La Dialectica Del Don

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D om iftique Tem ple

LA DIALECTICA DEL DON E nsayo sobre la oikonom ía d e la s com u n id ad es i n d í g e n a s

hisbol

D e p il é Lciful: Na. i r> ra í a F i r . r r r i + r i - i ai --■« --i -- -~m ra m t i 10. O tra ilustración del principio contradictorio y de sus traducciones por la palabra de contradicción (y el principio religioso) y la palabra de rompleTíientariedud (y el principio d ualista y cuatri partí t f l ) ■i m H t H H I #■+ #■* r » *.«a » » »■* ■+ » +-«-M+ * * §» ■■«•PP « H + 4 !■11- Contradicción del intercam bio y de la reciprocidad ............... 12. Elí>/v q it o histórico ............................ ......... .................... ....... 13, A rticulaciones de !a economía de inte rea mbifl y de la economía de reciprocidad .......................................... 2.

IV, E c o n o m ía y c o m u n id a d ..................... 1.

.......... ............. ................

El concepta de reciprocidad ................... ............................. ...... El concepto de intercam bio ...................,„...... ............................ . 9. El concepto de desarrollo com unitario ............................... 4. El concepto de desarrollo p riv a d o ............................................... 2.

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5. El concepto de poder de prestigio entre los aym aras y quechuas ...................... 6. El concepto criollo de poder: el poder de acumulación 7. El concepto de posesión en Ir economía aym ara y quechua . .. 8. El concepto criollo de propiedad !■8 ±1+4+-4"i-'r4h'itü -i * 9. El concepto de redistribución corno factor de superpro­ ducción HKrssh B11ÍÍ+ rwwfBít-r**H'íItitbtiímhpbir--pití........................ 10. El concepto de colectivización como láctar de subdesaiTollo 11. El concepto de equivalencias de reciprocidad ........................ 12. El concepto de precio de intercam bio ........................................ 13. El concepto de mercado ___ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . __ 99 14. L a equivocación histórica de Ira aym aras y q u e c h u a s.......... 15. U na reform a a g raria equilibrada ................ — ................. 16. Rol del intercam bio y dé La recip ro cid ad ............................. 17. L a altern ativ a de la reciprocidad

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E p ílo g o a la p r im e r a e d ic ió n : P e n s a r la re v u e lta , Javier

M edina ................................................... .................................................

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1. 2. 3. 4. 5. 6.

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Vivimos un nuevo tiempo axial .................................................. Se acaba el tiempo rectilíneo ...................................................... Se desvanece ei mito de la revolución ........................... ......... L a Revuelta y resurrección de los otros .................................... Pensar la R evuelta con su s propios conceptos......... 107 L a lógica del don: álgebra y fuego de una nueva civilización

Bib lio g r a f ía

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.. ....... „

108 .111

PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION OIKONOM1AY DEMOCRACIA PAUTICIPATIV A MUNICIPAL DE MATRIZ INDIGENA

Javier Medina

1. Exta segunda edición, aumentada, ¡tale después de nueve años de haber sido dada a luz la primera versión. Se impone, pues, una evaluación; ya que ningún libro que he editado lo ha sido ¡nocen temen te. Con todos ellos busco que la sociedad «e vaya constru­ yendo, poco a poco, otra atalaya intelectual para poder mirar nuestro país ton otros ojos. Yo me entiendo, básicamente, como un alquimista que va poniendo algunos ingredientes en la gran retorta de la sociedad para que ésta pueda producir la obra magna de la transmutación civilizatoria. Tal, por lo menos, la ilusión. Me reconforta saber que los dos libros de Dommique Temple que he editado están, por ejemplo, en el origen de los desarrollos, yo autónomos, que esta produciendo Simón Yampara en ámbito aymara boliviano; de lado chileno hace lo propio Hugo Romero Bedregal. En ámbito quechua, AGRUCO va complejizando su enfoque agrvecológico ípj fisíti dirección, y ello es evidente en los trabajo* de Juan San Martin y Stefan Rist, Sé que, en el área

