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Spanish; Castilian Pages [315] Year 2011
BAR S2243 2011
Un estilo y su época El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
PALAMARCZUK
Valeria Palamarczuk
UN ESTILO Y SU ÉPOCA
B A R
BAR International Series 2243 2011
Un estilo y su época El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Valeria Palamarczuk
BAR International Series 2243 2011
Published in 2016 by BAR Publishing, Oxford BAR International Series 2243 Un estilo y su época © V Palamarczuk and the Publisher 2011 The author's moral rights under the 1988 UK Copyright, Designs and Patents Act are hereby expressly asserted. All rights reserved. No part of this work may be copied, reproduced, stored, sold, distributed, scanned, saved in any form of digital format or transmitted in any form digitally, without the written permission of the Publisher.
ISBN 9781407308074 paperback ISBN 9781407337982 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407308074 A catalogue record for this book is available from the British Library BAR Publishing is the trading name of British Archaeological Reports (Oxford) Ltd. British Archaeological Reports was first incorporated in 1974 to publish the BAR Series, International and British. In 1992 Hadrian Books Ltd became part of the BAR group. This volume was originally published by Archaeopress in conjunction with British Archaeological Reports (Oxford) Ltd / Hadrian Books Ltd, the Series principal publisher, in 2011. This present volume is published by BAR Publishing, 2016.
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INDICE
Prólogo...........................................................................................................................................
III
Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico........................................................................... 1.1. El escenario espacial y temporal. Los Valles Calchaquíes y la época tardía………………... 1.2. Producción y estilo………………...…………………………………………….................... Producción……………………………………………………………………………………….. Estilo……………………………………………………………………………………………... Temas en torno a la producción y el estilo………………………………………………………. 1.3. Consideraciones metodológicas y organización del trabajo...……………...…......................
1 2 7 7 9 11 13
Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado…......………….. 2.1. Historia de un estilo……………...………………………………………………………….. 2.2. Los estilos cerámicos de la época tardía en Yocavil………………………………...………. Santa María……………………………………………………………………………………… Belén……………………………………………………………………………………………... Urnas Negro sobre Rojo, Quilmes rojo inciso…………………………………………………… San José, Shiquimil, Peñas Azules, Rincón………………………………………………………. Loma Rica………………………………………………………………………………………... Peinadas y Alisadas ordinarias, Peinadas con baño…………………………………………….. Inca………………………………………………………………………………………………. Famabalasto Negro sobre Rojo………………………………………………………………….. Caspinchango……………………………………………………………………………………. 2.3. Espacio y tiempo…………………...………………………………………………………... 2.4. Conclusiones del capítulo……………………...…………………………………………….
17 17 23 24 28 28 30 31 31 32 33 33 34 38
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera………………………………............................. 3.1. Petrografía cerámica………………...………………………………………………………. Antecedentes en el estudio de pastas Famabalasto Negro Grabado…………………………….. Objetivos…………………………………………………….………….……............................... Conformación de la muestra y análisis petrográfico……...…………………………………….. Resultados……...………………………………………………………………………………… 3.2. Análisis por activación neutrónica……...………………………… ……...…….................... Composición de la muestra y objetivos………………………………………………………….. Resultados………...……………………………………………………………………………… 3.3. Composición de los rellenos blancos…………………...………………...…………………. Resultados…………...……………………………………………………………….................... 3.4. Conclusiones del capítulo…………….………………………………………………..…….
42 43 44 46 47 51 66 67 71 74 76 78
Capítulo 4. Morfología e iconografía………...………………...……………………………… 4.1. Morfología………………...…………………………………………………….................... Catálogo de formas………………………………………………………………………………. Cuencos o pucos……………………………………………………………................................. Ollas de contorno simple y miniaturas……………...…………………………………………… Ollas con borde……………………………………………………………….………………….. Ollas con cuello……………………………………………………………………………...…... Torteros…………...……………………………………………………………………………… 4.2. Iconografía……………….………………………………………………………………….. Caracterización de los diseños…………...……………………………………………………… Representaciones figurativas zoomorfas y antropomorfas………..…...….……………………... Representaciones abstractas geométricas…………………...……..……………………………. Comparación con Santa María y Belén……………………...…………………………………... La aplicación de pintura roja, un elemento desapercibido………................................................ 4.3. Conclusiones del capítulo………………………………...…………………………………. Láminas…………………………………………………………………………………………...
80 81 82 93 94 95 95 97 99 100 104 105 107 110 111 114
Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico……………..…… Angastaco………………………………………………………………………………………… Tolombón…………………………………………………………………………………………
123 124 124
I
Los Cardones…………………………………………………………………………………….. Potrero Chaquiago………………………………………………………………………………. Loma de los Antiguos de Azampay………………………………………………………………. Las Mojarras……………………………………………………………………………………... Rincón Chico……………………………………………………………………………………... El Calvario de Fuerte Quemado…………………………………………………………………. 5.2. Resultados y conclusiones del capítulo………………………...…………………………….
125 125 125 126 126 133 136
Capítulo 6. Los contextos funerarios…...……………………………………...………………. 6.1. Los casos funerarios relevados……………………………………...………………………. 6.2. Análisis cronológico de las asociaciones………………………...………………………….. 6.3. Conclusiones del capítulo………………………………………...…………………………. Láminas……………………………………...…………………………………………………… Tablas……………………………………………………………………………………………..
143 147 160 164 167 202
Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía……………………………....... 7.1. La metalurgia de la época tardía…………………………………………...………………... 7.2. Análisis iconográfico comparativo…………………………………………...……………... 7.3. Algunas reflexiones acerca de las similitudes y diferencias observadas…………...………..
206 206 210 214
Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica……. 8.1. La definición de variantes regionales y el problema cronológico………………................... 8.2. Continuidades, transformaciones y coincidencias..….………………………………………
218 222 226
Apéndices I. Ilustraciones de piezas Famabalasto Negro Grabado………...……………………................... II. Tablas de registro morfológico, métrico y de diseño de piezas Famabalasto Negro Grabado.. III. Catálogo de los contextos funerarios y objetos de los cementerios de Famabalasto…..……..
231 261 277
Bibliografía………...…………………………………………………………………………….
289
II
PRÓLOGO
continúa siendo una necesidad el trabajo orientado hacia el logro de descripciones más completas de los diferentes elementos de la cultura material, como un primer paso necesario hacia una interpretación del rol de los objetos y de las representaciones en la vida cotidiana y en la historia de los hombres y las comunidades.
Los valles y serranías del Noroeste Argentino conocen del paulatino desarrollo y afianzamiento de formaciones sociales con una economía basada en la producción agropastoril y una organización residencial aldeana que, como mínimo, se remontan a antigüedades de 3000 años antes del presente. Hacia el siglo X cobró dinamismo un nuevo fenómeno regional de concentración demográfica. Las poblaciones de esta amplia y diversa región tendieron a organizarse en poblados aglomerados, muchos de los cuales fueron habitados por varias generaciones. Promediando la época que los arqueólogos denominamos Período Tardío o de los Desarrollos Regionales (9001.400 d.C.) algunos de estos asentamientos alcanzaron dimensiones y niveles poblacionales sin precedentes -para los pueblos más grandes se estimaron capacidades de hasta 3.000 habitantes en sus momentos de máximo esplendor-, conformando núcleos con influencia sobre amplias comarcas, que articulaban asentamientos más pequeños e instalaciones situadas en lugares estratégicos para la producción y la defensa del territorio. A lo largo del siglo XV y comienzos del XVI las poblaciones del Noroeste Argentino recibieron el impacto e influencia de la expansión imperial incaica, un proceso que se vio alterado y finalmente interrumpido por la dramática conquista europea. Los profundos cambios sociopolíticos que caracterizan a toda esta época fueron acompañados por importantes innovaciones en el campo de las manifestaciones artísticas, entre ellas, la alfarería, expresión privilegiada en los estudios arqueológicos de la región.
En este libro presentamos el estudio contextual, desde una perspectiva materialista apoyada en los conceptos guía de estilo y producción, de la alfarería Famabalasto Negro Grabado, un estilo de época tardía en los Valles Calchaquíes, en especial en el valle de Yocavil o Santa María, al sur del área. Esta interesante cerámica negra y pulida, que no es muy abundante y cuyos fragmentos pueden verse hoy en día esparcidos aquí y allá sobre la superficie de los viejos poblados - y aún se encuentran piezas enteras en los antiguos sepulcros acompañando a los difuntos- se destaca a simple vista por sus contrastes con otras alfarerías decoradas contemporáneas y se acerca, por la configuración de sus diseños, a la estética de ciertos bienes metálicos especiales elaborados en bronce fundido: las placas circulares y las campanas o tan-tanes santamarianas. El libro surge de una reelaboración de mi tesis doctoral en arqueología por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, defendida en el mes de mayo de 2009, siendo evaluadoras las Dras. Beatriz Cremonte, Verónica Williams y Laura Quiroga. La estructura y extensión del texto original se mantuvo, aunque introduciendo unas pocas modificaciones a través de las cuales intenté exponer con mayor claridad ciertos argumentos. Para lograr una extensión adecuada al presente formato se excluyeron en esta oportunidad algunos apéndices originales, ya que consideré que, si bien contienen información de interés para los temas tratados, constituyen en sí mismos textos y catálogos independientes que podrán ser publicados oportunamente1.
En el centro del Noroeste Argentino (NOA) existe una serie de valles ubicados entre las actuales provincias de Catamarca, Tucumán y Salta a los que por razones históricas se denomina de modo conjunto como Valles Calchaquíes, puesto que sus poblaciones se confederaron para resistir el avance de la invasión europea en la primera mitad del siglo XVI y hasta avanzado el XVII. Estos pueblos compartían una misma lengua, el kakán, idioma perdido que hoy sólo conocemos a partir de nombres de lugares y personas en los documentos históricos, algunos de estos nombres y topónimos perduran en el uso actual. Junto con el idioma compartían sistemas de organización parental, política, creencias religiosas, conocimientos y conceptos estéticos que, de diferentes modos, se encuentran expresados en sus variadas aunque recurrentes manifestaciones artísticas, como la arquitectura, los tejidos, la cestería, la metalurgia, el arte sobre rocas y la alfarería. El estudio de estas expresiones desde una perspectiva arqueológica nos ayuda a adentrarnos en diferentes campos de la organización social y la cosmovisión de las sociedades.
Las ideas para el trabajo se fueron desarrollando en la medida en que avanzaba en los primeros análisis de fragmentos cerámicos para mi tesis de licenciatura. Los materiales cerámicos habían sido recuperados a lo largo de numerosas campañas por el Proyecto Yocavil2 en la localidad arqueológica de Rincón Chico, un gran centro poblado del Período Tardío en el sur del valle de Yocavil con una compleja diagramación de sus espacios 1 Los apéndices que no se incluyeron en la presente edición son: “Catálogo de los contextos funerarios y objetos de los cementerios de Famabalasto”, “Una recorrida por los cementerios de la localidad de Famabalasto” y “El caso de las variantes Santa María Tricolor”. Los mismos pueden consultarse en la biblioteca del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti o solicitarlos a la autora a la siguiente casilla de e-mail: [email protected] 2 El Proyecto Yocavil se desarrolla de modo ininterrumpido desde 1986 bajo la dirección de la Dra. Myriam Tarragó.
En la arqueología argentina existe una rica tradición en el estudio de los pueblos prehispánicos de los Valles Calchaquíes, gracias a ello conocemos muchos de los aspectos de la vida de las sociedades tardías. No obstante III
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino procedencias posible. Esta pretensión aparecía como algo factible al ser el estilo relativamente escaso. Una de las consecuencias más afortunadas de encarar un estudio a escala regional fue el poder viajar y conocer diferentes museos del país y sus realidades y en especial a la gente que trabaja en ellos, como también, el establecer nexos con los equipos que investigan en la zona. Hoy resulta emocionante realizar una retrospectiva y comprobar todas las manos que se han tendido a lo largo de los diferentes momentos de la investigación.
domésticos, productivos y ceremoniales y una larga historia de ocupación desde principios del segundo milenio hasta la definitiva conquista española a mediados del siglo XVII. A lo largo de ese proceso aprendí, guiada por mis profesores y compañeros, a distinguir entre una piedra y un tiesto y, de a poco, a reconocer los diferentes estilos en la cerámica “calchaquí”. Eso no fue algo tan fácil, al principio toda la cerámica parecía igual y me admiraba de cómo se podía distinguir en los pequeños tiestos los rasgos particulares de uno u otro estilo. Había un grupo pequeño y coherente de fragmentos que, sin embargo, no presentaban problemas para clasificar, o más precisamente, poner en un montoncito aparte, tal era su diferencia en relación a los demás. Estos eran unos tiestos delicados, negros y pulidos, por completo contrastantes con el resto de la muy numerosa cerámica de pasta roja y gruesa.
El relevamiento más intensivo se realizó en los depósitos del Museo de La Plata, donde concurrí semanalmente durante casi dos años, con algunas interrupciones. Se trabajó allí con los materiales de la Colección Benjamín Muñiz Barreto que fue la que mayor cantidad de piezas aportó a la muestra general y que también sirvió para ensayar la reconstrucción de asociaciones funerarias a través de sus valiosos registros de campo, algo muy importante para la ubicación del estilo en el eje temporal. Agradezco esta posibilidad a Rodolfo Raffino, director de la sección Arqueología del Museo de La Plata. Jorge Kraideberg, Gabriel Alarcón y Gustavo Tolosa me ayudaron en todo momento con el trabajo en los depósitos. Debo un reconocimiento especial a María Delia Arena, ella me introdujo en la historia de la colección y la lógica de sus documentos desde su experiencia y compromiso sin paralelos. Con Lidia Baldini, Marco Antonio Giovanetti y Sergio Bogan compartimos charlas e intercambios de ideas muy importantes para el trabajo. Agradezco a la directora del museo, Silvia Ametrano, a Analía Martino del área de Comunicación Institucional y nuevamente a María Delia Arena por su gestión para la reproducción de fotografías e imágenes en esta publicación.
De inmediato surgieron las preguntas ¿Por qué era esta cerámica, conocida con el nombre arqueológico de Famabalasto Negro Grabado, que entonces observaba dispuesta sobre una distante mesa de trabajo, en una situación seguramente jamás contemplada por las personas que la fabricaron, tan distinta de las demás? ¿Cuál era el sentido de este estilo inequívocamente diferente del resto de los estilos que compartían un mismo tiempo y espacio de uso? Por cierto, estas vasijas negras y pulidas, a la vez que se distinguen absolutamente de los otros estilos decorados, poseen semejanzas de diseño notorias con la metalurgia del bronce calchaquí, en particular discos y campanas. ¿A qué se debían tales semejanzas? ¿Cuáles serían los usos sociales particulares para los cuales se la producía, y cuáles eran los sentidos que evocaba entonces? ¿Quiénes la producían? ¿Sería una clase de bien limitado a un sector de una sociedad en la que existían diferencias jerárquicas institucionalizadas, tal como parece ser el caso de los objetos de metal que tanto se le parecen o habría estado en cambio al alcance de toda la comunidad? ¿Se centraba su producción en unos pocos lugares o se elaboraba en cada poblado? ¿Podrían reconocerse patrones en la distribución espacial de rasgos tecnológicos y del diseño vinculables a regionalismos en su producción?
José Antonio Pérez Gollán y luego Myriam Tarragó, directores sucesivos del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti de la FFyl, UBA, permitieron el acceso al depósito de arqueología, donde agradezco la ayuda de Gabriela Amiratti, Lucas Pereyra Domingorena, Silvia Manuale, Victoria Coll y Alejandra Reynoso. También quiero nombrar a Marisa Scaraffoni por su asistencia en el archivo y a Mónica Ferraro, María Eugenia Cantarero, Silvia Soruco y Eduardo Jopia de la biblioteca del museo.
Los pensamientos que los diferentes investigadores le habían dedicado a lo largo de décadas mostraban un abanico de posiciones diversas y las ideas vigentes indicaban una falta de consenso, en particular en lo referido a su cronología (preincaica o incaica) y raíces culturales (una cerámica local de la cultura Santamariana o un elemento foráneo introducido a partir de la expansión incaica). La curiosidad se despertó de inmediato y derivó en la intención de programar un estudio más detallado de esa manifestación, ya no limitado a un poblado, sino en el amplio ámbito de su distribución regional. Seguramente no se podría dar respuestas a tantas preguntas, sin embargo estas fueron siempre las guías de los pasos en la investigación.
La lista de museos visitados es extensa, pero no quiero pasar por alto la mención a directores y encargados que hicieron posible el trabajo en depósitos y salas de exposición. Por ello agradezco especialmente a María Teresa Carrara y Nélida De Grandis del Museo de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Rosario. Patricia Arenas, Jorgelina García Azcárate y Eduardo Ribotta del Instituto de Arqueología y Museo de la Universidad Nacional de Tucumán. Clara Abal del Museo de Ciencias Naturales Cornelio Moyano. Rubén Quiroga y Arnaldo Vargas del Museo Eric Boman de Santa María. Sra. de Pastrana del Museo Padre Baudilio Vázquez. Mirta Elsa Santoni y Mabel Mamaní del Museo de Antropología de Salta. César Carrizo, Hortensia Ignes y Teresa Puruya del Museo Arqueológico Provincial Condor Huasi. Mirta Bonnin y Darío Quiroga de la
El proyecto de estudio regional necesitaba del examen de un gran conjunto de vasijas, de la mayor cantidad de
IV
Prólogo Reserva Patrimonial y Museo Antropológico de la Universidad Nacional de Córdoba. Victor Durán y Laura Piazza del Museo del Instituto de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional de Cuyo. Autoridades del Museo Inca Huasi de La Rioja. Claudia Augustat del Museum für Völkerkunde de Viena. Manuela Fisher, Steffen Mayer y Claudia Obrocki del Ethnologisches Museum de Berlín. Clarisa Otero del Museo Arqueológico Dr. Eduardo Casanova de Tilcara (FFyl, UBA). Antonio Mercado del Museo Arqueológico Provincial Pío Pablo Díaz de Cachi. Natalia Ponferrada del Museo Adán Quiroga de Catamarca. El reconocimiento y recuerdo para Dante Coronel, director del Museo Arqueológico Provincial Samuel Lafone Quevedo. Rodrigo Montani gestionó personalmente el acceso al catálogo de la colección De La Vaulx del Museo de Quay Branly, agradezco también a los Sres. André Delpuech, Fréderique Riviale y la Srita. Paz Núñez Regueiro por el envío de las hermosas fotografías del catálogo para el trabajo.
ceramista. Varios de los problemas o interrogantes que iban surgiendo al avanzar en los análisis se fueron despejando a través de un ameno intercambio epistolar on-line con especialistas como María Beatriz Cremonte, María del Pilar Babot y Alejandro Zucol. Patricia Solá aportó también su ciencia al observar aspectos sobre los que se planteaban dudas en el estudio de los cortes delgados. Alejandro Haber y María Isabel González de Bonaveri confiaron en este trabajo y apoyaron su realización dese sus inicios. La lectura de los trabajos de Sergio Caviglia y las preguntas que surgían en las conversaciones que tuvimos sobre el tema de la investigación fueron claves para pensar y volver sobre mis ideas iniciales con una nueva mirada. Todos los integrantes del Proyecto Yocavil intervinieron de alguna manera en la investigación, en especial debo mencionar a Alejandra Reynoso, Marina Marchegiani, Gerónimo Pratolongo, Catriel Greco, Romina Spano, Geraldine Gluzman, Jennifer Baigorria, Sol Grimoldi, Alina Álvarez Larrain, Fernando Cabrera, Mariano Manasiewicz, Juan Pablo Carbonelli, Juan Manuel Estévez, Héctor Buono, Javier Nastri, Carlos Belotti, Ana Vargas, Nora Grosman y Luis González.
Otra parte del registro de materiales se cumplió consultando los conjuntos fragmentarios en guarda en los gabinetes de equipos de investigación. Gracias a esto pude conocer a muchos investigadores dedicados a temas en común. Estoy profundamente agradecida a Mariano Corbalán, Martín Pantorrilla, Gustavo Rivolta, Julián Salazar, Eduardo Berberián, Bárbara Manasse, Nora Zagorodny, Federico Wynveldt y Verónica Williams por su generosidad al compartir los resultados de sus investigaciones, muchas veces inéditos, y por ceder materiales para realizar dibujos, fotografías y estudios tecnológicos.
Marina, Romina, Alejandra, Gerónimo y Catriel han apoyado el proceso de investigación con su trabajo, ideas y amistad, contribuyendo de modo sustancial a la elaboración del manuscrito e ilustraciones. En especial quiero reconocer a mi profesora y directora Myriam Tarragó, quien es para mí un gran referente. Sus enseñanzas fueron definitorias pero también flexibles para el desarrollo de mi propio “estilo” de trabajo. Con gran solidaridad, desde su propia experiencia, me enseñó a ser persistente a través del proceso de la investigación y en especial en las instancias críticas de la escritura.
Osvaldo Mendonça, Asunción Bordach y Candelaria Croatto pusieron especial empeño al explicarme las características del sitio funerario RCh 21 de Rincón Chico en un gesto también muy generoso, pues la información que se incluye en este trabajo forma parte de investigaciones de doctorado y licenciatura de carácter inédito.
A mi querida familia Bruna, Eduardo, Alina, Nadia y Rina agradezco el apoyo permanente. Mi padre, Eduardo Palamarczuk, es también mi referente como un gran docente e investigador que empeñó tanto tiempo en el minucioso análisis petrográfico de los cortes delgados de cerámica, uno de los temas centrales del trabajo. Qué decir de la gran persona. A Sebastián Granatelli, mi pareja, por entender y apoyar mis necesidades “profesionales”, que incluyen campañas o épocas de trabajo intenso, tan diferentes de las propias.
Agradezco a Alberto Rex González, María Delia Arena, César A. Velandia Jagua, Mariano Corbalán, Candelaria Croatto, Luis R. González, Osvaldo Mendonça, Myriam Tarragó, Marina Marchegiani, Alejandra Reynoso, Gerónimo Pratolongo, Catriel Greco, Mónica Gudemos y Verónica Williams por autorizar la reproducción de fotografías o ilustraciones de su autoría. Norma Ratto dedicó horas de su tiempo personal a explicarme los “misterios” de la activación neutrónica y los análisis estadísticos asociados, campo en el que sólo me asomé con timidez de su mano. Junto con Verónica Williams puso a disposición los resultados de análisis propios, fruto de años de formación en un campo específico, mostrándome además un ejemplo de dedicación. María Emilia Fernández de Rapp, del Departamento de Química Aplicada de CITEFACONICET tuvo la amabilidad de realizar los análisis de difracción de Rayos X, siempre con gran interés por el estudio de los materiales arqueológicos desde su faceta de
Agradezco a La Dirección de Antropología de la Provincia de Catamarca la autorización de los trabajos de campo y registro de piezas en museos bajo su jurisdicción. Esta investigación pudo realizarse gracias a una beca doctoral otorgada por CONICET y al soporte económico de los siguientes proyectos: UBACYT F 152, F 029; PIP CONICET 022-18, 6148; PICT 04-12163, 34511. Quiero mencionar por último a los editores de British Archaeological Reports por brindarme la posibilidad de publicar el trabajo.
V
CAPÍTULO 1. MARCO CONCEPTUAL Y METODOLÓGICO planteamos avanzar en la distinción de su variación regional. Se pudieron delinear patrones distribucionales para algunas de las variantes identificadas en lo tecnológico, morfológico y en el diseño lo que llevó a una reflexión acerca de las implicancias de estos patrones para el estudio de las dinámicas de interacción regional.
¿Por qué estudiar un estilo cerámico en particular y qué se pretende conocer a través de su estudio? De alguna manera el conjunto de interrogantes que abren el prólogo anticipa esta pregunta y muestra los diferentes temas que generaron inquietudes y llevaron a emprender una investigación orientada al estilo Famabalasto Negro Grabado. En principio el material bajo estudio parecería tener límites muy concretos, sin embargo se verá que nuestro enfoque, que definimos como contextual, implica ramificaciones permanentes.
Paralelamente el análisis contextual permitió postular un marco cronológico, dentro del cual se intentó también avanzar en el reconocimiento de variación temporal en el estilo, aunque en este último caso los resultados fueron menos concluyentes. Desde este enfoque el estilo, al igual que todas las prácticas sociales e interacciones de la vida social vinculadas con él, está situado en un contexto que es de naturaleza a la vez social, espacial y temporal. En este sentido, nuestro concepto de contexto presenta afinidades con la concepción de Giddens (1995 [1984] sobre la contextualidad de las prácticas sociales:
En primer término creímos necesario aportar una descripción más intensiva de la tecnología, las formas y los diseños, y una ubicación en el tiempo, como pasos iniciales indispensables para poder evaluar las diferentes interpretaciones y los propios esquemas hipotéticos que habíamos comenzado a elaborar en relación con este particular estilo cerámico. La necesidad de plantear un objetivo descriptivo muestra que la descripción no constituye una etapa superada, propia de una época antigua dentro de la disciplina arqueológica, por el contrario es necesario perfeccionarla para desarrollar bases más sólidas para la interpretación. Desde diferentes disciplinas sociales, autores que se ubican en diversas tradiciones teóricas han cuestionado el punto de vista predominante que opone explicación a descripción y han destacado la naturaleza singular de la relación entre objeto y sujeto de estudio en las ciencias humanas (Hodder 1994 [1986]; Giddens 1995 [1984]). Coincidimos con el planteo de que toda descripción es en alguna medida explicativa y viceversa; toda descripción implica teoría, significado, subjetividad, generalización e imaginación histórica (Hodder 1994 [1986]: 159). Para dar cuenta de nuestra concepción sobre la relación entre objetividad y subjetividad en ciencias sociales, retomamos el concepto de dualidad de estructura propuesto por Giddens en su teoría de la estructuración, según el cual objeto y sujeto en ciencias sociales forman parte de una totalidad en la que aparecen estrechamente vinculados a través de las prácticas sociales y se influyen mutuamente
“Una ontología de un espacio-tiempo constitutivo de prácticas sociales es esencial para la idea de estructuración, que parte de una temporalidad y, por lo tanto, en cierto sentido, de una historia.” (Giddens 1995 [1984]: 41). La ubicación en tiempo y espacio nos sitúa en una época en particular de la historia de las sociedades que produjeron el estilo y éste puede ser entonces interrogado para un acercamiento a diferentes aspectos de la organización social en esos tiempos. Un tema que queríamos tratar era el de los usos de esta cerámica. Esto incluye tanto sus potenciales características de desempeño, como también las posibles situaciones en las que era empleada y nos acerca a la valoración de estos bienes para la sociedad que los creó. Nuevamente el estudio de los contextos de uso y descarte se revelaba indispensable, como también la consideración de los rasgos intrínsecos de la cerámica. Pero las instancias de uso o consumo son una parte del proceso productivo, el cual incluye también la elaboración (materiales, técnicas y organización social del trabajo) y la distribución (sistemas de dones, intercambio, mecanismos de complementariedad, posibilidades de acceso a los bienes socialmente pautadas), aspectos que también se indagaron.
Nuestro conocimiento personal de la cerámica de estilo Famabalasto Negro Grabado se limitaba a las cerámicas fragmentadas de dos localidades arqueológicas del Período Tardío, muy cercanas: Rincón Chico y Las Mojarras y luego a algunos pocos tiestos aislados de otros sitios como Loma Redonda y Las Cañas, en el valle de Yocavil (Palamarczuk y Manasiewicz 2001). Era imprescindible alcanzar una visión más comprensiva de su producción, definida por la extensión en el tiempo y en el espacio.
Otro punto importante es el empleo del estilo, como práctica social en tanto expresión característica de una sociedad, como unidad de análisis a partir de la cual explorar temas históricos, organizativos y del campo de la significación de las sociedades que lo producían. Hay además otros interrogantes básicos que tienen que ver con el origen de una expresión estilística. ¿Por qué se desarrolló en ese tiempo esa innovación estilística particular? ¿Qué valores y nociones de identidad se condensan en su materialidad? ¿Cuáles fueron los mecanismos que operaron en su desarrollo y difusión
El objetivo básico del enfoque contextual propuesto es el de lograr un encuadre espacial, temporal y cultural de esta manifestación estilística, primer paso necesario también para avanzar en otros campos. Una vez elaborada una primera imagen de su distribución en el espacio nos
1
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino entre las distintas comunidades que lo adoptaron y reprodujeron incorporando su impronta singular dentro de un fenómeno que alcanzó una escala regional? ¿Qué está sucediendo en esa época con otras expresiones artísticas de las sociedades de la zona?
De esta manera el complejo actuó tanto en la integración colectiva, como también en la delineación de distinciones de índole jerárquico, al participar la comunidad toda de su consumo, aunque de un modo diferencial.
Aquí es conveniente aclarar esta noción de época. De modo general el esquema de periodificación vigente para las sociedades agropastoriles del Noroeste Argentino (NOA), en particular para la Región Valliserrana, incluye al Período Temprano o Formativo (500 a.C. – 500 d.C.), Período Medio o de Integración Regional (500 – 900 d.C.), Período Tardío o de los Desarrollos Regionales (900 – 1400 d.C.), Período Incaico o Imperial (1400 – 1532 d.C.), Período de contacto HispanoIndígena (1532 – 1650 d.C.), al que se puede completar considerando un Período Colonial (1650 – 1816) y un Período Republicano. Dentro del marco que provee la periodificación del Noroeste Argentino encontramos útil la concepción de una “época tardía”. En diferentes trabajos se acude a categorías inclusivas como la de una “época indígena tardía” o “época tardía” (Tarragó 1995:3; Marchegiani et. al. 2006) o la de “pueblos prehispánicos tardíos” (Nielsen 2007: 393) para referirse de modo general a los Períodos Tardío o de los Desarrollos Regionales, Inca y primeros momentos del HispanoIndígena, debido a dos motivos. Por un lado la imposibilidad, en algunos casos, de establecer una segmentación cronológica, dadas las regularidades en ciertos aspectos de la materialidad. Por otro lado, y este es el justificativo teórico más relevante, debido a la noción de un proceso histórico continuo dentro del cual se pueden reconocer diferentes jalones que significaron transformaciones aunque no disrupciones en la vida comunitaria observada desde una escala amplia.
El estilo muestra atavismos que lo vinculan con tradiciones presantamarianas, sumándose a la tendencia de una época de cambios estilísticos en la que se reactivan elementos del simbolismo pretéritos, quizás vinculados con procesos locales o regionales de cambio político. No obstante su diseño podría definirse como “vanguardista”, puesto que no es una copia de viejos modelos, sino una reelaboración novedosa y con rasgos muy definidos y contrastantes respecto de estilos pretéritos y otros estilos contemporáneos. Tras haber expuesto los lineamientos generales que orientaron esta investigación se analizarán a continuación los conceptos explícitos e implícitos que hay detrás de la definición de la región de estudio y las vinculaciones de los cambios estilísticos con los procesos de cambio social ocurridos a través de la historia regional, con el fin de analizar sus significados a través de la historia de la arqueología de los valles Calchaquíes. 1.1. El escenario espacial y temporal. Los Valles Calchaquíes y la época tardía
El estilo Famabalasto Negro Grabado es un desarrollo local de los pueblos de la “época tardía” del valle de Yocavil y alrededores. Su producción se regionalizó en la segunda mitad del Período Tardío, con anterioridad a la influencia incaica en el área y continuó con gran fuerza en los tiempos del avance imperial, declinando en la época del contacto europeo. Esta regionalización incluyó su producción en otros ámbitos territoriales, como el valle de Hualfín.
La demarcación del Noroeste Argentino se fundamenta en criterios geográficos y ecológicos dentro de una concepción geopolítica moderna definida por límites estatales y provinciales de génesis reciente (colinda con el noroeste de Chile y el sudeste de Bolivia y abarca las actuales provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, norte de San Juan y oeste de Santiago del Estero). Si realizamos un corte ideal de oeste a este se reconocen distintas unidades ecológicas como la puna, las altas montañas cordilleranas, los valles fértiles y sierras subandinas, las yungas y la transición hacia el chaco. Las diferencias altitudinales y en las precipitaciones -que se concentran en la época estival y que van disminuyendo de este a oeste y de norte a sur- determinan una diversidad de ambientes, desde paisajes extremadamente áridos, hasta bolsones intermontanos húmedos, pastizales, bosques y llanos fértiles, ambientes que han sido modificados e integrados a lo largo de milenios por las sociedades que organizaron su economía en torno a una relación dialéctica entre los diferentes ambientes mediante sistemas de complementariedad ecológica.
La vigencia de la producción del estilo es también aquella de la metalurgia santamariana caracterizada por las placas circulares y campanas de bronce. Los objetos de metal tuvieron no obstante una perdurabilidad mayor y continuaron circulando por más tiempo, aún luego de la discontinuidad en su elaboración. Cerámica FNG y bronces constituyen un complejo estilístico (con relaciones recíprocas de carácter “icónico”) formado por bienes de acceso social muy dispar, de corte generalizado para las cerámicas, y probablemente limitado a algunas personas o segmentos sociales para los valiosos metales.
Con el propósito de establecer áreas culturales prehispánicas es necesario realizar análisis que actúen a diversas escalas en un continuo ida y vuelta, ejercicio que permite superar el marco político actual de referencia. Ampliando la perspectiva mediante una escala geográfica abarcativa y una mayor profundidad histórica y atendiendo a consideraciones sobre el paisaje y la historia de los pueblos agro pastoriles se planteó la integración del NOA al Área Andina Meridional, parte a su vez de la Super Área Andina (A. R. González 1979a; Lumbreras 1981) (Figura 1.1).
A lo largo de los diferentes capítulos se buscará avanzar sobre los aspectos mencionados, exponiendo los resultados de los análisis, que evaluados en conjunto nos permiten sustentar la siguiente tesis:
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Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico en la explotación de los recursos acompañaron el crecimiento y la reestructuración demográfica experimentada (Tarragó 1995).
Si en cambio se dirige la mirada hacia puntos específicos del paisaje regional se observan líneas históricas locales. Se distinguieron así, con los mismos criterios, varias regiones en el NOA,1 entre ellas se encuentra una muy amplia llamada “región valliserrana”, formada por quebradas y valles fértiles de altitudes medias en cotas que van de los 3200 a 1200 msnm, definidos entre cordones serranos elevados, en su mayoría con ríos de régimen permanente. El área permitió el desarrollo de cultígenos mesotérmicos, en particular el maíz. Los densos bosques silvestres de chañar y algarrobo que poblaban los fondos de valle proveían recursos clave para las poblaciones locales, como lo eran sus frutos y madera (A. R. González 1979a; L. R. González 2004). Desde la generalización del régimen de vida agro pastoril se aprecia en la región una cierta integración económica y social, no obstante reconocerse a su vez diferentes ámbitos territoriales con particularidades trayectorias culturales. Hacia finales del primer milenio las poblaciones agro pastoriles que habitaron la región valliserrana del Noroeste Argentino experimentaron cambios profundos en su modo de vida. La agricultura de regadío y la explotación ganadera fueron expandidas e intensificadas a la vez que se comenzaban a conformar los primeros centros poblados semi-aglomerados de gran magnitud en puntos visibles del paisaje como las últimas estribaciones de serranías y mesetas de cara a los valles troncales, resultado de los procesos de crecimiento y de concentración demográfica sin paralelos en épocas previas.
El fenómeno de concentración poblacional observado tanto en la región valliserrana, como también en sectores puneños en el NOA, acompañó una tendencia pan-andina de establecimiento de grandes centros urbanizados (Núñez y Dillehay 1995 [1979]; Tarragó 1995). Esta época fue denominada por los arqueólogos del noroeste argentino Período Agroalfarero Tardío o de los Desarrollos Regionales, el cual es comparable y contemporáneo al Período Intermedio Tardío según la periodificación utilizada en la arqueología de Chile, Bolivia y Perú, aunque con características peculiares relacionadas con los procesos dialécticos entre las comunidades y el ambiente en cada región. Este período fue una época de consolidación de la desigualdad social a través de relaciones jerárquicas y de institucionalización de segmentos sociales de elite en los Andes centro sur. Sobre todo en su etapa tardía fue también una época de conflicto social endémico, situación que no impidió la circulación de bienes a través de rutas pautadas que articulaban ambas vertientes de la cordillera (Nielsen 1996, 2001; Tarragó 2000). Recientes aportes plantean una deconstrucción de la imagen de esas sociedades como sistemas políticos “complejos” o de tipo jefatura o señorío y proponen las nociones de “heterarquía”, “grupos corporativos” (Nielsen 2007) e “integración comunal” (Acuto 2007) que requerirán de un futuro debate. Se buscaron explicaciones que destacaron la importancia de los cambios climáticos como un punto de partida del conflicto y los cambios demográficos, los que luego habrían continuado con independencia de los eventuales constreñimientos iniciales (Nielsen 2001, para la Quebrada de Humahuaca), en tanto otras destacaron que los procesos internos de jerarquización creciente dentro de las comunidades podrían ser la causa de mayor peso a la hora de explicar este contexto general de conflicto social (Marchegiani et al. 2006).
Figura 1.1. Áreas culturales del ámbito andino. Realizado en base a mapa de Lumbreras (1981: 42).
A mediados del siglo XIII o incluso antes algunos de estos centros poblados se habían consolidado como centros aglomerados, en su mayoría con instalaciones defensivas y albergaban a poblaciones entre cientos y algunos miles de habitantes. Las observaciones sobre las diferencias en el tamaño de los asentamientos, así como la existencia de sitios emplazados en diferentes espacios ecológicos -como, las estribaciones de los cordones serranos, las quebradas interiores, el fondo de valle, los valles de altura y la llanura pedemontana oriental-, junto con la información etnohistórica que indica para la época del contacto hispano-indígena la existencia de relaciones de jerarquía y complementariedad entre diferentes poblaciones, han sido empleadas en la formulación de sistemas de asentamiento jerárquicos en épocas prehispánicas. En algunos espacios, como el valle de Yocavil, fue una época en la que se habrían acentuado las relaciones sociales asimétricas en la organización del trabajo, la distribución y el consumo de ciertos bienes. Los nuevos desarrollos tecnológicos y la intensificación
Esta idea de un conflicto social endémico es inferida por el fenómeno de concentración demográfica, las características de algunos sectores de los asentamientos conglomerados -sobre puntos elevados, con buena visibilidad sobre el entorno, accesos restringidos e instalaciones defensivas-, sumado a algunos elementos de la iconografía, como la representación muy extendida en algunos estilos cerámicos y en el arte rupestre de personajes llamados “guerreros”, con petos y exhibición de armas e inclusive cabezas cercenadas. Esta situación de conflicto latente no implica sin embargo que los pueblos hayan guerreado continuamente, antes bien puede haber derivado en la ostentación de poder en un contexto competitivo, que en cierto modo pudieron actuar inhibiendo la realización de enfrentamientos concretos.
1 A. R. González (1979a) distingue para el NOA a las regiones de la Puna, Selvas Occidentales o Sierras Subandinas, Chaco-Santiago, Sierras Centrales, Cuyo y Valliserrana. Dentro de esta última distingue unidades menores, que por lo general coinciden con valles, como por ejemplo Humahuaca, Valle Calchaquí, Valle de Yocavil, Valle de Hualfín, Valle de Abaucán, Valle de Lerma, entre otros.
Estos cambios en el modo de vida incluyeron también la producción de nuevos estilos cerámicos en los que se plasmó ricamente la iconografía de época. En el ámbito 3
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino integrada por Santa María, Belén y la Puna catamarqueña (Tarragó 1995:22)2.
de los valles Calchaquíes se han distinguido para el período tres modalidades cerámicas regionales mayoritarias con diferentes áreas de dispersión.
Para el caso concreto del valle de Yocavil se conocen varios centros poblados a lo largo de sus más de 100 kilómetros lineales. En el sector occidental se ubican de norte a sur: Tolombón, El Pichao, Las Cañas, Quilmes, La Ventanita de Fuerte Quemado, El Calvario de Fuerte Quemado, Las Mojarras, Rincón Chico, Cerro Mendocino en el extremo sur y Famabalasto al otro lado de la Sierra del Cajón. En el lado oriental: Yasyamayo, Los Cardones, Masao, Caspinchango, Loma Rica de Jujuil, Loma Rica de Shiquimil, Andalhuala, Ampajango y Pajanguillo (Tarragó 1995) (Figura 1.2).
Por un lado, el estilo Santa María en los valles Calchaquí, Lerma y Yocavil y aledaños, con sus variantes regionales muy definidas. Por otro, el estilo Belén en la zona de los valles de Hualfín y Abaucán. Más al sur, en los valles del Río Jáchal, Vinchina y sierra de Famatina se producían estilos denominados Sanagasta o Angualasto. Sin dudas ha primado la consideración de la distribución espacial de los estilos cerámicos decorados en la definición y delimitación en el espacio de culturas arqueológicas, como Santa María, Belén y Sanagasta, de hecho existen correspondencias entre las denominaciones culturales y las de los estilos cerámicos mayoritarios que las representan (A. R. González 1950-1955).
El tema de los niveles de integración política entre estos centros poblados es un punto muy discutido sobre el que aún poco se ha podido precisar. Las escalas de la integración en momentos tardíos se entendieron de diferentes maneras: a nivel de valle, a nivel de tradición estilística o a nivel de franja transversal al fondo de valle, involucrando diferentes ambientes incluidos en un territorio políticamente delimitado, cuestión sobre la que se deberá seguir trabajando (Tarragó y Nastri 1999: 259260). En un nivel muy general se puede decir que, dadas las recurrencias en los patrones de asentamiento, en la manera de construir, en la funebria y en los estilos cerámicos y otros bienes, en todos los poblados tardíos de la región de Yocavil existía una muy estrecha interacción entre estos centros y también con el valle Calchaquí al norte y con Hualfín al sur. Los documentos coloniales informan que estas comunidades compartían el idioma kakán. Estos elementos sugieren que los Valles Calchaquíes se articularon como espacio cultural altamente interrelacionado, más allá de las divisiones políticas o étnicas y de los conflictos internos entre estos grupos (Marchegiani et al. 2006). 3
Posteriormente se estableció la noción de los Desarrollos Regionales (Núñez Regueiro 1974), para designar a las grandes organizaciones sociopolíticas o étnicas, poniendo de relieve los cambios en el modo de producción y la cuestión de la organización territorial de las formaciones sociales aborígenes. Los grupos sociales incluidos en estos territorios lograron gran uniformidad en muchas de sus expresiones estilísticas, como la arquitectura, el arte rupestre y las cerámicas. En un análisis sobre la construcción del término “Belén” como categoría de análisis para la reconstrucción del pasado prehispánico, Laura Quiroga expone los sucesivos significados que fue adquiriendo, desde su inicial formulación como categoría estilística y de clasificación museográfica, luego elemento de identificación étnica, área cultural, cultura arqueológica, desarrollo regional y una estructura política compleja clasificada como señorío (Quiroga 2003). Similares reflexiones le caben a otras categorías como Santa María o Sanagasta, las que también evocan múltiples significados dentro del campo de la disciplina arqueológica.
Distintas evidencias marcan la expansión incaica en el NOA. Estas incluyen la perduración de toponimia quechua y áreas donde se conservó el uso de esa lengua hasta la actualidad, por ejemplo en Santiago del Estero. También la variedad de documentación histórica que la refiere y la evidencia arqueológica. Existen sitios con arquitectura inca, tanto en áreas antes no ocupadas por los grupos locales, como en sectores especiales de asentamientos habitados desde los Desarrollos Regionales. Las instalaciones incaicas incluyeron sitios
El hallazgo de estilos propios de un área territorial dentro de otras dio pie a la modelización de las interacciones entre los diferentes ámbitos. Por ejemplo entre Santa María (Yocavil) y Belén se considera que existieron relaciones distantes pero equilibradas, con cierta resistencia de parte de las comunidades de Yocavil hacia la influencia Belén y un mayor poder de penetración de las influencias de Santa María sobre la segunda, pues hay mayor cantidad de hallazgos cerámicos santamarianos en el territorio Belén que lo inverso.
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Al respecto son sumamente sugerentes los resultados de estudios químicos de obsidianas que definen dos esferas principales de circulación de obsidianas con un alto grado de estabilidad en el tiempo. Una al norte que responde a la circulación de obsidiana de la fuente Zapaleri, abarcando la Puna de Jujuy, la quebrada de Humahuaca, la selva pedemontana y el norte y oeste de Salta y otra al sur relacionada con la circulación de obsidiana de la fuente Ona-Las Cuevas en un área que comprende a la Puna meridional, el valle del Cajón, la falda occidental del Aconquija, el valle de Santa María, el valle de Lerma y el valle Calchaquí. Algunas áreas como la quebrada del Toro y el norte del valle Calchaquí muestran el solapamiento de ambas esferas (Escola 2007). 3 En general cuando se hace referencia a los Valles Calchaquíes se está aludiendo implícitamente a un espacio no meramente geográfico sino básicamente social y temporal.
Del mismo modo se observaron diferentes asociaciones de vasijas Sanagasta y Belén en ámbitos de ambos desarrollos, interpretados como evidencias de un expansionismo territorial Belén (Sempé 1999, 2005a). A la inversa, se planteó que la ausencia recíproca de materiales característicos de ámbitos diferentes se relacionaría con fronteras de la interacción, por ejemplo la que define un área al norte integrada por los territorios de Humahuaca, la Puna de Jujuy y el Loa y otra al sur, 4
Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico rituales, fortalezas defensivas y enclaves productivos y administrativos, comunicados a través de una extensa red vial, capaq ñan o “camino del Inca”. Otro indicador son los diversos estilos cerámicos incaicos que comenzaron a circular.
Las relaciones entre los funcionarios incas y los grupos locales fueron muy variables de acuerdo tanto a los intereses de los incas en cada lugar como a las características de las sociedades. Para algunos autores existió una articulación relativamente pacífica entre el estado inca y las elites locales. Una de las estrategias posiblemente implementadas para modelar esta relación de integración en los valles, pudo ser el reconocimiento político de los líderes locales, y consecuentemente una asimilación de su autoridad a las esferas de poder estatales (González y Tarragó 2005). Otros autores destacan la existencia de marcados conflictos debido a la resistencia de los grupos locales frente al intento de dominación incaica (Lorandi 1988). Es plausible que los tipos de relación hayan ido mutando a lo largo del proceso expansivo. De cualquier forma, esta acotada presencia imperial en vísperas de la conquista española determinó reestructuraciones en la organización política y demográfica. Los incas aplicaron el sistema de mitimaes, que consistía en el traslado de poblaciones, con el objetivo de vencer resistencias a la dominación, desestructurar alzamientos y también organizar la producción de bienes u obras de infraestructura. Los valles Calchaquíes no permanecieron ajenos a esta metodología política, tolerando el asiento de poblaciones trasladadas desde otras regiones y el desplazamiento de segmentos de población vallista a otras áreas (Lorandi 1984, 1988; Williams 1995).
Hay discusiones respecto a la fecha de la expansión de los incas sobre los distintos territorios sureños. Según la información histórica ésta comenzó en la segunda mitad del siglo XV, mientras que recientes propuestas que consideran la disparidad entre la información radiocarbónica y la histórica la ubican algunos decenios antes, hacia los comienzos del siglo XV (para una discusión del tema véase D’Altroy et al. 1998). De todos modos, la expansión incaica no fue un evento puntual, sino un proceso prolongado que seguramente tuvo repercusiones en las relaciones intergrupales antes de la presencia física concreta de los incas en las nuevas zonas incorporadas. El avance paulatino del estado incaico implicó una continua reconfiguración de las áreas de frontera, y por lo tanto de las relaciones intergrupales en los distintos espacios fronterizos (Marchegiani et al. 2006). 4
La expansión incaica en la región fue interrumpida por un nuevo proceso de dominación imperial; la conquista española. La dinámica de conquista y colonización del imperio español en la zona significó una profunda reestructuración de las instituciones políticas y económicas. Este proceso se inició con anterioridad a la llegada de los españoles a los valles, a partir de la veloz desestructuración del imperio incaico desde 1532, cuando es vencido el Cuzco, la capital incaica. El dominio español sobre los valles Calchaquíes fue lográndose por etapas en un proceso pleno de tensiones y enfrentamientos que en su totalidad duró alrededor de 130 años, marcado por tres momentos de mayor insurrección conocidos como las rebeliones calchaquíes. El fracaso de los primeros intentos de fundar pueblos dentro de los valles Calchaquíes, definió la estrategia de la conquista española: la instalación de un cordón de pueblos rodeando los valles rebeldes, buscando su aislamiento. La región pasaría a ser codiciada por distintos sectores sociales de la población colonizadora, entre ellos la iglesia, la corona y los colonos, por la ilusión de hallar en ella riquezas en metales preciosos y por su importante reserva de personas, un recurso apetecido para el trabajo en las distintas instalaciones coloniales. Debido a esta particular dinámica de la conquista en los valles Calchaquíes A. R. González (1950-1955) propuso un Período al que llamó HispanoIndígena, en el que las poblaciones indígenas mantuvieron su autonomía política y se aprecian formas de continuidad con patrones prehispánicos, previo a un Período Colonial definido por el desbaratamiento de los sistemas políticos locales.
Figura 1.2. Algunos de los poblados más conocidos del Período Tardío en el valle de Yocavil, en la región valliserrana del Noroeste argentino. 4
De acuerdo con la noción de frontera no como un límite neto, sino como un espacio social, muy dinámico donde suceden interacciones entre los grupos que se vinculan a raíz de los fenómenos de expansión y que resultan en reconfiguraciones políticas, económicas e identitarias de las poblaciones (por ejemplo Boccara 1999, 2002).
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino ser la posición con las piernas flexionadas sobre el pecho (Matera 2008).
Los documentos históricos de los siglos XVI y XVII (documentos de campañas militares, informes eclesiásticos y cartas anuas, encomiendas de indios y autos legales) mencionan a diferentes pueblos o “parcialidades”: pulares, tolombones, pacciocas, quilmes, amaichas, tafíes, yocaviles, anginahaos, ingamanas, etc. incluidos en el nombre general de “Diaguitas” o “Calchaquíes”. A pesar de los intentos por establecer precisiones, no resulta claro qué tipo de unidades de población describen las parcialidades. Se buscó asimilar el término parcialidad a la noción de grupo étnico y a su vez unirlas a algún poblado, o grupo de poblados arqueológicos específicos (Lorandi y Boixadós 19871988). Sin embargo, de acuerdo con una reciente revisión crítica se reconoce la ambigüedad del vocablo parcialidad que, según los contextos discursivos, puede referirse a categorías de distinción étnica, política y/o de asentamiento (Lorandi 2003).
Para finalizar el segmento, consideramos necesaria una reflexión en torno al lugar que ocupan los valles Calchaquíes, y en particular Yocavil, en la elaboración de la historia precolombina del NOA y el peso de los estudios sobre las sociedades de la época tardía. La región constituyó un centro de las miradas de los arqueólogos desde los comienzos de la disciplina, por lo que la investigación ha sido intensa a pesar de lo cual el conocimiento sigue siendo fragmentario. Ante la necesidad de organizar síntesis se ha acudido a la concepción del espacio como región (con un carácter tanto ecológico como culturalmente integrado) para elaborar una historia regional en base a un conocimiento inevitablemente fragmentario, de acuerdo al procedimiento de unir secuencias locales truncadas para ofrecer una historia regional general, como por ejemplo el cuadro de A. R. González (1950-1955:12). Ciertas particularidades regionales quedaron así oscurecidas en la construcción arqueológica inicial de esta historia regional (Scattolin 2000). El valle de Yocavil o Santa María es destacado en esta síntesis a la hora de considerar el segmento correspondiente a los momentos tardíos, incaico e hispano-indígena. Hay que mencionar aquí las excepciones: los trabajos (breves y preliminares) de Cigliano que buscaron construir una secuencia completa a partir de la información disponible para el valle de Santa María (Cigliano 1959-1960; Cigliano et al. 1960) o cuadros como el de Serrano (1967:3) donde no se realiza esta clase de uniones, dejando libres los espacios cuando no hay información para un período y un área. Sin embargo, como algunos trabajos logran mayor impacto que otros, prevaleció durante mucho tiempo la visión plasmada en el primer cuadro.
En el año 1659 se inicia la primera campaña militar de Mercado Villacorta, quien avanza desde el norte por el fondo de valle, derrotando a todas las poblaciones hasta Quilmes, cuya resistencia no logra vencer. En 1664 se organiza la segunda campaña, en la que son derrotados los pueblos del segmento central y sur de Yocavil y se domina definitivamente la totalidad de los valles. Estos acontecimientos significaron una disrupción violenta en el modo de vida de los pueblos locales, se impidió a los vencidos la residencia en sus poblados en los cerros y se produjeron traslados masivos de población, repartida en encomiendas y reducciones dentro y fuera de los valles (Sánchez s/a). Es escasa la documentación arqueológica de esta etapa de grandes transformaciones, en el plano político, productivo y demográfico de las sociedades de Yocavil, que significó el proceso de la conquista hispánica y que culminaría en la desestructuración social de las comunidades a partir de las desnaturalizaciones y extrañamientos (Sánchez s/a.). En el sitio El Pichao se identificó un sector del poblado que fue ocupado durante el Período Hispano-Indígena (Stenborg 2001) y diferentes fechados radiocarbónicos de contextos en poblados del valle caen dentro del rango temporal de esta época (Greco 2007), pero faltan aún estudios orientados a conocer cómo se reorganizó el asentamiento y cómo fueron abandonados los diferentes pueblos considerando el escenario histórico de las guerras calchaquíes. La etapa es mejor conocida en cambio desde la funebria. Se conocen varios cementerios con entierros de la época en los que se encuentran ofrendas con materiales europeos, como cuentas de vidrio u objetos de hierro, junto con cerámicas de estilos novedosos conocidos como Caspinchango y puntas de flecha de hueso (Baldini y Albeck 1982; Tarragó 1984; Tarragó et al. 2005; Marchegiani 2008; Matera 2008). Son rasgos notables de esta época la existencia de algunas tumbas con gran cantidad de elementos de ajuar, superior a los que se han registrado en tumbas más antiguas y cambios en las maneras de disponer los cuerpos dentro de las cistas, que pueden aparecer en posición extendida, cuando lo común solía
Los recientes textos de Scattolin han llamado la atención sobre la duradera invisibilidad de las sociedades presantamarianas y han contribuido a modificar esa situación al presentar esa discusión junto con nueva información (Scattolin 2000, 2001, 2003, 2007; Scattolin et al. 2001, 2005; Tarragó y Scattolin 1999). El interés sostenido en el estudio del Formativo local está modificando una imagen acendrada de Yocavil como un “lugar” del Período Tardío. Fabian (1983) propuso la interesante noción de espacialización del tiempo para dar cuenta de una de las consecuencias salientes del método evolucionista en la antropología. Los estudiosos evolucionistas del siglo XIX recrearon una historia conjetural de la humanidad y construyeron el modelo de los estadios evolutivos de salvajismo, barbarismo y civilización a partir del estudio de sociedades que eran contemporáneas a la propia. De este modo se ancló a los pueblos primitivos del presente etnográfico en un tiempo anterior, creando un “otro” primitivo y produciendo una negación de la simultaneidad entre “estudiosos y estudiados”. Este método generó una espacialización del tiempo, al
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Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico vincular ciertas geografías con un estadio evolutivo particular.
que poseen los rasgos específicos que le confieren la situación individual, social e histórica de las producciones. En este apartado se analiza el significado de los conceptos de producción y estilo tal como aquí se los utiliza y se desarrollarán los problemas concretos que se pretende abordar a través de la vinculación de estos dos conceptos.
La definición de culturas en la arqueología del NOA, ubicadas cronológicamente en los esquemas de periodificación y espacialmente en las subregiones (y unidades geográficas menores como los valles) generó un proceso similar de espacialización del tiempo, o si se prefiere, tomando con libertad esta idea de Fabian, se pueden invertir los términos y hablar de una temporalización del espacio, a través de la identificación de ciertos lugares con culturas arqueológicas correspondientes a diversos momentos. Determinados valles pasaron a identificarse de modo particular con alguna cultura específica y por ende, con el tiempo cronológico y con el estadio evolutivo que esta representaba.5 El valle de Yocavil es un caso paradigmático en ese sentido. La cultura Santamariana del Período Tardío o de los Desarrollos Regionales fue la entidad que identificó al valle de manera más notable y por lo tanto el valle de Santa María es percibido como un “lugar” del Período Tardío. Contribuyen a esta configuración la falta de nombres propios para las sociedades presantamarianas. Denominación que a la vez resulta alegórica de la impronta entre los arqueólogos de la magnitud del mundo Santamariano.
Producción De acuerdo con un postulado básico del materialismo histórico el trabajo y las operaciones técnicas y productivas se encuentran en toda sociedad en la base de los modos en los que los hombres actúan para reproducir en el tiempo las propias condiciones de su existencia material y social, es decir su modo de vida. Esto implica tanto la acción sobre la naturaleza como la organización para la interacción con otras personas; acciones conjuntas y asociaciones de complementariedad. Las personas crean y reproducen así en su vida cotidiana el mundo en el que viven y en este proceso dinámico la tecnología juega un rol crucial (Marx y Engels 1974 [1888]: 16). Producción y práctica son aquí dos conceptos eje, en tanto la vida social es concebida como práctica, es decir acción transformadora de las personas respecto de su medio material y social. A tono con estas premisas la arqueología de la producción (Mannoni y Giannicheda 1996) propone que el estudio arqueológico de la fabricación de bienes no debe limitar su campo al análisis de los sitios o establecimientos donde se elaboraban los bienes, sino que se encuentra información relevante en todos los contextos en los que se emplearon y descartaron las tecnofacturas y en las características intrínsecas de los objetos creados. Desde esta perspectiva la producción no se restringe a los procesos tecnológicos o a las materias primas, sino que, como ya se ha mencionado, incluye todo lo relacionado con la elaboración, la distribución, el uso y el consumo de los bienes. Para una comprensión más completa del rol de los artefactos dentro de una sociedad estos aspectos deben ser considerados en su conjunto. Las distinciones entre los mismos son entonces de índole analítica.
1.2. Producción y estilo Los lineamientos del trabajo se organizan alrededor de los conceptos complementarios de producción y estilo, entendidos desde una visión materialista, y orientados al estudio de las cerámicas arqueológicas calchaquíes. El primero se define, en tanto práctica económica, como el conjunto de los aspectos tecnológicos y organizativos relacionados con la elaboración de los bienes, así como también con los mecanismos sociales de su distribución y de su uso-consumo. El segundo, como el producto de las acciones desarrolladas por personas con creencias, valores y conocimientos que integran grupos sociales concretos, con su historia y tradiciones. Es el resultado particular del proceso de producción plasmado en bienes 5 En la arqueología del NOA se han empleado los esquemas clasificatorios de las sociedades del evolucionismo cultural. Estos modelos, que pueden ser útiles para elaborar descripciones, carecen de posibilidades para la explicación de los cambios que suceden en el seno de las sociedades a lo largo de su historia, imposibilidad explicativa que genera una imagen “saltacionista” del cambio social. Se describen secuencias de sociedades, pero no podemos ver qué procesos históricos, qué mecanismos pudieron estar en juego en las transformaciones sociales, quedando entonces una impresión de sucesión por reemplazo de diferentes culturas. Por ejemplo, las sociedades del Período Temprano o Formativo se han clasificado como bandas, o tribus o tribus multicomunitarias simples de vida aldeana, las del Período Medio o de Integración Regional como señoríos o bien señoríos teocráticos, las del Período Tardío o de los Desarrollos Regionales como señoríos, jefaturas o cacicazgos semiurbanos (Pérez Gollán 2000; Raffino 1991 [1988], 1999; A. R. González 1998). Cada una de estas formas de organización social han definido de algún modo a los períodos, que entonces, poseen tanto un valor cronológico cuanto de contenido evolutivo. Y aquí es donde se produce una intersección problemática entre las nociones de historia y evolución, la primera organizada de acuerdo al tiempo cronológico, la segunda en torno a nociones abstractas como la de progreso o complejidad (Mc Guire 1996).
La especialización en la producción se ha definido en base a diferentes criterios organizativos, que pueden estar relacionados. Uno de ellos es la escala de producción, la elaboración de bienes en cantidades superiores a las requeridas por las necesidades de consumo de la unidad, es decir que el conjunto de usuarios es superior al conjunto de productores. Otros criterios se refieren a la división del trabajo, mayor inversión de tiempo en el trabajo e inclusive dedicación exclusiva a la actividad. En este sentido algunos autores entienden a la especialización artesanal en términos absolutos, definiendo al especialista como a aquel individuo que no realiza más tareas económicas que la de producir un bien dado (Longacre 1999). Otros, en cambio, la conceptualizan como un fenómeno de grado, como un estado relativo, no absoluto de una forma de organización de la producción (Mannoni y Giannicheda 1996).
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino luego usados y exhibidos por estos grupos como objetos donde se condensan las diferencias de estatus (Costin 1991; Costin y Hagstrum 1995). Su posesión es indicativa de pertenencia grupal por lo que son bienes útiles a la demarcación de distinciones sociales.
La producción doméstica se define en contraposición a la especializada principalmente por relacionarse con las necesidades de consumo de la unidad productiva. En ese sentido, la escala de producción es inferior y la distribución y uso del bien (cerámica) se restringe al seno de la unidad. Se han propuesto algunos correlatos materiales de la especialización artesanal, como la estandarización en las artesanías (a nivel de las formas, dimensiones, materiales, etc.), la distribución de las artesanías más allá de los emplazamientos productivos, el desarrollo de mayor habilidad o pericia técnica, la repetición de las técnicas y del tipo de errores y una mayor calidad en los productos elaborados (Shepard 1957; Dietler y Herbich 1989; Mannoni y Giannicheda 1996; Piñeiro 1997; Sjödin 1998; Laguens y Juez 2001). Sin embargo algunos autores han recomendado cautela, ya que aspectos tales como la habilidad del alfarero, el empleo de moldes o el uso de parte de varias unidades domésticas de una misma fuente de arcilla pueden determinar cerámicas estandarizadas que no necesariamente se relacionan con producciones especializadas (Longacre 1999; Arnold 2000). Rice (1987: 126) reconoce que la variabilidad en la cerámica puede codificar información acerca de las estrategias de producción, aún así, considera que en ausencia de talleres, la visibilidad arqueológica de la producción especializada es baja y el tema se mantiene ambiguo. A esto se puede agregar que en estudios etnográficos se han observado producciones alfareras que podrían calificarse como especializadas, pues se elaboran cerámicas en abundancia con el propósito de su venta o intercambio en el mercado y sin embargo la fabricación se desarrolla dentro de espacios domésticos y sin instalaciones específicas o talleres. Esta clase de producción, en la que se puede llegar a elaborar grandes volúmenes de cerámicas, se ha definido como “industria doméstica” (household industry) (Peackock 1982, en Dietler y Herbich 1989).
Por la gran cantidad de energía y destreza requerida en su elaboración algunas tecnofacturas, como los metales y los textiles finos, han sido consideradas por su valor y aparente efectividad como bienes de prestigio a través del control de su distribución y exhibición ritualizada por parte de las elites en Yocavil (L. R. González 1994). En un trabajo anterior se ha planteado a la producción de cerámica en la localidad arqueológica de Rincón Chico, uno de los centros poblados tardíos de Yocavil, como posibles casos de producción especializada cuyo resultado no fuera la elaboración de bienes de elite, puesto que la distribución de los vestigios de vasijas de estilos locales decorados y ordinarios era cualitativa y cuantitativamente regular en los diferentes sectores del poblado, aún entre sectores con arquitectura diferencial. Observando la distribución espacial de los hallazgos se planteó que las cerámicas serían por lo general objetos de acceso generalizado, lo que no excluye la elaboración de algunos ítems especiales que pudieran haber sido empleados en el establecimiento de distinciones sociales de tipo jerárquico. En qué medida esas producciones fueron promovidas por elites no es algo en lo que se haya podido avanzar (Palamarczuk 2002). En ese sentido los bienes de elite o de prestigio se definen no sólo por su carácter exótico o costoso, sino principalmente por las pautas sociales que marcan quiénes están habilitados o inclusive obligados a emplearlos y quienes no pueden ni deben hacerlo. En un reciente examen crítico a lo que denomina “modelo de economías de prestigio” Nielsen propone que el valor de los bienes no debe considerarse a priori por la arqueología puesto que éste se establece a través de procesos semióticos de atribución de significados, y por lo tanto debe ser entendido en relación a contextos culturales específicos. Esta perspectiva no niega que ciertos bienes poco comunes o poco necesarios para la subsistencia carezcan de valor, sino que los criterios de utilidad, escasez o inversión de energía son solamente una parte de las propiedades objetivas que intervienen en la asignación de valor y significado de las cosas (Nielsen 2007: 401).
Aquí se considera a la especialización artesanal en relación a la escala de la producción, teniendo presente que las modalidades organizativas pueden ser muy diversas. Por otro lado en una sociedad pueden haber variaciones en la producción de una misma clase de bienes y superposición y simultaneidad de diferentes esferas productivas. Al considerar las escalas de la producción queda planteado el tema de la distribución de los bienes de producción especializada, es decir los sistemas que definen su circulación en el espacio y entre diferentes unidades sociales, y las posibilidades de acceso que los grupos en una sociedad estratificada pueden tener sobre ellos. La distinción de los niveles de especialización en la producción artesanal se ha empleado con frecuencia en el tratamiento del tema de la complejidad social. Por un lado en relación a la diferenciación de individuos o grupos en una comunidad a partir del desempeño de oficios que implican conocimientos, roles sociales particulares y relaciones de complementariedad. Por el otro se ha destacado el rol de las elites políticas en el fomento del artesanado productor de bienes de prestigio,
Para finalizar este segmento, se plantea que si bien aquí se considera que el estudio de los bienes de prestigio es sumamente importante, también lo es la consideración de los bienes comunes utilizados recurrentemente en la vida cotidiana. Estilo Vemos en el concepto de estilo una noción que aporta a esa reconstrucción contextual necesaria para la indagación del sentido y la valoración de las cosas. El estilo es el segundo pilar conceptual, y unidad de análisis más inclusiva en esta investigación. Es una útil 8
Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico otros elementos -materiales y del campo de las ideas- que en conjunto forman un sistema, que es la obra de arte.
herramienta para la clasificación actual de materiales en base a ciertas regularidades en sus características, que son el resultado de prácticas sociales, formas particulares de hacer y representar, realizadas en el pasado.
“… modelo o patrón estético formal y expresivo al que responde un cierto número de obras de arte, propias de una cultura, un grupo étnico, un área geográfica, un período histórico, un individuo o grupo de individuos, e incluso un período en la historia personal de un individuo, y mediante el cual se puede proceder a la identificación de obras determinadas por aquel.” (Alcina Franch 1982: 108).
La idea de unidad es la que se retoma aquí para proponer la definición de estilo con la que se trabajará en adelante, como el conjunto de rasgos integrados por los aspectos tecnológicos, morfológicos e iconográficos de un conjunto de cerámicas agrupadas en función de sus semejanzas en los estados de las variables comprendidas en estos tres aspectos de su materialidad, puesto que en todos ellos se encuentran elementos vinculados con su reconocimiento como conjunto con particularidades propias definidas generalmente por oposición a otros conjuntos. Es decir, que es también un reconocimiento relacional o contrastado con diferentes conjuntos de expresiones. En ese sentido se plantea una correspondencia con la noción de “obra de arte” expresada más arriba y poniendo en un paréntesis las connotaciones propias de las culturas occidentales detrás de la noción de arte o “bellas artes”.
Esta concepción invoca de manera muy sintética a las nociones de arte, patrón, repetición, expresividad, identidad, reconocimiento, tiempo y espacio. El autor considera que entre todos estos factores implícitos, los dos últimos -tiempo y espacio- son los únicos imprescindibles para la organización de secuencias históricas y procesos de difusión y popularidad de unos estilos respecto de otros, si se homologa la noción de tipo a la de estilo con esa finalidad. Sin embargo la amplitud de la definición muestra las distintas posibilidades de sentido contenidas en la noción de estilo.
Desde los análisis del arte surgieron también planteos que destacaron las relaciones existentes entre arte e ideología. Reconocimiento que daba pie a la búsqueda de significados en los estilos. El estudio de los temas seleccionados (las ideas rectoras que otorgan un significado), de las maneras de representación (la selección de elementos relevantes a partir de modelos) y del arreglo espacial de la composición total se propuso como vía para un acercamiento al simbolismo de las antiguas poblaciones (Levine 1957; Kusch y Hernández Llosas 1978; A. R. González 1998).
Respecto a la identificación o reconocimiento propone que la forma y el estilo tendrían la finalidad de tornar a la obra de arte reconocible. La forma es lo que confiere “tangibilidad” a las obras, las que no sólo se han hecho para ser contempladas, sino también para ser tocadas: tersura, frialdad, frescura, suavidad son elementos de la percepción táctil que intervienen en su reconocimiento (Alcina Franch 1982:109). Este parámetro es de especial utilidad cuando se trabaja con objetos cerámicos, concebidos para ser tocados y manipulados. La noción de expresividad pone en relieve la dimensión comunicativa del arte y la idea de que hay una finalidad o voluntad de manifestación en la elaboración de la obra.
En la producción de bienes se imprimen entonces, de modo consciente o inconsciente, rasgos que son característicos de quienes los hacen; personas, familias, gente de una región y de una época particulares. Todos estos elementos de identidad y sentido están presentes en los objetos, formando parte del estilo. Su estudio constituye entonces una vía analítica para abordar temas de interacción social, identidad y simbolismo. Estas maneras particulares de hacer las cosas juegan un papel fundamental en la comunicación de mensajes. Así, la cerámica se empleó como medio para la reproducción de ideas, valores o historias míticas a través de la inscripción de signos que podían ser transmitidos e interpretados en las distintas situaciones de uso de la misma. En este sentido se le reconoce un papel activo en la producción y reproducción de relaciones sociales (Marchegiani et al. 2006).
En su acercamiento antropológico a la obra de arte, Alcina Franch la entiende como un sistema compuesto por diferentes atributos: materia y técnica (soporte material), asunto y finalidad (aspecto sutil), forma y estilo (aspectos que manifiestan a la obra de arte reconocible). Este último, el estilo, es definido como:
No obstante ser la identificación a partir de regularidades una base en la definición de estilo, se reconoce su carácter inconstante, móvil y dinámico. Algunas de sus facetas escapan a una identificación estrictamente lógica (Shapiro 1962), ante lo cual es necesario acotar con precisión las particularidades que afectan a los estilos de manera de lograr una definición y un tratamiento – análisis- de acuerdo con la lógica. Una visión normativa del estilo es criticada por el autor al relativizar la idea de que las fuerzas dominantes o determinativas del estilo respondan a una concepción del mundo común a toda la sociedad (Alcina Franch 1982: 106).
La noción de reproducción social no se limita a la producción de bienes a partir de los cuales se satisfacen las necesidades de consumo y de subsistencia, sino que involucra a todos los procesos principales que intervienen en la perpetuación de la sociedad. Un ejemplo son los sistemas de signos, los que son a la vez productores, herramientas y producto de la reproducción social. Productor, porque es a partir de los procesos de adquisición de las categorías, usos y valores de la propia comunidad que un individuo pasa a formar parte activa en la misma y a autoidentificarse y ser identificado a su vez
Esta definición ubica al estilo en el plano de los aspectos formales del diseño decorativo, aunque lo integra con 9
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino como un miembro; es a partir de los propios sistemas de signos que el individuo logra este aprendizaje. Herramienta, ya que es a través de los sistemas de signos que las personas se comunican y pueden encarar una labor comunicativa; cualquier proceso social se encuentra mediatizado por algún sistema de signos. Producto, por ser el resultado de convenciones sociales que se modifican y se generan en el ámbito de la comunidad (Rossi Landi 1974).
metales, los textiles o el arte rupestre, entre otros. Al plantear la existencia de un complejo estilístico con relaciones recíprocas de tipo “icónico” entre ciertos elementos de la metalurgia del bronce calchaquí y la cerámica Famabalasto Negro Grabado se está considerando este reconocimiento de la manera en que algunos signos expresan significados que no se fundan exclusivamente en relaciones convencionales, sino en base a semejanzas.
El tema de la significación de los signos visuales introduce en el campo de la semiótica. El proceso de la significación es concebido por Peirce como la relación triádica entre el signo, el objeto representado y la interpretación. De acuerdo con otra trilogía planteada por este autor, los signos pueden dividirse en índices, íconos y símbolos. Los índices son “Signos que representan sus Objetos al estar realmente conectados con estos”. El ícono es el “Signo que representa su objeto al parecérsele”. Por último los símbolos son “Signos que representan sus Objetos esencialmente porque se los interpretará de esta manera” (Peirce 1987: 105). Las distintas clases de signos mantienen particulares tipos de relaciones recíprocas (contigüidad y similitud) entre el significado y el significante. No debe entenderse sin embargo a esta división de los signos como categorías completamente excluyentes (Jakobson 1973).
Como destaca Morris (1995) el lenguaje y la escritura no son los únicos medios a través de los que se puede comunicar información social o cultural, los diseños realizados sobre diferentes materiales también son medios efectivos para la transmisión de valores culturales y por ello intervienen condicionando la conducta y las relaciones humanas. En sociedades que carecen de sistemas de escritura y aún también en aquellas que los han desarrollado, los símbolos y señales visuales asumen roles comunicativos importantes. Temas en torno a la producción y el estilo A través del estudio de la cerámica Famabalasto Negro Grabado se abordarán distintos temas relacionados y con un creciente nivel de complejidad. Por un lado se desarrolla una descripción del conjunto de objetos con características comunes (en lo tecnológico, morfológico e iconográfico) agrupadas en el estilo. Luego se busca su primera contextualización general en espacio y tiempo que permite situarlo en un contexto histórico y social particular. La observación de los contextos y variantes es un paso necesario para un acercamiento a las situaciones de uso a través de las cuales inferir la valoración social del estilo y los roles que le eran reservados en la sociedad que lo producía.
El siguiente nivel será proponer que los objetos (en este caso particular las vasijas como totalidad o incluso algún elemento que las compongan, como sus esquemas de diseño, su color, su brillo, etc.) son medios para el establecimiento de referencias o mensajes, es decir, que constituyen signos. Un objeto arqueológico, por ejemplo una vasija, es un índice pues ha mantenido una relación de contigüidad física con quienes la elaboraron, usaron y valoraron (persona, comunidad, cultura, etc.). Su estudio permite generar datos que se procuran enhebrar para comprender el proceso de la producción. Pero esta información se torna relevante en tanto se busque observar la relación entre dichos datos y la situación referencial de la que son índices, es decir las situaciones entre los actores del pasado vinculadas de algún modo al objeto. Esta es una mirada que pone el foco en las personas y la cultura, proyectándose más allá del objeto (Caviglia 2002). Al mismo tiempo esa vasija también puede ser un ícono. Por ejemplo, las semejanzas percibidas entre cerámica FNG y los metales pueden entenderse a la luz de esta categoría, existiendo referencias recíprocas entre ambos conjuntos de bienes basadas en características de diseño en común (similitud). Estos esquemas en común (Jernigan 1986) son analizados, destacando las afinidades y también los elementos que son exclusivos a cada soporte material. Los aspectos simbólicos son de tratamiento más complejo, pero la identificación de los esquemas y de los temas representados es una vía para comenzar a indagar las convenciones.
La identificación de la variación regional y temporal en el estilo se considera aquí en la evaluación de dos temas principales: a) la interacción entre diferentes asentamientos y b) las diferentes situaciones que pudieron intervenir en la creación de innovaciones en cada caso. Con relación al primer punto, la interacción entre diferentes asentamientos, en principio se plantea que es posible lograr un reconocimiento de la variación regional en el estilo FNG, tomando como ejemplo los logros alcanzados en la distinción de variantes regionales del estilo Santa María (Serrano 1958; Caviglia 1985). En segundo término el estudio de los patrones distribucionales de la variación puede aportar información relevante para un acercamiento a los mecanismos de la interacción social entre personas, familias, pueblos o unidades políticas integradas de mayor nivel. Esto requiere sin embargo de ciertos recaudos metodológicos, puesto que las relaciones inferidas deben fundarse en elementos de juicio adicionales a los patrones observados. En su revisión de los diferentes usos del concepto de estilo en perspectiva histórica a través del empleo del concepto de paradigma de Kuhn (1980), Llamazares y
Diferentes facetas del estilo pueden entonces distinguirse en varios soportes materiales como la cerámica, los 10
Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico culturalmente, aunque no completamente determinados. Las tradiciones no son absolutamente determinantes, debido a la habilidad humana de razonar, que permite a los individuos modificar, en ciertos niveles, la cultura (Trigger 1991: 559)
Slavutsky (1990) incluyen dentro de lo que llaman el “paradigma sistémico-funcional” a una serie de trabajos de la arqueología norteamericana (por ejemplo Whallon 1968; Hill 1970; Plog 1976), conocidos a través de la crítica de Sacket (1977) como “sociología cerámica”. Esta corriente se definió por el objetivo de analizar mediante la distribución estilística los indicadores de la interacción social. Un supuesto fundamental de este grupo de trabajos era la existencia de relaciones directas entre interacción social y similitud estilística. Las investigaciones se apoyaban fuertemente en el empleo de aproximaciones históricas directas, inferencias etnográficas y técnicas estadísticas. Estos trabajos fueron criticados y sus supuestos refutados con nuevos ejemplos etnográficos (Hodder 1977, 1982), por ejemplo el que señala el uso de los estilos en áreas de frontera, como elementos de demarcación entre grupos que mantienen intensas interacciones (Llamazares y Slavutsky 1990: 89).
Al estudiar los diseños de la cerámica Mimbres del Sudoeste de Nuevo Méjico, Hegmon y Kulow (2005) toman la noción dual de agencia y estructura para dar cuenta de la dinámica del surgimiento de innovaciones en el diseño.6 La agencia es definida como la acción humana que influye sobre su propio medio material y social y la estructura se considera el marco de reglas y recursos que intervienen en la reproducción de los sistemas sociales, actualizada en forma permanente a través de las acciones (Giddens [1984] 1985: 53). La acción de pintar o decorar la cerámica con diseños particulares, ya sean estos elementos antiguos o innovadores, es entendida como agencia. El estilo, que representa una tradición de diseño, se considera como un análogo de la estructura. Los objetos son creados por personas concretas con tradiciones culturales que definen valores estéticos, pero esas pautas valorativas son cambiantes y los elementos de innovación planteados por un artesano pueden ser más o menos influyentes sobre su propio medio de acuerdo con diferentes aspectos que rodean a su personalidad. Así los modelos innovadores que proponen algunos artesanos o diferentes grupos de pertenencia familiar o política pueden ser más o menos aceptados y reiterados en la comunidad y de esta manera son incorporados en la estructura o se limitan a ser expresiones “ocasionales” no reiteradas (Hegmon y Kulow 2005).
Esta experiencia y sus críticas muestran el problema detrás de la asunción directa entre similitud estilística e interacción y a la inversa, diferencias estilísticas y ausencia de la interacción. No obstante, antes que clausurar el camino del estudio de las interacciones sociales a través del estilo, deben alertar sobre lo inadecuado de las generalizaciones descontextualizadas. Se plantea entonces que la vía para interpretar los patrones distribucionales observados en el estilo está en la contextualización que integre múltiples clases de información disponibles sobre la sociedad particular bajo estudio, ya sea arqueológica (por ejemplo el comportamiento distribucional de otros estilos, materiales, arquitectura, etc.), etnográfica, lingüística e histórica.
Estas innovaciones no surgen nunca azarosamente, pueden ser el resultado de desarrollos o invenciones originales de individuos en el seno de una comunidad en relación con aspectos conscientes o inconscientes, pero además existen otras fuentes que pueden ser emuladas, siempre que las condiciones sean favorables a su incorporación. Por ejemplo, la introducción de elementos foráneos (desde el pueblo vecino hasta una región remota). Otro ejemplo es la reedición de conceptos que vienen del pasado y que pueden estar más o menos en desuso. Este punto es de sumo interés, ya que abre la puerta a reflexiones en torno a la memoria y las nociones de historia y ancestralidad construidas en una época y una sociedad.
Otro elemento muy importante a considerar es la unidad de observación estilística que se compara, puesto que no es lo mismo observar la distribución espacial de una técnica decorativa aislada, sin referencia a las características de forma o composición del diseño (Gosselain 2000) o de elementos de diseño aislados, que la observación de patrones de configuración del diseño o vasijas, ya sean enteras o fragmentadas. Por otro lado, al estudiar cerámicas es importante también, en la medida de lo posible, integrar la información procedente de diferentes líneas de análisis del material, no sólo del diseño y la forma, sino también relacionadas con lo tecnológico (materiales y modos de hacer las piezas).
Las afinidades muy cercanas y consistentes entre dos civilizaciones antiguas pueden atribuirse a enlaces históricos a partir de una cultura ancestral en común o por contactos en una época más tardía. Aún así las semejanzas en los estilos artísticos no sólo están reflejando relaciones históricas, sino la voluntad de los grupos sociales de afirmar, o por el contrario rechazar
En relación al segundo punto: las diferentes situaciones que pudieron intervenir en la creación de innovaciones, la innovación y transformación estilística se entiende de acuerdo a una relación dialéctica entre prácticas y tradiciones en el marco de las particulares condiciones materiales de la vida y la historia de las personas y de las unidades sociales.
6 El término agencia es una traducción, consensuada por el uso reiterado, del término inglés agency, que en una de sus acepciones significa albedrío, es decir, la potestad de obrar por reflexión y elección. Es una derivación de la noción marxista de práctica, la que se define como acción transformadora de las personas respecto de su medio material y social.
Cada generación se desarrolla de acuerdo con los conocimientos y creencias que las personas emplean en pos de alcanzar sus propios objetivos definidos 11
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino “El enfoque de la biografía cultural, formulado por Kopytoff, es característico de cosas específicas, que se mueven a través de diferentes manos, contextos y usos, acumulando así una biografía particular o un conjunto de biografías. Sin embargo, cuando observamos clases o tipos de cosas, es importante considerar cambios a largo plazo (con frecuencia de la demanda) y dinámicas a gran escala, que trasciendan las biografías de los miembros particulares de esas clases o tipos.” (Appadurai 1991 [1986]: 52).
distintas clases de afinidades políticas o sociales (Hodder 1982). ¿Pero cuál es el nivel de autonomía de los artesanos al producir? ¿Qué otros actores, más allá de los artesanos pueden condicionar, requerir o exigir determinados elementos que comportan variación o repetición de un tema o inclusive su cancelación? En el estudio de sociedades estratificadas son múltiples los grupos o personalidades que pueden estar interviniendo, ya sea que se trate de la producción de bienes de prestigio como de otros materiales de consumo generalizado.
En este sentido, el estilo Famabalasto Negro Grabado podría considerarse como una clase particular de objetos a través de los cuales podemos observar, aunque indirectamente, cambios a largo plazo y dinámicas sociales que vayan más allá de las biografías particulares de cada pieza cerámica singular.
De acuerdo con Cannon (1989) los estilos artísticos son prontamente influenciados por los cambios en las condiciones sociales, políticas y económicas, y por cambios en las creencias religiosas (Trigger 1991: 559). Esto se condice con el carácter expresivo de los estilos, los que, como parte del sistema de signos en una sociedad son a la vez resultado, medio y productores de las relaciones sociales.
1.3. Consideraciones metodológicas del trabajo
y organización
Se referirán a continuación algunos aspectos de la organización metodológica general del trabajo. Luego en cada capítulo se avanzará en mayor detalle en la exposición de los pasos metodológicos considerados en cada instancia de la investigación.
La naturaleza integral y dinámica de las relaciones entre las personas y los objetos lleva a preguntarse cómo pudo variar en el tiempo y según diferentes sectores de la población el significado y la valoración social de cada estilo. La perspectiva de la biografía cultural de los objetos (Kopitoff 1991 [1986]) destaca que las cosas no pueden entenderse plenamente a partir de un único momento o faceta de su existencia. Los ciclos de producción, intercambio y consumo deben apreciarse como una totalidad (Gosden y Marshall 1999). Poniendo en un paréntesis las discusiones en torno a la distinción de dones y mercancías, se rescata aquí la noción de biografía que ayuda a comprender la dimensión histórica de los objetos.
En principio queríamos conocer qué se había dicho sobre esta cerámica para elaborar una historia acerca de la conceptualización del estilo en el ámbito académico de la arqueología. Esa es una parte muy interesante del proceso de investigación, ya que revela los cambios en las ideas y también pone de manifiesto los diferentes procesos mediante los cuales algunas producciones son tomadas en cuenta, logrando un gran impacto, mientras que otras, en ocasiones sumamente valiosas, permanecen ignoradas.
“Al elaborar la biografía de una cosa, se formulan preguntas similares a aquellas relacionadas con las personas: desde la perspectiva sociológica, ¿cuáles son las posibilidades biográficas inherentes a su “estatus”, periodo y cultura, y cómo se realizan tales posibilidades? ¿De dónde proviene la cosa y quién la hizo? ¿Cuál ha sido su carrera hasta ahora, y cuál es, de acuerdo con la gente, su trayectoria ideal? ¿Cuáles son las “edades” o periodos reconocidos en la “vida” de la cosa, y cuáles son los indicadores culturales de éstos? ¿Cómo ha cambiado el uso de la cosa debido a su edad, y qué sucederá cuando llegue al final de su vida útil?” (Kopytoff 1991 [1986]: 92).
Para ello se recurrió a bibliografía publicada e inédita como catálogos, tesis, libretas e informes de campo, laboratorio y colecciones. En paralelo, comenzó la conformación de la muestra de vasijas y fragmentos que constituyen el corpus de materiales analizados. La búsqueda intentó ser exhaustiva. Las vasijas FNG no son muy abundantes, por lo que se registró cada pieza y fragmento ubicado, ya sea a través de un reconocimiento directo como por fotografías e ilustraciones. El propósito era lograr una muestra que fuese todo lo grande que pudiera lograrse. Una premisa metodológica es observar muestras grandes, de lo contrario, las recurrencias pueden pasar inadvertidas. Es necesario también tomar en cuenta elementos oriundos de toda la región en la que se halla presente el estilo, de esta manera se pueden establecer relaciones entre ciertas recurrencias y regionalismos en la elaboración del mismo. Tal es el principio a través del cual se logró establecer diferentes tradiciones regionales en la cerámica santamariana (Caviglia 1985).
A lo largo de su “vida” los objetos tienen la capacidad de acumular historias, en especial en el caso de los objetos arqueológicos esas historias se enmarcan en diferentes situaciones históricas y marcos de referencia cultural. Una vasija en una vitrina de mueso es quizás una de las metáforas más contundentes de lo diverso en las historias de los objetos. Lo interesante del enfoque biográfico de Kopytoff en arqueología queda más claro a través de la siguiente síntesis que hace Appadurai:
12
Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico Con respecto a las piezas enteras se examinaron colecciones de arqueología del noroeste argentino de museos en distintos puntos del país y se establecieron contactos con museos extranjeros, cuyos nombres se han abreviado en tablas y epígrafes de ilustraciones de la siguiente manera:
MUNC Museo del Instituto de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Prov. de Mendoza, Argentina).
MLP Museo de La Plata (La Plata, Buenos Aires, Argentina). Colecciones Benjamín Muñiz Barreto (BMB), Francisco Pascasio Moreno (FPM), Adolf Methfessel (EAM), Carlos Bruch (CB) y Samuel Lafone Quevedo (SLQ)7.
MUNR Museo de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Santa Fe, Argentina). Colección Negrete y Museo de La Plata.
MAEC Museo Arqueológico “Dr. Eduardo Casanova” (Tilcara, Jujuy, Argentina).
EM Ethnologisches Museum Alemania). Colección Zavaleta.
MEJBA Museo Etnográfico “Juan Bautista Ambrosetti” (Ciudad de Buenos Aires, Argentina). Colecciones Zavaleta, Schreiter, Donación Ambrosetti, Donación E. Deautier, Breyer, Salvatierra y Bellas Artes (Quiroga).
Berlín,
WMV Museum für Völkerkunde (Viena, Austria). Colección Schreiter. MQB Musée du Quay Branly (París, Francia). Colección De La Vaulx.
IAMUNT Museo del Instituto de Antropología de la Universidad Nacional de Tucumán (San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina). Colecciones Schreiter, Paz Posse, Peirano, Berberián y Soria e INTERDEA.
Las vasijas se fotografiaron con cámara digital y se completaron fichas diseñadas para el caso en las que se volcaron datos acerca de la procedencia y contexto de hallazgo, publicaciones que refieren la vasija, dimensiones y observaciones sobre la forma, el diseño, el acabado de las superficies, la aplicación de pigmentos y marcas de uso. Los diseños de las guardas incisas se dibujaron de manera desplegada en estas fichas. De ese modo se pudo reunir una muestra conformada por 209 vasijas (enteras o muy completas) de estilo FNG. En base a las fotografías se realizaron calcos de las piezas, las que se reproducen en el Apéndice I. Las tablas que sintetizan la información métrica, morfológica y de diseño se incluyen en el Apéndice II. En las visitas a los museos conté con la invalorable ayuda de Marina Marchegiani.
MEB Museo Arqueológico Provincial Eric Boman (Santa María, Catamarca, Argentina). Colección Mendonça y piezas del catálogo del museo. MAS Museo de Antropología de Salta (Salta, Prov. de Salta, Argentina). Colección Williams. MAQ Museo Arqueológico Provincial Adán Quiroga (San Fernando del Valle de Catamarca, Catamarca, Argentina). MPBV Museo Padre Baudilio Vázquez (Fuerte Quemado, Catamarca, Argentina). Colección Pastrana. MAJBA Museo Arqueológico “Juan Ambrosetti” (Quilmes, Tucumán, Argentina).
(Dahlem,
La incorporación de fragmentos a la muestra resultó de suma importancia, ya que hay muchas localidades arqueológicas que no están representadas en colecciones de museos, pero en las que diferentes equipos de investigación hallaron tiestos en excavaciones o recolecciones. Se estudiaron entonces conjuntos de tiestos guardados en reservas patrimoniales de equipos de investigación que trabajan en la región. Los fragmentos fueron también fotografiados, dibujados y medidos. Cuando el tamaño del tiesto lo permitía se realizaron dibujos de reconstrucción de forma y diseños. Esta etapa de recopilación pudo cumplirse gracias a los investigadores que permitieron, con gran generosidad, el examen de los materiales, los cuales en muchos casos forman parte de muestras inéditas o son también material básico para el desarrollo de otros proyectos de tesis. En esta clase de estudio regional es de suma importancia la interacción entre los equipos de investigación y quiero expresar aquí mi sincero agradecimiento por la posibilidad de acceder a los materiales, reunidos a través de muchos años de trabajo intenso.
Bautista
MB Museo Bravo (Cafayate, Salta, Argentina). MPPD Museo Arqueológico Provincial Pío Pablo Díaz (Cachi, Salta, Argentina). MSLQ Museo Arqueológico Provincial Samuel Lafone Quevedo (Andalgalá, Catamarca, Argentina). MRPUC Museo y Reserva Patrimonial de la Universidad de Córdoba (Córdoba, Prov. de Córdoba, Argentina). MCH Museo Arqueológico Provincial Cóndor Huasi (Belén, Catamarca, Argentina). Colección Cura. MIH Museo Inca Huasi (La Rioja, Prov. de La Rioja, Argentina). Colecciones Gómez y Manzur. 7 Para el caso de las piezas del Museo de La Plata se ha adoptado el sistema de siglado recientemente implementado en esa institución, que incluye las iniciales del museo, del departamento científico, el número de objeto y las iniciales de la colección, en ese orden.
Verónica Williams facilitó materiales de Tolombón, Angastaco y Potrero Chaquiago. Mariano Corvalán hizo lo propio con los materiales del sitio Mortero Hachado. 13
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino desarrollo, permitió obtener información pertinente a los temas de cronología y situaciones de uso.
Gustavo Rivolta y Julián Salazar facilitaron las colecciones de Los Cardones. Eduardo Berberián y María Alejandra Funes compartieron los tiestos de la Loma Rica de Jujuil, Bárbara Manasse me enseñó los conjuntos de Los Cuartos de Tafí. Nora Zagorodny y Federico Wynveldt compartieron también los materiales de la Loma de los Antiguos de Azampay. Javier Nastri facilitó las muestras de sitios en el interior de la Sierra del Cajón. Clarisa Otero envió fotografías de una vasija y objetos de metal del Museo de Tilcara. Claudia Augustat remitió fotografías e información de doce vasijas de la Colección Schreiter en el Museum für Völkerkunde de Viena. Manuela Fisher y Steffen Mayer también proporcionaron fotografías y datos de varias piezas del Ethnologisches Museum de Berlín y Rodrigo Montani gestionó personalmente en el Musée du Quay Branly las fotografías de las vasijas de la Colección De La Vaulx de El Bañado.
Para la cuantificación de fragmentos se aplicó el criterio de familias de fragmentos que implica el agrupamiento, en base a sus semejanzas, de fragmentos potencialmente pertenecientes a una misma vasija (Orton et al. 1997). Este criterio es útil en la cuantificación y la selección de muestras para estudios tecnológicos, ya que reduce la posibilidad de la repetición de análisis sobre pedazos de una misma vasija fragmentada. En conjunto se registraron así, 258 vasijas de estilo FNG en estado fragmentario. El análisis personal de los conjuntos de fragmentos de diversos estilos presentes en los sitios significó el examen de una cantidad cercana a los 6.500 fragmentos cerámicos. Estos análisis se realizaron en equipo junto con Gerónimo Pratolongo, Marina Marchegiani, Alejandra Reynoso, Catriel Greco, Sol Grimoldi y Fernando Cabrera.
En el Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti se ubicó además una importante colección de fragmentos de El Mollar de Tafí correspondientes a la octava expedición de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, del año 1912, dirigida por J. B. Ambrosetti (Gancedo 1912). Por último y con la ayuda de Marisa Scaraffoni se revisaron las fotografías tomadas por Debenedetti en el año 1914 en el Ethnologisches Museum de Berlín, cuyos negativos en vidrio se guardan en el archivo del Museo Etnográfico. Personalmente había analizado para mi tesis de licenciatura las colecciones de fragmentos de cuatro sitios en el bajo de Rincón Chico. Estas muestras incluían ejemplares FNG que se incorporaron a la nueva investigación, como así también se sumaron otros conjuntos de la misma localidad y de Las Mojarras obtenidos en excavaciones dirigidas por Myriam Tarragó y Luis González y otras colecciones de superficie de sitios de Yocavil como Medanitos, Loma Redonda, Las Cañas y también Famabalasto, en el valle del Cajón.
En base a la información sobre procedencias de las muestras de vasijas enteras, fragmentos y datos bibliográficos se logró una imagen más completa de la distribución del estilo en el espacio regional, que se expone en el Capítulo 2. Por cierto es una imagen diferente a la que se había podido obtener previamente a partir de las investigaciones del equipo en Yocavil e información publicada (Palamarczuk y Manasiewicz 2001). La distribución a nivel de sitio es también analizada como vía para un acercamiento a las posibilidades de acceso social a la cerámica FNG y a sus diferentes situaciones de uso. La descripción y análisis de las características del estilo comienza con el abordaje de aspectos de la tecnología alfarera, considerados en el Capítulo 3. Los estudios permitieron conocer técnicas, características de los materiales empleados y distintas modalidades de manufactura cuya distribución regional fue evaluada. Aquí, la tecnología se concibe como un fenómeno dinámico en el que se vinculan tanto aspectos materiales como simbólicos, en una interacción permanente con otras tecnologías. En este sentido coincidimos con el planteo de Lechtman cuando postula que lo tecnológico penetra otras esferas de la cultura y es penetrado por ellas:
Para conocer la variabilidad de la cerámica Famabalasto Negro Grabado al interior del valle de Yocavil, se consideró de suma importancia realizar excavaciones sistemáticas específicas en las localidades de Rincón Chico y El Calvario de Fuerte Quemado, con el fin de incorporar nuevos materiales y compararlos. Se programaron excavaciones en área extendida en dos sitios. El sitio RCh 18 de Rincón Chico era importante en particular para las discusiones sobre cronología, pues de allí procedían los fechados más tempranos para un contexto con FNG (Tarragó 1998; Palamarczuk y Manasiewicz 2001). Por ello su excavación y análisis de materiales se realizó junto con Catriel Greco, cuya investigación doctoral trata los problemas de valoración cronológica de contextos y materiales de la época tardía en Yocavil. Los “torreones” incaicos de El Calvario de Fuerte Quemado se excavaron en el marco de la investigación que, en ese sitio, están llevando a cabo Alejandra Reynoso y Gerónimo Pratolongo, en relación con el proyecto doctoral de la primera investigadora sobre el ceremonialismo en la época tardía. La investigación sobre estas estructuras, que aún está en
“El estudio de las actividades técnicas va mucho más allá del mero conocimiento de las materias primas, las herramientas, las elaboraciones y los resultados de las actividades tecnológicas humanas. Trata de comprender de qué manera tales actividades son conceptuadas y valoradas por quienes las practican; qué conceptos generales del mundo, de sus elementos y su comportamiento han sido elaborados a partir de las experiencias tecnológicas; cómo los conceptos desarrollados en otras esferas de la cultura han influido la formación de conceptos tecnológicos, etc.” (Lechtman 1981: 15). En primer término se realizaron estudios petrográficos sobre una muestra regional compuesta por 59 cortes 14
Capítulo 1. Marco conceptual y metodológico estilos contemporáneos. Por último se observan patrones en la distribución regional de los diseños.
delgados de cerámica FNG de sitios de Yocavil, Tafí y Andalgalá. El estudio petrográfico fue realizado por el geólogo Eduardo Palamarczuk. En base a las descripciones de las pastas se definieron estándares a partir del agrupamiento de casos en función de las semejanzas notadas en los diferentes estados de atributos de las variables de análisis consideradas (Cremonte 1992). A su vez, los estándares se agruparon en categorías más inclusivas que llamamos Variedades, realizando una distinción principal entre variedades sin tiesto molido y con tiesto molido.
El tiempo es un eje fundamental para el estudio de los procesos históricos. Sin embargo, existen problemas difíciles de salvar cuando se encaran situaciones de corta duración como, por ejemplo, la expansión incaica en el NOA. La valoración del sentido cronológico de los objetos o la distinción de resoluciones temporales finas es, en ocasiones, un objetivo de logro incierto. En los Capítulos 5 y 6 se analizan lo que llamamos los “contextos de la vida cotidiana” y los “contextos funerarios” respectivamente, con el propósito de conocer situaciones de uso en espacios domésticos, productivos y ceremoniales y también la cronología del estilo. Las características de los objetos hallados en diferentes clases de contextos (funerarios y de la vida cotidiana) son luego comparadas buscando establecer elementos que puedan ser indicativos de su producción en relación a diferentes situaciones de uso.
Luego se avanza en un estudio preliminar mediante análisis por activación neutrónica instrumental de un conjunto de vasijas Famabalasto Negro Grabado (de Yocavil), Famabalasto Negro Sobre Rojo (de Andalgalá, valle Calchaquí y Santiago del Estero) y Belén (de Hualfín y Fiambalá). Este ensayo expone en principio la existencia de tendencias composicionales definidas para los diferentes estilos sujetos a comparación. En este paso se contó con la asesoría fundamental de Norma Ratto.
En el primer caso se evalúan de manera crítica las asociaciones muestra-evento-conjunto cerámico en 40 contextos con fechados radiocarbónicos y los niveles de adecuación entre el dato radiométrico obtenido y la cronología establecida según la valoración temporal de las asociaciones cerámicas (Greco 2007). Las excavaciones en Rincón Chico 18 y El Calvario de Fuerte Quemado aportaron nuevos fechados radiocarbónicos que se integran a los ya conocidos.
Por último se efectuaron análisis mediante técnica de Difracción de Rayos X sobre diez muestras de rellenos blancos aplicados en los diseños incisos con el propósito de distinguir la clase de materiales que usaban los alfareros en esa decoración. Los estudios fueron realizados por María Emilia Fernández de Rapp. La clasificación descriptiva de las formas es desarrollada en el Capítulo 4 integrando las propuestas de Shepard (1957) y la nomenclatura de Balfet et al. (1992) junto con las denominaciones tradicionales. Luego de definir las variantes de formas se observó su distribución espacial agrupando las piezas en áreas geográficas menores (valle de Yocavil, valle de Hualfín, valle Calchaquí, etc.).
En el segundo caso el análisis se aplica a 37 entierros mortuorios de infantes y adultos en los que se colocaron una totalidad de 72 vasijas FNG. A través del estudio de las “asociaciones” en estas tumbas, que en su mayoría son reutilizadas a lo largo de períodos de tiempo más o menos prolongados, se logra una segunda aproximación a la temporalidad con base en el conocimiento relativo a la antigüedad y vigencia de uso de otros estilos cerámicos de época. En este punto fueron de importancia radical la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata y su soporte documental y las investigaciones de Osvaldo Mendonça en el sitio RCh 21 de Rincón Chico (Tarragó et al. 2005), cuyo análisis en proceso ha permitido desarrollar ya varias tesis de licenciatura (Marchegiani 2004; Ammann 2006; Croatto 2008).
El análisis de los diseños se realizó integrando métodos de observación que podrían considerarse antagónicos como el análisis jerárquico, por el cual se desglosan niveles sucesivos entre segmentación del espacio de diseño, motivos, elementos y rellenos y el análisis no jerárquico que distingue esquemas (patrones de configuración y unidades de diseño) planteado por autores como Jernigan (1986) y Caviglia (1985, 2002). La crítica del primer autor a los análisis jerárquicos y la posterior respuesta crítica de Douglas y Lindauer (1988) a este enfoque son consideradas sumamente ilustrativas de los propios problemas y reflexiones que se fueron desarrollando a través del estudio de los diseños. Se concluye que se pueden extraer elementos positivos y complementarios de las dos clases de acercamiento, en tanto ambos muestran distintos recursos a los que se apela, en un ida y vuelta permanente entre percepción, descripción y análisis al indagar los diseños. Se realiza una exposición gráfica de la disposición de los campos decorativos y de los diferentes diseños identificados, en este caso guardas, ya que se considera que un asunto visual requiere a su vez de un tratamiento visual. Se distinguen los temas que se plasman en la cerámica FNG en relación a los temas invocados en otros
Cada tumba fue tomada como unidad de análisis, distinguiendo su procedencia de acuerdo al cementerio y la localidad. Se observó además el registro funerario completo en una localidad arqueológica (Famabalasto) para establecer comparaciones y conocer de qué manera se estaban incluyendo en otros entierros los estilos que aparecían en tumbas con FNG y los otros estilos de época que no se asociaban en ningún caso. Utilizando fotografías y dibujos calcados de las libretas de campo se compusieron ilustraciones de los sepulcros, incluidas al final del Capítulo 6. En el CD que acompaña a esta edición, hemos reproducido la versión en colores de estas figuras. En el Apéndice III se presenta una tabulación de los hallazgos en dichas sepulturas, según la clasificación original en las libretas de campo, la 15
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino diálogo con las comunidades que con insistencia demandan información acerca de los objetos arqueológicos que en el transcurso de décadas fueron llevados desde los valles para depositarse en los museos.
propuesta por Cigliano (1958) y la que se plantea aquí en base a las clasificaciones estilísticas elaboradas con posterioridad a la obra de este autor. El estudio de los materiales asociados espacialmente en las tumbas llevó a profundizar las observaciones sobre algunas modalidades estilísticas poco conocidas identificadas en ellas como las urnas Negro sobre Rojo de Yocavil, las ollas Rincón y ciertas modalidades tardías del estilo Sana María en las que se aprecia el empleo de pinturas negra, roja y blanca. Para profundizar el conocimiento sobre estos espacios funerarios visitamos Famabalasto en dos oportunidades (marzo de 2007). Así se pudieron reconocer las áreas excavadas por Weiser, ubicadas gracias a la excelente carta arqueológica (Márquez Miranda 1946: 112, Figura 32; Cigliano 1958). Se tomaron puntos GPS de cada cementerio, se recolectaron fragmentos de la superficie, se dibujaron croquis y se tomaron fotografías que reflejan el aspecto actual de esos sectores, en algunos casos aún se aprecian las evidencias de las viejas excavaciones. En el Capítulo 7 se realiza una comparación estilística de placas y campanas de bronce a través de la cual se destacan los elementos en común entre este grupo particular de bienes de la metalurgia tardía del bronce y la cerámica FNG, y se señalan aquellos a partir de los cuales se establecen diferencias. En especial las diferencias que se observaron tienen que ver con las frecuencias en el tratamiento del tema antropomorfo -particularmente la cabeza cercenada-, que se repite con insistencia en los metales y es muy rara en cambio en la cerámica. Las conclusiones vertidas en cada capítulo se consideran en el Capítulo 8, donde planteamos discusiones, algunas conclusiones y varias líneas sobre las cuales podremos avanzar en futuros trabajos. Para finalizar esta introducción queremos destacar una constante a lo largo del trabajo que es la profusión del empleo de imágenes. Esta es quizás una reacción a las escasas ilustraciones del estilo halladas en la bibliografía. Pero principalmente se incluyeron por considerar a la elaboración de catálogos que integran información visual como una herramienta muy importante para el aprendizaje y la socialización de la información en contextos académicos y extraacadémicos. Ingresar a los depósitos de los museos no es fácil, se requiere además de acreditación, dinero para viajar y mucho tiempo para encontrar cada objeto, luego limpiarlos, medirlos, fotografiarlos, etc. Hacer estos catálogos es una manera de lograr que todo ese trabajo se transforme en algo verdaderamente acumulativo. Es además una de las posibilidades que nos dan los desarrollos tecnológicos actuales, fotografía digital y edición “doméstica” en una computadora, que no hay que desaprovechar. Esperamos también que sean útiles para las comparaciones con materiales que puedan surgir en futuras excavaciones o nuevos estudios de colecciones de museos. Por último pienso que podrían servir como un camino hacia el 16
CAPÍTULO 2. EL CASO DE ESTUDIO. LA CERÁMICA FAMABALASTO NEGRO GRABADO En este capítulo se presentan los antecedentes específicos en la investigación del estilo que es el eje de la tesis y varios elementos de su contextualización en el tiempo, en el espacio y en el marco de las expresiones estilísticas de época que en conjunto constituyen un sistema con relaciones recíprocas a través de contrastes y similitudes, asociaciones y exclusiones. Comienza con un breve repaso sobre sus menciones en la bibliografía, que busca poner en relieve la disparidad de las creencias asociadas al mismo en el campo científico. Esas consideraciones casi nunca se han expresado de manera aislada, sino que se enmarcan en esquemas conceptuales acerca de la cronología y la periodificación, la organización social, los sistemas de representaciones y los sistemas simbólicos de las sociedades calchaquíes. Continúa con una introducción a los estilos cerámicos de época, necesaria para avanzar en las discusiones planteadas en cada capítulo, en particular en los segmentos dedicados a evaluar las asociaciones contextuales. El último segmento es una presentación actualizada de la distribución geográfica regional del estilo, tema que será complejizado al discutir las variantes de tecnología, forma y diseño en capítulos subsiguientes. También se introduce aquí la discusión acerca de la época de su producción.
Se describieron entonces, de manera metódica, las características más salientes del conjunto negro pulido de ese sitio y se lo definió como un tipo cerámico que comenzó a ser reconocido gracias a las bellas láminas con ilustraciones (Figura 2.1). Con el nombre Famabalasto Negro sobre Rojo se distinguió a un tipo de notables paralelos con cerámicas de la llanura chacosantiagueña.
Figura 2.1. Ejemplos de ilustraciones de cerámica Famabalasto Negro Grabado procedente de Famabalasto en el trabajo de Cigliano (1958: Lámina XIV, 2: MLP-Ar-5389 BMB y 6: MLP-Ar-5288 BMB).
De acuerdo con el cuadro cronológico elaborado por A.R. González (1950-55) para el NOA, se ubicó a las tumbas que contenían vasijas Famabalasto Negro sobre Rojo en el Período Incaico o muy próximo a él, debido a la asociación contextual con piezas de este tipo observada en sepulcros con cerámica incaica de la zona de Shincal. Esta ubicación temporal valió entonces también para las vasijas FNG, ya que todas las tumbas de Famabalasto donde aparecía el negro sobre rojo, también contenían al estilo negro grabado. En lo referido a la cronología no realiza entonces afirmaciones específicas para la cerámica FNG, pero sí para el material Famabalasto negro sobre rojo que se encuentra en asociación contextual con esta:
2.1. Historia de un estilo La cerámica conocida bajo el rótulo de Famabalasto Negro Grabado fue formalizada como un tipo y mencionada por primera vez bajo esta denominación recién en el año 1957, cuando Eduardo M. Cigliano publicó su tesis doctoral sobre la arqueología de la zona de Famabalasto (Cigliano 1956-1957, 1958). En ese trabajo se analizaron los materiales de contextos funerarios, excavados por Vladimiro Weiser y F. Wolters durante la IV expedición de Benjamín Muñiz Barreto, en el año 1922. Allí comenta el hallazgo de FNG en cámaras funerarias con inhumaciones de adultos, encontrando vinculaciones contextuales con otro estilo, al que llamó Famabalasto Negro sobre Rojo, y también con Santa María Bicolor y Belén. Estos nuevos nombres de tipos cerámicos se introdujeron según el sistema binominal que incluye al sitio tipo o el lugar donde se describió por primera vez el grupo cerámico y a los rasgos salientes del tipo cerámico en el nombre, de acuerdo con las normas corrientes en la época reunidas en las recomendaciones de Antonio Serrano para la descripción de cerámicas arqueológicas (Serrano 1952).1
“Pero no sólo tiene importancia este tipo cerámico para demostrar vinculaciones con la zona chacosantiagüeña, sino para fijar la cronología de las tumbas que lo contienen; y en efecto, en tumbas halladas en Chincal, cerca de Londres, estudiadas por A. Rex González (Rex González, 1954), existen por lo menos tres casos de asociación de este tipo de cerámica con vasos de neta influencia incaica; por lo tanto, y por teleconexión, es en este período o muy próximo a él en que debemos ubicar esta cerámica y la que se le asocia en Famabalasto.” (Cigliano 1958:79). Una de las principales conclusiones a las que arriba Cigliano es que el FNG era una cerámica propia de la zona de Famabalasto: “...es casi exclusivo de esta zona; presentándose tipos parecidos en otras áreas, como en el valle de Santa María, pero que difiere marcadamente, porque en Famabalasto es con una decoración propia, la pasta muy bien trabajada, el espesor de la cerámica delgado, el engobe que le da un aspecto lustroso y por último el relleno del grabado, que es una prueba terminante como para considerarlo como tipo definido y exclusivo del área de Famabalasto.” (Cigliano 1958: 82).
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Como se verá avanzando en el texto y a pesar de la descripción de Cigliano que deslinda netamente ambos tipos, esta decisión de bautizarlos con un primer nombre en común -Famabalasto- tuvo consecuencias problemáticas en investigaciones posteriores al emplearse a veces en las publicaciones o presentaciones de trabajos sólo la primera parte del nombre en tablas y cuantificaciones o al atribuir a una supuesta entidad cultural “Famabalasto” la autoría de ambos estilos.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino eso puede colegirse de los trabajos publicados donde, además, son escasas las referencias o ilustraciones de vasijas que hoy se clasificarían en el estilo. Esto se aprecia, por ejemplo, en un trabajo de Samuel Lafone Quevedo (1906: 82-87, Lámina I y III), donde algunos fragmentos recolectados en Chaquiago, Andalgalá, aparecen ilustrados en láminas de “Alfarería gris, grabada, de Chaquiago”, junto con otros Ciénaga y Aguada de la zona de Chaquiago y Choya. Se apunta que estos fragmentos de alfarería gris o plomiza son etnográfica y o cronológicamente distintos de los que aparecen en otras láminas.
Sin embargo muy pronto modificaría esa visión al informar hallazgos de fragmentos clasificados como FNG producto de las excavaciones y recolecciones de superficie del equipo de la Universidad Nacional del Litoral que él mismo dirigió en el valle de Santa María (Cigliano et al. 1960). Finalmente hace notar la influencia recíproca entre algunas piezas de este tipo y las del denominado Famabalasto Negro sobre Rojo: “...es común ver asas planas en algunas piezas del tipo Famabalasto negro grabado, halladas en cistas del mismo cementerio citado anteriormente.” (Cigliano 1958: 77).
Otros textos presentan imágenes o comentarios aislados de hallazgos o adquisiciones, no obstante, son interesantes porque ofrecen información sobre formas, diseños, procedencias o asociaciones. Por ejemplo Henry De La Vaulx (1901: 173-174) hace un pintoresco relato de sus excavaciones en un cementerio de El Bañado, de donde extrajo entre treinta y cinco y cuarenta urnas, nueve de las cuales llevó al Museo de Trocadero en París.4 En el Catálogo de Arqueología y Paleontología del Museo de Tucumán sin autor (1916: 10 y 13) se presenta la asociación entre una urna funeraria hallada en Famabalasto tapada con un “puco de barro negro pulido con dibujos en bajo relieve”, aunque no hay imágenes de esas piezas se presume que se trata de un puco FNG. Wagner y Wagner (1934: 265, Figura 450) dibujan con arte una olla de contorno simple FNG con diseño inciso de serpiente bicéfala para comentar que “corresponde a Ambrosetti el honor de haber sido el primero en proporcionar la prueba de que los losanges más o menos ovalados, dispuestos punta con punta, representan siempre a la serpiente en la iconografía del N.O. argentino.” (Figura 2.2).
“Por la forma debemos agregar que hay algunas piezas que tienen una influencia de otros tipos; como, por ejemplo, algunos vasos subglobulares tienen asas planas, propias de la alfarería chacosantiagueña o de la Famabalasto negro sobre rojo.” (Cigliano 1958: 82). “…, y es en la cista Nº 2 donde un vaso subglobular del tipo Famabalasto negro sobre rojo, Nº 5261, muy deteriorado, especialmente en el engobe, presenta en la parte superior del cuerpo dos guardas geométricas con relleno de esta pasta blanca.” (Cigliano 1958: 81). La tesis de Cigliano abrió las puertas para la distinción cronológica de tipos cerámicos y variantes de diferentes momentos en el Período Tardío del área de Yocavil y alrededores, como San José, Santa María Tricolor y Santa María Bicolor. Esta idea fue ensayada en mayor profundidad en una contribución posterior junto a Fernando Márquez Miranda, siempre considerando materiales de tumbas de la Colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata, pero esta vez incluyendo también otras localidades de la región (Márquez Miranda y Cigliano 1957).2 En este punto vale aclarar que, en lo que respecta al cubrimiento espacial dentro del ámbito territorial de la cultura Santa María, las excavaciones para la conformación de esa colección se circunscribieron al segmento central y sur del área de Yocavil. En las libretas de Weiser y Wolters con las que trabajó Cigliano se menciona a estas vasijas, dependiendo de sus formas, como pucos, ollas, vasos, etc. negros ciselados.3 Pero este nombre no designaba exclusivamente a las cerámicas que ahora llamamos FNG, puesto que también se aplicó a vasijas incisas o grabadas pre-tardías.
Figura 2.2. Ilustración de una olla de contorno simple en Wagner y Wagner (1934: 265, Figura 450).
Adán Quiroga en “Antigüedades Calchaquíes” (1896: 444) ilustra un ejemplar perteneciente a la colección Zavaleta, que en la actualidad se guarda en el Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti.5 En una publicación posterior sobre la mitología calchaquí, “Folklore Calchaquí” (1994 [1929]), se incluye un capítulo sobre “Huairapuca o La madre del viento”, una poderosa
Con anterioridad al trabajo de Cigliano el estilo FNG había pasado desapercibido como una entidad con características propias y diferenciable de otras cerámicas grises o negras con diseños incisos o grabados de épocas tempranas y no recibió un nombre distintivo. Al menos 2 La publicación de este trabajo motivó una áspera respuesta de Alberto Rex González, director de la tesis doctoral de Cigliano, por causas vinculadas con las relaciones humanas en el campo científico, más que con los contenidos de corte arqueológico allí vertidos (González 1959). 3 “Puco” es la denominación tradicional en el Noroeste Argentino para designar a las vasijas con forma de cuenco, escudilla o bol.
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En la actualidad Museo de Quai Branly. De acuerdo con la ilustración esa vasija FNG parece una olla de contorno simple. Observándola personalmente se pudo notar que originalmente era una olla con cuello, reparada prolijamente luego de la rotura del mismo (véase Apéndice I, Lámina 3 Nº 22). 5
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado divinidad dual, femenina y a veces andrógina con atributos múltiples asociados al culto al elemento “aire”, donde se conjugan el viento y el agua, que interviene en diferentes mitos en la fertilidad de los campos de cultivo al vincularse en situaciones de lucha y cópula con la Madre Tierra, femenina o El Nublado, su antagonista masculino, de cuyos enfrentamientos surgen las lluvias y todo crece, es más prolífico y fecundo. Huayrapuca es una divinidad suprema, más poderosa que el sol y la luna y que un gigante mítico que desafió y doblegó a ambos, sólo vencida una vez por Pacha Mama aliada con El Nublado en una batalle desigual. Quiroga recogió su historia en los testimonios de pobladores de Yocavil, Tafí, Chiquimí (Shiquimil), Amaicha y otros lugares (Quiroga 1994 [1929]:47). Según el autor hay una unidad en los mitos del Aire en toda la extensión andina, con divinidades fálico-solares, que llevan serpientes o colas de serpientes que simbolizan el rayo y la carrera, o la velocidad. Pasa luego a analizar las representaciones de Huayrapuca en los diseños de la cerámica y los grabados en las rocas, encontrando ejemplos en personajes antropomorfos orlados con serpientes, cabezas monstruosas, seres zoomorfos que combinan atributos múltiples (puesto que Huayrapuca es una divinidad múltiple y su rostro es a veces bello y otras espantoso) en cerámicas que hoy llamamos Aguada y Santa María. En especial repara en los procesos metonímicos de simplificación convencional de los símbolos, que forman los diseños:
Figura 2.3. Ilustración de la “taza de Amaicha” a la izquierda. A la derecha abajo el meandro o espiral de rectas, arriba, el meandro en la cola de un cuadrúpedo (Quiroga 1994 [1929]:74, Figuras 61, 62 y 63).
En su capítulo sobre Fuerte Quemado, Carlos Bruch (1911: 52-55, 77) describe dos miniaturas y catorce “pucos negros” lisos e incisos que adquirió por compra en la zona, procedentes de Fuerte Quemado y Molino del Puesto. Aporta minuciosos detalles sobre las dimensiones, la pasta, las superficies y la técnica de incisión y también el dibujo desplegado de varias guardas decorativas (Figura 2.4).
“Como es en la alfarería en donde hemos visto más clara y definidamente reproducida a Huayrapuca, es en ella que debemos acudir en busca de su simbolismo, tratando de encontrarla en los objetos de igual forma y destino más semejantes a aquellos que la reproducen, y tratando si es posible, de hallar el simbolismo en el mismo lugar en que tal reproducción se hace. Para este simbolismo, el indio suele elegir una parte cualquiera del objeto que, ideológicamente, va a representar, como la cabeza, por ejemplo. En el caso que nos ocupa, se ve que nuestro indio, para su simbolismo, se ha inspirado en la forma general del cuerpo de ídolo, con sus accidentes…” (Quiroga 1994 [1929]:75-76).
Figura 2.4. Ejemplos de guardas de pucos Famabalasto Negro Grabado procedentes de Fuerte Quemado ilustradas en Bruch (1911: 53, Figura 41 f: MLP-Ar-5900 CB y e: MLP-Ar-5895 CB ).
La sistematización de las cerámicas del Noroeste Argentino de Odilia Bregante (1926) incluye algunos ejemplos, conjuntamente con otras vasijas pre-tardías, en el capítulo dedicado a la “Alfarería Grabada” y también en el segmento “Pucos negros” del capítulo sobre pucos y platos. En este último, reproduce interesantes observaciones de Salvador Debenedetti y define a los pucos negros, ya sean lisos o grabados, como una característica cerámica calchaquí, con su centro de origen en la cuenca de Santa María, por aparecer allí en abundancia. Aquí la categoría “pucos negros” incluye en un mismo conjunto a los pucos negro pulido de Yocavil y, más al norte, Lerma y el Valle Calchaquí, donde son muy frecuentes en los sepulcros de Las Paya.
Así ubica un elemento al que llama espiral de rectas o meandro, que forma parte de la figuración de animales (colas de cuadrúpedos y cuerpos de serpiente), presente también de modo aislado en “guardas griegas” como la de la “tasa de Amaicha”, un puco Famabalasto Negro Grabado al que describe como “taza para líquidos” (Figura 2.3). Este elemento lo encuentra en diferentes tazas para contener agua. Establece así una equivalencia entre “El Meandro = Madre del Viento, o sea = Huayrapuca = Fecundación” (Quiroga 1994 [1929]:76).
“El característico puco calchaquí se presenta, ya negro o en arcilla roja. El puco negro, siempre liso o con alguna guarda externa geométrica grabada, muy simple, tuvo sin duda su centro en la cuenca de Santa María, lugar donde se lo encuentra con profusión, y se extendió por casi todas las comarcas de Calchaquí. En la zona de Santa María es donde el tipo adquiere mayor perfección, llegando algunas piezas, dice el Dr. Debenedetti (1), por su finura y pulimento a adquirir el aspecto de una porcelana.
Esta será una rara mención al sentido simbólico de los diseños, que no repara en las diferenciaciones estilísticas, sino que considera como una totalidad al conjunto de cerámicas arqueológicas en la amplia región, para establecer el simbolismo común a todas ellas. 19
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino yeso. La decoración con relleno blanco en las incisiones llamó la atención de esta autora, quien realizó los primeros análisis químicos para conocer su composición y rastreó este rasgo decorativo en piezas de otros museos y áreas culturales de los Andes y del Viejo Mundo. Es muy original la presentación de guardas desplegadas que realiza con trazo blanco sobre un fondo negro que recrea el impacto visual original de los diseños (Becker-Donner 1952: 303-311, 341, 357) (Figura 2.5).
