

por más que las

respuesta afirmativa parecen llevar el

de

sello

la

evidencia.

Estas pro-

pondremos en primer lugar, y luego examinaremos gumentos que se aducen en contra. Lugar que ocupa

—En

documento

Esd. sigue inmediatamente

dente que te

el

autor, colocándolo

el

claridad

su

asi en

los ar-

Esd. como en Neh.

decreto de Ciro. Es evi-

al allí,

manifiesta con suficien-

convicción que los enumerados en

la

lista

más cuanto que apenas publicado dicho decreto mu-

habían venido en virtud de aquel decreto, tanto

que

se dice

en

5

1,

chos se dispusieron para volver a Jerusalén. Cuanto a Neh. el mismo Xehemías dice (7, 5) que encontró la lista de aquellos

que habían subido

doble significado

:

al principio o

en un tiempo anterior.

mera vuelta

p:itpfc03.

En

del destierro,

el

simplemente antes, es decir,

primer caso se refiere a

(pie

Ciro (véase más adelante, p. 80 significación,

Esta voz puede tener un

fué ciertamente

al

la pri-

tiempo de

ss.). Si se prefiere la

segunda

sola palabra

mencio-

no cabe probar por

la

ESD.

nada que

se trate de la

2.

EXCURSUS

73

III

primera caravana

tiempo de Ciro,

al

De

puesto que pudiera hablarse de otra intermedia.

maneras, como

documento de Neh.

el

todas

es idéntico al de Esd.,

y de éste consta por la posición que ocupa que se refiere a dicha caravana, en taj sentido parece deber interpretarse la

voz hebraica. El

texto

mismo

documento

del

.

— En

2.

2

se

que

dice

ahora aquellos repatriados vinieron con Zorobabel y Josué bien, estos dos personajes levantan el altar y emprenden la ;

reconstrucción del templo 4.

2.

3.

al

tiempo de Ciro (Esd.

3, 2. 7. 8

:

5).

l. c, niega en redondo que haya nada en este documento que se refiera al tiempo de Ciro (adviértase que dicho autor no admite caravana alguna durante el reinado de este monarca véase p. 80 ss.), aduciendo las siguientes razones: la lista ocupaba originalmente un lugar distinto, del cual la arrancó el cronista para colocarla donde ahora está. Prueba de esta manipulación es que en Esd. y Neh. el documento se halla en un ambiente histórico del todo dis-

Kosters,

:

tinto

;

en

(Esd.

3,

(Xeh.

8,

él 1 1

primero en

ss.), ss.).

se el

relaciona con la erección del altar segundo con la lectura de la Ley

Ahora bien:

son incompatibles

:

como

y

es claro la

que

las

dos situaciones

restauración del altar carece

de todo valor histórico (así lo piensa Kosters

:

de esto ha-

blamos más adelante, p. 03 s.), resulta que el verdadero ambiente cronológico es el de Xeh., muy posterior a los tiempos de Ciro. Pero, como a este razonamiento se opone Xeh. los

7,

5

donde

se dice

que habían venido

al

que Xehemías «encontró

la lista

principio», Kosters declara sin

de

más

dando por razón que la de los antiguos repatriados de ninguna utilidad podía a Xehemías para el negocio de repoblar la ciudad de

este pasaje invención del cronista, lista

ser

Jerusalén. nista,

a

También condena Esd.

quien se

le

2.

2

como

ocurrió introducir en

el

ficción del cro-

relato

a

doce

ESD.

7-1

personajes

Hacemos

como

EXCURSUS

2.

III

representantes de las doce tribus de Israel.

gracia al lector de varios otros argumentos, que

pueden verse en el mismo Kosters, p. 32-34. Touzard, 1. c, admite que la lista incluye sí a los repatriados al tiempo de Ciro, pero afirma que comprende ade-

más

a

Imuchos

que fueron viniendo

otros

en

caravanas

sucesivas hasta el tiempo de Esdras, y aun quizá (p. 107).

de

la

Las razones en que

se funda

son

:

Que

más

tarde

los profetas

restauración nada dicen de esta primera caravana. Ade-

más, aunque

muy

pronto emprendieron

templo, en realidad se quedaron

muy

la

reedificación del

a los principios, de

tal

suerte que al tiempo de Darío se trata de la restauración del

mismo como

si

nada hasta entonces

cual no se concibe

si

ya en

la

se

hubiera hecho

;

lo

primera caravana regresaron

enumeran en la lista (p. 87). documento observa Touzard sitio primitivo era en Neh., y que el autor lo tomó de allí para colocarlo donde ahora está (p. 88 s.). Afirma además que en Esd. 2, 2 hay que borrar el nombre de Zorobabel, que fué sustituido por el autor a otro nombre de índole más general.

del destierro todos los

Cuanto que el

al

que

lugar que ocupa

se

el

No hay por qué vayamos examinando uno por uno los argumentos propuestos. Mejor será dejar el tono polémico y tratar positivamente

la

cuestión bajo

el

aspecto literario,

histórico y exegético.

El documento ocupa su propio lugar más bien en Esd.

que en Neh.

En

efecto, en aquél

va inmediatamente prece-

dido del decreto de Ciro, en virtud del cual pudieron regresar los repatriados, y le sigue el relato de la erección del

que se verificó poco después de la llegada a Jerusalén. Al contrario, en Neh. ningún nexo tiene la lista con la nala única razón rración que la precede ni con la que la sigue de encontrarse allí es por haberla hallado Nehemías en unos

altar,

:

ESD.

archivos, y

III

dejó estampada, no porque

la

de utilidad,

EXCURSUS

2.

las

desempeña

un

que

Esd.,

accidental y secundario en Neh.

Ninguna razón

crítica

o substituir por otro

como

Neh.

5:

7,

di-

generaciones posteriores. Es evidente,

pues,

para eliminar

fuese de gran-

porque tuvo por oportuno transmitir

sino

cho documento a

2,

le

papel

principal

y

primario

en

cabe aducir para suprimir en Esd.

nombre de Zorobabel,

el

2,

tampoco

ni

glosa tardía y falta de valor histórico

puramente arbitrario negar que Nehemías

es

encontrara en los archivos

consabida

la

lista,

cosa que de

suyo e independientemente de toda otra consideración

tie-

ne todos los visos de probable. El documento, pues, debe tenerse por autentico y puesto en su propio lugar.

Que

la

reedificación

templo no pasara adelante en

del

ninguna manera prueba que

repatriados de

los

caravana fuesen en corto número. Conocida es

primera

la

intensa y perseverante hostilidad de los samaritanos, que hacían prác-

ticamente

imposible

continuar

el

Pero esta imposibilidad

hizo

la

empresa

comenzada.

absoluta cuando

la

misma

Y

ordenó

la

suspensión de los trabajos.

probable que aun

lo

poco que habían hecho fuera des-

autoridad

muy

se

la

civil

es

truido por los adversarios. Si esto se tiene presente, a nadie

maravillará

silencio

el

ción respecto de

la

de los profetas de

la

restaura-

primera caravana, tanto más cuanto que

como el porvenir. todos modos el número

a ellos no les interesaba tanto el pasado

Y

si

alguien

objetara que

de repatriados en

la lista

que partieron para decir que sobre

el

de

es harto subido con respecto a los

el destierro,

pudiéramos contentarnos con

número de

éstos se disputa no poco, y

que por tanto no conviene fundar tan frágil, y además, que en cierta

el

razonamiento en base

el destierro, viviendo con uní comodidad, pudieron multiplicarse considerablemente

ESD.

76

4-7)

Nikel, p.

(cf.

EXCURSUS

2.

con todo vamos

;

IV

estudiar este punto

a

con alguna detención.

Excursus. Deportaciones.

— Fuera,

bre las cuales puede

punto

de varias otras deportaciones, so-

caber alguna duda, dos hay de todo

cuya existencia nadie pone en

ciertas,

una en 598/97, h otra en 587/86. La primera (4 Reg. 24, 13-14. 15-16). En

la

tela de juicio

el v.

:

10 se dice

que fueron transportados 7.000 hombres de armas tomar y 1.000 artesanos a los cuales hay que añadir el rey con sus ;

mujeres y su séquito y además los nobles del nados todos ellos en el v. 15.

En mar

el v.

14

es 10.000

el total

:

no

mencio-

país,

de príncipes y hombres de armas to-

es claro

si

en esta cifra van incluidos los

artesanos que a continuación se nombran.

La diferencia de

2.000 (entre los 8.000 de los vv. 15-16 y los 10.000 de los

pueda explicarse diciendo que en

vv. 13-14) quizá

además de incluían

se

tomado

las

los defensores

otros

que,

armas,

si

como

propiamente dichos de bien

Sanda

tenemos por más probable

— los

en

séquito real.

.

el

el

v.

el

15 junto

con

el

la

v.

14,

ciudad,

no habían empero

fuertes,

quiere

el

;

o tal vez

—y

esto

nobles del país mencionados

Parece extraño que

mismo autor tenga dos maneras distintas de computar número de los deportados. No es improbable que el v. 14

haya

sido

introducido

como admiten no pocos rece

la

quita

cho los

a v.

el

texto

la

de

segunda intención,

autores. Y, en efecto, el v. 15 pa-

continuación inmediata del

verdad histórica

ni

al

v.

13.

Esto empero nada

carácter inspirado de di-

Se trata de dos rehitos paralelos, en que se miran

hechos desde un diferente punto de

vista.

uno como en el otro se cuentan únicamente varones, conforme indica el tenor mismo del texto. Es

Así en los

en

el

claro que éstos

no partirían solos, sino que llevarían con-

ESD.

EXCURSUS

2.

sigo sus mujeres y sus hijos

en Jer.

donde

6

29,

el

por

;

profeta

lo

77

[V

demás, esto se supone

exhorta

desterrados

ios

procrear hijos... Ahora bien,

edificar casas,

dado

que

a la

gran mayoría fueran casados, como es muy probable, se puede calcular que como promedio cada familia contaría de o

personas

cuatro

a

tres

cuadruplicando

Segunda deportación

campaña

11)

(v.

;

triplicando

un

resultará

total

.

Reg.

(4

tor que de los deportados la

consiguiente

número de varones

el

de 30.000 a 40.000 personas.

en

por

y

Ll-12). Especifica el au-

25,

unos residían en

la

ciudad, otros

pero se abstiene de dar

cifras,

de

número de los que en esta ocasión fueron al destierro. De todas maneras, que estos fueron numerosos, podemos no sin funsuerte que no es posible conocer con certeza

damento concluirlo dejaron en

se

del v. 12,

varan los viñedos,

lo

En

se dice la

que de

la

plebe

tierra

y

culti-

cual parece indicar que todos los que

no eran indispensables para tierro.

donde

quienes trabajaran

país

el

el

tal

trabajo salieron para

el

des-

deportación del 508 fueron llevados principal-

la

mente

los nobles,

oficio,

y quizá por la calidad de las personas se da el nupor el contrario, en la del 587 se trataba más

mero preciso

los

;

bien del grueso de esto

le

combatientes y los diestros en algún

parecería

cuento de todos

al

la

población, de

la

autor que no valía

Y

ellos.

turba multa la

;

pena hacer

y por el

re-

precisamente porque se trata de

población en general y no de clases determinadas, y ade-

la

más porque parece que en to

no es arriesgado fué

esta coyuntura se había propues-

Xabucodonosor acabar de una vez con el

el

reino de Judá,

sospechar que esta segunda deportación

más numerosa que

la

segunda.

Así

lo

cree

Sanda en

Dic Bücher der Kónige,

p. 388; y Kittel (1. c, p. 02), opina que en dicha segunda deportación el número de varones as-

cendería

a

L5.000,

es

decir,

5.000

más que en

la

primera.

:

ESD.

78

Por

EXCURSUS

conforme

consiguiente,

establecimos

2.

proporción

la

a

IV

que

arriba

total sería de 45.000 a 60.000 personas.

el

En resumen Deportación del 598:

10.000 varones

=

30.000 a 40.000

15.000 varones

=

45.000 a 60.000

personas.

Deportación del 587: personas. Total, según

la cifra

más

baja

25.000 varones

:

=

75.000

personas.

Xo

estará de

más examinar

aquí por vía de apéndice un

pasaje de Jeremías (52, 28-30) que ofrece alguna dificultad.

Se enumeran tres deportaciones, señalándose en cada una la

el

fecha y el número exacto de deportados, dándose empero caso que ni aquélla ni éste parecen acordarse con los da-

Reyes, que arriba vimos. Dícese en efec-

tos del libro de los

que

to,

la

primera deportación tuvo lugar

Nabucodonosor (en 4 Reg.

año séptimo de

el

año octavo), y salieron el año décimooctavo (en 4 Reg. 25, 8 el año decimonono), y salieron 832 personas la tercera, el año vigésimo tercero, y fueron de para

12

24,

destierro 3.023 judíos

el

;

el

la

segunda,

:

portados 745 judíos. Esta última no se menciona en

el libro

de los Reyes.

La

diferencia en las fechas (nótese que en Jer. 52, 12 en

vez de 18 se lee 19) se explica sin dificultad

manera de computar

diversa

año de reinado

los

:

depende de

En Reg.

años de reinado.

se />rrdata (por tanto

hay un año más)

la el

en

;

Ter. se postdata.

No

tan fácilmente se resuelve

la

diferencia en

el

número

de los deportados. Se han propuesto muchas soluciones

;

la

y verdadera nos parece la siguiente Los 3.023 judíos (no sólo varones) serían los que en la primera depor

más

sencilla

:

ración vinieron de la campaña, en contraposición a los que

eran de

la

capital

;

y constituían una parte de los 10.000

BSD.

BXGURSUS

2.

IV

Tí)

Por el contrario, las 832 personas en la segunda deportación salieron de Jerusalén. donde había que dado sin duda una población muy reducida después del 598.

de 4 Reg. 24, 14.

Confesamos que aun satisfactoria.

Precisado

esta solución anda lejos de ser del todo

Kittel. p. 54 ss

C-f.

así,

al

;

Nikel, p. 5

ss.

menos aproximadamente,

el

número de

los deportados,

nos hallamos en condiciones de responder a

pregunta

existe realmente proporción entre dicho nú-

la

mero y lista

la

si

suma de

de Esd.

Esd.

2,

64 se da,

como

número de personas

es sabido,

van Hoonacker (Nou7\ Etudes, y Kosters (IViedcrherstellufig.

suma van contadas

la cifra

60

p.

s.),

siguiendo a

mujeres y

los niños, debió

Smend

afirma que en esta

33),

p.

repatriadas.

de 42.360. Pero

incluidos únicamente los varones, y que

las

la

resolver, empero, antes una cuestión prelimi-

cuál era en realidad el

:

En

enumeran en

se

2.

Habrá que nar

que

los repatriados

total,

el

de elevarse a 150.000

ó 200.000. La razón, única, que se aduce es que «entre israelitas la regla era

(van Hoonacker,

que se computara sólo

a los

los

varones»

y no hay motivo alguno para creer que en nuestro caso se haya hecho una excepción. Que muchas veces se contaban únicamente los varones, es cierto so p. 61),



;

bre todo cuando se trataba de saber

el

número de hombres

tos para la guerra o hábiles en algún oficio

en

el

:

y

tal es el

recuento de los deportados (4 Reg. 24), pues

pretendía Nabucodonosor no era del país,

tanto

sacar

ap-

caso

lo

que

mucha gente

cuanto privarle del nervio y fuerza de sus mejores

habitantes. Esta idea es del todo ajena a la lista de los repatriados.

Además,

la

voz ^np en Esd.

2,

64 parece significar

multitud en general, sin distinción de hombres y mujeres es el sentido que tiene en Neh. 8, 2. 17. De todas maneras la

:

no creemos haya razón suficiente para apartarnos de terpretación que

comúnmente

se

da a nuestra

lista.

la

in-

80

ESD.

Ahora

bien,

EXCURSUS

2.

dado que

V

número de deportados en 598

el

y 587 fuera aproximadamente de 75.000, bien pudieron después de sesenta o cincuenta años volver a su patria 42.000, quedándose aún no pocos y aun muchos en el destierro.. Puesto que los desterrados, por lo menos en gran parte, se hallaban en condiciones favorables, no es arbitrario suponer

que en ese largo espacio de tiempo habría crecido notablemente la población.

Excürsus.

¿Hubo

caravana en tiempo de Ciro?.

—Aunque

expusiffnos

ya, bien que brevemente, las razones en pro del decreto de

Ciro y

la

consiguiente caravana,

como

existencia de ésta

la

fué combatida con lujo de argumentos y aparato científico, juzgamos oportuno insistir todavía sobre lo mismo ello nos :

dará ocasión de rectificar algunas ideas y esclarecer ciertos puntos.

Como

principal

el

sostenedor de esta

Kosters (Wiederherstellung,

p. 14-42), a

tesis

negativa es

ese autor nos aten-

exponiendo primero fielmente su pensamiento, y examinando luego su valor. dremos,

El primero y principal argumento lo saca de los profeAgeo y Zacarías. Estos nunca, dice, hablan de caravana venida del destierro, ni hacen siquiera a la misma la tas

¿Cómo

fenómeno si al tiempo ya de Ciro habían vuelto a Jerusalén más de 40.000 personas? Ni es sólo el argumento del silencio. Positivamente

más

leve alusión.

excluyen

tal

caravana.

a entender que figo. Pero,

destierro

si

explicar tal

Zacarías, en

1,

sigue durando todavía

3-12, el

da claramente

período del cas-

millares de judíos habían sido librados ya del

y vuelto

a

Jerusalén,

indicio

era

éste

dente de que había empezado ya el período de misericordias. Además, el mismo profeta en 2, ta a los

desterrados a huir de

la

bien

las

evi-

divinas

10-16,

invi-

región del Norte de Babi-

ESD.

«¿Cómo

lonia.

car

hacerles

sin

81

V

exclama Kosters

es posible,

versos

estos

EXCURSUS

2.

en

violencia

que ya Ciro hubiese permitido

la

20),

(p.

repatriación

expli-

hipótesis

la

No

?

de

hay por

qué huir de una tierra que se puede libremente abandonar con ¡sólo querer.» De donde se sigue, a juicio de Kosters, que no había existido tal repatriación. Pero esta conclusión tropieza con una gravísima dificultad

testimonio expreso del autor sagrado en los cap.

el

:

En

6.

el

ra en tiempo de Ciro

maban, y en de

5,

en

;

13-10

6,

;

el cap.

3-5.

Kosters no se inmuta ante parecer, infranqueable

ra se

14 se confirma

la

existencia

caravana.

tal

y una

1-

hubo una carava2 enumera los que la for-

cap. 1 afirma formalmente que

cierta dosis de le

abra por

obstáculo de esa barrera^

el

con la ayuda de la crítica literaria buena voluntad logrará que la barre;

misma, franqueándole



to de los cap. 5-6, dice, consta de dos

antiguo, A, contenía

al

5,

paso. El rela-

documentos. El más

y en él se dice en sustemplo en tiempo de Darío. Más

1-5.

tancia que se construyó el

el

6-10

;

tarde quisieron los judíos relacionar dicha construcción con Ciro, quien aparecía en

Yahvé 6,

1.

Is.

14, 28

;

ordenó

como

el

Siervo de ;

la

restauración del

templo.

luego reparo los judíos posteriores se

45, 1

y de ahí nació el segundo documento, Esd. 5,11-17 3-5, donde se afirma precisamente que fué Ciro quien ;

con que

el

:

Pero en esto hallaron no podían conformar-

santuario de Israel hubiera sido levantado por

un no-israelita.

;

Qué hacer pues? Se

inventó un tercer do-

cumento, Esd. que

al

donde el autor crea una caravana, 1, 3-4, tiempo de Ciro regresó a Jerusalén con el fin ex-

preso de restaurar

el

templo.

Como

se

ve,

al

fin

se abrió

manera más Quedaba empero todavía un último obstáculo, la lista del cap. 2 (= Neh. 7, 6-73 a) donde, tanto por el sitio que ocupa como por su contenido, se ve claramente que el aula

barrera, sin violencia y de la

natural.

6

82

ESD.

enumerar

tor quiso

EXCURSUS V

2.

las familias

que

habían repatriado

se

al

tiempo de Ciro. También de éste acierta a desembarazarse Kosters. Cuanto rirse

al sitio,

de Esdras

al

el

de Nehemías, dice, ha de prefe-

en éste

;

la

tanto es perfectamente extraña

como

un intruso, y por

es

contexto, asi precedente

consiguiente, del cual en consecuencia ningún argu-

mento cabe (7,

lista al

Pero es

sacar.

el

caso que también en Nehemías

5 b) se dice expresamente que

la lista es

años antes habían vuelto del destierro

y

;

de aquéllos que

es claro

esto se alude a la caravana del tiempo de Ciro.

bién a esta dificultad encuentra Kosters

poco en Nehemías ocupa fué traído

allí

que con

Mas tam-

fácil solución.

Tam

documento su lugar primitivo de fuerza por algún redactor. Por lo que hace el

;

a la aserción clara y terminante del v.

5 b, se declara in-

vención pura y simple del mismo manipulador del documento. ¡Pobre documento! La crítica literaria lo va desalo-

jando de un

Cuanto

al

tras otro,

sitio

contenido

:

sin dejarle refugio

Por de pronto,

el título

seguro.

que enca-

asegura Kosters, no indica, como a primera vista pudiera parecer, el grupo de repatriados en contraposición a los que se habían quedado

beza

la

lista

Esd.

2,1.

Dicho

en Babilonia, sino más bien

la

título,

población entonces existente

en Jerusalén y sus alrededores, compuesta de repatriados y de otros que nunca habían ido al destierro. Y que en tal sentido debe realmente interpretarse la lista lo demuestra 2,

64

donde

s.,

«la

número Nabucodonosor»

perior al

suma de

los repatriados resulta

muy

su-

de los que fueron llevados al destierro por

Pero además, añade, hay otra circunstancia muy significativa, indicio claro de que la lista es posterior a la restauración del templo. En efecto, en Neh. 7, 70-72 se ofrecen entre otras cosas túnicas sacerdotales, que (p.

33).

no servían evidentemente para la construcción de la casa de Dios, sino que suponían ésta ya terminada. Verdad es que en

el

pasaje paralelo Esd.

2,

68

s.

se habla explícita-

ESD.

EXCURSUS

2.

83

V

mente de dones ofrecidos para restablecer la casa de Dios. Pero esto lo condena Kosters como glosa tardia y por tanto de ningún valor. Y si alguien objetara que entre los doce personajes que condujeron la caravana (Esd. 2, 2) se cuentan Zorobabel y Josué, que se hallaban ya en Palestina tiempo de

al

la

ponde Kosters

fundación del templo (Esd.

-3,

2

;

5,

res-

2),

que Zorobabel y Josué nunca tuvieron en el destierro, y que por lo demás todo eso de doce personajes es pura ficción del redactor.

Hemos y

lo

za.

(p.

36

ss.)

fielmente expuesto

es-

los

razonamiento de Kosters,

el

presentamos en conjunto para conservarle toda su fuerProlijo fuera y enojoso aquilatar uno por uno todos los

argumentos.

Creemos que tocando

quedará bien patente

puntos principales

los

frágil de la tesis sostenida

lo

por

di-

cho autor. El silencio de la

Ageo y

Zacarías constituye para Kosters

más firme base de su argumentación en gran parte por

ce,

manera de resolver

llar

Que en ninguno

;

lo

demás

se redu-

menos, a desvanecer reparos y ha-

lo

dificultades.

de los dos profetas aparecen de

relie-

ve los repatriados, resueltamente lo reconocemos. Pero con

no menor resolución negamos que sea esto suficiente motivo para rechazar la existencia de una caravana. Ninguna razón había para que hablasen de ella en particular. Los antiguos desterrados, una vez vueltos a

la

patria,

se jun-

uno en su pueblo respectivo, formando una población homogénea. ¿Por qué, pues, habían tarían a los demás, cada

de hablar en especial de los unos distinguiéndoles de los

otros? Observa Kosters fleja la

18)

que

la

población que se re-

en los escritos de los dos profetas se da

tierra,

rece

(p.

posee viñedos, olivares,

como habitando

efecto,

la

la

etc.

:

al

cultivo de

en una palabra, apa-

región desde muchos años. Y, en

venían ocupando ya por dieciocho años.

Y

claro

84

ESD.

2.

EXCURSUS

V

está que en todo ese espacio de tiempo no se quedarían bra-

¿Qué maravilla, pues, que araran la tierra, y vendimiaran, y recogieran la aceituna, y que de entre ellos unos fuesen jornaleros y otros propietarios? Pues ¿de qué

zos cruzados.

iban a vivir

no

si

se

perder contacto con

daban la

La época de Ageo y

trabajo? Desconocer esto es

al

realidad Zacarías,

andarse por las nubes.

;

¿

caía dentro del período del

Con el decreto de obra de misericordia para con su pue-

castigo o dentro del de la misericordia?

Ciro inició Dios blo

pero a

;

con

ria,

la

Una

realidad.

la

rósea esperanza de éste no correspondió

vez en

la patria se

egoísmo de

el

encontraron con

los propios

hermanos y con

la

mise-

la la

hos-

y malquerencia de los pueblos extranjeros y ellos mismos, parte por la desilusión parte por su propia flaquetilidad

;

vinieron a caer bien pronto en un estado de inercia v

za,

de abandono

para

cuanto

refería

se

esta culpable disposición del pueblo la

causa,

do,

cuales

los

¿A

siquiera

parcial,

culto

al

divino.

En

descubren los profetas

que está sufrien-

de los males

son castigo de Dios por sus infidelidades.

Ageo y ZaDios extendida aún para castigar? Tal manera de ver responde perfectamente a la quién maravillará que en tales condiciones

carías

contemplen

realidad

objetiva.

la

mano

de

Cabe por tanto

con toda verdad

decir

misericordia, y que en 520 se dejaban sentir aún los rigores del castigo.

que en 537

se había iniciado la

Pero Kosters

insiste (p.

obra de

la

20) en que siquiera alguna vez

debieran haber hablado los profetas de esa misericordia que se había ya mostrado al tiempo de Ciro y aduce en con:

firmación

el

ejemplo de Esdras quien en

0,

6-25,

aunque

no haber llegado aún a su término el tiempo del castigo, reconoce sin embargo (v. 8) que Dios tuvo para con A esto hay que advertir que ellos un rasgo de misericordia. entre la situación de Esdras y la de los profetas media un dice



abismo. Aquél habla casi en

el

momento mismo

de

la

He-

ESD

gada

después de un

res,

85

V

adonde había venido con amplios pode-

Jerusalén,

a

EXCURSUS

.

feliz

viaje,

colmado de favores por el olvidar esa muestra tan

¿cómo podía entonces

monarca,

palpable de

benevolencia divina? Esta se

la

ríamos, por los ojos;

;

cómo podía no

entraba,

le

di-

expresar, siquiera en

su gratitud por tan señalado beneficio en

breves palabras,

su sentida y devota oración? Maravilla fuera que no lo hubiese hecho. carías

Muy

otras eran las condiciones de

que huelga

tan otras,

;

vana estaba entonces reciente,

insistir

ni

en

ello

:

Ageo v Zani

cara-

la

habían intervenido en

ella

de Artampoco igualaba el favor de tajerjes en una palabra, la liberación del 537 entreveíase como cosa lejana, desnuda de la aureola que en un princilos profetas, ni

C iro al

:

un estado de decaimiento e inquién extrañará que en tales circunstancias

pio la nimbara, seguida de digencia.

¿A

nadie volviera a

ella los

ojos para presentarla

como un

ras-

go de la divina misericordia. ? Harto preocupados andaban con la miseria presente que, aunque no quisieran, se les ponía

tristemente ante la vista.

Pero hay más. Si es verdad que. según decíamos arriba, no aparece de relieve en ninguno de los dos profetas una vuelta del destierro, no lo es menos que tanto en el uno

como en

el

misma

otro se hace a la

0 exclama:

Vosotros

en

1,

sa

de mi casa, que

está

en

andáis corriendo cada cual

bien clara alusión.

ruinas,

haci-a

Ageo

«a cau-

estáis sufriendo miseria

mientras que vosotros

su propia

casa.))

El senti-

do parece bien límpido. El profeta quiere poner de relieve la

de

actitud de la

los habitantes

suya propia

:

ocupa de levantarla

;

hacia su propia casa. cuál es su objeto

;

respecto de

la

casa de Dios y

aquélla sigue en ruinas, y nadie se pre-

por

el

Ageo no

pero

el

uno se da prisa a qué obedece esa prisa,

contrario, cada dice

contexto bien lo indica

:

en las

dos actitudes hay contraste, hay contraposición, y por consiguiente, si en el primer miembro se trata de la no cons-

86

ESD.

2.

EXCURSUS V

trucción de la casa de Dios, es natural concluir que se trata

segundo de

en

el

Y

así,

sen

«a causa de

:

la

construcción de las casas particulares.

en efecto, traduce parafrásticamente

mi

el

texto Wellhau-

casa, que está en ruinas, mientras que

vosotros os dais prisa a construir vuestras propias casas».

Kosters reconoce que la frase interpretada en este sensupone la llegada de una caravana. Y en realidad, es

tido

claro que los repatriados, o al

menos muchos de ellos, tenPor esto pone todo su

drían que fabricarse sus viviendas.

esfuerzo en darle o^ra interpretación. Observa por de pron-

que Ageo en ninguna manera habla de construir. Que no habla explícitamente, es decir, que no usa la palabra to

construir, construcción esto ya lo sabíamos nosotros. Y propone luego Kosters su propia exégesis del pasaje. Este, según él, quiere decir «a causa de mi casa, que está en ruinas, mientras que cada uno de vosotros tiene una casa, en la que puede entrar». Sobre tal manera de traducir permítansenos algunas observaciones En primer lugar, pudiéramos hacer notar al autor que el texto no habla de en:

:

:

trar. Además, tampoco se dice que los habitantes poseían una casa, sino que corrían a su casa. Y si únicamente se trataba de la posesión de una casa, ¿a qué viene el correr, el darse prisa? Por el contrario, está muy en su punto si el

profeta quiere reprochar a los habitantes que, mientras an-

dan reacios y negligentes en la restauración del templo, se muestran muy solícitos y diligentes en la construcción de propias casas. Finalmente, cualquiera habrá de confe-

sus

sar que no deja de ser

muy ramplón

una casa donde puede entrar

tiene

posee puede entrar en ella;

puede

En 6,

al

que cada uno

es evidente que

menos

se dijera:

si

la

¡donde

tranquilamente descansar! Zacarías se lee un pasaje por extremo interesante,

9-15, al cual,

mos

si

:

el decir

por

lo

que se refiere

al

problema que

esta-

tratando, se han dado interpretaciones diametralmente

ESD.

EXCURSUS V

2.

Van Hoonacker (Nouv.

opuestas.

87

Etudes,

asegura

88)

p.

que «Zacarías afirma en términos explícitos que

Gola, los

la

Judíos vueltos de Babilonia están ya establecidos en Judea.

No

de una diputación venida del Oriente»

aquí

trata

se

Kosters, por

el

contrario, descubre en dicho pasaje una cla-

ra confirmación de su tesis to

aún de Babilonia

Una

21

(p.

ninguna caravana había vuel-

:

s.).

circunstancia está aquí por encima de toda discu-

y es que en esta profecía (v. 10) se habla de la Golah desterrados cf. ad 2, T) palabra que no se en ningún otro sitio de los escritos de Zacarías. Dicha

sión,

(cautividad, lee

:

;

voz puede referirse de suyo tanto a todavía en

el

destierro

(cf.

Jer. 29, 1

que seguían

los judíos

Ez.

;

1, 1)

como

a los

que se habían ya repatriado (en numerosos pasajes de Esdras, v. gr., 4, 1

9,

;

4).

segundo, claro está que por

Si lo

aquel entonces había ciertamente vuelto ya del destierro.

ción

En

The International

Critical

debe tenerse, a nuestro

tación

una caravana

este sentido se la interpreta en la colec-

Commentary. Tal juicio,

interpre-

por de todo punto

equivocada. Zacarías recibe unos dones de tres personajes

venidos de

Babilonia,

cuales

representaban

Golah,

la

Toma misma construcción gramatical etc. Es evidente que los llegados no traían los dones en nombre de los ju-

conforme índica de

los

la

:

Golah, es decir, de Joldai,

la

recién

díos que estaban en Judá, sino de parte de los que todavía se hallaban en el destierro.

Por consiguiente, nada es dado Por lo de-

concluir en favor de una precedente caravana.

más,

la

interpretación preferida por nosotros es la que dan

comúnmente

los

exégetas

;

por ejemplo, Knabenbauer, No-

wack, Junker, etc. Pero tampoco está mejor fundada tende sacar Kosters del «los

v.

15.

En

la

conclusión que pre-

éste anuncia Zacarías

que están lejos vendrán para construir

Yahvé». ¿Se

refiere el profe'a

a

el

que

templo de

sólo los judíos, dispersos

88

en

ESD.

el

mundo y

también

EXCURSUS V

2.

particularmente en Babilonia, o van incluidos

los gentiles

De

?

los primeros

De

de los segundos es probable.

Kosters

no cabe duda alguna

;

todas maneras pregunta

«Si al tiempo ya de Ciro vino un grupo de ju-

:

díos que estaban actualmente trabajando en la reconstruc-

¿cómo pudo Zacarías dejar de mencionar, una palabra, esos primeros repatriados ? La res-

ción del templo, siquiera con

puesta no es

difícil

Si

:

profeta tenía puestos los ojos

el

porvenir y contemplaba como extático el celo ardiente de los desterrados y sus ansias de glorificar a Yahvé, que

en

el

haría volar a Jerusalén para

los

en

la

tomar parte también

restauración de su santo templo, es

muy

ellos

natural que

en aquellos momentos no pensara siquiera en los que ya bajaban, y mucho menos que

se

tra-

mencio-

entretuviera en

narlos.

Nuestra conclusión

es,

pues, que de Zach.

6,

9-15 nada

cabe concluir en favor o en contra de una caravana

al

tiem-

po de Ciro.

Por

lo

que hace a

tenido en Esd. 5-6

especulaciones

la

la

explicación que da Kosters del con-

más

(cf.

arriba, p. 81

s.),

la

base de sus

constituye la crítica literaria de dichos ca-

mismo

precisa examinar con alguna deten-

pítulos.

Por

ción

realmente existe en ellos dualidad documental con

si

lo

y aun opuesta ideología. Aunque varios de los argumentos que se aducen para demostrar la distinción de dodistinta

cumentos

los

tocamos en

1)

Contradicción

de Darío empiezan

según el v. 16 po de Ciro. 2) ta de

se

:

la

comentario, no será

el

como

inútil

re-

propone Kosters. 1-5 los judíos el segundo año En 5, construcción del templo, mientras que

producirlos aquí, agrupados

tal

los

habían echado ya los fundamentos

Falta de ilación

:

En

Darío, que se junta

6, al

6

ss.

se lee parte de

al

tiem-

una car-

contexto inmediatamente pre-

:

KSL).

como

cedente

fuese

si

2.

KXC'L'RSrS V

Sí)

continuación del mismo. Pero en

la

realidad no hay tal: en 6, 1 se dice que se encontró un documento, cuyo contenido se da en los vv. siguientes 3-5 y ;

a continuación leemos apor consiguiente

como en

ro que esta última expresión se queda

debe reconocerse

Un

3)

busque busca

Aquí

En

17-c. G Tattenai sugiere

5,

que

se

edicto de Ciro en Babilonia, y aqui en efecto se mientras que luego, en 6, 2, se dice, sin ad1)

el (6,

;

que

preliminar,

el

Ec batana. Se ve claramente que el

el aire.

cla-

por tanto un zurcido de dos documentos.

duplicado:

vertencia alguna

edicto

fué

hallado

en

existían dos relatos para-

que llevaban diferentes nombres

lelos,

Es

Tattenai...»

,

el

:

uno Babilonia

;

otro Ecbatana.

Tales son los argumentos aducidos por Kosters

Para

la

81

;

22

s.).

respuesta a cada uno de ellos en particular, por evi-

remitimos a

tar repeticiones, p.

(p.

ad

135

2), p.

Leyendo traernos a

ss.

;

ad

páginas siguientes

las

ad

1),

3),

razonamiento de Kosters no podemos sus-

el

impresión que sólo quien tiene

la

:

ibidem.

el

propósito de

sostener a todo trance una idea preconcebida puede forzar los textos arriba citados a dar testimonio en favor de su te-

Esta, por lo demás, son

sis.

la

patrocinan

p.

72

En

lo ss.

;

véase Nikel,

que se refiere a

muy

la

contados los autores que

68.

p.

encontrará

lista,

parte de la respuesta, la

el

lector en

cual completaremos aquí

con algunas consideraciones. El encabezamiento del catálogo en

2,

1 basta leerlo

si-

quiera rápidamente para darse cuenta de su verdadero sentido.

La expresión

suyo toda

la

hijos de ¡a provincia

puede

significar de

población, comprendiendo los que nunca habían

ido al destierro

;

pero esta significación general queda lue-

go

restringida por las

los

que vinieron del destierro,

frases

que siguen inmediatamente

Babüorm por Nabucodonosor. A

que habían sido llevados a lo s

que

se

habían quedado

;

90

ESD. 3

siempre en

sofistería

no

la patria

Con razón

se hace ni la

Bertholet califica

que vuelve

más mínima

alusión.

aserción de Kosters de «pura

la

las cosas al revés».

Las túnicas sacerdotales, ¿no podían ofrecerse por venel templo estuviera edificado? ¿No podían guardarse para cuando los sacerdotes se hallaran en condiciones de usarlas? Además, si las traían ya de Babilonia

tura para cuando

¿no era natural que

misma llegada mucho antes de

se presentaran desde la

a Jerusalén? Finalmente, no se olvide que

restauración del templo se había levantado un altar y que en él se ofrecían sacrificios (3, 1-6). la

Cuanto a los argumentos con que pretende Kosters demostrar que Zorobabel nunca estuvo en el destierro, y que por tanto no pudo volver de Babilonia (p. 38-41), creemos que ni siquiera merece Véase lo dicho en p. 80

los

Reedificación del altar

y

y

honores de una seria refutación.

ss.

del templo, dedicación de éste

celebración de la primera Pascua. C. 3-6

Dentro del mismo año de séptimo mes, se construye

la

llegada a Jerusalén, en el

el altar 3,

1-6

;

año siguiente,

el

después de hechos los preparativos, se echan los cimientos del

templo

3,

7-13

;

opónense

los

samaritanos

oposición de los mismos al tiempo de Asuero

tiempo de Artajerjes del templo, 6,

16-18

;

Desde

v.

7-24

;

se

reanuda

la

v.

4,

1-5

6,

y en

restauración

C. 5-6, 15, y se hace la dedicación del

mismo

celébrase la primera Pascua, 6, 19-22. 4,

7 hasta

6,

18

el

texto está redactado en lengua

aramea.

Ofrece este relato no pocas dificultades, y apenas sección del mismo sobre la cual no se entablen graves cusiones.

Muchos niegan que

a reedificar

el

templo

al

los

judíos hayan

tiempo de Ciro.

No

haydis-

comenzado

faltan quienes

ESD. III

1 Llegó

3, 1-2

mes séptimo y

el

continuaban en sus ciudades

como un

a reunirse

afirmen que en

De

ritanos.

1-5

4,

solo

no

:

hijos

los

vino entonces

hombre en

de Israel el

pueblo

Jerusalén. 2

A ele-

enemistad de los sama-

se trata de

4, 6-24 se han formulado los

perícopa

la

91

más

variados juicios. Por lo que hace a los documentos árameos,

unos ran

les

niegan todo valor, mientras que otros los conside-

como

Finalmente

relatos históricos dignos de toda fe.

hay que dar razón de esa mezcla extraña de lengua hebrea y aramea. Erección del altar 1.

3,

1-6

El mes séptimo es Tisri (= Setiembre-Octubre) y lugar el mismo año de la llegada a Jerusalén ;

tenía esto

podemos precisar), pues en el v. 8 se habla del segundo mes del año segundo. Tisri era un mes particularmente sacro, como que se celebraban en él nume(cuya fecha exacta no

rosas fiestas 2.

;

cf.

Num.

29, 1. 7. 12-38

;

Lev. 23, 34-36. 39-44.

Los hermanos de Zorobabel deben de llamarse aquí familiarum» de

los «patres

hijo de Sealtiel

y

;

lo

2,

2.

68.

Zorobabel se dice ser

propio se repite en

el v.

8 y en

5,

2

;

Neh. 12, 1; Ag. 1, 1. 12. 14; 2, 3. 24; Mat. 1, 12; Lnc. 3. 27. Esto crea una cierta dificultad, pues en 1 Par. 3, 17-19 se dice que era hijo de Pedaías, hermano de Sealtiel, hijos ambos del rey Jeconías

de

de suerte que Zorobabel habría sido sobrino

y de todas maneras nieto siempre de Jeconías. AlKnabenbauer, in Matth., piensan que hay

Sealtiel,

gunos,

;

gr.,

v.

corrupción en 1 Par. de Pedaías resuelven la

;

la

3,

19,

debiéndose leer Sealtiel en vez

otros (Cornely, Introd.

antinomia por

la

3,

ley del

viuda de Sealtiel, muerto sin hijos,

Matth />. levirato, diciendo que fué tomada en matri-

200

;

Buzy,

.9.

monio por Pedaías, que tuvo de ella a Zorobabel: en forma desaparece la aparente contradicción.

tal

92

ESD. 3,3

lantóse Josué, hijo de Josedec, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, y pusiéronse a levantar el altar del Dios de

para ofrecer en

Israel,

Parece preferible con

3.

bien que

como

el plural,

blemente que apenas

es posible darle

B

siguiente

frase

A

el

*r

mismo

es

muy

del

sitio

oscura y

un sentido más o menos

satisfac:

LXX TM

y concuerda con el 49 es parafrástisco y confuso la siríaca no ofrece la

5,

frase

;

la

lleva,

;

;

ligeramente

el

(en enemistad)

más

sencillo es modifi-

porque

leyendo

texto,

en

como

levantaron

el

los pueblos circunvecinos les fuesen altar

para hacerse propicios a Dios

ofreciéndole sacrificios. Algunos dan a la partícula za adversativa

:

terror

contra ellos estaban los pueblos de las re-

giones; es decir, hostiles,

más

El sentido es proba-

en

"ílD^iO

asen-

singular, sitio,

el

el qeri.

sino ligerísimas diferencias. Quizá lo

car

Y

de ayuda en este caso las versiones

ni sirven

omite

3 Esd.

ketib

altar fué levantado

el

La

;

el

quiere

antiguo. si

holocaustos conforme a lo

Ley de Moisés varón de Dios. 3

escrito en la

torio

él

«levantaron

el altar

T

fuer-

por más que tuviesen con-

Otros vierten dicha partícula por aun y todo. Van Hoonacker (Restauration juive, p. 144) propone una intertra sí...»

pretación de todo punto distinta ses bases;

car une

bama

:

«lis établirent l'autel sur

se trouvait dessus, élevée par les

soins des peuples des terres.»

Es

decir,

que

los pueblos de al-

rededor, entre los cuales los samaritanos, en

el

del antiguo altar de los judíos habían levantado

mismo

sitio

otro altar,

un

bama donde ofrecían sacrificios, y que los repatriados tenían naturalmente por sacrilego. Explicación más ingeniosa que verdadera. Batten, p. 113

introduciendo en

él

s.,

tomando como base 3 Esd. e un

varias modificaciones, logra darnos

texto en que todos los pueblos de la región «se muestran

§

taron

na y de la tarde. 4 Y celebraron

93

porque

se les mostra-

región; y ofrecieron en

holocaustos de

los

el

holocausto de ca-

número debido, según

al

y luego

de las

maña-

la

de los Tabernáculos con-

y ofrecieron

;

to para cada día; 5 sacrificios

;

fiesta

la

lo prescrito

da día conforme

los

sitio,

los 'pueblos' de la

holocaustos a Yahvé

forme a

á-6

-"i,

.

en su propio

el altar

ban hostiles él

l >

prescri-

lo

holocausto perpetuo, y neomenias y de todas las santas el

de Yahvé, y de quienquiera presentaba una ofren-

fiestas

da voluntaria a Yahvé. 6 Desde él día primero del sép-

muy

bien dispuestos hacia

díos) y ofrecen

guir

el

sacrificios...»

y les ayudan (a ios Quien tenga paciencia de

ju-

altar,

se-

procedimiento de Batten se maravillará de ver a qué

el

inesperados resultados puede llevar

Sobre

4-6.

de los

fiesta

la

la crítica

textual!

tabernáculos

34-42; Deut. 16, 13-15. Véase también Neh.

cf.

8,

Lev. 23,

14-16.

Aun-

que no había todavía templo, y sí sólo el altar, se reanudaron desde luego los sacrificios en el modo y forma que estaban prescritos en la Ley. El relato sobre de

la

historicidad.

la

erección del altar lleva impreso

Los repatriados llegaron

rusalén llenos de entusiasmo, antes

las

habían

privados.

visto

larga,

la

No

tela

más

es

pues

maravilla

levantaran por de pronto el

que,

apenas

de juicio

el

altar",

con

lo

que

acto principal del culto, que era

ofrecimiento de sacrificios. es que

deseosos de renovar cuanto

reedificación del templo iba a ser obra

podían ya restablecer

poner en

el sello

duda a Je-

funciones religiosas de que por tanto tiempo se

llegados, ya que

muy

sin

el

No hay

el

pues razón alguna para

valor histórico del relato. Verdad

tarde se mostraron los

mismos que habían regre-

sado del destierro indolentes y perezosos

:

pero de esto no

te

ESD.

7-8

o,

timo mes empezaron a ofrecer holocaustos a Yahvé, bien que no se hubieran echado aún los fundamentos del templo.

7 Dióse dinero a canteros y artesanos, y a los Sidonios y Tirios comida, bebida y aceite para que aportaran madera de cedro del Líbano a Joppe, conforme a la autorización

que Ciro, rey de Persia, les había dado. 8 El segundo año de su venida al templo de Dios cabe concluir que faltase también

el

entusiasmo en los

pri-

meros tiempos de su llegada a Jerusalén.

Se echan

los cimientos

para 3,

7.

Lo primero que

materiales

món

(cf.

;

restauración del templo

la

7-13

había de hacerse era preparar los

y en este punto imitaron

3 Reg.

6-12

5,

;

2 Par.

3

2,

la

ss.).

conducta de Salo-

Ni cabe decir que

tal coincidencia sea artificial y haya de atribuirse a pura invención del autor, pues queriendo restaurar el templo era

natural que hicieran lo que se había hecho cuando por pri-

mera vez

se edificó.

pia tierra,

ni

Los judíos

ni tenían

cedros en su pro-

artesanos que supieran trabajarlos

por

era,

;

consiguiente necesario acudir a los de Tiro y Sidón, que poseían lo uno y lo otro. 8.

Prontos ya

los materiales

púsose manos a

la

obra

;

y

esto fué al segundo año de su llegada al templo de Dios, esto al sitio donde quedaban las ruinas del templo y en el segundo mes, que era Jyyar (= Abril-Mayo), por consiguiente en plena primavera tiempo muy a propósito, cuando en parte se había terminado ya el trabajo de la siega y habían cesado las lluvias. El verbo empezaron no lleva complemen-

es,

;

;

to,

pero fácilmente se sobreentiende

Presiden

al

acto,

como

la

obra de restauración.

era natural, la autoridad

civil

y

la

ESD.

en Jerusalén, en

el

sedec, con

9

95

segundo mes, dieron principio

obra Zorobabel, hijo de los

3,

Sealtiel,

a la

y Josué, hijo de Jo-

resto de sus hermanos, los sacerdotes y y cuantos habían venido del cautiverio a

el

levitas,

Jerusalén, y deputaron a los levitas de veinte años para arriba para que dirigieran los trabajos del templo

de Yahvé. 9 Aprestáronse, pues, unánimemente a

eclesiástica, el

pueblo.

diri-

y toman parte los sacerdotes, los levitas y todo Los que distinguen a Zorobabel de Sesbasar

dicen que fué este último quien asistió

como gobernador



que era entonces de Judá. Con todo Kittel que sostiene la distinción de los dos personajes admite (p. 432), citando n Zach. 4, 9 s., que también Zorobabel se hallaba presente



como

representante

de

la

antigua familia

que tenemos por más probable

Nosotros,

real.

identidad de Sesbasar y Zorobabel, creemos que éste presidía como jefe civil de la la

Comunidad. Para obra tan importante como entonces se emtomaban parte en ella, era natural que se nombraran inspectores que estuvie

prendía, y siendo tantos los obreros que

sen a

mira de cómo iban adelante los trabajos

la

:

y para

esto fueron escogidos los levitas de veinte años para arri-

ba

Num.

i(of.

8,

24

s.

;

1 Par. 28, 24. 27), oficio que se ar-

monizaba perfectamente con Este

9.

v.

la

índole propia de los mismos.

ofrece algunas incongruencias.

Hay que

sus-

nombre de Judá por Hodavías, de quien descienden dos familias de Josué y de Oadmiel cf. 2, 40. Bertheau.

tituir el

las

;

H

eneRyle y Siegfried colocan la última frase los hijos de gana, texto el dad... entre la s dos voces r:¿:b -HXD y pero nosotros sospechamos que cierto, mucho en fluidez en realidicha frase fué añadida posteriormente al texto :

;

;

dad,

Neh.

el

nombre de Henadad no aparece en

10,

10.

Esto no quiere decir que

nombre aquí tenga que

ser

la

forzosamente

2,

40,

y



en

mención de ese falsa.

Hólscher,

96

esd.

10-13

3,

gir los trabajadores del templo de Dios Josué con sus

hermanos, Qadmiel con sus hijos, los hiasimismo los hijos de Henadad con sus hijos y sus hermanos, los levitas. 10» Y al echar los albañiles los cimientos del templo

hijos y sus

jos de 'Hodavías'

de Yahvé

;

asistieron'

ornamentos, con

sacerdotes revestidos de sus

los

trompetas, y los levitas, hijos de Asaf, con los címbalos para entonar alabanzas a Yahlas

vé conforme a las ordenanzas de David, rey de Israel. 11 es

Y entonaban himnos y alabanzas a Yahvé Que él bueno que eterna es su misericordia para con Is:

;

rael

Y

!

todo

el

pueblo lanzaba grandes aclamaciones

de júbilo, alabando a Yahvé por echarse los cimientos

templo de Yahvé. 12

del

to

y primer templo,

el

Y

muchos de

los sacerdotes

que habían

jefes de familia, los ancianos

levitas

echarse en su presencia los

al

y

visci-

mientos de ese otro templo, rompían en altas voces de llanto,

mientras que otros muchos lanzaban clamores

de alegría

razón

sin

que debe 10.

13 de forma que no podían distinguir

;

ser eliminada

En

denansas

vez del

de...

que aquí

las

considera todo

suficiente,

;

se

el v.

como mera

la

glosa,

del texto.

«rapi. Según

léase el qal

hifil

cf. 1.

Par. 25,

usan

cf.

1

2. 3. 6.

—11.

Par. 16, 41

;

Sobre

2 Par.

5,

las

fórmu-

las

13

or

;

3

7,

;

Jer. 33, 11.

12-13. lo

se

En HD'S

que sigue, es

decir,

iba a reedificar.

conmoción

no

En

del pueblo

:

se

sufijo

el

al

refiere

evidentemente

templo de Salomón, sino

al

a

que

aquella circunstancia grande fué la

unos rompiendo en sollozos de do-

y tan alto era el vocerío y confusión que apenas era posible distinguir los unos de los otros. Cabe aquí preguntar: ¿Cómo podían aque-

lor, tal

otros en gritos de alegría

ía

;

ESD.

3.

EXCURSUS

voz de jubilosa alegría de

como que

la

97

VI

voz de llanto del pueblo,

pueblo alzaba grande gritería,

el

que

tal

los

ecos se percibían a lo lejos.

nuevo templo con el de Salomón, si del primero no se había hecho aún otra cosa que echar los cimientos? Ryle dice que sus lágrimas nacían no precisamente de la comparación del nuevo templo con el antiancianos comparar

líos

el

guo, sino más bien del dos

triste

recuerdo de los tiempos pasa-

los desastres de su juventud, la dolorosa condición del

:

muchos que habían ya desaparecido, la insignificancia de la nueva Comunidad en cotejo con las brillantes esperanzas mesiánicas... Todo esto pudo muy bien

destierro, los

ser causa de su dolor pero que entre éste y la vista del nuevo templo hubo verdadera relación de causa y efecto parece indicarlo claramente el texto sagrado. Les parecería tal vez a aquellos ancianos que los fundamentos no eran grandiosos, como ellos se los habían imaginado, y que lo^ preparativos eran mezquinos, y de ahí preveían ya con razón o sin ella lo que había de ser el nuevo templo cf Ag. 2, :





:

aunque este pasaje se refiere a 3 plo al tiempo de Darío.

la

:

.

reedificación del tem-

Excursus.

/Hubo

realmente eonato de restauración del templo

al

tiempo de Ciro; o en otros términos, el relaír ?i.> es verdaderamente histórico f Lo niegan no pocos autores aca-



tólicos,

entre los

Tempelbaues. 460

ss.

en

Die Dauer des WWtUtn

cuales Schrader,

Tlieolo^.

y Holscher.

1.

c.

Studien

u.

Kritiken

p. 50S, quien declara

40

muy

(1887)

en serio

que «este relato es pura novela».

A la (cf,

la

verdad no cabe negar que

impresión 4,

24),

del templo.

que entonces, se

en

el

el

texto de Esd.

ñ,

2 di

segundo año de Darío

emprendió por primera vez

la

reedificad ón

Dícese. en efecto, que «entonces se levantaron

98

ESD.

3.

EXCURSUS

VI

Zorobabel... y Josué... y empezaron a edificar

la

casa de

Dios». Pero en buena exégesis este pasaje no debe ni pue-

de tomarse aisladamente, sino que ha de confrontarse con 3,

7

ss.,

y además, y sobre todo, con

5,

1G donde los ju-

díos del tiempo de Darío hablan de la emprendida restau-

ración ya en tiempo de Ciro.

nable es ver

el

si

texto de

En 5,

tales condiciones lo razo-

2 excluye una restauración

armoniza con ella. Nosotros afirsegundo. El verbo 7\j2 puede entenderse en

anterior, o al contrario se

mamos

lo

el

sentido

v.

gr., Jos.

plicarlos.

de 6,

reedificar

:

los

ejemplos

26; 3 Reg. 16, 34;

Am.

Ni crea tampoco dificultad

el

9,

son

numerosos,

14;

inútil multi-

verbo empezaron:

después de dieciséis años de interrupción, y no habiendo tal vez quedado nada de los cimientos que ya se habían puesto

en tiempo de Ciro, siendo

muy

probable que los samarita-

nos los hubieran arrancado, bien cabe decir que entonces

empezaron de nuevo a

Suelen también aducirse

reedljicar.

como

argumento contra una primera restauración los pasajes de Ag. 2, 15-19 y de Zach. 4, 9 S, 9. Estos profetas es verdad que nunca mencionan, ni parece siquiera que aludan a un conato de restauración anterior. Pero esto se comprende perfectamente. La obra comenzada en tiempo de Ciro fué muy pronto interrumpida, y es muy probable que apenas quedó rastro visible de la misma: ¿qué interés podían tener Ageo o Za(v.

gr.,

Kosters,

p.