guaraní, Bartomeu Meliá está trabajando este lema con Dommique Temple y Xavier Albá. Me emocionó profundamente saber que L a Lógica del Don fue el motor inspirador que empujó a la creación del Consejo Indígena de la Región Amazónica, CIHABO, tal corno me lo confesaran, en Riberaita, Carmelo Soria y los hermanen¡ Domínguez, impulsores de dicha organización que cobija a. unos ocho grupos étnicos de la Amazo­ nia boliviana. Me consta, asimismo, que en el Peni, Grillo, Rengifo y el equipo del PRATEC prolongan, con sabia propia, este diálogo y esta pasión por construir otra tipo de civilización a partir de nuestras raíces amerindias. Ahora bien, para que una idea pueda crecer es indispensable que los espacios mentales, institucionales y administrativos sean propicios. La lógica d el don ha tomado algún cuerpo allí, justamente, donde el concepto de ayllu se ha ido abriendo lugar, primero, en la cabeza de determinadas personas que han ido después a la realidad, heteróclita y diversa, con ese mapa en la cabeza. Otro tanto ha sucedido con quienes tenían en la mente el concepto de territorio; tal el caso de la APG y de CUlABO. Pues bien, con la Municipalización, la Planificación participativa, el concepto jurídico de Mancomunidad de la Ley de Participa­ ción Popular, se amplia la escala, de esa virtualidad, a nivel nacional, fíe aquí la novedad y , de momento, la peculiaridad boliviana. Ahora, de lo que se trata es que desde los almácigas mencionados, se pueda iniciar el trasplante a los huertos municipales. 2. No soy economista, pero sí un lector sabático y, a veces, dominical de literatura económica. De los clásicos de la N a tio n a ló ko n o m ie no creo haber entendido más del diez p se me hizo evidente cuando terminé de leer Econom ía de la edad de piedra, de Sahlins. Sentí que esas intuiciones iban por el buen camino cuando me entere que Mu m i había echado mana, justamente, de Holanyi para poder descifrar y entender el sistema económico inca. Los trabajos posteriores de tos discípulos de Marra ejemplifican contundentemente la Alteridad de loa sistemas económicos indígenas. Después de Bataille, otro texto iluminador para mi fue Lo pequeño t s herm osa, de Schumachcr, quL> me regaló ese intrigante capítulo 'Economía budista", Desde entonces en toda monografía etnográfica que leo me detengo con gran curiosidad a ver en qué consista una economía ay mará, citara ni, chiquitunu. ayorea, quechua, etc, Es asi que edito, en I9íi7, Econom ía ' étn ica , de Olivia Harns, con el interés íle. e m p e za r u mostrar que si de verdad queremos entender y transformar este país, tenemos que empezar a saber que aquí coexiste otro sistema económico que no es simplemente una fumín arcaica que, ’desarrollándola algún día llegará a con vertirse en uno Economía de mercado y acumulación. No. En Bolivia tenemos ¡a suerte y el privilegio di contar con otro sistema nn sólo económico, sino otro paradigma de sentido, que debe ser entendido, de momento, coma opuesta y com­ plementario al Estado Nación. Mi instinto me dice, sin embargo, que a largo plazo éste es un paradigma de relevo no sólo para nosotros sino para toda lo humanidad. Hoy, sin embargo, no es el momento de demorarte en ello. Vendrá por sí solo, por /a fuerza de la inercia. Hoy, hemos de trabajar el concepto de Complementariedad de Opuestos-