Fuera de Calchaquí se encuentra pocas veces esta cerámica. La Paya la ha dado en abundancia (2); pero al Norte de este yacimiento el tipo casi desaparece por completo. En el Valle de Lerma, región ya bastante alejada, encontró Boman este material en la localidad de Pucará de Lerma (3), y mismo en La Isla fueron hallados en número de ocho; pero en estos lugares, las piezas encontradas deben haber sido producto de exportación, por cuanto el número es exiguo y se halla en medio de alfarería extraña a la de Calchaquí.” (Bregante 1926: 236. 1- Debenedetti 1912: 106. 2- Ambrosetti 1907:306 y sig. 3- Boman 1908: Pl. XIX, Figura 44c pp. 07). Una obra que no halló gran repercusión en la arqueología local es la de Etta Becker-Donner (1950, 1952, 1953), con excelentes descripciones individuales y profusas ilustraciones de las piezas de la colección Schreiter en el museo de Viena (Wiener Museum für Völkerkunde). Allí la autora clasifica en forma exhaustiva la colección de acuerdo con formas y estilos y con auxilio de las tipologías vigentes. En su capítulo sobre la “cerámica negra y gris pulida o grabada, con o sin relleno blanco” incluye a un conjunto cerámico de Yocavil al que enmarca dentro de los parámetros de la “Cultura de los Barreales” de La Ciénaga (Debenedetti 1912) o “Huiliche Monocromo” (Bennett et al. 1948). Apunta que estos pucos recuerdan a aquellos de La Ciénaga, por lo que es de suponer que hayan sido elaborados en la región de Santa María como imitaciones o con el conocimiento de las cerámicas de esa zona, y destaca la utilidad de esa observación en algún futuro intento de diacronización de la cerámica de Yocavil. No obstante esta generalización, ella agrupa y describe en primer término un conjunto de trece pucos (hoy Famabalasto Negro Grabado) diferenciándolos por su técnica decorativa con incisiones relativamente gruesas, profundas y por la presencia de relleno blanco, de un segundo grupo pre-tardío. La importancia del trabajo reside en que propuso el primer agrupamiento de un conjunto conformado en su totalidad por pucos FNG de diferentes procedencias, con y sin decoración incisa, reconociendo sus características tecnológicas y de diseño peculiares. Faltó en esa ocasión información sobre las asociaciones de las piezas de la colección para arribar a diferentes conclusiones respecto de su cronología, que de todos modos dejó abierta a otras posibilidades como la de una perduración en el tiempo de rasgos de épocas previas.6 También da referencias sobre la secuencia y técnicas de elaboración al comentar la técnica de incisión de los diseños previa a la cocción, con un instrumento agudo, quizás de cobre o bronce con la vasija en estado de dureza de cuero, la cocción en atmosfera reductora y cargada de humo y la aplicación posterior a la misma de un relleno blanco compuesto por
Figura 2.5. Dibujos de guardas desplegadas y cuencos Famabalasto Negro Grabado, WMV, Col. Schreiter, según Becker-Donner (1952: 305, Figuras 173-176), con modificaciones. a: 87149, procedencia desconocida; b: 88887, San Carlos, Utula, Hualfín, etc.; c: 88547, Hualfín, Yacuchuyu, Pucarilla, etc.; d: 88888, San Carlos, Utula, Hualfín, etc.
Como se señaló al inicio, es a partir del trabajo de Cigliano que se formaliza y publica la descripción del estilo y se lo vincula con momentos tardíos dentro del Período Tardío e Incaico.7 A partir de allí se difundió ese criterio clasificatorio y comenzó a aplicarse al tipo como un elemento útil a la ubicación cronológica de los sitios. Los hallazgos se reportaron en diferentes localidades en particular de la región de Santa María, pero también de las zonas de Hualfín, Andalgalá, Tafí, Trancas y el valle Calchaquí (por ejemplo Serrano 1958; Cigliano et al. 1960; Chiappe 1965; Podestá y Perrotta 1976; Raviña et al. 1983; Tarragó 1987; Funes 1992; Sjödin 1998; Aráoz 1999; L. R. González 1999, Kriscautsky 1999; Rivolta 1999; Manasse 2002; Esparrica 2003; Nastri et al. 2004; Corbalán 2005; Williams 1995, 2003; Wynveldt 2006; Reynoso 2006; Cremonte y Williams 2007). 7 Seguramente existieron nociones de una temporalidad tardía de estas cerámicas entre quienes dominaron un conocimiento empírico de sus asociaciones con materiales santamarianos. Por ejemplo Vladimiro Weiser o F. Wolters tenían, además de una impresionante experiencia de campo en el área de Yocavil, relaciones con arqueólogos como Salvador Debenedetti, quien manejaba una perspectiva diacrónica. O también Rodolfo Schreiter, que en su doble condición de hombre de ciencias y comerciante de piezas arqueológicas, excavó con intensidad en Yocavil. En algunas de sus publicaciones sobre el Departamento de Belén, queda manifiesto que dominaba nociones de estratigrafía y asociación contextual que le permitieron desarrollar una organización diacrónica de las variantes cerámicas (Schreiter 1934; 1936). Es de lamentar que sus publicaciones e informes inéditos sobre el área de Yocavil no contemplaran relaciones de esa índole (Schreiter 1912, 1919). Adolfo Methfessel también obtuvo a través de excavaciones propias varios cuencos FNG, pero sus registros de campo continúan perdidos (A. R. González 1954).
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Becker-Donner buscó establecer procedencias y asociaciones de las vasijas de la Colección Schreiter, estudiando la documentación relacionada a la adquisición de las piezas, los catálogos y un breve informe sobre las excavaciones (Schreiter 1912), tarea que no arrojó frutos satisfactorios debido a la baja calidad de la información, v. gr. la identificación de vasijas por lotes de múltiples procedencias o la ausencia de correspondencias entre las excavaciones descriptas en el informe y objetos concretos (Becker-Donner 1950:1-2).
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado postulados como vigentes en los Períodos Incaico e Hispano-Indígena. Paralelamente no se computaron asociaciones con urnas San José ni Santa María tricolor.
Sin embargo hubo un autor que cuestionó en parte esta visión mediante un esquema muy elaborado. Serrano (1967) entendió que la cerámica FNG, junto con parte de la cerámica de los comechingones eran formas tardías de un horizonte de cerámicas grises y negras, que hacia el siglo quinto o sexto de la era se extendió por el noroeste. En su cuadro de periodificación ubica al Famabalasto Negro Grabado a comienzos de un 2° Período Cerámico, alrededor del 800 d.C. involucrando las regiones Calchaquí Norte y Sur, área de desarrollo de la cultura Santa María. Considera que el estilo FNG forma parte, sin lugar a dudas, del patrimonio de la cultura santamariana, que estaría evidenciando la persistencia de un tipo cerámico anterior a la organización de la misma.8
“En la fase bicolor negro sobre blanco, es común el diseño de guerreros como en ciertos aríbalos incaicos. Urnas de esta fase se encontraron junto a cerámica Famabalasto Negro Grabado. Característica es la representación de cabezas trofeo. Basándose en las excavaciones de Rincón Chico (M. Miranda y E. Cigliano, 1961) y otras, sabemos que la fase V se extiende hasta el período hispano-indígena y representa el momento más tardío de la seriación. A las urnas de esta fase se las ha encontrado asociadas con piezas Famabalasto Negro Grabado, Famabalasto negro sobre rojo, Yocavil, Incaico y Caspinchango.” (Podestá y Perrotta 1973:10).
Ibarra Grasso (1967: 658, 659) tiene una visión similar al destacar que las cerámicas grises incisas pertenecían al patrimonio de la cultura Santa María y pone de relieve la idea de continuidades respecto de estilos locales previos en el valle de Yocavil.
Otra derivación cronológica de gran interés la realizó Alberto Rex González (1992:72), al observar semejanzas en los diseños de cerámica FNG y placas metálicas del NOA. Este cruce estilístico lo ayudó a ubicar a las placas con diseños en común en momentos finales del Período Tardío, próximos al Período Imperial, en función de la cronología establecida para el FNG. Lo notable de los trabajos de González es que su preocupación por establecer secuencias cronológicas no limitó sus horizontes interpretativos. Respecto del famoso disco de bronce del padre Vázquez, con diseño de un gran rostro central (Figura 2.6), comenta:
Al cabo de muchos años la diacronización de los estilos tardíos del valle de Yocavil vuelve a ser estudiada con intensidad por Elena Perrotta y Clara Podestá, nuevamente con la guía de A. R. González (Podestá y Perrotta 1973, 1976; Perrotta y Podestá 1974, 1975). Inspiradas en el ensayo de seriación de Ronald Weber (1978) realizan lo propio con urnas y pucos santamarianos. Una vez más la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata ocupa el centro de la escena, sus registros de asociaciones relevadas en las libretas de las III y VI expediciones aportaron información adicional e independiente al ejercicio de seriación por descomposición de rasgos morfológicos y de diseño y esto sirvió para establecer un modelo cronológico con implicancias sobre diferentes estilos de época. Se postularon seis fases con valor cronológico para urnas y pucos santamarianos y se tabularon las asociaciones funerarias de las urnas de diferentes fases con otros estilos regionales. Aquí es importante destacar tanto las vinculaciones positivas como la ausencia de relaciones. En lo que respecta a los pucos FNG se observaron asociaciones con cerámica Santa María bicolor (urnas de las fases IV y V y pucos “3.2”,
“A cada lado del rostro se halla una anfisbena retorcida en forma de S y casi idénticas, pero reproducidas en imagen especular. Tienen cabezas triangulares con la boca abierta y ojos circulares. A lo largo del cuerpo llevan un diseño formado por un guiloche con una línea central en cada óvalo. Este dibujo es idéntico al que rodea el borde de algunos pucos de tipo Famabalasto Negro Grabado. (…) La cuidadosa elaboración del peinado sugiere que el sacrificado debió ser (…) un sujeto del sexo masculino y además un personaje de importancia dentro de la jerarquía tribal, quizás el jefe de un grupo enemigo vencido. Las crónicas nos informan sobre la importancia simbólica que tenían para los pueblos de habla cacana sus largas cabelleras. La referencia histórica es válida para esta placa, ya que cronológicamente debe pertenecer a finales del Período Tardío, muy próxima al Período Imperial, según nos lo sugiere el diseño que aparece en el cuerpo de los ofidios, el que aparece también en la cerámica Famabalasto de cronología muy tardía y coincide con las placas que llevan diseños de guerreros con escudos (…), las que llegan a ese Período.” (A. R. González 1992: 72).
8 Según Serrano la cultura santamariana habría comenzado con desarrollos locales discretos para luego cobrar una mayor extensión territorial. Por ello el momento que él llama Santa María I, sería un período temporal y no un estadio de desarrollo, en el que coexisten unidades autónomas, por ejemplo comunidades portadoras del tipo San José y comunidades portadoras del tipo Santa María bicolor. Posteriormente, en un periodo Santa María II, se desarrollaría el tipo tricolor, y también los estilos locales La Paya e Inca Paya. Yocavil y Famabalasto Negro sobre Rojo comenzarían a circular también durante Santa María II, como representantes de las culturas Averías y Sunchituyoc del área santiagueña, respectivamente, aunque habría en esta época perduraciones de comunidades que continuaban caracterizándose por el bicolor. De esta manera él explica asociaciones como las que mostró Cigliano (1956-1957, 1958), entre el tipo bicolor y objetos de época incaica (Serrano 1967). Este esquema no alcanzó consenso en su momento, y tampoco fue muy conocido con posterioridad, por lo que las consideraciones vigentes acerca de la cronología de los estilos permanecieron sin modificación. Nótese que este esquema invierte la temporalidad establecida previamente para las variantes Santa María tricolor y bicolor en Yocavil. Aquí el tricolor se considera más tardío del bicolor.
Luis González y Myriam Tarragó repararon también en los cruces entre objetos de bronce y cerámica FNG. Destacando la técnica de la incisión, tanto en la alfarería como en los moldes de metalurgia, plantearon que la alfarería FNG “representa un puente simbólico y material entre la labor de los ceramistas y los metalurgistas santamarianos” (González y Tarragó 2004: 203). 21
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino podría ser el de un Inca Provincial peculiar, puesto que imitaría a un estilo local de otra área del imperio, en vez de a estilos cuzqueños.10 Deja en claro además que es un estilo de origen independiente respecto del Famabalasto Negro sobre Rojo: “El Famabalasto Negro Grabado no está presente en el contexto arqueológico santiagueño en donde el Famabalasto y el Yocavil son especialmente abundantes. La asociación con piezas decoradas se da en el interior de la denominada área diaguita pero no fuera de ella. Piezas muy parecidas en el diseño y acabado de superficie se encuentran en el valle de Ica en Perú (Menzel 1976).” (Williams 1995: 307).
Figura 2.6. Disco de bronce del Período Tardío conocido como disco Vázquez, ¿valle del Cajón?, Col. Guido Di Tella sin Nº (A.R. González 1992, Lámina 25, 224).
Un giro novedoso lo aportaron Milena Calderari y Verónica Williams (Calderari y Williams 1991). Ellas proponen un nombre alternativo al viejo Famabalasto Negro Grabado: “Chaquiago Negro Inciso” (Figura 2.7). Este nombre no alcanzó popularidad, en cambio el punto central del trabajo, que fue la propuesta de una clasificación cuadripartita para la cerámica incaica del NOA (Inca Cuzqueño, Inca Provincial, Inca Mixto y Fase Inca) se utiliza de manera frecuente, inclusive para otras regiones del imperio (D’Altroy et al. 1994; Cantarutti Rebolledo y Mera Moreno 2001). Más allá del nombre, lo que plantea una gran diferencia fue la inclusión del Chaquiago Negro Inciso dentro de la categoría Inca Provincial.9 Esto significó un cambio radical en relación a las ideas sobre el origen cultural del estilo y también la postulación de los comienzos de su producción a partir del Período Incaico.
a
b
Sobre esta materia había básicamente dos posturas; o bien no se emitían opiniones, o bien se lo consideraba un estilo perteneciente a la cultura Santa María o al pueblo Calchaquí, es decir de raigambre local e inclusive ancestral pre-santamariana sensu Scattolin (2000), lo que permitía vislumbrar filiaciones entre la cultura santamariana y otras que le antecedieron.
Figura 2.8. Cerámicas negras incisas “incised blackware” de tumbas del Horizonte Tardío (fase 9) en el Valle de Ica, Perú. Dibujado en base a fotografías en Menzel (1976), a: Lámina 52, 45, cuenco de borde angular Nº 4-4997, entierro Td-1; b: Lámina 53, 49, ocarina Nº 4-5335, entierro Ti-5).
Los investigadores que describieron los aspectos tecnológicos de vasijas FNG de distintas procedencias (Becker-Donner 1952; Cigliano 1956-1957, 1958; Serrano 1967; Funes 1992; Cremonte 1994; Williams 1995; Piñeiro 1996, 1997; Sjödin 1998; Palamarczuk 2002; Palamarczuk y Manasiewicz 2001; Corbalán 2005; Rivolta y Salazar 2006) han coincidido al definir atributos de su pasta, con abundante mica muy fina en la matriz y escasas inclusiones de mayor tamaño y cocción en atmósfera pobre en oxígeno.
Figura 2.7. Fragmento Chaquiago Negro Inciso del sitio Potrero Chaquiago (Calderari y Williams 1991: Lámina V, c).
Distintas explicaciones relacionadas con la dinámica de su producción en cada sitio se fueron elaborando tomando en cuenta dichas características. En todos los casos se observó que la composición de la pasta era concordante con el entorno geológico regional, lo que abría las posibilidades de su producción en los diferentes asentamientos, si bien en ningún caso se halló evidencia que indicara inequívocamente un locus de producción.
Williams (1995: 307), amplía la idea en su tesis doctoral, al apuntar que piezas muy parecidas en el diseño y acabado de superficie se encuentran en el valle de Ica, en Perú (Figura 2.8). De acuerdo con esta aclaración, el caso 9 Por Inca Provincial se entiende a “piezas que imitan en mayor o menor grado a las cuzqueñas en su iconografía, morfología y estructura del diseño aunque difieren notablemente en su producción. Son copias realizadas por manos menos expertas que aquellas de los artesanos del Cuzco y manufacturadas con materia prima local.” (Calderari y Williams 1991: 79).
10 En el texto se emplean alternativamente los nombres de Inca negro pulido e inciso o Inca negro grabado.
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado La porción argentina de la colección Benjamín Muñiz Barreto, hacendado de gran fortuna y coleccionista de objetos arqueológicos que financió las expediciones, está integrada por 10.900 piezas, de las cuales hay 4000 objetos calchaquíes y otros tantos de los yacimientos de La Ciénaga y La Aguada (Torres 1934). Pero lo que convierte a esta colección en única para un museo en la Argentina no es sólo el número de piezas arqueológicas, sino la existencia de documentación que permite reconstruir asociaciones contextuales funerarias de diferentes puntos del Noroeste Argentino. En tal sentido Balesta y Zagorodny (2000: 41) la definen, en base a una tipología establecida por Pérez de Micou (1998) como una colección sistemática, por haber sido reunida de acuerdo a una lógica y a un método, orientados a incrementar el conocimiento antropológico.
Una mención especial merecen los fechados radiocarbónicos. Las dataciones absolutas del sitio RCh 18 de la localidad de Rincón Chico, en el centro del valle de Yocavil, se emplearon para situar a un piso con FNG en una antigüedad entre los siglos X y XI. De acuerdo con esta información el FNG se consideró como un estilo propio de los Desarrollos Regionales en Yocavil que seguiría produciéndose y circulando durante el Período Inca e inclusive el Período de contacto hispano-indígena (Tarragó 1995; Palamarczuk y Manasiewicz 2001). Mediante este repaso se expuso en forma breve una historia de las investigaciones que contemplaron al estilo, destacando los consensos y disensos así como las recurrencias y omisiones temáticas. La cronología es una de las facetas más trabajadas a pesar de lo cual coexisten visiones diferentes. Existen también diferentes posiciones en relación a la filiación cultural al estilo, lo que plantea la alternativa entre raigambres locales, inclusive como una perduración de otras épocas de la historia de las sociedades tardías, o foráneas en relación a la influencia incaica. Esto limita la utilidad del estilo cerámico como un indicador confiable de tiempo.
Hay un grupo importante de gente que no aparece en la enumeración de las personalidades involucradas, que son las decenas de peones contratados para excavar a pala enormes superficies de terreno. Se los puede ver en las fotografías de campo, por ejemplo en la sala de Arqueología del Noroeste Argentino en el Museo de La Plata. También aparecen mencionados en los registros de campo solamente por sus nombres de pila o una inicial inscripta al lado del registro gráfico de los sepulcros.
Por otro lado, dentro de la visión “autóctona” hubo enfoques que se podrían definir como “localistas”, más sensibles a las particularidades del estilo a nivel de una localidad y otros más “regionalistas”, orientados a destacar los puntos en común en una escala más amplia.
Todas estas ideas, trabajos de años de diferentes investigadores dedicados al estudio de los pueblos calchaquíes a través de su arte y las huellas persistentes de su historia antigua. Coleccionistas, huaqueros, paisanos y arqueólogos excavando y pugnando por un lugar de legitimidad, prestigio social, subsistencia, fortuna y conocimiento. Museos cosmopolitas buscando objetos primitivos para exhibirlos o guardarlos por décadas en depósitos, donde vuelven a ser cíclicamente redescubiertos, admirados e interrogados. Pobladores de los valles empleados como peones de excavación, vendiendo objetos que están en su suelo y atesorando alguna reliquia de los ancestros. Los objetos arqueológicos mutan su significado infinidad de veces, el trazo de su larga biografía cultural (Gosden y Marshal: 1999) es extenso y diverso, con muchas facetas, que incluyen también las redefiniciones como “objetos científicos” y como mercancía en su sentido clásico como objetos que son incluidos en el flujo del intercambio mercantil en un contexto capitalista. Desde esta perspectiva las vasijas como referentes evocan múltiples interpretaciones entre las cuales se incluyen las interpretaciones arqueológicas.
Ha quedado evidenciada la importancia del trabajo de Cigliano como punto de partida de posteriores investigaciones y discusiones de diferente tenor, pero quizás no ha quedado del todo manifiesta la importancia del trabajo de una década de excavación y documentación de Weiser y Wolters en el campo, quienes en su IV expedición del año 1922 se detuvieron desde el 1 de febrero hasta el 23 de marzo en la localidad de Famabalasto. Allí excavaron ocho lugares funerarios y levantaron una carta arqueológica y una planimetría del sitio aglomerado en el cerro, con lo cual conformaron la colección de 277 objetos estudiada por Cigliano, que se vuelve a analizar aquí a la luz de las propuestas clasificatorias elaboradas con posterioridad a esa tesis. Las temporadas de trabajo de campo de Weiser se extendían por meses y continuaban al regreso a Buenos Aires. Cuenta Luis María Torres (1934) que las exploraciones a su cargo comenzaron en el año 1919. Lo acompañaban en el trabajo los señores F. Wolters, F. Murr y S. Pepriniceck. El ingeniero A. Bernarsich trabajó en la confección de planos y cartas arqueológicas en base a los croquis de campo de Weiser. F. Wolters y M. Jensen confeccionaron láminas de detalles y dibujos de vistas de la región. El fotógrafo S. Finizzola reveló los negativos de fotografías tomadas por Weiser. S. Debenedetti estuvo a cargo de la clasificación de los materiales, junto con J. M. Corcuera y la señorita Mary E. Zurano. En ocasiones los dos primeros se trasladaron al campo para supervisar las excavaciones. Los trabajos de campo estuvieron a cargo de Weiser hasta su muerte en 1926, a partir de lo cual pasaron a estar a cargo de Wolters hasta 1929.
2.2. Los estilos cerámicos de la época tardía en Yocavil Uno de los pensamientos que surgen de la revisión anterior es que, además de no ser deseable, es imposible restringirse a observar una expresión estilística de manera exclusiva. Los estilos son parte integrante de sistemas expresivos, su estudio aislado implica una descontextualización tal como sacar una palabra de una frase y pretender que ella condense los sentidos de la otra. Implica también una visión atemporal del fenómeno 23
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino (1991) realizó estudios sobre la variedad Calchaquí, pero el grupo de urnas santamarianas más estudiado e ilustrado en las publicaciones ha sido el que Caviglia incluyó dentro de la Tradición Yocavil.12
expresivo que integra. Uno de los requisitos metodológicos de este trabajo es establecer la temporalidad del estilo para ubicarlo en su contexto histórico como un paso previo indispensable para pensar las razones de su creación y reproducción. En este punto es necesario un repaso sobre otras cerámicas de época.
Algunos de estos trabajos sobre la cerámica Santa María de Yocavil intentaron diferenciar a las variantes estilísticas en el tiempo (Cigliano 1958; Márquez Miranda y Cigliano 1957; Weber 1978; Podestá y Perrotta 1973; Perrotta y Podestá 1974, 1975; Arena 1975), objetivo de gran importancia, pues se trata de un estilo cerámico con una larga perduración que abarca unos 500 a 600 años (entre los siglos XI y XVII). Cigliano (1958), en su trabajo sobre la arqueología de Famabalasto, identificó una interesante tendencia: se podían distinguir dos grandes grupos al interior del estilo: la variedad tricolor (baño crema y diseños con pintura negra y roja) y la variedad bicolor (baño crema y diseños con pintura negra).
Las descripciones sobre la cerámica tardía en el área valliserrana se basaron en el estudio de vasijas de contextos mortuorios, entre ellas las más señaladas e ilustradas fueron las urnas para entierro de infantes. Las clasificaciones se realizaron fundamentalmente asignando a los tipos o estilos la denominación de las localidades en donde éstos se habían observado por primera vez o donde se encontraban en mayor cantidad (Santa María, San José, Shiquimil, Belén, Rincón). El conocimiento sobre los diferentes estilos cerámicos es dispar. El Santamariano es el que mayor atención ha recibido históricamente, en tanto que otros apenas fueron planteados como tipos y no se conoce mucho sobre ellos. A continuación se exponen las características de los estilos haciendo hincapié en el estado de la cuestión acerca de sus variantes regionales y espaciales, comenzando por la cerámica Santamariana.
Estas variantes se mostraban espacialmente segregadas en los cementerios de Famabalasto, y también se asociaban a estilos cerámicos diferentes. El trabajo sentó las bases para el planteo de una sucesión cronológica de ambas variantes santamarianas, en la que el grupo tricolor representa momentos más tempranos, mientras que el grupo bicolor representa momentos más tardíos, cercanos a la presencia incaica y posiblemente vinculados a ella. La idea fue retomada y desarrollada en mayor profundidad poco tiempo después (Márquez Miranda y Cigliano 1957).13
Santa María El estilo santamariano, característico del Período Tardío en los Valles Calchaquíes, área valliserrana del NOA, ha sido objeto de numerosos estudios arqueológicos desde los orígenes de la misma disciplina (Ambrosetti 1897; Lafone Quevedo 1908; Quiroga 1896, por citar algunos ejemplos). El trabajo de Bregante (1926) es el primer aporte a la descripción sistemática de las diferentes formas que ella pudo reconocer en el estilo santamariano, al que ubicó en un marco espacial amplio correspondiente a los valles calchaquíes. Posteriores estudios han identificado variantes regionales, considerando en especial, aunque no de manera exclusiva, al grupo morfológico de las urnas empleadas en el entierro de párvulos (Serrano 1958; Baldini 1980; Caviglia 1985; Tarragó y De Lorenzi 1976).
En ambos trabajos se toma como marco el cuadro cronológico del NOA elaborado por González (19501955) que formula un momento Santa María I y un momento Santa María II-Paya Inca. en las tradiciones Yocavil y Calchaquí. Para el caso de la tradición Yocavil muestra, a modo de ejemplo de la aplicación de su metodología basada en un enfoque “gestáltico”, dos ejemplos de variantes de urnas: Urna Tricolor con Damero Oblicuo y Quilmes Reticulado. 12 Si bien Caviglia (1985) menciona que la Tradición Yocavil ha sido escasamente estudiada y aún falta avanzar en su análisis, es quizás una de las que más atención ha merecido por parte de los investigadores, situación que se refleja en la abundancia de ilustraciones y fotografías de elementos de esta tradición en la bibliografía. Este énfasis (en términos comparativos con los elementos de otras tradiciones) en el estudio del material santamariano de Yocavil puede relacionarse con la importante actividad de arqueólogos y huaqueros entre las últimas décadas del S XIX y las primeras del S XX en Yocavil. Una de las consecuencias de esta actividad inicial fue la conformación de nutridas colecciones arqueológicas (Ambrosetti, Quiroga, Zavaleta, Schreiter, Benjamín Muñíz Barreto, etc.), las que se emplearon en posteriores contribuciones al estudio del mundo santamariano, principalmente entre las décadas del 50 al 70, que entonces y a consecuencia del sesgo geográfico en la conformación de estas colecciones se enfocaron en el análisis del santamariano de Yocavil. 13 Márquez Miranda y Cigliano (1957) propusieron una secuencia de dos facies, la más temprana tricolor y la más tardía tricolor. Posteriormente asociaron estas facies a diferentes modalidades de ocupación del espacio, así plantearon que la facie tricolor se asociaría con los asentamientos del fondo de valle y la bicolor con los asentamientos en las cumbres de los cerros (1961a). Esta interpretación fue rápidamente refutada por el hallazgo de material tricolor en los sitios emplazados sobre los cerros (Podestá y Perrotta 1976:49), no obstante la tendencia cronológica de ambas facies fue sustentada por los trabajos posteriores.
Según Caviglia (1985) se reconocen al menos dos tradiciones estilísticas en el conjunto santamariano: la Tradición Yocavil propia del valle de Santa María o Yocavil y áreas aledañas como el valle del Cajón, valle de Tafí, y la zona del pedemonte oriental en la provincia de Tucumán, y la Tradición Calchaquí que corresponde a los sectores medio y septentrional del valle Calchaquí. También propone tentativamente otras dos regiones cuya cerámica santamariana presenta rasgos particulares, por lo que podría plantearse la existencia de diferentes tradiciones: la Tradición Valle Arriba en el sector meridional del valle Cachaquí y norte de Yocavil, donde confluyen los valles del Cajón, Calchaquí y Yocavil, y la Tradición Pampa Grande - Santa Bárbara en la zona de la Quebrada de Las Conchas (Figura 2.9).11 Calderari
11 Véase Caviglia (1985) para una descripción (no exhaustiva, puesto que el manuscrito es un proyecto) de las variedades de urnas presentes
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado
Figura 2.9. Esquema sintético de la distribución espacial de las diferentes tradiciones en el estilo santamariano realizado en base a mapa inédito en Caviglia (1985). Existen muchos otros ejemplos de variantes además de las que aquí se emplean para ilustrar las tradiciones.
Veinte años después Ronald Weber (1978) publicó un ensayo de seriación cronológica de urnas santamarianas del valle de Yocavil adaptando para el caso la metodología desarrollada por Menzel y otros (1964, citado en Weber 1978) para la diacronización de la cerámica Paracas del valle de Ica, Perú.14 Para la seriación consideró principalmente los atributos o rasgos morfológicos de las urnas: forma del cuerpo, cuello, borde, base, posición de las asas y presencia de constricción (Figura 2.10), y también rasgos métricos como el ángulo formado por la unión cuello-cuerpo y el índice cuello/cuerpo.
técnicas del diseño pintado, variantes de diseño de cuello, cuerpo, bandas laterales, banda del borde interno, diseño de ojos, lágrimas, bocas, brazos, cabezas de serpientes, decoración en relieve y el empleo de los colores. En ambas matrices de seriación se integraron los diferentes atributos aislados observados en cada pieza. Así se buscaba ordenar al material en atención a la semejanza (atributos compartidos) entre las variables en cada urna, de manera de concatenar o alinear el conjunto analizado formando una serie. Las piezas más cercanas entre sí serían las más similares y de ello se infiere su contemporaneidad o mayor cercanía en la dimensión temporal. Las vasijas ubicadas en los extremos de la serie marcarían el inicio y el fin respectivamente de la presencia del estilo, por lo tanto, fueron elaboradas en diferentes momentos. Como resultado de este ensayo se plantearon 5 fases con valor cronológico, las tres primeras (I, II, y III) eran principalmente tricolores y las dos últimas (IV y V), principalmente bicolores.
En ese trabajo se tabularon también en una segunda matriz las variantes de rasgos decorativos característicos:
14 Weber utilizó un total de 94 urnas, en su mayoría de la colección Zavaleta del Field Museum of Natural History de Chicago y también otras urnas ilustradas en diferentes publicaciones.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Hispano Indígena. Podría decirse que el planteo de estas autoras es menos flexible que el de Weber en cuanto a los límites entre las fases y la separación entre el universo bicolor y el tricolor en las urnas, aunque reconocen que muchas veces resulta difícil la ubicación de ciertas piezas en alguna fase en virtud de la gradualidad de los cambios (Figura 2.11a). Se realizó también una seriación de los “pucos tapa” que acompañan a las urnas funerarias complementada con datos sobre sus asociaciones con urnas y otros estilos en entierros de adultos. Por ejemplo se ubicó a los pucos tipo Loma Rica en el inicio de la serie al observar que tapaban tanto a urnas Santa María Tricolor de las fases I y II como también a urnas San José. Esta asociación entre Loma Rica, San José y Santa María fases I y II era coherente con la ubicación de ambas fases al inicio de la serie. Distintas variantes de pucos tricolores se hallaron asociados a urnas de las fases I, II y III y pucos bicolores asociados a las fases IV y V. La decoración pintada en el interior sería un rasgo de los pucos bicolores más tardíos (Perrotta y Podestá 1974: 41) (Figura 2.11b).
Figura 2.10. Terminología para la descripción morfológica de las urnas santamarianas de acuerdo con Weber (1978: 52, Figura 2) con modificaciones de acuerdo a Perrotta y Podestá (1974, Lámina 1, Figura 12), distinguiendo: Frente: X; Contrafrente: -X; Perfil: Y; Contraperfil: -Y; Abertura: a y Base: b.
Elena Perrotta y Clara Podestá repitieron el ejercicio de seriación con piezas de la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata.15 Su trabajo fue de gran importancia, ya que confirmó a partir de un grupo de materiales independiente las tendencias planteadas en el ensayo original de Weber. La información contextual que caracteriza a la colección se trabajó en paralelo y esto permitió hallar correspondencias entre las asociaciones observadas en los contextos funerarios y la sucesión de las variantes o fases de la serie. Las autoras agregaron una nueva fase inicial a la que denominaron fase 0 en la que no hay figuración del rostro humano. De acuerdo con Perrotta y Podestá en la fase I se acentúan los caracteres propios del estilo antropomorfo. A partir de la fase III (hay piezas bicolores y tricolores) se observa una transición, tanto en las características intrínsecas de las vasijas como en sus pautas de uso. Las autoras destacan un nuevo uso de estos modelos de vasijas como ofrendas en el interior de cistas y relacionan los cambios a los comienzos de la influencia incaica. En su comentario a la fase III dicen: “Incluidas en esta fase se encuentran ejemplares bicolores y tricolores, con y sin constricción, con guarda geométrica o franja llena en el interior del borde. Todo ello indica ciertamente un cambio en la tradición. Tal vez las primeras influencias incaicas visibles en las fases IV y V hacen su aparición en este momento. (…). Urnas de esta fase se han encontrado en cistas colectivas, como ofrendas.” (Perrotta y Podestá 1974: 31). Las fases IV y V (bicolores) corresponderían a momentos de influencia incaica, extendiéndose hasta el Período
Figura 2.11. Seriación de urnas y pucos Santa María según Podestá y Perrotta (1973: 9-10). Nótese para las urnas la tendencia a una elongación de los cuellos y al modelado de cuerpos sin constricción en las urnas más modernas, y para los pucos la aparición de la variante “con cuello” hacia el final de la serie.
15 Las autoras emplearon los materiales y libretas de campo de las III y VI expediciones Weiser-Wolters, correspondientes a los años 1921 y 1923-1924 respectivamente. Esto incluye piezas de diferentes procedencias comprendidas entre el Bañado de Quilmes al norte y Punta de Balasto al sur, fueron estudiadas 172 urnas y 85 pucos y se observaron 75 casos de asociación entre pucos y urnas (Perrotta y Podestá 1974:14-15).
Es de especial interés el trabajo de Reynoso y Pratolongo (2008) que se vale de la diacronización de los objetos cerámicos definida por la seriación para situar en una
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado De manera personal se ha podido observar, trabajando con conjuntos fragmentarios y vasijas enteras, que existe una variedad de pucos de la cual la serie de Perrotta y Podestá no da cuenta, observación apuntada por Greco (2007:26). Por ejemplo, hay pucos tricolores que combinan un diseño exterior clásico y dibujos en el interior, que hipotéticamente podrían ser de una posición cronológica intermedia. También hay pucos bicolores y tricolores clásicos con variedad de asas no puntualizadas.
época concreta, hacia el extremo final de la serie, a una muestra de 52 vasijas, urnas, ollas y pucos, mediante la cual los autores ponen en relieve la particular “reaparición” y actualización del tema felínico. A través del análisis de representaciones felínicas modeladas y pintadas se abre la reflexión acerca de las causas para ese resurgimiento de los motivos felínicos hacia el final del Período Tardío, ya sea como procesos sociales endógenos, como un fenómeno de resistencia frente al avance incaico en marcha o bien como una incorporación de elementos de la parafernalia incaica al repertorio local como resultado de la dominación efectiva (Reynoso y Protolongo 2008:14)16.
Por otra parte encontramos dificultades para distinguir entre las urnas de las fases I y II, por tal motivo, al clasificarlas incluimos en un mismo grupo a las urnas de ambas fases (Apéndice III). Ante esta misma dificultad, y teniendo en cuenta que las diferencias entre las fases podían deberse no sólo a variación cronológica sino también a la espacial, Marchegiani (2004, 2008), en su análisis de la cerámica del cementerio RCh 21 de Rincón Chico, optó por la distinción entre urnas Santa María tricolor de contorno complejo, donde quedan incluidas las urnas de las fases 0, I y II y urnas Santa María tricolor de contorno compuesto que es homologable a la fase III y consideró que las primeras eran más antiguas que las segundas (Marchegiani 2008:136, 166).
Por el momento las dataciones realizadas en contextos funerarios no contradicen la hipótesis de una mayor antigüedad de las urnas tricolores con respecto a las bicolores, pero no se cuenta con fechados suficientes como para evaluar la pertinencia de la demarcación de segmentos temporales que propone la sucesión de fases (Nastri 1999). Velandia Jagua (2005) cuestiona la utilidad de la seriación de urnas y prefiere conservar una distinción básica entre Santa María tricolor como variante temprana y Santa María bicolor como variante tardía del estilo. Por su parte otros autores han sugerido que las diferencias que indican las fases, y aún otras variantes subsumidas en dichas categorías, pueden deberse a variaciones regionales, funcionales o político-sociales (Caviglia 1985; Johansson 1996; Sjödin 1989; Piñeiro 1997).
Urnas y “pucos tapa” son las formas más abundantes en el estilo santamariano, pero no son las únicas. Existe una variedad de formas y tamaños de ollas con cuello, jarros o urnas miniatura y variantes de pucos que aún no han sido adecuadamente descritas ni incorporadas de modo sistemático en propuestas de ubicación cronológicas publicadas. Por último hay que destacar que no se han publicado aún ejercicios de distinción de variantes con valor cronológico en los conjuntos santamarianos de otras regiones o tradiciones. Las tendencias de las variaciones a lo largo del tiempo de las urnas de Yocavil (elongación del cuello, predominio del bicolor por sobre el tricolor, etc.) no deberían extrapolarse sin un análisis previo hacia las urnas de otras regiones.
Caviglia (1985) remarcó que la metodología “atomizante” empleada en estas seriaciones oscurece la apreciación de variantes individuales, familiares, grupales y regionales subsumidas en las fases. Aquí se comparte esa visión, sin embargo hay que contextualizar la investigación de acuerdo con sus objetivos guía. En el caso de la seriación se buscó establecer un ordenamiento temporal de la variación, la cual deberá seguir evaluándose con otros métodos en pos de diferentes objetivos. Hay que apuntar que en ocasiones las críticas se han realizado un poco ligeramente, por ejemplo Perrotta y Podestá son claras al exponer las procedencias de las vasijas sobre las cuales realizaron la seriación (entre El Bañado y Punta de Balasto), no obstante se ha imputado a su trabajo una intención de generalización a la totalidad del ámbito de Yocavil, que este no tiene (Sjödin 1989).
Estos casos ponen de manifiesto la complejidad del fenómeno estilístico santamariano y alertan sobre las dificultades interpretativas que puede traer una clasificación demasiado rígida o simplificadora. La distinción inicial entre bicolor y tricolor fue de gran utilidad, al igual que el modelo de la seriación, pero se debe avanzar todavía mucho en la elaboración de esquemas cada vez más refinados que revelen la variación regional, funcional y cronológica. Aceptando que en el futuro será necesario refinar el modelo que inicialmente se planteó con la separación entre bicolor y tricolor y luego con la seriación, aquí se lo tomará como una guía básica para ensayar la ubicación temporal del FNG según sus asociaciones, al considerar que la tendencia temporal en las variaciones de diseño y de forma que de modo general propone se ha constatado a través de descubrimientos y observaciones posteriores sobre otros sets de materiales (Marchegiani 2004; Greco 2007).
El trabajo de Kriscautzky contribuyó a complejizar el panorama al indicar, de acuerdo con las investigaciones en el bajo del poblado de La Ventanita de Fuerte Quemado, que en momentos de la expansión incaica en la zona estaban circulando pucos Santa María Tricolor (Kriscautzky 1999: 70). 16
La temática de la representación felínica en las urnas Santa María es abordada también en la tesis doctoral inédita de Javier Nastri (2005).
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino existencia de variabilidad regional, cronológica y contextual (Basile 2005; Quiroga y Puente 2007; Wynveldt 2006 y 2007). Así se han podido reconocer variantes de urnas de contorno inflexionado asociadas a materiales del momento incaico, pero más allá de esta distinción, el conjunto de las tinajas Belén no ha podido clasificarse en función de la división en tres fases planteada. Es decir que algunas vasijas se pueden clasificar en el momento Belén III, pero no se ha podido formalizar en una publicación los rasgos que caracterizan al Belén I y II, por lo que no es del todo claro el desarrollo diacrónico del estilo.
Belén Este estilo es característico del valle de Hualfín y aledaños. Según los fechados conocidos y los estudios de contextos (González 1950-1955; González y Cowgill 1975; Sempé 1981, Ratto et al. 2007 entre otros) se desarrolló durante el Período Tardío y, por ende, es contemporáneo del estilo Santamariano y afines. Las formas predominantes en el estilo cerámico Belén son las urnas (ollas con cuello o tinajas) y los pucos (cuencos). Menos frecuentes son las ollas con borde saliente (Puente y Quiroga 2006; Wynveldt 2007) (Figura 2.12). De acuerdo con la decoración se distinguieron dos variedades; Belén negro sobre rojo y Belén grabado (Serrano 1958:80-82), al que también se llama Belén exciso. El acabado de las superficies es bastante variable; puede ser un simple alisado o bien un baño rojo con o sin pulido. La decoración puede ser pintada en color negro y también incisa de surco ancho y pintada de negro. Algunos ejemplares poseen en el cuerpo un rostro modelado que puede estar pintado con un fondo blanco. La iconografía es menos variada que la santamariana, aunque comparte con esta la representación de la serpiente bicéfala. Es característica de la decoración interna de los pucos la representación de un “chinchillón” de cuerpo grueso y larga cola. En el sector del cuello de las urnas se emplean anchas bandas escalonadas o almenadas con reticulado o damero o bien de trazo pleno.
Figura 2.12. Cerámica Belén. a: urna con puntos angulares, MLP-Ar6059 CB, Molino del Puesto. b: urna de contorno inflexionado, MLP, Col. Bruch Nº 23, Hualfín. c: decoración interna de puco, sin datos de procedencia ni colección. d: olla, sin datos de procedencia, MEB. Tomado de Marchegiani et al. (2009: 73, Figura 2).
Urnas Negro sobre Rojo, Quilmes rojo inciso Se trata de variantes que pueden considerarse como diferentes modos de entrecruzamiento estilístico entre los estilos Belén y Santa María en diversas combinaciones de color, forma, proporciones, técnicas decorativas o segmentación del espacio decorativo de la vasija (Figura 2.13 y 2.14).
Esta cerámica era empleada como contenedor en inhumaciones de infantes y como ofrenda acompañando el entierro de personas adultas (Berberián 1969) y también se pudo comprobar su uso en espacios domésticos. El ámbito geográfico de su dispersión comprende los valles de Hualfín y Abaucán y áreas aledañas. También en instalaciones tardías puneñas en la zona de Antofagasta de la Sierra, como el asentamiento de La Alumbrera, se observa la presencia de este estilo decorado (Olivera et al. 2008: 132, Tabla 1). En el valle de Yocavil sus hallazgos son muy escasos, pero extendidos a diferentes asentamientos.
Las urnas Negro sobre Rojo de Yocavil fueron analizadas en un reciente trabajo junto con Marina Marchegiani y Alejandra Reynoso (Marchegiani et al. 2007, 2009). De acuerdo con su forma, se dividen en tres partes: cuello, cuerpo y base. El patrón decorativo es tripartito (cuello, parte superior y parte inferior del cuerpo). Otros espacios independientes de diseño son las superficies de las asas y una banda en el borde interno. Se ha notado el predominio de un tema recurrente con algunas variantes en su representación. Se trata de una serpiente con dos cabezas y cuerpo arqueado, con variantes que logran distintos niveles de abstracción, a la que llamamos “árbol de serpientes”, que aparece representado de acuerdo a un patrón de lectura por planos en la parte superior del cuerpo. Los laterales del motivo central están formados por un motivo de la cruz, con ondas, reticulados y líneas rectas en su interior.
En relación a su cronología se propuso una secuencia tripartita: Belén I, II y III (González 1950-1955; González y Cowgill 1975). Estos tres momentos fueron sugeridos en base a variantes en el patrón de asentamiento y habrían abarcado los siguientes lapsos de tiempo: Belén I, 1100-1300 D.C.; Belén II, 1300-1480 D.C.; Belén III, 1480-1535 D.C. La secuencia fue postulada a pesar de que los fechados radiocarbónicos obtenidos para asentamientos previamente clasificados en alguna de las tres fases no arrojaban resultados del todo coherentes con el modelo. Las variantes en el asentamiento que se tuvieron en cuenta para la construcción de las distintas fases nunca fueron completamente definidas. Al mismo tiempo tampoco se establecieron criterios claros para reconocer al material cerámico según las fases, con excepción de Belén III donde en general se incluía a vasijas raras o “degeneradas”. En los últimos años se ha avanzado en la caracterización del estilo Belén, indagando en la
En relación a los parámetros métricos se destaca una importante variedad en el tamaño de las diferentes urnas Negro sobre Rojo. Las piezas más pequeñas proceden en su mayoría de las tumbas de Famabalasto. Tomando los valores promedio de los índices métricos (relación cuello/cuerpo y altura/diámetro máximo de la boca) se aprecia que el conjunto de urnas Ns/R ocupa un lugar intermedio entre las urnas Belén (tomadas en conjunto) y las Santa María fases IV y V (que son las variantes 28
Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado redefinición, de gran dinamismo y transformación social (en lo económico, en lo político, en el desarrollo de identidades novedosas que inclusive pueden derivar en situaciones de mestizaje y “etnogénesis”), donde se expresan relaciones de interacción y conflicto entre distintos grupos sociales. Sin dejar de lado las ideas previas se propuso una hipótesis alternativa según la cual este estilo mixto sería el producto de una interacción social redefinida entre grupos de Hualfín y de Yocavil, como resultado de la inclusión de esta zona del NOA como frontera del proceso expansivo incaico en marcha (Marchegiani et al. 2009).
contemporáneas de estas urnas). Las procedencias de las urnas Negro sobre Rojo apuntan a una circulación en el ámbito de la Tradición Yocavil del estilo Santa María. Las asociaciones en contextos funerarios indican que este modelo de urnas se producía en épocas muy tardías, referibles al momento de expansión incaica y española en el área valliserrana. Dentro de sus usos funerarios se observó el entierro de infantes dentro de las urnas y también el acompañamiento de adultos en cámaras. También se suelen encontrar fragmentos en sitios habitacionales y productivos.
Figura 2.14. Ejemplos de otras modalidades de urnas Negro sobre Rojo tardías del área de Yocavil. Los casos a y g corresponderían al estilo Quilmes rojo inciso, los restantes muestran la diversidad de urnas afines no incluidas en una tipología. Tomado de Marchegiani et al. (2009: 91, Figura 12). a: IAMUNT MA 4279, Fuerte Quemado, b: MEJBA -36857- Fuerte Quemado; c: MAEC sin Nº; d: MLP-Ar-5408 BMB, Famabalasto; e: MLP-Ar-6058 CB, Fuerte Quemado; f: MEJBA 73342; g: MEJBA, Z-10207, Fuerte Quemado.
Figura 2.13. Ejemplos de urnas Negro sobre Rojo. Modificado de Marchegiani et al. (2009:77 Figura 4). a: MLP-Ar-6315 BMB, Las Mojarras; b: MEJBA Col. Quiroga 12392, Amaicha; c: MLP-Ar-4436 BMB, Masao; d: MEJBA -28022-, procedencia desconocida.
Existen importantes afinidades entre las urnas Negro sobre Rojo y las urnas Quilmes rojo inciso o Quilmes rojo grabado. Éstas fueron consideradas por Serrano (1958:54) como una variante que integra el complejo santamariano. Se trata de urnas de morfología y pasta similar a las santamarianas, de entre 40 y 50 cm de alto, con decoración incisa de surco ancho y profundo. La superficie externa se encuentra cubierta por un engobe rojo que varía del carmín al morado. Por sobre la decoración incisa y siguiendo su trazo se utilizó pintura negra la cual suele exceder los límites de la incisión o bien pintura blanca bordeada por una fina línea negra. Los motivos más recurrentes son el de la serpiente, el suri, el ave voladora y elementos geométricos como los rombos encadenados. Su distribución principal sería el área de Yocavil y sobre todo en las cercanías de Quilmes.
Se trata de una variante estilística que combina rasgos de estilos propios de regiones vecinas, pero que no circula con la misma intensidad en ambas zonas de origen de los estilos de los que se nutre. Se observó también en unos pocos ejemplares la integración de una guarda con espirales enlazados que caracteriza al estilo Yavi. Considerando su ámbito y época de circulación se las ha entendido como una manifestación propia de un área de transición entre dos entidades contiguas (Cigliano 1958). Otros autores plantearon la hipótesis de que esta variante de urnas fuera una producción de mitimaes de la zona de Hualfín reasentados por los incas en Yocavil (Perrotta y Podestá 1974; González 1977; Tarragó 1995, 2000). Recientes definiciones de la noción de frontera que ponen el foco en las transformaciones desarrolladas en las sociedades de zonas que se constituyen en fronteras de la expansión de estados o imperios (por ejemplo Ferguson y Whitehead 1992; Boccara 1999, 2002), se basan en la concepción de la frontera, más que como un límite físico, como un “espacio social” en constante
Las afinidades estilísticas con el estilo Belén tales como el baño rojo, la técnica de incisión y la pintura en negro por sobre las incisiones son notables y merecen investigarse en profundidad. Aún no se cuentan con
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Existe gran cantidad de piezas que presentan simultáneamente elementos considerados excluyentes de ambos tipos, tanto en la forma como en la decoración. Será necesaria una reevaluación de estas alfarerías contemplando el análisis de un mayor número de piezas y procedencias y dejando de lado los supuestos de asociación estricta entre tipo cerámico y “cultura” o “pueblo”.
seriaciones, fechados o estudios de asociaciones que permitan una definición de la cronología de esta cerámica pero generalmente se considera que podría ser una modalidad que se desarrolló tardíamente, quizás a partir del Período Incaico (Palamarczuk 2002). Otras urnas con decoración en negro sobre rojo singulares presentan puntos en común con ambos grupos descriptos (Figura 2.14 b-f). San José, Shiquimil, Peñas Azules, Rincón Existe un grupo de cerámicas que se considera, pertenecen a los primeros momentos del Período Tardío. En las menciones más tempranas se utilizó para las urnas la única denominación comprensiva de “Andalhuala” (Ambrosetti 1899), mantenida por Serrano (1958), quien incluyó diferentes modalidades como las urnas ovoides, las urnas de conos superpuestos (Grupo X sensu Arena 1975) y las urnas antropomorfas (Peñas Azules tricolor sensu Arena 1975).
a
En varios trabajos se propone y se discute una entidad cultural “San José” a la que correspondería esta cerámica, empleada para el entierro de párvulos, y que estaba definida exclusivamente en base a ella. Considerando diferencias morfológicas e iconográficas, Perrotta y Podestá (1975) realizan un desdoblamiento del material “San José” en dos grupos: San José Tricolor y Shiquimil Geométrico, este último de grandes semejanzas con la cerámica “Hualfín”. De esa manera se interpretó que tanto el Hualfín como el Shiquimil Geométrico son tipos contemporáneos de amplia distribución geográfica, en tanto que el San José Tricolor representó un desarrollo acotado espacialmente, con un “traslapamiento” al final de su vigencia con el Santa María Tricolor. A partir de ese trabajo se plantean entonces dos tipos diferentes que comparten algunos rasgos, integrados por urnas y pucos en el caso Shiquimil y por urnas en el San José.
b
c
d
Entre las características básicas de las urnas San José Tricolor se cuentan el empleo de baño blanco en algunos sectores del cuerpo, un borde ancho y separado del cuerpo por un punto angular, la tendencia del cuerpo hacia una forma cilíndrica, la representación de la serpiente segmentada tanto en la base como en el cuerpo y el empleo de otros motivos zoomorfos como el suri y los batracios (Figura 2.15a). El Shiquimil Geométrico, en tanto, puede ser tanto tricolor como bicolor (con o sin baño blanco en alguna de las bandas del cuerpo), el borde es más pequeño y menos recto que el observado en las San José Tricolor y se separa del cuello por un punto de inflexión, el cuerpo es troncocónico. No posen representaciones zoomorfas (Figura 2.15b).
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Figura 2. 15. Cerámica temprana del Período Tardío. a: urna San José Tricolor. b: urna Shiquimil Geométrico. c: puco Shiquimil Geométrico. d: urna Lorohuasi Tricolor. e: urna Rincón. f: urna Peñas Azules Antropomorfo. g: urna Peñas Azules Tricolor. Las imágenes a, b, c, d y e se tomaron de Perrotta y Podestá (1975: 413-420, Figuras 3, 6, 7, 8, 9 y 10). Las imágenes f y g, de Arena (1975: 61, Figuras 3.5 y 3.18).
Conocemos también otros tipos considerados de momentos iniciales del Período Tardío, como el Lorohuasi Tricolor (Figura 2.15d) -que podría pensarse como una variedad de olla San José-, las urnas Rincón (Figura 2.15e) y las Peñas Azules Antropomorfo (Figura 2.15f) y Peñas Azules Tricolor (Figura 2.15g) -asociadas con pucos Shiquimil Geométrico- (Figura 2.15c). Estas tres últimas, con representaciones antropomorfas que las acerca al universo iconográfico santamariano (Palamarczuk 2002). De hecho, las urnas Rincón fueron consideradas por Serrano (1958) como parte del grupo
Esta división en dos tipos de neta distinción se ve desafiada por la variabilidad observada en las urnas subsumibles bajo alguna de estas denominaciones.17 17 Observando la Figura 3 del trabajo de Arena (1975), publicado en el mismo volumen que el de Perrotta y Podestá (1975), se pone de manifiesto el alto grado de heterogeneidad de las piezas catalogadas como tipo San José, alejándose notoriamente del arquetipo propuesto. Los elementos definitorios para la separación entre ambos tipos parecerían ser el empleo de motivos zoomorfos en San José.
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado batracios. En un trabajo posterior (Podestá y Perrotta 1973:10) se incorpora la categoría de Loma Rica Bicolor Modificada, que se distingue por presentar “modificaciones de forma y decoración provenientes de Santa María” evidenciando una “simbiosis entre Santa María y San José” y sería una variante más tardía. Si bien no existen todavía fechados directos, se infiere su correspondencia con los primeros momentos del Período Tardío, al comprobarse su empleo como tapas de urnas Santa María Tricolor fase 0, I y II y San José Tricolor (Palamarczuk 2002).
santamariano. Perrotta y Podestá (1975: 419) observaron su uso como tapa de urnas San José Tricolor. Esto las liga a momentos tempranos dentro del Período Tardío. Sin embargo se trata de un grupo con gran variedad que podría tener una prolongada historia de transformaciones en el tiempo. En definitiva es una modalidad cuyo estudio en profundidad está pendiente. Loma Rica Con este nombre se ha identificado a una variedad de pucos o cuencos, no obstante existen urnas (ollas con cuello) estilísticamente afines. Consideradas en trabajos anteriores como una variedad de puco santamariano (Cigliano 1956-1957, 1958; M. Miranda y Cigliano 1957; Serrano 1958), son bautizadas por Perrotta y Podestá (1975) con este nuevo nombre inspirado en la abundancia de fragmentos recolectada en la zona de la Loma Rica y en la referencia al hallazgo de esa variedad de escudillas en ese sitio por Outes (1907) (Figura 2.16).18
Peinadas y Alisadas ordinarias, Peinadas con baño También se las denomina toscas o domésticas. Son las diferentes maneras de nombrar a la cerámica empleadas en la elaboración y almacenamiento de alimentos a lo largo del Período Tardío. Muchas de estas piezas tienen en sus superficies marcas de hollín y otras evidencias de exposición al fuego directo como el ennegrecimiento de la pasta y agrietamiento de las superficies. Existe variedad de formas, espesores de las paredes, características de la pasta, tipos de asas, dimensiones y decoración. Las formas más conocidas son restringidas o cerradas, incluyendo diversos tipos de ollas como las globulares, ovoides, calciformes, “wirki”, de base cóncavo-convexa, cónica, con pie de compotera, con varios pies, etc., pero también hay pucos de variadas dimensiones (Figura 2.17).
a
b Figura 2.16. Pucos Loma Rica. a: Loma Rica Bicolor. b: Loma Rica Bicolor Modificada. Ilustraciones tomadas de Perrotta y Podestá (1975: 414-415, Figuras 4 y 5) y Podestá y Perrotta (1973: 7) respectivamente.
a
Estos pucos se destacan por su baño rojo oscuro y la decoración en pintura negra en ambas superficies alisadas. En el exterior la pieza se divide en dos campos de representación donde el motivo típico es el de una gran serpiente enroscada en forma de “S” horizontal, sin distinción de cabeza ni cola y con el cuerpo bandeado. A los lados, cercanas al borde, están adheridas las asas otomorfas. En la superficie interna la decoración suele ser de mayor complejidad, delicadeza, heterogeneidad y fino trazo. Se reitera la división en dos o cuatro campos con motivos geométricos generalmente organizados de acuerdo con una orientación radial, y que dejan libre la zona de la base (líneas rectas u ondulantes, triángulos agudos, chevrones, grecas, segmentos reticulados, zigzags, rombos concéntricos, etc.). Entre los motivos figurativos están las estilizaciones de serpientes y los
c
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d
Figura 2.17. Cerámica ordinaria. a: olla tipo Famabalasto tosca, MLPAr-5195 BMB, Famabalasto (Cigliano 1958: 90 Figura 17). b: olla calciforme, MLP-Ar-6071 CB, Fuerte Quemado. c: olla globular tetrápoda, MLP-Ar-6124 CB. d: olla calciforme trípode, MLP-Ar-6112 CB. b, c y d procedentes de Fuerte Quemado (Bruch 1911: 80-82, Figuras 79, 82 y 80 respectivamente).
Algunos ejemplares presentan baño blanco y/o decoración pintada, incisa o al pastillaje en forma de bubones o aditamentos zoomorfos. El acabado de las superficies puede ser el alisado, con diversos grados de prolijidad y el peinado o marleado, que es muy característico de los poblados tardíos de Yocavil. En
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Cigliano (1956-1957, 1958) los considera dentro de la categoría Santa María Tricolor, luego en un trabajo junto a Márquez Miranda (1957) los incluye en la facie tricolor de la cerámica Santa María distinguiéndolos como pucos “A”. Serrano (1958) divide los pucos santamarianos en dos categorías: pucos rojos y pucos de fondo blanco, los primeros son equivalentes a Loma Rica Bicolor.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino varios cementerios del Período Tardío se localizaron piezas ordinarias utilizadas como urnas o como ofrendas, en ocasiones con rastros de un uso anterior al funerario. Tal es el caso de los cementerios de Famabalasto, donde se las halló en asociación con urnas Santa María tricolor y bicolor; del cementerio de “La Manga” y “El Bordo” en la zona oriental del valle en las cercanías de Shiquimil, donde se asocian con material San José (Perrotta y Podestá 1975), en las cistas para adultos con material Hispano-Indígena de Caspinchango (Debenedetti 1921); en enterratorios cercanos a Molino del Puesto (Bruch 1911), en el área al norte de RCh 15 en Rincón Chico (Lorandi et al. 1960) (Palamarczuk 2002:23-24).
Inca Cuzqueño Imperial: Piezas producidas e importadas desde el Cuzco que pueden ser clasificadas dentro de la tipología de Rowe para Andes centrales. González los denomina, tipos cuzqueños de importación y considera que se trata de piezas excepcionales.
Marchegiani y Greco (2007) estudiaron las cerámicas ordinarias procedentes de trece contextos fechados en la localidad de Rincón Chico. Esto permitió observar continuidades en algunos rasgos decorativos y morfológicos que hacen difícil deslindar distintos momentos en base a los mismos. No obstante existen algunos rasgos útiles para su diacronización. Por ejemplo las bases en forma de pedestal o pie de compotera se relacionan con las épocas Inca e Hispano Indígena. Las pastas con abundante cantidad de mica de gran tamaño se observaron en abundancia en sitios incaicos y también se puede trazar un paralelo con la cerámica Caspinchango, uno de cuyos rasgos más notables es la abundancia de mica.
Inca Mixto: Piezas que presentan una mayor combinación de elementos cuzqueños con otros no cuzqueños en los cuatro ejes del análisis estilístico. Son ejemplos los estilos Casa Morada Policromo, La Paya dibujos negros, Chaquiago negro sobre ante, Chaquiago negro sobre rojo y Chaquiago negro sobre marrón. González (1980: 65) Los denomina Tipos en los que se mezclan rasgos incaicos con otros locales.
Inca Provincial: Vasijas que imitan a las piezas cuzqueñas tanto en su iconografía, morfología y estructura del diseño aunque difieren notablemente en su producción. Son copias realizadas por manos menos expertas que aquellas de los artesanos del Cuzco y manufacturadas con materia prima local. Denominado también como Tipos locales que copian o imitan a los cuzqueños (A. R. González 1980:65).
Fase Inca: Cerámicas pertenecientes a las tradiciones estilísticas locales o no locales preincaicas que durante su desarrollo histórico reciben el impacto cultural que se traduce en sutiles cambios. No son imitaciones de la alfarería inca cuzqueña. Las autoras proponen como ejemplo a las urnas santamarianas fase IV y los estilos Yocavil Polícromo, Famabalasto Negro s/ Rojo, Yavi, Chicha o puneño (Calderari y Williams 1991: 83).
Inca La primera sistematización de la alfarería Inca del Cuzco fue realizada por Rowe (1944). Esta clasificación se basó en las colecciones cerámicas de Sacsahuaman, Machu Picchu y por los materiales extraídos por Rowe en los sitios Qoripata y Canchón, en el Cuzco. Rowe denominó como Cuzco Policromo a una cerámica identificada en Sacsahuaman y considerada típica del Período Tardío o Inca Imperial. Sus rasgos decorativos más significativos son los diseños geométricos y un buen pulimento. En general es una cerámica muy estandarizada, tanto en su forma como en su diseño. Su repertorio iconográfico es reducido, con predominio de diseños geométricos. Otros estilos muy semejantes presentes en el Cuzco son los que llamó Cuzco ante, Cuzco rojo sobre blanco y Cuzco policromo figurativo. Otros cuatro estilos llamados Qoripata Policromo, Huatanay Policromo, Urcusuyu Policromo y Tipos Canchón difieren en aspectos de tecnología y diseño (Tancredi et al. 2004).
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Existe una gran diversidad al interior de lo que genéricamente se puede denominar como cerámica Inca para el NOA. Calderari y Williams (1991) desarrollaron una clasificación, que tiene un precedente en el trabajo de A. R. González (1980: 65). Tomando en cuenta cuatro ejes del análisis estilístico: la morfología, la producción, la estructura del diseño y la iconografía, plantean cuatro categorías útiles para comprender los fenómenos de incorporación, innovación y mezcla de estilos que se observa a partir de la expansión imperial en la región (Figura 2.18).
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Figura 2.18. Ejemplos del esquema para la clasificación de cerámica Inca local de Calderari y Williams (1991) y González (1980). a: Inca provincial, MLP-Ar-4994 SLQ, Chaquiago. b: Inca mixto, MLP-Ar2727 FPM, Andalgalá. c: Fase Inca (Famabalasto Negro sobre Rojo), MLP-Ar-5262 BMB, Famabalasto. d: Fase Inca (Yocavil Polícromo), MLP-Ar-6501 BMB, Palo Blanco. e: Tipos incaicos que mezclan rasgos incaicos con otros locales pero pertenecen a regiones fuera del NOA (Diaguita-Inca). Las imágenes a, b y d se tomaron de (Márquez Miranda 1946:197, Figura 85 b; 198, Figura 86 b y 193, Figura 83 b respectivamente), la c se tomó de Cigliano (1958 Lámina X, 5) y la e, de Cornelly (1949: 10, Figura 17).
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado Tomando en cuenta ciertos elementos de variación, en especial en las formas, dimensiones e iconografía, entre la cerámica Famabalasto Negro sobre Rojo valliserrana y la santiagueña se ha planteado la elaboración local en los valles, antes que la importación desde el la llanura. Para explicar esta introducción en los valles se postularon explicaciones basadas en el comercio y en el establecimiento de colonias familiares en las sierras, para la cría de rebaños laneros, pertenecientes a comunidades santiagueñas (Lorandi 1978). Posteriormente se trabajó sobre la hipótesis que vincula este fenómeno con la instalación de mitimaes trasladados por los incas desde el llano hacia los valles. La instalación incaica de Potrero Chaquiago, en Andalgalá, presenta importantes cantidades de fragmentos cerámicos del estilo, sin paralelos en otros sitios conocidos, sean estos incaicos o locales, en el área valliserrana. Se planteó que en el lugar se elaboraba a gran escala esta cerámica, así como también productos textiles (Lorandi 1984; Williams y Cremonte 1992-1993; D’Altroy et al. 1994; Williams 1995). Calderari y Williams (1991) la incluyen dentro de la cerámica fase inca.
González (1980: 65) establece otra categoría llamada: los tipos incaicos que mezclan rasgos incaicos con otros locales pero pertenecen a regiones fuera del NOA (ej. Inca Pacajes o Saxamar de origen altiplánico, el IncaCoquimbo del Norte Chico de Chile o el Diaguita-Inca chileno) (A. R. González 1980: 65). Variaciones de este esquema se emplean en diferentes áreas antiguamente comprendidas en la expansión inca. Por ejemplo en el Valle de Mantaro en Perú (D´Altroy et al. 1994) o para Chile en el sitio Estadio Fiscal de Ovalle (Cantarutti Rebolledo y Mera Moreno 2001). En qué momento comienza la ocupación incaica en el NOA es un tema de discusión que permanece abierto. Según información histórica la expansión hacia el sur del Tawantinsuyu habría comenzado en la segunda mitad del siglo XV, sin embargo los abundantes datos radiocarbónicos que indican fechas más antiguas han llevado a una reevaluación tal que en algunos cuadros de periodificación se toma una fecha de comienzos del siglo XV para los inicios de esa ocupación (por ejemplo Nielsen 2001: 215; L. R. González 2004: 153, véase discusión en D’Altroy et al. 1998). Famabalasto Negro sobre Rojo Se trata de una cerámica de pasta compacta, con núcleo oscuro por reducción y márgenes oxidados definidos, o bien completamente oxidada. Engobe rojo espeso aplicado sobre la superficie preparada previamente con un peinado suave. Los diseños se realizan en pintura negra opaca o lustrosa sobre el engobe, que es pulido. Estos forman guardas simples, horizontales y anchas con repetición de elementos geométricos y predominio de líneas curvas y volutas ubicadas en la parte superior del cuerpo de las vasijas. La superficie interna suele estar peinada en las piezas restringidas, y pulida y a veces pintada en algunos pucos. Hay gran diversidad de formas y dimensiones aún no formalizadas, aparentemente con predominio de piezas de mediano porte (Figura 2.19). Cigliano (1956-1957, 1958) propuso el nombre Famabalasto Negro sobre Rojo para definir el tipo cerámico hallado en las tumbas de esa localidad. Destacó la influencia chacosantiagueña en el estilo e inclusive sugirió que podría tratarse de la misma cerámica que aparece en Santiago del Estero. A partir de asociaciones en contextos funerarios en Shincal con cerámica incaica, sitúa por “teleconexión” a la cerámica que observa en la localidad de Famabalasto en el período incaico o muy próximo a él.
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Figura 2.19. Vasijas Famabalasto Negro sobre Rojo de la localidad de Famabalasto. a: MLP-Ar-5243 BMB; b: MLP-Ar-5191 BMB ; c: MLPAr-5248 BMB; d: MLP-Ar-5335 BMB. Ilustraciones tomadas de Cigliano (1958: Lámina XI, N° 6, 4, 2 y 3 respectivamente).
Caspinchango Bennett et al. (1948: 46) establecen la denominación como un estilo cerámico particular relacionado al Período Hispano Indígena considerando la descripción realizada por Debenedetti (1921) de la cerámica hallada en algunos sepulcros en los cementerios de Caspinchango excavados por V. Weiser (ollas con base pronunciada, con pie de compotera y pucos).
El estilo se conoce para el área santiagueña por nombres como Llajta Mauca bicolor (Bennett et al. 1948), o negro sobre rojo brillante (Lorandi 1978). Es característico de algunas aldeas con estructuras monticulares de la llanura “mesopotámica” del sur de Santiago del Estero. Comienza a producirse en el Período Tardío, y es uno de los tipos cerámicos que definen a la Fase Quimili Paso (1200 a 1350-400 d.C) y continúa en vigencia hasta la época de la conquista española, hacia el 1600 (Lorandi 1978).
Hay piezas con y sin decoración, que en general se realizó con una pintura negra desleída. La decoración es por lo general descuidada, aunque hay vasijas donde se observa un diseño fino. Consiste en guardas horizontales
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Marchegiani (2004, 2008) observa en las cerámicas Caspinchango elementos como los pies de compotera, que sirven para rastrear continuidades con cerámicas de la época incaica.
con decoración geométrica pintada donde predominan elementos como las volutas y los triángulos espiralados. Las pastas poseen inclusiones de grano grueso, la cocción no es buena en todos los casos, lo que la torna quebradiza. Las piezas de Caspinchango en particular se distinguen por el abundante antiplástico de mica y algunas por la presencia de pintura desleída y de hollín en las superficies, esto último evidencia un uso anterior al funerario, relacionado con actividades tales como la preparación y el almacenamiento de alimentos (Figura 2.20).Posteriormente se la utilizó de manera extensiva a todos los materiales cerámicos “toscos” hallados en asociación con otros materiales asignables al período de contacto o Hispano-Indígena, como cuentas de vidrio o piezas de hierro, convirtiéndose en una categoría un tanto ambigua ya que incluye mucha variedad. Mientras unas veces se la empleó para definir una forma particular de vasija (con base en pedestal o pie de compotera) asociada a ocupaciones incaicas e hispano-indígenas (por ejemplo Lorandi 1984; Tarragó 1984; Tarragó et al. 1998-1999), otras se la usó para referirse a un tipo cerámico que contiene una amplia variedad de formas y diseños, incluidas las ollas con pie de compotera, ollas calciformes, ollas con tres o cuatro patas y pucos presentes en contextos del período de contacto hispanoindígena (Baldini y Albeck 1982; Lorandi et al. 1960; Márquez Miranda y Cigliano 1961a; Serrano 1958).
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Como podrá verse a continuación, la distribución espacial de los hallazgos del estilo Famabalasto Negro Grabado es muy amplia, por lo que seguramente sería importante incluir otros tipos en este resumen, por ejemplo del valle Calchaquí. Sin embargo para no extender demasiado la descripción se dio prioridad la mención de los estilos que se consideran más relevantes para las discusiones que se desarrollarán en los sucesivos capítulos. 2.3. Espacio y tiempo En este apartado se presenta la distribución espacial de los hallazgos de estilo Famabalasto Negro Grabado y se elabora un marco temporal preliminar en base a la historia de ocupación de los poblados donde se encontraron fragmentos o vasijas. Como ha quedado evidenciado al repasar los planteos en torno al estilo FNG, la idea de una exclusividad geográfica en la zona de Famabalasto no resistió la confrontación con las experiencias de anteriores investigadores ni los posteriores hallazgos realizados en cementerios y poblados de todo el valle de Yocavil e inclusive fuera de sus límites. Se sugirió en un trabajo anterior que la distribución espacial del estilo coincidía con el área de dispersión de la Tradición Yocavil del estilo Santa María sensu Caviglia (1985) la cual involucra el área central y sur de los valles de Yocavil y Cajón, el valle de Tafí y la región pedemontana oriental en el norte de Tucumán. En particular los hallazgos se concentraban en el ámbito del Valle de Santa María. Se observó también que los pocos sitios por fuera de esa área en donde se habían hallado fragmentos FNG tenían en común que eran establecimientos incaicos (Potrero Payogasta, Potrero Chaquiago y El Shincal).19 Esto llevó a proponer la hipótesis de que a partir de la época incaica se habría ampliado el rango geográfico de su distribución, a través de la intervención del inca en sus mecanismos de circulación, o bien en relación a regalos o donaciones de parte de gente de Yocavil hacia los funcionarios imperiales (Palamarczuk y Manasiewicz 2001).
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Figura 2.20. Ollas Caspinchango, procedentes de la localidad de Caspinchango. a: olla con pie de compotera, MLP-Ar-4798 BMB. b: olla con asas laterales y decoración pintada, MLP-Ar-4762 BMB. c: desarrollo de la decoración en la olla b (Debenedetti 1921: 764, Figura 8c y 766, Figura 10 respectivamente).
El registro de piezas de colecciones, sumado a la lectura de nuevas publicaciones que no se habían considerado en aquella oportunidad dio como resultado un panorama más completo y complejo. En base a una muestra de 209 vasijas FNG enteras o muy completas registradas en museos o publicadas y a la mención del hallazgo de fragmentos en distintos sitios se elaboró un mapa que muestra la dispersión y la frecuencia de aparición de
Los hallazgos de Caspinchango fueron interpretados como la evidencia material de una cultura diferente y posterior a la santamariana, e influida por la corriente conquistadora (Debenedetti 1921). Outes (1923) en cambio los toma como los productos industriales de pequeños grupos de agricultores “menesterosos” y marginales dentro de una facies final de la cultura Santamariana y bajo la influencia “despiadada” de los conquistadores. En esta línea, Serrano (1958) la propone como un ejemplo de la decadencia técnica motivada por la influencia hispánica en el ámbito vallisto (Palamarczuk 2002).
19 De acuerdo con una nueva evaluación de los fragmentos cerámicos de Shincal se concluyó que los tiestos anteriormente adjudicados al FNG eran de estilos pre-tardíos (Lema et al. 2008).
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado pisos de grandes recintos en el bajo (RCh 8, 12, 14, 18) y en el conglomerado sobre el cerro, en recintos pequeños y también en la “Plaza Bicolor” (RCh 1), como también en basurales y áreas con evidencias de actividades pirotecnológicas relacionadas con la producción metalúrgica y posiblemente alfarera (RCh 13, 15) y en la superficie de todos los sectores. Piezas enteras se encontraron en el interior de cistas en el cementerio RCh 21. Los datos cuantitativos indican relaciones porcentuales de los estilos cerámicos en los que dominan ampliamente los conjuntos Santa María y Peinada ordinaria,20 ocupando el Famabalasto Negro Grabado casi siempre un distante tercer lugar, con porcentajes que varían entre el 1 y el 17% del total. Hay que destacar que en general aparece en cantidades notablemente más elevadas que otros estilos minoritarios que se encuentran en los sitios. Se observaron porcentajes más importantes en los recintos del sector bajo en comparación con los resultados de recolecciones superficiales en el conglomerado (RCh 1) ubicado en ladera y cumbre del cerro 21 (Piñeiro 1993, 1994; Palamarczuk 2002, 2008, Marchegiani 2004, 2008; Baigorria et al. 2005; Gluzman et al. 2005; Reynoso 2006).
vasijas por localidad. Para una representación de la distribución regional considerando el aspecto cuantitativo se empleó la abundancia de acuerdo con el registro de la muestra de 209 vasijas. De todos modos se marcó también con un punto pequeño cada lugar donde se halló fragmentos (Figura 2.21). Hasta el momento los sitios donde aparecieron vasijas completas o fragmentos que se pudieron recopilar, agrupados aquí según su región, son: Valle Calchaquí: Potrero Payogasta, Cachi, Tacuil, Animaná, Angastaco y Oroguasí, Cafayate. Trancas: Mortero Hachado, Zárate, “Vitos” o Vipos. Valle de Tafí: Los Cuartos, El Mollar de Tafí. Valle de Yocavil: Tolombón, El Pichao, Las Cañas, Quilmes, El Bañado, Campo de El Paso, La Ventanita de Fuerte Quemado, El Calvario de Fuerte Quemado, Fuerte Quemado, Las Mojarras, Rincón Chico, Amaicha, El Observatorio, Los Cardones, Masao, Caspinchango, Lorohuasi, Lampacito, Loma Rica de Jujuil, San José, Loma Redonda, Rincón, Rincón perdido de Shiquimil, Bordo de Shiquimil, Shiquimil, Mesada Grande, Pie del Alto de la Loma, Andalhuala, Ampajango, Medanitos 3, Cerro Mendocino, Punta de Balasto. Sitios del interior de la Sierra del Cajón: Los Pozos 3, Pichanal 4 y Ojo de Agua. Valle del Cajón: Famabalasto. Andalgalá: Potrero Chaquiago, Ambato. Hualfín: Loma de los Antiguos, Campo de la Puerta de Corral Quemado, Campo del Cerro Colorado, Corral Quemado, Puerta de Corral Quemado, El Campito Corral Quemado, Belén, Hualfín, La Puerta, Palo Blanco, Pozo Verde, Quebrada Bolsa Alta (Nacimiento) y Quebrada de Loconte hacia el sud. Tinogasta: Tinogasta, Medanitos. La Rioja: Chilecito y Aimogasta (vasijas raras).
En el sitio RCh 15 las actividades de producción metalúrgica han sido ampliamente descriptas a partir del hallazgo de fogones, áreas extendidas con sedimentos termoalterados, zonas de descarte, cerámica refractaria, concreciones de sedimentos vitrificados o VFA (vitrified fuel ash) y gotas de metal fundido (L. R. González 1992, 1994, 2004; Tarragó 2007). Tarragó analizó el conjunto de las evidencias obtenidas a lo largo de casi veinte años de trabajo en el sitio evaluando las actividades domésticas y de producción metalúrgica y alfarera. Respecto de las últimas menciona diferentes locus de actividades de alfarería tanto en el interior como fuera de los recintos, en particular, en un área ubicada en la Estructura 3, donde se hallaron acumulaciones de tierras de colores contenidas en la parte inferior de una olla ordinaria, pequeños panes de pigmentos rojos y blancos, un pulidor de piedra con pigmento rojo y un mortero con adherencias. Estas adherencias fueron analizadas e identificadas como yeso y hematita. En diferentes sectores del sitio se recuperaron además pulidores de cerámica, pequeños panes arcillosos y pigmentos. La autora planteó que el procesamiento de yeso se vinculaba al estilo Famabalasto Negro Grabado (Tarragó 2007: 95).
Por último existen una serie de vasijas cuyas referencias sobre procedencia o zona de origen que son ambiguas, como por ejemplo “Calchaquí” o “Provincia de Catamarca”, esos casos se agruparon junto con los de procedencia desconocida. La muestra total de vasijas completas y de fragmentos se sintetiza en las Tablas 2.1. y 2.2. Se elaboraron también sendos gráficos de frecuencias por región (Figuras 2.22 y 2.23). El mapa es muy claro en cuanto a la demostración de la distribución del estilo en los ámbitos clásicamente definidos dentro de territorios de los Desarrollos Regionales Belén y Santa María (A.R. González 1977). El segundo punto notorio es la mayor densidad de hallazgos, referible a una mayor intensidad en la circulación del FNG, en el ámbito central y sur de Yocavil. Ya se ha aclarado que estas vasijas enteras de museos fueron, en algún punto de su historia, objetos funerarios. Para esta región existen además algunos reportes de trabajos arqueológicos que informan sobre fragmentos en áreas productivas, domésticas y ceremoniales.
Para el sitio Los Cardones también hay información acerca del hallazgo de fragmentos en diferentes espacios. El recinto N° 81 se ubica en la cumbre y fue definido como un “cuadrangular excepcional” por sus grandes dimensiones (27 por 22 metros). En el conjunto cerámico, predominan las vasijas relacionadas con el consumo de alimentos, un 10% corresponden a FNG.22 El recinto N° 78 también es un cuadrángulo de grandes dimensiones, aunque menor que el anterior (18 por 10 metros) ubicado en la cumbre, donde el 18,8% de las 20
Según procedimiento cuantitativo por familias de fragmentos. Según cuantificación por cantidad de fragmentos. 22 Según cuantificación por número mínimo de vasijas.
En el poblado de Rincón Chico su presencia está generalizada a diferentes lugares, ubicándose tanto en
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Se realizaron excavaciones en el centro y márgenes del montículo, lo que permitió descubrir una sucesión de depósitos termoalterados en forma de cubeta en el área norte y abundantes concreciones de sedimentos vitrificados o VFA, junto con algunos cerámicos refractarios evidencia de actividades metalúrgicas en el sector.
vasijas recuperadas en excavación se clasificaron como FNG. Allí también son abundantes las vasijas para el servicio de alimentos. En ambos conjuntos es importante el porcentaje de vasijas Santa María y Ordinario Marleado. Otros estilos presentes son Belén-Quilmes, Ordinario rojo liso e Inka Provincial. En el recinto 81 se halló además un fragmento Famabalasto Negro sobre Rojo (Rivolta y Salazar 2006: 98-99, cuadros 1 y 3).
En un sondeo realizado en el centro de la elevación (D3a) se excavaron 22 niveles artificiales de 5 cm (Pratolongo 2008: 87). De esta excavación se obtuvieron 775 fragmentos cerámicos que en conjunto corresponden en su mayoría a estilos de época tardía: Santa María (19,5%), San José-Shiquimil-Loma Rica (7,6%), Ordinarias peinadas (30,5%) y Ordinarias alisadas (15,5%) Famabalasto Negro Grabado (3%), alisadas con baños (3,5%), pulidas (2,67%), Inca (0,38%) y también varios fragmentos de estilos pre tardíos tecnológicamente afines a estilos Aguada o Guachipas (3,5%) que aparecen en niveles superiores, medios e inferiores.23 En los diferentes sondeos se obtuvieron 17 pequeños fragmentos de cerámicas defectuosamente cocidas, entre ellas hay un fragmento de puco con incisos FNG de color ante, mal cocido, que no alcanzó una temperatura corriente en su cocción.
También en Loma Rica de Jujuil se hallaron fragmentos asociados a pisos de dos recintos (Funes 1992: 103; Roldán y Fúnes 1995). En el recinto 39 se hallaron fragmentos de pucos y urnas Santa María Tricolor, Ordinario marleado, gris bruñido y Famabalasto Negro Grabado (Funes 1992: 102-103). En el bajo del poblado de Las Mojarras, en un sector al que se llamó LM1-Augier se excavó un área monticular oval de unos 28 metros en su eje norte-sur y 20 metros en sentido este-oeste. El montículo se eleva un metro por encima de la superficie ondulada circundante, en un terreno limo arenoso al pie del cerro. Se considera que el montículo formó parte de un área con recintos que fueron desmantelados durante las tareas de nivelación del terreno y tala de árboles efectuadas en épocas recientes.
Figura 2.21. Mapa que ilustra las procedencias y la abundancia relativa de hallazgos FNG a partir de una muestra de 209 vasijas registradas en diferentes museos y de menciones bibliográficas. El punto más grande corresponde a la localidad de Famabalasto, con 44 hallazgos, los puntos más pequeños indican un hallazgo o bien alguna mención bibliográfica. Las áreas ovales muestran los territorios de los Desarrollos Regionales Belén y Santa María, de acuerdo con A. R. González (1977).
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Según cuantificación por familias de fragmentos.
Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado En el sitio Intihuatana o La Ventanita de Fuerte Quemado se hallaron fragmentos de cerámica negra pulida en el interior de recintos del sector IV.
halló ningún fragmento Famabalasto Negro Grabado (Marchegiani comunicación personal 2009). La gran cantidad de vasijas del sitio Famabalasto, en el valle del Cajón, procede de sólo ocho sepulcros en dos cementerios de esa localidad, los cuales se describen en detalle en el Capítulo 6. En una visita al sitio se pudieron recoger tres fragmentos en el poblado conglomerado. Fueron hallazgos incidentales ya que no se realizó una recolección sistemática, pero son un indicio del uso de esas vasijas en el pueblo.
Este sector fue definido como perteneciente al momento de ocupación incaica en la localidad. Se identificaron pisos en los recintos rectangulares C42 (área destinada a depósito y elaboración de textiles), C44 (área de producción metalúrgica) y C45 (función de depósito y vivienda) y en el recito circular R44 (Kriscautzky 1999:141-157). En estos recintos la cerámica negro pulida aparece en porcentajes que varían entre 3,4 y 18,5%, son más abundantes las vasijas Negro sobre rojo inca, Negro sobre crema (grueso y fino) y Negro tosco.24 Si bien no se emplea en este trabajo la categoría estilística Famabalasto Negro Grabado, es factible que al menos algunos de estos fragmentos pertenezcan al estilo. A. R. González se refiere, en base a un informe de Kriscautzky, a los hallazgos cerámicos del recinto rectangular C45 como de estilos Caspinchango, Santamarianos Negro sobre Crema, Famabalasto Gris, aribaloides, platos, etc. (A.R. González 1992: 84). Respecto al recinto C44, un área de producción metalúrgica con un fogón central grande rodeado de piedras, se refiere el hallazgo concentrado en el ángulo sudeste de escorias de metales, cuentas de collar de hueso, un hacha de bronce pequeña, polvos de hematita y minerales de calcita con alto contenido de bórax y un puco crudo con decoración grabada. Es decir que en este espacio también se producía cerámica. Si bien no se asigna estilo a este puco, es interesante la mención de decoración grabada (Kriscautzky 1999: 142) que hace pensar en el FNG. Luego se presenta también una fotografía de un molde de arcillas crudas con un diseño en guarda con suris (Kriscautzky 1999: 49) muy parecidos a los del puco de Potrero Chaquiago que se reproduce aquí en la Figura 2.7.
Para la porción norte del valle de Yocavil sólo se registró un puco entero de Tolombón. Es muy llamativa esta escasez de piezas FNG del gran poblado de Tolombón en las colecciones de museos. Por el momento no hay una respuesta clara acerca de esta falta de piezas, ya que se hallaron fragmentos en excavaciones arqueológicas recientes en el Recinto 6 del Sector Base de ese sitio. En base al recuento de fragmentos se estimó un 0,8% Famabalasto Negro Grabado, 33,3% de cerámica no decorada, 28% Santamariana negro sobre blanco, 1,8% Santamariana negro sobre rojo, 22% Santamariano no determinado y 0,8% Engobe rojo. La cerámica de filiación incaica es escasa, también hay restos de una escudilla Yocavil polícromo y fragmentos Belén negro sobre rojo. Es interesante el hallazgo en este recinto de tres pendientes de cerámica con representación de caras humanas (Williams 2003: 1990-1991). El único puco entero fue recuperado en el Sector Conoide. El puco tapaba una urna que estaba apoyada sobre el piso del recinto Este notable contexto se comenta en el Capítulo 5. Se recolectaron también tiestos en superficie en el Sector Fuerte (Williams 2003: 179181 y 191), todo lo cual indica que el estilo habría circulado a través de los distintos sectores en ese poblado y que la recuperación reciente de ese material no obedecería al azar de los hallazgos. ¿Habrá sido un sitio poco explotado por huaqueros? Esto es poco probable, por otro lado Aparicio comenta que los buscadores de tesoros habían profanado numerosas tumbas (Aparicio 1948: 578). Algo similar ocurre con el poblado de El Pichao, para el cual se conoce la existencia de fragmentos en todos sus sectores (Sjödin 1989, 1998; Tartusi y Núñez Regueiro 2001) y también hubo una intensa actividad de saqueo de tumbas (Johansson 2001), aunque no es un sitio que aparezca en las colecciones de museos. ¿Serían las vasijas FNG menos usadas en esa zona para acompañar a los difuntos respecto de lo observado más al sur? ¿Se identificaría a las vasijas huaqueadas en los sitios bajo otra procedencia o habrá piezas en colecciones que no se pudieron consultar? Por el momento permanece la incógnita.
Recientes excavaciones en las bases de una estructura incaica en El Calvario de Fuerte Quemado descubrieron un conjunto cerámico integrado por completo con fragmentos cerámicos de estilos locales, entre ellos se computó un 12,28 % de FNG.25 En el tambo de Punta de Balasto, el establecimiento incaico neto más austral de Yocavil, observaciones sobre una primera recolección superficial compuesta por unos 2000 fragmentos mostraron una escasa presencia de FNG. El 28,1 % se clasificó como Inca Provincial, el 0,27% como Yocavil, el 3,31% como Famabalasto Negro sobre Rojo, el 0,69% como Famabalasto Negro Grabado y el 2,07% como Santa María Bicolor, siendo el resto cerámica ordinaria o inclasificable (L. R. González 1999: 224). Nuevas muestras cerámicas obtenidas en recolecciones y excavaciones en distintos sectores del asentamiento, cuyo análisis está en curso, indican frecuencias más importantes del estilo Famabalasto Negro Sobre Rojo, cercanas al 12%, mientras que no se
Más al norte, en el Valle Calchaquí también son escasos los hallazgos FNG. También se comunicó el hallazgo de fragmentos en Potrero Payogasta (Williams, comunicación personal 2001) y Angastaco (Cremonte y Williams 2007: 221), dos asentamientos incaicos. Es interesante que en esa zona exista una producción de vasijas negras y pulidas, aunque sin incisiones, diferentes
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Según procedimiento cuantitativo de número mínimo de vasijas. Según procedimiento cuantitativo por familias de fragmentos. Este contexto se presentan en mayor detalle en el Capítulo 5. 25
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino figuraba como oriunda de Tinogasta, sin indicación más específica de procedencia. Dos vasijas provienen de La Rioja: una de Chilecito, la otra de Aimogasta. Ambas presentan elementos estilísticos afines al FNG pero con rasgos distintivos fuera de modalidad (Lámina 11, N° 70 y Lámina 28, Nº 175).
en morfología y características de pasta al FNG. Esas cerámicas aparecieron en abundancia en los sepulcros de La Paya, en sus formas de ollitas con cuello y más abundantes, los cuencos o pucos (Ambrosetti 1907). Su distribución parece ser general en sitios tardíos de la zona, como Molinos, Tacuil, Cachi, Tero, El Churcal, Las Pailas o La Poma.
Por lo expuesto se observa una presencia generalizada del estilo en los diferentes centros poblados tardíos de Yocavil. Respecto de la temporalidad del estilo han quedado planteadas las diferentes visiones al repasar los antecedentes. Una distinción más ajustada del lapso temporal de su producción será el tema de otros capítulos avanzando en el texto. Mientras tanto, el ámbito de los hallazgos en el interior de los poblados tardíos brinda un primer encuadre temporal amplio en el cual situar la producción del FNG. De acuerdo con las columnas de fechados radiocarbónicos con que se cuenta para algunos de estos sitios se puede armar un panorama básico. Los fechados obtenidos para cuatro recintos de la Loma de los Antiguos indican en su conjunto una cronología relativamente tardía referible a los siglos XV a XVII (Wynveldt 2006: 177). Otros sitios presentan en cambio columnas que indican una temporalidad más profunda, por ejemplo para Rincón Chico se planteó una secuencia de cuatro fases entre mediados del siglo IX y el siglo XVII (Greco 2007: 141). Para El Pichao se establecieron tres fases entre el siglo XI y el XVII (Cornell y Johanson 1993, citado en Greco 2007: 141). Estos poblados continuaron habitados a lo largo de un tiempo largo a través del cual las comunidades experimentaron transformaciones y el impacto de diferentes fenómenos de expansión imperial de gran escala, lo que muestra la conveniencia de considerar la noción de una “época tardía” en un sentido amplio que comprende diferentes períodos históricos (Tardío, Incaico e Hispano Indígena) como un concepto útil para el abordaje del proceso histórico regional.
En la zona pedemontana oriental, al norte de Tucumán en el actual Departamento de Trancas, se conocen los asentamientos santamarianos de Zárate, El Cadillal y Mortero Hachado. En Mortero Hachado se describieron áreas residenciales con arquitectura de recintos rectangulares deprimidos y muros simples de piedra y tapia, donde se hallaron fragmentos cerámicos Santa María Bicolor y Tricolor, Peinadas ordinarias y Famabalasto Negro Grabado. También se excavaron áreas de enterratorio con urnas y pucos Santa María y, en el caso del sitio Zárate, también algunos pucos negro pulido sin incisiones que aquí se incluyen tentativamente en el conjunto FNG al presentar rasgos de forma y tecnología afines a los observados en pucos con diseños incisos. También se incluyen en la muestra de 209 vasijas a tres pucos, uno entero y dos representados por fragmentos muy grandes que permiten una reconstrucción de forma y dimensiones, del sitio Mortero Hachado. La visibilidad de estos sitios es muy baja, por lo que la imagen de estos asentamientos es parcial (Berberián y Soria 1970; Aráoz 1999; Esparrica 2003; Corbalán 2005). En el Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti se hallaron además tres pucos con decoración incisa procedentes de “Vitos”, Tucumán, posible modificación de “Vipos”, nombre de un río que nace en las Cumbres Calchaquíes, al sur del Río Choromoros. En el valle de Tafí existen instalaciones santamarianas de similares características, con recintos rectangulares y circulares deprimidos y muros de tapia o piedras. En las laderas meridionales de las Cumbres Calchaquíes se conoce una treintena de estos sitios, en cuyos depósitos y superficies abunda la cerámica, de estilos Santa María, Belén, Famabalasto Negro Grabado, Famabalasto Negro sobre Rojo e Inca (Manasse 2002). Tampoco hay vasijas completas oriundas de esa zona, no obstante los fragmentos grandes del sitio Los Cuartos y de El Mollar de Tafí sirvieron para reconstruir morfologías y diseños.
2.4. Conclusiones del capítulo El capítulo ha planteado diferentes planos de contextualización del estilo a través de los antecedentes, la exposición del conocimiento en torno a otros estilos de época y una primera ubicación, muy general en el espacio y en el tiempo. En primer término se repasaron las ideas vertidas a lo largo de décadas de investigación, a través de lo cual se plantea un marco de referencia inicial y se sopesan los consensos y los temas que requieren nuevas elaboraciones. Entre estos últimos se destaca el problema cronológico y el de la referencia cultural que se puede resumir en cuatro posiciones: a) El FNG representa una continuidad y perduración de estilos pre-tardíos a lo largo del Período Tardío en las comunidades santamarianas. b) Se trata de un estilo cerámico local producido a lo largo del Período Tardío por las comunidades santamarianas. c) Se trata de una producción local de momentos tardío-incaicos. d) Se trata de una producción foránea que se arraiga en el NOA luego de la expansión incaica. Es notable también el énfasis colocado en los estudios tecnológicos en una escala de sitio y la escasa descripción y análisis de las
Para la zona de Hualfín se conocen vasijas FNG de contextos funerarios y también un puco casi completo en el Recinto 11 de la Loma de los Antiguos de Azampay. En ese asentamiento se encontraron además algunos fragmentos FNG en los Recintos 25, 30 y 31. En conjunto es una cerámica poco frecuente en la localidad, en la que predominan las vasijas de estilo Belén y ordinario (Wynveldt 2006). Bajo la procedencia de Andalgalá se agrupan vasijas sin referencia a sitios en particular, pero que serían de esa zona. En el sitio incaico de Potrero Chaquiago se hallaron fragmentos en el sector La Solana, pero en una proporción mínima, menor al 0,5% (estimado en base a cuadro 26 y 18 en Williams 1995). Sólo una vasija 38
Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado Valle Arriba el estilo está presente aunque su frecuencia es difícil de evaluar debido a la mencionada falta de concordancia entre la composición de las colecciones en museos y lo observado en los conjuntos fragmentarios en distintos sitios. Por último, para el sector de la Tradición Santa Bárbara no se conocen aún hallazgos FNG. De acuerdo con el material observado en el Museo Antropológico de Salta, en esta región habría también una producción de pucos negros y pulidos sin diseños incisos.
formas y del diseño, como también las pocas incursiones en el campo de su simbolismo, que no encontraron continuidad luego de los aportes de Adán Quiroga. En segundo término se realizó una presentación de diferentes estilos cerámicos que se consideran importantes para situar al FNG dentro de un marco estilístico de época. Este panorama muestra el dispar nivel de avance en las investigaciones cerámicas y define un panorama necesariamente abierto a futuros trabajos básicos de descripción y contextualización. Por último se exponen los datos recogidos en la bibliografía y obtenidos a través del trabajo de registro de colecciones en museos, relacionados con la distribución espacial de los hallazgos y un primer acercamiento a la ubicación en el eje temporal que se deduce de lo primero. En síntesis se destacan los siguientes puntos:
• El estilo fue importante en los rituales funerarios, en Yocavil y Hualfín y los hallazgos de vasijas completas del Valle Calchaquí son con alta probabilidad también funerarios. Ha quedado planteada la duda respecto de lo que podría estar sucediendo en el norte de Yocavil. ¿Se relacionará la escasez de vasijas FNG de esa zona en los museos con un uso funerario menos importante o existe algún problema de sesgo en el registro?
• Las evidencias de locus de elaboración de cerámica de estilo Famabalasto Negro Grabado son importantes aunque por el momento no son del todo concluyentes y se requiere aún profundizar su estudio contextual. Hay una serie de lugares sumamente interesantes por mostrar una integración espacial de actividades de manufactura metalúrgica y alfarera en sectores bajos de los poblados tardíos, donde se han hallado materiales que podrían vincularse a la elaboración de esta cerámica. Por ejemplo, el hallazgo de morteros con impregnaciones de yeso y hematita en Rincón Chico RCh 15, polvos de calcita y bórax y hematita en el recinto C44 de La Ventanita de Fuerte Quemado, junto con un puco crudo inciso, en proceso de manufactura, que podría corresponder a ese estilo. Es interesante también el hallazgo de un fragmento FNG de cocción defectuosa en Las Mojarras 1-Augier, un área con evidencias de actividades pirotecnológicas.
• Pero sus funciones no se circunscribían a los dominios de lo funerario. La ubicuidad del estilo en distintos sectores de los pueblos en todo Yocavil y también la zona del piedemonte al norte de Tucumán y Tafí da cuenta del empleo de estas vasijas en una multiplicidad de ámbitos comunitarios. La información para los poblados en Hualfín es todavía escasa, pero en la Loma de los Antiguos, donde hay un trabajo muy intensivo y cuyos contextos domésticos se han presentado de manera muy didáctica, aparecen vasijas FNG fragmentadas, aunque en muy escasa proporción.
• La distribución geográfica abarca una extensa región y los hallazgos siempre se vinculan a asentamientos Santamarianos o Belén o a sitios incaicos en esas zonas en los que además aparecen otros estilos locales tardíos como Santa María, Belén u ordinarias. Esta observación amplía la cuestión de la referencia cultural del estilo, pues queda en claro que no se restringe al ámbito de una cultura arqueológica o desarrollo regional en particular, a la vez que la ubicuidad al interior de esos ámbitos o territorios no es generalizada. En el caso de Belén la distribución se centra en Hualfín, en otras áreas aparece raramente. • Si se considera la distinción de tradiciones regionales en el estilo Santa María planteada por Caviglia (1985) surgen algunas tendencias interesantes que de alguna manera apoyan tal demarcación de regionalismos, al observarse un comportamiento diferente en la distribución espacial del FNG. En primer término hay una importante relación con el área de la Tradición Yocavil, donde los hallazgos FNG son abundantes. En el área de la Tradición Calchaquí su presencia es muy poco importante, allí abundan en cambio otra clase de cerámicas negro pulidas. En el sector de la Tradición
•
Los análisis cuantitativos de conjuntos fragmentarios en algunos poblados tardíos de Yocavil indican que es un estilo minoritario. Sin embargo en muchos contextos es el tercer estilo en orden de importancia numérica, luego de las ordinaras peinadas y las variantes Santa María, estas últimas consideradas como un conjunto. Hay que destacar que en general el FNG aparece en cantidades significativamente más elevadas que otros estilos minoritarios
•
La presencia del estilo es generalizada en diferentes poblados de Yocavil con una larga historia de ocupación.
•
Paralelamente en los sitios netamente incaicos para los que existen datos cuantitativos, el FNG es numéricamente muy poco importante. Esto es diferente a lo que se observa en sectores incaicos de poblados locales, como la Ventanita y El Calvario de Fuerte Quemado.
Con este panorama general de la espacialidad del estilo cerámico ya se puede avanzar en otros temas de distinción de variación regional más orientada a aspectos concretos, como las variantes de pasta, de morfología y de diseños.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Procedencia Región V.Calchaquí
Yocavil
N° de piezas Localidad Total Región
Sitio Potrero Payogasta Cachi Tacuil Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate
x 5 1 3 x 1
Tolombón El Pichao Las Cañas Quilmes El Bañado Campo de El Paso La Ventanita de Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado Fuerte Quemado Las Mojarras Rincón Chico Los Pozos 3 Pichanal 4 Ojo de Agua Amaicha El Observatorio Los Cardones Masao Caspinchango Lorohuasi Lampacito Loma Rica de Jujuil San José Loma Redonda Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Bordo de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma Andalhuala ¿Ampajango? Medanitos 3 Cerro Mendocino Punta de Balasto Región de Santa María
x x 4 10 1 x x 17 3 5 x x x 4 x x 2 1 4 x x 2 x 3 1 x 2 1 1 x 1 x x
Trancas
Mortero Hachado Zárate Vitos Trancas
Tafí
Los Cuartos El Mollar Famabalasto ¿Región de Andalgalá?
x x
Potrero Chaquiago Ambato
x
V. Cajón Andalgalá
10
2
1 18
83
3 3 3 1
10
44
44
5 1
6
Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud
1 1 2 2 2 2 3 1 1 2 1 1 1
20
Tinogasta
Tinogasta Medanitos
1 1
2
La Rioja
Chilecito Aimogasta
1 1 32 209
Desconocida Total
2 32
Tabla 2.1. Composición regional de la muestra de vasijas FNG. Las x indican localidades con registro de hallazgos de fragmentos.
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Capítulo 2. El caso de estudio. La cerámica Famabalasto Negro Grabado
Procedencia Región V.Calchaquí Yocavil
Trancas Tafí V. Cajón Andalgalá
Sitio
Fragm.
Angastaco
1
N° de piezas FF Total FF Región 1 1
Tolombón Las Cañas Los Cardones El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras 1-Augier Rincón Chico RCh 1 Rincón Chico RCh 8 Rincón Chico RCh 12 Rincón Chico RCh 13 Rincón Chico RCh 14 Rincón Chico RCh 15 Rincón Chico RCh 18 Lampacito Lorohuasi Loma Rica de Jujuil Loma Redonda San José Medanitos 3 Los Pozos 3 Pichanal 4 Ojo de Agua Mortero Hachado
80 2 39 51 90 9 8 18 4 18 110 42 3 1 3 2 1 1 1 1 1 8
20 2 35 8 34 9 7 10 4 17 42 6 2 1 1 2 1 1 1 1 1 8
205 8
El Mollar Los Cuartos Famabalasto Potrero Chaquiago Totales
18 20 3 20 555
15 10 3 16 258
25 3 16 258
Tabla 2.2. Composición regional de la muestra de fragmentos cerámicos Famabalasto Negro Grabado analizada. FF indica cómputo según familias de fragmentos.
Figura 2.22. Composición regional de la muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado.
Figura 2.23. Composición regional de la muestra de 258 familias de fragmentos Famabalasto Negro Grabado.
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CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA ALFARERA irregular -gris, negra o parda-. Al consumirse el fuego y enfriarse las vasijas, estas eran retiradas del pozo y limpiadas. En un recipiente se humectaban sedimentos blanquecinos especialmente recolectados de depósitos naturales en los cerros y se los aplicaba cuidadosamente sobre las guardas en bajorrelieve hasta colmarlas por completo. La cerámica estaba terminada, pero no serían estas sus últimas transformaciones. Apliques de nuevas decoraciones, pintura roja, incorporación de adherencias, desgastes, roturas, reparaciones, reciclados y restauraciones se podrán suceder transformando su apariencia material a lo largo de una “vida” que dura siglos. La vasija será usada con diferentes propósitos que comportarán modificaciones. Será también intercambiada u obsequiada, completará una faceta de su vida útil allí donde se la fabricó o en la casa o el pueblo vecino o será llevada hasta pueblos lejanos, inclusive museos y gabinetes de investigación en otras épocas y continentes.
El trabajo debió comenzar con la búsqueda de las arcillas, agua del río y otros materiales para armar la masa o para la decoración. En el “taller”, quizás el patio de la vivienda o un lugar especialmente acondicionado para la producción de alfarerías, al reparo del viento y del sol fuerte, se iniciaba el armado del bollo arcilloso. El barro arcillo limoso se preparaba humectándolo con el agua para modelarlo directamente o bien se lo mezclaba con diferentes materiales, por ejemplo otras arcillas, arenas o tiesto molido preparado con viejas vasijas. Con ademanes ligeros las nuevas cerámicas, por lo general pucos, se levantaban desde la base hacia arriba. Las bases se hacían de una manera muy repetitiva. Medían alrededor de cinco o seis centímetros de diámetro y eran de forma cóncavo convexa, que es la manera característica en la cerámica de la cultura santamariana. Tal vez se usara alguna piedra redondeada o viejas bases de vasijas rotas como superficies para rotar y modelar sobre ellas, primero la nueva base y a partir de allí el cuerpo de la pieza, de acuerdo con la técnica de “rodetes” superponiendo rollos que se ligaban entre sí hasta formar paredes finas de medio centímetro de espesor.
Este sencillo relato introductorio condensa uno de los propósitos de los estudios tecnológicos en cerámica. Desentrañar el derrotero de las vasijas y por su intermedio, conocer los gestos, las herramientas, las pautas de organización del trabajo, la distribución y el uso, en otras palabras, la producción del estilo.
Una vez que el recipiente había sido modelado se lo dejaba orear hasta que alcanzaba lo que los alfareros llaman “dureza de cuero”. La vasija ya perdió bastante humedad y está sólida como para ser manipulada, pero sus paredes conservan aún cierta plasticidad. En ese momento comenzaba el trabajo de su decoración incisa. Los diseños, casi siempre geométricos, se realizaban con regularidad sobre los bordes de los pucos y en la parte superior del cuerpo en las vasijas restringidas. Con la ayuda de un elemento aguzado pero no muy fino, un palillo, una punta de hueso o un punzón metálico se delineaban las guardas con trazo firme arrastrando el material arcilloso excedente. Las líneas alcanzaban un espesor cercano al milímetro y una profundidad de similar dimensión. Parejos circulitos se imprimían en algunos sectores de la guarda aplicando una cánula, un hueso de ave o un pequeño tallo hueco. Completado el dibujo era necesario trabajar cuidadosamente en el pulido de las superficies hasta lograr que fueran brillantes. Para lograrlo se empleaban pulidores duros que dejaban finas líneas de pulimento siempre marcadas en un sentido horizontal tanto dentro como fuera del cacharro. Recién entones la vasija terminaba de orearse. Llegaba el momento de cocinarla, crucial para el ceramista, pues allí se define el éxito de su obra. Tal vez se esperara a tener varias piezas para quemarlas juntas y así aprovechar mejor el combustible. En la estructura de combustión, posiblemente un simple pozo cavado en la tierra, se acomodaba las vasijas y el combustible. Una vez que la estructura alcanzaba la temperatura necesaria para la transformación del barro en cerámica se ahogaba el fuego con un combustible apropiado, como estiércol o algún vegetal aún verde que creara una atmósfera cargada de humo, limitando la entrada y circulación de oxígeno. De esa manera las cerámicas adquirían una coloración oscura
En ocasiones los estudios tecnológicos parecerían alcanzar cierta independencia respecto de los temas ligados a la historia de las sociedades y su estudio llega a mutar en un fin en sí mismo discurriendo por vías de difícil comprensión, al entrar en juego conceptos y terminología propios de la geología, la química y lo que de modo inclusivo se llama ciencias de los materiales. Estos esfuerzos de descripción y caracterización son sin embargo indispensables para conocer los objetos en sí mismos y por su intermedio, llegar a conocer también algo acerca de los mecanismos de su producción y de su significación social. Este capítulo se ocupa entonces de diversos aspectos de la tecnología alfarera referentes al estilo Famabalasto Negro Grabado desde una perspectiva regional. Se describirán materiales procedentes de varias localidades arqueológicas comprendidas en el área de circulación del estilo cerámico, con especial énfasis en la región de Yocavil. Mediante una metodología comparativa se intentarán observar rasgos diferenciales en la manufactura de vasijas FNG en los distintos sitios, como una vía para comenzar a definir modalidades subregionales al interior del estilo. Lograr esa clase de información es un primer paso para abordar el tema de las interacciones sociales. El establecimiento de la circulación de los objetos en el espacio es una vía indirecta hacia el conocimiento de la existencia de las relaciones sociales que involucran intercambios de objetos. Pero no sólo se buscará identificar diferencias, también se pondrá atención en la percepción de las características comunes, la presencia de gestos técnicos
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera pautados y compartidos en las distintas localidades pone de manifiesto los conocimientos en común que definen una tradición tecnológica, vinculados con otras instancias de las relaciones sociales que involucran transmisión de conocimientos y herencia cultural.
local o alóctono de cerámicas o materias primas halladas en un sitio o área) o la extensión espacio-temporal de una tradición tecnológica (a través de la comparación de piezas de diferente cronología y área dentro de una región dada). Se hacen imprescindibles entonces los estudios de índole comparativa.
Se aborda con especial intensidad el estudio petrográfico de las pastas cerámicas por considerarla como una vía muy sensible para la indagación de los diferentes modos de hacer la cerámica y la identificación de localismos. El análisis por Activación Neutrónica Instrumental y la Difracción de Rayos X se aplican aquí también en el estudio de pastas cerámicas y pigmentos respectivamente con el propósito de identificar materiales y patrones de composición característicos del estilo.
Los intentos de delinear una historia sobre los aportes de una rama de la disciplina suelen ser injustos, por desconocimiento u omisión quedan fuera de las enumeraciones trabajos con aspectos relevantes. No obstante, y sin la pretensión de hacer un relato exhaustivo, se delinearán algunas tendencias en el estudio de pastas cerámicas en el NOA. En la arqueología argentina diversas propuestas tipológicas incluyeron información tecnológica y descripciones de las pastas, especialmente desde la década de 1950, con las recomendaciones para la definición de tipos cerámicos de Serrano (1952, 1958) y aportes descriptivos como los de Cigliano (1956-1957, 1958; Márquez Miranda y Cigliano 1961b). La Primera Convención Nacional de Antropología (1966), reunida en 1964, plantea un gran avance al sistematizar la terminología descriptiva referida a técnicas de manufactura y decoración. En muchos de los trabajos del primer Congreso de Arqueología Argentina de 1970 se aprecia el gran empeño de diferentes investigadores aplicado al estudio de las técnicas de manufactura cerámica del NOA mediante el análisis de conjuntos fragmentarios. El énfasis está colocado de modo especial en la elaboración de tipologías y el establecimiento de secuencias cerámicas, por ejemplo Deambrosis y De Lorenzi (1975) sobre cerámica de Peña Colorada, Jujuy; Raffino y Togo (1975) para la cerámica de Cerro el Dique en Salta; Dougherty (1975), para el Complejo San Francisco; Lorandi y Carrió (1975), para alfarerías de Santiago del Estero y Núñez Regueiro (1975) sobre cerámicas de los sitios Alamito en Catamarca. Los trabajos de Heredia (Heredia 1974; Heredia et al. 1974) contemplaron asimismo observaciones de índole tecnológica para la secuencia cerámica del sector meridional de las selvas occidentales. Estas investigaciones pusieron de manifiesto la relevancia de las características de pasta para la indagación de la variación a lo largo del tiempo en las cerámicas de un asentamiento o región. Entre ellos se destaca el aporte de Krapovickas (1975) sobre la cerámica de Yavi, provincia de Jujuy. Hay en este trabajo una preocupación explícita por observar los fragmentos con el propósito de identificar los modos de hacer la cerámica.
3.1. Petrografía cerámica En este apartado se presentan los resultados del análisis petrográfico realizado sobre una muestra de cincuenta y nueve ejemplares fragmentados de vasijas estilo Famabalasto Negro Grabado oriundos de distintas localidades arqueológicas. Una vez examinados, descriptos y cuantificados todos los casos, de acuerdo con criterios metodológicos que se exponen a continuación, se realizaron agrupamientos entre los ejemplares conforme sus semejanzas. Los grupos definen variantes de pasta que son el resultado de las técnicas de manufactura empleadas por los alfareros y del empleo de diferentes materiales disponibles en la región. El cubrimiento espacial de la colección ha permitido observar algunas tendencias en la distribución geográfica de las variantes de pasta, información que combinada con el comportamiento espacial de los esquemas de diseño es crucial para la distinción de modalidades regionales en el estilo y para la indagación del movimiento de las vasijas en el área. Hasta el momento los reportes sobre las características de pastas del estilo alcanzaban por lo general descripciones o comparaciones limitadas a la escala de sitio o localidad. Por primera vez se pudo reunir aquí una colección regional de fragmentos FNG, en la que están representadas un total de quince localidades del área de Yocavil, el Valle del Cajón, Tafí y Andalgalá1. El estudio petrográfico de la cerámica arqueológica ha demostrado ser de gran provecho, y no sólo como un elemento más para la descripción de los tipos. Al precisar la naturaleza de las inclusiones, las diferentes modalidades de mezcla de materiales, las técnicas de modelado, el tipo de cocción y otras características de las pastas cerámicas, se genera un conjunto de información útil a la definición de estilos tecnológicos sensu Lemmonier (1992). La tediosa descripción técnica cobra entonces gran valor informativo al programarse en relación con interrogantes de relevancia cultural e histórica, como por ejemplo, las pautas de circulación de bienes en una región (mediante la definición del carácter
Luego del hincapié en la tipología, los estudios de pastas cerámicas fueron reorientados hacia el tratamiento de otros temas relacionados con el tiempo, la adscripción cultural y las interacciones regionales. Por ejemplo se aplicaron, de manera complementaria con análisis arquitectónico, para la dilucidación de la historia ocupacional del sitio Loma Rica de Shiquimil (Tarragó et al. 1988), o se incluyeron en la definición de variantes diagnósticas de tiempo, al conjugarse información estilística, de los patrones de asentamiento y fechados
1 Resultados parciales de este estudio se comunicaron en un trabajo previo elaborado en coautoría con Eduardo A. Palamarczuk (Palamarczuk y Palamarczuk 2007).
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino 1991; López 1999-2001, 2007; Tarragó y Renard 2001; Palamarczuk 2002; Ratto et al. 2005; Zagorodny y Balesta 2005; Zagorodny et al. 2007; De La Fuente et al. 2005; Wynveldt 2006; Solá y Morales 2006; Solá 2007; Manasse et al. 2007; Manasse y Páez 2008; Spano 2008; Puente 2007; Pereyra Domingorena 2007).
radiocarbónicos (Nielsen 1996, 1997). En investigaciones que abordaron las interacciones regionales entre pueblos vecinos, por ejemplo la tesis de Tarragó sobre los pueblos del oasis de San Pedro de Atacama y otros pueblos del entorno puneño, el dato tecnológico desempeñó un rol importante en la evaluación de las producciones locales y las foráneas. El tema del origen puneño y de la llanura santiagueña de mitmakuna asentados por los incas en el establecimiento de Potrero Chaquiago fue indagado, junto con la problemática de la distinción entre vasijas de elaboración local o foránea, mediante observaciones sobre las técnicas alfareras desarrolladas en el sitio y su comparación con materiales de esas regiones (Lorandi et al. 1991; Williams y Cremonte 1992-1993). Especialmente la modalidad del agregado de antiplásticos blanquecinos observada en alfarería de tradición YaviChicha y su relación con elementos de identidad continuó indagándose incluyendo información sobre otros contextos de hallazgo (Cremonte et al. 2007). El estudio de las características de pasta de la cerámica del alero Tomayoc, Jujuy, fue útil para establecer los sistemas de relaciones regionales en las que se integraban sus ocasionales ocupantes desde una perspectiva diacrónica, así se observaron alternativamente relaciones con el área de San Pedro de Atacama en el Período Temprano, y con la quebrada de Humahuaca en el Período Tardío (García 1997). Las características de desempeño de las vasijas fueron también evaluadas a la luz del análisis de sus pastas en distintos trabajos (Sjödin 2001; Funes 1992; Piñeiro 1996, 1997; Fraga 1999).
Antecedentes en el estudio de pastas Famabalasto Negro Grabado Existe un considerable conjunto de trabajos que se ocupan de la descripción tecnológica del FNG hallado en distintos sitios. De acuerdo con un orden cronológico se comienza con el catálogo de Becker-Donner (1952), quien describe los pucos de la colección Schreiter del Museo de Viena como muy bien elaborados, de color gris o negro, con superficies pulidas. Cigliano (1956-1957, 1958) define las características del tipo cerámico según las vasijas halladas en dos cementerios de la localidad de Famabalasto, en el valle del Cajón. Describe a la pasta como de cocción uniforme y en atmósfera reductora, con antiplástico fino, compuesto por arcilla y pequeños granos de arena y una gran proporción de pajuelas de mica, las que por su cantidad y distribución uniforme podrían ser un componente propio de la arcilla. Las superficies de fractura son regulares y definidas. Serrano (1967) apunta como un rasgo característico del tipo el fenómeno de descascaramiento que con gran frecuencia se produce en las superficies.
Si bien la petrografía de cerámica arqueológica empleando cortes delgados es un viejo recurso analítico, implementado al menos desde la década del 30 por ejemplo en los trabajos sobre los pueblos del sudoeste de los Estados Unidos (Shepard 1957; Stoltman 1989), su introducción en el estudio de las sociedades alfareras del noroeste argentino es relativamente tardío. Los primeros informes comenzaron a publicarse a partir de la década del 70 (Cortelezzi 1976; Tarragó 1976). Los tipos cerámicos de San Pedro de Atacama se estudiaron petrográficamente con el propósito de enriquecer su definición y de esclarecer el carácter local o foráneo de su fabricación. Krapovickas estudia la cerámica de Yavi identificando a las inclusiones como lutitas areniscosas alteradas por la cocción (1977: 131)2.
Cremonte (1994) y Williams (1995) presentaron la cerámica negro pulida e incisa del establecimiento incaico de Potrero Chaquiago, Andalgalá. En base al estudio con lupa y cortes delgados definieron a la pasta como de tipo compacto de aspecto laminar, denso con cavidades pequeñas, de color parejo gris oscuro, cocción reductora, fractura resistente regular y cocción completa. Las inclusiones son muy finas, cuarzos y litoclastos de rocas carbonáticas y no hay agregado aparente de antiplásticos. Stilborg (1991)3 trabajó con la cerámica de El Pichao, en el valle de Yocavil. Observó, mediante corte delgado, que la materia prima empleada era una arcilla micácea y ferrosa con abundante fango y granos de piedra pómez. Apreció también una importante cantidad de microorganismos, posibles restos de plantas silicificadas. Sugirió que la arcilla provendría de un depósito sedimentario, quizás relacionado con un ambiente lacustre y que no se habían incorporado antiplásticos en la mezcla. La cocción se realizó en atmósfera reductora. Funes (1992) describe a los fragmentos FNG de la Loma Rica de Jujuil como de pasta con inclusiones de mica de tamaño fino que le imprimen un aspecto laminar o estratificado, poros pequeños y cocción en atmósfera reductora.
A mediados de la década del 80 el empleo de la técnica cobra nuevo impulso e interés sostenido evidenciado en los aportes de Beatríz Cremonte, con propuestas metodológicas (Cremonte 1983-85) e investigaciones en la quebrada de Humahuaca (1991a, 1992, 1994) y otras áreas del NOA (1991b, 1994; Cremonte y otros 2004, 2007). De modo paulatino, con gran énfasis en los últimos veinte años, la petrografía cerámica se ha ido incorporando a los programas de diferentes grupos de investigación, perfilándose un campo de fecunda colaboración interdisciplinaria con especialistas del área de la geología (entre otros, Raffino et al. 1991; Schwartz 2 Análisis petrográfico realizado en la Dirección Nacional de Geología y Minería.
3
44
Citado en Corbalán (2005: 67) y Sjödin (2001:175).
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera transparente ahumado y lechoso, forma subredondeado, subanguloso y anguloso, tamaños menores de 0,5 mm y densidad de 5 a 10%, A3, con inclusiones de muscovita, biotita alterada y no alterada, cuarzo transparente y ahumado e inclusiones negras y grises, posiblemente filitas y pizarras, formas redondeado a anguloso, de tamaño no uniforme, menores de 0,5 mm y densidad de 5 a 10%, A4, con inclusiones de muscovita y biotita alterada, de forma subredondeado, redondeado y anguloso, tamaño menor de 0,5 mm y una densidad entre 5 y 10%. Comparó luego los fragmentos de Mortero Hachado con un lote de El Pichao hallando semejanzas con las pastas A1 y A4, las que se ajustaban a la definición planteada por Cigliano para el estilo. En cambio el grupo A3 fue aislado por sus características peculiares.
Piñeiro (1996, 1997) analiza fragmentos de Rincón Chico, valle de Yocavil, en el marco de sus investigaciones sobre tecnología cerámica en esa localidad. A partir del análisis de fracturas frescas con lupa binocular integra en un único estándar llamado (C1) a los ejemplares FNG de los diferentes sitios de la localidad. El estándar C1 se caracterizó por sus pastas reductoras, grises o negras, con escasos poros y con mica fina orientada, que le otorga a la pasta un aspecto brillante. En mi tesis de licenciatura (Palamarczuk 2002) se tomaron los criterios metodológicos y la clasificación de pastas planteada por esta autora para el estudio de nuevas colecciones cerámicas del bajo de esa misma localidad. Todos los fragmentos fueron identificados bajo ese mismo estándar, al que se propuso designar B3 de manera provisoria, al haberse observado fragmentos con cocción en atmósfera oxidante. Se estudió un corte petrográfico, que se incluye en el presente trabajo (caso 61)4.
En su análisis de la cerámica del sitio Los Cardones (El Infiernillo, Valle de Yocavil) Rivolta y Salazar (2006) proponen la Clase D con las siguientes características: inclusiones de mica y cuarzo finos con una distribución regular y una densidad entre 3 y 5 %. Las cavidades son finas y poco densas, menor de 1 a 3%. La textura es compacta o laminar, la fractura regular, color negro y cocción en atmósfera reductora.
En una contribución posterior (Palamarczuk y Manasiewicz 2001) se compararon bajo lupa binocular cincuenta y dos fragmentos del bajo de Rincón Chico, Las Mojarras 1 - Augier, Loma Redonda de Shiquimil y Las Cañas, en el valle de Yocavil. En esa oportunidad se buscó comparar la cerámica de Rincón Chico con algunos ejemplares de otros poblados para evaluar si la homogeneidad tecnológica allí observada era una constante en otros sitios del área. Para ello se examinaron las fracturas frescas con lupa binocular. Como resultado, la gran mayoría de los fragmentos analizados (50) fueron adscriptos al mismo estándar que anteriormente fuera reconocido para Rincón Chico, el cual se define por presentar una mínima variabilidad interna. Las excepciones fueron dos casos, uno de Loma Redonda y otro de Las Mojarras, que se diferenciaban del resto y también entre sí, por presentar inclusiones arenosas más gruesas (0,1 mm a 0,5 mm) y una fractura de tipo irregular. Este trabajo preliminar permitió conocer la existencia de una variedad de pastas no observada hasta ese momento en Rincón Chico, la que en función de la muestra obtenida parecía ser minoritaria.
Tomados en conjunto estos aportes coinciden en describir a la pasta FNG como de cocción en atmósfera reductora o no oxidante, con algunas excepciones oxidantes, sin tiesto molido, con escasas inclusiones de tamaño muy fino hasta medio (menor de 0,1 mm a 0,5 mm). Se destacan como constantes las hojuelas de mica muy finas que por sus dimensiones, abundancia y homogeneidad en la distribución parecen estar contenidas de manera natural en las arcillas. Unos pocos fragmentos hallados en Loma Redonda, Las Mojarras y Mortero Hachado tienen inclusiones más gruesas. Es importante destacar que todas las descripciones fueron realizadas de manera independiente por cada analista. La ausencia de tiesto molido, una clase de inclusión recurrente en otros estilos contemporáneos locales, se presentaba como un elemento peculiar y distintivo del FNG, que sumado a una estética con fuertes rasgos propios, establecía notables contrastes con el universo cerámico del que formaba parte.