5-13)

valioso

;

carías en volver los ojos hacia aquel episodio desgraciado,

que todos los judíos debían de mirar con pena e indignación, si no es que lo habían ya casi olvidado ? Por esto aquel primer conato de restauración era para ellos como si nunca hubiera existido.

Cuanto

al

pasaje, en particular,

de Ag.

2,

15-18,

a jui-

de ciertos autores (van Hoonacker, Nikel) no sólo no ofrece dificultad, sino que, muy al revés, constituye un ar-

cio

gumento contundente en favor

del

conato de restauración

:

ESD.

del

BXCURSUS

.'í.

Como

templo en tiempo de Ciro.

99

V;

un punto

trata de

se

de no escasa importancia y sobre

el

cual se formulan juicio-

vamos

a

examinarlo con alguna

diametralmente opuestos, detención.

el primer día del sexto mes = Agosto-Sept.). Ageo exhorta a Zorobabel, Josué y todo el pueblo a poner mano a la obra del templo (Ag. 1, 1). Esta se inicia el día 24 del mismo mes (1. 15). El día 21 del mes siguiente (Tisri) el profeta dirige una segunda

El año segundo de Darío,

(Elul

alocución

(2,

Finalmente,

1).

(= Nov.-Dic).

sea Kisleu

les

Cuanto

tudiar.

día 24 del

;

este pasaje, especialmente vv.

de

noveno mes, o habla de nuevo (2, 10 ss.) y 15-18. es el que vamos a esel

contenido del oráculo y a

ai

muchos pormenores nos remitimos

nosotros tocaremos

invite á

«Aux

deux reprises

los

aquellos puntos que

sólo

mente nos interesan. Van Hoonacker propone en estos términos:

a

clara

vv. 15

s.

explicación

la

comentarios

más

y brevemente et au v. 18

la le

directa-

cuestión

prophéte

ses auditeurs á considérer avec atten-

comme

tion une certaine période de temps. en leur indiquant

point de départ TI de

le

le

24 e jour du 9® mois de Tan

méme

Darius. Mais au second endroit on trouve en

temps proposé été fondé.

me une

II

comme

comme

importance pour cette

difficulté.

point de départ

que ce jour

est évident

est

jour oü

le

mentionné

lecteur s'en apercoit, de la plus haute sujet

a-t-il.

que nous traitons. Malheureuse-

au

v.

18.

exempte d'une sérieuse

l'intention d'indiquer une

points de départ distinets pour

qui vient de finir?

nrésent,

le

Ou

24* jour du

tre le jour oíi le

com-

íci

le

double date. Tune fixée au présent, l'autre clans

comme

temple a

le

interprétation n'est pas

Aggée

le

déterminée. T/interprétation du passage

date bien

est done,

ment

jour présent.

temple

la

le

bien les deux termes, á savoir 9e

mois de Tan

a été

passé,

revue d'une époque le

jour

IT d'une part, et d'au-

fondé, ne constituent-ils qu'une

»

100

ESD.

EXCURSUS

3.

double détermination d'une seule

méme

point de départ

En

?

et

ce cas

il

VI

méme

date, d'un seiú et

faudrait diré que d'aprés

Aggée, le jour oú le temple a été fondé est le 24 e jour du 9 e mois de Tan II de Darius. C'est la question que nous avons á résoudre»

Como

(1).

es fácil ver, el cardo totius quaestionis, por decir-

se halla en el v. 18, que muchos vierten en esta for«Poned vuestra atención desde este día y más allá desde el día 24 del mes nono desde el día en que se echaron los cimientos del templo de Jahvé, poned vuestra atención.» lo asi,

ma

:

;

;

De

esta versión dice Nikel,

1.

c.

p.

112:

«Si esta versión

es exacta, queda demostrado que precisamente en aquel día

fueron puestos por Zorobabel los fundamentos del templo.

Para evitar

tal

conclusión y vindicar,

como

es justo,

Hoonacker propone otra sión interpretando de diversa manera la partícula |oS historicidad de Esd. 3-4, 5 van

la

ver,

la

cual vierte no «desde el día», sino usque inde a die templi

fundati» (2)

«jusquá depuis

;

namente acepta Nikel,

Como

jour» (3)

p. 112,

c.

1.

le

;

«bis vori

versión que ple-

dem Tage

abv>.

en dicha partícula, conforme a esta

se ve, se encierra

un doble concepto que van Hoonacker excon estas palabras «Tout en les conviant á remonter

interpretación, plica

:

en esprit le

passé)

le il

cours du temps (parce qu'il s'agit de se rappeler

marque dans

le

passé un événement á partir du-

quel les faits seront á considérer dans l'ordre de leur succession réelle. C'est ainsi qu'il avait fait

w.

15-16. Cette notion

exprimé par la double particule b et jo La le terme á partir duquel l'examen devra S préfixé parce que la pensée doit atteindre est faire se y examines le ce point de départ par un retour sur le passé

complexe

est

particule \o

.

marque

;

:

(2)

Le Mus é on, 1891 p. 489 Le Muséon, p. 499.

(3)

Petits Proph.. p. 572

(1)

s.

EXCURSl'S

ESI).

passé, de ce jour-ci et plus haut,

fondation du temple» la

j

us que depuis

Nikel, p. 114.

(1). Cf.

fundación del templo de que habla

hizo durante

101

VI

el

le

jour de

En una

profeta es

que se

la

reinado de Ciro, y es tomada aqui a

el

como terminas ad quem y terminas

la

palabra,

la

vez

a quo, expresados estos

dos aspectos, respectivamente, por los dos elementos

De

} y jü. interpreaceptar esta quisiéramos poder buena gana

según la cual el pasaje de Ageo no sólo no excluye una primera fundación del templo en tiempo de Ciro, sino

tación,

que más bien la confirma. Con todo, a pesar de tan apreciable ventaja no creemos poder admitir la exégesis propuesta.

Por de pronto

tal

explicación a alguien parecerá tal vez,

y no sin fundamento, un tanto sutil reproche que en efecto ha hecho, v. gr., Flier a van Hoonacker. Sin embargo, cabe ;

responder con éste

(2)

que un minucioso

puede a

análisis

veces descubrir en las partículas compuestas matices que a

primera vista no aparecen.

Y

de todas maneras,

entre

si

nosotros existen escritores conceptuosos y sutiles, ¿por qué no pudo haberlos en la antigüedad? Pero hay otra dificultad

mucho más la

partícula

buye.

grave, que también se ha hecho valer, y es que |D^>

no es susceptible del sentido que pues, como justamente nota

Todo depende,

van Hoonacker, «de tee de la particule

du jour oü

le

la

vob

se le atriel

question de savoir quelle est

dont

le

mismo la

por-

prophéte se sert en parlant

temple a été fondé. Notre particule,

a-t-elle,

ou non, exactement la méme valeur que ]D la préposie tion employée au membre précédent depuis le 24° jour du 9 mois ? Les auteurs dont nous avons parlé le prétendent ou oui

,

:

supposent. C'est le point que nous avons á éclaircir» (3). Ante todo permítasenos observar que la cuestión no está

le

(1)

Hetits

Proph.

p.

r,73.

(2)

Peiits

Proph.

p.

673.

(9)

Le Musió*,

p.

4ÍWÍ.

NouveUet Etudes,

p.

113

102

ESD.

quizá planteada con

muy bien mo valor

la

3.

p

van Hoonacker

,

VI

precisión que fuera de desear. Puede

acontecer que

que

EXCURSUS

no tenga exactamente

]nb

embargo no sea

y, sin

A

le atribuye.

mis-

el

susceptible del que

nuestro juicio debiera propo-

La partícula ]üh ¿ introduce sólo un como hace jo, o bien puede introducir al mismo tiempo un terminus ad quem? La partícula ych se usa con relación al espacio y al tiem-

nerse en esta forma

:

terminus a quo,

po. Este segundo aspecto es el que a nosotros interesa.

pasajes donde ocurre un

tal

Los

sentido pueden verse en Brown's

Hebrezv and Engllsh Lexicón, p. 583 son unos 23 y en Deut. 4, 32 2 Sam. 7, 11 se halla precisamente la 9, 7 misma frase itt'N "PH"]?^ que en nuestro v. 18. Los hemos examinado todos, y creemos poder afirmar que absoluta:

mente en ninguno puede probarse conceptos mencionados. el

examen de

En

todos

;

;

;

Y

la

existencia de los dos

esta conclusión se confirma con

que

los pasajes en

]e6

se refiere al espacio.

cuya enumeración puede verse en

ellos,

el

lugar

ya citado, dicha partícula introduce única y exclusivamente

un terminus a quo. se

No negamos,

claro está,

encuentren los dos elementos

y terminus a quo p. Pero esto no basta; hay que sí y formando una

quem

^

ver

estas dos partículas, unidas entre

si

que en

que indican terminus ad

tercera, conservan su fuerza nativa

a priori razonando sobre

la

;

y esto no cabe concluirlo

naturaleza de dichas partículas,

examinando cada uno de los pasajes donde ocurre el sentido que en ellos tiene. Ahora bien, si verificando y encierre tal ellos es dado probar que \D? de en ninguno es más, si es cierto y evidente que no lo doble concepto

sino

;

¿podemos creernos autorizados a atribuírselo en un pasaje difícil y oscuro como es el nuestro? La respuesta

encierra,

no parece dudosa. Van Hoonacker, sin embargo, piensa de aux deux éléments dice «II faut garder diversa manera



:

dont se compose

la

locution

pS



leur valcur respective'; la

BSD.

préposition > signifie

la

EXCURSUS

•>.

VI

1

0!'»

direction de l'esprit vers une époque

Pour du passe d'oü il est ramené par la préposition p examiner la période signalée a Tattention du prophéte, on remonte du jour présent vtrs le passé et Ton redescend du .

terme marqué dans

le

Esta concepción, pero

passé vers

lo

présent»

le

reconocemos, es

(1).

ingeniosa

bella e

;

fundada? Se aduce en su favor una

¿es igualmente

prueba que podemos llamar negativa, y que van Hoonacker considera sin duda como la principal «Nous avons contro:



de cette derniére locution

l'emploi

endroits (que se citan).

Dans aucun de

(

en

|07

vingt-neuf le

point

soit

dans

ees endroits

de départ marqué par Icuiin n'est un point présent

Y

más phénoméne que lemin ne

l'odre du temps, soit dans celui de l'espace» (Ibid.).

adelante:

«Ainsi s'expliquerait

le

s'emploie jamáis pour déterminer un point de départ consi-

deré

comme

présent» (Ibid., p. 499).

Sentado este principio

conclusión es evidente

la

considérations qui précédent.

d'Aggée

II

18,

le

jour de

mais

II de Darius,

qu'il est

fondation du temple ne peut

la

étre le jour présent, á savoir

«Des

:

résulte que dans le passage

il

le

'2V jour

du 9 e mois de Tan

nécessairement un jour considé-

re dans le passé» (Ibid.).

Por de pronto pudiera oponerse un argumento ad hominem. En ningún pasaje encierra ¡emin el doble concepto mencionado y, sin embargo, van Hoonacker se lo atribuye ;

en Ageo

mar que iftíHUS

2,

18.

Con

el

mismo derecho puede alguien

afir-

dicha partícula introduce en nuestro pasaje un ler-

a

quo p

r e

senté,

bien que no

.

Según dicho autor Tabeel

es

un judío que con anuencia o de

acuerdo (bislilam no es nombre propio, sino apelativo f

ace)

con

el

samaritano Mitridates escribió

al

:

cwn

monarca en

defensa de los judíos .«Se trata, dice Klostermann, de un escrito en favor de la

dío

oficialmente

comunidad

judía,

autorizado para ello».

mandado por un

Y

ju-

en dicho escrito

112

no sólo

se reproduce

rey

9-22),

(4,

ESD.

4,

6

la carta

de

Rehum

y

propuesta del

la

sino también el episodio de Tattenai

(5,

3-6,

1 y siguientes).

Esta ingeniosa explicación abrazó con entusiasmo Kittel (Geschichte 3 [1929] rio la

impugna

[1934] p. 594

p.

602

mientras que por

ss.,

contra-

el

Eissfeldt (Einleitung in das Alte Testament

s.)-

El P. de Vaux, que

menciona en Rev.

la

muestra alguna indecisión en aceptarla. La cita de Schaeder, que sostiene dicha hipótesis y es mencionado por Kittel y Eissfeldet, puede verse en Rey. Bibl. 1. c. Pasamos por alto otras interpretaciones la de Batten, por

Eibl. 1937 p. 44 ss.,

;

cierto

muy complicada, puede

verse en

p.

169;

Por de pronto notamos que bien puede corrupción en

el

De

texto.

cf. p.

ser

todas maneras,

158

s.

160.

haya alguna

como

los

dos

y 8 sean paralelos, es decir, que de Bislam y sus compañeros se diga que escribieron al rey, exactamente de la vv. 7

misma manera que y no se ponga entre del

cia

se

uno respecto

dice

los dos vv.

del

Rehumi y Simsai,

escribieron

nexo alguno,

ni

dependen-

por esto nos inclinamos a

otro,

y por la misma razón de paralelismo pensamos que ambas fueron escritas creer que se trata de dos cartas distintas

por samaritanos en contra de

Por

;

los judíos.

que hace a la interpretación de Klostermann hemos de reconocer que tiene la ventaja no despreciable de ofrecer

lo

solución

satisfactoria

al

difícil

problema sobre

la

sucesión cronológica de los documentos en esta sección ara-

mea

(c.

4-6) ide Esd.

tas dificultades

decurso de los

mo

«su

judíos

otra parte tropieza con cier-

que hacen difícil su aceptación. En todo el documentos no se trasluce en lo más míni-

supuesta intención del escribiente

la

;

:

es

muy

extraño

con una sola palabra haya dejado entrever carta iba escrita en favor de sus compatriotas los y es ello tanto más de extrañar cuanto que esta

que Tabeel

que

Mas por

ni

sección aramea da

la

impresión de ser bastante completa

;

ESD.

7

4,

113

V en

hitantes de Judá y Jerusalén. 7 jerjes escribieron Bislam,

más colegas

nj

los días de Arta-

Mitridates, Tabeel y sus de-

a Artajerjes, rey de Persia

por qué

se concibe

docu-

el

y

;

redacte de Esd. había de eliminar

el

y aun necesarios para conocer la verdadera índole de los documentos. Además, el episodio

ciertos

elementos

de Tattenai

útiles

1-15)

(5-6,

anda íntimamente enlazado con

hecho de haberse reanudado (5,

1-2),

y por

él

solo perfectamnte se explica

ligera relación se descubre entre el

de

el

reconstrucción del templo

la

mismo y

ni

:

la

más

documento

el

4, 7-24. 7.

Artajerjes

reinó

de 405

Mitndatcs (dado

425.

a

Mitra) es nombre persa, que se lee también en se halla en Is. 7, 6

sonaje siró

nombre de un per10 leemos Tobías, nombre que se

donde parece

en Neh.

;

2,

ser el

tiene por idéntico al anterior, ;sólo

elemento es

el,

a

Tabeel

8.

1,

que en éste

segundo

el

mientras que en otro es Yalirc. ÍTIUD, que

en varias formas se repire en 4, 9. 17. 23 5, 3. 6 G, 6. 13, significa probablemente no subditos, sino más bien compa ñeros, compadres prn^SH nombre persa, que significa escri;

;

.

documento, carta, D3*)tl interpretar, traducir, exponer. Es una observación del autor el documento estaba escrito en caracteres árameos y redactado en lengua aramea. Con

to,

:

esto quiso dar a entender que conocía perfectamente crito, él

se

el

es-

aumentaba naturalmente la confianza que en podía tener. Ni tampoco era inútil esa nota, puesto lo

cual

que, siendo dirigida la carta

al

rey de Persia, alguien pudie-

sospechar que estaba redactada en lengua y caracteres persianos o quizá en lengua y caracteres samaritanos, pues-

ra

;

to que samaritanos eran los que la escribían.

No

pocos au-

tores creen que se habla de una traducción, e interpretan el

texto

de varias maneras

rPDIM en fVD^B

,

:

Meyer,

de suerte que

el

p.

18 cambia

el

documento había

primer sido re-

1U

ESD.

mentó estaba Simsai,

en caracteres árameos, y redacaramea. 8 Rehum, gobernador, y

escrito

lengua

en

tado

escribieron

secretario,

rusalén

al

8-9

4,

una

sobre

carta

rey Artajerjes en estos términos

Je-

«Rehum,

9

:

Siegfried, dactado en lengua persa y traducido- al arameo por el contrario, dice que fué escrito en arameo y traslada;

do

al

n^EHN como

persiano. Bertholet considera el segundo

glosa, añadida para indicar que lo que sigue está redactado

en lengua aramea el

persiano.

que

la

el

:

original dice que era evidentemente

No creemos

que sea tan evidente

;

y pensamos

explicación que dimos arriba es todavía

la

Rehum

2

más pro-

bable. 8.

26;

12,

3.

entre otros pasajes se lee en

cytO

juicio,

decisión,

decreto

2,

(cf.

;

Neh.

10,

Jon. 3,7). de

donde señor del decreto es título del prefecto o gobernador, gosignificación que se armoniza perfectamente con 4, 23 bernador empero inferior evidentemente al Peha, cuyo do;

minio se extendía a toda

un

jefe local,

cierto

que

la

provincia

;

Rehum

debía de ser

que residía probablemente en Samaría.

fuera

persa

escriba o secretario

;

es

;

y

muy

lo

propio

dígaise

de

No

es

Simsai,

posible que ciertos puestos de

autoridad locales se confiaran a indígenas. 9.

Empieza

el

texto de la carta.

Se especifican nueve

nombres, que son los de otras tantas gentes, que todas vivían en la región de Samaría, entre otras, los de Uruk, de Babilonia, de Susa, de Elam. Según Siegfried, Bertholet

y otros, varios de estos nombres indican más bien oficios, nosotros creemos que sienverbi gracia, el primero jueces do algunos por lo menos ciertamente gentilicios, y no pu:

diéndose afirmar de ninguno con certidumbre que indique oficio, lo natural es

que

se interpreten todos

como nombres

de los varios pueblos que habían sido transportados a Samaría.

1012

KM). 4,

L15

gobernador, y Shimshai, secretario, y sus demás colegas, los Dineos, Afarsatkeos, Tarpeleos, Afarseos, Arkeveos, Babilonios, Susankeos, Dehaveos, Elamitas 10 y los de-

más pueblos que

el

grande

e ilustre

Osnapar transportó

y estableció en la ciudad de Samaría y en las demás regiones de Abar-nahara, etc.» 11 Esta es copia de la carta

que enviaron

«Tus siervos, los habi12 Sabido sea del rey que los

rey Artajerjes

al

tantes de Abar-nahara, etc.

Osnapar

10.

v. 2),

(cf.

ryD^

et

11

a.

cierto

es

mos precisamente

cuál

:

:

un rey de Asiría pero ignoralo identifican con Asarhaddón ;

unos

otros con Asurbanipal (6G8-G2G).

en

rü$?Dl

hurta tempus, y equivale a nuestro etc. Al fin del v. anterior queda interrumpida

ducción de

la carta,

y en este

v.

se

17

el v.

la intro-

pone una segunda, bre-

ve introducción. 11 b-16.

Carta

escrita

con

grande

habilidad,

muy

a

el ánimo del monarca. Empiezan por exponer sencillamente el hecho, pero en forma tal que haga ya nacer graves recelos contra los judíos (v. 12). Ponen luego ante los ojos del rey los inconvenientes que traerá consigo la reedificación de los muros de la

propósito para hacer impresión en

ciudad

;

ya que, una vez fortificada ésta, los judíos se ne-

garán a pagar el tributo (v. 13). Y para que esta delación no pueda atribuirse a envidia o mala voluntad, protestan que el único motivo que les ha inducido a hacerla es la gra titud

con que

todas maneras,

se si

sienten obligados al

monarca

éste quiere cerciorarse por

(v. sí

14).

De

mismo de

verdad, no tiene sino que buscar en los archivos reales y se convencerá de la exactitud de cuanto ellos dicen (v. 15).

la

Y

terminan asegurando que,

si

la

ciudad es reedificada

circundada de sus muros, podrá tenerse por acabado

minio del rey en toda 12.

La

rebelión

la

provincia

(v.

de que se acusa

el

y do-

16). a

Jerusalén debe re-

116

ESD.

lo -16

4,

judíos que de Ti subieron llegaron hasta nosotros, a Jerusalén ; que están reedificando esta ciudad rebelde y

mala, reparan los muros y restauran las defensas. 13 Ahora bien, sepa el rey que si esta ciudad es reedificada y sus

muros reparados, no pagarán peaje; y

nosotros

comemos

sal

la

contemplar impasibles

Y

el

el

pues

de palacio, y no nos sufre detrimento del rey, por esto

enviamos carta para poner busque en

ni tributo, ni impuestos, ni

tesoro del rey sufrirá detrimento. 14

el

al

tanto

Que

rey. 15

al

se

libro de anales de tus padres, y hallarás en

de anales y yerás que esta ciudad es ciudad rebelde y que acarrea daños a reyes y provincias, y que traman revoluciones ya de antiguo en su seno por esel libro

:

Hacemos pues nosotros ciudad es reedificada y sus mu-

to fué esta ciudad destruida. 16

saber

rey que,

al

si

esta

hubo de sacudir

a las varias tentativas que

ferirse

extranjero en los últimos años antes del 587. literalmente

nifica

donde ahora

este

como

bien,

Comer

14.

a

ahora,

tiempo,

—13.

cf.

¡>7D

16,

5,

sig-

de

especie de fórmula introductoria.

sal en casa de alguien quiere decir ser o

la

haber sido su huésped, o también estar a su servicio

segunda acepción

yugo

el

es aquí preferible

;

los

:

esta

que escribían eran

que cobraban sueldos del Estado. También podría

oficiales

asimismo

significar

un pactum

salis, cf.

Num.

18,

lí)

;

2 Par.

33,5; o sea, una alianza firme y perpetua: pero no parece ser éste el significado que tiene en este pasaje.

Jerusalén

15.

nosor

;

y

es claro

fué

en

efecto

destruida

que un hecho de

tal

por

Nabucodo-

resonancia se había



consignado en los anales del reino. 16. Verdaderamente había grande exageración en decir que, una vez fortificada la ciudad, los judíos habrían movido guerra al monarca persa y habrían logrado asentar su ol

Oeste

del

Eufrates

;

dominio en toda

la

región

pero se comprende perfectamente

esd.

-t,

17-22

117

ros son reparados, en consecuencia de esto ninguna posesión te quedará en Abar-nahara.»

17 Contestó

el

rey a

Rehum, gobernador,

a Simsai,

secretario, y al resto de sus colegas que habitan en Sa-

maría y en

demás regiones de Abar-nahara: «Salud,

las

etcétera. 18

La

carta que nos enviasteis fué leída dis-

tintamente delante de mí. 19 Por mi orden hicieron

in-

vestigaciones y hallaron que esta ciudad de antiguo se

levantó contra los reyes, y que en ella urdían revueltas e insurrecciones 20 y que hubo en Jerusalén reyes po;

derosos y que dominaban en toda Abar-nahara, y que les pagaban tributo, impuestos y peaje. 21 Ahora bien,

dad orden que esos hombres no sigan adelante, y esa ciudad no sea reedificada hasta que se dé por mí una orden tes

al

propósito. 22 Guardaos de mostraros negligen-

en este punto, no sea que se acreciente

el

mal en

detrimento de los reyes.»

su manera hiperbólica de hablar,

dado

el

fin

que se pro-

ponían. 17-21?.

la

Respuesta del rey.

— 17.

El autor hace preceder

carta de una breve introducción, en que

tinatarios.

Al

fin del v.

acusa recibo de

la

el

carta

saludo clásico (v.

18)

:

:

nombra

los des-

Paz. El monarca

ordena que

se

vean los

anales del reino, y, en efecto, se encuentra que era de todo

punto exacta

la

vista de lo cual

relación de los samaritanos (v. 19-20)

urgencia impidan a todo trance que

vaya adelante

(v.

no

en

la

obra de fortificación

Con todo es de notar que dicha modo el carácter de provisoria, de

21-22).

orden tiene en cierto suerte que

;

no sólo permite, sino que manda que con

se excluía la posibilidad de

permitiera reanudar los trabajos.

que más tarde se

118

esd.

4,

23-24

23 Entonces, así que la copia de la carta del rey Ar-

hubo

tajerjes

sido leída delante de

te a Jerusalén,

Rehum, y de Sim-

y de sus colegas, fuéronse prestamen-

sai, el secretario,

a los judíos, y con brazo fuerte hicié-

ronles cesar en su trabajo. 24 Cesó entonces la obra

No

23.

podían esperar decisión más grata para

ellos los

samaritanos.

Sin pérdida de tiempo corren a Jerusalén, y obligan a los judíos, aun con la violencia, a desistir de la

empresa. Cierra

24.

autor este episodio diciendo que se inte-

el

rrumpió entonces así

parada hasta

la el

obra de

la

año segundo

casa de Dios, y se quedó del reinado de Darío, rey

de Persia.

N.

B.

— Este

último

v.

causa grave dificultad.

En

la

carta de los samaritanos y en la respuesta del rey se habla

única y exclusivamente de la reconstrucción de

la

ciudad y

de sus muros

;

de

objeto único de la carta y del decreto, sino

una y ahora se nos dice que, como resultado del decreto real y de la violencia de los samaritanos, quedó interrumpida no la fortificación la ciudad,

sola palabra del templo

ni

restauración del templo, del cual ni se había hecho.

Y

no sólo

esto, sino

la

más

que

;

ligera

la

mención un

salta a la vista

Las cartas van dirigidas a Jerjes (v. 6) y a Artajerjes (v. 7, 11. 23), ambos posteriores a Darío (Jerjes = Asuero 485-465 Artajerjes 405-425).

evidente

anacronismo.

;

Esta

última

dificultad

resuélvenla

algunos

(a

Lapide,

monarcas mencionados Pseudo-Smerdis (522), los cua-

Calmet y otros) diciendo que los dos

son Cambises (529-522) y el son, en efecto, anteriores a Darío. También Sellin Stu-

les

dien, p. 17-25, es de opinión jerjes el

que bajo

el

nombre de Arta-

debe entenderse Ciro o Cambises, de suerte que todo y añade que la recons-

episodio se pasó antes de Darío

trucción de la ciudad y

la

;

restauración del templo se lleva-

ESD.

templo

del

hasta

4,

24

11!»

Dios en Jerusalén. y quedó paralizada año secundo del reinado de Darío, rey de Per-

el

ele

sia.

ban de frente

:

segunda sin la no se oponían a de

y que de todas maneras no era posible la primera. Dice, además, que los samaritanos las

obras del templo, sino a

al calificativo

de arbitraria

:

el

nombre de Arta jer jes

no en un solo pasaje, sino en muchos: Neh.

21:

11.

la fortificación

ciudad. Pero tal solución difícilmente puede sustraerse

la

1:

2.

14

5,

;

13,

6.

En

se lee

14:

7. 1. 8; 6, últimos nadie estos

4,

7.

absolutamente duda que se trate de Artajerjes debe decirse, pues, de dicho nombre en Esd.

propio

lo

:

c.

4 y

0.

La

solución hay que buscarla por otro camino.

El episodio se refiere

mano

Con

(405-425).

nológica, que nace del

de colocar la

el

mención

al

esto

tiempo de Artajerjes

queda

nombre de

los reyes en la

hecho antes de Darío. Pero,

del

templo en

el

v.

Longi-

T

resuelta la dificultad cro-

24.

;

hipótesis

cómo

explicar

cuando en todo

con-

el

texto precedente no se habla sino de la ciudad y de sus

mu-

Y

¿qué razón dar de la presencia de este relato en un sitio que cronológicamente no le corresponde ? Quizá pueda proponerse la siguiente hipótesis que, a nuestro juicio, no ros?

deja de ser plausible. Existía un relato arameo de

la

hosti-

lidad samaritana contra los judíos al tiempo de Ciro, paralelo a

nuestro texto hebreo

(arameo).

Como

samaritanos en

el

en

hostilidad

como

y que se cerraba con el v. 24 manejos de los

reinado de Ciro,

añadir a continuación

ma

4, 1-5,

1-5 se narraban lo>

4,

el

el

autor creyó oportuno

relato aramaico (v. 8-2$) de

la

samaritana en tiempos posteriores, algo

misasí

Mateo, verbigracia, junta sucesos que se pasaron a larga distancia unos de otros y como el v. 24 era no sólo S.

;

natural conclusión del relato

que

al

mismo tiempo

arameo paralelo

a 4, 1-5,

era oportuna introducción a

5.

1

sino ss..

120

ESD.

á.

EXCURSUS

Vil

por esto

lo conservó colocándolo inmediatamente antes de segunda restauración del templo. Cuanto a los vv. 6 y 7 puede muy bien haberlos añadido el mismo autor. Reconocemos que esta explicación no es de una claridad meridiana, pero creemos que resuelve de una manera suficientemente la

satisfactoria el

problema en su doble aspecto

real

literario.

y

Excursus

¿Hubo dad

?

al

— Que

tiempo de Ciro algún conato de fortificar

los judíos

emprendieron

muy

pronto

la ciu-

la reedifica-

ción del templo está por encima de toda duda. Pero cabe pre-

guntar

De

:

i

Se redujo a esto-la actividad de los recién llegados ? lo que dice explícitamente el autor la res-

atenernos a

puesta

debiera

afirmar que

el

ser

afirmativa.

Pero,

¿quién se atreverá a

de todo punto completo

relato es

?

Muchas

cosas habrán sin duda pasado, de las que no se hace mención alguna.

atendemos

Si

al

medio ambiente en que vinieron a encon-

trarse los repatriados, difícil es concebir que su primer pen-

samiento no fuese pido e imperfecto,

pueblos que

el

de restaurar, siquiera de un

modo

derruidos muros de la ciudad.

los

rodeaban

rá-

Los

eran hostiles, y podían con fundamento temer que esa hostilidad se tradujera en obras, y les

les

ellos se sentían débiles e inermes.

De comenzar por

la reedi-

ficación del templo, se exponían a tener que interrumpir a

momento

la obra y aun a que los enemigos destruyepoco que hubieren hecho. Era, según dice con pintoresca imagen Sellin (Studien II, p. 19), comenzar la construcción de una casa por el techo. Es de creer, pues, que

cada ran

;

lo

muros

y una vez levantados éstos, o paralelamente con el progreso de éstos, se iría reedificando el templo. Por tal forma se ponían al abrigo ante todo se preocuparían de los

de un golpe de

mano y

;

se veían libres de las continuas zozo-

ESD.

bras a que te

la

4,

EXCURSUS

121

VII

ciudad desmantelada les habría necesariamen-

expuesto.

Otro argumento aduce que

tesis

mismo

él

Sellin

en

(ibidem)

La oposición de

sostiene.

favor

de

la

los samarita-

nos, de que nos habla el autor, no era ni podía ser contra la

restauración del templo. Contra ésta nada tenían que ob-

jetar.

Es más,

deseaban, puesto que ellos mismos se ofre-

la

cieron a cooperar en ella (Esd.

que

muros

Lo que no

4, 2).

querían era

y se comprende. Ellos tenían la hegemonía en el país, y pretendían dominar también a los recién venidos. Si éstos levantaban las murallas y se hacían fuertes en la ciudad, aquélla se desvanecía, o cuando menos se rehicieran los

;

quedaba notablemente atenuada

;

y esto era

lo

que se pro-

ponían con todas sus fuerzas evitar. Los esfuerzos de los samaritanos tición

al

tiempo de Nehemías no eran sino una repe-

de los hechos ántes ya por los del reinado de Ciro,

pero con más éxito estos últimos que aquéllos. Tal es

la

interpretación que da Sellin a los primeros ca-

pítulos del libro de Esdras, y los

ya

Studien

(cf.

II.

p. 18-43).

A

argumentos en que pesar de

la

la

apo-

resolución con

la defiende y de los argumentos que acumula, su tesis aparece a nuestro juicio como un edificio falto de base, por

que lo

menos de sólida base. Por de pronto hase de reconocer que

real ni en el relato del autor es

ni

en

dado descubrir

vestigio de un conato de reconstrucción de los

después de llegada su decreto (1, 1-4

da para

ello

;

la

rescripto

el

ni

siquiera

muros poco

primera caravana a Jerusalén. Ciro en

6, 3-5)

ordena

la reedificación del

toda suerte de facilidades

;

de los

templo, y

muros de

la ciu-

dad, ni una palabra. El autor narra con profusión de detalles el

principio, las vicisitudes, el término de la

templo

;

grande obra del

¿es posible que andando ésta tan íntimamente traba

da, a juicio de Sellin,

con

la

reconstrucción de los muros, no

se le ocurra al autor decir de éstos ni

una sola palabra,

ni ha-

122

EXCURSUS

ESD. 4.

cer a los

mismos

la

más

VII

ligera alusión?

Hemos

de confesar

un verdadero enigma. Que no pocos hechos aun de cierto relieve se omitan a nadie puede extrañar, dada la índole fragmentaria de nuestra historia pero que suceso de tal importancia que según Sellin era preliminar indis-

que

tal silencio resulta

;



pensable para

restauración del templo, hasta

la

que ésta resultaba imposible

sin aquél



lo

el

punto de

pasara por alto

el

muy difícil, por no decir imposible, es concebirlo. Pruebas de muy gran peso fueran menester para contrapesar la fuerza de ese argumento del silencio. No tenemos por tales

autor, esto

que

las

Sellin aduce.

Empezando por

la

segunda, alguien po-

drá maravillarse, y con razón, que se invoque el amor de los samaritanos hacia el templo para concluir de ahí que no se opusieron, ni pudieron oponerse a su restauración, y que por

consiguiente su resistencia no tenía otro objeto sino impedir la fortificación

de

la

ciudad.

definida está por el autor

del templo

;

:

La

actitud de los samaritanos bien

Se ofrecen a colaborar en

'a

obra

pero es rechazada su oferta. Esta repulsa es

que enciende su odio, que trueca en

la

fiera hostilidad su ante-

Nada más

psicológico que un tal proceder. que mencionamos en primer lugar, se presenta con mayores visos de probabilidad. No cabe negar

rior benevolencia.

La

otra prueba,

que

los trabajos de restauración del templo se habrían llevado adelante con mayor seguridad dentro de una ciudad

bien fortificada

;

que los muros, una vez levantados, habrían al abrigo de un golpe de mano de

puesto a los trabajadores

parte de la población hostil. Pero,

permiso de emprender patriación no consta.

¿contaban

de suyo es

En muy dudoso que

bierno imperial autorizara ya desde un principio trucción de las murallas:

sejaba

mucha

cautela

;

la

con

el

el decreto de re-

tal fortificación?

Y

ellos

la

el

Go-

recons-

prudencia más elemental acon-

convenía estar a

la

mira de cómo se

desarrollaba la nueva Comunidad. Diráse por ventura que ésta

emprendió

la

obra

sin

permiso

;

quizá suponiéndolo.

ESD.

V.

123

Pusiéronse a profetizar

1

carías, hijo de Iddo, a los

Pocos aceptarán, a nuestro

más

1

5,

profeta

el

tan

juicio,

la

toda

magna obra

la

de

la

razón de ser de

y por lo



y ante



a

fortificación de la ciudad.

caravana era

la

Yahvé en Jerusalén

del culto de

fácil,

solución. Difícil se hace creer que el

arbitraria,

el

de-

grupo

empren Además,

restablecimiento

para esto abandonaban

;

destierro, para esto regresaban a la patria.

natural que su primer pensamiento fuese

templo, indispensable para

y Za-

judíos de Judá y Jerusalén.

de los recién llegados se atreviera por der

Ageo

el ejercicio

la

¿No

restauración del

del culto?

podían tropezar con dificultades. Pero su

el

era, pues,

Claro que

era bastante

fe

robusta para que firmemente esperaran que Dios, por quien trabajaban,

protegería

les

todo obstáculo,

allanado

y,

les

sacaría triunfantes de todos sus enemigos.

Se reanuda

la

obra del templo, y la autoriza explícitamente Darío. C. 5-6, 1-18

Por exhortación de a

la

los profetas se

restauración del templo

gobernador pregunta ello 5, 3-5

Darío

;

a

los

la

restauración del templo 6,

zar,

la

Jer.

15,

13-15, del cual se celebra

última voz, sobre

nombre de Dios

que de Dios

cf.

G,

16-18.

El sufijo de

es que el

decreto real, y se lleva a

el

bablemente no a los judíos, sino decir,

el

y para cerciorarse de la verdad escribe al mismo monarca, después de hallado en los anales decreto de Ciro, contesta al gobernador 6, 1-12,

dedicación 1.

pone de nuevo mano

de lo cual enterado

0-17. El

5,

del reino el

la

;

judíos quién les autorizó para

quien pone luego en ejecución

cabo

1-2

5,

16

ellos, se refiere

a los profetas

se había

;

y

el

invocado sobre

pro-

sentido

ellos,

es

habían recibido el impulso para profeti;

Ts.

63,

10.

Es claro que profetizar

se

.

124

esd.

2-3

5,

en nombre del Dios de Israel, que a

ello les

movía

seguidamente aprestáronse Zorobabel, hijo de

;

2 y

Sealtiel,

y Josué, hijo de Josedec, a dar principio a la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén y con ellos ;

estaban los profetas de Dios que les prestaban ayuda. 3 Por ese tiempo presentáronse a ellos Tattenai, pe-

toma aquí no en

la

acepción de predecir

lo futuro, sino

de

exhortación y a un tiempo grave reprensión que se lee en Ag. 1, 1-11, y que lleva como fecha el

exhortar, predicar

;

año segundo de Darío, primer día

sexto

del

(Elul =

mes

k gosto-Setiembre) 2.

No

del profeta

fueron esta vez palabras lanzadas :

jefes

viento las

al

y pueblo, dóciles a quien hablaba en nommanos a la obra. Por lo que

bre de Dios, pusieron al punto

inmediatamente sigue se ve que no se creyeron obligados a

monarca o

pedir autorización al cia.

Ya observamos

cia se

toma en

el

ban manteniendo

gobernador de

al

sentido de reedificar. el

provin-

la

arriba que el verbo edificar con frecuen

Los profetas ayuda-

fervor del pueblo y animándolo a llevar

adelante la obra comenzada.

Viska

3-5.

3 Esd.

6,

gobernador.

del

3 lleva Sisones

;

era

el



En

3.

vez

de

TatUnai

gobernador o peha de

la

pro-

de Judá. Si Setar

subordinado el peha Bozenai fuera su secretario, parece que lo habría notado el autor, como lo hizo con Simsai (4, 8). Es probable que fue-

vincia, al cual estaba

gobernador para dar-

se

un personaje samaritano, enviado

le

parte de lo que estaban haciendo los judíos, y que con el

mismo había venido

a Jerusalén.

Es de notar que

pañeros o compadres, que aquí lleva lo tiene singular y se refiere

al

al

la

el sufijo plural,

dicho personaje

;

voz comen es,

el v.

6

pues,

que sean también samaritano s que formaban la comisión o embajada que fué a entrevistarse con el peha.

verosímil

esd.

5,

4-7

125

ha de Abar-nahara, y Setar Bozenai, con sus colegas, y habláronles en estos términos ¿ Quién os dió autori:

zación para edificar esta casa y reparar sus muros ? 4 Y 'siguieron preguntándoles' en esta forma: ¿Cuáles son

nombres de

los

cio

En verdad que

5

?

que

los

están

edificando

este

edifi-

ojo de su Dios velaba sobre

el

y no les hicieron cesar en negocio fuese deferido a Da-

los ancianos de los judíos,

su trabajo en tanto que

el

y mandaran una decisión

río,

al

propósito.

6 Copia de la carta que Tattenai, peha de Abar-na-

y Setar Bozenai, y sus colegas los Afarsekeos de Abar-nahara enviaron al rev Darío. 7 Mandáronle

hara,

cómo éste no condena sin más a los judíos, sino como hombre prudente, se limita a preguntar si están

Adviértase que,

debidamente autorizados para

la

obra que han emprendido.

La Vulg. conformándose con

4.

el

TM

lleva

respon-

dimus, siendo por consiguiente los judíos los que hablan

por

con los

10 se ve que continuaba

el v.

dor

pregunta

la

;

pero

del goberna-

DON de acuerdo Evidentemente no se trata de nombres de cuantos trabajaban, sino sólo de los que didebe leerse, pues,

;

LXX

que lleva

la

tercera persona

etxooav.

rigían la obra.

Esta

5.

rrumpirla

;

el

el

gobernador tenía

que no

videncia especial Ps.

18

33,

todo

el

;

34,

duda facultad de

sin

lo hiciera lo atribuye el

autor a

de Dios, que tenía puestos sus ojos 16) en los ancianos,

pueblo. Se convino en que

el

inte-

la pro(cf.

que representan aquí

peha

escribiría a Darío,

y en tanto que viniese la respuesta ellos podían seguir trabajando. Es claro que los judíos dieron la debida contestación a las preguntas de Tattenai, pero se omite aquí porque lue-

go va a

leerse en la carta de éste,

que se

cita

en su inte-

gridad. C-17.

Carta del gobernador.rr-%-1

Knuméranse

los

que

:

126

ESD.

O,

8-11

pues un relato, y estaba concebido en estos términos «Al rey Darío salud perfecta. 8 Sabido sea del rey que nos

hemos personado en

la

provincia de Judá, en la casa

Dios Grande, y se está ella construyendo con sillares, y se está poniendo maderaje en los muros, y la obra se está haciendo rápidamente y adelanta en sus del

manos. 9 Interrogamos aquellos ancianos y les hablamos en esta forma ¿ Quién os dió autorización para :

y reparar estos muros ? 10 Y les preguntamos además por sus nombres para dártelos a co-

edificar esta casa

nocer, mientras que notamos por escrito los

ron

hombres que están la siguiente

al

respuesta

el

frente de ellos. 11 :

nombre de

Y

nos

die-

Nosotros somos siervos del

y estamos reedificando un templo y que fué edificado de muchos años antes de ahora y

Dios de

cielo

tierra,

;

suscribían la carta, y al fin del v. 7 empieza propiamente ésta

con

el

saludo de paz.

cho, e indica su tas

que hizo a

—8-10.

El peha pone por delante

el

he-

manera de proceder especificando las Muestra grande reverencia hacia

pregun-

los judíos.

Dios de éstos, a quien da

el

de grande, y da a entender que se trabaja con actividad, pues el edificio va crecienel calificativo

do a vista de ojo. La respuesta es hábil y sincera: dan sencillamente la historia del templo. Se llatman siervos del Dios del cielo y de la tierra, título a propósito para inspirar al gobernador cierto respeto y simpatía hacia los servidores de tal Dios. El templo no es cosa nueva se trata de mera restauración :

;

y su primera construcción data de muy antiguo, y fué obra no de uno cualquiera, sino de un gran rey tres circunstan:

y si y sobriamente expresadas (v. 11) ese templo fué destruido, sépase que no fué precisamente

cias bien escogidas

;

obra de hombres, sino del mismo Dios, quien se sirvió de

Nabucodonosor como de instrumento para castigar

a

su

127

que

editicó y llevó a

buen término un gran monarca de

Israel. 12

Mas porque

del cielo

entrególos en

nuestros padres irritaron

Dios

al

manos de Nabucodonosor

rey

y destruyó este templo y su pueblo lo llevó cautivo a Babilonia. 13 El primer año

de Babilonia,

empero de

el

caldeo,

Ciro, rey de Babilonia,

rey Ciro dió or-

el

den de reedificar este templo de Dios

;

14 y además los

templo de Dios, en oro y plata, que Nabucodonosor había sacado del templo de Jerusalén y utensilios del

trasladado

el

el

rey Ciro

entregó a uno por nom-

los

15 y a quien había constituido peha Estos utensilios tómalos y ve a deponerlos en templo de Jerusalén, y que la casa de Dios sea re-

bre le

templo de Babilonia, sacólos

al

templo de Babilonia y

del

Sesbasar,

dijo

;

:

construida en su propio

sitio.

pueblo por sus prevaricaciones

16 Vino pues este Ses-

(v.

12V

Y

ahora

si

lo res-,

monarcas de Persia, pues Ciro no sólo dió el permiso, sino que aun restituyó los vasos preciosos de que lo había despojado Nabucodonosor y aquel a quien los entregó, que fué Sesbasar, tauran. lo hacen con plena autorización de los

;

el

mismo echó

los cimientos del templo, el cual desde enton-

ces se está construyendo (v. 13-16). blar de los

manejos de

los

De

propósito evitan ha-

samaritanos y de

la

a que por fuerza les habían obligado. Schrader, dice

que

las

últimas frases de

la

interrupción 1.

c.

162,

p.

respuesta demuestran que

nunca hubo interrupción alguna en

los trabajos del templo,

y que por consiguiente no puede tenerse por histórico ei relato del c. 4. Pero muy atinadamente observa Sellin, Studien. 2. s., que bien pudo decirse de la cátedra! de Colonia antes de 1860:

«Desde

el

año 1248

terrupciones de hasta

más de

se está edificando

y

to-

más que hubiese habido inun siglo. La razón por qué en

davía no se ha terminado», por

128

ESD.

1-2

6,

basar y echó los cimientos de salén y desde entonces hasta ;

la

casa de Dios en Jeru-

el

presente se está cons-

truyendo, y todavía no se ha terminado. 17 Ahora bien, si parece bien al rey, háganse investigaciones en la casa

de los tesoros del rey ahí en Babilonia, sobre

si

existe

un decreto, emanado del rey Ciro, para reconstruir esta casa de Dios en Jerusalén y se nos comunique la vo;

luntad del rey a este propósito.»

VI. 1 Entonces dió

el

rey Darío orden de hacer in-

vestigaciones en la casa de los archivos, donde se hallan depositados los tesoros, allí

la

en Babilonia

2 y ha-

;

respuesta se menciona Sesbasar y nada se dice de Zoro-

babel ya

al

monarca que

del tesoro real



dimos más arriba,

61

p.

s>.

El gobernador cierra su carta proponiendo cortes-

17.

mente

la

—que

para ver

gado por

al

si

se

haga un reconocimiento en

mismo tiempo

se encuentra

los judíos,

allí

la

casa

debía servir de archivo el

y de todas maneras

decreto de Ciro alele

dé a conocer cuál

es su voluntad.

el v. 6

;

—Esta

empieza propiamente con pero porque no lleva saludo como en 4, 17, y por otra

1-12

6,

Carta de Darío.

parte supone lo que se dice en los vv. precedentes, parece

que

el

autor no nos transmitió

a la forma, aunque



en

lo

el

que

documento íntegro cuanto se refiere al fondo.

1-2. Lo que en 5, 17 se llama casa del tesoro, aquí lleva un nombre más completo, casa de los libros del tesoro, es decir, que en el tesoro se conservaban también los archi-

vos. 5, 17.

No hay

razón para modificar

la

frase adaptándola a

Conforme había propuesto. el gobernador

se

buscó en

y no hallándose en dicha ciudad lo que se pretendía, se hizo la indagación en Ecbatana, mansión veraniega de los reyes, y que suele identificarse con la actual HaBabilonia

;

ESD.

Ecbatana, en

lióse en

l>,

o-5

128

que está en

la fortaleza

provin-

la

Media, un volumen, y en él había un escrito en estos términos Memoria 3 El primer año del rey Ciro,

cia de

:

dió

:

rey Ciro una orden tocante a la casa de Dios

el

en Jerusalén

:

Que

sea reedificado

de se ofrezcan sacrificios

;

el templo, lugar donque se pongan sólidos funy

damentos. Su altura será de sesenta codos, y de sesenta 4 los órdenes de silla-

codos asimismo será su anchura res serán tres, y uno sólo correrán a cuenta de la casa

de

el

;

de madera. Los gastos

real. 5

Y

además

los uten-

casa de Dios, en oro y plata, que Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y transportó a silios

la

madan.'La voz

pudiera de suyo significar el paKrn*D3 lacio-castillo, morada del monarca pero aqui debe tomarse como sinónimo de Ecbatana, de suerte que la ciudad misma, que debía de estar bien fortificada, recibe el nombre de for;

taleza

del palacio real

:

de Media. Por

lo

no

que está en

se diría

los archivos,

por una razón o por otra,

En

ladado de Babilonia a dicha ciudad.

do en

el el

rollo de

que luego se habla

palacio del monarca.

La

;

diga

el

se

hubiesen tras-

ésta, pues, fué halla-

empero que rWlDH es como que de la misma dijimos no

se dice

última palabra

de lo que sigue. Véase lo

el título

lo

Es muy posible

autor, se sabe que era capital de la Media.

que

provincia

la

demás, Ecbatana, aunque no

arriba, p. 57.

Compendio

3-5.

del decreto

dicho en

que en

la

p.

del

decreto

de Ciro.

— Sobre

la

índole

y su relación con el de 1, 2-4, remitimos a lo 56 s. Sobre la interpretación del v. 4 y el uso

antigüedad se hacía de

la

madera en

la

construc-

ción de templos, palacios y casas particulares véase Sidney

Smith, Timber and brick or masonry construction en Pal. Explor. Quart. 1941 p. 5-17. 9

;

esd.

6,

6-12

Babilonia, sean devueltos y llevados al templo de Jerusalén, a su propio lugar, y repuestos en la casa de Dios.

6 Ahora bien, Tattenai, peha de Abar-nahara, Setar Bozenai, y vuestros colegas los Afarsekeos de Abarnahara, retiraos de ahí; 7 dejad que vaya adelante la

obra de esa casa de Dios

;

que

el

peha de los judíos y Dios

los ancianos de los judíos reedifiquen esa casa de

en su propio

sitio.

8

Y

ésta es la orden que

doy cuanto

a lo que habéis de hacer con esos ancianos de los ju-

díos para reconstruir esa casa de Dios

:

De

los tesoros

rey provenientes del tributo de Abar-nahara sean

del

puntualmente sufragados a esos hombres los gastos y esto sin demora. 9

Y

cuanto sea necesario en bece-

rros, carneros, corderos, para los holocaustos del

Dios

vino y aceite, conforme a la demanda de los sacerdotes de Jerusalén se les dé día por

del

cielo,

en trigo,

sal,

día sin falta, 10 a fin que ofrezcan sacrificios de suave

Dios del

cielo

sus hijos. 11

Doy

olor -de

al

y rueguen por la vida del rey y orden asimismo que quienquiera

violare este decreto, se arranque de su casa

ro y, atado, sea en

reducida a un

que hace

él

un made-

suspendido, y su casa sea por esto

montón de inmundicias. 12 Que

residir allí su

pueblo que pusiera su

el

Dios,

nombre, acabe con todo rey y

mano para

violar

el

decreto y

destruir esa casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, el decreto: que se cumpla puntualmente.

6-12. los judíos.

La

di

respuesta del monarca es del todo favorable a

Ordena

sigan adelante en

a sus oficiales que los dejen en paz y que obra del templo (v. 6-7) y no sólo esto,

la

;

sino que de los tributos de la provincia se les ayude,

si

fuere

necesario, para que los trabajos no tengan en ningún tiempo

ESD.

EXCURSUS

VIII

L33

y quiere además que se les suministren demás que se requiera para los sacrificio-, j

que suspenderse víctimas y lo

6.

;

pide finalmente que se eleven oraciones al Dios del cielo por la

la

y cierra su carta con amenaza de empalamiento para quien osare oponerse a

vida del rey y de sus hijos

(v. 8-10)

;

Dios contra todo mo-

este su decreto, e invocando la ira de

narca o pueblo que se atreviere a extender su el

mano

contra

tetmplo de Jerusalén (v. 11-12).

Excursus Autenticidad del decreto de Darío

(1).

— Es

innegable que

Darío se muestra, en este decreto favorable por extremo a los judíos.

No

con

ya se dieran ellos por bien satisfechos, sino que

lo cual

solamente respeta

mandamiento de Ciro,

el

expresa su firme voluntad de que se realice cumplidamente,

aun a costa

del tesoro público.

de su confianza en

humildemente

el

Y

¿que decir de su piedad y

Dios de Jerusalén. que

oraciones

a

mismos

sus

realmente extraño que un tan gran monarca de

tal

Parece

?

manera

se

una insignificante comunidad perdida, por de-

interese por cirlo así,

pedir

le lleva a

subditos

No

en los confines del imperio.

es maravilla pues

que se haya dudado del valor histórico de ese decreto, y aun que algunos autores, como Hólscher, no hayan vacilado en calificarlo de

pura falsificación. Las razones en que

este autor son las siguientes

pesar sobre

el fisco los

:

No

gastos de

es creíble que la

se

se

reconstrucción

;

funda

hagan menos

aún que hayan de ofrecerse sacrificios por el monarca y sus hijos, cosa que no tiene paralelo en la historia. Además de todo punto imposible («ganz unmóglich») es que Darío en un documento oficial haya puesto en duda la duración del im-

(1)

Véase

P. de

Vaux. Les décrets de Cyrus

(onstrnction du temple

;

en Rer. Bibl. 1937

p.

et

de Dorius

29-57.

sur

la

re-

132

ESD.

6.

EXCURSUS VIH

perio persa, y que hable de reyes y de pueblos que puedan un día invalidar su decreto (1. c. p. 514). Por de pronto hay que tener presente el ambiente histórico de aquel entonces.

insignificante

La Comunidad

en medio

del

judía era en verdad

inmenso imperio persa

;

pero

aun dentro de su pequenez revestía singular importancia. Cambises había conquistado Egipto, pero no había logrado pacificarlo y el descontento que estaba fermentando se manifestó muy particularmente a la muerte del monarca. ;

Darío,

al subir al

trono, se encontró enfrentado con

blema egipcio. Jerusalén

se hallaba al

extremo

el

pro-

del imperio,

y por su posición geográfica venía a ser como un punto de enlace entre Asia y Africa. Por ahí se ve cuánto ínteres

monarca persa en mantener favorables a su causa a los judíos. Eran éstos, en verdad, pocos y débipero su situación era privilegiada. Toda otra política les fuera evidentemente política suicida. Ahora bien: ¿cuál era el camino más a propósito para granjearse la benevolencia y la confianza de la pequeña Comunidad? Darío no lo ignoraba. Los judíos habían vuelto a su patria con el objeto de lo que más anhelaban era restablecer el culto de su Dios la restauración del templo, y poder de nuevo ofrecer sacrificios a Yahvé. En tales condiciones claro está que nada les debía de tener

el

;

;

ganaría tanto

el

corazón como ayudarles a realizar sus ar-

dientes deseos. Esto es lo que hizo

el

monarca

:

ni

más

ni

menos. Conducta diferente habríala tenido sólo alguno de esos políticos cuyo furor antireligioso les lleva a sacrificar a sus propias ideas el bien común de la nación. Por lo demás,

las

ideas personales

de Darío andaban

muy

lejos

de

ser antireligiosas.

No

hay. pues, de qué maravillarse

sufragar los

consigo

Y

la

gastos,

si

quiso contribuir a

por cierto no pequeños, que llevaba

reconstrucción de

la

menos extraño aún parecerá

casa de Dios en Jerusalén. si

se

recuerda que

lo

propio

ESD.

