Embriología en la periferia : las ciencias del desarrollo en la España de la II República y el franquismo: Las ciencias del desarrollo en la España de la II República y el franquismo [1 ed.] 8400101626, 9788400101626

Al comenzar el siglo XX, la embriología no había encontrado aún su nicho en la Universidad española. "Embriología e

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Spanish Pages 394 [395] Year 2016

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Table of contents :
ÍNDICE
LA EMBRIOLOGÍA CONTEMPORÁNEA La asimilación en España de la embriología alemana decimonónica
EL ESFUERZO INSTITUCIONAL POR IMPORTAR UNA CIENCIA Las pensiones de la JAE
LA INICIATIVA PRIVADA ANTE EL VACÍO INSTITUCIONAL Jaime Pujiula y la pervivencia de la embriología comparada
EMBRIOLOGÍA Y «CIENCIA OFICIAL» Los nichos de la embriología en el
FRANCISCO ORTS LLORCA, EMBRIÓLOGO La internacionalización de la embriología española entre políticas académicas
LA ESTELA DE ORTS La expansión de la embriología
EL CONTACTO CON LOS ESTADOS UNIDOS José María Genis Gálvez y el desarrollo morfobioquímico
UN INSTITUTO DEDICADO A LA EMBRIOLOGÍA El Instituto Federico Olóriz de Granada
UNA NUEVA ÓPTICA La introducción de la microscopía electrónica en la embriología española
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Embriología en la periferia : las ciencias del desarrollo en la España de la II República y el franquismo: Las ciencias del desarrollo en la España de la II República y el franquismo [1 ed.]
 8400101626, 9788400101626

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EMBRIOLOGÍA EN LA PERIFERIA

ESTUDIOS SOBRE LA CIENCIA, 68 Director Rafael Huertas García-Alejo, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Secretario Jon Arrizabalaga Valbuena, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Comité Editorial Susana Gómez López, Universidad Complutense de Madrid Bernat Hernández Hernández, Universidad Autónoma de Barcelona Mauricio Jalón Calvo, Universidad de Valladolid María Jesús Santesmases Navarro de Palencia, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Juan Pimentel Igea, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) María Montserrat Cabré i Pairet, Universidad de Cantabria, Santander María Luz López Terrada, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carmen Ortiz García, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Consejo Asesor Rosa Ballester Añón, Universidad Miguel Hernández, Alicante Daniela Bleichmar, University of South California Mónica Bolufer Peruga, Universitat de València Ricardo Campos Marín, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio Lafuente García, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonello La Vergata, Università di Modena e Reggio Emilia Leoncio López-Ocón Cabrera, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José Ramón Marcaida López, CRASSH, University of Cambridge Marisa Miranda, Universidad Nacional de La Plata, Argentina Javier Moscoso Sarabia, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Annette Mülberger, Universitat Autònoma de Barcelona Enric Novella Gaya, Universidad Miguel Hernández Teresa Ortiz Gómez, Universidad de Granada José Pardo Tomás, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Francisco Pelayo López, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Eulalia Pérez Sedeño, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José Luis Peset Reig, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Miguel Ángel Puig-Samper Mulero, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Pedro Ruiz Castell, Universitat de València Antonella Romano, Centre Alexandre Koyré-EHESS, París Fernando Salmón Muñiz, Universidad de Cantabria, Santander Nuria Valverde Pérez, Universidad Autónoma Metropolitana de Cuajimalpa, México DF Marga Vicedo, Institute for the HPST, University of Toronto Isabel Vicente Maroto, Universidad de Valladolid

RAÚL VELASCO MORGADO

EMBRIOLOGÍA EN LA PERIFERIA LAS CIENCIAS DEL DESARROLLO EN LA ESPAÑA DE LA II REPÚBLICA Y EL FRANQUISMO

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 2016

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones. Catálogo general de publicaciones oficiales: http://publicacionesoficiales.boe.es

Editorial CSIC: http://editorial.csic.es (correo: [email protected])

© CSIC © Raúl Velasco Morgado © De las imágenes, las obras, personas e instituciones mencionadas a pie de figura ISBN: 978-84-00-10162-6 e-ISBN: 978-84-00-10163-3 NIPO: 723-16-266-8 e-NIPO: 723-16-267-3 Depósito Legal: M-41387-2016 Edición a cargo de Editorial Doce Calles S. L. Impreso en España. Printed in Spain. En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.

A mis dos pilares, mi madre y mi hermano

Si nada hay eterno, tampoco es posible que haya generación. Aristóteles Metafísica

«En el principio fue la fuerza», dijo Paracelso y han dicho otros con él. «En el principio fue la forma», afirmaron los preformacionistas y han afirmado luego, bien que no tan abiertamente, algunos fisiólogos. Tal vez la respuesta de nuestro tiempo podría ser la que el Fausto goethiano se da a sí mismo en su célebre monólogo acerca de lo que fue im Anfang, en el principio: «En el principio fue la acción», algo en cuya realidad se fundían unitariamente la forma y la fuerza, la estructura y la función, la necesidad y el azar, el azar y el sentido. Respuesta que plantea un problema ya no puramente científico, sino a un tiempo científico y filosófico. Pedro Laín Entralgo El cuerpo humano: Oriente y Grecia antigua

ÍNDICE Prefacio.........................................................................................................................................................................

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Prólogo, por Antonio Carreras.................................................................................................

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Introducción..........................................................................................................................................................

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Un objetivo: la embriología y sus contextos.................................................................... Perspectiva historiográfica y fuentes.........................................................................................

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Capítulo I. La embriología contemporánea: la asimilación en España de la embriología alemana decimonónica.................................... Más allá de los períodos de Russell............................................................................................. La embriología española del ochocientos ........................................................................... Ecos en la periferia ......................................................................................................................................... Capítulo II. El esfuerzo institucional por importar una ciencia: las pensiones de la JAE.................................................................................................................. Una preocupación y un proyecto.................................................................................................. Una visión general............................................................................................................................................. La embriología en la JAE previa al período republicano............................... Juan Manuel Ortiz Picón: embriología, histología y cultivos celulares ............................................................................................................................................................. El interés por la embriología ocular de un oftalmólogo: José Pérez Llorca ................................................................................................................................................. Rafael Alcalá Santaella: anatomista y urólogo...............................................................

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33 33 37 44

47 47 49 52 55 58 62

Índice Los intereses de los anatomistas vallisoletanos............................................................ La última pensión: Pedro Ara............................................................................................................ Embriología y anatomía............................................................................................................................. Capítulo III. La iniciativa privada ante el vacío institucional: Jaime Pujiula y la pervivencia de la embriología comparada... Un proyecto personal: el Instituto Biológico de Sarriá...................................... La hegemonía de un proyecto privado........................................................................ La crisis de la Segunda República y la llegada de Puiggrós ................. Exilio y posguerra.................................................................................................................................. El ocaso de Pujiula y la ampliación del Instituto Biológico.................. La embriología comparada de Pujiula: un combate al servicio del antitransformismo....................................................................................................................... Un análisis general................................................................................................................................. La embriología comparada: una aproximación ¿obsoleta?.............. El embriólogo antitransformista.......................................................................................... Otros campos: hematopoyesis embrionaria y hormonas................................. La pervivencia del comparativismo............................................................................................

64 67 71

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Capítulo IV. Embriología y «ciencia oficial»: los nichos de la embriología en el

CSIC..................................................................................................................

Un nuevo marco institucional: la universidad del primer franquismo y el CSIC .................................................................................................................................... Embriones e histología en el primer CSIC.......................................................................... La embriología en la Sección de Neurología de Juan José Barcia.................... Los inicios de una escuela anatómica: la inclusión en los círculos de poder del CSIC................................................................................................................................... Ontogenia y filogenia: la relación con Alemania tras la II Guerra Mundial .............................................................................................................................................................. Una hermandad hispano-alemana: el laboratorio de Hugo Spatz ........................................................................................................................................ La morfología ontofilogenética de Remane y Spatz: un «retorno» a Haeckel................................................................................................................. Las décadas de 1960 y 1970: la expansión geográfica de la escuela............. Juegos de poder y alianzas académicas ..................................................................... Un libro de texto para una escuela ................................................................................. 12

117

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Índice Embriología en Zaragoza y en la diáspora.............................................................. Una embriología para una anatomía finalista................................................................. Capítulo V. Francisco Orts Llorca, embriólogo: la internacionalización de la embriología española entre políticas académicas.

152 161

165

Las raíces de una escuela.......................................................................................................................... De auxiliar a catedrático: el proyecto de un embriólogo................................ Cádiz: los primeros pasos de un laboratorio de embriología..................... La cátedra de la Central: un cambio político, una oportunidad ..... Rupturas y continuidades, periferia y asimetría..........................................................

165

Capítulo VI. La estela de Orts: la expansión de la embriología..

205

Una escuela de embriólogos................................................................................................................. «Sucedió en París»: las experiencias teratológicas de Ruano y Jiménez Collado....................................................................................................................................... La irrupción de la escuela de Orts en Barcelona....................................................... Embriología y veterinaria......................................................................................................................... «Refracción y difracción» de una escuela de embriólogos............................

205

Capítulo VII. El contacto con los Estados Unidos: José María Genis Gálvez y el desarrollo morfobioquímico....................................... Las relaciones científicas de EE. UU. con la España del franquismo desarrollista.................................................................................................................................................... De la anatomía de Orts a la anatomía estadounidense...................................... Un equipo multidisciplinar en Salamanca......................................................................... Un breve paso por Granada................................................................................................................ Biología del Desarrollo: un tratado ambicioso.................................................... La investigación embriológica en Granada........................................................... Un laboratorio de embriología en Sevilla........................................................................... Hacia la biología del desarrollo.......................................................................................................

173 181 186 202

207 213 216 229

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231 232 239 250 250 252 254 259

Capítulo VIII. Un instituto dedicado a la embriología: el Instituto Federico Olóriz de Granada................................................................................................

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Un homenaje y una fundación: los Guirao.......................................................................

261

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Índice El Instituto Olóriz: organización interna, recursos materiales y humanos............................................................................................................................................................. Filosofía y reglamento de régimen interior............................................................ Dotación personal y material. ................................................................................................. Un «ruego de colaboración» a los clínicos........................................................................ Las «embriologías» del Olóriz y el contacto con la embriología internacional ............................................................................................................................................... La primera revista de la especialidad: Anales del Desarrollo...................... Un «independiente» con rasgos de dos escuelas.......................................................

269 269 270 274 279 286 291

Capítulo IX. Una nueva óptica: la introducción de la microscopía electrónica en la embriología española

. ...........................................................

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Un nuevo instrumento, un nuevo contexto morfológico. .............................. Rafael González Santander y la visión ultraestructural del embrión........... Una escuela periférica a la cabeza de la embriología ultraestructural: la cátedra de Pedro Gómez Bosque en Valladolid..................... Un interés puntual por parte de los histólogos: el flujo desde Alemania............................................................................................................................................................ Visión ultraestructural: biología celular, histología y embriología .................

293

Conclusiones.........................................................................................................................................................

315

Fuentes y bibliografía...............................................................................................................................

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Fuentes de archivo................................................................................................................................ Fuentes audiovisuales....................................................................................................................... Bibliografía y fuentes impresas............................................................................................. Índice de figuras, tablas y gráficos....................................................................................

321

Índice onomástico y analítico. .....................................................................................................

379

14

294 301 310 312

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PREFACIO La presente monografía es el resultado de una década de investigación sobre la morfología española contemporánea. Tras varios años como alumno interno en el Área de Historia de la Ciencia de la Universidad de Salamanca y dispuesto a comenzar una carrera investigadora al terminar mi licenciatura, me acerqué hasta el despacho de Antonio Carreras. Él mismo se había encargado de tutelar mi «tesina» y yo sabía que era la persona idónea para dirigir mi tesis doctoral. Con su amplia visión de la medicina y las humanidades se había convertido en mi referente en la facultad y su dirección metodológica había dado muy buenos resultados en mis primeras investigaciones históricas. La lectura de algunos trabajos sobre Jaime Pujiula había llamado poderosamente mi atención y encontré en la embriología española un vacío historiográfico que bien podía convertirse en mi objeto de estudio. Y así fue, mientras completaba mi formación clínica como especialista en medicina familiar y comunitaria y, posteriormente, en pediatría, aparqué otras líneas de trabajo y dediqué todo mi esfuerzo investigador a la historia de la ciencia. El primitivo núcleo del presente volumen es el trabajo que presenté en junio de 2013 como tesis doctoral y que mereció la máxima calificación del tribunal. La puesta en valor del mismo por parte de la comunidad histórico-médica nacional vino de la mano de la concesión del premio Hernández Morejón de la Sociedad Española de Historia de la Medicina. Todo ello fue un aliciente para seguir trabajando sobre el tema, por lo que comencé a revisar el manuscrito para preparar una monografía. La obra que aquí presentamos es una revisión en profundidad que recoge mis últimos hallazgos documentales y en la que amplío el análisis gracias a la incorporación de nuevas perspectivas y a la actualización de la bibliografía. Quiero agradecer al CSIC su interés por la publicación de este libro en Estudios sobre la Ciencia, en especial a Jon Arrizabalaga, por su continuo aliento y apoyo durante todo el proceso de edición, así como por sus siempre sabias directrices. 15

Raúl Velasco Morgado

La gran dispersión de las fuentes utilizadas en este trabajo me ha obligado a contactar y visitar numerosas instituciones para las que todos los agradecimientos son pocos. La disposición y buen hacer de algunos de sus archiveros y bibliotecarios han sido clave para localizar las fuentes primarias que componen el aparato documental de esta investigación. Agradecido quedo, por tanto, al personal de los archivos históricos de las universidades de Granada, Barcelona, Navarra y de la Complutense de Madrid, del Archivo General de la Administración, de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, de la Fundación Juan March y del Archivo Histórico de la Compañía de Jesús de Cataluña. Al otro lado del Atlántico, mis agradecimientos son para cuatro instituciones que me facilitaron el acceso a unas fuentes tan lejanas geográficamente: el Departamento de Archivos y Colecciones Especiales de la biblioteca universitaria de la Universidad Estatal de California, Domínguez Hills, la biblioteca biomédica Louise M. Darling de la Universidad de California en Los Ángeles y el centro de archivos de la Fundación Rockefeller en Nueva York. Para terminar este apartado, tengo que hacer una mención especial a María Genis, que tan amablemente me permitió acceder al archivo personal de su familia, donde se conservan la documentación privada de José María Genis Gálvez. Encontrar a los testigos de la época para crear nuevas fuentes no ha sido tarea fácil, por lo que tengo que estar muy agradecido a aquellos científicos que amablemente han respondido a mi petición de ayuda. Agradecido quedo a Fernando Reinoso, José María Smith Agreda, Salvador Climent, Harry Maisel, Josep María Domènech, José Luis Ojeda Sahagún, Juan M. Hurlé, Rafael González Santander, Josep María Bombí, Joaquín Fuster y María Teresa Álvarez Gallego. Alguno de los protagonistas de este libro nos ha dejado durante los años que ha durado la investigación. Con la mayoría de ellos no tuve tiempo de establecer contacto, pero siempre guardaré un emotivo recuerdo para Miguel Guirao Pérez, que colaboró en mi proyecto hasta sus últimos días. Querría destacar, asimismo, que he podido tener acceso al testimonio del recientemente desaparecido Domingo Ruano —una tarea imposible en los últimos tiempos por sus problemas de salud— gracias a las entrevistas que me ha proporcionado Enric Sirvent, experto conocedor de su obra. 16

Embriología en la periferia

Aunque la presente monografía, en conjunto, es una publicación original, algunas versiones previas de alguna de sus partes han sido publicadas en revistas científicas nacionales. En concreto, una versión reducida del capítulo sobre Jaime Pujiula fue publicada en Asclepio, una previa del capítulo sobre el Instituto Olóriz apareció en Llull, el capítulo dedicado a Genis Gálvez lo hizo en Medicina e Historia y, finalmente, una primera versión del estudio de la escuela anatómica de Escolar durante el primer franquismo fue publicada en Dynamis.1 Por último, mis más sinceros agradecimientos a mi familia y amigos, que tantas veces han tenido que hacer esfuerzos para entender mis ausencias mientras redactaba el texto o mis continuos desplazamientos para recabar información en archivos. Algunos de ellos fueron buenos compañeros en alguno de estos viajes. A los demás, gracias por aguantar mis charlas sobre Escolar, Orts Llorca y compañía. A todos ellos, muchas gracias.

  Velasco Morgado (2014b, 2014c, 2014d y 2015).

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17

siglas y abreviaturas

ACUCM. Archivo Central de la Universidad Complutense de Madrid AFG. Archivo de la Familia Genis AFJM. Archivo de la Fundación Juan March AGA. Archivo General de la Administración AGUC. Archivo General Universidad Complutense de Madrid AGUN. Archivo General de la Universidad de Navarra AHSIC. Archivo Histórico de la Compañía de Jesús en Cataluña AHUB. Archivo Histórico de la Universidad de Barcelona AJAE. Archivo de la JAE (Residencia de Estudiantes) ARH. Archivo Río Hortega ARVM. Archivo personal Raúl Velasco Morgado AUG. Archivo Universitario de Granada carp. carpeta CSIC. Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSUDH. California State University Dominguez Hills fol. folio IEC. Institut d’Estudis Catalans JAE. Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas LMDBL. Biblioteca Biomédica Louise M. Darling leg. legajo p.e. por ejemplo RAC. The Rockefeller Archive Center sin cat. Sin catalogar UCLA. Universidad de California, Los Ángeles

PRÓLOGO En la embriología se produce una más que llamativa confluencia de saberes científicos. En pocas ramas del conocimiento se hace tan patente el recurso a la interdisciplinariedad, no solo en la investigación más básica (histoquímica, genética, anatomía, zoología, fisiología, biofísica), sino sobre todo en la repercusión de esos descubrimientos en campos del saber muy diversos. Si por una parte se constituye en uno de los pilares de las llamadas ciencias morfológicas, también la casi totalidad de las especialidades clínicas encuentran explicación, para numerosos padecimientos que aquejan a la población (desde malformaciones y enfermedades congénitas al abultado número de los llamados «errores del metabolismo»), en el origen y desarrollo del embrión. En los mamíferos, la embriología atiende el estudio de la formación de los seres vivos desde la fecundación hasta el parto y ese periodo temporal, en el ser humano, comprende una etapa sobre la que ha convergido siempre la mirada de filósofos, legisladores y moralistas. En el siglo xix fue cuando la embriología adquirió un papel capital en la historia de la ciencia. La obra de Darwin resultó decisiva para comprender que los seres vivos mantenían entre sí unos lazos estrechos. El evolucionismo biológico sostenía como principio un origen común que emparentaba todas las especies entre sí de una forma insuficientemente definida, pero que los descubrimientos reforzaban a cada momento. La anatomía comparada encontró así una fundamentación teórica que contribuyó a impulsar el evidente agotamiento de las formas más descriptivas de este saber. A este impulso no poco contribuyeron las tesis divulgadoras de Haeckel y, sobre todo, su teoría de la recapitulación de los seres vivos a través de la llamada ley biogenética fundamental. Según esta los seres vivos reproducirían («recapitularían») en su desarrollo embrionario (ontogenia), las etapas de su evolución como especie (filogenia). La embriología se convirtió así durante un tiempo en la llave que confirmaría la exactitud del evolucionismo. Hoy sabemos cuánto había de excesivo en aquellas seguridades y hasta dónde las convicciones 19

Raúl Velasco Morgado

de Haeckel le llevaron a falsear los resultados que otros embriólogos, menos condicionados por teorías previas, estaban alcanzando. Pero en cualquier caso no hay duda que la embriología aprovechó aquel impulso y la labor de otros especialistas (Hertwig, Roux, Driesch, Spemann) resultó decisiva para, desde la autonomía de la disciplina, mostrar también las enormes posibilidades que el estudio del embrión ofrecía para una comprensión totalizadora del fenómeno vital. Por eso el estudio del pasado de la embriología constituye siempre un reto para el historiador. No es fácil enfrentarse a los presupuestos teóricos de las distintas disciplinas que interrelacionan con su desarrollo científico, ni menos aún conocer las metodologías a que recurren quienes, a la altura de su tiempo, quieren hacer una ciencia realmente prospectiva y superadora de fáciles descriptivismos. Una de las más difundidas historias de la embriología, la que llevó a cabo el investigador de Cambridge Joseph Needham, ilustra todavía hoy al lector sobre la atracción que el estudio de esta disciplina ofrece para mentes abiertas a horizontes tan amplios como diversos. Incorporada a su monumental Chemical Embryology (New York/Cambridge, 1931), ha quedado un tanto escondida tras el reconocimiento del autor como el más importante investigador y divulgador de la ciencia china en el mundo occidental del siglo xx. Sin embargo sigue siendo un ejemplo de la necesidad de conocer la historia de una disciplina científica para llevar a cabo sobre ella una investigación solvente y, sobre todo, para evitar los excesos de quien hace tabla rasa de los pretendidos errores del pasado desconociendo la significación profunda de muchas de aquellas intuiciones. Quien conoce los modelos mecanicistas de los llamados animalculistas, que en el siglo xvii sostenían que en ovarios o testículos estaba encajada (emboîtement) toda la humanidad desde Adán y Eva, entiende de manera más comprensiva y menos asombrada el papel que el ADN mitocondrial desempeña hoy en el conocimiento sobre la hominización y la difusión por el planeta de los grupos humanos. El pasado de la embriología en España estuvo, como no podía ser de otra manera, muy condicionado por la situación que la ciencia atravesó en nuestro país. Si esta afirmación puede parecer una obviedad para cualquier otro saber científico, en la embriología se 20

Embriología en la periferia

dieron de manera adicional factores que limitaron su desarrollo. La sombra de Cajal y los trabajos embriológicos que llevó a cabo en sus investigaciones se proyectaban sobre todo hacia el conocimiento de la histogénesis de diversas estructuras nerviosas, de esta manera la embriología más que una disciplina autónoma se empleaba como un método más de la histología. Solo Jorge Francisco Tello, el discípulo más cercano al maestro, mantuvo hasta sus últimos años una atención hacia la embriología que puede considerarse menos subordinada al interés específicamente histológico. El lector de este libro podrá seguir en sus primeras páginas una revisión puntual de esta tardía incorporación de la ciencia española a la investigación y la difusión de la investigación embriológica. La II República es la etapa con que inicia el autor su revisión histórica, aunque se detenga con pormenor en analizar los antecedentes que desde el siglo xix acreditan un interés tibio por la disciplina entre los científicos españoles. Los años treinta fueron sin duda el momento en que los morfólogos españoles sintieron con más intensidad el interés por la embriología. En Barcelona se encuentra la figura del jesuita Jaime Pujiula, que al margen de las instituciones públicas fue capaz desde el Institut Biològic de Sarrià, sostenido por la Compañía de Jesús, de llevar a cabo una labor de investigación científica que no estuvo exenta de polémicas ni de incomprensiones. En la universidad es el momento en que emerge la figura de Francisco Orts Llorca, becado de la Junta de Ampliación de Estudios, catedrático en Cádiz en 1935 y en Madrid en 1950, hasta su jubilación y heredero de la ideología liberal (había estado próximo al partido radicalsocialista). Orts, a través de su escuela, representa también la proyección científica de la República durante el franquismo y la configuración de la embriología como una disciplina autónoma, al margen de la adscripción académica coyuntural a la anatomía o a la histología. La Guerra Civil, pero también la penuria crónica de la sociedad española incapaz de alentar iniciativas de las que no se sigue un beneficio inmediato, abortó buena parte de los prometedores auspicios de la política científica de la Junta de Ampliación de Estudios hacia la embriología. Solo quiero llamar la atención sobre un suceso que me parece muy significativo y que el autor desarrolla con particular 21

Raúl Velasco Morgado

agudeza. Me refiero a la frustrada incorporación en 1936 de Pedro Ara al laboratorio en Friburgo de Hans Spemann, quien el año anterior había conseguido el premio Nobel y era el más ilustre de los embriólogos de su tiempo. Ara, catedrático de anatomía, impulsor de la promoción académica del joven Orts Llorca, que adquiriría fama mundial con sus técnicas de embalsamamiento, llegó a Friburgo con su familia el 9 de julio de 1936, y adelantó su propio dinero sobre lo comprometido por la Junta de Ampliación de Estudios para financiar su estancia en Alemania. Cuando el gobierno republicano le exigió su vuelta a España para integrarse en la Universidad se negó a ello y emigró a Sudamérica. Su dura respuesta a las autoridades de Madrid, desde su desgarro, evidencia la dificultad de la implantación de los estudios de embriología pero también la tragedia íntima de quien veía fracasada la aventura intelectual de su vida: «Muchísimos son pensionados por el Estado para aprender cosas de las que después sacan dinero; yo me he entrampado para aprender aquí un poco mejor la Embriología que no da un céntimo: debo de ser idiota». La historia de la embriología durante el franquismo constituye la parte más extensa de este libro. Estudios como el que aquí presentamos constituyen una aportación minuciosa para conocer con detalle cómo desde la universidad española, y sobre todo a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se impulsó el desarrollo de una disciplina. Es evidente que no hubo adanismo intelectual y que la ciencia de la República y de la última etapa de la Restauración consiguieron proyectarse, con no pocas dificultades y resistencias, durante el franquismo. Es correcto hablar en ese sentido de una «transición institucional» desde la Junta de Ampliación de Estudios que impregnó, aun a pesar de algunos, al mismo CSIC. La trayectoria profesional de algunos hombres que se habían nutrido de las iniciativas de la Junta (Ortiz Picón, el mismo Orts Llorca) representaría ese eslabón generacional que atraviesa la vida española de la postguerra, aun cuando muchos de ellos viviesen en un exilio interior paliado por el trabajo científico y la relación amistosa con los más afines. Otros centros e instituciones muy personalizados (la figura de José Escolar y sus discípulos y el Instituto Olóriz de Granada) configurarían los otros núcleos organizativos sobre los que se constituyó la 22

Embriología en la periferia

embriología española desde 1939 hasta 1975. Aquí topa el lector con uno de los pasajes más oscuros y lamentables de la historia nacional. Me refiero a la dificultad para llevar a cabo una labor común, para colaborar más allá de desacuerdos científicos o de contrapuestas posiciones ideológicas en acciones integradas de impulso para la propia disciplina. La dependencia de la embriología en la universidad de los anatomistas, y los consiguientes enfrentamientos que las oposiciones a puestos docentes produjeron entre grupos o escuelas, afectaron a la débil institucionalización de la disciplina. Quienes se incorporaban sin dificultad a laboratorios e instituciones fuera de España eran incapaces en la Península de organizar congresos, convocar reuniones informales, editar revistas o instituir premios y reconocimientos que visualizase la actividad cotidiana de los distintos grupos. Y ello en un país tan escaso de posibilidades económicas como de individuos capacitados para compartir los intereses e inquietudes de una disciplina muy minoritaria. El libro al que dan inicio estas líneas es el resultado de una investigación prolongada durante varios años sobre la historia de la embriología médica en España. Su autor Raúl Velasco Morgado, es un médico con una formación histórica, que le ha empujado a interesarse por otros temas tan alejados del asunto de estas páginas como la Guerra de la Independencia o la historia de la poliomielitis. En su formación profesional (médico de familia primero y pediatra después) la historia ha sido siempre un territorio para la apertura intelectual más allá de la inmediata exigencia de la atención clínica. Pero sobre todo un saber vertebrador para comprender el tiempo que le ha tocado vivir. No ha sido sin embargo un «historiador del domingo», alguien para quien la historia constituye una evasión amable que llena los momentos de ocio y proporciona una erudición elegante que se exhibe ante los amigos y se disfruta en viajes o lecturas ocasionales. Por el contrario, desde sus estudios juveniles en la Facultad de Medicina, la historia ha sido una disciplina cultivada con rigor de la que este libro y un destacado número de publicaciones son buena prueba. La historia puede ser apasionante para quien la cultiva con seriedad si es capaz de disfrutar en la investigación, desde la dificultad para localizar fuentes escondidas en archivos privados a la entrevista 23

Raúl Velasco Morgado

con testigos y actores de los acontecimientos narrados, pero también cuando se complace a la hora de relatar los resultados y conclusiones de su trabajo. Es así como Raúl Velasco ha sido capaz de hacer que la heurística y el recurso a la historia oral, hayan constituido para él un estimulante ejercicio intelectual. La fatiga del trabajo se ha visto siempre compensada con el gozo del descubrimiento novedoso y yo he tenido muchas veces ocasión de asistir al entusiasta relato del hallazgo de unas cartas, de unas memorias o del encuentro inesperado con alguien que desvelaba para él noticias y claves de sucesos que llenaban de sentido sucesos aparentemente inexplicables. Así también este libro ha tenido su gestación. Elaborado inicialmente con la rígida estructura de una tesis doctoral, se ha construido luego con la intriga y sorpresa que se presenta al investigador que desbroza casi por primera vez un tema de estudio novedoso. Estoy seguro que el lector curioso tendrá ocasión de percibirlo así cuando haga el recorrido atento de las páginas que siguen. Antonio Carreras Universidad de Salamanca

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INTRODUCCIÓN Por debajo de la atroz sacudida de la Guerra Civil y de los intentos de perpetuar sus consecuencias, existía una continuidad subterránea pero no destruida: muchas cosas que parecían anuladas siguieron existiendo, ciertamente de otra manera, con distinto puesto en la vida, que adquirió con ello una nueva configuración. Porque la historia, quiérase o no, es siempre innovación. Carlos Seco Serrano, «Un libro de Marías», ABC (1996)

Un objetivo: la embriología y sus contextos En un mundo como el actual, en el que el uso de células madre embrionarias o el diagnóstico preimplantacional son focos de interés para la medicina, la filosofía, el derecho e incluso para la opinión pública, parecería redundante afirmar que el atractivo de los misterios de la ontogenia humana ha sido una constante a través de la historia. Durante la edad contemporánea, la embriología maduró junto al microscopio y consiguió una activa comunidad científica internacional. La España del siglo xx, enmarcada en el contexto europeo periférico, no fue ajena a este proceso y la pujante disciplina se desarrolló en un marco sociopolítico caracterizado fundamentalmente por la inestabilidad (revueltas, huelgas, militarizaciones, cambios de gobierno, dictaduras…). En las últimas décadas, a través de diversos planteamientos, se ha postulado que los cambios políticos críticos de este período afectaron de una manera crucial a la producción científica del país y a su transmisión nacional e internacional. Por lo tanto, se impone la necesidad historiográfica de realizar un estudio pormenorizado de cada disciplina o especialidad para avalar o descartar estas hipótesis de una manera más concreta. Por todo ello, planteo como objetivo principal de este trabajo el análisis histórico del desarrollo de la embriología en España durante la II República y la Dictadura franquista (1931-1975). Un tema tan 25

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amplio, no obstante, nos hace poner sobre la mesa una serie de cuestiones concretas a las que debería poder dar respuesta al terminar este libro y que tienen que comenzar por plantearse el origen de la embriología española del siglo xx. ¿Acaso el despreciado siglo xix fue caldo de cultivo para el desarrollo posterior de la disciplina? Esta cuestión, que se salda con un clásico estudio de rupturas y continuidades, se irá repitiendo a lo largo del trabajo con el objetivo de establecer una periodización del cultivo de la disciplina en España. De hecho, uno de los problemas historiográficos sobre el que más se ha trabajado en los últimos años, son las repercusiones de la Guerra Civil sobre la ciencia. Si la embriología practicada durante la dictadura franquista tuvo unos antecedentes en los períodos anteriores o si se crearon grupos de investigación embriológica de novo tras la erección del Régimen es una cuestión importante que resolver. Otro de nuestros objetivos principales será el análisis de la creación y establecimiento de grupos de investigación y escuelas de embriólogos, incluyéndolos en sus respectivas genealogías científicas. Estudiaremos el fenómeno por el que un embriólogo se convierte en «maestro» y asciende hasta la oligarquía científica del país en un momento determinado y haremos hincapié en las políticas expansionistas de estas escuelas, sus rivalidades académicas y las relaciones con el propio Estado, con otros grupos de poder —económicos o académicos—, así como con otros grupos de investigación nacionales e internacionales. Haremos así un análisis del proceso de transmisión de la ciencia embriológica dentro del país y a través de sus fronteras, y estudiaremos la asimilación de diferentes corrientes, como la comparativista o la experimentalista. A lo largo de su historia, la embriología se ha comportado casi siempre como subespecialidad sin desligarse de otras materias académicamente más poderosas. Como ciencia de la forma, anatomistas e histólogos estaban llamados a repartirse su cultivo; sin embargo, las atribuciones no quedaban tan claras. Además, el interés creciente que fue suscitando la disciplina en sectores ajenos al mundo médico, como la biología, la zoología o la veterinaria, hace que se pueda plantear un proceso de «desiatrogenización» de las clásicas ciencias médicas básicas durante este período, con el consiguiente aumento 26

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del número de nichos en los que la embriología tendría cabida. Para que este problema quede resuelto, abordaré este fenómeno con el objetivo de intentar reconstruir esta «inestabilidad» de la división académica de las ciencias morfológicas y las influencias internacionales que terminaron por integrar a la embriología en la biología del desarrollo. El estudio de los espacios de producción de ciencia —laboratorios, cátedras, departamentos e institutos— nos dará una información muy valiosa sobre la actividad productora de la embriología española, sus influencias y su actualidad u obsolescencia en el contexto internacional. En este sentido, tampoco se puede descuidar el estudio de los diferentes marcos institucionales en los que estos laboratorios fueron creados, que en España fueron fundamentalmente la universidad y las agencias de ciencia «oficial» del Estado —la JAE y, posteriormente, el CSIC—, pues serían estos los que favorecieron, frenaron o modificaron a través de su financiación, las carreras de determinados científicos o sus líneas de investigación. Pero la historia de una disciplina es también la historia de los problemas específicos sobre los que los investigadores vertieron su trabajo. Aquí, inevitablemente, he tenido que realizar un esfuerzo notable por identificar las diferentes líneas de investigación, muy diversificadas precisamente por el enfrentamiento que mantuvieron durante décadas las escuelas a que ineludiblemente se adscribieron la mayoría de los investigadores estudiados. Sin un conocimiento de esa historia «interna» es imposible valorar en toda su significación la aportación, por ejemplo, de Genis Gálvez, en una línea que desbordaba los planteamientos iniciales de su maestro Orts. El «contexto de descubrimiento» (discursivo, racional, vinculado a la historia de la disciplina como saber científico organizado) y el «contexto de justificación» (el medio, el marco legislativo, las condiciones económicas y políticas), a pesar de ser también un instrumento conceptual con una vigencia temporal ya considerable —desarrollado como se sabe, por el neopositivismo lógico y la llamada «concepción heredada»— siguen siendo útiles como procedimientos de aproximación a la historia de una disciplina científica. 27

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Existen otros enfoques que simplemente he apuntado en este trabajo y que esperamos poder desarrollar en otros posteriores. La etnometodología permite un análisis de cómo se organiza la actividad interna de la investigación a través de la vida en el laboratorio o de las relaciones entre los científicos que nos parece muy atractiva, pero que, para el caso de las ciencias morfológicas, precisaba una tarea de desbrozamiento y organización previas como la que hemos realizado en este trabajo. De igual modo, la débil presencia de científicas y la forma en que se produce su incorporación a la investigación embriológica abre posibilidades muy interesantes al estudio de la disciplina desde una perspectiva de género.

Perspectiva historiográfica y fuentes El uso del término periferia, que aparece ya en el título, bien merece un comentario específico, pues el bipolo centro-periferia se encuentra en el centro de un intenso debate historiográfico.1 Su uso en este libro queda lejos de una visión colonialista o unidireccional de la ciencia contemporánea. Muy al contrario, se refiere a una posición geográfica dentro de un juego internacional, dinámico y bidireccional de hegemonías en el que se tomará la periferia como un «receptor activo».2 Estudios sobre otras disciplinas en la misma horquilla temporal han puesto de manifiesto la percepción subjetiva de trabajar en la periferia vivida por los científicos españoles que trabajaron durante la dictadura,3 pero también han demostrado lo dinámico de sus redes internacionales a pesar de la apariencia de aislamiento del contexto político que los enmarcó.4 El diferente grado de asimetría en las relaciones que se establecieron entre la embriología española y la de los países del «centro» ocupará buena parte del análisis de este trabajo. 1   Sobre el problema historiográfico, véanse, sobre todo: Pyenson (2006) y Gavroglu et al. (2008). 2   Gavroglu et al. (2008: 154). 3   Ochadel (2013a: 286). 4   Sin ánimo de ser exhaustivos, para el caso de las ciencias biomédicas, fundamentalmente para la bioquímica, véase Santesmases (2001); para la paleoantropología, el dossier editado por Ochadel (2013b) y para la física: Herran y Roqué (2012) y Roqué (2015).

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Respecto a las fuentes, el mayor esfuerzo para lograr los objetivos propuestos se ha dedicado a la recolección de fuentes primarias. Fuentes de archivo, iconográficas, orales y la producción científica de los embriólogos españoles de nuestro período de estudio forman el extenso corpus documental que sostiene esta monografía. Fruto de la indagación en numerosos archivos estatales, privados y religiosos, conseguí recabar una notable cantidad de material de archivo que resultó muy útil a la hora de reconstruir la actividad investigadora de los embriólogos españoles. Para el caso de la embriología de la República, el archivo de referencia es el de la Residencia de Estudiantes en Madrid, que conserva la documentación administrativa de la Junta para Ampliación de Estudios. En esta colección se pueden encontrar los expedientes de todos los científicos pensionados por la Junta, así como los de los distintos laboratorios dependientes de la institución.5 Aunque el fondo tiene varias lagunas importantes —como es el caso de algunas partes del expediente de Orts Llorca—, su consulta resulta indispensable para entender la política científica estatal y la protección de la embriología por parte de la ciencia oficial del período republicano. La creación de un instituto de embriología experimental para Orts en plena Guerra Civil y la corta vida del proyecto en este contexto se puede reconstruir a partir de esta colección. Al margen de este macroambiente estatal, la embriología del jesuita Jaime Pujiula maduró relativamente aislada en la Cataluña del primer tercio de siglo. Esto —unido a unas firmes convicciones religiosas— dotó a sus trabajos de unas características muy diferentes de la ciencia que se estaba produciendo en laboratorios universitarios. Para reconstruir su biografía científica y la historia de su instituto de investigaciones biológicas, me acerqué al Archivo de la Compañía de Jesús en Cataluña (Barcelona), donde se conservan los papeles del religioso. Entre ellos se incluye su correspondencia privada y científica, 5   El proyecto de digitalización de los fondos que se llevó a cabo con motivo del centenario de la institución hace muy fácil el acceso a este archivo, pues cuenta con un portal específico disponible en línea, donde se encuentra digitalizado casi todo el material: Residencia de Estudiantes. Archivo de la JAE [material electrónico]. Disponible en línea: http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app/ [última consulta 10 de enero de 2016].

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así como unas memorias inéditas escritas en la última etapa de su vida. Además, almacenada en decenas de cajas —y aún por catalogar— en el mismo archivo se puede encontrar la documentación relativa a su centro, el Instituto Biológico de Sarriá, un material que nos permitió seguir la evolución y declive de la institución y de su embriología. Aunque las dos principales escuelas anatómicas españolas del período dictatorial, la de Francisco Orts Llorca y la de José Escolar, cultivaron la embriología, fue Orts el que creó una verdadera escuela de embriólogos. Completar sus datos biográficos parecía indispensable para comprender un hecho tan importante como, por ejemplo, las circunstancias políticas que marcaron el proceso de introducción de la embriología experimental en nuestro país. En el Archivo General de la Administración encontramos los documentos relativos a su oposición a cátedra, un material que nos brindó la oportunidad de conocer en profundidad su proyecto primitivo en los años 30, su concepto anatómico inicial y el papel que jugaba la embriología en este. Por otra parte, se demostrará la gran relevancia que tuvieron las fundaciones filantrópicas privadas para romper el aislamiento internacional al que Orts quedó relegado tras la Guerra Civil. Al no contar con apoyos económicos estatales para continuar su programa de viajes internacionales, su formación durante el período de la dictadura quedó en manos de la financiación privada. El material de los archivos de la Fundación Del Amo y de la Fundación Juan March, que conservan proyectos, cartas, partes mensuales y memorias científicas, es clave para comprender cómo se llevó a cabo su formación en los Estados Unidos. La vinculación de la escuela ortsiana con la ciencia estadounidense me llevó a retomar la búsqueda en los archivos históricos de Norteamérica. Finalmente, conseguí localizar una interesante colección epistolar entre Genis Gálvez y el neurocientífico americano William Windle, que se conserva en la biblioteca biomédica Louise M. Darling de la Universidad de California en Los Ángeles y que completa el interesantísimo archivo privado que guarda celosamente una de sus hijas en Sevilla. Aunque, evidentemente, se trata de un fondo personal sin catalogar, conserva unas memorias manuscritas del embriólogo que nunca llegó a publicar y aproximadamente una decena 30

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de carpetas en las que se guardan bocetos anatómicos, borradores de conferencias y una importante colección de cartas que se remonta a la década de 1950 y que cubre toda su carrera científica. Las colecciones universitarias han sido de gran ayuda en esta investigación. En el Archivo Histórico de la Universidad de Barcelona encontré un detallado inventario del laboratorio de anatomía de Manuel Taure en la posguerra, un documento que ofrece una sugerente imagen de la decadencia material de la ciencia embriológica en nuestro país en aquellos años. Por su parte, los fondos del Archivo Universitario de Granada ofrecen la posibilidad de someter al análisis histórico la totalidad de la documentación fundacional del Instituto «Federico Olóriz Aguilera», que, como se verá más adelante, terminó convirtiéndose en un laboratorio especializado en fetología y malformología. Finalmente, nos centramos en recuperar fuentes documentales sobre las relaciones de las dos grandes escuelas con los «poderes científicos» del período. Respecto a los vínculos entre José Escolar y el CSIC, he tenido acceso al archivo de José María Albareda —cabeza funcional del Consejo—, que se conserva en el Archivo General de la Universidad de Navarra. La fluida relación epistolar del Secretario General con Escolar y los informes desfavorables —políticos e ideológicos— que sobre Orts llegaron hasta su despacho, explican perfectamente la dinámica personalista de protección de la «ciencia oficial» del primer franquismo y su relación con las dos escuelas hegemónicas. Orts, sin embargo, encontró un apoyo incondicional en Pedro Laín Entralgo, rector de la Universidad Central desde 1951 hasta 1956. La correspondencia entre ambos se conserva en el archivo personal del historiador de la medicina, que está depositado en la Real Academia de la Historia, en Madrid. Aunque escasa, la documentación conservada refrenda la intensa amistad que unió a ambos académicos y nos ofrece una idea de la dotación del primer laboratorio de embriología experimental de Orts en la capital, que se consiguió montar gracias al apoyo de su «protector». Respecto a las fuentes impresas, las memorias y autobiografías de los científicos constituyen siempre un interesante material para el historiador de la ciencia. En este caso, sin embargo, este recurso 31

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no es muy abundante. Los embriólogos españoles no se prodigaron escribiendo este tipo de textos. Entre los que sí lo hicieron destaca —por su extensión y calidad— el de Juan Manuel Ortiz Picón, uno de los pensionados por la JAE durante la Segunda República. De los que ejercieron su labor durante el franquismo disponemos de relatos más cortos, pero que también aportaron algún dato interesante. La escasez de este tipo de material se palia en cierta medida con otros dos subtipos de fuentes: las referencias secundarias en las memorias de otros personajes de la época y los llamados «textos laudatorios». En el primer grupo podemos encuadrar, por ejemplo, el caso de Laín, que dejó constancia de su relación con Orts en su Descargo de conciencia. El segundo grupo se puede, incluso, subdividir en dos variantes; por un lado estarían las respuestas a los discursos académicos de recepción, en las que siempre se vierten datos biográficos del nuevo miembro de la institución, y por otro, los elogios fúnebres o necrológicas. A pesar de sus características particulares —siempre benevolentes con el homenajeado—, ambas tipologías textuales aportan reflexiones interesantes de la comunidad científica coetánea sobre la trayectoria vital del recién fallecido. Por último, recurrí al testimonio de varios científicos que llevaron a cabo estudios embriológicos durante la dictadura, creando nuevas fuentes a partir de dos tipologías de encuentros: presenciales y a través de correo electrónico. Los primeros fueron grabados en formato mp4 y los segundos se realizaron a través del correo electrónico. Ambos forman una colección que, por el momento, se conserva en mi archivo personal.

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Capítulo I LA EMBRIOLOGÍA CONTEMPORÁNEA La asimilación en España de la embriología alemana decimonónica

Más allá de los períodos de Russell En su clásico Form and Function de 1916, Edward S. Russell describió tres fases en la evolución de la morfología alemana del siglo xix.1 El primer período —aquel de la morfología trascendentalista de Goethe y Saint-Hilaire— sobrevivió medio siglo, hasta la llegada de las teorías evolucionistas. Esta revolución constituyó per se el segundo de los períodos y solo el causalismo experimental de finales de siglo consiguió desbancarla. Aunque puede parecer una periodización básica, que varios trabajos posteriores, como el de Nyhart, han matizado, resulta interesante desde el punto de vista académico para organizar un boceto de la historia de la embriología universal contemporánea.2 Las dos grandes figuras de la embriología del primer período fueron, sin duda, Heinz Christian Pander (1794-1865) y Karl Ernst Von Baer (1792-1886). Bajo la influencia de la Naturphilosophie de sus maestros, estos dos morfólogos llevaron a cabo importantes descubrimientos microscópicos que revolucionaron la disciplina.3 Pander no solo describió los somitas, sino que, con su descubrimiento de las hojas germinales, abrió infinitos campos de investigación a sus contemporáneos. A raíz de su obra, la embriología descriptiva se volcó en la tarea de revelar el proceso de organogénesis a partir de aquellas   Russell (1916).   Nyhart (1995) conserva los tres períodos. Relaciona el primero con el nacimiento de los conceptos fisiológicos embrionarios (hasta 1850); el segundo con las teorías evolucionistas (que ella extiende hasta 1880) y un último en relación a la visión «biológica» del embrión y el conflicto de las aproximaciones evolucionista y experimental (casual). 3   Churchill (1991). 1 2

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estructuras. Von Baer describió el óvulo y los primeros estadios de la notocorda, e hizo importantes progresos en la comprensión de los fenómenos de formación del primitivo cuerpo embrionario a través de la gastrulación. Empeñado en afianzar sus teorías contra el preformacionismo dieciochesco y en demostrar la teleología del proceso y las características comunes del plan zoológico universal, enunció sus conocidas cuatro leyes: primera, que los caracteres generales de un grupo de animales aparecen antes en el desarrollo que aquellos más específicos; segunda, que las formas menos generales se desarrollan a partir de las más generales; tercera, que cada embrión de una forma animal dada nunca pasa por otras formas específicas, sino que se separa de ellas; y cuarta, que el embrión de una forma animal nunca se parece a la forma adulta de otra especie, sino a su embrión. Durante el resto de la centuria se desarrolló la embriología comparada y con ella, las ciencias del desarrollo se adhirieron al intenso debate entre evolucionismo y fijismo.4 En 1859 salió a la luz el On the Origin of Species de Darwin y sus revolucionarias teorías avivaron aún más la discusión. El propio Von Baer fue particularmente crítico con ellas, mientras que otros morfólogos, como el británico Thomas H. Huxley (1825-1895), las tomaron como base para sus observaciones embriológicas.5 El uso de la embriología como prueba de la evolución, sin embargo, alcanzó su máximo esplendor con la obra del zoólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919).6 Algunos años antes, el ruso Alexander Kowaleski había advertido que los primeros estadios de la embriogénesis se revelan comunes al microscopio para todas las formas del reino animal; Haeckel, apoyándose en esta observación y en el contexto general del materialismo y positivismo científico de su tiempo, enunció su conocida y controvertida «Ley biogenética fundamental». Con la afirmación de que la ontogenia de 4   Sobre la embriología comparada y el evolucionismo véase, aparte de la citada obra de Nyhart (1995), los trabajos de Schmitt (2004 y 2006) y Escarpa Sánchez-Garnica (2005). 5   Véase el esbozo biográfico de Huxley a cargo de Hauserman y los trabajos de Richards (1992) y Desmond (1994). 6   Una buena síntesis de sus teorías y contexto se puede encontrar en Richards (2008) y en Churchill (2007). Otros trabajos de referencia son el clásico de Oppenheimer (1982) y el reciente acercamiento al impacto visual a la obra de Haeckel de Hopwood (2015).

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una especie sería un recuerdo morfológico de su filogenia, las teorías del biólogo alemán se colocaron en el punto de mira de toda la comunidad científica y generaron un apasionado debate que se alargó hasta bien entrado el siglo xx. Y es que, como afirmó Bodemer, «la capacidad de Haeckel para sintetizar y especular a gran escala pocas veces ha sido igualada».7 Y así fue. Su obra —y, sobre todo, su iconografía— consiguió una amplia difusión internacional y una sólida pervivencia a través de los siglos.8 Esta gran divulgación trajo consigo una oposición a su medida, que le llegó desde varios frentes. Aunque sus principales adversarios contemporáneos fueron Albert Kölliker (1817-1905) y Wilhelm His (1831-1904), las implicaciones teológicas de las afirmaciones de Haeckel, tal y como veremos más adelante, hicieron saltar la alarma en los círculos científicos católicos.

Fig. 1.1. Láminas comparativas del desarrollo embrionario de diferentes vertebrados y el ser humano del Anthropogenie (1874) de Haeckel.

  Bodemer (1974: 49).   Hopwood (2015).

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Junto con anatomista Karl Gegenbaur (1826-1903), Haeckel puso en marcha un ambicioso programa de morfología evolucionista. Sin embargo, la embriología comparada de los zoólogos alemanes se desarrolló de forma independiente a la de los anatomistas encabezados por Gegenbaur.9 Este último detectó algunas lagunas insuperables en la Ley biogenética que le hicieron alejarse progresivamente de ella, y ensalzó la utilidad de la anatomía comparada como estudio de la filogénesis en detrimento del valor explicativo de la embriología en este sentido. La debilidad del programa en Alemania permitió que las nuevas visiones experimentalistas se incorporaran pronto a la disciplina. Así, en el período de transición entre los siglos xix y xx, la embriología vivió un cambio en cuanto al abordaje de su objeto de estudio: a la descripción o comparación se añadió la manipulación del embrión. Nacía así la embriología experimental o mecánica del desarrollo (Entwicklungsmechanik). Wilhelm Roux (1850-1924) la presentó en 1889 como «la anatomía del futuro»10, y sus trabajos separando las células blastoméricas dieron lugar al nacimiento de una visión «causal» que se convertiría en imprescindible para la morfología del siguiente siglo. De este modo, alrededor de 1900 nos encontramos con varias subdisciplinas anatómicas a las que las diferentes escuelas se fueron adhiriendo y que contaban con su propio uso del embrión. Mientras se difundía la anatomía comparada y su correspondiente embriología, persistía el cultivo de la anatomía descriptiva clásica y su variante embriológica. Es más, la novedosa visión que Hermann Braus y otros anatomistas alemanes estrenaban a principios de siglo, estaba introduciendo al embrión y su ontogenia en el discurso explicativo de la forma del adulto, por lo que la disciplina fue ganando importancia en las cátedras de anatomía macroscópica. La histología, por su parte, estaba viviendo un intenso desarrollo gracias a las mejoras técnicas del microscopio y, desde el mismo descriptivismo, también   Nyhart (1995: 168-240).   Su lección de investidura como profesor en Breslau, en noviembre de 1889, llevaba el descriptivo título: «Die Entwickelungsmechanik der Organismen, eine anatomische Wissenschaft der Zukunft» [La Mecánica del Desarrollo del organismo, una ciencia anatómica del futuro] (Ibid. p. 280). 9

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había comenzado a colocar embriones bajo su objetivo para estudiar el proceso de histogénesis. Finalmente, la anatomía experimental que acababa de alumbrar a la mecánica del desarrollo de Roux, pretendía llegar a las causas más íntimas del desarrollo del cuerpo. La concesión del premio Nobel de Medicina o Fisiología de 1935 al alemán Hans Spemann (1869-1941) es un buen reflejo del interés de la comunidad científica internacional del segundo tercio del siglo por la embriología experimental. Gracias a su destreza en microcirugía y a la brillantez de su colaboradora más destacada, Hilde Mangold (1898-1924), Spemann enunció su célebre «teoría del organizador» demostrando la existencia de unas estructuras en el embrión con una capacidad inductora sobre las células de su vecindad, que serían las encargadas de dirigirlas hacia una diferenciación específica.11 La progresiva «molecularización» de la biología y la medicina de la que hablan De Chadarevian y Kamminga,12 afectó también a la embriología y pronto, trabajos como los de Johannes Holdfreter (1901-1992), demostraron que los inductores eran moléculas químicas. La aplicación, pues, de la moderna bioquímica al estudio de la embriología, fue instantánea. La obra de Joseph Needham (1900-1995), Chemical Embryology (1930) representa claramente el nuevo marco estequiológico al que nos referimos. Finalmente, con la madurez de las nuevas ciencias biomédicas del siglo xx (la ya citada bioquímica, la biología molecular y la genética), varias disciplinas tomaron al embrión como objeto de estudio durante la segunda mitad del siglo, y conformaron una nueva macrodisciplina coral que se conocerá como biología del desarrollo.

La embriología española del ochocientos La periodización que planteó Russell para la morfología alemana del xix no se repitió especularmente en la periferia. En España, los avatares sociopolíticos decimonónicos delinearon un perfil bien 11   Véase la biografía científica de Spemann en Fässler (1997) y la reconstrucción histórica que realizó sobre su descubrimiento su discípulo Hamburger (1988). 12   Chadarevian y Kamminga (1998).

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diferente al alemán, que fue esbozado en su día por López Piñero para el caso de la ciencia española en general.13 La Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII marcaron el nacimiento de la Edad Contemporánea en el país y, con ella, un traumático parto de un nuevo tipo de Estado que evitó la continuidad de los trabajos iniciados por los ilustrados españoles. Las ciencias no lograrían recuperarse hasta mediados de siglo, cuando aparecieron en el panorama científico las denominadas «Generaciones intermedias». Estas, en opinión de López Piñero y de la historiografía posterior, supusieron el germen de los logros científicos que se alcanzaron en el país a finales de siglo. Los tratados de anatomía españoles del segundo tercio del siglo xix siguieron situando la embriología en el nicho clásico que, como parte del estudio morfológico del problema gestacional, tenían reservado tras el capítulo del aparato reproductor femenino.14 No obstante, ninguno de los anatomistas españoles de aquellos años hizo aportaciones originales al tema. El único que dedicó un párrafo a la técnica de disección del feto fue Lorenzo Boscasa e Igual (1786-1857) que, más allá de un trabajo original, hizo divulgación de la anatomía europea del momento. Más interés tiene para este recorrido el Tratado de Ovología del catedrático de la Universidad de Granada, Mariano López Mateos (1802-1863). Publicada en 1853, debe ser considerada como el primer hito de la moderna embriología decimonónica en España.15 La parte dedicada a la ovología bebe directamente de la teoría celular de Theodor Schwann (1810-1882) y el resto del opúsculo es un verdadero tratadito de embriología donde el autor se muestra partidario del epigenetismo vitalista. En sus casi cien páginas, realiza una correcta descripción del folículo ovárico («vegigilla de Graff») y de cómo el huevo se divide gradualmente durante las primeras fases de la embriogénesis. Además, cuando analiza la organogénesis, López Mateos incluye los últimos descubrimientos embriológicos de la ciencia europea, un hecho que demuestra un gran interés del autor y una 13   Para una visión general, véase el monográfico López Piñero (1992). Para el caso de la anatomía en particular véase: López Piñero (1971). 14   Sobre estos, véase Aréchaga Martínez (1977) y López Piñero (1988a). 15   Aréchaga, Olagüe y García Ballester (1976).

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importante actualización. A pesar de ello, siguiendo la tónica de sus coetáneos, se trataba de un saber libresco, pues la buena disposición del profesor toledano no llegó a cristalizar en ninguna observación embriológica propia. La recuperación de una producción científica original comenzó ya en la segunda mitad del siglo, en los círculos científicos que se formaron fuera de la decadente universidad del momento. El cirujano jienense Rafael Martínez Molina (1816-1888), catedrático de anatomía en la Facultad de Medicina de Madrid, erigió un verdadero laboratorio micrográfico en su propio domicilio. En lo referente a la embriología, sus obras fueron más allá de la cita de autores del siglo xviii, como Von Haller. Su concepción ontofilogénica de la forma estaba actualizada a raíz de la lectura de las obras de los naturalistas franceses y alemanes contemporáneos, y así lo demuestra citando a los comparativistas franceses Étiene Geoffrey Saint-Hilaire (1772-1844) y Étiene Serres (1786-1868) y al embriólogo alemán Johann Friedrich Meckel (1781-1833). En sus ensayos, Martínez Molina defendió la «relación, concordancia y mutuo apoyo» de la embriología, la teratología y la anatomía comparada, hasta el punto de denominar a esta última «la antorcha de la anatomía humana».16 Además, siguiendo la estela de Serres y Meckel, llevó a cabo alguna observación teratológica personal.17 En otro de estos centros «parauniversitarios» de la época, el Museo Anatómico del segoviano Pedro González de Velasco (18151882), se estaba realizando una importante tarea docente en embriología. La ausencia de producción científica original en este campo no puede eclipsar el intenso trabajo de quien cultivó la anatomía aplicada y dedicó buena parte de su actividad a la producción de material docente. Tenemos constancia de que, por ejemplo, una de las piezas a las que aplicó la nueva técnica de desecación que aprendió en sus viajes a París y Londres fue, precisamente, un feto;18 y más patente queda su interés por la disciplina si se observa con detalle el Tratado   Martínez Molina (1867).   Véase, p.e. Rafael Martínez y Molina (1857). 18   González de Velasco (1864: 28). 16 17

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práctico de partos que publicó con José Díaz Benito y Angulo en 1854. Se trata de un magnífico atlas obstétrico en el que las copias de autores franceses se mezclan con láminas originales de gran calidad. Entre estas, destaca la que contiene un grabado litografiado de la circulación fetal que fue dibujado a partir de una disección personal del propio Velasco. Ya a finales de siglo, nos encontramos con una España políticamente tambaleante, pero con una desgarradora respuesta cultural a la crisis arrastrada desde los tiempos de la Primera República. En la década de 1880, lo sembrado por las generaciones intermedias dio su fruto en la que Laín, recogiendo una nomenclatura de la historiografía alemana, denominó «Generación de los Sabios».19 El anatomista más notable del grupo fue Federico Olóriz Aguilera (1855-1912) pero estaba más interesado en otras disciplinas como la antropología física. Su obra embriológica se reduce a las aportaciones que realizó —de estirpe libresca— en el Nuevo Compendio de Anatomía descriptiva de Julián Calleja (1836-1907). A diferencia de las escasas notas embriológicas de la primera edición, la colaboración de Olóriz incluyó en el texto la embriología comparada y evolucionista y citó, entre otros, a Haeckel, Gegenbaur y Huxley.20 La presencia de estos nombres en el que fuera el más difundido de los libros de texto anatómicos de finales del siglo xix y principios del xx, significó un notable impulso a la difusión del programa morfológico de Haeckel y Gegenbaur en la universidad española. Pero, sin duda, el anatomista que llevó a cabo la más férrea difusión y defensa del programa evolucionista en el país fue el catedrático de Valencia Peregrín Casanova Ciurana (1849-1919). No solo mantuvo una relación epistolar con Haeckel, sino que llegó a viajar hasta su laboratorio para aprender de primera mano su doctrina21. Tras él, fueron apareciendo dispersos por todo el territorio nacional, y de una manera poco más que aislada, una serie de profesores de anatomía interesados en diferente medida en el programa gegenbauriano y que   Laín Entralgo (1998).   El programa gegenbauriano llegó hasta Olóriz a través de las lecturas de los franceses Sappey y Poirier y del embriólogo Huxley, García Carlos (1974: 23). 21   Sobre su obra véase López Piñero (1988b). 19 20

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publicaron algún trabajo propio —más bien modesto— de embriología comparada. En Cataluña, encontramos un núcleo de interés por el programa en el seno de la Sociedad Médica «El Laboratori», una institución fundada en 1872 por un grupo de alumnos y profesores descontentos con la formación oficial.22 Dentro de sus académicos, destacó como anatomista Antonio Formica-Corsi i Coronado (1852-1939). Dedicó alguno de sus trabajos a importar los avances alemanes y franceses en la materia23 y, con el darwinismo por bandera, realizó sus propias observaciones comparativas y embriológicas aplicando al problema «los principios generales del transformismo».24 Sin embargo, en 1888 lo encontramos al otro lado del Atlántico, en Uruguay, donde se vinculó al Museo Nacional de Historia Natural. Allí llevó a cabo un importante programa de investigación en malacología y dedicó buena parte de su trabajo a la divulgación de la medicina homeopática. Su éxito en estas áreas puso fin a sus observaciones anatómicas y, por tanto, a su interés por la embriología. En paralelo y desde su cátedra de Granada, Pedro López-Peláez y Villegas (1863-1903) publicó una serie de trabajos demostrando su interés por el programa ontofilogenético alemán. Su formación al lado de Martínez Molina en Madrid y su relación con Cajal, determinaron que la visión comparativa y el uso de embriones fueran rasgos diferenciales de sus trabajos. En uno de ellos dejó clara su postura: Las causas de los escasos adelantos neurohistológicos en fecha anterior á 1885, radican en el error de método de investigación seguido por los anatomistas y en la insuficiencia de los medios analíticos empleados. […] El error del método de investigación estriba en haber pretendido estudiar y conocer la médula del hombre y vertebrados superiores adultos, antes que la médula de los embriones y de los vertebrados inferiores.25

  Sobre la misma, véase Calbet i Camarasa (1996).   Tradujo y comentó tanto obras alemanas como francesas. Véase, p. e., Stieda (1881) y Formica-Corsi y Coronado (1877a). 24   Véase, p. e., su tesis doctoral: Formica-Corsi y Coronado (1875); o su trabajo sobre la evolución del esqueleto:, Formica-Corsi y Coronado (1877b). 25   López Peláez y Villegas (1897a: 355). 22 23

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Raúl Velasco Morgado

Uno de sus trabajos más relevantes en este sentido es el estudio ontofilogenético de las circunvoluciones cerebrales en la cabra, el cerdo y el ser humano.26 Aquí, con escasos recursos y junto con una demostración de un vasto conocimiento de la producción en anatomía evolutiva internacional, introdujo sus propias observaciones sobre embriones. Su temprana desaparición a los cuarenta años de edad truncó la carrera de un investigador que, tan joven, contaba con un currículum más que interesante a finales de siglo. Además, a pesar de involucrar a los alumnos en su laboratorio, no llegó a crear escuela, con lo que su proyecto quedó truncado.27 Obligados a compartir cátedras en aquel siglo en el que la joven histología española no se había independizado aún de la anatomía, ambas disciplinas desarrollaron importantes vínculos científicos con influencias bidireccionales. Olóriz y Cajal, por ejemplo, mantuvieron una estrecha relación de amistad desde su encuentro en las oposiciones a cátedra de 1880. Esta interrelación llevó, en el caso del programa gegenbauriano, a que Cajal se viera claramente influido por la defensa del mismo que estaba llevando a cabo Peregrín Casvanova desde la otra cátedra anatómica de Valencia.28 Las influencias de Cajal, no obstante, fueron múltiples, y llegaban directamente desde el extranjero. Los trabajos de Wilhelm His (18311904) —enfrentado con las tesis de Haeckel— fueron un importante punto de partida para el aragonés.29 Recogiendo las observaciones descriptivas del alemán sobre la histogénesis de los neuroblastos medulares, Cajal construyó su «método ontogénico» bajo una estructura haeckeliana. En su búsqueda de la «textura» del cerebro del adulto, el histólogo encontró en el embrión un bosquejo más sencillo de estudiar con las técnicas del momento.30 Con estos planteamientos comparativos, Cajal obtuvo importantes resultados del estudio de   López Peláez y Villegas (1896, 1897b y 1898).   De hecho, los embriones para sus trabajos los proporcionaron alguna vez sus alumnos: López-Peláez Villegas (1896: 338). 28   Sobre la recepción cajaliana del darwinismo véase, asimismo: Glick (1974: 316319) y, más concretamente, sobre los estudios neuroembriológicos de Cajal, véase: Rodríguez Quiroga (2000), Baratas Díaz (1997a) y Puelles (2009). 29   Rodríguez Quiroga (2000). 30   Ramón y Cajal (1917: 157-158). 26 27

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Embriología en la periferia

Fig. 1.2. Dibujo de Cajal con el que intentaba mostrar la ley biogenética fundamental a través de la concordancia entre la filogénesis y la embriogénesis de la «célula psíquica o pirámide cerebral» (1917).

embriones, fetos y animales recién nacidos. Gracias a ellos aportó pruebas irrefutables a la teoría neuronal, enunció su «hipótesis neurotrópica» y realizó múltiples avances en la descripción de algunos fenómenos histogenéticos. A comienzos del siglo xx, sin embargo, sus investigaciones neuroembriológicas sufrieron un importante cambio metodológico: el comparativismo haeckeliano fue perdiendo peso de una forma progresiva y su laboratorio fue armándose con la metodología que ofrecía la nueva biología experimental.31 Para entonces, el reputado histólogo contaba ya con un buen número de discípulos. Sin entrar a realizar un análisis en profundidad sobre el lugar de la embriología en la escuela cajaliana, solo mencionaremos que, aunque la mayoría de los discípulos de Cajal hicieron alguna aportación a la histogénesis, el único que desarrolló un verdadero programa de investigación embriológica fue Jorge Francisco Tello Muñoz (1880-1958). Tras trabajar con Cajal en el problema de la regeneración nerviosa, en 1917 se embarcó en un proyecto propio sobre la aparición de las neurofibrillas en las neuronas del embrión 31   Véase el esquema de periodización para los estudios neuroembriológicos de Cajal creado por Baratas Díaz (1997a).

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Raúl Velasco Morgado

de pollo. Posteriormente, realizó una serie de estudios descriptivistas y, con la rata blanca como animal de experimentación, estudió el desarrollo del prosencéfalo, de los tubérculos mamilares y del cerebelo.32 Tras la Guerra Civil, su depuración significó la separación de su cátedra y un verdadero exilio interior que determinó que, aunque Tello siguiera trabajando en el tema hasta sus últimos días de vida, su trabajo acabara aislado y se impidiera que la línea neuroembriológica de Cajal se perpetuara en una segunda generación.

Ecos en la periferia La periodización de la morfología del siglo xix propuesta por Russell para el caso alemán puede ser adaptada al ochocientos español estudiándolo como periferia científica y superponiéndolo a la división generacional que propuso López-Piñero. Al igual que en otros países del entorno, el segundo de los períodos de Russell, el de la anatomía evolucionista de Haeckel y Gegenbaur, tuvo una supervivencia mayor en España que en su propio país de origen. Nyhart describió para Alemania un prematuro fracaso del programa gegenbauriano entre los anatomistas, que, lejos de ser consecuencia de críticas filosóficas, dependió, sobre todo, del pragmatismo de los docentes de aquel país, que interpretaron que los enfoques comparativos no aportaban nada en la formación de los futuros médicos.33 En España, la presencia de Haeckel y Gegenbaur en el libro de texto de Calleja, aseguró su supervivencia en las aulas más allá del cambio de siglo. Respecto a la investigación, el único laboratorio dedicado a la embriología cuando se estrenó el siglo xx era el de Cajal, que iba asumiendo el experimentalismo mientras se apartaba progresivamente de las doctrinas haeckelianas. Con los discípulos de Cajal dedicados a otros problemas histológicos, no existía para entonces una verdadera escuela embriológica en el país, un problema para el que la universidad española no parecía tener respuesta. El nicho disciplinar se rellenó gracias a la iniciativa 32 33

  Tello Muñoz (1934a, 1934b, 1935, 1936, 1936-1937 y 1938).   Nyhart (1995: 207-240).

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Embriología en la periferia

privada de la Compañía de Jesús, que creó un laboratorio especializado en Cataluña alrededor de uno de sus religiosos.34 Como se verá con detalle más adelante, con el objetivo de derrocar las teorías de Haeckel en España, el jesuita Jaime Pujiula será el mayor responsable de la pervivencia de la embriología comparada durante el primer tercio de siglo. La hegemonía de su instituto sobre la disciplina a nivel nacional hizo que su embriología —en la que la embriología experimental no tenía cabida— prevaleciera en España hasta los últimos años de la Segunda República.

34

  A él se dedica un capítulo completo en esta misma monografía.

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Capítulo II EL ESFUERZO INSTITUCIONAL POR IMPORTAR UNA CIENCIA Las pensiones de la JAE La Segunda República fue, como sabemos, un tiempo difícil, un tiempo de esperanzas y de frustraciones. La JAE no pudo, naturalmente, escapar a este conflictivo destino, especialmente cuando las fuerzas de la intolerancia regaron con generosa inhumanidad la en esta ocasión fértil huerta hispana. José Manuel Sánchez Ron1

Una preocupación y un proyecto En 1924, la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) —el organismo estatal para la ciencia creado a principios de siglo— se mostró decidida a fomentar la investigación embriológica en España. Aquel año, el presidente de la institución —que era el propio Cajal— y el secretario de la misma, José Castillejo Duarte (1877-1945), eligieron al anatomista Pedro Ara Sarriá (1891-1973) para iniciar la andadura de una escuela de embriología al amparo de la Junta.2 El laboratorio de Pujiula en Barcelona se había convertido en el único centro de cultivo de la disciplina en el país y el religioso acababa de publicar un tratado que, por ser el primero en castellano, encontró pronto un lugar de honor en la biblioteca de la comunidad científica hispanohablante. Su embriología, no obstante, estaba teñida de ideologías religiosas que estaban lejos de ser las defendidas por la JAE, cuyas raíces institucionistas traían consigo un laicismo implícito. La vasta producción historiográfica acumulada sobre la Junta nos podría excusar de hacer en este capítulo una ex  Sánchez Ron (1988: 52).   Ara Sarriá (1962: 73).

1 2

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Raúl Velasco Morgado

posición sobre sus orígenes y la significación que este organismo tuvo para la historia de la ciencia española del primer tercio del siglo xx; sin embargo, no se puede analizar en profundidad el caso concreto de la embriología sin hacer algunas reflexiones sobre estos temas para así tener un marco institucional en el que movernos. Creada por Real Orden en enero de 1907, la JAE nació del gran proyecto regeneracionista que la Institución Libre de Enseñanza (ILE) estaba desplegando desde finales del siglo xix.3 Fruto del esfuerzo de un pequeño grupo de intelectuales españoles, esta organización de raíces krausistas buscó, como respuesta a la crisis finisecular, la europeización de España a través de la reforma de la educación y de la ciencia.4 Es un hecho sobradamente conocido que los dos pilares sobre los que se asentó la actividad de la JAE fueron la creación y mejora de centros de investigación en España y el fomento de las pensiones en el extranjero. Desde luego, las pensiones no eran una novedad introducida por la Junta, pero la política científica vigente a este respecto era por entonces realmente pobre. La subvención estatal de estancias en el extranjero había tenido un carácter excepcional en nuestro país hasta que, a comienzos del siglo xx, se reguló un sistema de becas oficiales. Este proyecto, sin embargo, solo había permitido que unos pocos elegidos —apenas dos o tres por año— pudieran conocer la ciencia que se hacía en la Europa de su tiempo. Esto, como ha afirmado Virgilio Zapatero, no había sido «sino gotas en un océano»,5 así que, los fundadores de la Junta, se propusieron crear una estructura de pensiones que permitiera un fenómeno de importación de conocimiento a gran escala. La primera memoria impresa de la JAE recogía, precisamente, un ensayo sobre los déficits que los fundadores de la nueva institución   Sánchez de Andrés (2010).   Existe una amplia bibliografía sobre la Junta para Ampliación de Estudios. Véanse: Sánchez Ron, (1988) y Sánchez Ron y García-Velasco (2010). Para el caso de las ciencias naturales: Otero Carvajal y López Sánchez, (2012); y para una visión general sobre las dedicadas a las ciencias biomédicas: Baratas Díaz, (1997b). Se han publicado, asimismo, trabajos sobre la JAE y algunas disciplinas médicas y biológicas en particular, como la fisiología: Baratas Díaz (1990), las neurociencias: Baratas Díaz (2007), la genética: Álvarez Peláez (2007) y la anatomía Velasco Morgado (2010). 5   Zapatero (2007: 25). 3 4

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Embriología en la periferia

creían atisbar en el sistema de pensiones oficiales. Las mejoras que se propusieron implantar quedaron claras en este texto fundacional. Proponían, en esencia, dos cambios radicales: primero, enfocar de una manera personal el proceso de concesión de cada una de las pensiones mediante una selección crítica basada en los objetivos y en las características de cada aspirante; y, segundo, favorecer una «obra pre y post-pensional», es decir, preparar científicamente a los candidatos antes de partir y, una vez de vuelta, fomentar en España «una atmósfera propicia para seguir trabajando». Este ambicioso proyecto cuajó y, en líneas generales, su sistema de pensiones supuso un fuerte impulso para la mayoría de las carreras de los científicos españoles más brillantes del siglo pasado.6

Una visión general Tras desgranar el total de pensiones, Carmela Gamero Merino elaboró una periodización de la actividad pensionista de la JAE que ofrece un interesante punto de partida para el análisis cuantitativo del fenómeno.7 Según esta autora, tras una etapa de leve deceleración transcurrida entre 1923 y 1931, la Segunda República significó un importante repunte del número de pensiones. Baratas describió que, durante este período, la tendencia fue prácticamente la misma para el subgrupo de las ciencias biomédicas.8 Mi análisis de las concedidas para investigaciones embriológicas revela, sin embargo, que estas no se comportaron de forma paralela a los dos grupos anteriores. Si bien es cierto que las pensiones embriológicas crecieron durante la República, una visión general revela que esta tendencia no es propia de este período histórico. Tras unos años de meseta correspondientes a la posguerra mundial, el crecimiento lineal de las pensiones de embriología acumuladas había arrancado ya en la segunda mitad de la década de 1920. La causa de esta temprana recuperación habría que 6   Un acercamiento al total de becas en: Formentín Ibáñez y Villegas Sanz (2007) y Baratas Díaz (1997b). 7   Gamero Merino (1988). 8   Baratas díaz (1997b).

49

50

José Gogorza y González

Antonio de Zulueta y Escolano

Luis Gonzaga Urzola Gil

Jesús Basterra Santa Cruz

Cosme Valdovinos García

Emilio Ardévol Miralles

Francisco Carreras Verdaguer

Joaquín Trías i Pujol

José Gutiérrez Vadillo

1909

1909

1912

1913

1915

1916

1916

1916

1927

Histólogo

Becario

Año

Instituto Cajal

Anatomista y Cirujano

Histólogo

Ginecólogo

Médico Militar

Oftalmólogo

Anatomista

Zoólogo

Zoólogo

Ocupación



Opositor en Barcelona

Lab. de C. Méd. de Cataluña

U. de Barcelona

Madrid

Instituto Oft. de Madrid

U. Zaragoza

U. Central Madrid

U. Central Madrid

Origen

ED

No



No

No

¿?

No



No

Formac. previa en Embriol.

Alemania

ED, T

ED

EC

ED y T

EC

¿?

EC

EC

Embriol

Berlín

,,

,,

Suiza

Suiza

Alemania

Francia

Francia

Francia

Destino

No

,,

,,

Ginebra (Eternod)

Ginebra (Eternod) y Berna (Strasser)

Friburgo (Szily) y Múnich

París

Zúrich (Caullery)

Zúrich (Caullery)

No

Si



No

No

No

No

No



Instituto (tutor) Publicacion derivada de la beca

Tabla 2.1. Pensionados de la JAE para estudios embriológicos

No

No

No

No

No

No

No

No

Dedica. posterior

Raúl Velasco Morgado

51

José Pérez Llorca

Francisco Orts Llorca

Luis Fernández Bravo

Pedro Ara Sarriá

1934

1935

1936

1936

Anatomista

Anatomista

Anatomista

Oftalmólogo

Anatomista y Urólogo

Histólogo

Histólogo

Anatomista

Anatomista y Urólogo

Ocupación

U. Central Madrid

Valladolid

Valladolid

Cádiz

U. de Cádiz

U. de Valladolid

Laboratorio Río Hortega (Madrid)

U. Valladolid

U. Central de Madrid

Origen



¿?



No





No



No

Formac. previa en Embriol.

EE

¿?

EE

ED

ED

-

EA

ED

ED

Embriol

Alemania

Austria

Alemania

Francia

Francia

-

Alemania

Austria

Alemania y Austria

Destino

Múnich (Spemann)

Viena (Fischel)

Múnich (Vogt)

Estrasburgo (Redslob)

París (Rouvière y Champi)

-

Instituto Anat. de Múnich (Wassermann)

París (Rouvière) Viena (Hochstetter y Pernkopf)

Múnich (Mollier) y Viena (Hochstetter)

No

No





No

-







Instituto (tutor) Publicacion derivada de la beca

Fuente: elaboración propia. ED= embriología descriptiva; EC= embriología comparativa; EE= embriología experimental; EA= embriología aplicada.

Rafael Alcalá Santaella

Juan Manuel Ortiz Picón

1932

1934

Francisco Orts Llorca

1931

Francisco Suárez López

Rafael Alcalá Santaella

1929

1933

Becario

Año

Tabla 2.1. Pensionados de la JAE para estudios embriológicos

No

No







-

No





Dedica. posterior

Embriología en la periferia

Raúl Velasco Morgado

buscarla, entre otros factores, en una traslocación de los intereses de los anatomistas: las investigaciones macroscópicas clásicas iban perdiendo atractivo y las ciencias del desarrollo se planteaban como la opción más sugerente para este colectivo. Respecto al país de destino, podemos corroborar la existencia de una evolución que, al igual que en el resto de disciplinas, respondió a los cambios sociopolíticos de la Europa del momento y no tanto al estado de la disciplina en los países del «centro científico» europeo. En este sentido, las pensiones de embriología comparten tres grandes rasgos con las concedidas para el conjunto de ciencias biomédicas:9 primero, la preferencia por Francia y Alemania; segundo, el desplazamiento hacia Suiza durante la Primera Guerra Mundial por su condición de país no beligerante y en tercer lugar, la progresiva consolidación de Austria como país de destino. Las diferencias aparecen, eso sí, cuando comparamos las ayudas para embriología con las pensiones concedidas para otras disciplinas morfológicas: si bien los histólogos compartieron con los embriólogos la atracción por la ciencia austríaca, los interesados por la macroscopía ni siquiera pisaron este país.10 Austria se fue convirtiendo junto con Francia en uno de los destinos preferidos para el cultivo de la embriología durante el período republicano y solo consiguió superarles la poderosa Alemania. Resulta llamativa la ausencia de pensiones dirigidas a países del ámbito anglosajón pero, como veremos más adelante, este fenómeno no respondió a una falta de interés de la JAE o de los solicitantes —más bien todo lo contrario—, sino a una serie de condicionantes de tipo personal.

La embriología en la JAE previa al período republicano Aunque al comienzo de este capítulo marqué 1924 como fecha de inicio del plan de Cajal y Castillejo, la protección de la embriología 9   Para comparar las pensiones para estudios embriológicos con el total de las concedidas en biomedicina utilizamos el análisis de este último grupo llevado a cabo por Baratas Díaz (1997b). 10   Velasco Morgado (2010).

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Embriología en la periferia

por parte de la Junta es un hecho constatable desde su fundación. La presencia de la disciplina entre los primeros temas ofertados por la JAE es un buen indicador de la importancia que se le dio desde un primer momento. De hecho, para constar en aquella lista, la embriología tuvo que superar el control gubernamental que impuso el Estado sobre las áreas temáticas los tres primeros años de actividad de la Junta.11 El interés inicial por la disciplina vino desde el mundo de la zoología. La presencia de embriones conservados en frascos de cristal tenía ya para entonces una larga historia en las colecciones de animales, por lo que resulta fácil entender que fueran los naturalistas los primeros interesados en ampliar sus conocimientos en esta ciencia. La función epistémica del embrión como objeto de colección dentro de la Historia Natural era dar orden al mundo animal a través del estudio de la forma exterior de los ejemplares, así como describir los casos de monstruosidades.12 Las primeras becas fueron concedidas a José Gogorza y González, catedrático de la Universidad Central y a Antonio Zulueta y Escolano (1885-1971), que por entonces era estudiante. Ambos viajaron hasta Francia y allí conocieron la embriología que se practicaba en el laboratorio de Maurice Caullery (1868-1958) en la Facultad de Ciencias de la Universidad de París.13 El centro francés contaba con una importante colección que contenía «embriones y larvas de muchas especies de crustáceos, insectos, peces, anfibios, aves y mamíferos conservados en alcohol ó formol, siendo dignos de mencionarse los embriones de pollo común, ardilla, con las placentas bien preparadas, y ratón».14 Contactaron así con una embriología comparativa, de carácter evolucionista, lo que colaboró en que el segundo período de Russell se perpetuara en nuestro país unos años más. Con el fin del «gobierno largo» de Maura en 1910, se devolvió a la JAE la autonomía para la adjudicación de los temas de investigación.   Baratas díaz (1997b: 141-142).   Sobre el coleccionismo de embriones y su cultura material, véase Morgan (2009). 13   Sobre estas becas y su interés para la introducción en España del transformismo darwinista véase Pelayo (2009). 14   Gogorza y González (1911: 253). 11 12

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Raúl Velasco Morgado

La embriología dejó de ser un ámbito de interés entre los zoólogos y los médicos comenzaron a entrar en el mundo de la investigación embriológica. La Primera Guerra Mundial, que supuso una caída brusca del número de pensiones en general, no afectó a la embriología, que buscó en la neutral Suiza un lugar para estudiar la disciplina. Hasta cuatro científicos españoles viajaron hasta el laboratorio de Auguste Eternod (1854-1932) en Ginebra: Emilio Ardévol Miralles (18851946), Francisco Carreras Verdaguer (1890-1980), Joaquín Trías i Pujol (1888-1964) y Cosme Valdovinos García (?-1939). Allí, dirigidos por Eternod y el Privatdozent Eugène Bujard (1883-1978), pudieron conocer la técnica de Born para reconstrucciones embrionarias. A pesar de haber sido descrita por Gustave Born en 1876 y de gozar de una amplia difusión internacional, cuarenta años después, aún no había sido explotada en España. Bautizada en su idioma original como Plattenmodelliermethode, consistía en la proyección ampliada de los cortes histológicos de la pieza embrionaria sobre unas planchas de cera que posteriormente se apilaban consiguiendo un modelo tridimensional a escala en bulto redondo. Además de estudiar externamente la forma, aplicada a cavidades internas o a órganos específicos, permitía a los investigadores extraer una información tridimensional de cualquier estructura en desarrollo. Carreras llegó incluso a editar un pequeño folletín con la metodología aprendida en Suiza,15 pero la técnica cayó en el olvido hasta que años después, ya en plena dictadura, fue recuperada por las escuelas de Orts y Escolar. Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, el flujo de pensionados volvió a abrirse hacia Alemania y, aunque las pensiones para estudios embriológicos sufrieron un estancamiento que durará hasta la II República, dos científicos solicitaron puntualmente viajar al extranjero para estudiar embriología: José Gutiérrez Vadillo, histólogo del Instituto Cajal, se acercó hasta Berlín en 1927 para trabajar junto con Franz Keibel (1861-1929) —el más notable de los discípulos de His—; y el anatomista Alcalá Santaella hizo lo propio en Francia, con Rouvière. No obstante, como Alcalá volverá a ser pensionado durante la República, retomaré su caso con detalle más adelante. 15

  Carreras (c. 1917).

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Embriología en la periferia

A continuación, se analizará con detalle cada una de las pensiones que la Junta concedió para el estudio de la embriología durante el período republicano. A través del relato de los avatares administrativos que llevaron a sus concesiones procuraré poner de manifiesto el interés de la Junta por promover esta disciplina y la diferente respuesta a este interés por parte de histólogos, anatomistas y clínicos, así como sus respectivas estrategias. Junto a nombres que desaparecerán con el proceso de depuración política, aparecerán en los siguientes epígrafes una serie de biografías científicas que —en diferente medida— sobrepasarán la barrera de la Guerra Civil, y llegó en algunos casos a convertirse en decisivas para la asimilación de la moderna embriología en España. Si bien el único pensionado que desarrollará durante la dictadura una carrera como embriólogo fue Francisco Orts Llorca, lo definitivo de la irrupción de Ara Sarriá en su carrera y la importancia del paso de Orts por las universidades de Valladolid y Cádiz, en los trabajos de Pérez Llorca y Fernández Bravo, hacen que veamos el programa de la JAE como un proyecto basado en redes y no como un conjunto de pensionados sin nexo.

Juan Manuel Ortiz Picón: embriología, histología y cultivos celulares

Emulando el método ontogénico de Cajal, las observaciones sobre embriones fueron imprescindibles para los célebres trabajos sobre la microglía de Pío del Río Hortega (1882-1945). A pesar de ello, solo uno de sus discípulos, Juan Manuel Ortiz Picón (1903-1995), terminó mostrando interés por la embriología. Varias circunstancias, no obstante, harían que finalmente quedara descartada de entre sus líneas de investigación. Siendo aún estudiante de Medicina, Ortiz comenzó a trabajar con Río Hortega en su laboratorio de la Residencia de Estudiantes y, una vez graduado, fue adscrito al Laboratorio de Cancerología Experimental del Instituto de Oncología de Madrid del que Río Hortega era también director.16 Según sus propias memorias, su maestro supo 16

  Para sus datos biográficos seguiremos sus propias memorias: Ortiz Picón (1993).

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Raúl Velasco Morgado

valorar pronto la potencialidad de sus dotes para los idiomas. En el otoño de 1930, Río Hortega se lo llevó consigo en uno de sus viajes a Alemania. Allí tuvo la oportunidad de conocer el Instituto de Anatomía de la Universidad de Múnich y entabló relación con Siegfried Mollier (1866-1954), que era el director, y con Friedrich Wassermann (1884-1969), jefe de la sección de Histología y Embriología. Cuando dos años después solicitó una pensión a la JAE para ampliar estudios en el extranjero, Ortiz no dudó en elegir este laboratorio como destino. Con sus líneas establecidas en la oncología experimental, el objetivo de su viaje era estudiar junto con Wassermann los aspectos relativos a la causalidad y regulación de la proliferación celular.17 La gestión de la beca tuvo la peculiaridad de que —según el propio Ortiz Picón— Río Hortega retuvo la gestión administrativa de la misma durante meses. Para el joven investigador, las razones de este comportamiento estaban claras y radicaban en su utilidad en el laboratorio como traductor. Al final, el visto bueno tuvo que darlo Tello,18 que consiguió que, a pesar de todos estos impedimentos, la ayuda fuera concedida. Las malas relaciones entre Tello y Río Hortega de las que habla el propio Ortiz Picón en sus memorias19 debieron favorecer finalmente la concesión de la pensión. Gracias a la intercesión de Tello, Ortiz alargó su estancia desde septiembre de 1932 hasta 1934. Solo solicitó permiso para regresar a España puntualmente en 1933, con motivo de la organización del Congreso de Cancerología que se celebró en Madrid aquel año. Una vez familiarizado con los conceptos y técnicas sobre factores de proliferación celular del laboratorio, decidió dedicar la última etapa de su pensión al estudio de la embriología. El instituto contaba con una magnífica colección de embriones, que incluía material animal y humano, y el pensionado fue adiestrándose en la técnica mediante la preparación de abundantes embriones de ratón y pollo. Estudió

  Ibid. p. 98.   Ibid. p. 100. 19   Ibid. pp. 80 y 100. Sobre la relación de Río Hortega con los discípulos de Cajal, véase: Riera Palmero y Del Río-Hortega (2004) 17 18

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Embriología en la periferia

la maduración y fecundación del óvulo en Ascaris megalocephala20 y, bajo la dirección de Wassermann, llevó a cabo algunos cultivos embrionarios.21 Durante los últimos meses trabajó tutelado por Benno Romeis (1888-1971), un prestigioso anatomista muniqués experto en técnica microscópica. Las investigaciones morfogénicas del centro marcaron de tal forma a Ortiz que planeó proseguir sus investigaciones en el Instituto de Embriología experimental de Spemann en Friburgo. El contacto con el laboratorio de Spemann no tendría que haber resultado difícil, puesto que, desde 1921, Romeis codirigía, junto con Spemann y Vogt, la revista Roux’ Archiv für Entwicklungsmechanik der Organismen y la colección Abhandlungn zur Theorie der organischen Entwicklung. Sin embargo, la beca terminó y no fue renovada, evitándose así un primer contacto de la ciencia española con la embriología experimental. Ortiz, víctima a su entender de una cicatera actitud de Río Hortega, fue requerido desde Madrid.22 Una vez en España se dedicó al cultivo de células embrionarias de pollo y tumores experimentales (sarcoma de Roux) y aplicó las técnicas a la oncología intentando la cancerización de dichas células embrionarias.23 La beca de Ortiz Picón muestra un interesante cruce de saberes entre la citología, la oncología y la embriología que se materializa en el cultivo celular. La célula se convierte en un individuo digno de análisis en sí mismo y el estudio de su comportamiento in vitro da respuestas a cuestiones de fisiología, desarrollo, inmunidad y oncología.24 Becado por la Academia Nacional de Medicina, Ortiz pudo regresar a Alemania en 1935. Según sus propias interpretaciones, la 20   Memoria correspondiente a los cursos 1933 y 1934, Madrid: Junta para Ampliación de Estudios, 1935, p. 119. Escribió a la JAE: «Continué los estudios sobre embriología del pollo iniciados durante el mes anterior. Me he ocupado también de estudiar los estadios más precoces del desarrollo embrionario de algunos mamíferos, principalmente de ratón, investigando histológicamente cortes seriados de varios úteros durante las primeras etapas de la gestación» AJAE. 140-640. Expediente de Francisco Suárez López [traspapelado] Fol. 11. Múnich, 15 de enero de 1934. 21   El resultado de los trabajos con Wassermann fue publicado en: Ortiz Picón (1934). 22  Ortiz Picón (1993:112-113). 23   Ibid. p. 116. 24   Véase el trabajo de Landecker (2007).

