Las Relaciones Entre El Imperio Otomano Y La Monarqu�a Cat�lica Entre Los A�os 1520-1535 Y El Papel de Los Estados-Sat�lites 9781617199387, 1617199389

A study of Spain's relations with the Ottoman Empire during the first half of the 16th century under the Habsburg d

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Spanish; Castilian Pages 181 [179] Year 2019

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Table of contents :
Agradecimientos
ÍNDICE
Abreviaturas
I. Introducción a la rivalidad hispanoturca (1520-1535)
II. Algunos aspectos de las relaciones entre Carlos y Solimán
III. El sistema de "centro y los estados satélites"
IV. Conclusiones
V. Bibliografía
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Las Relaciones Entre El Imperio Otomano Y La Monarqu�a Cat�lica Entre Los A�os 1520-1535 Y El Papel de Los Estados-Sat�lites
 9781617199387, 1617199389

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Las relaciones entre el imperio otomano y la monarquía católica entre los años 1520-1535 y el papel de los estados-satélites

Les Cahiers du Bosphore

2

Les Cahiers du Bosphore is a series published by The Isis Press, Istanbul. Gorgias Press is joining with Isis to make these titles readily available in the western hemisphere.

Las relaciones entre el imperio otomano y la monarquía católica entre los años 1520-1535 y el papel de los estados-satélites

Ózlem Kumrular

1

gorgias press 2010

Gorgias Press LLC, 954 River Road, Piscataway, NJ, 08854, USA www.gorgiaspress.com Copyright © 2010 by Gorgias Press LLC Originally published in 2003 All rights reserved under International and Pan-American Copyright Conventions. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system or transmitted in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording, scanning or otherwise without the prior written permission of Gorgias Press LLC. 2010

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ISBN 978-1-61719-938-7 Reprinted from the 2003 Istanbul edition.

Printed in the United States of America

Ózlem Kumrular (Estambul, 1974) estudió filología inglesa en la Universidad del Bosforo (1992-96). Realizó un Master en el departamento de Historia en la misma universidad donde escribió una tesis sobre la degeneración y corrupción en la España de siglo de oro (1996-99) Sigió trabajando en temas hispánicos en la Universidad de Salamanca realizando un doctorado en el departamento de Historia, Medieval, Moderna y Contemporánea (2000-2003). Publicó tres novelas posmodernas, dos libros de música, quince artículos sobre historia y medio centenar en música y literatura. Tradujo una docena de libros clásicos y contemporáneos al turco entre cuales hay que citar los clásicos españoles como Lazarillo de Tormés, El Buscón, el diario de Cristóbal Colón. Trabajó como crítico de música durante diez años, hizo programas de música para la radio y trabajó en el campo de la enseñanza de bailes folkloricos turcos. En la actualidad es miembro del cuerpo docente en la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de Bah§e§ehir en Estambul. En Septiembre de 2002, el presente trabajo de investigación fue presentado en el D e p a r t a m e n t o de Historia Medieval, M o d e r n a y C o n t e m p o r á n e a perteneciente a la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca, para la obtención del Título de Grado.

A ÁNGEL RODRIGUEZ SÁNCHEZ

Agradecimientos

Mi más sincero agradecimiento a José Carlos Rueda Fernández, el director de este trabajo, mis padres, Ana Carabias Torres, José Luis de las Heras Santos, Noemí Cubas Martín, Juan Ignacio Godino Llórente, Cuart Moner Baltasar, Salustiano Moreta Velayos, Edhem Eldem, Adélia Caravalho Mineiro, Luis José Torres F a ^ a o da Fonseca, Irina Pérez Sánchez, lgor Salazar Santos, todo el departamento de Historia Mediavel, Moderna y Contemporánea de la Universidad de Salamanca, todos los funcionarios de los archivos y bibliotecas españoles, y a todos los salmantinos.

ÍNDICE

índice

9

Abreviaturas

10

I.

Introducción a la rivalidad hispanoturca (1520-1535)

11

II.

Algunos aspectos de las relaciones entre Carlos y Solimán

III.

El sistema de "centro y los estados satélites"

IV.

Conclusiones

165

V.

Bibliografía

171

...

19 81

Abreviaturas A.G.S A.H.N. A.L.S. B.A. B.A.E B.N.M C.A.L.C. C.S.C. C.S.P. Ed. Eoi. G.A. Í.Ü.E.F. K.T.B.Y. Leg. M.D. M.Ü.Y. R.A.H. Trad.

Archivo General de Simancas Archivo Histórico Nacional Archivo de Lope de Soria Ba§bakanlik Argivi (Archivo de Primer Ministro) Biblioteca de Autores Españoles Biblioteca Nacional de Madrid Colección don Antonio Lopez de Córdoba Colección Salazar y Castro Calendar of State Papers Edición, editado por folio Guerra Antigua Istanbul Üniversitesi Edebiyat Fakültesi (Facultad de Letras de la Universidad de Estambul) Kültiir ve Turizm Bakanligi Yayinlari (Publicaciones del Ministro de Cultura y Turismo) Legajo Miihimme Defteri (Cuaderno de asuntos) Marmara Üniversitesi yayinlari (Publicaciones de la Universidad de Mármara) Real Academia de la Historia Traducción, traducido por

I INTRODUCCIÓN A LA RIVALIDAD HISPANOTURCA (1520-1535)

Ogier Ghiselin de Busbecq, embajador de Fernando de Austria en la corte de Solimán entre 1554 y 1562, en una de sus cartas dirigidas a Nicolás Michault, describía el poder turco así: "los turcos son como los grandes ríos y corrientes que, si se les pone delante algún dique, o reparo, en rompiéndole una vez, es tan grande el ímpetu y raudal, que todo lo assuelan, y llevan de hecho, sin saber cosa que se les ponga delante, haziendo infinito estrago por do quiera que p a s a n " 1 . Obviamente, con esta metáfora el e m b a j a d o r austríaco proporcionaba un resumen pintoresco de la expansión irrefrenable de los turcos otomanos en la primera mitad del siglo XVI. Los turcos empezaron a enarbolar el estandarte del Imperio Otomano en Europa por primera vez eri 1352, tras la conquista de la fortaleza de Cimpe por Solimán Pa§a 2 . En 1453 cayó Constantinopla en manos de los turcos gracias a un ingenioso proyecto de Mehmet II. Entre los años 1478-1479 la mayor parte de Albania fue sometida al poder turco, y en 1483, tras la subyugación de Herzegovina, el poderío turco empezó a penetrar en el Este de Europa. Y ahora, en la segunda década del siglo XVI, todas las otras fortalezas de Europa central caían una tras otra en manos de Solimán el Magnifico. Su padre, Yavuz Sultán Selim, Selim I (Selim el feroz), estando en el lecho de muerte, le dijo que él se había dirigido hacia Oriente, pero le aconsejaba extender sus territorios hacia Occidente. De este modo, Solimán siempre tuvo su vista clavada en los territorios occidentales, aunque de hecho procuró seguir una política equilibrada entre el Este y el Oeste. Antes de emprender una campaña oriental, procuraba pactar con los estados occidentales y viceversa.

Busbequio, Augerio Gislenio: Embaxada e Viages de Constantinopla. Madrid, 1578. pp. 12-13. La descripción de Covarruvias es todavía más llamativa: " Turco: esta nación es más conocida de lo que aviamos menester. Por aver venido a señorear tan gran parte del orbe; gente baja y malas costumbres, que vivían de robar y maltratar a los demás". "El padre Fray Gerónimo Román en la república de los Turcos haze mención de su origen y etymología, diziendo averse llamado turcos, porque se davan a robar y vivían como bárvaros, y eran muy pobres y no les parecía hazer agrevio nadie tomado lo ageno". Covarruvias Orozco, S.: Tesoro de la lengua castellana. Madrid, 1979. 2 Pa§a: Bajá.

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CATÓLICA

En su breve reinado de ocho años, Selim I extendió su imperio considerablemente, consiguiendo trasladar los límites desde el mar Rojo, el mar de Omán y el océano índico hasta el Mediterráneo Occidental y el golfo Pérsico, siendo de destacar que por estas fechas los otomanos tenían en su poder tres ciudades santas: La Meca, Medina y Jerusalén. De esta forma, a partir del año 1517, al Imperio Otomano se le consideraba un Cihan devleti (estado mundial). Tras la toma del imperio mameluco por los turcos en 1517, desapareció una potencia afroasiática, quedando la Persia Safawi vida como el estado más fuerte de Asia, la más seria amenaza para los turcos. Nada más subir al trono 1 , en 1521, Solimán conquistó Belgrado, la "ciudad blanca" que le abrió las puertas de Europa. En 1522 cayó Rodas tras un angustioso asedio. En 1526. la victoria de Mohács no sólo cambió el destino de Europa, sino el equilibrio de la política europea. 1529 fue el año en el que los turcos llegaron hasta los muros de Viena, que era evidentemente la última frontera que los turcos consiguieron forzar en Europa Central. Pero la amenaza turca no cesaba ni por mar ni por tierra. En 1534, tras el nombramiento de Barbarroja como el kapudan pa$a (almirante general de la armada turca), el Mediterráneo llegó a ser testigo de una amenaza naval imparable; sin lugar a dudas, la más peligrosa del siglo XVI. Gracias a los éxitos de los hermanos Barbarroja, el "mare nostrum" se f u e convirtiendo en el "lago turco". Los otomanos conquistaron la isla de Rodas en 1522, la cual se había convertido anteriormente en el cuartel general de los piratas que pretendían bloquear las comunicaciones turcas con Egipto. Los caballeros de San Juan opusieron una valiente resistencia a la conquista, pero finalmente tuvieron que capitular. Por su parte, la marina de Carlos V era hostilizada continuamente por los piratas turcos y berberiscos. En más de un siglo y medio, los otomanos recorrieron un camino impresionante: desde un beylik (emirato) a un imperio entre dos océanos, establecido sobre tres continentes y que controlaba más de las tres cuartas partes del Mediterráneo. La rápida expansión turca hacia Occidente hizo sentir su presencia en Europa tras la muerte de Selim I, y Solimán llegó a jugar un papel sumamente activo en la política europea. Juan Dantisco, el embajador de Segismundo en la corte de ("arlos, en una carta que despachó al mismo rey de Polonia en 1524, resumía la situación de Europa en una sola frase: "el Turco, tanto cerca como lejos, causa pavor ahora a todo el m u n d o " 2 . T a m p o c o se equivocaba el veneciano Niccolò Trepolo, embajador veneciano en \a corle de Carlos, cuando presentaba su relazione a la Señoría: "infine la faceva più ! Su llegada al poder fue ejemplar, ya que contrariamente a lo que era costumbre en la época, ocupó el trono pacíficamente, sin recurrir a guerras fratricidas. 2 Fontán, Antonio; Axer, Jerzy (Kds.): Españoles y polacos en la corte de Carlos V. Madrid, 1994. p. 157. (Carta fechada el 4 de enero de 1527, de Cracovia)

LA

RIVALIDAD

HISPANOTURCA

13

riguardarsi il respetto del Turco, che li pareva di molto maggiore perdo delli altri tutti, vedendo il nemico prontissimo, armata e vicino, che ad altro non aspira che alla distruzione del nome cristiano" 1 , ni Tomás Campanella en su análisis: "y a la verdad el turco extiende su mano por todas partes, contra todos, y siempre sale victorioso" 2 . En la primera mitad del siglo, Europa fue la escena de las ambiciones políticas de los monarcas jóvenes. Carlos fue coronado como emperador con 20 años. Luis II fue nombrado rey de Hungría y de Bohemia cuando tenía 14 años. Francico I y Solimán subieron al trono con 26 años e Iván de Moscovia, con 17 años. El mayor hijo de la Cristiandad entre todos estos jóvenes era Enrique VIII de Inglaterra. Se trataba de una Europa dinámica, conmovedora y movilizada. La llegada de Solimán a la escena política europea cambió el relativo equilibrio del continente. El preludio, al que Carlos no dio mucha importancia, había sido la aparición de Solimán con sus tropas ante los muros de Belgrado, la "ciudad blanca", la clave de Europa Central. La conquista de Rodas un año después, en 1522, de modo análogo, no atemorizó al emperador. Pero, esta vez al menos envió dos carracas en auxilio de los caballeros de San Juan, las cuales nunca llegaron a su destino. Estas conquistas de Solimán, las de Rodas y Belgrado, comprensiblemente apenas tuvieron eco en Castilla, al contrario de lo ocurrido en Hungría. El peligro parecía lejano. Las acciones de las fuerzas marítimas de los turcos en el Adriático y en el Mediterráneo oriental tampoco tuvieron un efecto considerable en la Península. La Península sólo se preocupaba por sus propias costas, que se hallaban bajo la constante amenaza de los piratas turcos, y no de aquellos otros territorios bajo el control de Carlos V, muy alejados de Castilla. En 1526, Carlos no mostró una excesiva preocupación ante los preparativos bélicos del Sultán. Le llegaban correos alarmantes de sus embajadores, sobre todo de los de Venecia, y le avisaban: "grandissima armada de mar y de tierra, así es bien que V.M. mande que en las marinas de Pulla y en Cecilia se fortifiquen y aperciban, pues en esto se aventura poco y el peligro en que está es tan grande" 3 . Obviamente, hasta el verano de 1526, cuando el reino de Hungría recibió un golpe mortal de mano de los turcos, y su rey, Luis II - c u ñ a d o de Carlos V - murió huyendo de la batalla, el emperador no tomó medidas serias contra el ataque turco que amenazaba su imperio. Las guerras hispanofrancesas que obstaculizaban la defensa imperial

1

Alberi, E.: Relazioni degli ambasciatori Veneti al Senato. Firenze, 1839. Serie I, voi. I, p. 70. Campanella, Tomás: Monarquía Hispánica. Madrid, 1982. Trad. Primitivo Marifio. p. 234. 3 R.A.H., C.S.C., leg. A-37, fol. 22. Carta de protonotario Marino Caracciolo y Alonso Sánchez, el embajador imperial en Venecia, a Carlos, de 15 de febrero de 1526. 2

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E L I M P H R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

contra los infieles ya habían terminado, y Carlos se había liberado de estas preocupaciones primordiales en el Oeste del continente. Además, la batalla de Mohács marcó el principio de una nueva época en la política europea: la intervención turca. Sin embargo, la caída de Buda, que era sinónimo del comienzo de un avance imparable de las tropas turcas en el corazón de Europa Central, le asustó especialmente. Hl colapso introdujo una nueva coyuntura en el panorama europeo. La situación era tan complicada como insegura. Solimán, sin encontrar mayor resistencia, se adueñó de una considerable parte de Hungría. Los turcos penetraron profundamente en los territorios húngaros. El Turco ya no quedaba lejos, Europa sentía su aliento a la espalda. La política europea del Imperio estaba paralizada por la aparición del elemento turco en el ombligo del continente, en la misma Buda. Asimismo, se trataba de una geografía que estaba muy lejos de ser fija, y que iba cambiando paralelamente con los avances de los turcos. Con total seguridad puede suponerse que la caída de Buda en las manos de los turcos conmovió a Carlos para constituir una nueva política que evitara un aniquilamiento grave. Empezó la gran contraofensiva imperial contra el incansable expansionismo otomano. Sin embargo, desde siempre, el destino de Carlos había sido luchar contra los infieles a lo largo de sus reinos. El discurso que hizo Don l'edro Ruiz de la Mota en 1518 cuando solicitaba dineros a los procuradores de Cortes, manifiesta de forma abierta el papel del emperador como "padre de la Cristiandad": "su Majestad tiene obligaciones e intereses particulares para hacer esta guerra más que otro príncipe cristiano ninguno, porque ancha parte del patrimonio del emperador confina con el turco por la parte de Constantinopla y Eslovenia, y el reino de Nápoles es tan vecino a la Valaquia, que no hay sino el estrecho del mar Adriático en medio" 1 . De la misma forma, en las Cortes de Valladolid, se enfatizó el deber del emperador y su obligación de salvaguardar la seguridad de sus reinos contra los infieles: "suplican a Vuestra Majestad que trabaje e procure, por todos los medios que ser pudiere, la paz con los príncipes cristianos y la guerra contra los infieles" 2 . Así f u e su respuesta: "a esto vos rrespondemos que os lo tenemos en servicio y así lo avernos hecho y haremos, y nunca la paz a quedado ni quedará de tomarse por nos, por hallarnos más desocupados para entender en las cosas de la guerra con ynfieles como agora lo avernos fecho con los venecianos".

1 2

Díaz-Plaja, Fernando: Historia de España en sus documentos. Siglo XVI. Madrid, 1988. p. 105. Cortes de los antiguos Reinos de l^ón y de Castilla. Madrid, 1882. vol. IV, p. 367.

LA

RIVALIDAD

HISPANOTURCA

15

Desde la batalla de Mohács hasta el asedio de Viena en 1529 por las tropas de Solimán no cesaron las discordias entre los dos pretendientes al trono húngaro: Juan Zapolya de Hungría, el vasallo de Solimán, y Fernando de Austria. El fracaso del asedio y la retirada del turco traerían consigo una época de crisis. Evidentemente, los años 1530 y 1531 fueron años bastante críticos para Europa - a n t e todo para los estados italianos y el imperio carolino-, cuando "las nuevas del turco" circulaban de manera acuciante entre los estados cristianos. Las noticias que confirmaban los grandes preparativos en los que estaba empeñado el Gran Turco creaban una gran alarma. Todavía no se sabía hacia dónde se dirigiría el Sultán. La noticia más alarmante era la de la posible invasión de las costas italianas. Una vez más, el Cardenal de Sigüenza recordaba al emperador el peligro que corría el Imperio: "como el Turco es muy poderoso y los primeros estados a donde han de tocar son vuestros y de vuestro hermano" 1 . Mientras tanto, los despachos que iban y venían entre Roma y Carlos manifestaban el gran temor que sentía la Cristiandad, sobre todo Roma, ante la comentada invasión. Las cartas que despachaban el Papa y los cardenales al emperador manifestaban el pánico hacia una hipotética conquista de Roma por los turcos. El ambicioso Sultán tenía dos metas para cambiar el destino de Europa: restaurar el Imperio Romano reuniendo Constantinopla con Roma, y apoderarse de todo el Mediterráneo y ser el único emperador del mundo. La misma meta había tenido su bisabuelo Mehmet II, cuya vida no f u e lo bastante larga c o m o para poder llevar a cabo su objetivo. Esta meta de Solimán no era ningún secreto para Europa. Así describía Paolo Giovio la ambición utópica de Solimán: "per esser di natura cupido di gloria, et fattosi ardito, & audace per la tante vittorie sue, et grandezze dell'imperio, ho intenso da huomini degni di fede, che spesso dice, che á lui tocca di ragione l'imperio di Roma & di tutto Ponente per esser legittimo successore di Constantino imperatore qual transfere 1'imperio in Constantinopoli" 2 . De igual modo, Francisco avisaba al embajador veneciano que estuvo en la corte francesa: "el Turco, va a emprender una expedición naval y saquear Apulia, quizá avance hasta Roma, porque Solimán siempre dice "¡A Roma! ¡A Roma!" y odia al emperador y su título de Caesar" 3 . Solimán no sólo se nombraba como "Caesar" sino "el que ordena a los Césares de la época y las coronas del mundo". Tras conquistar Buda y conceder el título de rey a su

' Heine, G.: Briefe an Kaiser Karl V, geschrieben von seinen Beichvater in dem Jahren 15301532. Berlin, 1848. p. 388. 2 delle cose de' Turchi. Venezia, 1531. fol. 30r. 3 Giovio, Paolo: Commentari Recogido por Necipoglu, Gülru: "Siileyman the Magnificent and the representation of p o w e r in the context of Ottoman-Habsburg-Papal Rivalry", en Süleymän the Second and his time, ed. Halil Inalcik & Cemal Kafadar. Istanbul, 1993. p. 175.

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

vasallo Juan Zapolya, se autoproclamó "distribuidor de coronas a los monarcas del mundo". Sólo había un rival para Solimán: el rey de España, Carlos, tal c o m o le nombraba. N o reconocía su titulo de emperador. Esta potencia era el único obstáculo considerable para llegar a su meta. Un embajador veneciano, Bernardo Navagero, acentuaba esta rivalidad con estas palabras: " v e d e n d o i Turci un impero tanto grande c o m ' è quello di Cario V armato da terra e da mare, e con corso continuo di tante vittorie, t e m e v a n o grandemente c h e aggiunte a quelle le forze da mare di quest'illustrissimo dominio, potessero far loro qualche danno" 1 . Con la elección de Carlos V c o m o emperador, puede decirse que los Pirineos habían d e j a d o de existir, en términos de Trevor D a v i e s 2 . Carlos dominaba un área mucho más amplia que cualquier otro soberano que llegara a reinar entre los días de Carlomagno y Napoleón. Contra el avance turco en Europa Central y en el Oeste de Mediterráneo, Europa, aunque temerosa de la fuerza islámica y preocupada por los éxitos infrenables del imperio turco, no f u e capaz de organizar una resistencia coordinada. El viejo espíritu de las Cruzadas ya había muerto, y la Cristiandad estaba muy lejos de unirse b a j o el techo de una meta religiosa y política. A pesar de que contaba con una causa unificadora, c o m o era el impacto a m e n a z a d o r de las tropas turcas hacia el corazón de E u r o p a y hacia el M a r e N o s t r u m , el continente n o optó por establecer un contrapeso efectivo, sino que implantó una política de alianzas al margen de sus propios intereses. La consecuencia f u e el nacimiento de dos poderes absolutos: uno ofensivo y otro defensivo, con una gran multitud de estados girando bajo su órbita. En este centro de poder, Solimán el Magnífico casi siempre había sido la parte ofensiva. Sin embargo, la política exterior de Carlos V se centró en la defensa del imperio contra el avance imparable turco y debilitamiento de la potencial ofensiva de "Tres cruel Ture, ennemy de tous bons chretiens", c o m o le n o m b r a b a el emperador. Solimán aspiró a poner de rodillas a Carlos, y Carlos aspiró a protagonizar la defensa de la Cristiandad. Se esforzó seriamente en defender el imperio. Condujo personalmente su ejército repetidas veces al c a m p o de batalla. Poseía una voluntad f i r m e y d e f i n i d a . Por otro lado, Solimán quiso extender sus fronteras y penetrar en Europa, sin preocuparse de convertir sus subditos al Islam, sin intención de crear un imperio musulmán. Carlos pasó toda su vida en lucha contra las disputas religiosas para reunir a todos sus reinos bajo su Santa Fe Católica. N o sería ninguna exageración proclamar que no se acercó ni un paso a su verdadera meta que era la creación de una Europa religiosamente homogénea.

' Alberi, E.: Relazioni 2

degli ambasciatori

Veneti al Senato, op. cit.,Serie

Davies, Trevor R.: The Golden Century ofSpain,

1501-1621.

III, voi. II, p. 83.

London, 1961. p. 85.

LA

RIVALIDAD

17

HISPANOTURCA

La política agresiva de Solimán frente a Occidente fue el factor más decisivo a la hora de provocar el choque entre los dos imperios más grandes de la Edad

Moderna

y la lucha constante

de dos e m p e r a d o r e s

que,

sorprendentemente, fueron coronados al mismo tiempo, que lucharon por la hegemonía mundial, que estuvieron en una guerra mas bien "fría" perpetua, que sólo en una ocasión tuvieron la oportunidad de encontrarse frente a frente en una batalla, y que perdieron esta oportunidad sin poder encontrarse con sus ejércitos perfectamente preparados buscándose uno al otro en la profundidad de la Europa Central. Se trataba de un choque de poderes, ideales, metas: La idea de una Europa unida versas un imperio islámico creciente; "Pax Christiana"

versas

"Pax Otomana"; el símbolo de la cristiandad, el protector y defensor de Europa versas el emperador de los turcos, el sultán, el califa, el representante de Dios en la tierra, el defensor de la secta sunni contra los chiitas e "infieles"; una política claramente pacifista versas una política harto agresiva; los repetidos esfuerzos de Carlos V acerca de una pacificación de Europa versas

las

incesantes campañas de Solimán para realizar sus planes ambiciosos. Todo era una órbita centrada en tres continentes cuyos satélites eran los estados vecinos con los que se compartían las fronteras y los deseos políticos, con conflictos religiosos. El imperio otomano era más "compacto" que el imperio carolino, tal como lo describía Anthony Sherley en su "Peso Político de todo el Mundo": "el turco, con mucho derecho, se llama gran señor por serlo no sólo en el largo y anchuroso término de sus estados, pero por lindarse los unos con los otros de manera que se puede passar del uno al otro como de cassa en cassa, todo por tierra sin necessidad de passar por la mar a ninguno de ellos" 1 . La mayor parte de la Europa oriental y central se encontraba bajo dominio otomano. La concepción centralizada y autoridad del poder posibilitaba la manipulación de estos vastos territorios a pesar de la difícil lucha en dos frentes. De la misma manera, su hábil política financiera garantizó al estado grandes riquezas, un ejército permanente, un cúmulo de éxitos obtenidos, una ventajosa posición militar, una creciente influencia y el prestigio del poderío turco. Sherley, Anthony: Le "Peso Político de todo el Mundo". Ed. Xavier A. Flores. Paris, 1963. p. 112. Luego sigue asi': "Con comentar en el camino para hazerlo, de Buda en Ungría, le Cervia, Bosnia, Bulgaria, la Grecia, la Tracia a Constantinopla, de donde con tragefar sólo al Esponto se entrará en Amacia, a las dos Armenias, Mesopotamia que oy día se llama Diarbeque. a la Assyria que llaman ellos Bagadat con corromper el nombre de la caveza de ella que era Babilonia, a Diria, a al Palestina, a Egipto, y de Alexandría de Egipto a Trípoli de Berbería, y de allí hasta Túnez, Argel y Tremecén. Y todos estos Estados son sacados del más rico y abundante pedazo de todo lo criado; de manera que el Imperio no sólo es grande en mucho estados pero fuerte en la dislribuición y dispossición de ellos, pues que pueden ayudar a conservarsse los unos a los otros con vrebedad y presteza, y son ricos y opulentos para hazerlo en hombres, en dineros, en municiones y mantenimientos, y demás pueden repartir a otras naciones mucho de lo que les sobra".