Kriscautzky (1999: 164) refiere la realización de cortes delgados en el Laboratorio de Petrología de la UNCa, sobre cerámica negro pulido externo e interno de La Ventanita de Fuerte Quemado. El antiplástico estaba compuesto por cuarzo de 0,018 a 0,55 mm con algo de muscovita y plagioclasas, microclino, circón y arcillas de tamaño fino uniforme y distribución regular. No se observaron baños y la cocción se realizó en atmósfera oxidante.
Más allá de las descripciones, en algunos de los mencionados trabajos se vierten interpretaciones respecto del carácter local o importado del FNG en cada localidad. Para el caso del establecimiento incaico de Potrero Chaquiago las investigadoras han destacado en base a observaciones cruzadas entre las pastas y el entorno geológico que podría tratarse de cerámicas elaboradas en el sitio (Cremonte 1994; Williams 1995). Las cerámicas de diferentes estilos se compararon entre sí mediante petrografía cerámica y Difracción de Rayos X y también se practicaron estos últimos estudios sobre arcillas locales. Las autoras arribaron a las siguientes conclusiones: 1) Las cerámicas Inca Negro Pulido e Inca Negro Grabado (esta última categoría corresponde a FNG) halladas en el sitio son petrográficamente
Corbalán (2005:44-63) trabajó con fragmentos del sitio Mortero Hachado (Departamento de Trancas) y los clasificó en tres grupos, dentro del Grupo no oxidante: A1, con inclusiones de muscovita, biotita y cuarzo 4 La numeración de casos responde a la identificación numérica del corte delgado. Al existir dos cortes defectuosos para el estudio, estos fueron eliminados (cortes 25 y 54) por tal motivo la muestra presentada es de 59 casos.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino pudo circunscribirse a algún área en particular del valle del Yocavil y la cerámica ser distribuida a nivel regional. Este movimiento de vasijas en el valle y ámbitos extra vallistos podría generar uniformidad a nivel regional en las manifestaciones del estilo. En ese texto se sugiere el carácter autóctono de la cerámica, pero de manera más general, sin realizar afirmaciones respecto de la fabricación en un sitio particular.
similares, pero los difractogramas sugieren que se emplearon arcillas diferentes en su elaboración. 2) A su vez estas cerámicas se distinguen de las Yocavil y Famabalasto Negro sobre Rojo por los diferentes porcentajes y tamaños de sus cavidades e inclusiones. Los difractogramas también indicaron el empleo de arcillas diferentes. 3) No se pudo establecer una correlación específica entre las arcillas muestreadas y las cerámicas Inca Negro Grabado, no obstante, en función de ciertas semejanzas en los resultados, se planteó que este grupo de cerámicas, junto con otras variantes incaicas se habrían elaborado en el sitio empleando arcillas locales.
Para el caso de El Pichao Sjödin (2001) consideró a la distribución generalizada del estilo en diferentes sectores de la localidad como un indicador de su posible elaboración local. Los hallazgos en la zona de Trancas se analizaron a la luz del conocimiento sobre la geología del área, concluyendo que las vasijas podrían haberse elaborado en la zona sin poderse ofrecer precisiones respecto de algún lugar específico de fabricación.
Al proponer que todos los fragmentos de distintos sectores del poblado de Rincón Chico podían agruparse en un único estándar Piñeiro (1996,1997) reconoció para la cerámica FNG una gran homogeneidad tecnológica. Para evaluar los materiales empleados realizó una serie de difractogramas sobre arcillas crudas. Las muestras de arcilla se obtuvieron de la formación San José en el valle de Yocavil y de la Quebrada de las Conchas, ya fuera del valle, debido a que los alfareros actuales utilizan asiduamente esta última arcilla. También se estudió una arcilla fina recuperada de un contexto arqueológico en el sitio RCh 15 ubicado en el bajo de la localidad y se compararon los resultados. Se cocinaron ladrillos experimentales con las tres arcillas y se los comparó macroscópicamente entre sí y con las cerámicas arqueológicas. En base a esta información se realizaron los siguientes planteos: 1) Existió una elaboración muy controlada para el FNG. 2) Esta producción requirió de una dinámica de transporte de materias primas a amplias distancias, con una potencial fuente de arcillas explotada en la zona de la quebrada de Las Conchas. Está implícita la hipótesis de que en el sitio RCh 15 se elaboró cerámica FNG y que el trozo de arcilla allí recuperado corresponde a un resto de materia prima que podría relacionarse con esa producción.
Hay una tendencia en todas las investigaciones a observar los fenómenos desde la perspectiva que otorga el conocimiento del sitio en que se trabaja. Así se ha destacado la idea de la elaboración local de esta cerámica en los distintos sitios bajo estudio. Si bien las evidencias sobre locus de elaboración no son hasta el momento completamente contundentes, las inferencias se realizan en base a las características de pasta, entorno geológico y distribución espacial de los hallazgos. Objetivos El siguiente paso para un estudio regional de las pastas FNG debía lograr otro nivel cualitativo, tanto en la calidad del método analítico, como en la conformación de una muestra con un mayor cubrimiento espacial. Estaba pendiente aún un estudio petrográfico comparativo, necesario para integrar bajo la mirada de un mismo analista lo que se venía percibiendo de manera más limitada a cada sitio o localidad arqueológica en las diferentes investigaciones de proyección local.
“La arcilla más parecida, según los diagramas de Difracción, a la arqueológica, fue localizada en la cabecera de la Quebrada de las Conchas, cerca de Cafayate, en Salta (...). La importante distancia que media entre ambos puntos nos sugiere dos hipótesis: 1Existen otras formaciones semejantes en el sur del valle que aún no hemos localizado, 2- Los productores de la cerámica negra pulida transportaron sus arcillas a lo largo de los 80 Km, organizando la circulación de esta materia prima en uno o varios sitios del valle.” (Piñeiro 1996:180). “La producción de piezas negro pulidas, en tanto, pudo adquirir características de mayor complejidad, con transporte de materias primas cubriendo distancias más amplias de las esperadas y probablemente una estructura de distribución más compleja, con mayor control sobre la circulación.” (Piñeiro 1996:182).
El análisis comparativo de las semejanzas y diferencias entre las pastas de cerámicas clasificadas como exponentes de un mismo estilo, relativamente contemporáneas, y oriundas de diversas localidades, permite reflexionar sobre las dinámicas de su elaboración y distribución en el ámbito regional. ¿Son semejantes tecnológicamente las piezas FNG de los diferentes sitios? ¿Se elaboraban de acuerdo a los mismos procedimientos en los diferentes lugares? ¿Había muchos o sólo algunos lugares de producción desde los cuales se iniciaba su circulación? ¿En qué medida se asemeja su elaboración a la de otros estilos cerámicos contemporáneos? Estas son algunas de las incógnitas que motivaron la integración del dato petrográfico al proyecto general. Comenzar a dar respuesta a estos interrogantes ayudará a comprender las interacciones entre personas y grupos asentados en diferentes poblados, al menos en lo que a pautas de elaboración y circulación de esta cerámica se refiere.
En diálogo con la propuesta de Piñeiro postulamos en otro trabajo (Palamarczuk y Manasiewicz 2001) que la homogeneidad en las pastas podía ser el resultado de ciertos niveles de centralización en su producción. Esta
Se diseñó entonces el análisis petrográfico considerando diferentes objetivos.
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
Colector V. Williams, P. Krapovickas Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil G. Rivolta Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil Proyecto Arqueológico Yocavil 8ª expedición FFyL, UBA V. Williams
Sitio o Colección T olombón Las Cañas El Calvario de Fuerte Quemado Los Cardones Las Mojarras 1- Augier Rincón Chico Lorohuasi Loma Redonda de Shiquimil Medanitos 3 Famabalasto Los Pozos 3 Pichanal 4 Ojo de Agua El Mollar de T afí Potrero Chaquiago
V. Yocavil
Región S. Cajón
V. Cajón
V. T afí
Andalgalá
8 2 4 5 6 12 1 2 1 3 1 1 1 7 5
Total (59)
41
3
3
7
5
Tabla 3.1. Composición de la muestra de acuerdo con área de origen y colector
Un primer recaudo fue la elección de fragmentos cuya clasificación no planteara dudas. Asimismo en todos los casos se trabajó previamente con los conjuntos de cerámica Famabalasto Negro de cada sitio con el propósito de agrupar los tiestos de acuerdo con el criterio de familias de fragmentos, y así garantizar que cada corte representara una vasija diferente.
En primer término era necesario avanzar en una descripción general del estilo FNG desde una perspectiva regional, a través de la cual se pudiera identificar los modos de hacer o pautas de trabajo que definen al estilo tecnológico. Luego era importante conocer la variabilidad tecnológica tanto al interior de las localidades arqueológicas como a una escala regional amplia para observar así las tendencias en la distribución espacial de las variantes tecnológicas.
El aspecto macroscópico de las pastas de cada familia también se puso en juego en la selección, así se incluyeron ejemplares que se distinguían por algún atributo (por ejemplo el peso relativo del tiesto, el tamaño y aspecto macroscópico de las inclusiones, el tipo de fractura, etc.).
Esta información, integrada con el análisis de formas y diseños, es considerada en conjunto para la identificación de regionalismos en la producción del FNG y constituye un elemento de interés a la hora de reflexionar acerca de las interacciones sociales entre los diferentes grupos que valoraban y empleaban esta cerámica, ya sea cotidianamente o en situaciones de gran relevancia para la vida de las personas, las familias y las comunidades.
De esta manera se buscó incluir en la muestra lo más corriente y también lo particular o diferente, para así dar cuenta de la variedad presente en los conjuntos de cada sitio.
Conformación de la muestra y análisis petrográfico Este examen de las pastas pudo realizarse con mayor detalle para los conjuntos de Rincón Chico y Las Mojarras, practicando cortes frescos que se observaron con lupa binocular de 10 – 40 X. En los demás casos se empleó lupa de mano de 10 - 30 X, sin practicar cortes.
Los fragmentos que integran esta colección proceden de excavaciones y de recolecciones superficiales. Se consiguieron reunir especímenes de las localidades que se detallan en la Tabla 3.1. La muestra está dominada por elementos oriundos de poblados o instalaciones de las comunidades del Tardío local en el área de Yocavil y aledaños (esto incluye al Valle y sierras del Cajón y Tafí). Las excepciones son Medanitos 3, una instalación incaica en el sur de Yocavil y el sitio incaico de Potrero Chaquiago, en Andalgalá. Cabe aclarar que algunos de los fragmentos de El Calvario de Fuerte Quemado fueron hallados en un sector con edificaciones incaicas (véase Capítulo 5).
Como uno de los propósitos del trabajo fue el observar las variantes regionales en el estilo, se buscó representar la mayor cantidad de localidades de procedencia, y, de ser posible, incluir fragmentos obtenidos en diferentes sectores de estas, para considerar la variación intra e inter sitio. Asimismo se intentó privilegiar la selección de fragmentos de contextos estudiados y fechados5.
En la formación de la muestra se buscó incluir tiestos para los que se pudiera contar con la mayor cantidad de Información, acerca de la vasija y de su contexto de uso, disposición o descarte. No obstante las posibilidades de selección de fragmentos fueron diferentes según las características de cada colección de origen.
5 La muestra regional pudo constituirse gracias al aporte de materiales colectados por diferentes investigadores. Quiero expresar mi agradecimiento a Verónica Williams, Gustavo Rivolta, Javier Nastri y a las autoridades y personal a cargo del depósito de arqueología del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti por permitir la incorporación de fragmentos en este trabajo.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 3.1. Fragmentos de la muestra, diagnósticos de forma y diseño, ordenados por número de caso (4 a 42).
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
Figura 3.2. Fragmentos de la muestra, diagnósticos de forma y diseño, ordenados por número de caso (43 a 61).
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Los cortes delgados se prepararon según las técnicas corrientes para los estudios mineralógico-petrográficos. En este caso se impregnaron las muestras con una resina sintética azulada para consolidarlas y, paralelamente, facilitar la visualización de muchos de los poros con lupa binocular. El empleo de un consolidante resulta imprescindible, de lo contrario muchas inclusiones pueden perderse en el proceso de corte y pulido y las cerámicas con matrices friables pueden desarmarse y perder su estructura original (Rice 1987: 379)6.
La posibilidad de establecer el tamaño y forma originales, y el diseño de las guardas grabadas de los tiestos incorporados, fue otro requisito importante para que la información tecnológica pueda vincularse con la de estos otros aspectos del estilo. Finalmente la preservación de las piezas fue otro elemento considerado, prefiriendo trozos de vasijas en los que el corte pudiera practicarse en un área que no comprometiera la integridad del diseño, cuando lo hubiera. En casos como los de Rincón Chico, Las Mojarras, Los Cardones, Potrero Chaquiago, El Mollar de Tafí y Tolombón, cuyas colecciones de fragmentos cerámicos de estilo Famabalasto Negro son relativamente abundantes, se pudieron seleccionar piezas que cubrieron muchos de estos requisitos. Distinto es el problema que han planteado las colecciones de procedencias tales como Medanitos, Famabalasto, Loma Redonda, Las Cañas, El Calvario de Fuerte Quemado, Lorohuasi y los diferentes sitios del interior de la sierra del Cajón, ya que hasta el momento son pequeñas o bien se trata de hallazgos ocasionales. Por este motivo muchos de los criterios mencionados quedaron subordinados y su inclusión obedeció a la necesidad de lograr un mejor cubrimiento regional en la muestra. A continuación se detallan los sucesivos pasos metodológicos para la realización del estudio tecnológico de las pastas cerámicas.
Los cortes fueron estudiados por el geólogo Eduardo A. Palamarczuk. En el estudio de las pastas se emplearon las categorías propuestas por Orton y otros (1997), estas son: Color: observado para cinco áreas del fragmento; núcleo, márgenes y superficies. La cerámica Famabalasto Negro Grabado presenta coloraciones muy heterogéneas tanto en la superficie como en el núcleo de una misma pieza, por este motivo consideramos poco práctico el empleo de la carta Munsell y preferimos categorías generales de colores y tonos (gris claro, gris oscuro, marrón oscuro, etc.) Acabado de las superficies: de acuerdo con examen macroscópico de cada tiesto (pulido, alisado, peinado, etc.) y el tacto con las yemas de los dedos en la superficie externa (áspero, grosero, suave). Dureza: siguiendo la escala de Mohs, aplicando puntas de dureza sobre la superficie externa y observando con lupa las marcas. Espesor: medido sobre el corte delgado con ocular micrométrico. Inclusiones: tipo, frecuencia relativa, tamaño, desgaste, orientación y selección. Los tipos de inclusiones incluyen diferentes especies minerales, rocas, tiesto molido, bioclastos, etc., presentes naturalmente en las arcillas o bien incorporados voluntaria o accidentalmente por los alfareros a la masa. Se reserva el término desgrasante o antiplástico para aquellas inclusiones cuya incorporación voluntaria se haya podido determinar. Se identificaron los minerales presentes en las muestras con las técnicas usuales de la mineralogía óptica, con las limitaciones que imponen el tamaño, a veces muy diminuto y la escasez de elementos que ayuden a encontrar orientaciones ópticas favorables. Se estableció en forma arbitraria un tamaño mínimo de las inclusiones en 0,04 mm7; las partículas de tamaño inferior se consideraron ya como parte de la matriz. Se realizaron observaciones sobre las características de la matriz, su composición y granulometría. Los distintos grados de esfericidad y redondez, como una medida del desgaste de los clastos y la selección de las inclusiones, se establecieron de acuerdo con los gráficos de Barraclough (1992, en Orton et al. 1997: 268-269)8. La orientación del conjunto
Cada fragmento fue fotografiado y dibujado luego de orientarse de acuerdo con su posición original en la vasija de la que alguna vez fuera parte. En las Figuras 3.1 y 3.2 se incluyen los dibujos realizados, con excepción de algunos fragmentos sin un diseño inciso claro ni perfil diagnóstico de forma. Se hicieron cortes de tipo horizontal paralelo a la base y borde de la vasija. En nuestro caso, los cortes son “horizontales”, pero mantienen una posición perpendicular a la superficie interior y exterior del fragmento. De esta manera el espesor de la sección es igual al de las paredes de la cerámica (Figura 3.3). Se prefirió este plano de corte por sobre el de tipo vertical debido a que las fracturas frescas con tenaza, realizadas para estudiar los fragmentos bajo la lupa binocular, se hicieron de acuerdo al plano horizontal, pues esto resguarda al fragmento de quiebres indeseados al momento de practicar la fractura y preserva áreas diagnósticas para la determinación de formas y estimación de dimensiones, como el labio y el borde. De esta manera se pueden comparar mejor las distintas observaciones, sobre láminas delgadas y sobre fracturas frescas.
6
Los cortes fueron realizados por el Sr. Roberto Asta. El tamaño de los clastos que se consideran dentro de la fracción inclusiones es variable en diferentes trabajos consultados (a partir de 0,015; 0,02; 0,031 o 0,0625 mm). La medida mínima aquí establecida se relaciona con las posibilidades para lograr una adecuada identificación del tipo de inclusión en función de las características del instrumental empleado. 8 En el texto de Orton y otros (1997) se emplea el término “ordenación”, posiblemente debido a un problema de traducción. Una categoría 7
Figura 3.3. Modo de orientación del plano de corte para el presente estudio.
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera delgado. Para establecer rangos de tamaño de las inclusiones se midieron un promedio de 50 por corte con ocular micrométrico. También se midieron los poros o cavidades. El catálogo visual de la colección se organizó en función de la clasificación propuesta (Figuras 3.11 a 3.18). Toda la información se volcó en fichas individuales para cada corte, se anexa un caso a modo de ejemplo del sistema de registro (Figura 3.19). El contenido de todas las fichas se sintetizó en una tabla para la totalidad de la muestra (Tablas 3.3 y 3.4).
“matriz-inclusiones-cavidades” se observó considerando su disposición en el núcleo y en los bordes de acuerdo con una escala ordinal que incluye las siguientes categorías: no orientado, algo orientado y orientado (Palamarczuk y Palamarczuk 2007). Matriz: se realizaron observaciones sobre la granulometría, composición, birrefringencia y grado de homogeneidad. Las variables granulometría y composición se consideran conjuntamente al momento de definir si una matriz es arcillosa, limosa, arcillo-limosa o limo-arcillosa, según el predominio de filosilicatos en relación con otros clastos no planares. Atmósfera de cocción: oxidante, reductora, reductoraoxidante (cuando la pasta muestra grados variables de reducción y oxidación indicativos de una atmósfera pobre en oxígeno). Poros: forma, tamaño, frecuencia relativa, presencia de rellenos y oscurecimientos periféricos. Fractura: se adapta el término textura propuesto por Orton et al. (1997: 266), según una escala que reconoce las siguientes categorías: subconcoidal, suave, fina, irregular, cortante y laminada.
Resultados Más allá de las particularidades que se destacaron al proponer variedades y estándares se observaron una serie de características técnicas comunes, muchas de las cuales conforman los elementos de distinción principales del estilo. Uno de ellos es el color oscuro de sus superficies y núcleos. Esta coloración se debe a la cocción en atmósfera pobre en oxígeno, que en pocos casos es totalmente reductora. Las superficies externas muestran coloración irregular, con manchas pardas, grises o negras y en muchos casos la superficie y el margen interior son más oscuros que el exterior. Estas irregularidades de tonos denotan cocciones poco controladas. Es factible que se haya limitado la circulación de aire en la estructura de combustión incorporando en la última etapa de la cocción alguna clase de elemento orgánico. Al respecto es interesante el ejemplar BMB 6498 de Palo Blanco (Figura 3.4) donde se observaron pequeñas manchas circulares y ovales más claras con aureolas oscuras, similares en forma y dimensiones a las que se generaron en un trabajo experimental de cocción de cerámica empleando estiércol de llama (Palamarczuk 2004). Unos pocos ejemplares fueron cocidos en atmósfera oxidante y son de tonos anaranjados.
Todos los cortes se fotografiaron a 20X en lupa con luz transmitida e incidente. También se realizaron tomas en microscopio petrográfico a diferentes amplificaciones. Se trabajó observando alternativamente los cortes con microscopio petrográfico y lupa binocular de acuerdo a un procedimiento de análisis por etapas9. En primer término se realizó una inspección general de todos los fragmentos y se registraron observaciones, como la dureza, color, acabado de las superficies y la fractura. Luego se reconocieron los respectivos cortes con lupa y microscopio apuntando los tipos de inclusiones, su desgaste, selección, características de la matriz y de los poros, etc. En una segunda etapa se trabajó intensivamente en cada corte, haciendo un reexamen posterior a la visualización de todo el conjunto y se procedió a la cuantificación de los componentes.
Distintos rasgos muestran que en general se trata de cerámicas que no alcanzaron altas temperaturas. Uno de ellos es la escasa sonoridad obtenida al golpear los fragmentos. En la mayoría de los casos se notaron en los cortes zonas oscuras por carbonización de materia orgánica. Muchas cavidades son el resultado de la carbonización de clastos orgánicos y sus contornos se presentan oscuros. En estos casos la combustión no ha sido completa, debido a que la temperatura de cocción no fue quizás lo suficientemente elevada como para que se completara el proceso de transformación del carbón en dióxido de carbono (Figura 3.5). Son también mayoritarios los casos en los que se observan matrices birrefringentes, lo que también puede ser un indicio de que las temperaturas alcanzadas fueron relativamente bajas11.
La estrategia de cuantificación se diseñó adaptando algunas experiencias y propuestas de varios analistas (Chayes 1949, 1954; Rice 1987; Cremonte y Solís 1998; Cremonte et al. 2004, 2007; Stoltman 1989, 1991). La frecuencia relativa de los diferentes componentes (matriz, poros e inclusiones) se estimó mediante una técnica de muestreo por conteo de 300 puntos empleando un ocular grillado. La distancia entre la intersección de puntos en la grilla es de 0,3 mm a 60 X10. El resultado es una medida estimativa de la proporción de los componentes en base a la superficie que éstos ocupan en el plano del corte adecuada, empleada en sedimentología, es la de “selección” (Bonorino y Teruggi 1961). 9 Microscopio petrográfico Meopta 60-650 X. Lupa binocular Arcano 10-40 X. 10 Para controlar el error de conteo del método se repitió cinco veces el ejercicio de conteo de un mismo corte (corte 48) distinguiendo entre matriz, inclusiones y cavidades. Las magnitudes en el error de conteo fueron de 1,28; 1,35 y 1,36 respectivamente. Por lo tanto, el nivel de precisión obtenido para la estimación de los constituyentes de la pasta supera en este caso el 95% y se puede suponer que los niveles de precisión se mantengan en ese orden para la cuantificación de los componentes de toda le muestra.
La técnica de modelado por superposición de rodetes se corroboró al observar en el caso 7 la unión de los extremos en el plano horizontal. Las vasijas no presentan engobe, sus superficies fueron pulidas directamente. 11 Sería importante realizar experiencias para observar la variación de la birrefringencia en las matrices en función de las diferentes temperaturas de cocción alcanzadas.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Corte 1, Medanitos 3
Figura 3.4. Puco con pequeñas manchas de cocción, circulares y ovales. MLP-Ar-6498 BMB, Palo Blanco.
Corte 16, Rincón Chico 18
Corte 8, Famabalasto
Corte 2, Los Pozos 3
Corte 12, Rincón Chico 1
Figura 3.5. Indicadores de temperaturas bajas. Cavidades con contornos ennegrecidos y áreas carbonosas. Fotografías tomadas a 20 X. La escala gráfica representa 2 mm.
En algunas muestras con baja proporción de inclusiones se observaron pastas de aspecto “marmolado" con sectores que difieren en coloración, textura y/o características de las inclusiones. Esto ha llevado a pensar en la posibilidad de que se hayan mezclado arcillas diferentes en la preparación de la pasta para el modelado. Este aspecto “marmolado” podría ser el resultado de una homogeneización pobre al amasar bollos en los que se incluían arcillas diferentes, aunque no pueden descartarse heterogeneidades propias de los depósitos arcillosos explotados (Figura 3.6).
Corte 19, Rincón Chico 8 Figura 3.6. Ejemplos de heterogeneidades en la pasta. Fotografías tomadas a 20 X, a la izquierda se tomaron con luz incidente y a la derecha con luz transmitida. En las imágenes se notan áreas heterogéneas en color y tamaño de los clastos. La escala gráfica representa 2 mm.
Las matrices son de aspecto arcillo-limoso, y en menor medida limo-arcilloso o arcilloso, con predominio de clastos planares. En muchas vasijas se aprecian procesos de exfoliación o rotura en capas y fractura de tipo laminar. Este fenómeno se relaciona con la abundancia de pequeños cristales de mica en la matriz arcillosa, las que se orientan por el proceso de amasado, generando planos de debilidad en la cerámica (Figura 3.7). Tiestos que de modo accidental han sido quemados, por ejemplo en contextos de descarte y combustión como los que existen en varios sectores del área de producción metalúrgica en Rincón Chico 15, se exfolian por completo. Esto muestra que no es una cerámica adecuada para calentar o cocinar alimentos y que no se la usó con ese propósito. Se suma el dato de que no se han hallado en las piezas de museos huellas de carbonización que pudieran sugerir esa clase de uso. Como se verá al detallar la morfología cerámica, el predominio de la forma puco o cuenco indica una relación con el servicio de comida o bebida.
Figura 3.7. Ejemplo de descascarado en las superficies. MLP-Ar-5287 BMB, Famabalasto.
El desgaste de los clastos es en general muy variable con diversos grados de esfericidad y redondez en las inclusiones conjugadas en una misma pieza. De esta
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera tipo clástico. El mayor nivel de agrupamiento involucra a todas las variedades en dos clases, según éstas tengan o no tiesto molido incorporado. Este último criterio se funda en el conocimiento acerca de la importancia del tiesto molido como una tradición tecnológica de larga data que caracteriza a diversos estilos alfareros tardíos en Yocavil (Schwartz 1991; Piñeiro 1996, 1997; Palamarczuk 2002).
manera el desgaste no aporta aquí un elemento de juicio para evaluar la incorporación de antiplásticos y solamente queda entonces el criterio de la frecuencia y el tamaño de las inclusiones12. Son mayoría los casos con un bajo porcentaje de inclusiones de hasta un 5%, pero se registraron casos que llegan a contener cantidades superiores al 30 %. Se observó presencia de tiesto molido en varias vasijas, un elemento que hasta el momento no había sido detectado en los estudios de pastas FNG. En algunos casos aparecen inclusiones redondeadas y de contornos poco definidos que podrían ser grumos de arcilla. El rango de tamaño de inclusiones predominante va desde muy fino hasta medio, con presencia ocasional de clastos de tamaño grosero. Pero ciertas vasijas poseen clastos groseros en abundancia. La selección tiende a ser equilibrada a pobre. La asociación mineralógica más frecuente es: cuarzo, plagioclasa, vidrio y mica, y en muchos casos, también feldespato potásico. Inclusiones clásticas menos frecuentes son la turmalina, minerales ferromagnésicos, granate, diversos clastos líticos de origen ígneo y metamórfico y bioclastos. Estos últimos se individualizaron en trece casos y los que pudieron ser determinados corresponden principalmente a fitolitos y células silicificadas de gramíneas, con contornos por lo general conservados. También hay en un corte vasos de algún fragmento de madera13. En los casos 29, 31, 44, 50 y 60 se notó una presencia de bioclastos más importante que en los restantes (Figura 3.8). Los estándares se definieron a partir del agrupamiento de casos en función de las semejanzas notadas en los diferentes estados de atributos de las variables de análisis consideradas (Cremonte 1992), como los tipos de inclusiones, asociaciones minerales, características de la matriz, relación entre frecuencia de inclusiones – matriz – poros, granulometría y desgaste de las inclusiones. Posteriormente los estándares se clasificaron adecuando la metodología aplicada en aportes previos para la cerámica del Período Tardío en Yocavil según las necesidades específicas del caso (Tarragó et al. 1988, Piñeiro 1997, Palamarczuk 2002, Marchegiani et al. 2006). Se conjugaron los estándares en variedades según sus afinidades y se realizó una distinción principal entre dos clases, pastas sin tiesto molido con tiesto molido. Los estándares representan conjuntos de vasijas con las mismas características de pasta. Los agrupamientos de mayor nivel, como las variedades son clasificaciones de estándares según alguna conducta tecnológica en particular que ellos representen, por ejemplo el trabajo con barros puros o el agregado o no de antiplásticos de
Corte 1, Medanitos 3
Corte 2, Los Pozos 3
Corte 22, Lorohuasi
Corte 14, Rincón Chico 12
Corte 23, Loma Redonda
Corte 29 (a), Tolombón
Corte 29 (b), Tolombón
Corte 33, Potrero Chaquiago
Corte 30, Tolombón
Corte 31, Tolombón
12
Sobre algunas clases de inclusiones se puede establecer sin dificultades que fueron agregadas por el alfarero al preparar la masa, por ejemplo el tiesto o las valvas molidas. Otras clases de inclusiones son más difíciles de determinar. Se aplican criterios como la abundancia o el de tamaño grosero de los clastos, o la distinción de bimodalidad en el tamaño de los mismos, aunque en muchos casos persiste la ambigüedad. Lo aconsejado es conocer la oferta regional de arcillas como un parámetro comparativo necesario (Stoltman 1991). 13 La identificación de los especímenes individualizados se consultó con Alejandro Zucol del Laboratorio de Paleobotánica CICYTTP-Diamante (CONICET) y con María del Pilar Babot del Instituto de Arqueología, UNT.
Figura 3.8. Bioclastos aislados en diferentes cortes delgados. N° 1, 2, 29 (a) y 31 indeterminados, N° 22, 30, 33 fitolitos en forma de flabelo o abanico, N° 14 y 29 (b) conjuntos de células buliformes silicificadas, N° 23 vasos de un fragmento de madera. N° 1, 2, 14, 23 y 29 (b) tomadas con una magnificación de 60X, N° 22, 29 (a), 33, 30 y 31, de 150X. La escala gráfica representa 0,1 mm.
53
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino mayoritario en la muestra (48,68%) y se conforma por los casos: 2, 3, 7, 8, 9, 10, 13, 15, 16, 17, 18, 21, 27, 28, 34, 35, 36, 37, 40, 52, 57, 58, 59 y 61. Posee una amplia distribución espacial, comprendiendo las localidades de Tolombón, Las Cañas, El Calvario de Fuerte Quemado, Los Pozos 3, Pichanal 4, Las Mojarras 1-Augier, Rincón Chico (RCh8, RCh12, RCh13, RCh14, RCh15, RCh18), El Mollar de Tafí, Famabalasto y Potrero Chaquiago.
Es interesante entonces observar cómo se comporta el estilo FNG en relación con ese rasgo, cuyas cualidades vinculadas al desempeño potencial de las cerámicas ha sido evaluado de modo general (Rice 1987) y también particular para las vasijas de Yocavil (Piñeiro 1996, 1997; Palamarczuk 2002). Al apreciar el tiesto molido se entrevén los pasos y las decisiones del alfarero, puesto que es un agregado intencional al bollo para armar la cerámica. La consideración acerca de las cualidades de los antiplásticos no se limita sin embargo a su disponibilidad y sus condiciones estrictamente técnicas. En el caso del tiesto molido se destaca una expansión térmica similar a la de la matriz, apropiada para que las vasijas no se agrieten al ser recalentadas en su uso cotidiano, o una relación peso/volumen inferior al de otros materiales como las arenas, apropiado para obtener vasijas más livianas. Hay en juego otros elementos definidos por la tradición y la identidad del alfarero, fundados en enseñanzas, valores y creencias que no necesariamente encuentran una explicación en su aptitud técnica para determinados fines prácticos. Se presentaron varios casos en los que la presencia de tiesto era mínima (1 o 2 granos por corte). Existen entonces dudas respecto de la incorporación intencional de muy pequeñas cantidades de viejas vasijas pulverizadas. Bien podría tratarse de inclusiones de tipo accidental, producto de prácticas como armar el bollo arcilloso en el interior de un recipiente cerámico o de emplear utensilios con restos de otras preparaciones. No se puede dar una respuesta a esta cuestión, pero como los microtiestos, aún siendo escasos, están allí, se creyó necesario deslindar esos en estándares diferentes, habida cuenta de que esta presencia mínima se observó en varias piezas. Se obtuvo así la siguiente clasificación.
Estándar 2 Muy semejante a la pasta del Estándar 1, distinguiéndose sólo por una mayor cantidad de inclusiones (7 a 12%). El cuarzo, mono y policristalino, es el tipo de inclusión predominante, seguido por la plagioclasa, micas y vidrio. Hay ejemplares con feldespato potásico, turmalina verde, minerales ferromagnésicos, clastos líticos metamórficos, ígneos y vulcanitas, granate y grumos arcillosos. En dos ejemplares aparecen “bioclastos”. La selección es mayoritariamente equilibrada, con tamaños entre 0,04 y 0,7 mm, con mayoría de inclusiones muy finas y finas. La matriz es arcillo-limosa o limo-arcillosa, con abundantes micas, se observa birrefringencia. La porosidad varía del 1 a 6 % con un caso en 12%. Los poros son globosos, aplanados e irregulares, en ocasiones con la matriz ennegrecida a su alrededor. La fractura es suave, fina o laminada. Se propone que se trata de una pasta sin agregado de antiplásticos. Conformado por los casos: 5, 6, 1114, 12, 30, 32 y 48, procedentes de los sitios Tolombón, Ojo de Agua, Los Cardones, Rincón Chico (RCh15, RCh1) y Famabalasto. Representa el 11,86% de la muestra. La distinción entre los Estándares 1 y 2 se realizó considerando el criterio de abundancia de las inclusiones y estableciendo un límite arbitrario entre ambos, pues de hecho existe un gradiente continuo entre los valores para este parámetro de los diferentes casos que integran la Variedad I.
Pastas sin tiesto molido Variedad I: Inclusiones escasas, predominio de tamaño muy fino y fino, sin agregado de antiplásticos.
Variedad II: Inclusiones abundantes, predominio de tamaño muy fino a medio, posible agregado de antiplásticos.
Estándar 1 Se define por sus muy escasas inclusiones (1% a 6%), de cuarzo mono y policristalino, plagioclasa, micas y vidrio. En algunos ejemplares se observaron también clastos líticos metamórficos, graníticos, minerales ferromagnésicos, feldespato potásico y grumos arcillosos. La selección de las inclusiones es de tipo equilibrada, y en algunos casos pobre, con tamaños extremos entre 0,04 y 0,9 mm y predominio de las inclusiones muy finas y finas, orientadas paralelamente a los bordes. Predominan las matrices arcillo-limosas, con abundantes micas y se observa birrefringencia. La porosidad es variable entre un 2 y un 11%, con una mayoría de valores entre 3 y 5%. Los poros son globosos, aplanados e irregulares, en algunos casos con relleno secundario de carbonatos. En muchos se notan áreas carbonosas rodeando las cavidades, lo que indica su origen por la combustión de materia orgánica. La fractura es subconcoidal, suave o laminada. Se trata de una pasta sin agregado de antiplásticos, las inclusiones estarían naturalmente presentes en las arcillas empleadas. Es el estándar
Estándar 3 Se destaca por la abundancia de sus inclusiones, del orden del 17 a 18%. El cuarzo es la inclusión principal (alrededor del 10%), luego hay plagioclasa, vidrio y micas. Otras inclusiones que pueden presentarse son el feldespato potásico, los clastos líticos graníticos, la turmalina y el granate. El tamaño de las inclusiones cubre un rango entre 0,04 y 0,6 mm, ocasionalmente se observa algún clasto mayor. Éstas se presentan con cierta orientación en relación con las superficies. La selección es equilibrada. Las matrices son limo-arcillosas con presencia de micas, y birrefringencia moderada o baja. La cocción es en atmósfera reductora, o pobre en oxigeno. La fractura es irregular. Es un grupo pequeño y muy regular en sus características. Está integrado por dos casos: 44 de El Mollar y 29 de Tolombón, representando 14 Véanse observaciones respecto del caso 11 en el segmento sobre Análisis por Activación Neutrónica Instrumental.
54
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera tamaños entre 0,04 y 0,47 mm. Predominan las inclusiones muy finas y finas y la selección es equilibrada. Las matrices son arcillo-limosa o limoarcillosa, con abundantes micas, y una moderada birrefringencia. Los poros son de forma globosa, aplanada e irregular, en el orden del 5%. La fractura es fina o irregular. Es similar al Estándar 2, pero con pequeñas cantidades de tiesto, inferiores al 1%. Los casos que lo constituyen son: 4, 33 y 51, de Tolombón, Potrero Chaquiago y El Calvario de Fuerte Quemado, respectivamente, componiendo el 5,08% de la muestra.
el 3,39% de la muestra. Ambos fragmentos poseen una notable cantidad de “bioclastos”. Estándar 4 Esta pasta tiene una cantidad de inclusiones cercana al 32%, con gran predominio de cuarzo (19,36%), originario principalmente de rocas plutónicas, aunque también hay algunos mosaicos de cuarzo característicos de rocas metamórficas. Luego se observan plagioclasas, micas, feldespato potásico, vidrio y minerales ferromagnésicos. Las inclusiones, que presentan cierta orientación con relación a las superficies, son muy variadas en lo relativo a los parámetros de desgaste en todos los tipos y el tamaño de los clastos varía de muy fino a medio. La atmósfera de cocción es reductora. La matriz es limoarcillosa y muestra una birrefringencia moderada a alta. Se aprecian manchas carbonosas. Los poros son globosos, irregulares y aplanados y alcanzan un porcentaje de 3,22%. Se registró la presencia de “bioclastos”. La fractura es irregular. La abundancia de las inclusiones podría ser indicativa, en este caso, de la mezcla de antiplásticos junto con la arcilla. Integrado por un único caso, el 31 de Tolombón (1,69%).
Variedad IV: inclusiones de tamaño muy fino hasta muy grosero. Tiesto molido en proporciones superiores al 1%. Pastas con antiplásticos agregados. Estándar 7 Se incluyen cortes cuya frecuencia de tiesto molido no pueda obedecer a incorporaciones de tipo azarosas, con abundancia de entre 2 y 5% aproximadamente de tiesto (de tamaño fino a grosero) e inclusiones totales entre 6 y 12% (de tamaño entre 0,04 y 0,5 mm, abundantes de tamaño fino y medio). Aquí las inclusiones minerales (cuarzos, plagioclasa, micas, feldespato potásico, ferromagnésicos, clastos graníticos) son escasas y el tiesto molido tiene una influencia importante en el cómputo total de inclusiones. Es posible que constituya la única clase de agregado antiplástico a la pasta. La selección puede ser equilibrada, pobre o muy pobre, las inclusiones tienden a orientarse con respecto a las superficies. Las matrices son generalmente arcillolimosas, también hay arcillosas y limo arcillosas. Se aprecia una birrefringencia moderada. La cocción es oxidante o bien en atmósfera pobre en oxígeno. Las fracturas son finas a irregulares. Incluye los cortes: 1, 23, 42, 49, 50, 55 y 60 de las localidades de Medanitos 3, Loma Redonda, Los Cardones, El Mollar de Tafí, El Calvario de Fuerte Quemado y Rincón Chico (RCh1 y RCh15), que suman un 11, 86% del total.
Pastas con tiesto molido Variedad III: Inclusiones escasas, predominio de tamaño muy fino a fino. Tiesto molido en proporciones inferiores al 1%. Estándar 5 Semejante al Estándar 1, con la diferencia de que las vasijas que lo componen poseen cantidades mínimas de tiesto molido, de tamaño fino y medio, siempre inferior al 1%. Las inclusiones totales no superan un 6%. En algunos casos sólo se observó uno o dos granos de tiesto en todo el corte. Las asociaciones minerales son también entre cuarzo, plagioclasa, vidrio, micas. Algunos casos con feldespato potásico, minerales ferromagnésicos, clastos graníticos y presencia de “bioclastos”. Estas inclusiones poseen tamaños entre 0,04 y 0,64 mm, con predominio de clastos muy finos a finos. La selección tiende a ser equilibrada. Las matrices son principalmente arcillo-limosas, aunque las hay limo-arcillosas y arcillosas. Se aprecia una birrefringencia moderada. La porosidad puede ser del 1 al 6%, un solo caso alcanza un 11% de poros; con formas globosas, aplanadas e irregulares y presencia de áreas circundantes ennegrecidas. La fractura es suave, fina o laminada. Está compuesto por los cortes 14, 19, 20, 41, 43, 46, 53 y 56, recuperados de Rincón Chico (RCh12, RCh8), Las Mojarras1-Augier, Los Cardones, El Mollar de Tafí y El Calvario de Fuerte Quemado y significa un 13, 56% del total de la muestra.
Estándar 8 Es el conjunto más heterogéneo de pastas, con abundantes inclusiones (13 a 27%) y presencia de tiesto molido en una proporción superior al 1% y de hasta el 20%. Este agrupamiento se realizó con el fin de no multiplicar la descripción de estándares, puesto que en rigor de los datos obtenidos, cada uno de los cortes que lo componen podría definirse como un estándar independiente. Si bien las asociaciones de minerales y rocas son siempre constantes, similares a las que también están presentes en los otros grupos, las proporciones de estos son muy variables. Por ejemplo, en el corte 24 de Loma Redonda llama la atención la abundancia de feldespato potásico, mientras que en la 45, de El Mollar de Tafí abunda el vidrio más que en ningún otro corte de la colección y la presencia de cuarzo es también importante (véase Tabla 3.3). Otro elemento peculiar lo vemos en el corte 22, donde se observan tiestos de dos colores, rojos y negros, mezclados para hacer la pasta. Las inclusiones tomadas en general pueden tener dimensiones desde muy fino hasta muy grosero. Predominan las matrices de tipo arcillo-limoso, con
Estándar 6 Se integra, al igual que el Estándar 5, de ejemplares con cantidades de tiesto molido inferiores al 1%, de tamaño medio, y un total de inclusiones entre el 9 y 10%, dominadas por el cuarzo mono y policristalino y luego cantidades variables de plagioclasa, vidrio, micas, feldespato potásico y litoclastos metamórficos, de 55
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Variedad III (18,64%), pero aquí han sido deslindados por la presencia de muy escaso tiesto molido en los segundos. Esta Variedad III posee una distribución espacial más acotada. En ambas variedades predominan los casos correspondientes a estándares con muy baja cantidad de inclusiones.
abundantes micas y birrefringencia moderada. Las fracturas son finas a irregulares. Los casos comprendidos son: 22, 24, 26, 38, 39, 45 y 47, procedentes de Lorohuasi, Loma Redonda, Tolombón, Los Cardones, El Mollar de Tafí. Representa un 11,86% del total. El esquema clasificatorio se sintetiza de la siguiente manera (Figura 3.9): Pastas sin tiesto molido Variedad I Variedad II
La Variedad II es la menos representada en la muestra (5,08%) y su aspecto difiere notablemente de las anteriores. Únicamente se hallaron casos en las localidades de Tolombón y El Mollar de Tafí. Por último, los elementos agrupados en la Variedad IV (23,73%) son los que no plantean dudas respecto del agregado de viejas vasijas pulverizadas para la fabricación de nuevos cacharros. Es la variedad más heterogénea, al contener al Estándar 8 que agrupa a pastas diferentes con el factor común de abundantes inclusiones y presencia de tiesto molido. Se distribuye también ampliamente en la región (Tabla 3.2).
Estándar 1, 2 Estándar 3, 4
Pastas con tiesto molido Variedad III Estándar 5, 6 Variedad IV Estándar 7, 8 La Variedad I conforma el grupo mayoritario de casos (52,54%) y corresponde a cerámicas sin agregados de antiplástico. Posee la dispersión regional más amplia y sus integrantes se asemejan mucho a los agrupados en la
Figura 3.9. Representación de la abundancia relativa de las diferentes variedades de pasta, sobre una muestra regional de 59 casos.
56
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
Pastas
Sin Tiesto Variedad I Variedad II
Localidad Tolombón Las Cañas Los Cardones CFQ LM1-Augier Cajón Rincón Chico Lorohuasi Loma Redonda Medanitos El Mollar de Tafí Famabalasto Potrero Chaquiago Total
E1
E2
Total % Total % Variedad
40,68 11,86 52,54
2 2 1 1 4 2 6
2 4 24
E3 2
Con Tiesto Variedad III Variedad IV
E4 1
E5
E6
1
1 1
1
7
2
3,39 5,08
1
1,69
E8
Total
2
2
2
1 1 1
2
7
7
8 2 5 4 6 3 12 1 3 2 6 2 5 59
11,86 11,86 23,73
100 100
1 1 2 1 2
E7 1
8
1 1 1
1
1 3
13,56 5,08 18,64
2
1 1
Tabla 3.2. Frecuencias de Variedades y Estándares por localidad
cuanto a la textura y a la cantidad de los pequeños cristales de mica tan frecuentes en la cerámica FNG. De esto se infiere que ese rasgo no es una característica común a todos los depósitos arcillosos del valle. En este punto conviene llamar la atención sobre las áreas heterogéneas o “marmoladas” que se observaron en varios casos de la muestra analizada y sus implicancias en relación a posibles prácticas de mezcla de materiales limo arcillosos diferentes y sobre la dificultades que este tipo de pauta tecnológica pueden ocasionan al intentar comparar las cerámicas y las arcillas.
De acuerdo con los relevamientos geológicos del valle de Santa María, Hojas 11e y 10e, (Ruiz Huidobro 1972; Galván 1981). El sector occidental de la Sierra del Cajón, está conformado por material precámbrico metamórfico: filitas, micacitas granatíferas, migmatitas. En el sector sur, en el lugar llamado El Colorado, hay un afloramiento de rocas plutónicas. En tanto que el sector oriental está constituido por formaciones sedimentarias de origen terciario y cuaternario, en contacto con el gran macizo precámbrico metamórfico de la Sierra del Aconquija y Cumbres Calchaquíes, en las que hay diferentes afloramientos de rocas plutónicas y depósitos de brechas volcánicas. La parte central del valle está conformada por depósitos sedimentarios cuaternarios. La gran extensión longitudinal de estas formaciones confiere al valle una estructura geológica muy similar en los perfiles transversales al mismo.
Siendo este el panorama la mirada se dirige ahora a estudiar las frecuencias de los diferentes estándares y variedades en cada sitio representado, para intentar percibir qué variantes constituyen lo corriente y cuáles, lo poco frecuente o raro en cada lugar. Allí se encontrarán elementos significativos para discutir el tema de los localismos en las maneras de hacer esta cerámica y esto abre las puertas a la diferenciación entre objetos locales y foráneos en los diferentes sitios.
Los minerales y rocas incluidos en las pastas de todas las variedades indican ambientes metamórficos e ígneos, coherentes con la geología regional de Yocavil y alrededores y no se detectaron minerales con una localización exclusiva a algún punto en particular. No hay elementos que hagan sospechar entonces un origen extra regional de los materiales o de la cerámica, pero tampoco hay indicadores, que permitan acotar el origen de la materia prima a algún punto específico del paisaje. Hay que apuntar además que estos minerales y rocas poseen distribuciones muy generalizadas y esto hace que no sean buenos indicadores de procedencias.
La cantidad de muestra con la que se trabajó cada sitio es desigual. Hay unos pocos casos oriundos de Lorohuasi, Loma Redonda, Las Cañas y sitios del interior de la sierra del Cajón. Esto hace que las posibilidades de evaluar la variabilidad tecnológica del estilo al interior de cada uno de ellos no sea posible, a pesar de lo cual, tomados en conjunto, aportan a un panorama regional. Las localidades mejor representadas en cantidad de casos son Rincón Chico (la localidad con mayor peso en la muestra), Tolombón, El Mollar de Tafí, Los Cardones, El Calvario de Fuerte Quemado y Potrero Chaquiago (Tabla 3.2 y Figura 3.10).
El conocimiento sobre los depósitos arcillosos en el valle es aún fragmentario y requerirá de estudios más intensivos en el futuro, no obstante se estima que la oferta de materias primas es muy variada y extendida en toda el área (Palamarczuk 2007). Luego de realizar cocciones experimentales de bizcochos cerámicos con arcillas procedentes de once yacimientos relevados en diversos puntos del valle se consideró que ninguna de las muestras presentaba características macroscópicas similares en
Sobre la cerámica Famabalasto Negro Grabado de estos sitios se pueden apuntar algunas tendencias preliminares. Comenzando por el caso de Rincón Chico existe una fuerte homogeneidad entre casos que proceden de 57
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino 1912 (Ambrosetti 1912; Gancedo 1912) y no se pudo hallar información aún acerca del contexto de hallazgo. En esta localidad se aprecian diferencias importantes respecto de los otros sitios mencionados. Aquí están presentes las cuatro variedades, son mayoría los casos con tiesto molido y la mitad del conjunto posee abundantes inclusiones. Es interesante comentar el caso 46 para compararlo con el 53 de El Calvario de Fuerte Quemado y el 16 de RCh 18. Los tres poseen el mismo diseño de greca y línea sinuosa con círculos. Nuevamente se nota aquí una correspondencia entre un esquema de diseño y los atributos de pasta, puesto que los dos primeros casos se habían clasificado en el Estándar 5, mientras que el último, en el Estándar 1. Esta coincidencia es útil también para volver al tema de la presencia tan escasa de tieso en algunos estándares y aporta criterios para considerarla como una pauta de los ceramistas más que como un accidente.
diferentes sitios del sector del bajo que corresponden a la Variedad I15. Sólo hay dos casos de la Variedad III, Estándar 5 (caso 19 de RCh 8 y caso 14 de RCh 12). Ante este aspecto homogéneo resalta el caso 60 de RCh 15. Este se muestra excepcional al presentar una considerable cantidad de tiesto molido (Variedad IV, Estándar 7). Es muy interesante cuando se introduce la iconografía en el análisis. Esta vasija es la única con la figura del suri que se haya encontrado hasta el momento en toda la localidad. El diseño es idéntico al del caso 49, oriundo de El Mollar de Tafí, zona donde también se observó esa representación en otros fragmentos (Capítulo 4). Al comparar las pastas de ambos queda evidenciado el gran parecido tecnológico, ambas se clasificaron en el mismo Estándar e inclusive comparten la riqueza en bioclastos. Hay aquí una convergencia de múltiples elementos que destacan al caso 60. Sus diferencias en la iconografía y la pasta aportan a su identificación como una probable vasija foránea. El sector del alto de Rincón Chico, RCh1, sólo está representado por dos fragmentos. El caso 55 procedente de una excavación en la “plaza bicolor” de la cumbre también se clasificó en el Estándar 7 y difiere de los hallazgos mayoritarios en el bajo. Es de lamentar que el diseño de este fragmento no pueda apreciarse en extensión. El caso 12, procede de excavaciones en el recinto 214 y fue incluido en la Variedad I, Estándar 2. Los casos son pocos como para realizar comparaciones profundas, pero se resalta aquí que en ambos sectores están presentes las mismas variedades.
Se aprecian para el sitio Los Cardones, cuyos ejemplares proceden de los sectores 5 y 6, semejanzas en relación a lo observado en El Mollar de Tafí. Aunque aquí no hay ejemplares de la Variedad III, las relaciones de abundancia entre las demás Variedades son semejantes y hay predominio de casos con tiesto molido. Los fragmentos de Tolombón proceden del Recinto 6, en el Sector Base, con excepción de un ejemplar del Sector Fuerte y otro de lugar indeterminado. Al igual que en El Mollar de Tafí hay aquí ejemplos de las cuatro Variedades, aunque se aprecia un predominio de pastas sin tiesto molido y con escasas inclusiones.
Los fragmentos de Las Mojarras proceden en su totalidad de un sector del bajo al que se llamó Las Mojarras 1Augier. El comportamiento es muy similar al observado para el bajo de Rincón Chico, con estándares con muy pocas inclusiones (Variedades I y III). Se compararon especialmente tres fragmentos: 21 y 57 de Las Mojarras y 13 de RCh 15, puesto que los tres comparten el esquema de diseño de rombos enlazados con rayita central, un diseño muy popular en el bajo de Rincón Chico. Se noto así una coincidencia de pastas Variedad I, Estándar 1.
Por último se mencionan los ejemplares de Potrero Chaquiago, en los que se observan pastas con escasas inclusiones, con preponderancia de la Variedad I, y presencia de la III. Las piezas del interior de la sierra del Cajón, Famabalasto y Las Cañas poseen escasas inclusiones y entran en la Variedad I. Por su parte los fragmentos de Medanitos 3, Lorohuasi y Loma Redonda poseen tiesto molido en abundancia, Variedad VI. Los casos 22 y 24 de Lorohuasi y Loma Redonda respectivamente poseen abundantes inclusiones, lo que los aproxima a ciertos elementos de Los Cardones, Tafí y Tolombón.
Las cuatro muestras de El Calvario de Fuerte Quemado proceden de hallazgos superficiales en el poblado tardío y el caso 53, que se comentará más adelante, se recuperó en la excavación del Torreón Superior, una estructura incaica ubicada en el Sector 3 (véase Capítulo 6). Estas piezas se clasificaron en cuatro diferentes estándares (Variedades I, III y IV). Si bien la muestra es escasa parece indicar que hay en este poblado una mayor variedad que la apuntada para Rincón Chico o Las Mojarras, a la vez que acompaña la tendencia observada en estos sitios de un predominio de pastas con escasas inclusiones.
El hallazgo de diferentes “bioclastos” abre posibilidades de análisis que será muy interesante profundizar en el futuro, en especial es una vía promisoria para evaluar el ambiente de origen de las materias primas. En su mayoría corresponden a fitolitos y células silicificadas de gramíneas. Individuos aislados o bien más abundantes se reconocieron en vasijas de todos los estándares con la significativa excepción del Estándar 1, que es el grupo mayoritario en la muestra. Los dos fragmentos agrupados en el Estándar 3 poseen una cantidad llamativa de fitolitos, uno de ellos es de Tolombón y el otro de El Mollar de Tafí. Otros casos con cantidades relativamente importantes proceden de esos mismos sitios y de El Calvario de Fuerte Quemado y Rincón Chico, RCh 15. Este último es el caso 60, con diseño de suri, ya mencionado.
Los casos de El Mollar de Tafí se obtuvieron en la 8ª Expedición de la Facultad de Filosofía y Letras del año 15 El peso de los casos del bajo de Rincón Chico en la muestra total es importante, pero aún sin contar los ejemplares de este sitio es la variedad predominante en la región involucrada en la muestra.
58
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera Se aprecia una tendencia en común hacia una mayor variedad de pastas y a una presencia numérica más importante de vasijas con inclusiones abundantes y de tamaño mediano y en algunos casos también bioclastos abundantes, entre los sitios de El Mollar de Tafí, Los Cardones (ambos con relaciones similares entre sus variantes), Tolombón y Loma Redonda. En el sitio Mortero Hachado también se reconocieron ejemplares con mayores proporciones de antiplástico en su pasta que las que comúnmente definían al estilo (Corbalán 2005), por lo que podría quizás acompañar esta tendencia. Los conjuntos de Rincón Chico, Las Mojarras, El Calvario de Fuerte Quemado, Las Cañas, Famabalasto y Potrero Chaquiago se definen por el predominio de pastas con muy escasas inclusiones.
En síntesis, la muestra regional permitió conocer variedades apenas insinuadas en trabajos previos. Se destaca la calidad de los análisis petrográficos de cortes delgados como técnica analítica al apreciarse grados de variación no observados mediante los estudios más expeditivos con lupa binocular. Esta diversidad revela un panorama más complejo del que se desprende de las descripciones publicadas y de observaciones personales anteriores. La imagen de una homogeneidad tecnológica a nivel regional se mantiene pero sólo parcialmente y se suman a ella una serie de manifestaciones que muestran una variedad de producciones, entre las que se destaca el modo de hacer que incluye al tiesto molido como material. Se sugiere que estas variantes tecnológicas podrían indicar diferentes esferas de producción y circulación de la cerámica. Estas últimas, las esferas de circulación de las vasijas, podrían imbricarse, superponerse, en algunos lugares en particular, resultando una mayor variedad tecnológica.
Las vasijas de sitios del interior de la Sierra del Cajón, a la altura de la Quebrada de la Virgen Perdida poseen composiciones de pasta coherentes con las observadas en las cabeceras de fondo de valle más próximas –Rincón Chico y Las Mojarras-, sitios con los que han sido funcionalmente vinculados (Nastri 2001). En conjunto este comportamiento de los materiales estaría indicando al menos dos grandes áreas diferenciadas en base a las características de pasta del FNG que allí circulaban. Una que integra sitios hacia el norte y el este del área y otra que integra sitios del área centro-sur. No obstante los elementos en común presentes en ambas áreas podrían indicar la circulación de piezas o alfareros entre las mismas.
La perspectiva regional permite apreciar diferencias y tendencias compartidas en los modos de producción del FNG. Al hallar correspondencias entre vasijas con aspectos en común entre pastas y diseños ha quedado demostrado lo importante que puede ser el cruce de información sobre ambas facetas del estilo. Esto fortalece la idea de una circulación de vasijas en el ámbito regional. A través de estas observaciones se comienza a delinear cierta intensidad diferencial en las interacciones entre los poblados de la región.
Figura 3.10. Las variedades de pasta en el espacio regional.
59
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Nº 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 55 56 57 58 59 60 61
Sitio Medanitos 3 Los Pozos 3 Pichanal 4 Tolombón Famabalasto Ojo de Agua Famabalasto Famabalasto Las Cañas Las Cañas RCh 15 RCh 1, recinto 214 RCh 15 RCh 12 RCh 15 RCh 18 RCh 14 RCh 13 RCh 8 Las Mojarras 1-Augier Las Mojarras 1-Augier Lorohuasi 1 p 3 Loma Redonda Loma Redonda Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Los Cardones Los Cardones Los Cardones Los Cardones Los Cardones El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Calvario de Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado RCh 1 Las Mojarras 1-Augier Las Mojarras 1-Augier Las Mojarras 1-Augier Las Mojarras 1-Augier RCh 15 RCh 15
Procedencia Sup. 5144 R2, Sup. 154 Sup. 2 Sup. 56-39 8/4 zona oeste de la cumbre Sup. recinto cumbre ascenso ladera oeste Sup. Sup. Sup. UP 709 UP 694 Sup. III T1 120 UP 139 UP 582. 20081 Sup. 67 UP 920/2. 2 Sup. Sup. Sup. 3 Sup. Sup. Fuerte, Rec. Sup. 9/3/2001 T2 A6 C6 N5, Planta. 2662 T2 A6 C6 N9, Planta. 3973 T2 A6 C6 N1. 21 T2 A6 C6 N6. 2[2974] T2 A6 C6 N6. 3231 T2 A6 C7. 2000 SIII-I-6 SIII-I-6 SIII-I-6 SIII-I-R L.C. Tuc. 6.1 L.C. Tuc. 5.1 L.C. Tuc. 5.1 L.C. Tuc. 5.1 L.C. Tuc. 5.1 MEJBA 12594 MEJBA 12595 MEJBA 12596 MEJBA 12598 MEJBA 12602 MEJBA 12604 MEJBA 12599 y 12607 CFQ 12. 0 CFQ 12 UP 14 CFQ 12 UP 15 CFQ 3 UP 27 Flia 1 UP 935.6 Flia 2 UP 11, Flia 63 UP varias, Flia 1 UP 22 Flia 3 UP 39 Flia 16 T1 8-9 138 UP 638 N 130
Forma D. inciso puco ? puco ? puco ? puco SÍ puco SÍ puco ? puco ? puco SÍ puco SÍ puco SÍ restringida ? puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco ? puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco ? puco SÍ puco SÍ puco ? puco NO puco NO puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco NO puco NO puco SÍ puco ? puco NO puco NO puco SÍ indeterminad SÍ puco SÍ puco ? puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco ? puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ puco SÍ
Fechado del contexto
LP1414 830 ± 60
LP471 1020 ± 90 y LP428 890 ± 100
LP1624 520 ± 50
Beta -171426- 440 ± 60 AP Beta -171425- 460 ± 60 AP Beta -171425- 460 ± 60 AP 560 ± 70 340 ±70 AP 560 ± 70 340 ±70 AP 560 ± 70 340 ±70 AP 560 ± 70 340 ±70 AP
LP1484 460 ±60 AP LP1484 460 ±60 AP LP1484 460 ±60 AP LP1484 460 ±60 AP
LP1638 550 ± 50 y LP1636 690 ± 70
Tabla 3.3. Listado de la muestra de 59 cortes delgados analizados petrográficamente. La numeración es discontínua por la eliminación de cortes defectuosos. D. Inciso: diseño inciso.
60
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 55 56 57 58 59 60 61
Nº
Localidad Medanitos 3 Los Pozos 3 Pichanal 4 Tolombón Famabalasto Ojo de Agua Famabalasto Famabalasto Las Cañas Las Cañas RCh15 RCH1, rec 214 RCh15 RCh12 RCh15 RCh18 RCh14 RCh13 RCh8 L.M.1-Augier L.M.1-Augier Lorohuasi 1 p 3 Loma Redonda Loma Redonda Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón Tolombón P. Chaquiago P. Chaquiago P. Chaquiago P. Chaquiago P. Chaquiago Los Cardones Los Cardones Los Cardones Los Cardones Los Cardones El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí El Mollar de Tafí CFQ CFQ CFQ CFQ RCh1 LM1-Augier LM1-Augier LM1-Augier LM1-Augier RCh15 RCh15
Clastos Líticos Est. % Matriz % Po % Incl Qz Plagio Vidrio Mica Feld K Tiesto Grumo Turm V FeMg GranateMetam.Sedim. Qz. Pol Granito AlteritasVulcani 7 84,00 7 9 1,67 0,33 2,33 4,67 1 89,33 7 3,67 2,33 1 0,33 1 90,67 6 3,33 2,33 1 x x x x 6 85,00 5 10 6,33 2 x 1,67 x x x 2 83,00 7 10 3,67 2 3,67 0,67 x 2 87,00 5 8 4,67 1,33 2 x x x 1 84,00 11 5 2 0,67 1,67 0,67 x x 1 90,67 4 5,33 1,33 2,33 1,67 1 94,33 3,33 2,33 1,33 0,67 0,33 1 92,33 2,67 5 2 1 0,33 1,67 2 80,33 12,33 7,33 3,33 1,67 1 0,67 0,67 2 86,33 2,33 11,33 5 2,33 2 x x 2 1 92,33 4 3,67 2 0,33 x 1,33 5 89 5 6 2 2 2 x x (5) x 1 93 3,33 3,67 1,67 0,33 1,33 0,33 x 1 95 2 3 2 x 1 x 1 92 3,33 4,67 2,33 0,33 1,67 0,33 x x 1 93 4,33 2,67 1,67 0,33 0,33 x 0,33 x (1) 5 92,67 3,67 3,67 0,67 0,33 0,33 0,331,67 (6) 0,33 5 88 6,67 5,33 1,67 0,33 1,67 x 1,33 0,33 1 91 5,33 3,67 1,67 0,67 1 0,33 8 84 2,67 13,33 1,33 x 0,33 x x (5) 9 2,67 7 90 3 7 3,67 0,33 0,33 0,33 0,33 2 8 75,67 4,33 20 5 1 3 7,33 (6 2,33 0,67 0,67 8 76,33 6 17,67 4,67 2 0,67 0,33 (5 10 x 1 89,67 4,67 5,67 1,67 1,33 1,33 x 1,33 1 90,33 3,33 6,33 3 1,33 2 x 3 78 4,33 17,67 9,33 1,67 2 1,67 1,67 (5) 0,33 x 2 86 3,33 10,67 4,33 2 1 1 1,33 x x (2) 1 4 65 3,33 31,67 19,33 5,33 0,33 2,33 2,33 x x (4) 0,67 1 2 85,33 5,33 9,33 4 1,33 1 2 1 x 6 86,33 5 8,67 1,67 0,67 1,33 2 1,33 0,33 1,33 1 89,67 5 5,33 3 0,33 0,67 1 0,33 x x 1 88,33 5,67 6 1,33 0,67 1,33 2 0,33 0,33 1 91,67 4 4,33 0,67 0,67 1,33 1,33 0,33 1 90,67 4,33 5 1,67 1,67 0,33 1 0,33 x 8 72 7,33 20,67 4,33 0,33 1 0,33 14,67 8 66 7,33 26,67 4,33 0,33 1,33 0,33 20,33 1 92,33 5,33 2,33 1 0,33 0,33 0,67 5 84 11 5 0,67 x 3 1 x x 0,33 7 84,67 6 9,33 1,33 0,67 1,33 0,67 x 5,33 5 92,33 6 1,67 1 0,33 0,33 3 81 0,67 18,33 10,33 0,67 1,67 3 8 68,67 6,67 24,67 8,67 1,67 5 4,67 2,33 1 0,33 0,67 5 93,67 4,33 2 1,67 0,33 x x x x x 2,67 8 64,67 9 26,33 7,33 2 0,67 1,672,67 (6) 9,33 2 85,67 1,67 12,67 6,33 2,67 0,67 1 1 x x x 7 87,67 5 7,33 1,33 1,33 0,67 x 3,67 x 0,33 7 78,67 8,67 12,67 2,33 0,33 2,33 0,67 2 4 0,3 (2,3) 6 85,33 4,67 10 3,33 1 4 1,33 0,33 0,33 1,00 1 91,67 3 5,33 1,33 1,33 0,33 0,660,33 (5) 5 95 3 2 1 0,33 x 0,67 x 7 88,33 5,33 6,33 1,67 1 1 0,33 2,33 5 93 1,67 5,33 1,67 0,67 1,67 0,66 0,67 x (2) 1 91,67 4 4,33 2 0,33 x 2 1 87,33 8,33 4,33 1,33 1 0,67 1,33 x x (3) 1 89 8,33 2,67 1,33 0,33 0,67 0,33 7 84,33 5 10,67 1,67 0,33 1 1 0,67 5,67 1 87,67 7,33 5 2,67 x 0,33 1,33 x (2) 0,67 Biocl. Selecc. x equilibrada equilibrada pobre pobre equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada pobre equilibrada equilibrada x pobre equilibrada pobre pobre equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada x pobre x equilibrada equilibrada pobre equilibrada equilibrada 1 equilibrada x muy pobre 0,33 muy pobre equilibrada x equilibrada muy pobre equilibrada equilibrada muy pobre equilibrada muy pobre equilibrada pobre muy pobre equilibrada 2,67 pobre equilibrada pobre equilibrada x equilibrada x equilibrada 0,67 equilibrada pobre pobre equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada equilibrada 0,33 pobre pobre
Orientación algo poco algo orientado algo algo orientado algo algo algo algo no orientado no orientado algo no orientado algo orientado orientado no orientado orientado algo poco algo no orientado poco orientado poco algo poco algo poco poco algo algo algo algo algo no orientado orientado orientado algo poco orientado algo orientado no orientado orientado orientado poco poco algo orientado orientado orientado orientado orientado poco orientado orientado
Atmos. red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi reductora red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi oxidante red-oxi red-oxi oxidante red-oxi red-oxi red-oxi oxidante reductora reductora reductora red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi reductora reductora reductora red-oxi reductora red-oxi reductora red-oxi reductora red-oxi red-oxi red-oxi oxidante red-oxi red-oxi oxidante red-oxi red-oxi red-oxi reductora oxidante reductora red-oxi oxidante red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi red-oxi
Matriz arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa limo arcillosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa limo arcillosa limo arcillosa arcillo limosa arcillo limosa limo arcillosa limo arcillosa arcillo limosa limo arcillosa arcillo limosa limo arcillosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillo limosa arcillosa arcillosa arcillo-limosa arcillo-limosa arcillosa arcillosa limo-arcillosa arcillo-limosa arcillo-limosa arcillo-limosa limo-arcillosa arcillosa arcillo-limosa arcillo-limosa arcillo-limosa arcillo-limosa arcillo-limosa limo-arcillosa arcillo y limosa arcillo-limosa limo-arcillosa arcillo-limosa arcillo-limosa
X Incl. (mm) 0,17 0,14 0,11 0,19 0,13 0,12 0,14 0,12 0,12 0,14 0,22 0,23 0,13 0,2 0,14 0,13 0,14 0,1 0,24 0,11 0,14 0,24 0,16 0,33 0,22 0,19 0,12 0,21 0,15 0,14 0,11 0,13 0,14 0,1 0,11 0,12 0,35 0,41 0,11 0,17 0,25 0,24 0,17 0,14 0,31 0,32 0,14 0,28 0,29 0,2 0,24 0,11 0,23 0,18 0,16 0,15 0,14 0,28 0,17
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
Tabla 3.4. Cuantificación de los componentes en los cortes petrográficos analizados. La x indica presencia, 1: serpentina, 2: anfíbol, 3: piroxeno, 4: hornblenda, 5: microclino, 6: ortosa y microclino. La muestra total se compone de un total de 59 casos, la numeración es discontinua por la eliminación de cortes defectuosos.
61
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 3.11. Variedad I, Estándar 1. Fotografías tomadas con luz incidente, magnificación de 20X, la escala gráfica equivale a 2 mm.
62
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
Figura 3.12. Variedad I, Estándar 2. Fotografías tomadas con luz incidente, magnificación de 20X, la escala gráfica equivale a 2 mm.
Figura 3.13. Variedad II, Estándar 3.
Figura 3.14. Variedad II, Estándar 4.
Figura 3.15. Variedad III, Estándar 5. Fotografías tomadas con luz incidente, magnificación de 20X, la escala gráfica equivale a 2 mm.
63
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 3.16. Variedad III, Estándar 6. Fotografías tomadas con luz incidente, magnificación de 20X, la escala gráfica equivale a 2 mm.
Figura 3.17. Variedad IV, Estándar 7. Fotografías tomadas con luz incidente, magnificación de 20X, la escala gráfica equivale a 2 mm.
Figura 3.18. Variedad IV, Estándar 8. Fotografías tomadas con luz incidente, magnificación de 20X, la escala gráfica equivale a 2 mm.
64
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
SITIO: El Mollar de Tafí N° DE MUESTRA: 44
UNIDAD DE PROCEDENCIA: MEJBA 12595 ESTILO PROVISORIO: FNG
Margen Ext.: marrón claro Sup. Ext.: gris claro, irregular Color Núcleo: gris claro Margen Int.: gris Sup. Int.: gris claro Interna: pulida Externa: pulida Superficie Dureza: 3 Tacto: suave Fractura: irregular a suave Espesor: 4,82 mm INCLUSIONES Tipo Cuarzo Plagioclasa Biotita Muscovita Bioclastos Vidrio Feld. K Frecuencia relativa 10,32% 0,40% 0,79% 2.37% 3,19% 1,98% trazas Tamaño 0,04-0,24 0,04-0,20 0,04-0,40 0,04-0,42 0,04-0,07 0,2-0,51 0,27 Esfericidad media-baja baja baja baja ___ baja baja Desgaste Redondez s.ang-s.red s.ang-s.red ___ ___ ___ red s.red Orientación Bordes: orientados Núcleo: orientado Selección: pobre Atmósfera: red-oxi. % Total: 19,05 MATRÍZ % Total: 80,16 Características: limo-arcillosa. Birrefringencia media-baja. POROS % Total: 0,79 Forma: globosos pequeños e irregulares aplanados. Tamaño: 0,04-0,22 mm
Tiesto trazas 0,33 baja red
OBSERVACIONES: Se observan abundantes inclusiones de pequeño tamaño. Hay fragmentos de vidrio volcánico. Algunos son grandes y presentan devitrificación. Muy escasa porosidad. Se vé algún mosaico de cuarzo. Si bien el aspecto es de muchas inclusiones, gran parte de lo que se vé está debajo de 0,04 mm y correponde por lo tanto a la matríz, la cual es bastante limosa. Se ven abundantes fitolitos, algunos "segmentados" con un largo de 0,12 mm a 0,22 mm. Pasta muy parecida a la del corte 48, pero con trazas de tiesto molido. Tamaño máximo de algunas inclusions en mm Poros Cuarzo Plagio Biotita Muscov. Biocl. Vidrio Feld.K Tiesto 0,08 0,13 0,2 0,4 0,11 0,12 0,44 0,27 0,33 0,04 0,09 0,14 0,33 0,11 0,07 0,2 0,22 0,18 0,07 0,13 0,12 0,04 0,51 0,11 0,2 0,17 0,27 0,38 0,07 0,24 0,07 0,2 0,09 0,31 0,2 0,06 0,13 0,13 0,24 0,09 0,06 0,24 0,13 0,29 0,33 0,07 0,11 0,09 0,3 0,28 0,04 0,15 0,2 0,09 0,42 0,07 0,2 0,04 0,24 0,11 0,07 0,12 0,1 0,18 0,29 0,22 0,15 0,04 0,13 0,06 0,15 0,04 0,2 0,19 0,18 0,18 0,09 0,11 0,17 0,11 0,06 0,04 0,09 X 0,1
X 0,17
Figura 3.19. Ejemplo de ficha de registro.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino según cada caso, puede comprender desde segundos hasta meses (Pollard y Heron 1996: 54-61).
3.2. Análisis por activación neutrónica Una de las técnicas que se incorporaron para contribuir a la definición tecnológica del estilo FNG es el análisis por activación neutrónica instrumental (AANI). El presente es un aporte, aún preliminar, al estudio composicional comparado de la cerámica FNG junto con otros estilos contemporáneos como Belén y Famabalasto Negro sobre Rojo, en base al estudio de un total de 53 casos. Como se verá en el Capítulo 6 los tres estilos han estado asociados en algunos contextos funerarios.
Si bien se trata de una técnica destructiva, la caracterización química por activación neutrónica posee ventajas tales como el uso de pequeñas cantidades de muestra, tiempo de preparación bajo y la posibilidad de la determinación simultánea de varias muestras y elementos (mayoritarios, minoritarios y trazas). La cantidad de elementos informados es variable de acuerdo con las prestaciones del reactor empleado, pudiendo llegar hasta 30 elementos aproximadamente (Rice 1987: 396-398).
Esta técnica, aplicada al estudio de cerámicas arqueológicas, ha servido generalmente a dos objetivos principales. Por un lado se ha buscado establecer relaciones entre cerámicas y fuentes de materias primas, en particular arcillas y pigmentos, a partir de las afinidades detectadas en su composición química. El fundamento para estas interpretaciones está dado por el conjunto de premisas conocido como postulado de proveniencia (Weigand et al. 1977, en Bishop et al. 1982), el cual plantea que la variación en la composición de los materiales obtenidos de una misma fuente es menor que la existente entre fuentes diferentes. El segundo objetivo de gran importancia ha sido el de establecer comparaciones entre cerámicas de diferentes épocas, estilos y localidades de hallazgo. El descubrimiento de afinidades o diferencias entre los conjuntos de materiales cerámicos y su tratamiento comparativo ha sido útil a los fines de explorar los niveles de estandarización en la composición de las cerámicas y la circulación de objetos o materias primas en el espacio (por ejemplo Bishop et al. 1982; Lizze et al. 1995; Steponaitis et al. 1996; Arnold 2000; Rovira et al. 2006).
Cuando se trabaja con el propósito de establecer afinidades entre especímenes de acuerdo a su estilo, forma, procedencia u otra característica relevante para la investigación arqueológica, es necesario comparar los resultados composicionales entre los diferentes casos. Para ello se debe aplicar alguna clase de análisis estadístico. El tratamiento estadístico en análisis multivariados requiere de la consideración de una cantidad de casos, cuyo límite inferior difiere en función de la cantidad de variables (en este caso elementos químicos) tomados en cuenta16. La conformación de las pastas cerámicas es el resultado de un conjunto de procedimientos de elaboración que incluye a las arcillas empleadas, al agregado de agua, sustancias orgánicas y diversos antiplásticos. El AANI es una técnica de bulto, esto significa que se analiza el conjunto de la pasta cerámica, arcilla y antiplásticos, preparada mediante molienda que homogeneíza la muestra, previa remoción de las superficies para eliminar engobes y adherencias. Por tal motivo es muy importante contar con información petrográfica de los casos bajo estudio y, en lo posible, determinar si las inclusiones identificadas fueron agregadas por el alfarero, o bien si podían estar naturalmente presentes en las arcillas. Aunque la incorporación de antiplásticos sea muchas veces algo difícil de precisar es fundamental realizar esa distinción cuando se tiene el propósito de establecer vínculos entre cerámicas y fuentes de arcillas potencialmente explotadas.
La información que dispensa es relevante para la consideración de una diversidad de tópicos, tales como las posibilidades de acceso a las fuentes, la determinación de cerámicas locales o alóctonas, los niveles de estandarización en la elaboración de las artesanías, el establecimiento de rutas comerciales, etc. Temas con implicancias en materias más complejas como la territorialidad, las interacciones intra e interregionales y la organización política y económica de los pueblos. La activación neutrónica es un método analítico multielemental, con límites de detección al nivel de las partes por millón (ppm), en el cual algunos de los elementos de una muestra dada son artificialmente transformados en isótopos radioactivos mediante su irradiación con neutrones. Otros elementos sufren transmutación u otro tipo de reacciones nucleares menos comunes. El decaimiento de estos núcleos artificiales es detectado mediante dispositivos adecuados y, a través de la medición de la intensidad de emisión radioactiva, puede ser vinculado con la concentración original del elemento en la muestra irradiada. Por lo general la radiación detectada es la emisión de rayos γ o bien ß. El tiempo para la obtención de resultados es variable según los elementos que se desee medir, pues depende de la vida media de los isótopos inestables obtenidos, la que,
En la región del Noroeste argentino la aplicación de la técnica de activación neutrónica instrumental en estudios cerámicos comenzó a considerarse a partir de inicios de los años 90. Un primer ensayo fue la comparación de muestras de arcillas y fragmentos de estilos Ciénaga y Tafí para evaluar hipótesis relacionadas con el área de procedencia de las materias primas (Cremonte et al. 1991, citado en Plá y Ratto 2007: 414). La técnica ha sido instrumentada más recientemente para la determinación del prolongado uso a través del tiempo (desde épocas formativa hasta incaica) del alfar de La Troya en el Bolsón de Fiambalá para la explotación de arcillas 16 Según la “Regla Experimental de Henry” para determinar el tamaño de la muestra en análisis multivariado, el número mínimo de casos se establece de acuerdo con la siguiente ecuación: (N° casos – 1) – (N° de variables – 1) / 2. El resultado esperado debe ser como mínimo 30 (Henry 1991).
66
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera Famabalasto Negro Grabado (15), Famabalasto Negro sobre Rojo (18) y Belén (20) (Tablas 3.5 y 3.8).
empleadas en la elaboración de cerámica. Esa cerámica circuló en diferentes épocas, desde Fiambalá hacia la región puneña de Chaschuil, donde era empleada en las instalaciones de dicho piso ecológico. El conocimiento de la circulación de cerámica entre estos espacios contribuye al conocimiento de las pasadas formas de interacción entre puna y valle en el actual departamento de Tinogasta, provincia de Catamarca (Ratto et al. 2002 a y b, 2007; Orgaz et al. 2007)17.
Los fragmentos FNG fueron irradiados de manera específica para este estudio, mientras que los datos composicionales sobre piezas Belén y FNR formaban parte de bases de datos elaboradas para trabajos previos de otros investigadores. Vale aclarar que, al igual que en otros apartados, se encaró aquí el trabajo tomando al estilo cerámico como categoría de análisis primordial, y a las vasijas, como unidades de observación. La pequeñez de la muestra FNG imponía su complemento con otros casos hasta alcanzar un mínimo suficiente para la realización de análisis multivariados. Pero además el número de casos FNG definía un limitante al tamaño de la muestra total. Teniendo en cuenta que era necesario obtener una muestra numéricamente equilibrada, es decir que no existiera un desbalance en el número de casos de cada estilo, el FNG no debía constituir una minoría y ninguno de los otros estilos debía predominar notablemente. Se llegó así a componer una muestra con un tamaño de 53 casos, que fue un tamaño máximo de acuerdo con el criterio de lograr un equilibrio proporcional entre los estilos que la integraban. Se consideró la inclusión de estilos que, aún procediendo de diferentes lugares, fueran contemporáneos y que eventualmente hubieran estado contextualmente asociados. Los estilos Belén y Famabalasto Negro sobre Rojo cubren ambas pretensiones20. De esta manera el diseño de la investigación se vio subordinado al tamaño de la muestra FNG irradiada y a las posibilidades de selección de material comparativo. La pequeñez del conjunto impuso evidentes límites al planteo de objetivos. Aún así se consideró factible programar las siguientes metas: 1) Observar el grado de similitud composicional entre diferentes vasijas FNG determinado por las materias primas empleadas en su confección. 2) Comparar los agrupamientos, que surgen del tratamiento estadístico de los resultados, con la clasificación de pastas propuesta mediante la petrografía en el acápite 3.1. 4) Comparar al grupo FNG con otros estilos contemporáneos.
Williams (2001, 2004) ha estudiado una gran muestra de cerámica de época incaica en una escala geográfica amplia que incluye procedencias de dos áreas del Qollasuyu: el noroeste argentino y las Islas del Sol y de la Luna en el Lago Titicaca, Bolivia. Analizó también muestras de arcillas de ambas áreas procurando observar el comportamiento químico de arcillas y cerámicas clasificadas de acuerdo a estilos (Pacajes o Saxamar, Inka Paya, Yavi Chico Polícromo, Poma Negro sobre Rojo, Santa María, Hornillos Negro sobre Rojo, Belén Negro sobre Rojo), o bien de acuerdo a categorías más inclusivas tales como Inca Cuzqueño, Inca Provincial, Inca Mixto, Fase Inca. El proyecto se organiza en torno a múltiples objetivos, tales como evaluar el uso de las materias primas en colonias productoras de cerámica, los mecanismos de distribución de cerámicas de amplia propagación, como Inca Pacajes, Yavi Chico Polícromo e Inka Paya y las relaciones composicionales entre cerámicas de estilos locales y aquellos vinculados a la ocupación inca en diferentes ámbitos18. Recientemente Williams y Ratto han ensayado la integración de casos estudiados en el marco de ambos proyectos logrando una muestra mayor y un cubrimiento regional más amplio (Williams y Ratto 2005). Se ha comenzado también el análisis de la cerámica grisnegra grabada de estilos Aguada y Ciénaga del valle de Ambato, con el propósito de conocer las procedencias de arcillas utilizadas en su manufactura. Los resultados indican una alta homogeneidad composicional en las cerámicas, la utilización de una fuente principal de arcilla y también la de otras de menor consumo. En este caso se ha relacionado a la estandarización composicional con restricciones en las posibilidades de acceso a recursos en sociedades con una creciente jerarquización (Laguens et al. 2007)19. Todos estos trabajos integran de modo complementario la información obtenida a partir de otras técnicas analíticas como la Difracción de RX, la microscopía electrónica y la petrografía cerámica.
Pudiendo realizarse un total de 15 análisis para el FNG, cortesía del Proyecto Arqueológico Chaschuil-Abaucán, se decidió componer esta sub-muestra de acuerdo con los siguientes criterios. Por un lado, se eligieron varios fragmentos de diferentes sectores de un mismo poblado, y por el otro, casos singulares de variadas procedencias dentro del área cultural de Yocavil (comprendido el valle homónimo, sitios del interior de la sierra del Cajón y el valle del Cajón). De esta manera se pretendió incluir diferentes escalas espaciales (intra-sitio y regional). El poblado elegido fue Rincón Chico, pues se disponía de muestras con información contextual de todos los sectores: cumbre, laderas y piedemonte (Tarragó et al. 1998-1999, 2001; González et al. 2001; Palamarczuk 2002; López y Spano 2006; Greco 2007).
Composición de la muestra y objetivos La muestra analizada está conformada por un total de 53 fragmentos clasificados en tres grupos estilísticos:
17 Análisis realizados en la Comisión Nacional de Energía Atómica, Centro Atómico Ezeiza, Grupo de Técnicas Analíticas Nucleares (Plá y Ratto 2007). 18 Los análisis se realizaron en el Research Reactor Center de la Universidad de Missouri. 19 Análisis realizados en el Research Reactor Center de la Universidad de Missouri.
20 Como se detalla en el Capítulo 6, se han informado asociaciones contextuales de Famabalasto Negro Grabado, Famabalasto Negro sobre Rojo y Belén en dos cementerios de la localidad de Famabalasto, en el sur del valle del Cajón.
67
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 3.20. Comparación entre la distribución espacial en el NOA de hallazgos de alfarería Famabalasto Negro Grabado y Famabalasto Negro sobre Rojo en relación con la espacialidad de los desarrollos regionales Belén, Santa María y Averías, de acuerdo con González (1977). Las procedencias y abundancia relativa de hallazgos FNG se realizaron a partir de una muestra de 209 vasijas y de menciones bibliográficas. La gráfica de distribución del Famabalasto Negro sobre Rojo se basa en información bibliográfica21.
Estilo FNG
Sitio o Colección Famabalasto Las Cañas Las Mojarras Lorohuasi Loma Redonda Medanitos Ojo de Agua Pichanal 4 Rincón Chico Tolombón
Andalgalá
B.Fiambalá V.Calchaquí
Región La Troya S. Cajón
Guanchin
Total
Total
6 1 12
1
1 1 1 2 12 14
1 3
1 1 1 2 3 6
Total
Total Total General
V. Yocavil
1 1
Batungasta Col.Bayón Mishma 7
BL-n/r
V. Hualfin
1 1 1 1 1
2 AVerde Cortaderas Der. Ingenio Arenal Oloma Bajada P. Chaquiago Quimili Paso
BL-ex
V. Cajón 1
Total FNR
SE Stgo.
Col.Bayón Finca J. Pereyra Mishma 7 RN 40-SF
1
4 3
14
4 4
1
9 12
1
2
3
1
3 3 3
12
1 1 1 1 1 1 1 1 6 1 15 1 1 1 2 12 1 18 1 1 2 4 6 4 3 3 16 53
Tabla 3.5. Frecuencias de fragmentos que integran la muestra, organizados por estilo, región y sitio de origen.
21 Lafone Quevedo (1892); Outes (1907); Bruch (1911); Wagner y Wagner (1934); Serrano (1952; 1958); Cigliano (1956-1957, 1958); González y Nuñez Regueiro (1958 - 1959); Carrara et al. (1960); Márquez Miranda y Cigliano (1961b); Chiappe (1965); Raviña et al. (1983); Lorandi (1984); Raffino et al. (1999); Williams (1995); Kriskautsky (1999); Williams y De Hoyos (2001); González y Tarragó (2005); Manasse (2002); Tancredi et al. (2004); Matera (2006); Salazar (2006); Wynveldt (2006); Lema et al. (2008); Weiser y Wolters (1922-1924).
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera
Figura 3.21. Mapa de la región valliserrana del NOA donde se indican las procedencias de obtención de las piezas cerámicas que conforman la muestra analizada mediante activación neutrónica.
sudeste de la provincia de Santiago del Estero. Los fragmentos de estilo Belén fueron obtenidos por el Proyecto Arqueológico Chaschuil – Abaucán, dirigido por la Dra. Norma Ratto en las regiones de Bolsón de Fiambalá, Guanchín, La Troya complementándose con otros provenientes de estudios de impacto en el Valle de Hualfín (Belén), todas las muestras provienen de la provincia de Catamarca (Figura 3.21). Las frecuencias de los casos, de acuerdo con áreas y localidades de procedencia, se sintetizan en la Tabla 3.5.
Se tuvo en cuenta además que se hubiera realizado el estudio petrográfico de todos los fragmentos. Los ejemplares corresponden a la forma puco, con excepción del caso 7 que es una forma cerrada indeterminada22. La curiosidad que planteaba el observar los resultados de la comparación entre el FNG con el Famabalasto Negro sobre Rojo, dos estilos ostensiblemente diferentes tanto por sus características intrínsecas como por su distribución espacial (Figura 3.20), aunque largamente confundidos a partir de su “bautismo” a cargo de Eduardo Mario Cigliano en los años 50, agregó expectativas a este intento.
A continuación se expondrán brevemente algunas características generales de las pastas cerámicas e información particular sobre los casos irradiados.
Los tiestos Famabalasto Negro sobre Rojo fueron reunidos por la Dra. Verónica Williams y corresponden a hallazgos realizados en la región de Andalgalá y la llanura comprendida entre los ríos Dulce y Salado, en el
Famabalasto Negro Grabado La descripción petrográfica general de las pastas FNG ha sido materia del acápite anterior, por lo que aquí solamente se comentará la clasificación de los casos considerados de acuerdo con el esquema postulado. Los casos 2, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 11 corresponden a la Variedad I (escasas inclusiones, sin agregado de antiplásticos). Los casos 3, 12 y 13, a la Variedad III
22 Los fragmentos FNG fueron recuperados por el Proyecto Arqueológico Yocavil, dirigido por la Dra. Myriam Tarragó, con excepción del ejemplar de Tolombón, perteneciente a la Colección Krapovickas del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, F. F. y L., Universidad de Buenos Aires.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino el reactor RA-323. Los fragmentos deben tener, en lo posible, un tamaño de unos 2 cm² (2-3 g). Todas las superficies fueron removidas empleando una fresa de carburo-tungsteno. Luego se pulverizó el fragmento en un mortero de ágata y el polvo obtenido se secó en un horno a 105°C durante 24 horas. Unos 100 a 150 mg se colocaron en una ampolla de cuarzo, que luego es sellada, para su irradiación. Las muestras, junto con estándares comparativos y de control de calidad, se irradiaron durante 3 horas. Se realizan dos conteos, luego de 7 y 30 días, para cuantificar 22 elementos: As, Ba, Ce, Co, Cr, Cs, Eu, Fe, Hf, La, Lu, Nd, Rb, Gd, Sb, Sc, Sm, Ta, Tb, Th, U e Yb. Las mediciones fueron realizadas con detectores Ge HP (resolución 1.8 keV para el pico 1332.4 keV Co-60) acoplados a un módulo Ortec 919 E Ethemim, usando el software Gamma Visión. Las abundancias se establecieron mediante un software desarrollado en el laboratorio. Como estándares para la calibración se emplearon materiales de referencia del National Institute for Standards and Technology24 (Plá y Ratto 2007). Las muestras FNR se trataron de acuerdo con los procedimientos estándar del Archaeometry Laboratory, Research Reactor Centre, Universidad de Missouri, Columbia (Williams 2004).
(similar a la anterior pero con tiesto molido en cantidad menor a uno por ciento). Los casos 1, 14 y 15 corresponden a la Variedad IV (abundantes inclusiones y tiesto molido en cantidad superior al uno por ciento). En los casos 12 y 13 se apreciaron sectores con matrices poco homogéneas que se podrían vincular con mezcla de materiales o con variedad propia del depósito arcilloso. Famabalasto Negro sobre Rojo Cerámica de pasta compacta, con núcleo reducido y márgenes oxidados netamente definidos, o bien completamente oxidada, similar a la pasta de la cerámica Averías y Yocavil Policromo. De acuerdo con la descripción petrográfica de cerámicas de Potrero Chaquiago e Ingenio del Arenal realizada por Cremonte (1994) se trata de pastas de textura muy fina a media, sin agregado aparente de material antiplástico. Las inclusiones y cavidades son en su mayoría de tamaño pequeño. La inclusión más abundante es el cuarzo, luego hay feldespatos, plagioclasas y micas y ausencia de litoclastos. Las estructuras de fondo de pasta son lepidobásticas o microgranosas. En los ejemplares de estos sitios no se detectó tiesto molido, mientras que en vasijas oriundas del área de Santiago del Estero es común encontrar tiesto molido en bajas proporciones.
Williams y Ratto (2005) unieron anteriormente datos composicionales obtenidos en ambos reactores. Si bien estos laboratorios no participan de las mismas pruebas de calidad inter laboratorios, se superó provisionalmente este limitante a través de la determinación, en el proceso de validación de datos, de la existencia de diferencias significativas en la medición de cada elemento. Los elementos con errores significativos fueron eliminados de la matriz de datos. Los casos Belén y FNR que aquí se incorporan son parte de la muestra mayor examinada en el citado trabajo.
Belén Cerámica de cocción en atmósfera oxidante. Estudios petrográficos para piezas Belén del sitio Loma de los Antiguos, en el valle de Hualfín, la caracterizan como una cerámica con variedad composicional en las pastas, aunque con recurrencia en las asociaciones de sus componentes. Con inclusiones de tamaño fino y muy fino de cuarzo, plagioclasa, feldespato, micas, hornblenda y vidrio volcánico. También se observan clastos líticos plutónicos, metamórficos y sedimentarios y en algunos casos tiesto molido. No se halló correlación entre clases de pasta y formas (Wynveldt 2006). Estudios petrográficos sobre cerámicas de diferentes estilos y momentos del Período Agroalfarero de la zona del Bolsón de Fiambalá (área de procedencia de la mayoría de los fragmentos Belén que aquí se analizan, con excepción de cuatro procedentes del área de Hualfín) establecen que la cerámica de esa zona, considerada en forma conjunta, está dominada por minerales félsicos – cuarzo y feldespatos- y biotita combinados en menor proporción con fragmentos de rocas, principalmente volcánicas, con menor presencia de graníticas y metamórficas. El vidrio volcánico y los minerales ferromagnesianos se presentan en baja proporción. Se estableció la existencia de una correlación positiva a nivel mineralógico entre el perfil geológico regional y la composición de los fragmentos cerámicos analizados (Ratto et al. 2005).
El procesamiento estadístico de los datos fue realizado por la Dra. Norma Ratto. Para el análisis multivariado se emplearon solamente aquellos elementos con errores de medición inferiores al 10% y sin datos faltantes25. Además la cantidad de elementos a ser considerados en el análisis debía ser acorde con el tamaño de la muestra, por lo que se escogieron especialmente aquellos elementos de los grupos alcalinos, tierras raras o de transición que cuentan con amplia información dentro de la literatura especializada. De esta manera, se seleccionaron 18 elementos sobre los 22 existentes compartidos por ambos laboratorios. Los datos analíticos, previamente validados y estadística descriptiva mediante, fueron sometidos a un análisis numérico multivariado por Componentes Principales –Programa SPSS 13.0-, con transformación 23
El reactor RA-3 posee una potencia de salida de 8.5 MW y un flujo termal de 6×10¹³ cm¯² s¯¹ que opera con uranio enriquecido al 20% moderado y refrigerado con agua. 24 Coal Fly Ash (SRM 1633b) y SRM 2709 San Joaquin Soil, China National Research Centre for CRM’s GBW07405 (GSS-5 soil). El estándar inter-laboratorio “Andesita” se empleó en el control de calidad. 25 El caso N° 20 (FNG) posee un valor de Lu muy bajo debido a que su concentración está por debajo del límite de detección de medición. Por lo tanto, se reemplazó con valor de 0,001 para no perder los datos procedentes de esa muestra, dado especialmente, el bajo número de casos que componen a este estilo.
En la presentación de los resultados de casos Belén irradiados se ha realizado la distinción, de acuerdo con la técnica decorativa, entre el Belén Negro sobre Rojo (16) y el Belén exciso (4). Las muestras FNG y Belén fueron procesadas en el laboratorio del Grupo Técnicas Analíticas Nucleares del Centro Atómico Ezeiza, Comisión Nacional de Energía Atómica, e irradiadas en 70
Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera logarítmica de los datos, cálculo de matriz de covarianza, y rotación Varimax. Sobre los resultados obtenidos se realizó un análisis de conglomerados jerárquicos, utilizando el método de vinculación promedio Ward y la distancia euclideana al cuadrado, con el objeto de identificar grupos con perfil químico similar que luego fueron ajustados mediante análisis discriminante, empleando la distancia de Mahalanobis (Ratto et al. 2007 entre otros).
Los resultados del análisis discriminante que integra los tres factores (63,5% de la varianza total) se grafican en la Figura 3.22. A partir de este análisis surgen tres grupos predictivos (Figura 3.22a, Tabla 3.7). Estilo Área de Procedencia Belén exciso Fiambalá Belén N/R
Resultados
FNG FNR
Mediante estadística descriptiva se analizó el comportamiento de la muestra en relación a las magnitudes de las concentraciones de los diferentes elementos considerados. Se observaron algunos casos con magnitudes extremas (outliers). Para el grupo de los alcalinos se halló una concentración elevada de bario en el caso 36. Para el grupo de las tierras raras hay varios casos con medidas extremas. El europio presenta altas concentraciones en los casos 5, 6, 9 y 11. El lutecio presenta alto nivel en el caso 29 y bajo en el 5, 7 y 29. El samario altos niveles en los casos 2, 11, 13 y 15. El yterbio, una alta concentración en el caso 6. Para los elementos de transición no hay casos con medidas extremas. Del análisis de componentes principales surgen 3 factores que incluyen el 63,5% de la varianza total. Factor 1: dominado por elementos de transición y tierras raras en orden de importancia: Sc, Sb, Co, Fe, Cr, Eu, Cs, La, Tb, Sm, (36,30%). Factor 2: dominado en orden de importancia por: Ta, Th, Rb, Cs, Ce, (20,12%). Factor 3: dominado por Lu (7,39%) (Tabla 3.6). Logaritmos de elementos
Total
1
2 ,432
-,161
logcs
,705
,653
-,027
logrb
,431
,735
,111
logco
,802
-,153
-,109
logcr
,771
,109
-,094
logfe
,777
,244
-,064
logsb
,849
,252
-,031
logsc
,868
,205
-,033
logta
-,038
,911
-,010
logce
,430
,511
,225
logeu
,760
,096
,017
logla
,677
,122
,194
loglu
-,112
,011
,993
logsm
,501
,136
,318
logtb
,614
-,118
,087
logyb
,475
,467
-,221
loghf
-,571
,497
,060
logth
,180
,810
,135
Andalgalá Calchaquí Santiago del Estero 15
3 2
13 3 15
14 1 2 23
14 1 3 53
1
1 15
Observando estos gráficos se pueden establecer algunas tendencias interesantes: • Cada uno de los tres grupos predictivos resultantes está dominado por un estilo cerámico (Figura 3.22b). • Los estilos FNG y FNR se comportan como dos grupos independientes, marcadamente definidos y con una notoria homogeneidad. El FNG integra el grupo predictivo 1 con 14 casos, mientras que el FNR el grupo 3 con 17 casos. • El caso 7, FNG procedente de Rincón Chico 15, se comporta muy diferente al resto de los que componen su estilo. Integrándose al grupo predictivo 3, muestra afinidades con muchos de los casos oriundos del Bolsón de Fiambalá y en particular con el caso 52 Belén exciso.
3
-,205
10 1 14
Tabla 3.7. Conformación de los grupos predictivos obtenidos por análisis discriminante, según estilo y área de procedencia.
Componentes re-calculados
logba
Fiambalá Hualfín Yocavil
Grupo Predictivo 1 2 3 Total 3 1 4
• La distribución entre los casos FNR de los sitios de Andalgalá y los de la llanura santiagueña no aporta ningún patrón claro. Pero es llamativo que el caso FNR procedente del valle Calchaquí (Cortaderas Derecho) se une al grupo formado por la mayoría de los casos FNR, sugiriendo que podría tratarse de una pieza alóctona. Si bien hay que tener presente que no se cuenta aquí con otros casos de FNR u otros estilos de esa región para incluir en la comparación, es interesante plantearlo como hipótesis. • El estilo Belén, si bien domina el grupo predictivo 2 con 13 casos, se muestra menos homogéneo que los otros estilos. No se distinguieron agrupamientos diferenciales entre los ejemplares Belén exciso y pintado. • Casos Belén de Las Champas (Guanchín) y Hualfín (Belén) se unen al grupo predictivo 2, dominado por FNR.
Tabla 3.6. Se muestran los tres factores principales obtenidos, se subrrayan los elementos que están incidiendo con mayor fuerza en la conformación de cada factor.
• Los Casos Belén de Hualfín se muestran más afines a los casos FNG que los de otras áreas de procedencia.
71
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino para luego pensar y entender las posibles relaciones de tipo cultural o histórico (Rovira et al. 2006). En este sentido los resultados alcanzados aportan un elemento más que contribuye tanto a definir, como a deslindar los estilos FNG y FNR, reiteradamente confundidos o bien nombrados sólo con el primer término del nombre Famabalasto lo que reproduce las confusiones26. Esta perspectiva es valiosa además para la comparación entre vasijas en las que se observan recursos estilísticos compartidos que podrían vincularse a influencias estéticas recíprocas entre los pueblos. Tal puede ser el caso de las miniaturas de ollitas de color negruzco y con diseños de incisión grueso o excisos que se han registrado para el área Belén y que podrían clasificarse como ejemplares de Famabalasto Negro Grabado o de Belén, de acuerdo con el peso que se le otorguen a los diferentes atributos de diseño y procedencia (Lámina 28, N° 174 y 175). Ese fue, de alguna manera, el propósito perseguido al distinguir aquí entre el Belén negro sobre rojo y el Belén exciso, no habiendo resultado de ello una diferenciación reveladora. En el acápite dedicado a la petrografía cerámica se han destacado las semejanzas entre varios ejemplares FNG de diferentes localidades dentro de la región de Yocavil y aledaños, pero también se han puntualizado diferencias que en algunos casos son muy notorias. Los fragmentos FNG incluidos en el presente análisis dan cuenta de gran parte de la variabilidad observada (con excepción de la Variedad II, que no está representada). No obstante todos los fragmentos correspondientes a las Variedades I, III y IV - Estándares 1, 2, 5, 6, 7 y 8- han quedado subsumidos dentro del mismo grupo predictivo. Más allá de que se observe un comportamiento más aglutinado entre algunas muestras -1, 2, 3, 4, 6, 9, 10, 11 y 13- en comparación con otras -5, 8, 12, 14 y 15- el conjunto FNG se distingue con claridad de los grupos formados por Belén y FNR. Una mención aparte merece el ya mencionado caso 7 por su separación respecto del grupo FNG y su unión con ejemplares Belén del área de Fiambalá. Este ejemplar se clasificó petrográficamente dentro del Estándar 2, Variedad I, sin apreciarse desde ese aspecto diferencias que aporten a dilucidar su separación en el análisis discriminante. Por otro lado, no se observan en la pieza incisiones por lo que tampoco se puede considerar al diseño como elemento para reflexionar acerca de este comportamiento. Esta vasija es de forma cerrada indeterminada, en eso se diferencia de los otros ejemplares, que corresponden a pucos todos ellos. Fue hallada en superficie en el sitio RCh 15.
Figura 3.22. Resultados gráficos del análisis discriminante en base a una muestra de 53 fragmentos cerámicos analizados por activación neutrónica instrumental. a. grupos predictivos, b. indicación de casos de acuerdo a estilo, c. indicación de casos de acuerdo a su área de procedencia.
Las clasificaciones de los estilos se basan principalmente en el reconocimiento de atributos macroscópicos, ya sean estos morfológicos, tecnológicos, de diseño, funcionales u otros. La integración del dato composicional suma información para evaluar las afinidades entre las diferentes categorías estilísticas con las que se trabaje,
26 Es interesante conjugar este resultado con lo apuntado por Cremonte (1994) y Williams (1995) respecto de los análisis de Difracción de Rayos X practicados sobre fragmentos Famabalasto Negro sobre Rojo y Chaquiago Negro Inciso (FNG) del sitio Potrero Chaquiago. Ambas modalidades estilísticas mostraban una mineralogía diferencial en la composición de sus pastas lo que sugería una manufactura con diferentes arcillas.
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera N° interno de Estilo caso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53
FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG FNG BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-ex BL-ex BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r BL-n/r FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN FRN BL-n/r BL-ex BL-n/r BL-ex BL-n/r
Región
Sitio o colección de procedencia
Yocavil Sierra del Cajón Yocavil Sierra del Cajón Valle del Cajón Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Yocavil Guanchin Guanchin Guanchin Guanchin Guanchin Guanchin Guanchin La T roya Bolsón de Fiambalá Bolsón de Fiambalá Bolsón de Fiambalá Bolsón de Fiambalá Valle de Hualfin Valle de Hualfin Valle de Hualfin Llanura santiagueña Andalgalá Andalgalá Calchaquí Andalgalá Andalgalá Andalgalá Andalgalá Andalgalá Andalgalá Llanura santiagueña Andalgalá Llanura santiagueña Andalgalá Andalgalá Andalgalá Andalgalá Andalgalá Guanchin Guanchin Guanchin Guanchin Guanchin
Medanitos Pichanal 4 T olombón Ojo Agua Famabalasto Las Cañas Rincón Chico, RCh 15 Rincón Chico, RCh 1 Recinto 214 Rincón Chico, RCh 18 Rincón Chico, RCh 14 Rincón Chico, RCh 13 Rincón Chico, RCh 8 Las Mojarras Lorohuasi Loma Redonda Colección Bayón Colección Bayón Colección Bayón Colección Bayón Colección Bayón Colección Bayón Colección Bayón Batungasta Finca Justo Pereyra Finca Justo Pereyra Finca Justo Pereyra Finca Justo Pereyra RN 40- San Fernando RN 40- San Fernando RN 40- San Fernando Oloma Bajada Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Cortadera Der Agua Verde Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Quimili Paso Ingenio del Arenal Oloma Bajada Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Potrero Chaquiago Mishma 7 Mishma 7 Mishma 7 Mishma 7 Mishma 7
N° de corte 1 3 4 6 7 9 11 12 16 17 18 19 20 22 23
Tabla 3.8. Composición de la muestra y correlación entre numeración de casos en AANI y cortes petrográficos descriptos en el acápite 3.1.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Los rellenos blancos llamaron la atención de varios investigadores, quienes aplicaron diferentes técnicas analíticas a su estudio. Becker Donner (1952: 304) en su catálogo de la Colección Schreiter del Museo de Etnología de Viena comenta los resultados de análisis microquímicos27, que dieron los siguientes resultados: “calcio, sulfato, sin carbonato, yeso sin aditivos; no se pudieron identificar con seguridad sustancias orgánicas”. Al describir las cerámicas de la localidad de Famabalasto, Cigliano menciona que el relleno “Tiene la particularidad que se desmenuza fácilmente, tizna los dedos de blanco, dando la apariencia de ser un compuesto de cal o yeso;...” (Cigliano 1958:81). Sin embargo, no comenta haber realizado análisis específicos para establecer la identidad del material.
Los resultados del AANI motivan una reconsideración de la asignación estilística de este fragmento al existir la posibilidad de que se trate de un elemento intrusivo, habida cuenta de que hay antecedentes de hallazgos, que podrían calificarse como extraordinarios por su baja frecuencia, de fragmentos presantamarianos en sitios del bajo como RCh 14 o RCh 23 (Tarragó 1998; Palamarczuk 2002). Esta idea se apoya en la homogeneidad composicional percibida para cerámicas de épocas formativas, tardías e incaicas elaboradas con arcillas del área de La Troya en el Bolsón de Fiambalá (Ratto et al. 2002a, 2002 b, 2007). Hecha la aclaración resta comentar la homogeneidad composicional observada en el conjunto FNG destacada supra. Esta tendencia podría vincularse con pautas de organización de la producción del estilo (como centralización o generalización regional del uso de algunas arcillas en particular). Aunque también puede ser el resultado de que existan variaciones composicionales más importantes entre las arcillas de diferentes regiones (Yocavil, Hualfín, Andalgalá, etc.) que entre las de una misma región, pues hay que tener presente que, para cada estilo, los casos que se pusieron en juego proceden de distintas áreas. Habrá que sumar en el futuro otros elementos de juicio para aclarar la situación.
Mónica Piñeiro (1997:103, 146) ofrece el primer análisis EDS (fluorescencia de rayos X de energía dispersiva) sobre el relleno de incisiones de un fragmento del sitio RCh 15 de Rincón Chico. En un primer momento se pensó que este material decorativo podía tener una composición similar al fino recubrimiento que los artesanos metalurgistas aplicaban en el interior de los moldes y crisoles cerámicos -para metalurgia- hallados en ese mismo sitio. Una muestra de esta última sustancia había sido analizada con anterioridad por Luis González (1992:60-62) con dos técnicas analíticas diferentes: difracción de rayos X (DRX) y microsonda electrónica, estableciendo que se trataría de cloro-hidroxiapatita (Ca5(PO4)3(OH)Cl)(4). La hidroxiapatita, componente principal del revestimiento, podría proceder de una emulsión en agua de huesos carbonizados y molidos. De existir una coincidencia en la composición de ambos materiales, esta se tornaría mucho más interesante y significativa dadas las similitudes a nivel de la iconografía y estructura del diseño entre algunos elementos metálicos santamarianos como las campanas y los discos y la cerámica Famabalasto Negro Grabado, y también, dada la coincidencia espacial de las actividades de producción metalúrgica y alfarera en el marco del sitio RCh 15.
Conviene reiterar que este es un ensayo sumamente preliminar y “económico”. La muestra es mínima y será necesario ampliarla en el futuro. Permite, no obstante, establecer tendencias y generar ideas que podrán orientar próximas contribuciones. En especial se destaca el interés que comportaría reunir una gran muestra regional de fragmentos FNG para observar las tendencias al interior del grupo, al considerar variables como las formas, los tamaños, los esquemas de diseño y los contextos de procedencia. Otras líneas pendientes serían por ejemplo explorar las relaciones entre vasijas FNG y fuentes de arcillas concretas o comparar el FNG con ejemplares de otros estilos probadamente elaborados en el valle (por ejemplo Santa María, ollas peinadas, San José, etc.) como una vía más para encarar el problema de la producción de los diferentes estilos locales. Nuevamente la colaboración entre equipos de investigación se revela indispensable al proyectar estudios con un cubrimiento regional amplio.
Sin embargo, la correspondencia entre ambos materiales fue discutida, concluyendo que se trata de compuestos diferentes. A partir de un nuevo examen del espectro EDS se pudo notar que la proporción entre el fósforo y el calcio en esa muestra de relleno Famabalasto Negro Grabado no era la esperable de acuerdo con la proporción de estos elementos en la hidroxiapatita28. Esta reevaluación de los resultados permitió sugerir que esa muestra en particular podría corresponderse con algún carbonato de calcio y que entonces, al menos en ese caso, el relleno del FNG y el baño blanco de los moldes no serían la misma sustancia (Palamarczuk et al. 2007).
3.3. Composición de los rellenos blancos Uno de los elementos distintivos de la cerámica Famabalasto Negro Grabado es su decoración incisa formando guardas en la superficie exterior. Luego de la cocción de los recipientes, esta decoración se rellenaba con un material blanquecino, friable, que ponía en realce el diseño al producirse un contraste de gran belleza entre el fondo oscuro y la guarda blanca. Muchas de las vasijas y fragmentos de cerámica conservan hasta hoy vestigios del material. En otras tantas no es posible apreciarlo, ya sea porque se ha desprendido con el paso del tiempo o porque nunca fue aplicado. En este apartado se exponen los resultados de los análisis por Difracción de Rayos X efectuados sobre diez muestras de rellenos blancos.
27 Estudio realizado por el Prof. Dr. R. Strebinger, de la Escuela Técnica Superior de Viena, en el Instituto de Química Inorgánica y Analítica. 28 La proporción de Ca a P en la apatita Ca5 (PO4)3 (F, Cl, OH) es de 5 a 3 (Ca/P = puede variar de 1,5 a 1,67). El pico de fósforo observado en el espectro del relleno blanco es demasiado pequeño, lo que evidencia su muy baja presencia en relación con un gran pico de calcio.
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera Muestra
Sitio 1 Loma Redonda
Procedencia Superficie
Comentario Corte delgado Nº 23
2 Rincón Chico, RCh 15
UP 694
Puco con rombos
3 Rincón Chico, RCh 15
T1 S8-9 138
Corte delgado Nº 60
4 Las Mojarras 1-Augier
UP 22 Flia 3
Corte delgado Nº 58. Muy tenaz.
5 Rincón Chico, RCh 21
Cámara 11
Grumo edherido a la guarda del puco.
6 Rincón Chico, RCh 15
UP 810
Raspado de la parte muy sobresaliente del surco de incisión.
7 Las Mojarras 1-Augier
UP v arias Flia 1
Corte delgado Nº 57.
8 Tolombón
T2 A6 C6 N6 3231
Corte delgado Nº 31. Relleno muy escaso y friable.
9 Tolombón
T2 A6 C6 N1 21
Corte delgado Nº 29. Relleno muy friable, color igual al de la muestra 8
Nº 23797 MEJBA
Puco con greca y líneas oblícuas.
10 Vitos o Vipos
Tabla 3.9. Procedencias de las muestras estudiadas y correspondencia con los cortes delgados descritos en el acápite 3.1.
Figura 3.23. Muestras estudiadas, los números 1 a 10 corresponden a la numeración de la Tabla 3.9. La letra A identifica al fragmento estudiado en Palamarczuk et al. (2007).
del tipo de depósito sedimentario del que pudo extraerse la materia prima necesaria para la elaboración de los rellenos compuestos por yeso y calcita. Se notó un gran parecido entre la composición de un depósito sedimentario en el cerro de La Mojarras y la muestra extraída del fragmento de RCh 15, compuesta por yeso y calcita.29 Se apunta que depósitos de características similares podrían estar presentes en diferentes puntos del
En el mencionado trabajo, realizado conjuntamente con María Emilia Fernández de Rapp y Gustavo Lascalea (Palamarczuk et al. 2007), se ensayó un nuevo análisis aplicando las técnicas de EDS y DRX sobre una muestra obtenida de un nuevo fragmento del sitio RCh 15. Los estudios identificaron al material como un compuesto de sulfato de calcio hidratado -yeso- (CaSO4.2H2O) y calcita (CaCO3). A su vez se comprobó que la muestra estudiada posee una composición diferente a la que oportunamente estudiara Piñeiro para la otra pieza de ese mismo sitio. La diferencia radica en que esta última no contiene azufre (por lo tanto no hay yeso en ese material). En base a una prospección regional en el sur de Yocavil y a la realización de análisis químicos sobre las muestras recolectadas se logró una aproximación a la identidad
29 El material muestreado en el cerro de Las Mojarras está conformado por sulfato de calcio hidratado (CaSO4.2H2O), calcita (CaCO3) y una serie de filosilicatos. Si bien las muestras no son idénticas, dada la presencia de filosilicatos en la concreción natural de Las Mojarras que no se encuentran en la del relleno de incisión resulta pertinente destacar las semejanzas en cuanto a la abundancia relativa de yeso y calcita y al tamaño de sus cristales.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino amplio Complejo Metamórfico Precámbrico que define a la Sierra del Cajón.
intensidad versus ángulo 2θ. El tiempo de registro de los espectros es variable y depende de la exactitud con que se requiere obtener los resultados.
En síntesis, de la bibliografía se desprende que sólo se han efectuado análisis sobre cuatro muestras de relleno blanco, tomadas de vasijas FNG de diferentes sitios del área de Yocavil. Los resultados muestran tres clases de composiciones diversas: a) yeso sin aditivos (muestra oriunda de Yocavil, sin mayores precisiones con respecto al sitio de origen). b) yeso y calcita (Rincón Chico 15, ¿Famabalasto?). c) compuesto sin yeso ¿calcita? (Rincón Chico 15).
La interpretación de los registros suele presentar cierta complejidad, sobre todo en el caso de los materiales, elaborados mediante mezclas de arcillas y otros minerales naturales recogidos del ambiente con escaso o sin ningún estado de pureza. En esos casos es aconsejable la aplicación de otros métodos analíticos complementarios. Los datos recogidos son comparados con los de una base de datos (TADD) para su identificación. Esta base de datos contiene las líneas de difracción de 140.000 compuestos.
Con la finalidad de obtener nuevos datos que permitieran avanzar en la definición composicional de los rellenos blancos FNG desde una perspectiva regional se programó una serie de análisis sobre el relleno de diez vasijas, todas ellas pucos, procedentes de las localidades de Rincón Chico, Loma Redonda, Las Mojarras y Tolombón en Yocavil, y Vitos30. Esta vez la técnica empleada fue la difracción de rayos X (XRD). Para ello se removieron de cada fragmento pequeñas cantidades de material raspándolo con una aguja. La muestra 5 se extrajo de un pequeño puco que formaba parte del ajuar de la Cista 11, Cementerio RCh 21, excavado por Osvaldo Mendonça. Los fragmentos de Tolombón (muestras 8 y 9) proceden del recinto 6 en el Sector Base y fueron facilitados para este estudio por Verónica Williams. La muestra 10 se tomó de la pieza Nº 23797 del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Colección Ambrosetti, con procedencia de Vitos, Tucumán (Lámina 6, Nº 44). Las restantes muestras fueron obtenidas por el Proyecto Arqueológico Yocavil en diferentes trabajos de campo en ese valle: Loma Redonda, Rincón Chico RCh 15 y Las Mojarras 1Augier (Tabla 3.9, Figura 3.23).
Resultados Los análisis permitieron establecer cierta variedad en la composición de las muestras, coherente con los resultados obtenidos en contribuciones previas. De acuerdo con un estudio comparativo surgen dos grupos. El primero reúne a los ejemplares cuyo relleno blanco está conformado principalmente por sulfato de calcio hidratado (CaSO4.2H2O) -yeso- con posible presencia de calcita (CaCO3), muestras 2, 3, 5 y 6 de Rincón Chico, 4 y 7 de Las Mojarras y 10 de Vitos.32 Las restantes muestras (1 de Loma Redonda, 8 y 9 de Tolombón) están compuestas por calcita (CaCO3). Con el propósito de efectuar comparaciones se montaron en dos gráficos los difractogramas de ambos grupos de muestras. Esto puso en relieve las semejanzas entre las mismas. Para el primer grupo se observó que su composición es además similar a la del fragmento de RCh 15 y al material sedimentario recolectado en el cerro de Las Mojarras, estudiados con anterioridad (Palamarczuk et al. 2007). Estos depósitos tienen su origen en la precipitación química de carbonatos y sulfatos de calcio dentro de cuerpos sedimentarios modernos de características loéssicas depositados en oquedades del cuerpo metamórfico que compone la Sierra del Cajón, de la que el cerro de Las Mojarras forma parte. Es muy probable que otros depósitos de origen y composición similar se encuentren en diversos puntos del Complejo Metamórfico Precámbrico, de gran desarrollo dentro de la región. Las pequeñas dimensiones y el nulo interés económico que representan explican la ausencia de información referida a los mismos en las cartas geológico-económicas consultadas, en las cuales se comenta la presencia de cristales de yeso en la formación San José, ubicada en el sector oriental del valle (Ruíz Huidobro 1972; Galván 1981; Palamarczuk et al. 2007) (Figura 3.24).
La Difracción de Rayos X (XRD) por el Método de Polvos (Bragg-Brentano)31, fue empleada para caracterizar los compuestos cristalinos que integran las muestras. Esta es una técnica de detección simultanea que se basa en la difracción de un haz de rayos X (radiación Kα de Cu, en este caso) por la red cristalina de los materiales particulares de cada muestra. El haz difractado por la misma es recogido por un detector que envía la señal a un ordenador donde es registrada en un gráfico de 30 La procedencia “Vitos”, Tucumán, es una posible modificación de “Vipos”, nombre de un río que nace en las Cumbres Calchaquíes, al sur del Río Choromoros, en el área pedemontana oriental. 31 Las muestras fueron analizadas en un difractómetro de rayos X modelo Philips PW 3710, utilizando radiación Kα de cobre a 30 mA y 40 kV . Los barridos se hicieron en modo step con valores de 2θ entre 5o y 60o, un step de 0,02o con una duración de 0,5 segundos por step. Los métodos de polvos (B-B) e Incidencia Rasante (IR) varían entre sí por la geometría entre el haz incidente (θ) y el difractado (2θ). En el primero ambos ángulos son variables (θ/2θ), en cambio, en el segundo el ángulo θ de incidencia es fijo. El método B-B analiza la muestra en profundidad hasta donde lo permiten los coeficientes de absorción másica (µ) y la densidad (ρ) de cada compuesto. Por IR sólo se analiza la superficie externa cuyo espesor depende del ángulo de incidencia θ. Cuanto más pequeño es el ángulo más superficial es la observación. Esto permite determinar los compuestos de los recubrimientos y engobes sin tener la interferencia de los picos de sustancias del material sobre el que estos se encuentran aplicados.
En el segundo grupo compuesto por calcita se aprecian mayores afinidades entre los dos rellenos de vasijas de Tolombón, pero claramente las tres muestras son muy similares (Figura 3.25). 32 Se proyecta la aplicación de la técnica EDS para precisar la presencia de calcita en estos casos.
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera la vasija de Vitos posee la misma clase de material. ¿Fue elaborado el puco de Vitos en ese lugar o fue llevado hacia allí? Hay preguntas que permanecerán pendientes, el tamaño de la muestra y las características de la técnica analítica imponen límites a la explicación de los resultados. No obstante algunas cuestiones se van perfilando con mayor solidez a partir de la ampliación de la cantidad de vasijas estudiadas.
El cruce de datos con la información petrográfica de las pastas cerámicas aporta también elementos de interés que refuerzan algunas tendencias regionales observadas en ese aspecto. Los tres fragmentos con relleno exclusivamente conformado por calcita poseen pastas con gran proporción de inclusiones, dos de ellas además con abundante tiesto molido (Variedades II y IV). Tres de los fragmentos con relleno de yeso y calcita fueron estudiados desde el punto de vista petrográfico. Las muestras 4 y 7 de Las Mojarras y Rincón Chico respectivamente, corresponden a la Variedad I, sin agregado de antiplásticos, mientras que la muestra 3 de Rincón Chico, a la Variedad IV, con tiesto molido. En función de sus características de pasta y diseño con “suris” esta última vasija había sido considerada como un posible ejemplar alóctono en la localidad. Ahora bien, el relleno blanco que la decoraba es en todo similar al de los demás ejemplares de Rincón Chico. Surgen entonces nuevas preguntas. ¿Se habrán realizado antiguamente “restauraciones” de vasijas que hubieran perdido sus rellenos, aplicando nuevos rellenos blancos? Eso podría explicar la concordancia entre el relleno blanco de esta vasija y las de las restantes de Rincón Chico. Pero es factible también que esa clase de rellenos se emplearan de modo extendido en la región. Se observa en vasijas de Las Mojarras, muy cercano a Rincón Chico, pero también
Por un lado se corroboró el empleo de materiales diversos y se observaron coincidencias entre rellenos de vasijas de un mismo sitio. Son similares entre sí los casos de Tolombón (2), como también los de Las Mojarras (2) y de Rincón Chico (cinco casos si se incluye el ejemplar anteriormente estudiado), aunque el fragmento analizado por Piñeiro mediante SEM-EDS para ese mismo sitio sería diferente a los descritos. También se vieron coincidencias entre vasijas de diferentes localidades: Tolombón y Loma Redonda con rellenos de calcita; Rincón Chico, Las Mojarras y Vitos con rellenos de yeso y posiblemente presencia de calcita. Resulta sugerente la semejanza entre estas últimas y los sedimentos extraídos de depósitos en el cerro de Las Mojarras tal como puede apreciarse en el gráfico (Figura 3.25). Esta coincidencia entre materiales mixtos no se debe a factores fortuitos, sino que está dando cuenta de la probable utilización por parte de los artesanos de depósitos naturales semejantes.
