Lealtades firmes : redes de sociabilidad y empresas : la "Carlos Casado S.A." entre la Argentina y el Chaco paraguayo (1860-1940): Redes de ... la Argentina y el Chaco paraguayo (1860-1940) 840008926X, 9788400089269

La sociedad anónima "Carlos Casado" tuvo un rol fundamental en la victoria de Paraguay durante la cruenta guer

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Table of contents :
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN
PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO
UNA QUIMERA FAMILIAR:RELACIONES DE PARENTESCO ENTREPORTUGALETE Y ROSARIO
LA RED CASADO-SASTRE
PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD:ROSARIO Y VILLA CASILDA
MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIOY POLÍTICA DE TIERRAS
LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL:EL CONTROL DEL GRAN CHACO
REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACOPARAGUAYO
LOS CASADEÑOS ENTRE LA EMPRESA TANINERAY LA GUERRA DEL CHACO
EL RETORNO DE LOS CAPITALES ESPAÑOLESA LA CARLOS CASADO S. A. Y EL GRUPO SAN JOSÉ
ARCHIVOS CONSULTADOS
BIBLIOGRAFÍA
APÉNDICES
ÍNDICE ONOMÁSTICO
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
SIGLAS UTILIZADAS
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Lealtades firmes : redes de sociabilidad y empresas : la "Carlos Casado S.A." entre la Argentina y el Chaco paraguayo (1860-1940): Redes de ... la Argentina y el Chaco paraguayo (1860-1940)
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CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

Lealtades firmes

Redes de sociabilidad y empresas: la «Carlos Casado S.A.» entre la Argentina y el Chaco paraguayo (1860-1940) GABRIELA DALLA CORTE

COLECCIÓN AMÉRICA

LEALTADES FIRMES REDES DE SOCIABILIDAD Y EMPRESAS: LA «CARLOS CASADO S.A.» ENTRE LA ARGENTINA Y EL CHACO PARAGUAYO (1860-1940)

COLECCIÓN AMÉRICA: 15

Director

Alfredo Moreno Cebrián (CSIC) Secretaria

Marta Irurozqui Victoriano (CSIC) Comité Editorial

Salvador Bernabéu Albert (CSIC) Elda Evangelina González Martínez (CSIC) Ascensión Martínez Riaza (Universidad Complutense) Consuelo Naranjo Orovio (CSIC) Mónica Quijada Mauriño (CSIC) Rosario Sevilla Soler (CSIC) Consejo Asesor

Michael Baud (Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral Agrario, Bolivia) Jesús Bustamante García (CSIC) M.ª Elena Capelloti (Universidad de São Paulo) Manuel Chust Calero (Universidad Jaume I) M.ª Teresa Cortés Zavala (Universidad Michoacana, México) Jesús M.ª García Añoveros (CSIC) Ricardo González Leandro (CSIC) M.ª Dolores González-Ripoll (CSIC) Tulio Halperin Donghi (Berkeley University, Estados Unidos) Sylvia L. Hilton (Universidad Complutense) Clara López Beltrán (Universidad de Torino, Italia) Víctor Peralta Ruiz (CSIC) Jaime E. Rodríguez (University of Irvine, Estados Unidos) René Salinas (Universidad Santiago de Chile) Margarita Suárez (Universidad Pontificia Católica del Perú)

GABRIELA DALLA CORTE

LEALTADES FIRMES REDES DE SOCIABILIDAD Y EMPRESAS: LA «CARLOS CASADO S.A.» ENTRE LA ARGENTINA Y EL CHACO PARAGUAYO (1860-1940)

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 2009

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por medio ya sea electrónico, químico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.

Catálogo general de publicaciones oficiales: http://www.060.es

GOBIERNO DE ESPAÑA

MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN

© CSIC © Gabriela Dalla Corte NIPO: 472-09-169-X ISBN: 978-84-00-08926-9 Depósito Legal: M. 49.745-2009 Preimpresión, impresión y encuadernación: # Sociedad Anónima de Fotocomposición Talisio, 9 - 28027 Madrid Impreso en España. Printed in Spain En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.

A Pilar García Jordán, en reconocimiento a su espíritu de superación y trabajo constante, y como muestra de mi afecto

ÍNDICE GENERAL INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . CAPÍTULO I PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO . . . . . . . . . . 1.1. «Tres mil ovejas por tres mil pesos»: el prestamista Carlos Casado del Alisal ante la justicia lega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2. Una «distinguida casa de descuentos»: el Banco Carlos Casado ante la justicia letrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.3. Capitales británicos: Carlos Casado y el Barón de Mauá . . . . 1.4. El Banco Provincial de Santa Fe en Rosario . . . . . . . . . . . . . CAPÍTULO II UNA QUIMERA FAMILIAR: RELACIONES DE PARENTESCO ENTRE PORTUGALETE Y ROSARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.1. La Colonia Caridad y José Chávarri del Alisal . . . . . . . . . . . 2.2. «Tu antiguo patrón»: las consecuencias del condominio ChávarriCasado-Weldon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.3. La publicidad del conflicto familiar, la prensa y la cárcel . . . . 2.4. El Consejo de Familia Chávarri contra Carlos Casado . . . . . . CAPÍTULO III LA RED CASADO-SASTRE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1. «Venimos a la prensa»: opinión pública y observación del sistema de colonización agrícola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.2. El entramado familiar Casado-Sastre entre el Juzgado de Paz y la administración de la Colonia Candelaria . . . . . . . . . . . . . . 3.3. «Hacer del desgraciado colono el siervo de un boyardo ruso»: los casos de Roberto Sabatier y Fernando Cóppola . . . . . . . . 3.4. Desigualdad de Personas; Igualdad de Justicia. . . . . . . . . . . .

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ÍNDICE

3.5.

El juez de paz de la Candelaria y el caso del colono Francisco Perrutto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

CAPÍTULO IV PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1. De la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria a la Comisión de Fomento de Villa Casilda . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2. El republicano J. Daniel Infante en la familia Casado-Sastre: los indicios de un inventario de bienes . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3. «El lodo, Sr. Juez, siempre es lodo, aunque se alce de la calle o salga del tintero de un abogado»: conflictos jurídicos por una reposición de mojones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.4. Hierro y granito: los Casado-Sastre y Villa Casilda . . . . . . . . CAPÍTULO V MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIO Y POLÍTICA DE TIERRAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.1. «¿Con qué derechos se pretende despojarlos? ¿Con el de la impunidad?»: las expropiaciones de la Estación Central . . . . . . 5.2. El impacto del FCOS: las propiedades de los Casado-Sastre en la provincia de Santa Fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.3. Los casos Leguizamón y Bombal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.4. «Al perito le ha sucedido lo que a ciertos beatos que quieren ser más católicos que el Papa»: los Casado-Sastre y el ramal Casilda-Juárez Celman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.5. La sección Villa Casilda-Melincué: final del trayecto . . . . . . . 5.6. La suerte de las 150 leguas de Carlos Casado . . . . . . . . . . . . CAPÍTULO VI LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.1. La ocupación del Chaco paraguayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.2. El proceso de privatización de tierras . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.3. Áreas forestales y empresas extractivas . . . . . . . . . . . . . . . . 6.4. Carlos Casado del Alisal, alias «El Argentino», en el Chaco Boreal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.5. Los testaferros de Casado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.6. Los Casado-Sastre y las tierras chaqueñas en la larga duración .

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ÍNDICE

CAPÍTULO VII REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO. 7.1. La Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada . . . . . . 7.2. Mensuras y ocupación de tierras: juicios de reivindicación en el Chaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.3. Testigos de excepción: Juan de Cominges y Wenceslao Jaime Molins . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.4. Las delegaciones nacionales bolivianas en los Orientes y el Chaco. 7.5. La creación de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.6. La sociedad civil Sucesores de Carlos Casado y las comunidades mennonitas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . CAPÍTULO VIII LOS CASADEÑOS ENTRE LA EMPRESA TANINERA Y LA GUERRA DEL CHACO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8.1. El ferrocarril privado de los Casado-Sastre . . . . . . . . . . . . . . 8.2. Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas: la historia en imágenes de la Misión Salesiana P. Livio Fariña en Puerto Casado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8.3. «Estos muchachos parten hacia el frente de Saavedra, ¿cuál será su suerte?, ¿regresarán?»: el Paraguay y la guerra del Chaco . . 8.4. La «desigualdad perfecta» en Puerto Casado . . . . . . . . . . . . .

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CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El retorno de los capitales españoles a la Carlos Casado S. A. y el Grupo San José

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ARCHIVOS CONSULTADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . APÉNDICES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Los Casado entre 1475 y 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Estatutos de la Sociedad Anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, 1910, posteriormente modificados en los artículos 9, 11, 24 inciso b. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ÍNDICE ONOMÁSTICO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ÍNDICE DE ILUSTRACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ÍNDICE DE CUADROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . SIGLAS UTILIZADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . MEDIDAS Y EQUIVALENCIAS CON ESPECIFICACIÓN DE LA FUENTE DE INFORMACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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INTRODUCCIÓN

La presencia de las empresas españolas en Argentina ha transformado el escenario económico y, por ende, también ha modificado la manera en que se han estudiado hasta el día de hoy los avatares empresariales del subcontinente latinoamericano.1 Una de las áreas en la que los capitales hispanos han invertido en el país en los últimos años ha sido la producción de biodiésel, ámbito económico en el que la sociedad anónima Carlos Casado está entrando de lleno en la actualidad. Esta obra está dedicada a rastrear la historia de esta empresa, a caballo entre Argentina y el Chaco paraguayo, que ha sido adquirida recientemente por los capitales españoles concentrados en torno al Grupo San José. La denominación de la empresa deriva del nombre de su fundador, Carlos Julián Niceto Casado del Alisal, un español nacido en la localidad de Villada de la provincia de Palencia el 16 de marzo de 1833, migrado a la Argentina en el año 1857, y que falleció en la ciudad portuaria de Rosario el 29 de junio de 1899. En esos años, Casado construyó una empresa que ha sobrevivido hasta la actualidad. Tras un corto periodo en el que se desempeñó como cajero y administrador de los bienes de su primo José Chávarri del Alisal,2 y como corredor de comercio a las órdenes de 1 Desde la década de 1990, la economía española dio un giro de 180° gracias a su desembarco empresarial en América Latina, opción que permitió a sus empresas convertirse en multinacionales. No es objeto de este libro tratar esta temática, pero señalamos que numerosos investigadores han reflexionado sobre este proceso, entre los que citamos: SANTISO GUIMARAS, 2007; VIDAL OLIVARES, 2003, 2008. Un interesante estudio sobre la internacionalización de las empresas españolas tomando como punto de partida el impacto del Consenso de Washington en la organización económica latinoamericana: CASILDA BEJAR, 2002. 2 «Al prófugo Carlos Casado», editorial publicada en La Nación, Buenos Aires, el 23 de junio de 1889, en Juicio Criminal Casado-Chávarri: Sentencia condenando a Juan Chávarri [del Alisal] como reo de calumnia con otras piezas de autos, con mensaje «Al Público» del abogado Alfredo C. Fernández, Buenos Aires, 13 de junio de 1890. Buenos

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GABRIELA DALLA CORTE

Justo José de Urquiza, el 4 de febrero de 1865 contrajo matrimonio con Ramona Sastre Aramburu, hija de Genara Aramburu y Aramburu y del educador Marcos Antonio Sastre y Rodríguez, este último recordado en la historia rioplatense por haber sido el artífice en 1833 del Salón Literario de la Librería Argentina, el antecedente de la Asociación de la Joven Argentina, que fue denominada posteriormente Asociación de Mayo. Como demostraremos en esta obra, fue ese vínculo matrimonial el que permitió la integración de Casado en la sociedad argentina ya que los miembros de la familia Sastre —en particular su esposa pero también sus cuñados Hernando Ángel y Eliseo, y sus concuñados Antonio Castilla y Portugal y Carlos María Palacios y Portales— aparecen en prácticamente todos los emprendimientos financieros, comerciales y empresariales de envergadura implementados por el español en el Cono Sur latinoamericano. Las redes de sociabilidad proyectadas durante décadas ayudarán desentrañar el círculo de lealtades firmes que permitieron al empresario y a su grupo construir un importante entramado empresarial que subsiste hasta hoy. Seis meses después de casarse con Ramona Sastre Aramburu, Casado fundó una entidad bancaria que bautizó con su propio nombre y a través de la cual realizó tres emisiones de billetes de plata boliviana que llevaron su firma y que le permitieron consolidarse firmemente en el ámbito financiero. A mediados del año 1865, y en el contexto de la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, comenzó así para el español una trayectoria imperturbable signada por el éxito de sus emprendimientos económicos que le convertirían en uno de los representantes más significativos de la economía agroexportadora argentina. En efecto, tras fundar el Banco Carlos Casado, se volcó a colonizar los territorios pampeanos. Para ello adquirió tierras en la zona de Desmochados aprovechándose de la declaración judicial de insania de su propietario, Mariano Grandoli, padre del personaje histórico conocido como «Abanderado Grandoli», y allí fundó en 1870 la Colonia Candelaria. Esta colonia fue uno de los modelos más representativos de la integración de la provincia de Santa Fe al capitalismo mundial. A partir de entonces, Casado procuró por todos los medios facilitar el acceso de los cereales santafesinos al puerto de Rosario. En 1872, sin ir más lejos, Leonardo Nicolorich lo describió en sus escritos publicitarios como un «simpático y excelente corredor y después mejor banquero, hace pocos años, y hoy inmejorable colonizador».3 Seis años después, el 12 de abril de 1878, Casado demostró que la positiva valoración de Nicolorich Aires, Tipografía La Argentina, 1890. Analizaremos este documento con mayor detenimiento más adelante. 3 ARROYO, 2005.

INTRODUCCIÓN

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era cierta: hizo llegar 4.500 toneladas de trigo de la Colonia Candelaria a la localidad de Glasgow. El éxito de este ensayo exportador de cereales a Europa, el primero de esta naturaleza realizado en el país, posibilitó al español pasar a la posteridad como el iniciador de un modelo económico del que la Argentina sigue dependiendo, y también le permitió por fin dejar atrás los calificativos de «prestamista», «comerciante» y «banquero» con los que se había dado a conocer en la región. Fue entonces cuando decidió presentarse a sí mismo, lisa y llanamente, como «empresario y dueño de la Colonia Candelaria».4 La conversión de Casado en «empresario», sin embargo, no fue obstáculo para que en 1874, cerrada ya definitivamente la experiencia particular del Banco Carlos Casado, liderara la creación del Banco Provincial de Santa Fe con el apoyo del gobierno. En diciembre de 1878 —dos décadas después de que Casado se radicara en Rosario— el entonces presidente argentino Nicolás Avellaneda le encomendó estudiar el estado de la circulación monetaria del país, dando así cuenta de la íntima fusión entre las actividades financieras y colonizadoras que el español había ido desplegando hasta entonces en Santa Fe, pero también de la importancia que había adquirido Casado en la escena nacional. Cuatro años después, en 1882, el gobierno provincial lo nombró delegado ante el Banco Hipotecario argentino.5 Al iniciarse la década de 1880, Casado comenzó la construcción de una vía férrea privada que bautizó Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS) y que unió diversas colonias y localidades del sur de la provincia santafesina con la Aduana y los Muelles y Graneros de Rosario, estos últimos construidos por el propio empresario. En este emprendimiento, el más importante y riesgoso de los que implementara en el país, Casado reprodujo un patrón de comportamiento que en su momento describiera Ezequiel Gallo para quien la colonización de la frontera santafesina fue obra, en realidad, de comerciantes rosarinos que financiaron las cosechas e importaron, a su vez, implementos agrícolas.6 Casado nunca se vio a sí mis4 Expediente Civil de Carlos Casado contra Hermenegildo Bustos sobre daños y perjuicios, juez de paz de Colonia Candelaria Eliseo Sastre, escribano público Lisandro Paganini, Rosario, 1872, Museo Histórico Provincial de Rosario Julio Marc (en adelante MHPRJM), Causas Civiles, leg. 55, exp. 56, 4 f. 5 La primera exportación de trigo fue un acto que el presidente Nicolás Avellaneda reivindicó como uno de los hechos más importantes llevado adelante por un particular en el transcurso de su gobierno. A partir de entonces, Rosario se convirtió en el tercer puerto de exportación de cereales de la Argentina. Véase, CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 23. 6 GALLO, 2004, 30; también CUTOLO, 1969, 175; CHAPARRO, 1957, 40-41; LAGOS, 1957, 28-31; CAMPAZAS, 1987, 75, que incluye la reproducción en color del óleo de Carlos

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GABRIELA DALLA CORTE

mo como un mercader (era hijo de hidalgo);7 por ello quizás fue recién en 1892, a punto de cumplir sesenta años, cuando aceptó inscribirse en los registros locales como «comerciante».8 Al final de su vida fue calificado por su abogado y máximo colaborador, el español republicano J. Daniel Infante, como «rentista», en una interesante evolución que representa, sin duda alguna, la transformación del entramado empresarial gestado por Casado, tema central de este libro, pero también su estrategia personal para pasar a la posteridad como «propietario» de tierras.9 Si bien Carlos Casado nunca participó formalmente en la política local, regional o nacional, lo encontramos mencionado en el año 1865, tras contraer matrimonio con Ramona Sastre Aramburu, como concejal municipal junto con otros vecinos de Rosario tales como Emiliano Frías, Joaquín de Lejarza, Eudoro Carrasco, el canadiense William (Guillermo) Perkins, José Fidel Paz, Melitón de Ibarlucea, Domingo Palacios y Carlos Grognet,10 los tres últimos en calidad de suplentes, y todos ellos personajes que acompañarían al español, aunque no siempre de manera armónica, en diversos ensayos empresariales o financieros entre los que destaca el Banco Provincial de Santa Fe. Algunos de los más estrechos colaboradores de Casado sí que optaron claramente por desarrollar una importante actividad política. Es el caso, por ejemplo, del palentino J. Daniel Infante, llevado a Argentina por Casado, impulsor de las ideas republicanas y que llegaría a ser intendente municipal de Rosario, y del abogado de Casado en la capital argentina, Rafael Calzada, líder de la comunidad peninsular y elegido diputado a las Cortes españolas por los republicanos a inicios del siglo XX. Como contrapartida, Casado tuvo una intensa actuación en cuanta entidad asociativa y cultural apareció en el escenario rosarino o bonaerense: presidió la Hermandad de la Cruz Roja de Rosario dada su proxiCasado del Alisal existente en la sala del directorio del Banco Provincial de Santa Fe, casa o sucursal de la ciudad de Rosario. 7 Los Casado recibieron la Real Merced de hidalguía por sus servicios a los Reyes Católicos en 1475. Entre los antepasados directos de Carlos Casado encontramos a hombres de Cámara de la Reina Juana. Su padre, Pedro Casado, fue el administrador del Duque de Pastrana. 8 Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487. 9 La propiedad de tierras era el símbolo principal de la posesión de riqueza; véase el caso de Ramón Santamarina, gallego llegado a la Argentina unos años antes que Casado, convertido así en uno de los inmigrantes tempranos del país, en el excelente trabajo de Andrea REGUERA (2006). 10 CHAPARRO, 1957, 40-41.

INTRODUCCIÓN

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midad al movimiento masónico local, colaboró con las obras de la Exposición Continental de 1880, y formó parte de la Asociación Patriótica Española creada en la capital argentina en 1896 para defender a la monarquía española de la presión estadounidense que condujo a la Guerra Hispanoamericana. En su testamento, finalmente, decidió legar $10.000 moneda nacional (en adelante mn) a las dos entidades caritativas rosarinas más importante, la Sociedad de Beneficencia y las Damas de Caridad,11 y donó una cantidad similar a la casa de beneficencia de la Colonia Candelaria. También dejó $20.000 oro sellado (en adelante os) para asegurar el funcionamiento de diversas casas benéficas de Palencia, y $10.000 os para el asilo y la iglesia de Santa María de Villada, las parroquias de Rosario y de San Francisco de Palencia, y la iglesia de San Pedro Apóstol en Villa Casilda, en cuyo interior fue sepultado en 1899.12 El capital de Casado, parte del cual fue donado a su muerte para obtener como recompensa celestial la salvación de su alma, provino de la empresa que creara en el Chaco paraguayo tras adquirir en los primeros meses del año 1886 aproximadamente 3.000 leguas cuadradas de tierra fiscal. Como veremos en esta obra, el español aprovechó la crisis económica y demográfica en la que quedó sumido el Paraguay tras ser vencido en la guerra de la Triple Alianza (1865-1870), y adquirió a través de una extensa red de comisionistas, intermediarios y testaferros, en subasta pública, buena parte de las tierras fiscales puestas en venta por el gobierno paraguayo en el Chaco Boreal. En ellas instaló su empresa maderera y taninera, una de las más importantes y representativas de la época. Sus inversiones en los bosques de quebracho y en el procesamiento del tanino, escasamente analizadas entre otras razones por la escueta información de las fuentes documentales existentes, lo convirtieron en el mayor latifundista de la región, motivo por el cual fue llamado por sus contemporáneos «emperador» o «barón del Chaco».13 11

DALLA CORTE Y PIACENZA, 2006. En su testamento, documento que utilizaremos copiosamente en esta obra, Carlos Casado argumentó que otorgaba estos montos a las corporaciones mencionadas, pero que «no dan derecho á las partes interesadas para intervenir en mi testamentaria (sic), siendo aquellos simplemente una manifestación de mi voluntad que no dudo será religiosamente cumplida por mis herederos y que sólo modificarán por circunstancias especiales imposibles de prever; podrían los deudores del señor Casado prescindir absolutamente de estos mandos piadosos». 13 Leslie B. ROUT Jr. (1970, 20), por ejemplo, sostuvo que Casado era el «barón del Chaco» ya que poseía «the largest railroad in the area, a tannin extract company, a port bearing the family name, and four million hectares of Chaco real estate». También véase BREZZO y FIGALLO, 1999, 319. 12

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En virtud de sus importantes actividades empresariales, Carlos Casado, conocido en su época también por el alias de El Argentino, es considerado hoy uno de los «personajes ilustres» por excelencia y uno de los actores más representativos del desarrollo económico agroexportador del Cono Sur latinoamericano en el periodo de integración al sistema capitalista.14 Es visto como un emigrante español exitoso que consiguió «hacer las Américas» gracias a su ferrocarril privado y a sus proyectos de colonización agrícola.15 Esta imagen se repite incansablemente en diversas biografías sobre el personaje y, también, en una obra que Portela Sandoval dedicó a su hermano, el pintor José Casado del Alisal. El autor sostuvo que: de los cinco hermanos [Casado del Alisal], Carlos Julián Niceto, nacido en Villada el 16 de marzo de 1833, fue y sigue siendo el más conocido en su localidad natal por cuanto habría de ser generoso mecenas para con ella mediante la construcción de sendos pórticos en las iglesias de San Fructuoso y de Santa María en 1887 y 1889, respectivamente, así como con la fundación de un asilo de ancianos, germen de la actual Residencia que existe en la población. Carlos había estudiado en la Escuela Naval de Bilbao, en la que obtuvo el título de piloto a la vez que se licenciaba en filosofía. En uno de sus viajes, cuando contaba 24 años de edad, recaló en Buenos Aires y decidió afincarse allí al observar las posibilidades de trabajo. Triunfó pronto en diferentes actividades comerciales y, después de contraer matrimonio con doña Ramona Sastre, estableció una entidad bancaria en Rosario de Santa Fe que tiempo más tarde fue adquirida por el Banco de Londres. Con la ganancia obtenida se dedicó a la colonización en la región de Candelaria y en ella fundó, en 1873, una colonia a la que bautizó con el nombre de su madre: Villa Casilda, al tiempo que era designado director del Banco Provincial de Santa Fe. Su labor colonizadora se aunó con la explotación agrícola y la promoción cultural de la región, fundando progresivamente distintos pueblos en la zona. Construyó después el Ferrocarril del Oeste Santafecino, que se convirtió no sólo en medio de transporte de viajeros, sino también en vehículo de exportación agrícola. Más tarde extendió su labor colonizadora a las tierras del Chaco paraguayo con la creación de distintas colonias y la implantación de explotaciones agrícolas.16 14 Trabajos ya clásicos sobre el peso del grupo de terratenientes en Argentina, aunque con aproximaciones metodológicas y teóricas diversas, ODDONE, 1967; SCOBIE, 1968; DÍAZ ALEJANDRO, 1975; GIBERTI, 1985; PUCCIARELLI, 1986; SÁBATO, 1988; SÁBATO, 1989; También los más recientes, ARCONDO, 1996; CORTÉS CONDE, 1997; GARAVAGLIA, 1999 a; ROCCHI, 2000; HORA, 2003. 15 Como sabemos, se trata de un personaje que contrasta con los casos anónimos de la mayor parte de los emigrantes españoles, particularmente de origen gallego (NÚÑEZ SEIXAS, 2001, 2002, 2005), que poblaron el escenario argentino. Véase también BERENGUER CARISOMO, 1953. El caso de Ramón Santamarina, estudiado por REGUERA (2006) constituye un contrapunto con el caso de Casado. 16 PORTELA SANDOVAL, 1986, 27-28. Cabe señalar que el autor confunde el nombre de Casilda con el de la colonia, Candelaria.

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Pese a la importancia del proyecto empresarial americanista de Casado, carecemos de estudios que aborden la red de sociabilidad que le permitió consolidarse en el escenario español, argentino y paraguayo durante las últimas cuatro décadas del siglo XIX. Un estudio de este tipo, no obstante, posibilita la superación de la dimensión biográfica del empresario para abordar la transformación a largo plazo sufrida por la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada, que fuera convertida por sus herederos a inicios del siglo XX en la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. La perspectiva empresarial permite abordar los ensayos mediante los cuales el empresario y sus descendientes ocuparon el área pampeana argentina y la zona chaqueña disputada por Paraguay y Bolivia hasta bien entrada la década de 1930, colaborando al mismo tiempo con la fijación definitiva de las fronteras entre ambos países.17 Como veremos, Carlos Casado del Alisal está asociado aún hoy a la desaparición del quebracho de buena parte de la geografía chaqueña, a la triste suerte corrida por las poblaciones indígenas de la zona, a la radicación de las poblaciones mennonitas a lo largo de las primeras décadas del siglo XX, a la historia de Puerto Casado —localidad que serviría de sede al comando principal de las tropas paraguayas que combatieron al ejército boliviano hasta 1935—, a la marcha contra los latifundios más larga de la historia paraguaya llevada adelante por los «casadeños»,18 a los diversos intentos, la mayoría infructuosos, que se han hecho para expropiar las tierras a las empresas que las ostentan y satisfacer así los reclamos de las poblaciones indígenas chaqueñas. La lucha de los casadeños tiene su origen en la historia que relatamos en estas páginas, la cual se inicia hacia 1850 entre Palencia y Portugalete y se explica, en parte, por las redes configuradas en la Argentina, entre Rosario y Villa Casilda, en los años que van de 1860 a 1890. En este sentido, interesa abordar la naturaleza de la empresa familiar, que se concentró en la personalidad de su fundador aunque logró sobrevivir hasta la actualidad manteniendo una estructura relativamente cerrada al entregar los principales cargos directivos a miembros de la red familiar. Con la intención de comprender problemas centrales en el proceso de integración del Cono Sur a la economía mundial entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, este estudio da cuenta de una trayectoria empresarial, de la vida de un actor social —que para muchos puede ser considerado modelo de liderazgo étnico—,19 y de la construcción de una 17

DALLA CORTE, 2007 a; DALLA CORTE, 2007 b. Así llamados por el antiguo nombre del puerto en el que viven (hoy Puerto Victoria). 19 BERNASCONI y FRID, 2006; GARCÍA SEBASTIANI, 2005. 18

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extensa red de sociabilidades,20 cambiante en el tiempo y diversa en sus intereses y orientaciones, tomando como hilo de análisis el heterogéneo tejido de relaciones sociales de los Casado-Sastre. De este modo, esta obra hace un seguimiento de la trayectoria empresarial comenzando por detectar las fases del enriquecimiento, y distingue una primera etapa que coincide con la configuración del patrimonio inicial a través del préstamo y de los primeros pasos en la actividad financiera entre 1860 y 1870 aproximadamente; una segunda etapa que acompaña la ocupación pampeana argentina entre los años 1870 y 1885; una tercera etapa desde 1886 hasta finales del siglo XIX que consolidó el patrimonio familiar a través de la posesión de bienes raíces en el Chaco paraguayo; una cuarta etapa que va desde la muerte del fundador de la empresa, producida en junio de 1899, hasta la guerra del Chaco, y que explica el origen de la actual presencia de la comunidad mennonita en la región chaqueña; y una quinta etapa que se desarrolla a lo largo de la segunda mitad del siglo XX hasta el traspaso de la mayor parte del activo de la empresa a la Asociación Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial, organización religiosa coreana conocida como «secta Moon» y la actual venta del activo de la empresa al Grupo español San José, propiedad de Jacinto Rey González. Las cuatro primeras fases son estudiadas detenidamente en ocho capítulos que procuran centrar la atención en la red de sociabilidad que hizo posible la consolidación patrimonial a través de la ocupación de espacios hasta entonces considerados «desérticos», entre ellos, y particularmente, el Chaco Boreal. La trayectoria de la Carlos Casado S. A. hasta los tiempos de la guerra del Chaco constituye el hilo conductor de esta obra cuyo objetivo central es desentrañar la red social que permitió a los Casado-Sastre extender sus dominios entre la Argentina y el Paraguay manteniendo, al mismo tiempo, el control de la empresa familiar. De este modo, el capítulo uno se centra en la estructura financiera sobre la que Carlos Casado del Alisal asentó su integración en la región rioplatense, así como en las actividades financieras desarrolladas desde su establecimiento en Rosario aprovechando dos circunstancias muy particulares: primero, la sustitución del Tribunal de Comercio de Rosario por los juzgados de comercio en 1862, que supuso la abolición de la justicia lega a favor de la justicia letrada; y, segundo, la guerra de la Triple Alianza, que dejó al Paraguay en una absoluta miseria, favoreciendo, al mismo tiempo, a los comerciantes y prestamistas radicados en Rosario como fue el 20 Sobre el concepto sociabilidades, AGULHON 1977; 1992; también BOLUFER, 2006; FERNÁNDEZ, 1999; 2006 a; 2006 b; GAYOL, 2000; GONZÁLEZ BERNALDO, 2000.

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propio Carlos Casado. El español se benefició entonces de la entrada de capitales británicos21 y de la presencia del Barón de Mauá, y, como hemos dicho, además de fundar el Banco Carlos Casado colaboró activamente con otros banqueros de la región para crear el Banco Provincial de Santa Fe. El capítulo dos estudia el papel jugado por José Chávarri del Alisal, llegado a Rosario poco tiempo antes que su primo Carlos Casado, con quien este último se asoció con la finalidad de llevar adelante diversas actividades comerciales e inversoras tales como la compra de tierras en el Bajo de la ciudad de Rosario y la creación del condominio Casado-Chávarri-Weldon. Las inversiones en bienes inmuebles que Casado realizó con José ocasionaron a la muerte de este último la ruptura con los Chávarri, radicados en Portugalete, un conflicto familiar que es abordado a través de un pleito que durante décadas opuso a los Chávarri del Alisal y a los Casado-Sastre en la Argentina y en España. Los Chávarri del Alisal emergen en las primeras décadas de vida activa del empresario en Rosario y, tal como relataron los contemporáneos, aquél hereda este vínculo desde los tiempos en que se refugió en la casa de sus tíos en Portugalete. La relación se rompió en Argentina con dos de los hermanos de José Chávarri del Alisal, Juan y Braulio, y, en particular, con los Chávarri que permanecieron en la península ibérica. Al explicitar el valor de la trama desde la perspectiva de red social, uno de los objetivos específicos de este capítulo, en síntesis, es relativizar el peso que tradicionalmente se ha concedido a las familias españolas como basamento casi exclusivo de los emprendimientos económicos peninsulares en América Latina, considerados estos últimos en clave de diásporas mercantiles, cerradas, armónicas, en lugar de ser observadas en clave de conflicto, es decir, en su dimensión cambiante en el tiempo y en el espacio. El capítulo tres estudia el trasvase del activo de Carlos Casado a una actividad entonces percibida como de menor riesgo que el préstamo: la colonización de espacios territoriales pampeanos vinculados a la ciudad portuaria de Rosario. Esta actividad hizo que el español se convirtiera, como mencionamos más arriba, en el primer exportador de trigo argentino a Europa. En el análisis de la interacción de las redes familiares y de espacios de sociabilidad en el marco de la fundación de la Colonia Candelaria, prestamos particular atención a los juicios civiles, penales y comerciales sustentados por Casado contra sus colonos, así como los pleitos que estos últimos llevaron adelante contra el empresario acusándolo de abusar de ellos al amparo de su condición de propietario de la colonia. 21

Sobre el papel de los británicos en el país, FERNS, 1968.

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La plataforma asentada tanto en la justicia de paz —a cargo del hermano de Ramona Sastre Aramburu, Eliseo— como en la administración central de la Colonia —bajo la responsabilidad sucesiva de Francisco Casado y de Manuel Castilla y Portugal, primo y hermano del concuñado, respectivamente, de Carlos Casado—, permitirá analizar el aprovechamiento de la red familiar Casado-Sastre para otorgar certidumbre a la actividad empresarial en el contexto del ciclo expansivo sufrido por la región agrícola santafesina en las últimas décadas del siglo XIX. Desde esta perspectiva, esperamos poder mostrar la manera en que Casado «se construyó» como empresario aprovechando diversos contextos de oportunidades que, desde la historia empresarial, deben ser considerados como punto de partida de cualquier análisis económico en perspectiva histórica, sin soslayar el hecho de que la experiencia empresarial, a nuestro juicio, nunca es de naturaleza individual. El capítulo cuatro aborda las inversiones urbanas de Casado en Rosario para seguir con Villa Casilda, localidad esta última elegida como última morada por Casado y su esposa, Ramona Sastre Aramburu, en 1899 y en 1927, respectivamente. Se analiza la construcción del gobierno comunal casildense a través de las actas de reuniones de la Comisión de Progreso Local, que actuó entre 1884 y 1886, y de la Comisión de Fomento de Villa Casilda, que funcionó desde 1886 hasta la declaración de la villa como «ciudad» en el año 1907. Ambos organismos ejemplifican la manera en que algunos de los primeros colonos llegados a la región, en su mayor parte de origen italiano y español, se convirtieron de la mano de Casado en los «vecinos distinguidos» que llevaron adelante la organización del poder local, acudiendo al mismo tiempo en apoyo del empresario para ayudarle a resolver, en calidad de testigos, diversos pleitos sustentados ante la justicia por algunos de los colonos menos «distinguidos» de la Candelaria. El capítulo cinco estudia las redes de sociabilidad que garantizaron a Carlos Casado el conocimiento jurídico necesario para dar impulso a la integración de espacios geográficos, diversos y complementarios, tomando como elemento central los procesos judiciales de expropiación de tierras para construir la línea del Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS). La red de sociabilidad analizada en este capítulo incorporó actores sociales múltiples que no formaron parte del grupo de financieros, colonizadores o inversores en tierras al que pertenecía Carlos Casado, pero que constituyeron una poderosa trama alrededor del empresario para dar consistencia jurídica, técnica, administrativa, política y social a sus proyectos. De este círculo surgieron los «testaferros» que permitieron a Casado ampliar su mirada más allá de la jurisdicción del Estado argentino y con-

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tribuyeron a definir su red social a nivel regional tanto en la zona pampeana como en la región chaqueña. También de este grupo surgen los notarios a los que acudió Casado invariablemente a lo largo de su vida, entre los que destacamos a Javier Munuce y Lisandro Paganini y, en menor medida, a Quintín Munuce y Luis María Arzac.22 Lo mismo ocurrió con otros especialistas, tales como agrimensores, topógrafos, peritos y técnicos, en su mayor parte establecidos en Rosario, que se encargaron de legitimar la compra de lotes contiguos en el Chaco Boreal, una adquisición que estaba expresamente prohibida por las leyes paraguayas. La información producida por este cuerpo de especialistas, consistente en planos, mensuras, informes confidenciales y registros de compra-venta, constituye el basamento de los tres últimos capítulos que enlazan el círculo social diverso y múltiple de Casado con las inversiones que lo convirtieron desde la Argentina en el latifundista más importante del Gran Chaco. El capítulo seis describe el proceso de ocupación del Chaco Boreal a partir de los patrones de inversión implementados por la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada. Los miembros de la red configurada en torno a Casado, entre quienes se encontraban el escribano público Javier Munuce, Engilberto (Engelbert) Tietjen y Eloy Palacios, están formando parte desde principios de la década de 1860 e iluminan la dinámica social a partir del interés que colocaron los actores en la continuidad o en la desaparición de determinados lazos. La historia empresarial se une al estudio de las redes de sociabilidad que dieron consistencia al proyecto económico: en primer término, las redes de parentesco aparecen sosteniendo parcialmente el gran proyecto de los Casado-Sastre, como ha ocurrido con otros casos similares en la Argentina en esa época,23 pero esa red reduce en el Paraguay su importancia y es complementada por un grupo de técnicos (agrimensores y peritos), representantes de las profesiones liberales (escribanos públicos, abogados y procuradores), miembros del poder judicial 22 Si bien actuaban en la ciudad otros importantes notarios tales como Andrés González del Solar, Antonio Lardies, F. Buela, Nemesio González, Jacinto Correa, Benjamín González, Carlos Raymond, Ignacio Llobet y F. B. Cruz, Casado no acudió, según nuestros datos, a sus escribanías. Para obtener referencias de los notarios que actuaban en Rosario en la época estudiada, véase CDICT, Copiador de Cartas (mes 5) inicia el año 1836 hasta 1900 aprox. 23 Sobre el análisis de algunos casos italianos, en concreto sobre Primo Capraro, y sobre los hermanos José y Francisco Vulcano, véase MÉNDEZ, 2009; PALAVECINO, 2009. Sobre Balbino Arizu, este último de origen navarro, véase MATEU Y OCAÑA, 2009. Sobre la evolución de las empresas argentinas en el siglo XX, concretamente el caso de siderometalúrgica La Cantábrica, véase ROUGIER, 2006. Una interesante reflexión sobre el rol del parentesco en la sociedad moderna, BESTARD, 1998.

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(jueces de paz, jueces en lo civil y comercial, jueces penales, secretarios, camaristas), cuya presencia constante en las diferentes instancias de acción de Carlos Casado dieron consistencia y seguridad a sus empresas.24 En este sentido, Casado ejemplifica la manera en que determinadas redes sociales (familiares, de amistad y amiguismo,25 de dependencia, de sociabilidad, étnicas...) se activaron en momentos claves y fueron un instrumento fundamental en la organización empresarial. La red de individuos interconectados en relaciones sociales primarias,26 incluyó así personas originarias de Palencia, como fue el caso del abogado republicano J. Daniel Infante quien le siguió a la Argentina desde muy joven, haciéndose cargo de la gestión de los bienes hasta que los herederos pudieron hacer frente a la administración de la empresa; vecinos que se convirtieron en estrechos y confiables colaboradores, como fue Eugenio Pérez que acompañó a Casado a lo largo de toda su vida como apoderado y director del FCOS; familiares de Ramona Sastre Aramburu; apoderados y testaferros designados en momentos claves del proceso de ocupación espacial argentino y paraguayo, es decir, en el transcurso de la diversificación de la adquisición de propiedades rurales y urbanas. Interesa señalar que la red de Casado sólo muy parcialmente integró personas de otras nacionalidades que no fuese la española. Por ejemplo, no encontramos casi referencias documentales de posibles vínculos con la numerosa colectividad italiana asentada en la región. No obstante, no alcanza con plasmar una posible red que surja ante nuestros ojos en un momento puntual o por un simple seguimiento genealógico, sino que es necesario observarla en la larga duración con la finalidad de comprobar las recomposiciones de vínculos y lazos a partir de la visualización del peso ejercido por los ámbitos de sociabilidad, la resolución de los conflictos y las relaciones de poder. Si seguimos estos señalamientos, observamos que el análisis de las redes sociales refiere a las técnicas de reconstrucción de lazos interpersonales y al catálogo de conceptos que los acompañan.27 24 Como sabemos, los Estados nacionales latinoamericanos mermaron la hegemonía de las redes de parentesco y abrieron paso a otras configuraciones. Sobre este tema, BALMORI, VOSS, WORTMAN, 1990, 68. 25 Sobre la utilidad de la categoría amistad en el estudio de las redes sociales, REQUENA SANTOS, 1994. 26 BOTT, 1990. 27 En este sentido, la noción de configuración remite a las formas sociales, tales como el Estado y la familia, teniendo en cuenta que se trata de actores interdependientes. Al mismo tiempo, el concepto de institución comprende un amplio abanico de objetos: las formas, equilibrios y comportamientos recurrentes que resultan de la acción de los actores, y que presentan a éstos como un sistema de restricciones y oportunidades; los marcos y normas, siempre contradictorios y de múltiples significados, que definen la

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Las redes de parentesco y de amistad configuradas entre 1860 y 1900, el acceso al crédito, así como la organización de los negocios, son los ejes del capítulo siete dedicado a la evolución en el tiempo de las inversiones de los Casado-Sastre en el Chaco Boreal, espacio definitivamente «nacionalizado» por el Paraguay (esto es, incorporado formalmente a su jurisdicción) tras la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites con Bolivia en el año 1938. Las redes de relación sustentadas por la empresa de Casado aparecen mencionadas tangencialmente en los relatos de dos testigos de excepción: el explorador español Juan de Cominges y Prat, y el publicista Wenceslao Jaime Molins. También emergen de las descripciones que hicieran los Delegados Nacionales bolivianos enviados a los Orientes y al Chaco, los cuales observaron con gran sorpresa que los Casado-Sastre habían conseguido privatizar y ocupar tierras «bolivianas» mucho antes que se desatase la guerra del Chaco (1932-1935). La creación de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, y su conversión en la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado, cierra el capítulo detallando, finalmente, la entrada de las comunidades mennonitas al Chaco Boreal antes del conflicto bélico paraguayo-boliviano. Durante la guerra del Chaco, los médicos cirujanos extranjeros desarrollaron un importante papel en la entrada de las tropas paraguayas a la región. Uno de estos médicos fue el reservista rosarino Carlos de Sanctis, que fuera convocado por la Primera División del ejército paraguayo para hacerse cargo del cuidado de los heridos paraguayos y de algunos de los prisioneros bolivianos. Carlos de Sanctis fue condecorado por el gobierno paraguayo con la Cruz del Defensor en reconocimiento a su labor durante los primeros meses de la guerra, entre 1932 y 1933. A su regreso a Rosario, de Sanctis diseñó una colección fotográfica comentada que fue donada por sus familiares al Museo Histórico Provincial de Rosario Julio Marc, y que permite considerar diversos elementos significativos sobre el valor de Puerto Casado como espacio local de avanzada de las tropas paraguayas hacia los campos de Saavedra. Las imágenes comentadas por el médico son interpretadas aquí no sólo considerando su finalidad comunicativa, sino también su condición de documentos personales, producidos por los protagonistas de la experiencia, con autonomía y valores propios más allá de la representación fotográfica.28 En ese sentido, el capítulo ocho aborda las condiciones de vida de los casadeños, en su mayoría indígenas, empleados de manera intermitente por la empresa taninera cultura jurídico-política, el juego asociativo y las organizaciones sociales. BERTRAND y otros, 1998. 28 MANFREDI, 2008.

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de los Casado-Sastre, y procura entender el papel cumplido por la localidad de Puerto Casado cuyo peso fue reconocido incluso por el artículo 7.º del Tratado de Paz, Amistad y Límites firmado entre Paraguay y Bolivia en 1938. Dicho artículo textualmente dice que Paraguay garantizaría en el futuro al país andino «el más amplio libre tránsito por su territorio, y especialmente por la zona de Puerto Casado, de las mercaderías que lleguen del exterior con destino a Bolivia, y de los productos que salgan de Bolivia para ser embarcados por dicha zona de Puerto Casado». Una convención comercial posterior que nunca se llevó a efecto debía otorgar a Bolivia el derecho de «instalar sus agencias aduaneras y construir depósitos y almacenes en la zona de dicho puerto», es decir, en Puerto Casado.29 Las conclusiones constituyen un cierre inconcluso sobre los destinos de la Carlos Casado S. A., que fue adquirida en los primeros meses del año 2008 por el español Jacinto Rey González, responsable además del holding Grupo San José. Esta corporación realiza en Argentina diversas inversiones similares a las que llevara adelante el también español Carlos Casado del Alisal en la segunda mitad del siglo XIX (agrícolas, ganaderas, forestales), y también concentra sus inversiones en Paraguay y Uruguay. Pero la historia que se abre a partir de aquí es muy otra: hoy la empresa se vuelca a la producción de biodiésel, colocando a la región nuevamente en una situación de dependencia respecto de los dictados empresariales, financieros y económicos externos, y afectando a sus pobladores. En relación a las fuentes de información, y con el interés de ofrecer una visión integrada de una trayectoria empresarial múltiple, utilizo documentación diversa que se conserva en diferentes repositorios de Argentina, Bolivia, Paraguay y España. En la primera fase de recolección del material encontré en el Museo Etnográfico Andrés Barbero de Asunción del Paraguay los planos cartográficos del Chaco paraguayo, es decir, la distribución de la propiedad privada hacia 1910, y hallé por primera vez los nombres de dos latifundistas de Rosario, mi ciudad natal. Así, Carlos Casado del Alisal y Estanislao Severo Zeballos, este último rosarino de origen, me sirvieron de hilo conductor de este estudio. Agradezco particularmente a la directora del Museo, Adelina Pusineri, y al resto del personal por haberme facilitado el acceso a planos, mapas y documentos, así como a la Hermana Juanita Sanabria por su ayuda personal en mi estancia en Asunción y mis visitas al Chaco. 29 «Tratado de Paz, Amistad y Límites, Buenos Aires, 21 de julio de 1938», ELÍO, 1970, 285-290. También ROUT, 1970, apéndice VIII, 243-246.

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Haber dirigido entre 2004 y 2006 el inventario documental de la antigua Casa de América de Barcelona —reservorio conservado por el Pavelló de la República de la Universitat de Barcelona, en España— me permitió reconstruir las íntimas relaciones que mantuvieron los empresarios españoles y latinoamericanos antes y después de la «pérdida» de las últimas colonias americanas, Cuba y Puerto Rico.30 En este archivo se encuentra documentación parcial sobre el desarrollo de la guerra del Chaco y el papel jugado por los Casado-Sastre en el Paraguay. Las consultas documentales y bibliográficas en el Museo Archivo de Santa Cruz de la Sierra —particularmente los numerosos periódicos de la época— me permitieron comprobar la sorpresa que causaba en Bolivia, desde mucho antes de la guerra del Chaco, el poderío de los Casado-Sastre en el Paraguay. Quiero agradecer a Isabel Combès y Nicolas Richard por facilitarme material bibliográfico. En Argentina consulté materiales en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires y en la Biblioteca Argentina de Rosario. El personal del Archivo General de la Nación de Buenos Aires me facilitó buena parte de los documentos con los que empecé a acercarme al Gran Chaco: censos, informes confidenciales, registros, planos elaborados por el ejército, y correspondencia diversa. En el Centro de Documentación e Información César Torriglia del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario he consultado el fondo documental legado por el agrimensor César Torriglia,31 consistente en expedientes y mensuras, libros de venta de terrenos, planos de campos, información sobre colonias, leyes, decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe, copiadores de cartas que incluyen descripciones de compra-ventas, así como borradores de los informes elevados al poder judicial por los agrimensores, peritos y tasadores oficiales, estos últimos miembros constantes de la variada red de sociabilidad de los Casado-Sastre. El archivo contiene documentos sobre la propiedad de la tierra en diversas provincias argentinas y, lo más importante en función de este estudio, conserva una riquísima información sobre las mensuras de las propiedades de los Casado-Sastre en la región del Chaco paraguayo. Mi agradecimiento a la historiadora Romina Garcilaso por la información que oportunamente me facilitó, y particularmente a Claudia Gotta, Adriana de Biassi y Vicente Accurso. Parte de esta información fue contrastada con la que se conserva en el Archivo de Protocolos Notariales del Colegio de Escriba30 31

DALLA CORTE, 2005. ANTOGNAZZI Y ANTONIONE, 1985.

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nos de la provincia de Santa Fe, circunscripción Rosario, que me fue de especial utilidad para identificar a los testaferros de Casado. También quiero hacer pública mi deuda con el personal del Archivo de los Tribunales Provinciales de Rosario y con la historiadora Carolina Piazzi que me ayudó en la consulta de los juicios de expropiación que llevó adelante Carlos Casado para extender las vías del FCOS en el sur del espacio santafesino. Estos expedientes judiciales me dieron indicios sobre las prácticas jurídicas implementadas por el empresario y sus colaboradores en la época estudiada. El Museo Histórico Provincial de Rosario Julio Marc conserva, a su vez, los expedientes originales referentes a los pleitos judiciales que tuvieron a Casado como actor o como acusado en sus primeros años de residencia en la Argentina; agradezco a Rolando Maggi y a Ester Davidov, director y jefa de archivo, respectivamente, por facilitarme dichos expedientes así como las magníficas fotografías que el médico rosarino Carlos de Sanctis hizo en Puerto Casado a finales de 1932. El Archivo Histórico Provincial del Chaco, ubicado en la localidad argentina de Resistencia, guarda material documental que hace referencia al proceso de ocupación del territorio chaqueño argentino que, si bien no he aprovechado intensamente para elaborar este libro, me permitió contrastar y comparar lo que en la misma época ocurría con el espacio chaqueño paraguayo-boliviano. El Museo Archivo Histórico Municipal Don Santos Tosticarelli (MAHM) de Casilda fue el lugar donde acabó de tomar forma la red social de los Casado-Sastre: las personas que acompañaron a Casado en la Colonia Candelaria se repiten una y otra vez en todos los ámbitos de la vida pública de la familia, y vuelven a aparecer en el Paraguay. Estas páginas también son deudoras de diversas personas e instituciones a las que quiero agradecer especialmente, aunque la responsabilidad de los errores y omisiones es completamente mía. El trabajo ha sido posible gracias al proyecto de investigación I + D (Hum2006-12351Hist) dirigido por Pilar García Jordán, quien ha sabido ayudarme a integrar en estas páginas los diversos temas que siempre me han interesado y sobre los que, de una u otra manera, he reflexionado en trabajos previos: me refiero al problema de las relaciones transatlánticas, al papel cumplido por los inmigrantes españoles en el Río de la Plata, al complejo proceso de ocupación del espacio americano, y a los diversos planos analíticos que deben contemplarse a la hora de abordar la construcción del Estado nacional más allá de una simple reflexión sobre el ámbito político. En general, como podrá verse aquí, el material documental que he seleccionado puede ser calificado como típicamente surgido de situaciones de

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«conflicto» porque estoy convencida de que las tramas sociales, en este caso las específicas de los Casado-Sastre, se hacen particularmente visibles en situaciones límite. Al mismo tiempo, una visión interesada en indicios múltiples sobre la trama social escapa de esquemas analíticos basados en la homogeneidad de grupo. En este sentido, agradezco las enseñanzas de Ignasi Terradas sobre la Antropología Jurídica, y las de Michel Bertrand en torno a la riqueza de las redes sociales para analizar las contingencias por las que atraviesan los actores sociales y la variada gama de vínculos que estos últimos diseñan, aprovechan y actualizan a lo largo de su vida con la finalidad de salir airosos ante diferentes retos que se les presentan. Agradezco a Mónica Quijada, Marta Irurozqui, Víctor Peralta, Antonio Acosta, Ascensión Martínez Riazza, Pilar Cagiao, Àngels Solà y Chiara Vangelista por sus comentarios y sugerencias a versiones previas. También quiero mostrar mi expreso agradecimiento a Marta Irurozqui por la posibilidad de dar a conocer este trabajo en la Colección América editada por el Instituto de Historia de Madrid del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), así como a los/as dos evaluadores/as anónimos/as que realizaron el informe que determinó su publicación. Lea Geler, Pablo Ponza, María Fernanda Duque y Anna Guiteras me han ayudado a pensar este texto en el seno del Taller de Estudios e Investigaciones Andino-Amazónicos (TEIAA-GRC UB). En la instancia académica en la que expuse resultados de esta investigación para obtener la adscripción definitiva a la Universitat de Barcelona en febrero de 2007, me fueron muy útiles los comentarios de Marta Elena Casaus, M. Dolores Pérez Murillo, José A. Armillas, Antonio García Abásolo y Mariano Cuesta, así como del resto de mis colegas del Departamento de Antropología Cultural, Historia de América y Africa. Mi agradecimiento personal a Zulma Caballero, Gustavo Álvarez, Sandra Fernández, Darío Barriera, Noemí Girbal, Marta Bonaudo, Andrea Reguera, Mario Sala, Ferrán Iniesta, Adriana García, Marcela García Sebastiani, Oscar Alvarez Gila, Palmira Vélez, Martín Rodrigo Alharilla, Fabricio Vázquez, Marcelo Ulloque, Xosé-Manuel Núñez Seixas y Ernesto Carrión, por haber escuchado, leído, discutido o corregido diversas partes de este trabajo, y a Werther R. Günther por acompañarme. Barcelona, setiembre de 2008

CAPÍTULO I PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

En 1857 Carlos Casado del Alisal decidió migrar a la Argentina. Desconocemos las razones personales que lo llevaron a abandonar definitivamente la casa paterna y la carrera naval eligiendo la ciudad de Rosario para establecerse como corredor de comercio, pero sabemos que con esta decisión conjuró la difícil coyuntura económica y política palentina de mediados del siglo XIX al desaparecer el señorío. En efecto, a partir del año 1855, iniciada la venta de los bienes propios y la desamortización de los bienes eclesiásticos, la villa sufrió una notable decadencia de la que es un buen indicador el descenso de su población a 1.837 habitantes en 1858, la concentración de la propiedad, y la entrega de las suertes de tierra en arrendamiento. En ese momento, muchas familias se trasladaron a diversos puntos geográficos del norte español para dedicarse a la pujante industria vizcaína o a la naciente hullería asturiana. Los hidalgos fueron desapareciendo como consecuencia de la extinción del mayorazgo y del fin de las exenciones tributarias y privilegios, situación que explicaría la desaparición de muchos apellidos de la antigua pequeña nobleza, como fue el caso de los Casado del Alisal.1 A partir de entonces, Casado inicia en Rosario un significativo camino como corredor de comercio y pequeño prestamista, razón por la cual la finalidad de este capítulo es, a fin de cuentas, analizar su proceso de consolidación a través de la actividad financiera en una primera etapa que va desde 1857, año de su llegada a la ciudad, hasta aproximadamente 1865, momento en que contrae matrimonio con Ramona Sastre Aramburu y funda su banco. En el primer apartado se estudia una actuación judicial por 1

CASAS DÍEZ, 1976, 107-118. De acuerdo a los datos brindados por Ricardo BECEBENGOA (1886), Carlos y José Casado del Alisal tenían, al menos, dos hermanas y un hermano más, Filomena, Casilda y Ángel; este último era el mayor y falleció muy joven; PORTELA SANDOVAL, 1986, 27. RRO DE

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cobro de pesos instaurada por Casado en 1862 ante el Tribunal de Comercio, un organismo controlado estrictamente por comerciantes locales que fue sustituido por el gobierno provincial santafesino en julio de 1862 por un Juzgado Letrado a cargo de un juez especializado en el área mercantil.2 En el segundo apartado se analiza la actividad de Casado en calidad de banquero durante la guerra de la Triple Alianza (1865-1870) y se profundiza en la demanda implementada contra un deudor ante el Juzgado de Comercio, es decir, ante la justicia letrada que sustituyó a la justicia lega. Ambos apartados permitirán desentrañar algunas de las características fundamentales de la incipiente red social de Casado y que estaba formada, entre otros importantes financistas, por José Otero y por Ireneo Evangelista de Souza, este último más conocido como Barón de Mauá. El tercer apartado analiza el largo pleito entre Mauá y Compañía y José Agustín Fernández, este último teniente coronel del Ejército Nacional Expedicionario argentino contra Paraguay, observando las coyunturas históricas en que se fue resolviendo el caso en coincidencia con la ampliación del papel del Estado provincial en detrimento de las entidades financieras privadas. En el cuarto apartado se aborda la participación de Casado en la creación y dirección del Banco Provincial de Santa Fe para estudiar sus actividades financieras en el contexto de la consolidación estatal provincial.

1.1.

«Tres mil ovejas por tres mil pesos»: el prestamista Carlos Casado del Alisal ante la justicia lega

Carlos Casado llegó a Rosario en un momento muy particular, cuando la ciudad empezaba a ser un espacio estratégico en la circulación mercantil rioplatense tras beneficiarse del permiso otorgado en noviembre de 1855 por el gobierno de la Confederación Argentina3 de construir los al2 El primer Tribunal de Comercio de Rosario fue formado en el año 1855 y quedó compuesto con Pedro Ramírez en el cargo de Prior; José Arteaga como cónsul primero; Enrique Napp como cónsul segundo; Eudoro Carrasco como secretario; y los suplentes Jacinto Corvalán, Agustín Arrotea, Camilo Aldao y Federico Ortíz. Eudoro Carrasco, desde su puesto de síndico, propuso en 1855 abrir un libro para registrar los contratos públicos entre comerciantes. Junto con su hijo Gabriel señaló la incapacidad de los comerciantes que desempeñaron la magistratura lega y que condujo directamente a la consolidación de los Juzgados de Comercio; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 316; 323; 553. 3 La Confederación Argentina (1852-1861) fue encabezada por el gobernador Justo José de Uquiza y tomó aquel nombre entre la batalla de Caseros (1853) y Pavón (1861), esta última liderada por Bartolomé Mitre, elegido un año después presidente del país. Fue conformada por las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Tucumán, Salta, Corrientes, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba, La Rioja, San Juan, San Luis y

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macenes del puerto. Además, con la finalidad de obtener recursos para sufragar los gastos ocasionados por la colonización, una ley provincial del 6 de octubre de 1855 había autorizado al ejecutivo a vender las tierras fiscales entregadas en enfiteusis así como las que por entonces permanecían ocupadas con permiso gubernamental. Un decreto del 3 de noviembre de 1855, finalmente, autorizó al gobierno provincial a poner a disposición del gobierno nacional las tierras solicitadas por este último, y pocos días más tarde, el 20 de noviembre, el gobierno nacional obtuvo a perpetuidad un terreno, ubicado entre el edificio de la Aduana y el río Paraná, que fue destinado a albergar los almacenes del puerto rosarino.4 Dos años después, una ley fechada el 5 de diciembre de 1857 permitió ceder al gobierno nacional los terrenos fiscales provinciales que se hallaban en el trayecto del nuevo camino que debía abrirse desde la ciudad de Rosario hacia la provincia de Córdoba. En este contexto, el 29 de abril de 1856 el gobierno nacional celebró un contrato con tres comerciantes catalanes,5 los hermanos Juan y Antonio Rusiñol y Casaderall, y Joaquín Fillol, este último nombrado cónsul español en Rosario además de convertirse en diciembre de 1873 en apoderado legal de Carlos Casado,6 para afrontar la construcción del camino. Hacía dos años que estos emMendoza, mientras que la de Buenos Aires permaneció como Estado independiente aunque ostentó la representación de las relaciones exteriores. 4 Disposiciones legales: ley del 6 de octubre de 1855 sobre cesión de tierras al gobierno nacional; decreto del 3 de noviembre de 1855, Manuel Pujato, Juan Larguía secretario; ley del 20 de noviembre de 1855 de concesión al gobierno nacional del terreno para construir almacenes en el puerto de la ciudad de Rosario, Manuel Pujato, Jonás Larguía secretario, Rosario, 1855, Centro de Documentación e Información César Torriglia del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR (en adelante CDICT), Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 41-42. Cabe señalar que este libro conservado por el agrimensor César Torriglia registra inscripciones de compraventa de particulares, y va intercalando las leyes, decretos y resoluciones del gobierno provincial que regulaban las prácticas del Departamento de Ingenieros, organismo interesado en fomentar las expropiaciones de tierras para hacer efectivo el proyecto colonizador que tomó como centro Rosario. 5 Reproducción del texto de la ley del 5 de diciembre de 1857, Santa Fe, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 42-43. 6 Su designación como apoderado fue el 5 de diciembre de 1873 y la ejecutó el escribano público Lisandro Paganini ante los testigos Manuel Echeverría y Juan Campodónico; Expediente civil de Carlos Casado contra Fernando (Ferdinando) Cóppola sobre cumplimiento de contrato, Rosario, 1878, Juzgado de Primera Instancia de Rosario, juez Nicasio Marín y secretario Octavio Grandoli; Juzgado de Paz de Colonia Candelaria, juez de paz José T. Garriz; procurador Joaquín Fillol y abogado Eugenio Pérez en representación de Carlos Casado, MHPRJM, Causas civiles, leg. 78, exp. 29, 103 f.

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presarios gestionaban las Mensajerías Nacionales Iniciadoras de la Carrera de Postas, un servicio de correos de pasajeros, postas y caminos que conectaba el territorio de la Confederación con el resto del país.7 Este contexto hizo posible el asentamiento de comerciantes y navegantes italianos y españoles especializados en abastecer la región con productos de origen europeo a cambio de tasajo, cueros y lanas rioplatenses, que eran destinados básicamente a Cuba y Brasil. Hacia 1858, la provincia de Santa Fe tenía 41.261 habitantes; en la capital vivían 10.744 personas mientras que el departamento Rosario registró 22.492 pobladores, es decir, concentraba poco más de la mitad de los censados de la provincia.8 Se trataba de una población joven: 19.225 personas tenían menos de 40 años. El departamento Rosario creció al compás de la absorción de la producción de sus campañas y la zona portuaria se consolidó como plaza comercial. De acuerdo a los datos demográficos ofrecidos por el encargado del censo de 1858, Juan José Gormaz y Carrera, era «el más poblado de todos» y estaba habitado por 2.423 extranjeros —entre ellos, 544 españoles— de un total de 4.304 inmigrantes de la provincia.9 Es en esa década cuando se instala el Banco Mauá y Compañía,10 y se fundan, entre 7 De acuerdo a los Anales de la ciudad de Rosario de Santa Fé, obra de Eudoro Carrasco y de su hijo Gabriel, desde el momento en que Rosario comenzó a progresar económicamente se hizo necesario un medio de comunicación regular, con fechas fijas, y cómodo, tanto para el transporte de pasajeros como de encomiendas. Los hermanos Rusiñol y Casaderall se instalaron en Rosario en un caserón cercano a las barrancas del río Paraná, en la calle 25 de Diciembre entre Córdoba y Rioja, y organizaron las mensajerías que hacían el camino de Rosario a Córdoba, y luego sumaron las rutas a la provincia de Mendoza y a la ciudad de Santa Fe. Posteriormente abandonaron Rosario y se trasladaron a San Miguel de Tucumán, ciudad en la que Antonio estableció una fábrica dedicándose a la explotación ganadera. Antonio, finalmente, falleció en 1861; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 286-289, 375; también REATI, 2006, 21, 60; GÓMEZ, 1955, 684 y 704-705; DE MARCO, 1993, 33; SANTILLÁN, 1967, tomo 1 (A-LL). 8 San Gerónimo tenía 4.838 habitantes; San José, 2.463; y la zona de frontera 724 personas, divididas entre el norte, que sumaba 465 habitantes, y el sur con 259; Censo de Santa Fe de la Confederación Argentina, Registro Estadístico de la población de la provincia de Santa Fe con sugeción al Censo Oficial levantado en abril de 1858, bajo la dirección de Juan José Gormaz y Carrera, documento manuscrito refrendado por Gabriel Carrasco el 5 de setiembre de 1895. 9 Juan José Gormaz y Carrera diferenció a los italianos en función de las regiones, es decir, entre piamonteses, napolitanos y romanos frente a los estrictamente provenientes de Italia; Censo de Santa Fe de la Confederación Argentina, Registro Estadístico de la población de la provincia de Santa Fe con sugeción al Censo Oficial levantado en abril de 1858, bajo la dirección de Juan José Gormaz y Carrera, documento manuscrito refrendado por Gabriel Carrasco el 5 de setiembre de 1895. 10 Se calculó su fortuna entonces en 300.000 libras esterlinas. Véase el «Contrato celebrado entre el Barón de Mauá y el Gobierno Nacional, ciudad de Paraná, para la fundación del Banco Mauá y Compañía en la ciudad de Rosario»; también «Anuncio

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otros organismos, el Casino Mercantil y la Sala Comercial de Residentes Extranjeros.11 La Sala ejemplifica la importancia creciente de la comunidad europea que representaba el 83,5% de los extranjeros que vivían en el departamento Rosario, frente a asiáticos (0,2%), africanos (0,5%) y del resto del continente americano (15,80% repartidos entre brasileños, chilenos, colombianos, estadounidenses, peruanos y un grupo en el que se distinguió entre uruguayos y orientales) (Cuadro 1).12 A partir del año 1851 el sector mercantil rosarino comenzó a apoyar al general Justo José de Urquiza en su pronunciamiento contra Juan Manuel de Rosas.13 Carlos Casado se perfiló entonces como corredor de comercio en las inmediaciones del Arroyo del Medio en el saladero «11 de Setiembre» cuyo propietario era el general Justo José de Urquiza. Colaboró también con el español José de Buschenthal14 en la proyección del ferrocarril de Rosario a Córdoba,15 y participó en algunas de las empresas financieras que el Barón de Mauá implementó en la ciudad portuaria.16 Consta que durante un tiempo se incorporó a la casa de comercio de Martín Echeverría,17 y que fue un modesto empleado de su primo José Chávarri del Alisal con quien adquirió ingentes cantidades de tierra en el Bajo de la ciudad mediante un condominio formado con Francis Seyreferente a la apertura del Banco Mauá y Compañía, calle de Córdoba 82»; «Balance publicado al cumplirse el primer año de establecimiento del banco, al 31 de diciembre de 1858»; «Anuncio sobre la iniciación de las operaciones en caja de ahorros, 1 de setiembre de 1865, Pedro José da Rocha», MARTÍNEZ, 1942, 19-24. 11 El español Miguel de Madrid y el francés Carlos Grognet, formaron parte de la primera comisión directiva de la Sala Comercial de Residentes Extranjeros, presidente y vocal suplente, respectivamente, que contó con 119 socios y que fue constituida en abril de 1859; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 383. 12 ASTESANO, 1946. 13 Justo José de Urquiza fue quien tomó la decisión de elevar a Rosario al rango de ciudad. 14 José de Buschenthal se convirtió en agente financiero y asesor permanente de la Confederación Argentina. Era Caballero Gran Cruz de la distinguida orden de Isabel la Católica y gentilhombre de la reina de España. El gobierno confederado le encomendó la tarea de contratar un empréstito en Europa por cinco millones de pesos, con la finalidad de construir caminos y puentes, y en particular el ferrocarril de Córdoba. También fue autorizado a crear un Banco de Descuentos, Depósitos y Emisión en Rosario o en otro punto del territorio de la Confederación; MARTÍNEZ, 1943. 15 CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 316. 16 El propio Vizconde y Barón de Mauá publicó su Autobiografía. Hemos consultado la segunda edición publicada en 1943, en el cincuentenario de su fallecimiento, en Río de Janeiro, con un prefacio de Claudio Ganns, que incluye la «Exposiçao aos credores e ao público», además del texto «O meio circulante do Brasil» que el Barón de Mauá dio a conocer en 1878 también en Río de Janeiro. Véase a su vez, DE FARÍA, 1933; ASTESANO, 1946. 17 SCALABRINI ORTIZ, 1940, 112; MIRAGAYA, 1934, 115-120; FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 19; INFANTE, 1944, 14; DE MARCO, 1993, 30.

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CUADRO 1.

Nacionalidad de los 2.423 residentes extranjeros en el departamento Rosario en 1858 Nacionalidades

Varones: 1.842

Mujeres: 581

Total: 2.423

Europa: 2.022 (83,5%)

Alemanes Austríacos Belgas Daneses Españoles Franceses Hamburgueses Holandeses Ingleses Portugueses Prusianos Italianos Napolitanos Piamonteses Romanos (Estado Pontificio) Rusos Suecos Suizos Genoveses

39 13 1 0 453 298 3 1 56 17 1 690 2 4 1 1 1 13 7

8 0 0 1 91 122 0 0 11 0 1 184 0 1 0 0 0 2 0

47 13 1 1 544 420 3 1 67 17 2 874 2 5 1 1 1 15 7

Asia: 5 (0,2%)

Chinos Turcos

1 1

3 0

4 1

8

4

12

5 32 34 1 12 141 6 0

4 13 14 0 1 119 1 1

9 45 48 1 13 260 7 1

África: 12 (0,5%) Africanos América: 384 (15,80%)

Bolivianos Brasileños Chilenos Colombianos Norteamericanos Orientales Uruguayos Peruanos

Fuente: elaboración propia según Censo de Santa Fe de la Confederación Argentina, Registro Estadístico de la población de la provincia de Santa Fe con sugeción al Censo Oficial levantado en abril de 1858, bajo la dirección de Juan José Gormaz y Carrera, documento manuscrito refrendado por Gabriel Carrasco el 5 de setiembre de 1895.

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mour Weldon,18 un funcionario del Banco de Londres y Río de la Plata, entidad que a su vez, cinco años antes, se había quedado con el activo del Banco Carlos Casado. La dependencia laboral de Casado con los Chávarri le fue enrostrada años después por Juan Chávarri del Alisal en su fracasado intento por recuperar los bienes que quedaron en poder de aquél, como veremos en el capítulo siguiente. En su afán por conservar sus vínculos con la comunidad española, al tiempo que diseñar una serie de estratégicas actuaciones que dieran forma a su figura pública, Carlos Casado gestionó a inicios de 1861, junto con el cónsul Joaquín Fillol, el apoyo de la Corte hispánica para repatriar los restos de los españoles fusilados junto al militar francés Santiago de Liniers en Cruz Alta en el contexto de las luchas independentistas de inicios del siglo XIX.19 Una numerosa comisión formada por españoles claves del escenario rosarino de la época realizó diversas gestiones para celebrar los honores fúnebres de Liniers en la catedral de Paraná y enviar sus restos a la península. Una carta enviada por dicha comisión al entonces presidente argentino, Santiago Derqui,20 confirma su interés por restaurar los vínculos con España: Los que suscriben, súbditos españoles residentes en Rosario tienen el honor de dirigirse a V.E. para tributarle el más respetuoso homenaje de gratitud y reconocimiento por la piadosa acción de haber mandado exhumar y depositar en sagrado los restos mortales de Liniers, Concha y demás víctimas ilustres inmoladas en la Cruz Alta el año de 1810. Gracias a la magnanimidad 18

Cabe señalar que Casado se aprovechó claramente de la política que el gobierno provincial y municipal estaba llevando adelante en relación a las propiedades urbanas. En 1873 una ordenanza municipal dividió el territorio de la ciudad de Rosario en cuatro secciones denominadas Bajo, Ciudad, Extramuros y Suburbios, las cuales fueron delimitadas por rondas de bulevares, temática que abordamos también en el capítulo tres. En el mismo año de 1873 Casado registró la declaratoria del condominio con su primo José Chávarri del Alisal y con Francis Seymour Weldon en los Registro de Ventas, ya que su idea era adquirir tierras en el Bajo. Véase el Índice del Archivo General del Rosario de Santa Fe de Eudoro Carrasco, 1881, 58. 19 Pese a su origen francés, Santiago de Liniers fue Virrey del Río de la Plata tras las invasiones inglesas a Buenos Aires durante las cuales se encargó de convocar las milicias urbanas destinadas a defender la ciudad. Murió en Cabeza de Tigre, a varios kilómetros al oeste de Cruz Alta, el 26 de agosto de 1810 junto a otros soldados que le acompañaban, fusilado por considerársele adicto al antiguo régimen. 20 Santiago Derqui fue un político de inclinaciones liberales, contrario a Juan Manuel de Rosas. Fue el último presidente de la Confederación entre 1860 y 1861, y durante su ejercicio se estableció el nombre de República Argentina para el país en su conjunto. Renunció tras la derrota de la Confederación Agentina en la batalla de Pavón. Le precedió en el cargo Justo José de Urquiza, quien oportunamente lo había enviado en misión especial al Paraguay además de nombrarlo interventor federal de la provincia de Santa Fe en 1856.

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de V.E. las cenizas de estos malogrados españoles reposarán en tierra consagrada por el culto católico, y sus familias, descendientes y compatriotas tendrán el dulce consuelo de ver honrada la memoria de tan ilustres patricios modelos de lealtad y virtudes. Terminada hace tiempo la sangrienta lucha y apaciguadas las pasiones que despertó la Revolución, ha entrado felizmente la República Argentina en ese periodo de calma reparadora que permite al ilustrado gobierno de V.E. hacer honrosa distinción de los hombres notables que han prestado al país eminentes servicios, como la defensa de Buenos Aires y que pueden sus deudos y amigos verter una lágrima sobre su sepulcro. La nación española, siempre noble, sabrá agradecer a V.E. este acto de generosa hidalguía, y su grato recuerdo será un nuevo vínculo que estreche más la unión y fraternidad que existe entre sus hijos y la gran familia argentina.21

Hacia 1862, Casado estaba ya en contacto con el presidente argentino Bartolomé Mitre a quien conoció durante una de sus visitas a Rosario. Un año después fue nombrado tesorero del directorio provisional encargado de construir el Ferrocarril Central Argentino (FCCA) de Rosario a Córdoba, proyecto patrocinado desde 1855 por el general Justo José de Urquiza y diseñado por el ingeniero Allan Campbell.22 El Banco Mauá y Compañía se responsabilizó inicialmente de captar a los accionistas que participaron en el diseño de la vía férrea hacia Córdoba, que llegaron a sumar 145 personas. Casado suscribió 30 de las acciones puestas en venta, lo cual representó aproximadamente el 3% del total, es decir, casi la cantidad de acciones que fueron adquiridas por Fermín de Lejarza y Her21

La comisión encargada de estas gestiones estaba formada, además de Carlos Casado y de su primo José Chávarri del Alisal, por Miguel de Madrid, Joaquín de Lejarza, José María Arroqui, José Tonza, Ramón de Medina, Pedro Viñas, Eulalio G. Monte, Rosendo Olivé, N. Capmani, Valentín Bancirco, Domingo Martínez, Pablo Ferrer, M. Van Drager, Darío David, Joaquín Ferrer, Emilio David, Modesto Benavides, Juan Moreno, José Otero, Félix Redonet, Manuel Otero, Ricardo de Andrés, Evaristo Arteaga, Luciano Bringa, Fermín de Aspiazu, Eleuterio Escobedo, Modesto Rodríguez, Manuel Carlés, Pedro Sánchez, Eugenio Llaguno, Santiago Arteaga, Antonio Areosa, Francisco Santiago, Rosendo Alfonso (padre), Ángel Goya, Prudencio Rua, José Arellano, Antonio Subelzu, Crisanto Rua, Manuel R. Morado, Juan R. Cabrero, José Ping Morales, Francisco Eriola, Andrés G. Domínguez, Manuel González, Ramón Barcia, Luis Pastor, Crisanto F. del Campo, Ricardo Videla y Pablo Zorrilla; MIRAGAYA Y SOLANES, 1934, 106-109; LAGOS, 1957, 121. Los restos de Santiago de Liniers y de las demás víctimas de 1810 fueron enviados a España en un barco de guerra remitido por la monarquía borbónica. 22 De acuerdo a MIRAGAYA Y SOLANES (1934, 109), Casado fue «el encargado de recaudar los dividendos de los accionistas suscritos para la obra del ferrocarril. Al efecto, publicaba las listas de los señores que habían pagado las cuotas correspondientes y avisaba de los fondos disponibles, etc.». La comisión estaba formada por el doctor Marcelino Freyre, Jacinto Corvalán, el periodista William (Guillermo) Perkins como secretario; y los vocales Antonio Zubelzú, Carlos Grognet, Luis Lamas y Hunt, Joaquín de Lejarza, Santiago Wild, Diego Duguid y Tomás J. Hutchinson, este último, además, ejercía como cónsul británico en la ciudad; REATI, 2006, 27-31.

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PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

mano, Antonio Zubelzú y Compañía, José Manuel Moreno, Jacinto Corvalán y Nicolás Sotomayor (Cuadro 2). Casado se puso a la altura de Adolfo Mansilla, Luis Sauce y Compañía, y Martín Fragueiro, lo cual le permitió encargarse de gestionar los fondos del FCCA a partir de 1865.23 CUADRO 2.

Número de acciones

1

2

23

Accionistas del Ferrocarril Central Argentino Rosario-Córdoba en 1864 Número de accionistas: 145

Total acciones: 1.021

Edelmiro Morcillo; Trinidad Bayo de Paz; José Fidel Paz (hijo); Carlos T. Paz; Napoleón Paz; Froilán Ortiz; Agenor Chenaut; Robustiana D. de Capdevila; Adelina D. de Capdevila; Calixto Lassaga; Sandalio Echevarría; Juan Campodónico; Federico Castellanos; Joaquín de Quintanilla; Eugenia Carbonell de Vidal; Juan Fourcade (John Forucaud); León Bero; V.M. Zorrilla; Lorenza Hoices; Rosendo Alfonso (hijo); Luis Alfonso; Fernando Salomón; Genaro Yaniz; Josefa Caffarena; José García González.

25

25

Miguel Franzini; Juan Lohau y Compañía; Ricardo de Andrés; Joaquín Ferrer; Eugenio Frutos; Esteban Dupuis; Marcelino Freyre; Emiliano Frías; Florentino Orgaz; Florentino Arizpe; Juan Carlos Undabarrena; Juan Lizar; Luis Razeto; José Antenor Pita; Juan M. Cafferata; Andrés Desbiller; Salvador Tissera; José Irurueta; Emiliano Frías; Teófilo García; Anselmo Pereira (o Pereyra); Luis Tambussi; Borzone Hermanos; Beltrán Schang; Crisanto Rua; Lázaro Echesortu; Eudoro Carrasco; Ángel Ceretti; Santiago Macera; Delfina F. de Almeira; Mardoqueo Navarro; Portal y Sánchez; Pablo Chioza; José Castagnino; Víctor Pessan y Hermanos; Antonio Schaffino.

36

72

Accionistas

CHAPARRO, 1957; CHAPARRO, 1941; TOSTICARELLI, 1969, 6; REATI, 2006, 36.

40

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CUADRO 2.

Número de acciones

3

4

5

Accionistas del Ferrocarril Central Argentino Rosario-Córdoba en 1864 (Cont.) Número de accionistas: 145

Total acciones: 1.021

Ignacia D. de Capdevila; Antonio Scharn; Federico Ortíz; Juan Castagnino; Rezia y Sala; T.G. Morisse.

6

18

Pedro Altube; Garassini y Pusso; Juan Sabathié; Avelino Ferreyra; Francisco Correa; Juan Zebreiro; Juan Chariot; Bernardo Barrere; Martín Larré; Mariano Fragueiro; Pablo Díaz; Francisco Rivas; Arnaldo Schlieper; Juan Antonio de Rosas.

14

56

Pedro Lassaga; Carlos Grognet; José Fidel Paz (padre); Lázaro Costa; José Conles; Santiago Wild; Antonio Garzón; Mariano Alvarado; Carlos Gorsse; Benito Borda; Guillermo Rocha; Ignacio Ortíz; Emeterio C. Regúnaga; Eugenio Pérez; Mariano Amigo; Mariano Marull; Constantino Wuille Bille; Tomás Moliné y Compañía; Manuel Puccio; Santiago Pinasco; Ángel Muzzio; Germán Schlieper; Joaquín A. de Arrotea; Domingo Daneri.

24

120

Accionistas

6

Bastarrica y Berdaguer; Lucas González.

2

12

7

Francisco Fredrikson; Puccio Hermanos y Compañía.

2

14

Oliver, Ferrer y Compañía; Mauá y Compañía; Gabriel López; Recagno Hermanos; Martín Fragueiro y Compañía; Máximo Porfait; Luis Lamas y Hunt; Juan Murato; José Mazza; Miguel Rueda; Eusebio Machain y Compañía; Tiburcio Zaldarriaga; Domingo Palacios; José Freire.

14

140

12

Municipalidad de Rosario; William Perkins.

2

24

15

Iñarra y Sempé; Pedro Lindor Ramayo; Sohle, Guizetti y Compañía; José Olguín.

4

60

10

41

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CUADRO 2.

Accionistas del Ferrocarril Central Argentino Rosario-Córdoba en 1864 (Cont.) Número de accionistas: 145

Total acciones: 1.021

Manuel Zavalla y Compañía; Otto Bemberg y Compañía; Domingo Sá (o Saa) Pereira; Pedro Borelli y Compañía; Zelia I. de Olguín

5

100

25

Pedro A. Echagüe; Ledesma Hermanos

2

50

30

Carlos Casado; Adolfo Mansilla; Luis Sauce y Compañía; Martín Fragueiro

4

120

Antonio Zubelzú y Compañía; José Manuel Moreno; Jacinto Corvalán; Nicolás Sotomayor

4

160

Fermín de Lejarza y Hermano

1

50

Número de acciones

20

40 50

Accionistas

Fuente: Carrasco y Carrasco, 1897, 619-623.

Una de las consecuencias más importantes de este ensayo representado por el FCCA Rosario-Córdoba fue la relación que entabló Casado con el ministro del Interior Guillermo Rawson y con el empresario norteamericano William Wheelwright, así como con una serie de significativos accionistas o profesionales y técnicos que colaboraron en este proyecto ferroviario. Particularmente nos interesa mencionar al ingeniero Carlos Blyth, el principal responsable de la inauguración de las obras,24 que ayudó a Casado a apoderarse del campo Las Estacas en el que José Chávarri del Alisal había fundado la Colonia Caridad, como veremos en el capítulo siguiente. La creciente importancia de Casado no lo libró de conflictos. El pleito analizado aquí es uno de los tantos conflictos que enfrentó Casado en el ámbito de las finanzas pero tiene el enorme valor de haber dejado constancia documental de su resolución. Ilumina al mismo tiempo su condición de prestamista, las estrategias financieras que implementó desde el momento en que se asentó en Rosario hasta que fundó su banco, y su premura por obtener el resarcimiento de las deudas. Pero también, lo más importante, muestra las formas elegidas por los prestamistas de la región para cobrar a sus deudores sin afectar la estabilidad del grupo mercantil del cual se beneficiaban. 24

CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 573.

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La causa judicial que relatamos incorporó a Casado al complejo universo judicial comenzando por la jurisdicción mercantil sin ser él, en realidad, un comerciante.25 En calidad de prestamista, el español tomó contacto con quienes preferían desenvolver sus actividades en una dimensión más bien privada y resolver sus conflictos a través de rápidos acuerdos extrajudiciales. Los documentos resultantes, de carácter privado, fueron resguardados por el Tribunal de Comercio. De acuerdo al Decreto de Organización de las Jefaturas Políticas que fuera sancionado por la Sala de Representantes de la provincia santafesina en 1854, dicho Tribunal era considerado una especie de Consulado de Comercio y estaba compuesto por un prior, dos cónsules, un síndico y sus respectivos tenientes, elegidos por comerciantes y hacendados de Rosario según las antiguas normas establecidas en las Ordenanzas de Bilbao, y las elecciones de sus miembros eran reguladas por el Jefe Político rosarino.26 Teniendo en cuenta estos datos, comencemos por el relato de la cau27 sa. En 1861 Casado se presentó ante el Tribunal de Comercio del departamento Rosario que en ese momento era gestionado por los comerciantes Federico Ortíz —designado en 1855—28 y Carlos María Palacios y Portales —este último se convirtió en cuñado de Casado y actuó como padrino de bodas cuatro años después en la iglesia de San Carlos del Convento de San Lorenzo. El español demandó a un vecino de la ciudad, José Fidel Paz, a quien conocía ya que había compartido con él la responsabilidad del Concejo municipal rosarino en 1860,29 y había suscrito 25 Casado sólo aceptó registrarse como comerciante tres décadas después, en 1892, cuando se vio obligado a presentar los libros de su empresa como prueba judicial en virtud de un larguísimo pleito que mantuvo con su primo Juan Chávarri del Alisal; Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487. 26 Las Ordenanzas bilbaínas siguieron siendo utilizadas como «código» en tanto no se opusiesen a la Constitución Nacional, sancionada en 1853, y a las leyes nacionales y provinciales argentinas. El «Decreto de Organización de las Jefaturas Políticas» en CARRASCO, 1882, 8-11. Sobre los Consulados de Comercio, véase DALLA CORTE, 2000. 27 El comerciante era socio gerente de la empresa José Fidel Paz y Compañía y fue demandado en esas mismas fechas por una deuda de $ 3.000 plata boliviana. Sobre el conflicto entre Paz y Casado, Expediente comercial de Carlos Casado contra Domingo Palacio sobre cobro de pesos, Tribunal del Comercio, escribano Manuel Granados, iniciado el 26 de setiembre de 1862, Rosario, 1862, MHPRJM, Causas Comerciales, leg. 10, exp. 27, 27 f. 28 CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 316. 29 En 1863 el gobierno provincial aprobó las elecciones municipales en las que resultaron electos para desempeñarse como concejales por Rosario, además de Carlos Casado, Emiliano Frías, Joaquín de Lejarza, Eudoro Carrasco, William (Guillermo)

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también un total de 6 acciones del FCCA.30 Después de reclamar a José Fidel Paz de manera privada la devolución del préstamo que le había concedido, Casado otorgó un poder a Joaquín de Quintanilla para agilizar el embargo de los bienes de quien había actuado como garante de Paz, Domingo Palacios, vecino del distrito de Pavón Arriba, que residia a unas doce leguas de la ciudad de Rosario. En febrero de 1862, el oficial de justicia Pedro Rueda se dirigió a Pavón Arriba y llegó a la estancia San Nolano donde sólo encontró tres mil ovejas finas que depositó en la estancia de otro vecino de la zona, de nombre Peregrino Rey. Rueda ordenó al comisario que cuidara de las ovejas que debían quedar definitivamente en poder de Carlos Casado. Domingo Palacios fue entonces convocado a la sede del Tribunal de Comercio de Rosario. Allí el garante alegó que sus ovejas triplicaban el valor de la deuda que Paz había contraído con Casado y solicitó diez días para estudiar la causa y buscar un defensor. Durante el desarrollo del pleito, Casado tomó conocimiento de que Paz era también «perseguido» por otros acreedores que, reunidos en comisión, habían mantenido con él una entrevista el 31 de julio de 1861 para examinar sus libros mercantiles.31 De acuerdo al expediente elaborado por el Tribunal de Comercio, sabemos que esa comisión había comprobado la paralización de los pagos de Paz y había contemplado la grave situación por la que atravesaba su casa de comercio, la José Fidel Paz y Compañía. En su momento, dicha comisión expidió un informe, naturalmente de carácter extrajudicial, en el que hizo referencia a la imposibilidad de Paz de mantener el ritmo normal de los negocios «á pesar de los recursos y garantías que posee». De hecho, en relación a los recursos, el activo de la compañía ascendía a $ 56.297,58 y $ 192.722,33 plata (con un sobrante a su favor de más de $ 103.210,75, y documentos de crédito personales por valor de $ 10.000 plata) pero el déficit se elevaba a $ 35.181,79. El informe de la comisión también identificó al resto de garantes de Paz, todos ellos importantes comerciantes o políticos de la época (además de Domingo Palacios encontramos a Sandalio González, Perkins y José Fidel Paz. Los suplentes fueron Melitón de Ibarlucea, Domingo Palacios y Carlos Gorsse; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 603; CHAPARRO, 1957, 40-41. 30 CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 443. 31 Los acreedores eran Smith Hermanos y Compañía, José C. Filston, Servando Bayo (elegido posteriormente gobernador de la provincia de Santa Fe), Domingo Mendoza y Hermanos, Joaquín Ferrer y Compañía, Bernabé Ocampo, Pedro Correa, Otto Bemberg y Compañía, C. Wissner, Sandalio González y Martín Fragueiro. La comisión estuvo formada por Domingo Mendoza y Hermanos, Otto Bemberg y Compañía, Smith Hermanos y Compañía, C. Wisner y José C. Filston. 32 CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 383.

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al francés Carlos Grognet32 y a Nicasio Oroño, este último elegido posteriormente gobernador de la provincia santafesina), y reconoció la difícil situación por la que atravesaba Rosario, lo cual incidía en el funcionamiento de las casas comerciales.33 La comisión indicó que Paz era «un hombre de honor [que] estaba dispuesto á aceptar con lealtad lo que deliberasen» los acreedores, y que si se le exigía el pago de los créditos se vería forzado a «exponerse á sacrificios estériles, que lejos de salvar la situación no harían más que agravarla con perjuicio de los señores acreedores y del crédito de la casa habitación del comercio de José Fidel Paz». La comisión destacó que este último había «procedido legal y fielmente en todos sus actos mercantiles», y sometió su parecer a una junta general de acreedores con la clara intención de activar, aunque de manera indirecta, los supuestos de las amigables composiciones de la justicia lega. La junta se reunió el 1 de agosto de 1861 y acordó firmar un convenio privado que prorrogó por dos años el cobro de la deuda. El Tribunal de Comercio aprobó este concordato y nombró una comisión especial formada por Manuel Fernández Blanco y Joaquín Ferrer con el mandato de intervenir en el futuro en todas las actividades de Paz. El 28 de marzo de 1862 el escribano Manuel Granados otorgó a Domingo Palacios una copia del convenio privado y del concordato extrajudicial para que pudiese presentarse ante el Tribunal de Comercio a defender sus tres mil ovejas finas en el juicio ejecutivo iniciado por Casado. El garante acudió al Tribunal y afirmó que Sandalio González había endosado incorrectamente una letra de Paz a Carlos Casado sin indicar siquiera el valor de la misma. No obstante, la sentencia benefició a Casado y su procurador, Joaquín de Quintanilla, presentó una nota al Prior y a los Cónsules del Tribunal del Comercio para cobrar la deuda. Palacios decidió salvar sus ovejas y abonó $ 3.000 además de hacerse cargo de las costas y de los honorarios del abogado y del oficial ejecutor. El Prior y los Cónsules ordenaron al comisario de Pavón Arriba que liberase las tres mil ovejas. Al mismo tiempo, Casado cobró la deuda y se libró de recibir unos animales que poco le hubiesen servido en la ciudad de Rosario,34 además de familiarizarse con el mundo jurídico, lego y letrado, en el que a la larga demostraría una gran experiencia.

33 Como veremos en el caso del coronel José Agustín Fernández contra el Barón de Mauá, entre 1861 y 1862 Rosario fue ocupada por las tropas de Buenos Aires comandadas por Bartolomé Mitre; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 501-538. 34 De hecho, entre los bienes de Carlos Casado inventariados a su muerte no encontramos mencionado ganado alguno en Argentina, aunque sí en el Chaco paraguayo.

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Una «distinguida casa de descuentos»: el Banco Carlos Casado ante la justicia letrada

1.2.

La experiencia relatada no fue la única que favoreció a Casado en la década de 1860. La guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, desatada hacia 1865, consolidaría el comercio fluvial entre los territorios del norte y centro del país con la ciudad rosarina, la cual asumió la tarea de nutrir al ejército aliado formado por soldados argentinos, brasileños y uruguayos, y llevaría al español a consolidar una firme red financiera y mercantil. Durante este conflicto se produjo un «boom» comercial que dejó ingentes cantidades de circulante en manos de los mercaderes y banqueros radicados en Rosario, uno de los cuales fue Casado, que procuraron reducir la depreciación monetaria y el riesgo de la especulación comercial y financiera invirtiendo en tierras urbanas y rurales. Esta salida provocó también una importante transformación de las iniciativas empresariales ya que introdujo una práctica jurídica novedosa, la retroventa, con la cual los comerciantes se aseguraron disponer de dinero en un plazo predeterminado para reinvertirlo en nuevas actividades en caso de necesidad.35 Reinaba en ese entonces un gran desorden en materia monetaria: las provincias utilizaban diversas monedas cuya multiplicidad obstaculizaba la estructuración de un comercio orgánico. En la provincia de Santa Fe circulaba la plata cordobesa y boliviana además de los billetes emitidos entre 1857 y 1859 por el Banco de la Confederación y desde 1860 a 1861 por la Tesorería General. En el ámbito financiero podemos distinguir dos periodos marcados por la naturaleza disímil de las entidades bancarias creadas entre 1860 y 1880. Casado tuvo una activa participación en ambas etapas la primera de 1865 a 1874 y la segunda de 1875 a 1880, lo cual le permitió superar con éxito los cambios financieros. El primer periodo va desde la liberalización propiciada por la ley provincial santafesina del 18 de setiembre de 1865 que habilitó a individuos y sociedades a fundar bancos de emisión a nivel local con un capital inicial de $ 100.000, hasta el año 1874 en que abrió sus puertas al Banco Provincial de Santa Fe. En esos años Casado operó como «banquero» y «prestamista» siguiendo los pasos del Barón de Mauá y de uno de sus más estrechos colaboradores en la región, José Otero, y se vinculó con otros prestamistas y banqueros de la localidad, con quienes ejecutó algunas de sus inversiones en propiedades inmuebles y en la construcción de 35

VIDELA, 2004, vol. 1, 41.

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vías férreas del sur santafesino. Entre 1865 y 1866 dirigió el Banco Carlos Casado coincidiendo con la proliferación de entidades de emisión privadas lideradas por comerciantes nacidos fuera de Rosario que se mostraron, en los hechos, vulnerables frente a las sucesivas crisis económicas que se desataron en la época.36 Casado fundó el banco que llevaría su nombre precisamente en el momento en que la Argentina, Brasil y Uruguay invadían tierras paraguayas y se benefició del conflicto: abasteció a las escuadras rosarinas embarcadas a tierras paraguayas; prestó dinero a llamados a filas para que a su vez pagaran a potenciales personeros; impulsó hacia 1869 la creación de la sociedad Damas de Caridad que se hizo cargo de la recepción y del cuidado de los soldados rosarinos heridos en la lucha; y dio dinero a los comerciantes que acudían muy urgidos al Banco Carlos Casado.37 De este modo, la entidad fue un banco de depósito, descuento y emisión de billetes pagaderos en plata boliviana, los cuales fueron ejecutados por la litografía de L. Therier en Rosario y llevaron en forma manuscrita la firma del titular, la fecha de emisión y el número de serie. Sabemos que Casado se amparó en la multiplicidad de valores monetarios en curso e hizo circular los recibos de depósito de pesos bolivianos como papel moneda en Perú, Chile, Bolivia y Argentina.38 Durante esta primera fase, las entidades privadas más importantes fueron el Banco Mauá y Compañía (Ilustración 1), el primero en ser fundado tras la firma de un contrato entre el Barón de Mauá y el gobierno de la Confederación en 1857;39 el Banco del Rosario (1866-1869) que llegó a recibir en sus inicios un aporte de $ 5.000 de Casado; el Banco Argentino (1866-1873); el Banco Comercial de Santa Fe (1867-1869); el Banco Rosario de Santa Fe (1869); y, finalmente, la Sociedad Anónima Cré36 El historiador Juan Álvarez (1943, 390) atribuye a la transformación de viejas estancias en chacras agrícolas la causa del nacimiento de las diversas casas bancarias que poblaron la región. «Todo ello requería dinero», señala Álvarez, agregando que la carencia de oro y plata provocaba la escasez de medio circulante sumada a una gran variabilidad monetaria y al hecho de que el papel moneda sólo circulase en Buenos Aires, dejando al resto del país la moneda metálica; también Ensinck, s/a. 37 Finalizada la guerra, las Damas de Caridad se concentraron en los niños y niñas abandonados en Rosario. Hacia 1870 decidieron fundar el Hospicio de Huérfanos y Expósitos que aún hoy funciona en la ciudad aunque con otro nombre, el de Hogar del Huérfano. Fue Carlos Casado uno de los primeros en enviar a la asociación benéfica femenina un bebé recién nacido que una persona anónima dejó a las puertas de su domicilio en la década de 1870; véase DALLA CORTE y PIACENZA, 2006. 38 INFANTE, 1944, 14; BONAUDO Y SONZOGNI, 1998; LAGOS, 1949, 41; «Carlos Casado», El Mensagero, Rosario, 30 de junio de 1899, MAHM, documento suelto. 39 Se trató de un banco de depósitos, descuentos y emisiones con un capital provisorio de $ 800.000 patacones. La entidad se instaló en la calle Córdoba, CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 362.

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dito Territorial de Santa Fe (1870).40 Sobre algunas de estas entidades bancarias privadas se profundiza más adelante al hacer referencia a las actividades previas de los accionistas del Banco Provincial de Santa Fe.

ILUSTRACIÓN 1.

Billete del Banco Mauá y Compañía, 1865, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único.

La pregunta que debemos hacernos es cómo llegó el español a cubrir este espectro financiero, asociativo y económico en tan sólo una década, considerando que al momento de llegar a Rosario era sólo un corredor en un saladero de Arroyo del Medio. En realidad, la legitimidad de Casado se acrecentó gracias a su estratégico casamiento con Ramona Sastre Aramburu, una de las hijas del publicista Marcos Sastre que era muy reconocido en la época por haber sido el artífice en 1833 del Salón Literario de la Librería Argentina, antecedente de la Asociación de la Joven Argentina, llamada posteriormente Asociación de Mayo.41 El enlace se 40 La Sociedad Crédito Territorial de Santa Fe se vio beneficiada por la ley del 27 de junio de 1866, así como por un decreto provincial del 22 de noviembre de 1872, que destinaron 4 leguas cuadradas para fundar la colonia agrícola Reconquista conmemorando la ocupación de la frontera indígena por parte del ejército. El plano fue levantado por el Coronel Manuel Obligado, quien también se encargó de dar posesión de las tierras a las familias que fueron estableciéndose en la zona, a razón de una suerte de tierra por grupo familiar de hasta cinco miembros. Observaciones a la mensura practicada por Julio Roger en Vera en los límites entre la provincia de Santiago del Estero y la provincia de Santa Fe, CDICT, caja 21, leg. 776. 41 La Asociación de Mayo contó con la participación de importantes intelectuales y pensadores de la época, entre ellos Juan María Gutiérrez, Esteban Echeverría, Juan

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celebró el 4 de febrero de 1865 en la iglesia de San Carlos del Convento de San Lorenzo y los padrinos de la boda fueron la hermana de la novia, María Ignacia Sastre, y su esposo, el empresario Carlos María Palacios y Portales, que, como hemos visto, gestionaba el Tribunal de Comercio rosarino y fue reconocido por entonces por el gobierno nacional vencedor de la batalla de Pavón como cónsul general de Chile en Rosario. Años después Eudoro y Gabriel Carrasco describieron a Carlos María Palacios y Portales como un «antiguo y respetable comerciante vecino del Rosario, mendocino, casado con una hija de Marcos Sastre» que «continuó durante muchos años en el Rosario, fundando una familia que tiene ya muchos descendientes».42 Nunca se refirieron a Casado en estos términos, expresando así, como demostraremos en estas páginas, las tensas relaciones que los Carrasco, padre e hijo, mantuvieron con Carlos Casado a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX. La unión matrimonial con la hija de Marcos Sastre vinculó al español con dos de sus cuñados dedicados al comercio, Hernando Ángel y Marcos Sastre hijo (véase Apéndice 1),43 y acabó por insertarlo en la burBautista Alberdi y Vicente López. A partir de los «Papeles de Marcos Sastre» que Fernando Coní Bazán encontró en el archivo de su abuelo, el editor Pablo Emilio Coní, sabemos que Marcos Sastre ofreció la conferencia inaugural del Salón Literario junto con Alberdi y Gutiérrez; CONÍ BAZÁN, 1961, 12. En 1865 Marcos Sastre (su nombre completo era Marcos Antonio Sastre y Rodríguez) publicó Lecciones de Aritmética con el Sistema Métrico, obra empleada durante años por la Universidad de Buenos Aires aunque sea menos conocida que su libro El tempe argentino o el Delta de los ríos Uruguay, Paraná y Plata, que tuvo diversas ediciones y con el que siempre se lo ha relacionado; véase SASTRE, 1885. En 1874, Marcos Sastre asumió la dirección de la Facultad de Ciencias Físico-Naturales de la UBA. Poco después, fue designado Inspector General de Escuelas entrerrianas y esta función le permitió entrar en contacto con los presidentes argentinos Domingo Faustino Sarmiento y Julio Argentino Roca. Este último lo incorporó al Consejo Nacional de Educación. CHAPARRO, 1941; INFANTE, 1944, 26; FIGUEIRA, 1964. Como se observa en el Apéndice 1, Marcos Sastre contrajo matrimonio con Genara Aramburu y Aramburu en 1831 (FIGUEIRA, 1964, 253). 42 CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 538-539; CARRASCO, 1893, 7, 12, 15; CHAPARRO, 1957, 40-41; ÁLVAREZ, 1943, 458. 43 Los hijos de Marcos Sastre fueron Marcos; Genara; Justo Pastor; Pastor; María Ignacia; Benjamín; Eliseo; Ramona y (Hernando) Ángel. Este último fue miembro fundador del Club Social Rosario, entidad constituida en 1873 como lugar de reunión y de organización de tertulias con la finalidad de estrechar vínculos entre las familias más representativas de la ciudad. Conformó en calidad de tesorero la primera Comisión Directiva presidida por Federico de la Barra y en la que participaron Benjamín Ledesma (vicepresidente), Salvador S. Suárez (secretario), Camilo Aldao, Gabino Suárez, Desiderio Marquardt y Nicanor González del Solar (vocales titulares), y Gualberto Escalera y Zuviría, Elías Alvarado y Enrique Rodríguez (suplentes). También formaron parte del grupo fundador José Manuel Moreno, Lucio Doncel, Woltje Tietjen, Manuel Regúnaga, Fenelón Zuviría, Lisandro de la Torre, Juan M. Coll, Alfredo de Arteaga, Manuel E. Vidal,

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guesía local rosarina.44 Gracias al testamento que redactó poco antes de morir, sabemos que su esposa Ramona no hizo aportación alguna al matrimonio, mientras que él entregó una dote de $ 80.000.45 Esta dote formó parte del capital inicial utilizado por el español para abrir las puertas del Banco Carlos Casado junto con el dinero obtenido de la venta de un campo de casi 6.000 varas de lado que hizo a favor de Benito Freire el 16 de setiembre de 1865.46 La duración del banco particular, no obstante, fue breve: fue adquirido en 1866 por el Banco de Londres y Río de la Plata (Ilustraciones 2 y 3).47 No obstante, Casado siguió practicando el préstamo aunque a pequeña escala, en parte porque las cuentas que tenía con comerciantes y mercaderes quedaron abiertas y algunas de ellas se resolvieron mediante T. de Alvear, Pedro Nolasco Arias, Tomás Guernica, Evaristo Machain, Tiburcio Benegas, Ovidio Lagos, Ovidio Amadeo Lagos, Pelayo Ledesma y Luis Joel. Cabe señalar, a su vez, que en el departamento San Martín, en 1886 la empresa de (Hernando) Ángel Sastre y Compañía fundó tres colonias en una superficie similar de 10.712 ha cada una. Los nombres son significativos: Colonia Sastre, Colonia Concepción y Colonia Ortiz. En los primeros dos casos los nombres elegidos responden a los vínculos familiares tejidos por el hermano de Ramona Sastre Aramburu: en el caso de la Colonia Sastre, al apellido familiar; y en el caso de la Colonia Concepción, a su esposa, Concepción Nuñez Achaval, con quien tuvo, según nuestros datos, tres hijos: Emilio, María Luisa y José Sastre Núñez. Sobre la Colonia Sastre, véase OITANA, 1993. 44 Sobre el concepto burguesía desde una perspectiva historiográfica, REGUERA, 2007. 45 Como veremos, Ramona Sastre Aramburu fue agraciada a la muerte de su marido con la libre disposición de la mitad de la dote, además de heredar los bienes inmuebles de la Argentina y los «Negocios del Paraguay» consistentes en el 90% de las tierras poseídas por la familia en el Chaco paraguayo y la fábrica de tanino de Puerto Casado que pertenecían a la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada. Esta información consta en el Testimonio de dación en pago otorgado por el albacea de la sucesión de Carlos Casado (Carlos Mateo Casado Sastre) a favor de Ramona Sastre Aramburu de Casado, Escribano público actuante Arturo Covernton (calle Santa Fe n.º 858, Rosario), Créditos-Quintas y fincas Rosario, Casilda, 1906, Museo Archivo Histórico Municipal Don Santos Tosticarelli, Ciudad de Casilda (en adelante MAHM), incluye los terrenos adjudicados a Ramona Sastre Aramburu por la escritura de hijuela en Argentina y Paraguay. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 46 Las medidas de la propiedad eran concretamente de 5.800 varas por 5.600 varas. Entrada 590 de las Entradas-registros de las acciones de compraventa de Carlos Casado, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), f. 294. 47 CAMPAZAS, 1987, 45-46; DORFMAN, 1970, 196; FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 19; TOSTICARELLI, 1969, 6; CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 26.

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ILUSTRACIÓN 2.

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Billetes del Banco Carlos Casado, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único.

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ILUSTRACIÓN 3. Billetes del Banco de Londres y Río de la Plata, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único.

acuerdos extrajudiciales.48 Algunos de esos casos son analizados aquí para estudiar las estrategias judiciales utilizadas por Casado para beneficiarse de la circulación mercantil en la región, las cuales consolidaron a la larga la justicia letrada.49 Una simple causa judicial ejemplifica esta situación: en junio de 1866, en pleno conflicto bélico contra el Paraguay y cuando ya estaba clausurando las puertas de su banco, Casado se presentó al juzgado de Primera Instancia diciendo que era «natural de España y de este vecindario y comercio», y demandó a uno de los deudores de su «distinguida casa de descuentos», Juan de la Cruz López.50 El escribano Lisandro Pa48

Se conservan algunas causas, muchas de ellas de difícil consulta dado el avanzado estado de degradación de los expedientes, en las que es posible intuir que el español se vio forzado a llevar a sus deudores al estrado. Algunas de esas causas se conservan en el MHPRJM y están fuera de consulta: Expediente comercial de Carlos Casado contra Martín Pereyra sobre cobro de pesos, Rosario, 1864, leg. 17, exp. 19. Expediente comercial de Carlos Casado contra Antonio Areosa sobre cobro de pesos, Rosario, 1866, MHPRJM, leg. 21, exp. 16. Expediente comercial de Carlos Casado contra Enrique Marshall sobre cobro de pesos, Rosario, 1866, MHPRJM, leg. 21, exp. 17, 81 f. Expediente comercial de Carlos Casado contra Antonio Berdier sobre cumplimiento de contrato, Rosario, 1873, MHPRJM, leg. 40, exp. 20. 49 Uno de los indicios de la pervivencia de costumbres coloniales es el uso del Código de Comercio español durante todo el siglo XIX; DALLA CORTE, 2000. 50 Frase utilizada por Carlos Casado para describir su entidad bancaria en expediente civil de Carlos Casado sobre producción de información para acreditar su nacionalidad española y la nacionalidad argentina de Juan de la Cruz López, mayordomo de los señores Molina, Rosario, 1866, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario,

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ganini, que actuaba a favor de Casado, aportó tres testigos (Federico Somoza, Melitón Sotomayor y el procurador Joaquín de Quintanilla), a quienes sometió a un corto interrogatorio preguntándoles si sabían que Casado era natural de España y avecindado en Rosario, y que Juan de la Cruz López era argentino y vecino de la provincia de Santa Fe. Los testigos acreditaron estos hechos, pero Melitón Sotomayor sostuvo que el deudor era oriundo de la localidad de San Nicolás de los Arroyos, en la provincia de Buenos Aires, por lo que debía actuar la justicia nacional. Casado abonó $ 7,2 por los trámites judiciales y dio inicio así a una seguidilla de pleitos que lo tendrían como actor privilegiado no sólo de los Tribunales de Rosario, sino también del fuero federal. Otro caso puede darnos pistas de las actividades de Casado en calidad de prestamista incluso mucho después de la venta de su entidad bancaria al Banco de Londres y Río de la Plata. Dos años después de realizar esta transacción, Carlos Casado acudió al juez letrado del comercio, el doctor José E. de la Torre (cuya actuación había permitido ordenar el sistema jurídico mercantil al tiempo que dejar sin efecto el dominio que hasta entonces habían ejercido priores, cónsules y síndicos del Tribunal de Comercio que representaba la justicia lega), esta vez para acusar a Zenón Luna por una deuda de $ 302,60 fuertes. Casado se presentó en esta oportunidad ya no como español sino como «vecino y del comercio rosarino», y entregó un pagaré efectivamente firmado por Zenón Luna el 6 de agosto de 1865 que, sin embargo, no consignaba el monto adeudado ni mucho menos el tipo de moneda en el que se había acordado la deuda (Ilustración 4). Casado aseguró haber practicado algunas «diligencias extrajudiciales» para cobrar la deuda y que, viendo el escaso éxito que había conseguido y el reducido interés de Luna por devolver el préstamo, prefería acudir al juez letrado para conseguir el embargo de los bienes del deudor. José E. de la Torre, sin embargo, descubrió que Zenón Luna adeudaba $ 302,60 pero en patacones y no en pesos fuertes como alegaba Casado, razón por la cual decidió rechazar la causa.51 No fue ésta ni la primera ni la última vez que Casado llamó la atención de los jueces. En otro caso el deudor de Casado fue un mercader, Juan Ros y Verde, que se aprovechó de los importantes negocios abiertos con la guerra juez Joaquín Quiroga; Escribanía de Luis María Arzac, escribano Lisandro Paganini, MHPRJM, Causas civiles, leg. 33, exp. 31, 5 f. 51 Expediente comercial de Carlos Casado contra Zenón Luna sobre cobro de pesos, Juzgado del Comercio, juez letrado de comercio dr. José E. de la Torre, secretario Lisandro Paganini, Rosario, 27 de noviembre de 1867, MHPRJM, Causas Comerciales, leg. 23, exp. 15.

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ILUSTRACIÓN 4. Reproducción del pagaré firmado por Zenón Luna con Carlos Casado por 302,60 patacones; Expediente comercial de Carlos Casado contra Zenón Luna sobre cobro de pesos, Juzgado del Comercio, juez letrado de comercio dr. José E. de la Torre, secretario Lisandro Paganini, Rosario, 27 de noviembre de 1867, MHPRJM, Causas Comerciales, leg. 23, exp. 15, f. 2.

de la Triple Alianza.52 En efecto, como sabemos la provincia de Santa Fe aportó una décima parte de los más de diez mil hombres que formaron parte del ejército argentino enviado al país vecino, además de proveer a las tropas de armas, ropa y alimentos. El conflicto favoreció así tanto la actividad productiva como la comercial a lo largo del río Paraná desde la ciudad de Rosario, que concentraba los depósitos de provisiones, hasta Asunción del Paraguay.53 Algunos pequeños comerciantes, como fue el caso de Juan Ros y Verde, se establecieron directamente en la ciudad de Corrientes para vender pan, galleta, sal, arroz, charque, yerba mate y azúcar a la tropa.54 El movimiento comercial vinculó a representantes del «comercio de Rosario» —entre ellos, a Ros y Verde—, con prestamistas como Casado, y originó a su vez una serie de conflictos de difícil resolu52

En este apartado se utiliza el expediente comercial de Carlos Casado contra Juan Ros y Verde sobre cobro de pesos, Juzgado de Primera Instancia en lo Comercial de Rosario, juez letrado de comercio dr. José E. de la Torre, escribano-actuario Jacinto Correa, Escribanía Pública de Manuel Granados, escribano Jacinto Correa, Rosario, 23 de agosto de 1867, MHPRJM, Causas Comerciales, leg. 23, exp. 8, 19 f. 53 BREZZO Y FIGALLO, 1999, 191. 54 GÓMEZ, 1955, 656-658; ÁLVAREZ, 1943, 378, 381.

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ción. En el caso que nos ocupa, Casado acabó reclamando judicialmente al mercader el pago de $ 483,30 bolivianos después de intentar por todos los medios cobrar la deuda que aquél tenía con su «extinguida casa de banco particular» desde el año 1865. A mediados de 1866 Casado envió a Ros y Verde un giro por valor de $ 3.500 bolivianos a través del mercader Ángel Rupa, pero su intento fue infructuoso ya que el receptor le contestó que no podía aceptar dicho giro «por no tener fondos en casa» y que había girado a Mauá y Compañía una orden de $ 2.930 patacones por conducto de la escuadra brasileña. Ros y Verde escribió que si la letra de Casado hubiese llegado antes de realizar el giro al Barón de Mauá, la habría aceptado por creer que podía reunir los $ 483,30 bolivianos con las ventas diarias de su almacén y de su pequeña panadería. Casado hizo un segundo intento el 28 de diciembre de 1866, pero Ros y Verde volvió a escribirle desde Corrientes —esta vez consignando en el sobre que la carta iba dirigida al «banquero» Casado— comentándole que todo su capital estaba en poder del contratista que elaboraba el pan para los hospitales de campaña del ejército brasileño. Al año siguiente, el 8 de febrero, el comerciante escribió a Casado suplicándole que no intentara cobrar la deuda por medios judiciales y disculpándose por no haber podido viajar a Rosario para explicarle personalmente su situación —textualmente, la nota dice que Ros y Verde habría preferido ser «una carta viva» en lugar de enviar una misiva— ya que se había embarcado directamente a Asunción para «resolver unos asuntos». Casado, no obstante, desoyó el pedido; conocía el sentido de los acuerdos extrajudiciales y de las amigables composiciones de la justicia lega que permitían soslayar en ocasiones la justicia letrada —el caso de José Fidel Paz y Compañía y de su garante Domingo Palacios, ya estudiado, es un ejemplo—, pero acudió al juez letrado del comercio, José E. de la Torre, para comunicarle que desde hacía casi dos años Ros y Verde realizaba «negocios en el ejército de operaciones en el Paraguay» pero había rechazado pagar la deuda que previamente había contraído con él «a pesar de seguidas reconvenciones amigables en tal dilatado tiempo». Sin esperanzas de cobrar la deuda mediante arreglos extrajudiciales, Casado alegó que acudía al juzgado y, por ende, a la justicia letrada, tras recibir el «aviso seguro» de que el deudor tenía «en poder de la casa de Duguid y Compañía de esta plaza fondos de mayor consideración». Sin identificar a su informante, Casado pidió al juez el embargo del dinero que estaba en poder del comerciante Tomás Duguid a fin de evitar «su destrucción o menoscabo en otros objetos». Se encuadró en el contenido del artículo 76 del Código de Comercio y presentó como prueba los

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libros de registros de su extinguido banco particular que conservaba en su poder.55 Resulta llamativo este acto desde el momento en que dicho artículo no hacía referencia a los libros de registro de las entidades bancarias, sino a los libros de las casas comerciales, categoría que no cubría realmente a Casado. No obstante, el hecho indica que el español se movía judicialmente tanto según normas legales, utilizadas en ocasiones de manera analógica, como siguiendo las diversas prácticas jurídicas en uso, que dieron forma al derecho consuetudinario a través de ficciones jurídicas. Casado también presentó como prueba dos cartas escritas por el deudor con la finalidad de cotejar la firma de Ros y Verde con la que constaba en la documentación de C. H. Bollart que era el representante de la casa de Tomás Duguis, la Duguid y Compañía.56 Casado también pidió al juez la exclusión en el pleito del escribano-actuario, Jacinto Correa. El juez hizo caso omiso al pedido de Casado y envió a Correa a la casa comercial de Tomás Duguid para comprobar si C. H. Bollart había recibido alguna orden de remitir «a Corrientes ó emplear en otros objetos distintos los fondos del deudor que tiene en su poder». El representante de la Duguid y Compañía reconoció la coincidencia de la firma de Ros y Verde en los documentos de su casa comercial y en las letras presentadas por Casado, pero declaró que no había sido instruido por el acusado para disponer de sus fondos. En junio de 1867, José E. de la Torre decretó el embargo de $ 583,30 que estaban en poder de la casa comercial y Casado recuperó su dinero.

1.3.

Capitales británicos: Carlos Casado y el Barón de Mauá

Junto al Banco Carlos Casado, el Banco Mauá y Compañía estructuró el tejido financiero santafesino en la etapa inicial de la organización 55 Este tipo de prueba ya había sido el instrumento privilegiado de las prácticas mercantiles durante el periodo colonial cuando el Consulado de Comercio cotejaba las cuentas de los libros originarios de las casas de comercio además de certificar si los asientos estaban registrados «en debida forma»; véase DALLA CORTE, 2000. 56 En las décadas de 1850 y 1860 los comerciante más destacados, que giraban en centenares de miles de pesos fuertes, eran las mayoristas Duguid; Schillieper y Bemberg; las introductoras de género de Crosta Borreli y Maspoli; las ferreterías de Chiesa; los almacenes al por mayor de Otero Hermanos, Rouillón, Marini y Compañía; los consignatarios Ocampo y Compañía, y Orgaz y Compañía; los «registreros» Sebigne y Compañía, Ortíz y Compañía, Correa y Gana; los introductores de artículos alemanes e ingleses Blyth y Compañía, Amelong y Compañía; los introductores de vinos y cervezas Sabathié y Compañía, y Senac y Compañía; y las casas de Gödeken y Compañía, la Viuda de Acebal y Compañía, Diaz y Azcorra Albaladejo y Compañía; ASTESANO, 1946.

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bancaria que describimos más arriba. El pleito sustentado por el coronel José Agustín Fernández contra la entidad para conservar una finca de 36.000.000 varas cuadradas y un almacén de su propiedad en Villa Chabás permite rastrear algunos de los elementos de la red social que acompañó a Casado desde el momento en que se instaló en la ciudad de Rosario. Nacido en 1813 en la localidad brasileña de Arroyo Grande, en Río Grande do Sul, de Souza lideró empresas de gran impacto en la región tales como la Compañía de Alumbrado a Gas de Río de Janeiro, la Sociedad de Navegación a Vapor del Río Amazonas y afluentes, el Banco Industrial y Comercial de Río de Janeiro, el Ferrocarril de la Metrópoli y los astilleros de Punta Arena, además de sostener el sistema financiero y crediticio rioplatense.57 En su Autobiografía, el Barón de Mauá señaló diversos aspectos de importancia a la hora de analizar las causas y el contexto en que se produjo su consolidación en el Río de la Plata y, más específicamente, en la plaza rosarina. En 1836, el Barón de Mauá se convirtió en socio de la firma británica Carruthers & Co. y poco después participó en la creación y dirección del Banco de Brasil y en el Banco Mauá y Compañía, además de fundar la Mauá, Mac Gregor & Co.58 El «animador económico del Imperio Brasilero», como llegó a presentarse a sí mismo Ireneo Evangelista de Souza, comenzó su andadura cuando los territorios del actual Uruguay eran sólo una provincia cisplatina de Brasil. En 1853 instaló en Montevideo la sede del Banco Mauá y Compañía y el 2 de enero de 1858 desembarcó en Rosario con un capital valorado en $ 2.400.000.59 Cuatro años después, en 1862, Mauá participó en la Exposición Universal realizada en Londres y su nombre figura entre los que recibieron mayor cantidad de premios,60 una especie de reconocimiento internacional de su peso en la configuración financiera americana. El motivo de la constitución de las filiales fuera del Brasil fue explicado por el Barón de Mauá en su Autobiografía en los siguientes términos: A creaçao de uma caia filial em todas e cada uma das capitais das vinte províncias do Império, além de mais algumas em localidades onde regular de57

VIZCONDE DE MAUÁ, 1878. Este banco se instaló en Montevideo pero cerró hacia 1875 cuando el gobierno uruguayo le denegó un auxilio económico. 59 FARÍA, 1933, 284; la sucursal funcionó en el mismo edificio de la calle Córdoba en el que se instalaría en 1874 el Banco Provincial de Santa Fe y, según Eudoro y Gabriel CARRASCO (1897, 289), el Club de Gimnasia y Esgrima. Desde 1897, la Receptoría de Hacienda. 60 FARÍA, 1933, 285. 58

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senvolvimento econômico se fosse manifestando, pareceu-me que ficaria desde logo assentada, para ir-se realizando, gradualmente, porém sem demora e com tenaz perseverança. E facultando o Governo a organizaçao dessas filiais, pelo modo que a Diretoria julgasse mais conveniente, desaparecia a maior dificuldade; pois, quanto ao pessoal, a Diretoria escolhia seus mandatários, e quanto ao capital, nada impedia que uma base mínima, proporcional às exigências locais, ficasse estabelecida, para ir sendo aumentada, à medida que as transaçoes se fossem desenvolvendo...em poucos anos, uma filial do Banco Mauá se acharia estabelecida em cada uma das capitais das vinte províncias do Império, alem de muitas outras em localidades de alguma importància do Brasil; e, secundado esse mecanismo de crédito com filiais em Londres e em Paris, ficariam creados, no Banco Mauá & C. elementos com bae para alimentar operaçoes de crédito e finanças, que interessariam em grande escala ao progresso econômico de nosso país. Ficou falseada a base de minhas combinaçoes pela intervençao indébita do poder executivo da época, ue me privou de crear un alicerce suficiente para apoiar o vasto mecanismo de crédito que eu tinha na mente, a qual, assentado em um capital realizado de veinte mil contos (como me seria facilimo ter conseguido) se constituiria o centro de todo o movimento monetário e financeiro da América Meridional em ligaçao intima com os principais centros monetários da Europa.61

Al convertirse en una entidad de depósito y descuento, el Banco Mauá y Compañía funcionó en Rosario como agente financiero del gobierno provincial de Santa Fe. Desde 1863 emitió billetes en pesos fuertes que fueron aceptados en todas las oficinas públicas. En 1865 Mauá creó la Caja de Ahorros para los pequeños ahorristas y en 1870 el gobierno le transfirió el cobro de los derechos de contribución directa. La vinculación de Mauá con los capitales británicos se hizo evidente en esos años, en concreto en diciembre de 1865, cuando el gobierno brasileño autorizó la creación de The London, Brazilian and Mauá Bank Ltd, lo que provocó un importante aumento del prestigio de la figura de Ireneo Evangelista de Souza. El 31 de diciembre de 1866 el capital individual de Mauá, aglomerando sus valores tanto fuera como dentro de Brasil, ascendía a $ 8.455.152,00.62 De acuerdo a los balances de la casa matriz y de las filiales, comprobamos que el capital de la entidad ascendía en 1867 a $ 115.186.879,206; las emisiones en las Repúblicas de Uruguay y Argentina, por su parte, representaban aproximadamente el 10%: $ 10.579.212,511. En 1869, el capital era de $ 80.929.417,336 y las emisiones en la Argentina llegaban a $ 276.080,200; no constan datos sobre la situación en la República 61

VIZCONDE DE MAUÁ, 1943, 229-235. «Resumo dos balanços das casas Mauá & C. compreendendo a casa matriz e todas as suas filiais», cuadro 1 hasta el 31 de diciembre de 1867, y cuadro 2 hasta el 31 de diciembre de 1869, VIZCONDE DE MAUÁ, 1943, Anexo. 62

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Oriental del Uruguay. La sucursal rosarina de la entidad funcionó por entonces de manera activa hasta que el gobierno uruguayo decidió clausurar la sede montevideana de la cual dependían, de manera indirecta, otros bancos de la compañía propiedad de Mauá.63 En 1875 el Banco Mauá y Compañía, así como sus casas filiales, suspendieron pagos y entraron en moratoria. Comenzó entonces una importante y larga reclamación contra el gobierno uruguayo por un total de $ 3.792.168,00.64 Esta cronología ayuda a entender las diversas coyunturas en las que se fue resolviendo el embargo de la finca de 36.000.000 varas cuadradas y del almacén que el coronel José Agustín Fernández tenía en Villa Chabás, así como el largo juicio que este último llevó adelante para frenar el remate de sus propiedades entre 1865 y 1874 contra el Barón de Mauá y sus colaboradores en Rosario, particularmente contra el empresario y financista José Otero.65 Comencemos por el relato del caso: a mediados de 1867 José Otero tasó la finca de Fernández en $ 14.070 mn y gracias al remate de la propiedad se convirtió en su propietario. Fernández acudió al juez letrado de comercio José E. de la Torre y a su escribano-actuario, Jacinto Correa —a quienes ya hemos conocido gracias a la causa judicial por cobro de pesos de Casado contra Ros y Verde— y afirmó que la finca era lo único que le quedaba después de haber consagrado su vida al servicio de la patria en el Ejército Nacional Expedicionario. A su vez, intentó rescatar la finca ejecutada depositando $ 5.500 bolivianos en el Banco Argentino de Rosario, pero fue informado de que la deuda ascendía en ese momento a 63 Esta decisión llevó a Mauá a redactar su Autobiografía; véase VIZCONDE DE MAUÁ, 1943, 262-265; 270-277; CAMPAZAS, 1987, 63; LAGOS, 1949, 41. Cabe señalar que el emperador brasilero concedió a Ireneo Evangelista de Souza el título de Barón; por su apoyo al cable submarino a Europa recibió posteriormente el título de Vizconde Mauá, véase Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, MHPRJM, vol. único. 64 «Resumo dos balanços das casas Mauá & Compañía em maio de 1875 data da suspensao de pagamentos»; «Resumo dos balanços das casas Mauá & Compañía, na data da suspensao de pagamentos e na da falência», «Nota das quantias pagas ao Banco do Brasil pelo visconde de Mauá e Mauá & Compañía, de 10 de setembro de 1864 a 18 de junho de 1878», VIZCONDE DE MAUÁ, 1943, Anexo. 65 En este apartado se utiliza el expediente comercial de Barón de Mauá y Compañía (representado por su gerente en Rosario que sólo aparece mencionado por su apellido, Rimms o Bimms) contra el coronel José Agustín Fernández sobre cobro de pesos, Juzgado de Primera Instancia en lo Comercial de Rosario, juez letrado de comercio doctor José E. de la Torre, escribano-actuario Jacinto Correa, actuario Manuel de Ahumada, se inicia en 1867; incluye actuaciones del juez Manuel R. César y de José Agustín Fernández contra José Otero y Hermanos, MHPRJM, Causas Comerciales, leg. 2, exp. 19. Debemos hacer constar que José Otero también aparece citado como juez de paz designado en 1864; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 602.

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$ 7.535,80 bolivianos. Al mismo tiempo, Fernández exigió que José Otero devolviese los $ 1.200 que había cobrado a los inquilinos de la finca y del almacén, Fermín Laferade y Santiago Wild, este último miembro del directorio provisional que había llevado adelante la construcción del FCCA junto con Casado.66 El representante del Banco Mauá y Compañía, aliado a José Otero, explicó al juez de la Torre que el deudor sólo quería «entorpecer el juicio» que se había iniciado en marzo de 1862, es decir, tres años antes del conflicto bélico contra el Paraguay. Agregó que Fernández había visitado a su familia en diversas oportunidades, hecho conocido por el vecindario rosarino y, por supuesto, por el propio juez José E. de la Torre, y que, pese a ser citado por pregones, jamás se presentó al juzgado; tampoco lo había hecho su hijo Gamaceno que lo representaba en estas gestiones. Fernández, por su parte, se defendió diciendo que «los procedimientos observados por la justicia que antes que Ud. han intervenido en este juicio» no habían contemplado sus derechos y justificó su proceder haciendo alusión a los acontecimientos políticos locales y regionales del año 1861. El relato de estos acontecimientos ubica a Fernández claramente en el bando urquicista: en 1851 Fernández era teniente coronel comandante en jefe de la división del Departamento de Rosario; en carta a Justo José de Urquiza, hizo referencia al pronunciamiento de firme apoyo que había tenido lugar en Rosario el día 25 de diciembre de 1851 a favor del jefe del Ejército Libertador, frente a Juan Manuel de Rosas a quien definió como el «tirano argentino». Desde Carcarañá, Urquiza le contestó en esa oportunidad que «hombres de orden y del temple de usted son los que necesita la patria. Ella recompensará en tiempos normales á los buenos servidores y patriotas».67 En febrero de 1852 Fernández combatió a las órdenes del general Justo José de Urquiza en la batalla de Caseros que puso fin al gobierno de Juan Manuel de Rosas. El pacto conocido como de San Nicolás produjo una alianza entre el primero y los gobernadores de las provincias rioplatenses y estableció un gobierno provisorio encabezado por Urquiza, quien, además, pretendió controlar las rentas aduaneras. En ese con66

REATI, 2006, 27-31. Cabe señalar que, años después, Eudoro y Gabriel Carrasco concluyeron que «era preciso poseer una alma bien templada y un valor á toda prueba para levantarse en el Departamento del Rosario contra la tiranía de Rosas», y dejaron constancia de que uno de los apoyos fundamentales de Fernández en ese pronunciamiento había sido el sargento mayor Estanislao Zeballos, padre de quien fuera tres veces ministro de exteriores argentino, Estanislao Severo Zeballos, además de uno de los colaboradores de Casado y propietario de ingente cantidad de tierra en el Chaco paraguayo; DALLA CORTE, 2008 b. 67

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texto, la provincia de Buenos Aires decidió separarse de la Confederación; la provincia entrerriana, lugar de residencia del general, fue entonces federalizada para albergar durante aproximadamente una década al gobierno nacional en Paraná. En ese lapso, los ejércitos de la Confederación y de la provincia de Buenos Aires se enfrentaron en dos oportunidades: en 1859 la Confederación salió vencedora y Buenos Aires se vio obligada a unirse al resto del país. En 1861, encontramos a Fernández nuevamente luchando a favor de Urquiza y de la «unidad de la patria» frente al gobierno porteño y formando parte del ejército argentino confederado que se constituyó sobre la base de las milicias santafesinas y con la colaboración de más de dos mil extranjeros residentes en Rosario, en su mayor parte dedicados al comercio, a los que se les repartió armas y municiones para defender a la población. Fernández tuvo una destacada labor en la batalla de Pavón. El hecho de haber participado en esta batalla como soldado permitió a Eudoro Carrasco relatar de primera mano los hechos en su conocida obra titulada Anales de la ciudad de Rosario de Santa Fe, así como incluir el «Memorándum» elaborado por el gobernador Pascual Rosas.68 Pero Buenos Aires acabó venciendo en Pavón y forzó la desaparición del gobierno confederado nacido en febrero de 1852. La plaza rosarina fue evacuada en octubre de 1861 cuando entraron las tropas porteñas comandadas por Bartolomé Mitre, y el gobierno municipal, formado entre otros por Julián de Bustinza y José Olguín, también cayó estrepitosamente en ese contexto bélico. A partir de entonces, Mitre se consolidó como el primer presidente del país con centro en la ciudad de Buenos Aires, y designó a Luis Lamas y Hunt para que se hiciese cargo de la Jefatura Política rosarina.69 El recuerdo de dos personajes muy cercanos a Carlos Casado, aunque no estrechos colaboradores del español, Eudoro Carrasco y su hijo Gabriel, recupera la actitud que asumió la población rosarina a partir de 1861: «el comercio y el pueblo se entregaron a la laboriosa tarea de reparar los perjuicios sufridos consiguientes á una batalla, al pasaje por su territorio de dos ejércitos, á la curación de quinientos heridos, y al descanso, en fin, después de tantas agitaciones».70 68 En este texto Pascual Rosas consignó puntualmente que el coronel José Agustín Fernández, entonces jefe de policía, lideraba las tropas que fueron vencidas por la escuadra enemiga, pese a lo cual recomendó su figura «a la consideración del país» por haber luchado en contra de un «gobierno desaforadamente refractario». 69 Fue destituido al año siguiente, en 1862, y dio a conocer un manifiesto explicativo de su gestión así como de las difíciles condiciones con que se encontró al asumir la jefatura, y que reseñara el coronel José Agustín Fernández; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 536-539. 70 Sobre los conflictos del año 1861 y referencias a José Agustín Fernández, véase CARRASCO Y CARRASCO, 1897: «Batalla de Pavón y principales acontecimientos que

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Esta narración rememora el papel jugado por José Agustín Fernández desde la década de 1850 hasta 1870, año en que el general Justo José de Urquiza fue asesinado por las huestes de López Jordán, así como la presión que ejerció en el ámbito provincial santafesino para salvaguardar sus bienes de los banqueros establecidos en Rosario.71 En los años que van de 1852 a 1862 existieron dos administraciones separadas, situación que produjo un notable desorden financiero pero también, y quizás la causa real de los problemas que afrontó el teniente coronel Fernández, una superposición de jurisdicciones. Con una Buenos Aires vencedora en Pavón, y con Domingo Crespo como nuevo gobernador provisorio de la provincia de Santa Fe, Fernández, que había formado parte de la facción urquicista, se vio obligado a huir a Entre Ríos, fijó residencia en Paraná hasta el año 1864 y, temeroso de regresar a Rosario, se incorporó al Ejército Nacional Expedicionario al Paraguay que afrontó la guerra contra Paraguay. Fue en ese momento cuando comenzaron sus problemas con el Banco Mauá y Compañía a los que pudo hacer frente varios años después, cuando la guerra de la Triple Alianza estaba a punto de llegar a su fin haciendo triunfadores a los aliados y, particularmente, a Fernández. Cuando José E. de la Torre tomó conocimiento de estos hechos por boca de Fernández, convertido entonces en un héroe local, sentenció que le fuesen devueltos la finca y el almacén aunque obligó al teniente coronel a depositar $ 1.600 bolivianos en el Banco Comercial de Santa Fe en concepto de pago de las costas del juicio. Fernández ingresó la suma pero la calificó de «monstruosa»; a mediados de 1868 presentó un recurso de nulidad ante la Cámara de Justicia tras nombrar como apoderado en la ciudad de Santa Fe a otro militar de reconocido prestigio por su actuación en las luchas urquicistas y en la guerra del Paraguay, el general Castro A. Correa. El gerente del Banco Mauá y Compañía, Francisco Fernández Blanco, concedió, por su parte, un poder similar precisamente a quien era considerado uno de los representantes claves del mundo financiero, Manuel Escalante, sobre quien volveremos más adelante ya que formaría parte de la sucursal capitalina del Banco Provincial de Santa Fe además de ser uno de sus principales accionistas. En este estado de cosas, Jacinto Correa fue le siguieron», 501-503; «El Rosario en la noche de la batalla de Pavón, relación de un testigo y actor, Eudoro Carrasco», 503-509; «Al pueblo de Rosario», 509; «Memorándum, Comisión Oficial, Gobernador de la Provincia Pascual Rosas al presidente de la República, Sucesos de Pavón», 510-519; «Documentos justificativos», 519-527; «Manifestación de los residentes extranjeros», 527-528; «Continuación de los sucesos que siguieron a la batalla de Pavón», 528-538. 71 Todas las referencias en CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 33, 224, 233, 242-244, 258-260, 375, 411.

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acusado por Fernández de actuar de «mala fe» y de «abusar de la confianza en dinero». El teniente coronel denunció que el escribano-actuario había retirado $ 451,38 de la suma depositada en el Banco Comercial de Santa Fe y los había entregado al Banco Mauá y Compañía. Sorprendentemente, la causa de Fernández contra el Barón de Mauá fue interrumpida sin que se resolviese la acusación contra Correa, y recién fue retomada en 1874 por el entonces juez de comercio, Ramón Contreras, quien afirmó que Correa había intentado, efectivamente, cobrar una cantidad excesiva al coronel Fernández y que, además, se había quedado con parte de su dinero. El escribano-actuario, según nuestros datos, abandonó la ciudad. Interesa de este tedioso y extenso expediente judicial el momento en que fue resuelto a favor de Fernández en contra del Banco Mauá y Compañía. Como hemos visto más arriba, la entidad que el Barón controlaba en Rosario cerró sus puertas en el año 1872. En julio de 1874 fue la finca que había ocupado en la calle Córdoba de la ciudad de Rosario la que alquilaron y posteriormente compraron Carlos Casado y un amplio grupo de comerciantes apoyados por el gobierno provincial para instalar el Banco Provincial de Santa Fe.72 Esta nueva entidad bancaria fue apoyada, entre otros, por el ejecutor y comprador de la finca y del almacén de Fernández, José Otero, que no pudo quedarse con sus bienes. Los tiempos habían cambiado: el Estado provincial tomaba parte activa en la configuración financiera regional y limitaba el poder de las entidades bancarias privadas. El juicio iniciado en 1862 y resuelto en 1874 permite, no obstante, observar la red de prestamistas y banqueros de la que Casado formaba parte en el momento en que se creó el nuevo banco santafesino que desplazaría a los bancos privados. Esa red, además, superaba los límites urbanos rosarinos: la primera sucursal de la entidad fue inaugurada en la capital provincial, la ciudad de Santa Fe, en 1875, gracias a la labor de una comisión directiva formada por Manuel Escalante (el mismo actor que había representado al Barón de Mauá en contra del teniente coronel Fernández), José Martínez y José María Echagüe. Era necesario, entonces, garantizar el buen nombre del grupo de comerciantes y financistas ligados a la nueva entidad bancaria, al tiempo que salvaguardar las finanzas provinciales.73 Comenzaba así la segunda etapa financiera que va de 1875 a 1880. 72 El Banco Provincial de Santa Fe se trasladó a la calle San Martín en 1887; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 362. 73 «Memoria que el Directorio del Banco Provincial de Santa Fe presenta a los señores accionistas en la asamblea general del 15 de abril de 1875», Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario. Rosario, 1 de setiembre de 1924, 61-70.

PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

1.4.

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El Banco Provincial de Santa Fe en Rosario

Resueltos casos judiciales como el estudiado en el apartado anterior, y ya en la segunda fase de la organización del sistema financiero en la provincia santafesina, Casado se dedicó de lleno a la creación del Banco Provincial de Santa Fe del que se convirtió en director en diversas oportunidades. El Estado provincial optaba así por participar directamente desde 1874 en el desarrollo financiero regional poniendo freno al poder de los bancos particulares, como hemos señalado. En un contexto signado por la proliferación de emprendimientos ligados a la construcción de líneas férreas y a la colonización agrícola, el gobierno argentino fijó, paralelamente, el oro como patrón único procurando unificar el sistema financiero nacional.74 Este apartado estudia cómo Carlos Casado se adaptó eficientemente a este cambio estructural que llevaría a la provincia santafesina a liderar la consolidación del modelo agroexportador a nivel nacional. En 1873 la crisis económica internacional provocó el descenso de los precios de los productos argentinos de exportación produciendo, al mismo tiempo, una importante caída en la recaudación aduanera que era la base del tesoro nacional. Dicha crisis forzó a la burguesía santafesina a adoptar un sistema de crédito sostenible que permitiese, por un lado, potenciar las inversiones, y, por el otro, diversificar dichas inversiones en distintos ámbitos económicos. El Estado provincial santafesino solicitó un empréstito para crear una sociedad de capitales mixtos que canalizara el crédito contando con garantía estatal. Sobre esta base se iría formalizando progresivamente el Banco Provincial de Santa Fe,75 entidad que aún hoy, aunque con rasgos notablemente diferentes a los de antaño, mantiene su vigencia en la región. El momento en que surgió este banco merece una atención especial. Durante la segunda mitad del siglo XIX, la provincia de Santa Fe se dividió en dos facciones políticas: la federal, que se manifestó a favor del proyecto confederativo y autonomista (el Club del Pueblo, liderado por Mariano Cabal, Simón de Iriondo, Servando Bayo, entre otros, fue la expresión político-facciosa más importante de esta corriente), y la nacional, que fue proclive al proyecto organizativo triunfante coordinado por Bartolomé Mitre desde Buenos Aires (el Club Argentino o Liberal, liderado por las familias Iturraspe y Cullen, Marcelino Freyre y Nicasio Oroño, entre otros significativos actores de la época, representó esta tendencia).76 Estas fac74

La unidad monetaria era el peso fuerte de 1,66 g de peso y 900 milésimos de fino. Su valor coincidía con el del dólar; DORFMAN, 1970, 190. 75 CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 13-14. 76 GÓMEZ, 1955, 670-671; PÉREZ Y GALETTI, 1993. Los gobernadores de Santa Fe

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ciones fueron perdiendo vigencia al compás del fortalecimiento del Estado Nacional el cual subsumió también la actividad financiera. La creación de una entidad bancaria con apoyo del Estado provincial había sido ya propuesta infructuosamente en 1870 por Mariano Cabal. Hubo que esperar a la constitución santafesina de 1872 y a la asunción de Servando Bayo como gobernador provincial para ver consolidada la entidad bancaria y organizada la emisión de moneda. En abril de 1874 Bayo comisionó a Carlos Casado,77 al entonces ministro general de gobierno, el abogado Melquíades Salvá —había abierto las puertas de su estudio en Rosario en 1857—,78 así como a Benjamín Ledesma, Manuel Carlés y Leopoldo Guerra, y les impuso la tarea de gestionar un empréstito en Londres y organizar el sistema financiero a nivel regional. Poco después, en junio de 1874, Bayo nombró otros dos representantes, Manuel Alvarado y Melitón de Ibarlucea, para completar el grupo. Carlos Casado eligió la casa Murrieta y Compañía para tramitar el empréstito,79 y en el mes de setiembre el gobernador provincial trasladó temporalmente la sede de gobierno a Rosario, mostrando indirectamente la importancia de la ciudad, y autorizó la concertación de dicho empréstito para ejecutar el nuevo banco. La nueva entidad bancaria articuló la deuda externa con el mercado monetario y dio impulso a las empresas colonizadoras, a la construcción de diversas líneas férreas y a la creación de obras públicas urbanas. La Legislatura provincial le acordó el monopolio de la emisión fiduciaria y el goce de privilegios fiscales con la esperanza de fomentar así la actividad mercantil. Carlos H. Sanford, el apoderado y agente de la Compañía Americana de Billetes de Banco en Nueva York, se encargó de la impresión de los billetes o acciones del Banco Provincial de Santa Fe.80 fueron en esos años: José María Cullen (1854-1856, hasta la asonada del brigadier Juan Pablo López); Rosendo Fraga, seguidor de López (1858-1860); Pascual Rosas (1860-1861); Domingo Crespo (1861-1862); Patricio Cullen (1862-1865); Nicasio Oroño (1865-1868); Mariano Cabal (1868-1871); Simón de Iriondo (1871-1874 y 1878-1882); Servando Bayo (1874-1878); Manuel María Zavalla (1882-1886). 77 A finales de 1873 unos doscientos vecinos de Rosario habían propuesto sin éxito el nombre de Casado para asumir la gerencia de una sucursal del Banco Nacional, INFANTE, 1944, 22; LAGOS, 1949, 51; GALLO, 1972. 78 CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 362. 79 La Casa Murrieta y Compañía continuó presente en Rosario hasta finales del siglo XIX, véase Poder especial de Máspoli, Chiesa y Compañía a la Casa Murrieta y Compañía de la ciudad de Londres, 5 de enero de 1886, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). También DÍAZ MORLÁN 2007; DUO 1997; BAHAMONDE Y CAYELA, 1992. 80 El rol cumplido por Sanford sería recordado por Casado al usar su apellido para bautizar uno de los pueblos ubicados en la vía del FCOS del que el español se convertiría en concesionario pocos años después, como veremos detenidamente en el capítulo

PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

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El 1 de junio de 1874, el Senado —presidido entonces por Juan María Zavalla, poseedor de cinco de las acciones puestas en venta81— y la Cámara de Diputados autorizaron la creación de la nueva sociedad anónima cuyo capital inicial fue de $ 2.000.000 fuertes representados por 20.000 acciones de $ 100 fuertes cada una. El gobierno provincial suscribió la mitad de dichas acciones y se comprometió a pagarlas con el empréstito negociado por Casado con la casa Murrieta y Compañía. Al mismo tiempo reservó más de 6.000 acciones para los comerciantes santafesinos y unas 4.000 acciones por valor de $ 400.000 fuertes para los «proponentes», entre los que se encontraba Casado. Si observamos la lista de accionistas definitivos que participaron en la fundación de la entidad y que fueron mencionados por el secretario Eudoro Carrasco, al final del proceso la ciudad de Rosario concentró el grueso de las acciones particulares puestas en venta. De los aproximadamente 233 accionistas que aparecen mencionados en la documentación existente, los rosarinos sumaron 140 y adquirieron 4.846 acciones sobre un total de 6.129, es decir, poco más del 79%. Carlos Casado compró 60 acciones y se hizo valedor de casi el 1% del total, al igual que otros importantes representantes de Rosario, entre ellos Tomás Armstrong, José María Arteaga y Lisandro de la Torre. Ese elevado número de acciones adquiridas por Casado sólo fue superado por ocho empresarios, también rosarinos, que compraron 100 acciones cada uno: Alfredo de Arteaga, Jacinto Corvalán, José María Cullen, uno de cuyos méritos fundamentales fue fundar la primera empresa de navegación del río Paraná,82 Carlos Grognet y Compañía, Benjamín Ledesma, (Juan) Sugasti, Amezaga y Alfaro, Arnoldo Schlaepfer, y la Tietjen y Compañía. Esta preponderancia, tanto numérica como en porcentaje de participación, muestra el predominio de la ciudad rosarina sobre el resto de la provincia de Santa Fe. Pero no debemos dejar de mencionar que las 1.283 acciones restantes (casi el 21%) fueron adquiridas por accionistas de otras localidades con la siguiente representación: 46 accionistas de Santa Fe compraron 725 acciones, el 11,8% del total, pese a que la ciudad era entonces, aunque cinco; CAMPAZAS, 1987, 63 y 91; LLOYD, 1911; Memoria que el directorio provisorio del Banco Provincial de Santa Fe, presenta a los señores accionistas el 10 de setiembre de 1874. Rosario, Imprenta de Eudoro Carrasco, 1874, 5-7. 81 Memoria que el directorio provisorio del Banco Provincial de Santa Fe, presenta a los señores accionistas el 10 de setiembre de 1874. Rosario, Imprenta de Eudoro Carrasco, 1874. 82 José María Cullen, entre otros cargos, también ocupó el Juzgado de Paz de Rosario en 1853, fue socio fundador el Club del Orden, senador nacional por Santa Fe, y concejal municipal de Rosario en 1866. Durante los años en que fue gobernador de la provincia santafesina se dictó la primera Constitución provincial.

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con una gran disputa con Rosario, la capital política provincial. Un total de 8 accionistas de Villa Constitución suscribieron 21 acciones representando así el 0,35% del total. Unas 230 acciones, esto es, el 3,75%, acabaron en manos de 10 comerciantes de la localidad de San Lorenzo; 5 accionistas radicados en las Colonias fundadas por el FCCA adquirieron 34 acciones, el 0,55% de las que fueron reservadas para particulares. Un solo accionista de Coronda suscribió 50 acciones, el 0,8%. Y, finalmente, 23 accionistas de San Carlos, que era una de las colonias agrícolas modelo de la época, se apoderaron de 223 acciones, llegando a cubrir el 3,6%. En síntesis, de los $ 2.000.000 en que fue calculado el capital del banco, gran parte del dinero provino de miembros de la burguesía radicada de manera permanente en la ciudad de Rosario (Cuadro 3). Buena parte de los accionistas enumerados en el Cuadro 3 habían creado previamente otras entidades bancarias, en su gran mayoría de corta vida, que funcionaron paralelamente al Banco Carlos Casado y al Banco Mauá y Compañía, como hemos señalado. Los primeros socios que se unieron para crear el Banco Provincial de Santa Fe procedían del grupo de comerciantes, en su mayoría de origen inmigratorio europeo, y en gran medida beneficiados por el gobierno de la Confederación (1852-1862) que había decretado la ley de Derechos Diferenciales y que hizo de Rosario un centro urbano, portuario y mercantil de gran importancia.83 Así, encontramos al Banco de Rosario que tuvo origen en la ley del 26 de junio de 1865 y que debía descontar vales, pagarés y obligaciones transferibles, llevar las cuentas corrientes de los particulares, sociedades y corporaciones que contaran con fondos o créditos en el banco, conceder préstamos sobre hipotecas, terrenos y establecimientos en el territorio provincial, así como girar y tomar letras con plazas del extranjero. La comisión provisoria del Banco de Rosario estuvo formada, entre otros, por Joaquín de Lejarza, Miguel de Madrid, Federico Guizetti y, por lo que nos interesa concretamente en este estudio, por Juan Dam quien, como veremos, fue uno de los principales testaferros de Casado en el Chaco paraguayo, poseedor de una finca «a la inglesa» en la Colonia Candelaria,84 y su colaborador como gerente del Banco Provincial de Santa Fe en los años en que el español ejerció la dirección de la entidad (Ilustra83 La ley de Derechos Diferenciales estableció la obligatoriedad de que toda embarcación extranjera que llegase a la ciudad de Rosario proveniente de Buenos Aires pagase el doble de los derechos aduaneros, GALLO, 2004, 29-30. 84 Véase Actas de las reuniones de la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria, del 8 de setiembre de 1885; 12 de octubre de 1885; 18 de octubre de 1884; 9 de febrero de 1885; 2 de marzo de 1885; 25 de abril de 1885; 12 de octubre de 1885; y 21 de octubre de 1885, MAHM, Libro de Actas de la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria (1884-1885). Analizaremos este tema, con mayor detenimiento, en los siguientes capítulos.

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PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

CUADRO 3.

Número acciones

1

2

3

4

5

Accionistas del Banco Provincial de Santa Fe en 1874, elaborada por el secretario Eudoro Carrasco Accionistas por localidades

Número Total accionistas: acciones: 6.129 233

Accionistas de Rosario (1): Domingo Ferrari Accionistas de Santa Fe (1): Aquiles Guindon Accionistas de San Carlos (4): Juan Bonetti; Esteban Farquet; José Manetti; Robinson Sánchez - Accionistas de Villa Constitución (4): Francisco Filipi; Blas Lescano; José María Pusterla; Federico Pusterla.

10

10

Accionistas de Rosario (3): Benito Aguinaga; José Antonio Guevara; J.E. Malbrán - Accionistas de Santa Fe (3): Luis F. Casavega; Federico Gómez; Benito Pinasco - Accionistas de San Carlos (2): Félix Francia; Luis Peretti Accionistas de las Colonias del FCCA (2): J.R. Grenwood; Pablo Velloz - Accionistas de Villa Constitución (2): Jesús Salmoral; Félix Armoa

12

24

Accionistas de Rosario (1): Hermenegildo Bustos - Santa Fe (2): José E. Ferreira; Adolfo Goupillaut - Accionistas de Villa Constitución (1): Vicente Lozano

4

12

Accionistas de Rosario (4): Manuel García; Francisco Gastiaburo; Millan Martínez; Hermanos Monti - Accionistas de Santa Fe (1): Severo Viñas

5

20

Accionistas de Rosario (5): Francisco Rodríguez Amoedo; Agustín Basso; José Dardi; Cecilio Echevarría; Enrique Serot - Accionistas de Santa Fe (8): Jacinto Bouvier; Laurentino Candioti; Isaías Gil; Juan Meldi; Lorenzo Monasterio; Silva y Larrañaga; Ignacio Villardel; Juan María Zavalla - Accionistas de San Carlos (3): Lorenzo Bordecio; Godofredo Kleinert; Francisco Morillon

16

80

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CUADRO 3. Accionistas del Banco Provincial de Santa Fe en 1874, elaborada por el secretario Eudoro Carrasco (Cont.) Número acciones

6 10

Accionistas por localidades

Número Total accionistas: acciones: 6.129 233

Accionistas de Santa Fe (1): José María Quintana

1

6

Accionistas de Rosario (41): Mariano Alvarado; Rosalía Alvarado; Adolfo Alvarado; Mariano Alvarado hijo; Arturo Alvarado; Juan Bautista Arengo; Pedro Nolasco Arias; Salvador Barriola; Fermín Beretervide; Eudoro Carrasco; Gabriel Carrasco; Baldomero Carranza; Manuel Castilla y Portugal; Mauricio Escofier; Joaquín Fillol; Jorge Ghirardi; María L. Guerra; Bartolomé Guerra; Luis Lamas y Hunt; Salvador Leonart; Rafael Llobet; Felipe Maldonado; Minetti y Torlasco; José Olaverry y Compañía; Ignacio Ortíz; Lisandro Paganini; Pascual Páez; Juan Perego y Compañía; Anselmo Pereira (o Pereyra); Antonio Rezónico; Juan Antonio de Rosas; Juan Sajoux; Julio N. Sajoux; Luisa Sajoux; Juan Sajoux hijo; Matilde Sajoux; Lisandro de la Torre hijo; Virginia P. de la Torre; Ramón Travarria; Emilio Vuille-Bille; Fenelón Zuviría - Accionistas de Santa Fe (11): Bartolomé Aldao; Marcial Candioti; Mariano Comas; Petrona C. de Iriondo; Alejandro Lamothe; Zenón Lassaga; Nicanor Molina; Tiburcio Reyes y Hermano; Claudio Segui; Juan Stoesel; Zavalúa y Olmos - Accionistas de San Lorenzo (4): Castagneto y Sanguinetti; Bernardo Lagomarsini; Plácido Piedrabuena; Alfonso Toriani - San Carlos (10): Guillermo Bauer; Chiafredo Barra; Domingo Bernardo; Juan B. Falco; Isidoro Favre; Federico Godschi; Juan Leone; I.D. Meier; Enrique Vollenweider; Juan Sigel Accionistas de las Colonias del FCCA (3): Juan Guillermo Akeroyd; Carlos Brofft; Guillermo D’Arcoy O’Farell - Accionistas de Villa Constitución (1): José María Salmoral

70

700

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PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

CUADRO 3. Accionistas del Banco Provincial de Santa Fe en 1874, elaborada por el secretario Eudoro Carrasco (Cont.) Número Total accionistas: acciones: 6.129 233

Número acciones

Accionistas por localidades

12

Accionistas de Santa Fe (1): Manuel D. Pizarro

1

12

15

Accionistas de Rosario (1): Pablo Stagno

1

15

20

Accionistas de Rosario (7): Pedro Altube y Compañía; Antonio Benavídez; Buenaventura Brignardello e hijo; Juan Costa; Pío Recalde; José A. Seoage; Antonio Vidal - Accionistas de Santa Fe (2): Domingo Cullen; Agustín de Iriondo - Accionistas de San Lorenzo (3): Juan José Andino; Domingo Cardiviola; Nicolás Landeta - Accionistas de San Carlos (2): Bautista Godschi; Enrique Meyer

14

280

Accionistas de Santa Fe (10): Agustín Aragón; Carlos Aldao; Victorina S. de Colina; Ignacio Crespo; Rodolfo Gesler; Ramón Lecubarry; Manuel Mantaras y Compañía; José Martínez; Conrado Porta; Torres y Echagüe

10

250

Accionistas de Rosario (5): Agustín Arrotea; Honoré (Honorio) Juan Bautista Bigand; Aarón Castellanos; Pedro Ibern; Víctor Le Hardy Accionistas de Santa Fe (2): Zacarias Barboza; Manuel Escalante - Accionistas de San Lorenzo (1): Estevan Costa - Accionistas de San Carlos (2): Fermín Laprade; Tomás Lubary

10

300

Accionistas de Rosario (4): Pedro Echaluz; Manuel González; Jacinta V. de Moreno; Modesto Rodríguez - Accionistas de Santa Fe (1): José María Echagüe - Accionistas de San Lorenzo (1): Vicente Palenque

6

240

25

30

40

70

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CUADRO 3. Accionistas del Banco Provincial de Santa Fe en 1874, elaborada por el secretario Eudoro Carrasco (Cont.) Número acciones

50

60

Accionistas por localidades

Número Total accionistas: acciones: 6.129 233

Accionistas de Rosario (48): Camilo Aldao; Inés N. de Aldao; Nicolás María Álvarez; José Arellano; Bastarrica y Berdaguer; José Bastarrica; Bergmann y Muñoz; Borzone Hermanos; José de Caminos; Margarita Maza de Carlés; Juan Bautista Alberdi; Francisco Correa; Luis C. Coutteret; Benito Díaz y Compañía; Lucio Doncel; Escayola, Canals y Compañía; Gaztañaga y Compañía; Quintín Gaztañaga; Melitón de Ibarlucea; Clodomiro Ledesma; Lucio Ledesma; Fermín de Lejarza y Hermanos; Restituta E. de Lejarza; López y Rodríguez; Macera y Compañía; Eusebio Machain y Compañía; Carlos Evaristo Machain; Marull Hermanos; Lorenzo Mir; Francisco Moreno; Ramona C. de Moreno; Ángel Muzzio; Florentino Orgaz y Compañía; José Otero y Hermanos; Manuel Otero; Eugenio Pérez; Víctor Pessan y Hermanos; Pedro Lindor Ramayo; Recagno Hermanos; Gaspar Rezzia; Enrique I. Rodríguez; Bertrand Rouzeau; Juan Sabathié y Compañía; Fidel Sala; Bonifacio Seviñé y Compañía; Federico Somoza; Schlieper, Fisher y Compañía; Antonio Zubelzú - Accionistas de Santa Fe (3): Tomás Cullen; Benito Freyre; Juan Manuel Reyes - Accionistas de Coronda (1): Juan Tuelles

52

2.600

Accionistas de Rosario (12): Ramón Araya; Tomás Armstrong; José María Arteaga; Carlés y Ramos; Carlos Casado del Alisal; Leopoldo Guerra; José Macías; Juan Montes; José Manuel Moreno; Manuel Regúnaga; Lisandro de la Torre; Nina Zonino — Accionistas de San Lorenzo (1): Eugenio Llaguno

13

780

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PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

CUADRO 3. Accionistas del Banco Provincial de Santa Fe en 1874, elaborada por el secretario Eudoro Carrasco (Cont.) Número acciones

100

Accionistas por localidades

Accionistas de Rosario (8): Alfredo de Arteaga; Jacinto Corvalán; José María Cullen; Carlos Grognet y Compañía; Benjamín Ledesma; (Juan) Sugasti, Amezaga y Alfaro; Arnoldo Schlaepfer; Tietjen y Compañía.

Número Total accionistas: acciones: 6.129 233

8

800

Fuente: elaboración propia según la Memoria que el directorio provisorio del Banco Provincial de Santa Fe, presenta a los señores accionistas el 10 de setiembre de 1874. Rosario, Imprenta de Eudoro Carrasco, 1874.

ción 5). Las diversas actividades desarrolladas por el Banco de Rosario le permitieron durante un tiempo emitir billetes en pesos fuertes y bolivianos, pero muy pronto, en 1866, fue absorbido por la sucursal rosarina del Banco Argentino, presidido este último por Bernardo de Irigoyen, entidad que en la ciudad contó, hasta el año 1876, con destacados representantes del mundo político y económico nacional, entre ellos Camilo Aldao, José María Cullen, José María Gutiérrez, Antonio Zubelzú, Joaquín de Lejarza, Carlos Grognet y Pedro Lindor Ramayo.... El Banco Rosario de Santa Fe, por su parte, fue creado en el año 1869 por Aarón Castellanos, Mauricio Hertz, Domingo Funes, Carlos Grognet, Pascual Rosas, Pedro Lindor Ramayo, Joaquín Ferrer y Antonio Carranza. Estaba formado por comerciantes avalados, a su vez, por Ezequiel Paz, Salvador Carbó, Teófilo García, Juan Manuel Perdriel y el doctor Eugenio Pérez. Este último fue sin duda el mayor y más efectivo colaborador de Carlos Casado ya que era vecino suyo en Rosario, apoderado de su suegro Marcos Sastre, y llegó a ser el director del Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS) cuyo concesionario era el propio Casado. La experiencia del Banco Rosario de Santa Fe duró muy poco tiempo ya que la entidad fue liquidada por el gobierno provincial en el contexto de decadencia de las entidades privadas.85 Otra de las experiencias bancarias de las que procedieron los accionistas del Banco Provincial de Santa Fe fue la sociedad anónima Crédito Territorial de Santa Fe. Fue organizada en agosto de 1869 y clausurada en 1873 y su idea fue nutrirse de capitales para favorecer las transacciones in85 Información en el Copiador de cartas (mes 9), Rosario, 1887, CDICT, f. 898; CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 19.

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GABRIELA DALLA CORTE

ILUSTRACIÓN 5. Billetes del Banco Provincial de Santa Fe con la firma del gerente de Carlos Casado, Juan Dam, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único

mobiliarias. Fue constituida por Manuel Regúnaga, Ramón Regúnaga (estos dos últimos, además de haber actuado en el Banco Comercial de Santa Fe que mencionamos más adelante, formarían parte, en 1874, de los accionistas proponentes del Banco Provincial de Santa Fe), Pedro Llambí, los escribanos Luis María Arzac y Lisandro Paganini,86 Luis Lamas y Hunt 86 Ambos fueron eficaces colaboradores de Casado; Lisandro Paganini, además, presidió el Club Social Rosario en 1887.

PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

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(intendente de la ciudad gracias a la designación efectuada por Bartolomé Mitre), Narciso del Castillo (padre de Diego del Castillo, apoderado general de Casado) y Claudino Campos. De acuerdo a los estatutos de la entidad, su finalidad era movilizar la compraventa de los bienes raíces provinciales, es decir, los predios rústicos, subdividir las propiedades, favorecer la construcción de edificios, quintas y chacras en ciudades y pueblos, así como «la importación indirecta de capitales á la provincia para emplearlos en los mismos bienes raíces que se trata de movilizar». El gobierno provincial, siempre de acuerdo al Código de Comercio, se reservó el derecho de intervenir en el Crédito Territorial de Santa Fe que en 1872 amplió su capital a un millón de pesos fuertes,87 para decaer poco después como consecuencia del reforzamiento de las entidades bancarias del Estado provincial. La sociedad anónima Banco Comercial de Santa Fe, finalmente, surgió con un capital inicial de $ 500.000 fuertes y fue conformada por Ramón Regúnaga, Manuel Regúnaga y Leopoldo Guerra. Fue fundada en 1867 por iniciativa del empresario y colonizador Mariano Cabal, líder del Club del Pueblo o Partido Federal y gobernador de la provincia de Santa Fe entre 1868 y 1871. Hasta el año 1869 en que cerró sus puertas, la casa bancaria emitió billetes a plata boliviana, descontó vales y pagarés, llevó cuentas corrientes y prestó dinero sobre hipotecas, girando letras sobre plazas del país y del extranjero.88 Como vemos, algunos miembros del grupo que lideraría el proceso de transformación financiera comenzaron por crear entidades bancarias de capitales particulares; poco tiempo después, procedieron a diversificar sus actividades económicas, primero en el mercado inmobiliario adquiriendo tierras cercanas a Rosario que destinaron a la colonización; segundo, en el mercado de consumo al construir molinos harineros, fábricas de cigarros, herrerías, carpinterías, licorerías; y tercero, en ensayos ferroviarios para comunicar el centro portuario y comercial con el área productiva del interior. En síntesis, sobre la base de estas experiencias particulares el Banco Provincial de Santa Fe se convertiría en uno de los instrumentos esenciales para hacer frente a la creación del mercado de capitales en la región. De ese modo, surgió para dirigir el crédito y es87

Estatutos de la Sociedad Anónima Crédito Territorial de Santa Fe. Rosario, Imprenta de Eudoro Carrasco, 1869, registrado bajo el número 10.465 del Registro General, MHPRJM, doc. 369; Estatutos de la Sociedad Anónima Crédito Territorial de Santa Fe. Rosario, Imprenta de La Capital, 1872, 35-40, MHPRJM, doc. 376 procedente del ATPR que incluye la aprobación del contrato del 10 de febrero de 1872 entre el gobierno provincial y Melquíades Salvá en representación de la sociedad anónima. 88 CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 19.

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timular la actividad productiva, y permitió, desde el año 1874, la circulación de billetes del Banco Nacional gracias a la fundación de una sucursal rosarina encabezada por Benjamín de Lejarza, Florentino Orgaz, Camilo Aldao, Pedro Ramírez y José Machain.89 La aparición de la nueva entidad bancaria en la escena rosarina coincidió con los últimos meses de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y con el inicio del gobierno de Nicolás Avellaneda (1874-1880), y fue resultado de la reestructuración del sistema crediticio. Los burgueses rosarinos unieron sus capitales privados y se aliaron con el Estado provincial para asegurarse ciertas prerrogativas crediticias que, a mediano plazo, favorecieran sus intereses y negocios privados, disminuyendo así los efectos de una posible crisis de impacto regional o nacional. Es indudable que la crisis de 1873 está detrás de la búsqueda de certidumbre de estos sectores mercantiles, que vieron cerrarse en esas fechas los bancos de Rosario, del Crédito Territorial y Comercial de Santa Fe. Pero volvamos al momento en que el Banco Provincial de Santa Fe abrió sus puertas dando lugar así al inicio de la segunda etapa financiera mencionada. El 5 de junio de 1874, por iniciativa del gobernador Servando Bayo y del vicegobernador Juan María Zavalla, se realizó en el domicilio de Benjamín Ledesma la primera reunión de vecinos, los cuales fueron convocados por el ministro general de gobierno, Melquíades Salvá, y por el jefe político rosarino, el coronel Fermín Rodríguez.90 Habían transcurrido cuatro días desde la publicación de la ley provincial que le89 DE MARCO, 1993, 95-99; MARZORATI, 1960; VIDELA, 1995; PIZARRO, 1877; Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, MHPRJM, vol. único; CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 19; ÁLVAREZ, 1943, 431. 90 Los proponentes fueron Carlos Casado, Carlés y Ramos, Benjamín Ledesma, José Manuel Moreno, Leopoldo Guerra, Arnoldo Schlaepfer, Camilo Aldao, José María Cullen, Jacinto Corvalán, Eusebio Machain y Compañía, José Otero y Hermanos (sociedad liderada por José Otero en la que nos hemos detenido al estudiar el caso del Banco Mauá y Compañía contra el coronel José Agustín Fernández), Gastañaga y Compañía, Tietjen y Compañía, Fermín de Lejarza y Hermano, Lucio Doncel, Carlos Grognet y Compañía, López y Rodríguez, Manuel Regúnaga, Recagno Hermanos, Bastarrica y Berdaguer, Rezzia y Sala, Bonifacio Seviñé (o Sevigne) y Compañía, Alfredo de Arteaga, Ángel Muzzio, Aarón Castellanos, Gerelaynn y Muñoz, Luis C. Coutteret, Benito Díaz y Compañía, Sugasti, Amezaga y Alfaro, Escoyola, Canals y Compañía, Eugenio Schmidt, José de Caminos, Pedro Lindor Ramayo, Federico Somoza, Bertrand Rouzeau, Francisco Correa, Víctor Bessan y Hermanos, Manuel Arijón, Francisco Moreno, Lorenzo Mir, y Lisandro de la Torre (familiar de quien se desempeñara como juez letrado de comercio de Rosario dr. José E. de la Torre). Véase la ley orgánica del 1 de junio de 1874 sancionada por el Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, así como las leyes posteriores de creación del Banco Provincial de Santa Fe; Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario. Rosario, 1 de setiembre de 1924, 13-29.

PRÁCTICAS FINANCIERAS, BANCA Y PRÉSTAMO

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gitimaba la ejecución del proyecto. Si bien la normativa, como harían luego los estatutos definitivos del banco, fijaba que diez acciones equivalían a un voto y que los accionistas podían tener hasta un máximo de seis votos,91 durante la primera reunión constitutiva se acordó que cada persona asistente tuviese derecho a un solo voto sin importar el número de acciones poseídas. En las primeras elecciones que debían servir para formar la junta directiva del nuevo banco, Casado asumió la presidencia provisoria tras ser elegido por 29 votos. Había vencido así a otros candidatos, tales como Benjamín Ledesma, que había recibido 23 votos; Manuel Carlés, al que votaron 20 asistentes; y Evaristo Machain, que fue propuesto por 17 personas. Todos ellos, no obstante, pasaron a conformar el directorio junto con los representantes del gobierno, Melitón de Ibarlucea y Mariano Alvarado.92 La elección de Casado interesa particularmente ya que fue posible gracias a que el artículo 36 de los estatutos no estipuló ninguna restricción en función de la nacionalidad. Para ejercer la dirección del banco, sólo era necesario «ser vecino y tener residencia continuada de dos años en la provincia» además de poseer «cincuenta acciones los nombrados por los accionistas o en cualquier cantidad los nombrados por el gobierno».93 De este modo, si la dirección de la entidad recaía en los poseedo91

Cabe señalar que Carlos Casado defendió esta propuesta en otros emprendimientos, en particular en el FCOS del cual fue concesionario en 1881: mantuvo el criterio de no dar más representación que seis votos a los propietarios de acciones. Sobre este tema véase en particular, Poder General de la Compañía Ferrocarril Oeste Santafesino a Carlos Casado (directorio de la sociedad anónima representado por el presidente Eugenio Pérez y por el secretario Juan Arrosagaray, según decreto del Poder Ejecutivo provincial del 19 de diciembre de 1881), 12 de julio de 1886, testigos Pedro Mancera y Juan Arrosagaray, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 92 Véase el acta de constitución provisoria del Banco Provincial de Santa Fe, fechada el 5 de junio de 1874, con la presencia de Benjamín Ledesma, Manuel Carlés, Enrique I. Rodríguez, Carlos Casado, Bonifacio Seviñé (o Sevigne), Manuel Otero, Quintín Gaztañaga, Leopoldo Guerra, Joaquín de Lejarza, Federico Somoza, Carlos Grognet y Compañía, Eugenio Schmidt, Engelbert (Engilberto) Tietjen, Rezzia y Sala, Francisco Correa, José Berdaguer, Lorenzo Mir, Manuel Arijón, Ángel Muzzio, Bertrand Rouzeau, Luis C. Coutteret, Arnoldo Schlaepfer, Víctor Pessan y Hermanos, Sugasti, Amezaga y Alfaro, Francisco Moreno, Benito Díaz, Jacinto Corvalán, Lucio Doncel, José Manuel Moreno, Eusebio Machain y Compañía, José Maria Cullen, Alfredo de Arteaga, Manuel Regúnaga, en Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario. Rosario, 1 de setiembre de 1924, 51-54; también CAMPAZAS, 1987, 63 y 91. 93 Véase Ley orgánica del 1 de junio de 1874 sancionada por el Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, así como las leyes posteriores de creación de la entidad bancaria santafesina; Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario.