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

La proposición de las Cortes que celebró el emperador en Valladolid el 11 de Febrero de 1527, nos da los detalles de la imagen del poder "pérfida y cruel bestia", tal como se describía el poder turco, tras la batalla de Mohács y una interesante comparación de las dos potencias, desde el punto de vista hispánico: "considerando la facilidad con que la casa otomana de donde esto Solimán Solin Señor de los turcos nuestro común enemigo deciende en muy poco tiempo prosperado que decendiendo de muy baxo lugar y por fuer§a de armas muy gran parte del mundo sojuzgado... Al gran soldán conquistó en que tiene la Tierra Santa de Jerusalén y Monte Sina y la gran ciudad del Cayro. Considerando la gran potencia que este enemigo en tantas provincias tiene en las quales no faltan el ánimo y voluntad para la conquista menos le faltará gente belicossa y exenjitada en la guerra ni cavallos, navios, armas ni artillería y todos los otros aparejos para la guerra necesarios, ni abundancia de dineros para mantenerla y como la Christiandad está tan pobre de gente para poder resistir a tan gran potencia tan pobre de gente para poder resistir a tan gran potencia común y universal peligro" 1 . Existe otro aspecto importante: la "Pax otomana". Asi inmortaliza Baki, un poeta otomano, esta época clásica y el orgullo turco en sus versos: "Da sempre i servi noi siamo ascritti al volere di sovrano d'amore. Sultani magnifici siamo dove passione domina bruciante Sii prodigo, omaggio o di nuvola graziosa elargisci alle labbra assetate, Siamo noi tulipano prezioso dal cuore marchiato in valli deserte. E in noi che il tempo intuisce essenza di perla e il cuore ci lacera straziato Ecco il petto irrorato di sangue: siamo noi pozzo sapienziale Un bieco granello di polvere non voglia macchiare la polla dell'anima nostra: Tu lo sai. siamo noi il tersissimo orgoglio e l'onore del dominio ottomano La mia coppa armaniosa qual cesello dei versi di baki l'ecumene gira ed avvolge E noi pure a tanto convito, siamo noi il Giami dell'epoca nostra" 2 .

1

R.A.H., C.S.C., leg. A-40, fols. 138-145. Cit. y trad. Scarda, Gianroberto: Imperio Ottomano ed Europa. Palermo: Centro Culturale AlFarabì, 1993. p. 26.

2

u ALGUNOS ASPECTOS DE LAS RELACIONES ENTRE CARLOS Y SOLIMÁN

Carlos V y Solimán el Magnífico: Dos soberanos en lucha por un poder universal ¿No soy yo el gran señor de Romanía, de Phrigia, Asiría, Media y de Galacia, de Bithia, Pamphilia y Natholia, de Procopensa, Capadocia y Tracia, de las Armenias dos, Licia y Suria, Morcastro, Chersoneso y de Dalmacia, de las Arabias tres con la Numidia, Mesopotamia, Palestina y Lidia, Cilix? ¿No es mía Asiría, el Ponto Euxirio Paphlagonia, Soria y la Pétrea y el fiero Masageta de con tino en mi real servicio no se emplea? ¿Aden a mis estados convezino no haze mi grandeza se vea? ¿Colchas, Iueros, Thenedos y Alanos, Chios, Sanios, Egipcios, Transilvanos? ¿No es mío Sancta Maura y Negroponto con Tripol, Mithilene y Babilonia, Cephalonia, la Asia y el Exponto con la Thesalia, Misia y Macedonia, Moldavia, con Raguga y con Thayonto, Bulgaria, la Morea y costa Ionia, Capha, Balasia, Seruia y la Mosia, Epiro, Trapesonda y la Thauria? ¿De Euphrates los raudales y el corriente con el hinchado Nilo caudaloso y del Bosphoro el paso vehemente no es mío hasta el Caspio, mar hondos?

20

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

¿No soy el señor de todo el roxo hasta el lago Meothis

CATÓLICA

oriente

cavernoso,

el Cerúleo Archipiélago

no es mío

con el Egeo mar y el Cimerio? Pue\ si aquesto es ansí, ¿porque' Que nadie Emperador peuda Y que con temerario

atrevimiento

Pretendan en el nombre a mi Gabriel

Lasso

de

consiento

llamarse

la

ygualarse?

Vega,

La

Destrucción

de

Constantinopla. Carlos V y Solimán el Magnífico, dos emperadores que reinaron sobre tres continentes. Ambos heredaron territorios inmensos de sus antepasados y cada uno de ellos aspiró a la hegemonía en el Mediterráneo. No llegaron a conocerse personalmente, pero a lo largo de su vida dieron múltiples muestras de recelar el uno del otro. Como es sabido, sus reinados marcaron el "Siglo de Oro" de sus respectivos imperios. Carlos V concentró en sus manos el patrimonio político de cuatro dinastías: Habsburgo, Borgoña, Aragón y Castilla. Fue el primer Habsburgo que gobernó en tres continentes y desde la abdicación de Carlomagno, en el siglo IX, la Europa cristiana no había visto un estado cristiano de tales dimensiones, si exceptuamos el Imperio Bizantino. Para mantener integrado el vasto sistema político de la Monarquía Católica se vio obligado a viajar durante toda su vida. Era un líder incansable dotado del don de las lenguas: llegó a hablar flamenco, f rancés, castellano e italiano. Kanuní Sultán Süleyman (Solimán el Legislador), más conocido como Solimán el Magnífico y llamado también en toda Europa "El gran Turco", era un hombre tremendamente polifacético. Era el sultán, pero también un gran legislador, hábil estratega militar, fino poeta, buen calígrafo, experto joyero y amante fiel de su esposa Roxelana, hasta el último día de su vida 1 . Al igual que Carlos V, dominaba varios idiomas perfectamente: el turco, el árabe, el persa, la lengua de chagatai 2 y el serbio. Como hizo el "emperador de romanos", dirigió personalmente sus ejércitos. De hecho, pasó más de diez años de su vida en campañas. Ambas cabezas de imperio aspiraban a una hegemonía mundial y se esforzaban por destacar su superioridad.

^ Solimán fue uno de los poct.s sultanes que vivió con una sola mujer, concretamente con su esposa Roxelana, una conversa que había renegado del cristianismo. 2 El chagatai es, según los turcólogos, la forma más antigua de la lengua turca. Los textos en chagatai se escribían con el alfabeto árabe y uigur.

LAS R L L A C I O N H S KNTRL C A R L O S Y S O L I M Á N

21

Para colmo, ambos monarcas fueron coronados como "emperador" el mismo día 1 . No es nada extraño que el título de "emperador" crease una gran discordia entre el emperador de Oriente y el de Occidente. Tomás Campanella, en su Monarquía Hispánica revelaba claramente esta cuestión de poder mundial: "El (el turco) quiere ser saludado ya como señor universal, de la misma manera que el español católico; de tal suerte que ambos luchan entre sí por el imperio universal de todo el mundo" 2 . Es difícil precisar exactamente si la polémica cuestión acerca de la posesión de este título fue el producto de una calificación estética o política, sin embargo hay que establecer una distinción entre la perspectiva carotina y la de Solimán respecto al problema "titular". Carlos, más preocupado por la pacificación y unificación de la Cristiandad que por apoderarse de la "corona del mundo" - c o m o solían decir los historiadores otomanos-, no tenía interés por conquistar la citada "corona". No faltan perspectivas que apuntan a que la idea de aspirar a la unificación de la Cristiandad fue un medio político y práctico de Carlos para poder dominar un imperio gigantesco, un imperio comparable al de Carlomagno. Sin duda, hay razones históricas que explican estos deseos. Por otra parte, de ningún modo puede afirmarse que Carlos aspirase a extender su imperio hacia Oriente. Era muy consciente de que la ideología de los emperadores bizantinos, de "un imperio, una religión, un idioma", era prácticamente inaplicable al caso del imperio carolino. Por su parte, Solimán deseaba conquistar la mitad del orbe, someterlo bajo la Sublime Puerta, extender sus territorios lo más lejos posible. La expansión del imperio siempre ha sido una de las metas principales de los sultanes que accedían al trono. La idealización de la "conquista con la espada" fue fundamental en el estado otomano. El sultán, "la sombra de Dios en la tierra", tenía la obligación de enarbolar el estandarte del Islam tan lejos como fuera posible. En este contexto, el deseo de ser el único poseedor de este título, que es el producto más notable de esta época de competitividad, queda justificado por la ideología otomana. Sin duda alguna el poema que compuso Solimán no era más que un medio retórico: "Padi§ah-i i§kam u dil defter ü diván baña Derd ¡i mihnet sozlerin yazdum yeter unvan baña"1'

Para la ascensión al trono de Solimán y sus primeras campañas véase Yurdaydin, Hüseyin Gazi: Kanunî'nin Cülüsu ve ilk Seferleri (La ascensión al trono de Kanunî y sus primeras campañas). Ankara: T.T.K.Y., 1961. 2 Campanella,Tomás: Monarquía Hispánica, op. cit. p. 238. Soy un padiçah de amor y mi corazón consiste en un cuaderno de pena y tormenta, lo que es para mí un título suficiente.

y diván / He escrito

palabras

22

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

Como es bien sabido, para Solimán era inadmisible que Carlos fuese nombrado "emperador". Con toda seguridad, se trata de un desafío total. Como enfatizaban los cronistas oficiales del monarca otomano, no podían coexistir dos emperadores, porque sólo había una cihan tahti (corona del mundo). Indudablemente la historiografía otomana del siglo XVI jugaba según las reglas de Solimán, y los cronistas turcos nombraban a Carlos "rey de España" y en algunos casos, "rey de Alemania" para no pronunciar la palabra "emperador". El embajador veneciano Antonio Erizzo, que estuvo en la Sublime Puerta, subrayaba este rechazo del sultán turco: "verso l'imperator, con il quale oltre la diversità della legge ha naturai concorrenza per il nome dell'imperio, si può giudicar con ragione che abbia mal animo, perchè avendo superato l'imperator d'Oriente, e riputandosi per grandezza di stato, per numero e valor d'uomini, per quantità di danari, e finalmente per qual so voglia altra causa, superior a lui e a tutti altri principo che oggidì dominano al mondo, non può patire che altri aia chiamato imperator" 1 , Del mismo modo Andrea Pandolo, otro embajador de Venecia, también se refería al mismo problema en la relazione que hizo a la Señoría y decía: "con il Serenissimo Imperatore ha ed avrà sempre naturale inimicizia; il quale se bene dai Turchi e dalli grandi non sia nominato con nome d'imperatore, ma di Spagna, che vuol dire signor di Spagna" 2 . Harold Lamb. en su detallado trabajo sobre Solimán, comparte una escena ficticia con nosotros: "¡Cuántas veces, al pasar junto a la columna latina de su jardín, debió de pensar, sonriéndose, que Carlos Habsburgo aun se hacía llamar emperador romano, sin tener en cuenta que Bizancio, asiento de los emperadores romanos del Oriente por más de mil años, era ahora de Solimán!" 3 . Alguna vez, ese alan de preeminencia les llevó al punto de caer en el ridículo de insultarse, bien directamente o bien a través de otros medios. La primera ocasión que encontró Solimán para humillar a Carlos V lo hizo por medio de una carta dirigida a su hermano Fernando. Justo después de la conquista de Güns (Gran), en 1532, buscó con ahínco un choque con el ejército de Fernando, pero éste rehuía el encuentro, como había hecho antes del asedio de Viena; entonces, el Sultán intentó provocar a su enemigo como antes su padre, Selim I, había provocado al Sha Ismail de Irán. En dicha carta se puede leer el siguiente párrafo: "desde hace mucho tiempo se duda de tu virilidad. Dices que eres el valiente de la plaza, pero hasta ahora he marchado muchas veces contra ti y he utilizado tu propiedad a mi antojo. ¡Te falta la

' Alberi, E.: Relazioni degli amnasciatori 2 J

Veneti al Senato, op. cit., Serie III, vol. II, p. 139

Ibidem. Serie III, vol. Ili, p. 163. Lamb, Harold: Suleiman the Magnificent, Sultan of the East. New York, 1951. p. 120.

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

23

palabra de compromiso! ¡Y a tu hermano también! ¿ N o te da vergüenza por ello ante tus soldados e incluso ante tu m u j e r ? Si eres varón, ven al encuentro" 1 . A pesar de que dicha carta no se conserva en ningún archivo, no sólo los cronistas o t o m a n o s , sino también los europeos citan su contenido. Es probable que la parte de la carta que cita Pe^evi, el cronista otomano, sea auténtica, sin desviación alguna. El lenguaje es el mismo de las desafiantes cartas que sus antepasados no dudaron de enviar a los monarcas con objeto de provocarles. Hay otra evidencia interesente respecto a esta carta: los párrafos de Paolo Giovio. " Y o vi allí la carta", dice Giovio, y sigue describiéndola: "venía escripta en Arábigo con vnas letras de oro y azul, sellada con vn sello de oro embuelta en vn saco de carmesí, para que tantas cubiertas respresentassen la sobervia deste bárbaro y vaníssimo rey. Al principio usurpando los títulos de muchos reyes, se intitulava con gran sobervia rey de casi todos los reynos y gentes del mundo. La s u m m a era, que él avía salido de su casa y venido a Vngría a vengar las injurias que avían hecho al rey Juan su vassallo y amigo, y para ello entraría con aquel exército en su tierra, les haría todo daño, y si lo quisiessen d e f e n d e r , pelearía con ellos en batalla con el f a v o r de Dios omnipotente, y de M a h o m a , que siempre favorecen la justicia. Y que si acordándose del nombre que tenían de reyes saliessen al campo armados, con una batalla acabarían la differencia, y en premio, avrían el señorío del mundo si venciessen, o se lo darían si fuessen vencidos" 2 . C o m o se ve por estos e j e m p l o s , hay una n o t a b l e d i f e r e n c i a de interpretación entre las dos versiones. Es importante advertir, sin embargo, que los cronistas otomanos del siglo XVI tienen una cierta inclinación a reescribir el material a su propio m o d o y estilo. Hay que reconocer, por tanto, que la versión de Pe?evi es m e n o s fiable q u e la de G i o v i o 3 . L o que s a b e m o s ciertamente es que una carta muy parecida a la versión de Giovio fue enviada a Fernando por el mismo sultán j u s t o después de recibir sus embajadores. He aquí el texto entero de esa carta imperial de Solimán: "Tus enviados llegaron a las fronteras del reino de Hungría y tu e m b a j a d a lo explicó todo a mi Gran Visir Ibrahim Pa§a, que el Dios le guarde y haga próspero. Él m e explicó todo, así que entiendo qué es lo que quieres. Que sepas que mi objetivo no eres tú, mi objetivo es el rey de España desde que conquisté el reino de Hungría con mi espada. Cuando lleguemos a las fronteras de su Alemania, no será adecuado para él dejarnos sus provincias y reinos y fugarse, porque las provincias de los ' Mufassal Osmanli Tarihi. ístaribul, 1958. p. 855. Giovio, Paolo: Commentario de las cosas de los turcos, op. cit., fols. 65v y 66r.

2

3 Es muy probable que Giovio viese esta carta. Antonio Rincón, a la vuelta de la su embajada a Solimán, trajo a Venecia una versión en castellano, y no cabe duda de que las versiones similares circulaban en Europa en el verano de ese mismo año.

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

reyes son c o m o sus mujeres. Si son abandonados por sus maridos fugitivos para que caigan en las manos de los extranjeros, esto se c o n s i d e r a u n a indecencia extraordinaria. Desde hace m u c h o t i e m p o el rey de E s p a ñ a proclamaba que quería venir contra los turcos, pero soy yo el que, con la gracia de Dios, está avanzando con los ejércitos hacia él. Si es un hombre de coraje, que me espere en la batalla, y que el a s u n t o sea c ó m o quiera Dios. Sin embargo, si no prefiere esperar mi venida, que envíe tributo a mi Magestad imperial. Pero, tú has remitido tus enviados para buscar la paz y amistad con mi Majestad imperial. Si alguien busca la nuestra paz con honestidad y buena fe, es correcto que no le rechacemos. Nosotros mismos buscamos la paz de todo el mundo con honestidad y buena fe. Que sepas que dimos licencia a tus enviados, según nuestras costumbres, y les explicamos todo de una manera totalmente abierta" 1 . Nos hallamos ante un texto cuya lengua conocemos. El lenguaje de los náme-i

hümáyun2

de Solimán dirigidos a los monarcas siempre ha sido

sarcàstico, con un tono dominante de innegable soberbia. Su carta a Fernando no constituía ninguna excepción. Carolea,

la obra panegírica de J e r ó n y m o S e m p e r e , es una de las

fuentes que nos da detalles sobre la carta de desafío del Sultán. A u n q u e el compositor de estos cantos no aporta nada nuevo sobre los detalles conocidos a través de Giovio, nos da la perspectiva general de los cronistas desfavorables al imperio turco de su época y su visión antagonista. Respecto a la cuestión del "título" nos trasmite estas líneas: "Los títulos qu 'en esta carta Y rey nos qu 'el ferog se va Mavores

encierra aplicando,

son y más que no la tierra

Pues ella y lo demás pone en su mando Al (Vv«r presento El Bárbaro Aplícase

la brava

se escriue

los nombres

guerra

blasphemando y

dictados

Que sólo tiene Dios y a Dios son

dados"

Por consiguiente, acentúa el hecho de que Solimán no reconocía el título de emperador de Carlos V, al que nombraba "el rey de España". Una vez más, en las siguientes líneas, se replantea la cuestión del rechazo:

' Gévay, A. von: Urkunden

und A¡:tenstücke.

op. cit., 1-5, no. X X V , pp. 87-88.

^ Carta imperial del sultán. ^ Sempere, J e r ó n y m o : Carolea. Trata las victorias Valencia, 1560, Parte II, canto XV.

del emperador

Carlos

V rey de

España.

LAS R E L A C I O N E S E N T R E C A R L O S Y S O L I M A N

25

"No tiene en lo que huella lo criado Pretende ser señor del mundo todo; Al César escrivió y le ha llamado No César, pero rey del pueblo

Godo

Dezía qu 'el domina el grande estado Del Magno Costantino, a su modo, Por donde el grande imperio con su Roma Es suyo. Pues la Grecia y orbe doma " 1. Pese a la provocación, las tropas de Fernando y de Carlos permanecieron ocultas y no se atrevieron a presentar batalla contra el Turco. Después, en el año 1533, los turcos firmaron la paz con Fernando. Los embajadores de Austria llegaron a Constantinopla el 25 de mayo de 1533 y como símbolo de fidelidad llevaron las llaves de la fortaleza de Gran y se las entregaron al Gran Visir íbrahim Pa§a. Las deliberaciones continuaron hasta el día 14 de julio. En una ocasión, durante una de estas conversaciones, el Gran Visir le preguntó a Cornelius, el enviado de Fernando, si había una carta de Carlos V. En la segunda deliberación con los representantes austríacos, el Gran Visir, íbrahim Pa§a, en el transcurso de un discurso en el que mostraba su grandeza, preguntó: "¿Por qué España estaba peor cultivada que Francia?"

2

A esta pregunta respondió Cornelius que era más seca que Francia y mencionó los efectos que había tenido la Reconquista sobre la agricultura, así como los perjuicios económicos de la expulsión de los judíos. Por lo demás, le aclaró que los "españoles" eran más aficionados al manejo de las armas que a los arados y estaban obsesionados por el honor y la honra. Resulta curiosa la metáfora que empleó el Gran Visir para explicar el funcionamiento de los sistemas políticos imperiales: "el león es el más temible de los animales y no se le encanta por la fuerza sino con trucos y con la comida que le da su guardián. Este debe manejar un palo para atemorizarle y nadie, sino él, debe darle la comida. El monarca es como un león y los guardianes son sus consejeros y lugartenientes. El palo es el cetro de la verdad y de la justicia. Así pues, el monarca Carlos es también un león que necesita que le encanten de esta manera".

Ibídem. Parte II, canto XV. Así sigue: "Escrive que si Carlos pretendía / Tener tal corasón que lo esperasse./De toda la terrena monarquía /En solo una batalla que tratasse/ Mas no puede/ creer que esperaría / Poder que lo prendiesse, o matasse / Y en esto se vería si son tales /Los ánimos que dizen ser reales". 2

Hammer-Purgstall, Joseph von: Geschichte 857.

des Osmanischen

Reiches. Wiesbaden: 1962. p.

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EL I M P t i R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A Después de explicar el contenido de esta metáfora, el Gran Visir se

refirió a los problemas que surgieron anteriormente entre los húngaros y los turcos, exponiendo los errores que, a su j u i c i o , había c o m e t i d o el rey de Hungría. En cuanto al asedio de Viena, el Gran Visir lo j u s t i f i c ó porque "Carlos V estaba amenazando a los turcos con hacerles la guerra desde Italia, y mientras intentaba atraer a los de la secta de Lutero a su antigua fe. Pero llegó a A l e m a n i a y no pudo lograr nada". A d e m á s - a ñ a d i ó el Gran V i s i r - no es digno de un emperador empezar a hacer algo y no llevarlo a cabo, ni prometer algo y no cumplirlo" 1 . Por su parte Carlos V envió una carta al Gran Visir, acerca de la cual este comentó: "Esta carta no es una carta de un monarca prudente y moderado. Carlos V utiliza unos títulos en ella que n o son suyos. ¿ C ó m o se atreve a nombrarse rey de Jerusalén? ¿No sabe que el dueño de este país es el §ehinsah (monarca)? ¿Quiere robar al padi^ah

(monarca) este país? ¿ O escribiendo así

quiere demostrar que le humilla? ¿Se ha oído decir que los monarcas cristianos visitan Jerusalén disfrazados de mendigos? ¿Piensa Carlos que se puede hacer rey de Jerusalén vestido de mendigo? Mira, aquí se titula a sí mismo 'duque de Atenas' cuando en realidad esta es una pequeña sancak (provincia) que ahora nos pertenece. De forma distinta mi señor no necesita robar títulos, porque mi señor tiene muchos que le pertenecen" 2 . A la vista de estos reproches, Cornelius justificó el uso de estos títulos diciendo que los utilizaba ""por costumbre". A lo cual respondió Ibrahim Pasa: "aparte de esto, Carlos compara a Fernando con mi señor. Es lógico que quiera a su h e r m a n o . P e r o eso no exige q u e d e s p r e c i e a un gran comparándolo con su hermano. Mi monarca tiene sancakbeyfi

padi§ah

más fuertes y

ricos que los de Fernando". Y luego dirigiéndose a Jerónimo de Zara, uno de los enviados, le dijo: "el beylerbeyi de Kara A m i d (Diyarbakir), que es un pariente de tu hermano Nicola, tiene más territorios y gente que tu rey, le asisten 50.000 soldados en la guerra, sus sipahi

y sus timarli4

son más q u e

los de Fernando. Mi padi§ah tiene más de estos tipos de s a n c a k s . 5 Al Emperador Carlos debería darle vergüenza escribir una carta de tal naturaleza. Sin embargo la carta que el rey de Francia nos escribió durante la C a m p a ñ a de Hungría, la f i r m ó sólo c o m o "rey de Francia". Era m u y distinta a ésta y era verdaderamente real. Por eso, el gran padi§ah en su carta de respuesta no le 1

Lamb, Harold: Suleirnan the Ma^nificent, Sultán of the East. op. cit. p. 76.

2

Hammer-Purgstall, Joseph ven: Geschichte 114. ^ El bey de sancak (gobierno local).

4

des Osmanischen

Reiches.

op. cit., T o m o II, p.

Sipahi: caballería. T i m a r h : El que tiene el d e r e c h o de recaudar y conservar los impuestos sobre determinadas tierras agrícolas a cambio de sus servicios en tiempos de necesidad con un n ú m e r o determinado de soldados. Gobierno local.

