¿Fuertes o débiles?: Las siete Iglesias del Apocalipsis, ayer y hoy
 8433021494, 9788433021496

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Pedro C. Núñez sss

2ª edición Las siete Iglesias del Apocalipsis, ayer y hoy

¿FUERTES O DÉBILES? LAS SIETE IGLESIAS DEL APOCALIPSIS, AYER Y HOY

PEDRO NÚÑEZ GOENAGA, S.S.S.

¿FUERTES O DÉBILES? LAS SIETE IGLESIAS DEL APOCALIPSIS, AYER Y HOY

2ª edición

DESCLÉE DE BROUWER 2007

1ª edición: mayo 2007 2ª edición: septiembre 2007

© Pedro Núñez Goenaga, sss, 2007

© EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2007 Henao, 6 - 48009 Bilbao www.edesclee.com [email protected]

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Impreso en España - Printed in Spain ISBN: 978-84-330-2149-6 Depósito Legal: Impresión: Publidisa, S.A. - Sevilla

A los que nunca han leído el Apocalipsis. Perico

ÍNDICE

Prólogo ......................................................................................

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Primera parte Introducción al Apocalipsis Definición. Qué es el Apocalipsis ............................................

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¿Fue y sigue siendo actual el Apocalipsis? ..............................

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Algunas ayudas para captar mejor el mensaje ........................

33

Algunas claves de interpretación..............................................

37

Plan del Apocalipsis. Septenarios ............................................

41

Segunda parte Las siete Iglesias. Su perenne actualidad Algunas consideraciones previas..............................................

51

Estructura de las cartas ............................................................

55

La genialidad de Juan ..............................................................

57

¿Dónde se encontraban las Iglesias?........................................

59

¿FUERTES O DÉBILES?

Éfeso: Una comunidad que ha vivido bien su cristianismo, pero que empieza a aflojar ....................................................

61

Esmirna: Pobres y calumniados, pero fuertes en el Señor ........

71

Pérgamo: Los que, por condescender en la doctrina, están en falta ..................................................................................

79

Tiatira: Los que, pese a los problemas, están cada día mejor ..

89

Sardes: Los que creen estar bien, pero “están muertos”............ 101 Filadelfia: Los que están bien, porque han optado por ser pequeños, por ser fieles a Jesús y por vivir la hypomoné perfecta .................................................................................. 109 Laodicea: Los que creen estar bien y están mal. Los que, según parece, tienen difícil remedio...................................... 121

Anexos La gran virtud del Apocalipsis: la Hypomoné ........................ 137 La hora de la verdad ................................................................ 149 Una gran lección de Dios.......................................................... 169 El alma de toda experiencia cristiana: El Espíritu Santo ...... 177 Un momento de oración .......................................................... 183 Bibliografía................................................................................ 187 Cuadro sinóptico................................................................ 189-190

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PRÓLOGO

Mis sentimientos Permíteme, querido amigo/a, que te manifieste mis sentimientos a la hora de escribir este libro. Quiero que los leas antes de leer el resto. 1. Ya de entrada, vamos a hablarnos de ‘tú’. Sabes que en hebreo, griego y latín solamente existe el ‘tú’. Influidos tal vez por estas lenguas, los biblistas hablamos a todos de tú, como lo hacía Jesús. 2. Deseo comunicarte que el Apocalipsis es un libro de Jesucristo sobre Él mismo, y que este mensaje no lo encontrarás en los Evangelios, ni tampoco en S. Pablo. 3. He escrito este libro pensando en las personas sencillas de a pie y no en los sabios; por ello procuraré hablarte de manera que entiendas lo que digo. 4. Lo que Cristo dice a las 7 Iglesias va a ser gratificante para ti, porque a través de ellas hablará también a la tuya. Oirás cosas nuevas.

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5. Es mi intención ayudarte a ser fuerte en las dificultades. Ningún libro de la Biblia te ayudará tanto a conseguirlo. El Apocalipsis no es para los débiles. 6. Nunca olvides que el Apocalipsis es, ante todo, un libro de oración contemplativa. 7. Permíteme que te diga un secreto: el deseo de leer el Apocalipsis viene de lo alto, es un ‘regalo’ que quiere hacernos el Señor. Esto no te lo da la Universidad. La mejor manera de manifestarle que deseas obtener esta gracia es leyendo cada día el Apocalipsis durante 15 minutos. Haz la prueba y lo verás. 8. Nunca olvides que ‘el alma’ de este libro es el Espíritu Santo. Cada una de las 7 cartas termina con este mensaje: ‘El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias’.

Más sentimientos • Me gustaría que este comentario a las 7 cartas del Apocalipsis fuese una ayuda para los que nunca habéis leído el Apocalipsis. A vosotros va dedicado el libro. Os sugiero que abráis el libro en actitud de personas sencillas que quieren escuchar a Jesús. Él habló al Padre de nosotros: Mt 11,25.26. • Desde hace años me ha aguijoneado un sentimiento de culpabilidad: la promesa que hice a mis alumnos de que un día publicaría el comentario de las cartas a las 7 Iglesias que tanto les gustó. Compromiso cumplido. • Un consejo para vosotros los animadores: cuando abras el libro no busques de inmediato lo que te va a servir para la animación; eso lo harás más tarde. Busca sumergirte en el

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PRÓLOGO

texto tal como está, sin hacerle preguntas. El texto te hablará y entonces... escuchas. Sabes que en las 7 cartas la ‘escucha’ es el hilo conductor (el leit motiv) que va de una carta a la otra. • En un segundo momento te inspirará el Señor Jesús lo que tienes que transmitir en tu pastoral; la tienes que transmitir como testigo y no como maestro. • Y... un buen día resonará dentro de ti la primera bienaventuranza ‘Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella’ (Ap 1,3). • Quisiera pedir un favor a los animadores de otros mundos y culturas: Yo, Perico, he escrito este comentario desde el mundo en el que vivo. No lo puedo hacer de otra manera. Recuerdo lo que dice Moffat: ‘la pastoral es el mejor clima para hacer un comentario del Apocalipsis’. He visitado muchos países pobres (no me gusta el término ‘tercer mundo’), he entrado en contacto con situaciones de flagrante injusticia y de intolerable pobreza, pero mis contactos han sido superficiales, aunque sí sinceros. Desde estas líneas, pues, invito encarecidamente a las personas que trabajan entre esos hermanos/as necesitados a que escriban un comentario del Apocalipsis desde ellos. Si lo habéis escrito ya, ¿cómo podríamos dar con ese comentario los que vivimos en este ‘otro’ mundo? • Nota final: Las citas bíblicas están tomadas de la Biblia de Jerusalén, en cuya traducción tuve el honor de colaborar. A veces introduzco alguna variante que me parece más ajustada al original griego.

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PRIMERA PARTE INTRODUCCIÓN AL APOCALIPSIS

EL APOCALIPSIS:

UN MENSAJE DE ESPERANZA PARA LA IGLESIA DE TODOS LOS TIEMPOS

1. Introducción Se ha llegado a decir que el no interesarse y no haberse interesado nunca del Apocalipsis es señal de sano equilibrio mental.1 Se ha llegado a decir que el Apocalipsis contiene más enigmas que palabras, que es demasiado difícil para entenderlo, y que habrá que dejarlo a los especialistas. Otros, por el contrario, no opinan lo mismo: “Sin el Apocalipsis el Nuevo Testamento quedaría incompleto” dice Feuillet. “Leed el Apocalipsis” nos dice Fiódor Dostoiesvky. “Orad el Apocalipsis” 1. Herder decía esto de un compañero suyo (Véase MOLLAT, ‘L’Apocalisse’, Studi biblici Pastorali, 2, Paidei, Brescia, 1967, p. 9). El que dijo eso (o los que lo dicen) no tienen en cuenta que para entender la Palabra de Dios escrita o escuchada se precisa antes una palabra interna en el corazón que ilumine esa palabra de Dios que viene del exterior, ya sea leída en el Libro u oída en una celebración litúrgica. Esta palabra interna es un don que Dios da a quien se lo pide con humildad y hace que el Apocalipsis se abra al lector como un libro lleno de sorpresas, de enseñanzas, de fortaleza y de esperanza.

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digo yo. “El Apocalipsis es uno de los libros más consoladores de la Biblia” (Brütsch). En efecto, es el libro que más ayuda a mantener la esperanza en los tiempos difíciles. Es esencialmente pastoral y tiene como finalidad hacer fuertes a los seguidores de Jesús de Nazaret. Es lo que ha experimentado Juan, el autor (1,1.4.9; 22,8), que es a la vez profeta (22,9), siervo de Dios (1,1), hermano y compañero en la tribulación (1,9).2 Como Pablo, también Juan es una autoridad en la Iglesia. Conoce bien a los suyos y ha recibido de Dios el encargo de escribir lo que vea y de enviarlo a las 7 Iglesias (Ap 1,11). Les esperan 2. ¿Quién es este Juan? ¿San Juan, el evangelista? ¿Se trata de otro Juan? En la Iglesia de los primeros siglos (Justino, Ireneo) fue voz común que el autor del Apocalipsis era Juan, el Evangelista; pero en 265 Dionisio de Alejandría lo negó para no dar facilidades a los milenaristas que, apoyándose en Ap 20,4-6, propugnaban el milenarismo, es decir, un reinado de Jesús durante mil años; Dionisio no podía permitir que los herejes se apoyasen en la autoridad de un apóstol; por ello dijo que el Apocalipsis no es de Juan el Apóstol. En nuestros tiempos son muchos los que niegan la autoría a Juan el Evangelista, basándose en las diferencias de estilo y de temática. Unos atribuyen el Apocalipsis a un autor desconocido, otros a Juan el Presbítero, de quien se tienen pocas noticias. No es objeto de este librito abordar este tema difícil que se puede consultar en los manuales clásicos. Quiero, con todo, citar una frase de Feuillet: ‘saber quién ha escrito el Apocalipsis es una de las cuestiones más difíciles que se pueda concebir’ (véase L’Apocalypse, p. 81), y lo afirma después de haber estudiado minuciosamente los argumentos en pro y en contra de la autoría de Juan el Evangelista (pp. 81-90). Terminada la síntesis, dice: “Preferir al hijo de Zebedeo un desconocido como Juan el Presbítero, de quien autores cualificados (Meinertz, Schnackenburg, etc.) niegan incluso la existencia es, como dice justamente Ph. H. Menoud, ‘conceder muy pronto a una hipótesis frágil la confianza que se rechaza a los datos tradicionales” (íb., 90). No olvidemos que lo más importante no es saber quién ha escrito el libro, sino estar convencido de que el libro está inspirado por Dios. Y de esto no tenemos duda alguna.

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INTRODUCCIÓN AL LIBRO DEL APOCALIPSIS

tiempos difíciles y quiere darles fortaleza y esperanza. Llamará dichoso “al que lea y a los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella” (Ap 1,3). Ningún libro del Nuevo Testamento se presenta a sí mismo como Escritura inspirada por Dios con la fuerza y convicción con que lo hace el Apocalipsis. Juan se encuentra desterrado en la isla de Patmos y un domingo, día en que la Iglesia celebra la Eucaristía, tuvo una visión: Ap 1,10-11: Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía. ‘Lo que veas escríbelo en un libro y envíalo a las siete Iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea’.

El libro está dirigido a estas siete Iglesias y, a través de ellas, a la Iglesia universal de todos los tiempos y lugares, recordando machaconamente la garantía de Dios: “El que tenga oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.

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DEFINICIÓN

QUÉ ES EL APOCALIPSIS

Esta es mi definición: El Apocalipsis es la Revelación de Jesucristo sobre Jesucristo, en forma de carta pastoral profética y contestataria de un pastor perseguido y deportado, llena de mensaje esperanzador, escrita en términos apocalípticos a una Iglesia brutalmente perseguida y que, además, padece crisis interna, para animarla a una lucha tenaz, perseverante y sin cuartel hasta el final y, para comunicarle que, en contra de las apariencias, quien saldrá vencedor será, sin género de dudas, Cristo. Es una Revelación hecha por Jesucristo sobre sí mismo y entregada a Juan para que la envíe a las 7 Iglesias.

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En forma de carta pastoral El autor se presenta como ‘hermano y compañero de tribulación’ (Ap 1,9).1 Antes de que comenzara la dura persecución de Domiciano (81-96) hubo detenciones de las personas más significativas. Juan era una de ellas: persona influyente y no grata. Por eso le destierran a una isla pequeña, llamada Patmos (12,5 km de largo y 8 de ancho), lugar al que expulsaban a las personas peligrosas. Desde allí, pensaban, no podrá seguir excitando los ánimos contra la autoridad imperial. Pero esta persecución y este destierro, lejos de abatir la moral de Juan, le harán crecer más en su arranque y garra, feliz por vivir en su carne la bienaventuranza del Señor “Dichosos de vosotros, cuando os injurien, os persigan... Alegraos y regocijaos...” (Mt 5,11-12). Un pastor perseguido está dotado para escribir con propiedad a una Iglesia perseguida.

Profética y contestataria Juan como profeta contesta frontalmente, con todas sus fuerzas, el abuso del poder político. Domiciano quería tener la prerrogativa de Dios ya en vida.2 1. Puede que esta presentación tan cercana, humilde y cristiana de Juan inspirase a S. Agustín sus palabras: ‘para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano’. 2. A Julio César, Claudio y Vespasiano, se les hizo dioses solamente después de la muerte. Tiberio y Claudio rechazaron la deificación en vida. Calígula y Nerón lo desearon en vida, pero no fueron reconocidos como tales por el senado. Domiciano sí lo consiguió y llegó incluso a acuñar monedas en las que estaba escrito: ‘Señor y Dios nuestro’, ‘Dios presente’, ‘Padre de los dioses’. (Véase OSBORNE, G. R., Revelation, Baker Academia, 2002, p. 6).

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Esta prerrogativa divina era, según el emperador, la mejor propuesta para canalizar una necesidad socio-política de aquel momento: el imperio romano era demasiado extenso y necesitaba absolutamente de una persona que unificara en sí a todo el imperio. Y esta ‘persona’ sería el Dios Domiciano Emperador. Juan sabía muy bien que Cristo había dicho: “Dad al César lo que es del César” (Mt 22,28). Sabía, asimismo, que Pablo hablaba a los romanos de “someterse a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios” (Rom 13,1) y que había escrito este mensaje siendo emperador el cruel Nerón. Pero desde entonces han pasado muchas cosas y muy graves. El emperador quería destruir la comunidad de Jesús. ‘¿Hay que obedecer a una autoridad política que apunta su espada contra la comunidad de Dios?’. ¿Cómo es posible que el que ejerce la autoridad política con estos fines pueda ser ‘ministro de Dios’ (Rom 13,4). Juan será inflexible.3 En el trasfondo de todas las doxologías del Apocalipsis tenemos que ver una “contestación” contra el culto al poder político. El emperador se hacía llamar ‘Divus’, ‘Rey de Reyes’, ‘Señor de los Señores’. ‘¡Mentira!’ dirá Juan. Esos títulos pertenecen a Jesús, el Señor y no a los emperadores, que son pobres criaturas como el resto de los mortales; sería ridículo adorarles’. No es fácil en la práctica contestar el poder político y a todo lo que le rodea con el tesón, la convicción y la fuerza del Apocalipsis. Para ‘contestar’ las pretensiones del emperador se servirá Juan, además, de una fórmula que nos es conocida. Nos dice que cayó 3. “Juan ha sido uno de los primeros que ha presentido el choque inevitable entre el Evangelio y la idolatría imperial”, dirá Goguel. Una Iglesia fiel al Evangelio será siempre perseguida, dirá Juan, y si no es perseguida es porque deja de lado algo importante.

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en éxtasis “en el día señorial” (dominica dies). Los días solemnes dedicados al emperador romano llevaban el nombre de “día señorial”. El historiador latino Suetonio dice en su “De vita Caesarum” que la expresión “dominica dies” indicaba el día anual en que se ofrecían sacrificios en honor del emperador. En Asia Menor, que es nuestro caso, la ‘dominica dies’ se celebraba el primer día de cada mes. “El día señorial” en boca de Juan (día del Señor) será otro desafío frontal a la idolatría del César.

¡Desde dentro! Pero Juan preferirá comenzar con una contestación indirecta silenciosa y no con una estrategia abierta y directa. Prefiere robustecer y consolidar en primer lugar el entusiasmo y aguante de sus cristianos, antes de ponerlos en la brecha ante la policía de Domiciano, y lo hará por medio de un mensaje escrito en términos simbólicos y enigmáticos. ¡Había que evitar que la policía de Domiciano entendiese el escrito y lo secuestrase! Empleará términos, imágenes y números simbólicos, cuyo significado será preciso conocer si queremos gustar su mensaje. Muchas imágenes y expresiones están ya en el Antiguo Testamento, en especial en los profetas4: para los cristianos de su tiempo no fue un lenguaje misterioso, porque habían sido iniciados al mismo; tampoco debiera 4. El Apocalipsis contiene 404 versículos; en 278 de ellos hay referencia al A.T., especialmente a Isaías, Daniel, Jeremías, Ezequiel, Zacarías, Éxodo, los Salmos y Génesis. En ningún otro libro del N. Testamento se encuentran tantas citas veterotestamentarias. Las citas las encontramos escritas en el margen de una Biblia moderna, por ejemplo, la Biblia de Jerusalén. Estas abundantes referencias nos dan una clave de lectura y de meditación del A. Testamento, pues nos permiten descubrir que el A. Testamento está escrito en función del N. Testamento, concretamente, de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.

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QUÉ ES EL APOCALIPSIS

serlo para nosotros. Si queremos romper la corteza del Apocalipsis y gustar de su delicioso fruto tendremos que familiarizarnos con el texto, con el significado de los números, de los colores, de las partes del cuerpo mencionadas, etc.

Escrita en términos apocalípticos... La apocalíptica es una manera de escribir la historia. Nació cuando desapareció el profetismo. No es lo mismo profecía y apocalíptica. El profeta, a partir de una lectura de los signos de los tiempos en un determinado momento de la historia, predice el futuro. Grita, amenaza, consuela, anima, aunque muchos no le hagan caso. El apocalíptico no entiende el presente, no lo ve; ve con claridad el futuro, predice el final de la historia y, partiendo de ahí, relativiza las persecuciones y las tensiones del presente. Espera ese futuro cierto desde una actitud de resistencia activa a las persecuciones y dificultades5. La apocalíptica es, pues, un modo peculiar de escribir la historia. Aunque el presente histórico sea difícil de interpretar, el apocalíptico sabe en qué va a desembocar y, desde ahí, da sentido al presente. “No se quema”, espera, aguanta y... sigue muy animado. Aunque los cristianos estemos en inferioridad de condiciones ante el ‘enemigo, la victoria final está garantizada para un apocalíptico.

5. Hablaremos de la ‘resistencia activa’ al comentar Ap 3,10.

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No olvidemos que entre las características de nuestro Apocalipsis encontramos estas dos constantes: En el mundo predomina el Mal. La resistencia con todas nuestras fuerzas a este Mal.6 Aunque ahora aparentemente domine el Mal, es Dios, y nadie más, quien conduce definitivamente la historia. Al final, quien vencerá será Cristo. Esta victoria final de Cristo está presente en el horizonte de todos los cuadros de nuestro Apocalipsis y se encuentra verbalizada en los dos últimos capítulos (21 y 22). El mensaje viene dado en lenguaje simbólico a base de números, colores, animales monstruosos nunca vistos..., trompetas, copas, caballos, dragones, serpientes...

‘A una Iglesia brutalmente perseguida’ 1. La primera dificultad grave les proviene de los ‘falsos’ hermanos que vivían en la comunidad (!): Léase Ap 2,2.14.20 Se trata de hermanos que se llaman cristianos, pero que no lo son, porque Cristo no es el único eje central de sus vidas, y tergiversan su mensaje mezclándolo con otras doctrinas (sincretismo), no dando importancia a lo que define al cristiano (Jn 13,34.35). 2. La segunda dificultad grave la constituyen los Judíos: Han sido los primeros perseguidores del cristianismo. Cristo fue la primera víctima. En los Hechos de los Apóstoles vemos la hos-

6. Uno de los posibles títulos que podríamos dar al Apocalipsis es: “La resistencia al Mal como teología”.

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tilidad de los judíos contra Pablo y los cristianos. Fomentaron el odio de Nerón hacia los cristianos. En nuestro libro se les da el nombre de “Sinagoga de Satanás” (Ap 2,9; 3,9). 3. La dificultad más temible: La ‘divinización’ del Emperador romano La Iglesia entra en contacto con la política. Los emperadores romanos con sus persecuciones son la causa principal del Apocalipsis. Nerón (54-68) y, sobre todo, Domiciano (81-96). Los cristianos del tiempo de Nerón fueron presentados al pueblo romano como los responsables de todas las desventuras. La persecución neroniana les produjo un gran impacto y les hizo revivir las predicciones de Jesús (Mt 5,10-12; 10,16-33; Jn 15,1820; 16,33). Los mártires del séptimo sello (Ap 7,13-17) son principalmente los muertos en esta persecución de Nerón. Domiciano, como quedó dicho, llevó la persecución al terreno de los principios, por lo que los cristianos se figuraron que el estado constante y habitual para la Iglesia sería el de la persecución. ¿Tendrían fuerza para sobrevivir y evangelizar? Se avecinaban días aciagos.

... que padece crisis interna Lo que más hizo sufrir a Juan fue la crisis interna dentro de la Iglesia; las crisis internas son las que más duelen. También entonces era así. La crisis interna que puso en grave peligro la fe en Jesús no fue la crisis que provenía de los falsos hermanos ni de la brutal represión por parte de la policía, sino la crisis de la impotencia de Cristo ante la fuerza del emperador o, dicho con otras palabras, la crisis de la inutilidad de la Resurrección. ¿Dónde está la victoria de Cristo resucitado? Los cristianos vivían una

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contradicción casi insuperable entre su fe en Cristo, como Señor y Dios, y la experiencia de una Iglesia débil, sin fuerza y, además, amenazada de muerte.

para animarla a una lucha tenaz, perseverante y sin cuartel hasta el final Este aspecto constituye la gran novedad en este trabajo que te presento. Lo veremos ampliamente, tanto al leer Ap 3,10 como en el anexo que lleva como título: La Hypomoné, la gran virtud del Apocalipsis.

... en contra de las apariencias... El Apocalipsis no nos habla de tiempos dulzones, sino de períodos de prueba. A la Iglesia de Filadelfia le dice que no le sucederá nada en el tiempo de prueba que se avecina, porque ha hecho experiencia de fortaleza viviendo su mensaje sobre la resistencia activa. Los que tenemos algunos añitos a cuestas conocimos un tiempo fuerte de prueba allá en los años 1970-1980, en el que muchas personas se retiraron del camino que habían emprendido en el seguimiento a Jesús. El ‘enfriamiento’ fue demasiado acusado7.

... quien saldrá vencedor será... Cristo El hilo conductor del Apocalipsis de Juan es éste: en toda la historia hay un solo vencedor: Cristo, que viene representado por un Cordero degollado de pie (Cristo muerto y resucitado). 7. Algunos estamentos perdieron en ese ‘tiempo de prueba’ (que duró unos 10 años), el 40% de sus efectivos, otros el 20% y otros el 10%.

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¿FUE Y SIGUE SIENDO ACTUAL EL APOCALIPSIS? El Apocalipsis fue un don de Dios que les dio fuerza y luz en la hora de la prueba. Por la respuesta valiente que dieron a las persecuciones se ve que fue un don oportuno y necesario. El Apocalipsis hizo ver a la Iglesia que en esta tierra Dios no le depara un camino de triunfo, sino de vía crucis. Le hizo ver que pertenecerán al Reino en tanto en cuanto aguanten activamente la persecución. El Apocalipsis no habla de ilusiones dulzonas, sino más bien de crisis profundas. El Apocalipsis niega todo posible concordato con la política, y nos advierte que si somos fieles a la doctrina del Señor Jesús, los políticos nos perseguirán, unos solapadamente, otros desde la tribuna. Y sucede esto porque las bienaventuranzas de Jesús son anticulturales para los gobernantes. Pero al final, aunque nos aplasten, ‘¡venceremos!’ es el slogan del apocalíptico cristiano. Cierto. “Es preciso acudir al Apocalipsis para comprender la realidad actual que vivimos” (Föster).1 1. Es muy sugestivo a este respecto el libro del Padre Daniel FOUCHER, Brûlante actualité de l’Apocalypse, Éditions de Montligeon, 2000. Nos parece oportuno reproducir el texto de la contraportada de este libro. Se trata del testimonio de Dietrich Bonhöffer, en vísperas de ser ejecutado, que ilumina espléndidamente lo que venimos diciendo:

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La situación de nuestros días se parece a la de Juan, aunque la persecución sea más refinada y solapada. Dios va desapareciendo de nuestro mapa político y cultural. En los medios de comunicación social apenas se habla de Dios. En la Europa de raíces cristianas ha nacido una Constitución en la que se ha logrado hacer desaparecer toda vinculación a Cristo. Es sobradamente conocida por parte de todos la descristianización de nuestro pueblo. De hogares profundamente cristianos no han salido hijos cristianos. La inmensa mayoría de los jóvenes prescinden de la Iglesia, muchos adultos la han abandonado, excepto en los funerales, la influencia de los medios de comuni-

¿Cómo pasar de la desesperación a la esperanza? Vivimos un período de turbulencias, como los Cristianos perseguidos en la época de Domiciano (95). Las mismas preguntas, las mismas angustias: ¿Ha ganado Jesús la partida de verdad? El Mesías tenía que habernos traído la paz y comprobar lo que está sucediendo en nuestro mundo. ¡Y esto sigue! ¿Por qué no interviene con fuerza contra el Dragón para salvar a los suyos que se sienten abandonados? ¡Esto va a terminar mal! Juan, desterrado en la isla de Patmos, nos da su respuesta de una impresionante actualidad. Yo he visto a Cristo resucitado. Viene a visitarnos en la prueba. ¿Estamos dispuestos? El combate corre el riesgo de ser terrible y mortal. El creyente convencido, sabe a priori que Dios no puede sino salir ganando. Esto es aún más evidente porque el Cordero degollado está siempre vivo. “¡Confianza, yo he vencido al mundo!” (Jn 16,33). Para unos la derrota es fatal. Para otros, “¡LA VICTORIA ES SEGURA!”. Éste fue el último mensaje de Dietrich Bonhöffer, teólogo protestante, en un mundo aparentemente abandonado de Dios. Pudo hacer llegar este mensaje a uno de sus amigos ingleses, George Bell, obispo inglés de Chichester. Al día siguiente, 9 de abril de 1945, fue ahorcado por los nazis. Fin del texto de la contraportada.

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¿FUE Y SIGUE SIENDO ACTUAL EL APOCALIPSIS?

cación hacen que la descristianización y la increencia vayan amparándose en grandes sectores de nuestra población.2 También hoy si vivimos y anunciamos en su pureza el mensaje auténtico de Jesús y nos entregamos a la defensa de los derechos de toda persona humana, sobre todo de los pobres e indefensos (pensemos en los inmigrantes), si vivimos como primer referente la dignidad de la persona humana libre con todo lo que ello conlleva, si defendemos el puesto que Dios debe ocupar en nuestra sociedad, el poder político (cualquiera que sea) nos perseguirá y su propaganda nos alcanzará. Pero los cristianos tenemos la respuesta en el mensaje de Jesús. Juan, el autor del Apocalipsis, no cree en los concordatos.3

2. Véase en mi artículo ‘La difícil esperanza nuestra’ en Iglesia Viva, n. 177, 1995. pp. 213-223 lo que escribo sobre La New Age (Nueva Era), la Postmodernidad, el mundo de los Mass-media, el entorno eclesial, familiar. Lo allí escrito vale también para hoy, aunque en estos once años hayan aparecido nuevos areópagos, entre los que descuella la globalización que nos ofrece a los cristianos desafíos importantes. 3. El texto que sigue nos ayudará a entender mejor lo que venimos diciendo. Es de Martin Luther King: ‘Podéis hacer lo que queráis, pero nosotros seguiremos amándoos... Metednos en las cárceles y aún así os amaremos. Lanzad bombas contra nuestras casas, amenazad a nuestros hijos y, por difícil que sea, os amaremos también. Enviad, en las tinieblas de la media noche, a vuestros sicarios a nuestras casas, golpeadnos, y aún estando moribundos, os amaremos. Enviad a vuestros propagandistas por todo el país para decir que no estamos ni culturalmente ni de ningún otro modo preparados para integrarnos en la sociedad y os seguiremos amando. Pero llegará un día en que conquistaremos la libertad y no sólo para nosotros: os venceremos a vosotros y conquistaremos vuestro corazón y vuestra conciencia y de este modo nuestra victoria será doble. ‘La fuerza de amar’.

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También hoy existe una crisis interna fuerte, y tal vez, cansancio.4 La crisis proviene tanto del exterior como del interior. No olvidemos nunca que la vida del cristiano es ‘lucha’, y que, aunque nos metan en la cárcel, el apocalíptico sabe que Cristo va a ser el Vencedor. Estamos acercándonos a un tiempo en que el Apocalipsis será el libro de referencia, ya que ningún libro de la Biblia nos ayudará tanto como éste a ser fuertes en las contrariedades.