Figura 3.24. Superposición con fines comparativos de los difractogramas de las muestras 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 10, compuestas por yeso y posible presencia de calcita, comparadas con los espectros de dichos compuestos y con el correspondiente al depósito sedimentario recolectado en el cerro de Las Mojarras. Los registros fueron separados en múltiplos de 100 unidades para su mejor interpretación.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 3.25. Superposición con fines comparativos de difractogramas de las muestras 1, 8 y 9 compuestas por calcita. Los registros fueron separados en múltiplos de 100 unidades para su mejor interpretación.
datos que en su conjunto contribuyen a una descripción más comprensiva del estilo FNG. El estudio petrográfico permitió confirmar la correspondencia entre las clases de inclusiones en la pasta con la geología regional dato que aporta a su reconocimiento como una producción propia de la región. Surgen también observaciones de interés en cuanto a la distinción de rasgos diferenciales a nivel de la manufactura (Cremonte y Solís 1998).
Por otro lado se extiende la observación respecto de la ausencia de apatita en todas ellas, de manera tal que se afirma la distinción entre los materiales blancos de relleno cerámico y los materiales blancos de recubrimiento de refractarios para metalurgia. Pensamos que los rellenos se elaboraban disgregando y humedeciendo materiales de tipo sedimentario, hasta transformarlo en una pasta, la que se colocaba rellenando los surcos decorativos una vez que la pieza ya había sido cocinada. La pasta se secaba naturalmente, recristalizándose los carbonatos y sulfatos dentro de los surcos de incisión y logrando, de esta manera, cierta adherencia a la cerámica. La aplicación post cocción había sido comentada por Cigliano en base al aspecto granoso y poco uniforme del material (Cigliano 1958: 81). Becker-Donner también sostiene esta secuencia en la manufactura al manifestar que el yeso debió ser aplicado en frío, puesto que de ser calentado perdería completamente al agua de los cristales -y con ella su cohesión- a partir de los 500 °C. Nosotros podemos agregar que en los rellenos estudiados no se identificó mediante DRX la presencia de anhidrita. El yeso, cuando es sometido a temperaturas superiores a los 110 ºC, se deshidrata de manera irreversible, transformándose en anhidrita (Kirsch 1980:174). La ausencia de este mineral en el relleno indica que las vasijas en las que hay yeso no fueron sometidas a temperaturas de esa magnitud, de lo que se deduce su aplicación con posterioridad a la cocción.
La modalidad de elaboración más generalizada no incluye la incorporación de antiplásticos. Luego hay también un grupo importante de vasijas con cantidades tan pequeñas de tiesto molido que en primera instancia se plantearon dudas respecto de su incorporación intencional. Al notarse este rasgo en varias muestras se ha considerado factible que se trate de una inclusión ex profeso. ¿Es esta una aplicación orientada al logro de alguna característica de desempeño del material cerámico especialmente deseada por el alfarero o es el resultado de una pauta cultural que obedece a otro tipo de necesidades? La segunda opción es atendible dada la escasez del material agregado. Esta modalidad es menos frecuente, sin embargo es también muy extendida en la región. La mayoría de las vasijas con abundantes inclusiones también tienen tiesto molido incorporado en mayor cantidad y es clara aquí la mezcla de materiales para el armado del bollo. La tradición alfarera del tiesto molido, característica de las alfarerías del Período Tardío en Yocavil y alrededores se manifiesta también en el estilo FNG. Son menos frecuentes las vasijas con abundantes inclusiones y sin tiesto molido. El análisis de la distribución espacial de estas modalidades indica una tendencia importante. Existirían al menos dos grandes áreas que se diferencian a partir de las características de pasta del FNG que allí circulaba. Una que integra sitios hacia el norte y el este del área:
3.4. Conclusiones del capítulo Mediante los tres ensayos analíticos expuestos se ha integrado información bibliográfica junto con nuevos
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Capítulo 3. Análisis de la tecnología alfarera Tolombón, Tafí, Los Cardones y Loma Redonda y otra que integra sitios del área centro-sur: Potrero Chaquiago, Famabalasto, Rincón Chico, Las Mojarras, El Calvario de Fuerte Quemado y el interior de la sierra del Cajón a la altura de la Quebrada de la Virgen Perdida. No obstante, ciertos elementos comunes en ambas áreas denotan la existencia de vínculos que implicaban circulación de bienes y personas en sus contornos. A propósito es interesante la relación de correspondencia establecida entre los rellenos de calcita y pastas de abundantes inclusiones en Tolombón y Loma Redonda. El estudio de la composición de los rellenos blancos indica el uso de materiales naturales diferentes –yeso y calcita- con un mismo propósito decorativo. Por último el análisis por activación neutrónica permitió resaltar la homogeneidad composicional que define al grupo estilístico Famabalasto Negro Grabado, aún entre ejemplares de distintas variedades de pasta según su estudio petrográfico, cuando se lo compara con otros estilos contemporáneos que proceden de regiones vecinas, como el Belén y el Famabalasto Negro sobre Rojo. En el siguiente capítulo se tratarán los aspectos de forma y diseño en el estilo FNG buscando también establecer correspondencias con los datos tecnológicos expuestos.
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CAPÍTULO 4. MORFOLOGÍA E ICONOGRAFÍA
vasijas), si se acepta el término una misma “caligrafía”, que sugieren la posibilidad de contemplar la producción de una persona singular. Más allá de las implicancias para una inferencia cronológica que puede aportar el reconocimiento de las producciones de una persona, el empeño puesto en este reconocimiento y las preguntas en torno al mismo, constituyen una experiencia que dispara reflexiones en torno a la situación de la producción.
Un reconocimiento cada vez más completo de la variedad de formas y diseños que integran un estilo es una base indispensable para organizar su descripción. La forma, definida por un juego de volúmenes, dimensiones y proporciones, es a la vez continente de colores, texturas y dibujos. Del conjunto de estímulos que conjugan la percepción visual del objeto, la forma, el color y el tamaño son elementos preponderantes (Arnheim 1987). Pero una aproximación al conocimiento de los objetos no debe quedar confinada dentro de los límites de la clase que éstos integran, en este caso un estilo cerámico. Es necesario situarse como observador desde una perspectiva amplia que abarque apreciaciones sobre otras manifestaciones culturales y estilísticas conjugadas por la comunidad que producía al estilo cerámico en un constante juego de observaciones de “ida y vuelta” entre los diferentes estilos y soportes materiales.
La noción de microestilos, es decir ciertos patrones en el diseño y las maneras de hacer la cerámica que pueden identificarse tanto en el nivel individual como comunitario pone el foco en la consideración del proceso de aprendizaje, interacción e innovación (Dietler y Herbich 1989: 160), aspectos que es conveniente tener presentes, aún siendo conscientes de las limitaciones que existen desde la investigación arqueológica para contemplarlos. El concepto de microestilos es interesante para calificar la variación al interior de los estilos arqueológicos, por ejemplo en un plano regional y será empleado aquí para hacer referencia a las asociaciones de esquemas de diseño, morfología y tecnología que pudieron distinguirse en función de repeticiones de composiciones, formas y diseños y de patrones en la espacialidad de sus manifestaciones.
Así pueden apreciarse aquellos rasgos especiales que distinguen a un estilo cerámico de acuerdo con el marco que provee el “universo cerámico” que éste integraba. A riesgo de ramificarse, se trabajó de modo permanente con otros conjuntos cerámicos contemporáneos, pero también con los precedentes y posteriores de acuerdo con un sentido histórico. De esta manera se definió al conjunto Famabalasto Negro Grabado observando tanto su variación interna, como sus contrastes o afinidades con otros conjuntos. Como una consecuencia de este método quedaron expuestas también ciertas “zonas grises” en la clasificación a partir de algunas piezas que se muestran ambiguas, con correspondencias y mixturas entre diferentes estilos y cuya existencia cuestiona la pretensión de una clasificación rígida. Lejos de ser un “problema” éstas son las piezas más interesantes, las que permiten atisbar los mecanismos de la innovación ligados a las interacciones sociales.
A diferencia de lo apuntado respecto de las pastas cerámicas, las formas y diseños en la cerámica Famabalasto Negro Grabado no han sido estudiados con intensidad luego de la descripción inicial de Cigliano (1956-1957, 1958) para la cerámica de la localidad de Famabalasto. En especial hay referencias en mayor detalle sobre la morfología (Piñeiro 1996, 1997; Palamarczuk 2002; Corbalán 2005; Rivolta y Salazar 2006; Salazar 2006), las que apuntan a un predominio de la forma cuenco o puco. Las descripciones de los diseños son mucho más escuetas. Algunos textos incluyen ilustraciones de fragmentos o reconstrucciones de las vasijas y fueron muy útiles para la tarea de recopilación de los diseños, pero esos trabajos son escasos. Al considerar las dificultades que se presentan para acceder de manera directa al estudio de los materiales arqueológicos guardados en diferentes puntos del país y del exterior, que incluyen disponer de permisos, dinero, pero sobre todo mucho tiempo, la escasez de ilustraciones acompañando a los textos se manifiesta como una carencia. De alguna manera la abundancia de imágenes organizadas como un catálogo descriptivo que marcan el perfil de este capítulo constituye una reacción a ese problema, pero tiene también un fundamento teórico, al considerar que el estudio de fenómenos visuales requiere de métodos visuales, descripciones gráficas que apoyen a las verbales.
De acuerdo con una visión del estilo como fenómeno multifacético se reconocen distintos niveles que intervienen en su variación. La noción de estilos asertivos desarrollada por Wiesner (1983), es decir aquellas facetas en las manifestaciones materiales que involucran nociones o elementos relacionados con la identidad individual y la expresión, es apropiada para dar cuenta de algunas pautas muy peculiares impuestas a la expresión material concreta de determinados objetos, englobados a su vez en una tradición estilística. La mayoría de las veces la impresión se limita a notar, en base a las diferencias entre objetos, que hay muchas manos de alfareros interviniendo en lo que en conjunto constituye el estilo cerámico FNG, lo que por otro lado es lógico si se considera la extensión espacial y temporal del estilo y es algo que, aún sin un ejercicio de demostración metódica, no sería cuestionado. Pero en algunos casos muy específicos existen características, no sólo del diseño sino en especial del trazo (como su orientación, inclinación, estabilidad, extensión, cierta manera de dibujar una curva, un ángulo o un gancho en diferentes
Es conveniente insistir en la importancia de manejar grandes conjuntos de materiales, pues más allá de dar cuenta de la diversidad interesa percibir las recurrencias, lo que constituye la norma y también lo que es raro o
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Capítulo 4. Morfología e iconografía representa unas 258 vasijas fue muy provechoso, sobre todo en el análisis de los diseños. Tomando como modelo a otras vasijas completas se realizaron, cuando el tamaño del fragmento lo permitía, reconstrucciones gráficas, tanto de la forma y tamaño, como del diseño inciso de las piezas originales (Figura 4.1). Lo interesante es que muchas veces los dibujos en los fragmentos no encontraba un paralelo en las cerámicas enteras. La reconstrucción de estas guardas incisas, tomando en consideración los principios de secuencia, ritmo y simetría observados en otros ejemplares y la tendencia a la repetición de unidades de diseño en una misma guarda abrieron la posibilidad de reconocer nuevos diseños y patrones de configuración. De esta manera se pudieron introducir también en el análisis algunas observaciones referentes a localidades con representación escasa o nula a través de vasijas enteras.
peculiar. Sólo manejando una muestra grande se puede deslindar lo regular de lo excepcional. Además, considerando el propósito de identificar variaciones regionales o temporales en las manifestaciones del estilo, la muestra de alfarerías debía lograr un cubrimiento espacial amplio. Se trabajó con piezas de museos, conjuntos fragmentarios e ilustraciones de publicaciones. Para el tratamiento descriptivo y analítico de las formas la muestra la componen 209 vasijas enteras o muy completas, en su mayoría relevadas en museos. En el análisis de la distribución espacial de las variantes de forma y diseño se trabajó considerando las procedencias de las vasijas de acuerdo con los catálogos de colecciones, alternando entre diferentes escalas de observación a nivel de sitio y de región, según los agrupamientos expresados en la tabla 2.1 del Capítulo 2. Con respecto al sitio Famabalasto hay que hacer una aclaración. Bien podría incluirse en una categoría geográfica como Valle del Cajón dentro de la que es el único integrante o también podría incorporarse en la región de Yocavil, por ser Famabalasto un centro poblado con características comunes a los presentes en esa área. No obstante se consideró necesario mantener la autonomía de la localidad al momento de realizar los agrupamientos geográficos de los sitios ya que, como se verá avanzando en el capítulo y luego en el Capítulo 6 donde se presentan los contextos funerarios, las manifestaciones FNG de los cementerios de Famabalasto presentan características peculiares que conviene poner de manifiesto antes que diluir al subsumirlas en regiones más amplias. Por otro lado la cantidad de ejemplares aportados por ese sitio es notable, un total de 44 vasijas, de las cuales 43 proceden de un mismo cementerio, y supera con amplitud a los conjuntos de todas las regiones, con excepción de Yocavil. De hecho los sitios en Yocavil con mayor cantidad de piezas son Fuerte Quemado, con 16 o Quilmes y El Bañado que en conjunto suman 14, muy lejos de la cifra para Famabalasto.
Figura 4.1. Secuencia de la reconstrucción gráfica de forma y diseño en base a fragmentos aplicado en el presente análisis.
El primer resultado práctico de esta descripción es la confección de un catálogo visual actualizado de formas y diseños FNG que podrá ser útil a futuro como un auxiliar en el análisis de nuevos materiales arqueológicos, en especial los conjuntos fragmentarios. Un segundo resultado, más analítico, da cuenta de algunos patrones en la distribución espacial del estilo, considerando una escala amplia, lo que comporta un avance hacia la distinción de rasgos locales o subregionales en su expresión. Se comenzará con la descripción de las formas, luego se avanzará sobre la exposición de los diseños y finalmente se unirán las tendencias observadas, en conjunto con las características tecnológicas, reintegrando la división analítica del estilo.
Por motivos que sería interesante analizar en mayor profundidad, determinadas zonas, en particular el norte del valle de Yocavil, no están representadas en las colecciones de piezas enteras en museos con la misma intensidad que lo están las localidades del centro y sur de Yocavil. De manera que un estudio circunscrito a las mismas dejaría de lado localidades en las que hay constancia de la circulación de cerámica FNG, como ha quedado evidenciado gracias a las investigaciones arqueológicas desarrolladas por diferentes equipos de investigación. Por ejemplo sitios como El Pichao (Sjödin 2001), Tolombón (Williams 2003), Los Cardones (Rivolta y Salazar 2006), Mortero Hachado (Corbalán 2005; Esparrica 2003), la zona de Tafí (Manasse 2002), Potrero Chaquiago (Williams 1995) o Rincón Chico (Piñeiro 1993, 1996, 1997; Palamarczuk 2002) pasarían desapercibidos si el análisis se limitara al estudio exclusivo de piezas completas.
4.1. Morfología Para la descripción y clasificación de las formas registradas en las colecciones de museos se emplearon los criterios expuestos por Shepard (1957) basados en observaciones sobre la simetría, la estructura, el tipo de contorno definido por puntos característicos, la forma geométrica y las proporciones. Se adoptó un nomenclador que combina letras y números para definir los grupos morfológicos con los primeros y sus variantes con los segundos. Las formas se agruparon en categorías nominales considerando la terminología propuesta por Balfet et al. (1992), pero también manteniendo de modo paralelo denominaciones tradicionales de uso corriente en el NOA y en la arqueología de la región, como la de
El trabajo intensivo con los fragmentos diagnósticos de forma y diseños sobre un conjunto fragmentario que 81
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino puco, que incluye a cuencos, escudillas y boles. De esta manera se establecieron cuatro conjuntos morfológicos: A, cuencos o pucos; B, ollas simples; C, ollas con borde saliente y D, ollas con cuello1. A su vez se distinguió un grupo minoritario al que se denominó “miniaturas” y que está formado por ejemplares que se clasificaron en los conjuntos antedichos, pero que se destacan por sus pequeñas dimensiones y en algunos casos también por la peculiaridad de su forma. Esta es una categoría variada en cuanto a formas, pero con un factor común, que es su pequeño tamaño, por debajo de las magnitudes del rango de tamaño modal. Considerando este módulo de tamaño en común se decidió su integración en un mismo grupo para discutir su función y relaciones estilísticas.
Catálogo de formas
Debido a la técnica de confección a mano y con rodetes las formas de estas cerámicas son bastante irregulares y sus dimensiones varían en distintas secciones de cada pieza. Esto hace a veces un poco arbitraria la clasificación, ya que depende qué perfil de la vasija se observe, su contorno puede ajustarse a diferentes sólidos de revolución, o presentar un punto angular o bien de inflexión, el labio puede ser más o menos recto o redondeado. En esos casos se ha considerado la forma y el contorno “predominante”. La ubicación de los puntos característicos también presenta variaciones, por esto se tomaron las medidas de cada vasija según el siguiente procedimiento: 1) ubicación del punto terminal superior que define la altura máxima y el que define la altura mínima de la pieza, 2) medición de altura y diámetro de los restantes puntos característicos recorriendo el plano de estos dos puntos terminales hacia abajo. Esta información se volcó en las fichas de relevamiento de piezas cerámicas. En las tablas que sintetizan la información de las fichas (Apéndice II) se consignan las medidas de la línea de mayor altura.
A.1.1: Base cóncavo-convexa con perfil continuo. Índice 1: valores entre 0,37 y 0,62, con predominio de valores entre 0,4 y 0,5. Altura total: entre 3,2 cm y 12,4 cm, Modo: rango de 6 a 8 cm. Frecuencia: 50/209; 23,9%. Posee una distribución regional generalizada.
A. Cuencos o Pucos Dentro del conjunto de los cuencos se distinguieron seis variantes considerando la forma del cuerpo y borde del recipiente. Luego se amplía la clasificación con subíndices a las variantes de acuerdo con los diversos tipos de bases o presencia de estrangulamiento en el borde. A.1: Vasijas no restringidas o levemente restringidas de contorno simple y forma hemisferoidal, borde directo o levemente entrante, labio redondeado, recto o recto en bisel hacia adentro.
Figura 4.2. Forma A.1.1. MEJBA, Col. Zavaleta Z-11196, Tacuil.
A.1.2: Base cóncavo-convexa con punto angular o de inflexión en el contorno exterior de su perfil. Índice 1: entre 0,42 y 0,53. Altura total: 7,7 a 10,1 cm. Frecuencia: 7/209, 3,35%. Procedencias: Santa María, Ampajango, Corral Quemado y Famabalasto.
Se trabajó con dos índices métricos, Índice 1: altura total/diámetro máximo e Índice 2: alto del borde o cuello/alto del cuerpo. Cada vasija se fotografió con cámara digital de modo perpendicular en sus cuatro frentes, haciéndola rotar en sentido horario. Empleando las fotografías se realizaron calcos a mano de cada pieza, los que se agruparon según sus diseños en las láminas del Apéndice I. El trabajo de reconstrucción gráfica de formas en base a fragmentos permitió además conocer una variante de forma no registrada hasta el momento en vasijas enteras. Con excepción de unos pocos ejemplares que se comentan oportunamente, todas las vasijas son simétricas de acuerdo a un eje vertical de revolución. A continuación se expone la clasificación de formas para la cerámica FNG en función de la muestra compuesta por un total de 209 vasijas completas. La Figura 4.44 es una síntesis visual de la clasificación morfológica propuesta y sirve como guía que acompaña a la descripción verbal.
Figura 4.3. Forma A.1.2. MEJBA, Col. BA N° 29, procedencia desconocida.
A.1.3: Base cóncavo-plana y punto angular o de inflexión en el contorno exterior del perfil de la base. Índice 1: 0,45. Altura total: 8,3 cm. Frecuencia: 1/209, 0,47%. Procedencia: Santa María.
1 Para la distinción entre cuello y borde se consideró la relación altura del segmento superior (borde o cuello) / altura del cuerpo de la vasija, estableciendo como un límite arbitrario entre ambos la magnitud 0,2. Una razón de magnitud inferior a 0,2 define al segmento como borde, mientras que una superior define al segmento como un cuello. Esta diferencia se instrumentó para clasificar las ollas con borde y las ollas con cuello.
Figura 4.4. Forma A.1.3. MLP-Ar-2208 FPM, Santa María.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía todo el conjunto, un 30% de estos pucos (17/57) Procede de Famabalasto, donde es la forma de puco mayoritaria.
A.1.4: Base cóncavo-plana con perfil continuo. Índice 1: 0,41 a 0,51. Altura total: 2,9 a 10 cm., la mayoría mide entre 6 y 10 cm. Frecuencia: 5/209, 2,39%. Procedencias: Región de Santa María, una pieza es de la zona de Trancas.
Figura 4.8. Forma A.2.1. MEJBA, Col. Zavaleta N° Z-8284, Cachi.
A.2.2: Base cóncavo-convexa con punto angular o de inflexión en el contorno exterior de su perfil. Índice 1: 0,40 a 0,66, con predominio de valores entre 0,40 y 0,50. Altura Total: 5,7 a 14,5 cm, Modo: rango entre 6 y 8 cm. Frecuencia: 15/209; 7,17%. Procedencias: Generalizada.
Figura 4.5. Forma A.1.4. MPBV, Col. Pastrana, región de Santa María.
A.1.5: Base cóncavo-cóncava y punto angular o de inflexión en el contorno exterior del perfil de la base. Índice 1: 0,44 a 0,54. Altura total: 4,1 a 8,4 cm. Frecuencia: 4/209, 1,9%. Procedencias: Santa María, Cachi y Vitos.
Figura 4.9. Forma A.2.2. MUNC N° 20, Cachi.
A.2.3: Base cóncavo-plana con punto de inflexión en el contorno exterior de su perfil. Índice 1: 0,49 a 0,55. Altura total: 9,5 a 9,7 cm. Frecuencia 2/209; 0,95%. Procedencias: Fuerte Quemado y desconocida.
Figura 4.6. Forma A.1.5. IAMUNT, Col. Paz Posse MA 2052/4471, Santa María.
A.1.6: Base cóncavo-convexa con perfil continuo. Presenta un estrechamiento que afecta al borde, tal que el orificio describe una forma de “8” y modifica su forma de manera que a la altura de el estrechamiento no es un sólido de revolución. Índice 1: 0,54. Altura total: 5,9 y 8,2 cm. Frecuencia 2/209; 0,95%. Procedencias: Tolombón y Famabalasto. Estas piezas recuerdan la forma de algunas calabazas pirograbadas. Figura 4.10. Forma A.2.3. MAQ N° 17/15/82, Andalgalá.
A.2.4: Base cóncavo-cóncava con punto de inflexión en el contorno exterior de su perfil. Índice 1: 0,59. Altura total: 6,5 cm. Frecuencia 1/209; 0,47%. Procedencia desconocida.
Figura 4.7. Forma A.1.6. MLP-Ar-5355 BMB, Famabalasto.
A.2: Vasijas no restringidas o levemente restringidas de contorno simple y forma tronco ovoide, borde directo o levemente entrante, labio redondeado, recto o recto en bisel hacia adentro. Figura 4.11. Forma A.2.4. MEJBA, Col. Breyer N° 44-2015, procedencia desconocida.
A.2.1: Base cóncavo-convexa con perfil continuo. Índice 1: 0,41 a 0,62, con mayoría de piezas entre 0,50 y 0,60. Altura Total: 2 a 12,8 cm, Modo: rango de 6 a 10 cm. Frecuencia: 57/209; 27,27%. Posee una distribución generalizada en la región. Es la forma más abundante de
A.2.5: Base plano-cóncava de perfil continuo. Índice 1: 0,55. Altura total: 6,9 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia desconocida.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino A.4.1: Vasija no restringida de contorno compuesto, cuerpo inferior tronco ovoide, y cuerpo superior cilíndrico, borde directo y labio recto. Base cóncavoconvexa de perfil continuo. Índice 1: 0,44 a 0,51. Altura total: 5,7 a 7,2 cm. Frecuencia: 5/209; 2,39%. Procedencias: tres son oriundas de la zona de Trancas, también halladas en Famabalasto y El Bañado. Figura 4.12. Forma A.2.5. MEJBA -31530-, procedencia desconocida.
A.2.6: Base plano-plana de perfil continuo. Índice 1: 0,48. Altura total: 8,5 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: Famabalasto.
Figura 4.16. Forma A.4.1. IAMUNT, Col. Berberián y Soria MA 0521, Zárate.
A.4.2: Contorno similar a 2.11, pero con una base cóncavo-plana. Posee un estrechamiento que afecta al borde, tal que la abertura describe una forma de “8” y entonces no es un sólido de revolución. Labio recto. Hay un único ejemplar, muy pequeño, procedente de El Bañado. Índice 1: 0,43. Altura total: 2,8 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: El Bañado. Es una miniatura.
Figura 4.13. Forma A.2.6. MLP-Ar-5301 BMB, Famabalasto.
A.2.7: Cuerpo cónico, borde directo, base cóncavoconvexa, de perfil continuo y labio recto a redondeado. El único ejemplar registrado con estas características procede de El Bañado y se aprecia sobre su superficie externa una abundante aplicación de pigmento rojo post cocción que se desprende y mancha al tocarla. Índice 1: 0,39. Altura total: 5,5 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: El Bañado.
Figura 4.17. Forma A.4.2.MLP-Ar-4675 BMB, El Bañado.
A.5.1: Vasija de contorno compuesto, restringido independiente. Base cóncavo-convexa con perfil continuo. Con un borde recto saliente que comienza a partir de un marcado punto de inflexión. Posee dos asas formadas por un pequeño rodete adherido al borde en forma vertical. Esta forma se asemeja a los denominados “pucos con cuello” santamarianos (Perrota y Podestá 1974), aunque difiere por la forma tronco ovoide de su cuerpo. Índice 1: 0,64. Altura total: 12,8 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. El único ejemplar completo aislado procede de Famabalasto. En base a fragmentos del sitio Potrero Chaquiago, Sector La Solana III se reconstruyó de manera aproximada una forma de puco similar, aunque con un contorno no restringido y un borde más pequeño.
Figura 4.14. Forma A.2.7.MLP-Ar-4674 BMB, El Bañado.
A.3.1: Vasija no restringida de contorno inflexionado, formado por un segmento inferior tronco ovoide y un segmento superior o cuello hiperboloide. La base es cóncavo-convexa de perfil continuo y el labio es recto. Esta forma recuerda lejanamente a la de los “pucos con cuello” santamarianos, aunque en este caso el borde es más largo y menos saliente y el punto de inflexión es muy poco pronunciado. Índice 1: 0,55. Altura total: 7 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: Masao.
Figura 4.15. Forma A.3.1. MLP-Ar-5007 BMB, Masao.
Figura 4.18. Forma A.5.1. MLP-Ar-5366 BMB, Famabalasto.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía A.6.1: Diminuta vasija asimétrica, de contorno simple no restringido, forma hemiovaloide horizontal y abertura oblicua. Base convexo-cóncava, borde directo y labio recto. Es otro caso con posible representación fitomorfa -calabaza cortada al medio-, su forma recuerda a la de las cucharas del temprano local. Índice 1: 0,38. Altura total: 2,1 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: San José.
B.1.2: Cuerpo con una parte inferior tronco ovoide y una superior hemisferoidal, borde entrante con un pequeño reborde y labio redondeado. Orificio muy pequeño. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Índice 1: 0,65. Altura total: 5,5 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Se trata de una miniatura y procede de Campo del Cerro Colorado, región de Hualfín.
Figura 4.19. Forma A.6.1. MEJBA, E. Deautier, N° 28-1287, San José.
Figura 4.22. Forma B.1.2. IAMUNT, Col. Schreiter MA 1567/581, Campo del Cerro Colorado.
A.7.1: Vasija no restringida de contorno compuesto, cuerpo con un segmento inferior bajo esferoidal y un segmento superior que ocupa una mayor proporción de la pieza de forma cilíndrica, el límite entre ambos lo define un punto angular redondeado. El labio es recto a redondeado y la base, tiene una forma compleja, con el asiento ondulado y el fondo plano. Índice 1: 0,45. Altura total: 7,9 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: Fuerte Quemado. Forma afín a las observadas en pucos negro pulido del valle Calchaquí.
B.1.3: Cuerpo bi-tronco cónico, borde entrante y labio redondeado. Orificio muy pequeño. La base es cóncavoconvexa de perfil continuo. Posee aditamentos zoomorfos modelados; cabeza de ave o felino mirando hacia arriba, inserta a la altura del punto de tangencia vertical y en el lado opuesto, extremidades inferiores o cola. El animal representado está “panza arriba”, actitud física que comparte con el personaje humano de los denominados “vasos del parto” de estilo santamariano, pero aquí aparecen caracteres zoomorfos. Índice 1: 0,62 a 0,80. Altura total: 4 a 6 cm. Frecuencia: 5/209; 2,4%. Las cinco vasijas conocidas proceden de Fuerte Quemado (Bruch 1911: 77, Figura 73; Reynoso y Protolongo 2008: 93), Tinogasta, El Campito Corral Quemado y “Calchaquí” como referencia genérica. La última es de procedencia desconocida. Junto con B.1.2 constituyen miniaturas.
Figura 4.20. Forma A.7.1. MEJBA, Col Zavaleta N° -25245-, Fuerte Quemado.
B. Ollas simples B.1.: Vasija restringida de contorno simple. B.1.1: Cuerpo elipsoide horizontal, borde entrante, labio redondeado y base cóncavo-convexa de perfil continuo. De los tres ejemplares registrados uno carece de asas, el segundo posee asas otomorfas cercanas a la abertura y el tercero una única asa plana inclinada hacia arriba ubicada en el segmento superior del cuerpo. Índice 1: 0,61 a 0,66. Altura total: 13,1 a 16,6 cm. Frecuencia: 3/209; 1,43%. Las referencias sobre sus procedencias son muy vagas, remiten a Catamarca y Santa María.
Figura 4.23. Forma B.1.3. MIH, Col. Gómez N° 163, Tinogasta.
B.1.4: Ollita asimétrica, cuerpo de contorno similar a B.1.2 o B.1.3, pero con modelado de cabeza y cola de serpiente que compromete la forma total del recipiente, borde entrante y labio redondeado. Esta miniatura es de cocción oxidante, de color ante-anaranjado y representa una serpiente enroscada sobre su cuerpo. Se aprecian vestigios de una pintura o engobe más oscuros. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia Oroguasí, Cafayate. Tentativamente se la incorporó a la muestra aunque con reservas, ya que es una pieza muy peculiar que no pudimos observar personalmente, sino a través de fotografías.
Figura 4.21. Forma B.1.1. MEJBA, Col. Salvatierra N° 19295, Santa María.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino proceden de Quebrada de Loconte y Corral Quemado, en el área de Hualfín.
Figura 4.24. Forma B.1.4. EM, Col. Zavaleta Nº VC 5040, Oroguasí, Cafayate. Fotografía de Claudia Obrocki.
B.1.5: Ollita asimétrica de cuerpo elipsoide horizontal, borde entrante y labio redondeado con un orificio muy pequeño. El cuerpo representa un cuadrúpedo (¿felino?) con cabeza y patas modeladas. Ejemplar en miniatura. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia Fuerte Quemado.2
Figura 4.27. Forma C.1.2. MLP-Ar-6387 BMB, Quebrada de Loconte hacia el sud.
C.1.3: Posee un punto angular en el centro del cuerpo formado por dos segmentos tronco ovoides y un borde saliente definido por un punto de inflexión pronunciado. El labio es redondeado. El diámetro de la boca es inferior a la altura. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Las formas C.1.1, C.1.2 y C.1.3 presentan semejanzas pero se distinguen por rasgos de forma del cuerpo. Índice 1: 0,87. Índice 2: 0,13. Altura total: 13 cm. Frecuencia 2/209; 0,95%. Hay un ejemplar de procedencia desconocida y el que se ilustra abajo, oriundo de Puerta de Corral Quemado (ilustrado también en Ibarra Grasso 1967: 660 y Serrano 1967:84, Lámina XVIII).
Figura 4.25. Forma B.1.5. EM, Col. Zavaleta Nº VC 5182, Fuerte Quemado. Fotografía de Claudia Obrocki.
C. Ollas con borde saliente C.1: Vasija restringida independiente de contorno compuesto con borde saliente. C.1.1: El cuerpo posee una curvatura pronunciada y más arriba una inflexión muy marcada, o punto angular, que define un borde saliente con labio recto a redondeado. El cuerpo está conformado por dos segmentos tronco ovoides y la base es cóncavo-convexa con perfil continuo. El diámetro de la boca es similar a la altura. Las asas, otomorfas, se ubican por encima del punto de tangencia vertical. Índice 1: 0,47. Índice 2: 0,15. Altura total: 14,4 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: Famabalasto (ilustrada en Cigliano 1958: Lámina XIII).
Figura 4.28. Forma C.1.3. IAMUNT Col. Schreiter MA 1735/2243, Puerta de Corral Quemado.
C.1.4: Cuerpo elipsoidal horizontal y borde recto saliente definido a partir de un punto angular. La base es cóncavoconvexa de perfil continuo, El labio es recto, no posee asas. Índice 1: 0,83 y 0,93. Índice 2: 0,18 y 0,22. Altura total: 13,3 y 14 cm. Se registraron dos ejemplares, procedentes de Famabalasto (2/209; 0,95%).
Figura 4.26. Forma C.1.1. MLP-Ar-5343 BMB, Famabalasto.
C.1.2: Cuerpo elipsoidal horizontal, borde saliente y labio recto a redondeado. La base es cóncavo-convexa o plano convexa, de perfil continuo. El diámetro de la boca es inferior a la altura. Asas otomorfas ubicadas por encima del punto de tangencia vertical. Índice 1: 0,82 y 0,94. Índice 2: 0,15 y 0,19. Altura total: 15 y 15,5 cm. Frecuencia: 2/209; 0,95%. Los dos ejemplares conocidos
Figura 4.29. Forma C.1.4. MLP-Ar-5336 BMB, Famabalasto.
C.1.5: Cuerpo formado en su parte inferior por un segmento ovoide y en la superior por una sección de cono con punto angular, el segmento superior es más elongado que el inferior. Borde saliente definido por un punto angular y labio redondeado. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Índice 1: 0,89 y 1,04. Índice 2: 0,12 y 0,19. Altura total: 11,4 y 12,5 cm. Frecuencia: 2/209;
2
Las figuras 4.24 y 4.25 se reproducen con autorización de Staatliche Museen zu Berlin, SPK, Ethnologisches Museum.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía total: 7,7 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Este ejemplar único es una miniatura y fue hallado en Fuerte Quemado (Bruch 1911: 54, Figura 42).
0,95%. Ambos ejemplares son oriundos de Famabalasto, uno de ellos posee asas mamelonares planas ubicadas a la altura del punto de tangencia vertical, mientras que el segundo no posee asas.
Figura 4.32. Forma C.2.1. MLP-Ar-6081 CB, Fuerte Quemado.
D. Ollas con cuello D.1: Vasija restringida independiente de contorno compuesto con cuello. D.1.1: Cuerpo elipsoidal horizontal con curvatura pronunciada a la altura del punto de tangencia vertical. Cuello tronco cónico saliente que nace en un punto angular, labio recto o redondeado. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Índice 1: 0,8 a 0,9. Índice 2: 0,22 a 0,43. Altura total: 14 a 16,5 cm. Frecuencia: 3/209; 1,43%. Los tres ejemplares registrados proceden de Famabalasto.
Figura 4.30. Forma C.1.5. Izquierda: MLP-Ar-5388 BMB. Derecha: MLP-Ar-5318 BMB, ambas de Famabalasto
C.1.6: Cuerpo esferoidal con una protuberancia que lo circunda a la altura del punto de tangencia vertical. El borde es saliente y nace en un punto angular. La base parece ser cóncavo-convexa, de perfil continuo. Frecuencia: 2/209; 0,95%. Índice 1: 0,84. Frecuencia: 2/209; 0,95%. Se observaron dos piezas con estas características, una procedente de Chilecito (La Rioja) y la segunda de Medanitos (Tinogasta, Catamarca). 3 Estas vasijas son miniaturas que presentan notables puntos de contacto con la alfarería Belén exciso, pero su coloración es oscura e irregular en ambos casos. Tentativamente se las incluye en la muestra, pues podría ser un interesante caso de integración de estilos en manifestaciones novedosas. Las procedencias de ambas piezas representan extremos en la distribución del FNG. En ambas zonas la expresión de vasijas FNG “clásicas” es nula, para el caso de Chilecito, o mínima, para el caso de Tinogasta.
Figura 4.33. Forma D.1.1. MLP-Ar-5393 BMB, Famabalasto.
D.1.2: Cuerpo formado por dos segmentos tronco ovoides con punto angular, cuello cilíndrico estrecho separado del cuerpo por un punto angular, borde saliente y labio redondeado. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. No posee asas. Índice 1: 1,11. Índice 2: 0,47. Altura total: 12,5 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedencia: Famabalasto.
Figura 4.31. Forma C.1.6. MIH, Col. Gómez N° 395, Chilecito.
C.2.1: Vasija restringida independiente de contorno complejo con borde saliente. Pequeño “jarro de tres cinturas”. El cuerpo es elongado, presenta tres angosturas o “cinturas” marcadas por puntos de inflexión que definen tres segmentos elipsoides. El borde es saliente y el labio redondeado. La base es cóncavo-convexa de perfil continuo. Originalmente tuvo un asa, hoy ausente, de doble inserción vertical en los dos segmentos superiores del cuerpo y con sección circular al nivel de las inserciones. Índice 1: 1,54. Índice 2: 0,13. Altura 3
Figura 4.34. Forma D.1.2. MLP-Ar-5244 BMB, Famabalasto.
D.1.3: Cuerpo formado por dos segmentos tronco ovoides con punto angular, cuello hiperboloide definido a partir de un marcado punto de inflexión-angular, con un pequeño, borde saliente y labio redondeado, recto o recto en bisel hacia afuera. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Hay ejemplares sin asas. También se incluye
No se pudo examinar de modo directo a ninguna de estas piezas.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino (similares a algunos modelos de asas observadas en vasijas de la llanura santiagueña). Índice 1: 0,84 a 0,92. Índice 2: 0,27 a 0,31. Altura total: 15 a 17 cm. Frecuencia: 3/209; 1,43%). Se incluyen en este grupo tres piezas de Famabalasto y una pieza de contorno más irregular relevada en el museo de Andalgalá, con posible procedencia de la zona.
una pieza con asas planas inclinadas hacia arriba, ubicadas por encima del punto angular del cuerpo. Esta última pieza tiene la particularidad de estar cocida en atmósfera oxidante, con un baño rojo y pintura negra. Fue clasificada por Cigliano (1958:64 y 81) como un ejemplar Famabalasto Negro sobre Rojo, sin embargo la forma, tipo de pasta y decoración son características del FNG y hoy se conocen otros ejemplos de cocción en atmósfera oxidante que contribuyen a su identificación como tal. Índice 1: 0,93 a 0,99. Índice 2: 0,36 a 0,61. Frecuencia: 5/209; 2,39%. Todos los casos proceden de Famabalasto.
Figura 4.37. Forma D.1.5. Izquierda: MLP-Ar-5389 BMB, Famabalasto. Derecha: MSLQ N° 12, ¿región de Andalgalá?
D.1.6: Cuerpo formado por dos segmentos tronco ovoides, con el segmento inferior más elongado que el superior, separados por una inflexión pronunciada. Cuello corto, subcónico que nace desde un punto angular, borde saliente y labio redondeado. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Dos pequeñas asas planas ubicadas en el punto de tangencia vertical. Índice 1: 0,93. Índice 2: 0,27. Altura total: 13 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Procedente de Famabalasto.
Figura 4.35. Forma D.1.3. Izquierda: MLP-Ar-5261 BMB. Derecha: MLP-Ar-5363 BMB, ambas de Famabalasto.
D.1.4: Cuerpo bicónico con punto angular, largo cuello hiperboloide separado del cuerpo por un punto angular, borde saliente y labio recto en bisel hacia afuera. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Las asas son acintadas, horizontales, con inclinación hacia arriba y remachadas de doble inserción y se ubican a la altura del punto de tangencia vertical. La forma del cuello y de las asas, sumadas a la aplicación de una franja de pintura negra en el borde interior, la asemejan a las urnas santamarianas, aunque la forma del cuerpo difiere. Índice 1: 1,06. Índice 2: 0,73. Altura total: 19,9 cm. La única vasija con esta forma procede de Quilmes.
Figura 4.38. Forma D.1.6. MLP-Ar-5380 BMB, Famabalasto.
D.1.7: Cuerpo esferoidal, cuello cilíndrico corto que comienza desde un punto angular, pequeño borde saliente y labio redondeado a recto en bisel hacia afuera. La base es cóncavo-convexa con punto angular en su contorno exterior. Las asas se ubican a la altura del punto de tangencia vertical. Son acintadas, de doble inserción, ambas uniones están muy juntas y con una inclinación que sella parcialmente el orificio generando una forma similar a las asas planas con concavidad suave características de algunas cerámicas santiagueñas. Índice 1: 0,97. Índice 2: 0,38. Altura total: 14, 5 cm. Frecuencia 2/209; 0,95%. El ejemplar registrado se relevó en el museo de Andalgalá y procedería de esa zona. Bregante (1926: 228-229, Figura 278) ilustra una vasija idéntica del área de Belén, registrada por Debenedetti en el Museo de Berlín, Col. Zavaleta, N° VC 6459.
Figura 4.36. Forma D.1.4. MEJBA, Col. Schreiter N° -38024-, Quilmes.
D.1.5: Cuerpo formado por dos segmentos tronco ovoides separados por un punto angular o una curvatura pronunciada. Cuello corto, hiperboloide con borde saliente y labio redondeado. Base cóncavo-convexa con punto angular en el contorno exterior de su perfil. Sin asas o con asas aplanadas, suavemente cóncavas e inclinadas hacia arriba, con una hendidura central
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Capítulo 4. Morfología e iconografía
Figura 4.39. Forma D.1.7. MSLQ N° 490, ¿región de Andalgalá?
D.1.8: Toda la pieza está levemente achatada en sentido antero posterior, por lo que no posee una total simetría respecto de un eje vertical de revolución. Cuerpo elipsoidal horizontal, cuello cilíndrico que comienza en un punto angular, borde saliente y labio recto. Base cóncavo-convexa de perfil continuo. Posee dos asas de doble inserción, remachadas y sección oval ubicadas a 90º a la altura del punto de tangencia vertical. Índice 1: 0,83. Índice 2: 0,36. Altura total: 15 cm. Frecuencia 3/209; 1,43%.
Figura 4.41. Forma D.1.9. MIH. Izquierda: Col. Gómez N° 338, Aimogasta. Derecha: Col. Manzur N° 188, Catamarca.
D.2.1: Vasija restringida independiente de contorno complejo con cuello. La pieza está achatada en sentido antero-posterior. Cuerpo subesferoidal separado del cuello por un punto de inflexión o angular (es variable debido a lo irregular del modelado). El alto cuello es un segmento de elipsoide, un nuevo punto de inflexión/angular define el inicio del borde saliente. El labio varía de recto a redondeado. La base es cóncavoconvexa de perfil continuo. Las asas se ubican por debajo del punto de tangencia vertical del cuerpo, son horizontales, de doble inserción, remachadas, de sección oval y tienen una inclinación hacia abajo que ronda los 40º. Índice 1: 1,08. Índice 2: 0,86. Altura total: 23,2 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Esta vasija es única y muy singular en su forma y gran tamaño. Procede de la localidad de Famabalasto.
Se registró una única vasija completa y tentativamente se clasifica bajo la misma forma a una curiosa pieza que muestra una reparación tras la rotura de su cuello (Lámina 3, Nº 22)4. Ambas son de procedencia desconocida. También se incluye a una vasija ilustrada por Bregante (1926: 233, Figura 286).
Figura 4.40. Forma D.1.8. MEJBA N° -37002-, procedencia desconocida.
D.1.9: Cuerpo ovoide vertical, con un pequeño cuello hiperboloide, borde saliente y labio redondeado o recto en bisel hacia afuera. Base cóncavo-convexa de perfil continuo o con una suave inflexión. Las asas se ubican inmediatamente por debajo del punto de tangencia vertical y pueden ser planas con una inclinación hacia abajo o bien horizontales de doble inserción y sección circular. Índice 1: 1,06. Índice 2: 0,23. Altura total: 18,5 a 22 cm. Frecuencia: 2/209; 0,95%.
Figura 4.42. Forma D.2.1. MLP-Ar-5399 BMB, Famabalasto.
D.3.1: La pieza está achatada en sentido antero-posterior. Vasija no restringida de contorno compuesto. Cuerpo subcónico, gran cuello de forma cilíndrica, que comienza a partir de un punto angular, borde saliente y labio redondeado. Base cóncavo-convexa de perfil continuo.
Se incluyeron dos piezas en esta categoría, la primera, de confección desprolija, procedente de Aimogasta y la segunda de Catamarca.5
Posee un par de asas acintadas horizontales con inclinación hacia arriba, de doble inserción y sección subrectangular (del estilo de las que poseen las urnas santamarianas) que se insertan mediante remaches en la parte inferior del cuello, por encima del punto de tangencia vertical del cuerpo. Índice 1: 1,10. Índice 2: 0,78. Altura total: 21,4 cm. Frecuencia: 1/209; 0,47%. Vasija singular procedente de la región de Santa María.
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Conocimos a esta vasija a partir de una ilustración de Adán Quiroga (1896). En otro trabajo (Palamarczuk y Manasiewicz 2001) reprodujimos la ilustración de Quiroga y la clasificamos como “olla”, creyendo que se trataba de una pieza de contorno simple. Luego la hallamos en el depósito del Museo Etnográfico y entonces se pudo notar que originalmente tenía un cuello, el cual fue prolijamente cortado, quizás luego de una rotura, transformándose gracias a esta modificación posterior a la manufactura original en una vasija de contorno simple. 5 Esta última no pudo ser medida y se estimaron sus dimensiones.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Este es un rasgo con un desarrollo irregular en una misma vasija, en la que puede haber sectores más o menos redondeados o rectos del labio. Sobre un total de 198 casos donde se observó el labio, 142 (71,7%) poseen ese tipo de modificación.
El achatamiento antero posterior observado en esta vasija, así como en otras mencionadas más arriba es un rasgo que destacamos, puesto que se trata de una característica conspicua de las urnas de estilo Santa María.
Otra observación general tiene que ver con el tamaño de las piezas. De acuerdo con medidas practicadas sobre 184 vasijas se observa que en su mayoría son de porte mediano con pocos casos en los extremos de tamaño. Predominan los valores dentro del rango entre 6 y 10 cm de altura total (Figura 4.47). Las alturas máximas corresponden a diferentes ollas. De 41 casos con alturas superiores a los 10 cm, solamente doce son pucos, registrándose una medida máxima de 14,5 cm para ese grupo de formas. En el otro extremo de la serie se contaron 26 casos con alturas inferiores a los 6 cm, de los cuales cuatro corresponden a ollas simples y los restantes a pucos, con una medida mínima registrada de 2 cm.
Figura 4.43. Forma D.3.1.MEB N° 356 CB, región de Santa María.
El stock de formas es mucho más variado de lo que se imaginaba al comenzar la búsqueda de materiales y es muy probable que no se agote en las modalidades que se acaban de mencionar (Figura 4.45). Las formas se manifiestan en frecuencias sensiblemente diferentes; los pucos considerados en conjunto suman 161 ejemplares y predominan en la muestra representando un 77% del total. Los restantes tres grupos morfológicos son diversos tipos de ollas, cuantitativamente muy inferiores en comparación con los pucos. Las más abundantes son las ollas con cuello, con 24 ejemplares (11,48%), luego hay cantidades similares de ollas con borde (12 ejemplares; 5,74%) y ollas de contorno simple (11 ejemplares, 5,26%). Por último hay un caso de olla muy fragmentado, de forma indeterminada (Figuras 4.46). Esta distribución de frecuencias de formas en la muestra es consistente con el predominio e inclusive la presencia exclusiva de pucos en los conjuntos fragmentarios de diferentes sitios como Tolombón, El Pichao, Las Mojarras, Rincón Chico, Loma Rica de Jujuil, Los Cardones, Los Cuartos de Tafí, Mortero Hachado, Potrero Chaquiago y Loma de los Antiguos.
Figura 4.46. Gráfico de frecuencias de cada grupo morfológico en una muestra de 209 vasijas FNG. Nótese el gran predominio de los cuencos con relación a los restantes grupos morfológicos.
Antes de hacer una breve síntesis sobre cada grupo de formas conviene realizar algunas observaciones generales que involucran a todos ellos. La mayoría de las bases son del tipo cóncavo – convexo (en un orden asiento - fondo). Sobre un total de 177 casos en los que este atributo se pudo observar, 151 corresponden a ese tipo (85%) y sólo hay tres casos en los que el asiento de la base no es cóncavo (A.2.5; A.2.6 y A.6.1) (1,7%), lo que muestra una regularidad en la técnica de modelado, un esquema morfológico que se relaciona con los gestos técnicos de los alfareros y que es un rasgo propio del estilo. La mayoría de las piezas posee alguna clase de terminación recta del labio, ya sea en bisel hacia afuera (en las ollas con borde o cuello), recto o recto en bisel hacia adentro en el caso de los pucos.
Figura 4.47. Gráfico de altura total de vasijas Famabalasto Negro Grabado en base a una muestra de 187 vasijas medidas.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía
Figura 4.44. Síntesis de las formas identificadas en una muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado de museos
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.45. Histograma de frecuencias de las diferentes formas en una muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado de museos.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía Los registros se limitaron a los pucos, aunque también se apreciaron formas como las ollas globulares con cuello de La Paya ilustradas en Ambrosetti (1907). La búsqueda se realizó entre los materiales del Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz de Cachi y del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, fichándose 74 pucos en total. En base a las formas del cuerpo, tipos de bases y proporciones se organizó una clasificación sintetizada en la Figura 4.48. Para no extenderse en nuevas descripciones se reserva una caracterización detallada de estos pucos para otra ocasión, basta destacar aquí algunas conclusiones de interés de acuerdo a los propósitos comparativos que guiaron en un principio esta nueva búsqueda. La forma 1.2a es la más similar a las observadas en pucos FNG (A.1.1), pero solamente el 12,16% de estos pucos norteños son de esa forma. Las bases cóncavo-convexas, que son la gran mayoría en el FNG y que se destacaron como un rasgo estilístico muy constante, son también la mayoría aquí, alcanzando un 35,1% de los casos y hay otras bases en cantidades bastante repartidas: cóncavoplanas, plano-planas, o plano-cóncavas (Figura 4.49). Por último tres de los pucos que por su forma (1.1.b, 1.3.a y 1.1.b) y aspecto general se incluyeron en este conjunto no proceden del valle Calchaquí, sino de Fuerte Quemado, al igual que el puco N° 86 que motivó este paréntesis.
Cuencos o pucos Los cuencos son tanto el grupo numéricamente más importante como el que mayor cantidad de variantes de forma presenta, con un total de 19. Existen dos grandes conjuntos definidos en función de la forma del cuerpo hemisferoidal o tronco ovoide- en los que son mayoritarias las variantes A.1.1 y A.2.1 respectivamente. Dentro de estos dos conjuntos se destacaron variaciones sutiles en los tipos y perfiles de las bases, con una expresión numérica muy menor. Son raros los cuencos con formas de cuerpo distintas, por ejemplo tronco cónica (A.2.7) o con cuerpo de contorno inflexionado (A.3.1) o compuesto (A.4.1, A.4.2, A.5.1, A.7.1), con forma tipo “cuchara” (A.6.1). Son escasos también los pucos que tienen un estrangulamiento del orificio con forma de “8” (A.1.6 y A.4.2). Hay dos casos de aplicación de asas, en un caso son de tipo otomorfas (25, N° 149) y el segundo, con un pequeño aditamento vertical a la altura del borde (Figura 4.18, Lámina 21, Nº 132). Con relación a la distribución espacial de las variantes, la forma A.4.1 aparece con mayor frecuencia en la zona de Trancas. Los pucos con orificio en forma de “8” se registraron en Tolombón, Famabalasto y El Bañado. De este último sitio hay varios ejemplares de pucos en miniatura que fueron hallados todos juntos en un contexto funerario muy particular (Capítulo 6). Otras formas minoritarias se presentan en uno o dos casos lo que limita las relaciones entre variantes y espacio. Las formas mayoritarias poseen también una distribución espacial generalizada a todas las regiones. Pero hay que volver a resaltar el predominio de la forma A.2.1 en los sepulcros de Famabalasto. Un 30% de estos pucos (17/57) procede de ese sitio, en donde constituyen el 65,4% del total de pucos (17/26). Se suman otras variantes con cuerpo tronco-ovoide (A.2.6, A.4.1 y A.5.1) para definir una pronunciada regularidad en la forma del cuerpo de los cuencos de ese sitio.
Figura 4.48. Variantes morfológicas identificadas en una muestra de 74 pucos del valle Calchaquí. Los números indican diferentes morfologías del cuerpo y las letras diferentes clases de bases: a: cóncavo-convexa, b: cóncavo-plana, c: plano-plana, d: plano-cóncava.
El puco N° 86, forma A.7.1, es un caso interesante que merece un comentario extenso. Se notó que su contorno es más semejante al de ciertos pucos Negro Pulido del valle Calchaquí que al de los FNG. Además la base es muy rara, con un asiento sinuoso y un fondo plano amplio. Sin embargo tiene un diseño inciso con línea de puntos y relleno blanco en las incisiones y procede de Fuerte Quemado, un sitio en el centro de Yocavil. Con el propósito de realizar comparaciones con mayor fundamento entre el FNG y otra modalidad estilística con características propias, pero también con notables puntos en común, como lo es el estilo Negro Pulido del valle Calchaquí, se trabajó en el relevamiento de piezas de museos. 6
Figura 4.49. Frecuencias de las variantes morfológicas identificadas en una muestra de 74 pucos Negro Pulido del valle Calchaquí. 6
Se registraron 48 pucos del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti de las colecciones Zavaleta, Quiroga y Expediciones de la FFyL de 1906 y 1907 y 26 pucos del Museo Arqueológico P.P. Díaz de Cachi. Las procedencias son: Cachi, Cafayate, Fuerte Quemado, La Poma, La Paya, Tero, El Churcal, SSal Rol 1 y Tacuil.
Tomando en cuenta esta información el puco N° 86 aparece como un caso que se puede calificar como “mixto” al integrar características decorativas del FNG y 93
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Luego hay otras dos ollas pequeñas con modelado zoomorfo, la B.1.4, N° 194, es una hermosa representación de serpiente enroscada sobre su cuerpo, no es negra sino de color ante y tiene pintura negra y decoración incisa. La B.1.5, N° 195, es un cuadrúpedo parado sobre sus cuatro patas, que por su pose erguida se asemeja al “vaso zoomorfo representando un tigre” de La Paya publicado por Ambrosetti (1907: 52, Figura 28), aunque este último tiene la cabeza ladeada y no hacia el frente, como el negro grabado (Figura 4.57). El conjunto de vasijas con modelado zoomorfo es de sumo interés, su diseño es especial, con una elaboración plástica de personajes animales no observada en otras formas.
morfológicas de los pucos Negro Pulido norteños. ¿Es una producción local de Fuerte Quemado? ¿Es una vasija importada desde el valle Calchaquí? ¿Es una imitación de la decoración FNG realizada por un alfarero del valle Calchaquí en ese ámbito o en Fuerte Quemado? Cualquiera de estas posibilidades, tienen que ver con interacciones sociales entre gente de los diferentes valles que quedan expuestas en particulares producciones de estilo. Los cuencos en general remiten por su forma a un uso para el servicio, exhibición y consumo de bebidas o alimentos de tipo semisólidos. Por su tamaño, mediano o pequeño, pueden relacionarse a un servicio quizás individual de esos alimentos, no obstante los pucos podían circular de mano en mano en alguna situación en la que hubiera gente congregada. Se pudieron apreciar huellas de uso, como pérdida del brillo o descascarado y piqueteado del fondo en las superficies internas de varios ejemplares, o desgaste en el asiento de la base en un total de 26 pucos (16,15%) originarios de diferentes regiones (Yocavil, Hualfín, valle Calchaquí). Teniendo en cuenta que estas vasijas enteras proceden con alta probabilidad de contextos funerarios, estas marcas proveen un indicio tanto del uso de esta clase cerámica como de una vida útil de la vasija con una historia anterior a su disposición “final” como acompañamiento funerario.
También hay pequeñas ollas (B.1.2), como la N° 31 de Campo del Cerro Colorado (Hualfín) con una modificación del labio o pequeño reborde y sin modelado zoomorfo. Por su estructura restringida, con un orificio diminuto y su pequeño tamaño, el conjunto de las vasijas chicas sugiere otra clase de usos que los inferidos para los cuencos. Pueden haber sido empleados para la reserva de sustancias poco voluminosas y particularmente apreciadas, como por ejemplo pigmentos o sustancias medicinales, ceniza (llijta) para coquear e inclusive, polvos psicotrópicos. El orificio pudo ocluirse con algún tapón, tal vez de madera u otro material de tipo orgánico, para preservar el contenido, como puede observarse reiteradamente en pequeñas vasijas de cerámica o madera de contextos funerarios de San Pedro de Atacama (Myriam Tarragó comunicación personal 2008). Es de lamentar que para ninguno de los casos FNG referidos se conozcan datos sobre el contexto de hallazgo, aunque con gran probabilidad se trate de tumbas. En el recinto 6 del Sector Conoide de Tolombón y en el sitio Los Cuartos de Tafí se hallaron sendos fragmentos de vasijas de forma B.1.2., lo que ayuda a ampliar las consideraciones acerca de usos no funerarios de estas vasijas (Figura 4.50).
Ollas de contorno simple y miniaturas Existen pocos ejemplares de ollas de contorno simple y estas pueden clasificarse en dos módulos de tamaño. Por un lado hay ollas de tamaño mediano (B.1.1) con información sobre procedencia poco precisa. Por el otro están las ollitas en miniatura de hasta unos 6 cm de altura total (B.1.2 a B.1.5), que son las más abundantes (8/11; 72,7%). Éstas se dividen a su vez en aquellas con modelado zoomorfo, en las que el cuerpo de la vasija representa el cuerpo de un animal “panza arriba” (B.1.3) como los ejemplares N° 64 de Tinogasta, donde el animal tiene un morro en punta y orejitas triangulares o la N° 201 de Fuerte Quemado en la que el “enigmático animal” (Bruch 1911: 77) tiene cola y cabeza modelada con orejitas en punta y figuración de ojos y dientes incisos que de aspecto felínico. Otra pieza, N° 30, es de procedencia desconocida, está incompleta y se aprecia una confección con pasta más gruesa e incisiones con un diseño peculiar con ondas y espirales. Posee una cabeza modelada con boca en punta y sin orejas, semejante a algunas cabecitas de plato pato. Por último hay otras dos que perdieron los aditamentos modelados, estas son la N° 16 de “Calchaquí” y la N° 32 de El Campito, Corral Quemado. Son vasijas con afinidades con los “vasos del parto” santamarianas por la actitud física de los personajes, aunque en estas últimas la figuración es antropomorfa y los cuencos son de tamaño más grande. Es interesante el “vaso antropomorfo pintado” que publica Bruch (1911: 77) en su capítulo sobre Fuerte Quemado, que también es más grande que los negro grabado, pero la forma del cuerpo es igual, con un orificio pequeño y modelado antropomorfo de la cabeza, piernas y un brazo.
Figura 4.50. Fragmentos de pequeñas ollas B.1.2 a: Tolombón, b: Los Cuartos, Tafí.
Esta clase tiene puntos de contacto con todo un grupo de miniaturas de cuerpo restringido y con pequeños orificios y figuraciones de animales modelados que se observan en cerámicas de estilo santamariano, como las que publica Ambrosetti (1907: 370 Figura 186 y 244 Figura 113) procedentes de tumbas en La Paya (Figura 4.51). Continuando con las miniaturas existen otras formas muy raras como el pequeño vaso de tres cinturas con borde saliente y asa lateral (C.2.1) que procede de Fuerte Quemado o el puquito con forma de gota o media
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Capítulo 4. Morfología e iconografía decidió incluirlas en la muestra considerando que podrían ser ejemplos que abren la puerta a las reflexiones sobre los diferentes fenómenos de mezcla o combinación entre estilos contemporáneos. La “incertidumbre clasificatoria” no es entonces un problema y por el contrario es un estímulo para pensar en las dinámicas de la innovación estilística.
calabaza que recuerda a las “cucharas” del Formativo, de la zona de San José. También hay un fragmento del sitio RCh 15 del sector bajo del poblado Rincón Chico que perteneció a un minúsculo puco de forma A.2.1, de 4,8 cm de diámetro y 2,6 cm de alto. Estos recipientes, en especial los dos últimos, se pueden vincular con el consumo de bebidas o preparados cuya ingesta debiera graduarse de algún modo, por ejemplo a través de la capacidad en volumen del pequeño recipiente. Si bien no hay evidencias más allá de lo insinuado por la forma y el tamaño, se sugiere que las miniaturas en general podrían relacionarse con la contención y consumo de elementos alucinógenos o estimulantes, o bien vinculados con su preparación. Las “tabletas de rapé”, los “escarificadores”, que en algunos casos poseen imágenes felínicas talladas compartiendo el tema felínico de algunas vasijas, las pequeñas cucharitas y tubos de hueso que se hallaron con profusión en las tumbas de La Paya son indicadores del consumo de esta clase de sustancias en los pueblos calchaquíes. Es una idea que deberá ser indagada, puesto que el estudio en detalle de estas vasijitas de diferentes estilos está aún pendiente y merece un tratamiento más profundo.
Ollas con borde Con respecto al grupo de las ollas con borde se registraron doce unidades repartidas en siete variantes, incluyendo las miniaturas ya mencionadas. Sin considerar las miniaturas, cuyo tamaño ronda los 7 a 8 cm de alto, la altura total de estas vasijas varía de manera escalonada y sin predominio de alguna magnitud entre 11,5 y 15,5 cm. Por la forma de su cuerpo pueden clasificarse en troncoovoides (C.1.1; C.1.3 y C.1.5) o elipsoidales (C.1.2; C.1.4 y C.1.6). Aunque se diferencian por la forma del cuerpo y el diámetro del orificio, las formas C.1.1 y C.1.2 tienen en común las asas, que son de tipo otomorfas y que dividen la decoración incisa en dos bandas frontales. Esta clase de asas está presente tanto en pucos de estilo Loma Rica, considerados como exponentes de los momentos iniciales del Período Tardío en Yocavil, como también en las ollas peinadas usadas para cocinar alimentos y cuya temporalidad es muy extendida a lo largo de todo el Tardío (Marchegiani y Greco 2007). La otra forma donde se observaron asas, pero de una variante mamelonar plana, es la C.1.5 de Famabalasto.
1846
Estas vasijas medianas proceden de las localidades de Famabalasto, Puerta de Corral Quemado, Corral Quemado y Quebrada de Loconte. Se puede generalizar entonces que se trata de variantes “sureñas” o que circulan con más intensidad en zonas al sur de Yocavil como Hualfín y también el sur del valle del Cajón. En estas piezas no se pudieron distinguir marcas de uso. En conjuntos fragmentarios de los sitios RCh 12 y RCh 15 de la localidad de Rincón Chico se aislaron unos pocos fragmentos que corresponden a vasijas restringidas de tamaño mediano, algunas con borde o cuello, pero no se pudo avanzar mucho más en la reconstrucción de formas (Palamarczuk 2002, Lámina XXXVII).
Figura 4.51. Pequeñas vasijas zoomorfas restringidas de La Paya, publicadas por Ambrosetti (1907:244, Figura 113 y 370, Figura 186), fuera de escala.
Ollas con cuello Otras ollitas miniatura con borde C.1.6 merecen un comentario aparte. Se incluyeron en la muestra dos piezas de esta clase, una con procedencia desconocida y la otra de Chilecito, La Rioja. Como se comentó al describirlas, poseen semejanzas en su diseño inciso -de lectura continua formada por óvalos o rombos concéntricos y con rayita central- tanto con algunas urnas Belén como con vasijas FNG. Son puntos comunes a ambos estilos que ponen de manifiesto sus influencias recíprocas. Desde el punto de vista de su procedencia podrían clasificarse como vasijas Belén “raras”, ya que al menos una de ellas es negruzca Por otra parte en esta zona tan austral no se registraron otros elementos FNG “clásicos”, lo que marca una diferencia regional significativa. No obstante se
Este es un conjunto con muchas variantes y piezas únicas, sobre un total de 24 se diferenciaron 11 formas. Los tamaños son los más grandes dentro del estilo, con alturas que varían escalonadamente ente 12 y 23 cm. Se distinguen aquellas con un cuerpo esferoidal (D.1.7 y D.2.1), subcónico (D.3.1), ovaloide (D.1.9), elipsoidal horizontal (D.1.1 y D.1.8) y tronco ovoide, que son las más abundantes (D.1.2, D.1.3, D.1.4, D.1.5 y D.1.6). Las vasijas de mayor tamaño tienen cuellos largos y asas remachadas de doble inserción horizontal. El cuello de la pieza N° 95 (Figura 4.36), procedente de Quilmes, recuerda al de las urnas santamarianas, incluso posee una
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino aplicaciones de pintura roja y de relleno blanco completando las incisiones, lo que indica distintas actualizaciones de la decoración de la vasija.
banda de pintura negra en la parte interior de su borde, que es un campo del diseño en esa clase de urnas. La N° 188 (Figura 4.43) procede de la región de Santa María, tiene también un largo cuello similar al de algunas urnas santamarianas, pero al estar aplicado sobre un cuerpo subcónico tiene un aspecto completamente diferente, además en este caso las asas se disponen en el cuello. La vasija más grande y quizás la más extraña es la N° 165 de Famabalasto (D.2.1), en ese caso el cuello lo compone un segmento de elipsoide La inclinación hacia debajo de las asas recuerda a las de algunas ollas Caspinchango, pero en todo lo demás es una vasija sin paralelos (Figura 4.42).
Hay ollas con cuello de Aimogasta, Belén, Región de Andalgalá, Famabalasto, Región de Santa María y Quilmes, también aquí predominan las procedencias sureñas. Dos piezas son del área de Yocavil, otras dos del área de Hualfín, una de La Rioja y trece de Famabalasto. Es notable la variedad de estas formas en el último sitio. De las once formas diferenciadas seis están en las tumbas de Famabalasto y cuatro son exclusivas en ese sitio. Al clasificar las 209 vasijas de la muestra de acuerdo con su grupo morfológico y región de procedencia se percibieron patrones generales en su distribución espacial (Tabla 4.1, Figura 4.52). La tendencia es muy interesante y podría definirse un área al norte, integrada por el valle Calchaquí, Yocavil, Trancas y Tafí, este último valle se incluye en función de los conjuntos fragmentarios observados en esa zona. En este sector norte la expresión de las diferentes clases de ollas (B, C y D) es mínima. En contraste, hay un área al sur, integrada por Famabalasto, Andalgalá, Hualfín, Tinogasta y La Rioja (estos dos últimos lugares con muy pocos hallazgos), en donde las ollas alcanzan proporciones del orden del 35 - 40% de los conjuntos.
Un elemento común a varias de las ollas de menor porte es la presencia de asas planas, que en algunos casos son dos pequeños mamelones y en otros están más desarrolladas. Esta característica fue destacada por Cigliano para algunos ejemplares del sitio Famabalasto: “Por otra parte debemos agregar que hay algunas piezas que tienen una influencia de otros tipos; como, por ejemplo, algunos vasos subglobulares tienen asas planas, propias de la alfarería chacosantiagueña o de la Famabalasto negro sobre rojo.” Cigliano (1958: 82). Las asas planas están presentes también en la rara pieza N° 70 (D.1.9) de Aimogasta (Lámina 11) y en la vasija N° 110 (D.1.5) que procedería del área de Andalgalá (Lámina 17). Las asas de esa última pieza, junto con las de las N° 130 y 136 de Famabalasto (Láminas 21 y 22) tienen una concavidad suave, una leve inclinación hacia arriba y una sinuosidad en su labio, todos estos son diseños propios de la alfarería santiagueña, como puede apreciarse en las láminas de la obra de los hermanos Wagner (Wagner y Wagner 1934) y también en el Famabalasto Negro sobre Rojo, que es un estilo con raíces en esa zona pero de mayor dispersión en el área valliserrana. Estos modelos tuvieron impacto en algunos de los alfareros que confeccionaban el FNG y hay que destacar que, de acuerdo con la muestra ese rasgo se ha manifestado en ejemplares FNG que estaban circulando en zonas más al sur de Yocavil, como Andalgalá y también Famabalasto, en el valle del Cajón. Hasta el momento no se observó esa clase de asas en vasijas de Yocavil.
FORMA REGIÓN V. Calchaquí Yocavil Trancas V. Cajón (Famabalasto) Andalgalá Hualfín Tinogasta La Rioja Desconocida TOTAL
A Cuencos
B C D Ollas Simples Ollas Borde Ollas Cuello Ollas Indet TOTAL 9 1 10 77 3 1 2 83 10 10 26 5 13 44 4 2 6 13 2 3 2 20 1 1 2 1 1 2 22 4 1 4 1 32 161 11 12 24 1 209
Tabla 4.1. Frecuencias por región geográfica y grupo morfológico para una muestra de 209 vasijas FNG.
Las piezas de forma D.1.3 tienen una elegancia notable por el equilibrio de sus proporciones. En particular hay dos piezas (N° 204 y 205) casi iguales, sin diseño inciso y que estaban juntas en una misma tumba de Famabalasto (Lámina 30). Con relación a las evidencias de uso se notó cierto desgaste en el asiento de la base en la pieza N° 110 (D.1.5). La N° 22 está reparada, luego de la rotura del cuello éste fue prolijamente retirado desde el punto angular y se creó un nuevo labio puliendo la superficie de fractura. De esta manera la vasija cambió su forma hacia una de las “tipo B” (Lámina 3). La N° 70 (Lámina 11), de Aimogasta, es de cocción en atmósfera oxidante, con un diseño inciso muy desprolijo en el que se superponen
Figura 4.52. Proporciones de los grupos morfológicos por región en base a una muestra de 209 vasijas FNG.
Entre los cuatro grupos morfológicos descritos se suma un total general de 42 variantes de forma (19 cuencos, 5 ollas de contorno simple, 7 ollas con cuello y 11 ollas con borde). Tomando la cantidad de variantes de forma, indistintamente del grupo morfológico que estas 96
Capítulo 4. Morfología e iconografía representan, se calculó el porcentaje de variedad morfológica existente en cada región. De este cálculo surge que en Yocavil se manifiesta un 50% de la variedad total. A pesar de que hay pocos casos de ollas, allí aparecen muchas de las variantes de cuencos. Pero de las 15 clases de cuencos de Yocavil un 74, 4% lo cubren sólo dos tipos: A.1.1 y A.1.2.
Torteros Para terminar el acápite sobre las formas resta considerar un último y muy interesante grupo de objetos cerámicos. Estos son una serie de torteros modelados en arcilla e incisos que responden a varias de las pautas estilísticas observadas en el Famabalasto Negro Grabado: color oscuro, superficies que pueden ser pulidas, decoración incisa rellena de material blanco y diseños formando guardas geométricas.
Es muy llamativo el resultado obtenido para Famabalasto, las tumbas de esa localidad dan cuenta de un 38% de la variedad morfológica del estilo y un 21,42% de la variedad morfológica total (9 variantes) apareció de manera exclusiva allí.7 En Famabalasto las variantes están más repartidas entre cuencos y ollas. Como se verá en detalle en el Capítulo 6 las vasijas FNG de Famabalasto proceden de dos cementerios y uno de ellos aporta 43 de las 44 piezas de la colección. Este lugar, que es el segundo en expresión cuantitativa de variedad, es un punto en el paisaje, no un área extensa como Yocavil, que es todo un gran valle con más de una decena de grandes centros poblados tardíos. Pero más allá de esta diversidad medida en frecuencias y cantidad relativa de variantes, no hay que dejar de lado la homogeneidad en el modelado de estas vasijas, ya que existe un predominio de cuerpos cónicos, con bases de perfil continuo integrando las distintas formas (32/44; 72,72%). Los pucos en Famabalasto tienden a ser elongados, la proporción altura/diámetro máximo (Índice I) promediada alcanza valores superiores en esa localidad (0,54) que en los conjuntos de cuencos de Yocavil (0,47), Hualfín (0,46) y el valle Calchaquí (0,47). En trancas (0,53) y Andalgalá (0,57) se observaron proporciones más parecidas.
En contra de lo que podría suponerse tomando como antecedente la distribución espacial de las cerámicas Famabalasto Negro Grabado, estos bellos ejemplares no se encontraron por el momento en los poblados tardíos de Yocavil, sino en el sitio incaico Potrero Chaquiago, en Andalgalá. En las excavaciones de cuatro recintos en el sector La Solana se hallaron 151 torteros y 296 fichas, en su mayoría de cerámica, que se concentraban en especial en el Recinto III, en el que además se notó un predominio de torteros más pequeños que en otros recintos. El sector La Solana se diferencia a su vez de otros en el mismo sitio por la abundancia de torteros, indicativa de la espacialidad de las actividades de textilería. Considerando la evidencia faunística en la localidad se concluyó que en el sitio se realizó un uso primario de camélidos para la obtención de carne y un uso secundario para la lana, sin dejar de lado el posible uso como animales para la carga (Williams 1995: 152-158). En ese mismo trabajo se realizaron consideraciones vinculando las dimensiones de los torteros (diámetro total, espesor, diámetro del orificio central) y la finura del hilado que se elaboraba.
El tercer lugar lo ocupa la región de Hualfín, con un 23,8%, donde hay mayor cantidad de clases de ollas que de pucos. En las restantes zonas los hallazgos son muy escasos como para evaluar la expresión de variedad (Tabla 4.2). Un análisis en mayor profundidad de esta tendencia sugerida por la distribución regional de las formas se desarrollará luego de exponer las características de los diseños incisos. FORMA REGIÓN V. Calchaquí (n 10) Yocavil (n 83) Trancas (n 10) V. Cajón (Famabalasto) (n 44) Andalgalá (n 6) Hualfín (n 20) Tinogasta (n 2) La Rioja (n 2) Desconocida (n 32)
A Cuencos
Los torteros más pequeños y con orificios menores, con diámetros de 2 mm pudieron usarse en el hilado de lana de fibra fina, mientras que los torteros con diámetros de orificio más gruesos, de 4 mm o más son más aptos para el hilado de fibras gruesas.
B C D Total de variantes % de variantes Ollas Simples Ollas con Borde Ollas con Cuello de forma por región de forma por región 4 1 5 11,9 15 3 1 2 21 50 5 5 11,9 7 3 6 16 38 2 2 4 9,5 4 2 2 2 10 23,8 1 1 2 4,8 1 1 2 4,8 7 2 2 3 14 33,3
Tabla 4.2. Abundancia absoluta y relativa de variantes morfológicas de las vasijas Famabalasto Negro Grabado por región, establecidas en base a una muestra total de 209 vasijas y sobre 42 variedades morfológicas. Entre paréntesis se indica la cantidad de piezas observadas por cada región.
7 De acuerdo con la muestra de vasijas completas son 10 las variedades exclusivas del sitio Famabalasto. No obstantes se consideran 9, al restar la variedad A.5.1, por haberse hallado fragmentos de una morfología similar en Potrero Chaquiago.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Ellos estaban elaborados con fragmentos reutilizados de recipientes cerámicos decorados (Famabalasto Negro sobre Rojo, Averías), pero también hay varios que fueron modelados y decorados con incisiones y rellenos blancos y ese grupo de torteros son los que tienen afinidades con el FNG (Figura 4.53). Williams los describe de la siguiente manera:
Los tejidos finos cumbi, preciados por su calidad, colorido y finura se confeccionaban con hilados finos y tenían un alto valor social y de intercambio en el marco de la organización estatal incaica, aunque no eran los únicos bienes que podían elaborarse con los hilados, la confección de quipus para las actividades de registros de tipo administrativo o histórico también requirió de ellos (Williams 1995: 156-157).
“Los ejemplares con decoración incisa se caracterizan por tener formas abultadas (troncocónicas y cónicas), cuyos espesores están comprendidos entre 1,7 y 0,8 cm. Sus alturas no presentan regularidad. Se deduce que el mayor espesor de estos ejemplares en comparación con los pintados está relacionado con la aplicación de una decoración incisa ya que se requiere una mayor superficie y un mayor espesor para trabajar con dicha decoración.” (Williams 1983: 55).
John Murra dejó en claro la importancia de los textiles en la economía inca. Estos bienes desempeñaban roles que trascendían los usos utilitarios y ornamentales. Eran pues elementos de ofrenda sacrificial, símbolo de origen y posición social y cada acontecimiento socialmente significativo involucraba el intercambio, ofrenda, cesión o destrucción de tejidos. El tributo en trabajo de las unidades domésticas de poblaciones incorporadas al estado incluía en muchos casos la entrega de tejidos para las necesidades del estado y el culto, lo que comportaba el derecho recíproco a recibir fibras o hilados provistos desde los depósitos comunitarios o estatales. La prestación rotativa textil era una obligación inexcusable. Además de este tipo de prestación de servicios rotativo había grupos de artesanos especialistas dedicados de manera íntegra a esa actividad; los cumbi camayoc tejían las telas de mayor calidad, las aclla eran mujeres tejedoras congregadas en lugares especiales en diferentes puntos del reino que tejían ropa ceremonial y sacramental (Murra 1999 [1955]: 114-119).
Esta autora realizó un análisis comparativo en base a información bibliográfica sobre los torteros en sitios del NOA como Tastil, Atacama, La Paya, Tilcara, Icaño y Manogasta y concluyó que los materiales de Potrero Chaquiago presentaban una tipología particular. Algunos ejemplares de Tastil y Santiago del Estero se parecen en sus materiales y técnicas de manufactura, pero los de Potrero Chaquiago son más pequeños. En esto se asemejan los torteros de Tilcara, que son pequeños, pero están confeccionados en piedra. “Los torteros incisos son sólo parcialmente similares a los santiagueños y muestran en cambio ciertas similitudes morfológicas con otros provenientes de yacimientos incaicos o de influencia incaica (Tilcara, Antofagasta de la Sierra, etc.).” (Williams 1983: 58).
Los torteros cerámicos, evidencia perdurable de la fabricación textil, indican que esa tarea se desarrolló con intensidad en el establecimiento de Potrero Chaquiago (Williams 1983, 1995; D’Altroy et al. 1994).
Figura 4.53. Diferentes torteros modelados y con decoración incisa de Potrero Chaquiago, sector La Solana, Recinto III, Andalgalá, IDA, FFyL, UBA, Colección Williams.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía incisos son a su vez minoritarios dentro del conjunto de negros pulidos en el sitio. El estilo santamariano, permanentemente asociado al FNG, también es insignificante en este sitio.
Se aprecia también cierta variedad en los torteros modelados e incisos de Potrero Chaquiago, por ejemplo las fotografías de la línea inferior en la Figura 4.53 tienen parecido morfológico y en el diseño inciso con otros del área santiagueña, mientras que en las restantes fotografías se ilustran los que tienen mayor correspondencia con el FNG. Al revisar los torteros se contaron unos 30 de esta clase. En el sitio incaico de Punta de Balasto en el extremo sur del valle de Yocavil se encontró en superficie un pequeño tortero discoidal con incisiones romboidales parecidas. Es decir que hasta el momento solamente se los ha visto en lugares vinculados a la ocupación incaica.
¿Qué está indicando el fenómeno de los torteros negros con incisiones y rellenos afines a un Famabalasto Negro Grabado tan minoritario en el lugar? ¿Quién hizo estos torteros? ¿Por qué no aparecen en los poblados de Yocavil donde el FNG está presente con más fuerza? Una posibilidad, por supuesto dentro de un marco hipotético, sería que los tejedores oriundos de los llanos incorporaran variantes de torteros novedosas tomando los modelos que les proponían otras alfarerías ajenas a su propia tradición, como el Famabalasto Negro Grabado, en el nuevo ámbito de su reasentamiento. De esta situación pudieron surgir innovaciones dentro de una tradición propia de modelado de pesos de huso. Al tener en cuenta el contexto tan acotado de esta clase del hallazgo esta aparece como una posibilidad verosímil.
Estos torteros negros, pulidos e incisos son del grupo de los pequeños y de acuerdo con lo sugerido más arriba y considerando las particularidades del contexto de hallazgo junto con la elaboración especial de su diseño modelado y decoración se pueden relacionar con el hilado de tejidos finos. Potrero Chaquiago fue un asentamiento incaico vinculado con actividades productivas intensivas en diferentes rubros como los textiles, la metalurgia y la cerámica. Las llamativas cantidades de cerámicas fragmentadas correspondientes a estilos vinculados con la tradición de la llanura santiagueña, como el Yocavil Polícromo, y en mayor abundancia, el Famabalasto Negro sobre Rojo sustentaron la idea de que en el lugar se habrían asentado mitimaes Juríes de las llanuras de esa zona, para servir a la producción de elementos básicos y suntuarios, pero también funcionales de acuerdo con una estrategia para la circunscripción territorial y la penetración sobre las comunidades Diaguitas del área valliserrana, más reticentes al dominio incaico. Pudo ser de modo simultáneo un enclave productivo y un enclave estratégico para el control de una frontera interna y externa inestable (Williams 1995: 215-230).
4.2. Iconografía En el análisis iconográfico se toma aquí la distinción entre temas (las ideas rectoras que otorgan un significado), modos de representación (la selección de elementos relevantes a partir de modelos) y composición (arreglo espacial) (Levine 1957). Los diferentes temas se expresan en el estilo a través de diseños específicos con características repetitivas. En relación a los modos de representación de los diseños figurativos (zoomorfos y antropomorfos) se consideran los atributos seleccionados para caracterizar a las especies en el estilo, como los gestos, actitudes, posturas y comportamiento (Kusch 1991). Entre los múltiples elementos que intervienen en la composición se reconocen aspectos formales (diseño y rasgos), de ordenación espacial (secuencia, ritmo y armonía), y cualidades (expresión y emoción) (Alcina Franch 1982: 109-110).
La estructura del registro cerámico es muy diferente en ese sitio a la que puede apreciarse en los poblados del tardío local de Hualfín o de Yocavil. Un total de 20.249 fragmentos cerámicos recuperados en el Recinto III del sector La Solana se clasificaron de la siguiente manera: 24,2% estilos inca provincial; 2,6% inca local; 47,7% material no decorado; 10% ollas pie de compotera con rastros de hollín; 15,2% material fase inca (Willims 1995:224). La cerámica de la fase inca incluye los estilos Santa María, Belén, Yavi Chico, Yocavil Polícromo y Famabalasto Negro sobre Rojo. Los estilos Inca negro pulido e Inca negro pulido e inciso (equivalente del FNG) se incluyen en la categoría inka provincial.
Para el análisis y descripción de los diseños en la cerámica se consideraron las propuestas teórico metodológicas de Jernigan (1986), aplicada a la cerámica del sudoeste de los Estados Unidos y de Caviglia (1985 y 2002) para el análisis de las urnas santamarianas y de las capas pintadas de cuero tehuelches respectivamente, de acuerdo con una visión de las vasijas como unidades completas en sí mismas y en oposición a una visión analítica “atomizante” o que segmenta y descontextualiza los elementos o unidades mínimas de diseño.
Sobre un total de 3170 fragmentos fase inca el 95,74% (3035 fragmentos) corresponde al Famabalasto Negro sobre Rojo, los restantes estilos están en baja proporción. Sobre 4.975 fragmentos inca provincial sólo el 1,99% (99 fragmentos) corresponde al grupo de los negro pulidos tomados en conjunto (Williams 1995: Cuadro 16 y 18).
El trabajo de Jernigan (1986) ofrece conceptos que han ayudado a clarificar algunas ideas en relación al estilo y las maneras de identificarlo y abordar su estudio. Este autor propone las nociones de esquemas, patrones de configuración y unidades de diseño y plantea un método de acuerdo a una aproximación que él define como “no jerárquica” en oposición a los modelos analíticos “jerárquicos”. De algún modo su trabajo constituyó una respuesta al modelo de análisis estilístico que desde la
Considerando que el grupo de los negro pulido incluye diferentes modalidades cerámicas, la proporción del FNG se reduce aún más. Los materiales negro pulido con 99
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino utilidad de la combinación de los acercamientos jerárquicos y no jerárquicos en el análisis y la descripción del estilo. La noción de esquema es muy ilustrativa de una instancia de reconocimiento que es fundamental, la identificación de patrones, de aquello que se repite. La contextualización de esos patrones es una vía para indagar su significación. Es importante también la noción de las vasijas como unidades íntegras con una lógica de diseño que sólo puede percibirse en su totalidad.
década del 30’ domina los estudios tipológicos de la cerámica decorada del sudoeste de Estados Unidos, basados en la diferenciación de niveles sucesivos entre, disposiciones (layout), motivos, elementos y rellenos. Jernigan apunta que estos diferentes niveles son construidos con gran ambigüedad por los analistas, esta segmentación arbitraria de los diseños decorativos, de acuerdo a diferentes niveles, no refleja las unidades de diseño relevantes para los hacedores del estilo y, más aún, dificulta su distinción al descomponer hasta límites no del todo precisados, puesto que diferentes analistas avanzan más o menos en el proceso de segmentación de las unidades de diseño hasta llegar a unidades mínimas como un punto o una línea. De acuerdo con el método no jerárquico se define a la unidad de diseño como una unidad mínima, no divisible, que puede ser muy simple o muy compleja, lo que importa para su distinción es que se trata de una unidad mínima de repetición, esto es, que aparece de manera reiterada en una misma vasija, o bien en varias. Según el autor estas unidades son “completas en sí mismas”, su descomposición o atomización en unidades menores carece por lo tanto de un sentido cultural o emic. Cuando se observa que una unidad de diseño se repite en varias vasijas, se ha reconocido un esquema. Esta repetición en diferentes piezas pondría en evidencia que la unidad de diseño era un elemento distinguido por quienes elaboraban los objetos. Los esquemas son reiteraciones en diferentes manifestaciones de un estilo, pueden ser unidades de diseño, como también patrones de configuración de los diseños (cómo los diseños se disponen en el espacio plástico de la pieza considerada como una totalidad).
Precisamente observando esa totalidad es que pueden identificarse: la segmentación del espacio distinguiendo campos de diseño, la composición, las configuraciones (sensu Quiroga y Puente 2007) y las unidades de diseño, lo que implica en sí cierta jerarquización en la distinción, en tanto son categorías que incluyen a las demás en un orden o sucesión. En ocasiones los ejercicios de segmentación analítica han mostrado también su utilidad. Un ejemplo podría ser el de la seriación con valor cronológico de urnas santamarianas (Weber 1978; Podestá y Perrotta 1973). Caracterización de los diseños Los diseños en la cerámica Famabalasto Negro Grabado son en realidad incisos, puesto que se trazaron cuando la vasija estaba aún cruda y lo suficientemente fresca como para que la aplicación del elemento punzante que se usaba para dibujar arrastrara el material arcilloso dejando surcos y a veces rebarbas. Las incisiones se trabajaron con instrumentos puntiagudos que dejaban trazos de 1 mm de espesor y de similar profundidad, pero hay vasijas con trazos mucho más finos (hasta 0,5 mm) y notoriamente groseros (hasta 2,5 mm). Hay dos clases básicas de incisiones que se reiteran y aparecen combinadas en una misma vasija: trazos lineales, más o menos continuos practicados con un estilete o punzón (de hueso, madera o metal) y pequeños círculos de hasta 0,5 cm estampados por medio de un instrumento cilíndrico hueco, un canuto vegetal o hueso de ave cortado con prolijidad.
Esta propuesta, concebida para el análisis de los estilos, se basa exclusivamente en consideraciones sobre la decoración. De acuerdo con una visión más amplia del estilo que involucra tanto los aspectos decorativos, como los morfológicos y tecnológicos, se plantea aquí que la identificación de esquemas puede lograrse también en estas dimensiones estilísticas al notar recurrencias en las formas, tamaños, proporciones, tipos de pasta, modos de confección, colores, etc. Distintos aspectos de este enfoque han sido a su vez criticados (Douglass y Lindauer 1988). En particular se ha discutido la ambigüedad en la distinción de los esquemas, una homologación equivocada entre una metodología inductiva y la perspectiva emic y la posibilidad concreta de plantear tal perspectiva en una investigación arqueológica, en tanto los productores de la cerámica no intervinieron en el proceso de identificación de esquemas. A lo que se podría sumar la contradicción en la pretensión de una ciencia emic (Reynoso 1998: 13-20).
Luego de completar el diseño inciso se practicaba recién el pulido de las superficies. Tras la cocción en una atmósfera pobre en oxígeno las vasijas quedaban oscuras, con áreas más negruzcas, pardas y grisáceas. Luego, al aplicarle el relleno blanco a la incisión se buscaba lograr un especial contraste que ponía en realce al diseño. Las oposiciones de colores, con líneas blancas contra un fondo oscuro hacen que los diseños del Famabalasto Negro Grabado sean muy llamativos, constituyendo el foco de la observación del objeto. Esto se aprecia con claridad al contemplar las vasijas que conservan intacto su relleno blanco. Muchas veces trabajando con los fragmentos, tan alterados y que han perdido sus rellenos, no se aprecia con claridad el real impacto visual que tenían estos objetos y su potencial expresivo y emotivo. Para intentar comprenderlo hay que situar al estilo en el contexto de su producción, comparándolo con los modelos estéticos que encarnan otros estilos de época que circulaban por los mismos ámbitos. Surgen entonces otros contrastes notables, esta vez en relación con otras
La reiteración de los diseños no implica necesariamente que estos estén embebidos de significado, es a través de la comparación y posicionamiento en un contexto cultural, asociaciones de artefactos y procedencias que se puede avanzar en el significado de los esquemas (Douglass y Lindauer 1988: 623). De acuerdo a la propia experiencia en el acercamiento a los diseños en la cerámica arqueológica se rescata la 100
Capítulo 4. Morfología e iconografía delimitantes están ausentes, en particular esto sucede en varios diseños de serpientes y de líneas de puntos. Poseen una anchura variable entre medio centímetro y nueve centímetros, pero las medidas extremas son escasas y abundan los anchos entre 1,5 y 3 cm.
piezas. Pero más allá de las diferencias existen elementos que habilitan a trazar una profunda raigambre local en el estilo. Dentro de la marcada regularidad que define al estilo existe también mucha variación, que se manifiesta en la representación de los temas, en la segmentación de los campos de diseño, en los patrones de configuración, en las unidades de diseño, en la anchura de las guardas y también en la calidad de la ejecución y la seguridad y regularidad del trazo. El diseño, al igual que el tipo morfológico y tecnológico, es pasible de ser estudiado desde una perspectiva regional. Todas estas comparaciones requieren como punto inicial una descripción profunda. Para el trabajo de identificación y registro de los esquemas de diseño se consideró la muestra de 209 vasijas y también un conjunto de 258 vasijas en estado fragmentario. Como ya se comentó al inicio del capítulo los tiestos abrieron la posibilidad de incluir en el análisis localidades arqueológicas que la muestra de vasijas enteras no podía contemplar. Esto ha sido de especial provecho, ya que gracias a esquemas reconstruidos en base a fragmentos se pudieron definir algunas tendencias regionales.
Para su presentación se ha considerado a las guardas como unidades, realizando divisiones de sus unidades constitutivas menores para analizar la simetría y movimiento de los motivos que en conjunto las componen. De este ejercicio surgió una clasificación de nueve estructuraciones espaciales de diseño inciso identificadas con números-, para las que se describieron variantes -identificadas con letras- y una décima categoría que es la ausencia de diseño. Las variantes se aislaron teniendo en cuenta la presencia o ausencia de líneas delimitantes, la contigüidad de los campos de diseño o su separación mediante campos sin diseño y la reiteración de la misma guarda en los campos múltiples o la integración de guardas diferentes en la composición (Figura 4.54). 1. Banda horizontal simple en la parte superior del cuerpo. 1.a. Limitada por líneas. 1.b. Sin líneas delimitantes. 2. Banda horizontal doble en la parte superior del cuerpo. 2.a. Repetición de una misma guarda. 2.b. Dos guardas diferentes 3. Banda horizontal triple que comienza en la parte superior del cuerpo. 3.a. Repetición de una misma guarda. 3.b. Guarda superior e inferior iguales y la intermedia diferente. 4. Banda horizontal cuádruple que comienza en la parte superior del cuerpo. Guarda superior e inferior iguales y las intermedias diferentes. 5. Dos bandas horizontales limitadas por líneas con un espacio intermedio vacío. Repetición de una misma guarda. 6. Tres bandas horizontales limitadas por líneas con espacios intermedios intercalados. Repetición de una misma guarda. 7. Banda horizontal en la parte superior del cuerpo, limitada por líneas, de la que salen cuatro bandas verticales delimitadas, que también ocupan la parte superior del cuerpo. Repetición de una misma guarda. 8. Banda horizontal en la parte superior del cuerpo, limitada por líneas horizontales, de la que sale (¿una?) banda vertical delimitada que llega hasta la base. Este patrón se reconstruyó a partir de fragmentos y no se sabe si hay una, dos o cuatro bandas verticales en la vasija entera. 9. Banda horizontal en la parte superior del cuerpo, limitada por líneas horizontales, de la que sale (¿una?) banda oblicua delimitada que llega hasta la base. Este patrón se reconstruyó a partir de fragmentos y no se sabe si hay una, dos o cuatro bandas verticales en la vasija entera. 10. Sin decoración incisa.
Se dio prioridad al manejo visual de la información, más que a la verbalización de descripciones y se buscó una clasificación de acuerdo con nomenclaturas simples e inclusivas. El método de trabajo se organizó en dos etapas. La primera, de acopio de material gráfico, consistió en realizar dibujos de las vasijas y de los esquemas que se iban viendo y reconstruyendo en las piezas fragmentadas. El entrenamiento que significó el registro de las vasijas enteras fue de gran importancia para la restauración de los diseños incompletos. Las lógicas de ordenación espacial, de simetría y movimiento que organizan a los diseños se internalizan de modo inconsciente y la reconstitución llega a producirse de manera no forzada, aunque no por ello deja de ser sorprendente y conmovedor el descubrimiento de los diseños desconocidos. Estas restauraciones gráficas del diseño en base a tiestos son aproximaciones que se basan en la repetición del motivo que puede apreciarse en el fragmento y esto produce guardas más regularizadas de las que existen en las vasijas reales. Por otro lado se ha visto en algunas pocas vasijas enteras guardas a lo largo de las cuales se desarrollan múltiples combinaciones de diseño. Esa clase de guardas no se pueden reconstruir de manera adecuada con un único fragmento. La siguiente etapa fue una organización de los esquemas de acuerdo con sus semejanzas. Así se reconocieron tanto la segmentación de los campos de diseño como los patrones de configuración, es decir, los modos de disposición de los diseños en los campos. En todos los casos la segmentación de campos define superficies de composición como un espacio continuo, que llamaremos guardas. Éstas casi siempre se ubican en la parte superior de los cuerpos y suelen estar limitadas por dos líneas paralelas, aunque hay algunos casos donde esas líneas
En paralelo se realizaron fichas por localidad arqueológica donde se dibujaron los esquemas y se computaron las frecuencias de aparición.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.54. Segmentación de los campos de diseño en la cerámica Famabalasto Negro Grabado.
se obtuvo una visión global de la variedad estilística del Famabalasto Negro Grabado y también se percibió la variedad a nivel local. Al comparar las localidades entre sí se destacaron las recurrencias en la manifestación de esquemas entre algunos sitios, de lo que surgieron ciertas tendencias regionales de sumo interés para la discusión del tema de las interacciones regionales.
Esta síntesis sirvió para condensar y observar de manera conjunta la variación característica de cada localidad, lo que fue muy útil al descubrimiento de las semejanzas y diferencias intersitio. La información de estas fichas se volcó en tablas organizadas por región y localidad empleando la codificación que se acaba de exponer (Tablas II.3 a II.15, Apéndice II). Mediante este método
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Capítulo 4. Morfología e iconografía IV. Líneas quebradas u ondulantes: 15 variantes V. Líneas de puntos: 14 variantes VI. Líneas alternantes: 4 variantes VII. Ganchos enlazados: 8 variantes VIII. Serpientes: 15 variantes IX. Suris: 6 variantes. X. Batracio: 1 variante. XI. Antropomorfo: 3 variantes. XII. Elementos lineales separados: 6 variantes.
Para evaluar de manera cuantitativa la representatividad de los patrones de segmentación del diseño se consideraron de manera exclusiva las vasijas enteras, ya que en muchos fragmentos, aún notándose el diseño, no se puede establecer con certeza el patrón de segmentación. De todos modos, para no perder la información que aportan algunos tiestos se decidió computar en las tablas la presencia (indicada con una X) de los esquemas de diseño por localidad, observada tanto a través de los fragmentos como de ilustraciones parciales en publicaciones.
En síntesis se incluyeron en 12 conjuntos a los 140 diferentes modelos de guardas observados y se organizó con sus dibujos desplegados un catálogo visual (Figuras 4.64 a 4.72). Dada la gran cantidad de diseños se procuró su agrupamiento en función de alguna característica recurrente como la presencia de grecas o rombos o líneas de puntos (pequeños círculos estampados con un canuto), etc. Esta importante variedad es producto de combinaciones múltiples de unidades de diseño que se repiten con insistencia lo que confiere gran unicidad al conjunto. La clasificación se realizó a los fines de organizar los diseños, no obstante podrían elaborarse otros esquemas de clasificación, lo que se hace evidente al notar las semejanzas entre guardas de diferentes grupos. Por ejemplo la V.g se parece mucho a las I.a, pero no tiene ninguna greca, o el conjunto de las VI tiene contactos con la III.i y III.n, por ser anchas y con líneas múltiples que rellenan espacios por fuera de la línea continua o el motivo central en la guarda. También las II.r, III.k, IX. b, c y d, XI.b se parecen en que la guarda tiene una divisoria interna de campos dentro de la que los motivos se trasladan en sentido horizontal y moviéndose entre los campos superiores e inferiores.
Así se notó que el esquema 1.a es el más repetido y generalizado a todas las regiones, una proporción cercana al 50% se organiza de acuerdo con ese patrón. Le sigue en abundancia el esquema 1.b, el cual se reitera en los pucos con procedencia del valle Calchaquí. El tercer patrón, según su abundancia, es el de las vasijas sin diseño inciso (10), observado en pucos y ollas con cuello8. Las vasijas sin incisiones están ampliamente distribuidas. Los patrones de bandas dobles (2.a y 2.b) son menos frecuentes en la muestra de vasijas completas, se observaron en muchos fragmentos de Rincón Chico y también de Las Mojarras. Las bandas triples repetidas (3.a) se observaron en un único puco de Famabalasto. Guardas con bandas triples que unen distintos diseños (3.b) han aparecido en el sitio RCh15 de Rincón Chico. Hay un ejemplo de guarda cuádruple (4) en una rara olla con cuello, de diseño desprolijo, de la zona de Aimogasta. El patrón 5 aparece en ollas con cuello de Famabalasto, Belén y Andalgalá y también en el particular puco N° 61 de Masao. Hasta el momento el patrón 6 se registró en la pequeña ollita de tres cinturas de Fuerte Quemado N° 176. El esquema 7 es exclusivo de ollas con cuello de Famabalasto.
Analizando los principios de simetría y movimiento según los cuales se organiza la repetición de los elementos en las guardas (Shepard 1957) se observaron simetrías de traslación, reflexión, rotación y reflexión y rotación. La traslación se apreció en las guardas con óvalos, rombos, ganchos enlazados y elementos lineales separados, los suris tipo IX.a y IX.e, el batracio, las greca I.q y I.x, las líneas rectas como las líneas de puntos V.a y V.b y las líneas V.m y V.n.
Los esquemas 8 y 9 se reconocieron exclusivamente a partir de fragmentos de pucos. Ambos tienen en común la combinación de una banda horizontal superior y una vertical u oblicua en la parte inferior del cuerpo y se distinguen del patrón 5 porque en aquel las bandas verticales están en la parte superior del cuerpo de ollas con cuello. El patrón 8 se da en los conjuntos fragmentarios de Tolombón, Mortero Hachado, Tafí y Los Cardones. El esquema 9 se observó hasta el momento exclusivamente en fragmentos de Los Cuartos de Tafí.
La reflexión define a las guardas con grecas I.r y I.s y al antropomorfo XI.c. La rotación organiza las líneas continuas en las restantes guardas con grecas y en líneas quebradas oblicuas como IV.b, IV.c, IV.d, IV.g. Dentro de la simetría rotacional definida por el trazo de una línea continua se suceden o “trasladan” elementos en su interior como una greca (por ejemplo grecas I.k, I.l) o una serie de rayitas paralelas que forman “manitos” (por ejemplo líneas quebradas IV.c, IV.d y IV.e).
Las guardas se clasificaron según el tipo de diseños incisos en doce grupos identificados con números romanos y sus variantes con letras. I. Greca: 28 variantes II. Rombos: 24 variantes III. Óvalos: 16 variantes
La reflexión y rotación estructura a las guardas VI de líneas alternantes, la greca I.o y las mayoría de las guardas V de líneas quebradas u ondulantes. Los suris IX.b, IX. c y IX.d se suceden en los espacios que genera una línea de puntos con simetría refleja y rotacional, al igual que los pequeños rombos en las guarda II.r. y XI.b. Por su composición las guardas se perciben como diseños “dinámicos”, es decir que transmiten una noción de ritmo
8
Hay que destacar que este patrón podría estar sub dimensionado en la muestra, debido a que muchas piezas negras y pulidas sin incisiones, carentes de información contextual o de procedencias, no se registraron debido al riesgo de confusión que puede darse con vasijas pre tardías negras y pulidas.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino pudo observar con esa combinación de diseños, el resto son fragmentos aislados. Los suris parecen entonces correr como escapando de la serpiente (IX.b y IX.c y IX.d). En todas las guardas observadas el ave se repite por movimiento de traslación siembre hacia la derecha y en posición de perfil.
dada por la repetición continua de elementos sobre un plano en forma de banda (sucesiones de puntos, de grecas, óvalos, rombos, etc.), por el uso de líneas oblicuas, rectas o escalonadas, por las líneas enlazadas, las abundantes líneas continuas sinuosas o escalonadas con disposiciones rotacionales y por la traslación hacia arriba y hacia abajo de elementos llenando las divisiones de campos dentro de las guardas.
Al igual que el ofidio, el suri aparece en actitudes dinámicas. En guardas geométricas como las XII.c, XII.d y XII.f se puede ver un recurso metonímico para la figuración del suri a través de las huellas o pisadas que origina al desplazarse, una vez más está presente la noción de desplazamiento. Llama la atención también que la dirección de ese desplazamiento sea siempre hacia la derecha, las pequeñas pisadas tienen también esa orientación. Se registraron variantes de suri similares en Rincón Chico, Los Cardones y Tafí (IX b, c, f). Es diferente en cambio el que apareció en Potrero Chaquiago (IX.e,), muy parecido al suri de la cerámica Casa Morada Polícromo (Williams 1995, Figura 80). En el sector incaico en el bajo de La Ventanita de Fuerte Quemado, en el recinto C44, se halló un molde de metalurgia inciso en arcillas crudas con una guarda muy similar (Kriscautzky 1999: 49).
Representaciones figurativas zoomorfas y antropomorfas El tema de la serpiente está en la base de la iconografía FNG. Al observar los motivos de serpientes, que invariablemente poseen líneas de círculos, rayitas y, más raramente rombos, en el interior de sus cuerpos, formados por líneas dobles zigzagueantes, onduladas, grecas o rombos encadenados, ya no puede dejar de distinguirse a la serpiente en la mayoría de las guardas abstractas geométricas, aunque éstas no tengan el dibujo de una cabeza o una cola. El recurso de representación metonímica del ofidio es análogo al que expone Ambrosetti a través del dibujo desplegado de serpientes con cuerpo en forma de óvalos enlazados para la cerámica Santa María del valle Calchaquí (Ambrosetti 1907: 345, Figura 172) y al que apuntan Wagner y Wagner (1934:265) para la cerámica de la llanura chacosantiagueña.
El único ejemplar de “batracio” procede de la región de Santa María y podría ser un animal mixto entre serpiente y batracio ya que porta atributos de la representación ofídica en el estilo Santa María como la cabeza triangular con cabellera enrulada, pero tiene un cuerpo romboidal y patitas traseras.
En el empleo de líneas de círculos incisos se aprecia un paralelo con el motivo del “cordón punteado” del estilo Santa María en el que también se intuye la imagen del ofidio y que es una de las constantes en ese estilo, tanto en las urnas como en pucos (Nastri 1999). Otro paralelo se puede trazar a través de la manera de dibujar las cabezas ofídicas, por ejemplo la triangular con figuración lineal de “nariz” y la de dos triángulos, simple o con “rulos” son típicas en la alfarería santamariana, como también lo son los diseños de cuerpos enroscados en “S” horizontal y la anfisbena, ofidio con una cabeza en cada extremo de su cuerpo (A.R. González 1992).
En oposición las tres representaciones de humanos son estáticas. Éstas son muy poco frecuentes y el tratamiento de su figura adquiere características especiales por su diferencia respecto del tratamiento de las figuras animales. El escutiforme XI.a que aparece en una olla con borde de Puerta de Corral Quemado, Hualfín (Lámina 26, Nº 153), es semejante a los plasmados en las mejillas de urnas Santa María fase IV y también en algunos discos tardíos de bronce. Aquí el personaje está en el centro de la vasija y su posición es excéntrica, sale fuera de la guarda. Porta los atributos del guerrero o el sacrificador, el escudo, una pica o lanza y de su cuello cuelga lo que podría ser un cuchillo simple como los de bronce con orificio para ser suspendidos o un tumi (véase Ambrosetti 1904: 193 y 205, Figuras 9 y 19 y L. R. González 2004: 309).
Las serpientes en el FNG aparecen como vistas desde arriba. Sus cuerpos son ondulantes, como son los cuerpos de las serpientes al reptar en el suelo. Entonces el tema de la serpiente, que está en la base de la iconografía FNG evoca una serpiente en movimiento, en desplazamiento. En la guarda puede aparecer una sola bordeando toda la vasija o bien varias serpientes en forma de “S” horizontal que se van repitiendo. Los diferentes dibujos de serpientes se observaron en piezas oriundas del valle Calchaquí, Yocavil, Tafí, Famabalasto y Tinogasta.
Las cabecitas triangulares de la vasija N° 154 de Quilmes se disponen a los lados del cuerpo (Lámina 26). Su ubicación es igual (parte superior del cuerpo por encima de las asas) a la observada en apliques modelados de urnas Santa María fase V.9 En dos urnas bicolores del Museo de La Plata, Col. BMB 5968 de Lorohuasi y BMB 4528 de El Bañado, la faja lateral está rematada, justo en la parte del cuerpo por encima de las asas, con una cabeza humana pintada, de forma triangular, pero en ambos
El suri es un tema menos frecuente. Se puede ubicar en las guardas de acuerdo a un movimiento rítmico de traslación, como una sucesión de animales en una línea (IX.a, e). En otro grupo de diseños los suris se suceden en los espacios que genera una línea de puntos con simetría refleja y rotacional. En estas guardas las aves parecen ir a la carrera con las alitas hacia arriba, el cordón ondulante o en zigzag con círculos evoca a la serpiente, aunque no aparecería la cabeza dibujada. Sólo una vasija entera se
9 Se ha comentado ya que esta vasija posee una banda de pintura negra aplicada sobre la superficie interior de su borde, un rasgo común con ciertas urnas santamarianas.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía últimas se da una simetría rotacional, por lo que pueden estar simbólicamente vinculados, a la vez que diferenciados por su composición.
ejemplares la cabeza aparece invertida (Márquez Miranda 1946: 149, Figura 55a; Nastri 2008: 21 Figura 15, 29 Figura 25). Esta ubicación de un dibujo de cabeza humana, precisamente en la vasija que más se asemeja por su forma a las urnas santamarianas no es azarosa, por el contrario se relaciona con un tratamiento similar del tema de las cabezas cercenadas, al que Nastri vinculó con las representaciones de la autoridad y de las prácticas rituales relacionadas con las figuras de poder en un sistema de creencias de carácter sacrificial y chamánico (Nastri 2008: 31).
Las guardas con grecas son los diseños más frecuentes y consideradas en conjunto poseen una distribución geográfica generalizada en diferentes ámbitos. Los modelos I.a, I.c y I.f de grecas con líneas continuas y puntos son muy semejantes y son los diseños más populares. Este grupo aparece en diferentes sitios de Yocavil, pero también ha circulado en el valle Calchaquí, Hualfín, Famabalasto y Tafí. Se vincula con frecuencia a cuencos de tipo A.1.1 y A.2.1. En el Capítulo 3 se comentó el análisis petrográfico de tres fragmentos diseño I.a de Tafí, Rincón Chico 18 y El Calvario de Fuerte Quemado cuyas pastas resultaron de gran semejanza. Esto podría ser indicador de una clase de pucos manufacturados en algún punto en particular y que están circulando ampliamente por el territorio, pero eso es una idea que deberá evaluarse en el futuro ampliando la muestra e introduciendo otras técnicas analíticas. Otro modelo de greca con amplia extensión es el I.g.
El tercer caso con una figura humana es del Sector Conoide de Tolombón y la imagen se reconstruyó en base a fragmentos, por lo que es incompleta. Se trata esta vez de un puco en cuya guarda se dibujó un raro personaje formado por la reflexión especular de dos cabezas triangulares lo que genera una forma como de “reloj de arena” para el cuerpo-cabeza de este ser. A sus lados tiene dos brazos figurados con líneas quebradas que están sosteniendo sendos “óvalos” con una línea quebrada interior (Figura 4.72. XIc, Lámina 26). Un modo de representación similar de cabezas opuestas se observó en una diminuta placa de plata de Fuerte Quemado (A.R. González 1992: Lámina 2, 48).
Los rombos son el segundo grupo, luego de las grecas, en popularidad. El diseño II.c, de rombos encadenados con rayita central es el más extendido en el espacio. En las localidades de Las Mojarras y Rincón Chico es uno de los diseños más frecuentes y se presentan allí tanto en guardas horizontales simples como en dobles repetidas o combinadas con otros diseños. En Rincón Chico hay también guardas triples combinadas. Las guardas con óvalos también están geográficamente extendidas, en particular la variante III.d. En Famabalasto los óvalos enlazados son abundantes y variados, dibujados con un trazo muy regular (10/44). En Tafí están presentes con profusión y tanto en esa zona como en Tolombón se observan variantes anchas integradas por muchas líneas rellenando espacios internos y externos a la cadena de óvalos (III.i, III.f, III.n) y también disposiciones verticales de estas guardas.
El conjunto de las representaciones descriptas corresponde a los diseños incisos. Como se comentó al describir las formas, existen también algunas vasijas miniaturas- donde se aplicaron aditamentos de cabezas y colas zoomorfas al pastillaje que hacen que el cuerpo de las vasijitas figure el cuerpo de un animal “panza arriba” (felino, ave), o bien el cuerpo de una serpiente enroscada. En otro caso el animal cuadrúpedo, posiblemente un felino, aparece parado sobre sus patas modeladas y la cabeza hacia el frente. Este modo de representación implica una concepción de la vasija por completo diferente, puesto que la pieza como totalidad interviene en la figuración del tema. Es interesante que en las vasijas modeladas aparezca un tema no representado en los diseños incisos, que es el felino.
Las líneas quebradas y ondulantes y las líneas de puntos son muy variadas y no hay muchas repeticiones de los esquemas. En particular se aprecia en las líneas de puntos la semejanza con el modo de representación del cuerpo de los ofidios. Las líneas alternantes están más acotadas en su expresión numérica y espacial, que hasta el momento se limita a los ámbitos de Tafí y Tolombón. Es importante destacar además las afinidades entre estas guardas anchas llenas de líneas y las guardas anchas de óvalos enlazados, como la III.i y la III.n, esta última con ocurrencia en Tolombón.
Representaciones abstractas geométricas Los diseños figurativos se agotan con los personajes de la serpiente, el suri, el batracio y el humano, que son también protagonistas en la cerámica de estilo santamariano, luego están los diseños abstractos geométricos, que constituyen la gran mayoría. Entre ellos se aprecian algunos que también están presentes en la tradición santamariana como grecas, líneas escalonadas, rombos y óvalos encadenados y las ya mencionadas líneas de puntos, con su equivalente en el “cordón punteado” santamariano. Otros, como los ganchos enlazados, están más acotados a las manifestaciones FNG y los elementos más afines en el contexto de las alfarerías del NOA se pueden trazar con las volutas en el estilo Yavi (Krapovickas y Aleksandrowicz 1986-1987) o con las que aparecen en la cerámica chacosantiagueña y el Famabalasto Negro sobre Rojo (Wagner y Wagner 1934, Cigliano 1958). Estas guardas con ganchos enlazados resultan afines a las grecas escalonadas, pero en estas
Una clase de diseños en los que se apreció un contraste importante en relación con los diferentes modos en su ejecución, según la localidad de hallazgo, son los ganchos enlazados. Por un lado estos se detectaron en pocas localidades: Las Mojarras, Rincón Chico, Famabalasto y Potero Chaquiago. En Rincón Chico y Las Mojarras fueron trazados de manera similar y distintiva, según la variante VII.d. En Rincón Chico están además las variantes VII.e y VII.f. En Potrero Chaquiago se halló un 105
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Cuando Cigliano (1956-1957; 1958) planteó por primera vez una definición del estilo Famabalasto Negro Grabado destacó un elemento que, a la luz del ejercicio de descripción comparativa que se ha desarrollado aquí, cobra aún mayor interés. Él apuntó que la cerámica negra pulida del sitio Famabalasto tenía características peculiares, muy definidas, que contrastaban con las de otras alfarerías semejantes del área de Santa María. En sus conclusiones dice:
fragmento con incisiones muy parejas tipo VII.a. En Famabalasto es muy frecuente la variante VII.c. Once de las vasijas tienen ese diseño inciso organizado de acuerdo con los patrones 1.a, 2.a, 3.a, 5 y 7 y está presente en pucos, ollas con borde y ollas con cuello. Es decir que en esa localidad hay una diversidad de formas y patrones de segmentación para una guarda particular, que posee una notable regularidad en su ejecución si se confrontan unas con otras a las diferentes piezas que la contienen. Se suman cuatro casos más con los esquemas VII.b, VII.g y VII.h.
“Podemos decir, con respecto a este tipo de cerámica, que es casi exclusivo de esta zona; presentándose tipos parecidos en otras áreas, como en el valle de Santa María, pero que difiere marcadamente, porque en Famabalasto es con una decoración propia, la pasta muy bien trabajada, el espesor de la cerámica delgado, el engobe que le da un aspecto lustroso y por último el relleno del grabado, que es una prueba terminante como para considerarlo como tipo definido y exclusivo del área de Famabalasto.” (Cigliano 1958: 82).
La gran colección de Famabalasto ofrece una oportunidad única para la comparación entre las vasijas. Algunas de ellas son muy regulares en el modo en que se dibujaron estos diseños con forma de gancho, modos de practicar la incisión que por otra parte no fueron observados en la cerámica de otros sitios, se consideró que a través de ellas se podía estar aislando algunos rasgos propios de un estilo asertivo particular sensu Wiesner (1983). En otras palabras, en ellas se podía reconocer la manifestación de un estilo individual, por cierto muy elegante. Los patrones que se repiten de pieza en pieza son: el tamaño de los ganchos, su inclinación, cierta manera de dibujar el tramo superior del gancho de modo anguloso, mientras que el inferior es más redondeado, el ancho de la guarda y de la incisión (véanse láminas de los casos funerarios en el Capítulo 6 y Láminas 20-22). Lo mismo podría apuntarse para la ejecución de las guardas con óvalos en diez vasijas del mismo sitio según los patrones 1.a y 2.a. Si bien la posibilidad de que hayan sido ejecutadas por un mismo alfarero es algo que no se puede contrastar, al menos se puede proponer la noción de un microestilo compuesto por los diseños de óvalos, rombos y ganchos enlazados y los patrones de segmentación 1.1, 2.a, 3.a, 5 y 7 que incluiría a la mayoría de las vasijas FNG de las tumbas de Famabalasto.
Las investigaciones que se sucedieron en la región luego de este trabajo dieron cuenta de que algunos de los elementos que Cigliano destacó como exclusivos de la cerámica de la zona de Famabalasto, como su espesor fino o la aplicación de relleno blanco, también aparecían en otros sectores. Además se ha comprobado que el fenómeno de descascarado de las superficies de esta cerámica no se relaciona con la presencia de un engobe. Pero aún habiéndose actualizado algunas de las apreciaciones vertidas por este autor, es interesante poner en relieve lo que informa su comentario respecto de su percepción acerca de un carácter distintivo en el conjunto negro pulido de esa localidad. Es una impresión que coincide con la que lleva aquí, luego de un trabajo intenso con la muestra regional, a la propuesta de un microestilo para las manifestaciones Famabalasto Negro Grabado en las tumbas de esa localidad. El trabajo con fragmentos de los sectores al pie del cerro en los poblados de Rincón Chico y Las Mojarras permitió notar elementos comunes en el modo de plasmar los diseños incisos, con presencia de bandas finas simples y dobles, abundancia de rombos pequeños con rayita central y modos parecidos de trazar los ganchos enlazados.
Ya se ha destacado la importante variedad morfológica en la colección de la localidad de Famabalasto, pero al intentar el mismo ejercicio de cálculo porcentual de las variedades de diseños por región los resultados muestran una tendencia diferente. En esa localidad la variedad en diseños (17 sobre un total de 140, es decir, un 12,1% del total de variedades) es mucho menor a la apuntada para las formas. Yocavil es el área donde aparece la mayoría de las variantes de diseño identificadas (Tabla 4.3). DISEÑO REGIÓN V. Calchaquí (11)
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
3
1
1
2
2
Yocavil (288)
16
13
8
11
6
Trancas (18)
3
1
1
1
1
Tafí (25)
1
4
6
1
3
V. Cajón (Famabalasto) (47)
4
1
5
1
1
4
1
2
1
2
2
1
2
1
Andalgalá (22) Hualfín (20)
2 6
Tinogasta (2)
5
Desconocida (32)
7
4
X
XI
XII
1 1
4
8
3
1
1
1
2
3 1
3
1 1
1 1
1
La Rioja (2)
IX
1 3
1 6
2
7
1
Total de variantes
% de variantes
de diseño por región
de diseño por región
10
7,1
76
54,3
8
5,7
20
14,3
17
12,1
8
5,7
17
12,1
2
1,4
4
2,9
30
21,4
Tabla 4.3. Abundancia absoluta y relativa de variantes de diseño en guardas Famabalasto Negro Grabado por región, en base a una muestra de 209 vasijas enteras y 258 en estado fragmentado y sobre un total de 140 variantes de diseño. Entre paréntesis se indica la cantidad de piezas observadas por cada región.
106
Capítulo 4. Morfología e iconografía Al respecto es interesante notar que en esos sectores en el bajo de ambos poblados se desarrollaron actividades de producción metalúrgica, como lo indican las estructuras de combustión y el hallazgo de refractarios en Rincón Chico RCh 15 y en Las Mojarras 1-Augier. Se podría sugerir aquí también un microestilo que incluiría a muchas de las piezas circulando allí. Otra tendencia de sumo interés que también salió a la luz gracias al trabajo con fragmentos es la co-ocurrencia de esquemas entre las zonas de Tafí (sitios de El Mollar y Los Cuartos); la cuesta de El Infiernillo (Los Cardones y hallazgos de la zona de Amaicha); Trancas (sitio Mortero Hachado) y por último Tolombón en el norte de Yocavil. La presencia de algunos esquemas comunes a todos estos ámbitos se liga fuertemente a la tendencia expuesta para la distribución espacial de las variedades de pasta estudiadas mediante petrografía. Se define entonces un ámbito que incluye el norte de Yocavil, el valle de Tafí y el área pedemontana oriental donde estaban circulando vasijas con esquemas como los patrones 8 y 9, las serpientes tipo VII.k y Viii.l, los suris con cuerpo romboidal y las guardas anchas con muchas líneas en su interior tales como los óvalos III.i y III.n y las líneas alternantes VI.
peso, tacto, contraste de colores, brillos, estructura y patrones de configuración de los diseños. Este carácter distintivo no quita las importantes afinidades con otras alfarerías contemporáneas que son propias de las áreas donde circulaba. En particular se notan distintos cruces con las alfarerías Santa María de la tradición Yocavil y Belén. Como mencionan Quiroga y Puente, existen a su vez importantes correspondencias entre los estilos Belén y Santa María:
Estas tendencias en la distribución espacial de algunos diseños no son sin embargo absolutas, se aprecian ciertas reiteraciones a nivel de sub región (Norte y sur del valle de Yocavil) y de micro región (un sitio o un grupo de sitios cercanos), pero también existen elementos comunes a toda la región donde circulaba el estilo. Como un ejemplo notable se puede mencionar a la guarda con greca I.a, de amplia extensión geográfica en todas las áreas y ámbitos donde se manifiestan a su vez micro estilos.
Comenzando por la cerámica Santa María las diferencias en relación a la segmentación de los campos de diseño son notables. El único campo de lectura continua en las urnas santamarianas se ubica en la banda interior del borde, donde pueden aparecer, en las urnas más tardías, diseños en común como el escalonado o triángulo y espiral recto. Lo mismo puede aplicarse al diseño de banda interior de los pucos bicolores “con cuello”. Ciertos pucos excepcionales presentan una banda exterior en una ubicación similar a la que define al FNG, como un hermoso ejemplar con impronta de cestería y diseño de escalonado y espiral recto ilustrado en varios trabajos (Tarragó 1995, Figura 8; Reynoso y Pratolongo 2008, Figura 5) (Figura 4.55).
“La distinción de estilos regionales ha sido un aspecto clave en la definición del Período de Desarrollos Regionales en el área valliserrana. Belén y Santa María constituyen unidades estilísticas de mutua referencia en los antecedentes bibliográficos consultados. No sólo por su contemporaneidad estimada o por su uso funerario frecuentemente reconocido, existen elementos estrictamente visuales y plásticos que involucran, que sugieren, esta mutua referencia de la que hacemos mención.” (Quiroga y Puente 2007: 338). Se intentará introducir entonces al estilo FNG en el juego comparativo para distinguir los elementos de diseño y de significado comunes a los tres estilos.
