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Spanish Pages [206] Year 1962
JUAN A. NUNO MONTES Doctor en Filosofía, Profesor de Filosofía Clásica en la Facultad-de Huma-
nidadcs y Educacién de la Universidad Central de VeneZueIa.
LA DIALECTICA PLATON ICA S-U DESARROLLO EN RELACION CON LA TEORIA' DE LAS FORMAS-
INSTITUTO DE FILOSOFIA FACULTAD DE HUMANIDÁDES Y EDUCACION UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
'
CARAcAs 19 62
VXORI DILECTISSIMAE
RECONOCIMIENTO El autor quiere exprexar .m agraderimienfo a lo: tolega: projetant M. Graue]! y A. Parquali par la: valiosa: .rugettione: que le hicieran durante la [etiam y . din/¡sión de eJta obm m .ru fon/za original de text's. Queda :s'miJmo agradecido al barbilla Argent": Gómez por la paca grata tarea de revixién del texto tan inteligentemente realizada. Caracas“, abril de 1962.
PROLOGO
México, D. F., 26 de diciembre de 1961 Señor profesor doctor Juan A. Nuño Universidad Central Caracas, Venezuela.
Querido Nuño:
Me parece que esta su tesis tiene cuatro excelencias. Hace una interpretación del pensamiento de Platón en las dos etapas centrales y clásicas de la teoría de las Ideas, o de las Formas, como prefiere
Ud. decir: la de lºs diálogos de madurez que van del Manda al Pedro y la de los diálogos de vejez que van del Parménide: al Filebo, interpretación que
salva "la unidad del pensamiento de Platón',' no a pesar de, sino justo por, la evolución que prueba haber sido la suya: del predominio del método intuitivo -—-"estigmático”, diría yo con término de Hartmann— de captación de
formas sueltas, al predominio del método racional, de deducción de unas Formas de otras siguiendo las relaciones naturales entre ellas.
Hace de los principales diálogos de las etapas mentadas, con la sensible excepcíón del Banquete, o de lo esencial de ellos relativamente a la teoría de las Formas y al método dialéctico, sendos análisis de un rigor y una lucidez que puntualizan y aclaran notable, en casos sorprendenternente, su
sinuosa, compleja y aun confusa ideación, por lo que pueden servir de guía eficientísima en la lectura y hasta la relectura.
Du …del estado actual de los estudios platonicas y de lo ya clásico de
ellos;:gmciaf'aí conocimiento al par tan extenso y tan minucioso" de la literatura sobre"º'-l5latón ‚y hastaal arte de la cita justa por el sentido y la loca-
lización queB'demifestrÍ, página tras página, una síntesis sumamente instructiva, útil; sobre» todo porque la investigación platónica ha progresado en los últimoslustros cuanto hacen notorio las referencias a ella. Y me parece digno de singular mención el tacto con que discierne entre lo excesivo y lo justo
en la delicada cuestión de la traducción del pensamiento platónico a los términos de la filosofía y especialmente de la lógica actuales.
En fin, ni en los pasajes en que se refiere a filosofemas de los más arduos se vuelve vaga o nebulosa la precisión y trasparencia de su estilo, lo que, sin menoscabarle la índole de monografía estrictamente científica que le dan las tres anteriores excelencias, la haría asequible al más amplio público de interesados por la filosofía e incluso utilizable y preferible como introducción al ¿rr/(dio de Platón por los estudiantes de la disciplina. Le felicito, pues, tan sincera como cordialmente por su trabajo y le mando un buen abraza.
Su affmo., Joss Gaos
oy mm nm KAMI‘QN 0A0}: om'm ¡momo HE EI‘Q' EPAETHE man EIMI AEI no./mm;): AE ME HAI-I AIAŒYI‘OYZA EPHMON KAI moron. KATEZTHZEN HN „man: MEN or HANY mamon nnzeu AE wmmon— Filebo, 16b5-c2.
INTRODUCCION En la filosofía piatónica hay una relación de dependencia entre Dia— . léctica y teoría de las Formas en el sentido de que si, en un principio, la teoría origina el método, en el curso del desarrollo de éste, la Dialéctica incide sobre la teoria y la modifica sustantivamente.
Platón comenzó a trabajar en la_[ resolución de determinados problemas éticos, sociales y estéticos con un esquema hipotético: latexistencia' de entidades subsistentes, aisladas y singulares que obran como principio' de conocimiento! de ciertos conjuntos contentivos de dementes cuyas relacio-
nes arrojan contradicción. Por eso se habla de teoría de las Formas. Porque, tanto si se la considera en el sentido de una construcción hipotética, como si se la piensa con el significado de un esquema organizado que relaciona consecuencias con principios, tratase de una teoría, esto es, de un expediente
o recurso que sirve para explicar algo per alia, no per Je. Introducir un recurso de este tipo, es decir, una teoría, equivale a forzar la splución de
un problema mediante la adopción de nuevas estructuras que, a su veZ, exigirán explicación, esto es, fundamentación propia. Significa ello duplicar de hecho el problema o, en el mejor de los casos, trasladarlo a otro
terreno. Este carácter de imposición lógica externa y de desplazamiento de las cuestiones, propio de las teorias, puede explicar el desdén deLGoethe: "toda teoría es gris". Teoria en tanto esquema difuminado se opone a realidad en cuanto "verde árbol de la vida". .Lo característico de la teoria platónica relativa a las Formas es, para continuar con la valoración cro-
mática goethiana, que desde el principio pretende poseer un intenso verdor_= Esto es, se presenta como auténtica realidad, firme y estable, que son las Formas mismas. ¿Tiene entonces algún sentido hablar de teoría y, si lo ¡
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tiene, a'qué se opondría ésta dentro del cuadro,'general de la filosofía
',platónia? ,
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‚‘?„PfimefflugaaLtiene sentidj
_
' ä. de teoría aun aplidndola a la
*??mººfººlídad de las Formas, pues si bi lía“… son fimdamento cognoscií
'tlvo y ontolôgico de lo fenoménico, no poseen desde el principio un fun-
damento propio. Opel-augen una primera fase de la filosofía platónioa, la
fase que en esta obra se denomina precrítíca; como principio: fundamentale:
no fundamentados. La inconsistencia que elló supone trata de ser remediada mediante la postulación y aplicación de un método que sirva para establecer relaciones de necesidad entre las Formas y lo explicado por ellas. Ese mé-
todo, que es la Dialéctica, trabaja en una dirección que se ha denominado ascendente, pues tiende a destacar las unidades superiores (Formas) con respecto a la pluralidad sensible, pero partiendo de ésta, y trata de localizar, dentro de la trama formal, una unidad superíorísima, representada
en un momento «de 1.1 filosofía phlénica por La Forma dc Bicn. Las ¿ificultades de fundamentación de la [coria mediante este procedimiento inmanentista )“ jera'rquizante provocan la crisis dc- la misma, registrada en el "Parménides". De ahí en adelante, la Dialéctica, en proceso darteízdenfe,
llevará a efecto la fundamentación de las Formas trascendentes y deducibles,- esto es, tras cambiar las características originales de la teoría. Por
eso tiene sentido no sólo hablar dc teoría como tal sino oponerla ¿ sistema o doctrina, pues en la fase crítica de Ia Dialéctica, la fundamentación de la teoria equivale a su supresión en tanto tal para devenir organización sistemática. Sobre el trasfondo de las relaciones entre sistema y método, es po-
sible discernir quella teoría de las Formas se presenta en la filosofia platónica a través de dos esquemas metafísicos bien diferenciados: un plum-u limzo indefinido ¿atico-ontológico y un pluralismo limitado ontológico. Co-. rresponde el primer esquema a la fase precrítica de la teoría, que va desde la constitución de‘ ésta, a partir de algunos de los llamados diálogos socraticos y sobre todó;ºi"Menón" y "Fedón'Á hasta la crisis patente que se registra en "Parménid'ers"; se organiza el segundo esquema en la trilogia "Sofista", “Político", "Filebo", con especial centramiento en el primero de los dialogos citados. El paso que señala la variación de un esquema a otro es posible darlo a través de la Dialéctica, la cual comienza siendo método
subordinado de la teoría y termina por convertirse en método constructor y generador del sistema. De esta manera, la comprensión de la variación me-
tafísica experimentada por la filosofía platónica exige el esclarecimiento 12.
„ \ (
de la función constitutiva del sistema ontológico, propia del método dialéctico. Al logro de tal comprensión, mediante el examen del desarrollo fué-' todológico en su interacción con la teoria de' las Formas, tiende el presente
estudio. 'la originaria teoría de las Formas sirve para asegurar la inteligencia ' “gradual de lo sensible mediante su organización en una trama abierta de 'relaciones óntiqo—ontológicas. Estas relaciones se fundamentan, por su parte, en la iinmanencia de las Formas (elementos del plano ontológico) en .lo
múltiple sensible (constituyentes del plano óntico) y determinan secundariamente una gnoseologia intuicionísta.'El método contemplativa-arcandenie, que sobre tales relaciones se levanta, tiende a _captar una a una las realidades eidéticas, pero ni Pretende imponer o descubrir en ellas un nexo lógico ni, lo que es más importante, llega a cuestionarse Por la necesidad de tales realidades; las Formas son aceptadas directa, inmediata y aisladamente como supuestos fundamentales de los qfi‘e“ Partir y a los que no hay necesidad de demostrar.
Las dificultades epistemológicas que se derivan de la teoría de las Formas, tal y como ésta se presenta en su primera organización general de la filosofia de Platón, conducen a la revisión radical de las relaciones óntico-
ontológicas sobre las que aquella se construye. Esa revisión se lleva a cabo en "Parménides" y se cumple en un doble nivel de problemasnel relativo a la extemián de las Formas (plano ontológico) en su interacción con el mundo sensible (plano óntico) y el atinente a. la comprensión de las rela-
ciones entre ambos planos 1. De la revisión radical allí efectuada se desprende una conclusión necesaria: demostrar la existencia misma de las realidades eidéticas y estructurar sus relaciones. La construcción de un ¡Meme:
ontolâgico es la salida obligada a la originariamente dispersa teoría platónica de las Formas 3. A ello contribuyó también, en gran medida, el fra1
. . tandis que la méthode contemplatíve ne réussit pas à établir la légitimité des 'Idées', la méthode de la divrsion et de la synthèse ontologique semble avoir justifié, 'du moins partiellement, leur nature et leur existence", M. Vanhoutte,
La méthode ontologique de Platón (París-Lovaina, 1956, p. 176) . 2 La diferencia entre teoría de la: Forma:, producción original asistemitica de la filosofía platónica y :irtema ontológico, estadio avanzado y elaborado de esa misma filosofía en una fase critica, equivale a lo que Ricoeur denomina, con
especial referencia a Aristóteles, ontologîa de primero y regando ¿radar. La "ontologie du premier degré" es la propia del tratamiento aristotélicq del am,; ¿y caracterizado por la búsqueda de un tipo de ser suprasensorial, registrada en los primeros libros de "Metafísica" hasta la culminación en la teoría
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-caso de una estructuración irracional de las Formas, intentada en la primera de las fases señaladas, mediante la postulación de un principio anhipotêfioi) se inesencial (la Forma de Bien en f'Repûisliœ”-) que obre como fun _mento no ffundamentado del resto de' las entidades y trascendente en absoluto a éstas. Esa int-aida y casi sensorialmente captada Forma de Bien, término en el que culmina el esquema piramidal Gotico-ontológico, deja paso ala racional "y deductiva Forma de Ser que organizará jerárquicamente el trabado sistema ontológico en el que desemboca la teoría de las Formas. De no haber sido asi, la filosofía platónico. hubiera corrido el riesgo de dege-
nerar en un monixma metafísico, que hubiera dado al traste con el principio platónico fundamental de los intermediarios como solución general al con-
junto de problemas' acumulado por la filosofía pre-platónica, o en un fijisma plaralz'i'td que hubiera'paralizado la interacción eidética e impedido la relación entre los dos órdenes (fenome'nico y real), buscada desde el príncipiolde esa filosofía. 0 las Formas se reducían a la de Bien, ÿ eran reasumidas en ella, o se aislaban entre si, lo cual significaba su anulación y contradicción.-
Una vez más, la solución platónica a este problema de planteamiento dilemático es de tipo conciliador o de justo medio:"tratará de lograr una
comunicación parcial entre las Formas que, además de organizadas internamente en torno a una de ellas, mantenga su limitada pluralidad y contenga la. 'relación fundamental con lo sensible. El sistema ontológico general que se construye deductivamente mediante la posibilitadón de la comunicación de los géneros en "Sofista", cumple con ambos objetivos. La Forma de Ser organiza e interrelaciona a las restantes superiores, asegurando al
mismo tiempo, su identidad permanente (cada una es ella misma) y su
diversidad relativa (cada una no es otra). La Forma de Movimiento, por su parte, hace posible la relación del sistema ontológico con el mundo sensible y abre la puerta a la construcción de una cosmología '. .. del primer motor, es decir, en la 'teología aristotélica. Por su parte, la ontología
de segundo grado u "ontologie radicale" es la propia de la doctrina del 5y ñ" ¿y (Cf. P. Ricoeur, Etre, essence et substance chez Platon et Arirtate, Paris, 1957
pam'm). 5
“Le monde visible est nécessairement fait d'après un modèle. Et l'on peut concevoir deux modèles opposés, l'un qui w toujours et ne devient iarnais et l'autre qui n'est jamais à proprement parler, et ne cesse pas de naître
A première vue, le modèle éternel, & l'image duquel le Monde sua construit, est identique au Monde ds ldées, et le modèle d1angea_nt ne peut pas être autre chose que le Devenir brut . . . la matière. Toutefois, cs indications . . . ne sont pas absolument certaines. En effet, le modèle éternel. . . c'est le Vivant en
La conversión de la originaria teoría eidétiea en un sistema. ontológico organigado ,es consemencia de un proceso de _modil'icación fundamental de
aqúella teoría con las implicaciones que se ,han_ señalado. *La clavepara la comprensión de ese Proceso, esto es, la historia de la metafísica platónica, reside en el desarrollo del método erigido por la teoría de las Formas, la Dialéctica.
La postulación inicial de un conjunto de entidades que explican y regulan lo fenoménico determina la necesidad de un procedimiento para llegar a tales entidades. De esta manera, el método dialéctico se identifica estrechamente en sus principios con una teoría limitada del conocimiento
eidético: icaptar las“formas es, además de conocerlas, asegurar oblicuamente su existencia. Si las conocemos,
existen, se empeña en razonar Platón a
través de las explicaciones anamnésicas y psicologizantes de "Menón"I a “República". El modo cognoscitivo de las realidades eidéticas es la tarea primordial del método dialéctico en sus primeros momentos. Pero como sucede que el conocimiento comporta, indirectamente, la fundamentación en
cierta manera de esas realidades, ha de velar también el método- por mostrar algún cuerpo de relaciones entre las Formas y lo explicado por ellas. De
ahí que dicho método se desdoble en dos momentos integrales: la retalección de las Formas, que tiende a lograr el conocimiento de cada una de éstas (maymyfi) y el mzâlirir de las mismas (&ar'pemg), una vez conocidas
o captadas, que trata de recuperar las relaciones de éstas con lo fenoménico a partir de la comprobación de su existencia. Es lo que se ha denominado, con terminología descriptiva de los recorridos metó_51_icos, dialéctica ascendente y dercena'ente. Revela esta denominación el carácter de situación media 0 central que, en dicho proceso, tienen las Formas: una vez como
término ad que”; y otra como término a qua sobre el que gira la Dialéctica. La dirección hacia las Formas marca el aspecto eminentemente gnoseológico
del método, mientras que el movimiento desde las Formas revela la "parte ontológica del Proceso.
Sucede que la cognoscibiliclad de las Formas se ve seriamente afectada a consecuencia de la crisis que se desencadena como resultado de la revisión de sus relaciones, de carácter primordialmente inmanente, con lo sensible.
soi, qui comprend en lui-même les formes ou les essences éternelles de tous les Vivants, ce qu'on nommera plu: tard (Prado, J. N.) l'm’eöov, c'est-à-dire
un modèle du Monde constitué par un système parfaitemmt iié d'essences éternelles, sous la loi du Bien
Le Time'e
qui est l'histoire de la pénétration
progressive de l'Idée dans le changement et dans le désordre". A. Rivaucl, Ed. Budé del _"Timeo", t. X.- París, 1949, Introd. pp. 52-35.
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Si bien es cierto que esa crisis no llega en ningún momentot a poner en
serio peligro el postulado fundamental de la metafísica platóníca, es decir, las Formas" mismas, ¡no lo_.es menos que, a raiz de ella, será“ necesario reestructurar "aquellas relaciones tanto para asegurar la cognoscibilidad (fase ascendente) de las Formas como para establecer la correspondencia' ontológíca con los derivados eidéticos contenidos en lo fenoménico (fase descendente). No es extraño, por Io tanto, que así como en el período previo a la crisis había sido puesto el énfasis en la cognoscibilidad, en la
fase posterior a aquella se trasladará el acento de la investigación platónica a la fundamentación ontológica de las Formas mismas. Hace patente la Dialéctica, de esta manera, la evolución seguida por la metafísica de Pla-
tón: de teoría dispersa, no fundamentada, a sistema ontológico con fundamentación deductiva. Dicha evolución, de la cual la Dialéctica no es simple testigo, sino principal agente, cambia en Io sustantivo las relaciones ónticoontológicas; de la inmanencía acrítica de los diálogos anteriores a "Par-
ménides" se pasará a la limitada trascendencia de “Sofista” y "Filebo'“. Trátase', en resumen, de mostrar que la teoría de las Formas, primera expresión de la metafísica platónica, engendra por necesidad interna un
método que conduce a la captación, por vía intuitiva, de las realidades superiores; este método, a su vez,,recrea a la teoría hasta constituir un verdade-
ro sistema ontológico en el cual se obtienen los elementos por procedimiento
racional, con utilización de una técnica de patente naturaleza deductiva. La_Díaléctica, que comienza siendo efecto gnorealógico del Primer esquema
de la metafísica platónica (teoría de las Formas), termina obrando como causa lógica del segundo gran esquema de esa metafísica, el sistema _ontológico de Formas superiores.î 4 Además del testimonio del "Parménides" ( 155135 ss; cf. pp. 107 ss. infra y n. 13. p. 95 infra), éste del "Timm", que revela cómo hasta en la obra tardía se mantiene el presupuesto de las Formas: . . . J,; ¿pa robe Myans. ¿yu-¿p cio-w
êÈ-Wnrac', 'roümv aim-63v Kai aww-veis ¿vw-usº 'roíi pëv oi'iv por/{pou mi ßcßmfov Kai 'Le-n‘: voii Kanwavoiis' uovimvc Kai ¿gerencia-ove— 5 Para el carácter inmanentina y acrílica de la teoría en su primera fase, cf. n. 1, p. 19 y pp. 20 ss. La condición de :mrtendencia no sólo viene registrada en "Sofista" (Cf. pp. 131 ss. infra) sino que puede reforzarse con ciertas fórmulas del "Timeo". Al hablar alli Platón de la primera y superior realidad (52a 1-2) no sólo la señala como &“yéW’rroV y &yéÀeOpoy sino que dice que "no recibe
en Si nada de otro lugar” (oí'rre eis ¿…a ría-Sexóucvov ¿(Alo Mand- se habla, por fin, de limitación en la trascmdencia porque entre esa priman realidad o género (¿seg) y el segundo (mundo sensible, engendrado, perecedero, etc.)
hay un tercero (52a B-bl), el del lugar (xópa), quedando así: ¿y - Xº'JPG 'ye'veins (”día). 16
LA DIALECTICA PRECRITICA PARTICIPACION Y CAPTACION INTUITIVA DE LAS FORMAS
CAPITULO— 1 _
LA TEORIA DE LA REMINISCENCIA Y___ LOS RU'DIMENTOS METODOLOGICOS ("MENON") "Menón" es el diálogo platónico en el cual la hasta ese momento vacilante e incipiente teoría de las Formas abandona el estado de presentación confusa y relativa1 y adopta un tratamiento específico y objetivo. 1 Característica de la aparición de la teoría mediante el procedimiento, aún bajo la influencia socrática, relativo a la resolución de problemas ético-sociales particulares y aislados. En este sentido, los primeros textos que registran los términos fílosóficos correspondientes (53804, ¡Sé…) son “Eutifrón”, 5d, 6d; "I-Iipias II", 289d. 298b, "Cármidcs", 158a; "Protágoras", 3159, 338a; “Gorgias”, 4545, 473e. Referir la constitución de la teoria de las Formas en cuanto tal a los términos eÎSoç, î8e'a significa tomar posición respecto al problema de si aquella se halla en todos los diálogos llamados sou-áticos o tan sólo en algunos de éstos a partir de los cuales puede tenérsela por producto verdaderamente platónico;
problema que equivale, a su vez, al no menos debatido de rastrear antecedentes a esta teoría. Zella y Gomperz, por ejemplo, se pronuncian por la tesis limitativa hasta d punto de llegar a excluir la doctrina (o sus vestigios) de los diálogos socráticos; P. Shorey (The unity of Plata”: thought, Chicago, 1905) adopta la tesis de la omnipresencia de la teoría en la obra platónicg; L. Stefaniní (Pintana,
Padua, 1932-35) tiene una curiosa forma de ampliar la extensión de la teoría mediante la adopción de una cronología especial que sitúa a "Menón" entre los primeros diálogos (en séptimo lugar, antes de "Hípias II", "Eutifrón" y "Cármidee"). Si se trabaja, en cambio, con la hipótesis más reciente de D. Ross (The theory of Idem, Londres, 1951) se reduce el problema a la localización de los términos arriba reseñados y en aquel orden. Elimina Ross (op. cit., pp. 15 ss.) los
supuestos antecedentes pitagórico—socriticos de ambos vocablos sostenidos por A. E. Taylor (Varia Socratic-4 In
rerier, Oxford, 1911, pp. 178-267) y coin:
'
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Si bien posee la obra un plantearni ' _.„detipo "socrätioo" ('quéies la.—vir-
enseñanza), comienza el desarrollo 5315… determinar su posibilid" del mismo mediante una terminölogl specifier, constituida por las voces ¿Soc y m’mla,2 para adquirir de inmediato la configuración de la teoría de las Formas, válida a partir de este diálogo para los otros casos en los que se utilice.8
La fuerza del diálogo, en relación con la teoria de las Formas, radica en el hecho de plantear el problema del conocimiento general de éstas a
partir de las dificultades metodológicas que presenta uno de los casos considerados. Es, por consiguiente, ocasión aprovechada para exponer el fundamento gnoseológico de la teoría de las Formas sobre el supuesto no
discutido de su existencia. Dicho fundamento es la denominada "teoría de la fºm¡n_¡_f!£?_£1_dº”- Su introducción en este diálogo viene determinada Por cicle en esto con los trabajos de L. M. Gillespie (Cf. Clauíul Quarterly, VI ( l 9 l 2 ) pp: 199-203). Es posible intentar una tercera vía de resolución del problema. Si los orígenes y alcance inicial de la teoría no son limitados a una
terminología especifica, podria adoptarse la tesis originalista de Ross sin reducir, sin embargo, su aparición a los textos primitivos arriba citados. Equivaldría esto a postular una fase primitiva, lar-vada, de la teoría que, en cuanto tal, nº
ha acuñado aún una terminología propia y elaborada, pero que ya posee una estructura por muy rudimentaria
e inmanentista que sea. Cf. a este respecto
férmulas primitivas, como mí)-row ¿in-Lv. ai'rró „i.... Ti ¿arm en "Laques", 191e; "Eutif.", 11b-15c; "Hip. II", 289c, 292c, 295e, 295a. Una hipótesis semejante conllevaría la dificultad relativa a la distinción entre lo históricamente socrático y lo doctrinariamente platónico en los primeros diálogos, pero servi-
ría para revelar la característica de estado precrítico, confuso y no delimitado" de la teoría incipiente, en el que ,los diferentes niveles terminológicos (vulgar y técnico) se entremezclaban, como puede verse sobre todo en el texto, ya citado, de "Hip. 11“, 289d 2-4, que podria ser considerado como de enlace entre la denominación vulgar y la utilización específica de 5280;: m'rrö „‘, “My.
q') Kai TEAM 1ra'v1'n. mami-rat ¡(al un pair/crac, ¿…sav vrpoa—¡c'my-rai ¿Keivo 'rö clSos- ~2 Cf. 72c7 y 7219. 3
Cf. 73dl, "si buscas en efecto una unidad para todos (It. los casos)" (¿rep
Ev yé 'n. {meis- xarà vrafv'rwv) Y 74b4, donde se dcdara la aplicacién genaal
del método: “comprenderás, pues, que de este modo esto sirve para todo" (Mavflävaç ya'p mw 5n aim-‚02 Exec arepi vrai/765“). antes de proceder con los ejemplos complementarios de a'x'îflm y XP'T’PJ (74b—77b). La generalización del método viene registrada al término del proceso—ilustrativo con la incorporación del término K.;-‚ä SMV (77ab), que para algunos comentaristas modernos (Cf. Ross, op. cit. p. 18) es el antecedente del mad… aristotélico.
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la necesidad polémica de refutar un razonamiento"'50fístico4 que tiende a declarar incognoscible la cuestión principal allí debatida (determinación de la virtud) mediante la fórmula ‘ cómo conocer lo que no se conoce','.º La.
cuesu'ón del conocimiento de las Formas afecta indirectamente a la realidad de las. mismas, pues mientras no se resuelva lo referente al método de obtención de aquellas será inoperante cualquier discusión, tanto sobre su“ naturaleza como sobre su extensión y aplicación. Resulta asi¡el "Manon” un diálogo capital para el desarrollo de la teoría de las ”Formas y del método correspondiente, pues revela el procedimiento de captación de las mismas en esta primera etapa del pensamiento platónico.'
Se presenta la teoría de la reminiscencia como un discurso verdadero (&Ànfi'qs‘ Alí—,los) ; no como un cuento, relato o fábula (Fußes)! Si se trabaja de acuerdo a la interpretacion! ya en cierto-modo clásica, de Brochard 4
"Magnifica tema per esercitare il virtuosismo eristico la dotlrina per cui non si puö cercare ne ciô che si sa nè ciö che non si sa . . . L’argomentazione trasfe-
rita dalla bassa sfera della discussione sofistiche nella superiore zona del platonísmo, genera un problema arduo e profondo: Se l'uomo nulla sa prima d'iniziare la ricerca, qual'ê il punto di parlenza di questa? E imbattendosi ¡[ caso nella veritá, come pub riconoscere che questa è la veritä? Si noti
la duplice enonziazione del problema, nei termine delle dispute eristiche (79c) e nella forma voluta dalla presente díscussione (79d)" Stefanini, op. cit. I, pp. 102-103. Cf. "Eutidemo", 275d-277c, como muestra del argumento sofistico en estado puro. Cf. 80d6-9. 6 Queda, por consiguiente, un tanto desorbitada la declaración de Ross acerca de la relación entre doctrina de la animais y teoría de las Formas: “no attempt is made ‚to connect the Ideas with the doctrine of Anamnesis.. . For the esta-
blishing of a relation between the Ideas and Anamnesis we have to look to the 'Phacdo', and in the ‘Meno' the theory of Ideas is carried no farther than în earlier dialogues" (op. cit., p. 18). Puede objetársele a Ross que, en primer lugar, la relación se establece de modo implícito puesto que si se muestra el método de trabajo en el conocimiento de los objetos matemáticos (ejemplo del didavo), se está indicando la deseonexión existente entre datos empíricos y formulación eidéticg y la preferencia de un método intuitivo de esencias; además, la cuestión del deearrollo de la teoría de las Formas es secundaria a la del método de su obtención,
pues la intención del "Men " es propedéutíca o cuando más polémica (génerº probatorio) pero no sistemática (género lógico). Cf. pp. 39-40 infra. 7
Cf. textos paralelos en "Prot.", 320c; "Gorg.", 525a, " q . " , 201d; "Fedón",
61b; "Teet."‚ 201c y comentario de F. M. Gornford (Plato’s Theory of Knowledge, Londres, 1935, p. 2, n. 2 ) .
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$1.13 fundamentación gqoseoló'gíeagd ¡ ¿am Poms. Se descubrº. .Pof otra parte, la condición deEMäWÄ'h-{m‘dm a tal domina ”porel hecho de que,;más que un mm;"(é‘i‘f ningún modo asi denominidº por Platón) es consecuencia"… un: ¿Safina superior que cngk'ba y origina aquella: la inmortalidad del alma.; ¿a postulación de la vida no perecedera para el alma es la base de Ia doctrina platónica de la anamnesis. L1 inmºrtalidad siquim es aceptada en "Menón" (81a) apoyándose en dos lcslínmnius: el de sstcrdoles y sacerdotisas y el de poetas inspimdnsí F:… du…"… sr r‘n‘b-.”}. posterior} ? t (98a)
por la distinción „ u n -
¡...;-".::.- '-.- -, . “ . . . Í . ” :. v.‘ -.!-: I“!"lº
¡“iS-general, cum: ¡na'—¡mín n=,- u:_:-_.::::.-.i…lu name:-„fr:
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Cf. Le: mythe: dan: la phil./mw)” d: M,”.m, P…",
rmi
li:urfy;'_u1fl-_m l'n «'nnfirmflCîÔn
de la interpretación dc Brochard. cl". cl wmcnmzm del ¡un…-» I'Lm‘un cn "Faim" (229C ss.) acerca de la función de los mitos y la ¡nuit-alfa: dc "Timm" (59a!)
al calificar las opiniones verosímiles (dirán A.;—‚m) com" dlumm'lhrroe 7.180";"placer sin remordimiento", las cual?:s pueden conocerse ¡¡ través de "pasatiem-
pos" („„Lölaf). Para el valor del "juego" en la filosofln platónica. cf. pp. 81-83. nota 16 iufm. 9 Literalmente: “hombres y mujeres sabios en las rosas divinas" (ävöpce "
Kai ywuîxeç 00903 rcpt fè 957.41 npäypafa)10 Al final del diálogo (99e) se apoyará Platón en esta distinción de Orden re— ligioso para dar una solución indirecta y forzada del planteamiento ético-social
del diálogo en cuestión (¿es la virtud cógnoscible o natural?) La respuesta semi-irónica de Platón es que la virtud es "don divino" (912.1 WEP“). Independienternente de 'otras implicaciones que (al calificativo conlleva, hay que ver en él, ante todo, la salida tangencial por el recurso a una 'tercera via’ IJ
frente a la alternativa que Menón presenta a Sócrates: si la virtud se conoce, enseña y transmite o sí, por el contrario, se posee por naturaleza. Es el típico
planteamiento dicotómico sofista de muchos problemas éticos: ya,“? - priva. ley o naturaleza. Lo que señala Platón en el diílogd es que ¿pa-,; no se ajusta a m
rígido eSquerna: ni se aprende o enseñe ni se adquiere naturalmente.
lº)
¿Qué queda entonces?.Poseerla por vía extranatural o divina. Lo imPºmntº en el aporte metodológico de] diálogo es haber establecido que cualquier planteamiento de cualidad o modo no puede ser adecuadamente solucionado sin plantear y resolver previamente el aSpecto sustantivo de todos los problemas
Platón comienza a desarrollar la idea del favor o don divino (1002,). a
partir de “Apol.”, 22c, donde habla del 'entusiasmo' o 'diviniiación' de “los, poetas; la mantiene en "Ion", 533d ss. al comparar la magº-¿cian
musa_poetica con las propiedades del imán'y en "Menón", loc. cit., para culminar en “Pedro", 244a ss., “donde racionaliza en cierto modo el pro. cedimiento mediante la clasificación (265b) de las cuatro secciones (Fé…)
de la locura divina (Gain navío.) 'en: a) Inspiración adivinatoria (luv-rm}; ¿arm-vola); b) Inspiración iniciante o mística (raw-nx); êmwvoia); c) Inspiración creativa 0 poética (aroma-m); ¿ma-vaia) y d) Inspiración amorosa (êpumx‘y èrurvola). Se pone de manifiesto precisamente en "Fedro" la diferencia entre ambos procedimientos ya que, inmediatamente después “de la atribución de la irracionalidad al primero de ellos, señala Platón dos formas de actuar; corresponde la primera a la técnica inspirada, de tipo intuitivo, mientras que la segunda es más propia de la magma, TéXWr Ambas marcan las‚dos faâëî'del tratamiento metodológico de las Formas que constituye la motivación fundamental de esta investigación. El que Platón trabaje de acuerdo al testimonio de religiosos y poetas en lo relativo a la inmortalidad del alma…11 tiene la importancia de establecer el orden de la aparición y momento de la consolidación del sistema de relaciones entre inmortalidad anímica y eternidad eidética. Se ha querido, por lo mismo, desconectar a ambas doctrinas ” (el qué :: —5 'n. ëany— de cada cosa). h
o trastocar su re-
ûsîa „ ° q testimonia (de ahí
su cierta ironia) la carencia ocasional de soluciones sustantivas que sólo la teoria de las Formas podrá aportar. Cf. n. 22, p. 43 infra. /11 Inmortalidad mi genen} por su clara raigambre órfica. No se trata, en efecto, de llevar el alma una existencia aparte del cuerpo sino de reanudar perma-
nentemente el ciclo, vital. Vitalismo anímico, derivado de la doctrina de la metempsicosis, que más bien debiera denominarse melenromatorír. Cf. Blb4:
(Paul 76,: Tip glarx‘qv “rm? âvflpôvrou ein". ¿ativan-ov K- 1'- Ä- complementado con el frag. 133 de adaro sobre el ciclo mímica de los órfico-pitagóricos. 12
“Some modem critics, wishing perhaps to transform Plato's theory into something that we can accept, reduce the doctrine of Anamnesis to a form in which it ceases to have any connection with the preexistence of the soul. But Plato unquestionably believed in immortality; and in the 'Phnedo', where Recollection
is reaffirmed, it is the one proof of pre—existence which is accepted as satisfactory by all parties to the conversation" (Cornford, op. cit., p. 3). Aunque es evidente que Co'rnford apunta hacia el grupo neo-kantiano de Marburgo (H. Cohen, A. Auffarth y, sobre todo, P. Natorp, asi como su secuaz inglés, J. Stewart), con su interpretación metodologizante de la teoría de las Formas como' Grund-nme, no es hacer demasiada violencia a la observación crítica de Com-
25
lación,13 cuando de hecho sirve este diálogo para confirmar. la prioridad _ético--religiosa_ de la primera sobre _la segunda que, a su vez, es consecuencia.
ontológico. de a
q
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l
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"
“ "" “ M
E. Grassi en Il problema della metafirim platanim (Bari, 1932), obra de denso comentario, realizada en torno a un solo diálogo platónico ("Menón")
y cºnstruida sobre esquemas interpretativos heideggeriangs,
se plantea como definitivo el problema de si la teoría de la reminiscencia es una teoría religiosa o filosófica y se resuelve por la segunda alternativa, pues considera que la única manera de romper con lo que llama el “atteggiamento oggetivistíco" de la sofistica es evitar la fundamentación dogmática de una teoría religiosa. _En caso contrario, teme Grassi, "la nostra interpre-
tazione naufragherebbe proprio in questo punto" porque "se la teoria delia reminiscenza è fondata in una affermazione religiosa non solo essa viene meno al proprio- carattere filosofia), ma questa mancanza si prctisereb'oe ifloltre nel fatto che la sua soluzione verrebbe :inviata in un'altra csistenza nelle qualle poi Platone non risolve il problema della conoscenza"14. Se justificaría este temor si el problema del conocimiento fuese resuelto por
Platón en el "Menón"; pero sucede que dicho problema no sólo no es resuelto en este diálogo sino que su solución general (tardía con respecto a "Menón") en “República” es aun revisada posteriormente y reajustada hasta formar un nervio central que no abandona la, en otros aspectos, cam-
biante temática platóníca. Puede, por consiguiente, aceptarse la fundaford el incluir en tal consideración a Heidegger con su interpretación reciente
acerca de las Formas platónicas. Para este pensador adquiere la teoria de las Formas su rango dentro del sistema platónico a consecuencia de un 'viraje' ( Wandlung) de la noción de verdad que, de “desvelamiento” pasa a ser "rectificación". Aun dejando de lado ciertas contradicciones radicales en la interpre-
tación
heideggeriana (Cf. Plata: Lehre van der Wahrheit, pp. 42 ss.), se
destaca por su intención sistematizante que elimina por completo la fundamen-
tación ético-religiosa de las Formas. Cualquiera de los intentos por ignora: la estrecha y dirigida relación que media entre ambas doctrinas va en contra del testimonio" mismo de Platón, quien en "Fedón", 76e5, la establece explicit:-
mente: " . . . hay una necesidad igual de que exista todo esto (::. las Formas) y nuestras almas antes de que naciésemos pues si no existen aquellas, no exis-
ten éstas" (io-q dvd—¡m, fafifà. Te dm Kai räs ñpcrs'pae ma; 1rpiv Kai. ñpäç yeyovc'vcu. ¡(al ci ;p); rain-a,. 058E rds: . - 13
Como sucede, por ejemplo, con la interpretación de Stefanini (op. cit. I, pp. 274
ss.) quien presenta a la teoría de las Formas como fundamento" y aun justificación histórica de la doctrina de la inmortalidad del alma. 14
24
Op. cit., pp. 94-96.
mentación religiosa de la teoría de haremmiscencm sin peligro de que la teoría general platónica del conocimiento sufra menoscabo por ello; es expresión, por el contrario, de la entremezclada tesis sicológioo-gnoseológica que domina en la problemática platónica. Sin la doctrina de la inmortalidad del alma mal podria desarrollarse una teoría de la reminiscencia y, a su
vez, sin ésta no sería posible explicar la superioridad del tipo de conoci— miento eidético. No resulta, por consiguiente, nada exagerada la. afirma-
ción de G. Rodier,“ que considera a la reminiscencia como “le postulat indispensable de la doctrine des Idées".
