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Kuby
Inmunología
ERRNVPHGLFRVRUJ
Íconos usados en este libro Péptido antigénico
Receptor de célula T
Anticuerpo
CD3
Timocito inmaduro
Célula TH
Neutrófilo
Basófilo
Célula dendrítica
CD8
Célula TC
Célula plasmática
Célula B
CD4
Monocito
clase I
Receptor de citocina
clase II
Célula T citotóxica
Célula del estroma de la médula ósea
Célula asesina natural
Eritrocito
Eosinófilo
Célula presentadora de antígeno clase II
CD8
CD4 Célula propia alterada
Célula B
Plaquetas
Mastocito
Macrófago
clase I
Célula TC
Citocina
Célula TH
Kuby
Inmunología Judith A. Owen Haverford College
Jenni Punt Haverford College
Sharon A. Stranford Mount Holyoke College con la colaboración de
Patricia P. Jones Stanford University
Séptima edición
Traducción: Bernardo Rivera Muñoz
ERRNVPHGLFRVRUJ MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • MADRID • NUEVA YORK SAN JUAN • SANTIAGO • SAO PAULO • AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL NUEVA DELHI • SAN FRANCISCO • SINGAPUR • ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO
Director editorial: Javier de León Fraga Editor de desarrollo: Manuel Bernal Pérez Supervisor de producción: Juan José Manjarrez de la Vega
NOTA La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de la terapéutica. El(los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosiicación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para recabar información sobre los valores normales.
KUBY. INMUNOLOGÍA. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita del editor.
DERECHOS RESERVADOS © 2014, respecto a la tercera edición en español por, McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C. V. Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe, Delegación Álvaro Obregón C. P. 01376, México, D. F. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. No. 736 ISBN: 978-607-15-1126-3
Clave CTP 12/13
Translated from the seventh English edition of: Kuby. Inmunology. Copyright © 1992, 1994, 1997, 2000, 2003, 2007, 2013 by W. H. Freeman and Company. All Rights Reserved ISBN: 978-1492-1919-8 1234567890
2356789014
Impreso en México
Printed in Mexico
Comité asesor para la revisión cientíica de la edición en español Dr. en C. Francisco Raúl Chávez Sánchez Coordinador de Enseñanza de Inmunología Departamento de Bioquímica, Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Dr. en C. Rommel Chacón Salinas Departamento de Inmunología Escuela Nacional de Ciencias Biológicas Instituto Politécnico Nacional Dra. Susana del Toro Arreola Profesor-Investigador Laboratorio de Inmunología, Departamento de Fisiología, Universidad de Guadalajara MCs Carlos Francisco Espinoza Vázquez Maestro en Ciencias Microbiológicas con Área Terminal Médica Catedrático Titular y Coordinador de Inmunología en el Departamento de Ciencias Biológicas y Facultad de Medicina, Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) Profesor invitado al curso de Inmunología del Posgrado en Microbiología Médica, Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (ICUAP) Catedrático invitado al curso de Inmunología de la Licenciatura de Biomedicina (BUAP) Catedrático adjunto a la Materia de Biología molecular e Inmunología a los Posgrados de Endodoncia en UAT y Ortodoncia-periodoncia en UPAEP Dra. María C. Jiménez Martínez Profesora de Inmunología Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Jefe Departamento de Inmunología, Unidad de Investigación Instituto de Otalmología “Fundación Conde de Valenciana” Dr. Gerardo Rivera Silva PhD Profesor de Inmunología Básica Departamento de Ciencias Básicas Universidad de Monterrey (UDEM) MC Alma Rosa Toledo benítez Profesora y Coordinadora de la Academia de Inmunología Facultad de Medicina Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)
A todos nuestros estudiantes, becarios y colegas que han hecho de nuestras carreras en inmunología una fuente de alegría y emoción, así como a nuestras familias que hicieron posible estas carreras. Esperamos que las generaciones futuras de estudiantes de inmunología encuentren que este tema es tan fascinante y gratiicante como nosotras lo hemos hecho.
Acerca de las autoras Las cuatro autoras somos investigadoras y maestras activas que hemos recibido subvenciones de investigación de los National Institutes of Health (nih) y la National Science Foundation (nsf). Hemos prestado servicio en diversos puestos como revisoras de propuestas de subvenciones para la nsf, los nih, el Howard Hughes Medical Institute hhmi, y otros organismos patrocinadores, así como en la evaluación de manuscritos enviados para publicación en revistas de inmunología. Además, todas somos miembros activos de la American Association of Immunologists y hemos prestado servicio a nuestra organización nacional de diversas maneras.
Judy Owen tiene títulos de B.A. y M.A. (Hons) de la Cambridge University. Obtuvo su Ph.D. en la University of Pennsylvania con el fallecido Dr. Norman Klinman, y su beca posdoctoral con el Dr. Peter Doherty en inmunología viral. Fue nombrada miembro del profesorado del Haverford College, uno de los primeros colegios para estudiantes de pregrado en ofrecer un curso de inmunología, en 1981. Imparte muchos cursos de laboratorio y conferencias en bioquímica e inmunología; ha recibido varios premios de enseñanza y tutoría. Es participante en el First Year Writing Program y ha estado involucrada en el desarrollo del plan de estudios en toda la universidad.
Jenni Punt recibió su A.B. en el Bryn Mawr College (magna cum laude) y se especializó en biología en el Haverford College. Recibió su vmd (summa cum laude) y Ph.D. en inmunología en la University of Pennsylvania, y fue una becaria Damon Runyon-Walter Winchell Physician-Scientist con el Dr. Alfred Singer en los National Institutes of Health. Fue nombrada miembro del profesorado del Haverford College en 1996, donde imparte biología celular e inmunología, y realiza investigación en el desarrollo de células T y la hematopoyesis. Ha recibido varios premios de enseñanza y contribuido al desarrollo de iniciativas de planes de estudios universitarios. Juntas, Jenni Punt y Judy Owen desarrollaron e impartieron el primer AAI Introductory Immunology, que ahora se ofrece anualmente.
Sharon Stranford obtuvo su B.A. con honores en Biology en la Arcadia University y su Ph.D. in Microbiology and Immunology en la Hahnemann (ahora Drexel) University, donde estudió autoinmunidad con el patrocinio de la Multiple Sclerosis Foundation. Cursó estudios posdoctorales en inmunología del trasplante en la Oxford University en Inglaterra, lo cual fue seguido por una beca en la University of California, San Francisco, trabajando sobre el hiv/sida con el Dr. Jay Levy. De 1999 a 2001, Sharon fue una Visiting Assistant Professor of Biology en el Amherst College, y en 2001 se unió al profesorado del Mount Holyoke College como una Clare Boothe Luce Assistant Professor. Imparte cursos sobre introducción a la biología, biología celular, inmunología y enfermedades infecciosas, así como un nuevo curso interdisciplinario llamado Controversies in Public Health.
Pat Jones se graduó en el Oberlin College en Ohio con Highest Honors in Biology y obtuvo su Ph.D. in Biology with Distinction en la Johns Hopkins University. Fue una becaria posdoctoral de la Arthritis Foundation durante dos años en el Department of Biochemistry and Biophysics de la University of California, San Francisco, Medical School, lo cual fue seguido por dos años como una becaria posdoctoral nsf en los Departments of Genetics and Medicine/Immunology en la Stanford University School of Medicine. En 1978 fue nombrada Assistant Professor of Biology en Stanford y ahora es profesora de tiempo completo. Pat ha recibido varios premios de enseñanza de pregrado, fue la Director fundadora del h.D. Program in Immunology y en julio de 2011 asumió el cargo de Director of Stanford Immunology, un puesto que coordina actividades de inmunología en toda la universidad.
Contenido
Sección I. Introducción
capítulo 1
Perspectiva general del sistema inmunitario
1
Una perspectiva histórica de la inmunología
2
Los estudios de vacunación tempranos abrieron el camino hacia la inmunología
2
La vacunación es un esfuerzo continuo y mundial
3
La inmunología se trata más que sólo de vacunas y enfermedades infecciosas
4
La inmunidad involucra componentes tanto humoral como celular
6
¿De qué modo el sistema inmunitario reconoce sustancias extrañas?
9
Conceptos importantes para entender la respuesta inmunitaria de mamíferos
11
Los agentes patógenos tienen muchas formas y deben romper primero las barreras naturales
12
La respuesta inmunitaria se adapta con rapidez para que reúna las características necesarias para combatir la agresión
12
Las moléculas de reconocimiento de agente patógeno pueden ser codiicadas en la línea germinal o generadas al azar
14
La tolerancia asegura que el sistema inmunitario evite destruir al huésped
15
La respuesta inmunitaria está compuesta de dos extremos interconectados: inmunidad innata e inmunidad adaptativa
16
Las respuestas inmunitarias adaptativas típicamente generan memoria
17
El bueno, el malo y el feo del sistema inmunitario
19
Las respuestas inmunitarias inapropiadas o disfuncionales pueden dar lugar a toda una gama de trastornos
19
La respuesta inmunitaria hace desaiante el trasplante de tejido
22
El cáncer plantea un desafío singular para la respuesta inmunitaria
22
Resumen
23
RefeRencias
23
sitios web útiles
23
PReguntas de estudio
24
capítulo 2
Células, órganos y microambientes del sistema inmunitario 27 Células del sistema inmunitario
27
Las células madre hematopoyéticas tienen la capacidad para diferenciarse hacia muchos tipos de células sanguíneas
28
La hematopoyesis es el proceso mediante el cual las células madre hematopoyéticas se desarrollan hacia células sanguíneas maduras
32
Células de la línea mieloide son las primeras que responden a infección 32 Las células de la línea linfoide regulan la respuesta inmunitaria adaptativa
37
Órganos linfoides primarios: donde se desarrollan las células inmunitarias 41 La médula ósea proporciona nichos para que las células madre hematopoyéticas se autorrenueven y se diferencien hacia células mieloides y linfocitos B
41
El timo como un órgano linfoide primario donde maduran las células T
41
Órganos linfoides secundarios: donde se inicia la respuesta inmunitaria Los órganos linfoides secundarios están distribuidos en todo el cuerpo, y comparten algunas características anatómicas
48
48
x
Inmunología La fosforilación sobre residuos de serina y treonina también es un paso común en vías de señalización 74
Los órganos linfoides están conectados entre sí y con tejido infectado, por medio de dos sistemas circulatorios: la sangre y los linfáticos
48
El ganglio linfático es un órgano linfoide secundario altamente especializado
50
El bazo organiza la respuesta inmunitaria contra agentes patógenos transportados por la sangre
53
El MALT organiza la respuesta a antígenos que entran a tejidos mucosos La piel es una barrera inmunitaria innata e incluye también tejido linfoide
53 56
La fosforilación de fosfolípidos de membrana recluta proteínas que contienen dominio PH hacia la membrana celular
75
La desintegración de PIP2 inducida por señal, por PLC, causa un incremento de la concentración citoplasmática de ion calcio
75
La ubiquitinación puede inhibir la transducción de señal o aumentarla
76
Vías de señalización que se encuentran con frecuencia
77
Los tejidos linfoides terciarios también organizan una respuesta inmunitaria y la mantienen
57
La vía de la PLC induce liberación de calcio y activación de PKC
77
Resumen
60
RefeRencias
60
La cascada de Ras/Map cinasa activa la transcripción por medio de AP-1
78
sitios web útiles
61
La PKC activa el factor de transcripción NF-κB
79
PReguntas de estudio
61
La estructura de los anticuerpos
80
Los anticuerpos están constituidos de múltiples dominios de inmunoglobulina
80
capítulo 3
Los anticuerpos comparten una estructura de dos cadenas ligeras y dos cadenas pesadas
81
Receptores y señalización: receptores de célula b y de célula T
Hay dos clases principales de cadenas ligeras de anticuerpo
85
Hay cinco clases principales de cadenas pesadas de anticuerpo
85
66
Los anticuerpos y los fragmentos de anticuerpos pueden servir como antígenos
86
La unión de receptor-ligando ocurre por medio de múltiples enlaces no covalentes
66
Cada uno de los dominios de las cadenas pesada y ligera de anticuerpo media funciones especíicas
88
¿Cómo se cuantiica la fuerza de interacciones receptorligando?
66
La cristalografía de rayos X se ha usado para deinir la base estructural de la unión antígeno-anticuerpo
90
Las interacciones entre receptores y ligandos pueden ser multivalentes
67
La expresión de receptor y ligando puede variar en el transcurso de una respuesta inmunitaria Las concentraciones locales de citocinas y otros ligandos pueden ser en extremo altas
Interacciones receptor-ligando
Estrategias comunes usadas en muchas vías de señalización
65
Transducción de señal en células B
91
68
La unión a antígeno da lugar a acoplamiento de moléculas adaptadoras y enzimas hacia el complejo de membrana de BCR-Igα/Igβ
91
68
Las células B usan muchas de las vías de senalización torrente abajo antes descritas
92
Las células B también reciben señales por medio de co-receptores
94
69
Receptores de célula T y señalización
95
La unión a ligando puede inducir cambios conformacionales en el receptor, o agrupación del receptor, o ambos
71
El receptor de célula T es un heterodímero con regiones variable y constante
95
Algunos receptores requieren moléculas asociadas a receptor para emitir una señal de activación celular
71
El complejo de transducción de señal de célula T incluye CD3
98
La agrupación de receptor inducida por ligando puede alterar la ubicación de receptor
71
Los co-receptores de célula T CD4 y CD8 también se unen al MHC
99
La fosforilación de tirosina es un paso temprano en muchas vías de señalización 73
La Lck es la primera tirosina cinasa activada en la señalización de célula T
100
Las proteínas adaptadoras recolectan miembros de vías de señalización
Las células T usan estrategias de señalización torrente abajo similares a las de las células B
100
74
Contenido Resumen
101
RefeRencias
102
sitios web útiles
102
PReguntas de estudio
103
capítulo 4
Receptores y señalización: citocinas y quimiocinas
Enfermedades relacionadas con citocina
xi 134
El choque séptico es relativamente común y en potencia mortal
135
El choque tóxico bacteriano se origina por inducción por superantígenos de la secreción de citocinas por células T
135
La actividad de citocinas está implicada en cánceres linfoides y mieloides
137
Las tormentas de citocinas pueden haber causado muchas muertes durante la epidemia de gripe española de 1918 137
105
Propiedades generales de las citocinas y quimiocinas
106
Las citocinas median la activación, proliferación y diferenciación de células blanco
107
Las citocinas tienen muchas funciones biológicas
107
Las citocinas pueden desencadenar y apoyar la activación de subpoblaciones de células T especíicas
107
La activación celular puede alterar la expresión de receptores y moléculas de adhesión
109
Las citocinas están concentradas entre células secretoras y blanco
110
La señalización por medio de receptores múltiples puede ainar una respuesta celular
110
Seis familias de citocinas y moléculas receptoras asociadas Las citocinas de la familia IL-1 promueven señales proinlamatorias
Terapias basadas en citocina Resumen
138
RefeRencias
138
sitios web útiles
139
PReguntas de estudio
140
Sección II. Inmunidad innata
capítulo 5
Inmunidad innata Barreras anatómicas para la infección
111 113
137
141 143
Las barreras epiteliales evitan la entrada de agentes patógenos al interior del organismo
143
Las proteínas y los péptidos antimicrobianos matan probables invasores
145
Las citocinas de la familia de la hematopoyetina (clase I) comparten motivos estructurales tridimensionales, pero inducen diversas funciones en las células blanco
116
Los microbios son reconocidos por receptores sobre células fagocíticas
147
La familia de citocinas interferón (clase II) fue la primera en descubrirse
119
Los microbios fagocitados son muertos por múltiples mecanismos
151
Los miembros de la familia de citocinas TNF pueden emitir señales para desarrollo, activación o muerte
123
La fagocitosis contribuye al recambio celular y la eliminación de células muertas
152
La familia de la IL-17 es una agrupación de citocinas proinlamatorias recién descubierta
127
Las quimiocinas dirigen la migración de leucocitos por el cuerpo
129
Receptores de reconocimiento de patrones celulares activan respuestas contra microbios y daño celular
153
133
Los receptores tipo Toll reconocen muchos tipos de moléculas de agentes patógenos
153
Antagonistas de citocina
Fagocitosis
Respuestas innatas celulares inducidas
147
152
El antagonista del receptor de IL-1 bloquea el receptor de citocina IL-1
133
Receptores de lectina tipo C se unen a carbohidratos sobre la supericie de agentes patógenos extracelulares
158
Los antagonistas de citocina pueden derivarse de división del receptor de citocina
134
Receptores tipo gen-I inducibles por ácido retinoico se unen a RNA viral en el citosol de células infectadas
160
Algunos virus han desarrollado estrategias para explotar la actividad de citocinas
134
DAMP
Los receptores tipo Nod son activados por diversos PAMP, y otras sustancias perjudiciales
160
xii
Inmunología La expresión de proteínas de la inmunidad innata es inducida por emisión de señales de PRR
160
Respuestas inlamatorias
166
167
Proteínas de la respuesta de fase aguda contribuyen a la inmunidad innata y a la inlamación
168
Células asesinas naturales
168
Regulación y evasión de respuestas innata e inlamatoria
169
Las respuestas innata e inlamatoria pueden ser perjudiciales
169
Las respuestas innata e inlamatoria están reguladas de manera tanto positiva como negativa
172
173
Interacciones entre los sistemas inmunitarios innato y adaptativo
173
El sistema inmunitario innato activa respuestas inmunitarias adaptativas y las regula
174
Los adyuvantes activan respuestas inmunitarias innatas para incrementar la eicacia de inmunizaciones
175
Algunos mecanismos de eliminación de agente patógeno son comunes a respuestas inmunitarias tanto innatas como adaptativas
Ubicuidad de la inmunidad innata
200
201
Receptores del complemento conectan agentes patógenos marcados con complemento a células efectoras
201
El complemento aumenta la defensa del huésped contra infección
204
El complemento media la interfaz entre las inmunidades innata y adaptativa
207
El complemento ayuda en la fase de contracción de la respuesta inmunitaria
207
El complemento media la eliminación de sinapsis en el CNS
210
210
La actividad del complemento está regulada de manera pasiva por la estabilidad de proteína y la composición de la supericie celular
210
El inhibidor de C1, C1INH, promueve la disociación de los componentes de C1
211
Los factores aceleradores de la degradación promueven la degradación de C3 convertasas
211
El factor I degrada C3b y C4b
212
La protectina inhibe el ataque por MAC
213
176
176
Los vegetales se fundamentan en respuestas inmunitarias innatas para combatir infecciones
177
Las respuestas inmunitarias innatas de invertebrados y vertebrados muestran tanto similitudes como diferencias
177
Resumen
180
RefeRencias
181
sitios web útiles
182
PReguntas de estudio
182
capítulo 6
La vía clásica es iniciada por unión a anticuerpo
C5 inicia la generación del MAC
La regulación de la actividad del complemento
Los agentes patógenos han adquirido por evolución mecanismos para evadir respuestas innata e inlamatoria
Principales vías de activación del complemento
200
Las diversas funciones del complemento
La inlamación se produce por respuestas innatas desencadenadas por infección, daño de tejido o sustancias perjudiciales
Sistema del complemento
Las tres vías del complemento convergen en la formación de la C5 convertasa
187 189 190
Las carboxipeptidasas pueden desactivar las anailatoxinas C3a y C5a 213
Deiciencias de complemento
213
Estrategias microbianas de evasión del complemento
214
Algunos agentes patógenos interieren con el primer paso de la activación del complemento mediada por inmunoglobulina
215
Proteínas microbianas se unen a proteínas del complemento y las desactivan
215
Proteasas microbianas destruyen proteínas del complemento
215
Algunos microbios imitan proteínas reguladoras del complemento o se unen a las mismas
215
Los orígenes evolutivos del sistema del complemento
215
Resumen
219
RefeRencias
220
La vía de la lectina es iniciada cuando proteínas solubles reconocen antígenos microbianos
195
sitios web útiles
221
La vía alternativa es iniciada de tres maneras
196
PReguntas de estudio
221
Contenido
Sección III. Inmunidad adaptativa: receptores de antígeno y MHC capítulo 7
Organización y expresión de genes que codiican para receptor de linfocito 225 El enigma de la estructura de gen que codiica para inmunoglobulina
226
Los investigadores propusieron dos modelos teóricos tempranos de la genética de anticuerpos
226
Experimentos que constituyeron avances importantes revelaron que múltiples segmentos de gen codiican para la cadena ligera
227
Organización de múltiples genes, de genes que codiican para Ig
231
Los genes que codiican para la cadena ligera κ comprenden segmentos V, J y C
231
Los genes que codiican para la cadena ligera λ forman pares de cada segmento J con un segmento C particular
231
La organización de gen que codiica para cadena pesada incluye segmentos VH, D, JH y CH
232
El mecanismo de recombinación V(D)J
232
xiii
El gen que codiica para la cadena β se descubrió simultáneamente en dos laboratorios diferentes
249
Una búsqueda del gen que codiica para la cadena α llevó en lugar de eso al gen que codiica para la cadena γ
250
Los genes que codiican para TCR pasan por un proceso de reordenamiento muy similar al de los genes que codiican para Ig
251
La expresión de TCR es controlada mediante exclusión alélica
253
La expresión de gen que codiica para TCR está estrechamente regulada
253
Resumen
255
RefeRencias
256
sitios web útiles
257
PReguntas de estudio
258
capítulo 8
Complejo mayor (principal) de histocompatibilidad y presentación de antígeno La estructura y función de moléculas de MHC
261 262
Las moléculas clase I tienen una cadena pesada de glucoproteína y una cadena ligera de proteína pequeña
262
La recombinación es dirigida por secuencias señal
233
Los segmentos de gen son unidos por la RAG1/2 recombinasa
Las moléculas clase II tienen dos cadenas de glucoproteína no idénticas
262
234
Las moléculas clases I y II muestran polimorismo en la región que se une a péptidos
263
La recombinación V(D)J da lugar a un gen que codiica para región variable de Ig funcional
235
La recombinación V(D)J puede ocurrir entre segmentos transcritos en la misma dirección o en direcciones opuestas
239
Cinco mecanismos generan la diversidad de anticuerpos en células B vírgenes
239
Expresión de receptor de célula B
242
Organización general y herencia del MHC
267
El locus del MHC codiica para tres clases principales de moléculas
268
La disposición de exón/intrón de los genes que codiican para las clases I y II releja su estructura de dominio
270
Las formas alélicas de genes que codiican para el MHC se heredan en grupos enlazados llamados haplotipos
270
La exclusión alélica asegura que cada célula B sólo sintetice una cadena pesada y una cadena ligera
242
Las moléculas de MHC se expresan de manera codominante
271
La edición de receptor de receptores en potencia autorreactivos ocurre en cadenas ligeras
243
Las moléculas clase I y clase II muestran diversidad en los ámbitos tanto del individuo como de especie
273
La transcripción del gen que codiica para Ig está estrechamente regulada
245
El polimorismo del MHC tiene importancia funcional
276
Función del MHC y patrones de expresión
Las células B maduras expresan anticuerpos tanto IgM como IgD por medio de un proceso que involucra empalme de mRNA
246
Genes que codiican para receptor de célula T y expresión de receptor de célula T
247
El entendimiento de la estructura proteínica del TCR fue crucial para el proceso del descubrimiento de los genes
247
277
Las moléculas de MHC presentan antígenos tanto intracelulares como extracelulares
278
La expresión de MHC clase I se encuentra en todo el organismo
278
La expresión de moléculas de MHC clase II está restringida principalmente a células presentadoras de antígeno
279
xiv
Inmunología La expresión del MHC puede cambiar con condiciones cambiantes
279
Las células T están restringidas a reconocer péptidos presentados en el contexto de alelos del MHC propios
281
La evidencia sugiere diferentes vías de procesamiento y presentación de antígeno
284
La vía endógena de procesamiento y presentación de antígeno
285
Los péptidos son generados mediante complejos de proteasa llamados proteasomas
285
Los péptidos son transportados desde el citosol hacia el RER
285
Los chaperones ayudan al montaje de péptido con moléculas de MHC clase I
286
La vía exógena de procesamiento y presentación de antígeno
Las células T pasan por selecciones positiva y negativa
305
La selección positiva asegura restricción a MHC
307
La selección negativa (tolerancia central) asegura la autotolerancia
310
La paradoja de la selección: ¿por qué el humano no elimina todas las células que selecciona de manera positiva?