4. En una conferencia en la Convención de la Federación nacional de los Consejos presbiterales, Timothy Radcliffe hablará de la crisis de confianza que sacude a la Iglesia y del desconcierto de un determinado número de presbíteros. Origins del 27 de mayo 2004.

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ALGUNAS AYUDAS PARA CAPTAR MEJOR EL MENSAJE Para saborear este importante libro con el que se cierra la Biblia se precisan algunas ayudas, fáciles de comprender.

El simbolismo y su clave. La genialidad del autor Por estar escrito en tiempo de persecución, Juan escribe su Apocalipsis en clave, hoy diríamos en ‘lenguaje cifrado o codificado’, para el que se precisa el PIN o el password, que lo tienen sólo los iniciados. Solamente ellos pueden abrir el mensaje. Aquí está la genialidad del autor. Había que evitar que la policía de Domiciano y sus espías entendieran el escrito. ¿Nos imaginamos a Domiciano leyendo el pasaje del ‘un cordero con 7 ojos..., la Bestia del mar (eran ellos, los romanos) con 10 cuernos...’? ‘Bobadas’, diría, ‘esto no va a ningún sitio’ y no dio importancia a este ‘subversivo’ libro. La necesidad hizo que Juan agudizara el ingenio, e hizo una obra de artista. ¿Cómo transmitir el mensaje de Jesús en clave? Hay que resaltar que si Juan escribe en lenguaje simbólico es también por otro motivo: porque para hablar de Dios de manera adecuada, la imagen y el símbolo ofrecen más ventajas que el concepto.

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Ninguna expresión conceptual podrá nunca abarcar plenamente a Dios. El concepto tiene poco alcance expresivo. En la imagen, sin embargo, mucho queda tenuemente esbozado, por lo que el lector se siente impulsado a representar la imagen, abriendo un abanico de posibles significados. Así se explica el por qué a lo largo y ancho de la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) encontramos tantos signos y símbolos y por qué Jesús recurra constantemente al lenguaje simbólico. El símbolo se adapta a la capacidad de los sentidos (‘nada hay en el entendimiento, que antes no esté en los sentidos’ decían los escolásticos). Esto nos lleva a familiarizarnos con las imágenes y símbolos del Apocalipsis. Es preciso saber traducir las imágenes al concepto correspondiente, sin que nos importe la incoherencia de la imagen (por ejemplo, un cordero con 7 ojos). La incoherencia es una ley de la apocalíptica. Lo que interesa es la coherencia de las ideas y esta coherencia es perfecta.1

Los símbolos y el A.Testamento: La simbología de Juan deriva en su mayoría de la literatura profética. Estos símbolos, tomados todos ellos del A. Testamento, nos hacen ver cómo Cristo Resucitado es la plenitud del Antiguo Testamento. Ningún escrito del Nuevo Testamento vincula tanto como el Apocalipsis el Antiguo con el Nuevo Testamento. He aquí los principales símbolos: 1. Véase en X. Pikaza, Apocalipsis, pp. 281-302, una exhaustiva exposición de los diversos símbolos del Apocalipsis.

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ALGUNAS AYUDAS PARA CAPTAR MEJOR EL MENSAJE

Símbolos: – El candelabro de oro de siete brazos (1,12) (véase Zac 4,2.10). – El libro de los siete sellos que contiene los secretos divinos (5,1. véase Ez 2,9). – Los dos olivos, es decir, los dos testigos que son como ‘dos lámparas que están delante del Señor de la tierra’ (11,4; véase Zac 4,2.15). – Los diez cuernos que representan a diez reyes (17,12; véase Dan 7,24). – Los libros abiertos delante del trono de Dios en base a los cuales se hará el juicio (20,12, véase Dan 7,10). – El libro de la vida que contiene el nombre de aquellos que serán preservados del ‘lago de fuego’ (20,12.15; véase Dan 12,1). – El río de ‘agua viva’ que sale del trono de Dios y del Cordero (22,1; véase Ez 47,1 y Jer 2,13). – El árbol (o los árboles) de la vida del nuevo paraíso terrenal, cuyas hojas tienen la virtud de curar a las naciones (22,2; véase Ez 47,12). Acciones simbólicas, como la impresión del sello de Dios en la frente de los elegidos (7,3; véase Ez 9,4), el tragar el librito dulce y amargo, que contiene el mensaje profético dulce para la salvación que anuncia y amargo por los castigos con que amenaza a ‘pueblos, naciones y reyes sin número’ (10,8-11; véase Ez 2,8) Otras imágenes como la cosecha de la “mies de la tierra” (14, 15s: véase Joel 4[3],13) y la vendimia de la ‘viña de la tierra’ (14,19; Joel, ibíd.) que la echó toda ‘en el gran lagar del furor de Dios’ (ib., véase Is 63,3)2. 2. Este apartado es un extracto de Angelo LANCELLOTTI, o.f.m., “La tradizione profetico-apocalittica dell’A.T. nell’apocalisse di S. Giovanni”, en L’Apocalisse, Paideia, pp. 39-46.

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ALGUNAS CLAVES DE INTERPRETACIÓN

Las claves que siguen, querido amigo y amiga, te permitirán traducir a la idea correspondiente los símbolos e imágenes que encuentres. Sin ser exhaustivo, he aquí algunas:

1. Las partes del cuerpo • Donde leemos ‘ojos’ tenemos que leer ‘conocimiento’. • Donde leemos ‘mano’ tenemos que leer ‘poder’. • Donde leemos ‘piernas’ tenemos que leer ‘estabilidad’. • Donde leemos ‘alas’ tenemos que leer ‘movilidad’. • Donde leemos ‘cuernos’ tenemos que leer ‘fuerza’.

2. Los colores El simbolismo de los colores desempeña gran importancia en el Apocalipsis. • El blanco es símbolo de divinidad, victoria, dominio, alegría (aunque el caballo blanco presenta un problema. Ap 6,2). • El negro es símbolo de muerte y de hambre.

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¿FUERTES O DÉBILES?

• El rojo es símbolo de guerra, asesinato. • El verde es símbolo de descomposición, muerte.16 3. Los números

• El 4 simboliza al mundo creado (N-S-E-O). • El 6 es una cifra de algo esencialmente imperfecto y está relacionado con el Mal. • El 7 es símbolo de plenitud, totalidad. Tiene un carácter sagrado en todo el oriente. Además de los septenarios citados, encontramos también 7 espíritus, 7 ángeles, 7 plagas, 7 candelabros, 7 estrellas, 7 lámparas, 7 ojos, 7 truenos, 7 colinas, 7 reyes, 7 cabezas de la bestia. Cuando Satanás quiere ser como Dios, viene representado por el Dragón rojo que tiene 7 cabezas con diademas. • El 3 y medio es expresión de lo divino y terreno. Contiene también el elemento de algo incompleto, por lo tanto, malo. • El 12 es el número reservado a Israel, tanto al viejo como al nuevo. Su múltiplo es el 24. Aparece con frecuencia en el Apocalipsis: 12 ancianos; 12 tribus; 12 apóstoles; 12 puertas; el árbol de la vida produce frutos durante 12 meses, significando así la abundancia. • El 1000 es la cifra de una muchedumbre incalculable, es plenitud dentro de la cifra 12.000. Así los señalados de las tribus de Israel son 144.000 (12.000 por 12.000= 144.000).

1. Véase: Pedro NÚÑEZ GOENAGA, El Apocalipsis y sus siete sellos como historia de salvación, Discurso inaugural del curso académico 1972-1973, pp. 10-11, Seminario Diocesano de Vitoria.

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ALGUNAS CLAVES DE INTERPRETACIÓN

4. Símbolos para describir el mundo de Satanás El mundo satánico viene descrito por medio de monstruos jamás aparecidos en la creación. Así intenta expresar lo que hay en el mundo del mal más allá del hombre. • La serpiente roja: Ap 12,3. • La cola del dragón: 12,4. • La serpiente: 12,15. • Langostas con rostros humanos: 9,7-10. • La serpiente encadenada por 1.000 años: 20,2. • Caballos que echan fuego: 9,16-17. • Bestia que tiene dos cuernos de cordero, pero que habla como una serpiente: 13,11. • Mujer sentada sobre una bestia: 17,6. • Lago de fuego: 19,20. • Bestia con 10 cuernos: 13,1; 17,3. • Bestia parecida a un leopardo: 13,2. 5. Signos de luz • Los ángeles que ponen una señal a los elegidos: 7,2-8. • Que tocan las trompetas: 8,6-11,15. • El rostro de un ángel es como el sol: 10,1-3. • Un ángel derrama las copas del furor de Dios: 16,1-17. • Un ángel vendimia: 14,18. • No permiten ser adorados: 19,10; 22.9 ‘A Dios tienes que adorar’.

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PLAN DEL APOCALIPSIS (LOS SEPTENARIOS)

Aunque el objetivo de este trabajo sea doble: 1. Transmitir la perenne actualidad de las Cartas del Señor a las 7 Iglesias. 2. Y subrayar la urgencia de la resistencia activa ante la avalancha anticristiana que se nos viene encima y que ha comenzado ya. He pensado que será de gran utilidad para ti ofrecerte una visión de conjunto de todo el libro. Esta es la razón de este plan general del Apocalipsis, que te servirá de ayuda para la lectura orante y reposada del libro.

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¿FUERTES O DÉBILES?

PLAN GENERAL 1. Prólogo: 1,1-3. Saludo: 1,4-8. 2. PRIMERA PARTE: «Lo que ya es» (Ap 1,9-3,22). Parte parenética. Problemas internos. 2.1. Visión de Cristo Resucitado: Lo trascendental para un creyente (1,9-20). 2.2. Las 7 revisiones de vida, hechas por Cristo a las comunidades de todos los tiempos (cc. 2-3). 3. SEGUNDA PARTE: “Lo que va a suceder más tarde” (Ap 1,19). Parte apocalíptica. Problemas y visiones que provienen del externo. 3.1. Visión del trono de Dios y del Cordero: lo trascendental para un creyente (cap. 4-5). 3.2. Los ‘septenarios’ (cc. 6-22): – El libro sellado con 7 sellos. Sólo el Cordero puede abrirlos. – Nuestra historia (6,1-8,11). – Las 7 trompetas. Habrá un castigo (8,2-11.16). – Las 7 señales. Los que optan por la debilidad del Cordero y los que optan por la fuerza de la Bestia (12,1-14,18). – Las 7 copas de ira. Habrá una respuesta de Dios para los que optan por el Mal (16,2-17). – Las 7 voces. Desenlaces distintos (17,1-19,6). – Las 7 visiones finales. Lo definitivo (19,11-22,15). 4. PARTE FINAL. Importancia del Apocalipsis. “Ven, Señor Jesús” (22, 16-21).

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PLAN DEL APOCALIPSIS

Dada la importancia del número 7 en la apocalíptica de Juan, he creído útil escribir los siete septenarios.

LOS

SIETE SEPTENARIOS DEL LIBRO DEL APOCALIPSIS

1. Primer septenario: Las revisiones de vida de las comunidades – Primera revisión: Éfeso: los que empiezan a aflojar (2, 1-7). – Segunda revisión: Esmirna: los pobres y calumniados, pero ricos y fuertes (2,8-11). – Tercera revisión: Pérgamo: los que condescienden y no deben hacerlo (2,12-17). – Cuarta revisión: Tiatira: los que, aún teniendo un quiste en la comunidad, se encuentran cada día mejor (2,18-29). – Quinta revisión: Sardes: los que creen encontrarse en forma, pero están muertos (3,1-6). – Sexta revisión: Filadelfia: los que están en la verdad y viven la resistencia activa de manera perfecta (3,7-13). – Séptima revisión: Laodicea: los que creen estar bien y están muy mal (3,14-22). 2. Segundo septenario: LOS SELLOS – Primer sello: un caballo blanco: el afán de poder del hombre (6,1-2). – Segundo sello: un caballo rojo: las guerras (6,3-4). – Tercer sello: un caballo negro: el hambre (6,5-6). – Cuarto sello: un caballo verdoso: la muerte (6,7-8). – Quinto sello: la impaciencia de los mártires (6,9-11).

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¿FUERTES O DÉBILES?

– – – –

Sexto sello: los que han olvidado a Dios (6,12-13). Se marca a los elegidos (7,4-8). Los que se visten de blanco: los mártires (7,9-17). Séptimo sello: como una ‘media hora de silencio’ (8,1).

3. Tercer septenario: LAS TROMPETAS – Primera trompeta: piedra y fuego sobre la tierra (8,7). – Segunda trompeta: fuego sobre el mar (8,8-9). – Tercera trompeta: fuego sobre los ríos y las fuentes (8,1011). – Cuarta trompeta: se hiere al sol, a la luna y a las estrellas (8,12). – Quinta trompeta: el primer ‘¡ay!’. El pozo del abismo; el mal que causan las langostas y a quiénes (9,1-12). – Sexta trompeta: el segundo ‘¡ay!’: Los cuatro ángeles que matan (9,13-21); el librito abierto: amargo y dulce (10,111); los dos testigos muertos por la Bestia (11,17-18). – Séptima trompeta: las voces en el cielo (11,15-16). El himno que sintetiza el Apocalipsis (11,17-18). 4. Cuarto septenario: LAS SEÑALES – Primera señal: Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas (12,1-2). – Segunda señal: la serpiente roja y la Mujer (12,3-17). La batalla de Miguel y Satán (12,3-9). – Tercera señal: las dos Bestias (13). – Cuarta señal: Los que acompañan al Cordero: 144.000 (14,1-5). – Quinta señal: El Ángel de la Buena Noticia (14,6-7). – Sexta señal: El Ángel que anuncia la caída de Babilonia (14,8).

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PLAN DEL APOCALIPSIS

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Séptima señal: Los Ángeles de castigo (14,9-18). El Ángel que conmina al que adora a la Bestia (14,9-13). El Hijo del Hombre con la hoz afilada (14,14). El Ángel que pide al Hijo del Hombre que siegue (14, 15-16). El Ángel encargado del fuego y que pide la vendimia (14,18).

5. Quinto septenario: LAS COPAS DE IRA – Primera copa: la copa sobre la tierra (16,2). – Segunda copa: la copa sobre el mar (16,3). – Tercera copa: la copa sobre los ríos y sobre las fuentes (16,4). Comentarios del Ángel (16,5-7). – Cuarta copa: la copa sobre el sol. ‘No obstante...’ (16,8-9). – Quinta copa: la copa sobre el trono de la Bestia. ‘No obstante...’ (16,10-11). – Sexta copa: la copa sobre el Éufrates (16,12). De la boca de la Serpiente, de la boca de la Bestia y del falso profeta salen tres espíritus inmundos (16,13-16). – Séptima copa: la copa sobre el aire (16,17-21). Cataclismo. 6. Sexto septenario: LAS VOCES – Primera voz: “Uno de los siete Ángeles me habló” (17,1). La descripción de la ramera (17,2). Una mujer sentada sobre la Bestia... que se embriaga con la sangre de los santos... (17,3-7). Explicación (17,8-18). – Segunda voz: “Otro Ángel gritó: ‘Cayó, cayó la Gran Babilonia’” (18,1-3). – Tercera voz: “Otra voz que decía desde el cielo: “Sus pecados se han amontonado hasta el cielo...” (18,5). “En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos” (18,8).

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¿FUERTES O DÉBILES?

– Cuarta voz: “Un Ángel poderoso... arrojó una piedra al mar, diciendo...” (18, 21-24). – Quinta voz: “Una muchedumbre inmensa que decía: “Aleluya... la salvación y la gloria y el poder de nuestro Dios...” (19,1-4). – Sexta voz: “Y salió una voz del Trono que decía: “Alabad a nuestro Dios, todos...” (19,5). – Séptima voz: “Una muchedumbre inmensa como el ruido de grandes aguas... y decían: “¡Aleluya...!” (19,6). 7. Séptimo septenario: LAS VISIONES FINALES – – – –

Primera visión: El que combate con justicia (19, 11-16). Segunda visión: El que presagia la victoria (19, 17-18). Tercera visión: el combate (19,19-21). Cuarta visión: Se encadena a Satán durante mil años (10,1-3). – Quinta visión: Los que reinarán mil años (20, 7-15). – Sexta visión: Gog y Magog. Juicio de las naciones (10, 7-15). – Sexta visión: La NUEVA JERUSALÉN (21, 1-22,5). La ciudad NUEVA CREADA POR DIOS, no por hombres, y que será la morada eterna de Dios con nosotros (21,1-3). No habrá ni muerte, ni llanto, ni fatiga (21,4).Todo será nuevo. “Hecho está” (21,5-6). La suerte de los buenos y de los malos (21,7-9). La hermosura de la Novia del Cordero (21,9-22,5). TODO ESTO SUCEDERÁ (22,6-15). ¿Cómo interpretar todo esto? No resulta nada fácil... No es tarea fácil interpretar el Apocalipsis y sus septenarios, de ahí que no haya acuerdo entre los biblistas. ¿Hace referencia Juan a su momento histórico? ¿Se olvida de él y piensa solamente en el

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PLAN DEL APOCALIPSIS

final de los tiempos? ¿Interpreta la historia cronológicamente según la secuencia de los acontecimientos a lo largo de los siglos o es repetitivo y recapitula, es decir, vuelve una y otra vez sobre lo mismo pero con distinta luz? (‘Non alia et alia, sed aliter et aliter?’ S. Agustín). 1. Para unos, estos septenarios predicen la historia universal de la Iglesia de manera lineal. El primer representante de esta interpretación fue Joaquín de Fiore (siglo XII). 2. Para otros, Juan hace referencia a la historia de su tiempo, es decir, al conflicto con el judaísmo, con el estado pagano, para terminar con el triunfo de la Iglesia. 3. Para los escatologistas, el Apocalipsis mira sobre todo a los últimos tiempos y no a la historia contemporánea del autor. Cada una de estas tres opiniones tiene sus argumentos a favor y en contra1. Las principales formas de interpretación que se han dado y se siguen dando en la explicación del Apocalipsis son según Klemens Stock: 1. La interpretación desde la historia universal y de la Iglesia. 2. La interpretación desde la historia del momento. 3. La interpretación desde el final de la historia. 4. La interpretación histórico-teológica. ‘El libro no es una información sobre el curso de la historia, sino un testimonio de fe sobre el Señor de la historia: un testimonio que estimula a creer y a actuar desde la fe’.2 1. Véase, D. MOLLAT, L’Apocalypse, pp. 26-36. 2. Véase, Klemens STOCK, La última palabra es de Dios, San Pablo, 2005, 41-48.

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¿FUERTES O DÉBILES?

2. J.H. Alexander habla de cuatro posibles tesis en la interpretación del Apocalipsis: La tesis idealista, la tesis preterista, la tesis presentista o histórica y la tesis futurista.3 Recomiendo los paneles, muy sugestivos y pedagógicos, elaborados pacientemente por el autor, y que nos invitan a transformarlos en oración al hilo del ‘silencio’ del séptimo sello (Ap 8,1: silencio contemplativo). Los paneles pertenecen a la: – primera parte del libro ‘lo que ya es’ (Ap 1,-3): véanse para ello las páginas 19.37.49.53.63.99. – segunda parte del libro: ‘lo que va a suceder más tarde (Ap 4-22): véanse las páginas 145.147.149.251.303.363. Estos paneles nos sugieren el refrán: ‘Una imagen vale por mil palabras’. Nos dice el autor en su prefacio (p. 7) que, dado el desconocimiento por parte del público francés de los trabajos realizados por eminentes servidores de Dios de Gran Bretaña y de los Estados Unidos, pensó que había que poner tales tesoros a beneficio de los lectores que ‘no tienen el privilegio de conocer el inglés’ (sic!). Para ello se comprometió a estudiar de manera metódica veinte obras sobre el Apocalipsis.

3. J.H. ALEXANDER, L’Apocalypse, ‘verset par verset’. La Maison de la Bible, Genève-París, 1979, pág. 28-30.

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SEGUNDA PARTE LAS SIETE IGLESIAS. SU PERENNE ACTUALIDAD

ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS

1. El Apocalipsis ha sido escrito por encargo (Ap 1,11 ‘Lo que veas escríbelo en un libro y envíalo a las siete Iglesias’...). Sorprende el conocimiento que Juan tiene de cada una de las Iglesias a las que invita a mirarse en el espejo, sea para mantener lo que ya tienen, sea para mejorarlo si es el caso o, como en Laodicea, para cambiar radicalmente de rumbo. 2. La policía de Domiciano ha desterrado a Juan a la isla de Patmos por ser persona altamente peligrosa; pero él, y más si es el hijo de Zebedeo, no se arredra; aunque solo, está muy unido a su Iglesia. Cae en éxtasis (entró en la esfera del Espíritu) en ‘el día del Señor’ (1,10), día en que la Iglesia acostumbra celebrar la Eucaristía. 3. En el momento en que Juan recibe la orden de escribir una carta a cada una de las 7 Iglesias ve al Señor vestido de sacerdote (1,13-16), en una visión en la que todo tiene sentido simbólico: la cabeza, el pelo, los ojos, los pies (1,14-17). Es la única descripción de Jesús Resucitado de la que disponemos. Cristo se presenta a la vez como hombre y como Dios. El sentido eclesial nos lo da por medio de varios símbolos: los siete candeleros de oro, las siete estrellas, la

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¿FUERTES O DÉBILES?

espada que sale de su boca... El texto clave lo encontramos en 1,20 donde vemos a Cristo caminar en medio de las siete Iglesias, en íntima relación con ellas. Preciosa imagen.1 4. Estas cartas constituyen la puerta de acceso al Apocalipsis y nos enseñan que hay que vivir el mensaje del Señor en la situación concreta en la que se está y no en teoría o solamente al final de los tiempos. Lo que promete Jesús en ellas se hace vida ya ahora y, sobre todo, al final de nuestra historia. 5. Nunca conviene olvidar que estas cartas han sido escritas en un clima de brutal persecución, lo que obliga al autor a escribirlas de manera original, como decíamos en la introducción. Escribirá sus cartas en términos enigmáticos nada sospechosos para el enemigo (Domiciano), logrando con ello que su escrito no sea secuestrado, ni entendido su mensaje subversivo. Juan se cuidará muy bien de ofrecer al enemigo información que delate las reuniones en las que celebraban la Eucaristía u otras reuniones cúlticas. 6. Tampoco se debe olvidar que el mensaje a las 7 Iglesias va dirigido a la Iglesia de todos los tiempos y lugares. ‘El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias’ es el mensaje con el que se cierra cada una de las cartas, que fueron escritas para que circularan de una Iglesia a otra, como llamada constante a la autenticidad evangélica. 7. En estas 7 revisiones de vida en que Jesús toma el pulso a cada comunidad, vemos lo que exige, lo que le entusiasma, lo que no tolera. Descubrimos asimismo cómo quiere se comporten los suyos en el mundo, qué actitud de vida han 1. Véase para esta visión de Jesucristo, G. CROCETTI, l’Apocalisse meditata e pregata, 2002, pp. 41-51.

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ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS

de tomar ante el acoso brutal del enemigo. 8. Pero hay más. En estas siete cartas pisamos tierra en el tema que debe caracterizar al seguidor de Jesús: la vida de fraternidad como lugar de experiencia del Dios Trinidad. En las cartas vemos quiénes han acertado, quiénes han aflojado y quiénes se han equivocado. 9. No convendría pedir al Apocalipsis lo que no pretende dar. No ofrece itinerarios de crecimiento que encontramos en el Evangelio y en las Cartas. Las evaluaciones que hace el Señor nos hacen concluir que los cristianos de estas Iglesias saben muy bien lo que es fundamental en la escuela de Jesús y lo que no lo es. 10. El mensaje a las siete Iglesias del Apocalipsis se sitúa entre las páginas más bellas del N.T. 11. Antes de aplicar este mensaje a nuestra Iglesia hemos de conocer las insistencias de Juan a sus contemporáneos. Hecho este recorrido, podremos actualizar su mensaje a nuestra realidad actual. Éste es el objetivo de las líneas que siguen. 12. ‘Sigamos con atención el itinerario que nos marcan las cartas’, nos dirá Contreras (p. 73).

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ESTRUCTURA DE LAS CARTAS

Las cartas vienen escritas a los Ángeles de las Iglesias. Ninguna persona humana recibe el nombre de ‘ángel’ en el Apocalipsis, por lo que se piensa que aquí ‘ángel’ es un símbolo más de cada una de las 7 Iglesias, como lo son los ‘candelabros’ y las ‘estrellas’. La expresión ‘de su boca salía una espada aguda de dos filos’ (1,16b) nos habla del poder purificador de la palabra de Cristo. Esta ‘espada’ está dirigida a las Iglesias para purificarlas (2,16). Todas las cartas tienen la misma estructura interna.

1. Un título de Jesús Al comienzo de cada carta hay un título de Jesucristo, el que mejor conviene a la Iglesia en cuestión, y que hace referencia a su historia. Son títulos que nos permiten entrar en la Cristología del Apocalipsis. No conviene leerlos de prisa, sino saborearlos en la oración.

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¿FUERTES O DÉBILES?

2. El cuerpo de la carta: la evaluación. Cinco de las siete cartas comienzan la evaluación con la expresión: ‘Conozco tus obras’.1 A continuación, se enumeran los méritos o las carencias de la Iglesia. Si la Iglesia ha comenzado a desmerecer, se le dirá ‘arrepiéntete’. En estas 7 cartas aparece ocho veces el verbo ‘arrepiéntete’.

3. La conclusión En todas las conclusiones aparece: – El nombre propio del cristiano en el Apocalipsis: ‘Al Vencedor’. – una promesa del Señor en relación con la evaluación y con el atributo que se ha asignado Cristo al comienzo de la carta.

1. No dice ‘gignosko’ (conozco), que significaría haber obtenido el conocimiento por experiencia, sino ‘oida’ que significa ‘ciencia absoluta’, es decir, como si le dijera: ‘te conozco perfectamente’.

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LA GENIALIDAD DE JUAN

Es de admirar la destreza y habilidad del autor. Como hemos venido diciendo Juan escribe las cartas sabiendo que van a ser inspeccionadas por la policía de Domiciano. Si escribe algo que no procede según ellos, secuestrarán la carta. De ahí que tenga que acudir al género apocalíptico en el que aparecen animales o imágenes incoherentes (animales con 7 ojos y 10 cuernos, etc.) nunca vistas, aparentemente inocentes, pero que llevan su mensaje concreto subversivo en clave cifrada, como diríamos hoy. Esta advertencia nos ayudará a comprender, asimismo, por qué no trata abiertamente algunos temas de gran calado, como por ejemplo, la Eucaristía, los sacramentos, la dignidad de la persona, la justicia. Es para evitar sospechas y, sobre todo, para no delatar los lugares donde se reunían para el culto. El que a la hora de animar a los cristianos haya vivido experiencias similares en ambientes hostiles y peligrosos se sentirá en casa al leer el Apocalipsis.1

1. Como botón de muestra, recordemos las peripecias del P. Arrupe en Japón para evangelizar a los cristianos de Hiroshima.

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¿FUERTES O DÉBILES?

La gran lección para ‘la hora de la prueba que está a la puerta’ Una de las lecciones que nos da Juan y que se desprende de la lectura de estas cartas es que, cuando llegue la hora (y ya estamos en ella) de hacer frente al enemigo, sería un grave error comenzar por las estrategias a seguir en la lucha. Lo primero que hay que plantearse con mucha seriedad es cómo nos encontramos ante Dios en la familia, en la comunidad (parroquial, religiosa), si vivimos las prioridades de Jesús, de manera concreta el Gran Mandamiento del amor fraterno, que siempre será la gran condición para que Dios Trinidad more en y entre nosotros. Si falla esto, en vano nos esforzaremos por ganar la batalla, el enemigo nos encontrará débiles y vencerá. Tal es la lección del Apocalipsis. No puede haber distracciones en esto.2

2. Véase la ampliación de este tema en el anexo ‘Una gran lección de Dios’, p. 169 ss.

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¿DÓNDE SE ENCONTRABAN ESAS IGLESIAS?

Todas ellas en Asia Menor. Cuando leemos en el Apocalipsis: ‘Juan, a las siete Iglesias de Asia’ nos está diciendo el autor que envía sus cartas a la provincia romana de Asia, que comprende la parte occidental de la actual Turquía (la parte más cercana a Europa). En tiempos de Juan esta zona era una zona privilegiada, tanto cultural como laboralmente. Eran famosos sus templos y edificios. Se habían construido templos a favor de los emperadores romanos y de algunas divinidades, como lo veremos en la exégesis de las 7 cartas.

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ÉFESO (Ap 2,1-7) UNA

COMUNIDAD QUE HA VIVIDO BIEN SU CRISTIANISMO, PERO QUE EMPIEZA A AFLOJAR

Carta a la Iglesia de Éfeso (Ap 2,1-7)

2

Al Ángel de la Iglesia de Éfeso, escribe: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina entre los siete candeleros de oro. 2 Conozco tus obras: tu trabajo duro y tu resistencia activa; y que no puedes soportar a los malvados y que pusiste a prueba a los que se llaman apóstoles sin serlo y descubriste su engaño. 3 Tienes resistencia activa, y has sufrido por mi nombre sin desfallecer. 4 Pero tengo contra ti que has perdido tu amor de antes. 5 Date cuenta, pues, de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera. Si no, iré a ti y cambiaré de su lugar tu candelero, si no te arrepientes. 6 Tienes en cambio a tu favor que detestas el proceder de los Nicolaítas, que yo también detesto. 7 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios. 1

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¿FUERTES O DÉBILES?