Platón partió del supuesto o creencia de una vida continuamente renovada para el principio anímico y, sobre tal base, justifica a la par que desarrolla la teoría de las Formas eternas e inmutables como objetos propios
de esa alma inmortal, a guisa de su—a-limento específico.
.La primera señal del carácter intuitivo 1“ del método empleado por Platón la proporciona Ia singularidad del procedimiento rememorat'rvo:
basta con un solo recuerdo para conocer y, más aún, desencadenar el proceso mismo del conocimiento” desde el momento en que, a1 partir de un
recuerdo, se pueden alcanzar 18 todos los otrosicon ¡al de cumplir dos 15 Le: preuve: de I’immomzlité d’aprê: le Pbédau (“Année philosophique", 1906, pp. 37—53). Sucede, además, que Platón no perdió de vista ni siquiera en el desarrollo más expresivo de sus ideas, esto es, m 165 mitos, tal fundamento
religioso de los conocimientos superiores. Buena prueba de ello la proporciona el mito del carruaje alado ("Pech-o", 24611 ss.), donde al referirse a la procesión celeste de dioses y almas y preparar la descripción d e l “wcpoupa'ywv
nimm señala Platón que las almas que circunvuelan (“lady“) por la bóveda celeste para contemplar (empuñar) las realidades superiores son precisa-
mente aquellas que "se clasifican entre las inmortales. . . ” (Ai ¡¿¿-y ya,, ¿6.11vafor. xaÀoüpevac, K- r-Aq 24753)16 Intuición en el sentido más bien kantiano que no cartesiano, tal y como define y utiliza Kant : la Anahi—¡aang en la Dialéctica trascendental', 1, o en 'Prolegómenos', 8.
17 oiee; ¡(nutria Ey pövov àvapwluflc'vm-u TEAM. min-a, air-Riv dvmpe'iv: 8 1 2- .
'
18 'Encontrar', invenia, ¿impío-K…, suele ser el verbo que utiliza preferente— mente Platón para describir los logros de la anamnesis y, a tal efecto, 0
¡Jim lo emplea en relación con esta doctrina o lo utiliza en situaciones en las cuales va sobreentendido que el conocimiento obtenido es de tipo rememorativo. Cf., "Fedro", 25263-25312.
wow
&VE'UPL'O'KEW my
fºu aga-¡'Por 060!)
Kai. ¿paar-muevo: air-rm? rfi Mp” “Faith", 7619-76:2: mrapxouoav rrpo'rcpov dvcupíaxovre; fipere'pay oögay. En “Men." 25
requisitos 'y admitir dos 'supuestos de lafteoría que aquí comienza a Sºl”
esbozadaiºos requisitos son: Sgséyalleqfeá'(&y8páog) y no desmaya: en la búsqueda' (p), droxäpw, (mw, 81d4),' ambos más morales que racionales, lo cual delata la carencia de un Procedimiento impersonal en esta primera fase del tratamiento rememorativo del conocimiento.“.Knlfs supuestos sºn:
el absoluto aprendizaje previo del alma1°_y la plena homogeneidad º afinidad (a-uyymÿç) de la realidad natural? Si Platón postula la homogeneidad de lo natural lo hace con fines metódicos y gnoseológicos. LO
primero porque, a partir de la singularidad del recuerdo, será posible circular entre los que aquel evoque, precisamente por ser el paso de uno
a otro no violento sino natural, por afinidad. Lo segundo porque [el carácter individual de la rememoración no es obstáculo para la ampliación del conocimiento obtenido= sino, por el contrario, procedimiento pertinente
para. descubrir viejos cont.—cimientos apagados ;' poder afirmar, en plena
móst'r'ación ya de ls. ¿rc—cuina; que todo saber. (Huila,/…,)“ y toda investigacxón o búsqueda (gqreîv) son &wîpvqmî. Consecuencia de extrema impormnciu _v cuÿo sentido se descubrirá por completo más adelante 22 es la que de aquí se extrae: puesto que la reminiscencia opera sobre una natunlezn homogénea plenamente, coinciden en uno el objeto de la opinión y el de la ciencia.
Intuición Jemible y matemáticas La administración de la prueba de la doctrina (ejemplo del esclavo y duplicación del área de un cuadrado, 82a—86c) se lleva a efecto mediante
"
mismo, ¿ya.Pgíy se aplica a virtud, objeto buscado en este diálogo y causa indirecta de l a doctrina de la reminiscencia; Cf. 7237, 7439. En otrd pasaje (M$-84:12) el escla-éo va a descubrir (âv-q'a'a) un conocimiento sin que sc le enseñe (m’. &SáaKoy-mg) y tras haber pasado por el estado de perplejidad (¿,.-opiº). Para el estudio del sentido de diploma: en los diálogos platónicos y su relación frecuente con ¡…vaáyo, cf. V. Goldschrnidt, Erraí rw le Craxyle. Paris. 1940. p. 171. n. 2.
'? “¡mºntanas 'n'}: ¡[mxñe drawn. 81d1-220 rüs- prism-ic «iris-:79 _o'wyevoñs oía—1,9.“ ¡ºf— 2|
La miz dc myfig’m. pav- es la 'misma que la de ,uprfioxm. 'recordar', 'acor«Im-sc“. pero también “pensar en“, correspondiendose con el lat. “men“, "mon-', en 'mcns‘ 'mcminr', 'reminiscor', 'moneo'. Cf. nota 18 supra.
2: Cf. pp. 29 Ss. ir:/ra.
un doble proceso de verificación: 1) La eliminación _de opiniones falsas, tenidas hasta ese momento por correctas, lo cual sirve para producir el conveniente estado aporético en el ánimo del interrogado (84a-84d); 2) La roducción del conocimiento correcto u. opinión verdadera.—Aser'néjase esta primera fase, hasta coincidir en su aspecto catártico, con el método interroá gativo socrático y, en este punto, no hay inconveniente alguno en considerar
a la. doctrina de la reminiscencia comoampliación y justificación de la técnica cuestionante de Sócrates. Sin el expediente de la rememoración, la interrogación irónica sºcrática se agota en sí misma y conduce al estado de insatisfacción temática del que es fiel exponente la misma imagen socrática ciel tábano.¡ El aguijón del insecto alegórico estimulaba por la irritación que producía, pero dejaba al cuidado del asi desazonado la. satisfacción de la
excitación. En la vía hacia la reminiscencia º el sujeto. cuya alma es inducida
a la e'. ocación de sdf—recuerdos, pasa por el estado de perplejidad (c’uro‚1;1’ov.)3 y de enti-rpecimiento 6 sopor (mi/11(7)“ que le produce la acción similar a la del pez to pedo,“ caracteristica de la primera fase del proceso.° La ewcacién de conocimientos previamente adquiridos y posteriormente bormdos proporciona lo que habitualmente faltaba en las conversa-
ciones auténticamente socráticas: el remllado de una investigación cuestio-
nante expresado en forma de opinión verdadera.7 En "Menón" se encuenéyeipwßaa ¿"a ¡Líº-mis rivas"APO”, 5063-5: «Ban-ep Zar-mp ;Le'yafhp ßaöiCaw - - - 705 &vapapwúa'xca'ºaz, 3435Cf. "Tech", 151a: damping êfurûurÀuwcu K. 'r- ÀEste estado de entorpecimiento es similar a aquel de impaciencia, irritación
(¿máx,-”…) 0 excitación (yapymapag) en que se encuentra el'alma que, según el mito del cocheroen "Fedro', comienza a recibir su alimento natu-
ral (recuerdo de las ideas originalmente ap.-ehendidas): {at oñv ¿, món? ¿'My-155€ fe Km ¿ya.vaxre'i mi yapyaÀiÇsflu 50150a 'rä. 'n'-repli, 251C1'5 Esa misma condición intermedia que precede a la recuperación de visiones previas es, en cierto modo, paralela por an 1tes1s al estado de letargo a
que es sometida toda el alma por obligación de beber agua del río Ameles en la pradera I…eteo, según el mito de Er (Cf. "c.”, 6143 ss. y especial-
mente, 621b1: ’Eqrab‘î, 82- Kotpvlöfiym . . . ). 5 ’A1mpeîv oi'rv aüràv rozóaawes- Kai vaplräv ¿wep ,? vdpm; .., 8455. "La díalettica e prima negativa e poi positiva. Non pub essere positiva se non é preceduta dalla maieutica purificatrice di Socrate La forma negativa della dialettica conduce alla :imazione aparetim”, E. Paci, la dia-
lem'm in Pinion: (en 'Studi Sulla dialettica' de Abbagnano—Paci-Viano—GarinChiodi-Rossi-Bobbio, Turín, 1958, p. 18).
7
No se puede, en este punto, convenir con Stefanini en que el procedimientt“
platónico revelado por ln reminiscencia descubre "il senso profondo del!a' 2?
tra todavía en pleno desarrollo la doctrina " la fase del resultado o logro cognoscitiv
reminiscencia por lo cual tada por la opinión ver-
dadera, no alcanza una seguridad que respalde definitivamente a la teoria.
No deja, en efecto, de Presentarse la parte final del interrogatorio más como expresión de la habilidad cuestionante del Sócrates histórico que
como demostración satisfactoria de la capacidad propia e innata del esclavo preguntado para responder de lo suyo, de su propia siembra,“ por más que asi lo pida la doctrina. Lo que sucede es 'que no se trata, en primer lugar, de la emisión u obtención de conocimientos científicos sino de opiniones verdaderas,” estadio previo al de la ciencia, pero por el cual ha de pasar el alma en el duro aprendizaje del rra-conocimiento de las verdades, tanto más cuanto que, de acuerdo al mito platónico,10 la diferencia entre las capacidades cognoscitivas individuales viene explicada por el mayor o menor grado de olwdo que produce la caída del alma. Dentro de la finalidad
[emilia-r.. primordial del "Menón": exaltación de la opinión verdadera como forma indirecta e intermedia de conocimiento, le conviene a Platón
trabajar con un ejemplo dócil y limitado como Io es el matemático, que llega efectivamente a demostrar que cierto tipo de conocimiento es con-
secuencia de ciertas visiones grabadas en el alma y dispuestas, al ser evoc:¡das por el interrogatorio, ¡¡ entregar una opinión que, luego, puede transformuse en ciencia.11 La aparente reducción de la actuación del esclavo a un papel no demasiado positivo puede explicarse, además, por” la intención predominan-
tementeplatónica de insistir, a través de la elevación gnoseológia de la maieutica di Socrate" (op. cit., p. 103), pues, en tal caso, o se esta trasponiendo en la figura del Sócrates histórico más de lo que realmente contenía 0 se está limitando el alcance del método platónico al estado de la
excitación, propio de la mayéutica. En realidad, el hecho mismo de hablar de ..
"',mayéutica'
con referencia exclusiva a Sócrates, sólo puede justifican: en
tanto licencia terminológica permitida por la ambigiíedad de la figura del educador filosófico de Platón en la obra escrita de éste, ya que la presen-
tación de la mayéutica en los textos platónicos se lleva a cabo en uno de los de plena madurez, como lo es "Teetetos", en donde, por cierto, se utiliza el método con todo el alcance del proceso rememorativo, destinado a
Producir un tipo determinado de conocimiento. Cf. pp. 123 ss. infra.
- - - aii-rm? ofrros darexpíva'ro - — ¿avi-aii « ., 3559431"Eo-rw ñvrwa Sóáav- - ' : 3553 … Cl. "Fedro", 246a ss. y "Rep.", 6141: ss.
": ¿I)wrn'uet ¿weycpºe'íaat érwrñlmtyíyvowau 86a6-7.
opinión, en la tesis ya1 enunciada 12 relativa a 'la identificación del objeto
de la ciencia y el de la opinión.LE_l alma inmortagen efecto, ha contempla-
do rdv-ra. ‚mim-m“ en el estado de intuición inmediata propio de la preexistencía. El recuerdo extrae, por consiguiente, opiniones y ciencia de un fondo común de conocimientos preadquirídos 4 Ahora bien, tal coincidencia objetiva de dencia y opinión recta no pasa de constituir en “Menón” el esbozo de un programa de trabajo en el que, a través de mean—
dros y dificultades diversas, va a marchar el pensamiento platónico. La reconstrucción del pensamiento científico, paso a paso, desde los elementos inferiores (opiniones) hasta los superiores (ciencia), forma parte de la
linea de desarrollo del pensamiento platónico y traza, en muchas ocasiones, el sentido de tal pensamiento.15 Por ahora, el tratamiento gnoseológico de la opinión y los esfuerzos iniciales para su conversión en ciencia se llevan 'a" cabo mediante ¿"procedimiento intuitivo. Será necesario, en primer tér— mino, la formación de una escala epistemológica de valores 1° y, en segun-
do lugar, la crisis de la doctrina que sustenta a tal procedimiento (diálogo "Parménides") para readaptar las relaciones de opinión y ciencia y des— arrollar los logros científicos sobre bases más firmes y un método deductivo
riguroso, propio del "Sofista". 12 Cf. 81d y pp. 27 ss. rupra. 13
81c.
14 No es posible admitir la tajante distinción que establece A. Dies en Amour de Platon (Paris, 1927) al afirmar que “la Säfa, et la science sont distinctes par nature” y menos "aún que la segunda sea "fruit d'une connaissance qui
est d'un tout autre genre que l'opinion droite" o que, finalmente, se extraiga esta conclusión: “l’objet de la science est d'une autre nature [que l'obiet de l'opinion droite" (loc. cit., pp. 486-489). Hay que recordar a este respecto que, aunque el tema original del diálogo, en el cual se proclama la legitimidad gnoseológica de la opinión verdadera, versa sobre un objeto específico,
la virtud, la aplicación del procedimiento que el estudio de tal objeto Otigina (reminiscencia) y mediante el cual se sustenta aquélla tesis, sirve tanto para la dpa,; como para “todas las demás cosas" (q.-¡¡¡¡ ape-p7,; mi "PE
¿'.v - . -‚ 81C9)- Cf. 8561-31 nepi. mim]; wm'pias
nal rôv ¿Moov
”6 7 , “ m cºm-¿wmv . . . y Stefanini, Op. cit., p. 104, n. 1.
15 No es posible, por ejemplo, comprender cabalmente el designio de “Rep." si no se parte del programa no desarrollado, expuesto al final de “Menón”:
si la opinión verdadera se hace ciencia, entonces la virtud común puede perfeccionarse racionalmente en toda una conducta de vida individual y colectiva, lo cual quiere decir que el politico-filósofo ocupa la posición más alta en la escala de las virtudes. Esto es: la virtud común y corriente es 16
ôpfiî] 866a: sólo la virtud superior es éma'nipqCf. “Rep.", 508 ss. y pp. 59 ss. infra.
29
El carácter eminentemente intuitivo del conocimiento rememoratrvo
ie desprende del propio planteamiento del problema geométrico que elige
Platón para la demostración de su‘ E'sis.' 'ÎAl esclavo se le hace ver, desde el principio mismo de la prueba1 en qué consiste un cuadrado, esto es, cuál es el fi am del cuadrado, su esencia formada por los cuatro lados y
la igualdad de las diagonales. El esclavo ve tal esencia en el cuadrado singular que le muestra Sócrates: "este espacio cuadrado"17 que probablemente indicara el trazo sobre la arena al mismo tiempo que hablaba.18 La.
sola visión de un cuerpo cuadrado asegura el conocimiento de la esencia de todos los cuerpos similares,19 puesto que se establece, reconoce y admite que lo afirmado de tal cuadrado conviene a cualesquiera otros; como subraya Sócrates.20 Forma de obtención del conocimiento geométrico: visión inmediata de un cuerpo y reconocimiento de sus propiedades esenciales, una de las males precisamente (variación de la superficie) engendra el prº-
blcmn que Lons'ritu"e la prueba de la doctrina de la reminiscencia Tal prueba. no obstante, no era en rigor necesaria, una \ez que se ha admitido
el primer hallazgo correcto del esclavo efectuado a. partir de la intuición de un objeto geométrico. Si Sócrates continúa con la problematización de! ejemplo ln hará no sólo por proporcionar prueba más abundante y defi-
nitiva por más compleja, sino por delinear las dos fases señaladas del método: jaw apore’tz'm a eliminatoria )! fare aneflrîrtira o recupema’om del conocimiento.21 17 foroñ'rov ferpdywvav xmpíov. 3213318
"Socrate est censé tracer, sur le sol ou autrement, les figures nécessaires ¡ sa
démonstration" agrega A. Croiset en nota 1, p. 251 del texto Budé (París, 19
19495). Cf. n. 7, p. 65 infra. "La Idea no es el género, es el tipo al que el género se ráiere, la forma esencial y perfecta de la que la multitud de individuos participa. Distingamos profundamente entre género y tipo. El género es una idea abstracta,
obtenida por la comparación de los individuos, que los abarca a todos, pero que no es superior en esencia a ninguno de ellos . . . El tipo es la esencia ideal de cada ser, concebida inmediatamente y sin cºmparación, a la vista
de muchas individuos a también de una rola . . . El género es la expresión de lo que hay de común entre muchos seres; el tipo es la expresión de lo que hay de perfección posible en un género determinado". P. Janet, Étude: mr la dialertíque dam Pla/on el dans Hegel (Paris, 1891, pp. 247 ss.), cit. por R. M. Agoglia, Intr. al "Parménides", Buenos Aires, 1944, pp. xxix-xxx.
2" m'moñv cin a'v faroíifov xwpíov ¡mi [Lezley Ka). ËÀarrov; 32C6— “ Cf- 83413: 5pc, ei En troc ¿mi rfi: 3L1rÀn0'îas 30kt? Etna-94w 34H22 Ë-ymye aim oî8a y el permanente uso de demostrativos („fr.-Js, of,…) a lo largo del interrogatorio que confirman, por la forma literaria, la con3 0
l
Hay un pasaje que, en cierto modo, pudiera considerarse .'como excluyente de una interpretación intuicionista- del proceso de conocimiento re-
gistrado mediante la aplicación de la doctrina de la anamnesis. Es aquel, pºsterior al ejemplo del esclavo, en qugiSócrates pregunta a Menôn, a la hora de hacer el balance de su recién termmado interrogatorio, si la ciencia (amar—;;…) que llegará a alcanzar el esclavo, a partir de sus aprendidas, esto es, recordadas, opiniones‘: (Mau), será encºntrada, recibida (aupa) una vez (mire) o la habrá poseído (dxev) siempre (w ').” La respuesta a tal cuestión se acoge a la segunda posibilidad, es decir, la que se define por la posesión permanente de la ciencia y, con ello, se confirma por otra vía, la inmortalidad o pre-existencia del alma. Un comentarista tan acucioso
de este diálogo como Grassi considera capital 23 este pasaje para demostrar una de sus tesis interpretativas del "Menón”: aquella que rechaza la fundamentación.religiosa de la doctrina de la anánmesis.“ No es de extrañar que destaque entonces, con carácter exciuyente, la respuesta de Sócrates al anterior planteamiento c-n el sentido de designar a la ciencia como posesión permanente del alma y no como logro momentáneo y esporádico de ésta. ¿Cómo puede, entonces, defenderse una interpretación intuiciºnista
referida a este diálogo y ajustada al proceso de formación de las opiniones? Hay que observar que la alternativa que, con dicho caracter excluyente,
presenta el pasaje comentado, hace referencia a un estado superior científico al que se llegara por conversión (vi)/vo,…) de las opiniones verdaderas en émam’pq.” El pasaje en cuestión se refiere, por consiguiente, al momento en que se ha alcanzado el Italy: científico; en tal caso, la dencia,
como un todo, pregúntase Platón, ¿es producto contingente y ocasional en dición intuitiva del proceso, la cual puede resumirse en este juicio de Grassi: "Questa riconoscimento non nasce da qualcosa de nuovo, da un.insegnamento, ma dalla concreta visione interna che si da attraverso alla realizzazione
della soluzione dello schiavo . .
(op. cit., p. 102) .
22 'Ap oöv oí: fin! ¿ww-niuna fiv ví'w oö'ros È'xeL, 'î'rroL ËÀaflÉv 1ro're 1'¡ dei s g y ; 851110.
23 Op cit., p. 114. 24
Para la critica a la obra de Grassi aqui citada y, en especial, a su particular
procedimiento de centrar boda la interpretación platónica en un solo diálogo, cf. G. Calogero, 'Giornale critico della filosofia italiana' (jul.-ag., 1952); M. F. Sciacca, Il problema della metafírira platoníra (en 'Studi di filosofia antíca', pp. 131 ss., Nápoles, 1935); L. Stefanini (op. cit. I, pp,
Lxxxu ss. y 110-112). 25 Desde 85c7, en que se muestra a las o'piniones verdaderas como surgidas de un sueño, todos los verbos que hacen referencia a la conversión metafísica de aquellas van en futuro: arm-füge...“ &Safgav-roç êpwnilmv-ros-
31
el espíritu 0 patrimonio necesario y exduslvgdel mismo? Sabemos que
la captación de lºs als»; asegura ..el conocimiento científico; tal captaçîôn
es, por su parte, consecuencia de un .acto de"" re-existencia' que garantiza la “permanencia de tales £18116 [81 äujëfo ¡”¡¡¡/'e; eva-ado: ,: elevadºr]
fundamento del conocimiento' cimhfiiàügQùé es loque, en todo gtº, pudiera afectar a la teoría platónica ¿del conocimiento? La exigencia. de
una postulación a-empírica, intuitiva e inmediata del origen de todo conc— cimiento. Además, ¿a qué se refiere la intuición que se encuentra en el
proceso de aplicación de la doctrina de la anamnesis? Es obvio que ¡ig-es sólo al origen de los conocimientos, sino al modo de obtención parcial de tales Cºnºcimientºs, es decir, al método cognoscitivo mismo. Eliminar el proceso intuitivo de captación inicial de las opiniones, a través del retuegdº.
equivale a caer en un problema no planteado por el propio Platón—JP“ absurdo y destructor de su gnoseología: ¿por qué no se poseen en “acto los conocimientos pre-adquiridos? Problema dc método que, de haber _.iiéo planteado, hubiera destruido el proceso dc L'. reminiscencia y, por _copsiguiente, dejado sin explicar el modo del conocimiento. Lo que si es cîèito
es que Platón llegó a plantearse un problcnm relativo a la génexirrdel proceso relacionado con éste, al preguntarse dónde comienza el conocimiento en tanto proceso, si en el nacimiento mismo (yémnç) 0 con posterioridad (flare/Joy)?“ Planteamiento alternativo (8uo'ív Gárepov) que Pla-
¿y T:; vrapóvrr êÀc'a'Ûac.“ El hecho es que-el tón no resuelve: of»: ëxm conocimiento se da como proceso y por ser tal es un aprendizaje escalonado; ello quiere decir que se parte de un estado potencial para alcanzar el actual que es la ciencia. El potencial inicial puede ser cero (energía
cinética mínima del tipo fabula mm) o superior a cero (energía cinética positiva de la especie idea innata). Platón elige la segunda posibilidad—y,
¡¡ partir de la carga de conocimientos potenciales pre-adquiridos, postula la necesidad de un proceso que reavive tal carga o la haga pasar ¡al estado de actualidad cognoscitiva. La dencia se presenta así en Platón como entelequia del proceso cognoscitivo. El estado potencial original reclama, por lo tanto, el paso del recuerdo a la ciencia. Esta conversión se desarrolla mediante la trasformación de las opiniones rectas y, en tal trasformación, hay
procesos que no se puede vacilar en calificar de intuitivos.” 26
Cf. "Fedón", 76:19.
27
Loc. cit. 76bl.
28 „Tante el carácter de aprehensión intuitiva.directa como la condición ascen-
dente o gradual de tal aprehensión, propia de todo proceso cognoscitivo involucrado, quedan explícitamente señalados en “Bang", donde con motivo de
52
Tan sólo tomando en cuenta la carencia de organización metodológica en que aún se encuentra el procedimiento rememorativo presentado-en este diálogo, es posible comprender que los conocimientos obtenidos, por ahora en forma de simples opiniones, aparezcan como producto de un sueño." Estado rudimentario que indica, por una parte, la procedencia de los conocimientos (pre-adquiridos), en confimmación del basamento religioso de la anamnesis y apunta, por otro, a la necesidad de una estructuración má_s__r_ag_ional…del.método de,.trabajo__(_fut_ura Dialéctica) al que, por ahora,
se le va a e "gi: que “interrogue muchas Veces y de diversas maneras sobre lo mismo".30 La culminación de tal procedimiento se logrará con la pro-
fundización científica de los conocimientos por proceso de conversión o paso, ya señalado, y que se logra a partir de las primeras opiniones, intuitivas, aisladas y difusas.31 2
Ciencia y opiniones verdadera: La indudable relación que, a partir de "Menón", establece Platón entre opiniones rectas y ciencia le lleva a discutir en este mismo diálogo lo relativo a la naturaleza de tales relaciones, aun cuando no agote aquí el la exaltación de lo Bello en si o ¿Sos de lo Bello, acude Platón a una serie de descripciones "visuales" y progresivas del conocimiento de 1-3 xaAövl
"Aquel que sea conducido hasta este punto (J:. la 'revelación', émoi-raïon de lo Bello, lograda por el procedimiento de iniciación: "Ag-75) por medio de lo amoroso verá súbitamente una cierta belleza de maravillosa naturaleza
---”
(21092 55-1 "Os 'yäp dv ”Exp; êvrafifia. wpôs‘ fè
«Mayan/70f
¿pm-ruta
êfaîçmç Kan-63116102 TL Öavpaa'föv rip! ¡viii-rw KdÀo'V-n)
Cf. los siguientes pasajes de igual corte intuicionista: 210b6-7
¿gain
1'3 xaÀôv ¿pm-rm. xafiopc‘w 211d41 "0 ¿iv afore 1817; (“— 1-6 ¡(enMi/)oiópcºan ei ftp ye'votro aii-ro 1'3 ¡:a ¡Bety ...; 211d10: Ti Mm, 21165!
m’rrö 'n‘) fitîov | : a
ôpôy-n |?) ÖPGTÖV 15
¡(…y . . .
povoccôês Kartôeîv . . . ; 212832 . . . y,
sobremanera,
El significativo pasaje
de 2_12a5: ¡iq-¿ 1-06 ¿Mouse ¿“Wºw!"? donde se habla de un contacto
fíSÍCº (¿arroz, ¿M)29
85c7: Öcnrcp ö'vap- Para lo concerniente al empleo platónico de la imagen del sueño y su contraposición con la vigilia, cf. "Rep.", 533c1 y " t . " .
277d2, asi como nota 9, p. 64 infra. 30. 85C9: ¿uña-crm. “mi… fè. m'y-rd. Tafi-ra. ¡(al. no…”?-
31 Cf. BSC: oia'a' ¿"n "Ac-unfit! 01336169 ¡rr-roy &qºós ¿ww-ninfa; mi 7015‘raW Y 3631 ¿Mºis 365114, af ¿pm-nica èrqepôcîa'cu ¿wa-¡¡ya yíyvovrat - -
‘
'
33
tema ni llegue a formular resultados definitivos ni plenamente estructurados sobre el mismo. _La discusión se centra provisionalmente en torno a dos puntosLsemejanzas y diferencias entre los dos órdenes de conocimiento
relacionados,] A partir de 97a, es: decir, -.en Ia-- parte final del dialogo correspondiente a la reanudación del planteamiento ético original acerca de la virtud, se establecen los aspectos relativos a las coincidencias y divergencias entre opinión verdadera y ciencia.!Medíante el ejemplo del viajero que descubre la ruta a Larisa porque conjetura correctamente el camino sin conocerlo,1 se señala que ¿I_a opinión tiene el mismo valor que la ciencia2 con respecto a "la precisión (justeza) de la acción”& Es, pues, un
criterio de tipo pragmático el que establece la semejanza. momentánea entre ambos niveles de conocimiento;“la aproximación de la opinión recta y la ciencia se lleva a cabo por la circunstancial coincidencia de fines que, entre ambas, pueda producirse.“?La utilidad (7-5 swans), esto es, un valor éticoi 2
9.7bl-Z ,
5,395); ‚z,-‚€:; S..-‚5143.11, 1711; êo'n'v 1‘, 536g
Se' ,m ‚11.173’ ¿mcr
Platón utiliza (97b-c) (‚spo'v'qd'ts‘ como equivalente de s’ma'rfipay, en el plano
moral, lo cual se confirma en las líneas que siguen: dxçÉÀLpôv ¿WW 6,39%; 3650. e'mcr'nímyg, 97C4.
0582,, ¿pa, ¿f.-ay
3 97b9= Aófa. ¿'./za. âÀ'qflîys arpôç ¿pºdra-ra. Wpáfcms o_üSÉI' xeipwv wºnt/Mim çpovfiaewç4 La condición de intermediario que desempeña la opinión verdadera entre el saber (cogía) y la ignorancia (dpufil'a) queda expuesta de manera definitiva. en "Banq.", bajo la simbolización de ”EP“: 2010608 mi ¿Malas
¿y ”¿'a-¡¡, ¿m,-iy. (;oselo), fórmula que sintetiza lo declarado eniplícitamente en otro pasaje anterior del mismo diálogo: “¿No comprendes que hay algo El opinar rectamente y sin tener entre la sabiduría y la ignorancia? que dar razón de ello, ¿no sabes que esto no es ni saber (pues cómo sería ciencia una cosa no razonada) ni ignorancia (pues cómo sería ignorancia lo que consigue lo real, el ser)? Algo de esto, ciertamente, es la recta opinión, intermediario de la ciencia y la ignorancia", (202a1-10: "H m'nc
üa‘flvymu 511 ¿'a-rw TL peras,: novias— Kai ¿podrías;
Tö ôpôä Soêdêew
Kai ¿veu 'roû Ëxav Àp'yov 80üvcu. of»: oia-º' (a,-u), ¿"n oir-re ¿fiºrdo-Boí ¿o'-rw («î/\oyov yäp rptiypa. miis tiv sly êvrwnfmy). oi'rre ¿mºfa ('n‘: yäp Toiî ô'vroç ruyxa'vov vrös 5v {în amaia); Earl. 3% 3797011 'rowíi'rov ¡, 5,30?) 3650» peraä; opowíaems Kai. ¿MainsConsiderar a Eros como intermediario simbólico en la escala gnoseológica es adoptar una linea de interpretación racionalista frente a otra, posible-
mente mais extendida, de tipo irracional, que toma al Amor platónico como fuerza instintiva. Para ]. Stenzel (Platon, der Erzieher, Leipzig, 1928) Eros equivale a intuición, presentimiento; G. Rensi (La morte di Erw,
"Rivista di Filosofia”, Roma, 1928, 4) lo considera como rapto intelectual, instinto
34
espiritual
apasionado; para G. Calogero (Il
Simposio di Pintana,
social, sirve para unificar de momento los dos tipos de conocimiento que, por naturaleza y método de consecución, son distintbs. Pero va a resultar que la semejanza así establecida se mantiene tan sólo de acuerdo al criterio Bari, 1928) Amor es tendencia y aspiración libre de todo esquema teórico; en K. Ziegler (Der abendlärzdixrbe Rationalirmur ¡md der Erw“, Jena 1905) el amor platónico equivale a intuición intelectual del ser; Stefanini, por su parte, (op. cit. 1, pp, 213-264; 11, pp. 44-54) lo tiene por complemento de la razón, impulso afectivo lucia el saber, mientras que para Robin (La théorie platonicimne de l‘Amour, Paris, 1907, y Notice a la ed. Budé de "Banquete") es la aspiración de la naturaleza mortal hacia la inmortalidad.
De hecho, en "Banquete", Eros funciona como intermediario. Porque es hijo de IIôpos— (Recurso, Expediente) y de Hevia, (Penuria, Pobreza) y porque tiene naturalen demoníam (Pººl-S mii sd,,pyºg, 204b), situada entre lo mortal y lo inmortal. Al trasponer el mito, sucede que tal intermediario, se sitúa entre un saber reflexivo y la ignorancia (¡tierna (oponía-eon …: «medias—. 201d); con ello, se opone Sócrates : Agatén, quien had: reclamado para el Amor la beiieza con carácter exclusivo. No le conviene
esta en absoluto asi como tampoco en absoluto le conviene lo rro-bello. En el orden intelectual, equivale, por consiguiente, a la 6,20%, 3650,. En el plano éticosicológico, en tanto que actúa como impulso hacía el Bien, puede pensarse que con tal intermediario alude Platón al alma misma. Por otra parte, en "Pedro", se plantea de entrada el problema del Eros en términos marcadamente racionales. En el primer discurso de Sócrates
(237b), se pide que 'se descubra la namraleza, la emm-ia del Amor (.;o T’Ea’n) para pasar luego a organizar la locura divina en cuatro delirios,
de los cuales, el cuarto es el amoroso (Cf. p. 21 ”rpm). Pero no hay que pensar que se trata de un impulso puramente irracional, pues allí mismo se habla de que 1-3 ¿pa'l-¿KW mía.);- "nos pone en contacto con una verdad” (I123: mag-Ü; 111135- êçaqrfôpgyoz, Z65b). Como señala Dies: “Ainsi le Phèdrc peut glorifier la ¡mvfa inspiration de la prophétie, des mystères, de
la poésie et de l'amour; mais c'est pour'expliquer l'aspiration inquiète et la fièvre de possession de l'amour par la réminiscence de la beauté intelligible, c’ est-a-dire par une intelligence cherdiant à se retrouver elle-même, et t'en là du pur intellemmlixme plalanitim" (La Tranrparitian platanícienne, en Autour de Platon, París, 1927, Il, p. 421, subrayado J. N.). Para el estudio específico del tema del amor en Platón. cf. entre otros,
R. G. Bury, Tbe Sympaxium of Plata, Cambridge, 1909; R. Lagerborg, Die plataninbe Liebe, Leipzig, 1925 (Recensión de W. Kranz en 'Kant-Studien', mii, 2/3, pp. 356-357, 1927); A. Levi, La teoria dell 'Epog ne! Sir/¡pario di Pintana ('Giornale di Metafisica', Génova, 1949, 3 ) ; B. Pepi Servi.
ll ¡antena plutom'w dell'Era: nei ‚mai mppom' con quelli della verità : del Iinglmggia ('Mondo Classico', 1937, 9); J. Souilhé, Ia natiºn platonicienne d'intermédiaire dan: la pbilarapbie' der dialogan, París, 1919; L. Stefaniní, L'more platanim ue! Fedra ('Civiltà modema', Florencia, 1934, 2/3). H. Weinstock, De Erotico Lyriam, Munster, 1912; O. Wichmann, Plata:
Lehre von Irwinkt und Genie ('Kant—Studien', 1917, Suplemento 40).
35
mismo que la formula: únicamente'CEiiando la opinión recta o verdadera pro_ duce resultados útiles equivale a cienciaJO fºrmulado de modo diferente:
la utilid____a'd_cle-_los resultados es, por ahora, el criterio válido par_a l_a__deter-
minación de… la veracidad (rectitud) de' una ºpinión. W 1 1 0 que las opiniones verdaderas I_o son_ inseguramente y que la alternabilidad de su veracidad y falsedad depende de su correcta o incorrecta adecuación Limes prácticos.ºl.La inseguridad que presentan las opiniones verdaderas
hace que éstas sean inestables en cuanto conocimiento y esta misma condi— ción de inestabilidad sirve para marcar la fundamental diferencia de ellas con la ciencia. LL15 opiniones; dirá Sócrates,'huyenlcomo los esclavos de la casa o como las estatuas de Dédalo,º¡esto es, tienen la tendencia a escaparse del alma humana] mientras que l aCiencia “ es fija y firme.8[__Las opiniones no permanecen (ov rapa/Le'uct, 97e); lo que les hace aumentar de valor (cifras)” es la posibilidad de quedar atadas, lígndº(8£8q1¿vov). Ahora bien, ¿cómo se ligan, atan las opiniones verdaderas para que sean estables y qué les sucede con la estabilización así logradaPLSe amarran o ligan n través
de un "razonamiento causal",10 y una vez lograda tal ligadura, se hacen ciencia, pasan al estado de ciencia,11 esto es, alcanzan el „claim de estables (Fön/wc).