Todo esta, empero, me quedó racionalmente claro cuando tuve la suerte de conocer, aquí en Im Paz, a Domimque Temple. Fruto de ese encuentro y de esa amistad fue la edición de La d ia léctica d el don, en ¡986, v E stru ctu ra com un itaria y reciprocidad, en m iJ ;} Pues bien, entretanto fen lat sin embargo, a la tentación de hacer en ente Prólogo una reseño bibliográfica del “Movimiento por una economía alternativa" o, como dicen otros, "Alternativa* a la eco n o m ía P a u l Ekintt ha editado un libro de -400 página*: The L iving ecanumy, 1985, donde da cuenta de esta megatendencia. Sólo quisiera añadir un detalle significativo, ninguno de estos esfuerzos tiene al Estado-Nación coma referente: siempre están pensadlos para realidades locales y municipales y redes de éstas que rebasan la forma Estado-Nación, Así, pues, para expresar esta complcju,ación de los distintos pensamientos económicos contemporáneos, de un modo más bien gráfico y sintético, me oov a permitir reelaborar el esquema que. utiliza Hezel Hemierson en Paradigm a in Progres. Life beyond económica, 1992, en el que representa el sistema económico bajo la forma de una torta de tres pisos, con relleno de chocolate y recubrimiento de crema.

El inmenso com pilo económico: la torta, se apoya, curiosamente, sobre algo que excluye la caduco ciencia económica actual con esa perplejidad llamada Exlernalidad, es decir, los efectos externos al mercado no valorados en los precios que forman el P1B. Sabernos por Kuhn que un paradigma científico entra en crisis y se torna obsoleto cuando ya na ex capaz de explicar y te n e r en cuenta la mayor complejidad socialmente inteligida. Ahora sabemos, como civilización, que no podemos /tensar la Economía sin involucrar a la biosfera como la generadora de los recursos, de las condiciones de oída y como reguladora de la homoestasis global del sistema. Esta evidencia, social mente hablando, es reciente en las socie­ dades de Occidente, pero en los Andes es la base misma del sistema económico indígena desde hace miles de años, A este substrato se le llama Pacham am a. Los economistas de la Edad solar, para emplear la definición de Hezel, han empezado a llamar a este primer piso de la torta. Gara. Madre naturaleza y Madre tierra. Técnicamente, empero, se está incurriendo casi en una tautología al llamarla Economía ecológica Por eso, recurriendo a Aristóteles, yo llamo a este dominio Oikonomia que incluye, en ta torta, también al segundo piso; y lo contrapongo a C rem atística que incluye, en la torta, el relleno, el tercer piso y el recubrimiento. Entonces, la dimensión ecológica de la realidad debe reconocerse como el marco básico necesario de toda actividad y reflexión económica. Los recientes diálogos transdisciplinarios entre biólogos, teóricos de sistemas, economistas y otros están permitiendo que vaya en aumenta la lucidez acerca del hecho que la naturaleza na sólo significa recursos y materias primas, sino sobre todo unos delicados equilibrios bioquímicos y, fundamental mente, un insustituible patrimonio de Biodiversidad. Proteger, pues, esos frágiles y esenciales mecanismos de la vida es una de las prioridades que debe tener en cuenta la Economía, si quiere respetarse a sí misrrui, hoy en día, como una disciplina científica. Asi, la llaniada Economía ecológica (que subyace concep­ tualmente, pero in nuce todavía al Desarrollo Sostenible en la definición boliviana) busca tanto tener en cuenta el mediano y largo plazo, como contabilizar las extern ali dad es, Ello implica, por un lado, replantearse los procesos productivos: cambias en