– Cristo habla a una comunidad en la que los miembros se han planteado el cristianismo con seriedad. Debido a las presiones políticas viven en circunstancias difíciles. Domiciano se ha constituido en ‘dios’ y se ha construido un templo a sí mismo, al ‘Dios Domiciano’, obligando a la idolatría imperial. Asimismo, ha construido otro templo a la diosa de la fecundidad Artemisa (‘Diana’ para los romanos), obligando a que se le dé culto. – Los cristianos se opusieron frontalmente a estos cultos. – Asimismo, existen problemas internos: hay ‘hermanos’ a quienes no deja satisfechos el mensaje de Cristo y acuden a otras religiones en busca de otras doctrinas, por lo que se han alejado del camino. Hay más todavía. Hasta los que se han comprometido en serio, empiezan a aflojar. ¿Tal vez han aflojado por las continuas discusiones sobre la doctrina? Un poco de historia para inculturizar el mensaje Éfeso era la ciudad más importante de las 7 Iglesias. Tenía alrededor de 250.000 habitantes. Con su doble puerto era centro de un comercio intensísimo y por ello muy rica. Se la llamaba ‘la luz de Asia Menor’. Era la capital de la Asia proconsular. Vivían en Éfeso griegos, judíos, fenicios, persas, romanos... Existían muchas sectas, pero la más despreciada por el Emperador era la ‘cristiana’. Éfeso era una metrópoli de gran prestigio, a nivel político, comercial, cultural y religioso. Era un centro estratégico. Fue célebre sobre todo por su suntuoso templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo (léase Hechos 19,23-28), cuatro veces mayor que el Partenón de Atenas. Artemisa, ‘de múltiples senos’, diosa de la fecundidad, se la creía bajada del cielo. Había más de mil prostitutas sagradas.

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ÉFESO

Pablo vivió en Éfeso durante tres años. Entró en contacto con los adeptos de la secta del Bautista. Después de la destrucción de Jerusalén (año 70 d.C.), Éfeso se convirtió en el centro del cristianismo. Vivió allí como Obispo Timoteo (léase 1 Tim 1,3). La tradición griega habla de la vida y muerte de S. Juan en Éfeso.

¡Habla el Señor! v.1. Al Ángel de la Iglesia de Éfeso, escribe: esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina entre los siete candeleros de oro. Juan describe a Cristo con rasgos tomados de la primera visión (1,13). Aquí añade el hecho de que Cristo se pasea entre los candeleros de oro, es decir, la Iglesia (véase, 1,20). Cristo camina y actúa en las comunidades cristianas con autoridad. No permite a nadie que ocupe su puesto. Este título de Cristo a la vez que transmite serenidad, crea también inquietud. v.2. Conozco tu conducta1: tu duro trabajo y tu resistencia activa; que no puedes soportar a los malvados y que pusiste a prueba a los que se llaman apóstoles y no lo son, y descubriste su engaño. “Conozco tus obras” (oida ta erga sou).2 1. En 5 cartas de las 7 Iglesias se comienza de esta manera; en Esmirna y Pérgamo no aparece esta afirmación. 2. El verbo ‘conozco’ viene expresado por ‘oida’ (y no por gignosko) que expresa una ciencia absoluta, un conocimiento total, como si dijésemos coloquialmente ‘te conozco de arriba abajo’. Sin embargo, el verbo ‘gignosko’ hace referencia a un conocimiento obtenido por experiencia. Esta aclaración vale para las restantes Iglesias.

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¿FUERTES O DÉBILES?

Jesús viene a decir a la Iglesia de Éfeso que la conoce perfectamente. ‘Tu duro trabajo’. ‘Kopos’ significa trabajo duro, difícil, lo que traduciéndolo a la vida real de entonces significa aguantar calamidades, vivir en ambiente hostil y con peligro de ser encarcelado. ‘Tu resistencia activa’ (=Hypomoné). Ésta es la gran virtud del Apocalipsis.3 Cuando surge una persecución implacable, no basta la bondad, es preciso saber cómo ‘aguantar’. La hypomoné es fundamental para crecer cuando hay dificultades. Pues bien, Cristo alaba por dos veces a Éfeso por la hypomoné que viven. Además de mantenerse fiel en la doctrina, la mayoría ha sabido resistir activamente en el sufrimiento. Nada les ha hecho ir hacia atrás. ‘Que no puedes soportar a los malvados’. Los falsos se han infiltrado en la comunidad. Las cartas a Timoteo hablan de falsas doctrinas: véase 1 Tim 4,3-4; 1 Jn 2,18-19; 2 Cor 11,3-5.13-15. San Ignacio de Antioquía (a finales del siglo I y comienzos del II), alaba a esta Iglesia por haber cerrado los oídos a los falsos doctores. Éfeso ha tenido fuerza para soportar la persecución y luz para discernir a los verdaderos de los falsos ‘profetas’. ¿Cómo se las arreglarían para ‘discernir’? La Didaché nos da el siguiente criterio: ‘si quieres saber si uno es auténtico cristiano compara su vida

3. En el comentario a Filadelfia (Ap 3,10) y en el anexo ‘La gran virtud’ (p. 137 ss.) hablaremos difusamente sobre esta virtud.

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con la de Cristo’. Desconocemos la prueba a la que les sometieron para descubrir su engaño.

v.3. Tienes resistencia activa: has sufrido por mi nombre sin desfallecer Detrás de esta frase descubrimos la situación angustiosa por la que tuvo que pasar la Iglesia de Éfeso, pero ‘aguantaron cristianamente’ y salieron victoriosos.

Pero... v.4. Pero tengo contra ti que has perdido tu amor de antes La comunidad cristiana de Éfeso ha empezado a resbalar y hay que intervenir. Ha habido un desliz importante respecto al primer amor. No se nos dice a qué es debido este desliz, pero suponemos que ha sido por las múltiples discusiones que han tenido sobre la doctrina de Jesús (léase Hechos 20,29-30 en la despedida de Mileto). Todos sabemos que la discusión (el diálogo, no) hace perder de vista lo esencial y nunca trae luz, sino más bien oscuridad, porque enquista a las personas en lo que defienden. Se ha comprobado un enfriamiento en el amor mutuo que es la característica del cristiano. Este enfriamiento en el amor es lo que amenaza a la Iglesia de Éfeso. Se ha perdido el primer amor. La comunidad no da el mismo testimonio de amor recíproco que daba años atrás. Entonces estaban francamente bien. Y como Cristo es exigente, pide lealtad: ‘... vuelve a tu conducta primera’. Tal vez, años atrás trabajaban menos, pero estaban mejor.

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¿FUERTES O DÉBILES?

v.5. Date cuenta, pues, de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera. Si no, iré donde ti y cambiaré de su lugar tu candelero, si no te arrepientes. Es una acuciante invitación a pararse, a hacer un STOP en la vida, a mirar lo que les ha sucedido y a volver a lo que eran antes. El término ‘arrepiéntete’ es una palabra clave en el Apocalipsis. De las 12 veces que aparece en el libro, 8 están en estas cartas. Jesús no le invita a nuevas metas a alcanzar, sino a volver a la experiencia vivida antes. De lo contrario, si no se arrepienten, vendrá el Señor, pero de manera distinta a la venida gloriosa preconizada por los Sinópticos. El ‘candelero’ de la Iglesia ‘Madre’ que estuvo en Jerusalén fue trasladada a Éfeso. ¿Hasta cuándo? Si no se arrepienten y vuelven a lo que eran antes, lo cambiará de lugar. (el candelero está ahora en Roma... ¿hasta cuándo?).

v.6. ‘Tienes en cambio a tu favor que detestas el proceder de los Nicolaítas, que yo también detesto’. Jesús detesta las ‘obras’, no a las personas. Estos ‘Nicolaítas’ eran gnósticos sincretistas, es decir, los que decían que no bastaba Jesucristo. Querían ser cristianos y, al mismo tiempo, admitir otras religiones con mensajes no cristianos. Eran espirituales y carnales a la vez. Lo que cuenta es el espíritu, decían; lo del cuerpo es otra cosa que no le atañe.

v.7. ‘El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios’.

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ÉFESO

Entonces eran pocos los que sabían leer, pero todos oían en las reuniones de culto.4 Las cartas se comunicaban públicamente en las asambleas religiosas. El Espíritu se dirige personalmente a cada uno, para que escuche lo que El dice a todas las Iglesias. Nadie debe de dejar de escuchar al Espíritu; así queda garantizada la comunión en la escucha. Al vencedor’(to nikônti). Éste es el nombre del cristiano en el Apocalipsis. Aparece 8 veces en las cartas. Escrito en un momento de severa persecución, la gran tarea del cristiano es ‘salir vencedor’ en las dificultades. Cristo está atento a cada miembro de la comunidad: exhorta personalmente y recompensa. La vida cristiana es una lucha en la que también los débiles pueden vencer. El ‘vencedor’ está comprometido con la comunidad. En ninguna de las cartas se le sugiere que salga de la Iglesia. El creyente está llamado a vencer personalmente, a pesar de sus debilidades y de las debilidades de la comunidad. Véanse Rom 8,35-38; 1 Cor 15,57. El ‘árbol de la vida’ En Éfeso existía un árbol sagrado de Artemisa y en esta carta se ‘contesta’ fuertemente este árbol pagano. El ‘árbol de la vida’ nos lleva al árbol del paraíso (Gen 2,9) y hace referencia al ‘árbol de la vida’ de Ap 22,2. También hace alusión a la Cruz, ya que en la teología judeo-cristiana la cruz era comparada a un árbol’. ‘Podrá alimentarse del árbol de la vida o eucaristía, entrar en intimidad con Dios y participar ya de la plenitud de su vida eterna’ (Francisco Contreras, Apocalipsis, p. 71). 4. Agradecemos a la Iglesia el haber incorporado en las Vísperas de la Liturgia de las Horas himnos del Apocalipsis que nos ayudan a conectar con el estilo de oración de aquellos cristianos de la segunda generación que sufrían dolorosa persecución y se refugiaban en la liturgia para aferrarse a Dios y a los hermanos.

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¿FUERTES O DÉBILES?

El ‘Paraíso de Dios’. Hubo un paraíso y habrá otro, el definitivo, que lo hemos incoado ya aquí. Dios, la Verdad, promete el bienestar. Nos habla de su casa definitiva. Esto llena de consuelo gratificante al cristiano. * * * Pro memoria: Al terminar la carta hacemos memoria de algunos puntos importantes: Cristo mira a ‘su’ paraíso, a lo que será nuestra casa definitiva y promete plenitud de vida como la que proporcionaba el árbol del paraíso. Para llegar a este paraíso nuevo de Cristo propone a la comunidad de Éfeso: – – – – –

Ser fiel. Luchar tenazmente contra las dificultades. Mantenerse fiel en la pureza de su doctrina. Saber ‘resistir activamente’ en todo momento. Estar siempre entonado/a, manteniendo el primer amor. No ir hacia atrás. – Si se ha caído en la cuenta de que se ha aflojado, volver lo antes posible al amor primero. – Está llamada a ‘vencer’. Y..., ¿mi Iglesia... es Éfeso? Si quieres aplicar este mensaje a tu Iglesia (parroquia, comunidad, grupo...) te propongo un método. Entresaca de esta carta los puntos que estás viviendo en tu experiencia cristiana. Este ejercicio te ayudará a personalizar la carta.

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ÉFESO

Para compartir en grupo: Si compartes en grupo esta reflexión, obtendrás excelentes resultados. Las preguntas para el grupo podrían ser las siguientes (u otras que las pones tú): 1. ¿Qué puntos de esta revisión de vida me afectan a mí..., a mi grupo parroquial..., a mi comunidad cristiana y religiosa? 2. ¿En qué hay que ser intolerante hoy? 3. ¿Qué criterios de discernimiento disponemos hoy para discernir quiénes son los ‘falsos’? 4. ¿Quiénes son los que relativizan la doctrina de Cristo y van en pos de otras doctrinas? Para personalizar el mensaje en la oración: Puesto ante Dios, ¿me encuentro mejor o peor que años atrás? respecto a: 1. La vida de oración: (la Eucaristía, la Liturgia de las Horas, la oración personal). 2. La vida de fraternidad. Cada día que pasa, ¿siento que amo más a mis hermanas/os? 3. La vida de misión (apostolado). ¿Cómo vivo la ‘dignidad de la persona’ que encuentro en mi camino? ¿vivo con entusiasmo la transmisión del Evangelio?

(Nota: la dinámica es distinta si se quiere trabajar sobre las 7 Iglesias en una reunión parroquial o de comunidad, o si se asimila el mensaje en clima de ejercicios espirituales, en silencio y recogimiento).

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ESMIRNA (Ap 2,8-11) POBRES Y CALUMNIADOS, PERO FUERTES EN EL SEÑOR

Carta a la Iglesia de Esmirna (Ap 2,8-11)

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Al Ángel de la Iglesia de Esmirna escribe: Esto dice el Primero y el Último, el que estuvo muerto y revivió. 9 Conozco tu tribulación y tu pobreza –aunque eres rica– y las calumnias de los que se llaman judíos sin serlo y son en realidad una sinagoga de Satanás. 10 No temas por lo que va a sufrir: el diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días. Mantente fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. 11 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda. 8

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¿FUERTES O DÉBILES?

La carta a la Iglesia de Esmirna es la más breve de todas las cartas. Se trata de una comunidad cristiana en forma. Económicamente es pobre y vive en una ciudad muy rica. A ti y a mi nos hubiese gustado haber pertenecido a ella. La carta no contiene más que elogios. Sufren persecución y desprecios, y por parte de los judíos que deberían ser semi-hermanos, calumnias. Y, aún así, están en forma: ¿Dónde estará la clave? ¿Será porque han hecho una opción por la primera bienaventuranza: ‘Dichosos los pobres’? ¿será porque sufren las calumnias con entereza, sin agobios, sabiendo resistir? Van a sufrir una prueba muy fuerte, pero saldrán vencedores. Bonhöffer, la víspera de su muerte, escribió: ‘La victoria es segura’.

Algo de historia Esmirna fue fundada hacia el año 1000 a.C. y destruida en el s. VII a.C., pero la volvieron a reconstruir en el siglo IV a.C., en tiempos de Alejandro Magno. En tiempo del Apocalipsis era una ciudad muy hermosa; tenía un puerto, aunque menos importante que el de Éfeso. Vivía un comercio intenso. Orgullosa de su esplendor, era famosa por las competiciones deportivas. Luchó contra Éfeso y contra Pérgamo para conseguir el título de ‘la primera de Asia’. Tenía al este una pequeña colina ocupada por templos, casas y otros edificios. Todo este complejo recibió el nombre de ‘la corona de Esmirna’. Fue siempre fiel a Roma, apoyándole en todas las guerras. Fue la primera en levantar un templo a la diosa Roma en 195 a.C., así como a Tiberio, Livia y al Senado. Sólo Esmirna obtuvo el privilegio para levantar tales templos. Se adoraba a Isis, diosa de fertilidad y de la maternidad y a Cibeles (la Gran Madre de los dioses), que aparecen en las monedas con su corona y la proa de la nave.

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ESMIRNA

Después de la caída de Jerusalén (año 70 d.C.) se estableció en Esmirna una comunidad de judíos. El año 155 Policarpo padeció el martirio en esta ciudad. Actualmente, en Izmir, hay una comunidad católica con su Obispo. Nuestro texto es el primer texto que habla de una comunidad cristiana en Esmirna.

¡Habla el Señor! v.8. Al Ángel de la Iglesia de Esmirna escribe: Esto dice el Primero y el Último, el que estuvo muerto y revivió. Cristo se le presenta como “el Primero y el Último”. Este título aparece tres veces en el Apocalipsis (1,17; 2,8; 22,13) y en los tres textos se designa a Cristo, expresión que en el A.T se atribuía exclusivamente a Yahvé (Is 44,6 y 48,12). Con esta expresión (‘el primero y el último’) se proclamaba en el A.T. la continuidad invariable del ser divino, en contraposición a los ídolos. Es una continuidad que, en sus promesas, no cambia nunca. Viene a decirnos: Yo siempre soy el mismo. “El que estuvo muerto y revivió” (véase 1,19). Esta expresión aparece también en Rom 14,9. Jesús da un mensaje de esperanza a la pobre y humilde Iglesia de Esmirna, difamada y perseguida, y se presenta como el que tiene plenos poderes en el cielo y en la tierra. Con su muerte sucumbió aparentemente, pero en la resurrección triunfó para siempre.

v.9. Conozco tu tribulación y tu pobreza –aunque eres rica– y las calumnias de los que se llaman judíos sin serlo y son en realidad una sinagoga de Satanás.

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¿FUERTES O DÉBILES?

Cristo lo sabe todo (oida) y por ello conoce el estado de angustia y de pobreza en el que se encuentra la Iglesia de Esmirna. Ha soportado una persecución que le ha traído como consecuencia una pobreza material importante debido, entre otras cosas, a los procesos judiciales en los que salían perdedores y también a los saqueos por parte de los paganos y judíos (léase sin falta Hebr 10,32-36). Pero Esmirna sufre su pobreza con una actitud positiva muy cristiana: véase 2 Cor 6,10; 1 Tim 6,18; Sant 2,5.1 Solamente a esta pobre Iglesia de Esmirna le dirá Dios que es ‘rica’, rica porque pobre. Según esta carta, la riqueza de una Iglesia es su pobreza. Pero el sufrimiento más doloroso le viene de los semi-hermanos, los judíos, de aquellos que en un ambiente hostil pagano deberían comportarse como hermanos en la fe, ya que adoraban todos al mismo Dios, habían recibido las mismas promesas y tenían la misma Biblia (el A. Testamento). Por vivir en un mundo ateo deberían haberse unido más unos y otros, haciéndose fuertes para caminar juntos, pero los judíos optaron por otro camino: el de la calumnia. El que muchos judíos se convirtieran a Cristo les supo muy mal y no lo pudieron soportar. En el martirio de Policarpo aquí en Esmirna, el año 155, bajo Marco-Aurelio, los judíos se unieron a los paganos para acusarle de hostilidad a la religión del Estado y pidieron su muerte, y aunque era sábado, recogieron leña para martirizarlo. Los judíos juraban contra Cristo, como sucedió en tiempo de Pablo (véase Hechos 13,45). Las calumnias van contra el Señor, 1. Cor 6,10: “como tristes, pero siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos”. 1 Tim 6,18: “mientras tengamos comida y vestido, estemos contentos con eso”. Sant 2,5:”Escuchad, hermanos míos queridos: ¿Acaso no ha escogido Dios a los pobres según el mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que le aman?”.

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por eso provienen de la “sinagoga de Satanás”. Según Cristo, estos judíos no son auténticos, y han pasado al campo del enemigo. Los judíos se autoproclamaban ‘sinagoga de Dios’, pero aquí Dios les da el nombre de ‘sinagoga de Satanás’. v.10. No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días. Mantente fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. El sufrimiento es ley de vida en nuestra espiritualidad. ‘Quien dice que cree en Él, debe vivir como vivió Él’ (1 Jn 2,6). Algunos serán encarcelados y esto constituirá una prueba para toda la Iglesia. Aunque Satanás cribe a los cristianos (véase Lc 22,3), la duración de la prueba tiene sus límites puestos por Dios: ‘10 días’ (que en el Apocalipsis significa un ‘corto espacio de tiempo’, véase Dan 1,13-14; 1 Cor 10,13). En el Nuevo Testamente hay una ‘mística’ de la prisión. Dios puede soltar las cadenas de los presos (véase Hechos 16,26) o puede enviar a su ángel para liberar a los encarcelados. Dios prueba a los encarcelados a través de sus dudas. Puede exigirles incluso la prueba suprema: la muerte. Todas estas tribulaciones harán de la Iglesia de Esmirna una Iglesia ejemplar, firme y fuerte. En oposición a las coronas que entrega el mundo y que se marchitan, Cristo promete una que no se marchita: Es la victoria de la resurrección para todos los que hacen experiencia del ‘Viernes Santo’. Así es como se consigue la corona: véase 1 Cor 9,25; Fil 3,4; 2 Tim 2,5; 1 Pe 5,4. v.11. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda. Fiel como Esmirna o menos fiel como Éfeso, todos son invitados a escuchar lo que el Espíritu Santo dice a cada Iglesia. Cristo

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es el vencedor no sólo de la primera muerte (la muerte corporal, recordemos la vuelta a la vida de Lázaro), sino también de la muerte segunda (muerte espiritual); las dos muertes se diferencian mucho entre sí: véase Ap 20, 6-14; 21,8. Los cristianos no podrán escapar a la primera muerte, pero sí a la segunda, es decir, a la reprobación por parte del Señor. * * * Pro memoria: – En esta Iglesia viven muchas personas calumniadas (pensemos en tantas personas que hoy sufren lo mismo: obispos, sacerdotes, religiosos/as, laicos, etc.) y son encarcelados por ser cristianos, aunque el Apocalipsis dice que no lo son, perteneciendo más a la “sinagoga de Satanás”. – A algunos de la comunidad cristiana de Sardes se les meterá en la cárcel. – La cárcel es un período de prueba, pero esta tribulación será breve, pasará. – Lo que importa es ser fiel hasta la muerte.

Para compartir en grupo y aplicar el mensaje a nuestra Iglesia de hoy: – ¿Estoy convencido de que uno de los temas preferidos en el Antiguo Testamento es que Dios cuida del pobre, que es su preferido? – ¿Tengo miedo ante las pruebas? ¿Estoy convencido de que Dios cuida de nosotros?

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– Nuestra consigna es: “Mantente fiel hasta la muerte”. ¿Qué piensas de esto? – ¿Caemos en cuenta de la riqueza de la pobreza? Solamente de Esmirna se dice que es rica, porque es pobre. La calumnia de la que difícilmente pueden defenderse y la respuesta por parte de los cristianos es un aspecto de la pobreza-riqueza de Esmirna. Para personalizar el mensaje en la oración: Mt 11,25.26: Yo te bendigo, Padre, porque has ocultado estas cosas a sabios y a ricos y se las has enseñado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. ...“Queridos hermanos: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino, que prometió a los que lo aman?” (Sant 2, 5).

– – – –

¿Soy pobre según el Señor? Siendo pobre, ¿me siento rico? ¿Cómo actúo respecto a los que me han calumniado? ¿Cómo defiendo al calumniado? A partir del mensaje a la Iglesia de Esmirna, ¿de qué precisa nuestra Iglesia para ser rica? – Te sugiero orar con los salmos de súplica que son los más apropiados para orar en esta actitud de sufrimiento y de prueba. La numeración es la bíblica, no la litúrgica. Salmos de los que gritan a Dios en medio del dolor. Las dos graves tribulaciones son: – La enfermedad. – La calumnia.

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Mi oración: – 1.- Salmos individuales: 5-6-7-13-17-22-25-26-28-31-35-3638-39-42-43-51-54-55-56-57-59-61-63-64-69-70-71-86-88102-109-120-130-140-141-142-143. – 2.- Salmos colectivos: 12-44-58-60-74-77-79-80-82-83-85-90108-123-126-137. Cerramos el mensaje con esta afirmación: la prueba es necesaria. A través del mensaje a la Iglesia de Esmirna el Señor nos dice que no hemos de temer la prueba que nos pueda sobrevenir y que esa prueba ejerce un papel providencial, porque nos exige a los cristianos la fidelidad a Él. La prueba pasará, no durará mucho tiempo, sólo diez días, pero aunque sea corta, puede ser muy violenta y acarrear, incluso, la muerte. La prueba es algo normal en la vida de un cristiano, viene a decirnos el Señor.

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PÉRGAMO (Ap 2,12-17) LOS

QUE, POR CONDESCENDER EN LA DOCTRINA, ESTÁN EN FALTA

Carta a la Iglesia de Pérgamo (Ap 2,12-17)

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Al Ángel de la Iglesia de Pérgamo escribe: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos. 13 Sé dónde vives: donde está el trono de Satanás. Eres fiel a mi nombre y no has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi testigo fiel, que fue muerto entre vosotros, ahí donde habita Satanás. 14 Pero tengo alguna cosa contra ti: mantienes ahí algunos que sostienen la doctrina de Balaán, que enseñaba a Balaq a poner tropiezos a los hijos de Israel para que comieran carnes inmoladas a los ídolos y fornicaran. 15 Así tú también mantienes algunos que sostienen la doctrina de los nicolaítas. 16 Arrepiéntete, pues; si no, iré pronto a ti y lucharé contra ésos con la espada de mi boca. 17 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedrecita blanca y, grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe. 12

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La comunidad cristiana de Pérgamo es una comunidad formada por gente maja que quiere ser sincera con Dios y que, además, se siente fuerte en las adversidades. Pero... descuida un punto: la autenticidad de la doctrina según la Palabra de Dios; no presta mucha atención a ello, admitiendo en su seno cualquier tipo de creencias. Cristo se presenta a esta comunidad en actitud seria, porque pasan cosas que no se deben tolerar; le reprocha el no haberse preocupado del mal que le aqueja. ¡Hay que desarmar a los que quieren adulterar la verdad! Esto es urgente e importante. Y la pregunta queda ahí: ¿se debe consentir dentro de la comunidad a personas que constituyen un grave obstáculo y desorientación para los demás?

Un poco de historia Pérgamo está a 70 km. al norte de Esmirna. Se desconoce su origen. Alejando Magno se apoderó de ella en el siglo IV a.C. De 282 a 133 a.C. (fecha en la que se hizo provincia romana) la ciudad era una capital extraordinariamente rica, donde se sucedieron notables monarcas. Eumenes II (197-159 a.C.) quiso establecer en Pérgamo una biblioteca, con 200.000 volúmenes, para superar a la biblioteca de su rival Ptolomeo en Alejandría. Más tarde, el emperador Antonio ofreció esta fabulosa biblioteca a Cleopatra de Egipto. Pérgamo ocupó un puesto importante en la cultura antigua. El boicot de los libreros de Alejandría, queriendo impedir que llevasen sus libros a Pérgamo, obligó a Eugenio II a inventar el “pergamino”, que lleva el nombre de esta ciudad. Se dieron cita en Pérgamo la cultura y la religión, la justicia y la medicina... Tenía un anfiteatro de 60.000 localidades. Tenían numerosos lugares de culto y de peregrinación. Pérgamo tenía que ser más que las demás ciudades construyendo templos, columnatas, bibliotecas y era universalmente

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conocida por la talla imponente y el número de sus santuarios. Se podía admirar el templo de Atenea, diosa de la sabiduría, el templo de Baco, dios de las festividades y sobre todo el templo de Esculapio, el dios-serpiente de la salud, que hizo de Pérgamo el lugar de encuentro de muchos peregrinos que iban en busca de la curación. Había un altar gigante a Zeus Soter, considerado como una de las siete maravillas del mundo. Construyeron diversos templos a los emperadores. Según Plinio era la ciudad más célebre de Asia. Julián el apóstata fue a Pérgamo a iniciarse en la filosofía (351 p.C.). Pérgamo era oficialmente la capital de Asia Menor, sede del Procónsul. Era famosa, además, por su fabricación de textiles. ¿Qué podía hacer en esta ciudad tan importante una pequeña comunidad cristiana? Luchan a brazo partido contra el atractivo y el gran bienestar de la ciudad. Una comunidad cristiana en una ciudad de autosuficientes; pero, aunque fue difícil y costoso, Cristo entró.

¡Habla el Señor! v.12. Al Ángel de la Iglesia de Pérgamo escribe: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos. Encontramos en esta carta la más sencilla descripción de Cristo de las 7 cartas, con solamente un elemento: ‘la espada aguda de dos filos’, que era un símbolo de la justicia romana y de su poder. Jesús se presenta en actitud seria y exigente. La expresión ‘espada aguda’ está tomada de 1,16 y aparece ya en Is 49,2. En Hebr 4,12, se nos dice que ‘la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos’, siendo la espada símbolo de la autoridad del Señor como juez. En Ap 19,15 se dice que ‘de la boca de Jesús sale una espada de dos filos para herir con

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ella a los paganos’. Tal vez Jesús lleve este título aquí en Pérgamo porque el procónsul romano de la provincia residía en esta ciudad y el símbolo de su poder sobre toda la Asia proconsular era la espada (ius gradii).

v.13. Sé dónde vives: donde está el trono de Satanás. Eres fiel a mi nombre y no has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi testigo fiel, que fue muerto entre vosotros, ahí donde habita Satanás. Cristo llama a este nido de civilización grecorromana “trono de Satanás”. Esta comunidad vive en lugar peligroso y el Señor sabe cuán difícil es ser auténtico en tales circunstancias. La expresión “trono de Satanás” hace referencia al culto imperial y a la obligación impuesta a todos de adorar al emperador. Además de este culto, existían también en Pérgamo otros cultos: el culto a la naturaleza, a la sabiduría, a la fuerza humana, a la curación milagrosa. No fue tarea fácil ser cristiano en semejante ambiente; así y todo, Cristo les dice: ‘Eres fiel a mi nombre’. Aún viviendo en ambiente hostil para la fe, Pérgamo ha permanecido fiel. Esta fidelidad al ‘nombre’ de Jesús era un desafío al culto del emperador. Los cristianos de Pérgamo nunca se echaron atrás, ni siquiera en los momentos extremadamente difíciles. Nos hubiese gustado haber tenido más información sobre estos tiempos, también del único mártir mencionado por su nombre en el Apocalipsis, Antipas, de quien nada sabemos. No sabemos si era Obispo, si era nativo de Pérgamo o de otro lugar. Lo único que sabemos es que escribió su testimonio con sangre. Con este hecho real acaecido, Juan nos pone de sobre aviso de uno de sus constantes mensajes: que no puede haber acuerdo posible entre un Estado político y un Cristianismo auténtico.

