158 31 23MB
Spanish; Castilian Pages 253 [256] Year 2000
BEIHEFTE ZUR ZEITSCHRIFT FÜR ROMANISCHE PHILOLOGIE BEGRÜNDET V O N GUSTAV GRÖBER HERAUSGEGEBEN V O N GÜNTER HOLTUS
Band 301
ANDRÉ THIBAULT
Perfecto simple y perfecto compuesto en español preclásico Estudio de los perfectos de indicativo en «La Celestina», el «Teatro» de Encina y el «Diálogo de la lengua»
MAX NIEMEYER VERLAG TÜBINGEN 2000
La publicación de este volumen ha sido posible gracias al apoyo del Fondo Nacional Suizo.
Die Deutsche Bibliothek - CIP-Einheitsaufnahme [Zeitschrift für romanische Philologie / Beihefte] Beihefte zur Zeitschrift für romanische Philologie / begr. von Gustav Gröber. - Tübingen: Niemeyer Früher Schriftenreihe Reihe Beihefte zu: Zeitschrift für romanische Philologie Bd. 301. Thibault, André: Perfecto simple y perfecto compuesto en español preclásico: estudio de los perfectos de indicativo en «La Celestina», el «Teatro» de Encina y el «Diálogo de la lengua».- 2000 Thibault, André: Perfecto simple y perfecto compuesto en español preclásico: estudio de los perfectos de indicativo en «La Celestina», el «Teatro» de Encina y el «Diálogo de la lengua» / André Thibault. - Tübingen: Niemeyer, 2000 (Beihefte zur Zeitschrift für romanische Philologie; Bd. 301) ISBN 3-484-52301-8
ISSN 0084-5396
© Max Niemeyer Verlag GmbH, Tübingen 2000 Das Werk einschließlich aller seiner Teile ist urheberrechtlich geschützt. Jede Verwertung außerhalb der engen Grenzen des Urheberrechtsgesetzes ist ohne Zustimmung des Verlages unzulässig und strafbar. Das gilt insbesondere für Vervielfältigungen, Übersetzungen, Mikroverfilmungen und die Einspeicherung und Verarbeitung in elektronischen Systemen. Printed in Germany. Gedruckt auf alterungsbestandigem Papier. Satz: ScreenArt GmbH, Wannweil Druck: AZ Druck und Datentechnik GmbH, Kempten Einband: Heinrich Koch, Tübingen
Agradecimientos
Quisiera expresar aquí mis agradecimientos a las numerosas personas que me han ayudado en la realización de este trabajo: al profesor Rolf Eberenz, de la Universidad de Lausana, que aceptó hace muchos años dirigir mis investigaciones y siempre me ha ayudado y apoyado en mi trabajo, con mil sugerencias juiciosas y observaciones atinadas; a los profesores Helmut Berschin, de la Universidad Justus-Liebig en Glessen, y Claude Buridant, de la Universidad de Ciencias Humanas de Estraburgo, que han aceptado ser miembros del tribunal de tesis, y cuyas críticas y lectura atenta me han permitido mejorar muchos aspectos del texto; al profesor Antonio Torres, de la Universidad de Barcelona, que ha corregido mi castellano, tarea ingrata que ha acometido con gran devoción y competencia; finalmente, quisiera dar las gracias a los profesores Max Pfister y Günter Holtus, por haber aceptado publicar este trabajo en la serie de los Beihefte zur Zeitschrift für romanische Philologie.
V
índice de materias
Abreviaturas
XIII
índice de los cuadros
XIV
1. Introducción 1.1.
Panorama histórico
1
1.1.0. 1.1.1. 1.1.1.1. 1.1.1.2. 1.1.1.3. 1.1.2. 1.1.3. 1.1.4.
1 2 2 4 6 7 7
1.1.5. 1.2.
1 Tendencias evolutivas en las lenguas indoeuropeas La situación de los pretéritos en la Romania El grupo septentrional El grupo central El grupo meridional La situación en las lenguas germánicas y eslavas La hipótesis de una influencia exógena La hipótesis de un superestrato germánico en el grupo septentrional La hipótesis del arcaísmo en el grupo meridional
9 10
Estado de la cuestión y metodología
11
1.2.1. Variación diatópica 1.2.1.1. Funcionamiento de los pretéritos en la lengua estándar contemporánea 1.2.1.2. Algunas observaciones sobre la variación del valor de los pretéritos en el eje diatópico 1.2.2. Variación diacrònica 1.2.2.1. PS y PC en textos medievales 1.2.2.2. PS y PC en textos preclásicos 1.2.3. Variación textual 1.2.3.1. Las dicotomías de É. Benveniste y H. Weinrich 1.2.3.2. Deíxis primaria y deíxis secundaria (o anáfora) en el análisis textual 1.2.3.3. Hacia una tipología de los textos según el uso de los tiempos verbales. El caso del teatro argentino contemporáneo 1.2.4. Objetivos y metodología de este trabajo
11 11 12 14 14 17 18 18 21
23 24 VII
1.2.4.1. Objetivos generales y específicos 1.2.4.2. Constitución del corpus 1.2.4.3. Análisis del corpus 2.
Presentación de las obras y estadísticas generales
29
2.1.
29
La Celestina 2.1.1. 2.1.2. 2.1.3.
2.2.
2.3.
3.
24 25 27
PS y PC en La Celestina: problemas de estadísticas en Criado de Val y H. Berschin PS y PC en La Celestina: estadísticas según los autores y las subdivisiones PS y PC según los personajes
38
2.2.1. 2.2.2. 2.2.3. 2.2.4.
38 38 40 42
Proporciones de PS y de PC en el conjunto de la obra La distinción argumentos / texto versificado Discrepancias entre las églogas PS y PC en la rima
El Diálogo de la lengua de Juan de Valdés
44
2.3.1. 2.3.2. 2.3.3.
44 44 44
La obra; el tipo de discurso PS y PC: valores absolutos y relativos PS y PC según los personajes
VIII
46
Características morfológicas
46
3.1.1. 3.1.2.
46
El problema del PC con el auxiliar ser. Concordancia del participio con el complemento directo 3.1.3. Pretérito anterior con valor temporal de pretérito simple 3.1.4. Formas especiales de pretéritos fuertes 3.1.5. Alternancia vocálica en el radical 3.1.5.1. e por i 3.1.5.2. o por m
3.2.
34 35
Juan del Encina: Teatro
Características morfológicas y morfosintácticas de PS y PC 3.1.
30
52 54 54 55 55 56
3.1.6.
Reflejos de *FÙSTÏ y *FÜT
56
3.1.7. 3.1.8.
Formas populares o dialectales en la 6" persona Participio pasado analógico
57 57
Características morfosintácticas
58
3.2.1. 3.2.2. 3.2.3.
58 59 60
Interpolación Inversión Posposición del pronombre personal
4.
PS y PC y los indicadores temporales
62
4.1.
Los indicadores temporales documentados con el PC
62
4.1.1. 4.1.1.1. 4.1.1.2. 4.1.1.3. 4.1.2. 4.1.2.1.
63 64 64 64 66
4.1.2.2. 4.1.3. 4.1.3.1. 4.1.3.2. 4.1.3.3. 4.1.4. 4.1.5. 4.1.6. 4.2.
66 67 68 68 68 68 69 70 70
Los indicadores temporales documentados con el PS
71
4.2.1. 4.2.1.1. 4.2.1.2. 4.2.1.3. 4.2.2. 4.2.2.1.
71 71 74 76 77
4.2.2.2. 4.2.3. 4.2.3.1. 4.2.3.2. 4.2.3.3. 4.2.4. 4.2.5. 4.2.6. 5.
Indicadores temporales puntuales Tiempo pasado definido Tiempo pasado indefinido Tiempo pasado muy reciente Indicadores de duración Duración que no alcanza el momento de la enunciación Duración que alcanza el momento de la enunciación.. Indicadores que expresan relaciones temporales Anterioridad Simultaneidad Posterioridad Indicadores de tiempo presente El PC núcleo de un indicador temporal Resumen
Indicadores temporales puntuales Tiempo pasado definido Tiempo pasado indefinido Tiempo pasado muy reciente Indicadores de duración Duración que no alcanza el momento de la enunciación Duración que alcanza el momento de la enunciación.. Indicadores que expresan relaciones temporales Anterioridad Simultaneidad Posterioridad Indicadores de tiempo presente El PS núcleo de un indicador temporal Resumen
78 81 83 83 85 87 90 91 95
PS y PC y los indicadores aspectuales y modales
97
5.1.
El caso de vez
5.2.
Algunos indicadores de pluralidad
97
5.3.
Algunos indicadores que expresan el transcurso de la acción...
102
5.4.
Algunos indicadores de prontitud de la acción
103
5.5.
Elcasodej>a
104
5.6.
Resumen
110
100
IX
6. PS y PC y las relaciones sintácticas 6.1. 6.2.
6.3.
6.4.
Ill
El tipo de oración La coordinación
Ill 116
6.2.1. 6.2.2. 6.2.3. 6.2.4.
117 117 122 123
Coordinación PC-PC y PS-PS Coordinación PS-PC Los demás tiempos verbales coordinados con el P S . . . Los demás tiempos verbales coordinados con el P C . . .
La subordinación
125
6.3.1. 6.3.2.
125 134
PS y PC como tiempos subordinantes PS y PC como tiempos subordinados
Resumen
137
7. PS y PC y la persona verbal
139
8. PS y PC y el lexema verbal
143
9. PS y PC y los contextos temporales en la estructura textual
155
9.1.
Antepresente
155
9.2. 9.3. 9.4. 9.5.
Presente ampliado Pasado indefinido Pasado definido Duración que alcanza el momento de la enunciación
160 161 165 165
9.5.1. 9.5.2.
166 166
9.6.
Acontecimientos durativos únicos Acontecimientos iterativos
Resumen
10. Algunos valores pragmáticos de PS y PC
166 167
10.1. ¿Valor resultativo del PC? 10.2. El valor comentativo: ¿una exclusividad del PC?
167 169
11. Los valores estructurales de PS y PC en el análisis textual
171
11.1. PS y PC en pasajes narrativos 11.1.1. 11.1.2. 11.1.3. 11.1.4.
Narración histórica Narración anecdótica Paráfrasis PS y PC con personajes muertos, míticos o de la Antigüedad 11.2. Metadiscursividad 11.3. Intertextualidad: PS y PC en citas, refranes, modismos y coplas X
171 171 178 180 191 193 196
12. Sustituciones paradigmáticas 12.1. 12.2. 12.3. 12.4.
202
PC en contextos de PS PS en contextos de PC PS en contextos de imperfecto (el «PS atipico») PS en contextos de pluscuamperfecto
202 202 203 203
13. La perífrasis tener (en presente de indicativo) + p. ρ
205
14. A modo de conclusion: PS y PC y algunas dicotomías del sistema verbal
210
14.1. 14.2. 14.3. 14.4. 14.5.
Tiempos Tiempos Tiempos Tiempos Tiempos
15. Síntesis
sintéticos y analíticos perfectos e imperfectos definidos e indefinidos absolutos y relativos deícticos y anafóricos
210 212 214 215 216
final
219
Bibliografía
226
XI
Abreviaturas
abs. aux. COD compi. cond. esp. expr. fut. fut. ant. imp. ind. inf. lat. η. narr. Ρ· PC PCP PCP sint. pers. p.p. pres. princ. pron. pers. PS rei. resp. sing. sint. sub. sub. adj. sub. adv. sub. rei. sub. subst. subj. subst. χ /
XII
absoluta (frecuencia) auxiliar complemento de objeto directo complemento condicional español expresión futuro futuro anterior imperfecto indicativo infinitivo latín nota narrativo página pretérito perfecto compuesto pluscuamperfecto pluscuamperfecto sintético persona participio pasado presente principal pronombre personal pretérito perfecto simple relativa (frecuencia) respectivamente singular sintagma subordinada subordinada adjetiva (relativa) subordinada adverbial subordinada relativa subordinada substantiva subjuntivo substantivo vez, veces representa un corte entre los versos de los pasajes versificados
índice de los cuadros
1. Cuadro sinóptico con los valores absolutos y relativos del PS y del PC en cada obra 2. Estructura de La Celestina según Miguel Marciales 3. Relación PS/PC en las subdivisiones de La Celestina 4. Organigrama de los personajes en La Celestina 5. PS y PC según los personajes (por orden alfabético) 6. PS y PC según los personajes (por orden creciente de la relación PS/PC) 7. PS / PC en la Celestina según los autores y las subdivisiones 8. Estadísticas PS/PC en el Teatro (argumentos vs. églogas) 9. Relación PS/PC en el Teatro según las églogas 10. PS y PC en posición final de verso 11. PS y PC en el Diálogo de la lengua 12. PS y PC en el Diálogo según los personajes 13. Formas de PS y PC acompañadas de indicadores temporales 14. PC y PS según el tipo de oración en La Celestina 15. PC y PS según el tipo de subordinada en La Celestina 16. PC y PS según el tipo de subordinada adverbial en La Celestina 17. PC y PS según el tipo de oración en el Teatro de Encina 18. PC y PS según el tipo de subordinada en el Teatro de Encina 19. PC y PS según el tipo de subordinada adverbial en el Teatro de Encina 20. PC y PS según el tipo de oración en el Diálogo de la lengua 21. PC y PS según el tipo de subordinada en el Diálogo de la lengua 22. PC y PS según el tipo de subordinada adverbial en el Diálogo de la lengua 23. Los demás tiempos verbales coordinados con el PS en La Celestina 24. Los demás tiempos verbales coordinados con el PS en el Teatro de Encina 25. Los demás tiempos verbales coordinados con el PS en el Diálogo de la lengua . . 26. Los demás tiempos verbales coordinados con el PC en La Celestina 27. Los demás tiempos verbales coordinados con el PC en el Teatro de Encina . . . . 28. Los demás tiempos verbales coordinados con el PC en el Diálogo de la lengua .. 29. PS y PC como tiempos subordinantes en La Celestina 30. PS y PC como tiempos subordinantes según el tipo de subordinada en La Celestina 31. PS y PC como tiempos subordinantes en el Teatro de Encina 32. PS y PC como tiempos subordinantes según el tipo de subordinada en el Teatro 33. PS y PC como tiempos subordinantes en el Diálogo de la lengua 34. PS y PC como tiempos subordinantes según el tipo de subordinada en el Diálogo 35. PS y PC como tiempos subordinados en La Celestina 36. PS y PC como tiempos subordinados en el Teatro de Encina 37. PS y PC como tiempos subordinados en el Diálogo de la lengua 38. PS y PC y la persona verbal en La Celestina
XIII
26 29 35 36 36 37 39 40 40 43 44 45 62 112 112 112 113 114 114 114 115 115 122 122 122 123 123 124 125 126 128 129 131 132 134 135 137 139
39. 40. 41. 42. 43. 44.
PS y PC y la persona verbal en el Teatro de Encina PS y PC y la persona verbal en el Diálogo de la lengua PS y PC y el lexema verbal en La Celestina PS y PC y el lexema verbal en el Teatro de Encina PS y PC y el lexema verbal en el Diálogo de la lengua Relación «perífrasis tener» / PC
XIV
140 140 143 146 149 205
1.
Introducción
1.1.
P a n o r a m a histórico 1
1.1.0.