Para el ámbito de Hualfín los diseños más frecuentes son las grecas y los rombos, las líneas de puntos casi no están presentes y es llamativa la ausencia de las serpientes y los suris. El único ejemplo de representación figurativa es el personaje antropomorfo con escudo. Esta particular selección de esquemas se comprende al observar ciertas correspondencias con el estilo Belén, característico del tardío en esta región. Para ello en el siguiente acápite se analizan en mayor detalle los cruces estilísticos entre FNG, Santa María y Belén.
En cambio se notó una comunión muy interesante en los temas representados (serpientes, suris, batracios, guerrero o sacrificador y felino). En la cerámica Santa María de Yocavil las serpientes, los suris y los sapos se dibujaron a lo largo de toda la secuencia de su producción, mientras que el guerrero y las figuras felinizadas, en los momentos más tardíos de la serie (Figura 4.56).
Esta descripción se basó en los diseños incisos en la cerámica. Sin embargo existen también vasijas de cocción en atmósfera oxidante con aplicación de baño rojo que presentan diseños pintados en pintura negra. En el caso de la pieza N° 62, una olla con cuello oriunda de Famabalasto, los diseños estaban en la superficie externa, pero no se aprecian con claridad (Figura 4.35 y Lámina 9). Otras dos vasijas en estado fragmentario corresponden pucos que tenían diseños pintados en negro en su interior (véase Figura 4.61 y 5.8 y Láminas 12 y 16).
No sólo los temas se reiteran, también las insistencias; en el estilo santamariano es la serpiente un elemento figurativo por excelencia. Del mismo modo que en el FNG se observan representaciones geométricas que por procesos metonímicos evocan a la serpiente, en la cerámica Santa María ocurren figuras retóricas similares a través de motivos como el del “cordón quebrado” y el “cordón punteado” (Nastri 2001: 376). Hay afinidades también en el modo de representación de la serpiente; entre ellas la posición por la que se la aprecia “desde arriba”, los cuerpos con líneas de punto en el interior, los cuerpos en forma de “S”, las cabezas triangulares o con dos puntas y también con “rulos”.
Comparación con Santa María y Belén La cerámica Famabalasto Negro Grabado posee particularidades notables en sus formas, dimensiones, 107
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino las cerámicas una cronología de finales del Período Tardío para un resurgimiento de ese tema luego de un período de varios siglos de abandono. Vasijas con cabeza y cola de felino modeladas o de felinos parados sobre sus cuatro patas aparecen pues en la alfarería Santa María (Figura 4.57), aunque en ningún ejemplar se observó la actitud “panza arriba” propia de la vasija FNG de la Figura 4.23. Esta actitud se aprecia, sin embargo, en los pucos Santa María “del parto”. En esos casos es un humano el que adopta esa pose. Figura 4.55. Puco Santa María con impronta de cestería en el que se aprecia una guarda ubicada de manera análoga a las guardas de los pucos FNG. MEB, Las Mojarras, tomado de Reynoso y Pratolongo 2008, Figura 5).
a
b
Figura 4.57. Felinos modelados en la alfarería Santa María. a: MEJBA -36809-, tomado de Reynoso y Pratolongo (2008, Figura. 7). b: MEJBA -28950-, tomado de Ambrosetti (1907: 52, Figura 28).
Por último son pocos los ejemplos antropomorfos (cabecitas y guerrero-sacrificador escutiforme). En el modo de representación del tema antropomorfo existe otro claro paralelismo a través del diseño de un escutiforme similar a los que aparecen en las urnas de la fase IV y también de cabecitas colocadas sobre las asas en una vasija FNG con forma cercana a la de urna Santa María (Figura 4.58a). Dicha ubicación de cabezas humanas se reitera en urnas de las fases IV y V, como aditamentos modelados y también en diseños pintados. En este último las cabezas aparecen en posición invertida. Estas cabezas modeladas o pintadas se vincularon a la figuración de cabezas cercenadas (Nastri 1999: 373, 2008: 21) (Figura 4.58b).
Figura 4.56. Distintos motivos de la alfarería Santa María en los que se manifiestan los temas del guerrero o sacrificador, batracios, suris y serpientes. Tomado de Serrano (1958: 47, Figura 6).
La serpiente es la figura zoomorfa más abundante en ambos estilos. Si bien las representaciones figurativas no son tan abundantes en la cerámica FNG como en la Santa María, el tema de la serpiente está implícito en la mayoría de los diseños geométricos. De esta manera se plantea que la serpiente es el tema predominante en el estilo.
Grecas y rombos enlazados son esquemas de diseño que se reiteran en varios estilos cerámicos tardíos de Yocavil (Loma Rica, San José, Santa María), según patrones de ordenamiento espacial diversos. En las bandas centrales verticales de las urnas santamarianas aparecen guardas con escalonado o triángulo y espiral recto, rombos concéntricos o con rayas, franjas en zig-zag, chevrones, etc. y se ha sugerido que estarían aludiendo a esquemas propios de los textiles, al representar las urnas el cuerpo de un personaje ataviado (Weber 1978; Velandia Jagua 2005). Renard (1999: 81), realizó un cruce entre el diseño observando en un uncu con greca de Loro Huasi, Catamarca, y esta guarda vertical de la cerámica santamariana (Figura 4.59 a y b). Estas bandas ocupan un lugar jerarquizado, en las caras frontales de las urnas. En urnas de la fase V se observa como divisoria lateral de campos una banda vertical de óvalos encadenados con rayita central, una guarda muy frecuente también en el FNG (Figura 4.59c).
El segundo tema zoomorfo es el suri, el que también puede aparecer combinado con la noción de la serpiente a través de elementos geométricos. Nastri (1999: 376) observó que en la cerámica santamariana el suri se podía manifestar con atributos de otras especies (felinos, camélidos, serpientes) o también llevando en la boca una serpiente. Algunos de los diseños con suris en la cerámica FNG aparecen también vinculados a la serpiente a través de motivos de líneas de puntos, un modo de representación abstracto del tema ofídico. En ambos estilos el suri se dibuja de perfil y en una actitud dinámica dada por las patitas flexionadas y las alas levantadas. Luego están los batracios, que en el único caso observado para el FNG es una combinación entre batracio y serpiente. Su posición es frontal, como visto desde arriba, lo que también define a los motivos de batracio en la alfarería Santa María. La representación del felino se manifiesta a partir de miniaturas modeladas, como los casos ilustrados en las Figuras 4.23 y 4.25. Reynoso y Pratolongo (2008) estudiaron la figuración del tema felínico en la cerámica Santa María reuniendo una muestra de vasijas con diseños modelados o pintados y reconocieron a través de las características intrínsecas de
Habiendo tantas afinidades en los temas y modos de representación de los diseños entre Famabalasto Negro Grabado y Santa María -sólo hemos destacado aquí algunos ejemplos-, surge de la comparación una gran
108
Capítulo 4. Morfología e iconografía ausencia: el ídolo de las largas cejas (Quiroga 1896), personaje central de las urnas en virtud del cual éstas adquieren su carácter prosopomorfo. El único ejemplar FNG con una forma afín a las urnas Santa María, comentado al referir las cabecitas humanas, no posee los diseños propios de ese personaje. a
b Figura 4.60. Vasijas Belén exciso, MAQ. a: N° 2436, b: 2576.
a
En relación a los temas enfatizados mediante los diseños en las cerámicas Belén y FNG el punto común es la serpiente. En Belén se observaron dos modos de representación vinculados a posturas propias de la especie; una forma geometrizada que se acerca a la figura reptante y otra de mayor naturalismo, con una forma espiralada. Pueden aparecer como una figura central o como sucesión de unidades discretas (Quiroga y Puente 2007: 332). Serpientes espiraladas como las descriptas no se han reportado en la alfarería FNG, no obstante es muy interesante que en todos los ejemplos ilustrados por las autoras, estas serpientes se sucedan regularmente de acuerdo a una secuencia rítmica en una guarda horizontal, la que puede además estar limitada por una doble línea paralela (2007:337, Figura 12). Si bien no se hallaron en las piezas FNG de la zona diseños figurativos de la serpiente, se observa un interesante cruce en las grandes vasijas de la zona de Andalgalá empleadas en el entierro de adultos con ofrendas de alfarería Belén. En el cuello de una de estas ollas se diseñó mediante incisión una serpiente cuyo modo de representación plantea afinidades con las observadas en vasijas FNG (Berberián 1969, Lámina X).
b
Figura 4.58. a: olla con cuello FNG, MEJBA N° -38024-, procedente de Quilmes, con diseño de cabecita humana ubicada sobre el asa. b: urna Santa María, MLP-Ar-5968 BMB, procedente de Lorohuasi, con diseño de cabeza humana invertida colocada sobre el asa (Márquez Miranda 1946: 159, Figura 55a).
a
b
El tema antropomorfo posee un tratamiento muy diferente en Belén, a través de la figuración de rostros con cejas y nariz modelada -también se los ha identificado como lechuzas (Basile 2005)- y de diseños antropo-zoomorfos que presentan una ordenación espacial similar a la apuntada para las serpientes espiraladas (Quiroga y Puente 2007: 341, Figura 15). Lo que es interesante en estas guardas con serpientes y antropo-zoomorfos es que la dirección del movimiento implicado en la sucesión de las figuras es hacia la derecha, una dirección enfatizada en el FNG. No se han observado ejemplos de figuración de suris o de felino modelado.
c
Figura 4.59. Bandas verticales en las urnas Santa María con diseños observados en alfarería Famabalasto Negro Grabado. a y b, bandas centrales: MLP-Ar-6047 CB y MLP-Ar-6044 CB, procedentes de Quilmes (Bruch 1911: 37, Figuras 32 y 33 respactivamente). C, bandas laterales: MLP-Ar-4536 BMB, representación desplegada en un plano de las normas Y, X e -Y, de una urna Santa María procedente de El Bañado, imagen inédita gentileza de César A. Velandia Jagua.
Si la comparación se dirige ahora hacia la cerámica de estilo Belén se nota una coincidencia en la técnica de diseño que profundiza las semejanzas a nivel del soporte material. Mediante una técnica de incisión gruesa o exciso (más gruesa que en el FNG), se trazan en la modalidad del Belén exciso diseños reminiscentes o afines a los observados en la alfarería FNG (chevrones, rombos concéntricos o con rayita, líneas alternantes), coincidencia no observada en la alfarería Santa María. El paralelo más notable se da con los pucos Belén con guardas geométricas incisas en el borde (Figura 4.60a). Otros cruces se dan con las urnas, donde la disposición de campos de diseño como guardas de lectura continua se repite en la parte superior del cuerpo, cuello y banda interior del borde. En la parte superior del cuerpo varios ejemplares tienen guardas incisas (Figura 4.60b).
Existen unas pocas piezas FNG de cocción en atmósfera oxidante con baño rojo y pintura negra, colores que son típicos de la alfarería Belén, aunque no son exclusivos, ya que también definen al Famabalasto Negro Sobre Rojo, urnas Negro sobre Rojo de Yocavil, Quilmes, etc.). Estas piezas se describen en el siguiente acápite. Entonces existe una particular correspondencia entre Belén y FNG a partir de la técnica decorativa de la incisión, aspectos de la composición como guardas de lectura continua, dirección del movimiento hacia la derecha en algunas guardas, diseños geométricos, tema de la serpiente, a lo que se suma los colores rojo y negro que poseen unas pocas vasijas FNG. Con Santa María hay correspondencias en la diversidad de temas (serpiente,
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino En El Calvario de Fuerte Quemado fue encontrado en superficie un tiesto de pasta rojiza con baño blancuzco exterior11, indicativo de una variedad de baño no observada en piezas enteras. Los fragmentos aportaron también en este aspecto información complementaria que enriquece a la muestra general.
suri, batracio, felino y antropomorfo), en los modos de representación y en diversos diseños geométricos. Es interesante recordar aquí la distribución regional de los diseños geométricos y figurativos en el estilo FNG. Se notó que todas las vasijas FNG de la zona de Hualfín poseen motivos geométricos con énfasis en rombos y grecas. Hay una sola vasija con escutiforme. Mientras que en las cerámicas FNG del área de la tradición Yocavil santamariana se plasman, además de los reiterados diseños geométricos, los temas (antropomorfo y zoomorfos) ya mencionados. Esta selectividad regional en la representación de temas en el estilo FNG muestra las acentuadas correspondencias que mantiene en cada área con los estilos mayoritarios regionales, Belén en Hualfín y Santa María en Yocavil y aledaños, elemento que lleva a considerar la existencia de diversos circuitos de producción y distribución regional de la alfarería negra pulida.
Figura 4.61. Fragmento de base de cocción oxidante con baño rojo y pintura negra, MEJBA, 8ª Expedición de la FFyL N° 12601.
Otra modalidad diferente de aplicación de pintura roja se observó en tres vasijas de distintas procedencias (Figura 4.62). Allí la pintura parece haber sido colocada con posterioridad a la cocción. Dos pucos corresponden al Museo Adán Quiroga, el número 49 en esta muestra (N° 651 de Ambato) y el 50 (N° 2436 de Belén). La tercer vasija es una olla del Museo Inca Huasi con borde, número 62 en la muestra (N° 338 de Aimogasta) (Figuras 4.62 a, b y c respectivamente) en las que se pintaron de rojo algunas líneas de los surcos de incisión. En el primer ejemplo se pintaron los chevrones pero no las líneas delimitantes, algo similar se aprecia en el segundo, donde se pintaron las líneas que definen los óvalos, pero no las rayitas centrales ni las líneas delimitantes. Ambos pucos se diferencian también de otros FNG por tener paredes gruesas y ser relativamente pesados.
Integrando estas tendencias a los patrones de distribución espacial de las formas, según el cual se perfilaban dos grandes áreas se va completando el panorama para definir un área norte con escasas formas restringidas, presencia de diseños figurativos de serpientes, suris, batracios, felino modelado y antropomorfo, y un área sur con mayor presencia de formas restringidas y escasez de diseños figurativos. La aplicación desapercibido
de
pintura
roja,
un
elemento
Existen pocas vasijas Famabalasto Negro Grabado que en realidad no son negras, pero aquí se mantiene ese nombre porque se las considera representantes de ese estilo. En los sitios Potrero Chaquiago, RCh13 de Rincón Chico10 y LM.1 Augier, de Las Mojarras se hallaron fragmentos de color ante, que indican su cocción en atmósfera oxidante. Quizás se trate de sectores de vasijas con una coloración heterogénea, pero tal vez hayan sido completamente de ese color.
El tercer ejemplo es una vasija fuera de modalidad, de confección desprolija con vestigios de pintura roja y relleno blanco en las incisiones. Lo interesante de esta última pieza es que se aprecian algunas superposiciones de los pigmentos, blanco sobre rojo y luego rojo sobre blanco que podrían indicar sucesivas aplicaciones o “renovaciones” de la decoración con colores.
El hallazgo de una importante cantidad de fragmentos FNG por debajo del piso en el Torreón Medio de El Calvario de Fuerte Quemado reservaba como sorpresa adicional un conjunto de tiestos de un puco estilo FNG pero de cocción oxidante, con baño rojo en la superficie externa y dibujos en pintura negra previos a la cocción representando una serpiente en su interior (Figura 5.8 y Lámina 16). El fragmento N° 12601 de la 8ª Expedición de la FFyL, UBA, MEJBA, corresponde a la base de un puco grande con pasta roja, baño rojo y pintura negra previa a la cocción en el exterior, donde también hay diseño inciso según el patrón 8, y un diseño en pintura negra interior (Figura 4.61 y Lámina 12). La olla con cuello Nº 62, de Famabalasto (Figura 4.35 y Lámina 9) también es de pasta roja, con baño rojo y pintura negra exterior pre cocción. Esta era entonces una modalidad decorativa poco frecuente pero con manifestaciones en diferentes puntos de la región. 10
a
b Figura 4.62. Aplicación de pintura roja en el interior de los surcos de incisión. a y b: MAQ N° 651 de Ambato y N° 2436 de Belén. c: MIH, N° 338 de Aimogasta.
c
11
Corte delgado N° 18.
110
Corte delgado N° 52.
Capítulo 4. Morfología e iconografía prácticas como, por ejemplo, el ritual funerario? El hallazgo de estas marcas pigmentarias llevó a trazar un paralelo con las aplicaciones de pinturas que se registran en algunos discos y campanas de bronce tardías, aspecto que será retomado en el Capítulo 7 al exponer las características comunes entre la metalurgia y la cerámica FNG.
Pero esta clase de aplicaciones de pintura o baño rojo no son las únicas que pudieron distinguirse. Avanzado el trabajo de registro de vasijas en la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata se notó que algunas cerámicas tenían pequeñas manchas, como salpicaduras, de tono rojizo oscuro en el sector de la guarda de la superficie externa. Se llegó a pensar que éstas podían haber sido ocasionadas por la manipulación en el depósito, producto de la impregnación con restos de antiguos pegamentos empleados en la restauración. Sin embargo, tiempo después se observaron algunas piezas con áreas pigmentadas en rojo más extendidas y también marcas análogas en vasijas de otros museos. Finalmente se constató que un fragmento FNG del sitio Los Cardones, obtenido en una excavación moderna tenía un trazo neto de pintura roja (Gustavo Rivolta comunicación personal 2006). Esta evidencia llevó a reconsiderar la naturaleza de las manchitas en las vasijas de museos.
4.3. Conclusiones del capítulo A lo largo de este segmento se intentó de manera simultánea brindar tanto una descripción completa de las formas y diseños que son propios del estilo FNG como también algunas reflexiones que la apreciación de dichas variantes fueron motivando en diferentes dimensiones de la significación estilística. Así algunos aspectos se revelaron informativos en el plano de la identificación de microestilos espacialmente acotados y también patrones estéticos en la expresión de variedad a una escala regional más amplia. Otros elementos sirvieron como ejemplos para considerar los fenómenos de mezcla estilística que pueden resultar en el surgimiento de innovaciones. Ordenando el cúmulo de datos aportados en la descripción, se destacan los siguientes resultados:
Se contaron marcas rojas en diecisiete vasijas, de las cuales quince son pucos, hay una olla de contorno simple y otra con cuello (8,13% de la muestra). Estas vasijas son de diferentes sitios del área de Yocavil, Hualfín, Andalgalá y Famabalasto. También están presentes en un fragmento procedente de Tafí depositado en el Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti (Figuras 4.63 y 4.14).
En base a una muestra de 209 vasijas enteras y 258 vasijas en estado fragmentario procedentes de sitios agrupados para el análisis en: valle Calchaquí, Yocavil, Trancas, Tafí, Andalgalá, Famabalasto, Hualfín, Tinogasta y La Rioja se identificaron un total de 42 variantes morfológicas, 9 patrones de segmentación del espacio de diseño (y una décima variante que representa la ausencia de diseño) y 140 esquemas de guardas agrupadas en doce conjuntos en relación al tema y a las unidades de diseño presentes en ellas. Las variantes de forma se clasificaron en cuatro grupos: cuencos o pucos, ollas de contorno simple, ollas con borde y ollas con cuello. Las vasijas se ubican, en su mayoría, en un rango de tamaño mediano. Las más pequeñas, con alturas de hasta 6 cm, se unificaron en un grupo al que se llamó “miniaturas”. Las ollitas en miniatura con modelados zoomorfos se analizaron en comparación con otras miniaturas análogas en su forma y tratamiento plástico de la representación animal (felinos aves y serpientes) que se registran en el ámbito santamariano. Se sugirió de manera hipotética un uso vinculado con la contención de sustancias psicotrópicas o medicinales.
Figura 4.63. Vasijas con pequeñas manchas rojas en la superficie externa indicadas con la marca oval. a: MLP-Ar-5318 BMB de la cista 5, Cementerio de Trojas, Famabalasto. b: MLP-Ar-5258 BMB de la cista 2, mismo cementerio. c: MEJBA, Col. Salvatierra N° 19295, Santa María. d: MEJBA, 8ª Exp. FFyL Nº 12597, El Mollar de Tafí. e: MEJBA CA.13, procedencia desconocida.
Algunos elementos tecnológicos del estilo se revelaron muy uniformes, por ejemplo el modelado de bases cóncavo – convexas y la rectificación irregular del labio. Los pucos, adecuados para la exhibición y consumo de alimentos y bebidas, son el grupo mayoritario en todas las regiones, pero la abundancia relativa de las distintas clases de ollas presenta una variación regional importante que define un área al norte (Yocavil, Tafí, Trancas y valle Calchaquí) en la que los pucos son la forma exclusiva o tienen una presencia mayor al 90%, y un área al sur y al oeste (Andalgalá, Hualfín, Famabalasto, Tinogasta y La
Es llamativo que las manchas, que a veces son casi imperceptibles y en otros casos son más notorias aparecen en general en la zona de la guarda. ¿Son elementos decorativos? Si es así ¿en qué momento de la historia de la vasija se practicaba esa decoración? Por su aspecto parecen aplicaciones posteriores a la cocción de la vasija. ¿Se relacionan con el uso de las piezas en 111
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino sitios en el valle, con dos cabeceras principales emplazadas en lugares estratégicos para el control de las quebradas de la Virgen Perdida y Agua del Sapo, a lo largo de las cuales se organizaban un conjunto de sitios menores vinculados con actividades pastoriles (Tarragó 1995; Nastri 1997-1998).
Rioja) donde la presencia de las ollas es mucho más importante y está en el orden del 30 al 40 %. Un conjunto de torteros con afinidades estilísticas al FNG aparecen acotados al sitio incaico Potrero Chaquiago en donde, de manera paradójica, la presencia de vasijas FNG es casi insignificante.
Las vasijas de la localidad de Famabalasto conforman un 20% del total de la muestra de cerámicas enteras. Esta colección local es única en abundancia de piezas FNG y significó una oportunidad para evaluar los niveles de variación impuestos por alfareros singulares dentro de una tradición estilística. Se aislaron recurrencias en el trazo de las incisiones en las guardas con óvalos encadenados y con ganchos enlazados entre diferentes vasijas que integraban a su vez las ofrendas de varias tumbas.
El análisis de la distribución regional de los esquemas de diseño posibilitó la distinción de áreas al advertirse diferencias en su expresión espacial. En toda la región en la que circulaba el estilo FNG se están compartiendo muchos de sus diseños, algo que puede ser indicativo tanto de la amplia circulación espacial de vasijas, como de la reproducción de pautas estéticas en diferentes ámbitos y es plausible que se den ambas situaciones en paralelo. Otros esquemas tienen manifestaciones singulares que las tornan poco informativas en cuanto a posibles situaciones de interacción. Pero a la vez que existen muchos elementos compartidos en el ámbito macro regional se pudieron apreciar también esquemas que se asocian espacialmente en algunos sitios o que se manifiestan en mayor frecuencia en un área en particular comprendiendo diferentes asentamientos. Esta información es importante para la discusión de las instancias de interacción social, en la medida en que los patrones espaciales de las variantes estilísticas pueden vincularse a la circulación de vasijas o de gente entre comunidades de la zona que mantuvieron contactos en algún punto de su historia.
En el área de Hualfín se observó una mayor repetición de guardas con rombos y grecas y una ausencia de la representación naturalista de la serpiente y el suri, estableciéndose un paralelo con los diseños incisos, organizados en bandas horizontales de lectura continua que son frecuentes en el etilo Belén exciso, propio del tardío en esa región. La mayor abundancia de las ollas en el sur y el oeste merece un intento de explicación, o al menos, una reflexión. En el Capítulo 3 se considera de manera visual, mediante el mapa de la Figura 3.20, la distribución espacial del estilo Famabalasto Negro sobre Rojo en comparación con el FNG según información bibliográfica actualmente disponible. Esa imagen da cuenta de los lugares de hallazgo de vasijas o fragmentos Famabalasto Negro sobre Rojo, pero no representa el carácter incidental o abundante de esos hallazgos. Aunque el estudio descriptivo sistemático de ese estilo en un nivel regional es una tarea pendiente se pueden apuntar algunas observaciones. La primera es que el uso de las vasijas Famabalasto Negro sobre Rojo en el área de Yocavil y más al norte está documentado a través de hallazgos excepcionales. La circulación de esas vasijas en la zona fue muy limitada en los pueblos locales. El panorama en los emplazamientos incaicos de Yocavil es diferente. Por ejemplo, en el tambo de Punta de Balasto, ubicado en el sur del valle, el análisis de los conjuntos de superficie y excavación arrojó porcentajes significativos de esa cerámica (L. R. González 1999; Marchegiani comunicación personal 2009).
En el valle Calchaquí se notó que es frecuente el diseño de guardas horizontales sin la doble línea delimitante. En el conjunto de vasijas FNG oriundas del área definida por la distribución espacial de la tradición Yocavil santamariana se notó la presencia de temas como la serpiente, el suri, el batracio, el felino y las cabecitas antropomorfas y de modos de representación de los diseños que habilitan a establecer paralelos entre FNG y Santa María. A su vez, dentro de esta área se distinguieron algunos patrones espaciales. En un sector que tentativamente, ocupa el norte de Yocavil, la zona de Trancas, El Infiernillo y Tafí se manifiestan esquemas como el patrón de bandas verticales en pucos, las guardas anchas con múltiples líneas alternantes que completan los espacios, los suris con cuerpo rectangular y algunos modelos de serpiente con el cuerpo figurando una “S” acostada.
Las investigaciones desarrolladas en Potrero Chaquiago plantearon que en esa localidad se podría haber elaborado cerámica Famabalasto Negro sobre Rojo (Williams 1995; Cremonte 1994). Considerando la cuantificación de fragmentos cerámicos para ese sitio un mapa que tomase en cuenta también la frecuencia tendría un enorme círculo en ese punto, luego puntos más pequeños en otros asentamientos incaicos y finalmente unos puntitos diminutos en algunos centros poblados locales. En vista de que al menos uno de sus focos de producción o distribución se habría ubicado en esta área “sureña” (dentro del marco espacial propuesto en este trabajo) se
En las localidades de Rincón Chico y Las Mojarras el estudio de los conjuntos fragmentarios en los sectores bajos permitió distinguir una comunión en el modo de trazar guardas con rombos, óvalos y ganchos enlazados por lo que se planteó la existencia de un microestilo que se expresa en ambos asentamientos. Teniendo en cuenta la proximidad entre ambos pueblos, separados por una distancia cercana a los tres km, esta semejanza refuerza lo planteado por Tarragó (1995) respecto de un funcionamiento conjunto de ambos poblados como un centro de segundo nivel, de acuerdo con una jerarquía de 112
Capítulo 4. Morfología e iconografía cronología del estilo a través del estudio de las asociaciones cerámicas en contextos funerarios y de la vida cotidiana y del análisis de los datos radiocarbónicos de los que se dispone hasta el momento.
puede plantear de modo hipotético que el Famabalasto Negro sobre Rojo haya circulando con mayor intensidad en ese sector. De alguna manera la importante cantidad de hallazgos de ese estilo en las tumbas de Famabalasto apunta en esa dirección, al igual que los hallazgos en tumbas de La Aguada donde hay asociaciones de alfarería Famabalasto Negro sobre Rojo, Belén, e inca o de El Shincal y Palo Blanco, donde se asocia con Belén (Wynveldt 2006: 206-214). Ahora bien, este estilo negro sobre rojo está integrado por cuencos pero también, a juzgar por los hallazgos de los cementerios de Famabalasto, por gran diversidad de formas de ollas de tamaño mediano de contorno simple, con borde y con cuello (véanse figuras de los casos funerarios en el Capítulo 6). Si sumamos ahora el hecho de que en algunas vasijas FNG se modelaron asas planas, reminiscentes de las asas de la alfarería chacosantiagueña, cabe preguntarse si no pudieron tomarse además como modelo otros elementos de la morfología cerámica. ¿Podría relacionarse la abundancia sureña de ollas FNG de tamaño mediano con la influencia sobre los alfareros locales de los modelos propuestos por la alfarería Famabalasto Negro sobre Rojo que circulaba en la zona? De modo inverso ¿podrían los torteros negros con incisiones y rellenos blancos hallados en Potrero Chaquiago responder a innovaciones impulsadas por los modelos que proponía la cerámica FNG del área valliserrana a los alfareros y tejedores mitimaes de la llanura dentro de una tradición propia de modelado y decoración incisa de torteros? Las vasijas FNG exhiben una particular selección y adecuación de los temas y motivos presentes en la alfarería Santa María y Belén plasmados en un estilo concebido para destacarse ostensiblemente de otros elementos del universo cerámico de la época que integraba. Todo el conjunto podría resumirse en una multiplicidad de modos de representación de la serpiente, con algunos “invitados” ocasionales, como los suris, el batracio y el humano, que pueden llegar a aparecer combinados con ella. Frente a una estructuración constante de los diseños que transmite una impresión de movimiento, hacia arriba y hacia abajo y de izquierda a derecha, la representación humana posee un carácter estático e inclusive se sitúa por fuera da la guarda. Lo que marca el carácter distintivo de este personaje en comparación con los animales. A lo largo de los Capítulos 3 y 4 se desarrolló una descripción analítica del estilo cerámico FNG en sus aspectos tecnológicos morfológicos e iconográficos buscando en particular poner en realce aquella información que fuera de utilidad para delinear localismos o tendencias regionales en el estilo con el propósito último de aportar al tema de las interacciones sociales en la región en la que este se producía. Sin embargo, para poder dar cuenta de las dinámicas de la interacción social es imprescindible contar con un adecuado marco temporal en el cual ubicar el fenómeno. En el siguiente capítulo se considerará entonces la 113
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.64. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Grecas. 114
Capítulo 4. Morfología e iconografía
Figura 4.65. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Grecas. 115
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.66. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Rombos. 116
Capítulo 4. Morfología e iconografía
Figura 4.67. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Óvalos.
Figura 4.67. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Óvalos. 117
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.68. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Líneas quebradas u ondulantes. 118
Capítulo 4. Morfología e iconografía
Figura 4.69. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Líneas de puntos.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.70. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Líneas alternantes y ganchos enlazados.
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Capítulo 4. Morfología e iconografía
Figura 4.71. Guardas desplegadas del diseño inciso en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Serpientes. 121
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 4.72. Guardas desplegadas. Suris, Batracio, Antropomorfos y Elementos lineales separados. 122
CAPÍTULO 5. LOS CONTEXTOS DE LA VIDA COTIDIANA Y SU CORRELATO CRONOLÓGICO El relato sobre las investigaciones referentes al estilo Famabalasto Negro Grabado da cuenta de las ideas que se manejan en la actualidad acerca de su cronología, que pueden resumirse en dos posturas básicas. Por un lado está la visión que ubica al estilo en la época de la expansión incaica en el NOA, por el otro, la idea según la cual el FNG se origina con anterioridad a dicho fenómeno expansivo, durante el Período Tardío local. Ambas nociones encierran, además de un contenido cronológico, una concepción dispar respecto del carácter autóctono o extranjero de la estética que define al estilo.
realizar nuevos fechados radiométricos. A continuación se presentarán los sitios que cuentan con fechados radiocarbónicos asociados a fragmentos o vasijas Famabalasto Negro Grabado.
Esta ambigüedad reduce también la precisión del FNG como un marcador cronológico, como elemento útil para inferir la antigüedad de los contextos en los que se encuentra. Los patrones regionales en el estilo (dimensión espacial del fenómeno estilístico) expuestos en capítulos previos son un cuerpo de información importante para abordar el estudio de las interacciones sociales en el pasado. Es indispensable entonces precisar la dimensión temporal de la producción del estilo para situar las evidencias de interacción en una época histórica concreta.
La metodología evalúa la asociación entre los fechados radiocarbónicos, los eventos que se pretende datar mediante estos (por ejemplo estructuras de combustión, pisos o sepulcros) y a su vez los niveles de asociación entre los conjuntos cerámicos y los contextos fechados. Una de las precauciones a tener en cuenta para el análisis es que no todos los fechados están igualmente asociados a los eventos que se pretendía datar. Por tal motivo se determinaron diferentes grados de certeza en la asociación muestra-evento (Carbonari 1994; Baldini et al. 2002; Figini 2004; Greco 2005, 2007) según la escala que se detalla a continuación.
El análisis se basa en la propuesta metodológica desarrollada por Catriel Greco para el estudio crítico de los fechados radiocarbónicos y la cronología cerámica de la localidad de Rincón Chico, que considera tanto las asociaciones cerámicas como los fechados radiocarbónicos (Greco 2005, 2007).1
Con el propósito de delimitar la temporalidad del FNG se analizaron las asociaciones estilísticas y los fechados radiocarbónicos disponibles. Para ello se recurrió a la información bibliográfica y se trabajó de manera personal en la reconstrucción de contextos funerarios, en especial con materiales y registros de campo de la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata, excavados por Weiser y Wolters, los que se detallan en el Capítulo 6.
A. Completamente cierta: cuando la muestra y el evento constituyen el mismo objeto arqueológico. Por ejemplo artefacto de madera o restos óseos articulados de un entierro. B. Altamente probable: cuando existe una relación funcional directa entre el material orgánico (muestra) y los hallazgos arqueológicos diagnósticos. Por ejemplo: fogón en el piso de una habitación, resto de comida dentro de un recipiente, resto carbonizado en el hornillo de una pipa. C. Probable: cuando no hay una relación funcional demostrable, pero la cantidad y el tamaño de los fragmentos de material orgánico argumentan a favor de su asociación. Por ejemplo concentración de carbones en un piso de ocupación, fragmentos óseos en las mismas condiciones. D. Poco probable: partículas de carbón pequeñas y esparcidas en la matriz sedimentaria que contiene materiales arqueológicos (Greco 2007: 7).
También se realizaron trabajos de excavación específicos en el sitio RCh18 de Rincón Chico y en El Calvario de Fuerte Quemado. En el primero de estos sitios se excavó un recinto circular en área extendida con el propósito de lograr mejores elementos de análisis que permitieran evaluar de manera crítica los dos fechados radiocarbónicos obtenidos en base a materiales recuperados en excavaciones previas, del año 1988, en esa estructura. Esos fechados son hasta el momento los más tempranos para contextos con cerámica FNG y fueron recientemente empleados para sustentar la idea de una mayor profundidad temporal del estilo dentro del Período Tardío, de la que proponía una posición tardía, dentro de la época tardía, para el tipo (Tarragó 1995; Palamarczuk y Manasiewicz 2001). El Calvario de Fuerte Quemado es un centro poblado tardío que en un sector marginal posee arquitectura de tipo incaica. Allí se excavó en área extendida el interior de tres estructuras circulares con técnicas constructivas incaicas, conocidas como “torreones” y que fueron descritas en detalle por Quiroga (1901) y pintadas por Holmberg y Methfessel. La imagen de los torreones se hizo más conocida al ser publicada la acuarela de Methfessel por Raffino (1991 [1988]:28, Figura 2.4). Esas excavaciones descubrieron contextos novedosos con cerámica FNG y permitieron
En base a un planteo similar se discrimina la asociación entre los eventos datados (como fogones o pisos) con los conjuntos cerámicos recuperados y en particular los fragmentos FNG que son objeto del estudio. Así se trabajó con otra escala cuadripartita. I. Altamente probable: Cuando hay una relación funcional directa entre la cerámica (en este caso FNG) y el evento fechado. Por ejemplo vasija conteniendo un 1
Gran parte de la información compendiada aquí se extrajo de la Tesis de Licenciatura de Catriel Greco (2007) y se trabajó en colaboración con el autor en el tratamiento de los datos de los contextos fechados con Famabalasto Negro Grabado.
123
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino concentración de carbón, por lo tanto no se puede establecer el grado de asociación muestra-evento.
enterratorio, con evidencias de uso sobre un fogón datado o con contenido orgánico. II. Probable: Alto grado de remontaje en las vasijas o alto nivel de agrupamiento en familias de fragmentos sensu Orton et al. (1997) asociados a un piso de ocupación. Grandes cantidades de fragmentos cerámicos sin remontaje o agrupación, pero distribuidos en áreas de descarte-producción. III. Poco probable: Fragmentos cerámicos dispersos en una matriz sedimentaria, o aún por sobre un piso de ocupación, pero en escasa cantidad y bajo grado de remontaje o agrupación en familias de fragmentos. IV. Inexistente: No hay cerámica asociada al evento datado o bien la presencia es mínima (Greco 2005).
Tolombón Sector Conoide, División arquitectónica D, Recinto A. El Sector Conoide constituye el núcleo residencial del poblado de Tolombón. Del sondeo del Recinto A, una estructura circular subsuperficial de 2,50 m de circunferencia, se obtuvo una rara vasija antropomorfa con baño blanco y dibujos en pintura negra, pero completamente cubierta por carbonatos que ocultan su diseño. Posee un rostro con ojos y nariz modelados, asas verticales trenzadas entre el cuello y el cuerpo superior y asas horizontales en el cuerpo inferior. En el interior de la olla tapada por el puco se encontraron entre los sedimentos los restos óseos de un número mínimo de veinte pequeños reptiles Amphisbaena heterozonata. Este hallazgo se interpretó como una introducción antrópica intencional, posiblemente de índole ritual (Kligmann y Albino 2007: 480). La vasija estaba tapada con un puco Famabalasto Negro Grabado partido en dos y se asentaba sobre un piso definido en el nivel 9, fechado en 440±60 AP (sin datos). Recostada sobre la pared noreste se halló una pequeña vasija ordinaria con superficies tiznadas (Williams 2003: 179-180 y 191) (Figura 5.1). No podemos evaluar el nivel de asociación muestra evento, pero las vasijas estarían asociadas con probabilidad al piso, por lo que se asigna tentativamente una asociación probable entre fechado y cerámica FNG, (grado II).
Tomando en cuenta estas escalas, de asociación muestra evento por un lado y de asociación cerámica - evento datado por el otro, se evaluaron los fechados radiocarbónicos conocidos para contextos con cerámica Famabalasto Negro Grabado. A continuación se describen de manera breve un total de cuarenta fechados en ocho localidades arqueológicas (cinco en Yocavil, una en el valle Calchaquí, una en Andalgalá y una en Hualfín). La información referida a las localidades de Angastaco (valle Calchaquí), Tolombón y Los Cardones (Yocavil), Potrero Chaquiago (Andalgalá) y Loma de los Antiguos (Hualfín) surge del trabajo de diferentes equipos de investigación y aquí se considera la información disponible en la bibliografía. Las investigaciones en Las Mojarras, Rincón Chico y El Calvario de Fuerte Quemado (Yocavil) fueron desarrolladas por el grupo de investigación Yocavil. En algunos de estos sitios se participó en el proceso de la investigación de campo o gabinete (Las Mojarras 1, Rincón Chico: RCh 8, 12, 13, 14, 15, 18, El Calvario de Fuerte Quemado). Se amplían en especial los casos de Rincón Chico RCh 18 y los torreones del Calvario de Fuerte Quemado, por tratarse de información novedosa desarrollada en especial para este trabajo. En el primer caso se llevaron adelante excavaciones en área extendida en el sitio con el propósito de evaluar dos fechados radiocarbónicos que son los más tempranos hasta el momento para un contexto con cerámica FNG. En el segundo caso se trabajó con los conjuntos cerámicos excavados en dos de las tres estructuras con arquitectura incaica conocidas como “torreones” donde se halló una importante cantidad de cerámica FNG, en especial en el “Torreón Medio”.
Figura 5.1. Hallazgos en la División arquitectónica D, Recinto A, Sector Conoide de Tolombón. a: urna antropomorfa con pintura negro sobre blanco. b: puco Famabalasto Negro Grabado que tapaba a la urna a. c: ollita ordinaria. Piezas en MAS, Col. Williams. Imágenes b y c tomadas de Williams (2003: 181, Figura 9 b y c).
Angastaco Ubicado en el sector medio del valle Calchaquí, el sitio Pukara de Angastaco y su tambo asociado han sido definidos como del Período Inca, tanto por la arquitectura, materiales presentes y datos históricos. De la excavación de uno de los recintos del tambo procede un fechado de 530±30 AP (Beta 203739), realizado sobre carbón vegetal de un área de descarte. Se recuperaron fragmentos cerámicos con decoración inca, y escasos fragmentos Pacajes, Santa María Bicolor, Famabalasto Negro Grabado y no decorado (Cremonte y Williams 2007: 221). Desconocemos cuál era el tipo de
Recinto 6, Sector Base Una serie de seis fechados radiocarbónicos fueron realizados de muestras procedentes de la excavación del recinto 6 del Sector Base de la localidad: GX 29252 720±60 (nivel 10); GX 29251 500±60 (nivel 6); Beta 168672 440±50 (nivel 7); GX 29663 350±60 (nivel 6); Beta 171425 460±60 (nivel 6); Beta 171426 440±60 (nivel 9) (Williams 2003: 199-200). En base al recuento de un total parcial de 737 fragmentos se reconocieron los estilos Famabalasto Negro Grabado, Santamariano negro
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Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico corresponden al Santa María Bicolor (43,4%) y al Ordinario Rojo Liso (18,8%). Belén-Quilmes, Inca Provincial, Famabalasto (negro sobre rojo), Santa María Tricolor y Ordinario Marleado se cuentan en menores proporciones (Rivolta y Salazar 2006: 98, Cuadro 1). Para este caso y tomando en cuenta la gran cantidad de fragmentos y vasijas, se considera aquí un grado de asociación II entre la cerámica y el fechado. Como la mayoría de los fragmentos provienen de niveles por debajo de la muestra de carbón fechada, habría que considerar que esta podría ser una fecha mínima, pero de cualquier manera no se cuenta aquí con elementos suficientes como para evaluar la estratigrafía de esta excavación.
sobre blanco, Santamariano negro sobre rojo, Santamariano no determinado, Engobe rojo, Yocavil polícromo, Belén, Inca y cerámica no decorada. Entre los niveles 5, 6 y 7 se detectó un fogón de 30 cm de espesor. El Nivel 7 constituye a su vez un piso de ocupación, aunque se siguió registrando material arqueológico por debajo, y se obtuvieron fechados en los niveles 9 y 10 (Williams 2003: 182-185 y 190-191). No contamos con elementos suficientes como para opinar de manera concluyente con respecto a los grados de asociación muestra-evento, aunque de acuerdo a lo observado en la publicación todos los fechados corresponderían a fogones o lentes carbonosos, por lo cual de modo tentativo se supone que la asociación es altamente probable o probable.
Potrero Chaquiago Gracias a las excavaciones en esta localidad se realizaron diez fechados radiocarbónicos (Williams 1995: 213-214), aunque sólo se consideran en esta oportunidad dos fechados realizados en el Recinto III del sector La Solana, en el que se hallaron fragmentos Inca negro pulido e inciso (FNG).
Debido a la cantidad de fragmentos y vasijas representadas y a la asociación con un piso de ocupación, se puede considerar que hay una asociación de grado II, probable, entre los fechados y la cerámica. Los Cardones En distintos recintos excavados del sitio Los Cardones se ha recuperado cerámica FNG. En dos de estos casos se realizaron fechados radiocarbónicos. En el recinto 78 del sector 5 se fechó una muestra de carbón vegetal del nivel 0-20cm en 460±60 AP (LP 1418) y otra en 930±70 AP (LP 1495) del nivel de 60-80cm (Rivolta y Salazar 2006). No podemos afirmar cuál es el grado de asociación muestra-evento en cada caso. Un total de 609 tiestos de esta excavación fueron analizados y se calculó un número mínimo de 48 vasijas, de las cuales 9 (18,8%) corresponden a Famabalasto Negro Grabado. Otros tipos representados son el Ordinario Marleado (20,8%), Santa María Bicolor (22,9%), Belén-Quilmes (10,4%) y en proporciones minoritarias Inca Provincial, Ordinario Gris y Ordinario Rojo Liso (Rivolta y Salazar 2006: 99, Cuadro 3).
Como ya se ha comentado los abundantes hallazgos cerámicos en esa estructura alcanzaron un total de 20.249 fragmentos que fueron clasificados como: 24,2% estilos inca provincial; 2,6% inca local; 47,7% material no decorado; 10% ollas pie de compotera con rastros de hollín; 15,2% material fase inca. La cerámica de la fase inca incluye los estilos Santa María, Belén, Yavi Chico, Yocavil Polícromo y Famabalasto Negro sobre Rojo. Los estilos Inca negro pulido e Inca negro pulido e inciso (equivalente del FNG) se incluyen en la categoría inka provincial. Sobre un total de 3170 fragmentos fase inca el 95,74% (3035 fragmentos) corresponde al Famabalasto Negro sobre Rojo, los restantes estilos están en baja proporción. Sobre 4.975 fragmentos inca provincial sólo el 1,99% (99 fragmentos) corresponde al grupo de los negro pulidos tomados en conjunto, dentro de este grupo se encuentran los fragmentos FNG (Williams 1995: Cuadro 16 y 18).
Con respecto a la cerámica recuperada, un 81% de los fragmentos provienen de los niveles superiores, por lo tanto se considera provisionalmente que hay una asociación cerámica-fechado probable (grado II) para el primer fechado, mientras que para el segundo la asociación podría ser poco probable (grado III).
El fechado Beta 49616 560±70 proviene del cuadrante 1, nivel 6 y se obtuvo a partir de un hallazgo de marlos de maíz carbonizados asociados a una estructura de combustión y el grado de asociación muestra-evento se considera entonces como altamente probable. El fechado LP 319 480±50 procede del cuadrante IV, nivel 9 donde se obtuvo un tronco carbonizado del cual se tomó una rodaja como muestra a datar. El tronco se encontró rodeado por tres piedras y se interpretó como los restos de un poste de un techado precario o bien de un telar. Se considera una asociación muestra – evento de tipo C, probable y a la asociación con los fragmentos como de tipo II, probable, dado que si bien en términos comparativos los fragmentos FNG son muy escasos, se pudieron practicar remontajes entre algunos de ellos.
En el recinto 81 del sector 6, una concentración de carbones próxima a una roca de posible uso ritual fue fechada en 570±60 AP (LP 1573), el sedimento que lo contenía se interpretó como un relleno por encima del piso, el cual se definió a los 60 cm de profundidad. La mayor cantidad de fragmentos (más del 60%) fueron recuperados entre los 40 y 60 cm de profundidad por sobre el piso de ocupación (Rivolta y Salazar 2006). Debido a que la concentración de carbones no proviene de un lente o fogón sobre el piso, se podría considerar que el grado de asociación muestra-evento es bajo. En cuanto a la cerámica, fueron recuperados 1382 fragmentos, de tamaño bastante reducido. Se calculó un mínimo de 70 vasijas, contemplando 7 (10%) Famabalasto Negro Grabado. Los grupos mayoritarios
Loma de los Antiguos de Azampay Wynveldt (2006) informa un fechado en el Recinto 11 de este poblado tardío. El mismo se realizó sobre carbón
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino comentarán. En los años 1992 y 1995 se realizaron sondeos exploratorios en una serie de estructuras seleccionadas por muestreo estratificado (Tarragó et al. 1992). Posteriormente se llevaron a cabo excavaciones de mayor alcance en algunas estructuras seleccionadas de acuerdo a objetivos específicos (González y Doro 2004; López y Spano 2006; Reynoso 2009). En términos generales, ya sea por el tamaño muy reducido de las excavaciones o bien por procesos de formación y postdepositacionales, la cantidad de fragmentos recuperados ha sido muy baja en casi todos los casos.
vegetal que se encontró disperso en el nivel más profundo (de 60 cm), por lo tanto se considera que tiene un grado C de asociación muestra-evento. El resultado fue “moderno” (LP 976). En esta excavación se recuperó un puco Famabalasto Negro Grabado (Lámina 7, N° 51), un puco Belén, una pieza ordinaria doméstica y restos de un puco y una tinaja indeterminados. Las Mojarras El único fechado disponible para esta localidad corresponde al montículo Las Mojarras 1 - Augier, donde se realizaron excavaciones de salvataje. Las evidencias sugieren que el lugar formó parte de un área de descarte y de actividades metalúrgicas (González y Tarragó 2005; Raffaele 2008; Pratolongo 2008). En la excavación de un sondeo en el centro del montículo se recuperaron 775 fragmentos que de acuerdo al criterio de familias de fragmentos se computaron como Santa María (19,5%), San José-Shiquimil-Loma Rica (7,6%), Ordinarias peinadas (30,5%) y Ordinarias alisadas (15,5%) Famabalasto Negro Grabado (3%), alisadas con baños (3,5%), pulidas (2,67%), Inca (0,38%) y también varios fragmentos de estilos pre tardíos tecnológicamente afines a estilos Aguada o Guachipas (3,5%) que aparecen en niveles superiores, medios e inferiores. El fechado de 400±60 AP (LP 1310) se obtuvo de marlos de maíz quemados procedentes de un fogón que se extiende entre los niveles 17 y 22. A partir de este último nivel comienzan los niveles arqueológicamente estériles. Se considera que en este caso hay una alta probabilidad de asociación muestra-evento, aumentando la confiabilidad de la fecha por el hecho de haberse realizado sobre vegetales de ciclo vital anual. Sin embargo, por la propia complejidad de los depósitos, situación que está pendiente de estudio, se desconoce cuál es la relación entre este rasgo fechado -el cual pudo ser un pozo relacionado con una probable área de combustión metalúrgica- y los fragmentos cerámicos, los cuales muestran migración vertical evidenciada en el proceso de remontaje. Por lo tanto se considera que no se puede establecer por el momento relación de ningún tipo entre el fechado y la cerámica.
En la plaza de la cumbre en el sector I, recinto 6 o Plaza Bicolor, se excavó una cuadrícula ubicada hacia al centro de este espacio, rodeando un gran bloque rosado. El bloque marca el punto en el que se produce una división de la estructura entre un sector con piedras grisáceas y otro con piedras de color rosado. Se obtuvieron dos fechados, 550±50 AP (LP 1638) y 690±70 AP (LP 1636) de eventos de combustión, que aunque no se disponen sobre un piso de ocupación, constituyen rasgos discretos que han sido asociados con las actividades de formalización y utilización de la plaza. Ambos fechados son estadísticamente indiferenciables (Reynoso 2009). Se recuperaron 16 fragmentos de una olla con pie/s de superficie peinada y baño blanco, con evidencia de exposición al fuego y un fragmento de borde de un puco Famabalasto Negro Grabado. Todos los fragmentos cerámicos se concentraban en el mismo sector de la estructura de combustión fechada. En base a criterios estratigráficos sería factible que la cerámica se asocie a el/los eventos de combustión (Reynoso 2009). Sin embargo para el caso que interesa aquí, el Famabalasto Negro Grabado está representado por sólo un fragmento, lo que disminuye la probabilidad de asociación (grado II o III). En el sector VIII, al pie del poblado, fue excavado el Megalito 7, que integra los muros de al menos tres estructuras (González y Doro 2004). La muestra datada proviene de la estructura 139, donde a escasa profundidad desde la superficie se definió un piso de ocupación. Se obtuvieron fragmentos cerámicos, restos óseos de fauna y una concentración de carbón vegetal. El fechado de esta concentración fue 310±60 AP (LP 1350) y tiene un grado C de asociación muestra-evento, es decir, “probable”, ya que si bien la muestra provino del piso de ocupación, no conformaba una clara estructura de combustión. La escasa muestra cerámica sólo incluye un fragmento pequeño de puco Famabalasto Negro Grabado y no permite establecer con certeza una vinculación con la ocupación de la estructura ni con el fechado (Greco 2007).
Rincón Chico Dentro de la localidad arqueológica de Rincón Chico la distribución espacial de fragmentos Famabalasto Negro Grabado es generalizada, encontrándose en la superficie de todos los sectores del poblado conglomerado en ladera y cumbre (RCh1), en pisos de recintos del bajo, en basurales y también en entierros de adultos e infantes del cementerio RCh21 (Palamarczuk 2008). Para toda la localidad se cuenta hasta el momento con treinta y ocho fechados radiocarbónicos, de los cuales veinticuatro provienen de excavaciones en donde se recuperaron fragmentos Famabalasto Negro Grabado, aunque con distintos grados de asociación, que se evalúan a continuación.
También al pie del poblado, en el sector XIII, se distribuyen una serie de grandes rocas, algunas de las cuales presentan morteros en sus caras, y también se registraron construcciones elípticas de baja altura rodeándolas (González y Doro 2004). En la excavación del Megalito 39 se rescataron restos humanos de un adulto y un subadulto, dispersos y en regular estado de
Rincón Chico 1 En el sitio se llevaron a cabo numerosas excavaciones de donde provinieron algunos de los fechados que se
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Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico el contexto (Greco 2007). Al igual que en el caso del Megalito 39, para el presente objetivo, la asociación entre el fechado y el fragmento Famabalasto Negro Grabado es muy baja (grado III o poco probable).
conservación debido al derrumbe del pequeño muro circundante y a la escasa profundidad en que se hallaban. Asimismo, se recuperaron numerosos fragmentos de una urna Santa María Bicolor que pudo ser parcialmente remontada y por la tendencia de su forma y diseños se estableció que pertenece a la fase V. También fragmentos de un puco con cuello Santa María Bicolor y un fragmento de puco Famabalasto Negro Grabado. El elevado estado de fragmentación de las vasijas es concordante con los procesos sufridos por los restos óseos, pero la gran cantidad de fragmentos en ambos casos, así como el hecho de que pertenezcan a las mismas vasijas, hace pensar que se trata de la urna funeraria y el puco tapa que contenían los restos del párvulo, que fue fechado en 240±40 AP (LP Beta 162380) (Greco 2007). La presencia de sólo un fragmento Famabalasto Negro Grabado no puede ser claramente asociada con el resto del conjunto recuperado, por lo tanto, si bien Greco (2007) establece un nivel de asociación altamente probable entre el fechado y la cerámica, para el objetivo actual la asociación al FNG es muy baja.
Una situación muy similar encontramos en la Estructura 214, del sector X también en zona de ladera, aunque aquí el área excavada fue mayor. A una profundidad cercana a los 70 cm bajo la superficie se definió un piso de ocupación formado por sedimento limo arcilloso compacto, sobre el cual se disponían una serie de lentes de ceniza y dos pequeños fogones con carboncillos y ceniza, de donde se obtuvo el fechado 830±60 AP (LP 1414) con un grado B de asociación muestra-evento (Greco 2007). Entre los artefactos recuperados se cuenta un hacha de piedra pulida, restos óseos faunísticos y algunas lascas de obsidiana y cuarzo. Con respecto a la cerámica, se registraron 19 fragmentos agrupados en 10 familias de fragmentos. En asociación con la superficie de ocupación se destaca una olla peinada con asa otomorfa, representada por un gran fragmento con evidencias de exposición al fuego. También se cuenta una olla alisada, un fragmento de puco Famabalasto Negro Grabado y una base de urna de estilo Santa María, aunque indeterminado (López y Spano 2006). Salvo en el caso de la olla peinada, la relación funcional del resto de las vasijas es dudosa, debido a que están representadas por fragmentos escasos o únicos, el nivel de asociación es entonces poco probable (grado III) (Greco 2007).
La Estructura 128, ubicada en el sector VIII, fue sondeada durante las excavaciones por muestreo del año 1992. Se pudo delimitar un piso de ocupación sobre el que se disponía un pequeño fogón y un lente de ceniza que puede constituir la dispersión de cenizas del anterior. En base al carbón vegetal recuperado en el fogón se realizó un fechado cuyo resultado fue 570±60 AP (LP 1622). Se obtuvieron 14 fragmentos cerámicos, de los cuales uno corresponde a un puco Famabalasto Negro Grabado, pero el tamaño extremadamente reducido de los fragmentos no permite adscribirlos en su mayoría más que a formas y estilos indeterminados, pudiendo existir más vasijas en los sectores no excavados. Por lo tanto, el grado de asociación del fechado y la cerámica es momentáneamente muy bajo (grado III o poco probable) (Greco 2007).
Rincón Chico 8 Emplazado en el sector bajo de Rincón Chico, cerca del conglomerado RCh1, el sitio RCh 8 es una unidad constructiva, compuesta por una estructura trapezoide (E1) de 24 metros en su lado mayor, y una circular (E2) de 9 metros de diámetro, adosado al paramento exterior del muro norte (Tarragó 1998). Las excavaciones de donde provienen las muestras cerámicas analizadas y los fechados corresponden al recinto o estructura circular, la cual fue excavada intra muros en su totalidad (Baigorria et al. 2005).
En la Estructura 161, sector IX, en una zona de ladera, se realizó un sondeo de 1m x 1m. A una profundidad cercana a los 80 cm bajo la superficie se comenzó a definir un piso de sedimento limo arcilloso no muy compacto y de unos 30 cm de potencia. En la parte superior del mismo se distinguió un lente de cenizas con carbones y algunos restos óseos faunísticos calcinados. A partir de carbones de la estructura de combustión se realizó un fechado cuyo resultado fue de 720±60 AP (LP 771) que tiene un grado B de asociación muestra-evento (Greco 2007).
El primer fechado se realizó a partir de carbones de una concentración en el piso asociada a restos óseos faunísticos quemados. El resultado de la medición fue 660±70 AP (LP 1491) y tiene un grado C de asociación muestra-evento. En el sector sureste de la estructura se distinguió un fogón de aproximadamente 80 cm2, con una profundidad máxima de 10 cm y de allí provino la muestra para un segundo fechado, con un grado B de asociación. Este último arrojó un resultado de 520±50 AP (LP 1624). Ambos fechados son estadísticamente indiferenciables (Greco 2007).
En asociación con el piso se halló un fragmento de puco Famabalasto Negro Grabado y 32 fragmentos de una misma olla peinada con baño blanco, con la marca de inserción de una asa otomorfa. Respecto del primero, no podemos estar seguros de su asociación funcional con el contexto, pudiendo tanto estar presente debido a procesos postdepositacionales, como existir más fragmentos del mismo en los sectores no excavados. El caso de la olla peinada con baño blanco es diferente, ya que la gran cantidad de fragmentos que la representan y el remontaje de los mismos, argumentan a favor de su asociación con
Con respecto a la cerámica recuperada, un total de 215 fragmentos fueron agrupados en 42 familias de fragmentos, destacándose la presencia de familias “numerosas” con gran cantidad de fragmentos y un alto grado de remontaje. Tomando en cuenta las frecuencias de familias de fragmentos, se observa un amplio
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino posiblemente maní y zapallo (González et al. 2002). A partir de este fogón se obtuvo un fechado de 490±50 AP (Beta 130222). Se considera un nivel de asociación muestra evento de grado B (altamente probable).
predominio de vasijas de estilos santamarianos, siendo en conjunto el 50% de las familias presentes, (ya sean estilos Santa María Tricolor, Bicolor o Indeterminado). Se destaca la presencia de un puco Tricolor con decoración interna de dos batracios enfrentados y de un gran fragmento de cuello de urna Tricolor fase III. Hay dos pucos Santa María Bicolor, uno de ellos con cuello que se remontó casi íntegro y otro de borde entrante del que había una mitad. También es notable la presencia de un 17% de vasijas de estilo Famabalasto Negro Grabado. En cuanto a la morfología, sin tomar en cuenta las formas indistintas (que por el tamaño pequeño de los fragmentos en general no pudieron clasificarse dentro de alguna categoría formal), se encontró un predominio de los cuencos o pucos con un 21,4% (Baigorria et al. 2005). La asociación de la cerámica con los fechados se considera buena, por lo tanto ha sido clasificada de grado II (Greco 2007).
En un trabajo anterior hemos propuesto, a partir del remontaje y de la agrupación de fragmentos en familias de fragmentos, considerar a los fragmentos de los niveles 5, 6 y 7 como vinculados al piso (Palamarczuk 2002), y por lo tanto en esta oportunidad es ese el material que se considerará como asociado al fechado, con una buena probabilidad (grado II). Entre las vasijas asociadas al piso, las de estilo Santa María consideradas en conjunto son mayoría, con un 13,3% para las urnas y pucos Santa María Bicolor, 11,7% de familias de fragmentos Santa María N/R de forma indeterminada, y un 31,7 % para pucos y urnas Santa María Indeterminado. Entre las vasijas alisadas se reconoció una olla con pie de compotera. Las vasijas Peinadas tienen una importante presencia, cercana al 35%. El estilo Famabalasto Negro Grabado está representado por un puco, una pieza de forma abierta indistinta y un ejemplar de tinaja de borde saliente, constituyendo un 6,67% del conjunto. Entre las vasijas del relleno lo más destacable son dos fragmentos de olla con baño rojo pulido, posiblemente Hispano-Indígena.
Rincón Chico 12 Este sitio constituye una de las unidades más marginales con respecto al sitio RCh1 y se encuentra, junto con los sitios RCh 13, 14 y 15 a la vera del camino vecinal, fundado con alta probabilidad sobre una antigua traza prehispánica que los vinculaba (González et al. 2002). Posee un patrón rectangular orientado norte-sur e integrado por un gran recinto de 52 m de largo y 26 m de ancho. El conjunto constructivo de RCh12 se destaca de los otros emplazados en el bajo por la presencia de divisiones internas. Sus muros, de pirca doble con relleno de ripio y arena, poseen un espesor promedio de 1,40 m. Una pared de división interna, también de pirca doble con relleno, establece dos sectores denominados respectivamente Sur y Norte. El sector Sur es considerablemente mayor, alcanzando una longitud de 40 m. El sector Norte se encuentra sobreelevado en relación al Sur como consecuencia de su emplazamiento sobre una luneta natural. Las excavaciones permitieron identificar una pared divisoria de 70 cm de ancho con sentido nortesur que fracciona a su vez este sector en dos recintos asimétricos. A diferencia de los demás, este muro presenta una técnica constructiva singular para Rincón Chico, la de pirca doble sin relleno (Palamarczuk 2008).
Rincón Chico 13 Se trata de una unidad constructiva simple de forma subrectangular, de 27 metros de largo y una superficie interna de 459 m². La estructura se encuentra muy saqueada, y podría haber formado parte de una unidad de Cuadrángulo con Estructuras Anexas (C-EA), de la cual sólo se conserva el gran rectángulo (Tarragó 1998). Entre el material de recolección superficial se cuentan restos materiales con influencias incaicas, como algunos fragmentos de vasijas y una hachuela de cobre (Tarragó et al. 2001; Palamarczuk 2002). La única cuadrícula excavada es la unidad M2, de 4 m², se ubicó en el sector exterior, al suroeste de la estructura, siguiendo niveles artificiales de diez centímetros. La excavación reveló sectores de sedimentos cenicientos, y otros sectores de sedimentos rojizos muy compactos termoalterados, evidenciando una posible área de actividades pirotecnológicas que no se pudo relacionar con claridad a una superficie de piso antiguo (Palamarczuk 2002).
De acuerdo a González et al. (2002), el sector norte de la estructura constituye una posible remodelación del conjunto en momentos iincaicos. Asimismo, plantean que todos los sitios del bajo habrían formado parte de una red de talleres metalúrgicos, siendo este, junto con el 13 y el 14 los últimos en fundarse.
El fechado de 560±60 AP (Beta 131674) provino de una estructura de combustión en el nivel 4 de la excavación, aproximadamente unos 35 cm por debajo de la superficie actual. Tiene un grado de asociación muestra-evento B (Greco 2007).
Fueron excavados un total de 24 m², entre una cuadrícula ubicada en el sector Norte (B6) y otra en el sector Sur (M6). Aquí se tomará en cuenta sólo la cuadrícula M6 pues de allí provino la muestra fechada. La superficie de ocupación, de un sedimento limo arenoso compacto, fue localizada a una profundidad cercana al metro por debajo de la superficie actual, en donde se registró una estructura de combustión delimitada por el muro oriental y un semicírculo de piedras. En asociación, se recuperaron más de 80 semillas quemadas de maíz, poroto y
Para el análisis cerámico se consideró a toda la cuadrícula como una unidad, debido a que la excavación se realizó por niveles artificiales, y al hecho de que los restos de una misma olla peinada (99 fragmentos en total) fueron localizados en los niveles 1, 3 y 5 de esta unidad (Palamarczuk 2002).
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Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico inca mixto). Por otro lado, una gran diferencia es que en los niveles de piso hay un grado muy alto de remontaje y agrupamiento en familias de fragmentos. Esto se debe a la ruptura in situ de varias vasijas peinadas y una urna santamariana (sin mayor especificación estilística ya que su superficie externa estaba completamente cubierta de hollín, como evidencia de su exposición al fuego), lo cual permitió agruparlas en familias “muy numerosas”, es decir, constituidas por muchos fragmentos. El caso más extremo lo constituye un agrupamiento de 386 fragmentos (Palamarczuk 2002).
El estilo cerámico mayoritario es el Santa María con un 50%, en proporciones similares de Bicolor y Tricolor, y mucho más del Indeterminado. Luego las vasijas peinadas tienen una importante presencia cercana al 37%. El Famabalasto Negro Grabado está representado por 2 familias de fragmentos (4,35%). Es destacable que no se registraron en esta unidad piezas incaicas, como sí se lo hizo en superficie. Para los fines del presente trabajo se considera que la asociación de los fragmentos estilo FNG con el fechado es poco probable (Nivel III). Rincón Chico 14 Es una unidad constructiva simple, similar al caso anterior porque se conserva sólo la estructura rectangular de 26 metros de largo, con una superficie interna de 494 m². Se han encontrado en las cercanías restos de otras estructuras que podrían haber formado parte del conjunto C-EA original (Tarragó 1998). En total se excavó un área de 58 m² Aunque aquí sólo se tomarán en cuenta las unidades contiguas A5, A6, B5, B6 y C6, sector del que proviene la muestra fechada. A unos 50 y 60 cm por debajo de la superficie actual se detectó una superficie de ocupación caracterizada por una capa nivelada de sedimento limo arenoso fino con pedregullo, donde se identificó un área de actividades integrada por una serie de rasgos y artefactos. Entre ellos se destaca un fogón en cubeta con restos de una vasija calciforme quemada apoyada sobre tres piedras. Otros elementos asociados son dos grandes grupos de fragmentos cerámicos, resultado de la ruptura de tres grandes vasijas debido al desplome de los muros. Asimismo, se definió un área de molienda compuesta por cuatro morteros, un molino plano, una gran laja muy plana y manos de molienda, todo ello dispuesto por encima de una superficie oval de 3 m² preparada con barro batido (Palamarczuk 2002, 2008). Este contexto ha sido interpretado como un área de producción a gran escala de alimentos, posiblemente chicha, en momentos de influencia incaica en la localidad (Tarragó et al. 1998-1999). La muestra fechada se conformó con carbón procedente del fogón en cubeta de la unidad B6, en el piso de ocupación. Se puede considerar entonces un grado B de asociación muestraevento. El resultado fue de 430±60 AP (LP 1015) (Greco 2007).
En este caso resulta más sencillo discriminar aquellas vasijas ligadas por una relación funcional al contexto, debido a la rotura in situ y a la escasa perturbación postdepositacional. Esto ha llevado a plantear un abandono abrupto, posiblemente en los últimos momentos de ocupación de Rincón Chico, como consecuencia del dominio hispánico efectivo, dejando en el lugar grandes piezas de difícil transporte, pero también otras de menores dimensiones y más fáciles de transportar. Se considera que el fechado tiene una asociación altamente probable con las vasijas tiznadas y representadas por muchos fragmentos, sin embargo, siendo los fragmentos FNG vinculados al piso relativamente escasos, se considera que su asociación al fechado es de grado II o probable. Rincón Chico 15 Se trata de una unidad constructiva, con una superficie intramuros de 1496 m2, pero considerando la dispersión de restos y rasgos exteriores, el área arqueológica del sitio fue calculada en una superficie mínima de 5500 m2, de la cual se ha excavado hasta el presente un total de 505,50 m2 (Tarragó 2007). El sitio RCh 15 se emplaza en la segunda terraza de la planicie aluvial del Río Santa María, sobre su margen izquierda y el fin del conoide de deyección. Está compuesto por un conjunto arquitectónico de dos estructuras delimitadas por cuatro muros (E1 y E2) y una estructura abierta (E3) confeccionadas en muros de pirca simple, pirca doble con relleno, y tapia; y dos formas monticulares asociadas a estas estructuras: El denominado Montículo Meridional (MM) tiene una superficie aproximada de 70 m2, siendo de 400 m2 la superficie total para el Montículo Oriental (MO). Este último, de forma alargada, presenta una disposición paralela a la Estructura 1 (E1) del conjunto arquitectónico (L. R. González 1992). En los distintos sectores del conjunto arquitectónico se registraron actividades de producción (metalúrgica y cerámica) y descarte de artefactos y ecofactos; también se definieron áreas de actividad doméstica y hacia el norte de esta unidad constructiva se encontraron entierros con ajuar en cámaras sepulcrales (Tarragó 2007).
Los 974 fragmentos recuperados fueron cuantificados por separado de acuerdo a su proveniencia, por un lado los niveles asociados al piso y por otro los hallados en la superficie de las unidades y en los niveles de derrumbe del muro. La agrupación de fragmentos en familias de fragmentos es muy alta, ya que si bien hay 123 familias constituidas por un único fragmento, varias están compuestas por una gran cantidad de fragmentos. Asociado al piso hay 4 vasijas Famabalasto Negro Grabado, mientras que otras 8 familias de fragmentos están en los niveles de superficie y relleno. Es destacable la ausencia de cerámica santamariana tricolor asociada al piso (que tampoco es mucha en los niveles superiores) y la presencia de una vasija de forma cerrada indistinta, muy fragmentada, pero que corresponde a un estilo incaico indeterminado (probablemente inca provincial o
Del área de descarte y producción denominada Montículo Oriental se consideran aquí cuatro fechados radiocarbónicos, ya que si bien se realizaron otros dos, su asociación con materiales específicos ha sido desvinculada por Greco (2007). Estas fechas provienen todas de estructuras de combustión relacionadas a actividades pirotecnológicas que constituyen rasgos
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino casos anteriores, aportaron una cantidad muy baja de cerámica. Esto seguramente se relaciona con un hábito de limpieza del lugar. Sumado a la cantidad en general baja, en cada estructura sólo fue recuperado un fragmento Famabalasto Negro Grabado, por lo tanto si bien Greco (2007) propone distintos grados de asociación entre la cerámica y los fechados, para este ensayo se considera que en estos casos la asociación es poco probable o inexistente (grado III-IV).
claramente definidos, por lo que tienen un grado B de asociación muestra-evento: 500±60 AP (LP 713); 570±60 AP (LP 728); 650±60 AP (LP 1461) y 660±70 AP (LP 401). Todas son estadísticamente indiferenciables, pudiéndose promediar en 590±30 AP. De las distintas excavaciones en el MO se recuperó una gran cantidad de fragmentos de cerámica, analizados en distintas oportunidades (Piñeiro 1997; Palamarczuk 2002; Gluzman et al. 2005; Greco 2007) y otros tantos aún en procesamiento. Considerando los estudios citados se puede plantear una tendencia general de gran cantidad de fragmentos, algunos de muy reducido tamaño y a veces muy erosionados, que no permiten su agrupamiento. Al mismo tiempo, cuando se agrupan, las familias de fragmentos, están constituidas por pocos individuos. Las piezas de tipo Santa María Bicolor y Ordinarias Peinadas y/o alisadas son las más abundantes, mientras que el Famabalasto Negro Grabado representa entre un 10 y 15% del total de los conjuntos en cada una de las unidades de excavación y análisis. Los estilos considerados “tempranos” dentro del Tardío como San José o Shiquimil están ausentes, mientras que hay mínima presencia de Loma Rica, Santa María Tricolor, Santa María Negro sobre Rojo, Inca indeterminado y cerámicas de época Hispano Indígena.
De un fogón en cubeta en el piso de la estructura 1 se obtuvo un fechado de 680±110 AP (LP 416). Un segundo fechado, de 1175±70 AP (LP 529), provino de carbones concentrados sobre el piso del recinto en torno al mencionado fogón en cubeta. En la Estructura 2, se fecharon en 830±90 AP (LP 459) carbones concentrados sobre el piso del recinto. En la Estructura 3 un fogón en el piso dio una fecha de 820±80 AP (LP 451). Rincón Chico 18 En las cercanías de RCh 8 se encuentra esta unidad constructiva formada por un gran recinto rectangular y varias estructuras anexas de forma rectangular y una circular de 9 m de diámetro interno, además de trazos de muros que conforman otras estructuras (Tarragó 1998). En el año 1988 se excavó el cuadrante sudoeste de la estructura circular (R2) y su entrada. Esta excavación descubrió un hoyo de poste central y un piso sobre el cual se hallaron concentraciones de carbón y los fragmentos de un puco FNG casi completo y medio cuello de una pequeña urna Santa María Bicolor, también muy fragmentado, entre otros tiestos aislados que en conjunto sumaban un total de 155 fragmentos.
El Montículo Meridional (MM) también es considerado un área de descarte y producción metalúrgica, mostrando una ampliación de la escala de producción como consecuencia de la influencia incaica en la región (González y Tarragó 2004). En este caso se toman en cuenta sólo los datos de la excavación de la unidad U15, que es de donde provienen los dos fechados del MM.
Con el carbón vegetal recuperado en esta primera excavación fueron realizados dos fechados radiocarbónicos. El fechado 890±100 AP (LP 428) se obtuvo sobre una muestra de carbones concentrados en el sector del vano de acceso del recinto. Un segundo fechado dio un resultado de 1020±90 AP (LP 471). Estas fechas se tuvieron en cuenta para plantear un lapso de ocupación del sitio, con un 68,27% de probabilidad, entre 996 y 1280 dC. (Tarragó 1998: 229). La asociación del puco FNG a este piso, junto con los fechados más tempranos conocidos para el sitio RCh 15, que se superponían temporalmente con los del sitio RCh 18, se tomaron en cuenta para plantear una temporalidad temprana dentro del Período de Desarrollos Regionales para el estilo Famabalasto Negro Grabado (Tarragó 1995; Palamarczuk y Manasiewicz 2001).
Un fechado fue realizado a partir de carbones de una compleja estructura de combustión con lentes de ceniza, carbón y sedimentos termoalterados, asociados a actividades de producción metalúrgica, por lo tanto tiene un grado B de asociación muestra-evento. El resultado de la medición fue inferior a 200 AP y se informó como “moderno” (LP 1009). El segundo fechado también se realizó en base a carbones provenientes de lentes de ceniza y carbón de una estructura de combustión pirotecnológica. De igual modo, tiene un grado B de asociación muestra-evento. El resultado de la medición fue 210±60 AP (LP 1021). Estilísticamente, la mayoría de los fragmentos asociados corresponden a vasijas peinadas y en segundo término a las santamarianas, con un 32,6% en total, aunque la variedad tricolor está representada por un solo fragmento y la N/R por 4. Otros estilos están muy poco representados y el Famabalasto Negro Grabado por sólo un fragmento. En conclusión, mientras que Greco (2007) considera que la asociación del conjunto cerámico con los fechados en MM es buena, para el presente objetivo sólo sería poco probable o inexistente (grado III-IV).
El trabajo de Greco se basó en la reevaluación crítica de los fechados radiocarbónicos de la localidad de Rincón Chico. Este análisis aplicado al contexto del R2 de RCh 18 permitió observar que los carbones del primer fechado no provenían de un rasgo de combustión definido, por lo tanto, se consideró un grado D (poco probable) de asociación entre la muestra de carbones y ese piso (Greco 2007). Para el segundo fechado se asignó un grado C de asociación muestra-evento, ya que provino de carbones dispersos en un área de 2 m2 sobre el piso de ocupación.
En cuanto a las tres estructuras del conjunto arquitectónico (E1, E2 y E3) se realizaron amplias excavaciones en área, que comparativamente con los
130
Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico
Estilo Alisado ord. baño blanco Alisado ord. baño blanco y pint. Peinado con Baño Blanco Peinado Inciso Peinado Indeterminado Famabalasto Negro Grabado Santa María Bicolor Santa María Tricolor Santa María Potenc.Tricolor Santa María Indeterminado Total general Total %
Formas Abiertas Puco Indistinta 5
Olla
Formas Restringidas Urna Indistinta
1 1 4
1 1 1
1
41
5
8
2
1
1
28 82 40,8
5 13 25
1 0,5
1 2 3,85
6 2,99
3 5,77
31 24 4 7 66 33,84
4 5 2 3 14 26,92
1
1
1 2 1
1 2 3,85
Total Total % Forma FF Fragm. FF Indeterminada Fragm. 6 2 6 2 2,97 3,92 5 1 2,48 1,96 11 3 12 4 5,94 7,84 1 1 0,5 1,96 8 6 12 7 5,94 13,73 1 1 42 6 20,79 11,76 31 4 15,35 7,84 34 9 16,83 17,65 4 2 1,98 3,92 18 6 55 15 27,23 29,41 44 18 202 51 100 100 21,89 34,62 100 100
Tabla 5.1. RCh 18, cerámica del interior del recinto circular R2. Los números en negrita indican frecuencias según cómputo por familias de fragmentos (FF).
a
b
Figura 5.2. Recinto 2 de RCh 18. a: vista desde el suroeste, exposición del piso del recinto circular (R 2) en la que se aprecia el agujero de poste central (excavado) y la técnica constructiva de muro doble con relleno y muro interior con grandes lajas verticales. b: topu de hueso hallado en posición horizontal sobre el piso, en el sector norte de la estructura.
obligaba a reconsiderar el esquema previamente elaborado. Con el fin de obtener nuevos elementos para aportar al análisis del sitio RCh 18 y sus fechados se planificaron nuevos trabajos de excavación en el sitio RCh 18. Las excavaciones continuaron en la temporada 2008, completando la superficie intramuros de la estructura, que se excavó estratigráficamente y en área extendida hasta alcanzar los niveles estériles. Se logró definir relictos de un piso de ocupación de sedimento limo arenoso y limo arcilloso compacto y el agujero de poste central (Figura 5.2a). Además de los hallazgos cerámicos se obtuvieron especímenes óseos de fauna, un bolo de pigmento rojo, unos pocos artefactos líticos sin formatizar, dos piedras planas con manchas de pigmento rojizo, escasas espículas de carbón dispersas en el suelo y un hermoso topu de hueso de unos 15 cm de largo, con cabecita circular deprimida en el centro (Figura 5.2b), ubicado sobre el piso y cercano al muro en el cuadrante noroeste, similar al hallado por Gancedo (1912, Figura V) en El Mollar de Tafí. Bruch (1911: 99, Figura 99) reproduce una fotografía de un alfiler o topu de hueso con cabecita circular extraído de alguna sepultura de Fuerte Quemado.
Ambos fechados son indistinguibles estadísticamente. Al igual que en el caso de RCh 8, se estableció un grado II de asociación entre la cerámica y el evento fechado (piso). Sin embargo, Greco (2007) problematiza la asociación de estos fechados ya que observó que se apartan del conjunto en los análisis estadísticos para establecer una secuencia cronológica de la localidad. Se suma el hecho de que ninguno de ellos posee un grado alto de probabilidad de asociación muestra-evento. Es interesante destacar que en el presente análisis también se apartan del conjunto de fechas asociadas a Famabalasto Negro Grabado, que incluyen datos de otras localidades arqueológicas. Otra de las implicancias del trabajo de Greco fue el establecimiento de la inexistencia de asociación entre los fechados más tempranos del sitio RCh 15 (aquellos que se solapaban con los de RCh 18) y hallazgos cerámicos. Es decir que esas fechas no se podían vincular por su relación estratigráfica a conjuntos cerámicos en concreto, por lo que sería erróneo vincularlas al FNG que apareciera en otros contextos de ese sitio. El estudio crítico de estos contextos con fechados tempranos
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 5.3. Planta del Recinto 2 de RCh 18 con la dispersión de los fragmentos correspondientes a las familias de fragmentos (FF) ilustradas.
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Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico Se hallaron escasos carbones dispersos pero lamentablemente ninguna estructura de combustión vinculada al piso del recinto.
misión del Museo de La Plata enviada en 1887, realiza una aguatinta de los torreones ubicados en la ladera norte del antiguo poblado. Lamentablemente su diario de campo está perdido (A. R. González 1954: 77).
La cerámica de la primera excavación se unió al nuevo conjunto de tiestos que alcanzó un total de 202 fragmentos, agrupados en 51 familias de fragmentos. Al observar el remontaje de fragmentos procedentes de todos los niveles de la excavación se decidió cuantificar a la cerámica de todos los niveles como un único conjunto. De acuerdo con el cómputo por familias la cerámica santamariana en conjunto es la mayoría, con casi un 59% y el Famabalasto Negro Grabado representa una cantidad cercana al 12% del conjunto, destacándose el puco casi completo. El porcentaje en conjunto de los estilos decorados ronda el 70% y no se encontró ninguna olla ordinaria fragmentada in situ, esto lo distingue de otros sitios del bajo de Rincón Chico como RCh 12, 13, 14 y 15 donde se observa una mayor abundancia de restos de ollas peinadas o bien ollas rotas in situ, y lo acerca a lo observado en el sitio RCh 8, con una estructura del conjunto cerámico similar (Tabla 5.1).2
Algunos años más tarde el Calvario de Fuerte Quemado es visitado y descrito por Adán Quiroga (1901). Junto con Eduardo Holmberg, realizan en pocos días el croquis del poblado, ofreciendo en el texto una descripción bastante detallada de los distintos sectores y algunos rasgos y construcciones destacadas, como por ejemplo los mencionados torreones. En 1907 Carlos Bruch (1911) visita otro sitio de Fuerte Quemado, aquel que se conoce con el nombre de La Ventanita de Fuerte Quemado, ubicado unos 3 km al norte de El Calvario, creyendo recorrer el mismo asentamiento que describiera Quiroga. A partir de ese momento este error hizo que dos sitios distintos se confundieran en uno solo, siendo la Ventanita el único sitio considerado de Fuerte Quemado. Esta confusión se arrastra hasta la actualidad, aunque ya Kriscautzky (1999) distingue los dos sitios. Por este motivo las investigaciones en El Calvario de Fuerte Quemado permitirán incorporar, o mejor dicho reincorporar, un importante poblado en la historia regional.4
Esta segunda excavación aportó el hallazgo de varios fragmentos de un puco Santa María indeterminado concentrados hacia el centro de la estructura y también de partes de cuello y borde de diferentes urnas Santa María Tricolor de la fase III. En conjunto la cerámica Santa María Tricolor alcanza una proporción cercana al 22% si se considera también a los fragmentos en los que si bien no aparece el color rojo, se apreciaron rasgos característicos de las urnas tricolores, como la banda plena en el interior del borde. Por su parte el Santa María Bicolor alcanza una proporción inferior, cercana al 8%. Será necesaria una discusión que contemple los motivos de la presencia de estos grandes fragmentos de cuello de urnas en el recinto.
De esta manera, dentro del Proyecto Yocavil se iniciaron en el año 2007 las investigaciones en el Calvario de Fuerte Quemado (Grimoldi et al. 2008, 2009). Se está realizando el relevamiento planimétrico y topográfico del poblado y ya se han excavado las tres estructuras circulares (denominadas Torreones Superior, Medio e Inferior) que se emplazan alineadas en sentido norte-sur sobre un espolón de la ladera norte del sitio (Sector 3). Como ya se ha mencionado, estas construcciones fueron destacadas por los pioneros Methfessel y Quiroga (Figura 5.4).
Por el momento la presentación se limita a destacar la asociación de familias de fragmentos con un alto nivel de agrupamiento, en el piso de un recinto, de cerámica Santa María Bicolor, Tricolor fase III y Famabalasto Negro Grabado (Figura 5.3).3
La evidencia arquitectónica, artefactual y los fechados radiocarbónicos obtenidos hasta el momento apuntan de modo inequívoco al carácter incaico de estas torres circulares, por cierto únicas en la región. Sus muros están construidos con una doble fila de piedras lajas y pegmatitas seleccionadas y canteadas con barro entre las hiladas de piedras. En el interior se observaron vestigios de un revoque de barro. Para la construcción de cada torreón fue necesaria una previa nivelación del terreno. Para ello se empleó un complemento entre nivelación por corte de la roca madre del cerro (que se realizó en el sector sur de la estructura) y nivelación mediante agregado de relleno de sedimento y grava, generando una plataforma (realizada en el sector norte de la misma).
El Calvario de Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado es un poblado conglomerado con aproximadamente 250 estructuras, emplazado en el bajo, laderas y cumbre de un cerro que se desprende de las últimas estribaciones de la sierra del Cajón, en la vertiente occidental del valle de Yocavil y se trataría de uno de los poblados tardíos más grandes de la región meridional de este valle. En 1966 se construyó sobre el asentamiento el camino y las estaciones de un calvario católico que actualmente continúa empleándose, lo que provocó la destrucción de varios sectores del antiguo poblado indígena.
Esta plataforma tenía una estructura de contención semicircular formada por piedras lajas y pegmatitas. Por encima del terreno así nivelado se construyeron el muro circular y luego los sucesivos estratos de piso. Luego de
El primer visitante del sitio cuyo testimonio hoy se puede reconocer fue Adolf Methfessel quien, como parte de una 2 3
4 Están en curso tareas de excavación y relevamiento planimétrico del poblado de El Calvario de Fuerte Quemado, a cargo de Alejandra Reynoso y Gerónimo Pratolongo en el marco de la investigación doctoral de la primera.
Análisis cerámico realizado en colaboración con Catriel Greco. Diseño de planta realizado en colaboración con Catriel Greco.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino del Torreón Superior, considerados en forma conjunta (105 fragmentos en total), muestra un predominio de estilos tardíos locales, con mayoría de fragmentos Santa María Bicolor (Tabla 5.2).
la elaboración del piso se aplicó el revoque interior de barro que recubría al muro.
En el Torreón Superior las excavaciones de marzo de 2007, estratigráficas y en área extendida, descubrieron un piso preparado (parcialmente roto por excavaciones previas), compuesto por una capa de unos 5 a 3 cm de espesor de barro consolidado. Esta capa se apoyaba sobre una superficie formada por lajas pequeñas acomodadas que componían un empedrado (Figura 5.5). Del total de fragmentos FNG recuperados (9), se pudieron identificar 2 familias. La primera está compuesta por fragmentos muy alterados, sin posibilidad de remontaje, por lo que no se pudo realizar una reconstrucción de formas. La segunda es sumamente interesante, pues se compone de tres fragmentos que remontan, de un puco con motivo de greca con círculos como decoración incisa, en la que se conservan escasos vestigios del relleno blanco (Figura 5.6).5 El diseño de la guarda corresponde al que denominamos I.a y es el mismo que el del puco de RCh 18. El fragmento ensamblado presenta huellas de reutilización posteriores a la rotura del puco. Uno de sus lados de fractura está desgastado y presenta una superficie lisa y recta. Esta herramienta es afín a otras que hemos clasificado como alisadores de cerámica en el sitio RCh 15 aunque su funcionalidad es aún incierta (Palamarczuk 2008). Esta pieza se recuperó en el tercer nivel (relleno), en contacto con la superficie del piso de barro, por lo que es muy probable que esté asociada al piso del torreón.
Figura 5.4. El sector de los torreones de El Calvario de Fuerte Quemado. Arriba, dibujo realizado por A. Methfessel, tomado de Raffino (1991 [1988]: 28, Figura 2.4). Abajo, vista actual en una perspectiva similar.
Contenidos en la masa de barro alisado que formaba la primera capa del piso se observaron espículas dispersas de carbón. En el gabinete se trabajó cuidadosamente en el tamizado en seco de la totalidad de ese sedimento para recuperar esas espículas, gracias a lo cual se consiguió una muestra suficiente para un fechado convencional. Se seleccionaron sólo las ramitas pequeñas, conformando un conjunto de casi 9 gramos. La muestra fue fechada en 340±50 AP (LP 1903).
El análisis de las diferentes evidencias recuperadas en los trabajos de excavación y relevamiento se encuentra aún en curso, pero de acuerdo con los propósitos del presente ensayo se pueden adelantar algunos resultados preliminares. La cuantificación de los fragmentos cerámicos procedentes de todos los niveles de excavación
Estilos Santa María Bicolor Santa María Tricolor Santa María Indeterminado Alisado Utilitario Alisado Baño Rojo Peinado con Baño y Pintura Peinado con Baño Peinado Pintado Peinado Indeterminado Famabalasto Negro Grabado Negro sobre Rojo Indeterminado Pulido Rojo (pasta) Indeterminado Total general Total %
Formas Abiertas Puco Indistinta 7 7 1 1
1
1
3
1
6
1
10 9,52
8 10,67
8 7,62
3 4,00
Formas Restringidas Forma Total Total % Urna Indistinta Indeterminada Fragm. FF Fragm. FF 7 4 1 1 13 10 29 23 27,61 30,67 1 1 1 1 0,95 1,33 1 1 1 1 0,95 1,33 9 9 10 10 9,52 13,33 2 2 2 2 1,90 2,67 11 3 1 1 12 4 11,43 5,33 14 11 14 11 13,33 14,67 5 1 5 1 4,80 1,33 4 3 4 3 3,81 4,00 9 2 8,57 2,67 1 1 14 13 15 14 14,28 18,67 1 1 1 1 0,95 1,33 2 2 2 2 1,90 2,67 8 5 12 4 67 55 105 75 100 100 7,62 6,67 11,43 5,33 63,81 73,33 100 100
Tabla 5.2. Cerámica recuperada en todos los niveles de la excavación en el Torreón Superior. Los números en negrita indican frecuencias según cómputo por familias de fragmentos (FF). 5
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Corte delgado N° 53.
Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico
Figura 5.5. Planta analítica del Torreón Superior de El Calvario de Fuerte Quemado, nivel 4, piso de lajas.
Los carbones se encontraron dispersos pero incrustados en el piso de barro preparado, por lo tanto se considera que tienen un grado C de asociación muestra-evento. La asociación de las vasijas FNG con el piso fechado puede ser considerada como probable (grado II).
En la siguiente campaña de marzo de 2008 se trabajó en la excavación estratigráfica y en área extendida de los torreones Medio e Inferior. Al igual que en el Torreón Superior, se observó en ambas estructuras la presencia de un piso compuesto por una capa inferior de lajas y al menos una capa superior de barro. Aquí se comentarán los hallazgos de cerámica Famabalasto Negro Grabado recuperados en el Torreón Medio formando un contexto muy particular (Figura 5.7). En la excavación de la estructura se hallaron en total 441 fragmentos, que en su gran mayoría se localizaban por debajo del piso de lajas, en el estrato formado por la plataforma de nivelación, hacia el norte de la estructura. Se logró un gran agrupamiento y remontaje de los fragmentos recuperados en dicho depósito, resultando un total de 57 familias, las cuales incluyen también por remontaje a los fragmentos recuperados en el piso de lajas. Los pucos son la forma
Figura 5.6. Fragmentos de un “pulidor” confeccionado con parte de un puco FNG hallado en el tercer nivel (relleno), en contacto con la superficie del piso de barro del Torreón Superior de El Calvario de Fuerte Quemado.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino necesidad de completar las descripciones de los pucos tricolores, ya que aquí, como también en materiales cerámicos de RCh 8, se observan características no contempladas en la seriación de pucos, como una decoración externa tricolor e interna con un par de animales enfrentados que, de acuerdo al modelo de la seriación, serían propios de los pucos bicolores. Esta característica “mixta” podría relacionarse con el proceso de transformación estilística apuntada para la fase III en las urnas Santa María, en la que se observan por ejemplo tanto bandas plenas como guardas geométricas (que caracterizarán a las urnas bicolores más tardías) en el borde interior de las urnas.
predominante. A pesar de haber podido armar tiestos grandes en base al remontaje, en algunos casos de hasta un 35 o 40% del tamaño original de la pieza, no se halló ninguna vasija completa. Los remontajes más importantes se lograron entre pedazos de pucos, entre los cuales se cuentan cinco grandes pedazos de cuencos FNG, cuatro de ellos con diseños de grecas y uno muy raro con diseño de línea de puntos, de cocción oxidante, baño rojo y dibujo interno de una serpiente en color negro, sin paralelos en la muestra de vasijas enteras. También se halló un fragmento grande de olla FNG. El porcentaje del estilo es muy elevado si se consideran sólo fragmentos, pero su alto agrupamiento en familias lleva la proporción a un 14,03%. El estilo mayoritario es el Santa María (77,19%) en sus variedades Bicolor (19,30%) y Tricolor (12,28%) e indeterminado (45,61%). La totalidad de los fragmentos enterrados en las bases de esta estructura incaica, entre la roca madre y la plataforma de nivelación corresponde a estilos del tardío local (Tabla 5.3).
Ahora bien, si estas vasijas fueron extraídas de sepulcros, entonces podrían ser más antiguas que el evento constructivo de época incaica, es decir que la acción de colocarlas en la plataforma de nivelación del torreón se ubica en el momento de la construcción del mismo pero tal vez su producción fue anterior. Esto es algo que dado el avance actual del análisis del sitio no se puede arriesgar. Lo que se puede destacar, más allá de en qué momento se sitúe la producción de estas vasijas, es la asociación entre cerámica Santa María Bicolor, Tricolor y pucos Famabalasto Negro Grabado.
Al ensamblar los fragmentos se notó que los pedazos de pucos introducidos al construir la plataforma habían sido originalmente grandes, pero no eran vasijas enteras. Gracias al tamaño de estos fragmentos se pudo lograr una buena reconstrucción gráfica de varias de las piezas FNG y Santa María (Figura 5.8).6 La totalidad de las vasijas diagnósticas corresponden a estilos decorados. ¿Qué significa esta inclusión de vasijas decoradas, de estilos locales y rotas en pedazos grandes, en las bases de una construcción incaica? ¿Se trata de simple “basura” o de restos de rituales, vinculados con la fundación del edificio? Aquí se propondrá lo segundo. Pero cabe preguntarse cuál es la naturaleza de ese ritual y de los objetos que en él se utilizaron. ¿Podrá ser el conjunto cerámico el resultado de la destrucción de vasijas en relación a libaciones y festejos que integraban a miembros de la comunidad local en el marco de una estrategia de control hegemónico? ¿Será el resultado de la destrucción de sepulcros dentro de una estrategia de violencia simbólica y “conquista ritual”, tal como lo observaron Nielsen y Walker en la reformulación de espacios ceremoniales en el sector central del poblado de Los Amarillos, Quebrada de Humahuaca, relacionados con la ocupación incaica en el lugar? (Nielsen y Walker 1999).
5. 1. Resultados y conclusiones del capítulo Las descripciones expuestas marcan que en los diferentes ámbitos “de la vida cotidiana” evaluados en poblados locales tardíos se reiteran las asociaciones de la cerámica FNG con cerámica Santa María y ordinaria Peinada. La presencia de estilos incaicos en estos contextos es inexistente o bien escasa, ejemplos de esta última situación se dan en Tolombón, Rincón Chico 14, Los Cardones y Las Mojarras 1-Augier. La vinculación con cerámica Famabalasto Negro sobre Rojo (sólo un fragmento) se observó en Los Cardones, lo que la torna excepcional para el área de Yocavil. Estos ámbitos incluyen tanto espacios domésticos, como productivos y ceremoniales situación que está evidenciando ejemplos de la diversidad de ocasiones y escenarios en los que se desempeñaba esta cerámica especialmente apropiada para el servicio de bebidas y alimentos. Las excavaciones en los sitios RCh 8, RCh18 y El Calvario de Fuerte Quemado mostraron asociaciones de cerámica FNG con cerámica Santa María Bicolor e importante cantidad de Santa María Tricolor fase III. Los pucos tricolores con dibujos en el interior se consideran hipotéticamente contemporáneos a la fase III al apreciarse similares fenómenos de cambio estilístico con incorporación de elementos luego muy reiterados en el conjunto Santa María Bicolor, como las guardas interiores geométricas y los mencionados dibujos dentro de los pucos. El sitio incaico Potrero Chaquiago en Andalgalá muestra una estructura del registro cerámico completamente diferente a la de los poblados tardíos. Allí los fragmentos FNG son muy escasos y se asocian con estilos fase inca como Yavi (escasa) o Famabalasto Negro sobre Rojo (muy abundante) y también con estilos incaicos en gran proporción.
Será necesario avanzar en el análisis de estas interesantes estructuras para entender las prácticas que llevaron a la formación de este depósito. Para el objetivo del trabajo actual interesa destacar por un lado la asociación entre materiales de tradición santamariana: Santa María, Rincón y Famabalasto Negro Grabado en un contexto netamente incaico lo cual sitúa la acción de colocar esos fragmentos en una época histórica precisa. Por el otro se destaca la asociación de FNG junto con piezas Santa María Tricolor clásicas, es decir que no corresponden a las variantes de tres colores tardías que conocemos. Al respecto vale el comentario apuntado supra acerca de la
6 Figuras 5.5, 5.7 y 5.8 diseñadas en colaboración con Alejandra Reynoso.
136
Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico
Figura 5.7. Parte superior: planta del piso de lajas en el Torreón Medio de El Calvario de Fuerte Quemado (UP 51) con representación de los escasos fragmentos cerámicos hallados sobre esa superficie. Parte inferior: corte A-B donde se ilustra la estratigrafía del torreón y se aprecia con claridad la ubicación de los depósitos de nivelación en los que se hallaron fragmentos cerámicos en mayor abundancia (UP 60 y 66).
Estilos Santa María Bicolor Santa María Tricolor Santa María Indeterminado Famabalasto Negro Grabado FNG oxidante Negro sobre Rojo Rincón Indeterminado Total general Total %
Formas Abiertas Puco Indistinta 39 10 43 5 32 20 50 5 6 1 5 175 59,12
2 43 75,44
1 1 0,34
1 1 1,75
Olla
20
Formas Restringidas Urna Indistinta 4 1 14 2 5 2 3 1 1
1
1
21 7,09
2 3,51
23 7,77
5 8,77
3 1,01
1 1,75
Forma Indeterminada
30 16
3 1
27 73 24,66
1 5 8,77
Total Frag. FF 43 11 57 7 70 26 86 7 6 1 1 1 33 4 296 57 100 100
Total % Frag. FF 14,53 19,30 19,26 12,28 23,65 45,61 29,05 12,28 2,03 1,75 0,34 1,75 11,15 7,02 100 100
Tabla 5.3. Fragmentos hallados en los depósitos por debajo del piso en el Torreón Medio de El Calvario de Fuerte Quemado (Unidades de Procedencia 51, 60, 63, 64 y 66). Los números en negrita indican frecuencias según cómputo por familias de fragmentos (FF).
137
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 5.8. Planta analítica del Torreón Medio de El Calvario de Fuerte Quemado con la dispersión de los fragmentos cerámicos correspondientes a las familias de fragmentos (FF) ilustradas, halladas en depósitos por debajo del piso.
encontraron así cuatro quiebres (splits) en la secuencia, que definen cinco grupos de fechados (Tabla 5.4). Estos grupos de fechas no deben ser considerados como fases, sino simplemente divisiones estadísticas entre fechados. En la Tabla 5.5 se resume la información correspondiente a todos los fechados presentados.
A partir de las asociaciones discutidas para cada uno de los sitios con cerámica Famabalasto Negro Grabado se puede tomar en cuenta la información disponible para interpretar la columna cronológica resultante. En la Figura 5.9 se han graficado las distribuciones probabilísticas de los fechados calibrados, representando en negro aquellos fechados para los que se evaluó una buena asociación con la cerámica (grado II) y en gris aquellos en los que se planteó que la asociación es menor (grados III y IV). Se hace de esta forma más claramente visible el hecho de que la mayoría de las fechas se concentran alrededor del 700 - 400 AP, mientras que las fechas que se alejan del conjunto en ambos extremos tienen un grado menor de asociación. Con excepción de los fechados de Rincón Chico 18, que como se relató anteriormente, también se apartan de los conjuntos de fechados obtenidos hasta el momento para esa localidad.
El caso de Rincón Chico 18 y sus fechas es sin dudas especial. En principio es debido a las mismas que en otro momento hemos planteado que la cerámica FNG correspondería a inicios del periodo de Desarrollos Regionales (Palamarczuk y Manasiewicz 2001). Además en los otros casos en los que resultaron fechas relativamente “tempranas” (Rincón Chico 15 E1, E2 y E3; Rincón Chico 1 E6, E16 y E214; Los Cardones R78, Nivel 4) sólo se ha recuperado un fragmento FNG en los depósitos fechados, por lo que la asociación con el estilo resulta problemática. No es extraño entonces que los fechados se aparten del conjunto. Sin embargo en RCh 18 se recuperó gran cantidad de esta cerámica y con alto nivel de remontaje, por lo tanto se plantea aquí que el problema puede estar más en los fechados en sí. Hay que tener presente que ninguna de las dos fechas proviene de un fogón o rasgo delimitado, con lo cual el grado de asociación muestra-evento es probable o poco probable.
Tomando en cuenta entonces solamente el conjunto de fechados con un grado de asociación I o II con la cerámica, se puede ensayar un análisis estadístico para encontrar cuáles se apartan del conjunto siguiendo el procedimiento estadístico de Wilson y Ward (1981).7 Se 7 Análisis estadístico realizado para este trabajo por Catriel Greco. Este proceso se basa en encontrar la razón de máxima probabilidad de agrupamiento entre series de fechados, realizando separaciones (splits) entre subgrupos cuando el valor del test sea inferior al nivel de 0,05 de significancia de χ2 (Greco 2007). Asimismo, se promediaron los
fechados, agrupados por medio del Test T de Ward y Wilson (1978) y luego se calibraron convencionalmente.
138
Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico
Figura 5.9. Fechados radiocarbónicos asociados a cerámica Famabalasto Negro Grabado. Las distribuciones de las calibraciones en negro corresponden a aquellos fechados que evaluamos con grado I o II de asociación con la cerámica; en gris aquellos con grado III o IV. Curva de calibración IntCal04 (Reimer et al. 2004); OxCal v3.10 (Bronk Ramsey 2005).
Es probable que las trayectorias del estilo sean diferentes en cada poblado. De hecho su producción debió comenzar en algún punto particular, para luego expandirse según distintos ritmos a través de los asentamientos de la región, definiéndose nuevas trayectorias de uso y cambio en cada caso. De todos modos los fechados de contextos con FNG de otros sitios del área, que aquí se suman a los disponibles para Rincón Chico, se ajustan a lo que planteó el modelo de Greco (2007) para la cronología del estilo en dicho centro poblado (Figura 5.10). El análisis de los contextos con fechados radiocarbónicos sirvió para lograr un panorama, que si bien nunca será completo y por supuesto es susceptible de modificaciones conforme se produzca nueva evidencia, se funda en la integración de un importante conjunto de información disponible en la actualidad.
La separación de los fechados del sitio RCh 18 con respecto a los restantes fechados con buena asociación cerámica exige precaución en su empleo como dato para indicar la antigüedad del estilo. Ese comportamiento anómalo motivó la exclusión de dichos fechados radiocarbónicos en la elaboración de una secuencia cronológica para la cerámica de Rincón Chico (Greco 2007) y aquí se seguirá también ese criterio. En esa propuesta la cerámica Famabalasto Negro Grabado está presente desde la fase 2 hasta el final de la secuencia. El inicio de la fase 2 es estimado entre el 1255 y el 1350 dC con un 95,4% de probabilidad. En gran medida el panorama obtenido en el análisis actual se basa en los contextos del poblado de Rincón Chico y refleja la trayectoria del estilo en ese núcleo en particular, ya que de los cuarenta fechados considerados, veinticuatro corresponden al mismo.
139
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Grupo
Años C14 AP
Código de Fechado y Sitio (LP 1903) CFQ ‐ Sector III, Torr. Sup.
340 ± 50
(GX 29663) Tolombón ‐ T2A6c5n6 L1
350 ± 60
(LP 1015) Rincón Chico 14 ‐ E1
430 ± 60
(Beta 168672) Tolombón ‐ T2A6c3n7
440 ± 50
(Beta 171246) Tolombón ‐ T2A6c6n9
440 ± 60
(N/D) Tolombón ‐ Conoide Div.D, RA
440 ± 60
(LP 1484) Los Cardones ‐ R78 ‐Nivel 1
460 ± 60
5
4
3
2
Fecha promedio AP
344±38
(Beta 171425) Tolombón ‐ T2A6c6n6
460 ± 60
(LP 319) Potrero Chaquiago ‐ La Solana RIII CIVN9 (Beta 130222) Rincón Chico 12 ‐ E1 (LP 713) Rincón Chico 15 ‐ MO (GX 29251) Tolombón ‐ T2A6c3n6 (LP 1624) Rincón Chico 8 ‐ E2 (Beta 49616) Potrero Chaquiago ‐ La Solana RIII C1N6
480 ± 50 490 ± 50 500 ± 60 500 ± 60 520 ± 50 560 ± 70
(LP 1573) Los Cardones ‐ R81 ‐ Nivel 20‐60
570 ± 60
(LP 728) Rincón Chico 15 ‐ MO
570 ± 60
(LP 1461) Rincón Chico 15 ‐ MO
650 ± 60
(LP 401) Rincón Chico 15 ‐ MO
660 ± 70
(LP 1491) Rincón Chico 8 ‐ E2
660 ± 70
(GX 29252) Tolombón ‐ T2A6c3n10
720 ± 60
(LP 428) Rincón Chico 18 ‐ E2
890 ± 100
1 (LP 471) Rincón Chico 18 ‐ E2
Años Cal. d.C. 68,2% de probabilidad 1480 (24,0%) 1530 1550 (44,2%) 1640 95,4% de probabilidad 1460 (95,4%) 1640
445±24
68,2% de probabilidad 1430 (68,2%) 1455 95,4% de probabilidad 1420 (95,4%) 1475
519±20
68,2% de probabilidad 1405 (68,2%) 1430 95,4% de probabilidad 1395 (95,4%) 1440
674±32
68,2% de probabilidad 1270 (40,3%) 1310 1360 (27,9%) 1390 95,4% de probabilidad 1270 (54,7%) 1320 1340 (40,7%) 1400
961±66
68,2% de probabilidad 1020 (68,2%) 1160 95,4% de probabilidad 970 (95,4%) 1220
1020 ± 90
Tabla 5.4. Agrupamiento de los fechados radiocarbónicos con asociación cerámica Probable o Altamente probable según el procedimiento estadístico de Wilson y Ward (1981), empleando la curva de calibración IntCal04 (Reimer et al. 2004).
Figura 5.10. Secuencia cronológica planteada por Greco (2007: 145, Figura 108) para la cerámica de la localidad de Rincón Chico.
140
460 ± 60
480 ± 50
490 ± 50
500 ± 60
500 ± 60
520 ± 50
530 ± 40
Beta 171425
LP 319
Beta 130222
LP 713
GX 29251
LP 1624
Beta 203739
430 ± 60
LP 1015
460 ± 60
400 ± 60
LP 1310
LP 1484
350 ± 60
GX 29663
440 ± 60
340 ± 50
LP 1903
sin datos
310 ± 60
LP 1350
440 ± 60
240 ± 40
Beta 162380
Beta 171426
210 ± 60
LP 1021
440 ± 50
moderno
LP 1009
Beta 168672
Años C14 AP moderno
Cód. Lab. LP 976
1420 (95,4%) 1640
1430 (49,5%) 1530 1570 (18,7%) 1630
141 1290 (94,0%) 1510 1600 ( 1,4%) 1620 1300 (29,4%) 1370 1380 (66,0%) 1460 1300 (29,1%) 1360 1380 (66,3%) 1450
1320 (10,3%) 1350 1390 (57,9%) 1460
1320 (10,5%) 1350 1390 (57,7%) 1440
1320 (11,9%) 1350 1390 (56,3%) 1440
Angastaco
Rincón Chico
Tolombón
Rincón Chico
Rincón Chico
1300 (12,6%) 1360 1380 (82,8%) 1490 1290 (94,0%) 1510 1600 ( 1,4%) 1620
Potrero Chaquiago
Tolombón
Los Cardones
Tolombón
Tolombón
Tolombón
Rincón Chico
Las Mojarras
Tolombón
Rincón Chico El Calvario de Fuerte Quemado
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Sitio Azampay
1310 ( 7,9%) 1360 1380 (85,7%) 1520 1600 ( 1,8%) 1620
1310 ( 4,7%) 1350 1390 (77,0%) 1530 1550 (13,6%) 1640
1390 (95,4%) 1640 1310 ( 4,7%) 1350 1390 (77,0%) 1530 1550 (13,6%) 1640
1390 (95,4%) 1640
1400 (68,2%) 1455 1320 (10,3%) 1350 1390 (57,9%) 1460
1400 (68,2%) 1455
1400 (65,6%) 1490 1600 ( 2,6%) 1610
1400 (65,6%) 1490 1600 ( 2,6%) 1610
1410 (61,5%) 1520 1600 ( 6,7%) 1620
1410 (61,5%) 1520 1600 ( 6,7%) 1620
1410 (64,8%) 1490 1600 ( 3,4%) 1610
1400 (95,4%) 1640 1400 (79,1%) 1530 1550 (16,3%) 1640
1440 (95,4%) 1650
1460 (29,0%) 1530 1550 (39,2%) 1640
1410 (60,1%) 1520 1600 ( 8,1%) 1620
1450 (95,4%) 1650
1400 (92,9%) 1700 1750 ( 2,5%) 1800
1510 (14,3%) 1600 1610 (40,0%) 1690 1730 (31,5%) 1810 1920 ( 9,6%) 1960
1520 ( 6,8%) 1590 1620 (88,6%) 1960
cal. d.C. 95.4% prob.
1490 (68,2%) 1650 1480 (23,4%) 1530 1550 (44,8%) 1640
1520 ( 3,6%) 1540 1630 (35,7%) 1680 1760 (21,8%) 1800 1930 ( 7,1%) 1960
1640 (20,9%) 1700 1720 (35,0%) 1820 1920 (12,3%) 1960
cal d.C. 68.2% prob.
Tambo
RCh 8 - E2
T2A6c3n6
RCh 15 - MO
RCh 12 - E1
La Solana RIII Cuad. IV, N9
T2A6c6n6
Sector 5 R78 Nivel 1 (0-20cm)
T2A6c6n9 S. Conoide, Div. D, Recinto A
T2A6c3n7
RCh 14 - E1
Fogón en el piso del recinto Carbón vegetal de un área de descarte
Carbones de fogón?
Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas
Tronco-poste quemado Fogón delimitado por piedras, en el piso del recinto
Carbones de fogón?
¿?
Carbones sobre el piso?
Carbones de fogón? Lente de ceniza y carbón por debajo del piso?
Fogón delimitado por tres piedras clavadas, en el piso del recinto
Carbones de fogón? Concentración de semillas de maíz carbonizadas
Carbones incluidos en piso limo arcilloso preparado
Sector III Torreón Superior T2A6c5n6 L1 Las Mojarras 1 Augier
Carbones concentrados sobre el piso del recinto
Entierro de subadulto en una urna funeraria
¿?
B
B?
B
B
C
B?
¿?
¿?
BoC
B?
B
B
B?
C
C
B
B
B
Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas
Asoc. muestra evento C
Origen de la muestra Carbón vegetal disperso, nivel 60 cm
RCh 1 Sector VIII - ML 7
RCh 1 Sector XIII ML 39
RCh 15 - MM
RCh 15 - MM
Sector / Estructura Recinto 11
III
II
II
II
II
II
II
II
II
II
II
II
IV
II
II
III o IV
III
III o IV
III o IV
Asoc. fechado cerámica II
Cremonte y Williams 2007
Greco 2007
Williams 2003
Tarragó 2007
Williams 1995 González y Tarragó 2005; Palamarczuk 2008
Williams 2003
Rivolta y Salazar 2006
Williams 2003
Williams 2003
Williams 2003
González y Tarragó 2005; Palamarczuk 2008
Williams 2003 González y Tarragó 2005; Pratolongo 2008
-
González y Tarragó 2005; Greco 2007
González y Tarragó 2005; Greco 2007
Tarragó 2007
Greco 2007
Referencia Wynveldt 2005
Capítulo 5. Los contextos de la vida cotidiana y su correlato cronológico
Tabla 5.5. (Primera parte). Fechados radiocarbónicos asociados a cerámica Famabalasto Negro Grabado. En todos los casos se usó la curva de calibración IntCal04 (Reimer et al. 2004) sin aplicar ningún factor de corrección para fechados del Hemisferio Sur.
820 ± 80 830 ± 60
830 ± 90
890 ± 100 930 ± 70
1020 ± 90
1175 ± 70
LP 459
LP 428 LP 1495
LP 471
LP 529
660 ± 70
LP 1491
LP 451 LP 1414
660 ± 70
LP 401
720 ± 60
650 ± 60
LP 1461
GX 29252
570 ± 60
LP 1622
720 ± 60
570 ± 60
LP 728
LP 771
570 ± 60
LP 1573
690 ± 70
560 ± 70
Beta 49616
LP 1636
560 ± 60
Beta 131674
680 ± 110
550 ± 50
LP 1638
LP 416
Años C14 AP
Cód. Lab.
1260 (95,4%) 1420 1220 (95,4%) 1420
1270 (33,8%) 1330 1340 (34,4%) 1400
142 680 (95,4%) 990
770 (52,1%) 900 910 (16,1%) 970
1010 (95,4%) 1300
1050 ( 9,9%) 1090 1120 ( 2,6%) 1140 1150 (55,7%) 1280
800 (95,4%) 1220
1020 (95,4%) 1300 1040 (95,4%) 1280
1050 ( 4,7%) 1080 1150 (63,5%) 1280 1150 (68,2%) 1270
890 ( 6,9%) 930 940 (39,8%) 1060 1070 (21,5%) 1160
1180 (95,4%) 1400
1220 (58,7%) 1310 1360 ( 9,5%) 1390
970 (95,4%) 1290 980 (95,4%) 1260
1180 (95,4%) 1400
1220 (58,7%) 1310 1360 ( 9,5%) 1390
1030 (68,2%) 1220 1020 (68,2%) 1170
1210 (95,4%) 1410
1240 (68,2%) 1410 1260 (41,6%) 1320 1340 (26,6%) 1400
1220 (95,4%) 1420 1050 ( 1,8%) 1090 1150 (93,6%) 1450
1290 (95,4%) 1440
1280 (31,9%) 1320 1340 (36,3%) 1400
1270 (33,8%) 1330 1340 (34,4%) 1400
1290 (95,4%) 1440
1300 (41,9%) 1370 1380 (26,3%) 1420
1290 (95,4%) 1440
1280 (95,4%) 1450
1290 (95,4%) 1440
1290 (95,4%) 1450
cal. d.C. 95.4% prob.
1300 (41,9%) 1370 1380 (26,3%) 1420
1300 (41,9%) 1370 1380 (26,3%) 1420
1300 (37,7%) 1370 1380 (30,5%) 1430
1310 (37,1%) 1360 1380 (31,1%) 1430
cal d.C. 68.2% prob. 1310 (30,3%) 1360 1390 (37,9%) 1430
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico Los Cardones
Rincón Chico
Rincón Chico Rincón Chico
Tolombón
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Rincón Chico
Los Cardones
Rincón Chico Potrero Chaquiago
Rincón Chico
Sitio
RCh 15 - E1
RCh 18 - E2
RCh 18 - E2 S 5 R78 -N 4
RCh 15 - E2
RCh 15 - E3 RCh 1 - S. X - E214
T2A6c3n10
RCh 1 Sector IX - E161
RCh 15 - E1 RCh 1 Sector I - E6
RCh 8 - E2
RCh 15 - MO
RCh 15 - MO
RCh 15 - MO RCh 1 Sector VIII - E128
Sector 6 R81 Nivel 20-60cm
RCh 13 - E1 La Solana RIII, Cuad.I, N6
RCh 1 Sector I - E6
Sector / Estructura
C
Carbones concentrados sobre el piso del recinto, en torno al fogón en cubeta (fechado LP 416)
Carbones dispersos sobre el piso del recinto
Carbones concentrados en el sedimento de relleno ¿?
Carbones concentrados sobre el piso del recinto
Fogón en el piso del recinto Fogón en el piso del recinto
C
C
D ¿?
C
B B
BoC
B
B
Lente de cenizas y carbón, sin asoc. a una superficie de ocupación Fogón en el piso del recinto Lente de ceniza y carbón por debajo del piso?
C
Fogón en cubeta en el piso del recinto
B
B
B
B
CoD
B
B
C
Asoc. muestra evento
Carbones concentrados sobre el piso del recinto
Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas
Fogón en el piso del recinto Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas
Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas
Maíz carbonizado de un fogón Concentración de carbones en relleno
Estructura de combustión asociada a actividades pirotecnológicas
Origen de la muestra Lente de cenizas y carbón, sin asoc. a una superficie de ocupación
III o IV
II
II III
III o IV
III o IV III
II
III
II o III
III o IV
II
II
II
III o IV
II
II
II
III
II o III
Asoc. fechado cerámica
Tarragó 2007
Tarragó 1995; Greco 2007
Tarragó 1995; Greco 2007 Rivolta y Salazar 2006
Tarragó 2007
Tarragó 2007 López y Spano 2006
Williams 2003
Greco 2007
Reynoso 2009
Tarragó 2007
Greco 2007
Tarragó 2007
Tarragó 2007
Greco 2007
Tarragó 2007
Rivolta y Salazar 2006
Williams 1995
Reynoso 2009 González y Tarragó 2005; Palamarczuk 2008
Referencia
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla 5.5. (Continuación). Fechados radiocarbónicos asociados a cerámica Famabalasto Negro Grabado. En todos los casos se usó la curva de calibración IntCal04 (Reimer et al. 2004) sin aplicar ningún factor de corrección para fechados del Hemisferio Sur.
CAPÍTULO 6. LOS CONTEXTOS FUNERARIOS entierros bajo aleros de roca con un muro de piedras cancelando la abertura. Estos diversos sepulcros podían contener uno o varios individuos inhumados (algunos superan la veintena) y el tiempo transcurrido entre los distintos entierros presentes en una misma tumba es variable en cada caso, por lo que los patrones resultantes son producto de diferentes historias de uso que van desde un evento puntual, en el caso de un entierro individual o el de varias personas en un mismo evento, hasta múltiples reaperturas de la tumba en un tiempo que pudo ser breve o muy extendido. La complejidad de la formación de estos sepulcros desde su construcción hasta el ingreso del último individuo y de la última ofrenda, hace que el estudio de las asociaciones de objetos funerarios, entre los que se incluye a la cerámica, requiera de análisis precavidos.
Las prácticas humanas, que incluyen también aquellas actividades relacionadas con la funebria, se sitúan en contextos específicos que son tanto espaciales como temporales, esta consideración resulta básica para apreciar los cambios y continuidades a lo largo de los tiempos. En ocasiones la distinción de patrones en contextos mortuorios pareciera conducir hacia una representación estática que se interpone en la percepción del flujo temporal a lo largo del cual se desarrollan las prácticas que intervienen de algún modo en la configuración de tales patrones y que, muy especialmente en el caso de la funebria, se vinculan con apreciaciones de las personas y de los pueblos acerca del tiempo y la memoria (Mizoguchi 1993: 223). Los espacios funerarios o cementerios de época tardía en los Valles Calchaquíes se prestan particularmente a este tipo de consideración dada su pauta de uso prolongado, en algunos casos a lo largo de centurias. Estos cementerios son el resultado de múltiples eventos inhumatorios de acuerdo a costumbres tradicionales vinculadas con las creencias sobre el ciclo vital, la muerte y el destino de los seres fallecidos. Las reglas de parentesco y otros niveles de clivaje social, como por ejemplo el grupo etario, el lugar de origen, los oficios y las diferencias de rango, que participan en la conformación de la personalidad social de los individuos inhumados y sus deudos, son otras de las facetas que sin dudas aportaron a la complejidad de la organización de estas áreas. También hay que considerar otros elementos de índole social que han influido en su diagramación, como las necesidades de organización del espacio comunitario en los complejos asentamientos conglomerados tardíos o los mecanismos de demarcación de territorios vinculados a grupos políticos concretos por la vía del establecimiento de nexos históricos a través de su relación con los ancestros en lugares sacralizados.
Estas prácticas muestran también la importancia de la memoria vinculada a las situaciones funerarias, una memoria que fue extensa y persistente pero que no significó estatismo, por el contrario, las pautas fueron modificándose, como lo evidencian ciertas variaciones en los patrones arqueológicos observados y que sirven a la identificación de épocas. Cambios que se aprecian por ejemplo en la incorporación de nuevos espacios funerarios, en las transformaciones de las diversas clases de urnas para el entierro de infantes, en la presencia o ausencia de ofrendas cerámicas en las cistas. Inclusive también se pueden apreciar, cuando se cuenta con registro estratigráfico, en el uso de una misma tumba a través de un tiempo largo. En este capítulo se muestra la variedad de tipos de sepulcros en los que se ha registrado cerámica Famabalasto Negro Grabado y las clases y niveles de asociaciones materiales observadas en ellos. La presencia de esta cerámica en las tumbas obedece a su incorporación como ofrenda de los deudos hacia la persona fallecida. Estas vasijas pudieron ser también recipiente de alimentos o líquidos ofrendados, de los que muy raramente quedan vestigios debido a los procesos postdepositacionales. La reconstrucción de los contextos funerarios comenzó con la búsqueda bibliográfica (De La Vaulx 1901; Debenedetti 1921; Cigliano 1956-57, 1958; Podestá y Perrotta 1976; Marchegiani 2008; Tarragó et al. 2005; Matera 2006). En la medida en que se iban localizando las vasijas en los museos se intentó buscar información sobre los contextos de hallazgo de cada una de ellas, pero por lo regular sin resultados. En ese punto se destacan la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata, que posee registros de campo de los hallazgos y la colección correspondiente al cementerio RCh 21 de Rincón Chico, excavada por Osvaldo Mendonça.
Cada poblado incluía varias áreas funerarias, de tamaño diverso y con diferentes historias o trayectorias. Algunos cementerios fueron de uso breve, otros se emplearon por varias generaciones y en un mismo poblado se aprecia contemporaneidad en el empleo de ciertos lugares funerarios. En estas áreas coexistían diferentes modalidades de entierro. Los infantes eran sepultados por lo general en el interior de vasijas (las denominadas urnas funerarias), tapadas con cuencos invertidos o con piedras lajas. Luego hay diferentes clases de estructuras subsuperficiales en las que se observan en mayor frecuencia entierros de personas jóvenes y adultos, como las cámaras con paredes de piedra y techo en falsa bóveda (las denominadas cistas), los pozos circulares u ovales simples con o sin muro de piedras, los pozos con tapa de lajas, las tumbas de tipo pozo y cámara lateral o entierro en bota y los entierros directos. Otras estructuras funerarias, de tipo positivas, es decir que la disposición de los cuerpos y sus ofrendas se realizaba por sobre la superficie del terreno, están presentes ya no en cementerios sino en puntos particulares dentro de los poblados o alejados de los mismos, es el caso de los
De acuerdo a un criterio cuantitativo, en función de la cantidad de sepulturas con vasijas FNG que se pudieron tomar para el análisis, las principales fuentes de
143
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino sepulcro. Otra de las situaciones que hay que tener presente es la posible introducción de elementos atesorados por largo tiempo o “reliquias” que pueden llevar a asociaciones entre objetos con una historia muy diferente y generar confusión en el intento de acotar temporalmente una manifestación estilística. Esto puede traer problemas aún trabajando con tumbas individuales.
información fueron las libretas de campo de las expediciones III, IV y VI organizadas por Benjamín Muñiz Barreto y dirigidas por Vladimiro Weiser y F. Wolters. El soporte documental de esta colección, que consiste en libretas de campo, fotografías, cartas arqueológicas, planimetría de asentamientos, correspondencia, etc. es único para una colección arqueológica del NOA y permite reconstruir la simultaneidad espacial de objetos hallados en contextos funerarios de diferentes puntos de la región. Por otro lado, de acuerdo a criterios cualitativos en relación a las características del registro de campo fueron importantes los materiales de Rincón Chico, ya que en este caso se pudieron tomar en cuenta elementos de la estratigrafía de las tumbas, de gran importancia cuando se estudian estructuras con entierros múltiples. A la vez que sirvieron como ejemplos para la consideración crítica de los registros de la colección Muñiz Barreto.