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res particulares de más de 50 acciones, la posibilidad de ser elegidos se reducía a 73 de los 233 socios, es decir, al 31% del total. Además, si observamos la procedencia de esos socios con más de 50 acciones que podían asumir la dirección del Banco Provincial de Santa Fe, Rosario concentraba un total de 68 miembros, frente a 3 de la ciudad de Santa Fe, 1 de Coronda y 1 de San Lorenzo. Contabilizando el número de acciones suscritas por cada uno de ellos, los 68 rosarinos concentraban 3.920 acciones; los santafesinos, 150; el de San Lorenzo, 60; y el de Coronda, sólo 50 (Cuadro 3). Carlos Casado, Quintín Gaztañaga y Mariano Alvarado, este último designado por el gobierno provincial que no quiso perder su influencia en la nueva entidad, fueron los encargados de redactar los estatutos definitivos que fueron publicitados el día de la apertura del Banco Provincial de Santa Fe, el 1 de setiembre de 1874, en un acto que contó con la asistencia de representantes del gobierno provincial. Estaban allí el jefe político Fermín Rodríguez en representación del gobernador de Santa Fe, Servando Bayo, así como los gerentes del Banco Argentino94 y del BanRosario, 1 de setiembre de 1924, 13-29. Ocuparon la presidencia de la entidad bancaria Carlos Casado (8 de junio de 1874 al 22 de junio de 1874; se desempeñó como director general del 1 de octubre de 1878 al 4 de junio de 1886); Benjamín Ledesma (6 de julio de 1874 al 25 de setiembre de 1874); Melitón de Ibarlucea (3 de octubre de 1874 al 1 de octubre de 1878); Eloy Palacios (4 de junio de 1886 al 20 de marzo de 1892); Juan Terrosa (23 de marzo de 1892 al 26 de julio de 1893); Rafael Ferrer (18 de agosto de 1893 al 20 de enero de 1894); Pedro Nolasco Arias (26 de enero de 1894 al 18 de abril de 1894); José de Caminos (18 de abril de 1894 al 11 de febrero de 1895); CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 28; De Marco, 1993, 99. 94 El gerente de este banco era Zenón Pereyra, que se convertiría en un importante colonizador además de miembro de la red social de Casado ya que actuó de testigo en dos oportunidades, hecho que se comprueba en Expediente civil de Carlos Casado contra Braulio Chávarri del Alisal sobre nulidad de su hipoteca, 1886, iniciado el 26 de febrero de 1886 y finalizado en junio de 1886, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, segundo cuerpo, 98 f; también Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, causas civiles, serie C, t. 267. A su vez, estos datos en Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado Sastre) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. Finalmente, el Índice del Archivo General del Rosario de Santa Fe elaborado por Eudoro Carrasco, en su Registro de Ventas, hizo constar que Carlos Casado vendió diversas propiedades a Zenón Pereyra en 1880. Cabe señalar que tiempo después Carlos Casado vendería a Zenón Pereyra un campo en Las Sepulturas. Mensura del campo en Las Sepulturas, CDICT, Libro de Mensuras n.º 4 (1885-1892), ff. 11-13.

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co de Londres y Río de la Plata (este último había adquirido, como hemos visto, el Banco Carlos Casado).95 Gracias a la imprenta fundada por Eudoro Carrasco, que fue designado primer secretario del Banco Provincial de Santa Fe, contamos hoy con ejemplares de los estatutos los cuales prohibieron por primera vez el uso de pesos bolivianos.96 El banco orientó finalmente parte de sus recursos al mercado de tierras, consiguiendo dinamizar la empresa colonizadora; entre otras atribuciones, la entidad bancaria surgió con la tarea de emitir billetes, recibir depósitos de dinero, girar cartas de crédito, conceder crédito a particulares, al gobierno y a sociedades y corporaciones provinciales, así como contratar empréstitos con los gobiernos provincial y municipal. Como hemos dicho más arriba, Casado asumió como director provisorio, pero renunció a los pocos días, el 18 de junio de 1874, tras oponerse a la decisión del gobierno de monopolizar la elección del personal del nuevo Banco Provincial. El español argumentaba que, como titular de la entidad, debía ser el único responsable de la selección de los empleados, aunque siempre con el acuerdo de la asamblea de accionistas. El 22 de junio de 1874, el gobierno provincial aprobó la decisión de Casado de retirarse de la directiva del banco, y mantuvo a los dos representantes gubernamentales, es decir, a Melitón de Ibarlucea y Mariano Alvarado. Un mes después, Benjamín Ledesma asumió la presidencia y Casado la vicepresidencia, en un continuo pulso entre dos facciones claramente diferenciadas: el grupo «oficialista», encabezado por Camilo Aldao, José Manuel Moreno, Manuel Carlés, Leopoldo Guerra, Joaquín de Lejarza y Gaspar Rezzia; y el grupo llamado «del comercio», formado por comerciantes y prestamistas de cinco nacionalidades distintas (en particular, españoles, italianos y franceses), liderados a su vez por Benjamín Ledesma, Carlos Casado, Ángel Muzzio,97 95

«Acta de iniciación de operaciones o de apertura del Banco Provincial de Santa Fe, casa Rosario, 1 de setiembre de 1874», Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario. Rosario, 1 de setiembre de 1924, 57-58. 96 Ley orgánica y Estatutos del Banco Provincial de Santa Fe. Rosario, Imprenta de Eudoro Carrasco, 1874. 97 Casado mantuvo estrechas relaciones con el italiano Ángel Muzzio quien, tras vivir en Buenos Aires entre 1849 y 1858, se instaló en Rosario para comercializar cargamentos de carbón, hierro y maderas hasta convertirse en importador de maquinaria industrial y agrícola. En noviembre de 1885, ante el escribano Javier Munuce, Ángel Muzzio compró a nombre de Casado una legua cuadrada de tierra a la testamentaría de Nicolás Cánepa. A su vez, Casado adquirió tierras de Ángel Muzzio en 1888 en San Francisquito. La información consta en los Títulos de terrenos comprados por la Carlos

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Luis C. Coutteret, Florentino Orgaz, Evaristo Machain, Manuel Regúnaga, Deolindo Muñoz, Jacinto Corvalán, Antonio Zubelzú, Zenón Pereyra y Lucio Doncel, entre otros. Esta notable polarización provocó que Ledesma, Casado y Quintín Gaztañaga enviaran el 21 de setiembre de 1874 una nota al ministro provincial afirmando que el gobierno, que era el principal accionista del banco, imponía su criterio sobre los representantes «del comercio» rosarino. Relataron que Eudoro Carrasco, el secretario que adhería al grupo oficialista o gubernamental, adulteraba las actas de las asambleas,98 situación testimoniada incluso por uno de los accionistas, el hermano del concuñado de Carlos Casado, Manuel Castilla y Portugal. Los tres informantes remarcaron que el estatuto definitivo había sido aprobado por una asamblea ilegítima en la que no había habido quórum por el abandono del grupo «del comercio», el cual se había retirado de la sala. Finalmente, Casado, Ledesma y Gaztañaga informaron al ministro que, como consecuencia de la conducta manifestada por los «oficialistas» Alvarado, Ibarlucea y Carlés, el directorio provisorio estaba «enteramente desquiciado y el mismo secretario, Sr. Carrasco, se ha revelado completamente contra la autoridad que el presidente del directorio inviste». Advirtieron a su vez que si se optaba por otorgar mayor representación a quienes poseían más acciones, los más ricos vencerían siempre a los accionistas propietarios de un número reducido de acciones.99 En síntesis, que los Casado Limitada Compañía de Tierras a Ángel Muzzio en San Francisquito, Rosario, agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, 1888 aprox., CDICT, caja 8, leg. 320; también en los Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado». Cabe señalar que a su vez sabemos que Casado adquirió a la viuda de Cánepa 13 lotes de 4 leguas cuadradas y parte de un lote, a partir del plano levantado por el agrimensor Guillermo R. Reid, adquiridos por Cánepa al gobierno provincial el 12 de agosto de 1871; véase Escritura de venta de 49 leguas cuadradas deslindadas de campo en el Chaco Chico de la provincia de Santiago del Estero, por valor de $ 49.000 mn, Testamentaría de Nicolás Cánepa (viuda Nicolasa C. de Cánepa) a Carlos Casado, 2 de enero de 1886, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Las tierras chaqueñas comenzaban a tentar a Carlos Casado. 98 Uno de los terrenos en que podemos observar la distancia ideológica y política de Eudoro y Gabriel Carrasco respecto a Carlos Casado del Alisal es en el de las sociedades benéficas. Casado tenía preferencia por las Damas de Caridad frente a la Sociedad de Beneficencia la cual fue puntualmente reconocida por los Carrasco como la más significativa e importante de las dos; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 289-290; DALLA CORTE y PIACENZA, 2006. 99 El original de la nota enviada por Ledesma, Casado y Gaztañaga, reproducida del Registro Oficial de la provincia de Santa Fe, y citada por CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 49-52.

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más poderosos, con el apoyo gubernamental, vencerían siempre a los más débiles. El directorio definitivo fue formado el 3 de octubre de 1874 bajo la presidencia del representante gubernamental Melitón de Ibarlucea (que ocupó el cargo hasta el 1 de octubre de 1878 cuando fue sustituido nuevamente por Carlos Casado), los vicepresidentes Leopoldo Guerra y Camilo Aldao, y los vocales, el oficialista Mariano Alvarado, Manuel Carlés y José Manuel Moreno. Pese a la manifiesta oposición del grupo «del comercio», Eudoro Carrasco continuó en el cargo de secretario del Banco Provincial de Santa Fe y, a la larga, este hecho lo catapultó, al igual que a su hijo Gabriel, hacia diversas instituciones de la escena local y regional.100 Una de las primeras medidas que tomó el grupo «oficialista» en junio de 1875 fue prohibir al Banco de Londres y Río de la Plata, y a cualquier otra entidad bancaria privada que no fuese el Banco Provincial de Santa Fe, la emisión de moneda. Consecuentemente, se promulgó la ley provincial que autorizaba al Banco Nacional y al Provincial de Santa Fe a poner en circulación billetes o notas de crédito al portador en forma exclusiva, situación que originó un grave y conocido litigio entre el gobierno provincial y el Banco de Londres y Río de la Plata que actuaba en Rosario desde que comprara el Banco Carlos Casado.101 La entidad entabló una demanda ante la justicia nacional y en el acalorado debate participaron los comerciantes y prestamistas que habían desarrollado actividades financieras encabezados, hasta entonces, por Casado.102 En noviembre de 1876 fueron los comerciantes los encargados de formular una solicitud con la finalidad de reducir el poder monopólico de la entidad bancaria que frenaba la creación de nuevos establecimientos de crédito mercantil y obstaculizaba la introducción de capitales en el mercado. Así, una Comisión de comerciantes proyectó poner fin al estado ruinoso del comercio limitando los privilegios concedidos al Banco Provincial santafesino. Significativamente, estaba formada por Pedro Araya, Francisco Correa, Vicente Ocampo, Manuel Paz, John Egginghr, Eugenio Schmidt, Evaristo Machain, Woltje Tietjen, Henry (Enrique) 100 «Memoria que el Directorio del Banco Provincial de Santa Fe presenta a los señores accionistas en la asamblea general del 15 de abril de 1875», Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario. Rosario, 1 de setiembre de 1924, 61-70. 101 La entidad bancaria británica llegó a amenazar al gobierno santafesino de que bombardería el puerto de Rosario en caso de que fuesen limitadas sus actividades. 102 Mensaje del presidente argentino Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1881, Mabragaña, tomo IV (1881-1890), 1-30; CAMPAZAS, 1987, 45-46. A su vez, el Banco Nacional fue reorganizado en 1876.

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Fischer (Fisher), Schliper Fischer, este último representante del FCCA, V. Brignardello (h), Tomás Duguid, Juan Sabathié y Fidel Sala.103 El gobierno provincial decidió convocar entonces sesiones legislativas y Manuel D. Pizarro se mostró partidario de apoyar al Banco Provincial —del cual poseía un total de 12 acciones, es decir, poco más que la quinta parte de las que habían sido suscritas por Carlos Casado— a través de la publicación de diversos artículos en la prensa santafesina que posteriormente fueron reunidos en un folleto titulado, seguramente con una intención irónica, Los privilegios del Banco Provincial. En este texto, Pizarro cuestionó las críticas que los comerciantes dirigían a la entidad acusándola de ser un «establecimiento particular». Sus únicos privilegios, según él, eran el cobro preferente de sus créditos comerciales e industriales frente a otras entidades bancarias así como la emisión exclusiva de billetes y moneda. Según Pizarro, el Banco Provincial tendía a satisfacer derechos colectivos de la sociedad sin romper los principios de la libertad económica que beneficiaban privadamente a los comerciantes. Los ensayos bancarios anteriores eran «erráticos... aparecen como meteoros fugases [sic], lucen un momento, producen algún bien al comercio y á la industria, y después desaparecen y sucumben, causando en su desaparición y caída mayores males que bienes produjeron durante los días de su fugaz existencia», sostuvo Pizarro describiendo la situación del Banco Mauá y Compañía, del Banco Argentino y del Comercial y Crédito Territorial.104 En el transcurso de estos debates, las primeras luces del Banco Provincial de Santa Fe parecieron esfumarse: el capital del banco se había reducido a $ 1.056.450 fuertes, y 2.500 de las acciones eran por títulos del empréstito obtenido por Casado y autorizado por la ley del 22 de junio de 1872. Los últimos estatutos fueron redactados el 29 de diciembre de 1877 gracias al trabajo desarrollado por una comisión presidida por Melitón de Ibarlucea, y formada por Mariano Alvarado, Eudoro Carrasco, José Otero y Luis C. Coutteret; el secretario era entonces el hijo de Eudoro, Gabriel Carrasco, con quien Casado tendría a lo largo de su vida algunos encuentros desafortunados, como hemos argumentado más arriba y demostraremos a lo largo de este libro.105 103

Cabe señalar que Juan Sabathié fue el responsable de una de las casas de comercio más importantes de la segunda mitad del siglo XIX; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 571. 104 PIZARRO, 1877, 3-6. 105 Ley orgánica del 1 de junio de 1874 sancionada por el Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe; leyes posteriores de creación y estatutos del Banco Provincial, Banco Provincial de Santa Fe, Casa Rosario, 1874-1924, Memoria, Balance y datos estadísticos con motivo de su cincuentenario. Rosario, 1 de setiembre de

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Ante esta situación, el 27 de setiembre de 1878, el gobernador Simón de Iriondo acabó por ceder y designó a Casado para el cargo de director general del Banco Provincial de Santa Fe, y a su mano derecha, Juan Dam, como gerente de la entidad. Era una manera de reconocer el poder del grupo «del comercio» frente al «oficialista». Poco tiempo después, el 11 de diciembre de 1878, el presidente Nicolás Avellaneda encomendó a una comisión rosarina encabezada por Casado el estudio de las medidas más eficaces para regularizar la circulación monetaria en las diversas plazas del país. Para reforzar aún más su imponente posición, Casado lideró otra comisión dedicada a reunir fondos para costear las campañas al desierto contra los ataques indígenas en las zonas de frontera.106 La década de 1880 consolidó la figura de Casado en el ámbito financiero: pese a no resolver de inmediato algunos problemas monetarios de la región, el Banco Provincial de Santa Fe consiguió unificar la emisión de moneda. La figura de Casado en la organización del sistema bancario santafesino es hoy recordada de diversas maneras, en parte gracias al triunfo que obtuviera en 1878. De hecho, la sala del directorio del Banco Provincial de Santa Fe de Rosario conserva un óleo que representa al español, al tiempo que la esquina entre las calles Santa Fe y San Martín —ocupada hoy por el llamado Nuevo Banco de Santa Fe que ha sobrevivido pese a las sucesivas y graves crisis económicas argentinas pero que ha perdido el calificativo de «provincial»— está adornada con la escultura que Eduardo Barnes hiciera en honor a Casado en el año 1970, precisamente durante las celebraciones del centenario de Casilda. En mayo de 1881, el presidente Julio Argentino Roca se dirigió al Congreso manifestando que «el día que hayamos establecido la unidad monetaria y nos presentemos ante el mundo, sin privilegios ni papeles inconvertibles, tendremos un grande aumento de capitales extranjeros». Las «malas monedas» de una provincia, «como los idiomas primitivos en las razas de América», no debían ser consideradas, según Roca, un vehículo de la civilización.107 De acuerdo al presidente, sólo la exhube1924, 13-47. Cabe señalar que estos estatutos fueron modificados dos décadas después: Estatutos del Banco Provincial de Santa Fe, leyes referentes a su reorganización, año de 1896. Rosario, Imprenta a vapor El Orden, 1897. 106 CAMPAZAS, 1987, 76; CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 23; TOSTICARELLI, 1969, 11. 107 Mensaje del presidente argentino Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1881, Mabragaña, tomo IV (1881-1890), 1-30. Sobre la política de la época, véase el conocido trabajo de Natalio Botana, El orden conservador; (BOTANA, 1979); también de Ezequiel Gallo y Roberto Cortés Conde, La República conservadora; (GALLO y CORTÉS CONDE, 1972); y de Gustavo FERRARI y Ezequiel GALLO, La Argentina del Ochenta al Centenario; (FERRARI y GALLO, 1980).

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rancia del país explicaba el progreso económico conseguido hasta entonces teniendo en cuenta el «caos monetario» sufrido por la Argentina durante las décadas de conformación del Estado Nacional en la inmediata etapa independiente. El Banco Provincial santafesino se erigía entonces como uno de los instrumentos elegidos para consolidar la economía regional en el proyecto nacional en ciernes. Durante los años en que Casado fue prácticamente excluido de la directiva del Banco Provincial de Santa Fe, su mirada se orientó a la Colonia Candelaria de la que se convirtió en propietario, y hacia Villa Casilda, es decir, el núcleo urbano de la colonia. Durante la década de 1870 Casado transfirió al proyecto colonizador todos sus recursos hasta que en 1878 volvió a ser designado director del Banco Provincial. Comenzaba así para el español una nueva etapa en sus ensayos empresariales que duraría hasta mediados del año 1886. En marzo de 1883, mientras se embarcaba en la construcción del FCOS, el español obtuvo un empréstito valorado en un millón de libras que el gobierno utilizó para cumplir con su acreedora, la casa londinense Murrieta y Compañía. Poco después, sus ojos empezaron a dirigirse hacia otro emprendimiento que lo convertiría en uno de los mayores latifundistas del Cono Sur latinoamericano: la compra del Chaco paraguayo. El Banco Provincial de Santa Fe, mientras tanto, perdió aliciente para Casado que prefirió eligir un sustituto sin perder, no obstante, el control de la entidad: Eloy Palacios. Germán Oldendorff, hasta entonces secretario-contador del directorio del banco, asumió como gerente sin perder presencia en el FCOS.108 Estos personajes, en su mayor parte surgidos en el ámbito financiero y mercantil, serían centrales en el proyecto empresarial: tanto Palacios como Oldendorff colaboraron eficazmente con Casado,109 y constituyeron el núcleo central de su proyecto empresarial implementado a nivel regional con la construcción del FCOS y a nivel internacional con la adquisición de los bosques ricos en quebracho de la región chaqueña paraguaya, como veremos en estas páginas. 108

LAGOS, 1949, 48; FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 40 y 164. Germán Oldendorff sería uno de los colaboradores estrechos de la asociación benéfica Damas de Caridad; DALLA CORTE y PIACENZA, 2006. 109 En esos años, de viaje por Europa, Casado designó a Palacios como su apoderado general para que este último nombrase a su vez a Carlos Castilla (miembro de la familia Castilla y Portugal, aunque no hemos podido identificar su vínculo de parentesco), Manuel Gálvez y Diego del Castillo como sus representantes en asuntos judiciales; Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f.

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En febrero de 1888, el Poder Ejecutivo nacional incorporó el Banco Provincial de Santa Fe a la ley de Bancos Nacionales Garantidos.110 En estos conflictivos años encontramos algunas de las claves para comprender el papel de Casado en la transformación del sistema bancario y empresarial en la región: el modelo financiero adoptado hasta entonces, con predominio de capitales privados, se transformó hacia 1874 con la fundación del Banco Provincial de Santa Fe, el cual afectó claramente a la sucursal rosarina del Banco de Londres y Río de la Plata, a su vez comprador del Banco Carlos Casado. La entidad bancaria provincial clausuró la etapa de 1860 a 1874 durante la cual Casado fue calificado por sus contemporáneos como «prestamista», «corredor» y «banquero», y abrió otra en la que observamos su creciente interés por invertir en el ámbito urbano y rural argentino, tanto que en el año 1899 las propiedades urbanas y las quintas con terrenos de la familia Casado-Sastre fueron valoradas en la elevada suma de $ 127.709 mn. Esta opción se produjo incluso a costa de romper literalmente sus relaciones con la familia Chávarri de Portugalete, como veremos en el siguiente capítulo.

110 Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, MHPRJM, vol. único.

CAPÍTULO II UNA QUIMERA FAMILIAR: RELACIONES DE PARENTESCO ENTRE PORTUGALETE Y ROSARIO

Carlos Casado fue el segundo hijo legítimo de María Casilda del Alisal y de Pedro Casado, este último natural de Broyas del Obispado de Badajoz en Extremadura, alférez del Regimiento del Infante que llegara a la villa para ocupar un cargo administrativo como recaudador de rentas y como administrador de los condes de Villada. María Casilda, por su parte, había nacido en Palencia —la ciudad más antigua de Castilla la Vieja—,1 y era hermana de Juan y Esteban, este último casado a su vez con una hija de Juan Carnicero Franco y, por ende, cuñado de Juan Carnicero Villarroel, ambos alcaldes de Villada durante la invasión francesa a la península ibérica.2 Radicada la familia definitivamente en Palencia, Carlos fue enviado a Portugalete, en Vizcaya, para especializarse en la carrera naval. Allí fue puesto bajo la protección de sus tíos, José Francisco Chávarri Arechaga y Francisca del Alisal las Carreras,3 en cuya casa se relacionó con sus primos: Ángel, Tiburcio, Félix, Juana, Juan, José y Braulio Chávarri del Alisal —los tres últimos fallecerían en Rosario—.4 1

BECERRO DE BENGOA, 1886, 11. De acuerdo a la ficha bautismal de Carlos Casado, sus padrinos fueron Juan del Alisal y Carnicero y María Teresa García de Miranda. Sus abuelos paternos fueron Pedro Sotero Casado, de Mansilla de las Mulas, y Juana González Vigil, natural de Villaverde de la Diócesis de Toledo. Sus abuelos maternos fueron Francisco Esteban del Alisal, natural de Noceda, Obispado de Santander, y Genara Carnicero Villarroel, natural de Aguilar de Campos, Obispado de León, Original de la partida de bautismo del Ayuntamiento de Villada; LAGOS, 1949, 16-15; CASAS DÍEZ, 1976, 134-139. 3 José Francisco Chávarri Arechaga nació en Gueñes el 21 de marzo de 1779 y falleció en Portugalete el 18 de mayo de 1859, y Francisca del Alisal las Carreras nació el 30 de marzo de 1793 en Santurce y falleció en Bilbao, sin fecha conocida por mí. 4 ALONSO OLEA, 2005, 21-27. 2

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También aprendió a comerciar con los minerales de hierro de Triano, actividad que propició la industrialización del territorio vizcaíno,5 y aprovechó para estudiar en el Instituto Vizcaíno de Bilbao, graduándose de bachiller en filosofía en la Universidad Literaria de Valladolid. A los 20 años egresó de la Escuela Naval de Bilbao con el título habilitante de piloto particular supernumerario de la carrera de América de la matrícula de Portugalete, una opción bastante típica entre los hijos segundones de familias hidalgas que se veían forzados a dedicarse a la actividad marítima o mercantil.6 El primer biógrafo de Casado, Faustino Infante, relata que en los años previos a su instalación en Rosario el español se había dedicado a la marina mercante, realizando diversos viajes durante los cuales sufrió dos naufragios, uno en Escocia y otro en Cuba; en este último caso era el capitán de la nave perdida en el siniestro.7 Casado tenía 24 años cuando decidió establecerse en Rosario, en el año 1857. Allí se encontraba su primo José Chávarri del Alisal, que había fundado la compañía mercantil Chávarri y Balladares con Javier Balladares, y con él llevaría adelante sus primeros emprendimientos en el espacio rioplatense. En el inventario de bienes que levantara J. Daniel Infante, comprobamos el peso que tuvieron los Chávarri en la vida de Casado: uno de los hermanos de José, Juan Chávarri del Alisal, se presentó en 1899 ante los Tribunales de Rosario para oponerse a la partición de la herencia de su primo y salvar así parte del capital que desde hacía más de veinte años venía reclamando infructuosamente a Casado.8 La propiedad que generó los mayores sinsabores para estas familias fue el campo Las Estacas que José Chávarri del Alisal adquirió en 1860 en el departamento de San Jerónimo, a casi 100 km de la ciudad de Rosario, y sobre la que fundó en 1873 la Colonia Caridad. Esta colonia fue a parar al patrimonio de Casado de una manera más que ilegítima, y fue bautizada por él como Colonia San Genaro (también San Jenaro). 5 José Francisco Chávarri Arechaga formaría parte (con Nicolás María de Llano, José Antonio de Ybarra y José Antonio de la Mier) de la Ybarra, Mier y Compañía que se beneficiaría de la captación privada de la franquicia de minerales de Somorrostro. 6 CASAS DÍEZ, 1976, 134-139; DALLA CORTE, 2000. 7 INFANTE, 1944, 13. 8 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 267, que incluye la actuación de Juan Chávarri del Alisal por la sucesión de Braulio Chávarri del Alisal; el incidente de separación de patrimonio n.º 937; la recusación n.º 936; los recursos directos n.º 2.450 y n.º 2.451 oponiéndose a partición de herencia y venia para vender.

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En todos los años que van desde 1880 a 1899, la figura pública de Casado se fue ensombreciendo por una docena de pleitos irresueltos con sus parientes. La disputa judicial interrumpió los vínculos familiares y empresariales que Casado hubiese podido establecer con uno de sus parientes, el empresario vasco más importante de la época, Víctor Chávarri y Salazar, el hijo del armador de buques Tiburcio Chávarri del Alisal. El pleito entre los Chávarri y Carlos Casado fue tan determinante en la época que uno de los principales biógrafos del español, Héctor Lagos,9 afirmó que aquél había sufrido un «injusto pleito», aunque nunca lo analizó en profundidad. En este sentido, estudiada la red social, en este caso familiar, desde la perspectiva del conflicto, se hará visible tanto su densidad inicial como su transformación en la larga duración. En el primer apartado consideramos el papel de la Colonia Caridad en el inicio de los conflictos familiares, para continuar en el segundo apartado con el análisis del condominio Chávarri-Casado-Weldon que permitió la adquisición de las tierras del Bajo de la ciudad de Rosario en las cuales se construyeron los Muelles y Graneros. En el tercer apartado abordamos el impacto del conflicto familiar en la Argentina, y en el cuarto las estrategias implementadas por la familia Chávarri desde Portugalete. El caso ilumina la evolución de las redes familiares de los Casado y de los Chávarri, en Rosario y en Portugalete, a fin, entre otras cosas, de relativizar el peso que tradicionalmente se ha concedido a las relaciones de parentesco, vistas como un todo armónico e invariable, a la hora de comprender la dinámica del funcionamiento social.10

2.1.

La Colonia Caridad y José Chávarri del Alisal

Comencemos por la descripción del conflicto: el campo Las Estacas estaba compuesto por un terreno de pastoreo de dos leguas de frente por cuatro leguas de fondo que José Chávarri del Alisal había adquirido a su vez a la compañía Belisario Ortíz y Hermanos el 17 de diciembre de 1860, así como de un triángulo contiguo al anterior de media legua cuadrada adquirida a Tomás Diego Gowland el 29 de julio de 1869 ante el escribano Luis María Arzac. Ambas propiedades fueron originariamente calificadas de «terrenos de campos desiertos» y en ellas José Chávarri del Alisal construyó precarios edificios y sementeras. 9

LAGOS, 1957, 63. Sobre esta perspectiva, en particular en relación al conflicto como base de estudios de redes sociales, BARRIERA y DALLA CORTE, 2003; BERTRAND, MOUTOUKIAS, POLONISIMARD, 2000. 10

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El Libro de Índices de mensuras y planos de campos de la provincia de Santa Fe muestra que el agrimensor español Julián de Bustinza, uno de los más efectivos colaboradores de Casado además de su socio en la colonización de la Candelaria, fue el encargado de deslindar, medir y amojonar las 10.799 ha de superficie de la quinta Las Estacas en las que José Chávarri del Alisal fundó la Colonia Caridad, la cual fue reconocida oficialmente por el gobierno provincial en 1876.11 Dicho reconocimiento llevó al propietario a solicitar de inmediato un préstamo a un comerciante catalán radicado en Buenos Aires, José Matheu y Aguiar, por valor de $ 25.000 fuertes pagaderos a un interés del 1% mensual, con la finalidad de poner en ejecución la experiencia colonizadora. Su hermano Juan, con quien José había creado en Rosario la sociedad Chávarri Hermanos, actuó como apoderado y fue el encargado de recibir en la capital argentina los $ 25.000 fuertes solicitados en préstamo. A pesar de los variados intentos que hizo por pagar a José Matheu y Aguiar, José no alcanzó a cubrir el crédito y decidió endeudarse con Casado mediante otro préstamo, esta vez de $ 36.000 os y a un interés mensual del 1%, en una nueva escritura redactada por Javier Munuce.12 En agosto de 1878 José se presentó ante el escribano Lisandro Paganini y declaró que se había comprometido a entregar la Colonia Caridad en caso de no poder devolver el préstamo.13 Al año siguiente, en el mes de abril, Matheu y Aguiar embargó Las Estacas por valor de $ 25.000 os y calculó los intereses vencidos en $ 7.250 fuertes, suma que elevó la deuda a $ 32.250 fuertes. Casado aparece en la documentación como el autor del pago de la deuda de José con Matheu y Aguiar, pero consta que en octubre de 1879 su apoderado, el también catalán Joaquín Fillol, inició los trámites para embargar la Colonia Caridad, esta vez para recuperar $ 61.000 os. A finales de ese mes de octubre de 1879, el juez Emiliano 11 CARRASCO, 1893, 13; GALLO, 2004; también información sobre reconocimiento de la Colonia Caridad, CDICT, Libro de Índices de mensuras y planos de campos, por localidades y departamentos, incluyendo información de colonias, s/a (inicios del siglo XX aprox.). 12 Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f. Los testigos fueron Juan E. Vélez y Antonio Lardies. 13 José Chávarri del Alisal otorgó a Casado un recibo y una carta de adeudo ante los testigos Antonio Lardies y José de Urquizu, el segundo conocido por su trabajo como agrimensor. Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487.

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García aceptó el embargo de la colonia y envió a la zona al teniente-juez Luis de Hormaeche.14 El teniente-juez encontró en Las Estacas a Juan Chávarri del Alisal, quien pidió que hiciera constar que el campo no era de propiedad de su hermano y socio, José, sino de la sociedad Chávarri Hermanos, por lo cual debía ser considerado un bien litigioso. Luis de Hormaeche designó a un colono, Cayetano Biotta, como depositario-administrador de los bienes de la Colonia Caridad.15 A finales de marzo de 1880, Biotta se presentó ante el juez y acusó a Juan de «cortar el monte de árboles de paraísos de la estancia de Las Estacas, con miras de venderlos» además de destruir los techos de los edificios y depositar los postes en la casa de un colono amigo. La denuncia contempló un acto ritual jurídico: Biotta protestó, según el expediente judicial, «una, dos y cuantas veces sea su derecho contra el expresado acto de Don Juan Chávarri [del Alisal]». Pocos días después, el 11 de abril de 1880, el juez Emiliano García prohibió a Juan cortar más árboles, habilitó el uso de la fuerza para desalojar la colonia, y se aseguró de cobrar los arrendamientos de los colonos que vivían en Las Estacas. La colaboración de Cayetano Biotta en estas gestiones fue reconocida por Casado cuando éste logró apoderarse de la Colonia Caridad: utilizó el apellido para bautizar el pueblo Villa Biotta, que más tarde se convertiría en San Genaro Norte (también San Jenaro Norte).16 14 Luis de Hormaeche embargó 2.200 cuadras de terreno que acababan de ser cultivadas; un edificio compuesto de seis habitaciones y una cocina de techo de teja; otro edificio que servía para administrar la colonia; un galponcito de material, siete casas de material y 34 casas de adobe en las que vivían los arrendatarios. Los arrendatarios eran Manuel Alarcón, Rosendo Sosa, Francisco Toledo, Carlos Blanco, José Armatti, Clemente de las Casas, Manuel Sarmiento, Cornelio Martínez, Roque Coronen, Miguel Díaz, Modesto Astudillo, Julián Viva, Antonio Zabala, Fulgencio Nuñez, Juan Villalva, Bruno Lares, Ramón Arroyo, Pedro Gaitán, Manuel Correa, Miguel González, Juan Benegas, Julio Stuart, Valvento Luján, Atanacio Palenque, Pedro Verdaguer y Maximino Videla. 15 El apellido de Cayetano Biotta también aparece citado con una sola «t», pero en esta obra optamos por la primera opción, es decir, la doble «t». 16 Cabe señalar que se unieron las localidades de San Genaro y Villa Biotta, para conformar la ciudad de San Genaro. Véase Escritura de venta de Carlos Casado a Cayetano Biotta, 7 de enero de 1886, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). El terreno de 80 cuadras cuadradas de los lotes 233, 234, 239, 240; una manzana de terreno en la sección B, fue adquirida por Casado a Charles W. Blyth según escritura del 20 de agosto de 1881, ante el escribano Lisandro Paganini, situado en Villa Biotta, Colonia San Genaro, Departamento Iriondo y San Gerónimo de la provincia de Santa Fe. También Escritura de venta por valor de $ 65 mn de Carlos Casado a Eustaquio Gómez, 7 de enero de 1886, testigos Cayetano Biotta, Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). La manzana 24 de la sección B

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El juicio ejecutivo por cobro del crédito hipotecario quedó resuelto a favor de Casado y el juez hizo público el día del remate a través de edictos del periódico El Independiente. Joaquín Fillol, mientras tanto, pidió que el martillero Federico Somoza —otro de los personajes que en el camino se convertiría en un estrechísimo colaborador del español— se encargase de subastar la colonia. En esa triste coyuntura se produjo el fallecimiento de José Chávarri del Alisal, quien murió en casa de su primo Casado a los 61 años, soltero y sin dejar descendencia, siendo mencionado en las fuentes documentales como «propietario». El 23 de agosto de 1880 José fue sepultado en el cementerio público de Rosario.17 Aquí aparecen los datos más oscuros de uno de los casos judiciales más significativos de la trayectoria empresarial de Carlos Casado. Según la documentación notarial, José dictó testamento el 17 de agosto de 1880 en su lecho de muerte, y las últimas disposiciones fueron rubricadas por el escribano Javier Munuce. En el testamento José aparece nombrando a su primo Casado como único albacea testamentario y administrador, y a su hermano Braulio Chávarri del Alisal, quien por esas fechas vivía en Portugalete, como único y universal heredero de sus bienes. Si seguimos este relato, José excluyó expresamente a su hermano Juan, con quien gestionaba la empresa Chávarri Hermanos y la Colonia Caridad. Carlos Casado no sólo surgía como el principal acreedor de los bienes de José, sino también como el único responsable de su gestión y administración. Enterado del fallecimiento de su hermano José, Braulio viajó a Rosario pero no se alojó en casa de su primo Casado sino en el domicilio de otro español, sito en el número 116 de la calle Comercio que era la más habitada por quienes se dedicaban a las actividades mercantiles. Lo primero que hizo fue contactar con Casado para llegar al acuerdo extrajudicial de interrumpir el remate de la colonia. El 21 de octubre de 1880, y basándose en el artículo 11 del Código Civil, dijo al juez Emiliano García que había «convenido y acordado particularmente» con Casado suspender la ejecución de los bienes de su hermano, y se reservó el derecho de aceptar o repudiar la herencia bajo beneficio de inventario. El juez rechazó la revocatoria alegando que el debate sobre el tesestaba situada en Villa Biotta y había sido adquirida por Casado a Charles (Carlos) W. Blyth según escritura del 20 de agosto de 1881 ante Lisandro Paganini. 17 Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487.

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tamento de José no era razón legal suficiente para suspender el remate, pero en realidad lo que ocurría es que estaba recibiendo una gran presión de Casado y de sus dos representantes, Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez,18 para acelerar la ejecución. Su prisa era tal que, además de quedarse con Las Estacas, Casado registró otra propiedad de José consistente en tres leguas cuadradas ubicadas en la localidad llamada Las Sepulturas, en Melincué, a la que en esos mismos años haría llegar las vías de su ferrocarril privado, el FCOS.19 Braulio acusó entonces a Casado de incumplir el convenio privado y confirió poder general al abogado José Marcó para apelar el fallo judicial. Puntualizó que, dado que José le debía «innumerables sumas de dinero», esperaba ser recompensado con la herencia. El 9 de noviembre de 1880, Casado confirió un poder general al procurador Cipriano Arteaga ante el escribano Javier Munuce y los testigos Francisco Moreno y Belisario Sívori. Una semana después el martillero Federico Somoza gestionó el remate al que asistió Juan Chávarri del Alisal acompañado de Juan Ramón Lazcano. Lazcano ofreció $ 45.000 fuertes por la propiedad, pero Somoza se negó a aceptar la oferta afirmando públicamente que «no le reconocía bastante responsabilidad para hacer una compra de esta naturaleza, y también porque el señor Fillol apoderado de Don Carlos Casado dijo que el señor [Juan] Chávarri [del Alisal] seguía un juicio para que lo declararan pobre». Lazcano afirmó que obtendría el dinero «de donde pudiera» pero no consiguió salvar la colonia: el agrimensor británico Carlos (Charles) W. Blyth ofreció $ 49.000 fuertes os y tomó posesión de las ocho leguas cuadradas del campo tras recibir de Cayetano Biotta $ 856 bolivianos en concepto de arrendamientos.20 El escribano Javier Munuce le transfirió la Colonia Caridad y un mes después, en agosto de 18

Cabe señalar que Eugenio Pérez presidió en 1880 el Club Social Rosario, entidad fundada en 1873, como hemos argumentado más arriba, lo que lo ubica entre las familias más representativas de la ciudad. 19 Extracto de los títulos de propiedad de los señores Pedro Fernández y Miguel Torres, y duplicado de la diligencia de mensura en el distrito Melincué del departamento General López, CDICT, Libro de mensuras n.º 4 (1885-1892), ff. 11-25. La sociedad Chávarri y Balladares había comprado estas tierras en 1856 a Cayetano Carbonell, que se desempeñó como presidente del municipio rosarino en 1861. 20 Blyth se quedó con la colonia pero no con el molino. El largo expediente de 408 fojas incluye el recibo del depósito judicial realizado por Blyth en el Banco Provincial de Santa Fe de Rosario, cuyo director general era el propio Carlos Casado y el gerente Juan Dam. Carlos (Charles) W. Blyth y su hermano Enrique Blyth formaron la casa de comercio Blyth Hermanos; Carrasco y Carrasco, 1897, 343. Carlos W. Blyth se convertiría poco después en director titular del FCOS; Memoria presentada por el Directorio del FCOS en Asamblea General de Accionistas. Rosario de Santa Fe, Imprenta de El Mensajero, 1891 (asamblea del 26 de abril de 1892).

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1881, Blyth se la cedió a Casado utilizando los servicios del escribano Lisandro Paganini.21 Casado se convirtió así, de pleno derecho, en propietario de Las Estacas. Dado que Blyth trabajaba entonces en estrecha colaboración con el agrimensor Julián de Bustinza,22 quien a su vez se convertiría en socio de Casado en la Colonia Candelaria,23 Casado reconoció sus favores invitándolo a formar parte del grupo de accionistas fundador del FCOS del que era concesionario. De este modo, la red social del español terminó por consolidarse gracias al sacrificio de las redes familiares que lo unían con los Chávarri. En 1881, y aplicando la ley del 9 de agosto de 1871, el gobierno eximió a la Colonia Caridad de las multas en que había incurrido por falta de pago de la contribución directa, y la exoneró de pagar dicha contribución durante tres años más. Casado volvió entonces a calcular el valor de la hipoteca del año 1878 en $ 36.000 mn sumados a los $ 13.068 mn correspondientes al interés mensual del 1% durante tres años, y valoró la segunda hipoteca de abril de 1879 en $ 25.000 mn a la que sumó $ 7.094 mn por los intereses. La deuda inicial de los Chávarri del Alisal se había más que duplicado en ese momento, ya que ascendía a $ 81.162 mn más $ 1.154,50 mn de costas judiciales configuradas por el rematador, el procurador Arteaga, los 21 Títulos de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en el Pueblo Biotta, Colonia San Genaro, departamento San Genaro de la provincia de Santa Fe, 1914, agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, CDICT, caja 9, leg. 344. 22 Cabe señalar otro dato de importancia: en el momento en que Casado se apoderó de la Colonia Caridad, el gobierno provincial utilizaba la vara de Julián de Bustinza y de Charles W. Blyth (de 848 mm) y no la vara castellana propuesta por el agrimensor José de Urquizu (de sólo 836 mm) para medir la superficie de las colonias santafesinas. Al final se optó por la vara nacional de 866 mm, pero este hecho demuestra la presión que Blyth podía ejercer entre los propietarios de la época. Información del Banco Inglés del Río de la Plata, Banco Nacional, Banco Británico de la América del Sur, José F. Fernández, Font-Goñi-Cánovas, Juan Gödeken, Rosario, CDICT, Copiador de cartas (mes 4), 1887-1893, ff. 124-126. Diversas mensuras incluyen referencias sobre el trabajo de Charles W. Blyth en tierras ubicadas en la frontera indígena de San José de la Esquina, originariamente entregadas a los soldados en recompensa por sus labores; el idioma utilizado era el inglés. Correspondencia relacionada con cuestiones de colonias, CDICT, Copiador de cartas (mes 2), t. 3, de febrero de 1894 a setiembre de 1895, ff. 53-74, f. 168. 23 Julián de Bustinza se encontraba en Rosario desde el año 1854 a pedido de Joaquín Fillol y de los hermanos Juan y Antonio Rusiñol y Casaderall. Se convirtió, por decreto del gobierno de la Confederación del 31 de julio de 1854, en ingeniero civil de postas y caminos, y comenzó sus trabajos por el río Carcarañá buscando, según Eudoro y Gabriel Carrasco, «un paso y camino carretero más cómodo para las mensajerías». De acuerdo a CARRASCO Y CARRASCO (1897, 300, 536), Bustinza formó parte del gobierno municipal hasta la batalla de Pavón que puso fin al gobierno de la Confederación; falleció en 1889 «legando a su familia una gran fortuna».

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abogados Pérez y Fillol, el pago de sellos y las costosas notificaciones a domicilio. Los herederos de José Chávarri del Alisal no pudieron recuperar la Colonia Caridad que terminó en manos de Casado. En 1881 Casado se embarcó en la ejecución del FCOS del que era concesionario. Un día antes de que fuesen inauguradas las obras en un acto público, Juan y Braulio Chávarri del Alisal hicieron circular un libelo en el que formularon graves acusaciones aseverando que su primo había aceptado en 1878 un crédito hipotecario por valor de $ 25.000 fuertes que, en realidad, había extraído de manera ilegítima de la «caja» de José. Una cincuentena de amigos del propietario del FCOS, no obstante, aprovecharon las páginas del diario La Capital y publicaron diversas notas de desagravio.24 Posteriormente Braulio dijo que había hallado algunas cuentas y papeles que demostraban que la hipoteca del año 1876 contratada con José Matheu y Aguiar había sido completamente pagada por José, y que la de 1878 con Casado «era una sencilla simulación». Relató también que cuando José y Juan disolvieron la sociedad Chávarri Hermanos, Casado llevó a José a los Tribunales haciéndolo aparecer «como deudor moroso y sin recursos mediando la circunstancia de que el Señor Casado era el cajero y administrador general con poderes ilimitados del citado Don José». Para Braulio resultaba extraño que dos parientes como Casado y José Chávarri del Alisal, que habían vivido bajo el mismo techo y se habían hecho «recíprocos servicios», hubiesen acabado en los Tribunales. Concluyó que Casado había aprovechado la enemistad entre Juan y José para quedarse con Las Estacas, y que esta situación perjudicaba a los verdaderos herederos, entre ellos a Braulio, que se había visto «obligado a intervenir en su nombre en este juicio, que le llevaba una parte de su fortuna». Incluso en sede judicial, Braulio llegaría a reforzar esta idea hablando de fraude; era evidente que la ejecución no era legítima desde el momento en que una de las hipotecas, la de 1876, había sido pagada con dinero de José Chávarri del Alisal.25 El 14 de agosto de 1882, ante Javier Munuce, Casado vendió cuatro leguas cuadradas de Las Estacas a José Otero, el mismo comerciante que 24

DE MARCO, 1993, 169-170. Expediente de venta de los terrenos del Bajo de la ciudad de Rosario de varios acreedores contra la testamentaría de Braulio Chávarri del Alisal, Juzgado Civil y Comercial, Rosario, 1888, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 76. Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f. 25

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actuaba previamente a favor del Barón de Mauá y que se había convertido en accionista del Banco Provincial de Santa Fe que por entonces dirigía Casado. Este último se quedó con la mitad del campo, precisamente en la que estaba ubicada la Colonia Caridad, y la bautizó con un nuevo nombre que hoy día nos es más familiar: Colonia San Genaro. Al mismo tiempo, como dijimos, destinó un lote en el que fundó Villa Biotta.26 En 1886, al disponerse a comprar unas tres mil leguas cuadradas en el Chaco paraguayo, como veremos en los tres últimos capítulos de este libro, el español se desprendió parcialmente de la propiedad de San Genaro con la finalidad de obtener fondos.27 En el momento en que J. Daniel Infante levantó el inventario de bienes de los Casado-Sastre en 1899, valoró en sólo $ 4.000 mn las propiedades que la familia poseía en la antigua Colonia Caridad. En Villa Biotta conservaban 30 terrenos destinados a plaza y calles públicas, un total de 19 manzanas y 12 fracciones en la sección A, así como 17 manzanas y 11 fracciones en la sección B. En la Colonia San Genaro habían concedido diversos compromisos de compraventa sobre solares no escriturados que ascendían a $ 7.008,19 mn, de los cuales los compradores sólo habían satisfecho $ 3.456,09 mn y adeudaban a favor de la sucesión un saldo de $ 3.552,10 mn que Infante calificó de «incobrable», tanto en el momento en que efectuó el inventario de bienes28 como cuando colaboró en el cierre de la partición en 1906.29 El conflicto con los Chávarri, induda26 Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f. Cabe señalar que la Colonia San Genaro y Villa Biotta se unieron a la red ferroviaria a través del FCCA, y fueron provistas de una administración: primero el Juzgado de Paz y en 1891 la Comisión de Fomento. 27 Escritura de venta de Carlos Casado a Bautista Fenolio (firma Alberto Arrué) y Sebastián Sciolla 26 de marzo de 1886, cuatro concesiones de 80 cuadras cuadradas de terreno en la Colonia San Genaro, departamento Iriondo y San Gerónimo, provincia de Santa Fe, testigos Arsenio Maseras y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). En otros casos, decidió recuperar las tierras concedidas; véase Escritura de cancelación de Carlos Casado a Juan Nicoli y Cayetano Nicoli, 25 de marzo de 1886, de 12 concesiones de terreno en la Colonia San Genaro, departamento San Gerónimo, testigos Antonio Ferrer y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 28 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la Cuarta Nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 267. 29 Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano

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blemente, había dejado huellas imborrables en la explotación agropecuaria que nunca fue presentada como modelo de colonización. En 1886 Casado viajó a Europa tras conceder un poder a Juan Arrosagaray ante el escribano Lisandro Paganini y los testigos Zenón Pereyra y Valentín Carnicero, este último también originario de Palencia y miembro de su red de parentesco por vía materna.30 Desde Europa concedió un poder general a Eloy Palacios utilizando los servicios de Javier Munuce quien a su vez confirió poderes en asuntos judiciales a tres personas que hacía tiempo formaban parte de la red de los Casado-Sastre: Carlos Castilla, Manuel Gálvez y Diego del Castillo.31 A su vez, designó al procurador Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 30 Paralelamente, ante el escribano Javier Munuce y dos testigos, Juan Campodónico y José N. Puccio, Lisandro Paganini vendió a Carlos Casado terrenos de su propiedad que a vez había adquirido en 1872 de la testamentaría de Dámaso Centeno y por permuta a Juan Chávarri del Alisal. Lisandro Paganini vendió a Carlos Casado diversos terrenos tras ser liberados por el Banco Provincial de Santa Fe; todos ellos lindaban con propiedades de Agustín Cibils: primero 53 varas de frente sobre la calle Dorrego por 51,5 varas de fondo; segundo, un terreno de 98,5 varas sobre la calle Moreno por 87 varas de fondo; tercero, otro terreno en la calle Moreno compuesto de 103 varas de frente; cuarto, dos terrenos entre las calles Balcarce y Bulevar Santafesino (hoy Oroño), uno de ellos adquirido por permuta con Juan Chávarri del Alisal el 9 de agosto de 1875; quinto, dos terrenos sobre el Bulevar Santafesino; sexto, un terreno sobre la calle Alvear de 103 varas de frente; séptimo, un terreno compuesto de 103 varas de frente sobre la calle Santiago. Información de estas ventas en CDICT, caja 24, leg. 843, incluye Javier Munuce, permuta Juan Chávarri del Alisal y Lisandro Paganini, 9 de agosto de 1875; Lisandro Paganini venta a Carlos Casado, 7 de junio de 1883; declaratoria de Carlos Casado, 4 de diciembre de 1885; Adela Torre a Marquardt, 10 de marzo de 1988; Ferrer y Maseras a Marquardt y Henrich, 18 de marzo de 1886; declaratoria de Lisandro Paganini, 24 de noviembre de 1887; Marquardt y Henrich a Emilio Ortiz y Compañía, 24 de marzo de 1887; Emilio Ortiz y Compañía a Juan Canal, 30 de marzo de 1887. También Escritura de transferencia de propiedad de Carlos Casado a Emilio Ortiz, 19 de mayo de 1886, sección B de Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Arsenio Maseras y Juan Campodónico, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). Sobre la compañía de Emilio Ortiz, LANCIOTTI, 2002. 31 En el caso de Carlos Castilla, lo hizo ante los testigos Lisandro de la Torre, familiar del juez letrado del Comercio José E. de la Torre, y Fernando Larrucea y Gaztañazatorre, testaferro de Casado en las compras que hizo en 1886 en el Chaco paraguayo y además socio principal de la Fernando Larrucea y Compañía; dada la importancia de este personaje en la vida de los Casado-Sastre, volveremos sobre él a lo largo del libro. En el caso de Manuel Gálvez, actuaron de testigos Carlos Castilla y Alberto Arrué. En el caso de Diego del Castillo, se hizo ante los testigos Alberto Arrué y Juan Minvelle. Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente de devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en

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Cipriano Arteaga. Arteaga lo defendió de las acusaciones que los Chávarri formularon en ese momento en diversos medios, diciendo que su cliente había preferido guardar silencio. Argumentó que María Casilda del Alisal, la madre de Carlos Casado, había alojado a José en la casa palentina durante su adolescencia y en 1868 en su último viaje a España, y que el propio Casado había hecho todo lo posible por ocultar el comportamiento indecoroso de su primo José. Según Arteaga: Más ha hecho Don Carlos Casado por su primo segundo D. José Chávarri [del Alisal] que lo que por él ha hecho su hermano y heredero universal [Braulio], porque no solamente no lo ha infamado, no solamente ha encubierto sus faltas y debilidades, sino que tambien ha aguantado, las ha sufrido y ha sufrido lo que quizá no habría sufrido por una persona mas allegada a él. Ahora que D. Carlos Casado se encuentra en Europa, ahora que se encuentra tan distante que no pueda venir a reprochar mis actos, yo puedo decir ciertas cosas, manifestadas en reserva y que no serian dichas si D. Braulio Chávarri [del Alisal] no hubiera venido primero a infamar la memoria de su hermano [...] Consta que algunas veces muy raras, el finado D. José Chávarri [del Alisal] ha llegado a excederse en la bebida y que algunas lo han encontrado caido en la calle en horas avanzadas de la noche y lo han llevado a dónde?, a casa del que le daba hospedaje, como era natural, y cuya puerta golpeaba él cuando se encontraba en estado de [embriaguez], o la golpeaban los que lo llevaban, porque no faltaba quien lo hiciera, porque D. José Chávarri [del Alisal] era un persona muy honorable y muy estimado por su buena conducta como individuo particular y como comerciante [...] Y no es nada que lo sufriera sino que además tenia que guardar completo silencio sobre ello en casa para evitar el escándalo, por cuya razón lo hacía él personalmente, y fuera de ella, para no manchar el nombre y reputación de su pariente, su huésped y su amigo.32

En este cruce de acusaciones personales, y para encontrar una solución, los representantes de Braulio Chávarri del Alisal y de Casado acordaron presentar al juzgado los libros de comercio (borrador de caja, libro diario y libro mayor) para comprobar el estado de las cuentas corrientes. El perito José R. Lavandera determinó que los libros de Casado no eran de tipo mercantil; si bien argumentó que su libro de caja no había sido «llevado en debida forma», rechazó la posibilidad de que fuese culpado según esas pruebas. Braulio apeló la causa y la Cámara, sorpresivamente, declaró satisfecho el crédito que pretendía cobrar Casado. Mientras tanto, Braulio solicitó un préstamo a Juan María Ortíz por valor de lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f. 32 Expediente civil de Carlos Casado contra Braulio Chávarri del Alisal sobre nulidad de su hipoteca, 1886, iniciado el 26 de febrero de 1886 y finalizado en junio de 1886, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, segundo cuerpo, 98 f.

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$ 2.000 os —aproximadamente $ 5.932,15 mn— que no alcanzó a devolver ya que falleció el 2 de enero de 1889 dejando en Portugalete a sus hijos menores de edad y a su esposa, Victoriana Velarde y Mier, bajo la protección de su hermano, Félix Chávarri del Alisal.33 Juan en Argentina, y Félix Chávarri del Alisal en Portugalete, fueron los únicos varones de la familia que sobrevivieron a Braulio en 1889.34 Félix, que tenía 57 años, así como la viuda Victoriana Velarde y Mier, que había cumplido 43, fueron designados albaceas y tutores-curadores de los hijos menores. Así lo establecía el testamento que Braulio había otorgado en Santander el 10 de abril de 1875, antes de irse a Rosario. Para intentar salvar sus bienes, Félix Chávarri del Alisal y la viuda de Braulio decidieron apoyarse en Víctor Chávarri y Salazar. Nacido en 1854 en Portugalete, Víctor Chávarri y Salazar era un importante industrial y empresario: levantó empresas, construyó ferrocarriles, fundó negocios inmobiliarios y mineros y llegó a ser procurador, senador y diputado a Cortes en España (1885-1890). Creó la exportadora de hierro y acero La Vizcaya, predecesora de los Altos Hornos de Vizcaya (AHV) fundada en Bilbao en 1902 a partir de la fusión de aquella empresa siderometalúrgica con otras dos, Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Aceros de Bilbao, y la Compañía Anónima Iberia. En sus orígenes, aprovechó sus contactos con Sotera de la Mier y José de Gorostiza, socios de Ybarra y Compañía; participó en empresas tales como Hulleras del Turón, el ferrocarril a Santander, el tranvía Bilbao-Las Arenas, además de crear la Liga Vizcaína de Productores defendiendo los intereses industriales vizcaínos, entre otras actividades.35 33 Victoriana Velarde y Mier falleció en 1894. Félix Chávarri del Alisal, por su parte, estaba casado con Ángela de la Mier, hermana de Sotera de la Mier, todos ellos miembros de una de las familias más importantes de Portugalete. Félix poseía tierras dedicadas al cultivo de la vid y bodegas pero durante la guerra carlista de 1874 vio incendiarse su casa; posteriormente fue elegido alcalde foral; Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487. 34 Ángel había fallecido en Montpelier en 1849; Tiburcio —casado con Natalia Salazar Mac Mahón y padre del importante empresario vasco Víctor Chávarri y Salazar— falleció a los 50 años en 1875; véase el árbol genealógico de la familia Chávarri elaborado por Alonso OLEA, 2005, 204-207. 35 De acuerdo a Alonso OLEA (2005, 222-230), Víctor Chávarri y Salazar participó en las siguientes empresas: las sociedades mineras Chávarri Hermanos (que, según nuestros datos, no estaba vinculada con la Chávarri Hermanos surgida en la ciudad de Rosario de la mano de José y Juan Chávarri del Alisal); la Sociedad Anónima de Metalurgia y Construcciones Vizcaya; Aguirre, Chávarri y Compañía; Compañía del Ferrocarril de Cadagua; Vasco Asturiana (Santa Bárbara); Sociedad de Fomento de la cría de

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Víctor Chávarri y Salazar pudo hacer muy poco por los bienes ya que falleció en marzo de 1900 en Marsella. Carlos Casado murió a mediados de 1899, poco antes del fallecimiento de Víctor Chávarri y Salazar; Juan Chávarri del Alisal continuó con la causa, esta vez representado por su propio hijo, el abogado Juan Chávarri, mientras el representante de los Casado-Sastre, Diego del Castillo, pedía la colaboración de J. Daniel Infante, el encargado a su vez de levantar el inventario de bienes de la familia. A pedido de los Chávarri, el contador público y también perito, Manuel Miranda, examinó los libros de contabilidad que en su momento había llevado Charles W. Blyth, el primer comprador de Las Estacas durante el remate público realizado el 22 de julio de 1881, con la finalidad de verificar si verdaderamente Blyth poseía el dinero que había utilizado para pagar el campo, que ascendía a $ 49.000 os. Investigó también la venta del campo realizada a Casado un mes después, en agosto de 1881, por valor de $ 56.000 os; y comprobó si el dinero que permitió adquirir la Colonia Caridad había salido realmente de la «caja» de Casado. Miranda concluyó, de manera más que oscura, que «Blyth en el momento de la operación la ejecutó de manera particular y no llevaba libros» y que «Casado lleva libros desde que fue inscrito como comerciante y eso fue en 1892».36 Evidentemente enfadado con la orientación que estaba tomando el caso tras la muerte de su primo Casado y de su sobrino Víctor Chávarri y Zalazar, Juan Chávarri del Alisal buscó demostrar desde entonces la simulación de la compra de Las Estacas y el papel cumplido por Blyth como agente prete nom de Casado. Imposibilitado de demostrar la simulación de Casado, Juan entabló una acción reivindicatoria y ofreció como fiador solidario a su otro hijo, el también abogado Ángel Chávarri.37 La reivindicación de los herederos de Braulio fue paralelamente rechazada caballar Vizcaína; Compañía de Ferrocarril de Bilbao a Lezama; Delta Español; Bolsa de Comercio de Bilbao; Hulleras de Turón; Fábrica de Vidrios de Lamiaco; Papelera del Cadagua; Anglo-Vasca de Las Minas de Córdoba; Vasco Belga; Basconia (fábrica de hoja de lata); Vasco Asturiana Andaluza; Constructora de Zaila a Solarres; La Ochandianesa; A. Ruiz de Velasco y Compañía; Chávarri Lecoq y Compañía Minas de Garrucha; Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao; José I. Amann y Compañía; La Argentífera de Córdoba; Minas de Carracedo-Recaredo Uhagon y Compañía; Santa Agueda; Compañía Vizcaína de Electricidad; La Unión Resinera; La Constancia; Minas de Carracedo; Chávarri, Petrement y Compañía; Ferrocarril Vasco Asturiano. 36 Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487. 37 Entre los poseedores de las Estacas encontramos a Luis de Hormaeche; a Cayetano Biotta y Jorge Steffen; y a los herederos de José Otero (sus hijos y su viuda Teresa

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el 4 de noviembre de 1904 a través de un fallo que negó a Blyth el carácter de testaferro de Casado y que obligó a los Chávarri a pagar las costas. Pocos meses después el abogado Juan Chávarri actuó contra el Banco Provincial de Santa Fe para defender los intereses familiares y acusó a la entidad bancaria de apropiarse indebidamente del dinero de su tío Braulio en virtud del poder que ejercían Casado y los suyos. Era lógico presumir, según el abogado: Que las vinculaciones de Carlos Casado con el establecimiento, las vinculaciones de Carlos Casado también con los negocios de José Chávarri [del Alisal], con estos mismos asuntos según resulta del informe del Banco Provincial [de Santa Fe], hayan conducido a los gerentes del establecimiento a trabar el embargo, para facilitar á Casado el cobro de los $ 160.000 mn que sostenía contra la testamentaría de José Chávarri [del Alisal].38

En julio de 1907 J. Daniel Infante otorgó un poder general a Francisco Molinari ante el escribano Arturo Covernton, el suegro del primogénito y albacea testamentario, Carlos Mateo Casado Sastre, que presidía el Rotary Club de Rosario. Gracias a las gestiones de Molinari, el embargo que pesaba sobre el campo Las Estacas fue levantado, y los agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza procedieron a medir los lotes heredados en su totalidad por Ramona Sastre Aramburu, la viuda de Casado. Barnett y Escauriza descubrieron que los escasos compradores de los lotes habían tomado posesión de las tierras aplicando la vara nacional en lugar de la vara castellana que había utilizado Casado para medir las propiedades, y que no se habían respetado los treinta metros exigidos para el ancho de la avenida central.39 Los agrimensores procedieron a un nuevo trazado que benefició a Ramona en algunas zonas de Villa Biotta, aunque sin afectar los derechos de los poseedores de algunas de las manzanas.40 Vila). Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274; segundo cuerpo ff. 274-487. Ángel Chávarri, uno de los hijos de Juan Chávarri del Alisal y, por ende, sobrino de Carlos Casado, montó a inicios del siglo XX su propio estudio jurídico en Rosario; CHÁVARRI, 1909. 38 CHÁVARRI, 1905. 39 Como hemos mencionado anteriormente, en la época en estudio se utilizaron diversas varas: la de Julián de Bustinza y Charles W. Blyth, que medía 848 mm; la vara castellana propuesta por el agrimensor José de Urquizu, que medía sólo 836 mm; y finalmente la vara nacional, de 866 mm. 40 Títulos de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en el Pueblo Biotta, Colonia San Genaro, departamento San Genaro de la provincia de Santa Fe, 1914, agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, CDICT, caja 9, leg. 344; Información sobre Villa Biotta, CDICT, Libro de Índices de mensuras y planos de campos, por

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2.2.

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«Tu antiguo patrón»: las consecuencias del condominio Chávarri-Casado-Weldon

Según nuestros datos, las primeras actividades de Casado en Rosario fueron las de cajero y administrador de los bienes de su primo José Chávarri del Alisal.41 Junto con el británico Francis Seymour Weldon, con quien ambos formaron un condominio en marzo y julio de 1870, compraron 88.888 varas cuadradas, a razón de 29.629 varas cuadradas cada uno, en la barranca del río Paraná en el Bajo de Rosario.42 Tras formalizar una nueva sociedad llamada Compañía Anónima Graneros y Muelles del Rosario, edificaron sus instalaciones al costado de la estación Rosario del FCCA y de la Compañía del Gas.43 Los edificios fueron conocidos durante años como «Muelles de Casado», ya que el español, que poseyó 20 de las 500 acciones de la sociedad anónima, fue designado administrador de la sociedad. Entre los socios encontramos, además de Casado, a Alanson S. Hall y Tomás Thomas, este último dueño de uno de los molinos de Carcarañá, ambos propietarios de 40 acciones cada uno, y a Robert Hope, Guillermo (William) Hope, Henry B. Coffin, Julio Heimendahl, Carlos S. Treacher y Joel Rogers, todos ellos suscriptores de una veintena de acciones cada uno.44 El tercio del condominio del que José era propietario fue adquirido tras su fallecimiento por Federico Henrich y Desiderio Marquardt, a la salocalidades y departamentos, incluyendo información de colonias, s/a (inicios del siglo XX aprox.). 41 «Al prófugo Carlos Casado», editorial publicada en La Nación, Buenos Aires, el 23 de junio de 1889, en Juicio Criminal Casado-Chávarri: Sentencia condenando a Juan Chávarri [del Alisal] como reo de calumnia con otras piezas de autos, con mensaje «Al Público» del abogado Alfredo C. Fernández, Buenos Aires, 13 de junio de 1890. Buenos Aires, Tipografía La Argentina, 1890. Analizaremos este documento con mayor detenimiento más adelante. 42 En 1899 el precio de la vara cuadrada ascendía a $ 10 mn, por lo cual el capital de cada socio por 29.629 varas cuadradas era de $ 296.293,33 mn. La propiedad estaba en una zona conocida como Altos de Santa Cruz, así llamada porque los terrenos habían pertenecido al mariscal Andrés Santa Cruz. La propiedad consistía en un terreno sobre la barranca del río, entre las calles Mendoza y las denominadas a fines de siglo XIX General Santa Cruz y Bella Vista, y lindaba con la propiedad de Ignacio Comas que, como veremos más adelante, provocó otro conflicto judicial para Casado y sus herederos. 43 Los Graneros y Muelles fueron inaugurados en diciembre de 1881 con la presencia del gobernador Simón de Iriondo. 44 El capital ascendía a 125.000 patacones oro. Juan Álvarez identificó a Henry B. Coffin como Enrique B. Coffin, presidente en 1895 de la Sociedad Rural de la Provincia de Santa Fe que en 1911 adoptaría el nombre de Sociedad Rural de Rosario; ÁLVAREZ, 1943, 511; LAGOS, 1949, 182; FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 41-43. Cabe señalar que Joel Rogers compró en 1881 un centenar de acciones del FCOS.

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zón accionistas y empleados del FCOS, por valor de $ 100.000 mn.45 Ocho años después, en 1888, Casado acudió al juzgado acompañado de los representantes de tres entidades —el Banco de Londres y Río de la Plata, la Tietjen y Compañía y el Banco Nacional, este último defendido por el abogado Belisario Sívori que reclamó $ 2.500 os—, y declaró que eran acreedores de José.46 Este nuevo conflicto se produjo pocos días antes del fallecimiento del heredero de José, su hermano Braulio, producido el 2 de enero de 1889. Fue entonces cuando el tercer hermano Chávarri del Alisal, Juan, asumió la responsabilidad de defender los intereses de la familia. Primero arregló amistosamente la deuda con la Tietjen y Compañía, y luego dijo al juez que su primo Carlos Casado había utilizado un poder ficticio para solicitar al Banco de Londres y Río de la Plata un préstamo a nombre de José. En esta nueva causa, Juan formuló una denuncia que su primo arrastraría durante años: «que el mismo día, del mismo mes y del mismo año», es decir, el 17 de noviembre de 1880, el escribano Javier Munuce registró de manera distinta dos actos jurídicos llevados a cabo de manera simultánea en el lecho de muerte de José Chávarri del Alisal. En el testamento de José, Munuce certificó una firma de su puño y letra, y en la escritura del poder aceptó la firma de Ramón Gastañaga argumentando que el moribundo se encontraba «imposibilitado». Es entonces cuando la causa judicial adquiere ribetes confusos que permiten discutir, entre otras cosas, el alcance de la afirmación de diversos biógrafos de Casado para quienes este último habría sufrido en vida un «injusto pleito» sustentado por sus parientes que, sin embargo, no pusieron nunca en discusión la legitimidad del testamento que en su momento benefició a Braulio al designarlo heredero universal de los bienes de José. El 1 de mayo de 1889, Félix Chávarri del Alisal y la viuda de Braulio, que se presentó a sí misma como «propietaria y vecina de Portugalete»,47 otorgaron un poder especial a favor de Juan Chávarri del Alisal 45

Henrich y Marquardt compraron el tercio de la propiedad de José Chávarri del Alisal ubicada en el Bajo de Rosario, abonaron $ 9.619,50 mn al Banco de Londres y Río de la Plata y, a cambio de $ 74.073 mn, transfirieron el terreno a Eugenio Pérez, que a la sazón era director del FCOS de Casado, utilizando los servicios del escribano Javier Munuce. El círculo volvía a cerrarse. 46 La Tietjen y Compañía fue representada por el tasador y procurador Manuel López Zamora, socio del FCOS de Casado y su omnipresente perito. Casado fue representado por su procurador, Diego del Castillo. Según nuestros datos, José debía al Banco de Londres y Río de la Plata $ 5.400 mn. Hacia 1889, momento en que se procuraba resolver el conflicto judicial, la deuda se elevaba a $ 9.619,50 fuertes. 47 Félix era albacea testamentario según el testamento otorgado por Braulio en Santander el 10 de abril de 1875, que beneficiaba también a su esposa Victoriana Velarde y Mier y a José de Gorostiza.

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en el distrito notarial de Balmaceda que fue rubricado por el cónsul argentino en Bilbao. Poder en mano, Juan volvió a la carga ante los Tribunales de Rosario insistiendo en que Henrich y Marquardt habían actuado en nombre de Casado (prete nom) en la adquisición del tercio del condominio por valor de $ 100.000 mn, y que la propiedad era, en realidad, de la sociedad Chávarri Hermanos, no de José.48 Juan había argumentado lo mismo en la causa judicial de Colonia Caridad. Eugenio Pérez, que ya por entonces se desempeñaba como abogado de Casado y como director del FCOS, manifestó que la Chávarri Hermanos había sido disuelta el uno de febrero de 1861 mediante una escritura redactada por el escribano Francisco Llobet,49 y que los reclamos de Juan debían caer en «saco roto». Pero he aquí que en ese momento Federico Henrich decidió retirarse del juicio y Desiderio Marquart, por su parte, asumió desde entonces todo el protagonismo reconociendo que el FCOS, y no ellos, había sido en todo momento el verdadero comprador del terreno. Juan Chávarri del Alisal propuso entonces rescindir la venta y denunció que le era imposible saber a ciencia cierta las dimensiones de la propiedad debido a las constantes inundaciones que se producían en el Bajo de Rosario. El perito agrimensor Emilio Soriano llegó a desplazarse a la zona pero no pudo medir el terreno, y Juan acabó conformándose con unas mensuras que había levantado el ingeniero español Ignacio Firmat a pedido de Casado.50 La presencia de Firmat no es un dato de importancia menor, sino todo lo contrario: llegado al país en 1873 como agregado diplomático, había sido rápidamente integrado a la Oficina de Ingenieros en 1874 y como inspector general de puentes y caminos por el Departamento de Ingenieros en 1876,51 convirtiéndose 48

Expediente de venta de los terrenos del Bajo de la ciudad de Rosario de varios acreedores contra la testamentaría de Braulio Chávarri del Alisal, Juzgado Civil y Comercial, Rosario, 1888, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 76. 49 Cabe señalar que esa escritura en ningún momento fue adjuntada al expediente judicial. Información sobre la adquisición de Marquardt y Henrich, CDICT, Copiador de cartas (mes 5), Rosario, inicia en 1836 hasta 1900 aprox. 50 MIRAGAYA y SOLANES (1934, 110) señalaron que Firmat fue uno de los socios más destacados del Centro Español de Rosario, además de estar al frente de la dirección técnica del FCOS de Carlos Casado. Este último vendió una fracción de 750 varas cuadradas de su tercio del condominio al catalán Juan Leblanc, pero la venta ni siquiera se resolvió; sus sucesores heredaron el derecho a cobrar a Leblanc $ 748 bolivianos (equivalentes a unos $ 2.000 mn); desconocemos si tuvieron éxito en la empresa. Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 267. 51 Firmat renunció a este cargo para intervenir como perito en el arbitraje motivado

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finalmente en socio de Casado en las empresas de colonización santafesinas. Llegados a este punto, salieron a relucir los típicos mecanismos jurídicos de personas especialistas en derecho: Diego del Castillo, por ejemplo, alegó que se habían «desnaturalizado» las peticiones y que, dado que Braulio conservaba su domicilio legal en España, era allí donde su familia debía radicar los pleitos judiciales. Su pedido de separar la causa de José de la testamentaría de Braulio fue aceptado por el juez. Juan, por su parte, rechazó terminantemente esta decisión e intentó hacer valer los poderes otorgados en España en 1886: para él, dividir las causas de José y de Braulio sólo beneficiaba a Casado.52 2.3.

La publicidad del conflicto familiar, la prensa y la cárcel

El 23 de junio de 1889, en medio de esos conflictos judiciales, Casado se dispuso a viajar por segunda vez a Europa con toda su familia. Su primo Juan aprovechó su ausencia y publicó una solicitada en el diario porteño La Nación, titulada «Al prófugo Carlos Casado», acusándolo de haber cometido diversos delitos contra los Chávarri gracias a sus contactos y relaciones con miembros encumbrados del Poder Judicial. El abogado Pedro Rueda,53 que, como vimos en el capítulo 1, en 1862 era sólo un oficial de justicia encargado de resguardar tres mil ovejas finas para Casado, decidió en esta oportunidad apoyar a los Chávarri en su demanda. La solicitada firmada por Juan decía: Te he acusado criminalmente ante los tribunales de justicia de la provincia de Santa Fe por los delitos de estafa, de simulación de escrituras públicas, por la construcción del ferrocarril de Córdoba a San Miguel de Tucumán, Santillán, 1967, tomo 1 (A-LL). MIRAGAYA y SOLANES, 1934. 52 Testamentaría de Braulio Chávarri del Alisal, juez Miguel S. Coronado, secretario Artemio Sánchez, Rosario, 1889, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 90, 28 f. 53 Pedro Rueda era doctor en jurisprudencia. Entre las diversas actividades que ejecutó en Rosario destacamos el impulso que dio a la Sociedad de Beneficencia, una de las entidades caritativas de la ciudad que compitió con la asociación benéfica Damas de Caridad (DALLA CORTE y PIACENZA, 2006). Además, Pedro Rueda fue diputado provincial santafesino en 1862, juez de primera instancia en lo Civil, Comercial y Criminal para los departamentos de La Capital, San Jerónimo y San José. También consta que apoyó decididamente la candidatura de la facción nacional proclive al proyecto organizativo triunfante coordinado por Bartolomé Mitre (Club Argentino o Liberal), frente a la opción facciosa federal de Mariano Cabal, Simón de Iriondo, Servando Bayo, entre otros. Apoyó así a Nicasio Oroño como gobernador de la provincia santafesina y asumió como convencional constituyente en 1863. Presidió la Legislatura provincial y el Superior Tribunal de Justicia; DE MARCO, 1966, 24-25.

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de perjurio y de falsedad, en una causa; y por los de robo y falsificación en otra. La primera debe terminar en último resorte después del informe «in voce» de mi abogado el Dr. Pedro Rueda, cuyo acto pende únicamente de la integración de los miembros de la Cámara de apelaciones del Rosario que, á no dudarlo, se efectuará en la semana próxima. A la segunda sólo obsta á su secuela y conclusión, el cumplimiento personal de tu parte á las perentorias y reiteradas órdenes de los jueces para que exhibas tus libros de contabilidad durante el tiempo que has sido cajero y administrador de los inmensos capitales en tierras, haciendas y dinero de la sociedad Chávarri Hermanos, que desde el año 1861 hemos tenido entre mi desventurado hermano José y yo, sin poderla liquidar hasta hoy á causa de tu intervención.54

En esta solicitada, Casado es Caín, el hermano traidor. Juan aludió también a la verdadera motivación del viaje a España realizado por Casado en 1886: según él, el motivo de aquel traslado no había sido el fallecimiento de su hermano, el pintor José Casado del Alisal, como han sostenido los biógrafos, sino su urgencia por arreglar cuentas con los Chávarri del Alisal de Portugalete. Este segundo viaje de 1889 tenía una razón similar: Tu ausencia indefinida para Europa en los solemnes momentos de estos graves debates judiciales, importa la más ignominiosa y paladina deserción, con el fin de eludir el castigo que la ley impone á los criminales en nombre de la vindicta pública, á la vez que los terribles anatemas que la sociedad fulmina sobre la frente de los culpables, como el estigma indeleble de Caín. Si aún conservas en el fondo de tu conciencia un átomo de pundonor y de vergüenza, elige fuera de Santa Fe, en cualquier pueblo de la república el jurado popular que más te plazca o si no te pruebo los crímenes que te imputo, desde ya me someto á las penas que tú designes, declarándome yo mismo el mas vil de los calumniadores, el más inículo de los detractores de tu honra.

Para reafirmar esta idea, Juan transcribió en la solicitada de La Nación una carta que le enviara en 1886 su cuñada, la viuda de Braulio, Victoriana Velarde y Mier, advirtiéndole de la presión ejercida por su primo para frenar el conflicto judicial: Te mando el poder firmado por Félix y por mí (...) pues como lo ha mandado el codicilo no ha podido firmar Víctor, este último ha recibido una carta de Carlos Casado encargándole que haga lo que pueda para que yo no te mande el poder y que mis hijos y yo le cedamos todos nuestros derechos como acreedor y herederos y él nos daría 100.000 pesetas ($ 20.000 mn) y pagaría 54

En lo que sigue se cita el siguiente documento: «Al prófugo Carlos Casado», editorial publicada en La Nación, Buenos Aires, el 23 de junio de 1889, en Juicio Criminal Casado-Chávarri: Sentencia condenando a Juan Chávarri [del Alisal] como reo de calumnia con otras piezas de autos, con mensaje «Al Público» del abogado Alfredo C. Fernández, Buenos Aires, 13 de junio de 1890. Buenos Aires, Tipografía La Argentina, 1890.

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todas las deudas que son enormes y que me garantiza que si te damos el poder todo lo embrollarás y que los acreedores vendrán hasta aquí á cobrar sus créditos. También dice que tú hiciste creer á Braulio que eras sócio de José, pero que esa sociedad se había disuelto por escritura pública el año 1861; pero yo ya sé que eso no es verdad, porque Braulio me había dicho que cuando José vino a España el año 1868 te dejó un poder como socio y además me lo ha repetido en muchas cartas. Carlos en su carta revela que está muy apurado, Victoriana Velarde [y Mier] de Chávarri.

En la solicitada «Al prófugo Carlos Casado», Juan Chávarri del Alisal insistió en el hecho de que el crédito contraído con José Matheu y Aguiar había sido pagado por Casado en calidad de «cajero y administrador de la sociedad Chávarri Hermanos», pero con dinero de José: Seguro estoy que ante ese areópago de la ley y de la opinión pública, he de justificar con pruebas tan claras como la luz del mediodía que el crédito hipotecario de $ 25.000 que yo contraje el año 1876 á nombre de la sociedad Chávarri Hermanos á favor de don José Matheu [y] Aguiar fue pagado por ti, cuando eras cajero y administrador de Chávarri Hermanos y que no obstante de haber hecho tú mismo ese pago cargando los $ 25.000 en tu cuenta corriente con Chávarri Hermanos, te has presentado cobrando con el mayor aplomo y sangre fría esa misma hipoteca de Matheu, declarando ante los tribunales de justicia haber sido ella chancelada á su primitivo deudor con dinero de tu propio peculio, perpetrando así la más premeditada, dolosa y palpable criminal estafa.

Juan hizo referencia a las estrategias desplegadas por el Banco Provincial de Santa Fe, a cargo de Casado o de alguno de los miembros de su red (Germán Oldendorff, Eloy Palacios, Juan Dam), y por el Banco de Londres y Río de la Plata, uno de cuyos funcionarios era Francis Seymour Weldon, el tercer socio del condominio Casado-Chávarri-Weldon: También te probaré que has sacado una suma considerable de dinero del Banco de Londres y Río de la Plata de la ciudad del Rosario por medio de cheques escritos de tu puño y letra burlándote apoderado de Chávarri Hermanos, cuando no era cierto que tuvieras tal poder, ni la menor autorización para girar esos cheques.

Desagregando la larga solicitada titulada «Al prófugo Carlos Casado», cuyo contenido merece la pena reproducir debido a la concentración de denuncias manifestadas en ella, observamos la confluencia de conflictos originados por la Colonia Caridad y las tierras del puerto de Rosario: Pero aún hay algo más grave que esto. En el deseo de apropiarte de los terrenos del bajo del puerto del Rosario de Chávarri Hermanos cuyos títulos estaban bajo el nombre de mi hermano y socio José, cuatro días antes del fa-

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llecimiento de este y en el mismo día que otorgaba su testamento público ante el escribano [Javier] Munuce, instituyendo por su heredero universal a nuestro común hermano Braulio, me comprometo a probar con igual evidencia y certidumbre los hechos anteriores, que tú hiciste otorgar á tu favor un poder general el más amplio que se conoce en el foro, en el mismo día y tal vez misma hora en que José firmaba su testamento, firmándolo dicho poder un tal Gastañaga [Quintín o Ramón] á ruego y por impedimento físico.

La denuncia de Juan Chávarri del Alisal incluyó al Banco Nacional y al omnipresente notario Javier Munuce: Con este falso poder no sólo en el mismo día de su otorgamiento sacabas dinero del Banco Nacional, del que no has dado la menor cuenta hasta hoy, pidiendo al entonces gerente Tiburcio Benegas que esa suma la cobrase á mi hermano Braulio, sinó lo que es aún más inconcebible, constituías una hipoteca pública por un crédito de $ 4.000 procedentes de un pagaré escrito de tu puño y letra y á tu favor, que le hiciste firmar inconscientemente á mi hermano José y que endosaste al Banco de Londres [y Río de la Plata]. A pesar de cuanto hiciste en colusión criminal, con el Banco de Londres [y Río de la Plata] por quedarte con los terrenos del Bajo, ejecutando un supuesto crédito ilegalmente garantido con una hipoteca evidentemente nula, debido á la reconocida habilidad y energía de nuestro abogado el Dr. Rueda que me complazco reconocer, se ha conseguido salvar ese terreno que hace pocos meses tú mismo lo has comprado por intermedio de los corredores Henry [Federico Henrich] y [Desiderio] Marquardt por la cantidad de $ 300.000 mn.

En general, el conflicto demuestra que Casado utilizó a sus colaboradores del FCOS —particularmente a Eugenio Pérez, Desiderio Marquardt y Federico Henrich— para «limpiar» buena parte de las compraventas que él no podía hacer a título personal, y que los afectados por estos hechos pusieron incluso en duda la legitimidad de algunos de los poderes utilizados; en este caso, se discutió el poder registrado por Javier Munuce: En el momento en que debía hacerse la escrituración de esta venta, agoviado [sic] por el peso de tu criminal conducta, dejaba de existir mi excelente y venerable hermano Braulio, después de ocho años de una lucha heroica y cotidiana. Esta sensible y lamentable circunstancia me puso en el caso de dirigirme á España por una exigencia injustificable de tus mandatarios embozados, pidiendo poderes, á pesar de hallarme plenamente autorizado por el codicilo público otorgado por mi hermano Braulio ante el escribano Andrés González del Solar. Al mismo tiempo que me oponías estos obstáculos é instaurabas también a sabiendas que era nulo el juicio sucesorio de mi hermano Braulio en el Rosario para hacer saber á su inconsolable viuda esta nueva complicación en nuestras gestiones judiciales, te dirigías a España creyendo arrancarle en medio de las angustias de su dolor y de la desesperación, sus acciones y derechos y los de sus hijos por la miserable suma de $ 20.000 lo que

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tú mejor que nadie sabés [sabes] que importa la suma de algunos millones en su más mínimo cálculo. Para probarte que no invento hechos ni he ocultado jamás la verdad en nuestras más encarnizadas controversias de carácter contencioso, te transcribo textualmente algunos párrafos de la carta que acabo de recibir de la nueva víctima que te propones inmolar en aras de tu insaciable y criminal avaricia.

En la solicitada aparecen así los hechos que oscurecieron la figura pública de Casado en sus últimos años, pero también es mencionado Isaac Peral Caballero, cuyo sumergible, como veremos en este libro, daría al español una gran proyección simbólica internacional: Si desoyendo la voz de la conciencia y del honor, insistes en hacer ilusorios mis legítimos derechos, dejando burlada la ley y la justicia con tu fuga á Europa, me veré obligado, á pesar mío, de anunciar á la Bolsa de Londres que tus negocios y bienes se hallan afectos á la responsabilidad y resultados de las querellas criminales que dejas pendientes en América. Comunicaré a la Policía de Madrid que regresas á los patrios lares encausado criminalmente por los crímenes de estafa, simulación, falsedad, perjuicio, robo y falsificación. Escribiré a nuestro insigne compatriota, el distinguido marino [Isaac] Peral [Caballero], que la donación de los $ 100.000 oro que tan generosamente le has hecho, no es de tu peculio, sinó de la caja de los Chávarri Hermanos. Cualquiera que sea la actitud que asumas con motivo de esta misiva, yo preparo un folleto conteniendo la prueba de cuanto dejo aseverado. Tu antiguo patrón, Juan Chávarri del Alisal.

Tras leer este texto, el abogado Alfredo C. Fernández acudió al Juzgado del Crimen de Buenos Aires acompañado de Rafael Calzada, e imputó a Juan Chávarri del Alisal por calumnias e injurias graves, pidiendo para él una pena de cuatro años de prisión, la aplicación de una multa de $ 500 mn, el pago de las costas procesales, y la publicación de la sentencia futura en el mismo periódico que había aceptado editar la acusación, además de dejar a salvo las acciones civiles por indemnización de daños y perjuicios. El abogado afirmó que «la sociedad de Buenos Aires y de la República entera fue sorprendida con la aparición...del libelo más calumnioso, más procaz y más villano de que entre nosotros haya memoria de muchos años á esta parte en los anales de la difamación y el escándalo». Incapaz de vencer a Casado en sede judicial, afirmó Fernández, Juan Chávarri del Alisal acudía a la prensa amedrentándolo «con la amenaza del descrédito», en un momento muy particular: el de su mayor gloria al convertirse en el propietario más importante del Chaco paraguayo y uno de los más ricos del Cono Sur. Las partes fueron convocadas a un juicio de conciliación, pero Juan Chávarri del Alisal se negó a retractarse del contenido de la publicación y presentó diversas pruebas con la intención de demostrar la veracidad

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de su acusación. Poco después, el fallo de primera instancia, obra del juez del crimen de Buenos Aires, Juan J. Soneyra, aplicó el artículo 177 del Código Penal y estableció que no había pruebas que justificaran los cargos contra Casado. El juez declaró a Chávarri reo de los delitos de calumnia, injurias y amenaza proferidas contra Casado, y consideró justa una pena de tres años de prisión, una multa de $ 500, y el pago de las costas procesales. Juan Chávarri del Alisal apeló la sentencia, pero el fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial y Criminal (constituida por Octavio Bunge, Felipe Yofre, Juan E. Barra y Julián L. Aguirre) de junio de 1890 rechazó aquellas pruebas y culpabilizó a Juan Chávarri del Alisal diciendo que había humillado, calumniado y deshonrado de manera innecesaria y gratuita a su primo. Consideró que debía aplicarse incluso una pena más grave, es decir, la de calumnia agravada por la injuria, imponiéndole finalmente una pena de dos años y dos meses de prisión.55 La causa no se limitó al ámbito civil, sino que llegó a los juzgados penales: Juan Chávarri del Alisal y Carlos Casado del Alisal se acusaron mutuamente de falsificación y robo.56

2.4.

El Consejo de Familia Chávarri contra Carlos Casado

En 1894, los Chávarri constituyeron un Consejo de Familia en Portugalete para recuperar los bienes de Braulio, a su vez recibidos por herencia tras la muerte de José Chávarri del Alisal. El Consejo fue formado por Félix Chávarri del Alisal, Emilio de Saracho y Mier, y por los hermanos Benigno, Leonardo y Félix Chávarri y Salazar,57 y en el mes de julio otorgó un poder a Juan Chávarri del Alisal para continuar con los trámites judiciales en la República Argentina. Carecemos de datos sobre lo 55

Juicio Criminal Casado-Chávarri: Sentencia condenando a Juan Chávarri [del Alisal] como reo de calumnia con otras piezas de autos, con mensaje «Al Público» del abogado Alfredo C. Fernández, Buenos Aires, 13 de junio de 1890. Buenos Aires, Tipografía La Argentina, 1890; también Juan Chávarri [del Alisal] condenado a dos años y dos meses de prisión como calumniador de don Carlos Casado, Sentencias, 7 de diciembre de 1890. Buenos Aires, Tipografía La Argentina, 1891. 56 Sentencia n.º 189 del 30 de octubre de 1893, Juan Chávarri del Alisal contra Carlos Casado sobre simulación y falsedad, ATPR, Libro de Sentencias del Juzgado del Crimen de Rosario, del 4 de marzo de 1893 al 12 de diciembre de 1893, f. 158. Sentencia n.º 206 del 7 de noviembre de 1893, Carlos Casado contra Juan Chávarri del Alisal sobre robo y falsificación, ATPR, Libro de Sentencias del Juzgado del Crimen de Rosario, del 4 de marzo de 1893 al 12 de diciembre de 1893, f. 189. 57 En ese momento, dos de los hijos de Braulio, Elena y Manuel, ya eran mayores de edad, el último dedicado al comercio y elegido tutor del resto de hermanos en colaboración con su tío Félix y el importante empresario vasco Victor Chávarri y Salazar.

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que ocurrió en todos esos años, pero sabemos que en mayo de 1899 Casado fue citado por el juzgado y, al no comparecer, fue declarado rebelde. Se encontraba en Córdoba donde sufrió un primer ataque cardiaco. Casado fue trasladado de urgencia a Rosario; allí alcanzó a conferir un poder general a Diego del Castillo a través del escribano Inocencio Bustos (Javier Munuce había fallecido cuatro años antes) y de los testigos Octavio Grandoli y Germán Oldendorff. Casado falleció pocos días después, el 29 de junio de 1899, reorientando el conflicto judicial que dividió a las dos familias y que envió a Juan Chávarri del Alisal a prisión. Fallecido Casado, Juan solicitó en sede judicial la separación del patrimonio y se opuso a la partición de la herencia y a la venia para vender que la familia Casado-Sastre había solicitado con la finalidad de transferir algunas de sus propiedades al FCCA. En julio de 1899 Ramona Sastre Aramburu se presentó al juzgado en representación de sus hijos menores de edad —Alberto, Clara Margarita y Eduardo Casado Sastre— y acompañada por el albacea testamentario, Carlos Mateo, por el marido de Casilda, Manuel Benigno Goñi Coll,58 y por sus otros hijos solteros: José, Pedro, Genara y Ramona. Todos ellos otorgaron un poder a Diego del Castillo ante el escribano Inocencio Bustos y aceptaron el juicio. Dos meses después, en setiembre de 1899, Juan Chávarri del Alisal fue multado por desacato. Enfadado, Juan publicó una carta abierta contra el juez en el diario La República acusándolo «ante la opinión pública» de prevaricato y de estar sirviendo a la familia de su primo «oculto bajo la toga de la magistratura». La carta abierta dice: Ha recogido usted informaciones que sólo ha podido obtener de los herederos de Casado; ha falseado repetidas veces las constancias de autos, y al elevar su informe a la Cámara con recomendación de pronto despacho, se mostró tal cual está, alucinado, con los millones de la testamentaría de Casado. En fin, usted ha truncado providencias después de firmadas, se está va58

Manuel Benigno Goñi Coll descendía por vía materna de una familia tradicional de la ciudad. Juan M. Coll, por ejemplo, formó parte del grupo fundador del restrictivo Club Social Rosario en 1873, junto con el hermano de Ramona Sastre Aramburu, (Hernando) Ángel, y con Desiderio Marquardt, entre otros. Además, fue socio del FCOS de Casado, como veremos más adelante. Interesa detenernos en los Coll, y en particular en Manuel Benigno Goñi Coll (quien siempre prefirió figurar como Manuel B. Goñi), ya que su unión matrimonial con María Casilda permitió a los Casado-Sastre vincularse con una de las familias más tradicionales del Río de la Plata, los Diez de Andino. En efecto, Manuel Benigno Goñi Coll era hijo de Manuel Goñi y de Dolores Coll y de la Serna. Su padre no era un personaje destacado de la vida local, pero su madre era la hija de José Gabriel Coll y Diez de Andino y de María Antonia de la Serna y Loaces. Sobre esta familia, en particular sobre Ventura Coll, que remonta parte de su capital simbólico a la guerra de la Triple Alianza, véase TARRAGÓ, 1993, 2004.

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liendo de chismes de oficina para imponerme multas que impidan el esclarecimiento de la justicia y está cometiendo toda clase de excesos con el propósito de imposibilitarme para el ejercicio de mi derecho, porque le alienta la creencia en su impunidad, imaginándose que desde ese puesto puede cometer toda clase de iniquidades y de crímenes sin que le alcance la ley ni el peso de la opinión pública. Habitando en un pueblo libre [...] denunciar a Ud. y de poner en transparencia cómo se oculta bajo la toga del magistrado un hombre indigno del ejercicio de estas sagradas funciones, es que vengo a publicar esta denuncia, que someto al veredicto de la opinión honrada, ofreciendo a ella y a los poderes públicos del país las irrefragables pruebas de estos hechos, que se demostrarán a la claridad de la luz del medio día...Juan Chávarri [del Alisal].59

Juan Chávarri del Alisal acabó con sus huesos en el Departamento Central de Policía y el juzgado consideró que carecía de representación de los herederos de su hermano Braulio. Para defenderse, Juan pidió ayuda a algunos amigos, casi todos ellos españoles o hijos de españoles, para que testificaran sobre la legitimidad de su reclamo y de su condición de acreedor. Convocados al juzgado, el vasco Joaquín Undabarrena, un rentista de 72 años,60 declaró que años antes había estado «de paseo» en casa de los Chávarri en Portugalete y conocía los datos más significativos del caso. El argentino Miguel Rodal, un comerciante de 43 años descendiente de españoles, coincidió con Joaquín Undabarrena y afirmó que «lo había oído decir a su padre quien conocía a la familia por ser del mismo país». Otro español, Pedro Mayor, un comerciante de 63 años, contestó que Braulio Chávarri le había confesado que «esperaba terminar sus asuntos con Casado para regresar a Europa», dejando atrás definitivamente su periplo rosarino. El agrimensor Domingo Regules, por su parte, testificó que los hermanos Braulio y Juan Chávarri del Alisal habían estado varias veces en la casa de su tío y «les ha oído decir que la familia de Braulio residía en Bilbao, España», y que además había escuchado a Braulio decir «que había venido de Europa con el objeto de arreglar los intereses de la sucesión de José Chávarri del Alisal y que habiéndose apercibido de que el señor Carlos Casado era deudor de dicha sucesión o había dispuesto de bienes de esta sucesión permanecería aquí con el objeto de reclamar esos intereses».61 59 Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, primer cuerpo ff. 1-274. 60 Pariente de Juan Carlos Undabarrena, que fuera accionista del Ferrocarril Central Argentino Rosario-Córdoba. 61 Expediente civil de Braulio Chávarri del Alisal contra la sucesión de Carlos Casado sobre reivindicación, Juzgado Civil y Comercial de Rosario, juez Federico Molina, Rosario, 1900, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, segundo cuerpo ff. 274-487.

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Igualmente, el 26 de diciembre de 1899, y pese a la confusión que existía entre el patrimonio de los Casado-Sastre y de los Chávarri, el juez otorgó a los primeros una venia para vender sus bienes. Juan apeló la causa, pero el 10 de julio de 1900 la Cámara determinó que no podía ser considerado parte en el incidente.62 Tras dos décadas de luchas judiciales, el fallecimiento de Víctor Chávarri y Salazar, producido en ese mismo año de 1900, limitó aún más las posibilidades de los Chávarri de recuperar los bienes. El temprano fallecimiento del empresario más significativo y activo de la familia vasca frenó los reclamos en Rosario. De ese modo, los Casado-Sastre consiguieron retener los Muelles y Graneros de Rosario en la barranca del río Paraná, a los que sumaron las tierras que habían adquirido en 1884 a Ignacio Comas.63

62 Expediente civil de Juan Chávarri del Alisal sobre apelación directa en el juicio testamentario de Carlos Casado, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 152, 7 f. 63 Cabe señalar que Comas no entregó la propiedad y en 1885 habilitó el funcionamiento de los conocidos como Muelles y Depósitos de Comas, además de venderlos al mismo tiempo a la Compañía de Gas de Rosario; ÁLVAREZ, 1943, 461. Casado —representado por Eloy Palacios— solicitó el desalojo judicial del vendedor ante el juez José García González quien falló a su favor y obligó a Comas a entregar la propiedad. Como hemos visto en el Cuadro 2, el juez José García González fue uno de los accionistas del FCCA Rosario-Córdoba, en 1864; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 619-623. Por ese entonces, Casado se encontraba en Europa y Comas decidió trasladar el pleito al juzgado federal alegando que sólo este tribunal era competente para actuar «en razón de la distinta nacionalidad de las partes». Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Ignacio Comas sobre reivindicación, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, Rosario, 1887, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 102, 88 f. También Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Ignacio Comas por desalojo y entrega de terreno, iniciado el 2 de agosto de 1887, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario Luis V. Gonzalez, 1888, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 131, 395 f. Sentencia n.º 16 sobre Carlos Casado contra Ignacio Comas sobre desalojo, juez Jacinto Fernández Díaz, Rosario, 1893, ATPR, Libro de Sentencias del Juzgado del Crimen de Rosario, del 4 de marzo de 1893 al 12 de diciembre de 1893, ff. 29-30. Fue la segunda y última oportunidad, según nuestros datos, en que sus opositores trataron de fundarse en el hecho de que Casado conservaba la nacionalidad española para conseguir que no fuese la jurisdicción rosarina, supuestamente «contaminada» por los vínculos con Casado, la que decidiese en la causa.

CAPÍTULO III LA RED CASADO-SASTRE

Al tiempo que se aprovechaban del auge de la actividad bancaria y financiera, los Casado-Sastre se embarcaron en un importante proyecto colonizador, siguiendo los pasos de José Chávarri del Alisal. Adquirieron tierras en 1865 y cinco años después fundaron la Colonia Candelaria. Contaron para ello con el decidido apoyo de los presidentes argentinos Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880), y de líderes santafesinos, entre ellos Simón de Iriondo y Nicasio Oroño. La ley del 22 de noviembre de 1867 acompañó este proyecto colonizador al autorizar el ingreso de inmigrantes al interior del país con la finalidad de asegurar mano de obra accesible y barata.1 Mientras tanto, el Estado provincial procedió a consolidar su presencia en el territorio procurando establecer los límites con las provincias vecinas —Córdoba y Santiago del Estero—,2 y poniendo a punto sus archivos documentales para regular la enajenación de tierras consideradas «fronterizas».3 Para ello, ideó una serie de mecanismos que garantizaron su soberanía y dieron certeza a inversores y empresarios de la época: la ley provincial del 22 de octubre de 1858, por ejemplo, intentó consolidar una primera Comisión Topográfica y habilitó al gobierno a levantar un plano topográfico comenzando, en esos momentos, por los principales departamentos de la provincia, es decir, Rosario y San Gerónimo. La 1

LAGOS, 1957, 31; SCHOPFLOCHER, 1955. BÁEZ, 1997, 127-154. 3 En este sentido, el gobierno encontró «una falta absoluta de documentos capaces de darle un juicio claro y exacto» sobre la situación de la propiedad privada y en 1863 reguló la cesión de tierras provinciales al gobierno nacional. Véase «Establecimiento de límites de la provincia de Santa Fe y ley del 3 de marzo de 1863 de cesión de tierras al gobierno nacional», CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), f. 1 y ff. 39-40. 2

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normativa estableció también la superficie de una «suerte de chacra» en cuatro cuadras cuadradas, y la de una quinta en una cuadra cuadrada, y aprobó la enajenación definitiva de las tierras públicas que hasta entonces hubiesen sido entregadas «para atender a las urgencias del erario». El artículo 8 de la ley provincial de 1858 priorizó la venta de tierra mediante subasta pública por sobre la enfiteusis y la simple posesión, aunque procuró beneficiar a los ocupantes otorgándoles el derecho a adquirir la propiedad por sobre cualquier otro interesado y al precio fijado por el gobierno, no por el mercado.4 Establecida la venta de tierras fiscales en remate público, las leyes del 20 de setiembre de 1864 y del 3 de octubre de 1865 regularon el proceso de enajenación: treinta días antes de efectuarse la subasta de los terrenos fiscales, el acto debía ser anunciado en los periódicos de la capital santafesina y de la ciudad de Rosario; el remate sería efectuado por el contador general provincial bajo los portales del cabildo, con la actuación del escribano de gobierno y del ministro o agente fiscal.5 Percatándose de los perjuicios que acarreaba la carencia de un Departamento Topográfico, en 1862 el gobierno provincial creó el Registro General de Títulos de Propiedad habilitándolo a inscribir los títulos de propiedad y de posesión de los campos de pastoreo, chacras, quintas y terrenos otorgados mediante mercedes. Cada departamento en que fue subdividida la provincia gozó a partir de entonces de un Registro de ese tipo, el cual debía remitir la información topográfica a la Contaduría que funcionaba en la capital provincial, esto es, la ciudad de Santa Fe. El gobernador Nicasio Oroño (1864-1868) se aseguró de que ningún escribano público pudiese entregar escrituras de transferencia o gravamen hipotecario de las propiedades raíces sin antes registrar los títulos, e impuso una pena prohibitiva en el ejercicio de la profesión para aquellos que contraviniesen la norma.6 Finalmente, otra ley, fechada el 11 de noviembre de 1862, declaró nulas y sin ningún valor legal las ventas de terrenos fiscales que no hubiesen sido hechas en pública subasta. 4 La venta en pública subasta debía ser anunciada por medio de pregones y periódicos y se estableció la obligación de que participara un mínimo de tres comisionados nombrados por el gobierno provincial, presidido el acto por el Colector General de Hacienda. Véase Ley provincial del 22 de octubre de 1858, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 69-72. 5 Informe de remates y donaciones de tierras fiscales por servicios militares en la provincia de Santa Fe (1865-1866), CDICT, caja 20, leg. 762. 6 Ley provincial del 30 de julio de 1862 y decreto provincial del 17 de febrero de 1864, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 61-64.

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Ante el aumento del número de compraventas, en diciembre de 1862 el gobierno provincial creó la Oficina de Topografía y Estadística, que en julio del año siguiente fue habilitada a inscribir todas las propiedades de la provincia. Además, se le ordenó levantar el plano provincial y mensurar y delinear el territorio para determinar cuanto antes la superficie de tierra que aún quedaba en manos del Estado. La Oficina, establecida en la capital de la provincia, debía informar pormenorizadamente al gobierno sobre el estado de la distribución de las tierras públicas y particulares, la delineación de los pueblos, calles y caminos, además de examinar y matricular a los agrimensores de toda la provincia. Tenía la tarea de proponer todo lo necesario para crear un Departamento Topográfico cuyas atribuciones —el control de la edificación, la mensura de solares y quintas, la delimitación de la altura de las fachadas y el ancho de las veredas— también fueron fijadas por el gobierno provincial.7 La Oficina fue dotada de un jefe, dos ingenieros, un ingeniero secretario y un portero, y fueron destinados para gastos administrativos sólo $ 60 mn anuales.8 El gobierno aprobó también las Instrucciones para los Agrimensores de la Provincia, consistente en una treintena de artículos, así como el Programa Reglamentario que debía orientar las pruebas a las que eran sometidos los agrimensores para obtener el diploma oficial. Al mismo tiempo, el 9 de diciembre de 1862 el gobierno ordenó a Domingo Crespo recolectar toda la información posible acerca de los límites originarios de la provincia de Santa Fe, y a Aureliano Argento y Pedro Rueda (a quien ya vimos en el capítulo anterior apoyando a los Chávarri en contra de Casado) diagnosticar el estado de la tierra pública. Comenzaron así los trabajos de mensuras en el norte provincial y en la zona del Chaco santafesino que quedaron a cargo de los agrimensores Arturo Seelstrang y Enrique Foster,9 dos de los responsables técnicos de las exploraciones de estos territorios y de su ocupación formal. 7

En la ciudad de Rosario y los demás pueblos de la provincia se dejaron aquellas tareas en manos de las autoridades municipales y de los jueces de paz. 8 Ley provincial del 18 de junio de 1863, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 54-55; Decreto provincial del 28 de julio de 1863 de creación del Registro General de Títulos de Propiedad, Departamento Topográfico de la provincia de Santa Fe, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 62-64; Leyes provinciales de creación de la Oficina Topográfica y Estadística de la provincia de Santa Fe, del 15 de diciembre de 1862 y del 15 de mayo de 1863, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 52-54. 9 BÁEZ, 1997, 116-117.

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Paralelamente, el gobierno provincial impulsó la ocupación de la zona sur creando en 1862, en la ciudad de Rosario, la Oficina Técnica Municipal a la que ordenó mensurar las tierras urbanas mediante un relevamiento topográfico. Fueron ingenieros italianos —entre ellos Nicolás Grondona—10 quienes levantaron el primer plano oficial de la ciudad. En 1873 una ordenanza dividió el municipio en cuatro secciones —Bajo, Ciudad, Extramuros y Suburbios— y mientras el proceso de apropiación de tierra urbana estaba en marcha, los precios empezaron a ascender de manera imparable, entre otras razones, por la disponibilidad de medios de transporte, la conexión al río Paraná, la proliferación de servicios comerciales y financieros, y la vinculación de la zona con las colonias agrícolas, una de las cuales era la Candelaria. Los compradores de estos predios fueron básicamente operadores inmobiliarios profesionales, comerciantes, industriales, rentistas y empresarios agropecuarios, quienes ejercieron un gran impacto en el espacio urbano rosarino al momento de su consolidación comercial y portuaria ligada al cereal santafesino.11 Este proceso acompañó muy de cerca el proyecto inversor de los Casado-Sastre en la Colonia Candelaria. El objetivo de este capítulo es identificar la naturaleza de la red social que facilitó al español traspasar las fronteras de las finanzas para emprender proyectos de inversión en tierras que lo volcarían a la colonización agrícola del sur santafesino. El primer apartado del capítulo analiza la organización de la Colonia Candelaria así como las observaciones que hicieran en 1872 el Inspector de Colonias, Guillermo Wilckens, y el publicista Leonardo Nicolorich, y la imagen que de la zona nos legara Estanislao Severo Zeballos en su Descripción amena de la República Argentina. El segundo apartado aborda la naturaleza de la primera institución instalada en la colonia, el Juzgado de Paz,12 que entre 1871 y 1877 quedó en manos del hermano de Ramona Sastre Aramburu, Eliseo. Abordamos también el régimen económico de la administración central, controlada por Francisco Casado y Manuel Castilla y Portugal, primo y hermano del cuñado de Casado, y por Octavio Crehange.13 La finalidad es contrastar en los apartados restantes la imagen «pública» de la colonia con las descripciones que surgen de las causas judiciales que enfrentaron a Casado 10

Grondona fue autor del primer plano rosarino levantado en 1854 sobre el que se asentaría, en parte, el plano oficial y definitivo de la ciudad. 11 LANCIOTTI, 2004, vol. 1, 25-26, 93; vol. 2, 192. 12 Sobre el papel de los Juzgados de Paz y su evolución, GARAVAGLIA, 1999 b. 13 ASCOLANI, 1992, 22; cabe señalar que tanto Manuel Castilla y Portugal como Francisco Casado fueron los primeros interesados en establecer un molino a vapor en la región.

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con sus colonos, tanto en calidad de acusado como de acusador. El ámbito jurídico brinda así información acerca de la percepción que tenían algunos colonos respecto de la trama social y empresarial implementada en la Colonia Candelaria. «Venimos a la prensa»: opinión pública y observación del sistema de colonización agrícola

3.1.

En junio de 1863, Emiliano Frías, Carlos Grognet, Aarón Castellanos, William (Guillermo) Perkins, Jacinto Corvalán, Mariano Alvarado y Pedro Lassaga fueron designados por el gobierno nacional para formar parte de la Comisión Promotora de la Inmigración.14 Desde noviembre de ese año hasta principios de 1864, Perkins, apoyado por el gobernador Patricio Cullen, visitó las colonias Esperanza, San Gerónimo y San Carlos, y posteriormente editó un texto titulado The colonies of Santa Fe, their origin, progress and present condition, que fue publicado en Rosario por El Ferrocarril y que el autor dedicó al ministro secretario de Estado en el Departamento del Interior, Guillermo Rawson. Con estos escritos, Perkins pretendía dar a conocer el estado de las colonias, aunque no dejó de comparar las dos ciudades más importantes de la provincia santafesina, Rosario y Santa Fe, presentando a la primera como una «metrópoli comercial» y a la segunda como un prodigio de «bellezas sin cuento». Según Perkins, el progreso rosarino era fruto exclusivo del éxito de las colonias recientemente creadas.15 Pocos años después de que Perkins visitara las colonias, Casado compró en la zona de Las Tunas y el paraje de Desmochados16 un terreno con una estancia llamada Las Pencas que medía aproximadamente seis leguas de longitud y dos leguas por cada margen del río Carcarañá.17 14

CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 587. Perkins agregó que el norte chaqueño de la provincia santafesina permanecía inexplorado. Precisamente la región chaqueña santafesina, así como sus poblaciones originarias, fueron señaladas por el autor como dos elementos centrales de la política que debía llevar adelante el gobierno en su proyecto de ampliar las fronteras provinciales; PERKINS, 1864, 5; 14. 16 En 1776, con el fin de contener los malones indígenas, se establecieron fuertes en San José de la Esquina, Melincué y Desmochado, espacios que hacia 1822 eran cabeceras de juzgados pedáneos. Desmochado fue epicentro del encuentro que tuvieron los generales del unitarismo, José María Paz y Haedo y Juan Galo de Lavalle, en 1829; Álbum biográfico Departamental de Caseros, Antecedentes históricos de Casilda. Las tradiciones, recopilación hecha por una Comisión de Maestros. Casilda, Cortés Hermanos ed., 1934. 17 Esta región —originariamente habitada por abipones, guaraníes, timbúes, querandíes y pampas— albergó en tiempos coloniales las postas, y desde el 20 de enero de 15

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Tras pasar por varios propietarios, en marzo de 1852, primero, y en marzo de 1856, después, Domingo Correa vendió la propiedad a Mariano Grandoli y a su esposa, Magdalena Correa.18 En enero de 1861, Grandoli y Correa arrendaron la propiedad a Víctor Miranda durante cuatro años, prorrogables por cuatro años más, a cambio de $ 400 anuales. Miranda arrendó la tierra, originariamente destinada al pastoreo, con la condición de tener preferencia en una futura compra, pero en 1865 rehusó hacer uso de este derecho y, de este modo, benefició a Carlos Casado del Alisal. Durante esos años, Grandoli fue declarado judicialmente insano y su esposa, Magdalena Correa, fue designada apoderada general.19 Grandoli quedó también representado por un curador ad bona, Mariano Amigo, que se encargó de vender el terreno a Casado justificando su actitud en que debía «atender á sus necesidades y las de su familia».20 Cabe se1682 formó parte de la merced real otorgada al mariscal de campo Antonio Vera Mujica, para acabar en manos de las Temporalidades. La estancia fortificada Las Pencas, en Desmochados, daba refugio hacia 1860 a los vecinos establecidos a varias leguas a la redonda; Álbum biográfico Departamental de Caseros, Antecedentes históricos de Casilda. Las tradiciones, recopilación hecha por una Comisión de Maestros. Casilda, Cortés Hermanos ed., 1934. 18 Domingo Correa lo había heredado de su padre, Santiago Correa, quien a su vez lo había adquirido a Juan Gerónimo Martínez en agosto de 1837 a cambio de 26 y ¼ onzas os, y Martínez, a su vez, lo había comprado a Miguel Alcacer, alias «el Valenciano». El juez de paz de Rosario, Dámaso Centeno, incluyó una cláusula de venta de Correa a Grandoli según la cual quedaba condicionado a vender la tierra que fuese poblada por este último, a razón de dos onzas oro sellado por cuerda, en caso de que dicho poblamiento superase la propiedad adquirida. Expediente civil de Carlos Casado sobre mensura, escala de varas de 0,866 mm, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, juez Teófilo García, escribano Luis María Arzac, Rosario, 1865, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 31, exp. 27, 32 f., contiene dos planos elaborados por Julián de Bustinza (años 1867 y 1868), de la propiedad de Carlos Casado en La Candelaria, lindera con herederos de Domingo Correa (estos a su vez con Polonio Goytia), Pedro Correa, Laureana C. de Benegas y el río Carcarañá. 19 Mariano Grandoli tendría previamente una destacada labor en el Departamento Rosario. Según Eudoro y Gabriel Carrasco (1897, 258), cuando se produjo la victoria de Justo José de Urquiza en Caseros, la noticia fue divulgada en Rosario por «Mariano Grandoli, el mismo a quien siete años después cupo el honor de ser igualmente portador de la noticia del triunfo de Cepeda». Miembro de la incipiente élite local y regional, Mariano Grandoli era el padre del personaje que conocemos como «abanderado Grandoli», joven de 16 años nacido en Rosario el 26 de abril de 1849 que llevó el estandarte al momento de su muerte producida esta última en las trincheras de Curupaytí durante la guerra de la Triple Alianza (1865-1870). En este conflicto bélico, la ciudad de Rosario aportó más de medio millar de hombres y organizó el llamado Batallón Santafesino, además de hacerse cargo de los heridos que regresaban del Paraguay a través del sostenimiento de una sociedad benéfica femenina creada al efecto, la sociedad Damas de Caridad; DALLA CORTE, 2004; DALLA CORTE Y PIACENZA, 2006. 20 Original y transcripción de la escritura de venta de un campo de Domingo Correa a Mariano Grandoli, representado por el curador Mariano Amigo, situado en los

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ñalar que Casado conoció a Mariano Amigo cuando ambos participaron como accionistas del FCCA Central-Rosario y en el Banco Provincial de Santa Fe. En marzo de 1865, el defensor de menores e incapaces se cercioró de la insania de Grandoli, y Las Pencas fue subastada públicamente con la ayuda del escribano Lisandro Paganini. Casado, que había contraído matrimonio un mes antes, el 4 de febrero, se convirtió en propietario de la estancia que lindaba con propiedades de Domingo Correa y Nicolás Sotomayor, y pagó $ 21.800 bolivianos por la propiedad y $ 436 bolivianos por derecho de alcabala. El escribano Luis María Arzac ratificó la adquisición de cinco leguas el 29 de abril de 1865.21 Casado levantó la Colonia Candelaria,22 que por aplicación de la ley del 9 de agosto de 1871 quedó exenta del pago del impuesto de contribución directa,23 y allí instaló una administración central que el abogado Pompeyo Chaves describió como la «tutora absoluta de los colonos»,24 así como un centro urbano que bautizó Villa Casilda en honor a su madre.25 Para ello, solicitó al juez de primera instancia Teófilo García la mensura judicial, deslinde y amojonamiento de la propiedad,26 y propuso para esta tarea al agrimensor español Julián de Bustinza,27 quien en agosto de 1867 Desmochados, zona de Carcarañá, ante los testigos y vecinos Tomás Argañaris y Celestino Velazco, escribano público Luis María Arzac, Rosario, 24 de febrero de 1865, MAHM, documento suelto. 21 Original y transcripción de la venta de una estancia de Mariano Grandoli, representado por el curador Mariano Amigo, a Carlos Casado, situada en los Desmochados, según la escritura ante escribano Lisandro Paganini, ante los testigos Pedro Tiscornia y Luis María Davries, escribano público Luis María Arzac, Rosario, 29 de abril de 1865, MAHM, documento suelto. INFANTE, 1944, 15-17; CHAPARRO, 1941. 22 Las cinco leguas equivalían a 5.126 varas de frente por 4,5 leguas de fondo. 23 Escritura de venta de Carlos Casado a Bartolo Borzone, 4 de junio de 1886, propiedad en sección A de Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Alberto Arrué y Pedro Mancera, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 24 Expediente civil de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez, sobre tercería de dominio deducida en los autos seguidos por Juan Bautista Bernard o Bermond (representado por el abogado Pompeyo Chaves) contra Julio Cavi, Rosario, 1876, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 70, exp. 42, 55 f. 25 MANFREDI, 1998. 26 El juez Teófilo García adquirió a Casado en 1886 una propiedad en el departamento de Las Colonias de la provincia de Santa Fe, véase Escritura de venta de Carlos Casado a Teófilo García, 11 de agosto de 1886, testigos Alberto Arrué y Juan Campodónico, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 27 Julián de Bustinza fundó las siguientes colonias: Bustinza (1874), Totoras (1875); Clodomira (1879); Piamonte (1884).

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comenzó por establecer los límites en la banda austral del río Carcarañá. Bustinza midió el terreno y estableció los linderos a partir de las mensuras previas realizadas por el agrimensor Cayetano Livi. Posteriormente procedió a realizar las operaciones geodésicas: reconoció el curso del río y llegó a las propiedades de Domingo Correa cuyo albacea testamentario, el general Benjamín Virasoro, fue advertido de que aquéllas se superponían con las tierras de Casado. Durante la investigación que realizó durante varios días, Bustinza se entrevistó con Samuel Madoled,28 cuya tutora era su abuela Laureana C. de Benegas, con la intención de verificar si los terrenos adjudicados a Casado ocupaban los suyos. Para acabar de deslindar la estancia de Casado, denominada Santa Casilda, Bustinza elevó su informe a la Oficina del Departamento Topográfico de Santa Fe el 5 de setiembre de 1867. Ubicó en la zona de población principal, al costado del río Carcarañá, las tierras y la tapera de Miguel Alcacer, alias «el Valenciano», y en el plano incluyó la posta y el recorrido del antiguo camino de la Candelaria. La fecha de confección del informe y del plano indica que, pese a que la Colonia Candelaria fue inaugurada recién en 1870, Casado se había embarcado en el proyecto cinco años antes, en 1865, procurando cumplir con todos los requisitos exigidos por el gobierno provincial. El Departamento Topográfico, no obstante, tardó sólo tres meses en rechazar la mensura de Bustinza informándole de que el terreno en cuestión había pertenecido a las Temporalidades y que la primera mensura, realizada en 1775, había aplicado la vara castellana, sistema que posteriormente el gobierno provincial sustituyó por la vara nacional, criterio de medición que se usó en este caso (Ilustración 6).29 Por ello, en 1868 Bustinza regresó al distrito de Desmochados a efectuar una nueva mensura de la estancia Santa Casilda, y elaboró otro plano alegando que la propiedad de Casado era de 131.375.726 varas cuadradas, es decir, de 98.526.014 m2, por lo que se superponía realmente con las tierras de Domingo Correa.30 El agrimensor procuró notificar a los representantes del lindero afectado, aunque sin éxito: tanto Federico de la Barra como Manuel Carlo, 28

En la documentación también aparece como Samuel Madashall. En lo que sigue utilizamos el Expediente civil de Carlos Casado sobre mensura, escala de varas de 0,866 mm, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, juez Teófilo García, escribano Luis María Arzac, Rosario, 1865, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 31, exp. 27, 32 f. 30 Cabe señalar que el MAHM ha recibido un importante documento proveniente del MHPRJM referente a la mensura del terreno adquirido por Carlos Casado del Alisal, para establecer la Colonia Candelaria, firmada por Julián de Bustinza el 5 de septiembre de 1867 en la Estancia Santa Casilda, con la presencia del propio Casado y los linderos afectados. 29

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ILUSTRACIÓN 6. Plano de Desmochados elaborado por Julián de Bustinza en el año 1867, Expediente civil de Carlos Casado sobre mensura, escala de varas de 0,866 mm, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, juez Teófilo García, escribano Luis María Arzac, Rosario, 1865, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 31, exp. 27, 32 f.

apoderado y tutor de los hijos de Domingo Correa, respectivamente, se negaron a rubricar la notificación. En ese momento, Casado utilizó los servicios del escribano Luis María Arzac y de dos testigos, Félix Gallegos y el publicista Leonardo Nicolorich, este último manifiesto defensor de la Colonia Candelaria,31 y concedió un poder a Engelbert Tietjen para que lo representase en los pleitos civiles y mercantiles así como en las acciones que surgiesen del ejercicio de la administración de sus bienes raíces, muebles y semimovimientes existentes en la provincia, con la prohibición expresa de «enagenar por causa alguna la estancia de pertenencia del exponente, denominada Santa Casilda con todo lo que en ella exista y le corresponda». Tietjen tuvo éxito en su empresa, y logró que fuesen ratificadas las nuevas dimensiones de la propiedad de Casado sacrificando así los intereses de Correa.32 31 Tras visitar la colonia en febrero de 1872, Nicolorich editó ese mismo año en Rosario un folleto a partir de una serie de artículos publicados en La Opinión Nacional, titulados La Candelaria, Colonia de D. Carlos Casado, su fundación, progreso y prosperidad actual, defendiendo claramente al propietario Carlos Casado del Alisal. 32 Cabe señalar que Woltje Tietjen fue designado cónsul de la Confederación Germánica del Norte en el Rosario y creó en 1868 la primera sociedad alemana de socorros mutuos de la ciudad, la Deutscher Hilfsverein, con la función de asistir a los connacionales enfermos o en dificultades económicas. En 1871, mientras Casado daba inicio a su

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Para llevar adelante el proyecto colonizador, los Casado-Sastre contaron con el concurso de Julián de Bustinza quien, a su vez, se encargó de confeccionar el primer trazado de la Colonia Candelaria y de la planta urbana de Villa Casilda. Si bien el proyecto de Casado era edificar dos pueblos en los extremos norte y sur de la colonia, Bustinza diseñó un solo pueblo ubicado a media legua del río Carcarañá en el lugar donde había sido establecida la estancia Las Pencas de Mariano Grandoli, en un cuadrado de 4 km2 cerca de la casa-quinta de Casado, que a su vez había pertenecido al ganadero británico Alfredo Guillermo Humberto Peyton.33 Posteriormente, en la década de 1880, el plano de Villa Casilda incluyó cuatro plazas de una manzana de superficie cada una, y la plaza principal, bautizada Casado, de cuatro manzanas de superficie (Ilustración 7). Los nombres elegidos para los bulevares demuestran el interés de Casado por recordar, de alguna manera, su propio recorrido personal y el de sus colonos: Argentino, América, Europa, Inglaterra, España, Italia y Suiza, así como Colón, Villada y Palencia. Por sobre el camino viejo, el dibujante A. J. Piñero ubicó una de las estancias de Casado y las propiedades de Joaquín de Lejarza, José Antonio Zorrilla y las diversas secciones en que estaba distribuida la colonia. La estación del FCOS, inaugurada en 1883, ocupaba un terreno de 140 m de ancho por 660 m de largo, y su vía estaba en el centro del Bulevar América (posteriormente llamado Humberto I).34 proyecto colonizador, Woltje fundó junto con Engilberto (Engelbert) Tietjen la colonia La Hansa; GRIGERA y RAPOPORT, 1983. Sobre la actividad de la Tietjen y Compañía, véase Escritura de compra-venta de José Arijón a Tietjen y Compañía, 18 de enero de 1886, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 33 Posteriormente, Casado compró en remate público la manzana n.º 11 de 100 m2 de la sección C, con casas y tapiales edificados, propiedad de Peyton; finalmente adquirió la fracción con 23 m de frente a la plaza que originariamente Casado había vendido a Peyton en mayo de 1877. Cabe señalar que habitaban la zona otros británicos además de Peyton, entre ellos Guillermo Hope, Gallart y Dickinson; INFANTE, 1944, 19; LAGOS, 1957, 33. En 1873 Casado vendió propiedades a Hubert C. Peyton, véase el Registro de Ventas del Índice del Archivo General del Rosario de Santa Fe de Eudoro CARRASCO, 1881, 59. 34 Plano de la Colonia Candelaria y Villa Casilda, escala métrica de 1:20.000, dibujante A. J. Piñero, CDICT, Plano general E-0202. Plano de la Colonia Candelaria, Tipografía y Litografía B. Tamburini y Compañía, Rosario, CDICT, Plano general E-0242, incluye las propiedades de José A. Zorrilla, Joaquín de Lejarza, Carlos Casado, la demarcación de Villa Casilda y Nueva Roma, los Bulevares Central, Argentino, Inglaterra, España, Italia y Suizo, además de ramales del FCOS a Juárez Celman y Melincué. Sobre el cambio de nombre de la Avenida América, véase Plano de la ciudad de Casilda, remate de 32 lotes por parte de Ovidio Rodríguez el 18 de agosto de 1929, CDICT, Plano general E-0220, incluye las manzanas de la Plaza Casado y propiedades del FCCA. En esta obra optamos por la palabra española bulevar, plural bulevares, en todos los casos.

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ILUSTRACIÓN 7. Plano de la Colonia Candelaria, Tipografía y Litografía B. Tamburini y Compañía, Rosario, CDICT, Plano general E-0242, incluye las propiedades de José Antonio Zorrilla, Joaquín de Lejarza, Carlos Casado, la demarcación de Villa Casilda y Nueva Roma, los Bulevares Central, Argentino, Inglaterra, España, Italia y Suizo, además de ramales del FCOS a Juárez Celman y Melincué.

Como hemos enunciado anteriormente, la colonia comenzó su andadura en el año 1870; distaba de Rosario unas 9 leguas hacia el oeste, equivalentes a 50 km, y estaba ubicada estratégicamente a 4 leguas al sur de la línea del Ferrocarril Central Argentino (FCCA) y en el camino de Córdoba que pasaba por las postas de la Candelaria, Desmochados, Arequito y Guardia de la Esquina (San José de la Esquina). El área completa de la colonia estaba dividida en fracciones de 100 ha, alambradas en su perímetro y separadas por caminos públicos de 30 m de ancho. Cada fracción fue a su vez dividida en parcelas o concesiones de 25 ha.35 En 1877 Casado amplió la propiedad al quedarse con 35.004.500 varas cuadradas del agrimensor Julián de Bustinza, quien a su vez las había comprado a Samuel Madoled durante la mensura que había efectuado a pedido de Casado.36 El traspaso nos permite intuir que Bustinza ya actua35

Referencias en LAGOS, 1957, 31; TOSTICARELLI, 1969, 7; GALLO, 2004. Entrada-registro de venta de terrenos de Carlos Casado a Julián de Bustinza, Rosario, CDICT, Libro de venta de terrenos de Rosario (1853-1888). 36

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ba en esa fecha como testaferro de su compatriota. Mientras tanto, Casado impulsó la instalación de diversas instituciones entre las que destacaron el Juzgado de Paz —que permitió el reconocimiento de la autonomía de la localidad en el primer nivel de la organización judicial—, la Comisión de Progreso Local entre 1884 y 1886, y desde ese año hasta 1907, cuando Casilda fue declarada ciudad, la Comisión de Fomento.37 Los colonos comenzaron a llegar a medida que los periódicos locales publicitaban las bondades de la colonia agrícola. En 1871, por ejemplo, el diario La Prensa publicó una solicitada dirigida «a los inmigrantes y agricultores» que quisieran radicarse en la colonia, procurando convencerles de que el lugar en el que estaba implantada se hallaba próximo a las zonas urbanizadas de Villa María, Córdoba y Rosario. Entre las promesas editadas en La Prensa se especificó que se admitían familias extranjeras y argentinas, y que la empresa entregaría en propiedad concesiones de 25 ha por el precio de $ 300 fuertes o por 2.500 francos pagaderos hasta cuatro anualidades sin intereses, promesa que no se cumplió en muchos casos. La empresa se encargaría de medir y amojonar el terreno además de entregar a cada familia un adelanto en materiales por valor de hasta $ 100 plata —equivalentes a 400 francos— pagaderos al finalizar el primer año, es decir, después de la primera cosecha: Las familias agricultoras más numerosas serán las preferidas. Establecidas en terrenos de D. Carlos Casado, está situada a 25 km aproximadamente 7 leguas de la importante ciudad y puerto del Rosario (Santa Fe) próxima al Río Carcarañá y a las colonias Bernstadt, fundadas por la empresa del Ferrocarril Central Argentino. La colonia (Candelaria) se encuentra rodeada de establecimientos importantes, su terreno es fértil e inmejorable para la agricultura. Fundada el año pasado, está ocupada por muchas familias de diversas nacionalidades, todos los colonos se encuentran allí muy bien y contentos hay numerosas plantaciones, cementeras, recientemente se han introducido cien mil árboles de las más ricas frutas que se han podido encontrar. Siendo los lotes 37 Estos organismos se consolidaron mientras el gobierno provincial exigía desde octubre de 1884 que los particulares que quisiesen fundar colonias agrícolas presentaran los planos respectivos para ser aprobados por el Departamento Topográfico. Las colonias ubicadas a más de 20 leguas de la vía férrea o de un río navegable quedaron exceptuadas del impuesto fiscal por el término de seis años. Con la finalidad de promocionar el procesamiento de la materia prima obtenida en las mismas, el artículo 84 estableció que quedaban «exceptuados de todo impuesto los molinos, destilerías, ingenios de azúcar y en general todo establecimiento industrial en que se elaborasen productos del suelo, siempre que se estableciesen en los primeros diez años, contados desde el reconocimiento de la colonia». Ley del Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe sobre venta de tierras fiscales del 28 de octubre de 1884, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), ff. 5-20.

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muy solicitados, debe tenerse presente, que si la Capital se transporta a Córdoba, Villa María, o Rosario, la Candelaria será siempre un punto intermedio, el valor de los terrenos aumentará considerablemente, no se conoce en aquella colonia ni el cólera ni la fiebre amarilla.38

En 1871, pese a los mensajes publicitarios, la fiebre amarilla y el consecuente cierre del puerto de Rosario frenaron la llegada de braceros e inmigrantes. Casado sin embargo mantuvo un pedido de una trilladora de vapor R. Garret y Sons, así como carros de cuatro ruedas para transportar el grano desde la colonia a Rosario. Al mismo tiempo, la Colonia Candelaria fue eximida del pago de impuestos directos en virtud de la aplicación de la ley del 4 de agosto de 1871 y poco después el decreto del 14 de agosto de ese año permitió el nombramiento del primer juez de paz, cargo que recayó en el hermano de Ramona Sastre Aramburu, Eliseo, hasta septiembre de 1877 en que fue sustituido por José T. Garriz. De acuerdo a Ascolani, detrás del juzgado había «una persona de prestigio social y poder económico, capaz de imponer respeto por su propio poder local, dadas las atribuciones no sólo judiciales, sino también policiales que le eran conferidas».39 Más que respeto, Eliseo Sastre Aramburu y José T. Garriz monopolizaron el poder. El juez de paz se encargó hasta 1884 de la dirección del servicio policial. Desde esa fecha, el gobierno provincial creó una Subdelegación Política a cargo de Juan E. Vélez, siendo un año después sustituido por Cayetano Campana y entre 1886 y 1887 por Tadeo Almada. Al Juzgado de Paz le tocó regular el crecimiento constante de la población, mientras que los contratos entre los colonos y el propietario se efectuaban en el domicilio de la administración central en la ciudad de Rosario, en el número 79 de la calle Buenos Aires, o en el número 29 de la calle Santa Fe, donde atendía al público el ingeniero Julián de Bustinza. En mayo del año 1872, el Inspector de Colonias Guillermo Wilckens visitó la Colonia Candelaria y elaboró un informe basándose en sus observaciones y en los datos brindados por la Comisión de Colaboración de Vecinos. Wilckens escribió que la colonia era una empresa particular del «banquero» Casado, y dibujó un favorable panorama que repetiría poco tiempo después Juan Dillon en su informe elevado al gobierno en 1877.40 38 «Informe sobre la colonia Candelaria, su ubicación, fecha de fundación, condiciones de venta, existencia de autoridad civil, y lugares en países donde se pueden recabar informaciones», La Prensa, suplemento 594, 10 de noviembre de 1871, MAHM, documento suelto. 39 ASCOLANI, 1992, 89. 40 «Informe del Comisario de Inmigración Juan Dillon, Buenos Aires, 12 de junio de 1877», La Colonia Candelaria (Carlos Casado) ante el Congreso Nacional. Buenos Aires, Imprenta de Pablo E. CONI, 1877, 14-16; LAGOS, 1957, 34.

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De manera paralela al trabajo de Wilckens, Leonardo Nicolorich dio a conocer el sistema de colonización particular implementado por los Casado-Sastre tras una visita realizada en compañía del español y de su primo y administrador, Francisco Casado. Nicolorich describió la rapidez con que se desarrollaba la colonia agrícola, celeridad que estaba permitiendo a Casado dejar de ser corredor y banquero para convertirse en colonizador. Según el publicista, todo emprendedor que se hubiese lanzado a fomentar la agricultura y la inmigración en la Argentina merecía «un acto de justicia, palabras que fortifiquen su fé y su esperanza sin prescindir de la verdad severa». La Colonia Candelaria sirvió entonces como modelo de la colonización implementada en la provincia de Santa Fe por ser «el más perfecto que pueda confeccionarse». Casado, según el publicista, dispensó a los colonos que llegaban a la zona una decidida protección, vinculó las conveniencias del colono con las de la empresa, y consiguió la prosperidad para todos: «bajo esos auspicios ha lanzado noventa familias á la labor y para asegurar mas los resultados benéficos de la colonia, ha despertado en esos soldados de la industria cierta emulación ó competencia sobre cual hace mayor trabajo en el cultivo de la tierra y sobre cual posee primero una casa más confortable». En 1872 trabajaban en la colonia un buen número de carpinteros, herreros, albañiles, horneros; se habían construido cuatro edificios de azotea, uno de altos para el propio Carlos Casado, ochenta edificios con techo de tejas, doce con techo de fierro, tres con techo de paja y nueve con techo de tabla. Nicolorich observó sementeras de trigo y de papas, y pequeños ensayos de cultivo de sandías, melones, zapallos, cebollas, legumbres... Concluyó que «hay colono que en seis meses, sin la ayuda de nadie, ha cultivado 40 cuadras superficiales, ha vendido sus derechos a 24 por una útilidad de cerca de $ 800, y todavía ha tenido tiempo para trabajar, como lo está haciendo, á condicion de que le edifiquen una linda casa en la concesión que se ha reservado». El publicista utilizó las páginas de La Opinión para defender a la colonia particular de las acusaciones que había hecho en la prensa local una persona identificada con las iniciales H.M. Según Nicolorich, la prensa debía servir para sostener ensayos empresariales que a la larga constituirían una «revolución social y económica». Por ello afirmó finalmente: «venimos a la prensa haciendo conocer ese importante centro de la industria agrícola con la verdad é imparcialidad que acostumbramos».41 En este proyecto, Casado contó también con el claro apoyo del director del diario La Capital, Ovidio Lagos.42 Al finalizar el año 1872, los 332 41 42

NICOLORICH, 1872, 3-6; 13-16. LAGOS, 1957, 35.

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miembros de las 95 familias italianas, francesas, españolas, alemanas, inglesas, belgas y argentinas instaladas en la colonia habían recogido 800 fanegas de tigo, 5.000 de maíz y 9.000 arrobas de patata.43 Al principio se vendieron las concesiones a $ 300 fuertes al contado y a $ 400 fuertes a pagar en tres o cuatro anualidades con un fuerte interés, pero el precio fue aumentando hasta alcanzar los $ 500 fuertes en el caso de la venta, y los $ 50 anuales en el de arriendo. Leonardo Nicolorich señalaría en su folleto publicado en 1872 que la mayor parte de los colonos había adquirido hasta entonces entre 2 y 16 concesiones, y había arrendado otras tantas con la idea de comprarlas posteriormente.44 De hecho, en mayo de aquel año, la empresa había colocado 324 concesiones —47 al contado, 145 a plazos y 132 arrendadas— entre colonos que rápidamente se convirtieron en los principales colaboradores de Casado. Las primeras dos concesiones de la Colonia Candelaria fueron vendidas a H.H.C. Cirbdeos. Los colonos Juan Crenna, Antonio Brícola y Francisco Frola, por ejemplo, se hospedaron al llegar a la Candelaria en un pequeño apeadero construido en Las Pencas que ocupaba el espacio que sería destinado en 1934 para la construcción de la Escuela Nacional de Agricultura.45 En 1871 llegó el italiano Juan Bautista Gervasoni; al año siguiente, Nicolás Raimonda y Miguel Culasso; en 1873 se asentó Ángel Cristiani; al año siguiente, Ambrosio Canale y, en 1875, Natalio Navarini. En Villa Casilda, Ángel Bustamante adquirió un lote de 50 m sobre el Bulevar América y 50 m de fondo sobre la calle n.º 3; le siguieron Francisco Casado, primo de Carlos Casado del Alisal y primer administrador de la Colonia Candelaria; y José Antonio Zorrilla, también designado administrador hacia 1881.46 En el extremo sudoeste de la colonia se instaló el edificio de la administración central que Leonardo Nicolorich describiría como «una cómoda casa de altos, que sirve de depósito de mercaderías y materiales de construcción destinados á proveer con ellos puramente á la colonia».47 43 De las 95 familias, 32 eran italianas, 19 francesas, 16 españolas, 2 alemanas, 7 inglesas, 1 belga y 8 argentinas; INFANTE, 1944, 17-19; LAGOS, 1962, 28-35. La empresa contaba con 15 argentinos, 47 españoles, 64 franceses, 85 italianos, 22 alemanes, 14 ingleses, 21 suizos, 5 belgas, medio centenar de peones de diversas nacionalidades y «auxiliares» contratados por Casado; NICOLORICH, 1872, 7. 44 NICOLORICH, 1872, 9-10. 45 Tiempo después, en 1934, la Comisión de Maestros de Casilda dedicada a reconstruir parte de esta historia afirmó que el apeadero «es algo así como las casas de visitas que en el norte de la provincia construye actualmente para todos sus pobladores de importancia La Forestal», en Álbum biográfico Departamental de Caseros, Antecedentes históricos de Casilda. Las tradiciones, recopilación hecha por una Comisión de Maestros. Casilda, Cortés Hermanos ed., 1934. 46 FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 57. 47 NICOLORICH, 1872, 8.

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Poco a poco la zona fue poblándose con el apoyo del gobierno provincial que propició la construcción del camino Rosario-Candelaria para favorecer la extracción de cereales.48 La colonia tuvo desde el principio una carpintería y un gran depósito para granos. Llegaron al poco tiempo Andrés Llobet, Julia o Juliana Bernard, César Benedetti49 y Rocco Angelinetto.50 También Esteban Simonetta, que abriría las puertas de un almacén; Juan Bautista Berraute, encargado de fomentar la llegada de fami48 En el MAHM conservan fuertes rejas que resguardaban las puertas y ventanas de los ataques exteriores, que aún eran efectuados por las avanzadas indígenas. 49 Casado otorgó un importante crédito a César Benedetti que en 1886 traspasó a otro vecino de Villa Casilda, Pascual Chabás, véase ecritura de cesión de crédito de Carlos Casado a Pascual Chabás, del crédito de $ 15.000 bolivianos de Casado con César Benedetti, 25 de julio de 1886, testigos José Dardi y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 50 Casado adquirió propiedades de Julián de Bustinza ante los escribanos Luis María Arzac y Lisandro Paganini; se trataba de una fracción de terreno en la que luego construiría los fondos de la línea del FCOS en la calle de Aduana de Rosario, entre las calles Córdoba y Santa Fe que lindaba con otras propiedades de Casado, Lisandro Paganini y Nicolás Sotomayor, Entrada-registro de venta de terrenos de Carlos Casado a Julián de Bustinza, Rosario, CDICT, Libro de venta de terrenos de Rosario (1853-1888). El Índice del Archivo General del Rosario de Santa Fe elaborado por Eudoro Carrasco en calidad de archivero, registró la venta de bienes raíces, transmisiones de propiedades inmuebles por donación, herencia y legado, y las declaraciones explicativas de derechos efectuadas en el Departamento del Rosario entre 1868 y 1880 en su Registro de Ventas. Esta obra es de vital importancia y fue concluida y publicada por su hijo, Gabriel Carrasco, en 1881. En ella se hizo constar que Carlos Casado transfirió diversas propiedades ubicadas en la ciudad de Rosario y en la Colonia Candelaria que fundara en la década de 1870. Entre las ventas figuran: a Domingo de Sá Pereyra y Juan de Blanc en 1870; a Eusebio Machain y José Machain, Julián de Bustinza, H. C. Childers, Norberto Garden, en 1871; a José Sanuy, Quintín Gastañaga, Hubert C. Peyton, Ángel Bustamante, el administrador de la Colonia Candelaria José Antonio Zorrilla, su primo Francisco Casado también administrador de la Colonia Candelaria, a Julia o Juliana Bernard, Andrés Llobet, y Enrique Rodenan en 1873; a Rocco Angelinetto en 1874; a los colonos de la Colonia Candelaria Esteban Simonetta, Antonio Monzón, José Antonio Arregui, Robert o Roberto Hope, Agustín Arrotea, en 1875; a Carlos Evaristo Machain, Agustín Arrotea, José Carvalie, Pedro Carvalie, José Musso, José Antonio Zorrilla, (Santiago) Jaquet Gorget, José Ferrechino, Segundo Peña, Juan Destribats, Eusebio Machain y Compañía, en 1876; Antonio Berdier, Pompeyo Profilo, Eloy Creson, Juan Riff, Próspero Mafrand y Juan José C. Zabeta, José Raymundi, Juan Bautista Berraute, Hubert C. Peyton, César Benedetti, Agustín Rocca, y Llobet Hermanos en 1877 (en 1876 el vendedor a Llobet Hermanos fue Francisco Casado); a Javier Zavalza, Enrique B. Dickinson, Luis Miravelli, Carlos Orset, Francisco Julián Adam, José Antonio Zorrilla, Esteban Simonetta, en 1878; a Francisco Casado, Juan Gervasona, José Raimondo, Bartolo Borzone, Leguizamón Hermanos, Pedro Trigo, Bartolomé Costa, en 1879; Fernando Magdelin, Juan C. Gödeken, José Antonio Zorrilla, Miguel Torres, Zenón Pereyra, también se produjo una venta de Carlos Casado a Francisco Casado y de este último al primero en 1880. Gran parte de estos compradores eran colonos de la Colonia Candelaria.

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lias inmigrantes; Carlos Brebbia, que construyó la primera casa de material en el radio urbano; Antonio Ruffinelli, Luis Masetti, Martín Collino, Felipe Zanoni, el acopiador Maximino Lagos, José Echeverría y Víctor Van Zuylen, cuya propiedad sería expropiada por Casado entre 1887 y 1891 para construir el FCOS.51 Desde la década de 1880, Casado contó con la colaboración de Santos Tosticarelli, José Mantelli, Tomás Molacchino y Ponciano Culasso. Se instalaron también Delfino Stoisa, Bartolo Borzone52 y Norberto P. Cardalda.53 Uno de estos inmigrantes, Antonio Raimonda, dejaría en la memoria familiar la anécdota de que fue el propio Casado quien lo contactó en el mismo puerto de Rosario ofreciéndole poblar Colonia Candelaria.54 Este restringido grupo controló hasta bien entrado el siglo XX los destinos políticos de la colonia y de Villa Casilda. Uno de los mejores relatos sobre la transformación sufrida por Desmochados gracias a la empresa surgida de la mano de los Casado-Sastre, es fruto de la pluma del rosarino Estanislao Severo Zeballos. Ya en su adultez, Zeballos relató que en 1865 había salido aterrado de los campos de Arequito debido a los constantes ataques indígenas, y que por entonces La Candelaria sólo tenía diez habitantes y cinco mil vacas. Regresó años después, cuando Casado ya se había instalado en la región, encontrando un panorama muy diferente: en las páginas de su conocida obra Descripción amena de la República Argentina, evocó su visita a la Colonia Candelaria y señaló que ya «no vagaron los ojos en aquel solitario 51 Expediente de expropiación, de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Víctor Van Zuylen (también Zueglen, Zuglen, Zuilen y Zeulen) sobre expropiación del FCOS, Juzgado Civil y Comercial, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, Rosario, iniciado el 14 de diciembre de 1887 y finalizado el 13 de mayo de 1891, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70, 1887/1891, que incluye plano de la propiedad a expropiar de Víctor Van Zuylen elaborado por Ignacio Firmat, de un terreno lindante con la propiedad de Jorge Bombal en la Estación Villada. 52 Bartolo Borzone se convirtió en un importante aliado de Casado, llegando incluso a participar como testigo en diversos actos jurídicos, véase como ejemplo Escritura de venta de propiedad de Carlos Casado en San Lorenzo, frente al río Carcarañá, Colonia Candelaria, a John W. Nash, 31 de mayo de 1886, testigos Pedro Nolasco Arias y Bartolo Borzone, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). Bartolo Borzone se convirtió en propietario definitivo en 1886, Escritura de venta de Carlos Casado a Bartolo Borzone, 11 de agoto de 1886, testigos Juan Campodónico y Pedro Mancera, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 53 INFANTE, 1944, 17-19; LAGOS, 1962, 28, 35; LAGOS, 1957, 32-33; LAGOS, 1975, 45-46, 53-59; ASCOLANI, 1992, 23. 54 «Recordación a Don Antonio Raimonda a 100 años de su llegada a Colonia Candelaria», MAHM, documento explicativo de la llegada de los primeros colonos a Casilda y sus encuentros con Carlos Casado del Alisal, s/d.

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desierto que durante mis primeros años crucé cien veces, cuando la población apenas asomaba tímidamente concentrándose en fortines, y los araucanos recorrían los campos y no era posible alejarse á cien metros de la trinchera sin peligro de la vida. La transformación había sido completa!». La llegada de colonos de todas las nacionalidades había hecho aumentar la población a más de tres mil almas. Convencido de que la provincia de Santa Fe era la «región del trigo», es decir, la principal zona de la colonización agrícola, Zeballos diferenció el norte del río Salado, que formaba parte de un Gran Chaco asediado por los indígenas, del sur en el que primaba la «civilización progresista» encabezada por su ciudad natal: Rosario. Describió también la manera más efectiva para llegar a la Colonia Candelaria: «el viajero desciende en la estación Carcarañá, que es el retiro veraniego de las familias del Rosario, con sus baños y sus campiñas hermosísimas y atraído por los ruidos de agua trepa al puente y contempla el molino más grande y mejor montado del distrito, construido por capitalistas ingleses». Zeballos elogió la «hospitalidad de los buenos hoteles del lugar» describiendo «la corta y agradable jornada por aquellos campos quebrados» y el aspecto general de la colonia, «aquel inmenso lago de trigo que cae hacia los bajos en lontananza, que reaparece en ondas doradas sobre las lomas y que al fin se pierde de vista como si se derramara en los horizontes». Señaló que se había confortado con «el espectáculo pintoresco de las lozanas arboledas que rodean las casas de los colonos, entre las prolongadas ondulaciones de las praderas de trigo». Este maravilloso escenario era obra, según Zeballos, de un «antiguo banquero español del Rosario»: Carlos Casado del Alisal.55

3.2.

El entramado familiar Casado-Sastre entre el Juzgado de Paz y la administración de la Colonia Candelaria.

En 1870 los terrenos de la novel Colonia Candelaria, hasta entonces calificados como «de pastoreo», fueron declarados de «pan llevar». Por este motivo, los propietarios de las estancias vecinas comenzaron a ser obligados a controlar su ganado con la finalidad de impedir que invadiesen las tierras de Casado. Al iniciarse el año 1872, el español interpuso un significativo pleito judicial contra uno de aquellos vecinos, Hermenegildo Bustos, propietario del campo conocido como «de Quintana». Casado se presentó al juzgado definiéndose como «empresario y dueño de la Colonia Candelaria» —es decir, dejando tras de sí los calificativos de 55

ZEBALLOS, 1883, 27-28, 145; también DALLA CORTE, 2008 b.

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«banquero», «prestamista» y «corredor»— y afirmó que los animales yeguarizos de Bustos, «por desidia culpable de este», habían entrado a la colonia y destrozado los sembrados de la concesión de uno de sus colonos, José Perroquino. Casado pidió al juez que informase de este hecho al jefe político del departamento Rosario para que este último, a su vez, ordenase al juez de paz de la Colonia Candelaria la valoración de los perjuicios ocasionados por Bustos. El juez de paz era entonces Eliseo Sastre Aramburu, hermano de Ramona y cuñado de Casado, a quien uno de los principales biógrafos del español, Héctor Lagos, describió como miembro de un «tronco noble en la genealogía criolla, Marcos Sastre» (Apéndice 1).56 El Juzgado de Paz desplazó a los antiguos alcaldes y subalcaldes de la zona, asumiendo un importante rol en la estructuración del espacio político-judicial de la región. Eliseo Sastre Aramburu ocupó el cargo entre el 14 de agosto de 1871 y el 22 de setiembre de 1877, es decir, durante el periodo de consolidación del proyecto inversor de los Casado-Sastre y de la llegada de los primeros pobladores; a partir de 1877 el cargo fue cubierto por José T. Garriz quien combinó esta actividad con la presidencia de la primera Comisión de Progreso Local casildense que funcionó entre 1884 y 1886 cuando fue sustituida por la Comisión de Fomento de Villa Casilda.57 En 1885 Garriz abandonó la colonia y fue sustituido por Ángel N. Bruz; los jueces de paz restantes fueron José M. Novillo —que fuera miembro de la Comisión de Fomento casildense—58 y Diógenes Miranda. El Juzgado de Paz era entonces una rudimentaria organización comunal que actuaba en representación del gobierno, gozaba de extensas funciones y ostentaba el poder de policía, además del control edilicio y escolar, monopolizando la administración judicial al representar a la justicia de primera instancia en el distrito. En este sentido, el juez de paz era el responsable de notificar a los pobladores de las citaciones y sentencias enviadas o elaboradas en Rosario. En principio, el cargo no reportaba retribución alguna aunque sabemos que Eliseo Sastre Aramburu llegó a cobrar medio sueldo por su trabajo. Nicolorich escribió en 1872 que el juez 56

LAGOS, 1957, 33-34. Cabe señalar que que la comisión organizadora del mercado de Casilda fue formada por José T. Garriz, Francisco Casado (encargado del molino harinero en la década de 1870) y Pascual Chabás; ASCOLANI, 1992, 26-27, 151. 58 Álbum biográfico Departamental de Caseros, Antecedentes históricos de Casilda. Las tradiciones, recopilación hecha por una Comisión de Maestros. Casilda, Cortés Hermanos ed., 1934. Cabe señalar que en 1887 contamos con fuentes documentales que señalan que el juez de paz era Diógenes Miranda, Acta de la reunión de la Comisión de Fomento de Villa Casilda n.º 36, 20 de enero de 1887, MAHM, Libro de Actas de la Comisión de Fomento de Villa Casilda. 57

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de paz era un «pobre empleado» y que el salario era insuficiente para asegurar el cumplimiento fiel de sus deberes. Añadió: «¿con qué cree el gobierno pueda llenar sus necesidades? Los empleados son también de carne y hueso y por consiguiente saben comer y vestir por lo menos».59 La actuación del juez de paz estaba condicionada por esta relación de dependencia con el propietario de la colonia: en la causa contra Hermenegildo Bustos, Eliseo Sastre Aramburu tuvo que encargarse de inspeccionar los destrozos ocasionados por sus animales y valoró las pérdidas de Perroquino en cuarenta fanegas de maíz. Este cálculo es importante ya que el trigo obtenido se exportaba en su mayor parte, mientras que el maíz era vendido por la administración central en la propia colonia. El jefe político remitió el expediente a Manuel Pesoa, comisario del distrito donde vivía Bustos, es decir, al Paraje de la Orqueta.60 El comisario —propietario de uno de los campos que lindaban con la Colonia Candelaria— hizo caso omiso de la tasación practicada por Sastre Aramburu y el 13 de abril de 1872, tres meses después de iniciada la causa, practicó una nueva inspección y fijó la indemnización de Perroquino en cuatro fanegas y media de maíz. Casado criticó la decisión del comisario de la Orqueta, e hizo público que Pesoa era socio y compadre de Bustos. En 1874 Casado resolvió esta situación adquiriendo lisa y llanamente el «campo de Quintana».61 De este modo, los Casado-Sastre se convirtieron en los mayores propietarios de la zona: adquirieron tierras de Palomino Goitía el 31 de marzo de 1875 ante Javier Munuce62 en el registro de Luis María de Arzac; utilizando los servicios del escribano Lisandro Paganini, compraron una 59

NICOLORICH, 1872, 14-15. Así fue llamada la Orqueta entre 1862 y 1879. Estas tierras pertenecieron al general Justo José de Urquiza. Tras su muerte, producida en 1870, pasaron a sus herederos que en 1877 las vendieron a Honoré (Honorio) Juan Bautista Bigand, uno de los colaboradores de Casado en el Banco Provincial de Santa Fe, que fundaría la Colonia San Pablo, que hasta entonces se había llamado Colonia Urquiza y había sido creada por Julián de Bustinza. 61 Expediente Civil de Carlos Casado contra Hermenegildo Bustos sobre daños y perjuicios, Juzgado de Paz de Colonia Candelaria, juez de paz Eliseo Sastre Aramburu, escribano público Lisandro Paganini, Rosario, 1872, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 55, exp. 56, 4 f; Acta de la reunión de la Comisión de Progreso Local de Villa Casilda, 5 de abril de 1884, MAHM, Libro de Actas de la Comisión de Progreso Local de Villa Casilda. 62 El escribano Javier Munuce también tenía propiedades en la Colonia Candelaria: Escritura de venta de Carlos Casado a Pedro Mioño, 25 de marzo de 1886, terreno en la sección A de Villa Casilda, Colonia Candelaria, departamento San Lorenzo, lindero con Javier Munuce, testigos Antonio Ferrer y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 60

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propiedad a Julián de Bustinza el 2 de noviembre de 1878, dos a Francisco Casado el 13 de setiembre de 1881 y el 27 de abril de 1882,63 y otra a Manuel Quintana el 12 de julio de 1882. Pese a que la familia fue vendiendo algunos de sus bienes inmuebles en la Colonia Candelaria, al momento de la muerte de Casado, producida en junio de 1899, sabemos que poseía un importante número de propiedades. En primer lugar, tres quintas cuya superficie fue calculada, según el expediente de partición, en «más o menos» 3 y ½ ha, tasadas individualmente en $ 280 mn. En segundo lugar, los lotes de terreno para quinta de 540 m por 215 m, valorados en $ 1.100 mn cada uno, que lindaban con el Bulevar Inglaterra y al noroeste con Villa Casilda sobre los cuales el abogado J. Daniel Infante especificó que «por todos sus rumbos le acceden calles públicas». En tercer lugar, diversas manzanas de 1 ha estimadas en $ 80 cada una que estaban ubicadas en las cuatro secciones en que estaba dividido el pueblo. Otras propiedades menores fueron tasadas en $ 11.248 mn. Las posesiones estaban ubicadas de la siguiente manera: primero, en la sección A, dos concesiones de 2 ha, la 43 y la 79, tasadas en $ 1.500, así como un sobrante de 231m x 500m en la concesión 43 valorado en $ 200. Poseían también 21 quintas valoradas en $ 5.880, cada una de ellas de 3,5 ha.64 En la quinta de la concesión 28, los Casado-Sastre eran propietarios de dos fracciones, una tasada en $ 8 y otra en $ 160. Poseían además dos lotes de terrenos para quintas que lindaban con Villa Casilda, uno ubicado en la concesión 36 cuyo valor fue calculado en $ 1.000, y otro en la concesión 6, de $ 1.100. Segundo, en la sección B poseían la concesión 11 de 25 ha calculada en $ 600. Tercero, en la sección F, dos concesiones de 25 ha (16 y 17) tasadas en $ 800. Los instrumentos de agricultura existentes en los primeros años de la Colonia Candelaria eran 181 arados de origen extranjero, 53 arados del país, 97 rastras, 3 cilindros, 1 máquina segadora, 1 máquina trilladora y 2 máquinas aventadoras. Wilckens llegó a contabilizar 215 arados extranjeros, 53 arados del país, 102 rastras de dientes, 6 deterronadores, 1 máquina de segar marca Buckey, 1 trilladora, 1 aventadora, 93 carretas y trineos, 36 carros y 2 volantas. La administración central que dirigía Francisco Casado arrendaba o vendía a plazos unos 518 bueyes de labor, 63

Plano General de la propiedad de Francisco Casado en el distrito Desmochado Afuera en el departamento Caseros, CDICT, Plano General E-0316; Entrada-registro n.º 650 de las acciones de compraventa de Carlos Casado, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), f. 312. 64 Correspondían a las concesiones 7, 9, 29, 31, 33, 37, 39, 41, 43, 45, 47, 20, 30, 32, 33, 35, 40, 42, 44, 46, 48.

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224 caballos, 74 vacas lecheras, 19 mulas, 90 cerdos y 900 aves. Los animales pastaban en las calles que separaban las concesiones.65 La administración tenía un depósito de mercaderías y materiales de construcción, una carnicería, una barraca y un almacén, los cuales proveían a los colonos que ostentaban una libreta por familia, y se reservó el privilegio durante seis años de establecer las casas de abasto, almacenes, tiendas y pulperías de la región. Nicolorich destacó que la empresa proveía al colono de cuanto necesitaba a excepción de las bebidas alcohólicas que «no se venden allá á nadie ni á ningun precio». El inmigrante contaba con el almacén a cargo de la administración, el cual le proporcionaba «de todo, hasta del rapé al que lo acostumbra». Concluyó Nicolorich que «es tan buena la administración de aquella colonia que ha combinado de tal manera los medios de que el colono llene sus necesidades sin gran pérdida de tiempo». Lo cierto es que durante la primera década, nadie pudo establecerse fuera del control de la administración y sin el especial permiso de Casado que, como hemos visto, era el máximo propietario de la zona. En el centro mismo de la colonia el español instaló otro establecimiento de la empresa que, según Nicolorich, servía de sucursal a la administración central y un molino para el beneficio del trigo que debía llegar a Rosario por el camino construido por Casado.66 La colonia creada por Casado fue presentada por la Comisión de Inmigración de Rosario como modelo que, de aplicarse en otras regiones de la provincia, garantizaría la colonización agrícola. En un informe redactado en 1874, aquella Comisión puntualizó que los colonos de la Candelaria firmaban con el propietario un contrato tanto de arriendo como de compra, de una «suerte de chacra» entregada como concesión. Acataban también la prohibición de instalar «casas de negocio y pulperías» ya que eran consideradas centros de vagancia, es decir, «el atractivo que distrae del trabajo como del deber de la familia á hombres buenos pero de espíritu débil, que no pudiendo resistir á la tentación, entran en ellas por un momento y bien pronto dejan en el fondo del vaso su razón, y en poder del pulpero el fruto de su trabajo». Con este criterio, no sorprende el hecho de que la Comisión de Inmigración rosarina valorara positivamente la idea de Casado de construir y gestionar un almacén que abasteciera a los colonos de todo lo necesario (herramientas agrícolas, bueyes, caballos, vacas, cerdos, semillas, materiales para edificar, carne, harina, galleta, café, azúcar y sal) para explotar su concesión a precios convenientes o con un interés inferior al 1% mensual. El almacén estaba 65 66

NICOLORICH, 1872, 17. NICOLORICH, 1872, 9-10.

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a cargo de la administración central de la colonia y era esta última la que aseguraba el cumplimiento de las condiciones de «baratura y calidad» fijadas por el propietario. La Comisión agregó que esta política «paternal» implementada por la administración central garantizaba la dedicación de los colonos que presentaban, en general, «un hermoso conjunto, de moralidad y laboriosidad, el que cada día va aumentándose el impulso de la emulación». Casado les proveía de maquinaria a vapor y de aproximadamente 500 trabajadores temporales traídos desde Buenos Aires, a los cuales los propios colonos debían pagar a razón de 80 o 120 francos mensuales que restaban de las ganancias obtenidas con la cosecha. Cuando los colonos no tenían suficiente dinero para pagar a los temporeros, Casado afrontaba el pago y luego se resarcía quedándose con parte de los cereales cosechados. La administración central, que en los primeros y decisivos años quedó a cargo de Francisco Casado, aparece como un ámbito moderno y eficaz pero, pese a este idílico panorama, la Comisión no pudo dejar de señalar que el administrador aplicaba premios y castigos a los colonos, en su totalidad de origen inmigrante, en función de la cantidad de trigo que obtenían con las cosechas: «tan luego como la administración puede convencerse que tal o cual familia no llena el programa de contracción al trabajo», reconoció el informe, «inmediatamente esa familia es reconvenida, su cuenta corriente paralizada, y si se persiste en este mal camino, despedida de la colonia». El juez de paz, el administrador y tres gendarmes imponían su autoridad en la región. Casado invirtió en este proyecto aproximadamente $ 1.500.000 fuertes entre el terreno, la construcción de edificios, la compra de animales y de maquinaria, y consiguió que se cultivaran unas 8.000 ha de trigo en los primeros años; utilizó para ello una moderna tecnología y prohibió el uso de yeguas durante el trillado. El proyecto coincidió en el tiempo con la participación del empresario en la fundación del Banco Provincial de Santa Fe que hemos analizado en el capítulo uno. En 1877, los beneficios de la empresa mostraron que Casado recibía una renta anual de $ 17.000 fuertes por el importe de los arrendamientos, así como 800 patacones por cada una de las 440 suertes de tierra concedidas. La colonia contaba ya con 250 familias que debían a Casado entre $ 300.000 y $ 400.000. Había 2.000 bueyes, 150 máquinas segadoras, 9 trilladoras a vapor y, lo más importante, un molino propiedad del concesionario a cargo de Francisco Casado, su primo. De acuerdo al informe de la Comisión de Inmigración: Grandes encerados están esperando la oportunidad de ser útiles. La administración ordena y obliga a todos los colonos a engavillar y atar gavillas. Numerosos carros porporcionados por la misma, conducen a las parvas las mieses engavilladas y atadas; pues en la colonia Candelaria es prohibido tri-

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llar el trigo con yeguas. Cada colono debe formar su parva, y seis máquinas de trillar a vapor, se encargan del trabajo, confiado en otro tiempo a las patas de las yeguas, con gran detrimento de la limpieza del grano, y con gran peligro para el chacarero, si la lluvia sobreviene en el momento de la operación. Los colonos de la Candelaria realizan, gracias a esta administración, beneficios muy visibles...la fanega de trigo trillado a vapor tiene un costo de 30% más barato que el costo de la misma operación efectuada por yeguas.67

En 1877, poco después de que la Comisión de Inmigración elaborara el informe mencionado, se empezaron a sentir los efectos de una feroz sequía y de una plaga de langostas que produjeron la pérdida de 5.000 cuadras sembradas con semillas de trigo. Para evitar la despoblación de la colonia, Casado entregó semillas a sus habitantes y se dirigió por primera vez al Congreso Nacional para solicitar un préstamo de $ 200.000. Aunque ofreció las 400 concesiones de la colonia como garantía, el gobierno nacional decidió denegarle el crédito.68 Casado decidió entonces editar un folleto titulado La Colonia Candelaria (Carlos Casado) ante el Congreso Nacional, el cual recoge los antecedentes de su solicitud, la posterior negativa gubernamental, las largas sesiones de debate en el seno de la Cámara de Senadores, así como una acendrada crítica dirigida contra los bancos de Buenos Aires.69 El folleto está precedido por un texto firmado significativamente por «un argentino» que escribió que las entidades bancarias porteñas contradecían la política migratoria nacional al negarse a otorgar préstamos tomando como garantía los bienes situados en otras provincias del país que no fueran los de Buenos Aires. Qué pasaría, se preguntó el autor del texto, «si repercutiese en Europa el eco de una población que ha sido llamada por nosotros con halagadoras promesas de protección, que ha trabajado con ahínco varios años, y que al fin se disuelve y se dispersa, porque en momentos de prueba, le negamos un simple préstamo de crédito». El extranjero, «de quien tanto necesitamos y á quien tanto debemos», merecía la protección del gobierno. Con 67 «Memoria de la Comisión de Inmigración del Rosario de Santa Fe correspondiente al año 1874 al Comisario General de Inmigración Juan Dillon», La Colonia Candelaria (Carlos Casado) ante el Congreso Nacional. Buenos Aires, Imprenta de Pablo E. Coni, 1877, 7-12. 68 Santos F. TOSTICARELLI, «Otra vez Carlos Casado», La Capital, 18 de diciembre de 1958. 69 «Carlos Casado, empresario de la Colonia Candelaria, solicitud al Exmo. Gobierno Nacional, Buenos Aires, 10 de junio de 1877», y «Congreso Nacional, Cámara de Senadores, tomado de la publicación oficial», 25 y 26 sesiones del 21 y 24 de julio de 1877 respectivamente, La Colonia Candelaria (Carlos Casado) ante el Congreso Nacional. Buenos Aires, Imprenta de Pablo E. Coni, 1877, 13-14 y 17-96.

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estas palabras, Casado fue presentado como un extranjero laborioso, un emprendedor interesado en formar un «centro de población agrícola, aplicando á su mejora todos los adelantos de la industria norte-americana y europea, compatibles con la naturaleza de nuestro suelo». Su proyecto era de gran trascendencia ya que «su resolución puede afectar hondamente la más trascendental de nuestras necesidades públicas, la necesidad de la población para nuestro territorio tan inhabitado como extenso».70 Un año después de que el gobierno se negara a concederle el préstamo, salió con destino a Glasgow el primer cargamento de trigo «tipo Casado», procedente de la Colonia Candelaria, pasando por el puerto rosarino y aprovechando la barca italiana Nicora Catterina.71 Casado consignó el envío a Francisco Torromé que estaba radicado en Londres. El ensayo dio al español el privilegio de ser el iniciador de la exportación de cereales del Cono Sur latinoamericano a Europa: poco después, durante la Primera Fiesta Nacional del Trigo realizada el 3 de noviembre de 1879, el presidente Nicolás Avellaneda le rindió un homenaje otorgándole una medalla de oro confeccionada por el grabador italiano Santiago Caccia con el mensaje «por ser el primer exportador de nuestros trigos a los mercados de Europa».72 Amparado por el éxito de estos ensayos empresariales, en 1881 Casado inauguró los Muelles y Graneros de Rosario construidos oportunamente según el condominio formado con su primo José Chávarri del Alisal y con Francis Seymour Weldon. Al año siguiente, la ciudad recibió catorce barcos de distintas banderas dispuestos a cargar trigo en el puerto del río Paraná, gran parte del cual se producía en la Candelaria.73 No sor70

Artículo firmado por «un argentino» y titulado «Al lector», La Colonia Candelaria (Carlos Casado) ante el Congreso Nacional. Buenos Aires, Imprenta de Pablo E. CONI, 1877. 71 Se calcula que salieron aproximadamente 4.500 toneladas equivalentes a 58.369 arrobas de trigo. 72 CHAPARRO, 1941, 20-21; DE MARCO, 1993, 140-141. Cabe señalar que desde 1878 Casado se interesó en el envío de cereales desde otros puertos distintos y alternativos a Rosario: en noviembre de 1885, por ejemplo, contrató con la barca inglesa Yona para que cargara cereales en el Puerto de San Lorenzo, pero el cargamento no llegó a destino (Europa) ya que el capitán se negó a cumplir el contrato de flete; Casado presentó formalmente una protesta siguiendo las normas del Código de Comercio; véase Protesta de Carlos Casado contra el capitán de la barca inglesa Yona, 8 de enero de 1886, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, Escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Sobre la importancia de la producción de trigo en la historia argentina, véase PALACIO, 2001. 73 DE MARCO, 1993, 79-80, 135, 160-162, 218; LAGOS, 1957, 35, 41-45; MOSCATELLI, 1979.

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prende el hecho de que los contemporáneos defendiesen las colonias santafesinas; uno de ellos, Gabriel Carrasco, afirmó que su carácter privado era la clave del aumento de la población provincial —que había dado un salto de 12.000 habitantes en 1809 a 230.000 personas en 1887— y de los pueblos —que pasaron de 6 a 90 en la misma época—. El publicista consignó también que el éxito de dichas colonias se debía en parte al control que ejercían los empresarios y al hecho de que todos los miembros de las familias inmigrantes trabajaban al unísono, una impresión bastante similar a la que había dejado una década antes la Comisión de Inmigración. Carrasco describió cómo se originaba un proyecto empresarial de este tipo en los siguientes términos: Cualquier poseedor de unas leguas de tierra, pone un aviso en un diario diciendo —que tal pedazo de terreno— cuyo plano publica y fija en las esquinas— es colonia; se llama la colonia tal, y los que quieren poblarla, ahí la tienen. Se presenta un colono que no tiene más que sus dos brazos y el buen deseo de trabajar; llega á aquel pedazo de campo...y el colonizador le entrega 20 cuadras cuadradas de tierra, diciéndole: dentro de cuatro años me pagarás su valor por cuartas partes anuales. En ese mismo terreno, el colonizador ha puesto una casa de comercio donde se encuentra todo lo necesario, que fía al colono los artículos de consumo durante un año. Encuentra allí todas las facilidades para su labor...tiene la simiente que ha de sembrar, tiene el arado con que ha de roturar la tierra, y trabaja. El primer año, por mala que sea su cosecha, siempre alcanza a pagar la cuarta parte del insignificante valor de la concesión, cuyo precio varía de $ 300 a $ 500 y $ 800 en las colonias ya formadas....allí la mujer y los hijos no son, señores, como en las grandes ciudades, origen casi siempre de gastos poco productivos, no; ellos también trabajan.74

Rosario incorporó inmigrantes europeos sobre la base de una población local reducida; según Rivarola, la provincia santafesina y la ciudad «fueron centros de mayor actividad en la transformación social argentina. En 1857, la provincia, con poco más de 41.000 habitantes, contaba con 4.300 extranjeros, mientras que en la misma fecha, Córdoba, con una población aproximada de 140.000 habitantes, no alcanzaba a contar en ella 400 extranjeros».75 La importante presencia de los extranjeros en la provincia de Santa Fe se hizo sentir en 1890 cuando la Convención Constituyente modificó algunos de los artículos de la Constitución provincial, en particular el artículo 35 que decía que el extranjero era elector y elegible para los cargos municipales. La Convención, tras un largo debate, suprimió la palabra elector. Hasta entonces, los extranjeros habían gozado del derecho a elegir a sus representantes y a ser elegidos; desde 74 75

CARRASCO, 1887, 9-12. RIVAROLA, 1923, 14-15.