Obsérvese, ante todo, que el carácter pasajero y provisional que distingue a las opiniones se da en ellas como algo inherente y consustancial: en tanto opiniones, están condenadas a ser pasajeras e inestables. La ines-
tabilidad sólo desaparece mediante la anulación de su condición de opiniones (verdaderas) y su trasformación en clase superior de conocimiento. \ 5 9715: 51-1, ô p.21! fin êmo‘rfipqv ¿'v dei ¡iv émrvyxa'vou ô Se\ mv ôpfiîyv of» ’ 8 161': Scifav for} ‚121! dv mxdvot,
97d6. Cf. "Eutifr."‚ 11c1 para similar imagen.
7 98321 Spa.-n'ereotia'tv ¿x ffiç l/fuxíis— 'roíi dvºpa'nrouJuega aquí un papel decisivo la fuerza semántica de am,-‚?": ¿ari-¡am… que denota la firmeza duplicada de lo que permanece o má en, ¡abre algo frente
a
86.50, (Sonim,
Séxopa. “xº/tºº)
que Brugmann
(Grint-birth:
Grammatik, Munich, 19003. p. 291), Prellwitz (Etbymologiubp: Wörterbuch der grietbixcbm Sprache, Gotinga, 1892, p. 109) y Boisacq (Dictionnaife Etymologique de la langue grecque, Heidelberg, 19504, 1). 173) asocian a una raíz "del:-", "clik-": 'le-ner las manos“ abiertas para recibir, otorgar
o saludar'. 9 Continúa vigente la relación semántica de la estabilidad fisica, ahora por el peso: ag… (ex: ¡,,-y, 57m: 'lo que lleva consigo o arrastra por su peso’). 10 9834: aîfl'aç )to'yta'pós-
11 9816: érw'rñpat yí'yvovrat56
El encadenamiento o_ligazón (¿más) es la nota externa y metodológica _, que distingue a la recta opinión de la ciencia y que las separa.n Bl punto de « mayor interés en esta indicación de diferencias es el que hace referencia al procedimiento de conversión de las opiniones verdaderas en ciencia: aii-(as Mywpuíg o “razonamiento causal".13 Platón no presenta en este dialogo otra._aclaratoria_ con respecto ese “razonamiento causal" sino la de su identificación con la anamnesis misma,“ lo cual es tanto como reducir el problema de la organización racional de la dencia constituida mediante
un proceso rememorativo, al proceso mismo, es decir, dejarlo en tal estado de problema. Puede quizás expresarse esta situación de modo menos exagerado. Platón se limita aquí a indicar el programa de trabajo epistemológico: por medio del razonamiento pueden ser elevadas las opinio— nes a la categoría de ciencia. El razonamiento que tal efecto produzca, el razonamiento exigido por la gnoscoicgía platónica en ciernes, ha de ser razonamiento encadenado, esto es= que busca las causas consecutivas, o lo
que es igual, el fundamanlo de la deducción. Para pasar de la opinión aislada como fuente inconexa y azarosa de conocimiento (intuitivo) a la
cienda como conjunto de verdades entrelazadas y seguras, se precisa del método deductívo. No otro sentido puede tener el dirías Mywpí; del "Menón".15
12 9839: - - - ¡cai Sur;-¿pet Bea-¡u; èrw‘rîq ôpôñs 86€»):13 En “601-5.", 463e ss., al dar Platón su opinión sobre la retórica, establece la diferencia entre 'arte' (féxm‘) y “experiencia! (Emmpia) basándose en
el hecho de que esta última no relaciona cada fenómeno con su causa, "no habla de considerar la causa de cada cosa" ( . . . fil” ¿¡¡-riu ¿ma-rm? F5] zxay eîvreïv, 46534-5), por lo cual resulta que la retórica en tanto que es el arte de adular (Romana?) percibe (aigoopéyq) no por comprensión (yyoñga), sino por conjetura (Wºxºº'ºFíWI)' Cf. p. 54 iufm.
14 98a4-5: Toi-ro (IC- 5 airing Àowuîs) S'c'a-riv
ävaîpwltm-
15 Así lo confirma el siguiente pasaje del "Fedro", donde se explica la dife— rencia entre el tipo de comprensión humana y la animal al hablar de los pasajes del alma: — -- &vfipanrov Èvwe'm xar'dfioe Àeyo'pevov & WMV
:'A‘w aîa'fiq'a'ewv eis Ev ¡Neyra/ug) Euvatpoímov (249b8 ss.). Aquí el proceso de reunificación racional viene claramente indicado y Platón procede, además, a relacionan-lo con la doctrina de la anamnesis al declarar a conti-
nuación: "esto es el recuerdo de aquellos (objetos) que, en oln ocasión, viera nuestra alma - - - " (Toi-ro S’êarîv Iivdpvqms ¿xeívmv 3. ror'eïfiev
¿…,—,,, ;, W705
lo'c. cit. 249c1). cf. “Fedón”, 65d-66a, 76od; "Rep.",
5256-5252, 5968!) y "Tech", 148d.
37
interrelations; oniajgnóiealógimr
Hasta cierto punto tiene GraSsi razón al querer ver en “Mcnôn" el dialogo fundamental y fundamentante del sistema platónico,1 pues contiene ín nun las líneas de desarrollo de los principales problemas gnoseológicos de la filosofía de Platón.XL_.as opiniones verdaderas se revelan como fundamento de la ciencia,| y, además de constituida por precedencia cronológica y organización intuitiva, la separan del error, ignorancia o falsa opinión. Sobre este esquema de gradaciones ?y'matices gnoseológicos tan
característico posteriormente del valor de los intermediarios en el sistema platónico,2 se construirá tanto el método científico como la teoría platónica de! conocimiento. Por esa misma condición de fundamento y antecedente
de lo científico, que poseen las opiniones verdaderas, se hace necesario destacar, como se ha visto, las diferencias que existen entre aquellas y el término superior del Proceso cognoscitivo. Tales diferencias, hay que insistir en ello, apenas están esbozadas en este diálogo, pero señalan el
camino para la formulación de un método que permita operar con la seguridad del razonamiento lógico e impida que se escapen los hallazgos fugaces e inestables de la verdad en su primera forma, propia de la opinión. Si, además, las diferencias que aquí se señalan (y más tarde, se organizan) sirven para asegurar el conocimiento superior mediante la fijación de las
opiniones en algo más firme, habra que pensar que no se trata sino de diferencias cuantitatívas o gradatívas sin llegar a afectar la relación de seme— janza o la comunidad de principio que se establece por la base (doctrina de
la anamnesis) entre las opiniones verdaderas y la ciencia. Reaparece el tema del origen común y ûnico de los conocimientos. Agreguemos a este
esquema, que pretende señalar tanto los temas del diálogo directamente revisado cuanto la parte de desarrollo ulterior de aquellos, el aspecto pro-
piamente ontológico que subyace en la doctrina de la anamnesis y en el cariz intuitivo del conocimiento por opiniones; aspecto del que al parecer tan sólo se dan breves indicaciones por exigencias internas de la construcción de la obra en referencia. El propio género del diálogo (flrpaa'fum's‘) ¡
Hasta cierto punto nada más, porque lo que sucede es que Grassi ha exa-
gerado al tomarlo como la expresión completa y cerrada de la metafísica plalónicn. Cf. n. 24, p. 31 “tpm.
z Cf. p. 159 infra. 38
lo obliga a respetar la exigencia formal del tratamiento tematico; port ºtra parte, el tema elegido (cognoscibilidad de la ¿psa-4) en la discusión; afSch muy directamente al orden moral y político; por último, el tratamiento
aporétíoo que dicho tema recibe hace que se centre el diálogo, como se ha señalado, en un plano eminentemente gnoseológico. Pero sería un error interpretativo considerable suponer que Platón no posea ya en este mismo diálogo el esquema cuando menos del orden ontológico siendo precisamente esto lo que le permite tratar los problemas en cuestión del modo indicarlo. El planteamiento del problema central del diálogo posee la doble vertiente
característica de la fase larvada de la teoría de las Formas. Señalamiento ético del problema por parte de Menón e intento de reducción de tal señalamiento al plano ontológico a cargo de Sócrates.3 Es significativo que,
desde el punto de vista de la representación literaria Sócrates actúe en este diálogo como a regañadientesy por condescendencia hacia Menónº en todos aquellos momentos en que se trata de resumir lo discutido o de extraer algún resultado.5 Ello proporciona la pista para sus ulteriores preferencias temáticas en la resolución de problemas de este tipo, pues con Io que deja Platón indicado en este diálogo, hay más que suficiente para
darse cuenta de la existencia de un sistema embrionario que necesitará 3 La antítesis esquemática que anima al "Menón" se mantiene también en “Bang.", pues, si en el primero se trata de confronta: un planteamiento sofis-
tico sobre la virtud con otro platónico sobre la naturaleza o esencia de la virtud, en el segundo de los diálogos citados se polariu la discusión central entre un tipo de saber retórico o sofistico (el de Agatón, cf. 175e) y un saber filosófico, que defiende Sócrates. La distinción capital entre ambos procedimientos discursivos la establece Sócrates en “ q . " , en texto paralelo a los citados de "Men-1611" (86d y 100b, ¿ 1 3 . 4 9 infra): 73 ós- píyuna.
ávanºe'wu 7Q wpcíypan ¡mi ¿: ¡(¿Me-ra… êa'v re 5 051-1015"exam ¿¿y fe ‚w); (198e1 ss.). La explicación para la] reacción dubitativa y crítica frente a los sofistas se encuentra en el planteamiento ontológico que siempre tras-
luce la obra platónica (Cf. 199c5:
"Pin-av ,uÈv Se'or aim-¿v 571858111
510%; nfs e'a'nv ô "Epcos K 7- À…) 4 715' "H Bone? cro; olóv re than."oa'ns Me'vwva. x- 1'- À. 35d“ HAM a'. par ¿yw ñpxov, ¿ Me'vuw, l“? [www ¿pau-ref: ¿M& ¡(al con K 'r À 5
Por lo demás posee este diálogo, como todos los correspondientes a este
período de producción platónica, un equilibrio formal que denota la preocupación teatral de Platón; si del total de paginas (aproximadamente 30: 70a-100c)
se resta la ínterpolación
formada por la invitación a Anita:
(90b-94e), puede escindirse el resto en dos grandes partes no distribuidas simétricamente, pero de longitud aproximadamente igual, según que en ellas predomine el tema platónico (¿809 de virtud: 71e—79e, ala-86€) o el tema sofistico (cognoscibilidad de virtud: 70a-71d, 79e-80e, sóc-901), ”at-final).
39
para su cabal desarrollo de la liquidación de'problemas de método, propiºs del orden del conocimiento. La subyacente trama antológica, que hace referencia a las Formas unificantes, y por la que hubiera querido llevar Sócrates la discusión, se muestra como una veta soterrada en los pasajes 71a: ö rl aror'c'o—ri 1'5 ampli-¡rav ¿paró . . . , 72C: xäy ¿ ”Mai mi mroôawul gig-nr
(.nº. ai ape-rd), Ev ye' 'n. ¿805- rah-3v ¿waa-al. ¿Xona-w . . ., 73C: ¿Zn-ep EV 7€' 71. Cv,-rei; «a.-ä. artiwmv. 74a: . . . r‘qv 3E ¡day, 1'} &&. «dn-mv fairen» êa-n'v . - ., 75a: Tz' ¿º'-rw €”? n15 ”por/JM» ¡(al ¿139€? x. 1-. L., 79b: '01-; ¿poi? Sayºtlwºº
":'o eíareiv 'r‘qv tips-67V x. r. A., 79C: 'n' Eau-W dps-ni . . .; 79d: . . . ¿nrovfrs'vs ¿pe-n)": äh); . . ., 86€: . . . êmxezp'rîa’m/Lev xowÿ ¿'n-reír 'rí tor'éa'rív ¿pifríi
y en especial en los dos siguientes, en los que se destaca la confrontación metodológica que quiere poner de relieve Platón: buscar la naturaleza de una cosa o hablar de las cualidades de esa cosa antes de determinar y conocer su naturaleza, 86d: "Eoura' oír axmrécr ¿var ';ruîôv n' t'a-rw &.pfimu l'a/¿ev ô' 'n' ¿17e y IOÛÏ): rn SE a'atpës— arcpi al’rroü ¿aducen ºrdre, 570.1! ':rpîv urn-m pmrw'r roîs avºpunrats wapa—¡Lyverar apart], vrpo-repov ¿m.xerp-qa'wlrev aura xaº
ŒUTD CUTE“! 'fl. 'II'OT
Las referencias
EG'TLV 547671;-
ontológicas citadas sólo afloran a la superficie del
diálogo en momentos de tensión gnoseológica como índice precisamente de que la resolución de problemas de tal índole sólo puede intentarse a través
de una teoría de la realidad. De hecho, la relación de los niveles ontológico y gnoseológico no se reduce a esas referencias ocasionales; tal relación se mantiene aun en la exposición y tratamiento parcial del sistema a
consecuencia de la profunda compenetración que existe entre el orden del ser y el del conocer en la filosofía platónica. De este modo,\__la teoría de
la_ anamnesis remite tacitarnente a la teoría de las Formas, puesto que la supone y sin ella no sería posible esbozar método alguno de conocimiento;
Resulta, entonces, que si la anamnesis es un proceso de reconstrucción cog— noscitiva, desde el nivel intuitivo hasta el racional, y si se considera, por
otra parte, que los objetos de ese conocimiento siguen siendo los ¿ZS—¡¡, no será posible tomar a éstos como datos u objetos racionales trascendentes,
sino como relaciones dinámicas integradas que, a la par que se van descubriendo en la totalidad del proceso cognoscitivo, van revelândose como términos de ese mismo procesal? doctrina de la anárnnesís mantiene, por consiguiente, estrecha y permanente relación con la teoría de las Formas,
hasta el punto de que, mediante tal relación, es posible proyectar sobre la comprensión de aquella, una interpretación evolucionista que está de acuerdo con el procedimiento genético y, por lo tanto, crítico, que explica en desarrollo la teoría central del sistema platónico; tal como ha hecho Jaeger 40
con la 'fMetafísica" de Aristóteles o Ross con el núcleo de la filosofia de Platón.º . ' Si se señala, con cierta insistencia, la firme conexión entre ambas teo-
rías no se hace sólo por denotar el carácter sistemático y entrabado de la filosofía platónica desde sus comienzos, sino por volver a destacar con referencia a la trama antológica del sistema, los elementos constitutivos del
mismo a partí: de los problemas del conocimiento…y mediante el expediente de la reminiscencia.) O como señala Stefanini: "nel 'Menone' siamo appena all'alba della dottrina delle Idee, che si preannuncia con qualcuno degli elementí essenziali —la visione, la remíniscenm, la totaliti unitaria della
visione— che sararmo rifusi nella dottrína spíegata dei dialoghi della maturiti"!
6 En abierta oposición a las interpretacions más o menos sustancialistas y dogmáticas que, de las Formas platonicas, se han dado; entre las cuales se destacan la de E. Zeller (Die Pbilompbie der Griecbm 11, Leipzig, 1925‘.
pp. 686-698), seguida por C. Peipers (ºntología platonim, Leipzig, 1883, pp. 524 ss.) y F. Tocco (Ricertbe platanitbe, Catanmo, 1876, pam'm), quienes ven en las Formas una 'fuerzaysustancia' que anima y organiza el universo. Contra una interpretación de este cariz, cf. G. M. Bertini, Nuova interpretaba: delle [des plamnitbe, Turin, 1876. Puede asimilirse a este mismo grupo la tendencia interpretativa de G. Teichmueller (Studien zur Gerrbirhíe der Begriffen, Berlin, 1874, pp. 262 ss.), F. Krohn (Def platonin-be Staat, Halle, 1876, p. 244; Die plaloninbe Frage, Halle, 1878,
pp. 167 ss.) y A. Levi (Salle interpretaziane immanenlirtirbe della filomfia di Platon, Turín, s/d.) quienes, a su vez, propugnan una interpretación abiertamente panteísta de las Formas, según la cual éstas son el componente
absoluto de que todo está impregnado. En contra de esta otra interpretación, cf. V. A. Chiappellí, Della interpreraziane panteim'm di Platon, Florencia, 1881, pp. 139 ss. Para bibliografia general sobre las diversas interpretadones de las Formas, cf. G. Capone-Braga (Il mando delle Idee, Milán, 1954”, p. 21, n. 3) y Stefanini (op. cit. I, p. 224 y p. 237, n. 1). 7
Op. cit. I, p. 112.
CAPITULO II
_ÿ LA CONSTITUCION DEL METODO DIALECTICO Y LA ' ATRIBUCION DE LAS FORMAS ("FEDON") 1 __
Inmo'rmlidrzd ¿mímica ] Forum:: diferenciación metodológica " La teoría de la reminiscencia vuelve a ser'utilizada en "Fedón'í con idéntica conexión con que fue empleada en "Menón'j: inmortalidad ¿nímía. La "exhortación persuasiva“ o "justificación” (wapapvºía) de 56crates en este diálogo proporciona diversas verosimilitudes (eixo’u) para
sostener la fe (mia-ng) en la inmortalidad por parte de los que no son filósofos.1 Una de tales razones verosímiles o aproximadas es la que se presenta como se
de“ flue no es otra sino la doctrina de la reminiscencia.
Ahora bien, si la ¿1354113355 sigue teniendo como fundamento propicia la doctrina de la inmortalidad del alma, hay que señalar que en "Fedón"_ no se trabaja con el esquema cerrado de “Menón” respecto a la supervivencia anímím.2 Encuentra, no obstante, la inmortalidad del alma su más fuerte apoyo demostrativo en este diálogo por medio de la teoría de las Formas,
como lo Prueba el sedicente último argumento del diálogo en favor de aquella inmortalidad.a La inmortalidad no se demuestrijgigggngq de esta 1 7051-6: ”A… ‘rofi'ro 8%, ¡'a-us of»: öM‘y‘qs rapapuolas Seîfcu mi. «567609, (I): ¡un re 1', thx), dvroºavóvros 'rofi dvºpa'nrov. ¡(oí ma Simpy E'xet Kai ppóvna-w - - — "'"; wepi. aürûv 'roífaiv flofiÀeL âmpuaoÀoyôpcv du eixös 05m
Éxew elfe ¡mí;
'
2
Tan cerrado realmente que llega a formar un círculo vicioso: probar la in-
5
Cf. 105b—106d.
mortalidad del alma por la reminiscencia y ésta por aquella. Cf. 86b.
42
manera (es decir, por su conexión con la doctrina de las __Fo__r___mas)._____ ni Foams (objeto) ni porque aquella sea unafmâs entre éstas,. sino porque,
ante todo, participa de una Forma etema. Pasa º:?í. e_l alina a_ situarse en una categoría de intermediario o tercer elemento entre lo sensible y lo ¡nteligible.[En esta argumentación definitiva y postrera del “Fedôn"se separte, por analogía, del método filosófico por excelencia, del método dialéctico, del cual se dan las caracteristicas constitutivas,“ mientras que, al hablar de 1a reminiscencia en relación con la inmortalidad del alma (esto es, al re-
producir la situación del "Menón"), se emplea un procedimiento inferior o probabilitario que, a partir de una nueva conversación (Smyvºohoye'm), trata de encontrar lo verosímil de tal teoría. ¿Por qué se practica. tal distinción de relaciones (entre la teoría de la inmortalidad y las de la reminiscencia y Formas) y se llega a tal diferenciación de métodos? Ante todo, porque se persiguen, en el contexto del diálogo en cuestión, objetivos distintos; además, porque la reminiscencia no puede ser fundamento dentro del proceso cognoscitivo superior, como ya se ha indicado, sino de las opiniones rectas. Se persiguen, en primer lugar, diferentes objetivos. Hasta el momento en que hace su aparición en este diálogo la doctrina de la anamnesis, se
ha limitadm‘Sôcrates a presentar su creencia en la inmortalidad del alma; sirve ello para que Cebes, su crítico e inteligente interlocutor pitagórico, le
haga ver que, aun cuando le parezcan excelentes las razones y creencias del condenado a muerte, no puede dejar por eso de reconocer que la mayoría de los hombres son incrédulos con respecto a la supervivencia anímica! Contra tal posición pide Gebes alguna justificación de la creencia socrätim, no una demostración en toda regla, por los momentos;" y si más adelante, utiliga__$ ebrdves (axLaË-çawdapura)
¿Kao-ía.
La clave para el establecimiento de las relaciones transitivas entre las dos series del cuadro anterior la proporciona Platón en 51029-11: La saga; es decir, lo opinable es a lo cognoscible como la imagen al modelo: 86ft:
¿priman
yvóms
ôfwmfucôç ( Öpaußßyv)
1 cr. 508d4-5; sosa-5 y 509b6—8. 2 Cf. so9b7-s.
59
Se infieren de aqui las diversas relaciones que "expresan more 'aritbmetica la misma correlación de la línea platónico: qra’.
'ywiwcs
yvôo'rs
¿mo-nm»;
¿paró
8650,
“&.
«im
Esta sistematización se levanta sobre la imagen utilizada por Platón para describir' al Bien: la analogía con el sol (508C) y la consiguiente distinción entre un mundo visible y otro inteligible (509d) . 3 La dialéctica integral: matemáticas 9 intuición ¿»idílica
La exposición del método dialéctico er; "República" se lleva a cabo en dos principales Pasajes: 1) El relativo a la descripción de la "linea 3 El Bien no es definida por Platón en ningún momento, quizás por lo que tan alusivamente se explica en la "Carta VII", 341C. En "c.", a la pregunta.
de Glaucón (506135): ’AMA‘I m‘,- 81;. ¿ Eu'mparcs, 1r61'epov ¿mafúpalv 'n‘) &yaeèv goût: ¡Ivar î} {ism/filly?) ¿Mo 'n. fläpä Taû'ra; responde Sócrates más adelante declarando su impotencia (05X „lag, 506d9) ante la magnitud del punto a investigar: „' ‚ro-r‘éo-n’ fäyaaéy (506e1) y proponiendo el apla.
'zamiento Jing die de su solución, por más que reservándose sibilinamente
un cierto parecer de lo que debe ser („Ag’oy ydp po; {naive-rag. & ¡ra-rd. fîyv wapoíiaav ¿pp.?yv êçtxe'aflcu foi yc Salmºn-os- ¿poi n‘: viv. 506el-2). En otro pasaje ( S40a) justifica en parte esta renuencia a tratar del Bien en sí
('n‘) &yafiôr ain-dy) por considerarlo asunto de visión personal (îôov): la cual no se alcanza sino en la plena madurez de los cincuenta años y tras
la larga preparación a que deben someterse los ciudadanos del Estado platónico. Aqui, pues, se limita a hablar del "vástago" (é'xyoyoç, rôxoç) del Bien y de su "semejante máximo" (öpnufmfoc), que es el Sol, el cual rdyaºóy e'ye'qa'cv ¿ymyoy (508c1). (Cf. imposibilidad paralela de co-
nocer la naturaleza de la ciencia dialéctica en 532: ss. y cf. nota 15, p. 66 infra). En otros pasajes de la misma obra se alude al Bien en distintas pe—
rífrasis que, sin pretender en ningún momento captar su naturaleza, ayudan a ir estructurando esa imagen que, por via de aproximación, está Platón empeñado en presentar a la contemplación (rip! sé…/) del alma: mi) ¿'m-og
.TÖ tpaváfa'rov (51369); 75 ¿Samaria-mrw
rofl ¿'m-os (52655) Y 1'5
äpw'rov êv Taï: año-¿ (532c6). Tiene, por consiguiente, razón Goldschmidt
al sostener que “il ne faut pas parle: d'un raisonnement définitionnel" (op. cit., p. 294) ya que, como por su parte afirma Cornford, "the appre— hension of it (rc. del Bien) is rather to be thought of as a revolution . . ." ( The Republic of Plata, Oxford, 1955, p. 208). : l
(¡0
de cortes desiguales" (Slob-sue) y 2) El concerniente a la arplidtadón de la alegoría de la caverna (532a-535a) .
En ambos pasajes, aunque en diferente forma, hay que enfrentarsezal
problema de separación que introduce Platón entre los procedimientos operativos de la 'ycwlu'fpía. y las otras técnicas afines de aquella1 y el propio
de la Bm)…c'yeaºai Ema-aim; es lo que se ha dado en llamar "distinción metodológica” de las matemáticas y la Dialéctica. ¿Hasta qué punto puede hablarse de métodºs distintos2 y no más bien de un solo gran método
general, la dialéctica integral, común a ambas disciplinas? En contra de la segunda de estas posibilidades se levanta aparentemente la afirmación pla-
tónica de que "el método dialéctico es el único que, suprimiendo las hipótesis, avanza (viaja)3 hasta el principio ...".4 No se afirma, cierta1 511171: ai min); ¿Sé/Wat 're'xvtu— 2
"The lower section of the intelligible describes the method of the mathemat¡cal sciences the higher method is called Dialectic . . . " , Cºrnford (op.
cit., p. 218); “La méthode des disciplines scientifiques en tant qu'elle diffère de celle de la dialectique ascendante . . .", Loriaux (L’être et la forme Jalon Platon, Bruselas, 1955, p. 84); "Dans la 'République' la dialectique ascen-
dante est expréssement opposée & la méthode des sciences", Vanhoutte (op. cit., p. 54). Hay más cautela en la calificación de Festugière (op cit., p. 169) al preferir "démarche" a "r'néthode", pero reduce toda la Dialéctica en tanto método general e integral al estado de ciencia, propio de la dialéctica supe-
rior, exclusiva de la división: "la premiere démarche appartient aux sciences de la géométrie et des calculs L'autre démarche, au contraire, apputient a la science de la dialectique". Similar cautela expresiva se enmentra en Praechter: “Die Bewusstseinaktion nennt Platon Suivant" (op. cit., p. 272). 5 “Viajar guiado, trasportado" (mapa?…) a través de algo es característico de la Dialéctica y lo que la distingue como" técnica especial en el uso y com-
binación de las Formas. Cf. "Rep." 510b6, "Sof." 253b12 y‘ nota 2 p. 69 y nota 15, p. 155 infra. '
4 553C9-lº: ?] Stoker-rm?) p.e'ºoSos F6") fuí-rn wopeóemt, fè: inm9e'o'ets àwupoûcra, êw’aûn‘yv HW ¿pxúy El termino dvatpoíio'a se ha prestado a discusión por el inmediato fuerte sentido que expresa.
’Awupe'w denota, entre otras cosas, 'hacer desaparecer algo' y por ello algunos editores conieturaron que, puesto que en realidad las hipótesis no son quitadas ni desaparecen porque la Dialéctica se remonta a un principio superior, tenía que existir algún error de lectura. De ahi que se hayan inten-
tado diversos otros textos para suavizar la expresión anterior (registrada mayoritariamente) o para explicar la sentencia desde otros ángulos. Así, por ejemplo, se ha acudido a un manuscrito de Estobeo para leer &vciyova-a»
o se ha pensado en una corrupción de copista y se ha propuesto, sucesiva-
mente, dvape'povo'm &woûa‘a. dvd'lrrovaa. Y âva'povo-a- Ahora bien, como sostiene D. Ross, refiriéndose a este problema (op. cit., p. 55), " . . . it appears 61
mente, de modo absoluto que sea el único método existente, sino que sólº él cumple cierta exigencia. Este es el terreno en el que pudiera apoyarse
la interpretación dual de los métodos preconizados en "República” acuerdo a esa interpretación, uno es el método de las ciencias matemáticas y otro el de la Dialéctica propiamentc dicha. La dualidad registrada es más nominal que real y se funda _en la am-
bigiíedad que la voz 'dialéctica' posee en la terminología platónica de este diálogo. La Dialéctica es tanto la integral, compuesta por los momentos ascenbetter to accept ¿yapo-fran, and to try to find a good sense for it'. Platón propone :uprímir las hipótesis exactamente con el mismo sentirlo
con que Hegel propone, en la explicación del proceso dialéctico, abolir los opuestos: con un sentido de conservación por superación a un estadio, fase 0 momento superior. La semejanza con Hegel no es tan sólo conceptual
(referida al término, desde luego, no a un supuesto proceso dialéctico hegeIiano en Platón), sino que ass...bra :! paralelismo entre la '.cz griega en discusión (ciracpcfiaa) y la alemana. Aufhebung. ¡'A'ººPºlºº' en efecto, es, como auf/Jehan, “levantar“, 'abolir', “prescribir“. Su sentido particular en este pasaje puede repetir la correspondiente aplicación hegeliana para Aufhebung: "was sich aufhebt, wird dadurch nicht zu Nichts . . . ein Aufgehobenen ist ein Vermitteltes; es ist das Nichtseiende, aber als Resultat . . . "(Winam-
rbaft der Iogié, Leipzig, 1948, Ier libro, pp. 95-94). La abolición que Platón pide para las hipótesis es la que proporcionará su fundamentación en
un principio del que todas se deduzcan, pero no ya como tales hipótesis (en lo que han sido negadas) sino como conclusiones de aquel principio
Se
da, por una parte, la elevación (¿vmpám-civaípw) y, por otra, la come-r114ción (01,36…) de las hipótesis que, en tanto tales, son abolida, quitada: (¿vatpova-n). No hay, por consiguiente, necesidad de aceptar la interpreta-
ción exclusivamente "destruccíonista" que dan comentaristas como R. R0binson, quien en The ¿incurre an met/md in Republic 511-512 (moción presentada al Congreso Descartes, 1957, V, p. 108) señala: "dialectic is described in 553c as destroying hypothesis"; el mismo autor, en otro lugar,
sostiene: "Once the anhypotheton has been attained, one need not hypothesize anything any longer Thus Plato is not refering to the destruction of the proposition itself (that may or may not happen), but to the destruc-
tion of our procedure" (Plaid: earlier dialecfir, Oxford, 19532, p. 167). Hay una excesiva concentración en el sentido "abolicionista" del término implicado, cuando, de hecho, lo que se dice en la plenitud de acepciones de ¿valpoíia'm es que las hipótesis se elevan a principio supremo, se conser-
van en tanto conclusiones que se derivan de aquel y se suprimen como mera: hipótesis no fundamentadas intrínsecamente. El paralelismo hegeliano denunciado no es simple referencia para esclarecimiento terminológica, sino que se mantiene; ello explica que sea la misma expresión (ävaipoöaa) la que
posea la doble acción de suprimir y trasmutar a las hipótesis y de elevar, trasladar a la Dialéctica ¿1.- ’ „f,-fi,” rip! ápxúv.
62
dente (mayoyfi) y descendente (smtpmç) cuanto uno de estos-momentos (de hecho, el segundo), separado del otro que—designa por sinécdoque al todo. La división o segundo momento de la Dialéctica se diferenda del primero (o recolección) por la pérdida de la intuición como principio cognoscitivo y la exaltación, en su lugar, de la deducción radonal; tal diferencia interna será la que permitirá, al tomar el término la acepción global del método que lo ha formado, establecer una distincion tajante con las matematicas. Demostrarlo obliga a un rodeo en el análisis del texto señalado en “República". Sucede, en efecto, que las matemáticas y la dialéctica integral poseen el mismo objeto: el ser eterno no sometido a los vaivenes del cambio o
devenir;es la primera es, además, preparación o peldaño de ascenso a la segunda,6 y por último, tanto una como otra utilizan la intuición sensible y la intelectual." Resulta obligado, por consiguiente, matizar tal diferencia-
ción y considerar que, en primer lugar, no es ésta de orden sustantivc:a 5 52755-72‘09 Tofu dei ¿'V'ros' yvóa'ews', ¿M'oñ roû no.-E' TL 'ya‘yvope'vou Kai.
¿frope'vov - - . 'roíi 'yäp dei. ö'vros 1'] yew/urprx-î, 'yvôa'iç ¿(r-riv6 El pasaje (531d8) en que Platón hace de las ciencias matemáticas (geometría, aritmética, astronomía, estereometría, etc.). EI "preludio" ("Pom/day) de la Dialéctica no es el más concluyente para establecer el carácter protréptico de algunas de ellas. Este se establece asi: ante la posibilidad de
que existan ciencias que "conduzcan naturalmente" (¿yum-ce çnîo’er) a la inteligencia pura
(Ma-Lg) tal y como se pregunta en 522e10-52331 (Kw-
Sun/fifa. flîw arpa; fñv vc'vqa'w &yówwv ¡nía-a ¿vai div ¿matinal-u): se concluye que el cálculo (¿www-unit en acepción moderna, 'uitmética'), y la aritmética (¿PLOF-qrwá: “teoría de los números') a
la
verdad”
(535b1'
...
"conducen evidentemente
WWW“. ¿yºya vrpos Móºaav).
7 La ¡en:-¡He, puesto que, como sostiene Rodier (Le: mathématique: et la dialem'que, ed. cit., p 39), "la connaissance des concepts mathématiques a la même origine en nous que celle des Idées"; tal origen no es, en efecto,
otro sino la reminiscencia (Cf. "Men." 321: ss. y "Fedón" 73a) y el ¡necanísmo' que pone a ésta en marcha es la intuición de lo sensible (Cf. pp. 30 ss. mpm). Ross (op. cit., pp. 48 ss.) sostiene el carácter de ambas intuicio-
he (rc. the geometet) nes en el ejemplo platónico, al señalar que would not be able to deduce the properties of the genuine square if he did not see the way in which the elements of a seen or imagined square fit
together. He needs the intuition of spatial figures as well as his axioms, definitions and postulates". La intelectual, pues su pertenencia común a ambas secciones del conoci-
miento superior queda expuesta en 525211 ( . . . oüm 113v aynryôv dv df] ¡au permpevrnxwv ¿m rqv rov ome amv 1; wept ºro ev [1490019) Y en
525c2 ( . n‘iv apiºpu'iv pvc-ems- ¿pintan-a:. rfi vonder. avrfi- -)8 “ . . . il ne résulte . . . entre les objets du raisonnement dialectique et ceux
7
63
puesto que, cuando más, afecta a la dialéctica descendente y, por otra parte, se establece dentro del tipo de conocimiento que ambas.-secciones arrojan y no del método que emplean. La matemática. produce un conocimiento discursivo o razonado (Suivom) y la dialéctica integral (esto es, en tanto método general que culmina en la dencia específica de las Formas), produce, en su fase ascendente, un conocimiento intuitivo directo (¡más…) de acuerdo a la conocida división de funciones cognoscentes correspondientes a los objetos lineales que se establecen en 510a ss. Hay, por lo tanto, una diferencia de conocimiento dentro del desarrollo de un gran método común (Sul/\mrum). La ¡1075n funciona como ciencia de las Formas en si mismas, esto es, destinada a captadas en su unidad esencial, mientras que la Suivom busca
y localiza esas mismas Formas desde el mundo visible, a partir de las imágenes y utilizando para su ascensión hipótesis en tanto tales o en tanto principios. Como se ve, lo que se da es una di crencia catre ambas funciones cognoscentes pero ésta no afecta al resultado común del conocimiento buscado y, por otra parte, se formula cuantitativamente como cuestión de grado entre ambas funciones. De esta manera, el objeto logrado por la vofia‘vs es "más claro" (aaçe'crrepov, 511c4) que el obtenido por la
Suivozafi La delimitación producida por este resultado es consecuencia de du raisonnement mathématique qu'une différence de modalité, et nullement d'essence", J. Moreau,
La
construction de I'ídéalirme
platanirien,
París,
1932, p. 549. 9 Por eso miémo habla Platón del estado hipnótico propio de los que “parecen soñar el ser" (mi): ¿vezpn'rrrova't «cp? 1'5 av: 533C1)- Tal referencia al sueño (¡h-yo;) o conocimiento brumoso y aun fantasmagorial del ser
(de las Formas) se había presentado en 476c4 ss., donde se le atribuía a quienes no admitían la Forma en sí de lo Bello y se había explicado, además, qué
se
entendía POI: ESE sueño. To
OVELPÔTTEW
apa, ou
168€ 5,011.11:
¿"dv-re e'v Inn/(p 119 êa'vr' êypn‘yopmç ºro www m ¡m; ¡o'/¿own … av‘ro fiyfimi ¿y… (_B'eouccv- Similar comparación se hace en "Político", 277d2-4
(Kn/31:11am yap ñluov Exam-09 olov Swap &q
darum-a. mm" av 1ra'‚/\Lv
(Zum-sp ßen-ap dyvoeiy) y ello le ha servido a Rodier (op. cit., p. 55, nota 2) para considerarlo como "recours à la réminiscence", lo cual es negado por
Festugiére (op. cit., p. 190 y nota 2, p. 189) quien piensa que “le ”morceau n'a nullement ce sens: l'opposition Evap-fiwap 'songe durant le sommeilvision en état de veille', d'où 'rêve-réallté', est un thème proverbial . . . " y por Vanhoutte (op. cit., p. 101, nota 3) quien considera que "le texte relève plutôt de la série suivante: Lyr. 218c, Tbêet. 208b, Pbéd. 89bc, Phil. 16b, Lair, 654e". La imagen utilizada por Platón no se queda sólo en lo alegórico sino que posee semánticamente la fuerza del contraste entre "ver en sueños“ (¿yapóa'ºm) y 'ver en vigilia' (¡$-¡mp tasty) que es, de
una diferenciación cuantitativa y por ello no hay dificultad en integrar ambos campos en el concepto generico de '!ciencias eidéticas”.1° "
La consecuencia general es que “a. las Formas se llega desde los ob— jetos sensibles por la intuición directa complementada con la razon disansiva “ y en las Formas se fundamenta una cicada propia de ellas en cuanto hecho, y por extensión, ver en realidad, de realidad y la realidad, la cual por lo mismo, es algo máximamente visible o vísualizable (¿Sos. ¡Sé“).