6.

hizo con otros templos.

Menfis, y construir

EXCURSUS

mandó

El

restaurar

gran templo en

el

133

VIII

de Pta en

el

oasis de

el

Khargah.

Ofreció sacrificios a los dioses de Egipto, y se mostró muy generoso en dádivas a los sacerdotes. Uzahor en su inscripción

de

Sais,

cómo Darío

narra

templo-escuela que

existía,

allí

le

ordenó restablecer

el

«Todo y termina diciendo la mejor manera :

esto hizo el rey porque sabía que tal era

de dar nueva vida a de mantener

fin

sus rentas y

Más

la

el

lo

que estaba cayendo en ruinas, con

honor de todos

el

los dioses, sus templos,

perduración de su culto con sus fiestas.»

tarde un arquitecto egipcio, que llevó al cabo

muchos

le llama «amigo de todos los The Cambridge Ancicnt History, voL IV The Persian Empire (1926) p. 25. Ni fueron sólo los reyes per-

trabajos por cuenta de Darío, dioses».

Cf.

sas quienes se interesaron por el templo de Jerusalen. Josefo,

Ant.

XII

3 refiere

•'>.

a los judíos que sí

le

que Antioco

todos los gastos necesarios para

y además

y de

les

proveyó de vino,

víctimas para

las

Grande, por gratitud

el

habían ayudado en la

la

;

en una palabra, de cuan-

Ni es cosa

to se requería para el culto.

tomó sobre

incienso, harina, sal

aceite,

el sacrificio

guerra,

reparación del templo,

increíble, ni

mucho

menos, que

el monarca persa pidiera sacrificios y oraciones y para sus hijos. Jeremías (29, 7) escribía a los desterrados «Quaerite pacem civitatis ad quam transmigrare

para



:

vos se

feci, et

orate pro ea ad

dice que

los

Dominum .»

Y

en 1 Mach.

7,

33

sacerdotes mostraron a Nicanor los holo-

caustos que se ofrecían por

el

Mas

rey.

lo

que realmente

puede parecer extraño es la terrible amenaza de Darío contra todo hombre que osare violar su decreto. Pero afortunadamente tenemos un caso muy parecido del mismo monarca:

A

Gadatas, en Magnesia,

le

manda

bajo

amenaza de

fuertes castigos que se guarde bien de descuidar las disposiciones (cf.

que

Kittel,

l.

él c.

mismo ha dado en p

296).

favor

de

los

dioses

134

ESD.

Vengamos

6.

EXCURSUS

VIII

argumento Aquiles de Hólscher. imposible, un puro absurdo, que Darío en un documento oficial haya puesto en tela de juicio la duración del imperio persa. Por de pronto, aunque esto hubiera hecho no tendría nada de extraño. El monarca Para

él

finalmente

de

es

todo

al

punto

no ignoraba que otros grandes imperios se habían

persa

derrumbado ser ¿ podía él imaginarse que el suyo iba a eterno ? ¿ Había por ventura ningún desdoro en dejar traslucir, aun en documento público, la posibilidad de que lle;

un día en que dejara también de .existir el impePero persa? el caso es que ni siquiera tal posibilidad se

gara rio

al fin

deja traslucir, pues

el

monarca no

dice aquí ni

una palabra

de su propio reino. Habla de reyes y de pueblos, sin duda

más

o

menos vecinos de

Jerusalén.

Y

¿qué incongruencia

cabe descubrir en que alguno de esos reyezuelos, o de esos pueblos, por ejemplo, los samaritanos, con

el

andar del tiem-

po tratara de frustrar el decreto que el monarca persa había dado? Ojos más que de lince se necesitan para verla.

De

otras objeciones de

menor

menos teniDigamos con

cuantía, o al

das por tales, se puede hacer gracia

al lector.

todo siquiera dos palabras.

Causa extrañeza a algunos

la

perfecta correspondencia

entre la pregunta del gobernador y la respuesta del rey, correspondencia que a su juicio da a pensar que no fué sino

mismo autor quien compuso

la una y la otra. Además, en forma de ambas, en las frases que en las mismas se leen, salta a la vista un tinte marcadamente judío que delata a su

el

la

verdadero

autor.

(Véase Hólscher,

1.

c.)

Hay que

hacer

verdadero esfuerzo para convencerse de que alguien haya

podido hacer seriamente y en una obra científica la primera objeción. Lo natural parece que toda respuesta corresponda

un superior, éste contesta resolviendo las dudas que se han propuesto. Esto es lo común y ordinario y los reyes de Persia no an-

a la pregunta.

Cuando un

inferior consulta a

;

ESD.

daban tan

Por está

lo

¿qué concluir de ahí? Los ofiregia es natural que por el largo con-

pero,

ciales de la cancillería los

135

VIII

reconocemos francamente que

al tinte judío,

muy acentuado;

tacto con

EXCURSUS

buen sentido que obraran diversamente.

faltos de

que hace

6.

desterrados conocieran sus ideas religiosas

¿qué maravilla, pues, que en

;

redacción de un documento,

la

y más destinado a los mismos judíos, se reflejaran dichas ideas, y aun la manera de expresarlas? Pero, además, otra circunstancia debe tenerse en cuenta.

Sabemos que entre

desterrados no faltaban personajes de cierto relieve tancia, y

los

impor-

e

aun que algunos, como, por ejemplo, Xehemías,

ocupaban cargos no insignificantes en la misma corte. ; No podemos con razón suponer que alguno habría también en la cancillería que sirviera como de enlace entre los judíos y el Gobierno, o que de todas maneras alguno de ellos fuese consultado al prepararse el importante documento ? Y en tal caso no sólo se comprende, sino que resulta muy natural el tinte judío

Por

lo

que se nota en

que toca

al

rrespondencia de Tattenai con lectura

da

la

decreto.

el

aspecto puramente literario de el

monarca

impresión de perfecta unidad

todo quien como Kosters

22

(o.

ss.)

Sus principales argumentos

documento

se

;

la

su

con

falta

una de

la

En

6,

reducen a dos

se

Ecbatana.

:

otra. se

1

y en el v. siClaro que no hay

buscó en Babilonia

guiente que se encontró en

no

crea poder distinguir

dos narraciones paralelas, independiente dice que el

(5,

co-

la

6-6, 1-12),

:

nada de anormal, observa Kosters. en que se encontrase el documento en un sitio distinto de aquel en que por de pronto se buscó

;

pero



lo

hay en que nada de esto mencione «Como el decreto no

autor. Este debió de haber dicho

encontró en Babilonia, ordenó batana.»

El

hecho de

faltar

el

esa

:

el

se

rey que se buscara en Ecdeclaración de

parte

del

autor revela manifiestamente

la

junta de dos relatos, de los

uno llevaba Babilonia,

el

otro Ecbatana. Otro indicio

cuales

:

136

ESD.

EXCURSUS

6.

VIII

de iuxtaposición de narraciones diversas se descubre en

6, 6

La

carta de Darío carece de principio, y parece suponer una parte anterior ; mas ésta en realidad no existe, pues lo que

inmediatamente precede es copia del decreto de Ciro

Una

tan burda negligencia, asegura Kosters, no

suponerla en un escritor que sabe lo que escribe

;

(6, 3-5).

podemos hemos de

pues, que hubo amalgama de varios documentos. Ya notamos en su lugar (p. 128) que se advierte, en efecto, una cierta anomalía en 6, 6 que la carta del monarca empieza ex abrupto, y aparece como consecuencia de algo que falta. Ahora bien; preguntamos a nuestra vez: ¿Es posible suponer que un escritor que sabe lo que escribe cayera admitir,

;

en tan burda negligencia? El debió de tener, sin duda, entre las

manos

la carta

nar que no

le

en su integridad

;

una parte

;

llegó sino

incluyó toda entera en su narración?

fuera arbitrario imagi¿

por qué, pues, no

Con

ello

la

ganaba ésta

en fluidez y resultaba más completa. Cortarla de propósito, esto ya es algo que merece calificación más dura que de negligencia y descuido. Resulta, pues, inútil y aun absurda la

no

explicación dada por Kosters.

La que más

hicimos sino insinuar es a nuestro juicio

dadera

:

En

contrado

el

la

carta de Darío se decía

arriba (p. 128) sencilla

cómo

y ver-

se había en-

decreto de Ciro, cuyo texto se citaba

;

y tras

monarca sus órdenes a Tatenai (v. 6). Toda esta que podemos llamar primera parte la dió el autor en forma narrativa (v. 1-5), porque así le pareció más oportuno, y de todas maneras más a su gusto. Hecho esto, es evidente que era de todo punto inútil repetir lo mismo en forma de

esto daba

el

y como al principio de acostumbrada salutación, por esto no la leemos ahora en el v. 6. Cuanto al otro argumento, es un tanto arriesgado, por no decir pretencioso, lanzarse a precisar con tanta aseveración lo que debía decir o no decir el autor. Este, diciendo que el documento se ha-

carta, la

y en consecuencia

lo

misma debía de haber

omitió

la

;

!

esd.

13

6,

13-14

Entonces Tattenai, peha de Abar-nahara, Setar

Bozenai y sus colegas conforme a

Darío

137

así

puntualmente hicieron. 14

bía buscado en

que mandó

lo

Y

los ancianos de

Babilonia y se había encontrado en Ecba-

tana, bien podía suponer que el lector entendería que

encontró en

el

rey

el

primer

sitio,

no

no se habría ido a buscarlo en otro. Diráse

está que

se

pues de haberse hallado claro tal

más perfecto advertirlo explícitamente. Sea enhorabuena no vamos a discutir sobre ello. Pero, ¿escogen siempre los autores la manera más perfecta de

vez que habría sido ;

¡Cuántas frases y aun párrafos debieran ser rechazados por no auténticos, o como un zurcido poco hábil escribir?

de varios documentos

Ejecución

13-15

lo

decreto

del

;

termina

se

templo.

el



El gobernador da ejemplo de perfecta obediencia. Por

13.

demás

es probable que personalmente

no era

hostil a los

judíos, bien que tal vez, puesto en guardia por los samari-

tanos, hubiera mostrado al principio una cierta reserva. 14.

La

versión de

exactamente ta?

Vulg. iuxta prophetiam no responde Quiere decir el autor que los profe-

la

al original.

seguían profetizando, esto

esto se debía en gran parte lante

:

cf.

5,

1.

es, el

exhortando y animando

que

El poder restaurar

el

templo

lo

Dios, quien

mueve

el

y a

agradecen

naturalmente a los monarcas persas, pero ante todo

mo

;

los trabajos fueran ade-

al

mis-

corazón de los hombres. El nom-

bre de Artajerjes causa no poco embarazo, pues en realidad

nada tuvo que hacer por

la

reedificación del templo.

fué por otra parte favorecedor de los judíos (fué

él

Como quien

envió a Esdras), se comprende que un copista añadiera aquí su

nombre

a continuación de los otros

res del pueblo hebreo

;

y

así, los

monarcas, bienhecho-

autores

comúnmente

lo eli-

minan como glosa, solución que no puede tacharse de arbitraria. Verdad es que no cabe apoyarla en las versiones,

:

138

esd.

6,

15-17

los judíos seguían

construyendo y yendo felizmente adelante en fuerza de los oráculos del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Iddo y llevaron a buen término la ;

construcción conforme a

orden del Dios de Israel

la

orden de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Per15 Quedó terminado este templo el día tercero del mes de Adar, en el sexto año de reinado del rey Darío.

y a

la

sia.

1G Celebraron con alegría los hijos de Israel, los

sacerdotes y los levitas, y los demás hijos de la cautividad la dedicación de la casa de Dios 17 y ofrecieron ;

para

la

dedicación de

la

casa de Dios cien becerros, dos-

pues todas llevan dicho nombre. Por esto quizá sea preferíble

otra

aceptada por Oettli y Bertheau

explicación,

autor habla en concreto de su pensamiento va

más

otro respecto hizo

mucho

la

:

El

restauración del templo, pero

ornamentación y funcionamiento del mismo, y aun tal vez a la ordenación y afianzamiento de la Comunidad judía y es cierto que bajo uno v allá,

a la

;

Artajerjes despachando a Esdras

con plenos poderes para Jerusalén

;

por este motivo

el

mis-

ino autor habría añadido su nombre. 15.

se

Adar

termina

el

según Ag.

1,

duodécimo mes = Febrero-Marzo. Como año sexto de Darío y se había comenzado,

es el

15, el

segundo año

(cf.

Esd.

4, 24) del

mismo

y precisamente el día 24 del sexto mes, Etul Agosto-Setiembre), resulta que se emplearon en la res(= tauración cuatro años y medio.

monarca,

Dedicación.

16-18.

— 18.

Hijos

de

Israel

es

la

deno-

minación general, que se concreta luego en tres clases sacerdotes, levitas y los demás, es decir, los laicos. Hijos de

la

cautividad

víctimas es

caron en

la

muy

cf.

;

lo

dicho en 2,1.

—17.

El número de

reducido cotmparado con las que se

sacrifi-

primera dedicación hecha por Salomón, 3 Reg.

ESD.

cuatrocientos corderos

cientos carneros,

como

y

;

sa-

de expiación por todo ísrel doce machos ca-

crificios

bríos

18-20

6,

conforme

al

número de

las tribus

de Israel. 18

Y

constituyeron a los sacerdotes según sus clases, y a los

según sus divisiones para el servicio de Dios en Jerusalén en conformidad con lo prescrito en el libro levitas

de Moisés.

Y

19

celebraron los hijos de

a los catorce del

mes primero

la

cautividad

la

20 pues habíanse puri-

;

ficado los sacerdotes y los levitas sin excepción

estaban purificados

;

8,

5.

organización de los sacerdotes y levitas Celebración de

Como

el

siguiente

se

autor esta

Pascua

la

templo se terminó celebró

fiesta,

la

todos

por sus hermanos los sacerdo-

— 18.

¡Los tiempos eran muy distintos!

63.

;

Pascua por todos

y sacrificaron la

los hijos de la cautividad,

Pascua

el

6,

1

la

19-22.

mes duodécimo y

el

Pascua,

por más que

cf.

Sobre

Par. 23-26.

al

mes

por esto describe aquí

el

episodio no tenga ninguna

y como esta celebración no se hallaba en el documento arameo, sírvese de nuevo el autor de la lengua hebrea. Decir con Batten (p. 151) relación especial con

el

relato anterior

;

que este pasaje era en un principio parte de templo, y que luego fué modificado por

modarlo a

las

el

El primer mes, Xisán

20.

Se pudo celebrar

la

(

= Marzo-Abril)

Pascua porque

los levitas estaban purificados

;

cf.

hermanos de

;

cf.

2 Par. 53, 14.

(cf.

cf.

Ex. 12.6

3.

"intC

como en

los levitas, listos sacrifican

blo en general, para los sacerdotes

mismos

;

los sacerdotes

2 Par. 30,

dos sin excepción. Los sacerdotes se llaman,



editor para aco-

nuevas circunstancias, es arbitrario.

19.

29, 34,

la historia del

para

2 Par. 29,

y

to-

2 Par. el

pue-

y para

140

ESD.

y por

tes,

si

mismos

;

EXCURSUS IX

6.

21 y comieron la Pascua los hijos

de Israel que habian vuelto de

como tam-

la cautividad,

bién cuantos se habian apartado de la inmundicia de las

gentes del país y allegádose a ellos, para buscar a Yahvé Dios de Israel. 22 Y celebraron con alegría la fies-

Dos

21.

clases se distinguen aquí que participaron en la

la Pascua los que habían vuelto del destiey los que a éstos se adhirieron separándose de la inmundicia de los paganos. Esta segunda clase no la consti-

celebración de

:

rro,

tuían gentiles que, habiendo renunciado a su culto idolátrico, se hubiesen convertido en prosélitos del judaismo,

más bien aquellos

sino

que no habían sido llevados al destierro y que, habiendo vivido con los pueblos paganos, se habían mantenido inmunes de su inmundicia, o que de israelitas

todas maneras habían renunciado a

Degada de

los repatriados.

Que

misma después de

la

se trata de israelitas

la

y no

de prosélitos se ve claro por la comparación de nuestro pasaje con 9, 1. 2. 10

que por Darío.

10, 2. 10. 11

el

No

el

;

Neh.

título

9, 2

;

10, 29.

«rey de A$iHay>, puesto

contexto es evidente que

el

autor se refiere a

es posible dar explicación de todo punto satis-

la más probable es que se llama porque ejercía su autoridad en todos

factoria sia

;

Extraña no poco

22.

;

antiguo reino de Asiría

así lo

;

así el

los

rey de Per-

dominios del

entienden Batten, Bertheau,

La mención de la obra de la casa de Dios no cabe como indicio de que este relato constituía parte de la

Ryle, etc. darla

historia del templo

perduraba

el

:

el

autor habla de

grande gozo

ella

porque todavía

del pueblo por su restauración re-

cientemente terminada.

Excursus Ultimos años de Zorobabel.

— No

deja de llamar

la

aten-

ción que Zorobabel, que tan brillantemente intervino en

el

ESD.

t>.

EXCURSUS IX

141

de los ácimos por siete días, pues habíales llenado

ta

de gozo Yahvé trocando en su favor, en

de

la

Dios de

el

restablecimiento de

corazón del rey de Asiría

forma que

tal

casa de Dios,

el

la

Comunidad

aparezca súbitamente de

la

sostuvo en

les

la

obra

Israel.

judía en Jerusalén,

des-

escena sepultado en completo

ol-

meteoro fugaz que no deja rastro de sí. Entre la restauración del templo (6, 15) en 516 y la caravana conducida vido

:

por Esdras

1 ss.)

(7,

¿Qué pasó en

en 458 median cincuenta y ocho años. tiempo? ¿cual fue la actividad

este espacio de

de Zorobabel, gobernador de Judá ? ¿nada hubo importante, digno de conservarse en la historia ? O más bien diremos

que hubo que

el

mucho

algo de relieve, y aun de



relieve,

pero

autor creyó prudente sustraerlo a nuestras miradas

cubriéndolo con

mentos

se

el

velo del silencio

Cierto que los docu-

?

mantienen mudos en este punto

;

pero a

dios indirectos

;

la

conjetura,

con

tal

que

de

falta

éstos quizá nos sea dado levantar un tanto el velo por se presente

mecon

mayor o menor plausibilidad, está en este caso perfectamente justificada. Por este camino varios autores,

caracteres de

y en particular Sellin en Serubbabel y también en Studien, han ensayado de proyectar algún rayo de luz en este oscuro y más concretamente en actividad de Zorobabel. período de

la historia,

la

persona y

(Studien II p. 162). no vino con la primera caravana (Sellin distingue Zorobabel de Sesbasar), Este,

según

Sellin

sino que se puso al frente de otro

grupo hacia

el

año 520.

llegada de este descendiente de la casa real de David

Con

la

con

las

con

la feliz

magníficas profecías de

Ageo

;

y Zacarías, y luego

restauración del templo, se reanimó

la

esperanza

mesiánica, y brillaron de nuevo ante los ojos del pueblo los

esplendores de un magnífico porvenir.

Los unos

se

mantenían dentro de

la

esfera espiritual

;

y

142

en

ESD.

tal

EXCURSUS IX

6.

sentido entendían las palabras de los profetas. Otros,

empero, veían ya resurgir

antiguo reino de David, con su

el

independencia, con toda su gloria. Estos, teniendo por cosa

indigna continuar sometidos a una potestad pagana, creye-

ron llegado

el

momento de

independientes, resucitando

levantar bandera y proclamarse trono de David y ¿ quién ha-

el

;

bía de ocuparlo sino el descendiente del

gran monarca, Zo-

robabel? Este, o por debilidad, o por ambición, o por entu-

siasmo religioso, se

ello es

que

se dejó llevar de la corriente

y

proclamó, o se dejó proclamar rey. El castigo no se hizo esperar. Enterado

condenó

sa de lo que pasaba en Jerusalén,

Gobierno per-

el

al

efímero mo-

narca por delito de alta traición y le hizo ejecutar y cuanto de nuevo se había hecho en la ciudad fué arrasado al suelo. ;

A

Zorobabel los judíos

un poder impío y

le

le

tuvieron por víctima inocente de

precisamente este mártir es

la

el

;

y ca-

nombre de Siervo de Yahvé.

pítulo 53 bajo el

En

la aureola de mártir que describe Isaías en el

circundaron de

conclusión-resumen con que cierra Sellin sus

quisiciones en Serubbabel (p. 208

s.)

dice:

«Mucho de

dis-

que

lo

llevamos expuesto lo tenemos nosotros por puramente hipotético.

Pero

presentado

tres

puntos hay que constantemente se nos han

como probables

proclamado rey

;

del Deuteroisaías,

:

Zorobabel fué verdaderamente el Siervo de Dios individual

Zorobabel es

murió por consiguiente como mártir

;

fi-

nalmente, entre Zorobabel y Nehemías-Esdras Jerusalén fué añade: «Esuna vez más devastada, el templo destruido.»

Y

tos tres resultados,

de los cuales

al

menos

el

primero y

el

tercero tenemos por bien asegurados, constituirían las líneas

fundamentales para

la

futura reconstitución de la historia de

aquel saeculum obscurum.»

Más sobrio y reservado se muestra Kittel conténtase con decir que Zorobabel, viendo el horizonte político de entonces muy oscuro, en previsión de posibles ataques creyó :

ESD.

EXCURSUS IX

6.

143

poder, o de todas maneras se lanzó a reconstruir los muros

de

la

ciudad sin

la

debida autorización del Gobierno persa.

Esto excedía, naturalmente, quien en consecuencia

fué

las atribuciones del

gobernador,

depuesto de su cargo

(cf.

c.

I.

430-438, 459-462).

p.

Que

de un período de cerca de sesenta años nada diga

el

autor no deja, ciertamente, a primera vista de extrañar. Pero a

poco que

muy

se reflexione quizá desaparezca, o

quede siquiera

atenuada, nuestra maravilla. Téngase por de pronto en

cuenta que nuestro libro no contiene una historia seguida, sino el

que

autor

esencialmente fragmentaria.

es

relato de

el

un largo período

No

quiso darnos

su propósito se limi-

;

taba a poner de relieve algunos acontecimientos que

gaba de singular importancia, y que en realidad a dos:

restauración del templo y

la

él juz-

se reducían

actividad de Esdras.

la

Y

pudo ser también que de sólo éstos poseyera los documentos necesarios para tejer la historia. Además, ¿quién puede asegurarnos que entre la restauración del templo y la vuelta de Esdras tuviera lugar en

bastante relieve que

episodio de

transmitido la

a.

las

la

Comunidad

se

generaciones futuras

judía algún

juzgase digno ?

ser

vida en Jerusalén durante ese período se deslizara ordi-

y aun primer entusiasmo

naria y monótona, sin episodio alguno sobresaliente

no

de

Es muy posible que

sería de extrañar que,

disminuido

el

religioso, la piedad del pueblo fuera languideciendo,

infiltrándose abusos, y la

Comunidad

;

fueran

viniese a caer en

una

especie de inercia, sin producirse nada merecedor de especial relato.

Por

lo

mos que de ser

él

que toca en particular a Zorobabel, mucho duda-

llegara a persuadirse, el

como

insinúa Kittel, p. 461,

destinado para futuro Mesías. Pero lo que

cae perfectamente dentro

es que, dadas las circunstancias históricas en

marcada hostilidad de



de los límites de la verosimilitud

que vivía y

la

los pueblos circunvecinos, creyera pru-

144

ESD.

6.

EXCURSUS IX

dente prepararse contra toda eventualidad fortificando Jerusalén

muy

y es

;

posible que, o por lo urgente de tal medida

o por suponer que merecería

aprobación del Gobierno

pasara adelante sin pedir antes

central,

autorización.

Que

la

la

correspondiente

Autoridad persa no aprobara

proce-

taj

quizá recelando algún conato de independencia,

der,

mente

comprende

se

de su cargo

al

tura



;

si

fácil-

y en tal caso es natural que depusiera gobernador. Si todo esto que no pasa de ser ;



mera conjetura la

la

pero

ciertamente,

plausible,

;

al

conje-

fin

todo esto, decimos, responde verdaderamente a

realidad, nos suministra ello explicación satisfactoria del

observado por el autor, quien juzgó prudente omitir un episodio desagradable y poco honroso para el jefe de la Comunidad judía y nos descubre el motivo probable de la

silencio

;

súbita desaparición de Zorobabel.

Cuanto a

la

coronación del mismo como rey, a sobre todo a

ción del templo, y

Siervo de

Yahvé

descrito por Isaías,

no hay por qué

nernos en refutarlo, pues no ofrece todo

lo

ello ni el

y aun por ventura no califique de puro juego- de fantasía.

carácter de probabilidad

Y

la destruc-

su identificación con el

;

dete-

más

ligero

falte

quien

puesto que hablamos de Zorobabel y Sesbasar, no será

fuera de propósito mencionar siquiera los variados juicios

que, en la hipótesis de

época,

el oficio,

Ambos

1)

del

el

la distinción, se

han emitido sobre

origen de dichos personajes.

vinieron juntos del destierro con

tiempo de Ciro

oficio le substituyó

la

;

la

caravana

como gobernador, en cuyo Zorobabel. Es la opinión más

Sesbasar

más

tarde

común. 2)

Sesbasar regresó con

a Jerusalén, donde ejerció el

la

caravana

al

tiempo de Ciro

cargo de gobernador.

Más

de, hacia el 520, a los principios del reinado de Darío,

babel

condujo

Studien II

una

p. 162).

segunda cara\'ana a Jerusalén

tar-

Zoro-

(Sellin.

;

ESD.

7,

1-2

liS

VII. 1 Tiempo adelante de estos sucesos, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras, hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Helqías, 2 hijo de Sallum, hijo

Sesbasar fué

3)

tal

vez enviado por Ciro

—sin

que em-

pero condujera ninguna caravana propiamente dicha rusalén,

con

objeto de restaurar

el

como tampoco

templo.

sumo sacerdote Josué,

el

nunca estuvo en

el

destierro

el

;

ni era,

—a

Je-

Zorobabel, de Josedec,

hijo

por otra parte, descen-

diente de David (Kosters, Wiederterstellung, p. 26

s.

Caravana conducida por Esdras a Jerusalén.

38-40).

C. 7-8

Esdras, revestido de grande autoridad por un rescripto de Artajerjes, conduce su caravana a Jerusalén

La narración consta de dos paralelas entre el

En

sí.

la

decreto del monarca,

el

8) deja hablar al

nudo

(c.

7),

pueden llamarse

cuyo centro ocupa

autor da brevemente una idea ge-

neral de los acontecimientos, (c.

partes, que

primera

mientras que en

segunda

la

mismo Esdras, quien cuenta por me-

que se había dicho a grandes rasgos en la primera. El autor nos presenta la persona de Esdras, cuya genealo

logía nos da cita

1-6

7,

por extenso

;

el

describe sucintamente

el

mente nos muestra a Esdras dando gracias insigne favor v. 27-28. Lista de

preparativos para

viaje v. 7-10

rescripto de Artajerjes v. 11-26

el viaje v.

;

y Dios por tan

repatriados

los

15-30

a

;

final-

;

8,

1-14

viaje y llegada a Jeru-

salén v. 31-36.

Genealogía de Esdras

Se notan en

ella

dos lagunas.

En

7,

el

1-6 v.

1

Esdras se dice

hijo de Seraías pero éste es precisamente el sumo sacerdote que fué entregado a la muerte en Ribla por Nabucodonosor el año 588 (4 Reg. 25, 18-21) y como entre 588 y 458 median ;

;

f

o

146

esd.

3-6

7,

de Sadoq, hijo de Ahitub, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, 4 hijo de Zerahías, hijo de

Uzzi, hijo de Buqqi, 5 hijo de Abishua, hijo de Piñenas,

Aharón sumo

hijo de Eleazar, hijo de

sacerdote.

6 Este tal Esdras subió de Babilonia

;

y era

él

es-

no menos de ciento treinta años, claro está que Esdras no puede ser hijo inmediato' de Seraías. Que éste, por otra parte, sea realmente el sumo pontífice mencionado se ve claramenVulg. 6, 13 s. Otra laguna se advierte te por 1 Par. 5, 39 s. ;

entre Azarías y Meraiot, donde se omiten seis miembros, desde Amarías hasta Jonatán, miembros que se

tn

el

v.

3,

leen en 1 Par.

5,

33-35; Vulg.

La primera laguna obedece

7-9.

6,

a

un propósito consciente del

autor. Seraías fué padre de Josedec (Yehosadaq), que fué

vado

al

destierro (1 Par. 5, 40

dieron en 12, 10

s.,

el

sumo

s.)

;

y sus hijos que

le

sacerdocio, se hallan enumerados en Neh.

de donde cabe concluir que Esdras descendía de Se-

como

por uno de sus hijos menores. Ahora bien:

raías

lle-

suce-

autor quería mostrar que Esdras procedía de

el

de los

la línea

sumos sacerdotes, y entre sus progenitores el primer sumo sacerdote era Seraías, a éste nombró, saltando a los demás intermedios, que no le interesaban.

La

otra laguna, por

el

contrario, es probablemente for-

con Amarías (1 Par. 5, 33), saltando los nombres intermedios hasta Meraiot exclusive. Ejemplos parecidos de confusión de nombres, o en general de vocablos, son bien conocidos. Ni tamtuita

:

se debería a la confusión de Azarías (1 Par. 5,36)

poco faltan casos en que dese 6. v.

la

la

omisión fué voluntaria

genealogía de Jesucristo en Mat. Ti"!D

*I3^D

es título

11 donde también

el

honorífico,

monarca

1,

como

se lo da,

;

recuér-

1-17. se

ve por

el

pero que corres-

ponde perfectamente a la realidad. La segunda voz pronto, de donde hábil, experto, y en tal acepción

significa se

toma

ESD. 7, 6

Ley de Moisés, que

criba experto en la

de Israel

y otorgóle

;

147

como que

rey,

el

en los únicos tres pasajes donde se

lee,

Yahvé Dios mano de Yah-

dió la

16, 5

Is.

Prov. 22,

;

y en este último se hallan las dos voces juntas, exactamente como en el nuestro. El primer vocablo sofer fué tomando con el andar del tiempo varios matices en su 29

Ps. 45, 2

;

;

La fundamental

significación. escribir,

anunciar

mente en Jud. 5, mente dentro del

14,

ejército,

modifican

autores

el

8,

si

bien es de advertir que no pocos

texto.

En

un príncipe

efecto dicho título

2 Sam.

es la del verbo sajar, contar,

Antes de la monarquía se lee únicadonde indica un dignatario y probable-

etc.

17 se da

al

Reg.

4

4

Reg.

al

Rabsaces se cuenta

12, 11 el sofer del rey está

En

templo.

la

mente escribe

;

al perito

lo

En

corte enviados

en

el arte

cual parece

sofer

el

encargado de

Jer. 36, 26.32 se dice de Baruc, y

bablemente sino

de

podemos

en

que en

secretario del rey o del Estado.

4 Reg. 18, 18. 37, entre los dignatarios de

como embajadores

19 recibe

25,

del ejército, mientras

las

;

y en

obras del

no indica pro-

y que

escribir,

real-

concluir del v. 18,

donde Jeremías pronuncia las profecías, y Baruc las va escribiendo como también de la antítesis entre los títulos que en el v. 26 se dan a Jeremías y a Baruc respectivamente. Idén;

significación tiene en otros pasajes

tica

cuchillo del sofer (Jer. 36, 23), o del

donde

punzón

se

habla del

del sofer (Ps. 45,

o del tintero del sofer, que llevaba en la cintura (Ez.

2),

2.3).

alta

9,

Esta misma significación y al mismo tiempo otra más se refleja en Jer. 8, 8, donde se habla de explicaciones

falsas de la

Ley

ya

como

el

sofer

escritas

por

los soferim.

intérprete de

la

Aquí

se

nos ofrece

Ley, que es precisamente

vocablo en nuestro pasaje, y que se describe más por menudo en el v. 10. La mano de Dios se

la

fuerza que tiene

el

extiende para proteger,

como aquí (cf. 8, 18; Neh. 2. como en Deut. 2. IS Ruth.

etcétera), o para castigar,

:

8.18, 1,

13.

148

7, 7-9

esd.

vé su Dios velaba sobre

cuanto

él,

ron un cierto número de los hijos de

Y

7

le pidió.

subie-

de los

Israel,

sacerdotes, de los levitas, de los cantores, de los porteros y de los natineos a Jerusalén el año séptimo del

Y

rey Artajerjes. 8

año séptimo

el

llegó a Jerusalén

del rey. 9

Y

Viaje

La expresión

7.

el

quinto mes, en

fué asi que para

7,

primer

el

7-10

hijos de Israel

no abarca aquí todas

las

diferentes clases, sino que se limita a los laicos. Sobre los

varios órdenes que se nombran, jes (nosotros

el

En

9.

ID"

;

«él,

36

ss.

Como

comenzó

;

Artajer-

véase

a reinar en 465,

la si-

séptimo año era 458.

8. El quinto mes mismo año séptimo de

1

2,

sostenemos que fué Artaj. primero

discusión en su propio lugar)

gúese que

cf.

vez del es

era

Ab (=

participio

decir,

primer día del primer

Julio-Agosto)

Esdras, 'mies

el

con

léase

ordenó,

(Nisan

día 12 del

LXX

fijó

la

el

;

la

perfecto

subida».

= Marzo- Abril)

de del comienzo de los preparativos dicha no empezó sino

dentro del

;

Artajerjes.

El

se entien-

marcha propiamente

mismo mes

(8, 31).

Llega-

ron a Jerusalén el quinto mes, y precisamente el día primero emplearon por consiguiente cuatro meses exactos y si se descuentan doce días, es decir, si tomamos como punto ;

;

de partida

distancia entre

(8,

31), el viaje

duró 108

días.

La

Babilonia y Jerusalén a vuelo de pájaro es pero es claro que la caravana no vino di-

de unos 800 km. rectamente,

Ahava

el río

sino

;

probablemente

por

Karkemis,

teniendo

que dar una gran vuelta, con lo cual se alargaría la distancia hasta quizá unos 1.400 kms. Vienen a resultar unos 12 o 13 kms. por día, lo cual no es, ciertamente, poco, si tene-

mos en

cuenta que iban mujeres y niños, y sin duda gran

cantidad de bagajes.

LSD.

mes primero

149

subida de Babilonia, y día primero del quinto mes llegó a Jerusalén, como

dia del el

10-11

7,

que

mano

la

la

él

'fijó'

de su Dios velaba favorablemente sobre

10 pues Esdras tenia puesto su corazón en estudiar

él,

Ley de Yahvé y practicarla, y en enseñar en Israel derecho y justicia. 11 Esta es la copia del rescripto que dió el rey Artala

La causa

10. *s

decir,

del favor de

Dios era

piedad de Esdras,

la

perfecto cumplimiento de su oficio sagrado de

el

que consiste en estudiar la Ley (cf. Ps. 119, 45. 155 1 Par. 28, 8 2 Par. 14, 4), no sólo para conocerla, sino tamsofer,

;

;

bién para practicarla, y luego enseñarla al pueblo (cf. 2 Par. 17, 9). Todo esto hacía Esdras, y era por consiguiente un escriba perfecto.

Rescripto

Introducción del autor de

Arta jerjes

de

11

v.

;

7,

11-26

Salutación

12

v.

Facultad de a Jerusalén y objeto del viaje v. 13-14 consigo los demás dones del rey y de sus consejeros,

ir

;

llevar

y de todos los demás, con para los sacrificios, y todo

lo

cual se procure las víctimas

lo

demás que

necesite para la

casa de Dios lo adquiera a cuenta del fisco regio

Y

Permiso

;

dirigiéndose a los tesoreros de

la

gran provincia

v.

les

15-20.

ordena

que den a Esdras todo cuanto les pida, a fin de que el culto del templo se practique ordenadamente y como se debe y les hace saber además que todos los ministros del templo ;

están exentos de pagar los impuestos v. 21-24. Finalmente, dirigiéndose de nuevo a Esdras, des, v.

le

concede amplias faculta-

y amenaza con severas penas a quien no

obedezca

25-26. 11.

criba,

Júntanse aquí los dos

como también en

títulos,

de sacerdote y de es-

los vv. 12 y 21

;

Nch.

8,

9

;

12, 26.

150

esd.

7,

jerjes al sacerdote Esdras,

12-13

escriba;

el

experto en los

preceptos de Yahvé y ordenanzas a Israel

:

12 Artajer-

rey de reyes, a Esdras sacerdote, escriba consuma-

jes,

do en

Ley

la

del

Dios del

cielo, etc.

13 Por mí ha sido

decretado que quienquiera del pueblo de Israel, de los sacerdotes y de los levitas que se hallan en mi reino,

El autor concreta más

el

segundo diciendo que era escriba

de los preceptos..., es decir, que conocía e interpretaba la

Ley

cf

;

12.

.

v. 12.

Rey de

reyes,

como en

Ez. 26, 7 se dice de Nabu-

codonosor, título que no era mera hipérbole, pues dominaban en realidad sobre muchos reyes que les eran tributarios. Kittel (l. c. p. 577. 581) piensa que el título de escriba tiene en boca del monarca un alcance muy particular. Es muy probable, dice, que en

la cancillería

del imperio habría

una

sección que se ocuparía de los negocios de los judíos, y es-

pecialmente de lo

blo lo

parte religiosa, la

esencia

como que la religión era misma de la vida del pue-

y es natural que de dicha sección formasen parte por menos algunos judíos, y que al frente de la misma estu;

un hombre que conociera perfectamente

viese to

la

que constituía como

la

Ley, pues-

que en conformidad con ésta habían de resolverse

cuestiones que se ofrecieran

:

este

hombre debió de

las

ser Es-

y por ahí se ve toda la fuerza del título que le da Artajerjes escriba de la Ley del Dios del cielo. Estas observaciones, de suyo muy puestas en razón, parece confirmarlas dras

;

;

el

que en realidad

existía

en

la cancillería

una especie de co-

mité que se ocupaba de cuanto se relacionaba con los dere-

chos de los templos de Egipto (Kittel, 13.

p.

581 no'a).

El permiso de repatriarse es general,

excepción

;

sin

ninguna

nadie es forzado a partir, pero a los que quieran

hacerlo se les concede amplia libertad.

;

tsu.

deseare

14-1 ü

r,

L51

a Jerusalén, contigo vaya; 14 ya que tu de

ir

parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a

pasar visita en Judá y en Jerusalén ateniéndote a

de Dios que está en tu

y oro que Israel

mano

la

Ley

15 y para llevar la plata rey y sus consejeros ofrecen al Dios de

el

;

que tiene su sede en Jerusalén

;

16 y toda la plata

y oro que pudieres hallar en toda la provincia de Babilonia, junto con las ofrendas del pueblo y de los sacerdo-

14.

Sobre

bién en los vv. 15. 28, el

Consejo

de

real, los

cf.

Esth.

;

ver

el

14: eran los que formaban

Judea y en particular Jeruestado en que se hallaban desde el punto de la

Ley, cuyas disposiciones,

vista de la

laban por de pronto bién a la

1,

consejeros natos del monarca. El objeto

misión era inspecionar

la

salén

consejeros, que se mencionan tam-

los siete

Naturalmente

civil.

como

es sabido, regu-

vida religiosa, pero alcanzaban tam-

la

el

resultado de dicha inspec-

ción había de ser cortar abusos, introducir reformas.

mano

presión que está en tu

La

es interpretada de varias

ex-

ma-

No

quiere decir que Esdras tenga en su posesión y lleve consigo un ejemplar determinado de la Ley, el único neras.

que

reviste

carácter oficial

algo nuevo (Bertholet)

:

ni

(Siegfried)

ni

;

que contuviera

que de todas maneras fuese uno

de los volúmenes que sin duda corrían de

la

Ley (Batten)

Ley en general, de

la

que posee Es-

sino que se trata de la

como justamente lo entienRyle den y Kittel (p. 582). La justificación de esta exégesis la encontramos en v\ v. 26 donde también de la sabiduría y prudencia de Esdras dice el monarca que está en tu mano

dras un conocimiento perfecto,

;

es bien cierto

que no se trata aquí de algún objeto que

y tenga Esdras en su mano, sino de una cualidad que posee. 15-20.

Nótese en

El el v.

monarca 16

la

se

muestra generoso en extremo.

provincia de Babilonio, que aparece con

152

esd.

tes,

que ofrecen para

Por

lo tanto, ten

la

7,

casa de Dios en Jerusalén. 17

cuidado de procurarte con este dine-

ro becerros, carneros, corderos y sus correspondientes oblaciones y libaciones

de

;

y

los ofrecerás sobre el altar

casa de Dios en Jerusalén. 18

la

Y

que a

lo

y a sobrante de

hermanos pareciere bien hacer con el plata y oro, hacedlo en conformidad con

tus la

Y

que

voluntad

te dieren

para

servicio de la casa de tu Dios, depónlos ante el

Dios

de vuestro Dios. 19 el

la

ti

de Jerusalén. 20

Y

lo

los utensilios

demás necesario para

Dios que tuvieres tú que procurarte, de la tesorería real. 21

Y

te lo

la

casa de

procurarás

ordeno yo, Artajerjes, rey, a

todos los tesoreros de Abar-nahara que todo cuanto les

Ley

pidiere el sacerdote Esdras, escriba de la

puntualmente se otorgue

del cielo,

;

Dio?

del

22 hasta cien talentos

de plata, cien coros de trigo, cien batos de vino, cien

frecuencia en Daniel,

provincia de

Media

viértase en el v. 18

;

v.

gr. 2, 48. 49

en

6,

cómo

8

la

;

3, 1.

provincia

En

Esd.

"de

Judea.

deja a Esdras y a sus

6,

2

la

Ad-

hermanos

grande libertad en el empleo del dinero, pero observando que ha de hacerse todo conforme a la voluntad de Dios. 21.

porque

Léese aquí un encabezamiento parecido lo

que sigue hasta

el

v.

al del v. 13.

24 inclusive contiene una

orden especial dirigida a los oficiales del tesoro, a quienes manda que den a Esdras todo cuanto les pida, aunque luego en

el v.

22.

siguiente pone sus limitaciones.

Un

talento de plata

-

3.000 siclos

=

unas 9.400 pe-

por consiguiente, se le podía dar a Esdras hasta casi un millón de pesetas. 100 coros de trigo = unos 36.400 litros. 100 batos de vino = unos 3.600 litros. Se añadían otros tantos batos de aceite y cuanto a la sal, sin medida. setas

:

;

esd.

^3-1*5

7,

Que todo cuanto

batos de aceite, y sal sin tasa. 23

ordenado por tud para cite

Dios del cielo se haga con toda

el

su ira contra

levitas,

está

solici-

casa del Dios del cielo, para que no se ex-

la

el

reino,

cemos también saber que ni

153

a

Os

rey y sus hijos. 24

el

ninguno de

ha-

los sacerdotes,

cantores, porteros, natineos y ministros de

esa casa de Dios hay facultad para imponer tributo, im-

puesto ni peaje. 25

Y

tú,

Esdras, conforme a

nombra

duría de Dios que tú posees,

que administren

Y

sabi-

pueblo de Abar-naha-

el

la

Ley de

tu

Dios

;

quiere que todo esto se cumpla puntualmente, no

sea que se inflame

Según

24.

todo

todos los que conocen

ra, esto es, a

23.

justicia a

la

escribas y jueces

la ira

Tosefo.

de Dios contra

Ant. XII.

3,

Grande declaró exentos de impuesto

3,

al

el

reino.

también Antioro

el

Senado, a los sacer-

dotes y escribas del templo. Nótese que para dar en cierto

modo mayor

énfasis a

su orden se dirige aquí

a los oficiales directamente en

Se confieren

25.

traordinarios.

La.

a

el

monarca

segunda persona.

Esdras poderes verdaderamente ex-

voz sabiduría de

tu

Dios no ha ce

inter-

pretarse, a nuestro juicio, del libro material de la Ley, sino

Las dos voces pO&p y IT" de suyo significan lo mismo. jueces pero como es probable que el autor no cayó en una mera tautología, podemos interpretar la primera en el sentido de escribas, cuyo oficio era interpretar, explicar la Ley, y la segunda en el de jueces, que debían dar sentencia y di-

más

bien del contenido del libro

;

cf. lo

dicho en

el v. 14.

:

rimir los litigios.

De

ahí cabe concluir que la jurisdicción de

Esdras no se limitaba a

la

esfera estrictamente religiosa, sino

que se extendía aun a los asuntos civiles, que habían de ser juzgados en conformidad con la Ley. Dicha jurisdicción en términos del rescripto alcanza a todo el pueblo de Abar-

154

esd.

26-28

7,

y a quien no la conociere enséñasela. 26 Y a quienquiera no cumpla la ley de tu Dios y la ley del rey, que sin vacilaciones se dicte contra él justa sentencia, con-

denándole bien a muerte, bien multa, bien a

Yahvé Dios de nuestros

Yahvé en Jerusalén

;

28 y

me

casa de

la

hizo hallar gracia ante

pero luego se precisa más en particular de qué

;

pueblo se trata

Esdras

padres, que

corazón del rey para glorificar

así dispuso el

práctico

una

destierro, bien a

la cárcel.

27 Bendito sea

Nahara

al

;

;

:

son

que conocen (con conocimiento

los

por consiguiente, y practican) la Ley del Dios de por es decir, los que viven conforme a dicha Ley ;

tanto los israelitas dispersos en toda se añade

Esto se

Y

:

no

a quien

la

conozca se

Y

gran provincia.

la

daréis a conocer.

la

en imedio de

refiere a aquellos judíos que, viviendo

pueblos paganos y en continuo contacto con ellos, habían ido perdiendo poco a poco su propia manera de ser, hasta tener

olvidada

Ley y abandonadas sus

la

bién éstos caían bajo

la jurisdicción

prácticas.

de Esdras

;

Tam-

pero éste

no debía dejarles abandonados en su ignorancia, sino que había de ejercitar con ellos un verdadero apostolado. La frase, pues, no ha de entenderse de los gentiles que no conocen

la

Ley

judía,

y del proselitismo que

se permite a

Es-

dras practicar con los mismos, sino de los que por sangre

pertenecen

al

pueblo hebreo.

decreto, ni

tampoco

cerlos. Sin

duda no

no

se dice le

De si

los prosélitos

no habla

el

tenía Esdras facultad de ha-

estaba prohibido, pero positivamente

se le autoriza para ello

:

se prescinde.

Que

los prosélitos,

caso de haberlos, pudieran ponerse bajo la jurisdicción esdrina es probable 26.

Sobre

la

;

pero aquí no se especifica.

Ley de Dios ponía

el

rey todo

el

peso de

su autoridad, y por esto venía a ser también ley del monar-

ESD.

el

EXCLRSUS X

7.

156

rey y sus consejeros y todos los altos príncipes del

Yo

rey.

pues tomé ánimo, ya que

la

mano

de Dios ve-

número de

laba sobre mí, y junté de Israel a un cierto los principales para que subieran conmigo.

y en consecuencia sus infractores se hacían reos de las penas señaladas para los que violaban las leyes civiles. Las

ca,

que aquí se enumeran son terpretan excomunión

ambos

ceptible de

:

el

muerte, destierro (algunos

:

verbo gnu»

sentidos, que son

más

in-

Ps. 52, 7, es sus-

cf.

bien matices), con-

fiscación de bienes o multa, prisión.

Acción de gracias de Esdras

Ante tanto

'favor,

7,

27-28

que reconoce venirle de

lo alto,

Esdras

exhala sus fervorosos sentimientos de profunda gratitud. For-

y protegido por la mano de Yahvé (cf. lo dicho en v. 6), se decide a poner manos a la grande obra, y reúne a los personajes más en vista que iban a emprender con él la vuelta a la patria. Nótese que con el v. 27 encontramos de nuevo la lengua hebrea. talecido así

Excursus. Autenticidad

Neh.,

p. .S07)

decreto.

del

que «de todos

— De

los

éste

dice

que inspira mayor desconfianza»

el

Hólscher

niega resueltamente que

517)

(Ezra-

documentos oficíalo en estos

nuestros libros es (p.

Batten

auténtico, y añade que ciertos elementos

del

el

;

y

decreto sea

mismo

clara-

mente delatan un falsario judío. Las razones aducidas son: el matiz acentuadamente judío que aparece en la terminoloel tono cordial que en gía y en el conocimiento de la Ley ;

todo

el

rescripto

se

hace sentir

;

la

inverosimilitud de que

tan enormes cantidades se concedieran a un pobre sacerdote judío

;

la

grande estima que

se

muestra de

la

Ley

:

final-

156

ESD.

EXCURSUS X

7.

mente, y sobre todo, lo que «sobrepuja toda probabilidad» y que «debe darse absolutamnte por descontado» son los extraordinarios poderes que «en realidad hacían de ese sacer-

dote judío

la

suprema autoridad en toda

la

provincia de Si-

ria».

Hemos dinario

de confesar que algo y aun el rescripto de Artajerjes

tiene

mucho de ;

extraor-

pero esto,

claro

no es por sí solo motivo suficiente para condenarlo por obra de un falsario puede muy bien ser que circunstancias de tiempo y lugar den plena justificación de las liberalidades del monarca. Por lo que toca al matiz judío, inútil insistir después de lo que dijimos a propósito de la carta de Darío (df. p. 135). Oficiales de la cancillería amigos de los judíos, y aun quizá judíos ellos mismos, podían perfectamente imprimir al documento el matiz que en él se nota. Y por ahí se explica asimismo el conocimiento y estima de la Ley, y aun el tono está,

:

cordial que a los autores tal

mencionados tanto escandaliza.

tono parecerá todavía menos extraño

mos

arriba,

cancillería

Esdras era

el jefe

que entendía en

si,

como

insinua-

de una sección especial de

las cosas del

Y la

pueblo judío. Cuanto

a las cuantiosas sumas de dinero y en especie, bien que de

suyo grandes, no pueden causar maravilla a quien tenga en cuenta quezas.

la dilatada

extensión del imperio y sus inmensas

ri-

Finalmente, por lo que se refiere a las facultades

conferidas a Esdras, es evidentemente exagerado lo que dice Batten, que

le

constituían la

suprema autoridad en toda

la

provincia de Siria («the supreme authority in the whole Syrian province», p. 307). se limitaba,

como ya

En

efecto, la jurisdicción de

dijimos, a solos los judíos

:

Esdras

sobre los

ningún poder. Las facultaconferidas sobre los miembros de su puefueron le des que blo, bien que cosa extraordinaria, no cabe calificarla de pura

demás no

ejercía absolutamente

invención, ni siquiera de improbable^

Como

los repatriados

:

ESD.

al

tiempo de Ciro llevaban

así la

de

la

EXCURSUS X

7.

157

encargo de restaurar

el

misión de Esdras iba encaminada a

Comunidad

la

el

templo,

reorganización

judía en toda la provincia de Abar-nahara

esto se desprende de

sentirse la necesidad de

Y

14.

7,

una

por cierto que bien dejaría reforma. El primer grupo

tal

de 538, una vez llegado a Jerusalén tuvo que luchar con mil dificultades, externas e internas

nos,

indigencia,

;

hostilidad de los samanta-

descorazonamiento,

y de ahí

indolencia

Hubo un momento de fervor, encendido por las insistentes exhortaciones de Ageo y Zacarías, gracias al cual se llevó al

cabo

la

reconstrucción del templo. Desde esta fecha nada

sabemos de

lo

que pasó a

mos

de juzgar por

más

tarde

el

Nehemías,

la

Comunidad

judía

que se habían introducido numerosos abusos, po social como en fluyentes,

el

pero

;

he-

si

estado en que la encontró Esdras y podemos con fundamento sospechar

religioso

así

en

personajes de los

:

cam-

el

más

in-

y entre ellos aun sacerdotes, acabaron por trabar

amistad con los medio

gentiles

samaritanos

fueron

;

fre-

cuentes los matrimonios mixtos, y naturalmente se fué aban-

donando poco

a

poco

la

observancia de

la

Ley

;

andaba des-

equilibrado el orden social, teniendo abandonados los ricos a los pobres, y sufriendo los débiles vejaciones de parte de

Y esto que pasaba en Jerusalén y Judea sin duda acontecía también, y más aún, en las regiones apartadas, donde los judíos se hallaban como perdidos en medio

los poderosos.

de

la

población pagana. Al Gobierno persiano

ta reforzar la

Comunidad

judía, pues,

cuen-

le traía

como decíamos

al ha-

blar del decreto de Darío (p. 132), bien que fuera ésta

muy

reducida, era tal su posición geográfica, en los confines del

imperio junto a Egipto, que

el

tenerla en su favor podía ser

de ayuda no despreciable para Artajerjes, tanto

más cuanto

que por aquellos años, y precisamente en 460, se había sublevado en Egipto Inaros, sublevación de tal arranque que la lucha se prolongó hasta

el

454

;

por donde se verá

si

real-

;

158

8, 1-4

ESD.

VIII. 1 Estos son los jefes de familia, con su correspondiente genealogía, que subieron conmigo, en

reinado del rey Artajerjes, a Jerusalén

de Pinehas,

Gersom

;

2

:

De

el

los hijos

de los hijos de Itamar, Daniel

de los hijos de David, Hattus, 3 de los hijos de Secade los hijos de Faros, Zacarías, y con él inscri4 de los hijos de tos como varones ciento cincuenta

nías

;

;

mente

sentía

subditos

el

necesidad de mantener

la

Y

sus

reforma había de ha-

la

si

cerse, tenía que ser tomando por base ;

todos

rey de Persia en 458, fecha en que se coloca la

vuelta de Esdras a Jerusalén.

Lev

a

fieles

y para que

la

la

acción de Esdras fuese verdaderamente

una

eficaz se le había de revestir de

cierta autoridad

habían de conferir poderes para urgir

Leído

a los recalcitrantes.

observancia de

la

el rescripto

la

y se le reforma y castigar la luz

de Artajerjes a

de estas consideraciones nada ofrece que no sea

muy

creíble,

y por tanto ningún motivo existe para dudar de su autenticidad.

Lista de los repatriados 1.

8,

1-14 (Véase Esd. 2

Sobre jefes de familia

cf.

;

Neh.

7.)

5.-2. Antes de enu-

1,

de los repatriados señala en particular merar tres, que representan: las dos primeras, dos ramas de la falas

milia

familias

casa de David

1 Par.

(c¡f.

parece echarse de 8,

Aarón

sacerdotal de

29 lleva Arcóos

(cf.

3,

Ex.

6,

25)

Ee^svioo

;

la

tercera,

la

22).—3. Después de Secanías

menos un nombre. En o

;

efecto, 3 Esd.

A

por otra parte, en 1 Par. 3, 22

Hattus aparece pariente de Secanías es pues probable que, juntando el principio del v. 3 con el v. 2, deba leerse «Hattus, de los hijos de Secanías.» Sigue la enumeración de 12 familias, que probablemente quieren representar las doce ;

:

tribus de Israel. 4.

Sobre Pahat Moab, o

el

Peha de Moab,

cf.