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y SOLIMÁN

27

consignó sus títulos y le escribió como si se dirigiera a un querido hermano suyo a fin de realizar el honor del rey de Francia. Igualmente Barbarroja recibió instrucciones para respetar al rey de Francia como al Gran Padi§ah. Carlos también puede convertirse en un gran emperador con tal de que firme la paz con nosotros. Si lo hace asi, le presentaremos con aquellos títulos ante los reyes de Francia e Inglaterra, ante el Papa y ante los protestantes. Teniendo en cuenta que el Papa aún se acuerda del saqueo de Roma y del mal trato que recibió durante su detención, ¿pensáis que la amistad que une a Carlos y al Papa es verdadera? Yo mismo me compré por 60.000 ducados uno de los diamantes que se le usurparon. Este diamante - d i j o al tiempo que mostraba el anillo de su d e d o - lo tenía el rey de Francia cuando estaba prisionero, después me lo pasó. ¿Cómo podéis pensar que el rey de Francia quiera a Carlos?". Tras pronunciar este largo discurso, ibrahim Pa§a se negó a devolver la carta de Carlos y dijo: "si Carlos desea un tratado de paz, tenía que haber enviado un legado y así se podría firmar un tratado para tres meses, gracias al cual Barbarroja cesaría toda enemistad contra los cristianos durante ese tiempo". No obstante, como el Diván-i

Hümáyun1

estaba preparando una

campaña contra los persas, pactó la paz con los alemanes. El Diván conocía el título de Fernando como "el rey de Bohemia y el archiduque de Austria", pero dejaba la Península Ibérica fuera del contrato. De este modo, sólo el hermano menor pudo alcanzar la paz. Pero así y todo Solimán no admitiría el acuerdo hasta que Fernando "hiciera las paces con su amigo y aliado el rey de Francia y le devolviera los territorios que le había quitado". En lo referente a Carlos V, el tratado de paz especificaba que si no hubiera paz con el emperador, el Estado otomano "quedaría en libertad de atacarle". Como ya se ha señalado, la tradición de "ganar un título con la espada" es fundamental en la idealización del monarca en el contexto otomano. Tradicionalmente la enumeración de los títulos, sobre todo en las cartas reales, f u e un medio de mostrar el repertorio de hazañas. El título era "prestigio", "poder", "mérito". Hay que subrayar que los sultanes otomanos no solían usar títulos "honoráificos", dicho de otra manera, títulos que se usan "por

1 Consejo imperial.

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U I A C A T Ó L I C A

costumbre", c o m o lo definía el enviado austríaco 1 . En otras palabras, los sultanes sólo se nombraban "el sultán del lugar X " si dicha zona estaba bajo su poderío, o si le pagaba tributo. C o m o se ha referido anteriormente, el hecho de que Carlos se proclamase el rey de Jerusalén era totalmente inadmisible para S o l i m á n , porque Jerusalén ya era una provincia del I m p e r i o O t o m a n o , "conquistada por la espada de los turcos". D e la m i s m a manera, el título tradicional de "duque de Atenas" t a m p o c o se consideraba aplicable por el mismo motivo. Las dos campañas siguientes, las de Buda y "Estrigonia" 2 , le dieron a los turcos la f a m a de "conquistadores de Europa Central", a s í c o m o m u c h a riqueza y la reputación de invictos ante las alianzas formadas por Carlos V. El 10 de noviembre de 1545 se firmó la paz entre Solimán y Fernando, que en un principio tendría una duración de año y medio. Pero luego, más tarde, se firmó el tratado de Estambul de 1547, que f u e m u c h o más importante, al ser suscrito

Un documento de B.N.M. nos da los títulos de ambos monarcas: "Titui Magni Turcaex proprio exemplari: "Sultán Suleyman Sciach. Caesar Caesar dei grata Gloriso Magno, et lnvictissimo imperator Constantinopolitano, rei delli Re, Dator dile corone, embraculo della terra dominator dell' mare magno et dell' inferiore et dello maggiore et minore Asia, Affrica et Europa, Syria, Arabia, Judea, Cananea, et Galilea, Phoenicia, Alexandria, et Egypto et dil Magno Cayro, et di Ethiopia, Media, Libya et della \1eca, et dell'Indico et Rubromare et del Regno di Gierusaleme, Samaria, et mare Tyberialiso et Damasco, et Alepo, et della Magn Anthiochia, Mesopothamia, Caldea et dela Gran Baby Ionia con la maggior et minore Armernia, Parthia et Persia, Hyperia, Giorgiana, con il mare Caspio, et Trapezunda, Tauricia, Cappadocia, Cesarea, Pamphilia, Eylicia et Tarsia, Caromonia, Amassia, Pamphlagonia, Lidia, Phrigia, Bitinia, et della Gran citta di Nicea, Nicomedia et Magna Calcedonia et di tutta la grande Anatolia, Grecia, et magna Bulgaria, Romania, Macedonia, Teisagha Peloponeso, Corintho, Cheronisso, Albania, Bosna, Valachia, Moldovia, et Bogodunia, Scythia et Tartaria, et di molte altre infinite Provincie, et Regni, et imperii acquistati per forza d'Arme en virtù bellica". Tituli serenissimi C iroli Imperisi "Carolus huvis nomini Quintus divina favente elementia Romanorum imperniar, Caesar Pius foelix, semper Augustus. Rex Germaniae, Gastiliae, Arragoniae, Legioniv a c Utriusque Siciliae, Hierulsalem, Hungariae, Dalmatiae, Croatiae, Insularum maioricar im, Hisgalis, Sardiniae, Corduba, Corsicae, Muriae, Gniennis, Algarbiae, Algezira, Gilraltaria, Insularum fortunatarum et moni orbis indirarum et Re. Archidux Austriae, Dux Burgundiae, Lotharinighiae, Braban tiea, Styria Carintfuae Carniolis, Lumburgia, Thekoria, Calabriae, Athenarum Ñeopatriae, ac Wirtemberghia et se comes Habspurgial, Flndria, Tiroli, Goritiae, Parsilonae, Arthesial ey en Burgundf comes Palatinu, Hannanial, Hollandiae, Zelandiae. Pirrtheturum, Friburgiae, Namurci, Rossilonis, Terratanial, et Zutphanial, Landtgranini, Alsatiae, Marcivo Sacri Rom ìmperii Burgraniensis, Horistanial, et Gosianae princeps Suenorum, catholoniac, Austrial et. Dominus Vltriusq srisia Slavoniae, Pontus Naonis Piscaiae, Salinorum, Molinial Tripolis ac Machliniae. Carolus Quintus Nom Imp. Natus in civitate Gandanensi Flandria" B.N.M. mns. 912,fols, ¡09-110. El testamento de Carlos V es otra fuente donde encontramos la enumeración de sus títulos: "Nos don Carlos, por la divina clemengia Emperador de los Romanos. Augusto rey de Alemana, de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Secilias, de Hierusalém, de Ungria, de Dalmazia, de Croazia, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galizia, de Sevilla, de Mallorca, de Qerdeña, de Cordova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Indias. Islas y Tierra Firme del Mar Océano, archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Brabante, de Lothoringa, de Carintia, de Corniola, de Linburg, de Lugenburg, de Gueldres, de Atlienas, de Neopatria, conde de Barcelona, de Flandes, de Tirol, de Auspurg, de Arthois y de Borgoña, palatino de Henao, de Olandia, de Zelandia, de Ferrete, de Friburg, de Hanurg, de Roseltón, de Hutfania, langrave de Alsacia, marqués de Burgonia y del Sacro Romano Imperio, de Oristdn y de Godano, príncipe de Cataluña y de Suevia, señor de Frisia, de la Marcha Esclavonia. de Puerto Haon, de Vizcaya, de Molina, de Salinas, de Tripol y de Malinas, etc". Testamento de Carlos V, ed. Manuel Fernández Alvarez. 2 Actualmente Esztergom, ciudad húngara al noroeste de Budapest, situada a orillas del Danubio. En las fuentes castellanas de la época se la denomina siempre "Estrigonia".

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y

SOLIMAN

29

por Carlos V y Solimán II. Carlos V lo f i r m ó el 1 de agosto y Solimán el 8 de octubre. La ceremonia de firma tuvo lugar en el palacio de Rüstem Pa§a. Por medio de este tratado Fernando reconoció las conquistas turcas en Hungría y los turcos, por su parte, le reconocieron c o m o equivalente a Vezir-i Azam (Gran Visir), cargo que en la jerarquía otomana estaba inmediatamente después del Emperador. Por lo que se refiere a Carlos V, firmó el tratado con el título de "emperador de Alemania" y "rey de España", pero en las cartas oficiales que enviara a la corte otomana, a la Sublime Puerta, no podría utilizar el título de Emperador y se consideraría sólo "rey de España". De este modo, Carlos V tuvo que admitir el título de "rey de viláyet (provincia) de España" y admitió que el título de "emperador" sólo podría ser utilizado por el Sultán de los T u r c o s , puesto que era "el e m p e r a d o r del Mundo". Por su parte, Francia y la República de Venecia también reconocían íntegramente los artículos del tratado. Pero conviene aclarar de inmediato que Carlos V nunca llegó a cumplir lo acordado entre los dos estados respecto al tema de "título". Para el f a m o s o historiador alemán H a m m e r , puede considerarse este tratado como el cénit del poder al que llegaron los turcos en su Siglo de Oro. Con su firma, el Imperio Otomano brilló en el campo político europeo sobre sus rivales más directos. L a lucha interminable que habían librado sus m o n a r c a s durante 30 años cristalizó en un éxito rotundo en tiempos de Solimán. Comprensiblemente, la imagen de Carlos en la historiografía otomana del siglo XVI constituye una contradicción con la imagen m a j e s t u o s a de Solimán. La figura de Carlos, como el emperador y el monarca más poderoso de toda Europa, no existe ni en la literatura ni en la historiografía otomanas. El lenguaje que utilizaban los historiadores, los poetas y los sabios otomanos de la é p o c a era claramente hostil. En Süleymannáme (la historia de la conquista de Estrigonia (Esztergom), Istolnir (Ustal) y Belgrado) de Sinan Cavu§ se refiere a Carlos V c o m o "el rey m a l i g n o " 1 . Pe£evi se refiere al Emperador como "el degenerado que lleva el título de emperador" 2 . El término que utiliza Solakzáde, el cronista oficial de Solimán, es muy llamativo: "el hermano de Fernando el bobo, el rey de España, el tipo llamado Karl" 3 . C o m o se ve por estos pocos ejemplos, la representación del antagonismo en el contexto otomano era similar a la representación de la imagen de "el Turco", el enemigo cruel, en el contexto español, al que nos referiremos posteriormente.

f a v u § , Sinan: Süleymannäme, Tarih-i Fethi Siklas, Estergun ve Istalnir y Belgrad (Historia de la conquista de Siklos, Esztergom, Ustal y Belgrado). ístanbul: Tarihi A r a s t i r m a l a r ve Dokümentaston vakfi, 1998. p. 133. 2

P e f e v i íbrahim E f e n d i : Pe$evi 119.

oJ

tarihi (Historia

de Pecevi).

Solak-zäde M e h m e d H e m d e m i f e l e b i : Solak-zäde K.B.Y., 1989. Vol II, p. 173.

Ankara: K.B.Y., 1992. Vol 1 p

Tarihi (Historia

de Solak-zäde).

Ankara:

30

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

De este modo, la lucha interminable por "el trono del m u n d o " se manifestaba en cualquier expresión política. Así, por ejemplo, tras la conquista del castillo de Beder, en el año 1538. Solimán m a n d ó esculpir sobre un m o n u m e n t o la siguiente inscripción: "so\ el subdito de Alá, y soy el sultán en esta parte del m u n d o de mi propiedad, con la gracia de Alá soy la cabeza de ümmet

de

M a h o m a . La superioridad de Alá y los milagros de M a h o m a me acompañan. Soy Solimán que hizo leer un hutbe en el nombre de la Meca y de Medina. Soy quien hace andar armadas por los mares de Europa, Magreb y la India. Soy el Sha de Bagdad, el Kaiser de los países bizantinos y el sultán de Egipto. Soy el Sultán que se apoderó de la corona y el trono del rey de Hungría y se las concedió a un humilde subdito suyo. V o y v o d a Petru se levantó, pero la herradura de mi caballo le t u m b ó sobre el polvo y también conquisté los países de Bogdan" 1 . C o m o es lógico, al mismo tiempo Carlos V manifestaba en sus documentos su aura de grandeza. En la Dieta de W o r m s , Carlos V pronunció el siguiente discurso: "vosotros sabéis que yo desciendo de los emperadores cristianísimos de la noble nación alemana, de los reyes católicos de España y de los archiduques de Austria y Borgoña, los cuales fueron hasta su muerte hijos fieles de la Santa Iglesia de Roma. Y han sido todos ellos difusores de la Fe Católica y sacros cánones, decretos y ordenamientos y loables costumbres, para honra de Dios, aumento de la Fe Católica y salud de las a l m a s . . . " Es l l a m a t i v a la y u x t a p o s i c i ó n

de e s t o s d o s

discursos.

Obviamente, nos llama la atención la necesidad que sintieron ambos monarcas para sublimar sus dinastías respectivas, y legitimar su grandeur y su rol c o m o "defensores de la Fe". La carta de petición de alianza, o mejor dicho de auxilio, que la madre de Francisco I envió a Solimán ofreció al monarca turco otra oportunidad para humillar a un rey "cristiano". Solimán en su carta de respuesta al rey de Francia utiliza un tono prepotente: "yo soy sultán de sultanes, el guía de los hakan, la corona de los monarcas terrestres, la sombra de Alá en dos mundos, Sultán y Hakar del Mediterráneo, el mar Negro, Rumeli, Anatolia, Karaman, Zulkadriye, Diyarbakir, Azerbaycan, Irán, Damasco, Egipto, la Meca, Medina, de todos los países árabes - q u e mis antepasados conquistaron con la fuerza de sus e s p a d a s - y muchos territorios que yo conquisté, y el hijo de Beyazit Han, del hijo de Selim Han: Sultán Süleyman Han. Tú eres el rey de la provincia de Francia" 2 .

1

Yücel, Y ajar: Kanunt ile 46 Vil (46 años con Kanunt). Ankara : T.T.K. 1991. p 115. Cevdet Paja, Ahmet: Cevdet Pa¡a Tarihi (Historia de Cevdet Pa§a). Istanbul: K.B.Y. 1973. p. 145.

2

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

31

C o m o puede comprobarse, los monarcas otomanos utilizaban todos sus títulos a la vez. Pero antes de seguir adelante conviene aclarar algunas cosas acerca de ellos. El concepto de "monarca" en el contexto otomano es complejo y problemático. Las costumbres tribales, nacionales y religiosas de los turcos complicaban el título de "monarca". "Padi§ah" era el título de uso más común en el Imperio Otomano. Los primeros monarcas otomanos acostumbraban a utilizar el título de " B e g " 1 y " H a n " . A finales del siglo XIV se e m p e z ó a utilizar el título de "sultán". Sultán es una palabra árabe y era un título empleado generalmente por los monarcas musulmanes sunnitas. Hasta la época de Beyazit I, el cuarto sultán de la dinastía otomana, los monarcas otomanos utilizaban el título de "Beg", una palabra genuinamente turca. Fue tras la batalla de Nigbolu (1396) cuando este título f u e cedido a los otomanos por el califa Abbasi. U n o de los títulos que los monarcas otomanos añadían a los suyos era el de "Hakan", palabra derivada de "Kagan", el título equivalente a "Gran Han" 0 "El Han de los H a n e s " , utilizado por los turcos de Asia Central. Era equivalente a "Emperador" o "Kaiser" en los idiomas europeos; y a "padi§ah" o "hiikümdar" en la lengua persa, así c o m o a " s u l t á n " y " m e l i k " en idioma árabe. En el rango jerárquico de los estados turcos que tuvieron su comienzo en el siglo III A.C., el " h a k a n " " era el representante de Dios en la tierra. Es de destacar que la costumbre en el uso de este título continuó hasta el reinado del último sultán otomano, hasta el último monarca de la estirpe de Osmán. " H a n " era el título utilizado por los personajes del segundo escalón o por el monarca de un estado independiente. Los monarcas otomanos utilizaban este título para destacarse de los reyes y príncipes subordinados a ellos. Tras la conquista del estado mameluco, Selim I t o m ó el título de " H a l i f e " (Califa), esto es, representante de Dios en la tierra, título equiparable al de Papa en el seno de la Cristiandad, pero con la diferencia de que el título de califa es hereditario. A partir de esos momentos el monarca otomano no f u e sólo la cúspide de la jerarquía laica, sino también del poder espiritual. Solimán el Magnífico, el segundo califa de la dinastía otomana, era la cabeza visible de todos los musulmanes del mundo. Es cierto que el título más importante era el de "gazi" (guerrero de la guerra santa o luchador de la fe). Debemos recordar que las guerras contra los cristianos suponían, a ojos de los islámicos, una guerra contra los infieles. N o es exagerado decir que la defensa de la fe contra los "infieles" siempre ha sido un buen pretexto de los soberanos para engrandecer su poder político. " L a carrera expansionista" siempre ha ido de la mano con la "Guerra Santa". En las primeras décadas del imperio otomano, los monarcas se denominaban "ga7.\s", 1

Bey.

32

EL IMPERIO OTOMANO Y LA MONARQUÍA CATÓLICA

es decir los luchadores de la fe y de la guerra santa. Así que el título de "gazi" tenía mucho prestigio \ siempre constituyó un motivo de orgullo en el conjunto de los títulos reales. La rivalidad de títulos y la dedicación a la guerra no impidieron que Solimán manifestara su faceta humana en otros aspectos de la vida. Parece como si el maestro de ga/el, el amante fiel y el creyente devoto no fuera la misma persona de los horrores de la guerra, así como el monarca soberbio y vanidoso. El diván 1 muestra claramente que era una de las personas más humildes del mundo. En ninguno de sus versos se manifiesta su condición de político poderoso. Por el contrario, en los versos que escribía con el seudónimo de Muhibbi (amante) saca a relucir su lado más humilde y se muestra simplemente como un pobre subdito de Alá: "OI irem bagi gülinin yine biz bülbiilüyüz Zahira padisehüz manide amma

kuliyuz"2

Al final, a pesar del grado de enfrentamiento vivido, cuando Carlos V se retiró de la escena política, las relaciones turco-alemanas vivieron unos momentos de distensión Estos soberanos se negaron durante un cuarto de siglo a reconocer mutuamente su respectiva autoridad. Ambos tuvieron éxitos resonantes y se valieron de las "guerras santas" para extender sus dominios. Carlos V abdicó en 1555. cuando contaba con 55 años de edad, y lo hizo pocos meses después de reconocer por la paz religiosa de Augsburgo el derecho de los príncipes \ de las ciudades alemanas a seguir sus propios principios religiosos. Se retiró al monasterio de Yuste y murió en 1558. Durante su estancia en tierras extremeñas vivió como un gran devoto y ayudó a su hijo, Felipe II, en todo lo que pudo, como experimentado consejero que era. Solimán II no cesó de pelear hasta el último momento de su vida. Murió el 5 de septiembre de 1566 y lo hizo en un pabellón real en la campaña Zigetvar. Sus ejércitos no fueron informados de su muerte. Tras la conquista de Zigetvar, un soldado con gran parecido físico a Solimán se sentó en el trono por mandato del Gran Visir Sokullu Mehmet Pa§a. El Visir sabía que si se lo hubiera dicho antes a las tropas, esto hubiera afectado a la moral de los combatientes y la conquista hubiera sido mucho más difícil. Los últimos años de su reinado estuvieron marcados por conflictos familiares de gran trascendencia política. Por influencia de su esposa Roxelana y de su yerno el ' En el contexto literario, diván es un conjunto de versos diversos. ^ Somos los ruiseñores de aquella rosa de la vid de Irem / al parecer somos los sultanes, pero en realidad somos sus subditos haladles) Ak, Co§kun, Muhibbi Divani (Diván de Muhibbi). Ankara: K.T.B., 1987. p. 167

LAS R E L A C I O N E S E N T R E C A R L O S Y S O L I M Á N

33

Gran Visir Riistem Pa§a, se enemistó con su hijo primogénito, Mustafá, al cual mandó estrangular en 1533. A esto siguió la cruenta pugna entre sus hijos Selim y Bayaceto. Este último se levantó en armas en 1559 pero fue derrotado en Konya, viéndose obligado a huir a Persia, donde él y sus hijos fueron ejecutados a cambio de un alto precio pagado por Solimán. Como se ve, conflictos muy graves que, pese a todo, no impidieron que Solimán dejara a su sucesor el imperio más grande y mejor organizado de Europa. Fue un rival temible para el resto de las potencias europeas desgarradas por antagonismos dinásticos y religiosos. Décadas después de su muerte, la bandera de la media luna sería la enseña dominante en el Mediterráneo y ello fue posible, en buena medida, gracias al potencial acumulado por el Imperio Otomano en tiempos de Solimán el Magnífico. "Me esfuerzo no para tener oro ni hacerme rico, sino para hacer fama y honor, y engrandecer mi imperio" 1 , decía Solimán al Gran Maestro Philippe Villeres de Isle, tras la conquista de Rodas. Con sólo una frase manifestaba la esencia de su política mundial. De la misma manera, el cronista oficial de su corte, Kemal Pasa-Záde, enfatizaba el mismo aspecto de la cuestión en unos versos: "Las grandes guerras son por el título; te quedas con el título y el resto es para los demás". "Cihan gavgalari bir ad igündür Senin oldur kalani y ad igündür Acabaremos el tema de "lucha por el poder mundial y el título", que f u e una fuente rica tanto para los autores de su época como para los posteriores, con unas líneas de Carlos Quinto en Francia de Lope de Vega: "Queréis que reine en España el Preste Juan y iros vos a ser Gran Turco... ¡Oh! ¡codicia de reinar! Sois, Carlos, conde de Flandes, Duque de Milán, y es bien que tengáis reinos tan grandes. El mundo antàrtico es vuestro Hasta el Indio os viene a ver. ¿Pues qué os faltaba de ser después de ser César nuestro? Sólo Gran Turco os faltaba A eso váis"...

1 Óztuna, Yilmaz: "Kanuní'nin Türk ve Dilnya Tarihindeki yeri" (El sitio de Kanunt en la Historia de Turquía y del Mundo), en Kanunt Armagani.Ankara: TTKY, 1970. p. 49. 2 Kemal Paja-záde: Tevárih-i Al-i Osman (La historia de la dinastía otomana). Istanbul: TTKY, 1996. Libro X, p. 250

34

EL IMPERIO OTOMANO Y LA MONARQUÍA CATÓLICA

Solimán el Magnífico:

tres

perspectivas

"Legítimo

descendiente

soy de la casa

otomana

la más antigua del mundo, la más venturosa en armas, la más rica, la más

fuerte,

la más noble, la más alta, la más llena de

virtudes,

la más llena de

alabanza,

sucesor soy de esta

sangre.

Sultán Solimán me llaman, el que rige más

imperios

Que otros reinos tienen

casas,

Africa y Europa es mía America tengo y Asia, a Egipto llegan mis leyes y hasta al Gran Cairo

alcanzan,

a Chipre gané y sus costas, Hungría me rinde parias Y desde el reino de Túnez A ¡i más franco de

Italia....

Ciiatuo tiene el mundo es mío Naáa por ganar me falta: España se me rebela, Y vengo a ganar

España".

Lope de Vega, El cerco de Viena. Sin lugar a dudas, el reinado de Solimán el Magnífico, que duró más que el de ningún otro monarca otomano - 4 6 años-, marcó el punto máximo alcanzado por el imperio otomano en los 600 años de su existencia, logrando su mayor resonancia en Europa. La prosperidad del imperio y el éxito innegable que llegó a tener el soberano turco en todos los campos -militar, económico, social, literario- llegó a ser sinónimo de la extraordinaria personalidad de éste. Las innumerables victorias militares, las renovaciones y restauraciones en el ámbito político y judicial, la prosperidad social, los avances en el campo de arquitectura, la perfección de la literatura Diwan,

la

irrefrenable expansión de las fronteras del imperio hacia Occidente y Oriente, y el crecimiento incontable de las riquezas alimentadas por varias fuentes - q u e las guerras interminables fueron incapaces de agotar- trajeron a esta época la

LAS R E L A C I O N K S

KNTRECARLOS Y SOLIMÁN

35

merecida fama de "siglo de oro" del imperio otomano, al que los historiadores nombran "la época de ascensión". Hay que establecer una distinción entre las distintas perspectivas para entender y analizar bien el reinado, la personalidad y los hechos del famoso sultán turco. Una yuxtaposición de distintos puntos de vista posibilitará nuevos modos de sacar a la luz las características de su época y de sí mismo. Dejando de lado el complejo problema de una análisis comparativo, intentaremos estudiar las tres perspectivas más importantes: la perspectiva turca, la perspectiva occidental y la perspectiva personal del monarca, o mejor dicho, su "auto-visión". En la historia oficial otomana, hay una cierta inclinación de sublimar a los monarcas turcos, y, sin lugar a dudas, Solimán no fue ninguna excepción. La sublimación de Solimán muchas veces se convierte en una mitificación e idealización. Pero conviene aclarar de inmediato que, sin ninguna exageración, la época de Solimán llegó a ser una pax otomana. Por los motivos obvios, los cronistas, sean oficiales o no, tuvieron tendencia a mitificar su reinado y buscar el monarca ideal en su persona. El ejemplo más evidente de esta tendencia es la mitificación de su reinado. Lo podemos ver en el hecho de convertir el número diez en sagrado. Los cronistas turcos enfatizaron que Solimán el Magnífico era el décimo sultán de la dinastía otomana y todos estuvieron de acuerdo que el número diez le trajo suerte. Tenía diez hijos, diez méritos, durante todo su reinado contó con diez gran visires, diez defterdar

(ministro de finanzas) y diez ni§anci

(canciller imperial). Empeñó diez campañas, y conquistó diez ciudades y diez fortalezas. Solakzáde Mehmed Hemdemi £elebi, el cronista oficial de Solimán, en su "Solakzáde Tarihi" afirmó que en el Corán, (sura II, ayet 196) se enfatiza, el número diez 1 . Los

méritos

y

los

títulos

concedidos

a Solimán

por

sus

contemporáneos son innumerables. Celalzáde Mustafa £elebi, el autor de Selimnáme (la historia de Selim I), escrito para el padre de Solimán -Selim I, tras proporcionar los detalles de su ascensión al trono y de la ceremonia, se refiere a Solimán como el lícihán penah padi§ah": el padigah que es el refugio del mundo 2 . No sería erróneo afirmar que el origen de la mitificación y creación de una leyenda de la persona

de Solimán está en "Tabakatü"l- memalik ve

derecatü"l mesalik" (niveles de dominio y grados de las profesiones) de Celalzáde, que influyó notablemente en los cronistas posteriores. En esta obra,

1 Solakzáde Mehmed Hemdemi f e l e b i : Solakzáde Tarihi (La historia de Solakzáde). op. cit., p. 111. 2

Celalzáde Mustafa ^elebi: Selim-näme.

Ankara: K.B.Y., 1990. p. 453.

36

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

m e n c i o n a "las cualidades d i f e r e n c i a l e s y los atributos a d m i r a b l e s " de "sehin§ah" (el rey de los re\es). Sublima su ejecución de justicia a través de la m e t á f o r a de "corona, capa y sello", y subraya sus méritos c o m o un líder militar de las campañas y conquistas. De forma análoga, Solakzáde le nombra: " L a sombra de Alá, el soberano del mundo. Solimán de la época, Hüsrev de los países de Irán y Turán. el d u e ñ o de todos los bienes de la tierra, el gran propietario del poder Sultán Solimán" 1 . Sin lugar a dudas, el mérito mas conocido y enfatizado f u e su justicia. El sistema legislativo del imperio f u e r e n o v a d o por él. C o n este n u e v o sistema, el monarca se mostró más flexible, más detallista que ninguno de sus antepasados. Las leyes que hizo le dieron un nuevo apodo que aun hoy en día se le atribuye: Kanuní: "el legislador". En su Kanunnáme

(el libro de leyes) proclamó que todos sus subditos

tenían los mismos derechos \ el castigo de un crimen era el mismo para todos los vecinos del país. Todas las leyes y regulaciones estaban basadas sobre la protección re'áyá.