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hostilidad de Río Hortega había frenado su conato de acercamiento a la embriología y en aquel momento las vicisitudes políticas europeas habían cambiado demasiado el panorama científico alemán como para retomar el proyecto. Como consecuencia de esta miscelánea de circunstancias, Ortiz no volvió a entablar relación con la embriología y desarrolló el resto de su actividad científica como histólogo y oncólogo experimental.

El interés por la embriología ocular de un oftalmólogo: José Pérez Llorca «Médico liberal»; así denominó Laín a José Pérez Llorca en la nota necrológica que le dedicó a su muerte en el diario El País, en 1996.25 De este modo, el historiador de la medicina introdujo al oftalmólogo alicantino en una lista compuesta, entre otros, por Gregorio Marañón, Francisco Orts Llorca o Carlos Jiménez Díaz. La definición del concepto «liberal» que Laín incluyó en el mismo texto, nos resulta útil para reconstruir la figura de Pérez Llorca a partir de unos rasgos asimilados como propios por un miembro de su generación. Aclaraba: titulares de un talante personal, como ejemplares de un modo de ser hombre abierto al reconocimiento público y privado de los demás modos de serlo, más aún, respetuoso con ellos y, con su particular conducta, postulante de una sociedad en la que la condición liberal sea habitualmente posible.26

En efecto, José Pérez Llorca (1903-1996), el que sería hombre público notable, fue uno de los pensionados de la JAE para estudios embriológicos. En 1933, cuando solicitó la ayuda, gozaba ya de un amplio prestigio como especialista: era miembro numerario de la sección de Cádiz de la Academia Nacional de Medicina, médico del Cuerpo de Sanidad de la Armada y de la Beneficencia local y director del consultorio oftalmológico municipal de Cádiz.27 «Estudiar y prac  Laín Entralgo (1996).   Ibid. 27   AJAE. 113-314, Expediente de José Pérez Llorca, fol. 12a, Curriculum vitae de Pérez Llorca. 25 26

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ticar las técnicas de histología normal y patológica y de embriología ocular[es]» eran los objetivos que quiso hacer constar en su petición a la Junta. Su biografía científica estuvo siempre marcada por una dualidad en su vocación, hacia la clínica y hacia las ciencias básicas. El trabajo que desempeñaba en la Facultad de Medicina de Cádiz en el momento de solicitar la pensión es una muestra muy clarificadora de este rasgo personal. Con el cargo de profesor auxiliar temporal estaba adscrito a la cátedra de Oftalmología y, a su vez, trabajaba como asistente en el laboratorio de histología y anatomía patológica. Ambos contaban por entonces con responsables con una buena formación e intereses científicos que consiguieron despertar un gran interés en Pérez Llorca. En el caso de la oftalmología, el catedrático, Buenaventura Carreras Durán (1886-1971), se había formado inicialmente con José Antonio Barraquer Roviralta (1852-1924) en Barcelona y había completado su adiestramiento quirúrgico en el servicio de Victor Morax (1866-1935) en el Hospital Lariboisiere y en las clínicas del Hotel Dieu y del Instituto Rothschild.28 Con apenas treinta años, y de forma paralela a su especialización oftalmológica, Pérez Llorca había recibido una sólida formación como morfólogo. Su temprano interés por la embriología queda bien patente en su tesis doctoral, en la que abordó el tema de la morfogénesis del vítreo desde el punto de vista descriptivo. No obstante, formarse en una ciencia que contaba con escasos especialistas en la España de principios de los años treinta no resultó una tarea fácil. El catedrático de Histología y Anatomía patológica, Luis Urtubey Rebollo (1892-1962), fue su director de tesis y, aunque fue el autor del mejor manual de histología de la época,29 no tenía ningún tipo de experiencia en embriología. Además, el contexto institucional tampoco acompañaba; en un período marcado por un acusado centralismo, el presupuesto para investigación en Cádiz era escaso. No obstante, como recordaba Laín, fruto de interesantes esfuerzos personales, en aquel centro periférico se materializaron «modestos pero

  Datos biográficos extraídos de la nota necrológica que le dedicó Núñez Pérez (1971).   López Piñero (2000: 205).

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activos laboratorios».30 Pérez Llorca, sin duda, supo aprovechar esta coyuntura. En 1932, su tesis fue defendida en la Universidad Central bajo el título «Contribución al estudio del desarrollo del ojo: sobre el origen y naturaleza del cuerpo vítreo» y en ella, el joven oftalmólogo se planteó desmentir el origen exclusivamente ectodérmico del vítreo. Se enfrentaba así a las tesis de uno de los investigadores más punteros de la embriología ocular del momento, el oftalmólogo Edmond Redslob (1876-1966). La calidad del trabajo de Pérez Llorca se vio pronto reconocida por la comunidad científica nacional y fue galardonada por la Real Academia de Medicina con el premio «López Sánchez» a la mejor tesis de Medicina del año.31 Acorde con estos precedentes, en 1934 solicitó a la Junta, y así se le concedió, una pensión de tres meses para desplazarse a Estrasburgo y poder trabajar en el laboratorio de la Clínica oftalmológica y en el Departamento de Anatomía patológica de la Facultad de Medicina donde trabajaba el propio Redslob.32 Allí, Pérez Llorca no solo pudo perfeccionar su técnica histológica sino que se adiestró en el diagnóstico anatomopatológico ocular y trabajó con la rica colección de embriones del centro. Además, Redslob se encontraba preparando un importante trabajo sobre el desarrollo de la córnea33 y el pensionado tuvo la oportunidad de colaborar en su investigación abordando el caso de la membrana de Descemet.34 Como ya hemos apuntado, uno de los problemas más serios del proyecto pensionista de la JAE fue la actividad «postpensión» que se había propuesto en un primer momento. Para el caso de la embriología, ninguno de los clínicos que se interesaron por la teratología habían conseguido establecer una línea seria de investigación básica a su regreso. Los oftalmólogos son un ejemplo excelente de este problema, puesto que la embriología ocular se planteaba como clave   Laín Entralgo (1973: 72).   AJAE/ 113-314, Expediente de José Pérez Llorca, Fol. 1a. Solicitud de pensión. Cádiz, 30 de enero de 1933. Fue publicada el mismo año: Pérez Llorca, (1932). 32   Véase Nordmann (1975). 33   Redslob (1935). 34   Memoria correspondiente a los cursos 1933 y 1934, Madrid: Junta para la Ampliación de Estudios, 1935, p. 125. 30 31

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para el avance en el conocimiento de las malformaciones congénitas. Por esta razón, especialistas clínicos de todo el mundo habían optado por la investigación embriológica a principios del siglo xx. Recordemos que la JAE ya había hecho un primer intento al enviar a Jesús Basterra al laboratorio de Von Szilly pero que, a pesar del esfuerzo institucional, no llegó a hacer ninguna aportación a este campo a su vuelta a España.35 Gracias a una serie de condicionantes locales que ofrecía Cádiz, las investigaciones embriológicas de Pérez Llorca, sí que tuvieron una continuidad a su regreso. A principios de 1935, Francisco Orts Llorca, que en aquellos momentos se estaba consolidando como experto en embriología experimental gracias a una serie de estancias en el extranjero patrocinadas por la JAE, ganó la cátedra de Anatomía de Cádiz. Su incorporación al claustro gaditano significó una verdadera revolución en la investigación que se hacía en aquella facultad. Pérez Llorca pronto comenzó a colaborar en sus trabajos. Aunque esta interesante ligazón científica se vio obligada a madurar en el hostil contexto económico y político de la posguerra y el primer franquismo, el resultado no fue para nada desdeñable.36 El trabajo más interesante de las labores embriológicas de Pérez Llorca durante la dictadura fue el extenso artículo —casi monografía— que bajo el título «Desarrollo embrionario y fetal del ojo humano» apareció en 1954.37 Asimismo, como analizaré con detalle en capítulos posteriores, Pérez Llorca ejerció un importante influjo sobre la escuela ortsiana estimulando en el grupo una línea sobre el desarrollo del ojo, en la que destacaron algunos de los discípulos de Orts.

35   Aun así, la experiencia internacional le dio las tablas suficientes para emprender una reforma en la docencia de la oftalmología en la Universidad de Valencia. Gracias a la estancia en el laboratorio de Szilly construyó una modesta embrioteca con lagomorfos que trajo a España con fines docentes, por lo que, al menos, contribuyó a la implantación de la Embriología en la enseñanza de la clínica oftalmológica en su Universidad. 36   Sobre la repercusión internacional de los estudios morfológicos de Pérez Llorca, sobre todo en Francia, véase Laín Entralgo (1973: 72-73). 37   Pérez Llorca (1954).

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Rafael Alcalá Santaella: anatomista y urólogo En enero de 1934, Rafael Alcalá Santaella, catedrático de anatomía de la Universidad de Cádiz, solicitó una pensión a la Junta para Ampliación de Estudios para el estudio de la embriología en París. Cordobés de nacimiento, había estudiado Medicina en Madrid, se había licenciado en 1915 y había conseguido el grado de doctor en 1923. Desde entonces, mientras se iba formando como urólogo38 había ido subiendo peldaños en el escalafón académico en el ámbito de las ciencias morfológicas. Comenzó como ayudante de clases prácticas de anatomía en la Facultad de Granada y posteriormente, en 1925, se trasladó a la Central de Madrid, donde fue auxiliar de Florencio Porpeta Llorente (1869-1934). Tras este recorrido, finalmente consiguió la cátedra de Cádiz en 1930.39 En consonancia con su oficio de urólogo, en su obra morfológica abundó la anatomía descriptiva del sistema génito-urinario. No obstante, desde un principio, mostró un gran interés por la embriología. Su maestro, Porpeta, también se había acercado a la disciplina, e incluso había publicado un modesto manual sobre el tema en 1922.40 El grueso de la formación embriológica de Alcalá, sin embargo, se llevó a cabo en el laboratorio de Pujiula en Barcelona. De los conocimientos adquiridos en el instituto catalán y de las preparaciones embriológicas que allí llevó a cabo, dio buena cuenta en un Manual de Embriología general y especial que publicó en 1929. Su relación con la JAE había comenzado años atrás, en el laboratorio de histología de Luis Calandre en la Residencia de Estudiantes y, antes de obtener la pensión que nos compete, había sido ya adjudicatario de las ayudas de la Junta en dos ocasiones para ampliar sus conocimientos anatómicos. En 1922 viajó hasta París41 y en 1929, se desplazó hasta la Europa germanófona. En este cambio de destino se puede ver una clara influencia de Pedro Ara, a la sazón catedrático de Anatomía de Valencia, que se estaba formando en aquellos   Sobre su carrera urológica, véase Cánovas Ivorra et al (2004).   Pascual Morenilla, Guirao Piñeyro y Girón Irueste (2000: 202). 40   Porpeta (1922). 41  Velasco Morgado (2010: 274-275).

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años en los mejores institutos anatómicos europeos dedicados a la disciplina y mostraba una gran predilección por la escuela vienesa. No por casualidad, su nombre aparece en la petición de Alcalá a la Junta. Durante un corto período de tiempo —no llegó a completar el primer mes a causa de la enfermedad de uno de sus hijos—, Alcalá tuvo la oportunidad de conocer de primera mano los trabajos que se realizaban en el laboratorio de Mollier en Múnich y en el de Ferdinand Hochstetter (1851-1954) en Viena. Alcalá siguió trabajando en temas embriológicos y ya en el período de la República se involucró en el estudio del origen del simpático. Fruto de estas inquietudes, publicó un estudio descriptivo sobre la cadena simpática y los ramos comunicantes en el embrión de pollo y de conejo.42 Dispuesto a seguir con su formación internacional, Viena quedó descartada de su mapa. La Guerra Civil austríaca de febrero de 1934 había ensombrecido la estabilidad política del país, así que aquel año solicitó una pensión con el objetivo de regresar a Francia y ampliar conocimientos en el laboratorio de Henri Rouvière (18751952). De hecho, el laboratorio de París se convirtió en uno de los más demandados por los morfólogos españoles en aquellos años.43 Alcalá mostraba un especial interés por trabajar con Paul Émile Christian Champy (1885-1962), que era histólogo y había dedicado gran parte de sus investigaciones al desarrollo de los gonocitos. El proyecto contemplaba una estancia desde julio hasta octubre, unos meses en los que, según le explicó a la JAE, le constaba que Rouvière trabajaba «privadamente en su laboratorio».44 En esta ocasión, la pensión volvió a terminar antes de lo programado. Las alegaciones de Alcalá, sin embargo, fueron bien diferentes. Según el oficio que envió a la Junta, se había visto obligado a abandonar el laboratorio por «las circunstancias especiales de España».45 El enrarecimiento sociopolítico que vivía el país durante el período radical-cedista fue, pues, el responsable de la decisión de volver con tal celeridad. Eso sí,   Alcalá Santaella (1933-1934: 179-191).  Velasco Morgado (2010). 44   AJAE. 3-131 Expediente de Rafael Alcalá Santaella. Fol. 20. Cádiz, 28 de enero de 1934. 45   AJAE. 3-131 Expediente de Rafael Alcalá Santaella. Fol. 24. 42 43

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en esta ocasión ya había acabado sus trabajos embriológicos y, como resultado, publicó un artículo sobre los centros del crecimiento en el embrión de pollo en una revista local de Granada.46 Al año siguiente se trasladó a Valencia y tras la Guerra Civil orientó su carrera investigadora casi exclusivamente a la urología y realizó escasas aportaciones a la anatomía. Ninguno de sus discípulos siguió sus trabajos embriológicos, pero él dejó un precioso legado a la Facultad de Medicina valenciana en forma de una modesta colección de embriones47 y, como veremos al estudiar el laboratorio de Barcia Goyanes, tuvo cierta influencia estimulando el cultivo de la embriología en el centro.

Los intereses de los anatomistas vallisoletanos Un simple análisis superficial del listado general de pensionados del período republicano revela una importante ratio de becarios procedentes de Valladolid. Para valorar correctamente esta cifra, tenemos que recordar que existía entre los anatomistas vallisoletanos una larga tradición de viajes científicos. El catedrático, Ramón López Prieto (1883-?), había viajado en 1906 a París y La Lausana y su propio maestro, Salvino Sierra y Val (1847-1939), también visitó varios departamentos anatómicos europeos ya a finales del siglo xix.48 A esta idiosincrasia de la cátedra vallisoletana se unió el paso circunstancial de Orts Llorca como auxiliar, aportando un impulso al interés por la disciplina. Por la importancia cardinal de su figura para la embriología española del siglo xx, estudiaremos más adelante y con detalle las pensiones concedidas a Orts y abordaremos aquí las de Francisco Suárez López y Luis Fernández Bravo.

  Alcalá Santaella (1935).   Además, tenemos constancia de que siguió estimulando la investigación embriológica en la Universidad de Valencia. En este sentido, por ejemplo, sabemos que incitó a José Moncayo Marqués, que trabajaba en la Cátedra B de Anatomía que regentaba su colega Juan José Barcia Goyanes, a profundizar en la relación del tubo neural con la cuerda dorsal Moncayo Marqués (1943). 48   Sobre los viajes y la visión europea importada por Salvino Sierra véase: Bendito González (1992). 46 47

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Suárez había comenzado su carrera académica como alumno interno por oposición en la Cátedra de Histología y Anatomía Patológica de la Universidad de Valladolid y desde 1928 estaba encargado de cátedra, aunque mantenía el rango de auxiliar.49 Cuando solicitó la beca en 1932 refería tener experiencia previa en estudios embriológicos y haber realizado ya una estancia postdoctoral en París. Tampoco era la primera vez que se postulaba para una pensión de la JAE, pero la primera, que solicitó en 1931 para estudiar la histopatología del riñón junto con Karl Aschoff (1866-1942), le había sido denegada.50 Con una dedicación absoluta a la anatomía patológica51 resulta sorprendente que en 1932 cambiara su interés por la embriología. El proyecto presentado a la JAE —en una especie de maniobra de adaptación mercadotécnica— apelaba a la laguna que significaba la embriología para la ciencia española y se presentaba personalmente como una víctima de esta carencia. Decía: Habiendo regresado a este país, donde no existiendo una escuela de Embriología, ni personas que hayan trabajado recientemente en este sentido (siendo por ello esta clase de estudios, para [ilegible] completamente nuevos) con los cuales poder terminar este trabajo comenzado; y, siendo las cuestiones embriológicas de gran aplicación para muchos problemas de Biología y Medicina, deseo ser pensionado por un tiempo de 6 meses como mínimo para estudiar junto a las cuestiones generales de Técnica Embriológica el «Desarrollo embriológico e histogénesis» de la Glándula Pineal o Epífisis en München al lado del Prof. Mollier.52

Sin embargo, a pesar de estos objetivos primitivos, la documentación lo sitúa trabajando con el patólogo Max Bort (1869-1946), cuyos intereses nada tenían que ver con la embriología. En Múnich investigó 49   Su currículum académico a comienzos de 1931 lo podemos encontrar en AJAE. 140-640. Expediente de Francisco Suárez López. Fol. 1b. Valladolid, 22 de febrero de 1931. 50   AJAE 140-640. Expediente de Francisco Suárez López. Fol. 1b. Valladolid, 22 de febrero de 1931. Su interés por este viaje era tal, que, según refiere, él mismo terminó costeándoselo. Ibid., Fol. 2a. Valladolid, 25 de febrero de 1932. 51   Para encontrar una relación de sus trabajos AJAE. 140-640. Expediente de Francisco Suárez López. Fol. 1b-1c. Valladolid, 22 de febrero de 1931. 52   AJAE. 140-640. Expediente de Francisco Suárez López. Fol. 1b-1c. Valladolid, 22 de febrero de 1931.

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sobre fibrillas celulares y tinción de plata, mientras en la documentación oficial seguían constando partidas para estudios de embriología.53 De todo ello se puede extrapolar que, o bien entabló relaciones con Bort durante su estancia en el laboratorio de Mollier y cambió de disciplina sin que quedara registro en su expediente, o bien que se aprovechó de la predisposición de la Junta a conceder ayudas para esta disciplina para así poderse costear el viaje de estudios a Alemania. Respecto a Fernández Bravo, no disponemos de muchos datos biográficos. Su solicitud a la JAE en 1935 le muestra interesado en el laboratorio de Spemann y se presenta como auxiliar de López Prieto.54 Aquella primera petición no fue atendida, pero al año siguiente, al insistir en su proyecto, le fue concedida una ayuda financiera para realizar una estancia en el laboratorio que Alfred Fischel (1868-1938) regentaba en Viena.55 De hecho, el laboratorio austríaco estaba despertando un gran interés para los españoles interesados en la embriología durante los años de la Segunda República. No solo fue uno de los centros de formación más relevantes para la carrera de Orts Llorca, sino que, un año antes, lo había visitado el auxiliar de la cátedra de Anatomía de Barcelona, Eduardo Pons Tortella (1906-1989)56 y aquel mismo año, becado por su instituto privado, se encontraba trabajando allí en su tesis doctoral Joan Puiggrós, uno de los investigadores del laboratorio de Pujiula.57 El laboratorio de Fischel era un buen lugar para formar una nueva escuela de embriólogos en España pero a finales de la década de 1920, el austríaco había enfermado y en

53   AJAE. 140-640. Expediente de Francisco Suárez López. Fol. 1b-1c. Valladolid, 22 de febrero de 1931. Fol. 6. Madrid, 28 de febrero de 1933 y Ibid. Fol. 17. Solicitud de credencial de Suárez López como expensionado. Madrid, 17 de diciembre de 1924. 54   AJAE. 51-82. Expediente de Luis Fernández Bravo. Fol. 1 Valladolid, 4 de Febrero de 1935. 55   AJAE. 51-82. Expediente de Luis Fernández Bravo. Fol. 2. Valladolid, 5 de Febrero de 1936. Sobre Alfred Fischel, véase Politzer (1954). 56   Sobre la bio-bibliografía de Pons Tortella, véase Mari i Balcells (1995). No obstante, está escrita desde la óptica de la historia de la cirugía, prestando poco interés a la obra anatómica y embriológica del catalán. 57   Véase el capítulo 3 de esta obra. Incluso el propio Pujiula aprovechó un viaje científico por Europa para acercarse hasta Viena y comentar algunas cosas con Georg Politzer. Pujiula (1943a: 88).

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1936 se vio obligado a solicitar la jubilación anticipada.58 Por ello, la

mayoría de los españoles que visitaron el centro tuvo que trabajar con su discípulo, Georg Politzer (1898-1956), que por entonces tenía el cargo de auxiliar. La situación sociopolítica derivada del progresivo autoritarismo de Dollfus fue alejando finalmente de su laboratorio a los científicos españoles. Los datos que tenemos de la pensión y de la biografía científica de Fernández Bravo terminan en este punto. No contamos con noticias sobre la actividad embriológica que realizó en Austria y su rastro como científico desaparece tras sufrir la depuración política tras la Guerra Civil por parte del Régimen franquista.59

La última pensión: Pedro Ara Célebre por el embalsamamiento de cadáveres de personajes de gran relevancia pública como Eva Duarte o Manuel de Falla y, en general, por sus técnicas de conservación de piezas anatómicas, el aragonés Pedro Ara Sarriá (1891-1973) mostró, durante un período importante de su biografía científica, un gran interés por la embriología. Para ello, además de un gran esfuerzo personal y económico, recibió puntualmente la ayuda de la JAE. En 1917 se licenció en medicina y cirugía por la Universidad de Zaragoza, donde había sido alumno interno de anatomía. Acto seguido, se trasladó a Madrid para ocupar la plaza de auxiliar de disección en la Universidad Central. Allí se formó bajo la influencia del urólogo-anatomista Leonardo de la Peña Díaz (1875-1957), cultivador de la técnica anatómica, una situación que terminó marcando sus intereses morfológicos. Conseguido su doctorado en 1919 y tras dos oposiciones fallidas, en 1926 ganó la cátedra de Anatomía de Valencia. Meses después solicitó una excedencia y se marchó a Argentina para crear un instituto de anatomía en la Córdoba de ultramar. Establecida la República, decidió regresar de América y consiguió la cátedra de Cádiz por traspaso. Solo unos meses después, en 1934, obtuvo el   Politzer (1954: 297-298).   El expediente de depuración fue localizado en el AGA por Lloret Pastor (2010: 336).

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codiciado puesto de catedrático de la Universidad Central.60 Desde allí pudo contribuir con más potencia a la consolidación de la embriología apadrinando la carrera de Orts y completando sus conocimientos con un viaje al laboratorio de Spemann. Las estancias en laboratorios extranjeros fueron sin duda un sólido pilar en su formación. La evolución de sus intereses científicos se puede seguir a través de sus peticiones a la JAE. Tras un primer intento sin resultado solicitando una ayuda para estudiar cirugía ortopédica en EE. UU., dedicó sus esfuerzos académicos a la anatomía. Las tres siguientes solicitudes —una para estudios anatómicos y dos ya para embriológicos—, le fueron denegadas. Tras estos intentos fallidos de conseguir financiación para visitar centros anglosajones, cambió sus preferencias geográficas y solicitó ayuda para viajar a Centroeuropa y trabajar en el laboratorio de Keibel que, a su entender, era el mejor centro de investigación del momento. Para comprender tal decisión se ha de recordar que por entonces —y hablo de finales de 1922— Ara ya había visitado bajo su propia financiación la mayoría de los laboratorios anatómicos de Suiza, Francia y Alemania, así como los de las universidades de Viena y Bolonia, y había creado un fuerte lazo con el laboratorio de Hochstetter. La opinión sobre Keibel, por lo tanto, tenía una seria fundamentación en su propia experiencia. Conocido el gran vínculo entre Cajal y His, el rechazo de la JAE a esta última propuesta resulta cuando menos sorprendente. La posguerra mundial, sin embargo, había hecho caer en picado el número de becas concedidas, y las dedicadas a estudios embriológicos sufrieron este fenómeno de una forma más acusada si cabe. Para que le fuese concedida una pensión tuvo que esperar hasta 1924, cuando Cajal y Castillejo, a los que Ara terminó considerando sus mentores,61 tomaron la decisión de fomentar la creación de una escuela embriológica en España. El plan de la Junta era importar la embriología experimental desde los Estados Unidos,62 que comenzaba su expansión científica tras la Primera Guerra Mundial. Además, el interés de Ara por Berlín había 60   Algunos aspectos de su biografía científica los podemos encontrar en: Gil Vernet (1974) y Pennini de Vega, Landaburu, Kohn Loncarica y Lardies González (1980). 61   Ara Sarriá (1962: 743). 62   La pensión estaba dotada con 54,99 pesetas diarias durante 9 meses.

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caducado a causa de los últimos cambios políticos. Cajal y Castillejo pretendían enviarle al Wistar Institute de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia,63 que era el centro más antiguo del país dedicado en exclusiva al estudio de las ciencias morfológicas. Los contactos de Santiago Ramón y Cajal con la comunidad científica internacional eran muchos, pero en la década de 1920 eran escasos entre los científicos norteamericanos. Uno de ellos era, precisamente, el director del Wistar, con quien Cajal llevaba a cabo un activo intercambio de publicaciones.64 Este dato podría explicar la elección del laboratorio de Pensilvania en detrimento de otros centros estadounidenses más punteros en investigación embriológica, pero sin lazos científicos con la Junta. A pesar de lo atractiva que pudiera haberle resultado la proposición de la JAE, la pensión caducó al no hacer uso de la concesión y, como adelantamos, Ara declinó la beca, se marchó a Argentina y propuso a Orts como su sustituto. La suculenta suma propuesta por la Universidad de Córdoba (1.500 pesos mensuales)65 debió de influir mucho en su decisión, ya que Ara seguía mostrando un gran interés por la embriología.66 Imbuido por un sentimiento de predestinación, en la década siguiente alegaba sobre esta decisión: «La fuerza del destino me hizo desobedecer a mis consejeros».67 En 1936, de vuelta a España y siendo ya por entonces catedrático de la Central, fue elegido miembro de la Real Academia de Medicina y, aunque en su discurso de recepción dejó claro que su campo de interés era la técnica anatómica,68 aquel mismo año, influido por la llegada de Orts a su cátedra, solicitó a la JAE una pensión para aprender

  AJAE. 9-442. Expediente de Pedro Ara Sarriá. Fol. 5b. Madrid, 12 de mayo de 1924.   Véase, por ejemplo Archivo de la Biblioteca del Instituto de Neurobiología Santiago Ramón y Cajal. Santiago Ramón y Cajal. Documentos personales. Correspondencia. Archivo Cajal. Carta de Milton J. Creelman a Santiago Ramón y Cajal referente a las revistas que publica dicho instituto y a intercambio con publicaciones de Cajal. Filadelfia (EE. UU.), 10 de octubre de 1908. 65   Pérez Peña (2005: 85). 66   Buena muestra de ello es el que volviera al laboratorio de Hochstetter aquel mismo verano AJAE. 3-131. Expediente de Rafael Alcalá Santaella. Fol. 9a. Madrid, 7 de febrero de 1929. 67   Esta frase, que debió de repetir en varias ocasiones en público, la citaba entrecomillada en su necrológica su amigo Salvador Gil Vernet (1974: 83). 68   Ara Sarriá (1936). 63

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embriología experimental junto con Spemann en Friburgo.69 No en vano, Spemann estaba en aquel momento en la cima de la comunidad embriológica internacional. La concesión del Nobel le había otorgado un importante nivel de autoridad y acababa de publicar en Berlín su Experimentelle Beitrage zu einer Theorie der Entwicklung, todo un hito en la historia de la disciplina. Aunque para entonces la JAE ya había arrancado su proyecto de escuela embriológica apadrinando los primeros viajes al extranjero de Orts y enviando a Fernández Bravo al laboratorio de Fischel, accedió a enviar a Ara a trabajar con Spemann. Con una asignación de 375 pesetas oro mensuales y 300 como bolsa de viajes, el anatomista se trasladó a Alemania junto a su mujer, sus hijas y una muchacha de servicio y comenzó sus trabajos en el laboratorio alemán el 9 de julio de 1936,70 solo una semana antes del levantamiento militar en España. Dada la situación, decidió regresar a España aquel mismo mes, aunque, alegando enfermedad de su mujer e hijas, volvió a Alemania unas semanas después. Cuando el gobierno republicano le exigió su presencia en la Universidad, él respondió al decano de la Facultad de Medicina de Madrid con un texto clarificador: Si lo de la pensión hubiese resultado verdad, hubiera cobrado unas dos mil quinientas pesetas oro. Usted me dirá de dónde saco yo el dinero […] La Anatomía pura no da nada. Muchísimos son pensionados por el Estado para aprender cosas de las que después sacan dinero; yo me he entrampado para aprender aquí un poco mejor la Embriología que no da un céntimo: debo ser idiota.71

Este último testimonio de Ara nos da una idea de la fatídica resolución de su pensión en el laboratorio de Spemann y dibuja a la perfección el problema económico de la dedicación a una ciencia médica básica en la España de 1936. 69   Como alternativa, marcaba en su solicitud el laboratorio de Johannes Holtfreter (1901-1992) en Múnich AJAE. 3-131. Expediente de Rafael Alcalá Santaella. Fol. 10. Madrid, 6 de febrero de 1936. 70   AJAE/ 9-442. Expediente de Pedro Ara Sarriá. Fol. 11a. Carta de Ara Sarriá a Gonzalo de la Espada. Friburgo, 30 de junio de 1936. 71   Carta transcrita por Pérez Peña (2005: 88).

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Su dedicación a la embriología terminó con el conflicto civil. Tras terminar la guerra, regresó a Argentina y no volvió a Madrid hasta 1964, con un importante currículum basado fundamentalmente en la técnica anatómica.

Embriología y anatomía Cuando se analiza el listado de beneficiarios de las pensiones embriológicas durante el período republicano destaca la gran presencia de anatomistas que, como dije, veían agotada su investigación macroscópica clásica. Atrás quedaban los primeros años de actividad de la Junta, en la que los primeros interesados por la disciplina eran naturalistas y zoólogos. Ya en estos años, la tendencia de la disciplina hacia el iatrocentrismo era un hecho claro. Los anatomistas fueron adquiriendo progresivamente la responsabilidad del cultivo de la embriología, que históricamente había sido una tierra de nadie que se mecía entre los libros de histología, los de anatomía y que incluso tenía su lugar en los tratados obstétricos. El modelo docente español, inspirado en el francés, vinculaba la enseñanza de la embriología a la histología y la separaba de la anatomía, lo que contrastaba con lo que se encontraban los españoles que viajaban hasta Centroeuropa, donde el modelo alemán, por el contrario, propugnaba una visión más unitaria de la morfología. En los institutos anatómicos de aquellos países, bajo la dirección de un solo profesor, se cultivaba la anatomía macroscópica, la histología, la embriología e incluso la antropología, una coordinación en la docencia que influía directamente en los trabajos de investigación. Los zoólogos españoles tomaron la embriología como un complemento más de su dispersa formación y actividad y decidieron dedicarse a otras ramas en auge como la citología o la genética; los clínicos, a pesar de las importantes aplicaciones prácticas de la teratología, la habían desplazado en favor de la práctica e investigación clínicas; y los anatomistas, habían buscado otras vías para procurarse un sueldo más alto que el devengado de la investigación y la docencia. Paralelamente a su actividad como docentes, estos últimos 71

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completaban su sueldo dedicándose fundamentalmente a la cirugía o a alguna especialidad médico-quirúrgica. Es más, algunos anatomistas —como el propio Olóriz— solicitaron pensiones a la Junta para ampliar estudios en estas disciplinas y no en anatomía. En cuanto a la investigación, muchos de ellos habían decidido dedicarse a áreas con un mercado en alza o con una industria soportadora como era el caso de Pedro Ara y la tanatopraxia. Además, al problema económico se unía el infraestructural: la Junta no contaba con un laboratorio específico para el cultivo de la embriología que pudiera ofrecer a los pensionados al regreso de sus viajes. Por lo tanto, el proyecto de Cajal y Castillejo de crear de una escuela de embriología española necesitaba, además de un científico con una vocación clara, como era Orts, un proyecto post-pensión adecuado para el mismo. Finalmente, hay que resaltar que, a pesar de rechazar el puesto de cabeza de la escuela, Pedro Ara ejerció una labor muy importante en su proceso de creación, influyendo en la determinación de Orts a la hora de elegir el laboratorio desde donde importar la nueva embriología. Este fue uno de los motivos de que, a pesar de que la Junta insistiera en importar desde EE. UU. la aproximación experimental, esta se acabara apropiando directamente desde Austria y Alemania.

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Capítulo III LA INICIATIVA PRIVADA ANTE EL VACÍO INSTITUCIONAL Jaime Pujiula y la pervivencia de la embriología comparada La enseñanza de la embriología me da ocasión de tratar incluso muchos problemas de moral ¡Cuánto se puede orientar a los señores médicos bajo muchos conceptos! Jaime Pujiula1

Un proyecto personal: el Instituto Biológico de Sarriá La hegemonía de un proyecto privado Durante la primera mitad del siglo xx, el tratado de embriología en español más difundido y valorado por los especialistas fue la Embriología del hombre y los demás vertebrados (1923) del jesuita Jaime Pujiula. No resulta sorprendente que la obra saliera de un núcleo de cultivo alternativo a la universidad ya que, como ocurría en el resto del país, la embriología no había encontrado aún su lugar en la Facultad de Medicina de Barcelona aún en la década de 1920. La única aportación del catedrático de anatomía descriptiva, Antonio Riera Villaret (1865-1931), había sido un modesto «Epítome de embriología» en la segunda edición del tratado de anatomía de Carlos de Silóniz Ortiz (1818-1998),2 mientras que, en la facultad, ni siquiera existía un laboratorio para la enseñanza práctica.3 El nicho de la embriología, por lo tanto, estaba libre para que pudiera hacerse con la 1   Memorias inéditas de Pujiula: Jaime Pujiula, Bosquejo histórico del origen y desarrollo del Instituto Biológico de Sarrià, [Sin fecha] Original mecanografiado. p. 39 conservado en el AHSIC. (1958/15) Fondo Jaime Pujiula. A partir de ahora, citado como Bosquejo. 2   Silóniz y Ortiz (1894). 3   El primer laboratorio de la disciplina en la Facultad se creó en 1923, gracias a la colaboración de Pujiula con el auxiliar de la cátedra. Véase la noticia en la prensa general: Opisso (1923).

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hegemonía de la disciplina un proyecto privado alternativo como el de los jesuitas. La Compañía eligió para su proyecto a Jaime Pujiula i Dilmé (1869-1958). Procedente de Besalú, en la comarca gerundense de la Garrotxa, según sus memorias, a los dieciocho años ingresó en el colegio para formación de juniors que la Compañía tenía en Veruela (Zaragoza). Aquel centro estaba especializado en humanidades y filosofía, por lo que allí adquirió una sólida base humanística. La orden, no obstante, no descuidaba la formación científica de sus jóvenes y sus colegios mantenían unos interesantes gabinetes de ciencias naturales, física y química que eran cuidados con gran esmero por algunos religiosos dedicados a las ciencias.4 La formación internacional de Pujiula comenzó muy temprano. Ingresó en la orden en 1887 y ya en 1893, con tan solo veinticuatro años, viajó a Holanda para estudiar filosofía. Después fue destinado al Colegio de San José de Valencia, donde coincidió con uno de los primeros discípulos de Cajal en aquella ciudad, el también jesuita Antonio Vicent Dolz (1837-1912). Las dotes de Pujiula para defenderse con el alemán, lengua de la ciencia del momento, fueron suficientes para que la Compañía viera en él un digno candidato a suceder a Vicent como experto en ciencias biológicas. La primera tarea que se le encomendó fue hacerse cargo de las clases de historia natural del colegio. En sus ratos de ocio se fue formando en ciencias y, una vez terminada la carrera, en 1906, el Provincial le propuso salir de nuevo al extranjero para ampliar estos conocimientos. A la hora de decidir el destino, Pujiula consultó por carta a los biólogos más importantes de la orden, entre los que cita en sus memorias a Erich Wasmann (1859-1931) y Frank. Guiado por este último, decidió dirigirse a la Universidad de Innsbruck, en el Imperio Austrohúngaro.5 Allí tuvo la oportunidad de estudiar zoología con Karl Heider (1866-1935), que cultivaba la embriología comparada y que, en colaboración con Eugen Korschelt, era autor de un importante texto so4   Sobre los gabinetes de ciencias de los establecimientos de docencia jesuitas en la época véase: Revuelta González, (1998: 114-120). 5  AHSIC, Bosquejo, p. 18.

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bre la disciplina. A decir de Churchill,6 la obra de Heider y Korschelt era un eco «debilitado» del programa de Haeckel y, al igual que en el caso de Francis Balfour (1851-1882) en Inglaterra, estos autores serían deudores del mecanicismo como explicación de la ontogenia, pero no tanto de la articulación ontogenia-filogenia. Esto podría explicar la sugerencia dada a Pujiula por los biólogos de la Compañía —a priori sorprendente— de visitar el laboratorio de un comparativista haeckeliano. Durante la estancia, además de tocar algunos temas de botánica —una actitud que refleja los amplios intereses de Pujiula en estos años—, el catalán aprovechó las vacaciones para trasladarse a Trieste (Italia) y trabajar con Carl Isidor Cori (1865-1954) en su Estación de Zoología Marina. Así, pudo participar activamente en los experimentos de su laboratorio y familiarizarse con los trabajos sobre las primeras fases del desarrollo que Cori estaba llevando a cabo sobre erizos de mar. Posteriormente, desoyendo el consejo de Heider, que pretendía enviarlo a Friburgo a estudiar con Theodor Boveri (1862-1915),7 su siguiente parada fue —ya a finales de 1907—, el Instituto de Histología y Embriología de Hans Rabl (1868-1936) en Viena. La decisión, conociendo su futura lucha antitransformista, resulta sorprendente, ya que con ella se estaba introduciendo de pleno en los círculos evolucionistas haeckelianos alemanes. Rabl era uno de los discípulos más importantes de Haeckel y había dedicado toda su carrera a la embriología comparada como explicación de la filogénesis.8 Boveri, por el contrario, estaba totalmente inmerso por aquellos años en la naciente embriología experimental9 y sus trabajos —entre los que destaca la redefinición de cromosoma— eran muy apreciados por Heider.10 Este, de hecho, había dedicado precozmente un buen número de páginas a   Churchill (2007: 100).  AHSIC, Bosquejo, p. 41. 8   Nyhart (1995: 262-263, 265-276). 9   Mortitz y Sauer (1996). 10   Quedó bien claro en sus referencias a los descubrimientos de Boveri en el tratado de Embriología comparada que Heider acababa de publicar junto con Eugen Korschelt. Churchill (2015: 524) 6 7

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la embriología experimental y a las dinámicas de crecimiento celular en su tratado sobre embriología comparada.11 Con todo, es fácil comprender el cariz comparativista de la embriología de Pujiula a pesar de un viaje a la Europa donde se estaba desarrollando la vertiente experimental de la disciplina. Los objetivos de su embriología, como veremos, explican en gran medida esta decisión, pues los debates que planteaba la embriología experimental estaban lejos de los debates filogenéticos que, como filósofo, interesaban al jesuita. En Viena, compartió laboratorio con el asistente de Rabl, Victor Widakowich (1880-1930),12 que había heredado la perspectiva comparativa y evolucionista de su maestro, e inició un trabajo de investigación propio sobre las células redondas en el embrión de rata.13 Mientras tanto, recibía clases de Siegmund von Schumacher (1872-1944), que estudiaba el desarrollo del aparato urogenital, y entabló relación con otros muchos morfólogos, como Victor von Ebner (1842-1925) —director del Instituto de Histología—, su asistente, Josef Schäffer (1861-1939),14 o el fisiólogo Sigmund Exner (1846-1926). Tras dos años en la capital austríaca, y una vez finalizado su trabajo sobre las células redondas, creyó tener capacidad suficiente para comenzar su carrera docente e investigadora en España.15 El Provincial entendió entonces que su formación había acabado y le instó a regresar. Con la primitiva intención de formar en biología a los hermanos de la Orden, se estableció un primer laboratorio —el «Laboratorio Biológico del Ebro»— en la localidad tarraconense de Roquetas, junto al observatorio meteorológico y astronómico y el laboratorio   Churchill, (2007: 65).  AHSIC, Bosquejo, p. 41. 13   El texto fue publicado en alemán a pesar de presentarse a un encuentro en España, por lo que logró cierta repercusión a nivel internacional en el mundo germano. Fue citado en varias obras de relevancia, aunque casi siempre a través de la cita que de él hizo Sobotta en uno de sus trabajos sobre la embriología de la rata. Pujiula (1909 y Sobotta (1911). 14   El dato lo da el propio Pujiula en uno de sus trabajos, cuando afirmaba haber comentado los resultados de sus investigaciones, además de con Rabl, con estos científicos. Pujiula (1946a: 442). 15   Dice textualmente Pujiula en sus memorias: «Se iban a cumplir dos años de estar yo en el extranjero, trabajando en mi formación. […] cuando yo juzgué que ya con buenos libros y revistas podría ir adelante solo, escribí al R.P. Provincial que era aún el P. Inesta para saber su voluntad». AHSIC, Bosquejo, p. 24. 11 12

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químico que la Compañía tenía en la localidad catalana.16 La dotación del centro fue muy importante ya desde un primer momento y, por supuesto, superaba los laboratorios micrográficos de la mayoría de las universidades españolas de aquellos años. Desde Viena, Pujiula había traído dos microscopios para alumnos y, una vez en España, adquirió otros tres (un Zeiss, otro simple y otro de luz polarizada), un ultramicroscopio y dos micrótomos (uno de Rocking para parafina y otro de Gebrüder Frohmann para celoidina).17 Fig. 3.1. Jaime Pujiula en 1930 Durante aquellos primeros años, una (del Boletín de la Sociedad Ibérica de Ciencias Naturales). serie de conferencias bastaron para dar a conocer la recia personalidad del director del nuevo centro y las firmes convicciones religiosas que perfilaban su discurso. Enfrentado con Haeckel y con su monismo y, como embriólogo, con su Ley biogenética fundamental, Pujiula se convirtió en el adalid del antitransformismo en España. Sus tesis, influidas por Wasmann, se opusieron firmemente a la transición entre especies, aunque, no obstante, nunca negó la adaptación morfológica dentro de los estrictos límites de la especie, es decir la «evolución especigenética».18 En 1916, el laboratorio se trasladó a Barcelona y se ubicó en unos locales anexos al Colegio de San Ignacio, una institución docente que los jesuitas tenían en Sarriá. El nuevo Instituto Biológico de Sarriá vivió un gran éxito durante el período de la dictadura de Primo de Rivera. La calidad y cantidad de instrumental que habían logrado ya en la década de 1920 lo convertían en el mejor dotado de todo el país. Así lo vendían en un folleto de 1927, en el que destacaban lo «moderno» de su aparataje:   Acerca del Observatorio del Ebro, véase García Doncel y Roca Rosell, (2007).  AHSIC, Bosquejo, p. 26. 18   El papel de Pujiula en el debate sobre el transformismo ha sido hasta ahora su perfil más estudiado por la historiografía. Sobre él, véase, sobre todo: Pelayo (2002); Blázquez Paniagua (2005 y 2009)y Catalá Gorgues (2010). 16 17

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Raúl Velasco Morgado El principal instrumento del Laboratorio Biológico es el microscopio. Cuenta el Laboratorio actualmente con una buena porción de ellos: 13 microscopios compuestos, la mayor parte de las acreditadas casas constructoras de Zeiss y Reichert. Entre ellos, dos polarizadores, uno de ellos muy moderno y completo, de la casa Reichert. Tampoco falta el moderno mono— y binocular de Zeiss. El microscopio binocular, que es también compuesto, y cuyo fin es presentar de relieve las formaciones. Tres microscopios simples o de disección. El aparato para mirar dos a la vez, llamado bitumi. El ultra-microscopio o condensador de espejo. Cámara clara o aparato para dibujar los objetos microscópicos. Microproyector y microlit para proyectar preparaciones microscópicas. Microtomos: 2 de Jung, uno grande y otro pequeño. 1 de Rocking o de báscula para series de cortes en parafina. 1 de Minot, también para series en parafina. 1 de Reichert con cadenilla, que puede servir para cortes en parafina y en celoidina. 1 de los Hermanos Frommann para cortar en celoidina. 1 de congelación por el anhídrido carbónico. Es de la casa Spencer (Norte-América) y se puede transformar en micrótomo para celoidina y parafina. Estufas. Hay una de propia invención; otra construida por Adnet; otra de Arsonval, construida también por Adnet, para incubar huevos y varias mesas metálicas de calefacción gradual. Dos aparatos microfotográficos: uno de Reichert y otro del P. Valderrábano.19

El proyecto original de formar jesuitas terminó desbordado y decenas de investigadores ajenos a la orden se acercaron hasta el centro para formarse junto con Pujiula. Se hicieron célebres, sobre todo, sus cursos de verano, en los que se enseñaban todas las materias biológicas y entre los que destacaba el de embriología comparada, por ser el primero y único de esta especialidad que se hacía en el país. A pesar de sus orígenes extrauniversitarios, Pujiula consiguió hacerse un hueco en la élite científica catalana como la única autoridad 19   Laboratorio Biológico de Sarriá: su historia, organización y funcionamiento, Barcelona, 1928. Folleto localizado en: AHSIC. Fondo Institut Biològic de Sarrià.

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en embriología. Su influencia en la creación del laboratorio de embriología y anatomía comparada microscópica en la Facultad es una buena prueba de ello. Progresivamente, Pujiula fue incluyéndose en los más altos círculos científicos nacionales, lo que le permitió colocarse a la altura de un catedrático de universidad. Esto ocurrió tanto en el mundo médico —fue nombrado académico de la Real Academia de Medicina de Barcelona— como en el de las Ciencias Naturales, en el que incluso llegó a presidir la Sociedad Catalana de Historia Natural. La imagen pública de la anatomía y la embriología catalanas se fue subdividiendo y Pujiula terminó siendo presentado como representante de esta última. De hecho, cuando se hacían elogios de las ciencias morfológicas de la región, se hablaba por separado de Riera como catedrático de anatomía y del jesuita como embriólogo.20 Ante la pobreza del cultivo de la embriología en España y con el impulso mediático que significó la publicación de su tratado —tanto en España como en Iberoamérica—, este proceso de creación de figura icónica de autoridad de la disciplina fue extendiéndose progresivamente por todo el país y por la América hispanoparlante.

La crisis de la Segunda República y la llegada de Puiggrós Con la Segunda República, el laboratorio vivió en primera persona el ataque del gobierno de Manuel Azaña a la Compañía de Jesús. Los bienes de la orden fueron confiscados, por lo que, a principios de 1932, Pujiula se vio obligado a abandonar su laboratorio. Los contactos del religioso en la comunidad científica catalana eran muchos, por lo que pronto encontró asilo. La Sociedad Médico-Farmacéutica de los Santos Cosme y Damián, una entidad local de un marcado carácter católico, cedió a los jesuitas unos edificios en la céntrica calle Llúria y allí se instalaron como Laboratorio Biológico de la Sociedad Médico-Farmacéutica. La situación, en principio traumática, permitió algunos cambios en el funcionamiento del instituto, como la posibilidad de que las mujeres pudieran acceder al mismo. Durante estos años aparecieron en 20   Sobre su paridad con el catedrático de Anatomía véanse, p.e. las declaraciones del auxiliar de la cátedra Juan Vázquez Sans reflejadas en el diario La Vanguardia: Anónimo (1923).

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la lista de doctorandos del jesuita una licenciada en medicina, Teresa Lavería, y las farmacéuticas Adela Báez y Dolores Gassó.21 Allí se reanudaron los ya célebres cursos de verano. La primera edición del período republicano tuvo lugar entre el 2 de mayo y el 15 de junio de 1932 y su éxito obligó a que se repitiera entre el 16 de junio y el 30 de julio. Las clases prácticas eran una parte fundamental de aquellos cursos, una característica que venía marcando la diferencia con la docencia impartida en la universidad. El programa especificaba que los alumnos tendrían «36 días de trabajo: cada uno de ellos con una hora de lección oral y cuatro horas y media de prácticas de laboratorio, realizadas personalmente por cada alumno»22, lo que suponía un intensivo adiestramiento en lo más básico de la ciencia embriológica. Además, iban llegando hasta el laboratorio de Llúria investigadores «especialistas» —según la terminología de la documentación de la institución— que buscaban ampliar sus conocimientos o llevar a cabo su tesis doctoral. Tras el correspondiente pago de matrícula de 125 pesetas mensuales, adquirían el derecho a ser dirigidos en sus trabajos por el personal del laboratorio y usar las instalaciones en unos horarios predeterminados.23 Esta vocación docente hizo que, más que un laboratorio de producción de nuevos conocimientos, el instituto se comportara como un centro de formación de especialistas.24 De hecho, nombres de varios catedráticos de anatomía, como Rafael Alcalá Santaella (18961959), Salvador Gil Vernet (1892-1987) o Manuel Taure Gómez (19031979), aparecen en la lista de alumnos del centro. La falta de una línea de investigación propia y la rápida renovación de la plantilla de investigadores, impidieron la creación de lo que entendemos como escuela a la sombra de Pujiula. Podemos hablar, eso sí, de colaboradores. Entre ellos destacaron otros dos miembros de la orden que   AHSIC, p. 41.   Anónimo (1932). 23   Plan de Estudios del Laboratorio Biológico de la Sociedad Médico-Farmacéutica de los Santos Cosme y Damián [folleto impreso], Barcelona, s.d. s.f. Localizado en AHSIC. Fondo Institut Biològic de Sarrià. 24   Una estrategia similar a la que se siguió en el Instituto Químico de Sarriá. Sobre este, véase: Puig Raposo y López García (1992). 21 22

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Fig. 3.2. El laboratorio de Pujiula en la Sociedad de San Cosme y San Damián. Fuente: [folleto del] Plan de estudios del Laboratorio Biológico de la Sociedad Médico-Farmacéutica de los Santos Cosme y Damián.

dedicaron casi toda su vida al Instituto: Joan Puiggrós y José Pertusa. El primero en llegar al «Biológico» fue Joan Puiggrós Sala (1899-?) quien, a pesar de especializarse más tarde en microbiología, comenzó en el campo de la embriología. Sus primeros contactos con el laboratorio se remontan al verano de 1922, cuando acudió por primera vez a los cursos de Pujiula. Durante los siguientes veranos, dedicó sus vacaciones a dichos cursos y terminó convirtiéndose en el auxiliar del director y en el responsable de los trabajos de microfotografía del laboratorio.25 En 1930 fue ascendido a subdirector y, siguiendo los pasos de Pujiula, se trasladó a Centroeuropa para completar su formación científica. La gran afluencia de alumnos al Instituto Biológico 25   AHSIC. Fondo Institut Biològic de Sarrià. Curriculum vitae de Juan Puiggrós Sala enviado a la Fundación Juan March junto con una solicitud de ayuda, 26 de noviembre de 1971.

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Fig. 3.3. Puiggrós (izquierda) en su laboratorio de fermentaciones a finales de los años cincuenta. Fuente: AHSIC.

en aquellos años —y la consecuente bonanza económica— permitió que aquel viaje pudiera ser sufragado por el propio Instituto.26 En Alemania cursó la carrera de ciencias biológicas y se trasladó hasta Viena para doctorarse en embriología. Para ello, eligió el laboratorio de Fischel, que era uno de los más distinguidos alumnos de Rabl. No obstante, debido a la enfermedad que tenía prácticamente retirado al austríaco, Puiggrós tuvo que trabajar junto con Politzer.27 Este había dejado atrás sus intereses sobre la influencia de los rayos X en la división celular y, desde 1935, había comenzado a trabajar en embriología experimental. Puiggrós, por el contrario, siguiendo la línea 26   Era tal el buen estado de las arcas del Instituto Biológico, que Pujiula, acompañado de uno de sus alumnos, Antonio Vendrell Martí, también inició un tour en 1933 por la Europa científica del momento: Italia, Suiza, Bohemia, Austria, Bélgica, Holanda, Francia, Alemania y, por supuesto, el laboratorio de Fischel, fueron sus paradas aquel año. AHSIC. Bosquejo, p. 73. 27   Según Josep María Domènech: «[Puiggrós] dirige inicialmente sus estudios de investigación en el campo de la embriología, se traslada a Viena y el profesor Politzer le acoge con gran cariño. De esta relación tengo información directa a partir del profesor Pons Tortella». ARVM. Entrevista con Josep María Domènech Mateu (n. 1944), 27 de enero de 2010. Grabación digital mp4.

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del Instituto Biológico, llevó a cabo un estudio descriptivo centrado en el desarrollo del pulmón en embriones humanos.28 Durante aquellos años, el laboratorio de Barcelona se fue abriendo paulatinamente a nuevos discípulos. Acudían al centro estudiantes de ingeniería agrónoma y, como no, de la facultad de medicina. El objetivo de crear generaciones de médicos dotados de una formación científico-moral cristiana era una máxima del Instituto, por lo que este aspecto era especialmente cuidado. Durante las vacaciones de Navidad de 1935 —del 12 de diciembre al 5 de enero— Pujiula impartió un curso de embriología de tres horas diarias a veinticinco alumnos del segundo curso de medicina. En uno de sus informes mensuales al Provincial, el jesuita afirmaba que el curso había sido solicitado expresamente por los propios estudiantes y que estos se quejaban de que «no habían entendido casi nada de las explicaciones de la Facultad».29 Queda, pues, bien patente, que el Instituto Biológico se había afianzado como una herramienta de calidad que ofrecía un necesario apoyo docente a la universidad o que, al menos, este era el recurso que utilizaba Pujiula para defender su utilidad. Resulta sorprendente tal grado de crítica a la docencia oficial, pues el catedrático de anatomía era uno de sus discípulos, Manuel Taure, que estaba haciendo un gran esfuerzo por integrar la docencia de la embriología en la Anatomía II y por implantar la obligatoriedad de unas prácticas embriológicas en la asignatura. Eso sí, siempre como una embriología descriptiva prebrausiana, entendiéndola como un anexo de la anatomía, no como parte de ella.30 A pesar de este interés y esfuerzos personales, la dotación material de la facultad barcelonesa no podía competir con el del Instituto Biológico de Sarriá. Con el aparente nombre de «laboratorio de embriología», se referían en la facultad a una humilde estancia, con apenas un escritorio y tres armarios que albergaban una pobre dotación instrumental. El «laboratorio» contaba solamente con dos microscopios, uno francés, de la marca Krause Bauch & Lomb, y un Reichert alemán, y dos   Puiggrós-Sala (1936).   AHSIC, OB 1.1. Institut Biològic de Sarrià. Correspondència. Carp. 1936-1947. Pujiula a José M.ª Murall, S.J. (Provincial de la Orden). [Barcelona], 15 de enero de 1936. 30   Sirvent Ribalda (2013: 64). 28 29

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microtomos, uno de congelación de Reichert y otro simple, de la casa catalana Enrique Muntala. La «biblioteca» del Seminario no era mucho más espléndida y entre sus fondos solo aparecen referentes a la embriología unas antiguas Leçons de Dubreuil (1929).31 En 1936 Pujiula encontró unos nuevos locales en la calle Bailén, en el mismo ensanche barcelonés. Aquel año, dos doctorandos trabajaban junto con Pujiula. Uno terminó su trabajo poco después del traslado, mientras que el segundo se vio obligado a interrumpir temporalmente sus investigaciones porque el laboratorio no tenía espacio físico suficiente para convivir con los alumnos de los cursillos estivales.32 Con este dato se podría crear la falsa idea de que cada verano llegaban al Biológico decenas de estudiantes, pero nada más lejos de la realidad. A finales del período republicano no solo escaseaban los candidatos al doctorado, sino que el número de alumnos se alejaba cada vez más de las multitudes que había conocido el Biológico en los tiempos de la dictadura de Primo de Rivera.33

Exilio y posguerra El estallido de la Guerra Civil —recordaba Pujiula— «destruyó todo nuestro porvenir».34 Ayudado por el cónsul de Colombia, el religioso huyó hacia Italia en barco y dejó el laboratorio en manos de Puiggrós. El 9 de agosto de 1936 estaba ya desembarcando en Génova.35 Allí conoció a otro jesuita interesado en aprender embriología, José Pertusa Gas (1906-1983). El alicantino comenzó a colaborar con Pujiula y pronto le comunicó su interés por visitar algún centro extranjero para terminar su formación en embriología. A pesar de que 31   Archivo Histórico de la Universidad de Barcelona (AHUB)., 38/2/3/02. Facultat de Medicina. Inventario de la cátedra de Anatomía. Incluye el laboratorio de embriología y el anfiteatro de disección. Barcelona, 20 de mayo de 1939. 32   AHSIC, Fondo Pujiula. OB 1.1. Correspondència. Carp. 1936-1947. Pujiula a José Mª Murall, S.J. [Provincial de la Orden], [Barcelona], 13 de julio de 1936. 33   En 1936 había seis alumnos de pregrado inscritos en el curso de Embriología y cuatro en el de Histopatología. AHSIC, Fondo Pujiula. OB 1.1. Correspondència. Carp. 1936-1947. Pujiula a José M.ª Murall, S.J. [P. Provincial], [Barcelona], 13 de julio de 1936. 34   AHSIC, Fondo Pujiula. Bosquejo, p. 42. 35   Ibid. pp. 42-50.

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Pujiula le aconsejó ir a Alemania, «como parece que él tenía mucha prisa» —criticaba Pujiula en sus memorias— optó por ir a Lovaina.36 El exilio terminó en junio de 1939 y, a su regreso, Pujiula encontró su laboratorio totalmente destrozado. Puiggrós se había hecho cargo del mismo durante el conflicto, pero tras tres años de guerra el estado del edificio era ruinoso y había sido desvalijado. La intensa labor de recuperación del instrumental se alargó durante meses. Los primeros microscopios fueron encontrados muy pronto. Junto a una gran cantidad de reactivos, algunos de los aparatos se encontraban almacenados en una torre del cementerio de Sarriá, formando parte de un conato de laboratorio que el gobierno republicano había intentado erigir durante la guerra para la Escuela Superior de Agricultura.37 La búsqueda no terminó allí y, aunque no consiguieron recuperar todo el material, aún apareció alguna pieza más. El relato pormenorizado de Pujiula nos ofrece un magnífico inventario del laboratorio antes de estallar la guerra: El microscopio Zeiss, que era el número uno en perfección óptica no estaba allí; pero quiso Dios que un Farmacéutico de Blanes nos avisase que había en Blanes un microscopio que sospechó sería nuestro. […] Fuimos con el P. Puiggrós a buscarlo. Se perdieron completamente el monobinocular de Zeiss que yo había adquirido, el monobinocular de Reichert que el P. Puiggrós había traído de Viena [y] tres o cuatro microscopios nuevos o casi nuevos. Los microproyectores, los microscopios simples todos desaparecidos, lo mismo que el Bitumi de Zeiss y el Tamí.38

Asimismo, consiguieron rescatar buena parte de la biblioteca y la colección de preparaciones microscópicas, que se habían depositado en el departamento de Agricultura de la Escuela de Ingeniería Industrial. Deshecho el acuerdo con la Sociedad de San Cosme y San Damián, volvieron al edificio de Sarriá. Obviamente, el ahorro económico era la razón de más peso a la hora de tomar tal decisión, pero Pujiula tuvo   Ibid. p. 51.   Ibid. p. 52. 38   Ibid. p. 54. 36 37

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en cuenta otra serie de beneficios directos, como que el local era mucho más amplio y que, junto al colegio, podría volver a trabajar cerca de sus colegas dedicados a la filosofía y a la teología, algo provechoso dada la ligazón de sus trabajos con estas materias.39 No obstante, para los superiores de la Orden la viabilidad del laboratorio era más que dudosa tras la guerra. Lo que comenzó como una crisis clásica de posguerra, se convirtió en un lastre que el Instituto de Sarriá tuvo que arrastrar durante décadas. Aquel primer bache era tan solo el comienzo de un período de déficits económicos y personales y de una lucha continua por la supervivencia del viejo proyecto personal de Pujiula. La situación afectaba directamente a la embriología, que fue perdiendo su posición en el Biológico al mismo ritmo que el poder absoluto de Pujiula iba apagándose. Ante el envejecimiento de su mentor, Puiggrós se erigió como director de facto y, acorde con su perenne preocupación por la economía del centro, desplazó sus intereses hacia materias claramente más rentables —como lo era la microbiología aplicada— y creó un laboratorio especializado en levaduras y fermentación. Además, tomó otra serie de decisiones para conseguir la recuperación del estatus perdido. Una de sus medidas más inmediatas consistió en ganar estudiantes ampliando la oferta docente original. Junto a los ya clásicos cursos de verano, se comenzaron a ofertar otros nuevos, dedicados también a la embriología pero dirigidos de manera exclusiva a los estudiantes de medicina de la Universidad de Barcelona. Pujiula seguía encargándose de los estivales ayudado por Puiggrós, mientras que de estos nuevos «de apoyo» se encargaba exclusivamente el subdirector. Se desarrollaban durante todo el primer trimestre y consistían en una hora diaria de teoría y dos de prácticas, aunque nunca se volvió a conseguir el éxito que los cursos habían tenido en otros tiempos.40 39   AHSIC, Fondo Pujiula. OB 1.1. Correspondència. Carp. 1936-1947. Pujiula a Alfredo Mondría (Provincial de la Orden). [Barcelona], 21 de diciembre de 1939. 40   Pertusa le recordaría años más tarde a Puiggrós: «Usted recordará lo que ha estado pasando desde que abrimos el laboratorio después de la guerra. Es verdad que algunas veces se apuntaron 5 ó 6; pero ¿cuántos de ellos venían a clase? ¿y cuántos años no se apuntaron más de 3 ó 4 y después no venían más que 1 ó 2? […] Recuerde usted que antes de la República sí que tenían su razón de ser [los cursos de verano], porque en el plan de Primo de Rivera se exigían prácticas en el Bachillerato, y al cogerlos desprevenidos era

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La edad del director era un problema cada vez más acuciante. Pujiula se iba acercando a los 80, lo que hizo que comenzaran a rodar informes sobre la conveniencia de que siguiera en su puesto. De hecho, a Puiggrós se le había ofrecido ser su sustituto hacía años —en 1939—, pero entonces rehusó entendiendo que Pujiula podía ejercer aún el cargo.41 A finales de la década de 1940 la situación era bien distinta a los ojos del candidato a la sucesión. En enero de 1947 escribía: el actual Director es ya incapaz. Que debe seguir siendo rey hasta la muerte, pero no puede ya ser rey absoluto responsable, por lo dicho antes. Hay que ponerle un Subdirector o ministro presidente responsable. De lo contrario será imposible este desarrollo progresivo que posibilite la supervivencia y el no lejano florecimiento del Instituto Biológico.42

El Provincial no se puso en contacto con Pujiula hasta febrero del año siguiente pero, ante las insinuaciones sobre el asunto, la respuesta del recio director fue tajante: «ni el P. Puiggrós ni el P. Pertusa pueden por ahora suplirme».43 El director entendía que eran muchos los proyectos que tenía en marcha y que le sería imposible controlarlos todos sin estar él al frente.44 Sin embargo, la situación era grave y desde la superioridad decidieron tomar medidas. Aquel mismo año se nombró a Puiggrós encargado de la parte económica del Instituto y a Pertusa de la administrativa.45 La coyuntura, sin embargo, siguió cuando tantos religiosos de otras órdenes acudían a estos cursos. AHSIC, Fondo Jaime Pujiula. Correspondència. [Pertusa a Puiggrós] Londres, s.f. 41   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià. Sin cat. Carta de Puiggrós a Julián Sayos, S.J. Barcelona, 20 de mayo de 1950. 42   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià (OB 1.1.). Sin.cat. Carta de Puiggrós a Cándido Mazón S.I. [Barcelona], 27 de enero de 1947. 43   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià (OB 1.1.). Correspondència. Carp. Cartas P. Director [P. Pujiula]. Antes de 1950. Pujiula a Cándido Mazón. (Provincial de la Orden) [Barcelona], 9 de febrero de 1948. 44   AHSIC, Fondo Pujiula (1958/15). Correspondència. Carp. Cartas P. Director [P. Pujiula]. Antes de 1950. Pujiula a Cándido Mazón, S.J. (Provincial e la Orden) [Barcelona], 9 de febrero de 1948. 45   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià. OB 1.1. Correspondència. Carp. Cartas P. Director [P. Pujiula]. Antes de 1950. Pujiula a Julián Sayós, Provincial), [Barcelona], 20 de septiembre de 1948.

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siendo desbordante. Los informes sobre Pujiula son duros y reflejan crudamente al personaje en sus últimos años de vida: «Se encabrita y desprestigia», «lo quiere todo a su disposición», dice frases en público como «aquí mando yo»… Con este carácter, Pujiula no permitía que Pertusa se formara a su lado, lo que impedía cualquier oportunidad de continuidad de sus trabajos embriológicos. El Instituto, referente otrora de la investigación embriológica del país, se fue quedando desfasado a pesar de contar con interesantes novedades técnicas que no se encontraban en cualquier laboratorio universitario por aquellos años. En 1946, los planes de Puiggrós pasaban por «restituir la escuela de embriología a la cabeza de todas las de España, como le toca» y se mostraba disgustado de ver cómo otros grupos de investigación en España estaban haciendo avances con una tecnología mucho más rudimentaria que la que ellos, por sus holgados presupuestos, disponían.46 Para entonces, Orts ya había comenzado a crear una verdadera escuela de embriología desde su cátedra de Cádiz. El anatomista había comenzado a cultivar la embriología experimental junto con sus primeros discípulos y no existía otro núcleo en España que descollase en el cultivo de la disciplina por entonces. Sin embargo, Pujiula seguía siendo para muchos una especie de autoridad hierática por la que no pasaba el tiempo. Durante este período de posguerra siguieron llegando a Sarriá investigadores externos en busca de su tutela. Las becas de investigación para destinos nacionales eran muy escasas, pero los interesados en embriología, no dudaban en acercarse al laboratorio de los jesuitas. Durante estos años visitaron el Biológico becarios procedentes del CSIC y de la Fundación «Conde de Cartagena».47 Incluso un científico internacional hizo una estancia en el Instituto de Pujiula durante la posguerra. 46   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià OB 1.1. Correspondència. Carp. 19361947. Plan de reorganización del Instituto Biológico de Sarrià. Lo que parece de posible realización para el año próximo y principio de su desarrollo ulterior. [Juan Puiggrós, 1946] 47   Desde el laboratorio de Barcia Goyanes en Valencia (Sección de Neurología del CSIC) se desplazó hasta el Instituto de Sarriá Jaime Vilahur Pedrals y, como becario de la Fundación «Conde de Cartagena», Miguel Estrtús Moncanut (1917-2005). Ambos aprendieron la embriología comparada de Pujiula. Los resultados del segundo en: Estartús Moncanut (1943 y 1948).

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La históloga checoslovaca Carla Zawisch-Ossenitz (1888-1961)48 llegó a España tras ser perseguida por los ocupantes nazis de su país. En Barcelona, encontró asilo en el laboratorio de Pujiula y, en la universidad, se vinculó a la cátedra de anatomía de Taure como ayudante. En 1943, ayudada por los jesuitas, Zawisch marchó a América por Portugal.49 La científica, sin embargo, nunca perdió el contacto con Pujiula. En 1946 regresó a Austria y al año siguiente consiguió la cátedra de Histología y Embriología de la Universidad de Graz. El recuerdo de la hospitalidad que encontró en Barcelona le llevó a forjar una íntima relación epistolar con Pujiula. Las notas de afecto y los recuerdos se entremezclan con las más variopintas cuestiones científicas en la correspondencia entre ambos. Pujiula aprovechaba para mandarle las separatas de sus publicaciones y ella, además de discusión, le proporcionaba bibliografía difícil de conseguir en España. Zawisch encarna perfectamente la extensa red internacional a la que seguía perteneciendo Pujiula durante los años 40. Un repaso al resto de la correspondencia de Pujiula nos muestra que durante estos años aún ejercía una buena influencia doctrinal en Sudamérica y Centroeuropa, no solo sobre embriólogos, sino sobre investigadores de numerosas disciplinas biológicas que le enviaban cartas en busca de consejo o crítica.50 La autoridad del jesuita en España tampoco vivía momentos bajos. En 1947 se le involucró en la creación de la Sociedad Anatómica Española,51 formando parte de la primitiva comisión fundadora junto con Miguel Guirao Gea, catedrático de anatomía de Granada, y   Sobre la biografía de Zawisch véase Kernbauer (2011).   «Nunca olvidare lo que han hecho para (sic) mi», aseguraba Zawisch en 1943. AHSIC, Fondo Pujiula (1958/15). Correspondència. Carta de Carla Zawisch a Pujiula, Lisboa, 4 de julio de 1943. 50   Un ejemplo claro de esta influencia durante el período de la posguerra es la labor de formación biológica del jesuita Emanuel Cándido Rondon do Amarante (1915-1982), para quien Pujiula tenía planeado que creara un laboratorio similar al Instituto Biológico de Sarriá en su Brasil natal. Aunque Amarante cultivaría más otras áreas de la Biología como la Botánica, en Sarrià se curtió en todas las especialidades que manejaba Pujiula y, entre otras cosas, hizo acopio de una colección de preparaciones embriológicas que se llevó consigo a Brasil. Consúltese AHSIC, Fondo Pujiula (1958/15). Correspondència. Carta de Pujiula al Provincial Arturo Alonso. Sin lugar, sin fecha. 51   Pascual Morenilla, guirao piñeyro, girón irueste, (2000). 48 49

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Alfredo Carrato Ibáñez, que lo era de histología en Salamanca. En diciembre de aquel año, Pujiula recibió de Guirao el anteproyecto de los estatutos de la asociación52 y, en su línea, procuró modificarlo intentando introducir en el texto fundacional la teleología de la morfología alemana que encerraba su embriología y su habitual expresión científica confesional: Tengo para mí que el título de la Sociedad debería ser este: Sociedad Española de Anatomía Razonada. La razón de este título es porque se quiere abrazar 1º la anatomía descriptiva y topográfica; 2º la razón de la disposición de los órganos: esta disposición obedece a dos causas: a) a la causa eficiente que es la embriología, b) a la finalidad, o sea, a la causa final. En efecto todo órgano es así porque la evolución ontogénica así lo ha dispuesto, y es así porque responde a una finalidad, esto es, a una exigencia del organismo. Y el buscar la perfecta armonía del órgano con su función inquiriendo hasta el último detalle bajo este respecto es lo que más hace resplandecer la sabiduría del Creador. Todo esto digo porque así se tiene una Anatomía científica, como bien observó el Dr. Salvador Gil Vernet cuando vino a hacer en nuestro Instituto el curso de embriología. La anatomía, la embriología y yo añado, sin buscar la finalidad, es una mera descripción, no es ciencia porque no da razón del por qué es así. Entran aquí los mismos fisiólogos.53

Aunque estas indicaciones no terminaron por cuajar en el texto final, la autoridad de Pujiula estuvo siempre muy presente en esta sociedad científica. De hecho, una vez aprobados los estatutos, se convirtió en su primer presidente.

El ocaso de Pujiula y la ampliación del Instituto Biológico Pero la autoridad de Pujiula no corría paralela a su producción científica y la embriología seguía perdiendo peso en el laboratorio 52  Según Pascual Morenilla, Guirao Piñeiro y Girón Irueste (2000: 12-15) estos estatutos eran una adaptación de los de la Sociedad Anatómica Portuguesa enviados a Guirao por Henrique de Vilhena. 53   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià (OB 1.1.). Correspondència. Carta de Pujiula a Miguel Guirao Gea, [Barcelona, sin fecha, en respuesta a otra de Guirao, fechada en 27 de diciembre de 1947].

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barcelonés. Desde 1942, sus publicaciones embriológicas se redujeron prácticamente a sus intervenciones en las sesiones de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid.54 Su embriología no había evolucionado prácticamente desde el primer tercio de siglo, mientras que a aquellas alturas las dos escuelas anatómicas hegemónicas, las de Orts y Escolar, tenían unas potentes líneas de investigación embriológica con un notable impacto internacional que desbancaban por completo la influencia del jesuita. En el instituto, Puiggrós supo aprovechar el nicho que iba dejando esta merma de la embriología del director y su microbiología terminó por afianzarse en el laboratorio gracias al respaldo del CSIC, que le creó una sección propia en 1947. Y es que, como ha destacado Huertas, la microbiología y las fermentaciones fueron unas de las disciplinas biológicas más fomentadas por aquel primer CSIC.55 Desde luego, aquel apoyo oficial significó toda una inyección de vitalidad económica para el laboratorio, que hasta entonces vivía de las ventas de los libros de Pujiula, de las matrículas de los estudiantes y de los negocios que Pertusa mantenía con la industria sedera.56 Durante los años siguientes, los ingresos y la dotación del laboratorio siguieron aumentando considerablemente. Sabemos que se reeditó la Embriología de Pujiula con gran éxito, que un investigador compró para el instituto una bomba de vacío valorada en 5.000 pesetas y que el CSIC no solamente proporcionó dinero, sino también instrumentación científica (una balanza de precisión, un autoclave…) en calidad de préstamo.57 La nueva situación dio pie a que Puiggrós 54   Pujiula (1942, 1943a, 1943b, 1945 1946a, 1946b, 1947b, 1948, 1949a, 1949b, 1953, 1955, 1956, 1957a, 1958a, 1958b, 1959, 1960a, 1960b). 55   Huertas García-Alejo (2007: 296). 56   En una aproximación del curso 46-47, se hablaba de 25.000 pesetas anuales de la sección del CSIC, 10.000 de la sección de sericultura de Pertusa dependiente del Sindicato Sedero de Orihuela. Los ingresos provenientes de las matrículas sumaban 29.100 pesetas y las ventas de los libros de Pujiula unas 3.000. AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià. OB 1.1. Correspondència. Carpeta. 1936-1947. Plan de reorganización del Instituto Biológico de Sarrià. Lo que parece de posible realización para el año próximo y principio de su desarrollo ulterior (c. 1946). 57   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià. OB 1.1. Correspondència. Carp. Cartas P. Director [Jaime Pujiula]. Antes de 1950. Pujiula al R.P. Provincial Julián Sayós, S.J. [Barcelona], 20 de septiembre de 1948.

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diera rienda suelta a su imaginación y comenzara a planificar una ampliación. Además de adquirir nueva instrumentación y de arreglar la cuadra que servía de animalario, su proyecto recogía una notable reforma de los espacios destinados a la investigación; de hecho, el laboratorio de Sarriá seguía teniendo los mismos problemas de espacio que había tenido en los locales del ensanche. En el colegio contaban tan solo con una sala para investigación con capacidad para ocho científicos y el nuevo plan pretendía habilitar dos con dieciséis o veinte puestos. Las trabas más importantes las pusieron el resto de institutos con los que compartían el edificio. El laboratorio de psicología experimental del Fernando María Palmés, por ejemplo, ocupaba parte de las salas que antaño pertenecían al museo del Instituto Biológico, por lo que se veía directamente afectado por los planes expansionistas de Puiggrós. Sin embargo, la mayor y más beligerante oposición la encontró en el director del Instituto Químico, Salvador Gil. Sus instalaciones impedían por completo la expansión física del Biológico y en las reformas que había realizado durante la posguerra se había llevado por delante espacios que pertenecían históricamente al Biológico, como el jardín botánico. El enfrentamiento entre ambos fue de tal calibre, que trascendió a las autoridades de la Compañía. La curia provincial no apoyó a Puiggrós y le ofreció como alternativa la ocupación de la Torre Villavecchia,58 que era otro de los inmuebles que los jesuitas poseían en Sarriá. Para entonces, sin embargo, ya habían comenzado las reformas en sus propias salas. Puiggrós había solicitado un préstamo de 50.000 pesetas a una caja de horros59 y confiaba en que el gasto pudiera cubrirse con las entradas del siguiente curso.60 Las previsiones de ingresos, sin embargo, no se cumplieron y poco después, ante lo apremiante de 58   Aquel problema llevó a Puiggrós a un enfrentamiento personal con Julián Sayós. Sobre el tema: AHSIC., Fondo Institut Biològic de Sarrià OB 1.1. Correspondència. Carp. Cartas particulares (1950-1955). 59   La mayor suma —60.000 pesetas— se invirtió en su laboratorio de fermentaciones y con el resto se reformó la biblioteca, la clase y los demás laboratorios. 60   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià. OB 1.1. Correspondència. Carp. Cartas particulares (1950-1955). Razones para pedir prestadas a la Caja de Ahorros 50.000 petas. Por fianza de 10 bienhechores, [Puiggrós, Barcelona,] 19 de octubre de 1950.

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la deuda, se vieron obligados a solicitar otro préstamo por valor de 180.000 pesetas. La crisis económica, sin embargo, no amedrentó a Puiggrós, que siguió planteando ampliaciones y reformas.61 La escuela de fermentaciones que había puesto en marcha consumía su tiempo y se había embarcado en un ambicioso proyecto de creación de una titulación oficial de bacteriología. Cada vez con más fuerza, sus propios intereses científicos acaparaban la actividad del centro mientras que los de Pujiula —y con ellos, la embriología—, languidecían. A finales de la década de 1950 se volvió a abrir el debate sobre la edad del director. Las intenciones del jesuita de seguir al frente del proyecto hasta su muerte se veían espoleadas por la cantidad de homenajes que le eran brindados. El 1 de noviembre de 1957, el propio Franco le entregaba la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. El anciano biólogo pretendía llevar el mismo ritmo de investigación que en su juventud y aquella actitud le estaba llevando a notorios fracasos. En 1956, por ejemplo, tres tesis que había dirigido le fueron rechazadas por la Universidad de Barcelona.62 Preocupado por la repercusión de estos sucesos para el prestigio del centro, Puiggrós terminó por elevar a la superioridad un informe demoledor: Es dulcísimo trabajar a la sombra, despreciado de todos, menos cuando ello redunda, como estos últimos años, en peligro de ruina y muerte de la obra encomendada por la obediencia.63

Haciéndose cargo del asunto, mediante oficio fechado el 17 de mayo de 1958, las autoridades de la Compañía nombraron a Puiggrós director del Instituto.64 Solo unos meses después, Pujiula enfermó gravemente de una enfermedad febril y el 15 de diciembre murió en el mismo cole61   Para lograr sus fines llegó a proponer que el Instituto se embarcara en un nuevo crédito de 600.000 pesetas. Consúltese AHSIC, Institut Biològic de Sarrià. (OB 1.1.) Correspondència. Carp. Cartas particulares (1950-1955). 62   AHSIC, Institut Biològic de Sarrià. (OB 1.1.) Correspondència. Carp. Cartas particulares (1950-1955). Carta de Puiggrós al Provincial, [sin fecha ni lugar]. 63   AHSIC, Institut Biològic de Sarrià. (OB 1.1.) Correspondència. Carp. Cartas particulares (1950-1955). Carta de Puiggrós a la superioridad. [Sin fecha ni lugar]. 64   AHSIC, Institut Biològic de Sarrià. (OB 1.1.) Correspondència. Carp. Cartas P. Director (1956-1960). Carta sin firmar dirigida a Puiggrós, 17 de mayo de 1958.

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gio. Las consecuencias del fallecimiento de Pujiula para un proyecto tan personal como el Instituto Biológico de Sarriá no tardaron en aparecer. El Provincial de la Tarraconense, Víctor Bajo, aprovechó para volver a plantear la disolución del Instituto, aunque el empeño de Puiggrós consiguió que no se hiciera efectiva aquella decisión. Durante unos años más, el sucesor de Pujiula estuvo al frente de una institución que siguió caracterizándose por la inestabilidad económica y la falta de personal. Con Puiggrós atendiendo a otros asuntos, las esperanzas para la embriología estaban puestas en Pertusa. Con el fin de completar su especialización en esta materia se desplazó hasta Inglaterra y comenzó una serie de trabajos en el University College de Londres. El departamento de Anatomía, dirigido por John Z. Young (1907-1997),65 tenía una potente línea de investigación embriológica, pero con unas características diametralmente opuestas a las que había propugnado Pujiula: la embriología experimental y el enfoque darwinista eran una constante de la morfología de Young.66 Cuando Pertusa llegó a aquel laboratorio, el británico estaba centrado en las neurociencias y tan solo mantenía una pequeña línea de investigación embriológica sobre la estructura del tiroides fetal. El que estaba dedicado a la morfogénesis en aquel departamento era Michael Abercrombie (1912-1979), que se había formado en esta ciencia gracias a la tutela de Young y de Gavin de Beer (1899-1972). Durante los últimos años, Abercrombie había desarrollado interesantes trabajos sobre las funciones del nodo de Hensen y del área pelúcida como estructuras inductoras y los resultados de aquellos experimentos le habían llevado a interesarse por las migraciones celulares durante el desarrollo.67 En fin, una embriología experimental y actualizada, lejos de la que había mantenido Pujiula hasta aquellos años. Por entonces, el inglés trabajaba en trasplantes de tejidos de blastodermo de pollo cultivados y Pertusa, siguiendo esta línea, se dedicó a estudiar los movimientos morfogénicos de los

  Para contextualizar el laboratorio véase la autobiografía de Young (1996).   Young (1996: 558). 67   Véase su biografía en Bellairs (2000). 65 66

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jóvenes blastodermos trasplantando el nódulo de Hensen y, posteriormente, mediante un marcaje isotópico con fósforo radiactivo.68 A pesar de que el interés prioritario de Puiggrós era la microbiología, en realidad arrastraba desde hacía años la idea de «renovar y modernizar» la embriología del Biológico,69 por lo que aquellas noticias desde Inglaterra le fueron tan gratas que incluyó en los planes de ampliación del instituto la creación de un laboratorio especializado en radioisótopos.70 Pertusa terminó sus experimentos en 1961 y defendió su trabajo Studies on morphogenetic movements in the chick blastoderm, con el que consiguió el grado de doctor por aquella universidad. Mientras tanto, en España, el Instituto Biológico vivía en perpetua crisis económica y seguía en el punto de mira de los superiores de la Compañía. En la década de 1960, los gastos de un laboratorio competitivo a nivel internacional superaban con creces los presupuestos con los que contaban en Sarriá y los jesuitas estaban viviendo dificultades económicas para mantener sus proyectos científicos a nivel nacional.71 Ante ello, Puiggrós propuso varias soluciones basadas en la intensificación de la relación con la industria y con la universidad. Comenzó oficializando los clásicos cursos para estudiantes de medicina y diseñó un proyecto para convertir el Instituto en una academia de educación superior.72 Si sus expectativas se cumplían, al igual que había pasado 68   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, OB 1.1. Correspondència. Carp. Información sobre Instituto Biológico de Sarriá (1959-1960), Carta de Pertusa a Puiggrós Londres, s.d. 69   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, OB 1.1. Correspondència. Carp. Institut Biològic de Sarrià varia (1956-1960). Idea sucinta del plan de desarrollo del Instituto Biológico de Sarrià, Barcelona, 13 de octubre de 1960. 70   Ya en 1956, fecha en la que Pertusa estaba formándose ya en Inglaterra, se le recomendaba desde Sarriá: «Conviene que se forme bien en toda la técnica de la experimentación con radioactivos, tanto para embriología como para las demás ramas de la biología. En cuanto vuelva espero que se podrá montar el laboratorio especializado de radioactivos». AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, (OB 1.1.) Sin cat. Carta [de ¿Puiggrós?] a Pertusa, Barcelona, 30 de noviembre de 1956. 71   Matteo Realdi habla de una crisis generalizada de los proyectos de investigación de la Compañía (falta de personal, instrumentos obsoletos y cesión de infraestructuras a instituciones gubernamentales y universidades), que incluso causaron «cierta tensión entre los jesuitas y las autoridades españolas». Realdi (2012: 267). 72   Los estudiantes pagaban una tasa de 300 pesetas por asignatura y obtenían el derecho a las clases prácticas que no podía ofrecer la Universidad.

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con el Estudio General del Opus Dei en Navarra —explicitaba en su proyecto—, la nueva institución académica estaría llamada a convertirse en una nueva universidad privada católica. Llegó a establecer contactos con el decano de la Facultad de Medicina e incluso buscó profesores para el nuevo centro. En concreto, para la asignatura de Histología y Embriología eligió a Diego Ferrer Fernández de la Riva (1901-1995), un histólogo catalán que desde 1941 ocupaba la cátedra de Cádiz. Según Puiggrós, Ferrer estaba dispuesto a pedir una excedencia en su centro para poderse trasladar al Biológico y adherirse al proyecto.73 El plan, sin embargo, se desechó por varios motivos. No solo adolecía de un patente problema económico, sino que la Universidad de Barcelona había propuesto que el director del estudio fuera un laico, algo que no agradó demasiado a los consultores de la curia. Además de los problemas económicos, la falta de personal impedía el desarrollo y continuidad del instituto. Cada vez resultaba más difícil encontrar jesuitas preparados en ciencias biológicas y Puiggrós puso toda su confianza en Alberto Gutiérrez Sancho (1920-1996), que estudiaba medicina en Viena. Su condición de médico, una novedad para el Instituto de Sarriá, hizo volar la imaginación del director, que lo dibujó prematuramente ocupando la cátedra de Histología y Embriología de alguna universidad.74 Sin embargo, una vez doctorado, el plan sufrió un revés. El joven jesuita optó por no colaborar con Puiggrós75 y con él desaparecieron todas las opciones de encontrar miembros de la Compañía capaces de perpetuar las actividades del laboratorio. Ante tal situación, en 1965 se creó una comisión para informar al Provincial sobre el estado del Instituto.76 El dictamen llegó al 73   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, OB 1.1. Correspondència. Carp. Instituto Biológico varia (1956-1960). Idea sucinta del plan de desarrollo del Instituto Biológico de Sarrià, Barcelona, 13 de octubre de 1960. 74   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, OB 1.1. Correspondència. Carp. Instituto Biológico varia (1956-1960, Carta de Puiggrós, no consta destinatario, sin lugar, 27 de enero de 1959. 75   Según Puiggrós, por no tener «una orientación clara». AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, OB 1.1. Correspondència. Carp. Información sobre el Instituto Biológico de Sarriá (1959-1960), «Instituto Biológico de Sarrià», 8 de febrero de 1965. 76   AHSIC, Fondo Institut Biològic de Sarrià, OB 1.1. Correspondència. Carp. Información sobre Institut Biològic de Sarrià (1959-1960), «Instituto Biológico de Sarrià», 8 de febrero de 1965.