Para superar estas dificultades, además de tener un buen control estratigráfico de la excavación, habría que trabajar con tumbas individuales y considerar una gran cantidad de casos. Lo primero evitaría la mezcla de ofrendas, lo segundo permitiría observar anomalías en las asociaciones de un mismo evento como las que se pueden generar a través de la incorporación de reliquias. Tal fue por ejemplo la estrategia metodológica de Tarragó al elaborar una secuencia en base a asociaciones funerarias para San Pedro de Atacama (Tarragó 1968, 1976, 1989). Pero la metodología debe adaptarse a la realidad que impone las características del registro bajo estudio y en este caso ninguna de las dos condiciones ideales se puede cumplir. La historia de la formación de las colecciones arqueológicas del área valliserrana está definida por la acción de huaqueros que trabajaron dejando escasos o nulos registros documentales (Scattolin 2000), pero lo que resulta más difícil de aceptar es la pérdida de documentos y registros de campo de colecciones que han visto con ella disminuido, de manera irreparable, su potencial informativo.
Entonces, al evaluar las asociaciones funerarias hay que tener presente que las poblaciones calchaquíes del Período Tardío tenían entre sus costumbres la de enterrar a sus muertos en tumbas múltiples. Las cámaras sepulcrales se abrían cuando una nueva inhumación lo requería y de ser necesario los restos más antiguos se movían para dar lugar a los nuevos difuntos, produciéndose mezcla de ofrendas (elementos proporcionados por los allegados) y otros elementos personales (Bordach 2006) como prendas y vestimentas, de los diferentes individuos. Es probable que los sepulcros estuvieran marcados con piedras, palos u otros elementos que indicaran su ubicación precisa, lo que es factible teniendo en cuenta que estos usos sucesivos podían estar diferidos en el tiempo por generaciones y habiendo también noticias del uso de postes de madera que marcaban las tumbas múltiples en otros sectores del área andina como lo constató Uhle en el valle de Ica (Menzel 1976:19) o Le Paige en San Pedro de Atacama (Myriam Tarragó, comunicación personal 2008).
Luego de una búsqueda que intentó ser exhaustiva se pudieron reunir un total de 37 contextos funerarios que contienen cerámica Famabalasto Negro Grabado tanto en el valle de Yocavil como en la zona de Hualfín. Entre ellos hay once entierros en urnas, veinte entierros múltiples de adultos y jóvenes en cistas, tres entierros simples de adulto en cámaras, dos entierros directos simples de adultos o jóvenes y un hallazgo aislado. La presentación de cada sepulcro se organiza aquí por localidad y según el orden cronológico de los descubrimientos. En este apartado se hace una exposición, apelando a un importante soporte visual. El énfasis en el empleo de información gráfica tiene su justificación en su carácter inédito a la vez que busca prevenir la posible naturaleza ambigua y provisoria de la descripción y de las clasificaciones.
Una de las consecuencias de estas prácticas de entierros múltiples y usos temporalmente extendidos de los mismos sepulcros que resultan negativas para el análisis de las asociaciones materiales con fines cronológicos es la dificultad para distinguir los elementos personales y ofrendas particulares de cada persona inhumada ya que los objetos pueden aparecer mezclados o apiñados en un espacio reducido. La distinción de los conjuntos de materiales que ingresaron al mismo tiempo en una tumba es fundamental para el establecimiento del grado de asociación y contemporaneidad relativa entre grupos de objetos. Si el uso de la tumba es acotado en el tiempo, aun existiendo entierros múltiples, se la podría considerar una unidad de contemporaneidad. Si en cambio la tumba fue utilizada durante mucho tiempo las asociaciones en el sepulcro considerado en bloque no definen tal unidad, ya que es posible que se junten en ella objetos modernos junto con otros que dejaron de circular tiempo atrás. Lograr este tipo de evaluación respecto del lapso de uso de una tumba múltiple requiere tanto de una calibración de la cronología de los objetos que sea muy ajustada como de un conocimiento sobre la estratigrafía del
Con respecto a las tumbas excavadas por Weiser (III expedición) y luego por Weiser y Wolters (IV y VI expedición) hay que considerar que la calidad de los registros es diferente en cada una de ellas. Es evidente que a medida que acumulaban experiencia los excavadores fueron perfeccionando su método de registro, a lo que se suman las mayores condiciones de Wolters para el dibujo. Por esto la reconstrucción de los contextos en la III expedición resulta más complicada que en las posteriores. En algunos casos se identificaron inconsistencias o contradicciones entre las distintas instancias del registro (descripción y numeración del evento funerario, listado y numeración de hallazgos de cada cementerio, conversión de números de campo a números de depósito) por lo que algunos contextos con
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Capítulo 6. Los contextos funerarios registros problemáticos debieron considerárselos poco confiables.
descartarse
Para el examen de las asociaciones se consideraron también diferentes niveles de análisis contextual. El primero corresponde a cada entierro independiente en el que se colocó como ofrenda alguna vasija Famabalasto Negro Grabado. En este nivel se aplica la escala de certeza en las asociaciones mencionada más arriba. El siguiente nivel involucra a las áreas de entierro o cementerios en los que se encuentran esas tumbas, donde se observan las características de los otros sepulcros del cementerio, aunque estos no contengan alfarería FNG. Por último está la escala de la localidad en la que puede haber varios lugares funerarios o cementerios, observándose entonces de modo comparativo las características de los diferentes cementerios. Tomando en cuenta la gran dispersión de los hallazgos FNG, que llevaría a considerar prácticamente la totalidad del registro funerario existente para el valle de Yocavil y Hualfín si se pretendiera avanzar en los niveles más amplios de contextualización, se decidió tomar para el análisis a nivel de área funeraria y localidad un caso testigo.1 La localidad elegida fue Famabalasto por varios motivos. Uno de ellos es la gran cantidad de piezas funerarias de estilo FNG con esa procedencia. Otro motivo es la buena calidad comparativa del registro de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al NOA, que incluyó a esta localidad en su recorrido. También estaba el interés de revisar las tipologías cerámicas realizadas por Cigliano para los objetos funerarios de esa localidad, obtenidos en la IV expedición, a la luz de las propuestas clasificatorias posteriores a su trabajo (Podestá y Perrotta 1973; Perrotta y Podestá 1975; Arena 1975; Weber 1978; Baldini 1980; Caviglia 1985; Tarragó y Renard 2001; Marchegiani y Greco 2007; Marchegiani et al. 2007, 2009) teniendo en cuenta la importancia que tuvo la tesis doctoral de este autor para la diacronización de las cerámicas del Período Tardío del área valliserrana.
al
Otro problema para la reconstrucción contextual fue, en varios casos, la imposibilidad de reunir el conjunto total de los objetos que se asociaban en un entierro, ya sea porque éstos eran dejados en el campo, algo que se repite en particular para las cerámicas ordinarias grandes, o muy rotas, o porque no pudieron localizarse en el depósito. Por esto la imagen que se logró de varias tumbas es incompleta. En esos casos los registros gráficos de las libretas (dibujos de planta y corte, silueta de las vasijas) fueron muy útiles para lograr una aproximación a los materiales no observados. Los dibujos en las libretas fueron también importantes para distinguir, en algunas tumbas múltiples con pocos inhumados, las ofrendas vinculadas a individuos específicos. No obstante hay que tener presente que los dibujos de campo y más aún los que fueron luego pasados a tinta, por ejemplo los publicados los textos de Cigliano (1958) y Debenedetti (1921), son el resultado de idealizaciones de la compleja realidad de esas estructuras y de lo que efectivamente pudieron llegar a ver los dibujantes respecto del nivel de preservación de los cuerpos, su orientación y la ubicación de los materiales en el espacio. Las tumbas eran cavadas a pala por peones a cargo, cuyo nombre o inicial aparece encabezando la descripción de cada entierro en las libretas y varias tumbas se excavaban a la vez en un mismo día. Basta considerar que para el caso de la localidad de Famabalasto los trabajos -que se extendieron desde el 1 de febrero hasta el 23 de marzo de 1922-, incluyeron nada menos que la excavación de doce áreas funerarias que llevaron al registro de 95 entierros, el relevamiento planimétrico del gran poblado en el alto del cerro (Población A) de las estructuras en el sector bajo (Población B) y el dibujo de croquis del área para la confección de una carta arqueológica.
Cigliano (1958:37) presentó las instalaciones y cementerios de la localidad de Famabalasto asignando un orden alfanumérico propio que impuso a las designaciones más extensas acuñadas por Weiser, estas últimas se reproducen aquí entre comillas. Así distinguió entre los siguientes lugares: a) Población A: poblado aglomerado sobre el cerro. b) Población B: recintos en un sector bajo a la entrada de la quebrada Misiyaco. c) Vestigios arqueológicos aislados: taller lítico, áreas con morteros, recintos circulares. d) Cementerios: Cementerio I: “Cementerio sobre la Loma” Cementerio II: “Cementerio Quebrada de Palomas” Cementerio III: “Cementerio Cerca del Puesto”
Tomando en cuenta los problemas para el establecimiento de las asociaciones entre los materiales de las tumbas, derivados de las pautas culturales de entierro múltiple, como también de las características del registro documental, se establecieron diferentes grados de certeza en la asociación entre los materiales de ofrenda o elementos personales presentes en cada entierro según la siguiente escala: I. Altamente probable: Cuando hay una relación directa entre la cerámica (en este caso FNG) y algún otro elemento. Por ejemplo urna y puco tapa, puco en el interior de un entierro en urna o integrando las ofrendas en un enterratorio de un solo individuo. II. Probable: Cuando hay una relación espacial observable entre objetos que pertenecen a una ofrenda individual pero que se encuentra en una tumba múltiple. III. Dudoso o problemático: Cuando hay una relación espacial entre objetos que se encuentran dentro de un sepulcro, pero no se puede establecer con precisión cuáles pertenecen a una misma ofrenda.
1 Sería importante lograr a futuro el análisis en los tres niveles en todas las localidades en las que se hallaron tumbas con material de estilo Famabalasto Negro Grabado, sin embargo esa tarea excede los límites del presente trabajo. Asimismo el ensayo se circunscribe a presentar la información útil al establecimiento de distinciones de índole cronológica. Distintos aspectos de las prácticas funerarias se tomaron en cuenta para el diseño de la metodología empleada en el establecimiento de los niveles de asociación entre los materiales de cada sepulcro, no obstante este no pretende ser un análisis de las prácticas funerarias de los pueblos calchaquíes.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Cementerio IV (parte A y parte B): “Cementerito á pié del cerro (quebradita)” Cementerio V: “Cementerito á pie del cerro del cementerio sobre del cerro” Cementerio VI: “Cementerio río abajo de la chacra (chacrita), a orilla derecha del río”, “Cementerio al lado del cementerio de la chacra” Cementerio VII: “Cementerio Rico”, “Cementerio de trojas”, “Cementerio en frente de la Quebrada Agua Salada”, “Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada” (Figura 6.1). Luego de evaluar los hallazgos en cada cementerio los clasificó en cuatro clases: 1. Cementerios VII y IV parte A. “Cementerio de adultos en cámaras subterráneas, con ajuar y párvulos en urnas del tipo Santa María, variedad bicolor; estas últimas enterradas directamente en tierra.” 2. Cementerios I y V. “Cementerio de adultos en cámaras subterráneas sin ajuar y párvulos en urnas del tipo Santa María, variedad tricolor; estas últimas enterradas directamente en la tierra.” 3. Cementerio VI: “Cementerio de adultos en cámaras subterráneas sin ajuar y párvulos en urnas del tipo San José y Famabalasto tosca; estas últimas enterradas directamente en tierra”. 4. Cementerio III: “Cementerio de párvulos en urnas del tipo San José, depositadas en cámaras sepulcrales.” (Cigliano 1958: 44). Se suma a esta lista el Cementerio IV parte B con entierros de párvulos en urnas San José directamente en tierra (Cigliano 1958: 56).
Figura 6.1. Carta arqueológica de Famabalasto elaborada por Weiser (Márquez Miranda 1946: 112, Figura 32) con modificaciones.
Así los cementerios III, IV parte B y VI con vasijas San José y ordinarias (Famabalasto tosca) corresponden a San José, entendido como una cultura. Los cementerios I, II y V, con vasijas de estilo Santa María Tricolor corresponden a Santa María I y los cementerios IV parte A y VII, con vasijas Santa María bicolor, Belén, Famabalasto Negro Grabado y Famabalasto Negro sobre Rojo, elementos de cestería pseudo espiral, mate pirograbado, madera y hueso a Santa María II.4
A este listado se agregan aquí otras áreas funerarias mencionadas en las libretas. “Cementerito á pié del cerro”, cuyos materiales estaban muy rotos y no fueron numerados, pero que de acuerdo a los dibujos corresponderían a dos entierros de infantes en urnas Santa María y uno en una olla ordinaria.2 “Cementerio á la banda del río seco”, al sur del área, donde se hallaron tres cistas sin ofrendas, cada una de ellas con un solo esqueleto, que en uno de los casos correspondía a un niño de entre diez y doce años. También se halló una urna San José-Shiquimil sin tapa que estaba muy rota. Se hace referencia además a una tumba en la fortaleza (Población A) en la que se halló un cesto.3 Lo que totaliza la mención de diez espacios funerarios, si bien en la carta arqueológica se aprecian doce (Figura 6.1).
Tomando como punto de partida la tesis de Cigliano se trabajó en el registro de la totalidad de los materiales funerarios de Famabalasto correspondientes a 95 entierros excavados durante la IV Expedición Muñiz Barreto. Observar el conjunto de las tumbas de un poblado proveyó de un marco comparativo para evaluar las asociaciones registradas en las tumbas con FNG en esa localidad y ofreció elementos para establecer comparaciones con las tumbas con FNG en otras localidades arqueológicas. En el Apéndice III se muestra una tabulación de los hallazgos de los cementerios de Famabalasto según la clasificación de sus excavadores, la de Cigliano (1958) y la propia.5
Una de las observaciones importantes del trabajo de Cigliano fue la de una segregación espacial en los distintos cementerios de la localidad de Famabalasto de estilos cerámicos y sus variantes que le sirvieron para plantear una sucesión en el tiempo de los mismos en función del cuadro cronológico de González (1950-1955).
En marzo de 2007 se visitó la localidad de Famabalasto con el fin de ubicar y observar los espacios funerarios y recolectar la cerámica dispersa en su superficie actual. A 4
Según caracterización de Millán de Palavecino, quien realizó el informe sobre esa pieza referido por Cigliano (1958: 109-111). 5 Se realizó también un catálogo fotográfico de las piezas de Famabalasto y su correspondencia con contextos específicos en base a los dibujos y registros originales de libretas de campo, incluido en el manuscrito de la tesis como “Apéndice III”. Por motivos de economía de espacio éste no pudo anexarse a la actual edición, no obstante se prevé su publicación independiente.
2 La separación espacial entre el Cementerio IV parte A y IV parte B “Cementerito á pié del cerro (quebradita)” no resulta clara en las libretas y por la semejanza de su nombre, el hallazgo de este conjunto de tres urnas podría haberse dado en las cercanías de estas áreas funerarias. 3 Esta tumba no se describe en las libretas de campo pero pensamos que podría tratarse de una tumba bajo alero dada su ubicación topográfica.
146
Capítulo 6. Los contextos funerarios contexto en la libreta es muy pequeño y carece de detalles. Asociación de grado I.
través del estudio de los fragmentos de superficie se intentó aportar nueva información en relación al posible tiempo de uso de esos espacios funerarios. En las restantes localidades los contextos funerarios con cerámica FNG se analizaron dentro de los límites del primer nivel contextual, realizando algunas observaciones que amplían la escala cuando se consideró que de ello podían surgir elementos para la comprensión de la formación y pautas de uso de cada tumba.
El Bañado Para esta localidad se considera a los hallazgos que realizaron Henry De La Vaulx y Weiser de manera independiente. El primero practicó excavaciones de las que obtuvo entre 35 y 40 urnas. De la totalidad de los hallazgos 9 urnas y 9 pucos fueron llevados a París, al Museo del Trocadero.8 Entre los pucos hay uno de estilo FNG. Por su parte Weiser excavó intensamente varios cementerios como Ciénaga 2 del Mayo, Monte del Turiso I y II e Hinojo.
A continuación se exponen los diferentes contextos funerarios reconstruidos y se comenta los motivos puntuales para la exclusión de los casos problemáticos. Al final del capítulo se adjuntan ilustraciones y tablas (Figuras 6.4 a 6.38, Tablas 6.9 y 6.10) donde se sintetiza la información de los treinta y siete casos satisfactoriamente documentados. El estilo bajo indagación es tomado en principio con un valor cronológico neutro. Luego se estudian los objetos de las ofrendas a la luz del conocimiento vigente acerca de la cronología de las variantes estilísticas representadas. Este paso permite evaluar también a cada tumba múltiple como una unidad que representa un tiempo corto, o un tiempo largo de uso, lo que resulta imprescindible a la hora de considerar el valor de diagnosis cronológica de las asociaciones en cada tumba.
2. El Bañado Descripción: Entierro de infante en urna Santa María con dos pucos en su interior; una escudilla Santa María con impronta de cestería -71.1898.43.1151- y un puco FNG 71.1898.43.1140. De La Vaulx describe así su hallazgo: “Las dos restantes categorías de pucos están representadas cada una por un solo espécimen y, detalle curioso, los encontré en la misma urna uno debajo del otro. La urna en la que encontré estas escudillas es, si no la más intacta de la serie, al menos una de las más completas. La primer escudilla en barro negro bastante fino, lustrado, tiene un fondo plano de 0,05 de diámetro; su abertura de 0,15 c. de diámetro; su altura de 0,08 c. Está decorada exteriormente en el borde por un galón de z acostadas entre dos líneas paralelas grabadas en el barro todavía fresco; es de una fabricación absolutamente diferente a la de las otras escudillas y urnas ya descritas. Esta contenía el cráneo de un infante, con la abertura hacia abajo. Debajo se halló otro puco bastante más grande (0,39 c. de diámetro, por 0,20 de altura; el diámetro del cuello de la urna, donde se abre el orificio, de 0,40 c.). Este último puco representa la 3a categoría, varía completamente en su contorno, elaboración y decoración. Remarcado hasta presentar un contorno convexo o troncocónico, este toma una forma mamelonar con la punta deprimida. La arcilla y el grado de cocción parecen ser idénticos a las urnas de la 1ª categoría. Mas la parte exterior está decorada de pequeños achurados circulares; el interior sin decoración está alisado a pulgar. La decoración observada en este vaso difiere completamente de aquella descrita hasta aquí, fue obtenida aplastando la arcilla en el interior de un cesto. Las partes salientes de los entrelazados de briznas, cañas, mimbre o ramas que sirvieron a la confección del cesto se encontraban moldeadas por la arcilla conservando sus improntas en el contorno exterior del puco. La parte deprimida del fondo muestra muy netamente la forma cuadrada, punto de partida para la confección del cesto.” (De La Vaulx 1901: 172-173, traducción propia).
6.1 Los casos funerarios relevados 1. Punta de Balasto, Cementerio Trapiche III. Entierro 4. “4) Tinaja colorada dibujada.” (Libreta 17, III Exp.: 17). En la lista final del cementerio dice: “1487 olla rota en 1481.” (Libreta 17, III Exp.: 21).6 Descripción: Se trata de un entierro en urna Santa María Bicolor fase IV 1481-4426 que tenía en su interior un puco FNG 1487-4980 (Figura 6.4).7 El dibujo del 6 En la transcripción de los eventos funerarios de las libretas de Weiser y Wolters se respetó la ortografía original. Ellos emplearon denominaciones peculiares para designar las diferentes alfarerías, por ejemplo, vilque, uilque o tinaja maleada a la ollas ordinarias o peinadas, puco negro ciselado a los negros incisos como el Famabalasto Negro Grabado, faja colorada a las piezas San José, Shiquimil y Belén. En las primeras expediciones llamaban veleras a las vasijas Santa María. Los yuros son ollitas con borde o con cuello, las lamparitas son pucos pequeños. Las guaicas son cuentas, los fusques o fusciolos son torteros. A las cistas las llamaban trojas. 7 Las piezas de la III Expedición Benjamín Muñiz Barreto poseen dos números: un número de campo y un número de catálogo, más la numeración del evento funerario. A partir de la IV expedición se comienza a emplear una numeración triple, con números de campo correlativos por localidad -que comienzan desde el N° 1 cada vez que se inicia el registro de hallazgos en una localidad-, luego hay números intermedios correlativos por expedición -que comienzan con el número subsiguiente al último empleado en la expedición anterior- y finalmente el número de catálogo de la colección -de cuatro cifras-, que es el que se inscribió con tinta negra en cada pieza. Con el propósito de exponer la lógica y los problemas del trabajo de reconstrucción de los contextos funerarios en la colección Benjamín Muñiz Barreto del Museo de La Plata, se emplea en este capítulo una numeración completa -doble o triple según el caso-, que emplea los números que han identificado a las piezas en cada instancia de registro, si bien la identificación de depósito actual en el museo corresponde sólo al último número. Cabe aclarar que recientemente se ha adoptado en la División Arqueología del Museo de La Plata un nuevo sistema integral para la nomenclatura de los objetos de colecciones arqueológicas, atendiendo a su incorporación en el Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones y Objetos Arqueológicos del INAPL. Este sistema incluye la sigla del museo, del
departamento científico y de la colección. A modo de ejemplo, el puco que en este capítulo se identifica con los números 1487-4980, en la nueva ficha para el Registro Nacional se denomina MLP-Ar-4980 BMB. 8 Posteriormente Museo del Hombre y en la actualidad Museo de Quay Branly, París, Francia.
147
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino considera que es una diferencia menor que puede indicar la inclusión por parte de V. Weiser de este puco dentro del tipo de los “negro ciselados”. Estas piezas pueden entonces considerarse asociadas. Asociación de grado I.
La asociación entre ambos pucos es altamente probable. Del conjunto de urnas que integran la colección De La Vaulx del Museo de Quay Branly, la N° 71.1898.43.1128, Santa María Bicolor fase IV, es la única que se ajusta en base a descripción y medida del orificio. Sin embargo, de las 6 urnas que integraban la colección original actualmente se registran sólo 4, por lo que la asociación a esta vasija no se puede considerar (Figura 6.4).
5. El Bañado. Cementerio Ciénaga 2 del Mayo (N° 5). Entierro 22. “21) tinaja velera boca rota sin puco tapada con laja.” (Libreta 17, III Exp.: 40). “22) tinaja maleada negra tapada con teja maleada con puquito ciselado.” (Libreta 17, III Exp.: 41). Descripción: Olla peinada con cuello N° 1932-4688, de modelado irregular, posee dos largas asas verticales labio-adheridas y pequeños mamelones en la parte superior del cuerpo. Sobre las asas posee una línea incisa en zig-zag. Conserva restos de hollín en la superficie y agrietamientos por exposición al fuego. Esta olla es muy rara, no se pudieron hallar otras similares que sirvieran para evaluar su cronología. En su interior había un pequeño puco FNG de cuerpo cónico con notorias manchas rojas en la superficie externa, 1862-4674. No se menciona la presencia de restos mortuorios (Figura 6.7).
3. El Bañado. Cementerio II Monte del Turiso. Entierro 12. “12). un pircado de piedras tapado con un grande puco maleado en pedasos y también de pedasos de una velera.” (Libreta 17, III Exp.: 23). Descripción: Entierro muy peculiar en una olla peinada ordinaria de 55 cm de alto, tapada con un gran puco, también peinado. Dentro de la olla había dos pucos miniatura. Por fuera, sobre la tapa se colocaron otros dos pucos miniatura dentro de un cuenco FNG y un cuarto puco algo separado de los demás. El gran puco tapa estaba calzado con un pedazo de vasija (que parece una urna por la forma del asa) y con piedras. No se comenta si en su interior había restos mortuorios. Si bien en el dibujo de la libreta se indica un total de seis pequeños pucos, en la lista final del cementerio se asignan a este contexto ocho pequeñas vasijas: 1860-4662: pequeño puco Santa María Bicolor con un diseño interior realizado con pintura negra y roja sobre la pasta. 1853-4668; 18614671; 1887-4675; 1888-4676; 1852-4672 pequeños pucos Famabalasto Negro Grabado. También los números 18804661 “lamparita entero” y 1857-4677 “puquito velero entero” que no se localizaron en el depósito. Las vasijas peinadas no recibieron numeración y no se transportaron a Buenos Aires (Figura 6.5). Llama la atención que todos los pucos en este entierro sean miniaturas. Asociación de grado I.
En este cementerio los contextos numerados del 1 al 21 no fueron dibujados: “No dibujado y medido siendo ocupado durante 3 días con planos de Pucapampa para el Sr. Debenedetti.” (Libreta 17, III Exp.: 39). De acuerdo con las descripciones de la página 40, el contexto 21 estaba compuesto por un único objeto, una “tinaja velera”. En la lista final de El Bañado, esa tinaja recibió el número 2015, el cual no se pudo vincular a un número de depósito. El puco 1862, descripto como “puco negrito ciselado entero” es asignado al contexto 21, mientras que no aparece ninguno que corresponda al contexto 22, que sí contaba con un puco negro ciselado. Por esto considero que este puco 1862-4674 puede pertenecer al contexto 22 y no al 21. Asociación de grado I. Los contextos de El Bañado que debieron dejarse de lado por problemas de numeración en el registro son: • Cementerio Monte del Turiso. “2). tinaja velera boca falta. orejas (120°).” (Libreta 17, III Exp.: 20). Comentario: En la lista final de El Bañado hay una sola pieza asignada al contexto 2/1: el puco 1904-4667, que es de estilo FNG. Debe haber un problema de numeración, ya que no se menciona ni dibuja ningún puco en este entierro. • Cementerio II Monte del Turiso. “27) tinaja velera boca muy rota. puco entero con puquito al lado. orejas 180°. Esqueleto de un niño. tierra con rodados.” (Libreta 17, III Exp.: 26). Comentario: En la lista final de los hallazgos de El Bañado se incluye en ese contexto al puco 1858-4673 de estilo FNG pero se dificulta la lectura del número de evento funerario que designa a la urna. Tampoco hay coincidencia en la descripción del puco tapa y el que se halló en el depósito. • Cementerio II Monte del Turiso. “59) tinaja sin boca muy superficial con puco entero. orejas 40°. Con esqueleto de un niño. tierra con rodados.” (Libreta 17, III Exp.: 31).
4. El Bañado. Cementerio II Monte del Turiso. Entierro 54. “54) tinaja velera boca muy rota muy gastada puco entero en el interior puquito negro ciselado entero, esqueleto de un niño. orejas 220°.” (Libreta 17, III Exp.: 31). Descripción: Entierro de infante en urna Santa María Tricolor fase I-II, de la variante que Nastri (2008) identifica por la presencia de un “sobre-rostro negativo” 1999-4517.9 Tapada con un puco Santa María Tricolor con asas de dos puntos, diseño exterior de grecas y escalonados y salpicaduras negras en el interior 19704626. Dentro de la urna se colocó un puco negro pulido 1855-4670 (Figura 6.6). La pieza 1855-4670 es un puco pulido sin decoración incisa. En la descripción del contexto se lo menciona como un “puquito negro ciselado” (inciso) y en la lista final de El Bañado como “puco entero negrito”. Se 9 Debido a las dificultades que encuentro en la diferenciación de las urnas de las fases I y II, se optó por clasificar a estos ejemplares de manera conjunta, criterio que se mantiene en las tablas que sintetizan los hallazgos de la localidad de Famabalasto (Apéndice III).
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Capítulo 6. Los contextos funerarios olla pequeña tapada con un puco. Debenedetti la describe como una urna Santa María, tapada por un puco y con restos de un párvulo en su interior, sin embargo por su contorno, esta vasija no sería una urna santamariana clásica. Por último bajo la pared sur de la acumulación poligonal de piedras se encontró una urna Santa María tapada con un puco, pero este hallazgo no puede vincularse contextualmente a los anteriores (Figura 6.8). Outes (1923:269-270) utiliza la descripción e ilustraciones de esta tumba para destacar contradicciones en el trabajo de Debenedetti, quien había planteado que los cementerios de Caspinchango fueron emplazados sobre antiguos cementerios de párvulos en urnas santamarianas de una época y cultura anterior.
Comentario: Hay dos pucos que comparten el número de campo 1912 que corresponde al puco tapa de la urna 1991-4520. Uno de estos pucos (1912-5055) es de estilo FNG, el cual tiene además una inscripción en lápiz que dice Ampajango. 6. Caspinchango. Cementerio Rico. Entierro N° 3. “N° 3. troja con dos esqueletos de dos adultos parecen (chiefes).” (¿?) (Libreta 17, III Exp.: 12). La última palabra de la cita está entre paréntesis en el original y no se distingue bien. Descripción: Este entierro fue descrito por Debenedetti (1921:754-755 y Lámina VII) y por Matera (2006:86-87). Consiste en dos entierros en cista de piedra con tapa de lajas superpuestos estratigráficamente y ubicados en el interior de una construcción poligonal de unos seis metros de lado formada por piedras amontonadas. La cámara inferior es de planta oval, con un diámetro máximo interno de 1,80 m. En su interior se disponían los esqueletos de dos adultos en posición flexionada con las cabezas en dirección sur y sudoeste. De acuerdo con los registros de campo los objetos del acompañamiento eran: “1) cabos de flechas”, “2) 2 pedazos de hierro con … (texto ilegible)”, “3) flechas de hueso”, “4) 1 puco” (1802-4754 puco de cocción oxidante cubierto de pintura negra en el exterior), “5) un pedazo de cobre. algunas guaicas”, “6) 1 puco roto” (1711-4784 FNG). Debenedetti menciona que la cista contenía también un pedazo de cuero y describe los elementos de hierro como dos hojas de cuchillo de hierro, fragmento de una hebilla y pedazos de hierro, todo muy deteriorado (1921: 754). De acuerdo con la ubicación de los pucos en el dibujo de planta se puede considerar que cada uno de ellos podría formar parte de la ofrenda de individuos diferentes. Uno de los pucos está colocado cerca de los pies de una persona y el otro cerca de la cabeza de la segunda. Cada uno de los inhumados está acompañado por manojos de puntas de hueso como ofrenda personal, a juzgar por la disposición de las mismas en cercanía de cada cuerpo. Se considera que el puco FNG se encuentra en asociación de grado II, probable, con uno de los conjuntos de puntas, si bien no se puede establecer a qué individuo fue ofrendado. La presencia de elementos de hierro es indicativa de que al menos uno de estos entierros es, sin lugar a dudas, de la época hispano-indígena, temporalidad que se estipula para esta clase de puntas en los valles.
7. Masao. Cementerio Arroyo Chañaryacu 1. Entierro 1. “1) tinaja rotta maleada pintada.” (Libreta 16, III Exp.: 39). Descripción: Entierro en una olla con cuello, peinada y pintada, con figuración de un rostro con cejas y tapada con un puco. Estas dos piezas no fueron numeradas y no se hallaron en depósito. En el interior de la olla, en un sedimento fino, había dos pucos, 1547-5007 FNG y 1594-5069, este último no pudo ubicarse en el depósito, por el dibujo de su contorno podría ser un puco “con cuello” (Figura 6.9). El puco FNG posee un contorno complejo que sale de las modalidades típicas. No se hace mención a la presencia de restos funerarios. La descripción en la libreta es poco legible, se distingue con dificultad una palabra, que podría ser “ofrenda”, al costado del dibujo de la olla. Contexto descrito en la tesis de Matera (2006:40). Asociación de grado I. 8. Masao. Cementerio Arroyo Chañaryacu 1. Entierro 13. “13) troja con bóveda no bien echa.” (Libreta 16, III Exp.: 41). Descripción: Esta tumba también se considera en la tesis de Matera donde se cita “se encontró afuera de un círculo entre los círculos e/f, m, l, k, i.” (2006: 43-44). Se trata de una tumba “protegida”, término propuesto para aludir a tumbas de individuos enterrados en el suelo con una formación de piedras a modo de techo (2006: 38). Se trata de un pozo de planta oval que contenía los restos de dos individuos, a sus pies se habían colocado dos pucos, uno dentro del otro. El N° 1590-4472 es un FNG y el 15735010 es de estilo Santa María aparentemente bicolor, aunque la pintura está bastante borrada. Tiene asas de dos puntos y chorreado de pintura negra en el interior. En el exterior posee diseño de batracios con cuerpo romboidal y triángulos reticulados (Figura 6.9). Debido a que no se puede establecer si ambas ofrendas ingresaron a la vez se considera a la asociación como de grado III.
La segunda cista es más pequeña, de planta circular con un diámetro interno de 0,70 m y se ubica hacia el suroeste de la anterior. El piso de esta cámara está a la altura de la abertura de la primera. Contenía el esqueleto de un adulto en posición flexionada, con la cabeza orientada al este. Las ofrendas consistían en una ollita con pie y asa vertical labio adherida con manchas de hollín (17044800) y tres pucos. Los cuencos 1701-4689 y 1703-4691 son de tipo Caspinchango. El primero es llamativo por su diseño muy prolijo. Hay dos vasijas con distinto número de depósito (4702 y 4722) que se unen al número de campo 1702. Se ubicó la 4702 que también es un puco Caspinchango que muestra afinidades con el estilo Santa María, por la guarda punteada y diseños en zig-zag. Sobre la pared norte de la cista se observa en los dibujos una
Famabalasto Dos de los ocho cementerios de esta localidad excavados por Weiser y Wolters tienen objetos de estilo FNG en alguno de sus entierros. En especial estos hallazgos se concentran en un área que se llamó alternativamente Cementerio Rico, Cementerio de trojas, Cementerio en frente de la Quebrada Agua Salada y Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada, que Cigliano (1956-57, 1958) llamó Cementerio VII (Figura 6.2).
149
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino modeladas en la parte superior del mismo 36-2155-5187, que muestra una mezcla de atributos observados en la cerámica Belén y Santa María. También una ollita con borde FNG 37-2156-5188, una ollita con cuello Famabalasto Negro sobre Rojo (FNR) 38-2157-5189 y una diminuta urna Belén 39-2158-5236 (Tabla 6.1, Figura 6.10). La asociación entre las últimas cuatro piezas corresponde al nivel II, al integrar el acompañamiento de un mismo individuo en una tumba múltiple.
También en el Cementerio a pie del Cerro (quebradita) Cementerio IV parte A en los textos de Cigliano- hay una cista con cerámica FNG. Se incluye para esta localidad un contexto en base a datos de un catálogo publicado del Museo de la Provincia de Tucumán (1916), aunque en ese caso no se pudieron observar los materiales. 9. Famabalasto Descripción: En el Catálogo de Arqueología y Paleontología del Museo de la Provincia de Tucumán de 1916 se enumeran los objetos de la colección arqueológica.10 En la sección “Alfarería Calchaquí” se describe a la urna N° 14 como: “Urna funeraria de Fama Balasto que procede del mismo cementerio antiguo del N° 13. La urna que contenía el esqueleto de un párvulo estaba tapada con el puco N° 59” (1916:10). Se describe luego al puco tapa de la siguiente manera “N° 59. Puco de barro negro pulido con dibujos en bajo relieve. Corresponde a la urna funeraria N° 14 a la cual servía de tapa.” (1916:13). La referencia del cementerio es muy vaga “cementerio antiguo ubicado al pié de una loma” (1916:10). Se intentó la búsqueda de dichas piezas en la Base de datos de la colección arqueológica del IAMUNT (2003) pero sin éxito. De todos modos se puede rescatar de la descripción el uso de un puco, posiblemente FNG, a modo de tapa de urna funeraria. Asociación de tipo I.
11. Famabalasto. Cementerio de Trojas. Troja N° 1. Cementerio VII en Cigliano (1956-57, 1958). “troja N° 1. 3 esqueletos.” (Libreta 21, IV Exp.: 20-21). Descripción: En este cementerio se hallaron en total ocho cistas (Figura 6.2). Siete de esas cistas, entre ellas la troja 1, compartían una misma técnica constructiva, mientras que la restante era sólo un pozo tapado con sedimento. Según la descripción de Weiser citada por Cigliano estas cistas especiales se construyeron de la siguiente manera: “La construcción de la cista parece que fue la siguiente: se cavó la arena hasta la arcilla. En ese tiempo parece que la capa de arena era muy delgada (5-10 cm), después se cavó un agujero de 2,50 m a 3 m de diámetro hasta 1,00 m y más hondo. Aquí se estrechó este diámetro a 2,00 m y se profundizó el pozo hasta 2,00 m bajo la superficie. Sobre el escalón se comenzó a construir la bóveda de rodados largos, puestos horizontalmente, siempre la cara superior sobresaliendo de la de abajo hasta quedar un agujero (boca) circular de 0,60 m a 0,80 m de diámetro. Estas bocas al final se taparon con largas lajas, a veces de 1,20 m de largo. Las uniones entre las lajas se rellenaron con piedras más pequeñas y pedregullos del río; así que la arena y tierra con las cuales se rellenó la parte sobre la bóveda, después del entierro no podían penetrar en la bóveda. En esta forma se conservó hueca la cista durante centurias.” (Cigliano 1958: 60).
10. Famabalasto. Cementerito á pié del cerro (quebradita). Troja I. Cementerio IV Parte A en Cigliano (1956-57, 1958). “Troja I. troja con dos esqueletos, 3 pucos 33-34-35. una yara 36. una ollita 37. un yurito roto 38. un yarro rotta 39.” (Libreta 21, IV Exp.:16). Descripción: Cista de 1,20 m de diámetro y 1,50 de altura, paredes de piedra y techo en falsa bóveda. En su interior se disponían los cuerpos de dos adultos en posición flexionada y opuestos por sus espaldas. El cuadrante noroeste lo ocupa un individuo cuya cabeza se orienta al norte. En el cuadrante sudeste se ubica el segundo individuo con la cabeza orientada al sur. Por la disposición de los objetos se pueden distinguir las ofrendas cerámicas correspondientes a cada persona. El individuo al norte tenía tres pucos 33-2150-5182; 342153-5185 y 35-2154-5186 que Cigliano (1958: 54) describe como Santa María Bicolor. Se pudo localizar en depósito el segundo de ellos, que es del tipo “con cuello”. El individuo al sur tenía una peculiar olla negro sobre rojo con un gran cuello alargado y cabecitas zoomorfas Forma/Estilo puco
FNG
FNR
S.M. Bic. 33-2150-5182
TOTAL %
Belén
Negro/Rojo
TOTAL
35-2154-5186 34-2153-5185
puco con cuello olla con borde olla con cuello TOTAL
Las cistas se hallaban a una profundidad variable entre 1,50 m y 0,70 m, con alturas entre 0,60 y 1,75 m y diámetros entre 1,70 y 2,00 m (Cigliano 1958: 60). En la localidad de Famabalasto este estilo constructivo de tumba sólo se ha registrado en el Cementerio Rico. Su peculiaridad podría estar derivada del aprovechamiento de bancos de arcilla en las formaciones sedimentarias, lo suficientemente compactos como para sustentar el techo en “falsa bóveda” y para que el pozo no se desmoronara.
37-2156-5188
TOTAL% 2 1
28,57 14,29 14,29 42,85 100
1
1
3
1
1
1 3 7
14,29
14,29
42,84
14,29
14,29
100
38-2157-5189
39-2158-5236
36-2155-5187
Tabla 6.1. Caso 10. Hallazgos en la Troja I del Cementerio a pie del cerro (quebradita), con dos individuos inhumados. Se destacan en negrita las piezas correspondientes a la ofrenda con FNG. 10
En la actualidad Instituto de Arqueología y Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (IAMUNT).
150
Capítulo 6. Los contextos funerarios poder diferenciarse elementos de los diferentes ajuares se considera a las asociaciones como de grado III. 12. Famabalasto. Cementerio de trojas. Troja 2. Cementerio VII en Cigliano (1956-57, 1958). “troja 2. 4 esqueletos” (Libreta 21, IV Exp.: 22-23). Descripción: Cista de características similares a la anterior. Hallada a 0,70 metros desde la superficie con un diámetro del piso de 2 m. En su interior se hallaron los restos mal conservados de cuatro individuos, aparentemente con las piernas flexionadas. Los cuatro tenían sus cabezas orientadas hacia el este. Contra la pared de la cista y en su mitad este se disponía un conjunto de once vasijas que se clasificaron como FNG, FNR, Santa María Bicolor, Belén y urnas Negro sobre Rojo (Tabla 6.3, Figura 6.13). Dentro del conjunto se encuentra la vasija FNG 1092234-5261 de cocción en atmósfera oxidante, con baño rojo, diseños en pintura negra y relleno blanco en sus incisiones. También hay un puco FNG pero sin incisiones. La urna negro sobre rojo 111-2236-5263 de esta cista es muy peculiar entre su grupo por poseer un diseño de serpiente escalonada realizado sobre el cuerpo superior de la vasija mediante técnica de incisión y pintura negra en negativo. Otra pieza llamativa es la olla globular 108-2233-5260 con borde saliente y diseño de rombos enlazados que representan cabezas zoomorfas. Se clasifica esta pieza tentativamente como Belén, considerando los modos de representación de cabezas zoomorfas observados en vasijas Belén de los cementerios de Yacoutula y La Aguada presentados por Wynveldt (2007: 62, Figura 10 y 64, Figura 14), aunque se reconoce que se trata de una pieza singular. Las piezas Belén de esos cementerios se estiman como muy tardías, vinculadas a la época de influencia incaica en la zona en virtud de las asociaciones observadas con materiales incaicos en las tumbas (Wynveldt 2007: 65). Asociación de grado III.
Figura 6.2. Planta del Cementerio Rico, también llamado Cementerio de Trojas, Cementerio en Frente de la Quebrada Agua Salada y Cementerio de Trojas en el Arenal Frente Agua Salada, realizado en base al croquis en la libreta de Weiser Nº 21: 55, IV Expedición.
13. Famabalasto. Cementerio de trojas. Troja 3. Cementerio VII en Cigliano (1956-57, 1958). “troja 3 con 7 esqueletos y 25 halazgos” (Libreta 21, IV Exp.: 23). Descripción: Similar a las anteriores, fue hallada a un metro de profundidad y el diámetro del fondo del pozo era de 1,70 m. En el interior se disponían apilados en la mitad sur de la estructura los cuerpos de siete individuos en posición genupectoral y con las cabezas orientadas hacia el este. De acuerdo con el dibujo de planta de la cista los cuerpos se hallaron superpuestos unos por encima de otros lo que indica las sucesivas aperturas para el entierro de nuevos individuos. En este caso es muy interesante el registro de múltiples superposiciones, parecería haber al menos cuatro cuerpos superpuestos.
Pero estos sepulcros no se destacan sólo por su técnica de construcción, también su contenido es muy particular por la abundancia de vasijas, por las proporciones entre los estilos de los conjuntos cerámicos y por los rasgos propios de algunas cerámicas en las que se aprecian síntesis de diversos estilos y creaciones novedosas. La cista 1, fue hallada a una profundidad de 1,40 m desde la superficie, con un diámetro de 1,70 m en el fondo del pozo, contenía los cuerpos de tres adultos en posición genupectoral y con sus cabezas en dirección este. Las ofrendas cerámicas consistían en quince vasijas que se clasificaron en los estilos FNG, Famabalasto Negro sobre Rojo, Santa María Bicolor y Santa María con diseños en negro y rojo sobre blanco variante puco con pastillaje rojo.11 (Tabla 6.2, Figuras 6.11 y 6.12). Al no 11
Existen algunas modalidades muy poco frecuentes de uso de los tres colores (blanco, negro y rojo) en la cerámica Santa María de momentos tardíos que, para evitar confusiones, llamaremos aquí “Santa María de tres colores”. Estas pueden diferenciarse del Santa María Tricolor característico de los momentos más tempranos de la producción del
estilo, por una conjunción de atributos. Dentro de este conjunto hemos distinguido cuatro variantes: puco con pastillaje rojo, de fondo rojo, de pincelada roja, de banda roja vertical. Una descripción ilustrada de las mismas se presentó como un apéndice (Apéndice VI) en el manuscrito original de mi tesis doctoral.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Forma/Estilo
FNG
puco puco con cuello
FNR
84-2200-5237
S.M. Bic.
S.M. tres colores
86-2202-5239
TOTAL
95-2212-5249
TOTAL% 3
20
8
53,33
4 15 100
26,67 100
82-2198-5223 83-2199-5224 85-2201-5238 87-2203-5240 88-2204-5241 91-2208-5245 92-2209-5246 96-2213-5250
olla con cuello
90-2207-5244
89-2206-5243 93-2210-5247 94-2211-5248
TOTAL TOTAL %
2 13,33
4 26,67
8 53,33
1 6,67
Tabla 6.2. Caso 11. Hallazgos cerámicos en la Troja 1 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con tres individuos inhumados.
Forma/Estilo puco
FNG
FNR
S.M. Bic.
Belén
Urnas N/R
TOTAL
106-2231-5258
puco con cuello
101-2226-5253
TOTAL% 1
9,09
1
9,09
2
18,18
olla simple olla con borde olla con cuello
105-2230-5257 108-2233-5260 109-2234-5261#
102-2227-5254 107-2232-5259
111-2236-5263
103-2228-5255 104-2229-5256 110-2235-5262 TOTAL TOTAL %
7
63,64
2
4
3
1
1
11
100
18,18
36,37
27,27
9,09
9,09
100
Tabla 6.3. Caso 12. Hallazgos cerámicos en la Troja 2 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con cuatro individuos inhumados. El # indica atmósfera oxidante y decoración en negro sobre rojo.
El estilo FNG está representado por tres pucos. Esta cista posee variedad de ollas Santa María Bicolor pequeñas y medianas con cuello y se distingue con claridad de las restantes en el mismo cementerio por la gran proporción de piezas de este estilo, cada una de las cuales merecería un comentario detallado. Se destacan aquí por sus implicancias cronológicas la olla 115-2239-5266 que posee un espectacular modelado de cabeza y cola de felino (Márquez Miranda 1946: 171 Figura 69 b; Reynoso y Pratolongo 2008: Tabla 2), la miniatura de urna 131-2257-5284, de confección desprolija y con un cuello muy largo, un atributo observado hacia el extremo final de la serie en urnas de mayor porte y la 120-22465273 por el aplique de una cabecita antropomorfa sobre el asa, elemento observado en algunos modelos de urnas fase V. La olla 132-2258-5285, que clasificamos como Santa María Bicolor, se asemeja por su contorno inflexionado a algunas piezas Caspinchango y de Cachi Adentro. Es llamativa la falta de simetría en el dibujo de los ojos del personaje central con cejas, colocados en bandas diferentes, lo que remite al fenómeno de transfiguración del rostro en el diseño de las vasijas observado en ollas de Cachi Adentro en época del contacto hispano-indígena (Tarragó 1984). Uno de los pucos Santa María Bicolor 114-2238-5265 posee impronta de cestería.
Si se observa en el dibujo de corte que la profundidad del pozo es de 70 centímetros se podría pensar que debió mediar cierto tiempo, necesario para la descomposición y consecuente reducción del volumen corporal de los cuerpos inferiores, de lo contrario la superposición de cuerpos habría generado una pila más alta que la profundidad del mismo pozo. Sobre esta tumba comenta Weiser en su diario: “Según la posición de los esqueletos como también la situación de los objetos (uno sobre el otro, hasta en tres pisos) más todavía, que algunos esqueletos estuvo echado sobre objetos tapándolos, se puede deducir, que los muertos no estaban entierrados simultaneamente, sino, que (…) según sucesión, se abrió de tiempo a tiempo. La sequedád de la región es tal que en piedras desnudas de la troja han quedado hasta hoy día intactas.” (Libreta 18: 92). En la mitad norte se disponían la mayoría de las ofrendas. De acuerdo con el listado de campo se hallaron un total de 23 vasijas de los estilos FNG, FNR, Santa María Bicolor, Belén, una rara vasijita con pintura roja y diseños en negro desprolijo, una olla Rincón Bicolor y una olla Santa María de tres colores variante de fondo rojo.
152
Capítulo 6. Los contextos funerarios Forma/Estilo puco
FNG
FNR
S.M. Bic.
Rincón Bic.
125-2251-5278 129-2255-5282
112-2237-5264 113-2245-5272
134-2260-5287
114-2238-5265# 126-2252-5279
puco con cuello olla con borde
Baño rojo H.I.?
Belén
S.M.tres colores
128-2254-5281
olla con cuello
117-2242-5269 118-2243-5270
115-2239-5266 116-2241-5268
119-2244-5271
122-2250-5277
TOTAL
TOTAL%
6 1 1
26,08 4,35 4,35
65,22 100
127-2253-5280 133-2259-5286
120-2246-5273 121-2247-5274 123-2248-5275 124-2249-5276 130-2256-5283 131-2257-5284 132-2258-5285 TOTAL TOTAL %
3
2
13
1
1
2
1
15 23
13,04
8,69
56,52
4,35
4,35
8,69
4,35
100
Tabla 6.4. Caso 13. Hallazgos cerámicos en la Troja 3 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con siete individuos inhumados. El # indica impronta de cestería.
colores variante de fondo rojo 128-2254-5281 presenta una forma muy peculiar, similar a una calabaza, con dos segmentos globulares, más grande el inferior que el superior. El segmento inferior posee baño crema, mientras que el superior está cubierto por un baño rojo, por debajo del cual se observa el baño blanco. El baño rojo cubre también la superficie interior del cuello, donde se pintaron líneas perpendiculares de color negro. Los niveles de asociación entre los objetos de este sepulcro se definen como de grado III (Tabla 6.4, Figuras 6.14 y 6.15).
La pequeña ollita con cuello negro sobre rojo 122-22505277 de modelado y decoración muy desprolija, posee dibujos escalonados y volutas en negro sobre la pasta oxidante y aplicación de pintura roja que parece ser post cocción y que no alcanza a cubrir por completo la superficie. Si bien el rasgo de “desprolijidad” que muchas veces se observa en vasijas de época hispano-indígena se puede relacionar con otro tipo de situaciones, como el trabajo de aprendices y no es un elemento suficiente para una clasificación, el diseño de trazo muy libre con escalones y volutas tiene paralelos en la cerámica Caspinchango, por lo que se plantea que puede ser un objeto de época hispano-indígena.
14. Famabalasto. Cementerio en frente de la Quebrada Agua Salada. Troja 4. Cementerio VII en Cigliano (195657, 1958). “troja 4. con 11 esqueletos y 24 halazgos.” (Libreta 21, IV Exp.: 24). Descripción: Cista hallada a 1,50 m de profundidad, el fondo del pozo tenía un diámetro de 2 m. De los once individuos enterrados, diez tienen su cabeza orientada hacia el este y uno hacia el sur. A partir del dibujo de planta se aprecian superposiciones de los cuerpos. Dispuestas contra la pared, en al sector sur y este de la estructura se hallaban los objetos cerámicos ofrendados, que en total suman diecinueve vasijas de los estilo FNG, FNR, Santa María Bicolor, Santa María de tres colores variante de pincelada roja, Belén y urnas Negro sobre Rojo. Además de la cerámica había en esta tumba objetos de madera como un cuchillón, una horqueta o tarabita, dos torteros, una “guaica” o cuenta y un muñeco-peine antropomorfo similar a los que Ambrosetti halló en La Paya y que identificó como peines de madera de cardar lana (1907: 484, Figura 254). También se halló sobre esta tumba un topu de hueso que no posee número de depósito, pero que está dibujado en la libreta.12
Las ollas globulares con borde saliente y figuración de rostro modelado y pintado en el cuerpo, conocidas como urnas Rincón, fueron consideradas por Serrano (1958) como parte del grupo santamariano. Perrotta y Podestá (1975:419) se refieren a ellas de manera conjunta con una variante de olla San José a la que llaman Lorohuasi Tricolor, tanto por su contorno similar como por la observación del uso de ambas como tapas de urnas San José Tricolor. Esto las liga a momentos tempranos dentro del Período Tardío. Observando algunas piezas de depósito junto con la vasija Rincón Bicolor de esta tumba N° 119-2244-5271 surgió la idea de que estas podían ser estudiadas en sus propias transformaciones a lo largo del tiempo. Se observaron ejemplares que cruzan estilísticamente con Loma Rica, hay ejemplares tricolores con diferentes modalidades de empleo de la pintura roja, ya sea llenando franjas o campos cuadripartitos alternantes y también hay bicolores. Hay ollas con borde, otras con cuello alto, con el diseño ocupando todo el cuerpo o circunscrito a su parte superior y cuello, como la que aparece en esta tumba. Esa modalidad de segmentación del diseño, dejando la parte inferior del cuerpo sin decorar se observa en grandes ollas santamarianas que se definieron como de época incaica (Tarragó et al. 1997: 235, Figura 14) lo que hace pensar que este ejemplar puede ser de cronología similar. Por último el interesante ejemplar Santa María de tres
12 Cigliano (1958:68, Figura 11) ilustra un objeto de hueso para esta tumba, sin embargo, del estudio de la numeración de campo surge que ese objeto N° 285-2408-5480 fue hallado en la superficie del cementerio “Chacra” (Cementerio VI de Cigliano), mientras que el objeto de hueso hallado en esta tumba corresponde a un topu que no se pudo hallar en depósito.
153
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Forma puco
FNG
FNR
S.M. Bic.
S.M.tres colores
135-2261-5288
137-2263-5290
139-2265-5292
136-2262-5289
147-2273-5300 (?)
Belén
Urnas N/R
TOTAL
TOTAL%
150-2276-5303
148-2274-5301 152-2240-5267 153-2278-5305 puco con cuello
146-2272-5299 149-2275-5302
olla simple
144-2270-5297
olla con borde
142-2268-5295
olla con cuello
145-2271-5298
143-2269-5296
140-2266-5293
TOTAL %
47,37
2
10,53
1
5,26
1
5,26
138-2264-5291
151-2277-5304 TOTAL
9
6
31,58
5
3
6
1
2
141-2267-5294 2
19
100
26,31
15,79
31,58
5,26
10,53
10,53
100
Tabla 6.5. Caso 14. Hallazgos cerámicos en la Troja 4 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con once individuos inhumados.
Su contorno es similar al observado en un topu de hueso de La Paya (Ambrosetti 1907: 435, Figura 226).
Luego hay una olla con cuello y sin asas con un apéndice zoomorfo modelado N° 140-2266-5293.
El puco con “cuello” Santa María Bicolor 149-2275-5302 posee un diseño exterior compuesto por cabezas de serpientes alternantes que recuerda, por lo abigarrado del trazo, a los diseños Valle Arriba. En el interior de este puco se dibujó una serpiente en espiral bordeada por una banda anular ancha con segmentos reticulados. Estas bandas con segmentos reticulados son una característica distintiva y aparecen reiteradamente formando los cuerpos de las serpientes en los cuellos de las urnas Santa María Bicolor, variante Quilmes reticulado. Es posible que este puco pertenezca a esa modalidad, identificada a partir de urnas en la zona de Quilmes y Tafí (Caviglia 1985).
Las urnas Negro sobre Rojo son dos, una de ellas N° 1382264-5291 es muy pequeña, al igual que las que aparecen en el caso 17. El FNG está presente en la forma de pucos. Con respecto al nivel de asociación se considera un grado III (Tabla 6.5, Figuras 6.16 y 6.17). 15. Famabalasto. Cementerio Rico. Troja 5. Cementerio VII en Cigliano (1956-57, 1958). “troja 5” (Libreta 21, IV Exp.: 25). También registrada en la libreta 18 como “13) troja con 7 esqueletos adultos y 24 objetos.” (Libreta 18, IV Exp.: 56-57). Descripción: Esta cista tiene también un fondo de 2 m de diámetro y su tapa se ubicó a 1,45 m de profundidad. De los siete individuos inhumados sólo se dibujaron cuatro en la planta en apariencia por su mala conservación (se aprecian tres cráneos y una mandíbula). Sus cabezas se orientan al este y las piernas están flexionadas. De los veinticuatro hallazgos veinte corresponden a objetos cerámicos de estilos FNG, FNR, Santa María Bicolor, Belén y una urna Negro sobre Rojo. También había una pulsera de oro (ausente de la colección), restos de al menos dos canastos y “guaicas” o cuentas, de las que no se indica su material y que no se hallaron en el depósito.
El puco Santa María 139-2265-5292 con pincelada roja corresponde a la variedad conocida como pucos o vasos del parto. Posee una cabeza con manto modelada y adherida al borde y brazos y pies modelados. Otras dos vasijas Santa María Bicolor no tienen paralelos en sus formas. Una de ellas N° 142-2268-5295 tiene un singular cuerpo bicónico, asitas planas y borde saliente. La otra N° 143-2269-5296 tiene un cuerpo ovoide y un cuello largo con cintura, ambas son ejemplares únicos, no obstante se pueden trazar relaciones de semejanza, si no en la forma, en los esquemas de diseño con vasijas de otras tumbas en el mismo cementerio. El puco 147-22735300 no se pudo encontrar en depósito pero Cigliano (1958:66) lo clasifica como Santa María Bicolor.
Las piezas Famabalasto Negro sobre Rojo son de formas muy variadas, se destaca por su elegancia la vasija 1622281-5308 de dos cuellos. El estilo FNG está presente en las formas de pucos, olla con cuello y con borde. Entre las piezas Santa María Bicolor se destaca una rara urna mediana fuera de modalidad N° 165-2284-5310 achatada en sentido antero-posterior, con cuello subcilíndrico largo. En el cuello se dibujaron guardas oblicuas con un cordón punteado en zig-zag que se recorta en negativo a partir de la alternancia de triángulos negros. El diseño del cuerpo está formado por triángulos reticulados alternantes, un esquema de diseño muy repetido en diferentes pucos santamarianos con cuello de este cementerio. Esta pieza parece ser muy tardía.
La olla simple 144-2270-5297 se clasificó como Famabalasto Negro sobre Rojo teniendo en cuenta la morfología de la base, las asas planas y el aspecto de la pasta. Su forma es también única en la colección y recuerda por su contorno a piezas Aguada (A. R. González 1998: 230, Figura 198). Lamentablemente no se aprecian con claridad los diseños. Las piezas de estilo Belén son un pequeño puco 150-2276-5303 con diseño externo pintado que replica el observado en piezas con exciso grueso. El diseño interior con una franja divisoria central no es frecuente, aunque las dos figuras zoomorfas enfrentadas, están presentes en muchos pucos Belén.
La vasija 172-2291-(?) se describe en la libreta como “puco velero entero”, por lo que, si bien no se pudo observar, se la considera como de estilo Santa María.
154
Capítulo 6. Los contextos funerarios Forma puco
FNG
FNR
160-2279-5306 175-2294-5319 179-2315-5340
S.M. Bic.
176-2295-5320
puco con cuello olla simple
S.M. Indet.
275-2397-5410
Belén
Urnas N/R
TOTAL
6
30
1 1
5 5
3
15
9 20 100
45 100
171-2290-5316 173-2292-5317
olla con borde
174-2293-5318
167-2286-5312 169-2288-5314
olla con cuello
177-2296-5321
161-2280-5307 162-2281-5308
TOTAL %
172-2291- (?)
165-2284-5310
168-2287-5313
166-2285-5311
163-2282-5309 164-2283-5409 170-2289-5315 TOTAL TOTAL %
5 25
9 45
3 15
1 5
1 5
1 5
Tabla 6.6. Caso 15. Hallazgos cerámicos en la Troja 5 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con siete individuos inhumados. Forma
FNG
FNR
puco
S.M. Bic.
231-2346-5371
Belén (rara)
Negro/Rojo
Quilmes (rara)
TOTAL
191-2306-5331
puco con cuello
232-2347-5372
TOTAL % 2
7,41
6
22,22
1
3,7
233-2348-5373
235-2350-5375* 236-2351-5376* 237-2352-5377* 257-2373-5397* olla con borde
197-2311-5336*
olla con cuello
190-2305-5330*
181-2297-5322
199-2313-5338
192-2307-5332 223-2338-5363
184-2300-5325 193-2308-5333*
218-2334-5359 256-2372-5396
259-2375-5399
198-2312-5337
248-2365-5390*
213-2329-5354
201-2318-5342 205-2322-5347* 224-2339-5364 229-2344-5369 258-2374-5398 TOTAL TOTAL %
18
66,67
5
10
9
1
1
1
27
100
18,52
37,04
33,33
3,7
3,7
3,7
100
Tabla 6.7. Caso 16. Hallazgos cerámicos en el entierro 17 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con ocho individuos inhumados. Con asterisco se indican las piezas en las que se pudo identificar el número de campo inscripto en la vasija.
Al igual que en los anteriores casos, el nivel de asociación es de grado III (Tabla 6.6, Figuras 6.18 y 6.19).
Descripción: Se la halló a 1 m de profundidad y parcialmente colmatada de arena, el piso es levemente ovalado con un diámetro de 1,87 por 1,60 m. El dibujo en la libreta es muy confuso por lo que cuesta distinguir la posición de los individuos. De los ocho inhumados se llegan a distinguir dos cuerpos con la cabeza hacia el noreste y uno hacia el sudoeste. Los hallazgos parecen disponerse en anillo alrededor de las paredes de la tumba.14 Los estilos presentes son: FNG, FNR, Santa María Bicolor, Belén, una urnita Quilmes con un diseño inciso fuera de modalidad N° 213-2329-5354 y una olla globular con cinco bocas negro sobre baño rojo 2482365-5390 que recuerda por el diseño de volutas a ciertas manifestaciones del estilo La Paya dibujos negros.
16. Famabalasto. Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada. Entierro 17. Cementerio VII y cista 7 en Cigliano (1956-57, 1958). “17) troja de 8 esqueletos de adultos con 30 objetos.” (Libreta 18, IV Exp.: 58).13 13 Esta cista la registra Weiser en la libreta 18 mientras Wolters realizaba ajustes al plano de la fortaleza. Aquí hay un cambio en la manera en que se anotaban los hallazgos que hace más dificultosa la reconstrucción contextual. A los tres números de cada pieza (uno de depósito y dos de campo) se agrega otro número de campo marcado tenuemente con lápiz en las vasijas, que distingue a las piezas de esta tumba y a las del entierro 19 según un sistema de dos números: el primero indica la tumba y el segundo el objeto particular. Así para el entierro 17 los objetos se numeraron como 1/1, 1/2, 1/3, etc. y para el entierro 19 se numeraron como 2/1, 2/2, 2/3, etc. El problema surge a partir de que en el listado final no se realiza una conversión de estos números a los restantes números de campo y depósito, por lo que hay que buscar la anotación en lápiz en cada vasija para establecer a qué tumba pertenecía. En algunas de estas vasijas el número aún se conserva, mientras que en otras está completamente borrado, en particular en las vasijas con el número 1/x el trazo del lápiz es muy tenue y el número pequeño. En las tablas de ambas tumbas se indican
las piezas en las que se pudo chequear el número con un asterisco. Al notar que existía correspondencia entre la mayoría de las piezas en las que se había podido hallar el número y las que incluye Cigliano en esos contextos (que él llamó cistas 6 y 7) se decidió tomar la reconstrucción total de ambos sepulcros realizada por dicho autor con unas pocas excepciones que se comentan en cada caso, ya que consideramos que es probable que cincuenta años atrás los números fueran más visibles que en la actualidad. 14 Cigliano incluye veintiocho objetos cerámicos en esta tumba, de los que aquí consideramos 27 al notar que la pieza 160-2279-5306, por su numeración, correspondía a la cista 5.
155
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Respecto de los niveles de asociación valen para este contexto los mismos comentarios que para el anterior, se considera, con reparos un nivel III (Tabla 6.8, Figuras 6.23 y 6.24). 15
Todas las piezas de estilo FNG son restringidas, se destacan el par de ollas con cuello negras pulidas de contorno muy similar 192-2307-5332 y 223-2338-5363 que en función de sus características macroscópicas de pasta se clasificaron dentro del estilo. Otra pieza singular es una olla grande con cuello formado por un segmento de elipsoide N° 259-2375-5399.
18. Famabalasto. Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada. Entierro 7. Cementerio VII y Urna N° 1 en Cigliano (1956-57, 1958). “7) tinaja velera boca rota puco negro roto… acostado. al lado de la tinaja un puco negro medio roto echado al costado en su interior un yurito. una guaica en el esqueleto (quarzo rozado?) un esqueleto de un niño de 1 año.” (Libreta 18, IV Exp.: 55). Descripción: Entierro de infante en urna Santa María Bicolor fase IV 189-2317-5021 tapada con un puco negro roto que no se ubicó. Por fuera de la urna, apoyada contra su cuerpo había una peculiar ollita negro sobre rojo de cuerpo bicónico, cuello cónico saliente y asas verticales retorcidas adheridas al cuerpo superior y al cuello 1852301-5326. Esta olla estaba protegida por un puco FNG sin incisiones 187-2303-5328. En el interior había una cuenta de material rosado que no se numeró (Figura 6.25).16 Asociación de grado I.
Se aprecian cruces en el diseño de los pucos santamarianos con cuello en esta cista, que poseen triángulos alternantes reticulados y a su vez con la ollita con cuello N° 199-2313-5338. La urnita 218-2334-5359 posee una base piriforme, cuello elongado y un modelado desparejo por lo que sería una vasija muy tardía. Otra pieza interesante es un puco de la variante Valle Arriba con dos serpientes modeladas aplicadas en el borde N° 191-2306-5331. Se clasificó tentativamente como Belén a un raro puco negro sobre rojo con “cuello” fuera de modalidad N° 233-2348-5373. Con relación al nivel de asociación se considera para este conjunto un grado III, con las reservas que requiere el problema para la reconstrucción contextual ya comentado (Tabla 6.7, Figuras 6.20, 6.21 y 6.22).
19. Famabalasto. Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada. Entierro 16. Cementerio VII y Urna N° 7 en Cigliano (1956-57, 1958). “16) Tinaja velera b. rota. (p ) tapada con piedras, el puco caído en el interior. en el interior un esqueleto de un niño un puco negro roto y un yurito velero. niño de 5 años.” (Libreta 18, IV Exp.: 58). Descripción: Entierro en urna Santa María que por el cuello elongado pertenecería a la fase IV o V. En su interior tenía una ollita con cuello y asas verticales y un pequeño puco negro, probablemente FNG. No se pudieron vincular objetos en concreto al contexto, pero se rescata la vinculación entre FNG y una urna tardía de la serie santamariana. Asociación de grado I.
17. Famabalasto. Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada. Entierro 19. Cementerio VII y cista 6 en Cigliano (1956-57, 1958). “19) troja con tres esqueletos adultos con 29 objetos.” (Libreta 18, IV Exp.: 59). Descripción: La cista tiene un diámetro de 2,00 m y se halló a 1,20 m de profundidad. En el interior se disponían los cuerpos de tres adultos con la cabeza orientada al este. Según la descripción en el diario de Weiser: “Otra cista ya muy S da veintiséis objetos y tres esqueletos de adultos. Esta cista muy bien conservada; hueca. Los esqueletos orientados al E con sus cabezas, una mujer al N echada al lado derecho, un hombre grande en el medio y al S otro hombre echado al lado derecho, como la mujer. La mayoría de los objetos se encontraron debajo de los pies, bien puestos a la pared de la cista, en dos filas, a veces cuatro objetos uno sobre otro.” (citado por Cigliano 1958:68).
20. Quebrada Entre Ríos. Q. Entre Ríos la parte antigual hacia el Oeste. (Q. Chiquimín). Troja N° 5. Cista 5 en Podestá y Perrotta (1976). “Troja N° 5. planta de una troja con 10 esqueletos y un puco negro ciselado.” (Libreta 25, VI Exp.: 1). Descripción: Cista circular con paredes de piedra y techo en falsa bóveda, con un diámetro interno de 1,70 m y hallada a 0,40 m de profundidad. En el interior había diez individuos dispuestos de manera radial con las cabezas contra la pared.
Las vasijas se clasificaron en los estilos FNG, FNR, Santa María Bicolor, Belén, urnas Negro sobre Rojo y una olla Negro sobre Rojo muy particular, de cuerpo biglobular con cuello y asas verticales que unen ambos segmentos del cuerpo con una carita modelada y pintada en el cuerpo superior N° 215-2331-5356. La vasija presenta una conjunción de elementos propios del estilo Belén (colores, rostro) y del estilo Santa María (división de los campos de diseño anterior y posterior a partir de divisorias laterales verticales pintadas en la línea de las asas). Esta es la tumba con mayor cantidad, proporción y diversidad de formas de estilo FNG. Se destacan las tres urnas Negro sobre Rojo, entre las cuales hay dos muy pequeñas y de similar diseño N° 243-2360-5385 y 2002314-5339.
15 Cigliano incluye veintiséis objetos cerámicos en esta tumba, aquí se adicionan cuatro más al haber podido observar el número inscripto en lápiz (2/x) en las piezas 200-2314-5339; 211-2327-5352; 239-23555380 y 251-2368-5393. El puco 252-2369-5394 fue clasificado por Cigliano como Famabalasto Negro Grabado pero no pudimos localizarlo en el depósito para el trabajo actual. 16 Este contexto posee los mismos problemas de registro comentados para los dos casos anteriores. Aquí la asociación pudo ser reconstruida gracias a la anotación del nombre de los peones, por un lado junto a un listado con el dibujo del contorno de las piezas y por el otro junto al dibujo de cada contexto. Comparando los dibujos y los nombres de los peones se pudieron volver a reunir algunas asociaciones. Este contexto fue excavado por un peón llamado Domingo.
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Capítulo 6. Los contextos funerarios Forma puco
FNG
FNR
S.M. Bic.
211-2327-5352*
Belén (rara)
Negro/Rojo
Urnas N/R
TOTAL
TOTAL %
221-2366-5391*
217-2333-5358* 220-2336-5361* 227-2342-5367* 230-2345-5370* 250-2367-5392* 252-2369-5394 puco con cuello
226-2341-5366*
242-2359-5384* 245-2362-5387* olla simple
8
26,67
4
13,33
1
3,33
2
6,67
50 100
225-2340-5365*
212-2328-5353
olla con borde
202-2319-5343* 246-2363-5388*
olla con cuello
219-2335-5360
203-2320-5344*
239-2355-5380*
207-2324-5349*
206-2323-5348
240-2357-5382* 247-2364-5389*
210-2326-5351* 241-2358-5383*
243-2360-5385*
204-2321-5346
215-2331-5356*
200-2314-5339*
249-2356-5381* TOTAL TOTAL %
251-2368-5393* 16
5
4
1
1
3
15 30
53,33
16,67
13,33
3,33
3,33
10
100
Tabla 6.8. Caso 17. Hallazgos cerámicos en el entierro 19 del Cementerio Rico, de Trojas, etc. con tres individuos inhumados. Con asterisco se indican las piezas en las que se pudo identificar el número de campo inscripto en la vasija.
22. Lorohuasi. Mismo cementerio que el anterior. “hueca sin tierra y 5 esqueletos, una tinaja N° 195 tipo S.- María y un puco negro ciselado N° 196 y otro puco del mismo tipo quebr. tejas hay. N° 197.” (Libreta 25, VI Exp.: 42). Descripción: Cista de planta circular con paredes de piedra y techo en falsa bóveda, con un diámetro interno de 1,40 m y hallada a un metro de profundidad. En el interior se hallaron los esqueletos de cinco individuos con sus piernas flexionadas y las cabezas contra el muro en diferentes orientaciones cardinales. Como elementos de ofrenda había tres objetos cerámicos, dos de los cuales son pucos FNG N° 196-2800-5963 y 197-2801-5964 y el tercero es una urna Santa María que de acuerdo al dibujo de la planta se dispone en la parte superior del entierro, por encima de los cuerpos, N° 195-2799-5902 y que no se pudo ubicar en depósito (Figura 6.28). Asociación de grado III.
Un grupo de siete de ellos tenía la cabeza orientada al oeste, dos al este y el último individuo, colocado por encima de los demás en posición genupectoral, tenía su cabeza orientada hacia el norte y tapada con un puco FNG. Por un problema de numeración no se puede distinguir entre dos pucos FNG que podrían pertenecer, cualquiera de ellos, al contexto, N° 1-2620-5676 y 22621-5677 (Figura 6.26).17 Es muy interesante esta única ofrenda cerámica y su posición cubriendo la cabeza de la persona. En este caso no se han conservado otros elementos. 21. Lorohuasi. Cementerio río seco cancino al pie de la loma redonda, muy cavado por los habitantes de Lorohuasi, dybujo de un plano imposible. (lado del río hacia el Norte). “tinaja tipo Santa-María tapada con un puco del mismo tipo adentro en la tinaja un esqueleto de un niño de 1-2 años y un pucito negro ciselado.” (Libreta 25, VI Exp.: 40). Descripción: Olla con cuello que por su clasificación como del tipo Santa María debió tener baño blanco, pero no se pudo hallar en el depósito 177-2782-5893. Estaba tapada con un puco Santa María Tricolor 178-2783-5886 con asas en grano de café vertical, pintura negra continua en el labio y pintura negra chorreada en el interior. Contenía, junto con el esqueleto de un infante, un pequeño puco FNG 179-2784-5879. La superficie interior de este puco tiene un brillo peculiar de la clase que se describe como “grafitado” (Figura 6.27). Asociación de grado I.
23. Lorohuasi. Mismo cementerio que el anterior. “un esqueleto de un adulto con un puco negro ciselado poco quebrado.” (Libreta 25, VI Exp.: 43). Descripción: Entierro directo de un adulto, a 0,80 m de la superficie, en posición decúbito dorsal y con las piernas flexionadas. Como único elemento de ajuar tenía un puco FNG colocado a los pies en posición invertida, N° 2002804-5967 (Figura 6.29). No hay elementos con los cuales establecer asociaciones. 24. Campo del paso de la quebrada del cerro San Francisco (Tucumán). Cementerio N° I muy destruido por las aguas de las crecientes (Libreta 25, VI Exp.: 60). Descripción: En un área de enterratorios muy perturbada, en la que se hallaron once entierros en urnas, ocho de tipo Santa María y tres ollas con cuello, se halló enterrado a 0,20 m de la superficie un puco FNG 324-2926-6046
17 En el trabajo de Perrotta y Podestá (1976:46 Lámina IV-B) se incluye un dibujo de este contexto al que se le asignan dos pucos FNG, un collar de vidrio y puntas de hueso. Al no haberse podido hallar en el listado de hallazgos correspondiente a la quebrada de Chiquimil indicaciones de tales elementos en esta cista se decidió considerar que en ella sólo había un puco FNG.
157
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino vasija. Las superficies son peinadas y la pasta tiene inclusiones gruesas. Está ennegrecida y tiznada con hollín por su uso sobre el fuego. Esta clase de ollas tienen muchos elementos en común con la técnica de modelado e incisión del rostro de las ollas Rincón y podrían ser una transformación muy tardía de esa variante. En definitiva es una modalidad cuyo estudio en profundidad está pendiente. La N° 445-3047-6288 es un puco Santa María Bicolor con “cuello” y dos pequeñas asas otomorfas y la N° 446-3048-6289 es un puco FNG sin diseño inciso. Fuera de la cista, apoyado sobre su base, en la parte superior del muro, había un puco Santa María Bicolor Nº 447-3049-6290 de forma cónica con impronta de cestería y dibujos de llamas geometrizadas (Figura 6.31).18 Se considera una asociación con el puco Santa María y la olla con pie de grado III.
apoyado sobre su base. No hay otra clase de datos sobre este contexto (Figura 6.29). Sin asociaciones. 25. Fuerte Quemado – Puerta. Un cementerio mal cavado anterior al pie del cerro Intiguatana hacia el Sud. “asiento de una tinaja tipo S.-María inservible rotta adentro un esqueleto de un niño de 1-2 años y un puco negro ciselado poco quebr.” (Libreta 25, VI Exp.: 70). Descripción: Entierro de un infante en una urna de tipo Santa María, sin su cuello y tapada con una laja (la urna no tiene número de campo). En el interior había también un puco FNG, N° 384-2986-6089 (Figura 6.29). Asociación de grado I. 26. Fuerte Quemado. Un cementerio mal cavado por los habitantes de F-Quemado al pie del cerro Intiguatana hacia el Norte. “troja con 2 esqueletos y una tinaja tipo S.-María la boca quebr. tejas hay. Tapada con un puco entero del mismo tipo y un puco negro a lado del esqueleto y tercera puco a lado de la calavera.” (Libreta 25, VI Exp.: 74). Descripción: Cista de planta circular con paredes de piedra y techo en falsa bóveda, con un diámetro interno de 1,20 m y hallada a 1,20 m de profundidad media en un terreno en pendiente. En el interior se hallaban dos individuos con las piernas flexionadas sobre el pecho y las cabezas orientadas hacia el noroeste. Como acompañamiento funerario, al lado de uno de los difuntos, había dos pucos negros: el N° 408-3010-6261 es un FNG sin diseño inciso colocado al lado de la cabeza, el 409-3011-6262 es un puco negro que no se pudo ubicar en el depósito, colocado al lado de los pies. Sobre los pies del segundo individuo, que ocupa el lado occidental de la cámara, se colocó una urna de tipo Santa María N° 4103012 cuyo número de depósito no se pudo hallar. Por el dibujo de su silueta se podría arriesgar una ubicación en la fase III, pero esto no es concluyente. La urna estaba tapada con un puco Santa María Tricolor N° 411-30136263 con diseño de franja roja escalonada, asas de dos puntos, pintura negra continua en el labio y salpicaduras negras en el interior. No se comenta si había alguna clase de contenido en la urna (Figura 6.30). Grado de asociación III.
28. Puerta de Corral Quemado. Al pié de la loma del pueblo viejo en la pendiente hacia el Sud. “troja N° I con 6 esqueletos y algunos hallazgos.” (Libreta 25, VI Exp.: 102). Descripción: Cista de planta circular con paredes de piedra y techo en falsa bóveda, con un diámetro interno de 1,40 m. La abertura estaba expuesta en la superficie del terreno y la cista estaba colmatada por un sedimento fino. Contenía seis esqueletos con sus cabezas contra la pared, en la mitad sudeste de la cámara. Sólo se observa el dibujo del cuerpo de un individuo, con las rodillas flexionadas sobre su pecho. En total se hallaron cinco vasijas y una placa rectangular de cobre con orificio de suspensión N° 534-3135-6191. Tres de las vasijas son urnas Belén, N° 530-3131-6349 (con aditamentos modelados sobre el cuerpo, por encima de las asas, y diseños desprolijos); 531-3132-6350 (con puntos angulares en el cuerpo, superficie externa pulida, rostro modelado en el cuerpo y aditamentos modelados en los laterales del cuerpo sobre las asas) y 532-3133-6351 (con un contorno inflexionado, cuello largo y diseños desprolijos). El puco N° 533-3134-6352 se describe como “puco entero con dybujo” y no se pudo ubicar en el depósito. A media altura, de acuerdo con el dibujo de corte, se halló una pequeña olla negra con diseños incisos y orificio restringido N° 535-3136-6353 que no se pudo localizar en el depósito pero que por su descripción “ollitita negra ciselada entera” puede ser de estilo FNG, aunque esto debería comprobarse a través de la observación de la pieza (Figura 6.32). Asociación de grado III.
27. Las Mojarras. En una finca á pie del cerro pintado hacia el Norte. “troja N° 1 con 8 esqueletos 4 hallazgos.” (Libreta 25, VI Exp.: 90-91). Descripción: Cista de planta circular con paredes de piedra y techo en falsa bóveda, con un diámetro interno de 1,80 m y hallada a 1 m de profundidad. En el interior se encontraron los esqueletos de ocho individuos con las piernas flexionadas sobre el pecho y con las cabezas contra el muro de la cista orientadas hacia el norte y el noreste. En la parte sur de la cámara, donde convergen los pies de todos los difuntos, se colocaron tres vasijas. La N° 444-3046-6287 es una pequeña olla con pie de compotera y cuello y borde saliente. Posee dos apliques en forma de copitas en la parte superior del cuerpo que podrían ser las orejas de un rostro dibujado mediante técnica de incisión y modelado en ambas caras de la
29. Puerta de Corral Quemado. Al pié de la loma del pueblo viejo en la pendiente hacia el Norte. “Troja N° I.” (Libreta 25, VI Exp.: 103). Descripción: Cista de planta circular, paredes de piedra y techo en falsa bóveda, con un diámetro interno de 1,50 m. En el interior se disponía, en posición genupectoral, el cuerpo de una persona con la cabeza orientada hacia el 18
El diseño de elementos figurativos o lineales de contornos angulosos o geometrizados según un patrón de lectura continua es un elemento común a varios pucos con impronta de cestería y que no se observa en pucos santamarianos de otra clase. Estos diseños podrían estar copiando los dibujos bordados en los cestos.
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Capítulo 6. Los contextos funerarios 6499 de tipo Belén con puntos angulares, aditamentos modelados sobre las asas y superficie pulida. En la zona donde debieron estar los pies había un puco 730-33316500 con una decoración en negro sobre blanco en la superficie externa y en la superficie interna, negro sobre rojo con diseño de triángulos reticulados cuyos vértices se unen en la zona de la base del puco formando una cruz de malta. Sobre el labio posee cuatro aditamentos al pastillaje (Figura 6.35). Asociación de grado I.
sudoeste. Como único elemento ofrendado había un puco Famabalasto Negro Grabado N° 538-3139-6355 (Figura 6.33). Sin elementos asociados. 30. Quebrada de Loconte hacia el Sud “troja con 6 esqueletos y 5 objectos” (Libreta 26, VI Exp.: 6). Descripción: Cista de planta circular construida contra un afloramiento rocoso que forma un alero, con paredes de piedra y techo en falsa bóveda. El diámetro interno es de 1,30 m y la tapa se hallaba expuesta hacia la superficie. Contenía seis esqueletos, que no se representaron en el dibujo de planta, y cinco vasijas. La N° 587-3188-6431 es una urna Belén con puntos angulares y aplicaciones al pastillaje sobre las asas, la 589-3190-6388 es similar en su forma a la anterior, pero más pequeña. La 591-31926389 también es una urnita Belén pequeña pero con un cuerpo globular. Las dos restantes cerámicas son una ollita con borde y asas otomorfas FNG 588-3189-6387 y un “puco negro ciselado entero” N° 590-3191 cuyo número de depósito no se ubicó pero que por su descripción podría ser un FNG (Figura 6.34). Asociación de grado III.
Rincón Chico En la Localidad de Rincón Chico Osvaldo Mendonça excavó tres áreas funerarias: RCh 11, RCh 25 y RCh 21. En este último sitio se hallaron un total de diecisiete cámaras funerarias, quince entierros de infantes en urnas Santa María Tricolor, un osario directo, dos entierros directos y una ofrenda aislada (Marchegiani 2008). En cuatro de las cistas y en uno de los entierros directos se encontraron cerámicas de estilo FNG.19 33. Rincón Chico. RCh 21. Cámara 1. Descripción: Cista de planta circular con paredes de piedra formadas por grandes bloques prismáticos seleccionados y encastrados que conforman sus cimientos y que hacen a su vez de muros, con cierre de lajas superpuestas en falsa bóveda. Se la halló intacta y sin filtración de sedimentos. Se distinguen por la estratigrafía dos grupos de eventos. El primer grupo y más antiguo está constituido por un número indeterminado de entierros que se presentaban en forma de osario, formado por restos óseos removidos, desarticulados y en gran desorden, que fueron desplazados para hacer lugar a una inhumación superior. Dicha inhumación -segundo grupoes un único evento que representa el entierro de un adulto masculino con abundantes ofrendas, vinculable a la época de la conquista (Mendonça et al. 2002: 8; Marchegiani 2008: 143-144; Tarragó et al. 2005: 16).
31. Palo Blanco. “troja pircada sin tapa con un esqueleto y una tinaja colorada con dybujo negro y dos pucos enteros.” (Libreta 26, VI Exp.: 21). Descripción: En un cementerio con siete trojas se halló esta cista de planta oval con paredes de piedra y sin tapa. Las medidas internas en el piso son 1,40 m por 0,90 m, tiene un alto de 0,70 m y se hallaba a una profundidad igual. Estaba colmatada por un sedimento fino. Por el dibujo de corte de la estructura da la impresión de que se trata de una tumba cavada en la tierra firme de tipo “pozo y cámara lateral” (Matera 2006: 38). En su interior se hallaron los restos de una persona de la que sólo se dibujó su cráneo, ubicado contra la pared y orientado al sudoeste. Lo acompañaban tres piezas de cerámica. La N° 727-3328-6497 es un puco FNG con vestigios de una aplicación de pintura roja en el sector de la guarda. Estaba apilado sobre el puco 726-3327-6496 que no se pudo ubicar. Tampoco se encontró la urna 725-33266495 “tinaja colorada con dybujo negro”, ubicada al lado de la cabeza y que podría ser del tipo Belén (Figura 6.35). Asociación de grado I.
El acompañamiento funerario de este individuo lo conformaban cuatro ollas con pie de tipo Caspinchango (C1.1, C1.2, C1.3 y C1.4), dos grandes fragmentos de olla con borde saliente Caspinchango (C1.5), un puco del mismo tipo (C.1.7) y otro con baño rojo (C.1.8). También había restos de cordel, una ofrenda de veinte marlos, un brazalete de cobre, restos de textiles, un cuchillón de madera (C1.10), restos de una tarabita de madera, fragmentos de calabaza, restos de pigmento rojo y una piedra redondeada cubierta de pigmento rojo, puntas de hueso tipo “cola de golondrina” y sus respectivos astiles de madera, cuentas de vidrio, una trenza de cabello humano y restos de palos (Osvaldo Mendonça, comunicación personal 2008) (Figura 6.36).
32. Palo Blanco “troja sin pircas y tapa. con un adulto bien conservado (la calavera para el museo) a lado de la calavera un puco entero y una tinaja entera colorada con dibujo negro y á lado de los pies un otro puco negro cinselado poco quebr.” (Libreta 26, VI Exp.: 21). Descripción: Ubicado en el mismo cementerio que el caso anterior. Entierro de planta oval, de 1,16 m por 0,90 m en el piso y 0,60 m de alto cavado en la tierra. El techo se halló a una profundidad de 1,30 m. Por el dibujo del corte da la impresión de ser del tipo “pozo y cámara lateral”. Contenía el esqueleto de un individuo del que sólo se dibujó la cabeza, ubicada contra la pared y orientada hacia el sudoeste. Al lado de la cabeza tenía un puco 728-3329-6498 de estilo FNG y una urna 729-3330-
Para el osario inferior se calcularon veintiún individuos. Según la estimación de edad dieciocho corresponden a adultos y tres a infantes. Según la estimación de sexo 19
El registro de estos contextos se pudo realizar gracias a las notas y las explicaciones personales sobre los contextos realizadas por Osvaldo Mendonça. La información, que en gran medida es inédita, surge de su proyecto de investigación doctoral. Por ello agradezco aquí la posibilidad de incluir en este libro los datos e imágenes inéditas.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino ocho son masculinos, diez femeninos, uno indeterminado y en dos casos no se pudo observar ese dato (Croatto 2008). Los objetos hallados en el osario inferior son un puco Famabalasto Negro Grabado miniatura, un puco chico Santa María Bicolor con un “cuello” pequeño, asitas verticales y abundante mica en su pasta; dos torteros de madera y dos fragmentos de mangos de madera (Figura 6.36). La asociación del puco FNG con los elementos inferiores es de grado III y la asociación con los superiores se considera inexistente.
halló una urna Santa María Bicolor fase V (C15.1) apoyada sobre los entierros inferiores, que se presentaban muy desordenados. Los materiales inferiores son un puco Loma Rica Bicolor grande, roto y desparramado en la cámara (C15.2), un puco Santa María Bicolor con asas en “grano de café” y representación de dos llamas felinizadas en el interior (C15.3), otro puco Loma Rica Bicolor pequeño y sin asas (C15.4), una variante de puco tronco cónico muy abierto, con un apéndice lateral toscamente realizado y superficies alisadas (C15.5), un gran fragmento de puco ordinario alisado con asa vertical (C15.6) y un puco FNG (C15.9) (Figura 6.38). Además de estos objetos cerámicos se halló una cuenta de vidrio migrada por acción de un mamífero fosorial, desde un entierro estratigráficamente superior al que se denominó Cámara 15’.
34. Rincón Chico. RCh 21. Cámara 11. Descripción: Cista con paredes de piedra con cierre en falsa bóveda formada por lajas superpuestas, similar a la anterior. Cercana a la cista, pegada a una de sus paredes externas, se halló un entierro en urna Santa María tricolor con el sector del cuello “encistado” con piedras (Marchegiani 2008: 146). En el interior de la cámara se hallaron once individuos, de los que se pudo determinar que seis son femeninos y cinco masculinos. Ocho son adultos, dos juveniles y un infantil (Croatto 2008).
La Cámara 15’ contenía los restos de un niño de entre 5 y 7 años, acompañado por una olla ordinaria con pie y asa lateral, una olla roja pulida, una ollita roja pulida con asa lateral, un gran fragmento de puco (Yocavil?), una piedra pulida cilíndrica, puntas de hueso, un collar de vidrio con cuentas de turquesa, un adorno (¿aro?) posiblemente de cobre, otro elemento de cobre del que sólo quedaron huellas y trozos de carbón. Se registró un conjunto óseo correspondiente a un armadillo que perturbó las cámaras 15’ y 15 (Osvaldo Mendonça, comunicación personal 2008). El nivel de asociación del puco FNG con los materiales inferiores, con excepción de la urna que estaba colocada por encima y de la cuenta de vidrio migrada, es de grado III.
El conjunto se presentaba en estado caótico. Junto con los restos mortuorios se halló un pequeño puco FNG con abundante relleno blanco (C11.1), un puco Loma Rica grande (C11.2), un puco Loma Rica pequeño, sin asas (C11.3) y un puco ordinario muy alterado, cuyas superficies parecen alisadas, de pasta con abundante mica y con una única asa vertical torzada (C11.4) (Figura 6.37).20 Asociación de grado III. 35. Rincón Chico. RCh 21. Cámara 13’. Descripción: Cista de piedra de planta circular con cierre en falsa bóveda. En su interior fueron inhumados 8 individuos: 4 adultos, 1 juvenil cercano a los 15 años y 3 no observados (Croatto 2008). El único elemento de ofrenda recuperado de este contexto es un puco Famabalasto Negro Grabado (C13’.1). Por encima de esta cista se construyó otra cámara a la que se denominó Cámara 13. En la Cámara 13 fueron enterrados dos individuos (un juvenil cercano a los 15 años y otro cercano a los 21). Ambos presentaban puntas de hueso (cola de golondrina) clavadas en sus cuerpos. Uno de ellos carecía del antebrazo derecho. También había un cráneo y un fragmento de sacro de otros dos diferentes individuos. Los elementos de ofrenda eran un puco Caspinchango, algunos fragmentos de cerámica indeterminada, restos de un textil, puntas de hueso y una cuenta de vidrio. Se observó en la excavación la huella de un arco (Ammann 2006: 19-21; Osvaldo Mendonça, comunicación personal 2008) (Figura 6.37). Sin asociaciones observables para el puco FNG.
37. Rincón Chico. RCh 21. Entierro Directo II. Descripción: Fosa con una gran laja parada colocada a modo de “lápida” donde se halló el cuerpo de una mujer, bajo el cual había un fragmento de puco Famabalasto Negro Grabado con incisiones rellenas con pasta blanca y dos tiestos de una vasija Santa María bicolor de pasta gruesa con el interior peinado y con restos de hollín en su superficie interna (Marchegiani 2004: 61, 2008:143) (Figura 6.38). Asociación de grado I. 6.2. Análisis cronológico de las asociaciones A través de las descripciones hemos podido observar cómo la cerámica Famabalasto Negro Grabado integraba ofrendas en diferentes clases de estructuras de inhumación: entierros de infantes en urnas, entierros directos de adultos, tumbas protegidas, cámaras con paredes de piedra y techo en falsa bóveda, cámaras con pozo compuesto, paredes formadas por el sustrato natural y techo en falsa bóveda, pozo y cámara lateral y también hallazgos aislados en áreas funerarias, posibles ofrendas. Tomando en cuenta los niveles de asociación considerados se destacan las siguientes asociaciones con estilos cerámicos y otros elementos en contextos funerarios (Tabla 6.9, Figura 6.3).
36. Rincón Chico. RCh 21. Cámara 15. Descripción: Cámara con paredes formadas por una línea de lajas grandes dispuestas verticalmente, con techo de lajas en falsa bóveda. En la cista fueron enterradas catorce personas adultas. En la parte superior de la cámara, conformando la última inclusión de la tumba, se
Asociación de grado I Santa María Tricolor, urna fase I-II , pucos Santa María Bicolor Belén
20 El relleno blanco de las incisiones de este puco se analizó en el Capítulo 3.
160
Capítulo 6. Los contextos funerarios y con diferentes niveles de intensidad en la investigación, algunas trayectorias de estas variantes estilísticas que pudieran ayudar a comprender su cronología. Así se extendió el análisis de las características intrínsecas y contextuales en especial de una variante de urnas a las que se propuso denominar “Urnas Negro sobre Rojo” (Marchegiani et al. 2007, 2009) (véase Capítulo 2) y de una serie de manifestaciones del estilo Santa María en la que intervienen los tres colores característicos (negro y rojo sobre blanco) de maneras diferenciales y perfectamente distinguibles respecto del conjunto tricolor clásico que, de manera provisoria, se han identificado aquí como “Santa María de Tres Colores” variante de fondo rojo, variante puco con pastillaje rojo, variante pincelada roja y variante bandas rojas. En función de las asociaciones contextuales y de sus características intrínsecas estas variantes, de muy baja representación, se consideran manifestaciones tardías del estilo. Con relación a la modalidad Rincón inicialmente considerada como exponente de los inicios del Período Tardío, se sugiere que esta podría tener una larga trayectoria a lo largo de la época tardía.
Negro sobre Rojo (pieza con elementos estilísticos Belén y Santa María) Ordinaria Peinada Asociación de grado II Puntas de hueso Belén Famabalasto Negro sobre Rojo Negro sobre Rojo (pieza con elementos estilísticos Belén y Santa María) Asociación de grado III Santa María Tricolor Santa María Bicolor Rincón Bicolor Famabalasto Negro sobre Rojo Loma Rica Santa María de tres colores (variante puco con pastillaje, variante de fondo rojo y variante de pincelada roja) Belén Negro sobre Rojo (pieza con elementos estilísticos Belén y Santa María y pieza de cinco bocas con reminiscencias de La Paya dibujos Negros) Urnas Negro sobre Rojo Quilmes Ordinaria Alisada Ordinaria Peinada con pie Baño Rojo Objetos de madera (torteros, cuchillón, muñeco-peine) Topu de hueso Cestos Existe también la posibilidad de una asociación con una placa rectangular de cobre con orificio de suspensión (caso 28)
En los contextos con cerámica FNG analizados la asociación con el estilo Santa María es la más frecuente. De los veinte casos con asociaciones entre cerámica FNG y Santa María, tres son con Santa María Tricolor: caso 4, puco tricolor y urna fase I-II; caso 21, puco tricolor y urna Santa María indeterminada, ambas con un grado de asociación I y caso 26, puco tricolor y urna Santa María indeterminada, con grado de asociación II. En el cementerio RCh 21 de Rincón Chico se halló una urna de similar diseño a la del caso 4 tapada con un puco Loma Rica Bicolor (Marchegiani 2008: 149, Lámina 1.3). Esta asociación refuerza la cronología temprana dentro del Período Tardío para este modelo de urna. Los pucos de los casos 21 y 26 comparten características de diseño y será necesario en el futuro indagar otras asociaciones de objetos similares para evaluar mejor su tiempo. Luego hay quince casos con asociación a Santa María Bicolor según niveles de asociación I (dos ejemplos seguros de urnas fase IV y uno probable) y III (doce ejemplos con ollitas diversas, pucos con y sin cuello).
El nivel de conocimiento que existe sobre los diferentes estilos que aparecieron asociados al FNG es dispar. En algunos casos se han elaborado propuestas de diacronización, con mayor o menor nivel de aceptación académica (por ejemplo la seriación de urnas Santa María y el planteo de Belén I, II y III), mientras que en otros no se desarrollaron modelos aún. Por último existen también piezas muy peculiares y por lo tanto difíciles de clasificar. Como un intento por comprender mejor el valor diagnóstico de tiempo de varios de los elementos asociados al FNG se intentó seguir, de manera colateral,
Figura 6.3. Frecuencia de las asociaciones observadas considerando 32 contextos funerarios (en base a una muestra total de 37 casos), según diferentes grados de asociación, entre vasijas estilo Famabalasto Negro Grabado y otros estilos alfareros y elementos diagnósticos de cronología.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino “formas híbridas” o “casos excepcionales”; a pesar que conservan la decoración y los colores de la clásica alfarería Belén.” (Cigliano 1958: 86).
Las asociaciones funerarias con material Santa María del comienzo o medio de la serie son escasas y numerosas en el extremo final. Lo último incluye los tres casos de asociación con variantes de tres colores, cuya cronología postulamos como tardía en la época tardía.
Por su aspecto quizás algo “degenerado” Cigliano considera que algunas de las vasijas Belén de Famabalasto podrían pertenecer al tipo Belén III (1958: 86).
Una mención especial merece algunos de los materiales Santa María de las tumbas de Famabalasto. Como puede verse en las láminas hay reiteración de modelos de pucos con “cuello”, diseño de dos figuras zoomorfas (serpientes, suris, aves voladoras y también chorreados en el interior y profusión de triángulos reticulados alternantes y grecas en el exterior. Son muy peculiares y variados los modelos de ollas con cuello bicolores, de los que además no se observa repetición de formas. Cigliano clasifica a las vasijas Santa María de las tumbas de Famabalasto según su forma en a) urnas, b) pucos y c) formas excepcionales. Con respecto a estas últimas dice:
La asociación entre FNG y Famabalasto Negro sobre Rojo, que en un caso se trata de un grado II, probable, mientras que los siete restantes son de nivel III, se circunscribe a las tumbas de la localidad de Famabalasto, no se ha observado en entierros de Yocavil o Hualfín. Es llamativa también la abundante proporción del Famabalasto Negro sobre Rojo en muchas de las tumbas de la localidad en especial si se considera que el hallazgo de vasijas de ese estilo es incidental o muy poco frecuente en los poblados locales.
“Hacemos esta división, de formas excepcionales, porque comprenden un número bastante grande de piezas que tienen, algunas, formas de urnas tipo Belén, con decoración y pasta típicamente de las Santa María, y unas ollitas de forma Famabalasto negro sobre rojo, pero así como algunas tienen asas planas, otras las tienen curvas y la decoración en ambas es del tipo Santa María; presentándose éstas en mayor cantidad en la cista N° 3 del cementerio VII.” (Cigliano 1958: 94).
No se halló hasta el momento vinculación funeraria a vasijas de estilos Inca decorados, ya sea Provincial o Cuzqueña con FNG en tumbas. Los únicos casos que se pueden ligar a adecuaciones locales de formas incaicas son la ollita ordinaria con rostro inciso y modelado de Las Mojarras (caso 27) y quizás el puco tronco cónico ordinario (similar a un plato) de la cámara 15 de Rincón Chico RCh 21 (caso 36). Tampoco se registraron asociaciones con cerámicas Caspinchango. La única vinculación (grado II, probable) a material de época hispano-indígena está dada por las puntas de hueso en Caspinchango del caso 6.
Esta llamativa variedad de formas y diseños “híbridos” presente en las tumbas del Cementerio Rico de Famabalasto no se ha observado en los restantes contextos estudiados con vasijas FNG.
Del mismo modo, tampoco hay constancia por el momento de vinculaciones con estilos iniciales del tardío como San José, Shiquimil, Peñas Azules, etc. La asociación de tipo III con pucos Loma Rica se registró en dos contextos del cementerio RCh 21 de Rincón Chico. En la cámara 15 (caso 36) se descubrieron en posición desordenada, como si hubieran sido revueltos, los objetos de la parte inferior de la tumba. Además de los dos pucos Loma Rica y el FNG había un puco Santa María Bicolor con dibujo de llamas felinizadas en el interior y el mencionado puco tronco cónico de confección burda con un mango que recuerda por su ubicación a los apéndices de los platos pato. La conjunción espacial de estos hallazgos, teóricamente de diferentes épocas, se puede relacionar con un tiempo largo de uso para esta cámara. De un modo similar, en la vecina cámara 11 (caso 34) se halló junto con dos pucos Loma Rica y uno FNG un puco alisado ordinario de confección muy desprolija y abundante mica. Si bien no se puede ser categórico en cuanto a la asignación de su antigüedad, sus características de pasta permiten pensar que sea muy moderno, aunque no hay otros elementos de juicio para ubicar en el tiempo a esta pieza. De ser así esta cista también podría reflejar un tiempo largo de uso. Si se colocan estas tumbas en el contexto del cementerio RCh 21 se notará que, además de las diecisiete cámaras identificadas, se excavaron quince entierros de infantes en urnas Santa María. La totalidad de estas urnas son tricolores y con constricción en el cuerpo, es decir, son
Los tres niveles de asociación se observaron con la cerámica Belén en cámaras funerarias en la zona de Hualfín y de Famabalasto. En total dos casos grado I, uno grado II y siete grado III. Hay urnas, ollas y pucos. Las urnas son de contorno y tamaño variado: con puntos angulares en el cuerpo y de contorno inflexionado, miniaturas y grandes. Las urnas 530-3131-6349 y 5323133-6351 de Puerta de Corral Quemado (caso 28) podrían ser incluidas en el grupo Belén III. Las vinculaciones a otros elementos negro sobre rojo, como las urnas Negro sobre Rojo, Quilmes, y otras variantes que evidencian cruces entre Belén y Santa María se registraron en los casos de Famabalasto, (grado III). Estas piezas fueron identificadas en el trabajo original de Cigliano (1956-57, 1958) en forma conjunta como Belén, al que clasificó según sus formas en a) pucos, b) urnas, c) ollitas y d) formas excepcionales: “Existen piezas, aunque de tamaño más pequeñas, que poseen formas similares a las típicas Belén, como las ilustradas por O. Bregante (Bregante, 1926, pág. 49. Fig. 46). Pero no debemos olvidar que es Famabalasto, una zona de transición para este tipo de alfarería, es un área de marcada influencia santamariana y es por esto que encontramos piezas que sería imposible de hacer subdivisiones, en lo que respecta a sus formas. A estos casos los denominamos
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Capítulo 6. Los contextos funerarios de puntos en diagonal en vasijas Santa María Bicolor: 922209-5246 de la troja 1, 142-2268-5295 de la troja 4, 165-2284-5310 de la troja 5, 199-2313-5338 de la troja 17 y 221-2366-5391 de la troja 19. O los modelos de puco Santa María Bicolor con “cuello” alto y con triángulos reticulados alternantes en el exterior y dos animales de cuerpo semicircular reticulado en el interior, de ejecución muy homogénea: 34-2153-5185 de la troja 1 del “Cementerio a pie del cerro (quebradita)” y en el cementerio “Rico” 88-2204-5241 de la troja 1, 1712290-5316 de la troja 5 y 235-2350-5375 de la troja 17. O las ya mencionadas semejanzas en el trazo del diseño de ganchos entre vasijas FNG como 37-2156-5188 de la troja 1 del “Cementerio a pie del cerro (quebradita)”, 152-2240-5267 troja 4, 177-2296-5321, 160-2279-5306 y 174-2293-5318 troja 5, 190-2305-5330, 259-2375-5399, 197-2311-5336 de la troja 17 y 226-2341-5366, 2492356-5381, 246-2363-5388, 247-2364-5389 de la troja 19. Algo similar sucede con el diseño de óvalos encadenados. Estas coincidencias refuerzan la idea de un microestilo en esa localidad para las manifestaciones cerámicas ya no sólo del Famabalasto Negro Grabado, sino también del santamariano que allí se le asocia. Los esquemas en común permiten trazar líneas, a partir de los objetos, conectando las trojas 1 del “Cementerio a pie del cerro (quebradita)” y trojas 1, 4, 5, 17 y 19 del cementerio “Rico”.
manifestaciones antiguas del estilo, correspondientes a las primeras fases de la serie. Muchas de estas urnas estaban tapadas con pucos de tipo Loma Rica (Marchegiani 2008). Sería factible entonces que los pucos Loma Rica de las cámaras se relacionaran con entierros contemporáneos con los de infantes en urnas y que posteriores ingresos de difuntos con sus acompañamientos produjeran una mezcla al interior de las cámaras, empleadas en un tiempo largo. En los cementerios “Sobre la Loma” y “A pie del cerro del cementerio sobre el cerro” de Famabalasto Weiser excavó cistas con entierro de adultos sin ajuar y también urnas Santa María Tricolor, algunas de ellas tapadas con pucos Loma Rica.21 La comparación con este patrón lleva a reflexionar sobre la historia de uso del cementerio RCh 21. ¿Es posible que la baja relación de objetos/individuos inhumados en el conjunto de eventos inferiores de las cámaras 1 y 15 y también en las 11 y 13’ se relacione con la mezcla de entierros de épocas en las que no se acostumbraba a colocar objetos cerámicos en las tumbas de adultos o bien se incluían muy pocos, con momentos posteriores donde se había desarrollado el hábito de incluir un mayor acompañamiento funerario en alfarería? Del mismo modo cabe la reflexión sobre las notables tumbas del “Cementerio Rico” de Famabalasto. ¿Es probable que en las cistas con muchos inhumados (casos 13, 14, 15 y 16), cuyas cerámicas parecen ser muy tardías hubiera entierros inferiores más antiguos sin ofrendas de tipo cerámico y que las cerámicas correspondan a los últimos inhumados? De alguna manera el caso 17, con sólo tres individuos y treinta hallazgos –una cantidad relativamente elevada- podría estar dando una pauta al respecto. Lamentablemente eso es algo que sólo una excavación estratigráfica habría podido revelar y la incógnita permanecerá.
La troja 2 de este último cementerio se asemeja a las mencionadas en la abundancia de objetos Famabalasto Negro sobre Rojo, aunque no se aprecian los esquemas de diseño a partir de los cuales hemos vinculado los anteriores sepulcros. Pero es la troja 3 la que, aún compartiendo los estilos cerámicos con las demás, se separa de manera notable por el predominio de vasijas Santa María Bicolor, en particular por la variedad de ollas con cuello y la escasez del Famabalasto Negro sobre Rojo.
Las tumbas del “Cementerio Rico” de Famabalasto son particulares en varios aspectos. Esas diferencias radican en la técnica constructiva de un pozo compuesto, con techo de piedras en falsa bóveda, orientación preferencial de los cuerpos con las cabezas hacia el este, la razón objetos cerámicos/personas inhumadas que se muestra en general superior a la observada en otras cistas, en particular el mencionado caso 17, con una razón de 10 objetos por persona. La variedad de formas registrada en ellos es muy llamativa, como también lo es el fenómeno de mezcla entre rasgos de diferentes estilos en las vasijas Santa María, Belén, Negro sobre Rojo, Urnas Negro sobre Rojo, Famabalasto Negro sobre Rojo y Famabalasto Negro Grabado presentes en dichos sepulcros.
Considerando estas semejanzas y particularidades en la localidad se puede plantear la hipótesis de que algunas de las cerámicas del primer grupo de cistas se relacionen con eventos de ofrendas relativamente contemporáneos Por otro lado la troja 3 y quizás en parte la 2 podrían reflejar también ingresos en momentos un poco más tardíos, en los que tal vez el Famabalasto Negro sobre Rojo ya no circulara con la misma intensidad a juzgar por las diferencias apuntadas en relación a la menor frecuencia del estilo y por la inclusión de vasijas santamarianas afines a ollas Caspinchango. Aún siendo muy peculiares, todas estas sepulturas del “Cementerio Rico” se enmarcan con claridad dentro de las tradiciones funerarias locales. La muestra de fragmentos que hemos recolectado en la superficie de ese cementerio permitió reconocer tiestos de estilos tempranos del tardío, como Peñas Azules y San JoséShiquimil lo que estaría indicando la presencia en esa área de sectores con entierros más tempranos que los que reflejan las excavaciones de la IV expedición y un uso más profundo en el tiempo de esta área como lugar funerario.
Existen ciertos esquemas de diseño que sólo se han podido individualizar en las cerámicas de Famabalasto y que cruzan entre objetos de las diferentes tumbas, por ejemplo el patrón de bandas con gancho simple y líneas
21 En la tesis de Cigliano estos pucos fueron incluidos en la categoría de Santa María tricolor. Se trata de los pucos que Perrotta y Podestá (1975) llamaron posteriormente Loma Rica bicolor.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino en el interior de la urna como al costado, dentro del pozo. En especial hay pucos chicos en los entierros en urnas. Lamentablemente en algunos casos, como el de una olla ordinaria con seis puquitos miniatura de El Bañado (caso 3) no se informa si contenía un cuerpo. ¿Serían los pequeños pucos un módulo de tamaño de vasijitas para niños? Es interesante que en el osario de la cámara 1 de RCh 21 (caso 33), donde había un diminuto puco FNG, se registrara el entierro de tres inmaduros entre uno y ocho años. También en la cámara 11 del mismo sitio, con once individuos inhumados, apreció un puco FNG pequeño. En esa tumba había un niño de siete años. Entonces puede apreciarse que la totalidad de los pequeños pucos de contextos funerarios se podrían estar vinculando a entierros con niños, aunque también se observaron otra clase de pucos, más grandes, asociados a urnas. Sólo se trata de una idea más para continuar pensando en futuros trabajos.
En las distintas clases de sepulturas con entierro de adultos de la muestra total considerada se observó, en base a los dibujos de plantas, una disposición de los cuerpos que se repite: las cabezas están cerca de los muros y los cuerpos tienen las piernas flexionadas sobre el pecho. Es factible que esa constante disposición de los cuerpos se relacione con un acondicionamiento con envolturas o ataduras tipo fardos, completamente desintegrados con el paso de los siglos y las muy malas condiciones para la preservación de textiles. Esto lleva a reflexionar acerca de la cantidad de ítems orgánicos que fueron importantes para los rituales funerarios y que no se pueden observar de modo directo. Las cistas sin cerámicas que son características de los momentos iniciales de la época tardía con seguridad han tenido ofrendas o elementos de atavío personal. Quizás el cambio que, como fenómeno regional (Baldini y Albeck 1982; Matera 2008), se percibe hacia la segunda mitad de esta época, en la que se observan abundantes elementos cerámicos en las tumbas se relacione no sólo con la práctica de ofrendar la cerámica en sí, sino con un énfasis en las ofrendas de alguna clase de alimentos hacia los difuntos.
6.3. Conclusiones del capítulo En síntesis el estudio de los treinta y siete casos con distintos grados de asociaciones de la cerámica Famabalasto Negro Grabado en contextos funerarios (Figura 6.3, Tablas 6.9 y 6.10) permite realizar las siguientes conclusiones:
En relación a la posibilidad de apreciar los cambios a lo largo del tiempo y las nociones respecto del tiempo, la memoria y las prácticas funerarias mediante las cuales se simbolizan las relaciones de pertenencia y el reconocimiento de la propia ancestralidad, hay un entierro en el Cementerio Rico que merece ser destacado. Lo conforman una urna Santa María Bicolor fase V tapada con un gran puco Shiquimil. En el interior había una pequeña ollita. Esta notable asociación no es nada frecuente, se reconoce un antecedente en el empleo de un pedazo de urna Shiquimil invertida y con la base rota cubriendo un entierro de infante en una olla Caspinchango tosca quemada con dos pucos y cuentas de vidrio, de época Hispano-Indígena en el cementerio de Lampacito (Lorandi, Renard y Tarragó 1960: 72). Pero no se trata de asociaciones azarosas, hay detrás de ellas un reconocimiento de las viejas vasijas como parte de la historia grupal reclamada a través del ritual funerario.
• La asociación más frecuente en el área de Yocavil se da con el estilo Santa María, mientras que en el área de Hualfín lo es con Belén. • No se observaron asociaciones con estilos considerados tempranos dentro del Período Tardío como San José, Shiquimil, Peñas Azules, Lorohuasi, etc. • La presencia de FNG en dos cistas con entierros múltiples en las que se hallaron también pucos Loma Rica, característicos de momentos iniciales del Período Tardío, se observó en la localidad de Rincón Chico, en casos de asociación grado III o problemática. Esta co-presencia se puede vincular al uso a lo largo de un tiempo prolongado de dichos sepulcros, debido a lo cual los mismos no son contextos útiles para ajustar con fineza el tiempo del estilo. • Existen tres casos de asociaciones con materiales tricolores “clásicos”. Dos de ellos, una urna fase I-II y un puco, poseen un grado de asociación I, altamente probable). • El conjunto más numeroso de asociaciones se dan con conjuntos de materiales Santa María Bicolor y otros estilos que remiten a momentos tardíos dentro de la época tardía (tardío final – incaico e Hispano Indígena). • Existe sólo un caso de asociación probable entre un puco FNG y materiales característicos de época Hispano – Indígena (puntas de hueso). • No se observaron asociaciones con estilos incaicos decorados. • La asociación con material Famabalasto Negro sobre Rojo (fase inca) se acota a sepulcros en dos cementerios de la localidad de Famabalasto. No se ha registrado aún en sepulturas de otras localidades.
Ambos ejemplos muestran la perduración de vasijas muy antiguas o bien la reutilización de cerámicas que se hallaran en los cementerios que continuaban en uso o en antiguos lugares funerarios. Pero también indican la persistencia de algunos modos de empleo. En el “Cementerio río debajo de la chacrita…” en Famabalasto, donde se excavaron entierros de infantes en urnas San José, Shiquimil, Peñas Azules y ordinarias y de adultos en cistas sin ofrendas cerámicas –por lo que se infiere su cronología de inicios del tardío- se registró el entierro de una urna Shiquimil con la base rota, en posición invertida, tapada con un puco peinado y con un puquito al lado. Esta peculiar disposición invertida de una urna con la base rota recuerda el modo de uso en el entierro de Lampacito, de época hispano-indígena. Por último es interesante que en entierros de infantes en urnas se usaran pucos FNG como tapa y como ajuar tanto
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Capítulo 6. Los contextos funerarios el proceso de cambio estilístico reflejado en la fase III, tanto en formas y diseños como en pautas de uso de la cerámica, podría tal vez vincularse a las primeras influencias incaicas en la región las que habrían producido ciertos desequilibrios en el sistema social (“feed back” positivo sensu Flannery 1968, citado por las autoras) que respondió con innovaciones de diversa índole. Es una idea interesante que debería evaluarse a través de un estudio específicamente orientado hacia el esclarecimiento de la cronología de las variantes comprendidas en la fase III en el marco regional. El modelo esbozado para Rincón Chico (Greco 2007) muestra sin embargo para esta cerámica una antigüedad mayor que no sería concordante con tal explicación, por lo que cabría la consideración de otra clase de procesos de cambio social endógeno que influyeran en el cambio estilístico, los que también podrían estar en la base del fenómeno creativo detrás del Famabalasto Negro Grabado a juzgar por el conjunto de fechados que sitúan al estilo en momentos de una mayor antigüedad a la establecida en la actualidad para la expansión incaica.
La reconstrucción de contextos funerarios, aún siendo pocos los casos obtenidos, fue una de las tareas más trabajosas y demandantes en cuanto al tiempo dedicado de esta tesis. El énfasis en organizar un catálogo de las tumbas y sus hallazgos se programó también considerando la importancia de ir armando bases de datos más accesibles que puedan agilizar futuras investigaciones propias y de los colegas. El esquema que se plantea al integrar los resultados del análisis de los contextos con fechados radiocarbónicos y de los contextos funerarios modifica las consecuencias últimas de las posiciones consideradas como punto de partida para el estudio de la cronología del FNG. La constancia en la asociación del FNG con los estilos locales, ya sea el Belén en Hualfín, como el Santa María en Yocavil, sumada a las correspondencias en los temas representados entre FNG y los mencionados estilos y a su patrón generalizado de distribución espacial dentro de los poblados locales, algo no observado para cerámicas inca o fase inca no locales, apuntan a un fenómeno de desarrollo estilístico local. Por otro lado las evidencias indican que, como manifestación regional, no sería un estilo propio del inicio del Período Tardío, sino que comenzaría a expandirse como un fenómeno de innovación estilística local en un momento intermediofinal del tardío con puntos de contacto con el proceso de cambios en el estilo Santa María que definen a la fase III. No obstante las asociaciones con urnas fase III no se registraron en contextos funerarios22 sino en los recintos circulares en sitios dispersos en el bajo de Rincón Chico o el interesante caso de la concentración de grandes pedazos de cerámica local en el contrapiso del Torreón Medio de El Calvario de Fuerte Quemado, ejemplos expuestos en el Capítulo 5.
En este punto hay que tener en cuenta el problema que plantea el inicio de la presencia incaica en el NOA, debido a la contradicción entre ciertos datos radiocarbónicos de contextos incaicos que los sitúan hacia fines del Siglo XIV y las fechas estipuladas a partir de las fuentes etnohistóricas que colocan la expansión hacia mediados o fines del Siglo XV (D’Altroy et al. 1998; Greco 2007). Este es un problema que los márgenes de error del método radiocarbónico no permiten solucionar. Por otra parte, si se considera a la expansión incaica no como un acontecimiento puntual, sino como un proceso de larga duración que comienza con anterioridad al arribo de huestes o representantes del estado incaico a la región, y que tiene que ver con la circulación de información respecto al proceso expansivo en marcha, la reconfiguración de áreas de frontera y las decisiones y estrategias políticas de los grupos locales ante ese fenómeno, vemos que los fechados radiocarbónicos en contextos incaicos locales no pueden dar cuenta de la temporalidad de estas etapas iniciales del proceso. Considerando este panorama, los resultados del estudio de asociaciones estilísticas, como de los fechados radiocarbónicos sugieren que el estilo Famabalasto Negro Grabado es un desarrollo que toma inicio hacia comienzos del siglo XIV, en una época bastante anterior a la que define la presencia incaica efectiva en el área, la que se situaría, de acuerdo a los datos radiocarbónicos hacia fines de ese siglo.
La mayor proporción de asociaciones con Santa María Bicolor puede indicar un tiempo de mayor popularidad del estilo, que es coincidente con la época de la expansión incaica en estos territorios y la instalación de algunos temas novedosos en la cerámica local como el “guerrero”, a veces con cabezas cercenadas, las aves voladoras con una o dos cabezas y animales con atributos felínicos (Reynoso y Pratolongo 2008). La olla con borde N° 33 con representación de un “guerrero” escutiforme es un buen ejemplo de un cruce estilístico de época. Hay que destacar en este punto que no se registraron asociaciones funerarias con cerámica inca, la cual es muy escasa en los conjuntos fragmentarios de los poblados locales. La vinculación más clara con material incaico se observa en Potrero Chaquiago, que es un sitio incaico, donde por otro lado el FNG es escaso, mientras que la asociación funeraria con Famabalasto Negro sobre Rojo se limita a los sepulcros de Famabalasto. La producción del estilo parece declinar en la época del contacto hispano indígena, puesto que sólo se detectó un contexto funerario en el que un puco FNG se asocia con buena probabilidad (grado II) a materiales de esa época de la historia local. Según Perrotta y Podestá (1974:31; Podestá y Perrotta 1976:50) 22 De todos modos hay que tener presente que no se pudieron hallar las urnas Santa María de los casos 22 y 26, cuya observación podría modificar esta apreciación.
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Caso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37
Localidad Punta de Balasto El Bañado El Bañado El Bañado El Bañado Caspinchango Masao Masao Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Quebrada Entre Ríos Lorohuasi Lorohuasi Lorohuasi Campo del paso… Fuerte Quemado - Puerta Fuerte Quemado Las Mojarras Puerta de Corral Quemado Puerta de Corral Quemado Quebrada de Loconte… Palo Blanco Palo Blanco Rincón Chico Rincón Chico Rincón Chico Rincón Chico Rincón Chico
Cementerio/Entierro Cem. Trapiche III. Entierro 4 ? Cem. II Monte del Turiso. Entierro 12 Cem. II Monte del Turiso. Entierro 54 Ciénaga 2 del Mayo (N° 5). Entierro 22 Cem. Rico. Entierro N° 3 Cem. Arroyo Chañaryacu 1. Entierro 1 Cem. Arroyo Chañaryacu 1. Entierro 13 Cem. antiguo ubicado al pie de una loma. Urna N° 14 Cem. á pié del cerro (quebradita). Troja 1 Cem. Rico, de Trojas, etc. Troja 1 Cem. Rico, de Trojas, etc. Troja 2 Cem. Rico, de Trojas, etc. Troja 3 Cem. Rico, de Trojas, etc. Troja 4 Cem. Rico, de Trojas, etc. Troja 5 Cem. Rico, de Trojas, etc. Entierro 17 Cem. Rico, de Trojas, etc. Entierro 19 Cem. Rico, de Trojas, etc. Entierro 7 Cem. Rico, de Trojas, etc. Entierro 16 Q. Entre Ríos… (Q. Chiquimin). Troja N° 5 Cem. río seco cancino al pie de la loma redonda… Cem. río seco cancino al pie de la loma redonda… Cem. río seco cancino al pie de la loma redonda… Cem. N° I Un Cem. (…) al pie del cerro Intiguatana hacia el Sud. Un Cem. (…) al pie del cerro intiguatana hacia el Norte En una finca á pie del cerro pintado hacia el Norte. Troja N°1 Al pié de la loma del pueblo viejo (…) Sud. Troja N° I Al pié de la loma del pueblo viejo (…) Norte. Troja N° I Troja Troja Troja RCh 21. Cámara 1, osario inferior RCh 21. Cámara 11 RCh 21. Cámara 13´ RCh 21. Cámara 15 RCh 21. Entierro Directo II
Tipo de entierro urna urna urna u ofrenda urna urna cista urna u ofrenda cista urna cista cista cista cista cista cista cista cista urna urna cista urna cista entierro directo hallazgo aislado urna cista cista cista cista cista cista cista cista cista cista cista entierro directo
Elementos asociados urna SM bicolor fase IV puco SM con impronta de cestería, urna SM indeterminada olla y puco ordinario peinado, puco SM bicolor con pintura roja en el interior urna SM tricolor fase I-II, puco SM tricolor olla ordinaria peinada con asas verticales labio-adheridas puntas de hueso olla con rostro peinada y pintada y puco indeterminado puco SM bicolor urna indeterminada urnita miniatura Belén, Negro sobre Rojo, ollita con cuello FNR SM bicolor, SM tres colores, FNR SM bicolor, FNR, Belén, urna Negro sobre Rojo SM bicolor, FNR, Belén, Rincón bicolor, SM tres colores, baño rojo SM bicolor, SM tres colores, FNR, urnas Negro sobre Rojo, Belén, SM bicolor, FNR, Belén, urna Negro sobre Rojo SM bicolor, FNR, Belén, Quilmes, Negro sobre Rojo SM bicolor, FNR, Belén, urnas Negro sobre Rojo, Negro sobre Rojo urna SM bicolor fase IV, ollita Negro sobre Rojo urna SM tardía (fase IV o V), ollita con cuello indeterminada sin asociaciones observables olla SM (?), puco SM tricolor, urna SM indeterminada sin asociaciones observables sin asociaciones observables urna SM indeterminada puco SM tricolor, urna SM indeterminada puco SM bicolor, olla ordinaria con pie urnas Belén, placa rectangular de cobre sin asociaciones observables urnas Belén urna Belén (?) urna Belén, puco de estilo indeterminado puco SM bicolor, torteros de madera, mangos de madera pucos Loma Rica, puco ordinario alisado sin asociaciones observables pucos Loma Rica, puco SM bicolor, pucos ordinarios pedazos de vasija SM bicolor
Asociación I I I I I II I III I II III III III III III III III I I __ I III __ __ I III III III __ III I I III III __ III I
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla 6.9. Grados de asociación entre cerámica Famabalasto Negro Grabado y elementos presentes en 37 contextos funerarios de los valles e Yocavil, Cajón y Hualfín.