En su imperio aplicaba un sistema judicial notablemente

igualitario. Tras la conquista de Buda, ordenó preparar un kanunnáme

adecuado

a la estructura de esta provincia, concediendo derechos humanos, justos para este pueblo. Es especialmente interesante por la explicación detallada que contiene. Está estructurado en f o r m a de preguntas y respuestas, ideal para su asimilación por parte del pueblo 2 . El primer artículo de este

kanunnáme

notificaba que "los bienes, inmuebles e institutos de caridad q u e tienen los vecinos que residen dentro de las fronteras de la dicha provincia son sus propios bienes, y los pueden usar c o m o quisieran; los pueden vender, alquilar, o regalar. Tenían todos los derechos sobre sus vides y jardines. Al morir, estos bienes pasarían a los herederos por derecho, y nadie podría impedirlo" 3 . Un cronista de la época nos dejó una anécdota en relación con la justicia ejercida por el monarca turco. C u a n d o el ejército turco estaba c a m i n o de Mohács, cinco soldados entraron en una huerta y robaron unas frutas. Solimán ordenó que les degollasen. En el mismo camino, el comandante de la escuadra de los sipahi

sufrió cien azotes por culpa de un soldado q u e tenía b a j o su

mando y que había entrado en un campo cultivado 4 .

' Solakzáde M e h m e d Hemdemi (, elebi: Solakzáde 111. 2

Tarihi (La historia

Véase Tuncer, Hadiye; Kanuní Sultán Süleyman zamamna de la época de Solimán el legislador). Ankara, 1989.

-i

4

de Solakzáde).

ait kanunnáme

op. cit., p.

(El libro de

leyes

Ibidem, p. 7.

§apolyo, Enver Behnam: Osmanli Istanbul, 1961. p. 165.

Sultanlari

Tarihi (La historia

de los sultanes

otomanos).

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y

SOLIMÁN

37

En la misma campaña, una mujer húngara vino ante el Sultán y le dijo que sus soldados entraron en su casa y le robaron. Y cuando Solimán le dijo que la culpa era suya por no haber cerrado la puerta y le preguntó por que no lo hizo, ella respondió: "Por que el monarca más grande del mundo se hallaba en mi tierra". Kanunt ordenó que le pagasen todo lo que le habían robado los soldados. Es obvio que todo esto no era ninguna leyenda creada y una imagen falsa, y es innegable que las leyendas se crean a partir de hechos reales. Nada más subir al trono, en octubre de 1520, Solimán concedió la libertad a las familias provenientes de Egipto a las que su padre Selim había obligado a residir en Estambul tras la conquista de El Cairo en 1517. Los que quisieran volver a su tierra, tendrían total libertad para hacerlo. Y levantó la prohibición que estableció Selim para el comercio de la seda con Irán y restauró todas las mercancías confiscadas dándolas a sus propietarios. Pefevi íbrahim Efendi, uno de los distinguidos cronistas de la historia de la dinastía otomana, nacido en Hungría, que escribió dicha historia en los años 1630-1640 - u n o s 70 años después de la muerte de Solimán-, nos da más detalles al respecto 1 . A diferencia de los datos castellanos que nos hablan de la crueldad ejercida por el soberano turco tras la batalla de Mohács, Pe§evi no sólo nos da una detallada narración de la historia de la conquista de Buda y las otras provincias, sino que además pone de relieve la justicia ejercida por aquél, y dice: "Entonces, dando mucha importancia a las precauciones de la disciplina, no se dio lugar a que sucediese algo malo a los bienes de los infieles y se evitó que maltratasen a los niños" 2 . En la misma crónica el autor afirma que "ningún funcionario del estado, ninguna persona designada militar o judicial, fue despedido sin una buena causa". En realidad, el despido en la corte era raro y tan sólo se procedía contra aquellos que abusaban del oficio imperial. Indudablemente se puede hacer una larga enumeración de tales anécdotas. Sin embargo, resulta casi del todo imposible intentar comprobar la veracidad de estas historias narradas por los cronistas turcos. Pero, como se ha apuntado antes, las leyendas siempre tienen una base de autenticidad sobre las que se apoyan. Es importante advertir que, en ciertos aspectos, los cronistas tenían la misión de crear un texto interesante para los lectores - m e j o r dicho para la audiencia-, con lo cual se veían obligados a insertar historias de cierta

Pe?evi íbrahim Efendi, el aulor de la primera historia de la dinastía otomana escrita basada en datos procedentes del extranjero, en este caso húngaros, fue sin lugar a dudas el primer cronista que trajo otra perspectiva a la historiografía otomana. Su historia compuesta de documentos y crónicas otomanos y húngaros es una fuente rica para el conocimiento de las relaciones entre estos dos pueblos. 2

Pe?evi íbrahim Efendi: Pegevi tarihi (Historia de Pegevi). op. cit., p. 76.

38

EL I M P H R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U I A C A T Ó L I C A

calidad panegírica para llamar la atención del público y enriquecer sus narraciones. En el caso de Solimán, suponemos que el cronista no se alejaba de una fiel representación del soberano. Para acabar con el tema del retrato de Solimán c o m o monarca justo, citaremos un poema escrito por él mismo en el que se subraya la importancia de justicia. En este p o e m a , que sin duda salió de la pluma de un genio literario, dice : " A y c o r a / ó n , si siendo padi§ah no te vas con la verdad y justicia / Sin duda no puedes alcanzar tu deseo y la felicidad en dos mundos" 1 . "§ali

olup

¡ki 'alemde

ey dil eger mukarrer

kilmayasun olusarsin

'adl ile

dad

na-murad"

También hay que mencionar los méritos y el talento del monarca turco c o m o poeta. Solimán, c o m o la mayoría de los soberanos otomanos, escribía versos en turco y en persa. Con sus cuatro divange2,

uno de los cuales está

escrito en persa, estamos ante el monarca que escribió más versos dentro de toda la dinastía otomana e incluso uno de los mejores sin lugar a dudas. Escribía con el seudónimo de "Muhibbi" (el amante), y de vez en cuando usaba asimismo los de " M e f t u n i " y "Acizi". También los infantes Mustafa, Bayezid, Selim y Cihangir eran poetas. Resulta igualmente interesante saber q u e Solimán se comunicaba con sus hijos a través de los versos. En las cartas que les escribía prefería el verso como medio de expresión. Era un gran legislador, hábil estratega militar, f i n o poeta, buen calígrafo, experto joyero, dominaba varios idiomas perfectamente: el árabe, el persa, la lengua de chagatai, el serbio y el turco, su idioma materno. Pero ante todo era un soberano - d i r í a m o s - "profesional". Su profesionalidad, sea en el c a m p o político, sea en el c a m p o militar, impresionaba e n o r m e m e n t e a los cronistas. Otra anécdota nos cuenta que en el camino hacia Mohács, el estribo del Sultán se rompió. Para repararlo llamaron a un soldado. Solimán se e n f a d ó al darse cuenta de que un artesano se había mezclado en su ejército, puesto que sólo los soldados profesionales podían entrar en el ejército turco 3 . Por motivos obvios, los poetas de la época encontraron el héroe ideal en la persona

de Solimán. Sus méritos, entonces casi infinitos para el pueblo

turco, posibilitaron el estilo panegírico más bello del siglo. C o m o se ha mencionado, el imperio otomano vivió su siglo de oro durante el reinado de Solimán y esta época fue icstigo de poetas de un talento admirable como Baki,

1

Ak, Co§kun: Muhibbi Divani i Diván de Muhibbi). Ankara: K.T.B.Y. 1987, p. 131. Conjunto de poemas. 3 §apolyo, Enver Behnam: Osmanli Sultanlari Tarihi (La historia de los sultanes otomanos). cit., p. 165. 2

op.

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y

SOLIMAN

39

Fuzuli, Hayali Bey y Lamii. La literatura Diván entró en una etapa de grandeur

gracias a estos poetas. N o hace falta recordar que contaban con un

tema magnífico, c o m o era el "personaje real" de Solimán. La mitificación de "soberano turco" a través de la persona de Solimán alcanzó otro nivel con el estilo de los poetas otomanos cortesanos. ¿Qué tema más "legítimo", más productivo que los méritos del sultán podría haber? Desde un punto de vista literario, los versos constituían el punto m á x i m o alcanzado por literatura Diván del siglo. En términos estéticos, los poetas aspiraban a engrandecer la figura del monarca turco hasta convertirle en un héroe. Los poetas, tal c o m o los cronistas, deseaban enfatizar algunos méritos renombrados del sultán, entre los se hacía notar su coraje. Era un soldado ejemplar, y se presentaba con su espada y escudo en las batallas. Dirigió personalmente sus ejércitos; de hecho, pasó más de diez años de su vida en campañas. La perfecta perspectiva q u e o f r e c í a el s o b e r a n o c o m o soldado, les facilitó la composición de sus versos. Hayali, en uno de sus f a m o s o s kaside1,

da el perfil heroico de

Solimán: " V i e n d o su espada de color del f u e g o , el sol se asustó y se q u e d ó amarillo temblando / A y , el soberano héroe c o m o Marte; Sol, por el miedo que tiene a tu espada sujeta su escudo redondo en el cielo". "Rezrn hengaminda

gdrmü§ tig-i ate§

Benzi sarami$ dahi ol korhudan

titrer

"Havf-i tigundan eya hur$id-i mirrih f arh-i kalkamn

sipihrun yüzüne tutar

rengini güne§".. intikam güne.f:-

De modo análogo, Hayali Bey se atreve con una bella comparación: "El que te ve montado a caballo guerreando el día de guerra, piensa que el viento de primavera ha entrado en el jardín de tulipanes" 3 . Su esplendor militar se personifica en el verso de Lamii ('clcbi con un tecahul-i arif. 4 : "A decir verdad, es un caballero del mundo con un corazón de hierro, ¿es de sorprender que la espada se hizo el subdito de un soberano victorioso?"

' Un verso compuesto de quince hasta cien coplas, y que generalmente tiene un estilo panegírico. Hayali Bey: "Kaside-i Aftab Beray-t Sultán Süleyman Han" (el kaside de sol para Sultán Solimán), en Yilmaz, Ali: Kanunt Sultán Süleyman yazilan kasideler (Los kasides escritos para Solimán el legislador,), op. a'f.,pp. 202-203. Hayali Bey: "Sultán Kaside Bera-i Sultán Süleyman han " fKaside para Sultán Solimán Han), en Yilmaz, Ali, op. cit., p. 230. 4 Pregunta retórica.

40

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

"El-hale demür yüreklü cihan

CATÓLICA

pehlivanidur

Kul olsa tan mi hüsrev-i sahib kirana tig"' Por consiguiente, el poeta de la época aspira a un equilibrio de sus méritos utilizando el oxímoron,

el de la guerra y la paz, tal como se ve en una

composición de Lamii £clebi: "En la guerra tu espada es un comprobante que indica el final del enemigo / en la fiesta, tu palma, es un ejemplo de generosidad y perdón". "Re: i rezm a'daya tigun hüccet-i kati durur Vakt i bezm olsa kefün cud u kerem bürhamdur"

2

Lamii £ d e b i , en la misma obra, utilizando el mismo contraste de "paz y guerra", nos da el resumen de una época, con todo lo que significaba para los que vivían dentro y los que lo veían - a veces con temor, a veces con admiración- fuera. En su reinado, el Imperio Otomano, que indiscutiblemente constituía una gran amenaza tanto para el Occidente como para el Oriente, ofreció una paz "interna" al pueblo turco. Su estilo agresivo no nos sorprende cuando dice: "(Ay mi soberano), es el justo momento que honres las bayonetas afiladas con las cabezas de los enemigos, están sufriendo esperándole" 3 . La dualidad en el personaje de Solimán, -angélico para sus subditos, diabólico para los ojos occidentales-, está omnipresente en los versos de los poetas cortesanos. El ejemplo más sólido es el poema en el que Lamii compara la paz interior Í la inquietud exterior, diciendo: "Las almas de tus enemigos, por el miedo que te tienen, están llenas de chispas como un hueco del infierno / y el corazón del país está tranquilo como un jardín del paraíso por vivir en su época". "Can-i diismen gah-i duzah ve:iv gamundan pur §erar Kalb-i ki^ver sahn-i cennet ve§ demünden

bi-gubar"4

También existe una literatura cortesana que sublima la época de Solimán, esa época de prosperidad y bonanza. La existencia de un pueblo extremadamente orgulloso de su emperador, presuntuosos por el hecho de ser sus subditos, se hace notar en la poesía otomana, y Solimán, a los ojos de los poetas de su época, se convierte en una figura legendaria, y los versos compuestos para e'1 se convierten en versos épicos. ' Lamii (¿elebi: "Kaside-i Tig aer Medh-i Sultán Süleyman" a Sultán Solimán), en Yilmaz. Ali, op. cit. p. 103. 2 lbídem, p. 73. 3 4

Hayali Bey: op. cit., p. 277. Lamii felebi: op. cit., p. 119.

(El kaside de espada para

sublimar

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y

SOLIMÁN

41

Fuzuli, c o m o los poetas cortesanos que estuvieron influidos por su extraordinaria personalidad, sublima la "influencia" de Solimán con la bella metáfora del "compás": "La personalidad pura es como el pie de un compás, la fertilidad y la felicidad nacen en este punto y se extienden". "Her cihetten zat-i paki nokta-i pergar

tek

Hasil andan her taraf yümn-i yemiin yüsr-i

yesar'.1

§emsi A h m e t Pa§a, otro poeta cortesano, en su verso afirma que "el país otomano se engrandeció gracias a él, y el mundo entero se convirtió en su subdito". "Kadre

irdi amnla ki§ver-i

Oldi mülk-i cihan ana

Rum

mahkum"2

Hayali Bey, hace mención de la perspectiva turca del d o m i n i o del M e d i t e r r á n e o y su conversión en un " L a g o T u r c o " y dice: " C u a n d o el Mediterráneo se enamoró de ti, se enfadaron las olas del jardín del paraíso". "Ta ki dil virdi sana §uriden Bahr-i Mevcden

ebrularin

bag-i behi§te itdi

Rum ft/i"3

No es un hecho desconocido que los poetas que escribían panegíricos para los sultanes f u e r o n bien p a g a d o s por el m i s m o soberano. Hay que reconocer, por tanto, la proporción de la exageración de los versos compuestos para ellos. Pero conviene aclarar de inmediato que, en el caso de Solimán, los poetas cortesanos no tuvieron que fingir una admiración, un deslumbramiento falso. Los sublimadores versos revelan justamente todo lo merecido. T o d o este abanico de sublimaciones escritas para la real persona del sultán confirma la subsistencia del siglo de oro turco, una pax otomana.

Un

cronista oficial del siglo XIX, A h m e t Cevdet Pa§a, nos trasmite su opinión sobre esta época: "El árbol del estado f u e plantado por O s m a n §ah Gazi y alimentado por los esfuerzos de sus sucesores hasta que llegó el limite de una perfección madura en la época de Kanuní Sultán Süleyman Han" 4 .

1 Fuzuli: "Kaside der-tavsif-¡ Bagdad ve Medh-i Sultán Süleyman" (Kaside para conocer a Bagdad y sublimar a Sultán Solimán), en Ali, Yilmaz. op. cit. p.175. 2 §emsi Ahmet Paga: "Kaside-i Sultán Süleyman Han"(Kaside para Sultán Solimán Han), en Yilmaz, Ali: op. cit, p. 293 3 Hayali Bey : op. cit., p. 280. 4 Ahmed Cevdet Pa§a: Tarih-i Cevdet (Historia de Cevdet). ¡stanbul, 1891. Tomo 1, pp. 86-87.

42

E L I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

Celalzáde, el canciller de Solimán y el autor de una historia de su reinado escrita en la última década de su vida, afirma: "El perfume dulce de sus hechos justos estaban dispersos en los cuatro rincones de la tierra, la gente respiró la fragancia fresca y sabor de su benevolencia, el tema de su justicia estaba en la boca de todo el mundo; así se manifestó su preocupación por el cuidado de su reaya"1. Por otra parte, existe una bella literatura, una herencia riquísima que nos dejó Solimán el Magnifico: cinco diván,

en turco y persa, una fuente

generosa para poder sacar a la luz la personalidad del soberano: como monarca, como hombre, y como fiel amante. Al analizar los versos escritos por el propio soberano -brillante y polifacético- y al enfrentarse con una pluma de enorme atractivo, el lector - e n este caso, el historiador- se queda maravillado. La discusión podría girar en torno a la pregunta ¿cómo un soberano ambicioso e interesado por apoderarse del mundo, un soldado que dirigió a sus ejércitos en el campo de batalla, con la espada en la mano, un sultán que los europeos consideraban "cruel", pudo componer cinco diván

gigantescos, en los que, en su mayoría, se presentó

como un amante doliente por sus sentimientos hacia su esposa Roxelana? 2 . Una aproximación literaria a su poesía no sólo asombra al lector, sino que provoca una admiración innegable por su ilustre talento. Hoy en día, tanto como hace cuatro siglos, Solimán sigue siendo considerado por las autoridades en materia literaria c o m o uno de los mejores poetas de su época, "cualitativamente" hablando. Dejando a un lado sus méritos poéticos, volvamos a la imagen del soberano, esta vez creada y mostrada por sí mismo. Entre los versos, predominantemente amorosos, existen algunos que nos ofrecen detalles de su mundo interior: el de un monarca que cambió el ritmo de la historia y llegó a convertirse en pura leyenda. Aparte de Solimán el legendario, el legislador, el valiente, el terror de Europa, existe un Solimán tierno, el hombre con sus miedos, sus aspiraciones, su ternura, un soberano consciente de que su soberanía tiene sus límites; en otras palabras, que está limitado por el más allá. Refiriéndose a los grandes soberanos del Oriente, a los reyes que se convirtieron en personajes legendarios, dice: "Ay, Muhibbi, no menciones el mundo más, y piensa en el más allá, ¿dónde se han ido Hüsrev y C e r n e d y Dara y Keykubad?"

1 Kappert, Petra: Geschichte Sultan Suleyman Kanunts von 1520 bis 1557. oder Tabakat ümemalik ve derecat ül-mesaitk von Celalzade Mustafa, Weisbaden, 1981, pp. 2 7 a-8b. Cit. por W o o d h e a d , Christine en "Perspectives on Siileyman", en Suleyman the Magnificent and his Age. Ed. Metin Kunt y Christine W o o d h e a d . London & New York, 1995. p. 165.

2 Una cristiana renegada a la que f u e fiel hasta que se murió. Se n o m b r ó H ü r r e m Sultán cuando llegó a la corte turca.

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y

43

SOLIMÁN

"Ey Muhibbi, itme dünya fikrini an ahirün Kande gitti Husrev ü Cerned ü Dar a Keykubad"

'.

En su poema más famoso, y sin duda más citado, desprecia la estimación del estado y enfatiza la importancia de la salud, señalando que: "Según el público no existe cosa más valerosa que el estado, pero en este estado mundial no existe nada mejor que un respiro de salud". "Halk iginde muteber bir nesne yok devlet Olmaya devlet cihanda bir nefes sihhat

gibi

gibi".

Hay pocos poemas en los que Solimán demuestre y saque a la luz su perfil de soberano. El retrato de Solimán, el hombre, que se halla en los poemas es el de "el hombre modesto, tierno y sobre todo enamorado". Melancólico, triste, doliente, como todos los poetas de la literatura Diván. El Gran Turco confiesa: "Soy un soberano de amor, la luz de la pena corona mi cabeza / No necesito a nadie, me he puesto una capa de tristeza". §ah -i 'i§kam §u 'le-i ahum beniim ba§umda tac Giymi^em gam hil'atini

kimseye yok ihtiyac

2

.

Shakespeare, que gracias al don admirable con el que es capaz de dar los detalles de lo más humano, más cotidiano del amor, afirmaba que el amor es ciego. El mejor ejemplo es el caso de Solimán, que siempre ha estado bajo la enorme influencia de la renegada Roxelana, una mujer de mediana belleza, caprichosa y ambiciosa. Su belleza "subjetiva" se inmortaliza en un bello poema de Solimán en el que dice: "Para todo el mundo tu belleza es un rumor. ¡Qué belleza, que cara, que olor!" "Senün hiisnün cihana güft ü gudur Bu ne hüsn ü bu ne vech ü ne budur Esto no escapa a los ojos de un aventurero inglés, Anthony Sherley, que no se equivoca cuando comenta que "era un flaco amor a Rojana, y muy flaco por haberse señoreado de su pecho en su vejez, acabado y frío en valor, y nuevo y fervoroso en deseo" 4 . Roxelana no tardaría en entrometerse en los ' Ak, Coskun; Muhibbi Divani (Diván de Muhibbi). op. cit., p. 122. Ibídem, p. 122. 3 Ibídem, p. 289. 4 Sherley, Anthony: Le "Peso político de todo el mundo". Edit. Xavier A. Flores. Paris, 1963, p. 116. 2

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EL I M P B R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

asuntos políticos y presentarse en las intrigas bizantinas de la corte. Ninguno de los malévolos planes que montó contra los visires y los hijos del sultán impidió el amor y cariño que sentía por éste 1 . En la tercera etapa de este análisis, intentaremos proponer una fiel representación de la perspectiva occidental sobre la persona de Solimán. N o debe sorprender que la perspectiva de vez en cuando se invierta, y que la exageración que tiende a encarecer la grandeza de Solimán en la literatura y el pensamiento turcos, se convierta en una cierta ambigüedad de sentimientos por el sultán, en un dilema, en una cierta oscuridad en la literatura occidental. El e u r o p e o se pierde entre el o d i o o b v i o y la admiración innegable por el soberano turco, al que llama "el Gran T u r c o " . La omnipresente imagen de "infiel" sigue siendo la norma en el ámbito europeo de la época de Solimán. Sin embargo, hay que señalar que con la muerte del padre de Solimán, Selim I, llamado el valiente

en la historia turca y el terrible

en la historia

occidental, nacieron nuevas expectaciones en todo ámbito. A pesar de que Selim, en su corto reinado - sólo ocho años - se dirigió al Oriente y se ocupó con las conquistas de países orientales c o m o Irán, Irak, Siria y Egipto, con lo cual no tuvo oportunidad de preocuparse por los asuntos de Europa, su notoria crueldad se extendió hasta el corazón de Europa. Por motivos obvios, su muerte f u e interpretada c o m o un alivio, un respiro para toda Europa. Vasco Díaz T a n c o cierra el capítulo sobre el reinado de Selim I con un odio exagerado, y dice: " F i n a l m e n t e f u e h o m b r e diabólico y gran regidor de pueblos, que quería que se hiciese terrible justicia en todas partes en tanta manera que le podemos antes decir carnicero cruel que emperador justiciero" 2 . Mientras su muerte causaba alegría en Europa, con la ascensión al trono de Solimán germinaban nuevas esperanzas, c o m o se ha dicho. Sin embargo, los europeos no tardaron en percibir la trágica realidad: el nuevo sultán no era menos ambicioso, ni menos anticristiano. " N o poco se alegraron los príncipes christianos de la muerte de Selym enemigo cruel de todos; en

A q u í citaremos un gazel de Solimán que escribió para Roxelana: Mi íntima compañía, mi todo, mi a m o r , mi luna brillante ' mi amiga íntima y confidente, mi todo, A y reina de bellezas, mí maestra / Mi vida, mi a p o y o de vida, mi vino divino que m e da vida eterna / Mi primavera, fuente de todas los joyas, mi día. mi ídolo, mi rosa sonriente / Mi placer, mi pareja de beber, la f u e n t e de la luz en mi compañía, mi estrella brillante, la luz de mi noche / mi naranja amarga y dulce, mi azúcar dulce, mi tesoro, mi a m o r que nada le importa / Mi maestra de Egipto, mi J o s e p h , mi todo, la reina del reino de mi corazón / Mi Estambul, mi C a r a m a , mi tierra de C é s a r e s r o m a n o s / Mi Badahshan, mi Kip?ak, mi Bagdat, mi Khorosan I Ay mi amor d e pelo negro con cejas como arcos, con ojos pérfidos lánguidos / si m e muero tú eres mi asesino. Ay m u j e r sin misericordia, infiel ,' desde c u a n d o soy un eulogista en tu puerta, mi t r a b a j o es elogiarte siempre / A u n q u e mi corazón está lleno de pena, mis ojos con lágrimas, este Muhibbi está c o n t e n t o con su vida. C i t a d o por Halil ínalcik: " S u l t á n S ü l e y m a n : T h e man and the Statesman", en Studies in Otloman Hislory in Honour ofprofessor V.L. Ménage. ístanbul, 1994, Díaz Tanco, V a s c o : Palinodia Orense, 1547). Badajoz: 1947.

de los Turcos (Reimpresión

facsimilar

de la rarísima

edición

de

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

45

especial el prudentíssimo Papa León décimo el qual sabiendo la destrucción de los sus soldanes havía celebrado letanías y hecho processiones devotíssimas por la santa ciudad de R o m a , en las quales su santidad havía ido a pies d e s c a a o s " 1 . Tras este comentario, el mismo cronista describe la desilusión que de inmediato sufrió Europa: " Q u a n t o a todos parescía que un ravioso león havia dexado por succesor a un manso cordero, por que Solimano era moijo y no muy sabio y de natura muy reposado; y por tal era tenido y publicado. Con la qual oppinión muchos quedaron engañados" 2 . Otro cuadro de un monarca " c o m o una fiera" se dibuja en una carta escrita al marqués de los Vélez, en 9 de febrero 1523, en la que comenta: "Pernicioso será para toda la familia cristiana el fiero y joven Príncipe de los turcos - q u e acaba de salir de los pañales c o m o un furibundo león de la j a u l a - si llega a caer Rodas" 3 . Sin lugar a d u d a s , para el historiador español - e l c r o n i s t a del e m p e r a d o r - Solimán está muy lejos de ser un monarca justo, un soberano decente. Para él no es más que "Tan cruel enemigo a sido a la christiandad", tal c o m o dice Pedro M e x í a en su historia 4 , y sigue así: "El cual (Solimán), imitando a sus pasados, hizo grandes daños en la cristiandad" 5 . D e m o d o análogo, tras la caída de B u d a en manos de los turcos en 1526, don Francesillo de Zúñiga, el cronista-burlón de Carlos, encuentra una oportunidad singular para dar un cuadro burlesco de Solimán y le escribe una carta imaginaria dando un ejemplo maravilloso de la parodia de la carta real y la enumeración de los títulos. Esta carta nos recuerda la respuesta que Solimán dio a Francisco I tras la petición de a y u d a hecha por su madre, Luisa de Saboya. L o más interesante de la carta es que el cronista-burlón dirige la carta a Selim, el padre de Solimán que falleció seis años antes de la victoria de M o h á c s . Es muy probable que el burlón viera una copia de la carta real otomana. He aquí la parodia escrita para divertir al emperador: "A nuestro muy desamado hermano el gran Turco Selim, gran sultán, gobernador de la casa de Meca, rey de la Siria y Asia la menor y Egipto, e m p e r a d o r de los imperios de T r a p i s o n d a , Grecia y Constantinopla; don Francés, por la divina clemencia, gran parlador y señor de los hombres de Persia y Arabia. / Porque ante el nuestro acatamiento no saben hablar, señor e destruidor de la Meca y Africa. Duque de Jerusalén por derecha sucesión, conde de los mares de Galilea y Tiberíades. Señor de las tribus de Robén y Judá. A l c a i d e de J a f a y R a m a , c o n f u n d i d o r de la seta m a h o m é t i c a , e n e m i g o del Alcorán del falso profeta Mahomet. Archiduque de mancebos livianos, 1

lbídem, cap. XXXXII.