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1890 sólo pudieron ser elegibles ya que se les quitó el derecho de sufragio en las elecciones municipales. Si calculamos que la población masculina adulta de la provincia era de 67.783 habitantes, clasificados entre 25.245 argentinos y 42.538 extranjeros, podemos comprender el rechazo de Gabriel Carrasco a que la minoría dirigiese los destinos de la mayoría: en Rosario, la proporción de argentinos era el 32% frente al 39% de la ciudad de Santa Fe. La proporción de extranjeros en las colonias era mucho mayor; es el caso, por ejemplo, de la Colonia Esperanza donde los argentinos eran 23 frente a 77 extranjeros varones adultos, o de la Colonia Rafaela donde sólo había 47 argentinos varones mayores de 21 años contra 644 extranjeros. Ante esta situación Carrasco consideró que: Quitar el voto á los extranjeros en las elecciones comunales de Santa Fe equivale á quitar el derecho de administrar sus propios bienes á las dos terceras partes de los varones adultos que la habitan: es decir, confiar á solo una tercera parte de los habitantes el privilegio injusto de administrar los bienes de las otras dos terceras partes! ¡Y esto en un país que se llama democrático, es decir, gobernado por la mayoría!!76

La actividad agrícola desarrollada en las colonias como la Candelaria produjo un gran crecimiento de diversas actividades que justificaron la defensa de los colonos de origen extranjero. La provincia de Santa Fe tenía en 1895 unos 92 molinos. Carrasco calculó que Villa Casilda podía producir en sus dos molinos hacia 1893 aproximadamente 13.500 kg de harina por día, siendo sólo superada por los dos molinos de Carcarañá, los ocho molinos de la colonia Esperanza, o los tres de Rafaela. Gabriel Carrasco ofreció datos significativos de la exportación de trigo en esos años: 20.705 toneladas en 1883; 32.345 en 1884; 78.493 en 1885; 87.864 en 1886; 237.865 en 1887; 178.928 en 1888; 22.806 en 1889; 327.894 en 1890; 395.555 en 1891; 470.109 en 1892; 1.008.137 en 1893; 1.608.249 en 1894.77 Si observamos estos datos, es posible intuir el crecimiento de la actividad exportadora de una pequeña localidad como Rosario, que no podía demostrar siquiera su fundación, y que fue declarada ciudad en la década de 1850 sin tener siquiera tradición colonial. Ahora bien, las causas judiciales que tuvieron a Carlos Casado como acusado o acusador de sus colonos muestran que, en realidad, no todo lo que brillaba era oro: las positivas descripciones de Gabriel Carrasco, Ni76 Gabriel Carraso propuso entonces reformar la ley para garantizar la nacionalización de los extranjeros como alternativa a su exclusión ciudadana y para «introducir un poderoso elemento de orden en nuestra vida política»; CARRASCO, 1895, 633-639; 641-653. 77 CARRASCO, 1895, 322-324.

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colorich, Wilckens o las del «argentino» que firmó en 1877 las páginas del folleto La Colonia Candelaria (Carlos Casado) ante el Congreso Nacional, fueron contradichas en los hechos por algunos de los pobladores que colonizaron la región. Los jueces de paz, los comisarios de campaña, los comandantes de las Guardias Nacionales de Santa Fe,78 los jefes políticos, sin olvidar a los propios administradores de la Colonia Candelaria —parientes del propietario o de su esposa, Ramona Sastre Aramburu— desplegaron sus estrategias en el espacio santafesino para garantizar el fortalecimiento del ensayo empresarial que tanto ponderaban los publicistas de la época; se pusieron al servicio, en numerosas oportunidades, del modelo impulsado en la «región del trigo», como la llamara Zeballos, a su vez incorporada al mercado mundial. También lo hicieron los abogados, los secretarios de juzgado, los peritos, los técnicos y los notarios. En este sentido, la demanda de Casado contra Roberto Sabatier y Ferdinando (o Fernando) Cóppola; los casos de Pedro Belletti, Julio Cavi, José Spinelli y los Hermanos Cortés; y el encarcelamiento del colono Francisco Perrutto durante uno de los más graves enfrentamientos con el español, muestran el entrecruzamiento de los miembros de la familia Casado-Sastre en la trama organizativa de la Colonia Candelaria así como las diversas estrategias implementadas para asegurar el éxito de la empresa, incluso en contra de la supervivencia de los colonos.

3.3.

«Hacer del desgraciado colono el siervo de un boyardo ruso»: los casos de Roberto Sabatier y Fernando Cóppola.

Como hemos visto en el capítulo uno, el procurador catalán Joaquín Fillol fue legitimado por Casado mediante un poder general otorgado ante el escribano público Lisandro Paganini el 5 de diciembre de 1873, con la presencia de los testigos Manuel Echeverría y Juan Campodónico. Dicho poder, registrado por Luis María Arzac como responsable de la escribanía 78 La provincia de Santa Fe vio crecer el número de Guardias Nacionales como resultado de la necesidad de controlar política y militarmente el territorio. En el caso del departamento Rosario, de 4.853 a 8.088 entre 1885 y 1892; en el departamento San Lorenzo, de 1.822 a 2.687 en el mismo periodo, que luego se dividió entre San Lorenzo y Caseros; CARRASCO, 1895, 22. A mediados de 1889, por ejemplo, el gobernador provincial Juan María Cafferata organizó por decreto la Guardia Nacional en Casilda, que quedó comandada desde 1892 por Tadeo Almada; según nuestros datos, Almada también había asumido en 1891 la Subdelegación Política; LAGOS, 1975, 60. Actas de las reuniones de la Comisión de Fomento de Villa Casilda n.º 98, 20 de febrero de 1891; n.º 99, 2 de marzo de 1891, n.º 102, 2 de abril de 1891; n.º 103, 2 de mayo de 1891, MAHM, Libro de Actas de la Comisión de Fomento de Villa Casilda.

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de Herman Duchesnois, habilitó a Fillol a representar a Casado en sede judicial y extrajudicial contra sus deudores y a recurrir a «árbitros arbitradores», «amigables componedores» o «terceros en discordia». Fillol compartía esta tarea con otro importante colaborador de Casado, el abogado Eugenio Pérez, que se convertiría en una figura casi omnipresente en cada una de las empresas creadas por el propietario de la Colonia Candelaria. A finales de 1873, Joaquín Fillol y Eugenio Pérez se presentaron ante el juez Nicasio Marín y le pidieron que citara a Roberto Sabatier (que en la documentación judicial también aparece como Sabathié) para que reconociera su firma en el contrato de compraventa de la concesión n.º 23 de la colonia «bajo la religión del juramento y con las demás solemnidades de derecho», así como una deuda de $ 1.289 bolivianos.79 Cuando Sabatier declaró que no había podido pagar ninguna de las cuatro anualidades de $ 125 fuertes a las que se había comprometido, los apoderados de Casado intentaron rescindir el contrato y pidieron al juez que devolviese al español el dominio de la concesión sin verse obligado a indemnizar a Sabatier. Mientras el juicio tenía lugar, el colono abandonó la colonia y no pudo ser notificado por el juez de paz, a la sazón Eliseo Sastre Aramburu, cuñado del propietario de la colonia. Con posterioridad se presentó al juzgado diciendo que había sido expulsado de su concesión, pidió al juez que citara a Casado a declarar, y adjuntó para ello un interrogatorio consistente en ocho puntos titulado «Posición de Roberto Sabatier». El contenido de este documento muestra parcialmente la situación en que se encontraban los colonos: en el primer punto Sabatier alegó que en julio del año 1872 —precisamente en el momento en el que el publicista Nicolorich visitaba la colonia— el administrador Francisco Casado le había solicitado la devolución de los bueyes que le había prestado alegando que se encontraba «apurado» de animales; Carlos Casado declaró que esta aseveración era falsa y que la administración central nunca había pretendido perjudicar al colono. En el segundo punto Sabatier escribió que tiempo antes había elevado a Casado algunas quejas contra los «malos procedimientos del administrador de la colonia», para señalar en el cuarto y quinto puntos que en diver79 Expediente civil de Carlos Casado (representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez) contra Roberto Sabatier sobre rescisión de contrato, Juzgado de Paz de Colonia Candelaria, juez de paz Eliseo Sastre; Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Nicasio Marín, escribano público Herman Duchesnois, Rosario, 1873, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 58, exp. 23, 86 f., expediente que incluye en desglosado diversos documentos tales como las notas de Pascual Páez y Roberto Sabatier; el cobro de honorarios de Herman Duchesnois; edictos de La Capital y La Opinión Nacional del 5 de julio de 1874 informando del embargo de los bienes de Sabatier.

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sas oportunidades había pedido al propietario arreglar las diferencias que tenían para continuar con los trabajos de labranza en el terreno de la concesión. Casado reconoció en sede judicial que durante una discusión le había dicho a Sabatier que era «preciso hacer un ejemplo para moralizar a mis colonos» y afirmó que esperaba que la causa sirviese como advertencia para el resto de los pobladores de la Colonia Candelaria. Los últimos dos puntos de la «Posición de Roberto Sabatier» son quizás los más representativos a la hora de analizar la integración de estos colonos que llegaron a la Argentina en las últimas décadas del siglo XIX: en el séptimo punto Sabatier pidió a Casado que dijese si era cierto «que la forma en que está redactado el contrato de que pide rescisión hace del desgraciado colono el siervo de un boyardo ruso». Casado dijo que las condiciones de vida de un colono en la Candelaria no podían ser comparadas con las de alguien sometido a una relación de servidumbre por la sencilla razón de que la entrega de una fracción de tierra en forma de concesión no era asimilable a la simple posesión de la misma. Ese era el motivo, según el propietario de la colonia, que le había llevado a acudir a la justicia en lugar de apoderarse de la concesión de Sabatier. El colono, no obstante, forzó a Casado a reconocer públicamente que Eliseo Sastre Aramburu era su cuñado y que Francisco Casado era su primo, vínculo que ponía en discusión la neutralidad del juez de paz y del administrador y que demostraba que el propietario de la Candelaria sólo tenía un «interés particular». Casado argumentó que la estrecha relación que le unía a Eliseo Sastre Aramburu no desmerecía la naturaleza pública del Juzgado de Paz y concluyó que el interrogatorio practicado a instancias de Sabatier tenía que ser rechazado por no haber sido formulado por un letrado. A mediados de 1874 Sabatier fue convocado al juzgado a través de un edicto publicado en el diario La Capital. Al no acudir, el juez lo declaró rebelde y su fallo le negó cualquier derecho a la concesión de la Candelaria. Nicasio Marín sostuvo que el colono no había hecho ninguna referencia puntual al comportamiento de Carlos Casado sino que su interrogatorio se había centrado en el administrador y en las relaciones de parentesco que el empresario tenía con el juez de paz. Marín fijó en $ 250 las costas del juicio y los honorarios de Eugenio Pérez y de Joaquín Fillol, y en marzo de 1875 ordenó embargar una propiedad que Sabatier tenía en Rosario que por entonces se encontraba hipotecada por un crédito de $ 2.500 bolivianos. Al igual que en el caso de Sabatier, la suerte del colono Fernando Cóppola80 contrasta con los positivos y numerosos informes que algunos 80

En la documentación también aparece como Ferdinando.

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contemporáneos hicieron de la Colonia Candelaria. En junio de 1874, mientras Sabatier era citado mediante edictos judiciales, Cóppola firmó un contrato con Casado en el que se comprometió a devolverle la concesión de manera «pacífica» sin recibir indemnización alguna si se veía impedido de pagar la deuda. Cóppola recibió, además, cuatro bueyes, semillas, un caballo, un arado, un rastro y materiales para construir su casa. Casado agregó en el contrato que estos bienes valían $ 800 fuertes y que Cóppola debía pagarlos con el dinero obtenido con las cosechas de trigo. En las líneas de puntos del boleto de venta, y que se identifican más abajo con corchetes, Casado consignó las particularidades del acuerdo con el colono: Don Carlos Casado, propietario y empresario de la Colonia Candelaria, por una parte, como vendedor y [Fernando Cóppola], por otra parte, como comprador, han convenido en lo siguiente. Art. 1.º- En consideración de las estipulaciones que contiene este documento, y mediante el pago de ciertas sumas de dinero, hecho de la manera que más adelante se indicará, el Empresario vende al dicho [Cóppola] una suerte de terreno en la Provincia de Santa Fe, Departamento del Rosario, en la República Argentina, y cuyos límites y descripción son como sigue: una [concesión], conteniendo dicha suerte [250.000] metros cuadrados ó sea a razón de $ [800] fuertes por [concesión]. Y el comprador se compromete á abonar la dicha cantidad en la oficina del Empresario, en el Rosario de Santa Fe, del modo siguiente: el comprador obligándose á pagar el interés del 12% anual sobre los vencimientos no abonados en las fechas indicadas.81

Como en todos los contratos, las dos primeras cuotas representaban el 33% del capital total y la tercera y última el 34% restante. Cóppola tendría tres años para hacer las mejoras necesarias por un valor de $ 1.000 fuertes y debía cercar la concesión «con alambre, cerco vivo, zanja ó de otra manera efectiva» para cultivar en el primer año un mínimo de 8 ha, 16 ha el segundo año, y 25 ha el tercero. El artículo 2 del contrato estipuló que si pagaba puntualmente los vencimientos, cumplía con las condiciones fijadas en el documento «según su tenor y espíritu», y cancelaba además los adelantos otorgados por la administración central de la Candelaria, el empresario firmaría la escritura de propiedad a su favor. Según el artículo 4, Cóppola tenía prohibido «vender, ó consentir se 81 Expediente civil de Carlos Casado (representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez) contra Fernando (o Ferdinando) Cóppola sobre cumplimiento de contrato, 1878, Juzgado de Paz de Colonia Candelaria, juez de paz José T. Garriz; Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Nicasio Marín, secretario Octavio Grandoli, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 78, exp. 29, 103 f., expediente que incluye la boleta del contrato entre Carlos Casado y Ferdinando Cóppola firmado en Villa Casilda el 9 de junio de 1874 y objeto del juicio seguido al colono.

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vendan licores ni establecer casas de negocio en los terrenos que ocupa, sin previa autorización del empresario». El siguiente artículo consignó además que correspondía al ocupante, y no a Casado, abonar los impuestos fijados por el Estado. Por el artículo 6, Cóppola sería responsable de los daños y perjuicios producidos por los animales y demás pobladores establecidos en los terrenos de Casado y, finalmente, el artículo 7 incluyó la posibilidad de que el colono transfiriese el contrato a un tercero con el previo consentimiento de Casado o de su representante, siempre y cuando el traspaso fuese realizado en las oficinas de Rosario. Las dos primeras cuotas de Cóppola, de $ 266 cada una, vencieron en 1875 y 1876; la tercera debía hacerlo en 1877. En agosto del año siguiente, Joaquín Fillol y Eugenio Pérez entregaron al juez de primera instancia de Rosario una copia del contrato y acusaron al colono de no pagar la tercera cuota pidiendo la restitución de la propiedad al empresario. Para consolidar su denuncia afirmaron que Cóppola había falsificado algunos de los números que figuraban en el documento. El juez envió una notificación al Juzgado de Paz de la Colonia Candelaria, a cargo por entonces de José T. Garriz. Cóppola se presentó al juzgado alegando que la pretensión de Casado era «temeraria e injusta» ya que sólo debía la tercera cuota y, pese a ello, había sufrido la confiscación de la cosecha del año 1876 además del embargo de sus elementos de labranza. Como había hecho previamente Sabatier, Cóppola acusó al administrador Francisco Casado de quedarse con su trigo y de cometer actos abusivos contra los colonos. El juez embargó los bienes de Cóppola, quien fijó domicilio en la esquina de las calles Comercio y San Luis donde estaba ubicado el almacén de la colonia. En la fase de apertura a prueba, Fillol y Pérez solicitaron a los peritos José María Abente y Emilio Soriano, ambos profesores del Colegio Nacional, que informaran si los diversos números en tinta azul que figuraban en el contrato habían sido superpuestos por el colono a otros números a su vez escritos en tinta negra por el propietario de la colonia. Cóppola se defendió presentando dos peritos calígrafos; el profesor del Colegio Juventud Rosarina, y la gran sorpresa: el periodista e historiador Eudoro Carrasco, una de las personas más destacadas de la ciudad, propietario de una imprenta y, además, accionista y secretario de la junta directiva del Banco Provincial de Santa Fe a quien Casado había acusado de atacar a los comerciantes rosarinos para beneficiar al gobierno. Cuando el juez aceptó que Eudoro Carrasco actuase a favor del colono Cóppola, los peritos de Casado —José María Abente y el agrimensor Emilio Soriano— rechazaron la designación. Fillol optó por desistir del peritaje, pero esto no significa que Soriano hubiese dejado de colaborar con Casado. De hecho, en 1890 se encargó de realizar la

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traza de la Colonia Candelaria que fue aprobada por el gobierno provincial santafesino el 13 de marzo de 1891.82 En realidad, la aparición en escena de Eudoro Carrasco a favor del colono Fernando Cóppola abre diversas suposiciones: nacido en Buenos Aires en 1824; hijo del juez de Paz de la localidad de Rojas, Gabriel Carrasco (con cuyo nombre Eudoro bautizaría a su propio hijo), a los quince años Eudoro se convirtió en aprendiz tipógrafo de Pedro de Ángelis, este último considerado el hombre de letras más representativo de la época rosista. Eudoro muy pronto encontró empleo en la secretaría de Juan Manuel de Rosas y poco después, caído Rosas en desgracia, estableció en Buenos Aires una imprenta junto a otros cinco tipógrafos y editó el diario El Agente Comercial del Plata (llamada posteriormente Los Debates) cuyo redactor principal fue Bartolomé Mitre. Aprovechando el crecimiento de Rosario, Eudoro Carrasco se radicó en la ciudad con su esposa Eufemia Benítez; en el momento en que fue convocado por Cóppola, Carrasco tenía 54 años y gozaba de un enorme prestigio en la región: había instalado la segunda imprenta de Rosario (la primera perteneció a Federico de la Barra); en sociedad con Bernardo de Irigoyen había montado en 1853 una importante casa de comercio llamada La Fama que tuvo funciones de librería, papelería comercial y editora; y en 1856 le agregó una imprenta llamada El Comercio con la que se dedicó a imprimir un periódico del mismo nombre. Es más: Eudoro editó en su imprenta los Apuntes estadísticos sobre la Ciudad de Rosario utilizando el Censo Oficial del año 1858, y contrató a Jacobo Peuser, que durante décadas editaría tanto los trabajos de Eudoro como los de su hijo, el abogado Gabriel Carrasco (1854-1908). Eudoro cumplió otras importantes tareas: fue juez de paz, secretario, síndico y cónsul del Tribunal de Comercio, capitán de Guardias Nacionales, fundador de escuelas públicas, oficial primero del Departamento de Policía, diputado provincial, jefe político sustituto y presidente de la Comisión Nacional de Inmigración, entre muchas otras funciones. Destinó parte de su tiempo a reorganizar los Archivos de los Tribunales de Rosario y editó diversos índices de las causas judiciales. Fue él quien presentó infructuosamente a Pascual Rosas, en 1861, el proyecto para imprimir el Registro Oficial de la Provincia de Santa Fe, que llevaría adelante en 1891 su hijo Gabriel. En 1867 Eudoro fue uno de los funda82 Entrada-registro n.º 650 de las acciones de compraventa de Carlos Casado, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox.), f. 312; «Nota de aprobación de la traza de la Colonia Candelaria y Pueblo Villa Casilda», 1891, MAHM, exp. 477.

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dores del diario La Capital y entre 1877 y 1878, precisamente en los años en que Cóppola fue acusado judicialmente por Casado, editó El Sol desde cuyas páginas su hijo Gabriel acusaría a Ovidio Lagos, uno de los apoyos del empresario español, de maquiavélico, siendo calificado por La Capital de «infame y miserable».83 En la causa judicial que venimos reseñando, la entrada en escena de Eudoro Carrasco en calidad de perito provocó el abandono de Joaquín Fillol. Entonces, Cóppola acusó a Casado de haberle calumniado e injuriado al afirmar que había falsificado las épocas de pago y adulterado el número de las cuotas y las cantidades que figuraban en el contrato de la concesión. Las tintas azul y negra aludidas por Casado habían sido utilizadas, según Cóppola, exclusivamente por la administración para justificar la imputación. Dado que el colono quería salvar su buen nombre y recuperar sus bienes embargados, declaró que al pagar la primera cuota al administrador Francisco Casado el 12 de agosto de 1875 había dejado un saldo de $ 1.166,45 que pasó a la segunda cuota; en ésta, dejó un saldo de $ 2.010,68 que pasó a la tercera cuota además de los $ 200 que debía abonar por la concesión. El colono alegó haber pagado la tercera cuota al administrador Octavio Crehange, pero que este último no dejó ninguna constancia, ni en los libros diario y mayor ni en el registro de las concesiones de tierra. Crehange fue entonces obligado por el juez a exhibir esta documentación y a comparecer para responder a un interrogatorio en presencia de los peritos calígrafos. También fueron convocados el antiguo juez de paz Eliseo Sastre Aramburu y tres colonos que colaboraban estrechamente con Casado: Esteban Simonetta, José Spinelli y Antonio Laberrari.84 El interrogatorio contenía los siguientes puntos: 83 Gabriel Carrasco demandó a Lagos por injurias pero el juez no hizo lugar a la causa; CARRASCO, 1888, 46; LAGOS, 1957, 46; DE MARCO (h.), 1996, 11-16, 39; SANTI LLÁN, 1967, tomo 1 (A-LL). 84 En agradecimiento a la colaboración que le brindó siempre Esteban Simonetta, Casado solicitó a la Comisión de Fomento de Villa Casilda que una de las cinco plazas de la localidad en la sección A fuese bautizada con el apellido del italiano. Las otras fueron, además de la principal llamada Plaza Casado, sobre la que ya hemos hecho referencia, las plazas San Martín, Rivadavia y Belgrano. Actas de las reuniones de la Comisión de Fomento de Villa Casilda n.º 49, 24 de junio de 1888; n.º 56, 19 de noviembre de 1888; n.º 66, 11 de mayo de 1889; n.º 71, 20 de junio de 1889; n.º 72, 8 de julio de 1889; n.º 77, 29 de octubre de 1889, MAHM, Libro de Actas de la Comisión de Fomento de Villa Casilda. Cabe señalar que las colectividades extranjeras comienzan a organizarse en esos años: la primera fue la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Unione e Benevolenza, que se reúne en 1875; años después, el Centro Español transformado a inicios del siglo XX en la Asociación Española de Socorros Mutuos, y, finalmente, el Centro Republicano Español; LAGOS, 1957, 37.

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...Segundo. ...Que Don Fernando Cóppola á consecuencia de los pleitos que le siguen la administración de la Colonia Candelaria, a consecuencia de haberse apoderado ésta del trigo de Cóppola de la cosecha del [18]76, de haber pedido el embargo de los bienes de Cóppola, estableciéndose la prohibición de pedir dispensa de esos bienes, de haberle negado los elementos indispensables para el trabajo y hasta de haber influido para que ni por dinero le vendiesen carne, Cóppola se ha visto reducido á la imposibilidad de trabajar, se ha arruinado y le ha sido imposible pagar la tercera cuota de la concesión, desde que no podia disponer de sus bienes por estar embargados, ni de su trigo por haberse apoderado la administración de él, ni trabajar por la falta de elementos. Tercero. Si saben y les consta que para poder mantener su única familia ha tenido que mendigar de algunos colonos le facilitasen algun poco de semilla de trigo para sembrar y poder sostener su familia. Cuarto. Si saben y les consta que á consecuencia de estos actos de la administración, Cóppola no ha podido sembrar el año [18]77, haciendolo el año actual en solo una cosecha, con semilla facilitada por colonos, y por consiguiente, perjudicase en un valor de mas de tres mil pesos por año.

José Spinelli y Antonio Laberrari no acudieron al juzgado. El primero dijo que tenía que concluir «de trillar la máquina que está en su chacra» y el segundo planteó al juez de paz, José T. Garriz, que los colonos no podían darse el lujo de dejar sus casas «sin grave perjuicio de sus intereses» y que él no podía acercarse a Rosario pues estaba esperando «de un momento a otro la máquina trilladora que estaba usando Laberrari». Carecemos de información sobre el resto de las personas convocadas por Cóppola, pero la sentencia del 5 de junio de 1879 dictada por el juez Emiliano García certificó la validez del contrato y determinó que la deuda del colono con la administración ascendía a $ 2.797,15 bolivianos. Cóppola restituyó la propiedad a Casado con las mejoras realizadas como compensación, y pagó además $ 8 por las costas del juicio. La causa seguida contra Cóppola se produjo en represalia por su participación en otro juicio, de carácter penal, por calumnias e injurias y abuso de libertad de prensa. Este juicio fue sostenido por Casado contra un grupo de colonos de la Candelaria encabezados por Cóppola, entre los que encontramos a José Raimondo, Agustín (Agostino) Rocca, N. Catena, Miguel Bergagno, N. Nemiar, Lorenzo Destefanis, Aimar Domingo, Pedro Belletti y Antonio Pellinán. Casado decidió acusarlos por la solicitada que publicaron en La Capital en mayo de 1877 en la que los colonos habían argumentado que la administración central suministraba «á los colonos galletas podridas ó los priva de este alimento como un medio de coacción para obligarlos á suscribir contratos, ó á rechazar cuentas ine-

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xactas».85 Según la solicitada, el trigo era pesado por el administrador en balanzas falsificadas sustrayendo así parte de las ganancias de los colonos. A pedido de Casado, Joaquín Fillol y Eugenio Pérez iniciaron una demanda formal señalando que los suscriptores de la solicitada debían recibir el máximo de la pena establecida por la ley de imprenta: «la publicación á que me refiero no sólo daña á mi representado personalmente», puntualizó Fillol agregando que «las calumnias y las injurias que esa publicación contiene son dirijidas [sic] también y muy especialmente á los intereses de aquel, pues son tendentes á sembrar la desconfianza en las personas que quieran ingresar en la Colonia Candelaria impidiendo así el desarrollo de esta y produciendo con esas falsas aseveraciones perjuicios enormes á su empresario». Frente a esta denuncia, la primera medida del juez fue citar al editor de La Capital, Demetrio Cabrera, y enviar un oficio al juez de paz de la Colonia Candelaria para que notificase a los autores de la solicitada. En el juicio participaron Fillol y Eugenio Pérez como representantes de Casado, y Santiago Nasi y Pedro C. Reyna como apoderado y abogado, respectivamente, de los colonos. Tal como fijaba el artículo 57 de la ley de imprenta, se hizo uso del jurado: en junio de 1877 el juez tomó juramento a Melitón de Ibarlucea, Marcelino Freyre, Cecilio Echevarría, Eloy Palacios (el apoderado general de Casado), Deolindo Muñoz, Bonifacio Seviñé (o Sevigne), Anselmo Pereira (o Pereyra), Ramón Araya, José Arellano y Tiburcio Benegas, este último gerente del Banco Nacional, aunque finalmente actuaron como jurados Arellano, Benegas y Pereira, además de Pablo Vidal, Luis C. Coutteret, Pablo Paredes e Ignacio Comas. Al mismo tiempo, el abogado de los colonos presentó una nutrida lista de testigos que incluyó pobladores de las colonias Carcarañá Este, Iriondo y Candelaria.86 Fillol señaló que era una incongruencia ci85 Expediente criminal de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez, contra varios vecinos-colonos de la Colonia Candelaria (imputados Fernando Cóppola, José Raimondo, Agustín Rocca, N. Catena, M. Bergagno (o Borgaño), N. Nemiar (también Nimar), Lorenzo Destefanis, Pedro Belletti, y Antonio Pellinán sobre injurias y calumnias, Juzgado del Crimen de la segunda circunscripción de Rosario, juez del crimen Jacinto Fernández, Rosario, 1877, MHPRJM, Causas Criminales, leg. 28, exp. 15, 90 f. 86 Fueron citados Antonio Frola, Santiago (Jaquet) Gorget, Nicola Frid, Pedro Udin, José Spinelli, César Fontana, Ángel Bola, Antonio Marqués, Luis Racca, Pablo Reale, José Gallo, Pedro Culasso, José Villa, Juan Sola, Juan Coraccini, Pedro Coraccini, José Ambrosi, José Alzioli, Juan Bautista Barroti, Antonio Bresso, Jacinto Bianco, Andrea Bianco, Mariano Cartucci, Juan Bautista Cánepa, Ángel Calciago, Jacinto Carlino, Antonio Sachi, Bolati y Compañía, Domingo Dutto, José Dupró, Nicolás Giacone, Basilio Mosanti, José Grivarello, Carlos Gallardo, Luis Govi, Pedro Ghezzí, Julio Cavi, Mateo Giorgio, Ángel Latuada, Luis Mirabeli, Francisco Piccolini, Juan Mottino,

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tar a tantas personas que, en general, no podían «perder un solo día de trabajo»; en un juicio de estas características, los colonos se veían obligados a abandonar «sus respectivas chacras que están á dos ó tres leguas de distancia del juzgado». Haciendo caso omiso de esta crítica, Nasi presentó un interrogatorio distinto al elaborado por Fillol y Pérez y mandó citar a los colonos a través del juez de paz Eliseo Sastre. Nasi comenzó por preguntar a los colonos y a los testigos si era cierto que en una oportunidad habían podido determinar que una de las pesas utilizadas tenía un sobrepeso de munición, que los colonos habían entregado tres fanegas de más, y que desde el momento en que se descubrió esta falta la administración central se había visto obligada a compensar a los colonos devolviéndoles parte de su trigo. Esta pregunta fue dirigida a diversos «vecinos», entre ellos a Antonio Frola, Santiago Gorget, Nicola Frid y Francisco Truanes, pero también al juez de paz de la Colonia Candelaria, Eliseo Sastre Aramburu, el encargado de librar a los colonos los oficios judiciales. En el punto tres del interrogatorio, Nasi pidió además que «todos los testigos declaren si es ó no cierto que la galleta que se consume en la colonia es elaborada en la fábrica de la administración, cuya galleta es de pésima calidad, de precio excesivo, y de que los colonos están obligados a tomar los vales de la misma administración». El abogado de los acusados incorporó a las pruebas dos galletas con la finalidad de «probar la mala calidad de galleta que la administración suministraba á los colonos», a un precio muy elevado, indicativo del «pésimo modo con que don Carlos Casado trata á sus colonos». Santiago Nasi presentó pruebas de una treintena de cuentas erróneas así como una lista de precios de las máquinas de cortar trigo, arados, cadenas y piolas que se vendían en la Colonia Candelaria y Bautista Nivello, Santiago Protti, Miguel Paruchino, Clemente Bachofer, Fernando Roset, Francisco Ruffinelli, Juan Salvetti, Miguel Sara, Antonio Manfredi, Bautista Sardi, Carlos Gillone. También fueron convocados algunos «conchabados», entre ellos Ambrosio Canale (peón de Antonio Marqués); Silvestro Avienti (peón del corralón), José Corden (peón en la fábrica de tejas Rosario), Juan Gizzi (peón de José Sanni); Camilo Marconi (peón de Domingo Fineto), Honrelle («peón de don Víctor»). Aquiles Tamburini (mencionado como «en casa de don Esteban Simonetta»), fue citado con Luis Rosso, Luis Perrudo, Ambrosio Brícola, Francisco Franzi y Francisco Rocco. Los colonos Francisco Troanes y Lorenzo Grivarello (mencionado como habitante «del campo de Quintana»), aparecen como testigos seleccionados por Santiago Nasi para defender al grupo de colonos acusado por Casado. Cabe señalar que, pese a esta causa, algunos de estos colonos que declararon en contra del fundador de la colonia pudieron adquirir finalmente la propiedad, véase Escritura de venta de Carlos Casado a Mateo Giorgio, 6 de abril de 1886, de una propiedad en Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Antonio Ferrer y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril).

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que superaban los valores de mercado. Nasi presentó también otro interrogatorio con los siguientes puntos: ...Cuarto. Si és o no cierto que las casas de negocio de la Colonia entregan á los colonos todos los víveres necesarios con la garantía de la administración y que estos, careciendo de plata efectiva, se ven obligados á recibir lo que les dan y al precio que se les antoja. Quinto. Si és ó no cierto que los instrumentos de labranza se entregan á los colonos á doble precio del que se vende en esta plaza cargandoles el interés del uno por ciento mensual, y obligandoles á pagar en plata efectiva, cuando la administración solo paga en billetes de banco. Sexto. El colono José Villa declare si es ó no cierto que una vez tuvo que reclamar por un error de cerca de mil pesos que encontró apuntados en su cuenta, y que recién á fuerza de amenazas con una silla, consiguió la reducción de la cuenta á sus justos términos. Séptimo. Que la administración se ocupa en estos momentos de amenazar á los colonos á declarar en contra de la administración, expresando en qué consisten esas amenazas. Octavo. Si es ó no cierto que el administrador usa de un despotismo desmedido con los colonos, tratandolos como á perros, cuyo mal trato dá por resultado el que los colonos abandonen sus concesiones con todas las mejoras introducidas, y lo sembrado en ellas, de cuyas concesiones se apodera la administración para venderlas á otras á un precio más elevado. Noveno. Que don Antonio Giafranco, residente actualmente en la Colonia Carcarañá Este, declare si es ó no cierto que una vez á romper la contrata que tenía y firmar otra amenazandolo de hacerlo destinar á la frontera si se reusaba. Décimo. El mismo individuo declare si es ó no cierto que habiendosele estraviado tres quintas de bueyes y dos caballos, encontró más tarde una yunta en poder de un colono alquilada por la administración. Undécimo. Don José Ambrosi y José Gribarello de la Colonia Candelaria declaren lo que sepan sobre el hecho ocurrido con el colono Bergana que se consigna en la solicitada acusada.

Fillol y Pérez utilizaron la apertura a prueba durante diez días para presentar un certificado expedido en junio de 1877 por Eliseo Sastre Aramburu en el que afirmaba que en sus seis años de actuación como juez de paz no había recibido quejas referidas a la administración de la colonia ni tuvo conocimiento de que algún colono hubiese sido obligado a firmar una cuenta equivocada o falsa. Sastre aseguró que tampoco había recibido queja alguna respecto a las balanzas, pero reconoció que los arrendatarios del colono Martín Pehmidt habían dado el aviso en 1876 de «que antes las pesas tenían más plomo del de ahora». Tras verificar las pesas, el cuñado de Casado determinó que la advertencia de los colonos era infundada. Fillol y Pérez presentaron también la copia de un interrogatorio al que fueron sometidos diversos testigos, entre ellos Guillermo

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(William) Hope, José Antonio Zorrilla, Domingo Fecetti y Honoré (Honorio) Juan Bautista Bigand (este último fundador de la colonia San Pablo tras adquirir tierras a la familia Urquiza). Todos ellos eran compradores del trigo de los colonos. A estos testigos se les preguntó si habían recibido trigo pesado con las balanzas de la administración y si el peso fijado por esas balanzas era exacto. Bigand fue interrogado sobre si era verdad que «para recibir trigo en la Colonia Candelaria llevó alguna vez su propia balanza, de la que no hizo uso y la que retiró en vista de la exactitud de las balanzas de la Colonia Candelaria». Paralelamente, Fillol interrogó a diversos colonos sobre la manera en que solían firmar sus cuentas pendientes con la administración, si se les daba un detalle de las cuentas, si era el administrador quien las firmaba y si recibían una explicación verbal clara ya que en su gran mayoría los colonos eran analfabetos.87 Se les preguntó si habían encontrado alguna deficiencia en las cuentas entregadas por la administración; si en caso de error u omisión se les había compensado; y si confiaban en las balanzas de la administración. Los colonos contestaron que lo usual era entregar el trigo a Casado, y que ese trigo era pesado en las balanzas del administrador. En relación a la calidad de las galletas suministradas por el almacén de la colonia, los colonos fueron interrogados sobre si era obligatorio o voluntario su consumo teniendo en cuenta que hacía tiempo que Casado había dejado de vender por su cuenta tanto víveres como instrumentos de labranza (ya que estos últimos eran proveídos por Esteban Simonetta —el presidente de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Unione e Benevolenza desde el año 1875—, Scola y Compañía, Bartolo Borzone, y Zanoni y Compañía). Finalmente, el colono José Villa declaró sobre el altercado que había mantenido con el administrador por haberse negado este último a mostrarle sus cuentas.88 87

Los colonos fueron Guani Bonsi, G. Mollino, Víctor Van Zuylen, Antonio Bresso, Giacomo Pichini (o Picolini), Giacomo Carissano, Luis Antonio Mir, Luis Bacca, José Camano, Pedro Graglia, Julio Rosas, Frantini Giovanuz, José Villa, Rosa Rosales, Bautista Sardi, Carlos Brebbia, Antonio Lavezzari, Juan Bautista Cánepa, José M. Quiroz, Luis Coirini, Cova Zabetta, Juan Crenna, Cortés Hermanos, Carlos Bustamante, N. Domenico, Guillermo Gribundo, Carlos Oncovelli, José Ambrosi, José Spinelli, Francisco Tapia, F. Gopradune, Indalecio González, Luis L. Rievve, José Grivaldo, Samuel Brevy, Antonio Rodríguez, Francisco Bilegio, Juan Salvetti, Bautista Novetto, N. Berlermano, Giovani Tordionni, Nicolás Ramansa, N. Hondis, N. Rivoldines. 88 Pese a la magnitud de este conflicto, cabe señalar que en 1886 Casado le transfirió definitivamente la propiedad; véase Escritura de transferencia de propiedad de Carlos Casado a José Villa, 19 de mayo de 1886, propiedad en la sección B de Villa Casilda, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

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Tras los interrogatorios realizados en presencia del jurado, la sentencia condenó a los demandados —Cóppola, Raimondo, Rocca, Catena, Bergagno, Nemiar, Destefanis, Domingo, Belletti y Pellinán— a pagar una multa bajo apercibimiento de ejecución y embargo, y a abonar $ 85 fuertes por las costas del juicio. El juez de paz Eliseo Sastre, mientras tanto, embargó preventivamente los bienes de José Raimondo y los bueyes de Agustín Rocca, y obligó al resto de los colonos a pagar $ 150 fuertes. 3.4.

Desigualdad de Personas; Igualdad de Justicia.

El 28 de junio de 1876, Pedro Belletti firmó una declaración haciendo constar que su deuda con la administración de la Candelaria ascendía al 31 de marzo de ese año a $ 274,60 bolivianos por la primera cuota del contrato de concesión y por los adelantos recibidos durante su instalación en la colonia.89 Cuando Fillol inició un juicio por cobro de pesos contra el colono, calculó que su deuda con Casado era de $ 1.112,50 plata boliviana y consiguió que el juez de paz Eliseo Sastre Aramburu embargara los bienes de Belletti con la finalidad de que este último no pudiese venderlos. Sastre, mientras tanto, fue acusado ante el gobierno provincial por medio centenar de agricultores de la colonia de desempeñar parcial y negligentemente su cargo.90 El 28 de mayo de 1877 el juez Nicasio Marín dirigió un despacho al juez de paz para conseguir que Belletti se desplazara al juzgado rosarino. Allí el colono se presentó como un «vecino y colono de La Candelaria» y afirmó ser: Un pobre menesteroso que de día á dia tiene que buscarse la vida, desde el momento que no puede ser colono, faltándole la semilla para sembrar, á mas que no teniendo ni bienes ni propiedades para continuar el pleito que le entabló Dn. J. Fillol en representación de Don Carlos Casado, declara que: `no puede seguir la cuestion á falta de recursos pecuniarios peró que consin89

Expediente civil de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez contra Pedro Belletti, colono de la Colonia Candelaria, sobre cobro de pesos, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Nicasio Marín, secretario Octavio Grandoli, Rosario, 1876-1878, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 78, exp. 21, 75 f. 90 El motivo central de la demanda, de acuerdo a Ascolani (1992, 89-90), fue su inacción ante periódicas incursiones de ganado suelto en los sembradíos, que obligaba a los colonos a arrear los vacunos hasta su lugar de procedencia en las inmediaciones de Rosario. Los colonos propusieron que el gobierno designara una comisión de vecinos para constituirse como gobierno local desligando así al juez de paz de estos menesteres.

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tiendo el propietario de la Colonia Dn. Carlos Casado, el suscrito se comprometería llenar todas sus obligaciones de colono, cuando se le suministrara la semilla necesaria para sembrar, í así pagar la deuda que tiene pendiente con la administración de la colonia.

El juez Marín consideró que la exposición de Belletti contenía formas jurídicas impropias, pero el 7 de julio de 1877 derivó la causa a Casado y citó al colono a través de Eliseo Sastre quien informó al juzgado que aquél no se encontraba ni en su casa ni en la colonia. El colono fue declarado rebelde tras ser convocado mediante edictos en la prensa local. Marín hizo pública la sentencia en noviembre de 1877; consideró que Belletti no había hecho valer sus derechos, estimó las costas en $ 8 fuertes y lo condenó a pagar la deuda de $ 1.112,50 fuertes en el término de diez días. José T. Garriz se hizo cargo de esta causa al asumir el Juzgado de Paz de la colonia: el 30 de julio de 1878 se presentó en la vivienda de Belletti y embargó sus bienes mientras el colono repetía que le era imposible pagar lo que se le reclamaba. A cambio de $ 50 bolivianos, el administrador Francisco Casado se quedó con una segadora antigua en mal estado que Belletti había prestado a Julio Cavi, un colono llegado a la Candelaria en 1873, y ofreció $ 175 bolivianos por seis bueyes que el deudor había alquilado a otro colono, Antonio Manfredi. Finalmente, «como mejor postor», el administrador pagó $ 860 bolivianos por la concesión n.º 16 de la sección A en la que Belletti había construido un pozo de agua y una casa de adobe tasada en $ 1.274 bolivianos. El remate se hizo en presencia de dos testigos, los colonos César Benedetti y Francisco Tapia, pero nadie adquirió los arados de Belletti ni una cría de buey de su propiedad.91 Otra causa es indicativa de la manera en que Casado organizó su colonia. En 1873, con el aval de Francisco Casado y de su escribiente, Pruciano Felman, Julio Cavi pagó 2.500 francos a Juan Bautista Bernard92 por la concesión que este último había comprado a Casado en agosto del 91

La participación de Benedetti fue recompensada en 1882 cuando Carlos Casado, ante el escribano Javier Munuce y los testigos Juan Campodónico y Juan Arrosagaray, le vendió un campo en Arroyo del Saladillo (valorado en $ 27.500 os), y le concedió un préstamo de $ 3.000 bolivianos por seis años. Casado confirió poder general a Juan Arrosagaray ante el escribano Lisandro Paganini y ante los testigos Zenón Pereyra y Valentín Carnicero —este último seguramente ligado por parentesco al propio Carlos Casado ya que lo encontramos en diversos momentos de la vida del español y pertenece a la familia de los Carnicero, de Palencia como hemos señalado en el capítulo uno—. Expediente civil, hipoteca de César Benedetti (vecino de Colonia Candelaria) a Carlos Casado, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Manuel R. César, Rosario, iniciado el 27 de abril de 1882 y finalizado el 14 de abril de 1884, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 92, 17 f. 92 En la documentación también aparece como Bermond.

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año anterior. Cavi incumplió el contrato con Bernard, y éste embargó sus bienes. En 1876, Fillol y Pérez se presentaron al juzgado acusando a Bernard de haber vendido una propiedad que no era suya, sino de Casado, y de pedir el remate público de los bienes de Cavi. El abogado Pompeyo Chaves apoyó a Bernard y sostuvo que su defendido había pagado todas las cuotas al administrador Francisco Casado, quien siempre se había negado a otorgarle la titularidad de la concesión. Para defender a Bernard, Chaves advirtió al juez que debía contemplar «la desigualdad de personas que ha existido entre mi representado y el señor Casado como dueño de la colonia, que es la del menor por el tutelaje ejercido por este sobre todos los colonos», y que en mérito de la igualdad que debía imperar en la justicia, era justo que Bernard pudiese obtener la titularidad de su propiedad. De este caso sólo sabemos que Bernard fue declarado rebelde, y que Julio Cavi continuó viviendo en la colonia.93 En 1878 Francisco Casado pidió el embargo preventivo de los bienes del colono José Spinelli, incluso el trigo que se hallaba depositado en la administración central, con la finalidad de satisfacer su deuda con Casado y con el maquinista de la trilladora, Perona Navarro. El juez de paz José T. Garriz citó a Spinelli y a los testigos Constantino Simonetta y José Villa, y procedió a embargar preventivamente 453 bolsas de trigo, además de 31 arrobas que fueron entregadas a Carlos Brebbia junto con diversos útiles de labranza, cuatro bueyes, dos arados de acero, dos rastrillos, carretillas y una cadena de pozo que Spinelli no había llegado a pagar al administrador. El juez Nicasio Marín recibió una copia de la actuación de Garriz y en agosto de 1878 Pérez y Fillol le informaron que Casado se había «arreglado con el deudor» y que era innecesario deducir acciones contra él.94 La boleta de venta firmada el 1 de febrero de 1876 por Casado con la empresa Cortés Hermanos, representada esta última por Leoncio Cortés, sirvió como documento probatorio para sustentar otro juicio: los Cortés se comprometieron con el propietario de la colonia a pagar tres cuotas anuales de $ 288 por una concesión de tierra, pero no pudieron afrontar el último pago.95 En 1879 Joaquín Fillol inició un juicio por cobro de pe93

Expediente civil de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez, sobre tercería de dominio deducida en los autos seguidos por Juan Bautista Bernard o Bermond (representado por el abogado Pompeyo Chaves) contra Julio Cavi, Rosario, 1876, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 70, exp. 42, 55 f. 94 Expediente civil de Carlos Casado contra José Spinelli sobre cobro de pesos, Juzgado de Paz de la Colonia Candelaria, juez de paz José T. Garriz; Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Nicasio Marín, secretario Octavio Grandoli, Rosario, 1878, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 78, exp. 40, 10 f. 95 Expediente civil de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez contra Leoncio Cortés (de la empresa Cortés Hermanos)

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sos contra Cortés Hermanos afirmando que tampoco habían devuelto los adelantos que les había hecho Casado tanto en dinero como en instrumentos de labranza. En medio del pleito falleció Leoncio Cortés. Tras muchos meses de espera, Fillol y Pérez solicitaron que la concesión fuese revertida al propietario mediante la rescisión del contrato. El juez aceptó esta propuesta sin que el resto de los hermanos de Cortés se presentara en sede judicial y pese a que la sentencia fue publicada durante nueve días consecutivos en El Independiente. Otra causa puede darnos más elementos para comprender la naturaleza de los conflictos entre Casado y sus colonos. La causa por cobro de pesos contra Antonio Marchessi, comienza con un documento privado fechado el 15 de mayo de 1878. Se trata de una declaración de Marchessi de haber arreglado su cuenta corriente con Francisco Casado hasta el 7 de abril de 1878, quedando por pagar al administrador $ 2.206,93 bolivianos.96 Pese a este arreglo, Marchessi no pagó la deuda y los representantes de Casado le convocaron al juzgado rosarino a inicios de la década de 1880 al tiempo que le obligaban a abandonar la colonia. Antes de irse, el colono redactó una Nota de los bienes dejados por Antonio Marchessi en la administración de Colonia Candelaria, y valoró sus bienes en $ 2.595,25.97 Según consta en el expediente judicial, Marchessi dejó en la colonia «muchos más efectos de labranza que no se detallan por su larga extención» y dio al juez dos domicilios para las notificaciones, uno en las Chacras de Rosario y otro en Saladillo de la Orqueta. Los oficios debían llegarle a través de la Comisaría que, al igual que el Juzgado de Paz, garantizaba el desenvolvimiento del poder judicial en la zona rural. Marchessi constituyó domicilio en la residencia del abogado Eugenio Pucio y comenzó su defensa prometiendo que demostraría «hasta la saciedad» que había abonado el crédito «con usura». Mientras tanto, un sobre reivindicación, Juzgado de Paz de la Colonia Candelaria, juez de paz José T. Garriz; Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Emiliano García, secretario Octavio Grandoli, Rosario, 1879, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 81, exp. 35, 33 f. 96 Expediente civil de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez contra Antonio Marchessi sobre cobro de pesos, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de la segunda circunscripción judicial de Rosario, juez Jacinto Fernández, Rosario, 1881, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 86, exp. 37, 33 f. 97 Si desagregamos este capital, tasó la concesión en $ 918,75; la tierra cultivada en $ 200; dos habitaciones de material en $ 350; un corral con 5.000 ladrillos en $ 60; ocho yuntas de bueyes en $ 300; cuatro máquinas en $ 350; un pozo de 30 varas en $ 30; una cadena y una rondana de pozo en $ 19,5; dos cadenas de arado en $ 5; dos baldes de fierro en $ 14; un arado de acero en $ 40; ocho puertas para el corral en $ 8; ocho plantas en $ 150; un rosedal de madera en $ 15; un arado en $ 15; un rastrillo en $ 20; y alfalfa en $ 50. Escasos bienes de valor personal.

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oficial de justicia procedió a embargar los bienes de Marchessi quien argumentó no tener «bienes de ninguna clase ni de importancia para presentar al embargo, siendo actualmente situación tan angustiosa que hasta de los instrumentos de su industria se ha tenido que despojar para alimentarse a sí mismo y a toda su familia que aunque hubiese fondo no pagaría por cuanto no se considera deudor de la cantidad que se le cobró, pues él la había satisfecho». Marchessi se concentró en su propia situación, soslayando describir lo que ocurría con otros colonos dependientes de la administración central de la colonia, y afirmó que: Largo y enojoso seria señor juez, referir el proceder por demás arbitrario y censurable que conmigo como con otros muchos colonos se ha observado y se observa actualmente por parte de la administración de la Colonia Candelaria donde parece que olvidando todo sentimiento de equidad y de justicia se tiene el propósito deliberado de hacer del pobre que se radica allí una verdadera víctima, la que es sacrificada sin consideración de ninguna clase a la sed de lucro que la abraza, pero no debo ni quiero molestar con esto la atension (sic) de VS. Bastandome solo enunciar lijeramente los abusos. Silenciaré por lo tanto todo lo que sea relativo á los demas para concretarme a narrar brevemente la injusticia de que yo soy objeto en la persuación de que con esto pondré de manifiesto ante su ilustrado criterio lo absurdo de las pretensiones de la parte contraria cuyo proceder en esta emerjencia no puede calificarse de otra manera sino como temerario y malicioso.

Si bien Marchessi reconoció que la firma del documento del 15 de mayo de 1878 era suya, consideró que no debía sufrir el acoso judicial de Fillol ya que había satisfecho su deuda entregando al administrador la concesión y los útiles de labranza: Convencido señor juez de que me sería dificil á pesar de cuantos esfuerzos hiciera para satisfacer los compromisos a que me veia obligado por los crecidos intereses y espresados cuentas que me pasaba esa administracion, me veo en el caso forsoso de hacer entrega de todos mis intereses como lo he dicho y los cuales la administración los recibió en debida forma arrojando el importe de su tasación en valor total, próximo de $ 2.596,25 bolivianos efectivos. Vese pues señor juez, por lo que dejo dicho que lejos de ser deudor yo á la administración de la colonia por la cantidad que representa el crédito de fs. 1.º, ella me es más bien a mi deudora de un saldo de $ 389,32 bolivianos. Resumiendo señor juez, diré: que no me reconosco obligado á la administración por el crédito por el cual se me ejecuta por que aceptó y recibió todos mis intereses que representaban un valor mayor como una dación en pago.

Marchessi señaló que la demanda era improcedente pero, a sabiendas de que Fillol podría pedirle documentación acreditativa de la entrega de los bienes señalados en la «Nota» adjuntada en el expediente, y cons-

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ciente de que carecía de un recibo firmado por el administrador, se apresuró a señalar la existencia de costumbres inveteradas de la administración central de la Colonia Candelaria, entre ellas la negativa a otorgar a los colonos cualquier tipo de documentación que pudiera servirles en sede judicial para demostrar la titularidad de la propiedad: Cuando yo entregué todos mis bienes a la administración le exijí [sic] un recibo de todo lo que llevaba pero ella conforme con sus prácticas inveteradas se resiste a dármelo, probablemente con su proposito malévolo así que no me quedaba otro camino que resignarme por que veía que luchar con ella era imposible. Por lo demás en estación oportuna de este juicio aun sin el recibo probaré hasta la evidencia con un sinnúmero de testigos y con la persona que se recibió de los bienes que la entrega ha sido efectiva.

Fillol no se presentó al juzgado y Marchessi pidió que el representante de Casado fuese declarado rebelde. Es evidente que el abogado comprobó que el colono no mentía y aconsejó al empresario llegar a un arreglo. Tiempo después el juez Manuel R. César apuntó en el expediente que Marchessi y Casado habían celebrado un convenio privado y sobreseyó la causa. No obstante, la triste descripción que hizo el colono quedó plasmada en un expediente plagado de referencias a las «prácticas inveteradas» de la administración central de la colonia, primero a cargo de Francisco Casado y luego bajo responsabilidad de Manuel Castilla y Portugal, ambos parientes de los Casado-Sastre.

3.5.

El juez de paz de la Candelaria y el caso del colono Francisco Perrutto

Durante la primera década de funcionamiento (1870-1880), la Colonia Candelaria consolidó su gestión a través de la administración central, como hemos visto en los apartados anteriores, y de la justicia de paz. La situación del colono Francisco Perrutto nos muestra el enorme poder que ostentaba el juez de paz. A inicios de 1879, el administrador Manuel Castilla y Portugal se presentó ante el juez de paz exponiendo que el colono Perrutto debía a la administración $ 4.003,67 bolivianos además de $ 1.800 bolivianos por los útiles de labranza y el pago a los peones que habían trabajado en las diversas cosechas de trigo.98 Manuel Castilla y Portu98

Expediente civil de Carlos Casado, representado por el procurador Joaquín Fillol y el abogado Eugenio Pérez contra Francisco Perrutto sobre cobro de pesos, Juzgado de Paz de la Colonia Candelaria, juez de paz José T. Garriz; administrador de la Colonia Candelaria Manuel Castilla y Portugal; Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y

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gal formalizó judicialmente la demanda a través de Joaquín Fillol y reclamó al colono un total de $ 5.803. Fillol presentó al Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Rosario los originales de las tres letras firmadas por el acusado afirmando que adeudaba $ 6.000: en la letra A, fechada el 10 de octubre de 1878, constaba que Perrutto había arreglado su cuenta corriente con el administrador aceptando deber $ 4.003,77 bolivianos. En la letra B, fechada el 22 de mayo de 1877 (firmada por H. Chauvy ya que Perrutto no sabía ni leer ni escribir), el colono se comprometió a no vender los productos de chacra sin la intervención del administrador, el cual tenía el derecho de adquirir lo producido por el colono aún cuando otro comprador ofreciese un precio mayor. En la letra C, firmada por Carlo Guardamagna, Perrutto acordó abonar en dinero efectivo o, en su defecto, depositar todo su trigo inmediatamente de trillado en los galpones de la administración. Según Fillol, Perrutto incumplió este acuerdo y se negó a depositar el trigo, vendiéndolo fraudulentamente a Camilo Corbin, razón por la cual sus bienes habían sido embargados. Se trataba concretamente de la cosecha de trigo del año 1879. El 18 de febrero de 1879 el oficial de justicia Ignacio Echevarría, el juez de paz José T. Garriz y el maestro de Villa Casilda José Geangean —encargado de pesar el trigo de los colonos— se presentaron en la casa de Perrutto con la finalidad de marcar las bolsas con una «P» para enviarlas a Casado. Fueron acompañados por dos testigos, el encargado de la máquina trilladora de trigo que estaba utilizando el colono, Mariano López, así como por los peones de la trilladora y tropa de carros de López Hermanos que llevaba el trigo a Rosario. Perrutto se negó a entregar su trigo a Garriz quien consignó en su informe que no quizo atender «a razones de ningún género», se había manifestado con total hostilidad y «no quería saber nada» del embargo. Garriz escribió que le había sido imposible llevar a buen puerto el mandato de pesar y cargar el trigo «por haberse opuesto á ello los Señores Francisco Perrutto y Compañía, amenazándoles con darles balazos si tocaban una bolsa de trigo, y que en vista de una actitud tan bélica y amenazante acordaron suspender las cargas y dar cuenta al Juzgado, para que tome las medidas convenientes». Perrutto, que hasta entonces había aceptado que un tercero firmase sus convenios con el administrador (H. Chauvy y Carlo Guardamagna), se negó abiertamente a que otra persona firmase los documentos por él. Ese mismo día el administrador Manuel Castilla y Portugal se dirigió al Juzgado de Paz de la colonia a informar que Perrutto había vendido a Comercial de Rosario, juez Emiliano García, secretario Octavio Grandoli, Rosario, 1879, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 81, exp. 26, 28 f.

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Camilo Carlín 80 fanegas del trigo reclamado por Casado a cambio de $ 300. Para Castilla, el hecho corroboraba «sus sospechas sobre el proceder de dichos colonos», y pidió la ampliación del embargo preventivo a todos los útiles de agricultura y animales suministrados por la administración. Garriz aceptó la propuesta de ampliar el embargo de los bienes, responsabilizó de esta tarea al administrador, y estableció que el trigo fuese depositado en poder de Juan Crenna, otro de los colaboradores de Casado en la colonia y posteriormente miembro directivo de la Comisión de Fomento de Villa Casilda, como veremos en el capítulo cuatro. El juez de paz encarceló a Perrutto acusándolo de «haber impedido el peso y carga del trigo embargado ayer amenazando con balazos al oficial de justicia». Perrutto y su socio, Víctor Yaso, este último también detenido en el Juzgado de Paz, escucharon la lectura del acta elaborada por Garriz pero se negaron a firmarla ante los testigos César Benedetti y A. Higinio Vittadini. El juez de paz, el maestro José Geangean e Ignacio Echevarría —encargados estos dos últimos de pesar y hacer cargar el trigo embargado preventivamente a Francisco Perrutto y Compañía, el primero por la administración y el segundo por el Juzgado de Paz— declararon haber pesado 2.305 arrobas de trigo en bolsas sencillas marcadas con una «P» en condiciones de «regular-bueno-algo húmedo». Al día siguiente, pesaron poco más de 824 arrobas y las cargaron en 37 bolsas. Ocuparon once carros de las tropas de Hope Hermanos y López Hermanos y enviaron un total de 369 bolsas de trigo a los galpones y depósitos que Casado tenía en el puerto rosarino al tiempo que archivaban muestras del cereal en el Juzgado de Paz. En esas mismas fechas, el español Casado se había embarcado en los primeros ensayos de exportación del cereal a Glasgow, temática tratada en el capítulo uno, y necesitaba disponer de trigo en el puerto para realizar este envío. El trigo de Perrutto era un botín demasiado tentador. Mientras él y su socio Yaso se encontraban en prisión, Geangean y Echevarría embargaron los útiles de labranza y los animales ante los testigos Luis Albiciani y Mariano López, este último el encargado de la trilladora. Nuevamente Juan Crenna fue designado depositario de una segadora Johnston usada, dos arados, otro arado de acero que Perrutto había prestado a un vecino, un balde de pozo, dos cadenas de arado, cinco horquillas, nueve bueyes y una yegua que llevaban la marca C.C. (por Carlos Casado), otros dos bueyes sin identificación, cuatro cerdos y 387 bolsas vacías. Los gendarmes del Juzgado de Paz se encargaron de vigilar la chacra. En los Tribunales de Rosario, Fillol y Pérez presentaron la cuenta corriente que Perruto tenía abierta en el almacén de la colonia, la cual consistía en un registro mensual de los útiles entregados por el administrador (madera vieja, pies de tablas, calzado, vales para pagar a los peones con la

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cosecha, carne, grasa...), para demostrar que el colono adeudaba a Casado $ 7.600,02 bolivianos. El juez Emiliano García convocó una audiencia pero se encontró ante la situación de que las autoridades desconocían el paradero de Perrutto: el juez de paz José T. Garriz, por ejemplo, informó al juzgado que Perrutto había abandonado la colonia. Fillol interrogó entonces a tres testigos, Francisco Dana, César Benedetti y Camilo Corbin, acerca de las ventas particulares de trigo hechas por Perrutto. Llegados a este punto, el conflicto tomó un camino diferente ya que Perrutto decidió pedir ayuda al cónsul italiano quien consiguió que en marzo de 1879 fuese convocado un juicio de conciliación entre el administrador Manuel Castilla y Portugal y el colono. Este último reconoció deber a Casado $ 7.718,72 bolivianos y la administración rebajó la deuda en $ 1.043 bolivianos además de ofrecer semillas de trigo para que Perrutto pudiese volver a cultivar la tierra. El juez Emiliano García levantó el embargo, pidió que se le enviaran los documentos originales que existían en la Candelaria, citó a Perrutto, y en sede judicial le leyó el contenido de la conciliación firmada con el administrador. Perrutto y su socio, Yaso, volvieron a decir que no sabían firmar y el juez dio por terminada la causa judicial. Todas estas causas judiciales que venimos analizando hasta aquí son también un indicio del crecimiento económico de la Colonia Candelaria, que fue visitada por el general Justo José de Urquiza, en 1883 por el presidente Julio Argentino Roca, un año después por el escritor Edmondo (Edmundo) de Amicis,99 así como por ministros, gobernadores provinciales, jefes políticos y destacados invitados entre los que resaltan el príncipe Luis de Savoia y el hermano de Carlos Casado, el pintor José Casado del Alisal. Como señalara Chaparro, se trataba de «personalidades destacadas en todos los órdenes de la política, la ciencia, la cultura, el arte, los negocios, el comercio y el trabajo, tanto del país como del extranjero».100 99 Véase de Edmondo de Amicis, particularmente la obra Impresiones sobre la Argentina, editada en Buenos Aires en 1944, en la que hace referencia a la Colonia San Carlos y al papel jugado por los inmigrantes italianos en la región. 100 CHAPARRO, 1957; CHAPARRO, 1941. Utilizamos el Libro de Actas de la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria, iniciado el 3 de abril de 1884 y terminado el 3 de noviembre de 1885, que se conserva en el MAHM, y que incluye como documento suelto el acta de la primera reunión celebrada por decreto del Superior Gobierno de la Provincia de fecha 24 de marzo de 1884; la referencia se cita CPL (1884-1885). También se hace uso del Libro de Actas de la Comisión de Fomento de Villa Casilda, constituida el 10 de marzo de 1886, documento conservado en el MAHM que llega al 22 de marzo de 1904 incluyendo un total de 298 actas de reuniones. Las referencias se citan como CF (1886-1904). Véase Acta de la reunión de la CPL del 14 de octubre de 1884, MAHM, Libro de Actas de la CPL (1884-1885). Acta de la reunión de la CF n.º 172, 12 de agosto de 1894, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904).

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Desde mediados del siglo XIX, la provincia de Santa Fe sufrió una paulatina división departamental al compás de la llegada de inmigrantes y del crecimiento exponencial de la actividad agrícola. En 1856 contaba con cuatro departamentos: la Capital, San José, San Gerónimo y Rosario. En este último departamento se fundaron diversas colonias, entre ellas la Candelaria, que en 1880 contabilizó unos 2.067 habitantes ocupando el quinto lugar a nivel provincial después de San Carlos (3.802 colonos), Esperanza (3.231 colonos), del distrito agrícola San Lorenzo (2.564) y de Cañada de Gómez (2.120). La población de la Candelaria, que en 1882 era de 2.500 personas, ascendió a 5.821 en 1887 y a 6.638 en 1895, correspondiéndole al centro urbano Villa Casilda, nacido al calor de la actividad de la colonia agrícola y del movimiento portuario rosarino, 4.241 habitantes a finales de siglo.101 En función del aumento poblacional del sur santafesino y de la necesidad de controlar con mayor eficacia el territorio, la ley provincial del 26 de octubre de 1883 estableció una nueva subdivisión departamental: de Rosario se desprendieron San Lorenzo y General López; la capital provincial se subdividió en los departamentos Capital y Las Colonias; del departamento San José se creó San Javier; y de San Gerónimo se desgranó Iriondo. En 1887 la Oficina del Censo y del Departamento Topográfico procedió a la medición cartográfica del territorio, calculó en 128.684 km2 la superficie provincial y determinó que el espacio ocupado por los diversos departamentos era el siguiente: la Capital, 38.437 km2 (30% del territorio provincial); San Javier, 20.021 km2 (16%); Las Colonias, 29.701 km2 (23%); San José, 4.780 km2 (4%); San Gerónimo, 9.186 km2 (7%); Iriondo, 5.587 km2 (4%); Rosario, 1.660 km2 (1%); San Lorenzo, 5.152 km2 (4%); y General López, 14.160 km2 (11%).102 Al año siguiente se calculó que la provincia contaba con 220.332 personas, entre ellas 84.215 extranjeros de origen europeo (38%), repartidos entre 57.665 italianos, 5.729 suizos y 5.477 españoles, además de un buen número de franceses, alemanes, ingleses, austríacos... Santa Fe también había atraído 38.185 pobladores de otras provincias del país (17%), en particular de Córdoba, Buenos Aires, Corrientes y Entre Ríos. En total fueron contabilizados 122.400 habitantes nacidos fuera de la provincia (el 55%) frente a 97.932 (el 45%) oriundos de Santa Fe. Con estos datos demográficos en la mano, Gabriel Carrasco sostuvo que por cada cien santafesinos «había diez extranjeros en 1858, en 1869 eran ya quince, y en la actualidad llegan á treinta y nueve».103 101 102 103

ASCOLANI, 1992, 27, 35-36. Hemos calculado estas cifras y porcentajes a partir de CARRASCO, 1888, 11. Hemos calculado estas cifras y porcentajes a partir de CARRASCO, 1888, 23-25.

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Esta información censal permitió a Gabriel Carrasco calcular el porcentaje de extranjeros entre los 17.626 individuos registrados en calidad de propietarios de bienes raíces. Los datos censales eran la mejor prueba, según el publicista, de la facilidad con que se enriquecían los inmigrantes en la provincia de Santa Fe: el 8% de los habitantes de la provincia, lo que equivale a decir una de cada doce personas, había conseguido adquirir propiedades raíces. Del total de los dueños de tierras registrados, 8.853 (50,23%) eran argentinos. Los 8.773 propietarios restantes (49,77%) se distribuían entre 5.264 italianos (29,86%), 1.077 suizos (6,11%) y 613 españoles (3,48%), seguidos de lejos por el resto de nacionalidades europeas.104 Cabe señalar que, si discriminamos por departamentos, el de General López tenía 558 propietarios argentinos frente a 172 extranjeros; Rosario contabilizaba 1.945 argentinos frente a 1.553 propietarios de bienes raíces de origen extranjero, y en el departamento de San Lorenzo —del cual dependió la Colonia Candelaria hasta 1890— había 1.029 propietarios nacionales frente a 654 foráneos.105 A simple vista, estas cifras colocan en un buen lugar a los propietarios argentinos frente al resto. No obstante, deben ser contrastadas con el porcentaje del territorio provincial poseído por cada grupo. Esta perspectiva demuestra que los extranjeros monopolizaban buena parte del territorio aunque de manera muy desigual según su nacionalidad. Así, los argentinos, pese a representar el 50,23% de los propietarios, poseían sólo el 6,5% de los bienes raíces. Los italianos eran propietarios del 9,1% de la tierra provincial santafesina; los españoles poseían el 11,2%; los franceses, el 14,7%; los alemanes, el 15,1%; los austríacos, el 15,8%; los norteamericanos, el 17,2%; y los suizos, el 18,8%.106 El crecimiento de Villa Casilda, tal como reconociera en 1888 el Inspector Nacional de Colonias Alejo Peyret en su obra Una visita a las colonias de la República Argentina, se produjo de manera paralela al aumento de la importancia de las colonias del sur provincial y de sus centros urbanos.107 La ley del 31 de diciembre de 1890 reconoció el efecto imparable de esta transformación y volvió a estructurar el espacio santafesino: el departamento de Rosario, encabezado por la pujante 104 599 franceses; 431 alemanes; 265 austríacos; 172 ingleses; 105 orientales; 61 paraguayos; 51 chilenos, 29 brasileños y 20 portugueses; Carrasco, 1888, 23-25, 88. 105 CARRASCO, 1888, 91. 106 Ingleses el 7,8%; orientales el 6,6%; paraguayos el 6,1%; otros europeos el 7,8%; chilenos el 11,2% de la tierra; brasileños el 9,7%; portugueses el 11,9%; CARRASCO, 1888, 87-88. 107 LAGOS, 1957, 58; LAGOS, 1949, 26-27.

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ciudad del mismo nombre, mantuvo su jurisdicción, mientras General López se dividía en General López y Constitución. En respuesta al crecimiento económico y poblacional conseguido por el departamento San Lorenzo en esos años, el gobierno decidió subdividirlo creando un nuevo departamento, Caseros, que incluyó la Colonia Candelaria así como su centro urbano, evolución que puede comprobarse en el Cuadro 4. CUADRO 4.

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La Capital

Evolución departamental de la provincia de Santa Fe (1856-1890)

Ley 26.10.1883

La Capital Las Colonias

San José

San José San Javier

Ley 31.12.1890

La Capital; San Justo; Vera (con San Cristóbal, en 1907 se convirtió en 9 de Julio) Las Colonias; Castellanos; San Cristóbal (con Vera, en 1907 se convirtió en 9 de Julio) Garay San Javier; Reconquista

San Gerónimo San Gerónimo San Gerónimo; San Martín Iriondo Iriondo; Belgrano Rosario

San Lorenzo San Lorenzo; Caseros Rosario Rosario General López General López; Constitución

Fuente: elaboración propia según De Marco, Pasquali, Tica, 1992, 16-17.

Al mismo tiempo, la ciudad de Rosario mostró un intenso crecimiento demográfico: 9.785 habitantes contabilizados en 1858, 23.169 en el año 1869 (momento en que los extranjeros sumaban ya 5.872 personas) hasta los 50.914 residentes en el año 1888 de los cuales 20.943 eran extranjeros, representados en un 55% por los italianos (11.955), seguidos de españoles (3.189), franceses (1.227), ingleses (961), alemanes (808) y suizos (487).108 Los italianos también eran mayoría entre los propietarios extranjeros radicados en la ciudad; la comparación con otros grupos indica, no obstante, que no eran ellos quienes poseían grandes propiedades 108

CARRASCO, 1888, 45. Gabriel Carrasco fue comisario general del censo, miembro de la Sociedad de Geografía de París, socio correspondiente del Instituto Geográfico Argentino, y catedrático de Ciencias Físicas en el Colegio Nacional de Rosario, entre otros puestos.

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inmuebles sino la colectividad española, representada entre otros por Carlos Casado del Alisal. La población argentina, por su parte, pasó de 2 millones a 5 millones de habitantes entre 1870 y 1900.109 Entre 1870 —fecha aproximada del inicio de este gran proyecto colonizador— y 1912 —año álgido de la crisis agraria y del Grito de Alcorta— pasaron cuatro décadas en las que se consolidó un doble proceso: el fortalecimiento de algunos grupos propietarios, en parte asentados durante los primeros años de la colonización agraria, frente a un numerosísimo contingente de inmigrantes arrendatarios que quedaron desplazados de la propiedad privada. La provincia de Santa Fe se convirtió en modelo de ocupación del espacio a través de la instalación de colonias particulares y de colonos convertidos en pequeños propietarios y arrendatarios. En la sesión inaugural del Congreso Nacional del año 1881, por ejemplo, el presidente Julio A. Roca sostuvo que «mientras que las colonias particulares de la provincia de Santa Fe que este año han producido, en trigo solamente, un valor de $ 5.000.000 fuertes, dan los más brillantes resultados, no puede desconocerse que los de la colonización oficial han sido hasta ahora muy poco halagüeños»; al año siguiente, Roca reiteró que la colonización por la acción individual «ha tomado en Santa Fe un desarrollo extraordinario»,110 apreciación similar a la formulada por el rosarino Estanislao S. Zeballos para quien las colonias de su provincia natal representaban el único éxito colonizador del país porque algunos millares de colonos habían conseguido convertirse en propietarios. Esta visión tan optimista tenía, sin embargo, algunos detractores: a mediados de 1893 Gabriel Carrasco calculó que aproximadamente 3.458.392 ha de la provincia santafesina habían sido puestas al servicio de la colonización, pero señaló que los propietarios de las colonias particulares preferían arrendar la tierra antes que venderla.111 Basada la colo109

ETCHEPAREBORDA, 1978, 11. Mensajes del presidente argentino Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1881 y mayo de 1882, en Mabragaña, tomo IV (1881-1890), 1-64. 111 CARRASCO, 1893; el folleto formaba parte de la «Memoria del Ministerio de Agricultura, Justicia e Instrucción Pública» correspondiente al periodo 1892-1893. El autor consignó las colonias existentes en el departamento Rosario así como el año de fundación y la identidad del fundador: el distrito agrícola Carmen del Sauce (1872), la colonia Nueva España (Luis Petich, 1874), Aguirre (Liberato Aguirre, 1888); Sorrento (Ernesto Brand, 1886), Fischertown (FCCA, 1889), La Florida (Frugoni y Parpaglioni), Villa Gobernador Gálvez (Enrique Mosconi, 1890), Alberdi (José N. Puccio, 1890), Acebal (Amador Acebal, 1890), Nuevo Alberdi (Gregorio Machain y Rafael Escriña, 1891). En el departamento San Lorenzo, Gabriel Carrasco identificó una antigua colonia de 21.599 ha llamada San Lorenzo, creada por el gobierno provincial en 1794, Carcarañá (1869) y Bernstadt (1870), Jesús María (Camilo Aldao), Nueva Italia (Luis Petich, 110

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nización en la inmigración libre, en un país en el «que el desierto nos ahogaba en todas direcciones y que era necesario buscar otros recursos para precipitar la división de la tierra, el aumento del volumen de la inmigración y la población rápida de la primera», Zeballos acabó reconociendo que gran parte de los conflictos sociales de 1912 —uno de ellos el Grito de Alcorta— se debía a la carencia de una política de subdivisión de tierras que hubiese puesto límites a la especulación que las conservaba «incultas, separadas de la vida económica de la república e imposible de ser penetrada por el pequeño capitalista y colonizador directo». La crisis agraria «que agita en estos momentos á gran parte de la república», escribió Zeballos en el crítico año de 1912, es decir, menos de veinte años después de la valoración hecha por Carrasco, «tiene por causa fundamental el fracaso de todos los esfuerzos de colonización para hacer 1871), General Urquiza (Julián de Bustinza, 1875), Clodomira (Bustinza, 1879), San Gerónimo (Paganini, 1884), Colonia Ortiz (1886), Zavalla (1887), Fuentes (Juan Fuentes, 1888), Kirktown (Guillermo Kirk, 1889), Los Paraísos, Rey Umberto (Luis Bianchi, 1890), Ricardone (Natalio Ricardone, 1890), Terrason (Santiago Baumann, 1890), Cisneros (Rufino Escudero, 1891), General Roca (Leguizamón, 1891) y Luis Palacios (Palacios y Escriña, 1891). En relación al departamento Caseros, la Colonia Candelaria (26.998 ha) y Villa Casilda (462 ha), Iriondo (Alfredo de Arteaga, 1876), Arteaga (Alfredo de Arteaga, 1881), General Roca (Leguizamón Hermanos, 1881), Pampa (Fontana y Vicaro, 1882), Toscana (1884), Testamentaría Armstrong (Pascual Chabás, 1885), Santa Celestina (Santiago Masson, 1886), Arequito (Pérez, Freyre y Compañía, 1887), Pellegrini (Benito Castagnino), San José (Santiago Masson) y San José de la Esquina (Gobierno Provincial); La Flor y República (Juan Gödeken, 1888), Los Nogales (C.A. Argentina Col. Tierras, 1889), Nueva Roma (Juan Pescio, 1889), Catalana (Terré Hermanos, 1890), Hansen (Santiago Masson, 1890), Colonia Italiana (Juan Gödeken, 1890), Campo Nuevo (Santiago Masson, 1891), Colonia Pesoa (Pesoa Hermanos, 1891) y Santa Micaela (Diaz Herrera, 1891), Colonia Lago de Como (Juan Gödeken, 1892). En el departamento General López, colonia San Urbano (Genaro Racedo, 1873), Teodolina (Diego Alvear, 1875), Venado Tuerto (1884), La Toscana (José Fernández, 1886), Maggiolo y Piamontesa (Manuel F. Gómez, 1886), Auguier (1887), Rufino (1888), Carreras (Carreras Hermanos, 1888), Carmen, Siete Árboles (Rodeger, 1889), Toledo (Tamburini López, 1889), Cafferata (Juan Gödeken, 1890), Celia (Miguel Torres, 1891), Correa (Correa Hermanos, 1891), Green (R.H.Green, 1891), Santa Natalia (José Fernández, 1891), Bombal (Jorge Bombal, 1892), Alberti o La Fortuna (Alberti y Enrico, 1892), Christophersen (1892), Isasa (Juan B. Rufino, 1892), Loreto (Compañía Argentina de Colonización, 1892), Manuel Torres (Miguel Torres, 1892), Rueda (Miguel Rueda, 1892), San Eduardo, San Pedro (Llamby Campbell, 1892), Valentín Carmelino, Ancalú (Josefina A. Rodríguez, 1893), Carreras (1893). Finalmente, en el departamento Constitución, Villa Constitución (1882), Peirano (M. Peirano, 1891), Alcorta (Juan B. Iturraspe, 1892) y Máximo Paz (1892). Cabe señalar a los efectos de esta obra que Juan Gödeken residía formalmente en Villa Casilda; Información del Banco Inglés del Río de la Plata, Banco Nacional, Banco Británico de la América del Sur, José F. Fernández, Font-Goñi-Cánovas, Juan Gödeken, Rosario, CDICT, Copiador de cartas (mes 4), 1887-1893, ff. 124-126.

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que nuestra voluminosa inmigración se transforme en inmigración propietaria. Esa masa flotante lucha por su destino, por mejorar su condición; si esas masas de colonos fueran propietarias, no se habría producido la crisis». Su propuesta fue romper con la «brillante apariencia de Santa Fe», detrás de la cual se vislumbraba que la tan celebrada prosperidad no era, en realidad, sólida, ya que según Zeballos, «no reposa en la propiedad. Hay allí entre millares de propietarios, millares de ocupantes esclavos de la especulación, hay en Santa Fe mucho del próspero Ohio y mucho de la Irlanda infortunada».112 Mientras esta impresión se generalizaba, Carlos Casado representaba al burgués en ascenso y en proceso de integración al nuevo espacio geográfico.113 Siguiendo a Mario Cerutti,114 Oscar Videla ha definido a la «burguesía rosarina» como un «agente que aprovecha y gesta la extensión de las relaciones capitalistas en una particular coyuntura, y cuya presencia es necesaria y previa a la extensión y consolidación plena del capitalismo», para agregar que «se puede presentar a estos sectores empresariales como la expresión de una burguesía local y urbana, fracción de una regional que se integra a una clase tendencialmente nacional».115 Casado se inscribió en esta tendencia, al tiempo que demostró su preferencia por mantener la condición de súbdito español y vincularse con la colectividad hispana residente en la Argentina. Sus relaciones con la importante comunidad italiana se restringieron a su consolidación como colonizador. Aquella preferencia se manifestó a través del estrecho vínculo que mantuvo con diversos españoles —en su gran mayoría republicanos— que fueron determinantes a la hora de definir la actuación del empresario en la región santafesina y en el Chaco paraguayo. Nos referimos a Rafael Calzada, Manuel Castilla y Portugal, J. Daniel Infante, José Monte, Joaquín Fillol, Eugenio Pérez, Juan de Cominges, o al ingeniero Ignacio Firmat. 112

ZEBALLOS, 1912. Según Sandra Fernández, el sector dirigente rosarino era un grupo que «no poseía trayectoria colonial y era producto de una sistemática y fuerte migración europea que al calor de los cambios económicos y sociales operados en esta urbe había desarrollado en poco menos de dos generaciones, un estatus social y una acumulación económica que la posicionaba singularmente en el espectro nacional. Sin embargo, Rosario era una ciudad que, como sus burgueses, no poseía tradición y jerarquía política; sin fundación, su crecimiento se basó en el aprovechamiento intensivo de su condición de nodo regional y puerto natural en la cresta de la expansión agraria dentro del marco del capitalismo de fines del siglo XIX. Rosario no era sede gubernamental en los niveles nacional y provincial, no había sido capital colonial, no poseía autonomía y su gobierno se encontraba supeditado a distintas injerencias provinciales», FERNÁNDEZ, 2007, 229-230. 114 CERUTTI, 1989; también DÁVILA DE GUEVARA, 1996. 115 VIDELA, 2004, vol. 1, 6-7. 113

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En el periodo de consolidación de la Colonia Candelaria, Casado hizo todo lo posible por garantizar un pleno control del Juzgado de Paz y de la Administración Central. Este entramado permite dar cuenta de la importancia que tendría el control de Villa Casilda como centro urbano de la Colonia Candelaria, como veremos en el capítulo cuatro, según el aprovechamiento de algunas de sus relaciones familiares con los Sastre Aramburu. Consideramos que no debe quedar una imagen demasiado exitosa del emprendimiento del español en la Candelaria: Casado falleció el 29 de junio de 1899 dejando un testamento que fue abierto el 4 de julio de ese año y que permite reconstruir —junto con la posterior liquidación, división y adjudicación de bienes de la testamentaría— el proceso de acumulación de capitales con epicentro en la colonia. La sucesión de Carlos Casado mantuvo el derecho a cobrar los créditos que aparecían en los libros de Villa Casilda, en los que constaban los compromisos de compra por valor de $ 46.431 mn a cuenta de los cuales Casado sólo había recibido $ 11.071,30 mn. J. Daniel Infante identificó un saldo incobrable, «en razón de la antigüedad de los contratos y á la condición de los deudores», de $ 35.359,74 mn. El capital de la familia en la Colonia Candelaria a finales del siglo XIX no superaba los $ 8.000.116 Resulta sugerente, por ello, estudiar el sentido que Infante concedió a la «condición de los deudores» de Casado, muchos de los cuales quedaron, según la documentación casildense, simplemente en la condición de «pobres».

116 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267; Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado Sastre) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900.

CAPÍTULO IV PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

La vía de comunicación que unió la Colonia Candelaria con Rosario fue el Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS), construido a partir de una concesión otorgada a Carlos Casado del Alisal en 1881. Desde que fue inaugurado en 1883, el FCOS abrió una época de prosperidad y progreso acelerado para el departamento San Lorenzo que benefició particularmente a la colonia y a Villa Casilda. Había llegado el momento de reconocer la importancia del centro urbano en la región: una ley provincial del 8 de octubre de 1883 reguló la creación de organismos políticos locales,1 y el 24 de marzo de 1884 el gobierno formalizó la primera Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria. Esta Comisión fue constituida por el presidente José T. Garriz, el tesorero Esteban Simonetta, los vocales Pascual Chabás y Carlos Brebbia y el secretario José Geangean que luego fue sustituido por José Machado.2 Todos ellos eran veci1

Ley provincial del 5 de octubre, promulgada el 8 de octubre de 1883, Roselli, 1939, 383-385. 2 Como hemos mencionado en el capítulo anterior, utilizamos el Libro de Actas de la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria, iniciado el 3 de abril de 1884 y terminado el 3 de noviembre de 1885, que se conserva en el MAHM, y que incluye como documento suelto el acta de la primera reunión celebrada por decreto del Superior Gobierno de la Provincia de fecha 24 de marzo de 1884; la referencia se cita CPL (1884-1885). También se hace uso del Libro de Actas de la Comisión de Fomento de Villa Casilda, constituida el 10 de marzo de 1886, documento conservado en el MAHM que llega al 22 de marzo de 1904 incluyendo un total de 298 actas de reuniones. Las referencias se citan como CF (1886-1904). De acuerdo a estas fuentes documentales, sabemos que el 18 de agosto de 1884 se incorporó el maestro Marcelo Baracco como secretario en las reuniones de la Comisión de Progreso Local, trabajando codo a codo con Pascual Chabás, Carlos Brebbia, José T. Garriz, José Geangean y Esteban Simonetta. Posteriormente, en abril de 1885, fue nombrado secretario José Machado. Se modifican así datos ofrecidos por LAGOS, 1957, 56.

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nos representativos de la localidad: Simonetta, Chabás y Brebbia, por ejemplo, poseían concesiones en la colonia; Garriz se desempeñaba como juez de paz; y Geangean, que trabajaba como maestro, colaboraba estrechamente con la administración central creada por Carlos Casado. En 1885 un decreto subordinó a las Comisiones de Progreso Local santafesinas a la Inspección de Colonias y, por ende, al ejecutivo provincial.3 La entidad valoró positivamente la tarea desarrollada hasta entonces por los organismos locales y sugirió algunos cambios importantes para garantizar su funcionamiento. En ese mismo año se reguló la creación de Comisiones de Fomento en reemplazo de las Comisiones de Progreso Local. Formadas por un máximo de tres vecinos nombrados por el gobierno provincial, las Comisiones de Fomento quedaron en dependencia del Inspector de Colonias que tenía derecho a inspeccionar los libros y pedir informes de sus actividades, y contaron con la colaboración estrecha de los jueces de paz.4 Siguiendo esta normativa, la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria se disolvió en 1886 y fue sustituida por la Comisión de Fomento de Villa Casilda. El gobierno provincial designó a Esteban Simonetta como presidente, a Carlos Brebbia como tesorero, a Ramón Gastañaga como vocal y mantuvo en el cargo de secretario a José Machado.5 Según un decreto fechado el 28 de mayo de 1884 fueron reguladas las funciones de diversas autoridades para que actuaran junto con la Comisión de Fomento. El gobierno provincial designó entonces a Juan E. Vélez como primer subdelegado político;6 a Francisco Troanes como juez lego, y a Edelmiro Lagos como subalcalde de Desmochados. En todos esos años, los sucesos en torno del gobierno local se multiplican: la historia de Casilda está impregnada de conflictos y su singular recorrido hace posible observar cuáles fueron las formas elegidas para organizar la sociedad que iba construyéndose gracias al aporte de cientos de inmigrantes que hasta 1883 llegaban utilizando las tropas de carros y que a partir de esa fecha lo hicieron con el ferrocarril de Casado.7 La población 3 Acta de la reunión de la CF n.º 1, 10 de marzo de 1886, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 4 Ley provincial del 22 de diciembre, promulgada el 28 de diciembre de 1885, ROSELLI, 1939, 385-387. 5 LAGOS, 1957, 33-37, 56; LAGOS, 1975, 53-70. Posteriormente, Esteban Simonetta, Carlos Casado y Víctor Van Zuylen formaron en Casilda la primera Comisión de Distrito Escolar de Candelaria. 6 En 1888 la Comisión de Fomento de Villa Casilda nombró a Amadeo Viola, Actas de las reuniones de la CF n.º 9, 1 de junio de 1886; n.º 47, 25 de abril de 1888; n.º 48, 23 de mayo de 1888, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 7 Llegaban al país una media de cincuenta mil inmigrantes por año: en 1879, por

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de la Colonia Candelaria se estructuró sobre esta base: los libros de actas de los organismos comunales identifican los actores que ayudaron a consolidar el proyecto inversor de los Casado-Sastre. Algunos de los primeros inmigrantes conformaron el grupo de vecinos «distinguidos», «calificados», «prestigiosos», «principales» o «más caracterizados del distrito» —así designados por los libros de actas de la Comisión de Progreso Local y de la Comisión de Fomento—, y se diferenciaron claramente de los simples «vecinos», muchos de los cuales fueron considerados simplemente «pobres».8 Por ello, en el primer apartado se aborda la organización del poder local de Villa Casilda, cabecera del departamento Caseros de la provincia santafesina, a través del análisis de la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria, que funcionó entre 1884 y 1886, y la de Fomento de Villa Casilda, que tuvo más larga vida, entre 1886 y 1907, año este último en que la localidad fue elevada al rango de ciudad, para dar cuenta del grupo que tomó las riendas del poder local casildense y que, en parte, sirvió a los Casado-Sastre como base social en diversos emprendimientos económicos, políticos y judiciales incluso fuera de la Argentina. A lo largo de su vida, Carlos Casado del Alisal se mostró interesado tanto en las actividades financieras como en la inversión en tierras urbanas en Rosario y Casilda. Aunque algunas de las propiedades adquiridas por Casado no llegaran intactas al momento de su muerte, el abogado republicano de origen español J. Daniel Infante estudió todas las mensuras, planos e informes que realizaron diversos agrimensores a lo largo de la vida de Casado para inventariar lo más fidedignamente posible el estado de sus bienes a finales del siglo XX.9 El inventario, que consiste en un extenso expediente de 342 fojas conservado en el archivo de los Tribunales Provinciales de Rosario, brinda información parcial sobre las propiedades urbanas adquiridas a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, que servirían como garantía para la actividad financiera por la que Casado fue conocido como «prestamista», «corredor» y «banquero». El expediente da cuenta de un capital global de $ 5.119.964,38 mn a finales del siglo XIX, monto que durante la partición de bienes efectuada en 1906 reejemplo, se registraron 50.205 extranjeros y al año siguiente 41.651 inmigrantes. Un gran porcentaje elegía el sur santafesino pampeano. Mensaje del presidente argentino Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1881, Mabragaña, tomo IV (1881-1890), 1-30. 8 Actas de las reuniones de la CF n.º 94, 3 de diciembre de 1890; n.º 95, 6 de diciembre de 1890, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 9 Es el caso, por ejemplo, del documento Borradores y cuentas sueltas de los cálculos de la mensura de quintas de Carlos Casado situadas en la calle La Plata, Rosario, departamento Rosario en la provincia de Santa Fe, efectuados por los agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, Rosario, sin fecha, CDICT, caja 6, leg. 205.

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sultó ampliado a $ 5.620.850,49 mn.10 Por ello, el segundo apartado aborda las inversiones en la ciudad de Rosario para estudiar en el tercero los conflictos judiciales afrontados por Casado con diversos propietarios urbanos y la manera en que se resolvieron. Finalmente, en el cuarto apartado se estudian las inversiones inmobiliarias realizadas por el español en Villa Casilda y en la Colonia Candelaria, con el objetivo de observar las estrategias inversoras implementadas particularmente durante las décadas de 1870 y 1880.

4.1.

De la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria a la Comisión de Fomento de Villa Casilda

La primera decisión de la Comisión de Progreso Local del Distrito Candelaria, que fuera creada en 1884, fue adquirir un libro de actas, un libro de patentes y un sello, y enviar una nota al juez de paz, José T. Garriz, pidiéndole información acerca de la extensión territorial sobre la que se suponía que debía ejercer su jurisdicción. Garriz incluyó en su informe la Colonia Candelaria y mencionó como límites más o menos claros los campos de Quintana, Bartolo Borzone, el agrimensor Julián de Bustinza, el comisario del distrito de la Orqueta, Manuel Pesoa, Tomás Leguizamón, el 10 Para reconstruir el capital de la familia Casado-Sastre, se utilizan los siguientes documentos: Expediente de apertura y protocolización del testamento de Carlos Casado, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Rosario, segunda circunscripción judicial, juez Federico Molina, iniciado el 4 de julio de 1899 y sentenciado el 5 de julio de 1899, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 151, que incluye el Acta del encargado del Registro Civil, Ángel Alfonso. Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267, que incluye la actuación de Juan Chávarri del Alisal por la sucesión de su hermano Braulio Chávarri del Alisal, concretamente Herederos de Braulio Chávarri del Alisal, incidente de separación de patrimonio n.º 937; recusación n.º 936; recurso directo de Juan Chávarri del Alisal n.º 2.450; recurso directo de Juan Chávarri del Alisal n.º 2.451, exp. 942; Juan Chávarri del Alisal oponiéndose a partición de herencia y venia para vender. Testimonio de dación en pago otorgado por el albacea de la sucesión de Carlos Casado (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu de Casado, escribano público actuante Arturo Covernton (calle Santa Fe n.º 858, Rosario), Créditos-Quintas y fincas Rosario, Casilda, 1906, MAHM, incluye los terrenos adjudicados a Ramona Sastre por la escritura de hijuela en Argentina y Paraguay. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900.

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río Carcarañá y todo el territorio que había pertenecido al antiguo distrito de Desmochado Afuera.11 En este amplio espacio, la Comisión de Progreso Local asumió la limpieza de las calles, de los jardines y de la plaza principal de la planta urbana, la cual fue diseñada hacia 1873 y bautizada Plaza Carlos Casado. El organismo se encargó también de construir puertas giratorias en las esquinas de dicha plaza y colocó faroles para el alumbrado público; solicitó el diseño de un sistema de desagüe, visitó la escuela casildense, acordó controlar una escuela de niñas, organizó la banda de música y puso en marcha el cementerio público en un terreno que había sido donado por los Casado-Sastre en 1878.12 El nuevo organismo local asumió el cobro de las patentes de rodados y la imposición de multas a los contraventores, tarea que quedó a cargo del tesorero, el italiano Esteban Simonetta. También conchabó un peón que se dedicó a marcar los carros patentados y contrató a Antonio Tapia como primer inspector de patentes. Tapia comenzó a identificar cuanto carro con ruedas encontraba en Casilda con la finalidad de aplicar una multa ya que, de hecho, su salario provenía de la mitad del dinero que cobraba a los contraventores.13 Al mismo tiempo, la Comisión de Progreso Local optó por coordinar sus acciones con la Subdelegación Política y con el Juzgado de Paz para disminuir los conflictos jurisdiccionales que empezaron a producirse precisamente por la patente de rodados: uno de esos conflictos surgió muy pronto, el 17 de junio de 1884, cuando Tapia incautó la volanta de José María Álvarez tras constatar que no llevaba la marca de patente. La Comisión decidió rematar el carruaje, pero pocos días después sus 11 Acta de la reunión de la CPL del 5 de abril de 1884, MAHM, Libro de Actas de la CPL (1884-1885). 12 Indudablemente, formar parte del grupo que controlaba la Comisión de Progreso Local garantizaba, al mismo tiempo, la recepción de información privilegiada y la obtención de beneficios directos: el vocal Carlos Brebbia, sin ir más lejos, pagó de su bolsillo la construcción del alojamiento del sepulturero y a cambio consiguió que se le adjudicara un lote del cementerio público de los que estaban reservados para monumentos. Actas de las reuniones de la CPL del 23 de setiembre de 1884 y 14 de octubre de 1884, MAHM, Libro de Actas de la CPL (1884-1885). Actas de las reuniones de la CF n.º 50, 31 de julio de 1888; n.º 124, 18 de febrero de 1892; n.º 185, 18 de agosto de 1896; n.º 187, 30 de octubre de 1896, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 13 En una oportunidad, por ejemplo, multó a Domingo Bertoletti por circular por Casilda con un carrito sin patente. Bartoletti se dirigió a la Comisión de Progreso Local e informó que ya tenía patentada una jardinera que utilizaba para trabajar y que sólo usaba su carrito «limitadamente y por mayor comodidad en ciertas ocasiones particulares». El organismo comunal acordó no exigir la patente a este tipo de carros y exoneró a Bertoletti; Actas de las reuniones de la CPL del 18 de octubre de 1884; 28 de noviembre de 1884 y 25 de diciembre de 1884, MAHM, Libro de Actas de la CPL (1884-1885).

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miembros se reunieron tras recibir una nota enviada por la Subdelegación Política, que se encargó de tramitar una nota enviada a su vez por la Jefatura del departamento de San Lorenzo, pidiendo información sobre el caso Álvarez. José T. Garriz, en representación del poder local casildense, respondió que «no reconocía a la Subdelegación ni á la Jefatura con jurisdicción para inmiscuirse en sus asuntos, y mucho menos en el que motiva el presente caso», pero no pudo impedir la denuncia de Álvarez ante los Tribunales de Rosario.14 Poco después, en 1885, José T. Garriz abandonó Villa Casilda, la Comisión de Progreso Local y el Juzgado de Paz para irse a vivir al departamento Las Colonias. El ministro de gobierno José Gálvez nombró a José Geangean presidente interino del organismo local. Por esas mismas fechas el gobierno provincial resolvió regular el funcionamiento de las colonias agrícolas y sus organismos políticos.15 La ley provincial de colonias agrícolas del 6 de diciembre de 1885 estableció que quedasen exceptuadas del pago de contribución directa y de patentes por el término de tres años, siempre que su superficie fuese mayor de 25 km2, incluyendo los pueblos surgidos en las estaciones de las vías del ferrocarril. Para garantizar la colonización, además, se acordó que los territorios no se beneficiarían de esta ley hasta tanto no fuesen vendidos en concesiones y transferida la propiedad. El artículo 3 obligó a los propietarios y fundadores de colonias y pueblos a destinar terrenos para templos, escuelas, juzgados de paz, hospitales, lazaretos y plazas públicas, y a dejar libres veinte metros para abrir las calles ubicadas entre manzanas. Por ello, Casado donó los terrenos para construir el Hospital San Carlos, la Iglesia de San Pedro Apóstol, el Club Social y las cuatro plazas que posteriormente serían bautizadas Simonetta (en homenaje al colono italiano Esteban Simonetta), Belgrano, Rivadavia y San Martín (en los tres últimos casos, en honor a los líderes del proceso independentista argentino y de las primeras décadas del siglo XIX).16 14 Actas de las reuniones de la CPL del 17 de abril de 1884; 28 de mayo de 1884; 5 de junio de 1884; 18 de junio de 1884; 21 de junio de 1884; 23 de junio de 1884; 17 de julio de 1884; 18 de agosto de 1884; 3 de setiembre de 1884 y 28 de noviembre de 1884, MAHM, Libro de Actas de la CPL (1884-1885). 15 Ley provincial de colonias agrícolas particulares del 6 de diciembre de 1885, gestión de José Gálvez y Néstor de Iriondo, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox), f. 21. 16 Actas de las reuniones de la CF, n.º 13, 20 de julio de 1886; n.º 39, 30 de abril de 1887, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). Álbum biográfico Departamental de Caseros, Antecedentes históricos de Casilda. Las tradiciones, recopilación hecha por una Comisión de Maestros. Casilda, Cortés Hermanos ed., 1934.

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Al mismo tiempo, la ley 1.112 estableció que las Comisiones de Progreso Local fuesen sustituidas por Comisiones de Fomento: en Casilda, la última reunión de aquel organismo se realizó el 3 de noviembre de 1885 y sus miembros acordaron pedir al FCOS que construyese una alcantarilla entre la calle del «molino chico» y la casa «a la inglesa» que Juan Dam, el gerente de Casado en el Banco Provincial de Santa Fe, había hecho construir en la localidad.17 Ya por entonces, los miembros de la red social de Casado se habían beneficiado junto con él de las posibilidades que abría la ocupación de estos territorios. En 1886 comenzó a funcionar la Comisión de Fomento de Villa Casilda. El gobierno provincial decidió mantener a Simonetta y Brebbia y designó a Gastañaga como vocal. Sus miembros fueron seleccionados por el gobierno provincial entre los vecinos considerados más prestigiosos. Estaban obligados a presentar al Poder Ejecutivo los balances anuales y los comprobantes de su gestión. Geangean entregó al nuevo organismo local la documentación y objetos que conservaba en su poder por haber presidido interinamente la Comisión de Progreso Local, es decir, los certificados de las defunciones, los talonarios del libro de órdenes y patentes, las actas, el sello oficial, un plano de la Colonia Candelaria y otro del cementerio público, 12 faroles, 3 palas anchas, una guadaña, un martillo, una gorra para el capataz y chapas que identificaban a los diversos empleados que trabajaban para el organismo. Gabriel Carrasco nos ha dejado una interesante valoración sobre la naturaleza de este tipo de Comisiones de Fomento al afirmar que «en las municipalidades no se hace (ó más bien dicho, no debe hacerse) política: como en ellas se trata únicamente de administrar los bienes comunes, de fomentar la higiene, de mejorar los caminos...su objeto en fin es manejar la bolsa, á cuya formación todos contribuyen».18 Desde el primer día, la Comisión de Fomento comenzó a hacerse cargo de actividades políticas, lúdicas, sanitarias, económicas y sociales hasta llegar a ser uno de los pilares fundamentales del pueblo junto con las entidades étnicas, la administración central de los Casado-Sastre y la Iglesia parroquial. A lo largo de dos décadas, tuvo a su cargo el control de las obras viales, del alumbrado público y la forestación, así como la limpieza de las plazas y la edificación de casas y tapiales; el control de carruajes y coches; la vigilancia del matadero, de los mercados, del cementerio y de las escuelas; la redacción de ordenanzas sobre impuestos 17 Actas de las reuniones de la CPL del 8 de setiembre de 1885; 12 de octubre de 1885; 18 de octubre de 1884; 9 de febrero de 1885; 2 de marzo de 1885; 25 de abril de 1885; 12 de octubre de 1885; y 21 de octubre de 1885, MAHM, Libro de Actas de la CPL (1884-1885). FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 88. 18 CARRASCO, 1895, 633-639.

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al consumo de animales y producción de pan; la regulación de la prostitución que fue creciendo al compás de la llegada de trabajadores estacionales destinados a la cosecha de trigo; la reglamentación de bailes y rifas; la aplicación obligatoria de pesas y medidas uniformes mediante la colocación de una balanza pública controlada estratégicamente por Carlos Brebbia y por el yerno de Carlos Casado, Manuel Benigno Goñi Coll, y la solución de disputas entre la Comisión de Festejos para el Carnaval y la Comisión de Festejos Carnavalescos, presidida esta última por Antonio S. Maza, quien desde junio de 1899 se convertiría en el administrador de los bienes de la sucesión de Carlos Casado en el departamento Caseros.19 Cabe señalar que de manera explícita Casado consiguió tejer una estrecha malla de relaciones entre el ámbito urbano casildense y el rosarino, facilitando incluso la adquisición de terrenos en ambos espacios a los miembros de su red social. Durante un tiempo esta presión benefició a personajes como Maza. Pero cuando Casado murió, la corporación local, que a regañadientes había permitido a Maza organizar su carnaval particular, ordenó celebrar una única fiesta oficial.20 La amplitud de tareas asumidas por el organismo local no fue acompañada de recursos suficientes para ejecutarlas: en algunos momentos la Comisión se vio forzada a suspender el alumbrado público y los trabajos de conservación de calles y caminos, y optó por obtener recursos mediante la venta de los terrenos para nichos del cementerio tras dividirlos en dos clases respondiendo así a la división socio-económica casildense.21 Casado salió en escasas oportunidades a salvar al poder local de Villa Casilda: a inicios de 1885, por ejemplo, concedió un préstamo de $ 500 a la Comisión de Progreso Local pero no lo hizo a título personal sino a través del Banco Provincial de Santa Fe por él presidido. Al mismo tiempo, Villa Casilda quedó unida a Rosario por el FCOS de Casado, motivo por el cual a partir de aquella fecha tocó a la Comi19 Actas de las reuniones de la CF n.º 2, 15 de marzo de 1886; n.º 3, 29 de marzo de 1886; n.º 4, 31 de marzo de 1886; n.º 5, 28 de abril de 1886; n.º 6, 4 de mayo de 1886; n.º 8, 21 de mayo de 1886; n.º 11, 15 de junio de 1886; n.º 13, 6 de julio de 1886; n.º 14, del 13 de agosto de 1886; n.º 15, 19 de agosto de 1886; n.º 242, 10 de julio de 1900; n.º 247, 26 de octubre de 1900; n.º 281, 17 de agosto de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 20 Actas de las reuniones de la CF n.º 65, 26 de febrero de 1889; n.º 196, 4 de febrero de 1898; n.º 206, 11 de febrero de 1899; n.º 260, 13 de enero de 1902; n.º 271, 21 de febrero de 1903; n.º 290, 27 de enero de 1904, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 21 Actas de las reuniones de la CF n.º 39, 30 de abril de 1887; n.º 204, 24 de diciembre de 1898; n.º 205, 20 de enero de 1899; n.º 239, 21 de mayo de 1900; n.º 255, 14 de junio de 1901, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904).

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sión de Fomento local coordinar los acuerdos con sus directivos, el control de la estación del ferrocarril, el cumplimiento de las normas de higiene y de desagüe, el uso de las barreras en el paso a nivel, la construcción de una vía frente a los graneros, así como la vigilancia de las ampliaciones de la vía férrea. En una ocasión Casado cedió un terreno frente al Bulevar Europa para edificar la sede de la Comisión, a cambio de un permiso para construir parte de las vías (Ilustración 8).22

ILUSTRACIÓN 8. Venta de lotes en la manzana n.º 1 de Villa Casilda con el nombre del comprador, precio por mensualidad, fecha de la escrituración, escribano actuante, MAHM, Libro de Registro de manzanas de Villa Casilda desde el año 1870 hasta el año del fallecimiento de Carlos Casado (1899) y durante la primera mitad del siglo XX en el marco de funcionamiento de la S. A. Hispano-Paraguaya Compañía de Tierras, de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, y de la Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado. 22 Al mismo tiempo, en virtud de que el Ferrocarril Central Argentino (FCCA) recogía trigo del molino de Carcarañá, se le permitió levantar una estación en Villa Casilda con la condición de que construyese con el FCOS una vía de empalme en el pueblo. Se hizo a través de un convenio firmado el 7 de marzo de 1888 entre Henry (Enrique) Fischer por el FCCA, Esteban Simonetta por la Comisión de Fomento, y Eloy Palacios como apoderado general de Casado por el FCOS.

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Finalmente, cuando el FCOS fue adquirido por el FCCA al morir Carlos Casado, la corporación casildense se adaptó a esta nueva situación que no estuvo libre de conflictos: el 29 de octubre de 1903, por ejemplo, comprobó que la empresa férrea británica había invadido la plaza Italia e instalado rieles en la vía pública. La directiva decidió acudir a la plaza en horas de la madrugada para levantar dichos rieles y alambrar todo su perímetro. Solicitó también el auxilio de la autoridad policial y amenazó al FCCA con acudir a la justicia federal en caso de que se negara a retirarse. El gerente del FCCA incumplió la norma de la Comisión, arrancó varios postes y abrió el alambrado de la plaza Italia. Advertida de este hecho, la corporación se dirigió al lugar en compañía de los vecinos Antonio S. Maza y Emilio Tamburini, interrogó al ingeniero de la empresa y denunció el hecho al jefe político.23 Una de las facetas más importantes de la Comisión de Fomento fue la celebración de fiestas «patrias»24 y el Tedeum en la Iglesia Parroquial; para ello asumió la contratación de la banda de música y la obtención de pasajes gratuitos del FCOS para hacer llegar a Casilda a los músicos de la Coral Anselm Clavé. Con la finalidad de construir una identidad nacional «para estímulo de los hijos de esta tierra», la Comisión hizo participar a maestros y profesores casildenses en la colocación de banderas argentinas. Estas celebraciones tampoco escaparon a los conflictos de jurisdicción que se produjeron en la época: en mayo de 1888, por ejemplo, el subdelegado político realizó una suscripción entre los vecinos para conmemorar el inicio de los movimientos independentistas pero olvidó avisar de este hecho al organismo comunal. La Comisión hizo constar en una de sus actas que el subdelegado «no estaba en armonía con esta Comisión para festejar dichas fiestas» y que debía considerar «culpa suya» el posible fracaso de la convocatoria.25 23

Actas de las reuniones de la CF n.º 52, 22 de setiembre de 1888; n.º 58, 4 de diciembre de 1888; n.º 60, 8 de enero de 1889; n.º 75, 5 de setiembre de 1889; n.º 79, 1 de diciembre de 1889; n.º 105, 5 de marzo de 1891; n.º 112, 8 de agosto de 1891; n.º 115, 19 de agosto de 1891; n.º 119, 5 de setiembre de 1891; n.º 143, 17 de noviembre de 1892; n.º 144, 16 de diciembre de 1892; n.º 145, 26 de diciembre de 1892; n.º 189, 25 de marzo de 1896; n.º 191, 22 de mayo de 1897; n.º 195, 25 de enero de 1897; n.º 197, 7 de mayo de 1898; n.º 229, 23 de diciembre de 1899; n.º 251, 31 de enero de 1901; n.º 253, 13 de abril de 1901; n.º 270, 26 de febrero de 1903; n.º 278, 27 de mayo de 1903; n.º 282, 5 de octubre de 1903; n.º 284, 28 de octubre de 1903; n.º 287, 31 de octubre de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 24 Los días 25 de mayo en honor al inicio del proceso revolucionario rioplatense contra el imperio español y los días 9 de julio por la declaración de la independencia de las provincias rioplatenses. 25 Actas de las reuniones de la CF n.º 5, 28 de abril de 1886; n.º 40, 23 de mayo de 1887; n.º 191, 22 de mayo de 1897; n.º 41, 24 de junio de 1887; n.º 42, 8 de julio de

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Mientras tanto, los vecinos de Casilda empiezan a disponer de diversos espacios de sociabilidad:26 a mediados de 1888 la Comisión de Fomento dio la orden de construir un paseo público en el centro del Bulevar Europa, desde el límite sudeste de la plaza Casado hasta el Bulevar Villada. Su objetivo era adornar la localidad pero también ofrecer a la gente del pueblo un lugar de encuentro.27 La Comisión también arboló la zona de la Iglesia, colocó flores, contrató una banda de música, multó a los propietarios de los perros que circulaban sin bozal, reglamentó la venta de alimentos en la vía pública, amonestó públicamente a quienes continuaban con la «fea costumbre de largar agua sucia á la calle», y en líneas generales orientó su accionar a una vigilancia cada vez mayor tanto de la higiene como de las prácticas comunales.28 El gobierno local fue así ampliando sus funciones: se encargó de conceder permisos para instalar la curtiembre de Nicolás Burki,29 la grasería de Santiago Landink, o los mataderos públicos de Tadeo Almada, Francisco Troanes y Ángel Colossio, todas industrias denunciadas por los malos olores que despedían y la contaminación que generaban. De este modo, consolidado el gobierno local, se hizo frente a diversas responsabilidades con la finalidad de establecer nuevas pautas de convivencia: conservación de caminos, exoneración de multas e impuestos, concesión de certificados de defunción y regulación de la higiene pública y de las casas de tolerancia, fueron ámbitos de acción privilegiada de la Comisión de Fomento.30 1887; n.º 48, 23 de mayo de 1888; n.º 164, 17 de mayo de 1893; n.º 170, 20 de mayo de 1894; n.º 180, 8 de julio de 1895; n.º 198, 23 de mayo de 1898; n.º 209, 24 de mayo de 1899; n.º 241, 11 de junio de 1900, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 26 Véase sobre el concepto BERTRAND, 1999; 2000. 27 Los trabajos del Bulevar se acompañaron de la prohibición de dejar animales vacunos y yeguarizos sueltos en la villa y de instalar un quiosco de revistas y libros en la plaza Casado. 28 Actas de las reuniones de la CF n.º 47, 25 de abril de 1888; n.º 50, 31 de julio de 1888; n.º 51, 20 de agosto de 1888; n.º 52, 22 de setiembre de 1888; n.º 53, 5 de octubre de 1888; n.º 54, 25 de octubre de 1888; n.º 55, 2 de noviembre de 1888; n.º 57, 25 de noviembre de 1888; n.º 60, 8 de enero de 1889; n.º 73, 20 de julio de 1889; n.º 81, 27 de diciembre de 1889; n.º 85, 24 de febrero de 1890; n.º 142, 16 de noviembre de 1892; n.º 143, 17 de noviembre de 1892; n.º 169, 18 de marzo de 1894; n.º 207, 1 de marzo de 1899; n.º 276, 4 de mayo de 1903; n.º 279, 16 de abril de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 29 ASCOLANI, 1992, 28-31. 30 Fueron contratados nuevos empleados: un farolero, un sepulturero, el secretario, un auxiliar, un basurero, un inspector de patentes, un capataz, un comisario (elegido entre los vecinos destacados de Casilda como fue el caso de Martín Guimberena quien acabó renunciando para «dedicarse á la carrera de comercio»), y diversos peones encargados de la limpieza de calles, plazas, casas de inquilinato y la estación del ferrocarril.

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Como hiciera la Comisión de Progreso Local, la de Fomento se dedicó a imponer la patente de rodados combinando su actuación con la del resto de las autoridades de la región, en concreto con el juez de paz de la Colonia General Roca y con el subdelegado político, Juan E. Vélez, quien no siempre se mostró dispuesto a cumplir las disposiciones del organismo local.31 La Comisión de Fomento casildense impulsó también la unificación de prácticas entre los órganos comunales de otros distritos al obligar a su homóloga de Acebal a no cobrar la patente a los rodados registrados en la Candelaria con el argumento de que el respeto a los patentados en otra jurisdicción «debía ser de reciprocidad entre todas las Comisiones», o al sostener ante la Comisión de Zavalla que no era «justo que un carro pague dos patentes».32 Finalmente, adaptó sus prácticas a las de otras Comisiones tomando como base la información brindada por el periódico La Voz de las Comisiones de Fomento que se publicaba en el distrito San Carlos Centro. Muy pronto la Comisión de Fomento de Villa Casilda procuró aumentar su jurisdicción territorial y las atribuciones de la subdelegación policial y del Juzgado de Paz, dirigiendo el 7 de junio de 1886 una nota al ministro Juan M. Cafferata en la que hizo referencia a la gran cantidad de quejas recibidas «de todos aquellos que tienen necesidad de concurrir á los juzgados, policía y escuelas, por las grandes distancias que los límites jurisdiccionales les hacen recorrer». La Comisión consiguió que el gobierno aceptara la ampliación de su zona territorial desde el río CarcaActas de las reuniones de la CF n.º 46, 9 de febrero de 1888; n.º 47, 25 de abril de 1888; n.º 52, 22 de setiembre de 1888; n.º 59, 26 de diciembre de 1888; n.º 61, 18 de enero de 1889; n.º 66, 11 de mayo de 1889; n.º 68, 10 de abril de 1889; n.º 76, 30 de setiembre de 1889; n.º 77, 29 de octubre de 1889; n.º 78, 19 de noviembre de 1889; n.º 82, 2 de enero de 1890; n.º 102, 2 de abril de 1891; n.º 106, 15 de marzo de 1891; n.º 127, 7 de marzo de 1892; n.º 146, 1 de enero de 1893; n.º 147, 5 de enero de 1893; n.º 163, 2 de mayo de 1893; n.º 165, 21 de mayo de 1893; n.º 173, 8 de noviembre de 1894; n.º 186, 15 de setiembre de 1896; n.º 217, 22 de setiembre de 1899; n.º 218, 1 de octubre de 1899; n.º 222, 11 de diciembre de 1899, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 31 En una oportunidad, multado por Tapia por no abonar la patente, el propio subdelegado Vélez declaró que, dado que había ofrecido a la Comisión los servicios de su rodado, creía que había sido eximido del impuesto. En otra oportunidad un vecino de Casilda eludió el pago de la patente huyendo a Arequito y la Comisión informó al juez de paz de la zona para que a su vez este último diese el aviso a su homólogo de Arequito. 32 Por este mismo hecho, tuvo que aceptar que los carros patentados en otras colonias circularan libremente por Casilda, manifestando que esta práctica debía ser considerada como «de costumbre». Actas de las reuniones de la CF n.º 17, 10 de octubre de 1886; n.º 74, 25 de agosto de 1889; n.º 104, 4 de marzo de 1891; n.º 155, 19 de febrero de 1893; n.º 184, 20 de junio de 1896; n.º 215, 1 de setiembre de 1899; n.º 239, 21 de mayo de 1900, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904).

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rañá incluyendo la zona rural hasta dar con el camino denominado «de las tropas», dejando a Villa Casilda precisamente en el centro de este amplio espacio para facilitar el acceso de la población a la Iglesia, al consultorio médico y al cementerio. Este ordenamiento urbano exigió una nueva nomenclatura de las calles: la directiva de la Comisión optó por los nombres de los líderes de la revolución de independencia (Manuel Belgrano, el general San Martín), de las décadas organizativas de la nación entre 1870-1880 (Simón de Iriondo, Domingo Faustino Sarmiento, Julio Argentino Roca...), de las provincias argentinas, de centros urbanos de creciente importancia en América (Montevideo y Nueva York), y de las capitales de los países de origen de los inmigrantes casildenses: Roma, Madrid y Berlín. Al mismo tiempo, dado el elevado número de colonos italianos, alemanes, españoles e ingleses, la Comisión reconoció el trabajo realizado por las diversas colectividades de Casilda: según consta en las actas de reuniones, bautizó España a la antigua calle Cafferata, y Humberto I (Umberto Iº) al Bulevar América, en este caso «como un merecido homenaje a la memoria del extinto soberano de Italia y como demostración de confraternidad hacia los súbditos de ese país amigo».33 El homenaje se decidió tras el asesinato del rey italiano a manos de un anarquista en 1900. El 15 de marzo de 1886, la Comisión de Fomento, entonces formada por Esteban Simonetta, Carlos Brebbia y Ramón Gaztañaga, dictó una ordenanza muy amplia que incluyó nuevos impuestos al consumo de animales vacunos, porcinos y lanares; la reglamentación del funcionamiento de las casas de tolerancia con el fin de «no dañar la moral y la higiene y evitar escándalos», la persecución de las «mujeres públicas» que ejercieran su oficio «clandestinamente» a través de una multa o del simple desalojo; la obligatoriedad del pedido de permiso a la Comisión por parte de las personas que quisiesen organizar bailes o edificar una casa... Las personas que quisiesen organizar una rifa también debían abonar a la Co33 Actas de las reuniones de la CF n.º 10, 7 de junio de 1886; n.º 16, 27 de agosto de 1886; n.º 44, 28 de octubre de 1887; n.º 239, 21 de mayo de 1900; n.º 243, 8 de agosto de 1900; n.º 244, 13 de agosto de 1900; n.º 247, 26 de octubre de 1900, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). La colectividad española de Casilda creó el Centro Republicano Español y el Centro Español, convertido este último en 1903 en Asociación Española de Socorros Mutuos. Una primera Comisión formada por José Antonio Piñeiro, Antonio S. Maza, José Seguín y Francisco Balcells se encargó de redactar los estatutos de la Asociación Española de Socorros Mutuos. Su organización definitiva fue obra de una asamblea general realizada el 20 de septiembre de 1903 en los salones del Centro Español, en la que se eligió al santanderino Maza como presidente, a Sixto B. Hernández como vicepresidente, a Piñeiro como tesorero, a Balcells como secretario y a los vocales Carlos Irigoyen y José Seguín. LAGOS, 1957, 37.

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misión el 5% de lo obtenido, además de aceptar que el organismo local vigilase el desarrollo del acto a través de una «persona autorizada». La ordenanza del 15 de marzo de 1886 reguló la obligatoriedad de pagar un impuesto por la utilización de pesas y medidas, y quedó bajo la jurisdicción de la Comisión de Fomento la contratación de una «persona competente» para medir y pesar los alimentos y, particularmente, el trigo cosechado por los colonos. El artículo 6 obligó a los panaderos a marcar el pan y a pagar un impuesto anual, mientras el artículo 8 reguló el pago del alumbrado público por cada puerta-zaguán y por cada puerta principal de negocio.34 Tras hacer pública esta ordenanza, la Comisión reglamentó el ejercicio de la prostitución: el 15 de junio de 1886 publicó una normativa dirigida a las casas de tolerancia prohibiendo su construcción a menos de cuatro manzanas de la plaza Casado,35 y ordenó que quedasen ocultas tras un muro. Se prohibió también la exhibición de las «mujeres públicas» y el uso de «trajes y modales que puedan ofender la moral pública».36 El médico local recibió la orden de visitar las casas de tolerancia de Casilda a cambio de $ 2 mn por prostituta y, según la normativa, un empleado de la Comisión se encargó a partir de entonces de inspeccionar el estado de higiene interior y exterior de las casas de tolerancia, y de confeccionar una lista de las mujeres. En caso de que alguna de las prostitutas se negara a cumplir el reglamento, sería obligada a salir de la casa y a pagar una multa de $ 8 mn. Se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en las casas de prostitución y se responsabilizó a sus dueños de cumplir la normativa «bajo la pena de $ 25 mn de multa por la primera vez, $ 50 mn por la segunda, y el cierre de la casa por la tercera». Finalmente, las personas que regentearan una casa de tolerancia debían obtener previamente una patente.37 De este modo, cumpliendo su propia normativa, en 1887 la corpora34 Acta de la reunión de la CF n.º 2, 15 de marzo de 1886, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 35 Por ese entonces, y por motivos que no fueron mencionados por la Comisión de Fomento, la plaza Casado sufrió diversos actos calificados de «malintencionados» e «incívicos»: fueron destruidos 16 bancos y desaparecieron las cadenas que la adornaban el mismo día en que fueron colocadas. La plaza tenía en sus esquinas molinetes para los transeúntes que fueron conservados por la autoridad comunal hasta inicios del siglo XX. Martín Collino, al servicio de la administración Casado durante dos décadas, se encargó de delinear los jardines. Actas de las reuniones de la CF n.º 43, 25 de setiembre de 1887; n.º 62, 27 de enero de 1889, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 36 Como era usual en la época, las prostitutas debían someterse a un reconocimiento médico semanal pagado por ellas mismas, y a llevar consigo una libreta de sanidad firmada regularmente por el médico designado por el organismo comunal para controlar su estado de salud. 37 Acta de la reunión de la CF n.º 9, 1 de junio de 1886, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904).

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ción forzó el desalojo de un burdel; al año siguiente habilitó al médico a visitar a las prostitutas; posteriormente se hizo eco del reclamo vecinal y clausuró la casa de tolerancia clandestina que funcionaba en una propiedad de Domingo Bertoletti, lugar en el que fue identificado el primer caso de cólera en el año 1886. Precisamente el cólera generó una gran preocupación en el seno de la Comisión de Fomento desde el mismo momento en que comenzó su gestión: esta es la razón de la orden que recibió Celina Ferreira, la regente de una de las casas de tolerancia, de colocar pisos de pino tea en todas las habitaciones, además de refaccionar puertas y ventanas.38 Durante la epidemia de 1886, la Comisión decomisó la fruta procedente de otras colonias, hizo limpiar edificios y prohibió la venta de hielo, además de designar una Comisión para identificar la existencia de enfermos. El yerno de Casado, Manuel Benigno Goñi Coll, por ejemplo, fue el encargado de solicitar los permisos para el tren de carga del FCOS ya que la corporación local prohibió su ingreso a Casilda. El ingeniero español Ignacio Firmat, estrecho colaborador de Casado en la Colonia Candelaria, fue obligado incluso a desalojar la estación del ferrocarril cuando se comprobó que uno de los empleados mostraba «síntomas sospechosos de cólera». La Comisión le pidió que no volviese a repetir «semejante falta» al tiempo que establecía un cordón sanitario para impedir el contagio. Ante el silencio del gobierno provincial y con el argumento de que sería «para beneficio general», la Comisión de Fomento llamó a una reunión extraordinaria de vecinos a fin de discutir las medidas necesarias para frenar el contagio. La reunión se hizo en la oficina de la subdelegación política, pero gran parte del vecindario invitado no asistió. Los tres miembros de la Comisión de Fomento tomaron las riendas y organizaron una casa de aislamiento conectada telefónicamente a la corporación, además de contratar enfermeros, prohibir el entierro de los coléricos en el cementerio público y fumigar el equipaje de los pasajeros que venían en el FCOS. Temerosos de que la epidemia se extendiese a toda la localidad, mantuvieron abiertas las puertas de la oficina día y noche para recibir denuncias de casos de cólera y ordenaron al juez de paz Diógenes Miranda cuidar de los enfermos. Acabado el brote de cólera, en mayo de 38

Actas de las reuniones de la CF n.º 13, 20 de julio de 1886; n.º 14, 13 de agosto de 1886; n.º 34, 31 de diciembre de 1886; n.º 40, 23 de mayo de 1887; n.º 49, 24 de junio de 1888; n.º 52, 22 de setiembre de 1888; n.º 54, 25 de octubre de 1888; n.º 133, 24 de abril de 1892; n.º 196, 4 de febrero de 1898; n.º 277, 14 de mayo de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). Mensaje del presidente Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1887, MABRAGAÑA, tomo IV (1881-1890), 175-208; ÁLVAREZ, 1943, 465.

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1887 la Comisión adquirió cajones baratos para enterrar a los pobres, subvencionó al boticario, entregó alimentos, y repartió camas y colchones entre las familias necesitadas. Posteriormente, la corporación cuidó de una mujer anciana y sola que fue encontrada en Casilda y dirigió una campaña de vacunación gratuita para niños y niñas pobres que luego hizo extensiva a toda la comunidad «sin distinción de clase». Preocupada por la higiene, la directiva encomendó a algunos vecinos la vigilancia de las casas de inquilinato teniendo en cuenta el elevado número de familias pobres que se estaban radicando en la zona.39 El control de la prostitución y de la sanidad también llevó a vigilar a las parteras: Aquilina Gayana, por ejemplo, denunció a la Comisión que algunas mujeres, entre ellas Margarita de Villa y Teresa de Pratto, ejercían el oficio de parteras sin estar munidas del permiso del Consejo de Higiene. La vigilancia de la sanidad reforzó la capacidad policial del organismo local que comenzó a encargarse de comunicar las defunciones por cólera, peste bubónica, viruela y sarampión a la Oficina de Estadística y al juez del crimen de Rosario.40 Los recaudos sanitarios que fue tomando la Comisión de Fomento en aras de «velar por la salud» del pueblo se aplicaron con gran eficacia durante un segundo brote de cólera en 1895 y otro de peste bubónica desatada en el Paraguay en el año 1900 que amenazó con llegar a Argentina. En el primer caso, reabrió el lazareto, contrató a los médicos Justino de Falabella y Severiano Lorente, y ordenó a los dueños de las máquinas trilladoras no dar de beber agua de los pozos a los peones temporeros, sino «mate o agua cocida».41 En el se39 En una oportunidad, por ejemplo, Ignacio Firmat informó a Simonetta que un centenar de temporeros llegado a Casilda sería alojado en un galpón alquilado por el FCOS. Actas de las reuniones de la CF n.º 18, 7 de noviembre de 1886; n.º 19, 8 de noviembre de 1886; n.º 20; 9 de noviembre de 1886; n.º 21, 9 de noviembre de 1886; n.º 22, 12 de noviembre de 1886; n.º 23, 13 de noviembre de 1886; n.º 24, 14 de noviembre de 1886; n.º 25, 15 de noviembre de 1886; n.º 26, 16 de noviembre de 1886; n.º 27, 9 de noviembre de 1886; n.º 29, 26 de noviembre de 1886; n.º 30, 27 de noviembre de 1886; n.º 31, 28 de noviembre de 1886; n.º 32, 12 de diciembre de 1886; n.º 33, 21 de diciembre de 1886; n.º 34, 31 de diciembre de 1886; n.º 35, 5 de enero de 1887; n.º 36, 20 de enero de 1887; n.º 40, 23 de mayo de 1887; n.º 41, 24 de junio de 1887; n.º 42, 8 de julio de 1887; n.º 45, 29 de diciembre de 1887; n.º 101, 13 de marzo de 1891; n.º 116, 22 de agosto de 1891; n.º 147, 5 de enero de 1893; n.º 156, 27 de febrero de 1893, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 40 Actas de las reuniones de la CF n.º 59, 26 de diciembre de 1888; n.º 60, 8 de enero de 1889; n.º 62, 27 de enero de 1889; n.º 63, 10 de febrero de 1889; n.º 77, 29 de octubre de 1889; n.º 84, 11 de febrero de 1890; n.º 141, 29 de setiembre de 1892; n.º 147, 5 de enero de 1893, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 41 Actas de las reuniones de la CF n.º 175, 10 de enero de 1895; n.º 176, 21 de enero de 1895; n.º 177, 11 de marzo de 1895; n.º 178, 15 de marzo de 1895; n.º 180, 8

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gundo caso, la Comisión de Fomento dispuso la limpieza de habitaciones y conventillos en los que se alojaban los temporeros y los pobres; en la sede de la Sociedad Italiana nombró una Comisión de Higiene encargada de determinar la distancia entre los pozos de agua potable y las letrinas, con la finalidad de clausurar los que se encontraban a menos de quince metros de las viviendas. La Comisión de Higiene fue formada por los «vecinos principales» o «más caracterizados del distrito» de Casilda, algunos de los cuales colaboraron con Casado en calidad de testigos en diversos juicios contra los colonos de la Candelaria.42 de julio de 1895; n.º 268, 9 de enero de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 42 Destacaron Carlos y Bautista Sauberan —propietarios de graneros Sauberán y Compañía—, Anselmo Soto, José A. Martí, Nicolás Raffo —primer jefe de la estación del FCOS—, Manuel Funes, Andrés Laredo, Carlos Ponti, Tadeo Almada —subdelegado político—, Antonio S. Maza —representante de Casado en el departamento Caseros—, José María Buceta, Pablo Hernando, Martín Imizcoz, Ponciano Culasso, José Antonio Piñeiro, Galmarino Hermanos, Saccone y Ascorrey, José Ronzoni, Emilio Parma, Ventura Palacios, Pedro Vergara, Martín Collino, Juan Coda, Ángel Bola, Fulgencio González, Joaquín Mendoza, el administrador Francisco Casado, Manuel Gómez, Nicolás Mazza, Bernardo B. Laborde, B. Noguerol, Aquiles Tamburini, Emilio Werner —del molino «Fénix» y de la suministradora de alumbrado eléctrico Werner y Compañía—. También diversos miembros de la Comisión de Fomento tales como Bartolomé Borzone —propietario de un almacén de ramos generales—, Luis Masetti, Emilio Loudet, Pedro Guimberena, el acopiador Carlos Brebbia, Bartolomé Geangean, Santiago Pescio, José Ràfols, Constantino Simonetta, José Echeverría, Felipe Zanoni, Juan Crenna —cuyo escritorio estaba ubicado al lado de la Jefatura Política—. Actas de las reuniones de la CF n.º 192, 23 de julio de 1897; n.º 214, 15 de agosto de 1899; n.º 238, 19 de mayo de 1900; n.º 242, 10 de julio de 1900, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). Algunos de estos actores se unieron puntualmente para garantizar la labor comunal, como por ejemplo con el empréstito concedido a la Comisión de Fomento para mantener la limpieza de las calles de la localidad, o la ayuda concedida para arreglar caminos vecinales, el puente sobre el Arroyo Saladillo y los alambrados. Actas de las reuniones de la CF n.º 86, 9 de mayo de 1890; n.º 87, 19 de mayo de 1890; n.º 91, 15 de julio de 1890; n.º 92, 16 de julio de 1890; n.º 93, 17 de setiembre de 1890; n.º 94, 3 de diciembre de 1890; n.º 95, 6 de diciembre de 1890; n.º 96, 12 de febrero de 1891; n.º 97, 20 de febrero de 1891; n.º 100, 12 de marzo de 1891; n.º 101, 13 de marzo de 1891; n.º 113, 13 de agosto de 1891; n.º 125, 6 de marzo de 1892; (ese día la Comisión se reunió dos veces); n.º 162, 31 de marzo de 1893; n.º 194, 15 de noviembre de 1897; n.º 198, 23 de mayo de 1898; n.º 199, 30 de julio de 1898; n.º 201, 24 de octubre de 1898; n.º 202, 12 de octubre de 1898; n.º 203, 10 de diciembre de 1898; n.º 207, 1 de marzo de 1899; n.º 216, 15 de setiembre de 1899; n.º 220, 1 de abril de 1900; n.º 222, 11 de diciembre de 1899; n.º 225, 26 de enero de 1900; n.º 231, 4 de abril de 1900; n.º 232, 5 de abril de 1900; n.º 233, 6 de abril de 1900; n.º 234, 12 de abril de 1900; n.º 235, 14 de abril de 1900; n.º 236, 1 de mayo de 1900; n.º 242, 10 de julio de 1900; n.º 249, 8 de noviembre de 1900; n.º 253, 13 de abril de 1901; n.º 258, 4 de octubre de 1901; n.º 295, 1 de mayo de 1904, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904).

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La Comisión de Fomento hizo frente a las denuncias por corrupción que algunos vecinos presentaron contra sus miembros, en concreto contra el secretario Machado, los inspectores de patentes y el comisario, que cobraron impuestos y multas sin registrarlos en los libros. Su sustitución siempre se decidió en mérito a la necesidad de dar «un ejemplo a los demás empleados para que desempeñen sus cargos a su debido tiempo y con honradez». Al mismo tiempo, la Corporación asumió la tarea de delimitar sus atribuciones respecto del resto de las autoridades locales: el juez de paz, el subdelegado político o la Comisión de Fomento de Nueva Roma.43 Esta evolución condujo a una actuación cada vez más personalista del presidente, que tomó a su cargo el control de diversos ámbitos, entre ellos el de la producción de pan tras recibir una queja de los vecinos acusando a los molineros (uno de ellos Emilio Werner que junto con Bazet Hermanos y Laplace y Compañía establecería la primera línea telefónica como parte de la Empresa Unión Telefónica del Río de la Plata) de vender la harina a un precio mayor que en otras colonias y por bolsas enteras. En este caso, la Comisión determinó que «como la mayoría son pobres que no tienen el valor de lo que vale una bolsa entera hay los que no pueden dar el pan á los chicos por no poderse comprar la harina por kilos». El presidente juzgó el proceder de los molineros de inhumano «tratándose en momentos como el presente que la crisis está en su apogeo que en lugar de ayudar alivianar la mala situación de los pobres, ellos se confabulan para especular sobre el hambre de los más menesterosos» y ordenó a los molineros a vender «la harina al precio que se vende en otras partes que es hasta vergüenza donde hay tres molinos trabajando hay que pagar la harina dos pesos más que donde no hay molinos». Otra denuncia vecinal acusó a los panaderos de vender el pan «demasia43 La localidad Nueva Roma fue disuelta al ser incorporada a Casilda. Actas de las reuniones de la CF n.º 59, 26 de diciembre de 1888; n.º 65, 26 de febrero de 1889; n.º 66, 10 de abril de 1889; n.º 68, 11 de mayo de 1889; n.º 69, 7 de mayo de 1889; n.º 82, 2 de enero de 1890; n.º 84, 11 de febrero de 1890; n.º 85, 24 de febrero de 1890; n.º 98, 20 de febrero de 1891; n.º 99, 2 de marzo de 1891; n.º 102, 2 de abril de 1891; n.º 103, 2 de mayo de 1891; n.º 106, 15 de marzo de 1891; n.º 109, 1 de julio de 1891; n.º 149, 17 de enero de 1893; n.º 150, 18 de enero de 1893; n.º 153, 24 de enero de 1893; n.º 155, 19 de febrero de 1893; n.º 156, 27 de febrero de 1893; n.º 157, 4 de mayo de 1893; n.º 158, 9 de marzo de 1893; n.º 160, 22 de marzo de 1893; n.º 161, 27 de marzo de 1893; n.º 200, 20 de setiembre de 1898; n.º 215, 1 de setiembre de 1899; n.º 225, 26 de enero de 1900; n.º 226, 8 de febrero de 1900; n.º 253, 13 de abril de 1901; n.º 278, 27 de mayo de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). Casado fue uno de los vendedores del terreno al fundador de Nueva Roma, Juan Pescio, véase Escritura de venta de Carlos Casado a Juan Pescio, 5 de abril de 1886, de una propiedad en la sección B de Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Antonio Ferrer y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril).

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do caro». La corporación local se reunió con los fabricantes de pan, los cuales argumentaron que habían intentado vender «una clase de pan más ordinario y á un precio más acomodado» pero que casi nadie lo compraba. Señalaron que había «un panadero que elabora el pan sistema italiano y lo vende a $ 0,30 por kilo y son muy pocos los que lo compran prefiriendo el pan hecho á la francesa á $ 0,35».44 Las diferencias de clase y las denuncias por especulación se hicieron presentes en Casilda. La «formación de hombres decentes», según consta en las actas de las reuniones, fue asumida por la Comisión de Fomento como una tarea fundamental de su gestión; además de vigilar el funcionamiento de las escuelas, respondió al proyecto del gobierno de formar especialistas en la actividad agrícola. En efecto, en 1886 el presidente Julio Argentino Roca dirigió un mensaje al Congreso argentino en el que se manifestó proclive a fomentar la producción agrícolo-ganadera encomendando al Departamento de Agricultura la formación de agrónomos competentes mediante un plan de enseñanza específico. A finales del siglo XIX, la Colonia Candelaria ya era conocida por su enorme producción de cereales. Por ello no sorprendió que fuese Villa Casilda el lugar elegido para construir una escuela práctica agrícolo-ganadera con el apoyo del Ministerio de Agricultura. La Comisión de Fomento y otros vecinos casildenses comenzaron a gestionar la construcción de esta escuela. En compañía del jefe de la División de Enseñanza Agrícola de la Dirección de Agricultura y Ganadería, el ingeniero agrónomo Enrique M. Nelson, eligieron una quinta de árboles frutales de 100 ha de superficie para destinarla a la nueva institución educativa. Los llamados «vecinos principales» se reunieron en el Club Villa Casilda y tras mantener un largo debate decidieron entregar la mitad de los $ 36.000 que hacían falta para el edificio, esperando que el resto fuese cubierto por el gobierno nacional. Una comisión específica presidida por Emilio Werner y formada por Carlos Sauberan, Pablo Hernando, Antonio S. Maza, Carlos Brebbia, Bartolo Borzone y Ponciano Culasso se encargó de recolectar fondos entre los vecinos. Al mismo tiempo, la corporación local se comprometió a devolver el 75% del importe total en el término de cinco años que era el tiempo que calculaban que tardarían en abrir las puertas de la Escuela Nacional de Agricultura.45 44 Actas de las reuniones de la CF n.º 123, 3 de febrero de 1892; n.º 193, 21 de agosto de 1897; n.º 194, 15 de noviembre de 1897; n.º 278, 27 de mayo de 1903; n.º 285, 29 de octubre de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 45 Mensaje de Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1886, MABRAGAÑA, tomo IV (1881-1890), 147-174; Actas de las reuniones de la CF n.º 46, 9 de febrero de 1888; n.º 65, 26 de febrero de 1889; n.º 147, 5 de enero de 1893; n.º 148, 7 de enero de 1893; n.º 156, 27 de febrero de 1893; n.º 181, 1 de noviembre de 1895; n.º 183, 20 de marzo de 1895; n.º 188, 10 de enero de 1897; n.º 189, 25 de marzo de 1897; n.º 211,

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La importancia de experiencias educativas como ésta se verifica en el mensaje que el presidente Julio Argentino Roca dirigió al Congreso en 1903. Roca incluyó en su alocución referencias a las investigaciones geográficas y geológicas y a la enseñanza agrícolo-ganadera que se estaban implementando en el país para asegurar la producción y el comercio argentinos. Además de promocionar la ocupación de la Patagonia a través de colonias ganaderas, Roca proclamó la urgencia de una política sanitaria para garantizar la apertura permanente de los puertos británicos al ganado argentino así como la colonización de las «tierras de los cereales» (que entre 1893 y 1903 habían aumentado de tres millones a ocho millones de hectáreas). El presidente indicó que la atención a la enseñanza agrícolo-ganadera había permitido fundar las escuelas secundarias de Villa Casilda —localidad que había visitado en 1883 durante su primer ejercicio presidencial— y de Córdoba, ambas destinadas a formar peritos y directores de establecimientos agrícolas, así como las escuelas primarias de Tucumán, San Juan, Las Delicias, Bella Vista y Posadas. «La difusión de los conocimientos técnicos y la enseñanza integral», concluyó Roca, «son indispensables para el aprovechamiento de las condiciones favorables de nuestro clima y nuestro suelo».46 Al cerrar su ciclo presidencial en 1904, Roca manifestó que «no hay una sola región del país, por apartada que esté, en la cual no se haya inaugurado o no esté en vías de construcción, una escuela primaria ó superior, ó de enseñanza agrícola, un ferrocarril, un camino, un puente, un puerto, una línea telegráfica, un hospital, un cuartel...».47 El sustituto de Roca, Manuel Quintana, heredó el optimismo de su antecesor: si en 1895 la extensión total sembrada en el país ascendía a 4.892.005 ha, en 1905 eran 12.000.000 ha las destinadas a producir básicamente trigo, lino y maíz. Quintana afirmó que uno de los factores principales de ese crecimiento había sido la enseñanza agrícola especializada.48 Villa Casilda era así un modelo a seguir en todo el país. Como hemos dicho, en 1907 fue elevada al rango de ciudad.49 Las Comisiones 2 de julio de 1899; n.º 213, 1 de agosto de 1899; n.º 214, 15 de agosto de 1899; n.º 216, 15 de setiembre de 1899; n.º 219, 5 de noviembre de 1899; n.º 221, 6 de diciembre de 1899; n.º 224, 5 de enero de 1900; n.º 228, 18 de marzo de 1900; n.º 269, 24 de enero de 1903, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). TOSTICARELLI, 1969, 16. 46 Mensaje de Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1903, MABRAGAÑA, tomo VI (1901-1910), 45-68. 47 Mensaje de Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1904, MABRAGAÑA, tomo VI (1901-1910), 69-110. 48 Mensaje de Manuel Quintana al Congreso Nacional, mayo de 1905, MABRAGAÑA, tomo VI (1901-1910), 111-154. 49 Ley 1.368 del año 1907, Roselli, 1939, 391-401.

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de Progreso Local y de Fomento habían articulado hasta entonces de manera exitosa la representación hacia el exterior, es decir, ante los gobiernos nacional y provincial, las Comisiones de Fomento de colonias o pueblos vecinos, la Intendencia rosarina o la Oficina de Estadística, y hacia el interior de la colonia, en su relación con vecinos, transeúntes, jueces de paz, subdelegados políticos, el jefe político local, el administrador, los directivos del FCOS, entre otros, consiguiendo imponer el orden local. A inicios del siglo XX Casilda se erigía como un importante centro urbano. En 1901 los miembros de la Comisión de Fomento utilizaron por primera vez el término «oficina comunal» para referirse al organismo.50 El agrimensor José Berizzo se encargó de estudiar y medir la Villa que fue declarada ciudad en 1907.51 Un año después el líder político Lisandro de la Torre (hijo), fundador del partido político santafesino Liga del Sur, propuso reconocer el voto de los inmigrantes y otorgar la autonomía a dos ciudades, Rosario y Casilda, concediéndoles la posibilidad de elegir a sus intendentes. Este cambio favoreció a los herederos de Casado que vieron aumentar el valor de sus bienes en la zona.

4.2.

El republicano J. Daniel Infante en la familia Casado-Sastre: los indicios de un inventario de bienes

Casado falleció el 29 de junio de 1889 a los 67 años. Su médico, el doctor Ignacio J. Firmat, certificó que había sufrido un síncope cardiaco. El diagnóstico fue refrendado por el acta de defunción n.º 115 levantado por Ángel Alfonso y Tomás Cáceres, encargado y secretario, respectivamente, del Registro del Estado Civil, quienes consignaron en sus libros la comparecencia del abogado J. Daniel Infante, que tenía 34 años de edad en ese entonces, declarando que Casado, de nacionalidad española y de profesión rentista, había fallecido a las dos de la mañana en su domicilio y que ignoraba si dejaba alguna disposición testamentaria. En esta oportunidad, Infante llevó consigo a dos testigos, al español José Cardona, «de estado viudo y de profesión empleado», y al argentino Enrique P. Olivé, de 36 años de edad, «de estado soltero y de profe50

Actas de las reuniones de la CF n.º 251, 31 de enero de 1901; n.º 274, 27 de abril de 1903; n.º 296, 14 de mayo de 1904; n.º 297, 22 de marzo de 1904, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 51 La regulación de las Comisiones de Fomento puede verse en la ley del 1 de febrero, promulgada el 5 de febrero de 1895, y el decreto reglamentario, Roselli, 1939, 387-391. También la ley de emergencia 1.027, del año 1900, y la ley 1.368, de 1907, ROSELLI, 1939, 391-401.

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sión empleado».52 De este modo se cerraba simbólicamente el universo de relaciones hispano-argentinas que había rodeado al empresario a lo largo de su vida. El 4 de julio de 1899 el hijo primogénito de Casado y de Ramona Sastre Aramburu, Carlos Mateo, convocó al escribano Inocencio Bustos a la casa familiar ubicada en los altos del número 1.172 de la calle Buenos Aires en la ciudad de Rosario.53 La vivienda estaba hipotecada por valor de $ 19.000 os a favor de la Argentine Land and Investment Company, a un interés del 9% anual y con un primer vencimiento estipulado para el año 1903. La casa había sido construida en un terreno de casi 600 m2, entre las calles San Juan y Mendoza, que los Casado-Sastre compraron en mayo de 1895 a Carlos María Palacios, utilizando los servicios del notario Javier Munuce.54 En la reunión con Inocencio Bustos se hallaban presentes, además de Carlos Mateo, su madre Ramona, sus hermanos varones José, Pedro y Alberto, y su cuñado, Manuel Benigno Goñi Coll, que había contraído matrimonio con Casilda Casado Sastre en 1889. El primogénito informó a Inocencio Bustos haber hallado entre los papeles de su padre un sobre cerrado sin lacrar con la inscripción «Propiedad exclusiva particular de Carlos Casado. Sólo se abrirá en caso de muerte y deberá ser abierto delante de tres personas de mi familia, C. C.».55 El escribano público levantó un acta en la que señaló que en la reunión estaban presentes más de tres personas de la familia, las cuales deseaban «enterarse del contenido del sobre para los efectos que hubiese lugar». Bustos abrió el sobre en presencia de todos los concurrentes y encontró dentro «otro sobre cerrado, lacrado, con la inscripción Testamento Ológrafo (sic Hológrafo). Sellado lacre negro y sello antiguo de mi familia que tiene casas y una palma en el centro, C. C.», siglas que hacían alusión a Carlos Casado. En cumplimiento de las normas de sucesión, los 52 Expediente de apertura y protocolización del testamento de Carlos Casado, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Rosario, segunda circunscripción judicial, juez Federico Molina, iniciado el 4 de julio de 1899 y sentenciado el 5 de julio de 1899, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 151, que incluye el Acta del encargado del Registro Civil, Ángel Alfonso. 53 Cabe señalar que Casado había vendido a Inocencio Bustos una propiedad en la Colonia Candelaria años antes; véase Escritura de venta por valor de $ 100 mn de Carlos Casado a Inocencio Bustos, 17 de mayo de 1886, de un terreno en Villa Casilda, testigos Alberto Arrué y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 54 Por esas fechas, la Argentine Land and Investment poseía terrenos en San Jerónimo que habían quedado en gran parte en manos de Carlos Casado, propietario de Las Estacas. Información suelta sobre las propiedades de la empresa, CDICT, Copiador de cartas (mes 8), t. 6, agosto de 1895 a setiembre de 1903, f. 751-752. Véase el capítulo dos. 55 LAGOS, 1975, 59.

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Casado-Sastre protocolizaron el testamento y lo presentaron al Juzgado de la Cuarta Nominación de Rosario. Carlos Mateo se encargó de elegir las personas que debían acompañarle en los meses siguientes para hacer un recuento de los bienes familiares. Designó también a tres actores muy vinculados a la familia: su tío Benjamín Sastre Aramburu; el abogado republicano J. Daniel Infante; y el tesorero-contador Juan María Bigorday.56 La enorme actividad desplegada por J. Daniel Infante muestra su importancia en el seno de la familia Casado-Sastre incluso después de la desaparición física del empresario español. Infante había nacido en 1863 en Osorno, un poblado español cercano a Villada de donde era originario Carlos Casado. Estudió abogacía en Palencia, Valladolid y Madrid, ejerció de periodista y colaboró con los republicanos hasta que se radicó en Rosario de la mano de Casado, a quien conoció durante una visita que el empresario hizo a Villada (España) en 1888, dos años después de la muerte de su hermano, el pintor José Casado del Alisal. Carlos Casado había convocado un premio en honor a su hermano y fue además recibido con gran entusiasmo por la población local debido a las remesas de dinero que había enviado todos esos años desde Argentina para garantizar el funcionamiento del asilo-hospital, de las instituciones de caridad y de la Iglesia de Villada.57 José Casado del Alisal, por su parte, había estudiado en la Escuela de Artes y Oficios palentina y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dedicándose a la pintura en Madrid bajo la dirección de Federico de Madrazo.58 Vivió en París, Roma, Nápoles, Milán, Venecia y Madrid, y fue considerado uno de los más grandes exponentes de la generación del romanticismo español de la segunda mitad del siglo XIX, ya que practicó tanto la pintura de género histórico como el retrato.59 En 1855 obtuvo, junto con otros artistas españoles que formaron la joven 56 Bigorday fue durante las últimas dos décadas del siglo XIX una de las personas de máxima confianza del español, figurando en 1886 como primer comprador de gran parte de las tierras del Chaco paraguayo adquiridas por la familia Casado-Sastre. 57 En ese momento, la antigua calle Villalón fue bautizada Carlos Casado del Alisal, y la calle llamada hasta entonces «de la Soledad» recibió el nombre de José Casado del Alisal, denominaciones hoy vigentes. 58 José Casado del Alisal ostentaba el mayorazgo y los títulos de hidalguía conservados por la familia desde el siglo XV. CHAPARRO, 1941, 122-136; CUTOLO, 1969, 175; TOSTICARELLI, 1969, 5; LAGOS, 1949, 16; BORRINI, 1997, 48-49; LANCIOTTI, 2004, vol. 2, 214. En realidad, Carlos Casado siempre se valió del estatus que gozaba su hermano José. Sabemos que incluso fue el primero en introducir pinturas de El Greco en Rosario, lo que evidencia que el mundo artístico nunca le fue indiferente. 59 PORTELA SANDOVAL, 1986, 19; BECERRO DE BENGOA, 1886.

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generación de 1857 (Luis Álvarez Catalá, Dióscoro Teófilo de la Puebla o Antonio Gisbert, quien retrató a José Casado en 1858), una pensión para estudiar en Roma; allí pintó un lienzo titulado Resurrección de Lázaro. Obtuvo una medalla en la Exposición Nacional de 1860 por su primera gran obra titulada Los últimos momentos de Fernando IV el Emplazado, evento en el que también presentó Un prisionero y Semíramis en el infierno de Dante. José Casado del Alisal pintó La Rendición de Bailén el 19 de julio de 1808, conocida también como La Capitulación de Bailén, exhibida con gran éxito en la Exposición Nacional de 1864 y por la que obtuvo una medalla de primera clase además de recibir el título de Pintor Honorario de Cámara de la reina Isabel II. Hacia 1878, José era ya considerado un artista destacado, tanto que Benito Pérez Galdós, en Arte y Crítica, lo valoraría como uno de los más brillantes de la España moderna.60 Portela Sandoval enumeró las pinturas de José Casado del Alisal que están localizadas y otras que se encuentran en paradero desconocido.61 En Madrid se encuentra la mayor parte de su obra. El Salón de Sesiones del Congreso de los Diputados, por ejemplo, está presidido por un tapiz con el Escudo de España bajo dosel y, a cada lado, dos esculturas en mármol de Carrara que representan a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Al costado está el óleo sobre lienzo titulado El juramento de las Cortes de Cádiz, el cual describe la sesión en la que los diputados juraron su cargo en la misa del Espíritu Santo en la Iglesia de San Pedro y San Pablo en San Fernando, Cádiz, y que el gobierno encargó a José Casado del Alisal para la Exposición del año 1862, concediéndole posteriormente la Encomienda de Isabel «La Católica». En el Congreso están también los retratos que el pintor hizo al General Espartero (Joaquín Baldomero Fernández Álvarez Espartero, Duque de la Victoria, cuyo boceto está en el Museo Romántico), Alejandro Món y Menéndez, Antonio Alcalá Galiano, Práxedes Mateo Sagasti y Escolar; y del fundador del Partido Progresista, Joaquín María López.62 A su vez, en el Palacio del Senado están Los últimos momentos de Fernando IV, el Emplazado; Los Dos Caudillos (Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán, encontrando al día siguiente de la batalla de Ceriñola el cadáver de su enemigo el Duque de Nemours); y el Primer Boceto de La Campana de Huesca. En el Palacio Real de Aranjuez encon60

PÉREZ GALDÓS, 1923. Véase el catálogo provisorio de José Casado del Alisal elaborado por PORTELA SANDOVAL, 1986, 67-160; también la identificación de obras en paradero desconocido, 161-179. 62 CASAS DÍEZ, 1976, 134-139. 61

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tramos el cuadro Isabel II en traje de Corte, así como los retratos de Isabel II, Francisco de Asís y Alfonso XII, Príncipe. El Palacio Real también conserva el lienzo Zaida, la favorita, y el retrato del rey Alfonso XII. En el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se hallan La resurrección de Lázaro y El hallazgo de Moisés. El Ministerio de Industria y Energía contiene en el depósito del Museo del Prado la obra La tirana (una maja); y el propio Museo del Prado incluye el Retrato de una Dama francesa; La Rendición de Bailén, que fue adquirido por Isabel II en 1864, estuvo en el Palacio Real hasta que el rey Alfonso XIII lo donó en 1921 al extinto Museo de Arte Moderno. El Casón del Buen Retiro del Museo del Prado guarda el Retrato de señora con mantilla blanca así como Dama con abanico. En la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid están Un prisionero (hombre encadenado o un esclavo), y Semíramis en el infierno de Dante. La Basílica de San Francisco el Grande incluye La aparición de Santiago en Clavijo y también La consagración de la orden de Santiago por el Papa Alejandro III en Roma. El retrato de Antonio Cánovas del Castillo se halla en la Real Academia de la Historia de Madrid, ciudad en la que una colección particular guarda Flora, La primavera, y el retrato de José Abascal y Carredano. Finalmente, el Ateneo Científico, Artístico y Literario de Madrid guarda tres retratos, el de José de Moreno Nieto, el de Ramón de Mesonero Romanos, y el del Marqués de Molins. El Ayuntamiento de Villada, por su parte, conserva El Pueblo de Madrid en la Revolución de 1868, y la Diputación Provincial de Palencia contiene diversos cuadros: Cabeza de hombre, el Boceto para Hombre encadenado y el de Los últimos momentos de Fernando IV, el Emplazado, el de La Jura de la Constitución por el Rey Amadeo de Saboya, y el segundo boceto de La Campana de Huesca; también Dos soldados, Caballos, Estudio de caballos para Los Dos Caudillos, Tres Retratos femeninos, Paisaje; y Paisaje y cabeza de hombre. José Casado pintó también El trascoro de la catedral de Palencia y Los devotos de San Antolín en la catedral de Palencia.63 A su vez, en otras ciudades españolas existen diversos lienzos, obra de José Casado del Alisal: en el Ayuntamiento de Huesca, por ejemplo, la obra La leyenda del Rey Monje, conocida también como La Campana de Huesca,64 que fue confeccionada en honor al rey de Ara63

CASAS DÍEZ, 1976, 134-139. De octubre de 2007 a abril de 2008 este cuadro, junto con La Rendición de Bailén el 19 de julio de 1808, formó parte de la exposición «El siglo XIX en el Prado» que se realizó en el Museo del Prado y que incluyó 95 pinturas y 12 esculturas que originariamente se encontraban en el Casón del Buen Retiro. Entre los artistas más destacados figuran, además de José Casado del Alisal, Federico Madrazo, Eduardo Rosales y Antonio Gisbert. 64

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gón, Ramiro II, y presentada al público en la Exposición Nacional de Madrid de 1881.65 Portela Sandoval menciona la existencia de un cuadro en una colección particular de Buenos Aires en el que aparece Casilda, hija de Carlos Casado del Alisal y Ramona Sastre Aramburu, pintada por José Casado del Alisal en Biárritz en 1870. La imagen fue llamada Las dos olas por Gustavo Adolfo Bécquer, amigo del pintor, quien la reprodujo en La Ilustración de Madrid. A la muerte de Bécquer, fue José Casado uno de los encargados de recoger y publicar en 1872 el primer capítulo de las Rimas,66 además de dejarnos un dibujo titulado Cabeza Yacente de Gustavo Adolfo Bécquer. Encontramos también el lienzo Un trovador en el Museo de Bellas Artes de Córdoba; y el retrato de Víctor Balaguer en el Museo-Biblioteca Balaguer, Vilanova i La Geltrú; una colección particular conserva tres retratos de los evangelistas San Marcos, San Mateo y San Juan. La obra Bernardo del Carpio (la muerte del Conde de Saldaña) se conserva en el Museo de Mallorca; en Valladolid la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción guarda un Retrato de personaje desconocido, mientras que el edificio histórico de la Universidad de Valladolid contiene la obra Isabel II con el príncipe Alfonso.67 Portela Sandoval también cita obras existentes en colecciones particulares en diversas ciudades, tales como Las glorias de España y Tentación; el retrato de Amadeo de Saboya, en Valencia; Flora, en Málaga; finalmente, afirma que el cuadro San Pedro que se halla en la iglesia parroquial de Villa Casilda sería obra de José Casado del Alisal.68 Entre las obras en paradero desconocido figuran una copia de Las Meninas y otra de Delacroix así como los retratos de diversos familiares de José Casado del Alisal bautizados con sus nombres: Pedro Casado, Casilda del Alisal, y sus hermanos, Ángel, Casilda y Filomena Casado del Alisal. Hay otros cuadros de sus sobrinas, Ramoncita y Genarina Ca65

BECERRO DE BENGOA, 1886; el folleto de Ricardo Becerro de Bengoa, redactado en honor a José Casado del Alisal, describe todos los objetos que se encontraban en el estudio del pintor, ubicado en el número 16 de la calle del Marqués de la Ensenada de Madrid, al momento de su muerte. El autor de dicho folleto fue catedrático de Física y Química, cronista de Vitoria, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando, además de fundador del Ateneo y diputado a Cortes. 66 BECERRO DE BENGOA, 1886; LAGOS, 1949, 18, 25; CASAS DÍEZ, 1976, 134-139. Cabe señalar que el MAHM, de la ciudad de Casilda, conserva una reproducción del retrato. 67 REYERO, 2005. 68 La autoría se discutió durante mucho tiempo, pero se llegó a la conclusión de que este cuadro no fue pintado por José Casado del Alisal.

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sado, así como el retrato que hizo de Carlos junto con su esposa Ramona Sastre Aramburu, que fuera confeccionado durante un viaje realizado por la pareja a Madrid en 1868, es decir, tres años después de contraer matrimonio.69 Significativamente, vemos que en la obra el pintor plasmó a la pareja en una pose que se repetiría en las imágenes fotográficas que nos han llegado hasta la actualidad, una de las cuales es la que hemos elegido para la portada de este libro y que fuera realizada en 1872 por Santiago Caccia en su estudio fotográfico ubicado en la ciudad de Rosario.70 Ramona está sentada, ocupando como por casualidad toda la escena, mirando al pintor; y su marido, en un segundo plano, asumiendo una postura oscurecida, oculta, como queriendo pasar desapercibido. En 1873 José Casado del Alisal fue nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma en reemplazo de Eduardo Rosales. En 1882 visitó Rosario y asistió a la inauguración de las obras del Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS), del que su hermano era concesionario, y conoció los Graneros y Muelles proyectados y construidos por Carlos Casado. El pintor fue considerado uno de los huéspedes distinguidísimos de la ciudad y durante más de una semana interactuó con el gobernador de la provincia de Santa Fe, llegando a ser nombrado socio honorario del Club Industrial de Rosario. En 1885, un año antes de su fallecimiento, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.71 Dos años después, en 1888, y con la colaboración del Ayuntamiento palentino, de la Escuela Municipal de Dibujo y de la Sociedad Económica Palentina de Amigos del País, Carlos Casado organizó el «Premio Casado» en honor a su hermano. Un joven J. Daniel Infante presentó un interesante y lúcido análisis titulado Los cuadros del gran pintor Casado, sobre tres reconocidas obras pictóricas: La Campana de Huesca; Los últimos momentos de Fernando VII; y El Juramento de las Cortes de Cádiz. El 5 de setiembre de 1888 el premio al que se hizo merecedor hizo posible la edición del texto por la Imprenta de Tiburcio Martínez Peberoni. De inmediato, J. Daniel Infante fue invitado por Carlos Casado a radicarse en Rosario donde se convirtió en el más firme defensor de los intere69 En este caso, si bien Portela Sandoval indica que este cuadro está desaparecido, lo encontramos reproducido en las obras publicadas por los biógrafos de Carlos Casado en la Argentina. 70 Santiago Caccia trabajó para el gobierno provincial y municipal como grabador de medallas por diversos eventos hasta ser designado «grabador oficial de gobierno» en 1887. Formó parte desde 1890 del Club Industrial de Rosario; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 553; 587; FERRARI, 1960. 71 CASADO DEL ALISAL, 1885; PORTELA SANDOVAL, 1986; CHAPARRO, 1941, 122-136; CASAS DÍEZ, 1976, 134-139; RAMÍREZ DOMÍNGUEZ, 1986.

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ses de la familia a lo largo de toda su vida. Llegó a la ciudad portuaria un año después, en 1889, y allí encontró a otros españoles republicanos, entre ellos al abogado Serafín Álvarez y al ingeniero Ignacio Firmat, que también colaboraban con el empresario. Tras revalidar su título de abogado, se dedicó a defender los intereses empresariales de la familia Casado-Sastre, convirtiéndose en administrador de sus bienes, y en abogado, accionista y vicepresidente del FCOS.72 Llegó a la Argentina con el decidido propósito de regresar algún día a su tierra,73 se definió a sí mismo como un «expatriado», actuó en la francmasonería hispana en la ciudad, dirigió el semanario El Republicano y representó al movimiento republicano junto a otro de los abogados de Casado, Rafael Calzada, quien llegó a ser diputado en la Corte madrileña a inicios del siglo XX.74 De Calzada son conocidas sus actividades como director y propietario de El Correo Español, pero en particular interesa aquí la vicepresidencia que ejerció de la Asociación Patriótica Española, de la que redactó sus estatutos,75 y a la que Casado ofrecería todo su apoyo en el contexto de la Guerra Hispanoamericana. Dado el numeroso grupo republicano que formó parte de la red social de Casado, podemos inferir que sus ideas coincidieron con este movimiento político.76 De hecho, durante la revolución radical de 1893, J. 72

Memorias presentadas por el directorio del FCOS en asamblea general de accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1893 (asamblea del 16 de abril de 1894); 1894 (asamblea del 29 de marzo de 1895); MIRAGAYA, 1934, 164; CASAS DÍEZ, 1976, 134-139. 73 Conservó siempre un plano de Palencia. El plano se encuentra en un cuadernillo con fotografías de Palencia de principios del siglo XX, conservado por la Biblioteca Argentina Juan Álvarez de Rosario gracias a una donación efectuada por los descendientes de J. Daniel Infante. 74 Como es bien sabido, Calzada presidió el Club Español, en 1890 formó parte de la Sociedad Protectora de Inmigrantes españoles, y un año después integró la Comisión de auxilios para las víctimas de las inundaciones en España. En 1889 fue académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, además de asesor de la Legación y del Consulado de España (1882), de la Sociedad Española de Beneficencia (1888), y socio fundador, en la capital argentina, del Ateneo Español (1879), del Club Liberal (1882), de la Cámara Oficial de Comercio (1887) y de La Colmena Artística (1893). En Rosario, Calzada fundó el barrio España. 75 Además, Calzada participó en 1892 del Congreso Agrícola de Santa Fe y amasó una cuantiosa fortuna en parte como consecuencia de sus relaciones con Casado y de su matrimonio con Celina, la hija del presidente paraguayo Juan Gualberto González. Rafael Calzada in memoriam, 1854-1929. Buenos Aires, Talleres Gráficos Argentinos L.J. ROSSO, 1930. 76 Podemos inferir las ideas de Carlos Casado por el relato que hiciera Héctor LAGOS (1957, 122-124) a partir de una anécdota sucedida durante un banquete ofrecido en marzo de 1880 en honor al ministro español en el que participó la colectividad española encabezada por Casado. Relata Lagos que al brindar por la salud del rey Alfonso se

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Daniel Infante organizó los servicios de la filial de la Cruz Roja rosarina, entidad presidida por Casado,77 y transportó los heridos al hospital de sangre instalado en el local de la logia masónica Unión. Cabe señalar que la actuación en la Hermandad de la Cruz Roja permitió que tanto Casado como Infante se relacionasen, según Carmen Arroyo, con «altos dirigentes políticos y militares de reconocida militancia logística [que] pueden ser tomados como índice de que existía un entendimiento masónico y que en algunos casos le allanaron el camino». De acuerdo a Arroyo, el suegro de Casado, Marcos Sastre, era un «masón probado» fundador de la logia Valeper; su hermano, José Casado del Alisal, era un «masón célebre»; y Justo José de Urquiza, en cuyo saladero Casado trabajó cuando llegó a Rosario, basaba parte de su poder en la masonería.78 Tras el fallecimiento de Casado, Infante se encargó de recibir a Alejandro Lerroux en su visita al país a finales de 1908.79 Posteriormente participó como vocal de la primera junta consultiva del partido político santafesino Liga del Sur —predecesor del Partido Demócrata Progresista (PDP), liderado por el abogado Lisandro de la Torre (hijo)—, que fue fundado el 20 de noviembre de 1908.80 Infante se desempeñó como inprodujo un «silencio sepulcral» y que los presentes entonaron de manera entusiasta el Himno de Riego (trienio liberal 1820-1823) también. 77 Entre los fundadores de la Cruz Roja, en su mayor parte miembros de las logias masónicas, figuran Ernesto Hermann, Gustavo Spehr, el pastor evangélico Francisco L. Let, Esteban Peyrano y el italiano Santiago Caccia, que fotografió a Casado y a su esposa Ramona Sastre en 1872; CHAPARRO, 1941, 20-21; DE MARCO, 1993, 140-141. 78 Para Carmen Arroyo, «la polémica sobre esta institución no ha cesado todavía. Condenada muchas veces por los poderes públicos, reconocida por otros sectores como una Institución Librepensadora y tolerante, en cuyas filas han figurado intelectuales, científicos, militares y hombres de todas las creencias políticas y religiosas. Tal es el caso de Carlos Casado del Alisal quien militó en la masonería rosarina». ARROYO, 2005, 346. 79 INFANTE, 1894; INFANTE, 1920; PASQUALI, 1996, 22-27, 34. En 1932, dos años después de producirse el fallecimiento de Infante, el Centro Republicano de Rosario editó su obra eligiendo el mismo nombre del semanario por él dirigido, El Republicano, para titular una serie de artículos que el abogado publicó en este último, reproduciendo todos los homenajes que se hicieron a Infante en la Argentina, en particular en el seno de la colectividad española. En esta obra encontramos los «Mandamientos de la ley republicana» que seguía Infante: «1.º amar a la justicia sobre todas las cosas; 2.º rendir culto a la dignidad; 3.º vivir con honestidad; 4.º intervenir rectamente en la vida política; 5.º cultivar la inteligencia; 6.º propagar la instrucción; 7.º trabajar; 8.º ahorrar; 9.º proteger al débil; 10.º no procurar el beneficio propio a costa del perjuicio ajeno». Cabe señalar que las ideas republicanas de Infante le granjearon diversos conflictos; INFANTE, 1908; INFANTE, 1932. 80 Lisandro de la Torre (hijo) se especializó en el régimen autónomo municipal y fundó en 1898 el periódico La República. El doctor José E. de la Torre, fue estrecho colaborador de Casado desde su cargo de juez letrado del comercio, como hemos demostrado en el capítulo 1.

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tendente municipal de Rosario durante seis meses tras ser designado por el gobierno provincial santafesino, entonces controlado por la Unión Cívica Radical (UCR), y gracias a la reforma electoral de 1912.81 La coincidencia ideológica entre Casado, Infante y Calzada explica también una de las tantas críticas que este último dirigió a la monarquía española por no haber reconocido públicamente la figura del empresario ni antes ni después de su muerte.82 J. Daniel Infante se encargó de la educación de uno de los hijos de Casado, Pedro,83 y le dedicó una obra de su autoría titulada Qué debe leerse.84 Tras la muerte del empresario, resolvió algunos de los conflictos judiciales todavía pendientes,85 e inventarió los bienes familiares, demostrando que Casado y su esposa habían amasado una gran fortuna a lo largo de sus casi cuarenta años de unión matrimonial.86 Para inventariar 81 La provincia de Santa Fe fue la primera en aplicar la Ley General de Elecciones n.º 8.871, conocida como «ley Sáenz Peña», que dio el triunfo por primera vez a la UCR que gobernaría hasta el golpe de Uriburu de 1930, precisamente el año en que falleció J. Daniel Infante. PASQUALI, 1996, 53; SANTILLÁN, 1967, t. 1 (A-LL). 82 DE MARCO, 1993. A la muerte de Casado, Calzada aprovechó su relación con Manuel B. Goñi y Arturo Covernton para tramitar la venta de algunas de sus propiedades en Rosario. Informe del agrimensor Domingo Maresca en el terreno de calle Mendoza entre Colón y Necochea en el juicio de Rafael Calzada contra Camilo Cáceres, Rosario, 1912, CDICT, caja 15, leg. 584. 83 Pedro Rómulo Damián Casado Sastre nació en Rosario el 12 de febrero de 1877 y tenía aproximadamente quince años cuando Infante se hizo cargo de su formación. 84 En contrapartida, el hijo de Infante, Faustino, se convirtió en el primer biógrafo de Casado. Faustino Infante nació en Rosario en 1891, cursó estudios de derecho y ciencias sociales en Buenos Aires, presidió la corporación constituyente municipal de Rosario en 1933, fue diputado nacional, y dedicó una obra a Carlos Casado que tituló Los orígenes de Casilda, notas biográficas de Don Carlos Casado del Alisal. Véase INFANTE, 1944; también el escrito de Emilio Salvat en INFANTE, 1932, 434-436; MIRAGAYA y SOLANES, 1934, 164; LAGOS, 1949, 121, SANTILLÁN, 1967, tomo 1 (A-LL); TOSTICARELLI, 1969, 11; PASQUALI, 1996, 13-19. 85 Compareció ante el juzgado afirmando que un terreno de Casado ubicado entre las calles San Luis y Belgrano había sido ocupado por varios inquilinos autorizados por José Bianco y Rosario Ceballos. Se trataba de un terreno adquirido por Casado el 20 de marzo de 1886 al abogado Carlos Castilla ante el escribano Lisandro Paganini, pero que nunca ocupó. Infante acusó a Bianco y Ceballos pero acabó por desistir. Expediente civil J. Daniel Infante en representación de Carlos Casado contra Rosario Zeballos (o Ceballos) y José Bianco, sobre reivindicación, 1889, Rosario, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Luis V. González, ATPR, Causas civiles, t. 87, 19 f. 86 Contestación a la expresión de agravios e informe en el asunto Rafael María Gutiérrez contra la sociedad anónima El Saladillo, abogado J. Daniel Infante, procurador Francisco Molinari. Rosario-Córdoba, B. Tamburini y Compañía y Cromo-Litografía, 1916, CDICT, caja 22, leg. 820.