312
Un modelo alternativo puede explicar la paradoja de la selección tímica
313
¿Las selecciones positiva y negativa ocurren en la misma etapa de desarrollo, o en secuencia?
314
Compromiso de línea
288
314
Se han propuesto varios modelos para explicar el compromiso de línea
314
Los timocitos doble positivo pueden comprometerse hacia otros tipos de linfocitos
316
Los péptidos son generados a partir de antígenos internalizados en vesículas endocíticas
288
Salida desde el timo y maduración inal
316
La cadena invariante guía el transporte de moléculas de MHC clase II hacia vesículas endocíticas
289
Otros mecanismos que mantienen la autotolerancia
316
Los péptidos se montan con moléculas de MHC clase II al desplazar CLIP
289
Presentación cruzada de antígenos exógenos
291
Las células dendríticas parecen ser el tipo de célula presentadora cruzada primaria
292
Mecanismos y funciones de la presentación cruzada
292
Presentación de antígenos no peptídicos
293
Resumen
295
RefeRencias
295
sitios web útiles
296
PReguntas de estudio
296
Sección IV. Inmunidad adaptativa: desarrollo
capítulo 9
Desarrollo de células T
299
Desarrollo temprano de timocito
301
Los timocitos progresan por cuatro etapas doble negativo
301
Los timocitos pueden expresar receptores TCRαβ o TCRγδ
302
Los timocitos DN pasan por selección β, que da lugar a proliferación y diferenciación
Selecciones positiva y negativa Los timocitos “aprenden” restricción a MHC en el timo
303
304 305
Las células TREG regulan de manera negativa respuestas inmunitarias
317
Los mecanismos periféricos de tolerancia también protegen contra timocitos autorreactivos
318
Apoptosis
318
La apoptosis permite que las células mueran sin desencadenar una respuesta inlamatoria
318
Diferentes estímulos inician la apoptosis, pero todos activan caspasas
318
La apoptosis de células T periféricas está mediada por la vía extrínseca (Fas)
320
La selección negativa mediada por TCR en el timo induce la vía apoptótica intrínseca (mediada por mitocondrias)
321
Miembros de la familia Bcl-2 pueden inhibir apoptosis o inducirla
321
Resumen
324
RefeRencias
325
sitios web útiles
326
PReguntas de estudio
327
capítulo 10
Desarrollo de células b El sitio de hematopoyesis
329 330
El sitio de generación de células B cambia durante la gestación
330
La hematopoyesis en el hígado fetal diiere de la que se observa en la médula ósea de adulto
332
xv
Contenido
Desarrollo de células B en la médula ósea Las etapas de la hematopoyesis son deinidas por marcadores de supericie celular, expresión de factor de transcripción y reordenamientos de gen que codiica para inmunoglobulina Las etapas más tempranas en la diferenciación de linfocitos culminan en la generación de un progenitor linfoide común
332
Las células presentadoras de antígeno tienen propiedades coestimuladoras características 365 Los superantígenos son una clase especial de activadores de células T
366
334
Diferenciación de células T 337
368
Las células T auxiliares pueden dividirse en subgrupos
370
La diferenciación de subgrupos de células auxiliares T está regulada por citocinas polarizantes
371
Los pasos más tardíos del desarrollo de célula B dan lugar a compromiso al fenotipo de célula B
339
Las células B inmaduras en la médula ósea son en extremo sensibles a la inducción de tolerancia
344
Los subgrupos de células auxiliares T efectoras se distinguen por tres propiedades
372
Muchas células B autorreactivas, mas no todas, son eliminadas dentro de la médula ósea
345
Las células T auxiliares quizá no queden comprometidas de manera irrevocable a una línea
378
Las células B exportadas desde la médula ósea aún son funcionalmente inmaduras
345
Las células B B-2 primarias maduras migran hacia los folículos linfoides
Los subgrupos de células T auxiliares desempeñan funciones cruciales en la salud y la enfermedad inmunitarias
378
349
Desarrollo de células B B-1 y de la zona marginal Las células B B-1 se derivan de una línea de desarrollo separada Las células de la zona marginal comparten características fenotípicas y funcionales con células B B-1, y surgen en la etapa T2
Comparación del desarrollo de células B y de células T
Memoria de células T 351 351
379
Las células T vírgenes, efectoras y de memoria despliegan amplias diferencias de la expresión de proteína de supericie
379
Las TCM y TEM se distinguen por su ubicación y compromiso hacia función efectora 380 352
352
Resumen
354
RefeRencias
355
sitios web útiles
355
PReguntas de estudio
356
Sección V. Inmunidad adaptativa: respuestas de efectores
¿Cómo y cuándo surgen células de memoria?
380
¿Qué señales inducen compromiso hacia célula de memoria?
381
¿Las células de memoria relejan la heterogeneidad de células efectoras generadas durante una respuesta primaria?
381
¿Hay diferencias entre células T de memoria CD4+ y CD8+?
381
¿De qué modo las células de memoria se mantienen durante muchos años?
381
Resumen
381
RefeRencias
382
sitios web útiles
383
PReguntas de estudio
383
capítulo 11
Activación, diferenciación y memoria de células T Activación de célula T, y la hipótesis de las dos señales Se requieren señales coestimuladoras para la activación y proliferación óptimas de células T
capítulo 12
357 358 359
La anergia clonal sobreviene en ausencia de una señal coestimuladora
363
Las citocinas proporcionan la señal 3
364
Activación, diferenciación y generación de memoria de células b Respuestas de células B dependientes de T
385 388
Los antígenos dependientes de T requieren ayuda de células T para generar una respuesta de anticuerpos
388
El reconocimiento de antígeno por células B maduras proporciona una señal de supervivencia
389
xvi
Inmunología Las células B encuentran antígeno en los ganglios linfáticos y el bazo
390
El reconocimiento de antígeno unido a célula por células B da lugar a diseminación en la membrana
391
¿Qué causa la agrupación de los receptores de célula B en el momento de unión a antígeno?
392
La agrupación de receptor de antígeno induce internalización y presentación de antígeno por la célula B Las células B activadas migran para encontrar células T especíicas para antígeno Las células B activadas se mueven hacia el espacio extrafolicular o hacia los folículos para formar centros germinales Las células plasmáticas se forman dentro del foco primario
416
393
Los anticuerpos median de diversas maneras la depuración y la destrucción de agente patógeno
416
393
Los isotipos de anticuerpos median diferentes funciones efectoras
419
Los receptores Fc median muchas funciones efectoras de anticuerpos
423
395 395 396
La hipermutación somática y la selección de ainidad ocurren dentro del centro germinal
398
Casi todas las células B recién generadas se pierden al inal de la respuesta inmunitaria primaria
Respuestas efectoras: inmunidades mediada por células y mediada por anticuerpos 415 Funciones efectoras mediadas por anticuerpos
Otras células B activadas se mueven hacia los folículos e inician una respuesta de centro germinal
La recombinación de cambio de clase ocurre dentro del centro germinal después de contacto con antígeno
capítulo 13
401
Respuestas efectoras mediadas por células
427
Los linfocitos T citotóxicos reconocen y matan células infectadas o tumorales por medio de activación de receptor de célula T
428
Las células asesinas naturales reconocen y matan células infectadas y células tumorales por su ausencia de MHC clase I
435
Las células NKT tienden un puente entre los sistemas inmunitarios innato y adaptativo
441
Evaluación experimental de la citotoxicidad mediada por células
444
403
El cocultivo de células T con células extrañas estimula la reacción de linfocitos mixta
444
Algunas células del centro germinal completan su maduración como células plasmáticas
403
La actividad de CTL puede demostrarse mediante lifólisis mediada por células
445
La memoria de células B proporciona una respuesta rápida y fuerte a infección secundaria
404
La reacción de injerto contra huésped es una indicación in vivo de citotoxicidad mediada por células
446
Respuestas de célula B independientes de T
406
Resumen
446
RefeRencias
447
sitios web útiles
448
PReguntas de estudio
448
Antígenos independientes de T estimulan la producción de anticuerpos sin la necesidad de ayuda de células T
406
Dos subclases recién descubiertas de células B median la respuesta a antígenos independientes de T
407
Regulación negativa de células B
411
La señalización negativa por medio de CD22 desactiva emisión de señales de BCR innecesaria
411
La señalización negativa por medio del receptor FcγRIIb inhibe la activación de célula B
411
Las células B B-10 actúan como reguladores negativos al secretar IL-10
411
Resumen
412
RefeRencias
413
sitios web útiles
414
PReguntas de estudio
414
capítulo 14
La respuesta inmunitaria en el espacio y el tiempo Conducta de las células inmunitarias antes de la introducción de antígenos
451 455
Los linfocitos vírgenes circulan entre tejidos linfoides secundarios y terciarios
455
Los linfocitos vírgenes muestrean células del estroma en los ganglios linfáticos
461
Los linfocitos vírgenes exploran en búsqueda de antígeno a lo largo de redes en el ganglio linfático
461
Contenido
Conducta de las células inmunitarias durante la respuesta inmunitaria innata
464
Las células presentadoras de antígeno viajan a ganglios linfáticos y presentan antígeno procesado a células T
465
El antígeno no procesado también gana acceso a células B de ganglios linfáticos
465
Conducta de células inmunitarias durante la respuesta inmunitaria adaptativa
467
+
Las células T CD4 vírgenes suspenden sus movimientos después de unirse a antígenos Las células B buscan ayuda por parte de células T CD4+ en la frontera entre el folículo y la paracorteza del ganglio linfático
468
468
Métodos de obtención de imágenes dinámicas se han usado para abordar una controversia acerca de la conducta de células B en centros germinales
470
Las células T CD8+ son activadas en el ganglio linfático por medio de una interacción multicelular
471
Los linfocitos activados salen del ganglio linfático y recirculan
472
Resumen del entendimiento actual
472
La respuesta inmunitaria se contrae en el transcurso de 10 a 14 días
474
Conducta de células inmunitarias en tejidos periféricos
474
xvii
Los anticuerpos IgE actúan al formar enlaces covalentes de receptores Fcε sobre la supericie de células de la inmunidad innata
487
La emisión de señal de receptor de IgE se encuentra estrechamente regulada
491
Las células de la inmunidad innata producen moléculas de las cuales dependen los síntomas de hipersensibilidad tipo I
491
Las hipersensibilidades tipo I se caracterizan por respuestas tanto tempranas como tardías
494
Hay varias categorías de reacciones de hipersensibilidad tipo I
494
La hipersensibilidad tipo I tiene una base genética
497
Se dispone de pruebas diagnósticas y de tratamientos para reacciones de hipersensibilidad tipo I
498
La hipótesis de la higiene se ha propuesto para explicar incrementos de la incidencia de alergia
501
Reacciones de hipersensibilidad mediada por anticuerpos (tipo II)
501
Las reacciones de transfusión son un ejemplo de hipersensibilidad tipo II
501
La enfermedad hemolítica del recién nacido se produce por reacciones tipo II
503
La anemia hemolítica puede ser inducida por fármacos
504
Hipersensibilidad mediada por inmunocomplejos (tipo III)
505
Los receptores de quimiocina y las integrinas regulan el direccionamiento de linfocitos efectores hacia tejidos periféricos
474
Los inmunocomplejos pueden dañar diversos tejidos
505
Los linfocitos efectores responden a antígeno en múltiples tejidos
475
La hipersensibilidad mediada por inmunocomplejos puede resolverse de manera espontánea
505
Resumen
480
Los autoantígenos pueden estar involucrados en reacciones mediadas por inmunocomplejos
506
RefeRencias
481
sitios web útiles
482
Las reacciones de Arthus son reacciones de hipersensibilidad tipo III localizadas
506
enlaces a videos
482
PReguntas de estudio
483
Sección VI. El sistema inmune en la salud y enfermedad capítulo 15
Alergia, hipersensibilidades e inlamación crónica
506
El inicio de una respuesta de DTH tipo IV comprende sensibilización por antígeno
507
La fase efectora de una respuesta de DTH clásica es inducida por una segunda exposición a un antígeno sensibilizante
507
La reacción de DTH puede detectarse mediante una prueba cutánea
508
La dermatitis por contacto es una respuesta de hipersensibilidad tipo IV
508
Inlamación crónica
485
Alergia: una reacción de hipersensibilidad tipo I
486
Los anticuerpos IgE son la causa de la hipersensibilidad tipo I
487
Muchos alergenos pueden desencadenar una respuesta tipo I
Hipersensibilidad de tipo retardado (tipo IV) (DTH)
487
509
Las infecciones pueden causar inlamación crónica
510
Hay causas no infecciosas de inlamación crónica
510
La obesidad se asocia con inlamación crónica
510
La inlamación crónica puede causar enfermedad sistémica
510
Resumen
513
RefeRencias
515
xviii
Inmunología
sitios web útiles
515
PReguntas de estudio
516
capítulo 16
Tolerancia, autoinmunidad y trasplante
517
Establecimiento y mantenimiento de tolerancia 518 El secuestro de antígeno es un medio para proteger antígenos propios contra ataque La tolerancia central limita el desarrollo de células T y B autorreactivas La tolerancia periférica regula células autorreactivas en la circulación
Autoinmunidad
519 520 520
525
Algunas enfermedades autoinmunitarias establecen como objetivo órganos especíicos
526
Algunas enfermedades autoinmunitarias son sistémicas
529
Infecciones virales
555
Muchos virus son neutralizados por anticuerpos
556
La inmunidad mediada por células es importante para el control de virus y la eliminación de los mismos
556
Los virus emplean varias estrategias para evadir mecanismos de defensa del huésped
556
La gripe ha sido la causa de algunas de las peores pandemias en la historia
557
Infecciones bacterianas
561
Las respuestas inmunitarias a bacterias extracelulares e intracelulares pueden diferir
561
Las bacterias pueden evadir mecanismos de defensa del huésped a varias etapas diferentes
563
La tuberculosis es controlada principalmente por células T CD4+
564
La difteria puede controlarse mediante inmunización con toxoide desactivado
565
Infecciones parasitarias
565
Factores tanto intrínsecos como extrínsecos pueden favorecer la susceptibilidad a enfermedad autoinmunitaria 531
Los parásitos protozoos explican enormes cargas de enfermedad en todo el mundo
565
Se han propuesto varios mecanismos posibles para la inducción de autoinmunidad
533
Diversas enfermedades se originan por gusanos parasitarios (helmintos)
567
Las enfermedades autoinmunitarias pueden tratarse mediante inmunosupresión general o especíica para vía
534
Aspectos inmunitarios del trasplante
536
Infecciones micóticas
569
La inmunidad innata controla casi todas las infecciones micóticas
569
La inmunidad contra hongos patógenos puede ser adquirida
571
El rechazo de trasplante ocurre con base en principios inmunológicos
536
El rechazo de injerto sigue una evolución clínica predecible
541
La terapia inmunosupresora puede ser general o especíica para blanco
543
La tolerancia inmunitaria a aloinjertos es favorecida en ciertas circunstancias
Algunas enfermedades infecciosas nuevas dignas de mención han aparecido recientemente
572
545
Algunos órganos se prestan más a trasplante clínico que otros
Las enfermedades pueden reaparecer por diversas razones
573
546
Resumen
549
RefeRencias
550
sitios web útiles
551
PReguntas de estudio
551
Enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes
Vacunas
571
574
Puede lograrse inmunidad protectora mediante inmunización activa o pasiva
574
Hay varias estrategias de vacuna, cada una con ventajas y desafíos singulares
578
Vacunas conjugadas o multivalentes pueden mejorar la inmunogenicidad y el resultado
583
capítulo 17
Los adyuvantes se incluyen para aumentar la respuesta inmunitaria a una vacuna
585
Enfermedades infecciosas y vacunas
Resumen
586
RefeRencias
587
sitios web útiles
588
PReguntas de estudio
588
La importancia de barreras para la infección y la respuesta innata
553 554
xix
Contenido
capítulo 18
Trastornos de inmunodeiciencia 593 Inmunodeiciencias primarias
593
Las inmunodeiciencias combinadas alteran la inmunidad adaptativa
597
Las inmunodeiciencias de células B muestran producción deprimida de uno o más isotipos de anticuerpos
601
601
Las deiciencias de complemento son relativamente comunes
603 603
Los trastornos de inmunodeiciencia se tratan mediante terapia de reemplazo
604
Modelos de inmunodeiciencia en animales se han usado para estudiar la función inmunitaria básica
604
Inmunodeiciencias secundarias
629
Genes asociados con cáncer controlan la proliferación y la supervivencia celulares
630
La transformación maligna involucra múltiples pasos
633
Antígenos tumorales
Las alteraciones de componentes innatos también pueden tener repercusiones sobre las respuestas adaptativas
La inmunodeiciencia que altera la regulación inmunitaria puede manifestarse como autoinmunidad
El descubrimiento de oncogenes allanó el camino para el entendimiento de la inducción de cáncer
606
634
Los antígenos especíicos para tumor son singulares para células tumorales
636
Los antígenos asociados con tumor son proteínas celulares normales con patrones de expresión singulares
636
Respuesta inmunitaria al cáncer
638
La inmunoedición protege contra el crecimiento de tumor, y lo promueve
639
Se han identiicado vías inmunitarias clave que median la erradicación de tumor
639
Algunas respuestas inlamatorias pueden promover el cáncer
642
Algunas células tumorales evaden el reconocimiento y la activación inmunitarios
643
Inmunoterapia del cáncer
La infección por HIV/SIDA ha cobrado millones de vidas en todo el mundo
607
El retrovirus HIV-1 es el agente causal del SIDA
644
608
Los anticuerpos monoclonales pueden dirigirse a células tumorales
644
El HIV-1 se propaga por contacto íntimo con líquidos corporales infectados
610
Las citocinas pueden usarse para aumentar la respuesta inmunitaria a tumores
646
Estudios in vitro han revelado la estructura del HIV-1 y su ciclo de vida
612
Las células T especíicas para tumor pueden ser expandidas y reintroducidas en pacientes
647
La infección por HIV-1 lleva a deterioro gradual de la función inmunitaria
615
Nuevas vacunas terapéuticas pueden aumentar la respuesta inmunitaria antitumoral
647
La investigación activa estudia el mecanismo de progresión hacia SIDA
616
La manipulación de señales coestimuladoras puede mejorar la inmunidad contra el cáncer
647
Las terapias de cáncer combinadas están dando resultados sorprendentes
648
Resumen
649
Los agentes terapéuticos inhiben la replicación de retrovirus
619
Una vacuna quizá sea la única manera de detener la epidemia de infección por HIV/SIDA
621
RefeRencias
650
Resumen
623
sitios web útiles
650
RefeRencias
623
PReguntas de estudio
651
sitios web útiles
624
PReguntas de estudio
624
capítulo 19
Cáncer y el sistema inmunitario
Sección VII. Métodos experimentales capítulo 20
627
Terminología y tipos comunes de cáncer
627
Sistemas y métodos experimentales
653
Transformación maligna de células
628
Generación de anticuerpos
654
Las alteraciones del DNA pueden inducir transformación maligna
629
Los anticuerpos policlonales son secretados por múltiples clonas de células B especíicas para antígeno
654
xx
Inmunología Un anticuerpo monoclonal es el producto de una célula B estimulada única
654
En la microscopia de inmunoluorescencia se usan anticuerpos conjugados con colorantes luorescentes
669
Los anticuerpos monoclonales pueden modiicarse para uso en el laboratorio o la clínica
655
La microscopia de luorescencia confocal proporciona imágenes tridimensionales de extraordinaria claridad
670
La microscopia de luorescencia multifotón es una variación de la microscopia confocal
670
La obtención de imágenes intravital permite la observación de respuestas inmunitarias in vivo
671
Técnicas basadas en inmunoprecipitación
656
La inmunoprecipitación puede realizarse en solución
656
La inmunoprecipitación de antígenos solubles puede efectuarse en matrices de gel
656
La inmunoprecipitación permite la caracterización de moléculas unidas a células
657
Reacciones de aglutinación Las reacciones de hemaglutinación pueden usarse para detectar cualquier antígeno conjugado a la supericie de eritrocitos Las reacciones de inhibición de la hemaglutinación se usan para detectar la presencia de virus y de anticuerpos antivirales La aglutinación bacteriana puede usarse para detectar anticuerpos contra bacterias
Ensayos de anticuerpos basados en unión de moléculas a soportes de fase sólida Los radioinmunoensayos se usan para medir las concentraciones de proteínas y hormonas biológicamente importantes en líquidos corporales En los ELISA se utilizan anticuerpos o antígenos unidos de manera covalente a enzimas
658
658
658 659
659
659
Clasiicación de células activadas por magnetismo
677
Análisis del ciclo celular
678
La captación de timidina tritiada ( H) fue uno de los primeros métodos usados para evaluar división celular
678
Los análisis colorimétricos para división celular son rápidos y eliminan el uso de isótopos radiactivos
678
En ensayos basados en bromodesoxiuridina para división celular se utilizan anticuerpos para detectar DNA recién sintetizado
678
El yoduro de propidio permite el análisis del estado del ciclo celular de poblaciones de células
678
El carboxiluoresceína succinimidil éster puede usarse para dar seguimiento a la división celular
679
Ensayos de muerte celular
679
51
660 662
Los ensayos ELISPOT miden moléculas secretadas por células individuales
663