2

lbídem, cap. XXXXII. -i J Documentos inéditos para la historia de España, Tomo XII. Madrid, 1957, p. 295. 4 Mexía, Pedro: Historia del Emperador Carlos V. Madrid, 1945. p. 78. 5

lbídem, p. 13.

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E L I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U I A

CATÓLICA

reformador de soberbios, conquistador de Asia, Ponto y Tartaria, ocupador de paganos y de capas de terciopelo y brocado; amigo de ducados de a dos y de a cuatro, y enemigo de monedas; convertidor de gentes agarenas, reparo de pobres de cascos, y señor de todos los extramares y poblador universal: señor de tierra de provisión, aunque me la tenéis ocupada injustamente. A vos el muy nombrado, elevado entre los turcos y moros, Selim sultán, muy claro y no amado entre los cristianos, salud e gracia ninguna ante el Espíritu Santo, hasta que por él seáis alumbrado e convertido a nuestra santa fe católica, y porque a la primavera teméis al Emperador por alguacil, y castigará vuestras crueldades, os hacemos saber que nuestra persona, deudos y casa teméis por adversarios y capitales enemigos, y que el Emperador y Rey nuestro señor pasará muy poderoso, e \ o , como dicho tengo, e con ayuda de Dios nuestro Señor seréis vencido e destruido, e pagaréis las crueldades que habéis hecho en todas las tierras de cristianos. Demás de esto, me dicen que parecéis ginovés recién casado y en la nariz a los de mi linaje" 1 . La imagen de Solimán como "el enemigo de toda la cristiandad" se convierte en un cliché en el siglo XVI, pese a que a partir de la tercera década de esta centuria pacta la paz con muchos estados europeos, entre los cuales se encuentran Francia, Polonia y Venecia, con la que llevaba un siglo de amistosas relaciones. Busbequio, que fue enviado a la corte de Solimán por Fernando de Austria, en el prólogo de su cuaderno de viajes, dedicado "A nuestra madre Hespaña el Licenciado López de Reta", dice: "Aquí señora, pues, os le presento tal qual es, para que veáis en el como en un pequeño spezo y abbreviado, quien es este vuestro enemigo, \ común de toda la christiandad, el Turco. Quan gran contrario, quan poderoso, quan industrioso, quan vigilante, quan sobrio, y finalmente quan gran soldado, quan exercitado y pratico; como se desuela en nuestro daño, como está alerto y casi sobre puntillos, mirando por donde nos puede entrar a offender y como días y noches no piensa en otro que en nuestra perdición". Y sigue: "Aquí se descubre y manifiesta a la clara el engaño que tanto daño ha hecho a la christiandad en tiempos passados, de parecer a las demás naciones y gentes de la Europa que estas vozes no pertenecen sino a los húngaros y alemanes y otros que viven con el turco, que y solo hablan con ellos y no con nosotros, que nos persuadimos estar fuera de peligro, y que el fuego anda aún lexos, y ay mucha tierra en medio y no consideramos que quando el incendio es grande y supla viento rezio, no sólo prende en las casas vezinas, sino que salta en los barrios distantes y remotos, llevado del ímpetu del ayer y de su propria fuerza. Mas ¿qué digo lexos?, pues para este enemigo y su gran potencia no ay lexos, podiendo como puede venir por sus propias 1

Busbequio, Augerio Gislenio: Embaxada

y viages de Cunstantinopla.

op. cit., p. 54.

L A S R KLA C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

47

tierras y puertas costeando, sin pidir passo a nadie, desde Natòlia y Bgypto hasta Argel, y por el conseguiente tan poderoso, que sin ser de nadie instigado está tan despierto, atalayando y velando sobre nosotros y nuestras costas; el que tan cerca le tenemos de nosotros, que nuestra vista tiene sus puertos; el que confina con los Reynos de Fez y Marruecos". En su mayoría, el análisis del enviado austriaco no deja de ser objetivo. Minucioso en sus observaciones, detallista con sus descripciones, Busbequio de vez en cuando se expresa en términos bastante duros, como sigue: "No sabemos la hora en que este ladrón nos ha de saltear, ni por donde, y no nos va menos que la libertad, haziendas, vidas, honras, y (lo que es más) la fee y religión que professamos, y que tanto abominan ellos". No faltan puntos de vista de los embajadores, enviados y otras personas que tuvieron la oportunidad de ver a Solimán en persona, en su propia corte. También es digno de subrayar que la apariencia física del sultán les posibilitó un análisis rápido y superficial de su carácter. Sin ir más lejos, un ejemplo claro puede verse en la relazione del famoso embajador veneciano, II Navagero, quien le conoció en su corte, y no esconde su admiración por el sultán: "Il sultano Solimano di presente imperatore dell'oriente, e uomo, per incominciar da questa di anni circa sessantadue, lungo della persona che accede la statura mediocre, magro, di color fosco, ed ha in faccia una mirabil grandeza insieme con una dolcezza che lo fa amabile a tutti che la veggono". Del mismo modo, un bailo veneciano en Constantinopla, en 1527, enfatizaba que era un "ejecutivo independiente" A Andrea Navagero no se le escapa el detalle de su fama como soberano justo y comenta: "Egli ha fama di essere molto giusto, di modo che quando e bene informato non fa tarto ad alcuno. E servatore della sua fede e legge quanto altro che sia stato di casa sua, nella quale dicono che ha studiato e voluto intendere particolarmente la professione di non mancare alla sua parola ed alla fede; ne si può dir maggior laude che quata. E uomo che per la continua pratica che ha avuta già tanti anni che e nell'imperio, in fende tutte le cose molto bene, e si resolve il più delle volte al meglio. E stato per sua natura sempre più inclinato alla pace che alla guerra, ed al presente più che mai per esse vecchio e per aver quatro figli ormai grandi, e per altri rispetti che Dio conoschendo li la scera godere il resto del tempo che vivera, mentre la guerra gli potrebbe causar molti strani accidenti. Di qui e nato che, contro l'instituto de suoi passati, s'e laschiato quasi sempre n preda d'un consigliere como fu Ibrahim, e poi Aras e poi Solimano dismesso con arte de Rustem" 2 .

' Alberi, E.: Relazioni 113. 2

Ibidem, p. 71.

degli ambasciatori

Veneti al Senato.

Firenze, 1839. Serie III, voi. Ili, p.

48

EL I M P K R 1 0 O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A Busbequio. que le vio en los últimos años de su vida, no falló al darse

cuenta de la tranquilidad que le proporcionó el transcurso de los años. Sin embargo, no deja de añadir un detalle sobre la expresión facial de Su Majestad: "Estaba sentado en un estrado muy baxito, no más alto de un pie del suelo; y estaba cubierto de muchas y muy ricas colchas; y con almohadas labradas de labor riquíssima, y exquisita a maravilla. Tenía cerca de sí un arco y faetas; la cara no nada alegre; y con una severidad en el semblante, triste, pero llena de magestad" 1 . En general, la persona

de Solimán causa una cierta admiración a

quienes le vieron en persona. C o n t a m o s con otra narración escrita por un caballero de Rodas. Sin embargo, la descripción - a pesar de que acierta al dar los detalles de la apariencia física del sultán, casi verosímiles- tiene un cierto aire de haber sido escrita a partir de habladurías. El caballero de Rodas dice: "El dicho rey Solimán puede ser al presente de cinquenta años / o cerca y el largo de cuerpo menudo flaco \ mal proporcionado la cara negra y baza la cabeza rapada eceto un copete de cabellos encima como tienen todos los turcos porque se asiente mejor su tolopa que es una mitra de l i e n t o tiene la frente aleada y larga y los ojos gruesos \ negros la nariz alta y un poco corbada aguileña los bigotes largos y gruesos la barba rrayda a tigera y no con nabaja el cuello largo y delgado caído mal encónico" 2 . En cuanto a los pasatiempos del sultán turco, aunque el caballero se equivoca en su p e r s p e c t h a rígida y errónea cuando dice " n o toma plazer en ningún e x e r c i c i o " , sí capta un detalle que era i n d i s c u t i b l e m e n t e parte inseparable de la vida cotidiana de Solimán: su afición por los libros. "Habla poco y c o m e poco y es muy coleriedo y que no toma plazer en ningún exercicio. Es rreputado por virtuoso y bueno entre los suyos y que guarda bien su ley tenplado y moderado y que ama la paz y rreposado que ninguno de sus prezedores, por lo qual los turcos se rreputan

Es tenido por aplacible y

guarda su fe y palabra en lo que promete y que fácilmente perdona a los que le an ofendido. Su pasatiempo es leer lybros de philosophia de su ley en la qual el esta ynstuvido, que su mofti no le sabría enseñar ninguna cosa. N o le tienen por m u y liberal sino por mas apretado q u e sus predecesores. El se d e j a governar de aquellos de quien se fía aunque algunas vezes es porfiado" 3 . Es importante apuntar q u e era un m o n a r c a e x t r e m a d a m e n t e culto, dotado de un talento innegable para la poesía, que conocía perfectamente la historia mundial desde la época de Alejandro, al que tenía mucho respeto, y que

' Busbequio, Augerio Gislenio: f.mbaxada y viages de Constantinopla. op. cit., p. 50. Herrera, Antonio de: Crónico turquesca (Escribióla un caballero de Rrodas).B.N.M., 5763. fols. 1-317. 3 Ibidem, fol. 38 r. 2

Ms.

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y

SOLIMÁN

49

conocía el §eriat más que ningún eclesiástico de su época. Sin embargo, era humilde, modesto y no dejaba de preguntar por sus opiniones y respetarlas antes de tomar una decisión. Con respecto a su vida cotidiana, en la relazione que II Navagero hizo a la Señoría nos transmite una interesante y prolija relación de sus costumbres y gustos: " E molto sobrio nel mangiare, mangiando raro e poca carne, e quella di capretto che abbia la pelle rossa, ne beve come e fama che facesse al tempo di Ibrahim, ma acque molte delicate, alterate secondo i tempi, con rispetto sempre alle infermità sue, le quali si dice essere due; una la gota, l'altra una disposizione all'idro pisia, e da ciò viene che non sta mai molto fermo; perche quando e in Constantinopoli, molto spesso, anzi quasi ogni di, va ne'suoi brigantini in diversi luoghi, e giardini della Natòlia cacciando e facendo esercizio grande. Per questo anco gli piece s o m m a m e n t e la stanza d'Adrianapoli l'inverno, perche ha un serraglio cosi situati che uscito della porta subito e nelle caccie e solazzi: il che gli diletta tanto, che ogni giorno quasi lo fa, E por venire alle parti che più importano, che son quelle dall'animo" 1 . Comprensiblemente, los que le vieron en su propia corte, los que llegaron a ser testigos de sus virtudes humanas, no dudaron de dejarnos una simpática imagen del monarca turco. No es casualidad, por ello, que los distintos puntos de vista lleguen a coincidir, aunque sea en un sólo punto: en la afirmación de su " g r a n d e u r " . Con toda seguridad, se trata de una admiración ante la riqueza del ánimo, gracias a la eliminación de los prejuicios, tal como le describe Anthony Sherley: "el príncipe de más valor y partes y de nobleza y de generosidad que a nacido en aquella casa, y el más sagaz y prudente" 2 .

' Alberi, E.: Relazioni degli ambasciatori 2

Veneti al Senato, op. cit, p. 54.

Sherley, Anthony: Le "Peso politico de todo el mundo". op. cit., p. 115.

50

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U I A C A T Ó L I C A

La política

occidental

de Solimán

el

Magnífico

"¿Dónde esta ahora mi Adrianólopolis? ¿Dónde, pregunto, mi Gallípolis? ¿Dónde Filipólis? ¿Dónde la hermana mayor, jamás suficiente llorada, mi dulce Constantinopla? ¿Dónde, la ciudad de Tesalónica? ¿Dónde Belgrado? ¿Dónde Durazo? ¿Dónde las islas de Lemnos y Mitilene? ¿Dónde la floreciente Rodas.' ¿Dónde mi imperio de Trebisonda? ¡Ay!, enardecida voy arrastrada por las furias". Andrés Laguna, Discurso de Europa. Selim el f e r o z (Selim I), el padre de Solimán, al regresar de una campaña llamó al Gran Visir Piri Pa§a para preguntarle su "parecer" respecto al Sha Safavi Ismail. El bajá, con toda su sinceridad, le c o m e n t ó que no entendía por qué daba tanta importancia al fugitivo de f a l d i r a n 1 , mientras por tierra los estados occidentales y por mar los caballeros de Rodas causaban tantos problemas. La respuesta de Selim I fue: "ellos se apoderaron de Europa por f u e r z a de sus armadas, y tú hasta ahora no has hecho nada en este asunto. Si quieres que dirijamos nuestra mirada hacia el Occidente, y o te pido una armada maravillosa" 2 . H a m m e r nos trasmite otra versión de esa m i s m a conversación, en la que Selim I acusaba a Piri Pa§a por su negligencia en los "asuntos de mar" y le decía: "si estos escorpiones (los cristianos) están cubriendo el mar con sus navios, y si los estandartes del Dux de Venecia, del Papa, de los reyes de Francia y España están tremolando en los mares griegos, la razón de esto solamente son tu inadvertencia y mi tolerancia" 3 . Este discurso saca a la luz dos aspectos de la situación en el imperio otomano durante los últimos años del reinado de Selim I. Por una parte, que el imperio otomano carecía de una armada eficaz para emprender una campaña en Occidente; por otra, que la expansión otomana hacia el Occidente requería una a r m a d a de esta calidad. Selim I, q u e hasta entonces estaba o c u p a d o en cuestiones orientales y en una larga serie de conquistas en el Este, ya planeaba extender

sus

territorios

hacia

Europa,

de

manera

que

ordenó

el

perfeccionamiento de la atarazana de Constantinopla y de la armada. El primer

' Sha tsmail se f u g ó con sus tropas en la f a m o s a batalla de £ a l d i r a n (23 de A g o s t o de 1514) de las f u e r z a s de Selim I, con lo cual la mayor parte del este de Anatolia f u e sometida al poderío turco. 2

Gökbilgin, M. Tayyib: " K a n u n í Sultan Süleyman'in Macaristan Siyaseti", en Kanuni (La política húngara de Sutlan Solimán el legislador). Ankara: T.T.K.Y., 1970, p. 6.

Armagam

Hammer-Purgstall, Joseph von: Geschichte des Osmanischen Reiches .Cit. por. Idris Bostan: Osmanli Bahriye Te¡kilati: XVII. Yiizyilda tersäne-i ämire (La organización marítima otomana: La atarazana imperial en el siglo XVII). Ankara: T.T.K.Y., 1992, pp. 3-4.

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

51

objetivo seria la conquista de Rodas, "el refugio de corsarios", c o m o solían denominarla los turcos. Sin embargo, su prematura muerte le impidió esa victoria que Solimán llevaría a cabo en 1522. El papel primordial de la armada turca en la política de expansionismo de Solimán es innegable. Las fuerzas marítimas no sólo servían al imperio para realizar sus sueños en el Mediterráneo, sino que constituían la fracción más importante del avance terrestre. El papel de la armada en la conquista de Belgrado en 1521 es incuestionable. D e la m i s m a manera, la conquista de Estrigonia ( E s z t e r g o m ) f u e una auténtica obra maestra de estas f u e r z a s . A d e m á s , las municiones y la artillería se llevaban en barcos - l l a m a d o s

nasad-

D a n u b i o arriba d u r a n t e las c a m p a ñ a s occidentales del Sultán. En otras palabras, la armada, cuya construcción f u e ordenada por Selim I, facilitó en buena medida los primeros avances de Solimán y le sirvió para iniciar su reinado con dos victorias de importancia vital. Otro importante aspecto de estas dos conquistas debe ser subrayado: la cuestión del honor. Sería interesante notar que estas dos primeras campañas de Solimán fueron las empresas que sus predecesores no pudieron llevar a cabo. La primera f u e una conquista que su bisabuelo, Mehmet el Conquistador, dejo inacabada; y la segunda un proyecto que su padre Selim I no pudo llevar a cabo d e b i d o a su m u e r t e inesperada. S o l i m á n veía n e c e s a r i o ultimar estos ambiciosos proyectos y conseguir lo que sus antepasados no llegaron a lograr. Aparte del papel de la armada y la realización de estas dos importantes empresas, ¿cuáles fueron los aspectos de la política occidental de Solimán en los primeros años de su reinado?, y, sobre todo, ¿cuáles f u e r o n los motivos que le llevaron a dar una serie de pasos de cara a la expansión occidental? 1 . Obviamente, la estrategia de Solimán f u e lanzar sus ataques más fuertes cuando las divisiones existentes entre las distintas potencias cristianas les i m p e d í a n o r g a n i z a r una resistencia c o m ú n 2 . Es innegable q u e Solimán supo aprovecharse perfectamente de las discordias y guerras existentes entre los

Sería interesante notar cuáles fueron los monarcas que Solimán consideraba como un peligro potencial y cuáles no. He aquí la relazione de un embajador veneciano: "Ma perchè non basta aver detto dell'animo del Gran-Signore in generale che sia inclinato alle pace, dirò ancora, sebbene sia difficil cosa il conoscere i segreti dei principi, la dispozione dell'animo suo verso i principi cristiani, li quali son cinque che s'abbia egli in maggiore considerazione; cioè, l'imperatore, il re di Francia, il re dei Romani, il re di Polonia, e vostra serenità: che del sommo pontefice e dell'Alemagna fa poco caso, e dicono i Turchi che i Tedeschi non sono buoni a niente, e che sempre sono stati rotti da loro". Alberi, E.: Relazioni degli ambasciatori Veneti al Senato, op. cit., Serie II, voi. III. p. 81. 2

El acercamiento de Ranke al tema es similar: "El otro enemigo de Solimán era la Cristiandad, que se hallaba dividida, preciso es confesarlo, por disensiones internas. Si el establecimiento dei pode/ Austro-Hispano fue bajo algún punto de vista un suceso propicio pata la Cristiandad, lo fue por cuanto las circunstancias en que se encontraba y su fuerza inherente, le permitían resistir a un tiempo a los Turcos en Africa, Italia y Hungría". Ranke, Leopold: Los imperios otomano y español en los siglos XVI y XVII. Trad. de Gerónimo Erauso. Madrid, 1857, p. 70.

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

estados cristianos. Esta f u e la base de su política. Sus planes de atacar Hungría f o r m a n parte de esta política. Cuando las dos potencias más importantes de Europa, España y Francia, luchaban por el dominio de Milán, Solimán lanzó sus ataques sobre Europa con la idea de romper el frente más débil: Hungría. El acercamiento al tema del Cardenal Silíceo verifica esta conjetura: "y pues este milano es el Turco que está mirando cuando V.M. y el rey de Francia estén bien atados con sus diferencias y guerras para poder triunfar dellos y de todos los cristianos, sería bien, antes de este peligro, desatarse y conventirse en girifaltes o h a l c o n e s para volar este milano y matarle, q u e así trae amilanado a todo el mundo" 1 . La segunda regla importante de la política occidental de Solimán era la de apoyar la parte débil contra el oponente fuerte, de m o d o que en la rivalidad francohispana optó por apoyar a Francisco I. Por similares razones apoyó a Juan Z a p o l y a de Hungría contra su eterno rival, F e r n a n d o de Austria, y consiguió la neutralidad de Venecia y Polonia en este equilibrio de poderes. Logró romper el poder cristiano creando hábilmente una polarización política y un equilibrio de poderes. Las negociaciones entre la Sublime Puerta y Juan Zapolya de Hungría, que envió uno de sus embajadores, un tal Hieronymo Laski, a la corte turca en 1528, y el discurso q u e hicieron íbrahim Pa§a y Solimán a este enviado manifiestan la actitud turca ante la cuestión húngara y este nuevo vasallaje. En la primera audiencia, el (irán Visir le i n f o r m ó que el Estado o t o m a n o era consciente de la fricción que había entre los dos pretendientes al trono húngaro: Fernando y Zapolya. Enfatizó lo fácil que sería para los turcos aprovecharse de la situación actual y enviar sus ejércitos para destruir a los dos a la vez cuando m e n o s se esperaba. Le explicó c ó m o el tercero siempre saldría victorioso cuando los dos primeros se hallaban en discordia, y le dijo: "vendremos contra estos dos enemigos nuestros con una ejército más grande del que solemos mandar contra sólo uno, y convertiremos Buda en la segunda Constantinopla. Y o te lo he dicho a la turca, es decir, de una manera corta. Los turcos hablan poco y hacen mucho. T e estás sorprendiendo al verme reír; me estoy riendo porque has venido para pedir los lugares que hemos conquistado por la fuerza de nuestras espadas" 2 . El discurso que Solimán hizo a ese m i s m o enviado demuestra la frágil línea de su política húngara: "acepto contento la fieldad de tu soberano; hasta a h o r a su gobierno n u n c a ha sido p r á c t i c a m e n t e s u y o . Aquel

gobierno

me pertenece a mí por razón de conquista y espada. Sin embargo, en calidad de 1 Carta del Cardenal Silíceo a Carlos V, desde Cigales, el 4 de Febrero de 1544, citada por S á n c h e z M o n t e s , J u a n : Franc eses, Protestantes, Turcos, los Españoles ante la política internacional de Carlos V. Granada, 1995. p. 57. 2

Hammer-Purgstall, Joseph von: Geschichte

des Osmanischen

Reiches.

op. cit., vol. III, p. 63.

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y

SOLIMÁN

53

regalo por su solicitud a mi persona, no sólo le dejaré el reino de Hungría, sino que le protegeré contra Fernando de Austria de una manera eficaz. Que (tu soberano) se quede tranquilo" 1 . De igual modo, al día siguiente Solimán pronunciaba estas palabras al mismo enviado: "conoces los medios que usaremos para demostrar esta relación con tu soberano: sus asuntos son míos, y los míos suyos. Sé que los gobiernos cristianos acumularon las nubes amenazadoras sobre mis antepasados y los musulmanes. Sin embargo, no salían relámpagos de aquellas nubes. Si ellos no hubiesen sido la causa, no se habría derramado tanta sangre. Pero de la manera que fuese, había que derrotar a los que venían contra nosotros. Que tu soberano nos informe de todo lo significante e insignificante de los gobiernos cristianos; de esta manera la alianza entre nosotros tendrá una raíz más profunda. Me gustaría ser un aliado amistoso y misericordioso para tu soberano. Voy a ir en persona contra sus enemigos con todos mis soldados, lo juro en el nombre del querido de Alá, Mahoma, y mi espada" 2 . Como es obvio, el Estado otomano se autoproclama como legítimo dueño de los territorios que "fueron conquistados por el poder de su espada". La concesión del trono húngaro, un trono que legítimamente pertenece al Sultán por el referido derecho, le proporcionó a Zapolya una nueva y fructífera alianza. Zapolya no sólo se convertiría en un protegido del Sultán, sino en su aliado encargado de "solucionar los problemas de Solimán" en aquellos lugares, e informarle de lo que sucedía en la Cristiandad. Además, tras esta concesión, Solimán podía intitularse "distribuidor de coronas a los monarcas del mundo". Por otra parte, la superioridad militar del Turco en el contexto europeo era un factor fundamental en la política occidental de Solimán 3 . El Sultán contaba con el único ejército permanente de su época. Además, sin lugar a dudas, el ejército turco fue el más obediente de la época. Solimán, sumamente consciente de que su poder se basaba en la permanencia de este ejército, tenía un especial cuidado con el asunto más delicado: el pago de las tropas. Tras el fracasado asedio de Viena en 1529, ante los muros de la ciudad, les fue concedida a los soldados una paga extra para camuflar el descontento del fracaso

' Ibidem, p. 64, Ibidem, p. 65.

2

o

Un documento de la época describe los vicios de los soldados europeos y los compara con los turcos: "L'Vnghero assasina, lo spagnuolo rubba, il tedesco treanna, l'italiano lussuria, il francese canta, et ciancia, l'nglese ingoia, lo sciotto divora, oscita il Polacco, scherza il Bohemo; tanto che à fatiga visi può trovar uno soldado che sia tale nei costumi qual meraviglia adesso é se vincono coloro, appresso i quali e sobrietà, parsimonia, con tinenza, et vigillanza, et che siano vinti quelli che sono trovati dagli nemici, o vagando ó rubbando, ó fra gli vecchietí, ó nel sonno, ó con la putaña, ó con altra ribalderia, mai questá colpa di principi, perche se tenessero in paura gli soldadi loro, il soldato turchesco mai saria maggiore, ó più forte del christiano". Ibidem, fol. 46r.