ifenología, materiales y fuentes energéticas y, por «tro, aplicar tasas verdes a la extracción, uso y contaminación para que la saciedad internalice tos costos medioambientales. Sobre este primer piso encontramos un amplio sector que vamos a llamar con lllich vernáculo: agricultura de subsistencia, produc­ ción de valores de uso, trabajo doméstico, asistencia voluntaria a ancianos, niños y enfermos, ayuda mutua, voluntariado, regalos, intercambios no monetarios ile servicios, trabajos y equipo: reciprocidad, en una palabra. No me gusta el concepto de Economía informal, que. también usa Henderson, por la falacia evolucionista que le subyace: regu lándola, algún día, llegará a ser parte de la Economía formal. Creo que se trata, en gran parte, de un espejismo etnocéntrico de las sociedades occidentales. Puede que algo de ello sea correcto, empero, en el uso urbano que se le ha dado en América Latina al focalizar el concepto sobre todo en la microindustria familiar y el comercio ambulante, que no pagan impuestos, etc. Pero si echamos lina mirada a todo lo que la literatura económica llama informal (otra perplejidad conceptual como externa! idad, que denota la crisis del paradigma científico la N ationalókunom ie) comprobaremos fácilmente que un porcentaje sustantivo corres­ ponde a otro sistema económica, opuesto absolutamente al del Mercado y la Acumulación y que, por tanto, es un error y una ingenuidad pensar que la complejidad es reducible o una sola variable evolutiva en el tiempo, entendiendo, además, a éste preeins teinianamente. De todos modos, es interesante remarcar cómo, en el modelo de Hender son, el 50% de la riqueza productiva real, en términos absolutos, corresponde a actividades que no se contabilizan en el PIB y que corren a cargo del altruismo humano y, aobre todo, de los costos ambientales no pagados y traspasados a las genera­ ciones futura». Aquí es donde se toma inocultable la caducidad del paradigma económico actual. Henderson postula la necesidad de "valorar sociaIntente" el trabajo que. realizan las personas sin obtener una remuneración monetaria, en tanto que voluntaria (asociacionismo) o no mercan­ til (autosubsifitencia, servicios sociales, reciprocidad) o reproducti

va (taren* del hogar, funciones reproductiva* de las mujeres); ex decir, lo que atañe al ámbito de la Economía vernácula no n*mun erada ni con ta b iliza d a Tal vez les sirva a tas saciedades postindustriales la solución indígena: el concepto de Prestigio y de Renombre sobre ei que abunda Temple en ente texto, precisa­ mente. No está lejano el día en que en esto que es nuestro fuerte: la Economía vernácula, tenganun que prestar asistencia técnica y transferencia de tecnología a las sociedades postindustnales. E n ­ tretanto será inteligente que utilicemos estos "recursos culturales' para construir nuestra O ikonom ia p a rticip a !tea m unicipal de m a triz indígena, como un reencuentro con nuestra más profunda verdad como sociedad Este segundo piso mrresponde a lo que con Temple llamamos el ámbito del Don y la recip ro cid a d y que rige también, como demuestra la nueva investigación económica y sociológica, para las sociedades industriales. Hasta aquí podríamos hablar del P rincipio calidad, como vec­ tor subyacente a todos estos escenarios fundante niales. Entre la parte contabilizada y la no contabilizada de la torta, en contramos el relleno, constituido por la Economía subterránea que se basa en la impunidad que otorga hacer tas transacciones en efectivo. Henderson calcula, en base a una impresionante bibliografía, que esta Economía subterránea y todo tipo de actividades delictivas pueden significar un 15% tlel Fifí de ía* sociedades industriales. Esta Economía rem unerada pero no co n ta b iliza d a incluye la asi llamada sumergida; es decir, todo lo que tiene que ver con trabajo negro", fraude fiscal, etc. Y la o sí llamada delictiva que incluye evasión fiscal, financiaciones ocultas, estafas, robos, chantajes, así como también, tráfico clandestino de personas, órganos, armas y, sobre todo, drogas. Sospecho que Henderson se queda corta en ese cálculo. El tráfico de drogas significa -a j u i c i o m ío- la tercera más grande acum ula­ ción originaria de capital de la Edad Moderna, a juzgar por los efectos que se pueden ver y colegir. Ahora bien, sobre los dos pisos no m onetizados y no con tabilizados se apoya el tercer piso m onetizado y co n ta b i­ liza d o de la actividad productiva, que se recoge. pt>r consiguiente, en el PIB. Este tercer piso se lo reparten, en partes aproximada­ mente iguales, el Sector público (defensa, gobiernos locales, gobierno central, infraestructura, servicios públicos, empresas