Métodos para determinar la ainidad de interacciones antígeno-anticuerpo
672
3
En el diseño del ELISA deben considerarse diversas opciones metodológicas
La inmunoelectrotransferencia Western permite identiicar una proteína especíica en una mezcla de proteínas compleja
Citometría de lujo
664
664
El ensayo de liberación de Cr fue el primer ensayo usado para medir muerte celular
679
La anexina V marcada con luorescencia mide la fosfatidilserina en la envoltura lipídica externa de células apoptóticas
680
El ensayo TUNEL mide fragmentación de DNA generada por apoptosis
680
Los ensayos de caspasa miden la actividad de enzimas involucradas en la apoptosis
681
Métodos bioquímicos usados para elucidar vías de transducción de señal
681
La diálisis de equilibrio puede usarse para medir la ainidad de anticuerpo por antígeno
665
A menudo se usan inhibidores bioquímicos para identiicar intermediarios en vías de emisión de señales
681
La resonancia de plasmón de supericie ahora se utiliza comúnmente para mediciones de ainidad de anticuerpo
667
Se usan muchos métodos para identiicar proteínas que interactúan con moléculas de interés
682
Visualización microscópica de células y estructuras subcelulares
Sistemas experimentales en animales enteros
682
La investigación en animales está sujeta a pautas federales que protegen a sujetos de investigación no humanos
682
Las cepas endogámicas pueden reducir la variación experimental
683
669
Las cepas resistentes congénicas se usan para estudiar los efectos de loci de genes particulares sobre respuestas inmunitarias
684
669
Los experimentos de transferencia adoptiva permiten el examen in vivo de poblaciones de células aisladas
684
668
En los estudios inmunocitoquímicos e inmunohistoquímicos se usan anticuerpos conjugados con enzimas para crear imágenes de tejidos ijos
668
En la microscopia inmunoelectrónica se utilizan cuentas de oro para visualizar antígenos unidos a anticuerpo
669
Técnicas de obtención de imágenes basadas en inmunoluorescencia La luorescencia puede usarse para visualizar células y moléculas
Contenido Los animales transgénicos portan genes que han sido introducidos artiicialmente
684
Las tecnologías de introducción (knock-in) y deleción (knockout) reemplazan una copia de gen endógeno con una copia de gen no funcional o sometida a procedimientos de ingeniería 685
apéndice ii
Citocinas
b-1
apéndice iii
El sistema Cre/Iox permite la deleción de gen inducible en tejidos seleccionados
687
Resumen
689
RefeRencias
690
sitios web útiles
690
PReguntas de estudio
691
Quimiocinas y receptores de quimiocina Glosario Respuestas a las preguntas de estudio
apéndice i
Antígenos CD
xxi
Índice
C-1 G-1 RES-1 I-1
A-1
Información adicional disponible en el Centro de Aprendizaje en línea (On-line Center): www.mhhe.com/medicina/owen/kuby_inmuno7e
Recuadros en Kuby 7a. ed. Enfoque clínico
Experimento clásico
Recuadro 1-1
Recuadro 2-1
Recuadro 1-2 Recuadro 1-3 Recuadro 2-2 Recuadro 3-2
Recuadro 4-2 Recuadro 4-4 Recuadro 5-2
Recuadro 6-2 Recuadro 7-3
Recuadro 8-2 Recuadro 8-4 Recuadro 9-2
Recuadro 9-3 Recuadro 10-1 Recuadro 11-2 Recuadro 11-4 Recuadro 13-1 Recuadro 15-2 Recuadro 15-3 Recuadro 16-1 Recuadro 16-2
Recuadro 16-4 Recuadro 17-1 Recuadro 18-1
Recuadro 19-1
Controversia en cuanto a las vacunas: ¿qué es verdad y qué es mito? pág. 5 Anticuerpos pasivos y la carrera Iditarod pág. 8 La hipótesis de la higiene pág. 20 Células madre —usos clínicos y potencial pág. 42 Los defectos en la proteína emisora de señales de célula B, Btk, llevan a agammaglobulinemia ligada a X pág. 93 Terapia con interferones pág. 120 Citocinas y obesidad pág. 136 Defectos genéticos en componentes de las respuestas innata e inlamatoria asociados con enfermedad pág. 170 El sistema del complemento como un blanco terapéutico pág. 208 Algunas inmunodeiciencias se producen por recombinación alterada de gen que codiica para receptor pág. 255 Alelos del MHC y susceptibilidad a ciertas enfermedades pág. 277 Las deiciencias de TAP pueden llevar a síndrome del linfocito desnudo pág. 287 ¿De qué modo las células T que causan diabetes tipo 1 escapan a la selección negativa? pág. 311 El fracaso de la apoptosis causa homeostasis defectuosa de linfocitos pág. 322 Desarrollo de células B en el individuo de edad avanzada pág. 333 Bloqueo coestimulador pág. 364 Qué revela una enfermedad acerca del papel isiológico de las células TH17 pág. 376 Anticuerpos monoclonales en el tratamiento del cáncer pág. 420 Aspectos genéticos del asma y la alergia pág. 498 Diabetes tipo 2, obesidad e inlamación pág. 511 Es necesario tener agallas para ser tolerante pág. 523 ¿Por qué las mujeres son más susceptibles a autoinmunidad que los varones? Diferencias de género en la enfermedad autoinmunitaria pág. 528 ¿Hay futuro clínico para el xenotrasplante? pág. 548 El virus de la gripe pandémico de 1918: ¿debe publicarse o ser destruido? pág. 557 Prevención de infección por HIV de lactantes por medio de tratamiento antirretroviral pág. 610 Una vacuna para prevenir cáncer cervical, y más pág. 637
Evolución Recuadro 2-4 Recuadro 5-3 Recuadro 7-2 Recuadro 8-1
Recuadro 2-3 Recuadro 3-1 Recuadro 3-3 Recuadro 6-1 Recuadro 7-1
Recuadro 8-3 Recuadro 9-1
Recuadro 10-3 Recuadro 11-1 Recuadro 12-1
Recuadro 13-2
Recuadro 15-1
Recuadro 16-3
Avances Recuadro 4-1 Recuadro 4-3
Recuadro 5-1 Recuadro 6-3
Recuadro 10-2 Recuadro 11-3 Recuadro 12-2
Recuadro 14-1 Recuadro 14-2
Variaciones sobre temas anatómicos pág. 57 Respuestas inmunitarias innatas de vegetales pág. 178 Evolución de receptores de linfocitos recombinados pág. 240 El dulce olor de la diversidad pág. 275
Aislamiento de células madre hematopoyéticas pág. 29 El descubrimiento de un timo—y dos pág. 46 La elucidación de la estructura de anticuerpo pág. 82 El descubrimiento del receptor de células T αβ pág. 96 El descubrimiento de la properdina pág. 198 Experimento de Hozumi y Tonegawa: la recombinación de DNA ocurre en genes que codiican para inmunoglobulina en células somáticas pág. 227 Demostración de restricción de células T CD8+ a MHC propio pág. 282 La información acerca de selección tímica proveniente de los primeros ratones transgénicos TCR ha pasado la prueba del tiempo pág. 308 Las etapas de desarrollo de célula B: caracterización de las fracciones de Hardy pág. 341 Descubrimiento del primer receptor coestimulador: CD28 pág. 362 Prueba experimental de que ocurrieron hipermutación somática y selección inducida por antígeno dentro de los centros germinales pág. 399 Reconsideración de la memoria inmunológica: las células NK se juntan a los linfocitos como células capaces de memoria pág. 442 El descubrimiento y la identiicación de IgE como el portador de hipersensibilidad alérgica pág. 488 La exposición a antígenos durante etapas tempranas de la vida favorece la inducción de tolerancia pág. 546
Recuadro 17-2
Recuadro 20-1
Métodos usados para mapear el secretoma pág. 111 ¿De qué modo la unión de quimiocina a un receptor de supericie celular da lugar a movimiento celular a lo largo del gradiente de quimiocina? pág. 130 Inlamasomas pág. 162 Staphylococcus aureus emplea diversos métodos para evadir la destrucción por el sistema del complemento pág. 216 El papel de miRNA en el control del desarrollo de células B pág. 336 ¿Cuántos complejos de TCR deben unirse para desencadenar activación de células T? pág. 368 Nuevas ideas sobre ayuda de células B: no todas las células que ayudan a células B a hacer anticuerpos son células T pág. 408 Técnicas de obtención de imágenes dinámicas pág. 452 Regulación molecular de la migración celular entre tejidos y dentro de los mismos pág. 456 Una estrategia de vacuna de preparación y tracción para prevenir enfermedades de transmisión sexual pág. 586 Descripción detallada de la citometría de lujo pág. 674
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Inmunología
Prefacio
Al igual que todos los autores previos de este libro, nos hemos dedicado al concepto de que la inmunología se enseña y aprende mejor de una manera basada en experimentos, y hemos retenido ese hincapié en esta edición. Nuestro objetivo es que los estudiantes completen un curso de inmunología no sólo con una irme comprensión del contenido, sino también con un sentido claro de cómo se hicieron descubrimientos clave, qué preguntas interesantes persisten, y cómo podrían responderse mejor. Creemos que este método asegura que los estudiantes dominen conceptos inmunológicos fundamentales e interioricen una visión de la inmunología como un proceso activo y continuo. Guiada por esta visión, la nueva edición ha sido extensamente actualizada para relejar los avances recientes en todos los aspectos de nuestra disciplina.
nueva autoría Como un nuevo equipo de autoras, aportamos la experiencia tanto en investigación como en la enseñanza de pregrado al desarrollo de esta nueva edición, que sigue relejando una dedicación a la excelencia pedagógica originalmente modelada por Janis Kuby. Seguimos respetando profundamente la singular contribución de Kuby a la enseñanza de la inmunología, y esperamos y coniamos en que esta nueva manifestación de su creación simplemente contribuya a su considerable legado.
2a
1
Ganglio linfático
P
3
P
P
B
B T T
5a
T
4
B
5b Memoria
2b
N
B
T
Figura 1-9 perspectiva general Colaboración entre las inmunidades innata y adaptativa en la resolución de una infección.
Un nuevo capítulo que constituye una piedra angular (capítulo 14) integra los eventos de una respuesta inmunitaria en una historia completa, con particular referencia a las técnicas de obtención de imágenes avanzadas que han quedado disponibles desde que se escribió la edición previa. De esta manera, los detalles moleculares y celulares que se abordan en los capítulos 2 a 13 se representan en contexto, un paisaje en movimiento de eventos de la respuesta inmunitaria en el tiempo y el espacio (igura 14-5).
entendimiento de la inmunología como un todo Partimos de la base de que el sistema inmunitario es una red integrada de células, moléculas y órganos, y que cada componente se basa en la función apropiada del resto. Esto plantea un desafío pedagógico porque para entender el conjunto, es necesario obtener conocimiento básico de muchos fragmentos de información relacionados que no siempre se desarrollan unos sobre otros de una manera lineal simple. En reconocimiento de este desafío, esta edición presenta dos veces la “imagen grande”; primero como una perspectiva general introductoria a la inmunología, y después, 13 capítulos más adelante, como una integración de los detalles que los estudiantes han aprendido en el texto interpuesto. Especíicamente, el capítulo 1 se ha revisado para que sea más accesible para estudiantes que nunca han estudiado inmunología. El capítulo proporciona una perspectiva histórica breve del campo, y una introducción a algunos de los participantes clave y su implicación en la respuesta inmunitaria, sin perder de vista conceptos fundamentales (igura 1-9, Perspectiva general). Una nueva sección aborda directamente algunos de los principales obstáculos conceptuales, pero deja los detalles celulares y moleculares para capítulos posteriores.
Figura 14-5 Una célula T (azul) en una red ibroblástica (rojo y verde) en el ganglio linfático.
xxv
Prefacio
enfoque en los fundamentos El orden de los capítulos en la séptima edición se ha revisado para que releje mejor la secuencia de eventos que ocurren de manera natural durante la respuesta inmunitaria in vivo. Esto ofrece a los instructores la oportunidad de llevar a sus estudiantes por los pasos de una respuesta inmunitaria en una secuencia lógica, una vez que han aprendido las características esenciales de los tejidos, las células, las estructuras moleculares, interacciones de unión de ligando-receptor y vías de emisión de señales necesarias para el funcionamiento del sistema inmunitario. El sitio que tiene la inmunidad innata a la vanguardia de la respuesta inmunitaria le permite ocupar el lugar que le corresponde como el primer, y a menudo el único, aspecto de la inmunidad que un organismo necesita para hacer frente a un fenómeno adverso inmunitario. De modo similar, el capítulo sobre complemento está situado dentro de la secuencia en un lugar que pone de relieve su función como un puente entre los procesos inmunitarios innato y adaptativo. Sin embargo, reconocemos que cada instructor aborda de manera diferente un curso de inmunología. En consecuencia, hemos diseñado al máximo posible cada uno de los capítulos de modo que pueda ser independiente y ofrecerse en un orden alternativo.
• Un tratamiento ampliado y actualizado de la inmunidad innata (capítulo 5), que ahora incluye cobertura integral de las muchas defensas físicas, químicas y celulares que constituyen el sistema inmunitario innato, así como las maneras en las cuales activa la inmunidad adaptativa y la regula. • Reescritura sustancial de los capítulos sobre el complemento (capítulo 6) y el reordenamiento de genes que codiican para receptor de antígeno (capítulo 7). Estos capítulos se han revisado exhaustivamente para mayor claridad tanto en el texto como en las iguras. La descripción del sistema del complemento se ha actualizado para incluir la participación de proteínas del complemento en aspectos tanto innatos como adaptativos de la inmunidad. • Una presentación reestructurada del mhc, con la adición de nueva información importante para las vías de presentación cruzada (capítulo 8) (igura 8-22b). b) Presentación cruzada y activación de Célula dendrítica que efectúa presentación cruzada
CTL
por
DC
Antígeno exógeno TLR
desafío en todos los niveles
Vía de entrecruzamiento
Si bien este libro está escrito para estudiantes nuevos en inmunología, las autoras también pretenden desaiar a estudiantes a profundizar en el campo, y apreciar las conexiones con otros aspectos de la biología. En lugar de reducir los temas difíciles a formas vagas y simplistas, los presentamos con el nivel de detalle y claridad necesarios para permitir al estudiante que se está iniciando en inmunología a encontrar y entender información que tal vez necesite en el futuro. Esto ofrece al estudiante de nivel superior un fundamento a partir del cual puede progresar a la investigación de avances y controversias en la literatura inmunológica actual. Los recuadros de enfoques complementarios se han usado para añadir matices o detalle a exposiciones de experimentos o ideas particulares sin menoscabo del lujo de información. Estos recuadros, que abordan métodos experimentales, conexiones evolutivas, aspectos clínicos o material avanzado, también permiten a los instructores adaptar su uso de manera apropiada a cursos individuales. Proporcionan excelentes puntos de lanzamiento para pláticas en clase más intensa relacionadas con el material. Algunos de los cambios y mejorías más visibles comprenden:
MHC
• Un capítulo reescrito sobre las células y órganos del sistema inmunitario (capítulo 2) que incluye imágenes actualizadas que relejan el nuevo entendimiento de los microambientes donde el sistema inmunitario del huésped se desarrolla y responde. • La consolidación de vías de emisión de señales en dos capítulos: el capítulo 3 incluye una introducción básica a las interacciones ligando:receptor y los principios de emisión de señales de receptor, así como a moléculas y vías especíicas involucradas en la emisión de señales por medio de receptores de antígenos. El capítulo 4 incluye una introducción más completa a la función de las citocinas y las quimiocinas en la respuesta inmunitaria.
clase I CD8 CD3
CD80/CD86 CD28
IL-2
Célula TC virgen
Figura 8-22b La activación de células TC vírgenes por antígeno exógeno requiere otorgamiento de licencia a DC y presentación cruzada. • Capítulos especializados se dedican al desarrollo de células T y la activación de las mismas (capítulo 9 y capítulo 11, respectivamente). El capítulo 11 ahora incluye descripciones actuales de los múltiples subgrupos de células T auxiliares que regulan la respuesta inmunitaria adaptativa. • Capítulos sustancialmente reescritos sobre el desarrollo de células B y la activación de las mismas (capítulos 10 y 12, respectivamente) que abordan las ubicaciones isiológicas, así como la naturaleza de las células que interactúan implicadas en estos procesos. • Una exposición actualizada del papel de células y moléculas efectoras en la eliminación de infección (capítulo 13), incluso un tratamiento más a fondo de las células nk y nkt. • Un nuevo capítulo que describe avances en el entendimiento y la visualización de la conducta y las actividades dinámicas de las células inmunitarias en tejido secundario y terciario (capítulo 14). • Revisión y actualización sustanciales de los capítulos clínicos (capítulos 15 a 19), incluso la adición de varios recuadros de enfoque nuevos relevantes en clínica.
xxvi
Inmunología
• Versiones revisadas y actualizadas del capítulo inal sobre métodos (capítulo 20), y los apéndices de antígenos cd, quimiocinas y citocinas y sus receptores. En todo el libro se intenta proporcionar un contexto de “ver el cuadro completo” para apreciar detalles necesarios de una manera que facilita mayor entendimiento por parte del estudiante.
2 Célula T
Citocinas inhibidoras
Célula T
TGF β
1
Privación de citocina
IL-2R
FoxP3
3
TCR
APC
Inhibición de células presentadoras de antígeno
MHC
avances recientes y otras adiciones 4
La inmunología es un campo que crece con rapidez, con nuevos descubrimientos, avances en técnicas, y conexiones previamente no reconocidas que salen a la luz a diario. La séptima edición se ha actualizado a fondo de principio a in, y ahora integra el material y los conceptos nuevos que siguen. • Nuevos tipos y subtipos de células inmunitarias, así como la plasticidad fenotípica que es posible entre ciertos subtipos de células inmunitarias. • Una apreciación mayor del amplio rango de mecanismos de los cuales depende la inmunidad innata, y la naturaleza de las funciones de las respuestas innatas en la detección de peligro, inducción de inlamación y conformación de la respuesta adaptativa (igura 5-18).
TLR4 o TLR5
Dectina-1
TH1
Célula T
Figura 9-10 Cómo las células T reguladoras desactivan células T tradicionales. Suministro de antígeno a células T Seno subcapsular (SCS)
Ganglio linfático
presentando Linfático antígeno aferente DC
Folículo de células B
Bacterias Virgen
Citotoxicidad
Célula T
IFN-γ
Antígeno
IL-12 TLR3, 7, 9
Hongos IL-6 IL-23 Virus
Virgen
TH17
IL-17
IL-10
TLR2/1
Virgen
Helminto
TH2
IL-4 IL-5 IL-13
TLR2/6
Complejo tricelular (célula T CD8+, célula T CD4+ y DC)
Red de
FRC
Zona de células T (paracorteza)
Figura 14-11a Cómo el antígeno viaja hacia un ganglio linfático. Hongos IL-10 RA TGF-β
CD28
CD80/86
TCR
MHC II con péptido
Virgen
Treg
IL-10 TGF-β
Figura 5-18 La emisión de señales diferencial por medio de de células dendríticas inluye sobre las funciones de células T auxiliares.
PRR
• Regulación de la inmunidad, incluso nuevos tipos de células reguladoras, mensajeros químicos inmunosupresores y los papeles que éstos desempeñan, por ejemplo, en la tolerancia y en la naturaleza de respuestas a diferentes tipos de antígenos (igura 9-10). • Las funciones del microbioma y de organismos comensales en el desarrollo y la función de la inmunidad, así como las conexiones entre éstos y muchas enfermedades crónicas. • Una nueva apreciación de las subestructuras microambientales que guían interacciones de células inmunitarias con antígeno y entre sí (igura 14-11a). • Muchos avances técnicos, especialmente en áreas de obtención de imágenes y secuenciación, que han aumentado colectivamente el entendimiento de la función inmunitaria y las interacciones celulares, lo que permite ver la respuesta inmunitaria en su contexto anatómico natural, y en tiempo real (igura 14-5).
conexiones con el laboratorio, la clínica y más allá En esta septima edición hemos hecho un esfuerzo concertado por integrar al texto aspectos experimentales y clínicos de la inmunología. El capítulo 2 presenta ilustraciones de células y tejidos inmunitarios junto con cortes histológicos o, cuando es posible, micrografías electrónicas, de modo que los estudiantes puedan ver cómo se ven en realidad. En todo el libro se usan datos experimentales para demostrar la base del conocimiento (igura 3-4b), y en los capítulos clínicos al inal del libro (capítulos 15 a 19) se describen nuevos avances, nuevos desafíos, y conexiones recién apreciadas entre el sistema inmunitario y enfermedad.
Figura 3-4b Secreción direccional de citocinas (color rosa).
Prefacio
Recuadros con aspectos interesantes Asociados con cada capítulo hay recuadros con materiales adicionales que proporcionan información especializada sobre estudios que tienen importancia histórica (Experimentos clásicos) que cambiaron la manera en que los inmunólogos consideraron el campo, nuevos avances dignos de mención (Avances) que han ocurrido desde la última edición, la importancia clínica de temas particulares (Enfoque clínico) y la evolución de aspectos del funcionamiento inmunitario (Evolución). Ejemplos de esos recuadros son “La estrategia de vacuna de preparación y tracción”, “Defectos genéticos en componentes de las respuestas innata e inlamatoria asociados con enfermedad”, “El papel de miRNA en el control del desarrollo de células B”, y un recuadro de “Células madre —usos clínicos y potencial” actualizado. Hemos hecho participar a nuestros estudiantes de pregrado en la creación de algunos de estos recuadros, que creemos que se han beneiciado mucho a partir de su perspectiva sobre cómo
xxvii
presentar material interesante con eicacia a sus compañeros de estudios.