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y liquidar los bienes, Infante pidió la ayuda de Bartolomé Sívori, Inocencio Bustos y Juan María Bigorday, así como de los testigos Inocencio Meneses y Bartolomé Delgado. Infante se vio obligado a realizar su tarea en el domicilio familiar del número 1.172 de la calle Buenos Aires, ya que, según las fuentes documentales, ese día Ramona Sastre Aramburu estaba «algo indispuesta». Ramona se hizo acompañar de su apoderado, Diego del Castillo, quien durante las últimas dos décadas del siglo XIX había representado a Casado en sede judicial.87 La actuación de Ramona Sastre Aramburu fue determinante en todos los actos jurídicos del juicio de testamentaría, por la información que brindaba a cada paso, así como por la autoridad que ejercía entre los presentes. Durante la redacción del inventario, Ramona prestó juramento y declaró que la documentación referida a los bienes de la sucesión de su marido se encontraba en la vivienda de la calle Buenos Aires, ya que esta última era, en realidad, la «oficina central de la casa». Los bienes en metálico fueron calculados en $ 22.062,42 mn. Infante señaló que Ramona tenía $ 420 mn en su poder para atender los gastos de la familia, y que $ 74.914,84 mn y $ 5.400 os estaban guardados en la caja del escritorio de los Casado-Sastre en el número 981 de la calle Santa Fe que era donde el empresario negociaba con los colonos. Señaló a su vez que la familia tenía $ 2.013,49 os en dos cuentas corrientes en el Banco de Londres y Río de la Plata y en el Español del Río de la Plata, entidades que indican simbólicamente los vínculos tejidos por Casado con los capitales hispanos y británicos a lo largo de su vida.88 El inventario y partición de bienes que levantó el 6 de noviembre de 1899 J. Daniel Infante, fue aprobado en sede judicial el 22 de diciembre de ese mismo año. El documento determinó que el patrimonio de los Casado-Sastre ascendía a $ 5.119.964,38 mn aunque con posterioridad fueron agregados nuevos bienes que lo elevaron a $ 5.620.850,49 mn. Los objetos personales y el mobiliario que rodeaba a la familia indican parcialmente el tipo de actividad en la que se había especializado Casado así como su estatus:89 un reloj y dos cadenas de 87 Cuando el poder judicial reguló los honorarios de Bartolomé Sívori por diversos peritajes efectuados en las causas judiciales de Casado, Diego del Castillo apeló y el perito acabó cobrando $ 3.000 mn por su trabajo. Expediente civil de Bartolomé Sívori contra la sucesión de Carlos Casado sobre cobro de honorarios, Rosario, 1900, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 152, 12 f. 88 Recordemos, por ejemplo, que en 1866 la entidad londinense había comprado al empresario español el activo y el pasivo del Banco Carlos Casado además de ocupar el mismo edificio ubicado en el número 724 de la calle Maipú de Rosario. 89 Sobre las bases sociales del gusto y la manera de valorar los objetos personales para abordar el concepto «distinción», BOURDIEU, 1988; también FRADERA Y MILLÁN, 2000.

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oro; un medallón de diamantes con las iniciales C. C.; tres botones de oro con perlas para pechera; un juego de botones de oro para puños; dos prendedores de oro, uno con una perla y otro con dos brillantes, todo valorado en $ 1.340 mn. Infante incluyó diversos objetos tales como cuadros, bocetos, dibujos, retratos de familia, coches de paseo y coches del FCOS. Además, tasó los muebles de la oficina de la administración central de la empresa, ubicada en la calle Santa Fe de Rosario, en $ 203 mn. Consistían en un escritorio; 17 sillas y tres taburetes norteamericanos; una mesa para dibujo; dos taburetes para escritorio; 4 perchas; muebles de cedro barnizado (dos repisas; cuatro pupitres, dos de ellos con taquillas; dos mesas, una de ellas de escritorio «de forma ministro»; otra mesa-escritorio «muy vieja»); así como un mostrador de cedro detrás del cual Casado solía atender al público. Con posterioridad al juicio del inventario y la sucesión de Casado tramitados por el juez Carlos Molina, se agregó la partición y escritura de dación de pago que incluyó otros muebles por un total de $ 1.898 mn: se trata de tres sillones de rejilla para escritorio norteamericano; un sofá y seis sillas de rejilla en nogal tallado sobre las que Infante escribió que estaban «muy usadas»; dos estufas con sus tuberías; una estufa para gas; un reloj de pared redondo sin marca de fábrica; cuatro papeleras; una escalinata; una máquina de escribir sistema caligráfico así como dos prensas para copiar con sus mesas; un lote de útiles de escritorio; un lote de planos de todas las propiedades que los Casado-Sastre tenían en el Chaco paraguayo y en las diversas localidades por las que pasaba el FCOS; tres taquillas de dos cuerpos; dos armarios de pino para guardar papeles; una mesa y una alacena de pino pintada; un filtro; siete aparatos sencillos para luz a gas, cuatro con dos picos y tres con sólo un pico cada uno; dos aparatos portátiles para luz a gas; un mostrador con baranda; un armario chico para borradores; varios cuadros pequeños con fotografías; una estera y una alfombra que Infante describió con el calificativo de «usadas»; nueve cajones de pino blanco; un lavatorio de cruz y un lote de objetos para aseo; así como un servicio ordinario para servir el té a los invitados y visitantes. Durante el recuento de bienes, Ramona agregó que algunos bienes muebles no se encontraban en Rosario, sino en las casas de Villa Casilda y Buenos Aires, y declaró que quedaban deudas por cobrar, y $ 261,60 mn que estaban en poder de un vecino de Madrid, José María Gimeno de Lerma (Cuadro 5).90 Tres cajas de hierro (numeradas 2.849, 6.720 y 90 En virtud de que Casado decidió conservar el sepulcro de su familia en el cementerio público de Palencia (LAGOS, 1949, 28), Infante lo incluyó en el inventario pero no consiguió fijar valor venal alguno.

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CUADRO 5. Créditos y deudas a favor de la sucesión, pleitos pendientes y cuentas sin liquidar en 1899 Tipo

Créditos

Tipo de crédito o deuda y monto total en $mn

Cuentas corrientes: $ 90.122,21 57.417,05 Letras de tesorería de la provincia de Santa Fe con vencimiento el 10 de febrero de 1900, estimadas al 45%: $ 40.000 18.000 Tipo de deuda y monto total en $ mn

Deudas

A favor de la sucesión $

Cuenta corriente (27.006,11 oro sellado): $ 208.298,09 Documentos comerciales (25.000 oro sellado) computados al 220%: $ 138.043,10 Dos préstamos garantidos con hipotecas Préstamo con hipoteca Deudas garantidas con hipotecas de las que se hicieron cargo los compradores (no se considera en inventario)

Debe la sucesión $

59.435,44 55.000 40.000 41.800

141.950

Cuentas Saldo a favor de la sucesión de 654 pesetas en sin liquidar poder de José María Gimeno de Lerma, en en España Madrid 261,60 Sepulcro de la familia Casado en el Cementerio público de Palencia Sin valor venal Fuente: elaboración propia según Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267.

9.502), finalmente, nos dan la pauta de la costumbre de Carlos Casado de conservar el dinero en sus oficinas en lugar de utilizar las entidades bancarias, una práctica muy común entre prestamistas como él. En la liquidación, división y adjudicación de bienes, el primogénito varón, Carlos Mateo, que fuera nombrado albacea testamentario, recibió $ 132.202,42 mn, la casa de la calle Buenos Aires, y los muebles del escritorio de la calle Santa Fe y de la administración de Casilda, estos últimos tasados en $ 29.53 mn. El resto de herederos recibieron $ 100.000 mn, a excepción de Casilda Casado Sastre, que había sido dotada ante el escribano Javier Munuce al momento de contraer matrimonio con Manuel Benigno Goñi Coll en 1889.

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Infante también participó en el acto de testimonio de dación en pago otorgado por Carlos Mateo en calidad de albacea testamentario a favor de su madre, un documento notarial que fue elaborado por los escribanos Pantaleón Egúrvide y Arturo Covernton, este último suegro del primogénito.91 El testimonio permitió liquidar y partir los bienes e indica los créditos a que fue acreedora Ramona Sastre Aramburu, las quintas y fincas ubicadas en diferentes provincias argentinas, así como los terrenos del Chaco paraguayo que le fueron adjudicados mediante la escritura de hijuela. En la ciudad de Rosario, la mujer era propietaria de un terreno en el Bulevar Argentino; otro entre Chacabuco y Montevideo; otro en la calle General López; otro en calle Colón; seis terrenos en la zona portuaria entre la Barranca y el Bajo; y catorce terrenos para quintas al sur de la ciudad.92 Fuera de Rosario, Ramona recibió un campo en Maggiolo; dos quintas en la Colonia Candelaria; cinco casas en Villa Casilda (Ilustraciones 9 y 10); un terreno en Pérez; y derechos a tres terrenos más en la provincia santafesina. La mujer heredó tres campos ubicados en la provincia de Mendoza, y un campo más en la provincia de Córdoba. Además, obtuvo el 90% de las tierras chaqueñas paraguayas y la Casa de Negocios del Paraguay que correspondía al activo de la compañía La Hispano-Paraguaya, que en los hechos quedó a cargo del albacea. Ramona gozó así de un enorme peso en la distribución del capital familiar a la muerte de su marido (Cuadro 6).

91 Nueva escritura que conviene la modificación de diversas cláusulas del contrato social del año 1925 respecto de la constitución de la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado, Buenos Aires, 10 de agosto de 1936, MAHM, documento suelto. En este documento los comparecientes fueron Pedro Casado Sastre, Margarita Casado de Corral (casada con Pedro Pablo de Corral), Ignacio Eusebio Balbiani como apoderado general de José Casado Sastre, Pedro Pablo de Corral en representación de Alberto Casado Sastre, Ramona Casado de Barrio (viuda y como apoderada general de su marido Rafael Barrio Massieu), el doctor Manuel Augusto Goñi Casado apoderado general y en representación de su madre Casilda Casado de Goñi (viuda de Manuel B. Goñi), José E. Magrane Casado apoderado general y en representación de su madre Genara Casado de Magrane (viuda en primeras nupcias de Patricio Tomás Fairfield Magrane), Eduardo H. Casado Sastre como apoderado general de Eduardo Casado, Celina Covernton (o Coverton) Guesalaga de Casado, como curadora definitiva de su esposo Carlos Mateo Casado Sastre, domiciliados en la calle 25 de Mayo 158 de Rosario, escribano público Luis S. Sanguinetti. 92 En Rosario Casado hizo otras importantes adquisiciones que no aparecen citadas en el inventario, es el caso de Escritura de venta de Luis Pinasco y José Castagnino a Carlos Casado, 15 de abril de 1886, de una propiedad en Rosario, testigos Juan Campodónico y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril).

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ILUSTRACIÓN 9. Mensura y subdivisión del lote n.º 1 y Plano n.º 52099 de la manzana 59 de la ciudad de Casilda, Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado, agosto de 1967, MAHM, documento suelto del Libro de Registro de Manzanas de Casilda.

ILUSTRACIÓN 10. Mensura y subdivisión y Plano n.º 57913, Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado, 1966, MAHM, documento suelto del Libro de Registro de Manzanas de Casilda.

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CUADRO 6. Liquidación y partición de bienes de los Casado-Sastre en 1906, $ 5.620.850,49 mn. $ 1.116.186,10 mn.

A distribuir

Bajas por las operaciones testamentarias Aportaciones de Carlos Casado Su mitad de gananciales Gananciales de la viuda Ramona Sastre Sumas iguales Haber de Carlos Casado del Alisal

488.098,05 1.116.196,10 (*)

Por sus aportaciones Por sus gananciales Importa el quinto El resto

Sumas iguales

Sumas iguales

113.618,61 452.294,44

Sumas iguales

13.618,61

113.618,61 454.474,44

80.000

374.474,43 0,01 554.474,44

A distribuir

Para las bajas comunes Carlos Mateo Casado Sastre Para los legados (albacea)

568.008,05

98.000,00 15.618,61 113.618,61

Importan los cuatro quintos Diez partes iguales de 8.000 $ mn cada una, para distribuir entre la viuda y los nueve hijos las aportaciones con arreglo a lo dispuesto en artículos 3.570 y 3.576 del Código Civil Nueve partes iguales de 41.608,27 $ cada una para distribuir entre los nueve hijos los gananciales, según los mismos artículos Indivisible

1.116.186,10 (*) 80.000,00 488.098,05

568.093,05 Importa el quinto Mandas piadosas Pagado a la viuda Ramona Sastre

Liquidación y distribución general

60.000,00 80.000,00 488.098,05

554.474,44 1.116.186,10

60.000,00 98.000,00

158.000,00

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CUADRO 6. Liquidación y partición de bienes de los Casado-Sastre en 1906, $ 5.620.850,49 mn. (Cont.) $ 1.116.186,10 mn.

A distribuir

Ramona Sastre Aramburu (viuda)

Por sus gananciales Por su posición filial en las aportaciones Por el legado

Casilda Casado Por su parte en las aportaciones Sastre Por su parte en las gananciales

488.093,05 8.000,00 15.618,61

511.711,66

8.000,00 41.602,27

49.608,27

Genara Casado Por su parte en las gananciales Sastre

49.608,27

Carlos Mateo Casado Sastre

Por su parte en las gananciales

49.608,27

J o s é C a s a d o Por su parte en las gananciales Sastre

49.608,27

Ramona Casado Por su parte en las gananciales Sastre

49.608,27

Pedro Casado Por su parte en las gananciales Sastre

49.608,27

Alberto Casado Por su parte en las gananciales Sastre

49.608,27

Clara Margarita Casado Sastre

Por su parte en las gananciales

49.608,27

Eduardo Casado Por su parte en las gananciales Sastre

49.608,27

Fuente: elaboración propia según Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267; Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. (*) En el original de la escritura de dación de pagos figura incorrectamente la cifra: $ 1.116.196,10 mn.

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«El lodo, Sr. Juez, siempre es lodo, aunque se alce de la calle o salga del tintero de un abogado»: conflictos jurídicos por una reposición de mojones

4.3.

Los Libros de venta de terrenos existentes en el Archivo César Torriglia y los pleitos civiles que se conservan en el Archivo de los Tribunales de Rosario registran las compraventas urbanas que ayudaron a Carlos Casado del Alisal a complementar sus actividades financieras y comerciales desde el momento en que se instaló en la ciudad de Rosario. Realizar un estudio de dichas adquisiciones permite comprender de qué manera consiguió acumular una de las fortunas más importantes de la Argentina en las últimas décadas del siglo XIX. El 12 de mayo de 1863, por ejemplo, Casado adquirió un terreno de 50 varas de frente al río Paraná y dos leguas de fondo, ubicado en los suburbios de la ciudad.93 El terreno, que era propiedad de Manuel Salvatierra, lindaba con propiedades de Ignacio Gómez y Eugenio Pérez,94 personajes que también asumirían un importante papel en su red de sociabilidad concentrada en el FCOS. El terreno fue adquirido por Casado ante el escribano Francisco Llobet, quien actuaría en distintas gestiones empresariales del español.95 El 11 de octubre del año siguiente, Casado 93

Manuel Salvatierra compró el terreno a Juan Elías Cepeda el 17 de julio de 1857 ante el escribano Carlos Raymond; a su vez, Cepeda lo había comprado a la Cofradía de Ánimas. Entrada-registro de venta de terrenos de Manuel Salvatierra a Carlos Casado, 12 de mayo de 1863, Rosario, CDICT, Libro de venta de terrenos de Rosario n.º 3 (1861-1887), ingeniero Manuel Sugasti, f. 123. 94 De hecho, el 24 de setiembre de 1864 el escribano Luis María Arzac registró la venta de parte de este terreno —una legua y media frente al río Paraná por media legua de fondo, entre las calles Montevideo y el Bulevar Argentino (hoy Avenida Pellegrini), en las dos manzanas incluidas entre las calles Entre Ríos, Progreso (hoy Mitre) y Libertad (hoy Sarmiento)— a Eugenio Pérez a quien designó como su apoderado y posteriormente convirtió en director del FCOS. Cabe señalar que Eugenio Pérez, de profesión médico, fue nombrado por el gobierno de la Confederación abogado del gobierno en 1858, junto a otros universitarios, pese a carecer de titulación ya que hacían falta juristas. Pérez ejerció la profesión de abogado hasta marzo de 1896 y colaboró estrechamente con Casado; fue uno de los más activos suscriptores de cuanta propuesta de conmemoraciones se realizó en las décadas de 1850 y 1860; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 318, 325; DE MARCO, 1966. 95 Eudoro y Gabriel Carrasco valoraron los vínculos de parentesco y amistad entre las primeras familias que habitaron Rosario entre 1731 y 1752, encontrando que la familia Pérez, a la que pertenecía Eugenio Pérez, formaba parte de este grupo junto con los Oroño, Gómez Recio, Benegas, Cabral, Andrada, Cabral, Leguizamón, Lasarte, Carrasco, Zabala, Montenegro, Romero, entre otros; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 69. Eugenio Pérez, por ejemplo, se presentaba a sí mismo como «abogado en el Rosario de Santa Fe». Durante décadas recopiló sistemáticamente los Repertorios Jurídico-alfabéticos

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compró a Isabel Sánchez de Valdez un terreno contiguo al que había adquirido a Manuel Salvatierra, cuyas medidas eran 100 varas de frente por media legua de fondo. La propiedad lindaba con la de los herederos del general Juan Gómez y del primo de Casado, Francisco Fernández.96 Dos meses después, el 26 de diciembre de 1864, el empresario compró a Tolentino Fontanilla un campo de 7.000 varas de frente por 24.000 varas de fondo.97 En las décadas siguientes, Casado se embarcó en un importante proyecto inversor del que quedan algunos vestigios documentales consistentes en planos y mapas (Ilustración 11).98 La consolidación del orden capitalista trajo aparejado un rápido proceso de transformación urbanística que exigió una importante inversión inmobiliaria, de carácter especulativo, que benefició la construcción de avenidas, parques y grandes edificios.99 Casado realizó estas actividades contando con la colaboración de personajes claves entre los que encontramos a su testaferro, José Monte; su apoderado, Carlos Castilla; su contador, Juan María Bigorday; el gerente del Banco Provincial de Santa Fe que trabajaba para él, Juan Dam; un familiar de este último, José Dam; el empresario catalán Juan Canals; y el escribano público Javier Munuce, socio de Lisandro Paganini, quien desde la década de 1860 llevó adelante casi la totalidad de los trámites notariales del español.100 con los fallos de la Suprema Corte Nacional argentina; véase en concreto PÉREZ, 1876; 1884 y 1889; también ÁLVAREZ, 1943, 441. 96 Casado registró la compra ante el escribano Luis María Arzac. El 14 de enero de 1867 Carlos Casado transfirió parte de la primera propiedad y la totalidad del segundo terreno a Engilberto (Engelbert) Tietjen; Entrada-registro de venta de terreno de Isabel Sánchez de Valdez a Carlos Casado, Rosario, CDICT, Libro de venta de terrenos de Rosario n.º 3 (1861-1887), ingeniero Manuel Sugasti, Escribanía de Luis María Arzac, f. 132. 97 Tolentino Fontanilla lo había comprado al gobierno de Santa Fe el 19 de julio de 1858, en entrada 404 de las Entradas-registros de las acciones de compraventa de Carlos Casado, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox), f. 211. 98 Plano general de las propiedades de Carlos Casado en Rosario, CDICT, Plano general E-0346. Plano particular de propiedades de Casado en el departamento Rosario, Escala 1:300, 17 de diciembre de 1894, CDICT, Plano particular P-0346. Plano particular de las inversiones de Carlos Casado en Refinería, CDICT, Plano particular P-0216. Plano particular de las propiedades de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en el departamento Belgrano, CDICT, Plano particular P-0232. 99 FERNÁNDEZ Y VIDELA, 2001. 100 Como ejemplos citamos: Expediente civil de Carlos Casado, representado por procurador Joaquín Fillol y abogado Eugenio Pérez, contra José Sparalli sobre cobro de pesos, 1878, Rosario, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 81, exp. 20, 109 f. Expediente civil de Carlos Casado contra Alfredo G. Huberto Puiton sobre cobro de pesos, Rosario, 1879, MHPRJM, Causas civiles, leg. 81, exp. 34, 39 f; Información en el Copiador de cartas

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GABRIELA DALLA CORTE

ILUSTRACIÓN 11. Plano particular de linderos de Carlos Casado, departamento Rosario, Escala 1: 300, 17 de diciembre de 1894, CDICT, Plano particular P-0346.

Algunos registros de las compras de terrenos en Rosario facilitan la reconstrucción de esta red en la que destacó Juan Canals. Canals nació en Barcelona el 5 de agosto de 1849 y llegó a la Argentina en 1870, dedicándose especialmente a la exportación de cueros a España y a la compraventa de terrenos, así como a la contratación de obras públicas, entre ellas el puerto de Rosario, las primeras pavimentaciones de la ciudad y la construcción del Palacio de los Tribunales. A lo largo de la década de 1880, Canals adquirió importantes propiedades urbanas en Rosario y formó una cuantiosa fortuna que perdió, no obstante, cuando la crisis económica nacional de 1890 provocó la interrupción del financiamiento externo. Canals se vio entonces forzado a traspasar sus tierras a sus numerosos acreedores, entre ellos los bancos Inglés del Río de la Plata, de Londres y Río de la Plata, el Sindical en el que el deudor había concentrado gran parte de sus intereses, y el Provincial de Santa Fe.101 (mes 6), Rosario, inicia en 1887, CDICT, f. 17 y f. 898. Se utilizan los servicios de los escribanos públicos Javier Munuce, Antonio Lardies, Lisandro Paganini y Jacinto Correa. 101 Falleció totalmente empobrecido en Buenos Aires en 1902. ÁLVAREZ, 1943, 473; CUTOLO, 1969; GSCHWIND, 1953, 32; LANCIOTTI, 2004, vol. 2, 208.

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Durante la etapa de mayor esplendor, Juan Canals actuó como representante de dos empresarios y especuladores establecidos en la capital argentina, José Preto y Eladio Mascías.102 Se vinculó de manera estrecha con otro apoderado de Mascías, José Dam, con quien creó en 1887 la Juan Canals, Dam y Compañía cuyo objeto era distribuir y comercializar productos de almacén al por mayor y adquirir propiedades urbanas.103 El capital inicial de la firma fue de $ 150.000 mn: Canals aportó dos tercios del mismo, correspondientes a la diferencia entre el activo y pasivo de la Escayola, Canals y Compañía, mientras que José Dam y José Preto, otros de los asociados, aportaron el tercio restante.104 Juan Canals y José Dam aparecen en la documentación señalada correspondiente al año 1887 vendiendo al contador Juan María Bigorday, siempre en el escritorio del notario Javier Munuce, diversos terrenos ubicados en las manzanas entre el Bulevar Santafesino (hoy Oroño) y las calles San Luis, Córdoba, y Moreno. Se trataba ya de una de las zonas más importantes y prósperas del centro de la ciudad.105 También compraron diversas propiedades, una de ellas a uno de los miembros fundadores del Banco Provincial de Santa Fe, Juan Sugasti, y otra a dos activos testaferros de Casado, Desiderio Marquardt y Federico Henrich.106 Canals poseía también tierras en el Chaco argentino, en la actual provincia de Formosa, concretamente en la confluencia de los ríos Bermejo y 102

Información en el Copiador de cartas (mes 6), Rosario, inicia en 1887, CDICT, f. 145 y f. 433. 103 Información de venta de Aneto Echesortu a Canals, Dam y Compañía, CDICT, Copiador de cartas (mes 6), Rosario, inicia en 1887, f. 4. Se utilizan los servicios de los escribanos públicos Javier Munuce, Antonio Lardies, Lisandro Paganini y Jacinto Correa. 104 En setiembre de 1890 la sociedad se disolvió; Contrato de la Sociedad Canals, Dam y Compañía, 3 de enero de 1887, Rosario, CDICT, caja 26, leg. 866. 105 Información sobre venta de terrenos de Juan Canals a José Dam, CDICT, Copiador de cartas (mes 6), Rosario, inicia en 1887, f. 3. Información sobre venta de terrenos de Ciro Echesortu como representante de Vicente C. Amadeo a José Dam, CDICT, Copiador de cartas (mes 6), Rosario, inicia en 1887, f. 60. Información sobre venta de terrenos de Ciro Echesortu a Juan Canals y a Dam y Compañía, CDICT, Copiador de cartas (mes 6), Rosario, inicia en 1887, f. 70 y f. 89. En todos los casos se utilizan los servicios de los escribanos públicos Javier Munuce, Antonio Lardies, Lisandro Paganini y Jacinto Correa. 106 Ambas propiedades acabaron en 1889 en manos del Banco Sindical. El 2 de abril de 1888 el escribano Javier Munuce escrituró la venta de las manzanas 348, 349 y 375 propiedad de Emilio Pichot a José Dam, quien las traspasó a Juan Canals, Entrada-registro de venta de las manzanas 348, 349 y 375 de José Dam a Juan Canals, Rosario, CDICT, Libro de venta de terrenos de Rosario (1836-1887); Información de venta de las manzanas 237, 238, 269, 299, 528, 356 y 357, CDICT, Copiador de cartas (mes 5), Rosario, inicia en 1836 hasta 1900 aprox.

210

GABRIELA DALLA CORTE

Paraguay.107 El 7 de mayo de 1888 Canals vendió un terreno a José Monte, quien a su vez lo entregó nuevamente a Canals en 1889 para ser cedido al Banco Sindical.108 Monte, por su parte, aparece comprando diversos lotes en la ciudad de Rosario que posteriormente adquirió el primo de Casado, Francisco Casado —convertido paralelamente en administrador de la Colonia Candelaria—, también utilizando los servicios del notario Javier Munuce.109 Además, los copiadores de cartas de los agrimensores de Rosario incluyen una variada información acerca de las compraventas realizadas por José Dam, Juan Canals, Lisandro de la Torre, Juan María Bigorday y Fernando Larrucea y Gaztañazatorre, los dos últimos testaferros de Casado en el Chaco paraguayo en esos mismos años. Reforzando aún más las estrechas relaciones que estos inversores tenían con el Paraguay —tema que es objeto específico de estudio en los tres últimos capítulos de este libro— el activo de la empresa Juan Canals, Dam y Compañía, de un total de $ 80.730,81 mn, se integró en acciones de la empresa yerbatera más importante del país, La Industrial Paraguaya,110 fundada en 1886 en el Alto Paraná por el presidente paraguayo Patricio Escobar (1886-1890). Finalmente, cabe señalar que la dote de Casilda Casado Sastre le permitió comprar en 1889 a su padre cuatro terrenos en calidad de retroventa que volvieron a Casado el 23 de diciembre de 1891 y que figuraron en el inventario de 1899. Dichos terrenos estaban ubicados estratégicamente en la vía del FCOS al costado de un bosque de eucaliptus de la Plaza General López de la ciudad de Rosario. El primer terreno fue tasado por Infante en $ 1.124,75 mn; ocupaba 1.125 m2 en la curva de la vía férrea del Bulevar Argentino (hoy Avenida Pellegrini) y calle Chacabucho; Casado lo había comprado en 1884. El segundo terreno estaba en el ángulo sobre las calles Chacabuco y Montevideo (Ilustración 12). El ter107

Mensura efectuada por el agrimensor Melitón González en un campo de Cano, Miguel y Compañía en el Territorio Nacional de Formosa, CDICT, caja 18, leg. 713. Cabe señalar que dicho agrimensor escribió por las mismas épocas un importante libro titulado El Gran Chaco Argentino, obra dedicada al Instituto Geográfico Argentino; GONZÁLEZ, 1890. 108 Información de venta de un terreno en el Bulevar Santafesino (hoy Bulevar Oroño) entre Córdoba, Alvear y Santa Fe, escribano Javier Munuce, CDICT, Copiador de cartas (mes 5), Rosario, inicia en 1836 hasta 1900 aprox. 109 Información sobre manzanas 241, 242, 243, 244, 272, 273, 275, 303, 304, 305, 332, 333, 334, 359, 360, 387, 442, CDICT, Copiador de cartas (mes 5), Rosario, inicia en 1836 hasta 1900 aprox. 110 Informe de los terrenos del Banco de Londres y Río de la Plata entregados por Juan Canals, 6 de octubre de 1891, Rosario, CDICT, caja 29, leg. 928.

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ILUSTRACIÓN 12. Plano particular con información de las propiedades de los sucesores de Carlos Casado en las calles Chacabuco y Montevideo en Rosario, lindaba al sur con la vía del FCOS, CDICT, Planos particulares.

212

GABRIELA DALLA CORTE

cer terreno de 914 m2 ocupaba la calle General López entre Buenos Aires y 25 de diciembre; Casado lo había comprado en diciembre de 1881 al colono casildense Constantino Simonetta. El cuarto terreno, adquirido por Casado en 1884, medía 961 m2 y estaba en la calle Colón entre 3 de Febrero y Mendoza.111 A lo largo de la década de 1880, cuando Casado adquirió buena parte de las propiedades urbanas, se establecieron en la ciudad de Rosario seis compañías de vapor para beneficiarse de la exportación de trigo, la importación de maderas, la circulación de productos cuyanos y el comercio con el país vecino, Bolivia. Rosario era ante todo una ciudad mercantil; en palabras de Estanislao Zeballos, «era un centro social intermediario entre la vida europea que se apoderaba de Buenos Aires y el aire colonial que el Interior comenzaba á renovar en sus pulmones».112 Por ese entonces, las propiedades de Casado estaban ubicadas entre el Bulevar Argentino (hoy Pellegrini) y las calles Buenos Aires, San Juan y Chacabuco, es decir, en parte del terreno ocupado en la actualidad por el Parque Urquiza (de hecho, este parque fue construido sobre terrenos de la Estación Central del FCOS, también llamada Estación Rosario Oeste Santafesino). Además, siempre con el apoyo de Javier Munuce, Casado adquirió diversas fracciones de dos manzanas ubicadas estratégicamente entre las calles Primero de Mayo (la antigua calle San Nicolás), San Luis, La Rioja y el pie de la barranca sobre el río Paraná, posteriormente llamada Avenida Belgrano. Realizó otras adquisiciones, como un terreno que compró a Mercedes López, la viuda de Ignacio Comas, el 1 de enero de 1882, ubicado en la barranca del río Paraná entre las calles San Luis y San Juan; otro terreno a Rafael Otero, adquirido el 10 de junio de 1882, ubicado en el margen de la Fábrica del Gas. En abril de 1883, además, compró a Clodomira Moreno, la viuda de Andrés González del Solar, un terreno de 1.670,81 m2 pegado al Cuartel de Infantería.113 El 3 de agosto de 1883 se quedó con una pro111

Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 112 ZEBALLOS, 1883, 28, 52, 72; BONAUDO Y SONZOGNI, 1998. 113 Allí Casado construyó dos ranchos pero diversos vecinos, entre ellos Medarda Ramos, colocaron cercos de palos. En 1896 Diego del Castillo recibió un poder ante los testigos Octavio Grandoli y Germán Oldendorff para llevar adelante un juicio que quedó inconcluso referente a este tema. La propiedad fue reivindicada por los doctores Avelino Ferreyra y Héctor Ferreyra ante el juzgado Federal de Rosario. Expediente civil de Carlos Casado contra Medarda Ramos sobre interdicto de recuperar, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, Rosario, 1896, ATPR, Causas Civiles, t. 178, 19 f. Cabe señalar

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piedad de Rafael Otero que lindaba con tierras de Ignacio Comas.114 El 12 de noviembre de 1883 negoció con Manuel María Zavalla la adquisición de la mitad indivisa de tres fracciones del Bajo de Rosario que ambos poseían en condominio frente a la barranca y fondo hasta el río Paraná,115 lindando con Juan Pablo López, la Empresa de Gas e Ignacio Comas. El 5 de julio de 1884 compró dos terrenos, propiedad de Adolfo Arena y Julián de Bustinza, que a su vez habían pertenecido a Dámaso Centeno.116 El 16 de agosto de 1884 adquirió las tierras que Ignacio Comas tenía aún en el Bajo rosarino. El 18 de mayo de 1886 se quedó con un terreno de aproximadamente 711 m2, propiedad de Nicolás María Álvarez, y allí edificó algunas habitaciones de adobe.117 En 1886, mientras concentraba todas sus inversiones en el Chaco paraguayo, compró a Juan Lac Prugent una propiedad ubicada en el Bulevar Argentino (hoy Pellegrini).118 Como vemos en el cuadro 7, en 1886 Casado adquirió bienes que habían pertenecido a Agustín Cibils, fallecido en Rosario en 1879.119 Ante el que Avelino Ferreyra fue el primero en inscribirse en la Matrícula de Abogados en 1861, fue defensor de menores y en 1862 fue designado juez en lo civil y comercial de Rosario; luego asumió como primer juez de comercio cuando se impuso la justicia letrada; ocupó la presidencia del Concejo Deliberante; DE MARCO, 1966. 114 Informe sobre Ignacio Comas sobre título de propiedad en el terreno al pie de la barranca y el canal del Río de la Plata del departamento Rosario en la provincia de Santa Fe, 1858, CDICT, caja 18, leg. 700. 115 La Colonia Zavalla fue bautizada así por Casado en el transcurso de la construcción del FCOS en honor al sacerdote y político Manuel María Zavalla, a quien había adquirido la propiedad mencionada en el Bajo de la ciudad de Rosario. 116 Uno de ellos medía 1.654 m2 y lindaba con otro que ya poseía sobre la calle Belgrano; en él construyó un rancho y un tapial de ladrillo y barro. El otro terreno, de 1.638 m2, tocaba con tierras del FCOS en el pie de la barranca. 117 Escritura de venta por valor de $ 1.500 mn de Nicolás María Álvarez a Carlos Casado, vecino de Buenos Aires, propiedad en la barranca del río Paraná en Rosario, 18 de mayo de 1886, testigos Crisólogo Rodríguez y Manuel Simondini, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). También Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. Véase también los Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado». 118 Escritura de venta de Juan Lac Prugent a Carlos Casado, 14 de mayo de 1886, de una propiedad en el Bulevar Argentino de Rosario, por $ 3.250 mn, testigos Crisólogo Rodríguez y Manuel Simondini, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 119 Los sucesores de Cibils, su esposa y sus hijos, estaban establecidos en Montevideo, y allí nombraron a José Berdaguer como mandatario especial.

23.12.1891

23.12.1891

23.12.1891

Manuel Benigno Goñi Coll

Manuel Benigno Goñi Coll

Manuel Benigno Goñi Coll

Terreno Bulevar Argentino y Chacabucho

Terreno calle Chacabuco y Montevideo

Terreno calle General López entre Buenos Aires y 25 de Diciembre

Fecha de adquisición Carlos Casado 21.05.1895

Propietario originario

914

1.365

1.124

600

Superficie m2

1.371

1.365,62

1.124,75

50.000

Tasado $ mn

Lisandro Paganini hijo; registro de Javier Munuce

Lisandro Paganini hijo; registro de Javier Munuce

Lisandro Paganini hijo; registro de Javier Munuce

Javier Munuce

Escribano

Hipoteca con Argentine Land and Investment Co. Adquirida por retroventa: Goñi a Casado, 25.05.1889 Adquirida por retroventa: Goñi a Casado, 25.05.1889 Adquirida por retroventa: Goñi a Casado, 25.05.1889

Vía del FCOS y sucesores de Martín Errauspe

Vía del FCOS y sucesores de Martín Errauspe

Catalina J. de Cassinelli, Pablo Stagno, José Moyano y Josefa D. de Bárrena

Observaciones de J. Daniel Infante

José Antenor Pita, Bartolo Carletti, Pedro Saccone

Linderos

Inmuebles y terrenos en posesión de Carlos Casado en Rosario en 1899, adquiridos entre 1881-1889

Casa de altos en Carlos María Pacalle Buenos Ai- lacios res 1172

Propiedad

CUADRO 7.

214 GABRIELA DALLA CORTE

1.770

04.04.1883

18.05.1886

Clodomira Moreno de González del Solar

Terreno calle Primero de Mayo entre San Luis y San Juan

Nicolás María Terreno calles Rioja, Belgrano, Álvarez San Luis y Primero de Mayo

713,31

878,41

Superficie m2

23.12.1891

Fecha de adquisición Carlos Casado

Manuel Benigno Goñi Coll

Propietario originario

2.200

3.341,62

878,44

Tasado $ mn

Javier Munuce

Javier Munuce

Lisandro Paganini hijo; registro de Javier Munuce

Escribano

Reivindicación con Avelino Ferreyra y Héctor Ferreyra

Adquirida por retroventa: Manuel Benigno Goñi Coll a Casado, 25.05.1889

Observaciones de J. Daniel Infante

«Edificadas en Celestino Medina, pie de la barro algunas piezas antiguas» Barranca, sucesores del General Vega, Celestino Medina

Cuartel de Infantería, Lorenzo González, sucesores de José Ramos.

Manuel Benigno Goñi Coll, Bernardo de Irigoyen, Manuel Echeverría, Manuel da Silva Falla

Linderos

Inmuebles y terrenos en posesión de Carlos Casado en Rosario en 1899, adquiridos entre 1881-1889 (Cont.)

Terreno calle Colón entre 3 de Febrero y Mendoza

Propiedad

CUADRO 7.

PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

215

02.01.1886

Sucesión de Agustín Cibils

7.200

7.000

2.500

1.500

3.500

Tasado $ mn

Lisandro Paganini

Lisandro Paganini

Javier Munuce

Javier Munuce

Escribano

Dámaso Centeno, terrenos de Ignacio Comas adquiridos por el FCOS, familia Tabares

Dámaso Centeno, Mercedes Gómez, Juan Gonza y Pedro Franco

Terrenos del FCOS y pie de la barranca del río Paraná

Carlos Casado y sucesores de Pedro Bett

Linderos

Reivindicación con Avelino Ferreyra y Héctor Ferreyra

Reivindicación con Avelino Ferreyra y Héctor Ferreyra

«Cerrado con tapial de ladrillo y barro, tiene dentro un rancho»

Observaciones de J. Daniel Infante

Fuente: elaboración propia según Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900.

Terreno calle Belgrano entre San Luis y San Juan

02.01.1886

Sucesión de Terreno calle Primero de Mayo Agustín Cibils entre San Luis y San Juan

1.272,43

800

05.07.1884

Adolfo Arena y Julián de Bustinza

Terreno calles San Luis y Belgrano

1787,59

05.07.1884

Adolfo Arena y Julián de Bustinza

Terreno calles San Luis y Belgrano

Superficie m2

Propietario originario

Fecha de adquisición Carlos Casado

Inmuebles y terrenos en posesión de Carlos Casado en Rosario en 1899, adquiridos entre 1881-1889 (Cont.)

Propiedad

CUADRO 7.

216 GABRIELA DALLA CORTE

PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

217

escribano Lisandro Paganini y los testigos Desiderio Marquardt y Domingo Maseras, este último ingeniero civil, Casado registró cinco terrenos valorados en $ 14.000 os. Cibils había comprado estos terrenos en 1875 a José Rabassa y Pol, cuyo síndico era José Otero, que se hallaban sobre la barranca del río Paraná (calles Primero de Mayo, San Luis, San Juan y Belgrano), detrás de la casa que había formado parte de los bienes de las Mensajerías Nacionales Iniciadoras de la Carrera de Postas.120 Después de comprar las tierras de Cibils, Casado acudió a la justicia afirmando que los mojones que José de Urquizu había colocado en 1877 habían sido retirados por Manuel Cilvetti, propietario de las tierras contiguas a las que él había adquirido.121 En el juicio de reposición de mojones se hizo representar, primero por el procurador Juan Arrosagaray,122 y tras la muerte de este último, producida en enero de 1887, por Carlos Castilla.123 A pedido de Casado, el agrimensor público Emilio Soriano solicitó que el juez de paz Alberto Labastié Otamendi tomase las medidas de las tierras, pero Cilvetti se opuso. Comenzó así un largo pleito judicial que, según el expediente, estaría plagado de «graves disgustos» para Casado y que, finalmente, se resolvería de manera contraria a sus expectativas. Cilvetti manifestó que había poseído pacíficamente ese terreno durante treinta años, y que Casado carecía de fundamentos legales ya que había pretendido exhibirlo «a la consideración del tribunal como un monstruo insubordinado que desobedecía inopinadamente los mandatos y las órdenes judiciales, a fin de sorprender la buena fe de aquel, para conseguir su deliberado 120 Las Mensajerías fueron desarrolladas por los hermanos Antonio y Juan Rusiñol y Casaderall, y por Joaquín Fillol, como hemos visto anteriormente. 121 La propiedad había pertenecido originariamente a la catalana Manuela Sans, quien vivió temporalmente en Rosario acompañando a su esposo, el comerciante y vicecónsul argentino en Menorca, Juan Rusiñol y Carós. Cuando Cilvetti compró el terreno, lo hizo ante Javier Munuce en octubre de 1886 y fueron sus testigos Alberto Arrué y Carlos Castilla, ambos apoderados de Carlos Casado. 122 La escritura de designación del procurador fue redactada por el notario Lisandro Paganini. Los testigos fueron Zenón Pereyra y Valentín Carnicero, a quienes Casado ya había utilizado en el pleito que paralelamente sostenía con los Chávarri del Alisal, como hemos visto anteriormente. 123 La designación de Castilla se hizo ante el escribano Javier Munuce y los testigos fueron Lisandro de la Torre, familiar del juez letrado del Comercio José E. de la Torre que colaborara con Casado durante el periodo de asentamiento en Rosario, es decir, la década de 1860, y Fernando Larrucea y Gaztañazatorre, testaferro de Casado en las compras que hizo en 1886 en el Chaco paraguayo y además socio principal de la Fernando Larrucea y Compañía. Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente de devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f.

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GABRIELA DALLA CORTE

y bien marcado propósito de hacerme condenar sin oírme en juicio». Los testigos presentados por Cilvetti, todos ellos inquilinos de su propiedad (un carpintero español, un comerciante italiano, un carrero argentino y tres vecinos de la misma nacionalidad), declararon que el locador era el verdadero propietario de las tierras, y que Casado pretendía ocuparlas ilegalmente. Todos ellos testificaron que años antes se habían encargado de construir una muralla divisoria entre las propiedades de Cilvetti y las de Cibils hacia el río Paraná. Otro testigo, el catalán José Solé Ivern, declaró ante un escribano de Barcelona que «en el año [18]60 un poco más o un poco menos de un año antes de la batalla Pavón, según le parece recordar», alquiló el terreno a Juan Rusiñol y Pol hasta la barranca, pero no hasta el río Paraná, construyendo ranchos en 1859 que luego habían pasado a Cilvetti, no a Cibils. El 18 de noviembre de 1888 Manuel Cilvetti contrató los servicios del escribano Benjamín González y designó al procurador Belisario Sívori para defender sus tierras.124 Este último sostuvo en su escrito defensivo que Casado era «mezquino y apasionado» y solía lanzar «inmundo lodo al rostro del contrario», además de querer «como vulgarmente se dice, buscarle la vuelta al negocio»: Tengo para mí, señor juez, que los expedientes no deben convertirse en circo de gallos, o en albañales de cloacas para dar desahogo a pasiones mezquinas...el lodo, Sr. juez, siempre es lodo, aunque se alce de la calle o salga del tintero de un abogado. Los insultos, pues, no son argumentos, son gritos de rabia y de despecho...olvidando las consideraciones que los hombres se deben en sociedad se atreven a lanzar sobre personas honorables calumnias tan groseras.125

El apoderado de Casado, Eloy Palacios, designó a Diego del Castillo y a Carlos Castilla ante el escribano Javier Munuce, pero el juez Miguel 124

Tanto Sívori como González se desempeñaron como jefes políticos de Rosario

en 1893. 125

Expediente civil de Carlos Casado contra Manuel Cilvetti y Crisólogo Rodríguez sobre reposición de mojones en la propiedad de Agustín Cibils, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Manuel R. César, Rosario, iniciado el 14 de marzo de 1884 y finalizado el 25 de agosto de 1891, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 69. El expediente incluyó originariamente las operaciones judiciales de la mensura pública levantada por el agrimensor José de Urquizu y publicadas por este último en 1877 en Importantes documentos para la historia de los terrenos de la ciudad del Rosario de Santa Fe y sus inmediaciones. El folleto contenía originariamente cuatro planos con explicaciones sobre la historia de las propiedades de Agustín Cibils, pero estos planos fueron extraídos del documento por manos anónimas. Cabe señalar que en 1886 Manuel Cilvetti vendió a Casado otra propiedad ubicada en Rosario, véase Escritura de venta del 18 de mayo de 1886, testigos Antonio Maseras y Pedro Mancera, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

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S. Coronado consideró improcedente la reposición de mojones solicitada y sostuvo «clara y terminantemente», según consta en el expediente, la «absoluta falta de razón de Casado», que fue condenado a pagar las costas del juicio. Otras propiedades de la familia en la ciudad Rosario consistían en quintas y terrenos en los suburbios que, como se comprueba en el Cuadro 8, fueron adquiridos en un breve lapso de tiempo, es decir, entre abril de 1887 y marzo de 1889, etapa que coincide con el máximo esplendor del FCOS y con la apropiación del Chaco Boreal. En 1899, momento en que se realizó el inventario de bienes, el valor de la hectárea fue fijado en $ 400 mn. De acuerdo a nuestros datos, la familia poseía dos quintas de 63 ha ubicadas en la zona sur que fueron adquiridas a Mariano Grandoli junto con la estancia Las Pencas, en la zona de la Candelaria.126 Eran propietarios también de nueve quintas ubicadas en los suburbios urbanos,127 una de ellas comprada a Gabriel Carrasco en diciembre de 1888. Otros tres terrenos, uno de ellos con un bosque de frutales y otro ubicado sobre la línea del Ferrocarril Buenos Aires-Rosario, habían sido adquiridos en diciembre de 1888 a Martín J. Leguía y Ramón J. Díaz, siempre utilizando los servicios del notario Javier Munuce.128 Algunos de los terrenos, como el de Jorge Ibarra adquirido en 1889, estaban cruzados por caminos públicos. Dos terrenos de quinta en los suburbios del sudoeste fueron comprados en 1889 a Pedro Juárez y José A. Thedy. Desde hacía tres años, Thedy actuaba como apoderado de Casado y le había adquirido el molino de la Colonia Candelaria además de participar en la mensura judicial de Villa Casilda que llevara adelante Hilario Peralta y que fuera aprobada en 1891 por el Departamento Topográfico rosarino.129 126 En 1848 Mariano Grandoli lo había adquirido a Florentina Grandoli ante el juez de paz Marcelino Bayo. En 1902 fue transferido por los Casado-Sastre al FCCA ante el escribano Inocencio Bustos. 127 Expediente civil de Bartolomé Sívori contra la sucesión de Carlos Casado sobre cobro de honorarios, Rosario, 1900, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 152, 12 f. 128 Uno de ellos fue vendido por los sucesores de Casado a la Compañía Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano ante el escribano Arturo Covernton. Cálculos de la mensura realizada por los agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza en las quintas de Carlos Casado del Alisal situadas en la calle La Plata, Rosario, sin fecha, CDICT, caja 6, leg. 205. 129 Mensura de Villa Casilda, Departamento Topográfico de Rosario, 1891, CDICT, Libro de Índices de mensuras y planos de campos, por localidades y departamentos, incluyendo información de colonias, s/a (inicios del siglo XX aprox). También véase la Copia autenticada de las actuaciones labradas con motivo de la aprobación de la traza de la Colonia Candelaria y pueblo Villa Casilda (posteriormente ciudad de Casilda), efectuadas por José A. Thedy, apoderado general de Carlos Casado, 28 de febrero de 1891, MAHM, documento suelto; LAGOS, 1957, 37; ASCOLANI, 1992, 32.

12

04.12.1888

Gabriel Carrasco (heredado de Eudoro y Eufemia Benítez)

Martín J. Leguía y Ramón J. Díaz

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

21.12.1888

63

05.02.1888

Herederos de Mariano Grandoli

Quinta al sur de Rosario, con todo lo clavado, edificado y plantado

8

24

05.04.1887

Pedro Mancera

Superficie en ha

Terreno de quinta en suburbios al sur, cerca del Río Paraná

Propiedad

Fecha adquisición por Casado

3.338,40

3.566,16

19.059

10.000

Tasado $ mn

Inocencio Bustos (Lisandro Paganini)

Escribano

Macedonio Fernández, Jacobo Juan, sucesores del doctor Diego de Alvear, calle de La Plata. «Tiene una casa antigua».

Ignacio Gómez, sucesores de Mariano Grandoli, viuda de Casteller, Andrea Canales

Javier Munuce

Javier Munuce

Carlos Casado, Eudoro Javier Munuce Canales, García Puente, Jorge Ghiraldi; sucesores de Grandoli

Sucesores de Pedro Eurraspe y de Diego de Alvear, terreno de Manuel Arijón y camino público

Linderos

Quintas y terrenos en los suburbios de Rosario, en posesión de Carlos Casado en 1899, adquiridos entre 1881-1889. Se tasa con todo lo plantado, edificado y clavado

Propietario original

CUADRO 8.

220 GABRIELA DALLA CORTE

Martín J. Leguía y Ramón J. Díaz

Martín J. Leguía y Ramón J. Díaz

José María Díaz

Pedro Juárez y José A. Thedy

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

Terreno de quinta en suburbios del sudoeste

Propietario original

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste, con casa antigua y bosque de frutales

Propiedad

18.03.1889

26.12.1888

21.12.1888

21.12.1888

Fecha adquisición por Casado

1

27

3

7

Superficie en ha

450

899,40

1.412,40

2.952

Tasado $ mn

Juan Ramón Fessano, Antonio Ventura, caminos públicos, calle de La Plata

Ignacio Gómez, Fortunada Carrasco, sucesores de Mariano Grandoli, Carlos Casado

Sucesores de Diego de Alvear, línea del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario, caminos públicos

Sucesores de Diego de Alvear, calle de la Plata, línea del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario

Linderos

Javier Munuce

Andrés González del Solar

Javier Munuce

Javier Munuce

Escribano

CUADRO 8. Quintas y terrenos en los suburbios de Rosario, en posesión de Carlos Casado en 1899, adquiridos entre 1881-1889. Se tasa con todo lo plantado, edificado y clavado (Cont.) PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

221

Pedro Juárez y José A. Thedy

Jorge Ibarra

Jorge Ibarra

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

Terreno de quinta en suburbios al sudoeste

23.03.1889

23.03.1889

18.03.1889

Fecha adquisición por Casado

9

11

3

Superficie en ha

4.300

5.300

1.200

Tasado $ mn

Camino público, vía del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario, sucesores de Miguel de Madrid

Camino público, sucesores de Juana Acosta, Carlos Casado, línea del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario

Juana Acosta, calle de La Plata, caminos públicos, Carlos Casado

Linderos

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Escribano

Fuente: elaboración propia según Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900.

Propietario original

Propiedad

CUADRO 8. Quintas y terrenos en los suburbios de Rosario, en posesión de Carlos Casado en 1899, adquiridos entre 1881-1889. Se tasa con todo lo plantado, edificado y clavado (Cont.)

222 GABRIELA DALLA CORTE

223

PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

A partir de la muerte de Casado, los Casado-Sastre aumentaron sus inversiones en la ciudad de Rosario, en parte debido a la importancia creciente del puerto,130 pero ya no lo hicieron a título personal sino que utilizaron la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras.131 Registraron diversas propiedades ubicadas en Rosario (cuadro 9) y manifestaron tener derecho a dos terrenos en Albarracín, en los suburbios de la línea del FCOS hacia Villa Casilda, valorados en $ 2.000 mn.132 CUADRO 9. Acciones y derechos de la sucesión de Casado estimados en $ mn, en propiedades ubicadas en Rosario Acciones y derechos

Fecha adquisición

Propietario originario

Estimación en $

Título de propiedad de terreno en Rosario, entre calles Belgrano, San Luis y San Juan

30.03.1883

Paula Delgadillo

90

Terrenos en Rosario en calle San Luis entre Primero de Mayo y Belgrano

13.11.1885

Paula Delgadillo

130

Título de propiedad de terreno en calle San Luis

03.03.1885

Paula Delgadillo

130

Título de propiedad de terreno en calle Primero de Mayo

25.04.1883

Alejandro Eming

150

Título de propiedad de terreno en Rosario, calle Ayacucho entre San Juan y Mendoza

23.04.1883

Juan Emilio Ortiz

70

Título de terreno de Pascual Rosas, calle Ayacucho con la estación

08.05.1883

Desiderio Rosas

10

130 El puerto tuvo cada vez mayor importancia debido al apoyo del gobierno nacional: siguió en construcción durante la gestión de Manuel Quintana junto con los puertos de Uruguay, Colón, Ruíz, Concordia, San Nicolás, Paraná, La Paz y Quequén; Mensajes del presidente argentino Julio Argentino Roca al Congreso nacional, MABRAGAÑA, tomo VI (1901-1910): mayo de 1901, 1-21; mayo de 1903, 45-68; mayo de 1905, 111-154. 131 El agrimensor Domingo Regules vendió a la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras un terreno de 28.932m2 en los suburbios urbanos en 1922. Antecedentes y extractos de títulos de la propiedad de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, linda por el norte con la Avenida Godoy, Rosario, 1922, CDICT, caja 14, leg. 523. 132 Uno de aproximadamente 5.625m2 y otro de 18.462m2, este último adquirido en julio de 1889 a Antonio Barraco y a Alfredo Perckins y registrado, como siempre, ante Javier Munuce. Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267.

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GABRIELA DALLA CORTE

CUADRO 9. Acciones y derechos de la sucesión de Casado estimados en $ mn, en propiedades ubicadas en Rosario (Cont.) Acciones y derechos

Fecha adquisición

Propietario originario

Estimación en $

Lonja en calle Primero de Mayo entre Rioja y San Luis

20.03.1886

Carlos Castilla

20

Terreno en Primero de Mayo entre San Luis y San Juan

20.03.1886

Carlos Castilla

100

Terreno en calle San Luis y Belgrano

20.03.1886

Carlos Castilla

105

Derechos sobre terrenos en Primero de Mayo y el Bajo del Río Paraná

20.03.1886

Sucesores de Dámaso Centeno

10

Terreno en Belgrano y San Luis, frente al Río Paraná al pie del barranco

10.08.1885

Herederos de Dámaso Centeno y Julián de Bustinza

60

Terreno en Primero de Mayo entre San Juan y San Luis

12.01.1886

Sucesores de Agustín Cibils

180

12.01.1886

100

Título de terreno en manzana de calles Primero de Mayo, Belgrano, San Luis y San Juan

Lonja de terreno en el Bajo de Rosario que Escrituras: Ignacio Ignacio Comas compró al gobierno provincial, 10.06.1882, Comas linda con la fábrica de gas, con la que Casado 12.11.1883 mantuvo un pleito perdido Título en el Bajo de Rosario, frente al canal y el barranco, ocupado por la Municipalidad, pleito perdido por Carlos Casado

Escritura: 03.08.1883

50

Ignacio Comas 100

Derecho a cobrar de los sucesores de Leblanc 748 pesos bolivianos

2.000

Derecho a reclamar del coronel Antonio Benavídez la devolución de $ 5.000 entregados en 1889 a cuenta de la venta de terrenos en los suburbios que no fueron vendidos

100

Fuente: elaboración propia según Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267.

PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

4.4.

225

Hierro y granito: los Casado-Sastre y Villa Casilda

En mayo de 1881, el presidente Julio Argentino Roca dirigió al Congreso un mensaje en el que redundó en los conceptos de libertad, progreso y trabajo, señalando que «las provincias no se preocupan ya de armarse para velar por su autonomía, ni sus gobiernos de garantirse contra las asechanzas revolucionarias —sino de su reorganización política, social y económica— del perfeccionamiento de su administración, de agricultura, irrigación, caminos, bancos y todo aquello que represente un adelanto ó una mejora».133 Por su parte, y siempre procurando resaltar las enormes posibilidades que ofrecía la región a las actividades empresariales agro-exportadoras vinculadas al mercado internacional, Gabriel Carrasco afirmó que Santa Fe ocupaba «la cuarta parte de la Francia, ó de la España, y mucha mayor que la Bélgica y Portugal reunidas».134 Casado era ya entonces uno de los actores sociales más representativos de este proceso, en parte gracias a la diversidad de emprendimientos que desarrolló en Argentina y Paraguay, y en parte en virtud de los esfuerzos empresariales que hizo en pos de la construcción del FCOS que conectó el sur santafesino con el puerto rosarino. Villa Casilda reconoció la trascendencia de sus actividades cuando murió: el 30 de junio de 1899, Carlos Brebbia, Juan Crenna y José Echeverría, miembros de la Comisión de Fomento, dijeron que Casado era lisa y llanamente el «fundador del pueblo y de la colonia», invitaron al vecindario a acompañar el féretro y aceptaron que el difunto fuese sepultado bajo la cúpula de la Iglesia de San Pedro Apóstol.135 Durante el sepelio, Rafael Calzada representó a la Asociación Patriótica Española y expuso en un cálido mensaje de despedida que Casado había sido uno de los empresarios argentinos más importantes de la época. La imagen tributada por el abogado republicano une a Casado con el ferrocarril, el trigo, la colonización, la ocupación de espacios fronterizos y la integración del país a la economía mundial, es decir, con el ideal de progreso ostentado por el Estado nacional argentino. Según Calzada, Casado había adoptado la Argentina como a su propia patria, lanzándose a 133 Mensaje del presidente Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1881, MABRAGAÑA, tomo IV (1881-1890), 1-30. 134 CARRASCO, 1888, 11. 135 Acta de la reunión de la CF n.º 210, 30 de junio de 1899, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). La Iglesia, que fuera donada en 1878 por Casado, fue llamada así en honor a su padre y conserva en el interior del templo, hacia la derecha, la lápida con sus restos y los de su esposa, con una inscripción que recuerda que aquél fundó, además del templo, la casa parroquial, Villa Casilda y el FCOS. La Iglesia, a su vez, guarda la imagen de la Virgen de La Candelaria, traída a la región por los religiosos jesuitas en 1723, que se considera fundadora y patrona de la colonia.

226

GABRIELA DALLA CORTE

crear «empresas verdaderamente fabulosas, organizando instituciones de crédito, dominando desiertos, tendiendo ferrocarriles, fundando colonias, levantando pueblos y conquistando para sí la gloria de que de él pueda decirse que fue el primero en abrir los mercados europeos á los trigos sudamericanos, esos mercados que son ya hoy para esta república un verdadero torrente de oro, una inmensa fuente de riqueza». Dejaba su huella a través de «grandiosos caracteres de hierro y de granito, traducidos en ferro-carriles y pueblos florecientes».136 136 CALZADA, 1900, 187-191; DALLA CORTE, 2008 b. Tras la muerte de Casado, Calzada se convirtió en presidente honorario del Congreso Hispanoamericano de Madrid que sentaría las bases de la vinculación hispanoamericana tras la pérdida de Cuba y Puerto Rico, entre otras muchas actividades. En 1902, por ejemplo, fue nombrado hijo predilecto de la Villa Concejo de Navía en España, y la Universidad de Oviedo, ese mismo año, lo nombró doctor honorario. Presidió la Liga Republicana Española (1903-1925) y la Unión Iberoamericana, además de los Juegos Florales organizados en la capital argentina, Tandil, Tres Arroyos y Azul. Además, en Buenos Aires fue socio honorario del Centro Gallego, del Colegio de Escribanos, de la Unión Obrera Española, del Centro Méndez Núñez y del Centro Comercial Agrícola y Comercial, así como de la Cámara de Comercio de Oviedo. Perteneció, entre otros, a la Unión Protectora de Inmigrantes Españoles, a la Comisión del Monumento a Torcuato de Alvear, a la Comisión de homenaje al doctor Enrique Santos Quintana (1896), a la comisión del monumento a Bernardo de Irigoyen (1905), a la Liga del Libre Pensamiento (1913), a la Comisión Honoraria del monumento a Pi y Margall (1916), y fue protector de la Biblioteca América de Santiago de Compostela (1916). Fue socio honorario de la Sociedad Recreativa Submarino Peral, en Buenos Aires, además de pertenecer a la Juventud Republicana Española de Buenos Aires (1906), al Centro Instructivo Republicano de los Distritos Hospital y Congreso de Madrid (1907), al Centro Republicano de Madrid (1908), a la Juventud Unión Republicana de la capital española (1908) y a la Juventud Republicana de Zaragoza (1908). Formó parte del Comité Republicano Español de General Lamadrid (1904), del Centro Republicano Español de Buenos Aires y del Comité Local Republicano Español de Lobería (1904), del Club de Propaganda doctor Figueroa Alcorta de Rosario (1907), del Comité Federal de Gijón (1908), del Centro Instructivo Obrero Republicano de Huelva (1908), del Subcomité Federal del Llano de Gijón (1908), de los Republicanos Españoles de Huesca (1908), de la Liga Republicana de Carmen de Areco (1912), del Centro Asturiano de Buenos Aires (1917) y de Rosario (1918). Además, en 1913 promocionó la Institución Cultural Española y desde el año 1918 fue corresponsal de la Casa de América de Barcelona (DALLA CORTE, 2005; CAGIAO, 2004); Calzada también participó de la Comisión Consultora de la Cooperadora de la Cruz Roja Española en 1921, y se convirtió en académico correspondiente de la Hispano-Americana de Cádiz (1921), además de formar parte de la Academia Americana de la Historia de Buenos Aires (1924). En 1919, pasados los terribles años de la primera guerra mundial, pasó a formar parte de la International Law Association y cinco años después se asoció al Club Hispano-América de Buenos Aires. En Rosario fue el presidente honorario del Club Atlético Calzada (1916) y del Centro Asturiano (1918). Significativamente, en 1910 se alió a dos entidades rosarinas: la Sociedad de Beneficencia Española y la Infancia Desvalida; Rafael Calzada in memoriam, 1854-1929. Buenos Aires, Talleres Gráficos Argentinos L.J. Rosso, 1930.

PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

227

La íntima relación entre Casado y Villa Casilda se vio refrendada cuando se protocolizó su testamento, el cual incluyó un legado de $ 10.000 a la Sociedad de Beneficencia local.137 El inventario de bienes certificó que Casado poseía una gran quinta con piscina que servía para alojar a los muchos invitados que pasaron por la colonia,138 así como una numerosa cantidad de manzanas de una ha de superficie que fueron tasadas en $ 14.580.139 Infante señaló que el español era propietario de estos bienes «por haberlo hecho á su costa»,140 e incluyó también los muebles de la administración central de la colonia, entre ellos un mostrador de pino pintado, una mesa de nogal con patas tronadas y otra para copiar cartas, un armario de pino pintado para guardar papeles, doce sillas de rejilla, un sillón giratorio y un taburete para escritorio. Hizo figurar planos, mapas y útiles para escritorio, un barómetro metálico y un termómetro para controlar la evolución de los cultivos. La administración poseía un carro de dos ruedas con sus arreos, dos segadoras atadoras marca Buckeys, un tilbuy de cajón de cuatro ruedas con las guarniciones, una volanta muy vieja con sus guarniciones, un depósito de hierro para agua, un lote de maderas, hierros, puertas y ventanas viejas, un caballo criollo marcado C. C., otro marcado M. (posiblemente propiedad de Clara Margarita Casado Sastre), otro con la marca R. (por Ramona Sastre Aramburu), cinco caballos más y ocho arreos de montar para varones y mujeres valorados en $ 1.055 mn. En la administración había una caja de hierro número 3.881 con la que Casado negociaba con sus colonos, algunas de cuyas deudas fueron calificadas por J. Daniel Infante como «incobrables».141 137 Actas de las reuniones de la CF n.º 72, 8 de julio de 1889; n.º 212, 11 de julio de 1899, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 138 Durante el siglo XX, la quinta fue demolida y en su lugar se construyó una escuela con la oposición de gran parte de la comunidad casildense que quiso durante mucho tiempo utilizar la propiedad para levantar el museo local. 139 En la sección A tenía 12 manzanas valoradas en $ 960, y 33 fracciones de manzanas estimadas en $ 1.500, cuya superficie equivalía a 18 manzanas más. En la sección B, 23 fracciones estimadas en $ 900 cuya superficie equivalía a 9 manzanas; en la sección C, 3 manzanas tasadas en $ 240, 26 fracciones valoradas en $ 1.200, 2.500 m2 en la manzana 53 y otros 2.500 m2 ubicados en la calle Mendoza, un hotel frente a la plaza de $ 6.000, dos casas familiares tasadas en $ 9.000, un terreno con galpón de zinc tasado en $ 1.000, todas propiedades hipotecadas por $ 10.000 mn. Finalmente, en la sección D poseía la manzana 7 y 21 fracciones valoradas en $ 700. 140 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. 141 Los Casado-Sastre recuperaron algunas de las concesiones. Según el procurador Francisco Molinari, encargado de algunas de las causas contra los colonos, muchos

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Parte de los bienes de la familia se conservan hoy en el Museo Archivo Histórico Municipal Don Santos Tosticarelli,142 que ha construido la memoria histórica casildense a partir de la experiencia empresarial de Casado. Encontramos una mesa,143 dos armarios, una columna y una reja de la quinta, un reloj de pared, una pequeña copa de uso personal y un ejemplar del Pequeño devocionario del cristiano,144 recuerdo de la primera comunión de Clara Margarita Casado Sastre. También un cuadro con la imagen de Casado que fuera donado al museo por el Hospital San Carlos, y dos imágenes fotográficas que el grabador italiano Santiago Caccia tomó en 1872, una de Ramona Sastre Aramburu sola y otra junto a su esposo. El peso de la familia en la localidad se hizo visible en 1901 cuando la Comisión de Fomento designó al primogénito, Carlos Mateo, para que llevase adelante la clasificación de los vecinos para el cobro de la luz eléctrica.145 No obstante, en los años siguientes los sucesores debieron resolver algunas causas pendientes: en 1912 se les reconoció el dominio sobre 1.000 m2 de la estación Zavalla, y por esas mismas fechas se ende ellos «ni volvieron al escritorio ni se los conoce». Los terrenos afectados se concentraban en la sección C (50 m2 de la manzana 40, y 100 m2 en las manzanas 45 y 46); en la sección A (4.750 m2 de la manzana 80, que lindaba con el FCCA). Expediente civil de los sucesores de Carlos Casado del Alisal sobre ampliación de inventario y adjudicación, Rosario, 1912, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 255. En esta causa, Molinari acusó al titular del Juzgado de la Cuarta Nominación de redactar «incorrectos autos», de demorar los trámites interpuestos por sus representados, y de pretender, al mismo tiempo, parecer «erudito». El juez acusó al procurador de agravio y le aplicó una multa de $ 20 mn, y Molinari apeló la causa diciendo que siempre hablaba «desembozadamente, en buen castellano, sin perversidad», y la Cámara revocó la resolución del juez. Esto demostró la pérdida de poder de la familia. 142 Así llamado en honor a uno de los colonos colaboradores del empresario llegado a la Colonia Candelaria en la década de 1880, el primer molinero que empleó trigo para confeccionar harina y extendió su producción a las localidades de Rosario, en la provincia de Santa Fe, y San Nicolás, en la provincia de Buenos Aires, gracias a la construcción del molino llamado significativamente igual que la colonia: Candelaria. ASCOLANI, 1992, 23. 143 Incluye una placa con el mensaje de que «el fundador de Casilda, colonizador de La Candelaria, don Carlos Casado del Alisal, de la caravana de ilustres personalidades argentinas y extranjeras que a ella se sentaron, cabe destacar como un hermoso broche, don Marcos Sastre, miembro de la familia, y don Domingo Faustino Sarmiento, amigo del fundador de la Colonia Candelaria». 144 Editado en Madrid por la Tipografía Sucesores de Rivadeneyra en 1893. 145 Realizó esta actividad junto con Martín Imizcoz, Emilio Tamburini, Emilio Werner, Anselmo Soto y José María Buceta, Actas de las reuniones de la CF n.º 192, 23 de julio de 1897; n.º 214, 15 de agosto de 1899; n.º 238, 19 de mayo de 1900; n.º 242, 10 de julio de 1900, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904).

PODER LOCAL Y ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: ROSARIO Y VILLA CASILDA

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frentaron a un reclamo presentado por la colona Francisca Ruíz de Paz que pidió al perito Ramón Escauriza (hijo) que midiese sus tierras porque se había hecho pasar por ellas el Bulevar Italia.146 Treinta años después uno de sus hijos, Pedro, señaló las dificultades que habían tenido para resolver la sucesión dada la multiplicidad de bienes muebles e inmuebles y las diversas hipotecas y créditos que afectaban particularmente las posesiones de la Colonia Candelaria.

146 Expediente civil de Francisca Ruíz de Paz contra la sucesión de Carlos Casado sobre un campo de su propiedad en la Colonia Candelaria, Rosario, 1910, CDICT, caja 5, leg. 188.

CAPÍTULO V MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIO Y POLÍTICA DE TIERRAS

Tras la batalla de Pavón, las presidencias de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda afrontaron el proceso de unificar la nación y el territorio.1 La expansión del proyecto agro-exportador se convirtió en uno de los puntos de apoyo de la acumulación de capital junto con la inmigración masiva y las inversiones de capital extranjero. A nivel regional, observamos que Rosario se convirtió durante las últimas décadas del siglo XIX y primeras de la siguiente centuria en epicentro de circuitos mercantiles vinculados al desarrollo empresarial, identificado este último con la actividad agrícola. Los principales grupos socio-económicos de la ciudad portuaria incentivaron la integración de los circuitos mercantiles internos con el mercado internacional en una amplia zona que incluyó el área pampeana y el Chaco argentino y paraguayo. No es de extrañar, entonces, que la burguesía rosarina propiciara el desarrollo de obras de infraestructura que comunicaran la ciudad con la pampa cerealera. El ferrocarril fue el instrumento fundamental de conexión entre las colonias y pueblos y los centros portuarios del país, uno de los cuales fue Rosario. Casado participó en dos experiencias ferroviarias; la primera fue la vía férrea entre Rosario y Córdoba, cuyo proyecto, que se remonta a la época de la Confederación cuando el ingeniero estadounidense Allan Campbell ofreció sus servicios al general Justo José de Urquiza, se implementó en 1863 después de que William Wheelwright registrara en Londres la sociedad anónima Ferrocarril Central Argentino (FCCA). Casado integró el directorio provisional rosarino de este ferrocarril en calidad de tesorero,2 y al mismo tiempo adquirió tierras ubicadas en el tra1 Los periodos presidenciales fueron los siguientes: Bartolomé Mitre (1862-1868), Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880). 2 El directorio estaba formado por Marcelino Freyre como presidente, Jacinto

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yecto de la vía férrea hacia Córdoba,3 estrategia inversora que mantuvo a lo largo de su vida, como veremos en este capítulo. La segunda gran experiencia ferroviaria de Casado lo tuvo como protagonista principal. Se trató del Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS), una línea de trocha ancha de 1,676 m que el español creó a lo largo de la década de 1880, primero con la finalidad de facilitar la salida de los cereales de su colonia la Candelaria al mercado internacional a través del puerto de Rosario, y después con la tarea de articular los diversos pueblos que se fueron fundando en el sur santafesino como consecuencia del crecimiento imparable de la actividad agrícola. El FCOS fue entregado al servicio público el 4 de noviembre de 1883 en un acto público en el que participaron el presidente Julio Argentino Roca, que se alojó en la quinta de Casado en Villa Casilda, el ministro de guerra y marina Benjamín Victorica,4 el entonces ministro de interior Bernardo de Irigoyen,5 Estanislao Severo Zeballos, y un buen número de periodistas de diversos medios del país.6 Todos ellos hicieron el primer viaje en tren de Rosario a la Candelaria.7 Entre los asistentes también se encontraba el hermano del empresario, el pintor José Casado del Alisal. Ricardo Becerro de Bengoa escribió en 1886, año del fallecimiento de José, que este último conservaba en su estudio de Madrid diversos objetos procedentes de las obras del FCOS. Sobre Carlos Casado señaló que se trataba de un «inteligente Corvalán (vicepresidente), William Perkins (secretario), Carlos Casado como tesorero, Antonio Zubelzú, Carlos Grognet, Luis Lamas y Hunt, Joaquín de Lejarza, Santiago Wild, Diego Duguid y Tomás J. Hutchinson como vocales; véase CÁCERES CARRERAS, GARCÍA, TAMBELLINI, 1999, 23; VIDELA, 2004, vol. 1, 33-34; LANCIOTTI, 2004, vol. 1, 22. 3 Los planos elaborados por Carlos W. Campbell incluyen un terreno de aproximadamente 12.000 por 18.000 varas, propiedad de Casado y Zorraquín Hermanos, Expediente de los terrenos mensurados por el agrimensor Cayetano Livi, más dos planos, para la Comisión encargada de la expropiación de tierras para el FCCA, Rosario, 1866, CDICT, caja 9, leg. 323. La medida de la vara era 0,866 m. 4 Cabe señalar que el nieto de Casado, Carlos Alberto Isidro de Corral y Casado Sastre, hijo de Clara Margarita Casado Sastre y de Pedro Pablo de Corral y Tomé, tercer Vizconde de Oña, contrajo matrimonio con Inés Victorica Roca Chevallier (Apéndice 1). 5 REATI, 2006, 140-142. 6 LAGOS, 1957, 49; SANTILLÁN, 1956, t. II, 190; INFANTE, 1944, 23. 7 CARRASCO, 1888, 55. El MAHM conserva la invitación a la inauguración de la primera sección de la línea del FCOS en 1883 correspondiente a Ovidio Lagos (director del diario La Capital), que le hizo Casado como «empresario constructor». La invitación a los trenes y al banquete en Villa Casilda advertía que era «personal e instransferible». También se conserva una imagen del candado utilizado en los vagones del FCOS, fabricado en Liverpool, así como los clavos del muelle construido por Carlos Casado en la costa del río Paraná en Rosario.

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colonizador americano» cuya riqueza se cimentaba precisamente en el ferrocarril: Había éste alzado en el centro de la República Argentina un pueblo entero, al que dio el nombre de su querida madre, denominándole Villa Casilda, y había construido en brevísimo tiempo un ferrocarril desde este punto al Rosario. Su terminación se adelantó para que el gran pintor español asistiera á la inauguración. Don José Casado, a pesar de sus dolencias, impulsado por el idolátrico cariño que á todos sus hermanos tuvo siempre, atravesó el Atlántico, se trasladó a Buenos Aires, remontó el gran río y llegó a Villa Casilda cuando el pueblo entero se engalanaba de fiesta para recibirle. De aquella notable expedición conservaba vivos recuerdos, en efecto, y en el estudio se ven, entre otros, la carretilla de caoba y la pala y pico de plata con que las obras de la vía férrea se inauguraron.8

Hasta hoy, el FCOS ha recibido la atención de diversos historiadores que, no obstante, han soslayado analizar el instrumento principal que hizo posible el proceso de ocupación del espacio provincial. Nos referimos a los juicios de expropiación de tierras urbanas y rurales, algunos de ellos muy sonados en su época —como los sustentados por Domingo Leguizamón y José María Bombal Ugarte—, o que frenaron temporalmente la construcción de las estaciones de Pérez y Pujato.9 Aquellos juicios permiten analizar la red social que acompañó a Casado en un proyecto exitoso del cual durante décadas hicieron gala y ostentación la ciudad de Rosario y su entorno. A través del estudio de las redes de poder y de sociabilidad implementadas en el transcurso de la construcción y explotación del FCOS, este capítulo se centra en los colaboradores que garantizaron el éxito del proyecto empresarial de Casado, así como las prácticas jurídicas implementadas por contadores, banqueros, financistas, técnicos, ingenieros, peritos, abogados y representantes, jueces, procuradores, secretarios de juzgados y testigos. Siguiendo estos planteamientos, en el primer apartado se analiza el inicio de la construcción de la línea en la Estación Central de la ciudad de Rosario —construida en los terrenos de la antigua merced otorgada en 1689 al capitán Luis Romero de Pineda—,10 y su im8 BECERRO DE BENGOA, 1886, 17-18. El autor agregó que «en un cuadro-caja de gran tamaño véanse también numerosos y admirables ejemplares de mariposas del Brasil que Casado adquirió en una excursión realizada desde Río de Janeiro al interior en su viaje de regreso a Europa». 9 Memoria presentada por el directorio del FCOS en asamblea general de accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1885 (asamblea del 24 de mayo de 1886). 10 Rosario se asienta sobre esta merced con frente al río Paraná desde el arroyo Salinas o Ludueña hasta La Matanza, con fondo sin dueño; una de las fracciones fue traspasada a Narciso José de Suero, como veremos más adelante; BÁEZ, 1997, 43-69.

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pacto en los actores que se vieron obligados a ceder parte de sus propiedades a Casado y al FCOS. En los apartados segundo y tercero reciben atención las expropiaciones a lo largo de la primera sección de la vía férrea hacia Villa Casilda. En los apartados cuarto y quinto se estudia la naturaleza de la expropiación en la bifurcación hacia las dos secciones del ferrocarril en la provincia de Santa Fe, es decir, hacia San José de la Esquina por el oeste, y hacia Melincué por el sur. Finalmente, en el apartado sexto se describe la disputa judicial sostenida por Casado contra el gobierno provincial en demanda de la entrega de tierras fiscales prometidas a nivel contractual como compensación por la construcción y explotación del FCOS. Este capítulo cierra el estudio de las inversiones de Casado en la Argentina para dirigir la mirada, en los tres próximos, a sus «ensayos empresariales» en el Chaco Boreal o Chaco paraguayo.

5.1.

«¿Con qué derechos se pretende despojarlos? ¿Con el de la impunidad?»: las expropiaciones de la Estación Central

Como es sabido, diversas leyes provinciales propiciaron la creación del FCOS, como la ley de expropiaciones para efectuar obras de utilidad pública del 15 de octubre de 1867, la ley de concesión del 17 de octubre de 1881, y la del 29 de setiembre de 1882.11 La disposición de 1867 habilitó al Poder Legislativo a autorizar los planos e informes técnicos que determinaran con exactitud las tierras sujetas a expropiación; reguló la participación en los juicios de expropiación de tasadores, peritos, procuradores fiscales provinciales y jueces de primera instancia en lo Civil; estableció las indemnizaciones para los propietarios de los terrenos; y obligó a valorar las propiedades expropiadas excluyendo las mejoras.12 Según esta disposición que beneficiaba a los concesionarios del ferrocarril, el 17 de octubre de 1881 la Legislatura provincial santafesina autorizó al gobierno a contratar con la sociedad anónima de Carlos Casado la 11 Contenido del Folleto que incluye el texto de la ley sobre el FCOS del 17 de octubre de 1881; el contrato para la construcción del FCOS del 12 de noviembre de 1881; los estatutos de la sociedad anónima FCOS de la que Carlos Casado era concesionario; el decreto nombrando representante del gobierno para la inauguración del FCOS del 6 de setiembre de 1882; la ley provincial de expropiación de terrenos para el FCOS del 4 de octubre de 1882; y diversas disposiciones nacionales, MHPRJM, folleto suelto. También LANCIOTTI, 2004, vol. 1, 22; REATI, 2006, 137. 12 Ley de expropiaciones del 15 octubre de 1867 de la Cámara de Representantes de la provincia de Santa Fe, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox), f. 1-4.

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construcción y explotación de una vía férrea que fuese desde la Estación Central del puerto rosarino hasta la Colonia Candelaria. La ley reguló también la expropiación de las tierras fiscales y privadas requeridas por el FCOS, es decir, 30 m de tierra a lo largo de la vía férrea, 1.000 m2 para las estaciones de «segundo orden», y 2.000 m2 para la Estación Central de Rosario que fue calificada como de «primer orden». El artículo 6 estableció que «todos los terrenos fiscales de propiedad privada que se requiriesen para el camino, estaciones, muelles, oficinas de fábrica, depósitos de carbón, de agua y demás que fuesen necesarios para las vías, serían donados a la empresa, debiéndose ponerla en posesión de ellos a medida que los fuesen necesitando, quedando obligado el gobierno a sanearlos, contra todo reclamo de cualquier clase que fuese». El 12 de noviembre de 1881 el ministro Manuel J. Yáñez celebró un contrato con el representante de Casado, Conrado Porta, por el que se estructuró el «camino de hierro» hasta el granero y depósito de cereales de la Colonia Candelaria fijando en $ 0,20 bolivianos el valor de la vara cuadrada que se iba a expropiar a medida que se fuese construyendo la vía del tren.13 Mientras el gobierno provincial defendía a la empresa de los reclamos de los propietarios expropiados, Casado se comprometió a construir los terraplenes, las estaciones con sus edificios y dependencias, los puentes en caso de que la vía dividiese una misma propiedad en dos, así como a adquirir un tren rodante formado por dos locomotoras, cuatro coches de pasajeros de primera y segunda clase, y veinte vagones. En calidad de concesionario Casado gozó del derecho a explotar la línea férrea a perpetuidad y aseguró un importante movimiento comercial en todas las zonas tocadas por el tren.14 13

Informe de Enrique Foster, documentos referentes al arreglo de la deuda de la provincia de Santa Fe con la empresa del FCOS, 12 de setiembre de 1898. Rosario, Establecimiento Tipográfico y Encuadernación Nueva Época, 1898, CDICT, caja 22, leg. 822. 14 Casado consiguió que la construcción de coches y vagones se realizara en los talleres de la empresa en Rosario, e importó las ruedas de Inglaterra y los Estados Unidos, Estatutos de la S. A. FCOS. Rosario, Imprenta de El Independiente, 1881, MHPRJM, Planera n.º 3 del archivo documental. También MOSCATELLI, 1979. En 1888, el tren iba desde los Muelles y Graneros de Rosario, pasando por la Estación Central, Pérez, Zavalla, Pujato, Villa Casilda y, desde allí, hacia Palacios, Arequito, San José de la Esquina, y Sanford, Chabás y Villada. Las cargas ascendentes desde Rosario llevaron en 1888 productos de almacén, ferretería, mercancías varias, verdura, madera, materias inflamables, licores, postes, harina, alambre, leña, bolsas vacías, cal, tejas, baldosas, rieles, artículos de construcción, arena, durmientes, ladrillos, pasto, vehículos armados, maquinarias agrícolas, semillas, cereales y animales en pie por un total de 39.502.681 kg. Las cargas descendentes hacia Rosario llevaron trigo, maíz, lino, papas, cebada, cueros, cerda, lana, cajones vacíos, harina, licores, arena, ladrillos, pastos, afrecho, sebo, huesos,

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El capital inicial del FCOS fue de $ 750.000 fuertes, con acciones nominativas indivisibles de $ 100 fuertes cada una, que podían ser cambiadas por títulos al portador, acciones que a su vez daban derecho a una parte proporcional del activo de la sociedad anónima.15 La sociedad anónima fue constituida con domicilio legal en la ciudad de Rosario aunque el gobierno permitió a Casado «patentar su escritorio» en el extranjero. La junta general del FCOS estaba encabezada por Casado en calidad de concesionario, seguida de los propietarios de cien acciones —eran el galés Tomás Thomas,16 José Otero, Eugenio Pérez, R.M. Ros, Juan Gödeken, Joel Rogers, este último representado por Juan Dam— y de cincuenta acciones —Andrés Loyzaga, Pascual Páez, Camilo Aldao, Charles W. Blyth,17 Alfredo de Arteaga, Lisandro de la Torre, Alberto Briet, Joaquín María Cullen,18 Juan M. Coll, Ángel Muzzio, Miguel Castellanos y Manuel Castilla y Portugal, este último hermano del cuñado de Casado y administrador de la Colonia Candelaria—. La composición de este accionariado cambió con los años, pero por el momento, y de acuerdo a los estatutos, la posesión de diez acciones daba derecho a un voto hasta llegar a un máximo de seis votos por persona.19 A su vez, el directorio del FCOS fue constituido estatutariamente por cinco directores y dos suplentes nombrados por la junta general de accionistas. El primer directorio estuvo integrado por los directores propietarios Juan Thomas, José Otero, Eugenio Pérez, Andrés Loyzaga y Charles W. Blyth. Los directores suplentes fueron Juan M. Coll, pariente máquinas agrícolas y animales en pie, por un total de 35.194.534 kg. El movimiento comercial, refrendado por el ingeniero director Ignacio Firmat, fue de 74.697.215 kg. Véase Memoria presentada por el directorio del FCOS en asamblea general de accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1888 (asamblea del 3 de abril 1889). 15 La emisión de las acciones de los $ 450.000 fuertes restantes fue regulada posteriormente por el directorio del FCOS, DE MARCO, 1993, 249-250, 280-281. 16 Tomás Thomas, que llegaría a ser director titular del FCOS, vivía en Carcarañá, Escritura de venta de Tomás Thomas a Eugenio Pérez, 26 de junio de 1886, propiedad de la sección D de Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Alberto Arrué y Juan Arrosagaray, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 17 Como vimos en el capítulo dos, Blyth había comprado el campo Las Estacas de José Chávarri del Alisal para transferirlo pocos días después a Casado eludiendo los derechos de uno de los hermanos de José, Juan Chávarri del Alisal, así como del resto de la familia Chávarri. 18 Cabe señalar que Joaquín María Cullen participó en la revolución radical de 1890 y fue uno de los fundadores del radicalismo en Santa Fe. 19 Como hemos visto en el capítulo uno, este criterio de representación fue propuesto por Carlos Casado también para el Banco Provincial de Santa Fe con la finalidad de no otorgar mayor poder a los poseedores de un elevado número de acciones y propiciar, de ese modo, el ingreso de nuevos accionistas a la sociedad anónima sin perder al mismo tiempo el control de la empresa.

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de Casado,20 y Alberto Briet. Los doctores Eugenio Pérez y Juan Arrosagaray asumieron como presidente y secretario respectivamente; el síndico fue Manuel Regúnaga; y Germán Oldendorff, gerente de Casado en el Banco Provincial de Santa Fe, se convirtió en el tenedor de libros de la línea férrea. Por el directorio pasaron también otros accionistas: en el bienio 1884-1885 fueron directores titulares Tomás Thomas y Andrés Loyzaga mientras Federico Somoza asumía como director suplente. En el bienio 1886-1887 los directores propietarios fueron Juan Canals y Lisandro de la Torre, y el director suplente, Lisandro Paganini. En el bienio 1888-1889 fueron directores titulares Eugenio Pérez, Charles W. Blyth y Nicasio Vila, actores que, a su vez, habían participado en las diversas experiencias bancarias, tanto privadas como públicas, implementadas en la provincia de Santa Fe, o seguían de cerca la organización de la Colonia Candelaria. Desiderio Marquardt, por su parte, se integró a la directiva en 1887 para examinar las cuentas,21 al tiempo que actuaba como testaferro22 de Casado tanto en la causa contra los Chávarri del Alisal como en sus inversiones en el Chaco Boreal. Finalmente el funcionamiento del FCOS quedó a cargo de un administrador general que siempre fue el ingeniero Ignacio Firmat, cuya tarea era ejecutar los acuerdos de la junta general, así como dar cuenta de los negocios sociales, vigilar el cumplimiento de los contratos, llevar la correspondencia, proponer el nombramiento de empleados y dirigir los servicios del ferrocarril.23 Firmat se encargó también de la dirección de las construcciones, del diseño de la traza a partir de los planos del ingeniero Washington Hume,24 y de la coordinación de la empresa colonizadora de Casado a través de la entrega de las concesiones de tierras a los colonos y el cobro de las cuotas anuales.25 20

En algunas fuentes documentales aparece como Juan Colli, pero se trata del tío materno de Manuel Benjamín Goñi Coll, este último yerno de Casado. 21 Memorias presentadas por el directorio del FCOS en asamblea general de accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1885 (asamblea del 24 de mayo de 1886); 1887 (asamblea del 17 de julio de 1888); 1889 (asamblea del 29 de setiembre de 1890). Desiderio Marquardt y Federico Henrich poseían tierras entre las calles 3 de Febrero, Balcarce y Bulevar Santafesino según Información en el Copiador de cartas (mes 6), Rosario, inicia en 1887, CDICT, f. 463 y f. 482. 22 Entendemos por testaferro la persona que presta su nombre en un contrato o negocio que en realidad es de otra persona. 23 FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 62. 24 Los planos fueron aprobados por el gobernador José Gálvez y el ministro Néstor de Iriondo. 25 Ignacio Firmat estaba a cargo del Departamento de Ingeniería del FCOS. En noviembre de 1894 se creó la comuna de Firmat y en abril de 1962 el Municipio de Firmat, aunque se considera como fecha de fundación el 30 de agosto de 1888, que es la

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Las obras del FCOS fueron inauguradas el 10 de setiembre de 1882 en una ceremonia que contó con la asistencia, entre otros, de Juan Durán y Cuerbo, entonces embajador español ante el gobierno nacional argentino, y del senador Simón de Iriondo. El FCOS articulaba un amplio espacio geográfico dedicado a la producción agrícola para la exportación.26 El primer tramo de 56 km pasaba por Pérez, Zavalla, Pujato, ubicados a 16 km, 27 km y 41 km, respectivamente, de Rosario, paralelo a la vía del FCCA, y llegaba a Villa Casilda en un recorrido que duraba aproximadamente dos horas.27 La empresa construyó un empalme en el núcleo urbano de la Colonia Candelaria28 desde el cual se bifurcaron dos ramales previstos por la ley del 17 de octubre de 1881 hacia asentamientos que habían sido originariamente fundados para frenar el avance indígena: por un lado, la segunda sección al oeste, desde Villa Casilda a Guardia de la Esquina, que fue inaugurada el 6 de enero de 1889 y completó un recorrido de 125,5 km pasando por las estaciones Palacios, Arequito, San José de la Esquina,29 Arteaga y Cruz Alta (Colonia Juárez Celman), y por el otro, la tercera sección al sur, desde Casilda a Melincué, la cual se libró al servicio público el 19 de agosto de 1888 ocupando 74,9 km entre las localidades de Sanford, Chabás, Villada, Firmat, km 78 (actual Durham) y Melincué (Colonia San Urbano). Los nombres son significativos: el nombre Sanford fue elegido en honor al representante financiero de la casa bancaria Compañía Americana de Billetes de Banco en Nueva Yortk, Carlos H. fecha de inauguración de la estación del FCOS. ÁLVAREZ, 1943, 461; SANTILLÁN, 1967, t. 1; TOSTICARELLI, 1969, 11; ARAUJO, 1985; FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 334-335. Véase también Plano general de la Colonia San Urbano, CDICT, Plano general E-0106 que incorpora chacras y quintas y el pueblo Melincué, con ubicación del nuevo pueblo San Urbano, departamento General López. 26 Cabe señalar que los pueblos fundados en las estaciones del FCOS fueron exonerados del pago de impuestos durante diez años. Ley provincial del 17 de octubre de 1881, referente a la concesión del FCOS, aprobada por Senado y Cámara de Diputados de la provincia santafesina, CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox), ff. 24-30; REATI, 2006, 61. 27 REATI, 2006, 141. 28 Escritura de venta por valor de $ 239,96 mn de Pedro Mioño a Carlos Casado, 27 de marzo de 1886, una manzana en Villa Casilda, Colonia Candelaria, departamento San Lorenzo, en virtud de la ley de concesión del FCOS, testigos José N. Puccio y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 29 LAGOS (1962, 27) escribió que eran propietarias en la zona de San José de la Esquina las más importantes y «conspicuas familias santafesinas»; los Casado-Sastre conformaban una de esas familias; REATI, 2006, 144.

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Sanford; Chabás por el francés Pascual Chabás, Villada por el lugar de nacimiento de Casado, y Firmat por el ingeniero Ignacio Firmat.30 A finales de la década de 1880 las locomotoras a vapor de la sociedad anónima hacían su recorrido diario de 210 km desde los bajos del río Paraná y la Estación Central rosarina, los graneros y muelles de la Colonia Candelaria, la casilla para vigilantes, y la bifurcación hacia Melincué y San José de la Esquina.31 En todas las localidades se construyeron las estaciones, edificios accesorios y depósitos de agua. En 1887 el FCOS daba trabajo a un total de 370 personas y había construido la conexión al interior de Rosario con 4,3 km en los Graneros, 1,8 km de vías férreas en la Aduana y 3,8 km de empalmes.32 Debemos explicar la forma en que se implementó este proyecto. En 1883 el presidente Julio Argentino Roca destacó en su mensaje al Congreso la importancia que tenían los ferrocarriles en la unificación del territorio y en el crecimiento económico nacional: había en el país unos diez ferrocarriles nacionales, provinciales y particulares que daban empleo a 14.500 trabajadores.33 Amparado por las leyes provinciales y por el gobierno nacional, en 1882 Casado dio comienzo a los juicios de expropiación de las tierras destinadas al FCOS contando con la colabora30 Pascual Chabás llegó a la Argentina en setiembre de 1867 y se radicó en Villa Casilda en 1879 para abrir allí una casa comercial un año después. En el transcurso de la sanción de la ley provincial del FCOS de 1881, Pascual Chabás compró 4.000 ha y comenzó a construir una colonia cuya villa adoptaría su nombre, Villa Chabás, que creó su primera Comisión de Fomento en 1892. La Colonia en 1883 y Villa Chabás en 1888 se construyeron en la superficie de la zona llamada La Pampa poseída por los sucesores de Tomás Armstrong, quienes además eran propietarios de un extenso territorio desde Guardia de la Esquina hasta Melincué, incluyendo Cruz Alta en la provincia de Córdoba. Fraccionada esta propiedad, se vendió a diversos inversores. El 7 de noviembre de 1881 Casado vendió a Pascual Chabás un campo ubicado en La Pampa, en el paraje denominado Arroyo Saladillo, de 1.500 varas por 2.000 varas de fondo. Chabás adquirió otro terreno contiguo de 2.800 ha a Francisco Fontana en 1883, y en 1885 compró otra propiedad a Romualdo H. Gallegos; Referencias en: LAGOS, 1962; GRELA, 1983, 29-30; FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 85; REATI, 2006, 144. 31 SOARES, 1937, 78; Memorias presentadas por el directorio del FCOS en asamblea general de accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1885 (asamblea del 24 de mayo de 1886); 1887 (asamblea del 17 de julio de 1888); 1888 (asamblea del 3 de mayo de 1889). Caras y Caretas, Semanario Festivo, Literario, Artístico y de actualidad, año II, n.º 40, Buenos Aires, 8 de julio de 1899. Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. 32 REATI, 2006, 141. 33 Mensaje del presidente Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1883, MABRAGAÑA, tomo IV (1881-1890), 65-92; también CÁRCANO, 1893.

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ción de una serie de abogados prestigiosos de la ciudad.34 En un principio el propietario del FCOS se hizo representar por el procurador Joaquín Fillol y aprovechó el contenido del poder que le había otorgado el 5 de diciembre de 1873 ante el escribano Lisandro Paganini para que llevara adelante los juicios contra los Chávarri del Alisal y contra los colonos de la Candelaria. El 26 de mayo de 1884 el procurador Joaquín Fillol dejó de representar formalmente a Casado siendo sustituido por Juan Arrosagaray que hasta ese momento actuaba como perito; con ellos Casado afrontó desde el año 1882 la expropiación de los terrenos urbanos necesarios para el FCOS. En junio de 1883 el gobierno designó como apoderados a Deolindo Muñoz y a Antonio Hernández, y habilitó la actuación del escribano de gobierno para registrar las propiedades a favor del FCOS. El 24 de setiembre de 1883 José Jofré fue designado tasador oficial, cargo asumido el 8 de mayo de 1884 por Federico Somoza, que se integraría directamente como directivo de la sociedad anónima, y por Santos Gollán en 1891.35 Siguiendo siempre la traza autorizada por el gobierno, Casado comenzó por expropiar en Rosario una zona de 30 m de ancho en todo el trayecto de la vía en la calle Ayacucho, así como dos manzanas ubicadas en las inmediaciones del Colegio Nacional entre las calles 9 de Julio, Chacabuco, General López y Talcahuano hasta la barranca del río Paraná, que fueron destinadas a la Estación Central, y que conectaron con los Muelles y Graneros de Rosario en el inicio de la calle Balcarce.36 Los terrenos en cuestión estaban entonces en poder de Lorenzo Silva, que vendió privadamente su fracción a Ignacio Firmat; de Francisca Ruíz de Paz y Camilo Aldao, a quienes se les siguió otro pleito que se resolvió sin demasiados conflictos ni dilaciones; y de Ángel Montagno, Pilar Mansilla 34 Los abogados más importantes de la época fueron: Severo González, asesor de los jueces de paz legos; Avelino Ferreyra; Melquíades Salvá; Evaristo Carriego, redactor de El Comercio de Rosario y El Progreso; Agustín Matienzo; Emeterio C. Regúnaga; Juan Francisco Monguillot; Antonio Tarnassi; Lucas González; Manuel Lucero; Desiderio Rosas, que fuera Defensor de Menores de Tribunales. También destacaron José María Zuviría, que ejerció como juez federal; José Olegario Machado, especialista en Derecho Civil; Manuel R. César; Pedro Nolasco Arias; Andrés Canelas; Nicanor González del Solar; DE MARCO, 1966. 35 Honorarios de tasadores oficiales de la provincia de Santa Fe CDICT, Libro de Leyes, Decretos y resoluciones que se relacionan con el Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe (1855-1900 aprox), ff. 4-6. 36 FERRER Y FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2001; la línea del FCOS se construiría entonces hacia el oeste por el Bulevar Argentino (hoy Pellegrini), girando hacia el sudoeste junto a la actual Avenida Godoy a partir del Bulevar Santafesino (hoy Oroño). En Villa Casilda, Carlos Casado también expropió 1 km2 para construir la estación de llegada del primer tramo del FCOS.

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de Echezarreta, Cayetano García, Mariano Marull y Casimiro Machado, con quienes Casado afrontó un largo proceso judicial.37 Los propietarios mencionados fueron citados por edictos y advertidos que podrían ser declarados rebeldes si no comparecían en el juzgado. Emilio Soriano38 detectó numerosas superposiciones en los terrenos de los afectados por la construcción de la Estación Central, y denunció las falencias del plano catastral que oportunamente había levantado Herman Duchesnois. Afirmó que los primeros pobladores de Rosario habían fraccionado los terrenos de naciente a poniente, pero que en 1855 una comisión designada por el gobierno, y formada por el ingeniero Allan Campbell y Eugenio Pérez, dio a los terrenos otra dirección, este-oeste y norte-sur.39 Soriano identificó un sobrante triangular y vaticinó que sería causa de futuros reclamos judiciales.40 El error de las mensuras originarias dilató la expropiación pretendida por Casado en la zona de la Estación Central. Durante el desarrollo del juicio de expropiación del año 1883, la primera decisión de Casado fue nombrar al perito Juan Arrosagaray mientras 37 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Joaquín Fillol, contra Pilar Mansilla de Echezarreta, Cayetano García, Lorenzo Silva, Mariano Marull y Casimiro Machado, más Ángel Montagno, sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Manuel R. César, secretario Artemio Sánchez, Rosario, 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 52. 38 La colección fotográfica de Emilio Soriano, conservada en la Escuela Superior de Museología de Rosario, incluye imágenes del FCOS sobre cuyos terrenos se construyó a partir del año 1951 el Parque Urquiza. Tres años antes el gobierno de Juan Domingo Perón dispuso la nacionalización de las empresas ferroviarias en la Argentina, y se demolieron los edificios salvo la Estación Central. 39 Eudoro y Gabriel CARRASCO (1897, 323, 328-332) comentaron la llamada «cuestión de las superposiciones» de la siguiente manera: «los primeros fundadores de la ciudad de Rosario trazaron sus calles é hicieron sus ventas de tierras á rumbos magnéticos, mientras que las mercedes primitivas de la campaña estaban á rumbos verdaderos; había, pues, un error de catorce grados. Mientras las tierras carecían de valor, no se medían más que aproximativamente, pero una vez que aumentaron de precio y se hicieron mensuras precisas, resultó que en toda la ciudad había un inexplicable embrollo de superposiciones de propiedades en terrenos ajenos, que era imposible arreglar con perfección». Gran parte de los propietarios afectados habian firmado un convenio en noviembre de 1855 en la sede de la Jefatura Política reconociendo la mensura que corrigió la ubicación hacia el rumbo oeste así como la necesidad «de resolver definitivamente las cuetiones suscitadas en beneficio de la tranquilidad de los vecinos, dejando á cada uno en posesión de sus perfectos derechos». En caso de vender, los propietarios se obligaron a indemnizar a los compradores por el terreno faltante. Los Anales de Rosario incluyeron el documento íntegro de dicho convenio. 40 Informe sobre los terrenos ocupados por el FCOS y elevado por el perito Vicente Pérez el 22 de noviembre de 1895 en el asunto de Ignacia Echazarreta de Maldonado sobre reivindicación, Rosario, 1895, CDICT, Copiador de cartas (mes 4), 1887-1893, f. 117-131.

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los afectados hacían lo propio y designaban a José N. Puccio, quien señaló sus diferencias con aquél remarcando que Arrosagaray no partía del valor real de las transacciones en el mercado sino que utilizaba la declaración del impuesto de contribución directa a sabiendas de que los propietarios siempre declaraban un valor menor para eludir impuestos. De este modo, Puccio calculó los valores en varas cuadradas y en $ fuertes, mientras que Arrosagaray lo hizo en m2, aplicando la equivalencia de $ 1 boliviano = $ 0,64 mn. Ante esta disidencia, el juez convocó un juicio verbal y designó a Lisandro Paganini como tercer perito en discordia. Paganini combinó ambos peritajes: incluyó el criterio de Puccio de contemplar el precio de los terrenos después de ser inaugurados los trabajos de construcción de la línea férrea, pero mantuvo el criterio de Arrosagaray de fijar la indemnización en $ mn con la consecuente depreciación respecto del $ fuerte (Cuadro 10). El juez aceptó la tasación de Paganini y Casado depositó provisoriamente $ 1.902,44 os en el Banco Provincial de Santa Fe que por entonces gerenciaba uno de sus más estrechos colaboradores, Juan Dam, para iniciar así la expropiación de los terrenos urbanos. Al mismo tiempo, decidió que fuese Javier Munuce el escribano encargado de registrar la transferencia de las propiedades, y Julián de Bustinza hizo las primeras mediciones de deslinde para la Estación Central.41 El conflicto por las tierras en las que hoy se erige el Parque Urquiza se extendió hasta bien entrado el año 1886. De hecho, poco después de hacerse públicas las tasaciones de Puccio, Arrosagaray y Paganini, los reclamantes volvieron a la carga: uno de ellos, Ángel Montagno, designó un perito que tasó el m2 en $ 0,38 mn frente a los $ 0,16 mn que fijaría José Jofré. En este caso concreto, el juzgado optó por nombrar a Ciro Echesortu como tercer perito en discordia. Montagno presentó al juez los títulos de la propiedad que había adquirido ante el escribano Lisandro Paganini y por la que pagó a razón de $ 0,14 el m2 en 1874. Este era casi el mismo precio que diez años después pretendía abonarle Casado como indemnización. Igualmente Juan Arrosagaray depositó judicialmente $ 225 mn en el Banco Provincial de Santa Fe. El director era entonces el propio Carlos Casado, y su gerente era Juan Dam. Un hecho similar ocurrió con la propiedad de Mariano Marull que estaba ubicada en la lonja de 200 varas que había poseído Manuel Díaz y que Paganini tasó en $ 0,18 mn el m2.42 El perito de Marull, Pedro Tis41 La merced había sido fraccionada en el siglo XVIII y traspasada a Narciso José de Suero quien en 1741 la dividió en fracciones longitudinales frente al río; 100 varas pasaron a Paula Delgadillo y luego a José Rabassa y Pol, y a Agustín Cibils; 200 varas a Manuel Díaz; 300 varas acabaron en poder de la familia Benegas y otras 100 a manos de la familia Cufré. 42 Las personas linderas de Marull eran Francisca Ruíz de Paz, el procurador Marcial

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CUADRO 10. Diferencias de peritaje entre José N. Puccio, Juan Arrosagaray y Lisandro Paganini, expropiación de la Estación Central del FCOS en 1883

Propietarios

1. Ángel Montagno 2. Mariano Marull 3. Pilar Mansilla de Echezarreta 4. Casimiro Machado 5. Cayetano García Total

m2

Tasación perito Tasación Juan perito Arrosagaray Puccio ($ mn por m2 ($ fuertes con la por vara equivalencia en cuadrada) $ bolivianos)

Tasación perito en discordia Lisandro Paganini ($ mn por m2)

$ fuertes recibidos por propietarios

1.124,93 1.888,85

25 27

13 = 21,32 13 = 21,32

16 18

225 339,99

3.009,15 5.527,99 1.133,75

24 22 30

13 = 21,32 12 = 19,68 14 = 22,96

15 16 20

451,37 884,47 226,61

12.684,67

2.127,44

Fuente: elaboración propia según ATPR, Causas Civiles, serie C, tomo 52, 1887, Joaquín Fillol en representación de Carlos Casado s/ expropiación del FCOS Juicio contra los propietarios Pilar Mansilla de Echezarreta; Cayetano García, Lorenzo Silva, Mariano Marull, Casimiro Machado, más Ángel Montagno, por expropiación, Juzgado Civil y Comercial, primera Sección, segunda circunscripción, Rosario, juez Manuel R. César, secretario Artemio Sánchez.

cornia, tasó la propiedad en $ 0,30 mn el m2 mientras que José Jofré consideró que sólo debían pagarse $ 0,17 mn. José María Echagüe fue designado perito en discordia por el juzgado, tasó el m2 en $ 0,25 mn, y argumentó que era necesario tener en cuenta el aumento del valor de la propiedad raíz como consecuencia de los trabajos realizados por el FCOS en esa parte de la ciudad desde el año 1882, así como el crecimiento urbano, la depreciación de la moneda de curso legal y el tiempo transcurrido desde la tasación de Paganini, todas circunstancias que los peritos de Casado —primero Arrosagaray y luego Jofré— nunca contemplaron. El juez consideró que la valoración de José María Echagüe era equitativa y autorizó a Javier Munuce a transferir el terreno al concesionario del FCOS, pero Marull prefirió vendérselo «privadamente» el 9 de setiembre de 1886. La tercera propiedad afectada fue la de Pilar Mansilla de Echezarreta, ubicada al costado de la de Mariano Marull. El FCOS ofreció pagarle $ 0,15 mn el m2 pero al realizar las mensuras se descubrió que el terreno Pimentel (apoderado de los herederos de Saturnino Ibarlucea), Melitón de Ibarlucea, Pilar Mansilla de Echezarreta e Ignacia Echezarreta de Maldonado.

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no medía 3.009 m2 como se pensó al inicio del proceso judicial, sino 6.928 m2, es decir, más del doble de la superficie originaria. El juzgado citó a la mujer mediante edictos que nunca respondió y tras comprobar que había fallecido dejando como única heredera a su hija Ignacia Echazarreta de Maldonado, convocó a esta última para conseguir que transfiriese la propiedad a Casado. Ignacia, denunció al empresario español por ocupar ilegítimamente sus tierras construyendo la Estación Central del FCOS, aunque aceptó recibir una indemnización valorada en $ 450,85 mn. Como no sabía leer ni escribir, su hijo firmó por ella no sin antes argumentar que se sometía a la decisión judicial «solamente por evitar cuestiones con el FCOS que me son odiosas, y no porque deje de reconocer los vicios de nulidad que tiene este juicio y el vil precio a que se ha tomado mi terreno en la parte expropiada». La cuarta propiedad fue la de Casimiro Machado, cuya esposa decidió ceder sus derechos al abogado José Olegario Machado quien por entonces residía en Buenos Aires. En abril de 1886, es decir, tres años después de inaugurado el FCOS, el abogado Machado acusó a Carlos Casado de ocupar su propiedad y de construir la Estación Central sin contar con títulos legítimos de propiedad. Machado argumentó la incompetencia de la jurisdicción provincial y acudió al juzgado federal utilizando la condición de extranjero del concesionario. Según él, era «público y notorio que el señor Casado es extranjero y que yo soi [sic] argentino, es igualmente público y notorio que soi vecino de la capital de la República y que el señor Casado lo es de esta provincia». Finalmente, la quinta propiedad expropiada por la sociedad anónima fue la de Gerónimo García y sus dos hijos, Valeriano y Pedro. El 30 de noviembre de 1883, después de conocerse los valores fijados por Paganini, los García nombraron al procurador Jacinto Rodríguez Pardo, dijeron al juez que no sabían firmar, pidieron a tres personas que lo hicieran por ellos, y afirmaron haber sufrido intimidaciones por parte del «grupo Casado» con la intención de que abandonaran sus casas. El procurador Rodríguez Pardo preguntó al juez en su escrito «¿con qué derechos se pretende despojarlos? ¿Con el de la impunidad, recursos con que se acostumbra a proceder?», frase que permite deducir el estado de ánimo de las personas afectadas por la construcción de la Estación Central y que nos sirve para introducir el apartado de este capítulo. Mientras tanto, Arrosagaray alegó que las viviendas de los García eran simples ranchos, y que su precio no podía superar los $ 128 mn. El perito Wenceslao López Lasso sostuvo que Casado pretendía expropiar el terreno en el cual se encontraban las casas de los García sobre el cual había construido el local de la Estación y que, por ende, el precio debía

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ser $ 0,30 mn el m2. Agregó además $ 280 mn por los ranchos. En ese punto el juez decidió volver a convocar a Lisandro Paganini como tercer perito en discordia y el valor fijado por el m2 fue de $ 0,20 mn. Este precio fue rechazado por el propio juez quien declaró que la indemnización que Casado pretendía entregar a los García no se ajustaba a derecho. Casado igualmente consiguió quedarse con la propiedad pagando sólo $ 410,60 mn en un acto en el que estuvieron involucrados José Dam y Juan Dam, gerente y director general, respectivamente, del Banco Provincial de Santa Fe en el que Casado ostentaba un gran poder.43 De esta manera, la entidad bancaria fue instrumentalizada para garantizar que el español consolidara su proyecto ferroviario y colonizador. Como veremos, Casado abandonó literalmente la dirección del banco desde el momento en que dio por acabados los últimos dos ramales del FCOS a San José de la Esquina por el oeste y a Melincué por el sur. Hasta ese momento los durmientes necesarios para construir las vías eran importados por la casa de P. Omarini Hermanos,44 pero justo en ese momento Casado tuvo la posibilidad de adquirir tierras ofertadas por los Estados argentino y paraguayo en el Gran Chaco, que eran ricas en quebracho, una madera idónea para fabricar durmientes del tren. La consolidación de la línea férrea se dio en 1886, precisamente el año en que Casado se convirtió en uno de los mayores terratenientes del Cono Sur latinoamericano desembarcando en el Chaco Boreal. 5.2.

El impacto del FCOS: las propiedades de los Casado-Sastre en la provincia de Santa Fe

En 1886 Carlos Casado y la Escayola, Canals y Compañía, liderada por Juan Canals, concentraban el 50,1% de las acciones del FCOS, el primero 22% y la compañía el 28,1% (Cuadro 11). La Junta general extraordinaria de accionistas de la sociedad anónima decidió en ese preciso momento ampliar su radio de acción y otorgar un poder amplio a Casado para que pudiese incorporar capitales o fusionar el «ferrocarril corto» a otras compañías férreas de Europa.45 43 Cabe señalar que en las fuentes documentales el nombre aparece sólo con la primera letra (J.Dam) confundiendo a Juan José Dam. 44 FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 84. 45 Poder General de la Compañía Ferrocarril Oeste Santafesino a Carlos Casado (directorio de la sociedad anónima representado por el presidente Eugenio Pérez y por el secretario Juan Arrosagaray, según decreto del Poder Ejecutivo provincial del 19 de diciembre de 1881), 12 de julio de 1886, testigos Pedro Mancera y Juan Arrosagaray, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

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CUADRO 11.

Accionistas y número de votos por acciones del Ferrocarril Oeste Santafesino en 1886

Accionista particulares o compañías

Escayola, Canals y Compañía Carlos Casado José Antonio Zorrilla Manuel Gómez Fernando Larrucea y Gaztañazatorre y Compañía (junto con Gabriel Castet o Castell y José Monte) Fernando Larrucea y Gaztañazatorre (particular) Juan María Bigorday José Dam Juan Canals Federico Somoza Carlos María Palacios (Sastre) José Otero y Compañía Nicasio Vila Eloy Palacios Desiderio Marquardt y Federico Henrich Desiderio Marquardt Federico Henrich Carlos (Charles) W. Blyth Alfredo de Arteaga Gabriel Castet (o Castell) Julián de Bustinza Rodrigo M. Rop José Fló Totales

Acciones

Votos

900 700 100 100

6 6 6 6

100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 50 50 50 50 50 20 20 20

6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 5 5 5 5 5 2 2 2

3.210

121

Fuente: Poder General de la Compañía Ferrocarril Oeste Santafesino (directorio de la sociedad anónima representado por el presidente Eugenio Pérez y por el secretario Juan Arrosagaray, según decreto del Poder Ejecutivo provincial del 19 de diciembre de 1881) a Carlos Casado, 12 de julio de 1886, testigos Pedro Mancera y Juan Arrosagaray, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

El inventario de bienes que levantara J. Daniel Infante en 1899 muestra que la familia Casado-Sastre poseía tierras en la Colonia Candelaria y Villa Casilda así como en los pueblos por los que pasaba en el FCOS, en los que concentraban campos, manzanas y fracciones de manzanas, terrenos destinados a plazas y calles públicas.46 Es posible observar en algunos 46

Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de

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de los planos que la S.A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras hizo confeccionar tras ser adquirido el FCOS por el FCCA, y que encargó a la empresa del constructor Aquiles Tamburini,47 que la vía férrea organizó espacialmente las diversas localidades por las que hizo su recorrido. En el caso de Firmat, las dos plazas centrales ubicadas en las manzanas 29 y 45 fueron construidas frente a la línea del FCOS, sobre los bulevares Colón y Solís, nombres que podrían interpretarse como alusivos a la etapa del «descubrimiento» y de la «conquista» de América. Las calles restantes, como sucedió en otras colonias, sólo estaban identificadas por un número. Dada la importancia adquirida por el ferrocarril, se especificó la orientación de la vía hacia el lado de Casilda por el norte, y hacia Melincué por el sur.48 De este modo, el FCOS de Casado condicionó la estructura espacial de las localidades y pueblos:49 el plano de San José de la Esquina, por ejemplo, orienta la ubicación del FCOS hacia Juárez Celman por el oeste, y hacia Villa Casilda por el este, así como el loteo de las diversas manzanas y la ubicación de los bulevares bautizados significativamente Hernán Cortés y Francisco Pizarro (Ilustración 13).50 Desde inicios de la década de 1880 el aumento de la exportación de cereales de las colonias del sur santafesino llevó al entonces presidente Julio Argentino Roca a sostener que la provincia era «lo más serio que tiene el país en materia de colonización».51 Entre 1884 y 1898, es decir, J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Plano general de Sanford en el departamento Caseros elaborado a pedido de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras a principios del siglo XX, CDICT, Plano general E-0216, incluye ubicación del FCCA, propietaria del FCOS, y localiza los bulevares General Las Heras y España, la Plaza Casado, lotes de diversas manzanas, la orientación del FCOS hacia Melincué y Casilda, y la ubicación del un km2 en el centro de la población según la concesión de 1881. 47 Referencias sobre Colonia Candelaria y Villa Casilda en Acta de la reunión de la CF n.º 64, febrero de 1889, MAHM, Libro de Actas de la CF (1886-1904). 48 Plano de Firmat en el departamento General López con la orientación del FCOS hacia Casilda por el norte y Melincué por el sur, elaborado por Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, B. Tamburini y Compañía, CDICT, Plano general E-0109, incluye ubicación del FCOS, bulevares Colón y Solís, plaza central y lotes de diversas manzanas. Escala 1:1333; 0.075=100 m; la fecha estimativa es 1909 después de que una asamblea extraordinaria de la antigua Compañía de Tierras La Hispano-Paraguaya Limitada decidiese de manera unánime modificar su denominación por la de sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, temática que abordaremos en los capítulos siguientes. 49 MANFREDI, 1998. 50 Plano general de San José de la Esquina elaborado por B. Tamburini y Compañía a pedido de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, CDICT, Plano general E-0232, incluye la ubicación del FCOS. 51 Mensaje del presidente Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de

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ILUSTRACIÓN 13.

Plano de San José de la Esquina, CDICT, Plano general E-0232.

desde el momento en que contamos con registros anuales de la carga que llevaba el FCOS y hasta un año antes de la muerte de Casado, el puerto rosarino recibió importantes cargamentos de cereales (el Cuadro 12 ofrece un registro en bolsas). En 1892, el FCOS permitió que saliesen de Rosario más de un centenar de buques cargados con cereal; ocho años después fueron 228 los buques que se acercaron al puerto para cargar las bolsas provenientes de las colonias conectadas por la vía férrea. Casado adquirió propiedades en cada una de las localidades por las que pasó el FCOS, incluyendo la Colonia Palencia o Palatina (Chañar Ladeado), Berabevú,52 y en las provincias de Córdoba (Colonia Juárez 1884, Mabragaña, tomo IV (1881-1890), 93-128. Cabe señalar que el gobierno provincial santafesino encomendó a Julián de Bustinza, colaborador de Casado, la mensura de San José de la Esquina y, posteriormente, en abril de 1864, nombró una comisión de ciudadanos, formada, entre otros, por Aarón Castellanos, para que distribuyesen las tierras del pueblo y ejido; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 605. 52 Información sobre la Colonia Palencia o Palatina, CDICT, Libro de Indices de mensuras y planos de campos, por localidades y departamentos, incluyendo datos sobre colonias; sin fecha, aproximadamente principios del siglo XX. La Colonia Berabevú fue fundada por Casado en 1893; la estación de Berabevú, a 20 km de la frontera con la provincia de Córdoba, se fundó sobre una propiedad de Casado que se convirtió en

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CUADRO 12. Bolsas de productos agrícolas introducidas anualmente en Rosario por el FCOS entre 1884 y 1898 Años

1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898

Trigo

Maíz

Lino

Papas

Total bolsas

223.635 311.085 249.220 541.567 306.164 514.848 787.870 310.006 1.233.868 2.335.340 2.573.785 2.161.589 1.732.094 653.643 1.313.005

128.200 117.200 70.677 175.560 55.022 527.120 316.938 6.190 125.671 28.943 45.100 129.407 349.726 278.693 422.276

7.424 11.225 27.688 62.690 20.021 48.882 21.680 732 7.350 6.381 8.181 38.412 72.257 64.393 27.970

2.700 8.940 2.077 6.570 3.275 7.232 1.409 35 1.393 120 – – – – –

361.959 448.450 349.662 786.387 384.482 1.098.082 1.127.897 316.963 1.368.282 2.370.784 2.627.006 2.329.408 2.154.077 996.729 1.763.251

Total bolsas 15.247.719

2.776.723

425.286

33.751

18.483.479

Fuente: elaboración propia según MHPRJM, Folleto que incluye: Ley sobre el FCOS, 17 de octubre de 1881; Contrato para la construcción del FCOS, 12 de noviembre de 1881; Estatutos del FCOS S. A.

Celman) y Mendoza.53 Mientras afrontaba la construcción de la línea desde Villa Casilda a Juárez Celman y a Melincué, el español inició los trámites para llevar una línea directa de Rosario a Pergamino, localidad de la provincia de Buenos Aires en la que también adquirió propiedades. A su vez, vendió al FCOS buena parte de los terrenos que poseía en la ciudad de Rosario y aumentó el capital de la sociedad anónima hasta alcanzar los $ 12.000.000 os. En la memoria elevada a los accionistas en abril de 1889, Eugenio Pérez señaló que la empresa por él dirigida pretendía ampliar las comunicaciones con Buenos Aires para competir con la vía férrea del FCCA desde Cañada de Gómez hacia Pergamino.54 colonizador del área al extender el ramal a Río Cuarto. Berabevú fue ubicada entre las localidades de Los Quirquinchos y Chañar Ladeado. 53 El representante de Casado en Mendoza era el abogado Augusto San Martín, Poder General de Carlos Casado a Augusto San Martín, 10 de julio de 1886, representante en la provincia de Mendoza, testigos Pedro Mancera y Juan E. Vélez, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 54 Memoria presentada por el Directorio del FCOS en Asamblea General de

250

GABRIELA DALLA CORTE

Casado murió conservando el derecho a retrotraer una fracción en Pérez, que había vendido por $ 15.000 mn y que Infante tasó en sólo $ 250 mn. Con respecto a algunas de las concesiones adjudicadas a colonos de Zavalla,55 Pujato, Arequito, Chabás y Firmat, Infante ya había juzgado que «los convenios de compraventa son muy antiguos, los plazos de pago se hallan vencidos y los deudores son insolventes en casi su totalidad», y declaró que las deudas eran prácticamente incobrables «en razón de la antigüedad de los contratos y a la condición de los deudores» (Cuadro 13). Posteriormente, los sucesores de Casado afrontaron los juicios que algunos propietarios entablaron en la Corte Federal planteando la inconstitucionalidad de la ley de expropiación.56 Como hemos visto, esta estructura ferroviaria, así como la posesión de tierras en el sur santafesino, fueron garantizadas por las expropiaciones reguladas por la ley del 5 de octubre de 1867 y por el artículo 1 de la ley provincial del 29 de setiembre de 1882. Los juicios de expropiación rural fijaron el precio de la legua cuadrada en $ 40.000 mn, y en todas las causas Diego del Castillo planteó la expropiación de 30 m de ancho por el largo de la propiedad, además de un cuadrado de 1.000 m por costado para las estaciones, transfiriendo a Casado los títulos de propiedad.57 En cada juicio se repiten nombres de personajes que permiten reconstruir el entramado social de Casado y que vuelven a aparecer en las diversas adAccionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1888 (asamblea del 3 de abril de 1889). 55 Casado compró tierras en 1886: Escritura de transferencia de propiedad en la Estación Zavalla, de Eduardo M. Scallan y Stephen Abackey (o Mackey) a Carlos Casado, 27 de marzo de 1886, propiedad en el Km 25 y Km 26 por la ley de concesión del FCOS, tasación aprobada por el Juzgado el 10 de agosto de 1885, testigos Arsenio Maseras y Antonio Ferrer, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). La Colonia Zavalla fue fundada por el FCOS en 1887. Casado fundó la estación en honor al sacerdote y político Manuel María Zavalla en 1883; adquirió tierras y las revendió a pobladores italianos. 56 Los juicios fueron, primero, por 1 km2, tasado en $ 2.000 mn, destinado a la estación de Palacios ubicada entre los Km 69 y 70 del ramal a Juárez Celman; segundo, por 1 km2 de terreno expropiado para el pueblo Sanford y que fue tasado en $ 1.798,50 mn; finalmente, 1 km2 para formar el pueblo Villada y que fue valorado en $ 1.829,43 mn. Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. 57 Expediente civil del FCOS de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Tomás Leguizamón, sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 8 de noviembre de 1887 y finalizado el 6 de diciembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, Serie C, t. 69.

San José de la Esquina

Coloma Duarte, 06.07.1888

concesión n.º 3 de Colonia Iriondo: 1.279,82 m ´ 1.055,82 m.

49, 56, 57, 58, 62, 63, 65, 66, 72; fracciones en manzanas 12, 18, 19, 21, 26, 27, 44, 47, 50, 53, 54, 64, 67. En 1944 Pedro Casado Sastre denunció la posesión de una fracción de 500 m2 en la manzana 19.

4.000

3.000

Pérez, Freire y Compañía, manzanas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 20, 22, 23, 24, 25, 28, 31, 32, 41, 48, 27.02.1888

Arequito

cruzada por el FCOS

Compromisos de compra-venta sobre solares en la vía de Villa Casilda a Juárez Celman, no escriturados, valor $ 4.755,29 mn, recibido por Casado $ 1.034,03 mn, a favor de la sucesión saldo de $ 3.720,56 mn. Incobrables.

Solares no escriturados por valor de $ 5.542,62 mn; a cuenta Casado recibió $ 1.086,22 mn, resta el saldo de $ 4.456,34 mn. Incobrables.

3.000

Clodomira Larrechea de Bus- manzanas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, tinza, 07.09.1888 16, 17, 18, 19, 20, 22, 23, 24, 25, 26, 32, 33, 36, 37, 40, 41, 42, 44, 47, 49, 50, 52, 53, 54, 56, 57, 60, 61, 62, 63, 64, 66, 67, 68, 69, 70, 71; fracciones en manzanas 21, 27, 30, 43, 46, 58, 65, 72.

Pujato

Características Compromiso de compra-venta por valor de $ 4.071,60 mn; Casado recibió $ 1.186,06 mn, saldo a favor de los sucesores $ 3.584,94 mn. Incobrables.

Tasado $ mn 5.000

Superficie

Eduardo M. Scallan y Stephen manzanas 1, 9, 10, 11, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 28, 30, 31, 32, 33, 37, 43, 44, Abackey (o Mackey), 47, 48, 49, 55, 56, 57, 58, 65, 70, 72; fracciones 27.03.1886 en manzanas 2, 3, 4, 5, 6, 8, 12, 14, 27, 36, 40, 42, 50, 51, 52, 53, 62, 64, 69, 71.

Propietario originario y fecha adquisición

Propiedades de la familia Casado-Sastre en las estaciones del FCOS en 1899

Zavalla

Localidad

CUADRO 13.

MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIO Y POLÍTICA DE TIERRAS

251

11.04.1890 Carlos Reckembach, 16.05.1892 Alberto Gerhard (sucesor de Emilio Gerhard), 28.05.1890 Enrique Amman, 14.05.1892 Alfredo de Arteaga, 28.04.1892 Alfredo de Arteaga,16.05.1892

Pascual Chabás, 06.02.1888; Herederos de Tomás Armstrong, 21.08.1892 (Carlos Dose y María Dose de Larriviere).

Víctor Van Zuylen, 11.03.1891.

H e re d e r o s de To má s Armstrong, 10.08.1891 (Carlos Dose y María Dose de Larriviere).

Chabás

Villada

Firmat

Propietario originario y fecha adquisición

101,12

S/d

manzanas 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 14, 15, 16, 17, 18, 23, 24, 25, 33, 36, 37, 40, 41, 42, 43, 44, 47, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72; fracciones en manzanas 4, 12, 13, 19, 20, 21, 22, 26, 27, 28, 30, 31, 32, 60

5.000

3.000

Tasado $ mn

por falta de venta de los solares y pendiente de pleito ante la Corte Suprema contra José María Bombal Ugarte. No se realiza el inventario completo.

manzanas 15, 33, 37, 41, 42, 43, 44, 47, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72; lotes en manzanas 8, 10, 12, 13, 14, 16, 21, 23, 24, 25, 30, 31, 32, 46, 48.

fracción de la antigua concesión n.º 76 fracción de la antigua concesión n.º 96 fracción de la antigua concesión n.º 75

antigua concesión de la Colonia Arteaga n.º 54 antigua concesión n.º 55 antigua concesión n.º 74

Superficie

Vendido por $ 2.137 mn, recibidos $ 975 mn, a favor de la sucesión $ 4.000 mn. Incobrables.

Escriturados por $ 3.006,65 mn, recibidos $ 663,65 mn, a favor de la sucesión saldo de $ 2.343 mn. Se reputan cobrables $ 1.000 mn.

Características

Propiedades de la familia Casado-Sastre en las estaciones del FCOS en 1899 (Cont.)

Arteaga

Localidad

CUADRO 13.

252 GABRIELA DALLA CORTE

Provincia de Santa Fe, 27.07.1891 Zoraida Bett de Rueda, 01.09.1888

Propietario originario y fecha adquisición lonja de 35 m ´ 1.000 m

Superficie 2.000

Tasado $ mn

expropiada por Ferrocarril de Villa Constitución a La Carlota

Características

Propiedades de la familia Casado-Sastre en las estaciones del FCOS en 1899 (Cont.)

Fuente: Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900.

Melincué

Localidad

CUADRO 13.

MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIO Y POLÍTICA DE TIERRAS

253

254

GABRIELA DALLA CORTE

quisiciones que por esos mismos años realizara en el Chaco Boreal para obtener madera de quebracho destinada a la fabricación de los durmientes del FCOS.

5.3.

Los casos Leguizamón y Bombal

Al ser informado del fallecimiento de su hermano José en 1886, Casado realizó un viaje a España junto con su esposa, Ramona Sastre Aramburu. Dada la complejidad del proyecto empresarial que suponía la explotación del FCOS, decidió otorgar un poder general absoluto a Eloy Palacios en julio de 1886 «para que durante la ausencia del exponente en Europa le administre, rija y gobierne todos los bienes muebles e inmuebles que en la actualidad posee en esta República y en la del Paraguay».58 Palacios poseía diversas quintas en Villa Casilda y en esos mismos años, gracias al contacto con Casado, adquirió 187.500 ha del lote 166 del Chaco paraguayo.59 Fue Palacios quien en ausencia de Casado se encargó de designar al abogado Carlos Castilla (miembro del estudio jurídico de Pedro Nolasco Arias)60 mediante un poder general fechado el 15 de enero de 1887, con la finalidad de facilitar a este último la expropiación de las tierras rurales regulada por la ley provincial del 17 de octubre de 1881, y para que actuase en las causas civiles y mercantiles que tuviesen a Casado como actor.61 Gracias al poder, Carlos Castilla pudo nombrar peritos, solicitar embargos, habilitar compra-ventas, designar árbitros arbitradores, así como amigables componedores o juris, y actuar con el procurador Diego del Castillo, en sede judicial plano en mano para solicitar las expropiaciones. Fue el responsable de realizar los depósitos judiciales en el Banco Provincial de Santa Fe. 58 Poder General otorgado por Carlos Casado a Eloy Palacios, 10 de julio de 1886, testigos Pedro Mancera y Juan E. Vélez, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 59 La propiedad en el Chaco Paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1910. 60 CASTILLA, 1899. 61 Recordemos que el escribano público Javier Munuce —fallecido en 1895 y sustituido por Inocencio Bustos— registró este poder ante los testigos Lisandro de la Torre y Fernando Larrucea y Gaztañazatorre. Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente de devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f.

MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIO Y POLÍTICA DE TIERRAS

255

En ausencia de Casado comenzó uno de los juicios más paradigmáticos de todos los que se produjeron durante las expropiaciones del FCOS: el sustentado por Domingo Leguizamón, cuya propiedad, la estancia La Cautiva que era parte de la Colonia General Roca fundada en el departamento San Lorenzo, se encontraba ubicada a la salida de Villa Casilda, en la bifurcación de los dos tramos que entonces estaban en construcción en cumplimiento del convenio firmado en 1881 por Casado con el gobierno provincial. Los abogados de Casado propusieron expropiar a Leguizamón un total de 244 ha, distribuidas entre 2.000.000 m2 para construir las estaciones Palacios y Sanford, 230.190 m2 para la vía de la línea férrea entre Villa Casilda y San José de la Esquina hacia el oeste, y 211.500 m2 para la vía férrea desde Villa Casilda a Melincué hacia el sur. El juicio se inició con un depósito judicial de $ 2.341 mn realizado por Carlos Castilla en el Banco Provincial de Santa Fe. Leguizamón planteó la inconstitucionalidad de la ley provincial del 17 de octubre de 1881 alegando que el FCOS pretendía despedazar la Colonia General Roca atravesándola precisamente por su centro; agregó también que su campo se encontraba a tres leguas de Villa Casilda y que no era, por ende, un «terreno inculto y despoblado» como alegaba el español para abonar menos por la tierra. Leguizamón otorgó un poder a Belisario Sívori ante el escribano Benjamín González para que lo defendiese en el largo expediente que alcanzaría las 320 fojas y que quedó a cargo del juez Miguel S. Coronado.62 En 1888 el ingeniero civil Domingo Maseras fue nombrado perito. Tras llevar a cabo diversos estudios en Palacios y Sanford determinó que las estaciones de esas localidades sólo necesitaban 5 ha ya que apenas podían ser consideradas de «tercer orden» y no de «segundo orden», como era el caso de la construida en Villa Casilda, o la de «primer orden», como la Estación Central de la ciudad de Rosario. Belisario Sívori argumentó entonces que «no se prevé aún cuándo ellas pueden legítimamente ocupar la categoría de segundo orden que les ha atribuido la empresa: son lugares bastante apartados y no existe allí movimiento comer62 Expediente civil de Carlos Casado contra Domingo Leguizamón sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, iniciado el 21 de setiembre de 1887 y finalizado en 1902, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 110. Expediente civil de Carlos Casado contra Domingo Leguizamón sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Miguel S. Coronado, iniciado en noviembre de 1888 y finalizado en marzo de 1901, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 111, que incluye un folleto sobre la ley sobre el FCOS, el contrato para la construcción del FCOS, y los estatutos de la sociedad anónima. Expediente de Carlos Casado contra Domingo Leguizamón sobre interdicto, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Criminal de Rosario, juez Serafín Álvarez, juez Saturnino Salva, 1891, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 84, 12 f.

256

GABRIELA DALLA CORTE

cial alguno», para concluir que «adelantádome al tiempo sin embargo y esperando mucho del porvenir de esta tierra soy de opinión que el máximum de terreno que puede precisar cada estación es de...100 metros de frente a la dirección de la vía por 500 metros de fondo». Desoyendo los argumentos de Sívori, el 9 de noviembre de 1888 el juez Coronado obligó a Leguizamón a entregar a Casado las tierras reclamadas para dar continuidad a la construcción de las vías del FCOS, así como a pagar las costas del juicio. Sívori apeló la sentencia y en el mes de abril del año siguiente la Cámara de Apelaciones recibió un informe del Departamento de Obras Públicas de la Nación, con la reproducción del contenido de los argumentos expuestos por el español en el juicio que le seguía paralelamente José María Bombal Ugarte por la expropiación de una de sus propiedades para construir en ella la estación de Villada. El reclamo de Bombal era similar al de Leguizamón, es decir, ambos se quejaban de que Casado se quedaba con sus tierras por un bajo precio y, en el caso de que la vía férrea pasara por el centro de la propiedad, la cortaba en dos. Basándose en este antecedente, Belisario Sívori63 acusó a Casado de abonar una «ínfima suma» por el terreno de su representado Leguizamón sin tener en cuenta los grandes perjuicios ocasionados por el FCOS: las dos secciones que arrancaban en Villa Casilda, afirmó, «van separándose sucesivamente, le han divido el campo en tres fracciones completamente irregulares; y lo que es más, le destruyeron la Colonia General Roca que allí tenía formada, no solamente despedazándole las concesiones e incomunicando a los colonos unos con otros y aún con sus propias sementeras, sino tambien con las dos estaciones de 100 hectáreas cada una que se han hecho dentro de la misma». Sívori hacía así referencia a las estaciones Palacios —convertida en 1903 en Los Molinos— y Sanford. Al analizar el conflicto familiar y judicial sostenido contra los Chávarri del Alisal hemos visto que los diversos biógrafos de Casado señalaron que enfrentó en vida «injustos pleitos», uno de los ellos sustentado por Mariano N. Candioti quien, en virtud de la acusación de injurias y calumnias que dirigió contra Casado, acabó con sus huesos en prisión por un fallo del juez del crimen rosarino.64 El otro pleito fue iniciado por 63 El abogado Belisario Sívori se convirtió en Jefe Político de Rosario en 1893, confirmado por el gobierno revolucionario hasta la intervención nacional; CARRASCO Y CARRASCO, 1897, 37. 64 En 1896 Serafín Álvarez declaró prescrita la causa que Carlos Casado seguía contra Mariano N. Candioti por injurias por haber transcurrido el tiempo reglamentario. Sentencia n.º 47 del juez del crimen Serafín Álvarez sobre la causa de Carlos Casado contra Mariano N. Candioti sobre injurias, Rosario, 1896, ATPR, Libro de sentencias del Juzgado del Crimen de Rosario del 6 de setiembre de 1895 al 31 de marzo de 1898, f. 76. LAGOS, 1957, 63-68.

MERCADO REGIONAL, TRANSPORTE FERROVIARIO Y POLÍTICA DE TIERRAS

257

Bombal al oponerse a ceder parte de las tierras que había adquirido en 1879 ante el escribano Javier Munuce.65 En un largo expediente de 438 fojas que tardó una década en resolverse, Casado fue inicialmente habilitado a expropiar los terrenos de Bombal y a construir la estación Villada. Su perito, Manuel López Zamora, tasó en $ 30.000 mn la legua cuadrada de 2500 ha y Casado depositó $ 1829.43 mn en el Banco Provincial de Santa Fe para legitimar la expropiación de 100 ha. Bombal pidió a uno de los seis hijos de su hermano Domingo Bombal Ugarte, Jorge Bombal, que le representara en sede judicial. Jorge designó al perito Federico Lozano quien duplicó el valor de la tasación de las tierras. Ante esta discordancia, el juez designó como tercero en discordia a Víctor Tenac quien consideró que la superficie necesaria en Villada no debía superar las 5 ha al ser sólo una estación de «tercer orden» como la de Palacios y Sanford. En agosto de 1889 el juez Benjamín Ávalos interrogó a Casado y sentenció que sólo procedía entregarle 6 ha. Diego del Castillo apeló la sentencia y en noviembre de 1890 dos miembros de la Cámara (Manuel Beretervide y Jacinto Fernández, con la disidencia de Agustín Lardo) revocaron el fallo y ordenaron continuar la expropiación de las 100 ha reclamadas por Casado. Como hiciera Domingo Leguizamón, Bombal interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de concesión de 1881 ante la Suprema Corte de Justicia Nacional, y apoderó a un vecino de la capital argentina, José Hernández Ferrer, ante el escribano B. Quintín Munuce y los testigos José de Urquizu y Marcial Bronte. La presencia de estos actores en el grupo que apoyaba a Bombal resulta significativa ya que es evidente que el afectado se basó en una red social alternativa a la de Casado quien en Buenos Aires designó a los abogados Rafael Calzada y Alfredo C. Fernández. El escrito de defensa elaborado por este último y publicado por Calzada se centró en la figura de Bombal afirmando que, en realidad, su pretensión era especular con el aumento del valor de los terrenos inmediatos a la estación Villada gracias a la «obra pública» asumida por Casado. La defensa de Bombal, por su parte, sostuvo que la concesión al FCOS era un negocio escandaloso legitimado por la ley cuya constitucionalidad era discutible desde el momento en que sólo hacían falta unas 10 ha como máximo para construir las estaciones. Casado pretendía expropiar 100 ha a Bombal. Esta afirmación llevó a Calzada a escribir que la construcción de un país «rico y fuerte» podía lograrse sólo «con Casados, no con Bombales» ya que «éstos promueven pleitos injustos para oponerse á grandes iniciativas, y 65

GRELA, 1989.

258

GABRIELA DALLA CORTE

aquellos tienden el riel fecundo sobre la tierra yerma todavía. Y tender rieles, es sembrar pueblos». En palabras de Fernández y de Rafael Calzada, la República Argentina era un país semidesértico, con territorios poco poblados en los que, a diferencia de los pueblos europeos que necesitaban ferrocarriles, eran los ferrocarriles los que necesitaban pueblos. La concesión de Casado estaba justificada por la urgencia que tenía la región de contar con un ferrocarril de la envergadura del FCOS. El poder judicial estaba obligado, según Fernández y Calzada, a apoyar al concesionario, «un patriota», haciendo cumplir la ley sin descuidar el derecho de los expropiados a ser indemnizados. «Dura lex, sed lex» concluyó la defensa del español tras aludir a diversas fuentes de derecho, es decir, al interés público, a la letra y al espíritu de la ley.66 Mientras tanto, la causa de Leguizamón contra Casado seguía su curso: el 13 de agosto de 1890 la Cámara de Apelaciones decidió mantener la sentencia condenatoria de primera instancia pero los camaristas tomaron la precaución de no obligar a Leguizamón a pagar las costas del juicio. El representante de Leguizamón, Belisario Sívori, apeló ante la Suprema Corte de Justicia Nacional —conformada por Octavio Bunge, Benjamín Paz y Juan Torrent—, y fue entonces cuando Carlos Casado, de viaje por la capital británica, se vio obligado a otorgar un poder absoluto al doctor Eugenio Pérez para acabar los juicios de expropiación pendientes en la Argentina. Pérez confirió un poder general al procurador Diego del Castillo y al abogado J. Daniel Infante ante los testigos José Martínez y el agrimensor José de Urquizu; el documento fue fechado el 26 de agosto de 1890 y actuó como notario el incondicional Javier Munuce. Finalmente, el 13 de setiembre de 1890 Eugenio Pérez encomendó al abogado Alfredo C. Fernández la tarea de representar al español en Buenos Aires junto a Rafael Calzada en el caso Leguizamón. El procurador Belisario Sívori, mientras tanto, pasó a presidir el comité local de la Unión Cívica Radical desde el año 1890. En Rosario, esta estructura partidaria fue apoyada por Mariano N. Candioti, Agustín E. Landó, Lisandro de la Torre, y por Martín Rodríguez Galisteo y Joaquín de Lejarza. Belisario Sívori quedó precisamente al frente de la Jefatura de Policía de Rosario.67 A finales de 1890 la Corte Suprema determinó la constitucionalidad de la ley provincial para la construcción y explotación del FCOS y confirmó la sentencia de primera instancia del juzgado rosarino en contra de los intereses de Leguizamón. A inicios del año siguiente, Diego del Castillo y 66 67

CALZADA, 1888, 6, 11-16. ÁLVAREZ, 1943, 504, 487.

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J. Daniel Infante interpusieron interdicto con la finalidad de hacer valer los derechos de Casado al terreno de 1 km2 en el que estaba construida la estación Palacios. El juicio fue llevado adelante por el juez de primera instancia en lo civil y comercial Serafín Álvarez —conocido abogado republicano de origen español y padre de Juan y Clemente Álvarez—68 quien también formaba parte, aunque de manera periférica, de la red social configurada en torno a Carlos Casado. Diego del Castillo se presentó ante el juez Álvarez solicitándole que pusiese definitivamente la propiedad de la estación Palacios a disposición de Casado con la finalidad de desmontar el alambrado instalado por Leguizamón que impedía ocupar «pacíficamente» los terrenos. Álvarez citó al propietario a través del subdelegado político casildense, y procuró sin éxito transferir la causa a otro juez alegando la enemistad que mantenía con el abogado de Leguizamón, Lucas Iparraguirre, autor de diversos artículos ofensivos contra el juez y contra la actividad que este último desarrollaba en su juzgado. En junio de 1891 Serafín Álvarez reguló los honorarios de Calzada y Fernández. En junio de 1900, un año después de la muerte de Carlos Casado, la Suprema Corte de Justicia determinó nuevamente la constitucionalidad de la ley de expropiaciones de la provincia santafesina. Por entonces ya habían fallecido el concesionario, Leguizamón y Bombal, y el FCOS había sido transferido al FCCA.69 En la causa de Bombal, la sentencia del 3 de febrero de 1902 benefició a su hija Isabel con una indemnización que tasó la legua cuadrada, equivalente a 2.500 ha, en $ 50.000 mn. El consuegro de Ramona Sastre Aramburu y padre de la esposa del primogénito de Casado, el notario Arturo Covernton, fue el encargado de entregar a su consuegra Ramona la escritura de transferencia de las fracciones en el pueblo Villada.70 La viuda de Leguizamón, Sofía Alurralde, nombró al perito Vicente T. Nuñez quien argumentó que los Casado-Sastre debían indemnizar a la mujer por daños y perjuicios por un total de $ 15.000 mn. Diego del Castillo nombró al perito Pedro Goyenechea que, manteniendo el precio de la hectárea de la década de 1880, consideró que la propiedad de Leguizamón debía valorarse en $ 4.880 mn. La sentencia que el juez Néstor Fernández redactó en 1902 obligó a la viuda de Casado a entregar $ 10.380 68

DALLA CORTE, 2000 b. LUDWIG, 1906 y 1910. 70 Expediente de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra José María Bombal sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Benjamín Ávalos, iniciado el 28 de enero de 1888; finalizado el 21 de noviembre de 1902, ATPR, Causas Civiles, t. 131, 91 f., incluye el plano de la superficie a expropiar con sello del FCOS. 69

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mn a la viuda de Leguizamón. Como en el caso del pleito seguido por Bombal, la escritura de venta de las propiedades de Leguizamón fue redactada por Arturo Covernton. Todo quedaba en familia. 5.4.

«Al perito le ha sucedido lo que a ciertos beatos que quieren ser más católicos que el Papa»: los Casado-Sastre y el ramal Casilda-Juárez Celman

Como hemos afirmado anteriormente, el FCOS fue construido desde Villa Casilda pasando por San José de la Esquina para encontrar la Colonia Juárez Celman en la provincia de Córdoba. Por esas fechas de 1887 las memorias de las asambleas del FCOS indican que el activo de Carlos Casado era de $ 408.000 os, mientras que el de los accionistas correspondía a $ 1.338,17 os; el gobierno provincial, $ 81.712,51 os; y la administración, $ 21.660,20 os.71 Al año siguiente el activo de Carlos Casado ascendía a $ 1.416,00 os; los accionistas $ 1.338,17 os y el gobierno provincial $ 551.499,87 os.72 Estas cifras indican el éxito empresarial que representó el FCOS. En la Colonia Arteaga, Casado compró dos lotes a su fundador, Alfredo de Arteaga (Ilustración 14).73 En 1915 los agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza calcularon que la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras poseía en la localidad de Arteaga aproximadamente 8 ha repartidas en diferentes lotes.74 Primero, 4 ha (33.122,54 m2), 71 Memoria presentada por el directorio del FCOS en asamblea general de accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1887 (asamblea del 17 de julio de 1888). Rodrigo de Uhagon se convirtió entonces en secretario del directorio del FCOS; Memoria del Servicio de Explotación del FCOS en Asamblea Ordinaria de Accionistas. Rosario, 1893 (asamblea del 10 de abril de 1894). 72 Memoria presentada por el Directorio del FCOS en Asamblea General de Accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1888 (asamblea del 3 de abril de 1889). 73 Plano particular del FCOS señalando las propiedades de Alfredo de Arteaga, vende dos fracciones de terreno en Colonia Arteaga a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0373. 74 Las propiedades que la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras poseía en el pueblo Arteaga estaban ubicadas en la manzana A: 12.017,67 m2; manzana B: 11.025,80 m2; manzana C: 8.301,11 m2; manzana D: 2.845,87 m2; manzanas E y F: 2.729,24 m2; manzana G: 8.438,92 m2. También en la manzana 33: 3.448,89 m2; en la manzana 42: 6.319,18 m2; en la manzana 51: 6.288,06 m2; en la manzana 60: 6.035,47 m2; en la manzana 68: 4.004,26 m2; en la manzana 69: 3.547,65 m2, Documento Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, superficie de los lotes que la empresa posee en el pueblo Arteaga, elaborado por los agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, Rosario, 1915, CDICT, caja 10, leg. 385.

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ILUSTRACIÓN 14. Plano particular del FCOS señalando las propiedades de Alfredo de Arteaga, vende dos fracciones de terreno en Colonia Arteaga a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0373.

que originariamente habían pertenecido a Enrique Amman y que fueron expropiadas entre 1888 y 1892 a partir de un depósito judicial de $ 77,15 mn que efectuara Diego del Castillo en el Banco Provincial de Santa Fe. Amman fue declarado rebelde; el perito Gerónimo Ulibárric tasó la propiedad en $ 1.000 mn, Manuel López Zamora, por la parte de Casado, fijó la indemnización en $ 160 mn, y éste fue el precio aceptado por el juez cuya sentencia fue publicada en el periódico La Época. En enero de

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ILUSTRACIÓN 15. Plano de la propiedad de Enrique Amman en la Colonia Arteaga, departamento Caseros de la provincia de Santa Fe, venta a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0353.

1889 Diego del Castillo depositó los $ 82,85 restantes y pidió que Javier Munuce registrase la escritura de la propiedad de Amman a favor de Casado (Ilustración 15).75 75 Expediente civil de Carlos Casado contra Enrique Amman sobre expropiación del FCOS, juez Miguel S. Coronado, iniciado el 12 de octubre de 1888 y finalizado el 28 de enero de 1889, ATPR, Causas Civiles, t. 111, 48 f., incluye el plano del FCOS elaborado el 11 de octubre de 1888 con la segunda sección, de Villa Casilda a Juárez Celman, así como la Estación Arteaga. Plano particular de la concesión n.º 76, de 33.122,54 m2,

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Segundo, una propiedad de 492.525 m2 que había sido expropiada a Emilio Gerhard y que estaba repartida en tres lotes, uno de los cuales era un cuadrado de 1.000 m por costado que Casado destinó a la construcción de la estación Arteaga (Ilustración 16).76 El juicio de expropiación contra Gerhard comenzó en octubre de 1888 con un depósito de $ 1.231,31 mn en el Banco Provincial de Santa Fe. Poco después el juzgado comprobó que Emilio Gerhard había fallecido en Villa Casilda dejando cuatro hijos menores. El perito Juan Ávalos valoró la ha en $ 40,6 mn y fijó la indemnización en $ 2.000 mn. López Zamora, por la parte de Casado, tasó la ha en $ 30 mn y propuso pagar sólo $ 1.377 mn. Finalmente, los hijos de Emilio Gerhard, que fueron representados por el procurador Wenceslao López Lasso, aceptaron vender privadamente sus tierras a Casado y desconocemos el valor que recibieron aunque puede haber superado el ofrecido por López Zamora.77 Tercero, 30 ha que Casado expropió a Martín Bührer correspondientes a los lotes 75 y 96, el primero de 290.679 m2 y el segundo de 3.312 m2. Bührer fue citado a través de dos edictos publicados en La Época y fue declarado rebelde. Diego del Castillo consideró que Casado debía pagar $ 25 mn por cada ha, es decir, $ 734 mn en total, e inició los trámites judiciales designando al perito Manuel López Zamora78 mientras el juzgado convocaba a Gerónimo Ulibárric quien elevó la indemnización a $ 1.125 mn. El perito de Casado reconoció que las tierras rurales habían aumentado su valor desde que Casado se convirtiera en concesionario del FCOS —entonces, el valor de la legua cuadrada, propiedad de Enrique Amman en Colonia Arteaga, departamento Caseros, ramal del FCOS Rosario-Juárez Celman, vendida a Carlos Casado el 28 de abril de 1892, agrimensor José de Urquizu, CDICT, Plano particular P-0353. 76 Plano particular de la propiedad de Carlos Reckembach en la línea del FCOS en Colonia Arteaga, departamento Caseros, vendida a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0374. 77 Expediente civil de Carlos Casado contra Emilio Gerhard sobre expropiación del FCOS, línea del FCOS desde Casilda a Juárez Celman incluyendo Estación Arteaga, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Miguel S. Coronado, iniciado el 12 de octubre de 1888 y finalizado en 1889, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 74. Expediente civil de Carlos Casado contra los herederos de Emilio Gerhard sobre expropiación del FCOS, 1888, ATPR 1899, serie C, t. 151, incluye el plano del territorio expropiado en la sección del FCOS construida de Casilda a Juárez Celman, Estación Arteaga. 78 A partir de entonces, López Zamora actuó como testigo en diversos actos jurídicos y notariales de Casado, véase Escritura de venta de Carlos Casado a Ángel Bilesio, 4 de junio de 1886, propiedad de la sección B de Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Alberto Arrué y Manuel López Zamora, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

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ILUSTRACIÓN 16. Plano de la propiedad de Carlos Reckembach en la Colonia Arteaga, departamento Caseros de la provincia de Santa Fe, venta a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0374.

equivalente a 2.500 ha, fue fijado en $ 15.000 mn—, pero rechazó la tasación de Ulibárric. En sede judicial Manuel López Zamora llegó a decir que Ulibárric se había basado en los planos de la Colonia Arteaga sin siquiera acercarse al terreno, y que esta falta de profesionalidad se había repetido en otras pericias de su autoría. Dada la divergencia entre las tasaciones de López Zamora y de Ulibárric, el juez Benjamín Ávalos pidió la presencia de un tercer perito que tasó la legua cuadrada en $ 40.000 mn, más del doble del valor argumentado por el perito de Casado. La expropiación se resolvió en 1889 cuando el juez obligó al español a indemnizar a Bührer por un total de $ 1.350 mn, casi el doble del valor propuesto por López Zamora. El juez de paz de la Colonia Arteaga fue incapaz de determinar el domicilio de Martín Bührer; no obstante, Casado transfirió el dinero al Banco Provincial de Santa Fe cuyo director general era Eloy Palacios y el gerente Germán Oldendorff. Palacios era, al mismo tiempo, el apoderado general y representante personal de Casado en todos los juicios de expropiación de tierras, mientras que Oldendorff actuaba como tenedor de libros y di-

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rectivo del FCOS. A propuesta de Diego del Castillo, la escritura fue responsabilidad del escribano Javier Munuce.79 Casado expropió también 9.900 m2 que poseía Evaristo Asensio hacia San José de la Esquina, conformando un terreno de 30 m de ancho por 130 m de largo destinado a la vía férrea en el km 57. Diego del Castillo depositó $ 11 mn en el Banco Provincial dirigido por Eloy Palacios y por Germán Oldendorff en el puesto de gerente. Carlos Castilla y Lisandro Paganini decidieron contactar personalmente a Asensio, quien por entonces tenía domicilio legal en la ciudad de Rosario, y comunicaron al juez haber «arreglado particularmente la compra al demandado».80 También a la familia Gallegos se le expropió un terreno de 30 m de ancho por 1.117 m de largo, es decir, un total de 33.510 m2, iniciándose a 650 m del km 60 para acabar a los 667 m del km 62 hacia San José de la Esquina. El juez envió un oficio al subdelegado político de Villa Casilda pero nunca consiguió que Gallegos se presentara al juzgado. Carlos Castilla depositó entonces $ 50 mn en el Banco Provincial de Santa Fe, a cargo de Eloy Palacios y Germán Oldendorff; esta es la última información que tenemos del caso que seguramente fue arreglado de manera particular o extrajudicial, como ocurrió con Evaristo Asensio.81 Las tierras de Tomás Leguizamón siguieron una suerte similar: Eloy Palacios y Germán Oldendorff certificaron en noviembre de 1887 un depósito de $ 200 mn realizado por Casado para iniciar el juicio de expropiación de 183.600 m2 que afectaba 30 m de ancho por todo el largo de la propiedad del afectado, es decir, 6.120 m ubicados entre los km 61 y 67. El juez de paz de San José de la Esquina citó a Tomás Leguizamón en su domicilio de Villa Casilda y, quizás debido a la presión ejercida por el hecho de vivir en la colonia fundada por Casado, el afectado confirió un poder especial al procurador público Domingo González ante el escribano Javier Munuce y en presencia de los testigos Carlos Castilla y Luis 79

Expediente civil de Carlos Casado contra Martín Bührer sobre expropiación por el FCOS en la segunda sección de Villa Casilda a Juárez Celman, Estación Arteaga, juez Benjamín Ávalos, escribano Jacinto Correa, iniciado el 18 de octubre de 1888, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 76, exp. 296. 80 Expediente civil de Carlos Casado representado por Carlos Castilla contra Evaristo Asensio sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Manuel R. César, secretario José Tomás Basualdo, 1883, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 52. 81 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra la familia Gallegos sobre expropiación del FCOS, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Manuel R. César, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 3 de diciembre de 1887 y finalizado el 21 de marzo de 1891, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70.

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Pinasco, con la finalidad de llevar adelante el juicio. Poco después Leguizamón fue declarado rebelde por el juzgado.82 En esta línea, el campo San Tristán propiedad de Casilda Leguizamón de Cardozo, de aproximadamente 91.800 m2, fue el siguiente en ser expropiado. Se trataba de una propiedad de 30 m de ancho y 3.061 m de largo entre los km 74 y 77 que debía servir para dar continuidad a la vía férrea. El juicio de expropiación se inició con un depósito judicial de $ 136,05 mn que hizo Diego del Castillo ante el director del Banco Provincial santafesino, en ese momento Germán Oldendorff. La mujer fue declarada rebelde y el juez nombró a Gerónimo Ulibárric como tasador oficial mientras Diego del Castillo designaba a Manuel López Zamora. En ese momento, Ulibárric tasó en $ 1.500 mn la superficie que se pretendía expropiar según el valor actualizado de $ 40.000 mn la legua cuadrada. Ulibárric afirmó que el campo San Tristán estaba «colonizado y a una y media legua de la estación Arequito, centro hoy de una población agrícola numerosa e importante». El precio debía seguir criterios de mercado. Fundamentó su peritaje en el elevado precio que había adquirido un terreno contiguo al de Casilda Leguizamón de Cardozo que, a diferencia del de la mujer, contenía «una gran parte baja a bañado, inaccesible». López Zamora, no obstante, mantuvo el valor de $ 25.000 mn la legua cuadrada alegando que la vía del FCOS no ocasionaba perjuicio alguno a la propiedad de la mujer. El juez Benjamín González fijó una indemnización de $ 236,05 mn y poco después, en marzo de 1889, Casilda Leguizamón de Cardozo, que en sede judicial sostuvo que no sabía ni tan siquiera firmar, pidió a sus representantes, Bernardo Rosales y Jacinto Rodríguez Pardo, que informaran al juez que la escritura de San Tristán se encontraba en el Banco Crédito Territorial y Agrícola de Santa Fe ya que estaba afectada desde abril de 1889 por una hipoteca. El gerente de la entidad bancaria, Jaime Ferrer, señaló al juez que carecía de constancias de la existencia de esos títulos de propiedad. Casilda Leguizamón fue citada nuevamente al juzgado pero decidió no asistir alegando que tenía «70 años, problemas de salud y dolencias físicas» aunque aclaró que su conducta no era ni morosa ni temeraria. Diego del Castillo se decidió a «cambiar ideas» con la mujer con la finalidad de acelerar la escrituración del terreno, y llegó a un acuerdo extrajudicial de carácter privado, eligiendo finalmente al notario Javier Munuce para legalizar la transfe82 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Tomás Leguizamón, sobre expropiación del FCOS Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 8 de noviembre de 1887 y finalizado el 6 de diciembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 69.

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rencia de la propiedad a Carlos Casado.83 Como vemos, en realidad estos juicios de expropiación de tierras fueron prácticándose a medida que se construía la vía del tren y, en general, fueron resueltos después de que los ramales fueron puestos a disposición del público. En el caso de Casilda Leguizamón, desconocemos el dinero que recibió por sus tierras. Al mismo tiempo, Carlos Castilla inició un juicio para expropiar 354.120 m2 que poseían los esposos Pantaleón Cabral y Micaela Barruti en pleno centro de San José de la Esquina. Carlos Castilla consideró que cada hectárea valía $ 24 mn y depositó judicialmente $ 528,89 mn en el Banco Provincial santafesino, por esas fechas dirigido por Germán Oldendorff y por el gerente J. Celeny, para incorporar al patrimonio de la sociedad anónima un terreno de 30 m de ancho por 11.804 m de fondo entre los km 93 y 105. El juez convocó a los afectados para notificarles del estado de la causa judicial; por entonces Pantaleón Cabral y Micaela Barruti se encontraban en la localidad suiza de Lucerna, motivo por el cual se vieron obligados a otorgar un poder a Gregorio Sánchez para que administrara sus bienes «como buen padre de familia» según reza el documento. Sánchez nombró a los peritos José Escauriza y Román Bustos, mientras Casado confiaba la tarea, como siempre, a Manuel López Zamora. Bustos señaló en primer término que el valor de los campos comprendidos entre la Colonia Carcarañá y San José de la Esquina era de $ 40 mn a $ 60 mn la hectárea. Casado tan sólo ofrecía $ 24 mn incluyendo en este precio los perjuicios causados a los expropiados. En segundo término Bustos relató que, siendo el campo de los Cabral-Barruti un cuadrado de dos leguas de frente por dos de fondo, es decir, de cuatro leguas cuadradas, la vía férrea lo dividía en dos partes desiguales y, por ende, imperfectas, como había ocurrido con la propiedad de Domingo Leguizamón. En tercer término, los empleados de Casado solían cortar los alambrados colocados por orden de los propietarios originarios y esto se había repetido con el terreno de los Cabral-Barruti. En cuarto término, Bustos argumentó que el FCOS no sólo inutilizaba los 30 m de ancho exigidos por la ley provincial sino también otros 2 o 3 metros a cada lado de la vía en los que depositaban la tierra extraída durante las excavaciones. En quinto término, los empleados del FCOS no habían construido ni bajadas ni puentes, de manera que las dos fracciones en que resultaba dividida la propiedad de un mismo dueño por la construcción de la vía férrea quedaban totalmente incomunicadas. En sexto término, Román Bus83

Expediente civil de Carlos Casado contra Casilda Leguizamón de Cardozo sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Miguel S. Coronado, secretario Fabriciano Torres, iniciado en 1888 y finalizado en 1889, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 77; también serie C, t. 151.

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tos concluyó que Casado debía alambrar las dos fracciones de la propiedad única para «evitar que se desbarranquen los animales, por ser campo de pastoreo en el cual se tiene bastante hacienda». Finalmente, Bustos calculó el cercado de 23.608 m en $ 5.460 mn, a razón de $ 1.200 mn la legua líneal y consideró que los Cabral-Barruti debían ser indemnizados en $ 80.000 mn ya que el perito de Casado se basaba en testamentarías antiguas y en índices de precios desfasados. En ninguno de los expedientes judiciales analizados se utilizaron imágenes fotográficas como prueba debido al altísimo costo que tenían en la época, pero a finales del siglo XIX los jueces otorgaban gran veracidad a las descripciones efectuadas por los agrimensores y peritos-tasadores. Una de esas pruebas fue aportada por el agrimensor José Escauriza tras visitar el campo ubicado en San José de la Esquina la tarea de Escauriza fue medir los perjuicios provocados por las zanjas y excavaciones realizadas por el FCOS a la hora de dar forma al terraplén. En su informe del 4 de octubre de 1888, Escauriza argumentó que tanto a él como a Bustos les había sido imposible ponerse de acuerdo con Manuel López Zamora entre otras razones porque este último no cumplía con su función de observar in situ las acciones llevadas adelante por la empresa que él representaba como perito: No vacilo en afirmar que el perito del señor Casado no se ha constituido al terreno en cuestión para examinar y poder valorar los perjuicios que se le ocasionan al señor Cabral con la vía férrea que ha atravesado su campo, pues los pasa por alto, y que su competencia al respecto está muy lejos de llenar las condiciones que requiere una persona para que pueda llamarse verdadero perito. El no ha visto las zanjas que se han formado á uno y otro costado de la vía para levantar con la tierra que de ellos se ha sacado el plano de la línea, haciéndose altos terraplenes, ni tampoco los grandes montones de tierra greda...y no ha visto por último que el campo es de pastoreo y está poblado de millares de animales de las tres especies, vacuno, yeguarizo y ovino.84

López Zamora, según Escauriza, se negaba además a reconocer que el FCOS había instalado varias casillas a lo largo de la vía en construcción y que dichos depósitos obstaculizaban «la circulación de la hacienda arisca» de los Cabral-Barruti que ya no podía llegar al río Carcarañá. Los animales se aproximaban a las vías o se desbarrancaban en las zanjas que rodeaban a aquéllas, «exponiéndose como es natural á ser muertos por el tren». Escauriza propuso pagar a los afectados más del doble del 84

Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Pantaleón Cabral y Micaela Barruti de Cabral sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, jueces José García González y Claudio Andino, iniciado el 25 de diciembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70.

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precio fijado por el perito de Casado ($ 52 mn frente a $ 26 mn) considerando que en la propiedad en cuestión se habían inutilizado: No solamente los 30 m que se expropian sino 65 m...el campo dividido en dos partes desiguales por la vía férrea y completamente irregulares é incomunicadas entre sí por 84,60 m de escabaciones [sic] que varían entre 1 y 10 m de profundidad, y 2.675 m de tierra plenas con una altura entre 1 m y 5 m, ha sido casi inutilizado para la ganadería. Sabido es que las haciendas necesitan del agua y del salitre como del pasto que las alimenta y el campo del señor Cabral tenía estos elementos en el Río Carcarañá que limita su frente pero desgraciadamente en la forma en que ha quedado dividido, la fracción más pequeña es la que queda bañada por el río. Hoy en la incomunicación en que ha quedado la fracción sud del campo con el río, las haciendas que ocupan esta parte se encuentran imposibilitadas de pasar á la costa a tomar el agua y el salitre y para abrebarlas ha sido necesario construir jagüeles que además de su costo exigen el gasto del personal que se ocupa en las funciones que ellos requieren quedando siempre privada la hacienda del salitre que es una sustancia indispensable para ella.85

El 10 de octubre de 1888, Manuel López Zamora reconoció en su informe que la vía férrea dividía el campo de los Cabral-Barruti, pero sostuvo que a la larga el FCOS iba a beneficiar a estos últimos si destinaban su propiedad a la actividad agrícola. Vemos aquí, en realidad, dos ideas contrapuestas sobre el destino que debía darse a las tierras del sur santafesino: la producción ganadera o la agrícola. El perito de Casado señaló que era un absurdo sostener que la propiedad rural perdía valor si se optaba por la agricultura, y remarcó el hecho de que, al estar próximo a una estación del ferrocarril, el campo triplicaba su valor. López Zamora tasó la propiedad en función del precio que tenía antes de la construcción del FCOS, es decir, en $ 35.000 mn la legua cuadrada, y citó como precedente la compraventa de tierras similares a las de los Cabral-Barruti que habían alcanzado un precio no superior a los $ 25 mn la hectárea, una de Juan Gödeken en la zona de Arequito,86 y otra de José María Bombal en Melincué. De este modo Casado, que había ofrecido inicialmente $ 40.000 mn a los Cabral-Barruti, se vio superado a la baja por su perito. Finalmente, López Zamora recordó al juez que si los Cabral-Barruti sólo abonaban por el im85 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Pantaleón Cabral y Micaela Barruti de Cabral sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, jueces José García González y Claudio Andino, iniciado el 25 de diciembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70. 86 Entre las décadas de 1880 y 1890 Juan Gödeken adquirió tierras para destinarlas a la colonización. Información del Banco Inglés del Río de la Plata, Banco Nacional, Banco Británico de la América del Sur, José F. Fernández, Font-Goñi-Cánovas, Juan Gödeken, Rosario, CDICT, Copiador de cartas (mes 4), 1887-1893, f. 124-126.

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puesto de contribución directa a razón de $ 18.000 mn la legua cuadrada, no debían recibir el triple de ese monto como indemnización. Indignado, Román Bustos sostuvo que los propietarios solían simular el precio real de las compraventas con la finalidad de eludir el «odioso» pago del impuesto de contribución directa y que sólo el perito de Casado podía afirmar que los campos cercanos a la ciudad de Rosario, surcados por el FCOS, valían todavía $ 35.000 mn la legua cuadrada, cuando era notorio que a lo largo de la década de 1880 habían duplicado su valor. La frase reproducida en el título de este apartado proviene de la reflexión que hizo Bustos en el expediente: «resulta de esta manera que al perito le ha sucedido lo que a ciertos beatos que quieren ser más católicos que el Papa». Casado aparece representado como un Papa que encabeza a obsecuentes seguidores calificados de beatos que son «más papistas que el Papa», que son los peritos-tasadores, agrimensores, abogados, testigos, jueces en lo civil y comercial, jueces de paz y secretarios que apoyaron al empresario español durante años y que fueron parte activa de su leal red de sociabilidad. Para Bustos, los perjuicios ocasionados a los Cabral-Barruti eran demasiado significativos como para ser pasados por alto. López Zamora no era, según él, persona «muy perita o mejor dicho no es muy entendida ni en los valores que tienen los campos ni en los perjuicios que ha ocacionado por allí el referido ferrocarril». En este estado de cosas, Bustos solicitó que el peritaje lo realizara un tercer especialista o experto. El juez Luis V. González nombró primero a Manuel Cilvetti, que a finales de 1888 rechazó la designación alegando que tenía «con el señor Casado algunos asuntos sobre terrenos pendientes», y después a Enrique Álvarez, quien finalmente tasó la hectárea en $ 46 mn aunque incumplió la orden judicial de incluir el valor del alambrado en la tasación. El propio juez señaló sorprendido esta anomalía en la sentencia que en 1889 y fijó una indemnización de 1.416,48 mn a favor de los Cabral-Barruti. Luis V. González llegó incluso más lejos al rechazar el argumento del abogado de Casado de adoptar el impuesto de contribución directa como elemento fundante del valor de una propiedad, y afirmó que ello suponía dar al Estado «una gran facilidad para despojar a los particulares de sus derechos». Los propietarios legítimamente mentían para pagar menos impuestos. Finalmente, a su regreso de Europa, Cabral y su esposa rechazaron firmar la escritura de traspaso pero no lograron detener la expropiación de sus tierras.87 87 Los abogados de los Cabral-Barruti fijaron sus honorarios en $ 500 mn. El tercer perito, Enrique Álvarez, solicitó unos honorarios de $ 200 mn. Entre abogados y peritos, los expropiados perdieron su terreno entre los km 93 y 105 sin percibir casi dinero ya que fue embargado el 12 de setiembre de 1890 por el Juzgado de la Capital Federal en mérito a una orden solicitada por el Banco Hipotecario Nacional.