2,

6.—

esd. 8, 5-14

Moab,

Pahat

Eíioenai,

doscientos varones;

5

15í>

de

hijo

Zerahias,

de los hijos

canias,

hijo

de

Yahaziel,

y

rones

6

de

los

de

hijos

con

de él

y

él

[Zatoes],

Se-

trescientos

va-

Abed,

Adin,

con

de y Jonatán, y con él cincuenta varones; 7 y de los hijos de Elam, Isaías, hijo de Atalías, y con él cincuenta ;

varones

;

hijo

8 y de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de

Micael, y con

él

ochocientos varones

9 de los hijos

;

de Joab, Obadías, hijo de Yehiel, y con

él

doscientos

dieciocho varones; 10 y de los hijos de [Banis], Selomit, hijo de Josefías, y con él ciento sesenta varones

;

11 y de los hijos de Bebai, Zacarías, hijo de Bebai, y con él veinte y ocho varones 12 y de los hijos de Az;

gad, Yohanán, hijo de Haqqatán, y con

varones

;

él

ciento diez

13 y de los hijos de Adoniqam, que fueron

nombres

posteriores, y estos son sus

Elifelet,

:

Semaías, y con ellos sesenta varones

Yehiel y

14 y de los hijos de Bigvai, Utai y Zaccur, y con ellos setenta varones.

5.

Al principio parece

cí.

üsysviac;

ZaGor,:;

ut«>v

8)...»;

2,

LXX A leerse:

Baavi;

léase: 3

of.

(3

fal'ar

Esd.

un nombre

;

con

LXX A

a~o

«de los hijos de ZaOor, (Zatto

Esd. 8,

;

36

8,

32.— 10.

Bav.ac;

;

Esd.

Conforme 2,

10^3)

?

a

debe

«de los hijos de Banis o Banías.»

v. ofrece varias anomalías: por de pronto fe nombres, mientras que en los vv. anteriores se el adjetivo posteriores resulta en exseñala solamente uno

Este

13.

clan

tres

;

tremo oscuro

¿quiere decir

:

en incorporarse a de

la

misma

parte de

la

la

familia

el

autor que fueron los últimos

caravana, o más bien otros miembros de

Adoniqam, que habia formado ya

expedición de Zorobabel

dar respuesta satisfactoria.

— 14.

(2,

13)

5 j

Xo

es posible

Aquí pénense dos nombres,

;

160

esd.

15 Los reuní junto

8,

río

al

15-16

que desemboca en Ahava,

y acampamos allí tres días. Y habiendo parado mi atención en el pueblo y en los sacerdotes, ninguno encontré allí de los hijos de Leví, 16 Mandé pues por Eliezer, lo cual constituye

en

los

w.

también una excepción a

la

fórmula común

precedentes.

Preparativos para

el

viaje 8, 15-30.

Esdras despacha mensajeros en busca de levitas. Ahava parece ser aquí nombre de región, que lo daría

15-20. 15.

su

homónimo

el río

probablemente uno

a

Ahava, mencionado en

los vv. 21

y 31

de

vez mero

canal

los

afluentes

(tal

no lejos de Babilonia.

Eufrates,

del

artificial)



mucho por consiguiente de

No

esta ciudad la región de

distaría

Ahava

sobre cuya precisa identificación es inútil perderse en conjeturas,

ninguna de

cientemente

cuales cabe apoyarla en base sufi-

las

Como

sólida.

permanecieron acampados

tres

y partieron el día 12 de Ahava (v. 31), habían llegado aquí el dia 8 ó 9. Los preparativos habían comenzado ya el

días,

primero

día

extrañar:

pecha que

(cf.

no es la

7,

La

9).

fácil

ausencia de levitas no deja de

dar razón de

la

misma. Siegfried sos-

perspectiva del servicio del templo en oficios

secundarios tenía para ellos poco atractivo

encontrado en

el

destierro una

manera de

;

y

vez habían

tal

vivir

más produc-

tiva. Cf. Nikel, p. 171.

Para buscar levitas despachó Esdras una embajada de once personas nueve eran jefes, es decir, padres de fa16.

:

milia

(cf. 1, 5),

los otros

voz se aplica en Neh.

Ley

al

pueblo,

8,

podemos

dos se llaman 7-9 a los levitas

DTOD

;

como

esta

que enseñaban

la

concluir que se trata aquí de escri-

bas o quizá sacerdotes instruidos en la Ley, y que la expli-

caban

a los

demás.

1

IGL

EsD. 8, 17-L'U

Elnatan,

Ariel, Semaías,

y por Voyarib y Elnatán, doc17 y les di una comisión para iddo, jefe en el

Mesullam, jefes

rías y

tores

Yarib, Elnatan, Natán, Zaca-

;

;

lugar de Casifía, y les declaré muy en particular lo que habian de decir a lddo y a sus hermanos los natineos

en

lugar de Casifía, con

el

objeto de que nos traje-

el

sen ministros para

la

efecto, nos trajeron

—como

casa de nuestro Dios.

que

mano

la

ba favorablemente sobre nosotros



V en

18

de Dios vela-

un hombre de pru-

dencia, de los hijos de Moholi. hijo de Leví, hijo de Is-

con sus hijos y hermanos, en 19 y Hasabías, y con él Isaías de

a saber. 'Serebías'.

rael,

número de dieciocho los hijos de Merari,

número de 17.

veinte

;

;

con sus hermanos y sus hijos, en 20 y de los natineos, que David y

cuya situación

Casifía,

se ignora,

debía de ser una

colonia judía, donde vivían numerosos levitas y otros ministros inferiores del templo. Iddo sería el jefe

no precisamente

de los levitas, sino más bien de la ciudad o del distrito y no es improbable que ocupase dicho puesto por disposición :

de

autoridades

las

Sorprende que

persas.

natineos sus hermanos 1YIK1

.

se

llame

los

a

Es posible que, siendo uno

de ellos, por sus bellas dotes personales hubiera merecido

cargo que pues a

él

se

se

pretarse en

había confiado.

le

dirige Esdras.

el

el

Debía de tener influencia,

La voz

sentido de santuario

:

DIpE no ha de

inter-

sencillamente indica que

un nombre geográfico. La embajada obtuvo su efecto

se trata de 18. vitas

de

discrcció)i.

Prov. 3 El

feliz

,4

;

prudencia,

12, 8.

buen número de

éxito

lo

La

sabiduría))

:

cf.

1

atribuye cf.

le-

«Hombre

Par.

Este hombre es Serebías (omítase

anano para protegerle:

—20.

:

y natineos se decidieron a partir con Esdras.

22, el

12

:

wauV

Esdras a que Dios extiende su 7,

G;

frase fueron distinguidos

pero aquí añade

buena.

por sus nombres, que se 1

;:

162

esd. 8, 23.-22

los príncipes habían puesto

doscientos veinte natineos.

al

servicio de los levitas,

Todos fueron notados por

sus propios nombres.

21 Intimé millarnos en dirle

allí

el

un ayuno junto

Ahava, para hu-

al río

acatamiento de nuestro Dios

para pe-

;

un próspero viaje para nosotros, para nuestros pe-

queñuelos y para todos nuestros haberes 22 tanto más cuanto que me daba vergüenza pedir al rey una escolta y ;

hombres de a caballo para protegernos contra enemigos durante el viaje, pues nosotros habíamos dicho al rey

La mano

:

que

lee

en varios

le

de nuestro Dios vela en favor de todos

buscan, mientras que su cólera y su poder

los

otros pasajes,

verbigracia,

1

Par.

12,

31

16, 41 parece significar que todos los nombres fueron nota-

dos distintamente en una 21-30.

Como

lista.

preparación inmediata para

el

viaje

Es-

día de ayuno, y confía a los sacerdotes y levitas los vasos sagrados que han de llevar consigo a Jc-

dras proclama un

rusalén.

—21.

El ayuno aquí,

dos cometidos es muestra y misión a Dios

;

y su objeto era implorar y obtener

tección divina durante

tanto

más

más que penitencia por pecacomo protesta de humilde su-

el

viaje.

—22.

Y

la

pro-

esta protección era

necesaria cuanto que había rehusado

escolta

la

que el rey le había ofrecido para protegerle y defenderle de los enemigos con que pudiera tropezar en el camino y esto ;

lo

había hecho a fin de que creciera siempre

monarca

más

la

estima

poder y grandeza del Dios de los judíos. A este propósito dice hermosamente Calmet «Veritus est Esdras, ne quid minus dignum de potestate Dei

que ya tenía

el

rex animo conciperet,

si

del

nulla evidenti necessitate coactus,

cautiones adversus hostes suos

impar esset Deus populi

sibi

procuraret, quasi scilicet

sui patrocinio et tutelae.»

bsd.

pesan sobre cuantos

8,

28-29

abandonan. 23 Ayunamos pues,

le

y nos dirigimos suplicantes a

Dios

;

y se

L68

tal

propósito a nuestro

nos mostró propicio.

24 Puse luego aparte a doce sacerdotes

:

Serebías,

Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos; 25 y les consigné contado y pesado la plata y el oro y los vasos ofrenda por la casa de Dios, que habían ofrecido el rey, y ;

sus consejeros, y sus príncipes, y todos los de Israel

allí

presentes. 26 Consigné pues en sus manos, pesado y contado, seiscientos cincuenta talentos de plata, vasos de plata

por cien talentos, cien talentos de oro, 27 veinte copas

de oro por valor de mil dáricos, y dos vasos de bronce pulido, excelente, preciado

como

el

oro

28 y les dije

;

:

consagrados a Yahvé, y consagrados también los vasos y la plata y el oro son ofrenda voluntaria a Yahvé, Dios de vuestros padres. 29 Poned

Vosotros

estáis

;

cuidado en custodiarlos hasta tanto que hagáis de ellos

contados

entrega,

23.

y

pesados,

ante

los

jefes

Como

Su confianza no quedó defraudada.

de

los

Esdras

escribe después de llegado a Jerusalén. puede asegurar que

Dios escuchó sus oraciones concediéndole un G50 talentos de plata lentos de oro,

a

por

la

cierto,

—26.

6.100.000 pesetas. "Los 100 ta-

talento equivale a unas "150.000 pe-

unos 15 millones de pesetas. Suma gran

setas, vienen a ser

de,

= unos

como cada

feliz viaje.

que Batten declara imposible, atribuyéndola Meyer. empero (p. 69) quien la



fantasía del cronista.

atenúa diciendo que los 100 talentos eran de plata, pero en

oro

—reconoce

no imaginaria,

si

muy

bien ser real y se tienen en cuenta las inmensas riquezas

que

tal

cantidad puede

del imperio persa.

28-30.

Esdras.

al

todas estas riquezas,

entregar les

a

los

sacerdotes y levitas

exhorta a que

las

custodien con

ESD.

8,

30-33

sacerdotes y los levitas, y los jefes de familia de Israel,

en Jerusalén, en los aposentos de

casa de Yahvé. 30

la

Hiciéronse pues cargo los sacerdotes y los levitas de la plata, el oro y los vasos, todo contado y pesado, para transportarlo a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios.

31 Pusímonos en marcha desde del

el rio

Ahava

el

primer mes para encaminarnos a Jerusalén

mano

;

doce y

la

de nuestro Dios estuvo velando sobre nosotros,

y nos preservó de enemigos y asechanzas en el viaje. 32 Llegamos a Jerusalén, y por tres días nos estuvimos quedos. 33 Al cuarto día se consignó, pesado y contado, la plata y

oro y los vasos en

en las manos del

Dios,

Urías ellos

el

;

y junto con

él

la

casa de nuestro

Meremot,

sacerdote

hijo

de

Eleazar, hijo de Pinehas, y con

Yozabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binnui,

los vasos y demás utenson cosa sagrada, y que el oro y la plata están destinados a Yahvé, y que ellos mismos son santos, y que, por

todo cuidado, recordándoles que silios

tanto, a tal santidad debe corresponder su conducta.

Viaje y llegada a Jerusalén

31

.

Por

fin se

emprende

la

marcha

mes, Nisan, por consiguiente hacia dense

las fechas

de

7,

9

;

8,

15.

el

Por

8,

31-36

el día

12 del primer

28 de marzo. Recuérel

feliz

éxito del viaje

Esdras expresa de nuevo su agradecimiento a Dios, que los libró de todo enemigo y de toda asechanza, sin que precise empero si tuvieron que resistir algún ataque, o bien si prosiguieron y terminaron la jornada en perfecta paz, sin que nadie les molestara.

No

32-34.

pero por

7,

se da aquí la fecha de la llegada a Jerusalén,

8-9

sabemos que fué

el

día primero del quinto

ksd.

levitas

:

34-36

8,

165

34 todo en número y en peso

aquella ocasión

peso

el

;

y fué notado en

por escrito.

total

35 Los inmigrados del destierro, los hijos de vidad, ofrecieron holocaustos

al

la cauti-

Dios de Israel

doce

:

toros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta

y siete corderos, doce machos cabrios en sacrificio de expiación todo en holocausto a Yahvé. 36 Entonces :

entregaron los decretos reales a los sátrapas del rey y a los gobernadores de Abar-nahara

taron su apoyo

Ab (=

mes,

pueblo y a

al

la

y éstos pres-

Julio-Agosto), por tanto hacia

(véase lo dicho en

7, 9).

15 de Julio

el

Es natural que después de tan largo tomaran algún descanso. Repuestas

y sin duda penoso viaje un tanto las fuerzas se procedió

notando puntualmente

traía,

;

casa de Dios.

la

al

inventario de cuanto se

cantidad de

moneda y

el

peso

de los vasos sagrados.

En

35-36.

gracias por

acción de

la

protección divina

ofrecieron los recién venidos holocaustos a Yahvé. Sobre los

inmigrados del destierro y los hijos de l-a cautividad, véase lo dicho en 2, 1. La voz persiana que se traduce comúnmente

por sátrapas no

se lee

en otro pasaje de Esd., pero

Esth. 3, 12 d anide se junta

asimismo con pahot

en varios lugares de Dan., verbigracia, bernadores eran inferiores a

los*

;

3, 2. 3.

en



8, 9 etc.,

27.

y

Los go-

sátrapas. Estos, visto el res-

cripto de Artajerjes (7, 21-24/), se

mostraron en todo favora-

bles a Esdras.

Excursus. Los documentos árameos. 8-6,

1-18

;

7,

— La

sección aramea de Esd. 4,

11-26 constituye una nota característica,

que

naturalmente llamó no poco la atención de los autores. Consta de

dos elementos, primario y secundario. El primero

forman documentos

oficiales

y semioficiales

;

lo

es decir, car-

:

166

ESD.

EXCURSUS XI

8.

monarca

tas dirigidas aj rey, o escritas por el

;

el

segundo,

breves observaciones del autor.

Documentos

Rehum y sus Respuesta del rey 4, 17 Carta de Tattenai y sus Respuesta del rey 6, 2 Carta de

compañeros

4,

11 b-16.

5,

7 b-17.

b-22.

compañeros d-12.

Decreto de Artajerjes en favor de Esdras

7,

12-26.

Observaciones del autor: 4,

6,

4,

;

17 a

;

4,

23-24

tean

1-7 a

;

6,

1-2

;

;

el

uno

literario,

histórico el otro:

1)

¿Cómo

presencia de estos escritos árameos en Esd.

El problema tener presente

y

5,

13-15

6,

;

propósito de estos documentos dos problemas se plan-

estos documentos auténticos

el

;

36-18.

A la

8-11 a

marco de Hacia el

el

explicar 2)

¿

Son

?

fácilmente

literario

?

se

resuelve

con

sólo

fondo histórico, que forma en cierto modo

los referidos

documentos.

siglo ix el Asia occidental, las regiones al

Oeste

Este del Eufrates están ocupadas por una multitud de

al

el más conocido para nosotros es el de Damasco por sus continuas luchas con Israel. En todos estos

reinos árameos

;

países se hablaba naturalmente

la

lengua aramea, de

la cual

monumentos en numerosas inscripciones, por ejemplo, las de Hadad (primera mitad del siglo 8), de Panamu a mediados del mismo siglo, de Bar Rekub (la misma época), las tres halladas en Zendjirli las dos de Nerab (siglo vn), encontradas en el sitio de este nombre (cf. G. A. Cooke, North-Semitic Insllegaron hasta nosotros

claros

;

Oxford 1903, núm. 61-05 Kittel, 1. c. p. 522, Baumgartner, ZATW 1927, 84-87). Y dicha lengua era copor nocida aun fuera de los límites de la población aramea

criptions,

:

:

4 Reg. 18, 26

vemos que

la

hablaban

así los jefes del ejército

ESD.

como

asirio

grandes

los

EXCURSUS

8.

XI

167

Ezequías

oficiales del rey

;

y de esta

ultima circunstancia es dado concluir que no pocos de

ción

Y

arameo.

el

pueblo mismo con

más

tarde penetraría sin duda aun en

Y

a la región de Samaria.

judíos que

componían

Superior,

conocían

(cf.

el

inmigración de los extranjeros, que de

la

lengua aramea trasladaron los monarcas asirios

los países de

com

aramea,

la clase

con mayor o menor perfec-

alta entre los judíos poseerían

de notar que también los

probablemente

y

por

ve

se

muy

es

colonia de Elefantina, en

la

los

hablaban

documentos

allí

el

Egipto

la

lengua

encontrados

Sayce and Cowley, Aramaic Papyri Discovered at As-

London

suan,

Cuanto

1906).

tierro, es indudable

a los

que salieron para

que se familiarizarían

con

allí

el

el

des-

arameo,

puesto que esta lengua era conocida ya de siglos en aquella

como claramente

región,

gües (cf.

demuestran

lo

los contratos bilin-

encontrados, escritos en cuneiforme y en arameo

allí

Messina, L'antico Arameo, en Miscellayiea Bíblica, vo-

lumen timo

'2

101

(1934)

que

había

véase también

;

venido

ser

a

comercial en aquellas regiones.

merario suponer que

el

p.

modo

en cierto

Siendo esto

los judíos, se servía del

cido.

Pero es más

bien que indirecta

un decreto

a

lengua

la

no es

te-

más en concreto,

arameo, que de todos era cono-

de ello tenemos una prueba positiva,

;

:

así,

úl-

Gobierno persiano, en sus relacio-

nes con sus subditos del Asia occidental, y

con

idioma este

93),

Darío expidió a

los judíos de Elefantina

propósito de los ácimos

;

y este decreto

lo

recibieron escrito en lengua aramea. Si así fué ya redactado el original,

diferente

;

o

si

más

bien se trataba de una traducción, es in-

lo cierto es

que

comunicada en arameo. colonia

de

Elefantina,

Y

monarca

les fué

a su vez los judíos de la

misma

la

disposición del

cuando escriben

goas, lo hacen también en lengua aramea

ginas

51¿6 s.).

al

gobernador Ba-

(cf. Kittel,

1.

c.

pá-

:

168

ESD.

EXCURSUS XI

8.

el fondo histórico se ofrece espontánea primera cuestión que arriba propusimos

Reconstituido asi la

La

respuesta a

la

presencia de la sección aramaica en Esdras, lejos de cau-

sar extrañeza aparece en perfecta armonía con el ambiente histórico de escritos en

la

época

arameo

;

los

el

hecho, por consiguiente, de estar

documentos que en

la

misma

se con-

tienen no es motivo alguno para dudar de su autenticidad.

Ni había por qué dujese

al

el

autor, al incluirlos en su libro, los tra-

hebreo, antes se entiende perfectamente que los

conservase en su lengua original, puesto que de todos era conocida.

Se dirá por ventura, y no sin algún fundamento, que esto sí, a los documentos, pero no a las observaciones

se aplica,

Por qué no las escribió éste en hebreo, como ? Nosotros creemos que es esto susceptible de una explicación cuando menos plausible. De lo que arriba llevamos dicho es dado muy bien suponer que el del autor.

¿

lo restante del libro

autor conocía perfectamente

de esta lengua con

la

el

misma

arameo, y que podía servirse facilidad que de la hebrea.

Ahora bien, como en aquélla estaban redactados los largos documentos que él copiaba, nada tiene de extraño, antes bien es muy natural que al pasar del uno al otro escribiera,

como espontáneamente y casi sin Jarse cuenta, las breves transiciones en la misma lengua. Un solo reparo cabe oponer a esta explicación, y es efecto, por

qué

el

6,

16-22.

No

autor escribe en arameo

se la

comprende, en dedicación del

(v.

y en hebreo la celebración de la Pascua 19-22). Quizá podría decirse que esta segunda perícopa

no

iba incluida en la

templo

más

(v.

16-18),

primera redacción del

tarde fué añadida por

suposición

no

cabe

el

mismo

libro,

y que sólo

autor. Claro que esta

fundamentarla con ningún argumento

no deja de ser plausible. Otra hipótesis pudiera proponerse relativamente a todo

positivo, pero

el

conjunto de

la

sección.

Esta habría sido un escrito ara-

ESD.

8.

EXCURSUS XI

169

maico independiente, donde se describían que habían sido objeto los judíos en

de

las hostilidades

obra de reconstruc-

la

ción del templo. Antes de 4, 8 falta una parte de dicho es-

que

crito,

tal

vez por ser demasiado difuso o por otra razón

fué sustituido por el propio relato del autor en lengua hebrea. Este añadió asimismo, y también en hebreo, la períco-

pa

lí)-22

0,

sobre

celebración de la Pascua. El autor por

la

consiguiente nada habría escrito en arameo. última explicación parezca

Cuanto a

la

autenticidad de los documentos, es claro que

no cabe, después de contra rio,

el

más

Tal vez esta

más probable.

lo

dicho,

aducir

como argumento en

hecho de estar redactados en arameo bien pudiera invocarse

tal

al

;

contra-

circunstancia en favor

mayor mismo de

de su historicidad. Los argumentos con que ésta con

ahinco se combate están tomados del contenido

Nosotros

dichos documentos.

de cada uno de los referidos

no hay por qué repetir 131

ss.

cete s

a

155

ss.

Una

lo

que

sola

examinamos ya al tratar documentos en particular y los

;

allí

expusimos (véase

observación añadiremos.

algunos autores cosa

difícil

que

Los

judíos

ran venir en posesión de los referidos documentos la

p.

;

121

s.

Parépudie-

de donde

conclusión que debieron ser ellos imismos quienes los inven-

En base a la verdad bien frágil se apoya esta concluPor de pronto, aunque ni rastrear pudiésemos por qué camino les vinieron a las manos tales escritos, no fuera esto taron. sión.

motivo suficiente para negar, o siquiera dudar, que en dad

los

poseyeron. Pudieron darse relaciones sociales que

nosotros ignoramos

;

circunstancias

personales y otras de en tales condiciones

tiempo y lugar a nosotros desconocidas resulta

reali-

muy

;

arriesgado lanzarse a sentenciar que los judíos

no tuvieron medios de hacerse con

los referidos

documentos

;

y por consiguiente la única actitud razonable es aceptar como verdadera la aserción del autor en tanto no se demuestre lo

170

ESD.

contrario.

8.

EXCURSUS

XI

El hecho indiscutible que Nehemías ocupaba un

puesto distinguido en

palacio de Artajerjes nos demuestra

el

en el destierro mantenían relaciones con la y es natural que estuvieran en contacto con los funcionarios del Gobierno y en tal situación claro está que podían muy bien conocer los decretos reales y comunicarlos

que

los judíos

corte

;

;

a sus compatriotas de Jerusalén.

Además, cuando

de un rescripto contrario a los judíos, es natural

18-22,

que éste

les fuese

como

el

se trataba

de Esd.

mostrado como

4,

justifi-

cativo de las medidas que contra ellos se tomaban. Cf. Nikel, 1.

c.

p.

135

s.

También se ha invocado contra la autenticidad de los referidos documentos la semejanza de su grafía con el arameo de Daniel

cual los críticos acatólicos señalan fecha

(al

tardía) y su

desemejanza con

el

de Elefantina

conclusión que fueron escritos no

saca

la

sino

mucho después por algún

el

v y iv siglo,

falsario.

Sin bajar a pormenores, para los cuales remitimos tor a Baumgartner,

ZATW

muy

de donde se

;

1927, 120

ss.

;

Kittel,

1.

al lecc.

pá-

Torrey, Ezra Studics, p. 161 ss., nos ss. remos a proponer algunas consideraciones que, si bien de índole puramente general, son muy a propósito, a nuestro ginas 528

juicio,

limita-

;

para visualizar debidamente

el

problema.

Aun dado

caso que la grafía en Esdras fuese parecida documentos árameos posteriores, no cabría de sólo esto concluir la contemporaneidad de unos y otros. Sabido es, en efecto, que la evolución de la escritura no es siem-

a la de los

pre en todas partes uniforme,

como tampoco

lo es la cultura,

pues no pocas veces depende de circunstancias locales distintas en distintos países. A más de esto hay que tener presente la posibilidad y aun probabilidad de una modificación es decir, que un escriba posterior consciente de la grafía ;

de un documento antiguo, a la nueva maneacomodándola que ya resultaba anticuada,

puede haber cambiado

la escritura

:

ESD. 9

De

ra de escribir.

gítimo, pues,

tal

171

proceder, por cierto perfectamente

le

ofrecen ejemplos en nuestros mismos días.

se

un copista

del

ni o

siglo

;

n

a.

C,

Si,

transcribiendo la

sección aramaica de Esdras, juzgó oportuno adaptar su grafía

cambio

a la corriente de su tiempo, es evidente que tal

dejaba íntegra

antigüedad de los documentos. Por ahí se

la

verá que calificativo merece

la

aserción de Torrey cuando

con harta desenvoltura escribe (Ezra Studies,

p.

163 nota)

documentos) fueron

sis «Suponer que ellos temáticamente alterados, de suerte que desaparecieron aque-

(los

llos indicios

mimos, es tupidez

referidos

por los cuales podían ser reconocidos

inteligibilidad de los

es-

modo menoscabarían

la

documentos.»

Por de pronto, pudiérase retorcer el argumento contra Si los documentos, como justamente ob-

mismo Torrey

serva Kittel,

un

ge-

una

ejemplo («unexaimpled stupidity»), tanto más

(sic) sin

cuanto que los arcaísmos en ningún

el

como

atribuir al cronista o a sus predecesores

falsario,

sexto,

:

c.

1.

p.

530, los redactó hacia el siglo tercero

que pretendía darlos como del siglo quinto o

debió naturalmente usar

última época

;

de estupidez.

si el

Y

falsario

no

la

grafía corriente en

respondiendo ahora directamente a

ción de Torrey, diremos que éste supone que

el

e.^ta

muestras

lo hizo así dio claras

la aser-

copista que

habría modificado la grafía estuvo pensando que en los tiem-

pos por venir los habría ticidad de los

biera

tal

vez que dudarían de

la

auten-

documentos, y que precisamente por esto dela modificación. Tal

haberse abstenido de introducir

suposición es puramente arbitraria.

Reforma

religiosa por la disolución de los

matrimonios

mixtos. C. 9-10 Se anuncia

la

prevaricación del pueblo a Esdras

9,

1-2

quien herido de profunda pena prorrumpe en una sentida

172

ESD.

1-2

9,

IX. 1 Terminadas que fueron estas cosas llegáronNo se han mantenido se a mí los príncipes diciendo separados el pueblo de Israel, y los sacerdotes, y los :

levitas de los pueblos de estas tierras, cual debieran en

vista de sus

abominaciones

a saber, los cananeos, los

;

héteos, los ferezeos, los jebuseos, los ammonitas, los

moabitas, los egipcios y los amorreos

oración a Dios

9,

3-15.

Conmovido

;

2 antes tomaron

pueblo se arrepiente

el

y propone la enmienda 10, 1-4; y Esdras, animado con tal actitud, convoca una gran asamblea para tratar de la cuestión de los matrimonios 10, 5-44.

La

1-2.

prevaricación

pueblo.

del

—El

llegado a Jerusalén estuvo acibarado por

gozo de haber

la triste noticia

de

defección del pueblo y aun de sus jueces. ¿Cuándo recibió Esdras dicha noticia? La nota cronológica después de cumplidas estas cosas, sin duda las que se narran en 8, 33-36, es

la

muy vaga

y de índole

muy

general

;

con todo parece

car que había transcurrido un espacio de tiempo

limitado

;

pues caso de haber sido éste

indi-

más bien

muy prolongado

nin-

gún motivo había para referirse a aquellas cosas. Pero además existe un indicio más convincente, la profunda impreque produjo en Esdras la noticia. Esta parece ser del todo nueva para él. Ahora bien, de haberse hallado ya varios meses en lerusalén, ¿cómo podía haberle pasado por alto abuso tan grave y tan generalizado? Verdad es que la grande asamblea no se reunió sino en el mes noveno (10, 9), sión

y parece exceloso sacerdote tardara tanto en poner mano

es decir, cuatro meses después de la llegada

traño que

el

a la obra de la reforma. Pero fácilmente se

;

comprende que,

aunque la emprendiera desde luego, tenía que prepararla informarse exactamente de con mucho cuidado y cautela la extensión del mal, de la disposición de los culpables, tanto :

más cuanto que

entre éstos

se

contaban aun sacerdotes y

esd.

de sus hijas para

3-3

9,

L73

y para sus hijos, y ta raza santa se entremezcló con los pueblos de estas tierras y los prinsi

;

cipes y

jefes

los

fueron en

prevaricación los pri-

tal

meros. 3 En oyendo yo tal cosa rasgué mis vestiduras y mi manto, y mesé mis cabellos y mis barbas, y me senté

levitas

en una palabra, habíase de tantear

;

ceder con

mucha

un fracaso.

mucho

reserva y

terreno y prono exponerse a

el

tino por

todo esto se tiene en cuenta, a nadie maravillará que sólo después de cuatro meses pudiese reunirse Si

con esperanza de éxito

la

grande asamblea. Nos parece, por

tanto, equivocada la conjetura de Ryle, que

noticia se

la

dió «unos cuatro meses después de lo descrito en

una o dos semanas antes de convocar

la

le

31-^5, y

8,

asamblea general».

Los príncipes son naturalmente los que se hallaban ya de antes en Jerusalén, no los que habían llegado con Esdras. DÍTrcyrO conforme a sus abominaciones, es decir, como no ha debieran haber hecho, atendida-s sus abominaciones ;

de interpretarse, pues, en

el

sentido de que imitaran sus abo-

como hacen algunos

la

Vulg. Ca-

naneos puede referirse a pueblos («los pueblos de

las tierras,

minaciones,

es decir,

los cananeos»),

supliendo

al

más to

o bien a abominaciones,

estado constructo

el

concreto colectivo

son santos.

no se

¡"TO'N^l

semen

sanctitatis)

que por razón

lo s

:

el

lamed

y esto segundo tenemos por

;

probable. Raza santa (Vulg.

por

autores con

abstrac-

;

nacimiento

ide

refiere a transgfesió?i (in transgre-

sione hac prima), sino a los príncipes, es decir, que ellos ha-

bían

;sido los

dado

el

3-5.

manto, las cf.

primeros

mal ejemplo

Dolor de las

;

o, cf.

de todas maneras, que ellos habían

Gen. 38, 28

Esdras. —

3.

;

Deut. 13, 10.

Menciónanse

la

túnica y

el

dos piezas principales del hábito hebreo. Sobre

muestras,

para

Lev. 10, 6: Jos.

nosotros 7.

un tanto extrañas,

6; Amos.

fl.

10: Esth, 14,

de 2.

dolor

Alguien

174

esd.

Y

desolado, 4

9,

4-5

cuantos reverenciaban los preceptos del

Dios de Israel juntáronse en torno a mi, a propósito de la

prevaricación de los venidos del cautiverio

estuve sentado en desolación hasta

Y

5

tino.

tiempo del

al

;

y yo

me

sacrificio vesper-

el

sacrificio vespertino

ha calificado de escena esa .actitud de Esdras

levánteme de Kittel, pá-

(cf.

s.). Es cosa arriesgada juzgar de las costumbres de otros pueblos por las del propio cada uno tiene su ca-

ginas 596

:

y este carácter influye necesariamente en las manifestaciones de dolor, de alegría, etc. Si, sobre ser éste un movimiento espontáneo, no fué ajeno a la intención de Esdras llamar la atención de la (multitud y moverla a penitencia, no lo discutiremos pero decimos que es posible

rácter particular

;

;

demostraciones

tales

justificadas

A

4.

por

están

;

en un oriental suficientemente

sola grandeza del dolor.

la

este espectáculo

buen golpe de gente

se reunió

en

torno de Esdras, es decir, aquellos a quienes infundían reverencia y temor las palabras que

pronunciado acerca de

que

vespertino

ifcio ;

frase

el

que

cf.

Ex.

Dios de Israel había

prevaricación cometida

verbigracia, en Deut.

se hallan,

ras»

la

29, 41

7,

1-4.

donde se

;

Sobre

palabras el sacri-

dice «inter vespe-

se cree significar el espacio entre la puesta

y el momento en que ya oscurece. ¿ Cuánto tiempo permaneció Esdras en esta posición? No creemos que haya fundamento suficiente para decir con Ryle que «la mayor del sol

parte del día» dió

la

noticia

:

;

no sabemos en qué momento preciso

se le

por consiguiente toda conjetura carece de

base sólida. 5.

Levántase

al fin

Esdras,

al tieimpo

del sacrificio ves-

pertino, y rasgando (segunda vez) su túnica y su indica la construcción gramatical de la frase

;

poies,

exacta

como

efecto de

la

manto

(esto

no parece,

traducción rasgadas su túnica y su manto, la

acción del

v.

3 y refiriéndose a la misma,

ESD.

9,

t>

y rasgando mi túnica y mi manto, caí de hinojos, extendí mis manos a Yahvé mi ¡Dios mío! Vergüenza me da y Dios, 6 y exclamé:

mi estado de

aflicción,

confusión alzar, oh Dios mío, mi rostro hacia

ti

;

por-

que nuestras iniquidades se fueron multiplicando por encima de

la

cabeza, y nuestra culpa se acrecentó hasta

bien que no pocos autores la prefieren. Hólscher declara di-

cha frase glosa, dando por razón que ya

¡Cómo

lo

había hecho Es-

no pudiese hacerlo segunda vez!) se puso de hinojos y extendió los brazos. Sobre esta postura en la oración, cf. 3 Reg. 8, 54; Dan. 6, 10; Ex. 9, 29; Is. 1, 15, etcétera. Si alguien pregunta: ¿qué necesidad había de rasdras antes.

gar de nuevo

si

las vestiduras?

que no de todas

las cosas,

responderemos por de pronto

por más que estén históricamente

probadas, es siempre posible dar razón cumplida

más sabido

es

que un dolor profundo

una y otra vez

repitiendo

finalmente,

si

las

suele

pero ade-

mismas manifestaciones

y alguien cree poder afirmar que, habiendo cre-

número de espectadores, quiso Esdras

cido el

;

desahogarse ;

repetir en su

presencia las señales de su inmensa pena, no nos empeñare-

mos nosotros en 4-19.



negarlo.

Hermosa

6-15

oración,

muy

parecida a

la

de Daniel

9.

Esdras empieza por expresar sentimientos de humilde

vergüenza y confesar

las

muchas prevaricaciones

del

pue-

datan ya de antiguo, y por ellas los entregó Dios en poder de los gentiles v. 7 pero Dios se compadeció del pueblo, y les dio siquiera un momento de blo v.

6

éstas

;

;

moviendo en su favor el corazón de los reyes de Per8-9 pero aun con esto el pueblo siguió violando los mandatos divinos v. 10-12, y con todo, el Señor se mostró aún misericordioso no puede por tanto el pueblo hacer otra cosa que humillarse delante de Dios reconociendo sus alivio

sia v.

:

;

iniquidades,

v.

13-15.

;

176 el

esd.

Desde

cielo. 7

9, 7-8

los días de nuestros padres nosotros

venimos siendo reos de grave culpa hasta el día de hoy y por nuestras iniquidades fuimos entregados nosotros, nuestros reyes, nuestros sacerdotes, en poder de los re-

yes de las naciones por la espada, por

el

cautiverio, por

como aun hoy día. 8 Ahora en verdad mostró por un breve momento su misericordia Yahvé nuestro Dios, dejándonos un resel

pillaje

y por

la

pública vergüenza,

to que se ha salvado, dándonos un

apoyo en

el

lugar

santo, devolviendo nuestro Dios la luz a nuestros ojos,

y dándonos un poco de vida en medio de nuestra

Los

7.

nuestros padres es frase

días de

que puede aplicarse a cualquier momento de Israel. Ryle, citando a

cipios

del

pueblo

Mal.

israelita

3,

general,

historia de

cree que alude a los prin-

7,

teniendo

nosotros,

;

muy la

servi-

en

cuenta

Neh. 9, 32, lo referimos más bien con Siegfried al período que comienza con la opresión asiría. Esdras podía decir como aun hoy día, pues que todavía quedaban muchos israelitas en

el

destierro

nada de

;

y además

la

situación en Jerusalén no tenia

lisonjera.

8. Con todo, el Señor por un momento (desde la primera caravana en tiempo de Ciro) les dió algún respiro, ir* la estaca que, hundida en el suelo, sostiene la tienda, es me-

táfora

tomada de

el desierto,

rada en un

la

vida del beduino, que anda errante por

pero que también sitio

determinado.

fija

La

por algún tiempo su mo-

pintoresca expresión, pues,

no quiere indicar en primer término presente situación (Siegfried), sino

la

más

inseguridad de bien

el

la

reposo que

ha concedido, con delicada alusión, sin embargo, a vaivenes de la fortuna. El lugar de su santidad continuos los no es sólo el templo, sino toda la ciudad, y aun la Judea, se

les

incluido naturalmente, y de

modo muy

especial,

el

templo.

esd.

9,

9-12

177

Porque siervos somos nosotros; pero en nuestra servidumbre no nos abandonó nuestro Dios, e hizo que halláramos gracia ante los reyes de Persia,

dumbre.

i)

de suerte que nos dieran vida para levantar

casa de

la

nuestro Dios, y para restaurar sus ruinas, y nos concedieron una empalizada en Judá y en Jerusalén. 10 Y ahora, oh Dios nuestro,

¿

qué podemos decir después

Porque abandonamos tus preceptos, 11 los preceptos que diste por mano de tus siervos los proLa tierra en que vosotros vais a entrar fetas, diciendo para tomarla en posesión es tierra inmunda, por la intodo

de

esto

?

:

mundicia de

pueblos de esas tierras, por

los

naciones de que purezas. 12

Por

la

abomi-

las

llenaron de cabo a cabo con sus im-

tanto, vuestras hijas

no

las daréis a sus

hijos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos

;

y nun-

ca jamás trataréis de estar en paz y en buenas relacio-

La voz

9.

5

Os.

;

2,

que significa cerca, vallado, seto

8 donde se usa para indicar

circunda un

campo

el

(cf. Is. 5,

vallado con que se

toma aquí en sentido me-

o una viña), se

tafórico y representa la protección de los reyes de Persia '¿s\

justamente

Oettli,

lo

interpretan

Calmet, quien escribe:

Ryle,

Bertheau,

«refugium, locum

;

Sieg-fried.

ab

scilicet

hostibus tutum in Juda... Moenibus septa Jerosolyma non

alquando post, sub Nehemia». Bertholet, Batten lo entienden de los muros materiales de Jerusalén. Pero de

fuit nisi

esto trataremos

más largamente

al

nológica entre Esdras y Nehemías

La

10. §

te

164

b.

partícula

— 11-12.

Lo que

acentúa

hablar de (p. la

19G

caban. Véase en particular Deut. 1S,

relación cro-

afirmación;

cf.

Joüon

aquí se dice no se halla taxativamen-

en los libros de los profetas, pero éstos

Lev.

la

ss.).

7.

sin

1-0: 23.

duda lo prediG: Ex. 23. 32;

24-30. I

2

178

esd.

nes con

9,

13-15

de que os mantengáis fuertes, y comáis los bienes de la tierra, y la paséis en posesión eterellos, a fin

ná a vuestros

hijos. 13

Y

después de cuanto nos sobre-

vino por causa de nuestras malas obras y de nuestra grave culpa bien que tú, oh Dios nuestro, te quedar-



corto en castigar nuestras iniquidades, y nos hic ste merced de unos cuantos librados tal como ahí esta:

te

mos



14 ¿podríamos volver a infringir tus manda-

,

mientos y unirnos en matrimonio con pueblos de tales abominaciones ? ¿ No te indignarías contra nosotros has-

punto de acabarnos, de suerte que no quedase ni ? 15 Yahvé, Dios de Israel tú eres jus-

ta el

resto de librados

:

to, pues no somos sino un resto de librados, tal como hoy aparecemos. Henos aquí en tu acatamiento bajo el peso de nuestra culpa no hay manera, en tal estado, de permanecer en tu acatamiento. :

La traducción

13.

frase

"roten es

iniquidades

peso

de)

;

o

más

:

decir

:

material

de

no dejaste caer sobre nosotros

todas nuestras iniquidades,

la

que tenían merecido. ;

sobre

— la

disminuyéndolas,

(el

ha-

menos de 14. ptfb de suerte que no, como proposición consecutiva, cf Joüon

en otros términos

;

en 2 Par. 14, 12

bien

tú retuviste hacia abajo parte de nuestras

es

ciéndolas bajar io

literal,

los

:

castigó

.

§ 169.

El haberse salvado un residuo, que es evidentemen-

15.

obra de misericordia, parece extraño que se aduzca para probar que Dios es justo. Siegfried lo explica diciendo que te

en

la

época postexílica

gracia. tu,

Más

el

acertada es

adjetivo

p^"S

incluía la idea de

solución de Calmet

la

Domine, qui módicas hasce populi

:

Justus es

tui reliquias,

caeteris

aequissima justitiae tuae severitate dissipatis deletisque, mero clementiae tuae

beneficio

servari

volueris».

Interpretación

ESD. 10, 1-3

179

Mientras estaba Esdras exhalando su oración y confesión, llorando postrado ante la casa de Dios, agru-

X.

1

póse en torno suyo una inmensa multitud de

israelitas,

hombres, mujeres y niños y estaba el pueblo llorando a lágrima viva. 2 En esto tomó la palabra Secanías, hijo de Yehiel ,de los hijos de Elam, y le dijo a Esdras Nos;

:

otros

hemos prevaricado contra nuestro Dios tomando

mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra pero hay aún esperanza en este punto para Israel. 3 Comprometámonos por pacto con nuestro Dios a despedir to;

que dan igualmente Ryle, Bertheau.

En

la

salvación de unos

pocos pueden considerarse dos aspectos: misericordioso, en cuanto que éstos fueron realmente salvados

;

justiciero,

en

cuanto que sólo éstos se salvaron, mientras que todos los

demás perecieron. La oración

se cierra

con bellísimos

senti-

mientos de humildad profunda y de amorosa y completa sumisión.

El pueblo se arrepiente y promete 1.

Ahora por primera vez

se

la

enmienda

nos indica

10, 1-4

el sitio

donde

se

alguno de los antiguos y derruidos patios del templo, o bien en la plaza frente al mismo. Es natural

hallaba Esdras

:

que, comunicándose la noticia unos a otros, la multitud fue se

creciendo

flere,

;

y conforme a aquello de Horacio

dolendum

tagiado por

est

el llanto

primum

ipsi tibí», el

:

pueblo,

de Esdras, rompió también

«Si vis me como conél

a llorar.

Nada en

este cuadro que no sea natural y espontáneo. Secanías se adelanta y haciéndose, al parecer, portavoz de los demás, dice que no está todo perdido, que el mal se puede remediar. ; Pensaba en lo dicho en Deut. 30-, 1-10 2.

donde

se

promete perdón a

sospecha Ryle? Es posible.

los



3.

que

se

arrepienten,

como

El remedio es prometer a

!

!

:

esd. 10, 4-6

180

das las mujeres y los que de ellas nacieron, conforme al consejo de 'mi señor' y de los que conservan el temor de la

Ley de nuestro Dios.

Y

óbrese en conformidad con

Ley. 4 Levántate, que en tus manos queda puesto

negocio a

la

la el

y nosotros estamos a tu lado. ¡Animo y manos

;

obra

5 Levantóse pues Esdras e hizo prestar juramento a los jefes de los sacerdotes, a los levitas y a todo Israel

que harían conforme a lo dicho y juraron. 6 Partióse Esdras de enfrente la casa de Dios, y se fué al aposento ;

Dios el repudio de las mujeres forasteras y de sus hijos. Leer «de mi señor», es decir, Esdras y para esto cambiar 'adonaí en 'adoní. 4. Es admirable el tono resuelto y enérgico de Secanías todo,s están con Esdras emprenda pues la reforma, con esperanza segura de feliz éxito no hay tiempo que perder manos a la obra ,

y

;



:

;

;

;

Convocación de 5-G



5.

la

Esdras se asegura

grande asamblea ¡a

10, 5-44

cooperación de los príncipes.

Esdras quiere andar sobre terreno seguro

jefes de los tres órdenes, sacerdotes,

que harán conforme a

Israel) les hace jurar

proponer Secanías

por esto

:

levitas

y

a los

laicos (todo

que acaba de

lo

y juran. El ejemplo de los príncipes lo

;

seguirán los demás. 6.

Como

aquí se repite que Esdras se levantó, Batten

considera esto texto.

No

hay

como

indicio

de un cierto

nosotros diríamos con

tal:

desorden en

mucha

el

naturali-

levantóse pues Esdras y nadie descubriría en esta manera de decir señal alguna de desorden la partícula castellana pues, que da un matiz particular a la

dad después del

frase,

v.

5

:

;

puede decirse que está bien representada por el wau En Neh. 12, 23 se habla de

conversivo del verbo se levantó.

;

zsd. 10, 7-8

fie

Yohanán,

pan

ni bebió

181

hijo de Eliasib, y 'pernoctó'

Ni comió

allí.

agua, porque estaba apenado por

ricación de los inmigrados del cautiverio. 1

la

Y

preva-

se hizo

pasar pregón en Judá y en Jerusalén a todos los hijos de la cautividad que fueran a reunirse en Jerusalén 8 y que quienquiera no se presentara dentro de tres días

un Yohanán,

propiamente nieto de Eliasib, como

hijo, o má.,

Eliasib es sin

duda

sacerdote contemporáneo de Nehemías (Neh.

3, 1),

se

ve por Neh. 12, 10 .

s.

22.

sumo y Yohael

sumos sacerdotes que le sucedieron. No quiere por tanto decir el autor que Yohanán poseyera o

nán uno de

los

habitara entonces en aquel aposento, sino que éste era co-

nocido por su nombre a causa de alguna relación especial, de posesión o habitación, que había tenido con aquel sacerdote. Véase

gina 208 7-9.

En

ss.

más largamente

tratado este punto en pá-

vez del segundo -^l léase A*l pernoctó.

Convócase

la

asamblea general.

— Aunque

de esta convocación sigue inmediatamente precedente,

muy

es

sumo

probable que medió

tiempo. Véase lo dicho en

9,

de

al

el

la

relato

escena

buen espacio de

1.

La convocación se hizo en nombre de los jefes y de como se ve por el v. 8. Los convocados eran

7.

los ancianos,

todos los que habían vuelto del destierro con anterioridad a Esdras.

nada

De

se dice

los :

que nunca habían estado en

es posible,

como

el

destierro

indica Batten, que por hijos

del cautiverio se entienda a las veces la población toda entera. 8.

Como

el

área ocupada entonces por

judía era tan reducida,

tres

días

se

la

Comunidad

tenían por suficientes

para que todos pudieran acudir a la capital. Doble castigo se amenaza a quien faltare a la cita confiscación de bienes (el herem llevaba antes consigo destrucción cf. Deut, 20, 1G-17) :

;

esd. 10, 9-11

182

conforme

acuerdo de los principes y de los ancianos, serían confiscados todos sus haberes, y él mismo sería al

excluido de la sociedad de los inmigrados del cautiverio. 9 Reuniéronse pues a los tres días todos los

hombres

de Judá y de Benjamín, a los veinte del noveno mes y todo el pueblo se estaba en la plaza de la casa de Dios, ;

temblando por motivo del negocio y a causa de vias. 10 Levantóse Esdras sacerdote, y les dijo

las llu:

Vos-

otros habéis prevaricado por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, agravando la culpa de

11 Ahora, pues,

Israel..

haced vuestra confesión a Yahvé, Dios de vuestros pay excomunión de la persona, es decir, exclusión de la Comunidad con privación de los derechos correspondientes. Se obedeció

9.

muy

:

reunieron todos

se

los

lante del templo

(cf.

Neh,

8,

día 20 del

el

1),

Kisleu (= Nov.-Dic), por consiguiente hacia bre,

invierno.

el

No

quinto es

el

mes

;

cf

.

noveno mes, el

5 Diciem-

la

llegada a Jerusalén, que

Se estaba pues en pleno

pues extraño que estuvieran temblando a

causa de las lluvias

;

pero quizá más aún por

cual se les había convocado

castigos que se les

:

la

el

asunto mismo

perspectiva de tener

y en caso de negarse a ello, los impondrían. El verbo aquí usado encierra

que abandonar sus mujeres el

(era

7, 8.

cuatro meses después de

había sido

para

varones

natural que no asistieran las mujeres) en la plaza de-

;

doble matiz: temblar (de miedo),

tiritar (de frío).



Alocución de Esdras. 10. El hifil del verbo hacer habitar consigo, de donde contraer matrimonio. 10-11

DB"

—11.

rnip agnitio, confessio, o de los beneficios, y entonces es acepción la más común, verbigracia, de gracias Lev. 7, 12. 13. 15 Is. 51, 3 o de los pecados, como en nuesacción

;

;

;

Hermosamente van

tro pasaje, y en este caso es penitencia.

como graduados enmienda.

aquí los tres

estadios

:

dolor,

propósito,

:

183

ESD. 10, 12-14

dres, y cumplid su voluntad separándoos de los pueblos de la tierra y de las mujeres extranjeras. 12 Contestó to-

da

asamblea, y clamaron en alta voz: Conforme a tu

la

palabra, asi nos toca obrar. 13 Pero roso, y es

el

tiempo de

el

y no hay

lluvias,

pueblo es numeresistencia para

permanecer a cielo abierto por otra parte, se trata de negocio no de un dia ni de dos, pues muchos son los que pecamos en esta materia. 14 Quédense los príncipes en ;

El pueblo asiente, y a petición del mismo se for12. Es inútil preguntarse con Batten

12-17

ma un ;

la

tribunal.



por qué responde

el

cosa más natural.

blo precedente,

pueblo en voz alta?,

como

si

no fuera

no ha de juntarse con

tfvJJ

como hace

Vulg., sino con

la

el

el

voca-

que sigu?,

y significa a nosotros toca, nuestro deber es, nos sentimos obligados cf. 2 Sam. 18. 11. 13. Pero cuanto a la ejecución,



;

ponen

muy

ciertos reparos, por cierto

cio va para largo

:

razonables, en la ma-

El pueblo es numeroso:

nera de llevarla adelante:

el

nego-

por otra parte es la estación de las

llu-

y no podemos nosotros estarnos al descubierto. eran estos vanos pretextos, sino la pura realidad. vias,

14.

En consecuencia proponen

su plan:

Que

todos

T

.\

o

re-

gresen a sus respectivos pueblos, y se queden sólo los prin cipes en vez de toda la congregación. El lamed lo interpretan Bertheau, Oettli (los

como

príncipes de toda

juzgamos equivocada especie de dativus

la

equivalente

constructus

al status

congregación), interpretación que

más commodi :

bien (cf.

tomarse como una

debe

Joüon

§

133

d).

Luego

su-

birán a fecha determinada los reos, señalándose a cada uno su turno

:

y

les

propias ciudades

acompañarán :

sin

los

ancianos y jueces de las ellos, que tenían bien

duda para que

conocidos a los individuos, depusieran con conocimiento de causa. Al final del

v.

léase

en vez de

1JJ

Vulg. Siegried da una interpretación diversa

,

:

con dice

LXX

y

que

el

184

ESD. 10, 15

lugar de toda

asamblea

la

;

y todos

los

que en nuestras

ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras vengan a

tiempos prefijados, y con

ellos los

ancianos de

la

ciudad

respectiva, y sus jueces, hasta que la encendida ira de

Dios

causa* de este negocio se aparte de nosotros.

'a

15 Sólo Jonatán, hijo de Asael, y Yahazías, hijo de Tiqva, y Mesullam y Sabbetai, levita, les

se opusieron a ello

;

no en Jerusalén, sino en

juicio debía tenerse

las

sendas ciu-

dades, de suerte que cada individuo seria juzgado en su propia ciudad y que el tribunal había de ser constituido por los

ancianos y los jueces locales junto con alguno de los príncipes.

Tal manera de entender

texto nos parece poco acer-

el

tada, bien que sea preferida también por Calmet, quien propone claramente ambas interpretaciones «Peragrarunt illi :

urbes, diemque apud se dicebant nis inveniebant

quos reos ejus crimiadhibitisque Senioribus et Magistratibus loci,

;

iis,

junctis

simul suffragiis causam expendebant,

tentiae

executionen urgebant.

siculus 16.

coram

Malunt

totius

alii,

gentis

reis

Id

nos

lataeque sen-

docere videtur ver-

dictam fuisse diem Jerosolymae,

Synedrio,

accitis

reis

singularium ur-

bium, ex delatione et indicio seniorum et Judicum potius jussos fuisse Judices locorum sistere se et gentis in

loci

;

vel

coram Esdra

Optimatibus, ut qua ratione expleta essent ea, quae

conventu generali totius populi decreta fuerant, enarra-

rent».

15.

Este

se presta a dos interpretaciones

v.

mente opuestas

:

la

rativa, verbigracia,

sativa,

partícula

Gen.

2G, 9,

por ejemplo en Gen.

T|K

diametral-

puede tener fuerza aseve-

y fuerza restrictiva o adver4. Tomándola en la pri-

9,

mera acepción cabe entender el v. en el sentido que Jonatán y sus compañeros se encargaron de llevar adelante lo propuesto, ayudándoles en esto Mesullam y su compañero

ESD. 10, 10-17

apoyaron. 10

De

L86

todas maneras, los hijos de

dad dispusiéronse a obrar conforme a sacerdote Esdras 'se escogió' varones,

según sus

la cautivi-

convenido. El

lo

jefes de familia,

distintas familias, y todos ellos señalados

sus nombres. Juntáronse en sesión

cimo mes 'para

,

inquirir sobre el

el

por

primer día del dé-

negocio

17 y dieron re-

;

el mismo sentido y en este caso dase al verbo que ciertamente tiene en el v. 14. No se hizo pues a Esdras

el levita

;

oposición alguna

tendemos empero restrictivo,

todos

;

se

mostraron

partícula

la

diremos que

el

conformes.

en sentido

en-

Si

adversativo

pueblo en general aceptó

la

o

pro-

puesta esdrina, pero que encontró oposición de parte de los

pocos cuyos nombres se

toma en

la

el

autor menciona

acepción de levantarse

Par. 20, 23. Esta segunda interpretación

;

y

verbo

el

noy

como en 1 sostienen la mayor

contra,

parte de exégetas modernos, Siegfried, Bertholet, Bertheau,

Crampón

Ryle, Batten, Hólscher,

mos

el texto.

No

;

y en favor de

la

misma

y en conformidad con ella traducimaravilla que hubiera alguna voz diso-

nos inclinamos nosotros es

;

nante. 16.