Tendencias evolutivas en las lenguas indoeuropeas
En la evolución de las lenguas indoeuropeas, las construcciones analíticas tienden a volverse, bajo el peso del uso y de la erosión fonética, cada vez más sintéticas, gramaticalizándose con el tiempo. Al llegar al término de su evolución, algunas desaparecen, como engullidas por un agujero negro - permítasenos este préstamo del lenguaje de los astrofísicos - , y son reemplazadas por perífrasis más expresivas desde el punto de vista semántico y más «llenas» desde el punto de vista fonético. Por ejemplo, el futuro sintético latino (AMABO), de hecho una construcción analítica en el indoeuropeo primitivo (AMA + BO, forma de subjuntivo del verbo ser, cf. inglés to be, alemán ich bin), desapareció en las lenguas romances y fue sustituido en la mayoría de los casos por una forma analítica que tenía al principio un valor de obligación (AMARE + HABEO). Sólo el rumano escogió otra perífrasis para expresar el futuro: un auxiliar modal de intención/volición (voi + inf.), que recuerda al futuro inglés (you will come). Ahora bien, en el uso del siglo XX, la perífrasis AMARE + HABEO ya no se concibe como analítica (sólo el portugués escrito todavía puede interpolar un pronombre entre el infinitivo y la desinencia), pero lo interesante es que este futuro simple va siendo reemplazado poco a poco por otra perífrasis, el llamado futuro próximo (esp. voy a + inf., fr. je vais + inf., fr. de Suiza je veux + inf.2, etc.). El desplazamiento de lo analítico hacia lo sintético, y la desaparición de éste como consecuencia última, parece ser la regla en el caso de los futuros. Los paradigmas verbales conocen otros fenómenos semejantes: la voz pasiva, exclusivamente analítica en las lenguas romances contemporáneas, que en latín era en buena parte sintética; la expresión de la persona verbal, sintética en casi todos los romances pero analítica en francés; y, finalmente, los tiempos del pasado, analíticos o sintéticos, y que según los casos pueden ser perfectos o imperfectos, definidos o indefinidos, ex1
2
Este capítulo es la traducción y la adaptación puesta al día de nuestra comunicación «Formes synthétiques et analytiques de praeteritum dans la Romania», publicada en Hilty, G. (ed.), Actes du XXe Congrès International de Linguistique et Philologie Romanes, Zurich (6-11 avril 1992), t. III, 397-410. Véase W. Pierrehumbert, Dictionnaire du parler neuchâtelois et suisse romand, Neuchâtel, Ed. Attinger, 1926 s. v. vouloir.
1
presar un pasado próximo o más bien remoto, etc. El pretérito simple y el pretérito compuesto suelen ser competidores en este proceso de gramaticalización irreversible. Se sabe que una forma de pretérito simple, resultado de la evolución del perfection latino (que gozaba ya de un doble valor de aoristo y de perfecto, véase por ejemplo González Fernández 1980), coexiste con una forma de pretérito compuesto en la mayor parte de las lenguas romances; sin embargo, la naturaleza de las relaciones que mantienen estas dos formas, no sólo entre ellas sino también con los demás tiempos del sistema, puede variar bastante de una lengua a otra. A nivel formal, se observa que el sistema de oposiciones se presenta bajo un aspecto exterior constantemente renovado. Perífrasis no gramaticalizadas en una lengua dada pueden adquirir en otra el estatuto de verdadero tiempo verbal. Para tener una visión panorámica, tanto en el espacio como en el tiempo, del fenómeno que nos interesa tratar en este trabajo, vamos a empezar presentando la situación en la Romania, haciendo agrupaciones tipológicas según criterios morfológicos y morfosemánticos; después, echaremos un vistazo a la situación que prevalece en otros grupos indoeuropeos, particularmente en la familia de las lenguas germánicas. 1.1.1.
La situación de los pretéritos en la Romania
Se pueden distinguir tres grandes conjuntos en la Romania, en lo que al uso del pretérito simple y del pretérito compuesto se refiere: primero, un grupo septentrional que prácticamente ha dejado de utilizar la forma simple en la lengua hablada; segundo, un conjunto que llamaremos central y que utiliza los dos pretéritos, cada uno con sus campos de uso respectivos; tercero, un grupo más bien periférico y meridional, que utiliza la forma sintética como término no marcado de la oposición, y confina la forma analítica a empleos menos frecuentes y muy marcados. 1.1.1.1.
El grupo septentrional
El primer grupo abarca el francés (por lo menos el francés oral espontáneo), el retorromano (Meyer-Lübke 1900: III, 130), los dialectos italianos septentrionales (Rohlfs 1969: §672-673), y la mayor parte de las hablas rumanas (Bríncus 1957). El uso parece acomodarse muy bien a la desaparición casi total del pretérito simple en los idiomas en cuestión; pero ésta no deja de producir una cierta alteración en el sistema de los tiempos y de las perífrasis verbales. Se suele decir que el passé composé se ha apoderado de la función narrativa del passé simple en francés moderno, y de hecho una narración en passé composé es normal en el uso oral y por lo menos posible en el uso escrito 3 . Sin embargo, no hay que olvi3
Véase por ejemplo Cohen (1973); este autor ha escrito toda una historia de la lengua francesa sin utilizar ni el passé simple de indicativo, ni el imparfait de subjuntivo.
2
dar los demás competidores del passé simple: el imperfecto, que lo ha reemplazado totalmente en su función descriptiva («este rey ovo dos hijas» Amadís de Gaula; esp. moderno tenía)·, el presente histórico, que contrariamente al passé composé amenaza al passé simple en su propio campo, el de la enunciación histórica; y, finalmente, el futuro simple y el futuro anterior, que se utilizan abundantemente en la prensa para, por ejemplo, relatar en una especie de posterioridad relativa los acontecimientos notables de la vida de un personaje contemporáneo (Yvon 1926:135-140; Eberenz 1981:184; Steinmeyer 1987; ya se documenta en moyen français, cf. Martin 1971:402 ss.; Weinrich 1994:192-3 habla en tales casos de «Tempus-Metapher»). Para volver al presente histórico, es particularmente interesante notar que su empleo con la perífrasis va + inf. se ha gramaticalizado completamente en catalán, eliminando así la forma sintética de la lengua hablada (Colón 1975). Una construcción similar se observa en francés: el futuro próximo, paralelamente al futuro simple y anterior, se emplea también como tiempo retrospectivo (cf. este ejemplo encontrado en la prensa: «en cette année 1923, l'Union de défense économique (UDE) va faire une entrée fracassante au Grand Conseil genevois, obtenant 24 sièges sur 100.» L'Hebdo, Lausanne, 15 juillet 1993, p. 26). En suma, el perfecto simple no es amenazado únicamente por el perfecto compuesto, como opinan algunos investigadores. Ahora bien, es indiscutible que el passé composé se ha encargado, en francés hablado, de buena parte de la función narrativa del passé simple·, tanto, que no llega a expresar adecuadamente el carácter resultativo, acabado o indefinido de un acontecimiento. De ahí han nacido nuevas construcciones que ponen el acento sobre el resultado o las consecuencias de una acción, como j'ai une lettre d'écrite, il a trois livres de lus, etc.; otras construcciones hacen resaltar el carácter de perfección absoluta de un acontecimiento, uno de los empleos del passé surcomposé en francés. La influencia del substrato occitano y francoprovenzal ha dado lugar, en el uso regional francés, a un passé surcomposé utilizado en oraciones independientes con un valor de pasado indefinido, otro valor muy mal expresado por el passé composé, aunque éste se llamaba antiguamente passé indéfini. Por ejemplo, je l'ai eu rencontré equivale a il m'est arrivé de le rencontrer (Comitat sestian d'Estudis occitans^ 1; véase también Foulet 1925:231-4 y Jolivet 1986 que dan numerosos ejemplos), es decir, un número de veces indeterminado, en un pasado indefinido. Esto no deja de recordar el valor del pretérito perfecto compuesto 4 en algunas variedades del español latinoamericano (v. Caviglia y Malcuori 1994).
4
La Real Academia Española utiliza los términos pretérito perfecto simple y pretérito perfecto compuesto (Esbozo, §3.14.2.). Sin pretender que estas denominaciones reflejan el valor de dichos tiempos verbales y únicamente por razones estilísticas, hablaremos indistintamente en este trabajo de los pretéritos o de los perfectos·, para remitir respectivamente a la forma simple o a la compuesta, utilizaremos las abreviaciones PS y PC.
3
1.1.1.2.
El grupo central
El segundo grupo, en cierta manera el más importante y extendido, emplea todavía regularmente las dos formas de prœteritum. Se trata del francés escrito, del occitano, del español peninsular y académico, del italiano «toscano», escrito y normativo, y del rumano literario. Recordemos también la situación particular del catalán, que conoce en la lengua escrita tres formas de prœteritum (el «prétérit indefinit» - he conegut - , la perífrasis vaig + inf. - vaig conèixer - , y una forma de prétérit perfet sintético - coneguí - que sobrevive en la lengua literaria). Quizás se sorprendan algunos al ver que hemos incluido el francés escrito dentro de este grupo. De hecho, algunos lingüistas suelen considerar la lengua escrita como un epifenómeno, una excrecencia de dudoso valor; como máximo, una solución de segunda mano para el estudio de fenómenos lingüísticos que podrían estudiarse mucho mejor a partir de corpus orales. Ahora bien, el que la lengua escrita sea una fuente muy poco adecuada para el estudio de la lengua hablada nos parece evidente; sin embargo, esta constatación no nos autoriza a descuidar su estudio. Lo esencial consiste en saber lo que se está haciendo: el estudio de un corpus de lengua escrita debe llevar a la descripción científica de la lengua escrita considerada por sí misma y como fenómeno individuado, con sus reglas y su evolución, y no como sucedáneo defectuoso de una lengua oral que sería, por su parte, la única lengua «verdadera». El estudio de las relaciones entre perfecto simple y perfecto compuesto es justamente uno de los problemas que atañen en primer lugar a la lengua escrita, ya que la supervivencia de la forma sintética es un fenómeno esencialmente literario (o por lo menos escrito) para los franceses, los italianos del norte y la mayoría de los rumanos. Por lo que al francés se refiere, se pueden identificar tres etapas en la percepción del fenómeno por la comunidad científica: primero, se proclama la muerte del passé simple, cuya supervivencia en la lengua escrita no sería más que un arcaísmo, y se trata de explicar su desaparición en la lengua oral (Foulet 1920; Meillet 1921; Dauzat 1937); después, se nota su persistencia en la lengua escrita, y se intenta precisar la naturaleza de los textos o de los tipos de discurso en los que todavía puede encontrarse (Benveniste 1959; Yvon 1963; Weinrich 1964); finalmente, en los últimos años, hemos asistido a la publicación de trabajos que reconocen como evidente la existencia del passé simple, y que tratan de describir y de explicar de la manera más precisa posible el funcionamiento de este tiempo verbal así como sus relaciones con sus competidores en varios tipos de lengua escrita (Boyer 1979; Herzog 1981; Engel 1990). Estos trabajos combinan a veces la lingüística variacional y la lingüística textual: el uso de los tiempos del pasado se analiza, no solamente siguiendo criterios sintácticos y semánticos tradicionales, sino también según el tipo de texto o de discurso. Por ejemplo, se ha observado en la lengua de la prensa francesa un número relativamente alto de passés simples en los artículos que tratan de arte y literatura, pero también de deportes. Una metodología similar ha permitido identificar las acotaciones teatrales como un subconjunto particular de la lengua del teatro (para este fenómeno en el ámbito hispanorromance, 4
véase Thibault 1987a). El estudio de los tiempos verbales desde un punto de vista textual en español lo ha ilustrado R. Eberenz en su monografia de 1981 (véase en particular el capítulo 10, «Zur Struktur von Texten»), En los dominios lingüísticos donde las dos formas de prœteritum cohabitan no sólo en la lengua escrita sino también en la lengua hablada (el castellano, el toscano), los lingüistas formalistas, tanto de orientación estructuralista como generativista, han dado por solucionado desde hace ya mucho tiempo el problema del valor de los pretéritos. Esto ha dado lugar a un gran número de trabajos en los cuales el pretérito simple se define invariablemente, a pesar de la variedad de los enfoques, como el tiempo del corte con el presente, de la objetividad, de la narración histórica, de la anterioridad absoluta, de la coexistencia con el imperfecto, etc. El perfecto compuesto, por su parte, nunca viene presentado en oposición con el perfecto simple, a pesar de haberlo reemplazado completamente en amplias zonas de la Romania: siempre lo oponen al presente. El pretérito compuesto sería el tiempo de la anterioridad inmediata, de la subjetividad, del comentario, y por supuesto, de la coexistencia con el presente. De hecho, estas descripciones son muy satisfactorias, y quedan confirmadas por muchos estudios cualitativos y cuantitativos (véase por ejemplo J. de Kock 1990 para el español), en buena parte de los dominios lingüísticos en cuestión. La situación se complica a partir del momento en que se toman en cuenta consideraciones variacionistas. Tanto en el mundo hispanorromance como en el italorromance, muchas regiones no participan con el uso presentado como canónico en la mayor parte de las gramáticas (descriptivas o normativas). Factores sociolingüísticos como la edad, el sexo o la clase social pueden intervenir también en el empleo de los tiempos verbales (véase Kubarth 1992 para el español argentino). Volvamos a consideraciones morfológicas. El pretérito perfecto compuesto del español, cuyos campos de empleo se encuentran bien delimitados por la existencia de un pretérito perfecto simple que se mantiene con muy buena salud (contrariamente a su equivalente francés), debería estar fuera del alcance de competidores perifrásticos encargados de expresar valores como la resultatividad o la pertinencia presente. Ahora bien, no es exactamente así. Al lado de la forma desde hace mucho tiempo gramaticalizada, la construida con el auxiliar haber, el español tiene también una perífrasis con tener, cuyo sentido pleno («poseer» o «mantener») todavía se percibe, y que también contribuye a delimitar el campo de empleo del perfecto compuesto - al otro extremo del espectro de sus usos. En portugués, el uso de esta perífrasis (con ter) se ha extendido hasta la eliminación completa, en la lengua hablada, de su competidora con haver, ésta ha quedado relegada a la lengua literaria (para un buen panorama histórico de este problema, véase Harre 1991). Se nota otra vez que los descendientes del prœteritum en la Romania se presentan con una variedad y una riqueza morfológica sorprendente, lo cual sugiere que la morfosintaxis se hace cargo de numerosos matices temporales y aspectuales en las lenguas romances. El caso de ciertas hablas occitanas es ejemplar: los dialectos del Gévaudan, que han sido descritos por Ch. Camproux (1958), gozan de un número récord de tiempos de pasado. 5
Además de las formas de pasado que comparten con el francés, estos dialectos disponen de una serie completa de tiempos doblemente compuestos, de uso muy frecuente; y como si esto no bastase, la perífrasis con valor resultativo AUXILIAR + de + p.p. se utiliza también regularmente y se superpone a todos los demás tiempos del sistema. La traducción de todos estos tiempos pasados a uno de los dialectos alemánicos de Suiza, que prácticamente sólo disponen de un pasado compuesto y de otro doblemente compuesto, obligaría a echar mano de todo un arsenal de medios lexicosemánticos. 1.1.1.3.
El grupo meridional
El tercer grupo es el de las lenguas y hablas que utilizan mucho más la forma simple que la compuesta. En la Península Ibérica, el portugués y el gallego se encuentran en esta situación, así como el español regional de ciertas zonas periféricas (Galicia y Asturias); en América, la preponderancia del pretérito simple es tan aplastante que resultaría más económico enumerar las pocas zonas que dan más bien la preferencia al pretérito compuesto: Bolivia y el noroeste argentino (según Kany 1945). El empleo de las dos formas de pretérito en territorios tan extensos varía seguramente mucho según las regiones, pero la situación se puede resumir, a grandes rasgos, del modo siguiente: en portugués, en gallego y en buena parte del uso español americano, el perfecto simple se emplea para referirse a cualquier acontecimiento anterior al momento de la enunciación y considerado como perfecto, es decir integralmente terminado. Es posible encontrarlo en contextos de anterioridad inmediata al presente, en situaciones donde todo parece exigir un tiempo que expresa una relación con el presente o incluso una perífrasis de resultatividad. Así, se podrá decir Agora chegou en portugués, o Ahora llegó en el español de Buenos Aires (Thibault 1994), para traducir lo que se expresaría indiscutiblemente con la forma compuesta en español peninsular o en francés (il est arrivé maintenant, y nunca *il arriva maintenant, incluso en la lengua más clásica). Volveremos más adelante a los matices de uso de los pretéritos en el mundo hispanohablante. La Península Ibérica y América Latina no son las únicas zonas de la Romania donde se encuentran regiones con fuerte predominio de la forma simple: este fenómeno se da también en la mitad meridional de Calabria y en Sicilia, donde el passato remoto sería «l'unico tempo perfettivo popolare», utilizándose incluso para remitir a «un fatto che s'estende fino all'immediato presente» (Rohlfs 1969: §672). Finalmente, algunos dialectos rumanos documentan un uso muy particular de la forma simple: en Oltenía, sirve para expresar la anterioridad inmediata al presente (véase Brincus 1957), valor temporal que se considera justamente típico de la forma compuesta en español peninsular.