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Los representantes de Casado procedieron posteriormente a expropiar un terreno de 30 m de frente por 610 m de largo en el km 106 propiedad de Ramón Badiz. Eloy Palacios y Germán Oldendorff certificaron un depósito judicial de sólo $ 27,11 mn aunque poco después el juzgado fue informado de que las tierras habían sido adquiridas por Gabriel Carrasco y este último había aceptado traspasarlas pacíficamene al concesionario del FCOS.88 De igual manera, Ignacio Firmat ubicó en el km 108 un cuadrado de 1.000 m2 para construir la estación de San José de la Esquina, y Casado arregló particularmente el precio con los diversos propietarios, Luis Pérez, Alberto Glardón y Rodolfo Lett.89 En 1889 la propiedad heredada por los hijos menores de edad de Manuel Acuña y Mercedes Gallego corrió similar suerte al depositar Diego del Castillo $ 1.000 mn para iniciar el juicio de expropiación. El juez Miguel S. Coronado comprobó que los niños habían quedado a cargo de un tutor avecindado en la Colonia Iriondo y lo convocó al juzgado en Rosario para dar continuidad a la expropiación de las tierras. Tras declarar no saber ni leer ni escribir, el tutor optó por no disputar judicialmente las tierras de los menores Acuña-Gallego, otorgó un poder general a Manuel López Zamora, que a su vez actuaba como perito de Casado, y aceptó que Alberto Arrué efectuara la tasación definitiva; Arrué, como hemos señalado en el capítulo dos, representaba al concesionario del FCOS en la causa judicial que mantenía contra sus primos, los Chávarri del Alisal.90 Los menores tutelados por un analfabeto sólo recibieron el monto depositado en el Banco Provincial santafesino, es decir, el precio mínimo fijado por Casado, y este último incorporó la propiedad de manera inmediata al activo del FCOS.91 88

Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Ramón Badiz (o Batiz) sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, jueces Claudio Andino y José García González, iniciado en 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 69. 89 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra los herederos de N. Reinoso, Luis Pérez y Rodolfo Lett sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 8 de noviembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 52, incluye el plano de expropiación elaborado por Ignacio Firmat incluyendo la sección de Villa Casilda hacia Colonia Iriondo y Juárez Celman y la Estación de San José de la Esquina; Escala 1:5000 m. 90 Expediente civil de Carlos Casado contra la testamentaría de José Chávarri del Alisal sobre incidente de devolución de autos, Rosario, 1879, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Rosario, juez Emiliano García, iniciado el 13 de agosto de 1878 y finalizado el 14 de marzo de 1890, ATPR, Causas civiles, serie C, t. 147, 408 f. 91 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra los herederos de Manuel Acuña sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Miguel S. Coronado, iniciado el 14 de enero de 1889 y finalizado en marzo de 1890, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 90, 25 f.

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Casado no se contentó con diseñar el trayecto del FCOS circunscrito a la provincia de Santa Fe sino que proyectó continuar invirtiendo en el sistema ferroviario hacia las provincias de Córdoba, Buenos Aires (Pergamino) y Mendoza, motivo por el cual encontramos propiedades distribuidas en estas tres jurisdicciones. En Pergamino, por ejemplo, los bienes de los Casado-Sastre fueron valorados en $ 562 mn; consistían en una quinta adquirida en 1880, dos chacras compradas en 1890 al Banco Nacional y a Francisco Martínez; y tres terrenos ubicados en el pueblo y adquiridos a Ángel Godoy.92 En el departamento mendocino de La Paz, Carlos Casado compró entre 1882 y 1883 a Eufemia Correa y a Moisés Lucero dos fracciones de tierra ubicadas en los parajes llamados Altos de los Perros y Punta de las Aguas, que fueron tasadas por Infante en $ 24.000 mn, así como una estancia de 22.700 ha valorada en $ 5.000 mn.93 En el caso cordobés, el español inauguró el 6 de enero de 1888 la línea desde San José de la Esquina a Cruz Alta,94 cubriendo así un total de 125 km de longitud desde su cabecera rosarina.95 En esta zona, Casado adquirió en el año 1881, ante el escribano Lisandro Paganini, 19.135 ha a Rafael Fragueiro quien, previamente, las había adquirido al Barón de Mauá. En 1894 compró diversas propiedades en la Colonia Juárez Celman que fueron tasadas cinco años después en $ 462 mn, en concreto dos quintas de 10.000 m2; una chacra de 74.800 m2; otra chacra de 48.400 m2 cruzada por el FCOS;96 y algunas manzanas y fracciones de manzanas equivalentes a una hectárea y 92

Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. En un principio la liquidación de la sucesión fue parcial y en 1910 Ramona Sastre solicitó vender bienes en Pergamino (provincia de Buenos Aires) y en Juárez Celman (provincia de Córdoba). Expediente civil de los sucesores de Carlos Casado sobre ampliación de inventario y adjudicación, 1912, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 255. 93 La familia se desprendió de estos bienes entre 1905 y 1906. Información sobre las propiedades de Carlos Casado en el departamento de La Paz de la provincia de Mendoza, adquiridas a Eufemia Correa y a Moisés Lucero en los parajes llamados Altos de los Perros y Punta de las Aguas, 1882-1883, CDICT, Libro de Índices de mensuras y planos de campos, por localidades y departamentos, incluyendo información de colonias, s/a (inicios del siglo XX aprox). También Antecedentes, títulos y mensuras del campo de Carlos Casado y herederos en el departamento de La Paz de la provincia de Mendoza, agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, Rosario, 1856-1905, CDICT, caja 10, leg. 404. Entrada-registro de venta de terrenos de Carlos Casado en la provincia de Mendoza, 1905-1906, CDICT, Libro de Venta de terrenos de Rosario n.º 6 (1892-1905). LAGOS, 1957, 52. 94 REATI, 2006, 144. 95 FERNÁNDEZ PRIOTTI, 2006, 229-233. 96 Fue adquirida a la sociedad anónima Explotación de la Colonia Juárez Celman el 3 de octubre de 1894 en el departamento Marcos Juárez de la provincia de Córdoba.

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ubicadas en el pueblo.97 Estos bienes se sumaron a los que había adquirido a José Samuy en 1877, gracias al escribano B. Quintín Munuce: se trataba de un terreno de poco más de 2 ha ubicado en la ribera sur del río Anizacate, propiedad valorada por Infante a finales del siglo XIX en $ 40 mn. Además, en abril de 1884 el gobierno provincial entregó a Casado 2.604 ha ubicadas en el departamento General López, en la frontera con la provincia de Córdoba, correspondientes a un resto de las 50 leguas cuadradas prometidas como compensación por construir el primer tramo del FCOS hacia Villa Casilda, y que Infante valoró en $ 39.064,50 mn.98 Algunas posesiones cordobesas siguieron un proceso muy particular: con la colaboración de Eloy Palacios y del escribano Javier Munuce, Casado transfirió temporalmente parte de sus bienes a Carlos Colossio con la clara intención de obtener dinero líquido para el FCOS, y le ofreció a cambio el dominio del potrero de la Colonia Candelaria así como un terreno de 50 m2 en la plaza principal de Villa Casilda.99 En aquellas tierras fronterizas el español fundó una colonia que bautizó Palencia, y que en 1899 Infante tasó en $ 600.000 mn. En 1905 el Departamento de Ingenieros informó a la Corte Suprema que la Colonia Palencia había sido erigida sin que el gobierno aprobara los planos y la traza urbana.100 Según consta en 97

Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Las manzanas fueron la 25 en sitios D, E y F; manzana 26 en sitios A y H; manzana 40 en sitios C, D, E y F; manzana 39 en sitios A, B y H; manzana 71; manzana 72 en sitios C, D, E y F. 98 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 99 Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado». Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 100 Hoja suelta correspondiente a la Nota enviada por el Departamento de Ingenieros al Juzgado informando acerca de la situación de la Colonia Palencia fundada por Carlos

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ILUSTRACIÓN 17. Plano de la Colonia Palatina y de la Colonia Sick, departamento Marcos Juárez de la provincia de Córdoba, CDICT, Plano general E-0378.

los planos de los agrimensores que actuaron en la zona en las primeras décadas del siglo XX, el primogénito y albacea Carlos Mateo Casado Sastre heredó el control de la Colonia Palatina y de la Colonia Sick en el departamento cordobés de Marcos Juárez (Ilustración 17).101 Cabe señalar, finalmente, que Casado adquirió tierras que durante mucho tiempo estuvieron en disputa. En 1864 el gobierno provincial cordobés había ordenado a su Departamento Topográfico mensurar las tierras fiscales fronterizas y entre 1867 y 1882 permitió que 9.796 ha ubicadas a siete leguas al sur de Cruz Alta fuesen vendidas a José Cortes Funes y a los socios de la Devotto Hermanos, Antonio y Bartolomé Devotto.102 Al mismo tiempo, en 1882 Archibaldo Bell compró 10.789 ha a Casado, CDICT, Libro de Índices de mensuras y planos de campos, por localidades y departamentos, incluyendo información de colonias, s/a (inicios del siglo XX aprox). 101 Plano de la Colonia Palatina y de la Colonia Sick, departamento de Marcos Juárez en la provincia de Córdoba, propietarios Carlos Mateo Casado (calle Santa Fe 981, Rosario) y Santos Manfredi (San José de la Esquina y Chañear Ladeado), CDICT, Plano general E-0378. El plano incluye primero, la superficie de los lotes; segundo, la información de que a dos leguas del FCCA y cinco leguas de Ferrocarriles Buenos Aires a Rosario (FCBAyR), punto marcado con cruces, la tierra es «virgen superior para cultivar cereales, agua dulce y á poca profundidad»; y tercero, el «Plano Demostrativo», con propiedades de la Compañía de Tierras del Sur de Santa Fe y Córdoba, y de diversos propietarios, entre ellos José F. Fernández, Colonia Bismarck, etc. 102 Como veremos en el capítulo seis, los hermanos Devotto también compraron

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José F. Fernández correspondientes a las tierras fronterizas entregadas a los militares como compensación por sus labores en el Ejército provincial. Esta venta se hizo a partir de las mensuras realizadas por los agrimensores Julián de Bustinza en 1866, Cayetano Livi en 1874, José de Urquizu en 1881 y Casiano Rojas en 1885. Bell denunció que su propiedad se superponía con la de Devotto Hermanos, pero igualmente la traspasó a Carlos Casado el 22 de marzo de 1893. Dos años después, la mensura del agrimensor Leslie G. Barnett demostró dicha superposición y, fallecido Casado en 1899, Antonio y Bartolomé Devotto decidieron actuar contra sus sucesores.103

5.5.

La sección Villa Casilda-Melincué: final del trayecto

El casildense Teodoro Franco se convirtió en uno de los propietarios expropiados por Casado para construir la vía del FCOS hacia Melincué. Carlos Castilla inició el juicio depositando $ 40,33 mn ante Eloy Palacios y el gerente Germán Oldendorff, como indemnización por los 27.223 m2 de Franco, es decir, por un terreno de 30 m de ancho y 907 m de largo entre los km 7 y 8. El juez envió un oficio al subdelegado político casildense para citar a Franco pero recibió la contestación de que se ignoraba su paradero. En este caso, como en todos los otros juicios de expropiación, Carlos Castilla planteó al juez la urgencia que tenía la empresa por resolver la transferencia y continuar la construcción de la vía férrea. Pidió que Franco fuese citado mediante edictos publicados en La Capital señalando que «no es posible a mi parte aguardar indefinidamente el regreso de ese señor». El 28 de abril de 1888 el juez convocó entonces una audiencia pública bajo apercibimiento de rebeldía pero Franco no acudió; poco después Castilla informó al juzgado que había arreglado de manera «particular» la compra del terreno, que Javier Munuce se había encargado de la escritura, y que sólo quedaba al juzgado ordenar la devolución del depósito judicial al concesionario del FCOS.104 Una situación similar se dio en diciembre de 1888 cuando Diego del Castillo depositó $ 2.600 mn para expropiar a los sucetierras en el Chaco paraguayo. En ocasiones el apellido aparece en las fuentes documentales con una sola «t», aunque en esta obra optamos por citarlo con doble «t». 103 Información del ingeniero Manuel Sugasti sobre las inversiones de Carlos Casado en la Colonia Palencia y otras, CDICT, Libro de venta de terrenos de Rosario n.º 3 (1861-1887), f. 146-147. 104 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Teodoro Franco sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 5 de diciembre de 1887 y finalizado el 11 de abril de 1889, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70.

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sores de Tomás Armstrong (por herencia las propiedades pasaron a Carlos Dose y María Dose de Larriviere). Como en los otros casos de expropiación de tierras rurales, del Castillo tomó como base al valor de $ 40.000 mn la legua cuadrada, e informó al juez de que los Armstrong habían acordado con Eloy Palacios —apoderado de Casado y, al mismo tiempo, director del Banco Provincial de Santa Fe— la venta de su terreno en Firmat, pero que su representante, Miguel Grandoli, había rechazado firmar la escritura correspondiente. El juzgado intentó conciliar a las partes con la finalidad de «arreglar amistosamente el asunto», pero en ese momento Diego del Castillo y Grandoli convinieron «otorgar privadamente la escritura de venta de los terrenos».105 Paralelamente, en 1888 Carlos Castilla llevó a juicio al colono de la Candelaria Víctor Van Zuylen106 con la finalidad de expropiarle 13.950 m2 en el km 41, de 30 m de ancho por 465 m de fondo. Palacios y Oldendorff certificaron el depósito en el Banco Provincial mientras el juez de paz del departamento de San Lorenzo, José Fayo, informaba al juzgado rosarino que desconocía el paradero del afectado. Poco tiempo después del Castillo se presentó ante el juez indicando que el colono había arreglado de manera privada la venta para no verse forzado a esperar los tiempos siempre largos del poder judicial. Resulta significativo, además, que el dueño de las tierras expropiadas fuese hallado con más facilidad por la gente que trabajaba para Carlos Casado que por las autoridades locales y provinciales. Carlos Castilla firmó con gran rapidez la interrupción del juicio ante el escribano público Lisandro Paganini.107 En diciembre de 1888 Diego del Castillo inició el juicio de expropiación de un terreno de 30 m de ancho por 2.071 m de largo que poseía Pedro Fernández en la Colonia San Urbano. En este caso, el perito Manuel López Zamora fijó el valor de la legua cuadrada en $ 50.000 mn. El perito de Fernández, Belisario Sívori, fue rechazado por del Castillo quien alegó que aquél representaba a Domingo Leguizamón y que, por este motivo, no podía ser imparcial. El juez Luis V. González hizo caso 105 Expediente civil de Carlos Casado contra los sucesores de Tomás Armstrong sobre escrituración, iniciado el 21 de diciembre de 1888 hasta noviembre de 1899, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 74, 17 f. 106 En la documentación también aparece como Zuilen, Zuglen, Zueglen, Zeulen; véase capítulos tres y cuatro. 107 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Víctor Van Zuylen sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 14 de diciembre de 1887 y finalizado el 13 de mayo de 1891, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70, incluye plano de la propiedad elaborado por Ignacio Firmat y la propiedad de Jorge Bombal en la Estación Villada.

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omiso y Sívori valoró la hectárea en $ 80 mn elevando la indemnización por daños y perjuicios a $ 800 mn. El fallo judicial de marzo de 1890 publicado en El Municipio y El Extranjero contempló el valor de la hectárea en $ 50 mn, fijó la indemnización en $ 310,65 mn, y por primera vez tuvo en cuenta los perjuicios ocasionados por el FCOS. Poco después del Castillo advirtió al juez que Ignacio Firmat había adquirido el terreno de Pedro Fernández a nombre de Casado. «Habiéndolo sabido ahora», escribió, «vengo a presentar la escritura que justifica la compra hecha y a pedir sea dado el juicio por concluso».108 La expropiación de las tierras de Miguel Torres comenzó con un depósito de $ 418,09 mn, calculado en función del valor de la legua cuadrada, en $ 40.000 mn, que fue realizado por los representantes de Casado el 28 de enero de 1888 con la anuencia de Eloy Palacios.109 El abogado Alberto Labastié Otamendi se negó a aceptar el valor del depósito y, llegado el momento de elegir perito, propuso a Vicente T. Nuñez mientras Casado hacía lo propio con Manuel López Zamora. Labastié Otamendi rechazó a este perito argumentando que su neutralidad era dudosa desde el momento en que se desempeñaba como procurador en el estudio del abogado Eugenio Pérez, mano derecha de Casado y director del FCOS. El perito aceptado por el juez Benjamín Ávalos fue Pedro Mancera al que se le encomendó fijar la indemnización incluyendo el valor del alambrado que debía rodear la vía férrea como una manera de contemplar los daños y perjuicios ocasionados por la empresa. Mancera realizó el peritaje ante los testigos Inocencio Bustos y Javier Munuce, escribanos presentes en la mayor parte de las transacciones de Carlos Casado; fijó el precio en $ 585,04 mn a razón de $ 56.000 mn la legua cuadrada; y, sin causa justificada, olvidó incluir el valor del alambrado. En su sentencia del 6 de marzo de 1889, Ávalos se negó a aceptar el informe de Mancera del cual dijo que «no podía ser fiel ni legal» y fue incluso más lejos al afirmar que la expropiación forzosa, la construcción de terraplenes, y las excavaciones ocasio108 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Pedro Fernández sobre expropiación del FCOS en la Colonia San Urbano, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Luis V. González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 1888 y finalizado el 26 de junio de 1890, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 73. 109 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Miguel Torres y otros sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Benjamín Ávalos, secretario Artemio Sánchez, iniciado el 28 de enero de 1888 y finalizado el 24 de marzo de 1890 (sentencia), ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 74. El juicio quedó a cargo del juez Benjamín Ávalos quien contó con el apoyo del juez de paz de la Colonia San Urbano, Antonio Carranza. A finales de la década de 1860, Carranza había participado en la creación del Banco Rosario de Santa Fe que ya hemos analizado.

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naban a los propietarios grandes perjuicios que Casado no solía contemplar. Llegado a este punto, el juez obligó al concesionario del FCOS a alambrar el campo de Miguel Torres y aunque su fallo fue apelado por Diego del Castillo, a mediados de 1889 la Cámara de Apelaciones dio la razón a Ávalos. La propiedad de Pedro Trigo también fue expropiada en condiciones similares a partir de un juicio iniciado en 1890 con un depósito judicial por $ 60 mn y mediante edictos aparecidos en La Unión Cívica. El perito nombrado por el juzgado, Luis N. Paz, tasó la propiedad de Trigo en casi $ 100 mn a razón de $ 60.000 mn la legua cuadrada, rechazando de esta manera el valor otorgado por Ático Moratinos, perito de Casado $ 40.000 mn. A finales de 1891, la sentencia del juez Saturnino Salva, publicada en El Municipio, concedió la propiedad a Casado pero lo obligó a pagar el precio propuesto por Luis N. Paz así como las costas.110 Cabe señalar, no obstante, que no siempre los expropiados fueron tan afortunados como Miguel Torres o Pedro Trigo: un depósito judicial de $ 485,33 mn certificado por Germán Oldendorff y Eloy Palacios dio inicio a otro juicio a mediados de 1888, esta vez por un terreno en Melincué equivalente a 327.600 m2 de 30 m de ancho por 10.920 m de largo, ubicado entre los km 30 y 41, propiedad de la viuda de Bernardo Barrere (en la documentación también aparece como Barriere o Barrère), que había participado como accionista del Ferrocarril Central Argentino Rosario-Córdoba con Casado, como hemos visto en el Cuadro 2. Tras ser citada a través del juez de paz del departamento de San Lorenzo y de diversos edictos publicados en La Capital, la mujer fue declarada rebelde. Poco después Carlos Castilla se presentó directamente al juzgado y, sin adjuntar ningún tipo de documentación, dejó asentado que el apoderado de la viuda de Barrere, Andrés Fany, había aceptado el precio ofrecido por Casado y otorgado a este último la escritura de venta.111 Una última causa puede darnos idea de la difícil situación en la que se encontró el FCOS a partir de la década de 1890 cuando Carlos Castilla depositó $ 544 mn en el Banco Provincial de Santa Fe. Castilla calculó el valor de la hectárea en $ 35 mn para expropiar las tierras de Francisco Nico110 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Trigo y Morales sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez Saturnino Salva, escribanos Javier Munuce, fallecido en 1895, sustituido por Inocencio Bustos, iniciado 26 agosto 1890 y finalizado el 14 se setiembre de 1895, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 72. 111 Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra la viuda de Bernardo Barrere sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, juez José García González, secretario José Tomás Basualdo, iniciado el 14 de diciembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 52.

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lett y Juan Pedro Arrainty en la Colonia San Urbano.112 Arrainty se presentó al juzgado, dijo no saber firmar, y declaró haber vendido su propiedad, mientras Nicolett optaba por hacerse representar por el procurador José R. Lavandera, el abogado Fermín de Lejarza y los peritos Eusebio Cabrera y Ramón Castro. El juez Saturnino Salva obligó a Casado a pagar a Nicolett una indemnización cinco veces superior a la que pretendían sus representantes, $ 2.550 mn, decisión que fue apelada por Diego del Castillo. En 1898 Pedro Viñas asumió por corto tiempo la representación de Casado quien falleció al año siguiente, precisamente cuando se hacía pública la decisión de la Suprema Corte de Justicia de exigirle el pago de $ 3.097 mn a favor de Nicolett. Aconsejado por J. Daniel Infante, el primogénito del empresario, Carlos Mateo Casado Sastre, depositó esta elevada suma en el Banco Provincial de Santa Fe en octubre de 1903. El FCOS ya había sido transferido al FCCA de capitales británicos. En setiembre de 1895 —es decir, unos años antes de que la justicia resolviera las causas de Francisco Nicolett, Domingo Leguizamón y José María Bombal— Casado reclamó al gobierno provincial la devolución de $ 438.413,86 mn por el valor de los terrenos particulares expropiados ($ 152.507,15 mn) y por los gastos originados en comisiones, labores de campaña, escrituras, abogados y procuradores ($ 253.322,61 mn).113 Eugenio Pérez —acompañado de su secretario, Rodrigo de Uhagon que también trabajaba para el FCOS, y del síndico, Diego María del Castillo— informó sobre las tensas relaciones con el gobierno provincial en el transcurso de la asamblea del año 1894 y de lo que el FCOS hubiese podido prosperar si se hubiese aprovechado el éxito de los años 1885 a 1889: Si el Exmo. Gobierno hubiere cumplido en tiempo sus compromisos; si en vez de no hacer en doce años más de tres pagos exiguos a cuenta de la garantía y de dar así motivo á que su débito llegase a la suma de $ 1.082.637,54 oro sellado (os), religiosamente hubiera ido pagando cada ejercicio vencido; si en lugar de consentir que transcurriesen los años sin que los expedientes de expropiación fuesen ultimados, y de dar con tal proceder motivos para que en los 112

Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Francisco Nicolett (Melincué) y Juan Pedro Arrainty sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, jueces José García González y Luis V. González, iniciado el 16 de noviembre de 1887 y finalizado el 17 de octubre de 1903 por Carlos Mateo Casado, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 118. 173 f., incluye el plano de Melincué elaborado por Ignacio Firmat. 113 Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado».

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terrenos comprendidos entre el límite sur de la dársena del Sr. Comas y el norte de los terrenos que fueron del Mariscal Sr. Santa Cruz (los cuales debían habernos sido entregados en 1883 según decreto de uno de febrero del mismo año) fuesen levantados edificios tan valiosos como los muelles del Gas y los Muelles y Depósitos de Comas, cuya expropiación habría ahora costado a la Provincia enormidades, hubiese activado aquellos juicios, y nos hubiese entregado hace doce años aquellas tierras sobre las cuales, aprovechando los buenos tiempos del [18]85 y del [18]89, en los que se obtenía cuanto dinero se pedía para todo lo que fuese empresa argentina, hubiéramos podido hacer un muellaje que a todos y principalmente a la ciudad hubiera llenado de riqueza.114

J. Daniel Infante presentó sus cuentas en setiembre de 1897 y declaró que en 1884 el gobernador José Gálvez había pactado con el apoderado de Casado, Eloy Palacios, que el fisco se haría cargo de las expropiaciones del FCOS. Esta actitud produjo un complejo y contradictorio cruce de informes entre los responsables del Departamento de Ingenieros y del Ministerio Fiscal, no obstante lo cual en febrero de 1898 el gobierno dio la orden de abonar a los expropiados de Casado $ 260.617,81 mn en letras de tesorería a distintos plazos por valor de $ 20.000 mn cada una. El 12 de setiembre de 1898 el ingeniero Enrique Foster elevó un informe sobre el arreglo de la deuda con Casado y cuestionó la decisión gubernamental afirmando que no trepidaba «en manifestar que el juicio que me he formado es que dicho pago no debía haberse efectuado». Foster acusó al gobierno de interpretar de manera errónea el artículo 6 de la ley provincial del 17 de octubre de 1881 que había autorizado a traspasar a Casado sólo los terrenos fiscales pero no los de propiedad particular, y formuló una pregunta clave: «¿quién debía abonar á los propietarios el importe de los terrenos expropiados? ¿El gobierno ó la empresa?». Según el ingeniero Foster, el artículo 11 de la ley de 1881 fijaba de manera determinante que la expropiación corriese por cuenta del FCOS, y se negó a admitir la existencia de un convenio tan lesivo para los intereses provinciales. Para Foster: «a pesar de la fé que nos merece la palabra del recurrente doctor Infante», señaló, «se nos permitirá pensar que incurre en otro error al hacer su afirmación, pues no podemos concebir que el doctor [José] Gálvez con los reconocidos conocimientos jurídicos que posee haya podido efectuar un arreglo semejante». Foster formuló otra pregunta clave: «¿con qué derecho esa misma empresa se presentaba cobrando al gobierno las sumas que habían invertido en cumplimiento de la obligación contraida?».115 114 Memoria presentada por el Directorio del FCOS sobre el Servicio de Explotación del FCOS en Asamblea Ordinaria de Accionistas. Rosario, Imp. y Lit. La Capital, 1894 (asamblea del 29 de marzo de 1895). 115 Informe de Enrique Foster, documentos referentes al arreglo de la deuda de la provincia de Santa Fe con la empresa del FCOS, 12 de setiembre de 1898. Rosario,

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Tras abonar gran parte de los $ 260.617,81 mn prometidos, el gobierno provincial dejó vencer las letras número 986, 987 y 988 por valor de $ 60.000 mn. Los Casado-Sastre decidieron llevar el caso a los juzgados.116 Por entonces, Gabriel Carrasco hizo alusión a la justicia santafesina diciendo que era «tardía, cara y dudosa» y agregó que: En cualquier punto del territorio argentino que se hable de la administración de justicia, que se trate de un pleito, que se discuta un derecho litigioso, la primera expresión del que escucha es un sentimiento de temor: decir la justicia es introducir en el espíritu un sentimiento, no de afecto, ni de confianza, no de amor, sino por el contrario de temor y desconfianza. ¡Un pleito! ¿Quién no tiembla? Una testamentaria (sic). ¿Quién no habla de ella como de un asunto de años en que poco á poco van a quedar entre las garras de abogados, procuradores, partidores, tasadores, peritos, contadores, y demás curiales, los intereses de las viudas y la herencia de los huérfanos?117

5.6.

La suerte de las 150 leguas de Carlos Casado

Gabriel Carrasco utilizó en octubre de 1882 las páginas de La Prensa para denunciar el poder desplegado por Carlos Casado a la hora de pactar con el gobierno provincial santafesino convirtiéndose, de este modo, en uno de los más importantes propietarios de tierras del sur provincial. Refiriéndose principalmente al FCOS, el hijo primogénito de Eudoro Carrasco —recordemos que este último había sido uno de los opositores del español en el seno del Banco Provincial de Santa Fe— remarcó que el gobernador Simón de Iriondo había utilizado los fondos de dicha entidad «de forma oscura y sin licitación pública», haciendo posible que la tierra pública fuese «a parar a los bolsillos de una logia» encabezada por Casado que era uno de los mejores «amigos del gobierno». Gabriel Carrasco118 rechazó de manera terminante la entrega a Casado de 150 leguas cuadradas de tierra Establecimiento Tipográfico y Encuadernación Nueva Época, 1898, CDICT, caja 22, leg. 822. 116 Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado». 117 CARRASCO, 1895, 635-636. 118 Entre otros cargos, Gabriel Carrasco fue comisario general del censo agrícola, subsecretario del segundo censo nacional, intendente municipal rosarino, diputado provincial, ministro de Instrucción y Hacienda provincial, además de fundador de la Oficina Demográfica Argentina y dueño de tierras ubicadas en los suburbios rosarinos que finalmente vendió a Casado, véase Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona

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fiscal (aproximadamente 375.000 ha) como compensación por la construcción de las vías y estaciones del FCOS, aun cuando aquéllas fuesen destinadas a la colonización y a la radicación de inmigrantes.119 Lo cierto es que el artículo 18 de la ley del 17 octubre de 1881, así como el contrato del 12 de noviembre de ese año, además de exonerar a Casado del pago de impuestos fijaron que las 150 leguas cuadradas de tierra fiscal fuesen entregadas al español de la siguiente manera: un tercio al llegar el FCOS a la Colonia Candelaria; otro tercio al llegar a la Colonia Iriondo; y el último tercio al tocar la Colonia San Urbano en Melincué.120 Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900; también DE MARCO (h.), 1996, 11-16, 39; SANTILLÁN, 1967, tomo 1 (A-LL); Anuario Pillado, 1899, 149-153. 119 Destacamos otro hecho que seguramente sacudiría a Gabriel Carrasco: acostumbrados a un Casado tan interesado en dar a conocer los avances de su proyecto colonizador, notamos la significativa ausencia de un periódico, que tanto valoraban los Carrasco, cuya circulación en la Colonia Candelaria quizás hubiese permitido a los colonos producir y difundir sus ideas. En su obra La provincia de Santa Fe, Revista de su estado actual y de los progresos realizados, Gabriel Carrasco (1888, 46) enumeró los periódicos que se editaban en la jurisdicción provincial: Rosario, por ejemplo, publicaba El Municipio, Los Fantoches, El Mensagero, La Convención, la publicación inglesa The Reporter, el Bolletino mensuale de la Cámera di Comercio Italiana, El Avisador y La Industria Nacional, estos dos últimos de carácter semanal. La ciudad de Santa Fe, por su parte, editaba La Nueva Época, El Comercio, La Revolución, y el Boletín del Consejo General de Educación. Tres colonias contaban con sus propios espacios de difusión de ideas: Esperanza, por ejemplo, editaba El Progreso así como el semanario alemán Argentinische Boten; en Coronda circulaba El Corondino, mientras que en Cañada de Gómez aparecía dos veces a la semana El Bien Público. La Colonia Candelaria no gozaba entonces de un periódico regular a excepción de las páginas de El Gladiador que fueron editadas sólo hacia 1885, según nuestros datos; LAGOS, 1957, 46. Cabe señalar que la ciudad de Rosario tenía una gran tradición en la difusión de las ideas: el primer periódico rosarino fue La Confederación, fundado en 1854 por el periodista Federico de la Barra. Luego aparecieron, aunque en algunos casos con muy corta vida: en 1856 El Comercio; en 1860, El Progreso; en 1861, El Eco Comercial y El Ferrocarril; en 1864, El Cosmopolita; en 1865, The Argentine Citizen; en 1867, La Capital, fundada por Ovidio Lagos con la colaboración de su hijo, Ovidio Amadeo Lagos, quien planteó que Rosario se convirtiese en capital del país. En 1870 se editó La Opinión Nacional; en 1872, El Mercurio; un año antes, La Cabrionara; en 1877, El Sol y La Iberia; en 1878, La Unión Española; en 1884 tres periódicos de la colectividad italiana, Il Comercio, Il Bersaglieri y La Caritá; en 1885, El Sol de Mayo; en 1886, El Municipio y La Organización Obrera, así como Le Pays, Le Courrier de France y el periódico anarquista La Protesta Humana; en 1890, La Voz de la Mujer; en 1893, Rosario, El Radical, Rosario Literario, El Pueblo, y El Diario; en 1895, El Imparcial, El Pueblo, El Rosario, El Nacional, La Verdad, La Voz del Pueblo, El Día, La España, La Familia, L’Indiscret, Il Contadino, El Diluvio, Deutsche Zeitung y Argentinischer Boot; en 1897, el diario anarquista La Liberté; en 1899, El Paria. 120 DE MARCO, 1993, 79-80, 135, 160-162, 218; SCALABRINI ORTIZ, 1940, 175-177.

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Acabado el primer tramo, el 24 de abril de 1884 el gobierno provincial transfirió a Casado 134.992 ha del departamento General López que lindaban con propiedades de Eduardo Cassey y con la frontera de la provincia de Córdoba. Poco después, el 6 de setiembre de 1884, Casado acordó con el ministro Manuel J. Yañez la reserva de dos fracciones de tierras fiscales —que fue ratificada por el decreto del 28 de agosto de 1885—, argumentando la calidad e importancia de los trabajos realizados para construir la vía férrea e informándole que las obras habían sido hechas con los mejores durmientes de quebracho.121 La alusión al quebracho es de suma importancia ya que permite entender por qué Casado se interesó tanto en los recursos madereros del Gran Chaco, territorio que, como sabemos, se extiende desde los contrafuertes andinos hasta el río Paraguay, en sentido longitudinal, y desde el río Salado en Argentina hasta las serranías de Roboré en Bolivia.122 Aunque no figure en el inventario de bienes levantado por Infante en 1899, en la década de 1880 Casado adquirió tierras en Reconquista.123 En el Chaco santafesino colaboró con los hermanos Carlos y Alberto Harteneck así como con las firmas Herwig y Renner de Hamburgo durante la instalación de la fábrica en Calchaquí en el año 1890,124 al tiempo que estrechaba vínculos con el gobierno paraguayo para ampliar sus propiedades hacia la zona occidental del río Paraguay.125 También existen constancias de las adquisiciones que la Compañía Forestal del Chaco hizo en 1903 de tierras de la empresa Malbrán, Terrosa, Casares y otros, que lindaban con territorios que habían heredado los Casado-Sastre.126 Finalmente, cuando la ley del 13 de 121 122

LAGOS, 1949, 240-244. La región del Gran Chaco abarca una superficie de aproximadamente un millón

de km2. 123

Buena parte de las tierras de la zona de Reconquista fueron posteriormente adquiridas por la Compañía La Forestal del Chaco. Véase la Diligencia de mensura del campo denominado de Agrelo, propiedad de la Compañía La Forestal del Chaco, en el departamento Reconquista de la provincia de Santa Fe, 1905, CDICT, caja 20, leg. 765. También sobre la descripción de la evolución de Reconquista (Apeadero en KM 27): Resolución n.º 180 del 18 de noviembre de 1903, CDICT, Libro Reminiscencias, Índice de Escrituras y otros, f. 138. Documento n.º 198 de la ley del 2 de enero de 1899 sobre el Ferrocarril de Reconquista a Guaycurú, CDICT, Libro Reminiscencias, Índice de Escrituras y otros, f. 158. Resolución n.º 309 del 12 de abril de 1904 sobre la sociedad anónima El Mocoví Tanino, CDICT, Libro Reminiscencias, Índice de Escrituras y otros, f. 233. 124 ZARRILLI, 2000. 125 LAGOS, 1949, 240-243; OLIVERA, 1995, 65. 126 Extracto de los títulos de la Compañía Forestal del Chaco referentes a dos fracciones de tierras ubicadas en el departamento Reconquista, provincia de Santa Fe, 1903, CDICT, caja 18, leg. 707.

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noviembre de 1886 dispuso la transferencia de tierras del Territorio Nacional del Chaco a la provincia de Santa Fe, la frontera de esta última fue llevada hasta el paralelo 28° siendo incorporadas a la jurisdicción santafesina las siguientes colonias: Las Toscas, que había sido fundada en 1880; Florencia, creada en 1884; Ocampo, erigida en 1885; Avellaneda, que poseía ingenios azucareros;127 y Las Garzas, en la que Casado también poseía tierras.128 En 1888, cuando el FCOS alcanzó San José de la Esquina y Melincué,129 Casado reclamó al gobierno provincial las tierras reservadas. Una de las fracciones estaba compuesta de 30 leguas cuadradas con un frente de 5 leguas sobre el Arroyo del Rey (posteriormente las mensuras demostraron que la superficie ascendía a 34 leguas cuadradas).130 La otra fracción de 50 leguas cuadradas estaba ubicada en la zona de Vera y limitaba con posesiones del Banco Provincial, de Ataliva Roca, hermano del presidente argentino Julio Argentino Roca131 y de la Compañía de Tie127 MAEDER, 1996, 155-156. Señalamos que Gabriel Carrasco decidió observar de primera mano los efectos de estos cambios jurisdiccionales y realizó un largo viaje por la provincia después de conocer el contenido del tratado de límites firmado entre las provincias de Santa Fe y Santiago del Estero, y que fuera aprobado por el Congreso nacional el 13 de noviembre de 1886, CARRASCO, 1888, 11. 128 Mensura y planos del agrimensor Justo F. del Barco del campo Las Garzas, departamento de Reconquista en la provincia de Santa Fe, Rosario, 1887, CDICT, caja 5, leg. 177. 129 Resolución n.º 14 del 28 de agosto de 1885 sobre la reserva de tierras de Carlos Casado según el contrato de construcción del FCOS de 1881, CDICT, Libro Reminiscencias, Índice de Escrituras y otros, f. 11. Resolución n.º 23 del 27 de setiembre de 1899 sobre la reserva de tierras de Carlos Casado según el contrato de construcción del FCOS de 1881, CDICT, Libro Reminiscencias, Índice de Escrituras y otros, f. 24. Documento n.º 81, Ley provincial del 29 de agosto de 1899 sobre la reserva de tierras de Carlos Casado según el contrato de construcción del FCOS de 1881, CDICT, Libro Reminiscencias, Índice de Escrituras y otros, f. 72. 130 Al ser mensurada judicialmente en 1885 elevó su superficie a 34 leguas cuadradas que fueron transferidas al Banco Provincial de Santa Fe. 131 En la provincia de Santa Fe, el Banco Provincial poseía propiedades en la ciudad de Rosario, San José de la Esquina, los departamentos de San Lorenzo y Vera (en esta última zona era propietaria de 39 leguas cuadradas que lindaban al este con el Arroyo del Rey) y Villa Casilda (manzana 50 de la sección C, una superficie de 1.500 m2, y dos fracciones de 1.400 m2). También era propietaria de tierras en las provincias de Córdoba y Salta, y en el área chaqueña de Santiago del Estero. Véase Nómina de las propiedades del Banco Provincial de Santa Fe en el departamento Rosario de la provincia de Santa Fe. Rosario, Tipografía La Provincia, sin fecha, CDICT, caja 22, leg. 816. También véase Información de propiedades en la zona chaqueña de la provincia de Santa Fe y en el área limítrofe con la provincia de Santiago del Estero: 1. Compañía Ganadera y Colonizadora del Salado; 2. La Colonizadora Argentina, extracto de títulos de campo en el departamento San Javier, 1891; 3. Antonio H. Salas, campo en el Chaco Chico,

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rras de Santa Fe.132 Esta fracción de tierra tenía las mismas características que las poseídas por otro de los colaboradores de Casado, Manuel Gálvez, es decir, era rica en montes de algarrobo y diversas variedades de quebracho aunque de acuerdo al documento del Departamento de Ingenieros no había sido explotada y «representa[ba] un valor extraordinario».133 El gobierno provincial reconoció los derechos de Casado el 28 de febrero de 1891 a través del escribano de gobierno Hermenegildo Basualdo. Al final la escritura de las 100 leguas cuadradas que figuraban en el contrato de 1881 nunca se concretó. El gobierno provincial prohibió por esas fechas la entrega de más de una legua cuadrada chaqueña alegando que al momento de hacerse la reserva se desconocía verdaderamente la potencialidad económica del norte santafesino. Además, la mensura judicial practicada en 1892 permitió comprobar que de la superficie reclamada por Casado sólo existían en poder del Estado unas 2.581 ha, es decir, menos de 1 legua cuadrada. El 20 de enero de 1896 Casado intentó sin éxito escriturar las 34 leguas reservadas por el decreto del 28 de agosto de 1885, solicitó al gobierno que determinara la ubicación de 14 leguas cuadradas más que le faltaban para completar el medio centenar que le correspondía por haber construido la segunda sección del FCOS, y reclamó además 49 leguas para completar las 50 leguas cuadradas de la tercera sección. El decreto del 10 de octubre de 1898 no hizo lugar a la reclamación de Casado quien decidió acudir al mes siguiente a la Corte Suprema. Los informes que se hicieron entonces concluyeron que «en la época en que estas tierras se enagenaron eran desiertas y topográficamente desconocidas. Nadie sabía lo que había dentro o detrás de los montes y el precio era mínimo y uniforme. Consideradas como tierras poseídas por provincia de Santiago del Estero; 4. José María Crespo, campo en el departamento de San Justo; 5. Aarón Castellanos, campo en el departamento La Capital, CDICT, caja 18, leg. 712. 132 En 1892 dicha compañía acusó al español de ocuparle unos 89.000.000 m2; el Departamento de Ingenieros ordenó al agrimensor Carlos Bell que trazara la línea divisoria entre ambos propietarios aprovechando los conocimientos del baqueano Miguel Durán que conocía los parajes «por haberlos recorrido varias veces en sus cuarenta y cuatro expediciones al Chaco», Mensura de campo de Carlos Casado, hoy propiedad del Banco Nacional de Liquidación, por Carlos Bell, departamento Vera en la provincia de Santa Fe, 23 de octubre de 1880, CDICT, caja 1, leg. 24. Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado». 133 Documento del Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe en relación al juicio seguido por Carlos Casado contra la provincia de Santa Fe por la venta de varias propiedades al FCOS, 1889-1905, CDICT, caja 21, leg. 779.

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los indios e inhabitables». A sabiendas del rechazo manifestado por el gobierno provincial a desprenderse de sus tierras chaqueñas, Casado registró un embargo preventivo el 23 de noviembre de 1898 pretendiendo tierras similares a las obtenidas en abril de 1884. El 1 de diciembre de 1898 la Corte Suprema de Justicia Nacional comunicó al gobierno provincial el embargo de las tierras ubicadas entre los paralelos 28° y 28°15¢ por un total de 53 leguas cuadradas que lindaban al norte y al este con tierras fiscales, al sur con tierras del Banco de Crédito Territorial y Agrícola de Santa Fe, y al oeste con la provincia de Santiago del Estero.134 El 10 de febrero de 1899 Casado reivindicó judicialmente 49 leguas en las fracciones III, IV, V, y VI del norte de la provincia.135 Sus sucesores continuaron los juicios a partir de junio de 1899. En el inventario de bienes de los Casado-Sastre, Infante incluyó los pleitos vigentes —muchos de ellos perdidos o pendientes de resolución— que consideró que habían sido «mal entablados» por el empresario; en el caso que nos ocupa, señaló que «pleiteado el asunto, fue perdido por el señor Casado», pese a lo cual calculó que la propiedad valía $ 100.000 mn y que sus frutos desde el año 1882 ascendían a $ 3.138.000 mn.136 134 Títulos de propiedad de Carlos Casado de 50 leguas en el departamento General López, provincia de Santa Fe, 1884, CDICT, caja 18, leg. 689, incluye la situación de las tierras hasta el año 1902 y el apartado titulado «Datos referentes al asunto Carlos Casado». De Marco, 1993, 249-250, 280-281. 135 Documento del Departamento de Ingenieros de la provincia de Santa Fe en relación al juicio seguido por Carlos Casado contra la provincia de Santa Fe por la venta de varias propiedades al FCOS, 1889-1905, CDICT, caja 21, leg. 779. Recordemos que Casado adquirió 49 leguas cuadradas deslindadas de campo en el Chaco Chico de la provincia de Santiago del Estero, por valor de $ 49.000 mn, Escritura de venta de la testamentaría de Nicolás Cánepa (viuda Nicolasa C. de Cánepa) a Carlos Casado, 2 de enero de 1886, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Casado no pudo tomar posesión de estas tierras. Posteriormente lo vemos nombrar al abogado Ángel Pizarro Lastra para que lo represente en Buenos Aires; véase copia del Poder especial de Carlos Casado al doctor Ángel Pizarro Lastra, 9 de enero de 1886, para que este resuelva en Buenos Aires la causa de Nicolás Cánepa, tierras en Chaco Chico de la provincia de Santiago del Estero, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 136 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de la segunda nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900.

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El 2 de enero de 1900 los herederos de Carlos Casado actuaron judicialmente contra la provincia. El apoderado Francisco Alfonso137 negó que existiese constancia de la reserva de 50 leguas en el norte. En 1902 el Banco Provincial de Santa Fe dedujo tercería de dominio y levantó el embargo que Casado había hecho sobre 49 leguas cuadradas de tierra fiscal. Poco después, el 14 de octubre de 1902, se hizo público el fallo de la Suprema Corte que obligaba a la provincia a entregar 50 leguas a los Casado-Sastre en el término de treinta días, aunque esta orden no se cumplió. Si consideramos el papel del ferrocarril privado FCOS en el contexto general de la estructuracción ferroviaria del país, debemos tener en cuenta que en octubre de 1880 se habían construido en el país 2.318 km de ferrocarriles (1.104 km correspondían a empresas particulares), y en 1886 las vías triplicaban aquella extensión: existían 6.152 km de vías, correspondiendo al Estado nacional 1.877 km, a las provincias 1.104 km, y a los particulares 3.161 km.138 Las memorias del FCOS indican el crecimiento del volumen de cereales transportados hacia Rosario: se pasó de 25.000 toneladas en 1884 a 43.000 toneladas al año siguiente. Contabilizando el transporte de pasajeros, comprobamos un aumento similar en el FCOS: en 1884 se trasladaron 27.246 pasajeros; en 1885, 35.250; al año siguiente, 36.225; y en 1887, 54.073.139 En 1888, sin ir más lejos, los ferrocarriles del gobierno santafesino cubrían sólo 297 km —se trataba de los ramales de Santa Fe a Ñanducitas, el de San Carlos, el de Puerto Colastiné, y de San Carlos a Estación Gálvez—, mientras que los ferrocarriles particulares alcanzaban los 665 km: el FCCA de Rosario a Córdoba, los ramales de Buenos Aires a Rosario, de Rosario a Sunchales y a Andino, y de Ocampo al puerto, además del FCOS, cuyo ramal a San José de la Esquina, por ejemplo, representaban un sexto del total de los ferrocarriles particulares provinciales.140 137

Francisco Alfonso se desempeñó como representante jurídico de Casado desde el año 1886, véase Poder especial de Carlos Casado a Francisco Alfonso, 24 de mayo de 1886, testigos Juan Campodónico y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 138 Mensaje del presidente Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1886, MABRAGAÑA, tomo IV (1881-1890), 147-174; LANCIOTTI, 2004, vol. 1, 22. 139 Memorias presentadas por el Directorio del FCOS en Asamblea General de Accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1885 (asamblea del 24 de mayo de 1886); 1887 (asamblea del 17 de julio de 1888); 1888 (asamblea del 3 de abril de 1889). Memorias presentadas por el Directorio del FCOS en Asamblea General de Accionistas. Rosario de Santa Fe, Imprenta de El Mensajero, 1890 (asamblea del 20 de mayo de 1891); 1891 (asamblea del 26 de abril de 1892); 1892 (asamblea del 10 de mayo de 1893); Véase ÁLVAREZ, 1943, 457; CARRASCO, 1887. 140 CARRASCO, 1888, 49-50; SOARES, 1937.

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El FCOS cayó en mora en sus pagos hacia julio de 1891 como consecuencia de una sequía y de una invasión de langostas que destruyeron buena parte de la producción cerealera del sur santafesino.141 Casado se había visto forzado, dos años antes, a transferir a la sociedad anónima una treintena de bienes inmuebles de Rosario valorados en $ 3.500.000 mn utilizando, como siempre, los servicios del escribano Javier Munuce para darle mayor fuerza económica.142 En un primer momento, el gobierno provincial se hizo cargo de la deuda del ferrocarril que ascendía a $ 1.134.187,87 os y a $ 262.037 mn. Durante la asamblea de accionistas del FCOS correspondiente al año 1893, el presidente Eugenio Pérez señaló que por primera vez la empresa daba un superávit pero que todavía no era posible repartir dividendos. Existían en caja $ 17,53 os, mientras que en el balance general la compañía incorporó en su pasivo las siguientes cifras: Carlos Casado, $ 974.001,74 os; la Baring Brothers & Co. Limited, $ 78.821,82 os; un millón de libras esterlinas en obligaciones hipotecarias por un total de $ 5.016,000 os; así como un total de $ 2.854.514,94 os por obligaciones por terrenos, administración e intereses de las obligaciones y contratos.143 El 10 de marzo de 1894 se firmó en Rosario un plan de arreglo gracias al cual los intereses atrasados sobre las tres primeras emisiones de bonos, incluso el vencimiento del 1 de abril de 1894, fueron consolidados con bonos hipotecarios. De acuerdo al convenio de 1894, Casado cedió a la Baring Brothers & Co. Limited el tren rodante que había arrendado, y convino que los reclamos por $ 974.000.000 os y $ 537.000 mn de curso legal fuesen exigibles a los cinco años, contando desde marzo de 1894. Desde el 1 de enero de 1894, todos los productos netos del ferrocarril fueron remitidos a la Baring Brothers & Co. Limited por intermedio del liquidador o interventor nombrado por esta sociedad. Las utilidades anteriores fueron aplicadas a la adquisición de dos locomotoras y un centenar de vagones para sustituir los existentes. Además, Casado garantizó que los bonos recibirían un interés anual del 2% en los dos primeros años y del 3% en los siguientes: desde el 1 de enero de 1899 el interés quedó fijado en el 7% anual pero esta garantía nunca fue satisfecha. Casado transfirió a la Baring Brothers & Co. Limited $ 2.500.000 os en 141

Memoria del Servicio de Explotación del FCOS en Asamblea Ordinaria de Accionistas. Rosario, 1893 (asamblea del 10 de abril de 1894). 142 Informe sobre el asunto de Carlos Casado en el juicio seguido contra la provincia de Santa Fe por la venta de diversas propiedades al FCOS, Rosario, 1889-1905, CDICT, caja 21, leg. 779. 143 Memoria del Servicio de Explotación del FCOS en Asamblea Ordinaria de Accionistas. Rosario, 1893 (asamblea del 10 de abril de 1894).

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acciones integradas del FCOS. La empresa británica y la Bishopsgate St. Within E. C. se encargaron de emitir cuatro clases de bonos.144 En 1897 el capital del FCOS fue valorado en $ 11.073.445 os, elevándose a $ 12.000.000 os en 1899, año en que falleció Casado, precisamente tres meses después de que se venciera el plazo sin conseguir saldar la deuda del ferrocarril.145 Dada la importancia que Casado concedió al emprendimiento empresarial concentrado en el FCOS, no debe sorprendernos el pedido que hiciera a sus sucesores de no desprenderse de la línea férrea por un precio inferior a $ 15.000 os el km. Pero Casado murió sin lograr satisfacer la garantía de los bonos y el 9 de noviembre de 1899 el tren quedó incorporado a la jurisdicción nacional y, al mismo tiempo, dos tercios de los tenedores de sus bonos consolidados con la Baring Brothers & Co. Limited aprobaron la transferencia de la sociedad anónima a la compañía de capitales británicos: el Ferrocarril Central Argentino (FCCA). Este proyecto se concretó entre 1900 y 1901: el FCCA trasladó los servicios de trenes de pasajeros a la Estación Rosario Central, y la Estación Central o Estación Rosario Oeste Santafesino cambió de nombre por el de Rosario Este, siendo utilizada a partir de entonces de manera exclusiva para el transporte de carga y ganado. El directorio rosarino de la empresa estaba formado entonces por el presidente Charles W. Blyth; el vicepresidente J. Daniel Infante; los vocales eran Pedro Mancera —que actuara como perito en el juicio de expropiación de Miguel Torres—, Nicasio Vila y A. M. Barnes; Severino Infante y W. Baker eran vocales suplentes; W. L. Morkill actuaba como gerente, mientras Rod Schmidt se desempeñaba como contador. El 20 de setiembre de 1900 el escribano Inocencio Bustos registró el traspaso de los 216 km de longitud del FCOS al FCCA representado por Samuel B. Hale. El gobierno nacional aprobó la transferencia en el mes de diciembre sin especificar ni el capital ni las condiciones pactadas entre los Casado-Sastre y el FCCA, el cual adquirió también la concesión del ramal de Firmat a Río Cuarto.146 Pero el 144 El capital del FCOS en acciones era de $ 3.925.590 os. Los productos netos fueron $ 752.821 os en 1893; $ 822.953 os en 1894; $ 687.879 os en 1895; $ 668.435 os en 1896; y $ 150.582 os en 1897. 145 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. Anuario Pillado, 1899, 149-153; LAGOS, 1949, 240-244; DE MARCO, 1993, 249-250, 280-281; SCALABRINI ORTIZ, 1940, 175-177. 146 Por esas fechas se extendía 1.568 km —en 1906 llegó a medir 1.830 km— y poseía un capital valorado en $ 63.309.274 os. Anuario Pillado, 1899, 149-153; Álbum biográfico Departamental de Caseros, Antecedentes históricos de Casilda. Las

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FCCA no se conformó con comprar las vías férreas; incorporó tres fracciones de tierra del FCOS situadas en la salida portuaria del Bajo de la ciudad de Rosario,147 y conectó así Casilda, Córdoba, Rosario y Buenos Aires.148 Poco después, en 1903, el entonces presidente nacional Julio Argentino Roca planteó al Congreso la necesidad de armonizar intereses privados y públicos organizando el sistema ferroviario argentino después de décadas en que la legislación propiciara la multiplicación de líneas férreas privadas y públicas.149 A partir de la muerte de Casado, Antonio L. de Tejada asumió como gerente de la S.A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en Rosario; tuvo que afrontar un juicio contra el Ferrocarril Provincial de Santa Fe y el Central Córdoba por la expropiación de tierras de una quinta de la familia por un total de 14.772,90 m2 para obras de desmonte. Los Casado-Sastre afirmaron que la quinta se había depreciado por el hecho de quedar alejada de la calle la Plata, la única vía de acceso a la ciudad; el perito que actuó en el caso indicó que, dado que era una venta obligada, la familia debía ser indemnizada por valor de $0,50 el m2, es decir, $ 7.386,45 mn.150 Podemos intuir que el poder de la familia fue disminuyendo,151 aunque estos conflictos menudos no deben hacernos olvidar el capital simbólico de que gozaba la familia gracias al protagonismo altradiciones, recopilación hecha por una Comisión de Maestros. Casilda, Cortés Hermanos ed., 1934; SCALABRINI ORTIZ, 1940, 175-177; LAGOS, 1957, 68, 80. 147 Dos de los terrenos fueron comprados por Casado a Ignacio Comas —este último se había beneficiado de las leyes del 2 y 6 de octubre de 1855 que facultaron al gobierno provincial a vender tierras fiscales—, y el tercero fue adquirido por Casado al gobierno provincial el 30 de diciembre de 1883; Título de propiedad de Ignacio Comas en el terreno al pie de la barraca y el canal del Río de la Plata, departamento Rosario en la provincia de Santa Fe, 1858, CDICT, caja 18, leg. 700. 148 REATI, 2006, 146. 149 Mensaje de Julio Argentino Roca al Congreso Nacional, mayo de 1903, Mabragaña, tomo VI (1901-1910), 45-68. Las denominaciones de todas las líneas quedaron unificadas por decreto a partir del 1 de enero de 1949 a partir de la adquisición de las distintas líneas por parte del Estado nacional. La línea Mitre concentró los ramales del FCCA, del FCOS, Buenos Aires-Rosario y Rosario-Puerto Belgrano. 150 Informe pericial en el juicio de expropiación del Ferrocarril de Rosario a Mendoza contra la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierra, Rosario, 1911, CDICT, Copiador de cartas (mes 11), f. 284. 151 De acuerdo a la ordenanza municipal 40/26, y en virtud de la pérdida del poder familiar, en 1926 el gobierno decidió que la calle «Carlos Casado» fuese rebautizada «Florentino Ameghino», nombre que se conserva hasta el día de hoy en la ciudad de Rosario. El decreto 8.408 del año 1978 recuperó, en plena dictadura militar argentina, el nombre completo del empresario español, «Carlos Casado del Alisal», para designar una avenida desde calle Rueda hasta La Haya. Libro de Nomenclatura de calles de la Dirección General de Topografía y Catastro, CDICT, Dirección de Cartografía, Municipalidad de Rosario.

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canzado por Casado como fundador de catorce pueblos al calor del FCOS.152 Los capitales regionales, nacionales e internacionales exploraron las diversas circunstancias procurando identificar, al mismo tiempo, las mejores estrategias concretas para salir airosos en un proyecto de envergadura como la concreción de un sistema de transporte como era el ferrocarril, que sustituyó a finales del siglo XIX los caminos de tierra. El FCOS explica las dinámicas económicas, técnicas y empresariales adoptadas en la época, así como la red social que coadyuvó al éxito de la empresa y a lograr lo que posteriormente se consideró uno de los mayores éxitos de los Casado-Sastre: construir más de un kilómetro de ferrocarril por día, habilitando en pocos años un medio de comunicación que los contemporáneos juzgaron imprescindible para la región. Los actores sociales involucrados en los juicios de expropiación —peritos, testigos, notarios, procuradores, abogados, jueces, secretarios— permitieron a Casado en poco más de una década liderar el FCOS y apoderarse de un buen número de bienes inmuebles estratégicamente ubicados en espacios cercanos al ferrocarril. Si estudiamos un ámbito jurisdiccional amplio (en el sentido también amplio del término, como jurisdictio, esto es, como capacidad de decir el derecho), no circunscrito a los jueces, existen diferentes instancias que permiten comprobar la gran diversidad de prácticas y estrategias utilizadas por las personas involucradas en los conflictos con la finalidad de llegar a una solución, muchas veces concertada. Casado unió así varias operaciones mercantiles que hoy siguen siendo fundamentales para el sector cerealero argentino, razón por la cual su figura se ha recuperado para que sirva de modelo para el país; la producción, las barracas portuarias en la cercanía de lo que hoy es el Parque Urquiza, los muelles para la exportación a los países extranjeros y el transporte, fueron sus áreas de actuación más importantes, pero esto no debe hacernos olvidar que su proyecto empresarial, concentrado finalmente en el FCOS, se dejó sentir más allá de la nación argentina: Casado aprovechó las maderas para continuar la construcción del FCOS hacia las provincias de Córdoba, Mendoza y Buenos Aires en las que también adquirió bienes inmuebles siguiendo la práctica implementada en Santa Fe, y posteriormente dirigió su mirada al Chaco Boreal. Por ello, los capítulos siguientes intentan comprender el sentido otorgado por Casado a sus inversiones territoriales en el Paraguay Occidental cuando todavía este espacio no había sido nacionalizado de manera definitiva.

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LAGOS, 1957, 62.

CAPÍTULO VI LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX el Chaco Boreal, la zona más septentrional del Gran Chaco, fue objeto de disputa política, diplomática, militar y económica por parte de los tres países interesados en ejercer su control, es decir, Argentina, Bolivia y Paraguay. Las leyes que regularon la venta de las tierras fiscales, promulgadas por el gobierno paraguayo surgido tras el fragor de la guerra de la Triple Alianza, no contemplaron la inmemorial ocupación de los grupos indígenas ni sus derechos de posesión a la hora de impulsar la privatización. Desde las décadas de 1870 y 1880 se configuraron en el Chaco Boreal extensos latifundios que perviven, aunque con dimensiones más reducidas, hasta el día de hoy, en los que se instalaron fábricas tanineras concentradas en los puertos ubicados a la vera del río Paraguay: Sastre, Guaraní (o Guarany), Pinasco y Casado, entre otros. La política de distribución de tierras benefició a un restringido grupo de inversores entre los que destacó Carlos Casado del Alisal,1 que en 1886 utilizó una decena de testaferros para eludir las restrictivas leyes paraguayas, apoderándose de 3.000 leguas cuadradas de tierra fiscal paraguaya. De este modo, articuló el espacio chaqueño, todavía en disputa entre Paraguay y Bolivia, con su proyecto empresarial hasta entonces concentrado en el puerto rosarino, su entorno cerealero y la zona chaqueña argentina, proyecto que ha recibido hasta ahora la mayor atención por parte de la historiografía argentina. A excepción de un análisis parcial efectuado por Héctor Borrini,2 y de referencias puntuales en obras más generales sobre 1 Sus tierras en el Chaco Boreal fueron desde entonces llamadas Campos de Don Carlos Casado y su apellido ha servido para identificar hasta hoy a los «casadeños», los lugareños de Puerto Casado. 2 BORRINI, 1997.

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las condiciones de vida de los indígenas chaqueños,3 o sobre los conflictos surgidos a lo largo del siglo XX en torno a las tierras occidentales paraguayas,4 carecemos de estudios que aborden el recorrido empresarial de la empresa Casado en el Paraguay como eje de análisis. Los biógrafos de Casado, por su parte, han mencionado muy al pasar sus inversiones en el Paraguay, entre otras razones porque lo han considerado un «personaje ilustre santafesino»,5 y porque no han observado que buena parte de las transacciones urbanas y rurales efectuadas en Argentina fueron posibles por los beneficios obtenidos en el Chaco Boreal.6 Finalmente, cuando Faustino Infante recogió los recuerdos de su padre, J. Daniel Infante, apuntó de manera muy escueta que Casado había adquirido las tierras chaqueñas paraguayas porque quería crear una flota naviera que sirviese para comunicar la colonia y el ferrocarril de Rosario con Asunción, completando así «todo el soberbio plan de su magnífica obra».7 Ahí se acaban las referencias. Lo cierto es que Casado transformó el Chaco Boreal en una de las zonas productoras y exportadoras de tanino más importante del mundo y se convirtió en el mayor propietario de la región.8 Wenceslao Jaime Molins, uno de los testigos de la empresa montada en el Paraguay, escribió que Casado había comprado las 3.000 leguas de tierra fiscal «por dos reales, como vulgarmente se dice, cuando aquello era un enigma para la especulación y su larga travesía no conocía otras huellas que las plantas de Ayolas y de Irala», haciendo referencia a los primeros conquistadores que pisaron la zona.9 La manera en que diseñó esta estrategia empresarial es objeto de 3

CASACCIA Y VÁZQUEZ, 1986. PASTORE, 1972. 5 DE MARCO, 1993; LAGOS, 1949; 1957; MOSCATELLI, 1979; INFANTE, 1944. La imagen que han dado de Carlos Casado es la de un «prócer santafesino», merecedor de una de las únicas estatuas de Rosario, un pionero, un prohombre. 6 Es el caso de las ventas efectuadas a Manuel Benigno Goñi Coll, Nicasio Vila y el colonizador Zenón Pereyra, o las realizadas en la Colonia Candelaria. Véase Escritura de venta de Carlos Casado a Juan Rocca de un terreno en Villa Casilda, Colonia Candelaria, 13 de abril de 1886, testigos Pedro Mancera y Alberto Arrué, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril); Escritura de venta de Carlos Casado a Vicente Serena, 20 de abril de 1886, de una propiedad en Villa Casilda, Colonia Candelaria, testigos Pedro Mancera y Alberto Arrué, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Sobre Zenón Pereyra, véase LAGOS, 1957, 57. 7 Faustino Infante publicó esta obra sobre Casado poco antes de asumir como interventor de la Comisión Liquidadora del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias. INFANTE, 1944, 25. 1945. 8 SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 248-250; PASTORE, 1972, 237-244; VILLAGRA, 2008. 9 JAIME MOLINS, 1916, 190. Cabe señalar que hoy una ciudad paraguaya lleva su nombre en honor a Juan de Ayolas, segundo de Pedro de Mendoza, que fundó el Puerto La Candelaria, actual Fuerte Olimpo. En la localidad está ubicada la Entidad Binacional 4

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análisis de éste y de los siguientes capítulos a partir de la reconstrucción de la red de sociabilidad que permitió a Casado abandonar definitivamente la banca y los proyectos colonizadores para convertirse en terrateniente y rentista. En este sentido, el objetivo es comprender la manera en que el Chaco Boreal se incorporó al ciclo taninero siguiendo el destino de la veintena de instalaciones industriales tanineras del Chaco Austral,10 y del desarrollo de un enclave taninero en el Chaco Central.11 Al aproximarnos a la historia de la empresa, buscamos también superar una restringida visión de la historia de vida del empresario. Se busca entender cómo la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada, transformada a inicios del siglo XX en la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, se vinculó con otros propietarios chaqueños, con el Estado paraguayo y con las poblaciones indígenas. En esta línea, en los tres primeros apartados se analiza la proyección del ideal empresarial en el contexto de la apropiación de las áreas forestales al finalizar la guerra de la Triple Alianza. Se estudia sucesivamente la ocupación del Chaco, el proceso de privatización y el papel de las empresas extractivas que se instalaron en la zona. El cuarto apartado aborda las estrategias empresariales implementadas por Casado en el Chaco Boreal para estudiar, en el quinto apartado, el papel jugado por los diversos testaferros que trabajaron para él. El capítulo concluye con una reflexión sobre la evolución de las propiedades paraguayas tras la muerte del empresario español durante las primeras décadas del siglo XX. 6.1.

La ocupación del Chaco paraguayo

Acabada la guerra de la Triple Alianza en 1870, la población del Paraguay quedó notablemente disminuida; de acuerdo a nuestros datos, la cifra de 1.100.000 personas que habitaban el país hacia 1865, descendió bruscamente hasta reducir su número a aproximadamente 232.000 habitantes según los recuentos que se efectuaron en el año 1872. El censo levantado en 1886 por orden del presidente Patricio Escobar determinó que la población de los 82 partidos en que estaba dividido administrativamente el país ascendía a 239.774 personas, con un importante faltante de varones mayores de 40 años (Cuadro 14). Yacyretá. Domingo Martínez de Irala, por su parte, se enroló en la expedición de Pedro de Mendoza y participó en la primera fundación de Buenos Aires. Exploró junto a Juan de Ayolas el río Paraná y el río Paraguay y fue nombrado lugarteniente en Candelaria. Fue nombrado gobernador del Río de la Plata. 10 Hoy, provincia del Chaco y el norte de la provincia de Santa Fe. 11 Hoy, provincia de Formosa.

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CUADRO 14.

Población del Paraguay por grupo de edades y sexo, años 1886/1887

Grupos de edades

Hombres

Menos de 5 años 5a9 10 a 14 15 a 20 21 a 30 31 a 40 41 a 50 51 a 70 Más de 71

20.324 18.127 9.975 10.641 22.586 6.420 3.497 2.652 646

(40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%)

Total

94.868 (40,91%)

Mujeres

20.982 18.186 10.069 13.478 31.900 18.697 12.124 9.284 2.290

(40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%) (40,91%)

137.010 (59,09%)

Fuente: Rivarola, Corvalán y otros, 1974.

Además del declive demográfico, la Guerra Grande aportó la transformación del sistema de tenencia de la tierra de la región chaqueña que era entonces un recurso potencial para recomponer la maltrecha economía y reconstruir el país.12 Por ello, el gobierno «liberó» la tierra fiscal y legalizó la venta de miles de leguas cuadradas en los años que van de 1883 a 1886. La ley del 2 de octubre de 1883 y el decreto del 31 de enero de 1885 regularon la venta de bosques, yerbales y campos de pastoreo, ya que entonces las escasas exportaciones paraguayas se concentraban en rubros del sector primario tales como yerba mate, maderas, tanino y ganado. Las tierras fueron divididas catastralmente en leguas cuadradas y apropiadas en pocos meses por empresarios, sociedades, bancos, asociaciones y especuladores extranjeros, en su gran mayoría establecidos en la Argentina.13 El Estado paraguayo perdió así el control sobre sus riquezas naturales, y los pobladores de la región, casi en su totalidad indígenas, fueron incorporados a las grandes propiedades latifundistas. Esta situación fue señalada a finales del siglo XIX por el geógrafo francés Eliseo Reclus y por el escritor Rafael Barret. Este último, además de denunciar las duras condiciones de trabajo impuestas a los indígenas, indicó que las empresas productoras de yerba mate y tanino eran algo así como 12

BORRINI, 1997, 19-20. SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 247-248. Cabe señalar que la legua cuadrada paraguaya equivalía a 1.875 ha; en Argentina, a 2.500 ha. Hacia 1872, el Abate Gioachino Camagno levantó una importante Carta del Gran Chaco que circuló por toda la región en las décadas en que las tierras fueron puestas en venta; véase WAGNER Y WAGNER, 1934, Plano 3. 13

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un Estado dentro de un Estado, y «el obrero de la selva es un perpetuo vagabundo de su propia cárcel».14 Desde el momento en que acabó la guerra de la Triple Alianza, Argentina, uno de los países vencedores, se convirtió en el principal cliente del Paraguay al absorber un 70% de sus productos agrícolas, un 90% de sus productos forestales, y un 20% de su producción ganadera.15 Al mismo tiempo, Argentina fue el principal proveedor del Paraguay, ya que le enviaba alimentos, combustibles y lubricantes, pigmentos y pinturas, metales y maquinarias, vehículos, motores y manufacturas textiles. Hacia 1907, cuarenta años después de dar por acabado el conflicto bélico, la Argentina importaba productos paraguayos por un total de $ 1.414.337 os —repartidos entre maderas por $ 1.000.332 os, yerba mate por $ 305.912 os, y tabaco por $ 49.504 os— a cambio de enviar animales en pie por $ 80.950 os y harina de trigo por $ 92.086 os. No obstante, cabe señalar que la balanza comercial fue desfavorable para la Argentina cuyas ventas representaban apenas el 13% de las compras realizadas al Paraguay.16 En la década de 1970, Domingo Laino, entonces presidente del Partido Liberal Radical Auténtico, publicó una obra ya clásica sobre la suerte corrida por las tierras chaqueñas paraguayas en las últimas décadas del siglo XIX. Laino sostuvo que la guerra de la Triple Alianza «sólo benefició a pequeños grupos económicos de Londres, Buenos Aires, Río de Janeiro y Montevideo», además de permitir a la Argentina incorporar a su jurisdicción el territorio incluido entre los ríos Bermejo y Pilcomayo (prácticamente la actual provincia de Formosa). Sobre esta base se asientan unas importantes reflexiones acerca de la naturaleza de la economía paraguaya durante el ciclo exportador que a su vez son deudoras de la demoledora crítica que el autor dirigiera a la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada. El político criticó a la empresa tras visitar a los obrajeros del km 83 que trabajaban para la fábrica de tanino y que poco antes habían sido despedidos sin recibir indemnización alguna. Los peones, algunos de ellos con hasta treinta años de antigüedad en la empresa, se negaban en ese momento a abandonar la zona y permanecían en los vagones del ferrocarril que los Casado-Sastre habían hecho construir entre finales del siglo XIX e inicios de la nueva centuria. Laino escribió: En el momento de nuestro arribo, encontramos a los altos directivos y autoridades policiales y militares, tratando de persuadir a los peones para que desocuparan los vagones. Al segundo día de nuestra estada en Puerto Casado, 14 15 16

BARRETT, 1978 [1909]; RIVAROLA, CORVALÁN y otros, 1974, 16. BREZZO y FIGALLO, 1999, 55; LIVIERES GUGGIARI, 1983, 19. LIVIERES GUGGIARI, 1983, 21-25.

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recibimos una invitación del Dr. Velázquez, presidente de la empresa y yerno de uno de los Casado, para concurrir a su despacho en la administración de la compañía. Aceptamos la invitación, y en el lugar convenido encontramos al mencionado presidente en compañía del Jefe de Policía, el coronel encargado de la guarnición militar, el juez y representantes del sindicato. Quien habló en la reunión fue el Dr. Velázquez, relató ampliamente la acción social que la empresa realizó y sigue haciendo, las construcciones de viviendas para obreros, etc., y solemnemente dijo —bajando el tono de la voz— que Radio Moscú y Radio La Habana, estaban ya informando sobre lo ocurrido en ese momento en Puerto Casado. Esta insinuación hacia la hoz y el martillo (muy común por cierto, en este tipo de casos) como causantes del malestar, la protesta y la insubordinación de los peones, despertó profundos temores en los presentes, a juzgar por sus rostros.17

Tras este conflicto laboral, y a partir de la documentación del Registro Oficial de la República del Paraguay, Laino se interesó por desentrañar el contenido de las ideas liberales de los políticos de la época. Las medidas tomadas por Cirilo Antonio Rivarola, Carlos Loizaga y José Díaz de Bedoya durante el año y medio en que el triunvirato provisorio por ellos conformado rigió los destinos del maltrecho país, señaló Laino, sentaron las bases de gran parte de los conflictos socio-políticos que se arrastraban en el Paraguay. En efecto, en setiembre de 1869 Rivarola, Loizaga y Díaz de Bedoya se habían apresurado a afirmar que su legitimidad no emanaba de la exclusiva voluntad de los países vencedores, sino de los principios del derecho internacional; la guerra de la Triple Alianza había desembocado, según ellos, en un periodo de «regeneración» para el Paraguay, convertido en una república democrático-representativa, y abierto al capital y a los extranjeros que quisiesen comerciar y ejercer las actividades productivas en el país aprovechando sus «elementos naturales y variadas producciones», entre ellas la yerba mate y las maderas, hasta ese momento monopolizadas por el Estado.18 El gobierno provisorio paraguayo expresó los principios que debían preparar el terreno de la organización nacional, es decir, libertad de pensamiento, prensa y culto; fin de la tiranía; y, fundamentalmente, garantía a la propiedad privada: Que la propiedad, que carecía de toda garantía, sea de tal modo garantida, que ni aún expropiada por causa de utilidad pública, pueda serlo sin previa indemnización: —que la confiscación sea abolida y no pueda imponerse ni como 17

LAINO, 1989, 203-204. Cabe señalar que, pese a reconstruir la trama familiar de los Casado-Sastre, no hemos podido determinar el vínculo de parentesco del tal «doctor Velázquez» señalado por Laino. 18 LAINO, 1989, 19-25; BÁEZ, 1927, 73-74. Sobre el terrible impacto de las guerras en general en las poblaciones indígenas paraguayas y en los destinos del país, véase RICHARD, CAPDEVILA & BOIDIN, 2007.

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pena; —y que el trabajo personal, los inventos y obras literarias sean propiedad exclusiva del individuo, inventor ó autor. Que donde fue prohibido el entrar y salir, transitar y traficar, el derecho de locomoción sea perfecto para la persona y los intereses: —que el pasaporte sea abolido. Que las puertas del Paraguay, cerradas y fiscalizadas, sean abiertas de par en par á todos los hombres del mundo que quieran residir entre nosotros, comerciar, ejercer su industria, su culto y sus artes libremente. Que la que fue tierra clásica de la tiranía, del monopolio y de la restricción, lo sea de la expansión, convirtiéndose en foco de todas las libertades conquistadas por la civilización y ya que el Paraguay es el último país de la América que se organice en la condición de pueblo libre, sea el primero en constituirse consagrando en su código todos y cada uno de las libertades de que gozan las demás naciones. Que la esfera de acción del individuo, sea tan ensanchada, como restringida la del poder que el pueblo delegue, no abdique, en cuerpo ó individuo alguno de su soberanía— y que los congresos no tengan la facultad de legislar sobre todo, sino sólo para lo que fueren facultados.19

Cirilo Antonio Rivarola mantuvo estos principios al convertirse en el primer presidente del Paraguay tras la consolidación constitucional de 1870. Reconoció la crisis demográfica del país20 y proclamó que «unidos paraguayos y extranjeros no habrá obstáculos al progreso y la civilización». Siguiendo esta pauta, el Paraguay impulsó la apertura al «elemento extranjero», de origen preferentemente europeo, con la finalidad de hacer frente a «la barbarie y el retroceso».21 En las últimas décadas del siglo XIX, diversos especuladores extranjeros invirtieron en el Chaco paraguayo expandiendo establecimientos industriales tanineros sobre el río Paraguay.22 Romero ha señalado que las empresas más involucradas en el área chaqueña estaban domiciliadas legalmente en la Argentina: «la mayoría de las fábricas de tanino del Paraguay pertenecían a firmas argentinas o a empresas extranjeras que operaban en el país; en tal sentido, la industria del tanino en el Paraguay era un apéndice de la Argentina».23 La presencia de los Casado-Sastre, de Eloy Palacios o de Estanislao Severo Zeballos en el Chaco Boreal indica la hegemonía de la provincia de Santa Fe y de la ciudad portuaria de Rosario en este proceso de ocupación chaqueño; de hecho, Arturo Seelstrang, Enrique Foster y Manuel Obligado exploraron la zona chaqueña y en mayo de 1876 redactaron un 19

Citado por LAINO, 1989, 32. Manuel Benítez, por ejemplo, sostuvo a inicios del siglo XX que Paraguay no superaba en 1872 los 231.000 habitantes: «la guerra del 65, sostenida por el Paraguay durante cinco largos años, ha exterminado casi por completo su población masculina. En 1872, dos años después de concluida la guerra, el país no tenía más que 231.000 habitantes, mujeres en su inmensa mayoría, o niños, o viejos o inválidos»; BENÍTEZ, 1901, 30. 21 «Mensaje del Presidente de la República del Paraguay, Cirilo Antonio Rivarola, al Pueblo», LAINO, 1989, 25-27. 22 RIVAROLA, CORVALÁN y otros, 1974, 16. 23 ROMERO, 1977, 157-179, cita de la nota 11, p. 179. 20

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importante informe en el que propusieron implementar allí el modelo colonizador santafesino ideado, entre otros, por Domingo Crespo, Aarón Castellanos y José María Cullen.24 El 6 de agosto de 1872, durante el gobierno provisorio de Juan Bautista Gil, se autorizó la venta de tierras hasta cubrir la suma de $ 300.000, decisión ampliada el 11 de noviembre de 1872 hasta alcanzar los $ 6.000.000 fuertes. Al finalizar el año se adjudicó en forma gratuita hasta una cuadra cuadrada a diversos pobladores con la intención de favorecer el minifundio pero se excluyó de este beneficio a la población indígena. A su vez, entre 1871 y 1872 el negocio de las emisiones de bonos paraguayos en Londres permitió acrecentar la riqueza personal de quienes intervinieron en el proceso financiero: el Paraguay consiguió 1.500.000 libras en el mercado londinense, aunque al país llegaron sólo 600.000 libras.25 El gobierno paraguayo intentó participar en las decisiones tomadas en Londres: el 23 de marzo de 1876, por ejemplo, el comisionado paraguayo Cándido Bareiro —en representación de los tenedores de bonos de los empréstitos solicitados por el gobierno paraguayo entre 1871 y 1872— acordó con la Corporación de los Tenedores de Bonos Extranjeros que el Banco Nacional del Paraguay Limitado formase parte del consejo de dicho organismo, pero el convenio, que fuera aprobado en la capital paraguaya en junio de 1876, fracasó en la capital británica a finales de ese año. El 8 de agosto de 1877 el gobierno paraguayo organizó el sistema de tenencia de la tierra sancionando el Código Rural que obligaba a los propietarios a mensurar y amojonar sus propiedades. A su vez, la primera ley de inmigración de Paraguay fue dictada pocos años después de la guerra de la Triple Alianza; para organizar el proceso colonizador la Oficina de Inmigración fue reemplazada por el Departamento General de Inmigración. A partir de la década de 1880 los inmigrantes comenzaron a llegar al Paraguay coincidiendo con la puesta en marcha del proyecto económico chaqueño. Los 35 artículos de la ley de Colonización e Inmigración paraguaya de junio de 1881 —como en Argentina hizo la ley de Inmigración y Colonización del año 1876, conocida como ley Avellaneda— procuraron regular el establecimiento de los agricultores extranje24 SEELSTRANG, FOSTER, OBLIGADO, 1877, 115-123. El ingeniero civil Arturo Seelstrang actuó como agrimensor junto con Ramón de Escauriza y Leslie G. Barnett, ambos residentes en la ciudad argentina de Rosario y vinculados estrechamente al proyecto empresarial de Carlos Casado del Alisal en el Chaco paraguayo; véase la Mensura de terrenos de la testamentaría de Ugarte, Departamento de Constitución, agrimensores Arturo Seelstrang, Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, Rosario, 1878, CDICT, caja 10, leg. 396. 25 BREZZO y FIGALLO, 1999, 185-186.

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ros así como la enajenación de la tierra pública. La normativa abrió la puerta a las empresas particulares que se mostraran interesadas en establecer colonias otorgándoles la posibilidad de comprar 12 leguas cuadradas, es decir, un total de 22.500 ha. Los decretos de la época, consignados en el Registro Oficial de la República del Paraguay, identifican las empresas beneficiadas por la entrega de tierras paraguayas.26 El 7 de junio de 1880 una sociedad anónima londinense, representada por A. F. Baillie, fue autorizada a establecer en la capital paraguaya el Banco Anglo-Paraguayo de emisión, depósito y préstamos durante veinticinco años, con el privilegio exclusivo de emitir billetes hasta la instalación definitiva del Banco Nacional del Paraguay que fue prevista para el año 1883. El objetivo era que controlase la privatización de las tierras fiscales hacia el occidente del río Paraguay. De hecho, a lo largo de la década de 1880 el gobierno apeló a la venta masiva de tierras públicas mediante la aplicación de las leyes del 2 de octubre de 1883, de julio de 1885 y del 19 de agosto de 1886, así como del decreto reglamentario de la ley de venta de los territorios chaqueños de octubre de 1886. La ley de 1883 consolidó el sistema latifundista, la ley de venta de tierras públicas de julio de 1885 acabó por legalizar la privatización de las tierras, y el 7 de octubre de ese año se estableció el pago de la tierra adquirida en cuatro anualidades, la primera al contado y las tres restantes a través de pagarés firmados ante la Junta de Crédito Público. 26 Véase en el Registro Oficial de la República del Paraguay del año 1911: Decreto del 6 de enero de 1911 aprobando la reforma estatutaria de la Sociedad Anónima de Constructores, p. 6; Resolución del 19 de abril de 1911 concediendo personería jurídica a la sociedad anónima El yerbatero representada por Juan Bautier, propiedad de A. Boettner y Juan Bautier, p. 76. En el Registro Oficial de la República del Paraguay del año 1913: Decreto del 13 de marzo de 1913 reconociendo la personería jurídica y los estatutos de la Compañía Paraguaya de Tierras, Campos, Hacienda y Ganadería, p. 250; Decreto del 13 de marzo de 1913, reconociendo la personería jurídica y los estatutos de la Sociedad Campos y Bosques de Loreto constituida en la ciudad de Buenos Aires, p. 250; Resolución del Ministerio del Interior del 26 de mayo de 1913 aprobando los estatutos y reconociendo la personería jurídica de la sociedad anónima Urrutia y Ugarte, p. 394; Resolución del Ministerio del Interior del 31 de julio de 1913 aprobando los estatutos y reconociendo la personería jurídica de la West India Oil Company S. A., presentada por Juan Edgar Cook, Nueva Jersey, p. 518; Resolución del Ministerio del Interior del 25 de setiembre de 1913 aprobando los estatutos y reconociendo la personería jurídica de la Sociedad Introductora representada por Jorge Klug, p. 647; Resolución del Ministerio del Interior de 1913 aprobando los estatutos de la Asunción Tramway Light and Power Company Limited S. A. representada por Rubén Enrique Harwey, p. 776; Resolución del Ministerio del Interior del 20 de mayo de 1913 aprobando los estatutos de la sociedad anónima Azucarera Villa Hayes representada por Quinto Censi, p. 394. Estos decretos y resoluciones son demostrativos de la preponderancia de las sociedades anónimas extranjeras en el Paraguay durante las primeras décadas del siglo XX.

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Recién en ese momento el gobierno paraguayo levantó un croquis parcial del terreno y presentó sus primeros resultados a los potenciales compradores de los lotes. La normativa de 1885 dividió el territorio paraguayo en cinco secciones o clases de tierra, asignando también cinco precios distintos en función de la cercanía o lejanía respecto del río Paraguay. Las secciones de tercera, cuarta y quinta clase fueron identificadas en el Chaco paraguayo. La primera zona del Chaco, o tierra de tercera clase, la más valiosa de la región, quedó comprendida entre el río Pilcomayo y Villa Concepción, en todo su frente al río Paraguay, en una franja de 10 leguas hacia el interior occidental de dicho río. La segunda zona, la tierra de cuarta clase, estaba ubicada en la zona norte, entre el rio Pilcomayo y Villa Concepción, entre las diez leguas y las veinte leguas hacia el interior. La tercera zona, la más extensa de todas, comprendía las tierras de quinta clase e incluía todo el resto de las tierras del Chaco que eran las menos deseadas por su lejanía respecto del río Paraguay y su cercanía a los territorios disputados con Bolivia. El Estado paraguayo consideró la zona occidental como «confiscable», es decir, la calificó como «tierra fiscal», e implementó un novedoso organigrama político-administrativo departamental, creando el departamento de Boquerón.27 El precio de la legua cuadrada fue fijado en $ 300 en la sección de tercera clase, $ 200 en la de cuarta clase y $ 100 en la de quinta clase. Debemos considerar, además, que el valor de la legua cuadrada de las tierras de primera clase ubicadas en el Oriente paraguayo al este del río Paraguay, ascendía a $ 1.200, mientras que el precio de la tierra de la sección de la segunda clase fue establecido en $ 800 la legua cuadrada.28 La enajenación de tierras del Chaco paraguayo se hizo siguiendo el criterio de lotes cuadrangulares de cien leguas cuadradas para las zonas más alejadas del río Paraguay y de lotes rectangulares que se extendieron a lo largo de una legua sobre el río Paraguay y de diez leguas al interior del Chaco.29 Hasta la década de 1880 el Gran Chaco se caracterizó por la presencia de un importante número de poblaciones indígenas nómadas o seminómadas que subsistían gracias a la caza, la recolección, la pesca y alguna agricultura de estación. La región permaneció relativamente poco conocida y escasamente «conquistada» y ocupada por la población «blanca»30, tal como reconocieron los contemporáneos. 27

Referencias sobre estos temas en GARCÍA JORDÁN, 1995; 1998; 2000. En el Oriente, la cuadra de mil varas de yerbales inmediatos a los ríos valía $ 1,50; a seis leguas de los ríos, $ 1,25; y a 12 leguas, $ 1. 29 BORRINI, 1997, 33-34. 30 SCUNIO, 1972; GULLÓN ABAO, 1993; MAEDER, 1977; véase SEELSTRANG, FOSTER, OBLIGADO, 1877. 28

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Entre febrero y agosto de 1886 el Congreso paraguayo aprobó el convenio firmado el 20 de marzo de 1886 entre el comisionado José Segundo Decoud y el consejo de tenedores de bonos extranjeros de los empréstitos contraidos en 1871 y 1872.31 El organismo aceptó utilizar el producto de la venta de la tierra fiscal y de los yerbales para prolongar el ferrocarril desde la zona de Paraguarí: según la ley del 22 de setiembre de 1887, el gobierno del presidente Patricio Escobar garantizó que Guillermo Stewart se convirtiese en concesionario del Ferrocarril Central del Paraguay con la condición de hacerlo llegar hasta Villa Rica.32 En abril de 1888 el gobierno paraguayo incluyó la Isla de Yacyretá en las 500 leguas de tierras que debían entregarse a los tenedores de bonos de los empréstitos de los años 1871 y 1872 y al año siguiente, el 13 de julio de 1889, el apoderado de aquellos tenedores apeló al acuerdo celebrado con José Segundo Decoud y solicitó la mensura de las tierras, la elaboración de los planos y la determinación de los títulos de propiedad. Mientras tanto, el gobierno nombró al agrimensor F. Cabrera para amojonar y mensurar las tierras chaqueñas.33 El 26 de marzo de 1889 el ingeniero Henry Valpy pidió que fuesen aceptados los estatutos de la sociedad anónima del ferrocarril y poco después el Congreso paraguayo avaló la forma de pago de la prolongación.34 Finalmente, los bonos paraguayos del empréstito de 1871 y 1872 fueron cancelados y convertidos en Londres hacia 1893 por valor de 1.479.000 libras os. Dos años después, el 14 de agosto de 1895, el representante del Consejo de tenedores de bonos extranjeros en la capital británica, Henry L. White, firmó un convenio con el gobierno paraguayo que permitió el «arreglo» de la deuda externa del país.35 31 BÁEZ, 1927, 113. Cabe señalar que hubo casos en que se determinó el embargo de propiedades de las personas vinculadas al régimen político paraguayo, como fue el caso de los bienes de Elisa Lynch, situación que se discutió hasta el año 1887, es decir, precisamente cuando se estaba produciendo la venta de las tierras fiscales en el Chaco, Dictámenes jurídicos sobre propiedades en el Paraguay pertenecientes a Don Enrique Solano López y otros. Buenos Aires, Imprenta, Litografía y Encuadernación de Stiller y Laass, 1887. 32 Carta de Guillermo Stewart (Asunción) al ministro del interior del Paraguay (Asunción), 5 de julio de 1888, y Mensaje del presidente Patricio Escobar y de José Segundo Decoud al Congreso Nacional del 9 de julio de 1888, ambos documentos en LAINO, 1989, 81-84; Sobre la reacción boliviana a esta incipiente política de tierras paraguaya véase CAMPOS, 1884; CAMPOS, 1888; QUIJARRO, 1888. 33 LAINO, 1989, 71-72; BREZZO y FIGALLO, 1999, 191. 34 Sobre los diversos proyectos del ingeniero Valpy, véase BÁEZ, 1927, 113. 35 Carta de Henry Valpy, mandatario especial de la sociedad anónima The Paraguay Central Railway Company Limited domiciliada en Londres, al Ministro del Interior del Paraguay, del 26 de marzo de 1889; también la Ley sobre la forma de pago por los ferrocarriles del 6 de mayo de 1889, en LAINO, 1989, 85-86, 96. Sobre The Paraguay Central

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Crecía el interés del Estado por controlar su territorio y su población. A partir de los datos censales de finales del siglo XIX, Manuel Benítez calculó que la población de la campaña paraguaya llegaba a 439.000 habitantes; la de Asunción a 51.719; las guarniciones de Bahía Negra y Fuerte Olimpo así como los obrajes y colonias particulares de la región occidental a 19.852 personas; la población de los yerbales era de 25.000 y la población indígena fue calculada en 100.000. El Paraguay tenía en 1899 unos 635.571 habitantes. Pese a no poder calcular con exactitud la superficie del país dado que aún no había sido trazada la línea divisoria definitiva con el país vecino (Bolivia), Benítez afirmó que sobre unos 315.994 km2 de territorio la densidad de población era de 1,839 habitante por km2.36 6.2.

El proceso de privatización de tierras

En el inicio del proceso de venta de tierras fiscales, de las 16.590 leguas cuadradas de tierra fiscal en que se estimaba la superficie del territorio nacional, 8.550 leguas cuadradas (el 51,54%) correspondían a bosques, 7.200 a campos (el 43,40%), y 840 a yerbales (el 5,06%). Sólo 261 leguas cuadradas eran de dominio privado. El gobierno disponía entonces de dos recursos fundamentales: las tierras de la región occidental o Chaco ricas en quebracho, y los yerbatales del Alto Paraná en la región oriental. Las leyes de ventas de tierras públicas dejaron en el Chaco inmensas propiedades en manos de capitales extranjeros que en muy poco tiempo se beneficiaron de las necesidades del erario público.37 En 1911, Ramón Monte Domecq calculó que el Chaco paraguayo ocupaba una extensión de 220.000 km2, formando una inmensa llanura inexplotada a excepción de la zona cercana al río Paraguay en la que se habían ido instalando poderosas empresas.38 De este modo, las leyes de tierras beneficiaron a diversos empresarios ausentistas, gran parte de los cuales residían en la Argentina, los cuales privatizaron el Chaco paraguayo a través de grandes estancias y emprendimientos extractivos antes de la definitiva nacionalización del territorio en 1935.39 Entre los más Railway Company Limited véase La cuestión ferrocarrilera en el Congreso Nacional. Asunción, Talleres Nacionales de H. Graus, 1907. 36 BENÍTEZ, 1901. 37 Pastore calculó que 8.352,47 cuadras cuadradas fueron vendidas entre 1880 y 1883: 4.392 cuadras cuadradas en 1880; 1.091,52 cuadras cuadradas en 1882; y 2.680,95 cuadras cuadradas en 1883. PASTORE, 1972; también ZÁRATE, 1973, según los Libros de Protocolos de Tierras Públicas, Escribanía Mayor de Gobierno, Ministerio de Justicia y Trabajo. 38 MONTE DOMECQ, 1911, 275. 39 BORRINI, 1997, 19; GIRBAL BLACHA, 1995.

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grandes exponentes de las casas exportadoras de rollizos de quebracho y tanino, Monte Domecq identificó particularmente la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, así como la Compañía de Explotación de Bosques y Ganados The New York and Paraguay Company; Quebrachales Fusionados S. A.; el Sindicato Puerto Guaraní; la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A.; y, finalmente, The River Plate Quebracho Company en el Puerto Palma Chica, Puerto María y Puerto Max. Las fábricas de tanino se encontraban ubicadas en los puertos surgidos al calor de la explotación del quebracho; la familia Mihanovich, mientras tanto, había monopolizado el transporte de la producción extractiva por el río Paraguay hacia la Argentina.40 Para Laino, fueron los recursos naturales «los atractivos fundamentales para las inversiones de las primeras empresas extranjeras y especialmente la industria del tanino, por ser el Paraguay y la Argentina los únicos productores mundiales de este recurso natural» asegurando la unidad de los destinos argentinos y paraguayos.41 Brezzo y Figallo sostienen que «a finales del siglo XIX, unos 79 propietarios poseían casi la mitad de la tierra del Paraguay, el 50% de la superficie del Chaco pasó a manos de particulares, de entidades bancarias y sociedades extranjeras».42 La S. A. de Enrique Tornquist dedicada a las actividades financieras, comerciales e industriales, subrayó en un informe elaborado en 1910 —casi en el mismo momento en que se consiguió levantar el mapa catastral del Chaco paraguayo con el que nos documentamos en estas páginas— la dificultad para establecer el monto de los capitales extranjeros aplicados a hipotecas y propiedades en la zona rioplatense. Los 150.000.000 $ os provenían de «particulares residentes en el extranjero y sociedades de seguros extrangeras, invertido en hipotecas y propiedades». En cuanto a las casas de comercio y a las industrias establecidas en el país con capital extranjero y con créditos europeos acordados en descubierto, la S. A. de Enrique Tornquist calculó que controlaban unos 200.000.000 $ os. The Argentine Quebracho Co.; The Argentine Land & Investment Co. Ld.; la Santa Fe & Córdoba Great Southern Land Co. Ld.; y The Forestal Land, Timber & Hailways Co. Ld., eran compañías de tierras e hipotecarias radicadas en Argentina (Cuadro 15) pero con intereses en Paraguay. 40

MONTE DOMECQ, 1911, 278. En 1893 se instaló la empresa Société La Foncière du Paraguay, con 3 millones de francos de capital y propietaria de diversas estancias de ganado vacuno y caballar como la de Riacho Negro en el Chaco; LAINO, 1989, 115. En todos los casos los registros se hacían en Argentina. 42 BREZZO y FIGALLO, 1999, 192-193. 41

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CUADRO 15. Compañías de Tierras e Hipotecarias en la República Argentina en 1910 ($ os) Argentine Timber & Estates Cy. Ld.

Capital

1.268.390

La Germania Estancia Ld.

Capital Debentures Debentures

750.000 200.000 250.000

Las Cabezas Estancia Co. Ld.

Capital Debentures

800.000 165.000

Argentine Estates of Broril Ld.

Capital Debentures

3.200.000 2.000.000

Argentine Land & Investment Co. Ld.

Capital Debentures

2.700.000 640.000

Argentine Northers Land Co. Ld.

Capital

1.500.000

Argentine Southern Land Co. Ld.

Capital

1.155.000

Development Co. Of Santa Fé Ld.

Capital

377.350

Mortgage Co. Of the River Plate Ld.

Capital Debentures

6.250.000 4.044.755

Port Madryn Co. Ld.

Capital

1.225.000

River Plate Trust Loan & Agency Co. Ld., Préstamo Hipotecario

Capital Debentures

20.195.000 1.078.000

Santa Fé & Córdoba Great Southern Land Co. Ld.

Capital Debentures

700.000 350.000

Santa Fe Land Co. Ld.

Capital

4.870.540

Tierra del Fuego Development Co. Ld.

Capital Debentures

6.000.000 1.125.000

River Plate & General Investment Co. Ld.

Capital Debentures

500.000 1.250.000

New Zealand and River Plate Mortgage Co. Ld., préstamo hipotecario

Capital

4.014.500

Banque Hypothécaire Franco-Argentine, préstamo hipotecario

Capital

17.096.000

Crédit Foncier Argentin, Préstamo hipotecario

Capital

25.000.000

Sociedad Anónima Ind. & Past Belge Sudamericaine

Capital

7.000.000

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

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CUADRO 15. Compañías de Tierras e Hipotecarias en la República Argentina en 1910 ($ os) (Cont.) S. A. Estancia La Verde

Capital Hipotecas Obligaciones

Compañía Agrícola e Hipotecaria Argentina, préstamo hipotecario

Capital

2.055.000

Crédito Territorial Sud Americano, préstamo hipotecario

Capital

5.895.000

Estancia La Amarilla Co. Ld.

Capital

275.000

Estancia Las Violetas Co. Ld.

Capital

225.000

Estancia y Colonias Curamalan, acciones en Europa

Capital

850.000

Sociedad Hipotecaria Belga Sud Americana, préstamo hipotecario

Capital

11.500.000

Sociedad holandesa del Río de la Plata, préstamo hipotecario

Capital

2.169.000

Sociedad Anónima de Terres et Domaines La Patagonie Lodhiel Sheep Farming Co. Ld.

Capital Capital

276.000 763.000

Montes Dinero Sheep Farming Co. Ld.

Capital

100.000

Sociedad Anónima Pastoril y Agrícola La Bélgica

Capital invertido

850.000

San Guillermo Co. Ld.

Capital

163.750

San Julian Sheep Farming Co. Ld.

Capital

349.000

The San Juan Estancia Co. Ld.

Capital

350.000

United Estancias Co. Ld.

Capital

350.000

The Argentine Quebracho Co.

Capital Capital líquido

900.000 660.000

Patagonia Sheep Farming Co. Ld. Propiedades

Capital

704.000

The Forestal Land, Timber & Hailways Co. Ld.

Capital

7.500.000

Compañía de Productos Kemmerith

Capital

4.000.000

Northern Camps Co. Ld., propiedades

Capital

820.000

Total

500.000 450.000 600.000

159.959.285

Fuente: elaboración propia según Legajo 155, «Estado económico y financiero del país, 1910», Ernesto Tornquist & Co. Ld. S. A., Financiera, Comercial é Industrial, Informe elevado a Julio Argentino Roca el 19 de noviembre de 1910 desde el Hotel Majestic de París, Archivo General de la Nación (AGN), Buenos Aires, Argentina, Sala VII, Fondo General Julio Argentino Roca, 1383, Documentos económicos, Colonización, Indios, Fronteras (1833-1914 y s/f). Incluye datos de bonos de valor público (debentures).

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La privatización de la tierra chaqueña efectuada por el gobierno paraguayo no supuso su aprovechamiento para la colonización: la población inmigrante llegada al Paraguay fue verdaderamente escasa y, en general, no buscó el Chaco como lugar de asentamiento. Los datos censales indican la llegada de 4.812 extranjeros entre 1881 y 1889; 3.743 personas entre 1890 y 1899; 7.115 de 1900 a 1909; 6.306 en la década de 1910; 3.264 en la década siguiente; un importante ascenso a 20.145 extranjeros en la década de 1930 debido en parte a la instalación de las colonias mennonitas en la zona chaqueña; 7.552 inmigrantes en la década de 1940 en el contexto de la segunda guerra mundial; y, finalmente, 10.044 en la década de 1950. A mediados de siglo residían en el Paraguay 54.171 personas nacidas fuera del país.43 Considerado hasta entonces un espacio «periférico», el Chaco empezó a ser valorizado desde fines del siglo XIX, tanto por las actividades extractivas como por la ganadería y el cultivo de algodón aunque este último siempre se mantuvo en un nivel inferior en las inversiones empresariales y en las previsiones económicas del Estado.44 La ocupación del territorio exigió la construcción de un imaginario que legitimara la ofensiva militar y los proyectos de ocupación implementados por los in43 En 1962 la cifra ascendió a 49.075 personas y en 1972 a 82.590. Sobre datos estadísticos del movimiento inmigratorio en el Paraguay entre 1882 y 1907, RIVAROLA, CORVALÁN y otros, 1974, 19. 44 BORRINI, 1997, 29. Cabe señalar que la producción de algodón fue fomentada para alimentar la producción textil española. En efecto, al iniciarse el siglo XX, el predominio textil peninsular —que representó entre el 75% y el 95% del valor agregado bruto del país— dependió estrechamente del suministro de materia prima de los principales productores algodoneros, Estados Unidos, India, Brasil y Perú. Los proyectos españoles en el Chaco latinoamericano buscaron, en ese sentido, incorporar la región a la red de abastecimiento algodonero. En 1912, por ejemplo, los productores textiles peninsulares decidieron enviar una comisión patrocinada por la asociación Casa de América de Barcelona, y encargaron a su director, Rafael Vehils i Grau Bolívar, el estudio de la producción de algodón chaqueño. LLONCH I CASANOVAS, 1997, 39; CARRERAS, 1990, 259-296; DALLA CORTE, 2001; 2002 a. Véase en particular los artículos de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio (en adelante RM): «El algodón en el Paraguay», RM IV, 28, 1 de marzo de 1904, 58; «Crisis del algodón en Cataluña», RM IV, 28, 1 de marzo de 1904, 61; «El cultivo del algodón en la Argentina», RM IV, 33, 1 de agosto de 1904, 195; «Crónica Argentina», artículo del delegado catalán en Buenos Aires, Ricardo Monner Sans, RM V, 38, 1 de enero de 1905, 326-332; RM V, 39, 1 de febrero de 1905, 363; «El algodón argentino en Barcelona», artículo del empresario catalán establecido en la provincia argentina de Corrientes, A. B. Pont, RM, XII, 144, 12 de febrero de 1912, 53-56; RM XII, 145, 7 de marzo de 1912, 79. También la carta de Rafael Vehils i Grau Bolívar (Barcelona) al Marqués de Comillas (Barcelona), 10 de agosto de 1912, y la carta de Jacinto Viñas Muxí (Barcelona) al presidente argentino Roque Sáenz Peña (Buenos Aires), 18 de setiembre de 1911, ambas conservadas en ACA, Caja de correspondencia «Misión Oficial».

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genieros militares, el ejército o las instituciones geográficas (entre las que destacan el Instituto Geográfico Argentino y la Sociedad Geográfica Argentina). La proliferación de referencias sobre el Gran Chaco en diversos estudios científicos fue una demostración del interés creciente de los Estados Nacionales del Cono Sur por ocupar la región.45 La ocupación de Villa Hayes (Nueva Burdeos, posteriormente Villa Occidental)46 a mediados del siglo XIX por parte del gobierno de Carlos Antonio López fue un primer indicio del interés paraguayo sobre el Chaco Boreal que se consolidaría a partir de la guerra de la Triple Alianza47, esta vez condicionado por la presión de los Estados vecinos. Bolivia, por su parte, intentó desde mediados del siglo XIX realizar algunos actos de «ocupación» de sus sudestes chaqueños con la finalidad de frenar el avance del Paraguay en el Chaco. Señalamos en este sentido las concesiones de terrenos otorgadas en 1864 a Victorino Toboas, miembro de la Sociedad Progresista de Bolivia, con la tarea de abrir un camino desde la ciudad de Santa Cruz hasta el río Paraguay; la expedición del padre José Gianelli hasta Piquerenda en el año 1863; la concesión otorgada en 1870 al empresario bonaerense Orestes Mendoza para explorar el río Pilcomayo desde el embarcadero de Magariños hasta la desembocadura del río; el emprendimiento y la fundación de Puerto Suárez; los intentos del español Francisco Javier Brabo para abrir un camino carretero desde Santa Cruz de la Sierra hasta la margen derecha del río Paraguay en 1878; la malograda exploración encomendada al coronel Andrés Rivas al Paraguay por el río Pilcomayo en 1881, que contó con la participación del franciscano Doroteo Giannecchini, este último considerado en la época como el mayor conocedor de los idiomas y costumbres de los indígenas chaqueños; la exploración con final trágico del francés Julio Crevaux en los ríos Pilagá y Pilcomayo en 1882; así como las ex45

LOIS, 2002, 29. OLIVERA, 1987. 47 En 1889 el explorador Juan de Cominges y Prat alegó que «hace veinte años que el Chaco del norte no era más que un antro amenazador, en cuyas costas aparecían con frecuencia indios, tigres y cocodrilos sobre los cuales disparaban las armas los tripulantes de los escasos buques de vela que se arriesgaban hasta la provincia de Matto Grosso. Las peripecias de la guerra del Paraguay, las relaciones que empezaron á establecer con los indios algunos atrevidos madereros; los buenos resultados obtenidos por un marsellés que vivió 22 años frente á la Asunción, el establecimiento de la colonia Nueva Burdeos, más tarde Villa Occidental y hoy Villa Hayes; mis exploraciones de 1878 y 1879, las del señor Thouar, y las de los bolivianos que se establecieron en Bahía Negra, hoy Puerto Pacheco, hicieron comprender que aquel antro encerraba riquezas inagotables, y que el Paraguay poseía un tesoro con el que hacer frente á su deuda, recobrar su crédito y dar un nuevo impulso á su progreso algo amortiguado»; COMINGES y PRAT, 1892, 366-371. 46

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ploraciones efectuadas por el delegado del gobierno boliviano y Comisario nacional para la exploración del Chaco, Daniel Campos.48 Sin embargo, todos estos intentos fueron parciales y no tuvieron el éxito deseado por el gobierno boliviano. Diversos intelectuales y políticos bolivianos denunciaron la ocupación chaqueña propiciada por el gobierno paraguayo a través de la venta de tierras en pública subasta, el arraigo del capital extranjero, la expansión del ferrocarril y de la actividad ganadera, y la explotación de tanino. Uno de los grandes defensores de la política paraguaya en el Chaco, Fulgencio R. Moreno, imputó a la «pertinaz ineficacia» boliviana la causa de su fracaso en la ocupación de los Orientes y Sudestes y en un Memorándum que enviara al ministro plenipotenciario Ricardo Mujía sostuvo que «tan lejos estaban del pensamiento boliviano las regiones del Chaco bañadas por el río Paraguay» que «ni siquiera conocían las de Chiquitos inmediatas a Santa Cruz».49 A similar conclusión llegó Querejazu Calvo en su análisis de la disputa boliviano-paraguaya: Hasta 1928, en que ocurrió el incidente de fortín Vanguardia, el pueblo boliviano ignoraba que existiese un serio problema fronterizo en el Chaco Boreal. Aquel confín era el más desconocido de toda la república y más desconocida aún la nación que disputaba su posesión. En el Paraguay la situación era la inversa. Desde 1900, las generaciones paraguayas escucharon propaganda antiboliviana. Para los paraguayos, Bolivia era el país extenso y rico que pretendía quitarles una porción de su minúsculo territorio. El Chaco en el Paraguay no era como en Bolivia un problema diplomático que debían resolver las cancillerías, sino un problema de supervivencia nacional que provocaba honda preocupación popular...el ejército boliviano podía llegar hasta el río Parguay y descender por él hasta la misma capital.50

48 CAMPOS, 1888, 47. La obra de Campos incluye: «Mapa de la expedición boliviana de 1883, ruta seguida desde Tarija hasta la Asunción del Paraguay a través del Gran Chaco, explorando el Pilcomayo, ampliado por Eugenio de Hochkofler»; MERCADO MOREIRA, 1929, 76-89; QUIJARRO, 1888, IX; GONZÁLEZ BLANCO, 1934, 58-59; DALLA CORTE, 2008 a. 49 «Memorándum del Plenipotenciario especial del Paraguay Fulgencio R. Moreno presentado al Dr. Ricardo Mujía, Ministro Plenipotenciario de Bolivia, 1915», reproducido en MORENO, 1927, 29-78. Hasta esa fecha, la ocupación se centró en el sistema de fortines militares. Durante el gobierno de Hernando Siles (1926-1930) Bolivia fundó Sorpresa, Tinfunqué, Alihuatá, Arce y Cuatro Vientos, al sur, y Paredes, Pando, Vitriones y Vanguardia, al norte. El fortín Vanguardia fue atacado por las tropas paraguayas el 5 de diciembre de 1928 dando inicio a la guerra del Chaco (1932-1935), como analizamos más adelante; MERCADO MOREIRA, 1929, 180; SOLARES, 1926, 17, 25. 50 QUEREJAZU CALVO, 1990, 31.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

6.3.

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Áreas forestales y empresas extractivas

En el Chaco paraguayo se detectan dos fases en la construcción del latifundio y la instalación de la gran empresa. Una primera fase caracterizada por la rápida enajenación de tierras fiscales, y una segunda fase dominada por la consolidación del ciclo del tanino en las áreas forestales, gracias a la conjunción de capitales extranjeros, preferentemente argentinos y españoles, franceses, ingleses y estadounidenses. Solveira calcula que en vísperas del estallido de la primera guerra mundial casi ochenta compañías anglo-argentinas explotaban 10.000.000 ha del Chaco Boreal y sus ricos bosques por un total de $ 30.000.000 os que representaban aproximadamente unos $ 450.000.000 paraguayos; los frigoríficos, además, funcionaban como una simple prolongación de los existentes en Argentina.51 Entre los grupos argentinos, Borrini identifica a Carlos y Gustavo Vernet que el 30 de noviembre de 1885 compraron 479 leguas cuadradas que posteriormente pasarían a Carlos Casado. «El dispendio llevado a cabo por el gobierno del Paraguay fue tal», señala Borrini, «que hasta en un mismo día llegaron a venderse 10.000 km2 a compradores de origen argentino. En sólo quince años (1885-1900) el Paraguay había transferido a manos privadas el 64% aproximadamente de la superficie representada actualmente por los cinco departamentos chaqueños».52 La explotación del quebracho chaqueño habilitó un tipo de ocupación y organización del espacio dominado por grandes propiedades que permitió el monopolio de la tierra en pocas manos así como la extracción de riqueza no renovable en un sistema ligado directamente con el exterior a través de puertos fluviales que funcionaron a modo de factorías industriales. De esta manera, la industria del quebracho se convirtió en uno de los rubros más importantes de la economía exportadora paraguaya: aproximadamente ocho pueblos industriales surgieron a la vera del río Paraguay produciendo alrededor de 33.000 toneladas anuales de tanino y madera.53 Entre 1901-1903 la industria del quebracho cubrió el 20% de las exportaciones paraguayas y, según Borrini, «a la infraestructura que canalizaba el transporte de carga y de pasajeros, debía agregarse la ingente inversión industrial y social de la empresa, que incluía talleres, depósitos, almacenes, administración, viviendas y trazado urbano, incluyendo las más importantes: un buen servicio de aguas corrientes y energía eléctrica».54 51

SOLVEIRA, 1995, 65. Referencias en BORRINI, 1997, 36-39, 44-49. 53 Fueron 30 las fábricas instaladas en el Chaco paraguayo y argentino entre 1880 y 1940; BORRINI, 1997, 41-42. 54 BORRINI, 1997, 46. 52

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GABRIELA DALLA CORTE

Durante las primeras décadas del siglo XX el Paraguay difundió sus potencialidades económicas; de hecho, con ocasión de la celebración del primer Centenario de la independencia paraguaya el gobierno propició la edición de algunas obras escritas por publicistas prestigiosos. Ramón Monte Domecq, en colaboración con Carlos y Augusto Cálcena, por ejemplo, escribió acerca de «la potencia productora y económica de nuestro país, destruyendo el prejuicio existente que lo hace aparecer como una región despoblada y en que aún no ha penetrado la nota civilizadora».55 Monte Domecq fusionó los conceptos de progreso, civilización, ocupación del territorio chaqueño y penetración de capitales extranjeros, cuya presencia no fue cuestionada en ningún momento. Ricardo Pillado, por su parte, destacó que el tanino y las maderas paraguayas debían estar libres de gravámenes ya que se trataba de bienes codiciados por el país y explotados por empresas argentinas: El capital y la elaboración fabril son argentinos y la riqueza que representa la exportación del extracto es por lo tanto argentina y contribuye a reforzar la balanza de comercio que alimenta los encajes de la Caja de conversión, de modo que, cuando perturbamos su entrada con derechos de aduana, no favorecemos al comercio nacional, no extraemos una contribución del país vecino, no ayudamos ninguna industria, simplemente recargamos un producto nacional, creando un desequilibrio en la fábrica que soporta un impuesto, que la coloca en peores condiciones que otras similares. Si la empresa argentina posee terrenos en la zona fronteriza, cuando corta los árboles dentro de la línea, está libre de gravamen, pero cuando el bosque queda fuera del deslinde, el impuesto que cae sobre ella, lo paga el productor argentino.56

Siguiendo las ideas de Pillado, Cecilio Báez afirmó que Paraguay integraba con Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia una real unión aduanera, es decir, un «zollverein».57 No discutiremos la veracidad de esta frase, pero lo cierto es que los capitalistas extranjeros establecidos en los países vecinos al Paraguay consolidaron su control sobre las tierras chaqueñas entre 1910 y 1930. Hacia 1928 el capital invertido excedía los 10 millones de dólares. Según Kleinpenning, la mitad del territorio chaqueño estaba directamente controlado por compañías argentinas o radicadas legalmente en ese país. Esta situación también se vio favorecida por el hecho de que la población del Chaco era reducida: si en 1914 los censos daban un total de 14.000 habitantes, hacia 1924 no superaban los 37.500, excluyendo por supuesto la población indígena. Kleinpenning sostiene 55

MONTE DOMECQ, 1911. PILLADO, 1910, 114-120; en la misma línea, JAIME MOLINS, 1916, 248-257. 57 BÁEZ, 1927, 86. Sobre el proyecto de «zollverein» en América, véase DALLA CORTE, 2005. 56

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

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que la extracción del tanino de los quebrachales comenzó en 1889 con la apertura de la fábrica de Puerto Galileo a la que luego se sumarían otros emprendimientos: The almost complete lack of land transportation in the swamp and thorn forest meant that most comercial operations were concentrated along the river, but some tannin processors built private railways, as a result of which Paraguay obtained 5 narrow-gauge lines, that of the Casado family having a length of 160 km and extending far into the Central Chaco. Factories to process quebracho logs into tannin of sleepers sprang up all along the Paraguay river in ports like Puerto Casado, Puerto Sastre, Puerto María and Puerto Pinasco. By 1911 there were 8 factory-ports in the Chaco, employing five thousand workers, some of them Indians. A small number of foreign firms virtually monopolized the extractive economy.58

La compañía inglesa Liebig’s ingresó en el Chaco paraguayo en 1898 y hacia el año 1911 adquirió un total de 93.744 ha. De acuerdo a Laino, el origen de la Liebig’s se encuentra en las estancias y saladeros uruguayos de Fray Bentos y particularmente en Londres en 1865, siendo sus primeros directores Emanuel Boutcher (Boutcher, Mortimore y Compañía); Charles Gunther (Corneille, David y Compañía); Otto Gunter (presidente de la Cámara de Comercio de Amberes); Félix Grisar, de Amberes, y el Barón de Mauá (de la London Brazilian y Mauá’s Bank), que, como hemos visto, estaba estrechamente vinculado a Casado desde el momento en que instaló su sucursal bancaria en Rosario en la década de 1860. 59 En 1905 se fundó el establecimiento de ganado vacuno de Richard Cooper Baronet con una superficie de 40 leguas; la Rural Anglo Paraguaya S. A. fue constituida en 1907; y La Rural Argentino-Paraguaya S. A. fue fundada en Buenos Aires en 1910 a partir de diversas estancias ubicadas en el Oriente paraguayo, siendo uno de sus socios Luis Patri que era propietario de 17.247 ha en el Chaco. The Paraguay Land and Cattle Company poseía en 1914 aproximadamente 60 leguas chaqueñas (112.500 ha). A finales del siglo XIX casi 80 individuos o sociedades eran propietarios de 7.035 leguas cuadradas de praderas y bosques de quebracho. Las habían adquirido por aproximadamente un millón de pesos, unas 58

Referencias en KLEINPENNING, 1984, 19-21. LAINO, 1989, 116-117. Respetamos la grafía de Gunter y Gunther de la obra de Laino. Cabe señalar que el London Brazilian y Mauá’s Bank fue fundado en 1862 por la fusión con los negocios del Banco de Mauá. En 1923, el London and Brazilian Bank se fusionó con el London and River Plate Bank, y formaron el Bank of London and South America (Banco de Londres y Sudamérica). 59

314

GABRIELA DALLA CORTE

181.264 libras, a un precio medio de $ 128,81 la legua cuadrada. 60 La sucesión de Carlos Casado del año 1900 calculó en $ 1.000 mn (argentina) el precio de la legua cuadrada de tierra en el Chaco paraguayo. El folleto titulado La propiedad del Chaco paraguayo, publicado por el gobierno paraguayo en 1910 para el cobro de la contribución directa sobre las tierras chaqueñas, incluye el plano de este territorio, obra del agrimensor Ernesto Hang según los trabajos efectuados por los peritos Jorge Luis Fontana y Antonio Codas. La distribución de la propiedad en 1910 señala que los dueños eran, en su gran mayoría, empresas argentinas, británicas y norteamericanas dedicadas a la explotación de los quebrachales. En la distribución de las 13.749.671 ha, las sociedades y compañías poseían en 1910 una superficie de 3.093.856 ha, los bancos 262.500 ha y los particulares 10.393.315 ha.61 Los decretos de la época identificaron algunas de las empresas beneficiadas por la entrega de tierras y desnudaron el proceso de apropiación territorial por parte de los intereses extranjeros. Podemos calcular el número de hectáreas ostentadas por las sociedades, compañías y bancos en el Chaco paraguayo en 1910 los cuales se repartieron un total de 3.356.356 ha (se especifican los lotes en nota): 15.000 ha de Ángel Aliberti y otro;62 18.750 ha de Arcadini y Castagnet;63 56.250 ha de La Selvática;64 35.074 ha de la Compañía Rosarina de Campos y Bosques que era propiedad del rosarino Santiago Pinasco;65 75.000 ha de Comastrí y Tesandori;66 84.375 ha de Federico C. Cook y otro;67 95.625 ha de Croto, Carlevari y Crosa;68 93.750 ha de Croto, Carlevari y Machini;69 11.250 ha de Errea y Urtasum;70 109.872 ha de Gibson, Hope y 60

PASTORE, 1972, 233, 254. Cálculos a partir de La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1910. 62 Lote 186. 63 Lote 167. 64 Lotes 66, 67, 68. 65 Lote 69. También poseía el lote 68, por compra realizada a La Selvática; MONTE DOMECQ, 1911, 282. La Compañía Rosarina de Campos y Bosques fundó Puerto Pinasco en el año 1907, ya que uno de los primeros en explotar el territorio fue Santiago Pinasco; luego se fundarían Puerto Sastre y Puerto Guaraní. En 1910 los lotes 68 y 69 figuran como de propiedad de la sociedad anónima New York and Paraguay Company, tras comprar el activo de la empresa la Compañía Rosarina de Campos y Bosques. A su vez, la propiedad pasó a manos de la International Production Corporation (IPC) durante la década de 1920. En 1965 pasó a la empresa argentina Invicta Limited. 66 Lote 158. 67 Lotes 130, 131, 132, 159, 187. 68 Lote 190. 69 Lote 187. 70 Lote 187, completando así el lote de Croto, Carlevari y Machina. 61

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

315

Cptes.;71 93.750 ha de Irasú y Urpiola;72 23.044 ha de la Societè La Fonciere du Paraguay;73 93.750 ha de La Ganadera Paraguaya;74 18.750 ha de Otaño, Rosendo Hermanos;75 1.875 ha de Penedo y Villarino;76 9.375 ha de la Sociedad Shaw Hermanos;77 71.250 ha de Spragan y Compañía;78 12.116 ha de Vierci Hermanos;79 93.750 ha del Banco Francés Río de la Plata;80 y 168.750 ha del Banco Inglés Río de Janeiro.81 También encontramos otras empresas que adquirieron las tierras que originariamente ostentaron los Casado-Sastre: 375.000 ha de The American Quebracho Company;82 318.750 ha de la Asociación Patriótica Española;83 112.500 ha de Quebrachales Fusionados de Puerto María;84 225.000 ha de la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A.;85 468.750 ha de la Sociedad Tierras y Maderas;86 206.250 ha de The River Plate Quebracho Company;87 y 468.750 ha de la Pinasco, Brusaferry y Compañía.88 Entre los propietarios individuales, algunos de sus lotes fueron subdivididos. Fue el caso de los lotes 148 y 159. El lote 148, por ejemplo, tenía una superficie de 187.425 ha; se reservó una fracción de 140.625 ha que pasaron a Hope, Gibson y Ctes., y las 46.800 ha restantes se fraccionaron en cien partes de 468 ha cada una, que fueron adquiridas por Tomás Niven (468 ha), Antonio Rossi (3.744 ha), Adolfo Donau (12.636 ha), Arnaldo Broeders y Juan Broeders (14.040 ha) y Guillermo Garbers (15.912 ha). El lote 159, de 187.687 ha, por su parte, corrió una suerte similar y fue dividido en fracciones: una de 2.062 ha fue adquirida por Emilio Johansen; otra de 7.500 ha quedó en manos de S. Ker Jordan; otra 71

Lotes 50, 141, 142, 143, 144, 145. Lote 190. 73 Lotes 25, 26. 74 Lotes 45, 46, 47, 48, 49. 75 Lote 58. 76 Lote 187. 77 Lote 133. 78 Lotes 133, 149, 235, 236. 79 Lotes 8, 9, 10. 80 Lotes 15, 16, 17, 18, 19. 81 Lotes 157, 167, 216, 217. 82 Lotes 100, 101, 102, 103, 104, 152, 162, 171, 267, 268. 83 Lotes 72, 242, 243. 84 Lotes 93, 94, 95, 152, 161, 162. 85 Lotes 83, 84, 85, 86, 151, 161, 249, 250. 86 Lotes 96, 97, 98, 99, 152, 162, 171, 179. 87 Lotes 89, 90, 91, 92, 151, 161, incluyendo Palma Chica. 88 Lotes 178, 217, 219. Todos estos datos calculados a partir de La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. KRAUS, 1910; también parcialmente LAINO, 1989, 150. 72

316

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fracción de 75.000 ha fue comprada por Pablo Frangenheim; 75.000 ha quedaron en propiedad de Juan M. Boldstad, Sara C. de Coles y Luis Linch; y 28.125 ha acabaron en manos de John Hughes padre y Ricardo Petersen.89 A diferencia del Paraguay Oriental en el que la superficie de los latifundios no superaba las 10.000 ha, en el Paraguay Occidental la acción desarrollada hasta entonces por propietarios particulares, muchos de ellos residentes en la Argentina como fue el caso de los Casado-Sastre (Cuadro 16), había hecho modificar aquel panorama. De acuerdo a Kleinpenning: Huge tracts of land came into the hands of foreign capitalists, who paid extremely low prices and, in many cases, had even never seen the land. Many of them were speculators, who soon sold all or part of their holdings to others. The interests of the people already living on the land were often completely ignored... One company —that of Carlos Casado del Alisal, established in 1886 and with headquarters in Buenos Aires— obtained no less than 3.000 square miles or 5.625.000 hectares of Chaco land. Its estates extended 77 km along the river Paraguay.90

La gran propiedad se desarrolló con fuerza en el Chaco paraguayo. Las empresas extranjeras —en su gran mayoría de capital u origen argentino y todas ellas sociedades anónimas— gozaban del monopolio de los bosques y montes; se trataba de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras; la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A.; Quebrachales Fusionados S. A., fundadora de Puerto Max; New York and Paraguay Company S. A.; The American Quebracho Company; The River Plate Quebracho Company;91 Estancias y Quebrachales Puerto Galileo S. A.; y La Forestal del Paraguay S. A.. El Banco Inglés de Río de Janeiro, además, poseía 168.750 ha mientras el Banco Francés del Río de la Plata tenía 93.750 ha.92 89 Algunos pequeños propietarios tomaron como tarea la «pacificación indígena»; es el caso de Wilfred Barbrooke Grubb hacia 1887, uno de los misioneros británicos de religión anglicana; KLEINPENNING, 1984, 18-19; Villagra lo menciona como WARBROOKE (2008, 72). Entre las obras de Wilfred Barbrooke Grubb citamos An unknown people in an unknown land, editada en Londres en 1911; y A Church in the wilds: The remarkable story of the establishment of the South American mission amongst the hitherto savage and intractable natives of the Paraguayan Chaco, aparecida en Nueva York en 1914. 90 KLEINPENNING, 1984, 17-18. 91 Su directorio estaba formado por Esteban Canale, Juan B. Hill y Francisco Guanes. La empresa construyó 35 km de vías férreas para transportar madera de quebracho, MONTE DOMECQ, 1911, 292. 92 LAINO, 1989, 135-136; 150.

1.837.500

9.375 7.500 18.750 37.500 1.875 18.750 32.812 5.627 7.500 1.875

5.625 60.938

Alejandro Adanson Pedro M. Albaitero Juan R. Alonso Manuel Anasagasti Clemente N. Andrews David Angus José M. Apesteguía Miguel Argüello Saturnino Ayechú y Félix Ayechú Daniel Baccaní

José Bahtje Desiderio Balleto

Hectáreas

Ramona Sastre Aramburu

Propietario/a

186 193

149

50, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 124, 135, 150, 160, 170, 171, 177, 179, 183, 188, 189, 222, 223, 225, 226, 227, 228, 229, 230, 231, 232, 233, 234, 237, 238, 239, 240, 241, 244, 245, 246, 247, 248, 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 258, 259, 260, 261, 262, 263, 264 158 187 185 13, 14 126 157 38, 130, 134 114 163

N.º de lote

Guillermo Kitchaing Emilio Kuenzler

Edward Charles Kirkhan

Francisco Isasa Antonio Isnardi Jaime F. Jacobs Luis Jauve Emilio Johansen S. Ker Jordan Tomás L. Keen Lorenzo Kenny Tomás E. Kirk

Hijos de Carlos Casado

Propietario/a

1.875 10.437

166.875

3.750 28.125 3.750 37.500 2.062 7.500 5.625 16.875 7.500

1.275.000

Hectáreas

CUADRO 16. Propiedad de los particulares en el Chaco paraguayo en 1910

118, 119, 120, 121, 182, 186 149 156

163 38, 39 149 167 159 159 149 125, 126 149

70, 71, 168, 169, 176, 184, 191, 192, 87, 88, 151, 161, 105, 106, 107, 108, 265, 266

N.º de lote

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

317

4, 7, 8 56, 57, 216 153, 163, 172 182

180 149 149 3, 4

28.125 3.750 1875 10.254 6.772 75.000 262.500 18.750

12 149 147, 155, 156 147, 155 217 121 110 23 149 159 149 174 187 153 149 148

18.750 5.625 288.264 52.500 18.750 1.875 9.823 18.750 1.875 18.750 1.875 50.622 1.875 18.750 3.750 14.040

Juan Barbero Wilfred Barbrooke Grubb Dolores P. de Bence Víctor Bence J. Berthe y J. Ulises Martin León Berthelot Justino Berthet Mauricio Bertomier José Blagden Juan M. Boldstad Carlos G. Bollaer Marck B. Book Luis Bosatta Pedro Bourg Edward J. Brine Arnaldo Broeders y Juan Broeders Hugo Brown Luis A. Budd Duncan Campbell Francisco Campos y María Campos María Campos Esteban Canale y L. P. Sienra Roberto Cano Juan P. Capdeville

N.º de lote

Hectáreas

Propietario/a

John Nelson Juan J. Nisbet Tomás Niven Edward H. Oyler

Francisco Migone Adolfo Müller y P. Aliberti Adolfo Nacimiento Guillermo Nelson

Francisco Laza Karl Leopold Luis Linch Eusebio Lizarralde Alberto Luzio Carlos T. Mald Cecilio Manchi José G. Maquiriani Nicolás Martelli Martín y Spinetto J. Ulises Martin Emma M. Martínez Diego Matheur Tomás Matto Purificción P. de Maurente Edwin A. Merry

Propietario/a

28.125 1.875 468 7.500

19.688 28.125 15.000 11.250 163.125

1.875 1.875 18.750 28.125 18.750 3.750 107.812 5.625 15.000 3.750 37.500 18.750 18.750 3.019 1.875

Hectáreas

CUADRO 16. Propiedad de los particulares en el Chaco paraguayo en 1910 (Cont.)

127, 128, 149 148 149

167 186 149 134, 149, 175

187 149 159 182, 186 55, 149 193 187 140 187 64, 65 185 167 9, 186 132, 149

N.º de lote

318 GABRIELA DALLA CORTE

165, 174, 175, 181 157 59, 60, 182, 186, 216 185 109, 110 136 40, 41, 42, 43 11 149 174 149 121 7 194 186 153 146

668.153 93.750 176.250 28.125 27.977 18.750 84.375 3.750 1.875 9.375 3.750 5.625 6.345 105.000 22.500 18.750 483.750

Federico C. Cook y Payton Lumb Federico C. Cook Richard Cooper Baronet Esteban J. Copello Miguel Corvalán Toribio Crespo Matías S. Alonso Criado A. Crovato y J. Cancio Walter Danson Campbell Ludovico F. Darnstadter Juan Davidson (hijo) Victorio de la Canal Guillermo de los Ríos y Basilio de los Ríos José R. de Olaso Francisco Degregori Bernabé Demaría Bartolomé Devotto

163 53 149 182, 186 159 30, 31

N.º de lote

7.500 18.750 11.250 15.000 18.750 37.500

Hectáreas

Pedro Carrique Domingo Casanova Celestino Cattaneo Dante Cavedagni Sara C. de Coles Juan Francisco Comparada

Propietario/a

José Rossier Enrique Ruckton Rodger Rugiero y Mueglino Martín Ruiz Martínez

Carlos Phanel Andrés Pildan Smith Pinsent Ignacio Plata Domingo Poletti Tomasa, viuda de Recalde Santiago Repeto José C. Rhode Juan I. Richardt Pedro Risso Bernardo Rojas Antonio Rossi

Adela B. de Peterson

Eloy Palacios F. C. Pambrooke Jones Luis Patri Jaime Peña Luis Perasso Ricardo Petersen y otro

Propietario/a

13.180 84.375 4.687 13.125

14.456 18.750 65.250 1.875 2.788 9.375 23.437 1.875 1.875 56.250 18.750 3.744

18.750

187.500 5.625 17.247 7.744 1.875 121.875

Hectáreas

CUADRO 16. Propiedad de los particulares en el Chaco paraguayo en 1910 (Cont.)

9, 10, 181 182 114

25 180 217 187 10 32 182, 186 149 174 61, 62, 63 54 148

166 149 50, 51 5, 6 9, 128, 129, 158, 159 185

N.º de lote

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

319

Pedro A. Freund

1.875

18.750 1.875 37.500 18.750 18.750 1.875 1.875 18.750 328.322 37.500

1875

Archivaldo Eyton

Carlos Febbut Miguel D. Ferreira Agustín Ferrer Eduardo Fleitas Andrés Fontecha Enrique W. Ford Mitchel G. Fortune Juan Fourcade Pablo Frangenheim Antonio G. Freers

1.875 7.500

9.375 185.625 12.636 9.375 1.875 9.375 1.875

Hectáreas

Juan Y. Errasti Guillermo Eyton y Condmi

José Deyer Jorge Dickinson Adolfo Donau Nicasio Duarte Manuel Durán Domingo Echauriz Gregorio Erbitú

Propietario/a

149

155, 158 121 138, 139 20 137 149 149 123 159, 173 146

149

187 149

158 218 148 125 149 186 187

N.º de lote

Lorenzo Semino y Luis Testoni Herbert Sheplerd Catalina B. de Sienmer Agustín Sintas Miguel Sorbert Juan E. Stent Maawell I. Stewart Juan Sugasti Toribio Suparo Tomás A. Tirmert Louque Tomasset; C. Tomasset; M. Tomasset Melchor Torres

Adalberto Schmied Pedro Schouten

Lorenzo Ruiz Runciman y Compañía Ric Russell y G. C. Woodt Enrique Sampay Joaquín Sánchez Manuel Sanmarco y otro Máximo Santos

Propietario/a

18.750

1.875 3.750 18.750 37.500 37.500 18.750 1.875 7.500 1.875 37.500

206.250

292.128 226.875

18.750 37.500 1.875 37.500 5.625 18.750 93.750

Hectáreas

CUADRO 16. Propiedad de los particulares en el Chaco paraguayo en 1910 (Cont.)

193

149 9 153 115, 116 153 167 187 187 149 158

167 217 149 228, 264 121 167 33, 34, 35, 36, 37 221, 224 22, 117, 122, 157, 165, 174, 181 111, 112

N.º de lote

320 GABRIELA DALLA CORTE

23.437

Romualdo Irigoyen

51, 52

174 175 149 159 149

Antonio Vázquez Cordero J. Vidal Rivas; Mitchel G. Fortune Alfredo Wallace Rooke Reymer O. Watson Juan Wiengrein; Federico Wiengrein Ana Oliver de Yañiz Clemente Yusussary Santiago Zambonini Bernardino Zárate Francisco Zavala; Eliseo Zavala Estanislao S. Zeballos

Moore Tudor Owen S. Tudor Andrés Uthurriaga Miguel Valls

Propietario/a

Fuente: elaboración propia según La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1910.

1.875 18.750 1.875 9.375 3.750

James Hope C. Hope Enri F. Houzen John Hughes (padre) Miguel Hussey

N.º de lote

11, 24, 113 5 153

1.875 1.875 52.500 2.343 18.750

149 149

9.375 15.912 1.875 18.750

Guillermo Gaing Guillermo Garbens Guillermo F. Gibson Juan Bautista Gil y Elvira Gil de Fleitas Enrique Greenway Guillermo Griffith Parry

Francisco Guanes Juan Guanes Heraclio Hillner

167 148 149 21

Hectáreas

Propietario/a

351.562

4.087 3.750 61.540 13.943 22.884

1.875 7.500 56.250

3.750 1.875

1.875 9.375 9..375 1.875

Hectáreas

CUADRO 16. Propiedad de los particulares en el Chaco paraguayo en 1910 (Cont.)

156, 164

6 187 190, 220, 221 174, 248, 268 44, 45

149 149 27, 28, 29

187 149

149 158 126 187

N.º de lote

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

321

322

GABRIELA DALLA CORTE

En el Chaco paraguayo primó el latifundio: los propietarios de menos de 100.000 ha en realidad fueron en términos numéricos bastante escasos. El lote 149, originariamente de 187.500 ha, fue dividido en 100 fracciones de 1.875 ha repartidas entre una treintena de propietarios, como señalamos más arriba, pero es una excepción que confirma la regla. Lo mismo ocurre con Juan Francisco Comparada, propietario desde el año 1885 de 37.500 ha en las que instaló una estancia en Puerto Comparada. Entre otros propietarios cabe citar los que poseían un solo lote de 18.750 ha (equivalente a diez leguas cuadradas) o compartían un mismo lote de 187.500 ha.93 En realidad, en el momento en que se levantó el documento catastral de 1910 los propietarios de más de 100.000 ha poseían una superficie total de 9.692.880 ha. Los propietarios de 100 a 200 mil ha ocupaban 1.581.562 ha en total. Es el caso de José R. de Olaso (105.000 ha); Cecilio Manchi (107.812 ha); Guillermo Nelson (163.125 ha); Quebrachal de Puerto María (112.500 ha); Edward Charles Kirkhan (166.875 ha); Richard Cooper Baronet (176.250 ha); Jorge Dickinson (185.625 ha); y Eloy Palacios (187.500 ha), este último miembro de la red de Casado y, sucesivamente, directivo del Banco Provincial de Santa Fe en sustitución del español y su apoderado general en Rosario. También Ricardo Petersen (121.875 ha) Los propietarios que tenían de 200 a 300 mil ha poseían una superficie total de 1.050.282 ha. Podemos citar a Adalberto Schmied (292.128 ha); Pedro Schouten (226.875 ha); Dolores P. de Bence (288.264 ha), aunque si computamos estos bienes con los de Víctor Bence (52.500 ha), en realidad estamos hablando de una gran propiedad fusionada de un total de 340.764 ha; y Roberto Cano (262.500 ha) y Semino y Testoni (206.250 ha). Particularmente nos interesan dos empresas: la Hope y Gibson, que llegó a tener 109.872 ha, y la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A.94 La empresa Hope Hermanos (de la que dependía Hope y Gibson) poseía diversos galpones en la localidad de Pérez, una de las estaciones del trayecto del Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS) del que Casado era concesionario. Por ende, tal como muestran las memorias anuales del FCOS, la empresa Hope y Gibson estaba estrechamente vinculada al español en Argentina y Paraguay.95 93

MONTE DOMECQ, 1911, 289. Laino contabilizó en esta propiedad los lotes 148, 174, 175, hasta alcanzar una superficie de 270.654 ha pero aclarando que incluía las 1.875 ha de James Hope, y las 18.750 de C. Hope. 95 Memorias presentadas por el Directorio del FCOS en Asamblea General de Accionistas. Rosario de Santa Fe, Tipo-Litografía de La Capital, 1888 (asamblea del 3 de abril de 1889). 94

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

323

La Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A., por su parte, fue creada en 1905 tras la adquisición de 120 leguas cuadradas de tierra chaqueña paraguaya de los Casado a cambio de un capital de $ 1.500.000 os. Llegó a poseer un total de 225.000 ha, 4 lotes de una legua frente al río Paraguay cada uno, y 4 lotes ricos en quebracho al interior del Chaco. La empresa instaló una fábrica de tanino en Puerto Sastre y contó para ello con una comisaría además de numerosas viviendas destinadas a los obreros que lindaban con las tolderías de los indígenas. Constituida con capitales argentinos, su capacidad productiva era de 300.000 kg mensuales de tanino hacia 1910, momento en que hacía funcionar una vía férrea de 40 km para transportar los rollizos a la fábrica. El directorio de la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A. tenía residencia en Buenos Aires y estaba formado por el presidente Nicolás Mihanovich,96 el vicepresidente Adolfo Bancalari, el tesorero Juan Lavarello, el vocal Pedro Mihanovich, hijo de Nicolás, y el síndico Federico C. Cook.97 Los propietarios de 300 a 400 mil ha en el Chaco Boreal llegaron a tener 1.714.758 ha en total. Es el caso de la Asociación Patriótica Española que fue beneficiada por Carlos Casado por un total de 318.750 ha, Pablo Frangenheim (328.322 ha). Estanislao Severo Zeballos, finalmente, poseyó 351.562 ha: se vería beneficiado por este modelo de ocupación del Gran Chaco propiciado por los Estados Nacionales en construcción (el argentino y el boliviano) al convertirse en propietario de tierras repartidas entre los lotes 156 (164.062 ha) y 164 (187.500 ha), como recompensa a su participación en la cartera de exteriores en el año 1907. Los dueños de más de 400 mil ha poseían en total 5.346.278 ha, entre ellos Bartolomé Devotto que en el texto de Laino aparece como propietario de 78.750 ha y que según nuestros datos era propietario de 483.750 ha; la Sociedad Tierras y Maderas (468.750 ha) y Federico C. Cook y Payton Lumb por un total de 846.278 ha, aunque la contabilización de sus lotes eleva a 668.153 ha sus posesiones; The American Quebracho Company tenía 412.500 ha y transfirió 78.750 ha al Sindicato Puerto Guaraní,98 dedicado a la exportación de rollizos de quebracho y a fabricar tanino, que se constituyó con capitales argentinos en 1910 tras comprar 42 leguas paraguayas de campos y bosques. El sindicato Puerto Guaraní se ubicaba a 8 leguas al sur de Fuerte Olimpo. Ernesto W. 96

Nicolás Mihanovich fundó la Sociedad de Navegación a Vapor Nicolás Mihanovich, convertida posteriormente en la Sociedad Anónima Nicolás Mihanovich. En 1909 fue reconocida la empresa anglo-argentina The Argentine Navigation Company (Nicolás Mihanovich) Limited en Londres. 97 LAINO, 1989, 135, 153-154; MONTE DOMECQ, 1911, 290-291. 98 LAINO, 1989, 159.

324

GABRIELA DALLA CORTE

Andreatta, socio del Sindicato y su administrador en 1911, fue el anterior inspector de la Quebrachales Fusionados S. A. Según Ramón Monte Domecq, «el pueblo Puerto Guarany es uno de los más pintorescos del Alto Paraguay, situado sobre unas altas barrancas, con un puerto natural al que atracan los vapores que hacen allí escala, ó van á cargar rollizos y los productos de la fábrica».99 Como propietaria de más de 400 mil ha, encontramos también a la Pinasco, Brusaferry y Compañía con 468.750 ha. Identificamos tanto en el origen de los capitales como en las designaciones adoptadas a empresas argentinas localizadas en Rosario, ciudad de la que también provenían los Casado-Sastre.

6.4.

Carlos Casado del Alisal, alias «El Argentino», en el Chaco Boreal

Una situación particular es la de los Casado-Sastre, cuya posesión superó en gran medida las superficies territoriales chaqueñas consideradas hasta aquí como pertenecientes a empresarios privados. A finales del siglo XIX Carlos Casado del Alisal adquirió, según nuestros datos, un total de 5.625.000 ha. Algunos intelectuales contemporáneos a Casado —tales como Estanislao Severo Zeballos100 o Benigno Martínez— acompañaron la ampliación de la mirada del español hacia la región chaqueña cuyas maderas fueron utilizadas como postes y varillas para los alambrados de la Colonia Candelaria, e hicieron público el interés de Casado por la región chaqueña. Estanislao Zeballos —responsable en tres oportunidades de la cartera de exteriores argentina y visitante del Paraguay en dos oportunidades entre 1887 y 1888— consideró que Casado representaba las ideas liberales que garantizarían la conversión del Paraguay en un país civilizado. En La Región del Trigo, Zeballos opuso el litoral pampeano —el más atractivo para el «elemento extranjero que se internaba desde las orillas del Plata»— a la marginalidad del Chaco. Señaló que si Asunción era «el asiento de la civilización», la selva virgen del Gran Chaco —una extensa región que no identificó como formando parte de ningún Estado nacional en concreto sino como una superficie aún «conquistable»— contenía «la raza belicosa y aventurera de los guaranís, cuyas tribus les hacían la cruda guerra».101 Benigno Martínez, por su parte, reflexionó en torno al papel que debía jugar Paraguay en el espacio rioplatense, perdida para la Argentina la posi99 100 101

MONTE DOMECQ, 1911, 287-289. ZEBALLOS, 1883; BREZZO, 2006. ZEBALLOS, 1883, 19, 48-49; BREZZO, 2006.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

325

bilidad de extender sus dominios al norte del río Pilcomayo. En 1882 presentó en la exposición continental de Buenos Aires su Memoria bajo el punto de vista industrial y comercial en relación con los países del Plata en la que afirmó que el territorio paraguayo estaba compuesto por dos regiones, la oriental, que era «el Paraguay propiamente dicho», y la occidental, conformada por «la vastísima región del Chaco» que debía ser delimitada en el futuro mediante una línea divisoria con Bolivia,102 pero que por ello mismo no quedaba cerrada a las ambiciones económicas y a los intereses territoriales argentinos. Un reconocimiento de este tipo, manifestado en 1882, presentaba el Chaco calificado de «paraguayo» como un espacio abierto, prácticamente «desértico» y esencialmente agrícola, con una población marginal de 350.000 personas cuyas dos terceras partes eran mujeres. En el Chaco era imprescindible fomentar la entrega de tierras a quienes quisieran colonizarlo: «es hasta anómalo que en un país casi desierto», acabó afirmando Martínez, «se concedan en propiedad tan sólo á los que deseen dedicarse á la agricultura dos cuadras cuadradas (de 100 varas)». Advirtió así que la ley de tierras públicas debía ir unida a la colonización para asegurar que las tierras quedasen en manos de quienes tuviesen la verdadera intención de trabajarlas. Paraguay, que carecía de artesanos, mecánicos, agricultores, ingenieros, jurisconsultos, estadistas y naturalistas, estaba obligado a favorecer la incorporación de inmigrantes ya que «el aumento de sus riquezas públicas depende especialmente del incremento de su población».103 Soslayando las pérdidas económicas y humanas propiciadas por la guerra de la Triple Alianza, Martínez concluyó que la Argentina y Uruguay debían ser los verdaderos mercados para los productos paraguayos: el tabaco y la yerba mate. La explotación del quebracho provocó una transformación estructural de la región chaqueña: la madera del quebracho fue utilizada para 102 MARTÍNEZ, 1882, 3-11; según el autor, el país medía aproximadamente 10.000 leguas cuadradas comprendido entre los 27° y 22° de latitud sud, y los 61° y 57° de longitud oeste de Greenwich. Se basó en las obras de AZARA (1990, 1992); DA GRATY; REAGGER; LONGCHAMPS; MANFIELD; PARISH; T.J. PAGE (La Plata, the Argentine Confederation and Paraguay, Londres, 1859); L. A. DEMERSAY (Histoire phisique, économique et politique du Paraguay et des établissements des jesuites, París, 1864); y MARTÍN DE MOUSSY (Mémoire historique sur la décadence et la ruine des missions des jésuites dans le bassin du Rio de la Plata, París, 1864). La labor de los jesuitas en la conquista del Chaco fue reconsiderada en 1938 por Guillermo Furlong quien dio a conocer la obra de los misioneros Martín Dobrizhoffer, Domingo Muriel, José Brigniel, Joaquín Camaño, José Solís, Pedro Juan Andreu, José Cardiel y Vicente Olcina; incluyendo dos importantes mapas elaborados por José Cardiel, originariamente editados en De Cartografia Jesuítica, con la ubicación de las poblaciones indígenas en la zona chaqueña y a orillas del río Paraguay; véase FURLONG CARDIFF, 1938. 103 MARTÍNEZ, 1882, 23-27.

326

GABRIELA DALLA CORTE

confeccionar durmientes de los ferrocarriles y el tanino transformó la comercialización del cuero que hasta entonces se salaba en Argentina y luego era enviado a Europa para proceder a su curtido. Casado importó maquinaria europea, decidió darle a los rollizos una forma plana y creó una fábrica que se convirtió en la primera del mundo y aumentó su producción de 120 toneladas anuales a 4.200.104 Casado tomó contacto con el Chaco paraguayo gracias a la actividad desarrollada por su abogado en Buenos Aires, Rafael Calzada. Originario del Principado de Asturias, Calzada estudió en Madrid y Barcelona y se graduó de abogado en Oviedo a los 21 años. Afiliado al partido republicano liderado por Francisco Pí y Margall, se desempeñó en el estudio de este último y fue delegado por Asturias al Congreso del partido realizado en Madrid en 1872. Era redactor del diario La Discusión en un contexto político complejo; muchos como él (entre ellos Joan Bialet i Massé y Serafín Álvarez) buscaron refugio en Buenos Aires tras la restauración borbónica que condujo nuevamente al poder monárquico español a la reina Isabel II. Calzada llegó a la capital argentina en 1875, mucho después de que Casado, su representado, se instalase en Rosario. Ejerciendo de abogado, Calzada revalidó su título en 1876. Abrió luego su propio estudio y se convirtió en uno de los letrados preferidos de la colonia española. En Argentina dirigió la Revista de Legislación y Jurisprudencia, la única que existía en todo el país, y se encargó de reseñar las actividades del Instituto Geográfico Argentino a pedido de su director, Estanislao S. Zeballos, el mismo que se convertiría en uno de los máximos latifundistas del Chaco Boreal. Calzada relató posteriormente que formó parte de la comisión directiva de este organismo que había contribuido a dar a conocer la Argentina. Calzada se relacionó estrechamente con Manuel Castilla y Portugal —que se desempeñó como administrador de la Colonia Candelaria y era hermano de Antonio Castilla y Portugal, el esposo de Genara Sastre Aramburu—, ya que ambos eran vicepresidentes del Club Español.105 También trabó amistad con el ingeniero español Juan de Cominges y Prat,106 quien tendría un papel crucial en las actividades empresariales emprendidas por Casado en las tierras chaqueñas, tal como es posible comprobar a través de la lectura de sus Obras escogidas aparecidas en 1892.107 En este libro, la biografía que Matías S. Alonso Criado hiciera 104

TOSTICARELLI, 1969, 15. CALZADA, 1926, t. IV, vol. 1; CUTOLO, 1969, 59. Durante un viaje al Paraguay en 1891, Calzada contrajo matrimonio con Celina González, la hija del presidente paraguayo Juan Gualberto González (1890-1894), a la que ya hemos hecho alusión. 106 LOIS, 1999; LOIS, 2002, 29-39. 107 COMINGES, 1892. 105

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

327

de Cominges nos permite conocer que se trataba de un declarado republicano que había participado de la revolución del 22 de junio de 1866 que derrocó a Isabel II y a la dinastía de los Borbones, «revolución que fue enérgicamente reprimida, y por cuyas consecuencias fue condenado a la pena de muerte, que en seguida se la conmutó Isabel II por la de destierro á la ciudad de León».108 La historia de Cominges es similar a la de Calzada. Cominges fundó en León un diario, el primero en llamarse La República; en 1869 redactó en Madrid un texto, titulado Evangelio de los pobres, improvisación pronunciada en una manifestación republicana, en el que se manifestó contra la tiranía monárquica. Perseguido por sus ideas republicanas, Cominges migró a Uruguay donde dirigió la Escuela Central de Agricultura de Nueva Palmira en 1871 y efectuó un estudio del río Cebollati y de la laguna de Merín. Estas últimas tareas las hizo por orden del Barón de Mauá, quien con seguridad lo contactó con Carlos Casado. Poco después Cominges viajó a la zona de fortines de Guardia de la Esquina, en el sur de la provincia argentina de Santa Fe, con la finalidad de hacer un estudio de la nivelación del terreno así como del lugar donde se levantaba el fortín de Melincué.109 A finales de 1873, el gobierno argentino lo nombró director de la Escuela Agronómica de Tucumán; tres años después publicó en Montevideo su Tratado Teórico-Práctico de Agricultura General. Durante una conferencia ofrecida a pedido de la Sociedad Geográfica Argentina, Cominges argumentó que su interés por el territorio chaqueño se había originado al percatarse de que Bolivia tenía cerradas sus puertas en el Pacífico y debía volver sus ojos a un «desierto» de 120 leguas por el que competía con Paraguay y, por ende, con Argentina. En 1878, Cominges realizó un primer viaje al Paraguay y se asoció a la empresa del español Francisco Javier Brabo que había sido autorizado por el gobierno boliviano para abrir caminos carreteros desde Santa Cruz de la Sierra hasta la margen derecha del río Paraguay.110 Cominges se propuso establecer comunicaciones ferroviarias entre Bolivia y Paraguay en el territorio llamado Chaco del norte, y para ello remontó el río Paraguay hasta el Fuerte Olimpo y la Barranca de los chamacocos, recorriendo las tierras ubicadas entre los 20° y los 22° 10¢ de latitud sur poniéndose en relación «no sólo con sus pobladores sino también con los jefes de las tribus que habitan desde el Bermejo al Otuquis, y desde el Peripetí al Paraguay». Dado que Brasil había conseguido internarse hasta los 20° de 108 109 110

COMINGES, 1892, 395-397. ALONSO CRIADO, 1982, XVII-XXVII. BRABO, 1879.

328

GABRIELA DALLA CORTE

latitud, en Bahía Negra,111 Cominges indicó que las tierras hacia el sur eran paraguayas,112 y que las costas en el río Paraguay eran «lugares malditos, donde sus extensos lagos, sus enmarañados pajonales, sus corrompidas emanaciones, sus ponzoñosos reptiles y sus feroces indios, no podían proporcionar otra gloria á los valientes aventureros, que la gloria del martirio». Casado se apoyó en Calzada y Cominges y desembarcó en el Chaco Boreal.113 En 1886 Casado vendió parte de las tierras de la Colonia San Genaro que había adquirido irregularmente a Charles Blyth por escritura del 20 de agosto de 1881 ante el escribano Lisandro Paganini,114 así como tierras de la Colonia Candelaria,115 lo cual le permitió adquirir tierras en el Chaco paraguayo. Calculamos que Casado invirtió unos $ 218 por cada legua cuadrada chaqueña.116 Por entonces, los precios por legua cuadrada en el Chaco oscilaban entre $ 300 los de tercera clase, $ 200 los de cuarta y $ 100 los de quinta clase. El español figura en los legajos de la Escribanía del Gobierno paraguayo como comprador de 100 leguas (por 187.500 ha) en la segunda zona sobre la costa del río Paraguay, entre los lotes 92 al 101 inclusive, por valor de $ 21.800.117 Sorprende este hecho si pensamos que las leyes de venta de tierra pública sancionadas por el gobierno paraguayo habían establecido, con la finalidad de impedir la proliferación de grandes latifundistas, la prohibición expresa de que actuaran «interpósitas personas» en las adquisiciones pero también la venta de lotes contiguos. Por ello, debemos explicar cómo, en muy pocos meses del año 1886, Casado adquirió grandes extensiones de tierra que se sumaron a las 100 leguas iniciales, primero 135 leguas cuadradas directamente al gobierno paraguayo, y después las 2.744 leguas cuadradas restantes a diversos personajes que aparecen como intermediarios ante el gobierno paraguayo. 111

COMINGES, 1892, 291-299. Referencias sobre Cominges y los angaité, en VILLAGRA, 2008. 113 COMINGES, 1892, 290-291. 114 Escritura de venta de Carlos Casado a Bautista Fenolio (firma Alberto Arrué) y Sebastián Sciolla 26 de marzo de 1886, cuatro concesiones 80 cuadras cuadradas de terreno en la Colonia San Genaro, departamento Iriondo y San Gerónimo, provincia de Santa Fe, testigos Arsenio Maseras y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 115 Escritura de venta por valor de $ 100 mn de Carlos Casado a Ricardo Verdaguer, 27 de marzo de 1886, terreno en Villa Casilda, Colonia Candelaria, departamento San Lorenzo, provincia de Santa Fe, testigos Arsenio Maseras y Carlos Castilla, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 116 LAINO, 1989, 67, 180. 117 BORRINI, 1997, 49-50; LAINO, 1989, 93. 112

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

6.5.

329

Los testaferros de Casado

Casado empezó por los lotes 70 a 79 que tenían Puerto Palacios al sur y Puerto Monte al norte. Mediante posteriores compras incorporó los lotes 80 a 108 hasta llegar a componer una propiedad de 39 lotes sobre el río Paraguay. En la compra de 2.879 leguas cuadradas actuaron diversos intermediarios que constan en las transacciones conservadas por el Archivo de Protocolos de Rosario, entre ellos Ladislao Monte, José Monte, Carlos María Palacios, Fernando Larrucea y Gaztañazatorre,118 Eloy Palacios, Juan María Bigorday,119 Juan Dam, Gabriel Castet (o Castell, también accionista del FCOS), Emilio Aceval (ministro de guerra120 y presidente del Paraguay entre 1898 y 1902), Cecilio Rodríguez, Higinio M. Alegre, Desiderio Marquardt, Federico Henrich, Daniel de Larrucea,121 así como el propio gobierno paraguayo con el que Casado negoció de manera directa. El análisis de estas adquisiciones permitirá observar cómo Casado utilizó a estos diversos testaferros, así como al escribano Javier Munuce y a los testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, con la finalidad de eludir la legislación paraguaya. Entre los testaferros contratados por 118 En las fuentes documentales, Fernando Larrucea y Gaztañazatorre también aparece citado como Fernando Larrucea y Gaztarrazatorre o Fernando Larrucea y Gastañaza Torres. Hijo de Víctor Larrucea, intuimos que también era hermano o primo de un personaje que aparece con el nombre de Daniel de Larrucea, y que se trataría de Daniel de Larrucea y Gaztañazatorre (como en el caso de Fernando, aparece en los documentos como Daniel Larrucea y Gastañaza Torres o Daniel Larrucea y Gastarrazatorre). 119 Juan María Bigorday se desempeñó como contador de Casado hasta la muerte de este último, y falleció en 1913 dejando a sus tres hijos bajo la protección legal del procurador Diego del Castillo, quien fuera apoderado general de Casado; sobre los Bigorday Arames véase Cartas y documentación referente al caso «Juan María Bigorday y otros, medidas previas», CDICT, Copiador de cartas, mes 8 (1877-1915), f. 192-196, f. 214. Creó, a su vez, la Bigorday y Compañía, dedicada a la compraventa y remate de propiedades, comisiones y consignaciones en general; en 1888 la compañía tenía un capital de $ 50.000 mn; LANCIOTTI, 2002, 7. 120 Expediente del juicio seguido por Genara Casado Sastre de Magrane contra la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques sobre reivindicación de un lote en el Chaco paraguayo, 1916, CDICT, caja 12, leg. 468, que incluye la copia de la sentencia del Juzgado de Asunción del Paraguay del 13 de diciembre de 1913, absolviendo a la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques y no dando lugar a la nulidad de procedimientos, acción reivindicatoria y demanda sobre percepción de frutos entablada por Genara Casado Sastre de Magrane, así como la sentencia del 14 de diciembre de 1916 y copia de la documentación de la Cámara de Apelación en lo Civil presidida por Luis C. Ortellano y formada por los conjueces sorteados Esteban Gorostiaga y Enrique L. Pinto, cubriendo la secretaría B. Eliseo Riquelme. 121 Como hemos mencionado anteriormente, podría ser hermano o primo de Fernando de Larrucea y Gaztañazatorre.

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Casado encontramos a Ladislao Monte, quien el 8 de enero de 1886 vendió a Casado 300 leguas cuadradas chaqueñas (lotes 151, 170 y 183) que a su vez había adquirido el 19 de diciembre de 1885 mediante otro apoderado, Braulio Aztecona, a Felipe Casnedi, Juan Lalaune y Juan B. Balibar. Ladislao Monte firmó diversas obligaciones hipotecarias por valor de $ 8.400 fuertes por cada lote, a pagar en tres cuotas en noviembre de 1886, 1887 y 1888. Entregó un pagaré al gobierno paraguayo y después de traspasar las tierras a Casado recibió $ 15.700 fuertes equivalentes a $ 16.222,80 mn.122 En ésta como en todas las transacciones restantes, Ladislao Monte declaró «tener recibido de manos del comprador antes de este acto» el dinero correspondiente a los lotes, lo que indica que, en realidad, era un simple comisionista enviado por Casado al Paraguay. Fernando Larrucea y Gaztañazatorre, José Monte y Gabriel Castet formaron a inicios de 1886 una sociedad con el objeto de «explotar legalmente el ramo de comisiones y consignaciones en general con domicilio en esta ciudad».123 El 8 de enero de 1886, el mismo día en que Ladislao Monte hacía la transferencia señalada más arriba, José Monte, que en la documentación notarial aparece como «casado, de este vecindario», traspasó a Casado 200 leguas cuadradas correspondientes a los lotes 150 y 160. De acuerdo a Javier Munuce, los lotes habían sido adquiridos al Estado paraguayo amparándose en la ley del 16 de julio de 1885, según constaba en la escritura otorgada por el Ministro del Interior paraguayo el 4 de noviembre de 1885 ante el escribano Mayor de Gobierno de Asunción José Goyburu. Los lotes estaban hipotecados con el Estado paraguayo mediante dos obligaciones, una por $ 5.300 fuertes a pagar en noviembre de 1887, y otra por valor de $ 5.900 fuertes a pagar en noviembre del año siguiente. Ya en Rosario, José Monte vendió estas tierras a Casado por valor de $ 8.400 fuertes equivalentes a $ 8.679,72 mn argentina, dinero que declaró «tener recibido antes de este acto».124 Al mismo tiempo compró a otro testaferro de Casado, Higinio M. Alegre, una propiedad en la provincia de Corrientes.125 122 Escritura de venta de Ladislao Monte a Carlos Casado, 8 de enero de 1886, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, de 300 leguas cuadradas o suertes de tierras en el Chaco de la República del Paraguay, cuarta zona, quinta clase, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 123 Escritura de contrato de la sociedad bajo la razón de Larrucea, Monte y Compañía, 2 de enero de 1886, formada por Fernando Larrucea, José Monte y Gabriel Castet, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 124 Escritura de venta de José Monte a Carlos Casado, 8 de enero de 1886, de 200 leguas cuadradas de lotes 150 y 160 ubicados en el territorio del Chaco de la República del Paraguay, cuarta zona, quinta clase, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 125 Escritura de venta por valor de $ 2.000 mn de Higinio M. Alegre a José Monte,

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En abril de 1886 José Monte vendió a Casado 1.000 leguas cuadradas en las que pesaron tres obligaciones hipotecarias de $ 5.300 fuertes a pagar al Estado paraguayo en 1887, 1888 y 1889. Casado entregó a José Monte $ 15.000 fuertes, equivalentes a $ 15.499,05 mn argentina, que Monte declaró «tener recibidos antes de este acto», por los lotes 70, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78 y 79 de 100 leguas cuadradas cada uno.126 Pero aquí no acabó el trabajo emprendido por este personero: Carlos María Palacios, que aparece citado como «soltero, de este vecindario» —era, en realidad, el sobrino de Carlos Casado, hijo mayor de María Ignacia Sastre Aramburu y de Carlos María Palacios y Portales, este último cónsul de Chile en Rosario— vendió a su tío otra «suerte de tierra» de quinta clase ubicada en el Chaco paraguayo, en la cuarta zona, que había adquirido por medio de José Monte, que se había desempeñado como su apoderado, y éste a su vez había conseguido quedarse con esas tierras por medio del intermediario Braulio Aztecona. Se trató de cuatro lotes de 100 leguas cuadradas en cuya venta intervino el escribano paraguayo Gerónimo Pereira Cazal: del lote 191, adquirido a Francisco Morra según una escritura del 25 de diciembre de 1885; del lote 178, comprado a Francisco Tirlizzi según la escritura del 23 de diciembre de 1885; y de los lotes 168 y 161, comprados al Estado paraguayo. Las obligaciones hipotecarias fueron por valor de $ 8.400 fuertes por cada lote, que debían ser pagados en noviembre de 1886, 1887 y 1888, y que Casado asumió tras abonar a Carlos María Palacios $ 16.800 fuertes, equivalentes a $ 17.363,33 mn, dinero que declaró Palacios «tener recibidos antes de este acto».127 Posteriormente, Casado compró los lotes 103, 104, 105, 106, 107, 108, de 70 leguas cuadradas a Carlos María Palacios en abril de 1886, y se hizo cargo del importe de tres pagarés de $ 3.180 fuertes cada uno que vencerían en 1887, 1888 y 1889, además de pagar a Carlos María Pala23 de enero de 1886, terreno en Posadas, provincia de Corrientes, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 126 Escritura de venta de José Monte a Carlos Casado, 29 de abril de 1886, en territorio del Chaco, segunda zona, cuarta clase, lotes 70, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, de 100 leguas cuadradas, según la clasificación hecha por el agrimensor público Antonio Codas, adquiridas al Estado del Paraguay según la ley del 16 de julio de 1885, escritura del Ministro del Interior Juan A. Mesa del 6 de abril de 1886, ante escribano del gobierno paraguayo Pedro A. González, testigos Antonio Ferrer y Pedro Mancera, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 127 Escritura de venta de Carlos María Palacios a Carlos Casado, 8 de enero de 1886, de 200 leguas cuadradas de lotes 150 y 160 ubicados en el territorio del Chaco de la República del Paraguay, cuarta zona, quinta clase, testigos Juan Campodónico y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril).

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cios $ 13.000 fuertes, equivalentes a $ 13.432,90 mn, que este último declaró, como en todos los otros casos, «tener recibidos antes de este acto».128 En marzo de 1886, Eloy Palacios vendió a Casado dos lotes de 100 leguas cuadradas (números 166 y 169) comprados a Nicolás Angulo y a Sebastián Brun, ambos por intermedio de José Monte, según la escritura del 22 de diciembre de 1885 ante los escribanos Ricardo Torres y José Goyburu. Los dos lotes tenían una obligación hipotecaria por $ 8.400 fuertes cada uno a pagar en tres anualidades, deuda que Casado asumió.129 A su vez, Juan María Bigorday vendió a Casado el 19 de marzo de 1886 los lotes 177 y 188 del Chaco con la participación del intermediario José Monte, y de los escribanos José Goyburu y Gerónimo Pereira Cazal. Las obligaciones fueron las mismas, y Casado las asumió al tiempo pagando a Bigorday $ 8.400 fuertes quien declaró haberlos recibido previamente.130 En abril de 1886 Juan Dam vendió a Casado los lotes 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89 y 90, de 100 leguas cuadradas cada uno, en los que pesaban tres obligaciones hipotecarias con el Estado paraguayo: una de $ 5.300 fuertes a pagar en 1887, otra de $ 5.600 del año 1888, y otra de $ 5.800 fuertes del año 1889. Casado entregó a Juan Dam $ 15.000 fuertes, equivalentes a $ 15.499,05 mn, que el vendedor declaró 128 Escritura de venta de Carlos María Palacios a Carlos Casado, 29 de abril de 1886, en territorio del Chaco, segunda zona, cuarta clase, lotes 103, 104, 105, 106, 107, 108, de 70 leguas cuadradas, según la clasificación hecha por el agrimensor público Antonio Codas, adquiridas al Estado del Paraguay según la ley del 16 de julio de 1885 por intermedio del apoderado José Monte, escritura del Ministro del Interior Juan A. Mesa, ante escribano del gobierno paraguayo Pedro A. González, testigos Arsenio Maseras y Juan Jackson, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 129 Escritura de venta de Eloy Palacios a Carlos Casado, 19 de marzo de 1886, de los lotes 166 y 169 en el Chaco paraguayo, cuarta zona, quinta clase, testigos José N. Puccio, Antonio Ferrer y Juan Dam, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Como en todos los casos, las compras se hicieron con arreglo a la ley del 16 de julio de 1885. 130 Escritura de venta de Juan María Bigorday a Carlos Casado, el 19 de marzo de 1886, de los lotes 177 y 188, de 100 leguas cuadradas cada uno, adquiridos al Estado paraguayo por intermedio de Sebastián Brun y Nicolás Angulo, testigos José N. Puccio, Antonio Ferrer y Juan Dam, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Poco después Bigorday, que todavía era soltero, fue beneficiado con tierras en el camino del FCOS y adquirió otras tierras en Rosario, Escritura de venta de Carlos Casado a Juan María Bigorday, 8 de junio de 1886, propiedad en Villa Zavalla, departamento San Lorenzo, provincia de Santa Fe, testigos Alberto Arrué y José N. Puccio, y Escritura de venta de José Mazza a Juan María Bigorday, 15 de junio de 1886, propiedad en Rosario, testigos Manuel López Zamora y Juan Campodónico, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

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«tener recibidos antes de este acto».131 Todo ello refrendado por el omnipresente notario Javier Munuce. Fernando Larrucea y Gaztañazatorre, que aparece citado como «soltero, de este vecindario», pero que era natural de Bilbao, de la provincia de Vizcaya y estaba inscrito como «comerciante»,132 vendió a Casado dos lotes, los números 171 y 179, el 8 de enero y el 28 de abril de 1886. Los lotes tenían una obligación hipotecaria a favor del Estado paraguayo de $ 8.400 fuertes cada uno a pagar en tres anualidades entre 1886 y 1888. El bilbaíno recibió un total de $ 8.400 fuertes que declaró «haber recibido antes de este acto», y Casado se comprometió a continuar pagando las anualidades al gobierno paraguayo.133 En abril de 1886, Gabriel Castet vendió a Casado el lote 189 de 70 leguas cuadradas, sobre el que pesaban tres obligaciones hipotecarias de $ 1.855 fuertes en 1886, $ 1.960 fuertes en 1887, y otra de $ 2.065 fuertes en 1888. Casado pagó a Castet $ 4.200 fuertes, equivalentes a $ 4.343,33 mn, «que declaró tener recibidos antes de este acto de manos del comprador».134 131

Escritura de venta de Juan Dam a Carlos Casado, 29 de abril de 1886, en territorio del Chaco, segunda zona, cuarta clase, lotes 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89 y 90 de 100 leguas cuadradas, según la clasificación hecha por el agrimensor público Antonio Codas, adquiridas al Estado del Paraguay según la ley del 16 de julio de 1885, por intermedio del apoderado José Monte, escritura del Ministro del Interior Juan A. Mesa del 6 de abril de 1886, ante escribano del gobierno paraguayo Pedro A. González, testigos Arsenio Maseras y Juan Campodónico, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 132 Poder especial de Fernando Larrucea y Gaztañazatorre a su padre Víctor Larrucea, 31 de julio de 1886, para que contraiga matrimonio con Benita Albisina, testigos Juan Campodónico y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 133 Escritura de venta de Fernando Larrucea a Carlos Casado, 8 de enero de 1886, el lote 171 de 100 leguas cuadradas en el Chaco, cuarta zona, quinta clase, por intermedio de su apoderado Braulio Aztecona que adquirió al Estado de Paraguay, escritura del escribano Mayor de Gobierno de Asunción, José Goyburu, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril); Escritura de venta de Fernando Larrucea a Carlos Casado, 28 de abril de 1886, del lote 179 de 100 leguas cuadradas en el territorio del Chaco de la República del Paraguay, según escritura del 12 de febrero de 1886 del Ministro del Interior Juan A. Mesa y escribano José Goyburu, testigos Pedro Mancera y Arsenio Maceras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). Poco tiempo después, habiendo constituido formalmente la Fernando Larrucea y Compañía con Gabriel Castet y José Monte, decidió formalizar su matrimonio con la bilbaína Benita Albisina, que entonces tenía 19 años de edad y residía en Portugalete, otorgando poderes a su padre, Víctor Larrucea; Poder especial de Fernando Larrucea y Gaztañazatorre a su padre Víctor Larrucea, 31 de julio de 1886, para que contraiga matrimonio con Benita Albisina, testigos Juan Campodónico y José N. Puccio, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 134 Escritura de venta de Gabriel Castet a Carlos Casado, 29 de abril de 1886, en

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En abril de 1886, José Monte decidió radicarse en Asunción para trabajar directamente bajo las órdenes de Casado.135 Formó entonces con sus socios Larrucea y Castet otra sociedad amparándose en el «buen resultado que le ha dado esa asociación han podido adquirir algún capital los dos primeros comparecientes [Larrucea y Monte], que no lo tenían al tiempo de la formación de la referida sociedad». Fue entonces cuando los tres testaferros, que aparecen citados como «comisionistas», sentaron nuevas bases para su contrato y relación futura desde Rosario: Primero, que desde el día primero del corriente mes [abril] dan por disuelta la referida sociedad Larrucea, Monte y Compañía, cuyo activo y pasivo de ella pasa a la razón que por el presente acto constituyen. Segundo, que también a contar desde el indicado día establecen nueva sociedad entre los tres comparecientes, concurriendo a ella el señor Monte en calidad de socio comanditario y los señores Larrucea y Castet como activos y solidarios. Tercero, que tal sociedad durará el periodo de dos años, girará bajo el nombre de F. Larrucea y Compañía y es dedicada á la explotación legal del ramo de Comisiones y Consignaciones en general. Cuarto, que la firma de la sociedad cuyo domicilio lo tiene en esta ciudad la usarán indistintamente uno y otro de los socios activos, en todos los negocios que con ella se relacionen, quedándoles prohibido a ambos emplearla en operaciones extrañas á la misma. Quinto, que el capital de la sociedad que declaran haber ingresado en la caja social, consiste en la suma de $ 15.000 mn, los cuales han sido aportados, $ 9.000 mn por Monte y los $ 6.000 mn restantes por Larrucea. Sexto, que la administración y dirección de los negocios sociales será ejercida por Larrucea sin perjuicio del concurso y ayuda que en todo lo relativo a ella deberá prestar Castet... Octavo, que las utilidades de la sociedad serán divididas en esta forma: 50% a Larrucea, 30% Castet y el 20% restante al socio comanditario Monte... Undécimo, que toda diferencia que se suscite entre los socios con motivo de este contrato será sometido y resuelta por árbitros arbitradores, amigables componedores que al efecto nombren en número impar, cuyo fallo será inapelable y obligatorio su cumplimiento para todos.136 territorio del Chaco, cuarta zona, quinta clase, lote 189 de 70 leguas cuadradas, adquiridas por el apoderado Braulio Aztecona a Francisco Angulo y éste al Ministro del Interior Juan A. Mesa el 5 de enero de 1886, ante el escribano José Goyburu y Gerónimo Pereira Cazal, el 20 de febrero de 1886, testigos Arsenio Maseras y Juan Campodónico, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 135 Poder especial de Carlos Casado a José Monte, 9 de enero de 1886, testigos Juan Campodónimo y Arsenio Maseras, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 136 Escritura de contrato de la sociedad bajo la razón de Larrucea, Monte y Compañía, 30 de abril de 1886, formada por Fernando Larrucea, José Monte y Gabriel Castet, testigos Juan Campodónico y Pedro Mancera, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto).