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año siguiente: para adaptarse a los tiempos, se optó por fusionar el Instituto Biológico con el Químico y se creó una nueva sección de Bioquímica; Pertusa se quedó en el Instituto y siguió con la línea de histología y embriología y Puiggrós fue destinado a Madrid, donde continuó con sus trabajos sobre fermentaciones. 77 En 1966, Domingo Ruano Gil (1932-2016) consiguió una de las cátedras de Anatomía de la Universidad de Barcelona. Como discípulo de Orts, trajo consigo una verdadera renovación de la enseñanza embriológica en la licenciatura.78 La vieja razón de ser del instituto de Pujiula como sustituto privado de una pobre docencia oficial de la disciplina, parecía llegar a su fin. Los siguientes no fueron años de gran producción embriológica por parte del Biológico. Según el testimonio de Mercè Durfort, se iniciaron contactos con otros laboratorios embriológicos internacionales, aunque no llegaron a establecerse lazos firmes.79 No obstante, a pesar de todas las inclemencias, el trabajo más relevante de Pertusa apareció en esta época en el Journal of Embryology and Experimental Morphology, la revista del departamento de Abercrombie.80 La vinculación con su preceptor británico siguió siendo, de hecho, muy estrecha; es más, el material con el que trabajó durante aquellos años era enviado directamente al Biológico desde Londres.81

La embriología comparada de Pujiula: un combate al servicio del antitransformismo

Un análisis general Un estudio superficial de la extensa obra de Pujiula —decenas de monografías y casi un centenar de artículos en publicaciones periódicas— muestra a un científico con la dispersa intención de   Durfort (1985).   Sirvent (2013).   Durfort i coll (1985) cita el dirigido por Giuseppe Reverberi (1903-1988), un italiano, también sacerdote, experto en embriología. 80   Pertusa (1966). 81   Pertusa (1966: 131). 77 78 79

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abarcar todos los campos de la biología.82 No obstante, tras un estudio minucioso de conjunto es posible llevar a cabo una clasificación temática y cronológica coherente. La primera etapa que proponemos se extiende desde que regresa de su estancia en Centroeuropa en 1908, hasta que comienza la dictadura primorriverista, en 1923. Este período se caracteriza por un predominio en números absolutos de los estudios botánicos, seguido muy de cerca por dos disciplinas en las que el científico destacó sobremanera: la embriología y la filosofía de la ciencia. Eran los años en los que publicaba las célebres Conferencias Biológicas con las que logró consolidarse como el símbolo del antitransformismo español de la primera mitad del siglo xx. Su producción embriológica no llegó a cotas máximas hasta mediados de la década de 1920, en plena Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931). En este punto, su actividad botánica empezó a disminuir y el jesuita comenzó a abordar la naciente genética en algún trabajo puntual. Esta tendencia se mantuvo durante la Segunda República, años en los que, además, comenzó a ser relevante el número de trabajos histológicos. Tras la Guerra Civil, la embriología se consolidó como el signo de identidad del jesuita y apareció en su currículum una importante serie de trabajos sobre ética médica y biológica. A pesar de la relevancia internacional que adquirió el religioso, su obra escrita se limitó a medios nacionales. Sus monografías fueron publicadas exclusivamente en España y sus artículos aparecieron fundamentalmente en las revistas de las numerosas sociedades y academias de las que fue miembro. En la época previa a la dictadura franquista, sus publicaciones embriológicas se circunscribieron prácticamente a las sociedades científicas catalanas y, durante los primeros años de actividad, publicó gran parte de sus trabajos embriológicos en la revista de la Sociedad Catalana de Biología (Treballs de la Societat de Biología). La dictadura de Primo de Rivera, sin embargo, trajo grandes cambios para la política científica regional catalana. El Institut d’Estudis Catalans del que era filial la Sociedad, 82   Un listado bastante completo —aunque no exhaustivo— de las publicaciones de Pujiula lo encontramos en Durfort i Coll (1995: 854-857). Hemos añadido unos cuantos títulos que pueden encontrarse en la sección de bibliografía de este volumen.

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recibió un duro golpe político83 y Treballs entró en un período de profunda crisis. La Cataluña del primer tercio de siglo, no obstante, proporcionaba a sus científicos un buen número de alternativas para la comunicación y, a partir de la década de 1920, las observaciones embriológicas de Pujiula comenzaron a aparecer en el Butlletí de la Institució Catalana d’Història Natural.84 Con la llegada del franquismo, las instituciones científicas catalanas tendieron al colapso y en el nuevo contexto político se incrementó la presencia de Pujiula en los medios nacionales. En 1941 ingresó en el Instituto de España con su elección como miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid y, desde entonces, su principal aparato de expresión sería la revista de esta institución. Por su carácter morfológico, los textos de Pujiula se acompañaron siempre de una profusa iconografía. La incorporación al laboratorio de Luis Roca como colaborador mejoró notablemente la calidad de las ilustraciones. Desde su llegada, no solo los textos de Pujiula, sino los de todos los investigadores del instituto, llevaron las ilustraciones de Roca. No tenemos muchos datos biográficos sobre este ilustrador científico, pero debió de ser uno de los doctorandos de Pujiula a la vista de que este le cita como discípulo suyo en el prólogo de su tratado. Sabemos, eso sí, que su formación como artista se llevó a cabo en la Universidad de Barcelona, en el contexto de la escuela anatómica de Salvador Gil-Vernet y del prestigioso ilustrador médico Rafael Alemany (1895-1972).85 Siguiendo la estela de las obras de esta escuela, los dibujos de Roca son de un gran naturalismo y presentan gran cantidad de detalles. De este modo, fueron capaces de complementar los textos científicos con el dinamismo subjetivo que aportaba la interpretación del investigador, convirtiéndose en una herramienta muy útil para combatir a un ilustrador del talento de Haeckel. Además, reflejaban fielmente los colores de las tinciones empleadas, una característica que no se le podía pedir a la microfotografía de la época.   Sobre el IEC, véase Camarasa y Roca i Rosell (2008).   El jesuita pertenecía a esta asociación como miembro numerario desde 1917 e incluso llegó a presidirla durante el directorio primorriverista. Sobre el Butlletí véase Camarasa, (1999: 84-91). 85   Gil-Vernet Sedó (2009: 13). 83 84

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La embriología comparada de Pujiula, una aproximación ¿obsoleta? Sistematizar la obra embriológica de un científico con los intereses davincianos de Pujiula resulta cuando menos difícil. Su laboratorio no tuvo nunca una única línea de investigación embriológica, pero algunos temas fueron más recurrentes que otros. Además de los asuntos tocantes a la crítica del transformismo, aparecieron con frecuencia en su Fig. 3.4. Ilustración embriológica de Luis obra la hematopoyesis embrionaRoca. Original conservado en AHSIC. ria y la influencia hormonal sobre el desarrollo. Durante el período republicano hizo numerosas aportaciones a la disciplina, pero con objetivos muy dispares (desarrollo de aves, anfibios y reptiles, morfogénesis de los islotes de Langerhans, fases iniciales del desarrollo, anormogénesis…)86 pero, una vez establecida la dictadura de Franco, volvió a encontrar un ambiente político adecuado para volverse a centrar en su lucha contra las teorías transformistas y desarrollar su programa comparativo. Aunque ya he hecho alguna referencia a ello, es importante remarcar que uno de los aspectos más importantes de la obra embriológica de Pujiula es precisamente este carácter comparativo. Es obvio que una de las causas de tal elección fue la utilidad de esta óptica como fundamento antitransformista, pero no habría que subestimar la influencia que sobre esta elección tuvieron sus experiencias en Austria y su formación como biólogo y no como médico. La prevalencia de médicos entre los embriólogos españoles hizo que el cultivo de la embriología comparada fuese una rareza en España durante nuestro período de estudio y que, por tanto, el laboratorio de Barcelona se 86

  Pujiula (1931, 1933a, 1933b y 1934a y 1934b).

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convirtiera en una excepción a esta tendencia. Para hacer una embriología de estas características era necesario, eso sí, contar con una amplia embrioteca animal que abarcara todos los escalones de la sistemática zoológica. La colección de series embriológicas que Pujiula consiguió recopilar durante su dilatada vida científica se convirtió en una de las joyas del instituto. Además de la rata, animal que le acompañó desde sus primeras investigaciones en el extranjero, y el conejo, utilizado con relativa frecuencia en sus trabajos, la embrioteca estaba compuesta fundamentalmente por especies de la fauna catalana (ver tabla 3.1). Los especímenes humanos, por el contrario, se utilizaron en raras ocasiones en el Instituto Biológico. Era un material difícil de conseguir para una institución ajena a la clínica, por lo que, en las contadas ocasiones en las que llegó a manos de Pujiula, lo hizo a través de sus colegas ginecólogos, como el catedrático Pedro Nubiola Espinós (1878-1956). Tabla. 3.1. Embrioteca del IBS (1931-1975). Invertebrados Ascaris megalocephala Peces Pez rojo de los estanques (Carassius vulgaris) Anfibios Rana (Rana esculenta) Rana africana de uñas (Xenopus boiei) Salamanquesa (Platydactylus mauritanicus) Sapo de espuela (Pelobates cultripes) Sapo partero (Alytes obstetricans) Reptiles Lagartija (Lacerta muralis)

Aves Gorrión común (Passer domesticus) Pato Perdiz (Caccabis rufa) Tordo (Turdus merula) Mamíferos Ardilla (Sclurus vulgaris) Cerdo (Sus scrofa domesticus) Cobaya (Cavia cobaya) Conejo (Lepus cuniculus) Erizo de tierra (Erinaceius europaeus) Gato (Felis silvestris catus) Oveja (Ovis aries) Perro (Canis lupus familiaris) Ratón común (Mus musculus) Ratón de campo (Arvicola arvalis) Toro (Bos taurus)

Fuente: elaboración propia a partir de las publicaciones de Pujiula y sus alumnos.

Pujiula dedicó todo su esfuerzo investigador a lo que él denominó «embriología morfológica» —que se correspondería con el descriptivismo y comparativismo decimonónicos— y dejó para otros la experimental, a la que él se refería, en una traducción literal del alemán Entwicklungsmechanik, como «mecánica ontogénica». Sin embargo, como filósofo de la ciencia no dejó de abarcar esta corriente en sus aspectos teóricos. Sus ideas al respecto quedaron plasmadas 101

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en su discurso de recepción en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, que llevó por título El valor de los mecanismos en la ontogénesis.87 A aquellas alturas de siglo, la mecánica del desarrollo estaba ofreciendo respuestas a algunos problemas morfogenéticos y aquello era un hecho que Pujiula no podía pasar por alto. Sin embargo, el preformacionismo intrínseco que conllevaba aquella concepción del embrión turbaba sus principios vitalistas. Para conciliar ambas posturas y así poder asumir los resultados de la embriología experimental, el jesuita reelaboró el concepto de «mecánica ontogénica» matizando los principios de Roux. La teleología de la morfología alemana (Zweckmässigkeit) era un pilar en la embriología de Pujiula y el mecanicismo cartesiano se oponía por definición a esta concepción. La preocupación del religioso por el tema era tal que le había llevado a publicar algunos trabajos de crítica a esta doctrina durante los años del exilio.88 Él mantuvo siempre que la direccionalidad causal es clave para entender el fenómeno vital, su desarrollo y su morfología y que esto sería algo contra lo que el materialismo no contaba con argumentos. Para él, la teleología era «el esfinge aterrador» de esta corriente,89 por lo que, a la hora de asimilar la «mecánica ontogénica» consideró que era prioritaria una reelaboración conceptual en la que se despojase el término de sus connotaciones materialistas. En el mismo opúsculo al que nos estamos refiriendo, intentó también conciliar los conceptos de causalidad y positivismo con su ideología.90 En oposición a los biólogos positivistas, que en su opinión «solo admiten como principio una evolución fatal de la materia», defendió a los científicos que denominó «positivos» y que son, en sus palabras, aquellos que buscan «la explicación o nexo causal sin definir a priori la naturaleza de los factores». En concordancia, entendió que el objeto de estudio de la embriología fisiológica   Pujiula (1941a).   Pujiula (1937 y 1938).   Para Pujiula la teleología era básica hasta el punto de denominarla «el esfinge aterrador» del materialismo: Pujiula, (1941b: 245). Publicó algún artículo sobre finalidad en alguna revista de humanidades; véase p.e. Pujiula (1947a). 90   Pujiula (1941a). 87 88 89

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son los factores físico-químicos «que concurren causalmente [en el desarrollo] y que de algún modo se dejan analizar»,91 pero que —insistía—, no pueden explicar la direccionalidad del proceso. Para entender este discurso hay que tener en cuenta que se escribió en un contexto nacional muy específico para la ciencia embriológica. Orts Llorca se estaba consolidando como embriólogo experimental y, no en vano, Pujiula se volcó en analizar y criticar los conceptos experimentales de los dos preceptores de Orts en Centroeuropa: Alfred Fischel (1868-1938) y Walter Vogt (1888-1941). Presentó a Fischel como ejemplo de lo que él llamaba «preformacionismo representativo», un concepto que el jesuita venía utilizando desde sus primeras conferencias antitransformistas y con el que hacía referencia a la búsqueda de áreas presuntivas en las primeras fases del desarrollo. La técnica de la tinción vital ideada por Vogt, consistente en marcar dichas áreas in vivo y seguirlas a través del desarrollo para descubrir su meta morfológica, había sido toda una revolución en esta línea. La crítica de Pujiula no recayó, obviamente, sobre las depuradas técnicas de estos científicos, sino sobre la interpretación de sus resultados. Planteaba: como todos estos huevos son de vertebrados, solo se puede tratar, en estos experimentos de averiguar la presuntiva significación de las potencias prospectivas que realmente tienen. Tampoco nos dicen nada de los mecanismos que intervienen para realizar su prospectiva significación.92

En oposición, Pujiula dedicó las últimas páginas de su discurso a la defensa del vitalismo, una doctrina que él intuía en una esfera superior a la de los mecanismos físico-químicos que intentaban diseccionar los embriólogos experimentales. «¿De dónde el orden y la arquitectura?» —les instaba a preguntarse—. Para responder a esta profunda cuestión, acudió a la obra de Hans Driesch (1867-1941) y a través de él se apropió el concepto aristotélico de entelequia, que consideraba al embrión como un todo y le dotaba de una capacidad organizadora propia.93 La   Pujiula (1941a: 5).   Pujiula (1941a: 10). 93   Sobre el concepto véase Sheldrake (2011: 85). 91 92

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filosofía de Pujiula, no obstante, no podía aceptar el monismo del que había impregnado Driesch, así que redefinió el concepto y atribuyó implicaciones místicas y metafísicas a aquella potencialidad del todo. En una interesante reflexión sumaria sobre los mecanismos, objeto último de estudio de la embriología experimental, Pujiula concluyó: […] los mecanismos no representan ni son otra cosa que el conjunto de medios de que se vale la vida para su desarrollo, para obtener su fin que es su propia perfección; para sostener una actividad que nace de su interior, nace de sí y termina en sí: una actividad inmanente, que se tiene a sí por objeto y fin, es decir, que siempre tiende a bien y perfección del sujeto en que radica.94

El embriólogo antitransformista Importantes hallazgos de fósiles de ancestros humanos durante las primeras décadas del siglo xx y sus correspondientes interpretaciones protoneodarwinistas, chocaron con las argumentaciones antievolucionistas que estaban reemergiendo durante esta época. Convivían así en el panorama científico del momento el darwinismo clásico, el neolamarckismo y el fixismo junto con otra serie de teorías nuevas como la ortogénesis. El compromiso adquirido por una antigua tradición de jesuitas dedicados a la educación y a la ciencia desde los albores del Mundo Moderno obligó, en cierta manera, a que, en este contexto, aparecieran miembros de la orden que expresaran sus opiniones sobre esta discusión que atañe directamente a la teología. Erich Wasmann, entomólogo de profesión, se alzó como el principal representante a nivel europeo del pensamiento de la orden sobre el tema. En 1904 publicó «Die moderne Biologie und die Entwicklungstheorie» y en 1920 «De christliche Monismus», dos obras que le enfrentaron directamente a Haeckel y a su teoría de la recapitulación.95   Pujiula (1941a: 27).   Muchos autores se han acercado al enfrentamiento Wasmann-Haeckel. Quizá los trabajos de Lustig (2002) y, sobre todo, la monografía de Richards (2008) sean los más interesantes al respecto. 94 95

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Basándose en sus investigaciones sobre artrópodos, Wasmann había mutado desde el antievolucionismo acérrimo a la asunción de un mecanismo evolutivo dentro de ciertos grupos mayores que el taxón especie. Establecía, eso sí, tres ítems diferenciales con las teorías darwinistas: la teleología del proceso, la excepcionalidad del alma humana —que, en su opinión no se rige por las leyes materiales—, y la no explicación por estas teorías del paso de la inorganicidad a la organicidad. En España, la intelectualidad de las congregaciones religiosas se unió pronto al debate. La voz de los agustinos se alzó a través de Zacarías Martínez Núñez (1864-1933) y los jesuitas hicieron lo propio a través de Pujiula, que dedicó la mayor parte de su obra a la crítica del transformismo desde un profundo compromiso religioso. Sus ideas fueron plasmadas por primera vez en sus conocidas conferencias de 191096 y durante los años siguientes se dedicó a escribir notas para intentar aclarar desde su perspectiva los últimos hallazgos de la paleoantropolología. Entre 1914 y 1916 comentó los últimos trabajos internacionales sobre fósiles humanos y, entre 1919 y 1921, bajo el título «espinas del transformismo», publicó una serie de nuevas reflexiones sobre el tema en la revista porteña Estudios.97 Pero, como ha señalado Pelayo98, las tesis de Pujiula no solo se apoyan en la obra de Wasmann, sino que se inspiran en los trabajos de otros muchos científicos alemanes contemporáneos como Johannes Ranke (18361916), Julius Kollmann (1834-1918) o Gustav Fritsch (1838-1927). Con el tiempo, la biblioteca de Pujiula se fue actualizando y sus tesis antitransformistas fueron bebiendo de nuevos autores, tanto extranjeros (como el estadounidense A.H. Clark), como españoles (entre los que cita, el jesuita José María Íbero).99 Como comentamos, el ideario de Pujiula sobre la filogenia humana no contemplaba una concepción fixista de la persistencia del hombre como la especie que hoy conocemos desde su aparición. Al contrario, apropiándose de     98   99   96 97

Pujiula (1910). Pujiula (1919, 1920, 1921a). Pelayo (2007: 155). Pujiula (1941b: 375).

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las tesis de Wasmann, no niega la adaptación biológica al medio. De hecho, las diferentes razas de humanos sobre la faz de la tierra, serían, a su entender, adaptaciones morfológicas de la especie. Los neandertales —que incluso protagonizaron una de las portadas de sus libros100— serían para Pujiula otra raza humana. Para explicar este proceso se acercó al lamarckismo y defendió la heredabilidad de los caracteres adquiridos.101 A pesar de todo, al igual que Wasmann, solo aceptó el dinamismo morfológico dentro de las estrictas barreras de la especie. El uso del término «transformismo» (evolución vertical o especiación filogenética) en sus obras en lugar de «evolucionismo» resulta muy tajante en este sentido. En su dilatada obra escrita, Pujiula diseccionó y criticó cada una de las evidencias expuestas por los transformistas: las procedentes de la morfología comparada, las paleontológicas y, por supuesto, con más énfasis, las embriológicas. En este último aspecto, sus ataques más feroces se dirigieron a Haeckel y a su teoría de la recapitulación. Sus observaciones personales en el Instituto Biológico le servían como una potente herramienta en esta lucha. Sus disquisiciones al respecto parten de los trabajos publicados por Arnold Brass (1854-1915) a principios de siglo. En 1906, Brass había comenzado un enfrentamiento encarnizado con Haeckel y se había planteado el firme propósito de demostrar que las evidencias que había presentado aquél en forma de tablas comparativas entre embriones de diferentes especies, estaban falseadas. El religioso español suscribió la tesis de Brass e incluso recogió sus dibujos en su obra Problemas biológicos, un libro de texto dirigido a estudiantes de humanidades que apareció en 1940.102 El español, sin embargo, no se limitó a importar pruebas antitransformistas de autores extranjeros. Ya durante la década de 1920, publicó una serie de observaciones personales en esta línea. Siguiendo a Wasmann, en un artículo aparecido en 1922, criticó, con el tono mordaz que siempre le caracterizó, el concepto comparativo de «arcos branquiales» y sus connotaciones homológicas. Presentó la   Pujiula(1941b)   Pujiula (1928). 102   Pujiula (1941b: 274-372). Sobre la iconografía de Brass: Hopwood (2015:237-239). 100 101

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Fig. 3.5 (a y b). Láminas de la obra de Brass contra las tablas de Haeckel traducidas al castellano y adaptadas por Pujiula (1940).

variabilidad de esta estructura en embriones de diferentes especies como prueba de la falta de linealidad entre los pretendidos escalones filogenéticos.103 Se ocupó, asimismo, de la significación biológica de los llamados «órganos rudimentarios»,104 asumidos por los evolucionistas como recuerdo del pasado de la especie. Como embriólogo, no podía negar la presencia de estas estructuras, pero discutió con furor la interpretación de su existencia. Para ello hizo una distinción entre «órganos rudimentarios», «órganos embrionarios» y «restos de degeneración senil». Los primeros serían residuos de la adaptación morfológica al medio (recordemos, siempre intraespecie), los «órganos embrionarios» serían los restos de órganos con función estricta en la vida intrauterina y los «restos de degeneración senil» aparecerían en los estadios finales del adulto y no serían de utilidad en estadios 103 104

  Pujiula (1922).   Pujiula (1921b).

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más precoces de la ontogénesis. Estos trabajos suyos de los años 20 se mantuvieron siempre entre los recursos más potentes de Pujiula para criticar las teorías transformistas y recurrió a ellos con frecuencia en el resto de su producción escrita. La Segunda República fue un período de mínima beligerancia antitransformista en la obra del jesuita, pero la protección de las ideas religiosas católicas que ofrecía el nuevo Régimen franquista fue un excelente caldo de cultivo para que Pujiula dedicara el resto de su obra a demostrar la «bionomía embrionaria». Con este concepto, Pujiula se refería a la originalidad de los embriones de cada especie desde sus primeros estadios, una idea que compartía con grandes embriólogos contemporáneos como Oscar Hertwig.105 Para el religioso, en las evoluciones ontogénicas existirían unas características morfológicas comunes, pero también unas bionómicas o trayectorias específicas. La gran mayoría de los trabajos de este período aparecieron en forma de comunicación en la revista de la Real Academia de las Ciencias de Madrid, por lo que analizaremos esta serie para su comprensión. El primero de estos trabajos apareció en 1947 bajo el título «Aportación a la bionomía embriológica»,106 un trabajo en el que Pujiula se acercó a la bionomía del desarrollo de la glándula genital y de los órganos de los sentidos (oído y del olfato). En él, estudió en profundidad el canal endolinfático en embriones de aves (pollo y perdiz), mamíferos (conejo y ratón) y humanos y encontró notables diferencias interespecíficas. Su reflexión, una vez más, recayó sobre la teleología de tales disparidades morfológicas. En cuanto al olfato, volvió a abordar una estructura que ya había estudiado en trabajos anteriores, el órgano de Jacobson. Describió un gran desarrollo del mismo en reptiles y mamíferos y lo comparó con la pobre presencia de esta estructura en las aves. Partiendo de que esta clase de cordados se encontraría para los evolucionistas entre los dos escalones filogenéticos citados, lo presentó como un nuevo ejemplo en contra de los 105   Utiliza el término bionomía en este concepto como sinónimo de ecología y lo define como: «El conocimiento del modo de ser y obrar de cada especie animal o vegetal en orden a su conservación y reproducción, y abarca, naturalmente, así la parte morfológica y fisiológica». 106   Pujiula (1947b).

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postulados haeckelianos. Por último, a la hora de analizar las glándulas sexuales, desde el mismo punto de vista comparativo, incluyó como novedad las series de peces (embriones de Carassius vulgaris) y de anuros (sus viejos conocidos Xenopus boieis y Alytes obstetricans). Su reflexión final al respecto le llevó de nuevo a reflexionar sobre los conceptos de finalidad y de entelequia en la ontogenia: Todo lo que acabamos de decir es un verdadero manantial de argumentos para probar la finalidad de la vida y de sus actos. En la vida todo marcha a su fin, que es la conservación y propagación del ser viviente. Esto es tan claro y evidente, que los mismos psicobiólogos han llamado a esta manifestación de la vida autoteleología, es decir, una finalidad nacida del interior y tendiendo al interior del ser viviente, cosa que destruye todo el sistema materialista que niega la finalidad.

Al año siguiente volvió sobre el tema con el trabajo «Revisión de algunos datos científicos relacionados con la ontogénesis y la bionomía embrionaria».107 En él, comparó el desarrollo del ojo y del aparato digestivo de un embrión de conejo con uno humano de 5,5 mm. Sus hallazgos al respecto le permitieron discutir una vez más la teoría del plasma germinal de August Weismann (1834-1914).108 El alemán dividía las células de un organismo en dos tipos desde la primera división del gameto: por una parte, estarían las células del idioplasma (germinales, contenedoras de la herencia); y por otra, las destinadas a formar el soma o cuerpo (somáticas). Dado que solo las primeras estarían encargadas de la transmisión de la herencia, cualquier cambio en las somáticas no podría influir en la siguiente generación. Esta tesis era básica para las interpretaciones neodarvinistas de la evolución y era conocida por los biólogos como la «barrera Weismann» por obstaculizar el progreso de las teorías lamarckistas al negar la herencia de los caracteres adquiridos. Weismann había llegado a su teoría a través de una serie de observaciones sobre Ascaris megalocephala, una especie con una amplia presencia en la embrioteca del Instituto Biológico por su utilidad como material de prácticas en los cursos de 107 108

  Pujiula (1943a).   Sobre Weismann, véase: Churchill (2015).

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embriología. Aquella disponibilidad dio pie a Pujiula a comenzar una serie de observaciones para rebatir la teoría de Weismann, que atacaba directamente a sus planteamientos lamarckistas. De este modo, Pujiula presentó ante la Academia una serie de observaciones comparadas entre Ascaris megalocephala bivalens y la misma especie univalens. El diferente comportamiento de ambas le permitió criticar los resultados de Weismann y reforzar sus tesis bionómicas. Para el jesuita, no solo no existirían paralelismos entre diferentes especies, sino que, en este caso, tampoco las habría entre diferentes subespecies. La serie de trabajos siguió con otros dos artículos sobre bionomía que aparecieron al año siguiente, uno sobre la cronología de la fusión de las aortas dorsales y otro sobre el saco vitelino y el corion en diferentes especies.109 La presencia de Pujiula en la Academia se fue consolidando y, en 1950, se le ofreció el honor de impartir el discurso inaugural del año académico.110 Bajo el título Los desvíos de la vida, la charla del jesuita abordó la teratología, un tema que, desde luego, planteaba muchas limitaciones para ser explicada mediante el finalismo. Sin embargo, su posición estaba clara: «la naturaleza nunca se equivoca», «ella va siempre a su fin. Y esto se ha de tener como un principio inconcuso, so pena de destruir toda la ciencia».111 Para él, la fisiopatología de la teratogénesis se basa en la interrupción de las leyes biológicas que rigen la ontogénesis por agentes o factores extrínsecos, sin contemplar en este concepto ningún tipo de error del propio embrión. Además, para Pujiula, el desarrollo embrionario y sus «desvíos» podrían explicar no solo los casos de monstruosidades congénitas, sino también ciertos hallazgos paleoantropológicos difíciles de explicar desde su posición. Como hemos dicho, a principios de siglo había publicado varios trabajos haciéndose eco de la explosión de hallazgos de fósiles humanos en todo el mundo112 y en el discurso que nos ocupa volvió sobre el tema ofreciendo argumentaciones ontogénicas al problema. De hecho, unos meses antes había pronunciado un discurso en la Real Academia de Medicina de   Pujiula (1949a y 1949b).   Pujiula (1950a). 111   Pujiula (1950a: 4). 112  Véase Pelayo (2007) y Català Gorgues, (2010). 109 110

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Barcelona en el que quedó patente que seguía manteniéndose al día de los hallazgos paleoantropológicos mundiales.113 En la conferencia de Madrid retomó el estudio de unas piezas clásicas que ya había analizado anteriormente (las mandíbulas de Mauer y Bañolas114 y los restos de Pithecanthropus erectus115) y les dio una explicación embriológica. Para él, no pertenecerían a especies diferentes a la nuestra, sino que serían casos teratológicos humanos aislados. Los siguientes años, los trabajos que presentó en la Real Academia de Ciencias Exactas se dedicaron preferentemente a temas histológicos, pero en 1953 publicó un trabajo para recapitular lo publicado hasta el momento sobre bionomía en el que aportó alguna otra prueba desde el mundo vegetal y realizó de nuevo una apología de su finalismo biológico. 116

Otros campos: hematopoyesis embrionaria y hormonas Como ya apunté, los primeros trabajos embriológicos de Pujiula en Viena se centraron en las células gigantes del embrión de ratón. Sin embargo, una vez en España, disperso en sus numerosos proyectos, abandonó el tema de la hematopoyesis embrionaria. En los años treinta —con cierto retraso— llegó a sus manos el tratado de hematología que había publicado en 1923 Justin M. Jolly (1870-1953) y su lectura despertó de nuevo su interés por el tema. El francés afirmaba en aquella publicación que las células gigantes procedían del cono ectoplacentario del embrión, mientras que los trabajos de Pujiula, así como los de otros autores alemanes, habían demostrado años atrás que eran de origen materno. Sorprendido por tal afirmación, en 1932 el jesuita publicó dos artículos en defensa de sus teorías, uno en el 113   Allí citaba, por ejemplo, el Telanthropus de Broom y Robinson, descrito el año anterior en África. Véase Dunsworth y Walker (2002: 420). Pujiula, (1950b). 114   La mandíbula de Mauer (Mauer 1) fue descubierta en Mauer (Alemania) en 1907 y está clasificada en la actualidad como Homo heidelbergensis; la de Bañolas fue descubierta a finales del siglo xix y estudiada durante todo el siglo pasado y también pertenece al género Homo, pero aún no ha sido clasificada certeramente en ninguna especie. 115   Pujiula sigue utilizando el término Pithecanthropus, como en sus artículos de principios de siglo, a pesar de que Ernst Mayer (1904-2005) ya lo había adscrito al género Homo diez años antes de este discurso. 116   Pujiula (1953).

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Boletín de la Sociedad Ibérica y otro en la sección de ciencias naturales de la revista portuguesa Brotéria.117 Una década después, ya en tiempos de la dictadura, Pujiula realizó otra serie de trabajos sobre el tema aplicándole el enfoque comparativo «bionómico» de este período.118 La lectura de los trabajos de Jolly debió de influir mucho en Pujiula, pues, durante los años siguientes, dos doctorados del Biológico trabajaron en el desarrollo embrionario de las células sanguíneas.119 Incluso el propio Pujiula dedicó en 1942 su trabajo anual para la Real Academia de Ciencias de Madrid al origen de las células redondas y gigantes que aparecen durante la fase eritropoyética del hígado. A diferencia de lo clásicamente aceptado, Fischel había asegurado en la década anterior que las células redondas eran un derivado endodérmico. Pujiula apoyó esta tesis con sus observaciones y presentó ante la Academia un embrión de ardilla en el que se podía ver la transformación de las células hepáticas en células redondas. En el mismo trabajo, dedicó también unos párrafos a las células gigantes, de la que creía bien demostrada su función hematopoyética. Especuló sobre la razón de que aparecieran solo en mamíferos y, a falta de corroborar esta afirmación con el estudio de los no placentados, apuntó que la placenta sería la responsable de la estimulación necesaria —hormonal, a su entender— para la aparición de este tipo celular. Tres años después, el jesuita parecía cerrar el tema con el trabajo «Confirmación de las leyes hematopoyéticas del hígado embrionario relacionadas con el saco vitelino y la placenta». Habían llegado a sus manos muestras de embriones de nuevas especies (oveja, salamandra, toro y cerdo), por lo que decidió presentar un completo estudio comparativo del proceso de hematopoyesis hepática. Los resultados reafirmaban su tesis. Comprobó que, fuera de los mamíferos, no se podría considerar al hígado como un órgano hematopoyético embrionario, pues seguía sin encontrar en los demás escalones células redondas, ni tampoco gigantes y describió que, en las especies de esta clase, la sangre tendría un origen primeramente mesodérmico —tal   Pujiula (1932-1934 y 1932).   Pujiula (1942 y 1945). 119   Oliveras (1940) y Vendrell Martí, (1940). 117 118

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y como mantenían la mayoría de embriólogos—, pero posteriormente endodérmico, una vez establecida la hematopoyesis hepática.120 Todas estas teorías nunca llegaron a aceptarse o a rebatirse por la comunidad científica internacional. En España, no existía ningún grupo dedicado a la embriología comparada que pudiera discutirlas, y, a pesar de aparecer referenciada en repertorios como Zoological Record, la difusión de la serie de la Real Academia no alcanzó el nivel esperado a nivel internacional. El único vínculo con la ciencia internacional lo consiguió a través de su discípula, Carla Zawisch, que también dedicó algunos trabajos al problema, y con la que tenemos constancia de que cruzó correspondencia sobre el asunto.121 Otro tema que apasionó a Pujiula fue la regulación hormonal del proceso embriogénico. La búsqueda de unas sustancias reguladoras del orden y direccionalidad que necesitaba su embriología teleológica neovitalista le hizo imaginar una regulación química aun antes de ser difundido el descubrimiento de las hormonas como tales. Sin embargo, Pujiula no era fisiólogo y ni siquiera estaba formado en las técnicas más básicas de esta disciplina, así que sus referencias a las hormonas se movieron siempre en el ámbito de la especulación, como medio de explicación de sucesos que, a su criterio, no podrían entenderse de otro modo. A principios de 1932, el ginecólogo Ernst Philipp (1893-1961) publicó Die hormonale Wirkung der Plazenta en el que analizaba las funciones endocrinas de la placenta. Cuando aquel trabajo llegó a manos de Pujiula, el catalán no dudó en revindicar que él ya había sostenido años atrás lo que en esta publicación se defendía.122 Indignado por el asunto, en 1934 publicó un nuevo trabajo en la revista de la Academia en el que recordó que él mismo había demostrado en los trabajos que realizó en el laboratorio de 120   A pesar de lo definitivo que sonaba el título del artículo, el tesón con el que defendía sus argumentos le llevó a volver sobre el asunto en un trabajo que ya apareció de forma póstuma en la misma revista en 1959, (Pujiula, (1959). No modificó sus tesis, sino que se limitó a presentar unas nuevas preparaciones de hígado de embrión de conejo donde se veían las células redondas. 121   Véase, por ejemplo, AHSIC, Fondo Pujiula. 1958/15. Correspondència 1947. Carta de Carla Zawisch a Jaime Pujiula sobre hallazgos citológicos sobre las células redondas. Graz, 12 de julio de 1949. 122   Pujiula, (1934b).

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Rabl, que la blástula mostraba, en sus palabras, dos acciones «que hoy llamaríamos hormonales»: la nidación y el impedimento de la implantación de varios huevos en el mismo segmento uterino. Esta última función, que otros autores explicaban mediante la mecánica de los movimientos peristálticos del útero, fue atribuida por Pujiula a alguna sustancia, cuya acción constituyese alrededor suyo como un campo eléctrico de electricidad estática con sus líneas de fuerza que impidiesen la entrada, en él, de cualquier otro huevo como impiden o repelan las líneas de fuerza de un campo eléctrico un cuerpo cargado de electricidad de igual nombre. Esta sería o podría ser otra hormona.123

Defendió que la actividad hormonal del huevo sería la causante de la reacción decidual uterina y otorgó a las vellosidades coriales la función de producción de esas hormonas. Pero aún fue más allá, y recordó que, en 1926, ya había postulado que «todas las células eran endocrinas»,124 una curiosa concepción del término hormona, que no casaba con el propuesto por Starling en 1905, pero que insinuaba conceptos aún no manejados en la fisiología celular del momento, como el de comunicación paracrina. El trabajo de 1934, además, le brindó de nuevo la oportunidad de hacer teología de la vida. Con la vehemencia esperada, citó y atacó la frase de Gregorio Marañón «[el embrión], comparado con la madre, es una interrogación de la vida» y defendió la animación intrauterina del embrión proponiendo a las hormonas fetales como dato objetivo de la dualidad materno-fetal. Por último, en 1946 retomó el tema de la regulación hormonal de la gestación. En el trabajo que presentó a la Real Academia aquel año hizo poco más que reflexionar sobre el estado de la cuestión. Sin embargo, como ya hemos descrito en el apartado correspondiente, el Instituto Biológico de Sarriá se encontraba en plena crisis, por lo que Pujiula no pudo hacer alarde de un gran conocimiento libresco sobre el asunto y siguió haciendo referencia a trabajos del primer tercio de siglo. El único artículo «reciente» que pudo citar fue el de 123 124

  Pujiula (1934b: 189).   Pujiula (1926).

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M. Watrin y H. Brabant sobre la repercusión de la histerectomía en la histofisiología ovárica, un trabajo que, aun así, data de 1937. Las reflexiones de Pujiula sobre la actividad hormonal del huevo en aquella comunicación se dirigieron a defender la autonomía embrionaria, con las repercusiones morales de estas tesis. Para él, volviendo a recoger a Driesch, el máximo responsable de la evolución ontogénica del embrión sería el mismo embrión (como un «director de orquesta» en sus propias palabras) y su autorregulación se organizaría gracias a sus propias hormonas. Para defender la presencia y acción de estas sustancias utilizó el sencillo silogismo: «sin ellas no podemos explicarnos los hechos». La opinión de Pujiula, no obstante, tendría que seguir siendo teórica. La naturaleza de las hormonas, afirmó, «se ha de buscar por otros métodos que el del microscopio», por lo que, a pesar de sus solemnes afirmaciones, dejó el problema realmente en manos de los fisiólogos.

La pervivencia del comparativismo En los años en los que en España eran los zoólogos y naturalistas los que se interesaban por la embriología, Pujiula se erigió, a modo de figura icónica, como el naturalista español experto en embriología por excelencia. Su interés por influir en la docencia médica de la disciplina, no obstante, le llevó a moverse con soltura en los círculos académicos médicos y lograr, a través de los alumnos que se formaron en su laboratorio y que consiguieron cátedras de anatomía, una importante influencia en la Facultad de Medicina de Barcelona y, en menor medida, en la de Valencia. Mientras que en otros países los enfoques experimentales habían relegado a un segundo puesto a los comparativos, la hegemonía del laboratorio de Pujiula en la embriología española durante la primera mitad del siglo xx hizo que la embriología comparada (anti)evolucionista se mantuviera en el candelero científico español hasta las décadas centrales del siglo. Los continuos cambios políticos de la España contemporánea, no obstante, influyeron en el tono de ese comparativismo. Los trabajos de Pujiula en contra de la Ley biogenética fundamental 115

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disminuyeron hasta casi desaparecer durante la Segunda República, pero la dictadura franquista estableció un marco político idóneo para la práctica de una ciencia confesional, lo que llevó a Pujiula a desplegar de nuevo —y con su habitual vehemencia y agresividad— su programa antihaeckeliano en defensa de la bionomía embrionaria. Por otro lado, la documentación del Archivo Histórico de la Compañía de Jesús me ha permitido definir tres períodos en la historia institucional del laboratorio de Pujiula que estuvieron condicionados por dos importantes crisis. Una primera, derivada de la expropiación de los bienes de la Compañía de Jesús al inicio de la Segunda República; y una segunda —más difícil de determinar cronológicamente—, en la que coincidieron el decaimiento físico del propio Pujiula y una merma sustancial de ingresos económicos. El ascenso progresivo de Puiggrós hasta dirigir el Instituto Biológico de Sarriá y la influencia del CSIC sobre el laboratorio en la década de 1950, fueron restando importancia a la embriología en el centro hasta que acabó desapareciendo. Sin una escuela de naturalistas que pudiera sucederle, el nicho que fue dejando la embriología de Pujiula durante su proceso de declive físico fue finalmente ocupado desde la medicina por los anatomistas, con lo que pudieron surgir otras aproximaciones al embrión, como la teratológica, la brausiana o la experimental.

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Capítulo IV EMBRIOLOGÍA Y «CIENCIA OFICIAL» Los nichos de la embriología en el CSIC […] estos [nuestros procedimientos de estudio embriológico] resuelven el problema en líneas generales, como corresponde a la unidad individual de nuestro organismo, única realidad. José Escolar1

Un nuevo marco institucional: la universidad del primer franquismo y el CSIC

Después de la Guerra Civil, las políticas educativas y científicas fueron una prioridad para el nuevo Régimen. La actividad científica durante la posguerra se vio profundamente influida por el franquismo como sistema político e ideológico. El personal universitario sufrió una salvaje depuración, que se convirtió en un verdadero y fino tamiz cuya consecuencia fue la creación de una nueva «élite académica» a la medida del programa político de la dictadura. El proceso culminó con la creación de un nuevo organismo oficial de ciencia, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), llamado a sustituir a la Junta para Ampliación de Estudios y a corregir lo que las autoridades académicas entendían como «errores» del viejo sistema.2 A la cabeza del Consejo se colocó al ministro de Educación, el propagandista católico José Ibáñez Martín (1896-1969), que se propuso construir un organismo «nacional» y católico. Su buen amigo, el químico y farmacéutico José María Albareda Herrera (1902-1966), miembro del primer grupo del Opus Dei, fue nombrado Secretario General, acumulando un gran poder en su cargo hasta convertirse en la verdadera   Escolar (1947: 425).   La bibliografía sobre el tránsito JAE-CSIC es abundante. Además de Malet (2008) y Canales (2015), consúltese: Santesmases y Muñoz (1993), Urquijo Goitia (2007) y Perdomo Reyes (2009). Sobre las ciencias biomédicas en particular véase Santesmases (2001). 1 2

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cabeza del CSIC.3 La creación de institutos y secciones en el Consejo se llevó a cabo bajo su estrecha supervisión, eligiendo a los cargos científicos con unos criterios ideológicos claros. Seguir a la embriología en el nuevo organismo de ciencia gubernamental será el hilo del presente capítulo. La especialidad, al no contar con cátedras específicas —al igual que otras emergentes como la genética o la bioquímica—, carecía de una entidad académica propia. Esto suponía que, de una forma muy particular, la embriología fuera cultivada o no siguiendo exclusivamente el criterio personal de los directores de los diferentes laboratorios. Las cátedras de embriología en otros países se remontan al siglo xix, aunque eran situaciones extraordinarias y no sistemáticas. En 1844, por ejemplo, se creó una de «embriogenia comparada» en el Collège de France, que evolucionó hasta una cátedra de «embriología experimental» ya en 19554 y la Universidad de Viena, por su parte, contaba con su cátedra de embriología desde 1873. Las secciones o laboratorios dedicados exclusivamente a la disciplina sí que eran una realidad en la ciencia extranjera. En España, la pobreza de medios materiales había dificultado este proceso. Además, otra serie de circunstancias habían frenado el desarrollo de tales centros. Lo personal del proyecto de Pujiula había evitado la creación de secciones especiales a pesar de contar con discípulos especializados, y, como veremos, el instituto de embriología que la JAE creó para Orts no sobrevivió a la transición JAE-CSIC. En este contexto, sin cátedras, institutos o laboratorios específicos, la embriología se vio obligada a abrirse paso en el nuevo organismo oficial en el seno de diferentes disciplinas ya consolidadas, como la anatomía y la histología. Además de Orts, de entre los que se especializaron en embriología antes de la guerra, solo quedaban en activo los que se habían formado en el círculo de Pujiula: Alcalá Santaella en Valencia —dedicado casi por completo a la urología— y Taure en su cátedra de Barcelona. Fuera del tablero estaban Ara Sarriá, que había vuelto a Argentina5   Santesmases (2001: 44).   Fischer (1998). 5   Pérez Peña (2005: 89-95). 3 4

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y Fernández Bravo, que había sido depurado y «separado definitivamente de su cargo» por las autoridades franquistas.6 En el resto de cátedras de anatomía o histología del país, no existía nadie con formación suficiente o intereses específicos relacionados con la embriología. Fuera de la Universidad, Pujiula intentaba reconstruir su laboratorio en Barcelona para retomar sus trabajos embriológicos, pero Puiggrós había cambiado ya de objetivos y estaba centrado en la microbiología y las fermentaciones. Los esfuerzos que había hecho la JAE para formar a Orts le convertían en el mejor candidato del momento para crear un laboratorio especializado en el CSIC, pero la situación política hacía imposible su incorporación al nuevo sistema estatal. Al estallar la Guerra Civil, Orts fue agregado a la Facultad de Medicina de Valencia por el Gobierno de la República. Por estas circunstancias, desde el bando nacional se decidió inhabilitar a Orts «para cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de enseñanza»7 y cesarle de su cargo como catedrático.8 Efectivamente, la posición política del anatomista era clara. Había militado en el Partido Radical Socialista desde 1931 a 19349 y durante la guerra estuvo agregado como teniente de las filas republicanas en el equipo quirúrgico del comandante Eugenio López Trigo.10 Su discurso en la correspondencia cruzada con la JAE durante el conflicto tampoco deja lugar a dudas. Se refería a la sublevación del ejército como «traición militar» y se despedía con el lema «Salud y República». Tras la victoria del bando nacional, los catedráticos desafectos al nuevo Régimen fueron represaliados y el círculo valenciano en el que Orts se había movido durante aquellos años lo fue duramente. El catedrático de histología, Urtubey, acusado de masón, sufrió una dura depuración que le impidió regresar a la Universidad y Juan Vicente Peset Aleixandre (1886-1941), catedrático de toxicología y medicina legal, fue fusilado. Sorprendentemente, Orts consiguió salir de la 6   Véase su expediente de depuración en Archivo General de la Administración (AGA). Educación. 1.3. Caja 31/2210. 7   Boletín Oficial del Estado (BOE), 28 de diciembre de 1937, n.º 373, p. 4059. 8   BOE, 27 de febrero de 1937, n.º 130, p. 532. 9   López Rodríguez (1993: 27). 10   Gaceta de la República, 27 de junio de 1938, p. 1477.

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prisión y ser repuesto en su cátedra. El tribunal decretó «depuración favorable, por no constar nada en contra»11 y solo le impuso como castigo un retraso de varios puestos en el escalafón académico de antigüedad.12 La condena, sin embargo, sería realmente estigmatizadora en el contexto académico que supuso el primer franquismo. La selección de científicos para el nuevo CSIC pasaba por la criba personal de Albareda y los informes que le llegaron sobre el anatomista resultaron letales. Existen dos reportes anónimos sobre Orts en el archivo del Secretario General del Consejo: el primero, bajo el título genérico de «Informes profesionales y datos sobre su antipatriotismo», se refiere a la falta de profesionalidad de Orts como cirujano;13 el segundo, de carácter político-ideológico, consiguió apartar definitivamente a Orts de los círculos del CSIC y de su apoyo institucional y financiero. En él se le acusa de inclinaciones «hacia el grupo marxista», se sugiere que «ingresó en la masonería» y se tacha de «más o menos sospechosas» a las influencias con las que logró la cátedra de Cádiz. Se afirma que había favorecido a los estudiantes de ideología comunista y que, a pesar de haber llevado durante los años de posguerra una actitud políticamente «reservada», había vuelto a hacer públicas sus ideas políticas a la vista del resultado de la Segunda Guerra Mundial.14 A pesar del ostracismo que sufrió en los círculos del Consejo, Orts consiguió obtener una de las cátedras de la Universidad Central y crear una escuela anatómica dedicada por completo a la embriología. Mientras tanto, fue gestándose en el panorama nacional otra escuela de anatomía, la de José Escolar, que medró a la sombra del CSIC y que, con una aproximación diferente al cuerpo humano, cultivó la embriología dentro de un programa de investigación anatómica general. La influencia de estas dos personalidades y sus escuelas en el desarrollo de la anatomía española durante nuestro período de estudio fue   Cabrera-Afonso y Herrera Rodríguez (2004: 413).   Giral (1994: 59). 13   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera 059/067. Informe personal sobre el Dr. Francisco Orts Llorca. Informes profesionales y datos sobre su antipatriotismo. [Sin firma, lugar ni fecha]. No hemos podido acceder al texto del documento porque aún se considera material reservado de acuerdo a la Ley del patrimonio documental español. 14   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera 059/066. Informe personal sobre Francisco Orts Llorca [Sin firma ni fecha, después de 1943]. 11 12

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abrumadora. De hecho, fue tal la hegemonía de ambos, que el cultivo de la embriología en España estuvo circunscrito a sus laboratorios hasta los últimos años del Régimen. Por esta razón, para entender el desarrollo de la disciplina durante el franquismo, resulta indispensable analizar sus conceptos teóricos y su producción científica. A pesar de las limitaciones de la aplicación del concepto, utilizar como unidad de análisis la «escuela científica» resulta especialmente útil en este caso. Los grupos liderados por Orts y Escolar se adaptan a la perfección al concepto de escuela ideal descrita por Morrell:15 un líder carismático, con un sólido curriculum previo, que propone un proyecto de investigación, casi siempre en una disciplina en crecimiento o novedosa y que plantea inicialmente experimentos sencillos sobre el área, que resultan fácilmente transmitidos a discípulos jóvenes. Como los resultados son óptimos, el área queda en manos del grupo, que puede seguir trabajando en otros temas relacionados con la investigación primitiva. Tanto Orts como Escolar consiguieron imprimir en sus discípulos un alto grado de cohesión social y conciencia de grupo, así como una gran lealtad al líder. Las características de éxito de las escuelas estudiadas por teóricos del tema como Geison contemplan la necesidad de un puesto de poder académico para el maestro, preferiblemente en el medio universitario, desde donde poder ofrecer una rápida mejora de los currículums a sus jóvenes colaboradores a través de publicaciones y de puestos académicos, así como contar con una financiación adecuada.16 Como revelará el presente capítulo, Escolar contó con estas características desde los primeros años de la dictadura gracias al apoyo constante del CSIC.

Embriones e histología en el primer CSIC Con los científicos formados en embriología el seno de la vieja JAE fuera de los círculos oficiales, la especialidad era un nicho de

investigación vacío que estaba llamado a ser ocupado por la nueva «élite científica» del CSIC. En 1942 se realizó un primer intento desde 15 16

  Nos referimos la trabajo clásico de Morrell (1972).   Geison (1981).

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la histología. Para entonces ya habían pasado los años suficientes como para contar con investigadores formados en el seno del nuevo Régimen. Alfredo Carrato Ibáñez (1911-1994) pertenecía a la primera hornada de histólogos que había producido el Instituto Cajal tras la guerra y, al igual que Albareda, estaba vinculado al Opus Dei.17 En 1942 obtuvo la cátedra de Histología y Anatomía Patológica de Salamanca y allí el CSIC continuó protegiendo su carrera científica mediante su inclusión en la red nacional de ciencia y la concesión de una serie de becas para estudios en el extranjero. Tras una estancia de nueve meses en Alemania con otros intereses, entre 1943 y 1944, Carrato fue pensionado para ampliar conocimientos de embriología en Portugal durante tres meses. Estos destinos concuerdan con la política del organismo estatal durante aquellos años, que había mostrado una clara preferencia por Alemania hasta que, en 1942, en el contexto internacional de la Segunda Guerra Mundial, se vio obligado a priorizar como destino el país vecino.18 Además, aquel año visitó el Instituto Cajal el histólogo Celestino da Costa (1884-1956),19 el máximo exponente de la embriología portuguesa del momento,20 y el CSIC intentó establecer vínculos con su escuela. Da Costa impartió cursos y conferencias en el Cajal, en la Real Academia, en la Facultad de Medicina de Madrid e incluso se desplazó hasta la cátedra de Salamanca.21 En Portugal, Carrato tuvo la oportunidad de tomar contacto con la embriología experimental. En la Sección de Cultivos de tejidos del Instituto Portugués de Oncología en Lisboa, aprendió a realizar explantación de tejidos embrionarios y, como cita obligada, visitó el laboratorio de Da Costa. Allí se familiarizó con las técnicas experimentales del centro y pudo estudiar el material de mamíferos que el portugués atesoraba en su colección de embriones, «incluidos dos 17   El dato de su vinculación con la organización religiosa aparece en Escrivá de Balaguer (2010: 21). 18   Canales Serrano (2009: 126) y Delgado Gómez-Escalonilla (2007: 269-277). 19   González Santander y González-Santander (2006: 17). 20   Sobre Da Costa, véase: David-Ferreira (2009). 21   Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Memoria de la Secretaría General. Año 1944, Madrid: CSIC, 1945, pp. 145.

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huevos humanos de cinco y once somitas». Ya con otras miras, aprovechó su estancia en la capital para visitar el Departamento de Citología experimental de la Estación Agrónoma Nacional, donde pudo observar de primera mano sus investigaciones con Drosophila. Finalmente, se desplazó hasta Oporto para conocer los departamentos de Anatomía experimental y Patológica de la Facultad de Medicina.22 Siguiendo una política de descentralización —contraria a la que había llevado la JAE— Albareda fue creando «secciones» del CSIC en determinadas cátedras seleccionadas con su personal criterio. En 1945, teniendo en cuenta la formación previa de Carrato, el Secretario General decidió crear alrededor de su cátedra en Salamanca, una «Sección de Embriología experimental de tejidos». Allí, Carrato comenzó una serie de experimentos sobre la determinación en el desarrollo del sistema nervioso central utilizando técnicas de escisión, con lo que introdujo por primera vez entre las líneas del Consejo la embriología experimental. El proyecto de Salamanca, sin embargo, se esfumó en pocos años. Solo conocemos dos publicaciones posteriores que, dedicadas al cultivo de tejidos embrionarios, aparecieron en la portuguesa Arquivo de Anatomia e Antropologia y en Arbor, la revista del CSIC.23 El primer año de andadura de la nueva sección aparecieron registrados como investigadores Luis García y García-Romo, auxiliar de la cátedra, Severino Pérez Modrego, becario del CSIC, y dos alumnos internos. Las líneas de investigación de García-Romo, sin embargo, no tenían mucho que ver con el nombre de la sección, ya que estudiaba las alteraciones hipofisarias en relación con el simpático cervical. Pérez Modrego, por el contrario, sí que llevó a cabo alguna investigación embriológica en estos primeros años de su carrera. El futuro oncólogo se dedicó en Salamanca al estudio del desarrollo de los núcleos del parasimpático cervical en aves y mamíferos y, posteriormente, como proyecto de doctorado, describió el desarrollo del ganglio acústico-facial en el embrión de pollo.24 22   Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Memoria de la Secretaría General. Año 1945, Madrid: CSIC, 1946, pp. 424-425. 23   Carrato (1951a y 1951b). 24   Pérez Modrego (1946).

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En 1957, la sección, que cambió su nombre a Sección de Embriología y Cultivo de Tejidos, se trasladó a Madrid junto con Carrato, que había conseguido la cátedra de Histología vegetal y animal de la Universidad Central. En el seno del Instituto Cajal, del que Carrato llegaría incluso a ser director, la sección fue evolucionando hasta completa desaparición de la embriología de entre sus objetivos. A la muerte de Jorge Francisco Tello, absorbió parte de su departamento, y volvió a cambiar el nombre de la sección por el de Embriología e Histología, pero para entonces el laboratorio ya había dejado a un lado las investigaciones embriológicas y estaba centrada en la neurohistología. Finalmente, lo que fue un interesante intento por introducir la embriología experimental en la «ciencia oficial» del primer franquismo, acabó siendo un intento fallido.

La embriología en la Sección de Neurología de Juan José Barcia Mientras tanto, la anatomía aún no había encontrado su hueco en el CSIC. El único laboratorio integrado en el Consejo que se dedicaba a esta ciencia era la sección que se había creado en la cátedra de Juan José Barcia Goyanes (1901-2003) en Valencia. Pendiente de acuñarse el término «neurociencia», el laboratorio de Barcia llevaba por nombre «Sección de Neurología del Instituto Cajal». Sin embargo, no era estrictamente neurología lo que allí se cultivaba. Emulando aquellos centros multidisciplinares de investigación neural que se habían desarrollado en Alemania ya a finales del ochocientos, anatomistas, neurólogos, neuropsiquiatras y neurocirujanos trabajaban al unísono en aquella sección del CSIC con el sistema nervioso central como objeto común de estudio.25 Para los anatomistas en particular, la neuroanatomía había abierto inexploradas líneas de investigación en el contexto de la inminente decadencia de la anatomía descriptiva macroscópica. La morfología de Barcia era muy novedosa y se basaba 25   Sobre el laboratorio véase Barcia Salorio (s.f.) En la página 13 hace una interesante lista de los científicos de las diferentes especialidades que trabajaron y se formaron en este centro.

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en la asunción de la visión dinámica de la anatomía alemana.26 Esta nueva óptica, acuñada en esencia por Hermann Braus (1868-1924), daba un gran valor a la filogénesis para la concepción de la forma, buscaba la causalidad de ésta a través de la experimentación y reordenaba el cuerpo humano en sistemas morfofuncionales. A partir de las tesis de Braus y de los trabajos de otros científicos alemanes y austríacos coetáneos como Max Clara (1899-1966), Alfred Benninghoff (1890-1953) o Martin Heidenhain (1864-1949), Barcia creó su propia concepción anatómica. Teñida de un personal e intenso cariz teleológico, su morfología quedó articulada alrededor de tres axiomas que marcarían profundamente la anatomía de Escolar: (1) La forma como finalidad, (2) la forma como base de la función y (3) la forma como función. Hasta este centro llegó en 1940 desde Zaragoza José Escolar (19131998), al que Barcia encargó una serie de trabajos sobre el desarrollo embrionario del encéfalo. Bautizado con el nombre de José Juan Ramón Escolar García,27 el anatomista nació en Vallelado, al Noroeste de la provincia de Segovia, aunque su familia muy pronto abandonó la población. El mismo año de su nacimiento, su padre, Tiburcio Escolar Cantalejo, fue nombrado auxiliar de clases prácticas en la Escuela de Veterinaria de Zaragoza28 y, a pesar de algún intento por regresar a Castilla,29 los Escolar terminaron trasladándose definitivamente a la capital aragonesa. Allí cursó el joven José Escolar las licenciaturas de medicina y veterinaria. Durante su etapa como estudiante descubrió su interés por la anatomía. En 1932 se incorporó como alumno interno pensionado en la cátedra de Gumersindo Sánchez Guisande (1894-1976) y, una vez graduado, continuó allí como auxiliar temporal. Junto a él, Escolar tuvo la oportunidad de conocer una anatomía muy dinámica, heredera del programa gegenbauriano alemán).30 26   El núcleo de esta nueva concepción lo encontramos en su discurso de recepción en la Real Academia de Medicina de Valencia: Barcia Goyanes (1949). 27   Algunos acercamientos biográficos previos a la figura de Escolar en: Gutiérrez Galdó (2003), Cruz Hernández (2003). 28   Gómez Piquer y Pérez García (2000: 142). 29   Sabemos, por ejemplo, que en 1915 opositó a cátedra en la Escuela Veterinaria de León. Así consta en: Revista de Higiene y Sanidad Veterinaria, 5(9) (1915), p. 802. 30   Velasco Morgado (2010).

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Apenas llevaba un año en el puesto cuando consiguió una pensión para estudiar el sistema linfático en el laboratorio de Rouvière en París. El estallido de la Guerra Civil, sin embargo, le obligó a regresar a Zaragoza. Como docente, se militarizó en el bando nacional y como clínico comenzó a servir en el hospital de sangre instalado en el Colegio de El Salvador. Tras la guerra, el panorama anatómico en la Universidad de Zaragoza había cambiado por completo. La relación de Guisande con la política republicana31 le había costado su cátedra y había sido sustituido por José Conde Andreu (1895-1958), el hasta entonces catedrático de anatomía de Cádiz. Este se había trasladado en 1936 a Zaragoza, su ciudad natal, y durante los años que duró la guerra había sido adscrito a su facultad. Cuando terminó el conflicto, con Guisande fuera de juego, depurado y exiliado, a Conde Andreu no le resultó difícil hacerse con la cátedra. Para la morfología zaragozana, aquel cambio significó la desaparición del dinamismo ontofilogenético y su reposición por una anatomía más clásica, fundamentalmente quirúrgica y aplicativa. Ante la nueva situación, Escolar y Luis Jiménez González (1912-?) —el otro auxiliar de la cátedra— comenzaron a buscar alternativas de formación fuera de Zaragoza. Ambos eran ya doctores en 1940 y en aquel punto de su carrera necesitaban ante todo consolidar su currículum investigador. La situación de aislamiento del país ponía muy difícil las salidas al extranjero, así que se procuraron sendas becas del CSIC para desarrollar una estancia en un laboratorio nacional. Su mejor opción era el laboratorio de Barcia que, precisamente, había sido condiscípulo de Guisande en Santiago. Acorde con la visión brausiana de Barcia, por aquellos años se estaba intentando incluir la embriología en los trabajos del equipo de Valencia y Escolar fue encargado de estudiar la morfogénesis de los plexos coroideos. Aunque los conocimientos prácticos de Barcia en la disciplina eran muy limitados, sus contactos paliaron en cierto modo el problema. No hay que pasar por alto que la otra cátedra 31   Militante de Izquierda Republicana, había sido consejero por el Partido Radical Socialista desde 1931 hasta 1933. Ante la amenaza del nuevo régimen, se exilió a Argentina. Véase Simón Lorda (2010).

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de Anatomía valenciana estaba regida por Alcalá Santaella y, como vimos, algún becario del Consejo fue enviado desde Valencia al laboratorio de Pujiula en Barcelona. La modesta colección de embriones de Alcalá Santaella fue básica para estos primitivos trabajos y la influencia de la embriología del jesuita catalán en el laboratorio valenciano se puede detectar sobre todo en la metodología, basada en una descriptiva pura con cortes histológicos tratados con tinciones clásicas, como la hematoxilina-eosina. Escolar, por el contrario, salió de esa línea aplicando Fig. 4.1. José Escolar en 1947. el método de Born desde sus primeras Cortesía de Fernando Reinoso. investigaciones.32 Tras la estancia en Valencia, los auxiliares de Zaragoza regresaron a su universidad de origen y, poco después, Escolar se trasladó a Granada. Nombrado allí responsable de cátedra, comenzó a preparar la oposición para conseguir el puesto oficial. Para cubrir gastos, le fue concedida una de las veintitrés becas nacionales «José Miguel Guitarte»,33 dirigidas a licenciados que estuvieran opositando a cátedra y que tuvieran limitados recursos económicos. Habían sido convocadas por primera vez aquel año y dependían de la Sección Nacional de Graduados del Sindicato Español Universitario (SEU), una agrupación altamente politizada, nacida en el seno de la Falange, y que, establecida por el Régimen como la única agrupación estudiantil legal, mantenía el monopolio de la concesión de becas.

  Escolar García (1943 y 1944).   Declaraciones del Secretario General de la Sección de Graduados en el duodécimo aniversario de la fundación del SEU. ABC, 21 Noviembre de 1945, p. 21. 32 33

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Los inicios de una escuela anatómica: la inclusión en los círculos de poder del CSIC

Finalmente, Escolar consiguió la cátedra de Granada en 1945 y una vez establecido se encontró con el reto de desplegar su propio itinerario como docente e investigador en aquel contexto de posguerra. En pocos meses, su estilo pedagógico marcó una clara diferencia con sus predecesores y, al modo de Braus, incluyó la embriología en la explicación de la forma del adulto. Como recordó uno de los alumnos de su primer curso académico, con él, cada estructura anatómica comenzó a describirse: «con sus brillantes dibujos de color en la pizarra […] por su origen ontogénico y, sobre todo, por su función».34 Pero, para llevar a cabo una revolución idéntica en el ámbito de la investigación, los medios con los que contaba eran más que limitados. No obstante, y a pesar de la situación del país, el Instituto Anatómico de Granada se acababa de construir de nueva planta. El edificio había sido proyectado personalmente por el otro catedrático de anatomía, Miguel Guirao Gea, y había sido inaugurado el 2 de julio de 1944. En aquellos años, los nuevos locales fueron calificados como «el modelo más perfecto y completo de los de su clase en España y equiparable a los mejores del mundo».35 El mantenimiento, sin embargo, resultaba muy costoso y la universidad española no se podía permitir su continua actualización en aquel momento. Ante esta crítica situación financiera, Escolar mostró una gran capacidad de adaptación, incluso construyendo de su mano algún instrumento para su laboratorio.36 Pronto tuvo organizada su cátedra en departamentos, lo que demuestra su proyecto de futuro:37 uno de Microtecnia, con cinco   Cruz Hernández (2003: 113).   Olagüe (2001: 206). Guirao nos dejó una descripción muy detallada del instituto en: Guirao Gea (1947). 36   Reinoso, uno de los primeros alumnos internos, da cuenta del ingenio de su maestro: «[Vi a Don José] desde construir una ampliadora o un aparato de microfotografías caseros por no disponer de presupuesto para ellos, hasta hacerse un gran micrótomo para cerebros humanos en un taller de reparación de automóviles […] disponíamos solo de un microscopio, que además era el utilizado en las microfotografías, por lo que había que repartir el trabajo durante las 24 horas del día y los siete días de la semana». Reinoso Suárez (2003: 14-15). 37   Archivo General de la Universidad de Navarra (AGUN). Fondo José María Albareda Herrera. 011/459. Carta de Escolar a Albareda, Granada, 16 de Marzo de 1946 y Carta de Albareda a Enrique de Valera, Madrid, 22 de septiembre de 1947. 34 35

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series de embriones humanos, algunos de cobaya, ratón y pollo y una colección de preparaciones microscópicas de cerebros; uno de Neuroanatomía experimental para los trabajos de degeneración nerviosa en perros y gatos; uno de Corrosión, para realizar modelos vasculares en fetos inyectados; y, finalmente, uno de Microfotografía y reconstrucción. Sus primeros discípulos comenzaron a estudiar el desarrollo vascular de diferentes sistemas mientras que él intentó arrancar una línea de investigación de neuroembriología mediante la creación de una colección de cerebros en desarrollo. Con la embriología como base, se comenzaba a gestar su «anatomía de los sistemas neuromusculares», en el que la forma se compartimenta con arreglo a su origen embriológico y a su función. Con una clara influencia del brausismo alemán y del teleologicismo de Barcia, se entiende por sistema neuromuscular de Escolar «el complejo anatomo-funcional, diferenciado por la teleología embrionaria, constituido por un grupo de músculos y un sistema de nervios que se encargan de inervarlos para que puedan realizar una determinada y específica función».38 Los escolarianos no fueron, por lo tanto, una escuela de embriólogos, sino de anatomistas para los que la embriología no era más que una pieza o un apoyo a sus investigaciones. Hablaban de «los embriólogos» en tercera persona,39 como otra comunidad científica, en cierto modo ajena, con la que tenían una obvia relación teórica. Los resultados finales de los estudios de cada dispositivo muscular procedían de la unión del estudio ontogénico y la disección del cadáver del adulto, con algunas aportaciones desde la anatomía comparada.40 Para el grupo, «las razones ontogénicas trascienden a la morfología [del adulto]»,41 pero, la embriología, por sí sola —así como otras aproximaciones, como la anatomía funcional o la topográfica—, era una visión parcial de la forma, puesto que significan «fragmentar dicho estudio».42 Por 38   Definición recogida de la obra de sus discípulos: V. Smith Agreda y Ferres-Torres (2004: 370). 39   Véase, por ejemplo, Jiménez-Castellanos (1953: 30) 40   Quizá la más reconocible es la utilización de los conceptos «presoma» y «retrosoma», como referencia bípeda a los «episoma» e «hiposoma» de Gegenbaur para los cuadrúpedos. 41   Jiménez-Castellanos (1953: 30). 42   Jiménez-Castellanos (1953: 45).

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todo ello, todos los investigadores que se iban acercando a la cátedra —alumnos, doctorandos y discípulos— se pusieron a practicar la embriología con el fin de aportar los datos morfogénicos necesarios para el programa anatómico de Escolar.43 Era pues, indispensable, iniciar a sus colaboradores en lo más básico de la embriología descriptiva. Uno de ellos recordaba: Cuando llegó, Escolar […] tenía alguna, poca, formación embriológica, lo que ocurre es que era muy creativo y de poco sacaba mucho: Empezamos haciendo una embriología puramente morfológica y muy intuitiva» (incluir cortar, teñir y mirar, no sé si embriones de rana, y poco más.44 Aprendimos lo básico para desenvolverse en la investigación embriológica, es decir, todas las técnicas de inclusión en parafina y celoidina, reconstrucciones de Born, embriología teórica descriptiva, etc.45

Así era, el equipo siguió utilizando el clásico método de Born para las reconstrucciones tridimensionales, pero, de forma paralela, fueron incorporando al laboratorio otras técnicas descriptivas, como la estereofotométrica de Sobotta-Neumayer o la planimétrica de His. Con ellas, apareció una iconografía embriológica que quedaría ligada a la escuela, con unas características estilísticas propias, entre las que destaca la tridimensionalidad de las figuras que acompañan a los textos, a diferencia de las dos dimensiones de las figuras histológicas clásicas. Escolar encontró en esta embriología —descriptiva en esencia— el cariz holístico o de cuerpo unitario que quería dar a su anatomía y, a través de una direccionalidad, a su embriología. A su entender, las técnicas de la embriología experimental no podían ofrecer esta aproximación al cuerpo completo y le resultaban, por lo tanto, «parciales». Esta tendencia, que marcó la diferencia con la escuela de Orts Llorca, quedó claramente reafirmada en un trabajo de 1947: 43   El proyecto de la descripción de los sistemas neuromusculares se extendió durante años y quedó plasmado en su conocido tratado, reeditado y utilizado en las facultades herederas de su escuela hasta la actualidad. Escolar García, (1965-1968). Durante nuestro período de estudio se publicaron hasta dos ediciones más, revisadas. 44   Archivo Raúl Velasco Morgado (ARVM). Correo electrónico de Miguel Guirao Pérez a Raúl Velasco Morgado. Granada, 19 de diciembre de 2009. 45   AFJM, Ayudas para la investigación en España. Grupo IV. Expediente de Miguel Guirao Pérez. Currículum vitae (exclusivamente de la labor embriológica), [1959], fol. 35-36.

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Embriología en la periferia Comprendemos que nuestros procedimientos de estudio son los mismos que emplearon aquellos investigadores de tiempo atrás. Otros procederes diferentes se generalizan hoy día por ser más sencillos. Son procederes dinámicos que buscan la dinámica de la cuestión con bases dinámicas puras, según el criterio de los que los emplean; pero estos resuelven el problema en líneas generales, como corresponde a la unidad individual de nuestro organismo, única realidad. Sin embargo, nadie duda que la expresión vital, y que, en consecuencia, de la forma, no se puede prescindir, como tampoco de aquellos procedimientos laboriosos de investigación, máxime si sus resultados se someten a consideraciones funcionales dependientes de la unidad individual.46

Esta visión de la anatomía encajaba perfectamente con la retórica general del CSIC. Lejos de la morfología que estaba practicando Orts desde el mecanicismo de la embriología experimental alemana, la anatomía de Escolar era holística, finalista y con un fuerte vitalismo metafísico en armonía con el catolicismo oficial del Régimen.47 El perfil político y religioso del anatomista, encajaba asimismo en el nuevo estado: héroe de guerra en el bando nacional, con treinta meses en primera línea de combate, Cruz de Campaña, dos Cruces rojas y una Cruz de Guerra, y con un espíritu profundamente católico.48 La fluida correspondencia entre Escolar y Albareda —ciento ochenta cartas desde 1945 hasta 1960— demuestra la buena relación que logró entablar con el Secretario General. La estrategia de Escolar para lograr su inclusión en el organismo oficial de ciencia comenzó dejando clara la independencia de su anatomía con respecto a la de Barcia y la diferencia de su embriología en relación a la que practicaba Carrato. En una carta enviada a Albareda en 1945 explicaba sus argumentos. Las diferencias con las líneas de Barcia las marcó recordando su independencia total de la clínica; con Carrato, por su afán descriptivista, lejos del experimentalismo del   Escolar García (1947: 425).   López Sánchez ha descrito ese vitalismo metafísico ya en el texto que Escolar presentó en la oposición a Cátedra en 1944 (López Sánchez, (2014: 404). La esencia de la teleología de la anatomía de Escolar puede analizarse en su discurso de recepción en la Real Academia de Medicina de Granada: Escolar, (1949a). 48   Se puede observar, por ejemplo, en las gracias a Dios que aparecen continuamente en su correspondencia con Albareda: AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 46 47

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histólogo. Asimismo, en aquella carta, terminó su presentación ante el CSIC aludiendo a Cajal como inmediato precedente de su proyecto de investigación sobre mielinización neural.49 Su integración en el Consejo fue rápida. Nada más llegar a Granada, Escolar fue nombrado profesor agregado del Instituto Cajal y en 1947, el CSIC creó una nueva sección del mismo —«Sección de Anatomía»— en la cátedra de Escolar. Desde entonces, la influencia de Escolar en el Consejo sufrió un ascenso vertiginoso hasta llegar a ser nombrado en 1955 consejero del Patronato Santiago Ramón y Cajal, uno de los más altos cargos de la sección biomédica. De la misma forma, sus discípulos fueron adquiriendo cargos propios y ayudas específicas del Consejo. El adjunto de la cátedra, Juan Jiménez-Castellanos y Calvo-Rubio (19232009), fue nombrado ayudante del CSIC y los alumnos internos, por su parte, iban adquiriendo primero el estatus de becarios del Consejo y, con el tiempo, recibían el nombramiento de «colaborador» y, en el mejor de los casos, terminaban alcanzando el rango de «investigador científico». En este contexto de protección oficial, Escolar fue pronto beneficiado con una nueva beca, esta vez procedente de la Junta de Relaciones Culturales del Ministerio de Exteriores.50 Terminada la Segunda Guerra Mundial, el Régimen buscaba alianzas culturales con los vencedores51 y Escolar aprovechó para viajar hasta los Estados Unidos con el objetivo de formarse en neuroanatomía experimental. No analizaré en detalle aquí la experiencia en Chicago, ya que no dedicó su trabajo a la embriología, pero sí que haré hincapié en su asunción del funcionalismo del laboratorio. Allí había destacado como embriólogo George William Bartelmez (1885-1967), pero cuando Escolar llegó, el americano estaba dedicado a la investigación morfológica funcional.52 De hecho, todo el departamento compartía este interés por la morfofisiología y mantenía una intensa producción en el área 49   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 010/547. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 19 de diciembre de 1945. 50   Se puede consultar el expediente de la beca en: Archivo General de la Administración (AGA), Ministerio de Exteriores. Becas de la Junta para Relaciones Culturales (10)000 Caja 82/09039. Exp. 9. (Antigua R-3250 Exp. 44.) Becario José Escolar, 1947-1948. 51   Delgado Gómez-Escalonilla (2007: 272-273) y Canales Serrano (2009: 127). 52   Sobre Barthelmez véase: Bodian (1973).

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neurofuncional. Deslumbrado ante los avances en neurociencias del laboratorio estadounidense, Escolar dejó a un lado la embriología y se centró en aprender a utilizar el aparato de Hoxley-Clarke y las técnicas de degeneración walleriana del centro. Fue tal el impacto sobre el joven anatomista, que gestionó inmediatamente una beca para que Jiménez-Castellanos pudiera acercarse también a conocer el centro.53 A diferencia de Escolar, el adjunto sí que dedicó parte de su tiempo a la embriología en Chicago bajo la tutela de Leslie Brainerd Arey (1891-1988).54 Este había mostrado un gran interés por la morfogenia durante su carrera y, de hecho, era el autor de un manual de embriología y técnica embriológica que había contado con gran aceptación en los EE. UU. Jiménez-Castellanos había realizado su tesis doctoral en la línea general de la Sección de Granada y se había centrado en el desarrollo vásculo-nervioso del espacio retroperitoneal. Nada más terminar aquel trabajo, había comenzado a estudiar otros problemas neuroembriológicos, como la morfogénesis de los sistemas arteriales y venosos cerebrales,55 la del córtex o la de los núcleos caudado y lentiforme.56 Junto con Brainerd, en EE. UU. siguió con el tema de su tesis y profundizó en el desarrollo de las estructuras neurovasculares retroperitoneales. Con los resultados de estas investigaciones publicó una serie de artículos que aparecieron en la revista del departamento americano, la portuguesa Arquivo de Anatomia y el Boletín de la Universidad de Granada.57 Aunque el impacto de estos trabajos fue prácticamente nulo en comparación con el éxito de sus publicaciones sobre estereotaxia, son un claro síntoma de la diversidad de intereses de Jiménez-Castellanos durante esta etapa de su vida y la importancia de la embriología en la obra de los escolarianos desde un primer momento. A pesar del descomunal impacto de las técnicas de degeneración que Escolar trajo de América, una vez de vuelta, fiel a su proyecto de 53   AGA., Ministerio de Exteriores. (10)000 Caja 82/09040. Exp. 150 (Antigua R-3250 Exp. 84) Becario Juan Jiménez-Castellanos y Calvo-Rubio, 1948. 54   Así lo afirma en Jiménez-Castellanos, (1947a). 55   Jiménez-Castellanos (1947b, 1948a y 1949a). 56   Jiménez-Castellanos (1948b). Además, descubrió algunas modificaciones tintoriales de las células en desarrollo, que publicó en: Jiménez Castellanos, (1947c). 57   Jiménez-Castellanos (1947a, 1949b y 1950a).

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anatomía unitaria, no abandonó la embriología. Durante la segunda mitad de la década siguió preocupado por la neuroembriología, a la que siguió aplicando el descriptivismo de los años previos.58 Los objetivos de Jiménez-Castellanos, por su parte, se fueron diversificando con el tiempo. Tras regresar de América y durante el resto de la década, compaginó la producción de exitosos estudios sobre estereotaxia y degeneración con el cultivo de la anatomía macroscópica y la embriología, con el claro objetivo de ayudar en la consecución de la anatomía de los sistemas neuromusculares de Escolar.59 El resto de alumnos internos y becarios que se iban uniendo al grupo siguieron los mismos pasos. La Sección del CSIC se había propuesto como objetivo resolver, a través de la embriología, el «significado de la forma, estructuras y organizaciones, para lo cual la disección del adulto y otras macrotecnias planteaban el problema morfogénico»,60 pero, a pesar de esta declaración de intenciones —que quedó recogida textualmente en las memorias del CSIC— el impacto de las técnicas americanas desviaron la línea. Un repaso a las publicaciones y tesis defendidas en la cátedra en el quinquenio 1945-1951 pone de manifiesto que los estudios con las nuevas técnicas de degeneración walleriana fueron ganando posiciones hasta ponerse a finales de la década a la altura de las investigaciones embriológicas. No obstante, a pesar de este fenómeno, durante este período se defendieron hasta dieciocho tesis con temas embriológicos,61 la mayoría   Escolar (1949b, 1949c y 1949d).   Jiménez-Castellanos (1950b). Además, paralelamente, produjo algunos trabajos sobre Neuroembriología: (Jiménez-Castellanos (1949c, 1949d y 1950c). 60  CSIC, Memoria, Año 1949, p. 205. 61   En 1946 defendieron su tesis en la Cátedra de Escolar: F. Campos Martínez, Sobre el desarrollo de la arteria ilíaca interna; R. García Requena, Sobre el desarrollo vásculo-nervioso de la raíz del miembro superior; J. Jiménez-Castellanos y Calvo-Rubio, Sobre el desarrollo de los sistemas arterial y cromafín retroperitoneales; y P. Gálvez Rodríguez, Aportaciones al desarrollo vásculo-nervioso máxilo-mandibular en relación con el folículo dentario. En 1947: J. Mañas Montalvo, Desarrollo de los pedículos vásculo-nerviosos del sistema endocrino branquiógeno; A. Jiménez Rodríguez, Desarrollo del sustrato canalículo-cerebeloso; I. López Marín, Desarrollo vásculo-nervioso retro-ocular; y E. Escribano Moreno, Desarrollo vásculo-nervioso adyacente a la caja del tímpano. En 1948: E. Martín Recuerda, Sobre el desarrollo del aparato neuromuscular cardíaco; y S. Moral Ferreira, Desarrollo muscular del periné femenino. 1949: M. Andrés Luján, Aportaciones al desarrollo simpático-vagal yuxta-cardíaco; A. Jiménez Hurtado, Aportaciones al desarrollo del plexo hipogástrico y retículo 58 59

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de ellas centradas en el desarrollo de diferentes sistemas vásculo-nerviosos con el objetivo de completar la anatomía escolariana. En estos años, la escuela se fue consolidando. José Soler Viñolo (n. 1923) y Fernando Reinoso Suárez (n. 1927) se habían unido como personal fijo —«técnico» según la nomenclatura del CSIC de la época— y se había incorporado desde 1947 como becario del Consejo el aún estudiante de medicina Miguel Guirao Pérez (1924-2010), el hijo de Guirao Gea. Además de las obligadas experiencias con la estereotaxia, Viñolo y Guirao Pérez, colaboraron en la línea embriológica de la cátedra y, junto con Escolar y a Francisco Campos Martínez, fueron aportando a la anatomía de los sistemas neuromusculares una pequeña serie de trabajos sobre la morfogenia de los diferentes plexos nerviosos.62 Desde entonces, las aportaciones de Viñolo a la embriología fueron muy puntuales.63 Tras pasar unos meses en Oxford perfeccionando la técnica de degeneración walleriana, se dedicó casi exclusivamente a este campo. Guirao Pérez, por el contrario, siguió con sus investigaciones embriológicas y, como veremos, se terminaron convirtiendo en su línea de investigación principal.64 Es más, aún como estudiante, estudió la morfogénesis de los núcleos de los pares craneales y realizó una serie de observaciones sobre la columna motora branquiógena y sobre el desarrollo vascular del miembro inferior.65 interurogenital. En: 1950, A. Lardelli Lardelli, Aportaciones al desarrollo de las ventanas nasales y soldaduras palato-septales; J. Tercedor Avilés, Desarrollo vásculo-nervioso de la articulación de la cadera en el período intrauterino; y C. A. Sánchez Sanjuan, La zona retropancreático duodenal durante el desarrollo embrionario. En 1951: M. Rodríguez Aguilar, Desarrollo embrionario del árbol bronco-vascular hasta la constitución del alvéolo; y B. Rayo Pérez, Aportaciones al desarrollo del eje útero-vaginal. 62   Escolar García (1945); Campos Martínez (1947); Guirao Pérez (1948); Soler Viñolo (1948, 1950a y 1950b). 63   Soler Viñolo (1955, 1956a y 1956b). 64   Y esto a pesar de que, su tesis doctoral, defendida en 1949, fue el resultado de sus experiencias con la degeneración walleriana. Recordaba con emoción: «lo que [Escolar] desarrolló con gran altura fue la Estereotaxis con aparato de Horsley Clark (sic) [...] hicimos mapas espaciales del cerebro del gato, corríamos —literalmente— por una calle sin salida detrás de ellos [...]. Mi tesis fue «Estereotaxos (sic) del núcleo facial y regiones adyacentes», eso de «regiones adyacentes» porque chamuscábamos medio tronco de encéfalo [...] ¡Qué tiempos aquellos!» ARVM. Correo electrónico de Miguel Guirao Pérez con Raúl Velasco Morgado. Granada, 19 de diciembre de 2009. 65   Guirao Pérez (1949a, 1949b, 1950 y 1952).

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Raúl Velasco Morgado Tabla 4.1. Estancias en el extranjero para ampliar conocimientos en embriología durante la Dictadura franquista (I): la escuela de Escolar Becario José Escolar

Año 1952 1954

Embriología CSIC del allocórtex y Ministerio de la amígdala Educación Nacional Fundación Juan March

1952

José María Smith Agreda

MPI-H, Giessen, Embriología RFA (Spatz) comparada

CSIC

Víctor Smith Agreda

Luis M.ª Gonzalo

Financiación

1957 1945

Fernando Reinoso

Proyecto

1955

Juan JiménezCastellanos

Miguel Guirao Pérez

Instituto, ciudad, Embriología país (tutor)

Chicago, EE. UU. (Arey)

Embriología descriptiva

Ampliación de estudios de embriología neurovascular retroperitoneal

MPI-H, Giessen, Embriología Desarrollo RFA (Spatz) comparada del sistema ontofilogenética hipotálamo-hipofisario y 1957 de los «vasos especiales» de 1958, 1959, la hipófisis. 1960 y 1961 1950

Instituto Anatómico de la Universidad de Zúrich, Zúrich, Suiza (Holmdahl)

Técnica embriológica

1955 y 1958 MPI-H, Giessen, Embriología RFA (Spatz) y descriptiva Universidad de Frankfurt, RFA (Stark)

-

Ministerio de Asuntos Exteriores

CSIC y Deutsche Akademische Fundación Juan March MPG Universidad de Granada y CSIC

Desarrollo del diencéfalo

Ministerio de Educación Naciona

CSIC y Universidad de Giessen

1955

Anatomisches Embriología Institut Universi- descriptiva dad de Giessen, Giessen, RFA (Tonutti)

Desarrollo del sistema adenocorticotropo

1960

Anatomisches Institut, Universitat de Giessen, Giessen, RFA (Tönduri)

Influencia del Fundación SN vegetativo Juan March en el desarrollo de los órganos

1961

MPI-H, Giessen, Embriología Desarrollo de RFA (Spatz) comparada la amígdala y el ontofilogenética allocórtex

Embriología experimetnal

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¿?

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Ontogenia y filogenia: la relación con Alemania tras la II Guerra Mundial Una hermandad hispano-alemana: el laboratorio de Hugo Spatz Con el cambio de década, las relaciones internacionales de Escolar cambiaron radicalmente. Hasta entonces había establecido relaciones con la anatomía anglosajona más puntera. Mantenía una dinámica relación epistolar con Oxford en Europa y, en Norteamérica, con las Universidades de Yale e Illinois, con el Wistar Institute de Filadelfia66 y con las dos universidades de Chicago. Sin embargo, estos intereses geográficos desaparecieron en la década de 1950, a la par que se comenzó a establecer una íntima relación con las neurociencias de Alemania o, en sus propias palabras, con las «zonas asequibles de Alemania».67 En 1955, el franquismo comenzaba lo que se ha bautizado como la «década bisagra» entre el aislamiento y el aperturismo y la recién creada República Federal (RFA) había recibido el permiso de los países vencedores de la guerra para poder recibir misiones diplomáticas.68 Con la vía administrativa abierta, el CSIC buscó pronto el modo de estimular las relaciones con su nuevo organismo ciencia estatal, la Max-Planck-Gesellschaft (MPG). La vieja Kaiser-Wilhelm-Gesellschaft (KWG) había sido una institución ejemplar para Albareda y el resto de las autoridades científicas del Régimen y el MPG lo era igualmente. De hecho —al contrario del caso de la transición JAE-CSIC en España— el nuevo MPG era el heredero directo de la KWG. Solo había detenido sus funciones temporalmente a causa del castigo aliado y proseguía ahora con los mismos científicos, objetivos y espíritu.69

66   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 087/168. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 31 de diciembre de 1949. 67   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 023/554. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 7 de abril de 1951. 68   Sobre el tema Aschmann (1999). 69   Acerca de las relaciones científicas entre España y Alemania y los mecanismos y vías utilizados por el CSIC y otras instituciones para establecerlas, véase Presas i Puig (1998 y 2008).

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No contamos con datos sobre el inicio de las relaciones de Escolar con los alemanes, pero sabemos que viajó hasta Oxford para acudir al congreso internacional de anatomistas que se celebró en aquella ciudad en julio de 1950 y que, precisamente, aquel fue el primer encuentro internacional al que estuvieron invitados los alemanes tras la guerra.70 Los primeros contactos se establecieron con Klaus Joachim Zülch (1910-1988) y con Alois E. Kornmüller (1905-1998), un experto en electroencefalografía que dirigía el laboratorio de fisiología de la Max-Planck en Gotinga.71 La relación científica entre ambos países cuajó y llegó a sus máximos niveles con los vínculos que se establecieron entre Escolar y sus discípulos y Hugo Spatz (18881979). El neurocientífico nazi había salido airoso de las represalias tras la Segunda Guerra Mundial y era por entonces director del Instituto para estudios del cerebro de la MPG.72 Tras unos años en un laboratorio provisional en Frankfurt, se había instalado en Giessen, donde reunió un grupo de neurocientíficos que abordaban desde diferentes ópticas el sistema hipotálamo-hipofisario. Werner Kahle era el neuroembriólogo del centro y estudiaba el desarrollo del sistema en el embrión y en el feto, Spatz, Rudolf Diepen y Spulen llevaban a cabo estudios filogenéticos,73 M. Bustamante y Ewald Weisschedel cultivaban la anatomía experimental y Witterman, Orthner y otros, trabajaban como anatomopatólogos. Gracias a un interés por parte de ambos países, durante la década de 1950 se desarrolló un intenso programa de intercambio entre Granada y Alemania, con más de veinte viajes en algo menos de diez años, que fueron financiados por el CSIC, la MPG, el Ministerio de   Hildebrandt (2013: 389-390).   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 023/554. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 7 de abril de 1951. 72   A pesar de que, en los últimos años, se tiende a evitarlo, el nombre de Spatz, junto al de su colaborador, Hallervorden, pasó a la eponimia médica universal en el término «enfermedad de Hallervorden-Spatz», un trastorno hereditario del movimiento. No existe aún un trabajo que aborde el laboratorio de Spatz, pero puede encontrarse mucha información en dos textos contemporáneos: Hallervorden (1964) y VV. AA. (1971). Sobre su vinculación al Nazismo, véase: Aly, Chroust y Pross (1994) y Weindling (2004). Para una historia del instituto: Satzinger (2010). 73   También había trabajado allí entre 1948 y 1950 en estudios comparativos Henryk Nowakowski (1912-1992), que describió uno de los sistemas porta junto con Spatz. 70 71

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Educación y la Fundación Juan March. La influencia de Spatz en el equipo español fue realmente importante. Mostró a los escolarianos nuevos acercamientos a la forma, entre las que destacó su enfoque «evolutivo», que no era más que un retorno a la anatomía comparada embriológica y filogenética. Además, les planteó el problema anátomo-funcional de la neuroendocrinología, un proyecto en el que trabajaban varios centros y cátedras alemanas y que, por su carácter sistémico y funcional, encajaba a la perfección con la anatomía de Escolar. Tantos abordajes de la forma acabaron por subespecializar a los miembros del grupo. Mientras algunos se dedicaron a la investigación neurofisiológica, otros optaron por estudiar la anatomía funcional del sistema neuroendocrino y otros, la neuroembriología.74 Como consecuencia, la sección de Granada se amplió convirtiéndose en departamento del CSIC y sus secciones fueron evolucionando en relación a las diferentes experiencias que vivieron Escolar y sus discípulos en Alemania durante la década de 1950. Así, se creó una Sección de Anatomía comparada y técnicas filogenéticas de la que se encargaría Víctor Smith Agreda (n. 1928), una de Neuroendocrinología y técnicas de estrés a cargo de Pedro Amat Muñoz (1929-2011), una de Morfodinamia y técnicas experimentales que dirigía el propio Escolar y una de Morfogenia para Jiménez-Castellanos. Escolar, Fernando Reinoso y Víctor Smith-Agreda fueron los que mayor contacto tuvieron con la embriología alemana. Asumieron la visión ontofilogenética de Spatz y adoptaron un buen número de técnicas micrográficas. Aprendieron el uso de las tinciones neurohistológicas de Nissl y de Heidenhain-Wölke para la mielina y conocieron las modificaciones que se habían introducido en el laboratorio de Giessen al método de Born. En vez de la clásica y frágil cera, en Alemania utilizaban un nuevo material plástico, el schaumstoff,75 que había sido introducido en la práctica embriológica por un asistente técnico del instituto llamado Höhn. En un proceso continuo de asimilación, Escolar fue implementando en su arsenal metodológico   Velasco Morgado (2014a).   El novedoso material, no era más que la espuma (foam), tan presente en multitud de objetos de uso cotidiano hoy día. 74 75

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todas estas modificaciones y les fue encontrando utilidad para sus experimentos.