Platón, por cierto, queda preso de la _fueiza de su propia imagen, pues aunque el objeto de ambos estados sea el mismo (Formas) tiene que evitar el término cmos para no incurrir en el contrasentido de "lo visible" no visto, sino entrevisto, y por eso afirma que lo qîîe se entrevé, se sueña o ensueña es el ser, pao no las Formas, pues éstas por su propia condi-
ción de visualidad no serían “soñables”. 10
Se mantiene de esta manera el criterio introducido en las pp. 59-60 mpm
relativo a la bíunivocidad de la correspondencia de las zonas señaladas por la línea. Lo que pasa es que“ la zona de las Formas recibe un doble tratamiento en la sección cognoscible: por variar; y por Swim)… registrándose así la posición de cada una y su propia distinción interna: a) la voúagg:
1'3 Sºn.?) ërepov, fè êr’àpxîyv dvmráºerov, ¿¿ înrofie'a’ews îoûaa. ¡tal ¿va: ¿wrap c'xc'ivo (B‘- el caso de la Suivom.) ¿león/mv, añroïç ¡78601 St’aü'rôv 1911! 1115008011 wozovpÉVq (51056-9)- T3 roll/uv È‘rrpov pull/011,115 rpñyu. 1-06 yam-m? l\c'yov‘ra'. p.: 791779 95 mii-69 ¿ )tóyos- c'nrrs'rcu Tñ foi] SLaÀe'yea'flaL väpcu 1&9 {nroßc'a'ete rozotffuvoe of»: :ipxâs. ma 1:15 ¿'m {mafia-as. olov émfldaaç 're mi ¿plan-s. iva. [.LE'XPL ‘roü &moßc'fov (¡5Sta PºSÍ'-'¡Óll final º término de la investigación, lo absoluto e incondicional que se basta a si mismo —'rc‘) âmolaemy— es el equivalente, en este diálogo, de lo que
en "Fedón" (íOlel) se denomina, con expresión más juridical, 'n. îxayo‘v. Cf. Ross, oP- (¡t-» P- 53) Evi HIV foi vravröc &px‘îlv ¡lim ällléßevoc m’nîyc.
ra'ÀLv añ %;(¿Iuvos 'rú'w êxa'w'ç êxope'vwv. 0171109 èrî Tshirt—311! Kamßaivn 020-0q 1ravra'.1ra‚ow 015302 rpoaxópwvos, &M'c'íSeaw mºrral; SL ’aürôv si: «în—à. mu “À:—wii sie e'z'ö‘r; (511bc)- b) la Sail/om. 'ro [LEV at:-rofl 1o 167€ Wºw… ws ¿mio-w xpœpêwl My {rn-tiv avayxcíterm. ¿¿ wrofle'a'cœv. mm Ear ’âpxm/ ropaje/¿m, … º em. “¿ev-n,]!- (51054-.6) Cf 51112-7; C) la diferencia entre ambas: ¡.Le'vrm, Boum Stopz'ÿav a'agaco‘fepov emu
1-5 info ri}; 'rofi SzaÀe'yeaÔaL ému—Trium flrü ¿'In-or ¡(al vom-m?— 0wpoópevov ¡; 'n‘) fnrö râ‘w fexvûv xaÀoupc'vwv, als ai r‘nrofle'a'eæ dpxaí(511c3-7).
11
Diès, en su introducción a la ed. Budé de "Rep." propone la forzada traducción de "pensée moyenne" para Suívow, ('pensée médíatrice', 'pensée médíatisante' sugiere, por su parte, I.. Robin al comentar esta traducción: Le: raptor“ de l'être et de la ruminant: d'aprè: Plazo", París, 1957, p. 17) y rechaza la consagrada de "connaissance discursive" por considerar que "ce dernier terme est trompeur, la dialectique n'étant encore pleinement intuitive qu'à son terme: progresmt, sí l'on veut, d'intuitíons partielles en intuitions plus larges, elle est encore, en cette mesure, díscursíve" (10c.
'.65
tales. y apta para un conocimiento decididamente intuitivo: inteligencia pura. El método general que conviene a emba…—¡ciencias es la" dialéctica. ' ' ¿x;—745". 'ro Suki-yacht)“ en tanto procedimiento operato ' ra sobre el Conocimiento directo de mientras que la ciencia que se las Formas es ¡, mî ¿“traté-yaaa» ¿'n-MW,.“ La dificultad interpretativa acerca de la distinción entre método cien— tífico y método dialéctico 1‘ ha de ser referida a la ambigiíedad que introduce Platón en “República" en el término mismo de dialéctica, como se ha pretendido mostrar.15 Tal ambigiiedad responde, a su vez, a la valoración parcial de uno de los dos momentos constitutivos de la dialéctica. integral, el
atinente a Ia Smtpea'ls que, a partir del señalamiento de límites cognosci¿tivos y de los objetos sobre los que esos versan, se revelará como la parte de la Dialéctica apta para el conocimiento interno y especifico de las Formas.
De ahí, su constitución en dencia ” y su ulterior auge como Procedimiento autónomo (en "Sofista”) que permite la deducción de los máximos obmit,. p. v x ) . De aceptar la distinción entre dialéctica integral (que com-
12
prende & Slave…) y ciencia dialéctica o Dialéctica mitm ¡mm se mantendría la nota de 'cliscursiva' para Szdvow, y se evitarían diferenciaciones tan sutilmente contradictorias como la citada. la dialéctica integral como arte de conversar (en su forma verbal propia:
SLaÀe'ycafia') puede ser una simple 'ocupaaön (17 1-06 SLaÀe'yea’ÔaL «paypar-da), ".Teet” 161e6, que Dies traduce por “entretien dialectique", Jowett por "art of dialectic" y Comford por "business of philosophic conversation". 13
511c3.
14 “ºntológico" según la expresión de Vanhoutte (op. cit., título). 15 Ambigûedad de la que, por otra parte, no se halla exenta la obra platónica en términos tan capitales como el aquí analizado. En "Carta VH", 342a7-d2,
habla Platón de los grados de conocimiento (cinco, en conjunto) que es necesario recorrer para alcanzar la ciencia (¿“WWM); ahora bien, la cienmisma es, a la vez, uno de esos grados o modºs (el cuarto, entre la imagen —¿'¿'8…)Loy— y el objeto mismo" _… «WJ—') y la culminación o perfección («Mac) de todos, como se desprende del texto citado, sobre todo, 542e1-3,
343e1-3. 16 Es explícito el interés de Platón por reservar el nombre de 'ciencia' (¿q.-w"ll—º'?) :: la parte superior o estricta de la Dialéctica como se infiere del pa-
saje, no totalmente desarrollado en sus consecuencias, que se registra en 553d4: "¡ lo que no lo es plenamente se le ha dado el nombre de ciencia muchas veces por seguir la costumbre, cuando por su condición de intermediario deberia tener otro nombre, más claro que el de 855… pero más
oscuro que El d e ema-n,…" ‘ (¿e bran-rims p.e'v 70AM“: rrpoo'ez'vrolav 81.11. ºro caos-, Sc'ovrm SE ovo'pm'oe Mov. évnpyca'rc'pov ¡La! 17 Sófqe. ávpo' n'pov 82 ñ Marítim)-
66
jetos de investigación filosófica. Como subraya Rodier," "la division. apparait ici (se refiere al pasaje cit., 511b, J. N.) comme le Plus important des deux moments de la dialectique et le 591mm soit vraiment rationnel”. Pretender enfrentar, en tanto métodos absolutamente distintos, a la Dialéctica“
con las ciencias matemáticas es ignorar todo _el complejo aspecto de la dife-º' renciacíón interna de la Dialéctica y sólo puede hacerse dando de lado la concepción integral de aquella, que Platón ha desarrollado desde “Menón” ' y que'i queda incontrovertiblemente sancionada en el pasaje definitivo con que se cierra la conversación relativa al Bien, a las distinciones zonales
onto-gnOseOlógicas y a la escala pedagógica de las ciencias. Expresa allí “ Platón la relación en que quedan finalmente la Dialéctica y las ciencias señaladas, afirmando que la primera es como e'l'º'remate" o "montera" (aptyxóg)
que se le pone a las segundas. Ahora bien, lo que remata y culmina una pared, la albardilla, friso o cornisa (äpryxéc) en que ésta termina no sólo es parte integrante del conjunto formado porla pared o muro, sino que conviene, en tanto parte superior de-la obra, a toda ella Por eso es su término ('re'Àos). No hay duda alguna de que Platón se refiere con esto a la dia-
léctica integral, en conjunto.” Adquiere plena importancia ese texto en la interpretación del punto tratado al recordar que, por otra parte, Platón evita
realizar en "República" la compleja tarea de establecer la naturaleza o función (rpóvros) de la potencia dialéctica, sus divisiones y procedimientos en tanto ciencia autónomaºo Confirmación de lo antes expresado, ya que sólo de lo que es disciplina independiente pueden formularse métodos (¿Sci. cf. 532e1) pues ante la petición que contiene tales aspectos a dilucidar, declara Platón la imposibilidad de que el interlocutor del momento le acompañe.21 Imposibilidad fundada, a su vez, sobre la ya denunciada en 506e acerca de la naturaleza del Bien,22 es decir, que si
se pudiera captar la función específica y las propiedades constitutivasy métodos propios de la ciencia dialéctica, se poseería de una vez la visión 17
Op. cit., p. 45.
19
Emplea el término sustantivado Salem-uni y no el verbal que aplica propiamente (Cf. 511a y nota 12, p. 66 mpra) a la Smipemg, parte de la
(ua—wep flpcyxoç fois ‚141.917t 17 Salem 18 $34e2: *Ap'm'iv Soxe'i o'ol. mc); ¡"iv ¿mimo Kc'ia'ºat, Kai ovxe'r ’â'ÀÀo Tom-ov ”¿amm aren't-¿pm opacº); äv c'm'rweaficu, ¿Mº exczv 17817 rams fè. 1-67 ;mßrnßéwv; Dialéctica.
_
20 552d10-62: Ae'ye oiiv fís- ô 'rpáwos ‘n'); mi) Swhc'yca'ºat Swim; Kai ¡mºra. :roîa. Si; GIS?) drán-mimi, Kai “rives— aii 580€21 532e5-533a1: Dime—n oli); 1" Ecru. dxoMuºeiv— 22
Cf. nota 3, p. 60 .mpra.
algara directa y real del principio superior y no sólo su imagen como, por
de las limitadamente se "pretende.“ Ello “remata”, a su vez, "el problema
rélaciones entre matemáticas ly Dialéctica._
4 La ¿able proyección de la Dialéctica: recolección y mâlirir
Si la Dialéctica, en tanto conjunto o método general de conocimiento aplicable a los objetos superiores, engloba propedéuticamente a las Ciencias
matemáticas, mientras que la Dialéctica, en tanto división racional de los objetos superiores, una vez conocidos éstos, es ciencia excluyente de aquellas, puede entonces sostenerse la distinción capital, diversas veces apuntada, entre carácter intuitivo de la dialéctica ascendente y deductive de la
descendente? Es más: podrá afirmarse que la fundamentación de tal separación de funciones cognoscitivas, que versan, sin embargo, sobre el mismo el objeto, es causa de la especialización que afectará a la diviJián, hasta
punto de convertirla en método par excellence de las Formas y provocar
así, en cierto modo y por sinécdoque, la confusión con la dialéctica integral, pues la parcial (smipgmç), una vez destacada, queda como la Dialéctica por antonomasia.
Será necesario, por consiguiente, prestar suficiente atención en los dos pasajes ya referidos de “República" a las características diferenciales de ambos momentos dialécticos (wmyumÿ-swtpem), pues de ellas surge la preferencia de uno sobre otro con respecto al estudio de las Formas. El proceso de ascenso que efectúa el alma hacia las entidades superiores viene registrado por la doble operación correspondiente a la sección inteligible (…,-¡»)y Toll-15) que expone Platón en 510b luego de mostrar la
disposición de la sección visible. De acuerdo a tal proceso es necesario, en 23 l
Cf. 533a}. "La pensée dialectique transcende bien ce champ étroit (entre los primeros
principios y las consecuencias, J. N.) pa: la limite supérieure, elle ne le fait cependant pas d'emblée, mais elle évolue, elle se ment, elle aussi, de
Arrivée là, degré en degré jusqu'à arrive: enfin dans l'inconditionné elle est intuition pure, mais en s'acheminant vers cette fin lointaine, elle emprunte son mode de fonctionnement à la pensée discursive”, Ch. Mugler,
Platon fl la deben/ae mathématique de ron époque (Estrasburgo-Zurich.
1945, pp. 291-292).
primer término, tratar de buscar, desde hipótesis (cmzv àvaydem ¿¿
¡'mºáaewy), el llegar a una conclusión (roßmops’m . . . art “Am-viv)! Sucede que, además, con el mismo punto de partida
(¿E inroOéaem)
se llega al principio anhípotético (n‘: êfr'âpxîp ¿mafiºsa-ov) que sanciona
por jerarquía superior el orden de los objetos inteligibles. La primera de estas operaciones de la Dialéctica se corresponde con las dos primeras reglas registradas en "Fedón" 10111 y la segunda, con la tercera de aquellas reglas.a Trabajar con hipótesis no fundamentadas, esto es, tomándolas como principios, requiere el àpbyo' intuitivo externo que le proporcionan los
objetos reales? objetos que, a su vez, en la otra sección (¿par—¡¡ fomi) fueron imitados,5 es decir, eran originales, y producían, por su parte, 2
Lo de llegar 'a través de un viaje', ‘ser trasportado' (ropeéæo) seré imagen favorita de Platón con referencia a la Dialéctica, la cual se mantiene en
este mismo diálogo (cf. 553c9) y se prolonga hasta "Sci.", 255b12. Cf. nota 3, p. 61 rupra y nota 15 p. 153 infra.
3 Cf. pp. 51-52 supra. De acuerdo a la interpretación de Ross (op. cit., p. 49), Platón habría
expresado así lo" que las dos teorias modernas de la matemática (intuicionismo-formalismo) se disputan en la explicación genética de esta ciencia: "Thus Plato opposes in advance two theories which have found favour in modern times —the empirical theory represented by Mill, which holds
that geometry is an inductive science reasoning from observation of sensible figures and reaching approximately true generalimtions about them, and the rationalisfic or logistic theory which regards geometry as proceeding by pure reasoning alone from axioms, definitions, and postulates relating to perfect geometrical figures, without any need for spatial intuitio ". 5
510b4: «roîç 161: ”¿Piaggiº-w. la
lectura ¡“Fried-01,1! que da únicamente el ma-
nuscrito Paririnur 1807 A frente a "Macaw (Vindobonemi: 55F) Y a rpnfleimv (Par. 1810W) es la preferida por la mayoría de los editores
críticos contemporáneos, desde Cobo: y Herman-¡(ed. teubneríana) hasta Campbell, Adam, Chambry y Cornford. Aparte del valor general rcconocido del manuscrito A (Cf. E. Chambry, Etablinemenl dt! texte, Platon: Oeuvres“ compléter, t. VI, Budé, Paris, 1947, pp. aucxvm ss.; P. M. Scbuhl, Tram-
mim'on de texte: pbilompbíquer, Paris, 1960, pp. 52-63, y en general, H. Allíne, Histoire du texte de Platon, Paris, 1915), puede ser apoyada tal preferencia por el hecho de que un comentarista de la talla de Prado lo haya registrado y debe razonarse, además, como lo ha hecho Robin, observando que "avec le texte traditionnel
(mi; fé,-¿ ‚Magic-„y), l'âme se servirait
des divisions, qui ont été alors opérées. comme d'images. Mais quel intéret y aurait-il ?: noter que la pensée mathématique recourt comme à des images à une classe de réalités déjà caractérisées comme imaginaires?" (op. cit. pp. 13-14).
69
un,/¡genes. Líneas adelante (510€) describe Platón «tale; ¡objetos,Áque. son los matemáticos (par, irnpar,=:. figums, triángulos, etc.), los cuales se caracterizan por ser "Formas visibles” (dpwfac'va. c181,, 510d4). Sobre estas Formas, obtenida: por intuición,º se procede de acuerdo a razón (robe Ào'yovç 1repi aürôv romina, 510d5) para poder formular verdades de tipo científico, esto es, conclusiones acerca de los objetos visibles.
El paso dado desde "Menón", en forma de ascenso hacia realidades supe6
El intuicionismo propio del momento ascendente queda registrado en numerosos pasajes de “Rep.", de los cuales los más significativos son: 1) El alma
clava la: aier, se detiene (an-9550777110 en las cosas iluminada! (maximum) por la verdad y por el ser (508d4-5); 2) El prisionero liberado de la ca— verna tiene que habituarse a la luz (‘,—(7,5) para ver (¿pil/) los objetos verdaderos, esto es, para ver (”WO“) el mundo superior. Lo hará mirando (xaºopígi) primero las sombras, después las imágenes de los hombres y de otros objetos y luego éstos; contemplando (ewig-mm) luego el cielo ÿ mirando de frente ("Pºº'BMWNÚ la luz de los astros y la luna, llegará a mirar desde arriba (K…-¿3.3330 y a contemplar (ºcéano-9…) al mismo Sol (515e8-516b6); 3 ) El prisionero sube al mundo superior a contemplar (Oéay) lo que contiene (517b4-5); 4 ) La Forma de Bien, apenas visible (¡¿¿—¡u,— ¿Pao-a…), una vez vista (clásica.) se presenta como la causa de todo lo recto y lo bello; 5 ) E1 instrumento (Spyayoy) que posee el alma para ejercitar la facultad de conocer, similar a un ojo (0o am“), debe apar-
tarse de lo pasajero hasta que (518c9-10) sea capaz de soportar la visión del ser y de lo más brillante del ser (la); dv eig 1-3 ¿y ¡(a), ºroíj ö'v‘roc 'n‘)
pavôm-rov Swen-'); 'ys'wlraz àvaa-xe'a-Ûu ºem/¿¿m- Este es el pasaje del que Heidegger en Platon: Lee/Jr: van der Wahrheit, Berna, 1947, traduce la expresión roi? ¿'m-os 1-3 çapôm—roy por “das Erscheinendste (Scheinsamste) des Seienden", ad loc. p. 38); 6) Para ver fácilmente (mflöeiv ôêov) la Forma de Bien, el alma debe dirigirse hacia el lugar en donde está el más dichoso de los entes, al que debe contemplar, mirar (ZBEZV) por todos los medios (526e2-6); 7) El estudio de las ciencias eleva lo mejor del alma a la contemplación (ag.…) de lo más excelente en los entes (552c5-6); 8) Por
último, al dejar en la sombra, la naturaleza, división y métodºs de la Dialéctica propiamente tal (SZSd-e), advierte Sócrates a Glaucón que, si tal sc supiera, no sólo captada la imagen del Bien, sino que vería ((Son) al Bien de verdad (533a3). Por otra parte, si se atiende a la nota de capta-
ción íntima e inmediata de su objeto, la intuición registrada por la Dialéctica. no puede ser más expresiva, pues: a) El dialéctico trata de captar la “encía dc cada cosa (mÏvfl‘) 3 Earn! ¿xau-row öppäw 53237); de aprehender por la inteligencia la esencia del Bien (nö-r?) 5 ¿'a-ny &yaûôy ¿aq-¡i ¡logía-¿:.
MB". 53151) Y lº) Quien posee el verdadero amor a la ciencia (5 ye aufm; ¡mpeg,-) debe tratar de asir, ponerle la mano encima (apago…) a la naturaleza de cada cosa; debe acercarse tanto al ser verdadero («Maniacs
'? lfm 6mm) que cohabitará con él (IW/‘t?) para engendrar la intelinew: y ll verdad. (490a9-b5). 10
riores guiados por un método que parte de un procedimiento (por hipótesis) e indica. un término (conclusiones), consiste en el proceso de un nivel de conocimientos abstractos que permite operar la reducción de lorparticular sensible a la unidad formal del“ objeto. Por eso se agrega que los maternátícos, que emplean un método como el descrito, no tratan directamente con los objetos materiales que las figuras visibles representan sino con aquellos otros a lºs que éstas se asemejan" Es decir, razonan acerca del cuadrado en si (n‘: mpnya'wov m'rro'v), de la diagonal en sí, etc., y no, como sucedía en "Menón", sobre el particular caso de un cuadrado acerca. del
cual se plantea un problema. Los objetos propios de esta primera fase de la dialéctica ascendente son vistos (may) con visión intelectual («rfi Sluvoiq.) que, por su mismo carácter de imermediaria,‘
señalado por el
prefijo Sui, asegura una intuición indirecta.9 La reducción de las hipótesis a principios obliga… " la fundamentación extrínseca en las formas visibles 0 en sus imágenes;10 queda, entonces,
7 510d5-6! m’: mp? roií'mv (JT- ‘rä. ópwjie'va ¿Su) vooiijLevoz, nM'e'xeívmv rép:. aios mira. ê'ouce511d42 Mfi‘fflvä TL—
9 510622 . . - Toñi-ais pE'v ¿:s timimi! añ Xpópevor. Çqroûwës 're m'm‘z êxeîva (“'— riSq) ¡Seis! ä cinc à'v ¿Mus 1801. ns 1‘) ‘rfi 81.41w10 Reducir hipótesis a principios o, como dice Platón, la obligación que tiene el espíritu en su investigación de utilizar hipótesis sin ir al principio (im-o-
aérea:. 8 ’ dvnyxafope'mv ¡[¡uxijv ¡(pija-90.1, «cpl Tüv {15e nii-mii. m’»: èr' ¿pmp tom», suas-5), es una ¡muera de expresar que se admite como dato la existencia de ciertos objetos o de ciertas propiedades. Que existen triángulos, números pares e impares, diagonales, etc. y que no se cuestione
por la existencia misma de tales entidades, significa que se está tomando una" hipótesis (la de la existencia de tales objetos) por principio (su existencia misma). ¿Cuál es, en tal caso, el fundamento o apoyo de Ita! hipótesis? Obviamente, la comprobación en el mundo smsorial (0 en la capa-
cidad representativa que de aquel tenga el espiritu) de la existencia de los objetos sobre los que se levantan las hipótesis de sus respectivas existencias; tratase, pues, de una fundamentación extrínseca no sólo por proyectarse en
el nivel objetivo con respecto al formal, sino por evitar la consideración de las hipótesis en tanto hipótesis y tomarlas como principios, verdades evidente:, que se aceptan en forma de dato. Por el contrario, al descansar
tan sólo en las hipótesis en tanto tales, hay que encontrar una fundamentación intrínseca de las mismas que las sustente y mtcnga como tales hipótesis; esto es, habrá que afianzar el dato de existencia, que las hipótesis suponen, en otra existencia tan real que, a su vez, no precise de fundamentación
y que, al mismo tiempo, contenga la de las hipótesis que en ella se apoyan ontológimmente. Ross (op. cit., pp. 50 ss.) ha señalado el carácter “existenÍ
f
71
reducido el método a lo ya postulado en "Fedón",u esto es, al establccÍmiento de una consistencia interna entre las hipótesis empleadas y las ,.èondusiones obtenidas en base a aquellas. Posee tal procedimiento, por una “parte, el inconveniente de fundamentar sus postulados en “la visibilidad" de los objetos sobre los que trabaja, y adolece, por otra, de la inestabilidad de un sistema sin fundamentación lógica intrínseca. O dicho con términos
platónicos: "examinar sin remontarse a un principio”): Para que la talón misma (ein); 6 My“), a través de la potencia dialéctica (‚fi Sau/\e'ysafigc Suvdpa), llegue a alcanzar, a tocar, a poner la mano encima, a aprehender
(Em-opus - drm) los objetos de la segunda operación sobre la que se desarrolla el trabajo del alma en la…sección.inteligible,'es preciso que se prescinde de la limitada fundamentación extrínseca (que toma a las hipótesis por principios y lo apoya todo en la intuición de las Formas) y que se busque ¿m,Báoae re mi ¿…un ese principio superior y no postulado, tan íntimamente relacionado con los objetos de la investigación que, a su vez, es uno de ellos en tanto Forma de Bien, y que asegurará el descenso u obtención de las Formas por deducción interna de éstas. Culminnrá tal descenso también en una conclusión (¿wz mmmív) la cual, por su parte,
será consecuencia final de un principio superior lógicamente encadenado. La formulación teórica del método en su parte descendente es tan rigurosa en "República" que llega a establecer todas las condiciones de aplicación
ideal de la Dialéctica sin alcanzar la aplicación misma; señala el programa de acción del método y lo hace de acuerdo a un esquema lógico de precisión exagerada,” dentro del cual la primera de las normas que se señalan es la relativa a la absoluta eliminación de todo dato o recurso sensible du— cial' de las hipótesis platonicas: "It is natural to suppose that the assumptions (rc. the hypothesis) are assumptions of the existence of these things, not assumptions of their definitions;
and this view derives some confirmation
from the fact that Aristotle, who was probaby following the Platonic tradition, uses the word ¡musgº-¿gg expressely (in An. Part. 72a18-24) to mean
the assumptions of existence which are basic to the sciences, as distinguished 11
from the (‚PW-‚wi or definitions which are equally basic". Cf. pp. 51-52 supra.
12 5111111 'rô pi] èr’âpx'bv ävsÄfiäv-rce akon-civ13 Hasta el punto de que, en el momento en que a partir de "Fedro" comience a producirse la aplicación del eSquema al cuerpo vivo de las Formas, o se tropezará con dificultades o se Violas-é una de las normas lógicas aquí introducidas, pues la condición esencial de las Formas (unicidad, inmovilidad,
incomunicabilidad, etc.) impedirá por definición la intercomunicación operativa del descenso y obligará a intentar una deducción exterior de las mismas. Cf. pp. 85 ss. infra. 72
rante el proceso deductivo formal: away-rig, wawcí'lrmv oñci wpoaxópevos.” ¿Cuál es el resultado de tal planteamiento teórico? El logro de'una ciencia (propiamente, la filosofía; nominalmente, la Dialéctica) de precisa y limitada dedicación a las Formas, es decir, a su objeto constituyente:
". . . a fin de que . . . alcanzado (n'. tocado) éste (se. el principio) des— cienda (rc. el razonamiento) inversamente, llevando consigo (rc. siguiendo,
considerando) las (n'. Formas) que se deducen (.nº. siguen) de aquel, hasta un fin, sin acudir en absoluto a nada sensible, sino a las Formas mismas, pasando de unas a otras y terminando en Fo¡.'1'_na.s”.15
5 La ordenación eidétira, fundamento del análisis dialéctica
El pleno desarrollo del mecanismo deductivo así delineado teóricamente no pertenece al tema de investigación que lleva a cabo el programa particular de "República”. En principio, la intención pedagógica del diálogo se satisface con la descripción, ubicación y valoración de las ciencias que han de utilizarse en la educación de los filósofºs-gobernantes; con ello se deja el terreno de las caracterizadones internas y completas de dichas ciencias y se trabaja en la zona eminentemente teórica de la exposición de disciplinas y método. En "República” se presentan, pues, tan sólo los 14
Cf. 511b10.
t'a/aims a'ôrfis (If- fi); &pxñs), miÄw m': êxôlu'vos 15 Sll-CZI "Im fôv intime (1T- eiSé'W ) êxofu'vmv. of:-ms ¿ari "Mur-¡71! (Il—'- ¿ Myers) xaraflaivg. alaflqfê nava-¿www 0153c rpoaxu'aptvoe, &M’eïâarw aii-fois SL'ai'mTw cie aim}, Kai rcÀaJrâ ¡is ¿87- En el descenso que efcctûa el enc-prisionero de la caverna (Cf. 516e, 517d, 518a, 520c), _llega _at’m más
lejos de lo aquí programado, pues reconocerá hasta las mismas imágenes (1-5, ¿Sólo) en lo que son, en su realidad (fi-¡m ¿ºm-¿). Es decir, el des-
censo trasciende allí las Forms y llega al mundo sensible. Plantea esto de
raíz el problema del paralelismo entre la imagen 'de la línea y la alegoría de la caverna. Hay indicios para suponer que tal paralelismo ha sido un tanto forzado; en efecto, la relación más íntima entre ambos es la que pa— rece desprenderse de la expresión: Tºñi-qu míwy
r)”: ciné… . . . "Pº"
cum-¿ov &mumv foie Ëmrpoa'fiev Áryope'vois (517a9-b1) y ésta ha. sido precisamente la más controvertida, pues cuando más, se establece la analogía entre caverna e imagen de Bien, reforzada con elementos descriptivos de la línea (Cf. Robinson, op. cit., pp. 151-213; D. Ross, op. cit., pp. 70 ss.;
H. W. B. Joseph, Knowledge and the Good in Plato’: Republic,- P. M. Schuhl, la fobulau'on platonicienne, París, 1947).
75
rasgos generales no aplicados de la Dialéctica aún no constituida en ciencia
específica1 de las entidades formales superiores. La. disciplina suprema aspirará a captar metódicamente la esencia (oüaîa, 1i am) decada—cosa: .T685 1m“; . . oûôeîç ¡”Liv &Mwßnnja'ec ‚\e'yova'w ¿e ai’rfoû velada-fou mi ö €u1w"é'xamv m'nc ¿'My ns êmxapeî uc'OoSog 5815 up) saw-11‘):Jmpfio’mew-a
No hay, pues, cambio temático alguno con respecto al desarrollo general que del método dialéctico viene registrándose desde “Fedón”, pues tanto como método integral cuanto como ciencia autónoma, su objetivo es la
captación de las Formas, expresadas en lo abstracto que a todas conviene por los términos anniv“ y ofim’a.‘ Se mantiene, en el orden teórico, la pos-
tulación de un ámbito real, no empírico y trascendente sobre el que versan las técnicas de investigación, hacia el que tienden las ciencias superiores y con el que se resuelven los problemas de conocimiento y se ordenan los distintos rasgos que éste permite trazar al socaire de la solución de esos problemas, La importancia del establecimiento de una discipline. dirigida prímordialmente al logro de la deducción correcta 5 radica en los Problemas que, tanto-ias relaciones del principio anhipotético con las Formas como
éstas entre si, van a engendrar.
Se ha pretendido ver en la formulación de un principio superior el 1 Es lo que Vanhoutte denomina “método sintético' en conjunto que, para seguir con su terminología, se descompone, a su vez, en “dialéctica menor' (aplicada, sobre todo, en "Fedro") y “dialéctica mayor’ (utilizada a partir
de "Parménides"). Para el autor citado es todo esto consecuencia del abandono de la dialéctica ascendente (“método intuitivo') y, a partir de tal tesis, se pretende "montrer que Platon y (.fr. entre " edro" y "Parménidcs") ramène toute la dialectique des Idées à ce qu'elle ist réellement: 'une méthode de définition au moyen de concepts abstraits. Ainsi se constitue une dialectique mineure”
(op. cit., p. 91). No es de considerar ahora el aspecto
"logicista" que preside este razonamiento y que constituye, de hecho, el nervio de la tesis de Vanhoutte; se trata sólo de reforzar el carácter de
ciencia autónoma que recibe la dialéctica descendente a partir de este momento:
"il apparait suffisamment
que la méthode scientifique tends
vers une complete autonomie. Ce que reviendrait à dire que, délaissant l'intuition des Idées et . . . l'experience sensible . . . elle remplit cet entredeux qu’est l'abstrait" (ad lot. p. 98). .2 Cf. 535b1-2.
3 Cf. sau-b, saab y "Pedro" 265d. 4 (ï. 534a—b-c. 5 Cf. "Fedro" 266b3-c1, 265d3-e3 y pp. 93 ss. infra, donde puede comprobarse que lo esencial de la deducción no es la obtención por proceso reduplioativo de las mismas Formas que se reunieron en el ascenso hacia el principio su-
74
retorno metodológico a la'vié'jiiºflínea 'fisio'lo'gista del‘°’apx‚;"cosmolögi'co'° en contra de la posición indeterminista del eleatismo." Aunque en apoyo de "tal interpretación está el hëcho innegable de que Platón presenta a la Forma de Bien no sólo como fundamento gnoseológico de las otras Formas (fatia rognonmdi) sino, ante todo, como principio ontológico determinante
(ratio errendí) de las mismas,“ en realidad, cualquier atribución del papel que desempeña la Forma de Bien en la filosofía platónica ha de contar con las dificultades que surgm en la misma "República" a consecuencia de las contradicciones en que, por la ubicación de dicha Forma, se incurre. La exposición de tales contradicciones no es nueva,. pero conviene destacar
que van a producir en buena medida los cambios que, a partir de "Parménides”, registra la temática platónica. Sitúa Platón a la Forma de Bien en "República" tan por encima 1° de las otras Formas que aquella no lo es Propiamente, pues carece de la ereiggialidad que necesariamente exige la definición de Forma V la carac-
teriza.“u " ' Tal." distancia ontológica fundamental va a marcar una oposición muy acusada entre el bloque de Formas, de una Parte, y el Bien de otra; esta
diferencia radical ha sido impuesta en el universo de las Formas Platónicas a consecuencia de tener que fundamentar las hipótesis de la dialéctica ascendente en algún principio, que por definición, sea anhipote'tico. Lo que es igual: la fundamentación de la Dialéctica y su constitución parcial en ciencia autónoma producen la separación antológica radical entre Formas y Bien. perior, sino que se haga tal deducción de amel-do ¡ géneros, por articulacio_ nes naturales. 6 Cf. Loríaux, op. cit., pp. 101-103.