166
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.4. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 1, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB (véase nota al pie Nº 7 para una aclaración respecto a la numeración de las piezas del MLP y de la adaptación realizada con fines explicativos para el presente capítulo). Caso 2, piezas y fotografías del Musée du Quay Branly, Col. De La Vaulx.
167
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.5. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 3, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
168
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.6. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 4, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
169
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.7. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 5, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
170
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.8. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 6, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. Los objetos de la parte superior corresponden a la cámara circular superior, los de la parte inferior, se hallaron en la cámara oval inferior. Dibujos de planta y corte tomados de Debenedetti (1921: Lámina VII).
171
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.9. Asociaciones en contextos funerarios. Casos 7 y 8, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
172
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.10. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 10, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
173
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.11. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 11, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
174
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.12. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 11. Ilustraciones tomadas de Cigliano (1958: Lámina Va y Vb).
175
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.13. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 12, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. Ilustraciones tomadas de Cigliano (1958: Láminas VIa y VIb).
176
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.14. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 13, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
177
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.15. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 13, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. Ilustraciones tomadas de Cigliano (1958: Láminas VIIa y VIIb).
178
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.16. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 14, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. Ilustración del puco 136-2262-5289, tomada de Cigliano (1958: Lámina XIV, N° 3).
179
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.17. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 14 piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. Ilustraciones tomadas de Cigliano (1958: 65 y 67, Figura 8 -muñeco-, Figura 10 -tarabita- y Figura 9 -cuchillón- y Láminas VIIIa y VIIIb -planta y corte-. El topu 159-2409 se dibujó en base al esquema de su contorno en la Libreta 21: 24 (IV Exp.).
180
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.18. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 15, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
181
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.19. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 15. Ilustraciones tomadas de Cigliano (1958: Láminas IX a y IX b).
182
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.20. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 16, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
183
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.21. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 16, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
184
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.22. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 16.
185
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.23. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 17, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
186
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.24. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 17, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
187
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.25. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 18, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
188
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.26. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 20, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
189
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.27. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 21, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
190
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.28. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 22, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
191
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.29. Asociaciones en contextos funerarios. Casos 23, 24 y 25, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
192
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.30. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 26, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB.
193
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.31. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 27, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. La fotografía de la pieza 447-3049-6290 se tomó de Márquez Miranda (1946: 210, Figura 94 a).
194
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.32. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 28, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. En el dibujo de planta original no están representadas las piedras del muro de la tumba, que se observan en el esquema del corte.
195
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.33. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 29, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. En el dibujo de planta original no están representadas las piedras del muro de la tumba, que se observan en el esquema del corte.
196
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.34. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 30, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. En el dibujo de planta original no se representaron las piedras del muro de la tumba, que se observan en el esquema del corte.
197
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Figura 6.35. Asociaciones en contextos funerarios. Casos 31 y 32, piezas del Museo de La Plata, Col. BMB. En el dibujo de planta original del caso 31 no están representadas las piedras del muro de la tumba, que se observan en el esquema del corte.
198
Capítulo 6. Los contextos funerarios
199
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Figura 6.36. Asociaciones en contextos funerarios. Caso 33, piezas del Museo Eric Boman. Las imágenes de la olla C1.5, el brazalete, el textil, el cordel, la cuenta, los astiles y puntas de hueso del entierro superior y los mangos y torteros de madera del osario inferior se confeccionaron en base a fotografías inéditas de Osvaldo Mendonça.
Figura 6.37. Asociaciones en contextos funerarios. Casos 34 y 35, piezas del Museo Eric Boman. La imagen de la pieza C11.4 se realizó en base a fotografía inédita de O. Mendonça. El esquema de la superposición de las cámaras 13 (superior) y 13’ (inferior) fue tomado de Croatto (2008: 40, Figura 10) con modificaciones.
200
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Figura 6.38. Asociaciones en contextos funerarios. Casos 36 y 37, piezas del Museo Eric Boman. Las imágenes de las piezas C15.2, C15.3, C15.5 de la Cámara 15 y los fragmentos cerámicos del Entierro Directo II se realizaron en base a fotografías inéditas de Osvaldo. Mendonça.
201
Famabalasto
Famabalasto
Famabalasto
9
10
11
Caspinchango
6
Masao
El Bañado
5
8
El Bañado
4
Masao
El Bañado
3
7
El Bañado
LOCALIDAD Punta de Balasto
2
Nº 1
202
Cem. Rico, de Trojas, etc.
Cem. a pie del cerro (quebradita) IV parte A (Cigliano)
Cem. antiguo ubicado al pie de una loma
Cem. Arroyo Chañaryacu 1
Cem. Arroyo Chañaryacu 1
Cem. Rico
Cem. Cienaga 2 del Mayo (N° 5)
Cem. II Monte del Turiso
Cem. II Monte del Turiso
?
CEMENTERIO Cem. Trapiche III
Troja 1
Troja I
Urna N° 14
13
1
Nº 3
22
54
12
?
3 adultos
Individuo 2
y techo de lajas en falsa boveda
Cista cavada en tierra con techo de lajas en falsa boveda
Individuo 1
1 párvulo
2 adultos
?
2 adultos
?
1 niño
?
1? craneo de infante
S.M. Bicolor S.M. tres colores
FNR
FNG
FNG Belén Negro/Rojo FNR
S. M. Bicolor
FNG Indeterminado
FNG S.M. Bicolor
FNG Peinada Pintada? Indeterminado
TOTAL puco olla con cara model. puco TOTAL puco puco TOTAL puco urna TOTAL puco puco con "cuello" olla con borde urna miniatura olla con cuello largo olla con cuello TOTAL puco olla con cuello puco olla con cuello puco con "cuello" puco TOTAL
FORMA puco urna (fase IV) TOTAL FNG puco S.M. Indeterminado urna S.M. Bicolor puco c. impronta TOTAL FNG puco S.M. Indeterminado? urna (fragmento) S.M. tres colores puco Peinado olla puco TOTAL FNG puco S.M. Tricolor urna (fase I-II) puco TOTAL FNG puco Peinado olla TOTAL FNG puco Baño negro puco
Nº INHUMADOS ESTILO ? FNG S.M. Bicolor
Cista con pircado
Cista cavada en la tierra con tapa horizontal de lajas Urna
Urna u ofrenda?
Cistas con pircado y techo de lajas en falsa boveda con superposición de cista superior
Urna
Urna
Urna u ofrenda?
Urna
ENTIERRO TIPO DE TUMBA 4 Urna
N°
OTROS OBJETOS 1 1 2 1 1 1 3 5 1 1 1 1 9 1 1 1 3 1 1 2 1 1 pedazo de cuero 1 2 manojos de puntas de hueso numerosos astiles pedazos de hierro 2 hojas de cuchillos de hierro 2 1 fragmento de hebilla de hierro 1 1 2 4 1 1 2 1 1 2 2 1 1 1 1 1 7 1 1 1 3 8 1 15 Weiser-Wolters, libretas 18 y 21 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957, 1958)
Weiser-Wolters, libretas 18 y 21 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957,1958)
Weiser, libreta 16 de la III Expedición (1920-1921), Matera (2006) Catálogo de Arqueología y Paleontología MPT (1916)
Weiser, libreta 16 de la III Expedición (1920-1921), Matera (2006)
Weiser, libreta17 de la III Expedición (1920-1921), Debenedetti (1921), Baldini y Albeck (1984)
Weiser, libreta 17 de la III Expedición (1920-1921)
Weiser, libreta 17 de la III Expedición (1920-1921)
Weiser, libreta 17 de la III Expedición (1921-1922)
De La Vaulx (1901)
FUENTE Weiser, libreta 17 de la III Expedición (1921-1922)
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla 6.10. (Primera parte) Síntesis de las asociaciones en contextos funerarios con cerámica Famabalasto Negro Grabado.
Famabalasto
14
Famabalasto
Famabalasto
13
15
LOCALIDAD Famabalasto
Nº 12
Cem. Rico, de Trojas, etc.
Cem. Rico, de Trojas, etc.
Cem. Rico, de Trojas, etc.
CEMENTERIO Cem. Rico, de Trojas, etc.
Troja 5 13
Troja 4
Troja 3
Cista cavada en tierra con techo de lajas en falsa boveda
Cista cavada en tierra con techo de lajas en falsa boveda
Cista cavada en tierra con techo de lajas en falsa boveda
ENTIERRO TIPO DE TUMBA Troja 2 Cista cavada en tierra con techo de lajas en falsa boveda
7 adultos
11 adultos
7 adultos
FORMA puco olla con cuello olla con cuello puco con "cuello" olla con cuello olla con cuello Belén olla con borde Urna N/R olla con cuello (urna) TOTAL FNG puco FNR olla con cuello S.M. Bicolor puco puco con "cuello" puco con impronta olla con cuello Rincón Bicolor olla con cuello S.M. tres colores olla biglobular Belén olla con cuello Baño rojo H.I.? ollita con cuello TOTAL FNG puco FNR olla con cuello olla simple S.M. Bicolor puco puco con "cuello" puco globular olla con cuello olla con borde Belén puco olla con cuello Urna N/R olla con cuello (urna) S.M. tres colores puco globular TOTAL FNG puco olla con borde olla con cuello FNR puco olla simple olla con borde olla con cuello S.M. Bicolor puco puco con "cuello" olla con cuello (urna) S.M. Indeterminado puco Belén olla con cuello (urna) Urna N/R olla con cuello (urna) TOTAL
Nº INHUMADOS ESTILO 4 adultos FNG FNG (rojo) FNR S.M. Bicolor
N° 1 1 4 1 1 1 1 1 11 3 2 2 1 1 9 1 1 2 1 23 5 2 1 1 2 1 1 1 1 1 2 1 19 3 1 1 1 1 2 5 1 1 1 1 1 1 20 1 cesto 1 pulcera de oro cuentas
1 cuchillon de madera 1 muñeco - peine de madera 1 cuenta de madera 1 topu de hueso 1 tarabita de madera 2 torteros
OTROS OBJETOS
Weiser-Wolters, libretas 18 y 21 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957, 1958)
Weiser-Wolters, libretas 18 y 21 de la IV Expedición (1921-1922) Cigliano (1956-1957, 1958)
Weiser-Wolters, libretas 18 y 21 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957, 1958)
FUENTE Weiser-Wolters, libretas 18 y 21 de la IV Expedición (1921-1922) Cigliano (1956-1957, 1958)
Capítulo 6. Los contextos funerarios
Tabla 6.10. (Continuación). Síntesis de las asociaciones en contextos funerarios con cerámica Famabalasto Negro Grabado.
203
204
Quebrada Entre Ríos
Lorohuasi
Lorohuasi
Lorohuasi
Campo del paso de la Qda. del Co. San Francisco Fuerte Quemado Puerta
20
21
22
23
24
25
Famabalasto
Famabalasto
18
19
Famabalasto
LOCALIDAD Famabalasto
17
Nº 16
16
7
19 Cista 6 (Cigliano)
Un Cem. mal cavado anterior al pie del cerro Intiguatana hacia el Sud __
Cem. río seco cancino al __ pie de la loma redonda (lado del río hacia el Norte) Cem. río seco cancino al __ pie de la loma redonda (lado del río hacia el Norte) __ Cem. N° I Hallazgo aislado. Podría ser una ofrenda en cementerio Urna
Cista con pircado y techo de lajas en falsa boveda Entierro directo
Cista con pircado y techo de lajas en falsa boveda Urna
Urna
Urna
Cista cavada en tierra con techo de lajas en falsa boveda
ENTIERRO TIPO DE TUMBA 17 Cista cavada en tierra Cista 7 con techo de lajas en (Cigliano) falsa boveda
Q. Entre Rios la parte Troja N° 5 antigual hacia el oeste. (Q. Chiquimín) Cem. río seco cancino al __ pie de la loma redonda (lado del río hacia el Norte)
Cem. Rico, de Trojas, etc.
Cem. Rico, de Trojas, etc.
Cem. Rico, de Trojas, etc.
CEMENTERIO Cem. Rico, de Trojas, etc.
1 niño de 1-2 años
__
1 adulto
5 adultos
1 niño de 1-2 años
TOTAL puco TOTAL FNG puco S.M. Indeterminado cuerpo de urna TOTAL
FNG
TOTAL FNG puco S.M. Indeterminado olla con cuello (urna) S.M. Tricolor puco TOTAL FNG puco S.M. Indeterminado olla con cuello (urna) TOTAL FNG puco
FORMA olla con borde olla con cuello FNR puco olla con cuello S.M. Bicolor puco con "cuello" puco globular olla con cuello Belén puco con "cuello" Quilmes (rara) olla con cuello (urna) Negro/Rojo ollita de 5 bocas TOTAL 3 adultos FNG puco puco con "cuello" olla con borde olla con cuello FNR olla simple olla con cuello S.M. Bicolor puco puco con "cuello" Belén olla con cuello (urna) Negro/Rojo olla biglobular Urna N/R olla con cuello (urna) TOTAL 1 niño de 1 año FNG puco S.M. Bicolor urna (fase IV) Negro/Rojo olla con cuello Total 1 niño de 5 años FNG puco S.M. Indeterminado urna, cuello elongado Indeterminado olla con cuello TOTAL 10 adultos FNG puco
Nº INHUMADOS ESTILO 8 adultos FNG
N°
1 1 1 2
1 1
1 1 1 1 3 2 1 3 1
OTROS OBJETOS 1 4 1 9 5 1 3 1 1 1 27 7 1 2 6 1 4 1 3 1 1 3 30 1 1 cuenta, de cuarzo rosado? 1 1 3 1 1 1 3 1?
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 18 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957, 1958)
Weiser-Wolters, libreta 18 de la IV Expedición (1921-1922) Cigliano (1956-1957, 1958)
Weiser-Wolters, libreta 18 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957, 1958)
FUENTE Weiser-Wolters, libreta 18 de la IV Expedición (1921-1922), Cigliano (1956-1957, 1958)
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla 6.10. (Continuación). Síntesis de las asociaciones en contextos funerarios con cerámica Famabalasto Negro Grabado.
205
Rincon Chico
Rincon Chico
Rincon Chico
36
37
Palo Blanco
32
35
Palo Blanco
31
Rincon Chico
Quebrada de Loconte hacia el Sud
30
34
Puerta de Corral Quemado
29
Rincon Chico
Puerta de Corral Quemado
28
33
Las Mojarras
LOCALIDAD Fuerte Quemado
27
Nº 26
Tabla 6.10. (Continuación). Síntesis de las asociaciones en contextos funerarios con cerámica Famabalasto Negro Grabado.
RCh 21
RCh 21
RCh 21
RCh 21
RCh 21
E.D. II
Cámara 15
Cámara 13'
Cámara 11
osario inferior
Cámara 1 entierro superior
Troja
Troja
__
__
Troja
Entierro directo
Cista con pared y techo de lajas en falsa boveda Cista con pared y techo de lajas en falsa boveda
Cista con pared y techo de lajas en falsa boveda
Cista con pared y techo de lajas en falsa boveda
Cista cavada en la tierra. Posible tumba en pozo y cámara lateral
Cista pircada sin tapa Posible tumba en pozo y cámara lateral
Cista con pircado y techo en falsa boveda Cista bajo gran roca natural
Troja Nº I
Troja Nº I
Cista con pircado y techo de lajas en falsa boveda, con una gran laja como tapa Cista con pircado y techo en falsa boveda
Troja Nº 1
ENTIERRO TIPO DE TUMBA __ Cista con pircado y techo de lajas en falsa boveda
Al pié de la loma del pueblo viejo en la pendiente hacia el Sud Al pié de la loma del pueblo viejo en la pendiente hacia el Norte __
En una finca á pie del cerro pintado hacia el Norte
CEMENTERIO Un Cem. mal cavado por los habitantes de F-Quemado al pie del cerro Intiguatana hacia el Norte
Rojo Pulido
Caspinchango
FNG Belén Indeterminado
FNG Belén Indeterminado
Belén
FNG
FNG
FNG Belén Indeterminado
Peinada e Incisa
FNG S.M. Bicolor
1 juvenil 15 años FNG S.M. Bicolor
Loma Rica Ordinadrio alisado
4 adultos FNG 1 juvenil 15 años 3 no observados 14 adultos FNG S.M. Bicolor
18 adultos FNG 3 niños de 1 a 8 S.M. Bicolor años 8 adultos FNG 2 juveniles 12 año Loma Rica 1 niño 7 años Ordinadrio alisado
1 adulto
1 adulto
1 adulto
6 adultos
1 adulto
6 adultos
8 adultos
Nº INHUMADOS ESTILO 2 adultos FNG Negro (FNG?) S.M. Indeterminado S.M. Tricolor
1 1 1 1 2 1 1 7 1 1 2
TOTAL puco urna (fase V) puco puco puco puco con apéndice TOTAL 1 fragmento de puco 2 fragmentos TOTAL
fragmentos de 2 mangos y 2 torteros de madera.
brazalete de cobre, cordel, textil, 20 marlos, pigmento rojo, piedra pulida con pigmento, puntas de hueso, "cuchillón", 1 tarabita y astiles de madera, calabaza.
OTROS OBJETOS 1 1 1 1 4 1 1 1 1 4 1 1 placa de cobre rectangular 3 con orificio superior 1 5 1
1 1 3 5 1 1 1 3 1 1 1 3 4 1 1 1 7 1 1 2 1 2 1 4 1
N°
ollita puco olla con cuello (urna) TOTAL puco olla con cuello (urna) puco TOTAL puco olla con cuello (urna) puco TOTAL olla con pie olla puco puco TOTAL puco puco con "cuello" TOTAL puco puco puco TOTAL puco
FORMA puco puco olla con cuello (urna) puco TOTAL puco puco con "cuello" puco con impronta olla con pie TOTAL ollita olla con cuello (urna) puco TOTAL puco
Marchegiani (2004, 2008)
Ammann (2006), Croatto (2008), Marchegiani (2008) Mendonça Com. Pers. 2008
Croatto (2008), Marchegiani (2008)
Tarragó, Bordach y Mendonça (2005), Marchegiani (2008)
Weiser-Wolters, libreta 26 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 26 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 26 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
FUENTE Weiser-Wolters, libreta 25 de la VI Expedición (1924)
Capítulo 6. Los contextos funerarios
CAPÍTULO 7. COMPARACIÓN CON LA METALURGIA DE ÉPOCA TARDÍA
El análisis comparativo de la iconografía del estilo Famabalasto Negro Grabado y de los objetos de bronce se realizó empleando el corpus de imágenes de cerámica ya presentado (Capítulo 4 y Apéndice I). Como fuente de imágenes de objetos de metal se consultaron publicaciones (Ambrosetti 1904; Becker 1946; Márquez Miranda 1946; Liberani y Hernández 1950 [1877]; A. R. González 1979b, 1992; Gudemos 1998; L. R. González et al. 2001; L. R. González 2004, 2007; L. R. González y Cabanillas 2004). También se observaron campanas y placas expuestas en museos y fotos de archivo (MEJBA). A través de este ejercicio descriptivo se reconocieron de manera más consciente aquellas características que hacen semejantes al FNG y a los metales y aquellas por los que difieren.
Este segmento del trabajo se dedica a explorar los cruces estilísticos entre la cerámica Famabalasto Negro Grabado y un conjunto de objetos de bronce que ostentan decoración en relieve producidos por las sociedades calchaquíes: placas y campanas. De la totalidad de bienes metálicos, que incluye gran diversidad de ítems, se recortó ese grupo por ser el que más puntos de contacto sostiene con el estilo Famabalasto Negro Grabado. El análisis iconográfico se realizó aquí exclusivamente sobre placas y campanas de acuerdo a los mismos criterios y fundamentos metodológicos expuestos en el Capítulo 4, identificando temas, modos de representación y composición. En base a la reiteración de esquemas comunes se plantea que la cerámica Famabalasto Negro Grabado y los bronces constituyen un complejo estilístico con relaciones recíprocas de carácter “icónico”, relaciones que se exponen señalando los rasgos a través de los cuales se sostienen los paralelismos. Los objetos (en este caso particular interesa reflexionar sobre las vasijas FNG y los metales), ya sea como totalidad o a partir de algunos de sus elementos constitutivos, son medios para el establecimiento de referencias o mensajes, es decir, que constituyen signos. Al percibir los evidentes paralelos entre vasijas Famabalasto Negro Grabado y metales pensamos, de acuerdo con la definición del ícono como el “signo que representa su objeto al parecérsele” (Peirce 1987: 105), que unos podían ser evocativos de los otros y viceversa. La cerámica es un ícono de los metales y estos lo son a su vez de la cerámica formando un sistema de mutuas referencias en base a su similitud en relación al manejo de los espacios de representación, ciertos temas y modos de representación, la composición del diseño, así como también elementos como el brillo de sus superficies y la posibilidad de contener colores a partir de aplicaciones posteriores a la fabricación de los objetos. La noción de un complejo estilístico con relaciones recíprocas de tipo “icónico” entre ciertos elementos de la metalurgia del bronce calchaquí y la cerámica Famabalasto Negro Grabado se establece en el reconocimiento de la manera en que algunos signos expresan significados que no se fundan sólo en relaciones convencionales, sino que también pueden hacerlo en basarse a semejanzas.
Aunque aquí nos centraremos en el análisis de las vinculaciones entre el significado de la iconografía representada en la cerámica y los metales, en este complejo estilístico se podrían incluir también a elementos textiles de los que se tiene información indirecta a través de los diseños de trajes en personajes representados en objetos de metal y cerámicos de estilos contemporáneos. En la siguiente sección se repasarán brevemente las características singulares de la producción de bienes metálicos del área valliserrana del noroeste argentino durante la época tardía para acercarnos a la comprensión de la valoración social que tuvieron estos bienes durante la época en que circularon, indagando el contexto de su producción, distribución y uso a través de la integración de datos arqueológicos junto con breves referencias históricas y folklóricas. 7.1. La metalurgia de la época tardía Las poblaciones calchaquíes lograron un sofisticado nivel de desarrollo en sus producciones en metal fundido, corolario de una larga tradición de metalurgistas en los pueblos del área valliserrana del NOA con antecedentes de innovación independiente de otros centros de desarrollo metalúrgico en el área Andina. Hacia mediados del primer milenio de la era se trabajaban aleaciones de bronce y se utilizaba la técnica de la cera perdida. Desde un principio las actividades metalúrgicas se orientaron hacia la elaboración de objetos ornamentales. Si bien se fabricaban también herramientas, en especial relacionadas con las tereas delicadas y de corte, como cinceles, cuchillos y hachuelas, la mayor proporción del volumen de metal producido se dedicó a fabricar objetos no necesariamente vinculados a las actividades de la vida cotidiana, ligados a necesidades de tipo suntuarias y también al ritual y al ceremonialismo. Algunos bienes de metal, resultado de procesos técnicos complejos y de un alto costo de producción pudieron jugar roles destacados como marcadores de distinción social. Se ha postulado que su posesión y exhibición sirvieron a la legitimación de posiciones dentro de la escala social en comunidades que experimentaban crecientes niveles de complejidad
Sin embargo, unos no son copias de los otros y cada soporte conserva a su vez particularidades definitorias. Es decir que las grandes semejanzas no implican sin embargo una comunión total. Existen también importantes diferencias, más allá de aquellas dadas por las obvias distancias derivadas de los materiales y las técnicas particulares que su trabajo requiere, que se relacionan con los temas representados en ambos soportes materiales. Hay una interesante divergencia dada por los temas aludidos y la intensidad con que se los representa en la cerámica y los metales, divergencias que planteamos, no son azarosas.
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Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía En su estudio de las placas metálicas del noroeste argentino A. R. González integró de manera complementaria el método de análisis arqueológico, que incluye el estudio de las características intrínsecas y contextuales de los objetos, junto con el estudio de fuentes históricas del Período Colonial. Según un acercamiento crítico de las fuentes históricas considera que su empleo se justifica por las continuidades que el análisis arqueológico ha podido exponer respecto del uso de las placas a través de un tiempo largo que abarca del Período Temprano al Colonial (A. R. González 1992: 154-155). El testimonio histórico de Lozano, elaborado a mediados del siglo XVIII, pero que a pesar de ser muy tardío se nutre de documentos previos, es una fuente a la que se recurre permanentemente al estudiar las placas metálicas, pues en él se halló una referencia al empleo de unos ídolos a los que los “naturales” rendían culto, llamados caylles, cuyas imágenes estaban labradas en láminas de cobre que se consideraban de gran valor y eran empleadas en ritos propiciatorios y protectores. Se transcribe a continuación un párrafo que es muy citado en la bibliografía sobre la religiosidad calchaquí:
interna; procesos de desarrollo de jerarquías y desigualdades institucionalizadas. El bronce era el material preferido, mientras que los objetos de oro o plata eran aparentemente escasos. Estas serían características de la producción metalúrgica prehispánica en el NOA a través de todo su desarrollo, si bien a lo largo del Período Tardío se aumentó la proporción en la manufactura de herramientas de corte, por lo general de pequeño tamaño (L.R. González 2004: 149; González y Cabanillas 2004: 225). A lo largo del Período Tardío se aprecian también otros interesantes cambios, la elaboración de objetos de metal alcanzó una escala superior en cantidad de objetos y volumen de metal invertido en su confección, si se compara la producción de esta época con la de momentos más tempranos. Los bienes metálicos eran de diversos tamaños, pero muchos de ellos, en especial aquellos vinculados a las prácticas ceremoniales tenían dimensiones inéditas para épocas anteriores en la región, con piezas como los discos o las campanas, algunas de las cuales llegaban a pesar más de tres kilos (L. R. González 2004: 235). En este variado conjunto de piezas metálicas se reconocen entonces las de tipo “utilitario” como los cuchillos rectangulares o semilunares con agujero de suspensión, gran variedad de cinceles, punzones, hachas, hachuelas que se enmangaban, espátulas y agujas. Otros objetos pequeños o del atuendo personal son los topus, anillos, brazaletes, brazales, pinzas y campanillas. Por último hay un grupo donde aparecen los bienes de mayor porte, de formas y diseño muy complejo que en muchos casos poseen decoración en relieve y elementos salientes del cuerpo principal de la pieza como los tokis o “hachas y cetros de mando”, manoplas, placas pectorales, tantanes o campanas y discos o rodelas (Ambrosetti 1904).
“…Adoraban al trueno, al rayo, a quien tenían dedicadas unas casas pequeñas, en cuya circunferencia interior clavaban varas rociadas con sangre de carnero de la tierra, y vestida de plumajes de varios colores, a las cuales, por persuasión del padre de la mentira atribuían virtud de darles cuanto poseían. No adoraban solas estas deidades en aquellos sus Tiempos, pues rendían culto también en ellos a otros ídolos, que llamaban Caylles, cuyas imágenes labradas en láminas de cobre traían consigo, y eran las joyas de su mayor aprecio: y así dichas láminas, como las varitas emplumadas las ponían con grandes supersticiones en sus casas, en sus sementeras, y en sus Pueblos, creyendo firmemente que con estos instrumentos vinculaban a aquellos sitios la felicidad, sobre que decían notables, desvaríos, y que era imposible de acercarse por allí la piedra, la langosta, la epidemia, ni otra alguna cosa que les pudiese dañar.” (Lozano I, 1754-1755:425, citado en A. R. González 1992:183).
De todas ellas los tantanes o campanas ovales y algunas placas (discos y placas rectangulares) y hachas-cetro son los que ostentan mayores coincidencias en su diseño con diferentes estilos cerámicos regionales tardíos. Estas semejanzas, que se dan en particular con cerámicas de estilo Santa María, Belén, Quilmes inciso y Famabalasto Negro Grabado, han servido, junto con los datos acerca de sus procedencias, para proponer las raíces culturales y la ubicación en el tiempo de estas producciones.
La referencia histórica es de sumo interés, si bien hay que tomar el dato con precaución, al ser inespecífico respecto del espacio y tiempo al que hace referencia. ¿Está dando cuenta de pautas locales antiguas o de época inca? Hay que tener presente que Lozano no fue testigo presencial de los hechos que relata. Sería necesario hallar otras fuentes que contengan información para poder comparar.
La información arqueológica acerca de los contextos de producción de estos objetos es más abundante que la que refiere sus distintas situaciones de uso. Para el caso de Yocavil se localizaron espacios vinculados a las actividades metalúrgicas en los sectores bajos al pie de los cerros en diferentes centros poblados tardíos como La Ventanita de Fuerte Quemado (Kriscautzky (1999: 142), Las Mojarras o Rincón Chico (L. R. González 1992, 1994, 2004). En particular se ha investigado con gran intensidad un área de producción metalúrgica en el bajo de Rincón Chico llamada RCh 15 (L.R. González 1992; Tarragó 2007). En estas áreas permanece la evidencia de la elaboración de bienes metálicos diferentes clases, pero aún no se halló ningún disco, campana o hacha en sus lugares de producción.
En relación al empleo de las campanas en rituales prehispánicos se consideró el relato de la fiesta del Chiqui, donde las personas se reunían y danzaban bajo un algarrobo portando cabezas de animales, cantando, bebiendo chicha y golpeando latas. De las ramas del árbol pendían distintos elementos, entre los cuales había muñecos de masa, posibles sustitutos modernos de antiguas prácticas de sacrificios humanos (Quiroga 1994 [1929]: 20). Se sugirió que las latas habían sustituido a su vez a las antiguas campanas calchaquíes, las que habrían estado integradas a este tipo de ritual propiciatorio de las 207
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino cabezas antropomorfas, b) Placas decoradas sólo con ofidios, c) Placas decoradas con cabezas antropomorfas y ofidios, d) Placas decoradas con guerreros con escudos, e) Placas decoradas con siluetas de animales sobre el borde, f) Placas con decoración en banda y centro liso (A. R. González 1992) (Figura 7.3). En algunos discos se observaron aplicaciones de pintura de tonos rojos o amarillos (Figura 7.4).
lluvias en épocas prehispánicas (L. R. González 2004: 240-242). Por otro lado, la información arqueológica indica que las campanas ovales o tantanes son las piezas de confección más compleja, en cuya elaboración intervinieron moldes formados por dos valvas y un noyo o núcleo central (Ambrosetti 1904: 258; Lechtman y González 1991). Empleando los mismos criterios descriptivos que para la cerámica, se puede decir que su cuerpo no constituye un sólido de revolución. Poseen un contorno troncocónico o tronco ovoide muy achatado en sentido antero posterior, lo que define dos caras amplias y una sección oval. Sus dimensiones son variables, hay algunas pequeñas, con menos de 10 cm de alto y otras, muy grandes que alcanzan los 30 cm. Más allá de sus dimensiones, sus proporciones entre ancho de la boca y la altura se muestran constantes. En el sector opuesto a la abertura se encuentra un par de perforaciones, por lo común de corte rectangular, que pudieron servir para su suspensión o también para colgar badajos. Se conocen algo más de treinta ejemplares con procedencias que indican una amplia circulación en el área valliserrana, lo que pondría de manifiesto la valoración de sus simbolismos más allá de las fronteras étnicas. Estudios de composición revelaron que se fabricaban con una aleación de bronce estañífero (L. R. González y Cabanillas 2004: 226, 229). A diferencia de otras clases de objetos, como los discos, las hachas, cinceles, etc., las campanas son una categoría exclusiva del Período Tardío, no hay antecedentes de la elaboración de piezas semejantes. Entre los ejemplares conocidos, que superan la treintena (L.R. González et al. 2001), sólo uno carece de decoración, los restantes están decorados con diseños de líneas sobresalientes formando guardas que rodean la boca o también diseños de rostros humanos (L. R. González 2007: 41) (Figura 7.1). En algunos ejemplares se conservan vestigios de pintura roja aplicada sobre la superficie externa (Figura 7.2).
Figura 7.1. Algunas campanas de bronce. 1: La Paya (Ambrosetti 1904: 259, Fig. 66d). 2: EM, Col. Zavaleta, VC 4717, Salta. 3: MLP-Ar-3252 (Col. Museo), Calchaquí (?) (Márquez Miranda 1946:229, Fig. 105b). 4: MEJBA, Col. Zavaleta, -25003-, Molinos, 5: EM, Col. Zavaleta, VC 4718, Salta. 6.: Río Tala (Ambrosetti 1904:258, Fig. 66b). 7: Pampa Grande (Ambrosetti 1904: 261, Fig. 66g). 8: EM, Col. Uhle, VC 1312, Carcil. 9: EM, Col. Uhle, VC 1311, Curtiembre, Q. de Las Conchas. 10: 3711 MLP, Col. Calchaquí, procedencia Calchaquí (?), (Márquez Miranda 1946:229, Fig. 105a). 11: Cafayate (Ambrosetti 1904:258 Fig. 66ª), 12: MLP-AR-5770 EAM, Rincón Perdido (Márquez Miranda 1946:230, Fig. 106b). 13: Anjuana, (Liberani y Hernández 1951[1877], Lám. 26). Ilustraciones 1, 3, 4, 6, 7, 10-13 gentileza de L.R. González. Ilustraciones 2, 5, 8 y 9 elaboradas en base a fotografías tomadas por S. Debenedetti en el EM, Berlín, Archivo documental y fotográfico MEJBA.
Por su forma las placas de bronce tardías se clasifican en dos grupos, los discos o rodelas, que son de forma circular, con diámetros variables que llegan a alcanzar los 40 cm. y las placas rectangulares, más pequeñas, con tamaños que rondan los 10 cm de lado (L.R. González 2007: 36). Muchos de los discos enseñan en su cara anterior diseños elaborados en líneas sobresalientes y por lo general, en la posterior, dos elementos fijos con forma de medio anillo para el amarre. Otros poseen agujeros en los bordes para su atadura, entre estos últimos son más comunes los discos lisos. En su mayoría se componen de aleaciones de cobre y estaño (L. R. González 2004: 242, 2007: 36). Ambrosetti dividió a los discos decorados de acuerdo con su diseño en cuatro series: 1) con figuras zoomorfas, 2) con figuras antropomorfas, 3) con figuras zoomorfas y antropomorfas, 4) con figuras antropomorfas completas (1904: 286). A. R. González, por su parte, realizó el más completo estudio sobre la cronología, historia y significación de las placas metálicas del NOA, en el que describe más de setenta ejemplares de discos tardíos (que incluyen casos de época incaica e hispano – indígena) a los que clasifica como a) Placas decoradas sólo con
Figura 7.2. Representación esquemática de los vestigios de aplicación de pintura roja en una campana de bronce. MEJBA, Col. Zavaleta, -25003-, procedente de Molinos.
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Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía
Figura 7.3. Clasificación de los discos tardíos de bronce según A. R. González (1992). a.: placas decoradas sólo con cabezas, (hay diversas variantes en esta clase), a.1: MEJBA N° 453-906-96-C-421, Cachi Adentro, Lám. 16 N° 194. a.2: MLP-AR-6995 BMB, comprado en Loconte, Lám. 20, N ° 207. b: placas decoradas sólo con ofidios, MLP-AR-3309 (Col. Museo), Lám. 23 N° 217. c: placas decoradas con cabezas antropomorfas y ofidios, MEJBA N° 4124-XV-e 422, Pcia. de Salta, Lám 25 N° 225. d: placas decoradas con guerreros con escudos, MVB, Col. Uhle N° V-C 1318, Chicoana, Lám 29 N° 240. e: placas decoradas con siluetas de animales sobre el borde, MB sin N°, Tolombón, Lám. 33 N° 256. f: placas con decoración en banda y centro liso, MAQ N° 2037, sin procedencia, Lám. 36 N° 264. Según información y láminas en A. R. González (1992).
Figura 7.5. Placa rectangular del Tambo de Catarpe. Izquierda anverso. Derecha: reverso. Museo de San Pedro de Atacama Nº 2. Tomada de A.R. González (1992: Lám. 42).
Figura 7.4. Aplicación de pintura roja y amarilla sobre áreas del diseño en discos de bronce. Izquierda: Disco Vázquez, Col. Guido Di Tella sin Nº, ¿valle del Cajón?, en base a fotografía en A. R. González (1977, Figura 292). Derecha: Col. Francisco Hirsch Nº 18, Pozo de Piedra, Belén, en base a fotografía en L.R. González (2004: portada).
NOA (Tarragó et al. 1997) (Figura 7.5). La distribución espacial de las placas rectangulares decoradas presenta diferencias importantes respecto de las circulares. Si bien hay hallazgos en los Valles Calchaquíes, la mayoría procede de ámbitos más norteños en la provincia de Jujuy, norte de Chile y sur de Bolivia.
Al igual que las campanas las placas circulares poseen una amplia distribución en toda el área valliserrana, habiéndose incluso registrado hallazgos en la llanura santiagueña (A. R. González 1992: 272).
A.R. González observa que a lo largo de los Períodos Temprano y Medio las placas metálicas en general tuvieron una distribución geográfica extendida en toda el Área Andina Meridional. Posteriormente, durante el Período Tardío se observa su concentración en el Noroeste Argentino, para volver a ampliarse su dispersión durante la época de expansión del Tawantinsuyu (A.R. González 1992: 121).
Las placas rectangulares decoradas son más pequeñas que los discos. Las hay con siluetas de animales sobre el borde y con siluetas de cabecitas humanas que sobresalen del lado superior, acompañadas por un par de animales enfrentados; aves o cuadrúpedos felinizados. Algunas poseen diseños formados por líneas en relieve en la cara “posterior”, otras son de caras posteriores lisas. Se registraron placas de este tipo en contextos incaicos muy alejados del área valliserrana como Catarpe y Turi en el norte de Chile, Cerro Baúl en el sur de Perú y Sacsahuamán en Cuzco, lo que llevó a plantear que su reconocimiento y valoración trascendía las fronteras del
Luego de una observación superficial se perciben varias similitudes entre placas tardías y campanas de bronce, de manera que se los identifica como expresiones de un
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino mismo estilo. Placas, tan-tanes y hachas elaboradas (Figura 7.6) comparten elementos figurativos, lo que establece un posible vínculo utilitario entre todas ellas en un contexto de prácticas rituales estructuradas alrededor de un núcleo de ideas comunes (A.R. González 1992: 8). También se pueden notar las afinidades que muestran estos metales con diferentes estilos cerámicos tardíos como Santa María, Belén, Quilmes Inciso y Famabalasto Negro Grabado, ya que todos ellos comparten algunos temas y diseños. De este conjunto cerámico el estilo que más puntos de contacto presenta con la metalurgia es el Famabalasto Negro Grabado. Algunos de estos paralelos ya han sido destacados en distintos textos (L. R. González 1992; Palamarczuk y Manasiewicz 2001; González y Tarragó 2004; Corbalán 2005) y sirvieron para la contextualización cronológica de los objetos de metal como propios del Período Tardío (A. R. González 1992).
7.2. Análisis iconográfico comparativo Campanas y placas tienen decoración en relieve. La técnica para realizar los dibujos consistía en el trazo de un diseño mediante incisión sobre el molde de cerámica refractaria aún en estado plástico, previo a su cocción. Luego el metal colado en los moldes rellenaba estas incisiones, de este modo los diseños se forman por líneas que sobresalen de las superficies de las piezas metálicas. Otra técnica para la representación de diseños se da en las placas circulares con siluetas de animales en el borde y en las rectangulares, con animales y cabecitas humanas en el borde. Observando estos diseños se reconocieron esquemas en la segmentación del espacio decorativo, composición y también los temas presentes a través de los mismos, que se presentan a continuación según cada categoría de artefacto. Campanas Los esquemas de segmentación del espacio se graficaron del mismo modo que para la cerámica Famabalasto Negro Grabado. Se agrega aquí para las campanas (luego se repite este ejercicio con la cerámica) una abstracción adicional que consiste en el dibujo de la disposición del diseño desplegando en un plano que se forma al “aplanar” la campana (tridimensional) desde su base. Esa proyección facilita la comparación con los discos y placas que son planos (Figura 7.7). Los patrones de segmentación se nombraron con letras y números de acuerdo al siguiente esquema: Variante A.1: guarda que bordea la totalidad de la pieza sin segmentación de campos. Variante A.2: guarda que bordea la totalidad de la pieza con el campo de diseño dividido en dos segmentos. Variante A.3: guarda que se limita a las caras más anchas de la pieza. Variante B: lectura del diseño por planos dos caritas (una en cada cara ancha de la pieza). Variante C: lectura del diseño por planos cuatro caritas (una en cada cara de la pieza). Variante D: ausencia de diseños.
Figura 7.6. Ejemplo de hacha tardía elaborada, con hoja y mango fundidos en una pieza. Colección Ministerio de Relaciones Exteriores, Buenos Aires. Dibujada en base a fotografía en L. R. González (2007: 39, Figura 8).
El corpus de imágenes de cerámica Famabalasto Negro Grabado reunido sirvió para conocer la gran variedad de diseños presentes en las guardas cerámicas. Como ya ha sido comentado, el agrupamiento de guardas en unos pocos conjuntos en función de sus semejanzas (grecas, rombos, óvalos, serpientes, suris, etc.) sirvió para observar la unidad presente en dicha diversidad. Las coincidencias en elementos de la composición como la simetría y el ritmo permitieron también reconocer en los diseños abstractos una identidad con temas figurativos, en particular con la serpiente. Se analizó también la disposición de los diseños de lo que surgió el reconocimiento de nueve esquemas de segmentación del espacio de diseño y un décimo patrón de superficies pulidas sin decoración incisa.
Los diseños se ubican siempre bordeando la abertura. En algunas piezas están formados por guardas limitadas por una doble línea paralela que no cubren una superficie muy extendida en la pieza. Los motivos se repiten en las guardas con predominio de movimientos de traslación, también hay un caso donde una serie de rostros trapezoidales se alternan siguiendo movimientos de rotación a 180º. Otras campanas poseen rostros que no están encerrados en guardas, que en algunos casos son bastante grandes y llegan a ocupar una superficie más amplia. En relación a los temas los diseños zoomorfos son el suri, en su variante con alas plegadas al cuerpo, similares a los presentes en el estilo Casa Morada y la serpiente con cuerpo contorneado en forma de “S” y dos cabezas. Los diseños antropomorfos se limitan a las variantes de rostros trapezoidales o hemi-ovales, con o sin cabellera enrulada y líneas paralelas por debajo del mentón). Estas caritas, frecuentes también en los discos, se han interpretado como representaciones de cabezas
A continuación se exploran en mayor profundidad los aspectos formales y temáticos del diseño en campanas y discos para luego compararlos con los correspondientes a la cerámica.
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Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía cercenadas (A.R. González 1992: 147). Luego hay una serie de elementos geométricos como óvalos y rombos enlazados, escalonados, líneas onduladas y ganchos, que remiten al tema de la serpiente a partir de su representación abstracta.
Variante D: cuatro caras opuestas. Variante E: cuatro caras opuestas y guardas de serpientes. Variante F: dos caras opuestas y dos guardas de serpiente en el borde, o bien en el borde y centro de la placa formando una “S”. Variante G: ausencia de diseños.
Figura 7.7. Variantes identificadas en la disposición de los diseños en las campanas de bronce. A1: MEJBA -25003-, Molinos (Ibarra Grasso: 1967: 574). A2: Jujuy (Ambrosetti 1904: 260, Fig. 67). A3: MLP-Ar3252 (Col. Museo), Calchaquí (?) (Márquez Miranda 1946: 225, Fig. 105b). A.4: EM, Col. Uhle, VC 1312, Carcil. B: MAEC, Nº 687 S3/V4, NOA (¿Salta?), (Gudemos 1998: 31, fotografía 6). C: 3711 MLP (Col. Calchaquí), Calchaquí (?) (Márquez Miranda 1946: 225, Fig. 105a). D: referencia en L.R. González (2007: 41).
Figura 7.8. Variantes en los esquemas de disposición de los diseños en las placas circulares o discos de bronce. Todos los calcos se tomaron de A.R. González (1992) A.1: Disco Vázquez, Col. Guido Di Tella sin Nº, valle del Cajón, Lám. 25, N° 224. A.2: MLP-Ar-6997 BMB, Corral Quemado, Lám.30, N° 244. B.1: MEJBA N° 4002/47-388, Calingasta, Lám. 35, N° 263. B.2: MB sin N°, Tolombón, Lám. 33, N° 256. C: Museum of the American Indian, N° 15-1491, Tolombón, Lám. 17, N° 197. D: MB sin N°, San Isidro, Lám. 19, N° 206. E: British Museum, Andalgalá, Lám. 27, N° 229. F.1: MEJBA, Col Zavaleta N° Z-9309; 904-123/4124, La Puerta de La Paya, Lám. 26, N° 228. F.2: MEJBA N° 4124-XV-e 422, Prov. de Salta, Lám. 25, N° 225. G: Museo Prov. de Santiago del Estero, Sequía Vieja, Lám. 10, N° 159. Según información y láminas en A. R. González (1992).
Discos En los discos los diseños están en una sola cara, se reconocieron los siguientes patrones (Figura 7.8): Variante A: sin división de campos con representación que puede ser única o doble. Variante B: la representación se limita al sector del borde y puede ser en relieve o siluetas de animales sobre el borde. Variante C: dos caras opuestas.
Al comparar la proyección en un plano de los patrones de segmentación de campanas y los de las placas queda muy claramente expuesto que se trata de los mismos patrones 211
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino placas la representación de cara humana flanqueada por dos felinos enfrentados. También hay piezas donde sólo hay animales que mantienen la simetría especular. La placa que identificamos como ejemplo del esquema D, con representación completa del cuerpo de un “guerrero” flanqueado por cuadrúpedos felinizados y aves es única en su clase.1
adecuados a diferentes formas y volúmenes del soporte metálico. Más allá de las diferencias que permiten identificar estos patrones hay un factor común a la mayoría de ellos (con excepción de las placas variante A) que es la ubicación de los diseños en los bordes, el recorrido visual del observador gira en torno a las periferias, de la misma manera que el borde de las campanas concentra el foco de la observación. Los diseños en las placas con esquema A, como el ejemplo con cara con peinado flanqueado por serpientes de la Figura 7.4 presentan simetría refleja. Algunos de los discos con dos escutiformes también muestran simetría refleja, mientras que en otros se aprecia la traslación. Los diseños ubicados de acuerdo al patrón B se estructuran de acuerdo con movimientos de traslación. En los patrones C, D y E las cabezas se trasladan alrededor del borde de la placa, lo que se percibe también por su ubicación en puntos opuestos de una superficie plana (dos o cuatro según el caso) como una simetría refleja.
Si se comparan los esquemas de estructuración del diseño, se aprecia que placas circulares y campanas comparten una misma lógica en la mayoría de las piezas, con guardas, limitadas por líneas dobles paralelas, ubicadas en el borde o repetición por traslación de motivos (en particular el rostro humano) también ubicados en el borde.
1 Este interesante ejemplar fue clasificado por A. R. González como Placa rectangular decorada y dentro de estas en el grupo de las Placas complejas del Período Medio. Según nos relata González, fue obtenida por J. B. Ambrosetti en la localidad de Tolombón, quien la donó al Museo Nacional de Buenos Aires, por lo que debió pasar a las colecciones del Museo Etnográfico, sin embargo este autor no pudo localizarla allí. Sin dudas esta placa muestra afinidades con las placas complejas, tanto circulares como rectangulares que se consideran propias del Período Medio. Fundamentalmente la representación del personaje central con el cuerpo completo, extremidades reticuladas y dedos curvos; los felinos al costado de la cabeza, aves a los costados del cuerpo y círculos en el sector inferior. Se trata a todas luces de la representación de un mismo tema compuesto. Sin embargo, como notara González, la manera en que se ha representado el cuerpo del personaje la separa de este grupo. Por tal motivo este autor considera que esta placa sería más tardía -del final del Período Medio- que el conjunto principal de placas con personaje central. El guiloche que decora la banda izquierda del uncu del personaje -y que aparece en los cuerpos de serpientes de las placas tardías- es uno de los motivos que se repiten también en la cerámica Famabalasto Negro Grabado. En verdad las tres guardas que adornan la vestimenta del personaje están presentes de manera recurrente en este estilo cerámico, de manera que no estamos ante la presencia de un elemento aislado que podría resultar altamente ambiguo, sino que se trata de una conjunción de tres elementos propios de este estilo, que, como sabemos, es propio de momentos bastante más tardíos en la secuencia del NOA. En atención a estas observaciones consideramos que dicha placa es contemporánea al estilo FNG, por lo tanto la enmarcamos en la época tardía. Otras placas rectangulares tardías del NOA, si bien poseen una estructuración del diseño similar (felinos a ambos lados de la cabeza antropomorfa), no representan al personaje de cuerpo completo, sino sólo a través de su cabeza. Sin embargo, la representación de guerreros de cuerpo completo es parte del vocabulario iconográfico del Período Tardío e Imperial, tanto en placas circulares como en el arte rupestre y la cerámica. Otros elementos que nos invitan a revisar la adscripción cronológica de esta placa son las semejanzas que muestran los felinos con los felinos presentes en otras placas consideradas del Período Tardío o Imperial (forma del cuerpo y patas, cabeza de perfil) y la clase de hacha triangular que porta el personaje, también propias del Período Tardío o Imperial (A. R. González 1979b). En relación a este último punto es muy interesante constatar que en otras placas complejas tanto circulares como rectangulares, dentro del grupo típico del Período Medio, también se ha representado a este mismo personaje portando otro tipo de hachas con gancho consideradas mucho más tardías que la cronología de las placas donde se las representó (véanse ilustraciones en A. R. González 1992 lám. 15 Nº 190; lám. 40 Nº 339. Al respecto comenta González en una nota del citado trabajo:
Los temas representados en los discos son más diversos que en las campanas: zoomorfos (suris, lagartijas, serpientes, felinos, “chinchillones”) y antropomorfos (cabezas hemi-ovales, escutiformes) y se aprecia una mayor diversidad en los motivos. En muchos casos hay combinaciones de cabezas y serpientes. Los diseños geométricos (óvalos concéntricos, rombos concéntricos, escalonados, volutas, zig-zag) son abstracciones que remiten al tema de la serpiente, como puede comprobarse al observar la repetición de esos diseños geométricos también en el interior del cuerpo de las serpientes en los discos. Placas rectangulares En las placas rectangulares los diseños son más limitados. Se distinguieron cuatro tipos básicos de disposición de los diseños (Figura 7.9): Variante A: los diseños se limitan a una banda superior y pueden ser en relieve o calados. Variante B: igual a la interior, pero con representaciones en la superficie posterior que pueden ser únicas o dobles. Variante C: los diseños se recortan en la cara superior y en las laterales. Variante D: Diseños en relieve y calados en la banda superior que se continúan con diseños en relieve ocupando el anverso. Con relación a los temas representados, son comunes las siluetas ubicadas en la parte superior de la placa, de un rostro humano (trapezoidal o hemi oval) acompañado con dos animales enfrentados, ubicados sobre sus hombros (suris, cuadrúpedos felinizados). Esta clase de cuadrúpedos con atributos mixtos fueron alternativamente reconocidos como chinchillones, felinos o lagartos (A.R. González 1992: 115). También hay un ejemplar con tres rostros humanos en línea. Hay placas rectangulares con diseños sobre una sola de las caras o bien sobre ambas. En estas últimas el diseño del anverso lo forman las mencionadas figuras recortadas en el borde superior y en el reverso hay diseños antropomorfos (caras y escutiformes), zoomorfos (lagartijas), combinación de cabeza humana y serpiente y de cabeza humana y volutas (A.R. González 1992, Lámina 42). Se repite en varias
“La circunstancia de que estas hachas se hayan encontrado hasta ahora sólo en contextos tardíos y que sin embargo aparezcan representadas en especímenes del Período Medio, crea un problema cronológico difícil de resolver por el momento. La gran dificultad estriba principalmente en la escasez de placas halladas en excavaciones científicas.” A. R González 1992:108).
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Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía La analogía entre placas rectangulares decoradas y discos con el tema del “personaje de las manos vacías” y el “sacrificador” del Período Medio es manifiesta. Al respecto A. R. González dice:
El esquema C descripto para placas rectangulares también se asemeja al B de los discos o A de las campanas, pero la estructuración es diferente porque los animalitos calados se ubican siempre de acuerdo a una reflexión especular. La reflexión especular (a veces con un personaje humano central figurado a partir de su cabeza como eje de la simetría) parece ser el esquema predominante en placas rectangulares y esto marca otra diferencia significativa con los discos y campanas. Es notable que en las campanas como la de la Figura 7.1, 13 que poseen en común con las placas rectangulares decoradas el tema de la cabeza antropomorfa flanqueada por suris, éstos se repitan de acuerdo a un movimiento de traslación. La simetría es diferente.
“En conjunto todo parecería indicar que este tipo de placas rectangulares serían una simplificación tardía de las placas rectangulares complejas del final del Período Medio del Noroeste Argentino, cuyo arquetipo serían las placas que reproducen imágenes del “sacrificador” como la ilustrada en la lám. 40,342, de la que subsistieron el rostro antropomorfo central, las figuras zoomorfas acompañantes y uno de los rasgos identificatorios del “sacrificador”: la cabeza cercenada.” (A. R. González 1992: 120).
En relación con los sentidos profundos detrás de las lógicas de estructuración de los diseños es interesante el trabajo de González Carvajal (1998) en donde la autora observa la reiteración de los elementos de simetría propios de la cerámica Diaguita Chilena en vasijas Diaguita-Inca y vincula dicha estructuración con las creencias aymara que rigen los principios de organización de la cosmovisión.
Al comparar la iconografía en la cerámica FNG y los metales surgen varios paralelos que se detallan a continuación. Técnica de diseño El primer paralelo se encuentra en la técnica mediante la cual se trazaron los diseños. En ambos casos se trata de la incisión sobre el barro modelado, en el primero directamente sobre el objeto en sí -la vasija- en el segundo sobre los moldes de fundición. De esta manera se puede considerar a un grupo como contrapartida o complemento del otro; diseños incisos en la cerámica y diseños que sobresalen en los metales. En este paralelo se descubre una misma manera de hacer los diseños. Superficies pulidas en el Famabalasto Negro Grabado y superficies metálicas brillantes son resultado de distintas técnica de producción que llevan a un efecto común, el de reflejar la luz.
El de la relación entre aspectos de la simetría y elementos de identidad y cosmovisión grupal es un tema de abordaje complejo, por otro lado hay algunos discos con simetría especular en los diseños, por lo que no se pueden trazar límites distintivos netos entre placas rectangulares y circulares en ese aspecto. No obstante queremos hacer hincapié en que la distribución geográfica de las placas rectangulares es distinta de la observada para los discos y campanas tardías lo que podría relacionarse con un sistema de producción diverso respecto de estas últimas.
Figura 7.9. Variantes en la estructuración del diseño en las placas rectangulares de bronce. A.1: MEJBA N° 27-578, Los Amarillos, Qda. de Yacoraite, Lám. 42, N° 363. A.2: EM, Col. Uhle, VC 11340, Río Negro, Casabindo, Lám. 41, N° 350. A.3: MLP-Ar-6186 BMB, Puerta de Corral Quemado, Lám. 41, N° 357. B.1: Museo de San Pedro de Atacama N° 2, Lám. 42, N° 360. B.2: sin procedencia, Lám. 42, N° 361. C: MAQ N° 1844-9, Belén, Lám. 43, N° 366. D: ¿MEJBA? sin Nº, Tolombón, Lám. 40, N° 342. Según información y láminas en A. R. González (1992).
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino escutiforme. En las campanas la representación humana se limita, aparentemente, a las cabezas, que es también el tema más recurrente, mientras que en los discos hay también escutiformes. El único caso de escutiforme en la cerámica FNG cruza, por las formas del cuerpo, cara y presencia de un arma, con otros guerreros diseñados en las placas y también con los que caracterizan a la cerámica Santa María de la fase IV que se asocian a momentos tardíos en la secuencia local (Podestá y Perrotta 1973).
Patrones de segmentación de campos y configuración de los diseños Se reconocieron en la cerámica Famabalasto Negro Grabado patrones coincidentes por completo con los observados en los metales (1 y 10 o ausencia de diseño) y otros que son sólo reminiscentes (7 y 8) (Figura 7.10). Muchos de los objetos metálicos tienen en común con la cerámica Famabalasto Negro Grabado la ubicación del campo de diseño en la parte superior o periférica (borde), de manera que en estos casos el foco de la observación coincide en un mismo punto de las piezas. Un rasgo típico de la cerámica FNG es el diseño de dos líneas paralelas que delimitan las guardas ubicadas en el borde. Esta modalidad se repite en muchos discos (con “decoración en banda y centro liso”) y también en campanas. Debido al principio de cuatripartición que rige su diseño los patrones 7 y 8 en la cerámica Famabalasto Negro Grabado, por su cuatripartición son reminiscentes de los discos y campanas con cuatro caras humanas. Por último hay vasijas, campanas y discos sin diseños, este también es un punto común de interés para la comparación. La pieza N° 153 de la muestra FNG (Lámina 26) es la única vasija con un escutiforme. Ya se llamó la atención sobre la particular disposición espacial del personaje, como saliendo de la guarda de rombos. En ese ubicarse “por fuera” se intuye un elemento significativo. Se puede trazar un paralelo con la manera en que se dispone la cabeza humana en la guarda de la campana 7.1.9, que está sobresaliendo de la guarda. Ya se ha destacado el predominio del movimiento de traslación y de traslación y rotación en la cerámica FNG, en la que son muy raros los casos con reflexión. En este punto se aprecian coincidencias en particular con las placas circulares y campanas, mientras que las placas rectangulares se caracterizan por la simetría refleja. Similares cualidades rítmicas y armónicas en la sucesión de los motivos se destacan con los discos y campanas de patrón A. Al estudiar la cerámica se destacó que los diseños zoomorfos como el suri y el batracio se repetían según un movimiento de traslación siempre hacia la derecha, es interesante que el mismo principio dirija la representación de los felinos o chinchillones y aves en la mayoría de los discos con siluetas de animales sobre el borde, así como en los suris de la campana de la Figura 7.1.13.
Figura 7.10. Patrones de segmentación del diseño en la cerámica Famabalasto Negro Grabado que se asemejan a los observados en objetos de bronce.
Un elemento muy repetido en el FNG y que está llamativamente ausente en los metales es la figuración de circulitos, tan reiterada en la cerámica y sólo observada para marcar las motas y los ojos de los felinos o chinchillones en las placas. Los chinchillones o cuadrúpedos felinizados no aparecen en la cerámica, con excepción de los ejemplos de felino modelado que poseen un tratamiento plástico por completo diferente. Se destacan algunas coincidencias en los modos de representación, como las maneras de dibujar las cabezas de serpientes y anfisbenas y los cuerpos con movimientos ondulantes. Es notable que del conjunto de serpientes registradas en la cerámica FNG sólo un caso posea rombos en el cuerpo (la mayoría posee círculos). En los discos, en cambio, los rombos y óvalos encadenados (que son diseños geométricos muy repetidos en la cerámica FNG) son los elementos preferidos para los cuerpos de serpientes. Estos cuerpos se dibujan ondulantes como en la cerámica. Si bien no se realizó aquí un análisis cuantitativo, es evidente que las serpientes con una o dos cabezas, con cuerpos ondulantes y con rombos, óvalos,
Temas y diseños Considerando los diseños incisos, en la cerámica Famabalasto Negro Grabado hay una mayoría de piezas donde sólo hay diseños geométricos, cuando los motivos son figurativos el tema que predomina es el de la serpiente y luego suris, antropomorfo y batracio, que aparecen en muy pocas piezas. Estos temas se reiteran también en los objetos de metal, aunque en frecuencias diferentes. Los temas antropomorfos (cabezas y escutiformes) y sus combinaciones con serpientes, felinos y suris se repiten con una insistencia en los metales no observada en la cerámica, puesto que sólo existen en la muestra cerámica dos ejemplos de cabecitas y un 214
Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía rayas y escalonados en su interior aparecen en muchos discos y son los diseños que permiten hermanar al metal y la cerámica con más fuerza. Diseños geométricos de óvalos y rombos encadenados son otro nexo fuerte, en especial con las campanas.
miembros de la comunidad o existieron limitaciones respecto de las personalidades que pudieron emplearlos? ¿Qué roles jugaron la cerámica Famabalasto Negro Grabado y los bienes metálicos (discos, campanas, placas rectangulares) en la vida cotidiana?
7.3. Algunas reflexiones acerca de las similitudes y diferencias observadas
Como ha podido verse a lo largo de los capítulos los hallazgos cerámicos ofrecen mayores posibilidades de análisis contextual. La distribución intra sitio de vasijas y fragmentos de estilo FNG es generalizada en los diferentes sectores de los centros poblados de Yocavil. En base a estos datos se postula que la cerámica sería un bien de amplio acceso que las diferentes unidades sociales y personas podían poseer o utilizar. Es decir que su relativamente baja frecuencia y contrastes estéticos con otros estilos cerámicos contemporáneos no habilitan a definirlo como un bien de elite empleado para el establecimiento de distinciones jerárquicas entre diferentes grupos al interior de las comunidades, aunque bien podría ser una clase de objetos suntuarios, percibidos como especiales, pero de acceso generalizado. Las cerámicas desempeñaron roles en diferentes situaciones de la vida cotidiana, no se sabe si en el uso como recipiente para el consumo diario de alimentos o sólo en ocasiones especiales, pero sí al menos en la posibilidad de su observación en los ámbitos domésticos y comunitarios, como lo evidencian los fragmentos dispersos en los asentamientos e inclusive los fragmentos reutilizados como herramientas, por ejemplo los pulidores elaborados con vasijas rotas.
A partir de la comparación han quedado expuestas las semejanzas entre la cerámica Famabalasto Negro Grabado y las placas y campanas ovales de bronce. Uno de los paralelismos más importantes se establece a partir de una misma concepción en el manejo de los espacios donde los diseños fueron plasmados. Es decir, una serie de principios estructurales compositivos compartidos. Se debe agregar el uso que comparten de una técnica de incisión en el trazo de los diseños y la existencia de varios temas, modos de representación y configuraciones en común. Ambos conjuntos tienen además sus superficies lustrosas o pulidas. Por último, un interesantísimo rasgo en común está dado por la aplicación de pinturas. En la alfarería FNG existen ejemplos con pintura roja y en los metales se aprecian aplicaciones de pintura roja y amarilla. En ambos casos se trata de unturas posteriores a la elaboración que no son necesariamente terminaciones de la pieza en su contexto de elaboración, sino que pudieron aplicarse en diferentes situaciones, inclusive vinculadas a los momentos de su desempeño en contextos rituales. Estos rasgos considerados en conjunto son los que posibilitaron plantear la existencia de un complejo estilístico.
La cerámica Famabalasto Negro Grabado fue importante también en los rituales funerarios, como lo indica su presencia en el interior de tumbas de niños y adultos. Los metales que aquí se han considerado plantean una situación distinta. Por un lado la situación de hallazgo de la mayoría de ellos es desconocida más allá de la información sobre procedencia. Son muy escasos los registros de hallazgos de estos objetos. En particular se refirió la presencia de discos en tumbas (Ambrosetti 1907; A. R. González 1992), también está el interesante caso de un fragmento de campana recuperado en un sector del poblado de Rincón Chico vinculado a actividades ceremoniales públicas, al pie de un megalito (González y Doro 2004). Por otro lado su distribución espacial, considerando una escala geográfica amplia, es diferente a la de la cerámica Famabalasto Negro Grabado y trasciende con amplitud los límites observados para esta. En particular, en el caso de las placas rectangulares, aunque estas son las que plantean menores semejanzas con la cerámica; se ha destacado en la comparación estilística que discos y campanas son los que muestran mayores paralelos con la alfarería FNG. Debido a la gran cantidad de energía y conocimientos especializados que requería su elaboración se considera que estos bienes metálicos, tanto costosos como valiosos, no eran accesibles a la mayoría de la población.3 Estaba reservada
Sin embargo del análisis surge también una notable diferencia relacionada con la distinta frecuencia en que ciertos temas aparecen en la cerámica o en los metales. En concreto los temas antropomorfos de guerrerossacrificadores y cabezas humanas cercenadas, que son muy comunes en los metales y que sólo traspasan con timidez el campo de la cerámica. Esta selección diferencial de temas entre dos categorías artefactuales estilísticamente afines no es casual. Los metales y la cerámica Famabalasto Negro Grabado se vinculan, no sólo en virtud de sus semejanzas formales, pues se plantea que estas cerámicas, que eran a la vez estéticamente destacadas y particularmente apropiadas para el consumo y exhibición de bebidas y alimentos como lo sugiere la insistencia en la elaboración de la forma puco de medianas dimensiones, no aptos para usar sobre el fuego- pudieron emplearse en algún punto de su historia, en contextos ceremoniales y festividades que integraban a la comunidad, en los que los objetos de metal podían intervenir.2 ¿De qué manera se conjugaban estos objetos de cerámica y metal en las festividades? ¿Qué diferencias hay con respecto a este uso en los dos tipos de bienes? ¿Podían ser usados por todos los 2 Fragmentos cerámicos de estilo Famabalasto Negro Grabado que sufrieron exposición accidental al fuego luego de su descarte en áreas donde se sucedían depósitos de basura y actividades de combustión, en el sitio RCh15 de Rincón Chico, presentan una importante alteración, las paredes se expanden y desmigajan como un hojaldre. Esto muestra lo inapropiado de esta alfarería para su uso sobre el fuego.
3 Conviene recordar aquí que existen otros ítems de metal cuya producción (manufactura, organización del trabajo, distribución, uso) pudo ser por completo diferente a la que se infiere para discos, campanas y hachas elaboradas.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino que los metales jugaron también roles extralocales importantes. Asimismo la participación de ambos grupos de bienes en la vida cotidiana fue disímil, al integrar la cerámica también aspectos de la vida cotidiana.
a las elites político-religiosas la posibilidad de su exhibición pública ritualizada, jugando un papel importante en la reproducción del orden social (L. R. González 2004). Esta presunción respecto del valor social de discos y campanas no se funda exclusivamente en la ponderación de sus costos de producción o su escasez. De la información histórica, aunque fragmentaria y limitada en cuanto a la demarcación del contexto espacio temporal al cual hace referencia, se desprende que en la época tardía los cayles eran bienes valorados y venerados que servían para el establecimiento de conexiones con las fuerzas superiores a través de rituales.
Hasta aquí se ha expuesto una desigual representación simbólica de la violencia entre categorías de artefactos que definimos como integrando un mismo complejo estilístico. Pero ¿qué ocurre a nivel de las prácticas sociales concretas vinculadas con la violencia en la región? Queda aquí pendiente una indagación profunda del tema, sólo se destacan algunas líneas. Existen algunos elementos más allá de las representaciones iconográficas que están mostrando la práctica del cercenamiento de cabezas en el ámbito calchaquí. Por ejemplo el caso de Barranca Larga, en Tinogasta donde se halló una cabeza envuelta en un tejido grueso, a su vez tapada con una tela más fina, que podía ser una manta o un poncho, sobre la cual había una capa de hojas de gramíneas en el interior de una urna antropomorfa tapada con un puco Sanagasta. El cráneo, que era de un individuo adulto masculino y mostraba ablación en su parte inferior (Cigliano 1965).
Muchas de estas piezas de metal son grandes, apropiadas para ser vistas –y oídas, para el caso de las campanasaún en cierta distancia. Se han reconocido en diferentes centros poblados tardíos espacios con instalaciones diseñadas para servir a situaciones de congregación de público, como plazas formalizadas con arquitectura y plataformas integradas visualmente a las primeras (Tarragó 1995; Reynoso 2003). El escenario de su exhibición podría ser entonces el de festividades y ceremonias, momentos de integración comunitaria, en los que sólo algunas personas o grupos pudieron emplear y mostrar los metales en tanto que las cerámicas habrían circulado de mano en mano entre los congregados para las libaciones y el consumo de alimentos. De esta manera el complejo estilístico formado por estos objetos de bronce y la alfarería FNG pudo actuar en la integración colectiva a través de su empleo en festividades comunitarias, como también puedo actuar paralelamente en la delineación de distinciones de índole jerárquico, al participar la comunidad toda de su consumo, aunque de un modo diferencial. Considerando esta hipotética situación la selección de los signos relacionados con simbolismos de la violencia, como lo son las figuras de personajes con corazas y portando armas y las imágenes de cabezas cercenadas plasmadas especialmente en los metales, plantea distintas posibilidades. Por un lado considerando la funcionalidad de los pucos, sería posible que no fuera apropiado incluir dichas representaciones en la vajilla destinada al consumo de alimentos. Por otro lado, teniendo en cuenta las diferentes posibilidades de acceso social planteadas para estos bienes puede estar mostrando cómo el manejo de esta simbología de los guerreros-sacrificadores y cabezas cercenadas estuvo reservado en ciertos contextos a algunas personas en particular, aquellas que ostentaran los metales en los ritos.
Otros casos son las diferentes tumbas tardías excavadas por Weiser y Wolters en la zona de Hualfín donde aparecen cuerpos de individuos adultos enterrados sin sus respectivas cabezas (Wynveldt 2006). Al presentar los contextos funerarios con cerámica Famabalasto Negro Grabado se comentó un entierro en Rincón Chico 21, Cámara 13, de época Hispano-Indígena que contenía los esqueletos de dos adultos jóvenes con flechas clavadas en sus cuerpos y una cabeza y un sacro que representaban sólo parte del cuerpo de otros dos individuos. ¿Se trata de cabezas de ancestros, de enemigos o inclusive de enemigos transformados mediante prácticas específicas en ancestro? (Arnold y Hastorf 2008: 229-230). Es un apasionante tema que involucra a las comunidades andinas a lo largo de una larga historia y que las investigaciones sobre funebria quizás permitan conocer en mayor profundidad para el caso concreto de los valles calchaquíes. Las semejanzas formales entre la cerámica FNG y los discos y campanas, lleva a profundizar la reflexión acerca de la valoración social de la cerámica y el análisis contextual es importante para lograr una mayor comprensión. En ese sentido son muy sugerentes los hallazgos de discos en contextos funerarios. En una cista de Chiquimil (Shiquimil) con al menos ocho individuos se encontró un disco liso, posiblemente de plata, que estaba colocado sobre el pecho del último difunto enterrado (A. R. González 1992: 45 y Lámina 8). En otra cista de La Paya la cabeza de una de las dos personas enterradas estaba cubierta con un disco con dos cabecitas enfrentadas (A. R. González 1992: 68 y Lámina 21). Ambos hallazgos tienen puntos de contacto con la notable cista de Shiquimil (caso 20 en el Capítulo 6) que contenía diez esqueletos, el último en ser ingresado a la sepultura tenía cubierta la cabeza con un puco Famabalasto Negro Grabado invertido. Observando la manera en que se colocaron los discos en las anteriores tumbas (individuo superior, sobre el pecho y sobre la cabeza) este hallazgo
Así se va bosquejando un panorama que permite comprender cómo los discos, campanas y placas decorados son bienes suntuarios no sólo por su escasez y elevado costo de producción, sino en gran medida por los temas (mensajes) que transmiten en contextos de uso peculiares. La mayor amplitud en su distribución regional, a una escala mucho mayor a aquella en la que circularon los objetos cerámicos Famabalasto Negro Grabado puede evidenciar las estrategias de alianzas para la reproducción de las jerarquías de elite regionales. De esta manera cerámica y metales participaron en actividades político-ceremoniales a escala local, a la vez 216
Capítulo 7. Comparación con la metalurgia de época tardía adquiere un nuevo sentido a través del paralelo en algunos usos funerarios de discos y cerámica. El análisis comparativo lleva a una última reflexión, esta vez vinculada con la cronología de discos y campanas de la época tardía. Como se ha comentado ésta se estableció a partir de cruces estilísticos y de algunos hallazgos con registro de asociaciones. Es factible que los elementos que integran el complejo estilístico postulado posean similares trayectorias en el tiempo. Como cierre se deja planteada una hipótesis de trabajo. La metalurgia Santamariana - Belén caracterizada por las placas circulares y campanas de bronce tuvo una trayectoria temporal similar a la que se postula aquí para el Famabalasto Negro Grabado. Los objetos de metal, tanto por su consideración como objetos suntuarios, como por su menor fragilidad, tuvieron una mayor perdurabilidad y continuaron circulando por más tiempo, aún luego de la discontinuidad en su elaboración.
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CAPÍTULO 8. EL ESTILO FAMABALASTO NEGRO GRABADO EN PERSPECTIVA REGIONAL E HISTÓRICA de alguna u otra manera se abordaron a través de este estilo y también para considerar los importantes aportes que a veces de manera injusta van quedando olvidados.
A lo largo del trabajo se ofreció una caracterización amplia de la cerámica Famabalasto Negro Grabado, un estilo de la época tardía, estéticamente llamativo por los contrastes que plantea con otras cerámicas contemporáneas, que circuló de modo diferencial en un amplio espacio del noroeste argentino que comprendía los valles de Santa María o Yocavil, valle del Cajón, Hualfín, Andalgalá, Tafí, área pedemontana oriental de Tucumán y valle Calchaquí, con un significativo mayor énfasis en el sector centro sur de Yocavil. La caracterización se basó tanto en información publicada como también en nuevos datos generados a partir de diferentes líneas de análisis.
Se presentan luego brevemente los estilos cerámicos de la época tardía destacando en particular los diferentes grados de avance en la ubicación espacial y temporal de las variantes. En este punto algunas líneas laterales de estudio desarrolladas de manera complementaria con este trabajo sirvieron para avanzar en la definición espaciotemporal de otras modalidades estilísticas, por ejemplo las urnas Negro sobre Rojo tardías de Yocavil (Marchegiani et al. 2007), los pucos negros pulidos del valle Calchaquí y las variantes Santa María de tres colores. La observación de otros estilos contemporáneos y sus trayectorias es otro de los elementos que aportan a la contextualización del estilo Famabalasto Negro Grabado, en tanto todos ellos en conjunto conformaban un mismo sistema.
La investigación se encuadró, desde una visión materialista, alrededor de los conceptos de producción y estilo con un enfoque que calificamos como “contextual”. Se consideró al estilo cerámico como unidad de análisis útil para la indagación de temas históricos, organizativos y del campo de la significación de las sociedades que lo producían. De acuerdo a una óptica integral que incluye tanto los aspectos tecnológicos, como la morfología y los diseños, se entiende al estilo como el producto de las acciones desarrolladas por personas con sus particulares creencias, valores y conocimientos que forman parte de comunidades, con sus propias trayectorias y tradiciones. Es el resultado particular del proceso productivo plasmado en bienes, en este caso cerámicas, que poseen los rasgos específicos que le confiere la situación individual, social e histórica en el que se desarrolla. El concepto de producción que se manejó involucra el conjunto de los aspectos tecnológicos y organizativos relacionados con la elaboración, los mecanismos sociales de su distribución y del uso-consumo de los objetos.
En la tercera parte de ese capítulo se muestra la distribución a nivel regional y al interior de los centros poblados tardíos para los que hay datos hasta el momento, lo que permite ofrecer un panorama de las tendencias en la manifestación espacial del FNG. La distribución geográfica del estilo abarca una extensa región que comprende los ámbitos de las tradiciones Santa María y Belén, allí se han hallado en los poblados locales de modo recurrente fragmentos y vasijas del estilo. En menor medida estuvo presente también en sitios incaicos en esas zonas, al igual que otros estilos locales. Esta información extiende la cuestión de la referencia cultural del estilo, ya que éste no se circunscribe al ámbito de una cultura arqueológica o desarrollo regional exclusivo.
En primer término se realizó en el Capítulo 1 una presentación general de las características de la época tardía, que comprende los tradicionales períodos Tardío o de los Desarrollos Regionales, Incaico e Hispano – Indígena, en los Valles Calchaquíes, para ubicar en un marco temporal e histórico amplio esta producción cerámica. Se buscó destacar en paralelo algunos problemas de la arqueología regional, como por ejemplo el desbalance en el actual conocimiento de diferentes épocas de la historia de los pueblos prehispánicos. En particular eso ha ocurrido en el valle de Yocavil, donde existió un énfasis hacia los estudios de las sociedades tardías (Scattolin 2000), lo cual limita la comprensión de los procesos históricos regionales en una escala temporal amplia, imprescindible para quitar estatismo a la visión que aporta la arqueología sobre los pueblos tardíos.
Paralelamente se notaron diferencias en la distribución al interior de esos ámbitos. En el caso de Belén ésta se concentra en Hualfín, mientras que en otras áreas no habría circulado con la misma intensidad. En el caso de Santa María, considerando la distinción de tradiciones regionales en el estilo cerámico Santa María (Caviglia 1985) se destaca una importante correlación, por la frecuencia de hallazgos, con el área de la Tradición Yocavil. En el área de la Tradición Calchaquí (valle Calchaquí centro y norte), donde son frecuentes otra clase de cerámicas negro pulidas, el estilo Famabalasto Negro Grabado circuló con una notable menor intensidad. En el área de la Tradición Santa Bárbara (quebrada de Las Conchas) hubo también una producción de pucos negros pulidos sin decoración incisa, la circulación del Famabalasto Negro Grabado debió ser allí también muy poco frecuente y no se conocen aún hallazgos. Junto con el FNG, estos pucos negros participan de una muy extendida tendencia de época en la producción de alfarerías negras. Para el sector de la Tradición Valle Arriba (extremo norte de Yocavil y sur del valle Calchaquí) se ha comentado que el estilo está presente
En el Capítulo 2 se repasaron los antecedentes específicos en la investigación del estilo Famabalasto Negro Grabado organizando la exposición según un criterio secuencial en el tiempo. Esto sirvió para poner en relieve la disparidad de las creencias asociadas a esta cerámica en el ámbito arqueológico, para destacar las diferentes temáticas que
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Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica con restos de yeso y hematita en Rincón Chico RCh 15, pigmentos y un puco crudo inciso en el recinto C44 de La Ventanita de Fuerte Quemado y un fragmento FNG de cocción defectuosa en Las Mojarras 1 - Augier). Lo interesante es que en estos lugares hay también importantes evidencias de producción metalúrgica, lo que puede estar mostrando una integración espacial de actividades de manufactura metalúrgica y alfarera.
pero la intensidad de su circulación plantea dificultades por el momento. En relación a una incongruencia notada entre los hallazgos, abundantes y espacialmente extendidos, de fragmentos FNG en las localidades de El Pichao (Sjödin 1998, 2001) y Tolombón (Williams 2003), y la casi completa ausencia de vasijas FNG con esas procedencias en las colecciones de museos se esbozaron algunas posibilidades que no se excluyen mutuamente. Por un lado es muy factible que haya problemas en la identificación de las procedencias de objetos en algunas colecciones antiguas de museos, vasijas oriundas de estas localidades arqueológicas podrían figurar en los catálogos como propias de otros lugares.1 Otra posibilidad que habría que considerar es que en esa zona el uso funerario del estilo haya sido menos importante. Consecuentemente la acción de huaqueros, especializados en cavar tumbas, no habría producido colecciones ricas en ese estilo.
En el Capítulo 3 se analizan distintos aspectos de la tecnología alfarera. Se identificaron técnicas, características de los materiales y modalidades de manufactura y se evaluó su distribución en el ámbito regional. En base al estudio petrográfico de 59 cortes delgados de vasijas oriundas de distintos sitios de Yocavil, Tafí y el valle del Cajón se planteó un esquema clasificatorio de pastas cerámicas que incluye hasta el momento ocho estándares, que representan conjuntos de vasijas con similares características de pasta y cuatro conjuntos de mayor nivel, a los que se llamó variedades. Éstos son agrupamientos de estándares según alguna conducta tecnológica en particular que ellos representen, por ejemplo el trabajo con barros puros o el agregado de antiplásticos de tipo clástico. El mayor nivel inclusivo en la clasificación involucra a todas las variedades en dos clases, según éstas tengan o no, tiesto molido incorporado. Este criterio clasificatorio se basó en el conocimiento acerca de la importancia del tiesto molido como una tradición tecnológica de larga data que caracteriza a diversos estilos alfareros tardíos en Yocavil (Schwartz 1991; Piñeiro 1996, 1997; Palamarczuk 2002).
Entonces, si bien la distribución espacial está extendida en el ámbito calchaquí, ésta se da con diferentes intensidades en cada área, lo que coincide en parte con la demarcación espacial de tradiciones postulada por Caviglia para las urnas Santa María. La amplia dispersión de los fragmentos de alfarería FNG en los centros poblados tardíos de Yocavil y también en la zona del piedemonte al norte de Tucumán y Tafí indica el empleo de estas vasijas en una multiplicidad de ámbitos comunitarios, sus usos no se limitaban al ritual funerario.
El estudio petrográfico confirmó la correspondencia entre los tipos de inclusiones en las pastas cerámicas y la geología regional, información que contribuye a identificar a las vasijas como resultado de producciones locales (a nivel de la región). Surgen también observaciones de interés en cuanto a la distinción de rasgos de la manufactura. Una cantidad cercana al 50% de los casos estudiados posee un bajo porcentaje de inclusiones (hasta un 6 %) y corresponden a cerámicas sin agregados de antiplástico. Pero se observaron algunos ejemplares que llegan a contener cantidades superiores al 30 %. Se computó la incorporación de tiesto molido en el 42% de las vasijas, un elemento que hasta el momento no había sido apuntado en los estudios de pastas Famabalasto Negro Grabado. El tiesto molido se presenta en diferentes proporciones, desde una cantidad mínima, hasta un 20%. Cabe preguntarse si el agregado de tiesto molido a las pastas estuvo orientado al logro de alguna característica de desempeño del material cerámico o si fue el resultado de una pauta cultural que no necesariamente se vincule a la búsqueda de una característica de performance específica. En particular son llamativos los casos donde el tiesto molido incorporado es sumamente escaso. La tradición alfarera del tiesto molido, característica de las cerámicas del Período Tardío en Yocavil y alrededores se manifiesta también entonces en el estilo FNG.
A juzgar por los análisis cuantitativos de fragmentos en algunos poblados tardíos de Yocavil, y el tamaño reducido de la muestra de vasijas enteras obtenida luego de una intensa búsqueda en depósitos de museos (en total la muestra considerada se compone de 209 vasijas enteras y 258 en estado fragmentario), el Famabalasto Negro Grabado fue un estilo comparativamente minoritario. Sin embargo, no se trata de una “rareza”, en muchos contextos la cuantificación de fragmentos demostró que en diferentes ámbitos (áreas domésticas, espacios de congregación de público o “plazas”, áreas de producción metalúrgica) era el tercer estilo en orden de importancia numérica, luego de las ordinaras peinadas y las variantes Santa María. Con respecto a las áreas de elaboración de esta cerámica existen algunos indicios que por el momento no son del todo concluyentes. En sectores bajos de poblados tardíos en Yocavil, como Rincón Chico 15 y Las Mojarras 1Augier, se encontraron materiales (por ejemplo morteros 1 Al respecto A. R González (1983: 227) alerta sobre sus sospechas en relación a los datos de procedencia de las colecciones Zavaleta actualmente depositadas en diferentes museos del mundo, puesto que este traficante de piezas arqueológicas que explotó entre fines del siglo XIX y comienzos del XX de modo masivo diversos sitios -en particular funerarios- del Noroeste Argentino, pudo falsear y omitir ciertos datos de procedencia con el propósito de mantener en secreto los lugares en los que obtenía materiales y de ese modo poder continuar explotándolos con exclusividad.
Se notó una tendencia en común hacia una mayor variedad de pastas y a una mayor cantidad de vasijas con
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino tanto por los cruces de diseño entre ambos estilos, como también por la dispar distribución del FNG en el ámbito Belén, acotada al área de Hualfín. Los fragmentos FNG incluidos en el análisis proceden de Yocavil y representan gran parte de la variabilidad definida a través del estudio petrográfico, no obstante se notó una afinidad composicional en el conjunto al ser comparado con otros estilos contemporáneos oriundos de regiones vecinas, como el Belén y el Famabalasto Negro sobre Rojo. Cada uno de los tres grupos predictivos resultantes del análisis discriminante está dominado por un estilo cerámico diferente. Los estilos Famabalasto Negro Grabado y Famabalasto Negro sobre Rojo se comportan como dos grupos definidos y homogéneos, lo que sirve para destacar en base al dato composicional las diferencias en la producción de ambos estilos. Es interesante que los casos Belén de Hualfín se mostraran más afines a los casos Famabalasto Negro Grabado que los de otras áreas de procedencia.
inclusiones abundantes y de tamaño mediano y en algunos casos también bioclastos frecuentes (fitolitos y células silicificadas de gramíneas), entre los sitios de El Mollar de Tafí, Los Cardones (ambos con proporciones similares entre sus variantes), Tolombón y Loma Redonda. En el sitio Mortero Hachado también se reconocieron ejemplares con mayores proporciones de antiplástico en su pasta que las que comúnmente definían al estilo (Corbalán 2005), por lo que algunos hallazgos de esa localidad podrían quizás acompañar esta tendencia. Por otro lado, los conjuntos de Rincón Chico, Las Mojarras, El Calvario de Fuerte Quemado, Las Cañas, Famabalasto y Potrero Chaquiago se caracterizan por una mayor proporción de pastas con muy escasas inclusiones, ausencia o muy escasa presencia de tiesto molido. Las vasijas de sitios del interior de la Sierra del Cajón, a la altura de la Quebrada de la Virgen Perdida poseen composiciones de pasta coherentes con las observadas en las cabeceras de fondo de valle más próximas -Rincón Chico y Las Mojarras-, sitios con los que han sido funcionalmente vinculados. Hay que tener presente sin embargo que la muestra de esa zona es aún escasa.
La homogeneidad composicional observada en el conjunto Famabalasto Negro Grabado podría vincularse con pautas de organización de la producción del estilo, como por ejemplo ciertos niveles de centralización productiva y distribución regional o la generalización regional del uso de algunas arcillas. Aunque también se consideró que podía relacionarse con variaciones composicionales más importantes entre las arcillas de diferentes regiones (Yocavil, Hualfín, Andalgalá, etc.) que entre las de una misma región, ya que para cada estilo, los casos analizados proceden de distintas áreas.
Las tendencias en la distribución geográfica de los estándares delinean al menos dos grandes áreas diferenciadas en base a las características de pasta de las vasijas Famabalasto Negro Grabado que allí circulaban. La primera incluye los sitios hacia el norte y el este del área de Yocavil y Tafí y la segunda integra sitios del área centro-sur de Yocavil y Andalgalá. No obstante existen también estándares en común en ambas áreas, los que podrían indicar la circulación de piezas o alfareros entre las mismas. Lamentablemente no se pudieron incluir por el momento en el análisis vasijas de la zona de Hualfín y del valle Calchaquí, algo que sería interesante lograr en el futuro.
Mediante este ensayo preliminar se pudieron observar tendencias importantes y desarrollar ideas que podrán orientar próximas contribuciones diseñadas en base a un cubrimiento regional más representativo. Será muy importante considerar a través de esta clase de técnica analítica una gran muestra regional de fragmentos FNG para observar las tendencias al interior del estilo, tomando en cuenta variables como las formas, los tamaños, los diseños y los distintos contextos y áreas de procedencia. Otras líneas a desarrollar serían el explorar las relaciones entre vasijas Famabalasto Negro Grabado y fuentes de arcillas de Yocavil o comparar el FNG con ejemplares de otros estilos elaborados en el valle, como por ejemplo Santa María, ollas peinadas, San José, etc.
Otra línea de los estudios tecnológicos fue una aplicación preliminar del análisis de activación neutrónica instrumental (AANI), orientada a un estudio composicional comparado de la cerámica FNG y otros dos estilos de época, Belén y Famabalasto Negro sobre Rojo, considerando un conjunto total de 53 casos. Los fragmentos FNG proceden de la zona de Yocavil y del valle del Cajón y fueron irradiados especialmente para este estudio, mientras que los datos composicionales sobre piezas Belén y Famabalasto Negro sobre Rojo formaban parte de bases de datos elaboradas para trabajos previos de otros investigadores (Williams y Ratto 2005). Se consideró interesante la comparación con el conjunto cerámico Famabalasto Negro sobre Rojo, ya que ambos estilos son notoriamente diferentes tanto por sus características intrínsecas como por su distribución espacial y tradición cultural, no obstante, el compartir el primer término de su nombre ha generado muchas veces confusiones entre ambos. Los fragmentos de estilo Famabalasto Negro sobre Rojo que integran la muestra proceden de distintas regiones (Andalgalá, llanura santiagueña y valle Calchaquí). La comparación con cerámica Belén de distintas áreas (Bolsón de Fiambalá, Guanchín, La Troya y Hualfín) también era interesante,
La última contribución del capítulo sobre tecnología alfarera se orienta al estudio de la composición del relleno blanco decorativo, que es una de las características salientes del estilo. Mediante la técnica de difracción de Rayos X se estudiaron diez nuevas muestras a partir de las cuales se pudo observar cierta variedad en la composición de los rellenos, un resultado coherente con los obtenidos en contribuciones previas (Becker Donner 1952; Cigliano 1958; Piñeiro 1997; Palamarczuk et al. 2007). Los resultados indican el uso de materiales naturales como el yeso y la calcita con un mismo fin decorativo. De acuerdo con un estudio comparativo de los resultados a partir de la muestra considerada surgen dos grupos. El primero lo integran ejemplares de Rincón Chico, Las Mojarras y de Vitos cuyo relleno blanco está
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Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica conformado principalmente por sulfato de calcio hidratado (CaSO4.2H2O) -yeso- con presencia o posible presencia de calcita (CaCO3). Las restantes muestras, de Loma Redonda y Tolombón, están compuestas por calcita (CaCO3). A propósito es interesante la relación establecida entre los rellenos de calcita y pastas de abundantes inclusiones en Tolombón y Loma Redonda.
propuestos por la alfarería Famabalasto Negro sobre Rojo -entre los que abundan diversidad de ollas con borde y con cuello- que circulaba en esa zona. No sólo las clases de asas típicas en el FNR, observadas también en algunos ejemplares FNG de la zona, podían estar incorporándose enriqueciendo la variedad del estilo FNG, quizás también la forma olla como totalidad fuese emulada.
En el Capítulo 4 se encaró la descripción y el análisis de las formas y del diseño, elementos básicos en la definición del estilo que aún estaban pendientes. La clasificación descriptiva de las variantes de forma se realizó tomando los criterios de Shepard (1957), la nomenclatura de Balfet et al. (1992) y los nombres tradicionales para las diferentes clases de formas. En base a la discriminación de tipos de bases, forma del cuerpo, presencia de borde o cuello y otros atributos de forma se identificaron un total de 42 variantes morfológicas, clasificadas en cuatro grupos básicos: cuencos o pucos, ollas de contorno simple, ollas con borde y ollas con cuello. Los pucos, adecuados para la exhibición y consumo de alimentos y bebidas, son el grupo mayoritario. Las vasijas se ubican, en su mayoría, en un rango de tamaño mediano, entre 6 y 11 cm de alto. Las vasijas de mayores dimensiones, con alturas de hasta 23 cm, corresponden a variadas formas de ollas con cuello. Existe también un conjunto al que se llamó “miniaturas” donde se incluyeron distintos ejemplares pequeños, dentro del cual hay pucos y ollitas simples y con borde. Un rasgo notable común a varias de estas ollitas miniatura, es que la vasija representa el cuerpo de un animal que puede ser un ave, un felino o una serpiente y poseen aditamentos modelados que representan la cabeza y extremidades del animal en cuestión. Figuras zoomorfas afines se observaron también en cerámicas santamarianas. Se sugirió a manera de hipótesis su empleo vinculado a la contención de sustancias psicoactivas o medicinales.
A través del análisis de los diseños se identificaron en la muestra nueve patrones de segmentación del espacio de diseño inciso y una décima variante representada por la ausencia de diseño. El patrón más frecuente es, en los pucos, el de una guarda continua limitada por dos líneas paralelas ubicada en el borde, y en las ollas con cuello o borde saliente, en la parte superior del cuerpo. En los espacios así definidos se reconocieron 140 modelos de guardas agrupadas en doce conjuntos en relación al tema y a las unidades de diseño presentes. Estas guardas se clasificaron en representaciones figurativas zoomorfas y antropomorfas y representaciones abstractas geométricas. Dentro de las primeras se reconocieron a través de la técnica de incisión, a las serpientes, que son los diseños figurativos más abundantes, luego están los suris, un batracio-serpiente, un personaje portando escudo y cabecitas humanas en muy baja frecuencia. A través del modelado se representó, siempre en las pequeñas vasijas miniatura, al felino, al ave y nuevamente a la serpiente. Los diseños geométricos son los más abundantes, en especial grecas, rombos y óvalos enlazados, y diversidad de líneas ondulantes, con o sin puntos, que remiten, a través de atributos de su composición, a abstracciones del tema de la serpiente. El ofidio serpenteante o en movimiento se encuentra entonces en la base de la iconografía del estilo Famabalasto Negro Grabado. Se advirtieron diferencias en la manifestación espacial a nivel regional de los esquemas de diseño sensu Jernigan (1986) (se incluyen aquí los patrones de segmentación del espacio de diseño, patrones configuracionales y unidades de diseño). En toda la gran región en la que circulaba el estilo FNG se compartieron muchos de los esquemas de diseño, algo que puede ser indicativo tanto de la amplia circulación espacial de vasijas, como de la reproducción de pautas estéticas en diferentes ámbitos y es plausible que se den ambas situaciones en paralelo. Pero a la vez que existen muchos elementos compartidos en el ámbito macro regional se pudieron apreciar también esquemas que se manifiestan en mayor frecuencia en ciertas áreas. Se consideró que esta era una información interesante para la discusión de las instancias de interacción social, en la medida en que los patrones espaciales de las variantes estilísticas no son azarosos y pueden vincularse a la circulación de vasijas o de gente entre comunidades de la zona que mantuvieron contactos en algún punto de su historia.
Algunos elementos de la técnica del modelado, como las bases de tipo cóncavo – convexas y una rectificación irregular del labio se revelaron muy constantes en la muestra estudiada, aunque existen excepciones. Luego de definir las variantes de formas se observó su distribución espacial agrupando las piezas en áreas geográficas menores (valle de Yocavil, valle de Hualfín, valle Calchaquí, etc.). En todas las regiones el grupo de los pucos es la forma que predomina, pero la abundancia relativa de las distintas clases de ollas presenta una variación regional importante a partir de la cual se delinea un área al norte (Yocavil, Tafí, Trancas y valle Calchaquí) donde los pucos son la forma exclusiva o tienen una presencia mayor al 90%, y un área al sur y al oeste (Andalgalá, Hualfín, Famabalasto, Tinogasta y La Rioja) donde la presencia de las ollas es más significativa y está en el orden del 30 al 40 %. Al notar la correspondencia entre algunos rasgos de la morfología, en especial la presencia de asas planas similares a las santiagueñas en algunas de estas ollas, se sugirió que la abundancia en el área al sur de ollas FNG de tamaño mediano con borde y con cuello, se podía relacionar con la influencia sobre los alfareros locales de los modelos
Así, en el valle Calchaquí se notó que se reitera el diseño de guardas horizontales sin la doble línea delimitante. En el conjunto de vasijas FNG del área de la Tradición Yocavil santamariana, que son la mayoría de la muestra,
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino frecuencia de hallazgos en diferentes ámbitos, se postula provisoriamente la siguiente definición de variantes regionales en el estilo Famabalasto Negro Grabado sintetizada en la Figura 8.1. Se representaron los sectores definidos por la repetición de rasgos estilísticos con líneas punteadas, y áreas superpuestas ya que esos ámbitos no significan la presencia exclusiva de dichos rasgos en cada sector. De hecho ciertos modelos de vasijas están extendidos por toda la región, sólo se destaca un énfasis en su expresión en esos espacios.2
abundan los diseños geométricos. También están presentes a través de diseños figurativos los temas de la serpiente, el suri, el batracio, el felino modelado y las cabecitas antropomorfas de acuerdo a modos de representación de los diseños a través de los cuales se pueden establecer paralelos entre Famabalasto Negro Grabado y Santa María. A su vez, dentro de esta gran área se distinguieron algunas recurrencias que definen básicamente dos espacios, que de manera notoria, coinciden con los esbozados a partir de la distribución espacial de las variedades de pasta. En un sector que tentativamente, ocupa el norte de Yocavil, la zona de Trancas, El Infiernillo y Tafí se manifiestan esquemas como el patrón de bandas verticales en pucos, las guardas anchas con múltiples líneas alternantes que completan los espacios, los suris con cuerpo rectangular y serpientes con el cuerpo figurando una “S” acostada.
Para el área 1, que comprende el valle Calchaquí, las piezas observadas son muy escasas, por lo que la formulación de variedades propias de la región es tentativa. No obstante se destaca que la única forma identificada fueron los pucos y que en varios de ellos el diseño de guarda incisa no tiene líneas dobles delimitantes, un rasgo que sin embargo, no es exclusivo de esa región. Se registraron diseños geométricos y serpientes. En esta región son características otras producciones de pucos y pequeñas ollas negro pulido, mucho más abundantes que el FNG.
En las localidades de Rincón Chico y Las Mojarras el estudio de los conjuntos fragmentarios permitió distinguir paralelos en el modo de trazar guardas con rombos, óvalos y ganchos enlazados por lo que se planteó la existencia de un microestilo sensu Dietler y Herbich (1989) que se expresa en ambos asentamientos. Aquí también se habían observado semejanzas en cuanto a las pastas cerámicas con escasas inclusiones, tanto entre los fragmentos de ambos sitios, como con los obtenidos en los sitios ubicados en la sierra del Cajón a la altura de la quebrada de la virgen Perdida. Esta semejanza es coherente con el planteo del funcionamiento conjunto de ambos poblados como un centro de segundo nivel, de acuerdo con una jerarquía de sitios en el valle, con dos cabeceras principales muy cercanas ubicadas estratégicamente en función del control de las quebradas de la Virgen Perdida y Agua del Sapo, a lo largo de las cuales se articulaban pequeños asentamientos pastoriles (Tarragó 1995; Nastri 1997-1998).
Para el área 2, que comprende el centro y sur de Yocavil, se destaca un predominio de pastas sin agregado de antiplásticos o con mínima presencia de tiesto molido. Los pucos son las formas más abundantes. Son frecuentes las guardas ubicadas en los bordes y con doble línea delimitante. Hay gran variedad de guardas, con énfasis en diseños geométricos y luego representación figurativa del tema de la serpiente. Es la zona donde el estilo se presenta con mayor abundancia. El área 3 incluye el norte de Yocavil, El Infiernillo, Tafí y el área pedemontana oriental de Tucumán, Departamento de Trancas. Fue definida en base a observaciones sobre fragmentos cerámicos de los sitios Los Cuartos y El Mollar de Tafí, Los Cardones, Tolombón, Loma Redonda, Mortero Hachado y algunas pocas piezas completas (Zárate, Vitos). Se apreció una mayor variedad de pastas que en otros sitios de Yocavil considerados y una elevada proporción de vasijas con inclusiones abundantes y de tamaño mediano y en algunos casos también abundantes bioclastos. Se definieron además patrones de segmentación del espacio de diseño no observados en otras zonas (bandas verticales y oblicuas en pucos, un modelo de serpiente con el cuerpo en forma de “S” VIII.k), diseños de líneas alternantes y suris de cuerpo romboidal. Aquí también los pucos son la forma más abundante.3
En el valle del Cajón, localidad de Famabalasto, se identificaron también recurrencias en el trazo de las incisiones en las guardas con óvalos encadenados y con ganchos enlazados entre diferentes vasijas enteras que integraban a su vez las ofrendas de varias tumbas. Para el caso de Famabalasto se planteó también la identificación de un microestilo espacialmente acotado. Por último en las vasijas Famabalasto Negro Grabado del área de Hualfín existe una mayor repetición de guardas con rombos y grecas y una ausencia de imágenes figurativas de la serpiente y el suri, lo que marca cierto paralelismo con los diseños incisos, organizados en bandas horizontales de lectura continua, que son frecuentes en el estilo Belén exciso propio del tardío en esa región.
En el área 4, la más austral, se incluyen los hallazgos de las zonas de Hualfín, Andalgalá y La Rioja. Se caracteriza por una significativa mayor presencia de las ollas con cuello o borde en comparación con las restantes áreas y por los diseños de tipo geométrico. Hay repetición
8.1. La definición de variantes regionales y el problema cronológico
2 Es llamativa la amplia frecuencia y distribución regional de las pastas con escasas inclusiones, sin agregados de antiplásticos, la forma puco y los pucos con guardas de rombos enlazados y con grecas tipo I.a, c y f. 3 Sería muy importante incluir observaciones sobre los materiales recuperados en el sitio El Pichao, dentro del área 3, las cuales no estuvieron disponibles para el presente estudio.
Considerando las variantes tecnológicas, de morfología y de diseños expuestas hasta aquí, conjuntamente con la
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Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica santamariano con un correlato geográfico. Este tipo de información fue destacado como una vía de análisis, independiente y complementaria al estudio de los sistemas de asentamientos para acercarse al conocimiento de los niveles de integración política regional en Yocavil (Tarragó et al. 1997: 225).
de guardas con rombos y grecas y una aparente ausencia de la representación naturalista de la serpiente y el suri. La única figura escutiforme conocida proviene de Hualfín. Las observaciones sobre pastas se limitan a hallazgos del sitio Potrero Chaquiago en Andalgalá, donde se caracterizan por la escasez de las inclusiones y la ausencia, o bien una presencia mínima, de tiesto molido, sería importante en el futuro ampliar el análisis tecnológico integrando observaciones sobre materiales de Hualfín.
En especial la integración de distintas dimensiones de la variabilidad estilística, es decir, no sólo la apreciación de rasgos aislados, sino la consideración de múltiples variables implicadas en la definición del estilo, y a su vez, sobre diferentes estilos cerámicos en simultáneo observando la existencia de correspondencias (Cremonte y Solís 1998), se perfila como un indicador interesante de los movimientos en el espacio regional de objetos y personas. Movimientos que resultan de las diferentes relaciones sostenidas entre las personas y las unidades sociales asentadas en los poblados de la región en distintos momentos de su historia, ya sean estas de índole política, religiosa, parental, de complementariedad económica, etc. Aspectos que por otro lado están integrados y no son excluyentes.
Las letras “a” y “b” marcan las localizaciones de Rincón Chico - Las Mojarras y Famabalasto respectivamente, lugares para los que se planteó la identificación de microestilos ya comentada. En el primer caso se observa que, más allá de las particularidades detectadas, la producción comparte ciertas tendencias propias del área 2 en la que se ubica, como el predominio de los pucos. Son característicos los diseños geométricos abstractos, abundan los diseños de rombos encadenados con rayita central y ganchos enlazados y se observa la presencia de patrones de bandas dobles y triples en las que se alternan diferentes configuraciones de diseños. En el caso de Famabalasto, se observa que comparte características del área 4, como la abundancia de las ollas con borde y cuello y el énfasis en representaciones geométricas abstractas (hay sólo un caso de figuración de serpiente). Se reiteran guardas con ganchos enlazados, óvalos y grecas diseñados con gran regularidad en el trazo en las diferentes piezas. Son mayoría las vasijas con modelado de cuerpo tronco ovoide y hay una gran diversidad morfológica en las cerámicas, no observada en otros sitios. La información disponible para las distintas áreas es dispar, por ejemplo las observaciones realizadas aquí sobre las pastas se acotan a algunos puntos en el área de Yocavil, Tafí, valle del Cajón (Famabalasto) y Andalgalá (Potrero Chaquiago). Seguramente futuros estudios podrán introducir complejidad en el esquema. En especial el análisis de fragmentos en los diferentes sitios será importante para la identificación de variación no considerada en esta síntesis a nivel de localidades arqueológicas. La distinción que aquí se pudo realizar sobre la variación regional del estilo Famabalasto Negro Grabado aporta información que, integrada con otras líneas de evidencia, elementos de juicio adicionales a los patrones aquí observados, como por ejemplo el comportamiento espacial de otros estilos cerámicos, materias primas líticas, rasgos de la arquitectura, etc., es útil para la discusión de las interacciones regionales a diferentes escalas. La distribución espacial de los estilos cerámicos tardíos en el área Valliserrana se empleó en la arqueología del NOA en la definición de territorios o áreas de influencia de culturas o sociedades. Luego se pudo avanzar también en la identificación de variantes regionales en la producción de algunos estilos. Por ejemplo Serrano (1958) y Caviglia (1985) reconocieron distintas variantes o tradiciones en la producción de urnas de estilo
Figura 8.1. Propuesta de una distinción de variantes regionales en el estilo Famabalasto Negro Grabado en base a observaciones sobre las frecuencias, las variantes de pastas, de formas y de diseños.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino particular se buscó someter a un análisis crítico los fechados tempranos obtenidos para el sitio Rincón Chico 18 que habíamos empleado con anterioridad para plantear que la cerámica Famabalasto Negro Grabado podía corresponder a inicios del periodo de Desarrollos Regionales (Palamarczuk y Manasiewicz 2001).
Las áreas definidas en base a recurrencias en la manifestación espacial de múltiples rasgos del estilo dan cuenta de la existencia de relaciones entre diferentes poblados que se pueden trazar a partir de la circulación de objetos y de la voluntad de reproducción a través de las vasijas de conceptos estéticos en común y simbologías asociadas a los mismos.
La mayoría de las fechas con buenos niveles de asociación muestra - evento - cerámica FNG se concentraron alrededor del 700 - 400 AP, mientras que las fechas que se alejan del conjunto en ambos extremos tienen un grado menor de asociación, por lo cual los fechados resultan menos confiables para el propósito de ubicar en el tiempo a este estilo en particular. En base al análisis estadístico se decidió la exclusión de los fechados radiocarbónicos del mencionado sitio al observar su comportamiento anómalo respecto del conjunto de fechados con niveles aceptables de asociación.
Las evidencias de circulación de vasijas en áreas más o menos acotadas y en el amplio ámbito regional muestran ciertos niveles de especialización artesanal, en el sentido de que la distribución de la producción ha excedido el ámbito de las unidades productivas, como lo sugiere la distribución al interior de las localidades y a nivel regional de vasijas en las que confluyen semejanzas en forma, diseños y tecnología. Las tendencias regionales apuntadas ponen de manifiesto la complejidad y diversidad de los sistemas autónomos de producción del estilo, en los que diferentes situaciones han incidido en la generación de variantes y en la distribución de las vasijas a diferentes escalas. La idea de una centralización en la producción del estilo Famabalasto Negro Grabado previamente sugerida (Palamarczuk y Manasiewicz 2001) se ve complejizada al hallar, tanto regionalismos, como también evidencias de circulación de algunos modelos de vasijas, como el que se ilustra en la Figura 8.2, cuya distribución regional muestra en paralelo una integración de todas las áreas.
El análisis de los contextos con fechados radiocarbónicos se basó en la integración de un importante conjunto de información disponible en la actualidad y contribuyó a delinear una imagen, que será susceptible de modificaciones a medida que se produzca nueva evidencia. Hay que destacar que, si bien se integran datos radiocarbónicos de diferentes sitios, en gran medida el panorama obtenido en el análisis de los fechados se basa en los contextos del poblado de Rincón Chico por lo que muestra la trayectoria del estilo en ese núcleo en particular. Queda planteada la posibilidad de que las trayectorias del estilo sean diferentes en cada poblado y en cada área postulada. De hecho su producción debió comenzar en algún punto particular, para luego expandirse según distintos ritmos a través de los asentamientos de la región, definiéndose particulares historias de uso y cambio en cada caso. De todos modos los fechados de contextos con Famabalasto Negro Grabado en otros sitios del área, que aquí se suman a los disponibles para Rincón Chico son coherentes con lo observado en ese poblado. Otra línea de trabajo desarrollada para indagar la cronología del estilo y aspectos de su uso fue el estudio de las asociaciones en contextos funerarios. En el Capítulo 6 se presentan las diferentes clases de sepulcros en los que se registró cerámica Famabalasto Negro Grabado. El hallazgo de la cerámica en las tumbas obedece a su incorporación como parte de los rituales funerarios y probablemente muchos de ellos fueron a la vez tanto objetos ofrendados, como también recipientes de ofrendas alimenticias.
Figura 8.2. Modelo de puco con guarda I.a que ha podido reconocerse en todas las áreas definidas para el estilo Famabalasto Negro Grabado. MLP-Ar-5677 BMB, procedente de Shiquimil.
Pero ¿cuál es la época en la que esta cerámica, que pretendemos emplear para la inducción de interacciones sociales, fue elaborada y usada? Vemos que el anclaje temporal de esta manifestación resulta primordial para avanzar en este y otros problemas y es otro de los ejes en nuestro enfoque contextual. Con el propósito de aportar a una mayor definición cronológica del estilo Famabalasto Negro Grabado se evaluaron en el Capítulo 5 los contextos con cerámica FNG que contaran con fechados radiocarbónicos. Se estudiaron cuarenta fechados a partir de información disponible en la bibliografía y de nuevos datos generados en excavaciones específicamente orientadas para esta investigación, de acuerdo con la metodología planteada por Greco (2005, 2007), que jerarquiza la información a través del análisis de los niveles de asociación entre los fechados radiocarbónicos, los eventos datados y los conjuntos cerámicos. En
Las características de los objetos hallados en diferentes clases de contextos, tanto funerarios, como los que hemos denominado “de la vida cotidiana” no presentaron rasgos distintivos en su morfología, técnica o diseño que indicaran una diferente producción en relación a las diversas situaciones de uso (Pérez de Micou 2001). Inclusive se han observado en varias piezas evidencias de usos previos a su introducción como ofrendas en las tumbas, por ejemplo desgastes en el fondo y el asiento de las vasijas y reparaciones. En el estudio de las
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Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica Al integrar los resultados del análisis de los contextos con fechados radiocarbónicos y de los contextos funerarios se logra un panorama que modifica las diferentes posiciones consideradas como punto de partida para el estudio de la cronología del estilo. Se concluyó que las reiteradas asociaciones del Famabalasto Negro Grabado con los estilos locales, ya sea el Belén en Hualfín, como el Santa María en Yocavil y el patrón generalizado de distribución espacial dentro de los poblados locales -algo que no se observa en cerámicas inca o fase inca no locales- sumado a las correspondencias en los temas representados entre FNG y los mencionados estilos, apuntan a un fenómeno de desarrollo estilístico local.
asociaciones funerarias se aplicó también una distinción cualitativa según niveles de asociación. Tomando en cuenta los problemas para el establecimiento de las asociaciones entre los materiales presentes en las tumbas, que derivan de pautas culturales de los pueblos calchaquíes de entierro múltiple en cámaras funerarias, en ocasiones empleadas por décadas, como también de las características del registro documental de las excavaciones arqueológicas, se establecieron diferentes niveles o grados de certeza en la asociación entre los materiales de ofrenda y elementos personales en cada entierro. En esta etapa del trabajo fueron importantes los registros de las III, IV y VI expediciones al NOA financiadas por Benjamín Muñiz Barreto, realizados por Weiser y Wolters en la década de 1920 y los actuales trabajos en curso de O. Mendonça en el cementerio RCh 21 de Rincón Chico.
Asimismo se plantea que, como manifestación regional, no sería un estilo propio de los inicios del Período Tardío, sino que comenzaría a expandirse como un fenómeno de innovación local, posiblemente en el área de Yocavil considerando su mayor popularidad en esa zona, en un momento intermedio del tardío con puntos de contacto con el proceso de cambios en el estilo Santa María que definen a la fase III. En diferentes espacios como los recintos circulares de los sitios RCh8 y RCh18 del bajo de Rincón Chico o el Torreón Medio de El Calvario de Fuerte Quemado se observaron asociaciones con cerámica Santa María Tricolor asimilable a esa fase. Entre estas transformaciones se cuentan no sólo cambios en las vasijas en sí, sino también significativos cambios en los modos de uso funerario, como por ejemplo la novedad de la introducción de urnas acostadas, sin párvulos en su interior, como ofrendas dentro de cistas colectivas (Perrotta y Podestá 1974: 31). Quizás comienza también en esta época otra importante modificación, que vemos acentuarse avanzando el tiempo, en la clase de ofrendas que se introducen en las tumbas, con una mayor incorporación de elementos cerámicos.
En base al estudio de treinta y siete casos con distintos niveles de asociación de la cerámica Famabalasto Negro Grabado en contextos funerarios se observó que la asociación funeraria más frecuente en el área de Yocavil se da con el estilo Santa María, mientras que en el área de Hualfín lo es con Belén. No se observaron asociaciones con estilos considerados tempranos dentro del Período Tardío como San José, Shiquimil, Peñas Azules, Lorohuasi, etc. La excepción la marca la presencia de FNG en dos cistas junto con pucos Loma Rica, lo que se puede vincular al uso a través de un tiempo prolongado de los sepulcros, debido a lo cual estos no se consideraron como contextos útiles para definir el tiempo del estilo. Por su parte existen también tres casos de asociaciones con materiales tricolores “clásicos” (urna fase I-II y pucos). En el caso del entierro en urna, se trata de una asociación altamente probable que es útil para afianzar la idea de una cronología preincaica. Las asociaciones más frecuentes se dan con conjuntos de materiales Santa María Bicolor y otros estilos que remiten a momentos tardíos dentro de la época tardía (Tardío final – Incaico e Hispano Indígena). Se observó un solo caso de asociación entre un puco Famabalasto Negro Grabado y materiales de época Hispano – Indígena (puntas de hueso), mientras que no se computaron asociaciones con estilos incaicos decorados. Es notable que la vinculación con material Famabalasto Negro sobre Rojo (fase inca), se presentó sólo en dos cementerios de la localidad de Famabalasto.
En paralelo a las transformaciones en la alfarería santamariana y en otros estilos que parecen sufrir cambios, como las ollas Rincón, otro fenómeno importante de esta época sería la declinación en la producción de las alfarerías San José y Shiquimil y probablemente también Loma Rica y otros estilos que son característicos de los comienzos del Período Tardío, como Peñas Azules, aunque las trayectorias de estos merecen a su vez un tratamiento pormenorizado que es por el momento una deuda. La asociación con una urna fase I-II se da hasta el momento en un solo caso, y podría marcar tanto los comienzos del estilo, cuando aún no está muy difundido, como también el uso de una vasija relativamente antigua como urna funeraria.
El reconocimiento de variación temporal al interior del estilo se presenta por el momento problemático, ese es un tema que requerirá de un futuro análisis más detallado, observando los diseños asociados a fechados y a contextos funerarios con grados de asociación confiables. Por el momento se puede apuntar que distintos diseños, como por ejemplo los rombos enlazados concéntricos, los rombos enlazados con rayita central o los pucos lisos sin diseños podrían haber sido recursos empleados a lo largo de toda la época de la vigencia del estilo, a juzgar por su presencia en contextos con fechados que cubren diferentes momentos y por la presencia en entierros junto con materiales que indican diferentes extremos del tiempo implicado.
La mayor proporción de asociaciones con Santa María Bicolor puede indicar un tiempo de gran popularidad del estilo, que es coincidente con la época de la expansión incaica en estos territorios. La producción del estilo parece declinar en la época del contacto hispano indígena, puesto que sólo se detectó un contexto funerario en el que un puco FNG se asocia con buena probabilidad a materiales de esa época de la historia local.
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino cambios políticos e ideológicos en la sociedad. Todos estos puntos requieren sin embargo de la integración de mayor evidencia y una discusión profunda. Sólo como ejemplo de los problemas a considerar se puede mencionar el antecedente en los valles de entierros de infantes en ollas en el Formativo de Yocavil (Spano 2008) o de Hualfín a través de los casos de La Ciénaga (Sempé 2005b; Fantuzzi 2008).
El estilo FNG como fenómeno regional es un desarrollo que se expande hacia comienzos del siglo XIV con anterioridad a la influencia incaica en la zona y en conjunción con importantes fenómenos de transformaciones en las producciones cerámicas a nivel regional. Para el caso del valle de Yocavil se podría definir a este momento, intermedio-final del Período Tardío, como una época en la que, a la vez que se modifica, se afianza también de manera rotunda el estilo Santa María.
Mediante el estudio del tratamiento plástico de las figuras humanas y su relación con temas no humanos, en particular el tema felínico en diferentes estilos cerámicos de momentos sucesivos de la subregión valliserrana del NOA -Condorhuasi, Ciénaga, Aguada y Santa MaríaKusch (1990; Kusch y Valko 1999) planteó una secuencia estilística en la que hay un primer momento zoomórfico representado por Condorhuasi, donde no habrían representaciones verticales (en actitud que libere las extremidades superiores) en las figuras semi-humanas. Posteriormente hay un segundo momento antropomórfico, representado por Ciénaga y Aguada, donde se representan personajes humanos o semihumanos en posición vertical, es decir que el gesto humano cobra preponderancia respecto del aspecto zoomórfico de algunas representaciones. El tercer momento, identificado a través de las urnas santamarianas se distingue totalmente al plantear dos formas diferentes del tema humano, por un lado a través de la forma de la vasija, donde la pieza como totalidad representa una figura antropomorfa y por el otro a través del diseño de personajes humanos en el cuello de las urnas. Estas diferencias entre los tres momentos se interpretaron en relación a cambios en el ritual shamánico, con derivaciones en el plano socio político (Kusch 1990). Luego se orientó el análisis hacia las transformaciones en el concepto de espacio y paisaje, estableciendo una correlación entre modificaciones a lo largo del tiempo en el patrón de asentamiento (de sectores bajos en el fondo de valle hacia las alturas de los cerros) y los cambios en la estructura del campo decorativo, donde en las urnas santamarianas el cuello, es decir la parte alta de la vasija, se define como un espacio significativo para la representación de la humanidad (Kusch y Valko 1999: 111).
Entonces los inicios del desarrollo regionalmente extendido del estilo Famabalasto Negro Grabado nos sitúa en una época de importantes trasformaciones en las producciones alfareras en Yocavil, transformaciones que no son ni azarosas ni sutilmente graduales en todos los casos, sino que implican cambios profundos, a veces drásticos, en los sistemas de signos visuales que representan los estilos cerámicos. Quizás estos importantes cambios se vincularon con transformaciones cruciales en otros planos institucionales de la sociedad, como el orden religioso, político y económico en sociedades jerarquizadas en las que pudieron existir pujas entre diferentes sectores de poder. Estas transformaciones cambian una posible visión monolítica del Período Tardío en Yocavil, época de grandes dinamismos y transformación social. 8.2. Continuidades, transformaciones y coincidencias El tema de las continuidades y discontinuidades en las pautas estilísticas se plantea a la vez interesante y problemático y lleva a la consideración del conocimiento y las actuales reflexiones en relación a las innovaciones en los estilos locales. El estudio de los procesos inherentes a la innovación y transformaciones estilísticas en el ámbito de Yocavil, ha motivado acercamientos explicativos diversos. Si se toma el caso de la cerámica Santa María se observa que, en relación a sus orígenes, hay una hipótesis que propone desplazamientos de poblaciones o influencias desde la zona pedemontana oriental hacia los valles (Núñez Regueiro y Tartusi 1999: 233-237). Según los autores y basándose en nociones de continuidad, proponen que con el debilitamiento del centro nodal representado por la Rinconada de Ambato y la base religiosa que le daba sustento, comenzó el proceso de diferenciación de los Desarrollos Regionales que implicó en cada zona el retomar líneas que se habían gestado localmente y que nunca se habrían interrumpido de modo pleno. Los autores trazan una relación genética múltiple entre Aguada, los pueblos de la llanura oriental y Santa María, postulando que los asentamientos santamarianos en el piedemonte tucumano son tempranos dentro del desarrollo Santa María y que existen en el estilo Ambato Tricolor antecedentes de forma y empleo de los colores luego observados en la alfarería Santamariana. Mientras que elementos tales como el uso de las vasijas a modo de urnas funerarias para infantes se podría relacionar con influencias de pueblos de la llanura.