La morfología ontofilogenética de Remane y Spatz: un «retorno» a Haeckel La actividad de Escolar durante sus múltiples estancias en Alemania giró en torno a la neurosecreción y la aplicación de la visión evolutiva ontofilogenética al problema de la morfología cerebral. Mientras que en Norteamérica aún se arrastraba la crisis del programa de Haeckel y la embriología experimental era predominante frente al comparativismo evolucionista,76 Alemania recuperó a mediados de siglo el interés perdido. Influido por los trabajos del zoólogo polaco Adolf Remane (1898-1976)77 —con quien Spatz compartía su pasado nazi—, la neuroanatomía ontofilogenética o «evolutiva» de Spatz se basaba en tres principios que el alemán fijó como línea a seguir por su equipo de investigación:78 (1) la existencia de un paralelismo entre filogénesis y la ontogénesis —que, siguiendo a Remane, consideraban una regla «con muchas excepciones, y no una ley»; (2) el principio de «heterocronía del desarrollo», un concepto que él mismo había acuñado y con el que su grupo definía la cualidad morfológica por la que las diferentes partes cerebrales tienen un desarrollo evolutivo dado (embriológico o filogenético) en un momento determinado y por el que se pueden dividir a las estructuras como «precoces» o «tardías»; y (3) un principio también descrito por el propio Spatz, por el que, tanto en filogenia como en embriología, las partes «precoces» que se encuentran primitivamente en la superficie, son absorbidas hacia el interior en un proceso de «introversión», bien por «retracción» —creando una cisterna—, o bien por «supresión», si se sustituye por otro material del considerado como «tardío».

  Wourms (2007).   Hay que tener en cuenta que para Remane, a diferencia de Haeckel, la sistemática está por encima de la filogenia. Más sobre Remane en: Zachos y Hossfeld (2010). 78   Spatz (1966). 76 77

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Durante sus viajes a Alemania, Escolar aplicó estos principios al desarrollo de la amígdala y el allocórtex y, con este fin, realizó decenas de observaciones sobre cerebros de pequeños mamíferos como la musaraña gris (Crocidura russula) o la tupaya (Tupaia glis) y en individuos de dos especies de primates, el gálago enano (Galagoides demidovii) y el mono Rhesus (Macaca mulatta). Posteriormente, tal y como hacían en el laboratorio alemán, completó aquella primera fase filogenética con una segunda en la que abordaba su paralelismo embriológico. El trabajo resultaba sencillo, ya que Spatz atesoraba una completa colección de embriones. En esta serie de estudios, Escolar actualizó su embriología y, además de los tres principios de Spatz, asimiló el concepto funcional de citoarquitectura, con el que los alemanes se referían a la unidad funcional de ciertas áreas con una disposición histológica particular. Antes de la guerra, el laboratorio de Spatz en Berlín había dedicado buena parte de sus trabajos a la compartimentación de las estructuras cerebrales en orden a esta citoarquitectura. Del caso concreto de la amígdala se había ocupado Brockhaus, que había creado una complicada segmentación de esta estructura y, aunque el estadounidense Thomas Johnston había elaborado una subdivisión mucho más sencilla y con una mayor difusión a nivel mundial, Escolar optó por utilizar un lenguaje común con su círculo científico y adoptar la compleja segmentación alemana. Con sus experimentos pudo describir la cronología del desarrollo de cada una de las múltiples secciones en las que Brockhaus había dividido la estructura, buscando una explicación filogenética y embrionaria a aquella partición funcional.79 Su hallazgo más importante fue, de hecho, el paralelismo entre las cronologías de desarrollo filogenético y ontogenético de cada una de las secciones de Brockhaus. Utilizando la tinción de Nissl, describió cómo las áreas periamigdalinas rostral y lateral y el área prepiriforme tendrían una temprana diferenciación ontofilogenética, en oposición a las áreas amigdalinas profundas, periamigdalinas medial y caudal, supraamigdalina y el área entorrinal, que se diferenciarían más tarde. En cuanto al desarrollo del allocórtex, sus trabajos mostraron cómo las primeras secciones en aparecer serían la 79

  Escolar (1953, 1958, 1959a, 1959b, 1959c, 1959d y 1960).

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banda diagonal y el tubérculo olfatorio y solo posteriormente aparecería el área prepiriforme, una región que Escolar vio regresar a la vez que iban desarrollándose el asta de Amón y la región entorrinal. De entre los discípulos de Escolar, Víctor Smith asumió la especialización en anatomía comparada ontofilogenética. En 1952 hizo su primera estancia en el laboratorio de Spatz becado por el Servicio Alemán de Intercambio Académico. Posteriormente, ya con ayudas del CSIC, regresó en 1954 y en 1956. Allí estudió la embriología del sistema neurosecretor hipotálamo-hipofisario al lado de Diepen y ambos, junto con Engelhardt, describieron el desarrollo embriológico del sistema de comunicación entre ambas estructuras.80 Además, Smith presentó un trabajo al Congreso Internacional de anatomía que se celebró en París aquel año, donde defendió que las células del núcleo supraóptico del hipotálamo son embriológicamente neuronas, como las del resto de núcleos «no secretorios» de la región. En 1957, con el objetivo de seguir esta línea de investigación, decidió volver al Max-Planck y visitar alguno de los laboratorios alemanes que —según afirmaba—, estaban «en íntima relación» con el centro de Giessen: los de Marburgo, Gotinga, Hamburgo y, cómo no, el de el de Bargmann en Kiel,81 muy especializado en el eje hipotálamo-hipofisario. Por aquellos años, Spatz advirtió a Smith de que el laboratorio contaría en breve con material cerebral muy valioso de varias órdenes de mamíferos —aquellos lemúridos e insectívoros a los que me refería más arriba—. Heinz Stephan, el responsable de la anatomía comparada de Giessen, había hecho un viaje al Congo y se había hecho con algunos ejemplares difíciles de conseguir. Animado por la noticia, el español se propuso completar sus investigaciones abordando un tema pendiente: la relación topográfica entre adeno y neurohipófisis desde el punto de vista filogenético.82 A pesar de estas premisas comparativas, la embrio  Diepen, Engelhardt y V. Smith Agreda (1954).   AFJM., Ayudas para investigaciones en el Extranjero, Grupo IV, 1957. Expediente de Víctor Smith Agreda. Smith Agreda, Víctor. Solicitud de Beca. Presupuesto económico aproximado, 1957. 82   AFJM., Extranjero, 1957. 526. Expediente del Becario Víctor Smith Agreda. Max Planck Institut für Hirnforschung [Probablemente de Spatz, aunque no aparece firma alguna]. Carta dirigida a Víctor Smith Agreda, Giessen, 19 de diciembre de 1956. 80 81

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logía seguiría siendo para el anatomista un poderoso recurso en el que apoyar los nuevos datos. Tanta importancia daba a este aspecto que, antes de partir, se cercioró de que estuviera presente durante su estancia Werner Kahle, el neuroembriólogo del instituto, que se encontraba en EE. UU. en una estancia de investigación.83 Con estos objetivos, la Fundación March, que había comenzado a dar ayudas a la investigación un año antes, le concedió una beca con la que Smith partió de nuevo para la Alemania occidental:84 Su estancia, que se prolongó desde el 15 de julio al 15 de octubre de 1957, resultó muy productiva y aportó interesantes observaciones a la evolución ontofilogénica del eje hipofisario. Describió cómo a lo largo de la escala filogenética pasaría progresivamente de ventro-caudal a ventro-oral —que es la posición en los humanos—, y demostró que la estructura evoluciona de la misma manera a lo largo del desarrollo embrionario. A su vuelta a España, se materializó un viejo proyecto de Escolar: una sección de anatomía comparada en la cátedra. Esta rama de las ciencias morfológicas, tan olvidada por la ciencia española, adquirió un inmenso interés para la anatomía de la escuela tras el contacto con Spatz. Por recomendación del propio neurocientífico alemán, que envió una carta a Escolar en el verano de 1955,85 se nombró jefe de la sección a Smith-Agreda. Allí, prosiguió con la misma línea de investigación y estudió el sistema de comunicación de la hipófisis proximal en mamíferos inferiores y primates, eso sí, sin olvidar su correspondiente estudio embriológico. Puesto que fueron varios los laboratorios que visitaron en Alemania, no todos los escolarianos recibieron las mismas influencias. Pedro Amat, por ejemplo, fue el único que no tuvo contacto con el laboratorio de Spatz y fue, asimismo, el único que durante esta década no realizó ningún estudio embriológico.86 Reinoso, por el contra  Ibid.   AFJM, Extranjero, 1957. 526. Expediente de Víctor Smith Agreda. Carta del Consejero secretario de la Fundación Juan March a Víctor Smith, Madrid, 6 de junio de 1957. 85   AFJM., Extranjero, 1957. 526. Expediente de Víctor Smith Agreda. Spatz, Hugo. Carta a José Escolar. Giessen, 10 de agosto de 1955. 86   Amat viajó anualmente desde 1957 hasta 1960 al laboratorio de Starck en Frankfurt y, aunque este compartía con Spatz la defensa de una anatomía unitaria, que contemplara la embriología, las neurociencias e incluso la paleoantropología como parte de 83 84

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rio, sí que estuvo en Giessen, pero previamente estuvo en Gotinga, Frankfurt, Maguncia y Münster, con lo que se forjó un perfil bien diferenciado. Se había vinculado a la cátedra en 1951 como ayudante de clases prácticas87 y aquel mismo año viajó al laboratorio de neurofisiología del Max-Planck que dirigía Kornmüller en Gotinga. A pesar de que, como el resto de sus condiscípulos, estaba involucrado en la línea de investigación embriológica de Granada,88 la alta especialización del centro alemán, en el que no trabajaban morfólogos y que se dedicaba estrictamente a la neurofisiología, marcó su carrera. Durante toda aquella década continuó desplazándose casi todos los veranos a Alemania y en 1953, 1954 y 1956 estuvo en el laboratorio de Spatz, y en 1958 en el de Dietrich Starck (1908-2001) en Frankfurt.89 De este modo, y de forma paralela a sus trabajos sobre vías nerviosas, Reinoso utilizó las colecciones de embriones de ambos centros para dar un apoyo ontogénico a sus investigaciones sobre el diencéfalo. Él mismo creó una colección de embriones propia y, en España, siguió utilizando la de su maestro y la que creó su condiscípulo, Guirao Pérez, en Granada.90 Su visión, más funcional que la de sus compañeros, le llevó a optar por no utilizar la anatomía comparada como instrumento, pero sí mantuvo la concepción escolariana de la embriología como apoyo morfológico a la descripción de sistemas.

Las décadas de 1960 y 1970: la expansión geográfica de la escuela

Juegos de poder y alianzas académicas Al comenzar la década de 1960, el grupo de Escolar sufrió dos cambios que imprimieron ciertas características a la escuela. La prila disciplina, Amat se dedicó exclusivamente a la línea de la anatomía experimental del sistema neuroendocrino. 87   Sobre su biografía científica, véase su propio relato en Reinoso Suárez, (2003). 88   Reinoso Suárez (1951, 1952, 1954a y 1955). 89   Sobre la biografía de Starck véanse Fischer y Hossfeld (2002); Korf y Winckler (2002)y Hildebrandt (2016: 164-165). 90   Reinoso Suárez (1966: 296).

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mera, la expansión geográfica del grupo merced a la adquisición de cátedras por parte de la primera generación de discípulos y la segunda, el traslado de Escolar a Zaragoza. Con la escuela de Orts creciendo en paralelo y con un número de cátedras limitado, las oposiciones se convirtieron en una verdadera lucha entre ambas escuelas.91 Al terminar la dictadura, aproximadamente el 60% de las cátedras de anatomía del país estaban regidas por algún miembro de una de las dos escuelas y con la creación de nuevas facultades de Medicina, este número se incrementó durante el período de la Transición. Gracias a una serie de alianzas políticas, tanto Escolar como Orts hicieron todo lo posible porque sus discípulos alcanzaran el mayor número de puestos.92 La legislación que regulaba los accesos a cátedra dejaba ciertos recodos susceptibles de influencias externas, y las composiciones de los tribunales eran claves en el proceso de expansión de ambas escuelas. Mientras que Orts contaba con el apoyo de Laín Entralgo y su círculo de influencia política y académica, Escolar contaba con Albareda como máximo defensor y con el contacto directo con el director general de Enseñanza Universitaria, Torcuato Fernández Miranda (1915-1980). Durante los primeros años de la dictadura, los que proponían los tribunales para la posterior sanción por el Ministro de Educación eran Albareda y un representante de la Dirección General de Enseñanza.93 Esta situación, que obviamente beneficiaba a Escolar y a los suyos,94 cambió con la llegada de Joaquín Ruiz-Giménez al 91   El propio Escolar utilizaba el término «esta lucha» para referirse a la disputa de cátedras entre ambas escuelas. Véase, por ejemplo, la carta que le escribió a Albareda: AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 042/114. Carta de José Escolar a Albareda. Granada, 20 de mayo de 1958. 92   De hecho, Escolar, con su habitual retórica católica, reflexionaba sobre el proceso en 1957 de la siguiente manera: «El estar yo siempre mediando en asuntos de los miembros de este departamento, podría ser por interés mío en crear un tinglado personal y a este propósito he de reconocer que me deja paralizado la cantidad de defectos que voy descubriendo en mi pobre existencia». AGUN., Fondo José María Albareda Herrera. 081/192. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 15 de abril de 1957. 93   Otero Carvajal ha detectado interesantes notas manuscritas en las propuestas finales entregadas al Ministro: Otero Carvajal (2014: 116) 94   Así se puede ver en el caso del primer discípulo de Escolar que consigue una cátedra, Jiménez-Castellanos. Escolar envió a Albareda una serie de profesores afines a la escuela. Eran fundamentalmente Conde Andreu y Rafael Alcalá Santaella. Este último,

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ministerio en 1951. Con él, se volvió al sistema parcial de turnos con el que tres de los cinco vocales del tribunal eran elegidos por estricto orden del escalafón de catedráticos y el presidente y el cuarto vocal eran elegidos por el Ministerio y el Consejo Nacional de Educación.95 Tras la reforma ministerial, la influencia de Albareda fue teóricamente minimizada y hasta 1960, los discípulos de Escolar consiguieron dos cátedras y los de Orts, tres. Como pondré de manifiesto claramente más adelante con algún ejemplo, los problemas de formación de tribunales resultaron importantes. Aunque no había ninguna posibilidad de intervención en las vocalías elegidas por orden de escalafón, las mínimas posibilidades de manejo estaban en la que designaba el Director General de Enseñanza Universitaria, y Escolar supo mediar a través de esta vía.96 Como resultado de este menor control estatal, al final de la dictadura ambas escuelas contaban con casi el mismo número de cátedras (ocho «escolarianos» frente a nueve «ortsianos»). El último movimiento de Escolar fue intentar un traslado a la Universidad Central de Madrid. En aquellos años de centralismo universitario, el estatus del catedrático de la Central era realmente superior al de los demás centros, y los recursos económicos eran mayores. A pesar de la ley de Ruiz-Giménez, el traslado a Madrid contaba con una regulación diferente que dependía propiamente de los claustrales de la Central. Por entonces, gracias a la mediación de Laín, Orts era que como sabemos le conocía de su estancia en Valencia, había apoyado ya a Escolar con su voto en su oposición a cátedra (López Sánchez, (2014: 404). Entre los histólogos, aparecen Carrato y Ramón Martínez Pérez, y, finalmente, aportó el nombre de tres cirujanos: Francisco Martín Lagos (1897-1972), Pedro Piulach Oliva (1908-1976) y Enrique Hernández López. Las cartas cruzadas con Albareda en: AGUN., Fondo José María Albareda Herrera. 024/201. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 28 de mayo de 1951; 024/201. Carta de Albareda a Escolar, [Madrid], 11 de Junio de 1951; y 024/323. Carta de Escolar a Albareda, Granada, 14 de junio de 1951. 95   Martín Puerta (2013: 215-216). Albareda y Laín, que, como veremos, se comportaron como defensores de las escuelas de Escolar y Orts respetivamente, formaban parte del Consejo Nacional de Educación como representantes del CSIC y de Falange. Otero Carvajal (2014: 99-100). 96   Sabemos que Escolar intentó jugar esta baja escribiendo al Director General de Enseñanza Universitaria. con motivo de las oposiciones de sus discípulos. Véase, por ejemplo: AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 045/141. Carta de Escolar a Albareda. Zaragoza, 17 de marzo de 1960.

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Embriología en la periferia Discípulos de Orts

Discípulos de Escolar

• José Luis Martínez Rovira (1925-1988) (Salamanca, 1953) [Cádiz, 1953]

• Juan Jiménez-Castellanos y Calvo Rubio (1923-2009) (Salamanca, 1955) [Sevilla, 1956]

• Antonio López Rodríguez (1925-1997) (Cádiz, 1957) • José María Genis Gálvez (1928-2003) (Salamanca, 1960) [Granada, 1968 y Sevilla, 1970] • Domingo Ruano Gil (1932-2016) (Barcelona, 1966) • Narciso L. Murillo Ferrol (n. 1927) (Zaragoza*, 1967) • Juan Jiménez Collado (n. 1932) (Murcia, 1971) • Manuel Anitua Solano (n. 1932) (Salamanca, 1971) • Juan de Dios García (n. 1930) (Granada, 1973)

• Fernando Reinoso Suárez (n. 1927) (Salamanca, 1957) [Granada, 1960, Navarra, 1961 Autónoma de Madrid, 1969] • Pedro Amat Muñoz (1929-2011) (Salamanca, 1963) • Víctor Smith Agreda (n. 1928) (Valencia, 1963) • José María Smith Agreda (n. 1932) (La Laguna, 1970) [Málaga, 1973] • Luis María Gonzalo Sanz (1927-2009) (Sevilla, 1971) [Navarra, 1972] • René Sarrat Torreguitart (1937-2012) (Bilbao, 1972)

• Rafael González Santander (n. 1932) (Autónoma de Barcelona, 1975**)

Tabla 4.2. Adquisición de cátedras por parte de las escuelas de Orts y Escolar durante el período de la Dictadura.

ya catedrático en Madrid y ejercía una fuerte influencia en la Facultad de Medicina. Escolar escribió a Albareda y a Torcuato Fernández Miranda,97 en busca de ayuda, pero el panorama no le era favorable. La «terna propietaria» de la oposición la formaban Orts, su discípulo Antonio López Rodríguez (1925-1997) y el catedrático de histología de Santiago, José Luis Puente Domínguez (1918-2006).98 Según Escolar, Orts había «atacado ferozmente» a todos sus discípulos en la última oposición, y había trabajado mucho en la última reunión de claustro de 97   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 082/013. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 4 de enero de 1958. 98   Así se lo comunicaba Escolar a Albareda en mayo de 1958. AGUN., Fondo José María Albareda Herrera. 042/114. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 20 de mayo de 1958.

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la Central para que la plaza de anatomía se otorgara por oposición.99 La plaza, finalmente quedó desierta. A pesar de creer firmemente en una protección divina de su empresa,100 Escolar terminó convencido de que «la cosa estaba incubada desde hace tiempo» para que él no accediese al puesto.101 Con la pérdida de Madrid, en 1959, por recomendación de Fernández-Miranda, decidió volver a Zaragoza.102

Un libro de texto para una escuela Toda esta política de expansión geográfica había dispersado al grupo de Escolar. Jiménez-Castellanos se había ido a Salamanca en 1955 y en 1956 había conseguido el traslado a Sevilla; en 1957, Reinoso era nombrado catedrático de Salamanca y, tras una breve vuelta a Granada, en 1961 se había hecho cargo de la cátedra de Navarra. Puesto que Amat se había quedado en Granada como responsable de cátedra, solo quedaba junto con el maestro en Zaragoza, Víctor Smith, que en 1964 obtuvo también su cátedra en Valencia. A pesar de ello, la dispersión no supuso la disolución de la escuela. Los autodenominados «escolarianos» se reunían frecuentemente en una especie de simposios privados103 que siguieron fomentando un ambiente familiar entre los condiscípulos, una actitud que se encontraba en la línea de los objetivos de «fraternidad» que promulgaba el Opus Dei. La cercanía de la escuela a los círculos del grupo católico imprimió definitivamente carácter en su estructura. Cuando uno de ellos necesitaba alguna técnica que había desarrollado o importado otro, no dudaban en hacer pequeñas estancias en sus respectivas cátedras.104   Ibid.   Se lamentaba: «(…) después de haberme dado Dios tan buena suerte en el desarrollo técnico de los ejercicios (…) ». AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 082/615. Carta de Escolar a Albareda. Granada, 21 de diciembre de 1958. 101   Ibid. 102   Vera (2013: 63). 103   Varios discípulos hacen referencia a estas reuniones. Véase, por ejemplo Smith-Agreda (2013, p. 58). 104   Por ejemplo, Amat pasa un tiempo en el laboratorio de Gonzalo Sanz en Pamplona para aprender a trabajar con la cobaya. AFJM, Ayudas para estudios en España, 1960. Becario: Pedro Amat Muñoz. Proyecto para la obtención de una beca de la March, fol. 3. 99

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La aparición del libro de texto de la escuela en 1965 —Anatomía humana: funcional y aplicativa— cohesionó, si cabe, más al grupo, pues con él consiguieron un material docente común que se estableció como normativo durante décadas en todas las cátedras regidas por algún miembro la escuela.105 De esta forma, al igual que ocurrió con el tratado de anatomía de Orts,106 la autoridad de Escolar como cabeza de escuela, quedó consolidada con el texto, dejando relegados a un segundo plano los nombres de los clásicos descriptivistas extranjeros, como Rouvière o Testut, en las facultades a las que llegaban. La clave del texto: una anatomía que asume al «[…] hombre como un ser vivo, una unidad individual con intención finalista específica»107 y que presenta al ser humano como culmen de unas escalas ontogenéticas y filogenéticas. Consta de cuatro volúmenes, que fueron apareciendo sucesivamente. El primero está dedicado a la «organización en desarrollo» —siendo «organización» sinónimo de «anatomía» en este contexto—, a la «organización para el enderezamiento», a la «organización para la estática y la marcha» y a la «organización para la capacitación finalista»; el segundo, al presoma, a la esplacnología y a la cabeza; el tercero a los sentidos y el sistema nervioso central y el cuarto a la anatomía aplicativa basada en una topografía funcional. En esta estructura se vislumbra claramente la influencia de la visión alemana de la anatomía, pues se parte del embrión para explicar el cuerpo del adulto y se organiza según una adquisición evolutiva, ontogénica y filogénica,108 de las características humanas.

105   Sometido a diferentes ediciones por los discípulos de Escolar, el libro sigue siendo, a día de hoy, el texto oficial de la mayoría de los departamentos anatómicos con catedráticos descendientes de la escuela. 106   Una aproximación al proceso de sustitución del tratado de Testut por el de Orts en la cátedra de Ruano Gil en Barcelona se puede seguir en Sirvent (2013). 107   Escolar et al. (1965-1968, tomo 1: 5). 108   Por ejemplo, al hablar de la anatomía del corazón, reinciden en la importancia de la ontofilogenia: «El desarrollo embrionario del corazón ratificado en tantos estudios clásicos, resume en sus etapas finales los aspectos definitivos del corazón en animales vertebrados a partir de los peces y terminando en los mamíferos (ver cualquier clásico en Zoología […]». Escolar et al. (1965-1968, tomo 2: 49).

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Tras un breve —minúsculo— apunte sobre genética, al inicio del primer volumen se describe el desarrollo del huevo fecundado y el inicio de la diferenciación del cuerpo embrionario y sus anejos. Posteriormente, se detienen en la diferencia entre embriología comparada y experimental. El breve capítulo termina con unos «conceptos a puntualizar» en los que la embriología comparada —como hemos visto, más afín a su morfología— aparece incluso en una tipografía notablemente más grande que la experimental. El Capítulo 4 es muy representativo de la iconografía embriológica de la escuela. Las observaciones del grupo fueron superpuestas a los trabajos previos del investigador de la Carnegie, Chester H. Heuser y a las del catedrático de anatomía de Gotinga, Erich Blechschmidt (1904-1992),109 para crear unas láminas que reflejan los tres estadios que creían indispensables para el estudiante de anatomía. El autor fue José María Smith Agreda, que se convirtió en el ilustrado de la escuela. Con el tradicional aspecto tridimensional de la iconografía del grupo, que consiguen a través del hábil manejo de las luces y las sombras con grafito, los tres embriones aparecen «diseccionados» virtualmente en determinados planos de interés. Basándose en el trabajo de Heuser,110 presentan el plano cutáneo, el metamérico, el visceral y el sagital de un embrión de 2 mm, y, basándose en las publicaciones de Blechschmidt,111 consiguieron reflejar los panoramas cutáneo, metamérico, neural, visceral y sagital de un embrión humano de 6 mm y el cutáneo, esquelético, neural, visceral y sagital de uno de 17 mm. El éxito de esta iconografía para la docencia es claro. Cuando, en 1977 se publicó la primera edición de las célebres Reconstrucciones humanas por planos de disección —el atlas recortable que permite reconstruir por planos el cadáver y que completó el libro de texto de la escuela– estas tres láminas de embriología fueron trasladadas al nuevo sistema. En el texto primitivo se presentaba junto a ellas, una colección de microfotografías de cortes embrionarios de la colección 109   Al final del capítulo dedicado a las reconstrucciones embrionarias citan también como fuentes para sus láminas dos trabajos antiguos del laboratorio de embriología de la Carnegie: Atwell (1930) y Payne (1961). 110   Heuser (1932). 111   Blechschmidt (1961a y 1961b).

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Fig. 4.2. Láminas embriológicas del tratado de Escolar (1965), obra de José María Smith Agreda. Embriones «ideales» de 6 (a) y 7 (b) mm presentados por planos.

de Escolar, que complementan la visión tridimensional con la de las dos dimensiones originales. El resto de capítulos de esta primera parte, exploran la organogénesis de los diferentes aparatos y sistemas de una forma somera112 aunque, como buen texto brausiano, se retoman posteriormente con 112   Los capítulos serían: 5. La Organización trófica en primordium. Sistema circulatorio primitivo. Tubo cardíaco. Circuito placentario. Hematopoyesis primitiva. 6. Aparato circulatorio en desarrollo. Circuito somático. Sistema excretor primitivo. 7. Aparato excretor en desarrollo. Pronefros, mesonefros y metanefros. Conductos de drenaje. Cloaca en desarrollo. 8. Sistema incretor primitivo. Tejidos cromafín y lipocromo. Glándula adrenal. 9. Aparato incretor en desarrollo para regular la nutrición: substrato regulador del metabolismo. 10. Substrato endocrino regulador del crecimiento y de la reproducción. 11. La Organización finalista. Sistema nervioso primitivo: Tubo nervioso. Sistema parasimático. 12. Sistema nervioso ortosimpático. Sistema nervioso somático. 13. Metamería del tronco y de las extremidades en crecimiento. 14. Metamería cefálica: arcos branquiógenos. 15. Tubo nervioso en desarrollo. Receptores. Sentidos. 16. Boca en desarrollo. 17. Esqueleto primitivo. Fase fibrocartilaginosa. 18. Esqueleto en desarrollo. Matrices de crecimiento esquelético. Huesos y articulaciones. 19. Otros sistemas primitivos: Sistema neuromuscular. Aparato locomotor. Sistemas de riego. Sensibilidad. Sistema visceral.

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mayor detalle en cada capítulo para explicar direccionalmente la forma de cada sistema del adulto. Un estudio bibliométrico de las citas de la obra —fuera de los planteamientos metodológicos del presente trabajo— revelaría las verdaderas fuentes de la embriología de Escolar. Solo apuntaremos aquí que, en la línea de las experiencias internacionales de la escuela, los textos alemanes se mezclan con los de los estadounidenses, mientras que se hace caso omiso a la producción de la escuela de Orts. Entre las citas, solo existe una referencia a las investigaciones de los rivales —el trabajo de López Rodríguez sobre la tabicación del corazón— y no se habla, por ejemplo, de la fase plexiforme del corazón descrita por el catedrático de Madrid.113

Embriología en Zaragoza y en la diáspora Para Escolar, los vínculos interuniversitarios que estaba creando su escuela al ir ganando cátedras —nexos «espirituales y materiales» según sus palabras—114 eran muy importantes. Pero, a pesar de los fuertes lazos de escuela, la independencia que les otorgaban sus puestos a los nuevos catedráticos y el proceso de superespecialización iniciado en la anterior década hicieron que las líneas de investigación adquirieran matices diferentes. La embriología tuvo que encontrar de nuevo su nicho en el grupo, puesto que la anatomía de los sistemas neuromusculares de Escolar estaba ya acabada. Solo quedaba abierta la línea neuroembriológica que algunos escolarianos llevaban a cabo en colaboración con los alemanes. En el caso de Jiménez-Castellanos, durante su fugaz paso por Salamanca, su cátedra se llegó incluso a considerar oficialmente un apéndice del equipo de Granada especializado en morfogenia y técnica embriológica.115 Pero apenas existen trabajos de embriología después de 1950.116 Sus objetivos eran otros y   Véase capítulo 5 de esta misma obra.   AGUN. Fondo José María Albareda. 081/543.Carta de Escolar a Albareda, Granada, 13 de noviembre de 1957. 115   Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Secretaría General, Memoria 19551957, Madrid, 1959, pp. 438-439. 116   Jiménez-Castellanos (1953, 1955 y 1960). 113 114

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terminó decantándose por una subespecialidad mucho más rentable: la aplicación de la neuroanatomía funcional a la neurología y, sobre todo, a la neurocirugía. Cuando Reinoso, por su parte, consiguió la misma cátedra en 1957, se encontró con «la suficiente infraestructura material y el principio de un grupo científico multidisciplinario que podía ser competitivo internacionalmente».117 Gracias al material embriológico recogido en Giessen y en Frankfurt, durante este período afinó detalles sobre el desarrollo del diencéfalo, sobre todo en lo referente a su relación con el sistema reticular ascendente de activación.118 La relevancia de sus hallazgos fue tal, que llegó a ser invitado por el propio Giuseppe Moruzzi (1910-1986) —codescubridor de la sustancia reticular ascendente— para que expusiera sus resultados en Pisa.119 Pero eran tantos los intereses de Reinoso y tantas las líneas que la neurociencia le brindaba, que decidió centrarse en la investigación electrofisiológica y descartar de su producción la embriología. Aun así, cuando en 1969 se trasladó a la Universidad Autónoma de Madrid, no olvidó la importancia que daba su escuela a la embriología y creó una colección de embriones propia para la docencia.120 Víctor Smith siguió practicando la embriología unos años más como responsable de la Sección de Anatomía Comparada del departamento. Durante sus últimas estancias en Giessen, comenzó una investigación sobre son los llamados «vasos especiales» (Spezialgefässe). Descritas por la escuela alemana, estas estructuras vasculares se planteaban ya por entonces como reguladores del eje hipotálamo-hipofisario. En Alemania, Smith pudo describir la evolución filogenética de dichos vasos e inició un estudio embriológico que posteriormente completó en España con el material que se iba acumulando en el

  Reinoso Suárez (2003: 19).   Reinoso Suárez (1954b, 1960 y 1961). 119   Reinoso Suárez (2002: 373). Sus descubrimientos quedaron plasmados en un capítulo de una reputada monografía internacional que coordinaron Rol Hassler y Hainz Stephan [Reinoso Suárez, (1966)]. 120   ARVM, correo electrónico de Fernando Reinoso Suárez a Raúl Velasco Morgado, [Madrid], 2 de julio de 2011. 117 118

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departamento de Granada.121 Así publicó el que Barcia bautizó como «sistema portal hipofisario de asas largas de Smith-Agreda»,122 una descripción resulta muy representativa de la anatomía de la escuela en su momento de madurez plena, pues se basa en la fusión del concepto embriológico-funcional de la anatomía de sistemas de Escolar, con la metodología comparativista filogenética adquirida en el laboratorio de Spatz. Con estas herramientas, Smith consiguió diferenciar en la neurohipófisis «tres entidades vasculares morfológicas, que conservan, además, una unidad de origen embriológico, lo que refuerza más todavía la hipótesis de su unidad funcional».123 Con estos argumentos, su sistema «de asas largas», conseguía una autonomía anatómica y se diferenciaba así de los que anteriormente habían descrito Popa y Spatz y Nowakowski. Muy diferente fue el caso de Luis María Gonzalo Sanz, que pronto se apartó de la trayectoria de la escuela. Se desvinculó del grupo en fechas muy tempranas124 y su embriología se desarrolló aislada de la influencia de Escolar y de Spatz. De origen soriano —había nacido en Ólvega— estudió la licenciatura en Medicina y Cirugía en Zaragoza, e inmediatamente después, en 1953, se unió al equipo de Escolar como becario del CSIC. Comenzó adiestrándose en las técnicas y líneas de investigación clásicas del equipo (estereotaxis/ electrofisiología y neuroendocrinología) y para perfeccionarlas viajó como el resto de sus condiscípulos a la República Federal de Alemania. Con los años, consiguió crear un potente vínculo científico con la anatomía germana y austríaca de su tiempo. Su independencia del grupo zaragozano, no obstante, queda clara en su lista de contactos en 121   AFJM, Extranjero, 1957. 526. Expediente de Víctor Smith Agreda. Smith Agreda, Víctor. Memoria de la labor realizada por el Dr. D. Víctor Smith Agreda durante el disfrute de una beca […] en el Max Planck Institut de Giessen […]. 122   Barcia Goyanes (1967). 123   Smith-Agreda, V. (1967). 124   A finales de 1957, Escolar informaba a Albareda: «[…] otro colaborador, D. Luis Mª Gonzalo, pasó a la naciente Escuela de Medicina de Navarra, donde desarrolla una magnífica labor, si bien ha perdido del todo aquellos lazos de origen con Granada. Si esto se generaliza llegaremos al extremo de perder las posibilidades de colaboración creadas». AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 011/459. Carta de Escolar a Albareda, Granada, 13 de noviembre de 1957.

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aquel territorio —Tonutti, Philipp Stöhr hijo (1891-1979) y Heinrich von Hayek (1900-1969)— que no se corresponde con la red científica de Escolar. Además, a diferencia del resto del grupo, tenemos constancia de que también estableció lazos con los anatomistas franceses, concretamente con André Delmas (1910-1999).125 A finales de la década de 1960, con cuarenta años de edad, contaba con treinta y nueve artículos en revistas científicas y siete comunicaciones a congresos nacionales e internacionales. Para entonces, había tocado ya todas las subespecialidades cultivadas por los escolarianos, pero su interés fundamental seguía siendo la morfofisiología de las suprarrenales y el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal. Había abordado el tema desde la neuroendocrinología experimental y, de acuerdo con la morfología del grupo, asentó la anatomía funcional del sistema neuroendocrino sobre una base embriológica. Para ello, había realizado los oportunos estudios embriológicos descriptivos previos126 y, en julio de 1966, se desplazó a Suiza para comenzar una serie de trabajos embriológicos junto con Gian Tönduri en el Instituto Anatómico de la Universidad de Zúrich. La metodología del centro era totalmente diferente de la que él había aprendido junto con Escolar, pero la dedicación del equipo suizo a la neuroendocrinología llamó su atención. Una vez allí, comenzó a estudiar el desarrollo de la pars tuberalis de la adenohipófisis pero, influido por las importantes investigaciones en teratología experimental que estaba llevando a cabo Tönduri, Gonzalo realizó una serie de estudios sobre la hipovolemia y la anemia como noxas durante el desarrollo127. Aquellos estudios fueron solo el primer paso de un importante cambio metodológico en la embriología del español. Su contacto con la ciencia suiza hizo que comenzara a practicar embriología experimental. Se adiestró en la manipulación de embriones mediante diatermocoagulación y aprendió la técnica de la interposición de láminas de estaño, unos procederes que nada tenían

125   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1967. Grupo IV (Ciencias Médicas). Becario Luis María Gonzalo Sanz. Curriculum vitae. s.f. [1967] 126   Gonzalo Sanz (1955). 127   Gonzalo Sanz (1967, 1968 y 1969).

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que ver con las embriologías descriptiva y ontofilogenética a la que se dedicaban sus condiscípulos. Gracias a la ayuda financiera de la Fundación March, volvió a Zúrich al año siguiente y comenzó una nueva línea de investigación sobre la influencia del sistema nervioso vegetativo en el desarrollo de varias estructuras embrionarias y sus repercusiones teratológicas.128 Tras terminar un primer experimento sobre el influjo que ejercía esta estructura sobre el desarrollo de la columna, comenzó un trabajo para desvelar la importancia que tenía sobre las estructuras esplácnicas. Además, en Zúrich pudo conocer y aplicar las técnicas de inmunofluorescencia que utilizaba en el centro el embriólogo J. Rickenbacher.129 Sin embargo, sus intereses terminaron por alejarse progresivamente de la embriología. Tras una breve estancia —de meses— como catedrático de Sevilla, regresó para ejercer como tal en Navarra. A partir de entonces, sus trabajos tuvieron que ver con otros campos mucho más aplicativos y claramente más rentables que la embriología, como la nocicepción o el envejecimiento cerebral. A pesar de la dispersión geográfica, la atractiva figura de Escolar seguía cautivando a las nuevas generaciones, con lo que la escuela pudo conseguir un recambio generacional. El hermano pequeño de Víctor, José María Smith Agreda (n. 1932), se había unido al grupo recientemente130 y, ya en Zaragoza, se unieron a departamento René Sarrat Torreguitart (1937-2012), Vicente Calatayud Maldonado (n. 1935), Arturo Vera Gil y Santiago Rodríguez García, así como las primeras 128   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1967. Grupo IV (Ciencias Médicas). Becario Luis María Gonzalo Sanz. Carta de Alejandro Bérgamo a Luis María Gonzalo Sanz, [Madrid], 14 de febrero de 1968. En el que se le concede la beca para estudios en Zúrich durante 11 meses y se le asignan por estancia 2.750 dólares americanos más gastos de viaje de vuelta y 2000 pesetas por cada mes dedicado en el extranjero a la entrega de la memoria final. 129   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1967. Grupo IV (Ciencias Médicas). Becario Luis María Gonzalo Sanz, s.f. Avance (III) de los trabajos realizados durante el mes de mayo. 130   Durante la carrera, José María Smith había sido alumno interno de Cirugía, pero su hermano mayor le aconsejó obtener el doctorado antes de dedicarse a la clínica. Trasladado a Granada fue atraído por lo que en sus propias palabras era «el magisterio renovador de la Anatomía» de Escolar, por lo que decidió seguir la carrera académica y se involucró en la línea neuroendocrinológica del departamento. ARVM. Correo electrónico de José María Smith a Raúl Velasco Morgado. [Málaga], 30 de junio de 2011.

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discípulas mujeres: Elvira Ferrés Torres e Inés Fernández Ortega. En la línea de la década anterior, el interés por la embriología se mantuvo en el grupo, aunque no todos los nuevos miembros de la escuela le dieron la misma importancia en sus líneas de investigación. Por otra parte, los vínculos con Alemania siguieron vivos durante la década de 1960. José María Smith viajó hasta Maguncia para trabajar junto con Adolf Dabelow (1899-1984) y Max Watzka en el Instituto Anatómico de la Universidad Johannes Gutenberg y posteriormente volvió para conocer el laboratorio de Spatz. Sarrat, por su parte, viajó hasta Kiel durante tres veranos para estudiar neuroanatomía con Bargmann y, por último, Calatayud llevó a cabo sus estancias en el laboratorio de Starck en Frankfurt, donde trabajó en neuroanatomía comparada. Con el paso de los años, el departamento de Escolar en el CSIC se quedó con solo tres secciones: la de Morfodinamia —encargada de la estereotaxia y estudios funcionales de vías nerviosas—, la de Morfogenia —el resquicio del programa embriológico de la escuela— y la nueva y potente de Transformaciones del substrato visceral, que analizaba los cambios morfológicos de las estructuras del sistema neuroendocrino ante cambios funcionales. Mientras que las otras dos contaban con varios anatomistas y numerosos estudiantes de doctorado, la de morfogenia —y con ella, la embriología del grupo— terminó casi exclusivamente en manos de José María Smith. En 1961, éste acompañó a Escolar en uno de sus acostumbrados viajes estivales a Alemania y, ahora sí, pudo conocer el célebre instituto de Spatz. Dirigido por su maestro, se inició en el mundo de la embriología a través de las preparaciones de la colección del instituto de Giessen y comenzó una serie de estudios sobre el desarrollo pre y postnatal del sistema nervioso central. Su actividad en el campo de la neuroembriología podemos dividirla en dos períodos bien diferenciados. Hasta 1967 colaboró en buena medida en la línea de Escolar sobre el desarrollo del diencéfalo y del allocórtex y, tras esta fecha, gracias a un descubrimiento conjunto con Inés Fernández Ortega, sus trabajos se volcaron en esclarecer una cronología de la maduración neural. Las investigaciones embriológicas de José María Smith durante esta década estuvieron marcadas por la incorporación de algunos nuevos conceptos y técnicas alemanas a la embriología de los escolarianos. 157

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Inspirados en dos importantes trabajos de Kahle131 —que como apunté era el neuroembriólogo de Giessen—, Smith y Escolar emprendieron una nueva línea de trabajo sobre la migración de estructuras durante la morfogénesis. Kahle había estudiado las migraciones neuronales desde la matriz ependimaria y había descrito dos fases en este proceso: «emigratorias o proliferativas» y «exhaustivas o de agotamiento», algo que abría interesantes campos de investigación. Además, la modificación del método de Born del laboratorio alemán, permitió a Escolar eliminar la sustancia blanca de las reconstrucciones y trabajar solo con los núcleos, aprovechando los huecos restantes para hacer reconstrucciones desmontables por estratos genéticos y funcionales. Con la base de los trabajos de Kahle y aplicando las modificaciones técnicas del método de Born, los españoles llevaron a cabo la reconstrucción del encéfalo de dos embriones de 25 y 145 milímetros respectivamente. En ellos, estudiaron la matriz y sus migraciones, investigaron la relación entre los fascículos epitalámicos y subtalámicos durante el desarrollo e insistieron en la morfogénesis de las conexiones allocorticales. Los resultados de este proyecto se reflejaron en nueve artículos que, siguiendo la política publicista de Escolar, aparecieron en su mayoría en la revista de la cátedra y, puntualmente, en alguna publicación alemana, preferentemente en la revista de la Anatomischen Gesellschaft o en la difundida Anatomischer Anzeiger.132 La esposa de José María Smith, Inés Fernández Ortega, trabajó como su colaboradora durante esta época. Había sido alumna suya en Granada y en el verano de 1963, cuando ella terminó la licenciatura, habían contraído matrimonio. Una vez casados, la pareja se estableció en Zaragoza y Fernández Ortega comenzó a investigar la organización del tálamo en desarrollo como tema de su tesis doctoral. En el curso de estos trabajos, la anatomista se dio cuenta de un interesante comportamiento tintorial del material cerebral mientras ensayaba el uso del método de Klüver-Barrera en el tratamiento de piezas embriológicas. Descrita por Heinrich Klüver (1897-1979) y Elizabeth   Kahle, (1951 y 1956).   Smith-Agreda, José María (1961, 1962, 1963a y 1963b); Escolar y Smith Agreda, José María (1965a, 1965b y 1966) y Escolar, Smith Agreda, José María y Velasco, (1964). 131 132

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Barrera en 1953, la técnica permitía, con un solo procedimiento, teñir los somas neuronales, la glía y la mielina, por lo que había tenido un gran éxito de difusión en la comunidad científica internacional. En Zaragoza, la joven investigadora pudo constatar cómo las células nerviosas iban mostrando progresivamente durante el desarrollo una mayor apetencia tintorial por el luxol fast blue. Puesto que con él solo se deberían teñir estructuras mielinizadas, Fernández Ortega vio pronto su utilidad para el estudio de la maduración durante la neurohistogénesis. Aquel descubrimiento dio pie a que el matrimonio comenzara a utilizar el Klüver-Barrera para ir dibujando lo que ellos denominaron «cronología de la maduración neural» y dar un paso más en la investigación embriológica. Las estructuras no solamente tienen que aparecer y migrar, sino que han de madurar a través de un proceso de mielinización. La embriología comparativa ontofilogenética había desaparecido de la escuela y la histoquímica les había llevado a una embriología morfofuncional dinámica. Basándose en los mencionados trabajos de Kahle, el fenómeno de Smith-Ortega se mostró muy útil para sus descubridores a la hora de abordar los conceptos elaborados recientemente por Ernst Richter, que había descrito la existencia de matrices «aceleradas» y «retardadas», expresando la prioridad o retraso que tenían durante el desarrollo las diferentes Matrixphasen. En 1967, Smith y Ortega publicaron su descubrimiento y, siguiendo el patrón habitual de los escolarianos, primero apareció en su revista y, al año siguiente, lo presentaron a sus colegas españoles en el congreso anual de la Sociedad Anatómica Española y a los alemanes en el de la Anatomischen Gesellschaft.133 Durante los años siguientes, la técnica fue mejorada por la pareja a través de la experimentación con diferentes métodos de inclusión y fueron apareciendo los primeros resultados del método aplicado a la maduración del tálamo.134 133   Smith Agreda y Fernández Ortega (1967). Las ponencias de ambos en el congreso fueron: «Aportación sobre la maduración funcional por la positividad al luxol-fast-blue« (en el VI Congreso de la Sociedad Anatómica Española, Santiago de Compostela, 1968) y «Beitrag über die Reifung des Grauen Substanz des Zentralnervensystem nach der Klüver-Barrera-Methoden» (en el 63 Versammlung Anatomischen Gesellschaft, Leipzig, 1968) 134   Smith Agreda y Fernández Ortega (1969) y Fernández Ortega y Mesa (1969).

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Fig. 4.3. José María Smith Agreda e Inés Fernández Ortega en la sala de disección de la antigua Facultad de Medicina de Zaragoza en diciembre de 1963 junto a una reconstrucción embriológica con láminas de plástico. Cortesía de Smith Agreda y Fernández Ortega.

En 1970, con treinta y ocho años de edad, José María Smith ganó la cátedra de la Universidad de La Laguna. Hasta entonces había estado ocupada de forma interina por Guirao Pérez,135 por lo que Smith estrenaba el puesto como titular. Allí, su equipo pudo depurar aún más su técnica y de ella salieron otra serie de trabajos en los que abordaron la maduración de varias estructuras en el pollo, la rata y el ser humano, aunque sin el antiguo enfoque comparativo.136 En 1973, el equipo se trasladó de nuevo, ahora ya de forma definitiva. Fernández Ortega quería volver a su Andalucía natal137 y terminaron 135   Sin perder su cátedra de Granada, Miguel Guirao había sido comisionado como decano de la nueva facultad de Medicina de La Laguna en 1969 y, hasta la llegada de Smith, se encargó de su cátedra de Anatomía. 136   Fernández Ortega (1972); Smith Agreda (1970) ySmith Agreda y Fernández Ortega, (1970), 1971a y 1971b. 137   El testimonio del propio Smith en Castillo (2013).

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en la Universidad de Málaga, donde lograron consolidar un equipo de investigación. Durante los años siguientes se volcaron de pleno en la línea de la cronología de la maduración y durante el resto del período dictatorial, fueron estudiando la cronología de la maduración del telencéfalo, del cerebelo y de la médula espinal y sus resultados fueron apareciendo en los vehículos tradicionales de la escuela (Anales de Anatomía, que era la revista de Escolar, y Verhandlungen der Anatomischen Gesellschaft).138

Una embriología para una anatomía finalista La ciencia oficial del Régimen encontró en Escolar un candidato ideal para encabezar una anatomía coherente con la retórica general del primer CSIC. La dinámica personalidad del segoviano y su revolucionario programa anatómico lograron impulsar la creación de una verdadera escuela de anatomía bajo la protección personal de Albareda y de su Consejo. Haciendo un análisis de la genealogía científica de la escuela, la influencia inicial gegenbauriana que Escolar adquirió en el período republicano junto con Sánchez-Guisande quedó desbancada por la anatomía brausiana que se respiraba en Valencia. La dedicación de Barcia y sus colaboradores a las neurociencias aplicadas y el escaso éxito de la disciplina entre los histólogos, consiguió que Escolar lograra la exclusividad del cultivo de la embriología dentro el organismo estatal. Durante un primer período, la embriología fue considerada por la escuela como una herramienta para la construcción de la anatomía de sistemas de Escolar. Todos sus colaboradores y doctorandos se involucraron en la descripción del desarrollo embrionario neurovascular de los diferentes sistemas funcionales con el fin de crear una anatomía propia, impregnada de la de Braus y Benninghoff y matizada por la 138   Fernández Ortega (1973a, 1973b); Smith Agreda y Fernández Ortega, (1973); Smith Agreda, Fernández Ortega, R. Ferres Torres y Mesa, (1973); Ferres Torres y Fernández Ortega, (1973); Espejo (1975); Mesa, Fernández Ortega y Salas (1975); García Santos, Fernández Ortega, Salas y J. Smith Agreda, (1975); Espejo, Salas, Fernández Ortega y J. Smith-Agreda (1975).

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teleología de Barcia. Mientras tanto, se estaba gestando otra escuela muy diferente en el país, la de Orts, caracterizada por coincidir con Escolar en una temprana asunción de la morfología brausiana, pero que se desarrolló como una verdadera escuela de embriólogos, mientras que los discípulos de Escolar se conformaron como una escuela de anatomistas. El origen político de los dos maestros dividió ambas escuelas desde su origen puesto que en un régimen como el franquista, los antecedentes republicanos de Orts marcaron profundamente su biografía científica. Aunque, a priori se pudiera concluir que el franquismo no representó más obstáculo para el desarrollo de la investigación embriológica en España que el condicionado por la precariedad económica del país, no fue así. La elección personal de Albareda favoreció durante el primer franquismo el cultivo de una morfología —y con ella, una embriología— con unas características especiales, apartadas de planteamientos mecanicistas y dirigida desde la teleología, el vitalismo y el unitarismo indivisible del cuerpo. Además, el apoyo incondicional del CSIC a la escuela granadina influyó directamente en sus relaciones científicas internacionales, que se vieron determinadas incondicionalmente por la política exterior del Régimen. Tras la Segunda Guerra Mundial vivieron un primer acercamiento a la anatomía estadounidense que revolucionó sus técnicas de investigación, pero que apenas modificó su embriología. Ya en la década de 1950, el acercamiento a Alemania determinó cambios en el enfoque de los estudios embriológicos del grupo. Los estrechos vínculos que se establecieron con el Max-Planck de Giessen y el laboratorio del anatomista nazi Hugo Spatz llevaron la embriología del grupo hacia la visión comparada onto-filogenética y la apartaron definitivamente de cualquier enfoque experimental. La progresiva subespecialización de los discípulos de Escolar, la finalización del tratado anatómico de la escuela y la dispersión geográfica por todo el territorio nacional disipó el interés del grupo por la investigación embriológica. Aunque todos, como escuela, la llevaron consigo junto a su concepto escolariano de la anatomía —y así la proyectaron en sus aulas— la única rama de la escuela que siguió con la tradición embriológica fue la formada por José María 162

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Smith-Agreda e Inés Fernández Ortega, que crearon un grupo de investigación dedicado a la disciplina. En la década de 1960, la anatomía alemana siguió influyendo en la cátedra de José María Smith hasta el punto de volver a modificar su embriología en la siguiente década. La versión comparada ontofilogenética que había cultivado su hermano fue desplazada por un proyecto de anatomía descriptiva funcional histogenética que Smith y Fernández Ortega desarrollaron durante el resto del período dictatorial. La separación temprana del grupo de dos de los discípulos de Escolar, Gonzalo Sanz y Guirao Pérez, hizo que sus embriologías fueran por caminos diferentes a los de sus compañeros. El primero llegó a la embriología experimental a través de la labra de una red internacional propia, diferente de la de Escolar; y el segundo, como veremos, gozando de cierta independencia, hará contactos con el grupo de Orts y creará en Granada su propio equipo de investigación embriológica con unas características mixtas entre las dos escuelas hegemónicas.

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Capítulo V FRANCISCO ORTS LLORCA, EMBRIÓLOGO La internacionalización de la embriología española entre políticas académicas La estimulante consigna de Cajal en el homenaje que en 1900 le tributó la Universidad de Madrid —«Aumentar el caudal de las ideas españolas circulantes por el mundo»— ha sido bien cumplido por nuestro compañero Orts Llorca. Pedro Laín Entralgo1

Las raíces de una escuela Efectivamente, como reflexionaba Laín en su necrológica, Francisco Orts Llorca, con su profunda vocación internacional, consiguió que ideas científicas engendradas en un país de la «periferia científica» de Europa, como era la España de su época, se movieran con soltura en los más importantes círculos extranjeros, a la altura que las procedentes de los grandes países productores de ciencia del momento. Y todo ello en un contexto político tan adverso para él como el franquismo, que durante su primera etapa negó cualquier tipo de apoyo económico a su naciente escuela. El hecho de encontrarlo ya a finales de la década de 1950 ostentando una cátedra en la Universidad Central y desarrollando con éxito su programa de embriología experimental, invita a reflexionar sobre el verdadero nivel de las represalias políticas que sufrió, así como los recursos que encontró para superarlas y alejarse de cualquier tipo de exilio interior. El presente capítulo estudia la influencia de las políticas científicas y académicas en el origen y desarrollo de una escuela embriológica. A través del análisis de las influencias externas —políticas— que encumbraron la carrera de Orts se puede comprender el entramado de relaciones personales y de geopolítica científica en que se convirtió el proyecto   Laín Entralgo (1993: 534).

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de escuela de embriología experimental española de la Junta para Ampliación de Estudios. Analizaré los recursos que utilizó para hacer crecer su autoridad durante los diferentes períodos que conformaron la dictadura y que explican a través de un juego de políticas académicas, el continuismo de un proyecto nacido en el seno de un período entendido como antagónico por las autoridades políticas de la dictadura. Bautizado con un nombre de pila compuesto que pocas veces llegó a utilizar, Francisco Antonio Orts Llorca nació en Tampico (Méjico) el 10 de junio de 1905. Fruto del matrimonio entre un santanderino y una alicantina,2 su nacimiento al otro lado del Atlántico fue meramente circunstancial y se debió al trabajo de su padre, que era marino mercante en el puerto de Veracruz.3 En 1912, con siete años de edad, regresó a España con su madre y se instalaron definitivamente en Benidorm, de donde eran oriundos los Llorca. De su infancia, apenas se conservan datos relevantes. Antonio López, uno de sus discípulos, apunta que el propio Orts evocaba frecuentemente el recuerdo de su profesor particular, Félix, con quien repasaba la geografía en casa y que debió de marcar de una manera particular al científico.4 Después, comenzó el bachiller en Valencia, pero, gracias al mecenazgo del primer Conde de Altea, José Jorro y Miranda (18751954), que era amigo de la familia, se desplazó a Málaga para terminar sus estudios preuniversitarios en el Colegio de San Estanislao de la Compañía de Jesús.5 Tras descartar la navegación por recomendación de su padre, decidió dedicarse a la medicina6 y decidido a comenzar sus estudios de licenciatura, en 1921 regresó a Valencia. Allí, durante el preparatorio —y sigo con el testimonio de su discípulo—, el joven estudiante quedó marcado por la zoología que explicaba Francisco

2   Existe copia de su partida de nacimiento en AGA., caja 32/14201, exp. 7154-41. Expediente de concesión de Título de Licenciado en Medicina y Cirugía a Francisco Orts Llorca por la Universidad de Valencia. 3   Gómez Santos (1968: 167-168). 4   López Rodríguez (1993: 25). 5   Aréchaga, Jiménez-Collado y Ruano Gil (2009: 1166). 6   López Rodríguez (1993: 26).

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Beltrán Bigorra (1886-1962).7 Durante el período de licenciatura, que se extendió entre 1922 y 1928, influyeron de una manera especial en su vocación dos profesores: el catedrático de anatomía Jesús Bartrina Capella (1864-1974) —que, según palabras de Orts, «explicaba la anatomía dando a la asignatura un gran atractivo»— y el de anatomía topográfica, Vicente Navarro Gil (1857-1939), en cuya cátedra fue alumno interno por oposición.8 Años más tarde, Orts incluiría a ambos en la dedicatoria de su tesis doctoral, una nota en la que además, aparecían sus padres, el director del trabajo, Henri Rouvière (1876-1952), y el urólogo Nicasio Benlloch Giner (1888-1957). La cátedra de Anatomía Topográfica de la Universidad de Valencia en la que Orts fue alumno interno tenía un importante enfoque aplicado. De hecho, su evolución durante el siglo xx la convertirá sucesivamente en cátedra de Anatomía Topográfica y Operaciones y, finalmente, hacia mediados de siglo, en cátedra de Técnica quirúrgica.9 El esfuerzo de Orts por intentar desvincular en su devenir vocacional la fuerte unión histórica entre la anatomía y la cirugía, marcó de manera definitiva su futuro: «no sabía si dedicarme a la anatomía y a la morfología o a la cirugía»10 —afirmó—. Una vez terminada la licenciatura, en 1929, intentó resolver esta dicotomía con un viaje a París, una apuesta que supuso un importante esfuerzo económico para su familia.11 En París asistió al servicio de cirugía de Armand Gosset (1872-1944) mientras que, por las tardes, asistía al departamento de anatomía de Henri Rouvière.12 Durante dieciocho meses, Orts colaboró con Rouvière, que por entonces estaba trabajando en su gran proyecto sobre los linfáticos humanos. Las investigaciones de Orts en París sobre los linfáticos del ojo dieron lugar no solo a su tesis doctoral, sino a varias publicaciones sobre el asunto, pero en aquel laboratorio tuvo también su primer Ibid. A pesar de que consiguió trasmitir este interés a Orts, Beltrán era, en realidad, botánico. Regentaba la cátedra de Mineralogía y Botánica de la Facultad de Ciencias y solo impartía la zoología general por agregaduría. 8   Gómez Santos (1968: 168-169). 9   Casanovas Iborra et al. (2004: 583). 10 Gómez Santos (1968: 169). 11 Aréchaga, Jiménez-Collado y Ruano Gil, (2009: 1166) 12 Gómez Santos (1968: 169).

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contacto con la embriología. Rouvière estaba recabando una colección de embriones humanos y Orts se vio pronto atraído por aquella especialidad con tanto potencial investigador.13 En 1930, de vuelta a nuestro país, consiguió una plaza de auxiliar en la Facultad de Medicina de Valladolid, en la cátedra de Ramón López Prieto (1883-?). En 1931 le fue concedida la primera beca de la Junta para Ampliación de Estudios. Con una duración de veintiocho meses, su objetivo era volver al laboratorio de Rouvière para, por una parte, seguir su línea de trabajo acerca de los linfáticos humanos14 y por otra, comenzar a investigar en embriología. En París, además, pudo alternar la investigación morfológica con los ambientes humanísticos más profundos, como los que se vivían en las tertulias del célebre Café de la Coupole del Boulevard Montparnasse.15 Como resultado de sus trabajos, consiguió publicar algunos artículos nuevos sobre los linfáticos y comenzó la producción de trabajos de embriología que, acorde con la escuela parisina, tenían un cariz descriptivo. Existen noticias indirectas de que sus primeras observaciones embriológicas en el laboratorio de Rouvière fueron sobre desarrollo encefálico, concretamente sobre la embriología del septum pellucidum,16 no obstante, los trabajos embriológicos que publicó al año siguiente en Annales d’Anatomie Pathologique et d’Anatomie Normale Médico-Chirurgicale hacían referencia a otra serie de temas muy dispares como la embriogénesis de las hernias diafragmáticas, el desarrollo de la arteria estapediana o el desarrollo pulmonar,17 pero no a neuroembriología. Ante este interés por la embriología, Pedro Ara vio en el joven profesor el candidato ideal para llevar a cabo los planes de Cajal y Castillejo de crear en España una escuela de embriología experimen  Gómez Santos (1968: 170).   Velasco Morgado (2010).   Laín Entralgo (1993: 528-529). 16   En el Congreso de la Asociación francesa de anatomistas, Rouvière interviene afirmando: «Les conclusions de M. Lucien concordent avec les résultats des recherches embryologiques que poursuit dans mon laboratoire, sur l’origine de septum lucidum M. Orts y Llorca». «Las conclusiones del Sr. Lucien concuerdan con los resultados de las investigaciones embriológicas que ha hecho en mi laboratorio sobre el origen del septum pellucidum el Sr. Orts Llorca». VV. AA. (1933: 426). 17   Orts Llorca (1932a, 1932b, 1933a, 1933b, 1933c). 13 14 15

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tal. Así, mediando Ara con Cajal y contando con el apoyo de Pío del Río Hortega,18 la JAE concedió a Orts una pensión para estudios embriológicos. El papel de López Prieto en la carrera del embriólogo no ha sido suficientemente valorada hasta el momento, y parece importante. No solo porque defendía el uso de la embriología y la anatomía comparada como auxiliares indispensables de la anatomía,19 sino por contar con un circulo de contactos clave para las pensiones de Orts. Era amigo íntimo de Río Hortega20 y mantenía también una relación de amistad con Ara.21 Queda claro que, al llegar a Valladolid, Orts se colocó en unas coordenadas idóneas para iniciar su carrera. Según el testimonio de uno de sus primeros discípulos,22 al igual que había ocurrido años atrás con Pedro Ara, la JAE estaba interesada en que Orts importase la embriología experimental desde los Estados Unidos, por lo que propusieron como primer destino el laboratorio más puntero de aquel país, el de la Carnegie Institution de Baltimore. El anatomista, sin embargo, decidió viajar a Austria. Al igual que había sucedido con la pensión de Alcalá Santaella, Pedro Ara volvió a influir en la decisión de viajar hasta el laboratorio de Hochstetter.23 Siguiendo pues, la guía del que se había convertido en su preceptor y promotor académico, Orts viajó hasta Viena en 1932. Aréchaga y dos discípulos directos de Orts24 destacan la importancia de la presencia en aquel departamento de Eduard Pernkopf (1888-1955) que, según estos autores, ejerció junto con Hochstetter una gran influencia en la morfología de Orts. Su actividad en Viena, sin embargo, fue   Gómez Santos (1968: 170).   Véase, p. e. López Prieto (1932: 71).   Riera Palmero (2005: 182). 21   A la vista de la carta que le envía de Argentina en 1931, Ara y Río Hortega tenían una buena sintonía por aquellos años. Archivo Río Hortega (ARH). Carta de Ara a Río Hortega, Córdoba (Argentina), 20 de marzo de 1931. 22   No existe documentación en el archivo de la JAE sobre esta beca, por lo que tenemos que guiarnos por los testimonios de sus coetáneos y discípulos. Tomamos estos datos de: López Rodríguez (1993: 26). 23   Según el propio Orts: «Don Pedro Ara, el mago de la disección […] al que tengo que agradecer los consejos y las orientaciones que me dio en mi juventud para dirigirme a los centros más prestigiosos de Europa donde se cultivaba la embriología: Rouvière en París, Albert Dalcq en Bruselas; A. Fischel en Viena […]» Orts Llorca (1975: 8). 24   Aréchaga, Jiménez-Collado y Ruano Gil (2009: 1167). 18 19 20

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fundamentalmente al lado de Alfred Fischel que, aunque ya enfermo, estimuló la embriología de Orts. El anatomista argentino Ángel Roque Suárez llegó a afirmar que «[la] desgraciada circunstancia del fallecimiento de Fischel, frustró una nueva edición de este hermoso libro de embriología que, a justo título, debía ostentar como autores a Fischel y Orts».25 Fischel había llevado a cabo sus investigaciones en embriología experimental en la década de 1920,26 por lo que Orts no pudo conocer aún de primera mano esta visión de la disciplina. La estancia se alargó hasta 1934. Para entonces, las prórrogas ya no pudieron llevarse a cabo por haber agotado los veintiocho meses que permitían los estatutos de la JAE. Durante todo este tiempo, Orts solo regresó a España en dos ocasiones. La primera entre abril y mayo de 1932 y la segunda, en diciembre del mismo año. También solicitó a la Junta poder desplazarse de nuevo a París,27 aunque no existe constancia de qué tiempo estuvo esta vez en el laboratorio de Rouvière si es que llegó a hacerlo. En el instituto de Viena llevó a cabo una intensa labor de investigación embriológica. Utilizando como animal de laboratorio el perro, siguió investigando el desarrollo vascular y las hernias diafragmáticas congénitas y, paralelamente, se adentró en una de las que serán sus   Roque Suárez (1962: 733).   Politzer (1954: 296). 27   En el expediente conservado en el AJAE no se conservan los documentos anteriores a 1936. No obstante, en la ficha de archivo sí que constan las diferentes interrupciones y prórrogas solicitadas y concedidas. «16-4-1932— Solicita se le permita interrumpir por dos meses (abril y mayo) la pensión por tener que venir a hacer oposiciones.— Concedido en sesión de 6 mayo. 19-7-1932. Com. Eje.— Se acuerda proponer se conceda prórroga de tres meses.— Elevada propuesta el 6 de agosto.— BO. 95. 5-11-1932.— Pide prórroga de 6 meses. En sesión de 15 noviembre se acuerda proponer prórroga de 6 meses. En 29-11 se eleva propuesta.— Y en 12-12— se envía oficio pidiendo se declare que la prórroga será para Francia y Austria.— 2-12-1932. O.M. concediendo prórroga en los términos solicitados por oficio 29-11. 21-12-id. Pide se le permita interrumpir durante dos meses la pensión. 4-1-1933. O.M. concedida rehabilitación 5 meses con 600 pesetas mensuales y 225 viajes (acuerdo sesión 9-12-1932; propuesta 2-1-33). Gaceta 10-1-22. 30-1-1933. Por acuerdo sesión 17-I oficio proponiendo se le permita interrumpir pensión.— Concedido por OM. 17-2— 23-6-1933.— Pide prórroga de 10 meses y en Viena.— SE acuerda proponerlo en sesión 19 julio— Propuesto el 26 julio. Concedido por O.M. 31 julio. 5-1-1934.— OM. Rehabilitado 5 meses con 425 pesetas oro mensuales. B.O. 16. 13-3-1934. Pide prórroga de un año. 6-4-1934. Sesión— Denegado por haber disfrutado ya 28 meses.— Comunicado el 10-4-34. AJAE. 8061. carp. 1901. Ficha de archivo. 25 26

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líneas de investigación principales: la notocorda y la embriogenia de la espina dorsal.28 Al igual que hizo en Francia, los artículos que publicó mientras se encontraba en Austria se escribieron en el idioma local. La aparición de los trabajos de Orts en las prestigiosas revistas Anatomischer Anzeiger y Zeitschrift für Anatomie und Entwicklungsgeschichte, fueron otorgándole progresivamente cierta autoridad internacional. Un aspecto poco conocido de esta etapa —y que no se cita en otras aproximaciones biográficas previas a este personaje— es que, entre 1932 y 1934, intentó en sendas ocasiones hacerse un hueco en la Universidad «autónoma» de Barcelona.29 Allí se le llegó a nombrar «profesor encargado de curso», pero nunca llegó a presentarse en la facultad. Las razones políticas debieron estar detrás de tal decisión, pues, en sus palabras, estos conatos de acercamiento a Barcelona se convirtieron en un «experimento truncado casi sin empezar por los tiempos de tormenta e incomprensión que se avecinaban».30 Mientras tanto, Orts se mantuvo en Austria hasta que comenzó a sentirse el ambiente prebélico que los austrofascitas de Dollfus estaban generando en el país. Entonces, aprovechando que la Junta ya no podía prorrogar más su beca, decidió regresar a España. Con el fin de estabilizar el viejo proyecto de escuela de Cajal y Castillejo, Ara le ofreció a integrarse en su cátedra de la Universidad Central.31 Entonces, Orts solicitó una ayuda a la JAE para subvencionar los gastos de establecer un laboratorio de embriología pero, como he señalado más de una vez en esta monografía, el mayor problema para consolidar las carreras de los pensionados de la JAE tras los viajes fue la erección de laboratorios en España donde poder desarrollar   Orts Llorca (1934a, 1934b y 1934c).   No nos referimos aquí a la Universidad Autónoma de Barcelona creada en 1968, sino a la denominación original que recibió la Universidad de Barcelona durante la Segunda República en virtud de la Ley de Autonomía Universitaria. 30   Declaraciones del propio Orts en: «Orts Llorca, investido doctor honoris causa de la Universidad», La Vanguardia, 29 de abril de 1982, p. 25. 31   En julio de 1934, se incorporó en el laboratorio madrileño como ayudante temporal encargado de la sección de Anatomía. AGUC. Expediente personal de Francisco Orts Llorca. Oficio del decano de la Facultad de Medicina al rector de la Universidad Central. Madrid, 4 de julio de 1934. 28 29

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sus investigaciones. Como promotor del proyecto, Cajal ya había muerto para entonces y la JAE afirmaba no poder asumir ese gasto, con lo que se le remitió a la Fundación Nacional de Investigaciones Científicas y Ensayos y Reformas (FNICER).32 La nueva institución había sido creada a modo de apéndice de la JAE en 193133 y, según ésta, sería a ella a quien corresponderían ahora tales atribuciones. Los problemas derivados de estas duplicidades administrativas hicieron que Orts comenzara a trabajar sin financiación en Madrid hasta que obtuvo su plaza de catedrático. Durante este período llegó a establecer un estrecho vínculo con Pedro Ara, a quien definió como uno de los maestros que más influyó en su formación. Alguno de sus coetáneos llegó incluso a proponer a Ara como el creador de la escuela de embriología,34 sin embargo, si bien no se puede ignorar su papel como impulsor y alentador de la investigación embriológica en el país, su interés por la macrotecnia y la tanatopraxia y su nula producción en este campo, hacen que se tenga que desechar esta tesis. No obstante, todos los datos recogidos hasta el momento lo convierten en el antecesor inmediato de este grupo, y en el primer promotor del verdadero fundador de dicha escuela, que no sería otro que el propio Orts. Los orígenes de la escuela de Orts Llorca tienen que buscarse, pues, en el primitivo proyecto de la Junta para Ampliación de Estudios de fomentar la creación de una escuela de embriología experimental en España y a unos antecedentes de experiencias embriológicas previas de pensionados enviados por la JAE al extranjero. Las influencias de Ara Sarriá, Río Hortega y López Prieto resultaron indispensables para la elección del candidato. Respecto a la geografía científica, a pesar de los intereses de Cajal y Castillejo de importar la nueva embriología desde EE. UU., el pensionado llevaba consigo un bagaje anatómico importante de raíces francesas y, a causa de la influencia de Pedro Ara, elegirá la escuela embriológica vienesa para completar su formación   AJAE, Ficha de Archivo. 8061. carp. 1901.   Fundada por Decreto de 7 de julio de 1931. Sobre esta institución véase López (2008). 34   Gil Vernet (1974: 84-85). 32 33

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De auxiliar a catedrático: el proyecto de un embriólogo En el verano de 1934, Orts firmó las oposiciones para la cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica de la Universidad de Cádiz. El tribunal convocado no podía ser más favorable para el anatomista, puesto que allí estaban presentes los catedráticos que habían favorecido sus experiencias como pensionado. Estaba presidido por Río Hortega, actuaba como secretario el catedrático de Salamanca, Casto Prieto Carrasco, y fueron nombrados como vocales Julián de la Villa, Salvador Gil Vernet y Pedro Ara.35 En aquella oposición, Orts tuvo que enfrentarse por la cátedra con los auxiliares temporales de la Universidad de Barcelona Miquel Vilar Vidal, Eduard Pons Tortella (1906-1989) y Bartolomé Pla i Majó, con Ángel Jorge Echeverri (19041984), de la Universidad de Santiago, con Conde Andreu, que aún era auxiliar en Zaragoza, y con un desconocido Manuel Martín García.36 La memoria preparada por Orts para la ocasión está impregnada de los métodos docentes de las diferentes cátedras nacionales en las que se había formado como docente y de los muchos países que por entonces llevaba visitados. Siguiendo la nomenclatura habitual de los ejercicios de oposición del momento, el opúsculo lleva como encabezado Concepto, método, fuentes y programa de Anatomía descriptiva, Topográfica y Embriología37 y consta de una introducción sobre el concepto de anatomía, una extensa disertación sobre la enseñanza de la misma y un esquema del programa teórico que él consideraba idóneo para ser impartido en la licenciatura en medicina y cirugía. El texto está sembrado de alusiones a Rouvière y a la morfología europea del momento, aunque también aparecen referenciados sus colegas contemporáneos españoles, sobre todo López Prieto y Ara Sarriá. Sobre el método de docencia de este último —que, en esencia, era el 35   AGA, 32/13534. Leg. 9144/2. de oposición a Cátedra de Francisco Orts Llorca. Nombramiento del tribunal de oposición, 1 de julio de 1934. 36   No fueron admitidos a la oposición José Luis Martínez Rovira, Amadeo Soler Luesma, Francisco José Herranz Serrano, Alfonso Dehesa Bailo, Andrés Dorronsoro Montes y Juan Lluch i Carlps. AGA., 32/13534. leg. 9144/2.( Expediente de oposición a Cátedra de Francisco Orts Llorca. Madrid, 12 de noviembre de 1934. 37   AGA 32/13534. Leg. 9144/2. Francisco Orts Llorca, Concepto, Metodo (sic), Fuentes y programa de Anatomía humana y Embriología [Texto mecanografiado. Madrid, 1934]

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que proponía— imprimió algunas características de la enseñanza del primero, como el estudio de la osteología solo en la sala de disección y no en las lecciones teóricas. Aunque el concepto de anatomía de Orts evolucionará con los años, en estos momentos presentaba ya algunos rasgos de la de Braus, sobre todo aquellos que tienen que ver con la importancia de la ontogenia en la forma. Acorde con esta visión, en su memoria defendió que la responsabilidad de la docencia de la embriología debería recaer sobre el profesor de anatomía y no sobre el de histología. Primero —aducía—, por «la extensión enorme que ha adquirido la histología en los últimos tiempos» y, segundo, «como conocimientos «necesarios para la comprensión de las disposiciones adultas». La organización del programa que planteaba para la asignatura es un buen reflejo de esto. Se dividía en ciento noventa y cinco lecciones que comenzaban, como era tradición, con una conceptual; seguida de tres sobre embriología general y después, arrancaba directamente con la anatomía del adulto. Fiel a la morfología brausiana, no dejó lugar para la embriología por aparatos, sino que ésta se incluía al comienzo de cada lección del adulto. Respecto a la filogénesis como herramienta de estudio de la forma, la memoria coloca al anatomista en una situación peculiar. Para él, la embriología experimental había contribuido a destruir «las ideas de la descendencia bajo el punto de vista de Darwin y Haeckel» y —aclaró— la nueva visión que proporcionaba aquella había inclinado la anatomía comparada hacia las primitivas ideas formalistas predarvinianas de Goethe, en las que todos los animales se suponen hechos sobre un plano general. El embriólogo se unía de este modo al aluvión de críticas al evolucionismo darwiniano que se estaban lanzando en aquel momento tanto desde ambientes fijistas como evolucionistas y que tras el período denominado por Bowler «de eclipse»,38 significarían la base sobre la que se construirá la teoría sintética.39 Sobre la docencia embriológica, adjuntó en su memoria una carta mecanografiada con firma autógrafa de Alfred Fischel, un claro sig38 39

 Véase Bowler (1983 y 2003)   Para conocer a fondo la evolución de esta teoría en España véase Pelayo (2009).

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no del internacionalismo que ya por entonces dominaba la ciencia defendida por Orts y a la gran influencia de Fischel en su embriología. Bajo el título «Como cree el Profesor Fischel de Viena que se debe enseñar la Embriología», el austríaco desarrolló en alemán y en apenas folio y medio, la docencia que llevaba a cabo en su facultad y que, de implantarse en España, resultaría toda una novedad metodológica. Contemplaba una serie de clases teóricas apoyadas en material didáctico vario. Las clases magistrales se presentarían con preparaciones embriológicas, preferentemente de muestras humanas, pero con presencia de otras especies como apunte comparativo. Como complemento, el embriólogo austríaco proponía unas potentes clases prácticas. En la escuela vienesa los estudiantes no se limitaban a la visualización al microscopio de muestras de una colección, sino que ellos mismos creaban sus propias preparaciones. Siguiendo este procedimiento, los alumnos no solo adquirirían conocimientos sobre el desarrollo embrionario, sino que se formarían a su vez en los métodos básicos de investigación embriológica, como las reconstrucciones tridimensionales. Orts planteaba que, tal y como se hacía en Viena, el aprendizaje de la embriología durante la licenciatura debería basarse en la observación de reconstrucciones. No obstante, cuando se refiere a la enseñanza de la técnica embriológica que sugería Fischel, la posición del español fue que, dada la excesiva especialización de dichos conocimientos, la cátedra debería contar con una buena colección de embriones, pero destinada solamente a «los alumnos que lo deseen y a los que inspire curiosidad las cuestiones embriológicas». El análisis de los apuntes de los miembros del tribunal conservadas en el Archivo General de la Administración demuestra que desde un principio la gran mayoría de ellos mostraba una admiración especial por el joven Orts. En la primera prueba de selección, que consistía en la valoración curricular de los aspirantes, no obtuvo ninguna crítica: López Prieto destacó su proyección internacional;40 Ara Sarriá, conocedor de la biografía científica de Orts, comentó la mejoría progresiva de sus trabajos de investigación y Río Hortega, puso en 40   AGA, 32/13534. Leg. 9144/2. Expediente de oposición a cátedra de Francisco Orts Llorca. Madrid, 21 de diciembre de 1934.

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valor su formación científica internacional.41 Gil Vernet, que se había formado en embriología junto a Pujiula, demostró su admiración por los trabajos de esta disciplina, aunque en una sentencia francamente lacónica: «Demuestra una preparación sólida en materia embriológica y bajo ese aspecto nos merece magnífico concepto demostrando también buena preparación anatómica».42 Por último, Julián de la Villa se limitó a escribir: «Varios trabajos, algunos originales y de valor».43 La visible inclinación de los miembros del tribunal hacia Orts fue rápidamente captada por sus contrincantes. En una carta sacada a la luz por Gurriarán hace unos años, Echeverri criticaba: «Orts no sabe más que embriología y el otro no sabe más que disecar, pero el tener un apoyo en el Tribunal y una persona que lo defienda es la base de todo».44 Verdaderamente, el tribunal se deshacía en alabanzas hacia la obra temprana de Orts y volcaba críticos dictámenes cuando se refería a la trayectoria de alguno de sus competidores. En este sentido, se puede apreciar un marcado interés de los anatomistas españoles de la anterior generación —al menos en la muestra formada por aquel tribunal— por la inclusión de la embriología en la explicación de la forma. Río Hortega, por ejemplo, habla de Conde Andreu en los siguientes términos: «posee una formación científica de patrón antiguo en la que no vislumbra interés por los nuevos aspectos de la anatomía y la embriología».45 Además, el ambiente de renovación de las disciplinas morfológicas se palpa en el relativo menosprecio que mostraban los miembros del tribunal hacia la anatomía quirúrgica como subespecialidad. Ara se refiere a la anatomía de Echeverri con la expresión «muy mediatizada por la quirúrgica» y, cuando se refiere a Pons Tortella le critica su «vocación quirúrgica».46 Además, se manifestó en contra de la versión descriptiva pura de la embriología y llegó a achacar la «imperfección» de sus publicaciones embriológicas a la influencia de Pujiula.47   Ibid.   Ibid. 43   Ibid. 44   Gurriarán (2006: 478). 45   AGA, 32/13534. Leg. 9144/2. Expediente de oposición a cátedra de Francisco Orts Llorca. Madrid, 23 de diciembre de 1934. 46   AGA, 32/13534. Leg. 9144/2. Expediente de oposición a cátedra de Francisco Orts Llorca. Madrid, 22 de diciembre de 1934. 47   Ibid. 41 42

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A la hora de la crítica de la lección magistral, el exceso de embriología de Orts fue su único punto débil. Esta característica la arrastraría durante toda su carrera e influiría definitivamente en su construcción de una escuela de embriólogos y no de anatomistas. En su explicación anatómica contó con el apoyo de una colección de microfotografías embriológicas, muchas de las cuales se había traído de Viena48 y, a pesar de que utilizó también otros recursos como piezas anatómicas de niño y adulto, a todos los miembros del tribunal les pareció excesiva la parte embriológica. A todos excepto a Río Hortega, que seguía maravillado con el opositor y seguía apuntando: «excelente método y la necesaria claridad».49 Finalmente, el tribunal deliberó y le eligió por unanimidad para el primer puesto.50 Tomó posesión de la cátedra de Cádiz el 1 de febrero de 1935, y le fue asignado un sueldo de 8.000 pesetas anuales51 más otras 3.000 por acumulación de la asignatura de técnica anatómica. La facultad de Cádiz no presentaba las características científicas que Orts esperaba. En abril de 1935 decidió escribir de nuevo a Río Hortega para ponerle al día de su llegada a la facultad y solicitar su intercesión ante la JAE para la concesión de una nueva beca que le permitiera completar su especialización en embriología experimental. Su primera impresión de Cádiz quedaba retratada en aquella carta: Aquí nos encontramos bien en cuando a la parte animal de la vida se refiere, y solo regular o tal vez menos que regular en otros dominios, pues ambiente científico no hay ninguno, ni bueno ni malo; yo estoy haciendo algo por ver de organizar esto, y quiero ver si el próximo año ya está algo mejor la cosa, aunque de dinero disponemos de muy poco.52

48  JAE, Memoria correspondiente a los cursos 1933 y 1934, Madrid: Junta para Ampliación de Estudios, 1935, p. 120. 49   AGA, 32/13534. Leg. 9144/2. Expediente de oposición a cátedra de Francisco Orts Llorca. Madrid, 5 de enero de 1935. 50   AGA, 32/13534. Leg. 9144/2. Expediente de oposición a cátedra de Francisco Orts Llorca. Madrid, 13 de enero de 1935. 51   AGA, Caja 32/15321, Exp. 9175-86: Expediente de concesión de catedrático numerario de Universidad a favor de Francisco Orts Llorca, 1935. 52   ARH. Carta de Orts Llorca a Río Hortega, Cádiz, 29 de abril de 1935.

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Con o sin la mediación de Río Hortega, el 21 de junio de 1935, la JAE resolvió conceder a Orts la nueva pensión. Dotada con una bolsa de 425 pesetas oro mensuales y 500 para viajes, el destino aprobado en esta ocasión fue Suiza y contemplaba una ampliación de un mes en Alemania. Austria quedaba descartada, pues los problemas de salud de Fischel se habían agravado tanto, que no tardaría ni un año en solicitar la jubilación anticipada.53 Desconocemos su trabajo en Suiza, pero su estancia en el laboratorio de Walter Vogt (1888-1941) en la Universidad de Múnich significó una gran revolución para la embriología de Orts. Vogt había ideado y descrito en 1929 una técnica consistente en marcar con tinciones coloreadas intra vitam las áreas presuntivas en estadios incipientes del desarrollo embrionario para así estudiar las estructuras a las que abocan tales territorios. Orts asimiló todos los conceptos y técnicas de la embriología experimental que se estaban llevando a cabo en aquel departamento de zoología y volvió a España con el firme propósito de comenzar a trabajar con esta nueva visión experimental. Con el objetivo de volver a Múnich, en junio de 1936, volvió a enviar una petición a la JAE.54 En esta ocasión no solicitaba financiación, sino solamente la condición de pensionado, ya que había establecido contactos con la Fundación Rockefeller y había conseguido una beca de los estadounidenses para continuar su formación en embriología experimental en el laboratorio del discípulo de Spemann, Johannes Holtfreter (1901-1992).55 Los planes para crear un laboratorio de embriología experimental competitivo a nivel internacional al fin parecían hacerse realidad aquel año. La Rockefeller se había puesto en contacto con la FNICER y se había comprometido a financiar el viaje del embriólogo a Alemania a cambio de que ésta crease el anhelado laboratorio en Cádiz. La Fundación Nacional había accedido y había previsto la cantidad de 8.000 pesetas para instalaciones y aparatos y otros 8.000 para personal.56   Politzer (1954: 298).   AJAE, 108/120. Expediente de Francisco Orts Llorca. Fol. 1a. Cádiz, 14 de junio de 1936. 55   Los planes pasaban por realizar una investigación sobre el desarrollo de la cresta neural y de los ganglios espinales en anfibios y contemplaba la posibilidad de acudir a otros centros durante la estancia. 56   Formentín Ibáñez y Rodríguez Fraile (2001). 53 54

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A la espera del nuevo viaje, Orts viajó a Valencia para disfrutar de sus tradicionales vacaciones familiares, que solía pasar junto a su hermana y su sobrina, que vivían a caballo entre Valencia y Benidorm.57 Sin embargo, solo unos días después, estalló la Guerra Civil. Agregado a la Universidad de Valencia, consiguió proseguir con sus investigaciones a pesar del contexto bélico. Incluso consiguió sacar junto con Urtubey un primer número de una revista que titularon Folia Morphobiologica Hispanica.58 Solo había pasado un año desde que había comenzado la guerra y la situación económica de Orts era dramática. La beca de la Rockefeller había sido rescindida ante la «falta de seguridad»59 y en julio de 1937 se vio obligado a enviar una instancia a la JAE en la que suplicaba una subvención para proseguir con sus trabajos de embriología.60 Desprovisto de la acumulación de la técnica anatómica, «que siempre fue inherente a la Cátedra de Anatomía», no tenía unos ingresos mínimos para poder continuar. La Junta volvió a delegar la responsabilidad en la FNICER, que recogió la petición de Orts y decidió crear (por evidentes motivos geopolíticos) el prometido Laboratorio de Embriología experimental en Valencia y no en Cádiz. Pero la inestabilidad fue una constante en las estructuras científicas de ambos bandos durante la Guerra y, por orden ministerial del gobierno republicano de 13 de agosto de 1937, se suprimieron algunas de las atribuciones de la Fundación y se adscribieron a la JAE centros otrora dependientes de la primera, como había pasado con el Instituto Cajal. Así, por la similitud de las investigaciones que allí se llevaban a cabo, se decidió vincular también a la Junta el nuevo laboratorio de embriología.61 Orts fue nombrado director del centro y se le concedió como tal un sueldo de cinco mil pesetas anuales y un   Murcia García, (2006: 108).   López Piñero, (2000: 208).   En la ficha de la beca reza: «12/18/36. Rescinded. Owing to recent events in Spain there can be no assurance given that L will be able to return to his present post and to carry on effectively his research program». Rockefeller Archive Center (RAC). RF. 10.2. Fellowship recorder cards. Discipline 9 (Medical and Natural Sciences, MNs). Drawer 3. Orts Llorca, Francisco card. 60   AJAE, Caja 1872/162/261. Laboratorio de Embriología. Valencia, 15 de julio de 1937. 61   Aunque este laboratorio haya sido pasado por alto en los últimos estudios sobre los laboratorios adscritos a la JAE. 57 58 59

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presupuesto para investigación de otras cinco mil pesetas.62 Sobre la dotación de personal del nuevo laboratorio, solo tenemos constancia de que Vicente Alcober Coloma, que llegaría a ser profesor de anatomía patológica en Valencia, aparece en la documentación como «colaborador del Laboratorio de Embriología de la Universidad de Valencia».63 No tenemos, en cambio, dato alguno que apoye que Alcober hiciera ningún tipo de investigación embriológica por aquellos años. Como el resto de asuntos cotidianos de un país en guerra, la vida científica en el laboratorio valenciano no resultaba fácil. El material de investigación llegaba desde el extranjero, incluso se transportaba material biológico hasta Valencia, un dato que explica que se hicieran observaciones sobre embriones de especies tan difíciles de adquirir en nuestro país como el mono Rhesus. No obstante, parte del material que recogió en Viena64 y una embrioteca propia que iba creciendo por años, fue utilizado en los artículos de este período. Como ejemplo de las dificultades de cultivar la embriología durante la guerra, en 1938 se perdió por el camino una remesa de material enviado desde Francia. Como sabemos por un oficio en el que Orts reclamaba el envío a la central de la Junta, el paquete que lo contenía desapareció en el camino desde Barcelona a Valencia.65 El caos era un hecho y la ciencia en estas circunstancias, una utopía. Aun así, el anatomista fue capaz de sacar a la luz hasta cinco artículos de embriología durante los años de la guerra.66 La situación económica no era la propicia para comenzar a aplicar las técnicas experimentales aprendidas en Europa, así que Orts decidió trabajar sobre embriones humanos teratológicos, una línea mucho más sencilla de mantener. 62   AJAE, Caja 1872. JAE/162-261. Laboratorio de Embriología. Fol. 8. Valencia, 14 de setiembre de 1937. 63   AJAE, Sec. Secretaría, Ser. Correspondencia General; 280790340/JAE/167/18/13. Relación de personal en edad militar de los centros de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones científicas de Valencia. Colaboradores del laboratorio de Embriología. Valencia, 1938. Inexplicablemente, Orts aparece en el mismo documento con el mismo cargo auxiliar. 64   Un ejemplo de esto, es el artículo Orts Llorca (1937), en el que no solo se utiliza un embrión de la colección de Fischel, sino que se le dedica el trabajo. 65   AJAE. Caja 1872. JAE/162/261. Laboratorio de Embriología. Fols. 9 y 10. Valencia, 25 de julio de 1938 y s.l. 4 de agosto de 1939. 66   Orts Llorca (1936a, 1936b, 1936c, 1936d, 1937 y 1938).