De

todas maneras se llevó adelante

dras escogió (léase

el

singular

"6

)

el

negocio. Es-

jefes

de

familia,

representando cada uno una familia, conocidos por sus propios

y se constituyeron en tribunal décimo mes, Tebet (= Dic. -Enero).

nombres

mero

del

el

día

pri-

;

Al

fin

del

versículo léase &n"6-

de los culpables se terminó el duró día primero del primer mes, Nisán (= Marzo-Abril) por consiguiente tres meses, desde el 15 de Diciembre hasta b?2 crea alguna dificultad: la el 15 de Marzo. La voz 17.

El

examen y

juicio

;

misma puntuación masorética parece separarlo del vocablo se han propuesto varias maneras de insiguiente hombres ;

esd. 10, 18-22

186

mate

todos los hombres*, que habían tomado mujeres

'a

extranjeras,

18

De

día primero del primer mes.

el

los hijos de los sacerdotes

mujeres extranjeras se hallaron

y de sus hermanos

hijo de Josedec,

Yarib y Gedalías. 19

Y

que habían tomado

De

:

los hijos de Josué,

Maasías, Eliecer,

:

dieron palabra de despedir a sus

mujeres. El sacrificio de expiación por su culpa, un car-

De

nero. 20

De

Immer

los hijos de

los hijos de

Harim

:

De

terpretarlo

Acabaron con todo,

(cf.

Bertheau)

Hanani

y

Zebadías. 21

Maasías, Elias, Semaías, Yehiel

y Uzías. 22

:

:

los hijos de Pashur:

Elioenai, Maasías,

es decir,

con los hombres

acabaron en todas partes, o sea en todas

;

las

ciudades con... (Bertheau); acabaron bajo todos respectos^ con... (Siegfried)

leen

el texto,

Esta es

la

;

Hólscher y Oettli, modificando un tanto acabaron con todos los hombres.

D v¿'jNrr^DD

mejor solución. La de Batten, a saber, que

Ss::

debe eliminarse del texto por ser mero efecto de dittografía del vocablo precedente, apenas merece ser mencionada.

apoya en sólido fundamento la opinión de varios autores (Ryle, Bertholet, etc.), que dan como probable que la frase los hombres que habían tomado mujeres extranjeras era encabezamiento o título de la perícopa siguiente, donde y que por descuido de algún copista pasó al sitio ahora se encuentra.

Tampoco

18-4-1

Personas

se

Lista al

de

los

culpables.

servicio del templo

;

—Consta

sacerdotes,

laicos. Muchos de los res y porteros mente idénticos a los del capítulo 2. ;

18-22.

Harim y Pashur aparecen en

2,

(5,

37-39

el

Los

2). ;

dos partes: levitas,

canto-

nombres son natural-

Sacerdotes. Son 17. Josué es

contemporáneo de Zorobabel

de

Neh.

sumo

sacerdote,

Immer,

hijos de 7,

40-42

;

1 Par.

:

187

esd. 10, 23-33

Yozabad

Ismael, Xatanael,

Rozabad. Semei, Qelaias, o

De

y Eliecer. 24

Ramias,

:

De

De

Israel

Matanías, Zacarías,

:

De

Yehiel, Abdi, lerimot y Elias. 27

los hijos de Zattu

Matanías, Yeremot, Zabad y Aziza. los hijos de Bebai Yohanán, Ananías, Zabbai y

Elioenai,

28

:

:

Miamin, Elazar, Malkías

Elam

los hijos de

Juda

De los porteros De los hijos de Fa-

Eliasib.

:

Izzías, Malkías,

y Benaías. 26

los levitas:

sea, Qelita, Petahías,

los cantores

Sallum, Telena y Uri. 25 ros

De

y Elasa. 23

De

Eliasib,

:

Atlai. 29

De

los hijos de

Bani

Mesullam, Malluc, Adaías,

:

De

Yasub, Seal y Yeramot. 30

Pahat

los hijos de

Moab

:

Adna, Kelal, Benaías, Maasías, Mattanías, Besalel, Minnui v Manases. 31 [De] los hijos de Harim Eliecer, Is32 Benjamín, Malluc y sías, Malkías, Semaías, Simeón, :

Semarías. 33

24.

Dar

8-14.

prometer

De 'los

;

23-24.

cf.

la

Hasum: Mattenai,

hijos de

mano

Levitas, 0

;

expresa

19)

(v.

4 Reg. 10, 15

;

Ez. 17, 18

1 cantor y

lleva doble nofnbre, Oelalías y Qelita en Neh. 8. 7 10. 11.

lee

:

ac o

el

de

ceder

2 Par. 30, 8.

;

porteros.

:>

Mattatta,

Un

levita (v. 23)

sólo este

secundo

se

;

25-44.

Israel, o sea, los laicos.

Son 86 El orden de

familias es diverso del que se observa en

El último

31 léase

el v.

interpretum. ofrece

La primera

dificultades,

que

v.

el

capítulo

las

En

2.

44 bien cabe llamarlo crux

parte es clara

Bertheau

:

califica

pero de

la

segunda

insuperables.

se Por de pronto se observa doble anomalía gramatical 2"*: masculino, es trata de mujeres y, con todo, el sufijo en :

y masculino es también el sujeto del verbo que sigue (pusieron) y cuanto al fondo no es fácil hacer concordar los dos ;

últimos miembros.

tender

el

vertí haec

El sentido general que quiso dar a en-

autor parece ser

el

que indica Calmet

:

«Animad

videntur, ut ostendatur milla ex parte mitigatam

188

ESD. 10.

EXCURSUS

XII

Yeremai, Manases y Semei 34 De los hijos de Bani: Maadai, Amram, Uel, 35 Benaías, Bedeías, Zabad,

Eiifelet,

Keluai, 36 Naias, Meremot, Elasib, 37 Mattanías, Mattenai, Yasai,

38 Bani, Binnui, Semei, 39 Selemias, Natán,

Adaías, 40 Macnadbai, Sasai, Sarai, 41 Azarel, Selemiahu,

Semanas, 42 Sallum, Amanas y José. 43 De los hijos de Nebo Yeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Yaddau, Joel y Benaías. 44 Todos estos habían tomado mujeres extranjeras, y había entre 'ellas' mujeres que 'habían parido'. :

latae ab Judicibus sententiae severitatem quamvis enim plures ex hisce faeminis liberos gentiissent, nullus tamen misericordiae locus habitus est, sed omnes cum filiis

esse

;

expulsae».

En

3 Esd.

9,

36 se lee precisamente que ellos ex-

pulsaron a las mujeres con los hijos oüv

xsxvoic; )

modificamos

otros

a^sXuaav

(xai

lección que aceptan Bertheau, Hólsoher.

todas maneras,

ligeramente

como ya

el

texto

auxac;

Nos-

De

masorético.

dijimos, el pensamiento del autor

aparece con suficiente claridad.

Excursus Uso de 1-34; pias

la

Memorias

luego

primera persona.

— Este

uso en Esd.

7,

27-8,

1-15 no ofrece dificultad. Si Esdras escribió sus pro-

9,

el

es natural

que usara

redactor del libro,

al

la

primera persona

incluirlas

en

éste,

a transcribirlas conservándoles su forma original.

tan fácilmente se explica por qué dentro de la ción referente a Esdras

(c.

;

y

se limitó

Pero no

misma

sec-

7-10) se emplea la tercera per-

razón dar del uso alternado de las dos personas ? ¿ qué La primera persona aparece de repente en 7, 27, donde Esdras prorrumpe en nacimiento de gracias por el rescripto

sona

:

real.

autor

La generosa concesión ;

de éste, quien la narra es

el

y parece que debiera haber dicho unas palabras de

EXUKSUS

ESD. 10.

XII

189

nexo entre su relato y la acción de gracias de Edras. El hecho de hablar éste en primera persona creemos qüe indica suficientemente en este caso parti-

transición que fuesen

el

mismo había

cular que él

referido la singular liberalidad

que había sido objeto por parte de Artajerjes. cluímos

que en

1)

:

precedida

iba

un

de

mente en hebreo

el

la

De

original esdrino la perícopa 7, 27-28

donde Esdras narraba breve-

relato,

concesión del rescripto

omitió este relato para poner en su lugar

;

2)

que

el

autor

genealogía de

la

mismo

del decreto

en

su

libro

comprende. Con esto

se

explica la falta de nexo entre

Esdras y interesaba

v.

27 y

el

texto

el

incluir

de-

ahí con-

;

puntos ambos que

le

que fácilmente se

interés

;

el

contexto precedente.

Otra incongruencia, por

que toca al uso de la primera también al fin del capítulo 9

lo

v de la tercera persona, aparece

y principio del 10. En efecto, el capítulo 9 se cierra con la oración de Esdras, y es evidente que con esto no podía darse por terminado

matrimonios,

como que

el relato,

que parece de

tan

el

negocio de los

excepcional

importancia,

se quedaba todo en suspenso. Debía seguir el relato de medios que se pusieron para remediar tan gran mal

como

los ;

y

ese relato no era sino continuación de lo que prece-

día, era natural

que

lo hiciera, el

mismo Esdras continuando

a hablar en primera persona. Y sin embargo acontece todo lo contrario

:

quien habla es

en tercera persona. indicio positivo se ta

;

se trata de

juicio,

es

¿

Cómo

el

autor, y Esdras se menciona

explicar

tal

anomalía

meras hipótesis. La más

que también aquí

la

Ningún

el

plausible, a nuestro

autor dió un corte en las

Memorias de Esdras. Este había consignado dos para

?

nos ofrece para responder a esta pregun-

los pasos da-

supresión del deplorable abuso. Al autor

le

pa-

reció el relato harto breve, y quiso reemplazarlo por su propia cuenta con otro más abundante, más rico en detalles.

190

ESD. 10.

EXCURSUS

XIII

Esta explicación nada tiene de improbable, y da razón satisfactoria de la anomalía que se observa en el texto actual respecto al uso de la primera y de la tercera persona. N. B. Algunos autores, verbigracia, Torrey, Ezra Studies, p. 244 s., piensan que el uso de la primera persona no

pasa de ser una ficción

en

la

literaria

Introducción, p. 10

pero de esto hablamos ya

;

ss.

Excursus

¿Hay que

trasladar al libro



de Esdras los

ce.

8-10 de

Nehemías? En Neh. 7 73 b-cap. 8-10 aparecen junto s Esdras y Nehemias en la grande asamblea, donde se leyó la }

Ley. Esto y el hallarse dichos capítulos incluidos en el libro de Neh. parece indicar suficientemente que los aconteci-

mientos

allí

descritos se pasaron durante la (primera)

nístración del

mismo Nehemias,

admi

estando presente

445-433,

Esdras.

Por otra

mias más que del la

c.

sospecha que los

Y

tardía.

3 Esd.

la

del c. 9, la

no puede negarse que

parte,

el c.

10 es continuación del ce.

7

c.

;

de donde

intermedios 8-10 sean una intrusión

esta sospecha parece confirmarla el

perícopa Neh. el

11 de Nehe-

8,

hecho que en

1-12 forma precisamente parte

cual corresponde a Esd. 10, donde se describe

actividad de Esdras

en

el

negocio de

los

(matrimonios

mixtos.

En

tales

condiciones no es maravilla que ya de

tiempo arrancaran algunos autores Michaelis, en Bertheau [1] p. 205

verbigracia,

(cf.,

s.) los.

ce. 8-10

mucho J.

D.

de Nehe-

mias y los juntaran al libro de Esd. a quienes han seguido no pocos intérpretes de nuestros días, bien que en los pormenores no convengan entre sí. Batten (Ezra-Neh. p., 352 s.) ;

(1)

Die Bücher Esra, Nechemia und Esther

;

Leipzig 1802.

ESD. 10.

atribuye

Del

10 a

191

XIII

segunda administración de Nehemías. sólo una cosa ninguna indicación hay de la presen-

la

9 se ignora completamente el origen

c.

es cierta cia

el c.

BXCURSUS

que en

:

él

de Esdras. Finalmente, cuanto

al c.

;

8 es indudable, dice,

que los vv. 1-12 han de colocarse al fin del libro de Esdras

menos

claro, bien

que

muy

;

probable, es que lo propio debe

hacerse con los vv. 13-18. Torrey (Composition,

em-

29)

p.

pieza por asentar una serie de proposiciones que pronuncia

tamquam auctoritatem habens «Los tres capítulos de Nehemías 8-10 donde ahora se hallan están fuera de su lugar. :

El capítulo 11 forma

la

debida continuación del capítulo

como generalmente piensan

los críticos.

tulos intermedios (8-10) pertenecen

no

Además,

7,

capí

Nehemías,

relato de

al

los

sino al que se refiere a Esdras y a su ministerio. Ellos for-

man

evidentemente un todo con la narración de Esd. 7-10 qué relación tienen precisamente con ella, es un problema ;

que no ha sido aún resuelto. Manifiestamente Neh. 8 no

puede ser

Y

la

continuación de Esd. 10,

como en

1 Esdras.»

«Yo creo pos ble precisar por encima de dónde se hallaban en un principio estos capítulos 2) de qué manera vinieron a pasar al sitio que ahora ocupan.» Y expuestas las pruebas, que luego examinaremos, luego añade

toda duda

;

:

1)

:

;

fija el

Esd.

siguiente orden (p. 34):

9.

Dos

10

;

son,

Neh.

como

9.

Esd.

7.

8; Neh.

se ve, los

problemas que con

ción de las varias opiniones quedan planteados

de los capítulos 8-10 de Neh. entre

mismos

1)

al libro

7, 70-8,

sí.

2)

:

la

1)

9 supone el frase «de

exposi-

Relación

Relación de los

de Esdras.

Relación de los capítulos S-10 de Neh. entre

Viniendo

18;

10.

sí.

primera cuestión, es cierto que el capítulo capítulo 8 y está con él en perfecta armonía. La a la

este

mes» en

el

v.

1 se refiere evidentemente al

192

mes

ESD. 10.

— séptimo — de

blea se reúne

XIII

que se ha hablado en

el 24,

los tabernáculos.

EXCURSUS

7,

73

b.

dos días después de terminada

Se

lee la

Ley,

como en

v. 3,

el

La asamla fiesta

de

capítulo 8.

Aparecen los mismos levitas, v. 4 cf. 8, 7. Del capítulo 10 no cabe afirmar tanta afinidad pero cuanto en él se dice conviene perfectamente con la situación de los capítulos 8 ;

;

y 9. Es natural que la asamblea se cierre con la promesa de observar la Ley, y que para dar a ésta mayor fuerza se haga en forma de pacto sellado con las firmas de los principersonajes,

pales

Los

tres

capítulos

como

representantes

de todo

pueblo.

el

pues se completan mutuamente

;

cons-

un todo armónico, y nada hay en ellos que disuene No hay por ende razón para disociarlos. Las razones que para hacerlo aduce Batten son de poco o de ningún valor, como lo demuestra un ligero examen de

tituyen

de esa unidad.

las

mismas.

Del capítulo 9 no tiene otra cosa que decir sino que «es señalar el origen del capítulo 9» (Esra and

imposible

Neh.

}

p.

353).

Cuanto añade

ni

un rayo de

luz da para la

solución del problema. El capítulo 10 lo coloca a continuación del 13 por razón de la semejanza entre los dos

gina 372

s.),

perteneciendo por ende ambos a

administración de Nehemías.

En

el

capítulo

los

la

pá-

segunda

dos capítulos

exacta relación entre uno y 10 enuméranse los puntos sobre los

para darse cuenta de cuál es otro.

Basta leer

(ibid.

la

pueblo promete reformarse en el capítulo 13 cuendespués ta Nehemías que durante su ausencia de Jerusalén varios de estos puntos no habían sido observados. del 433 cuales

el

;





que coincidan unos con otros? Y ¿quién extrañará que se introdujeran semejantes abusos? O ¿se cree que lo mismo es cumplir que prometer? Pero hay

¿Qué

maravilla,

pues,

13 supone en cierta manera el 10, pues en las porcio13, 10 dice Nehemías: «me enteré asimismo de que

más

:

el capítulo

EXCURSUS

ESD. 10.

XIII

19:*

nes prescritas para los levitas no habían sido dadas»,

lo cual

parece referirse a 10, 38 donde se habla precisamente de

décimas de

Relación de dichos capítulos

2)

¿

Hay que

al

libro

de Esdras. de Es-

trasladar estos capítulos 8-10 al libro

dras? Preciso es convenir en que realmente

como

las

los levitas.

ya insinuábamos,

el

capítulo 11,

en cierta manera continuación

es

7 y además que los dichos capítulos 8-10 ofrecen la anormalidad de no hablar en ellos Nehemías en primera per-

del

;

sona.

fenómeno lo explicamos nosotros de esta Nehemías había incluido en sus Memorias los acontecimientos aquí narrados pero como éstos eran meramente Este

manera

último

:

;

religiosos, y

estaba interesado sobre todo en

él

la

reconsti-

ción material y política de Jerusalén, los había descrito breve y sucintamente. El autor del libro, a quien no satisfacía una

brevedad, dejó en este punto las Memorias y les susti-

tal

tuyó su propia narración, fundada sin duda en dichas

Memo-

y además en otros documentos que ofrecían de todo ello una descripción más particularizada. Que los mencionados

rias

capítulos aparezcan en cierto

modo como una

interpolación

en realientre los capítulos 7 y 11, nada tiene de extraño dad, la asamblea religiosa constituía como un paréntesis en :

el

trabajo progresivo de

repoblación de todas maneras

la el

capítulo 8 cuadra perfectamente a continua-

ción de los capítulos 6-7. hacia

el fin del

reconstrucción de los muros y Era de orden diverso. Pero de

la

ciudad.

En

efecto, los

muros

sexto mes, Elul= Agosto-Sept.

dan órdenes para

la

defensa de

la

ciudad

(7.

1

se

terminan

(6, 15),

y se

ssA Cumpli-

dos estos trabajos, que eran perentorios y que habían absorbido la actividad de todos, parecía llegada la hora de inaugurar

la

reforma religiosa

:

y precisamente en este momento, '3

194

ESD. 10.

a principios del

EXCURSUS

mes séptimo,

Tisri

XIII

(=

Sept.-Oct.), se con-

voca para este fin la grande asamblea (7, 73 b-8, 1). Pero es el hecho, se objetará, que en 3 Esd. al capítulo

que corresponde

9

al

capítulo

Esdras canónico, se halla precisamente

De

1-12.

todos es conocido

el

parte legendario de 3 Esd.

En

pascua celebrada por Josías

;

10 la

y

fin del

último

del

sección Neh.

8,

carácter fragmentario y en el

capítulo 1 se describe la

en los capítulos 3-4 se lee

Con

la

amalgama, ¿qué maravilla juntara el autor algún trozo del libro de Nehemías, que es muy posible anduviera en documento sepaconocida leyenda de los tres jóvenes.

rado

?

Falta examinar la

tal

la

singular teoría de Torrey, fundada en

interpretación de Neh.

7, 70-73.

Empieza por asentar que

estos versículos se refieren al servicio del templo. Esto su-

puesto, pregunta Torrey:

«Pero ¿cómo es posible explicar

indirecta alusión al servicio del templo en este lu-

la súbita,

gar donde carecería de sentido?» (Composition, p. realidad la explicación es muy sencilla. Neh. 7, 6

30').

En

es la

ss.

reproducción de un documento que Nehemías dice haber ha-

y es evidentemente el de Esd. 2, 1 ss. El encabezamiento es de todo punto idéntico, y las diferencias que se llado (7, 5)

;

notan en los dos textos se explican sin dificultad. Ahora bien: en Esd., después del recuento de las personas y de los animales se habla de las ofertas de los jefes de familia 69)

;

y finalmente

que todos,

dice

se

En Neh. familia,

Atersata

sacerdotes,

fueron a habitar en sus propias ciudades

pueblo...

(v. 68-

levitas, (v.

70).

dones de los jefes de

7, 70-72 se habla de pero con más pormenores, y se menciona además

los

70), el cual

(v.

Atersata de Esd. a Sesbasar)

;

2,

y en

no

63 donde el v.

Nehemías, sino más bien el a Zorobabel (o por papalabra casi reproduce

es

el título se refiere

73 se

No

que los vv. 70-73 constituyen un solo documento con los precedentes, y que

labra

el v.

70 de Esd.

2. ¿

salta a la vista

EXCURSUS

ESD. 10.

195

XIII

unos y otros son nada más que la reproducción de Esd. 2? Así en efecto lo entienden la generalidad de los intérpretes.

Pero que

común

Dr. Torrey, apartándose del

el

aceptada por

«la hipótesis

mayoría de

la

sentir,

afirma

los críticos

mo-

dernos, que estos cuatro últimos versos del capítulo 7 fue-

ron copiados, junto con to

más antiguo,

Y

tion, p. 30).

probabilidad ni «la manifiesta

la lista

es tan inútil

precedente, de un documen-

como improbable» (Composi-

sin

preocuparse de dar de esa pretendida im-

el

más mínimo argumento, nos asegura que

y única solución satisfactoria de

está en reconocer que la sección del

la dificultad

documento esdrino, que

fué desplazada de su lugar primitivo, empieza no con Neh. 8, 1 ó 7, 73 b-8, sino con 7, 70» (ibid.).

de Esd.

al fin

Y

dicha sección la coloca

8.

Tal explicación, como hemos visto,

además

base. Pero

en su misma

f laquea

tiene otro inconveniente. Esd. 9 sigue, y

debe seguir inmediatamente a Esd.

8.

En

tulo 9 los príncipes se acercan a Esdras

efecto, en el capí-

y

comunican

le

el

estado en que se hallaban las cosas, a saber, que eran nu-

merosos

los

matrimonios con extranjeros

nueva para Esdras, como

es evidentemente

muestras de sorpresa y de dolor que dió

Ahora

lugar ya fiesta

a

la

grande asamblea, y

raíz

fin,

lo

La

la lectura

si

noticia

prueban

al oírla (v.

esto concebirse

de los tabernáculos, en

La escena te,

¿cómo podría

bien:

(v. 1-2).

3

las ss.).

hubiese tenido

de

la

Ley, y

la

cuanto se narra en Neh. 8?

de Esd. 9 es natural y se comprende perfectamende

la

llegada de Esdras a Jerusalén,

antes que

tuviera tiempo y ocasión de informarse de las condiciones en

que se hallaba

el

pueblo

:

es,

al

contrario,

fuera absolutamente de su propio lugar,

pués de Neh.

8.

Es

si

ininteligible

y

se la coloca des-

claro que no se refiere a este capítulo

«Terminadas que fueron estas cosas» (Esd. 9, 1), sino a Esd. 8, 33-36, donde se narra el recuento que se hizo

la

frase

;

196

EXCURSUS XIV

ESD. 10.

de los tesoros traídos de Babilonia y los sacrificios que se ofrecieron al llegar a Jerusalén.

Para colocar Neh. 9-10 a continuación de Esd. 9-10 e! argumento de Torrey es que Esd. 10 termina de una manera poco satisfactoria, lo cual se evita añadiendo los capítulos Neh. 9-10, que constituyen una adecuada concluprincipal

Ya vimos que Neh.

sión.

forman una unidad

8-10

literaria,

que ninguna razón hay para disociarlos. Cuanto abrupto cómo termina

más

explicación cf. p.

199

y

modo

de Esd. no falta alguna otra

que

satisfactoria,

damos

en

su

lugar

ss.

Finalmente

grave

el libro

al

la

dificultad.

teoría

del

¿Cómo

los

Torrey tropieza con otra capítulos 8-10 de Neh. han sido Dr.

arrancados de su puesto primitivo, que se dice ser tan connatural, para ser introducidos violentamente en

que

les es

reproducir

de todo punto contrario aquí

la

?

explicación que

Dr. Torrey (Composition,

p.

34).

un ambiente

Tenemos por de

da

ello

superfluo el

La improbabilidad

mismo de las

forzadas transposiciones que se ve obligado a suponer, cree-

mos que supera y con mucho

las

improbabilidades que

cho autor se ha complacido en acumular contra sición de

Neh

la actual

di-

po-

8-10.

Excursus Cronología relativa de Esdras y Ne hernias La vuelta de Esdras a Jerusalén, ¿fué anterior o posterior a la de Nehemías? Sabemos que Esdras condujo una caravana a Jeru:



año séptimo de Artajerje s (Esd. 7, 1.8). Cabe predicho Artajerjes ¿era el primero (465-425), o más bien el segundo (405-358)? En el primer caso la llegada de Esdras a la capital de Judá habría sido en 458, anterior por tanto a la de Nehemías como que éste llegó el año vigésimo salén

el

guntar:

;

de Artajerjes (Neh.

5,

14:

1, 1)

en 445; en

el

segundo caso

ESD. 10. EXCURSUS XIV

muy

sería

dan a

L97

posterior, en 398. El orden que actualmente guar-

narraciones entre

las varias

como

parece indicar que,



Zorobabel sigue cronológicamente Esdras, así a éste sigue

Nehemías y que por tanto los dos últimos personajes llegaron a Jerusalén durante el reinado del mismo Artajerjes primero Esdras el año séptimo (458), Nehemías el vigési;

;

mo

(445).

En

1890 van Hoonacker escribió varios artículos

(1)

para

demostrar que Esdras no precedió a Nehemías, sino que

le

siguió, afirmando que su llegada a Jerusalén tuvo lugar en

tiempo del segundo Artajerjes,

año 398. La misma

el

ha sostenido en varios escritos posteriores

número

cierto

de autores

otros la han combatido

Aéhéwie

(1)

de Vépoquc de

et

Esdras.

que un

tesis

;

mientras que

(3),

(4).

Une

restauration

¡a

(2)

han aceptado

tesis

,

nouvclle hypothese sur

en Le

Muséon

v.

chronologie

la

9 (1890)

151

p.

ss.,

389

de

Ba-

Y siguientes.

Nouvelles Etudes

(2)

sur

la

restauration

juive

apres

Vexil

bylone, Louvain 1896. Notes sur VhistoLre de la resiQura¿io>i juive apres Vexil de

Babylone, en Rev. Bibl. 1901,

gina 561

Edimburg

Néhcmie

Lagrange,

P.

(3)

§s.

Lorixg W.

et

1

p.

Esdras

ss.,

en

175

ss.

Rev.

1894,

Bibl.

pá-

The books of Ecra aiid Nchcmtah, Touzard, Les juifs au tevips de la période

BATTEN,

1913, p. 28 ss. J.

persane, en Rev. Bibl. 1915 p. 112

ss.

y

otros.

Huyghe, La chronologie des Vares d' Esdras et de Nihé mié, en Revue des questions historiques, v. 54 (1893) p. 5 ss. Fr.. De Moor, L'époque de la restauration juive d'apres les livres d'Esdros et de Néhémie, en La Science Catholique v. 9 (1895) p. 135 ss.. 347 ss., Ch.

(4)

526

ss.

Nikel.

J.

Die

dem Babylonichcn Die

Wiedcrherstcllung des jüdischen Exil,

chronologischcn

Studien 1903, 1922.

Ya

p.

se

p.

6S

en Bibl. Studicn

1900.

p.

G em tkmcstfU 146

ss.

J.

nack

Fischfr.

Fca¿en in de>± Büchern- Rsra A eheuúu, en Bibl F. X. Kugler. Van Moses bis í'aulus. Münster

ss.

215-233.

ve

que

en

estas

indicaciones

bibliográficas

no

pretendemos

198

ESD. 10.

La

EXCURSUS XIV

situación histórica que se refleja en el libro de Néhe-

mías ¿está en armonía con Jerusalén o,

precedente viaje de Esdras a

el

He

excluye?

al contrario, lo

aquí

el

punto cen-

de la cuestión, por el cual vamos a empezar. Es indudable que la condición de la Comunidad judía, al tiempo de llegar Nehemías a Jerusalén, era en extremo de-

tral

La

plorable.

ciudad santa poco poblada (Neh.

4)

7,

sus

;

muros derruidos (1, 3) los habitantes en connivencia con los extranjeros, y aun supeditados a ellos, y las alianzas matrimoniales con los mismos frecuentes (3, 33-35 6, 10-14. 17-19 10, 31). ¿Cómo un tal estado de cosas era posible después de ;

;

;

trece años (458-445) de gobierno de Esdras? El rey le había

plenos poderes para urgir

conferido

Ley y para con muchos

constituir jueces

el

observancia de

y magistrados (Esá.

25

7,

la s.),

privilegios en lo que se refería especialmente al

culto (7, 11-24)

que

la

;

llegado a Jerusalén inició la reforma, a la

pueblo no parece haber opuesto resistencia, y

adelante con perseverancia (Esd. 9-10).

Tan

hacían con razón esperar un notable mejoramiento, esfera social como en

que sucedió todo

lo

la religiosa, y,

contrario

así

en

la

embargo, vemos

sin

indicio

;

la llevó

felices principios

éste inequívoco de

que los acontecimientos de Esd. 7-10 no son anteriores a Nehemías. De serlo, la historia de este último resulta un verdadero enigma. Tal es

el

razonamiento de los que impugnan

la

preceden-

cia de Esdras. Aquilatar todos los elementos que en

él

van

involucrados no es cosa fácil. Por de pronto hay que reconocer que se funda en hechos innegables pero da por su;

puesto uno que anda sujeto a discusión, y es que Esdras se quedó en Jerusalén hasta la llegada de Nehemías. Ahora

ser

completos.

Nikel, p.

1.

IX-X.

c.

p.

Quien

las

desee

en

XIII-XV; Tousard,

mayor abundancia puede 1.

c.

p.

112.

114;

verlas

Fischer,

1.

en c.

ESD. 10. EXCURSUS XIV

¿Y

cabe preguntar:

bien,

hubiese abandonado

la

llegado? Cierto, en

tal

si

no

al

hubiese quedado?

el

En

país.

la triste

457 a 445) tiempo había para des-

c.

espacio,

el

tre

triste y deplorable. Recuérdese lo que pasó parecer relativamente breve, que medió en-

al

primera y

la

(Xeh. 13, 4

ss.)

segunda administración de Nehemías

la

los graves

;

esto después que

abusos que se introdujeron

Nehemías había permanecido en

no menos que por doce años (Neh. nos

refor-

la

para mezclarse de nuevo con los extranjeros, para caer

;

en una condición en

si-

el intervalo de

vanecerse aquel entusiasmo con que se emprendió

ma

¿Si

poco tiempo de haber

caso a nadie extrañaría

tuación en que Nehemías halló diez o doce años (de

se

ciudad santa

199

dice, es verdad, de

pero

salén,

la

un

hipótesis

convienen en que

tal

5.

14).

La

la

y ciudad ;

Biblia nada

alejamiento de Esdras de Jeru-

nada tiene de improbable. Todos

comunicaciones entre Babilonia y Esd. capital de Judea eran frecuentes (cf. Xeh. 1, 2 las

;

y otros pasajes)

ss.

;

la 4,

sabemos que Nehemías partió de Je-

rusalén y luego volvió (Neh. 13, 6-7). Finalmente, del mismo Esdras piensa van Hoonacker (Reí'. Bibl. 1901, p. 193) que se fué

con Nehemías, bien que los documentos nada de esto

nos digan.

Pero hay más

:

con esto se da razón satisfactoria de

la

manera evidentemente abrupta como Esdras quedó truncada la actividad del reformador, y con esto la narración de la misma. Decir con van Hoonacker que termina

el

libro

de

:

todo se explica «par a

diré»

(Rcr.

Bibl.

la

circonstance qu'il n'y avait plus rien

1901.

p.

188) es realmente

decir

muy

Lo

igno-

poco. ¿

Cuál habrá sido

ramos.

Un

la

causa de partirse Esdras

hecho tenemos

a la vista:

la

?

conclusión singular

y extraña de su libro, que da la impresión de algo no terminado, de una redacción violentamente interrumpida. Esto es innegable

:

y esto se explica cumplidamente con

el

abandono

200

de lo

ESD. 10.

la

EXCURSUS XIV

ciudad por parte de Esdras. Cuanto a las razones que

motivaron, sospechan algunos (Kittel,

sado

p.

599

que pa-

ss.)

primer entusiasmo se produjo una fuerte reacción

el

contra las medidas radicales que había tomado, reacción que hizo

muy

difícil,

si

no imposible,

la estancia

de Esdras en

jerusalén. Nosotros no nos atreveríamos a afirmar que así

decimos que un

movimiento nada tiene de no pocos casos análogos y el lector habrá quizá pensado en notables cambios del sentimiento popular que en días aun no lejanos presenciamos. pero

fué,



improbable.

La

tal

historia ofrece

;

Otra causa podría señalarse, y de hecho se ha señalado, de índole muy diversa, y que halla un punto de apoyo en el mismo libro de Esdras. Conocidas son las dificultades que ofrece

el

capítulo 4, 6-24.

han dado (véase

el

mero, que se trata de murallas

Muy

comentario).

Dos cosas hay

ciertas

:

pri-

de la ciudad y de sus segundo, que se hizo antes

la reedificación

vv. 12-13. 16. 21)

(cf.

variadas interpretaciones se

;

de Nehemías en tiempo de Artajerjes

I,

y por judíos que ha¿Quiénes

bían regresado recientemente del destierro (v. 12).

eran estos judíos?

No

lo dice el texto,

pero es claro que de-

bían de ser bastante numerosos para emprender una

tal

obra.

Sabemos positivamente que Esdras fué a Jerusalén, en tiempo de un Artajerjes, con una gran caravana. ¿No serían ésmuros ? Esdras mencionan (cf. Esurgente necesidad, y movido

tos los que intentaron la reconstrucción de los

no

tenía poderes para ello

;

al

menos no

se

Pero en vista de la quizá por sus compañeros, se creyó implícitamente autorizado para emprender los trabajos. El monarca, que con él se había mostrado tan generoso, alarmado por las acusacio-

dras

7).

nes de los samaritanos, ordena

la

suspensión de

la

obra (Es-

para pedirle dras 4, 21) y probablemente llama a Esdras cuenta de su proceder. Es de notar que el rey en su decreto no excluye la posibilidad de su revocación (cf. v. 21). Así se ;

el explica perfectamente la súbita desaparición de Esdras y

EXCURSUS XIV

ESD. 10.

modo abrupto cómo

termina su

en particular

Con

p. G07.

que en los

del silencio

libro.

201

Kittel, p. 001 ss.,

Cf.

esto se da también cumplida razón

siete

primeros capítulos de Nehemías

no volvió a Jerusalén hasta reconstrucción de los muros, es

se observa sobre Esdras. Si este

poco antes de terminarse

la

claro que no podía aparecer en escena.

Pero demos que volviera en compañía de Nehemías

más

todavía

;

Decimos que aun

lestina.

así se explica

Neh. 1-7 respecto de Esdras, como flejada en el libro de Neh.

dor

descrita

La

el silencio

de

actividad del gran restaura-

la

reconstrucción de las

en torno a ésta giran todos

:

tanto

situación histórica re-

la

en los capítulos 1-7 es ciertamente notable

pero se reduce a un solo punto, rallas

o

;

que hubiera permanecido los doce años en Pa-

los esfuerzos del

De reforma

todos los obstáculos con que tropieza.

codiciosos que

Nehemías reprende

peha y

religiosa,

de observancia de la Ley, ni una palabra. Sólo en atraviesa un episodio, en que

;

mu-

el c.

5 se

a los ricos

oprimían a los pobres exigiéndoles fuertes

más

usuras. Pero todo ello es

bien de carácter social que re-

y por otra parte, no es cierto el tiempo preciso en que esto se pasó. No pocos sostienen que fué después de ligioso

;

terminadas ya

murallas.

las

predominante de

la

la

como

presencia del

el

Lo que

era ciertamente religioso.

o social,

Por

contrario,

el

carácter

misión que se había confiado a Esdras

en

ella

había de político

quedaba suprimido con pe ha. ¿Es maravilla que, tratándose ahora

el

constituir jueces,

de un negocio exclusivamente secular, trucción de los muros, no apareciera

como la

era la recons-

figura de Esdras

?

cuando terminada la obra se hace la fiesta de la dedicación, acto propiamente religioso, donde le vemos ocupar un lugar distinguido (Neh. 12,36). Aparee?, por

Y

por

lo

el

contrari:),

que hace

al

estado de

la

Comunidad

judía a la

llegada de Nehemías, ténganse presentes las siguientes cir-

cunstancias

:

Cuando Esdras propuso, en condiciones que

ESD. 10, EXCURSUS XIV

202

pudiéramos llamar dramáticas, nios, ésta se aceptó

la

reforma de

con entusiasmo

;

pero es

los

matrimo-

muy

probable

que, pasados los primeros fervores, se sentina toda la

difi-

cultad que llevaba consigo el separarse de mujeres con quie-

nes se había vivido por largos años, quedando muchas milias

este

destrozadas y muchos corazones exacerbados

;

fa-

y de

descontento se aprovecharían los samaritanos y otras

gentes del país para excitar más y más los ánimos contra el reformador y hacerle odioso a los ojos del pueblo. Y nada

extraño que con esto perdiese Esdras su prestigio, y poco en tal esa poco viniese a quedar anulada su actividad.

Y

tado de cosas,

¿

a quién puede sorprender que retoñasen los

abusos y que no pocos de los que habían abandonado sus mujeres extranjeras las tomasen de nuevo, y la vida de la Comunidad volviera a correr por el mismo cauce de antes?

No

Nehemías enconsi no se hubiese tró al pueblo viviendo de tal ejercitado allí el ministerio de Esdras. Cuanto a la ruina de los muros y el abandono de la ciudad, se comprende fáhay por qué maravillarse, por tanto,

si

manera como

cilmente, ferirse el

tiempo y a episodio de Esd. si

al

la 4,

persona de Esdras ha de 8

ss.

;

re-

los samaritanos destru-

yeron lo que se había ya edificado, y la ciudad se quedó completamente desabrigada y en tal coyuntura nada tieabandonasen la cahabitantes los ne de improbable que pital y se dispersaran por las aldeas. Y dado caso que Esd. 4 no se refiera a Esdras, y que éste ningún intento ;

haya tenido de reconstruir los muros, éstos se habrían quedado en el estado de ruina a que los redujo Nabucodonosor.

Por consiguiente, en cualquiera de

las

dos hipótesis se ex-

plica sin dificultad el estado de desolación

en que Nehemías

encontró Jerusalén.

De

lo

dicho nos creemos autorizados a concluir que la

situación histórica supuesta en el libro de Neh. en ninguna

manera excluye

la

ida

precedente

de

Esdras a Jerusalén,

ESD. 10. EXCURSUS XIV

antes se armoniza perfectamente con

ella.

203

Falta ahora exa-

minar algunos puntos particulares.

Cuando Nehemías pide al monarca licencia para ir a Jerusalén, observa van Hoonacker que «parmi ses vifs sujets de crainte, il ne compte évidemment pas celui d'entendre le

roi lui

que

mon

«Et Esdras,

repondré:

chargé de pouvoirs,

envoyé en Judée, devrai-je le rappeler ici pour en échanson á ta place?...» (Rcv. Bibl. 1901, p. 176).

j'ai

mon

faire

Esto supone que Esdras estaba todavía en Jerusalén. Pero

¿y si no estaba? Claro está que no había por qué temiera Nehemías semejante respuesta. Y aun en caso de estar, tal podía ser su situación, y tales las circunstancias del país, que

muy

hicieran realmente necesaria o del

nuevo peha. Recuérdese

lo

conveniente

la

presencia

que dijimos arriba sobre

las

probables consecuencias derivadas de las disposiciones dadas por Esdras sobre los matrimonios mixtos.

Nehemías

dice (Neh. 5, 15)

precedieron oprimían exacciones.

al

que los gobernadores que

pueblo y

esquilmaban con sus

le

Van Hoonacker prgunta

le

:

«Mais comment une

situation eüt-elle été possible sous la tutelle de Yéner-

telle

gique Esdras...?»

A

esta pregunta

misma respuesta que dimos

hay que contestar con

la

reparo anterior. Por de pron-

al

to se da por supuesto que Esdras permaneció en Jerusalén

hasta

llegada de

la

muy

arriba,

Nehemías suposición, como vimos más Además, aun dada la presencia de :

discutible.

tal presencia resultaba inútil y de ninguna eficacia, una vez que había perdido todo prestigio y autoridad. En Neh. 12, 26: «Estos eran del tiempo de Joaquim...

Esdras,

hijo de Josedec, y del tiempo de

Esdras sacerdote escriba.»

muy al

De

Nehemías gobernador y de «Es

este pasaje dice Batten

:

de notar que Nehemías preceda a Esdras, contrariamente

orden en que

Neh.,

p.

278).

el

En

Cronista dispone sus materiales.» (Ecraefecto,

a

primera vista llama

que Nehemías preceda a Esdras, como

si

la

atención

quisiera indicarse

204

ESD. 10,

EXCURSUS XIV

que éste siguió cronológicamente a aquél. Pero en realidad no hay tal. Es en extremo probable que los dos personajes

como contemporáneos, cual aparecen en los capítulos precedentes, y que ambos indican una sola y misma época tanto más cuanto que a continuación se narra se consideran aquí

;

dedicación de los muros, donde aparecen juntos Esdras

la

36) y Nehemías (v. 38). Este se nombra antes de aquél, duda por su dignidad de peha (de Nehemías gobernador). Por lo demás este capítulo 12, que es de carácter muy frag(v.

sin

mentario, ofrece alguna dificultad to

que

los vv. 22-23,

donde

se

y no es de todo punto

;

enumeran

los

sumos

cier-

pontífices

hasta Jaddúa, formen parte del texto primitivo.

Parece extraño que Tobías y Sanballat y sus compañeque tanto dieron que hacer a Nehemías. dejaran tran-

ros,

quilo a Esdras, contra el cual no se mínima oposición (van Hoon. Rev.

lee

la

más

176

s.).

que hicieran

Bibl.

1901,

p.

Varias circunstancias conviene tener aquí presentes. Por de

pronto

la

escasez de documentos

:

poco más de dos capítu-

y en éstos se narra un solo hecho, la reforma de los matrimonios mixtos. En tales condiciones bien se ve con qué extrema cautela hay que usar el argumento del silencio. Además, recuérdese el carácter que revestía la misión de Esdras, la cual, bien que no exenta de los (Esd. 8, 33-c. 9-10)

;

toda índole política, era sobre todo y ante todo religiosa. Ahora bien: en el libro de Neh. toda la enemiga de Tobías y

sus congéneres va contra

de sus muros

;

cuando

la

la ciudad y reforma religiosa no se

restauración de

se trata de

ve que intervengan para nada. Es verdad que las

mujeres extranjeras pudo

mador. Pero, cuenta en

si

así

el libro

fué,

la

expulsión de

excitar el odio contra el refor-

esto es precisamente lo que

de Esdras.

En

tercer lugar,

si

no

se

Esdras por

una u otra causa permaneció poco tiempo en Jerusalén, como arriba decíamos, no es maravilla que. no hubiera aún

tomado cuerpo y

se hubiera

intensificado contra

él

la

hos-

ESD. 10. EXCURSUS XIV

tilidad

de los samaritanos. Finalmente,

construcción narrado en Esd. dras,

como ya insinuamos,

1.

7

ss.

20o

si

el

conato de

fuese del

claro está que no

tado las hostilidades de los samaritanos.

re-

mismo Eshabrían

le

Que Tobías

fal-

y San-

no se ocuparan de Esdras, mientras Nehemías estaba construyendo los muros si es que entonces se hallab Esdras en Jerusalén nada tiene de extraño, pues claro ballat



i



que

verdadera y única autoridad era entonces el fe ka, y contra éste naturalmente se dirigían todos los esfuerzos. En Esd. 9, 9 cuenta Esdras entre los beneficios que Dios está

les

la

había concedido por medio del rey de los persas,

que

el

dado un gadcr, "na, en Judá y Jerusalén, «et daret nobis sepem in Juda et Jerusalem» (Vulg). En estas palabras descubre van Hoonacker, seguido por Batten (Esra-

éste les hubiera

Neh.,

p. 334), la existencia

de los muros de Jerusalén

;

éstos no fueron reconstruidos sino por Nehemías,

cluye que

éste precedió

La voz gader

a Esdras.

como

y

con-

se

significa

propiamente empalizada, usada sobre todo para proteger viñas,

como

se ve,

por ejemplo, en

Num.

22, 24

;

las

5 etc.

Is. o,

Y

en este último pasaje, como también en Ps. 80, 13, se toma en sentido figurado algo que protege, defiende, que :

da una cierta seguridad.

Lo que Esdras

Dios ha inclinado hacia nosotros

el

quiere decir es claro

corazón del rey

benevolencia de éste, su protección, es

da que nos permite vivir en seguridad. entienden

la

Bertheau, otros, v.

gran mayoría de

Siegifried,

Ryle,

los

Oettli,

como una

Y

así

intérpretes,

;

y

:

la

empaliza-

en efecto

lo

verbigracia,

en sus comentarios

;

y

gr. Vaccari. Si Esdras hubiera querido hablar de los

muros de la ciudad, habría usado el vocablo común y ordihomah. El permiso de reconstruir las murallas era un favor harto grande y sobrado concreto para que Esdras

nario

expresara con frases que indicaran sólo una protección vaga y general. No negaímos nosotros que gadcr signifique muro en el

lo

:

206

EXCURSUS XIV

ESD. 10.

sentido lato de la palabra* es decir, algo que protege, que-

que

divide, ni

Lo que decimos

limita.

es que dicha voz nunca,

en un solo caso, indica muralla de ciudad,

de comprobar recorriendo los

gunos

varios

lo cual es fácil

Citemos

pasajes.

al-

:

En

Ez. 13, 5

22, 30

;

ramente metafórico

;

Ps. 80, 13 se

;

algo que defiende,

casa de Israel (Ez. 13, 5)

toma en sentido puprotege muro que :

pared puesta entre

circunda

la

Dios y

país para defender a éste contra la ira divina (Ez. 22,

30)

;

13).

el

;

cerca que protege la viña de Dios que es Israel (Ps. 80,

En ninguno

íicamente, en

En Num.

de los tres pasajes se toma, ni aun metafósentido de

el

muro

material de una ciudad.

24; Ps. 62, 4; Prov. 24, 31; Eccle. 10, 8; Is. 5, 5 Os. 2„ 8 significa cerca, vallado, seto, formado de yerbas y espinos o de piedras, que circunda un campo, una viña, o que limita un camino. Es ésta la acepción más común. 22,

;

En

Ez. 42,

10 se trata

7.



de un muro, pero no de

la

ciudad, sino puesto frente a un atrio del templo.

En

Mich.

7,

¿Se habla de

11 (T¡ni3)

muros

los

sentido

el

no es

fensas en general? El paralelismo con limite indicar

más

todo claro.

del

de la ciudad, o simplemente de de-

pn

(

)

parece

Con todo no nos atrevemos

bien lo segundo.

a

dar una respuesta decisiva.

De

todas maneras ello es indudable que este pasaje resulta

oscuro y que es mar que la voz

único en su género.

el

Podemos pues

afir-

no es de uso ordinario en el A. T. para una ciudad. de muro designar el Todo lo contrario acontece con el vocablo ¡lETi Citaremos sólo algunos pasajes de los muchos que pudieran adu.

cirse,

donde

tiene

Lev. 25, 29. 30. 31 18, 24

;

27; Neh. passim

;

20. 21. 24

;

;

ciertamente

Deut.

Is.

22,

5

3,

20, 15. 21

;

;

la

significación

los. 2, 15

3 Reg. 3, 27

;

;

6,

20

;

6, 26.

indicada

2 Sam. 11, 30

;

18, 26.

10; 60, 10; Ps. 51, 20. Y nótese (Is. 60, 10; Ps. 51, 20) se

que en los dos últimos pasajes

EXCURSUS XIV

ESD. 10.

207

trata precisamente de la restauración de los

muros de

Je-

rusalén.

En

tales condiciones,

timos, para decir que,

muros de

la

si

¿no hay

fundamento, repe-

suficiente

Esdras hubiese querido hablar de los

ciudad se habría servido del vocablo

ordinario HDin

común y

?

Además, de haber hablado de los muros de la ciudad hamencionado sólo Jerusalén y no Judá y tanto es así que Batten (1. c.) se inclina a borrar del texto por un proceder

bría

;





Y

voz Judá.

en efecto, ¿por qué nombrar a Judá si se trataba de las murallas de Jerusalén? La razón dada por Bertholet y van Hoonacker (Rez Bibl. 1901, p. 179) que dichas murallas constituían una prode todo punto arbitrario

la

1

.

tección no sólo para

la

misma

Jerusalén, sino moralmente

para todo Judá, no satisface al Dr. Kaupel (Biblische Zeitsch. 22, 1934, p. 89-92) y con harto motivo. Si Esdras tenía pre;

un muro material, no habría hablado en esta forma. Lo primero que debía ofrecérsele a la mente era Jerusalén, no el territorio de Judá, puesto que los muros de aquélla eran la causa y fundamento de la protección moral de éste Finalmente, obsérvese que cuando habla de la reedificación sente

«la hace en términos bien claros y precisos renglón casa de Dios», «levantar sus ruinas» ¿ por qué a

del

templo

lo

:

;

seguido habría usado una frase tan general

al tratarse

de

la

reconstrucción de los muros?

Van Hoon.

afirma (Rev. Bibl. 3901,

p.

185

ss.)

que Es-

matrimonio con toda clase de extranjeros, mientras que en Neh, 1-7 no parece de donde concluye que que estuvieran todavía prohibidos dras 9-10 supone

la

prohibición

del

;

Esdras es posterior a Nehemías. La ley prohibía

monio con

los

cananeos (Deut.

gentes (Deut. 21, 10

que advertir:

1)

que

ss.

;

Num.

7,

31,

las palabras

ninguna mapera nos autorizan

1

ni

ss.),

18).

el

matri-

pero no con otras

Esto supuesto, hay

de Nehemías siquiera

a

(6, 17-19)

en

sospechar que

208

EXCURSUS XIV

ESD. 10.

como

tuviera aquellos matrimonios

lícitos

2)

;

que en Neh.

10,

31 se promete solemnemente no contraer matrimonio con las

gentes del país

que

3)

;

la

extensión de

la

prohibición a

todos los extranjero- es anterior a Esdras, puesto que ya

desde

principio esto dan por supuesto los príncipes (Esd.

el

9,

que en ninguna manera es dado probar que dicha extensión no fuera ya muy anterior al año 445 5) que el

1

ss.)

4)

;

;

mayor rigor de Esdras en comparación con el de Nehemías puede explicarse por su mayor celo, muy en armonía con su carácter sacerdotal y con

cumplir

ley

la

quien sabía

;

tal

misión que llevaba de hacer

la

o bien por

la

mayor

cautela de Nehemías,

vez que las medidas radicales de su prede-

cesor, bien que de pronto eficaces, habían resultado al fin

contraproducentes riencia, se

cual,

y por

;

modo más

muestra en cierto

como

más

se ve, sería

aleccionado

esto,

por

la

expe-

contemporizador, lo

bien una prueba de la anterio-

ridad de Esdras respecto a Nehemías.

En

Esd. 10, 6 se lee que Esdras se alzó de delante de

casa de

Dios y se fué

En Neh

Eliasib.

Eliasib, o

12,

más propiamente

raneo de Nehemías

Yohanán

23 se menciona un

(cf.

sumos sacerdotes que

Neh.

el 3,

hijo de

como sumo sacerdote contempo .1), y Yohanán uno de los

aparece de 12, 10-

nieto,

Este Eliasib es sin duda

11. 22.

la

aposento de Yohanán, hijo de

al

sucedieron y que, claró está, sería bastante posterior a Nehemías. Esto mismo han venido a le

confirmar los papiros árameos de Elefantina. la

carta

colonia

(1) allí

sacerdote y a tales

de

(1)

efecto, en

Bagohi,

los

éste

es

Cf. Drei aramáische

Berlín 1908;

La

de Sanballat.

hijos

premisas es evidente

Yohanán y

Sachau,

En

pehah de Judea, dicen los de la establecida que han escrito a Yohanán sumo a

Si

:

muy

conclusión de

Esdras es contemporáneo

posterior

a

Nehemías, claro

Papyrusurkunden aus Elefantine, von Eduard

Urkunde

I,

líneas

18.

29.

£SD. lü. BXCURSUS XIV

mismo Esdras.

está que a él es posterior también el

Muséon 1890, p. Examinemos

el

Nuestra opinión

es,

tido

181-184

Rev. Bibl. 1901,

;

pasaje

que a primera

y

lo

209

preocupación

sin

ser

Le

Cf.

s.

apologética

confesamos lealmente, que

vista se ofrece parece

sumo

195

p.

el

sen-

que se trata

Yohanán, y que a éste se como contemporáneo de Esdras. Pero con esto no queda resuelto el problema. Todo el mundo sabe que no

aqui realmente del le

pontífice

considera

hay perfecta ecuación entre sentido obvio y sentido verday que lo primero no siempre supone o lleva consigo lo segundo. Conviene, pues, preguntarnos: ¿Es dicho pa-

dero

;

saje susceptible

verbigracia,

de otra interpretación?

Huyghe

(1.

c.

p.

15

ss.)

No

faltan autores,

que niegan, o por

lo

menos ponen en duda, la identidad del Yohanán de Esd. 10, 6 con el sumo pontífice, hijo o nieto del sumo pontífice Eliasib,

fundándose en que existen varios otros personajes

que llevan dichos nombres. Por nuestra parte admitimos identidad

como más

probable, reconociendo, empero, que

la la

opinión de dichos autores no carece de una cierta verosimi-

y esta circunstancia es preciso tener en cuenta cuando aduce el pasaje en favor de una u otra teoría. De todos

litud

se

;

modos, supuesta el

la identidad,

puede

pasaje de otra manera, a saber

en Esd. 10, 6 era conocido con

bien interpretarse

El aposento mencionado

:

el

muy

nombre de Yohanán

hijo

de Eliasib, y por este nombre lo designa el autor, que escribía bastante tiempo después de Esdras (nótese que no es éste quien habla en primera persona).

Esta interpretación,

evidentemente, no es dado probarla con argumentos posi-

pero es cierto que nada tiene de inverosímil, y la cosa es de suyo muy natural. Por consiguiente está pertivos,

fectamente justificada, en tanto no se demuestre con bue-

nos argumentos ser falsa o por

lo

que aduce van Hoon. (Muséon 1890, página 195 s.) difícil es tenerlos por

menos improbable. Los p.

183

:

Rev, Bibl. 1901,

tales. «II est á

supposer

210

— dice—

ESD. 10,

qu'il

EXCURSUS XIV

y avait un local réservé au dépót des revenus

du grand-prétre

;

mais

c'était bien, croirait-on, le

quí restait affecté á cetté

sous

destination

méme

les

local

différentes

pontiles qui se succédaient. Quelle raison peut-il y avoir eu

ue donner ou de garüer a un locai ue ce genre,

le

nom

a un

Nous ne connaissons aucun exem-

grand-prétre determiné?

En hecho

píe d'un usage pareil.» (Aluséon, p. 183 .)

de verdad

conocemos un ejemplo que ilustra admirablemente nuestro caso. En Neh. 13, 4-9 cuenta el mismo Nehemías que en el intervalo que medió entre su primera y su segunda administración, al tiempo que se hallaba en Babilonia, el sumo sacerdote Eliasib hizo o cedió a Tobías un grande aposento Uscak geúolak— en las dependencias aei templo (v. 5. 7).