7 Representada por el método cíclico que abiertamente postula Parménides ºº frag 5 del Poem: 'Ewov Se ¡mi ¿º'-rw. para-096v à'pfnuat Kur- À8 9 10
Cf. 509b6-10. Cf. Vanhoutte, op. cit., p. 63. Pues aunque el ser (oficia) y hasta la existencia (¿ya) les sean "añadidos" o "pegados” (‚manga/m, cf. el verso atribuido ¡ Crítias: M,,Sèy 57” Raum:?! mim-a wpéa'ca'n trahi) par la Forma de Bien a los "objetos cognoscibles" (oi y¿y…g,_l_1_e1 __como la de la: reminiscencia, se reducirá a límites de conocimiento inferior, no científico,
por depender de lo empírico como de estímulo para la evocación de inte-
lecciones pre—adquiridas. Mientras las Formas han sido presentadas Como razón inmediata de
la diversidad empírica (innatismo eidético), la reminiscencia ha podido trabajar con lo segundo para alcanzar las realidades superiores A1 quedar separadas Formas y sensible, como consecuencia de las dificultades de la
participación (trascendentalismo eidético), cualquier explicación por vía inmediata que utilice a Io sensible aun subordinadamente, deja de ajustarse a las realidades superiores, esto es, deja de ser explicación del tipo de conocimiento científico. Considerado de esta manera, cobra cierta significación lo que puede
aparecer como relleno forzado dentro del diálogo: la inclusión, debatida largamente, de la mayéutica'. Si Platón revisa una teoría como esta, tan conectada con el innatismo eidético, y lo hace antes de proceder a formular definiciones del conocimiento científico, ha de tomarse como adverten-
cia de que o bien tales definiciones no podrán ajustarse al objetivo propuesto o bien han de evitar el paso por la zona empírica para cuinplir
con el objetivo señalado. Lo primero es marcar límites al conocimiento entre lo empírico y lo inteligible8 y lo segundo es volver a reproducir el 7 _ Cf.— "Pedro”. 265d y pp. 85 ss. .rupra. 8
Porque, de hecho, en "Teetetos", más que una eliminación o rechazo de
unas esferas de conocimiento, lo que pretende Platón es establecer los límite: externa: e interna: de los tipos respectivos de conocimiento, de acuerdo a los tipos respectivos de ser sobre los que aquellos se levantan. Tales límites pueden, sucintamente, ser descritos asi: límites modale: (internos) del conocimiento: reconocimiento de diferentes realidades ontológicas; límites materia/e: (externos) del conocimiento: necesidad de las Formas y preparación para la postulación de una nueva realidad (cierto No-ser). Los lími125.
estado de crisis de la participación. De hecho, se dan ambas posiciones
en Mago y sobre ellas liay que tratar de captar su sentido esencial. supermanencia, explica la conLa reproducción de la crisis, mejor dícho,su
dición aporética de la obra,º mientras que la delimitación gnoseolögica es el resultado de la revisión general del método para la captación de las Formas.) Del conjunto del diálogo pueden extraerse algunas conclusiones de
acuerdo a lo arriba indicado'Tä” 15“q_u"eîëspecta al mundo inteligible es obvio que Platón está convencido de que sin Formas no hay posibilidad
de conocimiento científico, lo cual equivale a una reafirmación de la conclusión de la primera parte del "Parménides'.‘ En lo atinente al mundo sensible, se impone considerar que es precisoconcederle una cierta clase
de conocimiento si se quiere evitar, por ejemplo, el escollo de una rigida concepción eleática del socratismo (escuela megárica), que Postularía, entre otras cosas, la absoluta imposibilidad del error 1° con todas sus consetes del conocimiento, determinados a su vez por los modos del centramiento
gnoseológico _del "Teetetos", no se establecen en detrimento absoluto de la. zona de lo empírico, sino más bien en su beneficio. Dicho de otra manera: lo que en este aspecto demuestra "Teetetos" es que, desde el punto de vista del conocer, no son excluyentes ni opuestos los órdenes sensible-inteligible, sino diferentes. Sin esta modificación en la base gnoseológica le hubiera sido difícil a Platón vencer las resistencias que irá a encontrar en "Sufism" al tratar de formular un planteamiento similar en la zona ontología, dirigido a obtener el reconocimiento de la existencia de un cierto No-ser (que
se reducirá, de modo similar, a alteridad del ser. Cf. pp. 170 ss. infra). Todo' esto se podria expresar también afirmando que la diferencia que establece _ "Teetetos" entre un conocimiento superior —propío de las Formas— y otro
inferior —propio de las imágenes y fenómenos del devenir—» es el antecedente necesario para el establecimiento de una diferencia semejante entre
m [Ilene (tºtalmente real: 'n‘: eîÀpl-Vôs‘ 5y. "Rep-" 4785; 16 mmm; 3v. "Sci.," 242a) y m
otro (intermedio: ¡»'Nº-3, "Sotº.", 239C; aliemdo: 1-6
TO‘U gyros- CTEPOV, ".,Sof" 2 5 7 b ) . Cf. ].
A.
Nufio, Ser y
tartare! en la
fila-
sofía platónica, 'Episteme', Caracas, 1958, 11, pp. 231 ss.
9
Basándose en ella, ciertos autores han llegado hasta clasificado entre los
diálogos socráticos. Así, A. Goedeckemeyer, que antepone "Tectetos" a "Menón" (Cf. Die Reihenfolge der plataninben Srbriftm, 'Arch. f. Gesch. d. Philosophie', xv, 1909, 4, pp. 435-438) y Goldschmidt, que la sitúa entre los cinco primeros diálogos aporéticos:"'Eutifr6n", "Hipias Mayor", "Cir-
mides", "Laques” y "Lisis" (Cf. op. cit., pp. 32-91). lo Plutón lleva a cabo en "Teetetos" las cinco siguientes aproximaciones para solucionar el problema de la posibilidad de la falsa opinión: 1) Confusión entre lo que se sabe _y lo que no se sabe (187e188c); 2) Confusión de una
cuencias. En lo relativo al método preconizado para la obtención de un conocimiento científico (Dialéctica), es posible entrever ya que ésta que-
dará desplazada hacia la deducción racional de las Formas y terminará por perder de vista la localización de las mismas a partir de lo sensible. Esto es; se acentúa la importancia de la dialéctica descendente en detrimento de la 011104710711)
cosa con otra (189b-190e); 3) Error de memoria (doblemente considerado: 190e-195b y 196d-199c); 4) Ajuste o desajuste de la percepción con el pensamiento (195b196c) y 5) Intercambio de piezas del conocimiento (199c200d). La solucíón definitiva aguardará hasta "Sofista", pues es imposible resolver el problems del error sin la previa postulación de algún tipo de no-ser:
"The 'Sophistes' continues directly what have been put in the 'I'hæetctus’: 1) the determination of the highest genera, being those ¡comí we cannot grasp with perception . . . ; 11) the question of way]; 8559,, whichis answer. ed. in the 'Sophistes'", De Vogel, op. cit., 1, p. 258. Cf. Nuño, op. cit., pp. 257-260.
127
LA DIALECTICA CRITICA: COMUNICACION Y DEDUCCION RACIONAL DE LAS FORMAS
CAPITULO VII
LA ESPECIALIZACION DEDUCTIVA DEL METODO DIALECTICO ("SOFISTA") l.
La unidad metodológica en el diálogo
Se ha aceptado desde hace tiempo la división estructural del “Sofista” en las dos grandes partes de la cáscara y la
almendra,1 esto es, las defi-
niciones del sofista y la demostración de la posibilidad del error que conlleva, a su vez, la demostración de la realidad del No-ser a través de la
posibilidad de la comunicación eidética. Aunque la aceptación de esta
estructura dual no resuelve el problema relativo al centro o tema principal del diálogo,2 ayuda a comprender la digresión fundamental practicada sobre la sexta definición“ y obliga a establecer un nexo interpretativo entre ambas partes. 1 Tradicional desde Gomperz: "Der ‘Sophist’ besteht aus zwu' scheinbar ganz disparaten Teilen, einer umschlíessmden Schulz und einem von- dieser umschlossenen Kern" (Griecb. Denker, u, Leipzig, 1903, p. 452), aunque no exclusiva de él. Cf. Schleiermachet, Platon: Werke, Berlin, 1804-1810, 11, pp. 136 ss. y H. Bonítz, Platanircbe Studien, Berlín, 1886“, p. 168.
2 La corriente interpretativa sistemática se fija en el problema del error y su especial tratamiento, mientras que la línea de interpretación histórica resalta
más bien la confrontación de los sofistas. Son éstas las tendencias interpretativas dominante; que no arduyen otros intentos de comprensión general
del sentido del diálogo, tales como los que hacen depender este del "Tectetos" en lo que respecta a la investigación sobre la mim-ala: del conocer.
Para una visión general del aspecto doxogrifico del "Sot", cf. Stefanini, op. cit. 11, pp. 245-246, n. 3.
3 25224-26413, casi las tres cuartas partes dela obra. 151
Si se atiende únicamente -a la composición exterior del ¡diálogo, el nexo
aludido será de orden temâtico. La finalidad del "Sofista" es capturaral sujeto histórico que le da nombre y ello no responde únicamente a una
exigencia accidental o a un enfrentamiento profesional, sino que se trata de solventar, por el sesgo de lo histórico, el problema fundamental del error. Ahora bien, al demostrar la posibilidad del error se diversifica la investigación en tres planos: 1), _El contingente-material_:_ definición del personaje que se esconde a las miradas del investigador;* 2) El lógico-
epistemológíco: posibilidad de aplicar la cuestión del error a la opinión y al discurso y de distinguir entre 865a, M709, Suívow. y mwuaía, Cºn su doble registro valorativo: anais, ¡pe—98.5; y 3) Elontológicmhistórico: postulación de un cierto No-ser (Tis pi, ô'y) que es alteridad (Ma-spay) del Ser
y que significa poner a prueba (,Baaaw’Çew) la tesis del padre Parménides y llegar, finalmente, a sol-¡repasar con mucho su prohibición metodológica.5 De hecho, estos tres planos cubren íntegramente el diálogo, puesto que el primero. se registra de 218b a 237a y de 246b a final (268d); el segundo abarca de 259d a 264b y el resto (237a-259d) está dedicado al tercero. Quedan, no obstante, como tres estadios que no llegan necesaria-
mente a organizarse en un todo compenetrado a consecuencia de haber destacado únicamente el nexo temático o externo que une a las definiciones con el problema del error a través del No-ser. Por el contrario, si se considera el diálogo en su relación interna o de método es posible lograr una visión más orgánica del mismo sin perder con ello la riqueza temática señalada en los planos antes mencionados. La unidad del diálogo es consecuencia de la identidad de procedimiento que se establece entre la división practicada en el paradigma del pasador de cañaº y la que se lleva a cabo en las definiciones del sofista. Este
procedimiento de técnica divisoria no es prºpiamente la Dialéctica, lo cual pareciera excluir de la totalidad orgánica del diálogo a la parte correspondiente al tratamiento del problema del No-ser. Pero si se atiende al aspecto capital de la comunicación de las Formas, paso fundamental para la demostración de la existencia del No-ser, se comprende que la dialéctica
descendente, que opera y dirige la comunicación genérica, fundamenta
4 236C3-d3i 'O SE ye ¡mi rór'ñppeyvóovv. EV arore'pq. 13v aoçw‘rîïv Gere'ov oû'ôê vñv mo Sum/‚W.:. Osama-9a; capas, W'ó'vms Öavpacrös‘ ¿.p Kal Kan8á'v wayxcíkevros. ¿wei Kai. vûv ¡rika cô ¡tai ¡(om/Jós- ¿is ä'1mpov cidos Stepeuvúaaoºut Kafmre'pevyev5
258C7-8:
6
218c—221c: mung-unis.
152
.. .
Hap/Levis” FAKPO‘I'E'PG)?
ffis &roppfl'a'gwç K - 1-. À.
cualquier técnica divisoria aplicada a una unica Forma. Quiere decirse con ello que la Dialéctica, en tanto deducción racional de las Formas que establece su comunicación, es condición de .poríbilidad ' de todas las divisiones que se practiquen en cada Forma singular-º y de todas las asocia-' ciones que se logren con ellas.º
' …
La unidad estructural del diálogo puede ser establecida a través del hilo conductor metodológico que va, en lo exporitivo, del paradigma a la. comunicación pasando por la definición, y en lo curativo 0 fundammtmte,
de la comunicación a la definición, tras utilizar el paradigma. 2
La: dividen” y el paradigma El recurso del paradigma no es esencialmente nuevo en los procedimientos platónicos del logro de definiciones ni se limita su empleo a los dialogos finales (*“Sofista”, "Político"). En cierto modo, y como lo señaló Rodier,1 la utilización de un paradigma es el equivalente técnico y organizado (por la división empleada) de los Procesos generales de inducción (¿socrática?) Practicada a través de la reminiscencia.2 En cualquier caso,
la forma de división utiliuda en el paradigma de “Sofista” lo hace depender estrechamente de "Fedro” 265d—e y a este respecto no hay sino com-
parar “Polítíco” 287c5 ” con “Fedro" 265e1-2 para que resalte aquí también la relación metódica denunciada. Aun admitiendo la diferencia entre “método por hipótesis" y “método por división" que introduce Goldschmidt4 para designar las dos fases correspondientes al empleo de ejercicios en la obra Platónica, hay que reconocer que el Procedimiento fue eminentemente [_7) Ciencia suprema.: ”¿yw-'n, ¿vu-Lamp”, 253C4-5.
253c2-5:
more o-uppeíyvvaºac Sum-& rival., mi mi).“! Ey mis 31m.-
'pe'oeo'w ei. 81.’ :))—(ov arepa, 17’s Smpe'aews Jun.; H
9 253e1-2: . . . 5 Te ¡(ummm—iv Emm &îwmu Kai 51m mi. Smplvav Kara 'ye'vos, inforo.cºm.Op. cit., p. 55, n. 2.
2 En “Palit." se dice que “cada uno de nosotros sabe todo como en un sueño y al despertar encuentra no saber nada": ‚‘,/Lay ¿Kao-mg °o amp ¿Mg ¿mt/ra mim-'no mí)—w ¿WEP_131TGp âyvoeîv, 277d3-4- Para nmplîaciôn del tema del sueño en la obra platónica comentada, cf. nota 9, p. 64 supra. 3 ¡(ara p.e'À'q roww win-as (“'- re'xvas) oiov‘cepeiov Smpépeºa uc 'r- À4
Cf. Le paradigme dan: la dialectique Malaria-¡entre, Paris, 1947, p . 1 5 y Le:
dialogue: de Platon, idem, pp.123-128.
133
personal hasta el punto de que se ha llegado a sostener que el empleo de gün‘conocimiegto significa tales recursos indirectos para el logroj & “qu’un tableau de métaphores .. . aboutig. n fin ile-compte, a un résumé du platcmisme".5 Resulta, por lo mismo, ¿incorrecta la'afirmación de Shorey °
acerca de que “the formal dichotomies of the 'fSophist' and 'Politicus'
lend these diaIOgues a very un-Pl'atonic aspect"; este autor trató de cir-
nes cunscribir el procedimiento dicotómico d£. los paradigmas y definicio a un período tardío de Platôn.’
Por otra parte, como sei-¡ala el mismo Gddscbmídt," los ejercicios y muy especialmente los de divisiones eran cosa corriente entre lºs jóve—
nes estudiantes de la Academia y aunque a algunos de éstos no les resul-
tarea, al parecer, muy de su agrado,9 la mayoría los practicó con entusiasmo
como gimnasia intelectual indispensable para llegar al método dialéctico.
El fragmento del Cómico Epicrates,lº que Diès reproduce in extensa y tra-. duce en su 'Notice' al "I—‘olîti'coÜUL no puede ser más revelador acerca del abuso dc— las dívisionc'. en la Academia, las cuales llegaron a registrarse en una especie de murales 0 divisiones escritas (yeypanpévaz &qe’aas) criticados también por Aristóteles al Principio de su “De Partibus Animalium". La importancia de los paradigmas dentro del platonismo inmediato queda puesta de relieve con el título de una obra atribuida a Espeusipo: Hepi yen/6v eZËêV 'lrupaôaypdrwv.” Toda esta devoción hacia lºs ejercicios
previos es una prueba del gran respeto de Platón por el método dialéctico propiamente dicho y cllo reafirma lo indicado acerca de que una cosa
es la Dialéctica en tanto ciencia de las Formas y otra la división dicotómica S P. Louis, Le: métaphore: de Platon, Paris, 1945, P- 1316
Op. cit., p. 50.
7 Por más que en op. cit. n. 377, p. 51, contradice él mismo tal tesis al demostrar la vinculación entre “Fedro" 265d y las ulteriºres divisiones; las
palabras finales ad loc. refutan, asi, aquellas anteriores: "we cannot expect Plato
to repeat himself
verbatim. But
these variations have little or no
significance for the evolution of his thought". 8
Op. cit., p. 14, nota 3.
9 Aristóteles se empeñó, por más que no con mucho éxito, en probar que el procedimiento dicotómico presupone más que establece la definición. Cf. Anal. Priv., 31; Anal. Port., Il, 5 y De Part. Anim, 1, 2 ss.
10 Cit. por “Atenea", u, 59d (vol. I, p. 139, ed. Kaibel). 11 Ed. Budé, Paris, 1935, pp. xxvn-xxvm. 12 Según Diógenes Lnercio (IV, 1, 5 ) ; para más detalles acerca de este aspecto, cf. P. Lang. De Speuríppi academic-í :cfiptir; «min; fragmenta, Bonn, 1911 y para el tema general de los ejercicios, cf. Diès, op. cit., pp. xxw-xxx.
134
'
pra ¡cada en el terreno intermedio Forma-sensible. Los paradigmas Sóñ.
*!
cuando más, disciplina propedéutica a aquella, como de manera manifiesta señala Platón en "República cta-” "pues no pensaras ni siquiera que.los ver-I sados en éstas (rc. ciencias) sean dialécticos".1°
El empleo del paradigma en “Sofista” en tanto ejercicio previo 1‘ a _la definición directa del personaje, está sujeto a ciertas reglas prácticas
que señalan'la necesidad de comenzar por lo pequeño y fácil (¿y ajuxpois Kn}. ¿gico-¿v) antes de abordar los grandes tema!/(¿y aû'roîs‘ rats- pc'yamls). Resulta, sin embargo, que las notas de facilidad y pequeñez no son las
únicas razones para elegir, a título de paradigma, el del pescador de caña; la elección de tal ejemplo no es arbitraria, puesto que hay un nexo entre ambos personajes, que los hace ser parientes.15 Metodológicamenfe consi-
derada,vla afinidad que se va a establecer entre el paradigma y el tema superior servirá para desarrollar una teoría general del paradigma, ya que se sientan las bases para plantearse el problema del metaparadigma (paradigma del paradigma).“ Al levantamiento de tal teoría se aplica Platón en "Politica".17 Pero, desde un punto de vista práctico, inmediato, la relación de parentesco (a-uyye'ma), establecida entre el pescador de caña (paradigma) y el sofista (gran tema a definir), va a servir para formular la primera definición del segundo: swam-15g, cazador, con lo que se
sabe que pertenece al mismo grupo del pescador, al clasificado en el “arte adquisitivo" (¿ …me. re’xm). Se tiene asegurada, de esta manera, la correspondencia entre paradigma y definición y se procederá, entonces, a practicar en la segunda una división similar a la operada en el primero. La división dicotómioa (Síxa swípcmg) viene formulada en "Sofista"
de modo incompleto, pues se limita allí Platón a hacer una sola recomendación: “marchar siempre sobre la parte derecha del corte" practicado “por escisión en dos sobre el género propuesto".18 En "Político”, por el contrario, se amplia más la descripción del procedimiento dicotómico; ante todo, se recomendará dividir por mitades (si); ,u'zmv) y no "sutilizar"
(Àerflmpycîy) demasiado mediante cortes desiguales que separan porciones 15 14 15 16
551d10-e1: m’: yäp mw Soxoûm ye’ O'OL ai Taifa. Servei 3…moi ¿mi.. 218d1 55-1 fè rpôrepov ¿v a;.uxpois K- 1'- À.221d7-8: ’Ap’ô arpos 056v ñyvoojxajuv 1-ds fôv MPa. övm 0117795)“Polit.", 277d9—10: Hapaâa'yparos añ [LOL mal ‘n‘: wapdSay/m at'm‘) 858'¡(cv
17 Cf. 277d-279b y 285a-286b
18 264d10-e2: . . . axial/Te; Szxfi 'n‘) 'n-po'refiév ye'vosg mpelfeaºtu ¡card. mimi 35505. del pe'pos roii fp'qºc'vros155
Pequeñas de las grandes." De esta manera hay__más posibilidades de encontra: las notas específicas (wan) para apgehenderlas rectamente, con toda" precisión.”º Hay que evitar, además, los‘_'‚_japté'$ura_.f1_1iientos y practicar la división con tranquilidad para poder hacerlo bien," esto es, para no "quemar
etapas".21 En resumen: selección de las diferencias específicas; descripción exhaustiva del género y registro completo de cada parte en que aquel se divide. Si a esto se agrega la regla del £Filebo" acerca de la economia del método,” se poseerá la descripción de conjunto de las prescripciones
platonicas sobre la división. Los resultados obtenidos en "Sofista"” mediante el procedimiento dicotómico descrito son:
a)
Para el paradigma arte de la pesca (àmraÀLem-m‘q re'xm,
219a—221c):
ríxm '— — - — J -
romrucfi
¿___-_“
‚cm.-ua;
f _ _ —_/____
¡te.-aBÁ-qnxó xetpwnk'rí &ywvw-nxrí T
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rpov-ríu. ámMmruaí 19 262a10-b1: M1‘7 ap.…pôv [Lôpwv EV Wpös ¡lº/¿M Kºi “lº… àçatpôptv " ' zo
262b3-7:
21
aw dpa,}; Ex.!)
„am„ Esau; dv ns vrpoarvyxdm-
264Î9.b4 : LB) fºívuy ¿"Málaga, . . .
wpa; Emu/ru. dflofiÀE'llluVTES:
FÜSÈ
ovrcva'awcs. ¡va, 31‘] mx?) 751115516911. arpa; rfi urolu‘rmfi ° ' ' ol'lx ¡1015s 63
22
Suupoüvme úvuxc'vai BpaBuî'repov - -
lódS—S: ;wrä. ‚day (::. 185'”) Mo. si me doi, a-xmrcïv, si 8% p.?) Tpeïî 5 me. ¡¡Muy dpgayéy. según Diès, "principe d'économie, âme de toute méthode" (ed. Budé de “Polít.”, p. 49, n. 1).
23 Cf. Dr Vast-l. Greek Pbilompby I, Leiden, 1957', pp. 246-247 .
136
b)
Para. la, definición: arte de la
221022313): ' " " '
sofístim (aopumxù 16%»),
' '
, "
'
Tim
r — L — :rçz'qruc'ri ¡(n)-run; r—Á—x
waBMmú xapwfmñ '
r—'º—-w &‘yœvwmtfi Öqpcvfucfi [__—_—
ºrípa "TW w v {009119119} “loan/JW} ¿Wwººvpuºí J I npwfieu‘rwr;
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Tüv &ypr'mv ñpepoº'qq' F
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_
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Saipoçopunÿ [.ua'flupvcvnxvi F
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A
—
ñ
¡(am…—r; copan-un; 3
La: definicion: del ¡afina y .m nexo con el método ¿ff ”¡ Las seis primeras definiciones del sofista se obtienen partiendo del mismo género superior utilizado para la clasificación de las especies y sub— especies del pescador y les convienen los cuatro primeros géneros logrados en el paradigma; se cºnfirma así el carácter necesario de la relación paradigma-definición. De acuerdo al resumen que de ellas da el diálogo en
251C, las definiciones quedan como sigue: 1.
“CaZador interesado en jóvenes ricos” (ve'uw ¡mi wrÀovm'wv Ewan: anpe-unis);
2. "Especie de comerciante al por mayor en las ciencias propias del 137
:lma" (Epmpäs 'rts 1r€pl 152.711; We WM") ;“
"Comerciante al por menor 'en las mismas ciencias" ' (“Pl “¡'n-ñ, raûfaxa'mykos); “Pmductot y vendedor de las mismas ciencias" (asma-¿»Ane mp? “rä [aoû/Lara);
"Especie de atleta que, en el arte de la disputa (erístia) lucha. por el discurso (logos)" 6.
(rfis' âywvw'flk'ñs amp}. Äöyous fis ¿ºkm-ñ; Tüv êpurmcÿv fêxmïv); "Alguien que purifica el alma de las opiniones que obstaculiZan
n las ciencias" (Soáíw s’luroälfwv paêfipaqtv rep} ¡[¡ux'ñv ¡(cºup-rip añróv).
Si tu: seis primeras definiciones son todas obtenidas a partir de un m…… ¿(:…-m (Km.—ua; rim), la séptima1 será lograda a través de un _¡mhín lc ¿?:-;… (recopila, 7535147). Ahora bien, para que tal cambio sea po.Me ('; mamario partir de la nociôn de #44qq a la que llega Platón '. ¡unir de la. quinta definición. En ella, en efecto, el sofista es calificado Ju tir.—LM-iqxd; o "contradictor", pero para ser realmente un contradictor absoluto. esto es, para poder "producir (crear) todo",2 que es la forma contradictoria de negarlo todo, hay que poseer la técnica ímitativa (Mim-m“; ran,), la cual, a su vez, presupone el aparecer (fè çaûreaôaz) y el parecer ¡¡¡! .rer, Iii! decir verdad (fè Soxeîv,
rival SE 1.6], Ital 'n‘) Às'yszv [1.3V ¿'m
¿Mºr? SE „;)). Y de tal plano de apariencia se llega-al fundamento del No-ser, es decir, a plantear la cuestión de la posibilidad del ser del No-ser. Se establece de esta manera el nexo entre las definiciones y el plano ontológico del diálogo a través del procedimiento paradigmático descrito. A partir,
por consiguiente, de la quinta definición se logrará resolver el problema de la predicación (verdad-falsedad), utilizando para ello la rigurosidad deductiva de la- Dialéctica. Pero el hecho de que otra de tales definiciones, la sexta, haga al parecer referencia aislada a Sócrates, sirve también 1
"Imitador del
sabio" (lu/1,117)”
105 170706), esto es, quien posee el "arte
de la contradicción que, por la parte irónica de lo aperiencial, es mirnético y, por el género simulador, pertenece a la creación de imágenes": TB 8%;
'n'); :'vavnowowhoymñs cîpœvucoü ¡Lc'povs 'rñs Sagan-rmi}: ‚ulmflxöv. 'roii çavmo-rmoü ye'vovs ¿mi ‘n‘}; eÏSœÀomturñs (268: lº-d1)- º lº que es igual: "la parte no divina, sino humana de la creación., que determina la milngn-rin
cn los discursos":
oí- aeïoy m’âvflpmmxôv ri}; rot/60508
àçwpwpu'vov ¿v )tó'yors 'n‘) GauparozrauKBV pôpzov (263d1'5)2 234M! mirra. nouill-
138
para comprender la evolución del método dialéctico y su decidido empleo" deductivo en esta fase del sistema. -. Ha sido 'Cbrhl’orda quien ha” señalado la relación de la sexta definíción con el Sócrates histórico al prooeder a refutar a aquellos comentaristas”
que “have held that all the Divisions define on'e class of historical persons from different approaches, and even that all the definitions are ‘adequate’ ".“ Sostiene el autor citado que, ante el intento de adscribir un personaje“ o grupo de personajes de la sofística a-cada definición, hay que levantar
la objeción de que "there never existed any class of persons who could be characterised by the sixth definition", puesto que “the cathartic art of the sixth Division was practised by Socrates alone . . . Division VI does not define any type of Sophist, but give a serious and even eloquent analysis of the purifying elem/m: as practised by Socrates himself". Sin intentar siquiera entrar en el aspecto de la inconsistencia de que adolece la clasificación histórica de Cornford efecto de separar demasiado a Sócrates de los restantes sofistas, conviene, sin embargo, fijarse en _el contenido metodológico de la sexta definición relacionada de alguna manera con 56crates. El propósito de la catarsis allí ofrecida es el de purgar el alma
de la falsa idea de sabiduría 5 para que se abra paso la verdadera ciencia. Ahora bien, es propio del Platôn socrático hacer hincapié en la presentación de teorías como la de la reminiscencia que presuponen un innatismo
gnoseológico y que obligan a una profilaxia de opiniones para que, por vía inductiva, surja la verdad en el conocimiento. A tal procedimiento
catártico-inductivo se agrega la Dialéctica y la verdadera dîferencîa entre ambos métodos queda puesta de relieve mediante la elevación de la Suu’pcm: a'método superior y racional del conocer científico, propio de las 3 Cf. Plato’: theºry of knowledge, Londres, 19572, pp. 172 ss. 4 Ad loc.; los afectados por esta crítica son, ante todo, von Wilamowitz (op. cit., pp. 445 ss.) y Stefanini (op. cit., u, p. 194), aunque también, pero en otra medida, pudiera incluirse en tal grupo a ]. Eberz (Ueber den Philosophie de: Platam, Diès (Autom- de Platon, las definiciones se tendía (Introd. :: ed. española
Wurzburgo, 1902) ya que este autor, según señala ed. cit., p. 347), sostuvo la tesis de que con todas a criticar a un solo sofista: Aristóteles. Cf. A. Tovar de "Safi", Madrid, 1959, p. xr).
5 Piocedimiento catar-tico que llega hasta Cicerón, a través de los estoioos, emuladores de lo natural, y que en aquel toma la forma de las "sen-¡ina innata virtutum", similares a las xau/& é'wom de la Stoa. Cf. Cicerón, De
finibru, V, 18, 43, donde se establece la tesis pesimista de la necesidad de la filosofía para que los gérmenes o semillas de la virtud, depositados en el hombre de modo natural, puedan desarrollarse libremente.
'
139
Formas.“ &Esta diferencia importante viene determinada por una consideración ontológica subyacente. Para el Platón de los diálogos anteriores a "Patménides”, las Formas se presentaban aisladas unas con respecto de otras por lo que habia que buscarlas a partir de los objetos sensibles (vía ascendente) sobre los que aquellas se proyectaban. Pero "Parménides" ha mostrado la imposibilidad de concebir aisladamente ¡¡ las Formas; en consecuencia, a partir de ese punto crucial, Platón se dedica a perseguir la
clave del procedimiento que le permita obtener la relación interna de los objetos superiores del conocimiento, esto es, su deducción racional. ’ 4
La quinta definición y m nexo con el problema de la predicación 'AVnAo-ymcíg, "contra—dictar" o "refutador" es una de las especies 0 subgéneros que le. convienen al sofistn por el procedimiento dicotómico del género superior,l que es el de "disputación" o äppw'ß'qmflxo'v, es decir, propiamente "controversia".2 ¿La controversia tiene dos partes: Sumi/más,
lo propio de una “controversia judicial” o “disputación forense" y ¿m— Aoymóg, que es lo que caracteriza a la "controversia particular" º de pre6 Como ha observado Ross (op. cit., pp. 116-117), “in the Sap/Jing: and the Politica: 'collection' is never treated as a separate part of the process, the ' "word WW, a, ’ does not occur, and though the word a-uyufyq, often occurs
(Sap/:. 224c9, 230b6, zslds; Pal. 267b6, 273c5, 308:6, 31m, cl), it is only once (Sop/J. 267151) used of the colection of species into a genus. TI.—ve whale ¡tren fall: on the proc-e:: of divixiau" (subrayado J. N.). 1
La
sinonimia
de yévoreïàorîôéa
es algo plenamente establecido desde-
Gomperz (op. cit. u, p. 598) y Rodier (op. cit., pp. 59-60) en contra de la tesis logicista de Lutoslawski (op. cit., pp. 398 ss.) que se basó en el uso creciente de 75’", para sostener la conceptualización de las Formas platónicas y la consiguiente pérdida de su trascendencia y subsistencia. En nuestros días, Loriaux (op. cit., pp. 163 ss.) insiste sobre la equivalencia terminológica: "on ne s'étonnera pas de voir ici (rc. "Sat.", 253bc) Ie terme yá… substitué à celui d'eïayl ou ¡Sé… Depuis les premiers exposés de la
dialectique descendante, on a en tendance ¿ examiner les Formes, non plus dans le fait de leur existence qui leur est commun à toutes, mais dans ce qui les distingue les unes des autres, c'est-à-dire dans leur essence. Ici encore elles sont plutôt consideréee de cette façon. Mais cela n’exclut pas qu'elles répresentent encore des existants. Le tenue de ye'w, équivaut tout
simplement à ceux d'ús” ou má…". 2 ¿pompa—rán: tirar, ir, saltar cada uno por su lado.
5 22558-9! Tö S’c'v ¡Sims mi ¡(al KamKeKepMm-wpe'vov ¿pan—¡jaca vrpôs ¿nominas ;uîw eiür’apcaa : : q ¿Mo mh‘yy &wzÀo'yaxôv;
MO
guntas y. respuestas._Deterrninar plenamente la esencia del "contradictor" será el paso siguiente en el cerco tendido al sofista que, de tal-&vwós,
pasa a ser caracterizado como "especie de brujo (charlatán: yúys) imitador de las cosas, de lo real".. Para llegara esto ha sido necesario efectlmr aquel cambio de género aludido y admitir que el sofista se sitúa no sólo dentro
del género adquisitivo sino también en el productivo o creador; al final del diálogo se logrará _la definición correcta del personaje volviendo a este
género y dividiendo" por completo la rama del arte prodmttivo.5 En 235b—236c la división es parcial y se lleva a cabo operando desde el rasgo más destacado: "capacidad de construir imágenes" (EiswÁozrouKñ 75m)-
Para ello se divide la Forma de ‚up„nxfi e'n otras dos (860 qualvopm, pipes): a) ñ {imo-ma, réxw], "capacidad, arte de copiar" b) f; çawmmÿ fix"), "capacidad, arte de simular".º' El sofista habría de caer en la segunda división o parte (simulacro, semejanza, ncopia o imitación), pues sus pro-
ductos no son reproducciones fieles del original, sino que encierran engaño o ilusión. Quedaría así completa la definición del sofista y la tarea dicotómica cumplida si tal definición no exigiera previamente la demostración de algo que, al anunciar-la, se da por supuesto, pero que si no se prueba no
es lícito postular aquella. Hay, en efecto, que profundizar en las Formas alcanzadas por la división, esto es, continuar el examen del procedimiento y llevarlo a sus consecuencias últimas, porque, ante todo, se tiene al so-
físta clasificado (inmovilizado) en un grupo, clase o Forma (¿Sos) donde "Se ha plantado"! Tal Forma es “una cierta cienda opinable pero no real acerca de todo";:; para sacarlo de ese refugio será necesario, además, que
el propio acosado (y otros con él) admitiera algo que, hasta Platón, ha sido imposible de admitir: la exírtencia del No-Jer. No se podrá afirmar que el sofista es un "simulador de la realidad" hasta que no se demuestre que existe de alguna manera “lo que no es" ya que Simular es producir la que no es real. El límite de la división dicotómica que aplica Platón a la definición del sofista es, pues, de naturaleu ontológica. La resolución de este límite 4 235a1-2: 5
¿'n rôti yoq'flw ¿ari ne. pagar?]; ê‘w rôv övrwv-
Cf. nota 1, p. 138 mpra.
6 Cf. “Rep." X, condenación de la poesía: 595a—608b sobre el argumento de la imitación, tres veces alejada de lo real.
7 xmms… 236d3.
8 255C940: Aoêaanmjv 'rm‘z mp}. mim-mv e'arw'nipqv ô a'otpwn‘r: …’ m'»: äAfifleLav Éxœv - - -
141
sólo será posible mediante la puesta en marcha de la capacidad deductíva de la Dialéctica que permita demºstrar la existencia “del” :No-ser a' partir de sus relaciones con otras Formas, en especial, con las relacionadas inne-' diatamente con la de Ser. Ello significa de hecho, entrar en el problema ' general de la comunicación eidética. La comunicación (xmmyîa) de las Formas no es alcanzada y tratada de modo directo sino que es ¡necesario efectuar primero una labor de aproximación histórica y de reducción sistemátim del problem. La Dialéctica
en su función deductiva, esto es, aplicada a la demostración de la posibilidad de comunicación parcial de las Formas, será empleada en el momento en que resulte necesario9 llevar a cabo la prueba exigida por la
confrontación de algunas de las Formas superiores que conducen a la obtención de la de No-ser y, por consiguiente, a la demostración de su existencia. Ahora bien, por importante y aun voluminosa que sea la parte del diálogo (el fr./n'a u almendra) dedicado al problema del No-ser _v sus implicaciones onto-metodologías, no hay que perder de vista que aquella viene enmarcada en un tratamiento específico de definiciones de tal manera que se parte del No—ser como necesidad impostergable para poder sostener la calificación simuladora del sofista y se termina en No-ser como fundamento del error y la apariencia. No le hubiera sido posible a Platón, por otra parte, abordar directa-
mente la cuestión general u ontológica de la comunicación y la específica o gnoseológica de la predicación sin resolver previamente el problema del No-ser tal y como estaba planteado en los términos históricos absolutos del eleatismo. 5 La condenación de lm absolute Na-Jer
La consideración del No-ser en el sentido absoluto o propio del planteamiento eleático produce resultados decepcionantes: no puede ser aplicado el No-ser a objeto alguno;1 no puede ser atribuido (émgpépay) ni a Ierl (ay) ni a algo (w,—).2 Luego, no puede ser atributo,s esto es, no puede; 9 Cf. 253d ss. 1
Cf.
2371-24ld.