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v.14. Pero tengo alguna cosa contra ti: mantienes ahí algunos que sostienen la doctrina de Balaám, que enseñaba a Balaq a poner tropiezos a los hijos de Israel para que comieran carnes inmoladas a los ídolos y fornicaran. Aquí está el pecado de Pérgamo y Cristo será implacable. Algunos miembros de la comunidad actúan de manera nefasta. No basta ser fiel hacia fuera, hay que serlo también hacia dentro y no claudicar. El peligro que amenaza a Pérgamo no es el de la apostasía, sino un problema interno, de casa, muy serio. Se le recuerda la experiencia de Balaám. Teniendo presente el consejo que Balaám dio a Balacq (Num 31,15-16) sobre los matrimonios mixtos, a fin de lograr que los maridos volviesen a la idolatría, cosa que sucedió (Deut 23,4-7), nos preguntamos: ¿Cuál fue el fallo grave de la comunidad de Pérgamo? ¿Se arrodillaron los cristianos de Pérgamo ante la estatua de Zeus, sacrificaron al ‘dios’ César, incitaron a otros convenciéndoles de que lo que importa no es lo que se pueda hacer con el cuerpo, sino lo que se desea con el alma?; ¿habrán participado en comidas idolátricas prohibidas para los cristianos como se determina en la ‘carta apostólica’ (Hech 15,29) y nos lo recuerda Pablo (Hech 21,25)? También, en 1 Cor 8,4ss Pablo hace mención de este mismo problema. Tanto en los Hechos de los Apóstoles como en el Apocalipsis la prohibición es terminante, porque, además, estas comidas terminaban en orgías. Lo que sucedió en tiempos de Pablo vuelve a repetirse ahora en Pérgamo, donde hay algunos cristianos que fomentan participar en lo sacrificado a los ídolos, con todas sus consecuencias.

v.15. Así tú también mantienes algunos que sostienen la doctrina de los Nicolaítas. Como en la Iglesia de Éfeso también en Pérgamo hay algunos Nicolaítas. En esta carta, el término ‘Nicolaítas’ viene asociado al

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término ‘Balaám’. Nos encontramos con la misma doctrina (‘lo que importa es lo espiritual; lo que se hace con el cuerpo no afecta a lo espiritual’). Pérgamo no tiene con los Nicolaítas el mismo comportamiento que tienen los cristianos de Éfeso. En Éfeso detestan su manera de proceder y son felicitados por el Señor; en Pérgamo, no les detestan, antes bien condescienden con ellos. Existe, pues, un serio peligro interno. ‘No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios’ 1 Cor 10,21, nos dirá Pablo.

v.16. Arrepiéntete, pues; si no, iré pronto donde ti y lucharé contra ésos con la espada de mi boca. Cristo exige un cambio radical en esta postura transigente. La Iglesia entera de Pérgamo está llamada a tomar conciencia de esta realidad y a arrepentirse de su condescendencia. Aunque hayan sido pocos los que se hayan ‘descuidado’, es toda la Iglesia la que tiene que arrepentirse. Se precisa una limpieza. Puede resultarnos novedosa esta preocupación por trabajar hacia dentro con tesón y clarividencia. Si Pérgamo no lucha contra los Nicolaístas, Cristo vendrá y acabará con ellos. Aunque se enfrente a unos pocos, todos sufrirán las consecuencias. En ningún momento sugiere Cristo que haya que expulsar a los culpables; su palabra los condenará.

v.17. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedrecita blanca y, grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe.

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Le daré ‘maná escondido’. Esta expresión está sugerida por la alusión al tiempo del desierto de los vv. 14 y 16. El ‘maná en el desierto’ era ‘pan del cielo’ (Ex 16,4). ¿Percibimos aquí una alusión a la Eucaristía?1 El cristiano será alimentado por el nuevo maná. Un poco de maná se guardaba en el Arca de la Alianza (Hebr 9,4). Según la tradición judía (2 Mac 2,1-17) Jeremías escondió la Tienda, el Arca y el Altar del Incienso, que aparecerán en tiempos del Mesías.

‘Le daré también una piedrecita blanca’. – En los tribunales se hacía uso de piedras blancas (‘inocente’) y negras (‘culpable’). Aquí se trata de la piedra de la inocencia, de la victoria. – También en los juegos deportivos se daba al vencedor una piedra blanca, en la que se escribía el nombre del vencedor. Aquí el sentido es que se garantiza el perdón total de Dios y la victoria en el gran juicio de Dios. ‘Un nombre nuevo’ hace referencia a Isaías 62,2. El ‘nombre’ significa en la Biblia ‘la naturaleza íntima de algo’.2 1. Al poco iniciado en el Apocalipsis le extrañará que en este libro apenas se hable del alimento del cristiano: la Eucaristía. Nunca olvidemos al leer el Apocalipsis el delicado momento en el que Juan escribe el libro que desea circule entre los cristianos con la anuencia de la policía de Domiciano. Tiene que evitar cuidadosamente hablar de reuniones, de ritos... ¿Qué más hubiese querido la policía que saber en qué lugares se reunían los cristianos? Que se reunían es innegable, y lo deducimos por el puesto que la Liturgia ocupa en el Apocalipsis. Véase F. CONTRERAS, Apocalipsis, PPC, 2005, pp. 28-30. 2. En las lenguas antiguas el ‘ser’ y el ‘nombre’ tienen idéntica raíz.

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Nadie sabe, fuera de uno mismo, lo que pasa entre Dios y él. El ‘nombre nuevo’ significa la nueva naturaleza íntima que Dios hará experimentar al Vencedor. * * * Pro memoria: – Cristo no tolera a los que son obstáculo grave en la comunidad y alteran su doctrina. – La comunidad es la responsable de lo que suceda dentro de ella. – Cristo purga a su Iglesia y corta lo que no le pertenece. ¿Cómo lo hace? – Cristo exige fidelidad siempre, pero sobre todo cuando el ambiente es hostil. – No hay que renegar de la fe en Él nunca, en ninguna circunstancia. – Hay que salir vencedor siempre. – Es absolutamente imprescindible vivir en comunión interna, como nos enseñó el Señor (Jn 13,34.35), para poder experimentar al verdadero Dios y mantenerse en forma y vivir a gusto. – Sólo el vencedor recibirá la piedrecita blanca con el nombre nuevo escrito en ella. Para compartir en grupo y aplicar el mensaje a nuestra Iglesia de hoy: ¿Qué nos exige la fidelidad al Señor en un ambiente hostil, en el que lo externo es ‘trono de Satanás’ y lo interno es una situación de conflicto en cuanto a la doctrina y a la vida?

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PÉRGAMO

Método: en 10’ de silencio cada uno escribe algo. Luego se comparte. Después se llega a 3 puntos importantes. Para personalizar el mensaje en la oración: ¿A qué me compromete Pablo cuando me dice: ‘nosotros poseemos el pensamiento de Cristo’? (véase: 1 Cor 2,16). ¿Qué consecuencias se derivan de este texto de S. Agustín: ‘Si conozco a Cristo, poco importa desconozca lo demás; si desconozco a Cristo, poco vale conozca lo demás (Si Christum noscis, nihil est si coetera nescis; si Christum nescis, nihil est si coetera noscis)?’.

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TIATIRA (Ap 2,18-29) LOS

QUE, PESE A LOS PROBLEMAS, ESTÁN CADA DÍA MEJOR

Carta a Tiatira

2

Escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso. 19 Conozco tu conducta: tu amor, tu fe, tu espíritu de servicio, tu resistencia activa; tus obras últimas sobrepujan a las primeras. 20 Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne inmolada a los ídolos. 21 Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22 Mira, a ella voy a arrojarla al lecho del dolor, y a los que adulteran con ella, a una gran tribulación, si no se arrepienten de sus obras. 23 Y a sus hijos, los voy a herir de muerte: así sabrán todas las Iglesias que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y yo os daré a cada uno según vuestras obras. 24 Pero a vosotros, a los demás de Tiatira, que no compartís esa doctrina, que no conocéis “las profundidades de Satanás”, como ellos dicen, os digo: No os impongo ninguna otra carga; 25 sólo que mantengáis firmemente hasta mi vuelta lo que ya tenéis. 26 Al vencedor, al que se mantenga fiel a mis obras hasta el fin, le daré poder sobre las naciones; 27 las regirá con cetro de hie18

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rro, como se quebrantan las piezas de arcilla. 28 Yo también lo he recibido de mi Padre. Y le daré el Lucero del alba. 29 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Tiatira es la menos importante de las 7 ciudades y la menos conocida, pero la carta escrita a la Iglesia de Tiatira es la más larga de todas y una de las que más luz arroja para nuestro momento actual. Estamos ante una comunidad que vive grandes valores cristianos. Aunque dentro de ella viva una persona influyente que esté haciendo mucho daño y que, además, cuente con seguidores, la mayor parte de la comunidad se encuentra cada día mejor. El obstáculo grave y pernicioso que existe en esta Iglesia no le ha hecho perder a la mayoría ni la luz ni la comunión entre los hermanos. No sé cómo se las arreglaron. Por eso Cristo le dice que continúe viviendo como hasta ahora. La Iglesia vive en un ambiente obrero; aun con el quiste interno negativo, es una comunidad estupenda. Fiel en el amor mutuo, en la fe, en el espíritu de servicio, en el aguante activo (=resistencia activa), sus obras últimas aventajan a las primeras. Sólo tiene un descuido: que es tolerante con esa mujer influyente, a quien le da el nombre de Jezabel, que ha conseguido adeptos para su causa y que está resultando muy negativa.

Algunos datos históricos Tiatira está a 70 km de Pérgamo. Fue fundada por seléucidas con soldados de Alejandro Magno y sus familias en el tercer siglo antes de Cristo. Ciudad sin prestigio, con gente humilde. En 190 a.C. fue conquistada por Roma. Era célebre por su artesanado y por su comercio, en especial, por la ‘púrpura’ (Hech 16,14: Lidia era de

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TIATIRA

Tiatira). Trabajaban también con cerámica. Era, pues, una villa obrera. A un cristiano que necesitaba vivir de su trabajo le resultaba muy difícil no compartir los banquetes de sociedad, banquetes que muchas veces terminaban en idolatría. Había en Tiatira dos templos peligrosos para la fe cristiana: uno al dios Apolo (el dios sol e hijo de Zeus) y otro a la diosa Artemisa, así como el recinto famoso a la sibila oriental Sambata. Carecían de templos a los emperadores. Esta comunidad cristiana no llegó a ser numerosa. La cristiandad dejó de existir en el siglo II d.C.

¡Habla el Señor’ v.18. Escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llamas de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso. Sólo aquí encontramos en el Apocalipsis la expresión ‘Hijo de Dios’. Este ‘Hijo de Dios’ tiene ojos que son como llamas de fuego, alusión evidente a la visión inaugural del cap. 1,14-15. Los antiguos pensaban que para una buena visión no era suficiente la luz externa, sino que se precisaba una luz propia procedente de los mismos ojos. Jesús, Hijo de Dios, cuyos ojos son ‘llamas de fuego’ tiene una luz tan potente en los ojos que ve hasta lo íntimo del corazón; por eso no se le escapa nada de lo que sucede en esta comunidad.

‘Pies de metal precioso’. Pueden darse dos interpretaciones: 1. Se trataría de un metal durísimo para simbolizar a Cristo que quiebra a sus enemigos, aun a los más fuertes. 2. Se hablaría de un metal transparente, resplandeciente. Así se haría referencia a la luminosidad y transparencia de Cristo, que penetra hasta lo íntimo del corazón.

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v.19. Conozco tu conducta: tu amor, tu fe, tu espíritu de servicio, tu resistencia activa; tus obras últimas aventajan a las primeras. El elogio a la Iglesia de Tiatira es el más extenso de todas las Iglesias. Es interesante anotar que dos Iglesias con serios problemas (Éfeso y Tiatira) poseen a la vez la lista más larga de ‘buenas obras’. En Tiatira vivían: – el amor: vivían el amor mutuo como lo quiere Jesús. La primera actitud cristiana es el compromiso en el amor, en un amor que es participación del amor trinitario y, a la vez, manifestación visible de afecto a los demás. Véase el anexo sobre ‘Lo único necesario’ (pág. 150). – la fe: hay una íntima relación entre amor y fe. Solo el que cree en Jesús y en su Palabra será enseñado y guiado por el Espíritu y, en consecuencia, será fiel. El que se ‘obsesiona’ por Cristo sentirá la fuerza para serle fiel. En 1 Jn 3,23 encontramos un mandamiento que incluye este binomio de fe y de amor. – el servicio. Véase: Juan 13,2-20, el lavatorio de los pies; Rom 15,25-31; 1 Cor 16,15; 2 Cor 8,4 y 9,1. Para los griegos gentiles la noción de servicio era humillante. En Tiatira, sin embargo, los cristianos viven como hermanos en auténtico servicio de diakonía. Véase también Hech 11,29; 1 Pe 4,10. – la resistencia activa (hypomoné) en las adversidades, que eran muchas. (Véase la explicación amplia sobre esta virtud en el comentario de la carta a Filadelfia (3,30). – las obras últimas que superan a las primeras. La comunidad ha vivido ya un tiempo de experiencia y puede hacer una revisión y comparar el presente con el pasado y ver en qué

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se encuentra mejor que antes. Hay una antítesis respecto a lo que sucede en Tiatira y en Éfeso. En Éfeso se ha perdido el amor primero. Aquí, en Tiatira, aquel amor primero va creciendo. No sólo es fiel, no sólo persevera, sino que progresa y, por ello, cada día se encuentra mejor. v.20. Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne inmolada a los ídolos. El problema es serio: Una mujer que pertenece a la Iglesia perturba el ambiente, vive dentro de la comunidad y se hace llamar profetisa. Se le da como nombre un pseudónimo: Jezabel. En el A.Testamento se habla negativamente de esta mujer: véase 1 R 16; 16,31ss; 18,4.13. 21-25ss; 1 R 9,29-30. Jezabel es la esposa del Rey Ajab, de origen fenicio. Al nombre de Jezabel va unido el nombre del culto a Baal que ella promovió con todas sus fuerzas, a pesar de las protestas de los profetas Elías y Miqueas. Con este elocuente pseudónimo, el vidente de Patmos se refiere a una señora bien determinada y de mucha influencia y que, pasando por profetisa, introdujo en la comunidad cristiana confusión en torno a las comidas, favoreciendo también una vida erótica. Esta señora conocía los ‘secretos de Satanás’ y relativizaba la radicalidad evangélica. ‘¿Por qué hay que romper con todo lo que no sea cristiano?’, se decía, ‘¿por qué no se puede dar culto al emperador y así ganarlo para Cristo?’. ‘¿Por qué no se puede comer lo ofrecido en los sacrificios paganos, ya que lo que hacemos con el cuerpo no mancha el alma? La Iglesia de Éfeso trabajó con energía contra esta doctrina de los Nicolaítas. Tiatira no ha procedido de la misma manera y tolera a Jezabel, que está haciendo daño en algunas personas.

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Pero esta actitud no repercute en la mayoría de la comunidad.1 v.21. Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. Cristo quiere el arrepentimiento inmediato de esta mujer y le concede un tiempo para ello. Pero ella no quiere arrepentirse. Se siente segura de sus dones espirituales y orgullosa de su éxito. No quiere cambiar de conducta.

v.22. Mira, a ella voy a arrojarla al lecho del dolor, y a los que adulteran con ella, a una gran tribulación, si no se arrepienten de sus obras. Recibirá un castigo: una enfermedad en el lecho del dolor. En el A.Testamento Jezabel termina de muerte desastrosa: cfr. 2 R 33,37. Los que no se arrepientan en Tiatira de ese pecado terminarán mal como ella, nos dice Juan. Con esta amenaza Cristo exige, por última vez, el arrepentimiento, actitud con la que se descubre a Dios Padre misericordioso y se pone a tono con Él. Como en este caso no hay arrepentimiento, el castigo se llevará a cabo. No se trata de excluirle de la Iglesia, sino de abrirle los ojos. El ‘adulterio’ hay que tomarlo aquí en sentido figurado. Los ‘adúlteros’ quieren seguir a Cristo y a la vez a esta mujer; no llegan a ser ‘herejes’, pero quieren servir a dos señores; esto es imposible, para Jesús. ¿Llegarán a arrepentirse? Cristo espera aún su conversión. 1. Si quieres leer otra versión distinta sobre esta señora ‘Jezabel’ y sobre el porqué del antagonismo entre ella y Juan, puedes leer el artículo de Mercedes NAVARRO PUERTO, ‘Jezabel, un conflicto eclesial’, en Reseña bíblica, n. 27, año 2000, pp. 21-30.

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v.23. Y a sus hijos, los voy a herir de muerte; así sabrán todas las Iglesias que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y yo os daré a cada uno según vuestras obras. Respecto a sus hijos, a los que hacen causa común con la madre, Jesús es claro y tajante: ‘los voy a herir de muerte’. Recordemos lo que sucedió con el primer hijo de David y Betsabé (Véase 2 Sam. cap. 11-12). Los ‘hijos’ son todos aquellos que han aceptado plenamente la doctrina de esta mujer y en los que no se percibe ninguna posibilidad de arrepentimiento. No se ve otra solución que la desaparición. Vemos que Cristo es radical en cuanto a la pureza de la doctrina y de la vida, y esto lo tienen que saber todas las Iglesias. Tiatira ha dado un gran escándalo. Las demás Iglesias conocían el ‘caso Jezabel’ y conocerán también lo que le sucedió (véase también Jer 11,20; 12,10; 22,21; Sal 7,10; Sab 1,6; 1 Tes 2.4: Rom 8,27. Lo mismo se dice en Ap 22,12; Mt 16,27). el que sondea los riñones y los corazones... En aquella época se pensaba que la sede del pensamiento era el corazón y la sede del amor los riñones. y yo os daré a cada uno según vuestras obras. En el Nuevo Testamento lo que cuenta son los ‘hechos’ y no las ‘teorías: véase Mt 25,37; Lc 10,29ss: 1 Jn 3,18; Sant 2,2-4. Cristo les dará lo que hayan merecido.

v.24. Pero a vosotros, a los demás de Tiatira, que no compartís esa doctrina, que no conocéis “las profundidades de Satanás”, como ellos dicen, os digo: ‘No os impongo ninguna otra carga’.

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Se dirige a los miembros de la comunidad que se mantienen fieles a la doctrina de Jesús. Tenían su ‘quiste’ en casa, pero su trabajo de discernimiento fue bueno: la referencia constante al Evangelio y a las obras. A los cristianos de verdad de Tiatira no les corrompieron ‘las profundidades de Satanás’, que conocían los seguidores de Jezabel según decían ellos (véase 1 Cor 2,10; Rom 11,33). Estos sostenían que los hombres espirituales tienen que conocer las cosas profundas de Satanás, es decir, las ceremonias de iniciación paganas y las prácticas inmorales. Aunque el hombre espiritual participe en ellas, si es de verdad ‘espiritual’, estas prácticas satánicas no les afectarán, y así demostrarán su superioridad. ‘no os impongo ninguna otra carga’. Estas palabras del Señor nos hacen ver la talla espiritual de la mayoría de los que integraban esta comunidad. A pesar de la presencia y del quehacer de Jezabel, éstos están bien y tienen que seguir con lo que ya viven y les ha recordado antes. v.25. ‘sólo que mantengáis firmemente hasta mi vuelta lo que ya tenéis’. Cristo está contento de la vida y manera de proceder de estos cristianos de verdad de Tiatira. No les impone nada. Deben seguir así, como hasta ahora. No deben dar ningún paso hacia atrás, nunca. Tienen que mantener con fuerza las virtudes antes mencionadas (v.19), síntesis de lo que espera Cristo de ellos. v.26. Al vencedor, al que se mantenga fiel a mis obras hasta el fin, le daré poder sobre las naciones: Es vencedor en Tiatira el que en medio de las dificultades se mantiene firme hasta el final; ése adquiere autoridad (exusia) sobre todas las naciones. Ése será el vencedor, el que poseerá a

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Dios hasta el final; no es suficiente vencer de vez en cuando, sino siempre. El hombre piensa que tiene autoridad independientemente de Dios; sin embargo aquí Cristo dice que es Él quien da al que es fiel autoridad sobre las naciones. v.27. las regirá con cetro de hierro, como se quebrantan las piezas de arcilla. Este ‘regirá’ (poimainein) puede tener dos sentidos: apacentar o destruir. Aquí hay que traducirlo con el sentido de destruir. En el Salmo 2,9 será el Mesías quien ‘machacará con cetro de hierro’; en el Apocalipsis el verbo es impersonal, señalando así a los cristianos que fieles a Cristo serán sus asesores en el juicio final. El paganismo camina hacia un fracaso final estrepitoso. Al final de los tiempos nos uniremos a Cristo para regir a las naciones, que se desharán como trozos de arcilla. Véase Dan 2,31-45 donde una enorme estatua viene destruida por una piedra que golpeó los pies que eran parte de hierro y parte de arcilla. El Apocalipsis desea tengamos presente constantemente este texto de Daniel, ya que todos los imperios de este mundo tienen los pies de arcilla. v.28. Yo también lo he recibido de mi Padre. Y le daré el Lucero del alba. No se ha encontrado todavía ninguna explicación satisfactoria a esta imagen del ‘lucero del alba’. Algunos acuden a la astrología. Otros dice que el ‘lucero del alba’ es el sol y se fijan en la visión 2. En el ‘Exultet’ de la Vigilia del Sábado Santo llamamos a Jesús ‘Lucifer matutinus’. A partir de la Edad Media se da este nombre a Satanás, apoyándonos en la traducción de la Vulgata: ‘Lucifer’. En 2 Cor 11,15 Pablo llama a Satanás ‘ángel de la luz’. Es probable que Juan llame a Cristo ‘lucero del alba’ en contraposición a ‘Apolo’, uno de los dioses adorados en Tiatira a quien se le llamaba ‘Lucero de la mañana’.

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inaugural de Ap 1,16. Otros dicen que es una expresión de Cristo: véase 2 P 1,19, donde Jesús recibe el nombre de ‘Lucero de la mañana’.2 Pro memoria: La vivencia que caracteriza a un cristiano ha de ser un amor fraterno a fondo, cimentado en una opción de fe en Cristo. Este amor fraterno bien entendido y bien vivido es la base de las restantes virtudes del cristiano, es decir, de la diakonía (=servicio), la resistencia activa (=hypomoné) y de que ‘las obras últimas sobrepujen a las primeras’. No se deben imponer nuevas cargas al que vive centrado en el amor, pues ‘ha cumplido la Ley’: Rom 13,10; Gal 5,14, ‘ha alcanzado la perfección 1 Jn 2,5. Hay que estar alerta para que no se filtre en la Iglesia nada que no sea Cristo. El criterio para ello es la confrontación de su vida concreta con el amor de ágape del N.Testamento, como dirá la Didaché. A veces la enfermedad es un instrumento eficaz en la pedagogía de Dios. Aunque existan dentro de la comunidad problemas muy serios, hay que salir ‘vencedor’ siempre, viviendo la hypomoné activamente. Para compartir en grupo y aplicar el mensaje a la Iglesia en la que vivo: ¿Qué vivencias cristianas y qué controles se requieren para que una comunidad esté cada día mejor, aunque haya problemas muy serios dentro de ella?

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Para personalizar el mensaje en la oración: ¿Es el v.19 reflejo de mi vida? ¿En cuál de las cuatro notas he de profundizar? ¿Alguno de mi comunidad entorpece activamente el seguimiento a Cristo? ¿Cómo compartir con él/ella lo que sucede? ¿Cómo ser fuertes en la comunidad si existe un problema de envergadura como en Tiatira?

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SARDES (Ap 3,1-6) LOS

QUE CREEN ESTAR BIEN, PERO “ESTÁN MUERTOS”

Carta a Sardes

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Al Ángel de la Iglesia de Sardes escribe: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. 2 Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras llenas a los ojos de mi Dios. 3 Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4 Tienes, no obstante, en Sardes, unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco, porque lo merecen. 5 El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus ángeles. 6 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. 1

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Cristo revisa a una comunidad de ‘fachada’ que trabaja muy bien hacia fuera, con una organización impecable. El ‘qué dirán’ les es muy importante. Ha quedado a mitad de camino: les falta ‘Vida’. Está desorientada, y porque se expone a ser sorprendida por cualquiera, se le presenta Cristo como juez exigente. La carta a Sardes es, tal vez, la más ‘severa y dura’ de las siete cartas. El tono de fuerte reproche nos hace suponer que se han desviado mucho del recto camino. Aparentemente parece que todo va bien. Las demás Iglesias tienen en alto concepto a Sardes, hablan bien de ella, porque se fijan en lo que hacen. Es una comunidad de poca hondura cristiana, aunque trabajen bien hacia el exterior. La ciudad tiene fama de estar muy corrompida, tal vez esto haya influido en la comunidad. A pesar de esta tónica general negativa, hay en esta comunidad unos pocos que están en forma. Podemos sintetizar a la Iglesia de Sardes con estas dos palabras: Viven mucho más el hacer que el ser, y esto en el cristianismo lleva a una situación grave.

Algunos datos históricos Sardes está a 55 km. de Tiatira, al sur-oeste, en una llanura, alrededor de la cual el río Pactolo había abierto, por tres lados, una garganta profunda.No se podía acceder a la ciudad sino por un solo lado y, aún así, el acceso era difícil. Tiatira es nudo natural de muchos caminos y esta situación influyó en su historia. Sardes es una de las ciudades más antiguas de Asia Menor. Fundada en el siglo XII antes de Cristo, pasó a los Persas bajo Ciro en el siglo VI a.C. y en el siglo IV fue conquistada por Alejandro el Grande. Ambos siguieron la misma estratagema: atacaron a la ciudad como ‘un ladrón de noche’, por el lado del precipicio que no estaba vigilado y abrieron la puerta desde dentro a las

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legiones para el asalto final. El año 214 a.C. Antíoco III el Grande, rey de Siria, conquistó la villa. Los habitantes de la ciudad cultivaron una adoración a Cibeles, la madre de todos los dioses. El año 123 a.C. pasó a ser ciudad romana de 2ª categoría. El año 17 d.C. un terremoto, de noche, la destruyó casi por completo. Diez años después estaba nuevamente reconstruida, gracias a la generosidad de Tiberio. Predominó el culto a Cibeles. Sus habitantes se dedicaban al comercio de la lana (en esta carta se habla tres veces de ‘vestido’).

¡Habla el Señor! v.1. Al Ángel de la Iglesia de Sardes escribe: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Cristo se presenta a la Iglesia de Sardes como ‘autoridad’, como lo hizo a Éfeso. ‘Los siete Espíritus de Dios’ hacen referencia al Espíritu Santo, que viene concebido como las 7 energías de Dios. Así ‘los siete Espíritus’ indican la acción de Dios para con las Iglesias y las ‘siete estrellas’ es la respuesta de esas Iglesias a esta acción de Dios. El Espíritu puede encender las lámparas si están apagadas. Cristo se presenta a esta Iglesia como el que tiene el poder en el cielo y en la tierra. Esta Iglesia tiene fama de estar bien. Trabaja mucho y bien, pero sólo hacia afuera. Tiene vitalidad, pero le falta ‘Vida’. Es todo fachada. Está bien en cuanto a la estructura y organización. Cara al funcionamiento, sus obras podían ser consideradas como estupendas desde el punto de vista humano, pero no así desde el de Dios. Existía un contraste evidente entre la realidad espiritual que vivían y la fama que tenían. Cristo la conoce muy bien, porque ve

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lo interno y sabe cómo se encuentra uno de verdad, y le dice ’¡estás muerta! Aunque haya unos pocos que estén bien, la mayoría está muerta. La carta de Sardes es la más severa de las siete cartas.1 Sardes está muerta, pero no abandonada. La carta es una invitación ardiente a la conversión; ésta será la tarea de los pocos que están bien. Aquí no se habla de la “sinagoga de Satanás”, ni de los ‘falsos hermanos’, porque los que están mal son ellos, los de casa.

v.2. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras plenas a los ojos de mi Dios. Sólo Cristo puede interpelar así a un muerto (véase: Mt 24,42; 26,41). Es una advertencia que hace referencia a la historia de Sardes, porque ha sido muchas veces asediada y ha caído en manos de los enemigos por falta de vigilancia. ‘Reanima lo que te queda y está a punto de morir’. Cristo no apaga la mecha débil (Is 42,3) y sopla sobre las cenizas de un fuego que está apagándose. Es necesario nacer de nuevo. Y será esta la labor principal de los pocos cristianos auténticos que aún quedan en Sardes. Cristo exige a ‘éstos’ que presten atención a los hermanos de la comunidad, a los que están a punto de morir, pues los principales responsables del cómo está la Iglesia son ellos. 1. ¿Qué queremos decir cuando afirmamos que tal parroquia está en forma? ¿en qué nos fijamos? ¿en los servicios que prestan (catequesis a varios niveles, grupos de ayuda a los inmigrantes, cáritas, grupos de la tercera edad)? ¿O nos fijamos en la fraternidad cristiana según el Señor que reina entre los que integran esa parroquia: equipo sacerdotal, grupos, comunidades religiosas...? Sardes esta muy bien en el aspecto del ‘hacer’, pero... ‘está muerta’.