Pensamiento crítico y análisis de datos La integración de evidencia experimental en todo el libro mantiene a los estudiantes enfocados en el cómo y por qué. Descripciones detalladas y claras del estado actual del campo proporcionan a los estudiantes el conocimiento, las habilidades y el vocabulario para leer de manera crítica la literatura primaria. Las preguntas de estudio actualizadas y revisadas al inal del capítulo varían desde recuerdo simple de información hasta análisis de datos originales o propuesta de hipótesis para explicar preguntas que quedan en el campo. Los recuadros de Experimento clásico en todo el libro ayudan a los estudiantes a apreciar los experimentos trascendentales en inmunología, y cómo se realizaron, lo cual proporciona un puente a los artículos de investigación primaria y recalca el análisis de datos en cada paso.
xxviii
Inmunología
Agradecimientos Debemos un agradecimiento especial a las personas que ofrecieron ideas perspicaces, que proporcionaron revisiones detalladas que llevaron a mejorías importantes, y que proporcionaron el apoyo para hacer posible la escritura de este libro. Estos colaboradores notables incluyen al Dr. Stephen Emerson, Dr. David Allman, Dra. Susan Saidman, Dr. Nan Wang, Nicole Cunningham y los muchos estudiantes de pregrado que proporcionaron inestimables perspectivas de estudiantes a nuestros capítulos. Esperamos que el producto inal releje la alta calidad de las aportaciones de estos expertos y colegas, y de todos los listados a continuación que proporcionaron análisis y guía cruciales. También agradecemos a los autores previos de inmunología de Kuby, cuyos valiosos esfuerzos ahora apreciamos aún más profundamente. Su compromiso para la claridad, para proporcionar el material más actualizado en una disciplina que avanza con rapidez, y para mantener el enfoque experimental de las exposiciones establecieron el estándar que es la base para lo mejor de este libro. También reconocemos que este libro representa el trabajo no sólo de sus autores y editores, sino también de todos aquellos cuyos experimentos y escritos nos proporcionaron ideas, inspiración e información. Agradecemos a ustedes y recalcamos que todos los errores e inconsistencias de interpretación son sólo nuestros. Agradecemos a los revisores que siguen por sus comentarios y sugerencias acerca del manuscrito durante la preparación de esta séptima edición. Su experiencia y conocimientos han contribuido mucho al libro. Lawrence R. Aaronson, Utica College Jefrey K. Actor, University of Texas Medical School at Houston Richard Adler, University of Michigan-Dearborn Emily Agard, York University, North York Karthik Aghoram, Meredith College Rita Wearren Alisauskas, Rutgers University John Allsteadt, Virginia Intermont College Gaylene Altman, University of Washington Angelika Antoni, Kutztown University Jorge N. Artaza, Charles R. Drew University of Medicine and Science Patricia S. Astry, SUNY Fredonia Roberta Attanasio, Georgia State University Elizabeth Auger, Saint Joseph’s College of Maine Avery August, Penn State University Rajeev Aurora, Saint Louis University Hospital Christine A. Bacon, Bay Path College Jason C. Baker, Missouri Western State College Kenneth Balazovich, University of Michigan-Dearborn Jennifer L. Bankers-Fulbright, Augsburg College Amorette Barber, Longwood University Brianne Barker, Hamilton College Scott R. Barnum, University of Alabama at Birmingham
Laura Baugh, University of Dallas Marlee B. Marsh, Columbia College Rachel Venn Beecham, Mississippi Valley State University Fabian Benencia, Ohio University Main Campus Charlie Garnett Benson, Georgia State University Daniel Bergey, Black Hills State University Carolyn A. Bergman, Georgian Court College Elke Bergmann-Leitner, WRAIR/Uniformed Services University of Health Services Brian P. Bergstrom, Muskingum College Susan Bjerke, Washburn University of Topeka Earl F. Bloch, Howard University Elliott J. Blumenthal, Indiana University-Purdue University Fort Wayne Kathleen Bode, Flint Hills Technical College Dennis Bogyo, Valdosta State University Mark Bolyard, Union University Lisa Borghesi, University of Pittsburgh Phyllis C. Braun, Fairield University Jay H. Bream, Johns Hopkins University School of Medicine Heather A. Bruns, Ball State University Walter J. Bruyninckx, Hanover College Eric L. Buckles, Dillard University Sandra H. Burnett, Brigham Young University Peter Burrows, University of Alabama at Birmingham Ralph Butkowski, Augsburg College Jean A. Cardinale, Alfred University Edward A. Chaperon, Creighton University Stephen K. Chapes, Kansas State University Christopher Chase, South Dakota State University homas Chiles, Boston College Harold Chittum, Pikeville College Peter A. Chung, Pittsburg State University Felicia L. Cianciarulo, Carlow University Bret A. Clark, Newberry College Patricia A. Compagnone-Post, Albertus Magnus College Yasemin Kaya Congleton, Bluegrass Community and Technical College Vincent A. Connors, University of South Carolina-Spartanburg Conway-Klaassen, University of Minnesota Lisa Cuchara, Quinnipiac University Tanya R. Da Sylva, York University, North York Kelley L. Davis, Nova Southeastern University Jefrey Dawson, Duke University Joseph DeMasi, Massachusetts College of Pharmacy & Allied Health
Agradecimientos Stephanie E. Dew, Centre College Joyce E. S. Doan, Bethel University Diane Dorsett, Georgia Gwinnett College James R. Drake, Albany Medical College Erastus C. Dudley, Huntingdon College Jeannine M. Durdik, University of Arkansas Fayetteville Karen M. Duus, Albany Medical College Christina K. Eddy, North Greenville University Anthony Ejiofor, Tennessee State University Jennifer Ellington, Belmont Abbey College Samantha L. Elliott, Saint Mary’s College of Maryland Lehman L. Ellis, Our Lady of Holy Cross College Sherine F. Elsawa, Northern Illinois University Uthayashanker Ezekiel, Saint Louis University Medical Center Diana L. Fagan, Youngstown State University Rebecca V. Ferrell, Metropolitan State College of Denver Ken Field, Bucknell University Krista Fischer-Stenger, University of Richmond Howard B. Fleit, SUNY at Stony Brook Sherry D. Fleming, Kansas State University Marie-dominique Franco, Regis University Joel Gaikwad, Oral Roberts University D. L. Gibson, University of British Columbia-Okanagan Laura Glasscock, Winthrop University David Glick, Kings College Elizabeth Godrick, Boston University Karen Golemboski, Bellarmine University Sandra O. Gollnick, SUNY Bufalo James F. Graves, University of Detroit-Mercy Demetrius Peter Gravis, Beloit College Anjali D. Gray, Lourdes University Valery Z. Grdzelishvili, University of North Carolina-Charlotte Carla Guthridge, Cameron University David J. Hall, Lawrence University Sandra K. Halonen, Montana State University Michael C. Hanna, Texas A & M-Commerce Kristian M. Hargadon, Hampden-Sydney College JL Henriksen, Bellevue University Michelle L. Herdman, University of Charleston Jennifer L. Hess, Aquinas College Edward M. Hofmann, University of Florida Kristin Hogquist, University of Minnesota Jane E. Hufman, East Stroudsburg University of Pennsylvania Lisa A. Humphries, University of California, Los Angeles Judith Humphries, Lawrence University Mo Hunsen, Kenyon College Vijaya Iragavarapu-Charyulu, Florida Atlantic University Vida R. Irani, Indiana University of Pennsylvania Christopher D. Jarvis, Hampshire College Eleanor Jator, Austin Peay State University
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Stephen R. Jennings, Drexel University College of Medicine Robert Jonas, Texas Lutheran University Vandana Kalia, Penn State University-Main Campus Azad K. Kaushik, University of Guelph George Keller, Samford University Kevin S. Kinney, De Pauw University Edward C. Kisailus, Canisius College David J. Kittlesen, University of Virginia Dennis J. Kitz, Southern Illinois University-Edwardsville Janet Klutinger, University of British Columbia-Okanagan Rolf König, University of Texas Medical Branch at Galveston Kristine Krats, University of Minnesota-Duluth Ruhul Kuddus, Utah Valley University Narendra Kumar, Texas A&M Health Science Center N. M. Kumbaraci, Stevens Institute of Technology Jesse J. Kwiek, he Ohio State University Main Camp John M. Lammert, Gustavus Aldolphus College Courtney Lappas, Lebanon Valley College Christopher S. Lassiter, Roanoke College Jennifer Krat Leavey, Georgia Institute of Technology Melanie J. Lee-Brown, Guilford College Vicky M. Lentz, SUNY College at Oneonta Joseph Lin, Sonoma State University Joshua Loomis, Nova Southeastern University Jennifer Louten, Southern Polytechnic State University Jon H. Lowrance, Lipscomb University Milson J. Luce, West Virginia University Institute of Technology Phillip J. Lucido, Northwest Missouri State University M.E. MacKay, hompson Rivers University Andrew P. Makrigiannis, University of Ottawa Greg Maniero, Stonehill College David Markwardt, Ohio Wesleyan University John Martinko, Southern Illinois University Andrea M. Mastro, Penn State University-Main Campus Ann H. McDonald, Concordia University Lisa N. McKernan, Chestnut Hill College Catherine S. McVay, Auburn University Daniel Meer, Cardinal Stritch University JoAnn Meerschaert, Saint Cloud State University Brian J. Merkel, University Wisconsin-Green Bay Jiri Mestecky, University of Alabama at Birmingham Dennis W. Metzger, Albany Medical College Jennifer A. Metzler, Ball State University John A. Meyers, Boston University Medical School Yuko J. Miyamoto, Elon College Jody M. Modarelli, Hiram College Devonna Sue Morra, Saint Francis University Rita B. Moyes, Texas A&M Annette Muckerheide, College of Mount Saint Joseph Sue Mungre, Northeastern Illinois University
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Inmunología
Kari L. Murad, College of Saint Rose Karen Grandel Nakaoka, Weber State University Rajkumar Nathaniel, Nicholls State University David Nemazee, University of California, San Diego Hamida Rahim Nusrat, San Francisco State University Tracy O’Connor, Mount Royal College Marcos Oliveira, University of the Incarnate Word Donald Ourth, University of Memphis Deborah Palliser, Albert Einstein College of Medicine Shawn Phippen, Valdosta State University Melinda J. Pomeroy-Black, La Grange College Edith Porter, California State University, Los Angeles Michael F. Princiotta, SUNY Upstate Medical University Gerry A Prody, Western Washington University Robyn A. Pufenbarger, Bridgewater College Aimee Pugh-Bernard, University of Colorado at Denver Pattle Pun, Wheaton College Sheila Reilly, Belmont Abbey College Karen A. Reiner, Andrews University Margaret Reinhart, University of the Sciences in Philadelphia Stephanie Richards, Bates College Sarah M. Richart, Azusa Paciic University James E. Riggs, Rider University Vanessa Rivera-Amill, Ponce School of Medicine Katherine Robertson, Westminster College James L. Rooney, Lincoln University Robin S. Salter, Oberlin College Sophia Sarafova, Davidson College Surojit Sarkar, Penn State University-Main Campus Perry M. Scanlan, Austin Peay State University Ralph Seelke, University Wisconsin-Superior Diane L. Sewell, University Wisconsin-La Crosse Anding Shen, Calvin College Penny Shockett, Southeastern Louisiana University Michael Sikes, North Carolina State University Maryanne C. Simurda, Washington and Lee University Paul K. Small, Eureka College Jonathan Snow, Williams College Ralph A. Sorensen, Gettysburg College Andrew W. Stadnyk, Dalhousie University Faculty of Medicine Douglas A. Steeber, University Wisconsin-Milwaukee Viktor Steimle, University of Sherbrooke, Sherbrooke Douglas J. Stemke, University of Indianapolis Carolyn R. Stenbak, Seattle University Jennifer Ripley Stueckle, West Virginia University Kathleen Sullivan, Louisiana Technical College Alexandria Susmit Suvas, Oakland University Gabor Szalai, University of South Carolina
Seetha M Tamma, Long Island University-C.W. Post Matthew J. Temple, Nazareth College Kent R. homas, Wichita State University Diane G. Tice, SUNY Morrisville Sara Sybesma Tolsma, Northwestern College Clara Tóth, Saint homas Aquinas College Bebhinn Treanor, University of Toronto Scarborough Allen W. Tsang, Bowman Gray Medical School Amar S. Tung, Lincoln University Lloyd Turtinen, University Wisconsin-Eau Claire Timothy M VanWagoner, Oklahoma Christian/ University of Oklahoma HSC Evros Vassiliou, Kean University Vishwanath Venketaraman, Western University of Health Sciences Kathleen Verville, Washington College Katherine A. Wall, University of Toledo Helen Walter, Mills College Christopher Ward, University of Alberta Benjamin S. Weeks, Adelphi University Ben B. Whitlock, University of Saint Francis Robert Winn, Northern Michigan University Candace R. Winstead, California Polytechnic State UniversitySan Luis Obispo Dorothy M. Wrigley, Minnesota State University Jodi L. Yorty, Elizabethtown College Sheryl Zajdowicz, Metropolitan State University of Denver Mary Katherine Zanin, he Citadel he Military College of South Carolina Gary Zieve, SUNY at Stony Brook Michael I. Zimmer, Purdue Calumet Gilbert L. Zink, University of the Sciences in Philadelphia Patty Zwollo, College of William & Mary Por último, agradecemos a nuestros experimentados y talentosos colegas en W. H. Freeman and Company. Un agradecimiento particular a los miembros del equipo de producción Philip McCafrey, Sherrill Redd, Heath Lynn Silberfeld, Diana Blume, Lawrence Guerra, Janice Donnola, Christine Buese y Elyse Reider. También agradecemos al equipo editorial de Lauren Schultz, Susan Winslow, Allison Michael, Yassamine Ebadat e Irene Pech. No obstante, expresamos un agradecimiento muy especial a nuestra editora de desarrollo, Erica Champion, y a nuestra coordinadora de desarrollo, Sara Ruth Blake. Erica nos ha guiado desde el principio con una visión aguda, paciencia ininita, y gran capacidad narrativa y de expresión clara. Sara nos mantuvo organizadas y apegadas a fechas límite con determinación heroica. La participación de estos dos talentosos miembros del equipo ha hecho posible esta edición y sus ambiciosas aspiraciones.
1
Sección I. Introducción
Perspectiva general del sistema inmunitario
E
l sistema inmunitario evolucionó para proteger a los organismos multicelulares contra agentes patógenos. Altamente adaptable, deiende al cuerpo contra invasores tan diversos como los pequeños (~ 30 nm) virus intracelulares que causan la poliomielitis, y tan grandes como el parásito gigante, el gusano del riñón Dioctophyme renale, que puede crecer hasta 100 cm de longitud y 10 mm de ancho. Esta diversidad de agentes patógenos potenciales requiere una gama de mecanismos de reconocimiento y destrucción para estar a la par con la variedad de invasores. Para lograr esta proeza, los vertebrados han adquirido por evolución una red complicada y dinámica de células, moléculas y vías. Si bien pueden encontrarse elementos de estas redes en todos los miembros de los reinos vegetal y animal, este libro se enfocará en el altamente evolucionado sistema inmunitario de mamíferos. El sistema inmunitario funcional completo comprende tantos órganos, moléculas, células y vías en un proceso tan interconectado y a veces circular ¡que a menudo es difícil saber dónde empezar! Avances recientes en la obtención de imágenes de células, la genética y la bioinformática, así como en las biologías celular y molecular, han ayudado a entender con gran detalle molecular muchos de los participantes individuales. Sin embargo, un enfoque en los detalles (y hay tantos) puede hacer desaiante dar un paso atrás para tener una perspectiva más amplia, y a menudo es dicha perspectiva la que motiva a estudiar la inmunología. De hecho, al campo de la inmunología pueden atribuirse la vacuna que erradicó la viruela, la capacidad para trasplantar órganos entre seres humanos, y los fármacos usados en la actualidad para tratar el asma. Por ende, el objetivo de los autores en este capítulo es presentar el trasfondo y los conceptos en inmunología que ayudarán a tender un puente entre el detalle celular y molecular que se presenta en capítulos subsiguientes, y la perspectiva completa de una respuesta inmunitaria. Un entendimiento claro de cada uno de los muchos participantes involucrados ayudará a apreciar la intrincada coordinación de un sistema inmunitario que hace todo esto posible. El estudio de la inmunología ha producido historias asombrosas y fascinantes (algunas de las cuales el lector encontrará en este libro), en las que el huésped y el microbio se enfrascan en batallas que se libran tanto durante minutos como durante milenios. Empero, el sistema inmunitario también es mucho más que un componente aislado del organismo, meramente responsable de misiones de búsqueda y destrucción. De hecho, se relaciona con muchos de los otros sistemas del cuerpo, entre ellos los sistemas endocrino,
una célula fagocítica (macrófago, en color verde) fagocitando la bacteria que causa tuberculosis (anaranjado). max Planck institute for infection biology/dr. volker brinkmann
■ ■
■
1
Una perspectiva histórica de la inmunología Conceptos importantes para entender la respuesta inmunitaria de mamíferos El bueno, el malo y el feo del sistema inmunitario
nervioso y metabólico, y sin duda quedan más conexiones por descubrir. Por último, cada vez ha quedado más claro que los elementos de la inmunidad desempeñan funciones clave en la regulación de la homeostasis en el organismo para un equilibrio sano. La información que se recoge a partir del estudio del sistema inmunitario, así como de sus conexiones con otros sistemas, probablemente tendrá repercusiones resonantes a través de muchos campos de ciencias básicas y biomédicos, por no mencionar en el futuro de la medicina clínica. Este capítulo empieza con una perspectiva histórica, que delinea los inicios del estudio de la inmunología, en su mayor parte impulsados por el deseo del ser humano de sobrevivir a brotes importantes de enfermedad infecciosa. Esto va seguido por la presentación de algunos conceptos clave que son datos característicos importantes de la respuesta inmunitaria de mamíferos, muchos de los cuales pueden no haberse encontrado en otro sitio en la biología básica. No se pretende presentar aquí una perspectiva general completa del sistema inmunitario de mamíferos, sino más bien un medio de salvar los grandes obstáculos conceptuales que suelen encontrarse conforme se empiezan a describir la complejidad y la naturaleza interconectada de la respuesta inmunitaria. Esperamos que esto despierte la sed de aprender y prepare al lector para una exposición más a fondo de los componentes especíicos de la inmunidad que
2
SECCIÓN I
|
Introducción
se presentan en los capítulos subsiguientes. Se concluye con algunas situaciones clínicas desaiantes, como casos en los cuales el sistema inmunitario no actúa o se convierte en el agresor, y dirige sus asombrosos poderes contra el huésped. Los capítulos inales de este libro presentan una cobertura más a fondo de esos y otros aspectos médicos de la inmunología.
una perspectiva histórica de la inmunología La disciplina de la inmunología surgió a partir de la observación de que los individuos que se habían recuperado de ciertas enfermedades infecciosas a partir de entonces estaban protegidos contra la enfermedad. El término latín immunis, que signiica “exento”, es la fuente de la palabra del español inmunidad, un estado de protección contra enfermedad infecciosa. Quizá la referencia escrita más temprana al fenómeno de la inmunidad puede rastrearse hasta Tucídides, el gran historiador de la guerra del Peloponeso. Al describir una peste en Atenas, escribió en 430 a.C., que sólo quienes se habían recuperado de la peste podían cuidar de los enfermos porque no contraerían la enfermedad una segunda vez. Si bien las primeras sociedades reconocieron el fenómeno de la inmunidad, transcurrieron casi 2 000 años antes de que el concepto se convirtiera de manera exitosa en práctica médicamente eicaz.
Los estudios de vacunación tempranos abrieron el camino hacia la inmunología Los primeros intentos registrados por inducir deliberadamente inmunidad fueron efectuados por los chinos y los turcos durante el siglo xv. Estuvieron tratando de prevenir la viruela, una enfermedad que es mortal en alrededor de 30% de los afectados, y que deja a los sobrevivientes desigurados de por vida (igura 1-1). Los reportes sugieren que las costras secas derivadas de pústulas de viruela eran inhaladas o insertadas en pequeños cortes en la piel (una técnica llamada variolación) a in de prevenir esta temida enfermedad. En 1718, Lady Mary Wortley Montagu, la esposa del embajador británico en Constantinopla, observó los efectos positivos de la variolación sobre la población turca nativa, e hizo que la técnica se practicara en sus propios hijos. El médico inglés Edward Jenner más tarde hizo un avance gigante en el desarrollo deliberado de inmunidad, nuevamente dirigido hacia la viruela. En 1798, intrigado por el hecho de que las ordeñadoras que habían contraído la enfermedad leve viruela del ganado vacuno eran inmunes después a la mucho más grave viruela, Jenner razonó que introducir líquido de una pústula de viruela vacuna en personas (esto es, inocularlas) podría protegerlas contra la viruela. Para probar esta idea, inoculó a un niño de ocho años de edad con líquido de una pústula de viruela vacuna, y más tarde infectó intencionalmente al niño con viruela. Como predijo, el niño no presentó viruela. Aunque esto representó un avance importante, esta clase de estudios en seres humanos no podrían efectuarse bajo los estándares actuales de la ética médica. La técnica de Jenner de inocular con viruela vacuna para proteger contra viruela se difundió rápidamente en toda Europa. Con todo, transcurrieron cerca de 100 años antes de que esta técnica se aplicara a otras enfermedades. Como suele suceder en la ciencia, un hallazgo fortuito, combinado con observación astuta, llevaron
Figura 1-1 Niño africano con el exantema típico de viruela en la cara, el tórax y los brazos. La viruela, causada por el virus Variola major, genera una tasa de mortalidad de 30%. Los sobrevivientes a menudo quedan con cicatrices desigurantes [Centers for Disease Control and Prevention.]
al siguiente avance importante en inmunología: la inducción de inmunidad contra el cólera. Louis Pasteur había logrado cultivar la bacteria que causa el cólera aviar, y conirmó esto al inyectarla en pollos que a continuación presentaron cólera mortal. Después de regresar de unas vacaciones de verano, él y sus colegas reanudaron sus experimentos; inyectaron algunos pollos con un cultivo bacteriano viejo. Los pollos enfermaron, pero para sorpresa de Pasteur, se recuperaron. Interesado, Pasteur a continuación preparó un cultivo fresco de la bacteria con la intención de inyectar esta cepa letal en algunos pollos que nunca habían tenido exposición. No obstante, según se cuenta, tuvo una disponibilidad limitada de pollos con estas características y, por ende, usó una mezcla de pollos previamente inyectados y aves no expuestas. Inesperadamente, sólo murieron los pollos que nunca habían estado expuestos, mientras que los pollos con exposición previa al cultivo bacteriano más viejo estuvieron por completo protegidos contra la enfermedad. Pasteur emitió la hipótesis de que el envejecimiento había debilitado la virulencia del agente patógeno, y que esta cepa debilitada o atenuada podía administrarse para proporcionar inmunidad contra la enfermedad; más tarde demostró que así era. Llamó a esta cepa atenuada una vacuna (del latín vacca, que signiica “vaca”) en honor de la investigación de Jenner con la inoculación de viruela vacuna. Pasteur extendió estos hallazgos a otras enfermedades, y demostró que era posible atenuar un agente patógeno y administrar la cepa atenuada como una vacuna. En un experimento ahora clá-
Perspectiva general del sistema inmunitario sico efectuado en el pequeño pueblo de Pouilly-le-Fort en 1881, Pasteur vacunó por vez primera a un grupo de ovejas con la bacteria del ántrax (carbunco) (Bacillus anthracis) que fue atenuada mediante tratamiento con calor. A continuación expuso las ovejas vacunadas, junto con algunas ovejas no vacunadas, a un cultivo virulento del bacilo del ántrax; todas las ovejas vacunadas vivieron y todos los animales no vacunados murieron. Esos experimentos marcaron los inicios de la disciplina de la inmunología. En 1885, Pasteur administró su primera vacuna a un ser humano, un niño que había sido mordido repetidas veces por un perro rabioso (igura 1-2); el niño, Joseph Meister, fue inoculado con una serie de preparaciones de virus de la rabia atenuados. La vacuna antirrábica es una de las pocas que pueden ser exitosas cuando se administran poco después de la exposición, en tanto el virus todavía no haya llegado al sistema nervioso central y empezado a inducir síntomas neurológicos. Joseph vivió y más tarde se hizo cuidador en el Pasteur Institute, que fue abierto en 1887 para tratar a las muchas víctimas de rabia que empezaron a llegar en gran número cuando se difundió el éxito de Pasteur; en la actualidad persiste como un instituto dedicado a la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas.
La vacunación es un esfuerzo continuo y mundial El surgimiento del estudio de la inmunología y el descubrimiento de las vacunas están estrechamente enlazados. El desarrollo de vacunas eicaces para algunos agentes patógenos aún es un impor-
Figura 1-2 Grabado en madera de Louis Pasteur viendo a Joseph Meister recibir la vacuna antirrábica. [Fuente: tomado de Harper’s Weekly 29:836; cortesía de la National Library of Medicine.]