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1.1.2.
La situación en las lenguas germánicas y eslavas
Sería un error pensar que el grupo romance es el único entre las lenguas indoeuropeas que posee semejante variedad en la expresión del prœteritum. En el grupo de las lenguas germánicas, la suerte de la forma de pasado simple varía también mucho según las regiones: en inglés, el simple past es muy vivo y tiene una red de empleos muy amplia, ya que el present perfect es un tiempo presente (como lo indica su nombre), incompatible con adverbios de tiempo pasado, encargado de poner el acento sobre el resultado presente de un acontecimiento que tuvo lugar en un pasado indefinido. En el dominio alemán, la vitalidad de la forma simple va decreciendo del norte al sur; en teoría, la lengua escrita y literaria reproduce más bien el uso de la mitad septentrional del dominio. Como ya notaba Meillet en 1921: «la disparition [del Präteritum] est dès maintenant un fait accompli dans tout le Sud-Ouest du domaine allemand: Suisse, Alsace, Lorraine allemande jusqu'à la Moselle, Bade, Würtemberg; il ne subsiste que des traces du prétérit dans le Palatinat bavarois et la Hesse rhénane, à savoir war ou quelquefois hatte, ward, wollte; jusque dans le Luxembourg, le Nassau, le Sud de la Hesse supérieure, le prétérit simple n'est pas d'emploi courant. Plus à l'ouest, sauf war, le prétérit manque en Bavière et en Autriche» (Meillet 1921:151-152; véase también Weinrich 1994:281). En lo que a las lenguas eslavas se refiere, el antiguo aoristo ruso se habría desechado ya en el siglo XV; en polaco, checo y serbocroata, es una perífrasis la que expresa la idea de prœteritum (Meillet 1921:153; Siadbei 1930:357; Zieglschmid 1930:154-155). Pero resultaría imprudente ir más lejos en esta comparación, ya que el sistema de oposiciones del paradigma verbal de las lenguas eslavas está basado en el aspecto, lo cual lo diferencia mucho del de las lenguas romances. 1.1.3.
La hipótesis de una influencia exógena
Meyer-Lübke ya sugirió la posibilidad de una influencia del germánico sobre el galorromance en la desaparición del passé simple. Muchos años antes de que Walther von Wartburg introdujera el concepto de superestrato (fue en el tercer Congreso de Lingüística romance celebrado en Roma en 1932, véase FEW 12, 362), el célebre autor de la Grammatik der romanischen Sprachen ya se había preguntado si «le nombre restreint des formes de prétérit chez les Allemands aurait entraîné chez leurs voisins romans aussi la disparition du parfait» (Meyer-Lübke 1900: III, 131). Todavía no plantea el problema en términos de superestrato o de adstrato; habla sencillamente de vecindad entre dos grupos lingüísticos. Ahora bien, quizás valdría la pena enfocar el problema de los pretéritos en la Romania desde el punto de vista de los superestratos, algo que casi no se ha hecho hasta ahora. El concepto de superestrato (tanto como el de sustrato) se ha utilizado esencialmente en el campo de la fonética histórica (piénsese, por ejemplo, en La fragmentación lingüística de la Romania de Wartburg), o como principio explicativo y clasificador de los varios estratos léxicos de una lengua dada: palabras 7
francesas debidas al sustrato galo, voces españolas provenientes del superestrato árabe, palabras rumanas que vienen del superestrato eslavo, etc. Sin embargo, se recurre mucho menos a estos instrumentos conceptuales a la hora de explicar las características morfosintácticas de una lengua, quizás justamente porque la morfología y la sintaxis no son tan permeables a las influencias exógenas que la fonética o, sobre todo, el léxico. Pero esto no nos autoriza a rechazar este punto de vista a priori. Si se examina desde este ángulo la situación de los perfectos simples y compuestos en la Romania, se encuentra por lo menos un caso 5 en el que un empleo particular de estos tiempos se explicaría claramente por la influencia de un substrato: se trata de la preferencia marcada por la forma simple en el sur de Italia, debida según G. Rohlfs a la influencia de un substrato griego: Molto usato è il passato remoto nel Meridione. In Sicilia e nella metà meridionale della Calabria il passato remoto è anzi l'unico tempo perfettivo popolare, e viene usato anche nei casi in cui toscano e lingua letteraria sogliono usare il passato prossimo: anche, dunque, quando si tratti d'un fatto che s'estende fino all'immediato presente. [...] Il fenomeno si ritrova in alcune località salentine, confinanti coi paesi di lingua greca e anch'esse una volta ellenofone [...]. L'area di questo fenomeno coincide con quelle zone dell'Italia meridionale in cui si rileva più forte l'influsso del greco. Questo inconsueto uso del passato remoto é dunque indubbiamente da riguardar come un calco, da attribuire alla circostanza che la popolazione di lingua greca nell'Italia meridionale possedeva, avanti la sua romanizzazione, soltanto un tempo perfettivo (aoristo), e non era usa a distinguer due passati, a seconda della maggiore o minor recenziosità d'un fatto accaduto. Latinizzandosi, queste popolazioni trasferirono meccanicamente il loro aoristo nel corrispondente tempo neolatino. Rohlfs (1969: III, §672).
¿Se puede aplicar una explicación de esta naturaleza a otras zonas de la Romania? I. Siadbei rechaza la hipótesis de una influencia de las lenguas germánicas en el caso de la desaparición del pasado simple en rumano; este autor, sin evocar el papel que podían haber desempeñado las lenguas eslavas, afirma de forma general que «on ne saurait attribuer à une influence externe l'origine du phénomène» (Siadbei 1930:357). Explica la desaparición de la forma simple en rumano, como en las lenguas eslavas, basándose en factores morfológicos (es decir, esencialmente homonimias debidas a evoluciones fonéticas que desestabilizan el sistema). Su demostración es convincente y puede ser válida para el dominio lingüístico considerado; pero esto no nos autoriza a concluir que la hipótesis de los superestratos no tiene vigencia alguna en otras partes de la Romania. Se 5
G. Schumacher de Peña (1980) documenta también un caso de influencia de un substrato en el sistema verbal: se trata de la influencia del quechua sobre los tiempos de pasado del español regional de Puno (Perú). El quechua tiene, según Schumacher, tres tiempos de pasado: un pasado perfecto, un pluscuamperfecto (con función «reportativa») y un habitual. Al hablar español, los locutores utilizan el imperfecto español como equivalente del habitual quechua, y el pluscuamperfecto español como equivalente del pluscuamperfecto «reportativo» del quechua. El pasado perfecto del quechua equivale tanto al perfecto simple como al perfecto compuesto del español; el resultado es que hubo una especialización de estos tiempos según las regiones: en el pueblo de Puno, se documenta diez veces más el perfecto compuesto que el simple, en Cuzco 2,5 veces más el compuesto que el simple, mientras en Huaraz sucede al contrario: se utiliza la forma simple cinco veces más que la compuesta.
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han hecho también propuestas de naturaleza morfológica para explicar la desaparición del passé simple en francés. Para decirlo en pocas palabras, este tiempo verbal habría sido víctima de su complicadísima morfología. Ahora bien, se puede objetar que el problema podría haberse solucionado con la regularización de los paradigmas de passé simple, solución que ha triunfado en occitano (extensión del morfema -gué), y que había empezado a darse en los dialectos del oeste de Francia, con la generalización de la desinencia de passé simple en -is, -it (Dauzat 1937:101; Bougy 1995; Walter 1995). La hipótesis del superestrato no pierde entonces toda vigencia por el mero recurso a la morfología. Se ha evocado también, para explicar la desaparición del passé simple en francés, una homonimia con el imperfecto de subjuntivo en la tercera persona del singular (Camproux 1967); sin embargo, la homonimia de la primera persona de plural del perfecto simple con la del presente en español no parece amenazar la supervivencia del pretérito simple en esta lengua. Finalmente, se han propuesto explicaciones de naturaleza vagamente psicológica (véase por ejemplo Wartburg 1958: §401): más que un principio explicativo, representan sobre todo un intento de describir cómo un tiempo sucede a otro, en el proceso constantemente renovado de desplazamiento de lo analítico hacia lo sintético. La objeción más frecuentemente formulada en contra de este tipo de enfoque (véase por ejemplo Camproux 1967:161) es que no explica en absoluto cómo la «psicología» de los hablantes del norte de Francia, de Retia, de Lombardia o de Rumania pudo ser tan particular que llegó a provocar por sí sola la desaparición de una forma verbal que se mantiene con una vitalidad impresionante en el resto de la Romania. 1.1.4.
La hipótesis de un superestrato germánico en el grupo septentrional
Examinemos ahora la hipótesis de la acción de un superestrato en la desaparición de la forma simple en francés, en retorromano y en las hablas del norte de Italia. Se sabe, desde que Wartburg publicó su Fragmentación lingüística de la Romania (original alemán: Die Ausgliederung der romanischen Sprachräume, 1950), que las zonas más influenciadas lingüísticamente por las invasiones germánicas fueron el norte de la Galia, Retia y la Galia cisalpina. Desde luego, no se sabe si los hablantes francos, alemánicos y bávaros tienen «afinidades psicológicas» con las zonas mencionadas, pero sí se sabe, en cambio, que todos han eliminado el pretérito simple del uso oral, lo cual constituye una coincidencia algo sorprendente. Se podría suponer que, a semejanza de las antiguas poblaciones helenófonas que se romanizaron en el Mezzogiorno italiano, los invasores germánicos transplantaron a su nuevo dialecto romance una tendencia particular de la sintaxis verbal de su lengua materna, en este caso un empleo anormalmente frecuente de las formas compuestas. Sin embargo, tal empleo parece ser relativamente tardío en los dialectos alemánicos6. En lo que al francés se refiere, 6
«Er [Lindgren 1957] weist zunächst nach, daß die mittelhochdeutsche Sprache, auch im süddeutschen Raum, keine Schwächung des Präteritums zeigt. Es hat eine Verteilung der
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algunos investigadores (por ej. Foulet 1920) han encontrado ejemplos de verbos en passé composé con valor de pretérito simple ya en textos del siglo XII, pero el dicho «valor» podría resultar de una interpretación anacrónica del sistema narrativo medieval, como veremos adelante (1.2.2.1.)· Ahora bien, el estudio de traducciones antiguas nos enseña que el passé composé era ya mucho más frecuente en francés que en español (o incluso en italiano) al principio del siglo XVI (Berschin 1976:138-139). La preferencia del francés por la forma compuesta, a expensas de la forma simple, parece ser un fenómeno por lo menos tan antiguo como la situación paralela observada en los dialectos alemánicos, pero en ambos casos no se remonta al período de bilingüismo que conoció el norte de Francia a consecuencia de las invasiones germánicas. ¿Se podría atribuir la preferencia marcada del portugués y de algunas variedades del español por la forma simple al superestrato árabe? La influencia de esta lengua en la Península Ibérica se manifestó principalmente en el léxico, y alcanzó a la sintaxis únicamente a través de la fraseología; ni la fonética, ni la morfología fueron influenciadas por el árabe de una manera durable y profunda (Lapesa 1984:129-156). 1.1.5.
La hipótesis del arcaísmo en el grupo meridional
La frecuencia relativamente alta de las formas de pretérito simple en ciertas variedades de español así como en portugués podría explicarse también como una especie de arcaísmo. No es exagerado decir que el sistema verbal del portugués se distingue por una serie de características arcaicas muy marcadas: subsistencia de una forma de futuro de subjuntivo, única supervivencia del futuro anterior de indicativo latino; subsistencia de una forma sintética de pluscuamperfecto, descendiente directo del plusciiamperfectum del latín; forma de futuro simple todavía sentida como escindible ya que permite la inserción de un pronombre clítico (en la lengua escrita). El empleo del pretérito perfetto simples del portugués con un doble valor de pretérito y de perfecto - valor también característico del perfectum latino, del que proviene - , podría considerarse como uno de los arcaísmos del sistema verbal de esta lengua. Ahora bien, la creación del infinitivo personal demuestra que el portugués ha sido capaz de producir innovaciones muy marcadas. Quizás podríamos enfocar la hipótesis de los superestratos desde un punto de vista más amplio y menos particularizante, e imaginar que las numerosas mezclas de población que conocieron Francia y el norte de Italia simplemente desencadenaron fenómenos evolutivos o reforzaron tendencias evolutivas que existían en estado latente en toda la Romania7; estas tendencias se
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Tempora, die mit der Verteilung der Tempora in den heutigen norddeutschen Mundarten und in der deutschen Schriftsprache in überraschendem Maße übereinstimmt. Diese Übereinstimmung ist bis etwa 1450 vollständig. In der zweiten Hälfte des 15. Jahrhunderts lassen süddeutsche Texte leichte Anzeichen für ein Vordringen des Perfekts erkennen.» Weinrich (1994:281). Suzanne Schlyter, de la Universidad de Lund (Suecia), nos comentó que en situación de
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habrían detenido en regiones más aisladas, como el noroeste de la Península Ibérica, en una época en la que el protocastellano y el gallegoportugués vivían escondidos en los montes cantábricos.
1.2.
Estado de la cuestión y metodología
Pocos fenómenos gramaticales presentan tanta variación en el mundo hispanohablante como el uso de los perfectos, tanto en el espacio como en el tiempo, tanto desde un punto de vista cuantitativo como cualitativo, tanto desde un enfoque gramatical como estilístico o incluso pragmático. Vamos a ver ahora, brevemente, lo que se suele decir del valor de los perfectos en la lengua presentada por los manuales como «estándar» o «académica» (unos conceptos que suelen ser muy mal definidos por los autores). 1.2.1.
Variación diatópica
1.2.1.1.
Funcionamiento de los pretéritos en la lengua estándar contemporánea
Antes de describir la variación del uso en el espacio, empecemos con la descripción del sistema que se da como «estándar», ya que los usos diferenciados han de definirse en relación con alguna norma que nos sirva de referencia (desde luego por meras razones prácticas y no ideológicas). Los criterios habitualmente citados son de índole temporal y aspectual. En pocas palabras, el PC en español peninsular contemporáneo es un tiempo que expresa un acontecimiento pasado (en oposición con el presente), visto como completo (en oposición - indirecta con el imperfecto), ocurrido no siempre pero muy a menudo en un período de tiempo bastante reciente y ligado de alguna manera al presente (en oposición con el perfecto simple). Éste (el PS) expresa también un acontecimiento pasado, visto como completo, pero sin vinculación particular con el presente. Como tiempo subordinante, exige más bien el pretérito de subjuntivo que el presente, mientras que el perfecto compuesto genera subordinadas en presente de subjuntivo. El PS ocurre más bien con indicadores temporales de época pasada, mientras que el PC es, según la norma, incompatible con dichos indicadores y se encuentra más bien con indicadores temporales que incluyen el momento de la enunciación. A este respecto, el español difiere mucho del francés contemporáneo, incluso en sus variantes escritas más formales, pero coincide con el inglés.
contacto entre las lenguas, las formas analíticas, por ser más regulares y más fáciles de recordar, se transmiten mejor que las formas sintéticas, que suelen ser más irregulares. 11
1.2.1.2.