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Cristo se dirige a la comunidad que ha caído ‘en cuanto comunidad’; no basta que algunos estén en forma. Aunque la comunidad tenga fama de estar bien ante los demás, no sucede así a los ojos de Dios. La fidelidad de unos pocos no basta para que la balanza de la Iglesia caiga en el lado positivo.

v.3. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Sardes recibió la Palabra (–aoristo–) y aún la mantiene; “acuérdate, guárdala y arrepiéntete” (–presente–) y Jesús le abre la puerta a la posibilidad del arrepentimiento. Todavía les da tiempo (recordar el mensaje de Jn 15,2). Para volver a tener ‘Vida’ no son necesarios ‘métodos’ sensacionales. El mejor método es volver a la fidelidad primera, cuando se convirtieron plenamente con ilusión. La Iglesia de Sardes recibió con fervor el Evangelio, pero ahora sólo mantiene la letra. “Arrepiéntete”: es el mismo aviso que a la Iglesia de Éfeso. Es una nueva advertencia para estar alerta. La actitud de estar alerta es siempre importante para un cristiano y ha de ser revisada constantemente. “vendré como ladrón” nos hace pensar en la irrupción inesperada del tiempo definitivo: cfr. Mt 24,43-44; Mc 13,35; 1 Tes 5,2; 2 P 3,10. La alusión a la historia de Sardes es evidente (fue sorprendida varias veces de noche). Cristo irá en el momento menos pensado si Sardes sigue así.

v.4. Tienes no obstante en Sardes unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco, porque lo merecen.

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En esta comunidad eclesial de fachada, tal vez de organización externa impecable, en esta comunidad que está muerta, hay con todo algunos que se mantienen fieles. ¿Cómo lo lograron? Puede que sean aceptados o puede que no; quizás sean criticados, o incluso pasen por indeseables, porque recuerdan a la Iglesia lo que tiene que hacer. Las Iglesias moribundas sienten dificultad en admitir a los que están bien con Cristo. Gracias a estos pocos hay todavía esperanza. Estos pocos no han manchado sus vestidos y por eso caminan con el Señor vestidos de blanco. El blanco es el color de Dios (véase Ap 19,14); también los ángeles y los elegidos del sexto sello (Ap 6,11) aparecen vestidos de blanco.2

v.5. El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus Ángeles. El premio que recibirá ‘el vencedor’ aparece bajo una triple forma: 1. Serán revestidos con vestiduras blancas. Es una manera interna, esotérica de expresar la victoria final. 2. No borraré su nombre del libro de la Vida, lo que indica la permanencia eterna con él. 3. Me declararé por él delante de mi Padre y de sus Ángeles. El Señor presentará al Padre y a los ángeles al ‘vencedor’.

2. Recordemos también el color de los vestidos de Jesús en su Transfiguración: Mt 17,1-8 y paralelos). La mención del vestido le viene bien a Sardes, porque era famosa por sus telas.

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Los que han permanecido fieles, y también los ‘arrepentidos de su estado de muerte’, podrán gozar de este triple premio. – La expresión ‘libro de la vida’ se encuentra en varios textos del Apocalipsis (Ap 13,8; 17,8; 20,12-15; 21,27), así como en el A.T.: Ex 32,32-33; Salmo 69,29: en este salmo el ‘libro de la vida’ es el registro donde constan los nombres de los ciudadanos. Tener el nombre escrito ‘en el libro de la vida’ significaba tener derecho a participar de las promesas mesiánicas, es decir, de la salvación de Dios: Is, 4,3. No estar inscrito era lo mismo que quedar excluido. En Dan 12,1 se habla de la participación de los bienes escatológicos. En el N.T. vemos que Fil 4,3 sigue a Daniel. Lc 10,20 nos hablará de los ‘nombres escritos en el cielo’. Lo mismo en Heb 12,23. Este ‘libro de la vida’ no contiene dos columnas, sólo una: se está o no se está. – “me declararé por él”. Jesús dice lo mismo en Mt 10,32 y Lc 12,8 y promete un testimonio gozoso en el juicio final. * * * Pro memoria: – Está a punto de cumplirse lo de Jn 15,2 (texto misterioso). – Cristo insiste en la importancia de estar siempre alerta. – El cristiano debe de estar en forma siempre, aun viviendo en una comunidad de fachada que esté muerta. – Es importante vivir constantemente la referencia a la primera experiencia con Cristo (véase Jn 1,38-39; Hechos 9,5). – Nuestra plena realización la obtendremos más tarde, no ahora, cuando encontremos nuestro nombre escrito en el libro de la vida. El Apocalipsis es el libro de la esperanza cierta.

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¿FUERTES O DÉBILES?

Para compartir en grupo y aplicar el mensaje a nuestra Iglesia de hoy. 1. ¿Cuándo una parroquia o una comunidad es pura fachada? 2. ¿Se puede estar bien según el Señor en una parroquia o comunidad que ‘esté muerta’? 3. En un tiempo, la comunidad de Sardes estuvo bien, pero luego se derrumbó; y... ¿la nuestra? 4. ¿Qué solución cristiana práctica ofreces a este tipo de comunidad? Para personalizar el mensaje en la oración: 1. ¿Quiénes son más importantes para mí: los herman@s de mi parroquia, de mi comunidad cristiana o religiosa, o las personas de fuera? 2. ¿Te gusta figurar, dando mucha importancia a la fachada? 3. ¿Trabajas más hacia fuera que hacia dentro?

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FILADELFIA (Ap 3,7-13) LOS

QUE ESTÁN BIEN, PORQUE HAN OPTADO

POR SER PEQUEÑOS, POR SER FIELES A

JESÚS

Y

POR VIVIR LA HYPOMONÉ PERFECTA

Carta a Filadelfia

3

Al Ángel de la Iglesia de Filadelfia escribe: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir. 8 Conozco tu conducta: mira que he abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, aunque tienes poco poder, has guardado mi palabra y no has renegado de mi nombre. 9 Mira que te voy a entregar algunos de la Sinagoga de Satanás, de los que se proclaman judíos y no lo son, sino que mienten; yo haré que vayan a postrarse delante de tus pies, para que sepan que yo te he amado. 10 Ya que has guardado mi palabra de la resistencia activa, también yo te guardaré de la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero para probar a los habitantes de la tierra. 11 Vengo pronto; mantén con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate tu corona. 12 Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más; y grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. 7

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¿FUERTES O DÉBILES?

La carta a la Iglesia de Filadelfia es una carta espléndida. No contiene ningún reproche, y sí muchas promesas. Es la carta más elogiosa de las siete. Está escrita a una comunidad cristiana pequeña que ha optado por no querer tener poder, por no figurar, que guarda la Palabra con elegancia. A su alrededor hay gente que la calumnia, pero estos cristianos logran taparles la boca y convencerles con su vida. Son pobres y pocos. Juntamente con la carta a Laodicea es la que más referencias hace a la historia profana.

Algunos datos históricos Filadelfia está a 45 kilómetros al sur-oeste de Sardes. Durante los 8 primeros siglos llevó otro nombre: Caletebus. Fue conquistada por Ciro el año 546 a.C. El rey de Pérgamo Atalo II Filadelfo le dio un nuevo empuje en los años 139-138 a.C. Una colonia de emigrantes macedonios le cambió de nombre: la llamó Filadelfia. Fue destruida por un terremoto el año 17 d.C. Tiberio la reconstruyó y Filadelfia, en señal de agradecimiento, recibió el nombre de ‘Neocesarea’. En la carta se hace alusión a todo esto. Las dificultades mayores les vienen de los judíos, no de los paganos. Tenían un santuario al Dios Jano ‘dios de las puertas y portones’, siendo el símbolo de este dios ‘la llave’.

¡Habla el Señor! v.7. Al Ángel de la Iglesia de Filadelfia escribe: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir. ‘El Santo y el Veraz’ Estos dos conceptos son atributos de Dios a lo largo de toda la Biblia (en nuestro libro en 4,8 ‘Santo’; en 6,10 ‘Veraz’); aquí, en nuestro texto, se aplican a Cristo.

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FILADELFIA

Estamos a finales del siglo I y la cristología ha recorrido ya mucho camino. Nunca en el Apocalipsis se aplica el atributo de ‘Santo’ a una persona humana, es atributo exclusivo de Dios. ‘Veraz’ (del hebreo ‘emet’) significa ‘verdad garantizada, constante’, en contraposición al capricho; entra en su significado el ‘ser fiel a la palabra dada’. “El que tiene la llave de David...”. En Is 22,22 esta expresión hace referencia al jefe de la casa del Rey. Nunca la teología judía ha interpretado esta imagen como referente al Mesías. Sin embargo, en nuestro texto la ‘llave de David’ hace referencia a la que Cristo tiene en su manos. Cristo es el dueño del futuro del mundo; sólo Él es el juez que juzgará y tendrá misericordia. Él será quien decidirá nuestro futuro. También se nos dice que es perder tiempo querer abrir las puertas que Él ha cerrado, o cerrar las que Él ha abierto1.

v.8. Conozco tu conducta: mira que he abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, aunque tienes poco poder, has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre. “... una puerta abierta” es una expresión empleada también por Pablo: 1 Cor 16,9; 2 Cor 2,12; Col 4,3, y aquí significa una buena oportunidad para el apostolado. Cristo ha concedido este privilegio a esta comunidad sencilla y pobre y le ha abierto la verdadera puerta para predicar el Evangelio. Dios hace que convenza, que todos la aprecien y que se sientan atraídos hacia Jesús gracias a ella. La ‘puerta abierta’ son las circunstancias propicias que se le presentan a Filadelfia para un apostolado fecundo. 1. Si se lee esta carta en grupo, es útil abrir un diálogo sobre cuáles son las puertas que Él ha abierto hoy y cuáles ha cerrado. Es una pregunta interesante.

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¿FUERTES O DÉBILES?

“... porque, aunque tienes poco poder...”. La importancia de la pequeñez, de la humildad es la característica de Jesús y por eso aparece en tantos lugares del N.T. Dando algunas citas: Mt 11,25; Mat 5,3; Jn 13,2-20; Fil 2,3; 2 Cor 11,30; 12,10; Gal 5,26; 1 Pe 5,5. A pesar de ser una comunidad pequeña y de poco poder, Dios le garantiza el éxito. La comunidad de Filadelfia no cuenta con gente de peso, es poca cosa diríamos hablando coloquialmente. Como en Corinto, así también en Filadelfia la comunidad cristiana surgió entre gente humilde. Jesús quiere que la ‘fuerza’ de su Iglesia esté en la debilidad, pero en una debilidad que ‘guarda su Palabra y que no reniegue de su Nombre’. Escuchemos varias voces de hermanos nuestros que hablan de esta ‘pequeñez’ y ‘pobreza’ de la Iglesia2. ‘La auténtica Iglesia cristiana debiera tener la valentía y el orgullo de presentarse como pequeña y débil’” (Frehner). ‘A menudo hemos entorpecido seriamente el camino del Señor por medio de nuestra fuerza poderosa’ (Müller). “Esta palabra te corresponde y es toda tu herencia. Esta palabra por la que, siendo pobre y pequeño, eres rico. Viviendo en la desgracia, te sientes feliz. Encontrándote solo, estás acompañado. En medio de las dudas, vives seguro. Rodeado de peligros, estás protegido. Atormentado, sientes alivio. Cuando te reprochan, te sientes honrado. En las contrariedades, te mantienes en paz. Estando enfermo, te sientes sano. En la muerte, te sientes con vida.

2. Me inspiro en Brutsch.

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FILADELFIA

¡Oh pobre y humilde Iglesia!, acepta este regalo. ¿No ves que Cristo se ha entregado de esta manera a los despreciados, a los humildes y pequeños? ¿No ves que les ha comunicado a ellos los grandes secretos del Reino que según Él les pertenecen?” (Olivétan).3

“Has guardado mi Palabra” Esta Iglesia de poco poder y poco prestigio es noble y fiel. No ha cambiado la Palabra de Cristo por ninguna otra palabra que le viniera del exterior, por ningún alimento que pudiera resultar más agradable al paladar humano. No ha mezclado la ciencia de Cristo con la ciencia del mundo.4 Se trata de una Iglesia pequeña que, no contenta con saber y conocer la Palabra, se compromete en cumplirla. Lo importante es actuar según Jesús. Algunos de sus textos nos iluminan: Lc 10,37; Jn 14,21-23; Mt 25,31-43. Véase también 1 Jn 3,18; Sant 1,22 y el anexo “la hora de la verdad” (pág. 149 ss). v.9. Mira que te voy a entregar algunos de la Sinagoga de Satanás, de los que se proclaman judíos y no lo son, sino que mienten; yo haré que vayan a postrarse delante de tus pies, para que sepan que yo te he amado. La ‘sinagoga de Yahvéh’ de Num 16,3; 20,4 ha pasado a ser ‘sinagoga de Satanás’. En efecto, los peores enemigos de los cris3. Olivétan, 1535. Erudito calvinista francés cuyo nombre completo era Pierre Robert Olivétan. Los valdenses financiaron este año en Suiza la primera versión protestante francesa de la Biblia, preparada por Olivétan. 4. Unos pocos años más tarde dirá Ignacio de Antioquia que la Iglesia de Filadelfia estaba muy entonada.

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¿FUERTES O DÉBILES?

tianos de Filadelfia no son los paganos, sino los judíos. Pues bien, la victoria de Cristo se hará más palpable en este sector tan reacio. Cristo tiene su pedagogía peculiar. Ya obtuvo para su causa al fariseo más temible de los judíos, a Saulo de Tarso, y se lo entregó a los pobres y humildes cristianos de Damasco. Va a hacer lo mismo en Filadelfia: a los judíos que despuntan contra los cristianos les va a hacer cristianos (¡es la pedagogía de Dios! Cuándo a Él le da la gana...). A los que se creen fuertes les hará doblar la rodilla ante los pequeños y humildes. Aquí no se habla de la conversión de todo el pueblo de Israel, sino de los judíos de Filadelfia. Y esto lo va a hacer “para que sepan que YO te he amado”. Cristo hace una declaración de amor por esta Iglesia de Filadelfia. El “Yo” acentúa la fuerza de la afirmación. Es ‘el Santo, el Veraz’, quien dice “yo te he amado”. Esta expresión (está en perfecto) no hace referencia únicamente al momento de la Pasión como en 1,5; aquí es un amor absoluto, es una afirmación sin ambages.

v.10. Ya que has guardado mi mensaje de tener resistencia activa (=hypomoné), también yo te guardaré de la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero para probar a los habitantes de la tierra. Estamos ante la virtud típica del Apocalipsis: La hypomoné. En ningún otro lugar del Apocalipsis se habla como aquí de la necesidad de la hypomoné (=resistencia activa) en el seguimiento de Jesús. Es la virtud que más se exige en el Apocalipsis, porque es la que se precisa para la lucha, para cuando se es perseguido, para cuando la oposición es brutal. En este texto viene recomendada de manera especial por Cristo.

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Dada su importancia, conviene que nos detengamos en ella: La etimología: ‘Hypo-moné’ viene de ‘hypo’ (debajo) y ‘menein’ (permanecer): se puede traducir al castellano de diversas maneras: resistencia activa, aguante activo, tenacidad, tesón, constancia, perseverancia, paciencia en el sufrimiento, y tiene sentido sólo en caso de agresión externa5. Dada la transcendencia de esta virtud en nuestro libro, voy a abrir un apartado sobre la hypomoné, ofreciéndote una serie de citas bíblicas. Si las lees todas y en actitud orante, el Señor te hará un regalo. Pruébalo.

Excursus sobre la ‘hypomoné’. Textos donde aparece el ‘don’ para los tiempos difíciles: Textos de Cristo: Mt 10,22; Lc 21,19; 8,15; en Mc 4,17 encontramos la antítesis de la hypomoné. Otros textos de Cristo relacionados con la hypomoné: Lc 9,23; Mt 11,29-30. Aparece como verbo: Mt 10,22; 24,13; Mc 13,13, Hebr 10,32; 12,2.3.7; Sant 1,12; 5,11. 5. Moulton-Milligan lo traduce por ‘aguante tenaz’. “Steadfast endurence” denoting “an inward feeling, as well as outward conduct, but directed only towards aggression...”. La hypomoné es una resistencia activa que implica una actitud interna firme y una acción hacia fuera, pero sólo en caso de agresión. Platón llamaba hombre de hypomoné al que luchando en campo enemigo lucha de tal manera que o triunfa o muere. Aristóteles llamaba hombres fuertes a aquellos que sobrellevan con tenacidad las cosas molestas. Los estoicos unían la virilidad con la hypomoné.

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¿FUERTES O DÉBILES?

Como sustantivo: Lc 8,15; 21,19; Hebr 10,36; 12,1; Sant 1,3-4; 5,11; 2 Pe 1,6; Ap 1,9; 2,2.3.19; 3,10; 13,10; 14,12. En la primitiva comunidad: Hebr 10,32-36; 1 Pe 2,20; 2 Pe 1,5-7; Sant 1,3.12; 5,11. En Pablo: 1 Tes 1,3; 2 Tes 1,4; 3,5; 1 Cor 13,7; 2 Cor 1,6; 6,4; 12,12; Rom 2,7; 5,3-4; 8,25; 12,12; 15,4; Col 1,11; 1 Tim 6,11; 2 Tim 2,10-12; 3,10; Tito 2,2. Problemas que tuvo que vivir Pablo: 2 Cor 1,3-7; 6,4-10; 12, 912; Gal 6,14; 1 Cor 4,9-18; 2 Cor 11,23 al 12,21; Col 1,24. Pablo llama a Dios “Dios de la hypomoné” (Rom 15,5; 5,3; 8,25; 15,4. Dios da esta virtud por medio de las dificultades y sufrimientos que nos depara la vida: Rom 5,3. Sólo con hypomoné se tiene la auténtica esperanza: 1 Tes 1,3; en este texto tenemos la trilogía perfecta gracias a la hypomoné. En Rom 8,25: ‘esperar es aguardar con hypomoné’. La hypomoné es criterio cierto para discernir a un cristiano de quien no lo es. A la hypomoné se la considera como la madre de la esperanza: Rom 15,4. En 2 Cor 12,12 vemos que la primera característica del verdadero apóstol es la hypomoné. En 2 Tes 1,4 se subraya la hypomoné de la comunidad de Tesalónica. En 1 Tim 6,11 Pablo exige a Timoneo la hypomoné y por medio de él nos la exige a todos nosotros. En 2 Tim 3,10 vemos que Timoteo se ha comprometido en ello. En Tito 2,2 Pablo pide la hypomoné a los ancianos. El texto de Rom 8,35 es muy bueno. En el libro del Ap 1,9 el autor se presenta como ‘compañero en la hypomoné’. Cuando en el Apocalipsis se habla de las Bestias y del Dragón, se dice ‘Aquí se requiere la hypomoné y la fe de los santos’ (Ap 13,10). Cuando un poco más tarde se habla de la hora del Juicio leemos: “Aquí se requiere la hypomoné de los santos” (Ap 14,12).

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‘También yo te guardaré’. Una vez más nos dice Jesús qué es lo que sigue a la fidelidad a la palabra sobre la hypomoné: sentirse seguro en medio de las pruebas, aunque sean fuertes y duras. No se trata de una seguridad humana, sino de la seguridad que da Dios: cfr Jn 6,37; 14,21-23; 14,15-16; 15,7. Se nos dice que Dios prueba a todos de muchas maneras. Aunque caigan el cielo y la tierra, la Palabra de Dios permanece firme y es la que lleva la razón. Esta prueba no va a ser para todos, sino para los no creyentes. La expresión ‘habitantes de la tierra’ significa en el Apocalipsis ‘los no creyentes’: Ap 6,10; 8,13; 11,10; 13,8.12.14; 17,2-8. Se nos dice en esta carta a Filadelfia que va a venir una prueba. Tal vez se trate de un enfriamiento radical en la fe.6 Quizás se trate de una apostasía. En efecto, se habla de una apostasía fuerte al final de los tiempos en Mat, 24,10; 2 Tes 2,2-3; 1 Tim 4,1; 1 Jn 2,18ss. Tal vez al final todo se convierta en una gran tentación. No lo sabemos. Pero al que esté preparado según Dios, no le sucederá nada. Los de Filadelfia estaban preparados. Si tienes paciencia para orar con todos estos textos te sentirás más fuerte ante cualquier tipo de adversidad.

v.11. ‘Pronto vendré’. Cristo hace referencia a su venida definitiva y hace suponer que su comunidad de Filadelfia existirá hasta su venida (en el plan de Dios, donde no hay tiempo, todo sucede ‘pronto’). El Señor viene cuando lo cree conveniente. Por eso, el Apocalipsis 6. ¿Qué pasó en nuestro mundo cristiano en los años 70-80, cuando muchas personas cambiaron de rumbo en sus vidas? Pasada esa década, se cerró la puerta, aunque no del todo.

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¿FUERTES O DÉBILES?

repite la expresión: “vengo en seguida”. Al mundo hostil o pasota no le interesa este mensaje, al cristiano sí y lo acoge con serena alegría, porque su mansión definitiva, la que le interesa, está más allá, donde vive el Padre. La venida definitiva del Señor para cada individuo está siempre muy cercana, lo que hace que estemos alerta. “Mantén con firmeza lo que tienes”. Aquí tenemos otra alusión a la hypomoné. Cada Iglesia debe mantener con tesón su experiencia de Dios. La Iglesia de Filadelfia sólo merece alabanzas. Cuando una Iglesia ha llegado a tener una fuerte y genuina vivencia espiritual, no tiene que preocuparse por alcanzar otras metas, sino que, con los pies en la tierra, debe mantener con firmeza lo que tiene. No debe distraerse: leemos en 2 Tim 4,1ss cómo habla Pablo de las falsas doctrinas y de los falsos doctores. Si uno se despista, puede perder la corona que ya posee. Este mensaje de ‘guardar lo que ya tiene’ es el mismo que el de Tiatira y nos atañe a todos porque es muy actual. Cuando nos encontramos espiritualmente bien debemos trabajar por guardar lo que poseemos.

v.12. Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más; y grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios y mi nombre nuevo. En esta conclusión aparece cuatro veces la expresión “mi Dios”. La expresión ‘columna’ es una metáfora que en el N.T. significa alguien que es muy importante. Cfr. Gal 2,9; 1 Tim 3,15. Este símbolo se emplea también en otras culturas.

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FILADELFIA

• ‘Santuario de mi Dios’ (=la Iglesia). Los fieles cristianos de Filadelfia gozarán de buena estima y serán influyentes según Dios. Ya que el templo es de Dios y los vencedores son sus columnas, entonces forman una misma cosa con Él por lo que nunca se podrán separar de Dios. En el N.T. es importante la imagen de los cristianos que forman el templo de Dios (véase Ef 2,19-22). • ‘Grabaré en él el nombre de mi Dios’. Se trata del sello definitivo que da Dios a los que son verdaderos seguidores de Cristo. Al que ha optado por ser poca cosa y ha vivido con resistencia activa (=hypomoné) la Palabra de Dios y, por tanto, se ha comprometido en que sea verdad el mensaje de “santificado sea Tu nombre”, en éste el Señor grabará el nombre de ‘su’ Dios. Asimismo grabará en él: • ‘el nombre de la Ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios’. Jesús grabará en él el nombre de la ciudad de ‘su’ Dios. Esta Jerusalén es nueva y no es prolongación de la Jerusalén de aquí abajo. En Ap 21,2 nos dice que esta nueva Jerusalén baja del cielo, de junto a Dios. • ‘y mi nombre nuevo’. – Si se trata de un nombre nuevo que da al vencedor, en tal caso expresaría la nueva naturaleza que Dios le otorga. – Si se trata de un nombre que impondrá en la Jerusalén celestial, entonces podríamos pensar en el Génesis, donde las cosas creadas reciben sus nombres ‘nuevos’. – Si hace referencia a un nombre nuevo de Jesús, en tal caso sería el que se da en Ap 19,12-13: ‘la Palabra de Dios’. ¡Feliz nombre!

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¿FUERTES O DÉBILES?

v.13. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Recuérdese lo comentado a la Iglesia de Éfeso. * * * Pro memoria: – Nadie puede cerrar lo que Dios abre. – Nadie puede abrir lo que Dios cierra. – El que opta por ser poca cosa y desea tener poco poder tiene un puesto especial en el corazón de Dios. – La resistencia activa (la Hypomoné) es la virtud esencial para cuando hay agresiones externas. – Dios protege al fiel en la hora de la prueba. – El mensaje ‘Vengo pronto’ nos lleva a estar siempre alerta. – Al cristiano fiel a Dios le grabará un nombre nuevo conforme a su vida y a su misericordia. Para compartir en grupo: – ¿Qué puntos de esta revisión de vida me afectan personalmente y cuestionan a mi comunidad cristiana? – ¿Qué cambios ha de llevar a cabo nuestra Iglesia si quiere ser como la Iglesia de Filadelfia que optó por tener ‘poco poder’? Para personalizar el mensaje en la oración: – ¿Quiere el Señor que sea persona ‘de poder’ o que pase desapercibida? – ¿Vivo las prioridades del Señor según la importancia que Él les otorga? – ¿Para qué circunstancias concretas de mi vida necesito ‘aguante activo’?

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LAODICEA (Ap 3,14-22) LOS LOS

QUE CREEN ESTAR BIEN Y ESTÁN MAL. QUE, SEGÚN PARECE, TIENEN DIFÍCIL REMEDIO

Carta a la Iglesia de Laodicea (Ap 3,14-22)

3

Al Ángel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. 15 Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. 17 Tú dices: “Soy rico; me he enriquecido; nada me falta”. Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. 18 Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. 19 Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. 20 Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. 21 Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. 14

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¿FUERTES O DÉBILES?

Comienzo con una pregunta: “¿Qué propones para curar a una parroquia, a una comunidad, a una familia cristiana que cree estar bien y que en realidad se encuentra mal?1

Ambientación La carta a Laodicea es una carta severa escrita a una Iglesia despistada y dormida. Esta comunidad no tiene grandes fallos, pero tampoco virtudes. Vive en un estado de mediocridad alarmante. Esta es la razón por la que se encuentran mal, aunque no tengan conciencia de ello. En esta carta descubrimos, en una confrontación con Cristo y con su Evangelio, lo que Laodicea pensaba de sí misma y lo que en verdad era. Los cristianos eran ricos y vemos que el bienestar económico puede enfriar al cristiano y llevarle por derroteros nada seguros. La comunidad de Laodicea es la que más lejos se encuentra de la necesidad de conversión. No recibe ningún elogio. Pero, aunque sea la Iglesia que peor se encuentre, Cristo se le acerca con amor y le corrige con mucha delicadeza, aunque, todo hay que decirlo, con seriedad e incluso severidad. La Iglesia de Laodicea recibe el más severo reproche de todas las cartas. Jesús llega a decirle: “voy a vomitarte de mi boca”.

Datos históricos Laodicea se encuentra bastante lejos de Filadelfia (65 km), muy cerca de Hiérapolis (a 6 km al sur) y a unos 10 km al oeste de Colosas. Fue fundada por Antíoco II, quien le dio el nombre de 1. Si compartimos esta Iglesia en grupo, convendría esperar a que se den respuestas a esta pregunta.

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LAODICEA

su hermana y esposa ‘Laodicea’. Las aguas termales de Hierápolis llegaban por acueducto hasta Laodicea, pero el agua llegaba ya templada, por lo que producía náuseas y no se podía beber. Laodicea era famosa por su industria textil, sobre todo por sus alfombras de lana negra. Asimismo eran famosos sus Bancos, elogiados por Cicerón; las transacciones bancarias le acarreaban gran opulencia. Laodicea era famosa también por su escuela de medicina; dio oftalmólogos famosos. Ya Aristóteles hablaba del polvo de Frigia, más tarde Galiano hablará del colirio (kollourion), que se inventó en esta ciudad: se trataba de una piedra de forma cilíndrica, que se reducía a polvo y se daba en los ojos. Este colirio era exportado a todo el imperio romano. ¿Estudió aquí tal vez Lucas ‘el médico querido’ Col 4,14?) Plinio llama a Laodicea “celleberrima urbs” (ciudad muy célebre). Los laodicenses tenían un gran complejo de autosuficiencia; nunca aceptaron ayuda alguna, ni siquiera cuando fue sacudida por varios terremotos. Leemos en Tácito (Anales 14,29): “Eodem anno (60) Laodicea tremore térrea prolapsa, nullo a nobis (i.e. Romanis) remedio propriis viribus revaluit” (Anales 14,29)2. Se cree que esta Iglesia de Laodicea fue fundada por Éfrapas de Colosas. Esta Iglesia es bien conocida por Pablo: véase Col. 2,1; 4,13-16. En esta carta a los Colosenses, Pablo saluda a los de Laodicea y les propone un intercambio de cartas. La carta de Colosas ha de ser leída en Laodicea y viceversa. Por desgracia, la carta escrita por Pablo a la Iglesia de Laodicea se ha perdido.

2. Aquel mismo año (el 60 p.C.), destruida por un terremoto, se rehizo con sus propias fuerzas, sin ninguna ayuda de parte de Roma. Ya entonces decía: “No necesito de nada”.