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Para la publicación de los resultados, ante la crítica situación, el investigador decidió optar por diversificar las revistas a las que enviaba sus originales. En España, publicó en la revista generalista de la facultad y en la que él había creado junto con Urtubey y en el extranjero, sus trabajos aparecieron en la portuguesa Arquivo de Anatomia e Antropologia —siempre dispuesta a recoger artículos de sus colegas españoles— y en Archives d’Anatomie, d’Histologie et d’Embryologie Normal et Expérimentales, una revista que se publicaba en Estrasburgo desde hacía más de una década.

Cádiz: los primeros pasos de un laboratorio de embriología A sus treinta y cuatro años, Orts comenzó la ímproba tarea de crear de la nada un laboratorio especializado en embriología en el contexto de una posguerra en la que parecía lejana la probabilidad de reconstruir la situación científica de la España anterior a la contienda civil. Los estipendios de un catedrático con dedicación absoluta a la universidad no eran compatibles con el nivel de vida y los gastos de investigación de Orts, así que, durante este período, decidió dedicarse a la cirugía fuera de la facultad67 y completó su sueldo aceptando la asignatura de cirugía por acumulación.68 Si Cádiz no contaba con medios antes de la Guerra Civil, la situación era peor al término de esta. En el claustro de la Facultad de Medicina solo destacaban como investigadores los catedráticos de Patología Médica y de Oftalmología, Manuel Díaz-Rubio Lurueña (1908-1976) y Pérez Llorca. El catedrático de Histología y Anatomía Patológica era Diego Ferrer Fernández de la Riva, que mostraba un nulo interés por la embriología, pero Orts estrechó lazos con el auxiliar que estaba encargado de la histología, Manuel Mari Martínez. Descrito por Genis Gálvez como «opuesto en vértice» a Ferrer,69 compartía con Orts el interés por la teratología. Se había doctorado en 1941 con un

  Aréchaga, Jiménez-Collado y Ruano Gil (2009: 1169).   López Rodríguez (1993: 27). 69   Archivo de la Familia Genis (AFG). José María Genis Gálvez, Memorias. Septiembre de 2000. [Manuscrito original inédito transcrito e impreso], p. 5. 67 68

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trabajo anatómico que incluía algunos datos embriológicos70 y desde su llegada a Cádiz había colaborado activamente en los proyectos del anatomista. Además, Orts supo hacerse pronto con una selección de estudiantes de Medicina que se convertirían con el tiempo en el germen de lo que sería su escuela. Estudiaremos con detenimiento este fenómeno en el capítulo posterior, pero se hace necesario señalar aquí que durante estos años aparecen firmando ya algunos trabajos junto con embriólogo sus primeros discípulos, Antonio López Rodríguez (1925-1997), José Luis Martínez Rovira (1925-1988) y José María Genis Gálvez (1928-2003). Desarrollar un programa de investigación era difícil para alguien marcado por la depuración de la posguerra. Sin el apoyo económico del CSIC y en el contexto de aislamiento de España en aquellos primeros años del Régimen, Orts no pudo continuar con su formación internacional en embriología experimental. Intentó buscar de nuevo el apoyo de fundaciones privadas, y con este objetivo se dirigió de nuevo a la Rockefeller en 1946.71 Acababa de terminar la Segunda Guerra Mundial y, en el nuevo contexto político, la Alemania derrotada no ofrecía la riqueza científica de años atrás. Intentando aprovechar el interés del Régimen por acercarse a los vencedores, la nueva solicitud era para una estancia en los EE. UU. La propuesta, sin embargo, fue rechazada por la fundación. Los recursos se acababan y en 1948 hizo un último intento con Albareda para poder recibir la ayuda de su Consejo pero, aunque había pasado casi una década desde el final de la Guerra Civil, los informes que presenté en el anterior capítulo impidieron los apoyos económicos a su proyecto. Orts solicitó ayuda a Albareda con el objetivo que crear una sección de embriología anexa al Instituto Cajal.72 Las lacónicas respuestas que le llegaron desde el CSIC cerraron definitivamente la relación. En una primera, el Secretario General

  Mari Martínez (1941).   Rockefeller Archive Center (RAC). RF. 10.2. Fellowship recorder cards. Discipline 9 (Medical and Natural Sciences, MNs). Drawer 3. Orts Llorca, Francisco card. 72   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 016/347. Carta de Orts Llorca a José María Albareda. Cádiz, 16 de noviembre de 1948. 70 71

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negaba haber recibido solicitud alguna, y en la segunda73 simplemente le negaba la ayuda económica74 y se le emplazaba a intentarlo al año siguiente. No existió después más relación epistolar entre ambos. La situación era tal a principios de la siguiente década que Orts se llegó a plantear en 1952 exiliarse a Argentina. Según las autorizaciones para desplazarse al extranjero que se conservan entre la documentación del Archivo del Ministerio de Educación Nacional, en 1952 solicitó un permiso para viajar a Sudamérica y desempeñar el rol de profesor en la Universidad de Cuyo, Mendoza. El permiso era para todo el curso 1951-1952, pero no existe constancia de que realmente hiciera algún viaje durante estos años. A pesar de la falta de apoyo, el laboratorio de Cádiz comenzó a producir trabajos embriológicos. Junto con sus colaboradores y discípulos, Orts fue publicando anualmente numerosos trabajos que abarcaban la embriología descriptiva, la teratología y la embriología experimental. En el ámbito de la descriptiva, y de manera paralela a Escolar,75 Orts y los investigadores de su laboratorio utilizaron, junto con las técnicas más clásicas, el método de Born de reconstrucción tridimensional. Orts había aprendido este método en Viena y, como otros, lo había modificado para su mejor aprovechamiento. En un trabajo experimental publicado en 1944, por ejemplo, comenzó a utilizar planchas de cartón y no de cera, pues afirmaba que dotaba al modelo de una mayor resistencia.76 Progresivamente, se fueron delimitando unas líneas de investigación principales de su laboratorio: el desarrollo del corazón, del ojo y de la médula. Tenían mucho que ver con los intereses de Fischel, quien en su período descriptivista había abordado el desarrollo normal y patológico del sistema nervioso central y del ojo, incluyendo la ciclopía y, ya en la década de 1920, cuando abrazó el experimen73   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 016/588. Carta de Albareda a Orts Llorca. Sin lugar, 22 de noviembre de 1948. 74   AGUN, Fondo José María Albareda Herrera. 016/680. Carta de Albareda a Orts Llorca. Madrid, 2 de diciembre de 1948. 75   Basado en esta técnica es, por ejemplo el trabajo Orts Llorca y Mari Martínez (1944). Sobre el método de Born y Escolar, véase el capítulo dedicado a este científico en este mismo trabajo. 76   Orts Llorca (1944).

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talismo, había vuelto sobre el tema del ojo único. Además, en sus últimos años de ejercicio, había dedicado algún trabajo al desarrollo cardíaco y, entre otros hallazgos, había descrito el foramen subseptale. En el laboratorio gaditano, la siringomielia y otros defectos del tubo neural fueron uno de los temas más recurrentes por estos años y, en colaboración con Manuel Mari y Antonio López, Orts inició una línea de investigación cardioembriológica.77 Fue tal la influencia de Fischel en aquellas primeras líneas de investigación que, entre los hallazgos de este período destaca la descripción del cierre del foramen subseptale.78 Por otra parte, en la medida en que las condiciones económicas de aquellos años lo permitieron, la embriología experimental llegó por fin a Cádiz. Las experiencias en este sentido se pueden dividir en dos grupos: (1) las resultantes de los trabajos en los que se exponían a los embriones a noxas externas y (2) las derivadas de las lesiones microquirúrgicas y marcajes especiales. En el primer grupo, durante este período se expusieron a los embriones a tres fármacos, el testovirón, el cortirón y las muy usadas sales de litio79 y en el segundo, aplicaron la técnica de Vogt (las tinciones coloreadas de las áreas presuntivas) al estudio de algunos problemas planteados por los resultados de los trabajos teratológicos descriptivos, como la patogenia de las malformaciones de la médula espinal.80 Durante este período, los trabajos de Orts consiguieron aparecer tanto en revistas españolas como en revistas internacionales de gran impacto. En España, utilizó la revista de Barcia, Archivo Español de Morfología, y, puntualmente, alguna revista clínica que aceptaba 77   Orts Llorca y Martínez Rovira (1944); Orts Llorca y Mari Martínez (1948); Orts Llorca y Genis Gálvez (1953) y Mari Martínez (1952). 78   Orts Llorca y López Rodríguez (1951). Los hallazgos casuales de las piezas que iban llegando al laboratorio eran, asimismo, comunicados, con sus teorías embriopatogénicas correspondientes Este fue el caso de una otocefalia, (Orts Llorca (1946) o algunos casos de malformaciones del troncoencéfalo y del prosencéfalo: Orts Llorca y Martínez Rovira,(1948) y Orts Llorca y Mari Martínez (1949a). 79   Orts Llorca (1943, 1944, 1948a). 80   Nos referimos a su trabajo: Orts Llorca (1941). En él, para estudiar la patogénesis de la espina bífida y, siguiendo el método de Vogt, coloreó una pequeña región del borde del canal medular colocando un trozo de agar-agar empapado en azul de Nilo y comparó los resultados lesionales con los producidos por la detención experimental del cierre del canal medular.

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trabajos morfológicos relativos a su especialidad, como Medicina Clínica, Revista Española de Oto-neuro-oftalmología y Neurocirugía o Revista Clínica Española. En el extranjero, siguió utilizando la portuguesa Arquivo de Anatomia e Antropologia y consiguió publicar uno de los trabajos sobre el testovirón en la prestigiosa Wilhelm Roux Archives für Entwicklungsmechanik der Organismen, la revista que dirigía Vogt. El proceso de «internacionalización» de su trabajo y su figura —que con tanta fuerza había comenzado en los años de la Republica— fue lento, pero progresivo. Su presencia en congresos internacionales era indispensable para ello, aunque no pudo acudir a ninguno hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1949 tuvo la oportunidad de viajar al extranjero para acudir a la reunión internacional de embriología fisiológico-genética que se celebró en Berna (Suiza) y, a partir de aquel año, una vez instalado, como veremos en la Universidad Central, pudo asistir anualmente a las reuniones nacionales de anatomistas franceses y a otras reuniones anatómicas, como la que se celebró en Génova en 1954.81 En 1956 ya tenía su lugar en la comunidad embriológica internacional e ingresó como miembro numerario de la primera sociedad internacional de embriología: el Institut International d’Embryologie.82 Se convirtió así en el primer español en figurar en aquella larga lista que reunía a investigadores de decenas de países.83 Se podría afirmar que Orts fue el primer embriólogo del estado en integrarse en los círculos internacionales de la especialidad. A mediados de la década de 1960, además de al citado instituto, pertenecía a sociedades científicas estadounidenses, brasileñas, alemanas, mejicanas y argentinas y, en 1964, se le llegó a encargar la celebración del Congreso de la Asociación Internacional de Anatomistas. Con motivo de aquel encuentro, dejó clara su vocación internacionalista y denunció la poca voluntad a este nivel de otros colegas, en unas declaraciones al diario ABC:

81   AGA, Leg. 19963, Sig. Topográfica 32/65. Relaciones culturales: Viajes y conferencias de Francisco Orts Llorca. Sin fecha. 82   La que desde 1968 es International Society of Developmental Biologists. 83   Véase el listado en General Embryological information service, Hubrecht Laboratory, Holanda, 1960, n.º 1, p. 19.

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Raúl Velasco Morgado El principal objetivo [de este congreso] es mostrar a todos lo que aquí se trabaja, las metas que nos hemos trazado. El investigador español se muestra, por lo general, reacio a mandar el resultado de sus trabajos a las revistas especializadas extranjeras. El ver lo que hemos realizado ya y nuestros proyectos, causará una indudable sorpresa para los científicos de fuera.84

Un reflejo de su nivel internacional es la presencia de algunos investigadores extranjeros en su cátedra ya durante este período. Tenemos referencias de la presencia de dos médicos sudamericanos en la cátedra de Cádiz: el argentino Ángel Roque Suárez y el uruguayo Washington Buño85 (1908-1990). El primero, interesado en los linfáticos y en la embriología, había llegado a la cátedra por recomendación de Pedro Ara86 y Buño, por su parte, provenía de la Universidad de Montevideo y había llegado a España tras una serie de visitas a otros centros estadounidenses.87 Años después, Orts recordaría la etapa de Cádiz como los años más felices de su vida.88 Los escasos recursos materiales y humanos para trabajos originales, le permitieron redactar durante este período su gran obra docente, su célebre tratado de anatomía.

La cátedra de la Central: un cambio político, una oportunidad

La oportunidad de crecer llegó desde Madrid. Tras la jubilación de Julián de la Villa, la cátedra de Anatomía descriptiva y topográfica y Técnica Anatómica II de la Universidad Central quedó libre. Convocada la oposición en 1950, Orts decidió optar a la misma por concurso de traslado. Los cambios políticos de este período favorecieron su incorporación al puesto. La clave fue la transformación que había surgido en la   Declaraciones de Orts recogidas en ABC por Crespo (1964: 17).   Aparece nombrado como investigador visitante en AFG. José María Genis Gálvez, Memorias, p. 14. 86   Roque Suárez (1962: 732-733). 87   En 1946, gracias a la beca John Guggenheim, se trasladó hasta Baltimore para trabajar sobre histología del sistema endocrino en el hospital de la John Hopkins’ y en 1948 hacía lo propio en la Universidad de Chicago, Illinois. Mañé Garzón (1990). 88   Orts Llorca (1975). 84 85

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universidad española a raíz del nombramiento de Ruiz-Giménez como Ministro de Educación en 1951. Su programa de reformas del sistema universitario a través del nombramiento de rectores procedentes del intelectualismo de la Falange, como Pedro Laín Entralgo (1908-2001) en Madrid o Antonio Tovar Llorente en Salamanca (1911-1985), fue definitivo para el triunfo de Orts. Este ambiente, católico y falangista, pero reformador y crítico con el franquismo como ideología, resultó definitivo, pues pretendían «tratar de entender la parte de razón de los vencidos para, una vez purificada, asumirla en un proyecto común, católico, nacional y totalitario».89 En el proceso de selección, Orts se enfrentó a un envejecido Alfonso Dehesa Bailo (1895-1953). Dehesa, aragonés que había estudiado su licenciatura en Granada, había comenzado su labor investigadora, como tantos otros, en los laboratorios de la JAE. Desde 1928, había trabajado en el laboratorio de fisiología de la Junta y, según afirman sus coetáneos, encontró su vocación hacia la embriología tras escuchar una conferencia de Oscar Hertwig.90 Durante el período entre 1922 y 1926, trabajó en el Instituto anatómico de Múnich al lado de Wassermann y Mollier91 y después, volvió a España con la promesa de la Fundación Conde de Cartagena de que se le financiarían sus investigaciones embriológicas.92 Y así fue; en diciembre de 1931 se creó para él la primera cátedra de embriología que, según describió Granjel, dependió directamente de la Real Academia Nacional de Medicina. Se nombraron como supervisores del proyecto a seis académicos: Antonio Simonena Zabalegui, José Goyanes Capdevila, Jorge Francisco Tello, Leonardo de la Peña, José Sánchez-Covisa y Pedro Cifuentes Díaz,93 y durante el período de la República, la cátedra organizó en San Carlos cursos sobre embriología humana «con datos de los demás   Juliá (2002).   Pino (1992). 91   Véase AJAE, 41/20. Expediente de Alfonso Dehesa Bailo. Informe de Wasserman. Múnich, 15 de abril de 1924. 92   La Fundación se había creado gracias al mecenazgo de Aníbal Morillo y Pérez, Conde de Cartagena, que dejó un importante legado económico a la Real Academia de Medicina que permitió llevar a cabo diferentes proyectos a partir de 1930. Véase Granjel (2006: 278). 93   Ibid. p. 278. 89 90

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vertebrados» que iban destinados a médicos generalistas y ginecólogos y cuyo coste de matrícula era cubierto por la fundación.94 A su vez, Dehesa fue completando su formación internacional. Pensionado por la Ciudad Universitaria de Madrid, se desplazó para ampliar estudios a Londres y, durante el curso 1931-1932, desempeñó allí el cargo de demostrador honorario.95 La cátedra de Embriología de la Real Academia, no obstante, tuvo su fecha de caducidad con la Guerra Civil.96 Establecida la dictadura, Dehesa consiguió la cátedra de Anatomía de Salamanca y en 1943 logró por concurso de traslado la de Valladolid. A pesar de esta brillante carrera académica y una intensa actividad como traductor científico, su bagaje como investigador, muy valorado en este tipo de convocatorias, no era muy voluminoso. La lista se reducía a unos trabajos puntuales sobre el desarrollo de la próstata que había comenzado en su época en Alemania y que se habían concluido y publicado décadas después.97 Sus méritos docentes, pues, no podían competir con el currículum investigador de Orts. A pesar de todo, y de nuevo por causas evidentemente políticas e ideológicas, la elección resultó difícil. La intervención de Laín, a la sazón rector de la Universidad Central, fue decisiva a la hora de tomar la última decisión. El historiador recordó en la sesión necrológica de Orts: «Una de las escasas satisfacciones íntimas que me deparó mi paso por el Rectorado [...] fue la de haber podido intervenir en la consecución de ese espléndido fichaje para su claustro».98 La contienda 94   «[…] distribuido en 34 lecciones teóricas, 25 demostraciones y prácticas y trabajos especiales y de investigación a quienes lo soliciten», ABC, miércoles 9 de octubre de 1935, p. 22. Vid. también otras noticias en prensa sobre los cursos impartidos, como p. e. ABC, jueves 27 de febrero de 1936, p. 25. 95   AGA., 32/13534. Leg. 9144/2. Expediente de oposición a cátedra de Francisco Orts Llorca (1934-1935). Currículum de Alfonso Dehesa Bailo. 96   Pérez Peña (2005: 346). Aunque Pérez Peña se refiere a él por error como «Ildefonso», en vez de Alfonso. 97   Dehesa Bailo, (1952 y 1956). 98   Laín Entralgo, (1993: 530). Véase también, del mismo autor: Laín Entralgo (1981: 216 y ss.), donde el historiador reincide: «una de las [estrellitas consoladoras] que con más grato brillo veo yo ahora consiste en lo que pude entonces hacer para que te trasladases de la Facultad de Medicina de Cádiz a la de Madrid, y con ello pudieras ampliar considerablemente el área de tu magisterio y las posibilidades de tu obra científica».

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Fig. 5.1. (a y b) Francisco Orts Llorca en su laboratorio (Gómez Santos, 1968). Cortesía de la Editorial Biblioteca Nueva.

debió de ser dura y con variables externas de notable peso, pues, en su Descargo de conciencia,99 Laín llegó a afirmar: «Me batí con decisión y buen éxito para que —contra fuertes presiones de nivel científico mucho más bajo— pudiera venir a Madrid un anatomista tan prestigioso y tan consagrado a la enseñanza como Francisco Orts Llorca». Finalmente, Orts consiguió la cátedra y Dehesa murió cinco meses antes de hacerse formal el nombramiento del nuevo catedrático. 99

  Laín Entralgo, (1976: 399).

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Orts se trasladó a Madrid y se llevó consigo a algunos discípulos dispuestos a trabajar con él. El nuevo puesto traía consigo una posición con un poder académico importante, gracias a la cual, como vimos, consiguió bloquear la llegada de Escolar a Madrid, pero también conllevaba varios retos profesionales, como poner en marcha de nuevo un laboratorio especializado. Esta vez, sin embargo, contaba con la ventaja de encontrarse en el epicentro de la universidad española, con una mejor dotación de medios, con el apoyo incondicional del rector y con una importante experiencia previa. El ambiente de la Central era bien diferente al de Cádiz y Orts se integró pronto en la sociedad intelectual madrileña de su época. Las tertulias que se organizaban en su casa recogían, además de a sus discípulos, a una importante parte de la intelectualidad de la capital: Don Paco [dejó escrito José María Genis en sus memorias] me ha invitado a una tertulia que se celebra en su casa. El ambiente es cálido. Se cruzan conversaciones de diversa índole. Allí intimé con Don Pedro Ara, con Laín Entralgo, con el pintor Prieto, muy amanerado él, con Aranguren el filósofo [y con] José Romero Escasi, magnífico dibujante que extendía su personalidad a otras actividades intelectuales […]100.

Este relato contextualiza a un Orts muy integrado en el conjunto de miembros de la llamada generación de la Guerra Civil (Laín, López Aranguren) y arropado por miembros de la anterior generación, como su mentor Ara o el pintor Gregorio Prieto (1897-1992). Laín se convirtió, de hecho, en un «amigo incondicional»101 y, gracias a él, el anatomista consiguió hacerse con un laboratorio nada más llegar a Madrid. En mayo de 1954, Orts le envió una carta con el material necesario para comenzar a trabajar. El documento ofrece un buen dibujo de su proyecto de investigación al llegar a la capital.102   AFG. José María Genis Gálvez, Memorias, septiembre de 2000, p. 59.   Ambos mantuvieron una relación muy cercana y debían de verse personalmente muy a menudo, lo que hizo que las cartas entre ambos escaseen. En el epistolario de Laín que se conserva en la Real Academia de la Historia existen solo seis cartas de Orts al historiador de la Medicina, de la que hemos extraído la gráfica expresión de «amistad incondicional». 102   Biblioteca de la Real Academia de la Historia. Archivo Laín Entralgo. Caja 27 (CSIC). Dentro de carpetilla «D» Rectorado 1953. Carta de Orts a Laín, Cádiz, 9 de mayo de 1954. 100 101

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Su intención, ahora sí, era dedicarse a la embriología experimental y llevar a cabo una serie de estudios sobre embrión de pollo y «eventualmente» —apuntaba—, sobre anfibios. Pretendía centrarse en la génesis experimental de malformaciones cardíacas y de los grandes troncos arteriales y, solo en una «segunda etapa», planeaba dedicarse al sistema nervioso. El material que solicitó a Laín ascendía a 90.000 pesetas que, en su mayor parte —60.000— iban destinadas a un microscopio binocular con micromanipuladores y un dispositivo de temperatura constante. El resto, estaba destinado a la compra de una incubadora y una lupa binocular completa para aumentos medianos que contara con un dispositivo para mantener en la platina una temperatura constante para la microcirugía. La investigación de Orts en Madrid puede ser dividida en dos períodos bastante bien delimitados. El primero iría desde su llegada a la capital hasta que le concedieron las becas de investigación que le permitirían salir finalmente de nuevo al extranjero, y el segundo, más extenso, a partir de este punto de inflexión hasta su jubilación. El primer período sería una extensión del de Cádiz, y en él, con el mismo ritmo de publicación que en su anterior puesto, Orts llevó a cabo estudios descriptivos y experimentales. Respecto a los primeros, desde el punto de vista de la teratología descriptiva, prosiguió con sus líneas de investigación habituales, la ciclopía y el desarrollo del corazón. Publicó dos embriones cíclopes de 35 y 47 días en las que pudo describir la anatomía del nervio óptico y de la fisura coroidea en esta patología y, sobre el corazón, durante estos años sus trabajos se limitaron a hallazgos teratológicos incidentales que iban apareciendo en el material que adquiría el laboratorio.103 A pesar de las intenciones, la embriología experimental representaría aún un porcentaje muy pequeño de la producción del equipo, pero dos de sus discípulos, José María Genis y Domingo Ruano Gil, se iniciaron por entonces en este tipo de trabajos. Genis siguió junto con el catedrático la sencilla línea de teratología experimental que habían comenzado en Cádiz exponiendo a embriones de pollo a noxas externas y en colaboración con Ruano, se comenzaron a llevar a cabo 103

  Orts Llorca (1955 y 1957) y Orts Llorca y López Rodríguez, (1959).

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experimentos más complejos, y realizaron lesiones microquirúrgicas en embriones.104 Como primera experiencia, seccionaron los vasos vitelinos izquierdos en el embrión de pollo y, en un trabajo publicado en 1959, demostraron la producción de malformaciones encefálicas y microftalmia ipsilateral entre otros defectos oculares en estos individuos.105 El problema de movilidad internacional de Orts fue resolviéndose en paralelo a la apertura del Régimen a finales de la década de 1950 y principios de la de 1960. No obstante, dado que las becas estatales seguían sin ser concedidas al grupo, las primeras ayudas tuvieron que llegar por parte de fundaciones privadas. Gracias a estas, Orts tuvo la oportunidad de viajar a los EE. UU. y comenzar una nueva etapa en sus investigaciones. Tras la Segunda Guerra Mundial, aquel país se había convertido en el centro de la embriología internacional y, como sabemos, se encontraba desde hacía años en el punto de mira del catedrático. Solo había un problema para Orts: el inglés. El idioma indispensable para las ciencias biosanitarias en España desde principios de siglo había sido el alemán, y en el caso de las ciencias morfológicas, el francés había jugado también un papel muy importante. Ambos eran manejados por Orts, pero ahora, el inglés estaba irrumpiendo con fuerza. En 1958, el embriólogo afirmaba que no lo hablaba, pero que «lee los libros y trabajos científicos en este idioma».106 A pesar de todo, a la vista del devenir de las estancias de Orts, parece que esta dificultad terminó por solventarse. En 1958, Orts solicitó ayuda económica a dos fundaciones privadas. La primera petición la envió a la Fundación March, que convocaba por segundo año sus ayudas para investigación. A pesar de que en esta ocasión no fueron tan generosos con las ciencias morfológicas como el año anterior (sólo dos fueron concedidas a la especialidad entre las veinticinco que se otorgaron para ciencias biomédicas), Orts fue el beneficiario de una de ellas. La otra vino desde la Fundación Del Amo, una organización creada por el adinerado filántropo Gre  Orts Llorca y Genis Gálvez (1956).   Orts Llorca, Genis Gálvez y Ruano Gil (1959: 38). 106   AFJM, Becario Francisco Orts Llorca. Ciencias Médicas. Extranjero, 1958. Francisco Orts Llorca a la Fundación Juan March, Madrid, 26 de agosto de 1958. 104 105

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gorio del Amo para unir lazos entre la ciencia estadounidense y la española. Como se verá en el siguiente capítulo, Genis había establecido contactos con la fundación y él mismo actuó como vínculo entre su maestro y la Del Amo. La simultaneidad de dos ayudas era, no obstante, una situación anómala. La convocatoria de la March especificaba en su base VII que «El disfrute de una beca de la Fundación es incompatible con el de cualquier beca, pensión o ayuda concedida por otra persona o Institución»,107 pero una hábil gestión permitió la anomalía. Cuando fue concedida la primera, que es la que establecía la restricción, Orts no había gestionado aún la de la Del Amo.108 De esta forma, el embriólogo consiguió para su viaje a EE. UU. 570 y 1.500 dólares mensuales respectivamente, más una bolsa de viaje de 620 dólares que le procuró la March.109 Conocemos la existencia de una relación epistolar previa de Orts con algunos embriólogos de la Carnegie de EE. UU., así que no es difícil imaginar por qué eligió como destino su laboratorio de embriología.110 El departamento había sido fundado en plena Primera Guerra Mundial y estaba ubicado en el John Hopkins University Homewood, en Baltimore. Lo dirigía por aquellos años James David Ebert (1921-2001), un zoólogo que contaba con una excelente   BOE de 14 de junio de 1958.   La Fundación March aprobó la solicitud en diciembre de 1958 y la petición a la Del Amo Fundación está fechada abril del siguiente año. AFJM, Becario Francisco Orts Llorca. Ciencias Médicas. Extranjero, 1958. El consejero secretario de la Fundación Juan March a Francisco Orts Llorca notificándole la atribución de una de las becas del año. Madrid, 20 de diciembre de 1958 y California State University Dominguez Hills. Department of Archives and Special Collections of the University Library (CSUDH), Del Amo Foundation collection. Box 60. Folder 5. Expediente de Francisco Orts Llorca. s.f. Orts a Jaime del Amo, Francisco de la Riva y Fernando Arce Alonso solicitando una ayuda para investigación en EE. UU. [Madrid, 13 de abril de 1959]. 109  CSUDH. Del Amo Foundation collection. Box 60. Folder 5. Expediente de Francisco Orts Llorca. Petición de beca de Orts Llorca y valoración de los Consejeros de Del Amo Foundation. Le son concedidos 1.500$ y no los 2.000$ que él solicita ya que, como apunta el consejero de la Fundación, Francisco de la Riva, «no se amolda a los fines de la Fundación puesto que su trabajo va a ser en Baltimore [...] pero por la categoría científica del solicitante se le debe dar algo». 110  AFJM., Memorias de becarios. Extranjero; IV; Ciencias Médicas, 1958. Orts Llorca. Memoria final por duplicado. Ejemplar enviada [sic] por el becario en el extranjero. [Estudio de la colección de embriones de la Carnegie Institution de Washington], s.f. 107 108

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colección de embriones humanos.111 Orts venía mantenido correspondencia científica con él desde hacía tiempo112 y tenía mucho interés por viajar a América para conocer su embrioteca.113 Sin embargo, el período estival, que era el solicitado por Orts para no dejar de lado sus responsabilidades docentes, era mala época para contactar con los investigadores senior del departamento. Y no es que el laboratorio cerrara por vacaciones, sino todo lo contrario. Tal y como le explicó Ebert por carta, durante este período solían desplazarse al laboratorio de biología marina de Woods Hole, en Massachusetts, o a otras «estaciones de verano».114 A pesar de las advertencias, Orts llegó a Baltimore el primero de julio. Incorporado al trabajo el día 3, dedicó aquel mes y el siguiente al estudio de las colecciones de embriones de menos de 28 días que albergaba la embrioteca de la institución. La comparación de aquellos especímenes con una de las joyas de su colección en Madrid, el embrión de tres somitas, le ocupó la mayoría del tiempo. Además, tuvo a su disposición las series embriológicas de mono Rhesus, un material tan interesante como difícil de encontrar en nuestro país y que Orts no había vuelto a ver desde los tiempos de la Guerra Civil. El mes de agosto lo dedicó a la ciclopía. Existían en Baltimore dos ejemplares, de 5 y 7 milímetros y dado su interés sobre el tema, focalizó sus esfuerzos sobre ellos. Así pudo describir la existencia de una fisura coroidea —desmintiendo así toda la literatura sobre el asunto hasta la época— y la presencia de una anastomosis continua de los pares craneales III, IV y VI de ambos lados.115 Esta teratología descriptiva   Sobre el departamento véase Maienschein, Glitz y Allen, (2004).   AFJM, Becario Francisco Orts Llorca. Ciencias Médicas. Extranjero, 1958. Solicitud de ayuda, Francisco Orts Llorca, Madrid, 7 de julio de 1958. 113   Las relaciones a distancia con el laboratorio eran muy estrechas. Por ejemplo, antes de su paso por EE. UU., los trabajos de Orts y las piezas más apreciadas de su embrioteca aparecieron reseñados y fotografiados en los trabajos de dos de los embriólogos de la Carnegie, Chester H. Heuser y George W. Corner, que por entonces se estaban dedicando a la estadificación del desarrollo embrionario. Véase: Heuser y Corner (1957). 114   AFJM, Becario Francisco Orts Llorca. Ciencias Médicas. Extranjero, 1958. Carta de James Ebert a Francisco Orts Llorca, Baltimore, 7 de julio de 1958. 115   AFJM, Memorias de becarios. Extranjero; IV; Ciencias Médicas, 1958. Orts Llorca. Memoria final [...], fol. 4. Las noticias sobre las actividades en el laboratorio que relatamos a continuación se encuentran en el mismo documento. 111 112

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suponía un punto de partida importante para trabajar posteriormente sobre el asunto bajo la óptica de la embriología experimental. De la misma forma, el mes de septiembre resultó muy productivo: siguió con la teratología descriptiva, se formó en nuevas técnicas y se familiarizó con la organización de las instituciones americanas. Estudió fetos con pliegues retinianos y realizó microfotografías que aprovecharía posteriormente para la investigación y la enseñanza. Respecto a las nuevas técnicas, comenzó a realizar cultivos in vitro de blastocistos de pollo por el método de la albúmina agar-agar y se adiestró en las modernas técnicas inmunológicas. Ebert y sus colaboradores más cercanos celebraban semanalmente unas reuniones en el instituto bajo el tema «importancia de las técnicas inmunológicas en embriología experimental», por lo que al español no le fue difícil apropiarse de toda esta novedosa metodología. Por último, tuvo la oportunidad de asimilar algunos aspectos de la nueva visión bioquímica del embrión y para ello, se familiarizó con la triple coloración de Hines como método citoquímico, una técnica que le permitía seguir al ácido desoxirribonucleico, las proteínas y los mucopolisacáridos. Algunas tardes de aquel mes las dedicó a visitar el departamento anatómico de la John Hopkins y a empaparse del estilo norteamericano de gestión de la ciencia. Junto con Ebert, visitó los centros de investigación de los National Institutes of Health con sede en Bethesda y, guiado por William F. Windle (1898-1985) —uno de los contactos de Genis en América—, estudió la organización del instituto dedicado a la Neurociencia. Asimismo, tuvo acceso a los planos del nuevo Departamento de Embriología, que estaba por entonces en sus primeras fases de construcción.116 Para terminar, dedicó el último mes de la estancia a viajar por varios centros de la costa oeste y el 9 de septiembre comenzó un viaje cuya primera parada sería San Luis (Misuri). En el departamento de Zoología y Anatomía de la Universidad de Washington tuvo la oportunidad de conocer de primera mano el trabajo sobre el desarrollo neuroembrionario que llevaba a cabo el célebre discípulo de 116   AFJM, Memorias de becarios. Extranjero; IV; Ciencias Médicas, 1958. Orts Llorca. Memoria final [...], Fols. 6 y 7.

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Spemann, Viktor Hamburger (1900-2001). La visita fue fugaz, pues el día 11 estaba viajando en avión hacia Los Ángeles. Durante dos días (14 y 15 de septiembre), visitó el departamento de Anatomía de la Escuela de Medicina de la ciudad y, al día siguiente, salió hacia San Francisco para estar una semana en la Universidad de Stanford.117 Allí Orts había sido invitado para dar una serie de conferencias sobre embriología, y aprovechó para conocer los experimentos sobre el desarrollo del hueso en primates del anatomista Donald J. Gray (1908-1989).118 Después de ésta, aún realizó una última estancia científica internacional en 1962. Aprovechando su nombramiento como doctor Honoris Causa por la Universidad de Córdoba, viajó hasta Argentina y, antes de volver a España, viajó por segunda vez a Estados Unidos119 para discutir algunos aspectos de los trabajos que el fisiólogo Robert L. de Haan llevaba a cabo en la Carnegie sobre el desarrollo el corazón.120 El laboratorio americano reafirmó claramente las líneas de investigación de Orts. Respecto al desarrollo del ojo, el estudio de la embrioteca de Eberts le había permitido analizar algunos ejemplares con pliegues retinianos, lo que le dio pie a comenzar junto con Genis una serie de trabajos dirigidos a producir experimentalmente malformaciones similares en embriones de pollo. Comenzaba así una segunda etapa en la que la embriología experimental acabó sobrepasando a los trabajos descriptivos y en el que el ritmo de producción en el extranjero obligó a una especialización de los trabajos, que se centraron en el ojo y, sobre todo, en el desarrollo del corazón. Fruto de los experimentos que llevó a cabo con Genis, en 1960, maestro y discípulo publicaron unos trabajos de base experimental 117  CSUDH, Del Amo Foundation collection. Box 60. Folder 5. Expediente de Francisco Orts Llorca. Orts a Eugenio Cabrero dando parte sobre sus planes para el siguiente mes. Baltimore, 30 de agosto de 1959. 118  CSUDH, Del Amo Foundation collection. Box 60. Folder 5. Expediente de Francisco Orts Llorca. Orts Llorca a Eugenio Cabrero, sobre varios asuntos. Baltimore, 8 de julio de 1959. 119   Roque (1962: 734). 120   De Haan destacó por sus estudios sobre el control químico de los movimientos morfogenéticos de las células embrionarias, fundamentalmente en sus estudios sobre la cardiogénesis., (Maienschein, Glitz y Allen, (2004: 177).

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sobre la diferenciación del epitelio neural de la retina.121 Presentaron una serie de trabajos basados fundamentalmente en la interposición de hilos de nailon sobre diferentes estructuras oculares. Mediante esta sencilla técnica, el equipo español demostró que en embriones tempranos de aves el mesénquima periocular sería el inductor del desarrollo de la capa pigmentaria del exterior del cáliz óptico. La capa interna, por su parte, protegida por la primera, se desarrollaría como epitelio neural retiniano. Es decir, ambas capas tendrían la potencialidad de convertirse en células retinianas. La novedad del trabajo radica en la descripción de una actividad inhibidora (o «contrainductora») de la capa interna sobre la externa; en ausencia de la primera, ésta se diferenciaría hacia células nerviosas. Desde su aparición en Acta Anatomica, el trabajo de Orts y Genis recibió un gran número de citas por parte de la comunidad científica internacional. Su presencia en la bibliografía recomendada de los modernos tratados sobre células madre publicados ya en el siglo xxi, es un buen testigo de la relevancia y difusión de los resultados obtenidos por el equipo de Madrid en plena dictadura. Hasta 1962 el equipo siguió trabajando en la producción de tabiques retininanos, y en paralelo, con idéntica metodología, se volcaron en la reproducción experimental de la microftalmia en embriones de pollo. La línea ocular del equipo se extendió hasta 1964 y, mientras Genis se especializó en ésta, Orts optó por dedicarse casi en exclusiva a la línea de investigación en embriología cardíaca. El catedrático había publicado algunos datos descriptivos muy interesantes en este campo; el más importante y citado es la descripción de un nuevo estadio temprano de la cardiogénesis en un joven embrión humano de 3 somitas (Madrid, Gv). Denominado «fase plexiforme» por Orts, esta descripción resultó ser un hallazgo de gran relevancia. A diferencia de lo que ocurría en otras especies, el anatomista describió en el humano una fase del desarrollo en el que el corazón está formado por un plexo endocárdico de cordones sólidos que posteriormente tunelizan. Los resultados fueron publicados en

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  Orts Llorca y Genis Gálvez (1960a y 1960b)

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España, en castellano, en Anales del Desarrollo,122 y en América —en inglés—, en el anuario de la Carnegie.123 Para desarrollar aquella línea, y aún lejos de conseguir el apoyo de la ciencia oficial, Orts contó por segunda vez con la ayuda de la March. En la convocatoria de 1961 optó de nuevo a una de sus becas y, decidido a centrarse en la embriología experimental, se propuso estudiar los factores determinantes de la morfogénesis y diferenciación cardiaca a través de injertos en el periodo embrionario. Así, comenzó una serie de experimentos en los que aplicó al problema las técnicas aprendidas en su segunda visita a la Carnegie, fundamentalmente aquellas que le permitían practicar las operaciones microquirúrgicas experimentales en los embriones de pollo in vitro y no in ovo. La metodología era muy minuciosa, pero sencilla en esencia: con el fin de ver su función sobre el desarrollo del corazón, extirparon el endodermo adyacente al área presuntiva cardíaca mesodérmica y posteriormente hicieron lo propio con otras estructuras, como el ectodermo o el sistema nervioso de la zona. De este modo, pudieron comprobar que el endodermo es una estructura fundamental para la formación cardíaca, pues la diferenciación de este órgano se detenía en los pollos a los que se les extirpaba. Por el contrario, no ocurría lo mismo en los que se practicaba la operación sobre el ectodermo o sobre el sistema nervioso. Las conclusiones, de una relevancia que demuestran las numerosas posteriores citas al trabajo, fueron expuestas en el congreso internacional de embriología que se celebró en agosto de 1963 en Helsinki y aparecieron en papel en forma de nueve artículos en diversas revistas nacionales e internacionales, anglófonas y francófonas (entre ellas los Wilhelm Roux Archives y el Acta Anatomica de Basilea).124 Como han afirmado Santesmases y Muñoz, estas alturas de la dictadura, las publicaciones en el extranjero —fundamentalmente en Estados Unidos— se habían convertido en una herramienta de legitimación académica, depositando así lejos de los poderes del estado la cualificación académica.125 Orts   Orts Llorca, Jiménez Collado y Ruano Gil (1960).   Orts Llorca (1960). 124   Orts Llorca (1963a, 1963b, 1963c, 1963d, 1964a y 1964b) y Orts Llorca y Ruano Gil (1967). 125   Santesmases y Muñoz (1997) y Santesmases, (2009). 122 123

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contaba con recursos para ir introduciendo sus resultados en revistas de prestigio con lo que se convirtió en un potente recurso para incrementar así su autoridad durante este período del franquismo. Esta difusión mejoró la transmisión del conocimiento producido en España, lo que se materializó en una retroalimentación a través de críticas desde el extranjero a los resultados del laboratorio de Madrid. De Haan, por ejemplo, escribió una carta a Orts planteando que los hallazgos podrían estar sesgados debido a que, durante la microcirugía, el investigador podría estarse llevando junto con el endodermo, parte del mesodermo presuntivo. Orts aceptó las críticas y siguió con la misma línea de trabajo.126 Durante los años siguientes, no cejó en sus investigaciones sobre el desarrollo del corazón y, entre otros objetivos, se centró junto con su discípulo Jiménez Collado en la topografización del área presuntiva cardíaca y la polarización del corazón.127 La incorporación al laboratorio del marcaje con isótopos radiactivos, por ejemplo, logró resolver bastantes cuestiones sobre el tema. El laboratorio de embriología de la Central había logrado así un lugar en la comunidad embriológica internacional y se había convertido en un centro de referencia para los territorios hispano-hablantes. Las estancias de investigación de extranjeros noveles en la cátedra de Orts eran escasas, aunque, por el contrario, sí se prodigaron visitas de científicos consagrados como Albert Dalcq,128 Eduardo de Robertis o William Windle.129 Respecto a los noveles, tenemos constancia fotográfica (ver figura 5.2.) de las visitas de algunos latinoamericanos, como Abraham Wainstein Sabat, del Instituto de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y David G. Pérez Monsoneda, de la Facultad de Medicina de Mérida, en Venezuela. Entre los europeos, por ejemplo, llegó hasta Madrid el húngaro Jules Botar, que había tra126   AFJM, Memorias de becarios. Extranjero; IV; Ciencias Médicas, 1961. Orts Llorca. Francisco Orts Llorca, [Memoria final] Los factores determinantes de la morfogenosis (sic) y diferenciación cardiaca. Injertos cardíacos en el periodo embrionario, original mecanografiado. Registro de entrada 18 de marzo de 1964. Sin pag. 127   Orts Llorca y Jiménez Collado (1967a, 1967b y 1967c). 128   Entrevista de Enric Sirvent a Domingo Ruano. Hospital Clínic de Barcelona, Formato mp4 [copia en ARVM]. Al igual que el anterior, no deja claro en qué período visitó Botar el laboratorio de Orts 129   Véase el capítulo 8 de esta obra.

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Fig. 5.2. Orts junto a dos visitantes extranjeros y algunos de sus colaboradores en 1963. Sentados (de izquierda a derecha), Abraham Wainstein Sabat, Orts y David G. Pérez Monsoneda; en pie, Domingo Ruano Gil, Narciso L. Murillo Ferrol y Rafael González Santander. Cortesía de Rafael González Santander.

bajado con Orts en la década de 1930 en la línea sobre linfáticos y que había llegado a ostentar una cátedra en su país de origen.130 La relación con Portugal fue, obviamente, estrecha, pues la cercanía geográfica se unía a las buenas relaciones entre los regímenes dictatoriales de ambos países. En abril de 1956, Orts escribió a Victor Fontes, director del Instituto de Anatomía Henrique de Vilhena de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa oficializando unas conversaciones previas en las que se le invitaba a que uno de los investigadores del centro —que finalmente fue Vasco Bruto de Sousa— visitara Madrid. La estancia, que llegó dos años más tarde, solo se extendió un mes131 y la relevancia no puede ser correctamente valorada, pues el portugués se convirtió en higienista y no siguió la carrera morfológica. No obstante, estos acuerdos demuestran que la 130   Véase n. 128. No queda claro si la visita fue durante el período de Cádiz o el madrileño. 131   Arquivo de Anatomia e Antropologia, 30-31 (1959), p. 412.

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presencia de investigadores extranjeros no solo es un reflejo de la autoridad académica del director del laboratorio, sino que fueron utilizados como recurso para ganar dicha autoridad. En 1967 se creó en la Universidad Central el Departamento de Anatomía y Orts fue nombrado director.132 A partir de este momento, dos factores influyeron en la producción científica de su laboratorio hasta el final de la dictadura: la disgregación del equipo, secundaria a la expansión geográfica de la escuela, y la ausencia de Orts en el laboratorio. En marzo de 1969 se le nombró director del Hospital Clínico de San Carlos133 y, unos meses después, coordinador de las obras de reforma de la Facultad de Medicina. Aquel mismo año, con tantos compromisos en la gestión, se vio obligado a dimitir como coordinador del primer curso de la licenciatura,134 al tiempo que su producción propia comenzó a disminuir de forma significativa en cantidad. Aún quedaban por llegar a la escuela los últimos discípulos directos del período: Ramón Ribes Blanquer (n. 1934), Josep María Domènech Mateu (n. 1944), Pedro Cuevas Sánchez, Antonio Javier Puerta Fonollá (1949-2004) y el sobrino del catedrático, Alfonso Puchades Orts (n. 1942). La ausencia de Orts en el departamento, no obstante, dificultaba la investigación de esta última generación de la escuela. No solo no tenían la supervisión directa del catedrático, sino que la colección de embriones de Orts estaba cerrada y no estaba accesible cuando él no estaba en el laboratorio.135 A pesar de las nuevas circunstancias, Orts nunca abandonó la investigación y la docencia. A mediados de la década de 1970, interesado en los fenómenos de inducción —sobre todo en las funciones  Pascual Morenilla, Guirao Piñeyro y Girón Irueste (2000: 154).   Archivo General de la Universidad Complutense de Madrid (AGUC). P-0630, 30. Expediente personal de Francisco Orts Llorca. Nombramiento de Francisco Orts Llorca como director del Hospital Clínico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid. Madrid, 29 de marzo de 1969. 134   AGUC. P-0630, 30. Expediente personal de Francisco Orts Llorca. Notificación de baja de Francisco Orts Llorca como coordinador del primer curso de la Facultad de Medicina de Madrid. Madrid, 28 de julio de 1969. 135   ARVM, Entrevista de Raúl Velasco Morgado a Josep María Domènech Mateu. Despacho del catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad Autònoma de Barcelona, 27 de enero de 2010. Formato mp4. 132 133

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del nódulo de Hensen en el pollo— desplegó toda una nueva línea de investigación y añadió nuevos animales a su laboratorio, como la golondrina (Hirundo rustica) o la codorniz (Coturnix coturnix japonica). A pesar de contar con 65 años al final del franquismo, su actividad científica no se apagará hasta sus últimos años de vida y, aún durante los años de la Transición, siguió investigando el desarrollo embrionario del corazón y del ojo hasta que murió el 21 de abril de 1993.

Rupturas y continuidades, periferia y asimetría La biografía científica de Orts es un interesante ejemplo para estudiar las rupturas y continuidades de la ciencia española tras la Guerra Civil. En el caso de la embriología, los organismos de la «ciencia oficial» del Régimen franquista apartaron a un lado las aspiraciones de la JAE: no continuaron financiando el laboratorio de embriología creado para Orts por el viejo sistema y retiraron cualquier apoyo oficial al programa de embriología experimental del anatomista. Las características cambiantes de la dictadura a través de los años —fundamentalmente en lo que a política universitaria y a relaciones internacionales se refiere— permitieron que el proyecto superase la barrera de la guerra y pudiese germinar en medio del franquismo. La brecha abierta por los intelectuales falangistas supuso una oportunidad para la continuidad de los planes de Cajal, Castillejo y Ara en la persona de Orts. Una vez establecido en la cátedra de la Universidad Central gracias a la intervención de Laín, pudo bloquear la llegada de su rival a la misma y, merced a la reforma de la normativa de acceso a cátedras, consolidar su propia escuela de embriólogos experimentales. Tras la Guerra Civil, la embriología descriptiva siguió siendo un caballo de batalla para la escuela y la consecución de una formación específica en las técnicas experimentales se retrasó a causa del contexto político. Mientras que los escolarianos estuvieron recibiendo ayudas públicas por parte del CSIC desde la década de 1940 para poder formarse en otros países, las estancias de Orts no comenzaron hasta 1959, cuando finalmente consiguió ayuda privada por parte de 202

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las fundaciones March y Del Amo. La rígida política de la Del Amo de pensionar solamente a investigadores que se dirigieran a EE. UU. hizo que, a pesar de haberse formado en primer lugar en Centroeuropa, las técnicas microquirúrgicas de la escuela anglosajona aprendidas en la Carnegie de Baltimore fueran las que marcaron los trabajos experimentales de Orts en su época más productiva. No obstante, la influencia de su formación germánica durante el período de la Segunda República fructificó durante el período de relativo aislamiento vivido en Cádiz durante la posguerra en forma del primer tratado anatómico español estructurado según la moderna morfología alemana de Braus. Influido por los trabajos de Fischel y, en España, por el contacto con Pérez Llorca y por los intereses en el mundo de la oftalmología de su discípulo José María Genis, sus líneas de investigación se fueron centrando en la embriología del ojo y del corazón. El laboratorio de Orts aportó importantes datos a esta última línea, entre los que destacan la descripción de la fase plexiforme del corazón y, gracias a las técnicas experimentales, la confirmación de la importancia radical del esbozo presuntivo del endocardio como inductor de la formación del resto del órgano. No obstante, a pesar de que estos trabajos se convirtieron en imprescindibles en la bibliografía embriológica especializada, el laboratorio de Orts se convirtió en un centro «periférico», con una relación asimétrica con los países del «centro», que enviaba a todos sus investigadores noveles al extranjero, pero que no recibía una gran cantidad de científicos en formación desde el exterior. Además, todos los que pasaron por el laboratorio de embriología de la Central procedían de otros países de la «periferia científica», tanto europea (Portugal y Hungría) como americana (Argentina, Uruguay, Chile y Venezuela). Los embriólogos procedentes de los países del «centro» se limitaban a visitas oficiales en los que eran tratados como grandes autoridades y se dedicaban a impartir lecciones magistrales y a conocer las instalaciones de Madrid. La idiosincrasia de la escuela es un factor importante en este caso. En el grupo de Escolar estas relaciones resultaron diferentes. Si bien las estrechos vínculos con el país vecino hicieron que también un 203

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portugués hiciera una dilatada estancia de investigación en su cátedra,136 las relaciones con el «centro» fueron notablemente menos asimétricas. Los viajes de Spatz a Granada respondieron al esquema de visita oficial al que me refería antes, e incluso fue nombrado doctor honoris causa por aquella universidad,137 pero varios investigadores alemanes viajaron hasta el laboratorio de Escolar con el objetivo de conocer su funcionamiento. En 1959, por ejemplo, viajaron a España desde Alemania, Rudolf Diepen, investigador de Giessen y Rolf Hassler (1914-1984), que pertenecía al instituto anatómico de Friburgo.138 Buena prueba de la importancia de los españoles para la comunidad alemana de anatomistas es que, cuando Julius Hallervorden escribió la biografía de su colega Spatz en 1964, con motivo de su 75 aniversario, no dudó en marcar la llegada de la escuela de Escolar a Giessen como un hito importante en la historia de laboratorio, denominándolos «colaboradores» y no relegando su paso por Alemania como un suceso inocuo para Spatz y su equipo.139

136   Como en el caso del investigador que alojó Orts en su cátedra, un doctorando procedente de Lisboa, Carlos Jordão Pereira, viajó hasta Granada y trabajó durante seis meses junto con Escolar. El relato de su estancia quedó reflejado en: Jordão Pereira (1957). En el laboratorio de Escolar, trabajó junto con catedrático en sus investigaciones sobre la embriogénesis del arqueocórtex y el allocórtex y, en particular, en el desarrollo del sistema ammónico: Escolar García y Jordão Pereira (1953) y Jordão Pereira, (1955). 137   En el recurso oficial de la Universidad de Granada: Archivo de la Universidad de Granada. Doctores honoris causa investidos por UGR. [Recurso electrónico] Disponible en línea: URL: [Consultado el 24 de octubre de 2010], dan como fecha de la investidura el 8 de marzo de 1955, a pesar de que Presas i Puig (2008: 197), habla de una fecha tan tardía como 1958.
 138  CSIC, Memoria 1959, Madrid, 1961, p. 162. 139   Traducción del texto al castellano en: Hallervorden (1964).

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Capítulo VI LA ESTELA DE ORTS La expansión de la embriología [Orts] Atrajo espontáneamente a un puñado de jóvenes a los que transmitió la exquisita aristocracia de sus conocimientos biológicos y formó desinteresadamente a quienes tuvimos la fortuna de ser sus discípulos. José María Genis Gálvez1

Una escuela de embriólogos En estos términos hablaba Genis de su maestro en la sesión necrológica que se celebró en la Real Academia Nacional de Medicina en 1993. La situación de duelo no era, sin embargo, la que matizaba las palabras del discípulo. Al igual que ocurría en el caso de los escolarianos, todos los colaboradores de Orts se expresaban con una devoción filial similar hacia el catedrático.2 Orts —y vuelvo a las características de escuela ideal propuestas por Morrell—3 contaba con la autoridad y el carisma, así como con la capacidad de inculcar conciencia de grupo. Según el modelo, a todos les instruyó en una metodología embriológica básica4 —descriptivista y experimental—, haciendo suya la última de estas a través de un medro progresivo de autoridad. Al fin, tras superar los vericuetos que supuso el con  Genis Gálvez (1993: 534).   Véase, por ejemplo, la manera en que Domingo Ruano evocaba los recuerdos sobre su maestro en: Sirvent, Enric, Renú, Jordi, Comelles, Josep M. y Tebar, Xisco (productores). Ensenyar amb dues mans. El sofà amb… Domingo Ruano, [Documental]. Barcelona, Escuela Universitaria Gimbernat, 2013. [Documental en vídeo]. El testimonio de Josep María Domènech Mateu en: ARVM. Entrevista de Raúl Velasco Morgado a Josep María Domènech Mateu. Despacho del catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad Autònoma de Barcelona, 27 de enero de 2010. Formato mp4 y el de Genis Gálvez en sus memorias inéditas: Archivo de la Familia Genis. José María Genis Gálvez, Memorias. Septiembre de 2000. [Manuscrito original inédito transcrito e impreso]. 3   Morrell (1972). Véase, asimismo, Geison (1981). 4   Sobre los mecanismos de instrucción y las escuelas científicas, véase Olesko (1993). 1 2

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texto político del franquismo —o, mejor dicho, de los «diferentes franquismos»—, el proyecto de Cajal y Castillejo de crear una escuela de embriología experimental en España se materializó cuando casi se agotaba la década de 1950. Solo en estas fechas podría comenzar de desarrollarse la escuela: el apoyo de los intelectuales falangistas había colocado a Orts en la cátedra de la Universidad Central, con los recursos académicos y materiales que esto conllevaba; por otra parte, el aperturismo del régimen, que comenzaba en estos años, permitía establecer unos vínculos científicos internacionales sólidos y la integración en la comunidad embriológica internacional; y, finalmente, la aparición en escena de las fundaciones filantrópicas con programas de becas de investigación había conseguido paliar el defecto financiero del proyecto. En los siguientes epígrafes se mostrará la evolución de la escuela y su expansión por el territorio nacional a través de la adquisición de cátedras. La formación de los discípulos se concretaba en el laboratorio de Orts, colaborando en sus líneas de investigación básicas y, posteriormente, se remataba con una necesaria estancia en el extranjero. Para entonces, los viajes se habían convertido en un elemento indispensable en el currículum de un investigador español. Para Santesmases, esta generación de científicos —la que entra en la vida académica en la década de 1950— vio espoleado su interés por los viajes al extranjero a través de varios determinantes, entre los que destaca la «memoria institucional» —la de las fructíferas experiencias de las pensiones de la JAE—, así como por el pauperismo material y económico que ofrecía la ciencia nacional.5 Respecto a las geografías científicas, recabar los destinos de los viajes de los discípulos de Orts revela nuevas diferencias con los escolarianos, lo que afectará finalmente a su embriología. Como se matizará después, el contacto con la embriología alemana que se dio entre los escolarianos como consecuencia directa del patrocinio del CSIC, no se reproducirá en la escuela rival. Por último, el análisis del proceso de adaptación a sus destinos una vez conseguidas las cátedras revela las influencias que las diferen  Santesmases (2007).

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tes universidades ejercieron sobre los discípulos de Orts. La novedad que suponía la embriología experimental en la universidad española, además, les obligó a erigir desde cero laboratorios especializados y formar alumnos en la materia para así conformar equipos y desplegar programas de investigación independientes.

«Sucedió en París»: las experiencias teratológicas de Ruano y Jiménez Collado Tras la Segunda Guerra Mundial, el panorama científico internacional había cambiado. Centroeuropa no era ya el centro de la morfología internacional, y Francia era el país más cercano que podía ofrecer una embriología de calidad. A finales de los años 50, la nueva escuela de medicina de la Rue des Saints Pères (París V) contaba con un interesante equipo dedicado a la embriología. La anatomía del centro, que había pasado de manos de Rouvière a André Delmas (1910-

Fig. 6.1. Varios discípulos de Orts en su casa de Cádiz. De izquierda a derecha: Murillo Ferrol, Ruano Gil, Orts Llorca, Genis Gálvez y Jiménez Collado. Cortesía de Luis Puelles.

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1999), había evolucionado hacia un complejo sistema de laboratorios especializados entre los que existía uno dedicado a la embriología experimental. Dirigido por Alphonse Giroud, junto con él, un notable grupo de investigadores (M. Martinet, M. Parrant, C. Huygnard, J. Lefèvres-Boisselot y C. Roux) se dedicaban, fundamentalmente, a la teratología, tanto experimental como descriptiva. Además de las clásicas descripciones de las malformaciones cerebrales en embriones y fetos humanos, estudiaban el efecto de algunos tóxicos sobre el desarrollo y las repercusiones de las avitaminosis e hipervitaminosis maternas sobre embriones de ratón. Además, se llevaban a cabo algunos trabajos más específicos, como los dedicados a la génesis de los dientes llevados a cabo por el estomatólogo M. Parrant, los de injertos embrionarios de Huygnard o los experimentos de creación de labios leporinos en rata de Lefèvres-Boisselot.6 En el mismo departamento, el Laboratorio de Anatomía funcional de Delmas también tenía sus propias líneas de investigación embriológica, con las que seguía la tradición descriptivista de la escuela de Rouvière. Trabajaban en esta línea G. Olivier, C. Eyries, L. Quènu, P. Quereux, R. Delgado, J.L. Tarnus y H. Pineau, que estudiaban el desarrollo de varias estructuras (plexo braquial, simpático cervical, esqueleto de los miembros, oído interno, pulmón, peritoneo y tubo digestivo) en embriones humanos. El interés experimental de la escuela de Orts hizo que las estancias de sus discípulos en el centro parisino tuvieran más relación con el laboratorio de Giroud que con el de Delmas, a pesar de que, como veremos, las relaciones con este fueron igualmente muy cordiales. Dos de los discípulos de Orts, Domingo Ruano Gil (1932-2016) y Juan Jiménez Collado (n. 1932), viajaron a París a finales de la década de 1950 e inicios de los 60. Ruano era canario, pero había estudiado medicina en Cádiz y empezó a colaborar en la cátedra de Orts como alumno interno en 1954, siendo alumno de cuarto curso. Ya como ayudante, en 1957, obtuvo el primer apoyo gubernamental a la escuela. Mientras que el CSIC seguía cerrado para el grupo, en el nuevo marco de aperturismo que inauguraba Fernando María 6   Los miembros del grupo y las líneas de investigación de cada laboratorio de embriología aparecen anualmente en: General Embryological Information Service.

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Castiella (1907-1976) como ministro de exteriores, Ruano obtuvo una beca de la Dirección General de Relaciones Culturales, que dependía de su ministerio. Gracias a esta financiación, el anatomista llevó a cabo su primera estancia en el laboratorio de Delmas. Las ayudas ministeriales, sin embargo, no se prolongaron más allá. En 1959, dispuesto a volver a París, tuvo que dirigirse a la Fundación March para conseguir la dotación económica suficiente. Había dedicado su tesis doctoral al desarrollo del ligamentum pulmonis7 y con la intención de proseguir con estos trabajos, solicitó volver al laboratorio de Delmas. La influencia del francés fue tal, que Ruano descartó seguir con la embriología del pulmón y comenzó a trabajar en su línea de neuroanatomía funcional, concretamente en la morfología de la oliva protuberancial.8 Las relaciones de Ruano con la anatomía francesa fueron muy fluidas desde entonces. Se le nombró miembro de la Sociedad Anatómica de París y de la Asociación de Anatomistas Franceses. Incluso fue invitado por Delmas a ocupar un puesto como asistente en su laboratorio para el curso 1963-1964.9 Ruano, sin embargo, estaba centrado en la preparación de cátedra, así que se quedó en España y siguió sus investigaciones en el departamento de Orts. Su visita a París, no obstante, reforzó aún más las relaciones de la escuela con Latinoamérica. Debido a que los científicos hispanoamericanos compartían el interés de los ortsianos por la anatomía parisina, los vínculos científicos que nacieron de aquellas estancias fueron el argentino Ángel Roque Suárez, el chileno Hugo Ariel Hernández-Parada y el neurólogo peruano Juan Manuel Cuba.10 Jiménez Collado, por su parte, no viajó a París hasta 1960 a pesar de que llevaba trabajando en la cátedra de Orts ya diez años. Al igual que Antonio López, comenzó dedicándose a la cirugía, aunque, 7   Había contado, para ello, con una beca de la Fundación Marquesa de Pelayo y una ayuda de los Laboratorios Made. La tesis doctoral fue publicada en una revista clínica en 1958, (Ruano Gil, (1958). 8   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1960. Becario Domingo Ruano Gil. Memoria. París, 7 de noviembre de 1961. 9   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1966. Becario Domingo Ruano Gil. Carta de Delmas a Ruano, París, 15 de junio de 1962. 10   Sirvent, Enric. Entrevista a Domingo Ruano Gil. Hospital Clínico y Provincial de Barcelona, 17 de noviembre de 2014. Formato mp4. Copia en ARVM.

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a diferencia de aquél, fue de una manera circunstancial y no tuvo tanta repercusión sobre su obra11. En París, optó por trabajar en el laboratorio de Embriología experimental de Giroud, asimilando la línea teratológica experimental del equipo. De hecho, tres años más tarde, consiguió una ayuda de la March y volvió a la capital francesa para trabajar de nuevo tres meses en el laboratorio12. Se había unido por entonces al equipo Herbert Tuchmann-Duplessis y, junto con la doctora L. Mercier-Parot, llevaba una activa producción de trabajos experimentales estudiando la influencia de múltiples sustancias sobre el desarrollo embrionario, como fármacos (sulfamidas, hipoglucemiantes, antimetabolitos, alcaloides de la Rauwolfia, de la reserpina y de la deserpirina) y hormonas. Para seguir la línea de los franceses, a su regreso a España, Jiménez Collado se puso en contacto con Florencio Pérez Gallardo (1917-2006), uno de los pioneros de la virología en el país.13 Le había conocido en 1959 durante un curso de diplomado en sanidad en la Ciudad Universitaria, y le propuso comenzar una línea de estudios teratológicos con el virus de la gripe.14 Así, llevaron a cabo una serie de experimentos en los que aplicaron al problema las micromanipulaciones que practicaba Orts y realizaron micro-inoculaciones del PR8 Influenza A directamente sobre el embrión, bajo la membrana vitelina y no sobre el huevo fecundado. Introducido ya Jiménez Collado en los círculos anatómicos galos, los resultados de la línea teratogénica fueron presentados en la reunión 11   No como en el caso de López Rodríguez que, según Pascual Morenilla et al., ejerció la cirugía y la traumatología hasta los años setenta e impartió la cirugía por acumulación en la Universidad de Cádiz, al igual que había hecho su maestro en la posguerra. Sus obras anatómicas más importantes, tienen un claro carácter aplicativo, sobre todo dedicadas a la anatomía radiológica: Pascual Morenilla, Guirao Piñeiro y Girón Irueste (2000: 105). 12   Allí estuvo del 3 de febrero al 3 de julio de 1965. AFJM, Ayudas para investigaciones en el extranjero, 1963. Becario Juan Jiménez Collado. Memoria final. Informe de aprovechamiento firmado por Tuchmann-Dupplessis, París, 1 de julio de 1965. 13   Médico y veterinario, este gaditano se dedicó a la salud pública y a la virología. Sus obras más destacadas hasta este momento habían sido sobre el tifus exantemático y la rabia. Posteriormente, becado por la Fundación March, realizó interesantes aportaciones al conocimiento de la polio. Para hacerse una idea de la biografía véase la necrológica de Jiménez Collado (2006: 777). Sobre sus trabajos en poliomielitis véase Rodríguez Sánchez y Seco Calvo, (2009) y Baguena Cervellera (2009: 39-54). 14   Jiménez Collado (2006: 777-778).

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de anatomistas franceses que en 1965 se celebró en Lausana.15 A pesar del relativo éxito de la experiencia, aquella colaboración, y con ella la línea de investigación, terminó pronto. Según el propio Jiménez Collado, su marcha a Murcia fue la responsable del distanciamiento,16 aunque realmente hasta 1971 no aparece tal traslado en el Boletín Oficial del Estado. Aquel año se le encargó la docencia de la embriología y de la anatomía radiológica en la nueva universidad y al año siguiente consiguió el puesto de catedrático de anatomía.17 La línea contagió a Ruano, que respondió con una serie de trabajos experimentales a la crisis sanitaria de la talidomida. Como es bien sabido, en 1957 los laboratorios Chemie Grünenthal habían sintetizado la molécula 2-(2,6-dioxopiperidin-3y1) isoindolino-1,3-diona y, con una difusión casi inmediata, el nuevo fármaco fue utilizado tanto en patología psiquiátrica de la esfera emocional (como sedante e hipnótico), como en obstetricia, dado que servía para abordar la hiperemesis gravídica. Aunque, al parecer, su inocuidad había sido probada en animales de experimentación, no tardaron en notificarse, en clara relación causal con su consumo, casos de recién nacidos afectos de focomelia.18 Si revisamos la hemeroteca del diario ABC, la primera noticia sobre los efectos secundarios del fármaco apareció en julio de 1962. El titular rezaba: «Mil niños ingleses nacerán con deformidades fundamentales por haber ingerido las madres un sedante».19 Las primeras noticias oficiales por parte del Estado no aparecieron hasta un   Jiménez Collado (1965) y Jiménez Collado y Pérez Gallardo, (1965).   Jiménez Collado (2006: 777-778). 17   Para seguir con sus trabajos embriológicos, Jiménez Collado volvió a contar con la financiación de la March, pero tras la visita de Orts a la Carnegie, las técnicas de microcirugía eran la tónica del grupo. En la convocatoria de 1965 obtuvo una de las ayudas de la fundación con un proyecto sobre «Injertos homoplásticos de blastema neuro-mesenquimal. Análisis experimental en el embrión de pollo». Además, posteriormente, tuvo la oportunidad de conocer otros centros de investigación: en 1966, trabajó con Winckler en Lausana; en 1968, con Galera en Ginebra; y en 1969, con Salmon en Marsella: Jiménez Collado (1993: 72). Desde Murcia, pasó a Córdoba por traslado y, ya en 1977, ganó la cátedra de Anatomía de la Universidad Complutense de Madrid. Durante el resto de su carrera siguió la línea cardioembriológica de Orts e hizo interesantes aportaciones a la Anatomía y Embriología de la articulación témporo-mandibular y de la rodilla. 18   Sobre la talidomida, véase Knightley y Evans (1979); Stephens, y Brynner, (2001) y Daemmrich (2002). 19   ABC, Edición de Andalucía, 19 de julio de 1962, p. 13. 15 16

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mes después. «Solo dos casos de niños deformes por la talidomida en España», 20 —aventuraba el artículo tras hablar con el director general de Sanidad—. Sin embargo, el problema resultó ser mucho más grave de lo que se quería ofrecer en aquellas declaraciones. La respuesta internacional de los laboratorios de embriología experimental fue casi inmediata y pronto comenzaron a aparecer trabajos específicos para establecer las bases morfológicas causales de los efectos del fármaco sobre la embriogénesis. El laboratorio de París fue pionero en estudiar los efectos teratogénicos de la talidomida. A principios de 1962, en paralelo a otros muchos grupos de investigación a nivel internacional, Giroud, Tuchmann-Duplessis y Mercier-Parot (1962) publicaron su primer trabajo sobre los efectos del fármaco en embriones de rata y conejo. Durante los siguientes años, Ruano llevó a cabo una fructífera labor de investigación en este campo. Desde 1963 hasta que ganó su cátedra en Barcelona, publicó cinco trabajos en los que siguió las líneas clásicas de su escuela (embriología experimental del corazón y del ojo, descripción de embriones de estadios tempranos y reportes de caso de malformaciones) y hasta seis trabajos sobre la acción teratogénica de la talidomida.21 Sus trabajos sobre el fármaco fueron publicados fundamentalmente en la revista de la facultad y en Anales del Desarrollo, si bien consiguió publicar uno de ellos en Acta Anatomica de Basilea. Con este artículo, en el que estudiaba las repercusiones de la administración de talidomida (con y sin ATP) en embriones de pollo explantados y cultivados por el método de Spratt, consiguió una importante visibilidad internacional. El hecho de aparecer referenciado en los principales repertorios bibliográficos le permitió ser citado repetidamente en varias publicaciones especializadas a lo largo de los siguientes años.

20   «Solo dos casos de niños deformes por la talidomida en España», ABC, Edición de la mañana, 9 de agosto de 1962, p. 29. 21   Ruano Gil (1964a, 1964b, 1964f, 1965a y 1967).

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La irrupción de la escuela de Orts en Barcelona A mediados de la década de 1960, Ruano tenía ya un importante currículum docente e investigador como para enfrentarse a una oposición a cátedra. Salvador Gil Vernet (1892-1987) había dejado vacante por jubilación la de Anatomía descriptiva de la Universidad de Barcelona y en 1966 el discípulo de Orts consiguió el puesto por oposición. Los trabajos de Sirvent Ribalda han demostrado el cambio del paradigma anatómico ocurrido en la Universidad de Barcelona con la llegada de Ruano y que consiguió resumir el propio anatomista en unas declaraciones al antropólogo: El paso [en la teoría anatómica] de la embriología descriptiva de Taure a la embriología funcional de Orts; el paso de la enseñanza de la anatomía descriptiva a la anatomía funcional; la introducción en la facultad de la anatomía quirúrgica —topográfica— y a la biomecánica corporal; la sustitución del anfiteatro tétrico existente con pocos cadáveres por un Servicio de Donación de Cuerpos, que permitía el acceso de los estudiantes a la sala de disección y, a diferencia de épocas anteriores, guiados por el catedrático… Todo ello vivido en una época de cambios en la universidad española.22

En lo que a la investigación embriológica se refiere, el cambio fue radical. A su llegada a Barcelona, Ruano se encontró con el desafío de construir un laboratorio de investigación embriológica de novo. En la mayoría de las universidades nunca se habían tratado las ciencias del desarrollo y en las que existía algún tipo de tradición —como era el caso de Barcelona—, la embriología había seguido criterios descriptivos y la vertiente experimental y sus técnicas era toda una novedad. La cátedra heredada por Ruano se había dedicado fundamentalmente a la morfología urológica. Gil Vernet fue un «cirujano-anatomista clásico» dedicado en lo clínico a la urología y sus trabajos anatómicos tuvieron un gran impacto en los círculos urológicos internacionales. Formado en embriología junto con Pujiula, las disecciones de fetos eran frecuentes en su laboratorio y, gracias a ello, pudo revelar algunas estructuras difíciles de disecar en el adulto y consiguió atisbar los 22

  Testimonio de Domingo Ruano. Recogido en Sirvent Ribalda (2013).

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mecanismos morfogenéticos de algunas malformaciones. La embriología descriptiva y comparada de Pujiula se había convertido en sus manos en una embriología teratológica y, sobre todo, una embriología que, como en el caso de la escuela de Escolar, servía para resolver las limitaciones de la técnica macroscópica. Uno de los discípulos de Gil Vernet, Antonio Tejedo Mateu (19322006), comenzó pronto a colaborar con Ruano.23 Acostumbrado a la anatomía que acabo de describir, tuvo que asumir con rapidez los conceptos morfológicos que traía consigo el discípulo de Orts. La necesidad y capacidad de adaptación, sin embargo, fue mutua. Tejedo aprendió las modernas técnicas de embriología experimental y Ruano potenció la investigación embriológica en su estrenada cátedra, pero en la línea morfourológica de Gil Vernet. De hecho, según el testimonio del propio Tejedo, el antiguo catedrático seguiría trabajando y visitando el laboratorio asiduamente hasta su muerte.24 Su huella era profunda y la tradición de los saberes que había cultivado había dejado una memoria institucional difícil de eclipsar. Para esta complicada transición, era necesaria la erección de un laboratorio de embriología. El apoyo del rector, el farmacólogo Francisco García-Valdecasas Santamaría (1910-2005) fue indispensable.25 Médico de preclínicas, el perfil del mismo resultó idoneo para la recepción de la morfología biológica experimental de laboratorio: había trabajado junto con Juan Negrín (1892-1956) y había completado su formación en el extranjero merced a una beca de la Junta para Ampliación de Estudios.26 Gracias a su intervención, las nuevas instalaciones para Ruano estaban listas antes de que pasara un año de su llegada.27 23   Tejedo había dado sus primeros pasos en la investigación anatómica como alumno interno pensionado en la cátedra de Gil Vernet y su tesis doctoral, leída apenas dos años antes, siguió la línea urológica del grupo. Resumida, fue publicada en 1964. Tejedo Mateu (1964). Para conocer la biografía de este científico, es de obligada consulta un pequeño texto autobiográfico que escribió con motivo de su entrada como académico de la Reial Academia de Medicina de Catalunya: Tejedo Mateu (1996). 24   Tejedo Mateu, (1996: 13). 25   Ibid. 26   Cuenca Fernández (2005). 27   Tejedo Mateu, (1996: 13).

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Emulando a su maestro, el nuevo catedrático comenzó su propia colección de embriones y, durante la década de 1970, su grupo de investigación quedó conformado y consolidado. Entre los que se incorporaron durante estos años destacó Ginés Doménech Ratto (n. 1942), que consiguió expandir la escuela de Orts en una segunda generación gracias a la obtención de la cátedra de Anatomía de la Universidad de Murcia. El equipo catalán produjo una larga lista de artículos y capítulos de libro que aparecieron en publicaciones nacionales e internacionales.28 Además, siguiendo la tradición de la escuela de Gil Vernet, mantuvieron una presencia dual en círculos anatómicos y urológicos, algo en línea con el diálogo básicas-clínicas iniciado por Orts. Desde 1972 hasta 1975, publicaron hasta cinco trabajos sobre el asunto, entre los que destaca uno publicado en 1975 en European Urology sobre la obstrucción y recanalización del uréter en el embrión humano y su relación con la obstrucción ureteral congénita. En él, tras el estudio de cuarenta y cinco embriones humanos normales, Ruano y sus colaboradores describieron cómo el uréter, que primero sería un cordón, se convertiría progresivamente en tubular en el estadio comprendido entre los 14 y los 22 mm. Según estos autores, el proceso seguiría una direccionalidad, de medial hasta proximal, un hallazgo de gran importancia en el esclarecimiento de la patogénesis de la obstrucción ureteral y de la malfunción de las válvulas. La gran relevancia del descubrimiento a nivel internacional queda bien patente si se revisan los tratados de urología y cirugía pediátrica de las décadas posteriores, en las que el trabajo del equipo de Ruano se viene citando repetidamente hasta nuestros días.29

28   Ciñéndonos a los límites cronológicos de nuestro trabajo, citaremos los siguientes trabajos de embriología del equipo en el tema de embriología del aparato génito-urinario: Ruano Gil, Domènech Ratto y Tejedo Mateu, (1972); Ruano Gil, Domènech Ratto y Tejedo Mateu (1973); Ruano Gil y Tejedo Mateu, (1975); Tejedo Mateu, Vilanova Triás y Ruano Gil, (1975) y Ruano Gil, Coca Payeras y Tejedo Mateu, (1975). 29   Aparece citado incluso en obras del siguiente siglo como p. e. Briceño-Iragorry y Calcaño Loynaz, (2003); Lifton et al. (2009) o Smith et al. (2012).

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Embriología y veterinaria Como se verá con detalle en el próximo capítulo, la labor de Narciso Luis Murillo Ferrol comenzó en Granada en el contexto del naciente Instituto Federico Olóriz de Estudios Anatómicos. La experiencia junto a Orts de su primer mentor, Miguel Guirao Pérez, hizo que en junio de 1960 Murillo se trasladara unos meses a la cátedra de la Central para trabajar con el embriólogo gracias a una beca de la Comisaría de Protección Escolar. Aquella estancia, que en principio se esperaba temporal, terminó haciéndose indefinida, convirtiéndole en uno más de los discípulos de Orts. Aquel mismo año se le nombró adjunto interino y al año siguiente ganó el puesto por oposición. Cuando llegó a Madrid, arrastraba un bagaje de conocimientos embriológicos muy amplio y diferente de lo practicado en el laboratorio de Orts. Manejaba los métodos de micromanipulación, estaba adiestrado en reconstrucciones y dominaba los modernos métodos histoquímicos (fosfatasas, neurosecreción, fosfolípidos, ácidos nucleicos, etc.).30 Además, contaba también con una experiencia clínica pues, durante los últimos años, había estado vinculado a la cirugía ejerciendo como médico becario del Seguro Obligatorio de Enfermedad adscrito a la sección de traumatología.31 Como ocurrió con otros anatomistas dedicados a la traumatología, a Murillo le resultaron muy atractivas la anatomía y la embriología del aparato locomotor. De hecho, en Granada ya se había ocupado de una serie de cursos sobre el tema destinados a posgraduados32 y había comenzado un 30   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1960. Becario Narciso L. Murillo Ferrol. Memoria del trabajo a realizar. Madrid, diciembre de 1960. Además, recoge un listado de las tesis que había dirigido en el Olóriz, que demuestran su experiencia en todos estos campos: «Análisis experimental de la capacidad teratógena de la Dihidroestreptomicina», «Hibernación artificial en el período embrionario», «Hipoplasia experimental del laberinto», «Dextrocardia y ectopia cordis experimentales», «Estudio histoquímico del intestino embrionario», «Estudio del desarrollo de los cultivos «in vitro» embrionarios», «Contribución al estudio experimental del síndrome del primer somito», etc.» 31   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1964. Becario Narciso L. Murillo Ferrol. Curriculum vitae. 32   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1964. Becario Narciso L. Murillo Ferrol. Hoja de servicios. Constan en su hoja de servicios: «Radiología anatómica del aparato locomotor», «Anatomía bioscópica: datos para la exploración del aparato locomotor» y «Exploración funcional del sistema muscular».

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proyecto sobre el desarrollo de las extremidades desde la óptica de la embriología experimental.33 En el laboratorio de Orts, su primer objetivo fue terminar aquellos trabajos.34 La microelectrocoagulación con el aparato de Kopsch era el método más puntero utilizado en el «Olóriz» y, aunque en EE. UU. venía siendo aplicada por los embriólogos desde mediados de siglo, en España era toda una novedad. Con ella, Murillo había conseguido importantes resultados y había postulado que, al contrario de lo que se estaba admitiendo por la comunidad científica internacional, el esbozo de la extremidad mantendría su capacidad de regeneración (un concepto conocido como «regulación») más allá del estadio III de Hamilton y Hamburguer. Entre sus especímenes, los embriones de estadios más avanzados —hasta incluso el VII— seguían manteniendo dicha capacidad de regulación. Además, el aparato de Kopsch le permitió realizar lesiones sobre los somitas, con lo que pudo comprobar que estas estructuras intervendrían directamente en el desarrollo del miembro. A la hora de destruir selectivamente estructuras, la microelectrocoagulación aportaba una precisión que no habían conseguido las técnicas químicas y de microcirugía utilizadas hasta el momento. En Madrid, pudo aprender las técnicas microquirúrgicas de Orts —aquellas importadas desde la Carnegie— y aplicarlas al proyecto. Siguiendo las directrices del catedrático, las lesiones que realizó sobre el material somítico con un hilo de tungsteno afilado al mechero Bunsen reprodujeron sistemáticamente los hallazgos que antes había conseguido con la microelectrocoagulación. Su tesis salió reforzada y, finalmente, mientras asimilaba el resto de la metodología rutinaria de la escuela (las marcas coloreadas de Vogt y los injertos y los cultivos «in vivo» e «in vitro»), aplicó al problema de los miembros las técnicas histoquímicas del Olóriz —una novedad para el laboratorio de Madrid.

33   Antes de marchar a Madrid, en 1959 ya tenía algún resultado y acudió con una comunicación a las jornadas nacionales de la Sociedad Española de Ortopedia y Traumatología que se celebraron en Granada y Sevilla aquel año. 34   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1960. Becario Narciso L. Murillo Ferrol. Memoria del trabajo a realizar. Madrid, diciembre de 1960.

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Parece que el apoyo del Ministerio de Exteriores a Ruano fue solo un tímido signo de aperturismo para con la escuela, ya que, una vez agotada la ayuda de la Comisaría de Protección Escolar, Murillo tuvo que recurrir a los fondos privados —que, de nuevo, llegaron desde la Fundación March—. Al igual que Ruano y Jiménez Collado, eligió viajar a Francia, pero, a diferencia de estos, prefirió el laboratorio de Biología Animal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Clermont-Ferrand. Allí dirigía un laboratorio especializado en embriología el primer discípulo de Étienne Wolff (1904-1996), Hubert Lutz, que por entonces mantenía varias líneas de investigación sobre el desarrollo. A Murillo, no obstante, le interesaban especialmente los experimentos de inducción que Lutz y su esposa, Yvonne Lutz-Ostertag, realizaban sobre cultivos embrionarios de blastodermos siguiendo las técnicas iniciadas por Wolff. En un mismo cultivo, colocaban esbozos presuntivos de diferentes partes de embriones y analizaban los fenómenos de inducción que se establecían entre ellos. Entre otras estructuras, habían estudiado el caso de los miembros, por lo que el laboratorio francés era el destino idóneo para la estancia. El objetivo del viaje: colocar en un mismo cultivo el presunto mesénquima indiviso y los somitas correspondientes para estudiar de esta manera sus relaciones. Murillo se desplazó en tren vía Hendaya-Burdeos hacia Clermont-Ferrand, una localidad situada en plena meseta central del país galo, y el 26 se junio comenzó sus trabajos en el laboratorio de Lutz.35 El primer mes lo dedicó a practicar injertos en la vesícula corio-alantoidea, una técnica que estaba dando grandes resultados al equipo francés. Lutz-Ostertag se encargó personalmente de enseñarle la metodología a Murillo.36 Un mes después, el español escribía entusiasmado a la March: 35   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1960. Becario Narciso L. Murillo Ferrol. Carta de Murillo Ferrol a Alejandro Bérgamo, Consejero Secretario de la Fundación March, Clermont-Ferrand, 28 de junio de 1961. 36   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1960. Becario Narciso L. Murillo Ferrol. Memoria del trabajo realizado durante el primer mes de estancia en la Facultad de Ciencias de Clermont-Ferrand, Departamento del Prof. Lutz. Clermont-Ferrand, 25 de julio de 1961.

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Embriología en la periferia Los injertos, obtenidos «in vitro» por un interesantísimo sistema de microcorte con la ayuda de un pequeño trozo de hoja de afeitar montada sobre fino mandril de relojero, pueden conseguirse con toda nitidez de tamaños increíblemente pequeños, trabajando bajo la lupa binocular casi al límite de aumentos que proporciona dicho aparato.37

Para él, todas las técnicas que se llevaban a cabo en aquel laboratorio eran muy novedosas y fueron muchos los procedimientos nuevos que consiguió dominar. Entre otros, aprendió una técnica para la manipulación de embriones desarrollada por Wolff y perfeccionada por Lutz con la que consiguió disminuir drásticamente la mortalidad de los especímenes intraexperimento.38 Además, mejoró sus técnicas de micromanipulación. Lutz había diseñado un interesante aparato de microforja que resultaba útil para la creación del microinstrumental necesario para el aparato de Fonbrune que había conocido en Granada. Por último, tuvo la oportunidad de practicar las técnicas de fisuración de blastodermo no incubado y, con el fin de poder visualizar los esbozos esqueléticos, se adiestró en los métodos de Shultze modificado por Peterfi y de Lunvall para transparentación de embriones.39 El círculo de transmisión del conocimiento conseguido gracias a estas estancias en el extranjero se consigue cerrar con las aportaciones de los españoles fuera de nuestras fronteras. En este caso, Murillo mostró a los científicos de Clermont-Ferrand una de las técnicas importadas por Orts desde la Carnegie, aquella consistente en utilizar un hilo de tungsteno sobre un tubo de vidrio que, afilado al gusto del investigador, permitía practicar lesiones para albergar injertos. Según informó en su reporte mensual a la Fundación, este método

  Ibid.   Describe la técnica de la siguiente manera: «Consiste en [...] una vez pasada la fase más crítica del desarrollo del embrión de pollo en que son grandes los peligros de asfixia y desecación, [...] 15 a las 48 horas de incubación [...] la extracción de 2 cc de albúmina a favor de un pequeño orificio practicado en el polo agudo del huevo y con pipeta estéril. Al mismo tiempo se práctica una gran ventana en el punto culminante que se cierra a la parafina con una lámina de mica [...] el pequeño orificio se cierra estableciendo una delgada película de parafina, valiéndose de un pequeño pincel». Ibid. 39   Ibid. 37 38

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Fig. 6.2. Narciso Luis Murillo-Ferrol impartiendo una conferencia a finales de la década de los sesenta o principios de los setenta. Junto a él, Francisco Orts Llorca. Cortesía de Salvador Climent.

tuvo «una gran aceptación por su finura y resistencia entre los investigadores franceses a quienes se lo he mostrado».40 Lutz tuvo que ausentarse del laboratorio en agosto,41 así que la estancia del español se vio obligada a interrumpirse hasta diciembre. A su vuelta, dedicó todo un mes a aplicar las técnicas aprendidas. Realizó hasta siete experimentos diferentes con más de doscientos cincuenta embriones de pollo: practicó lesiones quirúrgicas o mediante rayos X en el mesénquima no segmentado, injertos homólogos, heterotópicos y sincrónicos, trasplantes a vesículas corioalantoideas e introdujo mica entre los somitas como elemento teratogénico. Agotadas las cuatro semanas que le quedaban de beca, abandonó Francia el 20 de enero de 1962. 40   AFJM, Becas para el extranjero, 1960. Becario Narciso Luis Murillo Ferrol. Resumen de la labor realizada durante el segundo mes de estancia en la Facultad de Ciencias de Clermont Ferrand (Francia), en disfrute de una beca de la «Fundación March», Diciembre de 1961. 41   AFJM, Becas para el extranjero, 1960. Becario Narciso Luis Murillo Ferrol. Carta de Murillo a Alejandro Bérgamo, secretario de la Fundación March, Clermont-Ferrand, 25 de julio de 1961 y Carta de Murillo a Alejandro Bérgamo, secretario de la Fundación March, Clermont-Ferrand, 20 de diciembre de 1961.