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U I A C A T Ó L I C A

militar. Mientras, Carlos V buscaba medios para poder pagar lo que debía a sus soldados aún tres años después, en 1532. Hay que señalar, por tanto, el levantamiento de los españoles y los italianos en el m i s m o año en que los turcos se presentaron en las cercanías de Viena 1 . Sin embargo, la ventaja del Turco, no sólo consistía en la existencia de este ejército disciplinado, sino también en la capacidad del Sultán para organizar rápidamente sus aparatos bélicos y reunir a las fuerzas turcas en caso de guerra 2 . Así, subraya Campanella la rapidez con que actuaba el Sultán turco: "aquél actúa con increíble rapidez para realizar sus planes, pero para tener a punto su aparato bélico no repara en su erario y dinero actual de su tesoro; obliga a los soldados, reúne armas y prepara rápidamente lo d e m á s necesario para la expedición y después lo que extrajo del tesoro lo suple con exacciones y tributos de sus p u e b l o s " 3 . Del m i s m o m o d o , el e m b a j a d o r veneciano Bernardo Navagero volvía a Venecia maravillado por el perfecto funcionamiento de este sistema y su rapidez: "la potenza lora nasce dall'unione e dalla disciplina militare, perchè in ogni bisogno s e m p r e son pronti, ed essendo passati per tanti stenti son reputati la miglior gente che abbia il Gran S i g n o r e " , 4 decía, y subrayaba lo que simbolizaba esta red: "Cuesta milizia stima la grandezza del gran Signore come propia" 5 . I n d u d a b l e m e n t e , el e l a b o r a d o sistema "timar"6

era la base de esta

compleja red. Dicho sistema no sólo hacía posible la rapidez y la permanencia de los aparatos y los actos bélicos, sino que garantizaba la seguridad de las zonas fronterizas. La concesión del título de timar,

c o m o premio a quienes

habían protagonizado un acto heroico y beneficioso, era f u n d a m e n t a l en el contexto defensivo. En los Miihimme

defteri,7

se hallan muchos ejemplos de

la concesión del título de timar en pago por servicios militares defensivos de los habitantes de estas zonas fronterizas. Por ejemplo, en 1560 veinte personas

1

Véase, B.N.M., ms. 6.172., íol. 99.

" El e m b a j a d o r veneciano, Domenico Travisano, en su relazione llama la atención sobre esta organización rápida: " H a m e d e s i m a m e n t e questo serenissimo Gran Signore si bene ordinate le cose sue per il bisogno delle guerre es imprese da mare, che in poco t e m p o , e non con molta difficoltà, potrebbe armara sino a cento trenta galere, e per tal ordine ha d a t o il carico ad u n o , che si nomina beilerbei da mare, ma non solo del g o v e r n o d e l l ' a r m a t a e di tutte le c o s e da mare, m a a n c o di dover provverdere alli bisogni dell'arsenale: ed in queste cose vuole sua maestà che da cada uno gli sia data obedienza". Alberi, E.: Relazioni, degli ambasciatori Veneti al Senato. Serie III, voi. 1, p. 1?5. 3

Campanella, Tomás: La Monarquía

4

Alberi, E.: Relazioni

5

Ibidem,

Hispánica,

degli ambasciatori

op. cit., p. 242.

Veneti al Senato.

Serie III, voi. 11, p. 56.

p. 65.

6 Los oficiales recibían el derecho de recaudar y conservar los impuestos sobre determinadas tierras agrícolas a cambio de sus servicios en t i e m p o de necesidad con un n ú m e r o d e t e r m i n a d o de soldados. Esto era la base del sistema timar. 7

Los Mühimme defteri ( C u a d e r n o de asuntos) son una serie de c u a d e r n o s en los q u e se c o n s e r v a b a n los d o c u m e n t o s relativos a los a s u n t o s interiores y e x t e r i o r e s del I m p e r i o Otomano.

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y

S O L I M Á N

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que degollaron "a los infieles que a caballo y a pie" invadieron los territorios otomanos viniendo de las fortalezas de ítagk y §emu§kad' fueron nombrados timar por el propio Sultán 2 . En la misma serie de documentos, encontramos otro ejemplo llamativo. El Estado otomano también concedía el título de timar a todos los que ayudaban a los sipahis con sus servicios de inteligencia. Muchas personas recibieron el honor de timar por "su ayuda en tomar lengua" 3 . Por otra parte, el beylerbeyi de Buda tenía un contacto directo con el Sultán y le informaba de todo. Este eficaz sistema administrativo del Estado otomano también funcionaba estupendamente a escala social. Por ejemplo, cuando el público se quejaba de la crueldad del voivoda de Bogdan, Solimán no dudó en destituirle 4 . El extraordinario interés del Sultán turco por convertir sus ingentes territorios en una coherente región geográfica donde reinaba "la justicia", le dieron los frutos de una continuidad histórica. El fundamento más llamativo de la política europea de Solimán fue aquello que heredó de sus antepasados: el ejercicio de la libertad religiosa para sus subditos. Kemal Karpat no exagera cuando comenta que el Imperio Otomano era la única organización política que reconoció oficialmente las tres religiones monoteístas de la Edad Media y Moderna, y garantizó una vida armoniosa para las minorías étnicas y religiosas 5 . No sólo en la capital, sino en todos los territorios sujetos al estado turco reinaba un aire pacífico. Y la convivencia ejemplar de los creyentes de las tres religiones con sus mezquitas, iglesias y sinagogas era sumamente llamativa. Tras la conquista de Constantinopla, su bisabuelo Mehmet II había concedido los derechos administrativos al patriarca ortodoxo y le había dado la segunda iglesia más majestuosa de Constantinopla para que fundase la nueva cabeza de la iglesia ortodoxa. Mehmet II, que era un político ingenioso, creía que la libertad religiosa era el factor más activo en la dinámica de la administración de un imperio multinacional, sobre todo en un imperio cuya expansión europea requería la subyugación del mundo católico. Ante todo, era sumamente importante garantizar la paz ortodoxa en el imperio. De igual forma, todos los subditos del imperio gozaban de libertad religiosa, y gracias a esta política otomana hasta el florecimiento de los movimientos nacionalistas del imperio, a pesar de su frágil y crítica composición multinacional, no sufrió ningún conflicto religioso cristiano dentro de sus fronteras.

' Fortalezas en Hungría. 2

B.D.A., M.D., vol I, fila 14, fol. 53.

3

B.D.A., M.D., vol I, fila 14, fol. 5.

4

B.D.A., M.D., vol. 21, fila 34, fol. 5.

5

Karpat, Kemal: Prólogo de Ottoman Kemal Karpat.

state and its place in the World History.

Leiden, 1974. ed.

56

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A Tras la conquista de Rodas, Solimán concedió a los caballeros de San

Juan la libertad de ejercer su propia religión y continuar su vida diaria. En la Grecia otomana los campesinos lograban más ventajas bajo el dominio turco que con las exacciones de los signori venecianos. Adriano VI, en una carta suya dirigida al emperador enfatizaba el poder de este cálculo de los sultanes turcos. Decía que si el rey de Francia y el de Inglaterra no pospusiesen sus discordias personales y concluyesen una tregua de por lo menos tres años y emprendiesen una guerra común contra los turcos, Dios permitiría que los infieles le quitasen el imperio y sus reinos. El peligro era aún más grande si cabe, ya que todos los príncipes oprimían a su gente, mientras que los Turcos les dejaban vivir según sus propias leyes y sólo les pedían obediencia, y un tributo que era generalmente menor que los impuestos aplicados por los príncipes cristianos 1 . De igual modo, Luigi Gritti daba las primeras señales del nacimiento de la noción de "pax otomana" cuando dijo: "quizá sea el único que pueda traer paz al mundo" 2 . En 1552, Solimán intentó una reconciliación con los luteranos en Flandes y España. En su famosa carta dirigida a "los señores luteranos de Flandes y España" les decía: "creemos en la unidad de Dios y también creemos que nuestro profeta M u h a m m e d M u s t a f á es su profeta legítimo. V o s o t r o s t a m p o c o veneráis a ídolos, quitáis los ídolos y los iconos de las iglesias, y decís que Dios es único \ creéis que Jesús es su profeta y subdito" 3 . Tras enfatizar las similitudes entre el protestantismo y el Islam, Solimán iba al grano y les ofrecía su "amistad", informándoles que para cuando quisieran sacar sus soldados contra el pagano llamado Papa, lo único que tendrían que hacer era avisarle de la situación. De la misma manera, el 10 de m a y o del m i s m o a ñ o despachó cartas a Mauricio de Sajonia y al duque de Prussia Alberto, avisándoles del peligro que suponía Carlos V 4 . Aunque después de 1550 la situación no era favorable a los alemanes y el avance turco en Hungría rompió las relaciones comerciales con el curso b a j o del Danubio - q u e podría haber avanzado considerablemente con t i e m p o 5 - , no se vio un acercamiento sólido entre el Imperio Otomano \ los príncipes luteranos.

1

C.S.P., vol. III, p. 533. Carta fechada a 3 de Mayo de 1523.

2

L a m b , Harold: Suleiman the Magnifirent. Op. cit. p. 124. Herald L a m b señala la noción de "pax turcica" y dice: "Era evidente que Solimán o f r e c í a albergue a toda la escoria h u m a n a proveniente de las guerras de otras regiones. Y poco a poco la estabilidad y f i r m e z a de su régimen iba imponiéndose en el Occidente. En el último año los cronistas hablaban m á s de la " p a x t u r c i c a " que del "terror turco"; de aquella paz turca que c o n t r a s t a b a con los m a l e s endémicos de la Europa Central". Ibídem. p. 124. 3

Feridün: Mün§e'atü

s-selatin.

t>p. cit., p. 450.

4

Asrar, A h m e t N.: Osmanh devletinin dini siyaseti ve islam Imperio O t o m a n o y el mundo islámico). Istanbul, 1972. p. 99. 5

Holborn, Hajo: ,4 history of modern

Germany:

The Reformatiun.

alemi

(La política religiosa del

New York, 1967, p. 54.

LAS

R E L A C I O N E S

L N T R E

C A R L O S

Y

S O L I M Á N

57

¿Hasta dónde deseaba llegar Solimán? ¿Cuál era su meta suprema? ¿Qué figuras históricas tuvieron un papel primordial en la formación de sus planes para Europa? Entre las grandes figuras de la historia, hay una que influyó muy directamente sobre la política de Solimán: Alejandro Magno. Solimán era un buen lector y un gran conocedor de la historia y la literatura tanto de Oriente como de Occidente. Indudablemente, los iskendernámes

que leyó ejercieron

1

una influencia importante sobre sus ideales políticos . Obviamente Solimán, al que no faltaban ni recursos humanos ni financieros para lograrlo, soñaba con una expansión terrestre tan rápida c o m o la que consiguió Alejandro Magno. Los cronistas de su época enfatizaron el interés del Sultán por la historia y su afición y admiración por Alejandro Magno, "Iskender-i Rümi", tal como le nombraban los turcos. De igual forma, los poetas que le dedicaron versos le nombraron el Alejandro Magno de su época. Lamii, en su famoso verso decía: "no hay porque lastimarse por la muerte de Alejandro, gracias a Alá se hizo soberano Sultán Solimán". "Ge/ sefer kildiysa /skender cihandan gam Yerine oldi bihamdillah

Süleyman sahr

degul

yar"2.

De la misma manera, otro poeta de la época clásica, Yahya Bey, le nombraba así: "¡Tú, el segundo Alejandro!" 3 . Neví le elogiaba, haciendo una pregunta retórica cuando comparaba un sultán persa a Solimán: "¿Cómo puede ser igual al Alejandro de la época? El espejo del tiempo nunca j a m á s ha reflejado su igual" 4 . Y exageraba la grandeza de Solimán en este verso suyo: "eres un padi§ah tan grande que en el cuaderno en el que se elogia tu grandeza, Alejandro Magno y Cemsid se describen como 'los esclavos más miserables' " 5 . Los ejemplos de esta comparación son demasiados para enumerarlos uno a uno. Las grandiosas ambiciones de Solimán, encarnadas en la poesía del siglo, llegaban a cierto punto: la conquista de Roma. En este sentido, el punto de vista de Toynbee respecto a tal aspiración del Sultán es llamativo. El ' Un género de la literatura islámica clásica, escrita en verso, que trata sobre las victorias de A l e j a n d r o M a g n o , el ejemplo m á s f a m o s o es el iskendernáme de A h m e d í del siglo X I V . La mayoría de los cronistas hacían acotaciones de esta obra. 2

Lamii: "Kaside", en Kanuni Sultán Süleyman 'a yazilan kasideler Solimán el Legislador). Ed. de Ali Yilmaz, op. cit., p. 116.

(Kasides escritos para Sultán

3 Y a h y á Bey: "Sultán Síileyman'in methi hakkinda kaside", en Kanuni yazilan kasideler, op. cit., p. 336.

Sultán

Süleyman'a

4 " B i r §ahsin ki name-i kadründe yazilur / Iskender-i zamane vü C e m a z ' a f ü l - i b a d " . N E V ' Í : Beray-i Sultán Süleyman der-güzeran-i Ba-edirne, Sultán Siileyman'in methi hakkinda kaside, en Kanuni Sultán Süleyman 'a yazilan kasideler, op. cit., p. 369.

^ "Nice misal ola ana iskender-i cihan / Gostermedi nazirini m i r ' a t ruz-gar". Ibídem,

p. 342.

58

HL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

historiador proclama que el Imperio O t o m a n o es el quinto renacimiento del Imperio R o m a n o en el Cercano y el Medio Oriente, y enfatiza la importancia de la noción de " R u m " en la época 1 . Solimán firmaba sus cartas, entre otros tantos títulos, como el



Kayser-i

Rum",

literalmente "Caesar de R o m a " (del

Imperio). Muchas veces, a los e m b a j a d o r e s que estuvieron en su corte les manifestó que él era el heredero legítimo del Imperio Romano. La primera etapa de esa conquista consistiría en apoderarse de la mayor parte de Italia. Sin embargo, esto no constituía ninguna novedad. Desde 1480, los turcos habían deseado conquistar Italia. La conquista de Otranto, en 1480, por M e h m e t el Conquistador f u e un preludio que a n i m ó y movilizó a sus sucesores. La amistad con Venecia tenía ventajas inmejorables: poder utilizar sus puertos en el Adriático, que eran bases maravillosas para lanzar sus ataques. La Sublime Puerta tenía todo bien calculado. En 1537, c u a n d o cambió el destino de las relaciones turcovenecianas, en vísperas del asedio de Corfú, Francisco I les sirvió c o m o un buen aliado. Sin lugar a dudas. Solimán había calculado la ventaja de las capitulaciones de 1536 concedidas a Francia para inmovilizarla ante un posible liga antiturca. La conquista de las fortalezas venecianas y Corfú, una vez rota la alianza con los venecianos, sería un buen comienzo para la conquista de Italia. Ante la hábil política de Solimán, f u e prácticamente imposible el e s t a b l e c i m i e n t o de una a l i a n z a sólida c o n t r a su i m p e r i o . El

Sultán

imposibilitó toda reconciliación entre la fracción antiturca y los estados

1 T o y n b e e , Arnold J.: " T h e place of O t t o m a n Empire in the world history", en Ottoman and its place in the World History, op. cit., p. 44.

state

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS Y SOLIMÁN

59

satélites de la Sublime Puerta 1 . Fernand Grenard, en "Grandeur et décadence de l'Asie, l ' A r è n e m e n t de l'Europe", compara el imperio de Solimán con el de Justiniano, señalando una diferencia significativa: a Solimán no le preocupaba una invasión por parte de los estados occidentales 2 .

Las tácticas y vías de transmisión

de la información

sobre los Turcos^

Por extraño que parezca, durante el reinado de Carlos V, la Monarquía Católica d i s p u s o de unos sistemas r e l a t i v a m e n t e estables para recibir información sobre la política, los "movimientos" y los planes militares de los

T o m á s C a m p a n e l l a o p o n e una visión utópica e i m p r a c t i c a b l e en su o b r a " M o n a r q u í a H i s p á n i c a " y elabora su plan de una liga antiturca para borrar el Imperio O t o m a n o del mapa. Se trata de un ataque s i n c r o n i z a d o y simultáneo contra el turco por todos los lados: " p a r a hacerlo más fácilmente, debe el Rey de las Españas enviar gran n ú m e r o de persas a Arabia, dándoles esperanzas de defender su posesión a lo largo y a lo ancho, e inculcándoles la idea de que el T u r c o es e n e m i g o c o m ú n , al que tienen que resistir por a m b a s partes, no sea que vencidos nosotros, también lo sean ellos, y ocupar con redoblado celo de religión la ciudad de la Meca, donde está el sepulcro de M a h o m a , que f u e cabeza del Imperio de aquéllos; y hecho esto con buenos auspicios, lo demás será fácil. Procure también el Rey de España que se haga alianza entre los persas y el Preste J u a n , para que este también lance grandes f u e r z a s , q u e podrían llevar los portugueses por el mar R o j o o incluso por el continente, al territorio del Turco, e n e m i g o c o m ú n , y esto se ha de hacer con el fin de adquirir la religión y ensanchar el Imperio, y sobre todo, por la religión, para recuperar Jerusalén, d o n d e está el sepulcro de Cristo, nuestro Salvador (lo que tanto tiempo hemos deseado ya j u n t o con los etíopes). A m b o s p u e b l o s d e b e n dirigir allí sus f u e r z a s s i m u l t á n e a m e n t e . Se ha p e n s a d o t a m b i é n q u e los m o s c o v i t a s con q u i e n e s se p u e d e llegar p r e v i a m e n t e a un a c u e r d o por m e d i o de oradores polacos penetren al m i s m o tiempo con su ejército en Bulgaria y Moldovia. A d e m á s prevea el rey que a un m i s m o tiempo el Emperador y el Transilvanio penetren en Hungría, y el Polaco en M a c e d o n i a y Misia (en el Asia menor), y a s í el turco, perplejo, no sabrá a d o n d e acudir en axulio. Para alcanzar esta unión universal, los georgianos podrán ser también incitados a ello ocultamente por medio de mercaderes venecianos, para que pongan su pie en Asia menor y T r a p e z u n t a o C a p a d o c i a . Y para tener éxito, parace útil que lo que cada u n o o c u p a r e , lo m a n t e n g a c o m o propiedad suya, a excepción sólo de Jerusalén, que deben ceder al Rey de España. A q u í podría él entrar poco a poco por la facilidad de acceso del Mar Rojo. Es más, que al m i s m o tiempo los españoles y venecianos obligados por la alianza con el papa irrumpan en M o r e a ( P e l o p o n e s o ) , C h i p r e y Egipto, para la cual será de e n o r m e utlidad contar con la escuadra napolitana, de la que antes se ha h e c h o mención. Después, para repartir entre ellos las regiones y lugares a d q u i r d i o s por la guerra, sea n o m b r a d o el Papa j u e z y árbitro. Y tal c o n f e d e r a c i ó n entre los príncipes m e n c i o n a d o s sea por diez años, p o r q u e por lo m i s m o el Turco, viéndose inmerso en guerra en su propia casa, se rettaería de hacerla en Occidente, lo que sería gran beneficio para la Casa de Austria. Es, a d e m á s , importante la alianza entre los persas y el Preste Juan, pues éstos (los turcos) causarían grandes daños en Occidente. Y esto no sería contrario a los intereses de los venecianos, pues el T u r c o les causó no pocos problemas, y así tratan de aplacarle con buenos servicios, pues no tienen f u e r z a s suficientes para atacarle. Hay quienes piensan que se puede hacer de dos modos: conspiración o alianza con el Turco, con ventajas, o por lo menos, con esperanza de éxito; uno, si todos los príncipes, cuyas regiones son limítrofes con Turquía, le atacan al m i s m o tiempo, iniciando el asalto cada uno por su parte, no con un n ú m e r o d e t e r m i n a d o de soldados, sino reuniendo todas sus f u e r z a s ; el otro y más noble si el mayor n ú m e r o de príncipes, por gloria de Dios e incremento de la Iglesia le atacan por una o varias partes a la vez, c o m o se hizo en los t i e m p o s heroicos, c u a n d o m u c h o s y m a g n á n i m o s príncipes de A l e m a n i a , de Bélgica, de Francia y de Italia, vendiendo parta de sus territorios, y parte hipotecándolos, reunieron más de 40.000 hombres, y los llevaron a Oriente, y vencidos y arrasados los turcos en Nicea, los persas en Antioquia y los sarracenos en Jerusalén, arrasaron todo el Oriente y en breve t i e m p o recuperaron Tierra Santa". C a m p a n e l l a , T o m á s : La Monarquía Hispánica, op. cit., pp 245-247. ^ Grenard, Fernand: Grandeur -^Publicado en España-Turquía: 62.

et décadence de l'Asie, l'Avènement de l'Europe, op. cit.,p. 73. Del Enfrentaménto al Análisis Mutuo (Estambul, 2003) pp. 49-

60

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U I A C A T Ó L I C A

turcos. Las relaciones entre las dos cortes, bastante escasas, por no decir inexistentes,

n o hacían

fácil

la c o m u n i c a c i ó n

y la c i r c u l a c i ó n

de

i n f o r m a c i o n e s . C u a n d o se considera el pánico que causaban los avances amenazadores y los movimientos y ataques inesperados del ejército turco, la necesidad de una f u e n t e de información permanente y de confianza se hizo innegable. Debido al Turco, que avanzaba imparable por mar y por tierra y atacaba las costas y fronteras con frecuencia, nació un género que aparecía muy f r e c u e n t e m e n t e b a j o el título de " a v i s o s del T u r c o " , " r e l a c i o n e s

de

Constantinopla" o "nuevas del Turco". La Monarquía Católica usaba diversas vías para obtener información sobre "el T u r c o " y sus intenciones. La vía más segura y más común era a través de los embajadores que Carlos V tenía en las ciudades más importantes de Europa. Entre ellos, sin duda, el más notable era el e m b a j a d o r de Venecia, debido a sus estrechas relaciones con la corte otomana. La información sobre la Sublime Puerta llegaba al emperador tras una escala en esas e m b a j a d a s . A p a r t e de servir c o m o representantes diplomáticos, los e m b a j a d o r e s se encargaban de transmitir al emperador la información que les pudiera llegar. De esta manera, el emperador pudo disponer de una información sistemática. Entre todas las fuentes de información, las más estables y fiables eran las embajadas establecidas en Italia - c o m o las de Roma, Génova, V e n e c i a - , y las de París, V i e n a y Lisboa. D e b i d o a su situación geográfica, eran las e m b a j a d a s situadas en las ciudades de Italia las que jugaron el papel más importante y crucial. Las ciudades italianas, abiertas al peligro turco que constantemente las a m e n a / a b a por mar, estaban poco menos que obligadas a recibir de f o r m a sistemática las "nuevas" de Constantinopla. Las noticias que llegaban a estos centros fueron enviadas al emperador por varias vías gracias a sus embajadores. Durante el siglo XVI, sin lugar a dudas, Venecia f u n c i o n a b a c o m o el más importante centro de inteligencia de toda Europa, y j u g a b a un papel crucial en las relaciones entre Occidente y Oriente. Venecia, q u e intentaba mantener una cierta neutralidad en sus relaciones con la Monarquía Católica y evitó las fricciones con la Sublime Puerta haciendo gala de una gran habilidad, f u e la fuente que suministraba al emperador la información más actualizada. Tal c o m o decía Enrique VIII, Venecia siempre f u e el centro donde se obtenían las noticias más recientes. Muchas veces se admitió en los documentos que las " n u e v a s " traídas por Venecia eran "frescas". Para dar un ejemplo, el Cardenal de Sigüenza, en una carta enviada al emperador, le comentaba que las noticias más recientes que el Papa tenía en la mano eran las que vinieron desde Constantinopla vía

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMAN

61

Venecia 1 . La carta que Juan Dantisco despachaba a Segismundo en 1524 desde Venecia, donde se hallaba c o m o e m b a j a d o r de Polonia, le informaba de las noticias que relató el Dux de Venecia y " q u e aseguraba eran totalmente c i e r t a s " 2 . D e la m i s m a manera, un e m b a j a d o r v e n e c i a n o s u b r a y a b a la importancia de Venecia c o m o fuente de información para la Sublime Puerta. En la relazione

que hizo a la Señoría decía: "Per le qual ringrazia questa

repubblica di avere avvisato continiamente la felice Porta del Signor T u r c o degli avvenimenti e successi cesarei da queste parti"-'. La información que el baile v e n e c i a n o residente en la capital del imperio otomano enviaba, llegaba a Venecia y desde allí se despachaba a los estados europeos. Carlos recibía esta información de mano de su embajador en Venecia. El a u m e n t o del número de cartas enviadas por dicho e m b a j a d o r a Carlos V durante los años 1530-32, es una buena muestra de que el peligro turco f u e en este periodo más intenso que nunca. Comprensiblemente, las vísperas de la f a m o s a c a m p a ñ a de A l e m a n i a e m p r e n d i d a por S o l i m á n coincidían con estos años y cada nueva carta que llegaba desde Constantínopla causaba verdaderos tormentos. Llegado el año 1532, las cartas de Rodrigo Niño, que entonces era el embajador de Carlos ante la Señoría, aumentaron de una manera notable. La noticia cierta de los preparativos bélicos en los que estaba empeñado el sultán turco, junto con la inseguridad de su destino, dejaban a Europa en un estado de gran intranquilidad. Los interesantes detalles contenidos en la carta que este e m b a j a d o r envió con f e c h a 3 de enero de 1532, demuestran que durante esta época Europa f u e avisada de cada paso que daba Solimán. "El primero del pasado en la tarde rescibió esta señoría letras del embaxador que tienen con el Turco de XVIII de diziembre y otro día siguiente me enbió a llamar y m e dixo que la sustangia dello que les scrive es que avía tres o quatro días que el Turco y Abrayn Bassa heran ydos a la caga y que bolverían dentro de X o XII y que Luys Griti estava en horden para partir en Vngría" 4 .

1 Heine, Dr. G.: Briefe an Kaiser Karl geschrieben 32. Berlin, 1848, p. 486.

2

vori seinem Beichtvater in den Jahren

1530-

Dantisco en la misma carta da un mero ejemplo de la información detallada que enviaban los venecianos de Constantínopla: ' efectivamente, cuando nos retirábamos, el Dux decía que había recibido una carta en la que se podía leer que al comprobar los gobernantes de Siria que el emperador de los turcos había organizado una flota y que se encaminaba directamente hacia ellos, temiendo que el nuevo sultán no pudiese hacer frente a tal ejército, le habían preparado una asechanza y, al presentarse la ocasión propicia, mientras el Sultán estaba bañándose, unas gentes armadas le cerraron las puertas. Al oír el tumulto, el Sultán buscó su salvación huyendo por el pórtico del balneario, pero aquellos comenzaron a perseguirle rápidamente y por fin, cuando fue cogido, fue decapitado con otros cinco de sus principales cómplices y sus cabezas enviadas enseguida a Constantínopla. Allí fueron vistas por los espías de este gobierno". Fontán, Antonio; Axer, Jerzy (Eds.): Españoles y polacos en la Corte de Carlos V. op. cit., p. 157. ^ Alberi, E., Relazioni degli ambasciatori Veneti al Senato. op. cit., Serie II, vol. II, p. 152. 4

A.G.S., Estado, leg. 1.309, fol. 23.