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Poco después, Larrucea, Monte y Castet otorgaron un poder a Higinio M. Alegre para que los representara en Asunción.137 En ese momento Gabriel Carrasco recorrió el Chaco y Asunción y publicó un libro en el que escribió que el comerciante José Monte, que se había dedicado al comercio y las finanzas en Rosario, se encontraba en 1888 en Asunción. Además de entrevistarse con el presidente y el ministro de hacienda paraguayos, Patricio Escobar y José Segundo Decoud respectivamente, Carrasco contactó con Monte para comprobar, según sus propias palabras, el «estado del comercio» del país vecino. Su impresión fue positiva: Monte pensaba establecer un depósito flotante de mercancías en el río Paraguay ya que los que había en la aduana no satisfacían las crecientes necesidades mercantiles paraguayas. Según Carrasco, las casas de comercio estaban bien surtidas; «he visto joyerías, bazares, almacenes, ferreterías, que podrían sostener la comparación con las buenas de su clase de nuestras capitales». Existían en la próspera Asunción importantes establecimientos de crédito tales como el Banco del Paraguay y del Comercio, este último fundado precisamente por Monte. Carrasco concluyó que el «joven español José Monte, comerciante muy apreciado en el Rosario», había dado nuevos aires al Paraguay creando «varias empresas de grande utilidad para esta nación».138 Como representante de Casado en Paraguay, el español José Monte solicitó en 1888 la mensura administrativa de sus tierras colocando él mismo el mojón en un esquinero del lote 70 que colindaba con la reserva de tierra fiscal B.139 El 30 de mayo de ese año los agrimensores Carlos Thompson y Ernesto Hang publicaron los edictos de las mensuras expresando los linderos de los Casado-Sastre quienes concentraron en poco tiempo, y mediante estratégicas adquisiciones, una extensión amplísima desde el lote 70 hasta el lote 108 más todo el interior del Chaco Boreal. Concluida la mensura judicial, Monte pidió la aprobación del Juzgado y presentó cinco títulos de dominio sobre los montes próximos al río Paraguay que fueron los más explotados en los primeros años de actividad extractiva de los Casado-Sastre. Entre estos documentos estaban las escrituras de compra de los lotes 70 a 79; en el límite entre el lote 70 y el 69, José Monte ubicó Puerto Palacios, pero pocos años después esta sali137 Poder general otorgado por Fernando Larrucea y Compañía (José Monte y Gabriel Castet) a Higinio M. Alegre, residente en Asunción del Paraguay, 12 de julio de 1886, testigos Carlos Castilla y Pedro Mancera, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto). 138 CARRASCO, 1889, 90-93. 139 Cuestionario presentado por el Dr. José Monte en nombre de la Sociedad La Selvática, Rosario, 1907, CDICT, caja 9, leg. 328.

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da se clausuró y el personal fue trasladado a la administración central del Puerto Casado que se mantuvo abierta hasta principios del siglo XXI. En síntesis, según nuestros datos la superficie adquirida por el grupo familiar representó el 26% de las 13.749.671 ha loteadas.140 En tanto particulares, hacia 1910 poseían en explotación 3.262.500 ha y una parte de su territorio (en concreto 318.750 ha) había sido donada en 1898 a la Asociación Patriótica Española de Buenos Aires para que el dinero de la venta del terreno fuese utilizado para apoyar al gobierno español en el contexto de la Guerra Hispanoamericana que puso fin al orden colonial español en Puerto Rico, Cuba y Filipinas.141 Las compras habían sido hechas por Casado en diversos momentos del año 1886: el 8 de enero, 1.000 leguas cuadradas; 100 leguas cuadradas el 20 de febrero; 600 leguas cuadradas el 19 de febrero; 100 leguas cuadradas el 24 de marzo; 100 leguas cuadradas el 6 de abril; 70 leguas cuadradas el 25 de abril; 100 leguas cuadradas el 28 de abril; 260 leguas cuadradas el 29 de abril; 389 leguas cuadradas el 22 de octubre; 125 leguas cuadradas el 23 de octubre de 1886. Estos datos nos permiten afirmar que el 98,8% de la propiedad de los Casado-Sastre fue escriturada parcialmente por Munuce entre el 8 de enero y el 23 de octubre de 1886, contando con la imprescindible participación de intermediarios,142 y que la última adquisición fue realizada el 21 de febrero de 1893 cuando el español compró al gobierno paraguayo un lote de 35 leguas cuadradas, que ocupaba 1 legua de extensión sobre el río Paraguay, tocando el monte del Fuerte Olimpo, hacia el sur con las otras propiedades de los Casado-Sastre y al oeste con un «propietario desconocido» según el inventario que posteriormente levantara J. Daniel Infante en Rosario y sobre el que hemos hecho referencia anteriormente. Finalmente, el papel de los escribanos que garantizaron las adquisiciones efectuadas por Casado merece una atención especial: los notarios que certificaron las compras efectuadas en la zona chaqueña fueron Javier Munuce y Lisandro Paganini en Rosario, y Gerónimo Pereira Cazal y el escribano del gobierno paraguayo Pedro A. González, estos dos últimos en Asunción. 140 La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. KRAUS, 1910; LAGOS, 1949, 150-152. Cabe señalar que en Argentina hacia esas mismas fechas los Territorios del Chaco, Chubut, Formosa, Los Andes, Misiones, Neuquén, La Pampa, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego habían sufrido un importante avance por parte del Estado nacional argentino; véase MARTÍNEZ, 1910. 141 «El porvenir de la América Latina» de Federico RAHOLA, RM, IX, 96, noviembre 1909, pp. 2100-2101; RM, VIII, 76, 1 de marzo de 1908, p. 1470; RM, IX, 95, octubre de 1909, p. 2097; RM, VIII, 78, 1 de mayo de 1908, p. 1510; RM, IX, 89, 1 de abril de 1909, p. 1889; «La emigración moderna» de Carlos MALAGARRIGA, RM, IX, 88, 1 de marzo de 1909; RM, IX, 87, 1 de febrero de 1909; RM, IX, 90, 1 de mayo de 1909, p. 1941. 142 SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 250-251.

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Por intermedio de su representante José Monte, Casado solicitó al Juzgado Civil la mensura, deslinde y amojonamiento de los lotes de tierra chaqueña en su frente sobre el río Paraguay, desde el lote 70 al lote 108. El latifundio de Casado, compuesto, en parte, de 39 lotes de la segunda zona sobre el río Paraguay, tenía dos fronteras de tierras fiscales: lindaba al norte con tierras reservadas E de Fuerte Olimpo y al sur con el lote 69 reservado también por decreto del Ejecutivo como parte de lo que el agrimensor Antonio Codas había lotificado con los números 66, 67, 68 y 69 por una superficie de 40 leguas cuadradas. El acto posesorio de Casado se hizo según el artículo 2.384 del Código Civil desde el lote 70 hasta el límite norte de la propiedad en el punto E ubicado dentro de las murallas del Fuerte Olimpo. Actuaron como «peritos mensores» Carlos Thompson y Ernesto Hang, que empezaron la divisoria desde el lote 70 hasta el lote 108, todos ellos de 1 legua de frente sobre el río por 10 leguas de fondo (10 leguas cuadradas cada uno) al interior del Chaco Boreal. Los lotes más ricos fueron los numerados del 70 al 79: allí instalaría Casado la fábrica de tanino y tinturas llamada Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada.

6.6.

Los Casado-Sastre y las tierras chaqueñas en la larga duración

El gobierno paraguayo autorizó el desembarco de la empresa el 3 de mayo de 1890 y exoneró a Casado del pago de los impuestos fiscales y de exportación por diez años. Una ley del 28 de agosto de 1891 amplió los beneficios de la concesión a la libre introducción de accesorios y útiles para hacer funcionar la fábrica. En realidad, eran aquellas tierras sobre el río Paraguay las que verdaderamente tenían un gran valor porque permitían el control de la extracción del quebracho desde el interior del Chaco. En esta zona interior, el inventario de J. Daniel Infante del año 1899 identificó una serie de lotes de mayor superficie (cuadrados de 10 leguas de frente por 10 leguas de fondo), ubicados estratégicamente en las zonas ricas en quebracho. El patriarca falleció el 29 de junio de 1899 a la edad de 67 años y esas propiedades en el Chaco paraguayo fueron transferidas a Ramona Sastre Aramburu y a sus nueve hijos e hijas, tres de los cuales eran menores de edad en ese entonces.143 (Cuadro 17). 143 Expediente de apertura y protocolización del testamento de Carlos Casado, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Rosario, segunda circunscripción judicial, juez Federico Molina, iniciado el 4 de julio de 1899 y sentenciado el 5 de julio de 1899, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 151, que incluye el Acta del encargado del Registro Civil, Ángel Alfonso.

Palencia (España), 50.200 05.04.1869

Rosario, 21.09.1870

María Genara

Carlos Mateo

158.000 sumados a 40.200

100.000

Rosario, 16.05.1867

María Casilda

524.986

Total de $ mn adjudicados

Argentina

Lugar y fecha nacimiento

$ 49.608,27 mn por 90 leguas cuadradas: lotes 83, 84, 85, 249 y 250; y décimos 9, 10 de lotes 151 y 161, de 10 leguas de frente por 10 leguas de fondo.

$ 49.608,27 mn por 100 leguas cuadradas: lotes 70, 96, 97 y 98, de 1 legua de frente por 10 de fondo; y décimos 7, 8, 9 de 10 leguas de frente por 10 leguas de fondo de lotes 152 y 162.

$ 50.000 mn recibidos por carta dotal de la herencia paterna por el casamiento con Manuel Benigno Goñi Coll.

$ 136.180 mn en lotes: 50, 82, 124, 135, 222, 223, 225, 226, 227, 228, 229, 230, 231, 232, 233, 234, 238, 239, 240, 242, 243, 244, 245, 246, 247, 248, 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 260, 261, 262, 263, 264, 267, 268, de 1 legua de frente por 10 de fondo. Lotes 168, 169, 171, 176, 177, 178, 179, 183, 184, 188, 191 de 10 leguas de frente por 10 leguas de fondo. Lote 189 de 70 leguas cuadradas. Lote 241 de 1 legua de frente por 9 leguas y media de fondo. 35 leguas cuadradas de 1 legua de frente y 35 leguas de fondo linderos con el Fuerte Olimpo y con el río Paraguay. $ 180.000 mn en lotes: 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80 y 81 (100 leguas cuadradas) de los «Negocios del Paraguay» según los libros de la empresa, fábrica a vapor, un edificio de material y zinc con dependencias para producir entre 120 y 170 toneladas mensuales de extracto de quebracho, corte y acarreo de maderas.

Bienes heredados en el Chaco en $ mn y lotes de tierra

Herencia de Carlos Casado en el Chaco paraguayo en 1899 por un total de $ 1.117.986 mn argentina

Ramona Sastre Aramburu

Herederos

CUADRO 17.

338 GABRIELA DALLA CORTE

Rosario, 02.07.1874

Rosario, 12.02.1877

Rosario, 08.11.1880

Rosario, 12.08.1881

Rosario, 21.10.1886

Ramona Isabel

Pedro Rómulo

Alberto Severiano

Clara Margarita

Eduardo

50.200

50.200

50.200

50.200

50.200

43.600

Total de $ mn adjudicados

$ 49.608,27 mn por 65 leguas cuadradas: Lotes 32 (de ½ legua de frente por 10 leguas de fondo), 105, 106, 107, 108, 265, 266.

$ 49.608,27 mn por 100 leguas cuadradas: Lotes 21, 102, 103, 104 de 1 legua por 10 leguas de fondo, y los décimos 1, 2 y 3 de los lotes 152 y 162.

$ 49.608,27 mn por 100 leguas cuadradas: Lotes 71, 93, 94, 95, 258 y 259, de 1 legua por 10 leguas, más los décimos 10 de los lotes n.º 152 y 162, y los décimos 1 de los lotes 151 y 161, estos últimos cuatro lotes de 10 leguas de frente y 10 leguas de fondo.

$ 49.608,27 mn por 110 leguas cuadradas: Lotes 89, 90, 91 y 92, además de los décimos 2, 3, y 4 de los lotes 151 y 161.

$ 49.608,27 mn por 100 leguas cuadradas: Lotes 44, 99, 100, 101, de 1 legua de frente por 10 leguas de fondo, más los décimos 4, 5, y 6 de los lotes 152 y 162, cada lote de 10 leguas por 10 leguas.

$ 49.608,27 mn por 110 leguas cuadradas: lotes 86, 87, 88 de 1 legua de frente por 10 leguas de fondo; décimos 4, 5, 6, 7 de lotes 151 y 161 de 10 leguas de frente por 10 leguas de fondo.

Bienes heredados en el Chaco en $ mn y lotes de tierra

Fuente: elaboración propia según ATPR, Causas Civiles, serie C, tomo 267, sucesión de Carlos Casado, año 1899, J. Daniel Infante inventario, Diego del Castillo apoderado de Carlos Casado; incluye la actuación de Juan Chávarri del Alisal por la sucesión de Braulio Chávarri del Alisal.

Rosario, 27.01.1873

Lugar y fecha nacimiento

Herencia de Carlos Casado en el Chaco paraguayo en 1899 por un total de $ 1.117.986 mn argentina (Cont.)

José Juan

Herederos

CUADRO 17.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

339

340

GABRIELA DALLA CORTE

Gladys Cassacia y Mirna Vázquez han demostrado que la empresa de Carlos Casado no pagó las obligaciones presupuestarias adeudadas al gobierno paraguayo. Las autoras identificaron las 2.879 leguas cuadradas adquiridas por Casado a través de 28 escrituras públicas: 2 de ellas a través de compras directas al Estado Paraguayo, siendo Casado el primer comprador (135 leguas cuadradas, 4,6% del total), 15 escrituras a través de intermediarios directos, siendo Casado segundo comprador (1.644 leguas cuadradas, 57% del total), y 11 escrituras a través de dos intermediaciones, siendo Casado tercer comprador (1.100 leguas cuadradas, 38,2% del total).144 Si seguimos el inventario de bienes, comprobamos parcialmente la información de Casaccia y Vázquez e identificamos a su vez la evolución de los lotes específicos y su entrega a los sucesores (Cuadro 18). Un caso específico de concentración lo encontramos con el lote 184. Mientras Casado adquiría la tierra chaqueña, los primeros compradores del lote fueron Federico Henrich y Desiderio Marquardt, que lo adquirieron a Gabriel Castet según la escritura del Ministro del Interior paraguayo, Juan A. Mesa, del 22 de diciembre de 1885.145 La compra conservó una obligación hipotecaria a favor del gobierno de $ 8.400 fuertes a pagar en tres anualidades, en 1886, 1887 y 1888. Henrich y Marquardt abonaron a Castet $ 4.200 fuertes, equivalentes a $ 4.343,33 mn argentina,146 y al mismo tiempo nombraron a José Monte para que realizara en Asunción todos los trámites necesarios para asegurar el dominio.147 Poco después, en marzo de 1886, Henrich y Marquardt transfirieron el lote 184 a Casado quien asumió los tres pagarés además de abonar $ 4.200 fuertes.148 En esos años gran parte de las propiedades compradas y vendidas por Marquardt y Henrich pertenecían, en reali144

CASACCIA y VÁZQUEZ, 1986, 19. Actuaron el escribano mayor del gobierno José Goyburu y el escribano Gerónimo Pereira Cazal. 146 Escritura de venta de Gabriel Castet (o Castell) a Federico Henrich y Desiderio Marquardt, 15 de febrero de 1886, del lote 184 de 100 leguas cuadradas en el territorio del Chaco en la República del Paraguay, testigos Alberto Arrué y Juan Arrosagaray, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 147 Poder especial de Federico Henrich y Desiderio Marquardt a José Monte (vecino de Rosario y residente en Asunción del Paraguay), 16 de febrero de 1886, testigos Manuel Cilvetti y Alberto Arrué, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 148 Escritura de venta de Federico Henrich y Desiderio Marquardt a Carlos Casado, 19 de marzo de 1886, lote 184 de 100 leguas cuadradas en el territorio del Chaco en la República del Paraguay, testigos José N. Puccio y Antonio Ferrer, APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril). 145

10 leguas por costado

10 leguas por costado

10 leguas por costado

10 leguas por costado

10 leguas por costado

10 leguas por costado

161

151

170, 183

169

176

Medidas

100

100

200

100

100

300

Superficie leguas cuadradas

Juan Dam

Eloy Palacios

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Carlos María Palacios

Carlos María Palacios

Propietario anterior a Casado-Sastre

Javier Munuce

Escribano

19.03.1886

19.03.1886

08.01.1886

08.01.1886

Javier Munuce

Lisandro Paganini

Javier Munuce

Javier Munuce

08.01.1886 Javier Munuce (también 08.10.1886)

08.01.1886

Fecha adquisición

Ramona Sastre Aramburu

Ramona Sastre Aramburu

Ramona Sastre Aramburu

Carlos M. Casado Sastre: décimos 9, 10. José Casado Sastre: décimos 4, 5, 6, 7. Pedro Casado Sastre: décimos 2, 3, 4. Alberto Casado Sastre: décimo 1.

Carlos Mateo Casado Sastre: décimos 9, 10. José Casado Sastre: décimos 4, 5, 6, y 7. Pedro Casado: décimos 2, 3, 4. Alberto Casado: décimo 1.

Ramona Sastre Aramburu

Herederos y herederas

Propiedades de la familia Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, según el inventario de 1899

168, 178, 191

N.º lote

CUADRO 18.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

341

Emilio Aceval (ministro de hacienda; presidente de paraguay, 1898-1902)

Gabriel Castet (o Castell)

Cecilio Rodríguez

100

100

10 leguas por costado

10 leguas por costado

152

Juan María Bigorday

Desiderio Marquardt y Federico Henrich

Fernando Larrucea

Propietario anterior a Casado-Sastre

200

162

10 leguas por costado

177, 178

100

70

10 leguas por costado

184

100

Superficie leguas cuadradas

189

10 leguas por costado

Medidas

Javier Munuce Gerónimo Pereira Cazal

20.02.1886

Gerónimo Pereira Cazal

29.04.1886

24.03.1886

Javier Munuce

Javier Munuce

19.03.1886

19.03.1886

Javier Munuce

Escribano

08.01.1886

Fecha adquisición

Genara Casado Sastre: décimos 7, 8, 9. Ramona Casado Sastre: décimos 4, 5, 6. Alberto Casado Sastre: décimo 10. Clara Margarita Casado Sastre: décimos 1, 2, 3.

Ramona Sastre Aramburu

Genara Casado Sastre: décimos 7, 8, 9. Ramona Casado Sastre: décimos 4, 5, 6. Alberto Casado Sastre: décimo 10. Clara Margarita Casado Sastre: décimos 1, 2, 3.

Ramona Sastre Aramburu

Ramona Sastre Aramburu

Ramona Sastre Aramburu

Herederos y herederas

Propiedades de la familia Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, según el inventario de 1899 (Cont.)

11

N.º lote

CUADRO 18.

342 GABRIELA DALLA CORTE

Gobierno del Paraguay

Juan Dam

Carlos María Palacios

José Monte

100

100

60

100

81, 82, 83, 84, 85, 1 legua de frente 86, 87, 88, 89, 90 por 10 leguas de fondo

1 legua de frente por 10 leguas de fondo

103, 104, 105, 106, 107, 108

70, 71, 72, 73, 74, 1 legua de frente 75, 76, 77, 78, 79 por 10 leguas de fondo

Propietario anterior a Casado-Sastre

92, 93, 94, 95, 96, 1 legua de frente por 10 leguas de 97, 98, 99, 100, fondo 101

Superficie leguas cuadradas

Fernando Larrucea

10 leguas por costado

Medidas

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

06.04.1886

22.04.1886

Fecha adquisición

G Pereira Cazal

Javier Munuce

Javier Munuce

Pedro. A. González

Javier Munuce

Escribano

Ramona Sastre Aramburu: lotes 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79. Genara Casado Sastre: lote 70. Alberto Casado Sastre: lote 71.

Clara Margarita Casado Sastre: lotes 103, 104. Eduardo Casado Sastre: lotes 105, 106, 107, 108.

Ramona Sastre Aramburu: lotes 81, 82. Carlos Mateo Casado Sastre: lotes 83, 84, 85. José Casado Sastre: lotes 86, 87, 88. Pedro Casado Sastre: lotes 89, 90.

Genara Casado Sastre: lotes 96, 97, 98. Ramona Casado Sastre: lotes 99, 100, 101. Pedro Casado Sastre: lote 92. Alberto Casado Sastre: lotes 93, 94, 95.

Ramona Sastre Aramburu

Herederos y herederas

Propiedades de la familia Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, según el inventario de 1899 (Cont.)

100

179

N.º lote

CUADRO 18.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

343

Ladislao Monte

180

1 legua de frente por 10 leguas de fondo

251, 254, 257, 260, 263, 266,

253, 256, 259, 262, 265, 268

Higinio M. Alegre

219,5

1 legua de frente por 10 leguas de fondo

50, 80, 91, 102, 231, 232, 233, 234, 237, 238, 239, 240, 241, 242, 243, 244, 245, 246, 247, 248, 249, 250

252, 255, 258, 261, 264, 267,

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

125

5

1 legua de frente por 10 leguas de fondo

Propietario anterior a Casado-Sastre

Superficie leguas cuadradas

1/2 legua de frente por 10 leguas de fondo

135, 222, 225, 226, 228, 229, 21, 44

Medidas

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Ramona Sastre Aramburu: lotes 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 260, 261, 262, 263, 264, 267, 268. Alberto Casado Aramburu: lotes 258, 259. Eduardo Casado Aramburu: lotes 265, 266.

Ramona Sastre Aramburu: lotes 50, 80, 231, 232, 233, 234, 237, 238, 239, 240, 241, 242, 243, 244, 245, 246, 247, 248. Clara Margarita Casado Sastre: lote 102. Carlos Mateo Casado Sastre: lotes 249, 250. Pedro Casado Sastre: lote 91.

Eduardo Casado Sastre

Ramona Sastre Aramburu: lotes 124, 135, 222, 223, 225, 226, 227, 228, 229, 230. Ramona Casado Sastre: lote 44. Clara Margarita Casado Sastre: lote 21.

Herederos y herederas

Propiedades de la familia Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, según el inventario de 1899 (Cont.)

32

124, 223, 227, 230,

N.º lote

CUADRO 18.

344 GABRIELA DALLA CORTE

1 legua de frente por 35 leguas de fondo

Medidas

Propietario anterior a Casado-Sastre

Gobierno del Paraguay

Superficie leguas cuadradas

35

21.02.1893

Fecha adquisición

Pedro. A. González

Escribano

Ramona Sastre Aramburu

Herederos y herederas

Propiedades de la familia Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, según el inventario de 1899 (Cont.)

Fuente: elaboración propia según ATPR, Causas Civiles, serie C, tomo 267, sucesión de Carlos Casado, año 1899, J. Daniel Infante inventario, Diego del Castillo apoderado de Carlos Casado; incluye la actuación de Juan Chávarri del Alisal por la sucesión de Braulio Chávarri del Alisal.

Lote hacia el monte con terrenos del Fuerte Olimpo

N.º lote

CUADRO 18.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

345

346

GABRIELA DALLA CORTE

dad, a Carlos Casado que era su mandatario,149 como denunciaran los Chávarri oportunamente. J. Daniel Infante incluyó en el inventario tres lotes (122, 123 y 125) sobre los que sólo dijo que habían sido adquiridos en Asunción a Daniel de Larrucea el 23 de octubre de 1886, ante el escribano del gobierno paraguayo Gerónimo Pereira Cazal. Sin embargo, estos lotes no aparecen citados en la hijuela de Ramona Sastre Aramburu ni en ninguna otra hijuela del resto de herederos. La situación más irregular, no obstante, aparece en dos lotes 64 y 65, consistentes en una legua frente al río Paraguay. En la división catastral difundida en el folleto titulado La propiedad en el Chaco paraguayo estos lotes fueron registrados como propiedad de J. Ulises Martin. Sin embargo, estos dos lotes figuran en los documentos notariales de la sucesión como parte de una compra hecha por Casado a José Monte. El inventario de bienes señaló que Casado pagó en la ciudad de Asunción $ 1.000 por legua, y que la compra fue registrada por el escribano Gerónimo Pereira Cazal el 24 de septiembre de 1889. Casado realizó sus compras en dos momentos: en 1886 y en 1893, esta última en la zona limítrofe a la reserva E de Fuerte Olimpo. J. Daniel Infante no logró determinar quién debía ser el heredero de los lotes 64 y 65, ubicados geográficamente en una rica área cercana al riacho San Carlos, sencillamente porque carecía de documentación pública que certificase la compra. El hijo mayor, Carlos Mateo, fue designado «albacea» de ambos lotes, pero en realidad Infante reprodujo una práctica habitual: la de declarar la propiedad, garantizar la posesión, y determinar el goce sobre las tierras del Chaco paraguayo sin contar, en los hechos, con documentación probatoria, ni tan siquiera con documentos notariales privados que fueron siempre el instrumento más utilizado por la familia para legitimar su posesión.150 A la muerte de Casado las propiedades en el Chaco paraguayo se distribuyeron de la siguiente manera: Ramona Sastre Aramburu heredó 149 En estas escrituras de venta del APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 1 (2 enero a 28 de abril), Desiderio Marquardt y Federico Henrich vendieron tierras que habían comprado a Samuel B. Hale y Compañía a nombre de Casado: a Juan Hogstedt, 31 de marzo de 1886, testigos Antonio Ferrer y José N. Puccio; a Santiago Oliva y Eugenio Müller, ambos del 31 de marzo de 1886, y a Emilio Riva, 1 de abril de 1886, testigos Pedro Mancera y Alberto Arrué. También escritura de venta de José N. Puccio a Desiderio Marquardt y Federico Henrich, 8 de abril de 1886, testigos Juan Campodónico y Alberto Arrué. Del APN-R, escribano Javier Munuce, año 1886, tomo 2 (28 abril a 11 agosto), escritura a Juan Errauspe 18 de mayo de 1886, testigos Arsenio Maseras y Juan Campodónico; a Luis Freri y Luis Brunello, 31 de mayo de 1886, testigos Pedro Mancera y Juan Arrosagaray. 150 DALLA CORTE, 2007 b.

LA PROYECCIÓN DE UN IDEAL EMPRESARIAL: EL CONTROL DEL GRAN CHACO

347

1.724,5 leguas cuadradas, además de los lotes de la fábrica a vapor de extracto de quebracho de la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada (lotes 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81), con el edificio de material y zinc compuesto por dependencias capaces de producir 120 toneladas mensuales. Le correspondieron también 41 lotes de 10 leguas cuadradas, es decir, de 1 legua sobre el río Paraguay por 10 leguas de fondo al interior del Chaco, por un total de 410 leguas cuadradas; 12 lotes de 100 leguas cuadradas, en este caso de 10 leguas sobre el río Paraguay por 10 leguas de fondo en el Chaco, por un total de 1.200 leguas cuadradas; 70 leguas cuadradas formando una figura trapezodoizal; y 9,5 leguas cuadradas al tener 1 legua de frente sobre el río por 9,5 leguas de fondo. Además, fueron incorporadas 35 leguas cuadradas adquiridas entre el 21 y el 25 de febrero de 1893, que lindaban al norte con Fuerte Olimpo, al este con el río Paraguay, al sur con otras propiedades de los Casado y al oeste con propietarios que no pudieron ser identificados por J. Daniel Infante quien los calificó de «desconocidos» en el inventario.151 El albacea, Carlos Mateo Casado Sastre, por su parte, quedó con el control de las tierras chaqueñas que recibió su madre ya que fue facultado para disponer de ellas con toda libertad, pudiendo enajenarlas, venderlas, permutarlas, darlas en pago, hipotecarlas, desistir de reclamaciones y someterlas incluso a juicio de árbitros, juris o arbitradores.152 Infante estimó las tierras y fábricas de corte de quebracho y acarreo de maderas en $ 180.000 mn, contando aparte la hacienda en los campos del Paraguay de aproximadamente 2.000 cabezas de ganado, por un total de $ 20.000 mn.153 Finalmente, Carlos Mateo Casado Sas151 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267, que incluye la actuación de Juan Chávarri del Alisal por la sucesión de su hermano Braulio Chávarri del Alisal, concretamente Herederos de Braulio Chávarri del Alisal, incidente de separación de patrimonio n.º 937; recusación n.º 936; recurso directo de Juan Chávarri del Alisal n.º 2.450; recurso directo de Juan Chávarri del Alisal n.º 2.451, exp. 942; Juan Chávarri del Alisal oponiéndose a partición de herencia y venia para vender. Véase en la obra de Fabricio Vázquez los diversos Mapas: mapa n.º 2, con la parcelación de tierras públicas en el Chaco y la propiedad de la empresa de Carlos Casado en 1925; mapa n.º 3, con las colonias mennonitas en 1930 (VÁZQUEZ, 2006, 25-27). 152 Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 153 Cabe señalar que los datos de Domingo Laino (1989, 146) son incorrectos ya

348

GABRIELA DALLA CORTE

tre recibió, como el resto de sus hermanos y hermanas, $ 49.608,27 mn; le correspondieron 90 leguas cuadradas de los lotes 83, 84, 85, 249, 250, y los décimos 9 y 10 de los lotes 151 y 161. Su madre tuvo que darle $ 9.408,27 mn porque las tierras que se le adjudicaron fueron valoradas en $ 40.200 mn. José Casado Sastre tendría un rol esencial en la continuidad de la empresa. Recibió 110 leguas cuadradas por los lotes 86, 87, 88, así como los décimos 4, 5, 6 y 7 de los lotes 151 y 161; el total adjudicado en tierras fue valorado en $ 43.600 mn y su madre debió compensarlo con $ 6.800,27 mn. Poco después de la muerte de su padre, José contrajo matrimonio con la hermana de quien luego sería presidente argentino, Agustín P. Justo, con quien tuvo dos hijos —el más conocido fue José Casado Justo—. Finalmente decidió radicarse de manera definitiva en Asunción desde donde llevó adelante el control de la fábrica.154 Así consta, por ejemplo, en diversos escritos de la época, uno de los cuales es fruto de la pluma de Cecilio Báez, el antiguo ministro plenipotenciario paraguayo en Francia y Gran Bretaña. En 1927, cuando se desempeñaba como rector de la Universidad Nacional de Asunción, Báez editó en la capital francesa un libro titulado Le Paraguay, son évolution historique et sa situation actuelle en la que enumeró los logros obtenidos a partir del inicio de «l’ère de la liberté, de la paix et du progrès pour le Paraguay» representada por la guerra de la Triple Alianza. Si bien Báez criticó el hecho de que las fuerzas militares brasilera y argentina ocuparan el país hasta el 22 de junio de 1876, obligando al Paraguay a ceder parte de su territorio como indemnización de guerra,155 no cuestionó la presencia en el Chaco de empresas y empresarios establecidos en la Argentina; de hecho, dedicó el capítulo XXII de su obra a las «grandes industrias» entre las que incluyó a La Industrial Paraguaya, que poseía 868.125 ha que producian anualmente 4.500.000 kg de yerba mate; a los saladeros de Risso, que hacia 1901 poseían 59.633 ha de tierras; a la Société Foncière du Paraguay, con 468.750 ha; a la Paraguay Land and Cattle Company con 1.687.500 ha; a la New York and Paraguay Company que explotaba 375.000 ha a través de Puerto Pinasco; a The Gibson Paraque el autor incluye en las propiedades de Ramona Sastre Aramburu parte de los lotes que en esa época ya estaban en poder de la Asociación Patriótica Española, elevando la posesión de la mujer de Casado a 1.912.500 ha, cuando en realidad en 1910 las propiedades a su cargo llegaban a 1.837.500 ha. 154 La empresa, cuyas oficinas en Buenos Aires se encontraban en parte en la Avenida Leandro Alem, entre las calles Corrientes y Lavalle, fue continuada por los primos hermanos de José Casado Justo. Agradezco esta información al historiador Eduardo Saguier. 155 Brasil se quedó con 62.235 km2 al norte del río Apa; Argentina ocupó 75.110 km2 al sur del río Pilcomayo, y 18.980 km2 en Misiones, BÁEZ, 1927, 71, 84, 97.

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guayan Estates Company, con 150.000 ha; a Quebrachales Fusionados, que producían anualmente unas 10.000 toneladas de tanino a través de Puerto María y Puerto Max; a Puerto Galileo, que permitía controlar 187.500 ha; a la José Fassardi y Compañía; a la Sociedad Forestal de Puerto Guaraní (que comprendía las compañías The American Quebracho Company y la Sociedad Anónima de Tierras y Maderas); y, más que ninguna otra, a la fábrica taninera de Puerto Casado que Báez consideró que estaba bajo control de José Casado Sastre: Mentionnons ensuite une grande fabrique de tanin, dans le Chaco, qui apartient à Don José Casado. Il possédait au début plus de 5.000.000 d’hectares de bois de fer et de palmeraies; il a dû en vendre quelques lots pour augmenter son capital argent. L’installation de la fabrique couta 625.000 francs. Il y a là un chemin de fer intérieur de 50 kilomètres, des scieries, des machines perfectionnées pour extraire le tanin, des ateliers de fonderie et de meubles de luxe, et un poste d’électricité ou laboratoire. On y cultive le tabac, le coton, le maïs, le manioc, la luzerne, le trèfle, etc., pour nourrir une nombreuse population ouvrière et plus de 20.000 têtes de bétail. L’establissement possède des bateaux à vapeur pour son service.156

Los otros hijos e hijas de Carlos Casado y de Ramona Sastre Aramburu recibieron $ 52.000 mn y devolvieron a su madre $ 591,73 mn: Ramona Isabel obtuvo 100 leguas cuadradas de los lotes 44, 99, 100, 101 y los décimos 4, 5 y 6 de los lotes 152 y 162; Pedro recibió 100 leguas cuadradas en lotes 89, 90, 91, 92 y los décimos 2, 3 y 4 de lotes 151 y 161; Alberto heredó 100 leguas cuadradas por los lotes 71, 93, 94, 95, 258, 259, y el décimo 10 de los lotes 152 y 161; Clara Margarita recibió 100 leguas cuadradas por los lotes 21, 102, 103, 104, y los décimos 1, 2 y 3 de los lotes 152 y 162; Eduardo obtuvo 65 leguas cuadradas, de los lotes 32, 105, 106, 107, 108, 265 y 266, por un total de $ 48.400, y su madre debió compensarlo con $ 1.208,27. Genara heredó $ 49.608,27 correspondientes a los lotes 70, 96, 97, 98, así como tres décimos de 1 legua de frente por 10 leguas de fondo del lote 152. En 1912 Genara sólo poseía el lote 70 e inició un juicio contra la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques que duró más de cuatro años y en el que fue defendida por el abogado Eusebio Ayala,157 posteriormente elegido presidente paraguayo durante la guerra del Chaco. Gracias a este pleito sabemos que Genara reconoció en sede judicial que el intermediario José Monte había transferido a su padre la propiedad de las tierras 156

BÁEZ, 1927, 107-108. Eusebio Ayala (1875-1942), ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública en 1909, ministro de Relaciones Exteriores en 1912, y ministro de Hacienda en 1914; presidente provisional entre noviembre de 1921 y abril de 1923, representó al país entre agosto de 1932 y febrero de 1936, es decir, durante la guerra del Chaco. 157

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del Chaco paraguayo en Rosario el 29 de abril de 1886 y que había sido un simple comisionista.158 Los diferentes autores consultados varían en sus apreciaciones sobre la tierra adquirida por Casado, aunque en general se considera que compró 5.000.000 ha. Con posterioridad, la familia Casado-Sastre donó y vendió diversos lotes, permitiendo así la formación de grandes sindicatos de capitales argentinos en el Chaco Boreal.159 Al iniciarse la década de 1910, la familia conservaba entre 3.112.500 ha y 3.075.000 ha, equivalentes a 1.640 leguas cuadradas (Cuadro 19).160 CUADRO 19.

Distribución de 3.112.500 ha entre los Casado-Sastre en el Chaco paraguayo en 1910

Propietario/a

Ramona Sastre Aramburu

Hectáreas

N.º de lote

1.837.500

50, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 124, 135, 150, 160, 170, 171, 177, 179, 183, 188, 189, 222, 223, 225, 226, 227, 228, 229, 230, 231, 232, 233, 234, 237, 238, 239, 240, 241, 244, 245, 246, 247, 248, 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 258, 259, 260, 261, 262, 263, 264; de la sucesión correspondían lotes 72, 242 y 243 que pasaron a la Asociación Patriótica Española por permuta después de la muerte de Carlos Casado del Alisal.

Genara Casado Sastre

18.750

70

Alberto Casado Sastre

18.750

71

Carlos Mateo Casado Sastre

1.125.000

168, 169, 176, 184, 191, 192 (con José Casado en lotes 87, 88, 151, 161)

José Casado Sastre

150.000

(con Carlos Mateo Casado en lotes 87, 88, 151, 161)

Eduardo Casado Sastre

112.500

105, 106, 107, 108, 265, 266

Fuente: elaboración propia según La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1910.

158 Expediente del juicio seguido por Genara Casado Sastre de Magrane contra la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques sobre reivindicación de un lote en el Chaco paraguayo, 1916, CDICT, caja 12, leg. 468. También INFANTE, 1944, 27. 159 BORRINI, 1997, 49-50; MONTE DOMECQ, 1911, 279-280. 160 Superficie mencionada por LAINO, 1989, 150-151.

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Desde finales del siglo XIX, las empresas del Chaco paraguayo estaban prácticamente en su totalidad en manos de grupos industriales y financieros extranjeros.161 Los años de hegemonía liberal entre 1904 y 1931 consolidaron una producción orientada al mercado europeo y ligada al mismo tiempo a la actividad ganadera, a la instalación de frigoríficos, al procesamiento del algodón y al empalme del ferrocarril con el mercado argentino que hizo posible el acceso de la producción paraguaya al puerto de Buenos Aires. Entre 1879 y 1918, además, Bolivia y Paraguay impulsaron infructuosamente sus tratados de límites (Quijarro-Decoud en 1879; Tamayo-Hicual en 1887; Benítez-Ichazo en 1894), hasta que en 1907 se fijó la línea demarcatoria llamada zona statu-quo mediante la firma del protocolo Pinilla-Soler y gracias a la participación de Estanislao Severo Zeballos en calidad de mediador. En ese momento Zeballos se desempeñaba como ministro de relaciones exteriores de Argentina, y era ya uno de los propietarios del Chaco paraguayo en tierras cercanas al río Michí.162 Entre 1910 y 1911 el gobierno paraguayo decidió hacer público el plano de las propiedades del Chaco paraguayo a través de un folleto editado en Asunción por los Talleres Nacionales de H. Kraus y titulado La propiedad en el Chaco paraguayo. Gracias a este documento sabemos que 27 propietarios poseían más de 100.000 ha por un total de 9.692.880 ha, de las cuales pertenecían a los Casado-Sastre aproximadamente 3.150.000 ha. Por esas fechas Wenceslao Jaime Molins visitó el país y posteriormente editó en la capital argentina una obra titulada Paraguay, Crónicas americanas señalando que fuertes capitales argentinos se habían atrevido a invertir en la región chaqueña, otrora calificada de «indomada y desposeída de todo valor». La «nómina de terratenientes» del 161

JORGE, 1986, 48-50. De acuerdo a Fabricio Vázquez, «el Estado no sólo privatizó gran parte del territorio nacional, sino que también, y quizás más importante aún, cedió la iniciativa de administrar y usar el espacio y sus recursos a los inversionistas extranjeros, quienes ante el precio vil de las tierras, en comparación con los de los países vecinos, las adquirieron más con fines especulativos dando lugar a la formación de grandes latifundios. Los latifundios así formados se convirtieron luego en explotaciones extractivas de yerba mate, madera y finalmente palmito. En estos procesos extractivos se notaba una inversión mínima que nunca generó desarrollo local ni se canalizó como aporte privado a obras de utilidad pública, como la construcción de caminos, puentes o medios de transporte, como barcazas. Mucho menos fueron capaces de generar poblados permanentes a través del tiempo, sino meros campamentos, explanadas o embarcaderos provisorios para el despacho de la producción bruta que era conducida por río, especialmente al Paraná a través de jangadas hacia los puertos argentinos». La economía generada en estos términos ni siquiera necesitaba pasar por Asunción; VÁZQUEZ, 2006, 23. 162 La mediación y el acuerdo fueron cancelados en 1915 por el protocolo Ayala-Mujía, situación resuelta en 1935.

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Chaco paraguayo sugería, según Jaime Molins, la estrecha vinculación entre las instituciones de crédito y los hombres de empresa argentinos. Dos nombres le parecieron sorprendentes: el de Estanislao S. Zeballos y el de Carlos Casado. Indicó que el primero poseía enormes extensiones «allá por donde el diablo perdió el poncho», e irónicamente se atrevió a escribir que «como sabio legislador habrá hablado alguna vez del problema de la subdivisión, con tendencias a legislar sobre el pequeño hogar». Del segundo apuntó: «y no hablemos de la sucesión de Carlos Casado, cuyas 3.000 leguas originarias despertaron la sonrisa incrédula de los ingleses cuando se anotaron en las pizarras de la bolsa de Londres».163 De hecho, si bien en los primeros años de proyección empresarial el imperativo de la familia fue maximizar las ganancias, Carlos Casado buscó en realidad garantizar la estabilidad de sus descendientes reconociendo el gran valor de las tierras chaqueñas. En el testamento, por ejemplo, les recomendó que no vendiesen las posesiones paraguayas porque en el futuro las tierras que ahora se veían más como un peso que como un legado adquirirían un gran valor, permitiéndoles conservar el estatus que habían gozado su esposa Ramona Sastre Aramburu y él mismo. Diversos estudios editados en las décadas de 1920 y 1930 muestran que los contemporáneos eran conscientes de las elevadas ganancias obtenidas por las empresas extranjeras, entre ellas las de capital argentino, que desarrollaban sus actividades en el Chaco paraguayo. En 1927, por ejemplo, Cecilio Báez citó específicamente la explotación de la madera del quebracho para construir los durmientes del ferrocarril, así como la producción de tanino para la curtiembre, como una de las fuentes más importantes de riqueza económica de las empresas y del Estado: Il y a de grands bois de quebracho dans le Chaco; les arbres atteignent une hauteur moyenne de 8 mètres; leur diamètre est d’un demi-mètre. Le bois est extraordinairement dur, tenace et inattaquable à l’eau et aux agents atmosphériques; poids spécifique: 1,232 à 1,329. Le quebracho peut donner 20% de tanin pur. D’une tonne de quebracho, on tire 70% de tanin pur. Le quebracho sert non seulement à l’industrie du tanin, mais aussi à diverses constructins: chemins de fer (billes, traverses), bateaux, ponts, travaux hydrauliques, etc. L’Allemagne, l’Amérique du Nord, L’Argentine, la Belgique, la France, l’Italie, la Russie emploient une quantité énorme de tanin pour leurs industries, et de bois de quebracho pour leurs chemins de fer.164 163

JAIME MOLINS, 1916, 179-180. El autor menciona el Banco de la Nación Argentina, poseedor de 164.062 ha; al Banco Inglés del Río de la Plata, con 56.250 ha; al Banco Británico de la América del Sud, con asiento en Buenos Aires, propietario de 50.265 ha; al Banco Francés y Río de la Plata, dueño de 112.500 ha; a Gibson e hijos, con 234.375 ha; a Cook y Lumb, poseedores de 292.500 ha; a Astengo, con 318.750 ha; y a Crotto, con 63.000 ha. 164 BÁEZ, 1927, 110.

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En 1928 el coronel boliviano Miguel Alaiza, en su libro editado en La Paz y titulado Los derechos de Bolivia sobre el Oriente y el Chaco Boreal, cuestionó la negligencia de los terratenientes y gobierno bolivianos, incapaces de frenar la presencia de aquellas empresas en el Chaco: «como el país no puede estar dependiente del punible descuido de estos terratenientes, que sólo vigilan celosamente sus intereses, con grave mengua de la soberanía misma de aquella frontera, estas tierras deberían volver al Estado, para su distribución entre los colonos nacionales de las provincias limítrofes del Chaco». La presencia de los extranjeros que residían en la República Argentina y se habían adueñado del Chaco Boreal aparece en la crítica de Alaiza al afirmar que «el Paraguay y Bolivia son dos países que han sufrido una dolorosa vía crucis; estrechados por las ambiciones de los gobiernos limítrofes que desmembraron sus territorios... no han seguido un desarrollo rectilíneo que les permitiera ponerse al mismo nivel de otras naciones más afortunadas del continente».165 Estos debates se dieron incluso en relación a los pueblos indígenas y las misiones. Entre 1880 y 1930 se produjeron diversas reflexiones en torno al papel que debía cumplir la población indígena en el territorio chaqueño privatizado. Los conventos franciscanos de Tarija, Potosí y Sucre fueron incluso acusados de practicar espionaje contra Bolivia. El periodista José Prudencio Bustillo tomó como base los oficios que el delegado Fernández envió al Ministerio de Guerra entre 1930 y 1931 y se preguntó «¿Qué provecho ha sacado el país de sus misiones franciscanas? Ninguno. Al contrario. Han enseñado al guaraní a creer que no es boliviano y que no debe combatir contra sus hermanos paraguayos, quienes son sus verdaderos hermanos de sangre. Y el fraile misionero se ha vuelto espía paraguayo. La cuestión es que nosotros, los bolivianos, por estúpidos y fanatizados o por candidez, no podemos creer que advenedizos disfrazados de clérigos católicos, abdiquen hasta de las más elementales nociones de su personalidad moral».166 Bustillo acusó a los misioneros de comportarse de manera independiente respecto de la Delegación Nacional del Chaco a la que hostilizaban: «inducen a los neófitos a la desobediencia y desacato a toda autoridad que no sea la del fraile, fomentan el odio al blanco, procurando que en las escuelas no tengan contacto blancos e indígenas, y que deben vivir en ranchos y barrios que sean habitados exclusivamente por los últimos». Los misioneros no impartían las enseñanzas en lengua castellana, su libertad de acción impedía la eficaz ocupación del territorio y la utilización de la 165 166

ALAIZA, 1928, 53-54, 71. BUSTILLO, 1931, 41-42.

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mano de obra indígena, y, lo más importante, formaban a los indígenas en la idea de que eran guaraníes, no chiriguanos, dándoles a entender que eran paraguayos.167 La impresión de Bustillo era que los franciscanos mantenían a los indígenas en la ignorancia y limitaban al mismo tiempo la conversión y la utilización de la mano de obra indígena por parte de los empresarios que se estaban instalando en la zona. Bustillo llegó a advertir a sus lectores de que los chiriguanos eran educados por los franciscanos en la idea de que no eran bolivianos sino paraguayos.168 Bustillo hizo referencia a todos los problemas territoriales y fronterizos que en ese momento estaban ya sobre la mesa y conducirían al conflicto bélico un año después, en 1932. Fueron inútiles las Conferencias de Buenos Aires y de Washington, así como las conferencias de desarme y de la Sociedad de las Naciones. El 11 de noviembre de 1931, tras volver a Sucre, Bustillo publicó un editorial en El País, publicación que salía semanalmente en Sucre, y que tituló «A la guerra» y a través del cual justificó como única solución el uso de la fuerza para resolver el conflicto que había sumido durante años a Bolivia y a Paraguay en graves problemas nacionales. «Bolivia sostiene su derecho sobre el Chaco en el uti possidetis juris de 1810 con títulos que le dan la justicia. Paraguay alega el derecho de posesión. Y ambos gastan sus energías vitales defendiendo el honor nacional».169 En la actualidad el Chaco paraguayo se encuentra dividido en cinco departamentos que suman aproximadamente 246.925 km2 rodeados por los ríos Paraguay y Pilcomayo (el brazo principal de este río se considera legalmente la frontera «natural» entre el Paraguay y la Argentina).170 La integración de la región chaqueña a la jurisdicción paraguaya se formalizó con la guerra del Chaco, conflicto que permitió la definitiva nacionalización de un territorio que había sido enajenado cinco décadas antes por el gobierno a favor de corporaciones forestales que en la zona propiciaron la fundación de pueblos y la construcción de ferrocarriles destinados a explotar los bosques de quebracho. Con la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites paraguayo-boliviano del 21 de julio de 1938, el Paraguay incorporó a su jurisdicción 250.000 km2 al oeste del río Paraguay sobre el cual se extiende unos 600 km. El desa167

Una excelente reflexión sobre los chiriguanos en el Chaco boliviano, COMBÈS,

2005. 168

BUSTILLO, 1931, 37-43. BUSTILLO, 1931, 99-100. 170 La definición del «brazo principal» ha ocasionado hasta el día de hoy importantes conflictos internacionales y entre las comunidades indígenas; GORDILLO, 2001. 169

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rrollo económico de las cinco décadas anteriores permite entender esta definitiva nacionalización así como las diversas estrategias diseñadas por empresarios tales como Carlos Casado y sus descendientes para consolidar su modelo empresarial. Merece la pena considerar aquí que Casado bautizó su empresa en el Chaco paraguayo con el nombre Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada aunque en el inventario de bienes Infante utilizara los términos «Negocios del Paraguay» o «La Hispano-Paraguaya». A partir de la muerte de Casado, la familia bautizó la compañía con el nombre de su fundador, dejando expresamente de lado el apelativo de «hispana» con el que había sido conocida hasta entonces y abandonando, al mismo tiempo, el término «paraguaya» para que no fuese identificada con ninguna jurisdicción soberana del Cono Sur. En los capítulos siguientes observaremos detenidamente a través de la S.A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras la profunda vinculación entre los intereses argentinos y los proyectos paraguayos puestos en juego en una particular modalidad de ocupación del espacio: la creación de Puerto Casado, así llamado por José Monte en honor al empresario español, en la costa occidental del río Paraguay.171

171

INFANTE, 1944, 27; el autor confundió Montes por Monte.

CAPÍTULO VII REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

La segunda mitad del siglo XX vio disminuir la importancia del tanino y del quebracho, pero la naturaleza del proceso de ocupación del Chaco paraguayo o Boreal, producido desde la década de 1880, continuó condicionando los destinos del territorio y de su población rural a lo largo de la centuria siguiente. En 1984, interesado en la implementación de proyectos de «desarrollo» en el área, J. M. G. Kleinpenning alegó que cualquier iniciativa de integración del espacio chaqueño debía contemplar la formación de latifundios en el proceso de ocupación territorial del siglo XIX.1 Similar diagnóstico había sido formulado mucho antes, en febrero de 1905, por el escribano mayor del gobierno paraguayo, José Silva, en un informe dirigido al ministro del Interior paraguayo. Según Silva, entre 1885 y 1897 habían sido privatizadas aproximadamente 6.856,5 leguas cuadradas y 549.493 cuadras cuadradas de tierra del Chaco paraguayo, lo que daba una extensión total de 12.482.143 ha en manos de particulares sin que el Estado hubiese llegado a conocer siquiera topográficamente la región.2 Este desconocimiento casi completo de la extensa región occidental paraguaya se evidencia en el contenido de las diversas mensuras privadas que levantaron distintos topógrafos y agrimensores a pedido de algunos empresarios establecidos en el Chaco desde finales del siglo XIX. En el caso de los Casado-Sastre, dichos especialistas residían en la provincia de Santa Fe, razón por la cual los borradores de las mensuras se conservan en la ciudad de Rosario en la que la familia mantuvo hasta bien entrada la década de 1920 la administración general de las inversiones argentinas y paraguayas. Desde esta perspectiva, el objetivo de este 1 2

KLEINPENNING, 1984, 11. SCHIAVONI, 1997, 261-280.

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capítulo es observar la evolución de la estrategia empresarial en la larga duración a partir de las redes sociales y del tejido de lealtades configurados por Carlos Casado en el siglo XIX. El primer apartado está dedicado al desenvolvimiento de la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada; el segundo, a las mensuras que se produjeron en el transcurso de un juicio de reivindicación sustentado por Genara Casado Sastre, el cual permite entender algunos de los problemas que sufre hoy el Paraguay en el occidente de su río principal. El tercer apartado aborda las descripciones efectuadas por el explorador español Juan de Cominges y Prat y por Wenceslao Jaime Molins, ambos testigos de excepción del proceso de ocupación de tierras y sometimiento indígena; el cuarto refleja las propuestas formuladas por los delegados nacionales bolivianos en los Orientes y el Chaco para frenar la ocupación paraguaya sostenida en la actividad empresarial de las diversas compañías instaladas en la zona, en particular la de los Casado-Sastre. El quinto apartado analiza la conversión de la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada en la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. Finalmente, se reflexiona en torno a la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado considerando la instalación de las colonias mennonitas que aún hoy permanecen en las tierras que originariamente poseyeron y explotaron los Casado-Sastre en el Chaco Boreal.

7.1.

La Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada

Si contrastamos los lotes adquiridos por los Casado-Sastre con la división catastral del Chaco paraguayo levantada en 1910, comprobamos que el área monopolizada por la familia se concentró en la ribera del río Paraguay. Entre finales del siglo XIX y principios de la siguiente centuria, diversas ventas parciales fueron reduciendo las posesiones iniciales: aproximadamente 1.697.500 ha, es decir, casi un tercio de las 3.000 leguas cuadradas originarias, fueron adquiridas por empresas que sustituyeron a los Casado-Sastre en la actividad extractiva y productora de tanino. De hecho, siguiendo a R. Foguel,3 los investigadores Súsnik y Chase-Sardi describieron la naturaleza de las nuevas empresas instaladas en la ribera chaqueña del río Paraguay: estancias, saladeros, curtiembres y sobre todo obrajes e industrias de extracción del tanino, fueron poblando las antiguas tierras de los Casado-Sastre a lo largo del siglo XX. De este modo, entre las empresas de capital argentino aparecen la Sociedad Campos y Quebracha3

FOGUEL, 1989.

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

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les Puerto Sastre, que llegó a poseer 225.000 ha y 40 km de ferrocarril bajo la dirección de Nicolás Mihanovich hasta ser clausurada en 1963;4 la Pinasco, Brusaferry y Compañía; la Sociedad Tierras y Maderas; y Quebrachal de Puerto María. También encontramos empresas británicas tales como The River Plate Quebrachales (o The River Plate Quebracho Company), convertida en La Forestal del Paraguay S. A. y norteamericanas como The American Quebracho Company, la New York and Paraguay Company S. A. y la Internacional Products Corporation.5 Entre los particulares que adquirieron algunos lotes de los Casado-Sastre figuran Juan Bautista Gil y Elvira Gil de Fleitas, Lorenzo Kenny, Juan Fourcade, Pedro Schouten, Francisco Zavala y Eliseo Zavala. Asimismo, como hemos indicado antes, en 1898 Casado había donado a la Asociación Patriótica Española tres lotes con la finalidad de apoyar a la monarquía española durante el conflicto mantenido con los Estados Unidos por las últimas colonias en el continente: Cuba y Puerto Rico.6 Las sucesivas ventas no disminuyeron, sin embargo, el poderío de los Casado-Sastre, pero explican la evolución de la empresa Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada. La transparencia de tierras más renombrada fue la que se hizo a los grupos españoles durante la Guerra Hispanoamericana. La Asociación Patriótica Española tuvo su origen en una asamblea convocada en la Plaza Eúskara de la capital argentina en marzo de 1896, para deliberar acerca de la manera de apoyar a España en su defensa de la integridad imperial en Cuba, Puerto Rico y Filipinas.7 Rafael Calzada sostuvo durante esa reu4 La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1910; KLEINPENNING, 1984, 17-18; LAINO, 1989, 189. 5 SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 250. 6 En el inventario de bienes levantado por J. Daniel Infante en 1899 se menciona la donación de tierras chaqueñas a la Asociación Patriótica Española haciendo referencia a los lotes 150 y 160, que no fueron incluidos en el informe, aunque finalmente la donación correspondió a los lotes 72, 242 y 243. Los lotes 242 y 243 fueron, no obstante, heredados por Ramona Sastre de Casado. El lote 72 no aparece en el inventario pero fue mencionado por Casado a Calzada en su oferta de donación. Con respecto al lote 192, existe información de que pasó a propiedad de Carlos Mateo, pero en el inventario no figuran datos de compra ni de sucesión. Cabe señalar que la Asociación Patriótica y Cultural Española (surgida en Buenos Aires tras la fusión de la Asociación Patriótica Española y de la Institución Cultural Española) rindió un homenaje a Carlos Casado con motivo del aniversario de su fallecimiento, en 1999, y decidió flanquear con banderas españolas el busto situado aún hoy frente a la entrada del salón de actos de la entidad. Durante el acto se recordó la construcción del edificio de la asociación gracias al aporte de las tierras chaqueñas paraguayas que hiciera Casado; WIDMANN, 2008. 7 CASAS DÍEZ, 1976, 107-118; 134-139; DE MARCO, 1988, 175-176, 196; CALZADA, 1926, t. IV, vol. 1; CUTOLO, 1969, 59.

360

GABRIELA DALLA CORTE

nión que el Club Español por él dirigido desde Buenos Aires pretendía desde hacía años organizar una Junta Patriótica de carácter permanente encabezada por el representante de mayor edad de las sociedades españolas de América, con la finalidad de defender a una España castigada por «ingratos que pretenden desmembrar su territorio».8 La corriente de apoyo se manifestó en una colecta que alcanzó a reunir $ 375.000 mn,9 y tuvo a Carlos Casado como uno de los principales mecenas a costa de la pérdida de parte de su patrimonio territorial. No era, sin embargo, la primera vez que Casado realizaba una acción de esta envergadura: varios años antes, en 1889, el español se había dado a conocer internacionalmente gracias a un gesto simbólico que contribuyó a aumentar su prestigio: hizo una importante donación a Isaac Peral Caballero para financiar su sumergible.10 8 La Asociación Patriótica Española no pretendió ser «una sociedad española más que haya de aumentar el número de las ya existentes entre nosotros; será una especie de organismo superior, formado por el concurso de nuestros mejores elementos colectivos, un verdadero lazo de unión de todas las demás sociedades sin lastimar ni invadir la esfera de acción de ninguna de ellas». En realidad, Calzada tenía en mente revitalizar las comisiones locales españolas para gestionar una suscripción a favor de Isaac Peral Caballero (Casado sería uno de los donantes más importantes). Calzada contó con el apoyo de Gonzalo Segovia, conde de Casa Segovia, que ocupaba un cargo en la casa bancaria de Otto Bemberg; CALZADA, 1900, 145-156; 187-191. 9 DE MARCO, 1988, 195-196. En Paraguay, de acuerdo a los datos ofrecidos por el Registro Oficial de la República del Paraguay (Asunción, Talleres Gráficos del Estado, 1913), también los españoles se nuclearon en una entidad en los primeros meses del año 1912 con el nombre de Asociación Patriótica Española. En 1915 se fundó el Centro Español como continuación de esta corporación. También funcionaba en las tres últimas décadas del siglo XIX el Centro Español con 590 socios, y la Sociedad Española de Socorros Mutuos (SESM) creada en 1873 y vinculada a su vez a 212 asociaciones semejantes de los países limítrofes (168 organizaciones similares en Argentina; 32 en la República Oriental del Uruguay; 6 en los Estados Unidos del Brasil; 2 en la República de Chile). Véase Memoria y cuentas generales de la SESM de Asunción, del 1 de enero de 1918 al 31 de diciembre de 1918. Asunción, Talleres Gráficos La Colmena, 1919. Cabe señalar que la SESM llegó a tener 650 socios, y fue presidida por Camilo Pérez y Pérez (socio de la S. A. Pérez y Sanjurjo dedicada a la importación de tejidos, trámite de comisiones y consignaciones, y fundador y presidente del Banco de España y Paraguay) y en ella participaba Ángel Cabrejo, encargado de Negocios y del Consulado español en Asunción. Véase Memoria y Balance General de Pérez y Sanjurjo, Sociedad Anónima, Importación de tejidos, Comisiones y Consignaciones, editada en Asunción en 1918, y conservada en el Archivo de la Casa de América de Barcelona, Biblioteca del Pavelló de la República de la UB (en adelante ACA), Caja Paraguay. También Carta que incluye el Noveno Informe del delegado Camilo Pérez Pérez (Asunción) al director de la Casa de América de Barcelona, Rafael Vehils i Grau Bolívar (Barcelona), 30 de junio de 1916, ACA, Caja Paraguay. Sobre el papel de las asociaciones en la Argentina postindependiente, LUNA Y CECCONI, 2002, en particular de esa obra colectiva, SÁBATO, 2002. 10 La actuación de Isaac Peral tuvo un gran impacto en la época. MIRAGAYA Y SOLANES (1934, 112) señalaron que «Carlos Casado había puesto a disposición de este

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

361

Pese a las ventas de tierras en el Chaco Boreal, la familia Casado poseyó 112 lotes y el correspondiente al Fuerte Olimpo de 65.625 ha. Wenceslao Jaime Molins, que visitara las tierras en la década de 1910, escribió que «la empresa Casado tiene en aquellas latitudes el dominio del Chaco. Su posesión primitiva de 3.000 leguas, aminorada en su mitad con ventas parciales a diversas empresas industriales, es el primer latifundio del Paraguay».11 Los lotes en los que estaba ubicada la fábrica taninera siempre permanecieron en manos de los Casado-Sastre. Si contrastamos los informes elaborados por el abogado Infante con la reseña catastral contenida en La propiedad en el Chaco paraguayo, observamos la evolución de las propiedades y el interés de los herederos por conservar el dominio de los lotes 73 a 81 que quedaron originariamente en manos de Ramona Sastre Aramburu y fueron gestionados por el albacea e hijo primogénito, Carlos Mateo (Cuadro 20).

marino, para llevar adelante el invento, cien mil duros y Peral se había negado a aceptarlos considerando que constituía un agravio a España. Casado se fue a España “y con insistencia conseguí se quedase con 50.000 duros para él, prometiéndole no decir nada pero él me convenció de la inutilidad del secreto, autorizándome a publicarlo... He tenido la fortuna de asistir embarcado a las pruebas del submarino pudiendo estar complacido y maravillado”. Esta carta produjo, como es natural, una explosión de entusiasmo y con tan feliz motivo se organizó la gran romería, con un carro alegórico del submarino Peral, trajes regionales y músicas; partió del Centro Español». Después de la donación de 500.000 pesetas que hizo para la construcción del sumergible de Isaac Peral, Carlos Casado fue calificado de «opulento capitalista español» por La Ilustración Española y Americana (n.º XXVIII, p. 51), publicación que además le atribuyó la capacidad de salvar de la ruina al Banco Provincial de Santa Fe y de ser el primer colonizador «de la América del Sur en los tiempos modernos». El 2 de mayo de 1889 Isaac Peral escribió una carta a Casado agradeciéndole su patriotismo expresado en el envío de 20.000 libras esterlinas: «de V. será pues la mayor parte de nuestra gloria», escribió Peral. El documento se conserva en exposición en el MAHM lo cual es una muestra del impacto de este gesto en la configuración de la memoria histórica de la ciudad de Casilda en Argentina. También véase referencias en CHAPARRO, 1957; CHAPARRO, 1941. En Cartagena, localidad natal de Peral, en 1889 se sustituyó oficialmente el nombre de Los Molinos de Ribera por el de Barrio de Peral, y una de las calles se llama Carlos Casado en honor a su benefactor. 11 JAIME MOLINS, 1916, 190-194. En 1933 Jaime Molins acabaría poniéndose de parte de Bolivia en el conflicto bélico contra el Paraguay, afirmando que este país pretendía «usurpar» sus tierras por lo cual era necesario entrar en guerra abierta. El conflicto se conoce como «Guerra del Chaco»; JAIME MOLINS, 1933.

Ha

18.750

9.375

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.759

18.750

Lote n.º

21

32

44

50

70

71

72

73

74

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

5

10

Leguas cuadradas

José Monte

José Monte

José Monte

José Monte

José Monte

Higinio M. Alegre

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Propietario originario

21.04.1886

21.04.1886

21.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Propietario/a en 1910

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Asociación Patriótica Española

Alberto Alberto Casado Sastre Casado Sastre

Genara Genara Casado Sastre Casado Sastre

Ramona Sastre

Ramona Zavala, Francisco y Zavala, Casado Sastre Eliseo

Eduardo Eduardo Casado Sastre Casado Sastre

Juan Bautista Gil y Elvira Gil Clara de Fleitas Margarita Casado Sastre

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910

362 GABRIELA DALLA CORTE

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

75

76

77

78

79

80

81

82

83

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Juan Dam

Juan Dam

Juan Dam

Higinio M. Alegre

José Monte

José Monte

José Monte

José Monte

José Monte

Propietario originario

29.04.1886

29.04.1886

21.04.1886

23.10.1886

21.04.1886

21.04.1886

21.04.1886

21.04.1886

21.04.1886

Fecha adquisición

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Rosario

Rosario

Rosario

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Propietario/a en 1910

Carlos Mateo Quebrachales Puerto Sastre Casado Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.) REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

363

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

84

85

86

87

88

89

90

91

92

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Gobierno del Paraguay

Higinio M. Alegre

Juan Dam

Juan Dam

Juan Dam

Juan Dam

Juan Dam

Juan Dam

Juan Dam

Propietario originario

06.04.1886

23.10.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

Fecha adquisición

Pedro.A. González

Gerónimo Pereira Cazal

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

Escribano

Asunción

Asunción

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Ciudad de compra

Propietario/a en 1910

Pedro Casado Sastre

Pedro Casado Sastre

Pedro Casado Sastre

Pedro Casado Sastre

José Casado Sastre

José Casado Sastre

José Casado Sastre

The River Plate Quebrachales

The River Plate Quebrachales

The River Plate Quebrachales

The River Plate Quebrachales

Carlos Mateo Casado Sastre -José Casado Sastre

Carlos Mateo Casado Sastre -José Casado Sastre

Quebrachales Puerto Sastre

Carlos Mateo Quebrachales Puerto Sastre Casado Sastre

Carlos Mateo Quebrachales Puerto Sastre Casado Sastre

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

364 GABRIELA DALLA CORTE

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

93

94

95

96

97

98

99

100

101

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Gobierno del Paraguay

Propietario originario

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

06.04.1886

Fecha adquisición

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Pedro A.González

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Propietario/a en 1910

Ramona The American Quebracho Co Casado Sastre

Ramona The American Quebracho Co Casado Sastre

Ramona Sociedad Tierras y Maderas Casado Sastre

Genara Sociedad Tierras y Maderas Casado Sastre

Genara Sociedad Tierras y Maderas Casado Sastre

Genara Sociedad Tierras y Maderas Casado Sastre

Alberto Quebrachal de Puerto María Casado Sastre

Alberto Quebrachal de Puerto María Casado Sastre

Alberto Quebrachal de Puerto María Casado Sastre

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.) REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

365

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

102

103

104

105

106

107

108

122

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Daniel de Larrucea

Carlos María Palacios

Carlos María Palacios

Carlos María Palacios

Carlos María Palacios

Carlos María Palacios

Carlos María Palacios

Higinio M. Alegre

Propietario originario

23.10.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

29.04.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Asunción

Ciudad de compra

Propietario/a en 1910

Pedro Schouten

Eduardo Eduardo Casado Sastre Casado Sastre

Eduardo Eduardo Casado Sastre Casado Sastre

Eduardo Eduardo Casado Sastre Casado Sastre

Eduardo Eduardo Casado Sastre Casado Sastre

The American Quebracho Co Clara Margarita Casado Sastre

The American Quebracho Co Clara Margarita Casado Sastre

The American Quebracho Co Clara Margarita Casado Sastre

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

366 GABRIELA DALLA CORTE

18.750

18.750

18.750

124

125

135

151

187.500 (en otras fuentes documentales, 56.250)

18.750

123

150

Ha

Lote n.º

Cuadro 20.

100

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Ladislao Monte

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Propietario originario

08.01.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Javier Munuce

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Rosario

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Carlos Mateo Casado Sastre: déc. 9, 10; José Casado Sastre: déc. 4, 5, 6, 7; Pedro Casado Sastre: déc. 2, 3, 4; Alberto Casado Sastre: déc. 1. (*)

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Carlos Mateo Casado Sastre -José Casado Sastre (The River Plate Quebrachales y Quebrachales Puerto Sastre)

Ramona Sastre

Lorenzo Kenny

Ramona Sastre

Juan Fourcade

Propietario/a en 1910

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.) REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

367

161

187.500 (en otras fuentes, 56.250)

187.500

152

160

Ha

Lote n.º

Cuadro 20.

100

100

Leguas cuadradas

Carlos María Palacios

Cecilio Rodríguez

Propietario originario

08.01.1886 (también 08.10.1886)

24.03.1886

Fecha adquisición

Javier Munuce

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Rosario

Asunción

Ciudad de compra

Propietario/a en 1910

Carlos Mateo Casado Sastre: décimos 9, 10; José Casado Sastre: déc. 4, 5, 6, 7; Pedro Casado Sastre: déc. 2, 3, 4; Alberto Casado Sastre: déc. 1. (*)

Ramona Sastre Carlos Mateo Casado Sastre -José Casado Sastre (The River Plate Quebrachales; Quebrachales Puerto Sastre; Quebrachal de Puerto María)

Genara Casado The American Quebracho Co; Sastre: déc. 7, Quebrachal de Puerto María; 8, 9; Ramona Sociedad Tierras y Maderas. Casado Sastre Sastre: déc. 4, 5, 6; Alberto Casado Sastre: déc. 10; Clara Margarita Casado Sastre: déc. 1, 2, 3.

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

368 GABRIELA DALLA CORTE

Ha

187.500

187.500

187.500

187.500

Lote n.º

162

168

169

170

Cuadro 20.

100

100

100

100

Leguas cuadradas

Ladislao Monte

Eloy Palacios

Carlos María Palacios

Emilio Aceval

Propietario originario

08.01.1886

19.03.1886

08.01.1886

20.02.1886

Fecha adquisición

Javier Munuce

Lisandro Paganini

Javier Munuce

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Rosario

Rosario

Rosario

Asunción

Ciudad de compra

Propietario/a en 1910

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Carlos Mateo Casado Sastre

Carlos Mateo Casado Sastre

The American Quebracho Co, Genara Quebrachal de Puerto María; Casado: déc. Sociedad Tierras y Maderas 7, 8, 9; Ramona Casado Sastre: déc. 4, 5, 6; Alberto Casado Sastre: déc. 10; Clara Margarita Casado Sastre: déc. 1, 2, 3.

Herederos en 1899

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.) REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

369

Ha

187.500

187.500

187.500

187.500

187.500

187.500

Lote n.º

171

176

177

178

179

183

Cuadro 20.

100

100

100

100

100

100

Leguas cuadradas

Fecha adquisición

Ladislao Monte

08.01.1886

Javier Munuce

Javier Munuce

Carlos María Palacios (Juan María Bigorday el 19.03.1886)

22.04.1886 Fernando Larrucea y Gaztañazatorre

Javier Munuce

Javier Munuce

Javier Munuce

19.03.1886

Javier Munuce

Escribano

08.01.1886

Juan María Bigorday

Juan Dam

08.01.1886 Fernando Larrucea y Gaztañazatorre

Propietario originario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Rosario

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Ramona Sastre

Ramona Sastre (Sociedad Tierras y Maderas)

Pinasco, Brusaferry y Compañía

Ramona Sastre

Carlos Mateo Casado Sastre

Ramona Sastre (The American Quebracho Co; Sociedad Tierras y Maderas)

Propietario/a en 1910

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

370 GABRIELA DALLA CORTE

10

Daniel de Larrucea

23.10.1886

23.10.1886

08.01.1886

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Javier Munuce

Asunción

Asunción

Rosario

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Rosario

Carlos Mateo Casado Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Carlos Mateo Casado Sastre

Propietario/a en 1910

Ramona Sastre

18.750

Daniel de Larrucea

Carlos María Palacios

Javier Munuce

29.04.1886

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Rosario

Rosario

Herederos en 1899

223

10

100

Gabriel Castet o Castell (Juan Dam según el inventario de 1899)

Javier Munuce

19.03.1886

Javier Munuce

Ciudad de compra

Ramona Sastre

187.500

191

70

Juan María Bigorday

19.03.1886

Escribano

18.750

131.250

189

100

Desiderio Marquardt y Federico Henrich

Fecha adquisición

222

187.500

188

100

Propietario originario

Carlos Mateo Casado Sastre

187.500

184

Leguas cuadradas

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

192

Ha

Lote n.º

Cuadro 20.

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

371

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

225

226

227

228

229

230

231

232

233

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Daniel de Larrucea

Propietario originario

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Propietario/a en 1910

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

372 GABRIELA DALLA CORTE

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

17.812,5

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

234

237

238

239

240

241

242

243

244

Cuadro 20.

10

10

10

9,5

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Propietario originario

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Ramona Sastre

Asociación Patriótica Española

Asociación Patriótica Española

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Propietario/a en 1910

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.) REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

373

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

245

246

247

248

249

250

251

252

253

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Higinio M. Alegre

Propietario originario

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Carlos Mateo Casado

Carlos Mateo Casado

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Quebrachales Puerto Sastre

Quebrachales Puerto Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Propietario/a en 1910

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

374 GABRIELA DALLA CORTE

Ha

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

Lote n.º

254

255

256

257

258

259

260

261

262

Cuadro 20.

10

10

10

10

10

10

10

10

10

Leguas cuadradas

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Propietario originario

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Alberto Casado

Alberto Casado

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Propietario/a en 1910

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.) REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

375

10

35

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

18.750

65.625

263

264

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266

267

268

Lote en Fuerte Olimpo

Gobierno del Paraguay

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Ladislao Monte

Propietario originario

21.02.1893

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

23.10.1886

Fecha adquisición

Pedro A.González

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Gerónimo Pereira Cazal

Escribano

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Asunción

Ciudad de compra

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Eduardo Casado

Eduardo Casado

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Herederos en 1899

Ramona Sastre

The American Quebracho Co

The American Quebracho Co

Eduardo Casado Sastre

Eduardo Casado Sastre

Ramona Sastre

Ramona Sastre

Propietario/a en 1910

Fuente: elaboración propia según sucesión de Carlos Casado, año 1899, J. Daniel Infante inventario, Diego del Castillo apoderado de Carlos Casado; ATPR, tomo 267, serie C, incluye la actuación de Juan Chávarri del Alisal por la sucesión de Braulio Chávarri del Alisal. También: La propiedad en el Chaco paraguayo. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1910.

10

10

10

10

10

Ha

Leguas cuadradas

Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910 (Cont.)

Lote n.º

Cuadro 20.

376 GABRIELA DALLA CORTE

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

7.2.

377

Mensuras y ocupación de tierras: juicios de reivindicación en el Chaco

El estado de las posesiones de los Casado-Sastre en la zona chaqueña en el siglo XX puede estudiarse a partir de las mensuras que efectuaron diversos peritos desde el lote 70, ubicado al sur de la propiedad, hasta la reserva fiscal E de Fuerte Olimpo.12 Como sabemos, con la organización del Estado nacional argentino —situación compartida con el resto de Estados del Cono Sur— se da un nuevo impulso a las mensuras de tierras.13 Según Recalde, «aparece clara, entonces, la imagen de profesión liberal de la agrimensura», reconociéndose posteriormente a los agrimensores la competencia como peritos judiciales.14 Las mensuras más importantes del Chaco Boreal fueron realizadas entre 1908 y 1912 por los agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza con ocasión de un juicio de reivindicación iniciado por Genara Casado Sastre sobre el lote 70 que se superponía con el lote 69.15 12 Cabe señalar que durante la guerra del Chaco, el cónsul boliviano en la provincia argentina de Jujuy, Narciso Campero, indicó la culpabilidad de Paraguay en el ataque al país vecino pero agregó que era consecuencia de una larga política de ocupación territorial iniciada precisamente con la toma de Fuerte Olimpo en 1885 —cuando este punto había sido reconocido como boliviano por el tratado boliviano-paraguayo de 1879— y con Puerto Pacheco en 1888, es decir, en el periodo de venta masiva de las tierras chaqueñas a empresarios y propietarios ausentistas; véase Campero, abril de 1933 y setiembre de 1933. 13 Véase los clásicos trabajos de Halperín DONGHI, 1980; OSZLACK, 1982. 14 RECALDE, 1999, 60. En 1855 Mitre crea el Instituto Histórico Geográfico del Río de la Plata. Hacia 1866 se plantea orgánicamente un plan de colonización de tierras públicas y la rápida ocupación de tierras de fronteras justifica la creación de Departamentos Topográficos. En 1880 Nicolás Avellaneda dicta un decreto autorizando al Departamento de Ingenieros a realizar contratos para adjudicar las tareas de mensura de las tierras a colonizar. 15 Contamos con los siguientes documentos: en primer lugar, Mensura de las propiedades de Carlos Casado en el Chaco paraguayo, agrimensor Leslie G. Barnett, Rosario 1908, CDICT, caja 5, leg. 164. En segundo lugar, Posesión judicial de las propiedades compradas por Carlos Casado al Estado paraguayo en el Chaco paraguayo, diligencia de mensura del frente de los terrenos desde el lote 70 al lote 108 inclusive, CDICT, caja 5, leg. 164. En tercer lugar, Sucesión de Carlos Casado, Borradores y cálculos de los trabajos efectuados en el Paraguay por el agrimensor Ramón de Escauriza, mensuras de los campos en el Chaco paraguayo, y sobre abierto con documentación en borrador titulada Diligencia de mensura de los frentes de los campos propiedad de la sucesión Casado en el Chaco paraguayo, Rosario, 1908, CDICT, caja 8, leg. 313. En cuarto lugar, Diligencia de mensura de los frentes de los campos de propiedad de la sucesión de Carlos Casado en el Chaco paraguayo, 1878, CDICT, Copiador de cartas (mes 4), f. 76-89. Cabe señalar que fue recién en 1918 cuando se fundó el Centro de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores Titulares de Rosario que contó con la activa participación del

378

GABRIELA DALLA CORTE

Este lote fue adquirido primero por la sociedad La Selvática cuando ésta era representada por un antiguo testaferro de Carlos Casado, José Monte.16 Luego el lote 69 pasó a The Anglo Paraguayan Land Company Limited; posteriormente fue transferido a la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques fundada en 1907 por Santiago Pinasco, Esteban Bussaferri, L. Guglielmi Malberti y por la Copello y Compañía con la función de exportar durmientes y rollizos de quebracho colorado a la Argentina.17 Finalmente, el lote 69, junto con el lote 68 y la reserva fiscal B de 160 leguas en lotes interiores comunicados con la ribera del río Paraguay, pasó a la New York Paraguay Compañía Limitada, la primera empresa de capitales norteamericanos asentada en la zona, la cual representó el traspaso de la hegemonía argentino-británica a la norteamericana. Esta circunstancia revelaría, según Ramón Monte Domecq, «que la fama de la riqueza forestal portentosa del Chaco paraguayo ha pasado ya los lindes del Plata para llegar á las regiones del Norte de nuestro continente».18 El pleito en el que se embarcó Genara Casado Sastre indica que los empresarios sobrepasaron con creces la superficie que les correspondía explotar. Para definir los linderos, Barnett y Escauriza se basaron en el mapa levantado en 1882 por Jorge Luis Fontana así como en la mensura judicial practicada seis años después por los agrimensores Carlos Thompson, José María Rojas y Ernest Hang,19 sobre cuya información de realizó la venta de las tierras del Chaco Boreal. Durante el desarrollo de su tarea, Barnett y Escauriza amojonaron la zona de la barranca haciéndose acompañar por algunos «baqueanos» de la zona —Cleto Cesario, Cyril Ramallo y Fidel Pedernera— y por miembros de la tripulación ingeniero Ramón de Escauriza. Nació con la idea de unificar las prácticas y proteger a sus miembros. Hasta entonces se carecía de reglamentación profesional; GOMBOS, 1968. 16 Cuestionario presentado por el Dr. José Monte en nombre de la Sociedad La Selvática, Rosario, 1907, CDICT, caja 9, leg. 328. 17 Tras adquirir 180 leguas de campos y quebrachales (375.000 ha), los socios instalaron un aserradero en Puerto Pinasco, contruyeron 41 km de ferrocarril hacia el occidente y contrataron unos 500 empleados. 18 MONTE DOMECQ, 1911, 281-282; también LAINO, 1989, 158. 19 Jorge Luis Fontana midió los lotes sobre el río Paraguay entre los ríos Pilcomayo y Confuso, a partir de una legua de longitud equivalente a 4.330 m, por diez leguas de fondo, equivalentes a 43.300 m. En este plano, Fontana había cambiado el orden de la numeración en el lote 50. El mapa de Fontana incorporó un sobrante que generaría graves conflictos judiciales durante las dos primeras décadas del siglo XX, entre la heredera del lote 70, Genara Casado Sastre (esposa de Patrick Thomas Fairfield Magrane) y las empresas que habían explotado el lote 69, en particular contra las compañías La Selvática y la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques, ambas con capitales de Rosario. He analizado extensamente este pleito en DALLA CORTE, 2007 b.

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

379

del remolcador Desarrollo.20 Se trataba, según los agrimensores, de «gente que conoce bien esta costa». Los testigos coincidieron en señalar que los Casado-Sastre habían utilizado mojones de madera en lugar de los de hierro, y que por este motivo se habían desbarrancado originando graves inconvenientes con las empresas que explotaban los lotes contiguos. Después de colocar diversos mojones de hierro galvanizado cuya placa llevaba la inscripción Casado —que, como veremos, ya por entonces daba nombre a la sociedad anónima en virtud de la conversión de la antigua Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada en la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras—, Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza caminaron por el monte de quebrachales llegando hasta lo que difinieron como «una población vieja» o «tapera» ubicada en Puerto Palacio que quedaba a 7.566 m al norte de la propiedad de los Casado-Sastre. Desde allí demarcaron el terreno hasta el Riacho Pacú donde encontraron una comunidad indígena que no identificaron. Con posterioridad ubicaron en el plano la estancia San José y fueron estableciendo las diversas estaciones y los riachos hasta la barranca del río. Desde la estación 73, por ejemplo, tomaron fotografías de la chimenea de la fábrica de extracto de tanino que estaba ubicada a 55.928 m al norte de la línea divisoria entre la empresa Quebrachales Fusionados21 y la Sociedad de Tierras y Maderas. También colocaron mojones con la finalidad de establecer los límites de las tierras ocupadas por The American Quebracho, 20

Diligencia de mensura de los frentes de los campos propiedad de la sucesión de Carlos Casado y otros en el Chaco paraguayo, agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, Rosario, 22 de enero de 1912, CDICT, caja 8, leg. 306. 21 Uno de los primeros proyectos extractivos en el Chaco fue La Industrial del Chaco S. A., fundada por el sueco Gustavo Lagerheim; luego se unió a otras compañías y formó Quebrachales Fusionados S. A. Se estableció en Puerto Tirol con una capacidad de producción de 36.000 toneladas de extractos anuales. Los estatutos de Quebrachales Fusionados S. A. fueron aprobados por el gobierno argentino el 31 de mayo de 1906. Su capital originario fue de $ 7.000.000 mn. Con sede en el número 1636 de la calle Lima de Buenos Aires, su escritorio en Asunción le permitió controlar la producción y comercialización local. La empresa poseía tres instalaciones fabriles, una en Argentina (Puerto Tirol) y dos en Paraguay (Puerto Max en Concepción y Puerto María). En Argentina ocupaba una superficie de 40.000 ha y tenía 54 km de ferrocarril propio; producía mensualmente 670.000 kg de extracto de quebracho. Puerto María ocupaba 90 leguas cuadradas de campos y quebrachales, producía en 1910 aproximadamente 600.000 kg de tanino por mes, y había construido 17 km de vías férreas. En Puerto Max tenía la segunda fábrica fundada en el país, que producía tanino en una superficie de 26 leguas cuadradas del Alto Paraguay. Véase MONTE DOMECQ, 1911, 283-285, y las imágenes de la fábrica de tanino Quebrachales Fusionados, situada en Puerto Tirol, en El Chaco de 1940, Publicación efectuada por la Comisión Organizadora de la Primera Gran Exposición del Territorio Nacional del Chaco en la Capital Federal, noviembre de 1940-marzo de 1941. Buenos Aires, Talleres Gráficos de Guillermo Kraft, 1941, 109.

380

GABRIELA DALLA CORTE

por un lado, y el Sindicato Puerto Guaraní, por el otro.22 Los agrimensores lograron definir la extensión de los dominios en poder de Eduardo Casado Sastre. La mensura dejó también asentadas las latitudes y longitudes de los principales puntos de la propiedad de los Casado-Sastre. En la estación 78, Barnett y Escauriza encontraron Puerto Casado. La estación 80, ubicada sobre el río Paraguay, tenía una quinta y se utilizaba como embarcadero. Las oficinas de Puerto Casado se encontraban entre las estaciones 80 y 81. Entre las estaciones siguientes se hallaba la comisaría y 445 m más arriba se cruzaba el alambrado del terreno de la fábrica de tanino hasta encontrar tres galpones de hierro galvanizado de 50 m2 cada uno que funcionaban como depósito y que estaban conectados al puerto por accesorios de embarque, carriles, desvíos y rieles giratorios.23 La estación 83 fue ubicada a 70 metros de costa entre los obrajes y la vía del ferrocarril de Puerto Casado, donde había sido construido el embarcadero que consistía en grúas fijas y móviles y contaba con los instrumentos necesarios para el transporte de la madera de quebracho. Desde Puerto Casado partía un ferrocarril puesto en funcionamiento a inicios del siglo XX, que no superaba los 13 km de extensión en el momento en que la zona fue visitada por Barnett y Escauriza; la empresa empleaba unos 700 trabajadores para transportar la madera a la fábrica. Carlos Casado había puesto en marcha una flotilla de una docena de chatas24 que eran tiradas a su vez por dos remolcadores bautizados Venus Argentina y Doña Ramona (en este caso el nombre fue elegido en honor a Ramona Sastre Aramburu).25 Sabemos que una parte de la producción era destinada a la reposición de los durmientes del Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS), y que otra parte era transbordada a los veleros que llegaban desde Europa, cargados a su vez de carbón para las locomotoras de los ferrocarriles que empezaron a distribuirse en el Chaco. El explorador Juan de Cominges y Prat, que llegó a Puerto Casado para construir las instalaciones de la fábrica,26 describió el importante papel que tenían los remolcadores en el transporte de la madera: 22

LAINO, 1989, 189. El sidicato Puerto Guaraní fue clausurado en 1958. JAIME MOLINS, 1916, 190-194. 24 Tipo de embarcación de la zona, de aproximadamente 500 toneladas, que transportaba maderas desde Puerto Casado a la ciudad de Rosario. 25 BORRINI, 1997, 51. Cabe señalar que en 1891, condicionado por los malos resultados de su ferrocarril (los cuales llevaron a someter los destinos de la sociedad anónima a la Baring Brothers londinense), Casado vendió las chatas transportadoras y los dos remolcadores a la compañía de Nicolás Mihanovich, esta última radicada en Buenos Aires, que monopolizaría a partir de entonces las comunicaciones chaqueñas paraguayas. 26 DE MARCO, 1993, 219, 227-228; LAGOS, 1949, 178. 23

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

381

En cuanto a los obrajeros, no hay más que decir sino que el río Paraguay está surcado por bastantes docenas de chatas y remolcadores que conducen á Montevideo y Buenos Aires millones de palmas, vigas y durmientes, así como de rodillos de quebracho que se exportan á Europa para la fabricación del extracto que hoy se emplea de preferencia, como materia curtiente, pues esta planta, cuya duración en obra no es conocida por falta de tiempo, desde la conquista, contiene un 18% del tanino.27

El encargado de los establecimientos tanineros de Puerto Casado era José Casado Sastre quien, tras estudiar ingeniería en Alemania, se estableció en Asunción desde donde administró la empresa familiar a partir del año 1895 hasta el momento de su muerte producida el 15 de julio de 1952.28 José actuó primero en representación de su padre y luego se responsabilizó directamente de la compañía cuando su hermano mayor, el primogénito y albacea testamentario Carlos Mateo, fue declarado judicialmente insano. En vísperas de la primera guerra mundial, la sociedad anónima controlaba 40 km de telégrafo.29 José Casado Sastre fue ampliando el espacio ocupado por el ferrocarril privado hasta alcanzar, en 1949, los 230 km de extensión y controlar un total de 1.500 leguas de superficie de tierra rica en madera de quebracho.30 Entre las estaciones 111 y 112, Barnett y Escauriza marcaron en 1912 el paraje conocido como Puerto Monte, así llamado en honor al principal testaferro de Carlos Casado, José Monte. En señal de la importancia de las vías férreas en el proceso de ocupación del Chaco paraguayo, Barnett y Escauriza indicaron el inicio de los rieles del ferrocarril perteneciente a Quebrachales Fusionados de Puerto María, aunque no colocaron los mojones divisorios por la oposición que le demostró el administrador de la empresa de apellido Malverte. Verificaron que en la estación 113 había existido un mojón viejo en la boca de un arroyo que algunos llamaban Riacho Mosquito, ubicado a 51.763 metros respecto del lote 69. Este dato es relevante porque alli estaba radicada una comunidad indígena que los agrimensores no consignaron, pero que sí descubrió Wenceslao Jaime Molins en 1916.

27 28 29 30

COMINGES, 1892, 366-371. SANTILLÁN, 1956, tomo II, p. 190; CUTOLO, tomo II, 1969, 175. SOLVEIRA, 1995, 65. LAGOS, 1949, 178-180.

382

GABRIELA DALLA CORTE

7.3.

Testigos de excepción: Juan de Cominges y Wenceslao Jaime Molins

Sobre la naturaleza de la empresa montada por la familia en Paraguay contamos con dos descripciones de excepción: una corresponde a Juan de Cominges, el explorador empleado en Puerto Casado por sugerencia de Rafael Calzada, y la otra a Wenceslao Jaime Molins, quien hacia 1915 visitó el establecimiento de explotación taninera y los obrajes en compañía del administrador Antonio Troxler. Juan de Cominges llegó incluso a convivir con los indígenas radicados en las tierras de la familia, y dejó un importante relato sobre sus costumbres, en especial de los chamacocos y niquiquilás a quienes consideró similares a las tribus de los chiquitos; de los chiriguanos, que según el explorador hablaban el verdadero guaraní; y de amaigás, sanapanás, angaités, lenguas y huanás, «que hablan un idioma gutural, que no se parece en nada á ninguno de los idiomas conocidos, y de los que no existe otro vocabulario que el muy deficiente que yo he podido formar durante mi permanencia en estas tribus».31 En palabras de Cominges: Todos estos indios viven en las más estrechas relaciones de amistad y parentesco, no sólo entre ellos, sino aún con los que habitan al Sud, entre los ríos Bermejo y Pilcomayo, siendo muy común, el que se asocien para defenderse de los invasores mbayás, cuando vienen al Occidente, en busca de esclavos de ambos sexos, que venden después en Matto-Grosso á cambio de vestuarios, reses, armas y municiones...el inmenso territorio que ocupan está dividido en porciones proporcionadas á las necesidades de cada tribu, sólo dentro de las cuales les es dado cosechar los frutos silvestres, cortar maderas, pescar, cazar, criar ganados y cultivar la tierra.32

En 1892 el propietario Matías S. Alonso Criado señaló en la introducción de las Obras Escogidas de Cominges que este explorador había sido un gran defensor de los «inocentes indígenas de las selvas del Chaco», además de un reconocido impulsor de la división de la propiedad y de la colonización a ambas márgenes del río. El gobierno argentino reconoció esta labor efectuada por Cominges designándolo Inspector de Bosques Nacionales del país.33 La obra de Cominges, editada por su hijo Antonio, incluye fragmentos del diario de las dos expediciones realizadas al Chaco, una descripción sobre el proceso de colonización de las tierras chaqueñas y su efecto en la población originaria, así como un puña31 32 33

COMINGES y PRAT, 1892, 302. COMINGES, y PRAT, 1892, 302-303. Alonso CRIADO, 1982, XXIX; XXXIII-XXXIV.

REDES DE RELACIÓN Y EMPRESA EN EL CHACO PARAGUAYO

383

do de interesantes propuestas para fomentar el aprovechamiento de los recursos naturales de los bosques —Cominges indicó particularmente las posibilidades que ofrecía la zona para producir algodón, azúcar, tabaco y maní— sin poner en peligro su supervivencia y reproducción. Las propuestas de Cominges se integraron al debate propiciado por la «Ley sobre el aprovechamiento de los bosques» del 9 de octubre de 1880. En 1881, ante un nutrido público reunido en los salones de la Sociedad Geográfica Argentina, Cominges anunció que, habiéndose conseguido la conquista de la Pampa, había llegado el momento de hacer lo propio en el Chaco. El gobierno estaba llevando «a sangre y fuego la civilización al Chaco, para limpiarlo de indios y entregarlo en manos de los especuladores y agiotistas».34 «¿Pensará el gobierno argentino llevarla á cabo por medios idénticos a los empleados en la Pampa?», se preguntó el explorador mientras advertía la urgencia de frenar la destrucción de las tribus indígenas, a las que consideró oprimidas, y de los recursos de los bosques chaqueños cuya supervivencia estaba en juego por el tipo de actividad extractiva desplegada por la industria de curtidos.35 Al año siguiente, durante el Congreso Económico convocado en el mes de octubre, Cominges ofreció un discurso sobre el aprovechamiento de los bosques en el que advirtió sobre la urgencia de dictar leyes que pudiesen regular la explotación maderera así como las ganancias obtenidas por los particulares. Si bien se refirió a la situación argentina, sus conclusiones pueden hacerse extensivas al Chaco Boreal o, según palabras de Cominges, al Chaco del Norte. Agregó también que la realidad superaba cualquier expectativa, y que las disposiciones normativas no se cumplían en ningún caso en el Chaco. Propuso finalmente la fundación de una escuela teórico-práctica de comisarios de montes nacionales: Los arrendatarios de los bosques del Chaco ejercen una industria que se encuentra en medio de las mejores condiciones que pueden apetecerse para defraudar los intereses del fisco. Profundas soledades, proximidad a un pueblo extranjero que cuenta con idénticas producciones, falta de leyes y de agentes facultativos que vigilen por su cumplimiento, autoridades tan incompetentes como tolerantes...en aquellas risueñas soledades, donde debiera reinar la pureza y la sencillez de las costumbres primitivas, hay más lágrimas, hay más explotaciones, hay más iniquidades, hay más injusticias, hay más cohechos, en una palabra, hay más inmoralidades que en el seno de las más corrompidas poblaciones.36 34 35 36

COMINGES y PRAT, 1892, 354. COMINGES y PRAT, 1892, 269; 286-287. COMINGES y PRAT, 1892, 309-322, cita de 310-311.

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GABRIELA DALLA CORTE

En 1890 Cominges volvió a ofrecer una conferencia, esta vez ante los miembros de la Unión Industrial Argentina, en la cual propuso obtener el apoyo de los bancos oficiales así como la protección gubernamental con la finalidad de fomentar la industrialización y salir de «la vergüenza de recibir de Europa artículos elaborados de las materias primas».37 Siguiendo el ejemplo estadounidense, Argentina debía asumir un proyecto agrícola y manufacturero basado en la protección industrial y no en los principios del librecambismo, es decir, debía defender su producción «contra la invasión de las industrias extranjeras».38 En un texto titulado «La colonización del Chaco» e incluido en sus Obras Escogidas, Cominges hizo alusión hacia 1892 —una semana después de su cuarta expedición al Chaco— a la naturaleza de la colonización y de la ocupación militar en las zonas fronterizas del Chaco argentino, indicando que los indígenas habían sido sometidos a la «esclavitud de los ingenios de azúcar» en lugar de ser reducidos cristianamente para trabajar de manera independiente y autónoma. Puntualizó que «el Chaco y sus indios quedaron como estaban y como estarán hasta que de un debate razonado no brote la opinión que ha de prevalecer definitivamente acerca de su suerte».39 Indicó finalmente que el Estado argentino había obtenido entre marzo y agosto de 1892 la ínfima compensación de $ 339 «por la ruina que le ocasiona el ejército de leñateros que destruye continuamente esos bosques» de la zona del Chaco Central (hoy provincia argentina de Formosa), y que correspondía a los organismos legislativos poner freno a la destrucción «de esta parte del continente americano»: Tócanos hoy poner en relieve la indisculpable apatía de esos legisladores que, indiferentes á la suerte de las generaciones venideras, permanecen impasibles espectadores de ese crimen de lesa humanidad, que se llama tala ó descuaje, cuando están palpando sus funestas consecuencias...los obrajeros han sembrado la devastación en la margen de todos los ríos y arroyos, y se han internado en el desierto hasta distancias prodigiosas, en busca de algunos palos dignos de explotarse.40

En relación a los objetivos propuestos en este capítulo, interesa particularmente la carta que Cominges envió a su hermano Antonio desde Puerto Casado el 13 de agosto de 1889, y que fuera reproducida en sus Obras Escogidas con el título «Desde el Chaco paraguayo; en plena naturaleza primitiva»: 37 38 39 40

COMINGES COMINGES COMINGES COMINGES

y y y y

PRAT, PRAT, PRAT, PRAT,

1892, 1892, 1892, 1892,

272-278. 281. 346-357. 308-322, cita de 308-310.

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¿Qué hago aquí? Vas a saberlo...el territorio del Chaco fue subdividido en lotes y puesto en venta y no faltaron ávidos especuladores que se apoderaron de estas seis mil leguas cuadradas que hoy empiezan á explotarse bajo el aspecto pecuario, agrícola y sobre todo forestal. Ya no hay soledades en la ribera del Paraguay. Desde el 25° al 20 de latitud sud, ó lo que es igual todo el Chaco Paraguayo, en manos inteligentes y laboriosas, no es hoy una amenaza para nadie, sino un porvenir seguro...un ciento de estos salvajes que me secundan en los trabajos que tengo emprendidos, duermen en este momento entre las hogueras del perfumado palosanto, á la puerta de mi ranchito. No sé si habrán cenado lo suficiente, pero estoy bien seguro de que no seré en todo caso el complemento de la cena, como de que se regocijan con las bromas de mi hijo Juanito, que les está haciendo cosquillas con una ramita en sus desnudas espaldas.41

Tras dejar asentada en la carta la positiva valoración respecto de los indígenas que habitaban Puerto Casado, describió las tareas que desarrollaba en la región: ¿Pero en qué me ocupo en el Chaco? preguntarás de nuevo; pues en hacer extracto de quebracho, negocio regular aquí donde abundan los desperdicios de esta madera, donde con el mismo material y gasto de fabricación que en Europa, se economizan los altos fletes de la parte inerte del quebracho. Al fracasar la empresa Brabo,42 que tantos sacrificios costó á su digno iniciador y á mí que le secundé con toda mi alma, no fracasaron mis esperanzas de tornar al Chaco. Esperé, y diez años más tarde, poniéndome en relación con un español que ha unido su nombre al progreso argentino y que posee en el Chaco la friolera de TRES MIL leguas cuadradas (don Carlos Casado), le propuse interponer mi amistad con todas las tribus y contribuir con mi conocimiento del territorio, á construir el ferrocarril desde el 22° á Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Este señor me aceptó a su lado, asociándome por el momento á esta industria y encargándome el estudio y preparación de obras más grandes. Aquí estoy, pues, y no me tengas lástima. Tuyo, Juan de Cominges.43

La fábrica de extracto de quebracho de Puerto Casado se denominó originariamente La Hispano-Paraguaya; empezó con un rendimiento de 120 toneladas mensuales y en 1903 alcanzó a producir 600 toneladas. En un principio quedó bajo el control técnico de Julio Dutreleaux, que en Francia había adquirido en nombre de Casado la maquinaria adecuada para el procesamiento del tanino. Las calderas habían sido compradas a la empresa Douchesnne. En los años en que se hicieron las mensuras de las tierras de los Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, es decir, entre 1908 y 1912, la empresa ocupaba unos mil peones y contro41

COMINGES y PRAT, 1892, 366-371. Se hace referencia a la empresa de Francisco Javier Brabo a la que ya hemos hecho alusión; BRABO, 1879. 43 COMINGES y PRAT, 1892, 366-371; en mayúsculas en el original. 42

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laba la chata Sapoki que tenía una capacidad máxima de 300 toneladas, asi como otra chata de 800 toneladas de capacidad para cargar ganado, y el remolcador bautizado Desarrollo capaz de cargar mil toneladas. Los hermanos Carlos Mateo y José Casado Sastre se responsabilizaban de la explotación de aproximadamente 20 leguas de bosques, y empleaban para el transporte de productos unos 700 obreros, 2.000 bueyes y 150 carros, además de explotar 34 km de la vía férrea privada que partía desde Puerto Casado hacia el interior del Chaco, y de construir otros 20 km más. La empresa controlaba una moderna casa particular con locales propios para comisaría, un juzgado de paz, disponía de un centenar de casas para los obreros y de una escuela para sus hijos, peones y empleados, almacenes, boticas y panaderías. Carlos Mateo, José y Alberto Casado Sastre dirigían entonces una sociedad que aseguraba la llegada de tres vapores correo semanales desde Asunción al Chaco. A su vez, la familia tenía su oficina central en el número 158 de la calle 25 de Mayo de la ciudad de Buenos Aires. Desde este despacho centralizaba la venta de tanino al exterior.44 Si la reseña de Cominges se centraba en los indígenas, la descripción de Wenceslao Jaime Molins permite hacernos una idea de lo que representaba Puerto Casado en esos años. En primer lugar, Jaime Molins afirmó que la mayor parte de los administradores y apoderados eran «hombres de escritorio» que no sabían siquiera lo que era «una raja de leña». Por ello eran valorados los braceros indígenas y los «baqueanos»: Desde lejos se anticipa la impresión de un gran emporio industrial anunciado por el humo de las chimeneas. Sobre un puerto natural del río, tirado a pico, se ha construido el embarcadero con toda la ferretería de un puerto cómodo, con sus grúas fijas y movibles, con sus desvíos adecuados y demás elementos de movilidad y transporte. La chata Sapoki, de 300 toneladas, otra chata corral para hacienda, que puede cargar hasta 100 novillos gordos, y el remolcador Desarrollo, complementan los elementos propios de la rada... Visitamos el establecimiento en compañía del administrador, don Antonio Troxler, del juez de paz y del facultativo. Queremos seguir paso a paso el proceso de la elaboración tánica desde el bosque, si es menester, hasta el acondicionamiento en los secaderos y la exportación. Es imposible hacer un cálculo general de la riqueza forestal de aquellos campos, aun cuando, justo es confesarlo, no son los mejores del Chaco, ni reditúan lo suficiente —por inexploración— para tener el dominio de un condado sin fronteras.45

44 45

MONTE DOMECQ, 1911, 279-280; LAINO, 1989, 151. JAIME MOLINS, 1916, 181-182; 188-189.

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Wenceslao Jaime Molins hizo referencia en la década de 1910 a la manera en que se procesaba la madera de los bosques de quebracho para obtener el tanino: Se calculan de 10 a 20 mil toneladas de esta madera en condiciones de industria, por legua. Los rollizos traídos del monte y depositados en el desvío frente al cuerpo principal de la fábrica pasan a los cajones de las cortadoras. Un poderoso tambor los tritura luego, mientras la elevadora automática, después de un juego centrípeto que permite una fragmentación menuda y pareja, levanta el aserrín para entregarlo a una ancha garrucha sin fin que lo lleva a granel a los grandes tanques de cocción —10 depósitos de cobre comunicados convenientemente— y donde el agua hirviendo (100°) va a operar la primera licuefacción del extracto. Realizada esta primera operación, a base de diferentes temperaturas y estacionamientos que sería menester explicar sobre el terreno, pasa el líquido a los depósitos, tres grandes tanques de 7.000 litros cada uno, donde sufre un estacionamiento a los efectos de asentar las matrias ajenas a las sustancias astringentes. Pasa luego el tanino a los tanques de doble efecto, en donde a una temperatura de 70° (...) se establece una densidad de 21° a 23°. Luego pasa por dos depósitos, en el último de los cuales sufre una temperatura de 60°. El extracto de quebracho está listo. Un reposo de 13 horas lo pone en condiciones de acondicionamiento. Bajo el último tanque de su proceso industrial, una báscula recibe el tanino y pesa bolsas de 50 kg, que son conducidas a los secaderos en donde una cuadrilla de arregladores cose las bolsas y las envía por zorras hasta los depósitos.46

Jaime Molins describió seguidamente las tareas desarrolladas por los trabajadores en el departamento de las calderas, el aserradero y los talleres de fundición: El aserrín inocuo, libre ya de las bras y materias colorantes, una vez que desocupa los 10 tanques de cobre para dar lugar al aserrín sin extraer, es conducido por un elevador de espiral hasta el departamento de las calderas, en donde se utiliza como elemento de combustión para mantener los hornos. De cada cocida salen de 100 a 120 bolsas de 50kg de tanino. Diariamente el establecimiento elabora alrededor de 300 bolsas. Los salarios son buenos. Se observa el horario de 10 horas. El trabajo se continúa noche y día. Pero este gran establecimiento industrial, orgullo de la región chaqueña, no termina ahí, por cierto. Tan poderoso mecanismo reclama departamentos y talleres accesorios. Se supone el aserradero, siquiera para el consumo de los edificios de la villa, de la carpintería general que reclama la fábrica y el convoy ferroviario. ¡No sólo el quebracho había de rendir su tributo en la selva! El aserradero, dotado de maquinarias modernas y poderosas, labora sin cesar la obra reclamada por este ponderado centro fabril, trabajando las más nobles maderas. La fundición lo mismo. En el momento de nuestra visita, el jefe de los talleres de fundición, un español bronceado por el rojo de la fragua, contemplaba jubiloso un engranaje de presión a medio enfriar todavía, aprisionado en el molde de tierra obs46

JAIME MOLINS, 1916, 190-194.

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cura. La pieza era perfecta, así hubiera sido de bronce. Es realmente un aditamento complementario a la casa este gran taller de fundición y mecánica, donde se reponen los implementos más delicados tanto de la fábrica como de los navíos. Visitamos, así mismo, el depósito de repuestos, los galpones del ferrocarril y el puerto. Luego giramos la población.47

Puerto Casado contaba con una comisaría y un juzgado de paz, y allí residían el administrador y un médico de origen italiano. Significativamente, Jaime Molins no mencionó a los misioneros salesianos encargados de llevar adelante la conversión religiosa de los indígenas, aunque sí describió a los habitantes que residían en los dominios de los Casado-Sastre en el área en la que los agrimensores Barnett y Escauriza señalaron como propia de la estación 113: se trataba de miembros de las etnias Toba-Maskoy, Lengua, Guaná, Sanapaná y Angaité que, organizados en cinco aldeas, formaban la comunidad de Riacho Mosquito: Puerto Casado es una villa de 700 a 800 habitantes. Recorremos el largo cordón de casitas blancas y alineadas en un trecho de 400 metros desde la fábrica a la administración. La colmena del mundo infantil está en desbande; y por cierto que no son los chiquitines rubios de las colonias del Alto Paraná. Pasamos por la proveeduría, por el mercado y la panadería. El orden y el aseo reinan en todas partes. ¡Ojalá —pensamos ante las amasadoras mecánicas y los hornos modernos de la panadería— ojalá la panificación en todos los centros poblados fuera tan limpia! Pasamos por la comisaría, y luego por el juzgado de paz, casi un chalet, donde el parquecito coquetón y los árboles vecinos ponen un poco de poesía en el ceño de Themis. Y después visitamos la farmacia del establecimiento, bien surtida, pero poco frecuentada, tal es la salud del vecindario. —El renglón de mayor consumo es la quinina—, nos dice el farmacéutico Mongino—, un poco de fiebre «paludosa» pero no tanto que pueda decirse endémica. «El clima es inmejorable. Aquí nadie se enferma, señor». Algo de ganadería para el abasto de la empresa y la población, completa el cuadro ligero. En el corral vecino, un fornido reproductor Heresford parece que descansara sobre los laureles de su misión cumplida, después de haber producido tres generaciones que resistieron perfectamente las alternativas del clima tropical. De sobremesa, el señor Troxler completa sus informaciones. —Hay 15.000 rollizos en el bosque, listos para ser traídos a medida que lo reclame la fábrica—, nos dice.48

Respecto a la actividad ganadera desarrollada por los Casado-Sastre, temática en general soslayada cuando se habla de la empresa chaqueña, González y Ynsfrán dejaron una sucinta descripción en 1929: El puerto y las tierras adyacentes en una extensión total de mil ochocientas leguas cuadradas, son de propiedad de la conocida compañía Carlos Casa47 48

JAIME MOLINS, 1916, 190-194. JAIME MOLINS, 1916, 190-194.

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do Limitada. Esta compañía posee una estancia modelo con más de veinte mil cabezas de ganado vacuno totalmente mestizado, y una gran fábrica de tanino montada con maquinarias modernas y con una producción anual de quince mil toneladas de tanino.49

La población indígena que trabajaba en los obrajes de Puerto Casado —como la de Santa Casilda y Puerto Pinasco—50 fue identificada como «toba» por los primeros técnicos que llegaron para procesar el tanino y que previamente habían estado vinculados a la comunidad toba que trabajaba para las empresas tanineras del Chaco argentino. Según Jaime Molins: Subimos la lomada. Junto a unas vigas de quebracho tiradas al azar, una docena de indios tobas presencian el arribo del vapor. Son últimos ejemplares de las razas aborígenes del Chaco, que en unión de lenguas, zapoquís y sanapanás, se han puesto del lado de la conquista civilizadora de la fábrica y miran con ojos indiferentes la arremetida del progreso arrollador. Son, en su mayor parte, mujeres feas y bronceadas; pero de una elegancia y plasticidad de líneas tan suaves, que podrían servir de patrón a un corsé de madama Leoty, de la place de la Magdelaine. Así nos lo hace notar el médico del establecimiento —no lo del corsé, sino lo de la forma—, un joven italiano recién venido y cuya condición de hombre «ammogliato» disipa del primer momento toda sospecha.51

A los indígenas se les limitó la posibilidad de continuar con sus propios cultivos y con la cría de ganado; a lo largo del siglo XX, los diversos empresarios que se aprovecharon de los recursos naturales de la zona, tal como sostienen Súsnik y Chase-Sardi, criaron ganado vacuno en las cercanías de las chacras indígenas además de apoderarse de sus animales. En el caso de la empresa dirigida por José Casado Sastre y por su mayordomo Cirilo Soto, una de las prácticas más habituales fue la de marcar los animales poseídos por los indígenas como si fuesen propios. Las empresas extractivas encontraron en los pobladores locales una fuente de recursos y una mano de obra barata y disponible que, al mismo tiempo, fue entregada a los misioneros para su «conversión». De este modo, los pobladores se conchababan en los obrajes, en la fábrica de tanino, en la estiba del puerto y colaboraban con la carga del tren privado de la empresa. Carecían, en general, de documentos de identificación y cobraban la mitad de lo que les correspondía por ley; además, la empresa solía pagar el jornal en alcohol. Súsnik y Chase-Sardi, conocedores de la realidad paraguaya y de la situación de los indígenas, 49 50 51

GONZÁLEZ Y YNSFRÁN, 1929, 144. CHASE-SARDI, BRUN, ENCISO, 1990, 110-115. JAIME MOLINS, 1916, 188-189.

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relataron que «en las oficinas de la propia compañía en Asunción, lucía una enorme fotografía de Carlos Casado, sentado delante de un barril, con un jarro en la mano derecha y, frente a él, una fila de indios esperando su ración. Sólo se distribuían alimentos cuando el trabajo no daba tiempo para que los peones fueran a rebuscarse en la selva».52 Poco interesados en estos detalles, que sí aparecen en Cominges y Prat y en Jaime Molins, los agrimensores Barnett y Escauriza no hicieron referencia a la vida cotidiana de Puerto Casado en ocasión del juicio de Genara Casado Sastre. En la estación 194 llegaron a un paraje conocido como Puerto San Alberto sobre el riacho del mismo nombre, donde marcaron el límite norte del territorio que entonces controlaban conjuntamente Carlos Mateo y José Casado Sastre, que a su vez era el límite sur del campo de The River Plate Quebracho Company. Entre las estaciones 205 y 206, a 82.332 m al norte contando desde el lote 69, colocaron dos mojones con la marca Casado. A partir de ese momento la mensura se continuó en la reserva E de Fuerte Olimpo con la finalidad de determinar el sobrante fiscal sobre el río Paraguay que en una oportunidad había señalado el agrimensor Thompson. En compañía del comandante Crisóstomo Machuca y de otros baqueanos de la zona, Barnett y Escauriza marcaron la ubicación de los lotes ocupados por la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A., la sociedad norteamericana de Puerto Pinasco, The River Plate Quebracho Company y Quebrachales Fusionados, y colocaron mojones aunque en sus borradores reconocieron que era difícil determinar con exactitud el lugar específico en que estaban instalados. En el caso del mojón Casado 11, por ejemplo, escribieron que estaba colocado «enfrente de un terreno cercado donde hay una casita y un árbol grande con cerco alrededor». En la estación 19 describieron haber encontrado «un badado muy feo» desde el que midieron la orilla del río aprovechando una barranquilla de tierra. En las estaciones 22 y 29 llegaron a la boca de dos riachos que daban al río Paraguay y en la 31 encontraron un rancho viejo; en la estación 72 llegaron al riacho de Bahía Generosa y a medida que avanzaban fueron colocando los mojones Casado hasta Puerto Los Médanos. Genara Casado Sastre y su representante, Eusebio Ayala —quien, como dijimos, asumiría la presidencia paraguaya durante la guerra del Chaco—, presentaron a los jueces la mensura que Barnett y Escauriza hicieron en las 39 leguas sobre el río Paraguay y de los territorios lindantes con Fuerte Olimpo en enero de 1912.53 Casi dos años después, el 13 de 52

SÚSNIK Y CHASE-SARDI, 1995, 251-253. Diligencia de mensura de los frentes de los campos propiedad de la sucesión de Carlos Casado y otros en el Chaco paraguayo, agrimensores Leslie G. Barnett y Ramón de Escauriza, Rosario, 22 de enero de 1912, CDICT, caja 8, leg. 306. 53

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diciembre de 1913, el fallo judicial se pronunció en la demanda de Genara y remarcó el «criterio movedizo» con que había sido efectuado el estudio. La justicia echó por tierra las pretensiones de Genara de ocupar tierras del lote 70 y la mujer decidió apelar la causa. La Cámara determinó en primer lugar que los documentos privados no eran fiables y argumentó que Barnett y Escauriza no sólo no habían respetado los mojones judiciales de Carlos Thompson y Ernest Hang, sino que además habían realizado una «tarea desquiciadora» a gran escala al «transformar despiadadamente los mojones de la mensura judicial». Con esta decisión, habían legitimado la invasión de 4 km de extensión sobre el río Paraguay que no pertenecían a Casado sino a otras empresas. En un «torbellino insensato», afirmaron los camaristas, la «trastornada y desquiciada» mensura de Barnett y Escauriza arrastraba errores hasta Fuerte Olimpo con el único objetivo de apoyar la demanda particular de Genara en los lotes 69 y 70. Ante esta situación, los camaristas resolvieron efectuar una inspección ocular en Fuerte Olimpo y se hicieron acompañar por Crisóstomo Machuca, que había sido ascendido a coronel y estaba a cargo de la quinta zona militar paraguaya, y por José Casado Sastre, que estaba a cargo de la empresa familiar. Pidieron a Machuca que indicara al práctico Adolfo Riquelme dónde estaban ubicados los antiguos mojones de madera con la inscripción C. C. que habían definido el límite norte de la propiedad adquirida entre 1886 y 1893 por Carlos Casado. Durante la visita escucharon decir a Machuca que en algún momento había existido un mojón de madera «que desapareció por el desmoronamiento del barranco del río». José Casado Sastre, por su parte, recordó que el ministro de hacienda Emilio Aceval, poco antes de asumir la presidencia del Paraguay (1898-1902), había advertido a su padre que el gobierno tenía conocimiento de su avance ilegítimo en la guarnición de Fuerte Olimpo. Señaló también que Barnett había instalado un nuevo mojón Casado sólo como punto de referencia y sin pretensiones de indicar el límite de la propiedad. Con estos datos, más la información catastral, en 1916 la Cámara de Apelaciones determinó que los Casado-Sastre carecían de documentación que ratificara el dominio de algunas propiedades en el Chaco Boreal. Según el trabajo efectuado por el agrimensor Fidel Ramírez, que fue nombrado por el poder judicial como perito en discordia, la Cámara criticó que los Casado-Sastre colocaran mojones incluso en las bocas de los esteros del río Paraguay, a lo largo de 168.670 m. La Cámara concluyó que la extensa propiedad se había ampliado de manera ilegítima gracias a la trasposición de los mojones, aunque no pudo avanzar en la investigación ya que sólo estaba legitimada para actuar en relación a las tierras

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reivindicadas por Genara Casado Sastre. No obstante, agregó un dato de importancia: las irregularidades verificadas en el proceso de venta de las tierras fiscales del Chaco paraguayo eran consecuencia de la práctica de declarar la propiedad y garantizar su posesión y goce sin contar, en los hechos, más que con documentos notariales, mensuras y amojonamientos privados realizados en gran medida por técnicos extranjeros, o con peritajes elaborados por las partes en disputa. Estaba en juego, en realidad, el derecho de dominio exclusivo de las antiguas tierras fiscales a través de estos instrumentos privados, y según los artículos 12 y 15 del convenio del año 1885 aprobado por ley de 20 de marzo de 1886 que habían permitido la privatización del Chaco Boreal.54 De manera casi premonitoria, los camaristas afirmaron que esta situación acarrearía en el futuro serios inconvenientes para la estabilidad de la propiedad raíz en el Chaco, «donde existen importantes establecimientos industriales, cuyos lotes seguramente se han situado teniendo en cuenta los mojones administrativos o judiciales, reconocidos sin llevar ninguna normalidad por medio de una mensura particular».55 La actuación de Barnett y Escauriza, y las descripciones de Cominges y Jaime Molins, refrendan el poder privado en la zona.

7.4.

Las delegaciones nacionales bolivianas en los Orientes y el Chaco

Mientras el gobierno paraguayo implementaba este proceso de privatización de tierras y resolvía de manera precaria los conflictos surgidos entre las empresas instaladas en la región, desde las últimas décadas del siglo XIX buscó resolver el problema de límites con Bolivia firmando los tratados Quijarro-Decoud en 1879, Tamayo-Aceval en 1887 e IchasoBenítez en 1894, así como el protocolo Soler-Pinilla de enero de 1907. Este protocolo prometió someter el conflicto al fallo arbitral del presi54

DALLA CORTE, 2007 b; DALLA CORTE, 2007 c. Expediente del juicio seguido por Genara Casado Sastre de Magrane contra la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques sobre reivindicación de un lote en el Chaco paraguayo, 1916, CDICT, caja 12, leg. 468, que incluye la copia de la sentencia del Juzgado de Asunción del Paraguay del 13 de diciembre de 1913, absolviendo a la Sociedad Rosarina de Campos y Bosques y no dando lugar a la nulidad de procedimientos, acción reivindicatoria y demanda sobre percepción de frutos entablada por Genara Casado Sastre de Magrane, así como la sentencia del 14 de diciembre de 1916 y copia de la documentación de la Cámara de Apelación en lo Civil presidida por Luis C. Ortellano y formada por los conjueces sorteados Esteban Gorostiaga y Enrique L. Pinto, cubriendo la secretaría B. Eliseo Riquelme. 55

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dente argentino y contó con la intervención del canciller Estanislao S. Zeballos. En 1913 se firmó un protocolo entre el boliviano Ricardo Mujía y Eusebio Ayala, que era el abogado de Genara Casado Sastre además de canciller paraguayo, el cual respetó la cláusula de 1907 de no avanzar más allá de la línea del statu-quo pero no resolvió las tensiones entre ambos países. A partir de entonces, el gobierno boliviano denunció sistemáticamente la ocupación territorial chaqueña por parte de fortines y empresas, en particular de las empresas argentinas encabezadas por la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras.56 Con la finalidad de frenar el avance paraguayo, desde el año 1906 el gobierno boliviano proyectó erigir un vicariato apostólico en la zona; el plan fue retomado por el franciscano Salvador Sargenti quien determinó la creación del Vicariato Apostólico del Sudeste con jurisdicción sobre los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, en especial sobre las provincias de Cordillera, Azero y Gran Chaco, es decir, sobre los espacios en que actualmente se reparte el Chaco Boreal incluido en jurisdicción boliviana. El papa Benedicto XV aprobó la iniciativa y a inicios de agosto de 1919 una bula designaba a Monseñor Hipólito (Ippolito) Ulivelli como primer vicario.57 Al gobierno boliviano le cupo garantizar una partida anual de 8.000 bolivianos para resguardar las misiones indígenas en la zona.58 La diplomacia, por su parte, debatió largamente sobre la legitimidad de la antigua jurisdicción de la Real Audiencia de Charcas y de la Provincia y Gobernación del Paraguay, así como sobre el valor del uti-possidetis juris de 1810. Aquí no nos referiremos a este tema, que 56

Circular telegráfica del ministro de relaciones exteriores Mariano Zambrana a las Legaciones de Bolivia, La Paz, 9 de diciembre de 1928, Documentos relativos a la agresión del Paraguay contra el fortín boliviano Vanguardia. La Paz, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Editorial Renacimiento, 1929, 14-20. 57 El territorio del Vicariato fue delimitado entre las altas cumbres de la serranía de Incahuasi con río Grande, en la provincia de Cordillera; continuaba por el río hasta encontrar la línea de demarcación interprovincial con Chiquitos; por el este, la frontera era Brasil y Paraguay; por el sur, desde el Pilcomayo hasta un punto denominado «Casa de la Piedra», en la margen derecha del río Pilcomayo; Recuerdos históricos del Vicariato apostólico del Gran Chaco en sus Bodas de Plata 1920-1945. Cuevo, setiembre de 1945. Publicación auspiciada por el Vicariato Apostólico del Gran Chaco, Leiden Inter Documentation Company by Microform Publishers, 25 aniversario apostólico del Gran Chaco, 1982. 58 Cabe señalar que el artículo 4.º de la ley de 1919 menciona por primera vez la posibilidad de que las misiones indígenas fuesen secularizadas en el futuro, previendo que, en ese caso, «quedarán sus templos y las casas de la reducción a disposición del Vicariato Apostólico con los armamentos y objetos de culto, enseres y muebles», BUSTILLO, 1931.

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ha sido objeto de análisis por parte de una nutrida literatura jurídica, sino que abordaremos los informes que a lo largo de la década de 1920 redactaron los responsables bolivianos de la Delegación Nacional en el Oriente y de la Delegación Nacional en el Gran Chaco, Lino Romero y Julio A. Gutiérrez, respectivamente. Dichos informes muestran la incapacidad del gobierno boliviano para ocupar efectivamente el territorio disputado y la sorpresa ante el poder de empresas como la de Carlos Casado S.A. La jurisdicción de la Delegación Nacional en el Oriente fue establecida mediante un decreto el 17 de diciembre de 1912.59 En mayo de 1925 el delegado Lino Romero presentó un manuscrito al Ministerio de la Guerra y Colonización en el cual propuso cambios urgentes para la región: en un territorio casi «desértico», donde la población no superaba los 3.000 habitantes y los conscriptos no llegaban a 300, proyectó trasladar el Distrito Militar a Santa Cruz de la Sierra y al mismo tiempo fomentar la colonización de las «regiones extremas y desiertas de la patria» que tuviesen una fácil irrigación, como San Juan, Roboré, Santo Corazón y San Matías. Según Romero era necesario fomentar la actividad de la aduana de Puerto Suárez. En cuanto al servicio militar obligatorio, afirmó que representaba la barbarie y debía ser prohibido ya que las fronteras no debían estar «cruzadas de bayonetas, sino de banderas blancas y brazos abiertos, que simbolicen la paz y la fraternidad».60 Romero denunció, finalmente, las deficientes vías de comunicación: desde La Paz a Puerto Suárez, pasando por Santa Cruz de la Sierra, por ejemplo, se tardaba dos meses en llegar, mientras que desde Puerto Suárez a Buenos Aires sólo eran necesarios ocho días de trayecto: Nuestras vías de comunicación, que cruzan por montes primitivos, son apenas sendas trazadas en el desierto, sembradas de peligros y faltas de todo recurso. Es preciso viajar en ellas en cortas jornadas de veinte a treinta km, de aguada a aguada, como vulgarmente se dice, a fin de buscar en esos puntos precisos de descanso, siquiera una choza, generalmente sin habitantes y un poco de agua sucia para beber. Para llegar de aquí a Santa Cruz, por ejemplo, es necesario caminar salvajemente durante diez y ocho o veinte días, muriéndose de sed unas veces, y nadando otras, en grandes extenciones de camino convertidas en lagos en la estación lluviosa; devorado uno por los mosquitos, los tábanos, las garrapatas y otros mil vichos [sic] que torturan sin descanso, angustiado con el paso lento del buey que le sirve a uno de cabalgadura, y expuesto en fin a ser victimado por alguna horda salvaje, de las que aparecen con frecuencia en estos caminos. Pero aun es más penoso un viaje desde este 59

Posteriormente se crearon las Delegaciones Nacionales del Parapetí y Llanos de

Manso. 60

ROMERO, 1925, 1-2, 19-25.

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pueblo a San Matías, yendo por tierra...para llegar del uno al otro es preciso hacer un viaje de 15 días mortales.61

La creación de la Delegación Nacional en el Gran Chaco, por su parte, fue sancionada el 27 de diciembre de 1905 mediante una ley que fijó la sede en Villa Montes, un poblado que por esas fechas no superaba los 800 habitantes. La normativa sometió este organismo al Ministerio de la Guerra y Colonización pero no delimitó con precisión su jurisdicción; sólo enunció que debía actuar sobre el Pilcomayo y sus «territorios adyacentes», excluyendo derechos territoriales sobre Chuquisaca, Santa Cruz de la Sierra y Tarija. De este modo, la normativa no otorgó jurisdicción sobre Yacuiba, la capital de la provincia del Gran Chaco, que dependía de la Prefectura de Tarija, y tampoco mencionó los cantones Camatindí, Ñancorainza y Carandaití en la provincia del Azero del departamento de Chuquisaca.62 Julio A. Gutiérrez fue enviado al Chaco como delegado nacional desde abril de 1926 a julio de 1927.63 En diversos informes y oficios señaló que la región, que llegaba hasta la provincia de Azero e incluía las provincias de Chiquitos y Cordillera, era como un «gran triángulo rico en tanino y en ganado» que permitiría a Bolivia abandonar el modelo económico fundado en la actividad minera. El delegado juzgó que el país tenía grandes dificultades para gobernar esta apartada región dominada ya por «vecinos extranjeros» que se disputaban vorazmente el territorio. Como ejemplo, citó el caso de la Standard Oil and Company, la única empresa petrolera que daba vida a una región azotada por las sequías y la desidia del gobierno boliviano desde Yacuiba hasta Villa Montes, y desde allí hacia Charagua. Como hiciera su homólogo Romero, señaló que si se pensaba en consolidar la soberanía en los Sudestes, las posesiones 61

ROMERO, 1925, 17-18. Abel ALARCÓN (1905, 6, 17) había afirmado que el Chaco Boreal era una extensión indefinida de las misiones de chiriguanos, mojos y chiquitos que dependían de Santa Cruz. 63 Hasta ese momento, Julio A. Gutiérrez se había desempeñado como rector de la Universidad de Santa Cruz en 1925, presidió la Cámara de Diputados en 1910 y 1912 y, entre sus servicios administrativos destacan el ejercicio del Ministerio de Justicia e Industria (1917-1918), de Gobierno y Justicia (1919), de Relaciones Exteriores y Culto (1931-1932), de Guerra y Colonización (1932), y Prefecto del Departamento de Santa Cruz (1925). Al abandonar la Delegación Nacional en el Gran Chaco, Gutiérrez formaría parte, entre 1927 y 1928, de la delegación boliviana en las Conferencias celebradas en Buenos Aires, primero en calidad de asesor y posteriormente en calidad de delegado plenipotenciario y asesor. En plena guerra del Chaco, fue enviado extraordinario y Ministro plenipotenciario en la Argentina. Fue miembro de la Academia de la Historia Argentina y de la Academia Diplomática Internacional de París. 62

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militares debían dejar paso a la colonización civil, la instalación de tropas defensoras de la integridad nacional, la consolidación y conservación de caminos, la comunicación telegráfica y, fundamentalmente, la obtención de agua potable.64 Proclamó finalmente que el Chaco se encontraba «aislado de la República» y que sus escasos habitantes vivían «como en un punto lejano a donde llegan muy tarde las vibraciones del mundo».65 La emigración boliviana hacia la Argentina, tanto de los cruceños como de los indígenas establecidos en las misiones franciscanas, completaba la descripción de un panorama desolador. Gutiérrez llegó a calcular que anualmente salían de los Orientes y del Sudeste aprovechando el camino abierto hacia Tartagal aproximadamente 12.000 personas, en particular para emplearse en los ingenios azucareros argentinos: La emigración a la Argentina ha provocado más de un debate en las Cámaras y ha agitado la opinión en la prensa. Pasan muchos años que el éxodo indígena empezó. Actualmente se cuenta por decenas los pueblos desaparecidos principalmente en la provincia Cordillera; y el agotamiento de las existentes es notable. La succión de la raza chiriguana y otras se ha verificado por los establecimientos azucareros argentinos. Hay indios que se quedan para no volver, otros que regesan anualmente a sus siembras de maíz, este producto lo gastan hasta consumirlo en sus chichas y vuelven a la zafra. Se dice que los indios se civilizan en sus viajes a los ingenios. Es cierto que adquieren un conocimiento de pueblos más adelantados y despiertan a estados de menos rutina; pero también es verdad que de allí regresan sin economías, con un caballo viejo o una escopeta maltrecha, como único ahorro de meses de trabajo y regresan con vicios y con infecciones que minan su organismo y contaminan terriblemente a las tribus. La ley de enganches de peones vigente para los departamentos del Beni y Santa Cruz, que se dictó cuando el trabajo de la goma despoblaba enormemente los centros cruceños, se amplió al Gran Chaco, Azero y Cordillera.66

Gutiérrez señaló que el Chaco estaba separado de la Bolivia andina por la cordillera hasta sus últimos contrafuertes. La «lejanía de una fontera perdida en la inmensidad del desierto», según sus palabras, beneficiaba a Paraguay que desde hacía décadas colonizaba la región. Según el delegado, la geografía del país vecino garantizaba la posesión del Chaco ya que tenía «algo mejor que los ferrocarriles para llegar al terreno colonizable, el río, por donde los vapores avanzan para desembarcar todos los materiales de trabajo en los puertos donde empezará la colonización y la indispensable línea férrea». Entre sus propuestas destacan la de establecer la comunicación entre la región altiplánica y el Chaco por la vía 64 Sobre una evaluación de la navegabilidad de los ríos bolivianos en la etapa previa a la mirada dirigida hacia el Chaco véase SALINAS, 1871. 65 GUTIÉRREZ, 1980a, 15-77. 66 GUTIÉRREZ, 1980a, 15-77.

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Tomina-Sucre, y la de dotar a la región de una categoría similar a la del resto de las delegaciones nacionales. Se vio obligado, no obstante, a reconocer que el gobierno boliviano había reducido erróneamente el Chaco a un asunto de fronteras —es decir, a la categoría de espacio que podía negociarse y cederse— cuando, en realidad, debía ser considerado parte integrante del territorio colonial de la Real Audiencia de Charcas y, por ende, factible de ser ocupado de manera efectiva.67 El 3 de octubre de 1926 Gutiérrez advirtió al gobierno boliviano que no se debía «dejar por más tiempo desatendida nuestra penetración al centro del Chaco». Gutiérrez consideró que el Chaco era entonces una «inmensa zona desierta» desocupada, a excepción de los establecimientos ganaderos que bordeaban los ríos Pilcomayo y Parapetí. A inicios del año siguiente puntualizó al Ministerio de la Guerra y Colonización que la carencia de pozos de agua potable había hecho fracasar hasta entonces las expediciones oficiales y los escasos proyectos colonizadores particulares. Paraguay, en cambio, además de legalizar la venta de tierras fiscales desde el año 1881, había ocupado estratégicamente el litoral chaqueño lindero con el río Paraguay. Además, había facilitado la instalación de empresas extractivas, la construcción de ferrocarriles, la radicación de inmigrantes y la ocupación de los espacios aledaños a Fuerte Olimpo, aún a costa de incumplir los tratados Quijarro-Decoud y Tamayo-Aceval. El delegado nacional, finalmente, criticó las cesiones territoriales propiciadas por el protocolo Soler-Pinilla patrocinado por Estanislao Severo Zeballos, indicando con gran sorpresa que este canciller argentino era por entonces «dueño de extenso latifundio en la zona disputada».68 El coronel Miguel Alaiza llegó a una conclusión similar en 1928 al indicar que la lejanía respecto a los núcleos de población, así como la falta de ocupación del territorio, facilitaban la expansión paraguaya en «los dilatados territorios del Oriente y el Chaco, sembrados de inconvenientes y surcados por obstáculos insuperables». La búsqueda de una salida en el río Paraguay no respondía, por ello, a una simple cuestión nacionalista, sino que era la garantía económica para las generaciones venideras, aunque rechazó iniciar cualquier tipo de «aventura bélica» que sabía que sería perjudicial para Bolivia.69 Ya iniciada la guerra del Chaco, Tomás Manuel Elío defendió la posición boliviana señalando que el Paraguay había provocado una «invasión pacífica, industrial, que al amparo de la confianza boliviana ese ad67 68 69

GUTIÉRREZ, 1980a, 15-77. GUTIÉRREZ, 1980a, 15-77; GUTIÉRREZ, 1980b, 80-143; también DOMÍNGUEZ, 1925. ALAIZA, 1928, 4, 62-67.

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versario fue realizando aún dentro de la zona que él mismo no discutía a Bolivia».70 Finalmente, mientras los delegados nacionales bolivianos cuestionaban la política seguida hasta entonces en los Orientes y los Sudestes, las cifras de la produción anual de tanino en los diversos puertos del río Paraguay muestran que la batalla estaba realmente perdida: Puerto Casado producía 9.000 toneladas anuales de tanino, Puerto Pinasco, 25.000; Puerto Sastre, 10.000; los puertos Max y María, 10.800; Puerto Guaraní, 7.500; y Puerto Galileo, 5.000. La madera del quebracho, por su parte, era utilizada para la construcción de edificios, puentes y, principalmente, para los durmientes de los ferrocarriles paraguayos y argentinos, tanto públicos como privados.71 Con la finalidad de dar a conocer la teoría integrista, es decir, la postura defensora de la bolivianización del territorio disputado con el Paraguay, Aniceto Solares decidió reunir en El problema del Sudeste de Bolivia diversos artículos editados en el periódico El País de Sucre. Solares afirmó que el fracaso en la ocupación del territorio se debía, en particular, a la lejanía de Santa Cruz de la Sierra respecto de los puertos en el río Paraguay y a la carencia de caminos: «si no hacemos siquiera un buen camino que nos lleve al río Paraguay», concluyó, «perderemos el Gran Chaco y buena parte de las provincias del Azero, Cordillera y Chiquitos» como ya había ocurrido con el Litoral y el Acre.72 A su vez, el gobierno paraguayo no paraba de ocupar los Sudestes al tomar posesión «de cuatro grados geográficos de territorio nuestro, o sea unas ochenta leguas», y gestionaba la construcción de ferrocarriles y fortines, y la instalación de colonias, estancias ganaderas y empresas extractivas que exportaban a Brasil y Argentina. Según Solares: 70

ELÍO, 1933. La gran solución para un Chaco sin agua fue el aprovechamiento del petróleo, principal elemento de la guerra moderna y de la industria, encontrado por la Standard Oil and Company en Sanandita y Camirí, así como la utilización de aeroplanos para conocer hasta dónde habían llegado los trabajos de construcción del ferrocarril de Puerto Casado. Hasta hoy se discute la posible presión ejercida por la Standard Oil and Company en la guerra del Chaco. El gobierno boliviano luchó por obtener un puerto para el petróleo de la Standard Oil and Company y para defender sus cuatro millones de ha contra los intereses de la empresa Royal Dutch Shell. Gutiérrez tenía claro que el modelo colonizador argentino se basaba en el ferrocarril: las poblaciones argentinas «van brotando como por arte mágico en el desierto, pero el conjuro del tren que avanza. Donde no va el ferrocarril es difícil establecer colonias»; GUTIÉRREZ, 1980a, 15-77. Este era el escenario en el que se movieron Bolivia y Paraguay en la década de 1930. 72 SOLARES, 1926, 20-21; 26-28. La única ruta que Solares creyó viable para llegar al Chaco era la que se iniciaba en Potosí y pasaba por Sucre, Padilla, Lagunillas, Montegudo, Charagua, y de allí al Izozog que conducía directamente al río Paraguay. 71

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En la margen derecha del río Paraguay, es decir, en territorio de Bolivia, los paraguayos han fundado cuatro puertos: Pinasco, Casado, Puerto Sastre y Puerto Guarany, ubicados entre los grados 22¢40¢ y 21¢15¢. Es decir que por esta parte, el avance paraguayo ya ha abarcado toda la zona ribereña del río perteneciente al departamento de Tarija, es decir se encuentra ya avecinando al fortín Olimpo y casi en contacto con territorios del departamento de Chuquisaca.73

La instalación de los colonos mennonitas acabó de perfilar la ocupación territorial contraria a los intereses bolivianos antes de la guerra del Chaco.74 Según Solares, los mennonitas eran parte de la «invasión» fomentada para usurpar las tierras bolivianas hasta unas treinta leguas del fortín D’Orbigny. Las guarniciones militares paraguayas en los ríos Pilcomayo, Negro y Paraguay, además, se nutrían de oficiales argentinos y chilenos que instruían a la tropa, mientras que los fortines bolivianos en general no superaban siquiera los 350 soldados.75 De este modo, diversos escritores bolivianos empezaron a indicar que la Argentina apoyaba al gobierno paraguayo en este proceso de ocupación territorial, aunque en otros casos se insistió en la negligencia demotrada por el propio gobierno andino a la hora de propiciar la defensa de la soberanía. El chuquisaqueño José Prudencio Bustillo, por ejemplo, decidió en 1931 publicar las negativas impresiones que le había provocado el viaje realizado desde Sucre a Santa Cruz de la Sierra pasando por Tarija. Bustillo, que era miembro de la Sociedad Geográfica Sucre, comprobó que pese a que el Chaco debía aportar una salida económica a la alicaída Bolivia altiplánica cuyas industrias principales eran «la política (de bolivianos) y el estaño (de extranjeros)», el estado embrionario de las comunicaciones, el escaso desarrollo de las explotaciones agropecuarias y la marginación de las poblaciones indígenas no daban demasiadas expectativas de cambio, pese a una supuesta «superioridad étnica» de los pobladores de los Orientes y Sudestes respecto de los paraguayos y de los propios pobladores andinos: Dentro de nuestra nacionalidad, hay dos Bolivias étnica y geográficamente distintas, separadas por la cordillera de Aguaragüé. En la región andi73

SOLARES, 1926, 1-6; 17-28. GUTIÉRREZ, 1980c, 145-200. Fabricio Vázquez (2006) ha analizado recientemente la problemática de la formación de latifundios a partir de la venta de tierras públicas después de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, así como la fundación de colonias extranjeras en el proceso de penetración del Chaco, que fueron la estrategia de desarrollo y ocupación territorial en el siglo XX. 75 SOLARES, 1926, 21-25. La región de Chiquitos, con unos 10.000 habitantes, por su parte, sólo contaba con una guarnición de menos de 250 soldados. Los intereses del Chaco boliviano, carta abierta que dirige el Gerente de la Empresa y Compañía de Villa Montes al Dr. diputado Luis Echazú. Tarija, 1917. 74

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na, u occidental aymaras y queshuas, con mestizos y blancos contaminados que viven en planicies o entre montañas de clima templado y frío; en la oriental castellanos, pocos, de pura sangre y aborígenes de tribus solitarias y guaraníes que viven en planicies y serranías bajas de exuberante vegetación y de clima tropical.....los benianos, cruceños y chaquenses, son muy distintos mental y físicamente de los demás bolivianos. Son una raza superior, porque no tienen, felizmente, un átomo de sangre indígena.76

En ese mismo año, el otrora delegado nacional del Gran Chaco, Julio A. Gutiérrez, presentó un nuevo informe en el que hizo referencia al desinterés con que el gobierno boliviano había tratado a las poblaciones indígenas de la zona, a pesar de que se trataba de uno de los actores principales en el proceso de ocupación territorial. Tras proponer la secularización de las misiones franciscanas, que monopolizaban la conversión religiosa de los indígenas, elaboró también un plan de colonización para la «otra mitad» del país, es decir, la «nación de los Orientes y los Sudestes», la cual era poseedora de nuevas fuentes de riqueza que permitían afrontar la crisis del estaño y la decadencia de la explotación cauchera del Beni. Santa Cruz sería, con esta novedosa política, el mayor centro demográfico de la región. «El Chaco está desierto por increíble ignorancia de sus posibilidades y de los medios de industrializarlo», señaló Gutiérrez para quien la responsabilidad de esta decadencia no era de las grandes empresas extranjeras sino del gobierno de su país.77

7.5.

La creación de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras

En 1909, la compañía británica The Forestal Land, Timber and Railways Co. Ltd —creada en 1905 con sede en Londres y que fuera más conocida como «La Forestal», denominación que mantenemos en este capítulo— se hizo cargo de la colocación en el exterior de la producción de la empresa taninera de los Casado-Sastre.78 Al mismo tiempo, como hemos visto en el primer apartado, Genara Casado Sastre inició un pleito reivindicatorio por el lote 69 que le había tocado en herencia, y para ello fue defendida por el abogado Eusebio Ayala que se convertiría durante la guerra del Chaco en presidente del Paraguay. La correspondencia que 76 77

BUSTILLO, 1931, 14; 21-26, 109. GUTIÉRREZ, 1980c, 145-200; el autor mencionó concretamente la empresa

Staudt. 78 VIRASORO, 1971; ACEVEDO, 1983; GORI, 1988; SILBER, 1997; IÑIGO CARRERA, 1983, 1991; ZARRILLI, 2000.

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Eusebio Ayala mantuvo entre 1912 y 1913 como responsable de la cartera de exteriores del Paraguay con el ministro plenipotenciario y enviado extraordinario en la capital asunceña, el boliviano Ricardo Mujía, constituye una fuente documental esencial para comprender el apoyo gubernamental paraguayo a las empresas tanineras extranjeras radicadas en el Chaco Boreal. En dicha correspondencia, Eusebio Ayala defendió a «los pobladores establecidos en el Chaco paraguayo» haciendo referencia con el término «poblador» a las escasas empresas que dominaban el territorio, y defendió en concreto a la compañía estadounidense Paraguay Land and Cattle Company que poseía unas 400 leguas cuadradas en el territorio, afirmando que ningún gobierno, ni siquiera el boliviano, podía perturbar el libre ejercicio del derecho de propiedad en territorio ajeno. El 30 de octubre de 1912 Ayala escribió a Mujía que: La venta pública de aquellas tierras en aquella región fue de notoriedad tal que tengo la seguridad la conoce debidamente el gobierno de Vuestra Excelencia [Bolivia]. La ley que la autorizó, la carta geográfica sobre la cual se hizo la división, los mapas catastrales después de numerados los lotes, toda la documentación de esa operación administrativa realizada por nuestros gobiernos en los años referidos, fueron ampliamente publicados, y la Legación de Bolivia en nuestro país recibió oficialmente esos documentos en su oportunidad. Ahora bien, últimamente los representantes de la Compañía enviaron un cierto número de colonos con ánimo de fundar varios establecimientos en sus tierras, y estos se encontraron con individuos armados que decían proceder de Bolivia, y que, invocando instrucciones de sus autoridades departamentales y con amenaza del uso de sus armas, se opusieron a que penetrasen en la propiedad.79

Mujía contestó que el gobierno boliviano había tomado conocimiento a través del Consulado boliviano en Orán de que «adquirentes de terrenos de la región denominada Chaco, en virtud de concesiones paraguayas, se dirigían a tomar posesiones y establecerse en territorio boliviano, a la margen izquierda del río Pilcomayo», frente al fortín argentino María Cristina, en una zona que el gobierno boliviano consideraba indiscutiblemente suya. Mujía agregó que un Estado no tenía derecho a entregar tierras sobre las que carecía de jurisdicción y argumentó que su gobierno: Ignoraba absolutamente que existieran tales concesiones que bien pueden estar consignadas en mapas o en otros documentos, de valor completamente negativo para Bolivia, mientras no se lleve a término feliz la solución 79 Paraguay-Bolivia, Protocolos y Notas cambiadas. Asunción, Ministerio de Relaciones Exteriores, Imprenta Nacional, 1927, 5-6.

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amigable y equitativa que incesantemente anhela aquel....No he podido encontrar en el Archivo de esta Legación, correspondiente a los años de 1885 y 1886, que menciona V.E. ningún recibo oficial de los documentos en que constan tales concesiones. El año 1885 resulta en blanco, probablemente por no haberse previsto el personal de esta Legación, y en el año 1886 figura como Ministro de Bolivia el Sr. Isaac Tamayo, que precisamente negoció un Tratado con el Ministro Paraguayo Sr. [Emilio] Aceval, fijando como límite al oeste el meridiano 68 oeste de París, límite que consagraba los derechos de Bolivia, en la zona que nos ocupa. No era posible que al mismo tiempo que se acordaba ese límite internacional en un Tratado el Gobierno del Paraguay se ocupara de otorgar concesiones de terrenos, fuera de dicho límite.80

El 5 de abril de 1913, Mujía y Ayala firmaron el protocolo conocido precisamente por los apellidos de ambos dirigentes, en el cual, como se ha señalado más arriba, se comprometían a negociar un tratado de límites definitivo para garantizar las relaciones comerciales entre ambos países y dar por finalizado el conflicto de límites y de fronteras. En noviembre de 1916 Mujía firmó otro protocolo, esta vez con el responsable de la cartera de exteriores del Paraguay, Manuel Gondra; en junio del año siguiente, los ministros plenipotenciarios de ambos países volvieron a reunirse para firmar un acta prorrogando los protocolos anteriores que, en realidad, nunca fueron puestos en ejecución. Un año después, en 1918, Fulgencio R. Moreno y Ricardo Mujía levantaron un acta cuyo contenido «pacífico» fue reiterado en mayo de 1921, esta vez entre el ministro paraguayo Rogelio Ibarra y el encargado de negocios boliviano en el Paraguay, Benjamín Mujía Fernández.81 Ninguno de estos documentos resolvió el problema de las fronteras chaqueñas que el gobierno boliviano intentó plantear como una cuestión territorial con la finalidad de determinar cuál de los Estados en disputa tenía derecho de propiedad sobre la región, mientras el gobierno paraguayo conceptuaba el problema como una simple cuestión de límites, es decir, factible de ser determinado mediante un juicio de deslinde.82 En este estado de cosas, los juicios sustentados por Genara Casado Sastre impactaron en la organización de la empresa familiar. En el transcurso del pleito, los socios de la Compañía de Tierras La Hispano-Paraguaya Limitada decidieron convertirla primero en una sociedad anónima industrial y ganadera, y posteriormente en una empresa que dejara atrás las identificaciones hispana y paraguaya. El nombre elegido en el año 80 Paraguay-Bolivia, Protocolos y Notas cambiadas. Asunción, Ministerio de Relaciones Exteriores, Imprenta Nacional, 1927, 8-10. 81 Paraguay-Bolivia, Protocolos y Notas cambiadas. Asunción, Ministerio de Relaciones Exteriores, Imprenta Nacional, 1927, 14-29. 82 MERCADO MOREIRA, 1929, 153.

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1911 fue el de Sociedad Anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, que es como hemos conocido durante todo el siglo XX y lo que va del siglo XXI a la estructura empresarial de los Casado-Sastre. Desde el momento en que falleció el fundador, el albacea testamentario, Carlos Mateo, se hizo responsable de pagar las deudas, cubrir los créditos, y cumplir con los legados inscritos en el testamento de su padre. Hasta el año 1906 Carlos Mateo no realizó ninguna venta y dependió, en realidad, de los ahorros de su madre, Ramona Sastre Aramburu. Así consta en el testimonio de dación en pago en el que se afirmó que «habría sido ruinoso para la sucesión el vender en los años inmediatos al de 1900 en que me fueron entregados los bienes referidos por la depreciación que sufrían las propiedades, fui demorando los pagos y obtuve de mi señora madre [Ramona Sastre Aramburu] cuanto me fue preciso anticipar suficiente para hacer frente a todas las obligaciones, de manera que hoy la sucesión no tiene otro deudor que ella». El primogénito comprobó que las deudas ascendían a $ 1.119.405,04 mn, es decir, aproximadamente el 20% del total de las ganancias calculadas por J. Daniel Infante en 1899. El 30 de julio de 1906 las propiedades, así como los créditos, quedaron definitivamente en manos de Ramona Sastre Aramburu. Pocos días después, Ramona empezó a distribuir todos los bienes; lo hizo de manera equitativa entre todos sus hijos e hijas, y procuró hacer frente a las deudas que acosaban a la familia. Nuevamente en esta tarea fue ayudada por el abogado que estaría siempre al lado de la familia, Diego del Castillo. Ramona se quedó en primer lugar con la casa de la calle Buenos Aires entre San Juan y Mendoza, donde moriría en 1927. También recibió $ 173 mn de los intereses del capital depositado en el Banco Español y Río de la Plata de la capital argentina. Recibió todos los muebles existentes en el escritorio de la calle Santa Fe, en Rosario, y en la administración central de la Colonia Candelaria; también el derecho a cobrar diversos créditos; acciones y derechos en diversas propiedades en los suburbios de Rosario lindando con el FCOS; una finca ubicada en la provincia de Córdoba (que finalmente vendió el 10 de octubre de 1908 a Delfina Bayo de Maldonado); el derecho a cobrar $ 5.000 mn del coronel Antonio Benavídez que no había abonado el terreno adquirido en los suburbios de la ciudad; el dinero que estaba en poder de José María Gimeno de Lerma, en Madrid, desde hacía más de una década; el derecho a reclamar a la provincia santafesina los terrenos adeudados por la construcción del FCOS («hoy en día Ferrocarril Central Argentino», según reza la escritura). Ramona recibió también todos los terrenos ubicados en la ciudad Rosario, las propiedades casildenses y, en particular, conservó el derecho de cobro de los créditos de la empresa Negocios del Paraguay

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sobre la que el escribano puntualizó «cuyo estado conoce la señora adjudicataria».83 En 1909, como hemos dicho más arriba, la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada fue convertida en una sociedad anónima industrial y ganadera de carácter internacional. El presidente argentino José Figueroa Alcorta aprobó los estatutos redactados por el representante Amancio Insaurralde. La nueva empresa, que tenía domicilio legal en Buenos Aires, fue registrada el 21 de octubre de 1909 con una duración máxima de noventa años. El Juzgado Comercial de Asunción del Paraguay protocolizó la escritura el 27 de octubre de 1910 y la sociedad anónima fue inscrita en el Registro Público de Comercio asunceño dos días después. En realidad, el artículo 2 de los estatutos consignó que el objeto principal de la sociedad anónima era «adquirir de la señora Ramona Sastre de Casado 1.240 leguas paraguayas cuadradas y la fábrica de extracto de quebracho llamada [Compañía de Tierras] La Hispano-Paraguaya, situada en Puerto Casado, República del Paraguay, con sus marcas, concesiones, privilegios y todo cuanto constituye la empresa y explotar dichas tierras y fábrica».84 Después de la creación de la sociedad anónima, una asamblea 83 J. Daniel Infante continuaba entonces apoyando a los Casado y se había convertido incluso en el apoderado de Pedro y de Alberto Casado Sastre para administrar todos sus bienes. Alberto Casado Sastre se distinguió por el impulso que dio a establecimientos rurales de su propiedad hasta que falleció en Buenos Aires en 1951. Pedro Casado Sastre, por su parte, ejerció de abogado en las ciudades de Rosario y Buenos Aires, se desempeñó como diputado durante la reforma de la Constitución provincial santafesina en 1920, y falleció el 13 de agosto de 1945; SANTILLÁN, 1956, tomo II, 190; CUTOLO, 1969, tomo II, 175. Véase el Testimonio de dación en pago otorgado por el albacea de la sucesión de Carlos Casado (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu de Casado, Escribano público actuante Arturo Covernton (calle Santa Fe n.º 858, Rosario), Créditos-Quintas y fincas Rosario, Casilda, 1906, MAHM, incluye los terrenos adjudicados a Ramona Sastre por la escritura de hijuela en Argentina y Paraguay. Escritura de dación en pago otorgada por el albacea de la sucesión de Carlos Casado del Alisal (Carlos Mateo Casado) a favor de Ramona Sastre Aramburu, escribano Pantaleón Egúrvide, secretaría 22 del Juzgado de Segunda Nominación, Rosario, 1906, MAHM, incluye copia de los prenotados de la partición practicada en los autos sucesorios del año 1900. 84 Estatutos de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras del año 1909-1910, en sustitución de la Compañía de Tierras La Hispano-Paraguaya Limitada, en Poder general otorgado por el doctor Pedro Casado Sastre y por Manuel Benigno Goñi Coll, presidente y secretario, respectivamente, del directorio de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, anteriormente llamada Compañía de Tierras La Hispano-Paraguaya Limitada, a favor de Antonio V. Zabalza, ante los escribanos Horacio Turio y Miguel B. Spinosa, Buenos Aires, 1913, MAHM, documento suelto. Cabe señalar que los estatutos de la sociedad anónima fueron aprobados por la División de Justicia de Buenos Aires del 7 de octubre de 1909; el 29 de noviembre de ese año fueron inscritos en el Registro Público de Comercio de la Capital Federal.

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general extraordinaria de accionistas convocada en el Boletín Oficial argentino, presidida por Pedro Casado Sastre y realizada en las oficinas de la calle San Martín 158 de Buenos Aires, decidió cambiar el nombre de la empresa por el de Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. El debate sostenido por los accionistas en la asamblea de mayo de 1910 permite comprender las nuevas ideas aportadas por los Casado-Sastre tras la muerte del fundador pero también la manera en que fueron incorporados los bienes heredados por su esposa Ramona. La reunión comenzó con el nombramiento de Antonio L. de Tejada y Carlos E. Sastre como veedores.85 Pedro Casado Sastre cedió la palabra a su cuñado, el español Pedro Pablo de Corral y Tomé, tercer Vizconde de Oña y esposo de Clara Margarita, que hacía las veces de secretario-tesorero, quien planteó dejar atrás los términos «hispano» y «paraguayo», y adoptar la nueva designación como «justo tributo a la memoria del creador...aquel admirable hombre de negocios», pero también para que la empresa no pudiese ser asociada a ninguna «nacionalidad extranjera»: El nombre de La Hispano-Paraguaya tuvo su oportunidad cuando se tratava [sic] exclusivamente de negocios relacionados con la fábrica de extracto de quebracho que era conocido de antiguo con ese título, pero que debiendo extenderse las operaciones de la Compañía a un círculo más amplio de iniciativas en gran parte radicadas en la República Argentina resultaría notoriamente impropio que capitales, intereses y administración nacionales hubiesen de ostentar como distintivo un nombre doblemente expresivo de nacionalidad extranjera, y que a la vez no abarca en su significado el objeto de empresa.

Debemos señalar que tras la muerte de Casado sus herederos procuraron diversificar las actividades y se dedicaron a la ganadería. En 1908 introdujeron la raza Hereford en Paraguay. Pedro Casado Sastre señaló que: 85 Eduardo Casado Sastre fue representado por su primo, Benjamín Castilla Sastre, hijo de su tía Genara Sastre Aramburu y de Antonio Castilla y Portugal. Ramona Sastre Aramburu, su hijo primogénito Carlos Mateo y su hija Ramona Casado Sastre fueron representados por José Casado Sastre. Cabe señalar que Benjamín Castilla Sastre se graduó de doctor en Medicina en Buenos Aires en 1911. Su tesis fue editada en Buenos Aires ese mismo año. Antes fue practicante externo del Hospital San Roque (1908), Hospital Fernández (1909), Laboratorio Central del Hospital Nacional de Clínicas (1909), la Casa Central de la Asistencia Pública (1911), Sanatorio Tornú (1910), Hospital Caridad de Rosario (1910) y médico de primeros auxilios del Hospital Teodoro Álvarez. Su tesis doctoral titulada Tratamiento quirúrgico de la tuberculosis pulmonar, Tesis presentada para optar al título de Doctor en Medicina, en la que fuera apadrinado por Armando Marotta, fue dedicada con «agradecimiento» a sus tías Ramona Sastre de Casado y Carmen Sastre de Bazán, seguramente por el apoyo económico que le brindaron.

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Siempre estuvo en el ánimo de los fundadores de la Compañía no limitar sus operaciones á la explotación de los campos adquiridos en el Chaco Paraguayo y a la de la industria del tanino sino que algún día y en momento propicio aspiraban á extender su acción como ya ha indicado antes a otros negocios localizados en la República Argentina. Por esta razón se estableció el domicilio social en la Capital Federal como la situación más adecuada para la realización de aquellos propósitos.

Hasta el año 1910 la compañía estuvo constituida por un total de 135.000 acciones diferenciadas en ordinarias y preferidas. En ese año se propuso unificar las acciones en ordinarias para asimilarlas a las transacciones bursátiles permitiendo la entrada de capital externo. Al mismo tiempo, los estatutos de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras fueron inscritos en el Registro Público de Comercio argentino el 29 de setiembre de 1910 (Apéndice 2), recibieron la aprobación del presidente Figueroa Alcorta y fueron registrados en Asunción por el representante Amancio Insaurralde ante el escribano público José W. Benites. Los accionistas acordaron que el objetivo de la empresa era «dedicarse a la explotación de bosques y campos en general y a la compra venta de bienes, muebles o inmuebles, tanto en el territorio de la República Argentina como en el extranjero» haciendo alusión directa al Paraguay, y concluyeron que «las circunstancias actuales y el ambiente de opinión de un número considerable de accionistas han inducido al directorio a determinar la presente como época oportuna para llevar a cabo este objeto». Además, se decidió ampliar el capital social de $ 750.000 mn a $ 1.500.000 mn os, dividido en 300.000 acciones ordinarias al portador de $ 5 mn os cada una, que fueron depositadas en el Banco de la Nación Argentina, así como en las entidades bancarias Español del Río de la Plata, Francés del Río de la Plata, de Londres y Río de la Plata, Británico de la América del Sud, de Londres y Brasil, de Italia y Río de la Plata, Alemán Transatlántico, y de la Provincia de Buenos Aires. Es decir, en ningún caso los bancos paraguayos fueron autorizados a hacerse cargo de estas acciones. Finalmente, para hacer frente al «nuevo orden de la casa», según consta en la documentación, el cuerpo directivo de la empresa incluyó un director gerente que fue eximido de esperar las «sesiones aisladas, más o menos frecuentes» del resto de los accionistas. El gobierno argentino aprobó estos cambios el 18 de julio de 1910 y el paraguayo hizo lo propio el 10 de abril de 1911.86 86

Resolución del gobierno paraguayo del 10 de abril de 1911 aprobando la modificación de los estatutos de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, propiedad de Carlos Casado y establecida en la República Argentina, Registro Oficial de la República del Paraguay del año 1911. Asunción, Talleres Gráficos del Estado, 1920, 73.

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El 4 de noviembre de 1912 tuvo lugar una asamblea general ordinaria convocada en el Boletín Oficial y en La Prensa de Buenos Aires. Participó del acto el Inspector general de justicia, Francisco Ramos, y presidieron la asamblea Pedro Casado Sastre y su cuñado Manuel Benigno Goñi Coll. Por esas fechas, la viuda Ramona Sastre Aramburu poseía 70.102 acciones de un total de 292.502, con lo cual conservaba 24,92% del total del capital social asegurándose, al mismo tiempo, un voto preferente en el seno de las reuniones anuales y semestrales. Su hijo Carlos Mateo ostentaba sólo 12.500 acciones, por lo cual debemos explicar tanto el poder ostentado por la viuda de Casado como la incapacidad del primogénito para hacer frente a la conversión de la empresa. A lo largo de la primera década del siglo XX, en realidad, Carlos Mateo perdió el estatus de albacea en virtud de la declaración judicial de insania a la que fue sometido por su familia y por su esposa, Celina Covernton Guesalaga. Por entonces el primogénito se encontraba en una clara inferioridad respecto a sus hermanos que controlaban personalmente la empresa (Eduardo poseía 17.300 acciones; Alberto 18.000 acciones; Pedro 20.000 acciones; y José 25.000 acciones), de sus cuñados (Manuel Benigno Goñi Coll y Pedro Pablo de Corral y Tomé controlaban 20.000 acciones cada uno, y Patrick Thomas Fairfield Magrane Murphy poseía 17.000 acciones). El primogénito estaba a la altura de su hermana Ramona, que poseía 12.100 acciones. Los Casado-Sastre conservaban 232.002 acciones, es decir, el 79,31% del total, con lo cual habían conseguido preservar la empresa, convertida en sociedad anónima, dentro de los límites de la estructura familiar. La sociedad anónima incluía también una serie de accionistas que habían conseguido adquirir 60.500 acciones, es decir, el 20,69% del capital social: Miguel Pando era propietario de 16.500 acciones; Atilio Noceti, César A. Campos y Alfonso San Galo poseían 10.000 acciones cada uno; Antonio L. de Tejada tenía 8.000 y Santiago Peydro 6.000.87 En 1913 Manuel Benigno Goñi Coll y Pedro Pablo de Corral y Tomé, ambos yernos de Casado, decidieron instalar en Villa Casilda una oficina de la empresa y otorgaron poderes amplios a Antonio V. Zabalza para que pudiese administrar los bienes, depositar capitales en el Banco de la Nación Argentina y realizar contratos de arrendamiento de tierras. En ese momento, la empresa conservaba en el Chaco paraguayo aproximadamente 2.512.500 ha y seguía siendo la más importante de un total de catorce compañías y propietarios particulares que explotaban 87 En la asamblea de 1912 Santiago Peydro representó a Ramona Sastre Aramburu y a sus hijos Ramona y José.

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5.547.190 ha de tierra. Entre ellos destacan: Quebrachal de Puerto María con 168.750 ha; Puerto Max, 46.708 ha; The River Plate Quebracho Company, 187.500 ha; The American Quebracho Company, 333.750 ha; la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A., 225.000 ha; la sociedad anónima de Tierras y Maderas, 468.750 ha; Quebrachales Paraguayos, 227.500 ha; Adalberto Schmied, 229.000 ha; Pablo Frangenheim, 32.000 ha; Estanislao S. Zeballos, 216.607 ha; y el Banco de la Nación Argentina 125.000 ha.88 Acabada la primera guerra mundial, la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras también dirigió sus ojos al Chaco argentino e instaló una fábrica de tanino junto con otras nueve empresas. Las sociedades forestales de capital extranjero predominantes en la zona fueron Las Palmas del Chaco Austral S. A. y La Forestal, las cuales comercializaron tanino y rollizos de quebracho con destino al mercado internacional. La Forestal organizó entre 1919 y 1923 un cartel llamado Pool de Fabricantes de Extracto de Quebracho con la finalidad de controlar la comercialización y la venta de las 177.000 toneladas de tanino que se producían anualmente en el Chaco paraguayo-argentino.89 Entre 1926 y 1929, La Forestal organizó un segundo pool llamado Convenio de Caballeros que cubrió un total de 317.806 toneladas anuales de producción de tanino y rollizo de quebracho, y que fue integrado por dicha empresa (productora de 164.210 toneladas anuales), Quebrachales Fusionados (25.656 toneladas anuales); Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Compañía (13.600 toneladas); la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras 88 KLEINPENNING, 1984, 35. Carlos Pastore (1972) ha elaborado una lista de propietarios diferente a la de Kleinpenning, que también es reproducida por Fabricio Vázquez, siguiendo a KLEINPENNING (2006, 24): la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, 2.467.277 ha; Sociedad P.I.A. Company 1.580.653 ha; Internacional Products Corporation, 620.825 ha; Sociedad de Tierras y Maderas, 468.750 ha; The Argentina (para Vázquez es American) Quebracho Company, 446.250 ha; Puertos y Quebrachales Puerto Sastre, 371.078 ha; Marcelino Escalada, 292.198 ha; Roberto Cairo, 262.500 ha; Pablo Frangenheim, 253.321 ha; Paraguay Cattle Farm Limited, 202.106 ha; Jorge Dickinson, 185.625 ha; Quebrachales Fusionados, 168.750 ha; Banco Inglés de Río de Janeiro, 131.250 ha; Nicolás Mihanovich, 116.874 ha. Cabe señalar que, según nuestros datos, y como hemos visto anteriormente, Zeballos era propietario de los lotes 156 y 164 y, por ende, poseía el control sobre 351.562 ha. Había 14 propiedades de más de 100.000 ha, por un total de 7.567.457 ha. 89 La Forestal producía el 55%, es decir, 100.000 toneladas anuales, mientras que el 45% restante estaba en manos de Quebrachales Fusionados (18.000 toneladas); 9000 toneladas que producían individualmente Las Palmas del Chaco Austral S. A., La Formosa, Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A., la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras; Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Compañía (8.000 toneladas); Puerto Guaraní (7.500 toneladas); Puerto Galileo (5.000 toneladas); y la Argentine Timber & Estates Company (2.500 toneladas).

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(11.520 toneladas); la Campos y Quebrachales Puerto Sastre S. A. (11.400 toneladas); la Compañía Forestal del Puerto Sastre (11.400 toneladas); Demetrio Baranda (11.000 toneladas); La Formosa (10.560 toneladas anuales); Materias colorantes (9.213 toneladas); Las Mercedes (9.144 toneladas); La Chaqueña (7.872 toneladas); Francia Argentina (7.592 toneladas); Nellen & Turk (6.684 toneladas); Walter Hinckeldeyn (5.952 toneladas); la Compañía Noruego Argentina (4.416 toneladas); y José Femenía (7.488 toneladas).90 El entramado se complejizaba al tiempo que los distintos territorios chaqueños eran integrados para satisfacer el mercado internacional. A partir de la década de 1930 comienza una decadencia pronunciada de la industria taninera, por lo cual La Forestal dejó de controlar la producción y la comercialización de empresas subsidiarias, una de las cuales fue la de los Casado-Sastre. Los efectos del descenso de la exportación se dejaron sentir en la Primera Gran Exposición del Territorio Nacional del Chaco argentino realizada en 1940 en la que se discutió sobre el futuro de esta actividad económica tan ligada al mercado mundial.91 En esa época las especies fundamentales exportadas eran el quebracho colorado y blanco, seguidos del algarrobo, el guayacán y el urunday, y las actividades se centraban en la extracción de rollizos, trocillos, leña, cepas, postes, durmientes, vigas, estacas, carbón, madera aserrada de diversas especies, tanto de montes fiscales como particulares. Sin duda, se señaló en el transcurso de la Exposición, «una de las industrias más genuinamente nacionales, puesto que podría afirmarse que mantenemos casi el monopolio de la producción y dentro de aquel orden le corresponde al Territorio [Nacional] del Chaco la categoría de principal emporio, ya que están instaladas en él 13 de las 17 fábricas que existen en el país».92 Las cifras de la Dirección General de Estadística de la Nación argentina entre 1920 y 1939 son indicativas del colapso de la exportación de productos chaqueños: en ese periodo se exportaron 5.548.391 toneladas de extracto de quebracho y rollizos de quebracho, con un claro descenso a partir de 1935 hasta alcanzar los niveles de la primera posguerra (Cuadro 21). 90

ZARRILLI, 2000. «Explotación forestal del Chaco», en El Chaco de 1940, Publicación efectuada por la Comisión Organizadora de la Primera Gran Exposición del Territorio Nacional del Chaco en la Capital Federal, noviembre de 1940-marzo de 1941. Buenos Aires, Talleres Gráficos de Guillermo Kraft, 1941, 107-108. 92 «Industria del extracto de quebracho», en El Chaco de 1940, Publicación efectuada por la Comisión Organizadora de la Primera Gran Exposición del Territorio Nacional del Chaco en la Capital Federal, noviembre de 1940-marzo de 1941. Buenos Aires, Talleres Gráficos de Guillermo Kraft, 1941, 109-118. 91

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Cuadro 21. Cifras de exportación de extracto de quebracho y rollizos de quebracho (1920-1939) de fábricas instaladas en la zona chaqueña argentina Años

1920 1921 1922 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 Totales

Extracto de quebracho

Rollizos de quebracho

101.627 101.313 124.223 166.460 180.912 214.183 202.608 198.807 202.633 150.688 140.996 175.845 188.059 211.048 232.655 175.713 176.430 198.480 167.940 195.863

72.827 42.555 140.550 119.077 94.037 131.520 81.194 129.104 164.732 163.306 136.771 88.762 51.329 101.378 109.285 105.002 60.318 87.972 87.241 74.948

3.506.483

2.041.908

Fuente: elaboración propia según «Industria del extracto de quebracho», en El Chaco de 1940, Publicación efectuada por la Comisión Organizadora de la Primera Gran Exposición del Territorio Nacional del Chaco en la Capital Federal, noviembre de 1940-marzo de 1941. Buenos Aires, Talleres Gráficos de Guillermo Kraft, 1941, 109-118.