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Los resultados de las experiencias de Murillo se unieron al debate científico internacional que se había desatado sobre el tema de la colaboración del mesodermo paraaxial en el desarrollo de las extremidades. Edgar Zwilling, desde Michigan (EE. UU.), venía haciendo experiencias durante toda la década anterior para dilucidar este problema y sus resultados concordaban con los de Murillo. Según el español, los somitas participarían activamente en la formación del miembro, siendo un estímulo químico indispensable para este proceso. Los artículos que publicó sobre el tema, aparecidos en Anales del Desarrollo y en Acta Anatómica de Basilea se convirtieron en una referencia indispensable en los futuros trabajos sobre la embriología de los miembros.42 Durante el período que Murillo Ferrol pasó junto a Orts en Madrid hasta la consecución de su propia cátedra, los compromisos docentes e investigadores se fueron multiplicando. Su interés por el aparato locomotor y su formación quirúrgica previa le llevó a ser, desde 1961, el encargado de la enseñanza de la anatomía en la Escuela de Especialización en Traumatología, Ortopedia y Rehabilitación del Hospital Clínico y, con los años, llegó a obtener incluso el título de especialista en esta rama. Así pues, y como es lógico, su interés por el desarrollo del aparato locomotor no concluyó con sus investigaciones en Francia. Durante los años siguientes, no obstante, comenzó una serie de trabajos sobre el cuerpo y el seno carotideos (corpus caroticus y sinus caroticus). Para desenvolverlo contó con el respaldo económico de su Facultad, de la Fundación Valdecilla y, cómo no, de la siempre presente Fundación March. Seguía sin aparecer el soporte gubernamental para los trabajos de los miembros de la escuela. Décadas atrás, los receptores de la carótida habían acaparado la atención de morfólogos y fisiólogos pero, sorprendentemente, a estas alturas de siglo, hasta la embriología descriptiva de estas estructuras aún quedaba por hacer. Si Murillo quería abordar el problema desde la óptica experimental, tendría que hacer primero los trabajos

42   Murillo Ferrol, (1963a, 1965b). Estos trabajos aparecen citados, por ejemplo, en Milaire, (1974) o Johnson, (1986).

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descriptivos pertinentes.43 En la facultad, Murillo contaba con todo un experto en la materia, Fernando de Castro (1896-1967), que, como es bien sabido, realizó su más importante aportación a la morfología en la descripción de la estructura histológica del cuerpo carotideo.44 Pero la habilidad de Murillo para rodearse de un equipo de consultores especializados fue, incluso, más allá. Existe constancia documental de que recibió las sugerencias del norteamericano James Dixon Boyd (1907-1968), de la Universidad de Cambridge y de William Edgar Adams, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda). Según se puede extrapolar del análisis de la colección epistolar de Murillo a la que he tenido acceso, De Castro mantenía una buena relación con Boyd,45 y Adams, que tenía publicado un importante libro sobre morfología comparada de estas estructuras46, tenía referencia de la actividad del laboratorio madrileño a través de un amigo en común con Orts Llorca47. Como vemos, la escuela de Cajal seguía ejerciendo su labor como conectora internacional de la ciencia española y Orts se había erigido como el referente indispensable para los nexos científicos entre los embriólogos internacionales y la España de la década de 1960. Boyd llevaba a cabo labores docentes en Cambridge en aquel momento y, aunque por entonces estaba plenamente centrado en sus investigaciones sobre la morfofuncionalidad placentaria, en la década de 1930 había comenzado a investigar el seno carotideo48. En aquellos años empezó un trabajo de embriología experimental interrumpiendo la circulación del tercer arco aórtico. No obstante, tal y como le explicó a Murillo en una carta fechada en 9 de agosto

43   Murillo Ferrol (1961) y Murillo Ferrol y González Santander, (1962). En este último artículo, describieron la existencia de la vena faríngea intercarotídea, que hasta entonces no se había observado en el ser humano. 44   El trabajo más conocido fue: De Castro, (1926). Sobre Fernando de Castro y sus descubrimientos en el contexto de la escuela cajaliana véase López Piñero, (2006: 361). 45   AFJM, Becas para estudios en España, 1964. Becario Narciso Luis Murillo Ferrol. Carta de W.E. Adams a Murillo Ferrol, Dunedin (Nueva Zelanda), 20 de junio de 1962. Carta de Boyd a Murillo, sin lugar, ni fecha. 46   Adams (1958). 47   AFJM, Becas para estudios en España, 1964. Becario Narciso Luis Murillo Ferrol. Carta de W.E. Adams a Murillo Ferrol, Dunedin (Nueva Zelanda), 20 de junio de 1962. 48   Sobre este científico, véase su necrológica: W.J.H. (1968)

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de 1962,49 la Segunda Guerra Mundial truncó aquel proyecto. El español, dispuesto a continuar los experimentos de Boyd, comenzó a aplicar las más modernas técnicas de la embriología experimental para lesionar las estructuras de las que se sospechaba se originaban las células quimioceptoras: cresta neural, arcos aórticos y placodas epibranquiales. Los resultados de sus experimentos siguiendo las células mediante marcas de carbón le hicieron reelaborar la teoría del desarrollo del corpus caroticum en un trabajo publicado Acta Anatómica de Basilea.50 Describió la existencia de una «corriente celular» desde las placodas epibranquiales hacia la profundidad, observando cómo algunas llegarían a la vecindad del tercer arco aórtico. Importantes libros extranjeros, como el tratado The Paraganglia (1982) del profesor de microscopía de Viena Peter Böck o el The Paraganglionic Chemoreceptor System (1982) de los profesores del Mount Sinai Frederick G. Zak y William Lawson, aún citaban estos trabajos de Murillo en los años 80. Durante los años siguientes, Murillo siguió preparando oposiciones y publicó una serie de trabajos experimentales en la línea del laboratorio de Orts sobre el desarrollo de los órganos de los sentidos. Finalmente, en 1967 consiguió al fin una cátedra de anatomía. Sin embargo, a pesar de que casi todas las facultades de Medicina contaban con dos cátedras de la disciplina, las universidades eran limitadas, y Murillo terminó encontrando su lugar en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. En estas fechas tan avanzadas de nuestro período de estudio, analizar por completo la evolución de la cátedra de Murillo superaría nuestros objetivos cronológicos. En 1975 el nuevo catedrático contaba solo con 48 años de edad y aún le quedaba por delante un largo recorrido científico. Por el contrario, sí creemos interesante estudiar la creación de su equipo, puesto que supone un cambio de escenario para la embriología. De repente, y por una razón puramente circunstancial, uno de los discípulos de Orts rompía con el iatrocentrismo que venía arrastrando la embriología en España desde 49   Cit. por Murillo en AFJM., Becas para estudios en España, 1964. Becario Rafael González Santander. Memoria final, [1965]. 50   Murillo Ferrol (1967).

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los tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. A excepción del caso del laboratorio de Pujiula, las ciencias del desarrollo en la España del siglo xx se habían hecho por y para médicos. Los intentos de los zoólogos naturalistas por iniciarse en esta disciplina se agotaron con los primeros esfuerzos de la JAE y con la crisis del Instituto Biológico de Sarriá. Ahora, Murillo tenía la responsabilidad de montar el primer laboratorio de embriología experimental en una escuela de veterinaria. Como se puede suponer, los medios materiales y humanos que encontró a su llegada a Zaragoza eran muy limitados. La cátedra apenas estaba dotada con: […] una fotocopiadora «vietnamita», una mesa de despacho y un armario antiguos, así como una buena colección de esqueletos montados y huesos sueltos de distintos animales, junto con unas viejas reproducciones en cera, escayola y otros materiales de órganos de caballo, principalmente.51 

En fin, un material que casi podía superponerse al de cualquier cátedra de anatomía del siglo xix. Además, en el departamento solo trabajaban dos profesores, José Sandoval Suárez (?-2006) y Salvador Climent Peris (n. 1942), ambos veterinarios. El primero se había formado en el seno de la escuela de Escolar, que por entonces ya se había trasladado a Zaragoza. No obstante, solo habían pasado unos meses desde la llegada de Murillo cuando Sandoval ganó una cátedra en la Facultad de Veterinaria de Córdoba, por lo que no llegó a integrarse en el nuevo equipo. Climent, por el contrario, se convirtió en el primer colaborador de Murillo en su nuevo destino. Había nacido en Alginet, una población de la Ribera Alta levantina,52 y se había formado como veterinario en Zaragoza. En 1966 terminó sus estudios de licenciatura y fue nombrado profesor ayudante de la cátedra de Anatomía y Embriología. Con una beca del CSIC, llevó a cabo sus investigaciones doctorales en la cátedra de Escolar. Su tesis fue de51   ARVM., Correo electrónico de Salvador Climent Peris a Raúl Velasco Morgado. Sin lugar, 11 de abril de 2012. 52   Los datos biográficos de este investigador los obtenemos del currículum que se conserva en: AFJM, Becas para estudios en el extranjero, 1972. Becario Salvador Climent Peris.

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fendida en 1969 y, aunque no era de tema embriológico —se trataba de un estudio sobre las vías motoras superiores de las aves— Murillo participó en la redacción final y apareció como codirector del trabajo. La llegada del ortsiano a Zaragoza marcó sin duda el futuro de la carrera científica de Climent y antes de terminar su tesis comenzó a hacer sus primeros trabajos sobre morfogénesis. El naciente laboratorio de embriología experimental de la Facultad de Veterinaria tardó un año en conseguir sus primeros instrumentos científicos. No con poco esfuerzo se hicieron con un pequeño microtomo de parafina Reichert junto con todo el utillaje para poder realizar inclusiones y cortes en parafina, así como un par de estufas de cultivo para incubar huevos fértiles de gallina.53 Con aquel material, Climent, que ya había adquirido el rango de profesor adjunto, comenzó a iniciarse en la embriología experimental y a aprender las técnicas que traía consigo el catedrático. Pronto comenzó a visitar otros centros de investigación para ampliar sus conocimientos y técnicas embriológicas y Murillo creyó conveniente que visitara en primer lugar el laboratorio de Orts. Allí, además de poder estudiar la magnífica embrioteca, se podría iniciar en las técnicas de cultivo de embriones de aves in toto, que estaba dando muy buenos resultados al equipo en sus investigaciones sobre el desarrollo del corazón.54 En los años siguientes, siguiendo a los ortsianos de la anterior generación, su destino fue la Europa francófona. Gracias a una beca de la Universidad que consiguió el propio Murillo, Climent visitó el Departamento de Anatomía de la Escuela libre de Bruselas.55 Allí trabajó dirigido por Jean Jules Pasteels (1906-1991), aunque, como recuerda, aún tuvo la oportunidad de coincidir con un anciano Albert Dalcq (1893-1973), así como con otros investigadores del centro, como Jacques Mulnard (n. 1922) o Jean Milaire.56 La visita resultó 53   ARVM, Correo electrónico de Salvador Climent Peris a Raúl Velasco Morgado. Sin lugar, 11 de abril de 2012. 54   ARVM, Correo electrónico de Salvador Climent Peris a Raúl Velasco Morgado. Sin lugar, 11 de abril de 2012. 55   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1972. Becario Salvador Climent Peris. Impreso de solicitud. Sin fecha ni lugar. 56   ARVM, Correo electrónico de Salvador Climent Peris a Raúl Velasco Morgado. Sin lugar, 11 de abril de 2012. Sobre la escuela embriológica de Bruselas, véase Mulnard,

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provechosa, y consiguió aprender una novedosa técnica que permitió la entrada de una nueva línea de investigación embriológica en España. Además de practicar técnicas histoquímicas —la especialidad del laboratorio de Pasteels—, Climent consiguió familiarizarse con una técnica puesta a punto en aquellos años por Aron Arthur Moscona (1921-2009), un investigador de origen israelí que trabajaba en la Universidad de Chicago. Gracias a ella, utilizando determinadas enzimas, se podían disociar y agregar células de esbozos de órganos o fragmentos de embriones tempranos y estudiar sus relaciones. Moscona llevaba trabajando sobre el tema desde la década de 1950 y, en unos artículos que se convirtieron pronto en clásicos, había descrito las cadherinas y había desarrollado una tecnología enzimática que permitía, no solo disociar tejidos embrionarios en células, sino reagregar estas posteriormente de una manera controlada creando de nuevo las estructuras tisulares.57 No hemos conseguido localizar ningún trabajo del equipo belga en el que se usara el método de Moscona. Climent recuerda que, aunque sí es verdad que aprendió aquella técnica de Mulnard, en las reuniones del servicio —que dirigía Pasteels— «todos estaban de acuerdo en que era muy complicada y no demasiado fiable la interpretación de resultados».58 A pesar de ser ya un miembro de segunda generación de la escuela de Orts y de encontrarse ya en una época de gran debilidad política del Régimen, las ayudas del CSIC siguieron sin aparecer en el listado de financiadores del grupo. La Fundación March, eso sí, seguía concediéndoles el respaldo económico necesario. En 1972, Climent se hizo con una de sus ayudas y volvió a salir al extranjero. En esta ocasión visitó el laboratorio de Anatomía de la Clermont-Ferrand, el centro donde años atrás había trabajado Murillo, para familiarizarse con las técnicas de cultivo «in vitro» del centro. En Zaragoza habían (1992) y Thiefry (2001). La biografía de Mulnard se puede consultar en: Alexandre (1992a) y una completa biobibliografía de Pasteels se puede encontrar en: Herlant-Meewis (1997). 57   Para una primera aproximación a la vida y obra de este investigador, véase su necrológica en The Lancet: Watts, (2009). 58   ARVM, Correo electrónico de Salvador Climent a Raúl Velasco Morgado. [Zaragoza], 12 de abril de 2012.

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observado que, injertando células de adenocarcinoma humano en la cavidad celómica de un embrión de pollo, las células tumorales se distribuían por el espécimen formando un individuo morfológicamente idéntico a un embrión de pollo normal, pero que, analizado histológicamente, se mostraba formado por células tumorales. Con el fin de estudiar esta especie de «control morfológico» que parecía ejercer el embrión sobre la disposición de las células tumorales, creyeron útil reproducir la experiencia «in vitro» con las técnicas del laboratorio francés. Utilizando los métodos de Lutz —que, como recordamos permitían cultivar diferentes estructuras por separado—, Climent intentaría revelar qué partes del embrión y en qué momento del desarrollo podían ejercer tal control. Llegó a Clermont-Ferrand el 6 de octubre de 1972 y comenzó los trabajos el día 9.59 A su llegada a Francia, el primer problema con el que se topó fue puramente material. Aquel laboratorio estaba consagrado a la enseñanza e investigación biológica, así que, sin vínculos con la clínica, resultaba tremendamente difícil encontrar tejido tumoral humano para los experimentos. Ante tal inconveniente, Lutz respondió reconduciendo los trabajos de Climent. Durante los tres primeros meses, el valenciano se familiarizó con la técnica de cultivo de esbozos embrionarios, con las diferentes técnicas de tinción del laboratorio y con la preparación de piezas para microscopía electrónica. Danielle David, una de las investigadoras del centro, se encargó de formarle en las técnicas más avanzadas del instituto. Por aquellos años estaba trabajando en la acción de los mesénquimas heterólogos sobre el desarrollo del embrión de conejo, y enseñó al español la técnica de cultivo de esbozos, los injertos corio-alantoideos y la tinción de azul alcián-PAS-hematoxilina de Groat.60 Además, gracias a la colaboración de otros científicos del laboratorio, como Robert y Annie Meiniel, Climent pudo conocer de 59   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1972. Becario Salvador Climent Peris. Carta de Climent Peris a la Fundación Juan March. Clermont-Ferrand, 18 de octubre de 1972. 60   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1972. Becario Salvador Climent Peris. Carta de Climent Peris a la Fundación March, Clermont-Ferrand, 6 de enero de 1972. [Aunque consta esta fecha, se debe de referir al 6 de enero de 1973, puesto que había llegado a Francia a finales de 1972].

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primera mano una técnica para visualizar el embrión en fases precoces a través de la inoculación de carbón animal en la cavidad subgerminal y otra serie de tinciones histoquímicas e histoenzimológicas de gran utilidad (la reacción de Feulgen y Rossenbeck para los ácidos nucleicos, el método de Koelle Gerebtzoff para la colinesterasa y el método de la fosfomonoesterasa alcalina inespecífica).61 Con toda esta nueva metodología, comenzó a realizar experimentos con cultivos de esbozos de miembros y de párpado —tanto de embriones de pollo, como de codorniz— y realizó sobre ellos injertos corio-alantoideos. Los primeros resultados, aquellos respecto al comportamiento de dichos cultivos organotípicos, fueron presentados aquel año en la reunión de la Sociedad de Biología francesa.62 Cuando regresó a España, Murillo, que ya era vicerrector de la Universidad de Zaragoza, aprovechó la oportunidad que le brindaba una nueva convocatoria de la Fundación March para dotar por fin su laboratorio explotando al máximo las técnicas importadas por su discípulo. Los nuevos «planes especiales» de la fundación concentraban las ayudas para investigación en «planes» y, haciéndose eco de las características de la ciencia de aquella década, financiaban a equipos, no a individuos. En 1972 se aprobaron dos planes, el de sociología y el de biología y cada uno tenía establecidos unos temas de financiación preferente. En el caso del de biología eran: (1) Técnicas físicas para la biología: electromagnética y óptica; (2) Ingeniería bioquímica y (3) Investigaciones en neurobiología y genética. Finalmente, se decidió potenciar esta última línea y a ella se presentaron hasta dieciocho solicitudes para genética y veinticinco para neurobiología.63 En este último grupo se encontraba el proyecto de Murillo: «Análisis experimental de las interacciones entre las poblaciones celulares precursoras del Sistema Nervioso Central y las destinadas a diferenciar tejido cardíaco, disociadas y cultivadas in vitro». Con la aprobación de este proyecto, la March se volvió a posicionar una vez más del lado de la 61   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1972. Becario Salvador Climent Peris. Carta de Climent Peris a la Fundación March, Clermont-Ferrand, 6 de enero de 1972 [sic, 1973]. 62   Climent Peris, (1973). 63   «Planes especiales» en Anales de la Fundación Juan March, 1973, pp. 29-39.

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investigación embriológica. Es más, de las tres propuestas aceptadas para el plan, una fue la del equipo zaragozano y otra la que presentó Genis Gálvez para dotar su nuevo laboratorio de embriología ocular en Sevilla. Como demuestra el título propuesto para el proyecto, Murillo y su equipo decidieron explotar la técnica de Moscona que Climent había aprendido de Mulnard en Bruselas. Además, ajustándose a las bases de las nuevas ayudas de la March, el grupo decidió incluir al Sistema Nervioso Central en el naciente laboratorio como reclamo para la financiación. Integrado en su facultad, Murillo decidió construir su equipo con veterinarios. Así, se unieron al grupo como doctorandos José María Villar Lacilla y Joaquín Camón Urgel (?-1999)64 y durante los años siguientes, el equipo fue consolidándose. Ya en 1975, el Departamento de Morfología contaba con un catedrático y dos adjuntos, Climent, y Villar Lacilla.65 Estos últimos años del período dictatorial y los primeros de la siguiente etapa política coincidieron con el mandato de Murillo como rector de la Universidad de Zaragoza (1974-1978). Comenzada la Transición, y gracias a la ayuda de la March, el laboratorio estaba ya totalmente actualizado a los tiempos y pudo crecer en todas las dimensiones. Climent, adquiriría el rango de agregado en 1977 y, ya en 1982, el de catedrático.

«Refracción y difracción» de una escuela de embriólogos El proyecto de Cajal y Castillejo se vio por fin hecho realidad durante la segunda mitad del siglo. Tras evitar el exilio interior, Orts formó una verdadera escuela de embriólogos. El grupo, al igual que el rival, se vio disgregado en un proceso de expansión geográfica. Su llegada a las diferentes facultades en las que iban consiguiendo cátedras resultó impactante, pues, como ha demostrado Sirvent en el caso de Ruano, supuso el destierro de la vieja anatomía descriptiva y la acepción de la nueva visión brausiana. A falta de hacer un estudio de conjunto sobre los cambios en la docencia anatómica que demuestre las similitudes y 64   Camón, sin embargo, no apareció entre los firmantes de los artículos que se derivaron de aquellos trabajos. 65   Gómez Piquer y Pérez García, (2000: 515).

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diferencias del proceso por el que se instauró tal cambio en cada una de las diferentes cátedras a las que llegaron los ortsianos, sí que podemos asegurar que, en lo que a investigación embriológica se refiere, existió un «fenómeno de refracción» causado por las diferentes cualidades materiales y personales que cada uno encontró en sus destinos y un «fenómeno de difracción», que separó personalmente a los condiscípulos, quienes, a diferencia los escolarianos, no trabajaron como grupo tras conseguir su independencia académica. Si bien llevaron consigo algunas características comunes, como el experimentalismo de su embriología o el diálogo con los investigadores clínicos, Ruano, por ejemplo, tuvo que adaptarse a las líneas de morfología urológica de una cátedra con una gran tradición como la de Gil Vernet, Murillo Ferrol se vio obligado a desarrollar su programa investigador en una facultad de veterinaria y con un equipo de veterinarios y, como veremos, Genis Gálvez cultivará una nueva subespecialidad, la embriología bioquímica, a causa de contar con unas influencias internacionales propias. El análisis de las geografías científicas de la escuela muestra otra gran diferencia con la escuela rival. Mientras que los escolarianos, guiados por la política exterior estatal, tuvieron unos destinos internacionales comunes, los discípulos de Orts no coincidieron en la elección de destinos. Esto puede interpretarse como causa o consecuencia del citado fenómeno de «difracción» de la escuela, pero lo que queda claro es que imprimió claramente unas características específicas a las líneas de investigación de cada uno de ellos. Conocidas ahora ya las genealogías científicas de las escuelas de Orts y Escolar, podemos juzgar su escasa interrelación. La falsa apariencia de estancas que desprende su «lucha de cátedras» se deshace cuando se aprecian vínculos más sutiles de unión en sus respectivos genogramas, como fueron los casos de Guirao Pérez o Climent Peris. A pesar de ser uno de los doctorandos de Escolar, Guirao realizó una estancia clave en el laboratorio de Orts y consiguió así crear un grupo de investigación propio e independiente de las escuelas hegemónicas. Climent, finalmente recibió una influyente herencia ortsiana a pesar de haber sido también uno de los doctorandos de la sección del CSIC de Escolar.

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Capítulo VII EL CONTACTO CON LOS ESTADOS UNIDOS José María Genis Gálvez y el desarrollo morfobioquímico New methods of investigation have increased the economic needs of the department. [...] Circumstances, difficult to explain, have created a lack of official funds for research in our department. Any aid, small as it may seem, would be of great use to us and greatly appreciated. José María Genis Gálvez (solicitud de ayuda a EE. UU., 1962)

Las relaciones científicas de EE. UU. con la España del franquismo desarrollista

Tras la Segunda Guerra Mundial, debido fundamentalmente al contexto político que marcó la Guerra Fría, la ciencia estadounidense tuvo una gran influencia en el desarrollo de la ciencia de un país de la periferia científica europea como España, que intentaba desplegar de nuevo su potencial económico y cultural tras los años de la autarquía. Trabajos previos sobre otras disciplinas, como la bioquímica,1 la paleoantropología2 o la física,3 han demostrado la magnitud de tal influencia. En este contexto, Orts volvió a mostrar interés en llevar a cabo una estancia en Estados Unidos. Para entonces, la Fundación Rockefeller había desechado ayudar en el proyecto de Orts y, aunque el Ministerio de Exteriores estaba intensificado sus relaciones culturales con los vencedores de la guerra enviando científicos a Estados Unidos,4 por aquellos años el embriólogo español estaba al margen de cualquier tipo de ayuda oficial. Mientras que la naciente escuela anatómica de Escolar estaba recibiendo unas potentes influencias     3   4   1 2

Santesmases (2001). Catalá Gorgues (2013). Herran y Roqué (2012). Delgado (2005).

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americanas gracias al programa del Ministerio, la de Orts vivió separada de influencias externas hasta la segunda mitad de la década de 1950. Como he apuntado anteriormente, la intervención de las fundaciones filantrópicas fue determinante para sacar de la reclusión internacional a Orts y su escuela, y fue uno de los determinantes de que la relación se estableciera precisamente con Estados Unidos. El primero en viajar a Norteamérica fue —incluso antes que el catedrático— José María Genis Gálvez. Su contacto con la morfología estadounidense resultó de gran importancia para el desarrollo de su carrera científica y le permitió incorporar a su embriología una serie de novedades técnicas —fundamentalmente bioquímicas e inmunológicas— que trataré de desbrozar en el presente capítulo.

De la anatomía de Orts a la anatomía estadounidense Desde sus primeros años como estudiante de Medicina, José María Genis mostró un gran interés por las ciencias morfológicas. Buena prueba de ello son sus excelentes resultados en las asignaturas de Anatomía descriptiva, en Técnica Anatómica y en Embriología, todas superadas con sobresaliente con mención de honor.5 Al lado de Manuel Mari Martínez, en el laboratorio de histología de la cátedra de Diego Ferrer, aprendió lo básico de la técnica histológica y de la anatomía patológica. Pronto comenzó su relación con el laboratorio de Orts, a quien estaban muy vinculados los trabajos de Manuel Mari. Durante la segunda parte de la licenciatura, el contacto con las asignaturas clínicas no hizo sino incrementar aquel interés de Genis por la investigación básica. La mayoría del tiempo estaba en el servicio de oftalmología de Pérez Llorca6 que, como se vio al estudiar las pensiones de la Junta para Ampliación de Estudios, tenía una línea de investigación morfológica. Mientras superaba la carrera, siguió trabajando en el laboratorio de Orts, así como en los de Manuel Mari y José Pérez Llorca. Este 5   AGA, Caja 32/17747. Exp. 14834-119. Expediente de concesión de título de licenciado en Medicina a favor de José María Genis Gálvez, 1955. 6  AFG, Memorias.

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Fig. 7.1. José María Genis Gálvez junto a su microscopio. Cortesía de Luis Puelle.

equipo explica la importancia de la línea del desarrollo del ojo de la escuela de Orts y, en especial, la predilección de Genis por el tema. Su primer trabajo embriológico fue una comparativa entre los ojos de dos especímenes de la embrioteca de Orts —uno cíclope y otro normal— que, por entonces, ya era una colección muy completa.7 Durante los años siguientes se dedicó a ampliar aquellas investigaciones hasta completar su tesis doctoral. Defendida en 1955, logró demostrar que el volumen del núcleo de las células en desarrollo disminuye con la maduración, unos resultados de tal relevancia, que le fueron concedidos el premio extraordinario de doctorado y el «Cajal» de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana. Pero, durante estos primeros años, el perfil de Genis no quedó marcado exclusivamente por la potente embriología que practicaba Orts, sino que recibió las influencias directas de la morfología norteamericana. Su primer viaje a los EE. UU. fue en 1955; para entonces, Orts ya le había propuesto que se trasladara con él a Madrid pero, a   Orts y Genis (1953).

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pesar de estar ya decidido a dedicarse a la anatomía, Genis no había perdido el contacto con la oftalmología. En el congreso de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana de aquel año, tuvo la oportunidad de conocer a Ramón Castroviejo Briones (1904-1987), el conocido oftalmólogo español afincado en EE. UU. Como consultor de la Fundación Del Amo, Castroviejo le propuso al joven Genis viajar a América con una beca de la fundación.8 Este encuentro desvió por completo la geografía científica de Orts y su escuela, y consiguió acercar a Genis a nuevas aproximaciones a la forma. Con 2.500 dólares para una estancia de seis meses,9 el 22 de diciembre de 1955, Genis salió de Cádiz hacia Gibraltar y dos días después se subió a bordo del transatlántico Independence para llegar a Nueva York el día 30. Una vez allí, antes de trasladarse hasta Los Ángeles, se acercó hasta el Sant Vicent’s Hospital, donde Castroviejo dirigía el Servicio de Oftalmología.10 Quería aprovechar la oportunidad que le brindaba su paso por Nueva York para observar la actividad quirúrgica de Castroviejo, pionero del trasplante corneal.11 En su quirófano pudo ver trasplantes e intervenciones de cataratas,12 una metodología que posteriormente podría extrapolar a la experimentación microquirúrgica sobre el ojo en desarrollo. Después, cruzó todo el país hasta Los Ángeles. Magoun ya se había jubilado y, aunque seguía rondando por el laboratorio, era Charles H. Sawyer (1915-2006) quien ejercía como chairman. Los recuerdos de Genis sobre el instituto nos ilustran sobre su percepción acerca de las personalidades de sus investigadores: 8 CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Carta de Genis a Eugenio Cabrero. Cádiz, 20 de septiembre de 1955 y AFG. Memorias, p. 28. 9 CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Concesión económica de beca de investigación en embriología. Extracto de pagos. 24 de agosto de 1955. 10  CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Parte de Genis a la Fundación sobre su primer mes como becario. Los Ángeles, 31 de enero de 1956. 11   Sobre el oftalmólogo véase Polack (1999). 12   Durante su estancia en Nueva York visitó asimismo el Departamento de Anatomía de la Cornell University. CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Parte de Genis a la Fundación sobre su primer mes como becario. Los Ángeles, 31 de enero de 1956.

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Embriología en la periferia Clemente era el más morfólogo de todos los investigadores que formaban el equipo del Brain Center. La neurobiología había reunido a un grupo de investigadores capitaneados por Horace Magoun. Recuerdo la frialdad de Pease, la cortesía de Sawyer, la amabilidad de J.D. Greene, la timidez de Jerome Gutin, el activo criticismo de Bob Livingstone. Carmine Clemente era un profesor joven, activo, poseía la viveza de su origen italiano y el dinamismo de un «dealer» de coches usados.13

Durante aquellos meses, trabajó al lado de Carmine D. Clemente (n. 1928), uno de los discípulos de William Frederick Windle (1898-1985), que había dedicado su investigación a la regeneración nerviosa.14 Aunque el perfil de Clemente no se ajustaba los intereses embriológicos de Genis, consiguió proporcionarle un conocimiento sobre el sistema nervioso menos sesgado por la morfogénesis que el de Orts, incluyendo aspectos histológicos, filogenéticos y funcionales. Durante el mes de febrero dedicó su trabajo a preparar una serie de cortes de cerebro de rata en el Hospital de Sawtelle, con lo que consiguió una colección de mil setecientos noventa y dos cortes que analizó durante los meses siguientes ya en el departamento de anatomía.15 Junto con Clemente, llevó a cabo una serie de interesantes aportaciones que nada tenían que ver con la embriología. A través de la anatomía comparada y utilizando métodos de impregnación argéntica, profundizó en el tema de la inervación del músculo ciliar y llegó a una serie de conclusiones que siguen siendo hoy referencia, como la doble inervación —simpática y parasimpática— de este músculo.16 Al finalizar la beca, en mayo de 1956, consiguió una ampliación de  AFG, Memorias, p. 8.  CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Parte de Genis a la Fundación Del Amo sobre su llegada a California. Los Angeles, 31 de enero de 1956. 15  CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Parte de Genis a Eugenio Cabrero, sobre sus actividades en el mes de febrero. Los Ángeles, 1 de marzo de 1956. 16   Tuvo la oportunidad de presentar sus resultados en el congreso anatómico que se celebró en Milwaukee y fue invitado por el Departamento de Histología de la Universidad de Halifax, en Canadá, donde incluso recibió la invitación de su director, Nemethy, de quedarse como profesor en aquella Universidad. Louise M. Darling Library, University of California (LMDL). William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Genis a Windle. Salamanca, 5 de noviembre de 1962. 13 14

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dos meses para terminar sus trabajos17 y volvió a casa aquel verano, no sin hacer la preceptiva parada en Nueva York para visitar por última vez el quirófano de Castroviejo.18 El 21 de julio de 1956 estaba a bordo del SS Constitution rumbo a Algeciras.19 De vuelta a España, prosiguió sus trabajos en la cátedra de Orts y aprovechó para acercarse al Instituto Cajal.20 La línea embriológica de aquel centro se había agotado tras la muerte de Jorge Francisco Tello, pero los intereses de Genis sobre la histología de la inervación ocular le llevaron a trabajar con Fernando de Castro. Aunque se le llegó a vincular al CSIC como «colaborador honorario», los resultados no fueron los esperados y la relación personal con De Castro, no cuajó.21 La temática de sus trabajos durante estos primeros años se adaptó, por un lado, a las líneas de investigación del laboratorio de Orts, y por otro, a sus intereses personales sobre la morfología ocular. Su alta especialización en este ámbito era ya un hecho del que son testigos los diferentes galardones que iba acumulando en su currículum.22 En 1959, firmó las oposiciones a catedrático con el objetivo de comenzar una carrera en solitario. Se habían convocado dos plazas en marzo (Salamanca y Valladolid), y a ellas concurrieron diez anatomistas. Además de Genis, se presentaron Antonio Pérez Casas, ayudante en Valladolid, Gabriel Sánchez Maldonado, discípulo de Gil Vernet en Barcelona, Luis Santos Gutiérrez, agregado en Salamanca, Pablo Santamaría Arnaiz, colaborador de Pedro Gómez Bosque en Valladolid, José María David Suárez Núñez, discípulo de 17  CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Carta de José María Genis Gálvez a Eugenio Cabrero, Los Ángeles, 7 de junio de 1956. 18  CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (19271979). Box 40. Folder 7. Carta de José María Genis a Eugenio Cabrero, California, [1956]. 19  CSUDH. Del Amo Foundation Collection. Grantee Files. Theses and Reports (1927-1979). Box 40. Folder 7. Información sobre Genis Gálvez ofrecida por Eugenio Cabrero, al Departamento de Inmigración y Naturalización de USA, 17 de Julio de 1956. 20  AFG, Memorias, p. 55. 21   Ibid p. 55. A pesar de los malos recuerdos del embriólogo, la relación con Fernando de Castro debió de sufrir varias fases, puesto que llegó a regalarle un dibujo original de Cajal, que aún se conserva en el archivo de la familia, y en el que Genis escribió en el reverso: «Regalo de Fernando de Castro. Estaba espléndido». 22   En 1956 la Sociedad Oftalmológica de Madrid le otorgó su premio anual y el mismo año, la Hispano-Americana le concedió su Premio Pertejo.

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Ángel Jorge Echeverri en Santiago, y tres escolarianos: Víctor Smith Agreda, Pedro Amat y José Soler Viñolo.23 López Prieto presidía el tribunal y Guirao Pérez fue nombrado secretario. Barcia Goyanes, Gumersindo Fontán Maqueira y Luis Gómez Oliveros actuaban como vocales. Las relaciones de los miembros del tribunal con las dos escuelas hegemónicas eran de lo más dispares, por lo que se convirtió en un ejemplo perfecto de la crispación en este tipo de oposiciones. Ya conocemos la relación de López Prieto y Guirao Pérez con ambos catedráticos y Barcia, por su parte, había acogido a Escolar en su instituto al comienzo de su carrera, pero tenía fama de imparcial.24 Respecto a los otros dos, solo tenemos constancia de que Fontán Maqueira, catedrático en Santiago, tenía predilección por la embriología.25 Ante este panorama, dos de los discípulos de Escolar que se presentaban a la oposición, Amat y Smith, elevaron una protesta por no aparecer en el tribunal dos miembros de su escuela. Según la opinión de estos, Escolar debería estar en el tribunal por orden de escalafón, y Jiménez-Castellanos, debería aparecer por las mismas razones como vocal suplente en vez de Pedro Gómez Bosque. La queja, no obstante, no fue aceptada por el Ministerio, que se atenía a la nueva normativa de Ruiz-Giménez.26 23   AGA, Cajas 32/18500 y 32/18501, exp. 15250. Expediente de oposiciones a la Cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica y Técnica Anatómica en la Facultad de Medicina de las Universidades de Valladolid y Salamanca, 1959. 24   Sobre él opinaba Genis: «La verdad es que Barcia es bastante independiente como para votar a quien considere oportuno». AFG, Memorias, p. 54. 25   Aunque no ha dejado ningún rastro en su producción científica de este interés del que hablan Pascual Morenilla, Guirao Piñeyro y Girón Irueste (2000: 223). 26   La respuesta oficial del Ministerio reza: «Han protestado (no recurrido conforme a las normas vigentes) los opositores D. Víctor Smith Agreda y D. Pedro Amat Muñoz, porque no figura como Vocal automático suplente D. Juan Jiménez Castellanos y Calvo-Rubio en lugar de D. Pedro Gómez Bosque, catedráticos de la asignatura, diciendo como el firmante de la adjunta carta, que se ha saltado a uno en lugar del otro, y esto no es exacto porque en el anterior Tribunal (nombrado por Orden de 16-mayo-58 (B.O. 23-6-58) figuró como Vocal automático 3º suplente el Sr. Jiménez-Castellanos, por lo que en el tribunal siguiente, que es el actual de que se trata, tiene que figurar, el siguiente en el tercio, D. Pedro Gómez Bosque, el nombrado. Dice también el firmante de la carta que como en el último Tribunal se le excluyó de ser Vocal automático por ser opositor al mismo tiempo, no consumió turno y debe figurar él (Sr. Escolar García) en el citado Tribunal como automático. Igualmente sufre confusión, el mencionado Sr. Escolar García, pues al

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Tras los ejercicios pertinentes, se procedió a las votaciones, que estuvieron bastante reñidas. En una primera ronda, Guirao y López Prieto votaron a Pérez Casas, Gómez Oliveros a Luis Santos, Fontán a Suárez y Barcia a Genis. Se necesitó, pues, una segunda votación, en la que salió elegido por unanimidad Pérez Casas.27 A Genis le quedaba luchar por el segundo puesto, y, según recordó en sus memorias, dependió del voto de López Prieto. El catedrático de Valladolid mantenía la opinión de que el personal docente e investigador de anatomía tenía que tener una dedicación absoluta a la docencia y a la investigación y que, por tanto, no debían ser promocionados aquellos candidatos con actividades clínicas. El voto favorable a Genis estuvo absolutamente condicionado a demostrar que su interés por la oftalmología era, ya por entonces, meramente morfológico. Orts se encontraba en el extranjero durante la oposición, pues estaba llevando a cabo su primera estancia en la Carnegie, pero tanto Laín —que volvía a ejercer de abogado de la escuela— como otros morfólogos que estaban presentes en la oposición, lograron deshacer el malentendido.28 En esta segunda elección hicieron falta también dos rondas de votaciones. En la primera, López Prieto y Barcia votaron por Genis, Fontán por Smith, Oliveros por Sánchez Maldonado y Guirao por su antiguo compañero de laboratorio, Soler Viñolo.29 En la segunda

no poder ser nombrado entonces porque era opositor, le corrió el turno y fue nombrado el siguiente en el tercio (D. Luis Jiménez González) y, como no se puede retroceder en las rotaciones, ahora ha sido nombrado el siguiente en el tercio (D. Gumersindo Fontán Maquieira). Todo esto está dispuesto por Orden de 2 de abril de 1952 (B.O. del 20-4-52) en su artículo 3º, […]» AGA, Caja 32/18500 exp. 15250. Respuesta a la protesta del Profesor Escolar sobre la elección de los miembros del tribunal de oposiciones a las cátedras de Salamanca y Valladolid, Madrid, 14 de diciembre de 1959. 27   AGA., Caja 32/18500 exp. 15250. Expediente de oposiciones a la cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica y Técnica Anatómica 1ª en la Facultad de Medicina de las Universidades de Valladolid y Salamanca. 28   «Don Pedro Laín y Rafael Vara, Jabonero, y mi amigo y coopositor, el profesor Antonio Pérez Casas, despejaron las dudas e hicieron que Don Ramón me votara en conciencia y se inclinara finalmente por hacerlo, sin los prejuicios de mi supuesta dedicación clínica» AFG, Memorias, p. 65. 29   AGA., Cajas 32/18500 y 32/18501, exp. 15250. Expediente de oposiciones a la cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica y Técnica Anatómica 1ª en la Facultad de Medicina de las Universidades de Valladolid y Salamanca.

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ronda, Genis ganó la plaza. Pérez Casas eligió la cátedra de Valladolid y Genis se quedó con la de Salamanca.

Un equipo multidisciplinar en Salamanca Cuando Genis llegó a su nueva cátedra, solo contaba con Luis Santos Gutiérrez (1923-2008) como profesor asociado; la dinámica actividad investigadora del ortsiano, sin embargo, pronto llamó la atención a un grupo de médicos que fueron conformando su primer equipo: José Almeida Corrales (n. 1931), Agustín Ríos González (n. 1929), José María de Castro Romero (n. 1944) y Enrique Battaner Arias (n. 1945). Sus diferentes perfiles científicos lograron imprimir ciertas características peculiares al laboratorio de Genis en Salamanca. Santos, contrincante del catedrático en las últimas oposiciones, era salmantino; hijo de cirujano, tuvo siempre una profunda vocación de pintor, pero terminó estudiando medicina.30 En líneas generales, su anatomía poco tenía que ver con las visiones brausianas que traía consigo el discípulo de Orts. Para entenderla, hay que conocer las circunstancias que la conformaron. Sus investigaciones no solo se habían desarrollado al margen de las dos escuelas hegemónicas del país, sino que había intentado compaginarlas con la práctica de la cirugía, con las connotaciones profesionales y de concepto que esto conlleva. Su anatomía era la de un mecanicista muy interesado por la biomecánica, una disciplina que había aprendido de los grandes maestros alemanes. Sin embargo, y de una manera circunstancial, había hecho su tesis doctoral como becario en la Sección de Embriología de Carrato en sus años salmantinos y aquel precedente logró amortiguar en cierto modo el impacto ocasionado por la irrupción de las modernas líneas de investigación embriológicas del recién llegado. Se podría afirmar que Santos hizo todo lo posible por involucrarse en la línea de investigación del catedrático. Con sus cuarenta años de edad, volvió a salir al extranjero con el objetivo de formarse en

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  Este y otros datos biográficos pueden encontrarse en la entrevista: Puertas (2006a).

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embriología. Trabajó con Alexis Dollander (1917-1990) en Nancy31 y, siguiendo la red de contactos internacionales de la escuela ortsiana y, como veremos, los intereses de Genis, también se desplazó hasta el laboratorio de Albert Dalcq en Bruselas gracias a la intercesión del nuevo catedrático.32 Almeida Corrales era también salmantino y se dedicaba profesionalmente a la traumatología. Se acercó hasta el laboratorio para llevar a cabo su tesis doctoral y se le contrató como profesor asociado. Sus intereses clínicos hicieron que el desarrollo de las extremidades se añadiera temporalmente a las líneas de investigación de la cátedra. Junto con Genis, aplicó al tema las técnicas microquirúrgicas de Orts y en 1964 pudo defender su trabajo, con el que obtuvo el premio extraordinario de doctorado. Por último, excepcional fue la colaboración de Ríos en este equipo. Cacereño de nacimiento, había estudiado medicina en Salamanca y después se había licenciado en teología. Y hablamos de excepcionalidad puesto que el Ríos no era morfólogo. Su carrera científica se había gestado en los albores de la importante escuela de hematología de Salamanca y había comenzado sus investigaciones sobre células leucémicas con Julio Peláez Redondo en el Instituto de Investigaciones Clínicas del Hospital Provincial. Tras el traslado a Granada de su primer mentor, continuó trabajando con Pere Farreras Valentí y con él había terminado su tesis sobre diagnóstico histoquímico de células leucémicas. La coyuntura que le llevó a la cátedra de Anatomía fue precisamente su manejo de las técnicas de histoquímica. Ronan O’Rahilly las venía utilizando en Estados Unidos desde finales de la década anterior para descifrar el desarrollo del ojo y el encuentro del americano con Genis en el II European Anatomical Meeting que se celebró en Bruselas en el verano de 1963 acrecentó su interés por estas técnicas.33 Sin otra referencia más cercana, solicitó a Ríos que se acercara hasta su laboratorio para así poder conocer la metodología 31   AFJM, Ayudas para investigaciones en España, 1964. Becario Luis Santos Gutiérrez. Curriculum vitae. 32   AFG, Sin cat. Carta de Dalcq a Genis, Bruselas, 11 de junio de 1963. 33   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Genis a Windle, 25 de septiembre de 1963.

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y aplicarla a la investigación embriológica.34 Además, por aquellos años, llegaron a la cátedra de Genis dos alumnos para trabajar como internos: De Castro y Battaner. El primero, siguió trabajando con el catedrático y se convirtió en su profesor adjunto y Battaner, tras realizar su tesina junto con Genis, se desplazó recomendado por éste hasta el Instituto de Biología Celular del CSIC en Madrid, donde despegó su carrera como bioquímico. Gracias a la financiación de la Fundación March, Genis consiguió desarrollar un programa de investigación personal, que, siguiendo lo que hemos denominado «difracción» de la escuela, se apartó pronto de las líneas de su maestro. En 1960, acto seguido de ser nombrado catedrático, envió a la March su primer proyecto: «Estudio experimental sobre los factores que intervienen en la morfogénesis, diferenciación y regeneración de la retina, cristalino e iris durante el desarrollo embrionario».35 Aunque durante los primeros años siguió coqueteando con otras áreas de la morfología, tenía la intención de crear en Salamanca un laboratorio especializado en embriología ocular. En este campo había conseguido un gran impacto publicista y había logrado hacerse un hueco en la intrincada red de científicos internacionales dedicados al tema. Ya conocemos sus primeros contactos con los morfólogos estadounidenses, pero debemos apuntar que, ya en estos años, también mantenía correspondencia con un gran número de científicos del viejo continente, entre los que se encontraba Stewart Duke-Elder (1898-1978), toda una autoridad en la oftalmología europea del momento.36 Las primeras investigaciones fueron muy fructíferas. A finales de 1961, el propio Genis se mostraba sorprendido por los resultados obtenidos. El objetivo general marcado en un primer momento fue desbordado por los resultados. En los estudios que llevó a cabo con Orts en Madrid sobre los pliegues retinianos congénitos había apreciado   Puertas, (2006b).   AFJM, Ciencias Médicas, 1960. Ayudas para investigación en España. José María Genis Gálvez. Carta de la Fundación Juan March a José María Genis Gálvez, Madrid, 14 de enero de 1961. 36   AFJM, Ciencias Médicas, 1960. Ayudas para investigación en España. José María Genis Gálvez. Carta de Duke Elder a Genis, Londres, 2 de octubre de 1959. 34 35

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que, cuando el cristalino contacta con el pliegue, éste crece irregularmente en dicho punto. Partiendo de estas observaciones, desde 1961 se propuso especializarse en la cámara anterior del ojo y profundizar en las relaciones morfogenéticas con el cristalino. Por entonces existía un debate abierto sobre una característica embriológica de esta estructura que solo se había demostrado en anfibios. En éstos se había descrito que, en los individuos faquectomizados quirúrgicamente, el cristalino tenía la capacidad de regenerarse completamente a partir del borde del iris por un proceso de metaplasia wolffiana. La afirmación de que este fenómeno no era característico de los anfibios y que, por el contrario, también ocurría en el pollo, generaba cierta controversia a nivel internacional. Genis llevó a cabo una serie de experiencias en este sentido37 y se unió a la liga de los defensores de esta teoría. A pesar del apoyo de la March, la situación económica del laboratorio de Genis era límite, o al menos así se lo describía en una carta a William Windle (1898-1985) fechada en septiembre de aquel año: New methods of investigation have increased the economic needs of the department. [...] Circumstances, difficult to explain, have created a lack of official funds for research in our department. Any aid, small as it may seem, would be of great use to us and greatly appreciated.38

Aunque apenas conocía a Windle de su estancia en el instituto anatómico de Chicago,39 tras aquella misiva su relación con el científico estadounidense comenzó a estrecharse. Por entonces, era ya un reputado neuroanatomista y ostentaba el cargo de jefe del Laboratorio de Fisiología Perinatal del Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas y Ceguera (NINDB) de los National Institutes of Health estadounidenses. Había realizado una interesante carrera de investigación embriológica y en aquellos años estaba centrado en el estudio de la anoxia fetal y neonatal en el mono Rhesus.40   Genis Gálvez (1962).   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Genis a Windle. Salamanca, 21 de septiembre de 1962. 39   Ibid. 40   Magoun, (2003: 54-56). 37 38

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En 1962, Genis le invitó a dar una conferencia en la Universidad de Salamanca sobre el tema41 y a mediados de diciembre llegó a Madrid acompañado de su mujer. El americano se había mostrado interesado en conocer a Orts y a Fernando de Castro y sus respectivos laboratorios, así que, antes de salir hacia Salamanca, visitó la Facultad de Medicina de la Central y el Instituto Cajal. Como se puede apreciar, la escuela de Cajal seguía teniendo un renombre internacional notable a estas alturas de siglo y Orts se había hecho asimismo un hueco como autoridad académica convirtiendo su laboratorio entre los centros dignos de visitar por un morfólogo americano que se acercaba a Europa. Después de estas visitas resultó todo un halago que, en una carta a Genis, Windle describiera Salamanca como «the high point of our recent trip»,42 algo así como el «plato fuerte» del viaje. A consecuencia de aquella visita, se establecieron unos fuertes lazos entre la cátedra de Salamanca y la Universidad de California. Con el apoyo de Windle y la colaboración de su viejo amigo Carmine D. Clemente, Genis consiguió que la universidad californiana intentase financiar sus trabajos. Genis envió a California dos proyectos. Uno era un trabajo experimental sobre los mecanismos del desarrollo de la córnea y el otro se orientaba a conocer los resultados de la extirpación del techo del diencéfalo en el desarrollo embriológico de la glándula pineal y de otros derivados epitalámicos.43 Finalmente, se inclinaron por el primero, que no era más que una extensión de las investigaciones oftalmoembriológicas que hasta entonces había realizado Genis y que coincidía literalmente con el proyecto que el equipo de Salamanca estaba llevando a cabo financiado por la March. De hecho, algunos de los experimentos estaban ya muy adelantados en aquel momento: extirpaciones parciales y totales del primordio ocular en el estadio de vesícula; extirpación total del primordio en el estadio XVII; trasplante de cristalino a diferentes partes del embrión; extirpación   Genis Gálvez (1962).   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Windle a Genis. Bethesda, 27 de diciembre de 1962. 43   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Proyectos de Genis Gálvez [c. 1962] 41 42

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parcial del primordio del cristalino con lesión en el borde pupilar y extracción y rotación del primordio cristaliniano e investigación en las influencias físicas y dinámicas en el desarrollo de la lente. Con esta serie de experimentos, el gaditano se planteó conocer la cantidad y la cualidad del material de la cúpula óptica necesario para la inducción de la córnea, así como saber qué papel juega el epitelio del cristalino en la formación de este órgano. Asimismo, seguía interesado en la regeneración wolffiana en las aves44 y planteaba una idea original: la importancia de la posición del cristalino en este proceso. Las consecuencias de las rotaciones microquirúrgicas del cristalino sobre el desarrollo del ojo se convirtieron en una de las novedades que consiguió aportar a este campo. Las propuestas de Genis fueron valoradas por Clemente, que fue el encargado de dar el visto bueno.45 Windle y Clemente las discutieron entre pasillos durante la reunión de la Asociación Americana de Anatomistas de aquel año e involucraron al jefe del Laboratorio de Ciencias Neuroanatómicas del NINDB, Alfred J. Coulombre.46 Las investigaciones de éste corrían paralelas a las de Genis desde mediados de la anterior década, por lo que los estadounidenses habían decidido que los proyectos en común con Salamanca se llevarían a cabo en su laboratorio.47 Ahora bien, a pesar del aperturismo del Régimen, los americanos dudaban de la vía administrativa para llevar a cabo esta colaboración y de su viabilidad. En sus cartas a Genis aún se mostraban temerosos de los impedimentos gubernamentales.48 Finalmente, los problemas resultaron ser más financieros que políticos. Casi un caño tardó en llegar la siguiente carta de Windle a Salamanca. 44   Sobre este tema mantuvo relación epistolar con Rodolfo Amprino (1912-2007) de la Universidad de Bari. LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Rodolfo Amprino a Genis. Bari, 6 de mayo de 1963. 45   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Proyectos de Genis [ca. 1962] 46   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Windle a Genis. 24 de abril de 1963. 47   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Windle a Genis. 24 de septiembre de 1963. 48   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Carmine a Windle. California, 27 de mayo de 1963.

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Era 1964 y Windle se había mudado a Nueva York para hacerse cargo del Instituto de Medicina Física y Rehabilitación como director de investigación. Desde su nueva posición, vislumbró una nueva oportunidad de colaboración con Genis.49 Finalmente, las inclemencias económicas impidieron el proyecto compartido, lo que el Windle atribuyó a la situación económica derivada de la Guerra de Corea.50 A pesar todos estos inconvenientes, Genis siguió con su proyecto aprovechando que seguía contando con la ayuda financiera de la March. De los planes frustrados, no obstante, extrajo algún beneficio. Gracias a los contactos con Coulombre, había conseguido una vinculación estable con la comunidad científica americana especializada en el desarrollo del cristalino, lo que le permitió acceder a la molecularización del embrión que ya afectaba al grupo estadounidense. Así, en abril de 1964, Coulombre le comunicó que Tuneo Yamada (19091997) había convocado el mes anterior una «conferencia informal» en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en Tennessee, en la que se habían reunido los investigadores americanos dedicados al tema.51 Los trabajos del japonés llamaban poderosamente la atención de Genis. Durante el último año había publicado junto con Karasaki y Takata una serie de artículos sobre las proteínas de la lente en desarrollo y el español tenía mucho interés en comenzar una nueva serie de experimentos en esta dirección. De hecho, a Genis le interesaba el proceso de «desdiferenciación» durante el desarrollo. Descifrar los mecanismos por los que las células derivadas de diferentes tejidos terminan adquiriendo la apariencia de células indiferenciadas planteaba todo un reto para el investigador. El problema se había enfocado por la comunidad embriológica internacional desde la bioquímica, y ya por entonces se habían hecho cuantificaciones en fibroblastos cardíacos que demostraban cambios en las micromoléculas —concretamente del fósforo y del nitrógeno proteico— durante el desarrollo. 49   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Windle a Genis. 14 de julio de 1964. 50  AFG, Memorias, p. 98. 51   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Coulombre a Genis en respuesta a otra de este de 3 de abril. Bethesda, 15 de abril de 1964.

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Pero el círculo internacional de Genis estaba interesado por los cambios en macromoléculas. En Europa, el cambio había venido desde los círculos belgas. Allí, Jean Brachet (1909-1988), había conseguido aplicar la biología molecular de los ácidos nucleicos al problema embriológico, por lo que la táctica de Genis fue establecer relación con su escuela.52 Como adelanté, había enviado al laboratorio de Dalcq a Luis Santos, y ahora decidió vincularse con la Unidad de Investigaciones Citoenzimológicas del Desarrollo que dirigía Dalcq en Bruselas y comenzó una cuantificación de RNA en el cristalino.53 Sin embargo, la técnica que realmente le interesaba era la llevada a cabo por Yamada, así que en 1964 se puso en contacto con el zoólogo japonés.54 Yamada había aprendido embriología al lado de Walter Vogt y desde 1961 dirigía las investigaciones en el Oak Ridge americano.55 Con el objetivo de importar a España sus técnicas bioquímicas, Genis decidió trasladarse de nuevo a Estados Unidos. En agosto de 1965, pudo discutir personalmente el asunto con el japonés en el congreso anatómico internacional, que aquel año se celebraba en Wiesbaden, y decidió realizar una estancia en la Wayne State University56 de Detroit. El japonés le informó que Harry Maisel (n. 1932), que era el investigador que llevaba la técnica en su laboratorio, se había marchado del Oak Ride para trabajar allí como asociado y Genis logró unas condiciones óptimas para trasladarse a Michigan y trabajar con Maisel, pues consiguió ser nombrado profesor visitante, con sueldo y financiación de viajes.57 Dispuesto a incorporarse al inicio del curso,

52   Sobre la escuela belga, tan influyente en las escuelas de Orts y en el Olóriz, véase: Alexandre (1992b). 53   AFJM. Ayudas para el extranjero. 1965. Becario: Genis Gálvez. Memoria de proyecto de investigación para la Ayuda March. s.f. 54   AFJM, Ayudas para el extranjero. 1965. Becario: Genis Gálvez. Carta de Tuneo Yamada a Genis, Oak Ridge, Tennessee, 8 de diciembre de 1964. 55   Okada (1998). 56   AFJM, Ayudas para el extranjero. 1965. Becario: Genis Gálvez. Carta de José María Genis al Consejero de la Fundación March, Salamanca, 28 de agosto de 1965. 57   LMDBL. William F. Windle Papers. Manuscript Collection n.º 112. Box 3. Folder 1. Carta de Genis a Windle. Salamanca, 22 de abril de 1965 y AFG. Sin cat. Carta de Ernest Gardner a Genis, Detroit, 12 de mayo de 1965.

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Fig. 7.2. (a y b) Genis junto a los miembros del Departamento de Anatomía de la Wayne State University. Cortesía de Harry Maisel. 1. V.P. Gordon Scott; 2. Chair, C. Fox; 3. Dean, D. Gardner; 4. No identificado (n.i.); 5. J.M. Genis Gálvez; 6. Nicholas Mizeres; 7. M. Bernstein; 8. G. Lasker; 9. S. Kitai; 10. D. Meyer; 11. n.i. 12. M. Goodman; 13-16. n.i.; 17. H. Maisel; 18. n.i. 19. A. Hamparian.

solicitó una excedencia en Salamanca58 y a principios de septiembre se marchó con su mujer y sus dos hijas a América.59 Fueron muchos los profesionales con los que compartió el centro y con los que pudo establecer lazos científicos. En sus memorias cita a los neuroanatomistas Ernst Gardner (decano) y Clement Fox (chairman), al antropólogo físico Gabriel Lasker (1912-2002), a Maurice Berstein; al inmunólogo checo Miroslav Dave Poulik (n. 1923) y al especialista en microscopía electrónica Dean Hilmann y a P.D. Mehta, que estuvo trabajando personalmente junto con él. Además, en una fotografía del personal del departamento que presentamos (fig. 7.3), lo podemos ver junto a otros científicos como Gordon Scott (19011970), Morris Goodman (1924-2010), Nicholas Mizeres (1924-2007), 58   Sus relaciones con el rector Bacells no eran muy buenas y lograr la excedencia le costó algunas gestiones políticas. Recordaba: «No he tenido, ni tendré una actividad política […] Mi sorpresa fue grande cuando me enteré que, desde el rectorado de la Universidad, se comunicó, diría mejor, se denunció a las autoridades políticas, que mi persona no era recomendable, ni religiosa ni políticamente. […] Desconozco al Gobernador Civil que, en aquella época, salió en mi defensa. […] Conocía el origen de la estúpida especia. Partía de uno de los más conspicuos y sectarios líderes de la obra denominada Opus Dei: el Magnífico y Reverendísimo Sr. Rector de la Universidad […]», AFG., Memorias, p. 77. 59   AFJM, Ayudas para el extranjero. 1965. Becario Genis Gálvez. Carta de Genis a la Fundación Juan March. Detroit, 7 de septiembre de 1965.

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S. Kitai y Arthur Hamparian.60 Las diferentes metodologías y visiones de la morfología con las que trabajaban todos estos investigadores fueron dejando huella en la Embriología de Genis, siendo Poulik y Maisel los dos científicos más influyentes en el cambio tecnológico del español. Poulik, por su parte, viajó varias veces a España, con el objetivo de iniciar a Genis y a sus discípulos (primero en Salamanca y luego en Granada) en las técnicas bioquímicas e inmunológicas de caracterización proteica, fundamentalmente la de electroforesis con geles de almidón que había desarrollado Oliver Smithies (n. 1925) y que había sido perfeccionado junto con Poulik.61 Por otro lado, Harry Maisel se había formado como embriólogo en su Sudáfrica natal y posteriormente se había especializado en embriología bioquímica junto con el holandés Martin Willem Woerdeman (1892-1990) y en Canadá junto con el biólogo celular Charles Philippe Leblond (1910-2007) y el embriólogo Jan Langman. En colaboración con este último, había iniciado una línea de investigación sobre el desarrollo de los antígenos en el ojo en formación que atrajeron la atención de Genis. Para él, Maisel no solo podía ofrecerle unos conocimientos bioquímicos avanzados, sino un «concepto bioquímico de la morfología».62 La nueva metodología bioquímica del centro y sus dotes como microdisector abrieron todo un universo de posibilidades a Genis. Con el nuevo enfoque morfobioquímico, el análisis químico de las diferentes capas del cristalino y sus cambios con el desarrollo marcaron a partir de este momento su línea de investigación. Los meses de noviembre y diciembre trabajó junto con Maisel y, durante el primer mes, se adiestró en la técnica de difusión en agar gel y se inició en los métodos de difusión simple y de difusión doble (o de Ouchterlony).63 Ya en diciembre, se dedicó a aplicar dichas técnicas a la investigación  AFG, Memorias, p. 91.   Ibid. p. 91. 62   Ibid. pp. 84-85. Para una visión global sobre el diálogo entre embriología y bioquímica durante el siglo XX, véase Abir-Am, (1991). Véanse, asimismo, los trabajos de Witowski, (1987), y Armon, (2012). 63   AFJM, Ayudas para el extranjero, 1965. Becario Genis Gálvez. Adelanto de la memoria del mes de Noviembre. 60 61

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de los cambios de las isoenzimas de la lactodehidrogenasa (LDH) durante el desarrollo del cristalino. Sus conclusiones fueron muy significativas: en la transformación de célula epitelial a fibrilar no existe cambio bioquímico alguno en la isoenzima, al contrario que durante la diferenciación postnatal, cuando sí se pueden detectar modificaciones. Apadrinado por Coloumbre, Genis fue recibido con distinción en varios centros de investigación americanos. El 25 de enero de 1965 viajó con Maisel hasta Nueva York para impartir una conferencia en el la Universidad de Nueva York y allí tuvo la oportunidad de contactar con Severo Ochoa, que mantenía una afectuosa relación de amistad con Orts.64 Aunque no pudo acudir a la charla de Genis, le citó en su laboratorio al día siguiente65 y, como veremos más adelante, siguió apoyando posteriormente su carrera. Genis vivía por estos años su mejor momento profesional. En 1966 consiguió que apareciera en la prestigiosa Nature su trabajo sobre el papel del cristalino en el desarrollo corneal y se convirtió en el primer embriólogo español que logró aparecer en la prestigiosa revista británica66. Fue tal el grado de implicación con el grupo de Detroit, que incluso le ofrecieron quedarse como miembro permanente de la plantilla. En 1967, sin embargo, decidió regresar a España aduciendo motivos de seguridad para su familia.67 Entre 1967 y 1968 fueron apareciendo en papel sus trabajos morfobioquímicos más importantes. En los siete artículos que aparecieron en este período aparecen junto a él como firmantes Maisel, Battaner y De Castro. Uno de los trabajos (el referente a los cambios en la LDH durante el desarrollo cristaliniano) volvió a ser aceptado en Nature, y los demás aparecieron en Life Sciences, Experimental Eye Research y la española Anales del Desarrollo.68 A pesar de que todos estos logros 64   De esta relación da cuenta el esposo de la sobrina de Orts en Murcia García (2006: 108). 65  AFG, Memorias, pp. 88-89. 66   Genis Gálvez (1966). 67  AFG, Memorias, p. 90. 68   Genis Gálvez y Maisel (1967a, 1967b y 1968), Genis Gálvez, Maisel y Battaner, (1967) y Genis Gálvez, Castro y Battaner (1968 y 1971).

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convirtieron a Salamanca en el centro español de referencia de la embriología bioquímica, Genis solicitó el traslado. Su paso por este centro seguía así el clásico patrón de «universidad de iniciación», un problema que aquejaba el estudio salmantino desde hacía décadas69 y que estaba impidiendo asentar grupos de investigación en el centro. Las circunstancias personales favorecieron el proceso. Su esposa enfermó gravemente, así que decidieron acercarse más a su Cádiz natal. Favorecido por la intercesión de Guirao —interesado en tener a un embriólogo de su talla cerca del su instituto—, en 1968 Genis ganó por concurso de traslado la plaza de catedrático convocada en la Universidad de Granada y se llevó consigo como adjunto a De Castro.

Un breve paso por Granada Biología del Desarrollo: un tratado ambicioso En Granada confluyeron dos hitos importantes en la biografía de Genis: la coincidencia con otro grupo de investigación embriológica en el país —el «Olóriz»— y la redacción de su libro Biología del Desarrollo (1970). Debido a la serie de circunstancias que he ido desbrozando en este libro, los escasos equipos dedicados a la embriología durante el período de la dictadura tuvieron poca o ninguna relación científica. Los diferentes enfoques con los que las dos escuelas hegemónicas trataban la investigación embriológica se convirtieron en un muro infranqueable para permitir la colaboración entre ambas; el único vínculo que existía era la Sociedad Anatómica Española y el único nexo personal era Miguel Guirao Pérez, doctorando de Escolar y heredero de las técnicas experimentales de Orts. Genis creía que Guirao tenía un criterio muy semejante al suyo en relación a la embriología70 y «su actitud favorable» al traslado del gaditano, hizo que éste se llevara a cabo.71

  Un patrón que arrastraría hasta los años 80: Carreras Panchón (2006: 390).  AFG, Memorias, pp. 101-102. 71   Ibid., pp. 101-102. 69 70

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El resultado, sin embargo, no fue el esperado. Genis sentenció: «Celos científicos por ambas partes lo impidieron».72 Para él, «el ambiente científico de la Facultad [de Granada] no era nada estimulante»;73 pero, a pesar de estas apreciaciones subjetivas, las colaboraciones con el Olóriz no fueron de poca entidad. Al contrario: la llegada del gaditano fue indispensable para el proceso de internacionalización que comenzó a vivir la revista del instituto, Anales del Desarrollo, y, de forma recíproca, todos los miembros del grupo de Guirao participaron en la redacción de su Biología del Desarrollo. El título no pudo llegar en mejor momento. Durante los últimos años, los únicos libros embriológicos que se habían publicado en España eran «lecciones de cátedra». No había aparecido un tratado general en el país desde los de los viejos de Pujiula y Taure y, aunque aún se estaban utilizando en varias facultades del país para la docencia de la embriología, a la vista de las nuevas visiones de las ciencias del desarrollo, en 1970 estaban obsoletos. Las bibliotecas de los estudiantes de medicina y de los embriólogos se venían nutriendo desde hacía años de libros extranjeros. Se hacía necesaria, pues, una revisión en español de la disciplina desde la nueva embriología. Biología del Desarrollo: Fundamentos de Embriología apareció en 1970 y, si bien fue utilizado como material docente, se puede describir como un verdadero tratado embriológico. Aunque tiene algunos defectos —como la ausencia de bibliografía—74, su título denota una gran modernidad y actualización: la biología del desarrollo desborda los límites de la embriología y estudia, además de la morfogénesis, la diferenciación celular, el crecimiento y sus controles genéticos. Otra de las novedades de la obra es su carácter coral. El prólogo y el capítulo dedicado al desarrollo del corazón corrieron por cuenta de Orts y los demás capítulos de los que no se ocupó Genis fueron encargados a Guirao y a su equipo. El único condiscípulo de Genis al que invitó a participar en el proyecto —o el único que aceptó— fue Domingo Ruano, que se ocupó de las malformaciones congénitas.   Ibid., p. 102.   Ibid., p.105. 74   Bien es verdad que existen notas bibliográficas onomásticas a lo largo del texto pero no se recogen extendidas al final del libro. 72 73

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Los intensos vínculos que describimos para la escuela rival, no se repitieron en el grupo ortsiano. El texto es un volumen de trescientas noventa páginas, con abundante material iconográfico recogido durante sus estancias en EE. UU. y, tal y como anunciaba el título, incluye un capítulo con las bases moleculares del desarrollo, una novedad cuyo único antecedente en la literatura española era el poco difundido Compendio y atlas de Embriología (1968) de Eduardo Alfonso y Hernán (1896-1991) y las escuetas notas de la primera parte del tratado de Escolar. Genis colocó el nuevo capítulo después de los clásicos apartados de gametogénesis y fertilización y tras él fueron apareciendo los demás epígrafes de rigor: gastrulación, organogénesis y malformaciones. El libro fue bien acogido en toda España y Latinoamérica, pero no fue traducido. No obstante, la obra quedó pronto relegada a un segundo plano. En España se siguió reeditando la embriología de Langman, muy apreciada, y, durante los siguientes años, se vivió en el país un aluvión de nuevas traducciones de importantes obras extranjeras, entre las que destacó la importante Embriología molecular de Jean Brachet.

La investigación embriológica en Granada La edición del libro ocupó gran parte de la estancia de Genis en Granada; de hecho, su producción de artículos durante este período es sensiblemente menor a la de años anteriores. Todo ello a pesar de que seguía contando con ayudas públicas y privadas para seguir con su línea de investigación bioquímica del desarrollo de ojo. Recibió la beca «Manuel Aguilar», dotada con 650.000 pesetas75 y obtuvo de nuevo financiación americana a través de una ayuda de las Air Forces dependientes del Consejo de Estado de los EE. UU. Durante su estancia en Granada dirigió cuatro tesis doctorales. En 1970, leyó la suya Arturo Goyenechea Juárez y en 1971 lo hicieron Margarita Sáinz de Aja Machuca, José Arcadio Roda Moreno y Francisco Malagón Cobos. Dos doctorandos más, los tinerfeños Margarita Martínez de 75

  La Vanguardia, Jueves 11 de diciembre de 1969, p. 12.

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la Torre y Fox (n. 1947) y Luis Victoriano Puelles López (n. 1948), comenzaron las suyas por aquellos años. A la vista del porcentaje de género entre los doctorandos, la introducción de la mujer en la embriología española —algo anecdótico en la década anterior— parecía estabilizarse ya a principios de los setenta. Sobre sus discípulos de Granada reflexionaba Genis a finales de siglo: «Con una visión clínica y asistencial76 [Malagón] no siguió por el sendero de la investigación básica. Puelles sí, y fue uno de los discípulos más fructíferos en las investigaciones que abordó».77 Aunque, tal y como había pasado en Salamanca, tampoco pudo adaptarse a Granada, Genis continuó con sus investigaciones morfobioquímicas con el apoyo de los programas de investigación del gobierno de los Estados Unidos.78 Sus progresos sobre los cambios en las subunidades de alfa-cristalina durante el desarrollo del cristalino fueron presentados en numerosos foros internacionales, entre los que podríamos destacar la conferencia que impartió en el primer congreso internacional de diferenciación celular que se celebró en Niza en 1972 y que pasó a formar parte de una monografía que terminó convirtiéndose en la referencia de los conocimientos sobre diferenciación celular de la época.79 Con este ambiente de éxitos, una nueva oportunidad le llegó desde América. En enero de 1971, recibió carta de Severo Ochoa proponiéndole un puesto como chairman en el New York University Medical Center donde él trabajaba.80 El nombre de Genis fue planteado por Ochoa al comité que habría de juzgar aquella plaza pero, a pesar de que existe constancia de que se envió la documentación 76   Malagón ya había terminado varias especialidades médicas y estaba terminando otras: Pediatría y Puericultura, Medicina del Trabajo, Farmacología Clínica y Análisis Clínicos aparecían en su currículum. (AFJM, Ayudas para el extranjero, 1973. Becario Genis Gálvez.) Con esta preparación, actuaba como el inmunólogo del equipo. 77  AFG, Memorias, p. 104. 78   Gracias a sus ayudas, en abril de 1979 volvió a Estados Unidos y visitó Nueva York, Charlottesville, Washington y Bethesda, donde se rencontró con Chris Coulombre. AFG, Memorias, p. 105. 79   Harris, Allin y Viza (1972). 80   El cargo incluía la docencia de la Anatomía Macroscópica, de la Histología y de la Embriología y se esperaba de él que llevara «a cabo una labor de investigación estimulante en el amplio campo de la biología celular o biología del desarrollo». AFG, Carta de Severo Ochoa a Genis, Nueva York, 11 de enero de 1971.

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necesaria para las gestiones de oposición,81 las circunstancias familiares volvieron a desviar los planes. La esposa de Genis seguía enferma y el catedrático optó por quedarse en España e intentar acercarse más a su ciudad de origen. En el congreso de Barcelona se encontró de nuevo con Ochoa y le explicó su situación. Según las memorias del embriólogo, Ochoa ejerció su influencia para que se llevara a cabo el traslado, llegando incluso a telefonear personalmente al ministro José Luis Villar Palasí (1922-2012), que ostentaba la cartera de Educación y había sido nombrado presidente del CSIC en 1971.82

Un laboratorio de embriología en Sevilla Fuera cual fuera el grado de influencia de Ochoa, Genis consiguió la cátedra de Sevilla en 1972. Se llevó consigo a Martínez de la Torre y a Puelles y De Castro se quedó en Granada como agregado, preparando unas oposiciones a catedrático.83 Puelles ya tenía muy avanzada su tesis doctoral antes del traslado. Estaba trabajando en la histogénesis del núcleo intersticial de Cajal y ya había presentado resultados al lado de su maestro en los congresos de la asociación de anatomistas francesa. Por una serie de circunstancias que trataré de analizar a continuación, los intereses neuroembriológicos de este investigador marcarán la línea de trabajo del grupo en Sevilla. En este punto, se tiene de tener en cuenta que aquellos años —duros en lo personal para Genis— se convirtieron en un punto de inflexión de su carrera. Todos los que le conocieron no dudan en dar una importancia crítica a la enfermedad y muerte de su esposa en el resto de su biografía científica. María Isabel Álvarez Gallego (n. 1948), ayudante de profesor en aquel momento, recuerda: «ese curso la esposa del Dr. Genis estaba enferma terminal de cáncer de mama, su residencia estaba en Cádiz, con lo que no tuve mucha relación con él».84 81   Así lo constata Ochoa en carta a Genis un mes después: AFG, Carta de Severo Ochoa a Genis, Nueva York, 23 de febrero de 1971. 82  AFG, Memorias, p. 111. 83   De Castro ganará la cátedra de Anatomía de la Universidad de Extremadura en 1975. 84   ARVM. Correo de María Teresa Álvarez Gallego a Raúl Velasco Morgado, 13 de diciembre de 2010.

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A pesar de esta anómala situación, Genis emprendió la complicada tarea de erigir en Sevilla —una vez más— un laboratorio de embriología experimental competitivo a nivel internacional. Su equipo lo formaban los ya citados Puelles, Martínez de la Torre y Malagón y se incorporaron dos licenciadas en ciencias interesadas en genética: la citada Álvarez Gallego (n. 1948) y Carmen Bendala García (n. 1946). Álvarez Gallego, natural de Torres del Carrizal en Zamora, se había licenciado en ciencias (sección biológicas) por la Universidad de Sevilla y, en lo que respecta a la línea de investigación de Genis, esta científica tenía en su currículum un curso sobre regulación enzimática que había recibido en la Universidad de Salamanca por parte del pionero de la bioquímica en España, Alberto Sols García (19171989).85 Su colaboración con el equipo sevillano fue breve —tan solo el curso 1971-1972—, puesto que al terminar este período marchó a EE. UU. para investigar genética junto con Max Delbrück (1906-1981). La madrileña Carmen Bendala García (n. 1946), por su parte, también había cursado la misma licenciatura en Sevilla. Colaboraba con Genis desde el curso 1972-1973 y, paralelamente, estaba encargada de la Cátedra de Genética de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola de aquella Universidad.86 La incorporación de estas dos científicas no hacen sino reflejar el interés de Genis en este momento por seguir con su línea de investigación morfobioquímica del desarrollo y, camino de la biología del desarrollo, completar su modernización de la disciplina con una perspectiva genética. Por último, Malagón Cobos seguía siendo indispensable en este equipo como inmunólogo pero, aunque aparece en los proyectos del equipo, se había quedado como adjunto en Granada, adscrito a la cátedra de Anatomía que por entonces ocupaba otro de los discípulo de Orts, Juan de Dios García. Con este nuevo equipo de morfólogos, genetistas e inmunólogo, se proyectó un ambicioso laboratorio multidisciplinar para el que se necesitaban unos ingresos superiores a la dotación regular de la cátedra. Así pues, y a pesar de que en estos momentos ya contaban con ayudas 85   AFJM, Becario José María Genis Gálvez, 1973. Curriculum vitae de M.ª Isabel Álvarez Gallego, [1973]. 86   AFJM, Becario José María Genis Gálvez, 1973. Curriculum vitae de Carmen Bendala García, [1973]

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públicas ministeriales regulares, en 1973 volvieron a presentar instancia para que la Fundación Juan March colaborara económicamente con su proyecto. Con Genis pasando muchas temporadas en Cádiz a causa de la enfermedad de su esposa, el nuevo laboratorio abandonó los estudios sobre el cristalino y siguió la línea comenzada por Puelles en su tesis. El nuevo objetivo sería descifrar la embriogénesis de algunos núcleos mesencefálicos, eso sí, bajo el punto de vista morfobioquímico. No obstante, Genis nunca abandonó el ojo, así que, debido a su gran conocimiento de este campo de la estesiología, eligió como objeto de estudio los núcleos de los oculomotores. El proyecto que presentaron en esta ocasión a la March llevaba por título «Análisis experimental de la diferenciación morfobioquímica de los centros neurales en el mesencéfalo de las aves»87 y proponía estancias de sus discípulos en algunos centros extranjeros: el laboratorio de Gardner en la Universidad de California y el laboratorio de histología de Coteaux del Hospital de Port Royale (París). Se trataba de un amplísimo proyecto, a tres años vista, con un presupuesto cifrado en 2.364.110 pesetas, que nos da una idea de la tecnificación de la investigación embriológica española a estas alturas del siglo. El bagaje científico del catedrático y el perfil de los miembros de su equipo establecieron la organización del departamento. Se crearon no uno, sino cuatro laboratorios diferentes que se engarzaban entre sí como caras de un único poliedro: un laboratorio de embriología y morfología, uno de bioquímica molecular, uno de inmunología y otro de microscopía electrónica. La escuela de Orts había entrado pronto en contacto con las aplicaciones de la microscopía electrónica a la embriología a través de Eduardo de Robertis, pionero de la aplicación biológica de la microscopía electrónica. El propio De Robertis había visitado el laboratorio de Genis en Salamanca en 1965 y tenemos constancia de que, ya por entonces, el catedrático tenía intención de adquirir un microscopio electrónico para ampliar su laboratorio.88 Los miembros del equipo de Sevilla, sin embargo, no tenían ninguna formación en el manejo de 87 88

  AFJM, Becario José María Genis Gálvez, 1973. Solicitud de Beca, 1973.   AFG, Sin cat. Carta de De Robertis a Genis, Buenos Aires, 19 de mayo de 1965.

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este nuevo instrumento. En marzo de 1973 Puelles acudió al primer curso que impartió el Departamento de Microscopía electrónica de José Luis López Campos en la Universidad de Cádiz89 y Genis obtuvo una plaza en los cursos sobre la técnica que impartía Luis Brú en la Facultad de Ciencias de Madrid.90 Además, gestionó un nuevo viaje a Nueva York para formarse en las aplicaciones de la microscopía electrónica a su campo de trabajo en el laboratorio de investigación oftalmológica de la Universidad de Columbia.91 Se adquirió un microscopio estereoscópico W.L.D de la casa Wehrli (valorado en 222.000 pesetas), un colector de fracciones L.K.B de la German Weber (que costó 483.910 pesetas), un equipo óptico de contraste interferencial y un microtomo, ambos fabricados por Leitz y valorados en 158.000 y 149.000 pesetas respectivamente.92 La noticia de la dotación del nuevo laboratorio tuvo tal repercusión que incluso el diario ABC en su edición de Andalucía se hizo eco de la compra del ultramicrotomo.93 Por otra parte, los animales de investigación —el pollo (Gallus gallus) y la codorniz (Coturnix japonica) se criaban en un animalario que se construyó en el mismo laboratorio. Con todo este material, los núcleos mesencefálicos del pollo (III, IV y V pares y el intersticial de Cajal) y el ganglio ciliar se observaron en el laboratorio de Sevilla bajo cuatro prismas: el descriptivo —con su variante histoquímica—, el experimental, el ultraestructural y el bioquímico molecular. Para el primero se contemplaban en el proyecto cuatro métodos: (1) el de Klüver-Barrera (2) el del nitrato de plata de Naumenko-Feigin (una modificación del de Cajal publicada en 1963 para revelar los astrocitos); (3) la tinción mediante técnicas

  AFJM, Becario José María Genis Gálvez, 1973. Currículum de Luis Puelles [1973]   AFG, Carta de aceptación para el curso de Luis Brú a Genis, Madrid 24 de febrero de 1972. 91   Sabemos que en 1973 se puso en contacto con George K. Meller (1908-1973) y que se estaba gestionando que Genis aprendiera las aplicaciones de la microscopía electrónica a la investigación básica oftalmológica junto con Rodríguez y Witkovski, dos investigadores del centro. AFG, Carta de Smelser a Genis, [Nueva York], 4 de diciembre de 1973. 92   AFJM, Becas para investigaciones. Becario José María Genis Gálvez, 1973. Extensión y costo [1973]. 93   ABC, Edición de Andalucía, 11 de febrero de 1973, p. 50. 89 90

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inmunohistoquímicas y (4) la autorradiografía para seguir las migraciones celulares. La embriología experimental no podía faltar en un laboratorio de estirpe ortsiana, así que se plantearon realizar cultivos organotípicos de órgano y microcirugías al embrión con el fin de estudiar los cambios en los núcleos cuando se manipula la región a inervar (lo que se denomina degeneración retrógrada transneuronal). Esta fue la causa principal de elegir precisamente estos núcleos: dada la experiencia de Genis en la microcirugía de la vesícula óptica, la lesión de aquellas pequeñas estructuras les resultaría mucho más fácil. Aunque existían algunos estudios al respecto y, desde los años cuarenta, se habían publicado algunos trabajos sobre las repercusiones centrales de la extirpación del campo periférico de la cúpula óptica, la novedad propuesta por el equipo sevillano radicaba en la introducción de las técnicas morfobioquímicas. Por último, se plantearon estudiar la microscopía electrónica con el fin de seguir el proceso morfogenético a nivel microestructural y verificar la formación o no de relaciones sinápticas y su cronología. Para abarcar los ambiciosos objetivos del estudio, el equipo se dividió el trabajo: Martínez de la Torre se dedicó a preparar las piezas para la microscopía óptica y electrónica, Puelles, en su línea, llevó a cabo las tareas de histoquimia, autorradiografía e inmunofluorescencia, Malagón —auxiliado por Álvarez— tendría que dedicarse a las técnicas espectrofotométricas, electroforéticas, fluoroscópicas e inmunológicas, y Bendala fue encargada de las técnicas de embriología experimental. Durante los años siguientes, Puelles siguió trabajando en esta línea y llegó a publicar algunos trabajos sobre la migración y diferenciación de los neuroblastos. Genis, enredado en los problemas familiares a los que hemos hecho referencia, vivió un período de crisis productiva. Sin entrar en análisis bibliométricos más profundos, solo hay que echar un vistazo al volumen de publicaciones indexadas por Medline en aquellos años para comprobar este proceso. El ritmo constante de trabajos en revistas que había llevado hasta el momento, uno o dos anuales —algunos años hasta tres— se frenó repentinamente en 1971. A partir de este año no aparece ninguno indexado hasta 1975, cuando publica los resultados de los estudios realizados con Puelles 258

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y Malagón. Los siguientes trabajos aparecen ya en los años 80, fuera de los límites cronológicos de nuestra investigación. En este punto aún le quedaba bastante vida académica por delante, pues al final de la dictadura aún no había cumplido los 50 años. Terminó sus días en Sevilla, donde siguió con su línea de investigación en embriología ocular, centrándose en el desarrollo de la retina.

Hacia la biología del desarrollo En el contexto de las relaciones internacionales de la Guerra Fría, la embriología que se estaba cultivando en los Estados Unidos influyó definitivamente en la embriología de Orts y sus discípulos desde finales de la década de 1950. Como he venido analizando en los últimos capítulos, la independencia del grupo respecto a las geopolíticas científicas del CSIC le permitió no verse arrastrado por el acercamiento institucional a la Alemania Federal en los años sesenta. Al contario, la geografía científica de la escuela experimentó una poderosa influencia de las organizaciones que financiaron sus trabajos. Las primeras ayudas que llegaron desde la Fundación del Amo tenían precisamente el objetivo de fomentar las relaciones científicas entre ambos países. Orts y Genis viajaron hasta Norteamérica y allí asimilaron técnicas y conceptos. Las estancias de Orts en el laboratorio de la Carnegie cambiaron sus técnicas, que viraron desde los experimentos básicos teratogénicos con fármacos y la técnica de marcaje vital de Vogt hacia la embriología experimental basada en microcirugía del embrión. Los viajes de Genis, por su parte, trajeron asimismo cambios tecnológicos a su embriología —aquellos devenidos de la implementación de las técnicas electroforéticas e inmunológicas a sus experimentos—, pero también proporcionaron unos cambios teóricos esenciales en su concepción de la morfología. Tras el contacto con la biología molecular de Leblond y a la embriología bioquímica de Langman, Maisel había importado desde Canadá a Estados Unidos la concepción «morfobioquímica» del desarrollo, merced a la cual intentaban explicar la embriología analizando los cambios en las moléculas que estaban detrás de las modificaciones de 259

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la forma. Genis asimiló estos conceptos para su embriología y, no solo adaptó su laboratorio a las nuevas técnicas, sino que creó en España un grupo de investigación a la medida de su nuevo proyecto, que incluyó morfólogos, inmunólogos, y expertas en ciencias naturales interesadas por la genética. El tránsito desde una embriología brausiana dentro de la anatomía para explicar la forma a una biología del desarrollo se llevó a cabo en este contexto de interdisciplinaridad e influencia de la ciencia estadounidense. Un buen ejemplo de este cambio es el tratado que publicó Genis en 1970 y que logró asentar su autoridad en la «nueva» disciplina, que no contaba con tratados propios en España.

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Capítulo VIII UN INSTITUTO DEDICADO A LA EMBRIOLOGÍA El Instituto Federico Olóriz de Granada Encontramos una fuente insospechable de enseñanzas en el estudio morfológico e histológico, y próximamente histoquímico reglado del material de autopsias de embriones […] en el material aparentemente normal podremos encontrar gravísimas desviaciones del patrón evolutivo normal que nosotros llamamos Micromalformaciones o Malfunciones. Miguel Guirao Pérez

Un homenaje y una fundación: los Guirao En octubre de 1955, la Universidad Central decidió homenajear a Olóriz en el centenario de su nacimiento. Organizaban el evento Miguel Guirao Gea, catedrático de anatomía en Granada, Orts —que por entonces era ya era catedrático en Madrid—, Laín —rector de la Universidad— y Gregorio Marañón. Con aquellos protagonistas, la sesión se convirtió en un verdadero ensamblaje generacional. Dos miembros de la Generación del 14, Marañón y Guirao —discípulos directos de Olóriz—, aportaron a la reunión su visión de la actividad científica del anatomista granadino.1 La nueva Generación, aquella «de la Guerra Civil», quedaba fielmente representada por Orts y Laín, que recibían el testigo de la tradición en aquel solemne acto. Pero si me estoy deteniendo tanto en la celebración de esta efeméride es porque de ella nació la idea de la creación de un nuevo instituto de investigación anatómica en Granada en memoria de Olóriz. Establecido el proyecto, Guirao Gea y su hijo, Miguel Guirao Pérez, que por entonces era catedrático en Valladolid, realizaron varios viajes 1   Ambos veneraban al anatomista, y de su puño ya habían salido algunos trabajos biográficos previos. Guirao había publicado una completa semblanza el año anterior [Guirao Gea (1954)] y Marañón, que ya lo había hecho en los años veinte, había vuelto recientemente sobre el tema: Marañón (1923 y 1955).