nacionalizadas o mixta») y el Sector privado. En otras palabras, el Sector privado mercantilizado representa tan stilo un 20% d d valor total de la torta. Sobre esta Economía rem unerada y con tabilizada, Henderían hará una observación que ya se la leí en La p o lític a de la edad solar. A ltern a tiva s a la economía, 1985 y que me parece muy perspicaz. Dice que esta Economía, que incluye el conjunto de actividades de la Producción - Distribución Consumo, contabi­ liza muchas operaciones que deberían restarse, porque son destrucción o despilfarro, en lugar de sumarse, como se estila Remito el libro citado, a las lectores que tengan interés en ver cómo se inflan PIBs y se autoengañan los Eatados Finalmente, la parte superior de la torta tiene un recubrí miento. las burbujas financieras, formadas por la* transacciones financie ras que se dan en el conjunto del sistema. La Economía financiera, sobrerrem unerada y p a rcia lm en te no con tabilizada, comprende aquellos mercados en los que se compran y venden "productos que, en realidad, na han sitio pro­ ducidos o bien corresponden a prrtilucciones muy antiguas e irre­ petibles; mercados de divisas y de valores, donde se compran y venden en realidad símbolos monetario:,; mercados inmobiliarias; mercados de obras de arte, materiales preciosos, etc. Huelga insistir, pero es obvio que aquí nos las habernos con el Principio C antidad, como vector subyacente a todos estos escenarios más abstractos de la realidad económica. El lector se habrá podido percatar que utilizo el concepto "Economía“ como un techo conceptual que cobija en su interior tanto el concepto de Oikonomia como el de Crematística. Bien, hasta aquí la torta de Hezel Henderson nos ha permitido mostrar la complejidad del hecha económico tal como se es tú pensando actualmente en las vanguardias académicas de Occi­ dente, Por tanto, complementariedad entre. Oikonomia y Cre­ matística, como [tontilloyo para Bolilla. 4. Quisiera mostrar otra convergencia en la discusión europea hacia mi tesis para Bolivia de buscar una complementartedad entre economías de intercambio y acumulación y economías de don y reciprocidad en el contexto de la municipalización.

M artí Oliwlla, Director de Eco Concern, Barcelona, ha tenido la gentileza r los diferentes niveles, un función de la complejidad de la actividad en cuestión. Para algunas proyectos, las decisiones se mantienen en un grupo de personas {en el caso boliviano: los OTBs, por ejemplo) mientras que éH el caso de otros proyectos que, por su complejidad, requieren la participación de más grupos. Ion decisiones ascienden hacia mueles su per¿ores fel Gobierno municipal, ¡xira seguir con el caso boliviano). El último peldaño corresponde al Estado, que actúa como arbitro o coordinador y como gestor de los impuestos y de las re.ntns a repartir. En la Economía distributiva de Dubotn. por ejemplo, de sapa rece completamente la empresa con ánima de lucro, Toda empresa na re de uno necesidad, expresada desde, la comuni­ dad por cancerttMón general Lo empresa e* el negocio de todos y está gobernada por el Principio de autogestión en la organización del trabajo. Una economía desmercantilizada y comunitario implica el retorno a dimensiones o escalas de producción menores; es decir, a la búsqueda de la "escala óptima" descentralizada. Im escala del Ayllu, e/i el caso andino; la "escala humana" de Max Neef; o “lo pequeño es hermoso" de Schumacher,