En relación a las relaciones comerciales entre Paraguay y la Argentina, la composición de las exportaciones paraguayas indica que en 1926 los productos de origen animal cubrían el 33% del total (cueros vacunos, extracto de carne y carne conservada); los de origen agrícola, el 24,6% (tabaco, yerba canchada y algodón demostado); y los productos forestales, el 41,9% (tanino, maderas, esencia de «petit-grain»).93 Dos años después, en 93 De acuerdo a Báez, la producción de esencia de «petit-grain» fue obra del botánico francés M. Benjamin Balansa en el año 1876, según las flores y semillas de la naranja, BÁEZ, 1927, 103.

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1928, las exportaciones de origen animal subieron al 43,9% mientras descendían las agrícolas y forestales al 18,9% y 36,6% respectivamente. La preponderancia de los productos de origen animal respecto de los forestales se mantuvo en los años 1929 (38,6% frente a 34,8%), 1930 (44,7% frente al 33,8), 1931 (38,8% frente al 32%) y 1932 (42,9% frente a 32,1%), es decir, hasta el año en que comenzó formalmente la guerra del Chaco. La distancia cada vez más pronunciada entre ambos tipos de exportaciones disminuyó abruptamente durante dicho conflicto bélico: los productos de origen animal igualaron a los de origen forestal en 1933 (37,2% frente al 36,6%), aumentaron al 38,4% respecto al 25,8% en 1934, y volvieron a mantener la igualdad en 1935 cuando acabó el conflicto paraguayo-boliviano (29,1% de exportaciones de origen animal respecto al 28,3% de las de origen forestal). Es evidente que la guerra exigió ganado, afectó los territorios de los que se extraían las maderas del quebracho que eran enviadas prioritariamente hacia la Argentina e impactó en los espacios locales en donde estaban ubicadas las fábricas productoras de tanino.94 Uno de esos espacios locales fue Puerto Casado. En 1925 la empresa de los Casado-Sastre varió en su organización interna cuando la familia decidió constituir una sociedad civil. Sucesores de Carlos Casado quedó formada por Carlos Mateo —presentado por la documentación notarial como «del comercio de Buenos Aires»—, Pedro, Alberto, Eduardo y José, y por Casilda —casada con Manuel Benigno Goñi Coll—, Ramona —casada con Rafael Barrio Massieu—, Clara Margarita —unida matrimonialmente a Pedro Pablo de Corral y Tomé— y Genara, viuda de Fairfield Magrane Murphy, que en esas fechas se encontraba en Londres y fue representada por sus hermanos Carlos Mateo y José.95 El objeto de la sociedad civil fue adquirir exclusivamente el dominio de todos o parte de los bienes de la familia, principalmente los provenientes de la sucesión del español. La decisión de transferir los bienes de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras a la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado se tomó en la asamblea general extraordinaria convocada el 23 de setiembre de 1925, en la que se acordó también reducir el capital empresarial. La nueva sociedad debía proceder a la enajenación de parte de los bienes «para lucrar con ellos, administrarlos, mejorarlos, explotarlos y proceder a la liquidación en cualquier forma que se estime conveniente». El capital inicial fue fijado 94

LIVIERES GUGGIARI, 1983, 22-23. La empresa conservó su domicilio en la calle 25 de Mayo 158 de Buenos Aires. Reproducción de la Escritura n.º 431 de constitución de sociedad civil Sucesores Carlos Casado, Buenos Aires, 17 de diciembre de 1925, MAHM, documento suelto. 95

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en $ 180.000 mn calculado según los libros sociales. Los socios se obligaron a aportar capital durante dos años, cada vez que lo requiriesen los socios administradores, en acciones integradas de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. La sociedad fijó en 25 años el término de su existencia y aclaró que si cumplido ese lapso se verificaba que no había podido vender todos sus bienes, se debía prorrogar la sociedad por otro periodo igual. De acuerdo a la escritura rubricada por Luis S. Sanguinetti, tres socios debían quedar como administradores de la sociedad civil e informar cada seis meses del balance de los negocios sociales, distribuyendo las utilidades líquidas y realizadas. Las utilidades y pérdidas debían repartirse por partes iguales entre los socios. Los administradores podían vender, administrar, arrendar, hipotecar... y eran elegidos mediante una escritura de mandato irrevocable otorgada por mayoría. En el caso de las socias mujeres, Luis S. Sanguinetti agregó con naturalidad que «si la elección de administración recayese en una o más señoras de las que forman parte de esta sociedad, él ó los maridos de las mismas podrán, desde luego y sin necesidad de formalidad alguna, en representación de sus respectivas esposas, ejercer el cargo con todos los derechos y obligaciones que á ellas les correspondan, á cuyo efecto los poderes serán otorgados directamente á nombre del esposo de las administradoras designadas». Los yernos de Carlos Casado y de Ramona Sastre Aramburu —Manuel Benigno Goñi Coll, Rafael Barrio Massieu y Pedro Pablo de Corral y Tomé— tenían entonces un gran poder desde Buenos Aires, poder que venían ejerciendo desde inicios del siglo XX ya que José y Alberto Casado Sastre habían optado por dedicarse a la empresa desde Asunción,96 Pedro se había volcado a la abogacía y el primogénito y antiguo albacea testamentario, Carlos Mateo, había sido declarado insano. Cabe señalar, finalmente, que la empresa generó un estrecho círculo de colaboradores y familiares ubicados en la cima de la estructura política paraguaya, que extendería su red de manera decidida durante la guerra del Chaco. Entre 1932 a 1935 la Asociación Fraternal Pro-Cruz paraguaya fue formada por Manuel Montes de Oca en el puesto de presidente, el almirante Manuel Domecq García, Rodolfo Rivarola y José Casado Sastre.97 Mientras tanto, la escritura de la nueva sociedad civil agregó que en caso de que algún socio falleciese, sus sucesores —nietos de Carlos Casado y Ramona Sastre Aramburu— podían continuar en la sociedad bajo una única representación aceptada por el resto de socios. En caso de ne96 97

JAIME MOLINS, 1916, 190. ELÍO, 1933.

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garse a unificar su representación o de plantear abandonar la sociedad, los socios recibirían como único pago la parte alícuota sobre el valor del saldo líquido, pero computando el valor según el precio de la adquisición y no del precio vigente. El acuerdo agregó que la sociedad pagaría a los socios «en la medida en que tenga fondos suficientes, o lo hará a medida que tenga entradas». En ese caso, los descendientes serían considerados ajenos a la sociedad civil, debiendo procederse a la liquidación del haber del socio fallecido. Se estipuló también que los sucesores que formaran parte de la sociedad sin aceptar unificar su representación quedasen limitados a percibir la parte de beneficios que les correspondiera en cada balance semestral asumiendo, al mismo tiempo, las posibles pérdidas. Las divergencias futuras serían dirimidas, no por el poder judicial argentino o paraguayo, sino por árbitros, arbitradores amigables componedores nombrados uno por cada parte, y por un tercer arbitrador designado por los dos componedores elegidos cuyo fallo sería inapelable.98 Observaremos así la evolución de esta empresa, tomando como referente un espacio local que constituye hoy día uno de los epicentros del debate económico del Cono Sur latinoamericano, Puerto Casado, cuando se cumple el primer centerario de la empresa Carlos Casado S.A.

7.6.

La sociedad civil Sucesores de Carlos Casado y las comunidades mennonitas

En vistas al descenso de la producción taninera mundial que hemos señalado más arriba, el gobierno paraguayo recibió a los Casado-Sastre y aprobó el asentamiento de los mennonitas de origen ruso y canadiense en las tierras chaqueñas poco después de acabada la primera guerra mundial. La comunidad mennonita llegó al Paraguay tras la sanción de la ley de inmigración y colonización de julio de 1921 y después de que José Casado Sastre viajara a los Estados Unidos y a Canadá en ese mismo año para observar el desenvolvimiento de sus colonias agrarias e invitar a sus miembros a radicarse en el Chaco.99 El primer grupo de mennonitas canadienses llegó en diciembre de 1926 y fue recibido en Asunción por el presidente paraguayo Eligio Ayala.100 A finales de año fueron atendidos en Puerto Casado por José 98 Reproducción de la Escritura n.º 431 de constitución de sociedad civil Sucesores Carlos Casado, Buenos Aires, 17 de diciembre de 1925, MAHM, documento suelto. 99 FRIESEN, 1985, 16; LAGOS, 1949, 183. 100 Eligio Ayala (1879-1930) ocupó la cartera de Hacienda paraguaya entre agosto

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Casado Sastre, que se dirigió a ellos en alemán.101 Según algunos cálculos, se trataba de aproximadamente 1.303 mennonitas, aunque Martin Friesen indica que eran 1.743. Las duras condiciones de vida en Puerto Casado mermaron de inmediato a la comunidad: casi el 10% de los recién llegados falleció entre diciembre de 1926 y mayo de 1928. Cuando decidieron establecerse en las 150.370 ha entregadas por la empresa en las zonas en las que se había explotado el quebracho con mayor intensidad, el grupo se resintió nuevamente. Los Casado-Sastre, no obstante, cumplieron con uno de sus sueños que era colonizar el territorio. Según Friesen, Puerto Casado, «con su fábrica de tanino sobre el poderoso río Paraguay, es un lugar histórico para los colonos de la Colonia Menno...desde allí querían penetrar unos 200 km más en el desierto en el corazón del Chaco paraguayo para fundar ahí una colonia agrícola».102 El Departamento de Estado estadounidense tomó conocimiento del caso muy rápidamente gracias a una nota enviada por William B. Southworth desde Asunción.103 Los colonos comenzaron a recibir sus títulos de propiedad en 1928 en la capital del país y durante la presidencia de José P. Guggiari (1928-1932). Las tierras fueron transferidas al Comité de Previsión (FürsorgeKomitee) que administraba la Colonia Menno, con capital en Loma Plata, que también adquirió ganado vacuno a la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado.104 En 1928 el Consejo de la Iglesia describió la situación vivida hasta entonces por los colonos de una manera bastante trágica ya que además destacó la importante presencia del ejército paraguayo en la zona, presagiando los conflictos que se avecinaban con Bolivia, así como la presión impuesta a los Casado para extender la vía del ferrocarril: La cuestión del agua nos causa muchas preocupaciones...para el año nuevo la construcción de la vía férrea llegaría hasta el km 135. Está progresando lentamente. Por el momento tenemos nuestra estación en el km 14. Los indígenas son amistosos. Aparentemente no habrá dificultades con ellos. Su conducta seguramente dependerá mucho de nuestra actitud. De vez en cuando roban, pero a veces también devuelven las cosas robadas. La Corporación Paraguay nos apoya y nos ofrece su ayuda también para el futuro. La Compañía Casado igualmente ha hecho mucho por nosotros, ellos también están disde 1920 y abril de 1923, presidió provisionalmente el país hasta marzo de 1924, y se convirtió en presidente del Paraguay de 1924 a 1928. Posteriormente ocupó hasta 1930 el ministerio de Hacienda. 101 Agradezco a Fabricio Vázquez esta referencia. 102 FRIESEN, 1985, 8; 33-34. 103 ROUT, 1970, 13. 104 FRIESEN, 1985, 133.

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puestos a seguir ayudándonos, para que la colonia pueda desarrollarse....sobre el conflicto limítrofe entre el Paraguay y Bolivia escuchamos diferentes rumores. Lo que realmente sucede, ignoramos. El Paraguay tiene soldados en el Chaco, que están vigilando la frontera.105

Un segundo grupo de mennonitas llegado a Puerto Casado se formó con refugiados de origen alemán provenientes de la Unión Soviética que llegaron poco después de que lo hiciera el primer grupo. Hacia 1930-1932 crearon la colonia Fernheim con centro en Filadelfia. Implementaron este proyecto tras adquirir tierras a los Casado-Sastre por valor de un dólar la hectárea.106 El tercer grupo llegó entre 1947-1948 y fue formado por 2.742 mennonitas rusos que crearon la colonia Neuland con capital en Neu-Ralbstobt.107 En total se calcula que entre 1926 y 1948 poblaron el Chaco aproximadamente 5.783 mennonitas que fueron calificados de «componentes de una empresa de colonización» en espacios de frontera. Las tres colonias agrícolo-ganaderas se ubicaron en los departamentos Boquerón y Presidente Hayes (Cuadro 22), en los que se registraron tolderías indígenas que continúan hoy trabajando para los mennonitas.

Cuadro 22.

Colonias mennonitas en el Chaco paraguayo (1927-1947)

Año de fundación

Colonia Capital Administrador en 1976 Número de aldeas en 1976 Número de fincas en 1976 Tolderías en 1976 Departamento

1927

Menno Loma Plata Jacobo Giesbrecht 70 755 4 Boquerón y Presidente Hayes

1930

Fernheim Filadelfia Hans Balier 23 292 8 Boquerón

1947

Neuland Neu-Ralbstobt Alfredo Bartez 21 sin dato 2 Boquerón

Fuente: Samaniego, 1976.

105

FRIESEN, 1985, 13-14. En la actualidad, la colonia Fernheim tiene 24 aldeas. En 1931 fundó la primera cooperativa del Paraguay, llamada La Cooperativa Fernheim, que fue registrada en 1944 y desde entonces nuclea a agricultores, productores de carne y leche y lleva adelante la producción de los lácteos CO-OP. 107 Todas ellas ocuparon tierras que originariamente pertenecieron a los lengua-maskoy y a los nivaklé. 106

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La guerra contra Bolivia fue declarada en 1932 y acabó formalmente en 1935 con el armisticio y las negociaciones de paz. En ese periodo ocurrieron dos hechos de trascendental importancia. Por un lado, el Departamento de Tierras y Colonias asunceño formuló un proyecto de colonización y acordó entregar un premio patriótico a todo aquel que acreditara su calidad de benemérito defensor del Chaco paraguayo, incluyendo jefes y oficiales del ejército, sargentos, cabos y miembros de la tropa, así como los extranjeros que hubiesen contribuido a la defensa del territorio y los herederos legítimos de quienes perecieran en la guerra.108 Por el otro, el Ministerio de Economía paraguayo elaboró un importante informe que se dio a conocer en el año 1934 a través de la Imprenta Nacional, titulado Las colonias mennonitas en el Chaco Paraguayo, cuya originalidad radica en la edición del contenido en castellano y alemán y en el reconocimiento inicial de que las 35 aldeas que formaban las colonias estaban compuestas por dos grupos de distinta procedencia: 18 aldeas canadienses, como fue el caso de la Colonia Menno, y 17 aldeas rusas. En este informe el gobierno consideró que las colonias mennonitas expresaban «la decisión inquebrantable y la fe en el trabajo», en la fuerza del «pico, la azada y el arado cumpliendo su misión civilizadora, eminentemente económica, incorporando a la economía nacional los nobles productos de esa tierra fértil», y que por este motivo la «Casado Limitada podría considerarse resarcida de sus inversiones y afanes de investigación científica».109 La comunidad mennonita entró al Paraguay gracias a la ley 514 (ampliada por la ley 914), sancionada por el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Paraguaya, con el derecho de practicar su religión sin ninguna restricción y en calidad de «componentes de una empresa de colonización» como hemos dicho más arriba. Los mennonitas también quedaron exentos de hacer el servicio militar obligatorio en tiempo de paz y de guerra, pudieron organizar su propio sistema educativo y conservar la lengua alemana, administraron los bienes de las sucesiones y los pertenecientes a viudas y huérfanos por medio del sistema de fideicomiso «Wisenamt», e introdujeron libremente, durante diez años, muebles, maquinarias, semillas, animales e implementos para las colonias.110 108

ROMERO, 1933. Las colonias mennonitas en el Chaco Paraguayo. Asunción, Ministerio de Economía, Imprenta Nacional, República del Paraguay, 1934, p. 41-59. Una interesante reflexión sobre el papel de las misiones religiosas en FRITZ, 1997. 110 El texto de la ley n.º 514 del 26 de julio de 1921, así como su ampliación mediante la sanción de la ley n.º 914, en Las colonias mennonitas en el Chaco Paraguayo. Asunción, Ministerio de Economía, Imprenta Nacional, 1934, 5-9. 109

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Durante una década fueron eximidos del pago de tasas a cambio de colonizar las antiguas tierras de los Casado-Sastre. Además, no fueron obligados a prestar juramento en sede judicial, sino sólo a hacer afirmaciones por simple sí o no; según González y Ynsfrán: La historia de la comunidad mennonita desde los siglos que existe, es uno de los más bellos ejemplos de la laboriosidad, disciplina y virtud colectiva. Así han entendido siempre los gobiernos de los diferentes Estados que dieron a los mennonitas las concesiones requeridas para el ejercicio de su credo religioso, la conservación de sus costumbres y tradiciones. El establecimiento de los mennonitas en nuestro país significaría la incorporación rápida a la actividad nacional de comunidades prósperas, organizadas y habituadas a una labor inteligente. Ninguna solución mejor puede hallarse al grave problema de poblar la República y de aumentar su capacidad productiva. El Paraguay puede otorgar las excenciones que desean los futuros colonos, porque el más grande de los principios de nuestra constitución es el que quiere que este país sea, por las liberalidades de sus leyes y por la eficacia de sus garantías, una patria para todos los hombres del mundo que a él recurran, sobre todo, cuando como en este caso, han de ser factores de progreso de bienestar y orden.111

Posteriormente una delegación de la Liga de Naciones visitó Villa Militar y a su regreso a Puerto Casado, sede del comando de la Primera División del ejército paraguayo, se acercó a las colonias mennonitas.112 Se hizo evidente que dichas comunidades, llegadas durante las disputas territoriales paraguayo-bolivianas, estaban cumpliendo un papel fundamental en la ocupación y colonización de la región chaqueña.113 Según González y Ynsfrán, la «secta religiosa agricultora y esencialmente pacifista» se había instalado como consecuencia de la puesta en marcha de «una de las últimas y más felices iniciativas de la empresa Casado...la colonización de una gran parte de su propiedad».114 El Chaco Boreal era entonces simplemente una región bajo administración militar, condición que mantuvo hasta el año 1946.115 111

GONZÁLEZ Y YNSFRÁN, 1929, 145-146. ESTIGARRIBIA, 1969, 101. 113 En 1956 eran ya 8.866 pobladores mennonitas que controlaban 1.216 enclaves productivos por un total de 806.250 ha; KLEINPENNING, 1984, 22-23. 114 GONZÁLEZ Y YNSFRÁN, 1929, 144. 115 En ese año el Estado dividió la región en tres departamentos: Presidente Hayes, Boquerón y Olimpo. Véase en VÁZQUEZ (2006, 39-41) el mapa n.º 4, con la división administrativa entre 1906 y 1945, y el mapa n.º 5, con la división administrativa entre 1945 y 1973. 112

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El próximo capítulo aborda precisamente el impacto de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en la zona de Puerto Casado en el contexto de la guerra del Chaco procurando entender por un lado el apoyo brindado por los Casado-Sastre al gobierno paraguayo y, por el otro, el inicio de la decadencia de la actividad extractiva y del propio funcionamiento de la empresa a partir de la década de 1930, cuando el ejército paraguayo hizo su entrada en el Chaco.

CAPÍTULO VIII LOS CASADEÑOS ENTRE LA EMPRESA TANINERA Y LA GUERRA DEL CHACO

«En 1879 comienza recién el Paraguay a internarse en el Chaco [llenándolo] de fortines». De este modo se expresaba Luis Toro Ramallo en 1932 al acusar al gobierno paraguayo de avanzar «solapada y silenciosamente» la jurisdicción del Estado entre los ríos Paraguay, Pilcomayo y los 22° 05¢ de latitud sur. La guerra del Pacífico (1879-1885), primero, y el litigio sostenido por el Acre con Brasil, después, habían frenado, en palabras de Toro Ramallo, los intentos bolivianos de ocupar el Chaco Boreal beneficiando el expansionismo paraguayo. Bolivia empezó tarde a reclamar sus derechos contra el país vecino por haberse apoderado del Chaco con «títulos de facto»,1 ocupando así, en palabras de Gustavo Adolfo Otero, el «órgano integral del organismo boliviano».2 Las Conferencias realizadas en Buenos Aires entre el 7 de mayo y el 12 de julio de 1928 con la finalidad de reducir la conflictividad entre Paraguay y Bolivia dieron a conocer las dos propuestas elevadas por los delegados respectivos: el principio del «uti possidetis juris» fue sostenido por Bolivia mientras que Paraguay alentó la teoría de la ocupación progresiva del territorio y su consecuente incorporación a la soberanía nacional a través de la instalación de empresas y fortines. Fulgencio R. Moreno, miembro de la delegación boliviana, presentó incluso un Memorándum en el que planteó que Paraguay había penetrado en su occidente «ampliando cada vez más sus aspiraciones territoriales», y señalando que el criterio legítimo para establecer la frontera entre ambos países debía ser la antigua jurisdicción de la Real Audiencia de Charcas, 1 TORO RAMALLO, 1932, 10-11, 18-23; también MORENO, 1925; MUJÍA, s/a; GONZÁLEZ BLANCO, 1934. 2 OTERO, 1928.

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sobre el río Paraguay.3 Para estos y otros tantos pensadores, el río Paraguay ofrecía a Bolivia la única alternativa de comunicación libre con el exterior al estar cercenado el litoral pacífico.4 Ceder ese territorio al Paraguay era encapsular su futuro como nación. Los deseos de la Conferencia de Buenos Aires fueron acallados el 5 de diciembre de 1928 cuando las tropas atacaron el fortín Vanguardia. Poco después, como represalia, Bolivia hizo lo propio con el fortín Boquerón.5 En 1929 se formó una Comisión de investigación y conciliación cuyo protocolo obligó a ambos países a suspender las hostilidades.6 Este hecho coincidió en el tiempo con la gran depresión económica internacional y el descubrimiento de recursos petrolíferos por parte de la Standard Oil and Company.7 En ese preciso momento Enrique de Gandía, uno de los más reconocidos intelectuales de la época, afirmó que «la jurisdicción paraguaya sobre el Chaco Boreal ha sido en todo tiempo un hecho y un derecho innegables...desde los orígenes el Chaco fue descubierto, conquistado y colonizado por el Paraguay, sin que de la parte de Bolivia penetrara ni una sola expedición con intento de hacer efectiva la posesión de las tierras al norte del Pilcomayo y oeste del Paraguay». De Gandía concluyó que, en realidad, resultaba «verdaderamente imposible pretender separar el Chaco Boreal del Paraguay».8 Es fácil encontrar valoraciones semejantes a las de Enrique de Gandía en el Paraguay. Lo que es significativo es hallarlas tan difundidas en el pensamiento argentino de la época. La guerra del Chaco no se hizo esperar aunque aun hoy se discuten los verdaderos motivos que llevaron a ambos países a declararse la guerra, un conflicto que permanecía latente desde hacía décadas. Los hechos que se desarrollaron en el fortín Arce, Platanillos, Nanawa, los campos de Saavedra, han sido relatados desde diversas 3 Actas y documentos de las Conferencias de plenipotenciarios bolivianos y paraguayos realizadas en Buenos Aire. La Paz, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Bolivia-Escuela Tipográfica Salesiana, 1929. En la misma línea, AGUIRRE ACHÁ, 1933. 4 QUEREJAZU CALVO, 1990, 11. 5 Documentos relativos a la agresión del Paraguay contra el fortín boliviano Vanguardia. La Paz, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto-Editorial Renacimiento, 1929, III-V; GONZÁLEZ ROA, 1930, 6, 47. 6 La Comisión de Investigación y Conciliación para el arreglo del conflicto entre Bolivia y Paraguay fue presidida por el general estadounidense Frank Ross Mc Coy y se reunió en Washington. GONZÁLEZ ROA, 1930, 8-9. 7 DALLA CORTE, 2007 c. 8 DE GANDÍA, 1929, 189-190; 202-205. El autor escribió la Historia del Gran Chaco precisamente como respuesta a los avances realizados por paraguayos y bolivianos en el Chaco Boreal.

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perspectivas por historiadores, literatos y actores que participaron en el conflicto bélico,9 acompañaron el proceso de incorporación del Chaco Boreal a la soberanía nacional paraguaya. En este capítulo se analiza la actuación de la empresa taninera de los Casado-Sastre durante la guerra del Chaco profundizando en el papel jugado por Puerto Casado (hoy Puerto Victoria). La principal fuente documental estudiada aquí es la colección fotográfica titulada Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas (1932-1933), obra del médico rosarino Carlos de Sanctis, que ingresó al ejército paraguayo como médico-cirujano voluntario y como corresponsal del diario La Capital.10 En los primeros meses del conflicto bélico, de Sanctis se incorporó al Cuerpo Sanitario de la Primera División a las órdenes del teniente coronel Carlos José Fernández a quien el rosarino calificó de «héroe auténtico del Chaco».11 De Sanctis se responsabilizó del hospital de sangre, es decir, del puesto principal de socorro para los heridos paraguayos caídos en el frente, y su trabajo fue premiado con una declaración presidencial que le otorgó el grado de capitán de Sanidad «honoris-causa» reconociéndole el goce de honores, prerrogativas, derechos y obligaciones de los militares del Ejército Nacional del Paraguay y autorizándole a llevar un uniforme en territorio chaqueño.12 Desde su llegada a Puerto Casado en octubre de 1932, y durante el tiempo que pasó en el Chaco, de Sanctis fotografió a los indígenas que trabajaban para la empresa taninera. Al mismo tiempo colaboró como enviado especial de La Capital de Rosario, lo que permitió al médico confec9

QUEREJAZU CALVO, 1965. Carlos de Sanctis fue secretario de la Comisión Nacional del Monumento y Parque de la Bandera rosarino; véase DE SANCTIS, 1957. Sobre su labor como historiador local, en particular su defensa del nombre tradicional de Rosario (cuando la villa fue elevada a rango de ciudad en 1852, es decir, Ciudad del Rosario de Santa Fe), DE SANCTIS, 1952 y 1953. 11 En este grupo de voluntarios destacó también el abogado uruguayo Alberto de Herreras; véase JEFFS CASTRO, 2004. 12 Por sus acciones sanitarias, el 21 de diciembre de 1939 de Sanctis fue condecorado con la Cruz del Defensor por parte del cónsul paraguayo en Rosario, Silvano Mosqueira; esta fue la primera disposición gubernativa del general José Félix Estigarribia, en ejercicio de la presidencia del país. La investidura y distinción tuvo una importante carga simbólica: la noticia fue publicada en el diario La Capital de Rosario en diciembre de 1939 así como en diversos periódicos de Asunción del Paraguay que de Sanctis recortó y pegó en sus álbumes. Los artículos destacaron la colaboración de los voluntarios argentinos en la «causa nacional paraguaya». Cabe señalar que, además de los tres álbumes que componen Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas (1932-1933), la familia del médico donó otro material gráfico al MHPRJM: el Álbum de fotografías y colección documental sobre la Condecoración Cruz del Defensor al Dr. Carlos de Sanctis, y el volumen de fotografías incorporadas al Archivo Gráfico y Documental. 10

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cionar una colección fotográfica sobre la vida del ejército en campaña. Los tres álbumes que componen Mi campaña en el Chaco están precedidos de un índice y una introducción, e incluyen doce capítulos fotográficos. La obra es un reportaje gráfico contrario a la guerra. El médico dibujó cruces y flechas remarcando expresamente algún aspecto de las fotografías que le interesaban de manera puntual; optó por adjuntar documentos como las cartas originales que le enviaron sus colegas tras finalizar el conflicto y las que extrajo de los bolsillos de los soldados bolivianos fallecidos en combate, y artículos periodísticos de su autoría publicados en La Capital. Para lograr mayor realismo, adhirió trozos de vendas, además de la imagen de la cámara fotográfica Zeiss Ykon Ikonta A que le acompañó a lo largo de los meses que estuvo en el Chaco Boreal. El primer apartado estudia el desarrollo del ferrocarril de los Casado-Sastre en Puerto Casado teniendo en cuenta que se trató de un medio de comunicación privado que permitió la movilidad de los efectivos y el transporte de los insumos necesarios para sostener la guerra en el Chaco Boreal. El segundo apartado busca interpretar la colección fotográfica de Carlos de Sanctis, en particular el capítulo I del álbum Mi campaña en el Chaco, titulado Desde Rosario hasta Asunción y desde Asunción hasta Puerto Casado, que describe la entrada de las tropas paraguayas hacia el Chaco Boreal, así como el capítulo II denominado En Puerto Casado: la toldería de indios, que muestra las condiciones de vida de la comunidad indígena establecida en Puerto Casado y empleada por los Casado-Sastre. El apartado describe la actividad misionera y el papel jugado por el padre salesiano Livio Fariña durante la guerra del Chaco.13 El tercer apartado describe el ingreso de los soldados paraguayos a los campos de Saavedra y las condiciones físicas en que se encontraban los prisioneros bolivianos en manos del ejército enemigo. La finalidad es observar el aprovechamiento del ferrocarril privado de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras por parte del ejército, situación reflejada en el capítulo III, Hacia el frente: desde Puerto Casado hasta el Fortín Boquerón, y el capítulo IV, Desde el Fortín Boquerón hasta el Fortín Alihuatá. El cuarto y último apartado reflexiona, finalmente, en torno al peso del latifundio entre los habitantes de Puerto Casado, así como la lucha que han llevado los casadeños para conseguir la devolución de sus territorios. La «desigualdad perfecta» de los casadeños simboliza a mi juicio la historia de muchos habitantes del continente, que reivindican hoy sus derechos históricos. 13 Una importante reflexión sobre las carencias historiográficas de los estudios referidos al papel jugado por los indígenas en la guerra, en CAPDEVILA, COMBÈS, RICHARD, 2008.

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8.1.

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El ferrocarril privado de los Casado-Sastre

Como sabemos, en América Latina el ferrocarril fue asociado al progreso, la modernidad, la prosperidad económica y al exterminio de la población no incorporada a la civilización.... Durante el siglo XIX las vías de comunicación bolivianas marginaron casi completamente el Gran Chaco y no superaron la región más cercana a Santa Cruz de la Sierra; no hubo ningún proyecto efectivo por instalar un ferrocarril.14 El Estado paraguayo, por su parte, realizó escasos esfuerzos para apoyar la creación y utilización de otras vías de comunicación en la región; los caminos eran escasos y las incipientes vías de entrada al Chaco eran los ferrocarriles privados construidos por las empresas extractivas instaladas en la región, una de las cuales, la más importante, era la de Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras.15 Este hecho fue señalado por la revista argentina Caras y Caretas que al morir Casado en junio de 1899 publicó fotografías de la fábrica de tanino que funcionaba a orillas del río Paraguay, así como de algunos vapores que se encontraban cargando cereales en Puerto Casado (Ilustraciones 18 y 19).16 El ferrocarril de Casado representaba el progreso en el Chaco Boreal. El ferrocarril fue, en realidad, un proyecto que Carlos Casado planteó a Juan de Cominges y Prat durante un viaje que ambos hicieron al Chaco Boreal en compañía de José Segundo Decoud, José Monte y Matías S. Alonso Criado. La presencia de Alonso Criado en esta comitiva es más que significativa, no sólo porque era propietario de 84.375 ha del Chaco paraguayo, sino también porque era un declarado republicano que en su juventud había sido el secretario personal del presidente de la República española, Emilio Castelar, y se había visto forzado a emigrar a América en 1874 cuando se produjo la restitución de la monarquía española.17 Las Obras escogidas de Cominges que ya hemos citado antes in14

DEMELAS, 1980, 70-71. Pablo Ludwig (1906 y 1910) inscribió en su mapa portátil de los ferrocarriles argentinos, uruguayos y paraguayos del año 1906, ampliado cuatro años después, la condición paraguaya del Chaco Boreal. Señaló la escasez de vías en el Gran Chaco, así como la centralidad de la ciudad de Rosario en la concentración de las vías férreas del sur santafesino. 16 Caras y Caretas, Semanario Festivo, Literario, Artístico y de actualidad, Buenos Aires, II, 40, 8 de julio de 1899. La revista incluyó también fotografías del FCOS, sobre el que puntualizó que era «la única empresa ferroviaria hecha con capitales del país». 17 Alonso Criado nació en Quintanilla de Somoza. En Montevideo, el primer lugar en que se radicó, dirigió el Boletín Jurídico y Administrativo y publicó la Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay. En 1877 fundó La Colonia Española, periódico en el que defendió a la colectividad de inmigrantes. Diez años 15

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ILUSTRACIÓN 18.

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Vista parcial de la fábrica de tanino de Puerto Casado, Monte Domecq, 1911, 279-280.

ILUSTRACIÓN 19. Cinco vapores cargando simultáneamente en Puerto Casado hacia 1899, Caras y Caretas, Semanario Festivo, Literario, Artístico y de actualidad, año II, n.º 40, Buenos Aires, 8 de julio de 1899.

después editó la Historia y Geografía del Paraguay y fue nombrado cónsul general del Paraguay en España y en 1899 en Montevideo. Actuó como delegado especial para la Exposición Universal de Barcelona. Fue nombrado hijo adoptivo y ciudadano honorario del Paraguay. En 1893 asumió como cónsul general de Chile en Montevideo. Pese a sus ideas republicanas, Alfonso XIII le concedió las cruces de Carlos III y de Isabel «La Católica».

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cluyen precisamente una biografía del explorador elaborada por Matías S. Alonso Criado, quien relató que: En 1889, en una expedición que hicimos con don Carlos Casado, don José Segundo Decoud, don Antonio Quijarro, señores Christophersen, Bogami, [José] Monte y otros amigos al Chaco Boreal, a bordo de los vapores Bolivia y Doña Ramona, fuimos testigos en el Alto Paraguay, lo mismo en Puerto Casado que en Fuerte Olimpo y Fuerte Ayolas, del cariño y veneración que los indios Mbayas, Sanapanás, Angaites, Chamacocos y Guanás tenían por Cominges, viniendo desde largas distancias a saludarle los principales caciques, como al cristiano querido de sus exploraciones de diez años antes. Como algunos administradores de los inmensos territorios de don Carlos Casado, aconsejasen á éste cierto rigor con los indios, Cominges defensor de éstos, buscó en su apoyo el concurso de las señoras y señoritas a bordo, que iban cosiendo trajes para regalar á los indígenas de las posesiones de Casado. Satisfecho de tan poderoso contingente —una mañana apareció a bordo un improvisado estandarte con oportunas alegorías al nombre del vapor y de la señora de Casado y debajo el lema: «Aquí Santa Ramona, de los indios es patrona». El triunfo de Cominges fue completo, el señor Casado recomendó a todos sus administradores en el Chaco el mejor trato y consideraciones con los indios.18

Juan de Cominges y Prat —más conocido por los indígenas de la zona chaqueña por el apelativo de Cacique Cuatro Ojos—,19 intentó llevar a buen puerto la misión que le había encomendado Casado que consistía en trazar una línea férrea desde Puerto Casado hasta la ciudad de Santa Cruz de la Sierra cruzando en diagonal la posesión chaqueña. Por este motivo había mandado construir unos 500 m de línea hasta el Cerro Galván,20 pero el proyecto nunca se implementó. En su lugar Casado planificó la construcción de un ferrocarril destinado estrictamente a la explotación de los montes de quebracho. Con los años, el ferrocarril de los Casado-Sastre fue el más extenso de todos los que se construyeron en la zona. Wenceslao Jaime Molins lo describió del siguiente modo: 18

ALONSO CRIADO, 1982, XXXV. Su padre fue el oficial del ejército francés Pedro de Cominges que había formado parte de las tropas invasoras napoleónicas, y su madre fue la catalana Mariana Prat y Prim, perteneciente a la distinguida familia del Capitán General y Ministro de la Guerra en España en 1829, Juan Prim y Prat. Fue uno de los primeros alumnos de la Real Escuela de Agricultura y Horticultura creada por la reina Isabel II en Madrid; fue nombrado ayudante del Jardín Botánico del Buen Retiro y posteriormente asumió el mismo cargo en los Jardines del Real sitio de Aranjuez hasta ser nombrado en 1858 director de los Reales Jardines y Bosques de San Ildefonso; ALONSO CRIADO, 1982, X. 20 TOSTICARELLI, 1969, 15-16; DE MARCO, 1993, 219, 227-228; LAGOS, 1949, 178. 19

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¡Si habrá elementos de labor en aquel gran país tropical, confinado hasta en las nacientes del Pilcomayo y en los límites de Bolivia, con una costa de cuarenta leguas sobre el río! Un tren industrial se interna 42 km en el corazón de la selva, aparte de 7 km, en construcción, en vísperas de entrar en servicio. La línea es de trocha angosta y el tren rodante consta de 60 vagones entre coches tapados, chatas de carga y de hacienda. Cada vagón de carga soporta diez toneladas. Este ferrocarril se extiende hacia el noroeste del puerto, a través del bosque denso y donde los ejemplares del quebracho ofrecen un inagotable filón.21

En 1926 cuatro ferrocarriles cubrían un total de 439 km de vías férreas, partían desde el río Paraguay y estaban ubicados en puertos creados por establecimientos industriales: de sur a norte, Puerto Pinasco (100 km), Casado (200 km), Sastre (75 km) y Guaraní (64 km). No obstante, durante la década de 1920 la utilidad del ferrocarril cambió al facilitar la incorporación de la comunidad mennonita y el ingreso de las tropas durante la guerra del Chaco. Poco antes de declararse el conflicto, el delegado nacional boliviano en el Gran Chaco, Julio A. Gutiérrez, advirtió sobre la utilidad de este ferrocarril para fortalecer los intereses paraguayos en la región: De estos ferrocarriles, el que más avanza y con proyecciones políticas es el de Puerto Casado. Trae justamente la línea de delimitación del tratado Quijarro-Decoud de 1879. Su extensión tiene diferentes cálculos: 478 km según el tratado Quijarro; 504 según la primera línea Cano...el ingeniero delegacional Teniente Coronel Leonardo Olmos atribuye 499 km a esta línea...el ingeniero Olmos, en oficio de 1 de febrero del presente año, se refiere a este ferrocarril y afirma que lo construído alcanza a 301 km. Comuniqué el dato a ese Ministerio y pedí a Olmos mayores informaciones y comprobaciones....se ratifica en sus afirmaciones y que ha tomado datos confirmatorios de paraguayos y de ingenieros que han estado trabajando en la línea. Agrega que esta construcción tiene hoy un objetivo netamente estratégico; que nuevas informaciones recibidas le avisan de la compra de tractores y camiones en crecida cantidad, por el Paraguay, y del acopio de gente para los trabajos indicados...el [ferrocarril] que avanza de Puerto Casado, sobre el paralelo 22, de mayores proyecciones políticas por el momento, pretende aproximarse a nuestro fortín D’Orbigny y asegurar para el Paraguay el dominio sobre la enorme superficie extendida al sud de ese paralelo, que tiene, más o menos, once grados geográficos, más de cuatro mil leguas cuadradas, copando de esta manera todos nuestros fortines situados adelante, hasta Esteros y Sorpresa. Con este ferrocarril, el Paraguay dominará todo el territorio situado al sud de esa línea férrea, para continuar realizando al norte nuevas ocupaciones iniciadas ya desde diversos puntos del Río Paraguay.22 21 22

JAIME MOLINS, 1916, 190-194. GUTIÉRREZ, 1980a, 15-77.

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Durante la Primera Guerra Mundial las fábricas tanineras exportaban anualmente alrededor de 20.000 toneladas de tanino,23 situación que se mantuvo prácticamente inalterada, aunque con altibajos, hasta la guerra del Chaco. La producción taninera del occidente paraguayo se refleja en el Cuadro 23 que incluye información sobre la extensión que alcanzaron los ferrocarriles privados encabezados por la vía férrea de los Casado-Sastre. En El problema del Sudeste de Bolivia, Aniceto Solares consideró que el gobierno boliviano no ejercía una política «nacionalista» sobre el territorio al no incentivar la construcción de ferrocarriles y caminos con la finalidad de asegurarse el control del petróleo en sus Orientes y su Sudeste. Este diagnóstico coincidió con el descubrimiento de reservas de petróleo en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz, espacios alejados de los centros más poblados y que estaban en su mayor parte en manos de la principal empresa concesionaria en Bolivia, la Standard Oil and Company. Aniceto Solares planteó que el ferrocarril debía ser prioritario para garantizar la expansión de la actividad industrial bajo control del Estado: «no son las industrias que después de desarrollarse han de crear las ferrovías, son las líneas férreas las que han de determinar la efectividad de las industrias».24 En ese conflictivo contexto llegó al Paraguay el primer grupo mennonita sobre el que hemos hecho referencia anteriormente. El 27 de mayo de 1927 Julio A. Gutiérrez consultó al ministro de Relaciones Exteriores y Culto paraguayo sobre la veracidad de la información de la concesión de tierras a la colonia mennonita en el interior del Chaco, y le hizo constar la protesta del gobierno boliviano ante actos contrarios «al compromiso de observar el statu-quo». El gobierno paraguayo comunicó a Gutiérrez que las concesiones en cuestión estaban ubicadas entre los meridianos 59° y 60° al oeste de Greenwich, y que se trataba de tierras «de carácter puramente privado», a lo que Gutiérrez contestó expresando su confianza en que Paraguay cumpliría la «palabra oficial» de que «la concesión hecha en el Chaco a la empresa colonizadora mennonita no afectará en ningún caso territorios ni intereses bolivianos».25 Poco después, en 1929, J. Natalicio González y Pablo Ynsfrán publicaron El Paraguay Contemporáneo en cuyas páginas expresaron que el ferrocarril de Puerto Casado se extendía a lo largo de 150 km y penetraba en línea recta hasta tocar prácticamente la colonia mennonita, y que, la 23

BREZZO Y FIGALLO, 1999, 269. SOLARES, 1926, 14-15. 25 Paraguay-Bolivia, Protocolos y Notas cambiadas. Asunción, Ministerio de Relaciones Exteriores- Imprenta Nacional, 1927, 37. 24

Casado Galileo Max Sastre María Guaraní Médanos Palma Chica Mihanovich Pinasco

1900 1904 1905 1905 1906 1910 1911 — — —

Año fundación

200 — — 76 — 82 — — 12 93

Km de ferrocarril

Carlos Mateo Casado Sastre y José Casado Sastre Nicolás Mihanovich Quebrachales Fusionados Alto Paraguay S. A. Quebrachales Fusionados S.F.de P. Guar. American Quebrachales Company River Plate Quebrachales Nicolás Mihanovich Pinasco, Brusaferry y Compañía; luego New York and Paraguay Company

Propietario

XX



4.500 4.500 3.500 8.000 7.200 5.000 450 — —

Toneladas anuales

Estado de los ferrocarriles privados en el Chaco Boreal a principios del siglo

Fuente: elaboración propia según Borrini, 1997: 41-45; Báez, 1927, 107-108.

Puerto Puerto Puerto Puerto Puerto Puerto Puerto Puerto Puerto Puerto

Nombre pueblo

CUADRO 23.

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empresa tenía la clara intención de poner en servicio 120 km más para completar su proyecto de ocupación: Puerto Casado es una de las localidades más florecientes del Chaco paraguayo y sirve de centro a una de las más poderosas industrias de las que prosperan en el país. Lo fundó en el año 1886 el caballero español don Carlos Casado, quien paulatinamente fueron fraccionándose mediante ventas parciales sucesivas que dieron origen a la formación de numerosos sindicatos que hoy en día explotan las inagotables riquezas naturales del Chaco. Puerto Casado cuenta actualmente con más de tres mil habitantes, incluyendo en este número los colonos mennonitas establecidos a 200 km del puerto, hacia el interior...El Puerto cuenta con un hermoso muelle, de mucho movimiento, con luz eléctrica, aguas corrientes, una escuela a la que acuden regularmente alrededor de trescientos alumnos, con un juzgado de paz, con una iglesia, con oficina de teléfonos y de telégrafos, con un hospital y con un hotel. Sale del puerto un ferrocarril que se interna en el Chaco, cruzando ricas y prósperas regiones, hallándose librados al servicio 150 km de vía y en construcción otros 120 km.26

Hacia 1931, y de acuerdo a las cifras que ofreciera Arbo, la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras controlaba 260 km de vía férrea.27 Durante la guerra del Chaco, al convertirse Puerto Casado en el asentamiento del comando de la Primera División del ejército paraguayo, esta vía férrea fue la más aprovechada por el sector centro, también llamado «sector Casado».28 La «línea Casado» comenzaba en Puerto Casado y llegaba hasta Isla Poi (Villa Militar), pasando por los fortines Toledo, Corrales y Boquerón que estaban destinados a resguardar a las colonias mennonitas.29 En este sector se intaló José Félix Estigarribia en setiembre de 1932, tras haber visitado el puerto el año anterior para preparar la defensa. Los contingentes movilizados llegaban a Puerto Casado en los cañoneros Paraguay y Humaitá, los cuales tenían la capacidad de conducir un millar de hombres en poco menos que de horas desde Asunción.30 Estigarribia recordaría en sus Memorias (editadas por primera vez en 1950 por su colaborador Pablo Max Ynsfrán mientras se desempeñaba como consejero de la legación paraguaya en los Estados Unidos) que el Chaco del 26

GONZÁLEZ Y YNSFRÁN, 1929, 144. ARBO, 1931, 56. 28 Las fuerzas paraguayas quedaron organizadas entre el sector norte (Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Puerto Sastre), sector centro (Concepción, Puerto Pinasco y Puerto Casado, este último con dos regimientos de infantería, medio escuadrón de caballería y un cuarto de compañía de telecomunicaciones), y sector sur (Rosario, Villa Hayes, Puerto Galileo). 29 FERNÁNDEZ, 1956, 36-47; ESTIGARRIBIA, 1969, 35-37, nota al pie 44. 27

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norte, conocido como Chaco Boreal, había quedado como un espacio sin definir entre las nuevas repúblicas independientes: «the Chaco problem sprang from the lack of precision in the jurisdictional delimitations of the different administrative divisions of the Spanish colonial Empire in America». No obstante, afirmó que la soberanía paraguaya sobre la región era indiscutible desde el momento en que «Paraguay and the Chaco practically form one indisoluble geographic unit». Puerto Casado podía garantizar la defensa de esa unidad debido a la cercanía con el río: Apart from Villa Militar there existed no water supply except on the Paraguay River, and to bring water from there was impossible, because in the first place, the railroad from Puerto Casado did not possess sufficient material for its transportation, and further because we had no trucks to accomplish transportation in the second stage, namely, from Punta Rieles (railroad terminal) to the troops. In such a plight there was no other alternative but to take Boquerón, which had water. Until that day I had made every effort compatible with the struggle to economize the lives of our soldiers, but pressed by this ominous information a decision to subdue the enemy positions at the cost of any sacrifice had to be made, and this I resolved to do.31

Los aproximadamente 2.700 combatientes que formaban la Primera División del ejército paraguayo penetraron en el Chaco Boreal en 1932 llevando consigo el croquis elaborado por el general ruso Juan Belaieff que señalaba la ubicación de las tolderías indígenas de los lengua, toba y sanapaná, y la extensión alcanzada por el ferrocarril de los Casado-Sastre hacia 1925 (Ilustración 20).32 El teniente coronel de la Primera Divi30 El transporte de los heridos se hacía en el barco-hospital Cuyaba, FERNÁNDEZ, 1956, 90-98; LIVIERES GUGGIARI, 1983, 76. 31 Referencias en ESTIGARRIBIA, 1969, 3, 8, 46, 33-35, 123-124. La obra incluye mapas de la evolución de la posición de las armas paraguayas y bolivianas, la correspondencia oficial con el gobierno de Asunción, y reportes de la guerra en el frente de batalla. 32 Juan Belaieff, como señala Nicolas Richard (2008), perteneció al ejército zarista y a la Sociedad Geográfica Imperial Rusa y exploró la zona del Alto Paraguay desde la década de 1920, en concreto entre 1924 y 1931. Richard se basa en las siguientes obras de Belaieff: Informe de la misión de reconocimiento de 1924 elevado al Ministerio de Guerra y Marina, Asunción, y el Informe de la misión de reconocimiento de 1924 elevado al Ministerio de Guerra y Marina, ambos de la Biblioteca Ossuna-Massi; del año 1928, Viaje de reconocimiento a Bahía Negra por orden del Ministro de Defensa, Guerra y Marina Luis A. Riart. Recomendaciones para destacamentos de Guarda Fronteras reclutando las tribus indias del Chaco Paraguayo, alistar indios al ejército, etc. Asunción, Archivo del Ministerio de Defensa Nacional; y diversos artículos editados en la Revista de la Sociedad Científica del Paraguay. José Zanardini agrega que la llegada de Belaieff se produjo a pedido del gobierno paraguayo para topografiar el Chaco Boreal ante la inminente guerra con Bolivia. Muy pronto se convirtió en un líder para los maká dados los vínculos afectivos que tejió con ellos; ZANARDINI, 2008, 371.

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ILUSTRACIÓN 20. Croquis de las exploraciones del general ruso Juan Belaieff, con la ubicación de las tolderías y extensión del ferrocarril de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en 1925, FERNÁNDEZ, 1956.

sión, Carlos José Fernández, autor de La Guerra del Chaco y testigo privilegiado del aprovechamiento del ferrocarril de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras por parte del ejército paraguayo, describió cómo por Puerto Casado —denominado entonces Puerto Militar— entraban soldados y médicos, víveres, enseres domésticos y medicamentos, combustible y agua potable hasta el km 145, es decir, hasta la terminal de Punta Rieles (Puntarriel).33 Otras empresas también ayudaron a Paraguay a nacionalizar el territorio chaqueño al facilitar los ferrocarriles privados construidos en los puertos Mihanovich, Sastre y Guaraní (o Guarany). La International Products Corporation, habilitó Puerto Pinasco y dotó al ejército paraguayo con un convoy de sesenta carros, caballos y bueyes, conductores y boyeros, útiles de escritorio y personal de sus obrajes.34 José Félix Estigarri33

FERNÁNDEZ, 1956. Cabe señalar que Unruh y Kalisch (2008) mencionan Puntarriel a la localidad en el Kilómetro 145; según estos autores, los enhlet vivían en esos años a lo largo de la línea de tren de Puerto Casado a Puntarriel. 34 FERNÁNDEZ, 1956, 94; ANTEZANA VILLAGRÁN, 1979.

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bia afirmaría posteriormente que Paraguay había gozado de una cierta inmunidad frente al ataque boliviano gracias a la colaboración de las diversas empresas involucradas en el Chaco ya que, entre otras cosas, se carecía de un «mapa perfecto» del Chaco. De hecho, el plano descriptivo de las posiciones de los ejércitos y de la longitud alcanzada por los ferrocarriles privados en los años previos al conflicto bélico fue elaborado recién en 1949 por C. P. Keagan, e incorporado en la obra The Epic of the Chaco: Marshal Estigarribia’s memoirs of the Chaco war 1932-1935, que fuera editada por Pablo Max Ynsfrán y publicada en 1969 por la Universidad de Texas.35

8.2.

Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas: la historia en imágenes de la Misión Salesiana P. Livio Fariña en Puerto Casado

Como sabemos, la ocupación de la región occidental paraguaya afectó profundamente a los indígenas chaqueños incorporados al nuevo modelo económico implementado en la zona desde finales del siglo XIX. Muchos de los pobladores fueron asesinados, otros prácticamente esclavizados en las fábricas tanineras y establecimientos ganaderos, catequizados y evangelizados en las misiones que sirvieron como brazo religioso de los terratenientes e inversores. Al compás de la entrada de las empresas extractivas, los indígenas chaqueños fueron forzados a abandonar sus tradiciones y a emplearse como trabajadores estacionarios en las haciendas y obrajes. Si bien los primeros contactos entre la sociedad criolla y grupos lengua-maskoy del Chaco paraguayo se dieron a finales del siglo XVIII, es recién en 1885, al desprenderse el Estado de su tierra fiscal al occidente del río Paraguay, cuando la presión de los «blancos» se hizo duradera y verdaderamente destructiva. En el caso de la empresa de los Casado-Sastre, los grupos indígenas fueron empleados en changas y conservaron con dificultad la caza y la recolección.36 Las tolderías ubicadas en las tierras vendidas a la comunidad mennonita fueron transferidas a esta última, y los indígenas quedaron en una clara situación de dependencia aunque con un sistema de vida 35 Cabe señalar que Estigarribia ordenó completar el camino desde Punta Rieles hasta Camacho; presionado por las tropas bolivianas que se expandían hacia el norte, el militar dio gran ímpetu «to the opening of the road, which previously I had ordered, from Punta Rieles directly to Camacho», ESTIGARRIBIA, 1969, 5, 15-19, 73, 94-95, 140-145, 159, 163-165, 185; FERNÁNDEZ, 1956, 94-97; BREZZO Y FIGALLO, 1999, 287. 36 KLASSEN, 1976, 1991; FABRE, 2005; CHASE-SARDI, BRUN, ENCISO, 1990, 112-116.

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distinto al de las empresas tanineras, lo cual ha hecho afirmar a Brezzo y Figallo que la explotación ganadera y la colonización propiciaron la integración de la tribus indígenas.37 La visión de Zanardini difiere de esta idea: según este autor, uno de los más interesados en dar a conocer la realidad de los indígenas paraguayos, el Estado «veía de buen ojo el trabajo de las misiones consideradas como instituciones aliadas que “amansaban y civilizaban a los indios” y podían así transformarlos en ciudadanos como los demás».38 Refiriéndose concretamente a los maskoy (hoy considerados por los lingüistas como familia enlhet-enenlhet), sostiene que esta familia incluye siete pueblos o etnias distintas (enlhet, enxet, enenlhet, guaná, sanapaná, angaite, maskoy) que a finales del siglo XIX fueron forzados en algunos casos a mezclarse: El proceso de mezcla de diferentes etnias comenzó a fines del siglo XIX, cuando el Estado paraguayo vendió a la empresa argentina Carlos Casado S.A. más de 5 millones de hectáreas de tierra en el Chaco con todos los indígenas incluidos, que eran los indígenas de los diversos pueblos o etnias...en el reclutamiento de los indígenas como hacheros en condiciones miserables, se produjeron varios efectos nefastos: enfermedades contagiosas, mala alimentación, exceso de trabajo, alcoholismo, destribalización con paulatina pérdida de sus idiomas originarios, desplazamiento territorial, concentrándose en los así llamados obrajes o en comunidades en la periferia de los puertos tanineros, entre ellos el así llamado «pueblito indígena» de la periferia de Puerto Casado.39

Puerto Casado, que siempre permaneció en poder de la empresa taninera, integró algunas «tolderías» alrededor de la Iglesia Misionera de San Raimundo Nonnato; la «civilización» de los indígenas fue encomendada al religioso salesiano Livio Fariña, cuyo nombre ha servido hasta hoy para designar a la misión salesiana, así como a un sacristán que colaboraba en la tarea de reducir a los «nativos». En su significativa colección fotográfica titulada Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas (1932-1933), el médico rosarino Carlos de Sanctis, que sirvió como voluntario en el ejército paraguayo, describió la guerra a un potencial observador de sus imágenes. En este apartado analizamos las descripciones que el 37 BREZZO Y FIGALLO, 1999, 194; véase en una posición contraria SÚSNIK Y CHASE-SARDI, 1995, 262; en particular el importante libro de KERSTEN, 1968, que incluye dos Cartas Histórico-Etnográficas del Gran Chaco para la segunda mitad del siglo XVIII, una de c.a. 1750-1767 y otra de c.a. 1800; también MORENO, 1925; Enciclopedia Británica. Chicago, The University of Chicago, 1986, 425. 38 ZANARDINI (2008, 370) menciona la misión anglicana de los enxet, la salesiana de los maskoy de Puerto Casado, y la de los chamacocos del Alto Paraguay. Véase también ZANARDINI y BIEDERMAN, 2001. 39 ZANARDINI, 2008, 374-375.

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médico adjuntó en cada una de las imágenes que tomó en Puerto Casado cuando registró la actividad evangelizadora de la Iglesia Misionera de San Raimundo Nonnato.40 También estudiamos las referencias que hizo sobre el ingreso de las tropas hacia Punta Rieles en el km 145. El capítulo II, titulado En Puerto Casado: la toldería de indios, comienza con una imagen de Carlos de Sanctis junto al salesiano Fariña, y la aclaración de que la fotografía había sido hecha durante «la visita que le hice a mi paso por Puerto Casado hacia el frente de guerra». El médico afirmó que esta experiencia misional era «la obra de don Bosco [...] orientada hacia la civilización de los indios de la región» (Ilustración 21.1). Con la finalidad de reforzar la unidad de acción entre el proyecto salesiano y el emprendimiento de los Casado-Sastre, en la descripción que aparece al pie de la imagen fotográfica invitó al observador a detectar «la buena calidad del edificio como tipo de material es común en todas las construcciones de la Sucesión Casado». El médico voluntario observó una tribu de aproximadamente cien miembros que vivía en la zona aledaña a la fábrica taninera, y afirmó que se trataba de los únicos pobladores que se hallaban «en el trayecto de la zona de guerra...sus hombres están ajenos a la situación bélica del país y no integran el Ejército paraguayo» (Ilustración 21.2). Con esta afirmación evidenció la ausencia de integración de los pobladores indígenas a la ciudadanía paraguaya a pesar de ser utilizados como mano de obra en los trabajos requeridos por los Casado-Sastre. El médico se coloca en el centro de la imagen junto al religioso, y ambos son rodeados por un grupo de indígenas, tanto adultos como niños, varones y mujeres, vestidos con ropa occidental. Sobre ellos, de Sanctis puntualizó que ofrecían «resistencia al visitante para bailar, cantar y ser fotografiados, pero obsequiados con un cigarro a cada uno, inclusive a mujeres y niños y con la influencia de sus civilizadores, ejecutan lo que éstos les ordenan». En otra fotografía el sacristán que trabajaba con el misionero Livio Fariña aparece «enseñando y dirigiendo una cinchada entre dos grupos de indios» (Ilustración 21.3), cuyo entusiasmo es mencionado por el médico, quien también señaló su carencia de inteligencia para interpretar los actos. Lo mismo ocurre en las dos escenas de «baile típico indígena» descritas por de Sanctis, una de varones y otra de ambos sexos (Ilustración 21.4), de las que escribió que se trataba de una danza «circular y rítmica, sin variantes, llevando el paso, los brazos entrecruzados, entonando una canción suave y agradable a la vez que monótona». Otra imagen muestra una danza indígena en la que el padre Fariña se encuentra en el centro y el sacristán hacia la izquierda, ambos «haciendo bailar a los indios» (Ilustración 21.5), los cua40

Sobre esta misión, véase referencias en SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 260.

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Ilustraciones del Capítulo II: «En Puerto Casado: la toldería de indios», MHPRJM, Colección fotográfica del médico-cirujano Carlos de Sanctis, Mi campaña en el Chaco: álbum de fotografías explicadas (1932-1933).

ILUSTRACIÓN 21.1. «Iglesia misionera de San Raimundo Nonnato en Puerto Casado, donde la obra de don Bosco se halla orientada hacia la civilización de los indios de la región. Observar la buena calidad del edificio como tipo de material es común en todas las construcciones de la Sucesión Casado».

les en palabras del misionero «cantan acompañándose de toscos tambores, entonando melancólicas, tristes elegías, música salvaje» (Ilustración 21.6). De Sanctis se hizo eco, de esta manera, de las ideas de Fariña quien sostuvo que la música inducía «tristeza al corazón, aunque muchos de ellos, sobre todo los menores, no saben lo que cantan ni porqué bailan». Se combinan referencias científicas y médicas con apelaciones subjetivas sobre los indígenas que son presentados como seres infantiles, reacios a convertirse en objetivo de la cámara fotográfica, pero dóciles ante las órdenes del religioso y del sacristán que le acompaña, aunque no alcancen a comprender lo que les rodea. Las mujeres sanapanás aceptan posar con vestimenta aportada por los religiosos, es decir, llevan faldas o vestidos, mientras los niños y niñas son colocados en primera fila, sentados, rodeando al padre Livio Fariña que es presentado como un «civilizador».41 41 Hacia 1980, los sanapaná ocupaban el territorio de la vía férrea de Puerto Casado abarcando toda la zona de influencia de la Misión Central hasta su límite sur fijado en el río Montelindo, y desde el río Paraguay hasta Pozo Amarillo y la Misión La Esperanza, al oeste, tocando las colonias mennonitas, CHASE-SARDI, BRUN, ENCISO, 1990, 104.

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ILUSTRACIÓN 21.2. «Estos son los únicos indios que se encuentran en el trayecto de la zona de guerra, constituyendo una pequeña tribu de unos cien individuos. Sus hombres están ajenos a la situación bélica del país y no integran el Ejército Paraguayo».

ILUSTRACIÓN 21.3.

«El Sacristán enseñando y dirigiendo una cinchada entre dos grupos de indios».

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ILUSTRACIÓN 21.4.

ILUSTRACIÓN 21.5.

«Baile indígena entre mujeres y hombres».

«El Padre Fariña y el Sacristán haciendo bailar a los indios».

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ILUSTRACIÓN 21.6. «El Padre Fariña dirigiendo una danza indígena. Cantan acompañándose de toscos tambores, entonando melancólicas, tristes elegías, música salvaje, que como dice el Padre Fariña, “induce tristeza al corazón, aunque muchos de ellos, sobre todo los menores, no saben lo que cantan ni porqué bailan”».

Las imágenes referidas a la actividad misionera son escasas si las contrastamos con las que de Sanctis hizo en la toldería de indios de Puerto Casado, la cual distaba dos cuadras de la Iglesia Misionera de San Raimundo Nonnato. En la toldería el médico hizo posar al cacique Vicente Maciel que se dejó fotografiar con una vestimenta claramente occidental, al igual que los jóvenes empleados en el aserradero y en el puerto; no ocurre esto con los sanapanás de más edad, tanto varones como mujeres, encargados de preparar la comida al resto de la comunidad. Al fondo puede verse el perfil de la toldería de indios, con viviendas rústicas (Ilustración 21.7). Carlos de Sanctis reprodujo la imagen de «un viejo centenario desnudo y ciego, machacando en un recipiente vainas de algarrobo que come con sumo agrado» (Ilustración 21.8). El médico describió que «el toldo está constituido por un solo plano inclinado de troncos cubiertos por ramas, trapos y cueros», agregando que mientras la instrucción eclesiástica estaba dirigida a niños y mujeres, los varones más jóvenes trabajaban en el aserradero de la empresa y en las actividades desarrolladas en Puerto Casado. A su vez, los más ancianos «se quedan en la toldería preparando la comida constituída por despojos de vacunos que se hierven largamente en tachos» (Ilustración 21.9). Un mismo niño fue

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ILUSTRACIÓN 21.7.

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«En el centro, el cacique Vicente Maciel; al fondo, la toldería».

ILUSTRACIÓN 21.8. «Un detalle de la toldería que dista dos cuadras de la Iglesia. El toldo está constituido por un solo plano inclinado de troncos cubiertos por ramas, trapos y cueros. Mientras los hombres jóvenes trabajan en el aserradero y en el Puerto, los viejos se quedan en la toldería preparando la comida constituida por despojos de vacunos que se hierven largamente en tachos. Mientras tanto los niños y algunas mujeres reciben instrucción o juegan en los corredores de la iglesia. En la foto aparece un viejo centenario desnudo y ciego, machacando en un recipiente vainas de algarrobo que come con sumo agrado».

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objetivo de la cámara del médico en dos oportunidades: en la toldería (Ilustración 21.10) y en la parroquia (Ilustración 21.11). En esta última imagen, además de retratar al niño con un cigarro, dibujó una cruz para remarcar la original posición adoptada por una madre india para amamantar a su hijo. En síntesis, sin quitarse el revólver de Sanctis se hizo fotografiar rodeado de los indígenas, del misionero y del sacristán, con la ropa que debía utilizar para hacer su trayecto hacia el hospital de sangre de los campos de Saavedra; buscó expresamente diferenciarse del resto de los personajes de sus fotografías tomadas en la zona ocupada por la fábrica taninera fundada por el español Carlos Casado del Alisal, y mostró que se trataba de personas ajenas al conflicto bélico. De este modo, pese a que estamos acostumbrados a observar imágenes y a leer relatos de Puerto Casado como sede del comando de las fuerzas paraguayas durante la guerra contra Bolivia, la actividad misionera y la toldería nos permiten hacernos una idea de la manera en que vivían estos grupos indígenas sometidos a la lógica impuesta por la empresa, obligados, entre otras cosas, a abastecerse en el único almacén del complejo taninero. Quizás por ello de Sanctis incluyó la imagen de una sanapaná cargando a su hijito sobre sus hombros y dirigiéndose al almacén con la información de que la mujer había protestado al ser retratada sin su permiso (Ilustración 21.12). El capítulo III, titulado Hacia el frente: desde Puerto Casado hasta el Fortín Boquerón, está conformado por imágenes que representan el transporte de las tropas a Puerto Casado (Ilustración 22.1). El corresponsal nos pide que observemos «con una lente de aumento» la aglomeración de soldados en la cubierta del cañonero Paraguay: «la flecha señala un cañón antiaéreo, cuyos sirvientes vigilan atentamente el horizonte ante la posibilidad de la aparición de alguna escuadrilla de aviones bolivianos». A continuación, adjuntó un plano con la extensión que había alcanzado el ferrocarril de los Casado-Sastre entre 1932 y 1933, es decir, cuando comenzó a ser utilizado por la Primera División del ejército; el trayecto seguido por la tropa desde Puerto Casado al Chaco Boreal; la ubicación de los fortines paraguayos y bolivianos hasta la frontera argentina con el río Pilcomayo, señalando que estaban instalados, en general, «en zonas donde pueda hallarse agua y en que los animales puedan pastar»; y los principales escenarios de la guerra (Ilustración 22.2). El fragmento documental de «realidad fotográfica» de Carlos de Sanctis permite comprobar lo que significó la ocupación de Puerto Casado por parte de las tropas paraguayas y contiene un alto valor antropológico. El teniente coronel Carlos José Fernández, jefe directo del médico, recordó en su libro La guerra del Chaco que la Primera División no con-

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ILUSTRACIÓN 21.9.

ILUSTRACIÓN 21.10.

«Indios viejos en la toldería de Puerto Casado».

«Un aspecto de la toldería de Puerto Casado».

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ILUSTRACIÓN 21.11. «Indiecito con un cigarro. En el sitio marcado con una cruz se halla una madre india amamantando a su niño. Observar la posición que adopta el niño para mamar».

ILUSTRACIÓN 21.12. «Una india sanapaná con su hijito se dirige desde la toldería al almacén de Puerto Casado. Protesta contra la foto. Observar la posición que adopta la madre para llevar al niño».

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Ilustraciones del Capítulo III: «Hacia el frente: desde Puerto Casado hasta el Fortín Boquerón», MHPRJM, Colección fotográfica del médico-cirujano Carlos de Sanctis, Mi campaña en el Chaco: álbum de fotografías explicadas (1932-1933).

ILUSTRACIÓN 22.1. «El cañonero Paraguay conduciendo tropas desde Asunción a Puerto Casado. Observar con una lente de aumento, la aglomeración de soldados que ocupan la cubierta del buque. La flecha señala un cañón antiaéreo, cuyos sirvientes vigilan atentamente el horizonte ante la posibilidad de la aparición de alguna escuadrilla de aviones bolivianos».

taba con medios propios de transporte, que los regimientos fueron dotados con cuatro camiones, seis carretas y dos carros de tracción a sangre que no sirvieron para hacer el trayecto, y que el ejército paraguayo tuvo que hacer uso de todos los recursos locales disponibles, comenzando por el ferrocarril de los Casado-Sastre y acabando por los carros, las mulas y los bueyes de los pobladores locales, los mismos que fotografió de Sanctis en la fábrica de tanino, en la toldería y en la misión del salesiano Livio Fariña. En su colección de Sanctis indicó: 26 de noviembre de 1932. Partimos en un atardecer hacia Kilómetro 145, en una balestrera del ferrocarril que atraviesa la selva. Empieza ahora la dura vida del Chaco. Tomamos tereré que es yerba con agua fría, sin azúcar bebiéndose con bombilla. Dormimos en el suelo, acurrucados uno contra otro, mezclados con el equipo, bajo un constante picoteo de mosquitos. Mucho frío en la madrugada, nos hace temblar. El viaje dura toda la noche, en un incesante traqueteo. Amanecemos con los músculos doloridos, muy quebrantados.

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ILUSTRACIÓN 22.2. Plano elaborado por Carlos de Sanctis con el trayecto seguido desde Asunción hasta Puerto Casado, y hacia el Chaco Boreal; representa la ubicación de los fortines paraguayos y de los fortines bolivianos, hasta una zona cercana a la frontera argentina con el Río Pilcomayo. En particular, señala la extensión del ferrocarril de los Casado-Sastre.

Para garantizar el apoyo de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, sin que el Estado paraguayo se viese obligado a nacionalizar la vía férrea, Fernández personalmente contactó con el gerente a quien incorrectamente identificó como Carlos Casado (recordemos que el primogénito de la familia, con quien supuestamente acordó el uso del transporte ferroviario para la larga campaña militar, fue declarado judicialmente insano muchos años antes), y quedó que fuese la empresa la encargada de sostener los trenes durante el tiempo que durase el conflicto bélico. Al inicio de las hostilidades, la Carlos Casado S.A. contaba con tres loco-

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motoras, varias zorras para el transporte, unos 60 vagones grandes que soportaban diez toneladas, coches de pasajeros y jaulas. En palabras de Fernández: Requerí su opinión sobre lo que se debía hacer para asegurar, en forma permanente, el funcionamiento del ferrocarril, ya que de este dependía, en gran parte, el éxito de la campaña. El señor Casado propuso dejar en manos de la Compañía, con su personal y su sistema, la atención de dicho servicio, comprometiéndose a asegurar su funcionamiento regular salvo accidentes imprevistos, como ser inundaciones o destrucciones efectuadas por el enemigo, lo que fue aceptado por el comandante de la División 1.42

El uso que se le dio al ferrocarril privado fue muy significativo: fue en Puerto Casado donde Estigarribia organizó la ofensiva que le permitiría capturar el fortín Campo Grande con la idea de tomar la línea de fortines bolivianos hasta el río Pilcomayo.43 Durante la guerra, la empresa hizo llegar a Puerto Casado una nueva locotomora para facilitar el transporte de víveres y tropas hacia el Chaco Boreal. Desde agosto de 1932 hasta diciembre de 1934 se recorrieron 226.031 km; se emplearon 235 autovías, 844 trenes, 3.642 furgones, 8.627 vagones y 5.220 jaulas; se transportaron 85.668 toneladas de carga general; se trasladaron 57.994 animales en pie; circularon hacia el frente unos 5.667 oficiales y 105.134 soldados; volvieron a Puerto Casado gracias al ferrocarril unos 4.901 oficiales y 85.624 soldados, muchos de ellos malheridos.44 Los fletes, incluyendo los pasajes, obligaron al Estado a desembolsar a los Casado-Sastre un total de $ 31.571.290 paraguayos. En los tres años de guerra, concluyó Fernández, dejaron de correr los trenes sólo durante ocho días a causa de la inundación producida por el desborde del riacho Ñati-ú que destruyó un trecho del terraplén de la vía. Bolivia tenía, a diferencia de Paraguay enormes dificultades para acceder a la región: Las dificultades con que tropieza Bolivia para poner sus hombres en el Chaco y las facilidades que en cambio tiene Paraguay para el mismo objeto. Desde el altiplano de Bolivia hasta los llanos del Chaco deben recorrer los soldados 800 kilómetros de ferrocarril y 1.000 de caminos, es decir, una distancia como de Cádiz a París, más bien más que menos; el Paraguay está del frente del ejército boliviano como de Madrid a Palencia. La tonelada de vituallas cuesta del altiplano al Chaco unas 1.500 pesetas; desde el Paraguay, 150. Para poner un soldado boliviano en el Chaco sin equipo, armas, municiones ni uniforme, hay que erogar como 300 pesetas; el Paraguay lo hace con 50. 42

FERNÁNDEZ, 1956, 93-94.

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Bolivia gasta en sus transportes desde el altiplano al Chaco 14 días; el Paraguay, 3.45

De Sanctis fotografió uno de los trenes e indicó que servía para conducir las tropas y carros destinados a la zona de guerra. Señaló que una de las imágenes fue tomada «estando el tren en marcha» y que los soldados lo miraron sorprendidos aunque aparezcan posando expresamente (Ilustración 22.3). La descripción agrega que «los trenes en general llevan carga, soldados y animales para el consumo y para transporte. Son trenes mixtos, pero sin coches para pasajeros. Debe viajarse como pueda, en wagones, hasta sobre los techos y en balastreras» (Ilustración 22.4). También hizo una inscripción en la fotografía y pidió «observar en el sitio señalado con la cruz, los mosquiteros de soldados que aún duermen» (Ilustración 22.5). Las dificultades del transporte de alimentos, material sanitario y tropas fueron reseñadas en las imágenes captadas por Carlos de Sanctis durante una madrugada de octubre de 1932 cuando acompañaba a las tropas paraguayas hacia el km 145 junto al «voluntario rosarino practicante Medina». Las referencias indican que el ejército paraguayo utilizó «un tractor oruga de gran potencia, para el transporte de carga y tropa, de gran utilidad en el Chaco, para transitar en zonas pantanosas» (Ilustración 22.6), así como un «convoy de camiones cargados con bolsas de galletas, que nos conduce hacia el frente». Aunque la entrada también se hizo a pie y utilizando ganado mular, los camiones recibieron una atención especial por parte del médico, ya que el monte chaqueño era de difícil acceso: «el camión atraviesa un cañadón para internarse en el monte. Cañadón en el Chaco es una planicie entre dos bosques; a los bosques limitados se les llama islas, y costa de la isla es el borde del bosque, detalles que pueden apreciarse en la foto. En general, los cañadones están cubiertos de espartillo, asemejándose a un pajonal». Finalmente, de Sanctis refirió que «las grandes lluvias que abundan en el Chaco en diciembre y enero determinan pantanos que perturban grandemente el traslado de las tropas así como el abastecimiento de víveres y de armas a las fuerzas que se hallen en el frente». El médico incluyó la imagen de un camión cargado con bolsas de galleta y empantanado en las cercanías del fortín Boquerón, y escribió que «los soldados y los chauffeurs hacen esfuerzos considerables para poder continuar la marcha» pidiendo que, mediante el uso de una lente de aumento, el ob43

KLEIN, 1968, 201-205; ANTEZANA VILLAGRÁN, 1979. Según Domingo LAINO (1989, 152), sus ferrocarriles recorrieron 276.400 km y transportaron un total de 243.621 oficiales, soldados y prisioneros. 45 GONZÁLEZ BLANCO, 1934, 37. 44

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ILUSTRACIÓN 22.3. «Un vagón cargado con dos carros destinados a la zona de guerra. Instantánea estando el tren en marcha; los soldados me miran sorprendidos».

ILUSTRACIÓN 22.4. «Los trenes en general llevan carga, soldados y animales para el consumo y para transporte. Son trenes mixtos, pero sin coches para pasajeros. Debe viajarse como pueda, en wagones, hasta sobre los techos y en balastreras».

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ILUSTRACIÓN 22.5. «Un tren con tropa y novillos, llevando a 145, procedente de Puerto Casado, en un amanecer. Observar en el sitio señalado con la cruz, los mosquiteros de soldados que aún duermen».

ILUSTRACIÓN 22.6. «Kilómetro 145. Un tractor oruga de gran potencia, para el transporte de carga y tropa, de gran utilidad en el Chaco, para transitar en zonas pantanosas».

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servador constate «las dificultades con que se chocan para pasar; a la derecha, el bosque, a la izquierda un pantano. Nuestro camión, desde donde he obtenido esta foto, espera en el camino, obstruido por el vehículo empantanado, quede libre para poder continuar el viage». Para fortalecer aún más su argumento puntualizó que «cuando un camión queda detenido, todos los otros que forman el convoy deben parar para socorrer al que le hace falta. En esta forma los viajes son lentos, empleándose mucho tiempo para cubrir cortas distancias». Una de las fotografías lleva el significativo mensaje «internándonos en el Chaco Boreal» para indicar a su vez el temor que sentía de que la aviación boliviana pudiese identificar los camiones y carretas: «el peligro de estos convoyes», escribió, «estriba en la persecución de que son objeto de parte de los aviones bolivianos». En su relato gráfico Carlos de Sanctis ofreció información sobre uno de los problemas fundamentales del Chaco: la carencia de agua potable y el cuidado con que las tropas paraguayas trataron las «caramañolas» de latón con forma aplanada que les habían sido entregadas por la oficialidad. Escribe: «el convoy de camiones, pasamos por el Palo Santo, Fortín Casanillo, llegando a Pozo Azul a las 13.30, con mucha sed, pues el día era sofocante. En este sitio existe un pirizal con agua rica, muy codiciada por los soldados. En este momento estamos llenando las caramañolas. Yo estoy a la izquierda esperando mi turno, debiendo caminar sobre los tablones para llegar hasta el lugar donde debe recogerse el agua». La Primera División llegó finalmente a Saavedra pasando por los fortines Casanillo, Palo Santo, Pozo Azul, Campo Buena Esperanza y Villa Imperial (Isla Poi), Arce y Alihuatá. En Pozo Azul de Sanctis fotografió «un rancho típico de los fortines chaqueños. Es de barro, paja y troncos, casi todos tienen sus aleros de protección contra el sol; el piso es de tierra y consta de dos habitaciones separadas por un corredor» (Ilustración 22.7). Captó dos imágenes en Campo Esperanza que ofrecen un interesante contraste: la de un grupo de voluntarios argentinos y la de los soldados paraguayos del Regimiento de Caballería 7 General San Martín partiendo hacia el frente de Toledo «equipados hacia la línea de fuego...con un uniforme sencillo y práctico». Reprodujo el contorno del fortín Casanillo con la aclaración de que había sido «habilitado para Hospital de Enfermedades Infecciosas, tifus, sarampión, escarlatina, paludismo, tuberculosis», señalando además que «la tropa recorre un largo trayecto a veces en camión, otras marchando. Tenemos aquí un camión de soldados del Regimiento San Martín, que se dirigen al frente» (Ilustración 22.8). Y en Isla Poi se hizo fotografiar junto a un médico de origen salvadoreño y dibujó una flecha sobre la imagen para dirigir la

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ILUSTRACIÓN 22.7. «En Pozo Azul. Un rancho típico de los fortines chaqueños. Es de barro, paja y troncos, casi todos tienen sus aleros de protección contra el sol; el piso es de tierra y consta de dos habitaciones separadas por un corredor».

ILUSTRACIÓN 22.8. «Desde el Kilómetro 145 hasta la zona de guerra, la tropa recorre un largo trayecto a veces en camión, otras marchando. Tenemos aquí un camión de soldados del Regimiento San Martín, que se dirigen al frente».

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mirada del obervador hacia «la forma como se lleva el cuchillo, entre la polaina y la pierna». Sobre el cuchillo que le faltaba, escribió que «al mío me lo han robado o lo he perdido durante el bombardeo de los aviones bolivianos el 30 de noviembre de 1932. Yo he recibido pues el bautizo de fuego». Relatos de un médico voluntario argentino en el Chaco Boreal... El ejército boliviano sufrió aproximadamente dos mil bajas hasta mediados del año 1933, entre soldados fallecidos, heridos y prisioneros.46 Carlos de Sanctis fotografió a los prisioneros que trabajaban «en la carretera, cerca del campamento Troche, con hachas, picos y palos» (Ilustración 22.9) y escribió que «a la izquierda el camión con el que nos dirijimos [sic] al frente, sorprendiendo a los prisioneros en plena tarea, haciéndoles formar para tener estas fotos». Para guiar la mirada del observador agregó que «los marcados con cruces son los custodios paraguayos» y para identificar a los prisioneros adjuntó otra imagen «del grupo de prisioneros bolivianos. Son los de gorra con visera y los cuidadores paraguayos los de sombrero». La identificación étnica aparece por primera vez al clasificar a aymaras y guaraníes a partir de rasgos físicos y no por el tipo de vestimenta utilizada: «obsérvese la cara típica del aymara del que se halla señalado con una cruz». Las condiciones de vida y el temor de los prisioneros quedaron reflejados en la explicación que agregó de Sanctis a la fotografía: «los prisioneros se alegraron cuando los fotografiaba y me pedían que los retratase quizás con el ánimo de que la foto apareciese en algún diario o revista que pudiera llegar hasta sus familias, para que constatasen que aún se hallaban vivos» (Ilustración 22.10). La condición de «impenetrabilidad» del Chaco fue señalada finalmente por el médico al afirmar que «en el fondo, se aprecia lo enmarañado [sic] que es la selva chaqueña, imposible de penetrar si no se practican picadas con machetes y cuchillos de monte...en todas estas fotos el monte enmarañado e impenetrable rodea todos los cuadros» (Ilustración 22.11). El término «impenetrable» sería el calificativo no más usual para el Gran Chaco. Décadas después de finalizar la guerra, el boliviano Nicanor Velarde Vizcarra rememoró su permanencia como cautivo de las tropas paraguayas. Recordó los problemas que tuvieron las tropas bolivianas durante el conflicto —falta de medios económicos, ausencia de vías de comunicación, carencia de transportes, desconocimiento del terreno, falta de preparación y de adaptación de los soldados altiplánicos a los bosques chaqueños— relatando que los soldados habían sufrido falta de «alimentos, agua, 46

QUEREJAZU CALVO, 1965.

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ILUSTRACIÓN 22.9. «Prisioneros bolivianos trabajando en la carretera, cerca del Campamento Troche, con hachas, picos y palos. A la izquierda el camión con el que nos dirijimos al frente, sorprendiendo a los prisioneros en plena tarea, haciéndoles formar para tener estas fotos. Los marcados con cruces son los custodios paraguayos...grupo de prisioneros bolivianos. Son los de gorra con visera y los cuidadores paraguayos los de sombrero».

clima infernal, abundancia de vegetación, reptiles venenosos, un sinnúmero de bichos y desesperación que les causaba el tupido bosque, sin vías de acceso o picadas por las cuales poder transitar en camión, indicando que sólo podían comunicarse por medio de estrechas sendas abiertas según las necesidades les apremiaban». Velarde Vizcarra escribió que hasta fines de 1932 el gobierno boliviano creyó en una rápida capitulación de los «pilas», pero diversos factores beneficiaron al Paraguay en los Sudestes bolivianos, entre ellos la carencia de un ejército boliviano profesionalizado. El antiguo prisionero indicó también la heterogeneidad étnica de los soldados que, a diferencia de los paraguayos que sólo hablaban guaraní, se comunicaban de manera dificultosa en quechua, aymara y castellano; los conflictos surgidos entre las tropas altiplánicas y cruceñas; y el desconocimiento del terreno de operaciones que habían demostrado los bolivianos frente a «baqueanos» paraguayos que tenían una gran experiencia en el manejo de hierbas alimenticias, medicinales y venenosas, en la manera de curar picaduras de insectos y mordeduras de víboras, y en la localización de lugares donde era factible obtener agua potable.

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ILUSTRACIÓN 22.10. «Los prisioneros se alegraron cuando los fotografiaba y me pedían que los retratase quizás con el ánimo de que la foto apareciese en algún diario o revista que pudiera llegar hasta sus familias, para que constatasen que aún se hallaban vivos».

ILUSTRACIÓN 22.11. «Obsérvese la cara típica del aymara del que se halla señalado con una cruz. En el fondo, se aprecia lo enmarañado que es la selva chaqueña, imposible de penetrar si no se practican picadas con machetes y cuchillos de monte».

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Velarde Vizcarra cayó prisionero durante el cerco de El Carmen en noviembre de 1934 y fue enviado al km 145, primero, y a Puerto Casado después. Allí le esperaba el vapor Holanda en cuya bodega fue trasladado con el resto de detenidos al campo de concentración de Cambio Grande, en Asunción, y a la cárcel de Emboscada de la cual se evadió. Regresó poco después a Bolivia donde publicó la obra Remembranzas de la guerra del Chaco en la que denunció el interés paraguayo por controlar las reservas petrolíferas chaqueñas cercanas a Santa Cruz de la Sierra así como el decidido apoyo que había dado la Argentina en virtud de las relaciones de parentesco entre los presidentes argentino y paraguayo. También advirtió que el canciller Carlos Saavedra Lamas —que actuara como mediador en la firma del Tratado de Paz boliviano-paraguayo de 1938 que le haría merecedor del Premio Nobel de la Paz—47 había facilitado al gobierno paraguayo armas, dinero, víveres, implementos de guerra y un importante contingente humano destinado a los servicios auxiliares en retaguardia. Velarde Vizcarra afirmó que el canciller tenía importantes motivos para volcar la balanza a favor del Paraguay,48 y que esta situación ya se había evidenciado en abril de 1933 cuando la aviación boliviana atacó Puerto Casado y arrojó 25 bombas sobre la fábrica y la población civil. La cancillería boliviana se defendió exponiendo ante Saavedra Lamas que este puerto no era sólo parte de la infraestructura empresarial sino que también era «el corazón de la actividad bélica paraguaya», aunque no volvió a repetir el bombardeo. Tras este conflicto el canciller argentino solicitó al gobierno boliviano que cesaran las hostilidades a las poblaciones civiles argentinas radicadas en el Chaco Boreal y le advirtió que, de lo contrario, saldrían heridas «las cordiales relaciones» argentino-bolivianas.49 La protesta de Saavedra Lamas llevó a Roberto Querejazu Calvo a afirmar que la Argentina defendía al Paraguay porque, en realidad, esta47

BREZZO y FIGALLO, 1999, 287-290. José Casado Sastre estaba casado con la hermana del entonces presidente argentino, el general Agustín Pedro Justo Rolón, en cuya gestión (1932-1938) se desempeñó como canciller Carlos Saavedra Lamas. 49 Nicanor Velarde Vizcarra, autor de estos relatos y posteriormente elegido presidente de la Legión de Evadidos del Paraguay en colaboración con el presidente honorario de la entidad, Germán Busch, fue nombrado asesor jurídico del Tribunal Permanente de Justicia Militar. Escribió: «en la línea al combatir en medio de un sofocante calor sin tener con qué saciar su desesperante sed por no disponer ni de una gota de agua para librarse de la sequedad de la boca y garganta que no permite articular una palabra, menos masticar algo, y como en todas partes realmente había escasez de agua no sé cómo ni con qué hayan podido subsanar esa deficiencia, ya que ni de orines podían servirse», VELARDE VIZCARRA, 1976, 80. Germán Busch accedió a la presidencia de Bolivia y durante su mandato se firmó el tratado de Paz con el Paraguay. Se suicidó el 32 de agosto de 1939; QUEREJAZU CALVO, 1965, 456-457. 48

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ba interesada en proteger a la empresa de los Casado-Sastre. Concluyó que «José Casado, uno de los principales de la firma Carlos Casado, estaba unido en matrimonio con la hermana del presidente argentino Agustín P. Justo Rolón. Por otra parte, el señor Saavedra Lamas, antes de ser canciller, fue abogado de la misma compañía y durante su ministerio su bufete continuó atendiendo los asuntos legales de la misma».50 Tomás Manuel Elío llegó a una conclusión similar: el interés particular de las partes comprometía incluso la imparcialidad del gobierno.51 En relación a la colaboración argentina, Velarde Vizcarra sostuvo que: El Paraguay se hallaba preparado para la guerra, puesto que en el Chaco se encontraban en juego los ponderables intereses de los Sastre, Casado, Pinasco y de muchos otros capitalistas paraguayos y argentinos, amparados por los gobiernos de ambos países; además se dice que los presidentes Eusebio Ayala del Paraguay y Agustín P. Justo de la República Argentina estaban emparentados por el matrimonio contraído entre sus hijos, haciéndose por lo tanto explicable la decidida intervención y apoyo del canciller argentino Saavedra Lamas a favor del Paraguay, tanto más que al ser los potentados de ambos países los mayores accionistas de empresas interesadas en mantener su hegemonía en el Chaco, les convenía apropiarse en su totalidad para usufructuar de su riqueza forestal y la anhelada producción petrolífera, y como accionistas de las firmas proveedoras del material bélico, también les interesaba mantener y prolongar la guerra con nuestro país.52

La importancia de Puerto Casado fue revelada en mayo de 1934 por Cipriano Codas al ser convocado por el Ministerio de Hacienda paraguayo para discutir sobre la mejor manera de resolver los problemas económicos y financieros ocasionados por el conflicto bélico mantenido desde el año 1932. Codas presentó un Memorándum con las propuestas que él consideraba esenciales para ganar la guerra, entre ellas el control de cambios, una moratoria general, la organización bancaria, el control del mercado de exportación e importación y, fundamentalmente, las contribuciones extraordinarias de guerra. Codas consideró que debían adoptarse con urgencia tres medidas principales: en primer término, la desmovilización del personal civil y militar que no fuese necesario en campaña; en segundo término, el transporte de las tropas en barco en lugar de hacer uso de cañoneros; y, en ter50

QUEREJAZU CALVO, 1965, 175. ELÍO, 1933. Cabe señalar que el promedio de duración de las presidencias paraguayas entre 1880 y 1956 fue siempre menor de dos años hasta que asumió el poder el general Alfredo Stroessner, lo cual indica la inestabilidad política que acompañó la evolución económica del país durante los años en estudio; LEWIS, 1980: 9-10; ARGAÑA, 1983. 52 VELARDE VIZCARRA, 1976, 295-311. 51

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cer término, la prolongación inmediata de la vía férrea de los Casado-Sastre, que tenía origen en Puerto Casado y finalizaba en Punta Rieles, con la idea de que llegase a un lugar fijado por el Alto Comando del ejército. Además, propuso construir 5 km de vía férrea por día utilizando para ello tanto los delincuentes que cumplían condena como los prisioneros bolivianos.53 El Estado paraguayo no asumió esta tarea, Bolivia mostraba signos de decaimiento y la guerra acabaría formalmente un año después. De acuerdo a Seiferheld: En enero de 1936 el Paraguay seguía siendo un país pobre y aislado por la geografía.... las limitaciones culturales y económicas eran casi insalvables. Con unos 900.000 habitantes para un territorio que con el Chaco recuperado orillaba los 450.000 km2, el país carecía de caminos permanentes, de flota mercante, de electrificación y de puestos sanitarios en el interior. Su comercio se limitaba casi exclusivamente a la Argentina y su ferrocarril central, atrasado y obsoleto, de capital inglés, contaba con una sola vía que de Asunción llegaba a Encarnación para empalmar desde 1913 con la vecina Posadas. Otros tramos cortos existían esparcidos en el Chaco y el departamento de Concepción, pero de poca gravitación salvo con lo económico.54

Durante la guerra del Chaco y la inmediata posguerra fueron los ferrocarriles privados, creados con un objetivo meramente económico, los que solucionaron en parte las falencias en las comunicaciones en el Chaco Boreal, al menos hasta la apertura de la ruta Transchaco que fue iniciada en 1957 e inaugurada en el año 1964. En relación a la infraestructura de transporte y organización económica del territorio en el Chaco, Vázquez afirma que fueron los mennonitas quienes consiguieron que el gobierno estadounidense, a través del Departamento de Estado, financiase la construcción de la ruta Transchaco, crucial para el desarrollo de las colonias chaqueñas y de la actividad ganadera del Bajo Chaco.55 En 1961, tres años antes de la inauguración de la ruta Transchaco, el Ministerio de Defensa Nacional paraguayo confirió la medalla del mérito a la empresa Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras y a su ferrocarril56 por la ayuda que habían prestado para nacionalizar definitivamente el territorio chaqueño, previamente privatizado, que había estado hasta entonces en disputa con el Estado boliviano.

53 54 55 56

CODAS, 1934, 22-24. SEIFERHELD, 1985, 20. VÁZQUEZ, 2006, 23, 28-29; 135-136. LAINO, 1989, 152.

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8.3.

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«Estos muchachos parten hacia el frente de Saavedra, ¿cuál será su suerte?, ¿regresarán?»: el Paraguay y la guerra del Chaco

En 1932 Carlos de Sanctis comenzó a registrar fotográficamente a los soldados de la Primera División del ejército paraguayo, desplazados al Chaco Boreal, y mostró el terrible impacto de la guerra. Fue el primer médico extranjero voluntario al que el ejército paraguayo permitió llegar hasta la línea de fuego ya que el resto fue destinado a los hospitales de los fortines de retaguardia. El hecho de responsabilizarse de la sanidad le convirtió en testigo privilegiado, situación que aprovechó para desempeñarse como corresponsal de La Capital de Rosario. Gracias a sus informes, el periódico dio a conocer, por ejemplo, la noticia del ataque a uno de los hospitales militares a finales de 1932, cuando la Primera División perdió aproximadamente 800 hombres. En esa circunstancia el médico indicó que «había que dejar los efectos personales y llevarse lo estrictamente necesario o nada para ponerse a salvo. Yo preparé el botiquín llenándolo con lo que más estimamos, los rollos de películas de estas fotos en primer término y después lo indispensable que pudiera necesitar». Las fotografías captadas en noviembre de 1932 conforman el segundo album de Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas (1932-1933); que está compuesto de cuatro capítulos: el capítulo V lleva por título En el frente. Primera División del Ejército Paraguayo en los Campos de Saavedra, con imágenes que muestran la vida de campaña; el VI, En el frente: vida de campaña en el bosque; el VII, Bombardeos aéreos, que hace referencia a los ataques de la aviación boliviana a los tanques de agua y los camiones cisterna; y el VIII, En el frente: la sanidad militar durante la batalla, en el que de Sanctis se refirió en concreto a su trabajo como médico cirujano y las duras condiciones en que los soldados recibían las curaciones. Los cuatro últimos capítulos, incorporados al tercer álbum, se centran en la guerra durante los últimos días del año 1932 y el regreso del médico a la capital argentina. El capítulo IX lleva por título En el Campo Jordán: el ataque boliviano del 27 de diciembre de 1932; el X, Combate de artillería. Navidad y año nuevo en el frente; el XI, El regreso: desde el Cañadón de la muerte, hasta el Río Paraguay; y el capítulo XII, Desde el infierno del Chaco hasta la perla del Atlántico. De Sanctis fotografió hechos que consideró significativos. Por ejemplo, adjuntó la imagen de su mano vendada con la explicación de que «los mosquitos me la han ulcerado con sus picaduras»; o «una mano izquierda con su antebrazo, que se hallan en el sitio señalado con una cruz,

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han sido separados del brazo, como si hubieran sido arrancados por un casco de granada»; el cadáver de un paraguayo que había sido «abandonado a merced de cuervos y caranchos» sin ser siquiera requisado por la tropa; el cementerio boliviano de fortín Arce donde señaló que «las cruces bolivianas son simples, así: + en tanto que las paraguayas tienen una pequeña tablilla sobre la rama transversal donde escriben INRI o bien la fecha del fallecimiento»; las moscas que buscaban depositar sus huevos en el cadáver de un soldado paraguayo herido; y el entierro de los cuerpos en fosas precarias cavadas a menos de un metro de profundidad. Aparece un relato puntual de la manera en que se transportaban los heridos; la suciedad de la única mesa de operaciones y curaciones que tenían en el puesto de sangre divisionario; las imágenes de piernas y brazos amputados; cráneos destrozados; los lamentos unidos al repiqueteo de las ametralladoras; la cura precaria que efectuaban a los prisioneros bolivianos;57 el dibujo de flechas sobre los «gusanos (que) suben por el brazo del operado y otro por la mesa de cirujía»; los rostros desencajados de los practicantes de medicina, uno de los cuales desapareció una noche y de Sanctis escribió que «nunca supimos si lo mataron o si lo tomaron prisionero»; los rótulos del paquete de curación individual del soldado paraguayo; el brazalete personal de la Sanidad Militar; y, finalmente, la reproducción fotográfica del maletín del médico, en el que llevaba vendas, gasas, algodón, dos alfileres de gancho, una docena de pinzas y un par de tijeras como único instrumental sanitario. En el Hospital de sangre de Saavedra tomó imágenes de los «heridos en camillas y en el suelo, entre los árboles», retrató un soldado herido, marcó en la imagen los gusanos que pululaban por su cuerpo, y, señalando el abdomen, escribió «como puede observarse con una lente, en nuestro puesto de sangre, le introduje los intestinos, falleciendo un cuarto de hora después de haber sido herido». Los médicos tenían prohibido operar a los heridos en el abdomen porque se consideraba que no superarían las infecciones producidas por la carencia de agua y de material esterilizado: «cuando nos llegaban los heridos de vientre», escribió, «les practicába57

Escribió de Sanctis sobre la situación de uno de los heridos bolivianos: «La bala entró por la oreja izquierda y salió por el pómulo derecho, destruyendo el velo del paladar. La cara está hinchada, los párpados semi-cercados y las moscas “verdes” le han depositado huevos en las heridas que se han llenado de larvas. Tiene serias dificultades para comer y tragar. El agua y los alimentos se le escapan por la nariz. Sufre mucho; tiene una sed insaciable. Me pedía agua, de rodillas y con las manos juntas, implorando; como no tenía jarro, le daban tamborcitos vacíos de gasas llenos del preciado líquido que hacía desaparecer instantáneamente. Se le trató en la Sanidad con toda consideración, curándosele como si fuera paraguayo. En el fondo de la foto, el número 1 señala un soldado muerto y los números 2, soldados heridos, entre los árboles».

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mos curaciones simples, y esperábamos, impotentes para socorrerlos en la forma que debiéramos, que les llegara la hora de la muerte». Sistemáticamente aparece su queja por la falta de instrumental quirúrgico, sierras para cortar, ampollas de éter o morfina, compresas esterilizadas, suero..., y el mensaje constante de que «ESTO ES LA GUERRA»: Un cuadro del puesto de sangre. Observarlo con una lente de aumento. Es interesante por lo elocuente, y en la realidad es horrible. Los heridos están hacinados, unos en camillas, otros en el suelo, sobre la tierra, entre las picadas; no hay tiempo para buscar paja para todos. Adoptan posiciones caprichosas según la localización de las heridas y con toda humildad y resignación esperan pacientemente el turno de la curación. Pocos se quejan; únicamente lo hacen los que en general, mueren. Durante las operaciones o curaciones dolorosas se portan como verdaderos varones y cuando no pueden tolerar más el dolor suelen decir: «Imposible! imposible!. y nada más. Las moscas revolotean sobre las heridas y los vendajes pasados de sangre; se posan y depositan sus huevos....En éste momento, diseminados entre los árboles tenemos un centenar de heridos y vienen llegando más.

De la guerra le interesó particularmente reflejar los perniciosos efectos que produjo la carencia de agua potable, tanto para calmar la sed como para conservar la higiene y lavar las heridas de los soldados intervenidos quirúrgicamente. El ejército se nutrió de filtros de uso individual que contenían en su interior carbón para filtrar un máximo de cinco litros de agua con la finalidad de reducir la sustancia orgánica. En el Hospital de sangre de Saavedra tomó fotos de los tachos de agua y escribió «que se traía con dificultades desde dos o tres kilómetros de distancia o más. Con frecuencia era mala, de olor fétido, de mal gusto, a veces era barrosa, amarga, salada. Para no volcarla durante el transporte, los soldados colocan paja dentro del tacho, como se ve en la foto. El mate cocido hecho con esa agua amarga y borrosa a veces era imposible de tomar; lo mismo resultaba con la sopa». Procuró de Sanctis que cualquier observador pudiese hacerse una idea de las condiciones a las que se enfrentó la tropa al verse afectada por la carencia de agua: Si al beber esta agua, se dejaba en el jarro uno o dos traveses de dedos, ese resto se volvía a echar en el tacho, pues al día siguiente no se podría tener ni esa mala agua. Con esta escasez, el lavado de las manos manchadas con sangre, era imposible, debiendo hacerlo con aguardiente que fijaba la sangre o bien con agua oxigenada, lo cual resultaba muy desagradable, por médico que se fuera. Los practicantes de Ponte y Villamayor hervían las jeringas con esa agua barrosa, cuando no había otra mejor, a costa de la existente en sus caramañolas personales, exponiéndose a sufrir el martirio de la sed. Para poder pasar esa agua desagradable, con la cual en la vida civil, nadie se lavaría los pies, se recurría al «tereré».

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Fotografió también a uno de los indígenas encargado de buscar los lugares ricos en agua potable.58 Querejazu Calvo coincidió con la descripción al señalar que los médicos bolivianos no podían hacer otra cosa que prestar apoyo moral a la tropa porque carecían de lo mínimo indispensable: Las drogas, las gasas, el algodón y los desinfectantes estaban agotados. La munición y los víveres volvían a escasear. Pilotos bolivianos trataban de aprovisionar a los sitiados desde el aire, pero con resultados insignificantes. Volaban sus aviones a prudencial altura para evitar el fuego de los paraguayos y muchos de los paquetes que lanzaban caían fuera del perímetro ocupado por sus compatriotas encerrados. Uno por uno se mató a los mulos de la compañía de ametralladoras para alimentar a jefes, oficiales y tropa. En las noches, los soldados de Marzana se arrastraban hacia donde habían visto caer muertos a sus adversarios y los despojaban de su caramañola de agua y de sus balas. Uno de los pozos de agua que existía en el fortín lo destrozó una bomba...el tajamar de agua putrefacta era aún más peligroso. A su vera yacían varios cadáveres.59

El médico adjuntó fotografías tomadas a una misma persona, primero en Puerto Casado y luego en los fortines pocos meses después, procurando mostrar a los observadores «cómo cambia un hombre en la dura vida de campaña en el Chaco... está flaco, ojeroso, peludo y deprimido, como todos nosotros». Repitió esta estrategia fotográfica consigo mismo después de soportar el bombardeo boliviano en Isla Poi el 28 de noviembre de 1932: «entonces tuve la sensación de lo serio del peligro», señaló remarcando las diversas posibilidades a las que se enfrentaba la tropa: «si la bomba cae sobre el foso quedaríamos triturados y que si una ráfaga de ametralladora se pasease sobre nosotros, una bala en la nuca nos mataría en el acto, en la columna vertebral nos dejaría paralíticos de ambas piernas, en el vientre nos perforaría las vísceras». Roland Barthes ha afirmado que «la fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente».60 Las imágenes de estos muertos olvidados en el Chaco, representados por de Sanctis, posiblemente cumplan más que ninguna la premisa barthiana. Las fotografías de heridos se explican con cortos mensajes: «el que está sentado tiene un balazo en el brazo y otro en el vientre; a través de los vendajes pasa la sangre. El que se halla en la camilla tiene un balazo en la columna vertebral, con parálisis de ambas piernas». En las fotografías de entierros de soldados paraguayos escribió impresionado que 58 59 60

DALLA CORTE, 2009. QUEREJAZU CALVO, 1990, 41. BARTHES, 1994, 31.

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«pareciera que ya estamos en la tumba esperando la muerte. Confieso que en ésta ocasión y por única vez en la campaña pensé: ¿Para qué habré venido?». De Sanctis incluyó imágenes de los prisioneros y de los cadáveres de soldados bolivianos que encontró con el capellán Sixto Ferreyra a medida que se internaba en la zona occidental hasta Saavedra. También retrató un herido y dibujó en la imagen algunas flechas para indicar los «gusanos que ascienden por su cuerpo», agregando que, en realidad, los había «encontrado de casualidad al examinar la foto con una lente de aumento». Dibujó cruces sobre las orugas de mariposas que aparecían en otra imagen, y escribió: Durante las intervenciones, había que luchar contra las moscas, mosquitos y gusanos. Estos subían por la mesa de operaciones, llegaban al herido, ascendían por los tambores de gasa, se metían entre las vueltas de los paquetes de algodón, se paseaban sobre la superficie de las botellas de antisépticos, es decir, estaban en todas partes. Los camilleros ayudantes debían estar alertas para apartarlos y en este trabajo perdíamos tiempo y energía nerviosa.

Los ejércitos boliviano y paraguayo intentaron minar el ánimo de los enemigos lanzando proclamas e invitándoles a desertar,61 y por ello de Sanctis incorporó en la colección una proclama lanzada por la aviación boliviana invitando a los paraguayos a abandonar la lucha y pasarse al ejército enemigo,62 así como la contestación escrita por el teniente coro61

Nicanor VELARDE VIZCARRA (1976, 9) describió tras la guerra los abusos cometidos por las comisiones bolivianas de reclutamiento que se aprovecharon de la «ignorancia y timidez innata del indio» al incorporarlos como zapadores sin darles ningún tipo de instrucción. 62 La proclama decía: «Soldados paraguayos: como siempre vuestros oficiales usan de todo ardid o mentira para lanzaros salvajemente a la lucha; sabemos que os hacen consentir en que nosotros martirizamos y tratamos mal a los prisioneros, mentira, incalificable calumnia. Sabemos de nuestros deberes, sabemos hacer la guerra, cual cumple a un ejército civilizado, que estima es muy alto su honor su moral y su honradez profesional, todos vuestros camaradas prisioneros pueden atestiguarlo, sea mejor tratados que nuestros soldados, con cariño y venebolencia. Actulamente se pasean en lujosos automóviles por las calles de nuestras principales ciudades del interior, atendidas superabundantemente en todas sus necesidades por todo el pueblo, que no estcatima [sic] esfuerzos para complacerlos en todo. En cambio vuestros oficiales es ultrajan, privandoos hasta de la mas indispensables para luego lanzaros a la lucha como a simple “CARNE DE CAÑÓN”. Venid a nuestras filas. Presentaos como prisioneros que os recibiremos con los brazos abiertos y podeis constatar por vosotros mismos la verdad de cuanto afirmamos. Se ha impartido órdenes a todas las tropas de primera línea para que os reciban. Si antes no lo hicimos fue por culpa de vuestros oficiales que dando espalda al mas elemental concepto de caballerosidad y del deber profesional, olvidaron que la primordial

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nel Carlos José Fernández para que circulara entre sus soldados.63 El desánimo de la tropa aumentaba, según de Sanctis, cuando se encontraban cadáveres sin identificar, esparcidos a lo largo y a lo ancho del territorio chaqueño. Él mismo, tras la toma del fortín Alihuatá, registró un esqueleto semisepultado y señaló que debió tratarse de un médico boliviano que, malherido, había preferido suicidarse inyectándose morfina cuando las tropas abandonaron el lugar. «Se ignoran las causas del suicidio», remarcó, «junto al cadáver se encontraron veinte ampollas más o menos de morfina, vacías. Yo encontré una llena y cartas de los familiares». Mediante la requisa, la tropa obtenía algunos de los enseres que necesitaba; en una imagen incluyó a un soldado con un plano en la mano, a otro con un par de botines, y al último con dos jarritos, concluyendo que «los univirtud del militar y del hombre es y debe ser siempre la del honor. LOS ESPERAMOS. Varios de vuestros camaradas han querido por propia voluntad hacernos saber todo lo que se afirma anteriormente. Se han quedado verdaderamente sorprendido por la forma como se los ha tratado, manifestandonos que al saber Uds. no vacilarán en venir hacerles compañía. Es por eso que no hemos vacilado en haceros saber todo lo que anteriormente os hemos manifestado. ANTES DE SUFRIR ULTRAJES DE VUESTROS SUPERIORES, MISERIAS Y PENURIAS, ENTRÉGUENSE SIN TEMOR A LOS SOLDADOS BOLIVIANOS». En mayúsculas en el original. 63 Este escrito decía: «Soldado. Un país sin dignidad y sin historia, huérfano en el concierto de la civilización americana, que se humilla a un vulgar mercenario, pretende herir con sus infamias, lanzada en un manifiesto todo el honor inmaculado de nuestro pueblo, representado en este momento histórico por el valiente Ejército del Paraguay. La grotesca invitación hecha á vosotros, heroicos soldados, incitando a empuñar su gloriosa tradición, estoy seguro que repercute y repercutirá como una de las ofensas más graves que se infiere al decoro nacional y no refleja sino la fiel expresión de la impotencia y cobardía en que se debate el ejército boliviano que incapaz de afrontar el empuje de vuestra bravura, recurre en su agonía a una artimaña mesquindad. El soldado paraguayo que ha escrito la historia más gigantezca del mundo, ayer como hoy no escucha más invitación que la del llamado de la Patria para cumplir con su sagrado deber. Así lo ha jurado ante la Bandera, y con esa consigna abandonando su hogar y sus más caros afectos estan firmes en sus puestos con el solo pensamiento de vencer ó sucumbir. Por eso, la Nación envencida reconoce y mira en cada uno de vosotros, queridos soldados, el apóstol de su causa, al heroico ejecutor de la historia, al último varón que ilustra su epopeya preñadas de laureles y victorias. Hablarle de deserción, de incumplimiento a la fé guiada, por boca de un ejército que ignora y vive sin cariño a su tierra, es desconocer vuestro inmenso amor de paraguayo a nuestra amada Patria, identificada con el hogar. Nuestros legendarios del 70, cuya heroica prolongación constituye, no conoció jamás tregua ni deserción, por lo que no había delito que castigar. Por consiguiente, á la invitación enemiga, y en homenaje a la tradición que nos ilustra y enaltece, debemos responder con mayor empuje y con más actos de abnegación y sacrificios de lo que habéis dado ya pruebas, para demostrar, una vez más, a ese pueblo sin antecedentes históricos, de cuanto es capaz el soldado paraguayo, cuando la Patria lo reclama y es herido en su dignidad. Así confía en vosotros la Patria y jura con vosotros nuestros jefes y oficiales morir», C. Fernández, Teniente Coronel Primera División».

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formes y equipos completos de que fueron dotados al partir hacia el frente, han sido destruidos». El médico reconoció haberse dedicado a la requisa de los cadáveres de soldados bolivianos, y describió lo usual que era esta práctica a sabiendas de que podía despertar la «susceptibilidad militar». Escribió: «Yo he requisado: al principio la tarea resulta antipática y repugnante. Después, como en todas las cosas, uno se habitúa....yo me interesaba por los documentos de guerra, diarios de guerra, cartas, elementos para mis crónicas y alguna buena pistola de algún oficial, como recuerdo. Esto no era profanar los cadáveres. Al fin de cuentas, si ellos hubieran podido, nos hubieran dejado a nosotros en las condiciones que aquí vemos». De Sanctis adjuntó algunas de las cartas encontradas entre las ropas de los bolivianos muertos. Una de estas cartas, que no está completa, dice textualmente: Todo está llovido y alegre para su llegada. No puede usted imaginarse Anicetito con cuantas ganas le esperamos contando hata las horas y los minutos que faltan para que [...]...Como conozco su gran [...]...su gentileza y amabilidad y me tiene...encomendarla por medio de esta, a Marujita María Belloti, portadora de la presente. Marujita es muy muy amiga desde...una bondad sin límites, una gran [...] carácter tan suave se ha captado todo mi cariño. Le digo Aniceto que su ausencia me deja en el mayor desconsuelo y tan solo ante la idea de que Ud. [...] otorgar su amistad. Piense Ud. Aniceto que cuanto haga Ud. por ella la hará...y mi gratitud será eterna. Marujita le contara que también yo... ir con ella pero Dios todavía no quiere que así sea. Le agradezco anticipadamente [...]... Maruja le envío mi grande [...]...Esther. Reciba Ud. cariñosos saludos de su mamá...también Aniceto, que si puede me dé Usted...

El 3 de enero de 1933 la actuación de de Sanctis en el cuerpo sanitario de la Primera División fue certificada por el coronel José Félix Estigarribia y por el teniente coronel Carlos José Fernández. De Sanctis recibió también un salvoconducto del Comando de la División de los campos de Saavedra para trasladarse a la retaguardia en Asunción. Munido de estos documentos, el médico inició su retorno en carreta, en mula y a pie, y empleó unos diez días en las tierras de la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, en el Infierno Verde en el que sufrió «sed, la sed chaqueña [...] se recuerdan entonces descripciones que abundan en el frente sobre soldados perdidos en el bosque y muertos de sed y se crea un estado de ánimo que hace tomar la primer agua que se encuentra, siempre mala, ante el temor de no encontrarla más adelante». Desde Punta Riel el médico pasó hacia Puerto Casado en un auto-vía marca Ford cuya carrocería había sido adaptada a las vías del ferrocarril, y que era utilizada por jefes y oficiales. Se salvó así de utilizar el tren sobre

el que escribió que «es un suplicio; se debe viajar apretadamente, en balastreras, con sol y calor durante el día o con mosquitos y frío durante la noche» (Ilustración 23). En Puerto Casado de Sanctis subió a bordo del Cuyabá y llegó a Asunción y de allí pasó a Rosario navegando siempre el río Paraná. A inicios de 1933 La Capital publicó que su corresponsal había palpado de cerca las dificultades de la vida del soldado en la agresiva naturaleza del bosque chaqueño caracterizada por la falta de agua, los insectos, la artillería de los aviones bolivianos, el temor, la muerte: Opina el doctor de Sanctis que la solución de la guerra por las armas será un problema difícil a no ser que ocurran esos grandes reveses que siempre pueden pasar. Los Ejércitos ocupan sus posiciones con buenos medios de defensa. Los ataques de cualquiera de ellos en el monte resultan acciones difíciles, bravísimas, con grandes pérdidas de vidas. Los medios de comunicación y por consiguiente el abastecimiento de víveres y municiones ofrece grandes dificultades por las carreteras transformadas en pantanos por las grandes lluvias de la estación, tanto del lado de Bolivia como del Paraguay. El Chaco es la gran fuerza que domina a ambos Ejércitos. Si una solución pacifista no lleva la paz a ambos países, estos se desangrarán y llegarán a los más grandes sacrificios.64

Las fotografías impactan por diversos motivos: permiten grabar un instante de dolor y mostrarlo a la vista de todos. Podrían ser imágenes de cualquier guerra, de la muerte, de cadáveres pisoteados, de pedazos de cuerpos humanos, de rostros irreconocibles cubiertos por gusanos y moscas. El objetivo de Mi campaña en el Chaco fue, en palabras de de Sanctis, intentar conseguir una impresión real de un frente de batalla «con heridos destrozados, con cadáveres horribles, donde sólo falta el olor nauseabundo, el mosquito que aguijonea y el silbido de las balas». Carlos de Sanctis, en síntesis, osciló entre el reportaje fotográfico y el registro personal de sus vivencias chaqueñas, entre el trabajo periodístico sobre la guerra y sus protagonistas directos y la elaboración de un documento biográfico. Las imágenes de los soldados, captadas en momentos de peligro, permitieron al médico conformar una excepcional prueba documental del conflicto bélico pero sólo circularon entre las personas que participaron en la guerra y que, al regresar a sus hogares, utilizaron las fotografías para certificar su paso por el Chaco Boreal. Es el caso de su asistente, Julio Ramírez, que pidió a de Sanctis copias de las imágenes para mostrarlas a su familia. Para ello le hizo llegar una carta en la que se refirió también a los objetivos reales del conflicto paragua64 «De la zona de guerra paraguaya regresó el doctor Carlos de Sanctis», La Capital, Rosario, 19 de enero de 1933.

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ILUSTRACIÓN 23. del Capítulo XI: «El regreso: desde el Cañadón de la muerte, hasta el Río Paraguay», MHPRJM, Colección fotográfica del médico-cirujano Carlos de Sanctis, Mi campaña en el Chaco: álbum de fotografías explicadas (1932-1933). «Este vehículo es el auto-vía que hace el trayecto desde Puerto Casado hasta K. 145 en un viaje rápido utilizándose para Jefes y oficiales o bien para casos de urgencia. Es un motor Ford con la carrocería adaptada a las vías del ferrocarril. En este autovía efectuamos el regreso, afortunadamente, pues el viaje en tren, tanto de día como de noche, es un suplicio; se debe viajar apretadamente, en balastreras, con sol y calor durante el día o con mosquitos y frío durante la noche».

yo-boliviano: «Hoy día nos vemos envueltos en una guerra con un pedazo de tierra que queda en este continente, por causas de ambición de territorios, que es una de las derivaciones de inmoralidad nacida poco a poco en cerebros y sentimientos perversos, que no conocen lo que cuesta formar un hogar, ya que con tanta facilidad se aprestan a destruirlo», señaló Ramírez a de Sanctis.65 En su avance las tropas paraguayas llegaron hasta Villa Montes, la sede de la Delegación Nacional boliviana del Gran Chaco, irrumpiendo 65 Carlos de Sanctis falleció en 1957. Un año después fue homenajeado en una obra titulada A Carlos de Sanctis en el primer aniversario de su fallecimiento, 4 de julio de 1958, Homenaje de sus amigos, publicada en Rosario por el Establecimiento Gráfico Molachino. Se mencionan algunos de los cargos desempeñados y obras editadas: Carlos de Sanctis llegó a ser Jefe de Clínica de la cátedra de Clínica Quirúrgica de la Facultad de Ciencias Médica de Rosario, director del sanatorio San Martín, médico voluntario en el terremoto de San Juan de 1944, además de voluntario en la guerra del Chaco Paraguayo. Fue presidente honorario del Centro Paraguayo de Rosario.

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así en territorio considerado plenamente boliviano. Tomás Manuel Elío, que fuera ministro de exteriores durante la presidencia de José Luis Tejada (1934-1936), escribió tras el conflicto: Creía entonces como creo ahora, que Bolivia, al ir a la guerra, tenía un objetivo político, claramente definido: dominar al Paraguay y controlar el río de su nombre, solucionando así, por medio de las armas y para siempre, el problema del Sudeste. Había que acabar con el inútil papeleo diplomático....significaba el control de una zona estratégica, que abría al ejército la posibilidad de llegar al río. Desgraciadamente, en el mes de diciembre, a raíz del desastre de Alihuatá y Campo Vía este objetivo político se quebró, desapareciendo para Bolivia la posibilidad de llegar al río...el Paraguay ocupaba cada vez mayores extensiones de territorio llegando, en los últimos tiempos, a amenazar zonas de indiscutible soberanía boliviana, como la región ganadera de Santa Cruz y la de los petróleos.66

La guerra del Chaco, como sabemos, fue uno de los conflictos bélicos más sangrientos de Sudamérica, una lucha sórdida en sus orígenes y en sus motivos. Para González Blanco, fue producto de los «capitalistas extranjeros, en torno de diversas concesiones» que explotaban el tanino extraido del quebracho y el ganado, y que luego fueron tentados por la posibilidad de la existencia de reservas petroleras en la zona chaqueña. El Chaco estaba dominado por los intereses argentinos en un 85%, lo que motivó el apoyo del país al Paraguay durante las décadas en que disputó el territorio con Bolivia.67 Plácido Molina llegaría a una conclusión similar al afirmar, en 1936, que el Chaco era una selva soberbia poblada de salvajes en la que el Estado tenía escaso control, cuya colonización estaba en manos de extranjeros —el caso más significativo fue el de la familia Casado-Sastre—, beneficiarios en última instancia de la resolución del conflicto bélico paraguayo-boliviano: Se enagenaron por un plato de lentejas miles de leguas al español Casado y a otros extranjeros que comenzaron la explotación que no habían podido hacer ni en pequeña escala los paraguayos....si ahora se explotan las maderas y taninos, etc., que hacen el 70% de los ingresos industriales del Paraguay, es merced a los extranjeros: son los españoles, argentinos, menonitas y otras sec66

«Formación del protocolo de 12 de junio de 1935, sesiones de la Delegación Boliviana del 28 de mayo de 1935 y el 10 de junio de 1935», ELÍO, 1970, 27-99. 67 GONZÁLEZ BLANCO, 1934, 65; 1924, 60, 81-83; QUEREJAZU CALVO, 1965, 396. Para SEIFERHELD (1985, 131), «la posibilidad de que las tres cuartas partes del territorio disputado, que habían quedado bajo su soberanía, fuesen importante reservorio petrolífero, motivó que el Chaco dejase de ser de exclusivo interés argentino, para la explotación ganadera y taninera».

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tas protestantes, comunistas rusos, etc., los que trabajan atraídos por unos cuantos capitalistas —que ninguno es paraguayo— y con el anzuelo de la apropiación de las tierras de Bolivia, antaño, y ahora con el flamante y atractivo cebo de los petróleos, para cuya explotación han llegado a hacer concesiones y formar sindicatos que han debido disolverse al encontrar «las uvas verdes» del zorro de la fábula.68

El balance general del conflicto paraguayo-boliviano arrojó las siguientes cifras: Paraguay movilizó 150.000 hombres, sirvieron en puestos de retaguardia 10.000, cayeron prisioneros 2.500,69 y murieron 40.000. Bolivia, movilizó 200.000 hombres, sirvieron en puestos de retaguardia 30.000, cayeron prisioneros 25.000, y fallecieron 50.000.70 Velarde Vizcarra, presidente de la Legión de Evadidos del Paraguay, contabilizó 23.000 prisioneros repatriados y 50.000 excombatientes al finalizar el conficto, razón por la cual se calcula que la mitad de los soldados bolivianos estuvieron en manos de las tropas paraguayas en el momento de redactarse el armisticio del 12 de junio de 1935.71 Fue el presidente argentino, el general Agustín P. Justo Rolón, cuñado de José Casado Sastre,72 quien anunció el cese de la guerra del Chaco. Manuel Carrasco, el encargado del Ministerio de Relaciones Exteriores, dejó asentado que el gobierno paraguayo había aprovechado el hecho de que Bolivia se hallaba «cansada y decepcionada después de tres años de porfiada lucha, cuyos muchos descalabros llegaron a producir ese estado latente de desconfianza colectiva».73 La delegación boliviana se reunió con su par paraguaya en Buenos Aires entre el 28 de mayo de 1935 y el 10 de junio de 1935.74 Tomás Manuel Elío fue uno de los responsables de la gestación del armisticio fir68

MOLINA, 1936, 148-149. Tomás Manuel ELÍO (1970, 9) calculó en 2.100 los prisioneros paraguayos en Bolivia, frente a 25.000 prisioneros bolivianos cautivos en el Paraguay. 70 QUEREJAZU CALVO, 1965, 450. 71 VELARDE VIZCARRA, 1976, 263-265. La Legión de Excombatientes fue autorizada por el gobierno boliviano en setiembre de 1935 mostrando así la militarización de la sociedad civil, GALLEGO, 1991, 76. 72 José Casado Sastre monopolizaba el poder de la empresa familiar en el Chaco paraguayo; poseía entonces 50.000 cabezas de ganado, LAGOS, 1949, 183. Contrajo matrimonio con Laura Victorina Justo Rolón, hermana del presidente Agustín Pedro Justo Rolón (1932-1938). 73 «Carta del ex canciller doctor Manuel Carrasco: El Protocolo del 12 de junio de 1935, 12 de noviembre de 1959», publicada por El Diario de Buenos Aires y reproducida por ELÍO, 1970, 25-26. 74 «Formación del protocolo de 12 de junio de 1935, sesiones de la Delegación Boliviana del 28 de mayo de 1935 y el 10 de junio de 1935», ELÍO, 1970, 27-99; QUEREJAZU CALVO, 1965, 440. 69

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mado el 12 de junio de 1935, que estableció el cese de las hostilidades y la desmovilización de los ejércitos para resolver temporalmente el diferendo (entre los criterios «territoriales» y «de límites») hasta un tratado definitivo con la posible participación de la Corte Permanente de Justicia Internacional de La Haya.75 El Protocolo de Paz del 12 de junio de 1935 resolvió convocar inmediatamente la Conferencia de Paz con la finalidad de poner término a las negociaciones directas para el arreglo definitivo del conflicto en el Chaco. También promovió un acuerdo entre las partes para el canje y repatriación de prisioneros «pieza por pieza», y concedió tres meses como máximo para desmovilizar 54.105 bolivianos y 46.515 paraguayos que se hallaban en el frente. La desmovilización se realizó finalmente en cuatro periodos entre julio de 1935 y setiembre de 1936 y la repatriación de los prisioneros se logró a través de una Comisión sobre Canje y Repatriación que se reunió en la capital argentina el 22 de julio de 1935 y que designó a Puerto Casado como el lugar idóneo para realizar el intercambio de soldados.76 La Conferencia de Paz sesionó en Buenos Aires desde el 1 de julio de 1935 hasta la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites del 21 de julio de 1938, y contó con la participación de Tomás Manuel Elío y del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas, este último asesorado por Isidoro Ruiz Moreno y por Luis Podestá Costa. En este proceso, Bolivia pasó así de una lucha por el puerto soberano sobre el río Paraguay y la colonización total del Chaco a la esperanza de una transacción aceptable que incluyese Puerto Casado en las negociaciones, con la intención de salvaguardar un acceso al río y, al mismo tiempo, garantizar la conservación de las riquezas petrolíferas, mineras y agropecuarias chaqueñas. Mientras tanto, en febrero de 1936 Eusebio Ayala fue destituido por el coronel Rafael Franco y José Félix Estigarribia fue enviado al exilio, primero a Uruguay y luego a Brasil,77 consolidándose en Paraguay el po75 «Formación del protocolo de 12 de junio de 1935, sesiones de la Delegación Boliviana del 28 de mayo de 1935 y el 10 de junio de 1935», ELÍO, 1970, 27-99. 76 «Deliberaciones de la Comisión sobre canje y repatriación de prisioneros», ELÍO, 1970, 183-207; «Protocolo de 12 de junio de 1935», ELÍO, 1970, 101-116; ROUT, 1970, 178-188. 77 En 1936 José Félix Estigarribia fue enviado a prisión al caer el gobierno de Eusebio Ayala. Después de seis meses en prisión, Estigarribia fue enviado al exilio en Uruguay y posteriormente en Brasil. Regresó al Paraguay con el gobierno inaugurado en 1938. Posteriormente, escribió sus memorias en Washington durante el ejercicio de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario paraguayo en los Estados Unidos entre 1938 y 1939; ESTIGARRIBIA, 1969. La obra constituye una importante herramienta para conocer la participación paraguaya en la guerra y reproduce imágenes de la colección

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der militar sobre el civil e interrumpiendo la hegemonía del Partido Liberal que gobernaba desde el año 1904 y que tras el conflicto comenzó a ser acusado de haber entregado el país a los intereses foráneos. Tras ser enviado como ministro plenipotenciario a Washington, Estigarribia asumió la presidencia paraguaya pero falleció en un accidente de aviación en setiembre de 1940. Fue sustituido por su ministro de Guerra y Marina, Higinio Morínigo Martínez, que gobernó hasta el año 1948 con amplios conocimientos sobre el occidente paraguayo ya que había actuado previamente en el Territorio Militar del Chaco.78 Tras la guerra del Chaco el gobierno paraguayo tuvo que afrontar el creciente descontento de los jornaleros de los obrajes, yerbales y talleres chaqueños. Las atrocidades del conflicto fueron reveladas también por escritores como Augusto Roa Bastos, quien interpretaría el malestar creciente surgido entre los trabajadores y soldados.79 En Bolivia, la «generación del Chaco» expresó a través de la literatura su disconformidad respecto de la resolución de la guerra: a partir de 1935 los temas sobresalientes abordados fueron la marginación indígena, la explotación del subsuelo y la fragilidad de las estructuras nacionales.80 Al mismo tiempo, las empresas de capitales extranjeros empezaron a ser presionadas por la población que, según Brezzo y Figallo, sentían «que habían vertido su sangre para defender un territorio que era utilizado en provecho de gentes de otras nacionalidades, los cuales no los compensaban equitativamente y poco parecían contribuir con el Estado».81 La Standard Oil and Company fue acusada en Bolivia de generar expectativas sobre un territorio teóricamente rico en petróleo,82 mientras el gofotográfica del ministro de hacienda paraguayo Benjamín Banks (otrora miembro de la revista asunceña Crónicas), que en 1933 visitó el fortín Francia. Como toda construcción propia de los altos mandos del Ejército, la obra autobiográfica de Estigarribia sólo reproduce imágenes de los soldados paraguayos en formación; de la estructura de los fortines; del semblante de los militares de alto rango y de los políticos paraguayos, argentinos y bolivianos; de las armas; del barco que llevaba a los heridos y enfermos hacia Asunción; de un cementerio en el frente de Saavedra; de las armas confiscadas a las tropas bolivianas; de los soldados bolivianos prisioneros... A diferencia de las obras más clásicas sobre la guerra, las fotografías de de Sanctis abordan el papel de los médicos y las difíciles condiciones de los heridos. 78 SEIFERHELD, 1985, 28; SEIFERHELD, 1986. 79 ROA BASTOS, 1994. 80 GALLEGO, 1991, 50. 81 BREZZO y FIGALLO, 1999, 318. 82 El intervencionismo estatal llegó a su máxima expresión con la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos el 21 de diciembre de 1936 como organismo encargado de todos los expedientes relacionados con el petróleo y como entidad fiscal, industrial y comercial. La expropiación de la Standard Oil and Company acompañó este

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bierno paraguayo hacía de la ocupación del Chaco Boreal el argumento central de la defensa de su soberanía. De hecho, tras la guerra el gobierno paraguayo nacionalizó más de 8 millones de hectáreas chaqueñas que habían sido previamente privatizadas, lo cual benefició a las grandes compañías extractivas.83 El gobierno paraguayo incentivó también la instalación de la Unión Company of California en 1944 para explotar petróleo, pero este ensayo tuvo poco éxito ya que la empresa se retiró cinco años después sin lograr sus objetivos.84 En la zona del Gran Chaco la configuración soberana tomó diversas formas: la vía del consenso en algunas situaciones; la coerción y la fuerza militar en otras. Los poderes actuaron sobre esta región marginal desde las ciudades más importantes de Bolivia, Argentina y Paraguay, y se transformaron en un eje articulador que debe ser tenido en cuenta para entender la base sociopolítica de los Estados Nacionales boliviano y paraguayo. La cuestión regional asume una valoración indiscutible si se trata de indagar y comprender los grandes procesos del siglo XIX y de principios del siglo XX teniendo en cuenta que la guerra del Chaco fue el último gran conflicto que sirvió para definir la soberanía nacional en estos territorios considerados hasta entonces «periféricos». Después del desastre de la guerra del Pacífico, el conflicto con el Paraguay ocasionó a Bolivia una nueva pérdida de 243.500 km2. El país redujo su territorio —reclamado en mérito al uti possidetis— a la mitad, convirtiéndose en un espacio mediterráneo.85 Bolivia y Paraguay son hoy los únicos países de la América del Sur sin costa de mar. Tomás Manuel Elío fue uno de los actores que cuestionó dicho encapsulamiento y acusó al gobierno paraguayo de haber acrecentado «sus ocupaciones en el Chaco Boreal, sin más títulos que su sistema de avances de facto, sobre un territorio alejado de los centros vitales del legítimo soberano y de la dolorosa experiencia de una guerra de tres años, originada por esos avances y concluída sin definir soberanías». En un interesante y rico «Memorándum», Elió afirmó que las fuerzas internacionales debían contemplar el futuro inmediato de Bolivia y no beneficiar al Paraguay por haber salido vencedor del conflicto bélico. Bolivia no podía ver menguada su soberanía siendo colocada «en irritante posición mediterránea, a merced de las concesiones graciosas de sus vecinos». Como heredera de la Real Audiencia de Charproceso de defensa «soberana» de los recursos del subsuelo. Según GALLEGO (1991, 175-179), los ataques contra esta empresa tuvieron un importante efecto simbólico; con la aplicación de la Ley Orgánica de Petróleos del 7 de julio de 1936, en diciembre de ese año ya se habían cancelado 249 concesiones y revertido al Estado más de 12.325.000 ha. 83 KLEINPENNING, 1984, 23-26. 84 SAMANIEGO, 1976. 85 Véase GARCÍA JORDÁN, 1995; 1998; 2000; 2006.

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cas, se le debía reconocer soberanía en el litoral sobre el río Paraguay, situado entre Bahía Negra y Fuerte Olimpo, todos territorios de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras.86 La construcción y consolidación de espacios regionales en cuyo interior emergen grupos de poder basados en el control de los recursos y de las poblaciones, que a su vez facilitan la expansión y el control del territorio en sus fronteras internas y externas, permite entender el crecimiento de Puerto Casado al compás de la instalación de las fábricas tanineras. Traduce, en realidad, el desarrollo del Chaco a lo largo del siglo XX, desde la organización de los ferrocarriles privados hasta la entrada de las colonias mennonitas, las cuales, a su vez, apoyaron al ejército paraguayo en los años 1932-1935. 8.4.

La «desigualdad perfecta» en Puerto Casado «Este latifundio es agresivo a los ojos de los paraguayos, es agresivo y es importante señalar que los índices, los indicadores, el índice de Ginny por ejemplo, el Paraguay es el primer país que se acerca a la desigualdad perfecta. Acá hay una distribución inequitativa de la riqueza del país, que es nuestra responsabilidad como parlamentarios corregir» Cándido Vera Bejarano, 4 de agosto de 2005.

En la década de 1980 Gladys Casaccia y Mirna Vázquez recogieron el testimonio de los guaná que en 1925 fueron acusados de abigeato por la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. La empresa había enviado un pelotón de soldados del ejército paraguayo, que cercó la aldea indígena y ametralló a sus habitantes.87 Este relato fue repetido por Chase-Sardi, Brun y Enciso para quienes: El principal de estos latifundios —por la influencia negativa que tuvo en el desenvolvimiento vital de las naciones indígenas, fundamentalmente de la Toba-Maskoy, y por la extensión de sus tierras, que sobrepasa en mucho al territorio de cualquiera de los países del Benelux— es, sin duda alguna, la empresa Carlos Casado S. A., establecida en 1889. Con la instalación de esta empresa, se desarrollaron algunos acontecimientos que modificaron radicalmente el hábitat de los nativos, como la construcción, en 1901, de una vía férrea para el acarreo de materia prima...el asentamiento de grandes estancias comportó el despojo de las tierras tradicionales de las etnias de la familia lingüística Maskoy, es decir, el 86

«Memorándum de la Delegación de Bolivia (ministro Tomás Manuel Elío) sobre el proyecto de arreglo directo con el Paraguay para definir la controversia del Chaco», ELÍO, 1970, 259-265. 87 CASACCIA y VÁZQUEZ, 1986; SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 251.

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robo, en el sentido peyorativo de la palabra, de su fuente de obtención de alimentos. La coexistencia de las naciones indígenas con estos establecimientos trajo aparejado el abandono, por parte de los nativos, de sus tradicionales módulos subsistenciales. De cazadores, pescadores, recolectores y horticultores, se insertaron en la economía del mercado como la «clase obrera».88

La ocupación efectiva del territorio chaqueño fue muy limitada: de acuerdo a datos censales de los años 1936 a 1937, la población paraguaya ascendía a 987.824 personas distribuidas de manera dispar, entre la región chaqueña u occidental (47.713 habitantes, es decir, el 4,8% de la población total) y la región oriental (940.111 individuos, el 95,2%). En esta última, las dos zonas más pobladas fueron la Capital y el área central conformada por los departamentos de Cordillera, Central y Paraguarí. Así, el occidente del río Paraguay se convirtió en la región de más baja concentración demográfica del país,89 y en ella los Casado-Sastre mantuvieron un importante predominio aunque la producción de tanino y rollizos de quebracho comenzara su imparable y constante declive con la crisis de 1929. Durante la primera mitad del siglo XX se registraron algunos intentos legislativos cuya intención fue reducir la gravitación del latifundio en la vida de los campesinos mediante la distribución de la tierra paraguaya para fomentar su cultivo. A instancias de Eligio Ayala se impulsó en el año 1918 la ley 309 de Homestead, es decir, del derecho al hogar de los paraguayos, la cual estableció que toda superficie de más de 7.500 ha en la que habitaran unas 600 familias podía ser declarada de utilidad pública. En 1926 el propio Ayala redujo a 30 el número de familias exigido para determinar la expropiación de tierras. Cuatro años después el diputado Teodosio González afirmó que la desgracia que condenaba a la sociedad paraguaya a migrar radicaba en el mal reparto de grandes extensiones de tierra que estaban en manos de propietarios ausentistas. En el transcurso de la convención del Partido Liberal de 1932, que aprobó el programa de gobierno que debía implementar el presidente Eusebio Ayala hasta 1936 —es decir, en plena guerra del Chaco—, Justo Pastor Benítez afirmó que era necesario expropiar tierras privadas para ser repartidas entre los campesinos. En dicha convención los liberales 88

CHASE-SARDI, BRUN, ENCISO, 1990, 112-113. El Paraguay sólo recuperó sus índices demográficos prebélicos hacia 1950, cuando alcanzó las 1.328.452 personas. Según el censo de 1962, la población paraguaya ascendía a 1.819.103 personas, y, de acuerdo al de 1972, la cifra fue de 2.354.071 individuos, incluyendo la población selvática calculada en 20.000 personas. El Chaco paraguayo, finalmente, alcanzó a tener en 1972 el 3% de la población del país. En 1982 el país tenía 3.023.092 habitantes; SCARAVELLI y GONZÁLEZ IBARRA, 1996, 1. 89

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declararon que el deber supremo del gobierno era defender el Chaco y dotar a los campesinos de pequeñas propiedades mediante la parcelación progresiva de los latifundios. Este principio también fue adoptado en 1934 por el Partido Colorado.90 Desde mediados de 1935 tuvieron lugar los debates de la Conferencia de Paz de Buenos Aires, que conducirían a la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites entre Bolivia y Paraguay en la Casa Rosada el 21 de julio de 1938. Como hemos dicho, la paz boliviano-paraguaya llegó de la mano del canciller Carlos Saavedra Lamas, que en mérito a su actuación como mediador recibió en 1936 el premio Nobel de la Paz. La «cuestión territorial o de límites» quedó resuelta en el artículo 2 del Tratado: se estableció la línea de este a oeste, partiendo de los 20° 14¢ de latitud sur hasta encontrar el meridiano 58° 16¢ de longitud oeste de Greenwich. Desde este punto se trazó una línea recta en dirección oeste-sudoeste hasta alcanzar el río Pilcomayo: el territorio situado al norte y al oeste de dicha línea correspondió a Bolivia, mientras Paraguay incorporó a su soberanía nacional el territorio al sur y al este. La demanda portuaria de Bolivia sobre el litoral del río Paraguay se acalló pese a los reclamos de algunos de los negociadores. De acuerdo al artículo 3 del Tratado, ninguno de los dos países podía construir fortificaciones en un ancho de 30 km a cada lado de la línea fijada como límite; tampoco podían instalar fortines ni acantonamientos de tropas, arsenales, ni depósitos de materiales bélicos, apostaderos militares o navales, salvo las fuerzas de policía civil indispensables para asegurar el orden de las poblaciones. Se acordó una amnistía para los delitos perpetrados por prisioneros de guerra, habitantes del territorio ocupado y fuerzas ocupantes. El Tratado certificó una vez más la importancia de Puerto Casado en las relaciones transnacionales del Cono Sur latinoamericano: según el documento, el gobierno paraguayo negociaría en el futuro un acuerdo especial para conceder a Bolivia una zona franca en la localidad de Puerto Casado que asegurara también el uso del ferrocarril privado de la empresa. De acuerdo al artículo 7: La República del Paraguay garantiza el más amplio libre tránsito por su territorio, y especialmente por la zona de Puerto Casado, de las mercaderías que lleguen del exterior con destino a Bolivia, y de los productos que salgan de Bolivia para ser embarcados por dicha zona de Puerto Casado; con derecho para Bolivia de instalar sus agencias aduaneras y construir depósitos y alma90

MORÍNIGO y OLMEDO, 2006. Eusebio Ayala fue el último presidente civil electo por el Partido Liberal que gobernaba Paraguay desde 1904 habiendo alternado en el poder desde 1887 con el Partido Nacional Republicano también conocido como «Colorado».

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cenes en la zona de dicho puerto. La reglamentación de este artículo será objeto de una convención comercial posterior entre los Gobiernos de ambas Repúblicas.91

En 1940 el Partido Liberal paraguayo presentó el proyecto de Ley del Estatuto Agrario para fomentar la pequeña propiedad.92 Comenzó así un largo camino signado por la cruenta dictadura militar de Alfredo Stroessner, las luchas indígenas y diversos proyectos de expropiación de las tierras de Puerto Casado. Mientras estos temas comenzaban a aparecer en la agenda de gobierno, la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras se había transformado estratégicamente: en diciembre de 1925 se constituyó con domicilio en la calle 25 de Mayo 158 de Buenos Aires la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado por el plazo de 25 años con el objeto exclusivo de adquirir el activo de la empresa como ya hemos indicado. Once años después, el 10 de agosto de 1936, es decir, al año siguiente de la finalización de la guerra del Chaco, una nueva escritura modificó diversas cláusulas del contrato social y por primera vez se aceptó que los socios, inclusive las mujeres, pudiesen votar por sí mismos.93 En caso de fallecimiento de algún socio, sus respectivos sucesores podían optar por continuar en la sociedad bajo una sola representación además de limitarse a percibir su parte proporcional en cada balance, o retirarse de la 91 «Tratado de Paz, Amistad y Límites entre las Repúblicas del Paraguay y Bolivia, 21 de julio de 1938», RAMÍREZ, 2005, 363-366. También QUEREJAZU CALVO, 1965, 473-474; ELÍO, 1970, 285-290; ROUT, 1970, apéndice VIII, 243-246. Cecilio Báez y Eduardo Diez de Medina eran entonces los ministros de relaciones exteriores paraguayo y boliviano, respectivamente, encargados de firmar el acuerdo. 92 El proyecto del Estatuto Agrario fue firmado por Carlos Pastore, Artemio Mereles, Justo Pastor Benítez, Juan Guillermo Peroni, Alejandro Marín Iglesias, Julio César Chaves, Rogelio Pavón, Ernesto Gavilán, Horacio Fernández, Leonardo López y Efraim Cardozo, entre otros autores cuyas obras continúan nutriendo el debate sobre la política implementada en las tierras paraguayas. 93 Nueva escritura que conviene la modificación de diversas cláusulas del contrato social del año 1925 respecto de la constitución de la Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado, Buenos Aires, 10 de agosto de 1936, escribano Luis S. Sanguinetti, MAHM, documento suelto. Comparecieron los hermanos Casado Sastre, Pedro, Margarita (representada por su esposo Pedro Pablo de Corral y Tomé, tercer Vizconde de Oña) y Ramona, así como el doctor Manuel Augusto Goñi Casado, apoderado general de su madre Casilda Casado Sastre tras el fallecimiento de su padre, Manuel Benigno Goñi Coll; los hermanos José E. y Carlos Ángel Magrane Casado, en representación de su madre Genara; el arquitecto Eduardo H. Casado Sastre, en representación de su padre Eduardo y de su madre Genara Rosa Sastre; Celina Covernton (o Coverton) Guesalaga, la curadora definitiva por insania de su esposo, Carlos Mateo; Ignacio Eusebio Balbiani y Pedro Pablo de Corral y Tomé como apoderados de José Casado Sastre desde mayo de 1935; y Pedro Pablo de Corral y Tomé en representación de Alberto Casado Sastre gracias a un poder firmado en 1914.

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sociedad civil recibiendo su parte después de que se les descontara el 20% sobre los créditos reales y personales y la venta de terrenos. El artículo 6 del nuevo contrato social reguló que la administración estuviese a cargo «de socios ó de personas que podrán ser extraños á la Sociedad, designados por la mayoría de socios», es decir, se habilitó la contratación de administradores eficaces aún cuando careciesen de acciones. En función de aquel contrato, cada año, y ya no semestralmente, los administradores —que gozaron a partir de entonces de amplia facultad para vender, alquilar, arrendar, hipotecar los bienes e iniciar pleitos— debían entregar un inventario de los bienes sociales para constituir un fondo de previsión de $ 50.000 mn. De este modo, en 1956 fueron nombrados dos administradores radicados en la ciudad de Rosario, Eduardo Lamarque y Deolindo Astrada, quienes se hicieron cargo de los trámites legales necesarios para sostener lo que quedaba de la empresa en las provincias de Córdoba y Santa Fe. En 1963 el Instituto de Bienestar Rural paraguayo recibió instrucciones para verificar in situ la situación de Invicta S. A., la sociedad anónima Carlos Casado y la Internacional Product Corporation. El Instituto de Bienestar Rural elaboró un informe en el que describió la tensa relación que mantenían los pobladores de Puerto Casado y de Puerto Pinasco con las empresas extractivas intaladas en la región occidental paraguaya. La empresa de los Casado-Sastre ocupaba en esa época entre 2.000 y 3.000 personas en sus obrajes, la planta industrial de extracto de quebracho, las estancias de ganado vacuno cuya carne era destinada a los frigoríficos paraguayos, y otras actividades conexas como la producción de palma para exportación.94 Un año después, en 1964, finalmente, la empresa quedó bajo la responsabilidad de Rodolfo Sánchez Terrero y de Carlos Ángel Magrane Casado, uno de los hijos de Genara Casado Sastre y de Patrick Thomas Fairfield Magrane Murphy,95 que se encargaron de llevar adelante los restos del gran emporio fundado por Carlos Casado del Alisal y su omnipresente esposa Ramona Sastre Aramburu en las décadas de 1880 y 1890. Al asumir la presidencia argentina el general Alejandro Agustín Lanusse Gelly (fue presidente del país entre el 24 de marzo de 1971 y el 25 de mayo de 1973), la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, lejos 94 Formaba parte del consejo del Instituto de Bienestar Rural el entonces presidente paraguayo de facto, general Alfredo Stroessner. 95 Escritura, Carlos Ángel Magrane Casado y Rodolfo Sánchez Terrero, en representación de la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado en su carácter de administradores, otorgan poder especial a favor del administrador de Rosario Deolindo Astrada, 19 de octubre de 1964, escribano Jorge Sanguinetti, MAHM, Folio 2396, Primer testimonio n.º 998.

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de retirarse del Chaco Boreal, procuró adquirir más tierras con la finalidad de ampliar sus posibilidades extractivas.96 El gobierno de Lanusse Gelly apoyó la iniciativa empresarial, entre otras razones debido a su vinculación familiar con la rama Lanusse-Goñi formada a partir del casamiento de Jorge Lanusse Justo con Silvia Carlota Goñi Casado, hija de Genara Casado Sastre y de Manuel Benigno Goñi Coll, que había sido la mano derecha de Casado en el FCOS, como hemos visto. Protegida por el gobierno argentino, la empresa propuso al gobierno paraguayo adquirir en el área de Bahía Negra 300.000 ha de tierra fiscal a lo largo de 100 km sobre el río Paraguay. Pretendía pagar un total de 27 millones de $ guaraníes, a razón de $ 90 guaraníes la hectárea, con doce años de plazo. Antes de decidirse, el gobierno pidió un informe sobre las actividades desarrolladas por la empresa taninera y comprobó que en los ochenta años de labor continuada en el norte del país no se había fomentado la creación de colonias formadas por población paraguaya ni la integración del área chaqueña. El informe solicitado por el gobierno paraguayo concluyó que era factible entregar a la empresa las 300.000 ha que solicitaba en Bahía Negra para dedicar el área forestal a la explotación taninera, pero sólo a cambio de que los trabajadores quedaran amparados por las leyes laborales «a un nivel de decoro humano compatible con su condición» y de que los Casado-Sastre colonizasen una superficie similar en Puerto Casado. Finalmente, el informe rechazó la propuesta de los Casado-Sastre de desmontar el ferrocarril para reinstalarlo en la zona de Bahía Negra con el argumento de que el material con el que había sido confeccionado era demasiado antiguo. El informe manifestó su preocupación por el control ejercido por la empresa argentina en el territorio rico en manganeso que limitaba con el Brasil, y también por el desamparo en el que podía caer lo que denominó «población flotante actual de Puerto Casado», que hasta entonces se había dedicado a la explotación del quebracho, y que había dedicando a esta actividad «sus mejores años como trabajador». El informe concluyó que, pese a la estructura «feudal, cerrada, rígida que mantiene la empresa hasta ahora», era imprescindible asegurar las buenas relaciones con la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras que conservaba, en 1970, unos 3 millones de hectáreas en el Chaco paraguayo: El nomadismo después de la jubilación fue la característica predominante hasta ahora. Una empresa de tipo tradicional, donde el factor social tuvo 96

En 1973, durante el tercer año de ejercicio de la presidencia del país en virtud del golpe militar que propició, fue artífice del regreso a la democracia a través de la convocatoria a elecciones que ganó Héctor José Cámpora, quien llevaría al poder a Juan Domingo Perón. También sería el encargado de repatriar el cadáver de Eva Perón.

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ninguna significación, no se tuvo en cuenta para nada... Es evidente la influencia poderosa que posee la empresa en sus esferas de actuación. Su poder de decisión radica en Buenos Aires...al menos avisado no se le escapa la influencia de poder que emana de sus ejecutivos. Por consecuencia, este problema necesita ser gobernado con la cautela necesaria. En lo interior, una decisión adoptada, cualquiera sea ella, tiene su impactancia política. Un gobierno responsable, de base eminentemente popular, formada por campesinos, agricultores, obrajeros, estancieros, se encuentra confrontado ante un compromiso histórico que precisamente para este caso particular, no favorece la imagen de la empresa de entregar 300.000 ha de tierra a Casado, para una explotación meramente extractiva, con recuerdos frescos de lo acontecido a las demás empresas tanineras del norte.97

Desde mediados del siglo XX la orden salesiana lideró de la mano de monseñor Alejo Obelar Colmán —a cargo del Equipo Nacional de Misiones (ENM), organismo dependiente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) fundado en 1972—,98 una lucha frontal en defensa de los indígenas, primero contra la dictadura de Alfredo Stroessner y luego contra las empresas tanineras, forestales y ganaderas. La CEP consiguió que se hiciera público el decreto 20.035 que autorizaba la ocupación de 10.000 ha por parte de los indígenas. De acuerdo a Súsnik y Chase-Sardi, los indígenas penetraron en su antiguo hábitat pero «Stroessner recibió el pedido del dictador militar de turno de la Argentina, general Roberto Viola, de resolver el problema que tenía la citada empresa. Aquél ordenó al ministro de Defensa, general Marcial Samaniego, considerado indigenista, que diera solución al asunto». El gobierno optó por compensar a los indígenas otorgándoles unas 20.000 ha desérticas y estériles. Finalmente, presionada por la opinión pública, la empresa vendió las tierras al ENM de la CEP radicado en Asunción. La comunidad religiosa de los oblatos, por su parte, procuró limitar el poder de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en la región de Casanillo, en tierras en las que los angaité y sanapaná reclamaban sus derechos tradicionales. En la década de 1980 se produjo otro importante litigio y los indígenas de Casanillo plantearon sin éxito expropiar tierras de la empresa.99 97 GARCÍA LUPO, 1971, 145-149 y el Apéndice «Los Lanusse en el Paraguay», 163-173. 98 Zanardini señala que el equipo jurídico del ENM lideró la elaboración de la Ley 904/81, Estatuto de las Comunidades Indígenas, y del Capítulo V de la Constitución Nacional de 1992 titulado «De los pueblos indígenas». El ENM se transformó posteriormente en Coordinación Nacional de Pastoral Indígena (CONAPI); ZANARDINI, 2008, 375. 99 KLASSEN, 2002, 80.

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Entre 1982 y 1983 los grupos indígenas de Riacho Mosquito llevaron adelante algunos trámites ante el presidente del INDI, el general Marcial Samaniego, para lograr el reconocimiento legal de sus derechos sobre las tierras reclamadas. El INDI consideró que la empresa había explotado irracionalmente aquellas tierras e inició negociaciones para llevar adelante su expropiación. Los líderes indígenas de la comunidad fueron reconocidos oficialmente por resolución 13 del INDI, fechada el 31 de julio de 1984. El 31 de agosto de 1987, el gobierno paraguayo dictó la ley 1.248 que legitimaba la expropiación de 30.000 ha, el 2% del territorio ostentado en ese momento por la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. El 4 de noviembre de 1987, la comunidad obtuvo el reconocimiento de su personería jurídica por decreto 25.296. En julio de 1988 se le transfirió a la comunidad el título de propiedad sobre 30.000 ha, pero, de manera abrupta, Marcial Samaniego fue destituido del cargo antes de culminar el ejercicio de su periodo estatutario. En su reemplazo asumió el general Gaspar Germán Martínez que optó por cambiar radicalmente la política del INDI negándose a expropiar las tierras poseídas por la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. El litigio, estudiado por Casaccia y Vázquez100 y por Chase-Sardi, Brun y Enciso,101 se alargó durante años con el argumento de que las 30.000 ha que se pretendían expropiar no formaban parte del hábitat originario de los lengua, angaité, sanapaná, guaná y toba-maskoy de Riacho Mosquito.102 El territorio chaqueño en manos de la familia Casado fue utilizado para la explotación maderera y taninera. En la década de 1970 el negocio declinó debido a la deforestación y la empresa fue decayendo hasta que en 1993 se dispuso el cese de las actividades. El grupo empresarial cerró definitivamente la fábrica taninera en Puerto Casado entre 1996 y 1997 al acabarse el quebracho y las posibilidades de explotar el tanino. Al mismo tiempo comenzó a vender las tierras en disputa en el mercado europeo y estadounidense.103 En mayo del año siguiente el Instituto de Bienestar Rural estudió la propiedad y señaló que se trataba del «latifundio improductivo» más grande de la República del Paraguay, que frenaba el desarrollo socio-económico de la región occidental paraguaya pese a que la calidad de su suelo hacía factible la producción agroganadera. El informe cuestionó al mismo tiempo el sistema de gerenciamiento «paterna100 101 102 103

CASACCIA y VÁZQUEZ, 1986. CHASE-SARDI, BRUN, ENCISO, 1990. SÚSNIK y CHASE-SARDI, 1995, 337. CHASE-SARDI, BRUN, ENCISO, 1990, 116-117.

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lista» del grupo empresarial que había obstaculizado la organización comunitaria. Bader Rachid Lichi preparó entonces un proyecto de expropiación de 158.000 ha que a su vez hizo mensurar.104 Condicionada por la posibilidad de la expropiación, la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras puso en venta sus tierras paraguayas en Buenos Aires el 28 de setiembre de 2000. Incluyó en el paquete los galpones, la fábrica que había sido clausurada, las instalaciones portuarias, los materiales y repuestos que se encontraban en la propiedad, y la hacienda vacuna y caballar cuyo valor se calculó en 800.000 dólares. La Asociación Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial, organización religiosa coreana conocida como secta Moon (a través de la Victoria S. A. y de Atenil S. A., que ya había comprado una fracción en Fuerte Olimpo) adquirió, según nuestros datos, entre 400.000 ha y 600.000 ha, además de la localidad de Puerto Casado en la que vivían 6.000 personas que habían trabajado en los obrajes, diversos monumentos históricos tales como el puerto, el muelle donde habían embarcado las tropas victoriosas del cuartel militar, el primer cementerio mennonita construido a la llegada de la colectividad al Chaco, el cementerio de los soldados bolivianos y de los héroes de la guerra del Chaco, el monumento a los defensores del Chaco, la casa que ocupara el Mariscal José Félix Estigarribia, la Iglesia Misionera de San Raimundo Nonnato, calles, plazas, el colegio, la comisaría y el juzgado de paz. En ese momento, en el distrito Puerto Casado la población económicamente activa estaba constituida por 2.473 personas, y el 46,4% del total se dedicaba a las actividades agrícolo-ganaderas. En noviembre del 2000, la empresa ATENIL S. A., cuya unidad de negocios era la empresa Victoria en manos del gerente Lorenzo Myung, permitió a los casadeños permanecer en Puerto Casado (llamado entonces Puerto Victoria) durante un año recibiendo en donación el monumento a los Defensores del Chaco y el cementerio; poco después, más de 400 familias que hasta entonces habían vivido de la cría de animales domésticos se vieron obligadas a abandonar sus viviendas, lo que originó una investigación contra la secta Moon. En 2001, gracias a la presión de la Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos, y de acuerdo a los datos ofrecidos por la Bolsa de valores de Buenos Aires, se hizo pública la venta de la empresa a la secta Moon por valor de 22.500.000 dólares.105 La escritura 104

MORÍNIGO y OLMEDO, 2006. La Capital, Rosario, 18 de julio de 2005; también «Rechazan denuncia de un senador del Paraguay sobre un prócer santafesino», La Capital, Rosario, 10 de agosto de 2005. 105

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173 del 27 de setiembre de 2000 señala un pago de 18.240.000 dólares marcando una diferencia de más de cuatro millones de dólares. Uno de los máximos dirigentes del Partido Liberal Radical Auténtico, Domingo Laino, atribuyó este hecho a la evasión fiscal. En agosto del 2005 el Senado paraguayo debatió tres propuestas. En primer término, la propuesta del Partido Patria Querida que planteó expropiar una superficie de 12.000 ha. En segundo término, el rechazo planteado por la bancada del Partido Liberal. Y, en tercer término, el proyecto de los senadores José Nicolás Morínigo y Bader Rachid Lichi de expropiar 52.000 ha considerando que eran necesarias 4 ha chaqueñas para alimentar cada cabeza de ganado vacuno; Morínigo-Rachid Lichi plantearon la expropiación del 8% del territorio adquirido por Atenil S. A. y La Victoria S. A. en los departamentos de Alto Paraguay y Presidente Hayes, por un total de 52.694 ha y 4.149 m2 de inmuebles situados en Puerto Casado, a favor del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT).106 Bader Rachid Lichi relataría en el Congreso paraguayo que la expropiación de las tierras de los Casado-Sastre no pudo hacerse efectiva en las décadas anteriores debido a la defensa que se hizo del capital privado: Aparecieron los abogados de Casado, «cuidado con el capital privado, los amigos argentinos», «shake», la vaina. Quedaron colgados en 1963. Unos años después aparecía por ahí una delegación parlamentaria, incluía al diputado Laino, hacía el estudio de situación, y volvieron a aparecer los abogados del capital privado. Corría el año 1980, era diputado nacional, me llegaron una noche [...] diez pobladores de Casado, 150 km a caballo, ha he’i karai Diputado ore kueraima ko asuntogui, ore yvyse ningo. Y llegué junto al presidente de la República, y le digo al general Stroessner, esta situación se está presentando en Casado, vuelta otra comisión, y ahí me aparecieron como padrinos diez generales en contra de la expropiación. Y seguían nuestros queridos pynandí del Chaco. Llega el año 1996 y se clausura la supuesta fábrica que ya no era fábrica, y va una delegación parlamentaria encabezada entonces por el doctor González Casabianca, y de eso surge la comisión de un grupo de técnicos especialistas del IBR, encabezado por el ingeniero Molinas y el ingeniero Baldomero Valinotti, con claras disposiciones de tener una definición total de lo que sucedía en Casado. 106 «Defensa del proyecto de ley de expropiación de las tierras de Puerto Casado en el Congreso de la Nación. Sesión ordinaria de fecha 4 de agosto de 2005, presidencia de Carlos Filizzola. Proyecto de ley que expropia 52.694 ha, 4.149 m2 de inmuebles situados en los departamentos de Alto Paraguay y Presidente Hayes a favor del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), de acuerdo con lo establecido en los artículos 109 y 116 de la Constitución Nacional, artículos 2, 3, 4, 5, 9, 70, 74, 102 y concordantes del Estatuto Agrario (ley n.º 1863), Puerto Casado-Secta Moon»; MORÍNIGO y OLMEDO, 2006, 51-70.

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Con el argumento de que defendía la soberanía nacional y al pueblo casadeño, José Nicolás Morínigo justificó su proyecto de expropiación tomando como base el informe del IBR del año 1997, que calificó la propiedad de «latifundio improductivo». Morínigo defendió su proyecto comenzando por afirmar que tanto él como Bader Rachid Lichi habían sido vilipendiados groseramente por la prensa local liderada por el periódico ABC, acusándolos de «populistas, izquierdistas, irresponsables, aliados a los mafiosos y hoy, con un nuevo epíteto de poca creatividad pero de gran efectividad en una sociedad relativamente conservadora, nos acusa de ser miembros de la extrema izquierda». Esta estigmatización pretendía, según Morínigo, deslegitimar las necesidades de los casadeños. Crítico respecto al posicionamiento de la prensa, se preguntó cómo sería aprovechada en el futuro la mayor fuente de recursos paraguaya, el Chaco paraguayo: ¿El Chaco será un patrimonio de paraguayos y paraguayas, o será un inmenso campo para beneficio de intereses extraños a la sociedad paraguaya? Y cuando decimos intereses extraños a la sociedad paraguaya, lo que queremos decir es que los intereses de las grandes empresas, los intereses específicos en este caso de la Secta Moon, operan en función a sus propios objetivos, no en función a los objetivos de la sociedad paraguaya. Y en consecuencia, operan para garantizar alcanzar esos objetivos, y esta es una disyuntiva fundamental: o servimos a esos intereses o rescatamos por lo menos parte de este gran latifundio para poder trazar un plan que beneficie a la sociedad paraguaya. El Chaco será un territorio en donde el Estado ejerce plenamente su soberanía o será un territorio en donde la hegemonía económica impone un nuevo tipo de hegemonía política.

De este modo se discutió en el Senado el papel cumplido por la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras y, en general, el peso del capital extranjero en el Chaco Boreal. La expropiación fue legitimada en el Senado por causa de utilidad pública e interés social según los artículos de la Constitución y del artículo 94 del Estatuto Agrario que definió «latifundio improductivo» como todo «inmueble agrario que conforme a las prescripciones de esta ley, no se encuentre racionalmente utilizado». El senador Domingo Laino planteó que la expropiación resolvía un problema histórico de explotación y marginación: los casadeños, tras cien años de residencia en la localidad, «están en la calle...sin posesión y sin los derechos humanos elementales, a merced de una nueva empresa transnacional que no les reconoce ni el piso, ni las viviendas que venían ocupando».107 Si no era factible luchar contra la con107 La Victoria S. A. empleaba entre 70 y 80 changadores y no realizó inversiones productivas desde el momento en que adquirió las tierras a principios del siglo XXI. Laino

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centración de la tierra, Laino propuso investigar al menos los aspectos tributarios de la empresa. Atenil S. A. y La Victoria S. A. incumplieron el artículo 4 del Estatuto Agrario que obligaba a los compradores de un inmueble rural a realizar de inmediato los estudios de evaluación de impacto ambiental. El 1 de agosto de 2005 la Secretaría del Medio Ambiente informó que hasta ese momento no había realizado ningún estudio de impacto ambiental para La Victoria S. A. en Puerto Casado. Morínigo sostuvo entonces que la única inversión de la empresa había sido un eucaliptal de 400 ha que empleaba unas 400 personas, por lo que el espacio, al carecer de un estudio que evaluase el impacto ambiental, estaba siendo irracionalmente utilizado. Morínigo concluyó que la adquisición realizada por la secta Moon se había planteado «con una concepción medieval», es decir, «con una concepción no moderna de lo que es el capitalismo», ya que en realidad la inversión extranjera no se había integrado a la sociedad y era inútil para el desarrollo paraguayo. Según Morínigo, una concepción moderna del capitalismo exige la presencia del Estado y la organización cooperativa del capital social representado por la población local de Puerto Casado; por ello propuso que los fondos proviniesen del 5% de los royalties del INDERT. El senador Bader Rachid Lichi acompañó a Morínigo señalando que este proyecto tenía su historia de más de cuatro décadas de lucha contra el gran latifundio: Ahí está el pueblo de Casado, el miserable y empobrecido pueblo de Casado, pynandi, py’a nandi, upeva ko la pueblo de Casado, y no de ahora, no le culpo a la Secta Moon, a estos coreanitos, no tengo nada que ver con ellos ni quiero tener nada que ver con ellos. Pero nada tienen que ver ellos con la historia de estos py nandi, py’a nandi casadeños, no es una lucha contra la Secta Moon, eso es lo que quiero que entiendan, no es una lucha contra La Victoria S. A., es una lucha contra el tiempo...Sí queremos esas tierras para entregarle a sus legítimos propietarios, el py’a nandi, el pynandi, que es el casadeño chaqueño, para ellos sí queremos la tierra.

El senador Lucio Vergara, representante de la Comisión de Reforma Agraria y Bienestar Rural paraguaya, analizó esta situación según los informes técnicos del INDERT y llegó a similares conclusiones que Laino, Morínigo y Rachid Lichi, advirtiendo que era necesario reforzar los poderes locales para frenar a las empresas extranjeras: denunció que La Victoria S. A. no sólo declaró menos dinero del gastado en la adquisición de las tierras sino que también registró una superficie menor de la realmente adquirida. Concluyó que era «importante que las empresas nacionales y extranjeras cumplan con sus compromisos tributarios, ya que sabemos que nuestro pueblo, carente de recursos, necesita escuelas, hospitales y muchas acciones en el ámbito social».

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Importantes extensiones de tierras que van desde Fuerte Olimpo hasta Puerto La Victoria están pasando a manos extranjeras, ya sean brasileros o en este caso, orientales. Sabemos que la Constitución ampara a los hermanos extranjeros que desean radicarse en nuestro país y, fundamentalmente, que el gobierno desea la capacitación de inversión extranjera. Pero en todo eso hay que acompañar con una presencia fuerte del gobierno...mediante el fortalecimiento de los gobiernos locales. Las comunidades organizadas como tal, eso no se verifica en Puerto La Victoria, y en la mayoría de la población del Alto Paraguay donde las autoridades locales se encuentran huérfanas de apoyo de las autoridades nacionales. y por ende, son débiles ante el poder financiero de las corporaciones extranjeras, que llegan a sofocar la soberanía en estos lugares considerados apartados del resto del país.

Laino dijo haber investigado el impuesto a la renta pagado por la empresa al Ministerio de Hacienda paraguayo, comprobando que desde el año 2001 al año 2004 sólo había abonado $ 71.174.403 guaraníes, y en el año 2005 unos $ 110.709.639 guaraníes. Los bienes declarados por La Victoria S. A. en Puerto Casado a través de una declaración jurada ante el Ministerio de Hacienda no superaban las 438.449 ha, incluyendo 20 fincas en Alto Paraguay, 9 fincas en el departamento Presidente Hayes y 2 fincas ubicadas entre ambos departamentos. Estos datos hicieron que el Municipio de Puerto Casado iniciara una causa judicial contra Atenil S. A. intimándole al pago de $ 66.890.169 guaraníes por los impuestos inmobiliarios del año 2004 adeudados, más $ 45.999.600 guaraníes por la patente comercial del periodo 2001-2004. Se descubrió entonces que la empresa había abonado el impuesto inmobiliario a la Municipalidad de Asunción declarando una base imponible mínima de $ 80 millones de guaraníes por la que abonaron $ 832.980 guaraníes por el año 2004 (la deuda real fue calculada en $ 7.187.200 guaraníes). La expropiación de las tierras de la empresa coreana La Victoria S. A. instalada en Puerto Casado se planteó como una necesidad social. Pero en realidad coincidió con el proyecto de corredor bioceánico, un sistema de interconexión fluvial que busca unir los océanos Atlántico y Pacífico, y con el proyecto del departamento boliviano de Tarija de ampliar el mercado de su producción gasífera aprovechando la necesidad del Estado de Mato Grosso do Sul de Brasil (con capital en Campo Grande) de aumentar el abastecimiento de gas.108 108 MSGas es el nombre de la principal empresa distribuidora de gas del Estado de Mato Grosso do Sul, Brasil. El 50% del capital es de Petrobras y el porcentaje restante pertenece a empresas privadas. El paso obligado de la construcción de un ducto para el gas sería Puerto Casado a orillas del río Paraguay en un corredor que sale desde Villa Montes, un ramal a Puerto Murtinho e ingresa en territorio brasileño.

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En el año 2005 el Senado paraguayo consideró que 700.000 ha constituían un latifundio y dispuso la enajenación de 52.000 ha del total de la propiedad que la secta poseía en el Chaco Boreal, a unos 800 km al norte de Asunción, en las cercanías de la frontera con el estado brasileño de Mato Grosso do Sul. El Senado se justificó diciendo que la secta Moon «en siete años no hizo nada y, además, estaba pagando sueldos de hambre a unos pocos empleados», aproximadamente medio centenar fijo y 350 ocasionales. Los indígenas representaban más del 60% de la población de la localidad pero eran propietarios de menos del 2% de la superficie; de los 7.000 pobladores, aproximadamente un tercio pertenecen a la etnia Maskoy. Unos 360 campesinos caminaron 156 km durante seis días desde el kilómetro 156 de la Ruta Transchaco, y se manifestaron contra la secta pidiendo la expropiación de 52.000 hectáreas que abarcan parte del pueblo y sus alrededores. En ese contexto, Puerto Casado se reinstaló en el discurso boliviano-paraguayo gracias a la resistencia de los pobladores expresada a través de una movilización hacia Asunción que se conoce como «la marcha más larga de la historia paraguaya».109 El 29 de julio de 2005 Paraguay propuso oficialmente a Bolivia establecer una agenda estratégica bilateral en el sector energético. El encuentro para el estudio de opciones se realizó en Tarija, región que precisamente busca nuevos mercados para su producción gasífera. El punto tercero del acta de la reunión binacional menciona específicamente «una propuesta para desarrollar un proyecto binacional» que vincule las áreas de producción gasífera de Bolivia con el Puerto La Victoria (ex Puerto Casado), en el marco del artículo 7 del Tratado de Paz, Amistad y Límites que estableció el 21 de julio de 1938 la obligación de Paraguay de otorgar a Bolivia un puerto franco en Puerto Casado. Este tratado adquirió particular relevancia en el proyecto de construcción del gasoducto. Limitaciones establecidas en la ley de hidrocarburos impiden a Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) realizar inversiones fuera del país para el procesamiento petrolero. De acuerdo a este pacto, Bolivia tendría legitimidad para instalar una planta refinadora o petroquímica en la localidad casadeña sin que YPFB viole la ley de hidrocarburos. Mientras tanto, la empresa coreana fue denunciada por evasión fiscal por el senador Domingo Laino. La secta Moon vendió su propiedad así como 10.000 cabezas de ganado bovino, clausuró sus actividades, cesanteó al personal, y confirmó el cese de sus actividades comerciales en la localidad de Puerto Casado.110 Laino sacó entonces a 109 110

La Capital, Rosario, 18 de julio de 2005. La Capital, Rosario, 9 de agosto de 2005.