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¿FUERTES O DÉBILES?

¡Habla el Señor! v.14. Al Ángel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. A esta Iglesia desorientada se le presenta con un triple título:

‘El Amén’ Puede resultarnos extraña la definición que se da Cristo: el “AMEN” (en Is 65,16 se habla del Dios del Amén). Amén es síntesis del ‘emeth (verdad). El sentido de ‘Amen’ viene a ser el siguiente: ‘Lo que tú has dicho y hecho lo hago mío y creo en ello’. El ‘Amen’ pronunciado por una comunidad conlleva un sentido vinculante, comprometía en lo que se había presenciado y oído. A través de un ‘Amen’ dado a la Palabra de Dios, ésta se hace válida para la comunidad. Al darse Cristo por nombre ‘AMEN’ se autoproclama como el fiel realizador de la Palabra de Dios. La Iglesia de Laodicea es la antítesis del ‘Amen’, porque no es fiel en absoluto en lo prometido. Jesús se les presenta, pues, como ‘el inmutable en sus palabras y en sus obras’. Por lo tanto, el mensaje que va a comunicar a esta Iglesia de Laodicea es mensaje definitivo, tanto en sus advertencias como en las promesas.

‘El testigo fiel y veraz’ Hay que sopesar cada uno de los tres vocablos y asimilarlos reposadamente. Es continuación y consecuencia del título ‘Amen’.

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LAODICEA

Cristo se autodenomina ‘testigo fiel y veraz’, porque comunica certeramente y en fidelidad lo que HA VISTO.3

‘El Principio de las criaturas de Dios’ Cristo viene presentado por Juan a Laodicea como les fue presentado antes por Pablo. En Col 1,18 encontramos una expresión parecida. Juan se sirve de la cristología paulina. Este ‘principio de las criaturas de Dios’ puede tener dos sentidos: – Jesús es el creador de todo lo que existe (a esto llamamos ‘principio causal’). – Jesús es lo primero que tuvo en la mente Dios cuando creó el universo (a esto llamamos principio formal), es decir, todo fue creado en vistas a Jesús. Estos tres títulos (Amen, Testigo fiel y veraz, Principio de las criaturas de Dios) preparan el duro reproche que se avecina.

v.15. Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Las comunidades de Éfeso, Pérgamo, Tiatira, Sardes son culpables de algunos males, incluso de escándalos. En Laodicea, en cambio, no se da ningún escándalo, ningún mal manifiesto; pero la situación es peor, porque profesan una autosuficiencia religiosa peligrosa, un complejo de superioridad y se han instalado. No caen en la cuenta de que Cristo está a la puerta llamando y pide entrar. No sienten necesidad de arrepentirse de nada. Cristo les 3. El concepto de ‘testigo’ es una de las columnas del mundo joaneo.

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¿FUERTES O DÉBILES?

hará ver que una postura de rechazo es preferible a esta mediocridad, a esta indiferencia espantosa (=tibieza). El que mantiene una actitud de rechazo puede caer en la cuenta de ello y arrepentirse, el tibio no. Sardes puede llegar a la conversión. Éstos, los de Laodicea, no. Cristo no les reprocha ninguna falta grave concreta, pero toda la Iglesia está en falta.

v.16. Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. La mediocridad (tibieza) es algo que no nos tiene que preocupar demasiado, decimos tal vez nosotros, pero el Señor no lo ve así. La mediocridad le produce repugnancia, asco y ganas de vomitar. En el seguimiento a Jesús no se habla de tres posturas, sino de dos. La mediocridad es encontrarse muy mal, ya que hace imposible la conversión. Llegados a este punto, podríamos hacernos esta pregunta: ¿quiénes son los ‘mediocres’, los ‘tibios’? – ¿El que dice ser cristiano sin vivir el Gran Mandamiento del el amor mutuo? – ¿El que dice tener fe, pero sin obras? – ¿El que hace acepción de personas? – ¿El que pasa de largo ante el prójimo necesitado? – ¿El que se ‘instala’ y no piensa en los demás? – El que... y puedes seguir la lista, si te parece bien. El mediocre no cae en la cuenta de la verdadera situación en la que vive. Puede que se encuentre satisfecho de sí mismo, de su vida cristiana. Tal vez llegue incluso a decir que todo le va bien. Va a misa los domingos... Así se encuentra Laodicea.

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LAODICEA

Llegados a este punto podríamos hacernos esta pregunta: ¿A qué es debida la mediocridad de los cristianos de Laodicea? ¿Por qué ha llegado Laodicea a estar como está? Tal vez ello se deba a la falta de persecuciones, tal vez a la riqueza material, tal vez al orgullo. Esta situación de tibieza espantosa produce náuseas al Señor; cuando piensa en ellos le vienen ganas de vomitar, lo cual significa rechazar a alguien de mala manera. Aunque Cristo denuncie la realidad de Laodicea con repugnancia, el rechazo no es definitivo. Esta denuncia no tiene paralelos en las demás cartas. El cristiano tiene que estar dispuesto a pronunciar el ‘sí’ con rotundidad y coherencia, como lo hizo Cristo (2 Cor 1,19-20).

v.17. Tú dices: “Soy rico; me he enriquecido; nada me falta”. Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Aquí encontramos los síntomas que han producido la mediocridad en Laodicea. Son: – La riqueza material. – El complejo de superioridad. – El no necesitar nada de nadie. Algo parecido les había pasado a los de Corinto (1 Cor 4,7-8). Laodicea no solo afirma ser rica, sino que piensa que esa riqueza es fruto de su trabajo y esfuerzo. Una Iglesia que piensa así lleva el gusano dentro. La comunidad de Laodicea se basta a sí misma, pero esta evaluación que hace de sí misma no coincide con la que hace de ella Cristo. Cristo le habla claro y con dureza.

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¿FUERTES O DÉBILES?

Aunque Cristo no llegue a decirle “estás muerta” como se lo dice a Sardes, emplea una serie de calificativos que la llevan a pisar tierra, a enfrentarse a sí misma. La comunidad se encuentra muy mal y no tiene réplica, ella que se creía estar bien. Cuando los de Laodicea leerán la carta escrita a Esmirna caerán en la cuenta de que Esmirna, siendo pobre, es rica, mientras que ellos, siendo ricos, son pobres. Vemos aquí la ironía de la vida: los cristianos de la ciudad de los Bancos son pobres; los cristianos de la ciudad del ‘colirio’ están ciegos; los cristianos de la ciudad de los textiles están desnudos.

v.18. (comienza la etapa de la conversión) Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. Terminado el reproche, Jesús cambia de tono, habla con delicadeza. Se presenta como un médico que abre la herida para poder curarla. Le propone una nueva riqueza:, en vez del oro de los bancos le ofrece oro acrisolado al fuego. El único oro que vale es el de la conversión al amor. Tiene como trasfondo al Salmo 18,31; Sal 66,10 y a 1 Pe 1,17. De estos textos se deduce que el oro ha sido probado y es de confianza. Dios prueba a cada persona, aunque de distinta manera. La vida es un actuar probado, porque es morir por el hermano. El ‘oro’, el amor, es probado por el fuego. Los otros dones son como consecuencia de la prueba a través del fuego. No vale una vida que no esté probada, vendrá a decirnos el Apocalipsis.

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‘vestidos blancos para que te cubras’ El blanco es símbolo de pureza y de victoria, el desnudo es símbolo de impureza. Los laodicenses que eran especialistas en lana negra, tienen que negociar con vestidos blancos para negociar la paz. Estos vestidos, que vienen a cubrir la desnudez, son un símbolo de la participación de Dios.

‘colirio para que des en los ojos y recobres la vista’ Por medio de este colirio los laodicenses podrán recuperar la verdadera vista, con la que se VE (con mayúscula), y así caerán en la cuenta del estado lastimoso en el que se encuentran. Algunos autores han relacionado el colirio con el Espíritu Santo.4 La Iglesia de Laodicea tiene aún remedio y posibilidad de solución. El remedio está en la conversión, es decir, en caer en la cuenta del mal estado en el que se encuentran y en el deseo y compromiso de volver a Cristo.

v.19. Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Este versículo y el siguiente están considerados por muchos autores como los más hermosos de todo el Nuevo Testamento. Aquí vemos que la severidad del reproche es fruto del amor. Cristo les ama y por eso les corrige y exige de ellos arrepentimiento. Aquí se dirige a la Iglesia en cuanto comunidad, pero en el v 20 se dirige a cada individuo, asegurándoles que si le abre la puerta entrará para vivir en gran comunión siempre.

4. Véase el anexo sobre el Espíritu Santo.

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En nuestro texto se emplea el verbo ‘philein’ y no ‘agapan’ y esto extraña a primera vista, ya que muy pocas veces se usa ‘philein’ para indicar el amor de Cristo al hombre. Por ejemplo, en 1,5 se emplea ‘agapan’ y en 3,9 lo mismo y no ‘philein’. Aquí se emplea este vocablo deliberadamente, ya que ‘philein’ implica más sentimiento y más pasión que ‘agapan’. Cristo se manifiesta con un sentimiento especial de cariño a la Iglesia que peor se encuentra. ‘reprendo y corrijo’ ‘Reprendo y corrijo’ no significan rechazo, sino que son signos de amor. Es preferible que nos corrija a que nos rechace. La mención del amor precede al reproche y a la corrección. El amor nunca es cruel, aunque tenga que ser severo. Cristo ama con amor entrañable a la comunidad que ha dejado de amarle. ‘sé ferviente y arrepiéntete’ El fervor es un elemento permanente, constante en el cristiano, por eso está en presente, mientras que el arrepentimiento se efectúa una vez para siempre, por esto está en aoristo. Hay que comenzar con una opción seria, con una actitud decisiva, completamente opuesta a la mediocridad y tibieza de esta Iglesia. Aquí vemos que la puerta del arrepentimiento, aunque muy exigente y estrecha, no está cerrada a nadie. v.20. Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Es el texto más desconcertante de las siete cartas. Jesús está a punto de vomitar a esta Iglesia que da asco a todo el que se le

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acerca. Iglesia miserable y, con todo, Cristo está a la puerta y llama, pidiendo hospitalidad; nadie ha ido en su busca. En una Iglesia autosuficiente, nadie espera a Cristo. Se encuentra sólo, viene y la puerta está cerrada.5 Cristo espera, no fuerza la entrada, Él llama. No hay respuesta en cuanto comunidad y, a través de la puerta cerrada, habla a cada uno individualmente. Todo está en escuchar esa voz. El que le escucha no se resiste a abrirle la puerta. Estas palabras se dirigen al individuo y no a toda la comunidad. No todos responden a la vez en una comunidad. Unos antes, otros más tarde, y otros... Jesús está a la puerta en silencio, de manera secreta. El tono es el de un amigo que pide, y no de un Juez severo. El abrir la puerta al Señor que llama es responsabilidad de cada uno. ‘entraré en su casa’ Imagen íntima. Cristo quiere entrar en mi casa y ofrecerme, Él, la cena. No cabe pensamiento tan entrañable como éste. El cristiano sabe que, aunque él sea un pobre hombre, hay otros más pobres que él. Entre los llamados, unos le abren la puerta, y otros, no. ¡Misterios! Véase Jn 10,3; 14,23; 18,37. v.21. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. Con esta promesa solemne termina el mensaje a esta Iglesia y a las 6 restantes. Es un mensaje escatológico, definitivo. Juan contempla esta realidad en 20,4, donde los mártires se sientan en el trono con Cristo. Jesús quiere compartir con el ‘vencedor’ el pues5. Esta puerta se abre solamente desde dentro.

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to que Él comparte con su Padre: véase Col 3,1; Jn 5,27; Mt 19,28. Cristo hará partícipes de su vida a los cristianos. Este mensaje de esperanza hará que los cristianos de Laodicea sientan fuerza para luchar por el Señor en un contexto adverso.

v.22. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias Eran pocos los que sabían leer, por eso insiste machaconamente en cada una de las Iglesia la importancia de la escucha a lo que el Espíritu dice a las Iglesias de todos los tiempos y de todos los lugares geográficos posibles. * * * Pro memoria: – La mediocridad (=tibieza) produce náuseas, vómitos, asco (¡!). – La autosuficiencia y la riqueza material constituyen un gran impedimento para ser cristianos según Cristo. – La indiferencia es ceguera, no permite ver con objetividad. – Cristo se hace pobre y mendigo, que está a la puerta llamando y espera. – Cristo corrige con severidad al mediocre para que despierte y cambie. – La responsabilidad recae sobre la persona. Es ella quien tiene que abrir la puerta. Para compartir en grupo: – ¿De qué criterios dispongo para saber si yo pertenezco a la Iglesia de Laodicea? Y, ¿qué decir de mi parroquia, de mi hogar matrimonial o de mi comunidad?

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– Si somos Laodicea, ¿qué tenemos que hacer para despertarnos y pertenecer al grupo del Jesús, el Señor? Para personalizar el mensaje en la oración: – En el cristianismo, o se camina hacia delante o se va hacia atrás. El estar parado significa ‘mediocridad, tibieza’. ¿Cómo me encuentro yo personalmente? – La primitiva comunidad bebió agua cristalina en cuatro fuentes de garantía para vivir en la escuela de Jesús y caminar con luz y aplomo en su seguimiento. ¿Qué tal nos encontramos en lo referente a la Palabra, la koinonia, la Eucaristía, la oración? (véase Hechos 2.42).

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ANEXOS

LA GRAN VIRTUD DEL CRISTIANISMO EN EL APOCALIPSIS: LA HYPOMONÉ

En el comentario a Ap 3,10 te puse en contacto con muchas citas sobre la Hypomoné. Ha llegado el momento de hablarte de manera más asequible, incisiva y práctica de esta gran virtud (la virtud regia del Apocalipsis). Siempre que abras el Apocalipsis recuerda que lo que lees hace referencia a personas cristianas que están sufriendo lo indecible por el ‘delito’ de ser cristianos. Nunca olvides esto. Es preciso recordar el ambiente de acoso que estamos viviendo los cristianos.1 En el comentario a la Iglesia de Filadelfia, Jesús habla de las consecuencias que se derivan por haber vivido bien su mensaje sobre la ‘resistencia activa’. Con las citas escritas allí, quiero abrir un apartado más pedagógico y que nos sirva para la oración.. El mensaje más original del Apocalipsis es la hypomoné, es decir, la ‘resistencia activa no violenta’.2 1. Tanto en la Introducción (pp. 22 ss) como en el apartado ‘Una gran lección de Dios’ (pp. 169 ss) hablamos de este ambiente de hostilidad que va in crescendo. 2. Permíteme que repita la traducción de la palabra ‘hypomoné’: ‘aguante activo’, ‘tenacidad’, ‘tesón’, ‘perseverancia’, ‘resistencia activa’. Es la fuerza tenaz ante una agresión externa. Aquí repito algunas ideas del comentario a Ap 3,10.

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La palabra hypomoné está compuesta de dos vocablos: ‘hypo’= ‘debajo’ y ‘menein’= ‘permanecer’, lo que significa ‘resistir la contrariedad con todas nuestras fuerzas, con la certeza de que vamos a vencer’. Moulton-Milligan la definen así: La Hypomoné es ‘una resistencia tenaz que implica un sentimiento interno, así como también una conducta externa, pero solamente en caso de agresión’.3 Nosotros la hemos traducido por ‘resistencia activa’, pero muchas veces hacemos uso del vocablo original ‘hypomoné’. Los primeros cristianos fueron fuertes porque percibieron la vivencia de esta virtud en Jesús, en los apóstoles, en la primitiva comunidad y, por ello, no se arredraban ante nada. Gracias a la vivencia de la hypomoné los cristianos del tiempo del Apocalipsis salieron vencedores en todas las pruebas. ¿Podrían haber mantenido en aquellos tiempos de persecución la bondad sin haber vivido la hypomoné?

La hypomoné y nosotros Si venimos a nuestra historia reciente, tal vez la principal causa por la que algunos (o muchos) cristianos se han enfriado o se han retirado del seguimiento a Jesús en estos últimos decenios haya sido la carencia de hypomoné, esencial para los tiempos difíciles. Nuestra vida cristiana, que hasta hace poco ha discurrido tranquilamente, comienza a sentirse zarandeada y tal como van las cosas pronto será perseguida, dada la avalancha anticristiana militante que se vislumbra en el horizonte. No olvidamos que una 3. “A steadfast endurence denoting an inward feeling, as well as outward conduct, but directed only towards aggression”.

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de las consignas que nos dio Jesús fue: ‘No tengáis miedo, yo he vencido al mundo’ (Jn 16,33). Esta resistencia activa no violenta ha de estar bien enraizada en el imprescindible y concreto amor al hermano cercano en nombre de Jesús (un descuido en este punto sería grave). ¡Qué elocuente y emotiva nos resulta la página que nos dejó escrita Martin Luther King sobre su experiencia basada en la hypomoné. “Podéis hacer lo que queráis, pero nosotros seguiremos amándoos... Metednos en las cárceles y aún así os amaremos. Lanzad bombas contra nuestras casas, amenazad a nuestros hijos y, por difícil que sea, os amaremos también. Enviad, en las tinieblas de la media noche, a vuestros sicarios a nuestras casas, golpeadnos, y aun estando moribundos, os amaremos. Enviad a vuestros propagandistas por todo el país para decir que no estamos ni culturalmente ni de ningún otro modo preparados para integrarnos en la sociedad y os seguiremos amando. Pero llegará un día en que conquistaremos la libertad y no sólo para nosotros: os venceremos a vosotros y conquistaremos vuestro corazón y vuestra conciencia y, de este modo, nuestra victoria será doble”. ‘La fuerza de amar’.4

Importancia de la Hypomoné Previendo los tiempos que se nos avecinan es vital recuperemos la espiritualidad de la hypomoné. Abrimos, pues, un apartado sobre esta virtud para tiempos difíciles. 4. Estos mismos sentimientos aparecen en su I have a dream (Tengo un sueño) del 28 agosto 1963.

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– En Jesús. – En la primitiva comunidad. – En el Apocalipsis.

La Hypomoné en el mensaje de Jesús5 “Seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que tenga hypomoné hasta el fin, ése se salvará” Mt 10,22. Cuando en la parábola del sembrador nos habla Jesús sobre la semilla caída en tierra buena, dice: “Lo que en tierra buena, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con hypomoné” (Lc 8,15). La antítesis de la hypomoné la encontramos en la explicación sobre la semilla caída entre piedras da Mc 4,17: “... y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida”. Cuando Lucas habla del mensaje de Jesús pronunciado en el contexto del final de los tiempos, dice: “Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre... seréis odiados de todos por causa de mi nombre... Con vuestra hypomoné salvaréis vuestras almas” (Lc 21,12.17.19). Véase también Mt 24,7.9.13. Muchas dificultades nos pueden sobrevenir de nuestras propias familias: “Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos os entregarán y harán morir a algunos de vosotros, y todos os odia5. Mi sugerencia es que ores reposadamente los textos del Señor que vienen a continuación. Si tienes tiempo sigues la dinámica de la Lectio Divina. Una lectura superficial aporta poco.

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rán por mi nombre... Con vuestra hypomoné salvaréis vuestras vidas” (Lc 21,16-17). La Hypomoné en la primitiva Comunidad6 Nos impresiona el ambiente de persecución, ultrajes y despojo que vivieron nuestros primeros cristianos, ya mucho antes del tiempo del Apocalipsis. Esta situación los hizo fuertes, logrando así experimentar los beneficios espirituales de la hypomoné. El texto de la epístola a los Hebreos es revelador: “Recordad los primeros días, cuando recién iluminados, sostuvisteis el duro combate de los padecimientos: unos, expuestos públicamente a injurias y malos tratos; otros, solidarios de los que así eran tratados. Compartisteis las penas de los encarcelados, aceptasteis gozosos que os privaran de vuestros bienes, sabiendo que poseíais bienes mayores y permanentes. Por tanto, no renunciéis a vuestra confianza, que cuenta con una gran recompensa. Os hace falta hypomoné para cumplir la voluntad de Dios y obtener lo prometido (Hec 10,32-36). Y, aunque obraban el bien, necesitaron de la hypomoné para aguantar la persecución, sin desmoronarse. Nos dirá Pedro: “¿Qué mérito tiene aguantar golpes cuando uno es culpable? Pero si haciendo el bien aguantáis con hypomoné el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios. Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos una falsilla7 para que sigáis sus huellas (1 Pe 2,20-21). 6. Para esta sección, léase, Pedro Núñez, La difícil esperanza nuestra, Iglesia Viva, n. 177, pp. 213-232. 7. Hypogramon (‘falsilla’): lo que ponemos debajo del papel cuando queremos copiar un dibujo siguiendo sus trazos. Precioso símbolo para un cristiano.

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“Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la hypomoné, a la hypomoné la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad” (2 Pe 1,5-7) Santiago añadirá un matiz importante a este mensaje de la resistencia sin tregua: “Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeado por toda clase de pruebas, sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la hypomoné; pero la hypomoné ha de ir acompañada de obras perfectas8 para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que desear” (Sant 1,2-4) “Feliz el hombre que soporta (hypomenei) la prueba! Superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman (Sant 1,12). “¡Mirad cómo proclamamos felices a los que resistieron con todas sus fuerzas! Habéis oído la hypomoné de Job y sabéis el final que Dios le dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso” (Sant 5,11).

La Hypomoné en Pablo Pero será Pablo quien más nos hable de la hypomoné, porque fue esencial para él durante toda su vida. Una vida llena de peligros, contrariedades, trabajo, soledad, incomprensión... Conociendo su vida se entiende el valor de esta virtud. 8. Hay que distinguir claramente la hypomoné de la terquedad. Son dos actitudes bien distintas. No hay hypomoné donde no hay amor, porque la hypomoné es un don que Dios da al que vive el único mandamiento; la terquedad, sí, puede existir donde no hay amor y siempre empeora la situación.

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A Pablo casi todo le salió mal. Escuchémosle a él mismo. “... antes bien, nos presentamos en todo como servidores de Dios; con mucha hypomoné en la tribulación, necesidades, angustias; en azotes, cárceles, sediciones; en fatigas, desvelos, ayunos; en pureza, ciencia, longanimidad, benignidad, en el “Espíritu Santo”, en amor sincero, en la palabra de verdad, en el poder de Dios, mediante las armas de la justicia: las de la derecha y las de la izquierda, en gloria e ignominia, en calumnia y en buena fama; tenidos por impostores siendo veraces; como desconocidos aunque bien conocidos; como quienes están a la muerte, pero vivos; como castigados, aunque no condenados a muerte; como tristes, pero siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos” (2 Cor 6,4-10). “Pero Él me dijo: ‘Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza’. Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte. ¡Vedme aquí hecho un loco! Vosotros me habéis obligado. Pues vosotros debíais acreditarme, porque en nada he sido inferior a esos “superapóstoles”, aunque nada soy. Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: hypomoné perfecta y también señales, prodigios y milagros” (2 Cor 12,9-12). “Tú, en cambio, me has seguido asiduamente en mis enseñanzas, conducta, planes, fe, paciencia, caridad, hypomoné, en mis persecuciones y sufrimientos, como los que soporté en Antioquia, Icono, en Listra. ¡Qué persecuciones hube de sufrir! Y de todas me libró el Señor. Y todos los que quieran vivir piadosamente en

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Cristo Jesús, sufrirán persecuciones. En cambio, los malos seductores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos” (2 Tim 3,10-13). Pablo habla del ‘Dios de la hypomoné’: “En efecto, todo cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que con la resistencia activa y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Y el Dios de la hypomoné y el consuelo os conceda tener un mismo sentir los unos para con los otros, según Cristo Jesús” (Rom 15,4-5). La hypomoné de Jesús: “Que el Señor guíe vuestros corazones hacia el amor de Dios y la hypomoné de Cristo” (2 Tes 3,5). Dios da esa virtud por medio de las dificultades que nos depara la vida: “Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce la hypomoné, la hypomoné virtud probada, la virtud probada esperanza, y la esperanza no falla porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rom 5,3-5). Sólo con hypomoné se tiene la auténtica esperanza. He aquí la trilogía cristiana: “Tenemos presente ante nuestro Dios y Padre la obra de vuestra fe, los trabajos de vuestra caridad, y la hypomoné que os da vuestra esperanza” (1 Tes 1,3). La esperanza y la hypomoné están fuertemente vinculadas:

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“Pero esperar lo que no vemos, es aguardarlo con hypomoné” (Rom 8,25).

La madre de la esperanza: “En efecto, todo cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que con la hypomoné y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza” (Rom 13,4). La hypomoné será el criterio para distinguir a los verdaderos apóstoles de los falsos: “Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: hypomoné perfecta y también señales, prodigios y milagros” (2 Cor 12,12). Pablo habla con ilusión de la hypomoné de la Iglesia de Tesalónica: “Tenemos que dar en todo tiempo gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe está progresando mucho y se acrecienta la mutua caridad de todos y cada uno de vosotros, hasta tal punto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios por la hypomoné y la fe en todas las persecuciones y tribulaciones que estáis pasando” (2 Tes 1,3-4). Pablo le exige hypomoné a Timoteo: “Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la hypomoné, de la dulzura” (1 Tim 6,11).

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Y Timoteo se comprometió en ello: “Tú, en cambio, me has seguido asiduamente en mis enseñanzas, conducta, planes, fe, paciencia, caridad, hypomoné” (2 Tim 3,10). Pablo exige a los ancianos hypomoné: “Que los ancianos sean sobrios, dignos, sensatos, sanos en la fe, en la caridad, en la hypomoné” (Tito 2,2).

La Hypomoné en el Apocalipsis: Querido amigo/a, a lo largo de mi comentario a las 7 Iglesias te has encontrado repetidas veces con esta característica virtud del Apocalipsis. No obstante, he querido escribir de nuevo esos mismos textos para que puedas tener de manera ordenada lo que el Nuevo Testamento nos dice respecto a esta virtud que nos tiene que caracterizar en los tiempos que están ya a la puerta. Disculpa la repetición. “Yo, Juan, vuestro hermano y compañero de la tribulación, del reino y de la hypomoné en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús” (Ap 1,9). Se alaba la hypomoné de la Iglesia de Éfeso: “Tienes hypomoné; has sufrido por mi nombre sin desfallecer” (Ap 2,3). Lo mismo se dice de la Iglesia de Tiatira: “Conozco tu conducta: tu caridad, tu fe, tu espíritu de servicio, tu hypomoné; tus obras últimas sobrepujan a las primeras” (Ap 2,19).

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Cristo hace una importante promesa a la Iglesia de Filadelfia: “Ya que has guardado mi recomendación de tener hypomoné, también yo te guardaré de la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero para probar a los habitantes de la tierra (Ap 3,10). Únicamente con ella se pueden sobrellevar los sufrimientos originados por la Bestia: “El que a la cárcel, a la cárcel ha de ir; el que ha de morir a espada, a espada ha de morir. Aquí se requiere la hypomoné y la fe de los santos” (Ap 14,12).

Conclusión Cuando hablo sobre la hypomoné, se me cierran inconscientemente los puños. Se ve que el subconsciente une el gesto a la palabra. Querido amigo/a. ¡No nos van a poder! Cristo Resucitado, el Cordero degollado de pie, es el único que puede abrir el libro de nuestra historia, sellado con siete sellos9, es el que vencerá. Este es el gran anuncio del Apocalipsis Si pensamos que la historia la llevan los hombres, nos equivocamos. Es Dios, con el Cordero, el dueño de la historia. Este es el mensaje de la segunda parte del Apocalipsis (cc. 4-22). Y, al final, cuando acabe todo lo nuestro, viviremos en la nueva Jerusalén, que no es prolongación transformada de la vida de este mundo, sino algo totalmente ‘nuevo’ creado por Dios, bajado del Cielo. Esa será nuestra morada eterna. 9. Véase Pedro Núñez Goenaga, “El Apocalipsis y sus siete sellos como historia de salvación”, Discurso inaugural, Seminario Diocesano, Vitoria.

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Este apartado es el más importante de todo el libro, porque trata de lo fundamental, sin lo cual nada de lo dicho anteriormente puede mantenerse en pie. Pablo hizo experiencia de esto, por eso escribió el himno de 1 Cor 13. Podemos saber muchas cosas acerca Cristo, pero lo importante es dejarse enseñar desde dentro, hacer experiencia de El, y esto nos lo consigue y garantiza solamente el Espíritu Santo. Poco podrá hacer el Espíritu Santo si no le abrimos la puerta desde dentro (véase el comentario a Ap 3,20) y esto lo hacemos si deseamos centrarnos en el mensaje principal de Jesús: el único mandamiento (Jn 13,34.35). Dada la importancia de este tema, he pensado distribuir mi mensaje en tres momentos (comprensión, adhesión y praxis): el primer momento es para la mente, para captar lo que hay detrás de cada palabra de Jn 13,34.35; el segundo es para el corazón, para dejarse trabajar por este tema y celebrar en la verdad la Eucaristía y, el tercero es para decirte que el amor sin obras no sirve, no es amor verdadero cristiano. Te ofrezco este mensaje desde lo hondo, con el corazón en la mano. Que nadie nos distraiga, ni tampoco con ideas que pensamos son de Dios, pero no lo son, pues vienen del que se presenta como ángel de luz, pero no lo es, como nos dirá Pablo.