Nada extraño fuera que por aquel entonces el pueblo llamara aquel aposento el aposento de Tobías. Ahora bien: lo que Eliasib hizo con Tobías, ¿qué dificultad hay en que hiciera

Yohanán consigo mismo

reservara para

si

un aposento

r

¿ Qué

especial,

el

lo

en que

dificultad

cual por consi-

guiente tomaría su nombre

? Razones pudo tenerlas varias, aunque a nosotros sean desconocidas y en todo caso su ;

propio arbitrio.

Que se diga Yohanán ben Eliasib, y no sencillamente Yohanán no tiene importancia alguna. «Iohanan, á la lischka duquel Esdras se rend dice van Hoon. est dans son idée,





non pas un simple nom

un personnage congu comrne tel.» Y da la razón «Voilá pourquoi il indique le nom du pére de Iohanan qui d'ailleurs dans 1' usage courant était appelé Iohanan tout court. (Néh. XII, 11. 22; loséphe 11. ce.)» {Muséon 1890, p. 183.) Bastaba continuar no más ;

c'est

:

que hasta Eliasib,

el

siguiente v. 23 para leer en él

precisamente

vv. 11. 22, su

como en Esd.

misma contextura

10,

6.

Yohanán ben Cuanto

exigía o aconsejaba

bre solo, con exclusión del ben Eliasib.

No hay

el

a

los

nom-

sino leerlos.

Así que estos dos pasajes nada absolutamente prueban. Con-

ESD. 10. KXCURSUS XIV

211

cluímos, pues, que independientemente de toda teoria pre-

concebida

el

pasaje de Esd. 10, C es susceptible por igual de

una y otra interpretación.

Pero a nuestro

mismo

El

juicio cabe dar todavía

ción a la primera.

En

allí

apo-

al

pernoctó (léase p'l en vez de

cuanto en aquel

pero de

;

que Esdras iue

efecto, dicese

sento de Yohanán, y que l^l)

un paso adelante

texto nos invita a preferir la segunda interpreta-

hizo no

sitio

sabe

autor

el

decirnos otra cosa sino que «no comió pan ni bebió agua». Si

en dicho aposento se hallaba

para tratar con

allá

posible que ni

el

el

mismo Yohanán, y Esdras

del negocio de los matrimonios,

él

fué

¿es

autor sagrado, ni entonces ni después, dijera

una sola palabra

sumo sacerdote?

del

Cierto,

un

tal

pro-

ceder no deja de ser extraño. Tal dificultad se desvanece

por completo, pontífice,

mado

sino

si

Yohanán

únicamente

no

indica el

la

sumo

presencia del

aposento que de

él

había to-

nombre. Por consiguiente nuestro pasaje no solo

ei

no prueba que Esdras fuese contemporáneo de Yohanán, sino lo

que, al contrario,

tiende

más bien

Parécenos que del examen de

mos procurado

aquilatar,

los reparos,

podemos

indicar

que no

líneas generales

como en

cuyo valor he-

concluir que la situación

histórica descrita en Esd. 9-10 y en

la

a

era.

Neh.

1-10, tanto

en sus

sus pormenores, se armoniza con

prioridad de Esdras respecto de Nehemías, por lo

tan satisfactoriamente

ahora

como con

su posterioridad. Falta ver

existen algunas razones para inclinar

si

balanza en favor de

la

primera de

La que por de pronto

menos

las

el

fiel

de

la

dos hipótesis.

se ofrece es la disposición

misma

de las varias narraciones. El autor habla de tres personajes principales, que volvieron del destierro a Jerusalén. De Zorobabel no cabe duda que fué

po

;

y,

el

primero en orden de tiem-

en efecto, colócase en primer lugar. Presentando a

ESD. 10. EXCURSUS XIV

212

Esdras antes de Nehemías, parece quiso dar a entender el autor que en realidad Esdras precedió cronológicamente a Nehemías, y que éste fué el último de la serie. El relato de la

segunda administración de Nehemías (Neh. 13) se coloca conforme al orden cronológico. En todo el libro se

al fin,

siente 1.

que

el

15. 31. 32)

autor se preocupa

Esd.

1. 7.

8.

9

por disponer los acontecimientos en

el

orden

(cf.

7,

;

8,

en que se efectuaron (cf. asimismo la Introducción, p. 5 ss.) no se descubre un plan lógico según el cual se agrupen los hechos en varias secciones, prescindiendo de la sucesión cro;

nológica,

como

acontece,

verbigracia,

en

evangelio

el

de

San Mateo. Hay que convenir pues en que, por lo menos a juicio del autor, Esdras precedió a Nehemías. Ahora bien: en hecho de tal relieve, aun prescindiendo de toda inspiración, es bien difícil que el autor se engañara y a su opinión, aunque no fuera sino un historiógrafo profano, debiera reconocer un peso, no diremos decisivo, pero sí muy notable, toda crítica histórica verdaderamente seria. Esta argumentación, sin embargo, lo reconocemos, tiene un punto flaco. El orden actual de las narraciones ¿es realmente el original? Y si no lo es, claro está que cae por su misma base nuestro raciocinio. No hay duda que nuestro libro es de carácter pronunciadamente fragmentario. Además, convenimos en que la sección de Esd. 7-10 no está necesariamente enlazada con Esd. 1-6 ni con el libro de Ne;

Es cierto asimismo que alguno de los relatos, como Esd. 4, 6-23, no se halla en el sitio que cronológicamente le corresponde. En vista de esto no parece pueda ex-

hemías.

en absoluto la hipótesis de una perturbación del orden primitivo. Pero es claro que una tal perturbación no dar por lo menos basta suponerla es preciso justificarla

cluirse

;

;

una explicación plausible. Esto ha procurado hacer van Hoon. en repetidas ocaNouv. Et., p. 304 ss. Rev. siones (Neh. et Esd., p. 75 ss. ;

;

EXCURSUS XIV

ESD. 10.

Bibl. 1901, p. 13 s.).

que por

tos,

No

reproduciremos aquí sus argumen-

demás tienden todos

lo

certains milieux juifs,

on

se représentait

vécu au commencement de de l'histoire de

pas

difficile

la captivité

probar que «dans

a

Esdras

comme

ayant

de Babylone» (Nouv.

«C'est en luí (Esdras) que la derniére période

Et., p. 306).

ment des

213

la

Tora

de voir

a

l'éffet

eu son point de départ.»

«II n'est

que pouvaient avoir sur l'arrange-

nous avons donné un court apercu. II était naturel que Ton songeát á mettre Esdras, d'une maniere aussi immédiate que possible, en raprécits

bíbliques, les idées dont

port avec l'époque qui marque

la

fin

de

captivité,

la

c'est

du retour sous Zorobabel.» El P. Lagrange, que reproduce estos pasajes de van Hoon., dice:

á-dire avec l'époque

«Nous ne pouvons adhérer

á cette explication» (Rev. Bibl.

y nosotros convenimos en un todo con el Reverendo Padre. El mismo van Hoon. parece que se encarga 1894, p. 581)

;

de refutar dicha explicación, cuando escribe juive touchant l'époque á laquelle ter

Toeuvre du fameux Sopher,

te, par voie directe,

probléme. Tantót

il

«La

tradition

est tres hésitante et n'appor-

aucune lumiére á

elle fait

:

conviendrait d: rappor-

la

solution de notre

remonter Esdras á

la captivité

de

raméne jusqu'a 1'époque d'Alexandre-le Grand» (Nouv. Et., p. 305). «Si les deux traditions sont anciennes, observa justamente el P. Lagrange (1. c. página 582), pourquoi déranger ou ranger les documents Babylone, tantót

elle

le

d'aprés Tune plutót que d'aprés l'autre?»

El R. P. propone por su parte otra hipótesis que nos otros,

por no exponernos a

falsearla,

nos permitimos co-

«Le livre de Néhémie a des caracteres d'unité qui manquent au livre d'Esdras... Dans l'hypothése nouvelle, ce livre (el de Nehemías) existait, quand Esdras vint á Jépiar:

rusalem

comme

chef de

mudique, acceptée par soit

l'auteur

des

la nation.

les

De

plus, la tradition tal-

exégétes catholiques, veut qu'il

Paralipoménes ou Chroniques...

le

livre

214

EXCURSUS XIV

ESD. 10,

d'Esdras a été écrit pour faire suite aux Chroniques. Des

on comprend

lors,

de

meuraient depuis de Néhémie, fait

bien qu'Esdras

tres

premiére restauration d'aprés

la

d'autre part

;

temps de Zorobabel. Arrivé á l'époque

le

pas á

n'avait

il

Thistoire

écrit

ait

documents qui de-

les

la

puisque

raconter,

c'était

devait luí répugner d'introduire dans

il

un ouvrage complet, muni de la signature de son auteur. II raconta done sa propre mission á la suite de celle son

livre

de Zorobabel, passant sous silence celle de Néhémie))

c.

(1.

p. 582).

Bien que su autor

la

explicación sea «trés simple»,

—nosotros

tememos que

cos a nuestro juicio

la

Jerusalén y de

parece

muy

del libro rio

que se

muy

su nombre, siguiera

En

le atribuye.

efecto,

po-

el

el

proceder

nos

autor litera-

¿es verosímil que un au-

que muestra marcado interés por

tor,

llama



discutibles,

que Esdras, o de todas maneras

lleva

la

antes ya que Esdras llegara

suposiciones

otras

difícil

que

como

demasiado

sea

aceptarán. Prescindiendo de la exis-

tencia del libro de Nehemías, a

lo

las

fechas y por

sucesión cronológica de los hechos, sin hacer

la

menor

la

ad-

vertencia colocara conscientemente, uno a continuación del

dos relatos que se refieren a épocas completamente

otro,

y separadas por más de un siglo? Sabiendo Esdras que entre su propia época y la de Zorobabel mediaba la de Nehemías con su importante restauración y reforma, ¿es probable que de tal manera dispusiera su libro que diedistintas

ra

la

impresión que

diatamente a

la

última época había seguido inme-

primera, sin dar lugar a la segunda? Di-

ráse que ahí estaba riaba esta

la

el

de Nehemías, donde se histo-

libro

segunda época

.

Convenido

dos libros recibía fatalmente

la

;

pero quien

leía

los

impresión que Esdras ha-

año séptimo y Nehemías el año vigésimo de Artajerjes y que por ende el primero al segundo. Y de tal cronológicamente había precedido

bía

regresado

a

Jerusalén

el ;

ESD. 10. EXCURSUS XIV

impresión es imposible que podía

muy

autor no se diese cuenta

el

bien prevenirla con una breve indicación.

diga que no quería repetir lo que ya se narraba en de Nehemías

puesto que en contramos brevemente dicho

mayor difusión; compárese,

mismo

el

;

el libro

cuenta con

se

con

gr., 7, 7-9

v.

se

Esdras en-

libro de

que luego

lo

y

:

Ni

8,

15

Así

ss.

que todo bien considerado, mantiene su valor probativo

el

hecho de

la

la

Esd. 7-10,

posición actual de

referentes

a

misión de Esdras.

Otra razón positiva en pro de la prioridad de éste resla poca aptitud que el mismo habría tenido para ponerse al frente de una caravana en el año

pecto a Nehemías es

Habiendo desempeñado un papel importante en la primera administración de Nehemías (445-433), es claro que en 398 debía ser ya hombre por lo menos de unos setenta de edad no poco avanzada a ochenta años. Ahora bien, un tal anciano no parece fuese el más a propósito para aprestar una gran caravana, dirigir un largo viaje y organizar la Comunidad judía. Creemos que pocos negarán a este argumento un cierto grado séptimo de Artajerjes

II,

en 398.

;

de probabilidad, que por lo demás es lo único que nosotros

pretendemos

Y

no

(Nouv. Et. a

darle. lo

¡se

p.

quitan

298

;

las

observaciones

Rev. Bibl. 1901

demostrar que en realidad Esdras, era ya un anciano

caravana,

ciendo propio portrait

el juicio

de

que nous tracent

de

al

p.

la

vie»

(Rev. Bibl.

impartíale des textes» trato

194),

ponerse

que tienden de

al frente

muy avanzada

du

sopher

les

ibid.).

Muy

(Nouv. Et.

al

chapitres

homme

la

Ha-

edad.

M. Halévy, nos asegura que

d'Esdras est celui d'un vieillard ou d'un de

Van Hoon.

de

«le

IX-X

au déclin

contrario, la «lecture

ibid.)

prueba que

que Halévy nos da de Esdras es por

lo

menos

el

re

arbi-

extrañamos las palabras un tanto vivas del «Certes P. Lagrange, que hablando de dicho retrato dice

trario,

y no

:

216

ESD. 10.

EXCURSUS XIV

ees traits sont vifs, trop vifs, et je m'étonne de l'adhésion

M. Van Hoonacker

de

:

«on ne saurait contester

la fidélité

de ce portrait» (Rev. Bibl. 1894 p. 563).

Esdras

inicia

una reforma

gicas y radicales.

Que

tomando medidas enér-

Esto ciertamente no revela un anciano

decrépito y llorón, sino un

voluntad.

difícil,

hombre de

carácter y de firme

a la noticia de la general prevaricación ras-

el manto y se arrancara los cabellos, y postrado en presencia de Dios diera rienda suelta a sus sentimientos

gara la

de dolor, todo esto prueba su profunda piedad, no

queza de su ánimo. Ni es exacto vient

la

fla-

decir que «Schekanja

el

á propos rappeler á Esdras qu'agir vaudrait mieUx

que se lamenten) {Rev. Bibl. 1901 p. 194). Esta frase de Van Honn. es poco feliz y no refleja fielmente el texto (Esd. 10,2

Es verdad que aquél le dice a Esdras «Animo y manos Pero es después de haber confesado su pecado «Nosotros hemos prevaricado contra nuestro Dios...», y de haber dicho que estaban dispuestos a enmendarse «Comprometámonos por pacto con nuestro Dios a despedir todas las mujeres...» El texto tomado en su integridad, y no en sólo una frase aislada, produce una impresión del todo ss.).

:

a la obra».

:

:

diversa.

No

es

temerario

sospechar que Esdras,

con

las

muestras de profundo dolor, quería no sólo desahogar sus propios sentimientos, sino provocar timiento en los que

íntimas éstas

se

le

disposiciones,

rodeaban con

muy

;

el

dolor y

el

arrepen-

y que no conociendo sus buen acuerdo esperó que

manifestasen antes de imponer su voluntad.

vez explorado el terreno, véase

cómo

Una

sus palabras no son

sino una intimación clara y enérgi«Levantóse pues Esdras sacerdote, y les dijo Vosotros habéis prevaricado por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, agravando la culpa de Israel. Ahora, pues, haced vuestra con-

un lamento jeremíaco, ca

:

:

fe=

:

ón a Yahvé. Dios de vuestros padres, y cumplid su vo-

luntad separándoos de los pueblos de la tierra y de las mu-

ESD.

EXCURSUS XIV

10.

extranjeras.» (10, 10-11). Es que

jeres

sabía armonizar

el

suaviter con

217

el

gran reformador

el fortiter.

El no haber teni-

do en cuenta esta consideración ha inducido a Halévy a

tra-

zar de Esdras una semblanza unilateral y a falsear con esto su carácter.

Nuestra conclusión es que hoy por hoy el orden EsdrasNehemías es el que mejor justifican los textos. Harto precipitado anduvo quien, no mucho después de haber sido propuesta la nueva teoría, quiso ya considerarla como definitivamente escribe

:

establecida.

Kittel

(Geschichte

«No hay razón alguna para abandonar

cronológico profundamente arraigado en

636)

p.

orden

el

¿Sur-

la tradición».

elementos nuevos que aconsejen cambiar dicho or-

girán

den? Es posible. En tanto no

más

1929

científico

se

presenten,

tenemos por

sostener que Esdras regresó a Jerusalén

el

año 7 (458) y Nehemías el año 20 (445) del mismo monarca esto es, de Arta jer jes I. ;

Jmpresa ya esta página, leemos en L'Ami du Clergé, (19 agosto 1948), pág. 532, que el P. de Vaux, director de Revue Biblique, en el artículo Israel, en el Sup-

número 34

plément au Dictionnaire de 777) sostiene decididamente

la

Bible (fase.

XX-XXI,

c.

729-

la cronología Esdras-Nehemías y nos alegramos de ello. Por razón de las circunstancias actuales no nos ha sido posible tener en nuestras manos el artículo nos permitimos copiar el texto de la revista arriba mencionada. «Le P. de Vaux est tres net en faveur de la séquence Esdras-Néhémie. Le premier est venu á Jerusalem en 458, chargé de mission par Artaxerxés I, á la cour de qui :

:

aux affaires juives par son truchement, le roi donnait á la Torah valeur de loi d'Etat. L'oeuvre de Néhémie, postérieure, est administrative et sociale elle sup-

il

était

secrétaire

:

:

pose

la

433

la

reforme religieuse d'Esdras et se fonde sur elle. La premiére venue de Néhémie á Jérusalem se situé de 445 á :

date de

la

deuxiéme

est ignorée.

— On voit que

le

P.

>

218

ESD.

Vaux abandonne

la

10.

EXCURSUS XIV

théorie de

Van Hoonacker

sur

la

succes-

sion Néhémie-Esdras, qui avait été adoptée par beaucoup il arrive que Ton revienne, d'historiens catholiques en les :

comprenant mieux á d'anciennes positions» (pág. 532). En realidad ya se iba notando de algún tiempo acá ese retorno a la cronología Esdras-Nehemías, y estamos persuadidos que se

irá

La misma

de cada día acentuando

más y más.

cronología, o sea, que Esdras vino a Jerusalén

año séptimo de Artajerjes I, y Nehemías el año vigésimo del mismo monarca, sostiene y prueba el P. Alberto Vaceari en su reciente versión-comentario de Esd.-Neh. (La Sao-a el

Bibbia, tradotta dai testi originali con note, a cura del Pont. Istituto

gina 176

Bíblico. s.

III.

I

libri

storici

-

2.

Firenze, 1947),

pá-

t

Libro de Nehemías Memorias de Nehemías, hijo de Hacalías. En el mes de Kisleu del vigésimo año hallábame yo I

1

Ocasión del viaje de Nehemías. 1

general del Obro.

Titulo

a.

suyo hechos, obras

morias

(lo

que

él

Cualquiera de

pasaje;

escribió).

las

31-42; 13, 4-31) habla en

Véase

la

;

En ambos

20, 31

;

cf.

en Esd.

asimismo 3 Reg.

1.

a

parte del libro

pers. el

1-7;

12.

mismo Nehemías.

pa-

(c.

segundo sentido

el

el libio

encabeza con

se

:

escrito,

;

el

2, 2.

=

16 y TVk 112" con-

El nombre de su padre (ppten lee fuera de este pasaje sólo en 10,

en Yahvé) se

indica la

me-

escrito,

sentidos apare-

aquí se distingue naturalmente del mencionado en

fía

de

de memorias nombre de su autor. Introducción. El ¡TOTO (= Yahvé consuela) de

rece preferible suerte que

significar

dos acepciones conviene a nuestro

como en buena

pero,

H31 puede

i

que hizo Neh.), o bien

(lo

mismo

ce el vocablo en 2 Par. 12, 15 11, 41.

C.

misma persona. Los

3,

2,

donde

hay, entre los cuales Sánchez,

que hacen de Nehemías un sacerdote, engañados por la lección de la Vulg. «iussit sacerdos Nehemías» (2 Mac. 1, 21)

donde en realidad sino

el

dotes».

el

texto griego lleva no

acusativo plural

Sobre

el

tepciQ,

el

«mandó Nehemías

fuego milagroso

(2

Mac.

1,

nominativo, a los sacer-

18-36)

y

la

*

220

NEH.

en Susa,

2 cuando vino Hanani, uno de mis

la fortaleza,

hermanos,

1-2

1,

y varios otros, de Judá. Les pregunté por los judíos que se habían librado, que habían sobrevivido él

formada por Neh.

biblioteca

Mac.

(2

13)

2,

cf.

los

comen-

tarios.

1 b. leu

=

Sobre el wau de >ÍT1 cf. Com. Esd. 1, 1. KisNov-Dic. Por 2, 1 se ve que el año 20 se refiere al

reinado de Artajerjes

no

el

te, p.

Mnemon

Longimano (465-425), Fundamen-

cual t§ el

el

;

(405-358),

com

31 Cf. Com. Esd. p. 196

quiere Marquart,

ss.

Susa era

la residencia inver-

como Ecbatana (Esd. 6,2) era la con artículo y en aposición a Susa se lee asimismo en Dan. 8, 2. Significa en ambos pasajes que la ciudad era fortificada, y dicha voz tiene por consiguiente la

nal de los reyes de Persia,

de verano.

H^DD

misma extensión que Susa, un modo

bien que tal vez se aplicara de Idéntico alcance tiene

especial a la acrópolis.

vocablo en Esd.

6,

2 aplicado a Ecbatana,

2.

2,

'OÍD

8;

7,

2;

ad

cf.

bien la cons-

Com. Aparece también

trucción es un tanto diversa. Véase

en Neh.

si

loe.

(forma idéntica en 3 Reg. 16, 1) parece

mistmo nombre que Hananías

compadece. Aunque

la

el

(1 Par.

voz hermano

3,

es de

vaga, aquí empero debe tomarse en

el

el

= Yahvé se significación muy

19)

sentido estricto de

hermano propiamente dicho o al menos de pariente, pues tal es su alcance en 7, 2. Tanto Hanani como los que le acompañaban venían de Judá, v Nehemías les preo-untó naturalmente sobre los judíos que sobre Jerusalén. Varias frases guiente ofrecen alguna derherstellung, p. 44 a

saber,

allí

dificultad

s.) las

estaban, y en particular v. como del siKosters (Wiecomo y

de este

así ;

interpreta en favor de su teoría,

que ninguna caravana de repatriados hubo antes

de Nehemías, diciendo denominación no disimilar de la actual puerta nueva en Jerusalén. Los hay empero que ponen dicho adjetivo en relación con otro sustantivo, de donde resultan varias 6.

antigua

:

;

interpretaciones

puerta de

:

la

ciudad antigua

muro antiguo. O como nombre de una ciudad,

antigua

Betel

del

;

cf.

;

de

;

'Ain Siniya,

Hólscher, Batten, Guthe, en

Noroeste de

al

ZDPV

1885, 279

Cuanto a su posición, se hallaba ciertamente por ventura un tanto al Sudoeste de la puerta

De

12, 39, único pasaje fuera del nuestro

ta es

nombra pescado. Precisar más no

y

la del

que

entre

se

la

séptima y

(1)

bíblica.

la

El P. Víncent,

En

gunda o nueva

RB

cambia

efecto, (cf.

Soph.

1,

10

explícitamente de

la

;

en

sep-

(ZDPV

Vía Dolorosa.

la

fi^Dí!

elimina de

la

topografía

puerta de

la

ciudad se-

4 Reg. 22, 14).

Verdad

muro

el

puerta de Efraín

la

Johanniterhospiz, entre

la

1904, 62. 66. 72.

Hjt£,^H

otra que la puerta de Efraín.

distingue

el

octava estación de

y

del pescado.

es posible. Schick

1885, 269: 1891, 48) la coloca en

(1).

Oeste,

al

en que dicha puer-

mencionada, cabe concluir que estaba en

tentrional, puesto

la piscina

bien se considera dicha voz

la

cual afirma

no ser

que dicha puerta en 12. 39 se puerta anticua pero la mención de ésta es

;

debe tenerse, según Vincent, por «adición masorética inspirada en 3. 6*. Pocos, creemos, seguirán al P. Vincent en este camino. Es cierto que en 12, 39 toda

la

LXX

omite

la

sección 12, 37-42

puerta antigua

LXX

42 son omitidos por completo),

difiere el

;

mas

es

de

notablemente del

advertir

que en

TM

vv. 41

(lo^

cual es preferido, y con razón, por

h

gran mayoría de los intérpretes. Cf. ad loe. El principal argumento del P. Vincent parece ser que en 3, 6 ss. no se hace mención de la puerta de Efraín. Pero ha de tenerse en cuenta que nuestra lista es probablemente incompleta. Cf. ad v. 11

NEH.

264

7

3,

ellos asentaron la y Mesullam, hijo de Besodías armadura y pusieron sus hojas, sus cerraduras y sus

sea,

;

tiancas; 7 y a su lado trabajó en la restauración ladas,

gabaonita, y Yadón,

el

meronita, los

el

Mehom-

Por de pronto se nombra un gabaonita, Melatías, y esto parece indicar que hombres de Gabaón luego 7.

los

:

aquél era jefe de éstos, los cuales trabajaban bajo su rección.

De

bién Yadón,

el

;

como

éste se llama no hombres de Meronot, rar, sino

de Masfa.

scher, Bertholet,

texto

del

di-

dado concluir por paralelismo que tammeronita, era jefe del otro grupo sólo que

ahí es

nos

Lo más

sencillo fuera

Masfa en Meronot

parece

;

cambiar con H61-

pero

modificación

tal

suponer con

Preferimos

arbitraria.

era de espe-

Bertheau que existía un pueblec to por nombre Meronot :

(cf. 1 Par. 27, 30) en los contornos de Masfa y que un personaje importante del primero dirigía en los trabajos de ;

reconstrucción una parte de los hombres de

muv

difícil

la

De como

segunda.

interpretación es lo que sigue, tanto que,

justamente observa presente con

el

P. Vincent

explicación

han propuesto

pales que se

(hasta o junto), y

tfDD es

(1.

c), no se dió hasta

satisfactoria. :

el

1)

Dos son

las

el

princi-

El lamed tiene fuerza local

tribunal o residencia del go-

bernador de Abar-nahara (1). Según esto que se construyó el muro hasta o junto

la

residencia

del

peha (Calmet,

2)

El

lamed

in-

Hólscher,

dicaría pertenencia,

Batten,

Ryle)

se referiría a los

;

el

sentido

sería

hombres de Gabaón

y es decir, que éstos caían bajo la iuri^ieción y de Masfa del gobernador de la grande provincia de Abar-nahara, y no del jefe de la comunidad judía (Bertheau, Bertholet). Nosotros preferimos la segunda interpretación. Poca pro;

babilidad tienen algunas otras explicaciones la

residencia

(1)

Schick,

del

ZDPV

:

para construir

gobernador (insinuada por Calmet) 1891, 48, piensa que es el

mismo Nehemías.

;

en

:

265

NEfl. 3, 8

bres

de

Gabaón y de Masfa, de

gobernador de Abar-nahara restauración Uziel,

la

hijo

;

la

jurisdicción

del

8 y a su lado trabajó en de Haraias, orífice' y a ;

su lado trabajó en la restauración Hananias, perfumis-

nombre

gobernador

del

haciendo los gastos 8. al

gremio de

expensas,

a

perfumista,

es

—unidos

los perfumistas

de oficio

sino

;

decir,

es

gobernador (Vincent).

el

Como Hananias

parentesco,

Ryle)

(cf.



o mejor,

no por

el

pertenecía

vínculo de

por semejante manera parece

debe decirse que Uziel formaba parte del gremio de ces,

y por consiguiente con Hólscher ha de añadirse

lante de

D^Sma

Hay

.

de suerte que Uziel sería brían trabajado con

aposición el

al

nombre precedente,

y éstos hapasa por alto a Uziel y los

jefe de los orífices

LXX

él.

de-

quienes (Bertheau, Bertholet) con-

como

sideran este vocablo

p

orífi-

orífices, y por esto los eliminan del texto Vincent y Batten nosotros creemos que la omisión proviene sencillamente de ha-

ber confundido curísima, de satisfactoria.

primer p^nn con

el

la

que hasta

Lo

sería

los cuales Vincent,

la

el

el

segundo. ""Oiy^ frase os-

presente no se dió explicación

que prefieren algunos, entre los

Hólscher (reconstruyeron, o pavimenta-

cierto, como afirman Buxtorf y puede tener tal significado. De todos modos ello es cierto, que éste no se halla en ningún pasaje bíblico. Además ¿por qué únicamente aquí se usa esta frase, siendo así que fueron muchos los que restauraron una parte de las murallas? Nosotros preferimos conservar

ron Jerusalén),

si

otros, que el verbo

al

verbo

(xaxeXtTTov

su

fuera 2tV

sentido

ordinario,

apoyado en

dimisserunt), y con Bertheau,

terpretar la frase en

las

versiones

Ryle, Batten, in-

sentido de que una parte de las casas no muchas sin duda, se dejaron fuera de las murallas. Pueden verse en Ryle otras maneras de explicar el texto. Siegfried propone, no sin alguna hesitación, "nftPl

de

la ciudad,

el

neh.

266

3, 9

dejaron aparte Jerusalén hasta

ta:

Y

muro ancho.

el

9

lado trabajó en la restauración Refalas, hijo

a su

circundaron. Pura conjetura mencionado entre la torre de

El muro espacioso

(1).

los

hornos y

(2)

es

puerta de Efraín

la

y como ésta se hallaba todavía en la parte septentrional, también aquí, pero ya muy al extremo, debía de 38

(12,

s.)

:

muro. Schick hace de dicho muro el trazo de el primero y segundo muro, formando el lado

estar dicho

unión entre

oriental de la piscina de Ezequías (3).

La voz

9.

breo

"Se

tenemos en cuenta

si

,

el

nuevo he-

y los otros idiomas semíticos, p. ej. el árabe y el redondeado, de donde círculo, circuí

(4)

asirio (5), s gm:fica algo ;

De suyo puede

distrito.

to,

aplicarse a las varias partes o

barrios en que se divide una ciudad

menciona

se

príncipe de Masfa. y en

el

del distrito de

y

;

como en 15

el v.

el v.

19

príncipe

el

Masfa. no parace que éste pueda entenderse

de un barrio de

rededores

pero,

;

la

así lo

más bien de

ciudad, sino

LXX

ha interpretado

la

región o

(wepEXT. andar errando. En sentido un tanto diverso se usa en Is. 32, 6. Son los dos únicos pasa-

ciudad piensa en

jes

en que se

el

lee dicho vocablo.

3. También ahora acude Neh. a empero, de poner los medios que

DPP^P

sobre

rible,

aunque

ellos, o

o contra ellos es decir,

que

:

oración, sin descuidar,

prudencia aconsejaba.

modo praegnans no, como quiere

la

:

segunda versión prefeel mismo. DfTOBC expre-

la

;

sentido viene a ser

el

sión en cierto

contra ellos

la

la

para defenderse de

Bertheau, a

guardia se colocó en

espiar los movimientos del enemigo.

sitio

la vista

de

ellos,

ellos,

de donde podía

;

4, 4-6

NEH.

292

mismos. 4 Judá por otra parte decía: Viene a menos la fuerza de los acarreadores y los escombros son mu;

no podemos nosotros seguir edificando el muro Que nada 5 mientras que nuestros enemigos se decían sepan ni vean hasta que lleguemos en medio de ellos, los matemos, y pongamos fin a la obra. chos

;

:

En

6

tanto

como

Ni faltaban

4.

de todas partes viniesen los judíos

en

dificultades internas,

misma comu-

la

nidad judía. El trabajo era duro, puesto que aun antes de

remover propiamente se usa

reconstruir la muralla,

mucha

era

(3, 34).

se hallaban extenuados

dicho verbo en

era preciso

Muy

en 2 Par.

:

tierra,

la el

sentido de falto de fuerzas. Las frases es-

el

dentemente de rebelión

No

eran sólo quejas

;

;

se trataba evi-

pero

¿Había

mismos alguno o algunos que trabajaban

cretamente para crear malcontento en

la

población?

que pasó más tarde no hay en

lo

estado

tal

de ánimo no podía menos de apenar a Nehemías.

gar por

'.

28, 15 se lee el partcp. de

tán quizá dispuestas en forma métrica.

entre los judíos

que

verbo bwD

ello

A

se-

juz-

nada de im-

probable.

El enemigo había formado su plan. Sus amenazas ha-

5.

bían resultado vanas

prender

la

ciudad

;

:

era tiempo de venir a las obras

matar

para defenderse o escapar pre

fin

6.

a la

los trabajadores sin darles

poner obra comenzada.

Ni sólo contra

el

;

así

sor-

tiempo

de una vez para siem-

cansancio de los trabajadores tenía

que luchar Nehemías, sino también contra las solicitaciones de los judíos que venían de fuera. rbxx El sufijo ha de referirse no, decir,

sino,

De

los

como

quiere Siegfried, a los jerosolimitanos, es

habitantes de los pueblos en torno a Jerusalén,

como hacen Bertheau,

Ryle, Batten, a los adversarios.

éstos se habla en el v. precedente

a ellos diga relación.

Y

;

es,

pues, natural que

efectivamente los judíos que habi-

NEH.

i,

7

293

nos dijeron una y muchas ¡Volved a nuestras casas! 7 Entonces aposté en

que habitaban cerca de veces:

ellos,

taban en los confines del enemigo podían conocer mejor sus intenciones.

Se pone

chas veces

cf.

;

número determinado

el

Gen. 31, 41.

y sirve para introducir

Sam. lo

15, 20

2 Sam.

;

la

4

1,

"ifc'K

G-K

mu-

^

como en en

1

oración directa

(cf.

diez por

equivale a la partícula

§

157

c).

Así justamente

Les invitaban a abandonar Jeru-

entiende Siegfried.

salén y regresar a sus pueblos y esto a causa del peligro que corrían en la capital de parte de los adversarios. Así lo ;

Bertheau,

interpretan Siegfried,

relación gramatical de este v. con el

como

tidumbre. Puede considerarse su integridad

;

o bien sólo

la

apódosis empiece ccn

la

mos más

Oettli.

prótasis todo

y Vulg. en vez de

la

segunda persona

llevan la tercera (venerant), siendo el sentido:

de donde venían hacia nosotros».

desaparecen ferida

que

las

por Hólscher,

Batten.

fin del

( >31£''n

)

«...los sitios

Esta lección, en

que

la

Nosotros creemos 'más bien

no entendieron

los traductores

la frase,

tercera persona. El

TM

de perfectamente que, del

6 en

solicitaciones de los recién llegados, es pre-

dar algún sentido a la

el v.

primera parte, de suerte que Nosotros nos inclinaría-

bien en favor de esta segunda hipótesis. Al

LXX

v.,

Cuanto a la siguiente ,no hay cer-

Ryle,

enemigo, corrieran

la

oración directa

introdujeron,

como

da excelente sentido

:

y,

para

adivinando,

compren-

se

conociendo de cerca los propósitos a Jerusalén

para advertir a sus

alle-

gados y exhortarlos a que se sustrajeran al peligro abandonando la capital y retirándose a sus casas. 7. let,

quet.

Este después

Una

v.

de

es

de una oscuridad desesperante

varias

cosa es cierta

tentativas, ;

:

Bertho-

termina con un noyi

li-

que se trata de medidas que tomó

Neh. para precaver una sorpresa por parte del enemigo, y que estas medidas consistían en armar al pueblo y distri-

NEH.

294

7

4,

muro, en

las partes bajas del lugar, detrás del

los sitios

abiertos, aposté, digo, al pueblo, distribuido por fami-

grupos en torno a

buirlo en

ciudad

la

pero

;

modo

el

con-

Ni hay que escorresponde en un todo

creto en que esto se hizo resulta incierto.

perar luz de las versiones al

TM

la

Vulg.

difiere

un tanto, pero

venga de haber tenido

más var

LXX

:

(alguna ligera diferencia

el

autor

más abajo)

discutirá

¡se

la

un texto

distinto,

De

bien del deseo de dar un sentido aceptable.

texto

el

nos en

actual

:

Como

sino

conser-

más o me-

podría interpretarse poco

forma

la siguiente

;

diferencia no parece que

objeto del primer

"TO^NI

ha de sobreentenderse custodios, vigilantes, o más en ge-

mismo de

neral gente, o tal vez el

pueblo. El

o sea,

Clpn

segunda parte del probablemente la ciudad, y

es

la

v.,

la

guardia se coloca en sus partes bajas HVnnno, fuera de las murallas, y más particularmente en los sitios descubiertos, esto

es,

dar con

sin árboles la

(G^nT^D

razón de una

escogerse más bien cuenta de los

las

tal

cf.

Ez. 24, 7

estrategia

partes altas,

:

a fin de

:

que

la

difícil

darse mejor

movimientos del enemigo. Pero

otra interpretación

Es

s.).

parece que debían

es

posible

gente se pusiera detrás del mu-

la parte de adentro, en los sitios donde dicho muro más bajo y que por consiguiente estaban más al descubierto. Tal conducta por parte de Nehemías era ciertamenpero hemos de confesar que este sentido, de te prudente

ro en

era

;

LXX N segunda parte del v. saTV]aav = VIBJPI, lección que prefiere Hólscher en sólo la primera parte, la cual refiere no a Nehemías sino a los adversarios. Nosotros tenemos por muy improbable suyo aceptable, se halla bien recóndito en

Lag.

lleva

así

en

la

primera como en

el texto.

la

tal manera de interpretar el texto. Después de las alarmantes noticias del v. 6 lo natural es que se hable en seguida de las medidas tomadas para oponerse al temido

NEH.

4, 8-9

295

con sus espadas, sus lanzas y sus arcos. 8 Hice una inspección, y adelantándome hablé a los nobles, a los

lias,

jefes

y

al

resto del pueblo:

¡No

les

hayáis miedo! Al

grande y temible, tened presente y pelead por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuesSeñor,

el

;

mujeres y vuestras casas. 9 En dándose cuenta nuestros enemigos que nos-

tras

Del enemigo no se dice que viniese

ataque.

planes

sus

que se

texto

ciones

del

torias.

La más

;

contrario,

al

Las reconstituhan propuesto son poco satisfac-

fueron desbaratados

(cf.

ingeniosa es quizá

v.

9).

de Bertheau, que da

la

pero que se tildará, no sin razón, de «Coloqué máquinas de defensa (WatíTl 2 Par. 15) debajo de los muros, en sitios resguardados)). Nosexcelente,

sentido

arbitraria: 26,

otros

de

preferimos

terminar haciendo

nuestro

el

non

liquet

Bertholet. 8.

Neh. anima a

defensores de

los

la

ciudad inspirán.

doles confianza en Dios, grande y terrible para sus enemiel verbo fcOfcO sin objeto. LXX Lag. vm copxiaa auToyq xupiov Xs-fíov, una lección curiosa que corresponde a ^fttíb DJP3#fcJ3D

los cf.

16.

El adversario, viéndose descubierto y que era imposorpresa, desistió de sus propósitos. La gran ma-

la

yoría de los autores (Bertheau,

Siegfried,

Oettli,

etc.)

ha-

:

NEH.

296

4,

10-12

otros estábamos enterados, vino a frustrar Dios sus planes, y volvimos todos nosotros a la muralla, cada cual a

su trabajo. 10 Desde aquel día empero la mitad de mis

mancebos se ocupaban en el trabajo, mientras que mitad empuñaba 'lanzas', escudos, arcos y corazas

la

;

y

los jefes estaban al atisbo sobre toda la casa de Judá.

11 Cuanto a los que trabajaban en la construcción del

muro y los que acarreaban cargas, los cargadores con una mano hacían el trabajo y con la otra empuñaban el arma 12 y los que trabajaban en la construcción, ;

cen comenzar

la

con

nosotros creemos más bien que se

"ID^

el qeri)

como

,

:

lo

apódosis con entiende

la

el

verbo volvimos (léase inicia

bt^Hl

T T-

con

Vulg. y prefiere Hólscher. La más fluida y, por

construcción gramatical nos parece así

;

otra parte, creemos que Neh. debía de hacer especial hincapié en

el

hecho que Dios mismo había desbaratado sus

planes.

Pasada la inminencia del peligro volvióse al trapero Nebajo, que provisionalmente se había suspendido hemías, como hombre prudente, juzgó que se había de estar continuamente en guardia. nyj son la gente de la casa del gobernador cf. v. 17; 5, 10.16 13, 19. En DTIDin omítase el wau y añádase más bien al vocablo siguiente basta leer el v. para darse cuenta que pudo fácilmente in10.

;

;

;

troducirse una cierta confusión. fried

conserva únicamente

to las demás.

las

La razón que da

De

las varias

lanzas,

armas, Sieg-

eliminando

es nula:

del

tex-

((Difícilmente ha-

uno una coraza». El autor sagrado no los géneros de armas que se usaban, pero no afirma que cada uno se sirviera de todas. Los brá

tenido

dice

tal.

cada

Enumera

príncipes presidían la casa de Judá, cuidando que todo pro-

cediese con orden. 11-12.

Para mayor seguridad aun

los

que trabajaban

NEH.

297

13-14

4,

llevaban cada uno ceñida a la cintura su espada, y esta-

ban a un tiempo construyendo. Cuanto la trompeta, estaba junto a mí.

Y

13

que tocaba

al

dije

no-

los

a

y a los jefes, y al resto del pueblo: El trabajo es mucho y espaciado y nosotros andamos dispersos sobre 14 en cualquier sitio el muro, alejados uno del otro bles,

;

:

quiso Neh. que anduviesen armados. Después de b2ü2 pu-

C&'pn armados

diérase añadir

Ex.

(cf.

que corres-

13, 18),

LXX,

y que habría desaparecido del texto probablemente por haberlo confundido algún espondería

al

criba con es

de

sv oftXoic

necesaria

aun

;

sin

ella

que trabajaban en

los

WWüV

siguiente

partcp.

el

la

sentido

el

pero

',

construcción del

adición no

tal

claro

resulta

Tanto

:

muro como

los

que acarreaban materiales iban armados, pero en diferente manera, que

a quienes

dos,

ambas

quedaba una mano

dispuestos

flechas,

sentase

autor cuidadosamente explica

el

;

los

primeros,

manos,

como que

llevaban con ésta

libre,

apenas

lanzarlas

a

Los segun-

:

la

ocasión

se

tenían que trabajar

pre-

con

una espada ceñida a la cintura acus. absol. accincti quoad gladium). Cuanto a Ne("Din hemías, tenía junto a sí lo que diríamos ahora un corneta para comunicar órdenes o dar la señal de alarma. LXX llevaban

junta las dos primeras voces del

puntuación aceptada por a nuestro

13-14.

bajo era tro

juicio,

la

Sobre

los

mucho y

de un área

varios

v.

11 con

Hólscher,

pero

preferencia sobre

cnn

y

los

espaciado,

muy

extensa

grupos estaban

lejos

tancia parece indicar que

;

cf.

decir,

precedente

merece,

TM

y Vulg.

ad

2,

6.

El tra-

que se hacía den-

de donde resultaba que los

unos

de otros.

Esta circuns-

de los muros que se no se ceñía a la colina oriental del abarcaba también la occidental. Cf. FP el

circuito

estaban restaurando Ofel,

pág.

sino

148

;

que no del

la

D'OJD

es

el v.

que Extraña

ss.

cipo

en

estado

constructo

;

pero

298

neh.

4,

15-16

oyereis la voz de la trompeta,

reunios en torno a

allí

nuestro' Dios peleará por nosotros.

nosotros:

15 Nosotros, pues, estábamos trabajando en

— la mitad empuñando las lanzas— desde aurora hasta

tiempo

de

el salir

también

dije

el

la

obra

apuntar de

la

16 Por aquel mismo Que cada uno con su

las estrellas.

pueblo

al

:

La medida tomada por Neh. era no convenía que ningún grupo entrara aisladamente en lucha con el adversario debían oponérsele resalta aquí confianza De nuevo en Dios. juntos. su todos Lev.

cf.

4,

24; Jer. 22, 12.

prudentísima

:

;

Una

15.

especie de breve recapitulación

de

lo

dicho.

Neh. y los de su casa (cf. v. 10) siguen trabajando sin descanso desde el apuntar de la aurora hasta el aparecer de las estrellas. Jornada por cierto bien completa. Entre tanto, al servicio del peha no dejamano. Esta última frase Hólscher y Batten la tienen por glosa de un escriba que la tomó del v. 10 y la razón que aducen es que no tiene aquí ningún

la

mitad de los que estaban

ban

armas de

las

la

;

sentido y que separa expresiones que debieran ir juntas. La verdad es que la frase eliminada está muy en su puesto y

da excelente sentido.

continuaban

Como Neh.

dice

que

él

y los suyos

trabajo de las murallas, es natural que re-

el

cuerde que no todos andaban ocupados en esta faena, sino

que otros seguían armados, prontos

a la defensa. El último

miembro

puede afectar

grupos rarlo

;

del v. (desde el apuntar...) o,

si

se quiere,

como proposición

el

a los dos

segundo miembro cabe conside-

incidental.

Para asegurarse más y más contra un improviso asalto del enemigo, Neh. dicta otra disposición. Hasta entonces parece que muchos de los que trabajaban iban a pernoctar en sus pueblos, no lejos de Jerusalén, de donde 16.

volvían a se

la

mañana

quedarán en

la

siguiente

capital:

y

fcf.

así,

v.

6).

En

adelante todos

después de haber trabaja-

neh.

siervo pernocte en

4,

299

17

interior de Jerusalén, de suerte

el

que

nos sirvan de guarda durante la noche, y de día para el trabajo. 17 Ni yo, ni mis hermanos, ni mis mancebos, do durante horas de

las

última frase

la ;

podrán ayudar haciendo

día,

el

noche. Este es ciertamente

no,

como

mos guardia durante voz nr^Sü

la

Batten,

pasaje

:

el

lo

de la Biblia

guardia en

sentido de

Nosotros

noche y trabajábamos de

la

significa aquí «working forcé»,

quien por

—ciertamente

traduce Hólscher

la

día.

como

la

tenía-

Ni

quiere

demás reconoce que en ningún otro tiene tal sentido. Se ve que muchos



de los que venían a trabajar en un criado o muchacho, que a las lo cual nada tiene de extraño veces sería el propio hijo también éste quería Neh. que se quedase a pernoctar en

no todos

Jerusalén traían consigo

:

;

capital.

la

La

partícula

to matiz a la frase, .

traduce 17.

la

del principio parece añadir cier-

CJ

algo

así

como además, también, como

LXX

Vulg. (quoque) se contenta con xai. la impresión que se tenía de un posible ;

Tal era

ataque nocturno por parte de los enemigos, que

ni él

mismo

Neh., ni los de su parentela, ni los que estaban a su servini

cio,

los

descansar. dia

De

.

hombres de guardia deponían el vestido para es claro quiénes eran esos hombres de guar-

No

suyo pudiéramos entender sencillamente los judíos

que por turno vigilaban de noche, con lo dicho en el v. precedente.

lo

En

cual está en armonía tal

caso, la frase

guiente ha de interpretarse que estaban conmigo. sentido

de

como

dicha

frase

parece

ser

más

concreto,

Pero algo

si-

el

así

de mi escolta y en esta hipótesis se podría pensar cuerpo de guardia —compuesto probablemente no de judíos sino de extranjeros— mencionado en 2, 9. Sobre la

en

;

el

|W cf. G-K., § 152 n. Las tres últimas voun verdadero enigma. La versión material cada uno, sus armas el agua, o al agua, no da sentido aceptable. LXX BA n las omite; Vulg. unusqui-squc Lantum

expresión ces

resultan

:

NEH.

300

4.

EXCURSUS XVI

hombres de guardia de mi propia escolta, ninguno de nosotros, nos desnudábamos de nuestros vestidos

ni los

cada uno...

baptismum (para

nudabatur ad

el

baño,

para

o

lavarse)

evidentemente interpreta más bien que traduce. Se han pro«Para cada uno sus armas eran el puesto varios sentidos :

baño»

;

en vez de bañarse tenía que estarse con

decir,

es

armas en la mano. «Cada uno tenía junto a sí sus armas y el agua» (para beber). «Cada uno, su desnudarse era sólo para el agua», o sea, para satisfacer una necesidad. Tales interpretaciones no son muy tentadoras. Omitimos otras las

que pueden verse en Bertheau, Ryle.

agua

con

(a traer agua),

av&pa

(xai

ov

arsaTeXAov

él

exi

LXX

Lag.

:

xo

üBwp,

av/jp

xat

Pero cabe dudar si este texto rrespondencia hebrea puede verse en Batten etq

xo ,ü5(op

).



original hebreo,

peculación

DVm

¡"iWn osada.

tiva es

blema

o no es

más que

el

Batten propone

exegética.

una

lleva

El hombre que enviaban al iba un hombre armado al agua

lección que da buen sentido

auxou

oxXov

—cuya

co-

refleja

un

resultado de una es-

como «bold guess»

noche ni de día. Realmente la tentavale reconocer que por ahora el pro-

ni de

Más

es insoluble.

Excursus Abar-nahara y sus provincias nahar

:

trapías (llamadas por río I su

(1).

—Abar-nahara

('eber

del otro lado del río) era la quinta de las veinte sa-

Herodoto

vojioi)

en que organizó Da-

inmenso imperio. Extendíase de

la

orilla occidental

Cf. A. Alt. ludas Nachbarn zur Zeit Nehemias, en Palaestina(1) jahrbuch (= PJB) 27 (1931) 66-74. Gustav Hoelscher, Palaestina in der M. Abel, Géogripersischen und hellemstischen Zeit (Berlín 1903).

F—

phie de la Palestine,

Tome

II

(París 1938), p. 108

ss.

NEH.

4.

3U1

KXCURSUS XVi

y era gobernada por un Damasco. residencia en tenia su que sátrapa Dividíase la satrapía en varias provincias, de las cuales nos interesan, de Norte a Sur: Samaría, Judá, Asdod, Aradel Eufrates hasta el Mediterráneo,

bia, y al Este Ammón. Todas elias confinaban con Judá, que ocupaba en cierto modo el centro. Estaban gobernadas por sendos pehas subordinados al sátrapa de Abar-nahara. Judá es llamada meáinah INeh. 1, 3; Esd. 2, 1 5, 8 passim ;

así

en Esd. como en Neh.j

a otras provincias,

v.

gr.

;

misma denominación se da y Babel (Esd. 7, 10), Elam (Dan. la

;

y en general a regiones regidas por príncipes (3 Reg. de suerte que el vocablo tiene una cierta elastialgunos piensan que a veces se aplica la recidad aun y

8, 2),

20, 34 ss.)

;

;

denominación a un

ferida

que no sea sino parte

territorio

de una provincia.

Y

lo

mismo

propio cabe decir del título peha,

que a Sesbassar (Esd.

5,

a Zorobabel (Ageo

14),

a jefes de pequeños territorios (3

¿

cual se da lo

el

a Tattenai sátrapa de Abar-nahara (Esd. 5, 6

Cuál era

documentos

Reg.

10, 15; 4

;

1,

Reg.

6,

1)

6j

y

18, 24).

la provincia de Judá ? Varios Neh. nos suministran elementos

extensión de

la

del

libro

de

no con absoluta certeza, menos con suma probabilidad. Tales documentos son:

suficientes para fijar sus límites, si

por 1)

lo

La

lista

de los inmigrados:

lista

de

de los

muros

:

Esd.

Neh.

2.

3.

3)

2)

El

Una

que ocuparon los hijos de Judá y los hijos Neh. 11, 25-35. 4) Una breve nota sobre

sitios

Benjamín:

algunos

=

Neh. 7

relato de la reconstrucción de los

sitios

de los levitas

Límite Norte.

—Las

:

Neh.

cionadas en estos documentos son

12, 27-30.

más

poblaciones :

septentrionales

men-

Gabaón, Masfa, Beerot,

Rama, Djeba, Betel y Hai (Neh. 3, 7 7, 29-32). De ahí parece podemos concluir que la provincia de Judá no se extendía —al menos considerablemente más allá de Betel ;



;

NEH.

302

EXCURSUS XVI

4.

y Hai, cuya posición nos discute

perfectamente conocida.

es

Masfa y Beerot

es verdad, la identificación de

;

;

Se

pero

como que dichas han de buscarse ciertamente al Sur de Betel y Hai. Este limite parece corresponder poco más o menos al que existía en tiempo del rey Josías (cf 4 Reg. 23, 15) y se corre un tanto más hacia el Norte que el del tiempo de Asa (3 Reg. 15, 22). eso no afecta en nada a nuestro propósito

ciudades

1

.

Más

difícil

;

es de fijar el límite del Mediodía.

neralmente entre Betsur y Hebrón

Pónese ge-

pero a nuestro jui(1) varios períodos, según parece ;

hay que distinguir los exigir el tenor de los documentos que poseemos.

cio

En

la lis-

ta de los primeros inmigrados al tiempo de Ciro la ciudad

más meridional que

menciona es Belén (Esd. 2, 21 Neh. 7, 26). Diríase por consiguiente que por aquel entonces el territorio de la medinah no iría mucho más allá de dicha población. Verdad es que se nombra también Netofah

;

pero

si

ésta

nosotros creemos se coloca,

(cif

allí

se

se

identifica

.

p. 418),

más

se halla

conforme otros quieren, en

hallarse prácticamente a la

Más

Umm

con

tarde,

al

adelantado hacia

misma

En

Sur.

al

Norte

;

y

si

viene a

Beit-Nettif,

altura de Belén.

tiempo de Nehemías, el

como

Tuba,

el

límite

efecto, entre los

se había

que acudieron

a Jerusalén para trabajar en la restauración de los

muros

cuéntanse

al

lo s habitantes

de Tecu a (Neh.

de Belén, y los de Betsur

Hebrón

(3,

16),

3,

5) 8

ciudad ya

km.

muy

Sur

cerca de

pero esta última no se nombra, indicio de que el sazón entre las dos poblaciones. Naturalmente se da por supuesto que, si la importante ciudad de ;

límite corría a la

Hebrón hubiese pertenecido entonces brían dejado de tomar parte

sus

obra que se llevaba a cabo en

la

(1)

Alt,

PJB

25 (1929) 88.

a la medinah,

no ha-

habitantes en la grande

capital.

NEH.

Un

tercer

ficultad.

4.

303

EXCURSUS XVI

documento (Neh.

11, 25-30) ofrece especial di-

£1 autor enumera los

sitios

en que habitaron

los

lujos de Judá, entre los cuales se cuentan varios al Sur de Hebrón, y aun el mismo Bersabee (v. 27. 30). Ahora bien, el hecho de dicha ocupación a la época de Nehemias ¿cómo es posible que en tan corto espacio de tiempo se desplazara el limite de tal suerte hacia el Sur ? La

perteneciendo

incongruencia es tan patente que varios autores no vacilan en negar

documento todo valor

al referido

histórico (1).

extremo quizá sea posible dar una expliLa lista de que tratamos no forma parte de las Memorias de Nehemias. Como en el libro asi de Esd. como de Neh. se hallan documentos independientes unos de otros y de distinta procedencia, bien pudiera ser que Sin venir a

tal

cación satisfactoria.

documento

referido

el

reflejara ia situación de tiempos pos-

y habria sido incorporado a la compilación canónica por su último redactor. El P. Abel (1. c. p. 121) insiteriores,

manera

núa

otra

los

predichos

del

destierro

soslayar

la

dificultad

no

de

eran

diciendo

que

inmigrados

Judá que se habían quedado los

y permay vivían mezclados con los habiregiones vecinas, que a raíz del destierro hasino

necido siempre en tantes de las

de

hijos

bían penetrado en

los

el pais,

el territorio

de Judá. Bien que

pretación no parece corresponder

al

tal inter-

sentido obvio del docu-

mento, puede con todo tenerse por solución más o menos plausible del problema.

conservar a

la

No

consabida

es imposible, pues,

lista

como

se ve,

su valor histórico.