LOS CASADEÑOS ENTRE LA EMPRESA TANINERA Y LA GUERRA DEL CHACO

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relucir la figura de Carlos Casado del Alisal y de sus herederos, y planteó una de las dudas que se arrastraban desde finales del siglo XIX: sugirió que el español había adquirido de manera «dudosa» las tierras chaqueñas al no haber protocolizado sus títulos; para Laino, fue «sólo una concesión corrupta del gobierno de entonces».111 En el año 2005 el gobierno paraguayo pidió al apoderado de la empresa Carlos Casado en la ciudad de Rosario más información particular sobre los lotes 64 y 65 del Chaco paraguayo. Se le respondió que la transacción que legitimaba los derechos posesorios figuraba en la página 315 del inventario de bienes levantado por J. Daniel Infante en 1899 y conservado en los Archivos de los Tribunales Provinciales de Rosario. Al mismo tiempo, el diario La Capital consignó que en 1886 Casado había adquirido en subasta pública los lotes en la ribera del río Paraguay. Pero si se revisa el inventario es posible comprobar que Infante registró los lotes afirmando que la compra había sido realizada por Casado a José Monte el 24 de septiembre de 1889, según la escritura levantada en Asunción por Gerónimo Pereira Cazal, y tasó los lotes en $ 20.000. Lo más llamativo es que no identificó ningún heredero: sólo nombró a Carlos Mateo Casado Sastre como albacea testamentario y le encargó la tarea de incorporar al capital familiar «las veinte leguas paraguayas de tierra constituidas por los lotes número 64 y 65 del plano catastral del Chaco paraguayo sobre la margen derecha del río Paraguay con una legua de frente al Río y 10 de fondo cada lote».112 La información brindada al gobierno paraguayo en el año 2005 fue más que parcial e incompleta. El inventario, en realidad, no consigna la transacción señalada que inclusive el periódico local rosarino defendió como parte legítima del capital de los Casado. Como demostramos en el capítulo seis, los Casado careían de documentación probatoria de esta adquisición.

111 «Rechazan denuncia de un senador del Paraguay sobre un prócer santafesino», La Capital, Rosario, 10 de agosto de 2005. En 1910, el texto La propiedad en el Chaco paraguayo había registrado ambos lotes como pertenecientes a J. Ulises Martin como ya hemos mencionado. 112 Expediente de sucesión de Carlos Casado del Alisal e inventario y partición de J. Daniel Infante, Rosario, 1899, apoderado Diego del Castillo, Juzgado Civil y Comercial de la cuarta nominación, segunda circunscripción judicial, segunda secretaría, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 267. He analizado este caso en DALLA CORTE, 2007 b.

CONCLUSIONES: EL RETORNO DE LOS CAPITALES ESPAÑOLES A LA CARLOS CASADO S. A. Y EL GRUPO SAN JOSÉ Carlos Casado del Alisal falleció siendo considerado un «rentista», un gran «propietario» de tierras ubicadas en su mayor parte fuera de la Argentina. En los últimos años algunos historiadores se han orientado a estudiar el papel de las familias en la organización de los negocios y en la estructuración del poder, particularmente para el siglo XIX.1 Se ha demostrado que no todas las familias propietarias de tierras o terratenientes del primer periodo de la Independencia lograron sobrevivir con su capital intacto hasta la actualidad: casos como el de los Anchorena, por ejemplo, muestran el descenso social sufrido por familias otrora hegemónicas.2 Carlos Casado no pertenece a este grupo: se trata de un actor que llegó al país con la migración temprana y se enriqueció en la segunda mitad del siglo XIX mediante el despliegue de diversos mecanismos empresariales y, fundamentalmente, gracias a la articulación de una red de relaciones y de sociabilidad que actuó «legalmente» durante décadas entre España, Argentina, Paraguay e Ingleterra. A lo largo del siglo XX la familia Casado-Sastre fue perdiendo el poder ostentado por el patriarca. Algunas actividades se reorientaron aprovechando las redes de sociabilidad preexistentes, las cuales generaron relaciones y redes de relaciones humanas imprescindibles para garantizar la continuidad de la empresa. Perdidos los vínculos con los Chávarri, los descendientes de Carlos Casado del Alisal y de Ramona Sastre Aramburu optaron por otras estrategias. En algunos casos, las alianzas matrimoniales dan la pauta de que la finalidad de la familia era también diversificar sus elecciones al tiempo que integrar a miembros representativos de diversos sectores del espectro social. María Casilda Casado Sastre, la 1 2

BRAGONI, 1999. HORA, 2003.

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primogénita y primera en contraer matrimonio, se unió a un miembro de segundo orden de la familia rosarina Goñi Coll; su esposo, Manuel Benigno Goñi Coll, colaboró con su suegro de manera estrecha en las experiencias ferroviarias concentradas en el FCOS y en las transferencias de propiedades urbanas aplicando la fórmula de la retroventa. El hijo de la pareja, Manuel Augusto, prefirió las profesiones liberales y se graduó de médico; la hija, Silvia Carlota, se unió a Jorge Lanusse Justo, lo cual permitió mantener en la segunda mitad del siglo XX estrechos contactos con el general Alejandro Agustín Lanusse Gelly, presidente de facto de la Argentina entre 1971 y 1973. Los hermanos y hermanas restantes siguieron una línea de actuación similar a la elegida por María Casilda. María Genara, por ejemplo, optó por contraer matrimonio con un descendiente de irlandeses que pasó muy pronto a integrar la directiva de la empresa. Patrick Thomas Fairfield Magrane Murphy era hijo de un irlandés, Fairfield Magrane, que llegó al país en la década de 1880. Con María Genara Casado Sastre tuvo varios hijos entre los que destacamos a José Eduardo Magrane Casado,3 una de cuyas hijas, Inés Magrane y Alvear, contrajo matrimonio con Jorge Born Frías Ayerza, el presidente de la corporación internacional Bunge & Born.4 El primogénito, Carlos Mateo, se casó con la hija de un importante notario de Rosario, Arturo Covernton, y de Celina Guesalaga. Celina Covernton Guesalaga era sobrina de Eladio Guesalaga Frías, quien también había sido uno de los asistentes invitados a la inauguración de las obras del FCOS en 1881. Tras ser declarado judicialmente insano poco después del fallecimiento de su padre, Carlos Mateo perdió la capacidad de decidir los destinos de la empresa familiar y la responsabilidad pasó a su esposa Celina. Su hermano, José Juan Casado Sastre, por su parte, se unió matrimonialmente a Laura Victorina Justo Rolón, la hermana del general que asumiría la presidencia de la Argentina en los conflictivos años de 1932 a 1938, Agustín Pedro Justo Rolón, más conocido como Agustín P. Justo, quien en la conocida como «Década Infame» apoyaría 3

José Llegó a ser Caballero de la Orden de Malta y que se unió matrimonialmente a Elisa Mercedes de Alvear Quirno, la hija de Eugenio Antonio de Alvear Elortondo y María Luisa Quirno y Lugones. 4 Bunge & Born fue fundada en 1884 con la finalidad de exportar cereales a través de la empresa de alimentos Molinos Río de la Plata. Hoy es un grupo económico multinacional considerado la corporación más poderosa de la Argentina, dedicado a la producción de algodón, soja, yerba mate (comercializa la marca Nobleza Gaucha), girasol, etc., controlando 44 empresas alimenticias. Desde la década de 1990, la Bunge & Born se integró en el Grupo Bunge International Limitada, adentrándose en la producción de cereales. Posteriormente, integró el Grupo Pérez Companc.

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al Paraguay en su lucha contra Bolivia, favoreciendo, como ha quedado demostrado, a la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras. Carecemos de mayores datos sobre las elecciones matrimoniales de Alberto (Severiano); Pedro Rómulo Damián; Ramona Isabel, casada con Rafael Barrio Massieu; y Eduardo del Corazón de Jesús, que prefirió contraer matrimonio con una prima de la rama materna, Genara Rosa Sastre. Interesa el caso de Clara Margarita quien, finalmente, optó por la vía de la integración a la nobleza representada por Pedro Pablo de Corral y Tomé, tercer Vizconde de Oña, que aportó un título nobiliario aunque escasos fondos económicos.5 El hombre era hijo de Tomás del Corral y Oña, un médico de profesión que había sido miembro numerario de la Real Academia de Medicina, entidad española que presidió en cinco oportunidades. En 1855, Tomás del Corral y Oña fue nombrado rector de la Universidad Central (Madrid) y esta última lo designó como representante al Senado del Reino, cargo que cumplió desde 1877 hasta el año 1882 en que falleció. El médico ejerció durante muchos años el cargo de primer médico de Cámara de la reina Isabel II, a quien siguió en 1868 en su destierro en París y Ginebra. Posteriormente acompañó también al rey Alfonso XII. Los monarcas le concedieron los títulos de Marqués de San Gregorio y Vizconde de Oña,6 título que heredó su hijo y que le ayudó en su migración a la Argentina. Con Clara Margarita tuvo varios hijos e hijas; uno de ellos, Carlos Alberto Isidro de Corral y Casado Sastre, se casó con Inés Victorica Roca Chevallier, descendiente de las tradicionales familias Victorica y Roca. Mientras se producía esta integración social por la vía matrimonial de los hijos e hijas de Casado y Ramona Sastre Aramburu, el nombre de la empresa creada por ambos fue cambiando en virtud de las transformaciones tanto al interior de la red social como del contexto histórico que enfrentaban sus miembros. Así, la Compañía de Tierras Hispano-Paraguaya Limitada dejó paso, a la muerte de Casado, a la fundación de una sociedad anónima industrial y ganadera de carácter internacional, que procuró diversificar las actividades productivas. La nueva compañía adoptó, por decisión de los socios, el nombre del empresario fallecido: la Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras reemplazó a la anterior ex5 Sobre el pobre papel del Estado español en la organización económica y en el funcionamiento de las empresas públicas en la etapa previa a la Guerra Civil (1936-1939), véase el estudio ya clásico de COMÍN y MARTÍN ACEÑA, 1991; también MARTÍN ACEÑA y COMÍN COMÍN, 1996. 6 Fue condecorado también con las grandes cruces de Carlos III, Isabel La Católica, Mérito Militar, de San Miguel de Baviera y Cristo de Portugal, y con la medalla de Alfonso XII. Véase estos datos biográficos en La Ilustración Española y Americana, n.º XLVIII, p. 387.

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periencia empresarial con la función de conjurar el peligro de ser asociada con España o con el Paraguay ya que, de hecho, en la documentación de la época solía aparecer simplemente como «Negocios del Paraguay» o «La Hispano-Paraguaya». Al mismo tiempo, los socios adoptaron la Capital Federal como asiento principal, abandonando así la ciudad de Rosario como sede de sus negocios, y sacrificando, por ende, la posibilidad de que fuese Asunción el centro de sus gestiones. La decisión se tomó entre mediados de 1909 y mayo de 1910, coincidiendo con las celebraciones del Centenario de Independencias. El argumento del yerno de Carlos Casado, el español Pedro Pablo de Corral y Tomé, tercer Vizconde de Oña, fue muy simple: había que abandonar los términos «hispano» y «paraguayo», y adoptar un nombre que no recordara a ninguna «nacionalidad extranjera», en ningún país, principalmente en la Argentina donde se concentraban los capitales y las decisiones de la empresa. Con este propósito en mente, la sociedad civil Sucesores de Carlos Casado afrontaría nuevos retos, como por ejemplo la colonización del Chaco Boreal, hasta entonces sometido a una explotación de tipo extractiva, esta vez a través de la incorporación de miembros de la comunidad mennonita. Pero en los hechos, la empresa fundada por Casado fue para el Paraguay lo que La Forestal fue para la Argentina: un emporio de naturaleza expoliadora sostenido por capitales extranjeros. Lo que hemos intentado explicar aquí es precisamente el origen de estos capitales vistos como «extranjeros» por el Paraguay. Esos capitales aplicados a la adquisición de tierras tenían una procedencia diversa: la actividad bancaria, la colonización, la exportación de cereales, la construcción de graneros y muelles, la gestión de un ferrocarril privado, la compra de bienes inmuebles urbanos y rurales que podían servir como moneda de cambio en caso de necesidad y en momentos puntuales (de ahí el uso de la figura jurídica de la retroventa, que hemos analizado). Dado el despliegue de estas actividades empresariales, Casado sigue siendo reivindicado hasta el día de hoy como «modelo» o «arquetipo» del empresario creador de riqueza, capaz de agregar valor a la producción agrícola en medio de las acusaciones más ácidas en contra de la desindustrialización sufrida por el país,7 y de sostener también la economía primario-exportadora sólo con el «ingenio personal», llevando así el bienestar al conjunto de la sociedad. 7

Como ejemplo de esta afirmación, véase Boletin Informativo Semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario, n.º 1301, 16 de abril de 2007. Se trata, no obstante, de una actividad que, por cierto, no deja de sumir al país en una dependencia que lo somete a los vaivenes cíclicos de la economía internacional.

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Pero también debemos incluir en esa larga lista de actividades, muchas otras que, en suma, ayudaron a construir la trama empresarial. Nos referimos a la ocupación de cargos estratégicos en el ámbito financiero, como la presidencia del Banco Provincial de Santa Fe; al aprovechamiento de la condición de insania de algún propietario como Mariano Grandoli (padre del afamado abanderado Grandoli asesinado en la guerra de la Triple Alianza) para comprar la Candelaria; a la decisión de quedarse con una colonia agrícola como la Caridad, hoy San Genaro, a través de mecanismos más que discutibles aunque nunca desestimados judicialmente; al desinterés por mantener los lazos con parte de su red de parentesco, los Chávarri del Alisal, una familia de Portugalete que perdió todos sus bienes en Argentina; a la aplicación a mansalva de los juicios de expropiación de tierras para extender las vías del FCOS en aras del progreso; al uso de testaferros para eludir las restrictivas leyes de tierras paraguayas; a la adquisición de tierras hoy reclamadas por los grupos indígenas para implementar en ellas una economía de tipo extractiva... En general, al constante tejido de relaciones con personas probadamente leales que dieron consistencia a los diversos emprendimientos empresariales. El análisis propuesto en esta obra, no obstante, busca superar la mirada, tanto negativa como positiva, que se ha dirigido a las prácticas de Casado y a la actitud asumida por el gobierno paraguayo en el momento en que se produjo la concentración de tierras en el Chaco Boreal. Es decir, no trata de considerar los fenómenos de corrupción per se ni de alimentar la imagen del personaje ilustre, sino de reconstruir la trama que hizo posible hacer de Casado, y de otros empresarios como él, los máximos beneficiaros de un modelo económico que tiene impacto hasta el día de hoy y que se fundamenta específicamente en la posesión de tierras. El papel jugado por los terratenientes latinoamericanos, identificados en general como grupo oligárquico, sigue siendo objeto de debate,8 tanto por los límites de su condición de clase dominante con posibilidades de cooptar el Estado, como por su capacidad de diversificar creativamente sus intereses económicos en aras de hacer sobrevivir la empresa con relativo éxito. Hoy día, cuando Argentina demuestra los límites de este modelo que impacta de lleno en el desenvolvimiento político del país y en la vida cotidiana de su gente, el hecho de analizar sus orígenes en el contexto de la creación del Estado Nacional representa todo un desafío para cualquier historiador o historiadora que busque demostrar que ese modelo se sustenta en un entra8 Véase sobre esta problemática, entre otros trabajos, FERRER, 1963; SÁBATO, 1988; HORA, 2003; REGUERA, 2006.

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mado complejo, plagado de intereses jurídicos, políticos, empresariales, familiares, que no siempre benefician al conjunto de la sociedad y que coincide hoy con una monopólica presencia de empresas o capitales españoles en la economía del país.9 Gracias a la información pública ofrecida por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, sabemos que la Carlos Casado S. A. mantiene como actividad principal la «fabricación de extracto de quebracho y explotación de montes y estancias», aunque también se dedica parcialmente al sector «inmobiliario, agrícolo-ganadero y comercial». Su domicilio continúa en la Avenida Figueroa Alcorta de la Capital Federal argentina, pero concentra a su vez diversas operaciones en Paraguay —posee 310.000 ha en el Chaco en las que cultiva pastos para ganadería— y Uruguay, además de participar en el Alarion Financial Bank del estado de Florida, y en el Mercado de Valores de Buenos Aires.10 La empresa reconoce como fecha de constitución el 29 de noviembre de 1909, pero hoy la emisión de las acciones está a cargo de CADO y CADO5.11 Con todo, y pese a los torbellinos que supone la economía mundial, la empresa de origen español Carlos Casado S. A. persistió a lo largo de los siglos XIX y XX y lo que va del XXI, uniendo los destinos de España, 9 En Argentina, las empresas españolas más importantes son: financieras: Banco Central Hispano (BSCH), Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Mapfre; electricidad: Endesa, Iberdrola, Fenosa, Gas Natural, Aguas de Barcelona, REE; telecomunicaciones: Telefónica, Telefónica Móviles, Aurea, Acesa; petróleo: Repsol YPF, Cepsa; construcción: Dragados, Ferrovial, OHL, ACS, Uralita; también encontramos a Sol, Prosegur, NH Hoteles, entre otros. Véase, entre otras obras, CASILDA BEJAR, 2002. Según CECCHINI y ZICOLILLO, 2002, «apoyados por el poderoso trabajo de lobby de los dos últimos gobiernos de España y con la complicidad de un poder político local corrupto, los grupos económicos españoles se apoderaron en Argentina de la gallina de los huevos de oro. Y como los primeros conquistadores de América, cargaron los tesoros en sus barcos para llevarlos al otro lado del Atlántico». 10 Entre las empresas controladas y vinculadas a la Carlos Casado S. A. encontramos en Paraguay a la Rincón S. A.G.; Servifin S. A.; Banco Sudameris; Hispano Paraguaya S. A. que recuerda al nombre de la antigua empresa de Carlos Casado del Alisal; Multimedia Paraguay S. A.; Corporación del Norte S. A.. En Boquerón se conserva la granja Retiro Carlos Casado S.A., considerada un punto característico. En Uruguay, la Parsipanny Corp. S. A. La Carlos Casado S. A., participada por el grupo español San José y con negocios en los sectores agropecuario e inmobiliario, acaba también de asociarse con la argentina Cresud a partes iguales para expandir sus negocios en Paraguay, es decir, para la explotación agrícola, ganadera y forestal. 11 Su capital autorizado es de $ argentinos 35.000.000. Su capitalización empresarial es de $ argentinos 280.000.000. Véase la Ficha técnica de la Carlos Casado S. A., en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) propietaria de la información contenida en Bolsar, datos, 11 de agosto de 2008, http://www.bolsar.com/NET/Research/sociedades/fichaTecnica.aspx?emisor=47

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Argentina y Paraguay. Pero en el año 2008 se ha producido una importante reconfiguración de la compañía: el cambio más significativo y visible se ha dado en su directorio, que está lejos de representar a la otrora poderosa familia Casado. Diego Eduardo León Casado, que fuera presidente hasta finales de 2007 entre otras razones por su condición de bisnieto de Carlos Casado del Alisal, cubre el cargo de vicepresidente; Roberto Álvarez es director secretario cuando antes era director titular; y los directores titulares son Adelmo Juan José Gabbi, que antes actuaba como vicepresidente, y Juan Lema Devesa. La presidencia es ejercida por Jacinto Rey González, indicio de que la empresa ha sido incorporada recientemente por el holding español Grupo San José del que Rey González es titular. El Grupo San José surgió en 1975 y tiene hoy una gran actuación empresarial en más de una decena de países como Portugal, Estados Unidos, Francia, Alemania, Marruecos, Argentina, México, Perú, Panamá y Cabo Verde. Desde el año 1982, el Grupo San José inició una estrategia de diversificación hacia las actividades de la construcción inmobiliaria, industrial, comercial e inversión, pero una de las operaciones más importantes fue la OPA realizada sobre Parquesol, adquisición que le permitió entrar en el mercado bursátil y fortalecer sus inversiones en el mercado inmobiliario.12 Hoy por hoy, San José controla las siguientes empresas. En primer lugar, en el sector de la construcción, a nivel nacional, la Constructora San José contiene a Cartuja I, Constructora Ávalos, C y C, EBA, Alcava, Balltagi, y a nivel internacional, Constructora San José Representaçao Portugal (con sede en Oporto), Constructora Udra Ltda. (con sede en Lisboa), San José France (con sede en París), SJB Múllroser Baugesellschaft y San José BAU (ambas con sede en Berlín), San José Construction Group (con sede en Washington), San José Argentina (con sede en Buenos Aires), CIMSA Argentina (con sede en Mendoza), Constructora San José Uruguay (con sede en Colonia), San José Perú y Esparq Construcción (ambas con sede en Lima), CPA (con sede en Panamá). En segundo lugar, en el sector industrial, UDRA Industrial contiene a nivel nacional las empresas Tecnocontrol, Tecnocontrol Servicios, Tecnocontrol Sistemas de Seguridad, Sefri Ingenieros y Artel Ingenieros, y a nivel internacional Tecnoartel Argentina (con sede en Buenos Aires) y Sefri Maroc (con sede en Casablanca). En tercer lugar, en el sector inmobiliario, Inmobiliaria Udra se compone a nivel nacional por Douro 12 El Grupo SANJOSÉ conserva su sede social en Pontevedra y su sede operativa en Madrid. Véase Informe anual año 2006, http://www.gruposanjose.biz/descarga/anual.pdf.

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Atlántico S.L., Copaga, Pontegran, y a nivel internacional por Douro Atlántico S.A., Burgo Fundiarios, Udra Argentina (con sede en Buenos Aires) y Esparq (con sede en Lima), y en relación a Desarrollos Urbanísticos, a nivel nacional por Desarrollo Urbanístico Chamartin (DUCH) y a nivel internacional por Inmobiliaria Europea de Desarrollos Urbanísticos (IEDU) y Inmobiliaria Americana de Desarrollos Urbanísticos (IADU). En cuarto lugar, en el sector comercial, la distribución queda a cargo de Comercial UDRA, ARserex, Basket King, Outdoor King, Fashion King, Running King y Trendy King, y la explotación a cargo de una cadena de tiendas. En quinto lugar, en el sector inversiones, se compone de Bodegas Altanza, Corsabe, Unirisco, Grupo Filmanova y Xornal Galinet.13 En los primeros meses del año 2008 la constructora Grupo San José adquirió la sociedad anónima Carlos Casado tras establecer un acuerdo con las empresas Patagonia Bioenergía y Celulosa Argentina. Lo hizo a través de Tecnoartel Argentina pagando aproximadamente 28,8 millones de dólares, equivalentes a 21 millones de euros al cambio de mediados de aquel año, por lo cual la empresa pasó a tener una participación del 39,9 %. San José, que es la primera accionista de Parquesol, señaló incluso su interés por seguir comprando acciones de la Carlos Casado S.A. a medida que evolucione la cotización bursátil.14 Su finalidad es realizar inversiones agrícolas, ganaderas, forestales, turísticas, pero principalmente su mirada se dirige a los biocombustibles, en particular al cultivo de jatropa para la producción de biodiésel.15 13 Véase información del Grupo San José en http://www.grupo-sanjose.com/ home.htm 14 El Economista, 7 de julio de 2008, http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/252555/07/07/Grupo-San-Jose-compra-3374-de-argentina-Carlos-Casado-por-288-mln-usd.html; Noticias de Málaga, 27 de julio de 2008, http://www.noticiasdemalaga.es/index.php?modulo=noticia&id=6479 15 «Jacinto Rey (Grupo San José) asume la presidencia de la firma argentina Carlos Casado», en Cotizalia, 12 de mayo de 2008; http://www.cotizalia.com/cache/2008/05/13/39_jacinto_presidente_grupo_asume_presidencia_firma.htm; «El presidente del grupo español San José Jacinto Rey asumió como presidente de Carlos Casado», en Diario Hispano Argentino, 2 de mayo de 2008, http://www.diariocritico.com/ argentina/2008/Mayo/noticias/73716/grupo-sanjose-jacinto-rey-carlos-casado.html; «Jacinto Rey toma posiciones en una firma cotizada en la Bolsa argentina Tras hacerse con Parquesol en España, que fusionará con San José, Jacinto Rey toma posiciones en la argentina Carlos Casado», en Xornal.com, diario electrónico de Galicia, http://www.xornal.com/article.php?sid=20070703131312; «Jacinto Rey, el presidente de grupo San José, asume como titular de la argentina Carlos Casado», 30 de abril de 2008, Pergamino Virtual, Buscador Hispano, http://www.pergaminovirtual.com.ar/revista2/cgi-bin/hoy/archivos/00002162.shtml; «Biocombustibles y agronegocios, la

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La presencia del español Jacinto Rey González en la presidencia de la Carlos Casado S. A. desde el año 2008 cierra este libro, a sabiendas de que se trata de una historia inconclusa, como la propia historia económica del Cono Sur latinoamericano. Hemos narrado el cierre de un ciclo que se escribió entre Rosario y Asunción, y el inicio de otro ciclo, signado por el «eterno retorno» de los intereses privados y extranjeros en Argentina y Paraguay, pero que se escribirá desde ahora entre Madrid y Buenos Aires. La empresa Carlos Casado S.A. celebra formalmente un siglo de existencia en el año 2009,16 marcando al mismo tiempo una nueva etapa.

nueva apuesta de Grupo Sanjosé», 9 de mayo de 2008, BioDieselSpain.com, Centro de Debate y MarketPlace de Biocombustibles, http://www.biodieselspain.com/2008/05/ 09/biocombustibles-y-agronegocios-la-nueva-apuesta-de-grupo-sanjose/; «El presidente de grupo San José asume como titular de la argentina Carlos Casado», Noticias Galicia.com, 2 de mayo de 2008, http://www.noticiasgalicia.com/empresas/sjose/sjosem.html; «San José se convertirá este verano en la séptima constructora cotizada», en Expansión.com, 7 de marzo de 2008, http://www.expansion.com/edicion/exp/empresas/construccion/es/desarrollo/1097891.html; Informe elevado por Jacinto Rey González al Gobierno argentino sobre adquisición de acciones de la sociedad Carlos Casado S. A., Informe diario de mercados, Monitoreo de Mercados, http://www.cnv.gov.ar/MonitoreoDeMercados/2007%5C290607.htm; «En setiembre de 2008, Carlos Casado expandirá sus negocios en Paraguay», ABC Digital Paraguay, 7 de setiembre de 2008, http://www.abc.com.py/2008-09-07/articulos/448623/carlos-casado-expandira-sus-negocios-en-paraguay; «Carlos Casado (SanJose) constituye una sociedad con Cresud para explotar un inmueble en Paraguay», Europa Press, Madrid, 4 de setiembre de 2008, http://www.europapress.es/economia/noticia-economia-empresas-carlos-casado-sanjose-constituye-sociedad-cresud-explotar-inmueble-paraguay-20080904193023.html. 16 Fue registrada el 21 de octubre de 1909 en Argentina. Véase la página web de la empresa: http://carloscasadosa.com.

ARCHIVOS CONSULTADOS

España 1.

Archivo de la Casa de América de Barcelona, Biblioteca del Pavelló de la República de la Universitat de Barcelona (ACA).

Argentina 2. 3. 4.

5. 6. 7. 8.

Archivo General de la Nación, Buenos Aires (AGN) Archivo Histórico Provincial del Chaco, Resistencia, provincia del Chaco (AHPCH) Centro de Documentación e Información César Torriglia del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (CDICT). Archivo de los Tribunales Provinciales de Rosario (ATPR). Museo Archivo Histórico Municipal Don Santos Tosticarelli, Ciudad de Casilda (MAHM). Museo Histórico Provincial de Rosario Julio Marc (MHPRJM). Archivo de Protocolos Notariales, Colegio de Escribanos de la Provincia de Santa Fe, Segunda Circunscripción (APN-R).

Bolivia 9.

Museo Archivo de Santa Cruz de la Sierra (MASC).

Paraguay 10.

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APÉNDICES

Apéndice 1.

Los Casado entre 1475 y 1940

Elaboración propia según MAHM, «Árbol genealógico del Noble Linage de Casado, originario de la Villa de Tordesillas, calificado con instrumentos»; Y «Copia de la Executoria de Fidalguía de Don Fernando e Doña Ysabel a fabor de Juan Casado Río, e de Pero e Rodrigo Casado Río sus fijos, e nietos, e descendientes, M.CCCC.LXXX.IV» y datos extraídos de las fuentes documentales citadas en el libro. 1. Juan Casado Río (al servicio de los Reyes Católicos): Real Merced de hidalguía a Juan y a sus hijos Pedro y Rodrigo (cerca de Oterdefillas, 1475); Real Cédula confirmatoria de la merced (Villa del Carpio, 1477); Real Carta Executoria a favor de Juan (Villa de Valladolid, 1484). Matrimonio con Juana Fernández del Río. 2. Pedro Casado Río (hombre de Cámara de la Reina Juana). Real Alvala a favor de Pedro (Ocaña, 1539); partida de difunto y entierro (San Miguel de Tordesillas, 1562). Matrimonio con María de Landa: hijos Juan Casado Landa y Juana Casado Landa (de la Cámara de Reina e Infantas). 3. Juan Casado Landa (hombre de Cámara de la Reina Juana). Partida de bautismo (San Miguel de Tordesillas, 1536); Cédula del príncipe a favor de Juan (Coruña, 1554); Partida de difunto y entierro (San Miguel de Tordesillas, 1566). Matrimonio con Isabel Hernández: partida de difunta y entierro (San Miguel de Tordesillas, 1584). 4. Juan Casado Hernández: partida de bautismo (San Miguel de Tordesillas, 1561); partida de desposoria (San Miguel de Tordesillas, 1595); partida de difunto y entierro (San Miguel de Tordesillas, 1605). Matrimonio con Leonor Vázquez de Cepeda: partida de difunta y entierro de Leonor (San Miguel de Tordesillas, 1609).

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5. Alfonso Casado Vázquez de Cepeda: partida de bautismo (San Miguel de Tordesillas, 1599); partida de desposorio (San Miguel de Tordesillas, 1633); partida de difunto y entierro (San Miguel de Tordesillas, 1639). Matrimonio con Juana Isabel Redondo: partida de difunta y entierro (San Pedro de Tordesillas, 1655). 6. Francisco Casado Redondo: partida de bautismo (Santa María de Tordesillas, 1633); partida de desposorio (Santa María de Tordesillas, 1655); testamento (Villa de Tordesillas, 1683); partida de difunto y entierro (San Pedro de Tordesillas, 1683). Matrimonio con Philipa Gonzalez: testamento de Philipa (Villa de Tordesillas, 1667); partida de difunta y entierro de Philipa (San Pedro de Tordesillas, 1667). 7. Gerónimo Casado González: partida de bautismo (San Pedro de Tordesillas, 1658); partida de desposorio (San Pedro de Tordesillas, 1684); testamento (Villa de Tordesillas, 1709); partida de difunto y entierro (San Pedro de Tordesillas, 1719). Matrimonio con María de Ureña: testamento (Villa de Tordesillas, 1691); partida de difunta y entierro (San Pedro de Tordesillas, 1691). 8. Matheo Casado de Ureña: partida de bautismo (San Pedro de Tordesillas, 1688); partida de desposorio (San Pedro de Tordesillas, 1714); testamento (Villa de Tordesillas, 1766); partida de difunto y entierro (San Pedro de Tordesillas, 1766). Matrimonio con Lorenza de Albiz Maluenda: partida de difunta y entierro (San Pedro de Tordesillas, 1752); 9. Pedro Manuel Casado de Albiz Maluenda: partida de bautismo (San Pedro de Tordesillas, 1716); partida de desposorio (San Lorenzo de Valladolid, 1730). Matrimonio con Josepha Benedicta Cavallero Fernandez de Andrade. 10. Pedro Soter Cayo Casado de Albiz Maluenda Cavallero: partida de bautismo (Santa María de Mansilla de las Mulas, 1742); partida de confirmación (Santa María la R. de Tordesillas, 1755). Matrimonio con Juana González Vigil (Villaverde, Diócesis de Toledo). 11. Pedro Casado (Broyas, Extremadura, Obispado de Badajoz; administrador del Duque de Pastrana); Matrimonio con María Casilda del Alisal Carnicero Villarroel (Palencia), hija de Francisco Esteban del Alisal (Noceda, Concejo de San Juan, Obispado de Santander) y de Genara Carnicero Villarroel (Aguilar de Campos, Obispado de León). 12.1. Ángel Casado del Alisal. 12.2. Filomena Casado del Alisal. 12.3. Casilda Casado del Alisal. 12.4. José María Casado del Alisal (1831-1886). 12.5. Carlos Julián Niceto Casado del Alisal (+ Ramona Sastre Aramburu, véase punto 14):

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13.1. 16 de mayo de 1867, Rosario: María Casilda Casado Sastre + Manuel Benigno Goñi Coll (citado generalmente en las fuentes documentales como Manuel B. Goñi, a su vez hijo de Manuel Goñi y de Dolores Coll y de la Serna, esta última hija de José Gabriel Coll y Diez de Andino y de María Antonia de la Serna y Loaces). Hijos: Manuel Augusto Goñi Casado (médico); Elena Goñi Casado; Manuel Augusto Goñi Casado; María Casilda Goñi Casado; Lía Goñi Casado; Silvia Carlota Goñi Casado (+ Jorge Lanusse Justo): Hijos: Jorge Lanusse Goñi, Raúl Lanusse Goñi, Ernesto Lanusse Goñi, Rodolfo Lanusse Goñi, Marcelo Lanusse Goñi, Hernán Manuel Lanusse Goñi). 13.2. 5 de abril de 1869, España: María Genara Casado Sastre + Patrick Thomas (Patricio Tomás) Fairfield Magrane Murphy. Hijos: Carlos Ángel Magrane Casado (+ Emma Gauna y Arana); Jorge Magrane Casado; Inés Magrane Casado; Lila Magrane Casado; José Eduardo Magrane Casado (+ Elisa Mercedes de Alvear Quirno; hija: Inés Magrane y Alvear + Jorge Born Frías Ayerza, presidente de la Bunge & Born). 13.3. 21 de setiembre de 1870, Rosario: Carlos Mateo del Corazón de Jesús Casado Sastre (+ Celina Covernton, o Coverton, Guesalaga, curadora definitiva del marido por declaración judicial de insania). Hijo: Carlos Guillermo Marcos Casado Covernton (+ Beatriz Colombres Mármol): Hija: Beatriz Casado Colombres. 13.4. 27 de enero de 1873, Rosario: José Juan Casado Sastre (+ Laura Victorina Justo Rolón, hermana del presidente argentino general Agustín Pedro Justo Rolón, 1932-1938). 13.5. 2 de julio de 1874, Rosario: Ramona Isabel Casado Sastre (+ Rafael Barrio Massieu). 13.6. 12 de febrero de 1877, Rosario: Pedro Rómulo Damián Casado Sastre. 13.7. 8 de noviembre de 1880, Rosario: Alberto (Severiano) Casado Sastre. 13.8. 12 de agosto de 1881, Rosario: Clara Margarita Casado Sastre (+ Pedro Pablo de Corral y Tomé, tercer Vizconde de Oña). Hijos: Elizabeth de Corral y Casado Sastre; Carlos Alberto Isidro de Corral y Casado Sastre (+ Inés Victorica Roca Chevallier); Elena Justa de Corral Casado Sastre; Angélica de Corral Casado Sastre. 13.9. 21 de octubre de 1886, Rosario: Eduardo del Corazón de Jesús Casado Sastre (+ Genara Rosa Sastre). Hijos: Eduardo H. Casado Sastre (arquitecto); Living Casado Sastre; Genara Casado Sastre; Isabel Casado Sastre; Margarita Casado Sastre.

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14. Ramona Genara Sastre Aramburu (1845-1923), hija de Marcos Antonio Sastre y Rodríguez (1808-1887) y de Genara Aramburu y Aramburu (1817-1880), casados en 1831 en Córdoba. Hermanos: 14.1. Marcos Sastre Aramburu (1837) (+ Mariana Dantás): Hijo: Marcos Sastre Dantás (+ Ana María Dowling Siquiera) 14.2. (Hernando) Ángel Sastre Aramburu + Concepción Nuñez Achaval. Hijos: Emilio Sastre Núñez; María Luisa Sastre Núñez; José Sastre Núñez. 14.3. Genara Sastre Aramburu + Antonio Castilla y Portugal. Hijos: Manuel Castilla Sastre; Marcos Castilla Sastre; Antonio Castilla Sastre; Genara Castilla Sastre; Gregoria Castilla Sastre; Luis Jerónimo Castilla Sastre; Fernando Castilla Sastre; Benjamín Castilla Sastre (médico).1 14.4. Justo Pastor Sastre Aramburu (1838). 14.5. Pastor Sastre Aramburu + (s/d). Hijo: Pastor Sastre.2 14.6. María Ignacia Sastre Aramburu + Carlos María Palacios y Portales: Hijos. Carlos María Palacios Sastre; María Palacios Sastre. 14.7. Benjamín Sastre Aramburu. 14.8. Eliseo Sastre Aramburu. Apéndice 2.

Estatutos de la «Sociedad Anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras», 1910

Posteriormente modificados en los artículos 9, 11, 24 inciso b, en Poder general otorgado por el doctor Pedro Casado Sastre, presidente del directorio, y Manuel Benigno Goñi Coll, secretario del directorio de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, anteriormente llamada Compañía de Tierras La Hispano-Paraguaya Limitada, a favor de Don Antonio V. Zabalza, ante los Escribanos Horacio Turio y Miguel B. Spinosa (calle Maipú n.º 245), Buenos Aires, 1913, MAHM, documento suelto. Artículo 1. Queda constituida una Sociedad Anónima Industrial y Ganadera que se llama Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, el 1 Véase las referencias familiares en la tesis doctoral de Medicina de Benjamín CASTILLA SASTRE (1911) titulada Tratamiento quirúrgico de la tuberculosis pulmonar, dedicada en la edición a sus tías Ramona Sastre de Casado y Carmen Sastre de Bazán. 2 Según nuestros datos, Pastor Sastre fue fiscal del Estado y Tierras Públicas de la provincia de Córdoba; secretario de Gobierno y Hacienda de la Municipalidad de

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domicilio de la misma queda establecido en esta ciudad de Buenos Aires pero podrán ser establecidas sucursales dentro y fuera del país. Artículo 2. La sociedad podrá hacer dentro y fuera del país toda operación lícita y su objeto principal es dedicarse a la explotación de bosques y campos en general y a la compra venta de bienes, muebles o inmuebles, tanto en el territorio de la República Argentina como en el extranjero. Artículo 3. La duración de la sociedad se fija en noventa años económicos pudiendo ser prorrogada o disuelta antes del término fijado por decisión a la asamblea general de accionistas. Artículo 4. El primer año económico de la sociedad fenecerá el día 31 de julio de 1910. Artículo 5. El capital se fija en la suma de $ 1.500.000 mn os representado por 300.000 acciones al portador de $ 5 mn os cada una. Artículo 6. El importe de 135.000 acciones se halla completamente integrado y el resto de 165.000 acciones se consideran emitidas y el Directorio podrá enagenarlas, darlas en pago de bienes, muebles e inmuebles que se adquieran para la Compañía o reservarlas en caja en el modo, forma y tiempo que juzgue más convenientes a los intereses sociales y entendiéndose siempre que no podrá hacer enagenación de acción por un precio inferior a su valor nominal. Artículo 7. El capital podrá ser aumentado por resolución de una asamblea ordinaria o extraordinaria tomada a simple mayoría de votos presentes. La misma asamblea fijará la forma en que debe ser satisfecho el importe de las acciones nuevas. Los accionistas serán preferidos para la suscripción de las acciones nuevas. Artículo 8. Las acciones serán numeradas por orden sucesivos y anotadas en un registro especial, serán firmadas por el presidente, secretario y director gerente. Artículo 9. La Sociedad podrá recibir capitales en préstamo emitiendo obligaciones con hipoteca o sin ella y el directorio queda facultado para emitirlas hasta la cantidad de $ 100.000 os argentino, amortizable o no pagaderos dentro de un plazo a fijarse en el caso en que no se las Córdoba; secretario de Obras Públicas e Higiene de dicha Municipalidad; profesor de Historia Argentina; y abogado del Banco Hipotecario Nacional. Entre sus obras, todas ellas editadas en Buenos Aires por Ciordia y Rodríguez Editores, encontramos: Instrucción Cívica, Manual de la Constitución para colegios nacionales, liceos, escuelas normales y de comercio (1950); del año 1954: Derecho Comercial para las escuelas nacionales de comercio; Derecho usual y práctica forense para las escuelas nacionales de comercio; Economía Política para las escuelas nacionales de comercio; y de 1957, Derecho administrativo y legislación fiscal para las escuelas nacionales de comercio.

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asigna cuota de amortización y domiciliadas en el país o en el extranjero a los efectos del pago o jurisdicción. La emisión que autoriza este artículo deberá sujetarse a la regla establecida por el artículo 365 del Código de Comercio.3 Artículo 10. Los títulos representativos de las obligaciones serán emitidos con los mismos requisitos y firmar que los de las acciones si hubieren de ser radicadas en el extranjero podrán conferir poderes para la firma que debieran suscribirlas en el caso de ser firmados en el país. Artículo 11. La administración de la Sociedad estará a cargo de un directorio compuesto por seis miembros de entre los cuales se elegirá un presidente, un vicepresidente, dos vocales distinguidos por orden numérico y un director gerente. El director gerente podrá ser reemplazado en caso de ausencia por otro miembro.4 Artículo 12. Habrá un síndico titular y un suplente. Artículo 13. El directorio queda constituido así: presidente Pedro Casado [Sastre]; vicepresidente Alberto Casado [Sastre]; secretario Manuel B. Goñi [Manuel Benigno Goñi Coll); vocal primero Eduardo Casado [Sastre]; vocal segundo [Patrick Thomas] Fairfield Magrane [Murphy]; director gerente Pedro Pablo de Corral [y Tomé, tercer Vizconde de Oña]; síndico Dr. César A. Campos; síndico suplente Atilio Noceti. Artículo 14. Para ser director se requiere ser propietario de 500 acciones en el acto de tomar posesión de cargo y dejarlas desde aquel momento depositadas en la Caja Social o en un banco a la orden conjunta de la sociedad y depositante hasta tres meses después de haber cesado en el desempeño de su cargo. Podrá ser sustituido el depósito de las acciones durante dichos tres meses por valor nominal en efectivo. Artículo 15. Cada directorio durará tres años en el ejercicio de sus funciones pero la Asamblea podrá revocar los nombramientos y hacer otras nuevas discutiendo y votando el asunto en sesión convocada al 3 Reforma aceptada por el Departamento de Justicia de Buenos Aires el 17 de setiembre de 1912, el texto del art. 9 definitivo, aprobado por el presidente Sáenz Peña, fue redactado de la siguiente manera: «la sociedad podrá contraer préstamos contra la emisión de debentures con o sin garantías nominales o al portador y el directorio queda facultado para emitirlas hasta la cantidad de $ 300.000 os argentino. La emisión que autoriza este artículo deberá sujetarse a lo determinado por la ley nacional de debentures n.º 8.875». 4 Reforma de 1912: «la sociedad será administrada por un directorio compuesto de seis miembros elegidos en la asamblea general ordinaria por mayoría de votos. En la primera sesión que libren los directores elegidos procederán a la distribución entre sí por votación secreta de los siguientes cargos. Un presidente, un vicepresidente, un secretario, y un director gerente».

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efecto o en sesión distinta de la en que haya sido propuestos y con el voto de las tres cuartas partes del capital representado en la sesión. Artículo 16. La asamblea ordinaria nombrará reemplazantes de los titulares que hayan cesado en el desempeño de sus funciones y los nombrados en reemplazos durarán el tiempo que falte a los reemplazados. Artículo 17. Los miembros del directorio así como el síndico y el síndico suplente podrán ser reelegidos indefinidamente. Artículo 18. El directorio deberá reunirse por lo menos una vez por mes en el día que el determine o cuando le convoque el presidente, el síndico o dos vocales. Artículo 19. Las sesiones del directorio serán presididas por el presidente y a falta de este por el vicepresidente vocal primero o segundo. El director gerente no podrá presidir las sesiones del directorio pero concluirá a ellas con voz y voto. Artículo 20. Las resoluciones del directorio serán tomadas por mayoría de votos, decidiendo la votación el presidente en caso de empate. Artículo 21. El directorio tendrá quórum con tres miembros. Artículo 22. Cuando por cualquier causa el directorio no haya sido reemplazado continuarán en sus funciones hasta que lo sea, y con la misma plenitud de facultades que si no hubiere terminado su periodo. Artículo 23. Las funciones del primer directorio durarán hasta la tercera asamblea anual ordinaria aunque el periodo no sea el de tres años justos. Artículo 24. Son atribuciones del directorio: a) prescribir la marcha de la sociedad; b) resolver sobre todo los asuntos sociales que no estén encomendados al presidente o no requieran la decisión de la asamblea quedando incluidos en esta autorización las operaciones de compraventa, permuta o hipoteca de inmuebles y constitución de derechos reales sobre los mismos;5 c) acordar la iniciación de pleitos que afecten los intereses de la sociedad; d) presentar la memoria anual y los balances que prescribe el Código de Comercio; e) acordar los dividendos provisorios con sujeción a lo establecido en el artículo treinta y siete; f) 5 Reforma de 1912: «resolver de todos los asuntos sociales que no estén encomendados al presidente o no requieran la decisión de la asamblea quedando incluidos en esta autorización las operaciones de compra-venta, permuta, otorgamiento y aceptación de hipotecas, de inmuebles y contribución de derechos reales sobre los mismos, y hacer donaciones con fines benéficos o que a juicio del directorio pudieran reportar un beneficio directo a los intereses de la Compañía con la única limitación de que el monto del importe a donarse en cada caso no podrá exceder según valor de inventario de $ 10.000 os o de esta suma en caso de ser la donación en efectivo por cada donación a hacerse y no se podra hacer másde una donación a favor e una misma personal, entidad o institución».

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convocar asambleas generales ordinarias y extraordinarias y formar su reglamento interno; h) acordar la emisión de obligaciones que podrán ser hipotecarias; i) nombrar y separar los jefes de sección, empleados y apoderados y fijar la retribución de los mismos; g) aceptar las dimisiones de sus miembros; k) depositar y recibir en depósito dinero y efectos, abrir cuentas corrientes, girar cheques con la firma del presidente en unión del director gerente o quienes las reemplacen y dar órdenes contra ellas a cubierto o a descubierto, cobrar privada o judicialmente todo lo que pertenezca a la sociedad o le sea debido y pagar todo lo que ella deba solicitar y hacer préstamos a la vista a plazo y en cuenta corriente podrá asimismo abrir cuentas corrientes sobre los que pueda girar el director gerente con su sola firma; l) practicar la liquidación de la sociedad. Artículo 25. De todas las sesiones del directorio se labrará acta que deberá ser firmada en borrador por todos los presentes antes de que sea levantada la sesión. Artículo 26. Las actas en limpio y los certificados de todos los documentos sociales serán firmados por el presidente y el secretario. Artículo 27. Son atribuciones del presidente a) representar la sociedad en todos los actos públicos y privados y ante todas las autoridades; b) ejecutar las órdenes del directorio y de las asambleas; c) comprometer en árbitros juris o arbitradores las contiendas sociales, transarlas, renunciar al derecho de apelar á los fallos y desistir de las apelaciones; d) dar y tomar bienes en arrendamiento por todo el periodo que autoriza la ley; e) reconocer y confesar obligaciones anteriores a su entrada en el desempeño del cargo siempre que hayan sido contraídas en forma pro el presidente anterior; f) convocar y presidir el directorio y las asambleas; g) firmar con el secretario las actas de las sesiones del directorio de las asambleas, los certificados, de documentos sociales y los contratos que celebre la sociedad; h) cuidar que se cumplan los estatutos y las resoluciones del directorio y de las asambleas. Artículo 28. Los poderes que otorgue el presidente no caducarán por su fallecimiento, inhabilitación, renuncia, desaparición, pérdida ó cese en el cargo cualquiera que sea la causa a que esta se deba. Artículo 29. Las atribuciones y duración del Síndico son las determinadas en el Código de Comercio. Artículo 30. Las atribuciones del secretario: a) llevar los libros de las actas del directorio y de las asambleas generales haciendo constar los nombres de los presentes; b) refrendar la firma del presidente en todos los casos previstos por los presentes estatutos; c) desempeñar las funciones que le encomendare al presidente.

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Artículo 31. Son atribuciones del director gerente: a) llevar la gestión de todos los negocios sociales; b) llevar la correspondencia oficial; c) formar y conservar el archivo general de las operaciones sociales y actos administrativos; d) informar cada vez que el directorio lo requiera del estado de la caja social; e) firmar con el presidente las órdenes de pago y con el mismo y el secretario las acciones de la sociedad; f) cuidar que los balances a que se refieren los artículos 366, 161 del Código de Comercio se presentan con puntualidad; g) controlar las operaciones de caja y de contabilidad en general; h) suspender a los empleados y jefes de sección, dando cuenta al directorio. Artículo 32. para la formación de balances el directorio hará cada año estimación de los bienes sociales y no considerará beneficios distribuibles sino las que resulten de las operaciones complementarias de liquidadas y no se podrá acordar reparto alguno de acciones es como dividendo. Artículo 33. Los beneficios líquidos y disponibles formados cumpliendo el anterior artículo serán distribuidos en la forma siguiente: 6% para el fondo de reserva hasta que ascienda a 10% del capital suscrito, 2,5% al presidente, 2,5% al director general, 5% a los demás miembros del directorio (en proporción a las asistencias), 84% restantes se distribuirá como dividendo a los accionistas. Artículo 34. La asamblea general ordinaria fijará anualmente la remuneración del síndico y será imputado a gastos generales. Artículo 35. El pago de los dividendos será abierto dentro del mes inmediato al que hayan sido sancionados por la asamblea sin necesidad de aviso previo. Artículo 36. El directorio por unanimidad de votos podrá acordar dividendos provisorios cuando haya utilidades líquidas suficientes y la marcha del negocio haga a veces que el dividendo que se fija guarda proporción con el definitivo según el tiempo de operaciones a que corresponda y siempre que se hayan cumplido las condiciones requeridas por los artículos 361, 362, 363 del Código de Comercio. Artículo 37. Las asambleas serán ordinarias y extraordinarias. Artículo 38. Las asambleas ordinarias se celebran el primer día hábil del mes de noviembre de cada año en el local social a menos que el directorio o el síndico no hubieren asignado otro día, hora o local dentro del plazo legal. Artículo 39. Las asambleas extraordinarias quedarán constituidas en primera convocatoria con un número de accionistas que representen por lo menos la mitad del capital y podrán resolver hasta los casos previstos por el artículo 354 del Código de Comercio.

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GABRIELA DALLA CORTE

Artículo 40. Las convocatorias serán publicadas con 18 días de anticipación y las demás condiciones establecidas en el Código de Comercio debiendo hacerse en dos periódicos de esta capital. Artículo 41. Para tomar parte en las asambleas se requiere que los accionistas depositen hasta tres días antes del señalado para la reunión en la caja social las acciones o un certificado de tenerlas depositadas en alguno de los Bancos siguientes: Banco de la Nación Argentina; Español del Río de la Plata; Francés del Río de la Plata; de Londres y Río de la Plata; Británico de la América del Sud; de Londres y Brasil; de Italia y Río de la Plata; Alemán Transatlántico; de la Provincia de Buenos Aires. Artículo 42. Los certificados de tener las acciones depositadas en alguno de los bancos indicados a que se indiquen más adelante deberán contener la cláusula de no ser entregadas aquellas sino en cambio de dicho documento. Artículo 43. Los dos mayores accionistas presentes que no sean directores o empleados de la sociedad desempeñarán la función de escribadores [sic] quienes a la vez por delegación tácita de la asamblea suscribirán el acta que se levante de la sesión inmediatamente determinada esta, importando la firma de ellos la aprobación del acta. Si hubiere varios que llenen las condiciones arriba citadas el presente nombrará a dos de ellos para llenar dichas funciones. Artículo 44. Las asambleas serán presididas en la misma forma que las sesiones del directorio. Artículo 45. En todos los casos no previstos en estos Estatutos se aplicarán las disposiciones del Código de Comercio. Artículo 46. Las elecciones serán hechas por orden de jerarquías y por medio de boletines firmados y uninominales. Artículo 47. Los accionistas tendrán un voto por cada 100 acciones que posean pero de acuerdo con lo establecido en el Artículo 350 del Código de Comercio ningún accionista podrá representar en nombre propio ni como apoderado más del 10% de los votos conferidos para todas las acciones emitidas ni más de 2% de los votos presentes en la asamblea. Los poseedores de menos de 100 acciones podrán reunirse y hacerse representar en la forma que determine el Artículo 18 del decreto reglamentario de la Inspección de Justicia de noviembre de 1908. Artículo 48. En segunda convocatoria quedará legalmente constituida cualquier asamblea con los accionistas que concurran cualquiera que sea el número y el capital que representen. Artículo 49. Los poderes para representar recurso en la asamblea podrán ser extendido sen la forma privada y hacer fe siempre que el secretario, uno de los directores, el síndico o el síndico suplente, uno de los

APÉNDICES

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bancos de esta capital o dos accionistas presentes en la asamblea justifiquen bajo su firma la autenticidad. Artículo 50. Las cartas poderes quedarán en el archivo de la sociedad. Artículo 51. Los accionistas podrán representar cualquier número de otros accionistas ausentes pero el número de votos no podrá exceder del tanto por ciento que determina el Artículo 350 del Código de Comercio. Artículo 52. Los accionistas no podrán hacer uso del derecho de examinar los libros sociales sino en horas distintas de las en que funcionen las oficinas de la sociedad. El libro de acciones estará a disposición de los accionistas en las horas de oficina. Artículo 53. Si por cualquier causa extraordinaria como pestes, guerras, explosiones, etc., el directorio que quedare sin quórum tendrá derecho de constituirse en directorio provisorio los mayores accionistas deberán convocar una asamblea extraordinaria para nombrar el directorio definitivo en el más breve plazo posible. Artículo 54. El presidente queda plenamente autorizado para todas las tramitaciones y gastos que sean necesarios efectuar hasta conseguir la aprobación de los estatutos así como también para aceptar cualquier modificación, adición o supresión que exigiera el poder ejecutivo e igualmente para conseguir la inscripción y registro y verificar la publicación de los mismos», firmado por C. E. Sastre; Antonio L. de la Tejada; Pedro Casado; Pedro Pablo de Corral [y Tomé, tercer Vizconde de Oña]; Ministerio de Justicia e Instrucción pública de la Nación Argentina, División de Justicia, Buenos Aires, 18 de julio de 1910».

ÍNDICE ONOMÁSTICO Abackey (o Mackey), Stephen (Estación Zavalla) 250-251 Abente, José María (perito) 144 Acebal, Amador (fundador de Acebal) 164 Aceval, Emilio (ministro y presidente del Paraguay 1898-1902) 329, 342, 369, 391, 402 Acuña, Manuel 271 Adam, Francisco Julián 128 Adanson, Alejandro (propietario del Chaco paraguayo) 317 Aguinaga, Benito 67 Aguirre, Julián L. (Cámara de Apelaciones) 108 Aguirre, Liberato 164 Ahumada, Manuel de (actuario) 58 Akeroyd, Juan Guillermo 68 Alaiza, Miguel (coronel) 353, 397 Alarcón, Abel 395 Alarcón, Manuel 89 Albaitero, Pedro M. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Alberdi, Juan Bautista (político, jurista y escritor argentino) 48, 70 Albiciani, Luis 159 Albisina, Benita (Portugalete) 333

Alcacer, Miguel (alias «el Valenciano») 116, 120 Alcalá Galiano, Antonio 192 Aldao, Bartolomé 68 Aldao, Camilo (jefe político Rosario 1868) 32, 48, 70-71, 74, 77, 79, 164, 236, 240 Aldao, Carlos 69 Aldao, Inés N. de 70 Alegre, Higinio M. 329-330, 335, 344, 362-364, 366, 372-373 Alfonso XII (de Borbón, 1857-1885; rey de España) 193, 196, 489 Alfonso XIII (1886-1941, Rey de España) 193, 424 Alfonso, Ángel (encargado del Registro Civil) 172, 189-190, 337 Alfonso, Francisco (apoderado del gobierno; apoderado de Carlos Casado) 287 Alfonso, Luis (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Alfonso, Rosendo (hijo) (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Alfonso, Rosendo (padre) (Comisión Santiago de Liniers) 38 Aliberti, Ángel (propietario del Chaco paraguayo) 314

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Aliberti, P. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Alisal las Carreras, Francisca del 85 Alisal y Carnicero, Juan del 85 Alisal, Esteban del 85, 520 Alisal, Francisca del 85 Alisal, Francisco Esteban del 85, 520 Alisal, Juan del 85 Alisal, María Casilda del 85, 96, 520 Almada, Tadeo (Guardia Nacional de Casilda) 125, 140, 179, 185 Almeira, Delfina F. de (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Alonso Criado, Matías S. (español republicano exiliado a América, propietario del Chaco paraguayo) 319, 326, 382, 423, 425 Alonso, Juan R. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Altube, Pedro (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 69 Alurralde de Leguizamón, Sofía 259 Alvarado, Adolfo 68 Alvarado, Arturo 68 Alvarado, Elías 48 Alvarado, Manuel 64 Alvarado, Mariano (hijo) 68 Alvarado, Mariano (padre; presidente Municipalidad Rosario 1863; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 68, 75-80, 117 Alvarado, Rosalía 68 Álvarez Catalá, Luis 192 Álvarez, Clemente (médico higienista) 259 Álvarez, Enrique (perito) 270 Álvarez, José María 173 Álvarez, Juan (abogado, historiador) 46, 100, 259

Álvarez, Nicolás María 70, 213, 215 Álvarez, Roberto 493 Álvarez, Serafín (juez) 196, 255-256, 259, 326 Alvear Elortondo, Eugenio Antonio de (casado con María Luisa Quirno y Lugones, padre de Elisa Mercedes de Alvear Quirno) 488 Alvear, Diego 165, 220-221 Alvear, T. de 49, 226 Alzioli, José (colono de la Colonia Candelaria) 148 Amadeo, Vicente C. 209 Ambrosi, José (colono de la Colonia Candelaria) 148, 150-151 Ameghino, Florentino (naturalista y paleontólogo argentino) 290 Amicis, Edmundo de (Edmondo, escritor) 160 Amigo, Mariano (curador de Mariano Grandoli; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 118-119 Amman, Enrique (propietario expropiado por Carlos Casado) 252, 261-263 Anasagasti, Manuel (propietario del Chaco paraguayo) 317 Andino, Claudio (juez) 268-269, 271 Andino, Juan José 69 Andreatta, Ernesto W. 324 Andrés, Ricardo de (accionista FCCA Rosario-Córdoba; Comisión Santiago de Liniers) 38-39 Andreu, Pedro Juan 325 Andrews, Clemente N. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Angelinetto, Rocco 128 Ángelis, Pedro de (historiador) 145 Angulo, Francisco 332, 334

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Angus, David (propietario del Chaco paraguayo) 317 Apesteguía, José M. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Aragón, Agustín 69 Aramburu y Aramburu, Genara 14, 48, 522 Araya, Pedro 79 Araya, Ramón 70, 148 Arellano, José (Comisión Santiago de Liniers) 38, 70, 148 Arena, Adolfo 213, 216 Arengo, Juan Bautista (presidente Municipalidad Rosario 1872; presidente Concejo Deliberante Municipal 1882) 68 Areosa, Antonio (Comisión Santiago de Liniers) 38, 51 Argañaris, Tomás 119 Argento, Aureliano 115 Argüello, Miguel (propietario del Chaco paraguayo) 317 Arijón, José 122 Arijón, Manuel 74-75, 220 Arizpe, Florentino (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Armatti, José 89 Armoa, Félix 67 Armstrong, Tomás 65, 70, 239, 252, 276 Arrainty, Juan Pedro 279 Arregui, José Antonio 128 Arroqui, José María (Comisión Santiago de Liniers) 38 Arrosagaray, Juan (secretario del FCOS) 75, 95, 153, 217, 236-237, 240-246, 340, 346 Arrotea, Agustín (accionista Banco Provincial de Santa Fe) 32, 69, 128

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Arrotea, Joaquín A. de (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Arroyo, Ramón 89 Arrué (o Arrue), Alberto 94-95, 119, 190, 217, 236, 263, 271, 294, 328, 332, 340, 346 Arteaga, Alfredo de (fundador de la Colonia Arteaga; accionista del FCOS) 48, 65, 71, 74-75, 165, 236, 246, 252, 260-261 Arteaga, Cipriano (procurador) 91-92, 96 Arteaga, Evaristo (Comisión Santiago de Liniers) 38 Arteaga, José (cónsul primero del Tribunal de Comercio de Rosario en 1855) 32 Arteaga, José María 65, 70 Arteaga, Santiago (Comisión Santiago de Liniers) 38 Arzac, Luis María (escribano público) 23, 52, 72, 87, 118-121, 128, 132, 140, 206-207 Asensio, Evaristo 265 Aspiazu, Fermín de (Comisión Santiago de Liniers) 38 Astrada, Deolindo (administrador Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras) 475 Astudillo, Modesto 89 Ávalos, Benjamín (juez) 257, 259, 264-265, 277-278 Ávalos, Juan (perito) 263 Avellaneda, Nicolás (presidente argentino, 1874-1880) 15, 74, 81, 113, 137, 231, 377 Avienti, Silvestro 149 Ayala, Eligio (presidente paraguayo) 413, 472

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Ayala, Eusebio (presidente paraguayo) 349, 390, 393, 400-401, 455, 468, 473 Ayechú, Félix (propietario del Chaco paraguayo) 317 Ayechú, Saturnino (propietario del Chaco paraguayo) 317 Ayolas, Juan de (explorador español, fallecido en Candelaria, actual Fuerte Olimpo, río Paraguay, 1538) 294-295 Aztecona, Braulio (apoderado) 330-331, 333-334 Bacca, Luis 151 Baccaní, Daniel (propietario del Chaco paraguayo) 317 Bachofer, Clemente (colono de la Colonia Candelaria) 149 Badiz (o Batiz), Ramón 271 Báez, Cecilio (historiador y filósofo, ministro de relaciones exteriores paraguayo) 312, 348, 352, 474 Bahtje, José (propietario del Chaco paraguayo) 317 Baillie, A. F. 301 Baker, W. 289 Balbiani, Ignacio Eusebio 202, 474 Balcells, Francisco 181 Balibar, Juan B. (propietario en el Chaco) 330 Balier, Hans 415 Balladares, Javier (Compañía Balladares y Chávarri) 86, 91 Balleto, Desiderio (propietario del Chaco paraguayo) 317 Bancalari, Adolfo 323 Bancirco, Valentín (Comisión Santiago de Liniers) 38

Banks, Benjamín (ministro de hacienda paraguayo) 469 Baracco, Marcelo 169 Baranda, Demetrio 409 Barbero, Juan (propietario del Chaco paraguayo) 318 Barboza, Zacarias 69 Barcia, Ramón (Comisión Santiago de Liniers) 38 Barco, Justo F. del (agrimensor) 284 Bareiro, Cándido 300 Barnes, A. M. 289 Barnes, Eduardo 81 Barnett, Leslie G. (agrimensor) 78, 92, 99, 171, 219, 260, 272, 275, 300, 377-381, 388-392 Barra, Chiafredo 68 Barra, Federico de la (periodista, fundador del diario La Confederación en 1854) 48, 120, 145, 282 Barra, Juan E. (Cámara de Apelaciones) 108 Barraco, Antonio 223 Bárrena, Josefa D. de 214 Barrere (Barriere o Barrère), viuda de Barrere, Bernardo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 278 Barrett, Rafael 297 Barrio Massieu, Rafael 202, 411-412, 489, 521 Barriola, Salvador 68 Barroti, Juan Bautista (colono de la Colonia Candelaria) 148 Barruti de Cabral, Micaela 267-270 Bartez, Alfredo 415 Basso, Agustín 67 Bastarrica, José 70 Basualdo, Hermenegildo (escribano de gobierno) 285

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Basualdo, José Tomás 129, 250. 265-266, 271, 275-278 Bauer, Guillermo 68 Baumann, Santiago 165 Bautier, Juan 301 Bayo de Maldonado, Delfina 403 Bayo de Paz, Trinidad (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Bayo, Marcelino (juez de paz) 219 Bayo, Servando (jefe político Rosario 1871 y 1879; gobernador de la provincia de Santa Fe 1874-1878) 43, 63-64, 74, 76, 103 Bécquer, Gustavo Adolfo 194 Belaieff, Juan (general ruso) 430-431 Bell, Archibaldo 274 Bell, Carlos (agrimensor) 285 Belletti, Pedro (colono de la Colonia C a n d e la ria ) 140, 147-148, 152-153 Bemberg, Otto (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 41, 43, 55, 360 Benavides, Modesto (Comisión Santiago de Liniers) 38 Benavídez, Antonio (coronel) 69, 224, 403 Bence, Dolores P. de (propietaria del Chaco paraguayo) 318, 322 Bence, Víctor (propietario del Chaco paraguayo) 318, 322 Benedetti, César 128, 153, 159-160 Benegas, Juan 89 Benegas, Laureana C. de 118, 120 Benegas, Tiburcio 49, 106, 148, 206, 242 Benites, José W. (escribano público) 406 Benítez, Eufemia 145, 220 Benítez, Justo Pastor 472, 474

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Berdaguer, José 75, 213 Berdier, Antonio 51, 128 Beretervide, Fermín 68 Beretervide, Manuel (camarista) 257 Bergagno (o Borgaño), Miguel (colono de la Colonia Candelaria) 147-148, 152 Berizzo, José (agrimensor) 189 Berlermano, N. 151 Bernard (o Bermond), Juan Bautista 119, 153-154 Bernard, Julia o Juliana 128 Bernardo, Domingo 68 Bero, León (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Berraute, Juan Bautista 128 Berthe, J. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Berthelot, León (propietario del Chaco paraguayo) 318 Berthet, Justino (propietario del Chaco paraguayo) 318 Bertoletti, Domingo (colono de la Colonia Candelaria) 173, 183 Bertomier, Mauricio (propietario del Chaco paraguayo) 318 Bessan, Víctor (accionista del Banco Provincial de Santa Fe) 74 Bett de Rueda, Zoraida 253 Bialet i Massé, Joan 326 Bianco, Andrea (colono de la Colonia Candelaria) 148 Bianco, Jacinto (colono de la Colonia Candelaria) 148 Bianco, José 198 Bianchi, Luis 165 Bigand, Honoré (Honorio) Juan Bautista (colonizador, fundador del pueblo Bigand) 69, 132, 151

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Bigorday, Juan María (tesorero-contador de Carlos Casado; accionista d e l F C OS ) 191, 199, 207, 209-210, 246, 329, 332, 342, 370-371 Bilegio, Francisco 151 Biotta, Cayetano 89, 91, 98 Blagden, José (propietario del Chaco paraguayo) 318 Blanc, Juan de 128 Blanco, Carlos 89 Blyth, Charles (Carlos) W. (accionista y director titular del FCOS; socio de la casa de comercio Blyth H e rm a nos ) 89-92, 98-99, 236-237, 246, 289, 328 Blyth, Enrique (socio de la casa de comercio Blyth Hermanos) 91 Boettner, A. 301 Bola, Ángel (colono de la Colonia Candelaria) 148, 185 Boldstad, Juan M. (propietario del Chaco paraguayo) 316, 318 Bollaer, Carlos G. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Bollart, C. H. 55 Bombal Ugarte, Domingo (empresario y político, gobernador de la p ro v in cia de Me ndoz a 1863-1890) 257 Bombal Ugarte, José María (colonizador) 233, 252, 256 Bombal, Isabel (hija de José María Bombal Ugarte) 259 Bombal, Jorge (hijo de Domingo Bombal Ugarte) 257 Bonetti, Juan 67 Bonsi, Guani 151 Book, Marck B. (propietario del Chaco paraguayo) 318

Borda, Benito (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Bordecio, Lorenzo 67 Borelli, Pedro (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 41 Born Frías Ayerza, Jorge (presidente de la Corporación Internacional Bunge & Born) 488, 521 Borzone, Bartolo (Bartolomé) 119, 128, 151, 172, 185, 187 Bosatta, Luis (propietario del Chaco paraguayo) 318 Bourg, Pedro (propietario del Chaco paraguayo) 318 Boutcher, Emanuel 313 Bouvier, Jacinto 67 Brabo, Francisco Javier (explorador) 309, 327, 385 Brand, Ernesto 164 Brebbia, Carlos 129, 151, 154, 169-170, 173, 175-176, 181, 185, 187, 225 Bresso, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 148, 151 Brevy, Samuel 151 Brícola, Ambrosio 149 Brícola, Antonio 127 Briet, Alberto 236-237 Brignardello, Buenaventura 69 Brignardello, V. (hijo) 80 Brigniel, José 325 Brine, Edward J. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Bringa, Luciano (Comisión Santiago de Liniers) 38 Broeders, Arnaldo (propietario del Chaco paraguayo) 315, 318 Broeders, Juan (propietario del Chaco paraguayo) 315, 318

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Brofft, Carlos 68 Bronte, Marcial 257 Brown, Hugo (propietario del Chaco paraguayo) 318 Brunello, Luis 346 Bruz, Ángel N. (juez de paz de Colonia Candelaria) 131 Buceta, José María 181, 228 Budd, Luis A. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Buela, F. 23 Bührer, Martín 263-265 Bunge, Octavio (Cámara de Apelaciones) 108, 258 Burki, Nicolás 179 Busch, Germán 454 Buschenthal, José de (español) 35 Bussaferri, Esteban 378 Bustamante, Ángel 127-128 Bustamante, Carlos 151 Bustillo, José Prudencio 353-354, 399 Bustinza, Julián de (agrimensor; accionista y director-ingeniero del FCOS) 60, 88, 92, 99, 118-123, 125, 128, 132-133, 165, 172, 213, 216, 224, 242, 246, 248, 275 Bustos, Hermenegildo 15, 67, 130-132 Bustos, Inocencio (escribano público) 109, 190, 199, 219-220, 254, 277-278, 289 Bustos, Román (perito) 267-268, 270 Cabal, Mariano (gobernador de la provincia de Santa Fe 1868-1871; líder del Club del Pueblo o Partido Federal) 63-64, 73, 103 Cabral, Pantaleón 267-270 Cabrera, Demetrio 148

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Cabrera, Eusebio (perito) 279 Cabrera, F. (agrimensor) 303 Cabrero, Juan R. (Comisión Santiago de Liniers) 38 Caccia, Santiago (grabador italiano radicado en Rosario) 137, 195, 197, 228 Cáceres, Camilo 198 Cáceres, Tomás 189 Caffarena, Josefa (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Cafferata, Juan M. (accionista FCCA Rosario-Córdoba, gobernador de l a pr ovi nci a de Sant a Fe 1890-1894, ministro) 39, 140, 180 Cairo, Roberto (propietario del Chaco paraguayo) 408 Cálcena, Augusto 312 Cálcena, Carlos 312 Calciago, Ángel (colono de la Colonia Candelaria) 148 Calzada, Rafael (abogado, representante de Carlos Casado, líder de la colectividad española en Argentina) 16, 107, 166, 196, 198, 225-226, 257-259, 326-328, 359-360, 382 Camano, José 151 Camaño, Joaquín 325 Caminos, José de (director Banco Provincial de Santa Fe) 70, 74, 76 Campbell, Allan (ingeniero; miembro de la comisión que mensuró las tierras de Rosario 1855) 38, 231, 241 Campbell, Carlos W. 232 Campbell, Duncan (propietario del Chaco paraguayo) 318 Campo, Crisanto F. del (Comisión Santiago de Liniers) 38

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Campodónico, Juan (accionista FCCA Rosario-Córdoba, testigo en causas judiciales Carlos Casado) 33, 39, 89, 95, 119, 129, 137, 140, 151, 153, 202, 286-287, 329-334, 346 Cámpora, Héctor José (presidente argentino, 1973) 476 Campos, César A. 407, 524 Campos, Claudino 73 Campos, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 318 Campos, María (propietario del Chaco paraguayo) 318 Canal, Victorio de la (propietario del Chaco paraguayo) 319 Canale, Ambrosio 127, 149 Canale, Esteban (propietario del Chaco paraguayo) 316, 318 Canals, Juan (empresario; accionista y director propietario del FCOS; Escayola, Canals y Compañía) 70, 207-210, 237, 245-246 Cancio, J. (propietario del Chaco paraguayo) 319 Candioti, Laurentino 67 Candioti, Marcial 68 Candioti, Mariano N. 256, 258 Canelas, Andrés (abogado) 240 Cánepa, Juan Bautista (colono de la Colonia Candelaria) 148, 151 Cánepa, Nicolás (o viuda Nicolasa C. de Cánepa) 77-78, 286 Cano, Roberto (propietario del Chaco paraguayo) 318, 322 Capdevila, Adelina D. de 39 Capdevila, Ignacia D. de (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Capdevila, Robustiana D. de (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39

Capdeville, Juan P. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Capmani, N. (Comisión Santiago de Liniers) 38 Carbó, Salvador 71 Carbonell de Vidal, Eugenia (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Carbonell, Cayetano (presidente Municipalidad Rosario 1861) 91 Cardalda, Norberto P. 129 Cardiel, José 325 Cardiviola, Domingo 69 Cardona, José 189 Cardozo, Efraim 474 Carissano, Giacomo 151 Carlés, Manuel (Comisión Santiago de Liniers) 38, 64, 75, 77, 79 Carlín, Camilo 159 Carlino, Jacinto (colono de la Colonia Candelaria) 148 Carlo, Manuel 120 Carnicero Franco, Juan 85 Carnicero Villarroel, Genara 85, 520 Carnicero Villarroel, Juan 85 Carnicero, Valentín 95, 153, 217 Carranza, Antonio (juez de paz) 71, 277 Carranza, Baldomero 68 Carrasco, Eudoro (accionista FCCA Rosario-Córdoba, secretario del Tribunal de Comercio y del Banco Provincial de Santa Fe; jefe político Rosario 1871) 16, 32, 34, 37, 39, 48, 59-61, 65, 67-71, 77-80, 92, 128, 144-146, 281 Carrasco, Gabriel (Intendente interino de Rosario 1890) 34, 48, 68, 78, 80, 92, 118, 128, 138-139, 145, 162-164, 175, 206, 219-220, 225, 241, 271, 281-282, 335

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Carrasco, Manuel (ministro de relaciones exteriores boliviano) 467 Carriego, Evaristo (abogado) 240 Carrique, Pedro (propietario del Chaco paraguayo) 319 Cartucci, Mariano (colono de la Colonia Candelaria) 148 Carvalie, José 128 Carvalie, Pedro 128 Casado Covernton, Carlos Guillermo Marcos (casado con Beatriz Colombres Mármol) 521 Casado del Alisal, Ángel 31, 194, 520 Casado del Alisal, Carlos Julián Niceto 13, 16, 18-20, 26, 31, 70, 76, 118, 127, 130, 164, 169, 204, 206, 293, 316, 324, 350, 440, 475, 485, 487, 493, 520 Casado del Alisal, Casilda 31, 194, 520 Casado del Alisal, Filomena 31, 194, 520 Casado del Alisal, José 18, 31, 104, 160, 191-195, 197, 232 Casado Sastre, Alberto Severiano 109, 190, 202, 205, 341-344, 350, 362, 365, 367-369, 375, 386, 404, 412, 474, 524, 362-376, 521 Casado Sastre, Carlos Mateo del Corazón de Jesús 49, 76, 99, 167, 190, 202, 204-205, 274, 279, 341-344, 350, 362-376, 386, 428, 485, 488, 521 Casado Sastre, Clara Margarita 109, 205, 227-228, 232, 341-344, 362-376, 474, 489, 521 Casado Sastre, Eduardo del Corazón de Jesús 109, 205, 341-344, 350, 362-376, 380, 489, 521

539

Casado Sastre, Eduardo H. 202, 474, 521 Casado Sastre, Genara 205, 329, 341-344, 350, 358, 362-376, 378, 390, 392-393, 402, 474-476, 488, 521 Casado Sastre, Isabel 521 Casado Sastre, José Juan 190, 202, 205, 341-344, 348-350, 381, 386, 389-391, 412-413, 428, 454, 467, 474, 488, 521 Casado Sastre, Living 521 Casado Sastre, Margarita 521 Casado Sastre, María Casilda 190, 201-202, 205, 210, 474, 487, 521 Casado Sastre, María Genara 205, 329, 341-344, 350, 358, 362-376, 378, 390, 392-393, 402, 474-476, 488, 521 Casado Sastre, Pedro Rómulo Damián 190, 198, 202, 205, 251, 341-344, 362-376, 404-407, 474, 488, 521 C asado Sast r e, R amona 205, 341-344, 362-376, 362-376, 474, 488, 521 Casado, Francisco (administrador de la Colonia Candelaria) 22, 116, 126-128, 131-135, 141-142, 144, 146, 153-157, 185, 210 Casado, Pedro 16, 85, 520 Casado, Pedro Sotero 85, 520 Casanova, Domingo (propietario del Chaco paraguayo) 319 Casas, Clemente de las 89 Casavega, Luis F. 67 Casnedi, Felipe (propietario del Chaco paraguayo) 330 Cassey, Eduardo 283 Cassinelli, Catalina J. de 214

540

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Castagnino, Benito 165 Castagnino, José (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 202 Castagnino, Juan (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Castellanos, Aarón (presidente Municipalidad Rosario 1861, 1868; jefe político Rosario 1868) 69, 71, 74, 117, 248, 285, 300 Castellanos, Federico (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Castellanos, Miguel 236 Castet (o Castell), Gabriel (accionista del FCOS y socio de la Fernando Larrucea y Compañía) 246, 329, 330, 333-335, 340342, 371 Castilla Sastre, Antonio 522 Castilla Sastre, Benjamín 405 Castilla Sastre, Fernando 522 Castilla Sastre, Genara 522 Castilla Sastre, Gregoria 522 Castilla Sastre, Luis Jerónimo 522 Castilla Sastre, Manuel 522 Castilla Sastre, Marcos 522 Castilla y Portugal, Antonio 14, 326, 405, 522 Castilla y Portugal, Manuel (administrador de la Colonia Candelaria) 22, 68, 78, 116, 157-158, 160, 166, 236, 326 Castilla, Carlos (procurador y representante de Carlos Casado) 82, 95, 111, 129, 198, 207, 217-218, 224, 250, 254-255, 259, 265-271, 275-279, 328, 335 Castillo, Diego del (procurador) 73, 95, 98, 103, 109, 199, 250, 254, 257-266, 271, 275-279, 403 Castillo, Diego María del (síndico del FCOS) 279

Castillo, Narciso del (presidente Municipalidad Rosario 1871) 73 Castro, Ramón (perito) 279 Catena, N. (colono de la Colonia Candelaria) 147-148 Cattaneo, Celestino (propietario del Chaco paraguayo) 319 Castelar, Emilio (presidente republicano español) 423 Cavedagni, Dante (propietario del Chaco paraguayo) 319 Cavi, Julio (colono de la Colonia C andel ar i a) 119, 140, 148, 153-154 Ceballos, Rosario 198 Celeny, J. 267 Censi, Quinto 301 Centeno, Dámaso (juez de paz de Rosario; diputado a la Legislatura de la provincia de Santa Fe 1859) 95, 118, 213, 216, 224 Cepeda, Juan Elías 206 Ceretti, Ángel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 César, Manuel R. (abogado, juez) 58, 153, 157, 218, 240, 265 Cesario, Cleto 378 Cibils, Agustín 95, 213, 216-218, 224, 242 Cilvetti, Manuel (jefe político Rosario 1893) 217-218, 270 Cirbdeos, H. H. C. 127 Coda, Juan (Colonia Candelaria) 185 Codas, Antonio (perito, agrimensor público) 314, 331-333, 337 Codas, Cipriano 455 Coffin, Henry B. (Enrique B.) 100 Coirini, Luis 151 Coles, Sara C. de (propietario del Chaco paraguayo) 316, 319

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Colina, Victorina S. de 69 Colossio, Ángel 179 Colossio, Carlos 273 Coll y de la Serna, Dolores (madre de Manuel Benigno Goñi Coll, hija de José Gabriel Coll y Diez de Andino y de María Antonia de la Serna y Loaces) 109. 521 Coll, Juan M. 48, 109, 216 Coll, Ventura 109 Collino, Martín 129, 182, 185 Comas, Ignacio 100, 111, 148, 212-213, 216, 224, 290 Comas, Mariano 68 Cominges y Prat, Juan de (explorador español, Ayudante del Jardín Botánico del Buen Retiro y de los Jardines del Real sitio de Aranjuez; director de los Reales Jardines y Bosques de San Ildefonso; «Cacique Cuatro Ojos» en el Chaco) 25, 166, 309, 326-328, 358, 380, 382-386, 390, 392, 423, 425 Comparada, Juan Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 319, 322 Coní, Pablo Emilio 42 Conles, José (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Contreras, Ramón 62 Cook, Federico C. (propietario del Chaco paraguayo) 314, 319, 323 Cook, Juan Edgar (propietario del Chaco paraguayo) 301 Cooper Baronet, Richard (propietario del Chaco paraguayo) 313, 319, 322 Copello, Esteban J. (propietario del Chaco paraguayo) 319

541

Cóppola, Ferdinando (Fernando, colono de la Colonia Candelaria) 33, 140, 142-148, 152 Coraccini, Juan (colono de la Colonia Candelaria) 148 Coraccini, Pedro (colono de la Colonia Candelaria) 148 Corbin, Camilo (colono de la Colonia Candelaria) 158, 160 Corden, José 149 Coronado, Miguel S. (juez) 103, 219, 255-256, 262-263, 267, 271 Coronen, Roque 89 Corral Casado Sastre, Angélica de 521 Corral Casado Sastre, Elena Justa de 521 Corral y Casado Sastre, Carlos Alberto Isidro de 521 Corral y Casado Sastre, Elizabeth de 521 Corral y Oña, Tomás del (Marqués de San Gregorio, Senador del Reino, médico de Cámara de la reina Isabel) 489 Corral y Tomé, Pedro Pablo de (tercer Vizconde de Oña, hijo de Tomás del Corral y Oña, Marqués de San Gregorio, y de Paz Tomé y Martínez) 202, 232, 405, 407, 411-412, 474, 489-490, 521, 524, 529 Correa, Castro A. 61 Correa, Domingo 118-121 Correa, Eufemia 272 Correa, Francisco (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70, 74-75, 79 Correa, Jacinto (escribano) 23, 53, 55, 58, 61, 208-209, 265 Correa, Magdalena 118

542

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Correa, Manuel 89 Correa, Pedro (diputado a la Legislatura de la provincia de Santa Fe 1859) 43, 118 Correa, Santiago 118 Cortes Funes, José 274 Cortés, Leoncio 154-155 Corvalán, Jacinto (suplente del Tribunal de Comercio de Rosario en 1855; presidente Municipalidad Rosario 1868-1870; jefe político Rosario 1870-1871) 32, 38-41, 65, 71, 74-75, 78, 117, 232 Corvalán, Miguel (propietario del Chaco paraguayo) 319 Costa, Bartolomé 128 Costa, Estevan 69 Costa, Juan 69 Costa, Lázaro (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Coutteret, Luis C. (presidente Concejo Deliberante Municipal 1879) 70, 74-75, 78, 80, 148 Covernton Guesalaga, Celina (hija de Celina Guesalaga Frías, esta última hermana de Eladio Guesalaga Frías, y de Arturo Covernton) 202, 407, 474, 488, 521 Covernton, Arturo (escribano público) 49, 99, 172, 198, 202, 219, 259-260, 404, 488 Crehange, Octavio (administrador de la Colonia Candelaria) 116, 146 Crenna, Juan 127, 151, 159, 185, 225 Creson, Eloy 128 Crespo, Domingo (gobernador interino de la provincia de Santa Fe 1861-1862, sustituido por Patricio Cullen; Convencional constituyente 1863) 61, 64, 115, 300

Crespo, Ignacio (gobernador de la provincia de Santa Fe 1910-1912) 69 Crespo, José María 285 Crespo, Toribio (propietario del Chaco paraguayo) 319 Cristiani, Ángel 127 Crovato, A. (propietario del Chaco paraguayo) 319 Cruz, F. B. 23 Culasso, Miguel (colono de la Colonia Candelaria) 127 Culasso, Pedro (colono de la Colonia Candelaria) 148 Culasso, Ponciano (colono de la Colonia Candelaria) 129, 185, 187 Cullen, Domingo 69 Cullen, Joaquín María (fundadores del radicalismo en Santa Fe) 236 Cullen, José María (hermano de Patricio Cullen, gobernador de la provincia de Santa Fe 1855-1856) 64, 65, 71, 74-75, 300 Cullen, Patricio (gobernador de la provincia de Santa Fe 1862-1865, hijo de de Domingo Cullen y de Joaquina Rodríguez del Fresno) 64, 117 Cullen, Tomás 70 Chabás, Pascual (Colonia Chabás) 128, 131, 165, 169, 239, 252 Chaparro, Félix 160 Chariot, Juan (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Chauvy, H. 158 Chávarri Arechaga, José Francisco 85-86 Chávarri del Alisal, Ángel 85, 98-99

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Chávarri del Alisal, Braulio 85, 90, 93, 96, 110 Chávarri del Alisal, Félix 85, 97, 101, 108 Chávarri del Alisal, José 13, 21, 35, 41, 85-87, 90, 93, 100, 108, 113, 137 Chávarri del Alisal, Juan 37, 85-86, 89, 91, 93, 98, 101-109 Chávarri del Alisal, Juana 85 Chávarri del Alisal, Tiburcio 87 Chávarri y Salazar, Benigno 108 Chávarri y Salazar, Félix 108 Chávarri y Salazar, Leonardo 108 Chávarri y Salazar, Víctor 87, 97-98, 111 Chávarri, Ángel (abogado) 98 Chávarri, Juan (abogado defensor) 98 Chaves, Julio César 474 Chaves, Pompeyo (abogado) 119, 154 Chenaut, Agenor (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Childers, H. C. 128 Chioza, Pablo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 D’Arcoy O’Farell, Guillermo 68 Dam, José (gerente Banco Provincial de Santa Fe; accionista del FCOS) 207, 209, 211, 245, 246 Dam, Juan (gerente Banco Provincial de Santa Fe) 66, 72, 81, 105, 175, 207, 236, 242, 245, 329, 332-333, 341, 343, 363-364, 370-371 Dana, Francisco 160 Daneri, Domingo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Danson Campbell, Walter (propietario del Chaco paraguayo) 319

543

Dantás, Mariana 522 Dardi, José 67, 128 Darnstadter, Ludovico F. (propietario del Chaco paraguayo) 319 David, Darío (Comisión Santiago de Liniers) 38 David, Emilio 38 Davidson, Juan (hijo) (propietario del Chaco paraguayo) 319 Davries, Luis María 119 Decoud, José Segundo (ministro de hacienda paraguayo) 303, 305, 423, 425 Degregori, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 319 Delgadillo, Paula 223, 242 Delgado, Bartolomé 199 Demaría, Bernabé (propietario del Chaco paraguayo) 319 Derqui, Santiago (presidente argentino 1860-1861) 37 Desbiller, Andrés (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Destefanis, Lorenzo (colono de la Colonia Candelaria) 147-148, 152 Destribats, Juan 128 Devot t o ( o D evot o) , A nt oni o 274-275 Devotto (o Devoto), Bartolomé (propietario del Chaco santafesino y paraguayo) 274-275, 319, 323 Deyer, José (propietario del Chaco paraguayo) 320 Díaz de Bedoya, José 298 Díaz, Benito 74-75 Díaz, José María 221 Díaz, Miguel 89 Díaz, Pablo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40

544

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Díaz, Ramón J. 219-221 Dickinson, Enrique B. 128 Dickinson, Jorge (propietario del Chaco paraguayo) 320, 322, 408 Diez de Medina, Eduardo (ministro de relaciones exteriores boliviano) 474 Dillon, Juan 125, 136 Dobrizhoffer, Martín 325 Domecq García, Manuel 412 Domenico, N. 151 Domingo, Aimar 147 Domínguez, Andrés G. (Comisión Santiago de Liniers) 38 Donau, Adolfo (propietario del Chaco paraguayo) 315, 320 Doncel, Lucio 48, 70, 74-75, 78 Dose de Larriviere, María (Heredera de Tomás Armstrong) 252, 276 Dose, Carlos (Heredero de Tomás Armstrong) 252, 276 Duarte, Coloma 251 Duarte, Nicasio (propietario del Chaco paraguayo) 320 Duchesnois, Herman (agrimensor y notario) 141, 241 Duguid, Diego 38, 232 Duguid, Tomás 54-55, 80 Dupró, José (colono de la Colonia Candelaria) 148 Dupuis, Esteban (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Durán y Cuerbo, Juan (ministro español) 238 Durán, Manuel (propietario del Chaco paraguayo) 320 Durán, Miguel 285 Dutreleaux, Julio 385

Dutto, Domingo (colono de la Colonia Candelaria) 148 Echagüe, José María 62, 69, 243 Echagüe, Pedro A. (Antonio, gobernador de la provincia de Santa Fe 1906-1910; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 41 Echaluz, Pedro 69 Echauriz, Domingo (propietario del Chaco paraguayo) 320 Echazarreta de Maldonado, Ignacia 241, 244 Echesortu, Aneto 209 Echesortu, Ciro (perito) 209, 242 Echesortu, Lázaro (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Echevarría, Cecilio 67, 148 Echevarría, Ignacio (oficial de justicia) 158, 159 Echevarría, Sandalio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Echeverría, Esteban 47 Echeverría, José 129, 185, 225 Echeverría, Manuel 140, 215 Echeverría, Martín 35 Egginghr, John 79 Egúrvide, Pantaleón (escribano público) 49, 76, 95, 167, 172, 202, 205, 212 Elío, Tomás Manuel (ministro de relaciones exteriores boliviano) 397, 455, 466-468, 470 Eming, Alejandro 223 Erbitú, Gregorio (propietario del Chaco paraguayo) 320 Eriola, Francisco (Comisión Santiago de Liniers) 38 Errasti, Juan Y. (propietario del Chaco paraguayo) 320

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Errauspe, Juan 346 Errauspe, Martín 214 Escalada, Marcelino (propietario del Chaco paraguayo) 408 Escalante, Manuel 61-62, 69 Escalera y Zuviría, Gualberto 48 Escauriza, José (perito) 267-268 Escauriza, Ramón de (agrimensor) 99, 260, 268, 377, 379 Escauriza, Ramón de (hijo, agrimensor) 229 Escobar, Patricio (presidente de Paraguay 1886-1890) 210, 295, 303, 335 Escobedo, Eleuterio (Comisión Santiago de Liniers) 38 Escofier, Mauricio 68 Escriña, Rafael 164 Escudero, Rufino 165 Estigarribia, José Félix (mariscal) 421, 429, 432, 445, 463, 468-469, 479 Evangelista de Souza, Ireneo (Barón de Mauá, Mauá y Compañía) 21, 32, 34-35, 38, 40, 45, 56-58 Eyton y Condmi, Guillermo (propietario del Chaco paraguayo) 320 Eyton, Archivaldo (propietario del Chaco paraguayo) 320 Falabella, Justino de 184 Falco, Juan B. 64 Fany, Andrés 278 Fariña, Livio (padre salesiano) 422, 432-438, 443 Farquet, Esteban 67 Favre, Isidoro 68 Fayo, José (juez de paz del departamento de San Lorenzo) 276

545

Febbut, Carlos (propietario del Chaco paraguayo) 320 Fecetti, Domingo 151 Felman, Pruciano (escribiente de la Colonia Candelaria) 153 Femenía, José 409 Fenolio, Bautista (Colonia San Genaro) 94, 328 Fernández Álvarez Espartero, Joaquín Baldomero (general Espartero, Duque Victoria) 192 Fernández Blanco, Francisco 61 Fernández Blanco, Manuel 44 Fernández Díaz, Jacinto (juez) 111 Fernández, Alfredo C. (abogado, representante de Carlos Casado) 13, 100, 104, 107-108, 257-258 Fernández, Carlos José (teniente coronel) 421, 431, 440, 462-463 Fernández, Francisco 207 Fernández, Gamaceno 59 Fernández, Horacio 474 Fernández, Jacinto (juez) 111, 155, 257 Fernández, José 165 Fernández, José Agustín (coronel, participó en la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay) 32, 56-62 Fernández, José F. 92, 165, 269, 275 Fernández, Néstor (juez) 259 Fernández, Pedro 91, 276-277 Ferrari, Domingo 67 Ferrechino, José 128 Ferreira, Celina 183 Ferreira, José E. 67 Ferreira, Miguel D. (propietario del Chaco paraguayo) 320

546

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Ferrer, Agustín (propietario del Chaco paraguayo) 320 Ferrer, Antonio 94, 132, 149, 186, 250, 331-332, 346 Ferrer, Jaime 266 Ferrer, Joaquín (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 38-39, 43-44, 71 Ferrer, Pablo (Comisión Santiago de Liniers) 38 Ferrer, Rafael (director Banco Provincial de Santa Fe) 76 Ferreyra, Avelino (abogado, juez en lo civil y comercial de Rosario 1861; juez federal Poder Judicial de la Nación en Rosario 1869; presidente Concejo Deliberante Municipal 1874; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 212-215, 240 Ferreyra, Héctor (abogado) 212, 215-216 Ferreyra, Sixto (capellán) 461 Figueroa Alcorta, José (presidente argentino) 404, 406 Filipi, Francisco 67 Filizzola, Carlos 480 Filston, José C. 43 Fillol, Joaquín (procurador) 33, 37, 68, 88, 90-93, 119, 140-144, 146, 148-160, 166, 240-243 Fineto, Domingo 149 Firmat, Ignacio (agrimensor; ingeniero director y jefe superior de la Administración del FCOS) 102, 166, 183-184, 196, 236-240, 271, 277 Firmat, Ignacio J. (médico) 189 Fischer (Fisher), Henry (Enrique) 79, 177 Fischer (Fisher), Schliper 80

Fleitas, Eduardo (propietario del Chaco paraguayo) 320 Fló, José (accionista del FCOS) 246 Fontana, César (colono de la Colonia Candelaria) 148 Fontana, Francisco 239 Fontana, Jorge Luis (perito agrimensor) 314, 378 Fontanilla, Tolentino 207 Fontecha, Andrés (propietario del Chaco paraguayo) 320 Ford, Enrique W. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Fortune, Mitchel G. (propietario del Chaco paraguayo) 320-321 Foster, Enrique (agrónomo) 115, 235, 280, 299 Fourcade, Juan (o John Forucaud, propietario del Chaco paraguayo y accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 320, 359, 367 Fraga, Rosendo (gobernador de la provincia de Santa Fe) 64 Fragueiro (o Fragueyro), Martín (jefe de policía de Rosario 1859; presidente Municipalidad Rosario 1860, accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39-41, 43 Fragueiro, Mariano (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Fragueiro, Rafael 272 Francia, Félix 67 Franco, Rafael (coronel) 468 Franco, Teodoro 275 Frangenheim[n], Pablo (propietario del Chaco paraguayo) 316, 320, 323, 408 Franzi, Francisco 149 Franzini, Miguel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Fredrikson, Francisco (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Freers, Antonio G. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Freire, José (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Freri, Luis 346 Freund, Pedro A. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Freyre, Benito 39, 70 Freyre, Marcelino (accionista FCCA Rosario-Córdoba, presidente Municipalidad Rosario 1864; presidente Concejo Deliberante Municipal 1875) 63, 148, 231 Frías, Emiliano (accionista FCCA Rosario-Córdoba, concejal rosarino 1863) 16, 39, 42, 117 Frid, Nicola (colono de la Colonia Candelaria) 148-149 Friesen, Martin 414 Frola, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 148-149 Frola, Francisco 127 Frutos, Eugenio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Fuentes, Juan 165 Funes, Domingo 71 Funes, Manuel 185 Gabbi, Adelmo Juan José 493 Gaing, Guillermo (propietario del Chaco paraguayo) 321 Gaitán, Pedro 89 Gálvez, José (gobernador de la provincia de Santa Fe 1886-1890) 174, 237, 280 Gálvez, Manuel 82, 95, 295 Gallardo, Carlos (colono de la Colonia Candelaria) 148

547

Gallego, Mercedes 271 Gallegos, Félix 121 Gallegos, Romualdo H. (diputado a la Legislatura de la provincia de Santa Fe 1859) 239 Gallo, José (colono de la Colonia Candelaria) 148 Garbers, Guillermo (propietario del Chaco paraguayo) 315, 321 García de Miranda, María Teresa 86 García González, José (accionista FCCA Rosario-Córdoba, abogado, juez; jefe político Rosario 1890) 39, 111, 129, 250, 255, 266, 268-269, 271, 279 García, Cayetano 241, 243 García, Emiliano (juez) 62, 88 García, Gerónimo 244 García, Manuel 67 García, Pedro 244 García, Teófilo (juez, accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 71, 118-121 García, Valeriano 244 Garden, Norberto 128 Garriz, José T. (juez de paz) 33, 125, 131, 143-144, 147, 153-160, 169-170-174 Garzón, Antonio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Gastañaga, Quintín 101, 106, 128 Gastañaga, Ramón 106, 170, 175 Gastiaburo, Francisco 67 Gavilán, Ernesto 474 Gayana, Aquilina 184 Geangean, Bartolomé 185 Geangean, José (maestro) 158-159, 169-170, 174-175 Gerhard, Alberto 252

548

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Gerhard, Emilio 252, 263 Gervasona, Juan 128 Gervasoni, Juan Bautista 127 Gesler, Rodolfo 69 Ghezzí, Pedro (colono de la Colonia Candelaria) 148 Ghirardi, Jorge 68 Giacone, Nicolás (colono de la Colonia Candelaria) 148 Giafranco, Antonio 150 Gibson, Guillermo F. (propietario del Chaco paraguayo) 321 Giesbrecht, Jacobo 415 Gil de Fleitas, Elvira (propietario del Chaco paraguayo) 321 Gil, Isaías 67 Gil, Juan Bautista (propietario del Chaco paraguayo) 321 Gillone, Carlos (colono de la Colonia Candelaria) 149 Gimeno de Lerma, José María 200-201, 403 Giorgio, Mateo (colono de la Colonia Candelaria) 148-149 Giovanuz, Frantini 151 Gisbert, Antonio 192-193 Gizzi, Juan 149 Glardón, Alberto 271 Gödeken, Juan 92, 128, 165, 236, 269 Godoy, Ángel 272 Godschi, Federico 68 Goitía, Palomino 132 Gollán, Santos 240 Gómez, Eustaquio 89 Gómez, Federico 67 Gómez, Ignacio 206, 220-221 Gómez, Juan 207

Gómez, Manuel (accionista del FCOS) 185, 246 Gómez, Manuel F. 165 Gondra, Manuel (ministro paraguayo) 402 González Blanco, Pedro 466 González del Solar, Andrés (Intendente de Rosario 1891) 23, 106, 212, 221 González del Solar, Nicanor (abogado) 48, 240 González Vigil, Juana 85, 520 González, Benjamín (escribano público; juez) 23, 218, 255, 266 González, Celina 327 González, Domingo (procurador) 265 González, Fulgencio 185 González, Indalecio 151 González, Juan Gualberto (Presidente paraguayo) (1890-1894) 196, 326 González, Lucas (abogado, accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 240 Gonzalez, Luis V. (juez) 111, 198, 270, 276-279 González, Manuel (Comisión Santiago de Liniers) 38, 69 González, Melitón (agrimensor) 210 González, Miguel 89 González, Nemesio 23 González, Pedro A. (escribano del gobierno paraguayo) 331-333, 336, 343, 345, 364-365, 376 González, Sandalio 43-44 González, Teodosio (diputado) 472 Goñi Casado, Elena 521 Goñi Casado, Lía 521 Goñi Casado, Manuel Augusto 202, 474, 521 Goñi Casado, María Casilda 521

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Goñi Casado, Silvia Carlota 476, 521 Goñi Coll, Manuel Benigno (Manuel B. Goñi, síndico del FCOS) 109, 176, 183, 190, 201, 214-215, 294, 338, 404, 407, 411, 412, 474, 476, 488, 521-522, 524 Goñi, Manuel (padre de Manuel Benigno Goñi Coll) 109, 521 Gopradune, F. 151 Gorget, Santiago (Jaquet, colono de la Colonia Candelaria) 128, 148-149 Gormaz y Carrera, José (censo 1858) 34 Gorostiaga, Esteban (juez) 329 Gorostiza, José de 97, 101 Gorsse, Carlos (concejal rosarino, suplente 1863; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 43 Goupillaut, Adolfo 67 Govi, Luis (colono de la Colonia Candelaria) 148 Gowland, Tomás Diego 87 Goya, Ángel (Comisión Santiago de Liniers) 38 Goyburu, José (Escribano Mayor del gobierno paraguayo) 330-334, 340 Goyenechea, Pedro (perito) 259 Goytia, Polonio 118 Graglia, Pedro 151 Granados, Manuel (escribano público) 42, 44, 53 Grandoli, Florentina 219 Grandoli, Mariano 118-119, 122, 219-221, 491 Grandoli, Miguel 276 Grandoli, Octavio (secretario de juzgado; Intendente de Rosario

549

1884- 1885) 109, 143, 152, 154-158, 212 Green, R. H. 165 Greenway, Enrique (propietario del Chaco paraguayo) 321 Grenwood, J. R. 67 Gribarello, José 150 Gribundo, Guillermo 151 Griffith Parry, Guillermo (propietario del Chaco paraguayo) 321 Grisar, Félix 313 Grivaldo, José 151 Grivarello, José (colono de la Colonia Candelaria) 148 Grivarello, Lorenzo (habitante del campo de Quintana) 149 Grognet, Carlos (presidente Concejo Deliberante Municipal 1874; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 16, 35, 38, 40, 44, 71, 117, 232 Grondona, Nicolás (ingeniero; autor del primer plano de Rosario en 1854) 116 Grubb, Wilfred Barbrooke (misionero británico entre los enxet, propietario del Chaco paraguayo) 316, 318 Guanes, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 316, 321 Guanes, Juan (propietario del Chaco paraguayo) 321 Guardamagna, Carlo 158 Guernica, Tomás 49 Guerra, Bartolomé 68 Guerra, Leopoldo 64, 70, 73-75, 77, 79 Guerra, María L. 68 Guesalaga Frías, Eladio 488 Guevara, José Antonio 67

550

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Guggiari, José P. (presidente paraguay o p o r e l P a rtido L ibe ra l, 1928-1932) 414 Guglielmi Malberti, L. 378 Guimberena, Martín (colono de la Colonia Candelaria) 179 Guimberena, Pedro (colono de la Colonia Candelaria) 185 Guindon, Aquiles 67 Guizetti, Federico 66 Gunter, Otto 313 Gunther, Charles 313 Gutiérrez, José María 71 Gutiérrez, Juan María 47 Gutiérrez, Julio A. (Delegación Nacional boliviana en el Gran Chaco) 394-400, 426-427 Gutiérrez, Rafael María 198 Hale, Samuel B. (Samuel B. Hale y Compañía) 289, 346 Hall, Alanson S. 100 Hang, Ernest (perito agrimensor) 378, 391 Harwey, Rubén Enrique 301 Heimendahl, Julio 100 Henrich, Federico (accionista del FCOS) 95, 100-102, 106, 209, 237, 346, 329, 340, 342, 346, 371 Hermann, Ernesto 197 Hernández Ferrer, José 257 Hernández, Antonio 240 Hernández, Sixto B. 181 Hernando, Pablo 185, 187 Herreras, Alberto de 421 Hertz, Mauricio 71 Hill, Juan B. 316 Hillner, Heraclio (propietario del Chaco paraguayo) 321

Hinckeldeyn, Walter 409 Hochkofler, Eugenio de 310 Hogstedt, Juan 346 Hoices, Lorenza (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Hondis, N. 151 Hope, C. (propietario del Chaco paraguayo) 321-322 Hope, Guillermo (William) 122 Hope, James (propietario del Chaco paraguayo) 321-322 Hope, Robert (Roberto) 100, 128 Hormaeche, Luis de (teniente-juez de Rosario) 89, 98 Houzen, Enri F. (propietario del Chaco paraguayo) 321 Hughes, John (hijo) (propietario del Chaco paraguayo) 321 Hughes, John (padre) (propietario del Chaco paraguayo) 316, 321 Hume, Washington (ingeniero) 237 Hussey, Miguel (propietario del Chaco paraguayo) 321 Hutchinson, Tomás J. 38, 232 Ibarlucea, Melitón de (director Banco Provincial de Santa Fe; concejal rosarino suplente 1863; presidente Concejo Deliberante Municipal 1878) 16, 43, 64, 70, 75-80, 148, 243 Ibarlucea, Saturnino (presidente Municipalidad Rosario 1866) 243 Ibarra, Jorge 219, 222 Ibarra, Rogelio (ministro paraguayo) 402 Ibern, Pedro 69 Imizcoz, Martín 185, 228 Infante, J. Daniel (abogado, Intendente de la ciudad de Rosario) 16,

ÍNDICE ONOMÁSTICO

94, 98, 133, 166-167, 189, 197-202, 258, 280, 336, 355, 403, 485 Infante, Faustino 86 Infante, Severino 289 Insaurralde, Amancio 404, 406 Iparraguirre, Lucas 259 Irigoyen, Bernardo de (abogado, diplomático y político argentino, ministro de Relaciones Exteriores y del Interior, gobernador de Buenos Aires, candidato a la presidencia y senador nacional) 71, 145, 215, 226, 232 Irigoyen, Carlos 181 Irigoyen, Romualdo (propietario del Chaco paraguayo) 321 Iriondo, Agustín de 69 Iriondo, Néstor de 174, 237 Iriondo, Petrona C. de 68 Iriondo, Simón de (gobernador y senador de la provincia de Santa Fe 1871-1874; 1878-1882) 63-64, 81, 100, 113, 181, 238, 281 Irurueta, José (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Isabel II (de Borbón, 1830-1904, rein a d e E s pa ña 1833-1868) 192-194, 326-327, 425, 489 Isasa, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 317 Isnardi, Antonio (propietario del Chaco paraguayo) 317 Iturraspe, Juan B. 165 Jackson, Juan 332 Jacobs, Jaime F. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Jaime Molins, Wenceslao (publicista) 25, 294, 351-352, 358, 361, 381-382, 386-392, 425

551

Jauve, Luis (propietario del Chaco paraguayo) 317 Joel, Luis 49 Jofré, José 240, 242-243 Johansen, Emilio (propietario del Chaco paraguayo) 315, 317 Jordan, S. Ker (propietario del Chaco paraguayo) 315, 317 Juárez, Pedro 219, 221-222 Justo Rolón, Agustín Pedro (presidente argentino 1932-1938, hijo de Agustín Justo y Otilia Rolón) 454-455, 467, 488, 521 Justo Rolón, Laura Victorina (hermana de Agustín Pedro Justo Rolón, esposa de José Casado Sastre) 488, 521 Keagan, C. P. 432 Keen, Tomás L. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Kenny, Lorenzo (propietario del Chaco paraguayo) 317 Kirk, Guillermo (colonizador) 165 Kirk, Tomás E. (propietario del Chaco paraguayo) 317 Kirkhan, Edward Charles(propietario del Chaco paraguayo) 317, 322 Kitchaing, Guillermo (propietario del Chaco paraguayo) 317 Kleinert, Godofredo (accionista Banco Provincial de Santa Fe) 67 Klug, Jorge 301 Kuenzler, Emilio (propietario del Chaco paraguayo) 317 Labastié Otamendi, Alberto (juez de paz) 217, 277 Laberrari, Antonio 146-147 Laborde, Bernardo B. 185

552

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Lac Prugent, Juan 213 Laferade, Fermín 59 Lagerheim, Gustavo (industrial) 379 Lagomarsini, Bernardo 68 Lagos, Edelmiro 170 Lagos, Maximino 129 Lagos, Ovidio (fundador del diario la Capital) 126, 146, 232, 282 Lagos, Ovidio Amadeo (hijo de Ovidio Lagos, director del diario La Capital) 282 Laino, Domingo (líder del Partido Liberal Radical Auténtico) 297-298, 305, 313, 323, 480-485 Lalaune, Juan (propietario en el Chaco) 330 Lamarque, Eduardo (administrador Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras) 475 Lamas y Hunt, Luis (presidente Municipalidad Rosario 1861; jefe político Rosario 1861 y 1868; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 38, 40, 60, 68, 72, 232 Lamothe, Alejandro 68 Landeta, Nicolás 69 Landink, Santiago 179 Landó, Agustín E. 258 Lanusse Gelly, Alejandro Agustín (general; presidente argentino de 1971 al 25 de mayo de 1973) 475-476, 488 Lanusse Justo, Jorge 476, 488, 521 Laprade, Fermín 69 Lardies, Antonio (escribano público) 23, 88, 208-209 Lardo, Agustín (camarista) 257 Laredo, Andrés 185 Lares, Bruno 89 Larguía, Jonás 33

Larguía, Juan 33 Larré, Martín (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Larrechea de Bustinza, Clodomira 251 Larrucea [y Gaztañazatorre], Daniel de (testaferro de Carlos Casado) 329, 344, 346, 362, 366-367, 371-372 Larrucea y Gaztañazatorre, Fernando (o Larrucea y Gaztarrazatorre, Fernando; o Larrucea y Gastañaza Torres, Fernando; accionista del FCOS; socio de la Fernando Larrucea y Compañía) 210, 246, 254, 329-330, 333 Larrucea, Víctor (padre de Fernando Larrucea y Gaztañazatorre) 329, 333 Lassaga, Calixto (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Lassaga, Pedro (receptor de Hacienda de Rosario 1862; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 117 Lassaga, Zenón 68 Latuada, Ángel (colono de la Colonia Candelaria) 148 Lavalle, Juan Galo de (militar y político argentino, gobernador de Buenos Aires 1828-1929) 117 Lavandera, José R. (procurador, perito) 96, 279 Lavarello, Juan 323 Lavezzari, Antonio 151 Laza, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 318 Lazcano, Juan Ramón 91 Le Hardy, Víctor 69 Leblanc, Juan 102, 224 Lecubarry, Ramón 69

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Ledesma, Benjamín (director Banco Provincial de Santa Fe) 48, 64-65, 71, 74-78 Ledesma, Clodomiro 70 Ledesma, Lucio 70 Ledesma, Pelayo 49 Leguía, Martín J. 219-221 Leguizamón de Cardozo, Casilda 266-267 Leguizamón, Domingo 165, 233, 255-260, 276, 279 Leguizamón, Tomás 172, 250, 265-266 Lejarza, Benjamín de 74 Lejarza, Fermín de (abogado, accionista FCCA Rosario-Córdoba) 38, 41, 70, 74, 279 Lejarza, Joaquín de (concejal rosarino 1863) 16, 38, 42, 66, 71, 75, 77, 122, 258 Lejarza, Restituta E. de 70 Lema Devesa, Juan 493 León Casado, Diego Eduardo (bisnieto de Carlos Casado del Alisal) 493 Leonart, Salvador 68 Leone, Juan 68 Leopold, Karl (propietario del Chaco paraguayo) 318 Lerroux, Alejandro 197 Lescano, Blas 67 Let, Francisco L. 197 Lett, Rodolfo 271 Linch, Luis (propietario del Chaco paraguayo) 316, 318 Liniers y Bremond, Santiago de (militar francés, virrey del Río de la Plata 1807-1809) 37-38 Livi, Cayetano (agrimensor) 120, 232, 275

553

Lizar, Juan 39 Lizarralde, Eusebio (propietario del Chaco paraguayo) 318 Lohau, Juan (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Loizaga, Carlos 298 López Lasso, Wenceslao (perito) 244, 263 López Zamora, Manuel (perito agrimensor y procurador) 101, 257, 263-271, 276-277 López, Carlos Antonio 309 López, Gabriel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 López, Joaquín María 192 López, Juan de la Cruz 51-52 López, Juan Pablo (brigadier) 64, 213 López, Leonardo 474 López, Mariano 158-159 López, Mercedes (viuda de Ignacio Comas) 212 López, Vicente 48 Lorente, Severiano 184 Loudet, Emilio 185 Loyzaga, Andrés (director titular del FCOS) 236-237 Lozano, Federico (perito) 257 Lozano, Vicente 67 Lubary, Tomás 69 Lucero, Manuel (abogado) 240 Lucero, Moisés 272 Luis de Savoia (príncipe) 160 Luján, Valvento 89 Lumb, Payton (propietario del Chaco paraguayo) 319, 323 Luna, Zenón 52-53 Luzio, Alberto (propietario del Chaco paraguayo) 318

554

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Lynch, Elisa 303 Llaguno, Eugenio (Comisión Santiago de Liniers) 38 Llambí, Pedro 72 Llano, Nicolás María de 86 Llobet, Andrés 128 Llobet, Francisco (escribano público) 102, 206 Llobet, Ignacio (padre, fallecido el 18 de setiembre de 1862, e hijo, escribanos públicos) 23 Llobet, Rafael 68 Macera, Santiago (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 70 Macías, José 70 Maciel, Vicente (cacique) 438-439 Machado, Casimiro 241-244 Machado, José (Juez de Paz de la 4.º sección 1855) 169-170, 186 Machado, José Olegario (abogado, especialista en Derecho Civil) 240, 244 Machain, Carlos Evaristo (accionista Banco Provincial de Santa Fe) 70, 128 Machain, Eusebio (accionista FCCA Rosario-Córdoba y del Banco Provincial de Santa Fe) 40, 70, 74-75, 128 Machain, Evaristo 49, 75, 78, 79 Machain, Gregorio 164 Machain, José 74, 128 Machuca, Crisóstomo (comandante, coronel, jefe de la quinta zona militar paraguaya) 390-391 Madoled (o Madashall), Samuel 120, 123 Madrazo, Federico de 191, 193

Madrid, Miguel de (Comisión Santiago de Liniers) 35, 38, 222 Mafrand, Próspero 128 Magdelin, Fernando 128 Magrane [Murphy], Patricio Tomás (Patrick Thomas) Fairfield (hijo de Fairfield Magrane) 202, 407, 411, 488, 521 Magrane Casado, Carlos Ángel 474-475, 521 Magrane Casado, José Eduardo (casado con Elisa Mercedes de Alvear Quirno; Caballero de la Orden de Malta) 202, 488 Magrane y Alvear, Inés (casada con Jorge Born Frías Ayerza) 488, 521 Malagarriga, Carlos 336 Malbrán, J. E. 67, 283 Mald, Carlos T. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Maldonado, Felipe 68 Mancera, Pedro (perito) 75, 119, 129, 218, 245-246, 277, 289 Manchi, Cecilio (propietario del Chaco paraguayo) 318, 322 Manetti, José 67 Manfredi, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 149, 153 Manfredi, Santos (propietario Colonia Palatina y Colonia Sick) 274 Mansilla de Echezarreta, Pilar 240-243 Mansilla, Adolfo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 41 Mantaras, Manuel 69 Mantelli, José 129 Maquiriani, José G. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Marconi, Camilo 149 Marchessi, Antonio 155-157

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Maresca, Domingo (agrimensor) 198 Marín Iglesias, Alejandro 474 Marín, Nicasio (juez) 33, 141-143, 152, 154 Marotta, Armando (médico) 405 Marquardt, Desiderio (testaferro; examinador de cuentas y accionista del FCOS) 48, 95, 100-102, 106, 209, 217, 237, 264, 329-342, 371 Marqués de Comillas 308 Marqués, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 148-149 Marshall, Enrique 51 Martelli, Nicolás (propietario del Chaco paraguayo) 318 Martí, José A. 185 Martin, J. Ulises (propietario del Chaco paraguayo) 318, 346, 485 Martínez de Irala, Domingo (conquistador y colonizador español, fallecido en Asunción, 1556) 295 Martínez, Benigno 324 Martínez, Cornelio 89 Martínez, Domingo (Comisión Santiago de Liniers) 38, 295 Martínez, Emma M. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Martínez, Francisco 272 Martínez, Gaspar Germán (general) 478 Martínez, José 62, 69, 258 Martínez, Juan Gerónimo 118 Martínez, Millan 67 Marull, Mariano (presidente del Concejo Deliberante; Intendente de Rosario 1892-1893; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70, 241-243 Mascías, Eladio 209

555

Maseras, Arsenio 89, 128, 137, 238, 250, 286, 328-334, 346 Maseras, Domingo (ingeniero civil) 217, 255 Masetti, Luis 129, 185 Masson, Santiago 165 Matheu y Aguiar, José 88, 93, 105 Matheur, Diego (propietario del Chaco paraguayo) 318 Matienzo, Agustín (abogado) 240 Matto, Tomás (propietario del Chaco paraguayo) 318 Maurente, Purificción P. de (propietario del Chaco paraguayo) 318 Mayor, Pedro 110 Maza de Carlés, Margarita 70 Maza, Antonio S. 176, 178, 181, 185, 187 Mazza, José (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 332 Mazza, Nicolás 185 Medina, Ramón de (Comisión Santiago de Liniers) 38 Meier, I. D. 68 Meldi, Juan 67 Mendoza, Domingo 43 Mendoza, Joaquín 185 Meneses, Inocencio 199 Mereles, Artemio 474 Merry, Edwin A. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Mesa, Juan A. (ministro del Interior del Paraguay) 331-334, 340 Meyer, Enrique 69 Mier, Ángela de la 97 Mier, José Antonio de la 86 Mier, Sotera de la 97 Migone, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 318

556

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Mihanovich, Nicolás (Sociedad de Navegación a Vapor Nicolás Mihanovich) 323, 359, 380, 480 Mihanovich, Pedro (Sociedad de Navegación a Vapor Nicolás Mihanovich) 323 Minvelle, Juan 95 Mioño, Pedro (Colonia Candelaria) 132, 238 Mir, Lorenzo 70, 74-75 Mir, Luis Antonio 151 Mirabeli, Luis (colono de la Colonia Candelaria) 148 Miranda, Diógenes (juez de paz de la Colonia Candelaria) 131, 183 Miranda, Manuel (contador público y perito) 98 Miranda, Víctor 118 Miravelli, Luis 128 Mitre, Bartolomé (presidente argentino, 1860-1868) 32, 38, 44, 60, 63, 73, 103, 145, 231, 377 Molacchino, Tomás 129 Molina, Carlos (juez) 200 Molina, Federico (juez) 16, 42, 88, 90, 97-98, 172, 337 Molina, Nicanor (jefe político Rosario 1894) 68, 198 Molina, Plácido 466 Molinari, Francisco (procurador) 99, 227-228 Moliné, Tomás (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Mollino, G. 151 Món y Menéndez, Alejandro 192 Monasterio, Lorenzo 67 Monguillot, Juan Francisco (abogado) 240 Monner Sans, Ricardo 308

Montagno, Ángel 240-243 Monte Domecq, Ramón 304-305, 312, 324, 378 Monte, Eulalio G. (Comisión Santiago de Liniers) 38 Monte, José (socio de la Fernando Larrucea y Compañía; representante de Carlos Casado en Paraguay) 329-337, 340, 343, 346, 349, 355, 362-363, 378-381, 425, 485 Monte, Ladislao 329, 330, 341, 344, 369-370, 374-376 Montes de Oca, Manuel 412 Montes, Juan 70 Monzón, Antonio 128 Morado, Manuel R. (Comisión Santiago de Liniers) 38 Moratinos, Ático (perito) 278 Morcillo, Edelmiro (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Moreno, Clodomira (viuda de Andrés González del Solar) 215 Moreno, Francisco 70, 74-75, 91 Moreno, Fulgencio R. (plenipotenciario especial paraguayo) 310, 402, 419 Moreno, Jacinta V. de 69 Moreno, José Manuel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 41 Moreno, José Manuel (presidente Concejo Deliberante Municipal 1874) 48, 70, 74-75, 77, 79 Moreno, Juan (Comisión Santiago de Liniers) 38 Moreno, Ramona C. (de) 70 Morillon, Francisco 67 Morínigo Martínez, Higinio (ministro de Guerra y Marina) 469

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Morínigo, José Nicolás (senador paraguayo) 480-481 Morisse, T. G. (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Morkill, W. L. 289 Morra, Francisco (propietario en el Chaco) 331 Mosanti, Basilio (colono de la Colonia Candelaria) 148 Mosconi, Enrique 164 Mosqueira, Silvano (cónsul paraguayo en Rosario) 421 Mottino, Juan (colono de la Colonia Candelaria) 148 Moyano, José 214 Mujía Fernández, Benjamín (encargado de negocios boliviano en el Paraguay) 402 Mujía, Ricardo (ministro plenipotenciario boliviano) 310, 393, 401-402 Müller, Adolfo (propietario del Chaco paraguayo) 318 Müller, Eugenio 346 Munuce, B. Quintín (escribano público) 223, 257, 273 Munuce, Javier (escribano público) 23, 88, 90-95, 101, 106, 132, 190, 207, 214-217, 220-222, 242, 257-262, 329-343, 363-371 Muñoz, Deolindo (presidente Concejo Deliberante Municipal 1879; jefe político Rosario 1882-1884) 78, 148, 240 Murato, Juan (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Muriel, Domingo 325 Musso, José 128

557

Muzzio, Ángel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70, 74-78, 236 Myung, Lorenzo (gerente La Victoria S. A., Atenil S. A.) 479 Nacimiento, Adolfo (propietario del Chaco paraguayo) 318 Napp, Enrique (cónsul segundo del Tribunal de Comercio de Rosario en 1855) 32 Nasi, Santiago 148-149 Navarini, Natalio 127 Navarro, Mardoqueo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Nelson, Enrique M. (ingeniero agrónomo) 187 Nelson, Guillermo (propietario del Chaco paraguayo) 318, 322 Nelson, John (propietario del Chaco paraguayo) 318 Nemiar (o Nimar), N. (colono de la Colonia Candelaria) 147-148, 152 Nicolett, Francisco 279 Nicoli, Cayetano 94 Nicoli, Juan 94 Nicolorich, Leonardo 14, 116, 121, 126-127, 131, 134, 141 Nisbet, Juan J. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Nivello, Bautista (colono de la Colonia Candelaria) 149 Niven, Tomás (propietario del Chaco paraguayo) 315, 318 Noceti, Atilio 407, 524 Noguerol, B. 185 Nolasco Arias, Pedro (abogado, director Banco Provincial de Santa Fe; presidente Municipalidad Rosario 1868, 1870; juez federal Po-

558

ÍNDICE ONOMÁSTICO

der Judicial de la Nación en Rosario 1881) 49, 68, 76, 129, 240, 254 Novetto, Bautista 151 Novillo, José M. (juez de paz de Colonia Candelaria y miembro Comisión de Fomento de Villa Casilda) 131 Nuñez Achaval, Concepción 49, 522 Nuñez, Fulgencio 89 Nuñez, Vicente T. (perito) 259, 277 Obelar Colmán, Alejo (monseñor) 477 Obligado, Manuel (coronel) 47, 299 Ocampo, Bernabé 43 Ocampo, Vicente 79 Olaso, José R. de (propietario del Chaco paraguayo) 319, 322 Olaverry, José 68 Olcina, Vicente 325 Oldendorff, Germán (tenedor de libros y secretario-contador del FCOS; colaborador de las Damas de Caridad) 82, 105, 109, 237, 264-267, 271, 275-276, 278 Olguín, José (miembro del gobierno municipal rosarino caído por batalla de Pavón; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 60 Olguín, Zelia I. de (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 41 Oliva, Santiago 346 Olivé, Enrique P. 189 Olivé, Rosendo (Comisión Santiago de Liniers) 38 Oliver de Yañiz, Ana (propietaria del Chaco paraguayo) 321 Olmos, Leonardo (teniente coronel) 426

Oncovelli, Carlos 151 Orgaz, Florentino (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 70, 74, 78 Oroño, Nicasio (presidente Municipalidad Rosario 1862; gobernador de la provincia de Santa Fe 1865-1868) 44, 63-64, 103, 113-114 Orset, Carlos 128 Ortellano, Luis C. (juez) 329, 392 Ortiz, Emilio 32, 95 Ortíz, Federico (miembro suplente del Tribunal de Comercio de Rosario 1855; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 42 Ortiz, Froilán (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Ortíz, Ignacio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 68 Ortiz, Juan Emilio 223 Ortíz, Juan María 96 Otero, José (accionista del FCOS; Comisión Santiago de Liniers) 32, 38, 45, 58-62, 70, 74, 80, 93, 217, 236, 246 Otero, Manuel (Comisión Santiago de Liniers) 38, 70, 75 Otero, Rafael 212-213 Oyler, Edward H. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Páez, Pascual (presidente Municipalidad Rosario 1871; presidente Concejo Deliberante Municipal 1885) 68, 141, 236 Paganini, Lisandro (escribano público; director suplente y propietario del FCOS) 23, 68, 72, 88, 92, 95, 119, 132, 140, 207, 214-220, 237, 243-245, 276, 328, 336, 341, 369 Palacios Sastre, María 522

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Palacios (Sastre), Carlos María (sobrino y testaferro de Carlos Casado, accionista del FCOS) 14, 42, 48, 190, 214, 246, 329, 331, 341-343, 366-371, 522 Palacios y Portales, Carlos María (cónsul general de Chile en Rosario) 14, 42, 48, 331, 522 Palacios, Domingo (presidente Municipalidad Rosario 1860 y 1866; concejal rosarino suplente 1863; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 16, 40, 43-44, 54 Palacios, Eloy (director Banco Provincial de Santa Fe; accionista del FCOS; apoderado general de Carlos Casado; propietario del Chaco paraguayo) 23, 82, 95, 105, 148, 218, 246, 254, 264-265, 275-280, 299, 319, 322, 329, 341, 369 Palacios, Ventura 185 Palenque, Atanacio 89 Palenque, Vicente 69 Pambrooke Jones, F. C. (propietario del Chaco paraguayo) 319 Pando, Miguel 407 Paredes, Pablo 148 Parma, Emilio 185 Paruchino, Miguel (colono de la Colonia Candelaria) 149 Pastor, Luis (Comisión Santiago de Liniers) 38 Pastore, Carlos 408, 474 Patri, Luis (propietario del Chaco paraguayo) 313, 319 Pavón, Rogelio 474 Paz y Haedo, José María (militar argentino, gobernador de la provincia de Entre Ríos 1842) 117 Paz, Benjamín 258

559

Paz, Carlos T. (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Paz, Ezequiel 71 Paz, José Fidel (hijo) (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Paz, José Fidel (padre) (comerciante, concejal rosarino 1863) 16, 40, 42, 43, 44, 54 Paz, Luis N. (perito) 278 Paz, Manuel 79 Paz, Napoleón (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Pedernera, Fidel 378 Pehmidt, Martín 150 Peirano, M. 165 Pellinán, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 147-148, 152 Peña, Jaime (propietario del Chaco paraguayo) 319 Peña, Segundo 128 Peral y Caballero, Isaac (marino) 107, 360 Peralta, Hilario 219 Perasso, Luis (propietario del Chaco paraguayo) 319 Perckins, Alfredo 223 Perdriel, Juan Manuel 71 Perego, Juan 68 Pereira (o Pereyra), Anselmo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 68, 148 Pereira Cazal, Gerónimo (escribano público del Paraguay) 331-334, 336, 340, 342, 344, 346, 362-363-376 Peretti, Luis 67 Pereyra, Martín 51 Pereyra, Zenón (colonizador, jefe político Rosario 1893 nombrado por

560

ÍNDICE ONOMÁSTICO

la intervención nacional) 76, 78, 95, 153, 217 Pérez Galdós, Benito (novelista y dramaturgo español) 192 Pérez y Pérez, Camilo 360 Pérez, Eugenio (médico, abogado del gobierno nacional 1855; miembro de la comisión que mensuró las tierras de Rosario 1855; presidente del FCOS; presidente Concejo Deliberante Municipal 1874; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 24, 40, 70-71, 91, 102, 106, 141, 144, 166, 206, 236, 241, 279, 288 Pérez, Luis 271 Pérez, Vicente (perito) 241 Perkins, William (Guillermo, periodista, publicista; concejal rosarino 1863; presidente Concejo Deliberante Municipal 1874; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 16, 40, 117 Perón, Juan Domingo (fundador del Partido Justicialista; presidente argentino 1946-1954; 1973) 241, 476 Peroni, Juan Guillermo 474 Perroquino, José 131-132 Perrudo, Luis 149 Perrutto, Francisco 140, 157-160 Pescio, Juan (Colonia Candelaria) 165, 186 Pescio, Santiago 185 Pesoa, Manuel (comisario) 132, 172 Pessan, Víctor (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 70, 75 Petersen, Ricardo (propietario del Chaco paraguayo) 316, 319, 322 Peterson, Adela B. de (propietario del Chaco paraguayo) 319 Petich, Luis 164

Peuser, Jacobo 145 Peydro, Santiago 407 Peyrano, Esteban 197 Peyret, Alejo 162 Peyton, Alfredo Guillermo Humberto 122 Peyton, Hubert C. 122, 128 Phanel, Carlos (propietario del Chaco paraguayo) 319 Pí y Margall, Francisco 326, 226 Piccolini, Francisco (colono de la Colonia Candelaria) 148 Pichini (o Picolini), Giacomo 151 Pichot, Emilio 209 Piedrabuena, Plácido 68 Pildan, Andrés (propietario del Chaco paraguayo) 319 Pillado, Ricardo 312 Pimentel, Marcial (procurador) 243 Pinasco, Benito (empesario) 67 Pinasco, Luis (empresario) 202, 265 Pinasco, Santiago (empresario, accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 314, 378 Ping Morales, José (Comisión Santiago de Liniers) 38 Pinsent, Smith (propietario del Chaco paraguayo) 319 Pinto, Enrique L. (juez) 329, 392 Piñeiro, José Antonio 181, 185 Piñero, A. J. (dibujante) 122 Pita, José Antenor (accionista FCCA Rosario-Córdoba, presidente Concejo Deliberante Municipal 1884, propietario de la casa de Carlos Casado) 39, 214 Pizarro Lastra, Ángel (abogado, representante de Carlos Casado) 286

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Pizarro, Manuel D. 69, 80 Plata, Ignacio (propietario del Chaco paraguayo) 319 Podestá Costa, Luis 468 Poletti, Domingo (propietario del Chaco paraguayo) 319 Pont, A. B. 308 Ponti, Carlos 185 Porfait, Máximo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Porta, Conrado 69, 235 Pratto, Teresa de 184 Preto, José 209 Profilo, Pompeyo 128 Protti, Santiago (colono de la Colonia Candelaria) 149 Puccio, José N. (perito) 94, 164, 190, 202, 238, 242, 243, 287 Puccio, Manuel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Pucio, Eugenio 155 Puebla, Dióscoro Teófilo de la 192 Puiton, Alfredo G. Huberto 207 Pujato, Manuel 33 Pusterla, Federico 67 Pusterla, José María 67 Querejazu Calvo, Roberto 310, 454, 460 Quijarro, Antonio 425 Quintana, José María 68 Quintana, Manuel 133, 188, 223 Quintanilla, Joaquín de (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 43, 44, 52 Quiroga, Joaquín (juez) 52 Quiroz, José M. 151 Rabassa y Pol, José 217, 242

561

Racca, Luis (colono de la Colonia Candelaria) 148 Racedo, Genaro 165 Rachid Lichi, Bader (senador paraguayo) 479-482 Raffo, Nicolás 185 Ràfols, José 185 Rahola, Federico (Frederic Rahola i Trèmols) 336 Raimonda, Antonio 129 Raimonda, Nicolás 127 Raimondo, José (colono de la Colonia Candelaria) 128, 147-148, 152 Ramallo, Cyril 378 Ramansa, Nicolás 151 Ramayo, Pedro Lindor (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70-71, 74 Ramírez, Fidel 391 Ramírez, Julio 464 Ramírez, Pedro (Prior del Tribunal de Comercio de Rosario 1855; presidente Concejo Deliberante Municipal 1876) 32, 74 Ramos, Medarda 212 Rawson, Guillermo (ministro del Interior del gobierno argentino) 41, 117 Raymond, Carlos (escribano público) 23, 206 Raymundi, José 128 Razeto, Luis (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Reale, Pablo (colono de la Colonia Candelaria) 148 Recalde, Pío 69 Recalde, Tomasa viuda de (propietaria del Chaco paraguayo) 319 Reckembach, Carlos 252, 263

562

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Reclus, Eliseo 296 Redonet, Félix (Comisión Santiago de Liniers) 38 Regules, Domingo (agrimensor) 110, 223 Regúnaga, Emeterio C. (abogado, accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 240 Regúnaga, Manuel (examinador de cuentas del FCOS; accinista del Banco Provincial de Santa Fe) 48, 70, 72-75, 78, 237 Regúnaga, Ramón (accionista del Banco Provincial de Santa Fe) 72-73 Reid, Guillermo R. (agrimensor) 78 Reinoso, N. 271 Repeto, Santiago (propietario del Chaco paraguayo) 319 Rey González, Jacinto (presidente del Grupo español San José y de la Carlos Casado S. A.) 20, 26, 493, 495 Rey, Jacinto (Grupo San José) 20, 26, 493, 495 Rey, Peregrino 43 Reyes, Juan Manuel 70 Reyes, Tiburcio 68 Reyna, Pedro C. 148 Rezónico, Antonio 68 Rezzia, Gaspar 74, 77 Rhode, José C. (propietario del Chaco paraguayo) 319 Ricardone, Natalio (diputado y colonizador) 165 Richardt, Juan I. (propietario del Chaco paraguayo) 319 Rievve, Luis L. 151 Riff, Juan 128

Ríos, Basilio de los (propietario del Chaco paraguayo) 319 Ríos, Guillermo de los (propietario del Chaco paraguayo) 319 Riquelme, Adolfo 391 Riquelme, B. Eliseo 329, 392 Risso, Pedro (propietario del Chaco paraguayo) 319, 348 Riva, Emilio 346 Rivarola, Cirilo Antonio 298-299 Rivarola, Rodolfo 412 Rivas, Francisco (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Rivoldines, N. 151 Roa Bastos, Augusto 469 Roca, Ataliva 284 Roca, Julio Argentino (presidente argentino) 81, 160, 181, 187-188, 225, 232, 247, 284, 287, 290 Rocca, Agustín (Agostino, colono de la Colonia Candelaria) 128, 147-148, 152 Rocca, Juan (Colonia Candelaria) 294 Rocco, Francisco 149 Rocha, Guillermo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Rocha, Pedro José da (representante del Banco Mauá y Compañía) 35 Rodal, Miguel 110 Rodenan, Enrique 128 Rodríguez Amoedo, Francisco 67 Rodríguez Galisteo, Martín 258 Rodríguez Pardo, Jacinto (procurador) 244, 266 Rodríguez, Antonio 151 Rodríguez, Cecilio 329, 342, 368 Rodríguez, Crisólogo 213, 218 Rodríguez, Enrique 48

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Rodríguez, Enrique I. 70, 75 Rodríguez, Fermín (jefe político Rosario 1874; presidente Concejo Deliberante Municipal 1877) 74, 76 Rodríguez, Josefina A. 165 Rodríguez, Modesto (Comisión Santiago de Liniers) 38, 69 Rodríguez, Ovidio 122 Roger, Julio 47 Rogers, Joel 100, 236 Rojas, Bernardo (propietario del Chaco paraguayo) 319 Rojas, Casiano (agrimensor) 275 Rojas, José María (agrimensor) 378 Romero de Pineda, Luis (capitán) 233 Romero, Lino (Delegación Nacional boliviana en los Orientes) 394 Ronzoni, José 185 Rop, Rodrigo M. (accionista del FCOS) 246 Ros y Verde, Juan (comerciante) 52-55, 58 Ros, R. M. 236 Rosales, Bernardo 266 Rosales, Eduardo 193, 195, 339 Rosales, Rosa 151 Rosas, Desiderio (abogado; Defensor de Menores, presidente Municipalidad Rosario 1872; presidente Concejo Deliberante Municipal 1880) 223, 240 Rosas, Juan Antonio de (accionista FCCA Rosario-Córdoba; esposo de la fundadora de las Damas de Caridad) 40, 68 Rosas, Juan Manuel de (gobernador de Buenos Aires) 35, 37, 59, 145 Rosas, Julio 151

563

Rosas, Pascual (jefe político Rosario 1868-1870; gobernador de la provincia de Santa Fe) 60, 71, 145, 223 Roset, Fernando (colono de la Colonia Candelaria) 149 Ross Mc Coy, Frank (general estadounidense) 420 Rossi, Antonio (propietario del Chaco paraguayo) 315, 319 Rossier, José (propietario del Chaco paraguayo) 319 Rosso, Luis 149 Rouzeau, Bertrand 70, 74-75 Rua, Crisanto (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 38-39 Rua, Prudencio (Comisión Santiago de Liniers) 38 Ruckton Rodger, Enrique (propietario del Chaco paraguayo) 319 Rueda, Miguel (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 165 Rueda, Pedro (abogado; defensor de Juan Chávarri del Alisal; presidente del Superior Tribunal de Justicia) 43, 103, 115 Ruffinelli, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 129 Ruffinelli, Francisco (colono de la Colonia Candelaria) 149 Rufino, Juan B. 165 Ruíz de Paz, Francisca 229, 240, 242 Ruiz Martínez, Martín (propietario del Chaco paraguayo) 319 Ruiz Moreno, Isidoro 468 Ruiz, Lorenzo (propietario del Chaco paraguayo) 320 Rupa, Ángel 54

564

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Rusiñol y Carós, Juan (comerciante y vicecónsul argentino en Menorca) 217 Rusiñol y Casaderall, Antonio 33, 93, 217 Rusiñol y Casaderall, Juan 33, 92, 217 Rusiñol y Pol, Juan 218 Russell, Ric (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sá (o Saa) Pereira, Domingo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 41 Saavedra Lamas, Carlos (Premio Nobel de la Paz) 454-455, 468, 473 Sabathié, Juan (comerciante; accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70, 80, 141 Sabatier (o Sabathié), Roberto 140-143 Sachi, Antonio (colono de la Colonia Candelaria) 148 Sáenz Peña, Roque 308, 524 Sagasti y Escolar, Práxedes Mateo 192 Sajoux, Juan (hijo) 68 Sajoux, Julio N. 68 Sajoux, Luisa 68 Sajoux, Matilde 68 Sala, Fidel 70, 80 Salas, Antonio H. 284 Salazar Mac Mahón, Natalia 97 Salmoral, Jesús 67 Salmoral, José María 68 Salomón, Fernando (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Salvá, Melquíades (abogado; juez federal Poder Judicial de la Nación en Rosario 1893) 64, 73-74, 240 Salva, Saturnino (juez) 255, 278-279

Salvat, Emilio 198 Salvatierra, Manuel 206-207 Salvetti, Juan (colono de la Colonia Candelaria) 149, 151 Samani ego, Mar ci al ( gener al ) 477-478 Sampay, Enrique (propietario del Chaco paraguayo) 320 Samuy, José 273 San Galo, Alfonso 407 San Martín, Augusto (representante de Carlos Casado en la provincia de Mendoza) 249 Sanctis, Carlos de (médico-cirujano rosarino, voluntario en la guerra del Chaco) 25, 28, 421-422, 433-451, 457-469 Sánchez de Valdez, Isabel 207 Sánchez Terrero, Rodolfo 475 Sánchez, Artemio (secretario de juzgado) 103, 241 Sánchez, Gregorio 267 Sánchez, Joaquín (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sánchez, Pedro (Comisión Santiago de Liniers) 38 Sánchez, Robinson 67 Sanford, Carlos H. 64 Sanguinetti, Jorge (escribano público) 475 Sanguinetti, Luis S. (escribano público) 412, 474 Sanmarco, Manuel (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sanni, José 149 Sans, Manuela (esposa del comerciante y vicecónsul argentino en Menorca, Juan Rusiñol y Carós) 217 Santa Cruz, Andrés (mariscal) 100

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Santamarina, Ramón (empresario argentino) 16, 18 Santiago, Francisco (Comisión Santiago de Liniers) 38 Santos, Máximo (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sanuy, José 128 Sara, Miguel (colono de la Colonia Candelaria) 149 Saracho y Mier, Emilio de 108 Sardi, Bautista (colono de la Colonia Candelaria) 149, 151 Sargenti, Salvador (delegado de los Padres Franciscanos en Bolivia) 393 Sarmiento, Domingo Faustino (presidente argentino, 1868-1874) 48, 74, 113, 181, 228, 231 Sarmiento, Manuel 89 Sastre Aramburu, Benjamín (comerciante) 48, 522 Sastre Aramburu, Eliseo (juez de paz) 48, 125, 131-132, 141-142, 146, 149, 152, 522 Sastre Aramburu, Genara 48, 326, 405, 522 Sastre Aramburu, Hernando Ángel (comerciante) 48-49, 522 Sastre Aramburu, Justo Pastor (comerciante) 48, 522 Sastre Aramburu, Marcos (comerciante) 48, 522 Sastre Aramburu, María Ignacia 48, 331, 522 Sastre Aramburu, Pastor (comerciante) 48, 522 Sastre Aramburu, Ramona 14, 32, 48, 522 Sastre Dantás, Marcos (casado con Ana María Dowling Siquiera) 522

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Sastre de Bazán, Carmen (pariente de Ramona Sastre Aramburu) 522 Sastre Núñez, Emilio 49, 522 Sastre Núñez, José 49, 522 Sastre Núñez, María Luisa 49, 522 Sastre y Rodríguez, Marcos Antonio 521-522 Sastre, Carlos E. 405 Sastre, Marcos (Marcos Antonio Sastre y Rodríguez, 1808-1887, educador) 47, 197, 228, 521-522 Sauberan, Bautista 185 Sauberan, Carlos 185, 187 Sauce, Luis (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 41 Scallan, Eduardo M. (Estación Zavalla) 250-251 Sciolla, Sebastián (Colonia San Genaro) 94, 328 Schaffino, Antonio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Schang, Beltrán (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Scharn, Antonio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Schlaepfer, Arnoldo 65, 71, 74-75 Schlieper, Arnaldo (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70 Schlieper, Germán (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40, 70 Schmidt, Eugenio 74-75, 79 Schmidt, Rod 289 Schmied, Adalberto (propietario del Chaco paraguayo) 320, 322, 408 Schouten, Pedro (propietario del Chaco paraguayo) 320, 322, 359, 366 Segui, Claudio 68 Seguín, José 181

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Semino, Lorenzo (propietario del Chaco paraguayo) 320, 322 Seoage, José A. 69 Serena, Vicente (Colonia Candelaria) 294 Serot, Enrique 67 Seviñé (o Sevigne), Bonifacio 70, 74-75, 148 Sheplerd, Herbert (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sienmer, Catalina B. de (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sienra, L. P. (propietario del Chaco paraguayo) 318 Sigel, Juan 68 Siles, Hernando 310 Silva, José (escribano mayor del gobierno paraguayo) 357 Silva, Lorenzo 240-241, 243 Simondini, Manuel 213 Simonetta, Constantino 112, 154, 185, 212 Simonetta, Esteban 128, 146, 149, 151, 169-174, 181 Sintas, Agustín (propietario del Chaco paraguayo) 320 Sívori, Bartolomé (abogado) 199, 219, 256 Sívori, Belisario (abogado, procurador; jefe político Rosario 1893 confirmado por el gobierno revolucionario hasta la intervención nacional) 91, 101, 218, 255, 256, 258, 276 Sola, Juan (colono de la Colonia Candelaria) 148 Solano López, Enrique 303 Solares, Aniceto 398-399, 427 Solé Ivern, José 218 Solís, José 325

Somoza, Federico (accionista y director suplente del FCOS) 52, 70-75, 90-91, 237, 240, 246 Soneyra, Juan J. (juez del crimen de Buenos Aires) 108 Sorbert, Miguel (propietario del Chaco paraguayo) 320 Soriano, Emilio (perito agrimensor) 102, 144, 217, 241 Sosa, Rosendo 89 Soto, Anselmo 185, 228 Soto, Cirilo (mayordomo) 389 Sotomayor, Melitón 52 Sotomayor, Nicolás (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 41, 119, 128 Southworth, William B. 414 Sparalli, José 207 Spehr, Gustavo 197 Spinelli, José 140, 146-148, 151, 154 Spinosa, Miguel B. (escribano público) 404, 522 Stagno, Pablo 69, 214 Stent, Juan E. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Stewart, Guillermo 303 Stewart, Maawell I. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Stoesel, Juan 68 Stoisa, Delfino 129 Stroessner, Alfredo (general, dictador paraguayo) 455, 474, 475, 477, 480 Stuart, Julio 89 Suárez, Gabino 48 Suárez, Salvador S. 48 Subelzu, Antonio (Comisión Santiago de Liniers) 38 Suero, Narciso José de 233, 242

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Sugasti, Juan (propietario del Chaco paraguayo) 65, 71, 320 Sugasti, Manuel (ingeniero) 206-207, 209, 275 Suparo, Toribio (propietario del Chaco paraguayo) 320 Tamayo, Isaac (ministro boliviano) 402 Tamburini, Aquiles 149, 185, 247 Tamburini, Emilio 178, 228 Tambussi, Luis (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Tapia, Antonio 151, 173 Tapia, Francisco 153 Tarnassi, Antonio (abogado) 240 Tejada, José Luis (presidente boliviano 1934-1936) 466 Tejada, Antonio L. de 290, 405, 407 Tenac, Víctor (perito) 257 Terrosa, Juan (director Banco Provincial de Santa Fe) 76, 283 Testoni, Luis (propietario del Chaco paraguayo) 320, 322 Thedy, José A. 219, 221-222 Therier, L. 46 Thomas, Juan 236 Thomas, Tomás (director titular del FCOS) 100, 236-237 Thompson, Carlos (perito agrimensor) 335, 337, 378, 390-391 Tietjen, Engilberto (Engelbert) 23, 65, 71, 75, 101, 121-122, 207 Tietjen, Woltje (cónsul de la Confederación Germánica del Norte en el Rosario) 48, 65, 71, 79, 101, 121 Tirlizzi, Francisco (propietario en el Chaco) 331

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Tirmert, Tomás A. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Tiscornia, Pedro (perito) 119 Tissera, Salvador (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Toledo, Francisco 89 Tomasset, C. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Tomasset, Louque (propietario del Chaco paraguayo) 320 Tomasset, M. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Tonza, José (Comisión Santiago de Liniers) 38 Tordionni, Giovani 151 Toriani, Alfonso 68 Toro Ramallo, Luis 419 Torre, Adela 95 Torre, José E. de la (abogado y juez) 52-55, 58-59, 61 Torre, Lisandro de la (director propietario del FCOS) 48, 65, 70, 95, 210, 236-237, 258 Torre, Lisandro de la (hijo) (Liga del Sur) 68, 189, 197 Torre, Virginia P. de la 68 Torrent, Juan 258 Torres, Melchor (propietario del Chaco paraguayo) 320 To r r es, Mi guel 91, 128, 165, 277-278, 289 Torromé, Francisco 137 Tosticarelli, Santos (colono de la Candelaria) 129, 228 Travarria, Ramón 68 Treacher, Carlos S. 100 Trigo, Pedro 128, 278 Troanes, Francisco 149, 170, 179

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Tudor, Moore (propietario del Chaco paraguayo) 321 Tudor, Owen S. (propietario del Chaco paraguayo) 321 Tuelles, Juan 70 Turio, Horacio (escribano público) 404, 522 Udin, Pedro (colono de la Colonia Candelaria) 148 Uhagon, Rodrigo de (secretario del FCOS) 260, 279 Ulibárric, Gerónimo (perito agrimensor) 261, 263-266 Ulivelli, Hipólito (Ippólito, monseñor) 393 Undabarrena, Joaquín (testigo) 110 Undabarrena, Juan Carlos (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39, 110 Urquiza, Justo José de (general) 14, 35, 38, 59, 61, 118, 132, 160, 197, 231 Urquizu, José de (agrimensor) 88, 92, 217-218, 257-258, 263, 275 Uthurriaga, Andrés (propietario del Chaco paraguayo) 321 Valdez, Isabel Sánchez de 207 Valpy, Henry (ingeniero) 303 Valls, Miguel (propietario del Chaco paraguayo) 321 Van Drager, M. (Comisión Santiago de Liniers) 38 Van Zuylen, Víctor 129, 151, 170, 252, 276 Vázquez Cordero, Antonio (propietario del Chaco paraguayo) 321 Vehils i Grau Bolívar, Rafael (abogado, director Casa de América de Barcelona, director de la Compa-

ñía Hispanomericana de Electricidad, CHADE) 308, 360 Velarde Vizcarra, Nicanor 451-452, 454-455, 467 Velarde y Mier, Victoriana (Victoriana Velarde de Chávarri) 97, 101, 104 Velazco, Celestino 119 Velázquez (doctor) 298 Vélez, Juan E. 88, 125, 170, 180, 249, 254 Velloz, Pablo 67 Vera Bejarano, Cándido 471 Vera Mujica, Antonio (mariscal de campo) 118 Verdaguer, Pedro 89 Vergara, Lucio (senador) 482 Vergara, Pedro 185 Vernet, Carlos 311 Vernet, Gustavo (terrateniente) 311 Victorica Roca Chevallier, Inés 232, 489, 521 Victorica, Benjamín (ministro de Guerra y Marina argentino) 232 Vidal Rivas, J. (propietario del Chaco paraguayo) 321 Vidal, Antonio 69 Vidal, Manuel E. 48 Vidal, Pablo 148 Videla, Maximino 89 Videla, Ricardo (Comisión Santiago de Liniers) 38 Vila, Nicasio (accionista y director titular del FCOS) 237, 246, 289, 294 Villa, José (colono de la Colonia Candelaria) 148, 150-151, 154 Villa, Margarita de 184 Villalva, Juan 89

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Villardel, Ignacio 67 Viñas Muxí, Jacinto 308 Viñas, Pedro (Comisión Santiago de Liniers) 38, 279 Viñas, Severo 67 Viola, Amadeo 170 Viola, Roberto (dictador argentino) 477 Virasoro, Benjamín (Brigadier general; presidente Municipalidad Rosario 1860) 120 Vittadini, A. Higinio 159 Viva, Julián 89 Vollenweider, Enrique (administrador Colonia San Carlos, empleado de la Beck y Herzog) 68 Vuille-Bille, Emilio 68 Wallace Rooke, Alfredo (propietario del Chaco paraguayo) 321 Watson, Reymer O. (propietario del Chaco paraguayo) 321 Weldon, Francis Seymour (condominio Casado-Chávarri-Weldon; funcionario del Banco de Londres y Río de la Plata) 37, 100, 105, 137 Werner, Emilio 185-187, 228 Wheelwright, William (empresario) 41, 232 White, Henry L. (Consejo de tenedores de bonos extranjeros en Londres) 303 Wiengrein, Federico (propietario del Chaco paraguayo) 321 Wiengrein, Juan (propietario del Chaco paraguayo) 321 Wilckens, Guillermo (Inspector de Colonias) 116, 125, 133, 140

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Wild, Santiago (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 38, 40, 59, 232 Wissner, C. 43 Woodt, G. C. (propietario del Chaco paraguayo) 320 Wuille Bille, Constantino (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Yaniz, Genaro (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Yañez, Manuel J. (ministro de gobierno) 235, 283 Yaso, Víctor 159 Ybarra, José Antonio de 86 Yofre, Felipe (Cámara de Apelaciones) 108 Yusussary, Clemente (propietario del Chaco paraguayo) 321 Zabala, Antonio 89 Zabalza, Antonio V. (Colonia Candelaria; administrador de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras) 404, 407, 522 Zabeta, Juan José C. 128 Zabetta, Cova 151 Zaldarriaga; Tiburcio (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Zambonini, Santiago (propietario del Chaco paraguayo) 321 Zambrana, Mariano (ministro de relaciones exteriores paraguayo) 393 Zanoni, Felipe (colono de la Colonia Candelaria) 129, 185 Zárate, Bernardino (propietario del Chaco paraguayo) 321 Zavala, Eliseo (propietario del Chaco paraguayo) 321, 359 Zavala, Francisco (propietario del Chaco paraguayo) 321, 359

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Zavalza, Javier Zavalla, Juan María 65, 68, 74 Zavalla, Manuel 41 Zavalla, Manuel María (sacerdote y político; diputado y senador nacional; gobernador de la provincia de Santa Fe 1882-1886) 64, 213, 250 Zeballos (o Ceballos), Rosario 198 Zeballos, Estanislao (sargento mayor; jefe de policía; padre de Estanislao S. Zeballos) 59 Zeballos, Estanislao Severo (intelectual, político, publicista, tres veces ministro de exteriores argentin o , p r opie ta rio de l Cha c o paraguayo) 116, 129, 164, 232, 299, 321, 323-324, 326, 351-352, 393, 397, 408

Zebreiro, Juan (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 40 Zonino, Nina (accionista del Banco Provincial de Santa Fe) 70 Zorrilla, José Antonio (administrador de la Colonia Candelaria; accionista del FCOS) 122, 127-128, 151, 246 Zorrilla, Pablo (Comisión Santiago de Liniers) 38 Zorrilla, V. M. (accionista FCCA Rosario-Córdoba) 39 Zubelzú, Antonio 38-39, 41, 70-71, 78, 232 Zuviría, Fenelón (juez federal Poder Judicial de la Nación en Rosario 1872) 48, 68 Zuviría, José María (abogado, juez federal Poder Judicial de la Nación en Rosario 1863) 240

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES Ilustración 1. Billete del Banco Mauá y Compañía, 1865, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único. Ilustración 2. Billetes del Banco Carlos Casado, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único. Ilustración 3. Billetes del Banco de Londres y Río de la Plata, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único. Ilustración 4. Reproducción del pagaré firmado por Zenón Luna con Carlos Casado por 302,60 patacones; Expediente comercial de Carlos Casado contra Zenón Luna sobre cobro de pesos, Juzgado del Comercio, juez letrado de comercio dr. José E. de la Torre, secretario Lisandro Paganini, Rosario, 27 de noviembre de 1867, MHPRJM, Causas Comerciales, leg. 23, exp. 15, f. 2. Ilustración 5. Billetes del Banco Provincial de Santa Fe con la firma del gerente de Carlos Casado, Juan Dam, MHPRJM, Colección de billetes de banco de la República Argentina, serie Rosario, vol. único. Ilustración 6. Plano de Desmochados elaborado por Julián de Bustinza en el año 1867, Expediente civil de Carlos Casado sobre mensura, escala de varas de 0,866 mm, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, juez Teófilo García, escribano Luis María Arzac, Rosario, 1865, MHPRJM, Causas Civiles, leg. 31, exp. 27, 32 f. Ilustración 7. Plano de la Colonia Candelaria, Tipografía y Litografía B. Tamburini y Compañía, Rosario, CDICT, Plano general E-0242, incluye las propiedades de José Antonio Zorrilla, Joaquín de Lejarza, Carlos Casado, la demarcación de Villa Casilda y Nueva Roma, los Bulevares Central, Argentino, Inglaterra, España, Italia y Suizo, además de ramales del FCOS a Juárez Celman y Melincué. Ilustración 8. Venta de lotes en la manzana n.º 1 de Villa Casilda con el nombre del comprador, precio por mensualidad, fecha de la escrituración, escribano actuante, MAHM, Libro de Registro de manzanas de Villa Casilda des-

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ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

de el año 1870 hasta el año del fallecimiento de Carlos Casado (1899) y durante la primera mitad del siglo XX en el marco de funcionamiento de la S. A. Hispano-Paraguaya Compañía de Tierras, de la S. A. Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras, y de la Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado. Ilustración 9. Mensura y subdivisión del lote n.º 1 y Plano n.º 52099 de la manzana 59 de la ciudad de Casilda, Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado, agosto de 1967, MAHM, documento suelto del Libro de Registro de Manzanas de Casilda. Ilustración 10. Mensura y subdivisión y Plano n.º 57913, Sociedad Civil Sucesores de Carlos Casado, 1966, MAHM, documento suelto del Libro de Registro de Manzanas de Casilda. Ilustración 11. Plano particular de linderos de Carlos Casado, departamento Rosario, Escala 1: 300, 17 de diciembre de 1894, CDICT, Plano particular P-0346. Ilustración 12. Plano particular con información de las propiedades de los sucesores de Carlos Casado en las calles Chacabuco y Montevideo en Rosario, lindaba al sur con la vía del FCOS, CDICT, Planos particulares. Ilustración 13. E-0232.

Plano de San José de la Esquina, CDICT, Plano general

Ilustración 14. Plano particular del FCOS señalando las propiedades de Alfredo de Arteaga, vende dos fracciones de terreno en Colonia Arteaga a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0373. Ilustración 15. Plano de la propiedad de Enrique Amman en la Colonia Arteaga, departamento Caseros de la provincia de Santa Fe, venta a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0353. Ilustración 16. Plano de la propiedad de Carlos Reckembach en la Colonia Arteaga, departamento Caseros de la provincia de Santa Fe, venta a Carlos Casado, CDICT, Plano particular P-0374. Ilustración 17. Plano de la Colonia Palatina y de la Colonia Sick, departamento Marcos Juárez de la provincia de Córdoba, CDICT, Plano general E-0378. Ilustración 18. Vista parcial de la fábrica de tanino de Puerto Casado, Monte Domecq, 1911, 279-280. Ilustración 19. Cinco vapores cargando simultáneamente en Puerto Casado hacia 1899, Caras y Caretas, Semanario Festivo, Literario, Artístico y de actualidad, año II, n.º 40, Buenos Aires, 8 de julio de 1899. Ilustración 20. Croquis de las exploraciones del general ruso Juan Belaieff, con la ubicación de las tolderías y extensión del ferrocarril de la sociedad anónima Carlos Casado Limitada Compañía de Tierras en 1925, Fernández, 1956.

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

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Ilustraciones 21. del Capítulo II: «En Puerto Casado: la toldería de indios», MHPRJM, Colección fotográfica del médico-cirujano Carlos de Sanctis, Mi campaña en el Chaco: álbum de fotografías explicadas (1932-1933). Ilustración 21.1. «Iglesia misionera de San Raimundo Nonnato en Puerto Casado, donde la obra de don Bosco se halla orientada hacia la civilización de los indios de la región. Observar la buena calidad del edificio como tipo de material es común en todas las construcciones de la Sucesión Casado». Ilustración 21.2. «Estos son los únicos indios que se encuentran en el trayecto de la zona de guerra, constituyendo una pequeña tribu de unos cien individuos. Sus hombres están ajenos a la situación bélica del país y no integran el Ejército Paraguayo». Ilustración 21.3. «El Sacristán enseñando y dirigiendo una cinchada entre dos grupos de indios». Ilustración 21.4. «Baile indígena entre mujeres y hombres». Ilustración 21.5. «El Padre Fariña y el Sacristán haciendo bailar a los indios». Ilustración 21.6. «El Padre Fariña dirigiendo una danza indígena. Cantan acompañándose de toscos tambores, entonando melancólicas, tristes elegías, música salvaje, que como dice el Padre Fariña, `induce tristeza al corazón, aunque muchos de ellos, sobre todo los menores, no saben lo que cantan ni porqué bailan». Ilustración 21.7. «En el centro, el cacique Vicente Maciel; al fondo, la toldería». Ilustración 21.8. «Un detalle de la toldería que dista dos cuadras de la Iglesia. El toldo está constituido por un solo plano inclinado de troncos cubiertos por ramas, trapos y cueros. Mientras los hombres jóvenes trabajan en el aserradero y en el Puerto, los viejos se quedan en la toldería preparando la comida constituida por despojos de vacunos que se hierven largamente en tachos. Mientras tanto los niños y algunas mujeres reciben instrucción o juegan en los corredores de la iglesia. En la foto aparece un viejo centenario desnudo y ciego, machacando en un recipiente vainas de algarrobo que come con sumo agrado». Ilustración 21.9. «Indios viejos en la toldería de Puerto Casado». Ilustración 21.10. «Un aspecto de la toldería de Puerto Casado». Ilustración 21.11. «Indiecito con un cigarro. En el sitio marcado con una cruz se halla una madre india amamantando a su niño. Observar la posición que adopta el niño para mamar». Ilustración 21.12. «Una india sanapaná con su hijito se dirige desde la toldería al almacén de Puerto Casado. Protesta contra la foto. Observar la posición que adopta la madre para llevar al niño». Ilustraciones 22. del Capítulo III: «Hacia el frente: desde Puerto Casado hasta el Fortín Boquerón», MHPRJM, Colección fotográfica del médico-ciruja-

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ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

no Carlos de Sanctis, Mi campaña en el Chaco: álbum de fotografías explicadas (1932-1933). Ilustración 22.1. «El cañonero Paraguay conduciendo tropas desde Asunción a Puerto Casado. Observar con una lente de aumento, la aglomeración de soldados que ocupan la cubierta del buque. La flecha señala un cañón antiaéreo, cuyos sirvientes vigilan atentamente el horizonte ante la posibilidad de la aparición de alguna escuadrilla de aviones bolivianos». Ilustración 22.2. Plano elaborado por Carlos de Sanctis con el trayecto seguido desde Asunción hasta Puerto Casado, y hacia el Chaco Boreal; representa la ubicación de los fortines paraguayos y de los fortines bolivianos, hasta una zona cercana a la frontera argentina con el Río Pilcomayo. En particular, señala la extensión del ferrocarril de los Casado-Sastre. Ilustración 22.3. «Un vagón cargado con dos carros destinados a la zona de guerra. Instantánea estando el tren en marcha; los soldados me miran sorprendidos». Ilustración 22.4. «Los trenes en general llevan carga, soldados y animales para el consumo y para transporte. Son trenes mixtos, pero sin coches para pasajeros. Debe viajarse como pueda, en wagones, hasta sobre los techos y en balastreras». Ilustración 22.5. «Un tren con tropa y novillos, llevando a 145, procedente de Puerto Casado, en un amanecer. Observar en el sitio señalado con la cruz, los mosquiteros de soldados que aún duermen». Ilustración 22.6. «Kilómetro 145. Un tractor oruga de gran potencia, para el transporte de carga y tropa, de gran utilidad en el Chaco, para transitar en zonas pantanosas». Ilustración 22.7. «En Pozo Azul. Un rancho típico de los fortines chaqueños. Es de barro, paja y troncos, casi todos tienen sus aleros de protección contra el sol; el piso es de tierra y consta de dos habitaciones separadas por un corredor». Ilustración 22.8. «Desde el Kilómetro 145 hasta la zona de guerra, la tropa recorre un largo trayecto a veces en camión, otras marchando. Tenemos aquí un camión de soldados del Regimiento San Martín, que se dirigen al frente». Ilustración 22.9. «Prisioneros bolivianos trabajando en la carretera, cerca del Campamento Troche, con hachas, picos y palos. A la izquierda el camión con el que nos dirijimos al frente, sorprendiendo a los prisioneros en plena tarea, haciéndoles formar para tener estas fotos. Los marcados con cruces son los custodios paraguayos...grupo de prisioneros bolivianos. Son los de gorra con visera y los cuidadores paraguayos los de sombrero». Ilustración 22.10. «Los prisioneros se alegraron cuando los fotografiaba y me pedían que los retratase quizás con el ánimo de que la foto apareciese en algún diario o revista que pudiera llegar hasta sus familias, para que constatasen que aún se hallaban vivos».

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

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Ilustración 22.11. «Obsérvese la cara típica del aymara del que se halla señalado con una cruz. En el fondo, se aprecia lo enmarañado que es la selva chaqueña, imposible de penetrar si no se practican picadas con machetes y cuchillos de monte». Ilustración 23. del Capítulo XI: «El regreso: desde el Cañadón de la muerte, hasta el Río Paraguay», MHPRJM, Colección fotográfica del médico-cirujano Carlos de Sanctis, Mi campaña en el Chaco: álbum de fotografías explicadas (1932-1933). «Este vehículo es el auto-vía que hace el trayecto desde Puerto Casado hasta K. 145 en un viaje rápido utilizándose para Jefes y oficiales o bien para casos de urgencia. Es un motor Ford con la carrocería adaptada a las vías del ferrocarril. En este autovía efectuamos el regreso, afortunadamente, pues el viaje en tren, tanto de día como de noche, es un suplicio; se debe viajar apretadamente, en balastreras, con sol y calor durante el día o con mosquitos y frío durante la noche».

ÍNDICE DE CUADROS

Cuadro 1. Nacionalidad de los 2.423 residentes extranjeros en el departamento Rosario en 1858. Cuadro 2. 1864.

Accionistas del Ferrocarril Central Argentino Rosario-Córdoba en

Cuadro 3. Accionistas del Banco Provincial de Santa Fe en 1874, elaborada por el secretario Eudoro Carrasco. Cuadro 4.

Evolución departamental de la provincia de Santa Fe (1856-1890).

Cuadro 5. Créditos y deudas a favor de la sucesión, pleitos pendientes y cuentas sin liquidar en 1899. Cuadro 6. Liquidación y partición de bienes de los Casado-Sastre en 1906, $5.620.850,49 mn. Cuadro 7. Inmuebles y terrenos en posesión de Carlos Casado en Rosario en 1899, adquiridos entre 1881-1889. Cuadro 8. Quintas y terrenos en los suburbios de Rosario, en posesión de Carlos Casado en 1899, adquiridos entre 1881-1889. Se tasa con todo lo plantado, edificado y clavado. Cuadro 9. Acciones y derechos de la sucesión de Casado estimados en $ mn, en propiedades ubicadas en Rosario. Cuadro 10. Diferencias de peritaje entre José N. Puccio, Juan Arrosagaray y Lisandro Paganini, expropiación de la Estación Central del FCOS en 1883. Cuadro 11. Accionistas y número de votos por acciones del Ferrocarril Oeste Santafesino en 1886. Cuadro 12.-Bolsas de productos agrícolas introducidas anualmente en Rosario por el FCOS entre 1884 y 1898. Cuadro 13. Propiedades de la familia Casado-Sastre en las estaciones del FCOS en 1899. Cuadro 14. Población del Paraguay por grupo de edades y sexo, años 1886/1887.

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GABRIELA DALLA CORTE

Cuadro 15. Compañías de Tierras e Hipotecarias en la República Argentina en 1910 ($/os) Cuadro 16. Propiedad de los particulares en el Chaco paraguayo en 1910. Cuadro 17. Herencia de Carlos Casado en el Chaco paraguayo en 1899 por un total de $1.117.986,10 mn argentina. Cuadro 18. Propiedades de la familia Casado-Sastre en el Chaco paraguayo, según el inventario de 1899. Cuadro 19. Distribución de 3.112.500 ha entre los Casado-Sastre en el Chaco paraguayo en 1910. Cuadro 20. Adquisición de lotes en el Chaco paraguayo por parte de los Casado-Sastre (1886-1893), herederos (1899) y estado de las propiedades en 1910. Cuadro 21. Cifras de exportación de extracto de quebracho y rollizos de quebracho (1920-1939) de fábricas instaladas en la zona chaqueña argentina. Cuadro 22. Colonias mennonitas en el Chaco paraguayo (1927-1947). Cuadro 23. Estado de los ferrocarriles privados en el Chaco Boreal a principios del siglo XX.

SIGLAS UTILIZADAS FCOS: Ferrocarril Oeste Santafesino FCCA: Ferrocarril Central Argentino FCBAyR: Ferrocarril Buenos Aires a (y) Rosario

MEDIDAS Y EQUIVALENCIAS CON ESPECIFICACIÓN DE LA FUENTE DE INFORMACIÓN Ha: hectárea/s $ os: pesos oro sellado. $ mn: pesos moneda nacional (argentina). Legua cuadrada o kilométrica = 1.875 ha en Paraguay y Chaco paraguayo (Borrini, 1997: 34). Legua cuadrada o kilométrica = 2.500 ha en el Chaco argentino (Borrini, 1997: 34; también Expediente civil de Carlos Casado, representado por Carlos Castilla, contra Pantaleón Cabral y Micaela Barruti de Cabral sobre expropiación del FCOS, Juzgado en lo Civil y Comercial de Rosario, jueces José García González y Claudio Andino, subsecretario Honorato Villalón, iniciado el 25 de diciembre de 1887, ATPR, Causas Civiles, serie C, t. 70). Legua cuadrada o kilométrica = 2.709 hectáreas, 82 áreas y 71 centiáreas, según el «Acuerdo entre partes» conservado en Nota enviada por Casiano Rojas, perito agrimensor nombrado por la Suprema Corte de Justicia, dirigida al Juez Federal, en los autos seguidos por Domingo Funes contra Carlos Casado, sobre reivindicación en el departamento Caseros, CDICT, Copiador de Cartas, mes 8, tomo n.º 6 (1895-1903), ff. 32-49. Las medidas de longitud paraguayas, reducidas al Sistema Métrico Decimal, fueron calculadas en metros siguiendo parcialmente el catastro levantado por Antonio Codas en el Chaco Paraguayo (MARTÍNEZ, 1882). Medidas de longitud paraguayas

1 1 1 1 1 1

legua = 5.000 varas cuadra, 60 de 83 1/3 varas en legua vara 3 pies pie 12 pulgadas pulgada 12 líneas línea 12 puntos

Sistema métrico decimal: metros

4.192 ó 4.330 69,68 0,83 0,27 0,23 0,00

Editada bajo la supervisión del Departamento de Publicaciones del CSIC, esta obra se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2009 en los talleres de Sociedad Anónima de Fotocomposición

ISBN 978-84-00-08926-9

9 788400 089269