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CAPÍTULO 1
3
tante desafío, que se comenta con mayor detalle en el capítulo 17. Aun así, a pesar de muchos obstáculos biológicos y sociales, la vacunación ha dado algunas de las historias de éxito más profundas en términos de disminuir las tasas de mortalidad en todo el mundo, especialmente en niños de muy corta edad. En 1977 se observó el último caso conocido de viruela adquirida de modo natural en Somalia; esta temida enfermedad se erradicó mediante la aplicación universal de una vacuna similar a la usada por Jenner alrededor de 1790. Una consecuencia de la erradicación es que la vacunación universal se hace innecesaria, lo que es un enorme beneicio porque casi todas las vacunas plantean al menos un riesgo leve para las personas vacunadas. Aun así, en muchos casos es innecesario que todos los individuos sean inmunes para proteger a la mayoría de la población. A medida que una masa crítica de personas adquiere inmunidad protectora, sea por medio de vacunación o por infección, puede servir como un amortiguador para el resto. Este principio, llamado inmunidad de la manada, funciona al disminuir el número de individuos que pueden albergar un agente infeccioso y diseminarlo, lo que disminuye de manera importante la probabilidad de que los individuos susceptibles queden infectados. Esto plantea una importante consideración altruista: si bien muchos seres humanos podrían sobrevivir a enfermedades infecciosas para las cuales reciben una vacuna (como la gripe), esto no es cierto para todos. Algunos individuos no pueden recibir la vacuna (p. ej., los de muy corta edad o los que tienen alteraciones inmunitarias) y la vacunación nunca es 100% eicaz. En otras palabras, entre la población humana, los individuos susceptibles, no inmunes, pueden beneiciarse a partir de la inmunidad generalizada de sus vecinos. De cualquier modo, hay un aspecto más oscuro para la erradicación y el inal de la vacunación universal. Con el tiempo, el número de personas sin inmunidad a la enfermedad empezará a aumentar, lo que inalizará la inmunidad de la manada. La vacunación antivariólica terminó en su mayor parte entre principios y mediados del decenio de 1970-1979, lo cual dejó a bastante más de la mitad de la población mundial actual susceptible a la enfermedad. Esto signiica que la viruela, o una versión usada como arma, ahora se considera una amenaza de bioterrorismo potencial. En respuesta, aún se están desarrollando nuevas y más seguras vacunas antivariólicas, la mayor parte de las cuales se usa para vacunar a personal militar estadounidense que se cree tiene mayor riesgo de posible exposición. En Estados Unidos y otras naciones industrializadas, las vacunas han eliminado muchas enfermedades propias de la niñez que eran la causa de muerte de muchos niños de corta edad hace tan sólo 50 años. El sarampión, la parotiditis, la varicela, tos ferina, tétanos, diteria y poliomielitis, alguna vez consideradas una parte inevitable de la niñez, ahora son en extremo raras o inexistentes en Estados Unidos debido a las prácticas de vacunación actuales (cuadro 1-1). Apenas es posible estimar los ahorros para la sociedad originados a partir de la prevención de estas enfermedades. Además del sufrimiento y la mortalidad, el costo del tratamiento de estas enfermedades y sus consecuencias o secuelas (como parálisis, sordera, ceguera y retraso mental) es inmenso, y hace que los costos de la inmunización parezcan pequeños. De hecho, estimados recientes sugieren que simplemente aumentar el uso de algunas vacunas durante la niñez en las naciones más pobres, que en la actualidad sufren la mayor parte de las repercusiones de estas enfermedades infecciosas de la niñez, podría generar importantes beneicios económicos y para la vida de los seres humanos.
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SECCIÓN I
CuADRO 1-1
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Introducción
Casos de enfermedad infecciosa seleccionados en Estados Unidos antes y después de la introducción de vacunas eficaces
Enfermedad
CASOS ANUALES/AÑO
CASOS EN 2010
Antes de la vacunación
Después de la vacunación
Reducción (%)
Viruela
48 164
0
100
Difteria
175 885
0
100
Sarampión
503 282
26
99.99
Parotiditis
152 209
2 612
98.28
Tos ferina
147 271
27 550
81.29
Poliomielitis paralítica
16 316
0
Rubéola (sarampión alemán)
47 745
5
Tétanos Infección por Haemophilus inluenzae invasivo
1 314 (muertes) 20 000
26 (casos) 3 151
100 99.99 98.02 84.25
FUENTE: Adaptado de W. A. Orenstein et al., 2005. Health Afairs 24:599 y CDC statistics of Notiiable Diseases.
Por ejemplo, se estima que tan sólo la neumonía infantil —la cual es causada principalmente por Streptococcus pneumoniae (también conocidos como Pneumococcus) y por Haemophilus inluenzae tipo B (también conocido como Hib)— ocasionará 2.7 millones de muertes durante la niñez en naciones en desarrollo durante el siguiente decenio si las estrategias de vacunación en estas regiones permanecen sin cambios. Pese a los muchos éxitos de los programas de vacunación, como la erradicación de la viruela, persisten muchos desafíos para la vacunación. Quizá el principal desafío actual es el diseño de vacunas eicaces contra importantes asesinos como el paludismo y el sida. Al disponer de una mayor comprensión del sistema inmunitario, más las herramientas de las biologías molecular y celular, la genómica y la proteómica, los cientíicos se encontrarán en una mejor postura para lograr progresos en torno a la prevención de estas enfermedades infecciosas emergentes y otras. Un problema adicional es el hecho de que millones de niños en países en desarrollo mueren por enfermedades que son por completo prevenibles mediante vacunas disponibles y seguras. Los costos de fabricación altos, la inestabilidad de los productos, y los problemas de reparto, mantienen estas vacunas fuera del alcance de quienes podrían beneiciarse de ellas. Este problema podría resolverse en muchos casos al desarrollar vacunas de futura generación que sean económicas, estables ante el calor, y que se administren sin una aguja. Por último, la información errónea y los mitos que rodean la eicacia de las vacunas y los efectos secundarios de las mismas siguen obstaculizando muchos programas de vacunación que en potencia salvan vidas (véase el recuadro Enfoque clínico, en la página 5).
La inmunología se trata más que sólo de vacunas y enfermedades infecciosas Para algunas enfermedades, los programas de inmunización pueden ser la mejor defensa o incluso la única defensa eicaz. Encabezan esta lista las enfermedades infecciosas que pueden causar enfermedad grave o incluso la muerte en individuos no vacunados, en especial las transmitidas por microbios que también
se diseminan con rapidez entre huéspedes; sin embargo, la vacunación no es la única manera de prevenir enfermedades infecciosas o de tratarlas. Lo primero y más importante es prevenir la infección, en la cual el acceso a agua limpia, las prácticas de higiene adecuadas y las dietas ricas en nutrientes pueden inhibir la transmisión de agentes infecciosos. En segundo lugar, algunas enfermedades infecciosas son autolimitadas, fácilmente tratables, y no mortales para la mayoría de los individuos, lo que las hace blancos poco probables para programas de vacunación costosos; éstas incluyen el resfriado común, causado por rinovirus, y el herpes labial que se produce por infección por virus del herpes simple. Por último, algunos agentes infecciosos simplemente no se prestan a vacunación. Esto podría deberse a diversos factores, como el número de variantes moleculares diferentes del organismo, la complejidad del régimen requerido para generar inmunidad protectora, o la incapacidad para establecer las respuestas de memoria inmunitaria necesarias (más adelante se aborda esto más a fondo). Un avance importante en el tratamiento de enfermedades infecciosas se logró cuando se introdujeron los primeros antibióticos durante el decenio de 1920-1929. En la actualidad hay más de 100 antibióticos diferentes en el mercado, aunque casi todos caen en sólo seis o siete categorías con base en su modo de acción. Los antibióticos son agentes químicos diseñados para destruir ciertos tipos de bacterias. Son ineicaces contra otros tipos de agentes infecciosos, así como contra algunas especies de bacterias. Una tendencia en particular preocupante es el aumento continuo de resistencia a antibióticos entre cepas que tradicionalmente eran tratables con estos fármacos, lo que hace que el diseño de antibióticos de siguiente generación y de nuevas clases de fármacos adquiera importancia creciente. Si bien también se dispone de fármacos antivirales, casi ninguno es eicaz contra muchos de los virus más comunes, incluso el de la gripe. Esto hace que la vacunación preventiva sea el único recurso real contra muchos agentes infecciosos debilitantes, incluso los que rara vez causan mortalidad en adultos sanos. Por ejemplo, debido a la alta tasa de mutaciones del virus de la gripe, cada año debe prepararse una nueva vacuna contra la gripe con base en una
Perspectiva general del sistema inmunitario
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CAPÍTULO 1
5
RECUADRO 1-1
ENfOquE CLíNICO
Controversia en cuanto a las vacunas: ¿qué es verdad y qué es mito? A pesar del historial de éxito mundial de las vacunas en la mejoría de la salud pública, algunos opositores airman que las vacunas hacen más daño que bien y ejercen presión para que los programas de vacunación durante la niñez se eliminen o se disminuyan. No cabe duda de que las vacunas representan problemas de seguridad singulares, porque se administran a personas que están sanas. Además, hay acuerdo general en que las vacunas se deben probar y regular de manera rigurosa, y que el público debe tener acceso a información clara y completa acerca de ellas. Si bien las airmaciones de los críticos de las vacunas se deben evaluar, muchas pueden ser respondidas mediante examen cuidadoso y objetivo de los registros. Un ejemplo reciente es la airmación de que las vacunas administradas a lactantes y niños de muy corta edad pueden contribuir a la incidencia creciente de autismo. Esto empezó con la sugerencia de que el timerosal, un aditivo a base de mercurio usado para inhibir el crecimiento bacteriano en algunas preparaciones de vacunas desde el decenio de 1930-1939, estaba causando autismo en niños. En 1999, los U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y la American Association of Pediatrics (AAP) emitieron una recomendación conjunta de que los fabricantes de vacunas empezaran a eliminar gradualmente el uso de timerosal en ellas. Esa recomendación se basó en el incremento del número de vacunas administradas a lactantes y tuvo por objeto mantener a los niños en los máximos de exposición a mercurio recomendados por la Environmental Protection Agency (EPA) o por debajo de los mismos. Aun así, con el lanzamiento de esta recomendación, grupos de defensa del público liderados por padres empezaron una campaña mediática para fundamentar un caso que demostraba lo que ellos creían que era un enlace entre vacunas y
una epidemia de autismo. Estas recomendaciones de la AAP y los temores del público llevaron a una notoria declinación durante la segunda mitad de 1999 de los recién nacidos estadounidenses vacunados contra la hepatitis B. Hasta la fecha, en ningún estudio idedigno se ha mostrado un enlace cientíico entre el timerosal y el autismo. De hecho, los casos de autismo en niños han seguido aumentando desde que se eliminó el timerosal de todas las vacunas para niños en 2001; pese a la evidencia en sentido contrario, algunos aún creen en esta airmación. Un estudio de 1998 que apareció en The Lancet, una importante revista médica británica, incentivó más estos grupos de defensa de padres y las organizaciones contra las vacunas. En el artículo, publicado por Andrew Wakeield, se airmó que la vacuna contra sarampión-parotiditis-rubéola (MMR) causó trastornos generalizados del desarrollo en niños, incluso trastornos del espectro autista. Durante más de un decenio de investigación subsiguiente no se ha logrado fundamentar estas airmaciones, y 10 de los 12 autores originales del artículo más tarde retiraron su apoyo a las conclusiones del estudio. En 2010 The Lancet se retractó del artículo original cuando se mostró que los datos en el estudio habían sido falsiicados para llegar a las conclusiones deseadas. De cualquier modo, durante los años que transcurrieron entre la publicación original del artículo en Lancet y su retractación, se atribuye a este caso la disminución de las tasas de vacunación contra MMR desde un máximo de 92% hasta un mínimo de casi 60% en ciertas áreas del Reino Unido. La expansión resultante de la población de individuos susceptibles llevó a tasas endémicas de sarampión y parotiditis, especialmente en varias áreas de Europa y se le atribuyen miles de hospitalizaciones prolongadas y varias muertes en niños infectados.
predicción de los genotipos prominentes que es probable que se encuentren en la siguiente temporada; esta vacuna es más eicaz en algunos años que en otros. Si surge una cepa endémica más mortal e inesperada, habrá una carrera entre su diseminación y la manufactura de una nueva vacuna y la administración de la misma. Con la facilidad actual para realizar viajes alrededor del mundo, el surgimiento de una cepa pandémica de gripe podría superar con mucho la devastación desencadenada por la pandemia de gripe de 1918, que originó más de 50 millones de muertes.
¿Por qué ha habido un deseo tan fuerte por aferrarse a la creencia de que las vacunas durante la niñez están enlazadas con trastornos del desarrollo en niños a pesar de mucha evidencia cientíica de lo contrario? Una posibilidad radica en la sincronización de los dos eventos. Con base en las recomendaciones actuales de la AAP, en Estados Unidos la mayoría de los niños recibe 14 vacunas distintas y un total de hasta 26 vacunas hacia los dos años de edad. En 1983, los niños recibían menos de la mitad de este número de vacunas. Conjúntese esto con la aparición de los primeros signos de autismo y otros trastornos del desarrollo en niños, que pueden sobrevenir de manera bastante repentina y alcanzan un máximo alrededor de los dos años de edad. Se cree que este aumento agudo del número de vacunaciones que los niños de corta edad reciben en la actualidad, y la coincidencia cronológica de los síntomas de autismo iniciales, incitaron estos temores. Añada la disminución creciente de la educación cientíica básica del público general y la abundancia de maneras de reunir esa información (sea correcta o no). Conforme los padres preocupados buscan respuestas, puede empezar a verse cómo incluso enlaces que carecen de apoyo cientíico podrían empezar a aianzarse conforme las familias lidian con la tarea de cómo hacer evaluaciones inteligentes del riesgo para la salud pública. La mayoría de los cientíicos rechazó hace mucho tiempo la noción de que las vacunas causan autismo. A pesar de esto, está claro que es necesario hacer más investigación para llenar la brecha entre la percepción del público y el entendimiento cientíico. Gross, L., 2009. A broken trust: Lessons from the vaccine-autism wars. PLoS Biology 7:e1000114. Larson, H.J., et al., 2011. Addressing the vaccine conidence gap. Lancet 378:526.
Empero, la erradicación de las enfermedades infecciosas no es el único objetivo importante de la investigación en inmunología. Como se verá más adelante, la exposición a agentes infecciosos forma parte de la historia evolutiva del ser humano, y el aniquilamiento de todas estas criaturas podría en potencia ser más perjudicial que beneicioso, tanto para el huésped como para el ambiente. Gracias a muchos avances técnicos que permiten que los descubrimientos cientíicos pasen con mayor eiciencia desde el laboratorio del investigador hasta la aplicación
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SECCIÓN I
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Introducción
al paciente, los médicos ahora pueden manipular la respuesta inmunitaria de maneras que nunca antes fueron posibles. Así, por ejemplo, los tratamientos para reforzar, inhibir o redirigir los esfuerzos especíicos de células inmunitarias, se están aplicando al tratamiento de enfermedad autoinmunitaria, cáncer y alergia, así como de otros trastornos crónicos; estos esfuerzos ya se están extendiendo y salvando vidas. De igual modo, un entendimiento más claro de la inmunidad ha puesto de relieve la naturaleza interconectada de los sistemas corporales, lo que ha proporcionado información singular hacia áreas como biología celular, genética humana y metabolismo. Si bien una cura para el sida y una vacuna para prevenir la infección por hiv
CuADRO 1-2
aún son dos blancos primarios para muchos cientíicos que estudian esta enfermedad, se ha obtenido mucho conocimiento sobre ciencias básicas a partir del estudio de este virus y su interacción con el sistema inmunitario del ser humano.
La inmunidad involucra componentes tanto humoral como celular Pasteur mostró que la vacunación funcionaba, pero no entendió cómo. Algunos cientíicos creyeron que la protección inmune en individuos vacunados estaba mediada por células, mientras
Premios Nobel por investigación inmunológica
Año
Receptor
País
Investigación
1901
Emil von Behring
Alemania
Antitoxinas séricas.
1905
Robert Koch
Alemania
Inmunidad celular a la tuberculosis.
1908
Elie Metchnikof Paul Ehrlich
Rusia Alemania
Función de la fagocitosis (Metchnikof ) y de antitoxinas (Ehrlich) en la inmunidad.
1913
Charles Richet
Francia
Anailaxia.
1919
Jules Bordet
Bélgica
Bacteriólisis mediada por complemento.
1930
Karl Landsteiner
Estados Unidos
Descubrimiento de los grupos sanguíneos del ser humano.
1951
Max Theiler
Sudáfrica
Desarrollo de la vacuna contra la iebre amarilla.
1957
Daniel Bovet
Suiza
Antihistamínicos.
1960
F. Macfarlane Burnet Peter Medawar
Australia Gran Bretaña
Descubrimiento de tolerancia inmunitaria adquirida.
1972
Rodney R. Porter Gerald M. Edelman
Gran Bretaña Estados Unidos
Estructura química de anticuerpos.
1977
Rosalyn R. Yalow
Estados Unidos
Desarrollo de radioinmunoensayo.
1980
George Snell Jean Dausset Baruj Benacerraf
Estados Unidos Francia Estados Unidos
Complejo principal de histocompatibilidad.
1984
Niels K. Jerne Cesar Milstein Georges E. Köhler
Dinamarca Gran Bretaña Alemania
Teorías reguladoras de la inmunidad (Jerne) y avances tecnológicos en el desarrollo de anticuerpos monoclonales (Milstein y Köhler).
1987
Susumu Tonegawa
Japón
Reordenamiento de gen en la producción de anticuerpos.
1991
E. Donnall Thomas Joseph Murray
Estados Unidos Estados Unidos
Inmunología del trasplante.
1996
Peter C. Doherty Rolf M. Zinkernagel
Australia Suiza
Función del complejo principal de histocompatibilidad en el reconocimiento de antígeno por células T.
2002
Sydney Brenner H. Robert Horvitz J. E. Sulston
Sudáfrica Estados Unidos Gran Bretaña
Regulación genética del desarrollo de órgano y de la muerte celular (apoptosis).
2008
Harald zur Hausen Françoise Barré-Sinoussi Luc Montagnier
Alemania Francia Francia
Función del HPV en la causa del cáncer cervical (Hausen) y el descubrimiento del HIV (Barré-Sinoussi y Montagnier).
2011
Jules Hofman Bruce Beutler Ralph Steinman
Francia Estados Unidos Estados Unidos
Descubrimiento de los principios activadores de la inmunidad innata (Hofman y Beutler) y función de las células dendríticas en la inmunidad adaptativa (Steinman).
Perspectiva general del sistema inmunitario
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CAPÍTULO 1
7
Figura 1-3 Dibujo por Elie Metchnikof de células fagocíticas que rodean una partícula extraña (izquierda), e imagen moderna de un fagocito fagocitando la bacteria que causa la tuberculosis (derecha). Metchnikof describió por vez primera el proceso de fagocitosis, o ingestión de materia extraña por leucocitos y acuñó su nombre. En la actualidad, es posible obtener imágenes de células fagocíticas con gran detalle usando técnicas de microscopia avanzadas. [Dibujo reproducido con autorización de The British Library:7616.h.l9, Lectures on the comparative Pathology of Inlammation delivered at the Pasteur Institute in 1891, traducido por F. A. Starling y E. H. Starling, con láminas de ll’ya ll’ich Mechnikov, 1893, p. 64, ig. 32. Fotografía cortesía del Dr. Volker Brinkmann/Visuals Unlimited, Inc.]
que otros postularon que un agente soluble brindaba protección. La investigación experimental de Emil von Behring y Shibasaburo Kitasato en 1890 proporcionó la primera información acerca del mecanismo de inmunidad, por lo cual se otorgó a Von Behring el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1901 (cuadro 1-2). Von Behring y Kitasato demostraron que el suero —el componente líquido, no celular, recuperado a partir de sangre coagulada— de animales previamente inmunizados con diteria podía transferir el estado inmune a animales no inmunizados. En 1883, aún antes del descubrimiento de que un componente del suero podía transferir inmunidad, Elie Metchnikof, otro ganador del Premio Nobel, demostró que las células también contribuyen al estado inmune de un animal. Observó que ciertos leucocitos, que denominó fagocitos, ingirieron (fagocitaron) microorganismos y otro material extraño (igura 1-3, izquierda). Al notar que estas células fagocíticas eran más activas en animales que habían sido inmunizados, Metchnikof emitió la hipótesis de que células, más que componentes del suero, eran los principales efectores de la inmunidad. Las células fagocíticas activas identiicadas por Metchnikof probablemente fueron monocitos y neutróilos de la sangre (capítulo 2), de los cuales ahora se pueden obtener imágenes con técnicas de microscopia muy soisticadas (igura 1-3, derecha).
inmunidad humoral Durante décadas hubo un acalorado debate sobre mediadores de la inmunidad celulares en contraposición con solubles. En la búsqueda del agente protector de la inmunidad, varios investigadores a principios del decenio de 1900-1910 ayudaron a caracterizar el componente inmune activo en el suero sanguíneo; este componente soluble podía neutralizar toxinas o precipitarlas, y aglutinar bacterias. En cada caso, el componente se nombró con base en la actividad que mostró: antitoxina, preci-
pitina y aglutinina, respectivamente. Al principio se creyó que cada actividad dependía de distintos componentes del suero, pero durante el decenio de 1930-1939, principalmente por los esfuerzos de Elvin Kabat, se mostró que todas estas actividades dependían de una fracción del suero llamada inicialmente globulina gamma (ahora inmunoglobulina). Las moléculas activas solubles en la fracción de inmunoglobulina del suero ahora se denominan comúnmente anticuerpos. Dado que estos anticuerpos se encontraban en los líquidos corporales (conocidos en esa época como los “humores” corporales), los eventos inmunitarios en los cuales participaron se llamaron inmunidad humoral. La observación de Von Behring y Kitasato se aplicó rápidamente a la práctica clínica. Se administró antisuero, la fracción del suero que contiene anticuerpos proveniente de un individuo expuesto al agente patógeno, derivado en este caso de caballos, a pacientes que sufrían diteria y tétanos. Una anécdota impactante de esta aplicación se describe en el recuadro Enfoque clínico en la página 8; en la actualidad aún hay terapias que se fundamentan en la transferencia de inmunoglobulinas para proteger a individuos susceptibles. Por ejemplo, el uso urgente de suero inmune, que contiene anticuerpos contra venenos de serpiente o de escorpión, es una práctica común para tratar a víctimas de mordeduras. Esta forma de protección inmune que se transiere entre individuos se llama inmunidad pasiva porque quien la recibe no montó su propia respuesta inmune contra el agente patógeno. Los recién nacidos se beneician a partir de la inmunidad pasiva por la presencia de anticuerpos maternos en su circulación. La inmunidad pasiva también puede usarse como una medida preventiva (proilaxis) para reforzar el potencial inmune de personas con alteraciones inmunitarias o que anticipan exposición futura a un microbio particular. Si bien la inmunidad pasiva puede proporcionar una solución rápida, es breve y limitada, y las células que producen estos anticuerpos no se están transiriendo. Por otro lado, se dice que
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SECCIÓN I
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Introducción
ENfOquE CLíNICO
Anticuerpos pasivos y la carrera Iditarod En 1890,
los inmunólogos Emil Behring y Shibasaburo Kitasato, que trabajaban juntos en Berlín, reportaron un experimento extraordinario. después de inmunizar a conejos con tétanos y a continuación recolectar suero sanguíneo a partir de estos animales, inyectaron una pequeña cantidad de suero (líquido libre de células) inmune en la cavidad abdominal de seis ratones; 24 horas más tarde infectaron a los ratones tratados y testigos no tratados con bacterias del tétanos virulentas vivas. Todos los ratones testigos murieron en el transcurso de 48 h luego de la infección, mientras que los ratones tratados no sólo sobrevivieron, sino que no mostraron efectos de infección; este experimento que constituye un hito demostró dos aspectos importantes. En primer lugar, mostró que después de la inmunización aparecieron en el suero sustancias que podían proteger a un animal contra agentes patógenos. En segundo lugar, esta investigación demostró que la inmunidad se podía adquirir de manera pasiva o transferir de un animal a otro al tomar suero de un animal inmune e inyectarlo en uno no inmune. Estos experimentos y otros subsiguientes no pasaron inadvertidos. ambos investigadores inalmente recibieron títulos nobiliarios (Behring pasó a ser Von Behring, y Kitasato, el Barón Kitasato).