El límite oriental se extendía ciertamente hasta Jericó, pues habitantes de esta ciudad formaban parte de mera caravana, conducida por Zorobabel (Esd. 2, de

la

(1) p.

84.

misma subieron trabajadores para Hólscher,

1.

c.

p.

Algunos creen que

26 la

s.

;

lista

Bertholet, es

la

la

pri-

34) y restauración de

Die Bücher Esra

preexílica (ibidem).

;

u.

Neh,

304

las

NEH.

murallas (Neh.

hasta

EXCURSUS XVI

4.

3, 2)

y dicho límite alcanzaría sin duda la medinah del territorio de

;

Jordán, que dividiría

el

Ammón. Finalmente, cuanto

alguna

dificultad.

En

límite

al

la

occidental se tropieza con

enumeración de

que acudieron

los

las

reconstrucción de los muros (Neh. 3) ciudades más occidentales que se mencionan son Qeila

(y.

17

a Jerusalén para

s.)

la

y Zanoah (v. 13), de manera que según esto el medinah comprendería la región montañosa

territorio de la

hasta

borde oriental de

el

mienzos. Por

el

sefela,

la

hasta sus co-

o sea,

contrario en la lista de los inmigrados (Esd.

33) y en la de los sitios habitados por los benjaminitas (Neh. 11, 34 s.) se habla de Eod, Hadid y Ono, ciudades que se hallan ya en plena llanura. 2,

Es

difícil

concebir una

extensión de

tal

la

medinah. Por

de pronto fuera extraño que de ninguno de los tres

sitios

de Nehemías para los traPero además se ofrece otra razón. Los adversarios de Nehemías le invitan a un coloquio que ha de tenerse en la llanura de Ono (Neh. 6, 2). Teniendo en cuenta su aviesa intención es probable que el sitio adonde le brindaban se hallaba fuera del territorio de Judá y prenadie acudiera al llamamiento

bajos de

la capital.

;

cisando

más aún podemos

creer que por ventura, para pre-

venir recelos, sería terreno que

neciendo ni a

la

medinah

dinamos neutro, no

ni a la provincia

perte-

de Samaría.

Estos datos, como se ve, presentan una cierta mutua oposición y parecen llevar a distintas

puedan armonizarse en esta forma

:

conclusiones.

Entre

los

Quizá

deportados a

Babilonia contábanse los habitantes de Lod, Hadid y Ono la primera caravana, y en con;

volvieron del destierro con

secuencia son mencionados en rante el intervalo,

es

vuelta del mismo,

dichas

decir,

la

lista

de Esd.

2.

Pero du-

entre la ida al destierro y la

ciudades habían sido arrancadas

de Judá, y por consiguiente no volvieron a

ellas

los inmi-

NEH.

4.

3U5

LXCURSUS XVI

y por ahí se explica por qué no aparecen entre que fueron a trabajar en Jerusalén (Neh. 3). ¿Quién había tomado? ¿Habíanse incorporado a la provincia

grados ios las

;

de Samaría o a

mero

la

de Asdod

queriendo

Xehemías,

le

filistea)?

es de creer

amistosas

apariencias

bajo

región

(la

poco probable ,pues no

es

traer

Lo

en engaño

invitara a venir a su propia provincia.

gundo no tropieza con esta término Es posible que las

dificultad.

:

real,

Neh. rey,

de

lo

que tenía

a se-

Pero cabe un tercer

un do-

cual nos ofrece precisamente un ejemplo

8 donde se habla de

2,

Lo

referidas ciudades con sus res-

pectivos territorios constituyesen lo que llamaríamos

minio

pri-

que Sanballat,

allí

un bosque perteneciente

su custodio,

quien

lo

al

administraba en

nombre del monarca. Ello es cierto que las tres ciudades Lod, Hadid y Ono se nombran juntas (Esd. 2, 33; Neh. 11, 31

y dan

s.),

la

impresión de formar una unidad particular,

independiente en cierto

Más

modo

del territorio circundante.

tarde, cambiadas quizá las condiciones, penetrarían

de nuevo los benjaminitas en aquel territirio etapa que se refleja en Neh. 11, 34 este pasaje de los habitantes

s.

O

;

y es ésta

la

bien se habla en

que no partieron para

des-

el

y siguieron habitando en el país. Huelga advertir que pisamos aquí terreno movedizo y que fuerza es contentarnos con probabilidades.

tierro

Cuanto a los países y gentes confinantes con la m c dinah apenas se ofrece dificultad. Al Norte, la provincia de Samaría, compuesta de aquel híbrido conglomerado de ju-



paganos tan al vivo descrito en 1 Reg. 17. Al Este ammonitas, cuyo territorio debía de extenderse hasta el Jordán, lindando por consiguiente con el de Judá (1). Al díos y

los



(1)

1 ss.

Lo prueba Smend donde

se dice

que

en Z. Alt.

Ammón

¡Viss.

se había

22 (1902) 134

s.

Cf. Jer.

49,

posesionado de Gad. 20

NEH.

306

Oeste, se

provincia de Asdod.

ia

más

bien de una provincia

los filisteos los

ya

EXCURSUS XVI

4.

que habitaban

asirios parece

los

mos hoy

Diríase que debiera hablarfilistea,

pues en realidad eran

región

la

pero es

;

en Asdod

instalaron

el

caso que

que llamaría-

lo

un Alto Comisario, y el territorio todo entero de su jurisdicción vino a tomar el nombre de la ciudad en que residía: Asdudu (1). Y esto mismo viene a corrobodía

manera de hablar de Nehemías, quien mencio-

rarse por la

na

entre

adversarios

sus

asdoditas

a los

(4,

1),

y cuenta

entre las mujeres extranjeras también a las asdoditas

mientras que ni una sola vez se lee

23),

filisteos.

pero

la

denominación de

la

el

los

país,

provincia dábasela una de sus

—Finalmente,

Es claro que no

(13,

nombre de

Estos eran ciertamente los que ocupaban

ciudades, Asdod. bia.

el

al

Sur

se trata de la

provincia de Ara-

la

Arabia propiamente

cha, sino de la región meridional de Palestina

árabes de los que dice Herodoto III

7

5.

s.

;

di-

serían los

que ocupaban

el territorio que se extiende al Sur de Gaza (2). Sin duda que en dicha provincia buena parte de la población, quizá

la principal,

sería

de más bien

Entre

y

;

pero

los adversarios

de Nehemías

preguntar

relación entre esta provincia y

Cf. Alt.

(2)

Es

PJB

denominación correspon-

el

principal sin duda

era Sanballat, gobernador de Samaría.

vista de esto cabe

(1)

la

aspecto administrativo.

más encarnizado

el

En

al

idumea

25 (1929) 84

s.

;

la

si

mediaba alguna especial

de Judá. El prof. Alt dis-

27 (1931) 71

significativo que en 2 Par. 17, 11;

s.

21,

;

1G

Abel, ;

1.

c.

26, 7 se

p.

121

s.

nombran

juntamente, dando la impresión que ocupaban regiones vecinas, filisteos y árabes. Por ahí se ve que ya en tiempo del rey Josafat los árabes habían penetrado en la parte meridional de Palestina. Sobre esta infiltración

de los árabes ficiente,

que

Hoelscher, 1. c. p. 17-21 (sostiene, sin fundamento suidumeos son árabes). Véase asimismo Abel, 1. c. p. 122 s.

cf.

los

1

NEH.

cute

problema

el

(lj

4.

307

EXCURSUS XV

y llega a

conclusión que

la

el territorio

judio no fue constituido ya desde un principio en provincia independiente, y que Zorobabei y sus sucesores no fueron

propiamente gobernadores sino más bien una especie de AlComisarios, dependientes no solamente del sátrapa de Abar-nahara, sino también hasta cierto punto del peha de tos

gobernador ver-

sido el primer

Nehemias habría daderamente independiente. Samaria

:



No

que parece aceptar el puede negarse que esta tesis halla algún fundamento en el tenor P. Abel, 1. c. p. 120 mismo del texto sagrado. La osada y al parecer confiada



apelación de los samaritanos, ya en tiempo de Ciro, a

autoridad

central

contra los

conatos

restauración,

de

insistente oposición de Sanballat a la obra de

menos sospechar que nos no era una mera intrusión

cen por

lo

la

Nehemias, ha-

actuuu ae

sino

más

la la

los

bien

la

samantadefensa,

quizá exagerada, de un derecho que creian conculcado.

De

suyo nada, cierto, hay de inverosímil en que

el

pe-

Judá fuese puesto al principio bajo una gran provincia de Samaria, de largo tiempo constituida pero que en realidad tal haya acontecido, los argumentos que en favor de ello se aducen no

queño

territorio de

cierta dependencia de la ;

nos parecen convincentes. te

Aun

sin

un

derecho por par-

tal

de los samaritanos, creemos que su conducta se explica

suficientemente por otros motivos.

En quedó

efecto,

después del asesinato de Godolías, Judá se

sin jefe,

y es natural que por aquel entonces cayera,

de hecho o de derecho, bajo gilancia

del

cuando vino

Zorobabei,

dignidad de peha no es

(1)

schríft

la jurisdicción,

gobernador de Samaria.

En

o siquiera la vi-

tales

condiciones,

aunque estuviera investido de la maravilla que los samaritanos, en

Die Rolle Samarías bei der Entstehung des Judentiims, en Fcst-

Otto Procksch (Leipzig 1934)

p.

5-28.

NEH. 5

308

fuerza de

la

costumbre, se creyeran con cierto derecho a

intervenir en la reconstrucción del templo, bien que el

mo-

que alegan sea de Índole puramente religiosa (Esd. 4, 1 ss.)« Ni puede tampoco sorprender la actitud de los adversarios al tiempo de Nehemias. Conocida es la condición tivo

deplorable en que antes de la venida de Esdras había caído

Judá,

(de la

cual no era

más que un 9-10). Es

matrimonios mixtos (Esd.

indicio el

abuso de

los

claro que en tal estado

de desarreglo religioso-social, los pueblos circunvecinos podrían inmiscuirse en los asuntos del país sin que la pobla-

muy

ción judía les ofreciese resistencia. Es

natural que,

darse cuenta del carácter e intenciones de Nehemias

al

y per-

hombre de armas tomar y que no les decampar por sus respetos, es natural, decimos, que formaran todos ellos un frente común con el fin de paralizar por todos los medios la obra del nuevo gobernador. suadirse que era jaría

Repetimos que no rechazamos en absoluto la tesis de Alt pero no creemos que esté suficientemente probada. ;

Descontento de Neh. reprende a

la

población

los ricos y nobles, 5, 1-13.

propia conducta

como ejemplo

Propone su

de generoso

desinterés, 5, 14-19

Contiene este cap. un interesante episodio, que en lenguaje moderno pudiéramos llamar de lucha de clases pueblo oprimido contra el capitalismo opresor. Unos,

:

el

sin

duda los proletarios que nadan poseen, piden sencillamente pan para sus hijos e hijas, que son numerosos otros se ;

quejan de tener que empeñar sus campos, sus viñas y sus casas para recibir un puñado de trigo otros, finalmente, se ;

lamentan de verse obligados a tomar dinero prestado hipotecando sus campos y sus viñas para pagar los impuestos.

NEH.

V

1-2

5,

309

Levantóse un gran clamor

pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos los judíos. 2 Los había que 1

del

Nosotros con nuestros hijos y nuestras hijas somos numerosos recibamos trigo para poder comer y

decían

:

;

Resultado de todo esto

es,

que no pocos tienen que entre-

gar sus hijos y sus hijas por esclavos.

La

circunstancia de intercalarse esta breve relación den-

más extenso

tro del

relato de la restauración de los

hace sospechar que coincidió cronológicamente con

aun que fué

No

misma. bajo de se

tal

muros ella,

vez provocada hasta cierto punto por

en efecto, que con

es maravilla,

el

y la

intenso tra-

ciudad, que todos, a no dudarlo, hacían gratis,

la

hubiesen disminuido o cesado de todo punto

las

entradas

ya de suyo mezquinas que antes percibían. Aunque, a decir verdad,

el

mal debía de tener más hondas

raíces.

Antes ya

de que viniese Nehemías explotarían los ricos a los pobres

que ahora

sólo

hizo estallar

se

la ira

habrá producido

mal comprimida.

sión para ello la presencia

misma

Y

algún incidente,

;

que

por ventura fué oca-

del peha, en quien el pue-

blo esperaba encontrar un íntegro defensor de sus intereses.

Y

en esto no se engañó.

los judíos ricos cf. ad 2, 16. pocos autores (Siegfried, Bertholet, Hólscher, etcétera), precedidos por Houbigant, cambian D>2H en C>3 "Vy (cf.

1.

D*TlPpn

2.

No

v.

3),

siendo

;

el

cambio de trigo; y conserva

el

QOI

sentido así lo

que empeñaban sus hijos en

entiende

la

Vulg., es decir, que

(multae), pero añade «accipiamus pro pre-

ño eorum frumentum» en tales condiciones es claro que Vulg. no puede invocarse en apoyo de la modificación :

la

propuesta.

Por otra

dan con

TM. Además,

el

parte, la

LXX BA

N Lag. Sir. concuerdura condición a que tienen que

someter sus hijos se halla expresada más adelante, v. 5 la gradación en la formulación de las quejas en el actual tex:

NEH.

310

3-4

5,

Nuestros campos, nues3 y los había que decían tras viñas y nuestras casas tenemos nosotros empeña-

vivir

;

:

das para recibir trigo en nuestra hambre

que decían

mo

para

Hemos

:

el

tenido que tomar dinero a présta-

campos

tributo real, hipotecando nuestros

más armónica, y

to masorético es

tiene v 'sos de i

Nosotros, por consiguiente,

babilidad.

4 y los había

;

mayor

pro-

conservamos con

lo

Bertheau, Oettli, Batten, Ryle. 3. El partcp. de y\y empeñar, hipotecar, indica que por aquel entonces empeñaban sus propiedades, o que, ha-

biéndolo ya hecho

el

hambre», en

niD

4. ;

6,

8

El

condición en que nos hallamos

;

sen-

más probable. El verbo

El sentido es claro

como en Esd.

Cuanto a

la

lleva aquí

¡"1*6

4, 13.

un doble acusativo.

tomaron prestado dinero, y como gacampos y viñas, es decir, los hipote-

:

rantía entregaron sus

caron.

m

empeñadas.

causa del hambre», o «en

tributo para el tesoro real,

7, 24.

;

seguían estando

significar

la triste

tido, este último,

20

antes,

puede

bet de

construcción

explicarse la frase en

el

quizá puede tomaron prestado

gramatical,

sentido de que

sus campos.

dinero, y dieron en préstamo

Sería en cierto

modo, como observa Siegfried, una frase híbrida. El segundo acus. {nuestros campos y nuestras viñas) es eliminado

como glosa venida

del v. precedente por Hólscher,

Ya en

Bertholet. Este último da la razón:

el

v.

Batten,

3 se dice

que se empeñaron los campos no hay, por tanto, gradación alguna. Esto no es exacto. La característica del v. 4 no es que se hipotecaron las propiedades, sino que esto tuvo que hacerse no ya por no morir de hambre, sino para pagar los ;

impuestos

;

lo cual es

ciertamente

más

duro, puesto que del

dinero tomado así en préstamo no se percibe algún beneficio personal.

más

,los

Existe, pues, evidente gradación.

vocablos se hallan en

las

versiones.

Por

lo

de-

:

NEH.

y nuestras viñas

5,

5 pues en

;

31J

5

fin

de cuentas

carne de

la

nuestros hermanos no es de mejor condición que nuestra carne, ni sus hijos son de mejor condición que nuestros

y con todo nosotros tenemos que sujetar nues-

hijos;

La queja expresada en

este v. no parece sea excluun grupo, pues todos en general podían haber llegado al extremo que aquí se lamenta. Es de notar cómo aquellos plebeyos tenían el sentimiento de una legítima igualdad. Con digna altivez recuerdan que no eran ellos de peor condición que los ricos, puesto que eran todos hermanos, hi5.

siva de

mismo pueblo, del pueblo escogido. «Pari omnes nati sumus, ex iisdem avis et parentibus

de un

jos

liberi

terim cogimur pia»

aliorum aequalium

alii

servi

fieri

iure :

in-

manci-

et

Calmet menciona otro sentido, propuesto Por la crueldad de los ricos, nosotros hemos hallarnos en la misma condición que nuestros her-

(Tirinus,).

por a Lapide venido a

:

manos todavía

La primera

cautivos en Babilonia.

interpre-

D^'2D nos vemos forzados a sujetar (ü/23 suj c tar, pon?r por debajo) a esclavitud... Es más, las hay de nuestras hijas que lo están ya. Según la Ley mosaica podía un padre poner sus hijas al servicio

tación es ciertamente preferible.

fr

7), como podía hacerlo cualquier persona misma (Lev. 25, 39) pero el amo debía no como esclavos, sino como criados, y además

de otro (Ex. 21, respecto

de

tratarlos



;

darles la libertad el año del jubileo (Lev. 25 ,40 34,

8-22).

La

conforme

es

en nuestra

muy

al

(?) poder de nuestra mano, esto

mano

;

cf.

la

misma

parecida en Gen. 31, 29

pero



hijos

vayan

se

;

sobrentiende

el

a la esclavitud.

y no

no está

frase en Deut. 28, 32 y otra

Mich.

;

sujeto,

Y

es,

Jer.

cf.

traducida materialmente es:

frase

la

2,

1.

No

se expresa,

que es impedir que

razón de

tal

los

impotencia es

que sus campos y sus viñas pasaron a otras manos. Sobre el wau introduciendo una oración casual cf. G-K § 158 a j

§

170

c.

NEH.

312

6-8

5,

tros hijos y nuestras hijas a servidumbre

y de nuestras hijas las hay que son ya sierras, y nosotros nos hallamos impotentes, como que nuestros campos y nuestras ;

viñas están en poder de otros.

Grande fué mi indignación al oír sus quejas y tales palabras. 7 Tomé consejo conmigo mismo, y lancé una reprimenda a los nobles y a ios jefes, y les dije: ¡Con 6

que vosotros os portáis como usureros con vuestros her-

manos

Convoqué en contra de

!

blea, 8

les dije

y

ellos

una grande asam-

Nosotros, en cuanto nos fué posible,

:

El ánimo recto y generoso de Neh. encendióse en ira al oír tan indigna conducta de parte de quienes debían dar 6.

ejemplo de desinterés "Ti^ cf. ad 4, 1. 7. Sólo aquí se encuentra el verbo de tomar consejo

;

bo Ntófa o ¡"It20 si tomando interés ( t

en

sentido

el

más

cf.

ma

de



mismo

el

como

La

verbo.

24

"t£0

Ex.

Con

).

*3tD

"bn

mi

22, 24,

en

sentido

el

consejo. El versignifica prestar

todo, debe tomarse también

lato de prestar sencillamente, sin especi-

no

interés,

puesto que Nehemías

afir-

que prestaba, y para expresar esta idea se sirve verbo (v. 10). Sin duda para evitar tal ambigüe-

dad se añade siderarse

4,

se atiende a

ficarse si se exige o

de!

Dan.

sustantivo acus.

el cual parece ha de conno como objeto directo del

nít'q

absol.,

frase pues en nuestro pasaje ha de interpretarse

prestar a interés. Esto lo prohibía la

Ley mosaica

(Ex*.

22,

24; Lev. 25, 36; Deut. 23, 20). Lo que sí permitía era retener alguna prenda como garantía y aun esto bajo cier;

Para poner coto a rales abudelincuentes una grande asamblea

tas condiciones (Deut. 24, 10-13).

sos

convocó contra

los

(rftnp)-

8-11. triple la

Toda

la

sentencia resulta un tanto oscura por la

repetición del verbo

acepción de comprar

;

""DIO.

Bertheau toma

pero en realidad

VODA

significa

en

dicho

NEH.

313

9

5,

rescatamos a nuestros hermanos, los judíos, vendidos a gentes

las

y vosotros, vosotros vendéis a vuestros her-

;

manos, para que sean luego vendidos a nosotros. Callá-

no supieron qué responder. 9

ronse, y

Y

seguí dicien-

verbo, en los tres casos, vender. El sentido es que Nehemías redimió sus hermanos vendidos a les es cosa insoportable que los mismos judíos

Mientras

:

(los

;

y

vendan sus propios hermanos,

nobles)

manera éstos

esquilmen que por no

los

aniorir

tal

de hambre se vean

quien los compra para darles luego

como

dispuesto

libertad,

;

ricos

de

decir,

quienes a su vez los

obligados a venderse a oíros,

vendan a Nehemías

es

genti-

los

está siempre a venir en auxilio de

sus hermanos. Si la noble conducta del gobernador la tuvo éste en Persia (Bertheau, Ryle) o en Jerusalén (Bertholet,

Batten,

Kósters, p. 45) no es claro. Las razones de Bat

cf.

ten y de Kósters en favor de la segunda hipótesis distan

mucho de cia, la

ser decisivas.

(

etc.

que

y de los varios géneros —dique les habían prestado, les cedan

garantía

nero, trigo, vino, aceite

1.

(cf.

devolver a los pobres los campos, viñas,

habían recibido

no pre-

garantía. Véa-

exhorta a todos

exhortativo

mo. Era hacer anticipadamente

como

;

cual parece entenderse mensual, con

condonaba a

los

deudores

el

12 por 100 de

NEH.

5,

315

12

uno por ciento del dinero. y del trigo, del vino y del aceite que vosotros les tenéis presHaremos la devolución, y nada tado. 12 Y respondieron de ellos exigiremos: como tú dices asi haremos. Llamé entonces a los sacerdotes, e hice que les tomaran juraolivares y sus casas, y

el

:

cuanto habían recibido en préstamo. empero, no parece armonizarse con

En

Neh. exhorta

éste

mientras que en

;

con que devuelvan

las

una

Cabe

prestado.

sentido que dimos

ei

se cambia

pnq

en

Kt£>D

PNtSto

En

cf.

,

en

12 por 100 de

el

;

conserva

Se

1)

10

v.

el

11 se contenta

v.

solución:

doble

a

el

precedente.

v.

deuda, o sea lo

la

y cedan

fianzas

interpretación,

del

la

condonar toda

a

que habían prestado lo

Esta

en

y

Deut. 24, 10. Es

el

v.

11

la interpre-

Neh. exhorta a que se renunno sólo a la fianza, sino aun al préstamo mismo. Del interés no se habla pero evidentemente dase por supuesto que no se exige. 2) Se conserva en el v. 11 el PND, y en tación de Bertholet.

ella

cie

;

el

v.

10

se

toma en el sentido de interés. En este menos exigente quiere que se de-

caso Neh. se muestra

vuelva los

no

:

se pida el interés,

acreedores mantengan

prestado.

que

fianza y

la

el

Es

difícil

sentido

indicamos,

la

la

pero permite que

propiedad de

que tienen

lo

decir cuál de las dos sea preferible.

más obvio dificultad

del v.

10 parezca ser

creada por

el

v.

Aun-

que

el

allí

11 en su estado

más

actual es de tal suerte, que nosotros nos inclinaríamos

bien en favor de la segunda hipótesis. 12.

La reprensión de Nehemías produjo

su efecto

:

to-

dos se mostraron prontos a seguir los consejos del gober-

Dos cosas prometen. La primera es clara devolverán (ywj) los campos y viñas que retenían como garantía (v. 11 a). La segunda ofrece alguna dificultad. Dicen que no exigirán de ellos, es decir, de los pobres pero no nador.

:

;

se expresa el objeto del verbo.

¿Es

el

dinero o

el

trigo que

316

NEH.

5,

13

mentó de que obrarían conforme a la palabra dada. 13 Más aún sacudí mi manto diciendo Asi sacuda Dios de su casa y de sus haberes a todo aquél que no cum;

:

pliere la palabra

dada

de todo se quede

Y respondió toda la asamblea

prestaron,

o

!

solamente

Así sea sacudido

!

;

y desposeído :

¡Amén

!

de lo prestado? Ambas En conformidad con lo que dipreferimos la segunda. Como para el

interés

interpretaciones son posibles. arriba

jimos

nosotros

palabra y dar mayor solemnidad a la promesa, Nehemías llama a los sacerdotes a fin de que éstos reciban

tomarles

el

la

juramento

(cf.

Num.

5,

19

de suerte que

ss.),

verbo hice jurar no se refiere a

del

los acreedores

su palabra y

;

la

los

y además, quizá porque causa se llevaba ante

el

sufijo

sacerdotes, sino a si

éstos faltaban a

el tribunal,

los sacer-

dotes eran por ventura los que habían de intervenir en calidad de jueces, cf. 2 Par. 19, 8.

Para más y más asegurar el cumplimiento de la promesa lanza Neh. contra el perjuro una iriprecación, que acompaña con un acto simbólico. Consistió éste probablemente en levantar la orla de su manto hasta la altura del 13.

pecho, y apretándolo contra éste lo separó luego violentamente, pronunciando a un tiempo la fórmula imprecatoria.

Como

el

manto era sacudido

del pecho,

así

venga Dios

a

sacudir y arrojar de sus posesiones a quien violare la promesa hecha. que se lee únicamente en otro pasaje, Is. 49, 22, significa

en ambos no precisamente

tido (aquí se trata

sino el del

to),

sible

mismo Nehemías

sacudir éste,

aquél

(cf.

cumple

el

la ;

el

seno del ves-

falda o ruedo del

modo

manto.

En

za

símbolo.

:

acto en

Neh. sacude

man-

sólo que, no siendo poel

vestido pegado

Bertheau, Siegfried, Ryle). Batten imagina

ción de otro

del

en realidad de

los

a

la ac-

brazos, y se le cae el

este separarse el vestido del cuerpo está la fuer-

Esa interpretación no

tiene

en cuenta

el

NEH.

Y

glorificaron a Yahvé.

la

palabra dada.

Además, desde

14

gobernador' en

'su

simo hasta

—doce

obró

el

pueblo conforme a

me

día en que se

el

destinó a ser

de Judá, desde

la tierra

el

año vigé-

año trigésimo segundo del rey Artajerjes

el

años

Y

317

14

5,

— ni

yo

sentido de la voz

ni

|un

mis hermanos comimos de los

Por

.

posesión adquirida con trabajo.

toda cosa o

se entiende

Jjvp

como

vacío,

p"i

natural-

mente debía quedar la bolsa que formaba el manto apretado al pecho, cuando éste se dejaba caer. No es maravilla que toda la asamblea, en la cual habría probablemente más de un deudor, aprobase la imprecación de Nehemías con un entusiasta amén,

y alabase

a

Yahvé por

en favor de los pobres. .Bien que

f

voz

la

obtenido

triun o

el

en

el

1 de-

v.

signe precisamente los deudores, aquí se refiere sin duda a

que habían hecho la promesa del v. 12. Nehemías recuerda su generoso desinterés todo

los acreedores,

14-19. el

tiempo de su gobierno, oponiendo su conducta a

gobernadores que

los

La

14.

le

partícula

ca

puede referirse

al

v.

10,

bien puede tomarse sencillamente en

en verdad.

DTP

se

menciona.

ellos,

En

cf.

Deut.

4,

el

10.

Como

duda Artajerjes, que

vez de

DnS

de los que habitaban en Judá

sujeto de

;

;

PUS

renglón seguido

a

gobernador de

DnnS

léase

como

además o sentido de por cierto,

quiere Siegfried, y en tal caso debe traducirse

se sobrentiende sin

de

la

habían precedido.

o bien sencillamente

Su gobierno había durado desde

año 20 de Arta&) Hólscher tiene por glosa esta data cronológica por la grave razón de que era inútil al lado de la otra, a saber, que la duración

PinB

.

jerjes

(cf.

2,

1) hasta

había sido de 12 años. decir ni lió,

ni

el

Como

una palabra más de

para



ni

el

año 32 (445-433

si

lo

a

Neh.

a.

le

neecsario

!

estuviera vedado

Neh. no se va-

para su familia, del derecho que tenía a ser

:

NEH.

318

5,

emolumentos de gobernador bernadores anteriores, que

carga para

el

15-16

15 mientras que los go-

;

me

precedieron, eran pesada

pueblo, pues por pan y vino tomaban de

y también empero, por temor 16 Asimismo tomé personalmente

'diariamente' cuarenta siclos de plata

ellos

sus criados oprimían al pueblo.

de Dios, no obré

así.

;

Yo

mantenido pos sus subditos. Esto es lo que llama el pan del gobernador. Los gastos los sufragaba de sus bienes propios, personales.

Muy

15.

imponían

tos

otra era la conducta de sus predecesores. Esal

pueblo cargas, que luego se particularizan

tomaban por pan y vino

la suma de cuarenta siclos de aposición en a BDDj, equivalente a unas 120 pe(ü^ptp setas oro. La voz "luN es de difícil interpretación:

plata

LXX

no da sentido alguno. Algunos (Bertheau, Oettli) conservan el texto, y traducen más de, es vierte ec/a-rov, lo cual

que tomaban más de cuarenta

decir,

mos

siclos

;

pero

reconocen que dicho vocablo en ningún

ellos mis-

otro

pasaje

La mayor parte de autores, siguiendo la "HN DVb (Bertholet, Hólscher, Bat-

tiene tal sentido.

Vulg. (quotidie), leen ten,

Ryle)

como en

sobrentendiéndose

el v. Í8,

día.

o simplemente ir¡N (Siegfried),

Si bien es posible que

la

Vulg. más

que traducir haya interpretado un texto oscuro, su lección parece deberse preferir, siendo la frase

la

única que permite dar a

un sentido aceptable. Ni sólo

valiéndose de

la

esto,

sino que, pre-

autoridad del gobernador, los que estaban

a su servicio ejercían sobre el pueblo

un dominio despótico,

causándole vejaciones. Nada de esto hizo Nehemías, inspi-

rado como estaba en

el temor de Dios. Ni se contentó con esto, sino que positivamente tomó parte él mismo en la obra de los muros. Esta aserción

16.

estaría

más que suficientemente

justificada por

constante de Neh. en que se llevase adelante

la

el

esfuerzo

restauración

>TEH. 5, 17-18

y no adquirí ninguna heredad y todos mis mancebos estaban allí junios, dados a la obra. 17 Y judíos y jefes, hasta parte en

la

obra de restauración de esta muralla

;

;

ciento cincuenta, a

más de

los

que nos venían de

de

ciudad

la

los paí-

mi mesa. 18 Lo que

ses circunvecinos, sentábanse a

se

pero es posible que hubiera hecho algo más,

;

esto es, que por cuenta propia y de su bolsillo particular hubiese levantado alguna parte de las murallas, bien que de

haga en ningún pasaje mención

esto no se

ña la

frase

la

siguiente

"¡Tról

.

muy

Estaría

explícita. Extra-

en su lugar,

posesión de un campo hubiera sido condición necesaria

En

para estar obligado a trabajar en los muros. el

si

sentido

sería

:

«Yo

(sobre esta fuerza del waii, seía

ningún campo»

trario.

;

pero

cf.

J § 171

suponer

Pudiera verse una alusión a

tal

caso

muros por más que

trabajé en los

f

;

tal

lo

G-K

§

154) no po-

condición es

dicho en

10

v.

arbis.,

a

Xeh. no se prevalió de la indigencia de los pobres para tomar de éstos sus campos como fianza, y luego quedarse con ellos. Pero esto, después de cuanto ya dijo Xehemías, no parece venga a propósito. Lo más probable es que la frase tiene sentido general, como la interpretan saber, que

(«Rem meam

non auxi, sed potius me meaque omnia expendí pro urbis et civium commodis») Calmet, Tirinus, Batten. También los de su casa se hallaban a Lapide.

et praedia

continuamente ocupados en

la

obra de

las

murallas.

17. Hacía aún más Xehemías tenía siempre a su mesa numerosos comensales. Sobre el sentido de O'HVPfl cf. ad 2, 16. Personajes de importancia comían a sus expensas, no menos de 150 y a éstos había que añadir los que ocasionalmente venían de fuera. Todo el mundo tenía entrada y mesa :

;

franca. 18.

Xeh. enumera por menudo

que diariamente

se

necesitaba para

la

cantidad

tanta

gente.

de

víveres

La

cons-

NEH.

320

18

5,

preparaba diariamente, era un toro, dos y volatería

esto se

;

me

carneros escogi-

seis

preparaba

y cada diez días y con todo

;

se hacía provisión de vino en abundancia

;

trucción de la primera sentencia es un tanto oscura, y puede entenderse en varias maneras 1) Lo que se preparaba :

cada día era un

toro, seis carneros escogidos y aves

Lo que

se míe preparaba (Siegfried). 2)

— un

día

toro...



se

preparaba a mis expensas

3) Lo que se preparaba cada toro... se me preparaban. En

la

:

(es

como

el

(Oettli).

Un

título)

los tres casos la construcción

Puestos a escoger, nos decidiríamos

resulta algo violenta.

por

día

esto

:

preparaba cada

se

primera, reconociendo empero que

cierta negligencia literaria,

el

autor, por una

que en nada toca empero a

la

verdad objetiva, y apenas sin darse cuenta, tomó las palabras un toro seis carneros... como atributo del verbo era y

mismo tiempo que" como sujeto del verbo se preparaban para mí. La segunda manera de construcción la consideramos poco probable, porque el ^ no significa, a nuestro al

—idea

juicio, a mis expensas segunda parte del v.



del

verbo TWy en

tante frecuente

que sigue

tr

;

se halla

tal

Es como

la

sino sencillamente para mí. El uso

Gen. 18, 7 es

muy

s.

;

1 Sam. 25, 18.

La

frase

oscura, tanto que varios autores

y2) ) ( (Siegfried, Hólscher) la dejan, en todo o

ducir.

expresada en

sentido de preparar la comida es bas-

el

cf.

que

en parte, sin

posible que el texto se haya alterado.

tra-

Tomándolo

que dentro de diez días, se hacía provisión de varios géneros

está, el sentido parece ser

esto es, cada diez días,

de vino en abundancia. Sólo que no aparece claro qué papel

LXX

desempeña el 2 delante del bj. lleva oivoc ico izkrfiei y Lag. añade toxvti tío Xcup Apoyándose en esta lección, Batten da a la frase este sentido Mientras que para unos .

:

pocos

la

bebida diaria era

el

vino,

servía sino una vez cada diez días.

a los

demás no

Dudamos que

el

se les

mismo

NEH.

321

1

6,

eso nunca reclamé los emolumentos de gobernador en vista de

que andaba este pueblo agobiado bajo

trabajo.

el

¡Tenme favorablemente en cuenta, Dios mío,

19

cuanto hice por este pueblo

VI

!

Gesem

1 Al llegar a oídos de Sanballat, Tobías,

Batten quede

muy

de

satisfecho

otros poca confianza nos inspira sólido fundamento,

ni

A

interpretación.

tal

de

ni la lección

:

nos-

LXX

creemos que a Nehemías se

le

es

ocu-

mencionar tal detalle. A pesar de gastos tan considerables, no exigió Neh. el pan del peha, o sea, el tributo que el gobernador tenía derecho a percibir. Y esto lo hizo por consideración al pueblo, sobre quien pesaban ya graves rriese

cargas.

Termina Neh. con una breve oración, que se repien 13, 22 y en forma un tanto diversa en 6, 14

19.

te idéntica

13, 29.31.

^

dat.

es

LXX

;

;

El objeto del verbo acuérdate es todo

commodi. No debe, por

y Vulg. «acuérdate de mí»,

date de cuanto

hice)}.

La

Podría

tal

;

traducirse con

más bien «acuér-

^

en nuestra lengua

es claro

vez decirse:

que hice

sino

versión del

se hace difícil. El sentido de cerle.

tanto,

lo

:

para favore-

«T entile favorablemente

en

cuenta, Dios mío, cuanto hice por este pueblo».

Asechanzas de los Samaritanos.

A vó

la

la

noticia de

C. 6

que iban a terminarse los muros se avipero ha-

persecución por parte de los adversarios

;

biendo visto por experiencia que nada adelantaban con los

medios violentos, acudieron a ciéndose

en esto

cómplices

la

intriga y al engaño,

samaritanos

de los

ha-

no pocos

de entre los mismos nobles judíos. 1.

El lamed después del verbo

Sobre Sanbnllat y

los

demás,

cf.

oír,

ad.

2.

parecido a 13, 27. 10.10 y Excursus. 2

I

NEH.

322

6,

2

árabe y demás enemigos nuestros que había reedificado el muro y que no quedaba ya en él brecha sólo que el



hasta aquella fecha no había puesto aún las hojas en las

puertas



2

,

mandáronme un recado

Gesem

Sanballat y

diciéndome Vente, y nos entrevistaremos en una de las aldeas, en la llanura de Ono. Pero ellos llevaban intención de hacerme daño 3 y así les mandé a decir Llevo :

;

253

p.

La

ss.

Sobre

brechas de los muros,

las

partícula

versativa; se

colocaron

lo

dicho en

ej.,

p.

3,

25.

Jer. 36,

hojas de

las

cf.

ad. 1, 3

aquí restrictiva, y en cierto

es

cf.,

:

Sobre

el

puertas de

las

;

2, 13.

modo

ad-

tiempo en que ciudad véase

la

1.

Sanballat y Gesem por un mensajero invitan a Nehemías a una especie de conferencia, cuyo objeto no se 2.

expresa aquí, pero que sin duda se

le

comunicaría.

Lo

cier-

que esto lo hacían simulando amistad. El nifal de (cf. asimismo v. 10) significa juntarse en sitio y tiempo convenidos para tratar algo. El vocablo DnDD tanto (vi culis) lo traducen por (xü)}Aairy TOI acus. indir. (J § 126 i) § 133 g. J § 166 m expresión más ordinaria suele ser nílf) CC^D* cf. Ps.

feta. cf.

la

106,

;

;

43; Eccle.

expresada por substantivo

:

solo

en Lev. 25, 51

;

adjetivo

kqWoiz

D^a^íl

omitida

LXX

Siegfried,

misma

idea está

LXX

A

B

Lag.

lleva

que parece corresponder a

DTy

última voz

la

la

sobrentendiéndose

rfi3~l

en nuestro pasaje

ooü

oixtip{io«;

22

7, el

;

el sv

spDITQi

prefieren la lección de

Bertholet, Hólscher y Batten, quien añade otras razones, a saber, que la versión muchas veces «is impossible on any just principies

no cuadra con Difícil

es

(cuáles

y además, que tal versión contexto, donde se quiere hacer resaltar

el

que cada vez que

Hebrew syntax»

of

sean esos principios no lo dice)

el

;

pueblo clamaba a Yahvé éste

atinar con la

fuerza de esta razón

con decir cada vez se expresa ya

la idea

multiplicidad, y por consiguiente la frase

dra perfectamente con

el

pronto es de notar que

le libraba.

parece que

de repetición, de

muchas veces

contexto. Cuanto a el

:

LXX,

cua-

por de

adjetivo femenino concierta con

D^ny femen., y no con el substantivo precedente que es masculino. Además, se comprende que el traductor estuviera influenciado por los vv. 19 y 27

donde se

presión tus grandes misericordias

contrario,

sido la lección de

de

explicar

la

LXX

con Bertheau,

por

verdadera.

la

car por

2

de

Oettli,

En "pomD

como hacen

;

la original,

introducción

última

al

la

ex-

de haber

no hay manera posible

TM. Así que esta Henne, ha de tenerse

del

la

Ryle, es

lee

perfectamente

Siegfried, Hólscher, el

inútil

2

tro-

partícula

neh.

372

29-31

9,

volvían a obrar mal delante de

y los abandonabas en poder de sus enemigos, y los tenían bajo su dominio volvían a invocarte, y tú del cielo les oías y les tí,

;

según tu misericordia infinitas veces. 29 Les para hacerles volver a tu Ley mas

libraste

dirigiste reproches

envalentonaron y no dieron oído a tus manday pecaron contra tus preceptos, que quien

ellos se

mientos los

;

;

cumple

vivirá por ellos

;

volvieron rebeldes

te

mostraste con ellos

les dirigiste

es-

la

no prestaron oído 30 y tú longánime por largos años y

palda, atiesaron su cerviz y

;

;

reproches por tu espíritu valiéndote de los

no prestaron oído y los entregaste en poder de los pueblos extranjeros. 31 Con todo, por tu gran

profetas, y

;

que expresa

muy

misericordias» (cf

invocar

la

traductores

bien .

G-K

partícula :

la

ev

pensamiento del autor «scgtín tus

el

§

102

de

c

y los diccionarios^)

LXX,

dada

la

;

ni

libertad

Vulg., que sin duda tenía delante

el

cabe

de los actual

texto hebreo, vierte en v. 27 asecundum miserationes tuas»

en

v.

29-31.

Estos tres vv. se refieren a todo

siguió la época de los Jueces, Tiy-

los cf.

se

;

28 «i» misericordiis tuis».

lyni impf.

el

hif.

período que

apocop. de

Ht£W proposición condicional en que la relación entre dos miembros se expresa por un simple wau (J § 167 b), Lev. 18, 5. la imagen está tomada del toro que H3rvi rebela contra el yugo; cf. Zach. 7, 11; Os. 4, 16: la r

f

Vulg. (recedentem) hace derivar de 11D el partcp., que viene, por el contrario, de "VID: sobre la imagen de la cerviz cf.

ad

v.

16:

ambas vienen

un modo poético acus. indirecto, y no

a expresar de

la misma idea. Muchos años (v. 30) es depende del verbo Tpyon» en el cual se sobrentiende "!pn< voz que se expresa en Ps. 36, 11; 109, 12: Dios se esforzaba en infundirles su espíritu, es decir, en cambiar la dispo-

;;

neh.

32-33

0.

37:;

misericordia no los destruíste ni los abandonaste, por-

que

32

Dios clemente y misericordioso. ahora, oh Dios nuestro, Dios grande, podero-

eres



Y

so y temible, que mantienes el pacto y la misericordia, no tengas en poco la aflicción que nos sobrevino desde

tiempos de los reyes de Asiría hasta

los

hoy

sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros

a nuestros

Tú empero

padres y a todo tu pueblo. 33

alma inclinándolos a

sición de su

Los pueblos de

Jer. 36, 15.

41 se llaman goyim. efecto, tenía Dios

eres justo

observancia de

la

sirviéndose para ello .de los profetas

5,

día de

el

son

las tierras

Ley,

la

2 Par. 24, 19

cf.

;

s.

;

que en Ps. 106,

los

Con todo no acabó con

ellos

;

en

y,

prometido que no

los destruiría (cf.

Jer.

se va a implorar

más de propósito

mi-

18; 46, 28).

Cuando

32-33.

oportunamente

sericordia,

se

recuerdan

grandes atribu-

los

tos que, por una parte infunden sentimientos de reverencia, y animan por otra a la- esperanza del perdón cf. Deut. 10, 11 ;

5; Deut.

Is. 9,

ÓD nN G-K §

Jos. 22, 17. (J §

126

g

7, 9, etc., etc.

ra Siegfried

como

como un nominativo que

su comentario

luego con

al

misma

la

34.

v.

G-K

lo

conside-

se hace preceder

117

§

frase en

en vv. 19 y 34

117 m). Poco acertadamente

para darle énfasis, citando

fica

>

es acus. indirecto,

r

;

"L}yn

véase

,

i

;

de

véase también

El sufijo plural nosotros se especi-

las varias clases

de

la

sociedad, cuya enume-

ración se cierra con un término general (tu pueblo) que las

abraza todas. Con alude a (745-727 fried,

la

la frase tiempos de los reyes de Asur se primera cautividad, que llevó a cabo Teglatfalasar

a.

C.)

;

4 Reg. 15, 19.24.

cf.

citando en su favor

tícula a pesar de

da con

el

}

contexto

Is.

38,

»by

15,

Bertheau, Sieg-

interpretan esta par-

no obstante, interpretación que se acuer:

«Mucho hemos

sufrido de parte tuya

;

reconocemos, empero, que a pesar de esto tú eres justo».

374

neh.

34-35

9,

en todo cuanto se nos vino encima, porque tú fuiste en

el

yes,

fiel

obrar y nosotros prevaricadores. 34 Nuestros reen efecto, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes

y nuestros padres no observaron tu Ley, ni tuvieron cuenta con tus mandamientos y con tus amonestaciones con que tú

Con todo

amonestabas

les

35 y ellos en su reino

;

es preferible traducir sencillamente con

LXX

erci

y Vulg. in: aen lo que...»; y así lo entienden Ryle, Batten, Hólscher, Henne, etc. Es hermosa la última antítesis, ex-

presión de un corazón humilde

:



fuiste

en todo verda-

voz notf tiene un significado más amplio que en nuestras lenguas), te portaste bien y nosotros nos portadero

(la

mos

mal.

;

Como

34-35.

antes había hecho en

que entendía

pecifica aquí los

del v.

Menos

33.

Bertheau, según israelitas

de

acertada nos parece

En

cativo

(G-K

nombres son

154

quienes

a

p,tfl

varios

§

la

el

autor es-

nosotros

al

fin

interpretación de

cual nosotros quiere decir «nosotros los

el

ahora)),

príncipes, etc.

el v. 32, el

en

incluir

a),

el

wau

como

si

en cierto

los

modo wau

reyes, expli-

y en efecto. Los ad v. 19.32). En su

se dijera:

acus. indirecto

reino, en los tiempos

contraponen

se

es

en que era

(cf.

tal,

o sea, antes del destie-

-pw en Jer. 31, 11 rprP~D>t3« v. 13 >^1í0; es la bondad de Dios que se muestra en los bienes que dispensa, o más bien esos mismos bienes dispensados por su bondad, que rro,

en Jer.

se

prefijo bet

es ajena al

particularizan.

por a pesar de

pensamiento del autor,

(a pesar de) introduce halla en el texto.

partícula

,

}

Siegfried, Hólscher traducen el no obstante. Aunque esta idea no

un matiz

la

muy

manera de expresarla acentuado que no se

Preferible es la versión ordinaria de Ja

que conservan

la

gran mayoría de los intérpreindignidad de mostrarse rebel-

tes.

El autor hace

des

después de tantos beneficios recibidos.

resaltar la

neh.

y en

abundancia de tus bienes, que tú

la

les concedis-

fértil que tú les diste, no enmendaron de sus malas obras. nosotros, ¡nosotros somos hoy esclavos Y la tie-

te,

y en

te

sirvieron y

36

Y

espaciosa y

la tierra

no

se

!

que

rra

375

36-37

9,

diste a nuestros padres

para gozar de sus frutos

y de sus bienes, en ella somos nosotros esclavos. 37 Y su abundante producto lo da para los reyes a quienes tú por nuestros pecados nos sometiste y ejercen su dominio sobre nuestras personas y sobre nuestros ganados a su talante así que nos hallamos en grande mi;

;

seria.

X me

1

En

vista de todo esto

alianza, y lo

Hay

36-37.

nuestros

reyes,

contraemos nosotros

ponemos por

algo

de

trágico

en

nuestros

padres,

no quisieron

estos

nosotros ahora somos servidores esclavos esta

misma

Esos frutos hif.

a

y firman

escrito,

que tú nos

tierra

ella los

;

dos

y

el

vv.

do-

Ellos,

servirte,

lo

(nmn

frutos.

partcp.

pero no para nosotros, sino para los monarcas

fem.),

quienes tú nos entregaste por nuestros pecados (sobre

prefijo

2

y

somos en

comer de sus

diste para

produce en abundancia

fir-

cf.

J § 133 c)

y su duro dominio

;

nuestras personas y a nuestros bienes

;

así es

el

se extiende a

que

(tal es la

fuerza del wau) nos hallamos en grande miseria.

Es de notar que en toda esta oración, que refleja tan profunda pena, no asoma ni el más mínimo sentimiento de rebeldía

contra

Se

sella

divina

la

doloroso castigo

;

Providencia.

pero reconocen su

con juramento

za con Yahvc.

—Alianza

la

Sienten vivamente

promesa y se renueva Los que suscriben

10, 1

;

Puntos que se obligan a observar

v.

el

justicia. la alianv.

2-20

;

30-40.

PW^rDl Esta expresión, al parecer tan sencilla, se interpreta de muy distintas maneras. Batten pretende, sin 1.

NEH. 10, 1

376

dar de ello

la

menor prueba, que no pertenece

primitivo, sino que es obra del cronista:

queriendo darle hacer creer

el

sentido de en este tiempo

que

al lector

el

al

documento

éste la introdujo, (cf. 13, 6),

para

cap. 10 era verdaderamente con-

tinuación del precedente, y que en ambos se narraban aconla misma época. Véase la discusión sobre este

tecimientos de

p. 191 ss. Según Siegfried le falta a la un punto de apoyo, como que no puede referirse al capítulo 9 de donde concluye que algo desapareció de lo que formaba la introducción del documento original. Ryle

punto en Com. Esd. frase

;

a pesar de todo esto.

vierte:

constituye una

pués que za

el

muy

cap. 10

el

:

Des-

la alian-

Ley, y que de es muy natural que

los preceptos de la

ha sinceramente arrepentido,

se

ello

de verdad

pueblo ha reconocido que había violado

que había infringido

;

En hecho

apropiada conclusión del cap. 9

desee renovar dicha alianza y se muestre dispuesto a prometer solemnemente para en adelante la observancia de la

Ley.

Y

texto

que

es

versión

por

Huelga

el

com

esto

aú,

en armonía con esto cuadra puntualmente con

la

lo

decir

en vista de

demás

la

que dan

la

pues

siendo

esto,

mayoría de

los intérpretes.

que esta interpretación corresponde en un todo

LXX

y Vulg. ¡"ÜDN que fuera de este pasaúnicamente en 11, 23 y equivale al n"H3 de 9, 8, como procedente que es del verbo ptf significa algo firme, consisa la lección de

je se lee

tente

D^rü texto

:

quizá se usa aquí para insinuar se refiere ciertamente al pacto

mismo y

las firmas

:

estas últimas alude el autor

;

la

idea de fidelidad.

pero en éste había

el

Bertheau, Siegfried piensan que a ;

nosotros creemos que más bien

tiene presente el texto. El escribir las firmas se indica explí-

y por otra parte es natural el decir que el pacto no sólo se había expresado de palabra, sino que se había fijado por escrito y así con razón lo entienden Henne, Crampón. Los dos participios ¿han citamente en

la

frase siguiente

;

;

de entenderse en

la

esfera del pasado (Bertheau, Siegfried),

NEH.

o

más bien en

En

la

o es otro ;

De

?

suyo

pero en

o frecuentativo

:>tt

1

Hólscher, Henne...)?

del presente ¡(Oettli,

estas palabras ¿habla en

pasada

10,

el v.

participio

el

1

el

mismo que en

el c.

0,

puede expresar una acción

caso suele tratarse de un acto durativo

tal (cf.

J

121

§

f).

De

haberse querido expre-



que aquí no era ni frecuentativo ni un acto ya pasado habría empleado sencillamente el creemos que se durativo perfecto. Por lo demás, el sentido que preferimos cuadra sar



muy a

bien con

el

contexto

;

«En

firmarse se plegó y en

la

vamos

de todo esto

vista

El escrito, donde estaba

contraer...))

la

alianza, antes de

parte exterior se puso

el

sello,

y

por esto se llama DTffl como en Jer. 32, 11.14, y junto al lo cual se expresa por la parsello pusieron sus firmas

la





tícula

manera

los príncipes, los levitas

y los sacerdotes. Sobre el lugar

de redactar un documento sellado véase

citado Jer. 32, 10-14 donde se dan pormenores interesantes.

Batten da del principio del dice ser

v.

una versión, que

él

«very different from the usual translation».

realidad es así

;

mismo

Y

en

pero dudamos que esto diga mucho en su

Nosotros estamos grabando correctalos nombres ide la lista, cambiando, para obtener este sentido, la puntuación del TM y leyendo (cf. Gen. 20, 12 y como también elimina la 7, 20) voz de 11, 23 (cf. ad loe.) que es el otro pasaje donde se favor.

Vierte, pues

mente,

refiriéndose

:

a

;

;

exclama como triunfalmente que el vocablo rUDK «is rethe Heb. lexicón». No será temerario pensar que, a pesar de tan categórica orden de destierro, el buen vocablo se quedará tranquilamente en el léxico hebreo gozando todos los derechos ide ciudadanía.

lee,

moved from

La última

frase

del v.

expresa de una manera concisa,

pero suficientemente clara, que se pusieron los nombres en el

documento

quiere incluir

rresponden

sellado. el

las

Es probable que en

autor los jefes de familia tres

clases

(príncipes,

la

(v.

levitas,

voz principes 15),

y

así co-

sacerdotes) a

378

NEH. 10, 2-9

cumento nuestros

príncipes,

nuestros levitas, nuestros

sacerdotes.

2 Firman de Hacalías

el

documento

:

Nehemías

el

Tirsata, hijo

y Sedéelas, 3 Seraías, Azarías, Jeremías, 4 Pashur, Amarías, Malicias, 5 Hattus, Sebanías, Ma;

6 Harim, Meremot, Obadías, 7 Daniel, Ginnetón, Baruc, 8 Mesullam, Abías, Miamín, 9 Maazías, Bilgai,

lluc,

las

los

que luego se enumeran con más pormenores indicándose nombres en particular.

Por de pronto

se

nombran

con 21 con 17 nombres y luego los jefes de familia, v. 15-28, con 44 nombres (?) (de algunos vocablos cabe dudar si forman un solo nombre

nombres

;

siguen los levitas,

los sacerdotes, v. 3-9, v.

10-14,

;

o dos).

DVOinn

2.

tores), sino el

en sing.

son evidentemente no los que firman (signa-

documento

como en

el v.

1

sellado. ;

Siegfried cambia el plur.

con todo, mejor

es conservar el

texto con. Bertheau, Bertholet, Hólscher, pues parece

verosímil que

se

para poner todas

necesitaran varios las firmas.

El primero que firma es natu-

ralmente Nehemías, a quien se da aquí,

como en

9,

8,

el

de Tirshata. Sedecías, que es nombrado inmediatamen-

título

te

muy

documentos separados

después del gobernador, debía de ser personaje

distin-

guido, pero cuyo rango o dignidad nos es desconocido

:

al-

gunos sospechan que era el presidente del Consejo de los otros (Rawlinson) lo identifican con el ancianos (Meyer) ;

escriba lo

Zadoq (Neh.

13, 13).

Inútil perderse

en conjeturas

;

único que con fundamento cabe afirmar es que debía ocu-

par algún puesto importante. 3-9.

Los 21 nombres representan otras tantas clases saPor qué se cuentan sólo 21 y no 24 difícil es dealgunos sospechan que desaparecieron tres nombres

cerdotales. cirlo

:

pero es mera conjetura.

;

379

NEH. 10, 10-29

Semaías.

Y

Estos son los sacerdotes. 10

los

levitas:

Binnui, de los hijos de HenaJosué, hijo de Azanías hermanos, Sebanías, Hodias, 11 sus Qadmiel dad, y ;

Pelaías,

Qelita,

13 Zaccur, nu. 15

Los

Rehob,

Hanán, 12 Mica,

Serebías, Sebanías, 14 Hodias, jefes del pueblo

:

Hasabias, Bani, Beni-

Paros, Pahat-Moab, Elam,

Zattu, Bani, 16 Bunni, Azgad, Bebai, 17 Adonías, Bigvai,

Adín, 18 Ater, Ezequías, Azzur, 19 Hodias,

Hasum,

Besai, 20 Harif, Anatot, Nebai, 21 Magpías, Mesullam,

Hezir, 22 Mesezabel, Sadoq, Jaddúa, 23 Pelatías, Henán,

Anaias, 24 Hoseas, Hananías, Hassub, 25 Halloes, Pil-

Rehum, Hasabna, Maasias, 27 Ahías, Ha-

ha, Sobeq, 26

nán, Anán, 28 Malluc, Harim, Baana. 29

10-14.