Algunas observaciones sobre la variación del valor de los pretéritos en el eje diatópico
Ahora bien, la realidad dista mucho de coincidir con estas descripciones. La gran mayoría de los autores que ha tratado del problema de los perfectos en español señala importantes discrepancias entre la norma y el uso efectivo en muchas zonas de habla española; pero, en general, sus observaciones son bastante superficiales y se limitan a indicar cierta preferencia por un perfecto o por el otro (muy a menudo sin indicar en qué contexto, ni con qué intención). Algunas regiones de la Península, como Castilla, Navarra y Aragón, se citan como buenas representantes del uso académico; pero la misma ciudad de Madrid se merece a menudo (cf. por ejemplo RAE 1973: §3.14.) el título de región donde la forma compuesta estaría invadiendo el terreno de la forma simple. Desgraciadamente, faltan investigaciones serias sobre este fenómeno; todos los autores van repitiendo lo que escribió Charles Kany en 1945, pero nunca se ha publicado, que sepamos, una tesis o un estudio basado en un corpus sobre este problema. Sólo puede decirse que todos los ejemplos - y son muy pocos - de perfectos compuestos utilizados con adverbios de tiempo pasado que hemos hallado en los diversos artículos sobre el tema se encontraban en fuentes peninsulares (novelas, teatro, periódicos, etc.; véase entre otros J. Havu 1986). En América, la forma compuesta se utilizaría también con mayor predilección en Bolivia y en el noroeste de Argentina, pero nunca hemos visto una publicación que ahondara en este asunto: los autores se contentan con señalar un supuesto predominio estadístico de la forma compuesta, sin proporcionar datos más precisos sobre el valor respectivo de cada forma y las relaciones mutuas que mantienen. En cuanto al perfecto simple, el español hablado en Galicia, Asturias y León lo utilizaría todavía con un doble valor de aoristo y de perfecto (¿herencia del perfectum latino?), usurpando así buena parte del valor del perfecto compuesto; se trata de un caso de influencia del substrato dialectal sobre lo que podríamos llamar el español regional, paralelamente a lo que se llama en Francia el français régional. Cataluña, aunque nunca se cita como región representativa del uso académico, parece respetar la distinción normativa: los hablantes bilingües establecen una correspondencia entre su pretérito perifrástico catalán y el perfecto simple del español. Según uno de los autores consultados (Martín Alonso), gran parte de Andalucía prefiere la forma simple. ¿Pero qué quiere decir exactamente prefiere? Además, no hemos encontrado ningún estudio sobre el uso de los perfectos en Andalucía; la exactitud de la afirmación de Martín Alonso queda, pues, por demostrar. Sobre el español de América, se ha venido repitiendo durante décadas que el PS se emplea más que en España en muchas regiones, entre las cuales cabe citar México, Puerto Rico, Colombia, el Río de la Plata y el litoral argentino. De hecho, lo que sí parece ser típico del uso peninsular, y a este respecto hay que admitir que España se encuentra un poco aislada, es el valor de pasado próximo de la forma compuesta. En el español de muchos países hispanoamericanos, un acontecimiento pasado, terminado y visto como completo se suele expre12
sar más bien con la forma simple, incluso cuando el acontecimiento ha tenido lugar en un pasado muy reciente. El uso mexicano, tal como lo han descrito Lope Blanch y Moreno de Alba, reserva la forma compuesta para la expresión de acontecimientos durativos o iterativos cuya duración o iteración continúa o es capaz de continuar hasta el momento de la enunciación. Pero en los demás casos, se usa la forma simple. Por ejemplo, es muy habitual en México preguntarle a alguién ¿Qué te pasó?, mientras en España se diría más bien ¿Qué te ha pasado? En el español del Río de la Plata, la forma compuesta es más marcada y, por ello, de uso menos frecuente que en España. Los detallados estudios de dos lingüistas de Montevideo, Serrana Caviglia y Marisa Malcuori, presentados en el Congreso internacional de lingüística y filología románicas de Santiago de Compostela en 1989, nos proporcionan una de las descripciones más primorosas del uso de los perfectos en todas las zonas del mundo hispanohablante. Una de sus observaciones trata del carácter «más o menos afectado» de un complemento directo «más o menos individuado»: en el español del Río de la Plata, He comido esa manzana sólo puede significar «ya he comido esta variedad de manzanas», de lo cual se desprende que la acción ha tenido lugar un número de veces indeterminado, en un pasado indefinido, y es capaz de reproducirse en el futuro; la interpretación «me comí toda esta manzana», es decir, una manzana «referencial», es imposible en esta variedad de español. Ahora bien, en el mismo congreso (Santiago 1989), otro investigador, el profesor Hugo Kubarth, basándose en una metodología variacionista, reveló la existencia de diferencias estadísticas en el uso de los perfectos en el Río de la Plata según criterios sociológicos (el perfecto es más utilizado por los ancianos que por los jóvenes, y más por las clases altas que por las clases bajas), lo cual sugiere que el sistema ideal presentado por Caviglia y Malcuori, fiel reflejo de su competencia de hablantes nativas, se encuentra quizás ahora mismo en una fase de rápida evolución. Un último elemento que quisiéramos mencionar es el uso de los perfectos en la lengua escrita literaria. Desde que, en 1945, Ch. Kany lo mencionó por primera vez, se ha venido repitiendo continuamente que hay, en lo que al uso de los perfectos se refiere, una nivelación culta en todo el mundo hispanohablante, nivelación que seguiría la normativa peninsular. Datos más recientes nos permiten rechazar este tópico. Todos los estudios comparativos que se han publicado sobre el tema, aunque realizados por diversos autores y apoyados en una gran variedad de corpus, demuestran un uso mayor de la forma compuesta en España. Como apunta Josse De Kock en su monografía sobre el PC, «resulta inexacto decir que » (De Kock 1990:96). Sin embargo, el fenómeno no se desarrolla necesariamente siempre fuera de la conciencia lingüística, y en la medida en que los hablantes americanos son conscientes de que el perfecto compuesto se utiliza más en el uso académico que en el suyo, son capaces de emplearlo, tanto en la lengua hablada como escrita, con la intención de destacarse lingüísticamente. Aquí tocamos un valor pragmático del uso de los tiempos verbales. A la inversa, el empleo dominante del perfecto simple entre la juventud porteña corresponde 13
quizás a una voluntad consciente de evitar un tiempo marcado socialmente como anticuado o incluso pedante. Hay que ser muy prudente en la evaluación del «valor» de un tiempo verbal en una comunidad lingüística, y tomar en consideración una serie de factores. El valor puede ser gramatical, estilístico o regional, pero también social y pragmático. 1.2.2.
Variación diacrònica
Ahora que hemos expuesto la situación de los perfectos en su variación geográfica, veamos algunos datos sobre su variación en el tiempo. Empezaremos con la situación en español medieval, presentando estudios de J. Szertics y P. González Franco, y continuaremos con el español preclásico8, a través de los trabajos de Criado de Val y Helmut Berschin. 1.2.2.1.
PS y PC en textos medievales
El uso de los tiempos verbales en la Edad Media plantea problemas particulares, si se compara con el uso que se ha impuesto en textos clásicos y modernos. El uso que la narrativa medieval hacía de los tiempos verbales, no solamente en castellano sino también en otras lenguas romances, resulta a menudo sorprendente para un lector moderno. Resumiendo brevemente la situación, podemos decir que prácticamente todos los tiempos del indicativo podían utilizarse en el mismo período. Con la excepción de algunos contados autores que ven en esta situación una «mezcla de tiempos» debida a una falta de «madurez lingüística»9, la gran mayoría de los investigadores concuerda en considerar este uso medieval como un recurso estilístico muy consciente, cuya función consistía en dar viveza al relato. Consideraciones aspectuales desempeñaron un papel quizás más importante que las puramente temporales. El hecho de que la perspectiva presente se utilizara conjuntamente con la pasada da lugar a complicaciones suplementarias a la hora de estudiar la diferencia entre PS y PC; véase, por ejemplo, el comentario que hace Menéndez Pidal del uso de los perfectos en el Cantar de mio Cid. 8
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La periodización en la historia de la lengua española plantea problemas. Se pueden considerar muchos criterios, tanto internos como externos. Para nuestro propósito, hemos decidido llamar «español preclásico» (cf. «zwei Texten des vorklassischen Spanisch» en Berschin 1976:136) la lengua hablada en las primeras décadas de lo que muchos autores, basándose en un criterio histórico-social, llaman «español clásico», y cuyo principio coincide más o menos con el descubrimiento de América; es «el momento en el que se plasma un ideal de lengua histórico artístico, en los siglos XVI y XVII» (Marcos Marín 1992:603). R. Eberenz identifica una etapa «media» en la historia de la lengua, que va más o menos de 1450 a 1650, «marcada por una transformación más rápida y perceptible de los parámetros fonológicos y morfosintácticos» (Eberenz 1991:106); el período que estudiamos se sitúa aproximadamente en la primera mitad de esta etapa. «Semblent éliminés, à présent, les aperçus sommaires et simplistes voyant dans l'emploi des temps en ancien français et dans son le signe d'une mentalité dans l'enfance 14
Se distinguen en principio el perfecto simple, remoto, tomado en sentido absoluto [...] del perfecto compuesto, próximo, realizado en el tiempo que se considera presente [...]. No obstante, la diferencia de ambas formas está muy lejos de tener el vigor á que hoy ha llegado. El perfecto simple aparece alguna que otra vez por el compuesto: vos agora legastes, [...] oy uos dix la missa [...]. Mucho más corriente es ver usado en la narración el perfecto compuesto en vez del simple, y al lado de él, no sólo cuando la asonancia obliga, como en dioles bendictiones la missa a cantado [...], sino cuando la rima no está interesada: fabló Marlin, odredes lo que a dicho [...]. Se comprende que la poesía narrativa buscara variedad, evitando el continuo uso del perfecto simple y diera al mismo tiempo viveza á la narración con el perfecto compuesto, con el imperfecto y con el presente. Menéndez Pidal (1944, t. I, § 1641).
Creemos que el hecho de «usar el PS en vez del PC» y el de «usar el PC en vez del PS» en la época medieval son dos fenómenos de naturaleza totalmente distinta. Cuando el PS se usa en contextos de PC (es decir, en los ejemplos dados, con indicadores temporales de tiempo presente como agora y oy), nos encontramos con un valor arcaico del perfection latino, valor que permitía usar este tiempo verbal para remitir a cualquier acontecimiento cuyo desarrollo estuviera visto como totalmente terminado en el momento de la enunciación (uso todavía corriente en variedades regionales del español, o en cualquier variedad del portugués), mientras que el PC usado en vez del PS forma parte de un sistema estético medieval que permite alternar ambas perspectivas en la narración; es un tiempo íntimamente ligado al presente, y como éste, puede irrumpir en la narración al lado de un PS. La afirmación según la cual «la diferencia de ambas formas está muy lejos de tener el vigor á que hoy ha llegado» podría dar la impresión, errónea según nosotros, de que el uso medieval no distinguía bien entre ambos perfectos. Si bien es verdad que el uso ha cambiado después de tantos siglos, no estimamos lícito suponer que los hablantes de la Edad Media no diferenciaran bien las dos formas. Sería como decir que no diferenciaban el perfecto simple y el presente, por utilizarlos conjuntamente en la referencia a acontecimientos idénticos. Además, el empleo de los tiempos verbales en una obra como El Cid no refleja necesariamente el uso oral espontáneo de aquella época, del que no se sabe mucho. 1.2.2.1.1.
J. Szertics
Joseph Szertics ha publicado una monografia sobre el uso de los tiempos verbales de indicativo en el Romancero viejo10. La mayor virtud de su trabajo consiste en presentar al lector un gran número de combinaciones temporales clasificadas
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après la rupture avec le latin [...]. L'ancien français, comme l'ancien espagnol, emploie un système verbal cohérent. Ce système est un système autonome et achevé et ne doit pas être considéré comme un ancêtre embryonnaire et illogique du système verbal du français contemporain qui serait, lui, parfaitement ; l'impression de anélange des temps) observé en particulier dans les textes versifiés vient d'une vue anachronique des choses.» Buridant (1994:647). Szertics, J. (1967): Tiempo y verbo en el romancero viejo, Madrid: Editorial Gredos.
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y comentadas, pero los fundamentos teóricos del autor 11 y sus comentarios a veces más impresionistas e ingenuos que puramente científicos 12 limitan el alcance de sus investigaciones. Nota que «es en los romances donde la alternancia de los tiempos logra su mayor difusión, ya que, aparte de los tiempos referidos a propósito del Cantar, la forma en -ra, el pluscuamperfecto y hasta el antepretérito se mezclan con otros tiempos.» (Szertics 1967:189). Elabora para cada combinación unos comentarios ad hoc que le permiten explicar, a fin de cuentas, cualquier cosa. Documenta muchos casos de PC que, según él, se utilizan con valor de PS, reproduciendo el punto de vista de Menéndez Pidal (véase el apartado precedente); no considera estos casos de PC en la narración como un subconjunto del fenómeno más general que consiste en alternar las dos perspectivas, sino que habla de «variantes estilísticas de pretérito [simple]» (ibíd. 193). Si el PC es una variante estilística del PS por encontrarse en contextos semejantes y con funciones parecidas, entonces, lógicamente, tendríamos que decir que el presente histórico es, también, una variante estilística del PS. Este punto de vista tampoco se puede rechazar, pero hay que ser consciente de que estos fenómenos estilísticos no nos permiten suponer que los perfectos en la Edad media no se diferenciaban bien, o que el PC equivalía más o menos al PS en la lengua oral espontánea. No se entiende bien cómo una equivalencia en época tan temprana pudiera haber desembocado en la demarcación rigurosa (aunque variable según las regiones) que se puede observar hoy en día en el uso de los perfectos del español. 1.2.2.1.2.
P. González Franco
El enfoque de P. González Franco 1 3 es muy distinto. En su estudio de las formas verbales de Santa Maria Egipciaca, nunca sostiene que los dos perfectos sean equivalentes. Identifica para cada uno de ellos una serie de valores contextúales. Define el PS en su corpus como un tiempo verbal que expresa un «procès achevé dans le passé, sans détermination précise par rapport au moment de l'énonciaation» (González Franco 1984:167); da ejemplos de su utilización en contextos de pasado muy remoto, de pasado indefinido, pero también de antepresente («procès [...] temporellement très proches du moment de l'énonciation» ibid. 168). Como explica la autora, «la situation temporelle du procès parfait exprimé par le PPS [= PS] est définie dans les exemples précités, par le contexte, ou dans d'autres cas, par d'autres formes verbales» (ibid. 169). Para el PC, identifica pri11
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«Las irregularidades en el uso de los tiempos se deben en parte al hecho de que el esquema de los tiempos de la conjugación castellana no estaba aún fijado en el español de la época.» Szertics (1967:15). «El gran número y variedad en las alternancias permiten al juglar disponer de un instrumento sutil, que sabe manejar magistralmente, para lograr con él versos de inmarchitable belleza.» Szertics (1967:194). González Franco de Zanuttini, Patricia (1984): L'analyse du système verbal dans les textes hagiographiques français et espagnols du Moyen Âge ( La vie de sainte Marie l'Egyptienne en ancien français et en ancien espagnol). Thèse de 3e cycle, Strasbourg, 1984.
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mero un valor de «état actuel résultatif d'une action passée». A propòsito de este valor, nota que «les phrases jugées erronées du point de vue verbal par Menéndez Pidal [véase el apartado 1.2.2.1.] dans son étude sur la grammaire du Cid, ne le sont pas, puisqu'elles expriment l'état actuel résultatif d'une action passée» (ibid. 172). El otro valor del PC en Santa Maria Egipciaca sería el de duración (o iteración) que alcanza el momento de la enunciación y es susceptible de prolongarse después («procès imperfectifs qui naissent au temps passé, qui ont une incidence sur le présent, éventuellement si le contexte le permet, également sur le futur» ibid. 173); es el valor del PC hoy en día en el español de México. Lo interesante es que este «momento de la enunciación» puede ser de deíctica primaria (en los diálogos) o secundaria, es decir textual, en las partes narrativas (véase 1.2.3.2.): Le présent de situation est un élément narratif inséré dans le récit [...] qui situe le déroulement d'un procès par rapport à un moment du récit qui correspondrait au moment de l'énonciation dans le discours direct. Par sa fonction, le «présent de situation» se substitue au moment de l'énonciation dans les segments du récit où il n'y a pas de dialogue. (ibid. 174)
El estudio de González Franco es más satisfactorio que el de Szertics en dos aspectos: primero, tiene en cuenta la teoría de la enunciación en el estudio de los tiempos verbales; segundo, sus análisis permiten explicar algunas facetas del desarrollo posterior de los perfectos en las diversas normas contemporáneas del español. 1.2.2.2.