El objetiva es mantener, al máximo grado posible, la proximidad entre producción y consumo. El come rein entre comunidades ex importante, pero como complemento de actividades que no pueden realizarse en un marco más reducido. En resumen, es la negación de la economía global de los grandes centros de decisión empresarial, que pueden cambiar a voluntad la localÍ£ación de sus operaciones a nivel internacional, sin más lógica que el beneficio de los propietarios del capital. ¿Cómo no sentir la experiencia proustiana del dejá vu al pensar en nuestras economías étnicas que practican esto contra el viento _y la marca de la nuxiemidad? ¿Cómo no darse cuenta que estos autores están postulando algo que en Bol i vía heñios empezado a implementar con la Municipalización? 5. La Democracia representativa, de tipo parlamentario y centrada en la "forma partido", ha perdido y o toda su legitimidad y ha. empezado a vivir el tiempo iiel descuento. Los partidos han demostrado hasta la saciedad perseguir sólo sus propios interese*, encaminados tínicamente a alcanzar y conservar el poder. En títtf sentido, al sistema democrático vigente le falta algo que tanto aquí en Solivia, como en Europa y los Estados Unidos (cf. al respecto Hermán E. Daley y John B. Cobb jr. For the common Good. R edirectin g the Economy tow ard Community, th e Environm ent an d a Suntainable Euture, Beacori Press, Boston, 1989) empezamos a percibir no como la negación del Sistema representativo, sino como su opuesto complementario: la Democracia participativa municipal, en nuestro caso, de matriz indígena. Para mostrar que no andamos muy solitarios, ni des ubicados en la historia universal, voy a resumir lo que al respecto piensan los economistas y pensadores de Propueatas in n o va d o ra m ya nom­ brados. Pido til inteligente lector que mientras lea lo que a conti­ nuación voy a referir, vaya pensando en el proceso de M unicipa­ lización y la Ley ile Participación Popular. Todos estos autores Coinciden en que es necesario descentralizar el aparato político y acercarlo al ciudadano; diseñar una democra­ cia participativa, de mayor libertad individual, que .te apoye en estructuras políticas de base, de acuerdo a los usos y costumbres d* cada lugar. Las nuevas tecnologías de la información pueden

ser instrumentos eficaces para las consultas ciudadanas: votación a través de tarjetas inteligentes vía terminales estratégicamente ubicadas, como se ha empezado a experimentar, por ejemplo, en Noruega. Asimismo para aumentar la transparencia del sistema, es fácil agilitar el acceso a la información a todos los niveles, desde lo que atañe a gestión pública, hasta información macro económica. Para conseguir una Democracia más responsable, transparente y genuino mente participativa, también es necesaria, una reforma del sistema electoral y de la financiación de los partido!;. Una primera opción propone romper el monopolio de los partidos; pero no es convincente, por lo menos para mí, el cómo: los procedimientos. Sospecho que la razón es de orden eognitivo. Estos pensadores na pueden pt-nsar la Alteridad que desean, como opuesto complementario de lo que desean relativizar, en este caso, romper el monopolio de los partidos políticos. De ahí que no sorprenda que la segunda opción planteada sólo pretenda añadir transparencia a su financiamiento. La lógica indígena, en verdad, es una ventaja comparativa que poseemos para resolver las oponas del Principio de Identidad nn.sío/ciirr) cuando se pías ma en instituciones sociales, políticas y económicas. De todos modos, esía clarísima la tendencia por una Democracia más directa, participativa y transparente. Asi definen su objetivo: se busca una democracia me/ios centralizada y más reponsabiluada. Volver al derecho a la Autodeterminación y al Principio de subsidiaridad. La comunidad como agente impulsor. Establecer podares políticos diferentes para abordar los problemas a corto y largo plazo. Cambiar el papel de los partidos para que cumplan su función de transmitir la voluntad de los ciudadanos al Estado y no al revés. Desprofesionalizar la política. Para conseguir estos objetivo» proponen tres dispositivos. 1. Para Ib Subsidian edad: invertir las pirámides de deciaiones políticas. Esta es la propuesta de A. Ricart: S ocietat i economía d el benestar, el autor, por si acaso, es ingeniero industrial y empresario en el ramo de la industria textil. Ricart sugiere un n ü