También

nombres de

los

los

Y

levitas

el

resto del

representan

casas o familias levíticas. 15-28. familias.

se

La

lista

de los jefes del pueblo lo es asimismo de

Compárese con Esd. 2; Neh.

7.

Nótese que en la enumeración de los sacerdotes el pone al fin de la serie en las otras dos, al principio.

título

;

29. Los demás del pueblo, es decir, los que no han sido nombrados en los vv. precedentes y que no se contaban entre los firmantes. Todos los nombres que siguen, empezando

por sacerdotes éste se

teros y

,

están en aposición a pueblo, de suerte que

toma aquí en su sentido más amplio. Sobre los pordemás cf. ad Esd. 2, 70. A'éstos se añadía otra cate-

goría de personas,

la

de aquellos israelitas que no habían ido

al destierro y que, habiéndose entremezclado con los pueblos circunvecinos, se apartaron luego de ellos (cf. ad Esd.

21 Neh. 9, Poco probable

6,

j

2)

para seguir fielmente

la

Ley de Yahvé.

es la opinión de los que entienden la

frase

de los gentiles que se hicieron prosélitos de Israel apartándose de sus propios pueblos

;

cf.

Ryle.

En

ui'a palabra,

todo

;

neh. 10, 30-32

380

pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los Natineos, y todos los que, separados de los pueblos extranjeros, habían vuelto a la Ley de Dios,

sus mujeres, sus hijos y sus hijas, cuantos tenían uso de

razón, 30 se fueron adhiriendo a sus hermanos los nobles,

y jurando con imprecación que seguirían la Ley de mano de Moisés, siervo de

Dios, que había dado por

Dios

que observarían y pondrían en práctica todos

;

los

mandamientos de Yahvé nuestro Señor, sus ordenanzas y sus preceptos 31 a saber que no daríamos nuestras hijas a los pueblos del país, ni tomaríamos sus hijas para ;

nuestros hijos

;

:

32 y cuanto a los pueblos del país que

que tenía uso de razón, es decir, que podía entender Haupt omite este 8, 2.3. Parece que sobra jnv o último quizá lo más sencillo es añadir con LXX wau antes

el

cf.

;

del

segundo, como hacen Hólscher, Henne, Crampón. 30.

Continúase en este

precedente.

Todos

ellos se

v.

la

sentencia

adhieren (bv

empezada con

D^inü

en

el

tal sen-

hermanos más distinguidos, esto es, a los jefes que en nombre de todos habían firmado. El verbo CfrO con alguno de los dos substantivos que siguen significa prestar juramento, prometer con juramento ; cf. Ez. 17, 13. H^N en Deut. 29, 13 se vierte justamente por juramento tido sólo aquí) a sus

;

pero en nuestro pasaje es probable que indica más bien

fórmula

— una

especie de maldición

ramento, puesto que éste otro vocablo njJDtP

se



que acompaña

la

al ju-

expresa evidentemente por

el



Se especifican algunos de los preceptos incluidos en la Ley que prometen observar los que consideran como más importantes, o de todas maneras como más apropiados 31-32.

;

a las circunstancias de hallan.

"it^Nl

el

wau

tiempo y lugar en que actualmente se probablemente explicativo o especifi-

es

1

NEH.

38

33

10,

traen mercancías en día de Sábado y toda suerte de gé-

neros para vender, que nada tomaríamos de ellos en día

y que dejaríamos descansar el año séptimo y renunciaríamos a toda deuda de cualquier género que fuese. 33 Y tomamos sobre nos-

de Sábado ni en día santo

cativo

de

(cf.

G-K

tierra

la

154 a) esto es; en particular. Los pueblos

§

son

;

las

gentes circunvecinas, no israelitas, con

quienes los

judíos habían contraído matrimonio violando

Ley (Deut.

7,

es

3)

Esd.

cf.

;

un casus pendens

9,

la

La primera frase del v. 32 Los sobredichos pueblos

2.

J § 156).

(cf.

llevaban a Jerusalén sus mercancías

(cf. 13, 16 ss.). PTipE apax de npS que se usa en el sentido de comprar (5, 2.3). Prometen no recibir dichas mercancías en día de Sábado, Vi en cualquier otro día santo, esto es, en las fiestas en que

Lo

está prohibido el trabajo.

abandonar)

campo cada

el

bres se refiere a Ex. 23, 10

como en

5,

7

(tt'tW dejar,

años en beneficio de los poLev. 25,

;

2-7.

La voz

Deut. 15, 1-2 donde en vez de

cf.

;

s.

dejar inculto

del

siete

en idéntico sentido.

"P~^D

género que sea. La deuda no

se usa

Deut. 15, 2) de cualquier

(cf.

condonaba en absoluto

se

;

pero no se exigía aquel año. El plur. niSD

33. cer,

por

el

mente sigue,

asumen

(cf.

v.

36).

el

ising.

se explica, al pare-

se refiere sólo a lo

que inmediata-

demás obligaciones que Siegfried omite el segundo Xxhty* Está

también a

sino

LXX

representado en

en

en vez del

hecho que no

;

y

las

como

la

frase

puede entenderse

sentido no precisamente de dar sino de imponerse, me-

jor es conservarlo,

como hacen Bertheau,

Bertholet, Hóls-

cher, etc. Se obligan a dar un tercio de shcqel (el sheqel de plata

equivalía

En Ex.

30, 13

unas 3 ptas.

a s.

;

38,

26,

se

oro

;

por tanto 1 peseta).

ordena que todo

veinte años para arriba tendrá que dar

medo

israelita

isiclo

;

de

y a esta

:

NEH

382

10, 33

.

ordenación parece referirse 2 Par. 24, 6 tidad

V il

—un didrachma — daba en

ü,

se

(i

rresponde,

pues,

;

y

la

misma

can-

Mt. 17, 24 y también Josefo, BJ los tiempos del iNuevo Test. No co-

cf.

cantidad que aquí se imponen con

la

la

que estaba ordenada en la Ley. Una manera fácil de ar¡nonizar los do>s extremos sería suponer con Siegfried que el

tercio

de siclo era una carga de supererogación que se

imponían además del medio siclo preceptuado en la Ley como justamente observa Bertheau, nada indica que ;

pero,

una obligación nueva, sino más bien de urgir

se trate de la

ya existente

cap.

;

y

tal

es

ciertamente

el

caso

en todo

el

no hacen leyes nuevas, sino que prometen observar Además, fuera extraño que en las angustiosas

:

las antiguas.

circunstancias en que se hallaban hubiesen voluntariamente

asumido cargas mayores de

como

verosímil es,

extrema pobreza ducido cio.

el

que imponía

hubiera,

siquiera

impuesto bajándolo de medio

siclo.

;

:

re-

un

ter-

siclo

a sólo

El medio

siclo el

aparece en toda

la legislación

el

mosaica. Los hay que decla-

pasaje de Ex. 30, 13

s.

;

38, 26;

proceder arbitrario, no justificado por ninguna razón de textual

del

cen-

la contribución anual y ordinaria era un terPero de este doble impuesto ningún indicio

ran interpolación tardía

tica

Más

provisoriamente,

era un impuesto de ocasión, cuando se hacía

so del pueblo

de

Ley.

la

indica Bertheau, que dado su estado de

se

Otras explicaciones se han dado

Exodo cio

las

literaria.

ni

Otros,

finalmente,

distinguen

crí-

dos

maneras distintas de computar, la babilónica y la fenicia un tercio de siclo según la primera correspondía a medio así Bertholet, Kittel (Geschichsiclo conforme a la segunda tc 3 p. 645) cf. Ryle. Tal manera de armonización es sencilla y cómoda pero no deja de ser también algo problemática. Lo más probable parece ser que hubo en esta ley, como quizá en algunas otras, una cierta evolución. En un principio se impuso la contribución de medio siclo, que ha;

;

;

383

NEH. 10, 34

otros la obligación de imponeros un tercio de siclo por

año para

servicio de la casa de nuestro Dios

el

de pagarse cuando se hacía

bia

modo

insinuar 2 Par. 24,

y esto parece Los judíos del tiempo

6.

;

disminuyeron por razón de su pobreza. Pero,

de Nehemías lo

cuando

circunstancias hubieron cambiado, se volvió a

las

cantidad antigua de medio

objeto a que se destinaba

el tercio

trata de la

restauración del templo,

como en 2

la

"muy ? 1

dos drachmas.

siclo, o sea,

el

señálase

Más

censo del pueblo.

el

tarde se convirtió dicho impuesto en anual

en algún

34 para

;

de siclo

no

:

se

Par. 24, 12,

sino de sufragar los gastos del culto, cuyas varias partes, o

de todos

modos algunas de

ellas se especifican

en

v.

el

si-

guiente. 34.

ordena

¿e

Los panes de proposición

1)

el

modo de

19 donde se les da

perpetua; ésta se

disponerlos

;

;

1 Par.

32 y 2 Par.

9,

4,

nombre de 'OED nrb- 2) La oblación ordena para mañana y tarde, junto con el el

holocausto perpetuo en Ex. 29, 38-42; 4 Reg. 16, 15; en Esd.

Reg. 18, 29.36

Lev. 24, 5-8 donde

cf.

Num.

;

en 3

28, 3-8;

4 se menciona

9,

la

oblación vespertina. 3) El holocausto perpetuo; también ma-

ñana y tarde junto con la oblación, Ex. 29, 38-42 Num. 28, en 4 Reg. 16, 15 se habla del holocausto matutino (y ;

3-8

de

;

la

oblación vespertina). 4) Sacrificios especiales para los cf. Num. 28, 9-10. 5) Idem para la nueva luna;

Sábados; cf.

Num.

38. 7)

28, 11-15. 6)

Para

rtsticos o de acción de gracias

Sacrificios por los pecados; c.

Num.

las fiestas; cf.

Los CttHpn suelen considerarse como

28 y 29

marse

el

;

Ez. 45, 17. 9)

substantivo

cf.

No

:

cf.

Lev.

el

material del templo se usa en Esd.

también en Neh. tholet.

En

tal

11, 16 (cf.

2 Par. 29, 33

;

35, 13. 8)

4, 13-21; 16, 21-34

es claro

HDN^D: en

28, 16-29,

sacrificios euca-

;

Num.

en qué sentido deba

to-

de fábrica o restauración 3,

8

;

ad loe). Así

6,

22 y

al

parecer

lo interpreta

Ber-

caso se expresa aquí algo distinto de todo lo

neh. 10, 35

3S4

panes de proposición, y la oblación perpetua, y para holocausto perpetuo, los Sábados, los novilunios, para

los el

y para los sacrificios eucaristicos y los sacrificios por los pecados para expiar por Israel, y para todo servicio de la casa de nuestro Dios. las ñestas,

Echamos

35

La misma expresión en Neh. 11, 22 (cf. ad más bien al servicio del templo en general, o

anterior. se aplica

Tomado

al culto.

suertes, los sacerdotes, los levitas y

en

tal

el

loe.)

sea,

acepción DOfrÓD es sinónimo del D"Dy

y en este caso el autor cierra su enumeración con una frase general, que comprende en su vaguedad todo cuandel v. 33

;

to se refiere al templo, sin exceptuar la reparación material

mismo. Esta segunda interpretación tenemos por más En ^31 es claro que se sobrentiende el lamed como prefijo, sin que empero haya necesidad de añadirlo al texto. del

probable.

A

alguien pudiera quizá parecer que lo de

del tercio del siclo

que

dice

no

armoniza con Esd.

se

monarca persa se compromete culto. Por de pronto no sabemos

el

gastos del

rey se cumplió en

el

la

;

9

6,

a si

decurso de los años con

nerosidad con que se había dado

contribución

donde

se

sufragar los

orden

del

misma

ge-

la

la

además, es posible que

con

el

andar del tiempo se aumentaran los gastos del tem-

plo,

y

la

generosidad regia no fuera ya suficiente para cu-

brirlos.

En

35.

Lev.

G,

5 se ordena que cada

dote cuide de poner leña sacrificios,

hacer io

mañana

sacer-

el

fuego que ha de servir para

pero nada se dice sobre

provisión de

la

al

la

los

forma y manera de

dicho combustible.

Este trabajo se

distribuían ahora los sacerdotes, los levitas y el pueblo.

El echar las

tres

las

varias

lamed s

milias),

suertes se refería

familias se

habían

toman en

el

de

al

orden de sucesión en que

asumirse

sentido de

dicha

faena.

norma (según

Los

las fa-

de tiempo (en determinados tiempos) y de finalidad

neh. 10, 30-38

pueblo, a propósito de

38:»

ofrenda de

la

para apor-

la leña,

por orden de familias,

tarla a la casa de nuestro Dios,

en tiempos determinados de año en año, para arder en el

Yahvé nuestro Dios en conformidad con lo Aportaremos las primicias de nues-

altar de

escrito en la Ley. 36

todo fruto de todo género

tra tierra, y las primicias de

de árboles año por año a

Yahvé

37 y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, conforme a lo escrito en la Ley y los primogénitos de casa de

la

;

;

nuestros bueyes y de nuestras ovejas, los aportaremos a la casa de Nuestro Dios, a los sacerdotes que ejercen el

ministerio en la casa de nuestro Dios

{para arder)

duda

;

cf.

J

133

§

La

d.

;

38 y lo mejor

última frase se refiere sin

bien que en él no se da ninguna norma en particular. Cf. Neh. 13, 31. 3&-37. N'^n ? no depende de la frase al principio del v. 35, pues en ningún modo se ve qué razón pudo haber para al

pasaje citado Lev.

6

5,

;

1

echar suertes sobre

mogénitos.

Más

oblación de

la

las primicias

y de los

pri-

bien parece que en la mente de los que ha-

blan depende de

la

expresión con que se encabeza

el v.

33.

que en dicha dependencia hay una cierta flojedad,

Claro

puesto que está de por medio materia

se

cambió

el v. 35,

verbo es por consiguiente paralelo de] v.

Sobre

35.

las

donde por razón de

al

primicias de

nr6

la

no Ex.

del v. 33

tierra

cf.

la

El referido

construción gramatical.

la

al

23,

19

;

Deut. 26, 2; sobre las del fruto de los árboles, Num. Deut. 8, 8. Júntanse en uno cf. Lev. 19, 23 18, 12 s.

34, 26

;

;

;

(v.

37) los primogénitos del

Inmundos porque catar

;

cf.

Num.

así los

18, 15

hombre y

unos como s.

;

Ex.

génitos de los animales puros 38.

Se cambia

la

cf.

los

de los animales

los otros se

13, 12

Num.

s.

Sobre

han de los

res-

primo-

18, 17.

construcción gramatical.

rWíO

(cf.

Deut. 18, 4) no parece haya de tomarse aquí en sentido cro25

;

NEH. 10, 38

386

de nuestra sémola y de nuestras ofrendas, y del fruto de todo género de árbol, del vino y del aceite aportaremos

nológico, según hace Siegfried, de

como que de

micias,

sino

indicando por consi-

cualitativo,

mejor, una parte escogida

lo

signifique pri-

éstas se habió ya en los vv. precedentes,

más bien en sentido

guiente

modo que

;

y

justamente

así

lo

interpretan Bertheau, Ryle, Nikel (p. 202). HD'Hy es una es^ pecie de sémola, o de sopa hecha de harina. ción)

tiene

un

muy vago

significado

muy

ser naturalmente de

riD-nn

variados objetos

cf

;

Esd.

.

(eleva-

que puede

oblación,

25

8,

Neh. 13, 5; Ex. 25, 2 s. Lev. 7, 32. Como los demás términos son precisos y concretos, algunos autores, v. gr., Ber;

Hólscher, eliminan

tholet,

el

más cuanto que

vocablo, tanto

LXX

B A bien que se halle en Lag. y también gran mayoría de los intérpretes (Bertheau, Ryle, Batten, Henne, etc.) preferimos conservarlo el traductor griego o algún escriba pudieron omitirlo por creerlo supérfluo, mientras que ningún motivo es dado imaginar no

lo lleva

Con

en Vulg.

la

:

o quizá

para introducirlo, caso de no hallarse en

el

texto

desapareció por haberse confundido con

el

vocablo prece-

dente, que tiene exactamente la

la

voz

misma terminación. El

como también

oblaciones,

tantivo

todos de

los

Num.

18, 27

percibir

diezmos de

(piel

s.

;

de

dependen

siguientes,

al

servicio del tem-

plo o al mantenimiento de los sacerdotes y levitas los

subs-

era un aposento que servía

reschit.

de almacén para los objetos destinados

Sobre

;

la tierra a los levitas cf

.

;

cf. 13, 5.

Lev. 27, 30

y son

ellos, los levitas, quienes^

liíty;

este

deben

mismo verbo en Gen.

ir

;

a

22;

28,

Deut. 14, 22 significa pagar los diezmos) los diezmos en las Hay quien poco acer-

ciudades donde hay tierra cultivable.

tadamente entiende trataría

cadas

al

l^m^y

de

la

pertenencia

al

templo

;

se

por consiguiente de solas aquellas ciudades adjudi-

templo

;

cf.

Siegfried.

neh. 10, 39-40

387

a los sacerdotes en los depósitos de la casa de nuestro

Dios, y

diezmo de nuestra

el

tierra a los levitas, esto es,

aquellos levitas que perciben

el

diezmo en todas

las ciu-

dades donde nosotros cultivamos. 39 El sacerdote, hijo de Aarón, acompañará a los levitas cuando

perciban'

diezmo y los levitas ofrecerán la décima parte del diezmo a la casa de nuestro Dios en los depó-

los levitas el

;

sitos de la casa del tesoro

40 pues a los depósitos apor-

;

tarán los hijos de Israel y los hijos de Levi la ofrenda

Y

39.

mientras los levitas están haciendo esta jira (en

vez de "ifrjp léase "lipjp )

acompañará un sacerdote, quien no se merme lo que de

les

vigilará sobre lo percibido a fin de que

derecho se debe a los sacerdotes

;

puesto que de sus pro-

pios diezmos deben dar los levitas la décima parte al templo

Num.

cf.

;

Se da

40.

18, 26 la

a las leschacot

:

;

Neh.

12, 47.

razón por qué estos

las

oblaciones deben llevarse

aposentos, en efecto, son los desti-

nados para servir de depósito a cuanto traen seglares y levitas para el servicio del templo. Nótese cómo el substantivo

tos

terümah se concreta aquí indicándose los varios objeque se ofrecen. No se trata en este pasaje de los vasos que eran de uso inmediato para

del santuario (cf.

Esd.

como

1,

más bien de aquellos que servían como trigo, vino, aceite, tal sentido da de suyo el contexto. Tamaposentos, o más bien junto a ellos, vivían

7-11),

sino

recipientes de los productos,

que se ofrecían: bién en aquellos los

los sacrificios

sacerdotes durante

de añadirse, pues,

wau

el

período de su ministerio (no ha

a D^rn&'D

según hace Siegfried, en

el

e

sentido

interpretar

el

vocablo,

de ministros distintos

ae los sacerdotes, por más que en su favor pueda invocarse el

testimonio de

Vulg.).

En

la

LXX

B A

última frase

(cf.

Lag., y quizá también de la 13, 11) compendian todos los

388

NEH. 11

del trigo, del vino y del aceite

y

;

allí

se hallan los uten-

santuario, y están los sacerdotes que ejercen ministerio, y los porteros, y los cantores. En resumen,

silios del el

no dejaremos abandonada

la

casa de Dios.

buenos propósitos manifestados en los vv. precedentes. El nb) tiene una fuerza particular en una palabra. Puede considerarse en cierto modo como wau explicativo.

wau en

:

Repoblación de Jerusalén n, 1-24

En

5 había convocado Nehemías una asamblea para

7,

proveer a

Aunque

repoblación de Jerusalén.

la

estaban ya terminadas,

las

murallas

no había habitantes que las defendieran la ciudad se quedaba a merced de los enemigos (cf. 4, 16). Mas como con esta ocasión se encontró la lista de los primeros repatriados, y ésta por su importancia se juzgó si

digna de ser insertada en

las

Memorias

,

el relato

de

blea se quedó interrumpido, o quizá sin terminar.

pasaje 11, 1

s.

Jerusalén

el

resultado de ;

véase

la

referida asamblea, no

más abajo

que

el



el

estado de

autor ningún interés hubiese mostrado

efecto que tuvieron los esfuerzos de

punto tan importante como era tal.

Nuestro

tiempo de los primeros repatriados. Difícilmente

se concebiría

por

el

quieren algunos al

asam-

es históricamente la continuación de 7, 5, y

nos da a conocer

—como

la

Si la noticia

que nos da

la

la

Nehemías en un

repoblación de

la

capi-

sacó de las Memorias de

Nehemías, que condensó y abrevió notablemente por trao si escribió tarse de materia civil que poco le interesaba independientemente de dichas Memorias, no es cosa fácil de decidir. Por lo poco que nos dice sabemos que un buen número de personajes distinguidos, probablemente ya en la misma asamblea y movidos, por las razonas de Nehemías, ;

NEH. 11

380

resolvieron trasladarse a vivir en Jerusalén. Pero,

número no nada

a

fuese suficiente, y

la

como

gente no se mostrara

establecerse en la capital

— sin

duda porque tenían

sus propiedades en los pueblos, y naturalmente les era cultivarlas

fácil

viviendo en ellos



tal

incli-

más

tuvo que acudirse a

la

coerción, obligando a un habitante de cada diez, señalándose

por suertes con

de no hacer injuria a nadie. Mientras

el fin

se estaba procediendo de esta manera, a lo que parece, algunos más generosos se ofrecieron voluntariamente disminu>endo así el número de los obligados: el pueblo alabó y

agradeció

Más (v.

3

tal

difícil es

ss.) está

es decir,

tes,

generosidad. decir

si

la lista

que se pone a continuación

o no en íntima relación con los vv. precedensi

contiene las familias que habitaron Jerusa-

lén a consecuencia del procedimiento

segunda hipótesis si representa tiempo de Nehemías, o el que

el

si

más

y en

esta

mencionado, o

bien es completamente independiente del

mismo

estado

existía

de

;

la

ciudad

en los tiempos

al

de

Zorobabel.

A

nuestro juicio

la

mente relacionada con ción del autor.

Si

lista

de 11, 3

los vv. 1-2:

éste,

ss.

se

tal es sin

halla estrecha-

duda

la inten-

inmediatamente después de haber

dicho que se aumentó la población de Jerusalén y por cuál lista de aqué-

procedimiento esto se consiguió, nos da una llos

precisamente que habitaron dicha ciudad, es natural con-

segundo es continuación y complemento de lo que, a primera vista por lo menos, pudiera objetarse contra esto es que en el v. 3 se habla no sólo de Jerusalén, sino también de las ciudades de Judá, o sea, de la región ocupada por los judíos que no vivían en la capital. Pero adviértase que esta dualidad se halla ya explícitamente en el v. 1, donde se dice que la décima parte de la población habitó en Jerusalén, y las otras nueve partes en as cluir

que

primero.

lo

Lo

1

ciudades. Esto último pudiera haberlo omitido

el

autor

¡

pero,

390

NEH. 11

como es consecuencia espontánea y aun necesaria de lo primero a nadie puede sorprender que lo expresara. Y consecuente con esta mención no se contenta con darnos la lista de los habitantes de Jerusalén, sino que añade

habitaron en las ciudades rece claro que da blación de

la

;

si

bien de todo

mayor importancia, mayor

capital.

La

de los que

la

contexto apa-

el

realce a la po-

aparición, por consiguiente, de la

referida dual/dad en el v. 1, y en el v. 3 prueba que existe

estrecha relación entre uno y otro.

Lo que

llevamos dicho aparecerá más claro aún de un

breve análisis de todo

miento de

la

lista

(habitantes

rías

enumera de los

(v.

capítulo.

el

donde

3),

Después

del

encabeza-

se indican las dos catego-

de Jerusalén y de las ciudades), el autor los hijos de Judá y de Benjamín (v. 4-9),

que de

los

sacerdotes

10-14),

(v.

de

los

levitas

y otros miY luego

nistros inferiores (v. 15-19) habitaron en la capital.

en

el v.

20 dice que los restantes, pueblo, sacerdotes y

estaban en

tas,

las

ciudades.

Como

se ve,

levi-

esta doble des-

cripción corresponde puntualmente a la dualidad del v.

mencionada ya en

el v.

1

;

tegoría (habitantes de Jerusalén) ocupa no

menos de 16

la segunda (habitantes de las ciudades) se limita a uno sin que se nombre ninguna familia en particular.

A

lo

dicho añade

el

3,

sólo que mientras la primera ca-

autor, pudiéramos* decir, a

vv.,

solo,

manera

de apéndice, unas notas sobre los que vivían en Jerusalén (v.

21-24),

y otra sobre los que estaban en

las

ciudades

y como el nombre de las familias que en ellas habitaban no le interesaba, dió más bien el de las ciudades mismas. Hay, por consiguiente, perfecta armonía entre las (v.

25-35)

;

mayor o menor longitud comenor importancia que les daba

varias partes del capítulo, y su

rresponde a el

la

mayor

o

autor.

Bertheau, Siegfried piensan que tiene que ver

la

lista

11,

3

ss.

nada

con los dos vv. precedentes, pero que de todos

NEH.

XI rusalén

ü,

1-2

morada en

1 Fijaron los jefes del pueblo su

y

;

el

de cada diez uno viniese a morar en Jerusalén, santa, y nueve partes en las ciudades. 2

modos

se

refiere

tiempo

al

Smend, Stade, Meyer

(cf.

estado de Jerusalén en

la

Es interesante 9,

Je-

resto del pueblo echaron suertes para que

Nehemías.

de

Otros

el

pue-

,v.

gr.,

Bertholet), afirman que refleja

cotejo de nuestra

el

colmó

ciudad

el

época de Zorobabel.

enumeran

2-17 donde se

Y

la

lista

con

la

de 1 Par.

primeros habitantes de Jeru-

los

no sólo judíos y benjamitambién hijos de Efraín y de Manasés (v. 3). La manera de empezar el relato "GtS;v parece indicar

salén, entre los cuales se cuentan nitas, sino 1.

]

que algo tiene presente

el

autor, de lo cual es consecuencia

y como lo que inmediatamente precede nada tiene que ver con la repoblación de Jerusalén, hay

que

lo

mismo narra

él

que retroceder hasta

;

4 donde hallamos

7,

la

asamblea con-

vocada por Nehemías precisamente para ver de repoblar capital.

la

Estos príncipes del pueblo se ofrecieron sin duda

espontáneamente

y

;

tal

vez no sólo para satisfacer los de-

seos de Nehemías, sino también para dar buen ejemplo

al

pueblo. Verosímil es que algunos lo siguiesen, pero no tantos que el tes,

1

como

Sam.

número

resultara suficiente. Se acudió a las suer-

se había

hecho en

santidad se repite en

le

24.

Es

10, 35

;

cf.

Jos. 14, 2

;

18, 10

;

10, 19 ss., etc. El calificativo de Jerusalén ciudad de

el

el v.

18

;

nombre que suelen dar

cf. Is. 48,

2

;

a la ciudad los

Dan. 9, musulmanes

52, 1

;

:

Gen. 47, 24; 4 Reg. 11, 7: expresión metafórica para indicar partes, como que decimos un puñala

santa.

nVPPl

cf.

do, dos puñados. 2.

Algunos

del

pueblo se mostraron más generosos ofre-

ciéndose libremente a vivir en Jerusalén, lo que

les

valió

muestras de aprobación y estima. ¿Fueron éstos de supererogación, como piensa Batten, o más bien suplieron una parte

de los que debían

ir

obligados por

la

suerte?

Lo segundo

392

NEH. 11, 3

blo de bendiciones a todos los

mente

se ofrecieron a

hombres que voluntariamorar en Jerusalén.

3 Estos son los jefes de la provincia que fijaron su

parece

más probable. Se comprende

tían oor trasladarse a Jerusalén.

la

repugnancia que sen-

Apenas llegados

del des-

cada cual se había ido a su antiguo pueblo, o de todos modos al pueblo de sus antepasados, y allí había empezado

tierro

Es natural que, una vez establecido abandonar el puesto tanto por el amor que cada uno tiene a su propia aldea, como también por el inconveniente de hallarse lejos de los campos que había de a

cultivar sus tierras. sintiera

allí,

cultivar.

El ser este título distinto del que se halla en

3. v.

el

1 no es motivo suficiente para negar que se trate de

mismas personas tanto más cuanto que 11, 1-2 y 11, pueden ser de autores distintos o estar tomados de documentos diversos, nno es la provincia de la cual formaba parte Judá, o mejor el mismo Judá cf. Neh. 1, 3. "nym según la puntuación masorética debe unirse con lo que 'sigue las

3

;

ss.

;

(y

en

las ciudades... habitaban...)

Bertholet, Batten

fried,

Vulg. juntan

la frase

;

con

por lo

el

y

;

así lo interpretan Sieg-

contrario

LXX

B

A

Lag.

que precede {en Jerusalén y en

Hólscher, división que siguen Bertheau, Henne. Para nosotros es difícil decidirnos en favor de una u otra lección. Por una parte, el especial interés que muestra el autor por Jerusalén nos inclinaría hacia la primera interpretación, pues en ésta toma mayor relieve lo referente a la capital y aparece en alguna manera como selas

ciudades...),

Oettli,

cundario lo de lado,

la

las

otras ciudades

;

mientras que, por otro

segunda manera de construcción parece más unifluida, y está apoyada por LXX y Vulg. A pe-

forme y más

sar de estas últimas la

preferencia a

la

razones, en resumidas cuentas

damos

primera. Pero no tenemos por aceptable

NEH

morada en Jerusalén y en ;

11, 4-8

.

las

393

ciudades de Judá cada uno

se estableció en su respectiva propiedad, en sus corres-

pondientes ciudades: los

Israel, los sacerdotes, los levitas,

Natineos y los hijos de los siervos de Salomón. 4 En Jerusalén se establecieron así de los hijos

de Judá

Judá

:

como de

los hijos de

De

Benjamín.

los hijos de

Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de

Amanas,

hijo de Sefatías, hijo de Mahalalecl, de los hi-

jos de Paros ze, hijo

5 y Saasías hijo de Baruc, hijo de Colhode Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo

de Zacarías,

;

( )

el

Todos

'Selanita'. 6

los hijos de

Fa-

que se establecieron en Jerusalén fueron cuatrocien tos sesenta y ocho hombres de armas tomar. 7 Y éstos

res

son los hijos de Benjamín: Sallu hijo de Mesullam, hijo de Yoed, h jo de Pedaías, hijo de Qolaías, hijo de Maa;

sías, hijo

el

de

Itiel,

hijo de Isaías

;

8 y después de

él

Gab

sentido que Siegfried da a la sentencia, a saber, que se

habla de los que hasta entonces, hasta

el

momento de pasar Menos motivo

a Jerusalén, habían habitado en las ciudades.

hay aún para declarar dicha sentencia ajena al texto primitivo, atribuyéndola a un glosador. El nombre Israel indica evidentemente los laicos por contraposición a los ministros del santuario. 4-6.

Los que repoblaron Jerusalén eran de

la

tribu de

Judá y de Benjamín. Solas estas dos, en efecto, se mencionan en Esd. 1, 5 cuando se habla de los repatriados. Cf. 1 Par. 9, 3. La frase del v. 6 '"wm indica que en el número 468 cuéntanse únicamente los hombres de armas tomar. Al 7-8.

pués de ¿

fin

del v. 5 omítase

El principio del él

v.

p

y léase i^Tl

;

cf.

Num.

26, 20.

8 ofrece alguna dificultad. Des-

(de Sallu v. 7) indica relación de orden

es cronológico o de dignidad

?

Lo

:

pero

primero parece más pro-

394

NEH. 11, O

Querría decirse que por de pronto fué a la capital y luego le siguieron... Pero ¿se trata de un solo nombre o de dos? En esta segunda hipótesis es extraño que bable. Sallu,

falte

ces

LXX

conjunción copulativa:

la

representan exactamente

TM

el

como dos nombres

distintos.

muy

variadas

dicho -texto

y de

B A Lag. y

considerando

Vulg.

dos vo-

las

Los intérpretes modifican maneras Siegfried, apo:

yándose en 1 Par. 9, 8, cambia los dos nombres en un tencero Yibneyah Batten, fundándose en LXX Lag., propo;

y sus hermanos (VPIN en vez de VHntf) Gabbai y Sallai; todos los hijos de Benjamín; Bertholet, Hólscher, invocando igualmente Lag. y en conformidad con el

ne leer:

LXX

principio

del

v.

leen

14,

^r¡

sus

y

dos versiones de

lleva

B A)

es la de

de

la

y



la

misma voz

cñzXooi

ocütou.

recensión dudaba de cuál era

la

y.ai

:

hrmanos

LXX

eran hombres de armas tomar. Por de pronto otcioío

Lag. (que

aoxoü

Es probable que

el

autor

verdadera palabra hebrea,

y con su acostumbrado tuciorismo puso doble versión su testimonio por consiguiente no es de gran peso. Omitir simple:

mente

nombres sustituyéndolos por hombres de armas lomar es de todo punto arbitrario ni menos lo es la modificación de Batten la de Siegfried tiene algún fundamento con todo, si tenemos en cuenta la notable variedad que ofrece 1 los

;

;

Par.

;

no parece haya motivo

9,

suficiente para preferir su lec-

ción a la de nuestro pasaje. Así que lo conservamos (reco-

nociendo empero un solo nombre), pues ninguna modificación se ofrece

como más

caso por

LXX

civil cf.

de

v.

como

la

y Vulg.

ciudad.

14.22).

satisfactoria

En

Joel

n'6y

quiere Batten,

era

se refiere

sino

que

TM, apoyado

el

el v. 9 se

en este

indica la organización

prefecto

inspector

o

no sólo a

los

a las dos tribus

("PpD

benjaminitas,

(Bertheau)

;

de

lo contrario se habría señalado también para los de Judá un prefecto propio, lo cual no se hace. Quizá para todos los habitantes de ambas tribus se escogió un benjaminita

neh bai-Sallai

.

395

11, 9-13

novecientos veintiocho. 9 Joel, hijo de Zecri,

:

era su intendente

;

y Judá, hijo de Hassenúa,

segundo

el

en el cargo de la ciudad.

De

10

los sacerdotes

:

Yedaías,

Joiarib, Yakín, 11

)

(

Seraías hijo de Helcías, hijo de Mesullam, hijo de Sa-

doq, hijo de Meraiot, hijo de Ahitub, príncipe de la casa de Dios, 12 y sus hermanos que hacen el servicio del ochocientos veintidós y Adaías hijo de Yero-

templo

:

;

ham, hjo de Pelabas,

hijo de

Amsi, hijo de Zacarías,

hijo de Pashur, hijo de Melkías, 13 y sus

hermanos

je*

por pertenecer Jerusalén a Benjamín (Jos. 18, 28 cf. FP p 139 ss.). riJtíto pudiera de suyo referirse a ciudad indican;

do una parte de

la

misma, como acontece en 4 Reg.

2 Par. 34, 22; Soph.

second city») siempre

dad

el

;

artículo y

además tanto

;

10,

el

vicarius,

«Joelis

tfungens»

nunca se junta con el sustantivo ciuB A Lag. (Bsuxspoc;) como Vulg.

segundo en dignidad eius

y ésta tiene dicha voz en ;

es el

la v.

el

como ab

el

sentido

dice Calmet,

illo

secundus,

que indudablemente

significación

17 y asimismo en 1 Par. 15, 18 Bertheau, Bertholet, ;

entienden a Lapide,

;

10-12.

en

o,

dignitate

vicibus,

y así la Hólscher, Oettli, Henne, 5

16,

;

LXX

(secundus) lo refieren a Judá, interpretándolo en

de que éste era

22, 14

Batten («the

así lo interpreta

y pero nótese que en los varios pasajes lleva 1,

el v.

10

etc.

En conformidad ;

wau. tntt

con 1 Par.

son tres nombres paralelos (cf.

2 Par. 31, 13

;

;

9,

10

omítase

p

en 1 Par. precede

Jer. 20, 1

;

véase asimismo

1 Par. 12, 27) denota sin duda un oficio de cierta importancia,

cuya índole precisa desconocemos

especie de prepósito o inspector. Sus refiere

no sólo a Seraías sino también a

mencionados en 13-14.

v.

10

;

éstos hacían

el

;

tal

vez

hermanos

era (v.

una

12)

se

los otros sacerdotes

servicio del templo.

Justamente se dice aquí «hermanos de

él»

por

396

NEH. 11, 14-16

de familia

doscientos cuarenta y dos y Amassai hijo de Azreel, hijo de Ahzai, hijo de Mesillemot, hijo fes

:

;

de Immer, 14 y su oficio

:

hermanos, hombres excelentes en

'sus'

ciento veintiocho

;

y su intendente era Zabdiel,

Haggedolim.

hijo de

15 De los levitas Semaías hijo de Hassub, hijo de Azriqam, hijo de Hasabías, hijo de Bunni, 16 y Sabtai, :

referirse a sólo Adaías

zas de familia.

que ver con tanto

el

Como

;

es

de los cuales se dice que eran cabetítulo éste

quizá revista en este pasaje una significación espe-

:

que nosotros no alcanzamos

cial

que de suyo nada tiene

carácter sacerdotal, no deja de sorprender un

:

en términos casi idénti

9, 13. En v. 14 léase conforme a LXX con Siegfried, Batten VÑNV como en v. 13 lección exige el contexto, como que el sufijo se rea una sola persona, Amassai. Aunque la expresión

eos se halla en 1 Par. (aBsXcpoi

y

tal

fiere

n TUX

a'jxo'j)

;

suele entenderse del valor militar, aquí se refiere cier-

tamente a

como

la

destreza en cuanto tocaba

se dice explícitamente en 1 Par.

servicio

al 9,

13.

El

divino,

oficio

de

Zabdiel se extendía probablemente a todos los sacerdotes,

como

y no únicamente a los del pero la índole pretercer grupo conforme quiere Batten es probable que fuese una cisa de tal oficio la ignoramos interpreta

lo

Bertheau,

;

:

especie

de

superintendencia,

diese con orden y concierto. los tres

cionan

cuidando de que todo proce-

En

1 Par. 9, 13 junta

el

autor

grupos de hermanos que en nuestro pasaje se men12.13.14) con sus características propias.

(v.

15-16.

Idéntica

frase

«.servicio

exterior

de

la

casa de

Dios» se lee en 1 Par. 26, 29, donde se mencionan oficiales quizá inferirse que el trabajo de y jueces, de donde pudiera dichos levitas consistía en juzgar, celebrándose los juicios en las afueras del templo. Con todo, más probable parece que

el

referido servicio externo es algo que se refiere a

la

NEH.

U,

397

J7-09

y Yozabad, al cuidado de la obra exterior de la casa 17 y Mattade Dios, de entre los jefes de los levitas ;

nias hijo de Mica, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, que presidia al 'canto

en

la oración,

sagrado' y entonaba el himno eucaristico y Baqbuqias, que ocupaba segundo lugar

entre sus hermanos, y lal,

hijo de

santa 19

Abda

Samúa,

hijo de

Yedutún. 18 Total de

hijo de Ga-

los levitas en la ciudad

doscientos ochenta y cuatro.

:

Los porteros

:

Aqqub, Talmón y sus hermanos,

fábrica o conservación del templo, y que es considerado inferior al que se llama simplemente servicio del templo (v. 22).

Los dos que tenían

la

los jefes de los levitas.

en

LXX 17-19.

inspección de dicho trabajo eran de

Es de notar que

dum) y numerosos autores principio,

16 no se halla

léase nbnr\ alabanza en vez

que no da sentido alguno. Era jefe de

za, es decir,

significa

el v.

B A pero si en x Lag. y en muchos mss. minúsc. Con LXX A Lag. (aivoo) y Vulg. (ad laudan-

de los himnos sagrados. El

ordinariamente dar gracias, y

había un prefecto de

rmn

(1

hif.

r6nn

alaban-

la

miD

de

7YV

como sabemos que

Par. 16, 7

;

cf.

Neh.

empezó

12, 8),

himno que era precisamente Asaf, y que éste por la voz l"irij (1 Par. 16, 7-8), es natural que interpretemos el referido imperfecto en el sentido que Mattanías debía entonar, o hacer que se entonase

el

el

hódú, o sea,

el

himno

y esto en oración (rÓDH ?), entendiéndose aquí o tal vez probablemente por oración la junción religiosa 1

eucaristico,

;

rr.'ás

en concreto, como quieren algunos,

v.

gr.

Bertheau,

nal fin de la oración». Baqbuqias tendría un oficio parecido pero subordinado al de Mattanías. Es de advertir que todo

LXX

A V01"tD hasta ffllKB se halla sí en ausencia; explicar su fácil no es Lag., pero falta en B

el

pasaje desde

:

de todas maneras no hay motivo para suprimirlo.

En

el v.

19

398

neh. 11, 20-22

que estaban de guardia en y dos. 20 El resto de

puertas

las

:

ciento setenta

Israel, los sacerdotes, los levitas s~ es-

tablecieron en las ciudades de Judá,

cada cual en su

respectiva propiedad.

21 Los Natineos tenían su morada en Siha y Gispa estaban

menciónanse solos importancia,

al

;

y

Y

porteros,

los

cual aparece

la

Ofel

el

frente de los Natineos. 22

duda por su singular

sin

muy

de relieve en 1 Par.

9,

17-29.

Este

20. la

v.

corresponde

al v.

3

En

b.

población judía en dos categorías

:

este v. 3 se dividía

la

de los habitantes

de Jerusalén y la de los que vivían en las ciudades, es decir, fuera de la capital. De la primera categoría se habló lar-

gamente (v. 4-19) de la segunda lo hace el autor sólo vagamente y en general ningún interés tenía en decirnos cuáles eran las familias que se quedaron en las ciudades. ;

:

Judá indica evidentemente aquí no de Judá, sino jamín. Este

la v.,

bien se mira, está

si

anda lejos de ser exacta verse

uthis

(21-24),

4-19)

(v.

is

no

la

territorio

de

la tribu

la

muy

en su lugar, y

categórica aserción de Ryle que

clearly out of place».

no son de ;

el

entera región de las dos tribus Judá y Ben-

misma

índole

Los que

vv. los

que siguen precedentes

se trata ya de indicar quiénes fueron a vivir

en Jerusalén, sino de añadir algunas observaciones particuno cabe por consiguiente lares sobre los que allí vivían decir que el v. 20 interrumpa la narración. Por igual mane;

podemos afirmar que

ra

nota

3, 26.

B En

una como

geográfica añadida al v. 20.

21-22.

A,

los vv. 25-35 constituyen

Sobre

el

Ofel donde habitaban los natineos,

Es de notar que los llevan

el v.

22

los dos vv. 20

n Lag. Es

'Hüb

se

difícil

y 21 faltan en

cf.

a

i

LXX

dar razón de su ausencia.

junta con TpD» es decir, que Uzzi era

399

NEH. 11, 23

intendente de los levitas en Jerusalén con respecto

el

servicio de

-la

al

casa de Dios era Uzzi hijo de Bani, hijo

de Hasabías, hijo de Mattanias, hijo de Mica, de los hijos

de Asaf, cantores

23

;

como que

LXX

con respecto al servicio... y Vulg. lo voz precedente cantores (cantores en el servi-

jefe de los levitas

juntan con cio...).

la

Aquí

había una or-

se entiende

perteneciente

lo

en con-

culto,

al

traposición al servicio externo del v. 16. 23.

El rey es aquí

de duda en

de Persia,

el

como

lo es

sin

género

y así con razón lo entienden generalmente los autores. Batten afirma que se trata de David, el v.

siguiente

;

citando en su favor 12, 24, pasaje que en realidad no prueba

absolutamente nada David, no piOi

ni

;

él se lee el nombre mismo de menos que en Esd. 3, 10 mien-

pues en

más

ni

;

que en Neh. 13, 6.26 bis alguna se aplica a Artajerjes.

tras

certeza a quiénes se refiere

título

el

No

"¡bn

cabe decir con

en

sufijo

el

sin calificación

de los mismos

misma

la

DH^y-

Siegfried

parte de las disposiciones acerca de los

de suerte que no sería sino una mismos. Desde el

punto de vista real esta interpretación

es

parece entenderlo lo

que

a continuación se

también bajo

el

cantores,

dice de éstos

aspecto gramatical, pues

zvau de

puede considerarse como wau explicativo. Con probable parece que

sufijo

tiene

todo,

PDON

más

un alcance más amplio, que

se refiere a los levitas en general, de los

es decir,

que

se había

hablado en

Bertheau,

el

como

posible, el

Bertholet,

el

v.

etc.

precedente

rUDN

es

;

y

así

lo

interpretan

determinado,

algo

fijo

ad 10, 1). ""Ql negocio de cada día cf. Ex. 5, 13.19 Esd. 3, 4. Esta expresión Bertheau la considera como 4; 16, nosotros sujeto de una oración cuyo predicado es n:ON

(cf.

;

;

;

son más

creemos que paralelas entre relativas

al

sí.

¿Se

servicio

bien

dos

oraciones

trata en todo el

religioso

del

v.

templo,

independientes de disposiciones

según

piensan

;

NEH. 11, 24

400

denanza del rey a propósito de ellos, y un reglamento fijo para los cantores en lo que atañe al ministerio de cada día. 24 Fetahías hijo de Mesazebeel, de los hijos de Zera, hijo de Judá, era deputado del rey para cuanto se referia al pueblo.

a Lapide, Oettli, Batten, o

sustentamiento de rencia,

como

las

más bien de provisiones para

personas a

creen Calmet,

B.ertheau,

el

se hace refe-

cuales

las

Siegfried,

etc.

?

El

contexto inmediato, donde se trata del culto divino, parece favorecer

la

primera interpretación

;

pero,

cuenta que los favores de Artajerjes (Esd. 2,

8) se refieren a los gastos requeridos

tenemos en 12-24; Neh.

si

7,

por

el

culto

y

la

sustentación de los ministros del santuario, y que el monarca ni una sola disposición da que toque directamente a

manera de practicar el servicio divino, fuerza es concluir la segunda interpretación es la única admisible. Además Neh. 12, 47 la frase ""Q"l se refiere ciertamente al susen la

que

tento de los ministros del culto.

todo

el v.

24. vicio

;

23

"T ? 1

ser

b,

Notamos que también

desde ¡"DONl hasta

el fin, falta

en

LXX

aquí

B A.

significa estar a disposición del rey, a su ser-

en algún modo su ministro

;

cf

.

13,

13

;

1 Par.

28; y esto en cuanto tocaba a los intereses del pueblo. parece que estuviera revestido de alguna autoridad más bien seria una especie de agente u hombre de confian23,

No za,

encargado de tener

al

rey

corriente de

al

cómo

iban

cosas de la Comunidad judia, y de mirar por el bienestar, orden y concierto de ésta. No es fácil precisar cuáles eran pero no parece haber sus relaciones con el gobernador

las

;

duda que éste conservaba integralmente la autoridad. Es claro que Fetahías era un judío. Algunos, como Ryle, piensan que tenía su residencia en la corte del monarca como que 'H"6 parece en algún modo indicar relación personal con el rey con todo juzgamos con Bertheau más probable ;

NEH. 11, 25-30

25 Cuanto

a

las

4U1

con sus

aldeas

territorios,

hallá-

banse hijos de Judá domiciliados en Qiryat-arbe y iugares dependientes, en 'Dimonah' y lugares dependientes, en Iqabsel y sus villorrios, 26 en Yesua, en Mola-

en Hasar-sual, en Berseba y lugares dependientes, 2S en Siceleg, en Mecona y lugares da, en Bet-Pelet, 27

depedientes, 29 en

En-Rimmón, en

Sarea, en Yarmut,

30 Zanoa, Adullam y sus villorrios, Lakis y sus territorios, Azeca y lugares pedendientes. En resumen, se

asentaron desde Berseba hasta

el

valle de

Hinnom.

que residia en Jerusalén, donde podía más fácilmente y por sí mismo darse cuenta de cómo andaba el negocio de la naciente Comunidad, y desde a

corte.

la

el

LXX

principio del v.

enviar información exacta

allí

y Yulg. malamente juntan con el v. 24 25, que en realidad pertenece a la sec-

ción siguiente.

Los que habitaban fuera de Jerusalén La presente sección

es de

II,

25-36

(1)

índole completamente distin-

precedente. Esta es genealógica mientras que aquépuramente geográfica. Bertheau piensa que en el documento original, junto con los distritos, se mencionaban dice nos hacía esperar los jefes de familia, ya que esto ta

de

lla

es

la





el título (v.

fundamento,

3) de si

se

todo

el capítulo.

admite

la

Tal aserción tiene algún

interpretación por

del referido título, es decir, que

el

él

preferida

autor promete enumerar

que habitaban en Jerusalén y en las ciudades de Judá pero no, caso de aceptar la que dimos nosotros (cf. ad- loe.). Con ésta se halla en perfecta consonancia el los

jefes ;

fi)

Sobre esta sección cf Excursus,

p.

303.

26

402

neh. 11, 25-30

que en

sección v. 25

ss. no se dé ninguna nota genealóque sea de índole puramente geográfica. Es pues arbitrario el decir con Bertheau que el texto por amor a la brevedad fué mutilado.

la

gica, sino

Ni es exacto afirmar, con Bertholet, Batten, que la primera parte del v. 25 está incompleta, y que supone algo que

La

desapareció.

puede

frase

muy

bien traducirse con Ber-

theau, Siegfried, Oettli, Henne, en esta forma: o,

por

que hace

lo

de introducir

tualmente

al

que es una manera

;

3

25-30)

luego

;

a...;

apropiada

b.

Se enumeran en primer lugar (v.

Cuanto

muy

segunda sección, y que corresponde pun-

la

v.

a...

de Benjamín

las

ciudades

las

31-35).

(v.

En

de las

Judá prime

manera vaga .las pomenores en torno de la principal, empleándose diferentes nombres: hijas (v. 25 bis. 27.28.30), aldeas (v. 25.30), campos o regiones (v. 30). En la descripción de Benjamín sólo una vez hijas (v. 31). Como las ciudades de judá que aquí se nombran excepto dos de que luego haras,

repetidas veces se indican de una

blaciones

blaremos





se hallan en Jos. 15, 21

remitimos para

ss.,

determinación de su topografía a nuestro comentario bro de Josué (FJ p. 207 una ciudad de Moab (cf. leerse

Dimonah

en Josué sin

suficiente.

nah

(v. 28)

31),

como

tal

cambio

;

22).

(v.

gr.

Tampoco

es

muy

si

bien

problemático.

en silencio muchas de

las

x

Batten)

(v.

la

26) no aparece

eliminan, tal vez

menciona en Josué Meko-

quizá pueda cambiarse en

quiere Batten,

de Mesha) quizá deba

Yeschua se

la li-

vez de Dibon, nombre de

la inscripción

15,

hay quienes

;

razón

(Jos.

En

ss.).

al

Madmannah

(Jos. 15,

hemos de reconocer que

Como

en Neh. se pasan

poblaciones mencionadas en Josué,

no ha de tenerse por imposible que a su vez se añadan algunas que no aparecen en dicho libro. Al fin del v. 30 se compendia en una frase la extensión del territorio ocupado por los de la tribu de Judá: Bersabee es el límite meridio-

NEH. 11, 31-35

31 Los hijos de Benjamín

403

domiciliados

hallábanse

desde Gabaa en Míchmas, Hai, Betel y lugares dependientes, o2 Anatot, Nob, Anania, 33 Hasor, Rama, Gittaim, 31 Hadid, Seboim, Neballat, 35 Lod,

nal

;

se

da por

el

p

139

septentrional,

el

en Jos. 15, 8;

tal

está al lado,

Hinnom

de

valle

como en

el

va-

efecto

ciudad de Jerusalén, que

la

Benjamín

pertenecía a

Ono,

(J03.

18,

28;

FP

cf.

ss.).

ymo

31.

«en Gabaa»,

paa

Guthe, Bertholet, Batten, Hólscher leen

que es ciertamente más

lección

Vulg. representan fielmente

el

TM, según

toma como punto de partida en

el

LXX

fácil.

cual

Gabaa

se

enumeración de las ciudades. Parece preferible conservar con Bertheau, Siegfried, Oettli, Henne la lectio difficilior. No se ve cómo esta pudo sólo tres

beptentrional et-Tell al

fácil.

Ramah

Gabaa, Betel,

De

las

ciudades de Benjamín

se hallan entre las

enume-

Michmas al borde FJ p. de Wady es-Swenit frente a Gabaa. Hai ('aya) Este de Betel, y junto a Deir Diwan del lado

radas en Jos. 18,

=

muy

de otra obvia y

salir

la

21-28;

22G.

cf.

Noroeste. 32-33.

Anatot

=

'Anata, poco al Norte de Jerusalén,

patria del profeta Jeremías.

x

cida.

nah?

Nob poco

al

Norte de Jerusalén

pero cuya precisa identificación es desconoAnanyah mencionada sólo aquí: ¿será Beit-Hani

Is.

(cf.

10, 32),

a las raíces de

Neby Samwil

del lado Este.

vez Ba'al-Hasor, poco al Norte de et-Taiyibeh, 13, 23.

ción

:

la

De Abel

Gittaim, la

cf.

2 Sam.

localiza en

4,

Ramle

3,

Hasor cf.

2

tal

Sam

se ignora la identifica-

o en sus contornos;

con

más probabilidad parece situarse, con Schulz, Dhorme, en ia

región de Be'erot. 34-35.

Lod

es

Hadid =el-Hadite

;

Lidda, y poco al Este de ésta se halla hacia el Norte Ono = Kufr Ana, y

entre las dos últimas un tanto hacia

el

Este Neballat

=

Beit

404

NEH. 12

De

de los artesanos. 36

lie

los levitas ciertos

grupos

de Judá se hallaban domiciliados en Benjamín.

Mebala.

SeboHm por razón

probablemente no

DW"inn ^

muy

del

contexto ha de colocarse

en 1 Sam. 13, 18

lejos de Lidda, cf.

en 1 Par.

se trata probabablemente de un valle donde vivía una clase de artesanos. En qué sitio propiamente se hallaba lo ignoramos Sieg-

rrvj,

se

lee

4,

14

;

;

Henne traducen «en

fried, Ja

región donde estaba

el

Ono

valle...»,

de suerte que sería

pero parece más probable que

;

ha de considerarse como nombre paralelo a Ono, y que se trata por tanto de dos lugares distintos.

La

38.

concisión de este

lo

v.

hace oscuro. El sentido

parece ser que ciertos grupos de levitas, que antes del des-

en

tierro habitaban

Lag.

pero xat

tü)

la tribu

LXX

de Benjamín.

lleva

B xa',

A

de Judá, pasaron a vivir en

corresponde puntualmente

ex

tíov

Asüitídv

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