2 23763: - - - ot'nc ¿ri 'n‘: ô'v oi'ô‘ ’ ¿ri ‘n‘) 1-2 ;oe'pwv - - -
5 27614: Tôv SE 81‘1 mi 1:. Àe'yovra dvaymuáfarov - -- wmv-l'imam ¡wav yew… 142
ser dicho (ça-réov). Sucede, además, que tampoco puede ser sujeto: ser
enunciadŒGpOË—yywûm), predicado algo de él, pues. si el número'en ¿oríjunto (¿Mopar fè 'o-ómmvm) o lo que es igual, “el" o “los" es ser, no po-
drá "aña'dirsele", "juntársele" (arpaa'yíyvopAu) el Jer al rra-ser. Consecuencia: el No-ser en sí mismo y para sí mismo (75 ¡¡¡¡ 3y uña-6 mums) es impensable _(äaavôqroy), inefable (¿ppm-ov), silencioso (&pºaov) e inexpresable (aww). ‘ Consigue así Platón establecer la imposibilidad de operar con el Na-Jer abmluto (ra ,).as é'v) y llegar a la conclusión provisional 0 de
procedimiento que hay que admitir "bajo una cierta relación" (n'); ¡ de “Politica" (2846-2856) y de "Filebo" (16c—17a), de ti!].
manera que bien puede tenérsele Por el pivote c bisagra del método platónico. Su esclarecimiento complementario a través de los de "Político" y “Filebo” reafirma la importancia de su posición en el sistema de Platón. El objetivo temático del diálogo “Político" es la determinación de la "exactitud en sí" (75 ain—ÿ amiga…), como se Io recuerda el Extranjero al Joven Sócrates.1 Para llegar a ese punto se ha partido de la evocación del procedimiento empleado en el “Sofista” con respecto al No-sera y se
establece la relación entre tal procedimiento y la necesidad que hay en este diálogo de probar la mensurabilidad (¡urna-& yz’vßaz) de lo Grande y lo Pequeño (1-6 vrÀs'ov Kai. ¿Auf-roy) no sólo entre sí (‚1437 «pô; ¿Unha
päyov), sino además en relación con la formación de la justa medida (ma ¡al «pô; rip! 'roíi p.erplov «,le'yea'w).a Pues si la "medida en sí", “mensura7
Frente a Robin
(Platon: Oeuvre: compléter, Paris, 1960, vol. u, n. 137
¡ traducción del "Sof.") y Campbell (The Sopbirte: and Politica: of Plato, Oxford. 1867), que habla de "individuals”, es de suponer más bien, como hace Lorinux
(op. cit., p. 164), que no se puede ver en el principio de
26345 (Oinroiiv 5 ye roü'ro Swan-ás ¡wr-N), "une allusion au rapport sensible-intelligible il est plus normal d'y voir . . . une reprise du problème de la communauté des For-mes". Cf. Comford (op. cit., p. 267. n. 2 ) : "the whole procedure deals with Forms only”'.
1 ”“I-2: "Ds— mm Shiva roû viv Àqfie'wos‘ 11's 1977 «cpl aim‘r räkplflës ¡lu-6814.81.»
2 “¿56-81 I‘M-repay oñv. Kaºa'arrp ¿v 1113 anotar—ñ rpoanvayxáaupzv dm ‘N‘! I‘ JV. mi) Kan}. miro Szépvyev ¡”Las ô ¡tó-yas -- -
3
156
. zum; también 284dS-6 para igual fórmula, “En d'autres termes, qu'il
ción" (…,-pá…) o "arte'de mensurar'" (Mamá) se aplica a. todos los
fenómenos, a todo lo que deviene (up: "awe": «rd yayvépcm)‘ será entonces un género superior que abarca numerosas especies y, para esta:
diaria (alto-nir), habrá que seguir un tipico proceso de división por
Formar (mr’sz’öq Smpe’m). De esa manera únicamente se" llega a ser más (mejor) dialéctico en todo: mi? «cpl «livra. S…?“me'poæ yíyveººtu.”
La diferencia fundamental entre el caso registrado en el “Político" y el "Sofista” es que, en el“ primero, se aplica un procedimiento de división por géneros a un arte no absolutamente eidético, la "mensuración", mientras que en “Sofista” se aplica a la 'deducción de las Formas mismas, con
centro en el Ser. Por eso se indica, en el mismo "Político", que tal ejercicio sirve para aumentar la capacidad dialéctica,6 no para establecerla. La ciencia dialéctica opera sobre Formas y es innegable que la ¡ua-Mami es
una de ellas, aunque no del mismo rango que las cinco "muy importantes" (,ue’ymra) del "Sofista", desde el momento en que comprende entre sus partes (IMM), a las que se aplica, el orden sensible (ra yiyvóueva). Las
reglas 7 del procedimiento divisorio mr’eîâq son similares, aunque menos precisas y netas, a las enunciadas en el texto central de “Sofista” 253d,
como puede verse en "Político" 285a—b; limítanse allí a recomendar: a) El logro de las unidades específicas a través de las diferencias (riu.Braga-ºpus- ¡Sn arduas äqrôa'aurep ¿v ¿San xei'vmt) cuando se opera. con una
comunidad (grupo) distinguido entre ia multitud informe (Bray „Ay f‘qv 'râv roMôv ns . . . (1.100q Kowww'av) y b) La determinación a. ultranza“ de comunidades que agrupan en una semejanza única (¿v-rés- pins apausmm
Epfag) la totalidad de afinidades (dumm; ra ou’xeîa.) abrazada por la esencia de un género: ye'vove "vos oüa'ig vrcpzßdA-mm. Esto es: la unidad en la pluralidad dispersa y la comunidad (de unidades superiores) en las
unidades especificas. Expresado de otra manera: debe especificarse la diferenciación y debe fundamentarse la unificación en rasgos constitutivos para n'y a pas de mesure que géométrique, que l'être lui-même comporte la mesure
étant fait de non-être et d'être, d'un infini qui se détermine par la limite", Robin, op. cit., p. 116. Cf. 285a2.
Cf. 285d6—7.
6 A…Àexfméflpoç, ser mis dialéctico, arestiún de grado, diferencia cumtitativa. 7
"Lo que conviene": Se'om 285a10.
8 "No ser capaz de desanimarse y abandonar antes de.
,,,}, suya,-¿y ¿…
Suo'mroúuvov muffin: :rpîv a'v K— r- A- 28554-5¡”Si
¡que,- al pasar de la multiplicidad diferenciada a la multiplicidad unificada, nuse pierdan los valiosos términos intermedios. _
Por lo que respecta al ‘Filebo", la referencia complementada: ¡¡ la Dialéctica está utilizada en un contexto a la vez grandioso” y práctico “ que obliga a Platón a tratarla más bien de paso, con cierto apresuramienbo y aun acosado por el deseo de no hablar demasiado acerca de lo _que no puede ser fácilmente practicado.11 Se trata únicamente de mostrar (Bahía) el método; actitud indicativa y, por lo tanto, limitada. Aun así se registra una equivalencia básica con respecto a "Sofista” 253d; si en éste se trataba
de discernir la unidad eidética a través de la multiplicidad, en "Fílebo" 16d1-2, se trata de postular (oepg'yovs) en cada totalidad (mi arawos ém’a-ro-rc) una Forma única (¡ríav iSc’av) y buscarla hasta encontrarla realmente ((mein eqla-av yap ¿vaia-ay). Una vez capturada tai Forma (¿¿y ouv.
FHM/3114150," hay que averiguar (monty) si existen. además,“ dos, sólo dos o más de dos: tr's o cualquier otro número.14 Consejo práctico que equivale a la segunda regla del "Solista", según la cual se investigará. si se da alguna pluralidad de Forma; como abrazada desde fuera bajo
la unidad de una Forma única. El tercer consejo platónico, en esta simple! indicación del método dialéctico, sugiere que nuevamente (rim) se ptoceda igual (¿cad-ms) con cada una de las unidades obtenidas (für a :‘m’vuw é'Kaa’fov) hasta que se logre saber (,u’xpmep à‘v my) la totalidad (¿mía-a) de Formas comprendidas en la pluralidad. En efecto: no se trata únicamente
de saber que a las unidades primarias (fè xar’äpxäs— Ev) les corresponden unidad y multiplicidad de manera infinita (¡…) 5n ‘èv ml …… mi &:a
am ‚„;yay), sino de saber cuánta multiplicidad (ômîm), este es, el número preciso de unidades subordinadas que agrupan.“ Lo que agrega luego Platón, para completar la ¡nostración del método, es explanadón de un consejo anterior: "en cuanto a la Forma de infinito (ilimitado), 9 Alusión mítica a los dioses que no's trasmiten la Dialéctica como método de observación () estudio (¡mm;-¿y), de aprendiaaje (¡…yºáyay) y de enseñanza (said-Kay). Cf. 16c—d.
10 Sobre el doble frente temática del placa y de los problemas de lo uno y lo múltiple. ll
"Mostrarla
(n'. la Dialéctica)
no es nada facil, pero lo
tremendamente
dificil es utilizarla". fiv Sudón-cu ¡Lev ov 1ra'.vu ¡(GM:-rav, xpfio’fiu Se' arar xauu-ov. 16C2
12 ß " I}
158
Cf. 16:13. Mari. después de esa, esta es, que dependen de ella, subordinadas a ella. 1 3-43 'av 8150. el arms tivi eí SE ‘, 'r cis- ' 111:a ’ 1.0 . Cf. tercera gg]: de "SOL", 253d. ,", P 771 of Mv
no aplicarla (trasportarla) a la pluralidad antes' de saber cuál es el número total de ésta que hay entre el infinito y la unidad"? La recomendación es clara: no perder de_ vista lo intermedio " entre la pluralidad y la unidad, es decir, contar las Formas, pues su reunión bajo un género su-
perior es provisional y metôdico ya que, de otro modo, Se constituyen, _
a su vez, de nuevo, en unidades.”
Como se puede ver, el "Filebo" aporta el aspecto relativo a la explicitación de los intermediarios,"
los cuales pueden ser considerados verda-
deros entes matemáticos;20 sin embargo, por las razones de contexto ya.
señaladas no presents. dentro del programa dialéctico general la fuerza de sistematización que distingue al "Sofista". 16 16d7-1: r‘qv 83 fm“: ävreipou iöe'av arpês 'rô rÀfiÛos ¡Li) wpoape'perv 1rpiv dv ns roy äptflpt‘w m’rroü mirra. Ka-nfb‘y fl‘w [Ac-m8; 'roíi cirreípou re mi Toi} êyôç. Se proclama aquí cl valor dc una descripción contínua tanto
de los entes matemáticos como de las conexiones ontológicas que regulan las relaciones de las Formas. Tal continuidad es una prueba más del raciºnalismo dialéctico de Platón en la fase deductiva frente a la discontinui-
dad de visiones inmediatas e inconexas, propias dela fase intuitiva. Cf. a este respecto Boussoulas, op. cit., pp. 94 ss., que caracteriza a los intermediarios (Mg-raga) de (”SEW")? lógicos, en un intento por reivindicar la discºntinuidad
en el sistema platónico, pero olvidando al mismo tiempo que la ¿minutaneidad ha sido considerada como equivalente de la noción matemática de diferencial, lo cual no cancela la interpretación continuista, sino que, por lo contrario, la refuerza. (Cf. P. Natur-p, Plata: Ideenlebre, Leipzig, 1903;
_]. Wahl, Etude .rar le Parménides de Platon, Paris, 1927 y R. G. Bury, The Pbilebur of Plato, Londres, 1897) .
17 Se añade más adelante: fè 3% ‚ue'ora aureus (Jf- oi Sè vñv a'opoz') ¿wei-ya. oie Sraxcxópw-ru m' re Salami); "¿m ¡(al n‘» êpwnxâs ¡más nomía-Bru 1rpös MAO”: foi): Myovs- (1715-5)18 1681-2: -- - róre 8’1'181; 'n‘) & Exam—ov rôv mívrwv si; ?¿ ¿'.-¡remar! ¡nº!!!-ra. xaípew êâv' 19 Robin sostiene (op. cit., p. 116), sin más pruebas, que “ces intermédiaires . . . n'étaient pas explicitement désignés dans les analyses du Sapbine, mais ils y étaient impliqués, et le Pln'lébe ne "fait que les mettre plus précisement en relief". 20 “Le Pbilèbe contient une page sur la dialectique (16c-17a) qui à première vue recouvre assez exactement les deux textes du Pbèdre et du Saphir“, mais ¡I y a un accent nouveau qui annonce l'arithmologie dont Aristote est
le témoin. Il semble que Platon, devant la difficulté de trouver des lois d'exclusion et de compatibilité exigées par le principe de la communication des genres selon le Saphir», se soit retoumé vers une interpretation de style pythagoricien”, Ricoeur, op. cit., p. 56.
159
10 Aplicación limitada de la Diale'fiim' la: ¡¿¿e yé»,
Para el logro de la demostración de la existencia del No-ser se pro-_ cederá a efectuar las deducciones necesarias que conduzcan a la Forma
correspondiente. Como señala Platón "lo que hay que hacer ahora es que nos dejemos llevar por esta tesis (Myog) e investiguen-ios".1 ¿Cuál es esa
tesis? La ya demostrada de la posibilidad de comunicación parcial de las Formas: "estamos de acuerdo en que, de entre los géneros, algunos se prestan a comunicarse mutuamente y otros no; unos (se comunican) con pocos y otros con muchos; a algunos, a través de todo, nada les impide comunicarse con todos".2 Tcsis que, por medio de la técnica que se aplica, no va a extenderse, en el ejemplo elegido por Platón, a la universalidad cidétic'-'...5 Hay una razón para tal limitación: "para que no nos desconœrtemos en la pluralidad” (iva, [Li] ïaparféyefla êV roÀÀoîÛ.‘
La aplicación limitada, restringida, de la Dialéctica a 1a deducción de las Formas operará con algunas de ellas, escogidas de entre las que se consideren más importantes.5 ¿Cuáles son esas? De entre los géneros o Formas
1 254c2-3: ro 81, ¡ae-ra fou-ro wvevrtnófaeºa. 1-6 Àoyip ‘rfiSc mcmûyres K 1- À254b10-C12— fè. [.:.Èv ;]v 163v yevé‘w wppMy-qrar xormveîv êfle'Àew &ÀÀ'qÀoLs, ra. 8% pri). Kai fè ¡dv e'w’ôÀÊ/ov, n‘; S’c'vrî «o…. 'rt‘v. & Kai 3L5. ara'v-mv 06327 xwÀfiew fois 76m xexomomxe'vou - . ~ 5 254c3: ¡;.-), repiwafvrwv flîw £18674 Comford (op. cit., p. 268) explica esta reducción por razones de econºmía, ya que Platón pensaba escribir el “Filósofo": "the extreme compression
and subsequent obscurity of this account of the field of Dialectic may be explained if one supposes that Plato, as the Stranger-'s subsequent speeches suggest, intended to analyse the relations of Forms in more detail in the
Philosopher, where it stands in the Saphir“, the account is almost a digression, and Plato' may have wished to restrict it to the smallest possible space". Según otros comentaristas la reducción obedece a razones necesarias: "une classification complète de toutes les Formes aurait fatalement conduit le philosophe (u. Platon) à un travail de titan, peut-être même
à un travail pratiquement impossible Cette vision totale et logique du monde des Formes qu’il revait d'abord de fournir dans la dialectique descen— dame. il rennonce à la donner dans toute son amplitude. Et sans doute ne faut-il pas trop regrettu cette impuissance. Une dassifícatio'n complete des Formes eut nécessité un long exposé, certainement très fastidieux‘ Loriaux, op. cit., p. 166.
5 254C4'53 - - - rpoeÀdevoL 'n'-iv [Levin-«av Àqope'vwv ¿rra160
importantes se escogen tres:,Ser, Reposo y Movimiento.3 Con ellos, y‘-"a partir de Set,’ se efectúa la deducción de las Formas superiores mediante la Dialéctica. 11
La deducción dialéctica de la Formar ¡”perioral- ' .La tarea deductiva que Platón lleva a cabo para llegar a la Forma de 6 254d4—5: Me'yw'ra. F)!" rôv yevôv 3. vi] Stfi/uv 1-6 re SV din-B mi. aºra': …; mi ¿"lº“- La traducción de este pasaje no es fácil como ha mostrado
Comford (op. cit., p. 273, n. 2). Las traducciones habituales (Cf. Apelt: "Die Gattungsbegriffe, die wir woher durchg'ingen, waren doch das Seiende selbst, sowie Stillstand und Bewegung"; Campbdl: "The most important kinds are those which we have just been considering" . . . y Diès: "Or les plus grands des genres sont ceux précisement que nous venons de passer en coinciden en tomar a ¡“I“/(Sfº- como sujeto, lo cual hace que se‘ revue
habie de "las 'crmas Supremas" v da pie para que se tome a tales géneros supremos por. antecedente inmediato de las categorias arisrotélicas (Cf. Camp-
bell, op. cit., p. xvn). Cornford, por el contrario. apoyándose en un pasaje anterior, el relativo a algunos de los más importantes (fôv ¡anís—fruit ärm). que considera el antecedente gramatical de éste, propone que el sujeto sea & rut/3%; gif/“" y ,M’ywra. predicado, lo cual daría: "Now, amºng the Kinds. those we Were just now discussing-Existence itself and Rest and Motion-are
very important". Que ¡¿¿—¡wmv sólo significaba en el lenguaje del "Sof." "muy importante" y no el propuesto superlativo, parecen confirmarlo, a favor
de la lección de Oornford, los pasajes 220b y 229b, donde se habla, respectivamente, de dividir la pesca Karo. “¿ym-m ”¿M 860 y de 1155 dos géneros Míº“… de la enseñanza. Ross (op. cit., p. 113, n. 6) se opone a la
lección de Comfort]: "d'ús might be accepted if the Stranger had described being, motion, and rest simply as ¡ríº/wm yáyq, but he says they are ”¿'yurra,
TÜV
yeyôy,
and Theaetetus answers ¡ a l í
(254d4-6).
'Much
very
great‘ will hardly do, while ‚mM, p.e'ywra. is ordinary Greek for ”much the greatest'. Motion and rest are in fact less ‘great’ than sameness and difference; but it is natural that Plato should at this stage mention o'nly those
greatest kinds which have already been discomed' Cf. A. I.. Peck, op. cit., pp. 42-53 y D. W. Hamlyn, The communion of form: and tb: development of Plaro'r logic ('Philos. Quarterly', 1955, pp. 289-302). 7 La primacía de ser queda demostrada en su mayor capacidad de mezcla con las otras dos Formas, que no se combinan entre si: rip/sine) rpös ¿Miku 2541'17-8, mientras que Ser se mezcla a ambas: ‘I’ö 8g 7g By ”¿uu-¿y ¿Maty
Au254d10. "L'Etre est ce qui domine l’opposition Mouvement-Repos trement dit, faire une philosophie de la permanence ou une philosophie du devenir, ce n'est pas encore penser l'Etre. L'être n'est ni le devenir ni la permanence, mais ce qui permet de tender leur opposition et leur alternance dans l'histoire de la philosophie", Ricoeur, op. cit., p. 54.
161
El correspondiente No-ser se realiza en tres distintos niveles eidéticos: a) de Idem; a las Formas de Ser, Reposo y Movimiento; b) El de las Formas
tidad y Diferencia (o Alteridad: adrepov) y c) El propio de la Forma. de
No-ser. Aunque se trata de un proceso deductivo riguroso que utiliza un número limitado de elementos para, a partir de ellos, obtener otros, es im-
posible, por mucha tentación que se experimente, pretender formalizar el procedimiento en cuestión de acuerdo, por ejemplo, a un esquema axiomático moderno.
Podría pensarse, en efecto, que en “Sofista” se echan las bases de"una auténtica axiomática, desde el momento en que se puede distinguir en él una cierta estructura constituida por las “reglas de formación" del sistema,
que son las Formas mismas, en tanto definiciones primarias de las {fie se
parte, y las "reglas de derivación", que equivaldrían a las propiasjde la Dialéctica.1 Se tendrían asi las llamadas "leyes de construcción" y" "leyes de deducción", que constituyen la morfología de cualquier sigemahigijomático. Las Formas platonicas obran como elementos ûltimos,2 esto"' es,
desempeñanel papel de las proposiciones en un sistema lógico proposicional y algunas de ellas (Ser, Reposo, Movimiento) podrían ser tenidas por axioma: de los que partir para la obtención de las restantes; éstas,
por su parte, podrían ser consideradas como teorema; del sistema. Hasta aquí, nada más, llegaría el pretendido paralelismo con el método axioma-
tico, pues sucedería que los axiomas elegidos (o, al menos, los elementos
últimos de los que se parte en el proceso deductive), no podrían satisfacer
las tres condiciones mínimas exigidas por cualquier método axiomáticmpara sus propios axiomas: compatibilidad, independencia y suficiencia. Las Formas de Reposo y de Movimiento no son compatible; entre sí, pues si
compatibilidad se define como (mâcher general de no contradicción, la con-
dición de irreductibilídad fundamental que existe entre Movimiento y Reposo se basa en la más pura contradicción entre ambas Formas.“
La incompatibilidad de ¡(ima-is - arduas-4 garantiza, al menos, su inde1 De acuerdo a la terminología unificadora de ]. Ladriére (Le: limitation: ¡Meme: de: formalirmer, Paris-Lovaina, 1957, pp. 58 ss.) . 2 "Suposiciones", según D. García (Introducción a la lógica moderna, BI:celona, 1936, pp. 117 ss.).
5 Como se ha indicado antes (Cf. pp. 149-150 rupra), a partir de 252d, Platón se esfuerza por demostrar que Reposo y Movimiento carecen de la "faculiad (poder) de mutua comunicación"
(86mm; E’qmgmmytag); la demostración
—no está de más el recordarlo— es radar-tia ad abrwdum: Kim“? 'rc (“'n'-;, «mémo-w {n'-nur ’âv Kai ("dans K- 'r- & 252d6 ss. 4 En 256b8—10 hay una aparente refutación de esta incompatibilidad: "pus
162
pendencia, en el sentido técnico de no poder ser deducidos uno de otro, ,pero no puede entonces decirse lo mismo de Ser con respecto a los dos
anteriores, ya que participar en el 8v es existir en tanto Formas: ¿way ya,. am;“ luego, se deducen de él. Por otra parte, la deducción de las Formas de los niveles dos y tres, a partir de las del nivel uno, obligaría, cuando menos, a operar con una axiomática reducida a tres components primarios o “de síntesis" (=axiomas). Exige, por último, la Juficiencia
que se parta tan sólo de los axiomas necesarios para la deducción de los teoremas del sistema. En el caso de que éste se limitase a las seis Formas
en cuestión, podría considerarse a las tres primates como axiomas propiamente dichos y a las tres restantes (Identidad, Diferencia y No—ser) como propiedades derivadas o teoremas. Pero ni siquiera así podría cumplirse con el requisito de suficiencia, Pues las Formas de Identidad (müräv) y Diferencia (ad-repay) no tienen que deducirse necerariamente de las si cie algún modo participa el movimiento mismo del reposo, no" sería nada insólito que lo denomina'semos estacionario (Graig-mm)": „&o Kay ¿[
wry mfeAd/Aflavev nin-i] Kimi; cráneºs, oûfiëv ¿v à'rofrov fiv wimp-3v mil-¡”hy
wpoaa‘yopcüay}. Obsérvese,
no
obstante
que
Se
trata,
cn
primer
lugar, de una paradoja que forma parte de un conjunto (255e256c) levan-
tado al término de la deducción de los cinco géneros para mostrar las dife— rencias de relación en que se construyen las sentencias con 'a' y ‘no es’. Aunque se sostenga que, "en cierto modo" («„-„), el Movimiento participa
del Reposo porque a) Según Diés (cit. por Comford ad loc.), el movimiento uniforme de una esfera se da en el mismo lugar, o b) Según Ritter (op. cit., p. 61), el movimiento puede ser medido y descrito, las claras indicaciones de Platón acerca de la incompatibilidad de ambºs géneros obligan a otra interpretación del referido pasaje. Una componenda demasiado foi-zada es la de Stefanini (op. cit., pp. 258—259) que distingue entre mundo sensible e inteligible y cree que Platón sostiene la compatibilidad de las dos Formas
en cuestión en el segundo y la niega en el primero: “se ¡1 moto e la susi rispecchiano la condizíoni del mondo' fisico, sono reciprocamenti incompatibili, ma nell'ordene ideale la permancnza degli esseri nella loro natura, o la loro stasi, non esclude quel moto diffusivo che è la loro 86mm: Ko…wíag”. Resulta muy preferible aceptar la solución ya apuntada por Schleiermacher
y Heindorf: sospechar la existencia de una laguna entre vrpoaa'yopaîcw y öpflömra- Comford, (op. cit., p. 287), que acepta esta solución, propone entonces inter-polar: viv 8% oôôapuîk maÀayfldva- (DE. où yap ofiv- EE-
mfi'rofi Eë'y’äpa Kai. Gan-¿pm: pere'xovaav 6,006"); Exa. Kai rm’m‘w avia-;;;! ¡“u, of] mñn—)y wpoaayopcóay, que traduce por "But it
does not in
fact
participate in Rest at all. Tbeaet. No, it does not. Str. Whereas it does participate both in Sameness and in Difference, so" that it is correct to speak of it as both the Same and not the Same". 5
Cf. 254d10.
163
tres Fogms-axipma consideradas (Ser-Reposo-Movimiento), ya que
obtenerse gualmente de la tríada Ser-Unidad-Pluralidad.“ _
Si se insiste, no obstante, en hablar de organización matemática
la construcción deductiva de la dialéctica plató—nica," habrá que puntualiza? que, en lo relativo a una supuesta axiomática, ésta sería en todo casó del tipo material,º esto es, de contenido, por utilizar conceptos fundamentales cuyo sentido está dado (definido) de manera intuitiva (como pasa con
las Formas) y por carecer de una estructura de definiciones elementales limitada estrictamente a las relaciones. La deducción de las Formas de segundo nivel se lleva a. cabo
a partir de las tres del primer nivel, hasta el punto de que puede afirmarse que Identidad y Diferencia están contenidas, de hecho, en Ser, Reposo y Movimiento,”
como se muestra en 254d15: "por consiguiente, cada una de
de éstas (Ser, Reposo, Movimiento) es otra que las dos (restantes) e idén-
tica consigo misma".1º A partir de aquí, esto es, a partir de la constatación (:
Mucho menos se cumpliría la condición de suficiencia si se pretende ampliar el supuesto sistema hacia otras Formas-teorema, como sucedería con el
intento de Boussoulas ( op. cit., pp. 58 ss.) a través de las Formas de Causa, Límite, Mixto e Infinito.
7 Cf. A. Speiser, Plata: Idemlebre und die Mathematik (‘Jahrbuch der schweizerischen philosophischen Gesellschaft, Basilea, 1942, 2, pp. 123-140) y Ein ParmenideJ/Eommentar, Studien zur platom'nbe Dialektik, Stuttgart, 1957; F. M. Cornford, Mathematics and Dialectic in ¡be Republic VI-VII ('Mind,’ Londres, 1933, pp. 37-52 y 175-190); S. Demel, Platon: Verhältm': zu Mathematik, Leipzig, 1929; K. Duerr, Moderne Darxtellung ¿er pla-
tom'nben Logik. Ein Beitrag zur Erklärung de: Dialoge: ’SopbixteJ' ('Mus. Heilnet', II, 1945, pp. 166 ss.); J. Xenakis, Plato on .rtatement and ¡futbvalue ('Mind', Londres, 66, pp. 165-172); A. Frajese, I puni matematicz'
di Platon, Roma, 1942; A. Tumarkin, Die Methode und die Grenze der Methoden bei Platon (Trabajos del Congreso Descartes, 1937, t. v, pp. 101107); Th. Greenwood, Plata anal Ari:totle‚ A contra:! between tbeir matbernat¡cal outlook (‘The New Scholastîcism'. Washington, 1944, 18, pp. 262-269); K. Reidemeister, Mathematik und Logik bei Platon, Leipzig, 1942. 8
Del cual será, luego, el modelo la de Euclides en geometría.
9 "Es muss . . . zunächst sorgfältig geprüft werden, ob mir mit ‘Identitit' und 'Verschiedenheit’ wirklich etwas neues aussagen, das in den andern drei obers-
ten Begriffen nicht schon enthalten war”, Gauss, Pbilotopbinber Handéommentar zu dm Dialogen Plata:, III-I, Berna, 1960, p. 218. Gauss procederá a probar la no inclusión de estas dos nuevas Formas en las otras tres superiores por partir de la interpretación plotiniana de las "quinque voces" 0 "universalía universalissima" platónim. Cf. nota 6, .rupra.
10 Oûxoûv aûrôv Etam-roy Toîv [LEV Svoi'v ëfcpôv Een-w, a'üfl‘: 3 'énvrcí) 1-45d164
—de la deducción de dos términos—nuevos (mafia-«Sy, oárepov), el esfuerzo dllcursiva platónico tenderá a demostrar que a tales términos les corresponden
unas Fonnas reales.-De lo contraria “serán designaciones distintas de la! mismas únicas Formas superiores: “diríamos inadvertidamente como propio de alguna de aquellas esto de “idéntico” y '.‘otro"'.11 La prueba de que ni 'idéntico' ni 'otro' se reducen a algtma de las tres Formas establecidas pro-
cede por pasos: se demuestra que 'idéntioo' y 'otro' no son ni Reposo ni Movimiento " porque si lo fueran se produciría la contradicción provocada por la identificación de Reposo y Movimiento.13 Luego, “el Movimiento no
es lo mismo o lo otto ni tampoco el Reposo".u Como se ve, la prueba de la no identificación (o sea, de la diferenciación) de Movimiento-Reposo con
Identidad-Diferencia se basa en la irreductibilidad, ya demostrada,15 de sas dos Formas pertenecientes al primer nivel eidético. Una vez logrado esto,
es fácil probar que la Identidad, por su parte, no se confunde tampoco con el Ser, puesto que, si lo hiciera, volveria a reproducirse la contradicción radicai de Reposo-Movimiento por participar ami-uns plenamente de Sen“ equivaldría a sustituir Ser por Identidad: am ¡rip Touré 7e esta“… Con ello se ha. logrado probar que Identidad y Diferencia no son Reposo—Movimiento y que Identidad no es Ser, lo cual permite ya establecer que, al mc-
nos, Identidad es una cuarta Forma."
Lógicamente es un disparate afirmar la distinción de Ser e Identidad: o el Ser no cumple el principio de identidad o éste no tiene vigencia… Esta dificultad es la que ha llevado a pensar que la distinción entre ambas Formas
no es constante en el proceso deductive,“ sino que debe ser cancelada para evitar una contradicción como la'denunciada. Pero sucede que no hay dudas
acerca de lo tajante de tal distinción y si Platón no la desarrolla o no trabaja 11 25496-25512: 1-6 1-: mm,: roi'rro Kal ºdfepov ¿: êxa'vœv fl arpoaayopeóowes' Mvºdvnpev ñpús aóroiig: 12 25534-5: 'AM'oii 'n ¡rip! ¡rimas ye mi «mim: oi'yº'Zrcpov eii-re raóróv e‘cr‘n-
13 Cf. zssam.
'
.
'
14 255b6-7: Mi, roívvv ¿e'—¡wmv ¡timºn! "y’eïwu rain-dv '7‘7 ºdrepov. paß’aö urdu-rv. 15 Cf. pp. 149-150 y nota 4, p. 162 „4114. 16 255c1: . . . Kimmy . . . Kai 015.c ¿mada-epa ¿veu - - -
17 25566-8: Te'rapfov Si; 1:s rois rpwîv ¿Saw ¿Sos 15 71131131: 1mm; Hdw [LEV 013v18 “The distinction between Being and Sameness is hardly maintained ¡n what follows", Campbell (cit. por Comford, op. cit., p. 281, quien, por su parte. no encuentra justificada tal afirmación).
165
más con euüs porque tendrá que prestar "más atención a la Forma de Di—' fer-encia por ser ésta la que le va a permitir llegar al establecimiento de la de No-ser y, finalmente, la que le ayudará a resolve: el problema" de falsa predicación. Identidades, "Pºr.“ consiguiente, considerada como Forma aparte, distinta de la de Ser; luego, Ser no es Identidad. Habrá que conduit más bien que resulta imposible hablar de contradicción lógica en Platón pô:
mantenerse éste en todo momento en …un plano rigurosamente ontológico? Expresándolo de otra manera: no bay en Platón diferencia entre arena}: y exixtemia en el tratamiento de Ser.“ Si la hubiese, no se tomaría Platón la molestia de realizar ese gigantesco trabajo dialéctico de deducción del No-ser en tanto Forma; le hubiese bastado con asignar el Ser (existencia) al No-ser (esencia) para posibilitar el discurso falso. Pero Platón no concibe al No-ser (y, por tanto, tampoco al Ser) como sólo esencia o sólo exis— tencia, sino como unidad indisoluble; por ello, va a resolver el problema de la predicación, fundado sobre la relaciones copulativas esenciales ('es',
'no cs'), a través de la comunicación de las Formas, relaciones sustantivas mitológicas. _‘Em-w tiene, por lo tanto, cl doble significado del ser plató19
Cf. 250bc, donde ¿wn, oiuaía y ¿y son utilizados indiferenciadamente para expresar el mismo concepto. Tan sólo el término 191505 (Cf. 250c,
255e, 256d, 257a—d, 258a—b) puede ser considerado como equivalente del „ist n'
aristotélico, por más que tampoco en Aristóteles se matizan las
diferencias anio-lógica: entre "esencia" y "existencia": "In the Metapbyricr there is no trace of any such opposition (Ic. la de "esencia" -_,"existencia")
in the terminology of Being", J. Owens, The doctrina of Being in the afirlalelian 'Metapbyricr',
Toronto, 19572, p. 70; “It may seem surprising that
Aristotle, while dwelling on the two main senses of the copulative 'is' -—those in which it indicates respectively accidental and essential being— should say nothing of the existential 'ís'
The reason is that though
logically the existential 'is' may be distinguished from the copulative, metaphysically it is not. To. be is either to be a substance, or to be a quality . . . " W. D. Ross, Aristotle's 'Metap/ayricr’. A revised text witb introduction and commentary, Oxford, 19483, I, p. 308; “ . . . il faut écarter de la compréhension du mot essence tout ce qui, depuis l‘époque médiévale, hante l'esprit au sujet d'une dualité notionnelle entre l’essence et l'existence, errante ne signifiant plus alors que la spécificité de l'être à l'état de formalité purement
possible, exirtenre l'actualité de l'être qui revient au sujet existant et porte en elle le moment réalisateur de l’essence. Pour Platon, en un sens plus encore même que pour Aristote, l'oz’nn'a. que présente l'dsog est du même coup spécificité et actualité, essence et existence en soi et par soi, sans
besoin de suiet autre qu'elle même", D. Duberle, Didactique et ontología chez Platon ('Aspects de la Dialectique. Recherches philosophiques; II, París, 1956, pp. 146-147).
166
.
nico: 'existe' y ‘es (= 10 mismo que)'.ºº Cuando se sostiene, por consiguiente, que el Ser es distinto a la Identidad no se. hace sino indicar, de
alguna "manera, la diferencia entre ;,exrstrr' y 'se": (idéntico a algo)?1 dife—
rencia que en el puro orden del*'see"plat6nico es imposible de efectuar. La Forma de Diferencia se deduce apartir de la de Ser con la ayuda de dos notas distintivas que son introducidas de soslayo para distinguir auxiliarmente a ov de ºci'rcpov; tales notas ”
son las de 1-3 Kaa’av-n‘a y 'm
arpa; a'Mo, "por si mismo" y “en relación a otro”. Como lo expresa el propio Platón: “de los seres, unos se dicen por si mismos y otros siempre en relación a otros".” Lo que distingue a Ser y Diferencia, lo que hace que no se les considere como dos nombres sobre un mismo género (¿se Mºd-m:.
öwiua-ra êç’êvî ye'va.) es que Ser participa de esas dos notas auxiliares &;upoîv ‚max: ro‘iv eiSoiv . . . n‘; ó'v) mientras que Diferencia es, por fuerza, lo que es como otro (o distinto) para otra cosa: Erepor . . . ¿E amiymys É're'pov 'roûfo an“—nö Swap cºa-"riu ¿Var. Si no fuera así, algunas veces (rm-e'),
"algún otro de los otros no (sería) en relación a otro".24 Quiere decirse con ello que Ser, Identidad, Reposo y Movimiento son lo que son, respecto de si mismos, y son otros, respecto de sus contrarios, mientras que Dife-
rencia es siempre lo que es, respecto de oltro.25 La distinción total que así se establece, autoriza a considerar a Diferencia como una nueva Forma, la quinta,26 la cual, además, como ya se había Prevista en la presentación
de la Dialéctica, pertenece a la categoria de Formas generales, unificantes y extensivas, que atraviesan (Srépxopai) a todas las demás (Su‘z vraívmv), al igual de lo que sucede con Ser. Pues, en efecto, "cada una de las otras 20 En notación lógica moderna: (Ex) f ( x ) para la existencia particular referida a una función, esto es, en_lenguaje platónico: "comunicada" o "participada"; pero, “F, para la igualdad, referida a una clan, a la que también se pertenece. 21 Postular dos clases: la de todos los elementos que existen y la de los que son idénticos. 22
Comford (op. cit., p. 281) traduce roiv ezsoïy por “both characters”, sm más explicación.
23 255c13—14: rc'ôv ¿'m-mv ‘n‘; pèv aôrà momma, „1 8% «pô: ¿AM. ¿ei Ac'—[sofia24 255d5-61 fiv ¡iv ro're' 'n. mu‘. Tüv êre'pmy ¿report of: vrpôç ¡"pov25 Cf. Tamis de Aquino: "quae dicuntur ad aliquid, significant, secundum propi-¡am rationem,
solum respectum ud aliud", Sum. Tbeol.
I,
…,
art. 1.
26
Cf. 255d10 s.