algunos años más tarde, en 1901, Von Behring recibió el primer Premio Nobel en Fisiología y Medicina (cuadro 1-2). Estas observaciones tempranas y otras prepararon el camino para la introducción de la inmunización pasiva en la práctica clínica. durante los decenios de 1930-1939 y 19401949, la inmunoterapia pasiva, la dotación de resistencia a agentes patógenos por medio de transferencia de anticuerpos desde un donante inmunizado hacia un receptor no inmunizado, se usó para prevenir sarampión y hepatitis a, o para modiicar su evolución. después, la experiencia clínica y avances en la tecnología de la preparación de inmunoglobulina han hecho de este método una práctica médica estándar. La inmunización pasiva basada en la transferencia de anticuerpos se utiliza ampliamente en el tratamiento de inmunodeiciencia y de algunas enfermedades autoinmunitarias. También se usa para proteger a individuos contra la exposición anticipada a agentes infecciosos y tóxicos contra los cuales carecen de inmunidad. Por último, la inmunización pasiva puede salvar la vida durante episodios de ciertos tipos de infección aguda, como después de exposición al virus de la rabia. La inmunoglobulina para inmunización pasiva se prepara a partir del plasma combi-
la administración de una vacuna, o la infección natural, engendra inmunidad activa en el huésped: la producción de la inmunidad propia de un individuo. La inducción de inmunidad activa puede proporcionar al sujeto una protección renovable y prolongada contra el organismo infeccioso especíico. Esta protección prolongada proviene de células de memoria, que proporcionan protección durante años o incluso décadas después de la exposición inicial (véase más adelante).
inmunidad mediada por células Surgió una controversia entre quienes abrazaban el concepto de la inmunidad humoral y los que concordaban con el concepto de Metchnikof de inmunidad impartida por células especíicas, o inmunidad mediada por células. Las contribuciones relativas de las dos fueron el tema de amplios debates en esa época. Ahora es obvio que ambas son correctas, la respuesta inmunitaria completa requiere componentes tanto celulares como humorales
nado de miles de donantes. En efecto, los receptores de estas preparaciones de anticuerpos están recibiendo una muestra de los anticuerpos producidos por muchas personas contra una amplia diversidad de agentes patógenos: 1 g de globulina inmune por vía intravenosa (IVIG) contiene alrededor de 1018 moléculas de anticuerpos, y reconoce más de 107 antígenos diferentes. un producto derivado de la sangre de un número tan grande de donantes conlleva el riesgo de albergar agentes patógenos, en particular virus; este riesgo se minimiza mediante técnicas de producción modernas. La manufactura de la IVIG comprende tratamiento con solventes, como etanol, y el uso de detergentes que son altamente eicaces para desactivar virus como el HIV y el virus de la hepatitis. además de tratamiento contra enfermedad infecciosa, o situaciones agudas, la IVIG también se utiliza en la actualidad para tratar algunas enfermedades crónicas, incluso varias formas de deiciencia inmunitaria. En todos los casos, la transferencia de inmunidad pasiva sólo proporciona protección temporal. uno de los casos más famosos de terapia con anticuerpos pasiva ocurrió en 1925, cuando se diagnosticó un brote de difteria en lo que entonces era el remoto puesto fronterizo de Nome, alaska. Había anticuer-
(solubles). Los estudios tempranos de las células inmunes quedaron obstaculizados por la falta de modelos en animales deinidos desde el punto de vista genético, y de técnicas de cultivo de tejidos modernas, mientras que en los estudios tempranos con suero se aprovechó la disponibilidad fácil de sangre y de técnicas bioquímicas establecidas para puriicar proteínas. Por ende, la caracterización de la inmunidad humoral antecedió a la información acerca de la inmunidad celular. En un experimento clave efectuado durante el decenio de 1940-1949, Merrill Chase, quien laboraba en he Rockefeller Institute, logró conferir inmunidad contra la tuberculosis al transferir leucocitos entre cobayos. Hasta ese punto, los intentos por desarrollar una vacuna o terapia con anticuerpos eficaz contra la tuberculosis habían fracasado. De este modo, la demostración de Chase ayudó a reavivar el interés por la inmunidad celular. Con el surgimiento de técnicas mejoradas de cultivo de células y de transferencia de las mismas durante el decenio de 1950-1959, se identiicó al linfocito como el tipo
Perspectiva general del sistema inmunitario
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CAPÍTULO 1
REcuadRo 1-2
White Mountain Golovin Koyuk Galena Nulato Nome Ruby Nenana Safety Elim Kaktag Cripple Shaktoolik Unalakleet Nikolai Ophir Takotna Rohn McGrath Skwentna Rainy Pass Yentna Finger Lake Willow Anchorage Pista de aterrizaje Cambpell
figuRa 1 (Izquierda) Leonhard Seppala, el noruego que en 1925 condujo un equipo de perros de trineo para transportar anticuerpos contra la difteria de Nenana a Nome, alaska. (derecha) Mapa de la ruta actual de la Iditarod Race, que conmemora esta entrega histórica de anticuerpos que salvaron vidas. [Fuente: Underwood & Underwood/Corbis.]
pos especíicos para difteria, que podían salvar vidas, disponibles en anchorage, pero no había caminos abiertos, y el clima era demasiado peligroso para vuelos. La historia cuenta que 20 mushers prepararon relevos de trineos tirados por perros para cubrir los casi 1 126 km (700 millas) que separan Nenana, el inal de la vía ferroviaria, y la remota Nome. En este relevo, dos noruegos
y sus perros cubrieron territorio en particular difícil de transitar, y soportaron condiciones de ventisca: Leonhard Seppala (igura 1, izquierda) que cubrió el territorio más peligroso, y Gunnar Kaasen, quien condujo los dos tramos inales en condiciones de niebla densa, detrás de su perro líder Balto. Kaasen y Balto llegaron a tiempo para salvar a muchos de los niños en el pueblo. Para con-
de célula del cual dependen las inmunidades tanto celular como humoral. Poco después, experimentos con pollos, iniciados por Bruce Glick en la Mississippi State University, indicaron la existencia de dos tipos de linfocitos: linfocitos T (células T), derivados del timo, y linfocitos b (células b), derivados de la bolsa de Fabricio en las aves (que surge a partir de la cloaca). En un giro conveniente de nomenclatura que hace más fácil de recordar los orígenes de las células B y T, el equivalente de mamífero de la bolsa de Fabricio es la médula ósea (bone marrow), el lugar donde se desarrollan las células B en mamíferos. Ahora se sabe que la inmunidad celular es impartida por las células T y que los anticuerpos producidos por las células B conieren inmunidad humoral. La controversia real acerca de los papeles de la inmunidad humoral en contraposición con la celular se resolvió cuando se mostró que los dos sistemas están entrelazados y quedó claro que ambos son necesarios para una respuesta inmunitaria completa contra casi todos los agentes patógenos.
memorar este acontecimiento heroico, más tarde ese mismo año se colocó una estatua de Balto en el central Park, en la ciudad de Nueva York, donde sigue en pie hoy en día; este viaje es conmemorado cada año en la carrera de Iditarod de trineos tirados por perros. En la igura 1, derecha, se presenta un mapa que muestra la ruta actual de esta travesía de más de 1 609 km (1 000 millas).
¿De qué modo el sistema inmunitario reconoce sustancias extrañas? Uno de los grandes enigmas que confrontaron los primeros inmunólogos fue qué determina la especiicidad de la respuesta inmunitaria para un material extraño particular, o antígeno, el término general para cualquier sustancia que desencadena una respuesta específica por linfocitos B o T. Alrededor de 1900, Jules Bordet en el Pasteur Institute expandió el concepto de inmunidad más allá de las enfermedades infecciosas, al demostrar que sustancias no patogénicas, como eritrocitos de otras especies, también podían servir como antígenos. Con todo, el suero de un animal que había sido inoculado con material no infeccioso pero por lo demás extraño (no propio) reaccionaría con el material inyectado de una manera especíica. Las investigaciones de Karl Landsteiner y de quienes le siguieron mostraron que inyectar casi cualquier sustancia química orgánica extraña a un animal podía inducir producción de anticuerpos que se
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SECCIÓN I
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Introducción
unirían de manera especíica a la sustancia química. Estos estudios demostraron que los anticuerpos tienen una capacidad de un rango de reactividad casi ilimitado, incluso respuestas a compuestos que sólo se habían sintetizado recientemente en el laboratorio, ¡y que de otro modo no se encontraban en la naturaleza! Además, se mostró que moléculas que diferían en el más pequeño detalle, como un solo aminoácido, podían ser distinguidas por su reactividad con diferentes anticuerpos. Se propusieron dos teorías principales para explicar esta especiicidad: la selectiva y la instruccional. La concepción más temprana de la teoría selectiva se remonta a Paul Ehrlich en 1900. En un intento por explicar el origen de los anticuerpos séricos, Ehrlich propuso que las células en la sangre expresaban diversos receptores, que llamó receptores de cadena lateral, que podían unirse a agentes infecciosos y desactivarlos. Al tomar prestado un concepto usado por Emil Fischer en 1894 para explicar la interacción entre una enzima y su sustrato, Ehrlich propuso que la unión del receptor a un agente infeccioso era como la adaptación entre una cerradura y una llave. Ehrlich sugirió que la interacción entre un agente infeccioso y un receptor unido a célula induciría a la célula a producir más receptores con la misma especiicidad, y a liberarlos (figura 1-4). En la mente de Ehrlich, las células eran pluri-
Figura 1-4 Representación de la teoría de cadena lateral de Paul Ehrlich para explicar la formación de anticuerpos. En la teoría inicial de Ehrlich, la célula es pluripotente por cuanto expresa varios receptores o cadenas laterales diferentes, todos con especiicidades distintas. Si un antígeno encuentra esta célula y se adapta bien con una de sus cadenas laterales, se desencadena la síntesis de este receptor, y el receptor se liberará. [Tomado de Ehrlich’s Croonian lecture of 1900 to the Royal Society.]
potentes, y expresaban varios receptores distintos, cada uno de los cuales podía ser “seleccionado” individualmente. De acuerdo con la teoría de Ehrlich, la especiicidad del receptor estaba determinada en el huésped antes de su exposición al antígeno extraño y, por ende, el antígeno seleccionaba el receptor apropiado. Finalmente, casi todos los aspectos de la teoría de Ehrlich resultarían ser correctos, con el siguiente reinamiento menor: en lugar de que una célula sintetice muchos receptores, cada célula sintetiza muchas copias de sólo un receptor unido a membrana (una especiicidad). Por ende, se requiere un ejército de células, cada una con una especiicidad de antígeno diferente. La célula B seleccionada puede ser desencadenada para que prolifere y para que secrete muchas copias de estos receptores en forma soluble (ahora llamados anticuerpos) una vez que ha sido seleccionada por unión a antígeno. Durante los decenios de 1930-1939 y 1940-1949, la teoría selectiva fue puesta en duda por diversas teorías instruccionales, las cuales sostenían que el antígeno desempeñaba un papel fundamental en la determinación de la especiicidad de la molécula de anticuerpo. De acuerdo con los defensores de la teoría instruccional, un antígeno particular serviría como una plantilla alrededor de la cual se plegaría el anticuerpo —algo así como un molde para impresión—. De este modo, la molécula de anticuerpo adoptaría una coniguración complementaria a la de la plantilla antígeno. Este concepto fue postulado por vez primera por Friedrich Breinl y Felix Haurowitz alrededor de 1930, y fue redeinido por Linus Pauling durante el decenio de 1940-1949 en términos del plegamiento de proteína. Durante el decenio de 1950-1959, las teorías selectivas resurgieron como resultado de nuevos datos experimentales. Por medio de la información obtenida por F. Macfarlane Burnet, Niels Jerne y David Talmadge, este modelo se reinó hacia una hipótesis que llegó a conocerse como la teoría de la selección clonal. Esta hipótesis se ha reinado y ahora se acepta como un paradigma subyacente de la inmunología moderna. De acuerdo con esta teoría, un linfocito B o T individual expresa muchas copias de un receptor de membrana que es especíico para un antígeno único, separado; esta especiicidad de receptor única está determinada en el linfocito antes de que quede expuesto al antígeno. La unión de antígeno a su receptor especíico activa la célula y hace que prolifere hacia una clona de células hijas que tienen la misma especiicidad de receptor de la célula original. Las teorías instruccionales fueron formalmente refutadas durante el decenio de 1960-1969, época en la cual estaba surgiendo información acerca de la estructura de la proteína, rna y dna que aportaría nuevos datos respecto al fastidioso problema de cómo un individuo podía sintetizar anticuerpos contra casi cualquier cosa, no vista de antemano. En la igura de perspectiva general 1-5 se presenta un esquema muy básico de la selección clonal en las ramas humoral (células B) y celular (células T) de la inmunidad. Ahora se sabe que las células B producen anticuerpos, una versión soluble de su proteína receptora, que se unen a proteínas extrañas, y las marcan para destrucción. Las células T, de las cuales hay varias formas, también usan sus receptores de célula T unidos a supericie para detectar antígeno. Estas células pueden desempeñar una gama de funciones una vez seleccionadas por encuentro con antígeno, incluso la secreción de compuestos solubles para ayudar a otros leucocitos (como linfocitos B), y a la destrucción de células huésped infectadas.
Perspectiva general del sistema inmunitario
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CAPÍTULO 1
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1-5
fIGuRA DE PERSPECtIvA GENERAL
Un esbozo de las ramas humoral y mediada por células (respuesta celular) del sistema inmunitario Proteínas extrañas o agentes infecciosos
Cuerpo vertebrado Respuesta humoral (linfocitos B)
Respuesta mediada por células (linfocitos T) Receptor de linfocitos T
Linfocito B B
T
T
Receptor de linfocitos T +
Receptor de linfocito B
+ Antígeno
Antígeno T Linfocitos B secretora de anticuerpos seleccionada por antígeno
T Muerte de células infectadas
B
Anticuerpo
Linfocitos T seleccionadas por antígeno
+ Antígeno
Secreción de citocina
Eliminación de antígeno
La respuesta humoral comprende interacción de linfocitos B con proteínas extrañas, llamadas antígenos, y su diferenciación hacia células secretoras de anticuerpos. El anticuerpo secretado se une a proteínas extrañas o a agentes infecciosos, y ayuda a eliminarlos del organismo.
conceptos importantes para entender la respuesta inmunitaria de mamíferos En la actualidad, más que nunca, se está empezando a entender en los ámbitos molecular y celular cómo una vacuna o una infección da pie al desarrollo de inmunidad. Como se pone de
La respuesta mediada por células comprende diversas subpoblaciones de linfocitos T, que pueden desempeñar muchas funciones, entre ellas la secreción de mensajeros solubles que ayudan a dirigir otras células del sistema inmunitario y dirigen la muerte de células infectadas.
relieve por los estudios históricos antes descritos, esto involucra un sistema complejo de células y compuestos solubles que han evolucionado para proteger al ser humano contra una enorme gama de invasores de todas formas, tamaños y estructuras químicas. En esta sección se cubre la gama de organismos que desafían el sistema inmunitario, y varios de los conceptos nuevos e importantes que son datos característicos singulares de cómo el sistema inmunitario desempeña esta tarea.
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SECCIÓN I
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Introducción
Los agentes patógenos tienen muchas formas y deben romper primero las barreras naturales Los organismos que causan enfermedad se llaman agentes patógenos, y el proceso mediante el cual inducen enfermedad en el huésped se llama patogenia. Los agentes patógenos del ser humano pueden agruparse en cuatro categorías principales con base en características compartidas: virus, hongos, parásitos y bacterias (cuadro 1-3). En la igura 1-6 se dan algunos ejemplos de organismos de cada categoría. Como se verá en la sección siguiente, el sistema inmunitario puede explotar algunas de las características compartidas que son comunes para grupos de agentes patógenos, pero no para el huésped, para reconocimiento y destrucción. El microambiente en el cual la respuesta inmunitaria empieza a surgir también puede inluir sobre el resultado; el mismo agente patógeno puede tratarse de manera diferente dependiendo del contexto en el cual se encuentra. Algunas áreas del organismo, como el sistema nervioso central, virtualmente están en la “zona vedada” para el sistema inmunitario porque la respuesta inmunitaria podría hacer más daño que el agente patógeno. En otros casos, el ambiente puede emitir indicios direccionales inherentes para células inmunitarias; por ejemplo, el sistema inmunitario tolera algunos compuestos extraños que entran por medio del tracto digestivo, incluso los microbios comensales que ayudan al ser humano a digerir alimentos. Aun así, cuando estos mismos agentes extraños entran al torrente sanguíneo típicamente reciben un tratamiento mucho más agresivo. Así, cada encuentro con un agente patógeno desencadena un grupo distinto de estrategias que depende de la naturaleza del invasor y del microambiente en el cual ocurre el desencadenamiento. Cabe hacer notar que las vías inmunitarias no se activan sino hasta que organismos extraños rompen las barreras físicas del cuerpo. Las barreras obvias comprenden la piel y las mucosas. La acidez del contenido gástrico, de la vagina y de la transpiración plantea una barrera más para muchos organismos, que son incapaces de crecer en condiciones de pH bajo. La importancia de estas barreras se hace obvia cuando son superadas. Las morde-
CuADRO 1-3
duras de animales pueden transmitir rabia o tétanos, mientras que las heridas por punción producidas por insectos pueden transmitir los agentes causales de enfermedades como el paludismo (mosquitos), la peste (pulgas) y la enfermedad de Lyme (garrapatas). Se observa un ejemplo notorio en víctimas de quemaduras, que pierden la piel protectora en el sitio de la quemadura y deben recibir tratamiento enérgico con fármacos a in de prevenir las infecciones bacterianas y micóticas desenfrenadas que a menudo aparecen a continuación.
La respuesta inmunitaria se adapta con rapidez para que reúna las características necesarias para combatir la agresión Con lo anterior en mente, una defensa eicaz depende mucho de la naturaleza del agente patógeno invasor. Las células y las moléculas que quedan activadas en una respuesta inmunitaria dada dependen de las estructuras químicas presentes en el agente patógeno, de si reside dentro de las células huésped o fuera de las mismas y de la ubicación de la respuesta. Esto significa que es necesario que se detecten y que se evalúen de manera apropiada diferentes estructuras químicas e indicios microambientales, lo que inicia la estrategia de respuesta más eicaz. El proceso de reconocimiento de agente patógeno comprende una interacción entre el organismo extraño y una o varias moléculas de reconocimiento expresadas por las células huésped. Aunque estas moléculas de reconocimiento a menudo son receptores unidos a membrana, también pueden participar receptores solubles o moléculas de reconocimiento secretadas. Los ligandos para estas moléculas de reconocimiento pueden incluir agentes patógenos enteros, fragmentos antigénicos de agentes patógenos, o productos secretados por estos organismos extraños. El resultado de esta unión a ligando es una cascada intracelular o extracelular de eventos que inalmente da pie al marcado del agente patógeno y la destrucción del mismo —a lo cual se hace referencia simplemente como la respuesta inmunitaria—. La totalidad de esta respuesta
Principales categorías de agentes patógenos del ser humano
Principales grupos de agentes patógenos del ser humano
Ejemplos especíicos
Enfermedad
Virus de la poliomielitis Virus de la variola Virus de la inmunodeiciencia humana Virus de la rubéola
Poliomielitis (polio) Viruela
Hongos
Candida albicans Tiña del cuerpo Cryptococcus neoformans
Candidiasis (algodoncillo) Tiña Meningitis criptocócica
Parásitos
Especies de Plasmodium Leishmania major Entamoeba histolytica
Paludismo Leishmaniasis Colitis amebiana
Bacterias
Mycobacterium tuberculosis Bordetella pertussis Vibrio cholerae Borrelia burgdorferi
Tuberculosis Tos ferina Cólera Enfermedad de Lyme
virus
SIDA
Sarampión
Perspectiva general del sistema inmunitario
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CAPÍTULO 1
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a) Virus: rotavirus
b) Hongo: Candida albicans
c) Parásito: Filaria
d) Bacteria: Mycobacterium tuberculosis
Figura 1-6 Agentes patógenos que representan las princi-
(algodoncillo) o vaginitis en individuos inmunosuprimidos o en los que están tomando antibióticos que matan lora bacteriana normal. c) Parásitos: la forma larvaria de ilarias, un gusano parasitario, que está siendo atacada por macrófagos. alrededor de 120 000 000 de personas en todo el mundo padecen alguna forma de ilariasis. d) Bacterias: Mycobacterium tuberculosis, la bacteria que causa tuberculosis, que está siendo ingerida por un macrófago de ser humano. [a) dr. Gary Gaugler/Getty Images; b) SPIV-
pales categorías de microorganismos que causan enfermedad en seres humanos. a) Virus: micrografía electrónica de transmisión, de rotavirus, una causa importante de diarrea en lactantes. El rotavirus explica alrededor de 1 000 000 de muertes de lactantes cada año en países en desarrollo y la hospitalización de alrededor de 50 000 lactantes por año en Estados unidos. b) Hongos: Candida albicans, una levadura que habita en la boca, la garganta, los intestinos y el tracto genitourinario de seres humanos; C. albicans comúnmente causa un exantema oral
en realidad es la participación de un sistema complejo de células que pueden reconocer un agente patógeno y matarlo o fagocitarlo (inmunidad celular), así como de muchísimas proteínas solubles que ayudan a dirigir el marcado y la destrucción de invasores extraños (inmunidad humoral). La naturaleza de la respuesta inmunitaria variará dependiendo del número y el tipo de moléculas de reconocimiento que participan en la misma; por ejemplo, todos los virus son agentes patógenos intracelulares obligatorios, pequeños, que pasan la mayor parte de su ciclo de vida residiendo dentro de las células huésped. Por ende, una estrategia de defensa eicaz debe involucrar identiicación de células huésped infectadas junto con reconocimiento de la supericie del agente patógeno. Esto signiica que algunas células inmunitarias deben ser capaces de
Photo Researchers; c) oliver Meckes/Nicole ottawa/Eye of Science/Photo Researchers; d) Max Planck Institute for Infection Biology/dr. Volker Brinkmann.]
detectar cambios que ocurren en la célula huésped después de que queda infectada. Esto se logra por medio de una gama de células citotóxicas, pero en especial los linfocitos T citotóxicos (también conocidos como CTL o células Tc), como parte del extremo celular de la inmunidad. En este caso, moléculas de reconocimiento colocadas dentro de las células son clave para la respuesta inicial. Estos receptores intracelulares se unen a proteínas virales presentes en el citosol, e inician un sistema de aviso temprano, que alerta a la célula respecto a la presencia de un invasor. El sacriicio de células infectadas por virus a menudo se convierte en la única manera de en verdad erradicar este tipo de agente patógeno. En general, este sacriicio es por el bien del organismo entero, aunque en algunos casos puede causar alteraciones de la función normal; por ejemplo, el virus de la inmunodeicien-
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SECCIÓN I
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Introducción
cia humana (hiv) infecta un tipo de célula T llamada célula T auxiliar (célula TH). Estas células se llaman auxiliares porque guían la conducta de otras células inmunitarias, incluso células B y, por ende, son esenciales para seleccionar la vía que toma la respuesta inmunitaria. Una vez que demasiadas de estas células quedan destruidas, o que por lo demás se hacen no funcionales, muchos de los indicios direccionales necesarios para una respuesta inmunitaria sana faltan, y se hace problemático combatir todos los tipos de infecciones. Como se comenta más adelante en este capítulo, la inmunodeiciencia resultante permite que ocurran infecciones oportunistas y que en potencia maten al paciente. Mecanismos inmunitarios similares pero distintos son desplegados para mediar el descubrimiento de agentes patógenos extracelulares, como hongos, casi todas las bacterias y algunos parásitos; dichos mecanismos dependen principalmente de moléculas de reconocimiento de supericie celular o solubles que sondean los espacios extracelulares del organismo. En este caso, las células B y los anticuerpos que producen como parte de la inmunidad humoral desempeñan importantes funciones. Por ejemplo, los anticuerpos pueden pasar hacia espacios en el cuerpo a los cuales las células B mismas pueden ser incapaces de llegar y ayudan a identiicar agentes patógenos que se ocultan en estos sitios que están fuera del alcance. Los parásitos de gran tamaño plantean otro problema, pues son demasiado grandes como para que las células fagocíticas los envuelvan. En este caso, células que pueden depositar sustancias tóxicas o secretar productos que inducen la expulsión (p. ej., estornudo, tos, vómitos) se convierten en una mejor estrategia. Conforme se estudian las complejidades de la respuesta inmunitaria de mamíferos, vale la pena recordar que no existe una solución única para todos los agentes patógenos. Al mismo tiempo, estas diversas vías inmunitarias desempeñan su trabajo con considerable superposición de estructura y de función.