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a Madrid en busca de la ayuda oficial necesaria. Con el respaldo de Laín, consiguieron pronto el apoyo de Joaquín Pérez Villanueva, a la sazón Director General de Enseñanza Universitaria y buen amigo del rector.2 Y es que, desde que terminó la Guerra Civil, la carrera de Guirao Gea había gozado de una protección especial por parte del nuevo Estado3 y ahora, ante un proyecto tan atrevido, este respaldo era imprescindible. El 17 de diciembre de 1955 se elevó una solicitud al Ministerio de Educación Nacional para la erección del Instituto. La rapidez de las aprobaciones burocráticas fue crucial, pues inminentes cambios políticos amenazaban con enturbiar el proyecto. En las sucesivas visitas a Madrid, Pérez Villanueva transmitió a Guirao Gea un alto grado de intranquilidad sobre la estabilidad de su puesto político4, unos pronósticos que, de haberse cumplido antes que los trámites burocráticos, hubieran dificultado la erección del Olóriz. El director general no se equivocaba; poco después, cesó de su cargo arrastrado por la destitución de Ruiz-Giménez. Las gestiones, sin embargo, llegaron felizmente a buen puerto antes de aquellos sucesos y apenas dos semanas después de la petición, el 30 de diciembre, fue creado oficialmente en Granada el Instituto Federico Olóriz Aguilera de estudios anatómicos.5 Se trataba, a priori, de una verdadera revolución en el panorama anatómico español, pues en los años 50, todo 2   ARVM, Correo de Miguel Guirao Pérez a Raúl Velasco Morgado, [Granada, Diciembre de 2009]. 3   Sobre «recompensas académicas» tras la guerra véase: Claret Miranda (2011: 215). Según el testimonio del propio Guirao Gea, poco antes de las gestiones para lograr el instituto recibió una carta de Pérez Villanueva, en su nombre y en el del ministro de Educación Nacional, Joaquín Ruiz-Giménez Cortés, en la que se le hacía «alguna concesión a título de Profesor Jubilado con casi cuarenta años de docencia», véase Guirao Gea (1965). 4   Guirao Gea (1965: 264). 5   Rezaba el Reglamento sobre los cargos en su artículo 3º: «Estará dirigido por un Director, nombrado por el Ministerio de Educación Nacional; un Secretario, becarios y el personal auxiliar necesario. El Secretario, nombrado por el Rector de la Universidad, a propuesta del Director del Instituto, habrá de estar en posesión del título de Doctor en Medicina y Cirugía, y sustituirá al Director en ausencia temporal o definitiva, pasando automáticamente a ocupar el puesto de Director interino, en este último caso y para lograr una mayor continuidad en el funcionamiento del Instituto, recibirá el nombramiento de Director efectivo, otorgado por el Ministerio de Educación Nacional, propuesto por el Señor Rector de la Universidad». Archivo Universidad de Granada (AUG), 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. Reglamento del Instituto Olóriz. Granada, 12 de octubre de 1961.

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esfuerzo fuera de los círculos de Escolar y Orts era todo un logro. No obstante, como veremos, los orígenes del grupo de investigación embriológica que creó Guirao Pérez no está lejos de las influencias de los dos poderosos catedráticos. La especial figura de Miguel Guirao Gea (1886-1977) fue indispensable para la elaboración de un proyecto tan moderno en cuanto a enfoque docente e investigador. Natural de Vélez Rubio (Almería), Guirao comenzó su carrera en la sanidad militar, primero en los territorios coloniales africanos y posteriormente en la Península.6 Tras aquella experiencia y unos inicios como catedrático en la Universidad de Sevilla, en 1919 consiguió el puesto que había dejado vacante Olóriz en Granada al trasladarse a Madrid. Durante la Guerra Civil se hizo cargo de la dirección de los dos hospitales de sangre instalados en la ciudad, y aquel respaldo al bando nacional le valió, en el marco de las políticas de nombramientos «patrióticos» de la inmediata posguerra, la concesión del decanato de la Facultad de Medicina en 1940.7 Su obra anatómica estuvo dedicada fundamentalmente a la pedagogía de la anatomía y a la técnica anatómica, pero aún más prolijo fue en su faceta como humanista. Cultivó la historia de la medicina y la paleopatología y tuvo un gran afán por el coleccionismo de piezas arqueológicas. En fin, una compleja personalidad, que definió ideológica y organizativamente al nuevo instituto desde sus comienzos. Del matrimonio de Guirao Gea con Isabel Pérez Serrabona nació Miguel Guirao Pérez (1924-2010). Este, su tercer hijo, siguió los pasos de su padre tanto en las ciencias morfológicas como en el coleccionismo arqueológico.8 Su etapa como estudiante le marcó profundamente. Recién ingresado en la Facultad de Medicina de Granada, en 1942, tuvo que enfrentarse al hecho de que el profesor de la primera asignatura a superar, fuera su propio padre. El entramado de las influencias recibidas durante estos años de formación, sin embargo, fueron mucho más complejas que una simple herencia académica basada en el nepotismo. Además de la anatomía de su padre, la filosofía   Gutiérrez Galdó (2003: 269).   Olagüe de Ros (2001: 169). 8   Haro Navarro (1994) 6 7

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de Juan Rof Carballo (1905-1994) y, finalmente, la tutela directa de José Escolar, construyeron el bagaje inicial de Guirao Pérez.9 En vez de a la cátedra de su padre, se acercó como alumno interno a la cátedra de Escolar. Puesto que allí se estaba monopolizando el esfuerzo económico de CSIC para con la anatomía, parecía la decisión más adecuada. Se le adscribió al Consejo como becario y comenzó su formación como anatomista entre los escolarianos. Sus primeras investigaciones, pues, corrieron paralelas a las del resto de sus condiscípulos. Comenzó su tesis doctoral aplicando la nueva técnica estereotáxica que Escolar había aprendido en los Estados Unidos10 y aportó varios estudios embriológicos al gran proyecto de los sistemas neuromusculares de Escolar.11 La formación técnica que recibió como miembro de aquel equipo se completó con varios cursos monográficos de técnicas morfológicas que posteriormente aplicó a su embriología. Como discípulo de Escolar, aprovechó las redes locales del CSIC. En 1945, hizo un curso sobre microfotografía en el Instituto Nacional de Parasitología de la Facultad de Farmacia de Granada y, gracias a una beca de la Universidad Menéndez Pelayo, en el verano de 1949, hizo otro de técnica histológica en la Casa de Salud Valdecilla de Santander dirigido por Julián Sanz Ibáñez (1904-1963), otra importante figura del Consejo.12 Una vez conseguido el título de doctor, en 1950 recibió otras dos becas, una del CSIC y otra de la propia Universidad de Granada. Gracias a este respaldo financiero pudo desplazarse por primera vez al extranjero y entrar en contacto con las últimas tendencias de la morfología europea. Aprovechando la coyuntura que le proporciona  Guirao Pérez (1990: 19)   Guirao recordaba con emoción: «lo que [Escolar] desarrollo con gran altura fue la estereotaxis con aparato de Horsley Clark […] hicimos mapas espaciales del cerebro del gato, corríamos —literalmente— por una calle sin salida detrás de ellos […] Mi tesis fue «Estereotaxos (sic) del núcleo facial y regiones adyacentes», eso de «regiones adyacentes» porque chamuscábamos medio tronco de encéfalo […] ¡Qué tiempos aquellos!» ARVM., Correo de Miguel Guirao a Raúl Velasco Morgado, Granada, 19 de diciembre de 2009. 11   Guirao Pérez (1949a, 1949b, 1950, 1952). 12   AFJM, Ayudas para investigaciones en España 1959, grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Hoja de Servicios de Miguel Guirao Pérez [1959]. Véase también el currículum presentado a sus primeras oposiciones a cátedra transcrito en Guirao Piñeyro (2011: 296-297). 9

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ba que una familia amiga tuviera residencia en Suecia,13 optó por este país como lugar de disfrute de su pensión. En aquellos años, según recordaba Guirao, Suecia «era un país muy solicitado».14 Al haberse mantenido neutral durante la Segunda Guerra Mundial, aquel territorio vivía relativamente ajeno a la posguerra que sufría el resto del continente y su entramado científico era uno de los pocos que no amenazaba ruina en aquel momento. Además, el Régimen de Franco había comenzado a dar sus primeros pasos hacia el aperturismo y se iban estrechando relaciones diplomáticas y económicas con unos cuantos países europeos entre los que se encontraba Suecia. Cuando Guirao llegó a Suecia en enero de 1951, hasta una decena de grupos de investigación estaban trabajando en embriología en aquel país. Solo en la vieja universidad existían tres laboratorios dedicados a la disciplina: el Instituto Anatómico, el de Zoología y el de Zoofisiología. El español eligió para su estancia el primero, que estaba dirigido por David Edvard Holmdahl (1887-1956), un consagrado embriólogo que Guirao apreció como «un gran maestro».15 En aquellos últimos años de su vida, el sueco se dedicaba al estudio del desarrollo de los vasos sanguíneos y de los plexos coroideos y mantenía una línea de teratología, con especial atención a la espina bífida. Guirao aprovechó su estancia en el laboratorio de Holmdahl para perfeccionar las técnicas de reconstrucción planimétrica que había aprendido junto con Escolar, y comenzó una serie de trabajos embriológicos16 en la línea de los experimentos del director del instituto sueco. Estudió el cuerpo calloso y el fórnix,17 buscó el origen del área coroidea y sus plexos e intentó dar una explicación ontogénica al quinto ventrículo.18

13   ARVM, Correo de Miguel Guirao a Raúl Velasco Morgado, [Granada, 28 de diciembre de 2009]. 14   Ibid. 15   Ibid. 16   AFJM, Ayudas para investigaciones en España 1959, grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Memoria de proyecto de investigación, [1959] fol. 36. 17   Así consta reseñado en la memoria de la Universidad: Uppsala Universitets Årsskrift, Uppsala Universitet, 1954, p. 68. 18   A su vuelta publicó: Guirao Pérez, (1953).

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Además, se preocupó por abordar un tema que le venía inquietando desde sus primeros años como investigador; durante sus numerosas disecciones en el adulto había observado que, por fuera del núcleo estriado, existía un espacio virtual, fácilmente friable, que él relacionó rápidamente con las hemorragias capsulares externas. El problema, imposible de afinar mediante la macrotecnia, fue resuelto por Guirao a través de la embriología. Tras un estudio en profundidad de esta estructura, el anatomista descubrió que otro investigador, el norteamericano Charles R. Essick, había descrito a principios de siglo un espacio virtual similar durante el desarrollo embrionario al que había denominado cavum mediale corporis striati.19 Siguiendo la misma nomenclatura, Guirao denominó al suyo cavum laterale corporis striati y consiguió seguir su morfogénesis a través de las series embrionarias del laboratorio sueco. Con ellas pudo describir el espacio en un joven embrión de 16 milímetros y vio cómo se hacía virtual en uno de 30. Contando con el consejo de un experto en embriología arterial como Holmdahl, las mismas observaciones le llevaron a atribuir la morfogénesis del cavum a la peculiaridad del desarrollo de los vasos cerebrales a este nivel. Resolvía así un problema anatómico en el adulto utilizando la embriología como herramienta, un recurso muy en línea con la morfología finalista escolariana. Con la frase «Todo estudio embriológico experimental, filogénico, etc., habría de tener por punto de partida el cerebro humano adulto»20 aclaraba la direccionalidad de los estudios morfogénicos escolarianos, que se dirigen desde el problema del adulto hacia el embrión o la comparación con otros vertebrados, y no al revés. Los hallazgos de su cavum no aparecieron en prensa hasta mucho más tarde —en 1960— y no tuvo más repercusión publicista que un artículo que apareció en su propia revista. Sin embargo, dadas las importantes connotaciones clínicas que se derivaban de aquel descubrimiento, Guirao fue invitado al congreso nacional de neurología para presentar los resultados. El hallazgo, no obstante, cayó pronto 19 20

  Essick (1915).   Guirao Pérez (1960: 15).

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en el olvido y, a excepción de otro trabajo que él mismo publicó junto con su hijo en 1977,21 no se volvió a hacer referencia al cavum laterale en ningún otro texto anatómico o neurológico. Aprovechando la estancia en Suecia, Guirao se interesó por conocer el Instituto Karolinska de Estocolmo. Y, aunque en aquella ciudad había un grupo consolidado de investigación embriológica, prefirió dirigirse al Karolinska para aprender los adelantos de la técnica microscópica al lado de Fritiof Schostrand.22 Con él, profundizó en la técnica de la luz polarizada y en sus aplicaciones para la investigación morfológica. Aparte de estos laboratorios, sus continuos viajes por Europa le permitieron conocer, entre otros, el laboratorio de André Delmas (1910-1999) en París, el del Pierre Lacroix (1910-1971) —estudioso de la osteogénesis— en Lovaina o el de Albert Dalcq (18931983) en Bruselas.23 La sombra de Orts se puede ver claramente en este listado; y es que, a su vuelta de Suecia, varios movimientos le llevaron hasta el laboratorio del grupo rival. Guirao cesó voluntariamente en la sección de Escolar y argumentó el cambio «por no poder atender debidamente —decía— mi doble calidad de ayudante del servicio del Prof. Guirao y becario de la Sección de Anatomía del Profesor Escolar».24 Antes de conseguir la cátedra de Valladolid en 1956, trabajó como ayudante de clases prácticas en la cátedra de Daniel Cándido Mezquita Moreno (1887-1973) en Madrid. Esto le permitió conocer de primera mano los trabajos de Orts. Una vez en Valladolid, y debido a sus intereses —que por entonces ya estaban muy dirigidos a la embriología—, el joven catedrático decidió realizar varias estancias en el laboratorio de Orts.25 Entre ambos se crearon fuertes vínculos y, según recordó el propio Guirao, el catedrático de la Central   Guirao Pérez y Guirao Piñeyro (1977).   ARVM, Correo de Miguel Guirao a Raúl Velasco Morgado. [Granada, 20 de diciembre de 2009]. 23   La larga lista de laboratorios y anatomistas que conoció en aquellos primeros viajes puede consultarse en Guirao Piñeyro (2011: 312-313) 24   Así lo afirmaba aquel mismo año en una memoria para oposiciones que recoge Guirao Piñeyro (2011: 296). 25   ARVM, Correo de Miguel Guirao a Raúl Velasco Morgado. [Granada, 20 de diciembre de 2009]. 21 22

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llegó a iniciar una serie de gestiones para que se pudiera trasladar definitivamente a Madrid. Según su testimonio, Orts llegó incluso a proyectar la erección de un nuevo laboratorio para Guirao en el local ubicado sobre su cátedra.26 Aquel proyecto, sin embargo, nunca llegó a hacerse realidad. El gran desarrollo que alcanzaría el Instituto Olóriz no hizo necesario el traslado de Guirao a Madrid para poder explotar sus capacidades. Solo un año después de llegar a Valladolid, Guirao consiguió volver a Granada gracias a una permuta de cátedra con su padre justo antes de la jubilación de este.27 No obstante, Guirao Gea siguió unos años más al frente de su Instituto hasta que en 1961 terminó de gestionar la «herencia» de del instituto y creó un cargo de secretario para su hijo. Aquel nombramiento se convirtió en una cesión de poderes en toda regla, necesario —según afirmaba el director en una carta fechada en octubre de aquel año— «tanto por la eventualidad de mi ausencia, como por la certeza de mis 75 años de edad».28 A partir de aquel momento, Guirao hijo cogió las riendas del Olóriz y en poco tiempo consiguió convertirlo en un centro especializado en embriología y teratología. Fig. 8.1. Miguel Guirao Pérez y Miguel Guirao Gea en 1964, en la recepción del primero como miembro de la Real Academia de Medicina de Granada. Cortesía de M. Guirao Pérez.

26   ARVM, Correo de Miguel Guirao a Raúl Velasco Morgado. [Granada, 28 de diciembre de 2009]. 27   Pascual Morenilla, Guirao Piñeiro y Girón Irueste (2000: 80). 28   AUG, 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. Oficio de Miguel Guirao Gea. Granada, 16 de octubre de 1961.

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El Instituto Olóriz: Organización interna, recursos materiales y humanos

Filosofía y reglamento de régimen interior El 1 de marzo de 1956 fue redactado el reglamento del «Olóriz».29 Aprobado por Orden Ministerial de 5 de marzo del año siguiente, el texto apareció definitivamente en el Boletín Oficial del Estado del 11 de julio. El nuevo centro asumió la secretaría permanente de la Sociedad Anatómica Española —algo inherente a la cátedra de Guirao desde la fundación de la asociación— y sus objetivos quedaron definidos en el siguiente listado: (1) Revalorización de la técnica anatómica, (2) Revalorización de la anatomía, (3) Embriología experimental, (4) Adiestramiento quirúrgico, (5) Estudio y clasificación de los archivos de Olóriz, (6) Conexiones con otros departamentos afines y (7) Publicidad. Todos estos objetivos, excepto la embriología, que era una «afición» propia de Guirao Pérez, tenían una relación directa con la anatomía de Federico Olóriz. Para Guirao Gea, como para la mayor parte de los anatomistas de su generación, esta subespecialidad era toda una desconocida,30 pero su hijo, con el bagaje que acabamos de describir, dejó su impronta en el nuevo centro. La línea de investigación morfogénica que se propusieron en este primer momento es una buena prueba de la independencia de la embriología de Guirao Pérez respecto a la del resto de discípulos de Escolar. En los objetivos del nuevo centro se explicitaba que el instituto se dedicaría al estudio del «desarrollo animal de anfibios, aves y mamíferos mediante las técnicas de las marcas coloreadas y los injertos orgánicos»,31 un plan que claramente relaciona más a Guirao con la embriología practicada por Orts que con la escolariana que había conocido en sus primeros años como investigador. Durante la primera década de funcionamiento del «Olóriz», junto con una 29   AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. Reglamento del Instituto. 12 de octubre de 1961. 30   Guirao Gea, 1965, pp. 255-256. 31   Para profundizar en los objetivos del Instituto es de obligada consulta el discurso en la Real Academia de Medicina de Granada de Miguel Guirao Gea verdadero texto fundacional del mismo. Guirao Gea (1956),

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abundante producción en el resto de las áreas propuestas en el proyecto, se desarrollaron numerosos proyectos de embriología comparada (fundamentalmente desarrollo de los miembros) y embriología experimental (acción de los fármacos neuropléjicos sobre el embrión de pollo). Un año después de la inauguración del centro, ya se habían defendido varias tesis doctorales sobre la morfogénesis del cuello y tenían a dos doctorandos trabajando con técnicas experimentales.32

Dotación personal y material Desde un primer momento, el Olóriz contó con la colaboración de un estudiante muy interesado en la anatomía, que no era otro que Narciso Luis Murillo Ferrol. El granadino, nacido en Güéjar Sierra en 1929, había logrado la plaza de alumno interno por oposición en la cátedra de Guirao en 1951 y desde 1953 era el conservador del museo anatómico de la facultad. Terminó la licenciatura en 1955 y se incorporó al equipo como ayudante. Mientras terminaba su período de doctorado impartió las clases prácticas de Técnica anatómica y, a su vez, fue recibiendo una formación muy completa en campos dispares: anatomía, cirugía, pediatría, oftalmología y patología general.33 En lo concerniente a la embriología, Guirao Pérez se ocupó personalmente de su formación y le adiestró en lo básico de la embriología experimental. Le permitió colaborar en sus trabajos y le sugirió asistir a los cursos sobre la disciplina que él mismo impartía en la Universidad («Embriología experimental» y «Estudio causal de las anomalías del desarrollo») .34   Guirao Gea (1956: 5).   En anatomía lo hizo al lado de Guirao Gea (disección del abdomen) y Escolar (neuroanatomía), en cirugía también con Guirao Gea (grandes troncos arteriales) y Enrique Hernández López (corazón y grandes vasos); en oftalmología (patología externa ocular) con Buenaventura Carreras Mata, patología general (exploración cardiocirculatoria) con Eduardo Ortiz de Landázuri Heredia; y en pediatría (hepatopatías), con Antonio Galdó Villegas. AFJM, Becas extranjero, 1960. Becario Narciso Luis Murillo Ferrol. De este documento se extraen los demás datos sobre su biografía científica. Hoja de Servicios de la Universidad de Granada [sin fecha]. 34   La tesis doctoral de Murillo, sin embargo, la dedicó al análisis histórico de la obra de Olóriz, un trabajo con el que ganó el premio de investigación histórico-médica que ha32 33

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Tras un año de funcionamiento, debido al rápido éxito que iba logrando la disciplina entre sus investigadores, se creó una Sección de anomalías del desarrollo (que en otros documentos aparece como «de embriología experimental») y se responsabilizó de ella a Murillo. El reglamento original del centro, sin embargo, no contemplaba ningún tipo de investigador propio y aún tardaron cuatro años en decidir dotar al centro con este tipo de puestos. Influidos por las nuevas corrientes de la investigación biomédica, en enero de 1961 se convocaron tres plazas por concurso-oposición: embriólogo, histólogo y bioquímico.35 El único escollo que presentaron estos nombramientos fue una apostilla que les acompañaba y que rezaba «sin gratificación», un problema que tardó años en solventarse. A pesar de esto, todas se cubrieron y Murillo, que desde 1959 era profesor adjunto en la cátedra, ganó la de embriólogo. El equipo formado por Guirao Pérez y Murillo construyó desde cero un laboratorio de embriología que se marcó como objetivo especializarse en malformaciones congénitas. La dotación del Departamento de Anatomía de la Facultad, era a todas luces insuficiente para tal proyecto. Para conseguir el equipamiento necesario recurrieron de nuevo a ayudas oficiales. Guirao Pérez, que contaba con el apoyo de su padre, logró que la embriología experimental evitara finalmente las barreras estatales que se habían levantado en torno a la escuela de Orts. Oída su petición, el director general de Enseñanza Universitaria, Torcuato Fernández Miranda, les adjudicó 100.000 pesetas para poder comenzar y, desde el Ministerio de Educación Nacional se comprometieron a proporcionar una asignación económica mensual para el funcionamiento del Instituto.36 Esta fuente de ingresos, no obstante, era insuficiente e inconstante y el centro estuvo sin recibir

bía convocado el propio Instituto al mejor trabajo sobre el tema «El doctor Olóriz Aguilera y las ciencias médicas». AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. Granada, octubre de 1955 y AUG. Ibid. AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. Granada, 11 de abril de 1957. 35   AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. [Granada], 31 de enero de 1961. 36   AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. [Granada], 12 de diciembre de 1957.

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más fondos gubernamentales desde la primera inyección monetaria hasta 1959.37 Una importante proporción de los instrumentos adquiridos con el primer pago sirvieron para la creación de un digno laboratorio de embriología.38 En la casa «Álvarez» de Madrid compraron un sistema de microfotografía de la prestigiosa firma Leitz y se hicieron con una cámara fotográfica «retina III C», un sistema eléctrico y uno fotográfico. La óptica y sus aplicaciones morfológicas fueron una pasión para Guirao Pérez y con todo este material consiguió modernizar los laboratorios de fotografía y técnica micrográfica de la facultad, que estaban ya obsoletos. La embriología experimental exigía asimismo una instrumentación muy específica, así que, gran parte del dinero recibido lo gastaron en adquirir este tipo de material. El gasto más importante fue el micromanipulador de Fonbrune,39 un aparato que compraron en la casa madrileña C.E.D.A.C. y que les costó 58.000 pesetas (algo más de la mitad del primer montante recibido). Durante los años siguientes, el equipamiento del instituto se fue completando y fueron adquiriendo la tecnología necesaria para adaptarse a las exigencias que iba planteando una embriología en constante evolución. Durante la segunda mitad de la década de 1950, la electrocoagulación se convirtió en una técnica habitual para la embriología experimental, así que se vieron obligados a hacerse con un aparato de Kopsch para hacer investigaciones de nivel. En la misma época, además, irrumpió la histoquímica en el laboratorio, por lo que tuvieron que adquirir un costoso equipo que les permitiera llevar a cabo esta técnica.40 37   AFJM, Ayudas para investigación en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Memoria de proyecto de investigación. Fol. 34 38   AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos, [Granada], 14 de diciembre de 1957 y AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos, [Granada], 18 de enero de 1958. 39   El instrumento consistía en un sistema que transmitía los movimientos del investigador a una serie de agujas y micropipetas de vidrio mediante un sistema hidráulico que amortiguaba las vibraciones y era indispensable para las técnicas microquirúrgicas que comenzaron a realizar sobre embriones. 40   AFJM, Becas extranjero, 1960. Becario Narciso Luis Murillo Ferrol. Memoria del proyecto: «Determinación de los materiales que intervienen en la ontogenia de las extremidades de los vertebrados. Esclarecimiento de la patogenia de algunas de las anomalías del desarrollo de las extremidades», [Granada, 1960].

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Pero un laboratorio no se compone solamente de instrumentos científicos, y los esfuerzos económicos se volcaron en otras dos tareas muy importantes para un centro de investigaciones biomédicas: la construcción de una biblioteca especializada y el establecimiento de un sistema de abastecimiento de animales de experimentación. La primera fue creciendo gracias a un sistema activo de intercambio de publicaciones y ya por 1960 estaba bastante bien dotada.41 Respecto al segundo problema, Guirao consiguió paliarlo en 1956 enviando ejemplares de rana africana de uñas (Xenopus laevis) desde su cátedra en Valladolid.42 Una vez trasladado a Granada consiguió construir un criadero propio en el instituto con la ayuda de Murillo. Debido a la facilidad de manipulación de sus embriones, el uso de aquella especie estaba muy difundido entre los laboratorios especializados, pero, a pesar de estas ventajas, los estudios con anuros no eran frecuentes en España y el pollo seguía siendo el animal de investigación por excelencia. En Granada, por el contario, no solamente se utilizaban el pollo y la rana, sino que comenzaron también a criar ratas y ratones albinos para las experiencias de alteraciones embrionarias producidas por noxas durante la gestación en mamíferos. La presencia de Murillo en el instituto tuvo pronta caducidad. En 1960, tras una estancia en la cátedra de Orts en Madrid, ganó plaza de profesor asociado en aquel centro y se desplazó hasta la capital para incorporarse a su escuela.43 Los nuevos doctorandos fueron cubriendo nichos y durante aquella década se terminó por conseguir un grupo de investigación consolidado especializado en embriología y teratología. En aquellos años se incorporaron dos doctorandos como profesores ayudantes de clases prácticas: Luis Álvarez Guisado (1935-2008) y María Teresa Pascual Morenilla. Llegado este punto, nos hemos de detener en un hecho particular; como hemos podido 41   Según Murillo Ferrol, ya en 1960 estaba integrada por «los volúmenes y revistas más destacadas en el campo de la embriología experimental» Ibid. 42   Ibid. 43   Hasta 1963 no se anunció una convocatoria de plaza de embriólogo para cubrir su vacante. AUG. 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. [Granada], 12 de noviembre de 1963. Convocatoria de plaza de embriólogo y bioquímico, vacantes por traslado de sus titulares.

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comprobar, no tenemos constancia de casos de incorporación de la mujer a la investigación embriológica española hasta esta década.44 España llegaba tarde a un proceso que en el resto de Europa había sido progresivo, pero que estaba ya instaurado definitivamente desde hacía años. A falta de un estudio en profundidad sobre el asunto,45 solo hace falta echar un vistazo al General Embryology Information Service de 1965 para ver cómo, a diferencia de lo que ocurría en nuestro país, la presencia de la mujer era ya por entonces rotunda en casi todos los países, con una gran abundancia de embriólogas en los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido e Italia.

Un «ruego de colaboración» a los clínicos La investigación embriológica de Guirao Pérez hasta 1975 se puede dividir en tres períodos. En el primero, como prólogo al resto de su carrera, realizó un primer acercamiento a la disciplina al lado de Escolar. En estos años trabajó influido por la embriología descriptiva del maestro y realizó descripciones básicas morfogenéticas tras la reconstrucción estereométrica de las áreas estudiadas. Después, una vez que sucedió a su padre como director del Instituto Olóriz, comenzó una nueva etapa. Con la formación de posgrado adquirida en Suecia y en el laboratorio de Orts, Guirao se atrevió con dos líneas de investigación propias: el estudio de los patrones somatométricos de desarrollo normal en el ser humano y la relación entre factores de desarrollo y anomalías morfofuncionales congénitas. Este período se alargó hasta finales de la década de 1960, cuando, siguiendo las tendencias de la comunidad anatómica internacional, se ocupó específicamente de la neuroembriología, en su caso experimental y orientada hacia la búsqueda del origen ontogénico de las malformaciones neurales perinatales. 44   En realidad, esta científica venía arrastrando esta condición de pionera desde la licenciatura. De sus primeras clases de anatomía con Guirao recuerda: «Cuando empecé a estudiar medicina, el porcentaje de alumnas era mínimo, de hecho fui la única jefe de mesa en la sala de disección». Pascual Morenilla (2010: 10) 45   Para una visión general del problema véase el epígrafe «De licenciadas a científicas» en Sánchez Ron (2007).

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Durante los primeros años de Guirao Pérez como director del Instituto Olóriz, la embriología copó la atención de todos los investigadores del centro. El resto de los objetivos propuestos en un primer momento para el instituto fueron pronto quedando relegados a un segundo plano. La productividad en el área embriológica fue espectacular. Solo contabilizando los doctorandos de Guirao, entre 1955 y 1960 se defendieron un total de diez tesis y, a finales de la década, otras dos se estaban terminando y cinco se encontraban en sus estadios iniciales. Las primeras, que datan de 1955, se llevaron a cabo utilizando la embriología descriptiva clásica,46 pero, a partir de 1958 —un fenómeno en relación con las estancias con Orts en Madrid—, se comenzaron a incluir en el día a día del laboratorio granadino las técnicas experimentales. Desde entonces, se hicieron trabajos de microelectocoagulación con el aparato de Fonbrune, se llevaron a cabo cultivos embrionarios in vitro y la histoquímica se comenzó a introducir entre las metodologías habituales. La disparidad de técnicas hicieron que Guirao describiera este período como lleno de «investigaciones un poco incoherentes porque, en realidad, significaron un tanteo de técnicas diversas aplicables todas al campo experimental embriológico».47 Una de las claves para entender la embriología que se llevó a cabo en el Olóriz durante estos primeros años es la constante relación que mantuvieron con la clínica y con los clínicos. En este sentido, las colaboraciones más importantes se establecieron con la cátedra de Ginecología y Obstetricia de la facultad. De hecho, durante algún tiempo se mantuvieron sesiones anatomoclínicas conjuntas todos

46   De este modo trabajaron Lardi Semadeni (1955) estudiando El desarrollo del cuello en relación con alguna de sus estructuras especialmente de la laringe, Ramos Calvo (1955) con su trabajo El plexo timpánico, morfología y evolución, Haro Hernández, que en 1957 presentó Aportación al desarrollo de los vasos parenquimatosos renales y Motos Guirao que se doctoró en 1958 con la memoria Contribución al estudio morfodinámico de la rodilla. Sobre la labor del instituto en este primer año y los doctorandos de Guirao véase AFJM, Ayudas para estudios en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Curriculum vitae de Miguel Guirao Pérez. Labor personal realizada en el campo de la embriología exclusivamente [1959] fols. 39-44. 47   Guirao Pérez (1964: 233).

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los sábados.48 El ginecólogo Emilio Herrera Ventura (n. 1921) fue designado responsable de la cátedra en 1957 y, aquel mismo año, comenzó a trabajar con Guirao en temas embriológicos. Llevó a cabo una larga serie de trabajos en los que abordó, entre otros temas, la «embriología topográfica» de la pelvis, la relación entre el desarrollo de las gónadas y la maduración sexual del embrión, el desarrollo de las fibras musculares del útero fetal y el desarrollo prenatal de la glándula suprarrenal, todo ello desde una óptica descriptiva.49 Durante estos primeros años, los diferentes centros asistenciales de Granada fueron enviando material humano al Olóriz. Junto a un escaso número de embriones de los primeros horizontes, fueron llegando sobre todo ejemplares en fase fetal o perinatal. Encontrar uno de los primeros era extremadamente difícil y el material fetal era de enorme interés para los clínicos, por lo que el equipo fue especializándose en fetología influidos por los ejemplares que le llegaban al laboratorio. Los obstetras solicitaban con inusitada frecuencia informes necrópsicos al Instituto, un trabajo que el Olóriz realizaba en agradecimiento a su colaboración y que se convirtió en su línea de investigación principal a partir de los últimos años de la década de 1950. Fue entonces cuando Guirao se propuso el ambicioso proyecto de estandarizar un método de autopsia morfofuncional fetal. Advirtió que, sin realizar autopsias de una manera sistemática, tanto la embriología como la obstetricia se estaban perdiendo una parte muy importante de causas de muerte intrauterinas. Hasta aquel momento, las observaciones teratológicas que se venían publicando se limitaban a fetos con malformaciones macroscópicas visibles desde el exterior, por lo que quedaban sin ser estudiados un amplio abanico de casos afectos de lo que Orts llamaba «anormogénesis». Este concepto, muy característico de esta escuela, englobaba malformaciones y «malfunciones» o disfunciones, es decir, alteraciones de la fisiología del desarrollo, sin lesión anatomopatológica macroscópica. Para Guirao la

  Pascual Morenilla (2011: 153).   AFJM, Ayudas para estudios en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Curriculum vitae de Miguel Guirao Pérez. Labor personal realizada en el campo de la embriología exclusivamente [1959] fols. 39-44. 48 49

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falta de interés mostrada hasta el momento a estos errores congénitos representaba «un fallo garrafal del sistema». La idea estaba inspirada en los trabajos del obstetra norteamericano Carl Javert. Citado por Guirao en sus proyectos, venía realizando desde hacía algunos años un estudio reglado de los abortos en su departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Nueva York.50 Guirao, sin embargo, amplió el espectro de Javert, y se dispuso a estudiar no solo los casos de aborto, sino todas las muertes acaecidas en pretérminos, o incluso en fetos a término o en recién nacidos. Para la consecución de un proyecto tan ambicioso, necesitaba un buen respaldo económico, para lo que acudió en primer lugar al CSIC. No recibió respuesta alguna.51 Al parecer, a pesar de haber conseguido el apoyo gubernamental gracias a los contactos de su padre y Laín durante el «amable» período de Ruiz-Giménez, la independencia del equipo de Escolar también acarreaba la desaparición del apoyo del Consejo. Ante esta situación, en 1959 decidió solicitar una de las becas de la Fundación Juan March, que hasta el momento había apoyado al grupo de Orts sin mayores problemas. Aprobada la concesión de la ayuda, ideó un plan para obtener una fuente regular de material humano para la investigación. Para conseguir un flujo continuo de ejemplares, mandó imprimir un panfleto en gran formato que, con el título Ruego de colaboración: aprovechamiento de material embrionario y fetal humano, fue distribuido por todas las clínicas obstétricas de la ciudad y alrededores. En el impreso, tras una disertación de Guirao sobre la importancia de la embriología para el desarrollo de la medicina, se añadían unas «pautas a seguir para el envío de material de estudio». Dado que estaba dedicado principalmente a profanos en la materia, el catedrático procuró dar una serie de instrucciones muy precisas para la conservación de las piezas. A este apartado le sigue otro en el que se describía el método de «obtención de material muy joven o valioso» y, por último, se incluía un ofrecimiento para que los clínicos más 50   Los resultados de los trabajos del estadounidense habían aparecido recientemente en una monografía que alcanzó gran difusión: Javert (1957). 51   AFJM, Ayudas para investigación en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Memoria de proyecto de investigación, [Granada, 1959], fol. 34.

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interesados en la materia pudieran hacer sus propias observaciones en sus centros de trabajo. El Instituto se ofrecía así a enviarles las pautas para llevar a cabo en sus propias clínicas el estudio necrópsico o, si así lo solicitaban, a dirigirles sus tesis doctorales. Durante los primeros años el envío fue realmente pobre. El primer año solo respondieron a la llamada el Servicio de Obstetricia del Hospital Clínico San Cecilio, la Maternidad Provincial y algunas clínicas privadas.52 Con el paso de los años, la situación fue mejorando y otros centros fueron uniéndose a la causa, como el centro de prematuros de la Facultad de Medicina o la clínica del Seguro Obligatorio de Enfermedad.53 El laboratorio de embriología de Granada acabó convirtiéndose en un recurso más al servicio de la clínica, hasta el punto de que los médicos estaban extrañados de que no se cobrara por ello.54 Además del desinterés inicial por parte de los clínicos, una de las principales dificultades que encontraron para llevar a cabo la recolección de material fue el método de conservación. El envío podía llegar a durar días, y este era un punto muy sensible del proceso. Tras muchos experimentos fallidos, concluyeron que el método ideal era la inyección general formólica (formol al 15% en solución acuosa). A pesar de que aquella contara con algunos problemas, como el cambio de coloración de las piezas o la inutilización de la prueba de la docimasia pulmonar, era la técnica que más fácil podía resultar para los colaboradores clínicos.

52   Decía Guirao: «aunque así como algún centro de maternidad ha respondido inmediatamente, otros han tardado en comprender que nuestro propósito es colaborar con ellos en un problema que es de todos»: AFJM., Ayudas para investigación en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Memoria del becario Miguel Guirao Pérez [Granada, 1960]; y se justificaba delante de sus mecenas: «Soy, como pueden suponer, dependiente del envío de fetos que se nos hace y esto deja mucho que desear». AFJM, Ayudas para investigación en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Oficio de Miguel Guirao Pérez a la Fundación Juan March, Granada, 17 de agosto de 1960. 53   AFJM, Ayudas para investigación en España, 1962; Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Solicitud de ayuda a la Fundación Juan March. Memoria del trabajo a realizar. [Granada], diciembre de 1962. 54   Ibid.

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Las «embriologías»

del O lóriz y el contacto con la embriología internacional

Transcurrido el primer año, la técnica de autopsia reglada macroscópica del feto estaba casi perfeccionada, pero los problemas con la parte funcional del estudio —algo en lo que Guirao mostraba un enorme interés— eran muy patentes y de una índole exclusivamente técnica. Los métodos de histoquímica no habían dado los resultados esperados, así que el director, para poder proseguir con el proyecto, comenzó a buscar fondos para mejorar el instrumental del laboratorio. En 1960, solicitó un criostato de Pearse a la Dirección General de Enseñanza Universitaria,55 organismo que seguía dirigiendo Fernández Miranda, que no encontró problemas para ser el «protector político» del centro de Guirao a la par que apoyaba la carrera académica de Escolar. La aparición de los criostatos en aquella década estaba desplazando al microtomo de congelación. El modelo que solicitaba Guirao en concreto había sido diseñado por Pearse apenas unos años antes y se había comenzado a comercializar el año anterior por los National Instrument Laboratories.56 Era pues, todo un lujo contar con uno en el laboratorio. El nuevo aparato permitía hacer cortes a —30 ºC, una innovación respecto al antiguo —el de Coons— que lo hacía a —18 ºC, lo que proporcionaba cortes sin necesidad de fijación previa susceptibles de teñir con técnicas histoquímicas. La reputación de Guirao como experto en fetología y malformaciones fue creciendo con los años y, de manera paralela, aumentaban sus responsabilidades académicas. La formación de especialistas en embriología seguía siendo su gran prioridad y las catorce tesis que defendieron sus doctorandos desde la fundación del Olóriz hasta 1962, avalan este interés. Para entonces había logrado que la disciplina estuviera bien implantada en los estudios de doctorado de 55   AFJM, Ayudas para investigación en España, 1959. Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Avance del trabajo realizado por D. Miguel Guirao Pérez en relación con la beca de estudio que disfruta de la Fundación Juan March [Recibido en marzo de 1960], fol. 3. 56   Véase la noticia recogida en el Journal of Bacteriology: [Recurso en línea] Disponible en: http://jb.asm.org/cgi/issue_pdf/advertising_pdf/90/2.pdf [Consultado el 27 de diciembre de 2010]

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la Universidad de Granada y él mismo ofrecía personalmente dos cursos monográficos sobre el tema: «Embriología causal de las anomalías congénitas» y «Embriología del corazón y grandes vasos y sus anomalías congénitas». El método macroscópico de autopsia fetal quedó establecido en 1960. La acumulación de autopsias regladas en el servicio reveló unas lagunas en la especialidad que impedían en gran medida el trabajo del equipo. No se conocían los valores normales de la antropometría fetal, por lo que no se podían hacer comparaciones. Además, la histología fetal tampoco era una subespecialidad que estuviera desarrollada lo más mínimo. La histopatología fetal, por el contrario, sí que contaba por entonces con algunas publicaciones especializadas. El problema, en opinión de Guirao Pérez, es que el abordaje de esta disciplina había «deformado la realidad del problema».57 Los trabajos publicados presentaban siempre problemas muy vistosos (sífilis, toxoplasmosis, degeneración grasa…), pero la experiencia del instituto revelaba estos casos como de baja incidencia y ponían de relieve otras patologías que, a priori, se podrían pasar por alto. El tamaño muestral que manejaban en el Olóriz en 1962 —unas seiscientas autopsias— les permitió ir describiendo la normalidad histológica a partir del estudio estadístico. Los trabajos de los escolarianos sobre los cambios morfológicos de los tejidos endocrinos en diferentes situaciones funcionales estaban teniendo un gran éxito por entonces y los primeros trabajos del equipo de Guirao sobre dismorfofuncionalismo se centraron precisamente en la hipófisis, en las glándulas suprarrenales y el páncreas. En ellos hallaron numerosas causas de muertes funcionales (disenzimosis, metabolopatías congénitas…), que se hubieran obviado con una autopsia macroscópica. Mientras seguía su rumbo el proyecto principal, el interés creciente de los estudiantes por llevar a cabo sus tesis en el instituto permitió ampliar el grupo y abrir otras líneas de investigación complementarias. La Fundación March siguió financiando sus experimentos y Guirao 57   AFJM, Ayudas para investigación en España, 1962; Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Memoria del trabajo a realizar «Cronología de las alteraciones anatómicas funcionales en el sufrimiento fetal». Diciembre 1962.

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les presentó en 1962 una nueva solicitud de ayuda proponiendo determinar la cronología de las lesiones microscópicas del sufrimiento fetal;58 es decir, detectar si el problema que condujo a la muerte del individuo tenía su origen en problemas obstétricos (bien durante el embarazo, bien durante el parto) o ya neonatales. Ajustados los presupuestos y concedida la beca, buena parte del laboratorio dejó la fetología para dedicarse a la prometedora nueva línea de teratología experimental. Se comenzaron una serie de trabajos con diferentes noxas (hipoxia, infecciones…) sobre ratas albinas preñadas, pero las dificultades técnicas fueron minando la evolución de esta línea. La mayoría de las primeras experiencias infectando roedores con Staphylococcus aureus terminaron en aborto precoz, por lo que, tras un segundo intento con el mejor conocido embrión de pollo,59 aquel proyecto terminó extinguiéndose y el equipo volvió a centrarse en la fetología normal y patológica descriptivas. En el curso 1967-1968 terminaron de estudiar los patrones normales del desarrollo y las líneas de investigación embriológicas del centro se ramificaron. El hallazgo de abundantes malformaciones cardíacas en las autopsias rutinarias abrió toda una línea de investigación teratológica de la que se ocupó Álvarez Guisado, mientras que Pascual Morenilla comenzó junto con el director una serie de investigaciones sobre malformaciones estructurales tardías experimentales del sistema nervioso central con el pollo y el hámster dorado (Cricetus auratus) como animales de experimentación. En 1973, Pascual Morenilla inició su propia línea de trabajo y, mientras colaboraba con Guirao estudiando el efecto de los anticuerpos de conejo sobre el cerebelo del pollo en desarrollo, se adentró en el estudio del cerebro humano con daños tardíos. Paralelamente, también centrado en el sistema nervioso central, el maestro comenzó una serie de trabajos sobre la influencia potencial de las radiaciones ionizantes sobre el mismo órgano.

  Ibid.   AFJM, Ayudas para investigación en España, 1962; Grupo IV. Becario Miguel Guirao Pérez. Avance de la investigación. Sin fecha. 58 59

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Tras revisar la historia de los primeros años de actividad del instituto, Guirao creyó que uno de sus grandes errores venía siendo la escasez de contactos con otros grupos —el «autodidactismo» en sus propias palabras—.60 A pesar de esta percepción subjetiva, los contactos iban, aunque tímidos, fraguándose. El diálogo con las nacientes bioquímica y genética fue uno de los primeros en gestarse. La citogenética y la histoquímica, tan necesarias para sus planes de autopsia «morfofuncional» llegaron al Olóriz durante la década de 1960, asumiendo así la molecularización y genetización progresivas del embrión que se estaba imponiendo en la comunidad científica internacional.61 El responsable de la implantación del paradigma en el laboratorio fue Enrique Montero García, que había comenzado haciendo embriología experimental con el catedrático y que en 1960 comenzó el estudio cromosómico de los fetos que habían llegado al departamento. Para terminar su formación, se desplazó hasta Italia y, en 1964 trabajó en técnicas histoquímicas en el Instituto de Anatomía humana normal, Histología y Embriología general de la Universidad de Génova, que dirigía Ferdinando Rossi de Rubeis y donde pudo trabajar con Damiano Zaccheo (n. 1927). Además, para entonces, Álvarez Guisado también había viajado y hecho contactos nacionales e internacionales. Gracias a dos becas del SEU, y siguiendo los pasos de Guirao, viajó a Suecia en 1958 y 1959 y realizó un curso de anatomía funcional de los miembros en el Hospital Salgrenska de Gotemburgo. Además, su formación se había completado en otro centro español, el Instituto Anatómico Sierra de Valladolid, donde trabajó en la inervación microscópica del oído medio y se adiestró en varias técnicas histológicas junto con Antonio Pérez Casas (1925-1991).62 En el Olóriz, Álvarez Guisado contribuyó enormemente a la línea fetológica del equipo con sus primeros trabajos. Su tesis doc  Guirao Pérez (1964: 334).   Sobre molecularización véase: Chadarevian y Kamminga (1998). 62   Estaba vinculado a la cátedra desde su época como estudiante. En 1957 consiguió un puesto como alumno interno agregado y, tras un período como ayudante de clases prácticas, llegó a profesor adjunto de manera interina en 1962 y por oposición al año siguiente. Véase AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Hoja de servicios en la Universidad de Granada. 60 61

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Fig. 8.2. Álvarez Guisado en Chicago. Fuente: «Homenaje a D. Luis Álvarez» (https://www.youtbe.com/watch?v=E2l22xGxHfQ).

toral (Contribución al estudio de la anatomía visceral del feto humano) proporcionó al equipo la primera tabla aplicable en nuestro país con las medidas antropométricas viscerales fetales normales.63 Para seguir esta línea, consiguió la financiación necesaria para desplazarse de nuevo al extranjero en 1965 y hacer una estancia junto a Edith L. Potter (1901-1993) en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Chicago, en el Lying-in Hospital. Los trabajos de aquella investigadora norteamericana —sobre todo su libro Pathology of the fetus and the newborn (1962)—64 habían sido una gran inspiración para los experimentos del equipo y, de hecho, durante los últimos años, las relaciones entre el Olóriz y aquel departamento habían sido fluidas, a través de un dinámico intercambio de publicaciones. La March volvió a apoyar al grupo. Concedió a Álvarez una beca de 3.600 dólares más gastos de viaje para una estancia de doce meses de duración.65 Con esto, el 30 de septiembre de aquel año, Álvarez partió en avión para los EE. UU. y comenzó sus investigaciones bajo la dirección de Potter. Ampliando los trabajos que habían hecho los 63   Sus publicaciones habían sido ya numerosas desde entonces: Álvarez Guisado (1960a, 1960b, 1962, 1963a, 1963b); Álvarez Guisado y Guirao Pérez (1961a, 1961b, 1962a, 1962b); Álvarez y Susarte (1963), Guirao Pérez y Álvarez Guisado (1960), Simón Muñoz et al, (1960), todas en la revista del instituto. 64   Sobre la obra de Potter véase Dunn (2007). 65   AFJM., Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta del Secretario de la Fundación March a Luis Álvarez, [Madrid], 18 de junio de 1965.

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científicos del departamento americano con los pesos de los órganos, el español comenzó un proyecto de medición de volúmenes de vísceras fetales. Mes a mes, con la ayuda de Potter, fue llevando a cabo sus trabajos, anotando minuciosamente las características de las técnicas empleadas por los estadounidenses y los errores sistemáticos que él había cometido hasta el momento. A principios de 1966, la investigación de Álvarez se encontró con un bache inesperado. Se convocaron oposiciones para cubrir una cátedra de anatomía en Granada y el español solicitó un permiso a la Fundación March para volver al país y así poder tomar parte en dicho examen.66 La respuesta fue tajante: le recordaron el contrato firmado y se mostraron sorprendidos ante la inusual petición del becario.67 Comenzó así un intenso litigio en el que tuvieron que intervenir varias personalidades políticas de renombre. A la fundación comenzaron a llegar cartas en defensa del investigador. El primer oficio que le llegó a Alejandro Bérgamo —consejero secretario de la March—, venía del Director General de Arquitectura del Ministerio de la vivienda, Miguel Ángel García-Lomas Mata, que intercedió en favor de Álvarez a petición del secretario del Ministro de Vivienda. En aquella carta, García-Lomas se permitió, incluso, pedir a Bérgamo que la Fundación no solo permitiera el viaje a España del becario, sino que también sufragara los gastos devengados del mismo.68 La amistad que parecía unir a Bérgamo y García-Lomas hizo que aquél se planteara llevar al patronato la cuestión.69 No hubo respuesta al problema y parece que el tema quedó aparcado hasta que, a finales de marzo, llegó a la March una carta firmada por el mismísimo Ministro 66   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Luis Álvarez Guisado a Alejandro Bérgamo, Chicago, 1 de enero de 1966. 67   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Alejandro Bérgamo a Luis Álvarez Guisado, [Madrid], 13 de enero de 1966. 68   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Miguel Ángel García-Lomas a Alejandro Bérgamo, Madrid, 28 de enero de 1966. Del mismo modo se unió a la causa Rodolfo Argamentería García, el Vicesecretario Nacional de Obras Sindicales. AFJM. Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Rodolfo Argamentería García a Alejandro Bérgamo, Madrid, 11 de febrero de 1966. 69   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Alejandro Bérgamo a Miguel Ángel García-Lomas, [Madrid], 14 de febrero de 1966.

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Secretario General del Movimiento, José Solís Ruiz.70 Entre todos, consiguieron la aprobación del viaje por parte de la Fundación,71 pero Álvarez, visiblemente enfadado, renunció a la concesión con las siguientes palabras: «debido al largo tiempo transcurrido [desde que hice la petición], interpreté su largo silencio como una negativa a la misma lo cual me hizo dejar de estudiar y preparar las oposiciones que lo venía haciendo después de mi regreso del centro de trabajo».72 La plaza de Granada sería finalmente ocupada por traslado por Genis Gálvez, que, como veremos en el siguiente capítulo buscaba el traslado a una facultad andaluza por problemas personales. Guirao, interesado en la línea de investigación embriológica experimental del ortsiano, propició este traslado, aunque no existen pruebas que documenten que se hiciera ningún tipo de maniobra para evitar la presencia de Álvarez Guisado en la oposición. Álvarez, aprovechó su rotunda carta para solicitar una prórroga de un año a la fundación para poder seguir sus investigaciones en Chicago o trasladarse a Centroamérica. La siguiente misiva desde la March no vino acompañada de resolución alguna sobre esta solicitud y el anatomista no volvió a recibir ninguna ayuda más de la fundación. Cuando terminó su estancia con Potter comenzó una nueva etapa de su carrera científica. Junto con Antonia Aránega, su mujer, que también se había incorporado al equipo de Granada, se dedicó desde entonces al estudio del desarrollo normal y patológico del corazón. Con el fin de especializarse en esta rama, viajó hasta Londres y realizó una estancia en el Brompton Hospital, el que era sin duda el centro más importante de aquel país en la especialidad de corazón y pulmón, donde trabajó con Robert H. Anderson cuatro meses.73 No sería este su último viaje; antes de terminar el período de la dictadura aún le dio

70   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de José Solís Ruiz a Alejandro Bérgamo, Madrid, 31 de marzo de 1966. 71   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Alejandro Bérgamo a Luis Álvarez, [Madrid], 27 de abril de 1966. 72   AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1965. Becario Luis Álvarez Guisado. Carta de Luis Álvarez a Alejandro Bergamo, Chicago, 8 de mayo de 1966. 73   Gil Craviotto (2008: 10).

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tiempo a regresar de manera puntual a Chicago para trabajar en el mismo tema con Maurice Lev (1908-1994) en el Instituto Hektoen.74 Hasta mediados de los años setenta, tanto Álvarez como Aránega llevaron a cabo en el Olóriz varias experiencias en esta línea. Al igual que estaba haciendo Guirao con el encéfalo, el matrimonio estudió el efecto de las radiaciones sobre el corazón e hizo estudios de series de casos de malformaciones cardíacas en busca de asociación con otras alteraciones.75 Aquello sería, en fin, el comienzo de una línea que les trajo a ambos grandes éxitos durante el período de la Transición democrática y que no estudiaremos por encontrarse fuera de los límites que nos marcamos para este trabajo.

La primera revista de la especialidad: Anales del Desarrollo En 1960, Guirao Pérez fundó como órgano de expresión del instituto la primera revista especializada en embriología del país: Anales del Desarrollo. Aprovechando la oportunidad que le ofrecía la marcha de José Escolar, que se llevó a Zaragoza su Anales de Anatomía, solicitó a la Universidad de Granada que mantuviera el esfuerzo publicista que había hecho hasta entonces con aquélla para poder contar con una publicación especializada en los objetivos del instituto. No obstante, Guirao quiso aplicar un signo del continuismo para poder demostrar su interés. Así, a pesar de que la revista de Escolar seguía viva, la numeración del primer volumen de la de Guirao comenzó en el número 8, fascículo 15, presentando la nueva revista como un apéndice especializado de la ya reputada Anales de Anatomía. La nueva revista llegaba en un momento de escasez de publicaciones de embriología a nivel internacional. Cuando se fundó Anales del Desarrollo, solo existía en Europa una revista dedicada exclusi74   De las investigaciones de esta estancia publicaron un trabajo sobre una malformación congénita cardíaca en unos gemelos toracópagos: Álvarez y Aránega (1971). 75   Durante estos años, las publicaciones de Álvarez y Aránega se fueron especializando en el estudio del corazón del feto, de una manera descriptiva (normal y teratológica) y experimental.

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vamente a la disciplina, Wilhelm Roux’ Archiv für Entwicklungsmechanik der Organismen y por ello, los embriólogos se estaban viendo obligados a recurrir a revistas generales de anatomía que admitían trabajos de subespecialidades. Sin embargo, la oferta de estas había quedado muy limitada tras la Segunda Guerra Mundial. La potente Archives d’Anatomie, d’Histologie et d’Embriologie había visto su último número en 1955 y solo sobrevivían Zeitschrift für Anatomie und Entwicklungsgeschichte, editada en el Berlín de la República Federal Alemana (RFA), la rusa Arkhiv Anatomii Gistologii Embriologii, y la portuguesa Arquivo de Anatomia e Antropologia. La soviética estaba lejos del círculo anatómico español. Las relaciones internacionales del Régimen de Franco y la ignorancia generalizada del idioma la mantuvo siempre apartada de nuestra comunidad científica. La lisboeta, por el contrario, siguiendo una larga tradición de relaciones ibéricas y aprovechando las buenas relaciones entre ambas dictaduras, seguía siendo muy utilizada por los morfólogos españoles. Tras la Segunda Guerra Mundial, la única revista general de anatomía de nueva fundación fue Acta Anatomica (Basilea), que, con su creación en 1945, aumentó discretamente el abanico de posibilidades. Tras la aparición de Anales, surgieron otras iniciativas especializadas en otros países, aunque, junto con la embriología, incluían entre sus intereses el amplio concepto de «morfología experimental». De este modo, el mismo año en que apareció la española, nació la anglosajona Journal of Embryology and Experimental Morphology y, cinco años más tarde, en Palermo, casi con el mismo título pero latinizado, Acta Embryologiae et Morphologiae Experimentalis. En los primeros números aparecía en la portada, a modo de primitivo comité de redacción, una serie de científicos que representaban a la Facultad de Medicina de Granada como institución y a las diferentes cátedras relacionadas directamente con la temática a la que estaba consagrada la revista. Componían el listado el decano, Emilio Muñoz Fernández, los Guirao, el catedrático de pediatría y puericultura, Antonio Galdó Villegas, y el de obstetricia, Vicente Salvatierra Mateu. A finales del primer año, el equipo se fue perfilando: se añadió a la anterior lista el citólogo Juan Manuel Ortiz Picón y se estableció una «Junta directiva» formada por Guirao Pérez como director de la 287

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Fig. 8.3. Portadas de Anales del Desarrollo. A la izquierda, el diseño original, a la derecha, la nueva composición «internacional» de 1970. Biblioteca del autor y Biblioteca del Instituto Cajal, de Madrid, respectivamente.

publicación y Montero García y Álvarez Guisado, como secretarios de redacción. Los primeros años fueron tiempos de rápidos cambios e incorporaciones en busca de una estructura ideal para la gestión de la revista. En 1961 se reestructuraron los cargos: se ascendió a Montero García a subdirector, se comenzó a denominar al primer grupo —al que nos referimos como «comité directivo local»— y se creó un «consejo de redacción» integrado por Salvatierra Mateu (que dejó de aparecer en el comité local), Francisco Orts Llorca y uno de los discípulos de Escolar, Reinoso. Según iban pasando los años, alguna nueva personalidad nacional relevante en el campo se iba añadiendo al consejo. En 1962, por ejemplo, aparecía ya entre los nombrados Genis Gálvez. La revista fue evolucionando hasta convertirse a finales de los ochenta en el prestigioso International Journal of Developmental Biology, una de las revistas con más impacto internacional de las publicadas en la actualidad en España. El inicio del proceso de internacionalización que la llevaría hasta tal punto comenzó en 1970, coincidiendo con el hecho de que Genis, trasladado a Granada desde hacía un par de años, asumió la codirección editorial de la revista junto con Guirao. En este número, verdadero punto de inflexión de 288

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la línea editorial de la revista, se cambió el diseño de la portada y se añadió al título de la revista, a modo de subtítulo, su traducción al inglés (Annals of Development). Se añadieron asimismo a la publicación dos signos de calidad: una página en la que se recogían tanto en castellano como en inglés las normas de envío de originales («aviso a los colaboradores») y un extenso comité editorial que incluía a una larga nómina de embriólogos de gran prestigio internacional (tabla 8.1.). Con un rápido vistazo a esta lista se puede apreciar el gran impacto de Genis en la internacionalización de la revista. La mayoría de los investigadores incluidos en el comité corresponden a los contactos Rodolfo Amprino, Universitá di Bari, Italia

C.P. Leblond, McGill University Montreal, Canada

L. Sune Larsson, Karolinska Institutet, Stockholm, Sweden

E. Blechsmidt, Gottingen Universität, Deusche Bundesrepublik

H. Lutz, Université de Clermont-Ferrand, France

Sulo Toivomen, University of Helsinki,Finland

Albert M. Dalcq, Université Libre de Bruxelles, Belgique David B. Meyer, Wayne State University, Detroit, Michigan, U.S.A. Jarzy Gallera Université de Genève, Suisse L. Gallien Université de Paris, France Alphonse Giroud, Université de París France Clifford Grobstein, University of California, La Jolla, California, U.S.A. Howard L. Hamilton, University of Virginia, Charlottesville, Virginia, U.S.A.

Clement L. Markert, Yale University, Connecticut, U.S.A. Ronan O’Rahilly, Saint Louis University, Missouri, U.S.A. Francisco Orts-Llorca Universidad de Madrid, España Lauri Saxén, University of Helsinki, Finland Roger W. Sperry, California Institute of Technology, Pasadena, California, U.S.A. Malcolm. S. Steinberg, Princeton University, New Jersey, U.S.A.

I. Törö, University of Budapest, Hungary H. Tuchmann-Duplessis, Université de Paris, France Heinrich Ursprung, The John Hopkins University, Baltimore, U.S.A. C.H. Waddington, University of Edinburgh, Scotland Jsef Warkany, Unversity of Cincinnaty, Ohio, U.S.A. Paul Weiss, The Rockefeller University, New York, U.S.A. Etienne Wolff, Collège de France, France

Tabla 8.1. Comité editorial de Anales del Desarrollo en 1970.

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de los dos editores jefe en los diferentes continentes. Amprino y Waddington en el viejo continente, y todos los científicos vinculados a los centros de investigación estadounidenses —con gran presencia en la lista— se encuentran entre las amistades de Genis, mientras que Guirao aportó la relación con los países nórdicos. Las colaboraciones extranjeras en la revista fueron, sin embargo, escasas. La muestra de los trabajos redactados por científicos extranjeros se reduce a quince artículos entre 1960 y 1975 y la mayoría se concentra en la primera mitad de los años sesenta. La mayoría de los nombres de los autores, una vez más, corresponden a las redes internacionales del Olóriz y de Genis: aparece entre los nombres Dalcq, los investigadores italianos con los que había tenido contacto Enrique Montero en Génova (Zaccheo y Bossy) y Edith Potter como contacto de Álvarez Guisado. Otros tantos pertenecen al tejido internacional de la escuela ortsiana: Julius Ebert envió su trabajo desde la Carnegie y Jules Botar, lo hizo desde Budapest. Colaboraron, asimismo, Eayrs y Edwardson con un trabajo de neuroendocrinología desde el Instituto de Psiquiatría de la Universidad de Londres, Aldo Miguel Sleptis desde el Hospital Municipal del Tórax «Enrique Tornú» en Buenos Aires y Ronan O’Rahilly desde la Wayne State University de Estados Unidos. Respecto a los autores españoles, más de la mitad de los artículos publicados hasta 1975 corresponden a los trabajos del propio Instituto Olóriz. Aplicando un análisis bibliométrico básico, entre los «grandes productores» de la revista (según el índice de productividad de Lotka) encontramos —y en este orden— a Miguel Guirao Pérez en primer lugar, seguido de Álvarez Guisado, Enrique Montero, Murillo Ferrol, Jiménez Collado, María Teresa Pascual Morenilla, Ruano Gil y Chamorro García. Ninguna colaboración llegó desde el grupo de escolarianos, que, además, contaban con su propia revista para publicar toda su producción. Respecto al resto de grupos de anatomistas del país, solo llegaron artículos desde la cátedra de Valladolid. Las demás colaboraciones vinieron desde el laboratorio de histología de Manuel Mari Martínez —que aún mantenía sus vínculos con la escuela de Orts— y de investigadores clínicos, sobre todo desde el mundo de la pediatría. 290

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Como reflejo de esta nómina de autores, el contenido de Anales del Desarrollo se limitó casi fundamentalmente a la embriología: embriología descriptiva, fetología, embriología experimental, teratología y malformología. Las experiencias de los miembros del Olóriz en los mundos de la histoquímica y la citogenética se publicaron asimismo en Anales, en forma de unos cuantos artículos. Se aceptó, asimismo, algún artículo puntual de anatomía normal y variantes anatómicas y la anatomía comparada, por su parte, solo tuvo como representante el artículo de Jules Botar sobre la filogénesis del sistema nervioso vegetativo. La «biología del desarrollo» que parece ya anunciar el título de la revista se desarrollará durante las siguientes décadas sobre estos elementos básicos —la genética, el enfoque evolutivo y la embriología experimental—, dando como resultado la transformación progresiva de la publicación en The International Journal of Developmental Biology.

Un «independiente» con rasgos de dos escuelas A pesar del bicefalismo de la anatomía española de la dictadura, los Guirao consiguieron crear un centro de referencia relativamente al margen de las escuelas hegemónicas. Quizá por la particularidad que otorgaba a Guirao Pérez ser el hijo del viejo catedrático, su primitiva adscripción al grupo de Escolar no fue obstáculo alguno para que eligiera para su estancia en el extranjero un destino diferente al de sus condiscípulos y para que, a su vuelta, terminara su formación al lado de Orts en Madrid. Esto modificó en gran parte su embriología, que se alejó progresivamente de las de Escolar y Orts y fue adquiriendo un cariz propio, aunque conservara algún resquicio teleologicista del primero o experimental del segundo. Con los años, consiguió crear una verdadera escuela especializada en fetología que siempre guardó un vínculo con la escuela ortsiana. Buena prueba de ello es el traslado a Madrid de su primer discípulo, Murillo Ferrol, o las estancias posteriores de algún ortsiano en Granada, como el caso de Rafael González Santander. Esta aparente «ruptura» con el grupo originario se acompañó, entre otras cosas, de la pérdida del apoyo 291

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económico del CSIC a Guirao Pérez. De nuevo los continuos cambios políticos del Régimen se muestran determinantes para la evolución de la embriología en cada momento. Los contactos gubernamentales establecidos gracias a la mediación de Laín durante el período de mandato de los falangistas intelectuales y el apoyo posterior de Torcuato Fernández Miranda consiguieron evitar las consecuencias de la desvinculación del grupo de Escolar y permitieron a Guirao levantar un laboratorio competitivo para desplegar un ambicioso proyecto de sistematización de una autopsia «morfofuncional fetal» y asumir los retos que planteaba la vigente «molecularización» y «genetización» del embrión. Como culminación de todos estos trabajos, Guirao creó la primera revista del país especializada en embriología, Anales del Desarrollo, que sufrió un proceso de internacionalización que llegó a su máximo exponente con la llegada a Granada de Genis Gálvez, que ya contaba por entonces con una buena proyección internacional. El caso del Olóriz demuestra que en la España de la dictadura existió una investigación digna de atención fuera de las dos escuelas hegemónicas, e incluso fuera de la protección del CSIC. Queda por hacer todo un esfuerzo de reconstrucción histórica de la anatomía como disciplina global para así ponderar la importancia de otros grupos que hayan podido quedar eclipsados por el poder de las dos poderosas escuelas.

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Capítulo IX UNA NUEVA ÓPTICA La introducción de la microscopía electrónica en la embriología española

Un nuevo instrumento, un nuevo contexto morfológico Desarrollado en 1939, el microscopio electrónico fue utilizado ya a finales de la década de 1940 por embriólogos alemanes. De una manera progresiva, el uso de la microscopía electrónica y el estudio de la ultraestructura de la célula se asoció al nacimiento de una nueva especialidad, la «biología celular».1 La asunción de esta técnica por parte de la embriología supondría pues, un nuevo escenario que podía resolverse, o bien a través de la escisión de una nueva subdisciplina dependiente de la biología celular o bien utilizando el nuevo instrumento como complemento de las demás aproximaciones al cuerpo en desarrollo. En España, esta poderosa herramienta se usó por primera vez en el seno del CSIC, en cuyo Instituto de Óptica se instaló el primer aparato en 1947.2 Sin embargo, no será hasta la década de 1960 cuando aparezcan en nuestro país las primeras aplicaciones de esta técnica en embriología y, por ciertas características de coherencia epistémica, lo hará a través de la escuela de Orts. Escolar y sus discípulos no encontraron utilidad a la visión ultraestructural dentro del lugar que ocupaba la embriología en el esquema morfológico de los sistemas neuromusculares. Este grupo, sin embargo, no permaneció ajeno a la nueva técnica, de hecho, el microscopio electrónico se adaptó con facilidad a su programa de morfología dinámica neuroendocrinoló1   Para un estudio sobre la influencia del microscopio electrónico en la biología estadounidense, véase: Rassmusen (1997). 2   González Santander, González-Santander Martínez y Martínez Cuadrado, (1999: 30).

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gica. La intensa relación de la escuela de Orts con Hispanoamérica favoreció un contacto temprano con la microscopía electrónica que se materializó en la asimilación de la misma que, para el problema embriológico, hizo Rafael González Santander (n. 1932).

Rafael González Santander y la visión ultraestructural del embrión

Aunque fue alumno interno de Orts entre 1954 y 1956, a diferencia de sus condiscípulos, González Santander demostró un gran interés por varias disciplinas clínicas durante el período de su licenciatura. Sus nombramientos como alumno interno de las cátedras de Patología General, Otorrinolaringología, Patología Médica y Patología Quirúrgica3 son buena prueba de ello. En 1960 terminó su licenciatura y, tras un breve período en el que ejerció como médico rural en Ayora (Valencia),4 se reincorporó a la universidad como ayudante de Orts. Al igual que su colega Ruano, sus primeras investigaciones embriológicas fueron financiadas por la Fundación Marquesa de Pelayo. Sus trabajos sobre la embriología del receso neumo-entérico le valieron el grado de doctor en 19615 y al año siguiente, manteniendo la ayuda de la fundación, comenzó una nueva línea sobre el desarrollo de la bursa paraesofagicocardialis y colaboró con Murillo Ferrol en sus estudios sobre el corpus caroticum.6 La inyección económica por parte de aquella institución, que ascendió a 20.000 pesetas, le permitió incluso trasladarse al Olóriz y llevar a cabo una serie de experimentos con Guirao Pérez. Interesado por la aplicación de la microscopía electrónica a la embriología, eligió como primer destino internacional el laboratorio de 3   ARVM, Correspondencia con Rafael González Santander. Curriculum vitae. Correo electrónico de Rafael González Santander a Raúl Velasco Morgado. s.f. s.d. [Recibido 10 de abril de 2011]. 4   ARVM, Correo electrónico de Rafael González Santander. Documento con el relato autobiobibliográfico de Rafael González Santander. Correo electrónico de Rafael González Santander a Raúl Velasco Morgado. s.f., s.d. [Recibido 10 de abril de 2011]. 5   González Santander (1961). 6   Sobre el currículum de González Santander véase. AFJM, Becas para estudios en el extranjero 1962. Grupo IV. Becario Rafael González Santander. Currículum. s.f.

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Eduardo de Robertis (1913-1988) en Argentina. Este era toda una autoridad en la materia. Había llevado a cabo su formación postdoctoral en los Estados Unidos y allí, en el Departamento de Biología del Instituto de Tecnología de Massachusetts, se había formado en microscopía electrónica al lado de Francis O. Schmitt (1903-1995). Tras varias estancias en el extranjero, en 1957 consiguió recuperar el puesto de profesor de histología y embriología que había perdido y se hizo con un microscopio electrónico para sus investigaciones.7 Aunque su objeto de estudio no era el embrión, sus grandes aportaciones a la morfología ultraestructural fueron suficientes para atraer hasta su laboratorio a González Santander. Las buenas relaciones de Orts con la morfología argentina debieron resultar muy facilitadoras para aquel contacto. Como el resto de sus condiscípulos, González Santander buscó ayuda en la Fundación March para financiarse el viaje. La beca, aprobada en junio de 1962, contemplaba los gastos del viaje y una dotación de 2.000 dólares americanos para una estancia de ocho meses.8 Argentina, sin embargo, sufrió una seria crisis política aquel año. El 29 de marzo se produjo un nuevo golpe de estado —el cuarto del siglo— y se abrió un período en el que los enfrentamientos militares fueron los grandes protagonistas. Francamente asustado por esta coyuntura, González Santander escribió al secretario de la March y consiguió retrasar seis meses el viaje.9 Las elecciones celebradas al año siguiente trajeron consigo un nuevo gobierno, el del radical Arturo Illia, y, aunque la situación política no era precisamente estable —aún quedaban por delante dos golpes de estado más—, el viaje pudo llevarse a cabo. El 18 de febrero de 1964 estaba ya trabajando en Buenos Aires. Durante los dos primeros meses se adiestró en las diferentes técnicas de fijación e inclusión para microscopía electrónica junto con una   Los datos biográficos de De Robertis proceden de Medina.   AFJM, Becas para investigaciones en el extranjero. Grupo IV, 1962. Becario Rafael González Santander. Carta de Alejandro Bérgamo a Rafael González Santander, Madrid, 22 de junio de 1962. 9   AFJM, Becas para investigaciones en el extranjero. Grupo IV, 1962. Becario Rafael González Santander. Carta de Rafael González Santander a Alejandro Bérgamo, Madrid, 21 de diciembre de 1962. La carta termina con una angustiante postdata autógrafa: «Presiones de tipo familiar me obligan a pedirle una urgente contestación hoy mismo, o a lo más tardar mañana por la mañana». 7 8

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Fig. 9.1. González Santander haciendo cortes de embriones en el micrótomo Porter-Blum. (Cortesía de Rafael González Santander).

de las colaboradoras de De Robertis, Lina Levi. A su lado, practicó la fijación en peristión-osmio, la purificación del metil y butil-metacrilatos, las membranas de Formvard y las técnicas para fabricar grillas.10 Una vez superada esta fase, comenzó su aprendizaje en técnicas de microcortes histológicos. La microscopía electrónica requería unos cortes muy precisos y el manejo del micrótomo tipo Porter-Blum (Fig. 9.1) resultó para el investigador español «difícil de poner a punto». «Hay mucho que practicar», añadía en uno de sus partes a sus mecenas.11 En mayo ya estaba preparado para comenzar una investigación propia. De Robertis le instó a desechar por el momento el proyecto presentado a la March —un trabajo sobre la ultraestructura de la gónada indiferenciada del embrión— y le propuso estudiar la aparición embriológica de unas estructuras, los gránulos de catecolaminas, que su equipo había descrito en las suprarrenales de la rata adulta.12 10   AFJM, Becas para investigaciones en el extranjero. Grupo IV, 1962. Becario Rafael González Santander. Informe suficiente del trabajo del período de tiempo comprendido entre el 18 al 29 de febrero de 1964. Buenos Aires, 3 de marzo de 1964. 11   AFJM, Becas para investigaciones en el extranjero. Grupo IV, 1962. Becario Rafael González Santander. Informe suficiente del trabajo realizado durante el mes de marzo, Buenos Aires, 3 de abril de 1964. 12   AFJM, Becas para investigaciones en el extranjero. Grupo IV, 1962. Becario Rafael González Santander. Informe suficiente del trabajo realizado durante el mes de mayo, Buenos Aires, 3 de junio de 1964.

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Aprovechando su estancia en la Universidad de Buenos Aires, conoció las cátedras de anatomía de Juan Carlos Casiraghi y Domingo Mansi, así como otros centros de investigación de la institución académica, como el Instituto de Biología y Medicina Experimental del ya anciano premio Nobel Bernardo Alberto Houssay —mentor de De Robertis— o el Departamento de Investigaciones Microscópicas que dirigía Ruben P. Laguens. Gracias a estas colaboraciones logró familiarizarse con el uso de los microscopios electrónicos R.C.A y Siemens Elminskop I. Además, Fig. 9.2. González Santander haciendo uso fue recibido por Luis Dellepiane, del microscopio electrónico en el laboratorio de De Robertis. Cortesía de Rafael catedrático de anatomía de la González Santander. Universidad del Salvador, y por otros morfólogos de diferentes centros de investigación del país, como la Universidad Nacional del Litoral, en Rosario, o la Universidad Nacional de La Plata.13 El vínculo de De Robertis con la escuela ortsiana se consolidó desde aquel momento. En los años siguientes, viajó hasta España en varias ocasiones. Visitó el laboratorio de Genis en Salamanca y sembró 13   AFJM, Becas para investigaciones en España. Grupo IV, 1968. Becario Rafael González Santander. Curriculum vitae de Rafael González Santander, fols. 5-8. En algunas de estas universidades impartió conferencias: «La segmentción broncopulmonar y su importancia en cirugía» en la Facultad de Medicina de La Plata; «La Embriología experimental y el desarrollo del sistema nervioso» en la Universidad Libre del Salvador (Buenos Aires); «La segmentación broncopulmonar y su precoz determinación morfogenética» y «Embriología del hiato esofágico del diafragma en relación a sus hernias», ambas en la Universidad del Litoral (Rosario) y «Las hernias de hiato esofágico del diafragma y su importancia médico-quirúrgica a través del desarrollo embriológico», en la cátedra de Mansi de la Universidad de Buenos Aires.

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en aquel el interés por la microscopía electrónica. Su estrecha relación con la Facultad de Medicina de la Complutense le llevó, en 1971, a ser nombrado doctor honoris causa por aquella universidad y a colaborar con sus profesores en algún proyecto importante, como la Historia Universal de la Medicina de Laín, en la que, como Orts, fue autor de uno de los capítulos del tomo dedicado a la medicina actual.14 Una vez de vuelta a España, González Santander publicó los resultados de su investigación ultraestructural de la suprarrenal embrionaria en las revistas del Olóriz y del Cajal.15 Además, tenía varios retos por delante: divulgar la metodología de la microscopía electrónica, demostrar la importancia de las técnicas que había importado desde Argentina y presentarse ante la comunidad científica española como experto en la aplicación de estas a las ciencias biológicas. Durante los siguientes años, se fue desvinculando de la anatomía y fue decantándose progresivamente por la histología. La línea tan delgada entre la anatomía microscópica de estirpe biológico cultivada por la escuela de Orts, resultaba fácil de sobrepasar. Desde el curso 1963-1964, por ejemplo, se le encargó impartir la parte teórica de la asignatura de Citología e Histología en la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios de Madrid. Según recuerda el propio investigador, fue entonces cuando Orts, a la vista de su nuevo perfil, le puso en contacto con Fernando de Castro y con Alfredo Carrato, comenzando así su vinculación con el Cajal y el CSIC.16 De hecho, a pesar del inicial ostracismo que vivió la escuela en el contexto de la «ciencia oficial» del primer franquismo, a finales de la década de 1950, la colaboración con los científicos del Cajal era una realidad. Aunque nunca se llegó a oficializar la vinculación en forma de «sección» del Consejo, ya hemos visto cómo Genis había 14   De Robertis fue encargado de escribir el apartado dedicado a la historia de la Citología. 15  González Santander (1964a y 1965a). Además, en la revista de la Facultad publicó un artículo titulado «Actualidad de la microscopía electrónica en España»: González Santander (1965b) y en la del Instituto Cajal describió la técnica de inclusión que había practicado con Lina Levi: González Santander (1964b). 16   ARVM, correo electrónico de Rafael González Santander. Documento con el relato autobiobibliográfico de Rafael González Santander. Correo electrónico de Rafael González Santander a Raúl Velasco Morgado. s.f., s.d. [Recibido 10 de abril de 2011].

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trabajado temporalmente con Fernando de Castro en el Cajal y cómo Murillo había tenido al mismo histólogo como consultor en sus investigaciones sobre el desarrollo del corpus caroticum. En un contexto político bien diferente, ya en los sesenta, González Santander sería pues, el primero de la escuela en establecerse como investigador contratado del CSIC. En 1965, la Universidad Central adquirió su primer microscopio electrónico y lo ubicó en la Facultad de Ciencias. El aparato se puso a disposición de las diferentes ramas del conocimiento para las que ofreciera potencialidad investigadora y se creó un servicio específico del que González Santander fue encargado de la sección biológica. Y es que, desde que volvió de Argentina, su labor propagandística había sido muy eficaz como recurso de autoridad y se le tenía siempre en cuenta en todos los ámbitos relacionados con la microscopía electrónica. Además de la publicación de los trabajos citados, se había puesto en contacto con el director general de enseñanza universitaria, Juan Manuel Martínez Moreno, al que había ofrecido sus nuevos conocimientos y aquél, por su parte, le dirigió a Luis Brú Villaseca, que era el catedrático de física encargado de organizar el nuevo servicio.17 Unos meses después, también se puso en marcha un Servicio de Microscopía electrónica en el Instituto Cajal18 y, evidentemente, se contó con González Santander para su aprovechamiento. Su dedicación a la nueva técnica era absoluta. En 1966, editado por el CSIC y prologado por Carrato —que se había convertido en su nuevo mentor y maestro— publicó uno de los primeros manuales de microscopía electrónica en español19 y solo dos años después, sacó a la luz otro sobre el mismo tema, pero con un enfoque estrictamente biológico,20 lo que le confería una gran originalidad, adjudicándole un buen grado de autoridad al autor. Cuando Carrato obtuvo la cátedra de Histología en la Universidad Central, González Santander

  Ibid.   González Santander, González-Santander Martínez y Martínez Cuadrado, (1999: 38-39). 19   González Santander (1966). 20   González Santander (1968). 17 18

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fue nombrado adjunto.21 Ahora era oficialmente histólogo y estaba vinculado tanto al CSIC como a la cátedra universitaria de uno de sus grandes barones. A partir de entonces, terminó con el estudio ultraestructural de la glándula adrenal en desarrollo que había comenzado en Argentina22 y comenzó otras líneas de investigación. Manteniendo el apoyo de la Fundación March, retomó su viejo proyecto sobre los aspectos ultraestructurales de la diferenciación gonadal embrionaria.23 Además, no se desvinculó por completo de su viejo maestro, y siguió colaborando con Orts en su línea sobre cardioembriogénesis, a la que aportó su nueva técnica. Junto con Orts demostró, por ejemplo, que las miofibrillas —imposibles de detectar por las técnicas histoquímicas clásicas en estadios precoces, aparecerían ya a las 33 horas de vida del embrión de pollo, en lo que sería un estadio IX de Hamilton y Hamburger.24 A pesar del éxito cosechado, la formación internacional de González Santander prosiguió durante los siguientes años. Becado por la propia facultad, se desplazó a París en diciembre de 1969 para conocer el funcionamiento del microscopio electrónico de barrido, toda una novedad en aquel campo que llevaba apenas cuatro años en el mercado. El verano siguiente, siguió su ruta francesa y visitó el Instituto de Citología y Citofisiología de la Fotosíntesis que dirigía la Profesora Lefort-Tran en el CNRS y el laboratorio de Patología celular de Bessis. Estos destinos, que son un claro ejemplo del viraje de los intereses científicos de González Santander, se dirigían ya hacia la histología general y a la ultraestructura de la célula vegetal. En 21   AFJM, Becas para investigaciones en España. Grupo IV, 1968. Becario Rafael González Santander. Curriculum vitae [actualizado mayo 1970]. 22   Presentó en el congreso de anatomía de 1966 en Valladolid la comunicación «Aportación personal al conocimiento de la mitocondriogénesis en la corteza adrenal de rata embrionaria». 23   Fueron presentados los siguientes trabajos en reuniones y congresos: «La gónada indiferente del embrión de pollo vista al microscopio electrónico» al congreso de anatomía de octubre de 1966, en Valladolid; «Segregación precoz de los gonocitos desde el punto de vista ultraestructural. Diferenciaciones específicas», en la I Sesión científica conjunta de la Facultad de Medicina de Madrid; y «Precoz diferenciación del sexo masculino en la gónada del embrión de pollo», en la 1ª reunión nacional de la Sociedad Española de Microscopía Electrónica (Sevilla, Mayo de 1968). 24   Orts Llorca y González Santander, (1964).

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1975, consiguió la cátedra de Histología y Embriología general de la Universidad Autónoma de Barcelona y aún pasaría por la Universidad de Santander antes de establecerse definitivamente en 1981 en la Universidad de Alcalá de Henares, donde llevará a cabo el resto de su actividad científica. Su caso es el ejemplo más extremo de los fenómenos de difracción y refracción de la escuela ortsiana, hasta el punto de llegar a un traslado de disciplina.

Una escuela periférica a la cabeza de la embriología ultraestructural: la cátedra de Pedro Gómez Bosque en Valladolid Ya a finales de la década de 1960, a pesar de la hegemonía territorial alcanzada por las escuelas de Orts y Escolar fueron apareciendo intereses por la embriología en otros grupos de anatomistas. Las influencias extranjeras —embriología bioquímica y visión ultraestructural del embrión— afectaron de una forma inmediata a estos «nuevos embriólogos», que por su situación de noveles, no se veían influidos a priori por esquemas más clásicos. A pesar de que aún no había logrado una expansión territorial, existía una importante escuela anatómica en Valladolid que se remontaba a finales del siglo xix y que a principios del novecientos se denominó «Instituto Sierra», en honor al renovador local de la anatomía, Salvino Sierra. Ya hice hincapié en su genealogía científica al hablar de López Prieto y de la influencia de éste durante los primeros años de la carrera de Orts. Uno de los discípulos de López Prieto, el madrileño Pedro Gómez Bosque (1920-2008) ocupaba una de las dos cátedras desde 1955. Hasta finales de aquella década, sus líneas de investigación, centradas en la neuroanatomía funcional, fueron ajenas a la embriología casi por completo,25 pero en su concepción global de la anatomía, terminó incluyendo los problemas de la morfogénesis ya a finales de la siguiente década, cuando llegó al equipo el palentino José Luis Ojeda Sahagún (n. 1937). 25   Apenas tenemos constancia de un trabajo teratológico puntual publicado a mediados de los años cuarenta, (Gómez Bosque, (1946).

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Ojeda se acercó a la cátedra en el curso 1958-1959 y, según recuerda, a pesar de ser alumno interno en la cátedra de Patología y Clínica médicas, Gómez Bosque despertó en él un interés por la embriología experimental en una de las muchas y eclécticas conferencias que el morfólogo impartía en el campus.26 Así, centrado en la embriología experimental del ojo, Ojeda comenzó sus investigaciones embriológicas becado por la Comisaría de Protección Escolar y Asistencia Social. Tras trabajar primero en una sencilla descripción teratológica ocular,27 comenzó su tesis doctoral con el objetivo de resolver, a través de la embriología experimental, los problemas morfogénicos que planteó el primer ejemplar descrito. La dificultad de la tarea se ha de valorar teniendo en cuenta que en aquella cátedra no existía una tradición de investigación embriológica. Aquellos primeros experimentos tuvieron un carácter casi completamente autodidacta; incluso él mismo se construyó su propio aparataje de microcirugía. La única formación específica que consta en su currículum durante estos años es el cursillo de microscopía que el alemán J. Grehn impartió en 1963 en el Cajal y que incluía nociones de microscopía de fluorescencia, ultravioleta, interferencia y microfotometría.28 Gómez Bosque tenía organizada la cátedra en secciones y por entonces existían las de Neuroanatomía experimental, Genética experimental e Historradiografía.29 Al ver los intereses y aptitudes de 26   ARVM, [Sobre] los inicios de los estudios embriológicos en la cátedra de Anatomía de Valladolid, Correo electrónico de José Luis Ojeda a Raúl Velasco Morgado, [Valladolid, 13 de septiembre de 2010]. 27   Gómez Bosque y Ojeda Sahagún (1963). 28  AFJM, Becas para estudios en el extranjero. 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Curriculum vitae [de José Luis Ojeda Sahagún], 1965. 29   El propio catedrático se lo explicaba de la siguiente manera a la Fundación March: «En efecto, desde que me incorporé a la universidad como catedrático he intentado orientar la investigación hacia los temas y hacia los métodos más modernos y además he intentado también organizar diferentes secciones dentro de la Cátedra. A tal fin puedo decir que actualmente tengo ya montadas y puestas en marcha una sección de Neuroanatomía Experimental que dirige el Dr. Santiago Benito Arranz, una Sección de Genética Experimental que dirige el Dr. Olegario Ortiz Manchado y otra sección de Historradiografía que dirijo personalmente con la estrecha colaboración del Dr. Carreres Quevedo; […] Pues bien, es mi intención que el Dr. Ojeda Sahagún amplíe la Sección de Embriología experimental y que aprenda a manejar las técnicas relativamente complicadas de la embriología química; en este terreno el Prof. Brachet ha abierto nuevas vías y puede considerársele como uno

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Ojeda, decidió crear una nueva sección de embriología experimental y le puso al cargo. Las dificultades del nuevo laboratorio quedan muy bien dibujadas en los recuerdos de este científico, que —eso sí, desde la óptica del siglo xxi— las describe de la siguiente manera: Tal vez el conseguir la bibliografía era uno de los problemas más difíciles de resolver [...] Los artículos había que pedirles al Centro de Documentación para la Investigación Científica de París que les mandaba en forma de microfilm contra el pago en francos franceses que eran difíciles de conseguir. Los laboratorios farmacéuticos me facilitaron, en muchas ocasiones, la bibliografía necesaria. Otra dificultad fue conseguir huevos de gallinas fértiles, problema que se resolvió montando un gallinero en un patio interior del Instituto Anatómico [...] frecuentemente pasábamos mucho frío en el laboratorio pues la calefacción era cara, por lo que acudíamos a hacer una pequeña hoguera prendiendo alcohol en una batea [...].30

Con estas condiciones materiales comenzó una nueva línea de investigación en teratogénesis farmacológica. Orts y sus colaboradores habían desarrollado una gran actividad en este campo y la gran repercusión social de la tragedia de la talidomida había avivado el interés de la comunidad científica por el problema.31 De nuevo con el referente de la escuela ortsiana sobre la mesa, pero sin maestro alguno que le iniciara en las líneas de investigación básicas, Ojeda empezó a trabajar en una serie de experimentos sobre la acción de los barbitúricos en el desarrollo de los embriones de pollo. Pronto le fue adjudicado un doctorando, A. Alonso García, cuya tesis, defendida en 1964 se basó en esta línea. Los interesantes hallazgos de todo tipo de malformaciones oftálmicas y cefálicas en los embriones de pollo tratados con barbitúricos les llevaron a establecer esta como la línea principal de investigación del grupo. Gómez Bosque se unió a de los científicos más importantes en este campo de la investigación». AFJM., Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Carta de Pedro Gómez Bosque a la Fundación March, Valladolid, 12 de abril de 1965. 30   ARVM, [Sobre] los inicios de los estudios embriológicos en la cátedra de Anatomía de Valladolid, Correo electrónico de José Luis Ojeda a Raúl Velasco Morgado, [Valladolid, 13 de septiembre de 2010]. 31   De hecho, el equipo de Valladolid también publicó un trabajo sobre el asunto. Ojeda (1964; 3).

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este nuevo reto y, junto con uno de los profesores de la cátedra, José Carreres Quevedo, y el obstetra Victoriano Valverde Pinedo, publicó al año siguiente un trabajo sobre la influencia de estos fármacos en el desarrollo del eje hipófiso-suprarrenal y sobre el ojo.32 La formación clínica de Ojeda era rica y añadía nuevos enfoques a sus investigaciones morfológicas y las complementaba. De hecho, se encontró con la perspectiva molecular entre los clínicos, lo que le permitió asimilarla de una forma temprana. En paralelo a sus avances en teratología experimental, comenzó una línea de investigación en bioquímica clínica junto con dos jóvenes Sisinio de Castro del Pozo y Valentín Salazar Alonso-Villalobos (n. 1934), futuros catedráticos de patología general y pediatría de la Universidad de Salamanca.33 Con esta base, Gómez Bosque creyó conveniente que Ojeda dirigiera sus investigaciones hacia la novedosa línea de embriología bioquímica y biológico-molecular, unas subespecialidades que podían dar un nuevo enfoque a los estudios sobre las acciones teratológicas de los barbitúricos. Por aquellos años, los efectos morfológicos de estos fármacos parecían estar claros, pero aún quedaba casi todo por hacer en relación al el mecanismo íntimo bioquímico-molecular por el que se llevaban a cabo. En la década de los 40, Jean Brachet había propuesto que la acción teratogénica de estos fármacos se podría basar en la interrupción metabólica de la vía de síntesis del ácido-d-aminolevulínico, precursor del grupo hemo.34 En los últimos meses, otros grupos de investigación habían establecido algunos datos nuevos sobre el problema, como los indios Sherbet y Lakshmi, conocidos y citados por Ojeda, y que defendían que el ácido barbitúrico sería un análogo del uracilo y que, por lo tanto, su acción teratogénica radicaría en la alteración subsiguiente de la síntesis de RNA.