167
por (Formas) es otra para las demás y no por su propia naturaleza, sino ., _
participa; de la Foçmgde Diferencial?"
‘
.
Los términos xaº'm'mí y …; ¿Ma pudieran también" traducirse p9:
“absoluto” y "relativo”, respectivamente,” ya que indican la" localizacíóqf platónica de la categoría aristotélim de relación,” localización que, por otra:
parte, no resulta ser, en la obra platónica, exclusiva del "Sofísta".ºº 12
El málixix dialéctica del Movimiento y la Forma de No-Jer
La deducción de los cinco géneros va a permitirle a Platón efectuar un análisis dialéctico construido con el ejemplo de una de las Formas deducidas (la de Movimiento), que demostrará por vía-Práctica la tesis establecida teóricamente: "de los géneros, unos se prestan a mezdarse mutuamente y olros, no".1
Dicho 'ánálísís presenta, en forma de sucesivas antinomias, las relaciones de uno de los géneros con los demás: I) Movimiento e: distinto que Repose (xrfwlu'œ È'o'nv Ë'repav Wicca?)II) Movimiento 710 e: Reposo («ir/‚ms è'aflv of: arde-Ls)III) Movimiento e: (por participar de ser) (nimm; c’a-n’v —8;ä‚ n‘) ¡¡,eríxew 105 gyros).
IV)
Movimiento es distinto que Identidad (¡cimas ¿'a-rw ërepov fafifoö).
V)
Movimiento no e: Identidad («imo-ls êan'v of; fufu-dv).
27 255e4-6: tv Exam-av 'yàp Ë'rspov ¿var. flîw a"…v of; 8L3. für: aft-rm? ¡mio-m am 8L6. 1-5 pere'xcw n7]: ¡Bda.-; rfi: aaa-¿pov28 29
Como hizo, por ejemplo, Jowett, ed. cit. TIP“? „, cf. cap. 7 de Categ. 6a36-8b24 y Met. A, 15, 1.020b26 ss. Para
la exposición de la categoría de relación en Aristóteles y su diferencia cºn Platón, cf. 0. Hamelin, Le :;mème d'Artale, París, 1920, pp. 104 ss.
50 Platón, en efecto, trabaja con la idea de relación en otros lugares de su obra. En "Fedón", 102b-c, háblase de que Sócrates es pequeño tan "sperm a (,.-pag) Simias o éste alto tan respecta a aquel. En "Rep.", 438b, se menciona la relación de grande mn rexpecta ¿; pequeño y de doble :07: re:pecto a medio (ídem pm ligero-pesado, etc.), cf. 'Teet.", 155b—c. En todo cnso el tipo de relación considerada po: Platón fue siempre el dc relación
an'métrita, esto es, tal que F (x.y) —> F (y.x).
1 âîsbl'l-IZ:
M168
fav yewîw
fè ‚u.äv Mhz; ¿ºe'Mw pcivficu fè
VI)
Movimiento e: Identidad (niñas écm' rañráv).
7
Las antinomias ? construidas sobre el esquema. “es-no es', aplicado a una misma predicación no deben? digna: (smepalw), pues sirven, por lo pronto, para hacer ver que no se dice de igúal manera (¿notas) que el Movimiento e: y no er idéntico. En efecto: es idéntico porque su esencia es ser
movimiento, o expresado en lenguaje dialéctico: “por la participación de lo idéntico respecto de si mismo (del movimiento)": Sm "IV ,Ls'fieäw ravroû' mobs êamÿv y no es idéntico porque por ser movimiento es distinto a otra
Forma (la de Reposo) y, por ello, participa de lo diferente: && rbv xowmvíav m': ßa-répou. No hay, ciertamente, motivo de escándalo: lo que
hace Platón es establecer, por vía paradójica, que 'amm': determínatz'o en differentia, postulado previo para llegar a lo buscado, omm': determinatz'a ett negatz'o. De la confrontación de la Forma de Movimiento con las de Identidad " Reposo ha podidn inferirse que el Movimiento es diferente (esto es,
participa de la Diferencia) con respecto a esas dos Formas. Pero sucede que, además, lo es con respecto a la Forma misma de Diferencia, así como lo era con respecto a [as otras dos: ¡¡ ¡timo-ts ¡'a-rw Ë-repov rofl éfc'pov, ¡mºda-ep
faû'roü ‘re fiv ¿Mo Kai n): africanas-3 Luego, "de alguna manera es no diferente y diferente de acuerdo a este razonamiento".4 Consecuencias de lo
anterior, que se aplicarán inmediatamente a la Forma de Ser: a) El Movimiento es distinto al Ser (rip: ¡timo-Lv ë'repov ¿vaa 'roíi övros) por lo cual es realmente (dv-rms) ¡zo-ser (mºm ó'v), pero al mismo tiempo, b) Es .rer
en tanto que participa del Ser (anf-„sp rm“; ¿ya-og ¡m-e'xa). Como Movimiento ex y como diferente del Ser, no er. Resultado general del análisis de las relaciones de una Forma (Movimiento) con las demás deducidas: “es inevitable que el No-ser esté en el movimiento y en todos los géneros",5 puesto que todos ellos son distintos al Ser por efecto de la naturaleza de Diferencia (ñ ºare'pov wine) 31,11 mismo tiempo, todos son ser. En fórmula notable: "en torno de cada una de las Formas hay mucho Ser e infinita cantidad de No- ser"._ Queda el 2 Producto de la indiferencia anto-lógica de esencia y existencia. Cf. nota 19, 3
5
p. 166 ¡”pm. Cf. 256C5-7
256c9-10: 011x Erspovap’ êa-n' 117; mu Erepov ma 'rov ways—17 Myw-
256d11-12: 'Em-w ¿'c ¿¿ dvd—yum ro ¡1.1! ov en ‘re Rímac; etwa:. mu ¡ma mívm d'à ye'm;
6 256e6:1repl Emo—roy dpa mv eiswv aroÀv pe'v êcm. ro 3v. drenpov 86 «Àñflez 'm ¡1.17 ¿'V-
,
169
mismo Ser, de esta manera, limitado por la existencia de las otras Forums," por lo cuales una por no .fe'r aquellas y mültiple por ‚ver (=existir) las
Formas que de él se diferencian.º La demostración de la existencia del No-ser se opera en dos fases, de acuerdo al modelo histórico (Parménides) sobre el que se construye la ar-
gumentación. Primera fase (ya cumplida): probar que el Ser no e: en algún sentido, con lo que se refuta la primera mitad del postulado parmenídico: 17 ¡itv mm; au…; al refutar el resto,” se cumplira la segunda fase: hacer ver que el No- ser e: bajo algún respecto. Utiliza para ello Platón los ejemplos que proporcionan ciertos jui-
cios,lº tales como "algo es no grande" (n ,à, _uéya) y se declara que la negación (éqrépams) que conllevan no significa “lo contrario" (êmm’ov).“ De esta manera, "lo que no es” no es distinto a la "no existencia", sino
que esa negación (…;, oû) quiere decir "algo distinto" (rá'w ¿ ' t n) de los nombres (five/1.67011!) o, mejor dicho, de las cosas (rpa'ymírwy) que les siguen (c'móvrwv). 1.0 "no x” es "lo diferente", pero no lo absolutamente contrario al Ser ( rofl e'vavn’ov roû ó'vros). La consecuencia ontológicº. que tal distinción fundamental va a tener para el sistema platónico es la de que, en tal caso, los términos negativos señalados (no-alto, no-peque-
ño, etc.) tienen un nombre, pero no les corresponde una Forma especifica en el orden inteligible. Por eso sostiene Platón que la naturaleza de lo diferente se recorta en partes como la ciencia (xamxexeppcm'ofim mad-wep éma-nfm), indicando con ello que la Forma de Diferencia no se divide 7 25734-53 5aa1re’p êo-n fü. (im, Kariz foaaûm m’": artw3 Ad lac.: êxeîva yäp of»: 3v %v [LEV m’rro' t'a-rw K- 'r- ÀTe ¡mí ¿»s oi": ¿'a—n ‚1:77 ell/al., Poema, Il, 3— 10
Adelantándose ¡¡ Kant en la formulación de los 'juicios indefinidos' (unendlitbe Urteile) o 'limitativps' (befcbrà'nberzde) señalados por éste en l a _
"Critica de la Razón Pura" (Anal. trasc., libro I, cap. I, sec. 2) al pre— sentar la tabla de juicios por 'calidad'. Para las relaciones temáticos con Kant, cf. H. Perls, Platon et Kant. Anticipation: e: carrerpandannr ("Revue de Métaphysique et de Morale", 1946, 4, pp. 315-334) .
11 Platón no posee la neta distinción terminológica que va a introducir Aristó— teles entre 'contradicción' (vim-{9110(5) y 'contrariednd' (¿vam-iman), aunque,
como han mostrado Hamelin (op. cit;‚ pp. 148-150) y Robin (Le: rgppam, etc. pp. 125-126), Platón supo distinguir muy bien entre la oposición abraluta
(que, para él, era 'contrariedad',
'lo co'ntrario', 1-5 emu-toy)
oposición relativa (Oáfepov). Cf. Aristóteles,
y
Mel. 1.0558 s., 1.063a21
ss.; Pis. 224b29 ss.; Top. 104a14, 180a25 ss.; And. Prior. 24a13 ss.; Anal. Port. 72a11 ss. y De interp. 175.53 ss.
170
o seccional en otras Forums (¿ fn,), Sinn en partes (Il-¿M) u Imagen esta que, al referirla al caso de los juicios negativos, revela que "lío bello”, por ejemplo, no es una Forma sino un nombre especial que designa
a una parte de lo diferente, esto es, al _grupo de Formas que no .ran bellas. En expresión dialéctica: existe una parte de ]o diferente que se opone a lo
bellº (ia-n Tip ¡(GM 'n. ºarepou [Lópwv uvflflße'pcvoy) que no carece de
nombre, no es “anónima", por lo cual lo "no- a” es "otro entre los seres,
separado de un género, y opuesto por su parte a alguno de los seres".la El no-bello es antítesis de ser a ser (an-og ¡ñ „pa,— 3y äm’fiam) yello le
hace ser tan Ser como lo es lo bello. Tal relación se dará por igual para los otros ejemplos (Nogrande, No-justo) hasta afirmar que, en vista. de que la naturaleza de lo otro existe plenamente, está entre los entes (7‘1 ºafe'pov ¡aims . . . rä'w ¿wmv odo-a.), sus partes también lo estarán.“
Lo otro que se opone (äm’fism) a Ser no es su contrario (015x
êvavn'ov Exclu/(51), sino únicamente lo diferente de él (¿report ¿Keívov). Redbirá el nombre de No-Jer y no es inferior, no se le queda atrás en punto a esencia, a l a s otras Formas: ¿'a-rw oôb‘cw‘n flTw ¿ ' v oíva't'as êÀÀemo'pevov.
Tesis demostrada y consumación del anunciado parricidio: "el No-ser posee firmemente su propia naturaleza".15 Y es, en consecuencia, una Forma más (Ia sexta deducida) entre las otras (¿yápzºnov râ‘w 11-o ävmv €230: Ev).
La deducción del No-ser como sexta Forma superior, además de
servir a los fines propios e inmediatos del diálogo (solución del problema del error y definición del sofista), ha liquidado históricamente la gran aporía parmenídica planteada por un Ser y un No-ser absolutos.16 Pero, 12 Cf. "Polît.", 263b, donde se discute la distinción entre ¿¿Sos Y ¡Al-¿pag.
13 25782-4: "A… fl rôv ¿'m-mv "vos éw‘zs ye'vovs dpopraºe'v Kai vrpds 11 76v 51/e m') 1"i livrlfefie'v Laiectura rm‘m ¡vas yc'vovs bflSidO' preferida modernamente (Dies, Comford) ¡¡ la antigua (Burnet, Apelt) que era. eves ye' Two; ye’youg, pues el sentido del argumento exige que se separe el na-x de una Forma determinada y no de una cualquiera ("ab
uno quodpiam genere", Apelt). La Forma determinada es la de Diferencia y no como supone Cornford (op cit., p. 291, n. 1) la de belleza, pues lo que ha servido para clasificar y dar algún tipo de ser a los "no-x" es, precisamente, su condición de partes de lo diferente que, en tanto Forma,
es de las que “penetran" a través de las otras. Cf. 253d—254b—c.
14 25331041: Kai rä ¡topic, ain-fis u'qSevñs ñmv ¿'m-a, nºe'vu1-5 258b11-c1: 'n‘) ¡131 BV papales ¿o'-ri 'n‘yv m'y-mi çüaw ¿xav15 2533945932: “Huff; yàp «(pi pèr ¿vam-fou más aim?) xdpew 1:a
)Le'yopev, cïf’ê'anv ¿re mi, Myov êxov fi Kal vrav'ra'araa'w «flu-yaw-
171
Fl…
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33€… todo, en el plano central de la Dialéctica como ciencia de las Formas, se ha demostrado que "los géneros se combinan entre sí"," _y que, entre"
;ellos, hay algunos (5V Y ºcípºv), como la exposición general del método había previsto, que penetran a través de todos, es decir, que pbseen máxima "capacidad comunicflnte- E1105 son los que permiten racionalmente, la de— ducción completa de las otras Formas.
17 Ad lar-: 5n a-vppu'yvv-raí 're ¿M$—ou; fè yé";-
'
CONCLUSION
-----
La línea que registra el movimiento de la dialéctica platónica se
sitúa entre dos extremos: captación intuitiva de las. Formas y deducción racional de éstas. Entre ambos, pueden utilizarse, Para su comprensión definitiva, la imagen de la ¡imposición, introducida originalmente por Diès
y ampliamente utilizada por Fesmgíére; de esta manera. puede afirmarse que el esfuerzo metódico de Platón ha consistido en ¡imponer lo intuitivo
en lo racional. El reinado de la intuición, tanto sensible como intelectual, se extiende desde los rudimentos metodológicos de "Menón" hasta la formulación teórica de "Pedro". El ejercicio matemático del esclavo y el paseo del alma en el carruaje alado enmarcan la expresión intuitiva del conocimiento eidético con la que trabaja la fare de la dialéclica prem'tica. La fuerza deductiva de la dialéctica crítica arranca de la propedéutica técnica, registrada en la segunda parte de “Parménides", y culmina en la demostración de la comunicación de los géneros. En líneas generales, y con un intento de aproximación simplificadora, esto es, destinado a destacar los rasgos más gruesos que, en definitiva, caracterizan al método, _puede decirse que el proceso de captación intuitiva de las Formas se corresponde con la llamada dialértica a:-
rendente, mientras que la fase deductiva equivale a la dialéctica dercendente. En el detalle constitutivo del método, tal y como se ha tratado de mostrar al relacionarlo con la formación del sistema ontológico, puede observarse, sin embargo, que los momentos ascendente y descendente no son excluyentes entre sí ni se delimitan nítidamente en el trazado de la evoluciôn metodológica. De esta manera, es Posible distinguir, en "Sofista", un movi-
miento de ascenso en la dialéctica racional, que va desde la pluralidad de Formas a la unidad genérico-eidética, y otro de descenso, que sirve para cubrir, desde una Forma externa, a un conjunto eidético específico. Es 173
preferible, pór :lo tanto, teñir la terminología descriptiva del más; rasgos ya destacados de intuición-deducción racional. La unidad del método dialéctico depende de su integració cuerpo metafísico sobre el que opera. Todo intento destinado a
_
el método de su objeto, las Formas, produce la atomización del p_ y su necesaria y posterior explicación ad hat mediante divisiones artífici es
que patentizan la labor de abstracción efectuada.JL Si hay una estructura- irme en la filosofía platónica es la correspondiente a'la postulación de unas" realidades subsistentes; el mantenimiento de las Formas como entidades
autosuficientes permite hablar de ¡m método, y las variaciones que en éste se registren son consecuencias del reajuste a que obligan las variaciones sufridas por el objeto sobre el que el método versa. La aislada singularidad de cada Forma, propia de la fase precrítica, determinó la preeminencia de la intuición en el método que procede por captación inmediata y única de las entidades unitariamente buscadas; lo característico del proceso metodo-
iógico reside en que, a partir de la crisis registrada en el esquema pluralista de las Formas singularizadas, las variaciones no obran en ia dirección ontología-gnoseología, sino a la inversa, por lo cual será la Dialéctica el agente que organizará deductivamente a las Formas hasta constituir la trabazón del sistema ontológico superior que asegura, en definitiva, la comu-
nidad genérica, La racionalización de la Dialéctica complementa la adquisición intuitiva de las Formas mediante el proceso de la deducción, esto es, de su interrelación lógico-antológica.
1 Como le sucedió a Stenzel que llega a construir una diversidad de dialécticas, desde la socrático-platónica, de carácter ético-estético, orientada hacia la Forma-areté hasta la platónicd—aristotélica, dirigida a la Forma-átomo. Cf. J'. Stenzel, Studien zar Entwicklung der platanirrben Dialektik van Sahara: bir Ariuotelu, Breslau, 1917, pam'm.
174
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INDICES
INDICE ANALITICO A
ANTINOMIA: 168, 169.
ABSOLUTO: 65, 90, 168.
APORIA: ss, 115, 171.
ABSTRACCION: 118, 174.
ARISTOTELISMO:
ACCION: 34, 72, 147, 148; retórica: 80.
ARITMETICA: 63.
113.
ARMONIA: 54.
ADICION: 53.
ARS COMBINATORIA: 155.
ADIECTIVE-IVORDS: 88.
ARTE: 86; real: 58; formal: 80; ad-
quisitivo: 135; productivo: 141; ma-
AFINIDAD: 135, 157. AGENTE: regulador de conocimiento: 58; regulador de Formas: 59, 174.
AGNOSTICISMO: 123.
terial: 80; de conversar: 66; social: 81; de mensura-: 157.
ARTESANO: 54. ARTICULACION: natural:
75, 93.
ALEGORIA: de la línea: 58; de la caverna: 61, 73.
ASCENSO: 63, 64, 63, 70, 74, 76, 39,
ALMA: 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 51, 35, 36, 37, 42, 43, 44, 45, 47, 48, 49, 50, 60, 68, 70, 72, 78, 81, 90, 91, 95, 96, 103, 122. 138, 139. 173.
ASTRONOMIA: 63. ATOMISMO: 106. AUFHEBEN: 62. AUFHEBUNG: ‚62.
ALTERIDAD: 126, 162. AMBIGÜEDAD: 62, 66, 115, 118, 119, 152.
90, 92, 173.
116,
AUTENTICIDAD: del "Parménides": 104, 109; del "Teetetos": 120.
AMOR: 34, 35, 70, 78, 84.
AUTONOMIA: del método: 56, 96; de las Formas: 85.
ANALISIS: 63. 95, 107, 111, 116, 117, 113, 119, 143, 155, _168, 169.
AXIOMA: 51, 52, 162, 163, 164. B
ANALOGIA: 60, 72, 103. ANAMNESIS: 22, 25. 31, 32, 37, 38, 40, 42, 43, 45, 46, 123, 124.
BELLO: Forma de lo: 32, 35. 51, 64, 70,
78, 113, 14.4, 171.
183
BESPRECHUN G: 109.
CONCIENCIA: 115, 143.
BIEN: Forma de: 12, 35, 47, 56, 57, 58, 59, 60, 67, 70, 72, 73, 75, 76,
CONCOMITANCIA: entre Formas: 86," 87. 88. ' _, .' .::}, CONCORDANCIA: de alma con Fo
97, 98, 113; indcfinibilidad del: 56; condición de posibilidad del: 57.
BIUNIVOCIDAD: de la correspondencia: 65.
BRAQUILOGIA: 54. c CAMBIO: 63, 96, 97, 119; verbal: 107. CATALIZADOR: la Forma como: 154.
CATARSIS: 139. CATEGORIA: 58, 98, 160, 168. CAUSA: 44, 56, 164; lógica: 39. CAVERNA: alegoría, mito: 58, 61, 70, 73.
CIENCIA: 27, 28, 29, 30, 31, 32, 35, 34, 3 5 , 36, 37, 38, 48, 54, 56, 58, 61, 63, 64, 66, 67, 70, 72, 73, 80,
82, 94, 98, 122, 125, 133, 155, 138, 139, 141, 148, 153, 154, 170, 171;
autónoma: 67, 74; de hombres libres: 154; dialéctica: 60, 65, 67, 134; eidética: 65.
mas: 47, 48; interna de las coins cuencias: 51. ;…
CONCRETO: 144. CONDICION:
aporétim: 126, 145,
146; de aplicación: 72; de manejo del paradigma: 113, 114; de opera-
ción: 154, 155; de posibilidad: 57, 58, 98, 132, 133, 144.
CONFUTADOR: de las Formas: 95. CONJUNCION: 89.
CONJUNTO: 90, 91, 98, 99, 110, 118, 119, 121, 126, 142, 145, 155, 173.
CONOCER: 47, 48, ss, 59, 123, 124, 125, 126, 131, 132, 138, 139. 148,
149; orden del: 40. CONOCIMIENTO: 57, 58, 63, 66, 67,
71, 72, 75, 77, 78, 79, so, 81, 86, 88, 89, 91, 92, 94, 95, 112, 113, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 127, 135= 154, 140, 141, 146, 147, 173;
abstracto: 94, 95; científico: 53, 90,
CLASE: 88, 141, 167.
91, 93, 120, 124, 125, 126, 127;
COGNOSCIÉILIDAD: principio de: 57.
ca del: 30; fase aporética del: 31;
COMPATIBILIDAD: entre Formas: 89, 162, 163.
COMPONENTE: dc lo ml: 124; de síntesis: 163.
COMUNICACION: 12, 14, 131, 133,
142, 149, 151, 152, 155, 160, 162, 166, 173.
COMUNIDAD: genérica: 156, 174.
CONSCEPCION: integral: 93‘, eleática:
demarcación del: 124; discursivo: 63, 64; empírico: 79, 80; fase mem-¡sti-
grades de: 66, 67, 122; intermedio: 44; intuitivo: 46, 47, 64; metafísico: 95; principio de: 57, 58; sensorial: 47; teoría del: 44, 45, 54, 55, 81.
CONSISTENCIA: 71. CONSTITUCION: piramidal de las Formas: 56, 57; del método en ciencia: 66, 67, 76; de cosmogonía: 97, 98; del sistema: 115, 116, 117; de la teoría: 117, 118, 119; óntica: 122, 123.
12 .
CONSTRUCCION: CONCEPTO: 84, 85, 86, 87, 88, 89, 95, 98, 115, 116, 118, 119, 122,
123, 145, 152, 153, 164; compren-
sión del: 84; extensión del: 84; intermedio: 78.
CONCEPTUALISMO: 95, 96.
184
leyes de: 160, 161.
CONTEMPMCION: 59, 60, 70, 81, 90, 91— CONTRADICCION: 54, 74, 75, 85, 87, 88, 114, 137, 138, 144, 162, 165, 170, 171.
CONTRADICI'OR1W38} 1139,55 1403 CON'I'RARIEDAD: entre Formas: 86, 87, 88, 89, ‘170
'
1:71.
'
'DEMOSTRACIONg. 1109, 110, 113, 119, 122, 131, 132, 133, 141, 142, 146,150,151,160‚ 169, 170,173.
DERIVACION reglas de: 161,162.
CONTRARIO: 86, B7, 88, 167,—'=-168, 170,171,172.
DESCENSO: 72,. 73, 93, 173.
CONTROVERSIA: 139, 140
DEUS EX MACHINA: 48, 49.
.CONVERSACION: 42, 54, 110.
DEVENIR: 13, 14, 63, 82, 83, 126.
CONVERSION: de opinión en ciencia: 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37.
DIALECTICA: 11, 12, 13, 14, 22, 23,
COPIA: 141.
33, 43, 44, 45, 46,
de la línea: 59, 60.
CORRELACION:
noemátíco: 143, 144.
CÊIÈRESPONDENCIA:
bîunîvocn: 65,
93, 94, 95', 96, 97,
103, 104, 110,
113, 126, 127, 132, 133, 134, 135, 138, 139, 140, 141, 142, 143, 147, 150, 151,
153, 154, 155, 156, 157,
158, 160, 161, 162, 163, 164, 165,
168, 171, 172, 173, 174; ascendente-. descendente: 13. 14, 52, 5:1, 6 3 , 6 4 ,
COSMOLOGIA: 14.
67, 68, 69, 70, 71, 72, 75, 7 4 , 7‚5_ 76, 81, 82, 83, 84, 35, 88, 89, 91,
CREENCIA: 53, 54. CRISIS: metodológica: 13, 14, 15, 29, 30, 93, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 100,
101, 102, 105, 104, 105, 106, 107, 108, 109,
52, 53, 54, 55,
56, 57, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 74, 78, 79, 84, 85, 89,
COP'ULA: 116, 117, 155.
CORRELATO:
DIADA: 89.
112, 118, 119, 120,
124,
125, 126, 174; epistemológica: 95,
964 103, 104; de la participación: 10 .
CRITICA: de las Formas: 103, 104, 105, 106; de la Dialéctica: 109. CUADRADO: en sí: 70, 71.
92, 93, 97, 98. 106, 107, 108, 111, 112, 113, 114, 118, 119, 126, 127, 132, 133, 145, 173; crítica: 131, 132, 1.73; eleátíca: 109, 110, 115; exaltación de la: 78, 79, 81; integral: 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 9 2 , 9 3 ; limitación de la: 94, 95; mayor: 73, 74; megáríca: 109, 110; menor: 73, 74; platónico-aristotélica: 174; precrítica: 19, 20, 173; racional: 87, 173; socrático-platóníca: 174; mia-1011311111: 65, 66, 111; zcnonia-
na: 111, 112.
CUALIDAD: 146. DIAIŒCI'ICO: 70, 86, 92, 93, 134, 135, 156, 157.
D DATO: 47, 48, 70, 71, 72, 73, 90, 98.
99. 1 2. DBDUCCION: 62 63, 72, 73, 74, 75, 76, 92, 95, 94, 95, 96, 97, 98, 104, 109, 110, 113,116, 113,119, 122, 126, 127, 131,132,133,139, 140, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 157, 160, 161, 162, 163, 164, 165, 167, 169, 171, 172, 173, 174. DEFINICION: 75, 76, 95, 117, 118, 120, 125, 131, 132, 133, 137, 138, 141, 142,
DELIRIO: 34, 35.
88, 91, 93, 94. 121, 122, 123, 134, 135, 136, 162, 164.
DIALOGO: 54, 92, 93, 112, 122, 126. DICOTOMIA: 93. DIFERENCIA: de significado: 117, 118; entre ciencia y creencia: 53; entre contradicción y contrariedad: 88; en-
tre datos propios y comunes: 121, 122; entre dialéctica y retórica: 53, 54, 79; entre esencia y existencia: 166, 167; entre Formas y Forma de Bien: 76; entre opinión y ciencia:
36. 33; entre vacía-:s Y Suivant 65,
66', específxca: 145, 136; Forma de:
121, 122, 125, 145, 157, 160, 161, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 168,
169, 170, 171; ontolôgica: 97, 98.
185
DILEtMAzi-Áel ma: 144.
No-ser
‘”TËPIR‘ITU: 46, 47, 54, 58, 7óf 71
en tanto For,
DlNAMISMÓ: de las Esencias: 96.
123.
_
79, so, DISCURSO: 21, 22, 53, 78,132, 137, 81, 82, 83, 84, 85, 93, 131, 133, 151, 152, 153, 154, 166.
89.
DISYUNCION: inclusiva:
DIVERSIDAD: formal: 86, 87, 88, 89. DIVISION: 53, 60. 51, 52, 65. 65, 67, 68, 69, 70, 84. 85, 86. 95. 94, 95,
96. 97, 98, 110. 132. 135. 134, 135,
136, 141, 153, 174; del alma: 77, 78; del "Sofísta": 131, 132; formal: 93, 94, 95, 99, 157; universal: 98. DON: divino:
22.
E EDUCACION: 58, 59, 74. ELEATISMO:_.7-1, 75, 82, 111, 120, 121, 143, 144. 145.
,n
ESQUEMA; ss, 153,-154, 156,162lógico:4 72; analítico: 105; plural? la: 17 . ‘
ESTADO: 69, 60, 90. ESTATICISTAS: 144.
„,
ESTEREOMETRIA: 63.
'
ESTILOMETRIA: 78. ESTUDIO: 81, 82, 115, 116, 117, 118, 158. EVOCACION: 125 .
EXISTENCIA: 40, 50, 71, 72, 75, 96, 97, 98, 106, 107, 108, 119, 125, 126, 133, 141, 142, 143, 144, 145, 153, 159. 166. 168, 169. 170. 171. EXPERIENCIA: socrátíczx: 44; rutinaria: 80; kantiann: 144.
EXTENSION: de 1:15 Formas: 11, 156.
EMPIRISMO: 79, 80.
F
ENTE: 97, 171.
FALSEDAD: 138, 139.
ENTELEQUIA: 32.
FELICIDAD: 58, 59.
ENTENDIMIENTO: 46, 47.
FENOMENO: 126, 156, 157.
ENTRETIEN DIALECTIQUE: 66.
FIGURA: 70, 71, 72.
ENTUSIASMO: 22, 23, 135.
FIJISMO: pluralista: 12.
EQUIVALENCIA: blunívoca: 58, 59.
FILOSOFIA: 72, 159; del devenir: 120; griega: 119; historia de la: 144; matemática: 109, 110; platóníca: 74, 75, 78, 147, 174.
EQU1voco:114 . ERISTICA: 51, 52, 138. ERROR: 58, 114, 126, 127, 133, 142,
171; im osibilidad del: 126, 127; po-
sibilida
del: 127.
ESCALA: de valores cognoscitivas: 58,
59; pedagógica de las ciencias: 67.
ESCLAVO:
ejemplo del:
26, 27, 28,
29, 50, 51, 175.
ESENCIA: 47, 48, 49, 50, 70, 73, 74,
76, 88, 97, 98, 113, 114, 159, 140,“ 146, 152, 153, 158, 166, 167, 169,
171; del Amor: 33, 34, 35; del Bien: 56, 57, 76; del cuadrado: 29, 30.
ESPECIE: 83. 84, 137, 138, 140, 157.
186
FILOSOFO: 29, 30, 53, 59, 60, 74, 114, 154, 155. FISICA: 44 .
FORMA: 11, 12, 15, 14, 15, 16, 19, 20, 21, 22, 25, 24, 25, 29, 50, 40, 41, 42, 43, 44, 46, 47, 48, 49, 50,
51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 62,
64, 65, 66, 67, 68, 72, 73, 74, 75,
76, 84, 85, 86, 37, 88, 89. 9o, 91, 92, 93, 94, 95, 96. 97, 98, 99, 100,
101, 102, 105, 104, 105, 108, 109, 110, 111, 112, 117, 118, 119, 115, 124, 125, 126, 131, 132, 133,
106, 113, 120, 127, 154,
107, 114, 121, 123, 155,
159, 140, 141, 142, 143, 144, 1.15:?-
GRANDE: rm'dess..145;aa1—44;g1157,168.
146, 147, 148, 149, 150, 151, 152,
153, 154. 155, 156, 157, 158, 159,
160, 161, 162, 163, 164, 165, "166;
GRUPO: 98, 99, 111, 141,“ 157. -
167, 168, 169, 170, 171, 172, 173;
174; «eté: 174; átomo: 174; asengcjanlc: 89; atómica: 95; atribu-
ción delas: 42, 43, 54, 55; capta-_ . ción de las: 81, 92, 93, 94, 95, 107, 118,119, 124, 1 2 5 , 1 2 6 , 173. 174;
cognoscibilidad dc las: 108; conceptualización de las: 139, 140; concomitante: 87, 88, 89; constitución piramidal de las: 56, 57; cont…-ia: 87, 88, 89; diversa: 88, 89; fase larvada de las: 19, 20, 59, 40; indeterminada: 88, 89; interpretación panteísta de las: 41; interpretación como fuerza-sustancin: 40, 41; amigos de las: 144, 145; visible: 69, 70, 71,
,
H
|.
HEGELIANISMO: 110, 11’1. HERACLITEISMO: 120. HIPOTESIS: 44, 45, 43, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 60, 61, 62, 65, 64, 65, 68. 69, 70, 71, 72, 73, 75, 76. 89, 103, 104, 107, 108, 109, 110. 115, 116, 117, 118, 145, 151.
HOäVIOGENEIDAD: de lo natural: 25, 2 , 27. HOMONIMIA: 106, 108.
72.
FORMALISMO:
I
68, 69.
IDEA: 29, 50, 123, 139, 140; innata: 33; asociación de: 45 46.
FORMALIZACIÓN: 52, 53. 89. FUNCION: 64, 65, 68, 119, 154, 155; copulativa:
154;
gnoseolôgica:
58,
59; lógica: 167.
IDENTICO: 164, 166, 168.
FUNDAMENTACION: de la comunicación: 151; deductíva: 15, 37; extrínseca: 70, 71, 72, 75; gnoseolögica: 22, 38, 75, 124; intrínseca: 70, 71, 72, 75; lógica: 52, 53, 73; metódica: 76; ontológica: 15, 115, 116; sistemática: 118, 119.
G GENERACION: 43, 44,107,146,147; de 10 real: 145,146.
GENERALIZACION: 84, 85, 86. GENERO: 13, 14, 15, 74, 75, 111, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141,
142, 152, 153, 154, 156, 157, 158,
159, 160, 161, 162, 163, 164, 167,
168, 169, 170, 171, 172, 173. 174;
comunidad de: 149, 150; retórico: 79;
IDEALISMO: 86. IDENTIDAD: 121, 122, 133, 144, 161, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 168, 169.
IDENTIFICACION: de Reposo y Movimicnto: 165, 166. IGNORANCIA: 34, 35, 36, 38.
ILIMITADO: 158, 159. IMAGEN: 59, 60, 64, 65, 66, 67, 68,
69, 70, 71, 72, 73, 74, 122, 123,
124, 125, 126, 158, 141, 155, 170, 171, 172.
IMITACION: 107, 141. IMPAR: 70, 71, 72, 86, 87, 88, 89. INCOMPATIBILIDAD: 89, 163. INCOMUNICABILIDAD: 72.
supremo: 57, 5 8 .
GEOLŒTRIA: 62, 63.
GIMNASIA: intelectualzl34, 135. GNOSEOLOGIA: 11, 12, 52, 37, 58, 59, 89, 90, 91, 92, 93, 174. GRAMATICA: 115, 116, 153.
INCONSISTENCIA: 120, 121, 139. INDIVIDUACION:
83
INDUCCION: 154. INFINITESIMAL: 109, 110.
INFINITO: 158, 159, 162, 163. 187
INFLUENCIA: eleáu'ca: 104, 105; socritica: 118.
LEYES: 22, 23; de construcción: 161,
INMANENCIA: 11, 96, 98, 106, 115.
Lärm—4136111 de 111558, 59, 60, 61, 5,, .. - .— —.
INMORTALIDAD: del alma: 21, 22;???
23, 24, 25, 50, 31, 43, 44, 45, 47, 48, 49, 50, 51, so, 31, 96.
INMOVILIDAD: 72, 149, 150. INMUTABILIDAD: 86.
LNNATISMO: 125, 138, 139. INSPIRACION: adivinatoria: 22, 23; amorosa: 23; creativa o poética: 22; iniciante o mística: 22, 23.
INSTANTANEIDAD:
158.
INTELIGENCIA: 65, 66, 69, 70, 76, 147, 148, 149, 150. INTELIGIBLE: 42. 45. 93. 94, 95,
108, 126.
INTERMEDIARIO: 12, 13, 34, 35. 36, 38, 43, 48, 49, 71, 72, 78, 158, 159. INTERRELACION:
conceptual: 116;
lógico-ontológíca: 174; racional: 118,
119.
INTUICION: 11, 26, 28, 29, 30, 31, 32, 62, 63, 65, 66, 70, 71, 72, 73, 89. 90, 91, 92. 93, 96, 118, 119, 173, 174.
lN'I'UICIONISMO: 69, 70, 71, 72. IRONIA: socrátíca: 26, 27. IRREDUCTIBILIDAD: 162, 165, 166.
_ -162; de deduodénz‘ 161,, 162.
'LOCUR'A: divina: 34, 35, 36. LOGICISMO: natorpíano: 109, 110. LUDUS: 113, 114.
LUGAR: 14, 15; supraceleste: 77, 78, 112.
M MAGNITUD: 46, 49, 50, 51, 52.
MARIONETA: divina: 81, 82. MATEMATICAS: 51, 52, 60, 61, 62, 63, 64, 66, 67, 68, 69.
MATERIA: 13, 14. MATERIALISTAS: 144, 145. MAYEUTICA: 27, 28, 122, 123, 125. MBDITATIO: 80. MEGARICA: Escuela: 126.