PS y PC en textos preclásicos
1.2.2.2.1.
Criado de Val y La Celestina
En su famoso índice verbal de la Celestina, Criado de Val estudia la frecuencia y el uso de todos los tiempos del paradigma verbal del español. Lo que nos revela este autor sobre los perfectos es del mayor interés para nuestro propósito. La metodología de Criado no es muy formalista; se limita a decirnos que a él, hablante nativo peninsular contemporáneo, le parecen anormales algunos usos del PS en La Celestina; más concretamente, que «la amplitud del campo semántico del pretérito [simple] en el acto 1 e s muy superior al de los actos restantes, e invade los dominios actuales del perfecto [compuesto], llegando, en algunas ocasiones, a la zona del presente» (Criado de Val 1955:101). La verdad es que los ejemplos citados para ilustrar el fenómeno serian de uso habitual en muchas variedades de español americano: Qué dixiste, no te oi bien lo que agora dixiste, oystes qué blasfemia, etc. Estos ejemplos serían, según el autor, más numerosos en el primer acto (hecho que no se verifica en el análisis, véase 4.2.4. y nota 10, p. 90), lo que Criado atribuye al mayor arcaísmo de esta parte de La Celestina. Es una manera implícita de decir que el uso del perfecto simple con valores de perfecto compuesto constituye un arcaísmo.
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1.2.2.2.2.
Helmut Berschin y la hipótesis del arcaísmo
Helmut Berschin, el autor de Präteritum- und Perfektgebrauch im heutigen Spanisch, monografia contrastiva sobre los perfectos en España y en Colombia, se ha planteado, entre otros, el problema del origen de los empleos contemporáneos. En un Historischer Exkurs, sugiere que el uso colombiano moderno podría resultar del mantenimiento de un estado de cosas preclásico. Ya que el análisis de un amplio corpus textual rebasa los límites de su trabajo, como él mismo confiesa, se conforma con el estudio de los datos proporcionados sobre el tema por las primeras gramáticas del castellano que se publicaron en los siglos XVI y XVII, y la comparación con sus originales de algunas traducciones antiguas al francés y al italiano de textos castellanos (La Celestina, Diálogos apazibles). Sus resultados son muy elocuentes: ya en el siglo XVI, el castellano utilizaba el PS mucho más que el italiano y el francés, lo cual constituía un problema de aprendizaje para los extranjeros14. Estas consideraciones nos llevan al tema de nuestra investigación, que debería contribuir a un mejor conocimiento del uso de los perfectos en un período decisivo de la historia del español, mediante el análisis pormenorizado de un corpus de textos preclásicos. Esperamos haber reunido algunos datos pertinentes que nos ayuden a evaluar el valor explicativo de lo que H. Berschin ha llamado die Archaismushypothese. 1.2.3.
Variación textual
Hemos comentado hasta ahora el problema de la variación en el espacio y en el tiempo. Hay que admitir que, en algunos casos, estos enfoques no llegan a explicar todos los hechos observables. Una descripción de los tiempos verbales basada en un análisis del texto, de la estructura textual, permite considerar el problema de los tiempos verbales desde otro ángulo. Algunos autores llegan hasta el extremo de prescindir totalmente de consideraciones variacionistas, o siquiera gramaticales, y pretenden basar toda su explicación en el tipo de discurso. Otros autores no rechazan los enfoques estructuralistas y variacionistas, sino que prefieren integrarlos en su análisis de las estructuras discursivas y textuales, para llegar a una descripción más completa y pormenorizada de los muchos valores que pueden expresar los tiempos verbales. 1.2.3.1.
Las dicotomías de É. Benveniste y H. Weinrich
Dos nombres famosos se imponen a la hora de considerar las relaciones entre tiempos verbales y tipo de discurso: Émile Benveniste y Harald Weinrich. El pri14
R. Eberenz (1977) ha documentado el mismo fenómeno en la traducción al castellano del original catalán Tirant lo blanc. El PC catalán en este texto se traduce muy a menudo por un PS en castellano, especialmente con indicadores de tiempo pasado. Ahora bien, el uso catalán moderno ha restringido la extensión de empleo del PC, empleándolo hoy en día en los mismos contextos que el PC español (peninsular). 18
mero afirmó en 1959 que el passé simple francés es el tiempo de la enunciación histórica, mientras el passé composé sería el tiempo de la enunciación de discurso. El segundo publicó en 1964 una obra célebre, Tempus: Besprochene und erzählte Welt, en la que defiende el carácter esencialmente narrativo del perfecto simple, y «comentativo» del perfecto compuesto. En las últimas tres décadas, se han hecho todo tipo de críticas a estas teorías. Podemos clasificar estos reparos en cuatro grupos: I o siempre se encuentran ejemplos que invalidan la teoría. Por una parte, es posible encontrar narraciones en perfecto compuesto o en presente, y ello tanto en francés como en español, sobre todo en las obras del siglo XX 15 ; por otra parte, el passé simple puede salir a veces de los estrechos límites que le concede Benveniste y utilizarse, por ejemplo, en la lengua periodística más trivial, en el caso bien documentado (Engel 1990:132) de los reportajes que tratan de actividades deportivas. Pero este primer tipo de argumentos no es el más concluyente; se suelen considerar estos ejemplos como excepciones que confirman la regla, como recursos estilísticos. Existen otros argumentos más decisivos: 2° no hay ninguna consideración variacionista en estas teorías. El fallo no es tan grave en el caso de Benveniste, que sólo se ocupaba del francés contemporáneo, pero en cuanto a Weinrich el problema es mayor. En efecto, éste extiende sus conclusiones a muchas lenguas, y las considera todas como uniformes desde este punto de vista. Como notaba H. Berschin en su recensión de la segunda edición de Tempus, la dificultad reside en que el uso de los perfectos es muy diferente en francés y en español (¡y no hablemos del alemán!); e incluso si consideramos únicamente la lengua española, este uso varía bastante de una región a otra. La verdad es que en español, incluso en la norma más académica, el perfecto simple tiene una extensión de usos que no conocen ni el francés ni siquiera el italiano, y desde luego no es posible restringir su campo a la esfera narrativa 16 ; y con mayor razón en las inmensas zonas que emplean el perfecto para referirse a todo acontecimiento completo anterior al momento del habla, como Colombia, México o el Río de la Plata. Ahora bien, incluso si nos situamos en un área más limitada, las críticas no faltan: 15
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Ejemplos de narración en PC: «Sonaba el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he enterado bien. He dejado el teléfono. He dicho: . Ha venido con sus gruesos labios y ha cogido el teléfono.» (L. Martín Santos, Tiempo de silencio, p. 7, citado en Molho 1975:282); «Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa; y me lo he llevado al pobre al arroyo [...]. Después, hemos seguido hacia la mar blanca [...].» J. R. Jiménez, Platero y yo, citado en Berschin 1976:6-7. - Sobre narraciones en presente en la novela española contemporánea: «Die vorausgehenden Stichproben haben eines gezeigt: im neueren spanischen Roman wird, wie in anderen Sprachen auch, mitunter im PRÄS erzählt.» Eberenz (1981:228). Sobre el mismo fenómeno en francés, véase entre otros Chaurand 1966. Véase por ejemplo Eberenz (1981:218) («Und schließlich gilt es, für das Spanische eine letzte Tatsache zu bedenken: das PRÄT hat hier einen ganz anderen strukturellen Wert als im Französischen und in einem großen Teil des deutschen Sprachgebiets, wo diese Formen heute auf die Schriftsprache beschränkt und entsprechend ritualisiert sind.»).
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3° Tercer grupo de comentarios: la predilección de cada perfecto por ciertos tipos discursivos sería, para muchos autores, una mera consecuencia de sus valores temporales y aspectuales. Para el español, esta posición es defendida, entre otros, por Guillermo Rojo y Alberto Barrera-Vidal. 4° Algunos autores ponen en duda el planteamiento según el cual se pueden clasificar todos los enunciados posibles, en todos los universos discursivos posibles, en solamente dos categorías que, además, se excluyen mutuamente. Como lo expresaba Hernández Alonso en su Gramática funcional del español, «[Weinrich] ofrece un sistema de unidades lingüísticas no ordenadas sobre criterio lingüístico, sino sobre funcionalidad secundaria de la comunicación, es decir, sobre dos - que no son las únicas - subfunciones de la función poética. Posiblemente podríamos replantear desde numerosos ángulos el sistema y obtendríamos diversos resultados. Podríamos hacerlo sobre la base prosa / verso / diálogo / monólogo..., etc., que también son formas sustanciales en la comunicación lingüística» (1986:321-322). Bronckart 1992:87 propone un sistema en el que dos dicotomías («raconter / exposer» vs. «implication / autonomie») se cruzan para dar lugar a cuatro tipos discursivos («exposer + implication = discours interactif»; «exposer + autonomie = discours théorique»; «raconter + implication = récit»; «raconter + autonomie = narration»). El comportamiento de los tiempos verbales en cada uno de estos tipos discursivos no está sometido a las mismas reglas. He aquí las críticas formuladas por este autor a las propuestas de Benveniste y Weinrich: Les critiques suscitées par ces propositions ont été nombreuses [...]. Trois nous paraissent déterminantes au niveau d'analyse où nous nous situons: cette bipartition ne permet pas, en dépit des remarques de Benveniste, de conférer un statut aux IMP [= imparfait] qui apparaissent dans les discours de l'ordre de l'Exposer; elle reste également insatisfaisante pour la description des textes narratifs dont le temps central est le présent «historique»; elle est enfin manifestement inappropriée pour la description de l'emploi des temps du récit (au sens où nous l'avons défini plus haut [= raconter + implication]), type de discours dans lequel les distributions du PC [= passé composé] sont très semblables à celles observées pour le PS [= passé simple] dans la narration, et où ce TDV [= temps de verbe] n'apparaît qu'exceptionnellement en co-occurrence avec le PR [= présent]. Bronckart (1992:91-92)
El funcionamiento de los tiempos verbales del español difiere bastante del de los tiempos verbales del francés; sin embargo, buena parte de las críticas de Bronckart se puede aplicar también al español. Finalmente, podríamos reprocharle a Weinrich el carácter circular de su argumentación. Para determinar a qué «mundo» pertenecen el PS y el PC, hay que ver, primero, cómo este autor define los términos de su oposición binaria. En el primer capítulo de su obra Tempus, cita un pequeño texto de Thomas Mann, en alemán, que relata la muerte de Goethe y proporciona algunas consideraciones críticas sobre la vida y la obra del gran escritor. Después de haber observado que los tiempos verbales no se reparten de manera aleatoria en el texto, sino que funcionan en dos grupos distintos, según la parte del texto que se considera, emite la hipótesis siguiente: 20
Es gibt einen Gesichtspunkt, unter dem die Tempora einer Sprache, nämlich der bisher ausschließlich besprochenen deutschen Sprache, in zwei Tempus-Gruppen unterschieden werden können. Ich nenne die beiden Gruppen provisorisch die Tempus-Gruppe I und die Tempus-Gruppe II. Zur Tempus-Gruppe I gehören im Deutschen solche Tempora wie Präsens, Perfekt, Futur und Futur II. Zur Tempus-Gruppe II gehören andere Tempora der deutschen Sprache, solche nämlich wie Präteritum, Plusquamperfekt, Konditional und Konditional II. Weinrich ( 1994:18)
Vemos que el autor no da ninguna justificación teòrica, ni definición detallada de la naturaleza de los grupos de tiempos verbales que identifica: los reúne en dos grupos, porque así se presentan en el pequeño texto de Thomas Mann (y admitimos que podrían presentarse así también en muchos otros textos). Esto no es una crítica, sino una mera constatación. Ahora bien, hay que ver cuál es la próxima etapa en la demonstración teórica del autor: Wir wollen nun unsere Hypothese von der Unterscheidbarkeit zweier Tempus-Gruppen dahingegend interpretieren, daß wir die Tempus-Gruppe I als die Gruppe der besprechenden Tempora und die Tempus-Gruppe II als die Gruppe der erzählenden Tempora auffassen. Texte, in denen besprechende Tempora eindeutig dominieren, werden dementsprechend besprechende Texte genannt. Als erzählende Texte gelten solche Texte, in denen erzählende Tempora eindeutig dominieren. Weinrich (1994:20)
Un texto narrativo es un texto que contiene tiempos narrativos, y un texto comentativo es un texto que contiene tiempos comentativos; todo el resto de la obra intenta demonstrar que esta hipótesis es válida y que se ve confirmada por cualquier texto. Hay que admitir que una hipótesis basada en un razonamiento tan perfectamente circular no es muy difícil de confirmar. Pero hay un problema: si el autor define lo que es un texto narrativo (o comentativo), es decir, un texto que contiene tiempos narrativos (o, respectivamente, comentativos), no define explícitamente lo que es un tiempo narrativo (o, respectivamente, comentativo); sólo nos da la lista de tiempos verbales que pertenecen a cada grupo. En otras palabras, su argumentación es absolutamente circular. 1.2.3.2.
Deíxis primaria y deíxis secundaria (o anáfora) en el análisis textual
Las teorías elaboradas por Benveniste y Weinrich, por sus aspectos a veces muy discutibles, han dado lugar a una reflexión nutrida sobre las relaciones entre tiempos verbales, niveles enunciativos y estructura textual. Una de las más interesantes contribuciones en este campo es la de Fernanda Irene Fonseca (1982, 1985); sus observaciones se aplican al portugués, pero sus consideraciones teóricas son también válidas para otras lenguas. Ella critica la validez de las dicotomías de Benveniste y de Weinrich en cuanto a los perfectos del portugués, pero no rechaza la idea de una bipartición de los tiempos verbales según criterios enunciativos. Basándose en la distinción entre deíxis primaria (determinada a partir del yo-aquí-ahora del enunciador) y deíxis secundaria (relativa a un punto de referencia textual)17, esta autora reinterpreta las dos (bien conocidas) series 17
«A partir du concept de repère situationnel (primaire) et de celui, homologue, de repère textuel (secondaire) ont [ÎIC] peut poser l'existence de deux types de référence temporelle: 21
de tiempos verbales «actuales» (pretérito simple, presente y futuro) e «inactuales» (pluscuamperfecto, imperfecto y condicional) a la luz de la lingüística de la enunciación. Lo interesante es que integra en estas series el PC, presentándolo junto con el PS18. La tentativa es notable, ya que normalmente el problema del estatuto de la forma compuesta en las series «actual / inactual» es esquivado. Sin embargo, la autora añade que esta clasificación plantea algunos problemas teóricos, y lo que dice a propósito del portugués podría aplicarse al español también: «A posiçâo do PC portugués, nesta divisäo em duas series, parece, num primeiro momento, problemática. Mas é evidente que esta divisäo näo esgota todas as oposiçôes possíveis entre as formas do sistema verbal: terá que se partir delà para uma melhor compreensâo do sistema, mas é preciso depois ter em conta outras dimensôes para ser possível determinar a posiçâo sistemática de todas as formas do sistema verbal.» (Fonseca 1982:87). Además, el paralelismo entre tiempos actuales e inactuales por una parte, y contextos deícticos primarios y secundarios (o anafóricos) por otra, no funciona siempre perfectamente; hay que admitir que el PS tiene un doble estatuto, ya que funciona tanto en contextos deícticos primarios como secundarios. F. I. Fonseca proporcionó una lista de adverbios que pertenecen respectivamente a cada una de estas dos categorías, pero no fue más allá en el ejercicio; de haberlo hecho, se hubiera dado cuenta de que no hay una correlación estrecha entre adverbios y tiempos verbales deícticos y anafóricos: A relaçâo dos dois tipos de enunciaçâo aquí definidos com a deixis temporal está claramente marcada no ámbito dos advérbios e locuçôes temporais que se separam nitidamente em duas séries de distinta referência deictica:
18
A
Β
agora hoje ontem amanhä no próximo ano há très días etc.
entäo nesse dia na véspera no dia seguinte no ano seguinte très dias antes etc.