Las moléculas de reconocimiento de agente patógeno pueden ser codiicadas en la línea germinal o generadas al azar Casi todos los agentes patógenos expresan al menos algunas estructuras químicas que típicamente no se encuentran en mamíferos. Los patrones moleculares asociados con agente patógeno (o pamp) son estructuras extrañas comunes que caracterizan grupos enteros de agentes patógenos. Son estas estructuras antigénicas singulares las que el sistema inmunitario con frecuencia reconoce primero. Los animales, tanto invertebrados como vertebrados, han evolucionado para expresar varios tipos de proteínas de supericie celular y solubles que reconocen con rapidez muchos de estos pamp, una forma de establecimiento de peril de agente patógeno; por ejemplo, las bacterias encapsuladas poseen una cubierta de polisacárido con una estructura química singular que no se encuentra en otras células bacterianas o de ser humano. Los leucocitos expresan de manera natural diversos receptores, denominados en conjunto receptores de reconocimiento de patrón (prr), que reconocen de manera especíica estos residuos de azúcar, así como otras estructuras extrañas comunes. Cuando los prr detectan estas estructuras químicas, una cascada de eventos marca el agente patógeno para destrucción. Los prr son proteínas codiicadas en el dna genómico y siempre son expresados por muchas células inmunitarias diferentes. Así, estas moléculas de reconocimiento codiicadas por la línea germinal, conservadas, son una primera línea de defensa para la detección rápida de muchos de los
identiicadores químicos típicos portados por los invasores más comunes. Un corolario importante y potente para esto es que permite la categorización o el rápido establecimiento de peril de la clase de agente patógeno en cuestión; esto es clave para las rutas que la respuesta inmunitaria seguirá después y, por ende, para la adaptación ina de la respuesta inmunitaria conforme se desarrolle. Por ejemplo, los virus a menudo exponen estructuras químicas singulares sólo durante su replicación dentro de células huésped; muchas de ellas pueden ser detectadas por medio de receptores intracelulares que se unen a porciones químicas expuestas mientras aún están dentro de la célula huésped, lo que puede desencadenar una respuesta antiviral inmediata en la célula infectada que bloquea la replicación adicional del virus. Al mismo tiempo, esto inicia la secreción de señales de aviso químicas enviadas a células cercanas para ayudarlas a protegerse contra infección (¡un sistema de vecino vigilante!). Esta categorización temprana sucede por medio de un sistema de rastreo sutil que permite que la respuesta inmunitaria tome nota de cuáles moléculas de reconocimiento estuvieron involucradas en el evento de detección inicial, y que se transmita esa información a células inmunitarias que muestran respuesta subsiguiente, lo que permite que la respuesta de seguimiento empiece a enfocar la atención sobre el tipo probable de agresión que está en proceso. Las interacciones entre huéspedes y agente patógeno son una carrera armamentista continua; los agentes patógenos evolucionan para expresar estructuras singulares que evitan la detección por el huésped, y el sistema de reconocimiento codiicado por la línea germinal del huésped coevoluciona para estar a la altura de estos nuevos desafíos. De cualquier modo, puesto que los agentes patógenos por lo general tienen ciclos de vida mucho más breves que sus huéspedes vertebrados, y algunos utilizan dna polimerasas propensas a error para replicar su genoma, los agentes patógenos pueden evolucionar rápidamente para evadir los sistemas de reconocimiento codiicados por el huésped. Si ésta fuera la única defensa del ser humano, la respuesta inmunitaria del huésped se haría obsoleta con rapidez gracias a estas estrategias de evitación de tiempo real usadas por los agentes patógenos. ¿De qué modo el sistema inmunitario puede prepararse para esto? ¿Cómo puede el dna del ser humano codiicar para un sistema de reconocimiento para cosas que cambian de maneras al azar con el tiempo? Más aún, ¿cómo puede el ser humano construir un sistema para reconocer nuevas estructuras químicas que tal vez surjan en el futuro? Por fortuna, el sistema inmunitario de vertebrados ha adquirido por evolución una respuesta inteligente —pero que consume muchos recursos— a este dilema: favorecer el azar en el diseño de algunas moléculas de reconocimiento. Esta estrategia, llamada generación de diversidad, sólo es empleada por linfocitos B y T en desarrollo. El resultado es un grupo de células B y T en el cual cada una expresa muchas copias de una molécula de reconocimiento única, lo que da lugar a una población con el potencial teórico de mostrar respuesta a cualquier antígeno que pueda llegar (igura 1-7). Esta proeza se logra al reordenar y editar el dna genómico que codiica para los receptores de antígeno expresados por cada linfocito B o T. Similar al método de replicación de dna propenso a error empleado por los agentes patógenos, este sistema permite que el azar participe en la generación de un menú de moléculas de reconocimiento que muestran respuesta. No obstante, como podría imaginar el lector, este corte y empalme de cromosomas conlleva cierto riesgo. Muchas células
Perspectiva general del sistema inmunitario
Deleción
Generación de diversidad
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CAPÍTULO 1
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Selección y expansión clonales
2
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2 Antígeno
2
2
2
2 Célula madre
3
2
3 2
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Órganos linfoides primarios
Figura 1-7 Generación de diversidad y selección clonal en linfocitos t y B. La maduración en células T y B, que ocurre en órganos linfoides primarios (médula ósea para las células B y timo para las células T) en ausencia de antígeno, produce células con una especiicidad antigénica comprometida, cada una de las cuales expresa muchas copias de receptor de supericie que se une a un antígeno particular. En esta igura se ilustran diferentes clonas de células B (1, 2, 3 y 4). Las células que no mueren o que no quedan eliminadas durante este proceso de maduración y de eliminación de células que no reúnen las características necesarias, pasan hacia la circulación del organismo, y están disponibles para interactuar con antígeno. ahí, ocurre selección clonal cuando una de
B y T no sobreviven a esta intervención quirúrgica del dna o a los procesos de control de calidad que le siguen, todos los cuales tienen lugar en órganos linfoides primarios: el timo para las células T y la médula ósea para las células B. Las células sobrevivientes pasan a la circulación del cuerpo, donde están disponibles si se encuentra su antígeno especíico, o cognado. Cuando los antígenos se unen a los receptores de supericie sobre estas células, desencadenan selección clonal (igura 1-7). La proliferación subsiguiente de la clona de células seleccionada crea un ejército de células, todas con el mismo receptor y que se encargan de unirse a una cantidad mayor del mismo antígeno, con el objetivo inal de destruir al agente patógeno en cuestión. En los linfocitos B, estas moléculas de reconocimiento son los receptores de célula B cuando son estructuras de supericie, y anticuerpos en la forma secretada. En los linfocitos T, en los cuales no existe una forma soluble, son receptores de célula T. En 1976, Susumu Tonegawa, que en aquel entonces laboraba en he Basel Institute for Immunology en Suiza, descubrió el mecanismo molecular que está detrás de los eventos de recombinación del dna que generan receptores de célula B y anticuerpos (en el capítulo 7 se cubre esto en detalle), lo cual fue un verdadero punto de inlexión en el entendimiento de la inmunología; por este descubrimiento recibió un amplio reconoci-
Circulación por el cuerpo
estas células encuentra su antígeno cognado o especíico. La proliferación clonal de una célula activada por antígeno (número 2 o color rosado en este ejemplo) lleva a muchas células que pueden activarse con el antígeno y destruirlo, más células de memoria que pueden ser llamadas a ilas durante una exposición subsiguiente. Las células B secretan anticuerpos, una forma soluble del receptor, reactivos con el antígeno activador. Tienen lugar procesos similares en la población de linfocitos T, lo que da lugar a clonas de células T de memoria y células T efectoras; estas últimas incluyen células TH activadas, que secretan citocinas que ayudan en el desarrollo adicional de inmunidad adaptativa, y linfocitos T citotóxicos (CTL) que pueden matar células huésped infectadas.
miento, incluso el Premio Nobel en Fisiología o Medicina de 1987 (cuadro 1-2).
La tolerancia asegura que el sistema inmunitario evite destruir al huésped Una consecuencia de generar receptores de reconocimiento al azar es que algunos podrían reconocer al huésped y dirigirse contra el mismo. A in de que esta estrategia funcione con eicacia, el sistema inmunitario debe de algún modo evitar reconocer y destruir accidentalmente tejidos del huésped. Este principio, que se fundamenta en la discriminación de lo propio/extraño, se llama tolerancia, otro dato característico de la respuesta inmunitaria. La investigación a la que se atribuye su esclarecimiento también dio lugar a un Premio Nobel en Fisiología o Medicina, otorgado a F. Macfarlane Burnet y Peter Medawar en 1960. Burnet fue el primero en proponer que la exposición a antígenos extraños durante ciertas etapas de la vida podría dar lugar a un sistema inmunitario que hiciera caso omiso de estos antígenos más tarde. Medawar más tarde probó la validez de esta teoría al exponer embriones de ratón a antígenos extraños y mostrar que estos ratones desarrollaron la capacidad para tolerar estos antígenos en etapas más avanzadas de la vida.
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SECCIÓN I
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Introducción
A in de establecer tolerancia, los receptores de antígeno presentes sobre células B y T en desarrollo deben pasar primero una prueba de falta de capacidad de respuesta contra estructuras del huésped. Este proceso, que empieza poco después de que se producen estos receptores generados al azar, se logra mediante la destrucción o inhibición de cualesquiera células que inadvertidamente hayan generado receptores con la capacidad para dañar al huésped. El mantenimiento exitoso de tolerancia asegura que el huésped siempre sepa la diferencia entre lo propio y lo no propio (por lo general denominado extraño). Un replanteamiento reciente de cómo la tolerancia es mantenida operativamente se llama la hipótesis del peligro, la cual sugiere que el sistema inmunitario constantemente evalúa cada nuevo encuentro más por su potencial para ser peligroso para el huésped, que en función de si es o no propio; por ejemplo, la muerte celular puede tener muchas causas, entre ellas procesos homeostáticos naturales, daño mecánico o infección. Los primeros son una parte normal de los eventos biológicos cotidianos en el organismo y sólo requieren una respuesta de limpieza para eliminar restos; sin embargo, los dos segundos vienen con signos de aviso que incluyen la liberación de contenido intracelular, expresión de proteínas de estrés celular, o productos especíicos para agente patógeno. Estos compuestos de estrés asociados con agente patógeno o con la célula, a veces denominados señales de peligro, pueden desencadenar la participación de moléculas de reconocimiento del huésped especíicas (p. ej., prr) que emiten una señal a células inmunitarias para que participen durante estas causas no naturales de muerte celular. Una consecuencia no intencionada de la autotolerancia robusta es que el sistema inmunitario a menudo hace caso omiso de células cancerosas que surgen en el cuerpo, en tanto estas células sigan expresando estructuras propias que el sistema inmunitario ha sido entrenado para pasar por alto. La tolerancia disfuncional está en la raíz de casi todas las enfermedades autoinmunitarias, que se comentan al inal de este capítulo y con mayor detalle en el capítulo 16. Como podría imaginar el lector, los fracasos en el establecimiento de tolerancia o el mantenimiento de la misma pueden tener resultados clínicos devastadores.
La respuesta inmunitaria está compuesta de dos extremos interconectados: inmunidad innata e inmunidad adaptativa Aunque se hace referencia al “sistema inmunitario”, tiene importancia apreciar que en realidad hay dos sistemas de inmunidad interconectados: innata y adaptativa; ambos sistemas colaboran para proteger el organismo contra invasores extraños. La inmunidad innata incluye mecanismos moleculares y celulares integrados que son codiicados en la línea germinal y son más primitivos desde el punto de vista evolutivo, y se dirigen a prevenir infección o a eliminar con rapidez invasores comunes (capítulo 5); esto incluye barreras físicas y químicas para la infección, así como los receptores codiicados por dna que reconocen estructuras químicas comunes de muchos agentes patógenos (véase prr, antes). En este caso, el resultado es el reconocimiento rápido y la fagocitosis o destrucción del agente patógeno. La inmunidad innata también incluye una serie de proteínas séricas preexistentes, denominadas en conjunto complemento, que se unen a estructuras comunes asociadas a agente patógeno e inician una cascada de eventos de marcado y destrucción (capítulo 6). Esa primera línea de defensa altamente eicaz evita que casi todos los agentes patógenos se esta-
blezcan, o elimina agentes infecciosos en el transcurso de horas luego del encuentro. Los elementos de reconocimiento del sistema inmunitario innato son rápidos; algunos ocurren en el transcurso de segundos tras la rotura de una barrera, pero no son muy especíicos y, por consiguiente, son incapaces de distinguir entre diferencias pequeñas en antígenos extraños. Una segunda forma de inmunidad, conocida como inmunidad adaptativa, está mucho más ainada para diferencias moleculares sutiles. Esta parte del sistema, que se fundamenta en los linfocitos B y T, tarda más tiempo en activarse, pero es mucho más especíica para antígeno. Típicamente, hay una respuesta inmunitaria adaptativa contra un agente patógeno en el transcurso de cinco o seis días después de la rotura de la barrera y la exposición inicial, seguida por una resolución gradual de la infección. La inmunidad adaptativa es más lenta debido en parte a que menos células poseen el receptor perfecto para desempeñar el trabajo: los receptores especíicos para antígeno, generados al azar, se encuentran en las células B y T. También es más lenta porque partes de la respuesta adaptativa se fundamentan en el encuentro y la “categorización” previos de antígenos, emprendidos por procesos innatos. Después del encuentro con antígeno, los linfocitos T y B pasan por selección y proliferación, antes descritas en la teoría de selección clonal de especiicidad de antígeno. Aunque actúan lentamente, una vez que estas células B y T han sido seleccionadas y han perfeccionado su estrategia de ataque, se tornan en formidables oponentes que típicamente pueden resolver la infección. El extremo adaptativo de la respuesta inmunitaria evoluciona en tiempo real como reacción a una infección y se adapta (de ahí el nombre) para reconocer, eliminar y recordar mejor al agente patógeno invasor. Las respuestas adaptativas comprenden un sistema de células y señales químicas complejo e interconectado que se conjuntan para terminar el trabajo iniciado durante la respuesta inmunitaria innata. El objetivo de todas las vacunas contra enfermedad infecciosa es desencadenar el desarrollo de respuestas adaptativas especíicas y duraderas, de modo que el individuo vacunado estará protegido en el futuro cuando llegue el agente patógeno real. Este extremo de la inmunidad es dirigido principalmente por medio de linfocitos B y T después de que entran en acción sus receptores de reconocimiento de antígeno generados al azar. La manera en que esos receptores son generados es una historia fascinante, que se cubre en detalle en el capítulo 7. La mayor parte de este libro se dedica a explicar cómo se desarrollan estas células hasta la madurez (capítulos 9 y 10) y después funcionan en el organismo para protegerlo contra infección (capítulos 11 a 14) o a veces fracasan (capítulos 15 a 19). El número de páginas que se dedican a comentar las respuestas adaptativas no debe dar la impresión de que este extremo de la respuesta inmunitaria es más importante que la inmunidad innata, o que puede trabajar de manera independiente de esta última. De hecho, el desarrollo completo de la respuesta adaptativa depende de vías innatas más tempranas. Las complejidades de sus interconexiones persisten como un área de estudio intenso. El Premio Nobel en Fisiología o Medicina de 2011 se otorgó a tres cientíicos que ayudaron a aclarar estos dos extremos de la respuesta: Bruce Beutler y Jules Hofmann, por descubrimientos relacionados con los eventos de activación importantes para la inmunidad innata, y Ralph Steinman por su descubrimiento del papel de las células dendríticas en la activación de la respuesta inmunitaria adaptativa (cuadro 1-2). Dado que las vías innatas son las primeras en hacer contacto con los agentes patógenos, las células y moléculas involucradas en este extremo de la respuesta usan
información reunida a partir de su encuentro temprano con el agente patógeno para ayudar a dirigir el proceso de desarrollo de inmunidad adaptativa. De este modo, la inmunidad adaptativa proporciona una segunda, y más completa, línea de defensa, informada por los esfuerzos emprendidos por el sistema innato. Cabe hacer notar que algunas infecciones de hecho son eliminadas por mecanismos inmunitarios innatos solos, en especial las que permanecen localizadas y comprenden números muy bajos de invasores extraños bastante benignos (¡piense en todas aquellas picaduras o mordeduras de insecto o encajamientos de astillas que hemos recibido a lo largo de la vida y que introducen bacterias bajo la piel!). En el cuadro 1-4 se comparan las principales características que distinguen las inmunidades innata y adaptativa. Aunque en aras de la facilidad de la exposición el sistema inmunitario típicamente se divide en estos dos extremos de la respuesta, hay considerable superposición de las células y los mecanismos involucrados en cada uno de estos extremos de la inmunidad. Para que las inmunidades innata y adaptativa funcionen juntas, estos dos sistemas deben ser capaces de comunicarse entre sí; esa comunicación se logra por medio tanto de contacto entre una célula y otra como mediante mensajeros solubles. Casi todas estas proteínas solubles son moléculas tipo factor de crecimiento conocidas por el nombre general de citocinas. Las citocinas y los ligandos de supericie celular pueden unirse con receptores que se encuentran sobre células que muestran respuesta, y emiten señales hacia estas células para que desempeñen nuevas funciones, como la síntesis de otros factores solubles o la diferenciación hacia un nuevo tipo de célula. Un subgrupo de estas señales solubles se llaman quimiocinas porque tienen actividad quimiotáctica, lo que signiica que pueden reclutar células especíicas hacia el sitio. De esta manera, las citocinas, quimiocinas y otros factores solubles producidos por células inmunitarias reclutan células y proteínas solubles importantes para la erradicación del agente patógeno desde dentro del sitio de infección, o les dan instrucciones. Probablemente todos los seres humanos han sentido esta convergencia en la forma de tumefacción, aumento local de la temperatura e hipersensibilidad en el sitio de exposición. Estos eventos son una parte de un proceso de mayor tamaño denominado en conjunto una respuesta inlamatoria, que se cubre con detalle en el capítulo 15.
Las respuestas inmunitarias adaptativas típicamente generan memoria Un atributo de importancia particular, y singular, del extremo adaptativo de la respuesta inmunitaria es la memoria inmunitaria,
CuADRO 1-4
Magnitud de la respuesta inmunitaria
Perspectiva general del sistema inmunitario
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CAPÍTULO 1 Repetición de la exposición a antígeno A
Antígeno A
Adaptativa Innata 0
14
28 0
14
28
Tiempo, días Respuesta primaria Respuesta secundaria
Figura 1-8 Las diferencias en las respuestas primaria y secundaria a antígeno inyectado relejan el fenómeno de memoria inmunitaria. cuando se inyecta un antígeno a un animal, produce una respuesta de anticuerpos primaria (azul oscuro) de baja magnitud y duración breve, que alcanza un máximo alrededor de los 10 a 20 días. En algún momento posterior, una segunda exposición al mismo antígeno da lugar a una respuesta secundaria que es de mayor magnitud, alcanza un máximo en menos tiempo (uno a cuatro días) y es más especíica para antígeno que la respuesta primaria. Las respuestas innatas, que carecen de un elemento de memoria y ocurren cada vez que se encuentra un antígeno, no cambian, independientemente de la frecuencia con la cual se ha encontrado este antígeno en el pasado (azul claro).
que es la capacidad del sistema inmunitario para mostrar respuesta de manera mucho más rápida y con mayor eiciencia durante una segunda exposición al mismo agente patógeno. A diferencia de casi cualquier otro sistema biológico, la respuesta inmunitaria de vertebrados ha adquirido por evolución no sólo la capacidad para aprender de (adaptarse a) sus encuentros con antígeno extraño en tiempo real, sino también la capacidad para almacenar esta información para uso futuro. Durante un primer encuentro con antígeno extraño, la inmunidad adaptativa pasa por lo que se denomina una respuesta primaria, durante la cual los linfocitos clave que se usarán para erradicar al agente patógeno son seleccionados de manera clonal, perfeccionados y alistados para resolver la infección. Como se mencionó, estas células incorporan mensajes recibidos a partir de los participantes innatos hacia su respuesta hecha a la medida para el agente patógeno especíico. Todos los encuentros subsiguientes con el mismo antígeno o agente patógeno se denominan la respuesta secundaria (igura 1-8).