MEMORIA: 122, 123, 127. MENSURABILIDAD: 157. MENTE: 148.
— METAFISICA: 14, 15, 16, 38, 95, 96, 97, 119, 122.
METALENGUAJE: ‘ 116. METAPARADIGMA: 134 .
J JUEGO: pasatiempo: 21, 22, 84; laborioso: 57, 58, 104, 111, 112, 118; infantil: 81, 82; preocupado: 103,
METEMPSICOSIS: 23, 24. METENSOMATOSIS: 23, 24.
JUSTICIA: 57, 58.
METODO: atomización del: 173, 174; axiomático: 162; cíclico: 74, 75; constitución del: 43, 44, 45, 51, 66; constructivo: 52; contemplativa-ascendente: 11, 64, 65, 106; de disputacíón: 111; de división: 12, 13; dia-
L
86, 87, 89, 90, 91, 92, 93, 94, 95, 96,
LENGUAJE: 107. 108, 109, 115, 116,
147, 158, 159, 173; economía del: 135; evolución del: 124, 173; fraca-
104.
JUICIO: indefinido: 88, 89, 170; limitativo: 170; negative: 170, 171.
117; lógico: 88; retórico: 104.
188
léctico: 13, 14, 42, 43, 44, 45, 56, 57, 61, 70, 74, 75, 78, 80, 81, 85, 98, 99, 118, 119, 134, 135, 139, 146,
so del: 111, 112; general: 60, 61, 66, 67, 68; intuitivo: 21, 22, 74; modi-
ficación del: 109, 110; ontológico; 12, 13, 66; objetivo: 78; por división: 133, 134; por hipótesis: 133, 134; sintético: 74; universal: 79, 80.
IMETODOLOGIA: 52, 55. MEZCLA: 153, 161. MITO: 21, 22, 24, 25, 27, 28, 33, 54, 35, 36, 81, 32, 83, 89, 90, 91; de
B:: 27, 50; de la caverna: 59; del carruaje alado: 25, 59, 60, 78, 89, 90, 173.
NEGESIDAD: 114, 120, 126, 142, 145, 146, 157.
NEGACION: 89, 94, 95, 171.“ NOMBRE: 87, 122, 125, 149, 150,168, 171.
119, 138. 145, 162,
NO-SER: 39, 115, 116, 117, 118, 125, 126, 127, 151, 132, 133, 139, 140, 141, 142, 145, 144, 146, 149, 150, 151, 157, 161,
16;, 164, 165, 166, 167, 170, 1711
17 .
NUMERO: 70, 71, 87, 109, 110, 143,
158, 159; teoría de los: 62, 63.
MIXTO: 146, 147, 162, 163.
MODELO: 13, 14, 55, 59, 60: 98.
O
MOMENTO: ascendente: 62. 63, 70. 173;_congtitutivo de la Dialéctica: 67, crítico: 114; descendente: 62, 63, 175; dialéctico: 154, 155.
ONTOLOGIA: 12, 15, 53, 58, 59, 76, 93, 95, 97, 174; de primer y segundo grados: 1.'. 13; monista: 89, 90, 91; radical: 12, 13.
MONADA: 85, 86.
OPINION: 29, 30, 51, 33, 34, 35, 36,
57, 81, 82, 152, 157, 139, 140; fal-
MONISMO: 12, 13.
sa: 26, 27, 38, 43, 44, 127; insegu-
MOVIMIENTO: de la acción: 79, 80; Forma de: 13, 14, 57, 58, 87, 112, 113, 115, 116, 145,
144, 146,
147,
148, 149, 150, 151, 152, 153, 160,
161, 162, 163, 164, 165, 166, 167,
168, 169, 170, 173; uniforme: 163.
MUERTE: 44, ‘45 .
36, 38, 39, 72; objeto de: 26, 27, 29; recta, verdadera: 21, 22, 26, 27,
28. 29. 31. 32. 33, 34. 35. 56, 37, 35, 39, 43, 45, 55, 91.
OPUESTO: 62. ORDEN: 54, 55, 59, 68, 69, 114, 126,
MULTIPLE: 111, 112, 113, 114, 116, 117, 157, 158, 169, 170. MULTIPLICIDAD: diferenciada: 157, 158; empírica: 52, 53, 90, 94. 95,
107, 110, 124, 125; unificada: 157, 158.
147, 148, 170; matemático: 105; moral: 106; onto-gnoseolôgico: 81, 82; ontológico: 86; pedagógico: 77, 78. ORDENAMIENTO: causal? 43, 44. ORIGEN: del conocimiento: 31, 32, 38,
95, 96; del método: 95. '
OTRO: Forma dc: 164, 165,-166, 167,
MULTIVOCIDAD: 117, 158. MUNDO: inteligible: 60, 61, 77, 78, 96,
ridad de las: 56; inestabilidad de las:
97,
99,
126, 162, 165;
visible:
60, 61, 65, 70, 71, 72, 74, 93, 126,
146, 162, 163.
168.
P PAR: 69, 70, 71, 89.
N NATURALEZA: 22, 23, 40, 47, 48,
50, 54, 58, 59, 60, 67, 70, 79, 80, 88, 93, 94, 95, 96, 99, 111, 116, 117, 125, 131, 152, 141, 144, 146, 147, 169, 170, 171, 172.
PARADIGMA: 113, 114, 132, 134, 135, 156, 137, 138.
PARADOJA: ss, 162, 163. PARMENIDISMO: 44, 45. PARRICIDIO: 143, 171. 189
PARTICIPACION: 19, 20, 48, 49, 50,
5.1, 98, 99, 103, 104, 106, 107, 109, 113, 114, 115, 119,‘ 12'4, 125, 126, 149, 151.
PARTICULAR: 70. 71, 72, 95. PENURIA: 33. 34. 35. PEQUENO: Forma de: 156, 157, 169. PERCEPCIÓN: 112, 113, 121, 122, 126, 127.
PERFECCION: 67. PERPLEJIDAD: 25, 26,
PERSUASION: dadera: 54.
27,
145.
81; científica: 53; ver-
PESCADOR: de caña: 132, 133. 134, 155. 136, 138.
E 1 IO
RINCIPH: 48.
PE7-TORPEDO:
26, 27.
R
maocmùo: 79, so. _RACIONAIJZACION: de 111 15141624.“ ca: 174; de los procesos intuitivos: 55, 92.
RATIO: tognm‘nndi: 74; «Jeudi: 74, RAZON: 69,
70,
72,
114, 120, 121,
125; discursiva: 65, 66; lógica: 97; ontológica: 97.
RAZONAMIENTO: 73, 74, 81, 82, 88,
111, 147, 149, 150, 151, 154; causai: 36, 37; inductivo: 81, 82, 84.
REALIDAD: 58, 64, 79, 80, 81, 82,
33, 85, 86, 87, 92, 93, 95, 112, 113, 115, 116, 117, 119, 122, 123, 124, 125, 126, 131, 132, 141, 145, 146, 147, 174.
REALISMO: 118 .
PITAGORISMO: 144. PLACER: 58, 59, 157; sin remordimientos: 21, 22.
RECOLECCION:
de las Formas: 13,
14, 62, 63, 85, 87, 94, 95, 96.
PLATONISMO: 134, 135, 145.
REDUCCION: 96, 142; al absurdo: 152, 160; fcnomcnológíca: 143.
PLURALIDAD: 112, 113, 158, 159, 160, 161, 162, 173; dc los sinónimos: 106; dispersa: 91, 157; empírica: 94, 95; unívoca: 106, 107.
REGLAS: 51, 52, 53. 54, 68, 135, 157, 158, 159; de derivación: 162; dc
POESIA: condenación de la: 141.
RELACION: asimétrica: 168; bipropo-
POTENCIA: 121, 122; dialéctica: 67, 72. 105.
PREDICACION: 138. 139, 142, 149, 150, 151, 152, 165, 166, 167, 169.
PRE-EXISTENCIA: anímica: 23, 29, 30, 31,
32, 45, 4 7 .
PRINCIPIO: 49, 50, 51, 52, 61, 62, 64, 67. 68, 69. 70, 71, 72, 76, 98,
146; absoluto: 52, 53; anhipotético: 12, 52, 55, 68, 74, 75, 76; de conocimiento: 57, 62, 63; de derivación: 76; de identidad: 165, 166; formal: 56, 57; inengendrado: 49, 50; telcológico: 55.
PROPEDEU'I‘ICA: 103, 104, 119, 173. PROPIEDAD: 70, 71, 72, 79, 80, 85," 86. 87. 97, 9a, 146, 147, 149, 162, 163.
190
formación: 162. sicional:
89; categoría de: "167; de
parentesco: 155; entre Formas y la de Bien: 97, 98; entre géneros retóricos:
78» 79; en!“ b‘m'pcms Y 0117417077}: 81, 82; entre paradigma y definición: 137; heterolôgica: 88; negativa: 38, 39; onto-gnoscoiógica: 120, 125; positiva: 88, 89', Primaria, entre Formas: 53, 76, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 96, 97, 98, 106, 107, 111, 112, 115, 114, 115, 118, 119, 159,
140, 141, 149, 151, 153, 154, 159, 169, 170; secundaria, entre Formas y
sensible: 53, 95, 94, 96, 97, 98, 99. 106, 107, 108, 109, 114, 115, 118,
150, 151, 155; transitiva— simétrica: 59; triproposicional: 89.
REMINISCENCIA: 19, 20, 21, 22, 23, 24. 25. 26. 27. 28, 29. 30, 31, 32. 33, 37, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 4s, 62, 63, 122, 124, 133, 134, 139.
REPOSO: Forma de: 57, 58, 112, 115, 116, 143,144,149, 150,151,152, 155, 1 6 0 , 1 6 1 , 1 6 2 , 1 6 5 , 1 6 4 , _ 1 6 5 , 166, 167,‘ 168,169
RETORICA: 55, 54, 78, 79, 85,'110; condiciones de Ia:- 79, 80; método de la: 79, 80; objeto de la: 79, 80;
filosófica:
78, 79, 80, 81; sofistica:
43, 44, 78, 79, 80, 81, 84.
REUNION: 81, 82, 85, 84, 85, 86, 89, 158.
RUTINA: 79, 80.
SOCRATISMO: 126. SOFISTICA: 52,,53. 54, 85, 138. SOL: 46, 47, 59, 70, 76.
SUERO: 31, 32, 33, 64.133.
SUPERVIVENÇIA. anímica. 42, 43, 44, 45, 46 47, 48, 49. T TABANO: 26. TABULA RASA.‘ 32, 33.
S
TEOREMA: 51, 52, 161, 162, 163.
SECCION: inteligible: 68, 69, 72; visible: 68, 69
TERMINO: 57, 55, 60, 67, 71, 89, 90, 92, 93, 106, 115, 116. TOTALIDAD: 106, 157, 158.
SEGMENTO: gnoseológico: 58, 59; ontológico: 58, 59.
TRASCENDENCIA: 15, 96, 97= 98. 106, 114, 115, 139, 140.
SABER: 25, 26, 33, 34, 79, 80.
SEMEJANTE: 113,
Forma de: 45, 46, 59,
121.
TRASPOSICION:
77, 78, 175.
TRIADA: 89.
SEMINA INNATA VIRTUTUM: 138, 159.
TRIANGULO: 69, 70, 72.
U
SENSACION: 121. SER: 12, 15, 57, 59, 62, 63, 65, 70, 74, 75, 76, 87, 97, 98, 110, 111,
UNICIDAD: 72, 75, 76.
158, 142, 145, 144,
UNIDAD: del método: 92, 95, 95; entitativa: 81; esencial: 64, 167; for-
156, 160, 161, 162, 165,
92, 95, 94, 95, 96, 106, 112, 156,
171, 172; orden del: 40; real:. 87,
ral: 85, 86, 92, 94; temática: 118; universal causatíva: 97.
115, 116, 117, 119, 121, 122, 126, 152,
155,
157,
145, 146, 147, 148, 149, 150, 151, 152,155,
164, 165, 166, 167, 168, 169, 170, 144, 145.
mal: 70, 71, 84, 85, 86, 89, 90, 91,
157, 158, I59, 160, 165, 175; natu—
SICAGOGIA: 79, 80.
UNION: natural. ..)98
SINECDOQUE: 63, 68.
UNIJZERSALIA UNI VERSALISSIMA
SINONIMIA: 81, 82, 159. 140.
SIN'I'ESIS: 85, 86, 90, 92, 112, 155, 156, 162, 163. SISTEMA: 12, 13, 14, 16, 58, 59, 40,
1 UNO: Forma de: 11, 103, 110, 111, 112, 115, 114, 116, 118, 119, 157. 170.
UTILIDAD: 55, 54, 35, 59.
41, 46, 47, 49, 52, 55, 54, 55, 56,
57, 72, 81, 37, 89, 90, 93, 96, 97,
V
98, 99, 105, 105, 115, 114, 115, 116, 117, 118, 124, 158, 156, 157, 159,
161, 162, 164, 170, 171, 175, 174; axiomático: 162; de relaciones binnivocas: 58, 59; jerarquizada 76; 16-
gico proposicional: 162. _
VERDAD: 23, 24, 46, 55, 58, 59, 69.
70,71, 81, 82, 83, 111, 137, 138,
139, 140, 141; como desvelamiento: 25, 24; como rectificación: 23, 24; de los entes: 44.
191
VEROSIMILITUD: 81, 82.
VIA REMOTIONIS: 78. VIDA: 87, 148. VIGILIA: 32, 35. VIRTUD: 19, 20, 21, 23, 25. 28, 29,
30, 33, 54, 55, 39, 40, 48, 55, 57, 58, 78; díanoética: 57, 58', ética: 57.
VISION: sensorial: 46; intelectual: 70, 71; de conjunto: 89, 90,— 91, 94.
VITALISMO: anímico: 'zs. VIVIENTE: en sí: 14.
Vacas, QUINQUE: 164. w IVANDLUNG: za.
INDICE
DE
TERMINOS GRIEGOS
'AvaLpe'w.’ 62. 'A'/(";llfrluflsi 46.
’Ayaflév-Ev: 57.
'Avappaa‘rc'œ: 151.
'Ayavcîxnywç: 27.
'Avdp'rwç: 89. 'Avcvpía'xm: 25, 95. 'AvÛpwos‘: 86.
’A'ye'yvqrov: 16. "A)/vom: 149. 'ASwvónTov: 143. 'ASLápBopovi 49"Aö‘ucov: 89.
'Awîfiemç: 171. ’AvnÀoywôs: 53, 138, 140, 141.
'ASoÀea'xla: 111.
'Avrz'çaatç: 170.
’Aflfie's: 59. 'Aºáva'rov: 89.
'Avvmíºe-rov: 52, 65, 69.
'Aºepfmv: 89.
'Aflogi 36.
'AÛÀm-wîç: 138. Aîpe'w: 62. Akºya“: 121, 125. Aí-ría (M)/wide): 22, 37, 54. 'Altmya'íal 149.
'Axív'qrov: 149. 'AlcpíBem: 156.
'Avoyoíwv: 45.
'Ava'xheºpov: 16. ‚Arm-rin: 44, 46.
'Aflôpnpa: 149. 'A'lropfaî 26, 27, 5'9, 153.
'Aaropoç: 153. ’Amîçacns: 171. 'Au-rw: 33, 72.
’Apcr-rîî 22, 29, 39.
'AÀfîÛCLa: 47, 111, 138.
'Aplop'qnní: 63.
'AÀÀoç: 168.
'Aplºluív: 145.
"AM-‚row: 143.
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Me‘raM/lßéveiv: 114, 151.
Mel-11515: 71, 126, 159.
Mc‘re'xm: 91, 117, 151. Me'fp'qcns: 157. Me‘rpn-nmi: 157. Me'rpLov: 156. qamî: 48. Miu-(¡me: 107.
133, 143, 144; “718117153514? ovms'15; amm-(Ame: 87,126, 144, 146,147, 1.48 "Crap: 33, 64. 'Ovapóuaº): 64-
'Ovoya: 89, 170. 'Opa'ro'v: 47, 59, 96-
'Op-yavov: 70. 'OpîCeaoaL: 105; «GMA/ou: 84 ‘Opw‘uôs: 71.
'opmÿz 52, 72, 111'.
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146, 147, 166; c‘ïre'xewu fils: 57, 75. ”Owing: 34.
I\'ÏL[.L1}TLK1;5138,141.
LIL'ILV'rîfl'Kwîl 26. Maipu. (96M): 23, 48. MÍOpga'ó: 87.
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Hapauvgtlaí 42.
No'lwç: 22.
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Noûs: 115, 149.
Heprr'rós: 89.
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l'Ile-ns: 42, 53, 59HÀE'OV! 156. Hozcîv: 80, 148. Hablan: 80. Hapeóm: 61, 69, 153.
Na'plî 27. Ná'qcns: 59, 64, 65.
Non-m'y: 47, 59, 96.
"Op./‚m: 70. 'Opoiwv: 45. 'Opomnxös! 59.
'oy: 16, 70, 80, 95, 106, 107, 142, 148, 163, 166, 170, 171; ñ ¿'v:
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Ho'poç: 35, 153. Hpéwm: 171.
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Ts'Àos: 66; paßyjpafos: 57.
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Epucpôv: 135. Envía: 34.
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Era’mpos: 163. 274,05: 149, 162, 168.
Tc'xm: 37; dan-a.).œunxfi: 136, 137; ÉLaÀex'rLK-yÿ' 23, 66; siSmÀnroluz-rj: 138; eixaa'flmj: 141; épwrucy'}:
117; x-rq'rmí: 135, 138; rom-rmi: 136, 137, 158; coma-run}: 177; qmvrao'nK-rí: 141. Tis-: 142; rpäs: 167; En": 23, 29,
57. 73; r685: 166. To'Kos: 60. Topf}: ¡Im—¡nii 6 8 ; ¿pa,-nf: 69. T61rov (îmcpovpa'wov): 25. Tplflrîl 81. Tpóarog: 67, 81.
Éuyye'vaa: 135. Sun/ethic: 26. Ev'yxepdwum: 151. wwpe'w: 149.
Evupfywlu: 151. Evuçwvsîv: 151. Ëuvd'yflv: 151. Evita,—yw“: 15, 52, 63, 68, 77, 84,
85, 87, 88, 91, 95, 119, 127, 140, 155. Swim-av: 151.
Evvapuo'zu): 151. zvmpafu): 90.
Y "YF-vo; (¡mamás-): 83; ürap: 64; 15117092 64; imágen-Ls: 69; ¡morí-
o‚„„: 51.
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197
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all…: 121, 138, 148.
INDICE DE NOMBRES C
A Abbagnano, N.: 27.
Adam, Ch.: 69. Aecio: 47. Agatôn: 35, 39. Agoglia, R. M.: 30. Alcibiades: 82. Alline, H.: 69. Anitos: 39. Antístenes: 54. Apelt, O.: 145, 146, 161, 171. Arangío Ruiz, V.: B3. Aristóteles: 13, 41, 45, 48, 72, 84, 89,
Calicles: 54, 82. Calogero, G.: 31, 34'. Campbell, L.: 69. 124. 145, 156, 161. 165. Capone-Braga,, G.: 41. Carlbclis: 86. Cebes: 43, 51. Cicerón: 139. Cobet, C. G.: 69. Cohen,-H.: 23, 88. Collingwood, R. G.: 1_07. Comford, F. M.: 21, 23, 24, 57, 60,
91, 94, 106, 107, 119, 154, 159.
61, 66, 69, 103, 110, 116, 117, 120,
145, 150, 166, 168, 170.
125, 124, 139, 147, 148, 150, 151,
Ast. A. F.: 109. Auffarth, A.: 23.
152, 153, 154, 155, 156, 160, 161, 163, 164, 165, 167, 171.
B
Cousin, V.: 103. Critias: 75.
Croisct, A.: ao.
&
'
Bertini, G. M.: 41. Bobbio, N.: 27. Boisacq, E.: 36. Bonitz, H.: 131. Baurguet, E.: 78. Boussoulas, N. I.: 146, 164. Bréhier, E.: 110. Brochard, V.: 21, 22, 110, 111, 118. Brugmnnn, K.: 36. 147, 149. Burckhardt, J. J.: 109.
De Lamartine, A.: 82.
Burnet, J.: 104, 105, 152, 171.
De Vogel, C. J.: 105, 116, 127, 136,
Bury. R. G.: 35, 82, 159. ¡
CH
“
Chambry, E.: 50, 58, 69. Chiappelli, V. A.: 41, 120. Chiodî, P.: 27.
D …,
'
145, 147, 148.
199
Goedeckemeyer, A.: 126.
De Vríez, G. J.: 83. Dédalo: >36.
Goldschmidt, V.: 26, 58, 60, 104, 113.
Demel, S.: 164. Demöcrito: 47. Deussen, P.: 145.
Gomperz, T.: 19, 120, 124,131, 140,
126, 133, 134, 147.
144.
Dies, A.: 29, 55, 58, 65. 66, 78. 84. 104, 105, 113, 115, 120, 123. 124,
154, 136, 139, 145, 146, 147, 148, 149, 154, 155, 161, 165, 171. Diesendruck, Z.: 78. Dietrich, W.: 105. Diógenes Laercio: 154. Duberle, D.: 166. Duett, K.: 109, 164. Dupréel, E.: 54.
E ....
Eben, J.: 104, 159, 145. Epicrates: 154. Espeusipo: 145. Estobeo: 61. Euclides: 54, 164. Eurípides: 48. Extranjero (de Elca): 152, 156.
'
'
Grassi, E.: 24, 51, 58. Greenwood, T.: 164. Grote, G.: 109, 110.
Guthrie, W. K. C.: 88.
H Hamelin, O.: 168, 170. Hamlyn, D. W.: 161. Hardie, W. F. R.: 109. Hegel, G. W. F.: 62 . Heidegger, M.: 24, 70, 145. Heindutf, L. F.: 165. Heráclito: 50. Hermann, R. F.: 69 Hildebrandt, K.: 7 7 . Huber, G.: 110. Huit, Ch.: 104.
Imaz, E.: 107.
J Fedro: 79. Festugière, A. J.: 57, 61, 64, 119, 175. Fraccatoli, G.: 155.
Jaeger, W.: 40, 107. Janet, P.: 50.
Frajese, A.: 104.
Jenofonte: 84. Joseph, H. W. B.: 73.
Friedlaender, P.: 77. Frye, P. G.: 111.
Jowett, B.: 55, 66, 155, 168.
K
61105, J.: 107. García, D.: 162. Gam'a Bacca1 J. D.: 80, 85. Garín, E.: 27. Gauss, H.: 155, 164. Geffken, J.: 77.
Gillespie, L. M.: 20. Glaucón: 59, 60, 70. 200
Kant, I.: 25, 89, 170. Kranz, W.: 55. Kmhn, F.: 41.
Ladrière, J.: 162. Lagerborg, R.: 55. Lang, P.: 154.
Ianèfo’rd, C. H.: 88. Levi, A.: 35, 41.
Lewis, C. 1.: 88. Lícofrón: 150. Locum, H. J’. M.: 148. _ Lorinux, R.: 61, 75, 90, 104, 107, 111,
140, 155, 156. 160. Louis, P.: 134. ' Lutoslawski, W.: 77, 88, 110, 120, 121,
122, 140, 144, 146.
114, 124, 140, 148, 155. 165;
115, 117, 119. 121,— 122, .123, 125, 126, 154, 155, 158, 159, 141, 142, 143‘, 144, 145; 146, 149, 150, 151, 152, 155, 154,‘ 158, 159, 160, 161, 162, 165. 166, 168, 169, 170, 175.
Polemón: 77. Praechter, K.: 61, 77.
Prellwitz, W.: 56. Prado: 15, 69, 103. 109, 145.
M
Q Querefón: 82.
Mackay, D. 5.: 110. Menón: 22, 31, 39, 46, 50. Modugno, G.: 155. Moreau, J.: 64, 97. Mugler, Ch.: 68.
R
N atorp, P.: 23, 88, 94, 97, 104, 145,
Raeder, H.: 78, 120, 144. Reidemeister, K.: 164. Re:—.Si, G.: 54. Rezzmi, M.: 116. Ricoeur, P.: 15, 14, 110, 111, 114, 159, 161.
Ritchie, D. G.: 106, 145. Ritter, C.:
120, 144, 146, 152, 165.
Rivaud, A.: 15, 77. Robin, L.:
35, 43, 44, 45, 49, 50, 65,
69, 78, 79, 80, 34, ss, 95. 155. 156. 157, 159, 170.
Robinson, R.: 62, 75. Rodier, G.: 25, 57, 65, 64, 67, 85, 123, : 75, 105, 111, 152, 143,
Pack, A.
69, 71, 73, 106, 107, 108, 110, 120, 121, 140, 147, 148, 161.
110,161.
Pcipcrs, C Pepi Serv1,
Ross, W. D.: 166. Rossi, P.: 27. Russell, B.: 59, 88.
. : 55.
Feds, H Píndaro: 25
Platón: 15, 50, 41, 51, 62,
51, 43, 52, 65,
5 44, 55. 64,
155, 140, 146. Ross, D.: 19, 20, 21, 41, 61, 65, 65,
S
22, 25, 24, 25, 26, 28, 5, 34, , 46, , 55, '66,
55, 47, 57, 67,
37, 48, 59, 6B,
38, 49, 60, 69,
39, 50, 61, 70,
71, 75, 76, 78, 79, 80, 81, 82, 85, 84, 85, 8 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93. 94, 9 96, 98, 105, 104, 105, 106, 107, B, 111, 112, 115,
Sartre, J. P.: 145. Sciacca, M. F.: 51. Scila: 86. Schleiermcher, F.: 77, 109, 151, 145, 165. Schuhl, P. M.: 69, 73.
Shorty, P.: 19, 94, 111, 116, 117, 122, 154.
201
U
Simíu: 44, 46, 51, 168.
22, 27, 28, 30, 31, 55, 56,
‘ 59,1 40,442, 45, 44, 47, 55. 54, 59.
Ueberweg, F.: 104, 144.
105, 60, 70, 79, 80, 82, 85, 84, 85, 58, 1 , 4 2 1 , 5 2 1 114, , 5 1 1 , 2 1 1 , 1 1 1
159, 16B; (Joven)
Sócrates: 156.
Sache:, G . 104. Souilhé, J.: 55, 48, 146, 147. Speiser, A.: 104, 109, 110, 111, 164.
Stefaninî, L.: 19, 21, 24, 27, 29, 51, 35, 41, 44, 48, 54, 77, 84, 85, 87, 96,
V Vanhoutte, M.: 15, 61, 64, 66, 74,75.
79, 104,110, 143, 148.
78, 84, 104Q'120, 139,145. W
105, 110, 120, 121, 151, 159,
147, 155, 165. Stenzel, J.: 54, 85, 155, 174. Stewart J.:
23
Waddington, Ch.: 120.
\Vahl, J.: 111, 159.
Weinstock, H.: 55. Whitehead, A. N.: 59, 88.
T
Wichmann. O.: 55.
"“
\Vindelbnnd, “\X’.:104,144.u
Taylor, A. E.: 19,“ 110. Tcetetos: 121, 122, 150. Tcichmueller, G.: 41. Tennemann, W. G.: 109. Thompson, W. H.: 84. Tocco, P.: 41. Tomás de Aquino: 167. Tovar, A.: 88, 139, 155. Tumarkín, A.: 164.
202
,
'
Viano, C. A.. 27. Von Wilamoyijtz- Moellenclorf, W.: 77,
X
Xenakis, J.: 164. Z Zeller, E.: 19, 41, 54, 145, 146‘. Zenón: 111, 112, 115, 114. Ziegler, K.: 55. Zuercher, J.: 77.
INDICE DE
TEXTOS PLATONICOS 156, 157, 174; 246 49, 50; 2471; 24;
Apología: 22, 23; 30: 26.
2495 37; 2496 37; 251: 27, 28; 252€
Banqueta: 21. 22, '.‘7, 78, 79, 80, 93, 34, 35; 2024 33, 34, 35, 36; 203: 35,
25; 2554 26; 265!) 34; 265: 81, 82; 2654' 84; 265e 92, 93, 94; 2665 85, 94; 2661‘ 78; 2695 92, 93; 2705 79,
36;
80; 271€ 80, 31; 272.5 80, 81; 273€
94; 195: 39; 1982 3-9, 40; 2014 35, 2045
34“, 2105
22;
210e
25;
2114 22; 211e 23; 2124 23; 216€ 82. Cérmidex: 19, 20, 59, 126. Carta VII: 60, 66.
Clitofonte: 4074 49. Cmtila: 92, 93, 116, 152, 153; 42511 48.
Critôn: 46d 82. Eutidema: 21, 54, 58, 59, 82; 2925 58;
81, 9 3 ; 2765 82, 83; 2775 95, 94; 2786 8 4 .
Filebo: 11, 12, 56, 68, 94, 150, 151, 155, 156. 157. 158; 15!: 106; 16: 157; 16d 135, 159; 16e 86, 160; 174
86, 158; 26d 146; 30e '82-, 584 91. Gargiax: 20, 21, 45, 44, 54, 58, 59, 79, 80, 93; 454d 53; 4554 53; 4654 37;
4815 82.
292: 59; 292d 54; 292€ 5 9 .
Hipia: Mayor: 19, 58, 65; 289d 19.
Eutz'frón: 19, 20, 36, 59, 94, 126. lo'n: 22.
Fedanfu, 21, 26, 52, 37, 48, 49, so, 51, 62, 63, 64, 66, 68, 69, 70, 71,
laquer: 20, 58, 84, 126.
74, 75, 89, 90, 91, 93, 94, 169; 67e 76e 99e 81;
42; 704 43; 734 46; 764 26; 23, 24; 74e 47; 844 47; 955 43; 44, 46; 1004 46; 1005 51; 1001: 1011' 53; 1014 54, 56; 101: 54,
5 6 ; 1035 88; 103€ 87; 1062 44; 1075
45.
LiJiJ: 58, 84, 126..
Leyes: 79, 80, 82, 83.
Menü»: 11, 12, 14, 19, 20, 21, 38, 43, 46, 47, 49, 54, 65, 70, 71, 89, 90, 91,
9, 132, 133, 136, 173; 714 39;
Pedro.- 21, 22, 23, 54, 56, 57, 72, 74,
715 39; 721“ 40; 73¢- 40; 734 21; 744
75, 78, 89, 90, 98, 99, 121, 125, 134,
39; 745 21; 75a 40; 79h 39; 79d 40; 203
81: 22; 815 23, 24, 26; 81: 29; 814
70; 511: 71; 5115 60, 61, 66, 72, 73;
25; 818 46; 8212 29; 82: 30; 834 30; 84a 26, 31; 845 25; 85b 27; 85: 33;
5111: 66, 91; 511d 70, 71, 72; 515:
85d 51; 85e 29; 86a 28, 34; 86: 39; 861 39, 40; 97b 33, 3 4 ; 971: 34, 36;
9711 55, 56; 98: 56, 57; 1005 40.
Parménides 11, 15, 16, 30, 48,‘ 49. 56, 57, 58, 73, 74, as, 93, 94. 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 109, 111, 112, 113, 115, 116, 118, 119, 121, 124, 125, 126, 159, 140, 145, 150, 155, 173; 1295 113, 115; 1294 112; 129: 113; 1305 113; 1335 107, 108; 1345 108; 1355 96, 105; 135: 106, 114; 1354 112, 114; 135: 111; 1374 116; 142: 117; 143: 114; 157: 117: 1591— 113; 160: 117; 163: 118.
70; 517a 74; 517b 70;»518: 59, 70; 522: 62, 65; 525: 63; 525: 63; 526: 60; 5275 63; 5314 154;'3324 70, 76, 91; 5325 70; 552: 59; 70; 5324 67; 532: 68; 5335 74; 535: 61; 5334 67; .534: 67; 5355 63; 5395 81, 82; 6215 27. ...
sofim; 11, 13, 14, 29, 30:38, 62, 66, 67, 69, 86, 87, 88, 89, 94, 110, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 120, 121, 122, 125,126, 127, 132, 137, 157, 153, 159, 162, 173"; 218: 133; 2184 106; 221: 134; 2214 135; 2255 140; 231: 137; 2334‘ 141; 2345 158; 235:2 141; 236: 131: 23611 132; 237c_ 142; 2372 143; 241d 1213; 2424 144;
244: 145; 247: 14.1; 248: 144, 146; Pºlítica: 11, 32, 33, 81, 82, 93, 133. 134, 155, 156, 157, 158, 170; 26211
155; 2625 156; 2644 135; 2645 1255', 277d 65, 155, 154; 2845 156; 284d
157; 28512 157; 2864 80; 28Gb 80, 81, 114; 2871: 155. ¡),-“¿230,43 16, 21, 22.
-
248: 144, 146; 2495 147, 149, 150; 249: 144, 148; 2494 149; 249: 149; 250: 150; 250: 145; 251: 149; 251: 151; 2514 152; 251: 152; 252: 151; 2524 152; 252: 153; 2535 153, 154; 253: 133, 154, 155; 2534 155, 156; 253: 133, 154, 155; 258: 144, 171; 2585 144, 171; 2581“ 152, 143; 259€
106; 2644 155; 268: 157; 2684 138.
Repúblim: 12, 13, 14, 24, 25, 26, 28,
29, 30, 33, 37, '47, 49, 50, 51, 52, 53, 59, 68, 69, 77, 78, 79, 84, as,
39: 9°» 92, 95» 94: 96. 97, 98, 126:
Teeletaf: 21, 27, 28, 57, 65, 66, 79, 80, 93, 94, 99, 104, 112, 121, 123,
124, 125, 126, 131, 132, 152, 155,
134, 141, 152, 156, 168; 476: 65;
169; 151: 26; 185: 113; 1854 112,
477€ 87; 477d 87; 4781 144; 5041
122; 185e 121; 1874 105_
57; 505: 56; 5065 59; 5064 60; 506: 60; 507b 76; 5088 59; 50811 70; 5088 57; 5105 66, 70, 154; 5104 71; 510:
204
Timm: 14, 21, 87, 93, 97, 122, 146; 29h 15; 524 15; 591 82; 90: 49.
.
INDICE
GENERAL
PROLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . INTRODUCCION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
LA DIALECTICA PRECRITICA: PARTICIPACION Y CAPTACION INTUITIVA DE LA FORMAS
17
CAPITULO I
LA TEORIA DE LA REMINISCENCIA Y LOS RUDIMENTOS METODOLOGICOS ("MENON") ............................................ " 1.
19
Intuiciôn sensible y matemáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
26
2.
Ciencia y opiniones verdaderas
55
3.
Interrelaciones ontognoseológicas
58
CAPITULO II
LA CONSTITUCION DEL METODO DIALECTICO Y LA ATRIBUCION DE LAs FORMAS ("FEDON") ....... —. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
42
1. Inmortalídad anímica y Formas: diferenciación metodológica
42
2.
Distinción entre principios y consecuencias . . . . . . . . . . . . . .
49
3.
Las Formas como objeto de la Dialéctica . . . . . . . . . . . . . . . .
52
CAPITULO III Pág. LA AUTONOMIA DEL METODO DIALECTICO Y SUS RELACIONES
”"""
1. El problema del principio anhipotético . . . . . . . . . . . ._ . . . . . . 2 La sistematización del conocimiento
56
3.
6:6;
CON OTRAS CIENCIAS (“REPUBLICA”) ............. ............... _ - 56
La dialéctica integral: matemáticas e intuición eidética . . . . . _
58
4. La doble proyección de la Dialéctica: recolección y análisis
68
5
73
La ordenación eidética, fundamento del análisis dialéctico . .
'
CAPITULO IV LA
FORMULACÍON
GENERAL
DEL
METODO:
EYNAI‘QI‘H
y
AIAIPEEIE ("PEDRO") . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
E
1.
Retórica filosófica y retórica sofístíca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
77
2.
La «nm)/«171; y el método socrático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
83:
3.
Interrelaciones lógico-ontológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
85
4. Depuración de la intuición y sistematización del Procedimiento
89
5.
La Suu’pemq como prueba deductiva de la mayaryfi . . . . . . .
92
6. El esquema del método formulado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
97
LA CRISIS DE LA PARTICIPACION Y SÙS REPERCUSIONES EN LA DIALECI' ICA CAPITULO V LA CRISIS EPISTEMOLOGICÄ Y LA PROPEDEUTICA DE LA DEDUCCION EIDETICA ("PARMENIDES")
..........................
.. . . . .
103
1 . ' Las objeciones a la teoría de las Formas y el "juego laborioso" 103
2. La participación y la revisión metodológica . . . . . . . . . . . . . .
105
3. La dialéctica zenoniana y el preludio técnico a la comunicación eidética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 4.
El sentido de la yvpvaaia: análisis semántico de ciertas Formas 115
La unidad temática del diálogo: la crisis y el método . . . . . . 206
118
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