- une référence déictique primaire, réalisée par les éléments linguistiques dont l'interprétation présuppose un repère situationnel; et - une référence déictique secondaire (ou anaphorique) réalisée par les éléments linguistiques dont l'interprétation présuppose un repère textuel intermédiaire.» Fonseca (1.985:280). «No que diz respeito às línguas románicas näo é difícil determinar duas séries paralelas de tempos que se distinguem por um diferente tipo de referência deictica: MQP [= PCP] IMP COND PS/PC PR [= pres.] FUT O PR [= pres.] e o IMP, no centro de cada uma das séries, marcam uma relaçâo temporal de coincidencia - no caso do PR [=pres.] coincidência com o ponto de referencia representado pela pròpria situaçâo de enunciaçâo, no caso do IMP coincidência com um ponto de referência contido no enunciado.» Fonseca (1982:87).
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A distinçâo entre a significaçâo temporal da série A e da série Β diz apenas respeito ao ponto de referencia que, no primeiro caso, é extra-linguístico, integrado na situaçâo de enunciaçâo e, no segundo, é linguistico, interior ao pròprio enunciado. [...] Näo é difícil determinar, no sistema verbal, duas séries de tempos marcadas por esta mesma distinçâo. (Fonseca 1982:86)
La verdad es que algunos de los tiempos que mantienen una relación directa, inmediata, con el momento de la enunciación (es decir, en el modelo de Fonseca, los dos perfectos, el presente y el futuro) aparecen muy comúnmente con adverbios de la serie B: el PS, por ejemplo, es particularmente frecuente con este tipo de adverbios, como veremos más adelante, contrariamente al PC. Esta comprobación va a tener consecuencias teóricas para nuestro análisis del valor de los perfectos19. 1.2.3.3.
Hacia una tipología de los textos según el uso de los tiempos verbales. El caso del teatro argentino contemporáneo
El estudio de un corpus de teatro argentino contemporáneo nos permitió estudiar todas las facetas del problema. En nuestra tesina (Thibault 1987b), habíamos estudiado el funcionamiento de los dos perfectos en once obras, seis de los años cincuenta y cinco de los años ochenta, según una serie de criterios. De todos los factores explicativos considerados, los que se han revelado como los más importantes son los siguientes: I o el uso cambia según el carácter más o menos regional de la lengua de los protagonistas, siendo el perfecto simple mucho más frecuente en las obras regionalistas; 2o el uso cambia según se trate de los diálogos o de las «didascalias» (acotaciones); el perfecto compuesto es mucho más frecuente en estas últimas. En las dos subdivisiones del corpus, los diálogos y las didascalias, se nota una correlación entre el empleo de los perfectos y el carácter más o menos regional del sistema pronominal (ausencia o presencia del ra?, del vosotros, y del leísmo). La tendencia general apunta hacia una mayor frecuencia del perfecto simple en las obras cuya lengua presenta un sistema pronominal marcadamente regional. Pero, desde luego, las proporciones son muy diferentes cuando se pasa de los diálogos a las didascalias. El perfecto compuesto, siempre minoritario en los diálogos, hasta en las obras de sistema pronominal estándar, se impone con un predominio absoluto en las didascalias. ¿Cómo se explica semejante situación? En las obras de sistema pronominal regional, siempre se podría sugerir que el autor ha querido hacer un uso estándar de los perfectos, mientras que en los diálogos ha intentado reproducir el uso oral de los argentinos. Así se podría explicar la presencia del perfecto compuesto en las didascalias, incluso en las obras «regionalistas», pero no sería suficiente para explicar el predominio del compuesto sobre el simple. Pensamos que la solución tie19
En francés moderno, el passé simple pertenece únicamente a los tiempos anafóricos (ya que no es capaz, por sí mismo y sin la ayuda de cualquier aditamento adverbial, de establecer une relación directa con el momento de la enunciación), mientras el passé composé puede funcionar de las dos maneras; véase Moeschler (1996:162-163).
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ne que ver con la naturaleza de las didascalias. Primero, diremos que las didascalias representan un buen ejemplo de discurso que se sitúa fuera de la dicotomía narración/comentario de Weinrich. Las didascalias no comentan una acción que ya ha tenido lugar, ni tampoco la relatan: las didascalias «prescriben», son indicaciones que casi han de sentirse como órdenes dadas en tercera persona, fuera de todo eje temporal ya que la escena que se «prescribe» se presenta como un todo en el tiempo, un momento aislado, una superficie plana desprovista de profundidad. El perfecto compuesto, por su valor de contigüidad inmediata con el presente, es mucho más apto que el simple para expresar la coexistencia de dos acontecimientos sucesivos pero yuxtapuestos en un mismo plano 20 . Sin embargo, el valor del perfecto simple en el español rioplatense le permite ser utilizado hasta en las didascalias, cf. Mientras tanto, Mariscotti se levantó y espía inocentemente el escritorio (Thibault 1987b:165). Es interesante establecer un paralelo con el análisis que F. I. Fonseca hace del uso del imperfecto lúdico: «En portugais, les enfants, en jouant, emploient l'imparfait et le plus-que-parfait [...] pour marquer le caractère fictif de ce qu'ils disent (font) [...]. L'effet de cette utilisation des temps anaphoriques avec fonction déictique, des temps dans une situation discursive, est un type d'énonciation tout particulier, syncrétique du point de vue énonciatif, antérieur à une différenciation entre discours et récit. L'enfant raconte et agit en même temps: il fait, d'un seul coup, le scénario, la mise en scène et la représentation. Bref, il raconte ce qu'il est en train de dire (faire).» (Fonseca 1985:290; este uso lúdico del imperfecto se da igualmente en otras lenguas romances). Las didascalias también son sincréticas desde el punto de vista enunciativo: narran y dan órdenes al mismo tiempo. Pero contrariamente a lo que ocurre en las situaciones lúdicas infantiles, los tiempos más comunes en las didascalias son más bien deícticos primarios. En resumen, hay que considerar muchos niveles explicativos para describir la situación: unos valores temporales o aspectuales, que pueden funcionar en contextos de deíxis primaria o secundaria, dando lugar en ocasiones a efectos pragmáticos particulares, todo esto subordinado a un fenómeno de variación regional. 1.2.4.
Objetivos y metodología de este trabajo
1.2.4.1.
Objetivos generales y específicos
Como ya hemos mencionado al presentar la hipótesis del arcaísmo expresada por Helmut Berschin, nuestro objetivo consiste en juntar datos nuevos y perti20
Incluso el portugués puede a veces utilizar la forma compuesta en las didascalias para remitir a acciones puntuales perfectas, lo cual no concuerda en absoluto con su valor de duración o iteración que llega hasta el momento de la enunciación; véase Paiva Boléo 1936:36-5: «Assim, na linguagem bíblica e ñas rubricas das peças de teatro aparece por vezes o perfeito composto em vez do simples: [...] 3. 4. doaninha, que tem ido à porta, [...].>». 24
nentes sobre el uso de los perfectos en el español preclásico, para poder evaluar, y eventualmente rechazar, confirmar o precisar la hipótesis del arcaísmo. Queremos tomar en consideración, no sólo el valor temporal y aspectual de los tiempos verbales, sino también la situación enunciativa y la estructura narrativa. Para lograr este propósito, quisiéramos hacer un análisis exhaustivo de todas las formas verbales de perfecto simple y compuesto en una pequeña selección de textos de español preclásico, análisis basado en una serie de criterios formales y semánticos. 1.2.4.2.
Constitución del corpus
Al principio de nuestra investigación, hicimos una selección de ocho textos del período preclásico, en los que llevamos a cabo un recuento de todas las ocurrencias de formas verbales en PS y PC. Esta primera etapa era necesaria para obtener datos estadísticos brutos sobre la repartición, en valores absolutos y relativos, de los dos perfectos de indicativo en variados textos. Para poder decidirnos por una selección de textos más reducida, había que saber primero si las obras escogidas contenían un número suficiente de formas verbales en los dos tiempos que nos interesan. La lista que sigue proporciona en orden cronológico el nombre de los autores y de la obra, la edición utilizada, y el número de PS y PC encontrados. Nebrija, Antonio de, Gramática castellana, edición de Pascual Galindo Romeo y Luis Ortiz Muñoz, Madrid, CSIC, 1946. (Edición princeps, Salamanca, 1492). 392 PS, 13 PC, total 405. (96,8% PS; 3,2% PC). Encina, Juan del, Obras completas IV, Teatro, edición, introducción y notas de Ana María Rambaldo, Madrid, Espasa-Calpe, 1983. (Elaborado a partir de las ediciones succesivas del Cancionero, 1496-1516). 695 PS, 145 PC, total 840 (82,7% PS; 17,3% PC). Rojas, Fernando de (et al.), Tragicomedia de Calixto y Melibea. Libro también llamado La Celestina, edición de M. Marciales, Urbana y Chicago, University of Illinois Press, 2 tomos (I, introducción; II: edición crítica), 1985. (Primera edición conocida: Burgos 1499). 1072 PS, 370 PC, total 1442 (74,3% PS y 25,7% PC). La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, Madrid, Ed. de «La Lectura», 1914. (Redactado hacia 1525; primeras ediciones conservadas, 1554). 887 PS, 41 PC, total 928 (95,6% PS; 4,4% PC). Valdés, Juan de, Diálogo de la lengua, edición, introducción y notas de José F. Montesinos, 5* edición, Madrid, Espasa-Calpe, 1969. (Compuesto en 1535-1536). 270 PS, 283 PC, total 553 (48,8% PS; 51,2% PC). Los virreyes españoles en América durante el Gobierno de la casa de Austria, tomo I, Perú, Edición de Lewis Hanke, con la colaboración de Celso Rodríguez, Ed. Atlas, Madrid, 1978. (Textos legales redactados de 1544 a 1596 en el Perú.) 1790 PS, 786 PC, total 2576 (69,5% PS; 30,5% PC). Montemayor, Jorge de, Los siete libros de la Diana, edición, prólogo y notas de Francisco López Estrada, 5a ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1970. (Basado en la edición de Barcelona, 1561; ediciones anteriores, 1559?). 2299 PS, 300 PC, total 2599 (88,5% PS; 11,5% PC). Santa Teresa de Jesús, Camino de perfección, segunda edición de José María Aguado, Madrid, Espasa-Calpe, 1942. (Redactado hacia 1562-1564). 158 PS, 131 PC, total 289 (54,7% PS; 45,3% PC).
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Clasificación por orden cronológico: Nebrija: Encina: Celestina: Lazarillo: Valdés: Virreyes: Diana: Santa Teresa:
392 695 1072 887 270 1790 2299 158
Total:
7563 PS (78,5%)
PS PS PS PS PS PS PS PS
(96,8%) (82,7%) (74,3%) (95,6%) (48,8%) (69,5%) (88,5%) (54,7%)
Total 13 145 370 41 283 786 300 131
PC PC PC PC PC PC PC PC
(03,2%) (17,3%) (25,7%) (04,4%) (51,2%) (30,5%) (11,5%) (45,3%)
405 840 1442 928 553 2576 2599 289
(100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%)
2069 PC (21,5%)
9632
(100%)
(03,2%) (04,4%) (11,5%) (17,3%) (25,7%) (30,5%) (45,3%) (51,2%)
405 928 2599 840 1442 2576 289 553
(100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%)
2069 PC (21,5%)
9632
(100%)
Clasificación por porcentaje decreciente de PS y creciente de PC: Nebrija: Lazarillo: Diana: Encina: Celestina: Virreyes: Santa Teresa: Valdés:
392 887 2299 695 1072 1790 158 270
Total:
7563 PS (78,5%)
PS PS PS PS PS PS PS PS
(96,8%) (95,6%) (88,5%) (82,7%) (74,3%) (69,5%) (54,7%) (48,8%)
13 41 300 145 370 786 131 283
PC PC PC PC PC PC PC PC
Total
1. Cuadro sinóptico con los valores absolutos y relativos del PS y del PC en cada obra
Este cuadro nos permite hacer algunas observaciones. Primero, no parece haber una correlación muy estrecha entre la cronología y las proporciones respectivas de los perfectos en cada obra. Por ejemplo, La Celestina, cuya redacción es anterior a la del Lazarillo de Tornes o de Los siete libros de la Diana, tiene una proporción más alta de PC; por otra parte, Los virreyes, Los siete libros de la Diana y el Camino de perfección, aunque redactados después del Diálogo de la lengua, muestran una proporción de PC inferior. Se podría pensar, así, que la influencia del tipo de discurso es más determinante que la cronología. Por ejemplo, podríamos formular la hipótesis de que los textos casi exclusivamente dialogados (el Teatro de Encina, La Celestina, el Diálogo de la lengua) proporcionan al investigador un mayor número de PC, por su naturaleza discursiva más íntimamente ligada a la situación enunciativa. Esta hipótesis, sin embargo, no se verifica: un texto administrativo y escrito exclusivamente en la tercera persona como Los virreyes, o un monólogo como el Camino de perfección, muestran una relación PS / PC en la que el predominio de la forma compuesta es superior a lo que se observa en La Celestina o en el Teatro de Encina. Como veremos en este trabajo, el número relativamente muy alto de PS en obras a priori consideradas como «dialogadas» se explica por dos factores: por una parte, el PS en nuestro corpus se utiliza también en contextos ligados al momento de la enunciación; por otra parte, los textos dialogados pueden englobar muchos pasajes puramente narrativos. Una distinción diálogo Φ narración no es pertinente, ya que estos dos conceptos no se sitúan en el mismo nivel de análisis. En sentido estricto, el «diálogo» sólo se opone al monólogo por un lado, o a una polifonía de hablantes por otro. La 26
narración, por su parte, no es más que uno de los varios tipos de discurso que un hablante puede producir, tanto en el marco de un monólogo como de un diálogo, o de un intercambio entre muchos participantes. Así se explica, por lo menos parcialmente, el hecho de que los textos cuya materia discursiva se reparte entre distintos «hablantes» no presenten necesariamente más formas verbales en PC. El total de las formas verbales en PS y en PC en las ocho obras escogidas llega casi a las diez mil ocurrencias; como queríamos hacer un análisis muy pormenorizado de cada una de ellas, tuvimos que limitar nuestras ambiciones y finalmente nos hemos centrado sólo en tres obras. La Gramática de Nebrija y el Lazarillo fueron desechados, por presentar un número de formas en PC demasiado reducido. La Diana y los Virreyes, cada uno con un asombroso total de más de 2500 formas, no hubieran permitido un tipo de análisis tan preciso como el que proyectábamos hacer. El Camino de Santa Teresa, al contrario, contenía un total de formas demasiado bajo. Las obras restantes, el Teatro de Juan del Encina, La Celestina de Fernando de Rojas y el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés nos han proporcionado un corpus bastante rico y equilibrado, con un total de 2835 formas verbales y una proporción de PC lo suficientemente alta, y presentan la ventaja de ser relativamente homogéneos desde el punto de vista cronológico (entre 1496 y 1536) y genérico (son «diálogos», en el sentido amplio de «discurso en el que se encuentran en interacción dos o más interlocutores», y con las reservas que acabamos de hacer a propósito de los pasajes narrados que contienen). En cuanto al aspecto diatópico y diastrático, el habla occidental de los pastores del Teatro de Juan del Encina (égloga n° 230) podría presentar un empleo de los perfectos discrepante; pero veremos más adelante (2.2.3.) que no es así. 1.2.4.3.