Comparación de las inmunidades innata y adaptativa Innata
Adaptativa
Tiempo de respuesta
Minutos a horas
Días
Especiicidad
Limitada y ija
Muy diversa; se adapta para mejorar en el transcurso de la respuesta inmunitaria
Respuesta a la infección repetida
Igual cada vez
Es más rápida y eicaz con cada exposición subsiguiente
Principales componentes
Barreras (p. ej., piel); fagocitos; moléculas de reconocimiento de patrón
Linfocitos T y B; receptores especíicos para antígeno; anticuerpos
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SECCIÓN I
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Introducción
1-9
fIGuRA DE PERSPECtIvA GENERAL
Colaboración entre las inmunidades innata y adaptativa en la resolución de una infección 2a
1
Ganglio linfático
P
3
P
P
B
B T T
5a
T
4
B
5b Memoria
2b
En este esquema muy básico se muestra la secuencia de eventos que ocurren durante una respuesta inmunitaria; pone de relieve interacciones entre las inmunidades innata y adaptativa. 1. Se introducen agentes patógenos en una mucosa o en una solución de continuidad de la piel (bacterias que entran a la garganta, en este caso), donde son captadas por células fagocíticas (amarillo). 2a. En esta etapa innata de la respuesta, la célula fagocítica pasa por cambios que transportan fragmentos de bacterias hacia un ganglio linfático local para ayudar a activar la inmunidad adaptativa. 2b. Entre tanto, en el sitio de infección fagocitos residentes que encuentran antígeno liberan quimiocinas y citocinas (puntos de color negro) que causan lujo de entrada de líquido y ayudan a reclutar otras células inmunitarias hacia el sitio (inlamación). 3. En el ganglio linfático, las células T (azul) y B (verde) con especiicidad de receptor apropiada son seleccionadas de manera clonal cuando sus
Durante una respuesta secundaria, se vuelven a alistar células de memoria, familiares de los linfocitos B y T inales y más eicientes entrenados durante la respuesta primaria, para que combatan de nuevo. Estas células empiezan casi de inmediato y retoman la defensa exactamente donde la dejaron, y siguen aprendiendo y mejorando su estrategia de erradicación durante cada encuentro subsiguiente con el mismo antígeno. Dependiendo del antígeno en cuestión, las células de memoria pueden permanecer durante décadas después de la conclusión de la respuesta primaria. Los linfocitos de memoria proporcionan el medio para respuestas subsiguientes que son tan rápidas, especíicas para antígeno y eicaces que cuando el mismo agente patógeno infecta el cuerpo una segunda vez, el organismo lesivo a menudo es eliminado sin que haya síntomas. Es la notoria propiedad de memoria que evita que se contraigan muchas enfermedades una segunda vez. La memoria inmunitaria albergada por linfocitos B y T residuales es el fundamento para la vacunación, en la que se utilizan agentes patógenos atenuados o muertos como una manera segura de “educar” al sistema inmunitario para prepararlo para ataques posteriores por agentes patógenos que ponen en peligro la vida. En la igura de perspectiva general 1-9 se ponen de relieve las maneras en las cuales las respuestas inmunitarias innata y adap-
N
B
T
receptores de supericie se unen a antígeno que ha entrado al sistema, y desencadenan la inmunidad adaptativa. 4. La colaboración entre células T y B, y el encuentro continuo con antígeno ocurren en el ganglio linfático, lo que impulsa la proliferación de linfocitos y la diferenciación de los mismos; ello genera células que pueden identiicar de manera muy especíica al agente patógeno, y erradicarlo. Por ejemplo: 5a. Las células B secretan anticuerpos especíicos para el antígeno, que viajan hacia el sitio de infección para ayudar a marcar al agente patógeno y erradicarlo. 5b. además de las células que destruirán al agente patógeno aquí, se generan células T y B de memoria en esta respuesta primaria, y estarán disponibles al inicio de una respuesta secundaria, que será mucho más rápida y mucho más especíica para antígeno. (abreviaturas: T, lifoncito T; B, linfocito B; P, fagocito; N, neutróilo, un tipo de célula inmunitaria.)
tativa funcionan juntas para resolver una infección. En este ejemplo, las bacterias rompen el revestimiento mucoso de la garganta, una barrera cutánea o mucosa, donde son reconocidas y fagocitadas por una célula fagocítica local (paso 1). Como parte del sistema inmunitario innato, la célula fagocítica libera citocinas y quimiocinas que atraen otros leucocitos al sitio de infección, lo que inicia la inlamación (paso 2b). Esa célula fagocítica a continuación puede viajar a un ganglio linfático local, el tejido donde se reúnen antígeno y linfocitos, y lleva antígenos bacterianos a linfocitos B y T (paso 2a). Los linfocitos que tienen receptores especíicos para el antígeno son seleccionados, activados, y empiezan la respuesta inmunitaria adaptativa al proliferar (paso 3). Las células TH activadas ayudan a activar células B, y la expansión clonal de ambos tipos de linfocito ocurre en el ganglio linfático (paso 4). Esto da por resultado muchas células T y B especíicas para el antígeno; las segundas liberan anticuerpos que pueden ijarse al intruso y dirigir su destrucción (paso 5a). La respuesta adaptativa deja células T y B de memoria disponibles para un encuentro futuro, secundario, con este antígeno (paso 5b). Cabe hacer notar que la memoria es una capacidad singular que surge a partir de respuestas adaptativas. La inmunidad innata carece de un componente de memoria.
Perspectiva general del sistema inmunitario A veces, como sucede con algunas vacunas, una ronda de encuentro con antígeno y adaptación es insuiciente para impartir inmunidad protectora contra el agente patógeno en cuestión. En muchos de estos casos, puede desarrollarse inmunidad después de una segunda o incluso una tercera ronda de exposición a un antígeno. Son estas clases de agentes patógenos las que hacen necesario el uso de vacunación de refuerzo. Las vacunaciones de refuerzo son nada más que un segundo o tercer episodio de exposición al antígeno, cada uno de los cuales impulsa una nueva ronda de eventos adaptativos (respuesta secundaria) y reinamientos de la población de linfocitos que muestra respuesta. El objetivo es perfeccionar estas respuestas hasta un nivel suiciente para brindar protección contra el agente patógeno real en alguna fecha futura.
el bueno, el malo y el feo del sistema inmunitario La perspectiva que los autores han presentado hasta ahora describe la respuesta inmunitaria como un sistema interactivo de múltiples componentes que siempre protege al huésped contra invasión por todas las clases de agentes patógenos. Empero, ocurren fallas de este sistema; pueden ser notorias y a menudo atraen mucha atención, a pesar del hecho de que en general son raras. Ciertas situaciones clínicas también plantean desafíos singulares para el sistema inmunitario, incluso trasplantes de tejido entre individuos (¡que probablemente no forman parte de plan evolutivo alguno!) y la aparición de cáncer. En esta sección se describen brevemente algunos ejemplos de fallas comunes y desafíos para el desarrollo de respuestas inmunitarias saludables. Cada una de estas manifestaciones clínicas se cubre con mucho mayor detalle en los capítulos que concluyen este libro (capítulos 15 a 19).
Las respuestas inmunitarias inapropiadas o disfuncionales pueden dar lugar a toda una gama de trastornos La mayor parte de los casos de disfunción o falla inmunitaria cae en una de las tres categorías amplias que siguen:
• Hipersensibilidad (incluso alergia). Ataques demasiado acuciosos contra antígenos benignos comunes pero extraños
• Enfermedad autoinmunitaria. Establecimiento erróneo de
proteínas o tejidos propios como objetivo por células inmunitarias
• Deiciencia inmunitaria. Insuiciencia de la respuesta inmunitaria para proteger contra agentes infecciosos
A continuación se presenta una breve perspectiva general de estas situaciones, y algunos ejemplos de cada una. A su nivel más básico, la disfunción inmunitaria ocurre como resultado de regulación inapropiada que permite que el sistema inmunitario ataque algo que no debe atacar, o no ataque algo que debe atacar. Las hipersensibilidades, incluso alergia, y la enfermedad autoinmunitaria son casos de la primera situación, en la cual el sistema inmunitario ataca un blanco inapropiado. Como resultado, los
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CAPÍTULO 1
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síntomas pueden manifestarse como inlamación patológica, un lujo de entrada de células y moléculas inmunitarias que dan lugar a síntomas perjudiciales, incluso inlamación crónica y destrucción descontrolada de tejido. En contraste, las deiciencias inmunitarias, causadas por un fracaso para desplegar de manera apropiada la respuesta inmunitaria, por lo general dan lugar a respuestas inmunitarias debilitadas o desreguladas que pueden permitir que los agentes patógenos tomen la delantera. Aquí es un buen momento para mencionar que la respuesta inmunitaria saludable comprende un acto de equilibrio entre vías de agresión inmunitaria y de supresión inmunitaria. Si bien los ataques erróneos (autoinmunidad) o el fracaso para montar una respuesta (inmunodeiciencia) rara vez no se consideran disfuncionales, a veces se olvida considerar la importancia del lado supresor de la respuesta inmunitaria. Las imperfecciones en el extremo inhibitorio de la respuesta inmunitaria, presentes como un freno para equilibrar todos los ataques inmunitarios que el ser humano inicia constantemente, pueden ser igual de profundas. De modo que las respuestas inmunitarias sanas deben considerarse un equilibrio delicado; se pasa gran parte del tiempo con un pie en el pedal del freno y el otro en el acelerador.
Reacciones de hipersensibilidad Las alergias y el asma son ejemplos de reacciones de hipersensibilidad; ambas se producen por respuestas inmunitarias inapropiadas y demasiado activas a antígenos ambientales inocuos comunes, como polen, alimento o caspa de animales. La posibilidad de que ciertas sustancias induzcan sensibilidad aumentada (hipersensibilidad) más que protección fue reconocida alrededor de 1902 por Charles Richet, quien intentó inmunizar perros contra las toxinas de un tipo de medusa; él y su colega Paul Portier observaron que los perros expuestos a dosis subletales de la toxina reaccionaron casi al instante, y de modo mortal, a un desafío posterior con cantidades incluso diminutas de la misma toxina. Richet concluyó que una vacunación exitosa típicamente da lugar a ilaxia (protección), mientras que la anailaxia (anti-protección) —una sobrerreacción extrema, rápida y a menudo mortal de la respuesta inmunitaria a algo que ha encontrado antes— puede producirse en ciertos casos en los cuales se repite la exposición a antígeno. Richet recibió el Premio Nobel en 1913 por su descubrimiento de la respuesta anailáctica (cuadro 1-2). El término se usa hoy para describir una respuesta alérgica grave, que pone en peligro la vida. Por fortuna, casi ninguna reacción de hipersensibilidad o alérgica en humanos es rápidamente mortal. Hay varios tipos de reacciones de hipersensibilidad; algunas se originan por anticuerpos, y otras son el resultado de actividad de células T (capítulo 15). Con todo, casi todas las respuestas alérgicas o anailácticas involucran un tipo de anticuerpo llamado inmunoglobulina E (IgE). La unión de IgE a su antígeno (alergeno) especíico induce la liberación de sustancias que causan irritación e inlamación, o la acumulación de células y líquido en el sitio. Cuando un individuo alérgico queda expuesto a un alergeno, los síntomas pueden incluir estornudos, sibilancias (igura 1-10), y diicultad para respirar (asma); dermatitis o erupciones cutáneas (urticaria) y, en casos más graves, sofocación debido a constricción de las vías respiratorias después de inlamación extrema. Una fracción importante de los recursos de salud se gasta en el cuidado de quienes sufren alergias y asma. Un fundamento razonado en particular interesante para explicar el aumento inesperado de la enfermedad alérgica se llama la hipótesis de la
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SECCIÓN I
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Introducción
REcuadRo 1-3
ENfOquE CLíNICO
La hipótesis de la higiene En todo el mundo, 300 000 000 de personas sufren asma, y aproximadamente 250 000 murieron por la enfermedad en 2007 (capítulo 15). a partir de 2009, tan sólo en Estados unidos, se diagnostica asma en alrededor de una de cada 12 personas (8.2%). La razón más común para una visita a una sala de urgencias (ER) de hospital es un ataque de asma, lo que representa una tercera parte de las visitas. además de los pacientes que reciben tratamiento en la ER, en 2006 ocurrieron más de 400 000 hospitalizaciones por asma en Estados unidos, con una estancia promedio de tres a cuatro días. En el transcurso de los últimos 25 años se ha duplicado la prevalencia de asma en países industrializados. a esto se suma un aumento generalizado de otros tipos de enfermedades alérgicas durante el mismo periodo. ¿cómo se explica este aumento del asma y las alergias durante las últimas décadas? una idea, llamada la hipótesis de la higiene, sugiere que un decremento de la exposición del ser humano a microbios ambientales ha tenido efectos adversos sobre el sistema inmunitario del mismo. La hipótesis sugiere que varias categorías de enfermedad alérgica o inlamatoria, trastornos todos causados por activación inmunitaria excesiva, se han hecho más prevalecientes en países industrializados gracias a la exposición disminuida a determinadas clases de microbios debido al uso difundido de antibióticos, programas de inmunización y prácticas higiénicas generales en esos países; esa idea fue propuesta por vez primera por d. P. Strachan y colegas en un artículo publicado en 1989 que sugiere un enlace entre la iebre del heno y la higiene doméstica. En fecha más reciente, esta hipótesis se ha expandido para incluir la opinión de algunos de que puede ser un factor contribuidor en muchas enfermedades alérgicas, varios trastornos autoinmunitarios y, en fecha más reciente, enfermedad inlamatoria intestinal. ¿cuál es la evidencia que apoya la hipótesis de la higiene? El apoyo clínico primario proviene de estudios que han mostrado una correlación positiva entre crecer bajo condiciones ambientales que favorecen ambientes ricos en microbios (a veces llamados “sucios”) y una incidencia disminuida de
alergia, en especial asma. Hasta la fecha, la exposición durante la niñez a establos y animales de granja, tener varios hermanos mayores, asistir a la guardería a edad temprana, o crecer en un país en desarrollo, se han correlacionado con menor probabilidad de presentar alergias más tarde en la vida. Si bien las exposiciones a virus durante la niñez no parecen favorecer la protección, la exposición a ciertas clases de bacterias y organismos parasitarios tal vez la favorezca. En los últimos tiempos, la atención se ha enfocado principalmente en clases especíicas de gusanos parasitarios (llamados helmintos), lo cual ha generado nuevas terapias contra la alergia que comprenden exposición intencional. ¿cuáles son los mecanismos inmunológicos propuestos que podrían estar detrás de este enlace entre una falta de exposición a microbios en etapas tempranas de la vida y enfermedad alérgica? El dogma actual que apoya esta hipótesis postula que los millones de años de coevolución de microbios y seres humanos han favorecido un sistema en el cual la exposición temprana a una amplia gama de organismos ambientales comunes ayuda a colocar al sistema inmunitario en un camino de equilibrio homeostático entre agresión e inhibición. Los defensores de este argumento de regulación inmunitaria, a veces denominado la hipótesis de los “viejos amigos”, sugieren que los antígenos presentes en organismos microbianos que han desempeñado un papel prolongado en la historia evolutiva del ser humano (tanto agentes patógenos como microbios inocuos que el ser humano ingiere o que conforman su lora histórica) pueden interactuar con los receptores de reconocimiento de patrón (PPR) presentes sobre células en el sistema inmunitario innato, e impulsarlos a avisar a células involucradas en respuestas adaptativas que aumenten su umbral de activación. Esta hipótesis postula que sin exposición temprana y regular de las células inmunitarias del ser humano a estos viejos amigos y sus antígenos, el desarrollo de respuestas reguladoras u homeostáticas inmunitarias “normales” se altera, lo que prepara al individuo para un sistema inmunitario listo para reaccionar de manera exagerada en el futuro.
Modelos de enfermedad en animales prestan cierto apoyo a esta hipótesis, y han ayudado a los inmunólogos a aprobar esta línea de pensamiento. Por ejemplo, ciertos animales criados en ambientes parcialmente o por completo libres de agentes patógenos muestran más propensión a diabetes tipo 1 o dependiente de insulina, una enfermedad autoinmunitaria causada por ataque inmunitario de células pancreáticas (capítulo 16). Mientras más baja es la carga infecciosa de exposición en estos ratones, mayor es la incidencia de diabetes. animales criados de manera especíica para que porten susceptibilidad genética aumentada que favorece el desarrollo espontáneo de diabetes (llamados ratones NOD, que signiica diabéticos no obesos [non-obese diabetic]) y tratados con diversos agentes infecciosos pueden ser protegidos contra la diabetes. Entretanto, ratones NOD mantenidos en un alojamiento libre de agentes patógenos presentan diabetes de manera casi uniforme. de modo muy parecido a este modelo experimental, se sabe que la susceptibilidad a asma y a casi todas las otras alergias afecta a varios miembros de una familia. Si bien todavía no se han caracterizado todos los genes enlazados con asma, se sabe que la probabilidad de presentar la enfermedad es de 30% si uno de los padres tiene asma y de 70% si ambos progenitores la padecen. Si bien el jurado quizá aún esté deliberando respecto al veredicto detrás de la hipótesis de la higiene, estudios en animales y en seres humanos orientan con claridad hacia papeles fuertes tanto para genes como para el ambiente en la susceptibilidad a alergia. conforme siguen aumentando los datos en apoyo de esta hipótesis, el viejo adagio respecto a un niño sucio —que “así crea defensas”— ¡quizá en realidad resulte ser cierto! Centers for Disease Control and Prevention. 2012. CDC: Preventing Chronic Disease 9: 110054. Liu, a H., and Murphy, J. R. 2003. Hygiene hypothesis: Fact or iction? Journal of allergy and clinical Immunology 111(3):471-478. Okada, H., et al. 2010. The hygiene hypothesis for autoimmune and allergic diseases: An update. clinical and Experimental Immunology 160:1. Sironi, M., and M. Clerici. 2010. The hygiene hypothesis: An evolutionary perspective. Microbes and infection 12:421.
Perspectiva general del sistema inmunitario
Figura 1-10 Paciente que sufre iebre del heno como resultado de una reacción alérgica. Ese tipo de reacciones de hipersensibilidad se produce por sensibilización causada por exposición previa a un antígeno en algunos individuos. En el individuo alérgico se liberan histaminas como parte de la respuesta de hipersensibilidad y causan estornudos, secreción abundante por la nariz, ojos llorosos, y otros por el estilo durante cada exposición subsiguiente al antígeno (ahora llamado un alergeno) [Fuente: Chris Rout/Alamy.]
higiene, y se comenta en el recuadro de Enfoque clínico que se presenta en la página 20.
enfermedad autoinmunitaria A veces el sistema inmunitario funciona mal y ocurre una alteración de la autotolerancia, lo que podría originarse por una incapacidad repentina para distinguir entre lo propio y lo extraño o por una malinterpretación de un componente propio como peligroso, lo que causa un ataque inmunitario contra tejidos del huésped. Ese estado, llamado autoinmunidad, puede dar lugar a varias enfermedades debilitantes crónicas. Los síntomas de autoinmunidad diieren, dependiendo de cuáles tejidos u órganos están siendo atacados. Por ejemplo, la esclerosis múltiple se debe a un ataque autoinmunitario contra una proteína que se encuentra en las vainas nerviosas en el cerebro y el sistema nervioso central, que da lugar a disfunción neuromuscular. La enfermedad de Crohn es un ataque contra tejidos intestinales que conduce a destrucción del epitelio del intestino y absorción inadecuada de alimento. Uno de los trastornos autoinmunitarios más comunes, la artritis reumatoide, se produce por un ataque inmunitario contra articulaciones de las manos, los pies, los brazos y las piernas. Factores tanto genéticos como ambientales probablemente están involucrados en el desarrollo de casi todas las enfermedades autoinmunitarias. Aun así, la combinación exacta de genes y exposiciones ambientales que favorecen la aparición de una enfermedad autoinmunitaria particular es difícil de identiicar, y constituye un área de investigación inmunológica muy activa. Los descubrimientos recientes en estas áreas y la búsqueda de tratamientos mejorados se cubren con mayor detalle en el capítulo 16.
deiciencia inmunitaria Cuando un componente de la inmunidad innata o adaptativa falta o es defectuoso, el huésped casi siempre sufre alguna forma
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CAPÍTULO 1
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de inmunodeiciencia. Algunas de estas deiciencias producen efectos clínicos importantes, incluso la muerte, mientras que otras son de menor magnitud o incluso difíciles de detectar. La deiciencia inmunitaria puede surgir debido a factores genéticos hereditarios (llamadas inmunodeiciencias primarias) o como resultado de alteración/daño por agentes químicos, físicos o biológicos (llamadas inmunodeiciencias secundarias). Ambas formas de deiciencia inmunitaria se comentan con mayor detalle en el capítulo 18. La gravedad de la enfermedad originada por deiciencia inmunitaria depende del número y el tipo de componentes de la respuesta inmunitaria afectados. Un tipo común de inmunodeiciencia primaria en Norteamérica es una inmunodeiciencia selectiva, en la cual sólo falta un tipo de anticuerpo, llamado inmunoglobulina A; los síntomas pueden ser un aumento de ciertos tipos de infecciones, o la deiciencia incluso puede pasar inadvertida. En contraste, una deiciencia más rara pero mucho más extrema, llamada inmunodeiciencia combinada grave (scid), afecta células tanto B como T, y básicamente elimina la inmunidad adaptativa. Sin tratamiento, la scid a menudo da lugar a muerte por infección a una edad temprana. Con mucho, la forma más común de inmunodeficiencia secundaria es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que se produce por infección por virus de la inmunodeiciencia humana (hiv). Como se comenta en el capítulo 18, los seres humanos no reconocen ni erradican con eicacia este virus. En lugar de eso, ocurre un estado de infección persistente; el hiv se oculta dentro del genoma de las células TH, su tipo de célula blanco, y el tipo de célula inmunitaria que es crucial para guiar la dirección de la respuesta inmunitaria adaptativa. Conforme se monta el ataque inmunitario contra el virus se pierde una cantidad creciente de estas células TH; cuando la enfermedad progresa hacia sida, tantas células TH han quedado destruidas o por lo demás se han hecho disfuncionales, que ocurre un colapso gradual del sistema inmunitario. Al inal de 2010 se estimaba que más de 34 millones de personas sufría esta enfermedad en todo el mundo (el lector podrá obtener números más actuales en www.unaids.org), que puede ser mortal sin tratamiento. Para pacientes que tienen acceso a ellos, en la actualidad ciertos tratamientos antirretrovirales pueden prolongar la vida con infección por hiv por tiempo casi indeinido. De cualquier modo, no se dispone de una vacuna ni de una curación para esta enfermedad. Es importante notar que muchos agentes patógenos generalizados en el ambiente del ser humano no causan problemas para individuos sanos gracias a la inmunidad que se desarrolla después de la exposición inicial. No obstante, los individuos con deiciencias primarias o secundarias de la función inmunitaria se hacen altamente susceptibles a enfermedad causada por estos microbios omnipresentes. Por ejemplo, el hongo Candida albicans, presente casi en todas partes y que no es un problema para la mayoría de los individuos, puede causar un exantema irritante y una infección diseminada en la mucosa de la boca y la vagina en pacientes que sufren deiciencia inmunitaria (igura 1-6b). El exantema resultante, llamado algodoncillo, a veces puede ser el primer signo de disfunción inmunitaria (igura 1-11). Si se le deja sin restricción, C. albicans puede diseminarse y causar candidiasis sistémica, una enfermedad que pone en peligro la vida; esas infecciones por microorganismos omnipresentes que no causan daño en un huésped inmunocompetente, pero que suelen observarse sólo en casos de deiciencia inmunitaria subyacente, se
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SECCIÓN I
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Introducción
Figura 1-11 un paciente con inmunodeiciencia que sufre algodoncillo oral debido a infección oportunista por Candida albicans. [Creative Commons