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LO

ÚNICO NECESARIO

1. Para la mente (Illuminatio mentis) Vamos a entrar en una experiencia cristiana muy fuerte vivida por una comunidad que creyó en Jesús: la comunidad de Juan. En ningún escrito del N.Testamento encontramos criterios tan claros para saber si estamos en comunión con Dios como en los escritos joaneos. Juan reduce TODO al amor. Esta ha sido su mejor intuición. Ha descubierto que “Dios es Amor” y que por lo tanto lo más importante será el amor que posea cada uno. Es el único punto de referencia seguro para saber si estamos en comunión plena con Dios. Ha revolucionado la moral con frases como ésta:”El que ama al hermano camina en la luz y no tropieza” (1 Jn 2,10). Jesús nos dejó un solo mandamiento. Juan es el que más ha profundizado en ese mandamiento y está cierto de lo que es fundamental para Jesús. En los sinópticos Jesús exige muchos preceptos para estar en comunión con él: pobreza, limosna, abnegación, oración, ayuno, abandono a la Providencia, confianza, vigilancia, etc.,etc (recordemos, por ejemplo, el sermón de la Montaña) En Juan, Jesús exige solamente un precepto, un mandato: el mandato del amor mutuo. Los textos son: Jn 13,14.15;15,12.17; 17,21-22; 1 Jn 2,3-11; 3,11-14; 4,7-21; 2 Jn 5.6.; 3 Jn 6.

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Juan 13,34.35 Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros. Que como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros. Nos dice: ‘Os doy’: no dice ‘os dejo’ sino ‘os doy’. Podríamos traducir: Os hago don de... El precepto del amor es un don y una norma: es la revelación de Jesús de un bien inmenso, dado por amor. Es un don de algo externo, que pasa a ser interno. La entolé, como la palabra, es primero exterior en su proclamación, e interiorizada por el creyente que la acoge. Nos da a sus hermanos como hermanos nuestros. Un mandato (entolé): indica ‘imperiosa obligación’, expresión de la voluntad divina, expresada en una enseñanza y que sirve de regla de vida para los cristianos (Spicq). El amor viene ‘impuesto’. ‘Hay que conservar a ‘entolé’ su fuerza imperativa de ‘mandato’ (ib.). Nuestra respuesta debe ser expresada por un actuar que es ‘obediencia’ a una norma. Para Juan el amor va unido a la obediencia. En ninguna parte del Nuevo Testamento se afirma una conexión tan estrecha entre el amor y la obediencia. Nuevo: porque es nuevo el ejemplo que se propone: ‘como Yo os he amado’. Antes el A.Testamento decía: ‘amarás al prójimo como a ti mismo’. Ahora se nos dice. ‘como Cristo ha amado’ es decir, ‘sobre ti mismo’. Antes el modelo y la medida era el amor con que la persona se ama a sí misma; ahora es el amor con que Cristo nos amó.

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Antes el amor era cerrado (Lev 19,18), ahora es abierto; podemos formar “hermanos” de entre todos los pueblos. Se llama ‘nuevo’ también porque el amor recíproco de los discípulos en nombre de Jesús es una “manifestación” (epifanía) al mundo. Solamente por tal revelación y no por un milagro de la venida de Cristo sobre las nubes, podrá el mundo ser atraído hacia la fe y hacia la vida de Dios ya en esta tierra. La novedad está en que es el mismo amor del Padre, de Jesús y del Espíritu Santo, diverso en calidad de cualquier otro amor humano (no es lo mismo agàpe que filantropía). ‘El Maestro tiene conciencia de introducir en este mundo un amor original, hasta entonces desconocido, antes que Él mismo lo hubiera vivido’ (Spicq).

Que os améis unos a otros (agapate allelous) El ‘amor’ es hoy un término equívoco. Se ha llegado a decir que la realidad humana y religiosa más densa como también la más equívoca es el ‘amor’. En la lengua griega hay cuatro verbos que se relacionan con el amor: – El verbo ‘stergo’ significa ‘amor familiar’, engendrado por el instinto. – El verbo ‘erao’ significa deseo vehemente y con frecuencia irracional, que se dirige más al cuerpo que a su alma. El sustantivo es el ‘‘éros’. – El verbo ‘fílein’ significa afecto profundo entre dos amigos. “Vosotros sois mis amigos” (filoi). Lázaro es el filos de Jesús (Jn 11,11).

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– El verbo ‘agapào’ significa amor desinteresado, gratuito, activo, que obra el bien, don puro por parte del que ama, amor que no pasa factura. Al amor desinteresado del que da corresponde el amor de gratitud del que lo recibe. El N.Testamento elige el verbo ‘agapào’ para expresar el amor que Dios tiene a sus criaturas y también el amor que reclama de ellas. Resumiendo: el amor de agápe significa ‘amar’. – – – –

A la manera de Dios. Gratuitamente. Impulsado únicamente por la agápe. Amor gratuito que libera al que lo recibe, sobre todo, al ‘necesitado’.

Según esto: – Tenemos que comenzar amando gratuitamente, a fondo perdido, (al comienzo no importa si no me corresponden). – Viendo lo bueno de los demás, lo que hay de Dios en las personas. – Amar es darse. No es lo mismo dar que darse. – Es renunciar al yo por querer servir a un ‘tú’. – El que ama desea al prójimo-hermano el máximo bien. – Como Cristo. – Como dice Pablo en 1 Cor 13,4-7. Cristo nos amó gratuitamente, porque fue Él quien comenzó y no esperó a que nosotros comenzásemos a amar... Así también nosotros tenemos que amar primero al prójimo-hermano, sin esperar respuesta o beneficio.

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¿FUERTES O DÉBILES?

Unos a otros Cristo insiste en la reciprocidad. El amor del creyente en Jesús ha de engendrar amor recíproco. El ‘Mandato’ va orientado, entre los creyentes en Jesús, hacia este amor recíproco y esto pertenece a la esencia del nuevo mandamiento. No es lo mismo amar a un prójimo que no te ama que amar a un hermano en Jesús que te devuelve el amor. Esta reciprocidad ha extrañado a muchos, tal vez por su credo o porque nunca han hecho experiencia de Dios como amor compartido. Damos un ejemplo de esta reacción: “El amor recíproco está restringido al condiscípulo, y está así en tajante y violento contraste con el mandamiento del Jesús sinóptico. El particularismo de la raza está cambiado por el nuevo y más peligroso particularismo del credo” (Montefiore, judío).

Como (kathôs) Comúnmente el término ‘kathôs’ se traduce por “como”, pero salta a la vista la dificultad de que es imposible amar como Jesús, porque nunca llegaremos a su radicalidad. En nuestro caso el ‘como’ hay que traducir ‘a la manera de’ y así entenderíamos que el modo de amar de Jesús fuese para nosotros la norma del amor recíproco. El amor recíproco de los discípulos debe ser del mismo tipo que el del Maestro hacia ellos, debe ir en la misma dirección. La referencia más inmediata de este texto es el lavatorio de los pies, pero la referencia por antonomasia es la cruz. (15,13: Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos).

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Jesús amó “a la manera del Padre” (15,9: como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros); nosotros amaremos “a la manera de Jesús”. Existencialmente, este “como” nos llevará a descubrir en la vida de Jesús la manera concreta de amarnos: – Dando la vida. – Defendiendo y liberando a los pobres (véase el episodio de la adúltera: Jn 7,53 -8,11). – Llevando la paz a muchas personas: ‘Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados... Mt 11,28-30). – Perdonando (Mt 6,12 y paralelos). – Viendo lo bueno de las personas. – Sufriendo... ‘Si el grano de trigo no cae en tierra y muere... (Jn 12,24). – Comprendiendo. – Y un largo etcétera. En esto os conocerán todos... Los militares llevan sus insignias que los identifican. Las insignias de Cristo son las insignias del amor. Quien quiera apuntarse a las milicias de Cristo, tiene que llevar la señal de la caridad. Los Apóstoles recibieron muchos dones de Cristo como son la vida, la inteligencia, la salud; dones espirituales como el poder de hacer milagros, etc. Estas cosas no son signos específicos del discipulado de Cristo, ya que pueden tenerlos tanto los buenos como los malos. El signo característico de Cristo es el signo de la caridad, del amor mutuo.

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¿FUERTES O DÉBILES?

El amor recíproco, la agápe fraterna, constituye, pues, la señal distintiva de los discípulos de Cristo. Los cristianos tenemos que ser reconocidos solamente por esta señal. Si entre los cristianos falta esta realidad, será imposible reconocer la presencia de Cristo en nuestra sociedad. Si no se da este amor mutuo entre los cristianos, será imposible que los hombres de buena voluntad admitan a Cristo, como el Enviado de Dios (17,21-23). De ahí que la práctica de la agàpe no deba ser considerada solamente desde un plano puramente individual, comprometiendo solamente a cada persona individualmente, sino que posee un alcance comunitario: La presencia de este amor comunitaria hace que Dios alcance su plenitud entre nosotros (1 Jn 4,12) y que Cristo convenza (Jn 17,21-23) La ausencia desacredita a la Iglesia de Jesús. Los discípulos de los fariseos eran reconocidos por sus filacterias. Los discípulos del Bautista por su especialidad en “bautizar”. Muchos religiosos/as son reconocidos por sus hábitos. La señal distintiva, perpetua y única de los discípulos de Cristo será el amor recíproco. Se trata de un amor visible. La definición joánica de la Iglesia de Jesús podría ser: La Iglesia está constituida por un grupo de creyentes en Jesús que se aman continuamente según la manera que les ha sido revelada, manera original, por la que los no creyentes discernirán a los “discípulos de Jesús” y se sentirán atraídos hacia Él.

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Discípulos míos No es discípulo el que sólo escucha, sino el que ha optado por vivir como su Maestro (1 Jn 2,6); el que asimila no solamente su enseñanza, sino su “manera de vivir”. Es decir, se trata de un testimonio de vida y no de palabras (1 Jn 3,18). El discípulo ha sido elegido por su Maestro (Jn 15,16), es ‘su’ servidor (12,26), da fruto y abundante (15,8.16), permanece en el Maestro (Jn 15,4.9). Para un cristiano, amar no es sino manifestar lo que es. El amor mutuo no es solamente una ‘señal’ inequívoca de nuestra pertenencia a Cristo, sino que es el único rostro de Cristo entre nosotros (s. Cirilo de Alejandría).

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¿FUERTES O DÉBILES?

2. Para el corazón (Adhaesio cordis) PARA CELEBRAR LA EUCARISTÍA EN LA VERDAD

Jesús esperó al momento más importante de su vida que es la Hora (Juan 13-17) para hablarnos sobre la importancia del vivir en fraternidad. Habló de ello solamente a los Doce (=a los ‘suyos’) (Jn 13,34.35) y a su Padre (Jn 17,21-23) y no a todo el mundo. En su vida pública, cuando hablaba en general para todos, habló mucho acerca de la misión, del envío y poco acerca del vivir en fraternidad. Sin embargo, para Jesús el tema de la fraternidad es de máxima importancia para la misión y esto es así porque quien tiene que llegar a las personas en la misión es Él y quiere llegar a ellas a través de su presencia en los que viven en fraternidad. Desde siempre Dios es amor compartido y, por ello, quiere vivir entre nosotros según lo que es, es decir, como amor compartido y sucede así en la medida en que vivamos de verdad unidos en su nombre. Es lo que nos dice en 1 Juan 4,12: “A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor ha alcanzado en nosotros su plenitud”. Si no hay verdadera fraternidad, entonces Dios-Padre, Dios-Hijo y Dios-Espíritu Santo no pueden vivir entre nosotros en plenitud.

Un itinerario 1. Hay que insistir mucho en la primera etapa de la andadura de la vida de fraternidad en nombre de Jesús. Quien tiene que empezar acogiendo el don del mandamiento que Jesús me ofre-

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ce soy yo. No he de esperar para comenzar a que empiecen los demás. Quien tiene que dar una respuesta concreta y fuerte al Mandato soy yo. Soy yo quien tengo que estar atento y plantearme si amo a los de mi fraternidad y a mis compañeros de trabajo desde el Señor, como El lo hace, viendo en primer lugar lo que Dios ha sembrado en mi hermano/a, es decir, su parte buena, la parte positiva. 2. Esta primera etapa a nivel personal es esencial, pues de ella va a depender el que yo entienda y experimente lo que es amar desde Jesús. El punto de referencia más seguro de mi comprensión de lo que es amar según el Señor es mi propia experiencia y el termómetro de mi crecimiento en este amor me lo dan las personas que me resultan difíciles y me cuestan. 3. Se puede vivir este mensaje a solas, pero normalmente tal persona que viva a solas el amor fraterno no interpela cuestionando a otras personas; pero si una fraternidad de tres, cuatro, diez o más personas vive de verdad, en lo concreto del día, el nuevo mandamiento, entonces esa experiencia de vida fraterna según el Señor es en sí un revulsivo que no deja tranquilos a los cristianos que no viven de ese modo. Es a través de esa experiencia que Dios interpela con fuerza tanto a los que viven cerca de Jesús, como a los que viven lejos de El. La experiencia nos confirma que eso es así. 4. Jesús no nos dice en su nuevo Mandamiento: “amad”, sino “amaos los unos a los otros”, porque el Mandamiento mira al amor compartido. En el amor al prójimo (prójimo y hermano no son lo mismo) el amor va en una sola dirección y no hay reciprocidad; en el amor al hermano, sí hay reciprocidad. La primera misión de un creyente en Jesús consistirá, pues, en convertir al prójimo o al enemigo en hermano, par que así haya reciprocidad en el amor y Dios esté presente en plenitud.

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5. Nunca hay que olvidar que antes que cristianos y consagrados somos personas y que, como tales, tenemos nuestra manera propia de ser. El descuidar aspectos fundamentales de la comunidad humana hace muy difícil la vida de comunidad cristiana. Dios ha repartido sus dones como lo ha querido Él y yo he de ayudar a cada hermano/a a que dé su respuesta personal desde él y no desde mí. Si acojo el don del nuevo mandamiento y lo hago centro de mi vida, entonces solucionaré muchas cosas a nivel humano cuando viva o me encuentre con personas muy distintas a mí, ya que donde se vive el verdadero amor cristiano, la psicología tiene ya mucho resuelto.

¿Por qué hay que vivir en fraternidad? Jesús nos hablará sobre la fraternidad también por otro motivo: porque el cauce más seguro del que dispone para atraer hacia sí a los que buscan la verdad es la unidad de los suyos (Juan 17,21-23). Jesús no dispone de otro cauce tan válido como de éste para que el mundo acepte que Él ha sido enviado por el Padre. Esta intencionalidad de Jesús hace que miremos a la comunidad con fe, haciendo un acto de fe, es decir, en otras palabras, que lo más importante para un creyente en Jesús no es vivir en fraternidad porque así las cosas le serán más fáciles y le irán mejor, sino porque desea ofrecer al Señor Jesús la posibilidad de que Él viva de modo cierto entre nosotros, a fin de que Él pase desde esa presencia a las personas que buscan la verdad, al mundo. Jesús pasa mucho mejor a través del amor concreto y visible de los hermanos/as entre sí que a través del trabajo que éstos hermanos puedan realizar en su apostolado, por muy importante que éste sea. Esto lo vemos en los hospitales, clínicas, parroquias, colegios, en las inserciones en medio del pueblo, sea éste creyente o no creyente.

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La vida de una verdadera fraternidad es el gran medio de evangelización y de convicción del que dispone Jesús. Es Él quien tiene que llegar a los destinatarios de su buena noticia y quiere hacerlo sobre todo a través de una fraternidad unida en su nombre. Se puede completar lo dicho con los textos de la 1 Jn 2,3-11; 3,11-24; 4,7-21 y, en Pablo, con 1 Cor 13. El silencio interno y externo son el mejor marco para saborear este texto en clima de oración.

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3. La praxis (Actuatio caritatis) 1 Jn 3,17 Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? 18 Hijos míos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y según la verdad. Iluminados por este texto de la Primera carta de San Juan, vamos a dejarnos iluminar por el Señor por medio de una parábola inventada por él para preservarnos de la teorización de su mensaje.

La Parábola del Samaritano (Lc 10,29-37) “Pero él [el legista], queriendo justificarse, dijo a Jesús: “Y, ¿quién es mi prójimo?” 30 Jesús respondió: “Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores que después de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejándole medio muerto. 21 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. 32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. 33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él y, al verle, tuvo compasión. 34 Acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le montó luego sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero, diciendo. ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva’. 36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?” 37 Él dijo: “El que practicó la misericordia con él”. Díjole Jesús: “Vete y haz tú lo mismo”. 29

Si algo le molesta a Jesús es la teoría, las preguntas teóricas que impiden pisar tierra, como por ejemplo, la que le hizo el legis-

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ta del Evangelio: ‘¿Quién es mi prójimo?’ (Lc 10,29). Jesús le va a responder obligándole a pisar tierra. Para ello inventa esta parábola. Lo que más me sorprende en este texto del Samaritano es que, siendo una parábola (es decir, un ejemplo que no ha existido nunca)1, Jesús haya elegido para ella los personajes que ha elegido. Precisaba de dos personas que tienen el corazón endurecido..., y... elige a ‘dos personas de culto’ (!), un sacerdote y un levita, como tipos de las personas que tienen el corazón estropeado.2

La parábola Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó. ‘Un hombre’ (ánthropos tís), no tiene nombre, es una persona cualquiera, no se habla de su condición social ni del color de su piel. Como Jerusalén está a unos 700 metros de altura y Jericó a 375 metros bajo el nivel del mar, por eso dice ‘bajaba’. Esta bajada por 1. La parábola es una comparación en la que los términos se toman en sentido propio: ‘bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó’... La metáfora es una comparación en la que los términos se toman en sentido figurado: ‘la vida es una flor que se marchita’... La alegoría es una metáfora prolongada: ‘Yo soy la vid, y vosotros sois los sarmientos’... 2. Esta idea me saca de quicio. Cuántas veces pregunto al Señor: ‘¿por qué escogiste para tu parábola a dos personas de culto como representantes de los que tienen el corazón estropeado?’. No sé cuál será la respuesta, aunque la intuyo. Años atrás, cuando estudiaba en el Biblicum de Roma, y el P. Zerwick, jesuita alemán, nos explicaba esta parábola a más de 50 sacerdotes jóvenes, recuerdo, como si fuese hoy, lo que nos dijo. Mirándonos fijamente por encima de sus pequeñas gafas, después de explicarnos la actitud del sacerdote y del levita, añadió (en latín, claro, que es como se impartían entonces las clases): ¿Es que hay relación directa entre ser sacerdote y tener el corazón endurecido? Y, esto... ¿sólo en los sacerdotes de la antigua alianza?’. Te imaginas el silencio del aula.

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el desierto de Judá era peligrosa. Los ladrones, después de despojarle y darle una paliza, le dejan medio muerto. ‘Medio muerto’ en castellano significa más muerto que vivo, no es un fifty-fifty. Casualmente... Esta puntualización es importante, porque si el sacerdote hubiese sabido que a tal distancia del camino se iba a encontrar con un herido en la cuneta, hubiese preparado algo para ofrecerle. ‘Casualmente’, pues, nos hace ver la espontaneidad del que ayuda, es decir, la bondad del sacerdote y del levita. Bajaba un sacerdote y, al verle, dio un rodeo (antiparêlthen). Tal vez el sacerdote bajaba del templo de Jerusalén cantando algún salmo. Y al ver al herido, dio un rodeo. Ciertamente hay que estar mal por dentro para ser capaz de dar un rodeo ante uno que está gravemente herido. Las normas de pureza ritual lo determinaban así, y el sacerdote siguió esa norma, pero la reacción de Jesús es implacable ante ese tipo de normas. Estaba en juego la dignidad de una persona y, además, una persona que no podía valerse por sus propios medios y que necesitaba visceralmente la ayuda de alguien. Pues bien, ‘pasó de largo’... De igual modo, un levita... le vio y dio un rodeo. Tal vez también éste bajaba cantando salmos. Pero al verle, por las mismas razones que el sacerdote, dio un rodeo y lo abandonó a su suerte, que era la muerte. En el desierto no hay ayudas, fuera de una mano amiga que te ofrece cercanía y un poco de agua. Ambos, tanto el sacerdote como el levita, se hicieron esta pregunta: “¿Qué me pasará a mí si le atiendo”? En su magistral explicación de esta parábola Martin Luther King nos dice que él sabe por qué el sacerdote y el levita no le hicieron caso a este pobre desgraciado. Porque, –son palabras suyas–, tenían prisa para llegar a tiempo a Jericó a una ‘conferencia sobre los derechos humanos’ (!).

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Pero un samaritano... Estaban rotas las relaciones entre los judíos y los samaritanos.3 El samaritano tenía todas las excusas psicológicas, sociales y religiosas para dar un rodeo, pues era un compromiso para él ayudar a un judío. ¿Aceptaría el herido su ayuda? De un enemigo no se podía esperar más que odio. Pero el samaritano se hizo esta sencilla e importante pregunta: ‘¿Qué le va a pasar a él si yo no le atiendo?’. Y..., ¿qué es lo que hizo? Llegó junto a él, es decir, se acercó. Lo primero en estas circunstancias es acercarse al que sufre, que sienta a alguien cerca, aunque no le hable, que note que una mano amiga le toma el pulso... Y, al verle, tuvo compasión(literalmente: esplagjnísthe: ‘se le removieron las tripas’). Aquí aparece el atributo de Dios del padecercon, el removérsele las entrañas, el tener la capacidad de entrar en el pellejo del que sufre.4 Acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino. Ante un herido de muerte sobran las especulaciones rituales y teóricas, lo que importa es actuar con prontitud, amor y compe3. Recordemos el encuentro de Jesús con la samaritana: ¿“Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana”? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos) (Juan 4,9). La mención de la Samaritana me hace recordar que el Congreso Mundial de la Vida Consagrada celebrado en Roma en 2004 que tuvo como tema “Pasión por Cristo, Pasión por la humanidad’ encontró la inspiración para su discernimiento y sus propuestas en el doble icono de la Samaritana y el Samaritano. Gracias por todo lo que nos habéis dado. 4. Cuando comparto mi fe con enfermeras/os y les explico, cómo no, esta parábola, al llegar a este momento, les digo: ‘Si por lo que fuere has descubierto que has perdido la capacidad de entrar en el pellejo del enfermo, pide a la Provincial o al Provincial que te dé otro destino’. Esta expresión ‘tuvo compasión’ debe de ser una vivencia del creyente en Jesús.

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tencia. El samaritano le dio lo que tenía y el enfermo se sintió mucho mejor. Y le montó sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Si el samaritano se hubiese dejado guiar por su lógica institucional, le hubiese dicho al enfermo: ‘Amigo judío, ahora estás mejor, quédate aquí tranquilito, muy pronto vendrá alguno de los tuyos y cuidará de ti; yo tengo que marcharme, porque tengo prisa y, además, no les parecerá bien a los tuyos el que yo, samaritano, me haya interesado de ti’. Pues, no. El samaritano prescindió del qué dirán, vio que ese pobre desgraciado, antes que judío, era persona y que su dignidad era más importante que su credo. Le montó sobre su cabalgadura y le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero, diciéndole: Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelta’. El posadero no le hizo preguntas. Podía haberle dicho: ‘Oye, ¿quién eres tú para que yo me fíe de ti? Y... éste desgraciado, ¿quién es?’. No le hizo ni una sola pregunta.5 ... dos denarios. Le dio lo que tenía, y se comprometió a todo lo que hiciera falta: ‘te lo pagaré cuando vuelva’. 5. En otra magistral parábola de Jesús, la del Padre misericordioso (a la que el pueblo llama ‘La parábola del hijo pródigo’) (Luc 15,11-32), lo que más me impresiona es la acogida que el Padre depara al hijo que se le marchó de casa. Lo que Jesús pretende en esa parábola es poner de relieve la hondura de la misericordia del Padre y, para lograrlo, hará uso de cinco verbos. En efecto, el texto dice que al regresar el hijo, el padre ‘le vio, se conmovió (esplagjnisthe), corrió, se echó al cuello y le cubrió de besos’ (5 verbos) y yo añado otro más, el sexto: ‘y no le hizo ni una sola pregunta’. Cuando el perdón es total, no se hacen preguntas. Así es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Volviendo a nuestra parábola, en la actitud silenciosa del posadero y el uso por parte de Jesús del mismo verbo ‘se conmovió’ (esplagjnisthe) al hablar del samaritano, está insinuándonos el Señor que el ‘conmoverse’, el ‘removérsenos las tripas ante el necesitado’ es elemento esencial para vivir su dignidad. Así vivió Jesús (véase 1 Jn 2,6).

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Aquí termina la parábola, pero no la enseñanza. Jesús se dirige entonces al legista que le había formulado la pregunta teórica ‘¿Quién es mi prójimo?’ para decirle: ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Conviene observar que Jesús da un sentido nuevo al vocablo ‘prójimo’: no es el otro, sino yo en mis relaciones con los demás. ¿Quién de estos tres (sacerdote, levita, samaritano –deja de lado al posadero–) hizo ver que era prójimo del pobre desgraciado? El legista contesta, pero no fue noble en la respuesta. La respuesta caía por su propio peso, era muy fácil: ‘¡¡¡EL SAMARITANO!!!’, pero lejos de él pronunciar semejante nombre reprobable. Y, también él, dio un rodeo al contestar: ‘El que practicó la misericordia con él’ (seis palabras en griego!!), cuando hubiese sido tan fácil decir: ‘El samaritano’ (dos palabras). Así somos los hombres que, hasta en las palabras, damos rodeos. Tampoco Jesús le contestará según la lógica de la conversación. La pregunta había sido: ‘¿Quién es mi prójimo?’ Y la respuesta más espontánea era: ahora ya sabes quién es tu prójimo y cómo se es prójimo. Pero esta contestación podía saber a respuesta teórica. Por ello Jesús le contesta de manera directa, insistiendo en el aspecto práctico del problema: ¡VETE Y HAZ TÚ LO MISMO! Apreciado amigo/a: Quisiera ofrecerte la posibilidad de bajar a la arena en esta parábola del servicio al necesitado. Para ello, aquí tienes varias preguntas que te ayudarán a personalizar el mensaje de Jesús y, si las compartes en grupo, tanto mejor. 1. ¿Por qué Jesús escogió para su parábola como tipos de personas que tienen el corazón estropeado a dos personas de culto? 2. ¿Soy prójimo para ese hermano/a que se encuentra mal... y que sufre..., o doy rodeos ante él/ella?

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3. ¿Me comporto tal vez peor que el sacerdote y el levita, ya que: – Me acerco al hermano herido para herirle más todavía? Esto no lo hizo ni el sacerdote ni el levita. (Desde hace muchos años me ayuda mucho esta frase que se la oí no sé a quién: “No herir al que ya está herido”). 4. ¿Cuál de estas dos preguntas me hago ante el hermano herido o enfermo?: 4.1. ¿Qué me sucederá a mí si le atiendo? 4.2. ¿Qué le pasará a él/ella si yo no le atiendo? 5. ¿Ante quiénes doy rodeos: – En mi comunidad (parroquial, religiosa)? – ¿Fuera de ella? 6. ¿Tienes prisa para ir a Jericó a la conferencia de los ‘derechos humanos’? 7. ¿Vivo la alegría de ser ‘el buen samaritano’, que nunca pasa de largo ante el que sufre? 8. ¿Cómo ilumina la espiritualidad de la parábola del Samaritano tu carisma familiar, parroquial, religioso hoy?6 9. ¿Cuál de las 8 preguntas es la más urgente e importante para ti? Para mí, la primera.

6. Sieger Köder tiene una pintura del lavatorio del lavatorio de los pies muy sugestiva. Jesús está profundamente arrodillado ante Pedro, como si estuviese venerándolo, y Pedro no entiende nada de lo que está pasando: su mano izquierda indica rechazo, mientras que su mano derecha está apoyada con toda su fuerza sobre Jesús. El rostro de Jesús aparece en el agua sucia de la jofaina y en una esquina de la mesita que está al lado se ve el pan y el vino de la Institución de la Eucaristía.

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UNA GRAN LECCIÓN DE DIOS

Entrando en la pista... Todos coinciden en que nunca en la historia se ha corrido tanto como en los últimos 50 años, con una velocidad cada vez más acelerada. Cualquier documento que se preciaba de serio, comenzaba en este período con un análisis de la realidad (ver), un juzgar la situación a partir de la Palabra de Dios (juzgar) y una praxis adecuada mirando hacia el futuro (actuar). Antes de llegar a ‘la gran lección’ me ha parecido útil recordarte este largo proceso por medio de unos botones de muestra, con el único deseo de recordarte cómo nos ha zarandeado el medio que nos rodea.

En 1965: Juan XXIII Comienzo con Juan XXIII: El 25 de diciembre de 1961 publicaba la Constitución Apostólica Humanae Salutis en la que comunicaba al mundo entero la celebración del Concilio Vaticano II. Cuando explica el por qué convenía en ese momento reunir a la Iglesia del mundo entero, dice: “La Iglesia ve en nuestros días que la convivencia de los hombres, gravemente perturbada, tiende a

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un gran cambio. Y cuando la comunidad de los hombres es llevada a un nuevo orden, la Iglesia tiene ante sí una tarea inmensa, tal como hemos aprendido que sucedió en las épocas más trágicas de la historia. Hoy se exige a la Iglesia que inyecte la virtud perenne, vital, divina del Evangelio en las venas de esta comunidad humana actual que se gloría de los descubrimientos recientemente realizados en los campos técnico y científico, pero que sufre también los daños de un ordenamiento social que algunos han intentado restablecer prescindiendo de Dios”.