Análisis del corpus
Como queríamos estudiar un número de formas verbales bastante alto, se imponía un tratamiento automático de los datos. Para analizar nuestro corpus, hemos elaborado un banco de datos con el programa FileMaker II, que nos ha facilitado la evaluación de las formas verbales según una serie de criterios. Ofrecemos a continuación la descripción del contenido de cada uno de los «campos» que constituyen el modelo de nuestras fichas: a) la indicación del tiempo. b) la forma verbal, tal como se encuentra en el texto. c) el lema verbal, esto es el verbo en infinitivo y con grafía estandardizada, para facilitar las compilaciones estadísticas. d) la indicación de las características ortográficas, morfológicas o morfosintácticas, con el propósito de verificar si hay concordancias entre el empleo de ciertas variantes más arcáicas y el uso de los perfectos. e) la valencia verbal (transitivo, transitivo absoluto, intransitivo, pronominal, auxiliar de la pasiva, auxiliar modal).
27
f) el contexto, que abarca como mínimo la oración entera en la que se encuentra la forma verbal, pero puede ir más allá; las fronteras de lo que llamamos «contexto» se han de definir más bien a través de un criterio de comprensión, y no de manera arbitraria y automática. g) en la tercera parte de la ficha se encuentran informaciones sobre la sintaxis de la oración en la que se encuentra la forma verbal. Los datos recogidos en esta parte de la ficha permiten un análisis del comportamiento de los tiempos verbales en la subordinación y en la coordinación. También hemos incluido en esta sección el tipo de oración (tipos obligatorios: declarativo, interrogativo, exclamativo, imperativo; tipos facultativos: negativo, pasivo, enfático) así como la persona verbal, y los indicadores temporales y aspectuales. El análisis de estos datos permite establecer si hay concordancias entre un tiempo verbal y algunos factores gramaticales, estilísticos o textuales. h) la cuarta sección de la ficha contiene una localización de la forma verbal. Permite estudiar la distribución de los tiempos verbales según los personajes, los capítulos, las obras, y el tipo de discurso. i) Por fin, el último «campo» sirve para apuntar observaciones acerca de cualquier fenómeno interesante, pero que no forma parte de la estructura, muy formalizada, de la ficha. Muchas de estas observaciones se han consignado bajo una forma lematizada, para facilitar la compilación y el análisis de los datos. He aquí algunos ejemplos: acontecimiento pasado y perfecto, contexto de antepresente, competición PS-PC, contexto narrativo, coocurrencia PS-PC, duración que llega hasta el presente, etc.
28
2.
Presentación de las obras y estadísticas generales
2.1.
La
Celestina
La Celestina es una obra sumamente compleja, cuyo texto integral consta de muchos componentes (que se dividen a su vez en varios subconjuntos); la crítica parece estar de acuerdo en que no fue un mismo autor quien escribió toda la obra. Para nuestra investigación, hemos decidido trabajar con la edición de Miguel Marciales 1 ; de todas las ediciones que hemos examinado, la de Marciales es la que proporciona el mayor aparato crítico; viene además acompañada de un estudio pormenorizado de los manuscritos y de la estructura de la obra. El siguiente cuadro muestra cómo describe este investigador la mencionada estructura: Autor ¿Rodrigo Cota?
Partes Esbozo
Fernando de Rojas
Carta: el autor a un su amigo Octavas acrósticas Prólogo Continuación Gran Adición
¿Sanabria?
Argumentero(s)2 Alonso de Proaza
Subdivisiones Acto I Acto II, escena 1
Acto Acto Acto Acto Acto
Continuación Octavas de «Concluye el autor» Tratado de Centuno Acto Acto Acto Acto Acto Auto de Traso Acto Incipit, Argumentos Octavas de Alonso de Proaza (impresor)
II, escena 2 XIV, escena 4; XIV, escena 5 XIX, escena 4. XIX, escena 5 - Acto XXI. XIV, escena 8; XV, escenas 1 a 3; XVII, escenas 1 a 3; XVIIIa, escena única; XIX, escena única. XVIIIb, escenas 1 a 4;
2. Estructura de La Celestina según Miguel Marciales. 1
2
Marciales, M. (1985): Celestina, Tragicomedia de Calisto y Melibea, Urbana y Chicago, University of Illinois Press, 2 tomos (I: introducción; II: edición critica). M. Marciales utiliza la palabra argumenten para designar las personas que escribieron los «argumentos»; vamos a seguir aquí su terminología. 29
El texto de La Celestina incluye muchos tipos de discursos (prosa dialogada la mayor parte de la obra; prosa monologada - la carta del autor y el Prólogo; pasajes versificados - las octavas; paráfrasis - el Incipit y los argumentos). Muchos autores participaron en su elaboración: según M. Marciales, el Esbozo (el primer acto y la primera escena del segundo acto) 3 podría atribuirse, con razonable verosimilitud, a Rodrigo Cota; la mayor parte de la obra (la Continuación y la Gran Adición, junto con una carta, un prólogo y unas octavas) es de Fernando de Rojas; en cuanto al Tratado de Centurio (y al Auto de Traso), el mismo investigador lo atribuye a Sanabria. Los argumentos fueron escritos, muy probablemente, por amanuenses anónimos; el impresor Alonso de Proaza añadió a la obra unas Octavas. Esta riqueza y variedad de componentes nos permitirá observar y comparar el funcionamiento del PS y el PC según los autores y las diversas subdivisiones de la obra.
2.1.1.
PS y PC en La Celestina·, problemas de estadísticas en Criado de Val y H. Berschin
No es la primera vez que un estudio proporciona estadísticas sobre el PS y el PC en La Celestina; Criado de Val (1955:191) y H. Berschin (1976:138-139) lo hicieron también. Lo interesante es que no llegaron al mismo resultado. Criado de Val encontró 847 PS y 316 PC (lo que da un total de 1163 y una relación proporcional de 73% / 27%) y H. Berschin, 983 PS y 312 PC (lo que da un total de 1295 y una relación proporcional de 76% / 24%); es decir, que el segundo encontró muchísimos más PS (136), pero cuatro PC menos. H. Berschin comenta la situación en los siguientes términos: Criado de Val (Indice, 191) ermittelt 847 Präterita, wobei er Prólogo, Argumento general und wahrscheinlich die Argumentos der einzelnen Auetos nicht mitzählt (insgesamt 28 Formen). Offensichtlich liegt bei Criado ein Zählfehler vor. Berschin (1976:1394)
El lector no sabe bien qué es lo que se computò: qué subdivisiones fueron consideradas, cuántos PS y PC se encontraron en cada una de ellas; además, los problemas teóricos y prácticos que se plantean inevitablemente a la hora de identificar el tiempo verbal de una forma dada en el castellano de la época no fueron
3
4
Criado de Val (1955), en su capítulo llamado «Perfiles gráficos y frecuencias» (177-208), separa la obra en tres partes: acto I, actos 2°-16° y Adiciones. No entendemos bien la pertinencia de esta división. El Esbozo de Cota incluye la primera escena del segundo acto, y la Continuación de Rojas sólo empieza en la segunda escena de este mismo acto; además, lo que llama Criado «Adiciones» incluye la Gran Adición de Rojas, pero también el Tratado de Centurio y Auto de Traso, de Sanabria. Estas subdivisiones no son homogéneas en cuanto a los autores. Trad.: «Criado de Val (Indice, 191) ha contado 847 PS, pero no incluye el Prólogo, el Argumento general y probablemente los argumentos de cada acto (28 formas en total). Con toda evidencia se habrá equivocado Criado en sus cálculos.»
30
expuestos. Sin embargo, dichos problemas pueden influir sobre los resultados. Citaremos aquí, muy brevemente, los principales casos que pueden dar lugar a vacilaciones en el análisis: el valor de las construcciones es + p. p. (es muerto, es hecho, es acaecido, es caído, etc.), que según el contexto pueden interpretarse como construcciones copulativas equivalentes a la moderna con estar, construcciones pasivas como en español moderno, o verdaderos perfectos compuestos con el auxiliar ser. Volveremos sobre este problema de una manera más detenida en el punto 3.1.1. Las construcciones con fue + p.p. plantean el mismo tipo de problema: ¡fue muerto equivale a murió, fue matado o hubo muerto? Cf. fue venido (p. 202) y fue nascido (p. 11). Los verbos en -ar y en -ir en la primera persona del plural del PS y del presente son homógrafos: algunas formas pueden plantear problemas de interpretación. En la oración siguiente: «Ábrenos a Pármeno y a Sempronio, que nos venimos acá a almorzar contigo» (p. 210) el tiempo del verbo venirse es interpretable como presente, pero también podría tratarse de un PS en empleo de «antepresente», ya que el PS se emplea mucho en los contextos de antepresente a lo largo de toda la obra (como veremos más adelante). Por prudencia, hemos decidido considerarlo como un presente, pero no sabemos cómo fue interpretado por Criado de Val y H. Berschin. Hay otros casos de homógrafos: ame puede ser un presente de subjuntivo en la tercera persona de singular, o un PS en la primera; amo puede ser un presente de indicativo en la primera persona, o un PS en la tercera. Por supuesto, el contexto nos permite casi siempre interpretar el valor de la forma verbal y darle su debida acentuación; pero quedan algunos casos donde es posible cierta vacilación. La edición de M. Marciales, que seguimos aquí, tiene la gran virtud de acentuar las formas verbales, lo que elimina algunas ambigüedades. Sin embargo, tenemos que señalar que no estamos de acuerdo con la acentuación del verbo faltar en la oración siguiente: «Que, pues en tu mucha virtud me falto piedad, también me faltara agua, si a la mar me embïara.» (p. 89). Nos parece que hay que interpretar: faltó5. Las variantes en los manuscritos también pueden dar lugar a discrepancias en las estadísticas. En el ejemplo siguiente: «SEMPRONIO. - ¿Has dicho? CALISTO. Cuan breuemente pude / puedo.» (p. 29), los manuscritos AD FJM presentan la forma pude y los manuscritos C GHKILN Sal-1570 puedo (según la edición de M. Marciales; en su edición, Criado de Val lee además puede en el manuscrito que llama C). ¿Qué actitud cabe adoptar ante semejantes fenómenos? Hemos decidido guardar todas las formas en PS o en PC, pero señalando en la ficha en qué manuscritos se encuentran, y notando, además, el tiempo de la(s) otra(s) variante^). Ciertos casos de discrepancias entre los manuscritos pueden ser esclarecedores sobre el valor de los tiempos. Véase el ejemplo siguiente: «AREÚSA. - ¡Amarga de mí, si nos á oído! CELESTINA. - No, que abaxo queda.» (mss ACD FJM GHK); «quedó» (mss ILN). Aunque el presente se da en la mayor parte de los manuscritos, y particularmente en los más antiguos, el hecho de que en tres manuscritos (de 1513, 1518 y 1520) se halle una forma de PS significa 5
Bien podría tratarse de una simple errata en la edición de M. Marciales.
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que este tiempo verbal podía utilizarse, en esa época, en contextos que pertenecían a la esfera del presente. De hecho, hemos encontrado diez casos de alternancia PS / presente de indicativo en las variantes. Para garantizar una absoluta transparencia metodológica, damos a continuación la lista de todas las variantes de manuscritos recogidas, con la indicación del (o de los) manuscrito(s) en que se encuentran: I a categoría: variantes morfológicas. «Jamás yo no vi una terenciana [mss CD] - Jamás yo no vide en lengua romana» [mss JM GHKILN] (p. 7). «Sempronio, cóseme esta boca, que no lo puedo sufrir. \Encaxado ά [FL: encaxada ά] la saya!» (p. 104). «Pues si digo que fui [mss F LN] /fue [JM GHK] allá y que les hize hüír, pedirme an señas de quién eran y cuántos ivan y en qué lugar los tomé y qué vestidos llevavan; yo no las sabré dar.» (p. 294). Véase 3.1.5.1. 2a categoría: textos distintos según los grupos de manuscritos. «Estando mi desseo cargado de antojos, / Compuso tal fin que el principio desata: / Acordó dorar con oro de lata / Lo más fino oro que vio con sus ojos, / Y encima de rosas sembrar mil abrojos.» (p. 6). Sólo aparecen en CD; JM GHK ILN tienen otro texto, ligeramente distinto (véase más abajo, a continuación). «Estando cercado de dudas y antojos, / Compuse tal fin que el principio desata: / Acordé dorar con oro de lata / Lo más fino tíbar que vi con mis ojos, / Y encima de rosas sembrar mil abrojos.» (p. 6). Sólo aparecen en JM GHK ILN; CD tienen otro texto (véase arriba). «¿Y qué mal es el suyo? / ALISA - Dolor de costado y tal, que según del moço supe que quedava, temo no sea mortal.» (p. 79) sólo en ACD FJM; GHK ILN llevan «según dize el moço». «Está Melibea muy afligida hablando con Lucrecia sobre la tardança de Calisto, el cual le avía hecho voto de venir en aquella noche a visitalla; lo cual cumplió, y con él vinieron Sosia y Tristán. Y después que cumplió su voluntad, bolvieron todos a la posada.» (p. 227); sólo aparece en JM GHK ILN; ACD tienen otro argumento (con todos los verbos en presente). «Estando Calisto dentro del uerto con Melibea, viene Traso y otros, a los cuales sale Sosia; y oyendo Calisto, desde el uerto onde estava con Melibea, el ruido que traían, quiso salir fuera; la cual salida fue causa que sus días pereciessen, porque los tales este don reciben por galardón, y por esto an de saber desamar los amadores.» (p. 245). Sólo aparece en JM GHK LN (ACD tienen otro argumento). «[A ellos] quiere salir Calisto; el cual por la escuridad de la noche erró la escala. Cae y muere.» (p. 245). Sólo en ACD (los demás tienen otro argumento). «Pues aquí vemos cuán mal fenecieron / aquestos amantes, huigamos su dança, / amemos a aquel que espinas y lança, / açotes y clavos su sangre vertieron. Los falsos judíos su haz escupieron, / Vinagre con hiél fue su potación; / por que nos lleve con el buen ladrón, / de dos que a sus santos lados pusieron.·» (p. 269). Aparece en FJM GHK LN; CD tienen otro texto (véase más abajo, a continuación). «Olvidemos los vicios que assi nos prendieron, / no confiemos en vana esperança; / temamos aquel que espinas y lança, / açotes y clavos su sangre vertieron·, la su santa faz herida escupieron, / vinagre con hiél fue su potación; / a cada costado consintió un ladrón: / nos lleve, le ruego, con los que creyeron.» (p. 269). Sólo aparece en C y D; FJM GHK LN tienen otro texto (véase más arriba).
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3a categoría: adiciones y sustituciones. «Que jamás me dexó hazer cosa en mi cabo, estando ella presente.» (p. 66); sólo aparece en FJM GHKILN (adición ausente de ACD). «Yo, que en este tiempo no dexava mis pensamientos vagos ni ociosos, viendo cuánto almazén gastava su ira, agravando mi osadía, llamándome hechizera, alcaueta, vieja falsa, y otros muchos inominiosos nombres, con cuyos títulos se assombran los niños, tove tiempo de salvar lo dicho.» (p. 109). Sólo aparece en ACD (en los demás mss, este pasaje fue sustituido por otro). «¿ Vístelos cierto, o habláronte?» (p. 222); adición que sólo figura en FJM GHKILN (no aparece en ACD). «Ya sin sentido iva el uno; pero el otro, con harta dificultad, como me sintió que con lloro le mirava, hincó los ojos en mí como preguntándome si sentía de su morir y luego, como se recordasse de su cercana muerte, en señal de triste despedida abaxó su cabeça con lágrimas en los ojos, dando bien a entender que no me avía de ver más hasta el día del gran jüízio.» (p. 222); adición que sólo figura en FJM GHK ILN (no aparece en ACD). «No lo sentiste bien; que sería preguntarte si estava presente Calisto, con esperança de que oviesse venido a ayudarlo.» (p. 222); adición que sólo figura en FJM GHKILN (no aparece en ACD). 4 a categoría: perfecto simple en lugar de otro tiempo (esencialmente el presente de indicativo). «SEMPRONIO. - ¿Has dicho? CALISTO. - Cuan breuemente pude.» (p.29). Los manuscritos C GHKILN Sal-1570 traen el presente «puedo». «Que, como Séneca dixo, los peregrinos tienen muchas posadas y pocas amistades, porque en breve tiempo con ninguno no pueden firmar amistad.» (p. 47); sólo en ILN Sal-1570 (todos los demás traen el presente). «Alcaueta falsa, para todo el mundo tienes pies; para mí lengua; para todos obra, para mí palabras; para todos remedio; para mí pena; para todos esfuerço, para mí te faltó-, para todos luz, para mí tiniebla.» (p. 76). En todos menos Sal-1570, que lleva el presente «falta». «¡Esfuerça, esfuerça, Celestina! ¡No desmayes! Que nunca faltaron rogadores para mitigar las penas.» (p. 76). Sólo aparece así en L; todos los demás tienen el presente «faltan». «Nunca huyendo huyó [mss ACD] la muerte el covarde.» (p. 98) sólo en ACD; FJM HKILN tienen el presente «huye». «Entrada Celestina en casa de Calisto, con grande afición y desseo Calisto le preguntó de lo que le á acontecido con Melibea.» (p. 103) sólo en LN Sal-1570; los demás traen el presente «pregunta». «¡Amarga de mí, si nos á oído! / - No, que abaxo quedó.» (p. 136). Sólo aparece en ILN (los demás traen el presente «queda»). «Pregunta Alisa a Melibea su hija de los negocios de Celestina, defendióle su mucha conversación.» (p. 175). Lo traen todos menos Ff (que trae el presente «defiéndele») y QSBbGg (que traen el gerundio «defendiéndole»). «Viene Calisto. Hablóle primero Lucrecia. Llama a Melibea.» (p. 195). Sólo aparece en ILN (los demás traen el presente «háblale»). «Descubrióle Melibea todo el negocio que avía passado. En fin, déxase caer de la torre abaxo.» (p. 253). Lo traen D JM GHKILN; AC tienen el presente «descúbrele».