32  Gómez Bosque, Carreres Quevedo y Valverde Pinedo (1965) y Ojeda, Gómez Bosque y Alonso, (1968). 33   Junto a esta pareja de investigadores realizó una serie de investigaciones bioquímico-clínicas sobre la CK sérica, que aparecieron en revistas nacionales e internacionales y fueron presentadas al XI Congreso Nacional de Pediatría. 34   Brachet (1945).

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Gómez Bosque puso a su discípulo en contacto con Brachet35 y acordaron que Ojeda viajara hasta Bruselas. Al igual que el resto de embriólogos españoles de su época, la financiación del viaje corrió por cuenta de la Fundación March. Brachet era hijo de Albert Brachet, creador de la escuela belga de embriología y discípulo directo de Dalcq. El Brachet que encontró Ojeda a su llegada era ya un embriólogo consagrado y se había especializado en la aplicación de la biología molecular a los problemas de la morfogénesis. En aquel momento, llevaba una interesante línea de investigación sobre la síntesis de la hemoglobina en el embrión, por lo que Ojeda reenfocó su proyecto y se propuso desvelar, mediante métodos bioquímicos e histoquímicos, la acción de los barbitúricos sobre la síntesis de este pigmento biológico.36 Además, para estudiar las posibles repercusiones mitocondriales de la intoxicación por pentotal, incluyó entre sus objetivos el uso de la microscopía electrónica.37 A principios de febrero de 1966, Ojeda se trasladó hasta Bélgica y comenzó a familiarizarse con la metodología embriológica y bioquímica del laboratorio de Brachet. El primer mes lo dedicó a acudir a los seminarios sobre Biología molecular que impartía el catedrático y, mientras, se fue formando en la técnica de cultivo de embriones en medio sólido denominada «del medio mínimo» de Spratt.38 El mes siguiente, se familiarizó con el método histoquímico de O’Brien, que le permitiría estudiar la hemoglobina en cultivos in vitro de área vascular.39 En abril, ya tenía los suficientes conocimientos metodológicos para comenzar sus trabajos sobre la sobre la acción de los barbitú35   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Carta de Pedro Gómez Bosque a la Fundación March, Valladolid, 12 de abril de 1965. 36   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Memoria de investigación sobre el tema «Estudio de la respuesta mitocondrial y bioquímica del embrión de Gallus domesticus a la intoxicación con compuestos barbitúricos», Valladolid, 8 de abril de 1965. 37   Ibid. 38   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Informe de la labor realizada por el becario José L. Ojeda Sahagún durante el mes de febrero de 1966. Ojeda a la Fundación March, Rhode-St. Genese, 2 de marzo de 1966. 39   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Informe de la labor realizada por el becario José L. Ojeda Sahagún durante el mes de marzo de 1966. Ojeda a la Fundación March, [Rhode-St. Genese, abril de 1966].

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ricos. Los resultados de las primeras experiencias se mostraron muy prometedores. Con concentraciones de pentotal sódico de 1 mg/cc, no aparecía rastro alguno de hemoglobina en el área vascular de los embriones explantados. Titulando la dosis de fármaco, comenzó a realizar una estimación cuantitativa bioquímica del pigmento.40 Posteriormente, aplicó las técnicas de Brachet para la cuantificación de ácidos nucleicos con el fin de corroborar la tesis del belga sobre la acción de los barbitúricos a este nivel.41 Sus investigaciones en Bruselas se alargaron hasta febrero del año siguiente. Había pasado todo un año, y Ojeda había conseguido acercarse al conocimiento más íntimo de los efectos del pentotal sobre la síntesis del RNA y de la hemoglobina en el embrión. El gran éxito de esta línea le había hecho aplazar temporalmente los planes de utilizar la microscopía electrónica en sus investigaciones. De vuelta a España, presentó sus resultados en el congreso de 1968 de la Sociedad Anatómica Española y fue contratado por la Universidad de Valladolid como profesor adjunto numerario. Creó un pionero laboratorio de cultivos embrionarios donde trabajó el resto de la década en el tema de la acción de los barbitúricos sobre el desarrollo embrionario.42 La Sección de Embriología experimental de la cátedra, a la que se unió por estos años Enrique Barbosa Azúcar, se especializó en embriología bioquímica. Se llevaron a cabo varias tesis doctorales aplicando técnicas autorradiográficas con precursores de DNA y RNA y métodos histoquímicos. Además, se utilizaron con los mismos fines inhibidores selectivos de la síntesis de las proteínas (puromicina) y del DNA (actinomicina D).43 40   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Informe de la labor realizada por el becario José L. Ojeda Sahagún durante el mes de abril. Ojeda a la Fundación March, [Rhode-St. Genese, 3 de mayo de 1966]. 41   AFJM, Ayudas para estudios en el extranjero, 1965. Becario José Luis Ojeda Sahagún. Informe de la labor realizada por el becario José L. Ojeda Sahagún durante el mes de junio de 1966. Ojeda a la Fundación March, [Rhode-St. Genese, 3 de julio de 1966]. 42   Alarcós Llorach y Ojeda Sahagún (1967); Romo, Ojeda, Herreros y Gómez Bosque (1968); Ojeda, Bosque, y Alonso (1968), Ojeda (1969) y Ojeda, Bosque, y Barbosa (1970). 43   Además de los trabajos citados, publicaron, antes del cambio de década: Ojeda, Gómez, Barbosa, y López (1968) y Ojeda, Barbosa y Bosque (1970). Este último trabajo fue muy aplaudido, y se incluyó en el libro de Gurr (1973) sobre métodos de tinción.

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Aunque Ojeda consiguió traerse consigo novedades técnicas importantes, el laboratorio de Valladolid seguía teniendo las mismas carencias materiales que cuando partió para Bruselas. Ahora, con la referencia de la espléndida dotación del departamento de Brachet, la situación real de la ciencia española del momento parecía más graves.44 Sin embargo, una interesante novedad técnica abriría una nueva línea de trabajo para el equipo vallisoletano. En 1968 se instaló en la cátedra de Gómez Bosque un microscopio electrónico —un Zeiss E.M. 9-A-45 y, siguiendo la línea organizativa del laboratorio, se creó una nueva sección. El catedrático encargó de su dirección a José Carreres Quevedo, el profesor adjunto que hasta entonces, muy interesado por la neuroanatomía funcional, había trabajado junto él en la sección de historradiografía. El nombramiento como profesor adjunto de Ojeda en 1971 trajo consigo la consolidación de un grupo de investigación embriológica en la capital del Pisuerga, y buena muestra de ello es que, a partir de esta fecha, los trabajos de la sección consiguieron aparecer en revistas internacionales de impacto. Las secciones de la cátedra no eran estancas, así que, tanto las técnicas de historradiografía, como las de microscopía electrónica se colaron pronto en la sección de embriología experimental. Durante los primeros años de la nueva década, el grupo siguió investigando la incorporación de la uridina tritiada en diferentes estructuras del embrión,46 una línea que había comenzado Ojeda junto con Gómez Bosque años atrás, y, paralelamente, se iniciaron las primeras aplicaciones de la microscopía electrónica a los problemas morfogénicos. En 1972, uno de los doctorandos de la cátedra, Juan Mario Hurlé González (n. 1949), comenzó a trabajar en algunos aspectos ultraestructurales de la embriología. Hurlé había acudido precisamente a la cátedra fascinado por la novedad técnica que significaba el microscopio electrónico, aunque el talante de Gómez 44   ARVM, [Sobre] los inicios de los estudios embriológicos en la cátedra de Anatomía de Valladolid, Carta de José Luis Ojeda a Raúl Velasco Morgado, [Valladolid, 13 de septiembre de 2010], p. 3. 45   González Santander, González-Santander martínez y Martínez Cuadrado (1999: 52). 46   En 1973 publicaron: Ojeda Sahagún, López Ara, y Gómez Bosque (1973).

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Fig. 9.3. Inauguración del primer microscopio electrónico en la Universidad de Santander por los Príncipes de España en 1974. En la fotografía, Ojeda con la princesa Sofía. Cortesía de J.L. Ojeda.

Bosque y su defensa del mundo estudiantil frente a la presión policial de finales de la dictadura era, asimismo, un gran reclamo para los nuevos investigadores.47 Dirigido por Ojeda, comenzó a estudiar, mediante las técnicas de microscopía electrónica, la importancia de la muerte celular en la morfogénesis cardíaca.48 Solo llevaban un año trabajando en esta línea cuando, en 1973, Ojeda consiguió la cátedra de Anatomía humana de la nueva Facultad de Medicina de la Universidad de Santander. Barbosa quedó a cargo de la sección de Valladolid y el nuevo catedrático se llevó consigo a Hurlé como profesor adjunto.49 47   ARVM, Correo electrónico de Juan M. Hurlé a Raúl Velasco Morgado. [Santander], 31 de agosto de 2010. 48   Hurlé (1974). 49   A su llegada, se le nombra adjunto contratado y, solo un año después es adjunto interino y encargado de curso. Llegaría a ser catedrático de la misma en 1986. Véase su currículum vitae para la acreditación ANECA [documento electrónico] Disponible on line:

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Allí encontraron un laboratorio bien dotado gracias a la Fundación Marcelino Botín.50 En los últimos años, la Casa de Salud «Marqués de Valdecilla» se había reconvertido en hospital universitario y sus instalaciones habían sido totalmente reformadas. Ojeda y Hurlé fueron vinculados al nuevo departamento de microscopía electrónica. La adquisición de dos microscopios, uno de transmisión y otro de barrido,51 permitieron al equipo seguir con su línea de investigación embriológica ultraestructural. La tesis de Hurlé, terminada en 1974, mereció el premio extraordinario de doctorado, y sus resultados consiguieron aparecer en numerosas revistas nacionales e internacionales.52 El tema de la «muerte celular programada» era toda una novedad y solo unos pocos grupos en todo el mundo estaban trabajando sobre el asunto en aquel momento. El referente más importante de la investigación sobre la repercusión de este proceso en la morfogénesis cardíaca era el checoslovaco Tomas Pexieder (1941-1995), que llevaba a cabo sus investigaciones en Suecia. La importancia de la nueva línea de investigación hizo que Ojeda decidiera tocar el tema cuando se le invitó a dar la lección inaugural de la Facultad de Ciencias al inicio del curso 1964-1965. El discurso, publicado en forma de monografía,53 es un completo trabajo sobre la importancia de la muerte celular en la embriología. El artículo más importante de Ojeda y Hurlé durante este período apareció en 1975 en Journal of Embryology and Experimental Biology, un trabajo en el que analizaron al microscopio óptico y al electrónico el papel de la muerte celular en la formación del corazón tubular en el embrión de pollo y propusieron que aquélla podría [Consultado 13 de julio de 2012]. 50   En los libros de actas conservados en el Archivo de la Fundación Marcelino Botín queda registrada la petición (27 de junio de 1973) y recepción del material (17 de septiembre de 1973) al que nos referimos. 51   ARVM, [Sobre] los inicios de los estudios embriológicos en la cátedra de Anatomía de Valladolid, Correo electrónico de José Luis Ojeda a Raúl Velasco Morgado, [Valladolid, 13 de septiembre de 2010], p. 3. 52   Antes de 1975 aparecieron tres trabajos, dos en inglés en revistas internacionales y uno en castellano en Anales del desarrollo: Ojeda y Hurlé (1973 y 1975) y Hurlé, y Ojeda Sahagún (1975). 53   Ojeda Sahagún (1974).

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intervenir en la fusión de ambos esbozos cardíacos al desaparecer mediante este proceso las células de los tubos endocárdicos. Durante el resto de la década, ya fuera de la horquilla temporal de la dictadura, Hurlé siguió trabajando en el proceso de muerte celular programada durante el desarrollo embrionario y realizó alguna estancia en el extranjero para ampliar conocimientos. Becado por el Ministerio de Educación, en 1976 se desplazó al Departamento de Zoología de la Universidad de Gales, donde pudo perfeccionar sus técnicas de microscopía electrónica al lado de Richard Hinchliffe. Ya en los años 80, ganó la cátedra de la Universidad de Extremadura y, solo dos años después, consiguió el traslado a Cantabria, donde a día de hoy continúa sus investigaciones.

Un interés puntual por parte de los histólogos: el flujo desde Alemania Dado el interés que despertó la microscopía electrónica en los histólogos, en los años 70 encontramos alguna aplicación de la técnica a la embriología fuera de la anatomía. La cátedra de Histología, Embriología general y Anatomía Patológica de la Universidad de Barcelona es un buen ejemplo de ello. A pesar de su nombre, la tradición investigadora de la misma se centraba en la anatomía patológica y en la histología. En los años cuarenta estaba regida por el patólogo Julio García Sánchez-Lucas (1901-1969), que delegaba la docencia de la embriología en su adjunto, Diego Ribas y Mujal (1922-2011).54 Los trabajos de Ribas, sin embargo, tampoco tenían relación con la embriología, aunque, tras muchos años, en 1971 ganó la cátedra de Sánchez-Lucas y recuperó la responsabilidad de la docencia de la misma. Era una época de reforma de la distribución de las subespecialidades morfológicas, y la llegada de Ruano a la cátedra de Anatomía con su moderna embriología era una buena prueba de ello. Finalmente, con el plan de 1974, la embriología se desligó de la cátedra de Histología

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  Corbella i Corbella (2006: 152).

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y desapareció como asignatura autónoma. La inclusión de sus conceptos en la anatomía brausiana eran ya una realidad en Barcelona. La llegada de la microscopía electrónica a aquella universidad no afectó al laboratorio de Ruano hasta fechas más tardías, mientras que la cátedra de Ribas Mujal fue una activa receptora de la novedad morfológica en sus trabajos. La aplicación de la embriología al departamento de Histología llegó con la llegada de Josep Antoni Bombí Latorre como alumno de doctorado. Gracias a una beca de formación de personal investigador del Ministerio de Educación y Ciencia,55 Bombí pudo viajar al extranjero y formarse en microscopía electrónica. Siguiendo la formación alemana de Ribas, desde el 1 de marzo al 30 de septiembre de 1972 llevó a cabo una estancia como asistente en el Instituto de Anatomía del embriólogo Klaus Hinrichsen (1927-1997) en la Ruhr-Universität de Bochum. Allí trabajaba como asistente el, también catalán, Pedro Mestres Ventura (n. 1942) que, aunque se había acercado en un primer momento al grupo de Escolar tras terminar su licenciatura en Zaragoza, terminó especializándose en histología y anatomía Patológica al lado de Ribas Mujal.56 Su formación específica en microscopía electrónica la estaba adquiriendo en aquellos años junto con Gerhard Pfefferkorn en Münster y en el laboratorio de Hinrichsen trabajaba en diferenciación celular durante el período embrionario junto con Karl Meller y Winrich Breipohl y, fundamentalmente, en aspectos experimentales sobre este proceso y sus efectos ultraestructurales. Bombí, por lo tanto, se adaptó a la línea citoembriológica del centro y centró su tesis en el desarrollo ultraestructural de las células miocárdicas en el embrión de pollo. Obtuvo su primera formación en microscopía electrónica de Mestres, y fue ayudado en los cultivos por Meller y Breipohl.57 A pesar de la presencia de Ruano en la misma facultad y que una amplia 55   Concedida en 1971, fue prorrogada hasta 1974. Este y el resto de datos biográficos en: Currículum vitae. Doctor Josep Antoni Bombí, 2007 en ANECA. Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, [documento electrónico]. Disponible en: http:// www.aneca.es/content/download/8588/106054/file/academia_cv09_catedraticossupl_salud_bombi.pdf. 56   Los datos biográficos tomados del discurso en su toma de posesión como miembro de la Real Academia de Medicina de Valencia firmado por Peydró Olaya (2014). 57   Bombí Latorre (1973).

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bibliografía de la tesis, evidentemente, hacía referencia a los trabajos cardioembriológicos de la escuela de Orts, no existió ningún tipo de intercambio científico con ellos a la hora de hacer el trabajo.58 La estanqueidad de las disciplinas en aquel centro parece una realidad. Tras la tesis, Bombí siguió formándose en microscopía electrónica y, aunque desarrolló una interesante línea de investigación a partir de esta técnica, la embriología no volvió a aparecer entre sus intereses. El cultivo de la embriología en su caso fue circunstancial, a causa del laboratorio donde se llevó a cabo la mayoría del trabajo, por lo que esta no terminó por consolidarse como una puerta de entrada del ultraestructuralismo en la embriología española. Mestres, por su parte, aunque tuvo una intensa productividad en el área de la citodiferenciación embriológica junto con el equipo de Hinrichsen durante aquellos años,59 desarrolló el resto de su actividad científica en Alemania, sin poder seguir participando en el proceso de transmisión de la visión ultraestructural a la embriología española.

Visión ultraestructural: biología celular, histología y embriología

De nuevo nos encontramos con un cruce de disciplinas biomédicas que afecta a la embriología, esta vez a raíz de una novedad tecnológica. La aplicación de la microscopía electrónica atañe directamente a la célula como entidad independiente, puesto que su aplicación da información subcelular, sin embargo, en cuanto atañe a los mecanismos profundos de morfogénesis, es un asunto embriológico y, finalmente, de biología del desarrollo. El diálogo con otras especialidades, pues, resultó intenso, hasta el punto de que uno de los embriólogos terminó cambiando de disciplina académica para poder seguir con sus trabajos con el microscopio electrónico. El salto, además, no solo fue hacia otra disciplina dentro de la universidad, sino que traspasó 58   ARVM, Sin cat. Correo electrónico de Josep Antoni Bombí Latorre a Raúl Velasco Morgado. [Sin lugar], 22 de agosto de 2015. 59   Meller, Breipohl y Mestres (1972 y 1973); Breipohl Mestres y Meller (1972) y Mestres y Hinrichsen (1974).

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hasta los círculos del CSIC, demostrando que en los últimos años de la dictadura la relación entre la escuela de Orts y la «ciencia oficial» era relativamente fluida y lejana a aquellos años de ostracismo del primer franquismo. Los contactos internacionales de las diferentes escuelas y grupos de investigación fueron indispensables para la importación de la nueva visión del embrión. Además, en esta ocasión, no solo sucedió con los países del «centro» científico europeo —como ocurrió con el contacto con Alemania de los histólogos catalanes— sino de intercambio de saberes entre países de la periferia. Así, desde Argentina, De Robertis se convirtió en la autoridad en la materia para los embriólogos ortsianos, y así lo demostró Genis invitándole a su cátedra de Salamanca tras la estancia de González Santander en Buenos Aires.

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CONCLUSIONES Con una tradición embriológica pobre en el país, al comenzar el siglo xx, solo el laboratorio de Cajal dedicaba parte de su esfuerzo a la embriología. La escasa presencia que la disciplina tenía en la universidad española del primer tercio de siglo favoreció que la hegemonía de su cultivo la mantuviera un laboratorio privado, el del jesuita Jaime Pujiula en Barcelona. Con el firme propósito de librar una lucha contra el transformismo y el monismo de Haeckel y bajo la influencia de unas profundas convicciones religiosas, desarrolló un programa de embriología comparativa para demostrar los errores de sus rivales. Varias razones, sin embargo, impidieron que creara una escuela a su sombra y que su proyecto se perpetuase más allá de su trayectoria vital. Su programa antihaeckeliano fue un proyecto personal y con su muerte, la embriología terminó desapareciendo del instituto. Ni tuvo, ni pretendió tener discípulos que continuaran su obra. Su principal objetivo fue formar médicos y especialistas con unos rasgos morales específicos. Al igual que otros científicos de la orden, utilizó la biología —y la embriología especialmente— como herramienta para tal fin. La embriología experimental o mecánica del desarrollo (Entwiklungsmechanik) que se estaba desarrollando en los territorios germanos por aquellos años no tuvo cabida en su programa comparativo, algo que retrasó la asimilación de las nuevas aproximaciones «mecánicas» al embrión en España. La periodificación socio-política con la que comencé el libro (República y franquismo) puede ser matizada a la vista del análisis realizado. Creo que puede afirmarse que la Segunda República no fue un período aislado de la historia de la morfología en España y que, por el contario, debe ser valorada como una prolongación del período de la Restauración. Para la embriología, esto resulta obvio, puesto que, al igual que ocurrió durante el resto de esta etapa, la embriología se practicó exclusivamente en los círculos de Cajal y Pujiula y los viajes al extranjero para aprender la disciplina se redujeron, como en el período anterior, a las pensiones concedidas por la Junta para Ampliación de Estudios. 315

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La Junta resultó una gran promotora del cultivo de la embriología en España. El alto número de pensiones concedidas desde los primeros años de funcionamiento es un buen signo de ello. El análisis prosopográfico del grupo de pensionados la JAE durante este período muestra tres características importantes. a) Un fuerte iatrocentrismo, puesto que, tras unos infructuosos intentos de practicar la embriología por parte de naturalistas y zoólogos, los médicos coparon el interés por la disciplina. b) Una cesión progresiva de la responsabilidad del cultivo de esta ciencia a los anatomistas. Los histólogos, con muchas líneas de investigación entre manos, fueron perdiendo el interés hasta abandonar definitivamente la materia en manos de unos anatomistas que veían agotada su investigación macroscópica c) Una tendencia —arrastrada desde el siglo anterior— a preferir Francia y los países de influencia germánica frente al mundo anglosajón a la hora de decidir destinos para las becas, aunque la distribución geográfica dependió mucho de las circunstancias sociopolíticas. Desde luego, la embriología confesional de Pujiula no encajaba con los presupuestos laicos sobre los que se había construido la JAE. En oposición, Cajal y Castillejo planearon promover la creación de una escuela de embriología en España e importar desde Estados Unidos la visión experimentalista. Habiendo desistido Pedro Ara del proyecto, decidieron apadrinar la formación en el extranjero de Francisco Orts Llorca. Influido por Ara en la decisión, la embriología experimental se importó finalmente desde Centroeuropa y no desde América. El estudio de las genealogías científicas de los investigadores dedicados a la embriología durante el período de la dictadura de Franco revela con claridad la formación de dos escuelas anatómicas hegemónicas que terminaron por ocupar la mayoría de las cátedras de la disciplina en el país: la de Francisco Orts Llorca y la de José Escolar García. Ambos coinciden en una pronta asunción de la moderna anatomía alemana (la de Braus y Benninghoff), en la que la embriología como origen de la forma tiene un hueco importante en la visión del cuerpo humano. Sin embargo, sus embriologías fueron, 316

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en esencia, diferentes. El origen político de los dos maestros dividió ambas escuelas desde sus inicios. En un régimen como el franquista, los antecedentes republicanos de Orts y el perfil católico y la anatomía vitalista de Escolar marcaron el devenir de sus investigaciones. Las ayudas económicas recibidas por los dos grupos una vez instaurada la dictadura fueron claramente diferentes. La JAE se había volcado con la primitiva carrera de Orts durante el período republicano y, en la medida que pudo, también lo hizo durante la Guerra Civil erigiendo un instituto de embriología experimental en la zona republicana. Tras este período, el CSIC, heredero institucional de la Junta, dedicó todo su apoyo a Escolar y a su escuela, negando cualquier tipo de ayuda a Orts. El franquismo no fue, sin embargo, un régimen homogéneo. Tras el período de persecución política más duro de la posguerra inmediata, se sucedieron otros períodos que permitieron el medro académico de Orts. De hecho, el poder de la intelectualidad de la falange durante la década de 1950 y la intervención de Pedro Laín permitió el acceso de Orts a la cátedra de la Universidad Central. Orts integraba los valores más liberales de algunos miembros de la Generación de la Guerra Civil, lo que le permitió incorporarse enseguida a un grupo notable de intelectuales que en Madrid mantenían posiciones más críticas frente al régimen franquista. Estas relaciones favorecieron un desarrollo humanístico de su personalidad y le permitieron superar cualquier atisbo de exilio interior. Algunas responsabilidades al final del franquismo como director del Hospital Clínico muestran que, sin claudicar de sus ideas, la mayor flexibilidad y apertura del sistema político facilitaron su integración en la reforma educativa de la Facultad de Medicina de Madrid. El problema de la financiación del programa experimental de Orts, sin embargo, no llegó a solventarse hasta finales de la década. Sin el soporte económico del CSIC, no fue hasta la aparición de las fundaciones filantrópicas Del Amo y Juan March cuando, en un contexto de aperturismo internacional del franquismo, Orts pudo volver a establecer vínculos con centros extranjeros. Finalmente, gracias a las alianzas académicas de Orts, al cambio de contexto político nacional y a la financiación de las fundaciones, el anatomista pudo ganar en autoridad, su escuela consolidarse y la embriología experimental, expandirse. 317

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Las diferentes fuentes de financiación derivaron en dos geografías científicas totalmente diferentes para cada escuela. El CSIC —y Albareda de una manera personal— protegió la creación y desarrollo de la escuela de Escolar. Así, a merced de las ayudas concedidas por el Consejo, Escolar y su grupo se vieron directamente influidos por las políticas exteriores oficiales. El acercamiento a Estados Unidos tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial le permitió viajar a América e importar unos conceptos funcionales que modificarán por completo su anatomía. Posteriormente, tras el levantamiento del veto internacional a la República Federal Alemana, durante la década de 1960, Escolar estableció unos fuertes lazos con la comunidad científica alemana, en especial con el neuropatólogo nazi Hugo Spatz. La embriología de la escuela se impregnó de los conceptos de citoarquitectura y de «evolución» de la escuela alemana y, en una especie de recordatorio de Haeckel, ontogenia y filogenia se convirtieron en los rasgos de la embriología de la escuela durante esta década. No obstante, los discípulos de Escolar eran anatomistas y no embriólogos y los diversos estímulos que recibieron en sus contactos con Estados Unidos y Alemania les hicieron subespecializarse desde finales de los sesenta y durante la década de 1970. Así, solo la rama de la escuela formada por José María Smith Agreda e Inés Fernández Ortega siguió con la investigación embriológica a finales del período de la dictadura. La fuerte socialización que sufrieron como escuela, sin embargo, hizo que la embriología formara parte de una anatomía holística escolariana que llevaron a sus diferentes destinos una vez conseguidas sus cátedras. Justo en el otro extremo, alejado de la influencia del CSIC, Orts creó una escuela de embriólogos. Si la investigación embriológica de los escolarianos se puede entender como una parte importante de una anatomía holística, la de Orts y sus discípulos es una investigación embriológica pura. No obstante, como dije, la asimilación de la anatomía brausiana por parte de esta escuela también fue un hecho, por lo que, en el ámbito docente, siempre intentaron engarzar el origen de la forma con la anatomía del adulto. La financiación extranjera que llegó hasta Orts a través de la Fundación del Amo marcó la geografía y los círculos internacionales de 318

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la escuela. La embriología practicada por Orts y sus discípulos acabó directamente influida por la embriología estadounidense, desde el punto de vista técnico y conceptual. La embriología experimental consiguió difundirse por todo el país desde las cátedras de anatomía que fueron ganando los discípulos de Orts. La socialización como escuela no resultó ser tan fuerte como en el caso de los discípulos de Escolar y la emancipación que les permitía el rango de catedráticos significaba la escisión del grupo. Aunque llevaron consigo algunos conceptos anatómicos comunes, como el experimentalismo embriológico o el diálogo con las clínicas, crearon programas de investigación totalmente independientes en respuesta a experiencias internacionales diferentes y a los contextos locales específicos con los que se encontraron al llegar a sus facultades de destino. La figura de Genis representa al más alto nivel la significación y la importancia de la estela de Orts y la repercusión del contacto con la morfología estadounidense. A través de su figura se advierte el proceso de introducción de la bioquímica en la embriología española importada desde América durante los años sesenta. Gracias al apoyo de la Fundación Juan March, de la Del Amo Foundation y del interés mostrado por los estadounidenses en su trabajo, Genis consiguió abrirse un hueco en la embriología internacional durante el período franquista. Viajó hasta Estados Unidos en varias ocasiones e inició una línea de investigación especializada en embriología ocular. Su segundo viaje le puso en contacto con la embriología bioquímica que practicaba Harry Maisel en Detroit y le permitió establecer vínculos con otros grupos internacionales de investigación con los mismos intereses. Sus exitosas investigaciones sobre la bioquímica del cristalino en desarrollo, publicadas en revistas con un alto reconocimiento internacional como Nature, le dotaron de una importante reputación y autoridad que terminó de consolidar con la publicación de un tratado con la aspiración de actualizar la disciplina y acercarla a la nueva biología del desarrollo. La introducción de la microscopía electrónica fue fundamental para el desarrollo de la disciplina, sobre todo a la hora de incorporar la técnica más avanzada en los centros españoles. Dentro de la escuela de Orts, Rafael González Santander viajó hasta la Argentina 319

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postperonista y se trajo consigo diversas técnicas del laboratorio de Robertis. A su vuelta, ya en un contexto muy diferente al del primer CSIC, la escuela de Orts entró en contacto con el Consejo gracias al vínculo que se estableció entre González Santander y Alfredo Carrato. Por otra parte, la actividad de otras cátedras de anatomía ajenas a las dos escuelas dominantes no debe ser minusvalorada. En este sentido, la única que desarrolló una investigación embriológica de cierta calidad fue la de Valladolid. Dentro del extenso programa morfológico desarrollado por Gómez Bosque desde su cátedra, el madrileño decidió impulsar la investigación en embriología bioquímica en la figura de su discípulo José Luis Ojeda. Durante la segunda mitad de la década de 1960, el catedrático envió a Ojeda a estudiar la subespecialidad junto con Brachet en Bruselas y, ya en los años setenta, el equipo incorporó la microscopía electrónica a su laboratorio y comenzó un programa de investigación sobre el papel de la muerte celular programada en la morfogénesis. Aunque he pretendido reconstruir de una forma general la evolución de la embriología durante un período muy concreto de la historia española contemporánea, la metodología que he utilizado deja abiertas futuras líneas de investigación que aún no han sido explotadas. Un estudio bibliométrico, por ejemplo, despejaría dudas sobre la producción científica de la embriología española y un estudio comparativo, trasnacional, nos ofrecería una visión más veraz de la embriología de la periferia europea en el contexto de las otras dictaduras y totalitarismos del período.

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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA Fuentes de archivo Archivo de la Junta para Ampliación de Estudios (AJAE). Archivo de la Residencia de Estudiantes, Madrid1 –– Expedientes de pensionados. –– AJAE/108-120. Expediente de Francisco Orts Llorca. –– AJAE/9-442. Expediente de Pedro Ara Sarriá. –– AJAE/140-640. Expediente de Francisco Suárez López. –– AJAE/51-82. Expediente de Luis Fernández Bravo. –– AJAE/113-314. Expediente de José Pérez Llorca. –– AJAE/3-131. Expediente de Rafael Alcalá Santaella. –– AJAE/41-20. Expediente de Alfonso Dehesa Bahílo. –– AJAE/162-261. Expediente del Laboratorio de Embriología experimental de Valencia, 1937. –– AJAE. Sección: Secretaría, Serie: Correspondencia General; 280790340/ JAE/167/18/13. Relación de personal en edad militar de los centros de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones científicas de Valencia. Colaboradores del laboratorio de Embriología. Valencia, 1938. Archivo General de la Administración (AGA), Alcalá de Henares, Madrid.2 –– Documentación relativa a Francisco Orts Llorca –– Caja 32/14201, exp. 7154-41: Expediente de concesión de Título de Licenciado en Medicina y Cirugía a Francisco Orts Llorca por la Universidad de Valencia. Fecha: 1928. –– Caja 32/15318, exp. 9174-25: Expediente para la concesión de Título de Doctor de Francisco Orts Llorca por la Universidad Central. Fecha: 1935. –– Caja 32/13534. Leg. 9144/2. de oposición a Cátedra de Francisco Orts Llorca. Nombramiento del tribunal de oposición, 1 de julio de 1934. 1   La totalidad de este archivo fue consultado a través del portal: http://archivojae. edaddeplata .org/jae_app/ 2   En el AJAE, además, el expediente de depuración de Orts Llorca (1937-1977) bajo la signatura IDD (5).001.028, caja 21/20531, exp. 31023-195. No obstante, no será accesible hasta que no hayan transcurrido veinticinco años de su fallecimiento en virtud de la Ley 16/85 del Patrimonio Histórico Español, art. 57 1c.

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–– Caja 32/15321, exp. 9175-86: Expediente de concesión de Catedrático numerario de Universidad a favor de Francisco Orts Llorca. Fecha: 1935. –– Legajo 19963, signatura topográfica 32/65: Relaciones culturales: Viajes y conferencias de Francisco Orts Llorca. Fechas: 1949-1954. –– Documentación relativa a José Escolar García –– Caja 32/18708, exp.15358. Expediente de concurso de traslado de Anatomía Descriptiva y Topográfica y Técnica Anatómica (1º) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza donde aparece nombrado José Escolar García, 1959. –– Caja 32/15265, exp. 9121-40.  Título de Universidad de José Escolar García. –– Caja 32/15190, exp. 8802-98. José Escolar García. Personal Docente: Veterinario. –– Ministerio de Exteriores. Becas de la Junta para Relaciones Culturales (10)000 Caja 82/09039. Exp. 9. (Antigua R-3250 Exp. 44.) Becario José Escolar, 1947-1948. –– Documentación relativa a Juan Jiménez-Castellanos y Calvo-Rubio –– IDD (05)001.015. Legajo 19960, topográfico 32/65. Viajes: Juan Jiménez Castellanos Calvo Rubio. Fechas: 1948-1957. –– Ministerio de Exteriores. (10)000 Caja 82/09040. Exp. 150 (Antigua R-3250 Exp. 84) Becario Juan Jiménez-Castellanos y Calvo-Rubio, 1948. –– Documentación relativa a José María Genis Gálvez –– Caja 32/17747, exp. 14834-119. Expediente de concesión de título de licenciado en Medicina a favor de José María Genis Gálvez. Fecha: 1955. –– Caja 21/20373, exp. 15063-87. Expedientes personales de profesores de universidad: José María Genis Gálvez. Fecha: 1957-1960. –– Caja 32/18500 y 32/18501, exp. 15250. Expediente de oposiciones a cátedra de Anatomía Descriptiva y Topográfica y Técnica anatómica 1º en la facultad de Medicina de las Universidades de Valladolid y Salamanca, en las que se nombra a Antonio Pérez Casas por Valladolid y a José María Genis Gálvez por Salamanca, 1959. Caja 32/19940, exp. 16026-16. José María Genis Gálvez. Fecha: 1960. –– Caja 32/18801, exp. 15405-04. José María Genis Gálvez. fecha: 1960. –– Legajo 20296, topográfico 32/67. Expediente de encargo de enseñanza para José María Genis Gálvez.

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Arxiu Històric de la Companyia de Jesús de Catalunya (AHSIC), Barcelona. –– 1958/15. Fons P. Jaume Pujiula. –– OB 1.1. Institut Biològic de Sarrià. Correspondència. –– Institut Biològic de Sarrià. Fotografies. –– Fons Institut Biològic de Sarrià (decenas de carpetas y documentos sueltos en cajas sin catalogar). Archivo General de la Universidad Complutense de Madrid (AGUC), Madrid. –– P-0630, 30. Serie- ES. AGUCM. 04.7.01.1. Expediente personal de Francisco Orts Llorca. Archivo Universitario de Granada (AUG), Granada. –– 7-14(6). Instituto Federico Olóriz. Estudios Anatómicos. Archivo General de la Universidad de Navarra (AGUN) –– Fondo José María Albareda. –– Correspondencia con José Escolar García. –– Correspondencia e informes sobre Francisco Orts Llorca.

Arxiu Històric de la Universitat de Barcelona (AHUB), Barcelona. –– 38/2/3/02.- Facultat de Medicina. Inventari de la Càtedra de Anatomia. Inclou el laboratori d’embriologia i l’amfiteatre de dissecció. Barcelona 20 de mayo de 1939. Archivo de la Fundación Juan March (AFJM). –– Ayudas a la investigación. Expedientes de becarios. –– Víctor Smith Agreda (1957). –– Francisco Orts Llorca (1958 y 1961). –– José María Genis Gálvez (1960, 1962, 1965, 19733). –– Rafael González Santander (1962). –– Luis Santos Gutiérrez (1964). –– Miguel Guirao Pérez (1959 y 1962). –– Domingo Ruano Gil (1960 y 1966). –– Juan Jiménez Collado (1963 y 1965). –– Pedro Amat Muñoz (1960). –– Narciso Luis Murillo Ferrol (1960, 1964 y 1973).   Existe otra de 1977 que sobrepasa los límites cronológicos de nuestro estudio.

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Raúl Velasco Morgado –– Luis María Gonzalo Sanz (1961 y 1967). –– Rafael González Santander (1964). –– Luis Álvarez Guisado (1965). –– José Luis Ojeda Sahagún (1965). –– Salvador Climent Peris (1972).

Archivo Río Hortega (ARH)4. –– Correspondencia de Pío del Río Hortega con Francisco Orts Llorca. Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madrid). –– Archivo Laín Entralgo. Caja 27 (CSIC). Dentro de carpetilla «D» Rectorado 1953. Carta de Orts a Laín, Cádiz, 9 de mayo de 1954. The Rockefeller Archive Center, Hillcrest, California, EE. UU. –– RF. 10.2. Fellowship recorder cards. Discipline 9 (Medical and Natural Sciences, MNs). Drawer 3. Orts Llorca, Francisco card. University Library. California State University Dominguez Hills. Department of Archives and Special Collections. California, EE. UU. (CSUDH). –– Del amo Foundation collection. Grantee Files. Theses and Reports (19271979). –– Box 60. Folder 5. Francisco Orts Llorca (1959; 1961). –– Box 40. Folder 7. José María Genis Gálvez (1955-1956).

Louise M. Darling Biomedical Library (LMDBL), University of California, Los Ángeles, California, EE. UU. –– Manuscript Collection N.º 112. William F. Windle papers (1898-1986). I. Academic and professional papers (1922-1985). I.F. National Institute of Neurological Diseases & Blindness (NINDB), NIH, 1954-1963 (Chief, Laboratory of Neuroanatomical Sciences, 1954-1960; Asst. Director of NINDBS, 1960-61; Chief, Laboratory of Perinatal Physiology, Bethesda & San Juan, Puerto Rico, 1961-1963). Box 3. Folder 1. Correspondence with J.M. Genis-Gálvez, 1962-1970. Archivo de la Familia Genis (Sevilla). –– José María Genis Gálvez, Memorias, 2000 [Manuscrito inédito]. –– Epistolario de José María Genis Gálvez [sin catalogar].   Documentación original disponible en línea: http://archivoprh.sen.es/

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Museo Archivo Histórico de la Sociedad Española de Neurología. –– Archivo Pío del Río Hortega5. Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madrid). –– Archivo Pedro Laín Entralgo. o Correspondencia con Francisco Orts Llorca. Archivo Raúl Velasco Morgado. –– Correspondencia (correo electrónico). o Correspondencia con Miguel Guirao Pérez. o Correspondencia con Fernando Reinoso Suárez. o Correspondencia con José María Smith Agreda. o Correspondencia con Harry Maisel. o Correspondencia con Salvador Climent Peris. o Correspondencia con María Teresa Álvarez Gallego. o Correspondencia con Rafael González-Santander. o Correspondencia con José Luis Ojeda. o Correspondencia con Juan María Hurlé.

Fuentes audiovisuales Grabaciones sonoras –– Velasco Morgado, Raúl. Entrevista con Josep María Domènech Mateu. Despacho del catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad Autònoma de Barcelona, 27 de enero de 2010. Formato mp4. (copia en ARVM). –– Sirvent, Enric. Entrevista a Domingo Ruano Gil. Hospital Clínico y Provincial de Barcelona, 17 de noviembre de 2014. Formato mp4. (copia en ARVM). Vídeo y documental –– Sirvent, Enric, Renú, Jordi, Comelles, Josep M. y Tebar, Xisco (productores).  Ensenyar amb dues mans. El sofà amb… Domingo Ruano, [Documental]. Barcelona, Escuela Universitaria Gimbernat, 2013.

  Digitalizado. [Recurso en línea]. Disponible en: http://archivoprh.sen.es/

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373

ÍNDICES

ÍNDICE DE FIGURAS, TABLAS Y GRÁFICOS Capítulo I. Fig. 1.1. Láminas comparativas del desarrollo embrionario de diferentes vertebrados y el ser humano del Anthropogenie (1874) de Haeckel....................................................................................................................................................... Fig. 1.2. Dibujo de Cajal con el que intentaba mostrar la ley biogenética fundamental a través de la concordancia entre la filogénesis y la embriogénesis de la «célula psíquica o pirámide cerebral»............................................................................................................................................................. Capítulo II. Tabla 2.1. Pensionados de la JAE para estudios embriológicos.............

35

43

50

Capítulo III. Fig. 3.1. Jaime Pujiula en 1930.............................................................................................. 77 Fig. 3.2. El laboratorio de Pujiula en la Sociedad de San Cosme 81 y San Damián............................................................................................................................................... Fig. 3.3. Puiggrós (izquierda) en su laboratorio de fermentaciones a finales de los años cincuenta........................................................................... 82 100 Fig. 3.4. Ilustración embriológica de Luis Roca.............................................. Fig. 3.5 (a y b). Láminas de la obra de Brass contra las tablas de Haeckel traducidas al castellano y adaptadas por Pujiula 107 (1940)..................................................................................................................................................................... 101 Tabla 3.1. Embrioteca del IBS (1931-1975).......................................................... Capítulo IV. Fig. 4.1. José Escolar en 1947. Cortesía de Fernando Reinoso.... 127 Fig. 4.2. Láminas embriológicas del tratado de Escolar (1965). 151 Embriones «ideales» de 6 (a) y 7 (b) mm presentados por planos .... Fig. 4.3. José María Smith Agreda e Inés Fernández Ortega en la sala de disección de la antigua Facultad de Medicina de Zaragoza en diciembre de 1963 junto a una reconstrucción em160 briológica con láminas de plástico....................................................................................

377

Raúl Velasco Morgado



Tabla 4.1. Estancias en el extranjero para ampliar conocimientos en embriología de los morfólogos españoles durante la Dictadura franquista (I): la escuela de Escolar................................................. Tabla 4.2. Adquisición de cátedras por parte de los miembros de las escuelas de Orts y Escolar durante el período de la dictadura

Capítulo V. Fig. 5.1. (a y b) Francisco Orts Llorca en su laboratorio..................... Fig. 5.2. Orts junto a dos visitantes extranjeros y algunos de sus colaboradores en 1963..................................................................................................................... Capítulo VI. Fig. 6.1. Varios discípulos de Orts en su casa de Cádiz......................... Fig. 6.2. Narciso Luis Murillo-Ferrol impartiendo una conferencia a finales de la década de los sesenta o principios de los setenta. Junto a él, Francisco Orts Llorca............................................................... Capítulo VII. Fig. 7.1. José María Genis Gálvez junto a su microscopio................ Fig. 7.2. (a y b) Genis junto a los miembros del Departamento de Anatomía de la Wayne State University............................................................ Capítulo VIII. Fig. 8.1. Miguel Guirao Pérez y Miguel Guirao Gea en 1964, en la recepción del primero como miembro de la Real Academia de Medicina de Granada.................................................................................................. Fig. 8.2. Álvarez Guisado en Chicago.......................................................................... Fig. 8.3. Portadas de Anales del Desarrollo........................................................... Tabla 8.1. Comité editorial de Anales de Desarrolllo en 1970.......

136 147 189 200 207

220 233 247

268 283 288 289

Capítulo IX. Fig. 9.1. González Santander haciendo cortes de embriones en 296 el micrótomo Porter-Blum.......................................................................................................... Fig. 9.2. González Santander haciendo uso del microscopio 297 electrónico en el laboratorio de De Robertis....................................................... Fig. 9.3. Inauguración del primer microscopio electrónico en la Universidad de Santander por los Príncipes de España en 1974..... 308

378

ÍNDICE ONOMÁSTICO Y ANALÍTICO ABC (diario), 25, 127, 185-186, 188, 211-212, 257 Abercrombie, Michael, 94, 97 ácido d-aminolevulínico, 304 ácidos nucleicos, 228, 246, 306 ADN (v. DNA) Acta Anatómica (Basilea) 197-198, 221, 287 actinomicina D., 306 Adams, William Edgar, 222 Albareda Herrera, José María, 31, 117, 120, 122-123, 128, 131-132, 137138, 145-148, 152, 154, 162, 182183

Alcalá Santaella, Rafael, 50-51, 54, 6264, 69-70, 80, 118, 127, 145, 169 Alemania 22, 33-37, 41-44, 50-52, 54, 56-58, 68, 70-72, 75-76, 82, 85, 111, 122, 124, 137-144, 153, 157-159, 162, 178, 182, 188, 204, 259, 287, 310-313, 318 Alemany, Rafael, 99 Alfonso y Hernán, Eduardo, 252 Almeida Corrales, José 239-240 Alonso García, A. 303 Altea, conde de, 166 Álvarez Gallego, María Isabel, 16, 254255

Álvarez Guisado, Luis, 273, 281-286, 288, 290 Amat Muñoz, Pedro, 139, 143-144, 147-148, 237 Amprino, Rodolfo, 244, 289 Anales –– de Anatomía 161, 286 –– del desarrollo 198, 212, 221, 249, 251, 286-292, 309

Annales d’Anatomie Pathologique et d’Anatomie Normale Médico-Chirurgicale, 168 anatomía –– brausiana 36, 116, 125, 126, 129, 151, 161-162, 174, 203, 229, 239, 311, 316, 318 –– descriptiva 36, 40, 62, 90, 124, 163, 229 –– comparada 39, 79, 129, 139, 142144, 157, 169, 174, 222, 235, 291 –– experimental 37, 123, 132, 138, 144, 302 –– patológica 60, 65, 180, 232, 310, 311 –– topográfica 90, 129, 167, 213 Anatomischer Anzeiger, 171 antitransformismo (véase transformismo) aorta dorsal, 110 Archivo Español de Morfología, 184 Argentina, 67, 69, 71, 118, 126, 169, 183, 185, 196, 203, 295, 298-300, 313, 319 arteria estapediana, 168 aparato –– de Fonbrune (micromanipulador) 219, 272, 275 –– de Hoxley-Clarke 133 –– de Kopsch 217, 272 –– de microfotografía 78, 128, 272 –– de Pearse (véase criostato) Ara Sarriá, Pedro, 22, 47, 51, 55, 62, 67-70, 72, 118, 168-169, 172-173, 175, 186, 190, 316 Arbor, 123 arcos branquiales, 107, 151 Ardévol Miralles, Emilio, 50, 54

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Raúl Velasco Morgado Arquivo de Anatomia e Antropologia, 123, 133, 181, 185, 287 Ascaris megalocephala, 57, 101, 110 Aschoff, Karl, 65 Asociación Internacional de Anatomistas, 185 Anderson, Robert H., 285 Austria, 50-52, 63, 66-67, 72, 76, 82, 89, 101, 125, 154, 169-171, 175, 178 autopsia morfofuncional fetal, 276, 279-280, 282, 292 autorradiografías, 258, 306 Baer, Karl Ernst von, 33-34 Báez, Adela, 80 Baltimore, 169, 186, 193-196, 203, 289 Bañolas, mandíbula de, 111 barbitúricos, 303-306 Barbosa Ayúcar, Enrique, 306, 308 Barcelona, 16, 21, 29, 31, 47, 50, 62, 66, 73-116, 119, 127, 147, 149, 171, 173, 180, 212-215, 236, 254, 301, 311, 315 Barcia Goyanes, Juan José, 64, 89, 124126, 129, 131, 154, 161-162, 184, 237-238 Barraquer Roviralta, José Antonio, 59 Barrera, Elisabeth, 159 Bartelmez, George W., 132 Bartrina Capella, Jesús, 167 Battaner Arias, Enrique, 239, 241, 249 Beer, Gavin de, 94 Beltrán Bigorra, Francisco, 167 Bendala García, Carmen, 255, 258 Benidorm, 166, 179 Benlloch Giner, Nicasio, 167 Benninghoff, Alfred, 162, 316 Bergamo, Alejandro, 156, 218, 220, 284-285, 295

Berlín, 50, 54, 68, 70, 141, 287 Berna, 50, 185, Berstein, Maurice, 247 biblioteca, 84, 85, 92, 105, 273 biología –– del desarrollo 250-255, 259-260, 291, 312, 319 –– molecular 246, 259, 305 bionomía embrionaria, 108-111 bioquímica, 28, 37, 97, 118, 228, 231232, 245-246, 248, 250, 252, 255259, 282, 301, 304-306, 319 Blechsmidt, Erich, 150, 289 bitumi, 78, 85 Boletín de la Universidad de Granada, 133 Böck, Peter, 223 Bombí Latorre, Josep Antoni, 16, 311312

Boscasa e Igual, Lorenzo, 38 botánica, 75, 89, 98, 167 Boveri, Theodor, 75 Boyd, James Dixon, 222-223 Brachet, Jean, 246, 252, 302, 304-307, 320 Brainerd Arey, Leslie, 133 Brass, Arnold, 106, 107 Braus, Hermann, 36, 125, 162, 174, 203, 316 Breypohl, Winrich, 311 Bruselas, 169, 225, 229, 240, 246, 267, 305-307, 320 Bru Vilaseca, Luis, 257, 299 Bruto de Sousa, Vasco 200 Buenos Aires, 256, 290, 295-297, 313 Bujard, Eugène, 54 Buño, Washington, 186 bursa paraesofagicocardialis, 294 Butlletí de la Institució Catalana d’Història Natural, 99 Bustamante, M., 138

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Embriología en la periferia Cabrero, Eugenio, 196, 234-236 Cadherinas, 226 Cádiz, 21, 51, 55, 58-63, 67, 88, 96, 120, 126, 147, 173, 177-179, 181-184, 186, 188, 190-191, 200, 203, 207, 208, 210, 234, 250, 254, 256-257 Cajal, Santiago Ramón y, 21, 41-44, 47, 52, 55-56, 68-69, 72, 74, 132, 165, 168-169, 171-172, 202, 206, 222, 229, 236, 243, 315-316 Calatayud Maldonado, Vicente, 156-157 Calleja, Julián, 40, 44 cámara clara, 78 Camón Urgel, Joaquín, 229 Canadá, 235, 248, 259, 289 Casiraghi, Juan Carlos, 297 Carrato Ibáñez, Alfredo, 90, 122-124, 131, 146, 239, 298-299, 320 Carreras Durán, Buenaventura, 59 Carreras Verdaguer, Francisco, 50, 54 Carreres Quevedo, José, 302, 304, 307 Casanova Ciurana, Peregrín, 40 Castiella y Maíz, Fernando María, 209 Castillejo Duarte, José, 47, 52, 68-69, 72, 168, 171-172, 202, 206, 229, 316 Castro del Pozo, Sisinio de, 304 Castro, Fernando de, 222, 236, 243, 298-299 Castro Romero, José María de, 239, 241, 249-250, 254 Castroviejo Briones, Ramón, 234, 236 Caullery, Maurice, 50, 53, cavum –– mediale corporis striati, 266 –– laterale corporis striati, 266-267 células –– del idioplasma 109 –– gigantes 111-113 –– redondas 76, 112-113

–– somáticas 109 Centro de Prematuros de la Facultad de Medicina de Granada, 278 cerebelo 134, 161, 281 Champy, Paul Émile Christian, 63 Chicago, 132-133, 136, 242, 283-286 ciclopía, 183, 191, 194, 233 Cifuentes Díaz, Pedro, 187 citoarquitectura, 141, 318 citología, 57, 71, 298, 300 Clara, Max, 125 Clemente, Carmine D., 235, 243-244 Climent Peris, Salvador ,16, 224-230 Crocidura russula, 141 colección de embriones (véase embrioteca) colector de fracciones LKB, 257 Collège de France, 118, 289 Comisaría de Protección Escolar, 216, 218, 302 Conde Andreu, José, 126, 145, 173 condensador de espejo (véase ultramicroscopio) Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 22, 27, 31, 88-89, 91, 116-162, 182, 190, 202, 206, 208, 224, 226, 230, 236, 241, 254, 259, 264, 277, 292-293, 298-300, 313, 317-318, 320 Córdoba (Argentina), 67, 69, 196 Cori, Carl Isidor, 75 corion, 110 córtex 133, 136, 141, 157, 204 cortirón, 184 Costa, Celestino da, 122 Cirugía, 66, 72, 156, 167, 181, 209-210, 215-216, 239, 270, 297 cresta neural, 178, 223 criostato de Pearse, 279

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Raúl Velasco Morgado cristalino, 241-246, 248-249, 253, 256 Cuba, Juan Manuel, 209 cuerpo calloso, 265 cuerpo carótico, 221-223, 294, 299, Cuevas Sánchez, Pedro, 201 cultivos embrionarios, 55, 57, 122, 195, 216-218, 228, 258, 275, 305-306, 311

Dabelow, Adolf, 157 Dalcq, Albert, 169, 199, 225, 240, 246, 267, 289, 290, 305 Darwin, Charles, 19, 34 darwinismo, 41-42, 53, 94, 104-105 David, Danielle, 227 degeneración walleriana, 133-135 Dehesa Bailo, Alfonso, 173, 187-189 Dellbrück, Max, 255 Dellepiane, Luis, 297 Delmas, André, 155, 207-209, 267 depuración política, 44, 55, 67, 117, 119-120, 182 Descemet, membrana de, 60 deserpirina, 210 Detroit, 246-249, 289, 319 diatermocoagulación, 155 diencéfalo, 136, 144, 153, 157, 243 Diepen, Rudolf, 138, 142, 204 Diesch, Hans, 20, 104, 115 Díaz Benito y Angulo, José, 39 Dirección General de Enseñanza Universitaria, 145, 279 Dollander, Alexis, 240 DNA, 306 Domènech Mateu, Josep María, 82, 201, 205 Doménech Ratto, Ginés, 215 Duke-Elder, Stewart, 241 Durfort, Mercè, 97

Ebert, James David, 193-196, 290 Ebner, Victor von, 76 electrocoagulación, 217, 272 embrión –– de Alytes obstetricans 101, 109 –– de ardilla 101 –– de Ascaris megalocephala 101 –– de Carasius vulgaris 101 –– de cerdo 101, 113 –– de codorniz 202, 228, 257 –– de conejo 101, 108-109, 113, 212, 227

–– de golondrina 202 –– de hámster dorado (Cricetus auratus) 281 –– de oveja 108 –– de perdiz 108 –– de pollo 43, 53, 56-57, 63, 64, 94, 108, 123, 129, 160, 191, 192, 195-198, 202, 211-212, 219-220, 227-228, 242, 257, 270, 273, 281, 300, 303, 309, 311 –– de rata 44, 56, 76, 101, 160, 208, 212, 273, 300 –– de ratón 53, 56-57, 101, 108, 111, 229, 208, 273 –– de toro 101, 113 –– de Xenopus boieis 101, 109, 273 –– humano 35, 56, 83, 101, 108, 109, 123, 129, 150, 160, 168, 180, 193194, 197, 208, 215, 227-228, 283, embrioteca, 56, 60-61, 64, 89, 101, 110, 122, 127, 141, 144, 157, 180, 193194, 196, 201, 215, 225, 233 epigenetismo, 38 Escolar Cantalejo, Tiburcio, 125 Escolar García, José, 17, 22, 30-31, 54, 91, 117, 120-121, 125-163, 183, 190, 202-206, 214, 216, 224, 230-231,

382

Embriología en la periferia 237-238, 252, 263-267, 270, 274, 277, 279, 286, 288, 291-293, 311, 316-319 Escuela Superior de Agricultura, 85 Essick, Charles R., 266 Estados Unidos, 30, 68, 196, 198, 231232, 240, 246-249, 259, 264, 274, 290, 295, 316, 318-319 estereotaxia, 133, 135, 154, 157, 264, 253 Estocolmo, 267 Estrasburgo, 51, 60, 181 estufa de incubación, 78, 225 ética médica, 98 European Urology, 215 evolucionismo, 104-111, 116, 140, 174 Exner, Sigmund, 76 Experimental Eye Research, 249

Falange Española, 127, 146, 187, 317 Farreras Valentí, Pere, 240 fermentaciones, 82, 86, 91-93, 97, 119 Fernández Bravo, Luis, 55, 64, 66-67, 70, 119 Fernández Miranda, Torcuato, 145, 147-148 Fernández Ortega, Inés, 157-161, 163, 318

Ferrer Fernández de la Riva, Diego, 96 Ferrés Torres, Elvira, 157, 161, filogénesis, 19, 35-36, 39, 41-43, 75-76, 106-107, 109-125, 126, 136- 143, 149, 153-154, 156, 162, 163, 174, 235, 266, 291, 318 Fischel, Alfred, 51, 66, 70, 82, 103, 112, 169-170, 174-175, 178, 180, 183184, 203 fisiología, 9, 19, 33, 57, 76, 90, 108, 113115, 132, 139, 144, 153-155, 187, 196, 221, 242, 265, 276

fixismo, 104 Folia Morphobiologica Hispanica 179 Fontán Maqueira, Gumersindo, 237 Fontes, Victor, 200 foramen subseptal, 184 Formica-Corsi y Coronado, Antonio, 41 fórnix, 265 fosfatasas, 216 fosfolípidos, 216 Fox, Clemente, 247 Francia, 50, 52-54, 61, 63, 68, 82, 170, 171, 180, 207, 218, 220-221, 227, 274, 316 Frankfurt, 136, 138, 144, 153, 157 Friburgo, 22, 50, 57, 70, 75, 204 Fritsch, Gustav, 105 Fundación, –– Conde de Cartagena, 89, 187 –– del Amo, 30, 192-193, 196, 203, 234-236, 259, 317-319 –– Juan March, 16, 30, 36, 67, 69, 81, 136, 139, 143, 148, 156, 192-193, 198, 203, 209-211, 218, 220-221, 226-229, 241-243, 245-247, 256, 277-280, 283-285, 295-296, 299, 300, 302-303, 305-306, 317, 319 –– Marcelino Botín, 309 –– Marquesa de Pelayo, 209, 294, –– Nacional de Investigaciones Científicas y Ensayos y Reformas, 172, 178-179 –– Rockefeller, 16, 178-179, 182, 231 gálago enano (v. Galagoides demidovii) Galagoides demidovii, 141 Galdó Villegas, Antonio, 270, 287 ganglio acústico-facial, 123 García, Juan de Dios, 147, 255 García y García-Romo, Luis 123

383

Raúl Velasco Morgado García-Lomas Mata, Miguel Ángel, 284 García Sánchez-Lucas, Julio, 310 García-Valdecasas Santamaría, Francisco, 214 Gardner, Ernst, 246-247, 256 Gassó, Dolores, 80 gastrulación, 34, 252 Gegenbaur, Karl, 36, 40, 42, 44, 129 Generación de los Sabios, 40 generaciones intermedias, 38 genética, 19, 37, 48, 71, 98, 118, 150, 185, 228, 255, 260, 282, 291, 302 Genis Gálvez, José María 16, 27, 30, 147, 181, 182, 184, 186, 190-193, 195-197, 205, 207, 229, 231-259, 288-290, 292, 297-298, 313, 319 Génova, 185, 282, 290, Giessen, 136, 138-139, 142-144, 153154, 157-158, 162, 204 Gil Vernet, Salvador, 69, 80, 90, 173, 176, 213-215, 230, 236 ginecología, 101, 113, 188, 275-277, 283 Giroud, Alphonse, 208, 210, 212, 289 Goethe, Johann Wolfgang von, 33, 174 Gogorza y González, José 50, 53 Gómez Bosque, Pedro, 237, 301-307, 320

Gómez Oliveros, Luis, 237-238 González Santander, Rafael, 16, 147, 222-223, 291, 293-301 Gonzalo Sanz, Luis María, 136, 147148, 154-156, 163 gonocitos 63, 300 Goodman, Morris, 247 Gosset, Armand, 167 Gotinga, 138, 142, 144, 150 Goyanes Capdevila, José, 187 Goyenechea Juárez, Arturo, 252

Granada, 16, 22, 31, 38, 41, 62, 64, 90, 127-162, 187, 204, 216-217, 219, 248, 250-255, 261-292 Gray, Donald J., 196 Greene, J.D., 235 Guirao Gea, Miguel, 90, 128, 135, 261263, 268-270 Guirao Pérez, Miguel, 16, 130, 135, 160, 163, 216, 230, 237, 250, 261292, 294 Gutiérrez Sancho, Alberto, 96 Gutin, Jerome, 235 Haan, Robert L., de 196, 199 Haeckel, Ernst, 19, 20, 34-36, 40, 4245, 75-77, 100, 105-107, 109, 116, 140, 174, 315, 318 Hamburger, Viktor, 196 Hamparian, Arthur, 247-248 Hayek, Heinrich von, 155 Heidenhain, Martin, 125 Heider, Karl, 74-75 hematopoyesis embrionaria, 100, 111113

Hemoglobina, 305-306 Hernández-Parada, Hugo Ariel, 209 hernia diafragmática, 168, 170, 297 Herrera Ventura, Emilio, 276 Hertwig, Oscar, 20, 108, 187 heterocronía del desarrollo, principio de, 140 Heuser, Chester, H 150, 194 hígado, 112-113 Hilmann, Dean, 247 Hinchliffe, Richard, 310 Hinrichsen, Klaus, 311-312 hipófisis (ver hipotálamo-hipofisario) hipotálamo-hipofisario, sistema, 123, 136, 138, 142-143, 153-155, 280, 304,

384

Embriología en la periferia His, Wilhelm, 35, 41 histoquímica, 19, 159, 216-217, 226, 228, 240, 257-258, 261, 272, 275, 279, 282, 291, 300, 305-306, histología, 21, 26, 36, 41-44, 50-52, 5460, 62, 71, 76, 89-90, 96-97, 111, 118-119, 121-124, 127, 130 132, 141, 146, 161, 174, 181, 186, 222, 227, 232, 235-236, 253, 256, 261, 264, 271, 280, 282, 290, 296, 298301, 310-313, 316 historradiografía, 302, 307 Hochstetter, Ferdinand, 50, 51, 63, 6869, 169 Holmdahl, David Edvard, 136, 265 Homo heidelbergensis, 111 hormonas, 111, 113-115, 210 Hospital –– Brompton de Londres, 285 –– Casa de Salud Marqués de Valdecilla, 309 –– Clínico de San Carlos (Madrid), 201, 221, 317 –– Clínico de San Cecilio (Granada), 278 –– Lariboisiere, 59 –– Hotel Dieu, 59 –– Port Royale, 256 –– Salgrenska de Gotemburgo, 282 Hurlé González, Juan Mario, 307-309 Ibañez Martín, José, 117 Íbero, José María, 106 iconografía embriológica, 35, 39-40, 99-100, 106, 150, 252 Inglaterra, 75, 94-95 injertos embrionarios, 198-199, 208, 211, 217-220, 227-228, 269 inmunofluorescencia, 156, 258

inmunohistoquímica, 258 inmunología, 195, 247-248, 253, 255256, 258-260 Innsbruck, 74 Institución Libre de Enseñanza, 48 Institut International d’Embriologie, 185 Instituto –– Biológico de Sarriá, 30, 73-97, 101, 106, 110, 112, 115-116, 224 –– Cajal, 50, 54, 122, 124, 132, 179, 182, 236, 243, 288, 298-299, 302 –– de Anatomía Henrique de Vilhena, 200 –– de Embriología de la JAE, 178-181 –– de Óptica del CSIC, 293 –– de Tecnología de Massachusetts, 295

–– Hektoen, 286 –– “Olóriz Aguilera” de estudios anatómicos, 22, 31, 216-217, 246, 250-251, 261-292, 294, 298 –– Químico de Sarriá, 77, 80, 92, 97 –– Rothschild, 59 –– Sierra, 282, 301 –– Wistar, 69, 137 International Journal of Developmental Biology, 288, 291 Italia, 75, 82, 84, 274, 282, 289 Javert, Carl, 277 Jiménez-Castellanos y Calvo-Rubio, Juan, 132-134, 136, 139, 145, 147-148, 152, 237

Jiménez Collado, Juan, 147, 199, 207211, 218, 290 Jiménez Díaz, Carlos, 58 Jiménez González, Luis, 384, 126, 238 Jolly, Justin M.,s 112 Jorge Echeverri, Ángel, 173, 176, 237

385

Raúl Velasco Morgado Journal –– of Embryology and Experimental Byology, 287, 309 Junta para Ampliación de Estudios, 29, 47-72,117,166, 168, 170-172, 179180, 187, 214, 232, 315-317 Kahle, Werner, 138, 143, 158-159 Kaiser-Wilhelm-Gesellschaft, 137 Keibel, Franz, 54, 68 Kitai, S. 247, 248 Kölliker, Albert, 35 Kollmann, Julius, 105 Kornmüller, Alois E., 138, 144 Korschelt, Eugen, 74-75 Klüver, Heinrich, 159

Lavería, Teresa, 80 Leblond Charles, Philippe, 248, 259, 289

Lefort-Tran, 300 Lev, Maurice, 286 Levi, Lina, 296, 298 Ley Biogenética Fundamental, 19, 34, 36, 43, 77, 116 Life sciences, 249 ligamentum pulmonis, 209 linfáticos, vasos/sistema, 126, 167-168, 186, 200 litio, 184 Livingstone, Robert, 235 Londres, 39, 94-95, 97, 188, 241, 285, 290

labio leporino, 208 Laboratorio –– Chemie Grünenthal, 211 –– de Anatomía de la Universidad de Múnich, 51, 56, 63, 187 –– de Cancerología Experimental del Instituto de Oncología de Madrid, 55 –– de Embriología de la Carnegie, 150, 169, 193-194, 196, 198, 203 –– Nacional de Oak Ridge, Tenesse, 245-246 Lacroix, Pierre, 267 Lactodehidrogenasa, 248-249 Laguens, Ruben, P, 297 Laín Entralgo, Pedro, 9, 31-32, 40, 58, 59, 145-146, 165, 187-191, 202, 238, 261-262, 277, 292 Langman, Jan, 248, 252, 259 Lasker, Gabriel, 247 Lawson, William, 223 Lausana, 64, 211

López Mateos, Mariano, 38 López-Peláez y Villegas, Pedro, 41-42 López Prieto, Ramón, 64, 66, 168-169, 172-173, 175, 237-238, 301 López Rodríguez, Antonio, 147, 152, 182 Los Ángeles, 16, 30, 196, 234-236 Lovaina, 85, 267 Lutz, Hubert, 218-220, 227, 289 Lutz-Ostertag, Yvonne, 218 Macaca mulatta, 141, 180, 194, 242 Madrid, 21-22, 29, 31, 39, 41, 50, 51, 55-57, 60, 62, 66-67, 69-71, 91, 97, 99, 102, 108, 111-112, 122, 124, 128, 143, 146-148, 152-153, 156, 171, 172, 175- 177, 183, 187-194, 197, 199-204, 211, 216-217, 221, 233, 238, 241, 243, 257, 262-263, 267-268, 272-273, 275, 278-284, 288-289, 291, 295, 300, 317 Magoun, Horace, 234-235 Maguncia, 144, 157 Maisel, Harry, 16, 246, 249, 259, 319

386

Embriología en la periferia Malagón Cobos, Francisco, 252-253, 255, 258-259 Mangold, Hilde, 37 Mansi, Domingo, 297 Marañón, Gregorio, 261 Mari Martínez, Manuel, 181, 184, 232, 290

Martín García, Manuel, 173 Martínez de la Torre y Foix, Margarita, 254-255, 258 Martínez Molina, Rafael, 39, 41 Martínez Moreno, Juan Manuel, 299 Martínez Núñez, Zacarías, 105 Martínez Rovira, José Luis, 147, 173, 182-184 Masonería, 119-120 materialismo, 34, 102 Maternidad Provincial de Málaga, 278 matriz ependimaria, 158 Mauer, mandíbula de, 111 Max-Planck-Gesellschaft, 137, 136, 138 Medicina Clínica (revista), 185 médula espinal, 41, 42, 161, 183-184 mecanicismo, 75,102, 131 Meckel, Johann Friedrich, 39 Mehta, P.D., 247 Meiniel, Annie, 227 Meiniel, Robert, 227 Meller, Karl, 257, 311 membranas de Formvard, 296 Mercier-Parot, L., 210, 212 metaplasia wolffiana, 242, 244 método de (v. técnica de) Mezquita Moreno, Daniel Cándido, 267 Mollier, Siegfried, 50, 56,63, 65-66, 187 mono Rhesus (v. Macaca mulatta) Montero García, Enrique, 282, 288, 290

Morax, Víctor

Michigan 221, 246, 289 microbiología, 81,86, 91, 95, 119 microcirugía 37, 191-192, 198-199, 203, 211, 217,234, 240, 244, 258-259, 272 microelectrocoagulación (v. electrocoagulación) micromanipuladores, 191, 272 microscopio –– binocular, 78,85, 191, 219 –– de luz polarizada, 77-78, 267 –– electrónico, 256, 293, 295, 297, 299-300, 307-308, 312 –– electrónico de barrido, 300, 309 –– electrónico de transmisión, 309 –– estereoscópico, 257 –– Kraus Bauch & Lomb, 84 –– Reichert, 78 –– Siemens, 297 –– Wehrli, 257 –– Zeiss, 77-78, 85, 307 microtomo –– de congelación, 78, 84, 279 –– de Porter-Blum, 296 –– Enrique Muntala, 85 –– Gebrüder Frohmann, 77 –– Hermanos Frommann, 78 –– Jung, 78 –– Leitz 257 –– Minot, 78 –– Reichert, 78, 84 –– Rocking o de báscula, 78 –– Spencer, 78 Mielinización, 132, 159 miembros (extremidades), 208, 217218, 221, 228, 270, 282 miofibrillas, 300 Mizeres, Nicholas, 247 Milaire, Jean monstruo, 53, 110

387

Raúl Velasco Morgado Moscona, Aron Arthur, 226, 229 Morfobioquímica, 231, 248-249, 253, 255-256, 208-259 muerte celular programada, 308-310, 320 Mulnard, Jacques, 225-226, 229 Múnich, 50-51, 56-57, 63, 65, 70, 178, 187 Muñoz Fernández, Emilio, 287 Murillo Ferrol, Narciso-Luis, 147, 200, 207, 216-230, 270-273, 290-291, 294, 299 musaraña gris (v. Crocidura russula) Nature, 249, 319 neuroanatomía, 124,129, 132, 140, 153, 157, 209, 242, 244, 247, 270, 301302, 307 Neurocirugía (revista), 185 neurocirugía (disciplina), 124,153 neuroendocrinología, 139, 144, 154157, 290, 293 neurofibrillas, 43 Naturphilosophie, 33 Navarro Gil, Vicente, 167 Nubiola Espinós, Pedro, 101 Negrín, Juan, 214 neolamarckismo, 104 neovitalismo, 113 nodo de Hensen, 94-95, 202 notocorda, 171 núcleo –– caudado, 133 –– lentiforme, 133 –– mesencefálicos, 256-257 Nueva York, 16, 234, 236, 245, 249, 253-254, 257, 277 Obstetricia (véase ginecología) Ochoa, Severo, 249, 253-254 Olóriz Aguilera, Federico

oftalmología, 50-51, 58-61, 181, 203, 232-234, 236, 238, 241, 257,270 oído, 108, 208, 282 Ojeda Sahagún, José Luis, 16, 301-309, 320

oliva protuberancial, 209 oncología experimental, 56-57 Opus Dei 96, 117, 122, 148, 247 O’Rahilly, Ronan, 240, 289-290 Ortiz Picón, Juan Manuel, 32, 51, 5558, 287 ortogénesis, 104 Orts Llorca, Francisco, 29-30, 51, 55, 58, 61, 64, 66, 103, 120, 130, 165-204, 207, 220, 222, 288-289, 300, 316 Palmés, Fernando María, 92 paleoantropología, 28, 105, 110-111, 143 Pander, Christian, 33 parasimpático, sistema nervioso, 123, 235

París, 39, 50-51, 53, 62-65, 126, 142, 167-170, 207-210, 212 –– facultad de ciencias, 53 Pasteels, Jean Jules, 225-226 Pascual Morenilla, María Teresa, 273274, 281, 290 pensión de la Junta para Ampliación de Estudios pentotal, 305-306 Peña Díaz, Leonardo de la, 67 Pérez Casas, Antonio, 236, 238-239, 282

Pérez Gallardo, Florencio, 210-11 Pérez Llorca, José, 51, 55, 58-61, 181, 203, 232 Pérez Modrego, Severino, 123 Pérez Monsoneda, David G., 199-200 Pérez Villanueva, Joaquín, 262

388

Embriología en la periferia Pernkof, Eduard, 51, 169 Pertusa Grau, José, 81, 84, 86-88, 91, 94-95, 97 Peset Aleixandre, Juan Vicente, 119 Philipp, Ernst, 113 Pithecanthropus erectus v. Homo erectus placodas epibranquiales 223 Pla i Majó, Bartolomé, 173 plexiforme, fase (cardiogénesis), 152, 197, 203 Pfefferkorn, Gerhard, 311 plexo braquial, 208 plexos coroideos, 265 pineal, glándula, 65, 243 Politzer, Georg, 66-67, 82 Pons Tortella, Eduardo, 66, 82, 173, 176 portal, sistema, 154 Portugal, 89, 122, 200, 203 Potter, Edith L., 283-285, 290 Poulik, Miroslav Dave, 247-248 Prieto Carrasco, Casto, 173 Prieto, Gregorio, 190 protoneodarwinismo, 104 Puchades Orts, Alfonso, 201 Puelles López, Luis, 253-258 Puente Domínguez, José Luis, 147 Puerta Fonollá, Javier, 201 Puiggrós Sala, Joan, 66, 79, 81-88, 9197, 116, 119 Pujiula i Dilmé, Jaime, 15, 17, 21, 29, 45, 47, 62, 66, 73-116, 118-119, 127, 176, 213-214, 224, 251, 315-316 puromicina, 306 Rabl, Hans, 75-76, 82, 114 rana africana de uñas (v. Xenopus laevis) 101, 273 Ranke, Johannes, 105 rata 44, 76, 101, 160, 208, 212, 235, 273, 281, 296, 300

Rauwolfia 210 rayos X 82, 220 Real Academia –– de Ciencias Exactas, Fisicas y Matemáticas de Madrid, 108, 111-113, 115 –– de Medicina de Barcelona 79, 111 –– Nacional de Medicina 187, 205 receso neumo-entérico, 294 Redslob, Edmond, 51, 60 Reinoso Suárez, Fernando, 16,128, 135136, 139, 143-144, 147-148, 153, 288 Remane, Adolf, 140 Reserpina, 210 retina, 197, 241, 259 Reverberi, Giuseppe, 97 Revista –– Clínica Española 185 –– Española de Oto-Neuro-Oftalmología 185 Ribas i Mujal, Diego, 310-311 Ribes Blanquer, Ramón, 201 Rickenbacher, J. 156 Riera Villaret, Antonio, 73 Río Hortega, Pío del, 51, 55-58, 169, 172-173, 175-178 Ríos González, Agustín, 239-240 Robertis, Eduardo de, 199, 256, 295298, 313, 320 Roca, Luis, 99-100 Rodríguez García, Santiago, 156 Romeis, Benno, 57 Roque Suárez, Ángel, 170, 186, 196, 209 Roquetas, 76 Rossi de Rubeis, Ferdinando, 282 Rouvière, Henri, 51, 54, 63, 126, 149, 167-170, 173, 207-208 Roux, Wilhelm, 36-37, 57, 102

389

Raúl Velasco Morgado Ruano Gil, Domingo, 16, 97,147, 149, 191-192, 198-200, 205, 207-209, 211215, 218, 229-230, 290, 294, 310-311 Ruiz-Giménez Cortés, Joaquín, 146, 187, 237, 277 saco vitelino, 110, 112 Saint-Hilaire, Étienne Geoffroy, 33,39 Salamanca, 90, 122-123, 147-148, 152, 173, 187, 188, 235-243, 246-249, 253, 255-256, 297, 304, 313 Salazar Alonso-Villalobos, Valentín, 304 Salvatierra Mateu, Vicente, 287-288 Sánchez Covisa, José, 187 Sánchez Guisande, Guimersindo, 125126, 161 Sánchez Maldonado, Gabriel, 236, 238 San Francisco, 196 Sandoval Suárez, José, 224 Santamaría Arnaiz, Pablo, 236 Santos Gutiérrez, Luis, 236, 238-240, 246 Sarrat Torreguitart, René, 147, 157 Sawyer, Charles H., 234-235 Schäffer, Josef, 76 Schostrand, Fritiof, 267 Schwann, Theodor, 38 Schmitt, Francis O. 34, 295 Scott, Gordon, 247 Schumacher, Siegmund, 76 Smith Agreda, José María, 16, 136, 147, 156-161, 163, 318 Smith Agreda, Víctor 136, 139,142143, 147-148, 153-154, 237-238 Smithies, Oliver, 248 septum pellucidum, 168 Seguro Obligatorio de Enfermedad 216

seno carotídeo, 221-222 Serres, Étiene, 39

Sierra y Val, Salvino, 64, 301 Silóniz Ortiz, Carlos, 73 Simonena Zabalegui, Antonio, 187 Sindicato Español Universitario, 127 sistema neuromuscular de Escolar, 129130, 134-135, 152, 154, 161, 293 Sociedad –– Anatómica Española, 159, 250, 269 –– Catalana de Biología, 99 –– Médico-Farmacéutica de los Santos Cosme y Damián, 79-81, 86 –– Oftalmológica Hispano-Americana, 233 Soler Viñolo, José, 135, 237-238 Solís Ruiz, José 285 Sols García, Alberto, 255 Spatz, Hugo, 136-144, 154, 157, 162, 204, 318 Stöhr, Philipp 155 Suárez López, Francisco 57, 64-66 Suárez Núñez, José María David, 236 simpático, sistema nervioso 63, 123, 134, 151, 208, 235, siringomielia 184 Spemann, Hans, 22, 37, 51, 57, 66, 68, 70, 178, Staphylococcus aureus, 281 Sudáfrica, 248 Suiza, 50, 52, 54, 68, 82, 136, 155, 178, 185

sulfamidas, 210 suprarrenales, glándulas, 175, 276, 280, 296, 298, 304, talidomida, 211-212, 303 tanatopraxia, 72, 172, Taure Gómez, Manuel, 31, 80, 83, 89, 118, 213, 251 técnica

390

Embriología en la periferia –– de Born, 54, 127, 130, 139, 158, 163, –– de difusión, 248 –– de la fosfomonoesterasa alcalina inespecífica, 228 –– de fijación en peristón-osmio, 296 –– de Koelle Gerebtzoff para la colinesterasa, 228 –– de Lunvall, 219 –– de Moscona, 226, 229 –– de Shulze modificada por Peterfi, 219

–– de Spratt, 212, 305 –– de Vogt, 103, 178, 184, 217, 259 –– estereofotométrica de SobottaNeumayer, 130 –– histoquímico de O’Brien, 305 –– planimétrica de His, 130, 265 Tejedo Mateu, Antonio, 214-215 Telanthropus, 111 teleología, 34, 90, 102, 105, 108-109, 113, 125, 129, 131, 162, 291 Tello Muñoz, Jorge Francisco, 21, 4344, 56, 124, 137, 236, testovirón, 134-135 Testut, Leo, 149 Tönduri, Gian, 136, 155, tratado, 38-39, 47, 71, 73, 75-76, 79, 99, 111, 130, 149, 151, 162, 186, 203, 223, 225-252, 260 teratología, 39, 60, 110-111, 116, 155156, 180-181, 183-184, 191, 194195, 207-212, 214, 265, 268, 273, 276, 281, 286, 291, 301-302, 304, tinción –– con hematoxilina-eosina 127 –– de azul alcián-PAS-hematoxilina de Groat 227 –– de Cajal 257 –– de Heidenhain-Wölke 139

–– de Hines 195 –– de Klüver-Barrera 158-159, 257, –– de Nissl 139, 141 –– de nitrato de plata de NaumenkoFeigin, 257 Tovar Llorente, Antonio, 187 transparentación, 219 Treballs de la Societat Catalana de Biologia, 99 Trías i Pujol, Joaquín, 50, 54 Transformismo, 41, 53, 77, 98, 100, 105, 106, 315 trascendentalismo, 33 traumatología, 210, 216, 221, 240 Trieste 75 tubérculos mamilares, 44 Tuchmann-Duplessis, Hebert, 210, 212, 289 tungsteno 217, 219 Tupaia glis 141 tupaya (v. Tupaia glis) ultramicroscopio 77 Universidad –– autónoma de Barcelona 174, 171,

391

301

–– Central de Madrid, 31, 50-51, 53, 60, 62, 67, 68, 69, 120, 124, 146, 148, 165, 171, 186, 188, 190, 199, 201-203, 206, 216, 261, 267, 299

–– de Barcelona 86, 93, 96-97, 99, 213, 310 –– de Bari, 244, 289 –– de Alcalá de Henares, 301 –– de Buenos Aires, 297 –– de Chile, 199

Raúl Velasco Morgado –– de Clermond Ferrand, 218-220, 226, 289 –– de Columbia, 257 –– de Córdoba (Argentina) 69, 196 –– de Cuyo, 183 –– de El Salvador, 297 –– de Extremadura, 254, 310 –– de Gales, 310 –– de Génova, 282 –– de Granada, 38, 264, 280, 286 –– de Hallifax, 235 –– de Illinois, 137, 186 –– de Lisboa, 200 –– de Málaga, 147, 161 –– de Montevideo, 186 –– de Múnich, 56, 178 –– Nacional de La Plata, 297 –– Nacional del Litoral, 297 –– de Otago, 222 –– de Óxford, 137 –– de Pensilvania, 69 –– de Salamanca, 147, 148, 237-238, 243, 255, 304 –– de Santander, 308 –– de Santiago de Compostela, 173 –– de Stanford, 196 –– de Sevilla, 147, 255, 263 –– de Valladolid, 51, 55, 65, 237-238, 306

–– de Yale, 137 –– de Zaragoza, 50, 67, 126, 147, 228-229 –– Johannes Gutenberg, 157 University College de Londres, 94 Urología, 118, 167, 213-215, 230 uréteres, 215 uridina tritiada, 307

Urtubey Rebollo, Luis, 59, 119, 179, 181 Valdovinos García, Cosme, 54 Valencia, 40, 42, 61, 64, 67, 74, 89, 115, 118-119, 124-127, 146-148, 161, 166, 179-180, 227, 229 y 331 Valverde Pinedo, Victoriano, 304 Velasco, Pedro González, de 39 Vera Gil, Arturo, 156 Vicent Dolz, Antonio, 74 Viena, 50-51, 63, 66, 68, 75-77, 82, 85, 96, 111, 118, 169-170, 175, 177, 180, 183, 223, Vilar Vidal, Miquel, 173 Villa, Julián de la 173, 176 Villar Lacilla, José María, 229 Villar Palasí, José Luis, 254 virus, 210 vitalismo, 38, 102-103, 131, 162, 317, vítreo 59-60 Vogt, Walter, 51, 57, 103, 178, 184-185, 217, 246, 259, Wainstein Sabat, Abraham, 199-200 Wasmann, Erich, 74, 105-107 Wassermann, Friedrich, 51, 56-57, 157 Watzka, Max, 157 Weismann, August, 109-110 Weisschedel, Ewald, 138 Widakowich, Victor, 76 Windle, William F., 30, 195, 199, 235, 240, 242-246 Wilhelm Roux Archives für Entwicklungsmechanik der Organismen, 287

Woerdeman, Willem, 248 Wolff, Étienne, 218-219, 289 Yamada, Tuneo, 245-246

392

Embriología en la periferia Young, John Z., 94 Zacheo, Damiano, 282, 290 Zak, Frederick G., 223 Zawisch-Ossenitz, Carla, 89, 113 Zeitschrift für Anatomie und Entwicklungsgeschichte, 171, 287

Zoología, 26, 74, 75, 149, 166, 167, 178, 195, 265, 310 Zulch, Klaus Joachim, 138 Zulueta y Escolano, Antonio, 50, 53 Zúrich, 50, 136, 155, 156 Zwilling, Edgar, 221

393

145,15 mm

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LAS CIENCIAS DEL DESARROLLO EN LA ESPAÑA DE LA II REPÚBLICA Y EL FRANQUISMO

Al comenzar el siglo XX, la embriología no había encontrado aún su nicho en la Universidad española. Embriología en la periferia traza la odisea de la disciplina abriéndose camino en dos escenarios científicos tan diferentes como la II República y la Dictadura franquista. A través de la investigación en más de una decena de archivos nacionales e internacionales, del análisis de las publicaciones de los morfólogos españoles y de la recolección de numerosas fuentes orales, este libro reconstruye las investigaciones embriológicas de ambos períodos y sus contextos sociopolíticos y académicos. A través de sus páginas, Embriología en la periferia muestra cómo la economía del país, las cambiantes políticas científicas o las ideas políticas y religiosas de los propios investigadores influyeron en el perfil de las ciencias del desarrollo que se cultivaron durante estos períodos en España. La embriología que salió del laboratorio de un padre jesuita en Barcelona, la que arrancó de un proyecto de la Junta para Ampliación de Estudios y se vio obligada a germinar durante el franquismo o la que se desarrolló al abrigo del germanófilo primer CSIC y creció junto a los anatomistas alemanes de la Guerra Fría configurarán las diferentes «embriologías» que irán apareciendo en este volumen.

EMBRIOLOGÍA EN LA PERIFERIA

RAÚL VELASCO MORGADO

ÚLTIMOS TÍTULOS PUBLICADOS 54 Juan Mainer Baqué La forja de un campo profesional. La pedagogía y la didáctica de las Ciencias Sociales en España (1900-1970), 2009. 55 Sandra Rebok Una doble mirada. Alexander von Humboldt y España en el siglo XIX, 2009. 56 Aitor Anduaga Egaña Geofísica, Economía y Sociedad en la España contemporánea, 2009. 57 Francisco Ortega El cuerpo incierto. Corporeidad, tecnologías médicas y cultura contemporánea, 2010. 58 John Slater Todos son hojas: literatura e historia natural en el Barroco español, 2010. 59 Paula Olmos Gómez Los negocios y las ciencias. Lógica, argumentación y metodología en la obra filosófica de Pedro Simón Abril (ca. 1540-1595), 2010. 60 Mercedes del Cura González Medicina y pedagogía. La construcción de la categoría «infancia anormal» en España (1900-1939), 2011. 61 Aitor Anduaga Egaña Meteorología, ideología y sociedad en la España contemporánea, 2012. 62 Xavier Calvó-Monreal Polímeros e instrumentos. De la química a la biología molecular en Barcelona (1958-1977), 2012. 63 Francisco Villacorta Baños La regeneración técnica. La Junta de Pensiones de Ingenieros y Obreros en el extranjero (1910-1936), 2012. 64 Antonio González Bueno y Alfredo Baratas Díaz (eds.) La tutela imperfecta. Biología y farmacia en la España del primer franquismo, 2013. 65 Matiana González Silva Genes de papel. Genética, retórica y periodismo en el diario El País (1976-2006), 2014. 66 José Manuel Azcona Pastor y Víctor Guijarro Mora La utopía agraria. Políticas visionarias de la naturaleza en el cono sur (1810-1880), 2015. 67 Annette Mülberger (ed.) Los límites de la ciencia. Espiritismo, hipnotismo y el estudio de los fenómenos paranormales (1850-1930), 2016.

ESTUDIOS SOBRE LA CIENCIA Raúl Velasco Morgado (Salamanca, 1982) es licenciado y doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, donde se especializó en Historia de la Ciencia, y es facultativo especialista en Pediatría y en Medicina Familiar y Comunitaria. Sus líneas de investigación principales son la historia de la morfología española (anatomía y embriología), la medicina en contextos bélicos (siglos XIX y XX) y la historia de la pediatría en la España del franquismo y la Transición. Obtuvo el premio Hernández Morejón de la Sociedad Española de Historia de la Medicina en 2013 y forma parte del Grupo de Investigación Hispano-Luso de Historia de la Polio y Síndrome Postpolio.

Raúl Velasco Morgado

EMBRIOLOGÍA EN LA PERIFERIA LAS CIENCIAS DEL DESARROLLO EN LA ESPAÑA DE LA II REPÚBLICA Y EL FRANQUISMO

CSIC

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

Ilustración de cubierta: Francisco Orts Llorca en el laboratorio de su cátedra, 1955.