En 1995: Mis reflexiones Hablando de dónde estamos y de lo que nos viene encima, escribía yo hace 11 años lo siguiente: ‘Cuando ser cristiano practicante era la situación normal del 95% de los ciudadanos, cuando el precepto dominical y los sacramentos eran practicados por la mayoría de la personas, cuando el matrimonio cristiano era la única opción para las parejas, cuando la educación impartida era exclusivamente la educación católica, cuando los seminarios contaban con gran número de seminaristas que garantizaban el futuro de la diócesis, cuando los noviciados de los religiosos/as estaban repletos de gente joven, entonces vivíamos un modelo de Iglesia que lo creíamos perpetuo y la resistencia activa (hypomoné) no tenía razón de ser. Pero las cosas han cambiado; hoy, en 1995, nos encontramos con un panorama socio-cultural-eclesial muy distinto, ampliamente agnóstico y en el que muchos cristianos están sumidos en una desesperanza existencial. ¿Qué sucederá en los años venideros?, se preguntan con cierto aire de pesimismo.

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Mucha sectas y movimientos espiritualistas, hoy englobados en las siglas NMR (Nuevos Movimientos Religiosos), llaman hoy a la puerta de tantos hogares cristianos y no cristianos. La mayoría de los jóvenes prescinden de la Iglesia, bastantes adultos se han retirado de ella y la influencia de los medios de comunicación hace que la descristianización y la increencia vayan amparándose en grandes sectores de nuestra población. No hace falta ser futurólogo para opinar que nuestro futuro será todavía más sombrío ya que movimientos a escala mundial van infiltrándose en nuestras naciones y familias. Para hacer frente a estos movimientos el cristiano necesita hoy una nueva espiritualidad, vivida con un nuevo ardor, nuevas expresiones y nuevos métodos”. Y a continuación hago una extensa exposición de la New Age, de la Postmodernidad, del mundo de los Mass-media, del entorno eclesial y familiar.1 Han pasado más de 11 años y las dificultades para la fe cristiana son las mismas pero in crescendo debido a distintos factores: La Nueva Era, la posmodernidad, la globalización y, de modo especial, la imparable proliferación de los distintos medios de comunicación (prensa, libros, cines), haciendo mención especial de Internet, importante tanto para el Bien como para el Mal. Pensando en lo que sucede en nuestros días me vienen espontáneamente a la mente dos nombres del Apocalipsis: la Bestia del mar (hoy sería el símbolo del poder político que prescinde y menosprecia los valores cristianos) y la Bestia de la tierra (hoy símbolo de todos los medios que apoyan a esta política) que apuntan su 1. Véase, P. NÚÑEZ, ‘La difícil esperanza nuestra’, en Iglesia Viva, 177 (1995), pp. 214-223.

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espada, muchísimas veces de manera solapada, contra la Iglesia de Cristo.

En 2003: Juan Pablo II El 28 de junio del 2003 Juan Pablo II publicaba la Exhortación Apostólica ‘Ecclesia in Europa’ (La Iglesia en Europa), tomando como icono el libro del Apocalipsis. ‘Al anunciar a Europa el Evangelio de la esperanza, sigo como guía el libro del Apocalipis’, (n.5). Y así sucede y arranca desde el análisis de la realidad que hace.2 En esta Exhortación del Papa aparecen nuevos elementos en el análisis de nuestra realidad que desembocan en la necesidad urgente de la esperanza. ¡Lástima que ninguno de los colaboradores del Papa le hablara de la hypomoné!, virtud que el Papa la vivió sin explicitarla. 2. Los textos más significativos de esta Exhortación Apostólica los podéis encontrar en los dos opúsculos sobre el Apocalipsis (‘Todo lo hago nuevo es su título) que la Diócesis de Madrid ha publicado para animar a sus fieles en los años 2004-2005. Quisiera resaltar tanto la idea de la Diócesis de haber alimentado al pueblo de Dios con este libro como la pedagogía utilizada para conseguirlo. Los cinco pasos que propone para ello constituyen un camino modélico: 1. Invocación al Espíritu Santo. 2. Escuchar. 3. Meditar. 4. Responder orando. 5. Responder dejándonos transformar. Estos pasos vividos en el clima de oración que se propone harán que los lectores hagan una experiencia nueva de Jesús ‘ el que Vive’. Se logrará más fácilmente este objetivo si el animador/a comparte con ellos un estudio introductorio que les facilite el mundo y la espiritualidad de este libro sagrado. No olvidemos que el Apocalipsis es un libro difícil. Dios quiera que este comentario sencillo de las 7 cartas pueda serles de ayuda, como lo fue para una de las parroquias de Madrid en la que tuve el honor de compartir lo que aquí está escrito.

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En 2004: el C.M.V.R. En 2004 se celebra en Roma el Congreso Mundial de la Vida Religiosa, un kairós para la Iglesia universal. En la primera parte del documento final, con el título de ‘La Realidad que nos interpela’, se hace un análisis extenso de la situación actual. No es objeto de este estudio pormenorizar este análisis, pero sí resaltar los distintos retos que hilvanan nuestra historia contemporánea según este Congreso Mundial de los Religiosos. Estos son: la mundialización y globalización con sus ambigüedades (19-21), la movilidad humana y sus fenómenos migratorios (22-24), el sistema económico injusto y las nuevas formas de solidaridad (25-27), la vida amenazada y defendida (2831), el pluralismo y la diferenciación creciente (32-34), el talante y la mentalidad posmoderna (35-37), la sed de amor y el desorden amoroso (38-40), la sed de lo sagrado y el materialismo secularista (41-44). Todos estos fenómenos han mermado la fe cristiana en nuestras familias y en nuestra Iglesia durante estas últimas décadas, y las consecuencias han sido: un descenso significativo en la práctica religiosa, que será más alarmante aún en un futuro próximo, la falta de vocaciones para la vida sacerdotal, la vida religiosa y el laicado comprometido, la ignorancia religiosa en una gran parte de nuestra juventud, su ausencia casi total en nuestras celebraciones litúrgicas, la indiferencia en muchos adultos, el envejecimiento de los que practican..., todo esto nos permite vislumbrar un futuro cercano en el que las fuerzas vivas quedarán significativamente reducidas en nuestro primer mundo. Si de esta experiencia eclesial bajamos al entorno familiar, constatamos que la referencia a Jesús se está convirtiendo en algo meramente ocasional (bautizos, primeras comuniones...) sin que

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ejerza ninguna repercusión en su vida privada; para una gran parte de la sociedad el Señor Jesús y su Iglesia no son un marco de referencia en el que se mueven. Los impactos de estos frentes aquí señalados (y los no señalados, como son, dando unos pocos ejemplos, la penuria económica de los jóvenes, la incapacidad de encontrar trabajo, el liberalismo en las relaciones sexuales, etc.) irán día a día minando la fe y la esperanza del pueblo cristiano. Puede que muchos sientan la tentación de la deserción y anhelen enrollarse en otros lares; otros caminarán en la obscuridad sin saber hacia dónde tirar. Nuestras iglesias irán vaciándose en los próximos años, a medida que vaya desapareciendo la generación de los mayores, para quienes la Iglesia es algo fundamental en sus vidas. Pues bien, hasta aquí hemos llegado y es aquí donde tenemos que escuchar la lección.

La lección práctica de Dios para este momento histórico La introducción que ha precedido (larga y corta a la vez) era para llegar a esta reflexión. Recordemos que en el apartado de ‘La gran virtud del cristiano en el Apocalipsis’ decíamos que estamos viviendo un momento histórico en que los embates procedentes del exterior se hace sentir cada vez más peligrosos e insoportables. Cometeríamos un grave error por parte nuestra, nos dice Juan, si en este momento histórico actual nos fijáramos solamente en esos ataques y pasáramos de inmediato a las oportunas estrategias para defendernos y para actuar. Esto supondría preparar la defensa desde ‘nosotros’ y lo que importa es prepararla ‘desde Dios’.

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En circunstancias como la nuestra, y aquí viene la originalidad del Apocalipsis, cuando hay problemas, cuando los acosos son inaguantables3, cuando se descubra que Jesús va perdiendo terreno, en ese momento la gran pregunta no es ¿cómo he de defenderme?, sino ésta: ¿Cómo estoy yo con Dios?, ¿cómo nos encontramos como comunidad ante Dios?, ¿cómo nos encontramos en casa, en la parroquia, en la comunidad? Prepararme para la lucha viene después. La tentación de pasar por alto el examen de mi vivencia personal y comunitaria suele ser grande, pero sucumbir a esa tentación sería desastroso, sería estar abocados a construir sobre arena y, por lo tanto, al fracaso. Por consiguiente, ante el período que se avecina es tarea urgente analizar nuestras experiencias, como hace Juan con las 7 Iglesias. Hay que tener la valentía de hacer un examen sobre cómo nos alimentamos de las cuatro fuentes de energía de la primitiva comunidad, en la que, no lo olvidemos, vivía también María, la madre de Jesús (Hech 2,42). Las cuatro fuentes de energía, o las cuatro columnas, eran: la Palabra, la koinonía, la Eucaristía, la oración, y es tarea nuestra preguntarnos diariamente qué tal nos encontramos en cada uno de estos valores fundamentales de Jesús. Y como la fuente de energía principal es la koinonia (la unión entre los hermanos y el amor a los pobres’)4, habría que empezar por lo 3. Hace poco, en una manifestación por la paz, estando presente el Sr. Obispo, un señor le espetó desde un balcón cercano: ‘Tú..., hijo de..., c...”, y esto a un obispo muy apreciado por el pueblo. ¿Tendrá la osadía ese señor de llamarse ‘cristiano’? 4. “No podemos engañarnos: por el amor recíproco y, en especial, por el desvelo por el necesitado seremos reconocidos como discípulos auténticos de Cristo (Véase Jn 13,35; Mt 25,31-46” (Juan Pablo II, Mane nobiscum Domine, n. 28).

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que hemos apuntado en la sección ‘La hora de la verdad’ (p. 149), por ser el único mensaje que nos permite saber con certeza cómo estamos ante Dios. La experiencia nos dice que en muchos lugares el problema radica aquí, en la falta de compromiso a nivel personal en el Gran Mandamiento, en la falta de respeto a las personas, en no verlas desde Dios. Si esto es cierto y queremos seguir como si no pasara nada, no tenemos futuro; iremos de mal en peor, aunque trabajemos mucho hacia el exterior como lo hacía la Iglesia de Sardes, de quienes dice Jesús ‘estás muerto’. Tiempo al tiempo. Termino este capítulo diciendo que las 7 Iglesias del Apocalipsis son un punto de referencia urgente para nuestro momento eclesial actual.

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Hay una frase en el Apocalipsis de todos conocida, también de los que no leen el libro. Es ésta: “El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias” (Ap 2,7.11.17.29; 3,6.13.22). Dada la importancia de esta frase quiero explicártela; puede que no la entiendas bien a primera vista. Así, en adelante, cada vez que la oigas, te resultará fecunda. ‘... lo que el Espíritu dice a las Iglesias’. Estas palabras que cierran el mensaje de cada una de las 7 cartas no indican que sea el Espíritu Santo quien diga algo suyo a las Iglesias, ya que Él no es el Revelador. El único Revelador es Jesucristo, por eso lleva como nombre ‘la Palabra’ (en griego ho Lógos) (Jn 1,1). La misión del Espíritu Santo es ‘recordar’ lo que ha dicho Jesús. Este ‘recordar’ no significa que el Espíritu Santo repita mecánicamente las palabras de Jesús (como lo hace un magnetofón), sino que las interioriza de manera que comprendamos hoy lo que Jesús dijo ayer, en su día. Es un ‘recordar enseñando’ (véase Juan 14,26). Por ello, nuestra frase es una ardiente invitación a que las Iglesias presten atención a lo que Jesús pretende decirles hoy.

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El que Jesús sea ‘el Revelador’ no quiere decir que Él nos explique su mensaje; no es misión suya. Esto te extrañará, pero es así. La misión de hacer entender las palabras de Jesús es misión exclusiva del Espíritu Santo. Aquí el Apocalipsis sigue al Evangelio de Juan (véase Jn 2,17-22; 12,16). Así es como se nos presenta en el Apocalipsis a la Sma. Trinidad: 1. El Padre (‘el que era, el que es y el que va a venir’ (Ap 4,8) es el Mensaje. 2. Quien lo transmite es el Hijo (‘Revelación de Jesucristo’ Ap 1,1). 3. Quien lo comunica interiorizándolo y explicándolo para el momento presente es el Espíritu Santo (`lo que el Espíritu dice a las Iglesias’ (Ap 2,7...). La ‘Unción’ Pero hay más todavía: la palabra de Jesús interiorizada por el Espíritu recibe en la Iglesia de Juan el nombre de ‘Unción’ (jrisma). Leemos en la Primera carta de Juan 2,27: “Y en cuanto a vosotros, la unción que de El habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas –y es verdadera y no mentirosa– según os enseñó, permaneced en Él”. Amigo/a, quiero que te detengas un momento ante este texto del Señor, pues puede cambiar tus relaciones con las personas. Fue Ignace de la Potterie, jesuita, prestigioso conocedor del mundo joánico, quien nos inculcó que ‘Unción’ significa la estre-

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cha unión que existe entre la palabra pronunciada por Jesús y esa misma palabra interiorizada por el Espíritu. Ambos momentos unidos constituyen la ‘Unción’. Esta ‘Unción’, característica de la escuela joánica, nos lleva a conclusiones importantes: 1. Que el Espíritu nos habla por medio de toda persona que reúna los dos requisitos necesarios (de los que hablamos más abajo), independientemente de su ‘categoría’ religiosa, social, académica, etc. 2. Que es fundamental este tipo de escucha al Espíritu, para que podamos percibir en la Iglesia un aire nuevo, fresco. Quiero explicarte lo del ‘aire nuevo, fresco’. Durante mucho tiempo en nuestra Iglesia no han funcionado de igual manera sus dos pulmones (Pablo y Juan). Las estructuras de la Iglesia y de las personas han pertenecido durante muchos siglos al pensamiento de Pablo y no al de Juan. El texto de la primera carta de Juan arriba citado difícilmente entraría en la mentalidad de Pablo, donde el mensaje nos viene de arriba hacia abajo, de los doctos a los ignorantes, mientras que en Juan el mensaje se recibe muchas veces de abajo hacia arriba. No se ha ido a la base en busca de ‘lo que el Espíritu dice a las Iglesias’; los que no saben, no tienen, no pueden no han sido consultados. No ha habido mala fe, pero así ha sucedido. Muchísimas disposiciones y normas han sido elaboradas sin consultar a muchos que poseen la ‘Unción’. El tipo de autoridad de la escuela joánica comienza en el lavatorio de los pies de Jesús y dignifica a toda persona, porque la considera como ‘hijo/a de Dios’. Ésta es la gran noticia. Es de todos conocido que en el Evangelio de Juan el primero no es Pedro, sino ‘el discípulo amado’ y sabes que en la primera versión el Evangelio terminaba con el cap. 20 (lee el último versículo). Fue más tarde cuando añadieron el capítulo 21, en el que el primero es Pedro. En la espiritualidad de Juan quien manda es

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el Espíritu, inspirando, haciéndonos testigos, llevándonos hasta la verdad completa. Huelga decir que un juanista es el primero en amar y aceptar a Pedro y a su sucesor; a la vez, es muy sensible a la voz del Espíritu. Estoy convencido de que el día en que nuestra amada Iglesia respire hondo con los dos pulmones amanecerá una nueva aurora; esto sucederá el día en que nos dejemos guiar por el Evangelio de Juan. Son muchas las personas que poseen al Espíritu actuando, porque cumplen los dos requisitos, y formulamos votos porque su voz sea tenida en cuenta. Antes de terminar este apartado quiero dejar asentado como biblista y juanista que la presencia actuante del Espíritu sin estos dos requisitos es dudosa, como lo decimos a continuación. Llegados a este momento, quiero hacer una pregunta: ¿Cómo sé yo si lo que creo que me viene del Espíritu Santo viene de él o de mi propia mente? ¿A quién acudo cuando me siento obligado a tomar una decisión importante en mi vida? ¿Cómo puedo tener la convicción de que mi elección ha sido hecha conforme al Espíritu? En la Iglesia de Juan son prácticos. No permiten que se confunda la autosugestión con la voz del Espíritu. El texto base para contestar a estas preguntas lo encontramos en lo que dice Jesús en Jn 14,15-16, ‘Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; 16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, 17 el Espíritu de la verdad. Es decir, que si me comprometo en el Gran Mandamiento, dice Jesús, entonces Él pedirá al Padre me dé al Paráclito. Jesús no falla, ni el Padre tampoco. Esto es así.

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Los dos requisitos para la actuación del Espíritu 1. El primero: Un gran amor a los hermanos/as que viven a mi lado (hago esta puntualización ‘a mi lado’ porque el amor ‘universal’ puede ser fácil. Por ejemplo, puedo decir tranquilamente que amo a todos los que viven en Madagascar, porque es cierto. Pero como el amor al hermano/a es una experiencia de Dios y no un conocimiento abstracto sobre los matices de los cuatro verbos sobre el amor1, entonces ese amor universal hacia todos los que viven lejos en el planeta no me es suficiente. 2. El segundo: Tomar como alimento la Palabra de Dios. Esta fue una de las columnas de la primitiva comunidad (véase Hechos 2,42) La acción del Espíritu Santo está subordinada a la Palabra de Jesús (la Biblia). Cuando más la ame y la conozca, más conocimiento y amor a Jesús me interiorizará el Espíritu Santo. Resumiendo todo lo dicho en dos palabras: El único criterio posible para saber si el Espíritu me interioriza a Jesús será, pues, estar comprometido en el amor (‘guardar su mandamiento’) y hacer de la Biblia ‘mi libro’.2 Si, por el contrario, descuido mi cordón umbilical con Dios que es el Nuevo Mandamiento, entonces entenderé el porqué del retrato que hace de nosotros el competente Severino Mª Alonso 1. Stergo (amor familiar), herao (amor al cuerpo), fileo (amor amical), agapao(amor según Dios). 2. Pensando en las generaciones que nos han precedido siento una gran pena: eran personas muy buenas y creyentes en Jesús en quienes estaba ciertamente actuando el Espíritu, pero a quienes el Espíritu no podía iluminarlas desde Jesús porque desconocían la Palabra de Dios.

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(La Vida Consagrada. Síntesis Teológica, Claretianas. Madrid 2001, 21): “Todos hablamos de comunión, y hasta hemos aprendido la palabra griega koinonia. Todos afirmamos que la autoridad es un servicio, y sabemos que en griego se dice diakonía. Repetimos todos con asombrosa naturalidad –dejándonos seducir por su magia y encantamiento– expresiones como radicalismo evangélico, opción por los pobres, renovación conciliar, sentido de responsabilidad, respeto a la persona, etc. Y palabras como libertad, amor, carisma, testimonio, compromiso, diálogo, pobreza, etc. Pero no existe una coincidencia fundamental en su comprensión que haga posible una auténtica comunicación y una verdadera convivencia” (citado por Jesús Sanz Montes, ofm, Presidente de la CEVC, TABOR, nº 0, diciembre 2006, p. 14. Querido amigo, quiero terminar esta nota sobre el Espíritu Santo con dos testimonios que nos hacen apreciar más lo que venimos diciendo. 1. El primero es de S. Serafín de Sarov, monje del siglo XVIIXIX: “La oración, el ayuno, las vigilias y otras prácticas cristianas cualesquiera, aunque muy buenas en sí mismas, no representan en modo alguno, por sí solas, el fin de la vida cristiana: no son más que medios para alcanzar ese fin, porque el verdadero FIN de la vida cristiana es la adquisición del Espíritu Santo”. 2. El segundo es de Martin Luther King, quien a la vez cita a Chesterton: “Si el Espíritu no vivifica nuestras vidas tenemos lo que Chesterton llamaba “cuidados que no cuidan, bendiciones que no bendicen y soluciones que no resuelven”.

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UN MOMENTO DE ORACIÓN

Te ofrezco para esta oración los nombres de Jesús y las 7 Bienaventuranzas del Apocalipsis Tal vez el nombre preferido de Jesús para ti sea Jesús a secas, Jesús de Nazaret, Cristo, Jesucristo, el Señor, el Resucitado, el Amigo... En el evangelio de Juan el nombre que se da a Jesús es ‘el Revelador’. En el Apocalipsis el nombre principal es: ‘el Cordero’. Aparecen también otros nombres:la abundancia de los nombres ha sido comparada por su exuberancia a la imagen del árbol de la vida del cap. 22,1, que da fruto doce veces al año. Te he comentado brevemente los nombres de Jesús que aparecen en las 7 cartas. No voy a explicarte los demás nombres. Sabes que muchos nombres han sido tomados del Antiguo Testamento. Te los dejo para que consultes en algún comentario.1 1. Puedes consultar el libro de COMBLIN, J., Cristo en el Apocalipsis, Herder, Barcelona, 1969. Te será de gran provecho, asimismo, leer el jugoso apartado ‘Cristo en el Apocalipsis’ que acaba de publicar el profesor joanista Domingo MUÑOZ LEÓN, en el libro Apocalipsis, Desclée De Brouwer (Col. Comentarios a la nueva Biblia de Jerusalén), 2007, pp. 25-28.

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Quiero sugerirte hagas oración con estos nombres. Busca un lugar tranquilo (si te es posible ante el Señor Sacramentado expuesto), lee uno de los nombres de Jesús, y te quedas ahí en silencio un rato, repitiéndolo muchas veces hasta que te resulte nuevo. El hojear-ojear el Apocalipsis en busca de un nombre de Jesús conlleva una agradable experiencia. Haz la prueba. Esto mismo vale para las 7 Bienaventuranzas. El nombre de Jesús que predomina es el de ‘Cordero’ (28 veces). Juan ha elegido este nombre porque tiene varios significados: Hace referencia al sufrimiento: Cristo como figura del Siervo de Yahvé y como Cordero pascual. Hay otros muchos nombres. 1. El Cordero, degollado de pié, (5,6 ss. 28 veces). 2. El Testigo fiel (1,5). 3. El Primogénito de entre los muertos (1,5). 4. El Príncipe de los reyes de la tierra (1,5). 5. El Viviente (1,17-18). 6. El Primero y el Último (1,17; 2,8; 22,13). 7. El que vive (1,18). 8. El Santo (3.7). 9. El Veraz (3,7). 10. El Amén (3,14). 11. El testigo fiel y veraz (3.14). 12. El Principio de la creación de Dios (3,14). 13. El que tiene la llave de David (3,7). 14. El que tiene las siete estrellas en su mano derecha (2,1; 3,1). 15. El que camine entre los siete candeleros de oro (2,1). 16. El que sondea los riñones y los corazones (2,23). 17. El León de la tribu de Judá (5,5).

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UN MOMENTO DE ORACIÓN

18. El Retoño de David (5,5). 19. Señor de Señores (17,14; 19,16) (escrito en su manto y en su muslo). 20. Rey de reyes (17,14; 19,16) (escrito en su manto y en su muslo). 21. La Palabra de Dios (19,13). 22. Fiel y veraz (19,11). 23. El retoño y el descendiente de David (22.16). 24. El Lucero radiante del alba (11,16). 25. El Principio y el Fin (22.13). 26. Yo soy el Alfa y la Omega (22,13). Las 7 bienaventuranzas del Apocalipsis 1. Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca (1,3). 2. Dichosos los muertos que mueren en el Señor (14,13). 3. Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas (16,15). 4. Dichosos los invitados a las bodas del Cordero (19,9). 5. Dichoso y santo el que participa en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años (20,6). 6. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro (22,7). 7. Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la vida y entrarán por las puertas en la ciudad (22,14).

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BIBLIOGRAFÍA

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TÍTULOS

ÉFESO

ESMIRNA

PÉRGAMO

El que tiene las 7 estrellas en su mano derecha. El que camina entre los 7 candelabros de oro.

El Primero y el Último.

El que tiene la espada aguda de dos filos.

ASPECTOS POSITIVOS

Conozco tus fatigas y tu hypomoné; no puedes soportar a los malvados. Pusiste a prueba a los que se llaman apóstoles, sin serlo; tienes hypomoné. Has sufrido por mi nombre sin desfallecer. Detestas el proceder de los nicolaítas.

Conozco tu tribulación y tu pobreza (aunque eres rico); las calumnias de los que se llaman judíos, sin serlo.

Eres fiel a mi nombre; no has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi testigo fiel.

ASPECTOS NEGATIVOS

Has perdido tu amor de antes.

AVISOS Y RECOMENDACIONES

Date cuenta de dónde has caído. Arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera.

AMENAZAS

Si no te arrepientes, iré donde ti y cambiaré de lugar tu candelero.

PROMESAS

Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

Mantienes ahí algunos que sostienen la doctrina de Balaám. Mantienes a algunos que sostienen la doctrina de los nicolaítas. No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos en la cárcel. Sufriréis una tribulación de diez días. Manténte fiel hasta la muerte.

Arrepiéntete.

Si no, iré pronto donde ti y lucharé contra esos con la espada de mi boca.

Te daré la corona de la vida. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda.

Al vencedor le daré maná escondido, y una piedrecita blanca y grabado en la piedrecita un ‘nombre nuevo’.

TIATIRA

SARDES

FILADELFIA

LAODICEA

El Hijo de Dios cuyos ojos son como llamas de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso.

El que tiene los 7 Espíritus de Dios y las 7 estrellas.

El Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar…

El Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios.

Conozco tu amor, tu fe, tu espíritu de servicio, tu hypomone; tus obras últimas sobrepujan a las primeras.

Tienes, no obstante, unos pocos que no han manchado sus vestidos.

He abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, aunque tienes poco poder, has guardado mi palabra. Has guardado mi recomendación de tener resistencia activa

Toleras a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne inmolada a los ídolos.

Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. No he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios.

Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse. A los que no compartís esa doctrina… no os impongo ninguna otra carga. Sólo que mantengáis firmemente hasta mi vuelta lo que ya tenéis.

Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir… Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete.

Voy a arrojarla en el lecho del dolor… A los que ‘adulteren’ con ella (si no se arrepienten) a una gran tribulación… A sus hijos les voy a herir de muerte.

Si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

Al vencedor… le daré poder sobre las naciones. Le daré además la estrella de la mañana.

Ellos andarán conmigo vestidos de blanco… No borraré su nombre del libro de la Vida. Me declararé por él delante de mi Padre y de sus Ángeles.

No eres ni frío ni caliente. Voy a vomitarte de mi boca. Eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego, desnudo. Mantén con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate la corona.

Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego. Yo a los que amo, reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete.

Voy a vomitarte de mi boca.

Te entregaré algunos de la sinagoga de Satanás. Haré que vayan a postrarse delante de tus pies para que sepan que yo te he amado. Yo te guardaré de la prueba que va a venir. Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios. Grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la nueva Jerusalén… y mi nombre nuevo.

Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.

COLECCIÓN “TEMAS BÍBLICOS” - LA HISTORIA DE ISRAEL, por J. Bright - INICIACIÓN A LA BIBLIA PARA SEGLARES, por J. San Clemente - PARA UNA HISTORIA DE JESÚS: TOMO IV: TESTIMONIO DEL EVANGENIO DE LUCAS, por B. Rigaux TOMOV: TESTIMONIO DEL EVANGELIO DE JUAN, por Lindars y Rigaux - EL FENÓMENO DEL NUEVO TESTAMENTO, por C. Moule - EL P. LAGRANGE AL SERVICIO DE LA BIBLIA, por B. Benoit - SINOPSIS DE LOS 4 EVANGELIOS. Textos, por Benoit y Malillos - LA TIERRA, EL LIBRO, EL ESPIRÍTU, por A. Artola - LA VIDA EN LOS EVANGELIOS, por Boismard y Lamoville - NUEVA BIBLIA DE LOS POBRES. CATEQUESIS BÍBLICA, por X. Pikaza - TEMAS BÍBLICOS PARA NUESTRO TIEMPO, por Antonio Bonora - INTERPRETACIÓN FEMINISTA DE LA BIBLIA, por Letty M. Russell - EL EVANGELIO DEL RESUCITADO, por Chantal Reynier - LOS EVANGELIOS, por Grupo Notre Histoire - ABRAHÁN Y SU LEYENDA, por Walter Vogels - LA CANTATA DEL AMOR. LECTURA SEGUIDA DEL CANTAR DE LOS CANTARES, por Blaise Arminjon s.j. - CON LA CÍTARA Y CON LA HONDA. LA SUBIDA DE DAVID HACIA EL TRONO, por Bruna Costacurta - DIEZ CLAVES PARA ABRIR LA BIBLIA, por Jacques Vermeylen - EL DINERO EN LA BIBLIA. NI POBRE... NI RICO, por Pierre Debergé - JESÚS Y BELCEBÚ. SATÁN Y DEMONIOS EN EL EVANGELIO DE MARCOS, por Alberto Maggi - ¿FUERTES O DÉBILES? LAS SIETE IGLESIAS DEL APOCALIPSIS, AYER Y HOY, por Pedro Núñez Goenaga, S.S.S.

Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Publidisa, S.A., en Sevilla, el 10 de septiembre de 2007.