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5a categoría: perfecto simple en lugar de otro giro. «Yo vi en Salamanca la obra presente, / Movíme [a] acabarla por estas razones: / Es la primera que esto en vacaciones; / La otra, que oi su inventor ser cíente» (p. 6). Sólo aparece así en CD (JM GHKILN llevan «La otra, inventarla persona prudente»).
6a categoría: reconstrucción del editor a partir de la primera traducción italiana. «Y que si aceleró en su muerte, fue porque era crimen notorio y no eran necessarias muchas pruevas, y que fueron tomados en el acto del matar; que ya estava el uno muerto de la caída que dio.» (p. 235). Todos los manuscritos omiten el fue, lo que deja la oración coja.
2.1.2.
PS y PC en La Celestina·, estadísticas según los autores y las subdivisiones
Hemos considerado todas las variantes de los numerosos manuscritos utilizados por Marciales en su edición (véase el párrafo precedente), y hemos analizado todas las subdivisiones de la obra en nuestros cálculos (véase el cuadro al principio de esta sección); ello explica por lo menos parcialmente nuestras estadísticas algo «inflacionistas»: hemos encontrado 1072 PS (Criado 847 - sin Prólogo y Argumentos, y probablemente sin la Carta y las Octavas; Berschin 983 - con Prólogo y Argumentos; no incluyó la Carta y las Octavas) y 370 PC (Criado 316; Berschin 312)6. La relación proporcional entre ambos tiempos es, para nosotros, de 74% / 26% (Criado 73% / 27%; Berschin 76% / 24%). El cuadro 7, p. 39, presenta las estadísticas con todos los detalles; vamos a comentarlas ahora. Hemos dividido la obra por autores (Cota, Rojas, Sanabria, los argumenteras anónimos y Proaza); en el caso de Rojas y Sanabria aparecen otras subdivisiones que examinaremos a continuación. El Esbozo de Cota proporciona el 10% de todos los PS y PC; las adiciones de Sanabria han contribuido también más o menos con un 10% de todas las formas. El núcleo de la obra lo debemos a Rojas; más del 75% de todos los verbos en PS y PC se ha registrado en la parte del texto de su autoría. Los Argumentos y las Octavas de Proaza sólo han dado una proporción muy pequeña de PS y PC. La relación PS / PC en el conjunto de la obra es de 74% / 26%; es la misma proporción que encontramos en Cota y en 6
Si sustraemos a nuestro total de 1072 PS las formas encontradas en la Carta (6) y en las Octavas (28 + 10), todavía quedan 1028 formas, es decir 45 formas más que en Berschin; si sustraemos además los PS encontrados en el Prólogo (14) y en los Argumentos (32), tenemos todavía 982 formas, es decir 135 formas más que Criado. Si sustraemos a nuestro total de 370 PC las formas encontradas en la Carta y en las Octavas, todavía tenemos 370 formas, ya que no hay ningún PC en estas subdivisiones; son 58 formas más que en Berschin. Si sustraemos además los PC encontrados en el Prólogo (3) y en los Argumentos (2), tenemos 365 PC, es decir 49 formas más que Criado. El no haber tomado en cuenta los PC con auxiliar ser (hemos encontrado 38 casos) podría explicar parcialmente las cifras de Criado y Berschin (pero no se sabe cómo resolvieron este problema); ahora bien, las variantes de manuscritos que hemos aprovechado explican también parcialmente el mayor número de formas que hemos encontrado.
34
Rojas, mientras que en Sanabria esta relación es de 69% / 31 %. El subconjunto «Rojas» es heterogéneo en cuanto al tipo de discurso: las partes dialogadas, es decir, la Continuación (710 PS y 261 PC) y la Gran Adición (48 PS y 20 PC), muestran en su conjunto una relación media de 73% / 27%, mientras las partes no dialogadas (Carta, Octavas, Prólogo), con 60 PS y sólo 3 PC, tienen una relación de 95 % / 5 %. Encontramos aproximadamente la misma relación en los Argumentos (94% / 6%); en cuanto a las Octavas, las de Alonso de Proaza se parecen a las de Rojas en lo que al uso de los perfectos se refiere: no contienen ningún verbo en PC, sino únicamente en PS. Resumiendo, podemos dar la lista de los componentes de la obra por orden decreciente de su riqueza proporcional en PS, frente al número de PC: 100 % / 0 %: Carta «El autor a un su amigo»; Octavas acrósticas; Octavas de «Concluye el autor» (todo de Rojas); Octavas de Alonso de Proaza. 94% / 6%: los Argumentos (anónimos). 82% / 18%: el Prólogo (Rojas). 74% / 26%: el Esbozo (Cota). 73% / 27%: la Continuación (Rojas). 71 % / 29%: la Gran Adición (Rojas) y el Tratado de Centuno (Sanabria). 61 % / 39%: el Auto de Traso (Sanabria). 3. Relación PS/PC en las subdivisiones de La Celestina.
Sería erróneo, o por lo menos prematuro, concluir a partir de estas cifras que el empleo de los perfectos es necesariamente diferente (o semejante) de un autor a otro. Para explicar la repartición del PS y del PC, habrá que observar cómo funcionan los tiempos en la estructura textual: el hecho de que un tiempo verbal dado se encuentre con más frecuencia en cierto tipo de texto puede ser consecuencia de sus valores temporales, aspectuales, discursivos o pragmáticos, y no se debe necesariamente a una preferencia idiolectal. En el interior de un mismo tipo de texto, las cuestiones temáticas pueden influir también en la repartición de los perfectos. Es lo que intentaremos demostrar en las páginas que siguen. 2.1.3.
PS y PC según los personajes
Para formarnos una idea de conjunto de la galería de personajes que deambulan por La Celestina, hemos elaborado un pequeño organigrama que propone una síntesis de la situación (véase p. 36). Los personajes giran en torno a tres figuras principales: Melibea, Calisto y, por supuesto, Celestina. Pleberio y Alisa son los padres de Melibea; Lucrecia es su criada. Calisto, por su parte, tiene varios criados: los más importantes son Pármeno y Sempronio, pero también intervienen Sosia y Tristán, con un papel menor. Sempronio está relacionado con Elicia, que vive en casa de Celestina; en cuanto a Pármeno, gracias a Celestina obtiene los favores de Areúsa. Se añaden algunos personajes en la parte del texto que se debe a Sanabria (Tratado de Centurio y Auto de Traso): Elicia conoce a un rufián llamado Centurio, cuyo amigo Traso tiene una amiga de nombre Tiburcia; la tía de ésta es Terencia. 35
Pleberio
-> -
Melibea
—
Lucrecia
Alisa Elicia Tiburcia ]—(
Traso
I Terencia |
Γ
í
Areúsa 1
1
Celestina
(jSempronio^)-
j
J
Pârmeno J Calisto
Sosia
'
Tristân
4. Organigrama de los personajes en La Celestina. Algunas formas verbales de la obra no fueron producidas por personajes propiamente dichos, sino por personas situadas fuera de la ficción: Fernando de Rojas hablando como autor; Alonso de Proaza como narrador de sus Octavas; el impresor y los responsables anónimos de los argumentos, en sus funciones respectivas. Las estadísticas al respecto se encuentran en el cuadro general, al final de esta sección; nos centraremos aquí en los personajes de ficción: Personaje Alisa Areúsa Calisto Celestina Centurio Elicia Lucrecia Melibea Pármeno Pleberio Sempronio Sosia Terencia Tiburcia Traso Tristán TOTAL
val. abs. PS 12 50 166 289 19 39 11 113 64 74 93 21 4 0 4 11 970
val. reí. PS/total 01,2% 05,2% 17,1% 29,8% 02,0% 04,0% 01,1% 11,6% 06,6% 07,6% 09,6% 02,2% 00,4% 00,0% 00,4% 01,1% 99,9%
val. abs. val. reí. PC PC/total 2 00,5% 22 06,0% 14,5% 53 111 30,4% 02,2% 8 15 04,1% 7 01,9% 16,2% 59 33 09,0% 6 01,6% 31 08,5% 9 02,5% 0 00,0% 1 00,3% 4 01,1% 4 01,1% 365 99,9%
val. abs. PS + PC 14 72 219 400 27 54 18 172 97 80 124 30 4 1 8 15 1335
val. reí. PS/PC 86/14 69/31 76/24 72/28 70/30 72/28 61/39 66/34 66/34 93/07 75/25 70/30 100/0 0 / 100 50/50 73/27 73/27
5. PS y PC según los personajes7 (por orden alfabético). 7
No se han incluido aquí las 34 formas que se deben a los argumenteras, las 63 formas que se deben a Rojas (en la carta «El autor a un su amigo», en las Octavas acrósticas, en el Prólogo, y en las Octavas de «Concluye el autor»), ni tampoco las diez formas que se encuentran en las Octavas de Alonso de Proaza (o sea, en total, 107 formas, lo que 36
Personaje Tiburcia Traso Lucrecia Melibea Pármeno Areúsa Centuno Sosia Celestina Elicia Tristán Sempronio Calisto Alisa Pleberio Terencia TOTAL
val. abs. PS 0 4 11 113 64 50 19 21 289 39 11 93 166 12 74 4 970
val. reí. PS/total 00,0% 00,4% 01,1% 11,6% 06,6% 05,2% 02,0% 02,2% 29,8% 04,0% 01,1% 09,6% 17,1% 01,2% 07,6% 00,4% 99,9%
val. abs. PC 1 4 7 59 33 22 8 9 111 15 4 31 53 2 6 0 365
val. reí. PC/total 00,3% 01,1% 01,9% 16,2% 09,0% 06,0% 02,2% 02,5% 30,4% 04,1% 01,1% 08,5% 14,5% 00,5% 01,6% 00,0% 99,9%
val. abs. PS + PC 1 8 18 172 97 72 27 30 400 54 15 124 219 14 80 4 1335
val. reí. PS/PC 0/100 50/50 61/39 66/34 66/34 69/31 70/30 70/30 72/28 72/28 73/27 75/25 76/24 86/14 93/07 100/0 73/27
6. PS y PC según los personajes (por orden creciente de la relación PS/PC)
Si descartamos a los personajes que produjeron menos de 20 formas verbales en PS y PC (es decir Alisa, Lucrecia, Terencia, Tiburcia, Traso y Tristán) y nos fijamos sólo en los personajes más importantes, vemos que la relación PS / PC no presenta grandes variaciones: de 66 / 34 (Melibea y Pármeno) a 76 / 24 (Calisto); sólo Pleberio se aparta claramente del resto del grupo: muestra una relación PS / PC de 93 / 07. Se podrían proponer dos tipos de explicaciones para analizar este fenómeno: I o para Pleberio, el PS y el PC no tienen el mismo valor que para los demás personajes de la obra; 2o Pleberio no produce los mismos tipos de discurso que los demás, o no los produce en las mismas proporciones. El análisis del contexto demuestra que la segunda hipótesis es más plausible. La gran mayoría de los enunciados emitidos por el personaje de Pleberio se atestiguan en el acto XXI; presencia el suicidio de su hija, y a continuación su discurso se centra en la persona de Melibea («la que tú pariste y yo engendré» p. 261; etc.). Ahora bien, cada vez que se habla de un personaje muerto en la obra, se prefiere el PS (o, por supuesto, otros tiempos del pasado). Esto no vale únicamente para Pleberio, sino también para los demás. Otro subconjunto temático en los enunciados de Pleberio son las numerosas alusiones a personajes de la literatura antigua, de los que siempre se habla en los tiempos del pasado (es decir, en todos menos el PC): «¿Qué hizo por ti Paris? ¿Qué Elena? ¿Qué hizo Clitenestra?» (p. 267). Es otra constante en la obra, que se observa en todos los personaexplica que el total sea inferior al gran total -1442 - del cuadro que aparece al final de esta sección). 37
jes. También hay una larga secuencia narrativa en la que Pleberio cuenta su vida al dios Amor («Herida fue de ti mi juventud, por medio de tus brasas passé.» p. 266; etc.): como las secuencias narrativas van siempre en PS (junto con los demás tiempos del pasado) y sólo excepcionalmente contienen el PC, no es de extrañar que haya aquí muchos más PS. Ahora bien, cuando el contexto requiere un PC, Pleberio es capaz de utilizarlo con toda normalidad: con un indicador aspectual iterativo («Lo cual con mucha diligencia devemos poner desde agora por obra, y lo que otras vezes avernos principiado en este caso, agora aya execution.» p. 240), con un indicador temporal de período que llega hasta el momento de la enunciación y lo incluye («como aquel que mucho â hasta agora callado tus falsas propiedades» p. 263), o con valor de antepresente («¿Qué es lo que mi hija ά sentido?» p. 253, es decir en el acto XX, cuando Melibea todavía no se ha suicidado).
2.2.
Juan del Encina: Teatro
Contrariamente a la situación con la que nos hemos encontrado a la hora de analizar La Celestina, este texto no plantea tantos problemas de autoría 8 y de estructura. Cada égloga es independiente de las demás y se presenta como un todo, sin relación estructural (pero sí un parentesco genérico) con las otras piezas. Hemos trabajado con la edición siguiente: Juan del Encina : Obras completas, t. IV, Teatro. Edición, introducción y notas de Ana María Rambaldo. Madrid: Espasa-Calpe, 1983 (colección Clásicos Castellanos). 2.2.1.
Proporciones de PS y de PC en el conjunto de la obra
Las proporciones de nuestros tiempos verbales en el conjunto de la obra son de 695 PS y 145 PC, sobre un total de 840 formas; es decir, una relación de 83% / 17% a favor del PS. El predominio del PS es todavía mayor que en La Celestina (74% / 26%), o que en el corpus de teatro argentino de nuestra tesina (aproximadamente 80% / 20%, véase Thibault 1987b:40). De todos los tipos de textos que hemos investigado hasta ahora, sólo los periódicos mexicanos se destacan con una proporción de PS todavía más elevada (resp. 88% / 12%, véase Thibault 1987a:309). 2.2.2.
La distinción argumentos / texto versificado
Hemos agrupado los enunciados del Teatro de Juan del Encina en dos subconjuntos, muy distintos desde el punto de vista del análisis textual: los argumentos por una parte, y el texto versificado de cada égloga por otra. Los argumentos dan un resumen de la acción de cada égloga, no han de ser recitados por ningún 8
Pero véase n. 10, p. 41. 38
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