62

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A Sin duda alguna, Rodrigo Niño f u e el que consiguió enviar las "nuevas

más frescas" en dichos años. La información que él mandaba pasaba de m a n o en m a n o por todo el Imperio. En una carta enviada a la emperatriz quedaba patente la calidad de la información enviada por él: "A dos del presente escreví a Vuestra Magestad. Después receví una carta del e m b a x a d o r que Vuestra Magestad tiene en Génova de VII de abril y con ella me enbía la copia de una que Rodrigo Niño le escrevió de Vene$ia a X X X de Marijo que va con ésta, por donde parece que él tiene más frescas nuevas y ciertas de la venida del Turco a Vngría" 1 . Resulta especialmente interesante la intensa actividad de Rodrigo Niño en Venecia a fin de reunir noticias y luego despacharlas. Asimismo, la Señoría no dejaba de avisarle de "las cosas del turco" 2 . En 1530, el embajador escribía a Carlos: " O y he preguntado al duque qué sabe del T u r c o porque por estas calles dizen que haze en la Velona y en Constantinopla la mayor armada que j a m á s ha hecho. A m e dicho que no sabe cosa cierta más de lo que por las calles se dize y que sabiendo algo me dará haviso dello para q u e V.Md. sea havisado y que espera cada día correo de su embajador de donde se sabrá la certenidad d e s t o " 3 . En otra carta suya nos hace saber la frecuencia de estos correos enviados al emperador, diciendo: "A los X X V del pasado y a los dos y a los diez y a los XII deste tengo escripto a V.M. quanto acá avía que dezir y con la letra de X enbíe a V.M. una de Pedro de Cravelluzo con la qual V.M. sería i n f o r m a d o de las cosas del gran turco. Agora este Pedro Cravelluzo es partido para R o m a a dar entera noticia a Su Santidad de las cosas y al tiempo de su partida me dixo que escrivía a V.M. que estando en Costantinopoli supo c o m o el rey de Francia enbío en español que se llama Rincón al bayboda y al turco" 4 .

1

A.G.S. Estado, leg. 24, fol. 66.

2

He a q u í una carta del e m b a j a d o r dirigida a Carlos V en la que da detalles del interés de la Señoría por avisarles de "las cosas del turco": "Anteayer a once horas de noche despaché a V.M. una estaffeta con la qual le screví lo que hasta aquella hora m e ocurría lo que después ha subcedido. Es que ayer me enbió allamar el duque y q u a n d o f u y hállele con el c o n s e j o de diez y delante dellos syn aber otra persona. Él m e dixo una largo razonamiento diziendo lo m u c h o que este estado deseava servir a V.M. y c o m o siempre que han sabido d e s p u é s que aquí estoy alguna cosa d e Costantinoplo m e la han dicho y c o n f i r m a n d o agora este uso y con el deseo a c o s t u m b r a d o . M e avían l l a m a d o para h a c e r m e saber q u e después q u e a los IX deste m e dixieron lo que avía sabido de Costantinopoli por letras de cinco de Noviembre avían se sabiado otras que vinieron por tierra que heran en datta mas biejas q u e las otras por que hablavan más c o p i o s a m e n t e de las cosas del turco". A . G . S . Estado, leg. 1308, fol. 265. (18 diciembre de 1531) En de 5 de M a y o de 1531, en otra carta suya, N i ñ o revelaba c ó m o recibía d i c h a s noticias: " A y e r tarde recibió esta Señoría letras de Costantinopoli de II y III de abril y por saber lo q u e escriven para dar desso haviso a V.M. he detenido esta posta hoy que he y d o al C o l e g i o d o n d e pregunté al príncipe si havía havido ayer letras de Costantinopoli que f u e s s e contento de dezirme lo que se le scrive de nuevo. R e s p o n d i ó m e que le scriven afirmativamente que el T u r c o este año no hará exército ni armada de mar". A.G.S., Estado, leg. 1.308, fol. 186. * A.G.S., Estado, leg. 1.308, fol. 30. 4

A.G.S., Estado, leg. 1.308, fol. 59.

LAS

RELACIONES

ENTRE

CARLOS

Y SOLIMÁN

63

Hacia finales de 1520, con la expansión del peligro turco, la misión de estos embajadores se hizo todavía más importante. Ya no sólo despachaban cartas con información sobre el Gran Turco, sino que se esforzaban en convencer a los monarcas europeos contra la amenaza otomana e informaban al emperador sobre los avances en este terreno. Los embajadores en la corte de Enrique VIII también tenían esta misión. Sir Chapuis, el embajador de Carlos que estuvo en la corte de Inglaterra en el año 1529, mantuvo entrevistas con el rey e informó a Carlos de las promesas que hacía - y que nunca llegaría a cumplir- dicho rey respecto a la ayuda contra los turcos. En abril de este año, sir Chapuis informaba a Carlos que "sería un placer para el rey ayudar al emperador y a su hermano en la guerra contra el Turco" 1 . La táctica que desarrollaba la Monarquía Católica, la de obtener los secretos de la corte otomana a través de espías, no es un hecho desconocido. La falta de representación diplomática directa del emperador, obligaba a mantener un servicio secreto de confianza. Quizá haya que reconocer que el sistema de espionaje no sólo era irregular, sino que no contaba con una actividad demasiado intensa. En la carta que en 1537 el emperador escribió a Lope de Soria, su embajador en la República de Génova, se mencionaba a un hombre enviado a la capital turca: "Cuando vuelva la persona que es hido a Constantinopoli, por que no se pierda tiempo en venir acá será mejor que le oyáis y exhaminéis y toméis particular relación de todo lo que truxiese entendido y las cosas de allá, lo qual nos podréis escrevir por la cifra y llegará más brevemente que el hombre si huviesse de venir y será con menos sospecho y más seguridad" 2 . El virrey de Ñapóles, Carlos de Lannoy, en una carta que escribía al emperador, le comunicaba que "tenía espías en Constantinopla que le informaban de todo lo que sucedía allí, de lo que le informaba a su Majestad i n m e d i a t a m e n t e " 3 . El mismo virrey, en otra carta enviada a Carlos, le comunicaba que la ciudad de Ragusa le había remitido noticias de Constantinopla por medio de un enviado especial 4 . Ragusa, moderno Dubrovnik, una ciudad bajo el control otomano y que pagaba tributo a esa corte, tenía un papel muy significado en la circulación de noticias sobre el Turco. Su posición geopolítica y las relaciones que mantenía con la Sublime Puerta le convertían en un centro de información muy especial

1 Bradford, William: Correspondence of the Emperor Charles V and his ambassadors courts of England and France, op. cit., p. 261. 2 2

at the

R.A.H,A.L.S., doc. 102.

^Bradford, William: Correspondence of the Emperor Charles V and his ambassadors courts of England and France, op. cit., p. 97. 4 R.A.H., C.S.C., leg. A-28, fol. 360.

at the

64

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

y uno de los primeros en recibir las n o t i c i a s 1 . Carlos, que supo bien aprovecharlo, envió un cónsul a esta ciudad del Adriático en los años 1520: Juan de Pallás. La primera carta de Juan de Pallás que se conserva en el Archivo de Real Academia de la Historia es del año 1529. El cónsul, en esta carta dirigida al virrey de Nápoles, Ramón de Cardona, le informaba de los preparativos que los turcos estaban haciendo entre el 4 y 15 de enero 2 . La segunda que se halla en este archivo es de 6 de febrero, y en ella se da noticia a Alonso Sánchez, e m b a j a d o r de Carlos en Venecia, de los preparativos de la c a m p a ñ a contra Hungría q u e los turcos p l a n e a b a n 3 . C o m o se puede ver, las noticias q u e llegaban directamente desde Constantinopla a Ragusa, no sólo fueron enviadas al emperador, sino también a sus e m b a j a d o r e s en los estados de Italia. L a frecuencia del correo es digna de subrayar, tal como puede verse en el caso de Juan Pallás, que justo seis días después, el 12 de febrero, despachaba otra carta a Alonso Sánchez con las noticias recién llegadas desde la capital de los turcos 4 . De Ragusa no sólo llegaban las cartas del cónsul Juan Pallás. En una carta de 13 de febrero de 1522 se incluyen también copias en italiano de cartas de distintas personas enviadas de Ragusa a Venecia 5 . Con lo cual, se ve q u e la información que venía de Ragusa se enviaba al emperador por varias personas, muy probablemente por el embajador de Venecia. T a m p o c o hay que olvidar que el cónsul de Ragusa se c o m u n i c a b a frecuentemente con otros virreyes del Imperio. No sería erróneo afirmar que Juan Pallás se encargaba de transmitir las noticias que le llegaban no sólo a Carlos, sino también a lodos los e m b a j a d o r e s y virreyes. Estas noticias circulaban entre el emperador, los virreyes y los e m b a j a d o r e s . El m i s m o cónsul, en su carta a Carlos, le avisaba de que: "Per via de Venesia et de R o m a et de Napoli ho escrito ad V.M. de le particularitare et del m o d o de la rebellione de Egipto et reasione del novo Soltano et de le provisione fatte Per el gran turcho"... 6 . De modo similar, Rodrigo Niño, en una carta suya escribía

' En el siglo XVI, Ragusa mantuvo su posición semi-independiente como ciudad-estado bajo la protección del Imperio Otomano. Fernando, que fue elegido el rey de Hungría en 1527, escribió al estado de Ragusa para que le fuese fiel, prometiéndoles los mismos privilegios comerciales concedidos por el antiguo rey de Hungría. Ragusa prefirió seguir bajo el paraguas de la Sublime Puerta gozando de todos los privilegios ofrecidos por aquella corte. Para más información véase Carter, Francis W.: Dubrovnik (Ragusa): A classic city-state. New York; London, 1972. 2 R.A.H.,C.S.C„ A-17,fol. 143. 3 Ibidem, A-22, fol. 117. 4 Ibidem., M. 160. 5 Ibidem, A-22, fol. 136. 6 Ibidem, A-31, fol. 22.

LAS R E L A C I O N E S

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

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"porque f u e con la de XVIII con una posta que despaché para el sereníssimo rey de Ungría con una carta de Ragusa" 1 . Hay que reconocer la importancia de Ragusa para la circulación de noticias sobre los turcos. El ejemplo más evidente se encuentra en las cartas q u e d e s p a c h a b a Rodrigo Niño al e m p e r a d o r . En una de ellas decía: " D e Ragussa vino ayer un vergantín con letras a algunos particulares de VII deste y he visto una que escrive el ar§obispo de aquella ciudad a un su amigo en la qual hay un capítulo cuyo traslado embío a q u í a V.M. ahunque esta señoría (Venecia) dize que es todo mentira quanto de allí se scrive y sy es verdad que el bassá de Bosnia tiene junta"... 2 . Conviene aclarar de inmediato que Venecia, con su notable prestigio c o m o fuente de información, negaba la "seguridad" de las noticias que llegaban a esta república desde Ragusa. Es importante advertir, sin embargo, que Ragusa era una ciudad comercial que, c o m o Venecia, tenía un contacto regular con el Imperio Otomano, y que gozaba de los privilegios que la corte otomana había concedido a los mercaderes. Basta pensar que los mercaderes constituyeron una clase social que podían moverse con una libertad impresionante por las ciudades de Turquía. En suma, los e m b a j a d o r e s n o cesaron de hacer circular las noticias que se originaban en R a g u s a . Por ejemplo, el e m b a j a d o r imperial en Venecia notificaba en una carta suya de 1531: " D e Ragussa escriven al Conde Guido que se dezía que el T u r c o hazía una armada de X X X X galeras" 3 . Por otra parte, no debe sorprender que un estado c o m o Ñapóles, abierto al peligro turco, f u e s e uno de los que recibían las noticias antes que nadie, proporcionando información no sólo sobre las "nuevas" de la armada del turco, que tanto pánico causaban, sino sobre los movimientos de los turcos en el interior. Por ejemplo, en ia carta que Juan de Pallás escribió al emperador en 2 de marzo de 1519, le informaba que había gente que hacía contrabando con el estado turco y le daba detalles, señalando q u e Pantalosa y A l f ó n Beltrán estaban entre ellos 4 . En otra carta que despachaba a Carlos j u s t o veinte días d e s p u é s , se e n c u e n t r a n noticias sobre las costas napolitanas. Según se informa, los turcos planeaban enviar una armada de 44 galeotas y una galera a estas costas. Le pedía socorro y rogaba q u e le mandase unas galeras 5 . El protonotario Marino Caracciolo y Alonso Sánchez avisaban al emperador en 15 de febrero de 1526 de un peligro similar: "Se dize públicamente que el turco haze grandíssima armada de mar y de tierra así es bien que V.M. mande que en

1

A.G.S., Estado, leg. 1.308, fol. 63. A.G.S., Estado, leg. 1.308, fol. 34. 3 A.G.S., Estado, ieg. 1.308, fof. 186. 4 R . A . H . , C . S . C , A-17,fol. 145. 5 Ibídem, A-17, fols. 148-149. 2

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E L I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

las marinas de Pulla y en Cecilia se fortifiquen y aperciban pues en esto se aventura poco y el peligro en que están es tan grande" Un correo del proionotario Marino Coracciolo, y de Alonso Sánchez, dirigido a Carlos, nos demuestra cómo las noticias cambiaban de mano y las etapas que seguían las informaciones sobre la corte otomana: "Le he dado aviso de la persona que la comunidad de Ragusa me embió del aviso que tenía de Constantinopla por cartas de sus embaxadores que están con el turco de los X de Junio. Después he recebido cartas de un hombre de bien que embié yo de aquí que está por espía en Constantinopla y son las cartas del último de mayo y lo que me avisa es como solamente estavan en mar setenta galeras sutiles y en el tarcenal treinta y seis galeras gruessas y otras ochenta sotiles y que no se hablaba de armar al presente. Es verdad questas cartas desta espía son más viejas diez días que las otras de Ragoga. Pero quando fuesse verdad la nueva de los de Rago^a de presupponer era que saliendo las cinquenta galeras y seis naves tan presto como de/.ían que diez días y veynte antes no se supiesse. Ha me parecido dar de lo uno y de lo otro aviso a V. M. y hazer saber a V.M. al que está espía que yo tengo en Constantinopla es mercader y con escusa de la mercadería es ydo a ella y tiene comissión de quando viesse aparejo de tal armada que se las rechase que hera para alguno destos reynos que a de venir el en persona a darme aviso dello. No puede tardar mucho que no sepa lo cierto de lo que los unos y los otros escriven y a la ora daré aviso a V.M. dello" 2 . Tal como mostraba abiertamente en esta carta, había espías que trabajaban disimulados como mercaderes, y viceversa. Es decir, no faltaban mercaderes que se encargaban de traer noticias del Turco. El almirante general de Carlos, Andrea Doria, en una carta dirigida a él, le comentaba que "de Levante ha havido cartas de mercaderes" 3 . Tras la victoria de Mohács en 1526, en carta dirigida a Carlos, Alonso Sánchez le daba las últimas noticias que llegaron a Venecia y también mencionaba las de los mercaderes: "Hai cartas de mercaderes de Augusta de VIII que dizen lo mismo de la rota y muerte del Rey de Ungría" 4 . De modo similar, el propio embajador en Venecia comunicaba al emperador que las cartas de mercaderes que vinieron desde Viena y Augusta verificaban las noticias que trajo el clérigo sobre la muerte del rey de Hungría, Luis II, y la toma de Buda por los turcos 5 .

1

Ibidem, A- 37, fol. 22. Ibidem, A-28, fol. 360. 3 A.G.S., G.A.,leg. 5, fol. 75. 4 R.A.H, C.S.C., A-38, fol. 323. 5 C.S.P., vol. III, parte I, p. 899. 2

LAS

RELACIONES

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CARLOS

Y SOLIMÁN

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El historiador húngaro Sándor Takáts, en sus estudios sobre la historia turco-húngara, hace una notable interpretación del papel de los mercaderes como "portadores de noticias", y llama la atención sobre el status de los mercaderes en el Imperio Otomano y la importancia que daba el estado otomano a este grupo social. Takáts afirma que los mercaderes gozaban de una enorme libertad dentro de las fronteras del Imperio Otomano y podían ser testigos directos de gran cantidad acontecimientos gracias al privilegio concedido por el estado turco. Si tomamos en consideración que, por ejemplo, podían entrar libremente en los cuarteles del ejército turco, podemos entender cómo fueron capaces de "portar" noticias sobre los turcos. Este mismo historiador recoge el informe que envió el capitán Nagy Istvan al capitán general de Hungría. En él se nos cuenta como un grupo de mercaderes viajó a Keve en barco y de allí pasaron a Peste, donde desembarcaron y visitaron el cuartel del ejército turco. Mientras miraban sorprendidos los cañones llevados por 40, 50, 60 bueyes, contaban los coches y charlaban con los soldados turcos. Los soldados turcos no dudaron de relatarles el proyecto de tomar Korpona y Leva para poder llegar hasta las ciudades mineras. A su regreso, los mercaderes informaron al capitán de lo que vieron y de todo lo que los soldados turcos, con toda inocencia, les contaron en detalle 1 . Otra fuente importante de información son las cartas remitidas por los eclesiásticos. Bernardino de Carvajal, Cardenal de Santa Cruz, informaba al imperador de que Illiria había sido amenazada por los turcos, rogándole que la socorriese . El cardenal Pompeyo, en carta dirigida a Carlos V, en 23 de febrero de 1520, le daba noticia de que un arzobispo llamado Tomás Nigro vino a verle para comentarle la situación de Hungría, que se hallaba bajo la amenaza turca 3 . De la misma manera, el arzobispo de Ploch, Vitellus Ciolek, escribía directamente al emperador para comentarle la presión que reinaba en Croacia debido a la proximidad de las fuerzas turcas y le invitaba a socorrer al rey de Hungría, Luis II, cuñado del emperador 4 . Entre los eclesiásticos que continuamente escribían a Carlos, el cardenal de Osma jugaba un papel especial merced a las detalladas noticias que le proporcionaba sobre el peligro turco. En las cartas que le enviaba desde Roma, le informaba de todas las noticias que llegaban a esta ciudad. Estas cartas, como muchas otras, se hicieron cada vez más densas entre 1530 y 1532. El motivo no constituía ningún secreto para nadie: toda Europa se hallaba ante un ' Takáts, Sandor : "Los guías y espías en la época turca", en Rajzok a torok világbñl rasgos del mundo turco), tr. en turco, M.E.B.Y. n° 2128, Estambul, 1992. p. 168. R.A.H., C.S.C, A-22, fo(. 202. 3 Ibídem, A-19,fol. 16. 4 lbtdem, A-19, fol. 18. 2

(Los

68

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

peligro inminente y grave, y Carlos, como "padre de la Cristiandad", estaba obligado a salvarla de una invasión destructiva. En estas cartas se aprecia una notable preocupación

ante los preparativos bélicos de Solimán,

y,

comprensiblemente, los eclesiásticos intentaban convencer al emperador de la gravedad de la situación y de la necesidad de tomar medidas. Carlos tampoco dejaba de responderlas para no romper las relaciones con Roma. El Cardenal, en una carta que le despachó este mismo año, cumplía con su deber: "Césarea \ Católica Majestad. Beso las manos de Vuestra Majestad por la carta que me escribió desde I Jeja: dióme descanso viendo que Vuestra Majestad se acercaba a Flandes adonde con razón ha de recibir alegría y algún alivio de los trabajos pasados, puesto que según las nuevas que aquí sabemos del Papa y por vía de Genova y Venecia, no dejarán los turcos mucho holgar a vuestra Majestad, los cuales según que por aquí se habla, han despedido los embajadores de vuestro hermano y hacen preparativos de guerra nunca vistos ni oídos por mar y por tierra" . Entre la correspondencia del emperador y los eclesiásticos, las cartas que iban y venían entre Carlos y el Cardenal de Sigüenza contenían abundante información sobre el Gran Turco. Este cardenal escribía desde Roma con una frecuencia sorprendente, ('orno en otros casos, durante los primeros años de la década de los 30 el tema de los turcos domina sobre todos los demás. El cardenal enviaba rápidamente las noticias recién llegadas a Roma. La característica principal de esta correspondencia es el intercambio de ideas sobre las condiciones políticas del momento y el camino que había que seguirse. El Cardenal de Sigüenza no dejaba de manifestarle "su parecer" en el tema de los turcos. Una carta suya nos proporciona información sobre la frecuencia del correo entre ambos: "Son cinco días que escriví á V.Md. y en este tiempo no se ha ofrecido ninguna novedad y ansí será ésta breve" 2 . Asimismo, en su carta de 25 de enero de 1532 nos da un significativo detalle sobre las fuentes de información: "Hoy he platicado con el Papa, el cual me ha dicho que cree que las nuevas que trajo el patriarca de Constantinopla nascieron de Luis G r i t " \ Sin duda, el hecho de que el patriarca de

' Paz, Julián: Documentos 2

Inéditos, vol. 14, p. 124.

Heine, Dr. G.: op. al., p. 369.

^ Ibídem, p. 479. El mismo Griti cae preso en manos de los austríacos en 1531, cuando Fernando no duda en aprovechar la oportunidad para "tomar lengua". En una carta que escribe a Carlos en 20 de julio de este año le dice: "...se conforma mucho con la ynformación y aviso que por otras vías y personas se da de las cosas del Turco, de las quales el dicho Grity tiene mucha yntelligencia y noticia, y assí mesmo de las pláticas del y del rrey de Francia y del de Polonia y del bayboda y de otras personas que mucho convernía saberse, assí para los negocios presentes como para los venideros". "Será bien que no siendo avsuelto el dicho Grity, le mande vra. mg. venir a mi trayéndole a buen recado, pero con buen tratamiento, el qual assimesmo se le hará acá de arte que, acebtándole en el seruicio que o f f r e c e o no, quede contento y sin quexa de auerle detenido. Pero en este medio procuraré de sacar del cuanto pudiere para tomar lengua y auiso de las cosas, y dello haré sabidor a vra. mg., a la qual supllico mande luego proueer en esto antes que el dicho Grity se libre, si por ventura no lo es, quando ésta llegare". Lanz, Karl: Corresponden;, des Kaisers Karl V. op. cit. ,p. 505.

LAS

RHLACIONKS

KNTRE

CARLOS

Y SOLIMÁN

69

Constantinopla llevase la información a Roma es sorprendente. Por otra parte, este "Luis Grit", a quien se refiere el cardenal, era el hijo de Andrea Gritti, el Dux de Venecia, que trabajaba como oficial de Solimán en la corte otomana. El cardenal también comenta las dudas que creaba este veneciano en el delicado juego de relaciones establecido entre Austria, Hungría y Turquía. El tiempo le daría la razón. Rodrigo Niño avisaba a Carlos V de la llegada del patriarca antes citado: "Un patriarca de Aquileya que viene agora de Costantinopoli que ha estado aquí algunos días de adonde es partido a Roma a dar not¡5¡a de todo esto al Papa, y ayí la he dado despacho y al Rey de Romanos por las otras duplicadas para que su Magestad lo mande proveer como conviene a su servicio" 1 . Otra carta de Sigüenza nos informa de la rápida circulación de las "nuevas" entre los estados cristianos: "Los avisos más frescos que el Papa tiene de los cuales se ha de hacer mayor cuenta y los mesmos creo que á esta hora tiene Venecia son de nueve de marco de Constantinopla los cuales envía Su Beatitud al legado y por esto no hay que gastar tiempo en decirlos aquí" 2 . El Papa, una de las principales cabezas de la política europea más que el pastor de la Cristiandad, formaba parte integral de toda esa intensa actividad informativa. El Cardenal de Sigüenza comentaba a Carlos que "El Papa tenía una persona en Francia que le avisaba de todas las cosas que en aquella corte pasaban. Dale el Papa cient ducados cada mes sin otras gracias que per esta inteligencia". Al parecer, el propio Papa le había mostrado al cardenal una de las cartas en francés enviadas por este e s p í a " 3 . C o m o se ha referido anteriormente, la posibilidad de que se produjera una invasión de las costas de Italia por parte de las fuerzas navales turcas, era una de las mayores preocupaciones del Papa. León X, en su carta de 5 de febrero de 1520 dirigida a Carlos, le daba información sobre las costas de Dalmacia, invadidas por los turcos, y la situación en Croacia. Le pedía ayuda para socorrer estas regiones y le rogaba las protegiera 4 . El Papa constituía una muy fiable y detallada fuente de información. Sin ir más lejos, Alonso Sánchez escribía al emperador: "Yo quise saber todo esto del Papa por ser dello más certificado para lo screvir a V.M. aunque aquí se tiene asy por cierto..." 5 . Hay que reconocer que el sistema de información del Papa se basaba en una red bastante amplia que no se limitaba a las noticias de la capital. Una carta de 1526 lo demuestra abiertamente: "Por la misma

1

A.G.S., Estado, leg. 1.308, fol. 267. Heine, G.: Briefe an Kaiser Karl V, geschrieben von seinen Beichvater in dem Jahren 15301532. op. cit., p. 486. 3 Ibidem, p. 545. 4 R.A.H., C.S.C., A-19, fol. 2. 5 Ibidem, A-39, fol. 10.