En estos trabajos se destaca también la noción de continuidades para observar la variación en aspectos del estilo a través del tiempo, aunque sin una preocupación explícita por la fundamentación de los elementos que permitirían trazar relaciones históricas que presten una base a la intención de observar el fenómeno plástico como correlato de continuidades y de transformaciones sociales. Bugliani (2004) toma este planteo como un punto de partida para el estudio de la representación de la figura humana en la alfarería de época temprana de Yocavil, de donde proceden las urnas Santa María (de época tardía) que definen el tercer momento en los trabajos anteriores. Algunas comparaciones entre figuraciones humanas en vasijas del Formativo de diferentes ámbitos geográficos en la subregión valliserrana le permiten exponer las
Se subraya aquí la intención de observar continuidades y transformaciones estilísticas en relación a procesos de
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Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica variación en el tiempo. Se basan en el supuesto de que los elementos de la cultura material responden a patrones de cambio regular a lo largo del tiempo. Las innovaciones aparecen, sufren modificaciones y finalmente desaparecen (Weber 1978:50). Podestá y Perrotta (1973: 2-6) tomaron la noción de cultura de Clarke (1967) como sistema dinámico de información, cuyos estados de equilibrio cambian a partir de la generación de información interna (invenciones) o externa (difusión). Las sucesiones de las fases comienzan a encontrar una explicación en el trabajo en el último tramo de la serie, a partir del cruce con procesos conocidos de la historia regional, como las expansiones incaica y española.
particularidades de la figuración humana y animal en Yocavil respecto de la observada en dichos ámbitos. En las vasijas con figuración humana de Yocavil la totalidad de la forma compone la figura humana. Esto la distancia de otros modos de representación humana, como los que caracterizan a la cerámica Ciénaga, con diseños incisos de personajes esquematizados, de cuerpo completo que se repinten en frisos. Por otro lado dentro de las representaciones zoomorfas, la amplia mayoría corresponden a aves (Scattolin 2003). Se destaca que en las vasijas del Formativo en el valle de Santa María hay un empleo reiterado de los cuellos de las vasijas para la representación del rostro de un personaje humano mediante técnicas de modelado, incisión y pastillaje y la orientación vertical de la representación. Advierte afinidades con las configuraciones de las urnas Santa María de momentos posteriores en la región, donde la figuración del rostro humano se ubica también en el cuello. Es muy interesante una última reflexión acerca del momento en que un tema dado se presenta y pasa a ser un contenido relevante en una sociedad:
La expansión incaica es invocada también para dar cuenta de un tipo particular de innovaciones que son los diferentes fenómenos de unión de elementos estilísticos que resultan en nuevas manifestaciones, por ejemplo en el caso de los estilos Inca mixto donde se observa integración de estilos locales e incaicos (A. R. González 1980; Calderari y Williams 1991) o el caso de las urnas Negro sobre Rojo tardías de Yocavil, donde en cambio la mezcla se percibe a partir de la integración de dos estilos locales: Belén y Santa María. Para dar cuenta de este fenómeno se plantearon hipótesis que vinculaban su producción con el asentamiento de mitimaes oriundos de Hualfín en el área de Yocavil (Perrotta y Podestá 1974; González 1977; Tarragó 1995, 2000). Una hipótesis alternativa según la cual este estilo mixto puede entenderse como el producto de una interacción social redefinida entre grupos de Hualfín y de Yocavil, como resultado de la inclusión de esta zona del NOA como frontera del proceso expansivo incaico en marcha fue postulada por Marchegiani et al. (2009).
“Estas consideraciones son sólo una aproximación a los patrones compositivos y la iconografía que se manifiesta en la cerámica y que nos acerca al cómo y en qué momento se presenta un tema elevándose a la categoría de contenido para una determinada sociedad (Fisher 1966). Al mismo tiempo estas manifestaciones son expresión de tendencias sociales en cuanto a la concepción del mundo en una determinada época, que en este caso particular tiene una advertida afinidad con momentos posteriores.” (Bugliani 2004: 86). El análisis se realiza en el marco de investigaciones que buscan evidenciar la existencia de poblaciones en el Formativo, anterior al siglo IX en Yocavil, con características distintivas, y notablemente desestimadas en las síntesis regionales (Scattolin 2000).
En una caracterización de las innovaciones en la alfarería Santa María producida durante la época de expansión incaica Tancredi et al. (2004) destacaron algunos rasgos interesantes, entre ellos la “felinización” de ciertos motivos zoomorfos tradicionales, como el suri o la llama y la novedosa representación de personajes antropomorfos denominados “guerreros”, que trasuntan una personalidad violenta, pues algunos de ellos exhiben cabezas cercenadas y armas.
El tema que está en la base del estilo Famabalasto Negro Grabado, puesto que se repite en imágenes figurativas, pero en mayor frecuencia apelando a recursos de abstracción, es la serpiente. Para la época en que se desarrolla el estilo este tema ya era un contenido con una historia profunda en las sociedades del área valliserrana, a juzgar por la insistencia en su representación en los estilos de comienzos de la época tardía. Nos preguntamos entonces en qué momento y apelando a qué modelos y valores pasó a ser la serpiente tan importante para estas sociedades.
Reynoso y Pratolongo ponen también en relieve el particular resurgimiento y actualización del tema felínico en la alfarería más tardía de la serie santamariana, analizando tanto urnas como pucos y ollas. A través del estudio de representaciones felínicas modeladas y pintadas se abre la reflexión acerca de las continuidades y los resurgimientos del tema del felino en la iconografía de la región, las relaciones entre iconografía, religión y legitimación de un orden social jerárquico y también acerca de las causas para ese resurgimiento de los motivos felínicos en las sociedades locales jerarquizadas, hacia el final del Período Tardío. Ya sea como procesos sociales endógenos, como un fenómeno de resistencia frente al avance incaico en marcha o bien como una incorporación de elementos de la parafernalia incaica al repertorio local en relación a la dominación efectiva (Reynoso y Pratolongo 2008:14).
Al considerar el tema de las transformaciones e innovaciones en el estilo es inevitable referirse a los ensayos de seriación con valor cronológico de las urnas funerarias Santa María (Weber 1978; Podestá y Perrotta 1973; Perrotta y Podestá 1974), que se consideran en mayor extensión en el Capítulo 2. Baste aquí mencionar que los autores plantean un esquema de sucesión de fases, las que son referidas a diferentes momentos de la época tardía. Estos ensayos no tenían por objetivo explicar el cambio, antes bien buscaban exponer tendencias de
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino la tendencia de una época de cambios estilísticos en la que se reactivan elementos del simbolismo pretéritos, quizás vinculados con procesos locales o regionales de cambio político.
Este recorrido por trabajos que tocan en algún punto el tema de las transformaciones estilísticas en las alfarerías del área calchaquí muestra la diversidad de recortes temáticos y de aproximaciones teóricas puestas en juego para la comprensión de estos interesantes fenómenos. Reflexionando acerca del proceso de innovación relacionado con el estilo Famabalasto Negro Grabado y la época que representa, y considerando además que las trayectorias de su desarrollo pudieron ser diferentes en cada área y localidad, hay que pensar en múltiples posibilidades. ¿Es el estilo Famabalasto Negro Grabado una perduración de estilos negro pulidos con incisos que caracterizaron al Formativo regional, tal como lo sugirieron Serrano (1967) e Ibarra Grasso (1967)? La observación de continuidades, por ejemplo en los modos de representación de la humanidad entre las vasijas tardías y las pretardías locales invita a considerar la posibilidad. Viejas pautas estilísticas pudieron desaparecer del escenario regional y conservarse en algún punto, para luego, en algún momento, cobrar nuevo impulso y extenderse en una amplia región. Es una idea interesante que queda pendiente como posibilidad. Otro escenario posible es un resurgir a partir de la memoria histórica de la sociedad acerca de antiguas consignas estéticas y valores sociales que se pretendieron destacar en ese presente a través de la reedición de una estética transmutada en un nuevo estilo.
De algún modo el impulso del estilo puede estar prefigurando posteriores y sucesivas -luego en algún tramo de la historia del estilo FNG también contemporáneas- renovaciones de viejos temas del ámbito local y andino como los que se relacionan con las figuras del guerrero-sacrificador, las cabezas cercenadas, las aves voladoras y los felinos (o la inscripción de rasgos felínicos en otros animales), que vuelven a cobrar un notorio protagonismo luego de un período de desuso, a través de su representación en las alfarerías, metales, y arte rupestre locales hacia finales del Período Tardío y en la época de expansión incaica.
De cualquier manera, en tanto fenómeno de magnitud regional, el estilo parece comenzar a manifestarse hacia mediados-fines del Período Tardío. Los paralelos con estilos previos, tanto de la región como de otros puntos del área surandina son innegables (son ejemplos tan dispares como pertinentes los pucos Candelaria con decoración incisa formando guardas en sus bordes, las cerámicas San Pedro Negro Grabado de San Pedro de Atacama que poseían diseños geométricos y aplicaciones de sustancias blancas rellenando las decoraciones grabadas (Tarragó 1976: 55), las cerámicas grises y negras pulidas del formativo de Yocavil con decoración incisa, también en forma de bandas ubicadas en los bordes (Tarragó 1976: 73, Figura 20), inclusive hay notables paralelos con diseños observados en keros de madera y cerámica Tiahuanaco con representación de serpientes enroscadas, cuyos cuerpos están formados a través de decoración en relieve e incisos en forma de rombos enlazados, con aplicaciones de rellenos o pintura blancos (Tarragó 1989: Figura 32; Korpisaari y Pärsinen 2005:41). De alguna manera los problemas de catalogación en depósitos, donde muchas veces se identifica a las vasijas FNG como de estilos formativos evidencian esos paralelos (Figura 8.3).
Figura 8.3. Ejemplos de alfarerías pretardías en los que se aprecian rasgos tecnológicos y de diseño comunes con el FNG de época tardía. Línea superior: izquierda, MAPSLQ, de Andalgalá; derecha, MLP-Ar5869 BMB de Santa María. Línea inferior: San Pedro Negro Pulido del Museo de San Pedro de Atacama, izquierda, Quitor 5 N° 1897; derecha: Solor 3 sin N°. Fotografías de piezas San Pedro, gentileza M. Tarragó.
Esta notable reedición de temas y estéticas nos introduce en el campo de la memoria histórica de las sociedades y la voluntad de adecuación de ciertos contenidos expresados en el arte, a los intereses y necesidades de un presente desde el cual se realizan particulares recortes y selecciones de elementos de la historia que se consideran relevantes, impregnándolos de nuevos significados y buscando destacar algunas ascendencias y soslayar otras. De acuerdo con la evidencia de que disponemos hasta el momento, postulamos que hacia comienzos del contacto hispano-indígena la elaboración y circulación de la alfarería FNG comenzó a declinar. Mientras que la producción del Famabalasto Negro Grabado se desarticulaba, nuevas producciones en la región parecen retomar y modificar patrones propios de ese estilo, como puede apreciarse en algunos interesantes ejemplares de cerámicas Caspinchango, en los que similares pautas de manejo de los espacios de diseño -e inclusive algunas guardas muy populares en el, quizás para ese entonces, “antiguo” Famabalasto Negro Grabado-, se continuaron
Sin embargo, a la vez que evoca antiguas manifestaciones estilísticas, se configura como un estilo con marcados rasgos propios, por lo que lo calificamos como un estilo “vanguardista” que se nutre de viejos modelos, pero que no constituye copias de estos, elaborando una estética con firmes y novedosos rasgos propios. Planteamos que el FNG muestra atavismos que lo vinculan con tradiciones presantamarianas, sumándose a
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Capítulo 8. El estilo Famabalasto Negro Grabado en perspectiva regional e histórica al participar toda la comunidad de su consumo, como también en la delineación de distinciones de índole jerárquicas, por tratarse de modalidades de consumo diferenciales según el rango social. Los metales y la cerámica FNG se vinculan, no sólo en virtud de sus semejanzas formales. Estas cerámicas, a la vez estéticamente destacadas y apropiadas para el consumo y exhibición de bebidas y alimentos, pudieron emplearse en algún punto de su historia en el seno de las comunidades calchaquíes, en contextos ceremoniales y festividades que integraban a la comunidad, en los que ambos, cerámica y objetos de metal podían intervenir (Tarragó y González 2004).
reproduciendo a través de una nueva estética en la que se seleccionan y acentúan los recursos de la abstracción (Figura 8.4). A través de los paralelos, pero también de los marcados contrastes de diseño existentes, se observa que las vasijas Famabalasto Negro Grabado exhiben una particular selección y adecuación de los temas y motivos presentes en las alfarerías Santa María y Belén, definiendose a la vez como un nexo que pone en relieve las relaciones recíprocas entre ambos estilos, al incluir y enfatizar mediante reiteraciones, ciertos temas y diseños comunes entre los mismos, y a su vez, entre estos y la metalurgia del bronce. Estamos, sin embargo, ante un estilo concebido para destacarse con claridad de los estilos mayoritarios del universo cerámico de la época tardía.
Del análisis surge también una notable diferencia relacionada con la distinta frecuencia en que ciertos temas aparecen en ambos soportes materiales. En concreto los temas antropomorfos de guerrerossacrificadores y cabezas humanas cercenadas, que son muy comunes en los metales y que raramente aparecen en la cerámica FNG. Considerando las diferentes posibilidades de acceso social planteadas para ambos grupos de bienes, esta particular selección de temas puede estar mostrando cómo el manejo de esta simbología de los guerreros-sacrificadores y cabezas cercenadas estuvo reservado en ciertos contextos a sólo a algunas personas, aquellas que pudieran ostentar los metales en los ritos. La distribución regional de estos bienes metálicos especiales alcanzó una escala mucho mayor que la definida por la circulación de objetos Famabalasto Negro Grabado. Se plantea que dichas diferencias pueden haber resultado de las estrategias de alianzas para la reproducción de las jerarquías de elite regionales a través del intercambio de objetos suntuarios, como por ejemplo los bronces. De esta manera cerámica y metales participaron en actividades político-ceremoniales a escala local, a la vez que los metales jugaron también roles extralocales importantes. Asimismo la participación de ambos grupos de bienes en la vida cotidiana fue disímil. La cerámica era una clase de objeto, quizás especial y estéticamente valorado, pero que podía ser observado y empleado en diversas situaciones de la vida cotidiana, algo tal vez no esperado para la categoría de bienes metálicos con los que hemos destacado aquí un paralelo estético.
Figura 8.4. Cerámicas Caspinchango, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo MLP-Ar-4703 BMB, MLP-Ar-4739 BMB, MLP-Ar-4704 BMB de Caspinchango y MLP-Ar-5984 BMB de Lorohuasi.
En el Capítulo 7 se realizó una comparación estilística entre la alfarería Famabalasto Negro Grabado y la metalurgia del bronce, representada por placas y campanas. Uno de los paralelismos más destacables se establece a partir de una misma concepción en el manejo de los espacios donde los diseños fueron plasmados. Se debe agregar el uso que comparten de una técnica de incisión en el trazo de los diseños y la existencia de varios temas, entre los que se destaca la serpiente, modos de representación y configuraciones en común. Otro significativo rasgo común fue la aplicación de pinturas sobre sus superficies. En la alfarería Famabalasto Negro Grabado se observaron ejemplos con pintura roja y en varios metales se aprecian también aplicaciones de pintura roja y amarilla. Se trata en ambos casos de agregados posteriores a la elaboración de los objetos que pudieron aplicarse en diferentes situaciones, inclusive en relación a su uso ritual.
Por último se plantea la hipótesis de que las placas y campanas que integraron el complejo estilístico postulado tuvieran similares trayectorias en el tiempo. Los inicios de la producción del estilo Famabalasto Negro Grabado podrían estar marcando a su vez los inicios de la producción de esos metales especiales estilísticamente afines. Los bronces pudieron continuar circulando durante un mayor tiempo aún luego de la discontinuidad en su elaboración, debido a las características propias del metal y a su mayor valoración.
El conjunto de estos rasgos comunes se consideraron al proponer la idea de que ambas tecnologías integraron un complejo estilístico, con relaciones recíprocas de carácter “icónico”, formado por bienes de acceso social muy dispar, de corte generalizado para las cerámicas, y limitado sólo a algunas personas o segmentos sociales para los valiosos metales. De esta manera planteamos que el complejo actuó tanto en la integración colectiva,
A lo largo del trabajo se ha avanzado en la definición de un estilo particular, a la vez que se han ido delineando temas en los que se requiere seguir avanzando. En
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Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino relación a los estudios tecnológicos será importante poder cubrir una escala espacial más amplia en las observaciones y considerar muestras más numerosas. Restan integrar muchos sitios al estudio de las variantes regionales del estilo, para lo cual el trabajo con fragmentos cerámicos será crucial. Si bien se ha avanzado en el ajuste de la cronología del estilo considerando la información disponible este es un tema que permanece necesariamente abierto a futuros replanteos y a la introducción de nueva evidencia. Una investigación que se ocupe de la simbología del estilo, incluyendo apreciaciones a una escala espacial más amplia que la desarrollada en este trabajo, merecerá un análisis profundo en el futuro. Se ha notado en la macro área andina una elaboración generalizada de alfarerías negras y pulidas durante épocas tardías, fenómeno que el desarrollo del estilo Famabalasto Negro Grabado parece acompañar en el área Valliserrana del NOA. Inclusive el empleo de algunas guardas que vemos repetirse en el FNG, en particular los rombos encadenados, se aprecia en diferentes ámbitos andinos en múltiples soportes, como los metales, la alfarería, la decoración mural o los tejidos. Queda planteada entonces la necesidad de un estudio comparativo, en una escala espacial mayor, para comprender las múltiples relaciones que podrían existir en las fuentes de estos rasgos en común, rasgos presentes en manifestaciones artísticas de diferentes pueblos de tan extensa región. Tal análisis será indispensable para situar la génesis del estilo Famabalasto Negro Grabado en el marco de los procesos históricos y de las tendencias estéticas a una escala macro regional andina.
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Apéndice II Lám. 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 6 6 6 6 6 6 6 6 6 7 7 7 7 7 7 7 8 8 8 8 9 9 9 9 10 10 10 10 10 11 11 11
N° 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70
Museo MLP MLP MLP MLP MLP IAMUNT IAMUNT IAMUNT MEJBA MLP MLP MLP MLP MEJBA WMV MLP ? WMV MLP MEJBA MLP MEJBA MEJBA IAMUNT MEJBA MLP MUNC MLP MLP MLP MLP MLP MEJBA WMV MEJBA MLP EM MEJBA MLP MLP MUNR MEB ? MEJBA MLP MLP MQB MLP MLP MLP Lab.18UNLP MAQ MCH MEJBA MAJBA MLP MLP MAS IAMUNT MLP MLP MLP MLP MLP MEB MLP MAQ MSLQ MIH MIH
Colección BMB BMB BMB BMB BMB Schreiter Schreiter Paz Posse Proyecto Yocavil BMB BMB Methfessel Methfessel Zavaleta Schreiter Methfessel ? Schreiter BMB CA Moreno 2 B.A. CA INTERDEA Breyer BMB ___ Methfessel Bruch Methfessel BMB BMB Zavaleta Schreiter Donación Ambrosetti Moreno 2 ? Donación Ambrosetti Moreno 2 BMB MLP Mendonça ? Donación Ambrosetti Bruch Lafone Quevedo De La Vaulx BMB BMB BMB ___ ___ Cura Bellas Artes-Quiroga ___ BMB BMB Williams Berberián y Soria BMB BMB BMB Moreno 2 BMB Mendonça BMB ___ ___ Manzur Gómez
Nº de pieza MLP-Ar-5287 BMB MLP-Ar-5378 BMB MLP-Ar-4784 BMB MLP-Ar-6046 BMB MLP-Ar-5677 BMB MA 1042/949 MA 2532/1775 MA 0989/4222 FF29 MLP-Ar-5319 BMB MLP-Ar-5129 BMB MLP-Ar-5431 EAM MLP-Ar-5449 EAM Z-8284 87149 MLP-Ar-5479 EAM ? 88792 MLP-Ar-5374 BMB -37002MLP-Ar-2113 FPM B.A. 20 CA 13 005-99 -28044MLP-Ar-5237 BMB 20 MLP-Ar-5436 EAM MLP-Ar-5904 CB MLP-Ar-5431 EAM MLP-Ar-5305 BMB MLP-Ar-6968 BMB Z-11089 88681 23798 MLP-Ar-2208 FPM VC 6010 (?) -37848MLP-Ar-2160 FPM MLP-Ar-5278 BMB 2260 Cámara 15.9 ? 23797 MLP-Ar-5894 CB MLP-Ar-4919 SLQ 71.1898.43.1140 MLP-Ar-6497 BMB MLP-Ar-4980 BMB MLP-Ar-5392 BMB ___ 17/15/82 2701 CH -37026___ MLP-Ar-5676 BMB MLP-Ar-6355 BMB ___ MA 0521 MLP-Ar-6387 BMB MLP-Ar-5007 BMB MLP-Ar-5261 BMB MLP-Ar-2122 FPM MLP-Ar-5963 BMB Cámara 13'.1 MLP-Ar-5967 BMB 2436 44 188 338
Procedencia Famabalasto Famabalasto Caspinchango Campo del Paso Quebr. Entre Ríos, Quebr. Chiquimín La Puerta Hualfín Fuerte Quemado Rincon Chico, RCh 18 Famabalasto Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Rincón Rincón perdido de Shiquimil Cachi Desconocida Mesada Grande Quilmes Yayamayo, Pichao, Anjuana, etc. Famabalasto Desconocida Santa María Desconocida Desconocida Mortero Hachado Amaicha Famabalasto Cachi Rincón Fuerte Quemado Rincón Famabalasto Las Mojarras Cachi Fuerte Quemado Vitos Santa María Belén Vitos Calchaqui Famabalasto Santa María Rincón Chico, RCh 21 Amaicha Vitos Fuerte Quemado Desconocida El Bañado Palo Blanco Punta de Balasto Famabalasto Loma de los Antiguos, R. 11 Andalgalá Desconocida Amaicha Quilmes Quebr. Entre Ríos, Quebr. Chiquimín Puerta de Corral Quemado Tolombón Zárate Quebrada de Loconte hacia el sud Masao Famabalasto Calchaqui Lorohuasi Rincón Chico, RCh 21 Lorohuasi Belén ¿Región de Andalgalá? Catamarca Aimogasta
h PTV D. Máx. D. boca h total D. base Espesor h PI/PA D. PI/PA Forma 7,3 7,4 7,8 6,5 8,8 7,9 8,4 6,5 8,6 7,1 3,7 7,8 7,5 10 ___ 6,2 ___ ___ 8,6 6,3 6,5 4,8 8,5 8,8 9,3 8,8 ___ 7,2 7 5,6 5 5,2 6 ___ 6 7,4 ___ 3,5 5 8,1 7,8 8 ___ 5,7 6,2 6,5 ___ 6,9 8,2 10 7,7 9,5 5,5 7,3 8,5 6,7 8,2 ___ 3,4 6,8 4 6,5 8 7,5 7 7,6 12 12,4 10* 9
17 16,7 16,4 15,7 18,3 16,6 18,7 15,7 19,5 15 10,9 18,6 17,3 20,6 ___ 13,1 ___ ___ 17,5 18 17,3 13,5 17,3 18,5 19,1 17 ___ 14,5 19,3 10,5 12,5 11,2 18,1 ___ 13,5 18,5 ___ 7,6 11,5 17,5 16,3 19 ___ 12,2 15,3 13,5 15,5 18,5 16 16,5 18,5 18,9 12,5 20 19,5 13,8 17,3 ___ 13 16,5 12,7 16,5 19,3 18,7 18 18,9 24,5 22 20* 17,5
16,8 16,5 16,4 15,7 18,3 16,6 18,7 15,7 19 15 10,5 18,6 17,3 20,6 17 13,1 ___ 18 17,5 12,3 17 ___ 17 17,2 19,1 17 ___ 14,5 19 10,5 12,4 11,2 17 12 12,8 18,2 ___ 7,4 11,4 17,2 16,3 18,3 ___ 12 15 13,5 15,4 18 15,5 16,5 18,3 18,9 ___ 19,5 19 13,8 17,3 ___ 12,6 11,5 12,7 13 19 18,7 17,8 18,7 24,2 21,7 14* 8
7,7 8,4 7,8 6,5 8,8 7,6 8,4 6,5 8,6 7,1 4,8 8,5 7,7 10 8,8 6,2 ___ 9 8,6 15 7,9 ___ 9,3 10,5 9,3 8,8 ___ 7,2 8,4 5,6 5,7 6 8 6 7 8,3 ___ 4,1 5,1 9 8,4 9,7 ___ 6,5 7 7,5 7,7 8 9 10 8,5 9,5 ___ 8,5 9,1 6,7 8,7 ___ 6,1 15,5 7 16,3 9 8,3 8 9,3 12,8 14,5 22 18,5
7 6 6 5,7 6 6,5 6 5,8 5,3 6,5 4,2 6 6,8 7 ___ 5 ___ ___ 5,7 6,8 6,5 6 6,5 7,5 6,5 6,5 ___ 6,2 5,9 4,2 5,5 5 6 ___ 5 5,5 ___ 2,5 5 5,3 6 ___ ___ 4,1 4,2 5 ___ 5,5 5,5 6 5,7 6 ___ 7 7,5 5 5,7 ___ 4,8 6 5 6,6 4 5,4 5,4 6,3 7 8,8 5* 7
0,5 0,5 0,3 0,3 0,55 0,45 0,4 0,4 0,5 0,4 0,4 0,5 0,5 0,55 ___ 0,3 ___ ___ 0,4 0,5 0,45 0,5 0,5 0,5 0,4 0,5 ___ 0,45 0,4 0,4 0,5 0,4 0,4 ___ 0,5 0,5 ___ 0,4 0,5 0,4 0,5 0,5 ___ 0,6 0,55 0,45 ___ 0,4 0,5 0,5 0,4 0,45 0,7 0,6 0,4 0,5 0,5 ___ 0,45 0,6 0,45 0,5 0,45 0,4 0,4 0,6 0,9 0,7 0,6 0,5
11
10,6
9,8
9,5
13
9,5
11
9
18.5* 15
12* 7,7
A.1.1 A.2.1 A.1.1 A.1.1 A.2.1 A.2.2 A.2.1 A.2.1 A.2.1 A.2.1 A.1.1 A.2.1 A.1.1 A.2.1 A A.2.1 A A.2.1? A.2.1 D.1.8 A.1.2 D.1.8? A.2.1 A.1.1 A.1.1 A.2.1 A.2.2 A.1.1 A.1.1 A.2.1 A.4.1 A.2.1 A.1.1 A.1.1? A.1.5 A.1.3 D.1.5 A.1.5 A.1.1 A.2.1 A.1.1 A.2.1 A.2.1? A.2.1 A.2.1 A.1.1 A.1.2? A.2.1 A.2.1 A.2.1 A.2.1 A.2.2 olla A.1.1 A.1.1 A.2.1 A.2.1 A.2.1? A.4.1 C.1.2 A.3.1 D.1.3 A.1.1 A.2.1 A.2.2 A.2.1 A.2.1 A.2.2 D.1.9 D.1.9
Uso
x x x
x
x x x x
x x
x x
x x
x
Tabla II.1. (Primera parte). Registro morfológico y métrico de la muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. Clave de abreviaturas: h PTV: altura del punto de tangencia vertical. D. Máx.: diámetro máximo. D. boca: diámetro de la boca u orificio. h total: altura total. D. base: diámetro de la base. h PI/PA: altura del punto de inflexión o angular. D. PI/PA: diámetro a la altura del punto de inflexión o angular. Forma: según tipología en Capítulo 4. Uso: presencia de marcas de uso. Los valores con asterisco son estimaciones, la x indica presencia del atributo considerado.
261
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Lám. 12 12 12 12 12 12 13 13 13 13 13 13 13 13 14 14 14 14 14 14 14 14 15 15 15 15 15 15 15 15 15 16 16 16 16 16 17 17 17 17 18 18 18 18 18 18 18 19 19 20 20 20 20 20 20 21 21 21 21 21 21 21 21 22 22 22 23 23 23 23
N° 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140
Museo MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MEJBA MEB WMV MPBV IAMUNT MEJBA MUNR MEJBA EM MEJBA MSLQ MEB IAMUNT MEJBA MLP MLP MLP MEJBA MLP MLP WMV MB MLP MEJBA WMV MAEC MEJBA WMV MSLQ ? IAMUNT MLP IAMUNT MEJBA MEJBA MLP MEJBA MRPUC MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MEB MLP MLP MB MEJBA MLP
Colección BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB Zavaleta Mendonça Schreiter Pastrana INTERDEA Salvatierra Negrete Zavaleta Zavaleta Breyer ___ ___ Schreiter Zavaleta BMB BMB BMB CA BMB BMB Schreiter Bravo BMB CA Schreiter Schreiter ___ Schreiter ___ ? Paz Posse BMB INTERDEA B.A. Zavaleta BMB CA ___ BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB ___ BMB BMB Bravo CA Methfessel
Nº de pieza MLP-Ar-5370 BMB MLP-Ar-5361 BMB MLP-Ar-5367 BMB MLP-Ar-5340 BMB MLP-Ar-5382 BMB MLP-Ar-5244 BMB MLP-Ar-6498 BMB MLP-Ar-5288 BMB MLP-Ar-5289 BMB MLP-Ar-5357 BMB MLP-Ar-6433 BMB Z-11196 Cámara 11.1 88682 ___ ___ 19297 150 Z-11084 VC 6459 44-2015 490 319 CB MA 1685/1789 -28008MLP-Ar-4667 BMB MLP-Ar-6089 BMB MLP-Ar-4674 BMB CA sin N° MLP-Ar-5343 BMB MLP-Ar-5055 BMB 88547 ___ MLP-Ar-5251 BMB -3702587195 946 (34-262 MEJBA) -3153088735 12 ? MA 2052/4471 MLP-Ar-4472 BMB 001-99 B.A. 29 -25245MLP-Ar-4668 BMB CA 12 42-14 MLP-Ar-5321 BMB MLP-Ar-5336 BMB MLP-Ar-5393 BMB MLP-Ar-5188 BMB MLP-Ar-5330 BMB MLP-Ar-5381 BMB MLP-Ar-5306 BMB MLP-Ar-5267 BMB MLP-Ar-5352 BMB MLP-Ar-5380 BMB MLP-Ar-5389 BMB MLP-Ar-5318 BMB MLP-Ar-5366 BMB MLP-Ar-5388 BMB MLP-Ar-5399 BMB 320 CB MLP-Ar-5360 BMB MLP-Ar-5964 BMB ___ CA 23 α MLP-Ar-5432 EAM
Procedencia Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Palo Blanco Famabalasto Famabalasto Famabalasto Campo de la Puerta de Corral Quemado Tacuil Rincón Chico, Rch 21 Fuerte Quemado Región de Santa María Mortero Hachado Santa María Desconocida Cachi Belén Desconocida ¿Región de Andalgalá? Región de Santa María Pozo Verde, Hualfín Cachi El Bañado Fuerte Quemado El Bañado Desconocida Famabalasto ¿Ampajango? Hualfin, Yacuchuyu, Pucarilla, etc. Animaná Famabalasto ¿Amaicha? Desconocida Corral Quemado Desconocida Santa María ¿Región de Andalgalá? San José Santa María Masao Mortero Hachado Desconocida Fuerte Quemado El Bañado Desconocida Desconocida Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Región de Santa María Famabalasto Lorohuasi Animaná Desconocida Pie del Alto de la Loma
h PTV D. Máx. D. boca h total D. base Espesor h PI/PA D. PI/PA Forma 8,5 9 9 5,7 5,7 4,5 7 6,5 ___ 8,6 8 5,5 4,40 ___ 8,5 4,7 5 6,5 6,8 ___ 6,5 6 5,9 5 6 5,4 8 5,5 8,3 7 7,4 ___ ___ ___ ___ ___ 7 6 ___ 8 ___ 7,6 6,7 ___ 7,5 7,9 6,1 9 7,2 7 5,2 5,5 4,7 6,5 5,1 8,5 5,3 7,8 6 6,7 5 9,8 5,4 18,5 10,7 ___ 8 ___ 8,3 6,3
17,5 16,5 17,5 10,2 16 11,3 17,5 11,2 ___ 14,5 19,2 16 9,40 ___ 19,5 8,7 14,7 17 16 ___ 11 15 15,5 11,4 14,5 12,2 17,2 14 20 17 18 ___ 22* ___ 22* ___ 18,2 12,5 ___ 20,3 ___ 19 20 ___ 15,5 17,7 16 17,6 20 20,5 15 16 16 17 17 17 10,5 19,2 14 18,3 11 20 14 21,5 18,2 ___ 17 16* 21 16,3
17 16,3 17 10 12,4 7,2 17,3 11,2 ___ 14,5 19,2 15 9,40 ___ 19,2 8,5 14,5 16 15,8 ___ 11 11 15 11,4 14,3 11,9 17 14 19 15 17,8 19,4 20* ___ 20* 15,4 13,2 12,2 13,5 13,3 ___ 19 19,7 13 15,2 17,7 16 17,6 12,1 11,8 10,7 11,4 11,3 11,5 11,8 16,5 10,3 19 10 11,8 9 21,5 9,1 23 18,2 ___ 17 16* 20,5 16
10,2 10,2 10,4 6,3 15,3 12,5 8,3 6,5 ___ 8,6 8 7,5 4,40 ___ 10 5 5,4 8 7,8 ___ 6,5 14,5 7 6 6,6 6,4 9,5 5,5 9,7 14,4 8,9 9,7 15* ___ 10* 7 15 6,9 6,5 17 ___ 8,4 7,9 7,6 8,2 7,9 6,6 9 13,1 16,5 14 14 13,3 15,3 15 9,6 6,5 8,1 13 16,9 11,4 12,8 12,5 23,2 10,7 ___ 9,4 8* 9 7,5
6 6,5 5,4 3,5 5,5 4,2 5,6 4 ___ 5 6,1 6,5 3,30 ___ 6,5 4 6,8 6 5 ___ 4 7,6 5,3 4,2 5,5 4,9 6,3 5,3 6 6 7,5 ___ 6* ___ 7* ___ 6 5 ___ 8,5 ___ 6,2 7 5,5 5,5 5,5 5,5 ___ 7,4 ___ 6,3 6 7,5 6,3 7 4,8 4,4 5 6 6,7 4 6,8 4,5 9,9 6,5 ___ 5,5 5* 7 5,3
0,4 0,5 0,4 0,5 0,5 0,4 0,5 0,4 ___ 0,4 0,35 0,6 0,35 ___ 0,6 0,4 0,5 0,6 0,4 ___ 0,5 0,5 0,5 0,4 0,5 0,4 0,4 0,4 0,5 0,5 0,5 ___ 0.5* 0,8 ___ ___ 0,5 0,4 ___ 0,65 ___ 0,5 0,5 ___ 0,6 0,6 0,4 0,45 0,7 0,4 0,5 0,6 0,4 0,6 0,35 0,4 0,4 0,5 0,5 0,4 0,45 0,4 0,6 0,5 0,4 ___ 0,7 0.5* 0,5 0,4
9,5 8,5
8,3 5,8
10,5
11
12,5
15,6
13
11,5
13
14
12,5 11,5 9,8 11,3 12,5 11,8
9,2 9 5,5 10,5 10 8,75
10,2 13,2 9,6 10,6 11,2 12,5
8 9,3 8,6 19,8 8,5 19,5
A.2.1 A.2.1 A.2.1 A.2.1 D.1.3 D.1.2 A.1.1 A.2.1 A.2.1? A.2.1 A.2.1 A.1.1 A.1.1 A.1.1? A.1.4 A.2.1 A.1.1 A.1.1 A.1.5 D.1.7 A.2.4 D.1.7 A.1.4 A.2.2 A.1.1 A.1.1 A.2.3 A.2.7 A.2.3 C.1.1 A.1.2 A.2.1? A.2.2 A A.2.2 A.2.1? C.1.2 A.2.5 A.1.1? D.1.5 A A.1.5 A.2.2 A.4.1 A.1.2 A.7.1 A.2.1 A.2.1? B.1.1 D.1.1 C.1.4 D.1.1 C.1.4 D.1.1 D.1.5 A.2.1 A.1.1 A.1.1 D.1.6 D.1.5 C.1.5 A.5.1 C.1.5 D.2.1 A.2.1 D.1.5 A.1.1 A.2.2 A.1.1 A.1.1
Uso
x
x x
x x
x
x
Tabla II.1. (Continuación). Registro morfológico y métrico de la muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. Clave de abreviaturas: h PTV: altura del punto de tangencia vertical. D. Máx.: diámetro máximo. D. boca: diámetro de la boca u orificio. h total: altura total. D. base: diámetro de la base. h PI/PA: altura del punto de inflexión o angular. D. PI/PA: diámetro a la altura del punto de inflexión o angular. Forma: según tipología en Capítulo 4. Uso: presencia de marcas de uso. Los valores con asterisco son estimaciones, la x indica presencia del atributo considerado.
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Apéndice II Lám. 23 23 23 24 24 24 24 24 25 25 25 25 26 26 27 27 27 27 27 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 ___ ___
N° 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150 151 152 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 169 170 171 172 173 174 175 176 177 178 179 180 181 182 183 184 185 186 187 188 189 190 191 192 193 194 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 208 209
Museo Sugo, San Juan ? WMV IAMUNT MLP MLP MLP MEB WMV MEJBA WMV MEB IAMUNT MEJBA MLP MLP MAQ MLP MEJBA MIH MEB MLP MLP MLP MLP MLP IAMUNT IAMUNT MLP MIH IAMUNT EM EM EM MIH MLP MEJBA MLP MLP MLP MLP IAMUNT IAMUNT IAMUNT IAMUNT IAMUNT IAMUNT MPBV MUNR MUNR MSLQ WMV WMV MEJBA MEJBA MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MEB MB
Colección Sugo ? Schreiter ? Bruch Bruch BMB ___ Schreiter Salvatierra Schreiter ___ Schreiter Schreiter Moreno 2 Moreno 2 ___ BMB Salvatierra ___ Mendonça BMB BMB BMB BMB Moreno 1 Schreiter Paz Posse Bruch Gómez ___ Zavaleta Zavaleta Uhle Gómez Bruch Donac. E. Deautier Bruch Bruch Bruch Moreno 2 Paz Posse Berberián y Soria Peirano Paz Posse Paz Posse Berberián y Soria Pastrana ___ ___ ___ Schreiter Schreiter Zavaleta B.A. BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB CB Bravo
Nº de pieza ___ ? 88888 ? MLP-Ar-5895 CB MLP-Ar-5900 CB MLP-Ar-5282 BMB 356 CB 88542 19296 88887 317 CB MA 1735/2243 -38024MLP-Ar-2265 FPM MLP-Ar-2232 FPM 651 MLP-Ar-4673 BMB 19295 ___ Cámara 1 MLP-Ar-5879 BMB MLP-Ar-4675 BMB MLP-Ar-4676 BMB MLP-Ar-4672 BMB MLP-Ar-1728 FPM MA 1569/581 MA 1759/3777 MLP-Ar-6086 CB 163 MA 1808 VC 5040 VC 5182 VC 1409 395 MLP-Ar-6081 CB 28-1287 MLP-Ar-5897 CB MLP-Ar-5890 CB MLP-Ar-5889 CB MLP-Ar-2115 FPM MA 1560/3784 MA 0560/5609 MA 1707/1265 MA 2230/4473 MA 1119/3787 MA 0506/5628 ___ 8/1 ___ 400 88548 88734 Z-9601 B.A. 32 MLP-Ar-4670 BMB MLP-Ar-4671 BMB MLP-Ar-6261 BMB MLP-Ar-6289 BMB MLP-Ar-6280 BMB MLP-Ar-5258 BMB MLP-Ar-5301 BMB MLP-Ar-5328 BMB MLP-Ar-5332 BMB MLP-Ar-5363 BMB MLP-Ar-5358 BMB MLP-Ar-5355 BMB 316 CB ___
Procedencia Desconocida Catamarca San Carlos, Utula, Hualfín, etc. Desconocida Fuerte Quemado Fuerte Quemado Famabalasto Región de Santa María Hualfin, Yacuchuyu, Pucarilla, etc. Santa María San Carlos, Utula, Hualfín, etc. Región de Santa María Puerta de Corral Quemado Quilmes Quilmes Dto. Trancas Ambato El Bañado Santa María Desconocida Rincón Chico, RCh 21 Lorohuasi El Bañado El Bañado El Bañado Calchaqui Campo del Cerro Colorado El Campito, Corral Quemado Fuerte Quemado Tinogasta Desconocida Oroguasí, Cafayate Fuerte Quemado Medanitos Chilecito Fuerte Quemado San José de Catamarca Fuerte Quemado Fuerte Quemado Fuerte Quemado Santa María El Campito, Corral Quemado Zárate Campo del Cerro Colorado Santa María Corral Quemado Zárate Región de Santa María Tolombón Desconocida ¿Región de Andalgalá? Hualfin, Yacuchuyu, Pucarilla, etc. Santa María Fuerte Quemado Desconocida El Bañado El Bañado Fuerte Quemado Las Mojarras Las Mojarras Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Región de Santa María Animaná
h PTV D. Máx. D. boca h total D. base Espesor h PI/PA D. PI/PA Forma ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ 6,5 18,5 6,6 18 7,8 18,7 7,8 19,5 ___ ___ 7 19 ___ ___ ___ ___ 5 15 8 18,7 5,9 14,2 5,9 12,5 7,2 15 5,6 14,2 10,3 27 ___ ___ 3,6 6,7 4 8,7 2,5 6,5 2,9 7 3,2 7,7 2,5 7,9 3 8,5 2,5 8 ___ 5* 2 5 2,5 8,5 ___ 7 x 6,5 ___ 14,2 x 6 ___ 9,3 x 8,8 ___ ___ 5,6 5 2,1 5,5 6 16,5 4,6 9 6 16,5 6,5 17,5 6,5 17,3 8 19,4 7 19 7,7 18 9 19,4 5 14,2 6,5 14,4 6,8 15,3 7 14,6 5,5 11 ___ ___ ___ ___ 3,5 7,2 5,7 13,2 4,8 13 6,9 17 7 18 7,5 15,8 9 16,5 9 18,5 8 17,7 8,4 15,4 5,4 15 5,1 12,5 9,4 17 5,9 11 5,7 15 ___ 21*
___ ___ 16,3 ___ 17,2 18 18,7 21,1 24,5 18,5 16,7 ___ 10 16,5 13,9 12,5 14,7 13,8 12,8 4 6,7 8,5 6,2 7 7,7 2,5 2,5 2,5 2* 2 2,8 ___ ___ ___ ___ 4,6 5,5 15,8 9 16,5 17,5 17,3 18,8 19 17,3 19,3 13,6 14,4 15,1 14,6 10,7 11 19 7,2 13 12,5 16,6 17,8 15,5 16,5 18,3 17,7 15,4 11 9,7 17 11 14,7 20*
___ ___ 9 ___ 8,9 7,7 7,8 21,4 12,4 8,1 7,4 ___ 13 19,9 6,8 5,9 8,6 6,6 16,6 2 3,6 4,2 2,8 2,9 3,2 4,9 5,5 5 ___ 4 6 4 7 7,8 7 7,7 2,1 7,2 4,6 7,2 7,6 8 11 7 9,4 10,1 7,2 6,5 8,2 8,6 6 6 10,6 3,5 5,7 5,7 8,5 7,3 8,7 9 9,7 8,5 8,4 14 12,1 9,4 5,9 6 14*
___ ___ ___ ___ 7,5 7,5 5,5 7,5 6,5 5 ___ ___ 5,8 7 6,4 4,8 5,5 5,5 8 ___ 2,2 4,5 3,3 3,5 3 2,5 2,5 3,5 ___ 2 ___ ___ ___ ___ ___ 2,5 ___ 6,7 3,5 6 6,5 6,7 6,5 6,5 6,5 6,5 4,8 4,9 5 5 4,5 ___ ___ ___ 4,5 5 7,2 6 6,6 6,5 6 7 5 5 5 5,5 4 5,5 6*
___ ___ ___ ___ 0,5 0,6 0,45 0,5 ___ 0,55 ___ ___ 0,7 0,5 0,4 0,35 0,55 0,5 0,6 ___ 0,3 0,6 0,35 0,45 0,3 0,6 0,5 0,5 ___ ___ 0,6 ___ ___ ___ ___ 0,5 0,4 0,5 0,5 0,5 0,5 0,45 0,5 0,4 0,4 0,4 0,45 0,5 0,6 0,5 0,35 ___ ___ 0,4 0,55 0,5 0,4 0,5 0,4 0,45 0,4 0,5 0,5 0,6 0,5 0,4 0,5 0,4 0.5*
12
11,5 11,5
6,8
10,3 8,5
18,5
9,5 10,8
4,3
7,5 7
C.1.3 B.1.1 A.1.1? D.1.3 A.1.1 A.1.1 A.1.2 D.3.1 A.1.1? A.1.1 A.1.1? A.2.1 C.1.3 D.1.4 A.1.1 A.1.4 A.2.1 A.1.4 B.1.1 A.2.1 A.2.1 A.2.1 A.4.2 A.1.4 A.1.1 B.1.3 B.1.2 B.1.3 B.1.3 B.1.3 B.1.3 B.1.4 B.1.5 C.1.6 C.1.6 C.2.1 A.6.1 A.1.1 A.2.1 A.1.1 A.1.1 A.2.2 A.2.1 A.1.1 A.1.2 A.1.2 A.4.1 A.1.1 A.1.6 A.2.1 A.2.1 A.1.1? A.1.1 A.1.1? A.2.2 A.4.1 A.1.1 A.1.1 A.1.1 A.1.1 A.2.1 A.2.6 A.2.1 D.1.3 D.1.3 A.2.1 A.1.6 A.2.2 A.2.2
Uso
x x x
x
x
x
x
x
x
Tabla II.1 (Continuación). Registro morfológico y métrico de la muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. Clave de abreviaturas: h PTV: altura del punto de tangencia vertical. D. Máx.: diámetro máximo. D. boca: diámetro de la boca u orificio. h total: altura total. D. base: diámetro de la base. h PI/PA: altura del punto de inflexión o angular. D. PI/PA: diámetro a la altura del punto de inflexión o angular. Forma: según tipología en Capítulo 4. Uso: presencia de marcas de uso. Los valores con asterisco son estimaciones, la x indica presencia del atributo considerado.
263
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Lám. 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 6 6 6 6 6 6 6 6 6 7 7 7 7 7 7 7 8 8 8 8 9 9 9 9 10 10 10 10 10 11 11 11
N° 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70
Museo MLP MLP MLP MLP MLP IAMUNT IAMUNT IAMUNT MEJBA MLP MLP MLP MLP MEJBA WMV MLP ? WMV MLP MEJBA MLP MEJBA MEJBA IAMUNT MEJBA MLP MUNC MLP MLP MLP MLP MLP MEJBA WMV MEJBA MLP EM MEJBA MLP MLP MUNR MEB ? MEJBA MLP MLP MQB MLP MLP MLP Lab.18UNLP MAQ MCH MEJBA MAJBA MLP MLP MAS IAMUNT MLP MLP MLP MLP MLP MEB MLP MAQ MSLQ MIH MIH
Colección BMB BMB BMB BMB BMB Schreiter Schreiter Paz Posse Proyecto Yocavil BMB BMB Methfessel Methfessel Zavaleta Schreiter Methfessel ? Schreiter BMB CA Moreno 2 B.A. CA INTERDEA Breyer BMB ___ Methfessel Bruch Methfessel BMB BMB Zavaleta Schreiter Donación Ambrosetti Moreno 2 ? Donación Ambrosetti Moreno 2 BMB MLP Mendonça ? Donación Ambrosetti Bruch Lafone Quevedo De La Vaulx BMB BMB BMB ___ ___ Cura Bellas Artes-Quiroga ___ BMB BMB Williams Berberián y Soria BMB BMB BMB Moreno 2 BMB Mendonça BMB ___ ___ Manzur Gómez
Nº de pieza MLP-Ar-5287 BMB MLP-Ar-5378 BMB MLP-Ar-4784 BMB MLP-Ar-6046 BMB MLP-Ar-5677 BMB MA 1042/949 MA 2532/1775 MA 0989/4222 FF29 MLP-Ar-5319 BMB MLP-Ar-5129 BMB MLP-Ar-5431 EAM MLP-Ar-5449 EAM Z-8284 87149 MLP-Ar-5479 EAM ? 88792 MLP-Ar-5374 BMB -37002MLP-Ar-2113 FPM B.A. 20 CA 13 005-99 -28044MLP-Ar-5237 BMB 20 MLP-Ar-5436 EAM MLP-Ar-5904 CB MLP-Ar-5431 EAM MLP-Ar-5305 BMB MLP-Ar-6968 BMB Z-11089 88681 23798 MLP-Ar-2208 FPM VC 6010 (?) -37848MLP-Ar-2160 FPM MLP-Ar-5278 BMB 2260 Cámara 15.9 ? 23797 MLP-Ar-5894 CB MLP-Ar-4919 SLQ 71.1898.43.1140 MLP-Ar-6497 BMB MLP-Ar-4980 BMB MLP-Ar-5392 BMB ___ 17/15/82 2701 CH -37026___ MLP-Ar-5676 BMB MLP-Ar-6355 BMB ___ MA 0521 MLP-Ar-6387 BMB MLP-Ar-5007 BMB MLP-Ar-5261 BMB MLP-Ar-2122 FPM MLP-Ar-5963 BMB C 13'.1 MLP-Ar-5967 BMB 2436 44 188 338
Procedencia Famabalasto Famabalasto Caspinchango Campo del Paso Quebr. Entre Ríos, Quebr. Chiquimín La Puerta Hualfín Fuerte Quemado Rincon Chico, RCh 18 Famabalasto Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Rincón Rincón perdido de Shiquimil Cachi Desconocida Mesada Grande Quilmes Yayamayo, Pichao, Anjuana, etc. Famabalasto Desconocida Santa María Desconocida Desconocida Mortero Hachado Amaicha Famabalasto Cachi Rincón Fuerte Quemado Rincón Famabalasto Las Mojarras Cachi Fuerte Quemado Vitos Santa María Belén Vitos Calchaqui Famabalasto Santa María Rincón Chico, RCh 21 Amaicha Vitos Fuerte Quemado Desconocida El Bañado Palo Blanco Punta de Balasto Famabalasto Loma de los Antiguos, R. 11 Andalgalá Desconocida Amaicha Quilmes Quebr. Entre Ríos, Quebr. Chiquimín Puerta de Corral Quemado Tolombón Zárate Quebrada de Loconte hacia el sud Masao Famabalasto Calchaqui Lorohuasi Rincón Chico, RCh 21 Lorohuasi Belén ¿Región de Andalgalá? Catamarca Aimogasta
Segm.
Guarda
1.a I.c 1.a I.c 1.a I.b 1.a I.a 1.a I.a 1.a I.c 1.a I.a 1.a I.c 1.a I.a 1.a I.c 1.a I.e 1.a I.a 1.a I.a 1.a I.a 1.a I.f 1.a I.c 1.a I.a 1.a I.x 1.a I.w 2.b I.w y III.d-h 1.a I.a 1.a I.e 2.b I.j 1.a I.h 1.a 1.a I.g 1.b I.ñ 1.a I.g 1.a I.k 1.a I.g 1.a I.w 1.a I.g 1.b I.l 1.b I.l 1.b I.m 1.b I.l 1.a I.v 1.b I.m 1.a I.p 1.a I.d 1.a I.i 1.a I.t 1.a I.t 1.a I.t 1.a I.q 1.a I.o 1.a I.r 1.a II.c 1.a II.c 1.a II.s 1.a II.i 1.a II.g 1.a II.s 1.b II.l 2.a II.c 2.a II.c 2.a II.c 2.a II.c 1.a II.b 2.a II.n 5 II.m 5 II.k y II.c 1.a II.e 1.a II.s 1.a II.e 1.a II.s 1.a II.e 1.a II.p 1.a II.q 4 III.a y IV.n
D. I. R. B. P. R. x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x
x x x x x x x x x x x x x x x x x
x x x x x x x x x x
x x ? x x
x x x x x x x x x x
x
x
x
x x x x x x
x
x x
x
A.G. 1,3 a 1,7 1,6 a 2,2 2 2,5 2 a 2,5 1,8 a 2,2 2,1 a 2,5 1,6 a 2,3 2 0,9 a 1,5 1,3 a 1,6 2 a 2,5 1,5 a 2 2,5 a 2,9 ___ 1,6 a 2 ___ 2,5* 1,5 a 2 3,5 1,5 a 2 1,4 a 2 4,3 a 5 2 a 2,3 2,3 1,1 a 1,5 2* 1,2 a 1,6 1,7 a 2,2 1 a 1,5 2 1,2 a 1,5 1,5 a 2 2* 1,8 a 2,4 1,5 a 2,3 ___ 1,9 1 a 1,3 1,4 a 2 2 a 2,4 1,3 a 1,5 ___ 1,4 1,7 a 2,2 1,5 a 2 1,5* 1,5 1,5 2,5 2,6 a 2,8 2,8 a 3,7 2,5 2 a 2,7 4 a 4,5 3 3 ___ 0,8 a 1,2 3,5 a 4,2 3,5 4,5 2,5 a 2,7 1,6 a 2,9 1,9 a 2,2 2 2,3 4 a 4,4 6 9
A. I. 0,15 0,1 0,1 a 0,15 0,1 0,1 0,1 0,1 a 0,2 > 0,1 0,1 0,1 0,1 a 0,2 0,1 0,1 a 0,2 0,1 0,25* > 0,1 ___ 0,25* 0,1 0,1 0,1 0,1 a 1,5 0,15 a 0,2 0,1 0,1 > 0,1 ___ 0,1 a 0,2 > 0,1 0,1 a 0,2 0,15 0,1 a 0,2 0,1 a 0,2 0,1* 0,1 0,1 a 0,2 ___ 0,1 0,1 0,1 0,15 0,1 ___ 0,1 0,1 a 0,2 0,15 ___ 0,1 0,1 0,1 0,1 0,15 0,1 0,05 a 0,15 0,1 0,1 0,15 ___ 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 a 0,15 0,1 0,1 a 0,2 0,15 a 0,2 0,15 0,1 0,15 0,1
Tabla II.2. (Primera parte). Variables de diseño sobre una muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. Clave de abreviaturas: Segm.: patrón de segmentación de diseño. Guarda: diseño de guarda. D.I.: decoración incisa. R.B.: relleno blanco. P.R.: manchas de pintura roja. A.G.: ancho de guarda (cm). A.I.: ancho de incisión (cm). Los valores con asterisco son estimaciones, la x indica presencia del atributo considerado.
264
Apéndice II Lám. 12 12 12 12 12 12 13 13 13 13 13 13 13 13 14 14 14 14 14 14 14 14 15 15 15 15 15 15 15 15 15 16 16 16 16 16 17 17 17 17 18 18 18 18 18 18 18 19 19 20 20 20 20 20 20 21 21 21 21 21 21 21 21 22 22 22 23 23 23 23
N° 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140
Museo MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MEJBA MEB WMV MPBV IAMUNT MEJBA MUNR MEJBA EM MEJBA MSLQ MEB IAMUNT MEJBA MLP MLP MLP MEJBA MLP MLP WMV MB MLP MEJBA WMV MAEC MEJBA WMV MSLQ ? IAMUNT MLP IAMUNT MEJBA MEJBA MLP MEJBA MRPUC MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MEB MLP MLP MB MEJBA MLP
Colección BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB Zavaleta Mendonça Schreiter Pastrana INTERDEA Salvatierra Negrete Zavaleta Zavaleta Breyer ___ CB Schreiter Zavaleta BMB BMB BMB CA BMB BMB Schreiter Bravo BMB CA Schreiter Schreiter ___ Schreiter ___ ? Paz Posse BMB INTERDEA B.A. Zavaleta BMB CA ___ BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB CB BMB BMB Bravo CA Methfessel
Nº de pieza MLP-Ar-5370 BMB MLP-Ar-5361 BMB MLP-Ar-5367 BMB MLP-Ar-5340 BMB MLP-Ar-5382 BMB MLP-Ar-5244 BMB MLP-Ar-6498 BMB MLP-Ar-5288 BMB MLP-Ar-5289 BMB MLP-Ar-5357 BMB MLP-Ar-6433 BMB Z-11196 Cámara 11.1 88682 ___ ___ 19297 150 Z-11084 VC 6459 44-2015 490 319 CB MA 1685/1789 -28008MLP-Ar-4667 BMB MLP-Ar-6089 BMB MLP-Ar-4674 BMB CA sin N° MLP-Ar-5343 BMB MLP-Ar-5055 BMB 88547 ___ MLP-Ar-5251 BMB -3702587195 946 (34-262 MEJBA) -3153088735 12 ? MA 2052/4471 MLP-Ar-4472 BMB 001-99 B.A. 29 -25245MLP-Ar-4668 BMB CA 12 42-14 MLP-Ar-5321 BMB MLP-Ar-5336 BMB MLP-Ar-5393 BMB MLP-Ar-5188 BMB MLP-Ar-5330 BMB MLP-Ar-5381 BMB MLP-Ar-5306 BMB MLP-Ar-5267 BMB MLP-Ar-5352 BMB MLP-Ar-5380 BMB MLP-Ar-5389 BMB MLP-Ar-5318 BMB MLP-Ar-5366 BMB MLP-Ar-5388 BMB MLP-Ar-5399 BMB 320 CB MLP-Ar-5360 BMB MLP-Ar-5964 BMB ___ CA 23 α MLP-Ar-5432 EAM
Procedencia Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Palo Blanco Famabalasto Famabalasto Famabalasto Campo de la Puerta de Corral Quemado Tacuil Rincón Chico, Rch 21 Fuerte Quemado Región de Santa María Mortero Hachado Santa María Desconocida Cachi Belén Desconocida ¿Región de Andalgalá? Región de Santa María Pozo Verde, Hualfín Cachi El Bañado Fuerte Quemado El Bañado Desconocida Famabalasto ¿Ampajango? Hualfin, Yacuchuyu, Pucarilla, etc. Animaná Famabalasto ¿Amaicha? Desconocida Corral Quemado Desconocida Santa María ¿Región de Andalgalá? San José Santa María Masao Mortero Hachado Desconocida Fuerte Quemado El Bañado Desconocida Desconocida Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Región de Santa María Famabalasto Lorohuasi Animaná Desconocida Pie del Alto de la Loma
Segm.
Guarda
1.a III.f 1.a III.f 1.a III.f 1.a III.f 2.a III.f 2.a III.e 2.a III.d 1.a III.m 1.a III.a 1.a III.d 1.a III.k 1.b III.b 1.a III.h 2.a III.h 1.a IV.h 1.a IV.b 1.b IV.c 2.b IV.d 1.b IV.a 5 IV.i 1.b IV.a 5 IV.i 1.b IV.m 1.b IV.l 1.a IV.ñ 1.a IV.ñ 1.a IV.n 1.a IV.k 1.a IV.g 2.b IV.a y IV.f 1.b IV.e 1.b V.k 1.b V.k 1.b V.k 1.b V.k 1.b V.k 1.a V.m 1.a V.n 2.a V.b 1.b V.f 1.b V.k 1.b V.j 1.b V.i 1.b V.j 1.b V.h 1.b V.c 1.b V.c 1.a VI.a 1.a VI.c 1.a VII.g 1.a VII.c 1.a VII.b 1.a VII.h 2.a VII.b 2.a VII.c 1.a VII.c 1.a VII.c 1.a VII.b 1.a VII.c 7 VII.c 1.a VII.c 3.a VII.c 1.a VII.c 5 VII.c 2.a VII.e 7 VII.c 1.b VIII.e 1.b VIII.a 1.b VIII.b 1.b VIII.f
D. I. R. B. P. R. x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x
x x x x x x x x ?
?
x x x x x x x
x x x
x
x x
x x
x x
x x
x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x
x
x
x
A.G. 1,8 2 1,9 a 2,3 1,4 a 1,8 4,5 4 3 a 3,5 1,2 ___ 1,1 a 1,2 2 a 2,4 1 1,5 a 1,8 3* 1,3 a 1,5 1,2 a 1,4 1,5 2* 1,5 ___ 1 1,5 a 2,5 1,9 a 2,3 1 a 1,5 1,3 a 1,9 1,4 a 2 0,7 a 1,2 1,8 a 2,4 3,9 a 4,5 3 a 3,7 2,5 a 3 3,5* 5 3,5 3 2* 5,5* 2 a 2,3 2,3* 6 ___ 5a6 2,3 ___ 1 4 2 a 2,5 4 a 4,4 4 4 a 4,5 2,5 1,5 a 2 2,8 a 3,5 5,5 a 6 4 2,5 1,5 a 1,9 2 a 2,2 1,5 a 1,7 1,5 a 2 2 8 1,6 a 1,8 2,5 2 1,8* 2 4 3 2
A. I. >0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 ___ 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1* 0,1 0,1 0,1 ___ 0,15 ___ 0,1 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 a 0,2 0,15 0,1 0,1 0,16* 0,1 0,2 0,1 a 0,15 0,1* ___ 0,1 0,15* 0,1 a 0,2 ___ > 0,1 0,1 a 0,15 ___ 0,1 0,05 a 0,1 0,05 a 0,1 0,1 a 0,2 0,2 a 0,25 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 > 0,1 0,15 0,1 a 0,15 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 ___ 0,1 a 0,15 0,1 a 0,2 0,1 a 0,15 0,1
Tabla II.2. (Continuación). Variables de diseño sobre una muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. Clave de abreviaturas: Segm.: patrón de segmentación de diseño. Guarda: diseño de guarda. D.I.: decoración incisa. R.B.: relleno blanco. P.R.: manchas de pintura roja. A.G.: ancho de guarda (cm). A.I.: ancho de incisión (cm). Los valores con asterisco son estimaciones, la x indica presencia del atributo considerado.
265
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Lám. 23 23 23 24 24 24 24 24 25 25 25 25 26 26 27 27 27 27 27 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 28 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 29 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 ___ ___
N° 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150 151 152 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 169 170 171 172 173 174 175 176 177 178 179 180 181 182 183 184 185 186 187 188 189 190 191 192 193 194 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 208 209
Museo Sugo, San Juan ? WMV IAMUNT MLP MLP MLP MEB WMV MEJBA WMV MEB IAMUNT MEJBA MLP MLP MAQ MLP MEJBA MIH MEB MLP MLP MLP MLP MLP IAMUNT IAMUNT MLP MIH IAMUNT EM EM EM MIH MLP MEJBA MLP MLP MLP MLP IAMUNT IAMUNT IAMUNT IAMUNT IAMUNT IAMUNT MPBV MUNR MUNR MSLQ WMV WMV MEJBA MEJBA MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MLP MEB MB
Colección Sugo ? Schreiter ? Bruch Bruch BMB CB Schreiter Salvatierra Schreiter CB Schreiter Schreiter Moreno 2 Moreno 2 ___ BMB Salvatierra ___ Mendonça BMB BMB BMB BMB Moreno 1 Schreiter Paz Posse Bruch Gómez ___ Zavaleta Zavaleta Uhle Gómez Bruch Donac. E. Deautier Bruch Bruch Bruch Moreno 2 Paz Posse Berberián y Soria Peirano Paz Posse Paz Posse Berberián y Soria Pastrana ___ ___ ___ Schreiter Schreiter Zavaleta B.A. BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB BMB CB Bravo
Nº de pieza ___ ? 88888 ? MLP-Ar-5895 CB MLP-Ar-5900 CB MLP-Ar-5282 BMB 356 CB 88542 19296 88887 317 CB MA 1735/2243 -38024MLP-Ar-2265 FPM MLP-Ar-2232 FPM 651 MLP-Ar-4673 BMB 19295 ___ Cámara 1 MLP-Ar-5879 BMB MLP-Ar-4675 BMB MLP-Ar-4676 BMB MLP-Ar-4672 BMB MLP-Ar-1728 FPM MA 1569/581 MA 1759/3777 MLP-Ar-6086 CB 163 MA 1808 VC 5040 VC 5182 VC 1409 395 MLP-Ar-6081 CB 28-1287 MLP-Ar-5897 CB MLP-Ar-5890 CB MLP-Ar-5889 CB MLP-Ar-2115 FPM MA 1560/3784 MA 0560/5609 MA 1707/1265 MA 2230/4473 MA 1119/3787 MA 0506/5628 ___ 8/1 ___ 400 88548 88734 Z-9601 B.A. 32 MLP-Ar-4670 BMB MLP-Ar-4671 BMB MLP-Ar-6261 BMB MLP-Ar-6289 BMB MLP-Ar-6280 BMB MLP-Ar-5258 BMB MLP-Ar-5301 BMB MLP-Ar-5328 BMB MLP-Ar-5332 BMB MLP-Ar-5363 BMB MLP-Ar-5358 BMB MLP-Ar-5355 BMB 316 CB ___
Procedencia Desconocida Catamarca San Carlos, Utula, Hualfín, etc. Desconocida Fuerte Quemado Fuerte Quemado Famabalasto Región de Santa María Hualfin, Yacuchuyu, Pucarilla, etc. Santa María San Carlos, Utula, Hualfín, etc. Región de Santa María Puerta de Corral Quemado Quilmes Quilmes Dto. Trancas Ambato El Bañado Santa María Desconocida Rincón Chico, RCh 21 Lorohuasi El Bañado El Bañado El Bañado Calchaqui Campo del Cerro Colorado El Campito, Corral Quemado Fuerte Quemado Tinogasta Desconocida Oroguasí, Cafayate Fuerte Quemado Medanitos Chilecito Fuerte Quemado San José de Catamarca Fuerte Quemado Fuerte Quemado Fuerte Quemado Santa María El Campito, Corral Quemado Zárate Campo del Cerro Colorado Santa María Corral Quemado Zárate Región de Santa María Tolombón Desconocida ¿Región de Andalgalá? Hualfin, Yacuchuyu, Pucarilla, etc. Santa María Fuerte Quemado Desconocida El Bañado El Bañado Fuerte Quemado Las Mojarras Las Mojarras Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Famabalasto Región de Santa María Animaná
Segm.
Guarda
1.a VIII.j y II.s 1.b VIII.g 1.a VIII.l 1.b VIII.n 1.b VIII.d 1.b VIII.c 1.b VIII.e 1.b VIII.h 1.b VIII.i 1.a IX.a 1.b IX.d 1.a X.a 1.a XI.a 1.a XI.b 1.b XII.a 1.a XII.e 1.a XII.b 1.b XII.c 1.b XII.a 1.b II.w 1.a II.d 1.a I.q 1.b XII.d 1.b III.c 1.b III.c 1.b V.j 1.a I.n 1.b I.y 1.b I.s 1.a VIII.m 1.b V.e 2.a V.a 1.b VIII.e 1.a II.o 2.b XII.a y III.l 6 V.b 1.a II.c 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
D. I. R. B. P. R. x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x
? ? x x x x x x x x x x x x
x
x x
x x
x x x x x x ? x
x x
A.G. 3,5* ___ 3,3* ___ 3,5 2,5 a 4,5 3 6 4,5* 2,5 a 2,7 3,7* 2,2* 2 a 2,7 4,5 1 0,8 a 1 3 a 3,5 1,5 1,4 a 2,3 0,7* 1,3 1 0,6 8,8 0,7 4 3,7 3,5 1,5 3 4 ___ ___ ___ 3* 0,8 1,3
A. I. ___ ___ 0,15* ___ 0,1 a 0,15 0,15 a 0,25 0,1 0,2 0,1 a 0,18* 0,15 >0,1* ___ 0,1 a 0,15 0,1 0,1 0,1 0,1 a 0,2 > 0,1 0,2 a 0,3 ___ 0,1 0,1 a 0,15 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 ___ ___ ___ ___ 0,1 0,1
x
Tabla II.2. (Continuación). Variables de diseño sobre una muestra de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. Clave de abreviaturas: Segm.: patrón de segmentación de diseño. Guarda: diseño de guarda. D.I.: decoración incisa. R.B.: relleno blanco. P.R.: manchas de pintura roja. A.G.: ancho de guarda (cm). A.I.: ancho de incisión (cm). Los valores con asterisco son estimaciones, la x indica presencia del atributo considerado.
266
Apéndice II
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Patrones de segmentación 1.a
1.b 2
2.a
1
Animaná
2
Tafí
4
5
6
Total 7
8
9
10 5 1 1
Tolombón
x
x
1
Quilmes
2
1
1
El Bañado
3
5
Campo de El Paso
1
Fuerte Quemado
4
El Calvario de Fuerte Quemado
x
Las Mojarras
1
Rincón Chico
5
Lampacito
x
Amaicha
2
Los Cardones
x
1 x
x
1
1
x
1
San José
1
1
Loma Redonda
x
Rincón
3
1
5
17
x
x
2
3
x
x
x
x
5 x
1
Mesada Grande
10
2
3
1
2
x
Lorohuasi
1
2
1 6
Caspinchango
Shiquimil
1
4
4 x
x
1
Rincón Perdido de Shiquimil
3 x
1
Masao
Trancas
3.b
x
Oroguasí, Cafayate Yocavil
3.a
3
Tacuil Angastaco
2.b
x
1
2 1 4 2
x
x 3 1
1
2 1
Pie del Alto de la Loma
1
1
¿Ampajango?
1
1
Punta de Balasto
1
Región de Santa María
5
6
2
1
Mortero Hachado
2
1
x
Zárate
1
Vitos
1
Trancas
1
Los Cuartos
x
El Mollar
x
x
x
25
2
4
1
5 x
18 3
2 2
3 3 1
x
x
x
7
44
1
5
x
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
2
Potrero Chaquiago
x
Ambato
1
1
Loma de los Antiguos
1
1
Campo de la Puerta de Corral Quemado
1
Campo del Cerro Colorado
1
1
2
Corral Quemado
1
1
2
Puerta de Corral Quemado
1
Hualfín
El Campito, Corral Quemado Belén
1
1
La Puerta
1
Palo Blanco
1
1
2 1 1
1 1 1
2 1
1
1 1
1
Medanitos
1
1 1 1
Chilecito
1
1
Total Total %
1 14
2 3
1
Tinogasta
x
1
Aimogasta Desconocida
2
x
Quebrada de Loconte hacia el sud
La Rioja
2
2
Pozo Verde, Hualfín
Tinogasta
1
1
Hualfín
Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento
1
x
V. Cajón
12
1
3
3
32
97
51
14
5
1
x
1
5
1
2
x
x
32
209
46,4
24,4
6,7
2,4
0,5
x
0,5
2,4
0,5
1,0
x
x
15,3
100
Tabla II.3. Frecuencias de los patrones de segmentación del diseño por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
267
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Diseños I. Greca
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
I.a I.b I.c I.d I.e I.f
I.g I.h I.i
I.j
I.k I.l
1
Total
I.m I.n I.ñ I.o I.p I.q I.r 1
I.s I.t
I.u I.v I.w I.x I.y I.z
I.a' I.w y II.d
1
3
Tacuil Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón Quilmes
1
1
El Bañado Campo de El Paso
1
1
Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado
1
1 1
1
x
x
Las Mojarras
1
1
1
5
x
x
1
Rincón Chico
1
Lampacito
x
x
x x
x
x
1
1
x
2 x
Amaicha
1
x
1
2
Los Cardones Masao Caspinchango
1
1
Lorohuasi
1
1
San José Loma Redonda Rincón
1
Rincón Perdido de Shiquimil
1
Shiquimil
1
2
3 1 1
Mesada Grande
1
1
Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
1
Mortero Hachado
1
3
1
1
Zárate Vitos
2
1
3
Trancas Tafí
Los Cuartos El Mollar
x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x 3
1
1
2
7
Potrero Chaquiago Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado
1
1
Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado
1
Belén
1
1
Hualfín
1
1
1
La Puerta
1
1
Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento
1
1
Quebrada de Loconte hacia el sud Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito Aimogasta
Desconocida Total
9
1
6
1
1
1
2
1
1 5
1
1
1
1
3
2
1
1
1
1
1
1
1 2
1
1
3
x
1
2
1
1
x
x
1
7
1
51
Tabla II.4. Frecuencias del diseño I. Grecas, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
268
Apéndice II Diseños II. Rombos
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
II.a II.b II.c II.d II.e II.f II.g II.h II.i II.j II.l
Total
II.m II.n II.ñ II.o II.p II.q II.r II.s II.t II.u II.v II.w II.c y I.a' II.c y VII.d II.k y II.c
Tacuil Animaná Angastaco
x
x
Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón
x
1
Quilmes
x
x
x
1
1
1
El Bañado Campo de El Paso Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado
x
Las Mojarras
x
Rincón Chico
x
1
x
x
x x
1
x
x
x
x
2
Lampacito Amaicha
1
Los Cardones
1 x
Masao
x
x
1
1
Caspinchango Lorohuasi
2
San José
1
Loma Redonda
x
2 1 x
x
Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil
1
1
1
1
Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
Mortero Hachado Zárate
1
1
Vitos Trancas Tafí
Los Cuartos
x
x
x
El Mollar
x x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x
1 1
1
1
2 2
Potrero Chaquiago Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos
1
1
Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado
1
x
1
El Campito, Corral Quemado Belén
1
1
Hualfín La Puerta Palo Blanco
1
1
Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud Tinogasta
1
1
Tinogasta Medanitos
La Rioja
1
1
Chilecito Aimogasta
Desconocida
1 Total
x
1
7
1
3
1 x
1
x
1
x
1
1
1
x
1
1
1
1 x
4
1 x
x
x
1
4 x
x
1
26
Tabla II.5. Frecuencias del diseño II. Rombos, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
269
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Diseños III. Óvalos
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Total
III.a III.b III.c III.d III.e III.f III.g III.h III.i III.j III.k III.m III.n III.ñ III.o III.d y XII.f III.f, d y ñ III.a y IV.n
Tacuil
1
1
Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón
x
x
x
x
x
x
Quilmes El Bañado
2
x
2
Campo de El Paso Fuerte Quemado
x
1
1
El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras
x
Rincón Chico
x
x 1
x
1
Lampacito Amaicha Los Cardones
x
x
Masao Caspinchango Lorohuasi San José Loma Redonda Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
Mortero Hachado
x
x
x
Zárate Vitos Trancas Tafí
Los Cuartos
x
x
El Mollar
x
x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
1
1
1
x x
x
x
x
5
x
1
9
Potrero Chaquiago Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado
1
1
Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco
1
1
Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito Aimogasta
1
1
1
17
Desconocida Total
1
1
2
2
1
5
x
2
x
x
1
1
x
x
x
x
x
Tabla II.6. Frecuencias del diseño III. Óvalos, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
270
Apéndice II Diseños IV. Líneas quebradas y ondulantes
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Total
IV.a IV.b IV.c IV.d IV.e IV.g IV.h IV.i IV.j IV.k IV.l IV.m IV.n IV.ñ IV.a y IV.f 1
1
2
Tacuil Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón
x
x
Quilmes El Bañado
1
1
2
Campo de El Paso Fuerte Quemado
x
1
1
El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras
x
x
Rincón Chico
x
x
Lampacito Amaicha Los Cardones Masao Caspinchango Lorohuasi San José Loma Redonda
x
x
Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango?
1
1
Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
Mortero Hachado
1
1
3
1
1
Zárate Vitos Trancas Tafí
Los Cuartos El Mollar
x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x 1
1
1
1
1
1
Potrero Chaquiago Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín
1
1
Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito Aimogasta
Desconocida
1 Total
2
1 1
1
1
1 1
1
3 1
2
x
1
1
1
1
2
1
17
Tabla II.7. Frecuencias del diseño IV. Líneas quebradas y ondulantes, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
271
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Diseños V. Líneas de puntos
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
V.a
V.b
V.c
V.d
V.e
V.f
V.g
V.h
V.i
Total
V.j
V.k
V.l
V.m V.n
Tacuil Animaná
1
1
Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
1
1
Tolombón
x
x
1
1
Quilmes El Bañado Campo de El Paso Fuerte Quemado
1
El Calvario de Fuerte Quemado
x
1
2 x
x
Las Mojarras Rincón Chico
x
x
Lampacito Amaicha
1
Los Cardones
1
x
x
Masao
1
1
Caspinchango Lorohuasi San José
1
1
Loma Redonda de Shiquimil Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
Mortero Hachado
1
2
1
1
Zárate Vitos Trancas Tafí
Los Cuartos El Mollar
x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x
x
x
1
1
1
Potrero Chaquiago
1
x
x
Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado
1
1
Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito Aimogasta
Desconocida
1 Total
1
2
2
x
1
1 1
x
1
1
1
2
3
6
x
1
1
6
1
20
Tabla II.8. Frecuencias del diseño V. Líneas de puntos, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
272
Apéndice II
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Diseños VI. Líneas alternantes Total
Diseños VII. Ganchos enlazados
VI.a VI.b VI.c VI.d y II.t
Total
VII.a VII.b VII.c VII.d VII.e VII.f VII.g VII.h VII.d y II.c
Tacuil Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón
x
x
Quilmes El Bañado Campo de El Paso Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras
x
Rincón Chico
x
x x
x
x
x
Lampacito Amaicha Los Cardones Masao Caspinchango Lorohuasi San José Loma Redonda Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
1
Mortero Hachado Zárate Vitos Trancas
Tafí
Los Cuartos
x
El Mollar
x x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x x 3
Potrero Chaquiago
11
1
1
16
x
x
Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud
Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito Aimogasta
Desconocida
1 Total
1
1 x
1
2 x
2
x
3
11
x
1
x
1
1
x
17
Tablas II.9 y II.10. Frecuencias los diseños VI. Líneas alternantes y VII Ganchos enlazados, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
273
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino Diseños VIII. Serpientes
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Total
VIII.a VIII.b VIII.c VIII.d VIII.e VIII.f VIII.g VIII.h VIII.i VIII.k VIII.l VIII.m VIII.n VIII.ñ VIII.j y II.s
Tacuil Animaná
1
1
Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón
x
x
x
Quilmes El Bañado Campo de El Paso Fuerte Quemado
1
1
1
3
El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras Rincón Chico Lampacito Amaicha Los Cardones Masao Caspinchango Lorohuasi
1
1
San José
x
x
Loma Redonda Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma
1
1
¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
1
Mortero Hachado Zárate Vitos Trancas
Tafí
Los Cuartos El Mollar
x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x
1
1
Potrero Chaquiago Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud
Tinogasta
Tinogasta
1
1
Medanitos La Rioja
Chilecito Aimogasta
Desconocida
1 Total
1
1
1 1
1
3
1
1
1 1
1
x
1
x
1
1
1
1
x
1
6
1
15
Tabla II.11. Frecuencias del diseño VIII. Serpientes, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
274
Apéndice II Diseños IX. Suris
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Diseños X. Batracio
Total
IX.a IX.b IX.c IX.d IX.e IX.f
IX.c y V.b
X.a
Tacuil Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón Quilmes El Bañado Campo de El Paso Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras Rincón Chico
x
x
Lampacito Amaicha Los Cardones
x
x
Masao Caspinchango Lorohuasi San José Loma Redonda Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
1
1
Mortero Hachado Zárate Vitos Trancas
Tafí
Los Cuartos
x
El Mollar
x
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
x x
Potrero Chaquiago
x
x
x
Ambato Hualfín
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud
Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito Aimogasta
Desconocida
1 Total
1
x
x
1
1 x
x
x
2
1
Tablas II.12. y II.13. Frecuencias de los diseños IX. Suris y X. Batracio, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
275
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Procedencia Región
Sitio
V.Calchaquí
Cachi
Diseños XI. Antropomorfos XI.a
XI.b
Diseños XII. Elementos lineales separados
Total
XI.c
Total
XII.a XII.b XII.c XII.d XII.e XII.a y III.l XII.d y III.d
Tacuil Animaná Angastaco Oroguasí, Cafayate Yocavil
Tolombón
x
Quilmes
x
1
1
1
1
El Bañado
1
1
2
Campo de El Paso Fuerte Quemado El Calvario de Fuerte Quemado Las Mojarras Rincón Chico
x
x
Lampacito Amaicha Los Cardones Masao Caspinchango Lorohuasi San José Loma Redonda Rincón Rincón Perdido de Shiquimil Shiquimil Mesada Grande Pie del Alto de la Loma ¿Ampajango? Punta de Balasto Región de Santa María Trancas
1
1
Mortero Hachado Zárate Vitos Trancas
Tafí
1
1
Los Cuartos El Mollar
V. Cajón
Famabalasto
Andalgalá
¿Región de Andalgalá?
Hualfín
Potrero Chaquiago
x
x
Ambato
1
1
Loma de los Antiguos Campo de la Puerta de Corral Quemado
1
1
Campo del Cerro Colorado Corral Quemado Puerta de Corral Quemado El Campito, Corral Quemado Belén Hualfín La Puerta Palo Blanco Pozo Verde, Hualfín Quebrada Bolsa Alta, Nacimiento Quebrada de Loconte hacia el sud Tinogasta
Tinogasta Medanitos
La Rioja
Chilecito
1
1
Aimogasta Desconocida Total
1
1
x
2
2
1
1
1
1
1
x
7
Tablas II.14. y II.15. Frecuencias de los diseños XI. Antropomorfo y XII. Elementos lineales separados, por región y localidad sobre un total de 209 vasijas Famabalasto Negro Grabado relevadas en museos y publicaciones. La x indica presencia del rasgo observada en fragmentos.
276
t. vel. b. r. (8 p) puco entero
una tinaja velera con puco
" "
" "
11a 2127 5166 11 2128 5167
12 2135 5173 12a 2129 5168
277 t. f. col muy roto (p. 29) puco vel roto (p. 9) p. entero
de 3 años dentro de la tinaja
t. f. col muy roto (p. 48) puco muy roto (p. 31)
lamparita tiesto con muchos bocas
puco con esqueleto de un niño
una tinaja (faja colorada) con puco también un
esqueleto de un niño de 3-4 años
una tinaja con puco (faja colorada) con
una tinaja velera con puco y un yurito
una troja con un esqueleto;
y una otra troja con cinco esqueletos
y un vilque muy rotta (sin numero)
una tercera troja con cuatro esqueletos;
una tinaja velera con puco y un esqueleto de un
"
"
"
"
"
"
23 2139 5175
23a 2143 5179
"
una tinaja velera con esqueleto de un niño
"
21 2137 5030
una otra troja con cuatro esquelettos
niño
y un uilque con esqueleto de un niño de 4 años
"
19 2134 5403
puco vel. roto (faltan ped. p. 7)
t. vel. muy b. r. (p. 27)
t. vel. b. r. (10 p)
yuro gr. maleado entero
"Cementerito á pié del cerro" dos tinajas velera con esqueletos de " niños, un uilque con esqueleto de un niño " (todos halazgos muy rotta y sin numeros) dos tinajas veleras con esqueleto de niño de 3-4 t. vel. muy rota sin cuello (p. 7) 18 2141 5177 "Cementerio sobre la Loma" años " (Idem supra ) t. vel. b. r. (1 p) 20 2136 5025
15 2132 5171
" " "
puco entero (pedasitos sin) tinaja velera entera
una tinaja velera con puco
"
10 2126 5165
15a 2168 5197 17 2133 5172
t. velera b. r., gena (14 p) puco entero algunos pedasitos sin
" "
9 2124 5163 9a 2125 5164
"Cementerio Cerca del Puesto" "
II II
t. velera (11 p) sin asiento p. entero sin asiento falta
tinaja velera con puco
" "
8 2122 5022 8a 2123 5162
13 2130 5169 14 2131 5170
II II
tinaja velera b. r. (4 p) p. col (negro) entero
tinaja velera con puco
" "
I
I
I
I
I
I
I
I
urna 6
urna 5
urna 4
urna 1
urna 3 I
urna 2
puco puco
urna
urna puco
urna 6 puco 6
puco 5 urna 5
ollita 4
urna 4 puco 4
urna 3 puco 3
urna 2 puco 2
urna 1
vaso
puco ollita ollita
urna
I
2
1 1 1
1
I
III III
III
III III
II II
II II
II
II II
II
II
7 2121 7 2152 5184
vilke entero
tinajita velera muy rota (p. 14)
un uilque con esqueleto
"
3 2117 5227
una troja con tres esqueletos y una tinajita
velera.
II II II
II
SM T
Fam. Tosca
SM T
Fam. Tosca
SM (falta)
SM T
SJ SJ
SJ
SJ SJ
SM T SM T
SM T SM T
Fam. Tosca
SM T SM T
SM (falta) SM T
SM (falta) SM T
Fam. Tosca
roto sin Nº
SM T SM T SM T
SM T
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
"
ollita entera tinajita b. muy poco rota, velera " entera velera
tinaja velera b. r. (p. 12)
Descripción según listados en las libretas
2 2116 5136
velera y tres tinajitas veleras.
troja con tres esqueletos y una tinaja (grande)
Denominación de evento en libreta
" "
"
Cementerio Weiser "Cementerio Quebrada de Palomas"
4 2118 5158 5 2119 5157 6 2120 5161
1 2115 5135
Numeros Campo Int MLP
puco Loma Rica Bicolor, posible confusión con urna 22 al hacer la lista final
urna SM Tricolor, Fase I-II, hay diferencias listado final (la 23 no tiene puco tapa de acuerdo con dibujo)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna SM Bicolor, Fase I-II
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta) urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta) olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
puco Shiquimil Geométrico puco Shiquimil Geométrico (Tricolor)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
no observado
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
urna SM Tricolor, Fase I-II puco Loma Rica (fuera de modalidad)
urna SM Tricolor, Fase I-II
ollita peinada ordinaria con 4 patas, colita redonda puco Loma Rica (algunos sectores con baño blanco, sin decoración interna)
urna SM Tricolor, Fase I-II Loma Rica Bicolor Modificado
urna SM Tricolor, Fase I-II puco SM Tricolor
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta) puco Loma Rica
olla ordinaria peinada base cónica, asas verticales
urnita SM (de acuerdo con dibujo de libreta)
ollita con cuello SM Bicolor ollita con cuello y asas en forma de "cuencos" SM B
pequeño puco Shiquimil raro (ojo hay un problema con la numeración, ya que no corresponde con el contorno de la pieza dibujada en la libreta)
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta)
Clasificación actual según forma y estilo
Apéndice III
Tabla III.1. (primera parte). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
otra troja con dos esqueletos
otra troja con 5 esqueletos
"
"
una troja con 3 esqueletos,
"
3-4 años y una tinaja velera adentro
un uilke (quebrada) dos esqueletos de niños de
Denominación de evento en libreta
"
"
"Cementerio sobre la Loma"
Cementerio Weiser
278
una troja con dos esqueletos
"
" "
31 2149 5181 32 2151 5183
" "
"
40 2159 5191
una ollita adentro en un uilque (quebrado) sin número
olla col. b. muy roto
IV A IV A
IV A
IV A IV A IV A IV A
34-35. una yara 36. una ollita 37. un yurito roto yuro largo entero olla negra cins. 38. un yarro rotta 39. yurito roto (2 p) yurito roto
" " "
5187 5188 5189 5236
2155 2156 2157 2158
IV A IV A
p. ent. al lado roto " "
" " "
34 2153 5185 35 2154 5186
36 37 38 39
IV A
IV A
IV A IV A
IV A
p. vel. ent.
t. vel. b. y cuello roto (p. 24) p. muy roto (p. 13)
t. vel. sin cuello sin ped.
"
Troja I. troja con dos esqueletos, 3 pucos 33-
esqueleto de un niño de 3-4 años la boca y puco quebrada las tejas estan
una tinaja velera con puco adentro y un
3 años la boca de la tinaja faltan
Una tinaja velera con esqueleto de un niño de 2-
sin número (quebrada) (fotografar)
IV A
V
V
33 2150 5182
"
"
"
Un vilque con esqueleto de un niño de 5-7 años
años la boca rotta las tejas son están
tinaja vel. b. cuello roto (p 18)
guaicas de un puco en tinaja mal. nº 28
Una tinaja velera con esqueleto de un niño de 5
el uilque los pucos son quebrada. guaicas cementerio chacra en un uilque
"Cementerito á pié del cerro (quebradita)"
vilque gr. entero
años y un puco adentro y un puco sobre
V V
tinaja vel. b. manilla rota (p. 30) puco roto (p. 19)
" "
V
I
I
I
I
I
I
1 1 1 1
1 1
1
urna 6 puco 6
ollita 6
urnita ollita ollita urnita
puco puco
puco
urna 8
urna 4 puco 4
urna 3
urna 2
urna 1
puco 3
urna 3
urna 1 puco 1
urna 2
puco 8
urna 7
urna 6
falta falta
FN/R
Belén FNG FN/R Belén
SM B SM B
SM B
Fam. Tosca
SM B SM B
SM (falta)
SM B
falta
Fam. Tosca
SM T SM T
SM T
SM T
Fam. Tosca
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
t. vel. sin boca sin pedasos.
puco vel. (p. 12)
t. vel. b. r. (6 p)
Descripción según listados en las libretas
"
un uilque con un esqueleto de un niño de 3-4
y una otra troja con un esqueleto.
"
30 2148
29 2147 5023
281 2404
28 2145
años
"
una troja con un esqueleto de un niño de 10-12
"Cementerito á pie del cerro una tinaja velera la boca muy rota adentro un 25 2142 5178 del cementerio sobre del cerro esqueleto de un niño de 3-4 años una tinaja velera con puco adentro y un " 26 2146 5033 esqueleto de un niño de 3-4 años la boca " y puco son rota todas tejas están, 27 2144 5180
24 2140 5176
22 2138 5174
Numeros Campo Int MLP Clasificación actual según forma y estilo
no observado no observado
ollita con cuello FN/R
ollita con borde saliente FNG ollita con cuello FN/R urnita (olla con cuello) Belén (miniatura)
puco con "cuello" SM Bicolor no observado olla con cuello largo, negro/rojo (mixto Belén y S M)
no observado
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna SM Bicolor, Fase III no observado
no observado
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
SM Tricolor, Fase I-II
no observado no observado
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna SM Tricolor, Fase I-II puco Loma Rica Bicolor
urna SM Tricolor, Fase I-II
puco Loma Rica Bicolor
urna SM Tricolor, Fase I-II, hay diferencias con listado final (la urna 22 tiene puco tapa, pero 22a no figura en lista)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
279
53
48 49 50 51 52
2169 2398 2170 2171 2172
5198 5411 5199 5200 5408
47 2166 5195
46 2165 5194
un puco con esqueleto de un niño de 1-2 años.
"
VI
VI
piedritas del arroyo
4). puco faja col. solamente pedasos al lado.
"
"
VI
VI
anbasca 3). puco maleado anbasca. rota. Bien cuñado con
2). Tinaja faja col. tapada con un puco/ en
entera esqueleto un niño de 5 años.
1). Tinaja faja col. con puco quebrado. Tinaja
uilque quebrada en total y sin numero
un uilque con esqueleto de un niño de 3 años el
"
"Cementerio río abajo de la chacra (chacrita), a orilla derecha del río"
?
no observado
no observado
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
puco Loma Rica Bicolor puco SM Tricolor puco SM Tricolor puco Loma Rica Bicolor urna negro sobre rojo (mixta Belén y Santa María)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
olla ordinaria alisado irregular, base cónica, asas otomorfas
no observado
urna baja San José Tricolor
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
urna Peñas Azules Antropomorfo puco Shiquimil Geométrico
no observado
SM Bicolor, Fase V
urna SM Tricolor, Fase III
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
SJ
Fam. Tosca
falta
SJ
SJ SJ
falta
SM B
SM B
urna SM Bicolor, Fase IV no observado
un puco faja colorada un puco un puco un puco faja colorada Una tinaja faja colorada falta una teja
urna 5
olla 1
puco
urna 4
urna 2 puco 2
urna 10
urna 7
urna 9
SM B falta
(quebrada en total sin numero) puco ent. (b. muy rota) puco velero p. ent. p. ent. (f. c. t. forma f. c. B. c. (p 1)
IV B
IV B
IV B
IV B IV B
IV A
IV A
IV A
urna 5 puco 5
Clasificación actual según forma y estilo
"
total) un uilke con esqueleto de un niño de 3-4 años,
niño de 2-3 años con puco arriba (quebrada en
tinaja maleada (ent.)
vilque maleada rotta (p
tinaja f. c. (p. 7) p. quebr. (1 p.)
vilque ent. quebr. (p 10)
t. b. v. r. (p. 9)
IV A IV A
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
? ? ? ? ?
"
numero
"
una tinaja faja colorada con esqueleto de un
un puco arriba, el uilque quebrado las tejas estan, el puco quebrada en total sin
un uilque con esqueleto de un niño de 4-5 años y
puco y tinaja quebrada sin número.
niño de 3-4 años y un puco sobre de la tinaja, el
una tinaja faja colorada con esqueleto de un
niño de 3-4 años y un puco sobre de la tinaja quebrada falta las tejas.
una tinaja faja colorada con esqueleto de un
tinaja un esqueleto de un niño de 2-3 años la
"
"
" "
de 3-4 años
"
44 2163
45 2167 5196 45a 2164 5193
boca de tinaja quebrada t. b. v. r. (p. 8) un uilque poca rotta con un esqueleto de un niño
"
43 2162 5029
una tinaja velera con puco arriba, adentro en la
2-3 años la boca de tinaja quebrada
una tinaja velera con un esqueleto de un niño de
boca de la tinaja y puco quebrada las tejas non t. b. v. r. (p. 6) estan
"
Descripción según listados en las libretas
42 2160 5192
tinaja un esqueleto de un niño de 2-3 años la
una tinaja velera con puco arriba adentro en la
Denominación de evento en libreta
41 2161 5027
Cementerio Weiser
"Cementerito á pié del cerro (quebradita)" "
Numeros Campo Int MLP
Apéndice III
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
280
2173 2174 2215 2175
5201 5202 5225 5203
58 2176 59 2177 60 2178 5205
54 55 56 57
Numeros Campo Int MLP
"
puco velero ent. Rayado Algunas de las siguientes piezas pueden puco lamparita (poco rotta) pertenecer a los eventos mencionados en los dos tinaja faja colorada (quebrada) cementerios descriptos supra. Sin embargo hay tinaja velera aquí varias urnas SM y sólo se reconoce en tinaja velera dichos cementerios una urna de este estilo a faja colorado (poco rotta 9 tejas partir de los dibujos de la libreta 18 (pp. 28-32) faja colorado
velero entero. Interior un esqueleto de un niño.
29) tinaja velera boca poco rota (faltan). puco
tejido grueso. y guaicas.
interior un esqueleto de un niño envuelto en
27) troja mal echa con un esqueleto de un niño 28) uilke entero con puco maleado roto. en el
"
"
rotos) en el interior un esqueleto de un niño
puco negro de tiesto muy agudo (los dos muy
26) tinaja maleada (tiesto negro) tapado con un
río. con dos esqueletos adultos. sin objetos.
25) Troja bien echa con boveda de rodados del
"
"
años).
(todos pedasos.) con esqueleto de un niño (5-6
VI
VI
VI
VI
VI
VI
VI
tiestos en el interior un esqueleto de un niño. 24) Tinaja f. col. boca rota puco f. c. roto
"
"
VI
VI
uilke la boca un poco rota. 23) tinaja maleada (tiesto negro) tapado con
con esqueleto de un joven de casi 12 años. El
En el interior un chiquilín de (4-5 años). 22) uilke col. tapado con un puco velero (lindo.)
al lado echado una lamparita muy comida (21a).
VI
"
"
21) tiesto negro roto tapado con tejas. al xxx
1 año.
quebrado en el interior. Esqueleto de un niño de
VI
8). un yuro mal estado afuera del cementerio. 20) tinaja f. col. boca un poco rota. con un puco
"
"Cementerio al lado del cementerio de la chacra"
VI
Esqueleto de un niño (1-2 años).
"
VI
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
VI
Descripción según listados en las libretas
roto. al lado una lamparita 7). Tinaja f. col. boca rota, puco muy roto.
asiento quebrada y tapado con un puco maleada
pedasos. El puco unos 75 cm al lado quebrado. 6). tinaja f. col. forma uilke echada a la boca
5). tinaja f. col. sin puco boca sin rota faltan
Denominación de evento en libreta
"
"Cementerio río abajo de la chacra (chacrita), a orilla derecha del río"
Cementerio Weiser
urna San José Tricolor
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta) puco SM Tricolor puco - ollita ordinaria alisado irregular urna San José Tricolor urna SM Tricolor, Fase I-II no observado no observado
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna Peñas Azules (de acuerdo con dibujo de libreta)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
no observado
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
Clasificación actual según forma y estilo
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
2186 2187 2188 2189 2190
69 70 71 72 73
Cementerio Weiser
5213 5214 5215 5216 5217
Descripción según listados en las libretas
281 VII VII VII VII VII VII VII
Una tinaja / puco faja colorada Un puco / puco velera poco rotta tejas hay(5)
" " "
" "
95 2212 5249 96 2213 5250
VII VII VII VII VII VII VII VII
ciselado Un puco / puco velera entero Un puco / puco velera entero Una tinaja / olla faja colorada Una tinaja / tinajita faja colorada
troja Nº 1. 3 esqueletos
Un puco / puco velera Un puco / puco velera Un puco / puco negro ciselado Un puco / puco velera entero Un puco / puco faja colorada Un puco / puco velera entero Un puco / puco velera entero Un yurito / yurito faja colorada Un puco de maderas (para mate) / yurito negro
" "
" " " " " "
" "
VII
VII
VII VII
VII
VII
1 1
1 1 1 1 1
1 1 1 1 1 1 1 1
SM B SM B
FNG SM B SM B FN/R FN/R
SM B SM B FNG SM B FN/R SM B SM B FN/R
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
5244 5245 5246 5247 5248
2207 2208 2209 2210 2211
90 91 92 93 94
5223 5224 5237 5238 5239 5240 5241 5243
Un uilque quebrada en total, sin numero
2198 2199 2200 2201 2202 2203 2204 2206
total y sin numero
"
"
82 83 84 85 86 87 88 89
Un uilque con esqueleto de un niño de 4un yurito velera 5 años y un yurito velera, el uilque quebrada en
"
pucos
tinaja faja colorado la boca poca rotta tejas hay puco faja colorado poco rotta
81 2197 5222
esqueleto de un niño de 3-4 años
" "
79 2195 80 2196 5221
tinaja velera muy rotta
tinajita faja colorado
"
Una tinaja faja colorada con puco, adentro un
faja colorada y un puco
Un uilque adentro un esqueleto y, una tinajita
tinaja faja colorado (quebrada total) (tejas 36)
faja colorado (asiento rotto faltan tejas) faja colorado la boca rotta 3 tejas estan puco faja colorado muy rotta (12 tejas) tinaja velera rotta tejas (12) puco faja colorado rotta (7 tejas) tinaja velera la boca rotta (8 tejas) puco faja colorado Algunas de las siguientes piezas pueden pertenecer a los eventos mencionados en los dos puco faja colorado cementerios descriptos supra. Sin embargo hay tinaja faja colorado quebrada la boca rotta 18 aquí varias urnas SM y sólo se reconoce en tejas dichos cementerios una urna de este estilo a puco velera partir de los dibujos de la libreta 18 (pp. 28-32) tinaja velera la boca rotta faltan tejas puco faja colorado quebrada tejas hay (12) tinaja velera rotta faltan ……
Denominación de evento en libreta
78 2194 5220
77 2193 5219
"Cementerio de trojas"
5206 o 5226 5207 5209 5345 5208 5211 5212 5190
76 2192 5218
74 75
2179 2180 2181 2216 2182 2183 2184 2185
61 62 63 64 65 66 67 68
Numeros Campo Int MLP Clasificación actual según forma y estilo
puco con "cuello" SM Bicolor
ollita con cuelo cilíndrico largo FNG puco con "cuello" SM Bicolor puco con "cuello", SM Bicolor ollita con cuello FN/R ollita con cuello y representación antropomorfa FN/R puco SM de tres colores (variante puco pastillaje rojo), con manitos pintadas de rojo
puco con "cuello" SM Bicolor puco con "cuello" SM Bicolor puco FNG puco con "cuello" SM Bicolor puco globular (olla simple) FN/R puco con "cuello" SM Bicolor puco con "cuello" SM Bicolor ollita con cuello FN/R
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
ollita con cuello SM Bicolor
puco San José Tricolor
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo de la libreta)
urna SM Tricolor, Fase I-II, hay un problema de numeración, ya que de acuerdo con el dibujo de la libreta, debería ser un puco.
urnita Negro sobre Rojo (mixto Santa María y Belén)
no observado
no observado puco SM Tricolor urna SM Tricolor, Fase I-II puco Shiquimil Geométrico urna SM Tricolor, Fase II-III
urna San José Tricolor no observado no observado urna SM Tricolor, Fase I-II puco Shiquimil Geométrico urna SM Bicolor, Fase IV puco SM Bicolor puco SM Bicolor
Apéndice III
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
Cementerio Weiser
2228 2229 2230 2231
5255 5256 5257 5258
282
2239 2241 2242 2243
5266 5268 5269 5270
129 2255 5282 130 2256 5283
128 2254 5281
125 2251 5278 126 2252 5279 127 2253 5280
122 2250 5277 123 2248 5275 124 2249 5276
120 2246 5273 121 2247 5274
119 2244 5271
115 116 117 118
VII VII VII VII VII VII VII
un puco / puco velero puco vel. ent. puco velero tinajita velera la boca poca rotta tinajita velera ollita faja colorada ollita faja colorada el boca poca rotta
" " "
" "
VII VII VII VII VII VII
tinajita vel. ent puco neg ent puco vel. ent. tinajita col. ent yuro doble puco negro cis ent tinajito vel. ent
VII VII VII
ollita col. " tinajita col. b. r.
" " " "
"
VII VII
VII
VII VII
un yurito / olla faja colorada pocito rotta una tinaja / tinaja faja colorada
tinajita vel. entera
VII
rotta
VII VII
una tinajita/tinajita velera la boca poca rotta un yurito / ollita faja colorada un yurito / tinajita faja colorada el boca poca
3 3
3
3 3 3
3 3 3
3 3
3
3 3 3 3
3 3 3
2 2
2
2 2
FNG SM B
SM B
FNG SM B Belén
SM B SM B SM B
SM B SM B
SM B
SM B SM B FN/R FN/R
SM B SM B SM B
FN/R Belén
FN/R
SM B Belén
puco FNG ollita con cuello SM Bicolor
puco FNG puco con "cuello" SM Bicolor ollita con cuello y cabecitas modeladas Belén olla biglobular con borde SM de tres colores (variante de fondo rojo)
ollita con cuello SM Bicolor urnita de forma clásica (olla con cuello) SM Bicolor
ollita con cuello SM Bicolor ollita con cuello negro/pasta y manchas rojas ¿hispanoindígena?
urnita (olla con cuello) con cabecita modelada SM Bicolor
ollita con cuello, cejas y ojos al pastillaje Rincón Bicolor
olla con cuello y modelado felínico SM Bicolor urnita (olla con cuello) SM Bicolor ollita con cuello FN/R ollita con cuello FN/R
puco SM Bicolor puco SM Bicolor puco con impronta de cestería SM Bicolor
olla con cuello FN/R urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo
ollita con cuello tipo FNG pero oxidante, con baño rojo y pintura negra
ollita con cuello SM Bicolor olla con borde saliente Belén
ollita con cuello FN/R ollita con cuello FN/R ollita con borde SM Bicolor puco FNG sin incisiones
VII VII VII VII
un yuro / yurito faja colorada un yurito / yurito faja colorada una tinajita / olla velera un puco / puco negro FN/R FN/R SM B FNG
puco con "cuello" SM Bicolor ollita con cuello y asa lateral FN/R
VII VII
puco velera un yarito / ollita faja colorada 2 2 2 2
no observado no observado
8 cabezas 8 cabezas SM B FN/R
no observado no observado no observado no observado
cabezas cabezas cabezas cabezas
8 8 8 8
2 2
urna SM (de acuerdo con dibujo de libreta) no observado no observado no observado
Una tinaja velera quebrada las tejas estan Un puco faja colorada 8 cabezas 8 cabezas
Clasificación actual según forma y estilo puco FNG puco Loma Rica Bicolor Modificado puco Loma Rica Bicolor
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
hay Un puco / puco faja colorada poco rotto puco faja colorada quebrada (tejas 13)
Descripción según listados en las libretas Un puco / puco negro ciselado poco rotta tejas
tinajita vel. ent. olita vel. ent.
troja 3 con 7 esqueletos y 25 halazgos
troja 2. 4 esqueletos
Denominación de evento en libreta
"
" " " "
" " " "
112 2237 5264 113 2245 5272 114 2238 5265
110 2235 5262 111 2236 5263
" " "
"
" " "
" " " "
" " " " "
" " " "
109 2234 5261
107 2232 5259 108 2233 5260
103 104 105 106
101 2226 5253 102 2227 5254
2224 2225
2220 2221 2222 2223
100 S/N 2218 2219
"Cementerio de trojas" 97 2214 5251 98 2205 5242 o 2217-5252 " 98 2217 5252 " 99 S/N
Numeros Campo Int MLP
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
VII VII VII VII
jarro / yurito vel. ent. " / olla col. puco / ollita col. " / puco vel.
" " "
143 2269 5296 144 2270 5297
283 VII VII
" vel. " col.
186 2302 5327
187 2303 5328 189 2317 5021
185 2301 5326
"
"Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada" " "
8). puco velero boca muy rota echado
rozado?) un esqueleto de un niño de 1 año
yurito. una guaica en el esqueleto (quarzo
medio roto echado al costado en su interior un
acostado. al lado de la tinaja un puco negro
SM B
puco vel. roto (5 p)
puco con "cuello" SM Bicolor
puco FNG sin incisiones urna SM Bicolor Fase IV urna 1
cucharita o topu de hueso. En la lista final dice que corresponde a la troja 13, pero en la lista con dibujos de la cista 4 aparece dibujado y con el N° 159. No es el que ilustra Cigliano como Figura 11
cuchillón de mcuchillón de madera cuenta de madera
tortero tarabita de matarabita de madera tortero
ollita con cuello y asas verticales Negro sobre Rojo
5
ollita con cuello FN/R puquito FNG
puco con "cuello" SM Bicolor puco Belén
no observado puco FNG sin incisiones
ollita con cuello y asa vertical labioadherida FN/R puco con "cuello" SM Bicolor
urnita con cintura (olla con cuello) SM Bicolor ollita simple elipsoide horizontal (puco cerrado) FN/R
urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo ollita bicónica con borde SM Bicolor
ollita con cuello Belén
urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo puco globular "del parto" SM de tres colores (variante de pincelada roja)
puco FNG puco globular con cabeza y cola animal modelada SM Bicolor
puco FNG
ollita con cuello SM Bicolor ¿hispano-indígena? urnita (olla con cuello) con cabecitas modeladas Belén puco FNG
FNG puco FNG muñeco-peine muñeco-peine de madera (antropomorfo)
FN/R
SM B Belén
SM B FNG
FN/R SM B
SM B FN/R
Belén SM B
Belén
SM B Belén
FNG
FNG
SM B Belén FNG
puco neg. roto (3 p. tinaja vel. b. r. cuello a paro (P. 13)
VII
VII
4 4
4 4 4
4 4
4
4 4
4 4
4 4
4 4
4 4
4
4 4
4
4
3 3 3
Clasificación actual según forma y estilo urnita (olla con cuello largo) con guerreros SM Bicolor
tinajita col. ent.
objeto de hueso sobre troja 13 cem. rico.
"
159 2409
VII VII
un guchillo de madera / arma de madera una guaica de madera
" "
VII VII VII
fusque liga de madera fusque "
157 2389 5471 158 2390 5472
VII VII
puquito negr. cisel. idolo de madera
puco / jarita col. " / un puco negro ciselado VII
VII VII
/ " " / puco negr. liso
puco /
" "
" "
" "
" "
" "
" "
154 2386 5468 155 2387 5469 156 2388 5470
153 2278 5305 153 2385 5467
151 2277 5304 152 2240 5267
149 2275 5302 150 2276 5303
147 2273 5300 148 2274 5301
145 2271 5298 146 2272 5299
7). tinaja velera boca rota puco roto ...
VII VII
tinajita / " f. c int tinajita / ollita vel.
" "
141 2267 5294 142 2268 5295
" "
VII
jarita / ollita xxxx vel. tinajita / puquito col (olla)
VII VII
yurito / ollita vel. ent. tinajita / tinajita f c. ent.
" "
VII
"
VII
"
"
/
"
"
un puco / puquito negr cis.
139 2265 5292 140 2266 5293
136 2262 5289
troja 4. con 11 esqueletos y 24 halazgos
VII VII VII
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo VII 3 SM B
" "
ollita vel. b. r. f. pedaso. tinajita f c. rota (p. 9) puco neg (2 p)
Descripción según listados en las libretas " " "
137 2263 5290 138 2264 5291
troja 3 con 7 esqueletos y 25 halazgos
Denominación de evento en libreta
"Cementerio en frente de la Quebrada Agua Salada" "
" "
Cementerio Weiser "Cementerio de trojas" "
135 2261 5288
132 2258 5285 133 2259 5286 134 2260 5287
Numeros Campo Int MLP 131 2257 5284
Apéndice III
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
"
182 2298 5324
284
272 2394 280 2403
de troja 5 guaicas de la troja III/ guaicas de la troja 13
guaicas de la troja 13 varios restos de canastos / resto de una madecita
"
VII VII
puco col ent. yuro negro cins.
280 2403 5477
VII VII
yurito negro rotto puco negro ciselado
VII
VII
" " " olla col. Rajada
puco velero nº 14 de la troja 13 pulcera de oro troja 13
VII VII
tinajita col. muy comida puco vel. ent.
" "
VII VII
olla col. olla col.
275 2397 5410 282 2405 6719
VII VII
" col. ollita col.
VII VII
VII VII
tinajita col. ent. tinajita vel.
canasto de una troja puquito negro
VII VII
olla c. dos bocas yurito col. ent.
" "
VII VII
puquito negr. cisel. olla f. c. ent.
yuro col.
178 2392 5406 179 2315 5340
troja 5
13) troja con 7 esqueletos adultos y 24 objetos.
yurito bueno
en el interior un esqueleto de un niño y un
12) tinaja tiesto tapada con pedaso de tiesto,
VII
VII
5
5 5
5 5
5 5
5
5 5
5 5
5 5
5 5
5 5
7 5
urna 3
urna 2
cesto puco FNG
puco FN/R ollita con cuello FNG
olla con borde saliente FNG puco FNG
no observado puco globular (ollita simple) FN/R
ollita con cuello FN/R puco con "cuello" SM Bicolor
urnita (olla con cuello) Belén ollita con borde saliente FN/R
urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo ollita globular con borde saliente FN/R
ollita con cuello FN/R urnita (olla con cuello) SM Bicolor
ollita globular con 2 bocas FN/R ollita con cuello FN/R
puco FNG ollita con cuello FN/R
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
urna SM Bicolor Fase IV (puede ser también la 254) no observado
ollita ordinaria con 4 patas, cola y cabeza ausente, alisado irregular
olla ordinaria (de acuerdo con dibujo de libreta)
ollita con cuello SM Bicolor
urna SM Bicolor, Fase III o IV
Clasificación actual según forma y estilo
no observado no observado
puco SM Bicolor pulcera de oropulcera de oro no observado (no figuran en las listas de libreta 18, pp. 57 ni libreta 21, pp, 25
FNG
FN/R FNG
FNG FNG
FN/R
FN/R SM B
Belén FN/R
Belén FN/R
FN/R SM B
FN/R FN/R
FN/R FN/R
SM B
SM B
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
"
" "
" "
" "
" "
" "
" "
" "
ollita vel. ins.
tinaja vel. b. r. (p 4)
Descripción según listados en las libretas
niño en el interior de esa una lamparita maleada lamparita tiesto tinaja vel. b. r. (p. 6) con cuatro pies, entera. una guaica una guaica de la tinaja velera 2370
boca un yuro negro maleado roto al lado. Un
11). Tinaja velera boca rota. arriba sobre la
tinaja inservible
tiesto, en el interior esqueleto de un niño.
niño 2 años. 10) tinaja maleada tapada con un pedaso de
puco velero un yurito negro. Esqueleto de un
teja maleada al lado bajo de un pedaso de un
9). velera boca rota faltan pedasos tapada con
Denominación de evento en libreta
176 2295 5320 177 2296 5321
174 2293 5318 175 2294 5319
172 2291 173 2292 5317
170 2289 5315 171 2290 5316
168 2287 5313 169 2288 5314
166 2285 5311 167 2286 5312
164 2283 5409 165 2284 5310
162 2281 5308 163 2282 5309
" "
"Cementerio Rico"
"
265 2381
160 2279 5306 161 2280 5307
" "
183 2299 5323 253 2370 5395 279 2402 5476
"
"
"Cementerio de trojas en el Arenal frente Agua Salada"
Cementerio Weiser
188 2316 5341
Numeros Campo Int MLP
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
285
2348 2350 2351 2352
2365 2372 2373 2374 2375
233 235 236 237
248 256 257 258 259
5390 5396 5397 5398 5399
5373 5375 5376 5377
229 2344 5369 231 2346 5371 232 2347 5372
218 2334 5359 223 2338 5363 224 2339 5364
205 2322 5347 213 2329 5354
198 2312 5337 199 2313 5338 201 2318 5342
5331 5332 5333 5336
" " " "
" " " "
" " "
" " " "
"
" " "
" " " "
" " " "
181 2297 5322 184 2300 5325 190 2305 5330
2306 2307 2308 2311
"
254 2371 5032?
191 192 193 197
"
"Cementerio Rico"
Cementerio Weiser
254 2371 5032?
Numeros Campo Int MLP
) tapada con
objetos.
17). troja de 8 esqueletos de adultos con 30
roto y un yurito velero. niño de 5 años.
interior un esqueleto de un niño un puco negro
piedras, el puco caído en el interior. en el
16). Tinaja velera b. rota. (p
esqueleto de un niño.
tiesto en el interior una lamparita velera y un
15). tinaja velera b rota. tapada con teja de
boca al lado donde los yuros.
sin dirección pero a la orilla de la troja. con una
adultos y 2 objetitos. en arcilla. Las calaveras
14). troja sin boveda con 7 esqueletos de
Denominación de evento en libreta
VII VII VII VII VII
olla de 5 bocas tinajita puco vel. roto (p 12) ollita rota (p 18) tinaja negra muy rota (p 44)
VII VII VII VII
VII VII VII
tinajita vel. tinajita negra
puquito col. puco vel. " " puquito vel.
VII VII
ollita col. 1 p. rota tinajita b. rotta (8 p)
VII VII VII
VII VII VII
yuro negr. cis. (2 p.) yurito col. ent. tinajita vel. ent. ollita colorada
olla col. olla col. puquito negro cins puco vel.
7 7 7
VII VII VII VII
ollita vel. yurito neg. v. r. yurito col.
7 7 7 7 7
7 7 7 7
7 7 7
7 7 7
7 7
7 7 7 7
VII VII VII
ollita col. b. r. yurito col. ent. yuro boca rota negro 7 7 7
VII
VII
urna 7
urna 6
Belén SM B SM B FN/R FNG
Belén SM B SM B SM B
FN/R FN/R SM B
SM B FNG FN/R
FN/R Belén
FN/R SM B FN/R
SM B FNG FN/R FNG
FN/R FN/R FNG
SM B
SM B
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
tinaja vel. b. r. (p. 4)
tinaja vel. muy rota
Descripción según listados en las libretas
olla con 5 cuellos ¿afinidad con La Paya Negro/ Rojo? ollita con cuello y asas planas SM Bicolor puco con "cuello" SM Bicolor ollita con cuello FN/R olla con cuello y cintura FNG
N/R posible Belén Hisp- Indígena??? puco con "cuello" SM Bicolor puco con "cuello" SM Bicolor puco con "cuello" SM Bicolor
ollita con cuello FN/R puco FN/R puco con "cuello" SM Bicolor
ollita con cuello FNG sin incisiones ollita con cuello y asas planas FN/R
urnita (olla con cuello) SM Bicolor (parece hispano-indígena)
ollita con cuello, cintura y asas planas FN/R urnita (olla con cuello) Quilmes rara
no observado ollita con cuello y asas planas hacia arriba SM Bicolor ollita con cuello y asas planas FN/R
puco globular (ollita simple) SM Bicolor ollita con cuello FNG ollita con cuello FN/R ollita con borde troncocónico FNG
ollita con cuello y asas planas FN/R ollita con cuello y asas planas de dos saliencias FN/R ollita con cuello FNG
urna SM Fase IV-V (según dibujo en libreta) la pieza 2542371-5032 puede pertenecer a cualquiera de estos dos últimos contextos
urna SM tres colores (variante de fondo rojo) Fase IV-V
no observado
Clasificación actual según forma y estilo
Apéndice III
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
"
" "
262 2378 5402
200 2314 5339
286 VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII
puco negro cins. puco vel. puco vel. puco negro cins. puco " " puquito negro ollita negro ollita negra cins. " col. puquito vel. tinajita f. c. puco vel. ollita negra tinajita negra ollita negra cins.
219 2335 5360
2341 2342 2345 2355
5366 5367 5370 5380
243 245 246 247 249
2360 2362 2363 2364 2356
5385 5387 5388 5389 5381
240 2357 5382 241 2358 5383 242 2359 5384
226 227 230 239
" " " "
" " "
" " " "
" " "
VII
ollita negro cins.
"
220 2336 5361 221 2366 5391 225 2340 5365
VII VII
yurito doble puquito negro
" "
VII
puco negro cis. olla con idolo
215 2331 5356 217 2333 5358
objetos.
"
211 2327 5352 212 2328 5353
6 6 6 6 6
6 6 6
6 6 6
5 6 6
6
6 6
6
Belén SM B FNG FNG FNG
FNG FN/R SM B
FNG FNG FNG
FNG SM B SM B
FNG
Belén FNG
FN/R
urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo puco con "cuello" SM Bicolor ollita con borde saliente y asas mamelonares FNG ollita con cuello y asas planas FNG ollita con cuello FNG
ollita con cuello FNG ollita con cuello y asas planas FN/R puco con "cuello" SM Bicolor
puco con "cuello" FNG puco FNG puco FNG ollita con cuello y asa planas FNG
puco FNG, no es de la cista 5 puco SM Bicolor puco con "cuello" SM Bicolor
puco FNG (sin incisiones) ollita con cuello y asas planas FNG (en vitrina, no pude comprobar su numeración)
puco FNG puco globular (ollita simple) con cabeza modelada FN/R olla con cintura, cuello y asas dobles verticales negro sobre rojo (mixto Belén y Santa María)
urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo ollita con cuello y asas planas FN/R ollita con cuello y asas planas FN/R
VII VII VII
tinajita f. c. ollita col. ollita col.
Belén FN/R FN/R
ollita con borde saliente y asas otomorfas FNG ollita con cuello y modelado ornitomorfoFN/R urnita (olla con cuello) Belén (con rostro)
6 6 6
urnita (olla con cuello) Negro sobre Rojo FNG FN/R Belén
VII VII VII
puco Shiquimil que tapa a la urna. Hay un error de numeración, de acuerdo al dibujo de campo el número 262 debería ser un puquito negro en el interior de la urna
urna SM Bicolor Fase V ollita con asas oblicuas asimétricas y hollín, parece hispanoindígena
ollita negra ollita col. tinajita f. c. 6 6 6
Fam. Tosca
SM B
puco tapa de la urna SM B
yurito
urna 8
ollita simple miniatura con dos cabecitas de serpiente modeladas ¿SM Bicolor? Pieza fuera de modalidad, afinidad con Inca Paya
Clasificación actual según forma y estilo
tinajita col. ent.
VII
VII
VII
" "
19) troja de tres esqueletos adultos con 29
quebradas las tejas están
yurito con puco, la boca de la tinaja poco
N: 20) tinaja velera muy larga 90 cm. una tinaja tinaja vel. B.r. (p.4) velera con puco (el puco quebrado) adentro en la tinaja un esqueleto de un niño de 3 años y un ollita negro
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo
206 2323 5348 207 2324 5349 210 2326 5351
" " "
"
261 2377 5401
202 2319 5343 203 2320 5344 204 2321 5346
puco de f. c. 1/2 a
"
idolo vel.
260 2376 5400
humedad se han desecho absolutamente.
niño muy chico. las cosas tan encima, que por la
lado un yurito desecho, en un puco huesito de un
18). tres pucos muy desechos con un ídolo al
"Cementerio Rico"
Descripción según listados en las libretas
244 2361 5386
Denominación de evento en libreta
Cementerio Weiser
Numeros Campo Int MLP
Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
2310 2354 2325 2330
5335 5028 5350 5355
2309 5334
287 yurito f. col. Entero del cementerio ultimo
entero) puco vel. (9 p.) del cementerio chacra
5042 5026 5413 7650
2427 2428 2429 2445
2/3
tinaja vel. B. rota (4) fortalessa tinaja f. col. del cementerio último (sin dibujo,
tinaja f. col. tinaja f. col.
puco velero roto fortalessa
años.
troja 3 con un esqueleto de un niño de 10-12
niño de 3-4 años la tinaja muy rotta.
una tinaja faja colorada con un esqueleto de un
troja 2 también con un esqueleto
superficie)
2426 5412
"
" " "
"
"Cementerio á la banda del río seco" troja 1 con un esqueleto,
objeto de hueso dibujado (cement. Chacra
del cerro
2425
263 2379 5453 264 2380
285 2408 5480
284 2407 5479
2399 5474 2400 5475 2401 5494-5508 2406
superficial xxxx una oja xxx de cobre superficial (xxx) 32 puntas y partes de flechas de piedra cinta de oro suelta en la fortalessa guaicas diferentes de dos trojas del cem. arriba
varios restos de canastos / restos de un canasto,
tres fuscios tres fuscios tres fuscios pedasos de palos de laja
276 277 278 283
5466
5462 5463 5464
puco velero puquito vel. puquito negro cis. " negro liga de madera
puquito negro cis.
jarrito col. b. r. (3 p.) tinajita vel. muy rota (14 p.) puquito vel. puquito negro
xxxx chico xxx
puco negro ollita negra puco vel.
Descripción según listados en las libretas
dos maderitas y una escoba canasto grande de una troja en la fortaleza idolo de madera roto pedazo de cobre y dos agujas de cobre
2382 2382 2382 2383 2384
266 267 268 269 270
5368 5374 5378 5404
objetos.
19) troja de tres esqueletos adultos con 29
Denominación de evento en libreta
271 2393 5407 273 2395 5405 274 2396
2343 2349 2353 2391
228 234 238 255
216 2332 5357 222 2337 5362
196 208 209 214
194-195
2304 5329
"Cementerio Rico" " "
250 2367 5392 251 2368 5393 252 2369 5394
180
Cementerio Weiser
Numeros Campo Int MLP
VII
VII
VII
VII
5
5
6
5
topo, alisador o espátula
topo puntas
¿badajo?
tipa
FN/R
FNG
FNG
Caracterización según Cigliano Forma Cem. Cista Estilo Clasificación actual según forma y estilo
olla Belén fuera de modalidad con pastillaje zoomorfo no observado puco Shiquimil urna Shiquimil
no observado no observado
urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo libreta) urna San José-Shiquimil (de acuerdo con dibujo libreta)
puede ser cualquiera de las dos urnas San José-Shiquimil N° 263-2379-5453 y 264-2380
objeto de hueso pirograbado ¿topu ?
no observado
puntas de flecha no observado
¿badajo? ¿topu ?
fragmentos de cestería no observado no observado
tortero tortero, no pertenece a la cista 5 tortero no observado no observado
puco "del parto" SM Bicolor puco FNG puco FNG no observado
puco SM Bicolor
urna SM Tricolor Fase III puquito con "cuello" SM Bicolor puquito FNG puco FNG (en la libreta está marcado con el Nº 6 (por Cigliano), pero no pude leer el número en la pieza.
ollita con cuello FN/R, manchada de negro no observado ollita FN/R, no es de la cista 5, puede ser tanto de la troja 17 como de la 19
ollita con cuello FNG no observado
puco FNG, no pertenece a la cista 5
Apéndice III
Tabla III.1. (continuación). Hallazgos de la IV expedición Benjamín Muñiz Barreto al Noroeste Argentino en los cementerios de la localidad de Famabalasto, valle del Cajón. Comparación entre la clasificación de los objetos de 95 sepulcros por parte de los excavadores Weiser y Wolters (1922), de Cigliano (1958) y la propuesta del presente trabajo.
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