70

EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

época recibieron caria de Tracia y de Constantinopla el Papa y los venecianos. Yo vi las copias enviadas al Emperador" 1 . Aparte de las vías \ fuentes regulares de información, también existían otras fuentes más irregulares. Había gente que no dudaba en llevar noticias sobre los movimientos del Turco a los estados cristianos. Fuera por la expectativa de una recompensa material, o por el puro deseo de colaborar con el estado ante la amena/a de un ataque turco, no faltaban individuos que acudían a esta o aquella corte para proporcionar una información que podía ser de interés. El Cardenal de Sigüenza nos da un ejemplo de esta clase: "Parésceme que cada día se van esforzando las nuevas de la venida del Turco, lo que se entiende por vía de Ñapóles de allá lo escriben á V. Md., pero un Florentín es venido al Papa que viene de Constantinopla que habla de vista de todos los aparejos que por mar y por tierra que hace el turco que son muy grandes"2. A veces la información llegaba directamente a manos del emperador. Tal fue el caso de las vísperas de la conquista de Rodas por los turcos, en 1522, cuando el Gran Maestre Philipe Villiers de I'Isle-Adam, escribió a Carlos V informándole de los preparativos 3 . El tesorero del rey de Hungría, en 5 de agosto de ese mismo año, también fue uno de los que escribió directamente al emperador para comentarle el plan de ataque de los turcos sobre Rodas 4 . De la misma manera, en 1524, el vizconde de Lombecke, J. Hannart, prefirió despachar un correo directo a Carlos V con motivo de informarle del peligro turco que reinaba en Hungría 5 . La Sublime Puerta muchas veces facilitaba la transmisión de información "sobre los turcos" mediante cartas que enviaba a distintas ciudades de Europa. Sin embargo, esta información enviada por el propio sultán se limitaba casi siempre a noticias sobre sus nuevas conquistas y las victorias del imperio turco. Se trataba más bien un género, denominado zafernáme (carta de victorias), que los monarcas otomanos solían enviar tras el logro de una victoria y al objeto de llamar la atención e informar del "cambio del poder" que se había operado en aquella región. La carta que Solimán escribió al senado de Ragusa participándole del asalto y la toma de Rodas puede ser un buen e j e m p l o 6 . Sin duda, el sultán estaba al tanto de que Ragusa era para el emperador de Alemania una rica fuente de información sobre los turcos. Otro

' Paz, Julián: Documentos

Inéditos,

op. cit.. p. 365.

2

Heine, G.: Briefe an Kaiser Kurl V, geschrieben von seinen Beichvater 1532. op. cit., p. 483. 3 Lanz, Karl: Correspondes des Kaisers Karl V. op. cit., p. 104.

4

R.A.H,, C.S.C., A-25, fols. 1 1 1 1 1 2 .

5

Lanz, Karl: Correspondes

6

Rodas, 20 de Enero de 1523. R.A.H.. C.S.C.. A-27, fols. 88-89.

des Kaisers Karl V. op. cit., p. 102.

in dem Jahren

1530-

LAS R H L A C IONES

ENTRE CARLOS

Y SOLIMÁN

71

ejemplo llamativo es la carta que Solimán envió a Venecia informándoles de que el f a m o s o corsario Barbarroja se había proclamado subdito suyo 1 . En esta carta, que tiene el aire característico de un zafernáme,

pedía a los venecianos

que tratasen "bien" a Barbarroja. Sin ir más lejos, la correspondencia de Fernando de Austria con el e m p e r a d o r Carlos muestra bien a las claras la existencia de un continuo i n t e r c a m b i o de i n f o r m a c i ó n sobre los turcos entre los d o s

hermanos.

Indudablemente Fernando, que mantenía contactos con la Sublime Puerta, tenía mayores oportunidades de obtener información que Carlos. Fernando envió sus e m b a j a d o r e s varias veces a la corte o t o m a n a , o b t e n i e n d o los correspondientes informes. Entre ellos, Busbequio, que f u e enviado a Turquía en calidad de e m b a j a d o r en 1554 y tuvo la suerte de hablar bis a bis con el sultán turco, quien le dejó una amplia relación de su viaje al imperio turco 2 . En las cartas que enviaba a Fernando, Carlos le pedía que "le informase de las n u e v a s del T u r c o y de sus intenciones si p o d í a o b t e n e r alguna información correcta de la gente de confianza" . Esta correspondencia también nos muestra c ó m o los embajadores imperiales enviaban las mismas noticias a dos cortes a la vez. Por ejemplo, en una carta dirigida al emperador, del año 1531, le decía que "por cartas de Rodrigo Niño" había recibido las nuevas del "buen sucesso que los de la Orden de San Juan han ávido en Modón contra los T u r c o s " . En su carta de 3 de octubre de 1531 dirigida al e m p e r a d o r , el archiduque de Austria le comunicaba que "las nuevas del Turco, de que Vuestra Magestad me embía copia, he entendido por Rodrigo Niño, el cual haze mui beuna diligencia en avisarme desto y de otras cosas que allí se platican y assí m e s m o he embiado a V. Mag. copia de lo que de otras partes se m e ha scrito en este caso" 4 . El archiduque de Austria, que geográficamente se hallaba muy cerca del imperio turco, se veía obligado a ser minucioso en su política oriental y no dejar de tomar grandes precauciones en el tema de la información; mucho más, indudablemente, que el mismo emperador. El avance imparable del Turco hacia Europa Central y el c a m b i o constante del m a p a le obligaban a mantener un servicio de inteligencia y de información más riguroso. El archiduque prefería trabajar con los de Buda, recibir la información desde esta ciudad y mantener espías allí, en esta problemática región.

' Una copia en italiano de la carta que contiene el tugra de Solimán se conserva en A G S Estado, leg. 1.302, fol. 141. 2

Traducciones del mismo libro se conservan en B.N.M., R. 34884-6, R.14.324. Bradford, William: Correspondence of the Emperor Charles V and his ambassadors courts of England and France, op. cit., p. 241. 4 Ibidem, p. 664. J

at the

72

EL IMPKRIO O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A Algunos espías se atrevían a servir a los turcos y a los imperiales 1 .

Sandor Takáts, historiador húngaro, cita a un tal Gennersberger Janos, q u e frecuentaba tanto los cuarteles imperiales c o m o los cuarteles turcos con una libertad sorprendente. Janos logró entrar en la ciudad de Guns durante el f a m o s o asedio de esta fortaleza en 1532 por las tropas turcas. Entre estos osados espías estaban algunos serbios, que no dudaban en prestar sus servicios tanto a Fernando c o m o a Solimán. Cambiaban de nombre y de religión con frecuencia y hablaban perfectamente un buen número de idiomas, soliendo atender a aquella parte que más pudiera pagarles, por lo general los turcos. En el año 1529, la emperatriz se convertía en la f u e n t e de m a y o r confianza para Carlos. Durante la ausencia del emperador, Isabel no dejaba de avisarle de los acontecimientos que sucedían en la Península y le trasmitía las noticias que llegaban a la corte desde las e m b a j a d a s imperiales. Una de sus mayores preocupaciones era la piratería mediterránea. Las costas del reino estaban constantemente amenazadas por la posibilidad de que se produjera un asalto de turcos o moros. La bella emperatriz, firme en su d e s e o de controlar al m á x i m o este problema, instaba enérgicamente al emperador para que tomase precauciones al respecto. La correspondencia entre Carlos e Isabel nos proporciona una buena muestra de la forma en que Isabel comunicaba al emperador las "nuevas del turco". En 1530 le escribía: "El embaxador de Génova me escrivió que encima de Ni Carniola 3 y se acordó que sería Fernando, y no Carlos, quien se casaría con Ana de Hungría. Dos de estos principados n o quedaron muy satisfechos con estos pactos y amenazaron proclamando que no concederían ninguna ayuda para la lucha contra los turcos. Fernando, asustado por los avances del nuevo sultán, se vio obligado a acudir a Bruselas, en 1522, para volver a ver a su hermano. En esta entrevista se t o m ó una decisión definitiva con relación al reparto de los territorios habsbúrgicos. A Fernando se le asignaron los territorios de Dalmacia y el Tirol, rico en minas, con el que Carlos V se había q u e d a d o en el anterior reparto. A c a m b i o , F e r n a n d o a b a n d o n a b a sus demandas políticas sobre Nápoles. Carlos V designó a su hermano como gobernador, statthalter, encargado de tomar en su nombre todas las decisiones necesarias mientras él estuviera ausente 4 .

1 Sutter Fichtner, Paula: Ferdinand of Austria: The Politics Reformation. New York: Columbia University Press, 1982. 2

Alberi, E . : Relazioni

degli ambasciatori

of Dynasticism

in the Age

of

veneti al Senato, op. cit., Serie I, vol. II, p. 63

3

Respecto a la geopolítica d e estos territorios austríacos. A n t h o n y Sherìey comenta: " P a r e c e q u e estos e s t a d o s de la Austria. Carinthia, Stiria, Selecia, M o r a v i a y B o e m i a , c o r r e n e n cordilleria para la defenssa de Ungria con una línea tan a r t i f i c i o s a m e n t e tendida que p a r e z e que sólo el señor de aquel puesto y linea es casi llamado f o r z o s a m e n t e el señoría de la parte de la Ungria que cae sobre sus fronteras y no es tiranizada por el turco". Sherley, A n t h o n y : Le "Peso Político de todo el Mundo ". op. cit., p. 78. 4

Lynch, John: Spain Oxford: 1964, p. 85.

Under

the Habshurgs.

Vol I: The Empire

and Absolutism,

1516-1598.

' C E N T R O Y LOS E S T A D O S

SATÉLITES"

105

La actitud de Castilla frente al interés de Carlos V por defender sus territorios patrimoniales en Centroeuropa era obviamente negativa. Castilla no tenia ningún interés en colaborar con el emperador en la defensa del Danubio y de las fronteras del Imperio en el sureste de Europa, y se mostraba reacia a apoyarle con tropas o con dinero. El avance turco por tierra seguía siendo una a m e n a z a lejana para Castilla y parecía imposible organizar una resistencia c o m ú n contra el T u r c o b a j o el enorme techo imperial. Pero, gracias a la política matrimonial de Maximiliano I, sus dos hijos F e r n a n d o y María, casados con dos Jagellones, al menos protegían la frontera oriental de su Imperio contra el impacto de los Otomanos. D e hecho, F e r n a n d o siempre j u g ó un papel especial en la política e x t e r i o r Carolina, s o b r e t o d o en su p o l í t i c a con la S u b l i m e

Puerta.

Ciertamente, el conflicto turco e m p e z ó a o c u p a r un lugar más notable y preocupante para los territorios austríacos a partir de la f a m o s a batalla de Mohács, en 1526, tras la muerte del Rey húngaro y la aniquilación de 20.000 de sus soldados en aquellas llanuras. Solimán no tardó m u c h o t i e m p o en colocar en el trono vacante a un Rey contrario a los intereses de los Habsburgo al tiempo que claramente sometido al poderío turco: el voivoda Juan Zapolya. O b v i a m e n t e , el s o b e r a n o t u r c o p r o c u r a b a q u e estos territorios

recién

conquistados quedasen en manos de un fiel súbdito, al que apoyaría cuando f u e r e preciso. De este m o d o logró un equilibrio en Europa Central, la parte m e n o s m a n e j a b l e de su imperio, y la zona m á s critica a causa de que llamaríamos "factor austríaco". La incorporación de estos nuevos territorios al I m p e r i o O t o m a n o obligó a Fernando a mantener una constante pugna por la posesión del reino de Hungría, al que tenía derecho según ciertos acuerdos y tratados establecidos con los Jagellones. Durante el curso de los años siguientes, y por esta causa, tendría que afrontar un grave problema, tanto a nivel político c o m o militar, puesto q u e el G r a n T u r c o buscaría pretextos para invadir los territorios austríacos y bohemios. Los años críticos, c o m o 1529 (en que tuvo lugar el asedio de V i e n a por el ejército turco) y 1532 (la f a m o s a " c a m p a ñ a de A l e m a n i a " de Solimán), fueron fruto de esta ¡ra de Solimán hacia Carlos V. Obviamente, el conflicto húngaro contribuyó a avivar el enfrentamiento de formas distintas y divergentes, y de ello se aprovechó Solimán para mostrar de nuevo su poder a la Monarquía Católica. Lo que mejor caracteriza el reinado de Fernando fueron sus incansables intentos de liquidar un conflicto que le amenazaba en su propio territorio. El turco, que iba acercándose cada vez más, le obligaba a solicitar constantemente el auxilio del emperador. Sin embargo, todos estos intentos del archiduque, apenas sirvieron

para

acercarle

a

su

verdadera meta: la obtención sin

106

EL I M P K R I O OTOMANO Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

condiciones del trono de Hungría, que le había sido prometida tras la muerte de su cuñado, Luis II de Hungría. Sus mayores esfuerzos se dirigieron a debilitar el poder turco en los territorios húngaros y a expulsarles de las z o n a s fronterizas. Paradójicamente, en la escena política y militar sus intentos fueron principalmente "defensivos" y no "ofensivos". En fin, tuvo que reconocer que la lucha contra una potencia tan superior a la suya sobrepasaba sus fuerzas, lo q u e le llevaría a reorientar su política y a iniciar una nueva etapa en sus relaciones con la corte otomana: una política de paz. El embajador veneciano, que estuvo en la corte de Solimán, comentaba sobre las relaciones entre el archiduque y el Sultán: "con il serenissimo Re di Romani, non tienne quella naturale et crudele inimicitia che tiene con l ' m p e r a t o r e suo fratello, et per mostrar l'animo suo buono, si come disse il signor Rustem Bassa di lecentiare il italero, et concedere le tregue, et haberebbe anco per li medessimi rispetti fatto pace subbito f u richiesta, per li ambasciatori di esso serenissimo R e " 1 . O b v i a m e n t e , Solimán no veía en Fernando c o m o un rival, sino c o m o un delegado de Carlos V en el este de su imperio. ¿Era Fernando un alter ego del emperador, tal c o m o reclama Manuel Fernández Alvarez, o su gobernador, el ugbeyi de su imperio? ¿Su papel en esta cooperación dinástica no se limitaba a vigilar aquellos territorios del imperio que tenían una desafortunada vecindad con el Turco? ¿No sería él quien p r i m e r o sufriría las c o n s e c u e n c i a s si los o t o m a n o s y sus disciplinados ejércitos - a los que tanto temían los c r i s t i a n o s - penetraran todavía más en Europa Central? Para colmo - y al margen de los constantes ataques de los t u r c o s - , con el asedio de Viena, donde tuvo q u e detener el avance turco, F e r n a n d o pudo c o m p r o b a r una vez más que era él m i s m o quien

más

perjudicado salía en este conflicto. Sin duda, las diferencias militares entre los dos estados eran obvias. Solimán contaba con un ejército permanente y disciplinado, y completamente distinto del de los habsburgo, siempre con graves problemas financieros. Por el contrario, los fondos del T urco parecían inagotables, c o m o acentúa Marino Giustiniano, embajador veneciano en la corte de Fernando: "del rispetto c h ' è f r a il Signor Turco e il serenissimo re d e ' R o m a n i ; sua maestà conosce che le forze non sono uguali, ed argomenti vi sono perchè sua maestra ha perduto con Turchi tutta la Schiavonia, c h ' è tra la Sava e la Orava, nè le restano altro che due o tre poveri luoghi, li quali per non essere forti, ogni volta che il Signor Turco vorrà averli li avrà; il che sarà di gran pregiudizio a tutti gli stati patrimoniali di sua maestà, e alla Germania e all'Italia ancora, e specialmente

1

A . H . N . , E s t a d o , l i b r o s , n ° 7 6 0 . Ibi. 3 2 0 v .

'CENTRO

Y LOS

HSTADOS

SATÉLITES"

107

a vostra serenità, perciochè essendo al Turco aperte le porte dell'Italia, il Friuli è la prima provincia che ivi se gli para davanti" 1 . Quizá haya que reconocer que el destino, al repartir los papeles, asignó a Fernando el de "humilde servidor", tal como firmaba las cartas que despachaba a su hermano Carlos V. En la carta que escribió a Carlos V en 1532, después de comunicarle la embajada que iba a despachar a la Sublime Puerta, pronunció estas palabras: "y procuraré la paz y sosiego por todas las vías y medios que se pueda hallar, aunque se aventure en ello auctoridad y rreputación; pero trabajaré, que la de Vuestra Mg. quede siempre salva, en cuanto se tratare" 2 . De la misma manera, es digno subrayar su punto de vista respecto a este reparto de poder y deber: "escusar con todas mis fuerzas la pena y pesadumbre que Vra. Mg. rrecibe de lo contrario, porque sé sus necessidades, y las estimo y siento por propias. Y porque sé y veo, que con todas ellas no dexa Vra. Mg. de condolerse y tener cuydado de las mías, y que por consiguiente no haziendo la paz que desseamos me ha de ayudar y favorecer a defender y conservar, temé dobla vigilancia en hazer el último de poder porque las cosas no vengan desto, ny aya necessidad de poner a Vra. Mg. en ella, pues en otras muchas me haze continuamente grandes y señaladas mercedes" 3 . Esta carta, hasta cierto punto trágica, trae a la luz el deber y el punto de vista del archiduque. No puede haber nada más claro y transparente en cuanto al honor del "rey, su señor", que debía guardarlo con cuidado como protector. Sin duda alguna, construir un muro ante la amenaza turca y sus avances era su primer deber, su primera obligación en este reparto dinástico desigual, por no decir injusto. La interpretación de este deber crucial es clara: él tenía que servir al imperio como elemento de contención, militar, espiritual y políticamente hablando. El hecho de que siempre fuera Fernando quien mantuviera los contactos con la corte otomana a través de embajadores y enviados, confirma esta teoría. Dicho de otra manera, el emperador no sólo otorgaba a su hermano la responsabilidad militar de vigilar el este de su imperio, sino que además le encargaba la política de intermediación entre el Imperio y la Sublime Puerta. No exageraríamos si dijéremos que en esta escena era Fernando el que quedaba "aplastado" entre los dos poderes. Fernando estaba condenado a servir al más poderoso, salvaguardando su honor. No resultaría difícil decir que en lucha por el poder mundial entre los dos soberanos, Fernando hacía de peón. No f u e por ninguna coincidencia, ni por falta de medios, ni siquiera por las dificultades geográficas, que tanto Carlos V como Solimán no enviasen

' Alberi, E.: Relazioni degli ambasciatori veneti al Senato, op. cit.. Serie I, voi. II, p. 150. Lanz, Karl: Correspondenz des Kaisers Karl V. op. cit.. Voi. I, p. 628. 3 Ibidem.

2

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EL I M P E R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A C A T Ó L I C A

embajadores a la Sublime Puerta y a la corte imperial, respectivamente. Tanto el uno c o m o el otro preferían mantener los contactos "directamente", sin ningún intermediario. C o m o queda dicho. Solimán sólo tenía un rival: el emperador, cuyo título no reconocía. R e c h a / ó el título de Carlos como Emperador de Alemania, reconociéndole sólo como "Rey de España". De la misma manera, el título que Solimán daba a Fernando era el de "alcalde de la provincia de Viena". Tras una guerra cuyo resultado fue bastante ambiguo, en 1533, cuando los embajadores de Fernando se presentaron en la corte turca para negociar la paz entre los dos imperios, el Gran Visir Ibrahim Pa§a declaró que el Sultán de los turcos veía a Fernando como a "un hermano". Obviamente, Fernando era consciente de lo ridículo de la situación y de lo irónico que resultaba todo aquello. Ni que decir tiene que el Sultán no intentaba mantener ninguna amistad con el archiduque de Austria, al que tanto despreciaba. Lo que se escondía tras estas palabras, necesitadas sin duda de una correcta interpretación, era que Solimán no reconocía más rival que a Carlos V. De la misma manera, durante estas negociaciones, aparte de tratarle como a un hermano, Solimán le garantizó una paz de " n o sólo siete, sino veinticinco, cien, doscientos, trescientos años", siempre y cuando, claro está, que " F e r n a n d o no violase el tratado" 1 . "Col serenissimo re dei Romani non tiene quella naturale e crudele inimicizia che tiene con l'imperatore suo fratello, non f a c e n d o n e molto conto, per le molte rotte chi li ha dato, e non tenendo per signore di gran valor e virtü nelle armi", decía Andrea Pandolo, otro embajador venciano 2 . Ahora bien, ¿en que consistían las obligaciones del Archiduque y hasta qué punto logró cumplirlas? ¿Cuáles son los mayores problemas que tuvo que afrontar para conservar "en condiciones" la zona oriental del Imperio? ¿ D e quién recibía apoyo y ayuda logística? C o m o ya se ha dicho, la amenaza turca no era el único problema del reino. El caos que reinaba en toda Hungría y Bohemia, las rebeliones de los c a m p e s i n o s , y las d e s a v e n e n c i a s entre los g o b e r n a d o r e s , le i m p e d í a n concentrarse en el que era su primer deber: vigilar las puertas que abrían el corazón de Europa a los turcos, cuyo poder en Europa ya se extendía desde las fronteras de Moscovia hasta el último punto del Mediterráneo Occidental. En muchos casos, todos esos problemas constituyeron un grave obstáculo para cumplir lo previsto ante los avances turcos.

' Kindross: The Ottoman Empire- op. cit.. p. 228. ^ Alberi, E.: Relazioni degli ambasciatori Veneti al Senato, op. cit.,Serie III, voi. Ili, p. 163.

' C H N T R O Y LOS K S T A D O S

SATÉLITES"

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En el verano de 1526, cuando una nueva Dieta se convocó en Spira, la situación en Hungría llegaba a un punto crítico. Solimán estaba h a c i e n d o preparativos bélicos para marchar contra Hungría, el reino de Luis II 1 . F e m a n d o estaba seriamente preocupado. El primer discurso que f o r m u l ó en la Dieta tenía c o m o objetivo solicitar a y u d a inmediata contra el Turco. Sin embargo, sus a r g u m e n t o s no lograron convencer a la Dieta. Los príncipes a l e m a n e s seguían disgustados por el hecho de que Carlos V les hubiera denegado la posibilidad de convocar un concilio en el que resolver la cuestión religiosa en Alemania. De modo que se negaron a otorgar ningún tipo de ayuda si antes no se resolvía ese problema. C u a n d o Solimán salió de Constantinopla con 120.000 soldados en dirección al noroeste con la intención de absorber e integrar Hungría en su imperio, Fernando estaba ocupado con el levantamiento de los campesinos en Estiria y Salzburgo. Con lo cual, cuando los turcos llegaron a las llanuras de Mohács, donde Luis II les estaba esperando con un ejército escaso, por no decir ridículo, Fernando no pudo enviar el socorro que de él se esperaba. Y aún es más sorprendente que la noticia de la pérdida de la batalla y de la muerte de su cuñado le llegase con un retraso de varios días. Siete días después de la batalla, en la que los turcos sólo necesitaron media hora para aniquilar a t o d o el ejército húngaro, Fernando seguía p r o m e t i é n d o l e s a y u d a 2 . Por otra parte, también hay q u e tener en cuenta que tenía otra obligación que a lo mejor se consideraba más urgente e importante: apoyar a su hermano en sus luchas en Italia. A la m u e r t e de Luis II, F e r n a n d o t u v o que a f r o n t a r todavía más problemas. En primer lugar, el trono vacante provocó un enfrentamiento que seguiría siendo conflictivo durante décadas. Los asuntos se iban complicando con la intervención del poder turco en Hungría, de tal manera que a Fernando le resultaba cada vez más difícil encontrar soluciones. Con la intervención turca se habían perdido los lazos de unión entre Austria y Hungría. En enero de 1526 F e r n a n d o había escrito a Carlos V pidiendo ser nombrado gobernador de uno de sus territorios en Italia 3 . Sin embargo, pocos meses después sería nombrado por votación "rey de los reinos de Bohemia y Hungría" 4 . De igual modo, tras la batalla de Mohács, algunos nobles húngaros eligieron c o m o Rey de Hungría al voivoda

de Transilvania, Janos Zapolya,

coronándole en la ciudad de Szekesfehervar. A s í que uno y otro fueron casi simultáneamente proclamados reyes por dos Dietas rivales. 1

Para los detalles de esta Dieta véase Friedensburg, W.: Der Reichstag zu Speier 1526. Berlín 1887. -1 Sutter Fichtner, Paula: Ferdinand uf Austria... op. cit., p. 50. Chudoba, Bohdan: España y el Imperio, op. cit., p. 115. 4 Después de la Dieta de Spira, el 24 de septiembre de 1526. 3

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EL I M P t R I O O T O M A N O Y LA M O N A R Q U Í A

CATÓLICA

Con los polacos aliados con los turcos, con el trono de Hungría y Bohemia usurpado por un húngaro gracias al apoyo el Sultán, con su hermano aún en guerra en Italia, con los campesinos insurrectos y con los turcos a pocos kilómetros de sus posesiones, Fernando solicitó nuevamente la ayuda del emperador. Carlos V, que apenas contaba con dinero dadas sus constantes campañas militares, intentó juntar una suma suficiente, enviándole 100.000 ducados para sus gastos y "grandes necesidades". I^a ayuda financiera concedida a Fernando es ciertamente importante en el sentido de que muestra por vez primera la preocupación del emperador ante el avance turco en el este de su imperio. A partir de la famosa batalla de Mohács, veremos a Fernando pidiendo ayuda constantemente a su hermano, y a Carlos V haciendo todo lo posible para responder a las demandas de su hermano. El 20 de agosto de 1527, aprovechando la ausencia de los ejércitos turcos, Fernando puso en asedio la ciudad de Buda. Zapolya perdió el duelo y se refugió en Polonia, bajo la protección de su suegro Segismundo. El 27 de enero de 1528, Solimán declaró a Juan Zapolya bajo su protección, estableciéndose entre ambos una nueva alianza contra Fernando. Se estaba formando una coalición anti-habsbúrgica en el Este del continente. A pesar de su éxito contra Zapolya en 1527, Fernando se vio obligado a emprender negociaciones de paz con el Estado turco. Fues en este mismo año cuando Fernando envió la primera embajada a Constantinopla. Los enviados Hobordansky y Weichselberger, tras un viaje de seis semanas, llegaron a la corte otomana el 29 de mayo y entregaron la lista de los territorios que el archiduque exigía al Gran Visir íbrahim Pa§a, en la que se hallaban Belgrado, Saba• guerras que han tenido los turcos. Valencia, 1556. B.N.M, mns. 14.809. RODRÍGUEZ RASO, Rafaela: Maximiliano de Austria, gobernador de Carlos V en España. Cartas al Emperador. Madrid, 1963. ROSSO, Gregorio: Historia delle cosi di Napoli sotto 1'imperio di Cario

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