296 112 51MB
Spanish Pages [334] Year 1978
Roger Owen
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Estudios sobre la teoría del imperialismo·
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Primera edición en inglés : 1972 Título original: Studies in the Theory o/ Jmperialism © 1972, Roger Owen y Bob Sutcliffe c/o Patrick Seale Books. Londres Traducción: Ana ·María Palos Primera edición en cspafiol : 1978 D erechos reservados en lengua española © 1978, Ediciones Era, S. A. Avena 102, Méitico 13, D. F. Impreso y hecho en Méitico Printed and Made in Mexico
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INDICE
RECONOCIMIENTOS,
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13 '·
INTRODUCCIÓN ROGER OWEN,
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PRIMERA PARTE
TEORÍAS DEL IMPERIALISMO
--{ CD LA TEORIA MAR,iISTA DEL 'IivfPERIAÚSÚO TOM KEMP,
27
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l. Cuestiones de método e interpretación, 27 2. ¿Qué es el imperialismo?, . 29 . 3. Capitalismo monopolista e imperialismo, 33 4. La contribución de. Len in, 3 7 ·· 5. El impe'rialismo hoy, · 40 · · Discusión, 43
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UNA CR1TICA PE LAS TEOR1AS MARXISTAS DEL IMPERIALISMO MICHAEL BARRATT BROWN, 47 l. Apunte 50bre las:-teorías en general y las teorías marxistas en particular, 48 2. La relación del impe.rialismo con el capjtalismo, . 50 3. El modelo económico de Marx, 52 4. La opinión de Marx sobre el comercio exterior, 54 5. El estudio de Hilferding sobre el capital financiero, 59 6. La opinión de Rosa Luxemburgo sobre el nacionalismo y el militarismo, 61 7. El "imperialismo" de Lenin, 63 8. Una revisión de las pruebas, 65 9. Explicaciones neomarxistas del imperialismo, 67 10. Una nota sobre el imperialismo soviético, 71 11. Capitalismo y subdesarrollo hoy, 73 12. Conclusión, 77 Discusión, 79
f-
.
III. EL CRECIMIENTO INDUSTRIAL Y EL IMPERIALISMO ALEMÁN TEMPRANO HANS-ULRICH WEHLER, 83 l. Las consecuencias sociales del crecimiento económico inestable, 86 2. El Estado intervencionista y el imperialismo social, 87 3. La expansión comercial y la adquisición del imperio formal, 89
4. Imperialismo 1ocial y la defensa del status quo, 5. Imperialismo social después de Bismarck, 97 Discusi6n, 99
93
(ÍV) ALGUNAS T EORfAS AFRICANAS Y TERCERMUNDISTAS 'SOBRE EL IMPERIALISMO THOMAS HODCKIN,
104
l. Los autores de las teorías,
104 2. El propósito de las teorías, 105 3. Características de la época del imperialismo, 108 4. Critica de los apologistas occidentales del imperialismo, 112 5. La relación del tercer · mundo con la teoría marxista, 117 6. Conclusión, 121 Discusión, 122
~BASES NO EUROPEAS DEL I MPERIALISMO EUROPEO: ESBOZO PARA UNA TEORfA DE LA COLABORACIÓN RONALD ROBINSON,
128
l. Una definición del imperialismo moderno,
129 La idea de élites colaboradoras o mediadoras, 131 El colono blanco: colaborador pn:fabricado ideal, 134 Colaboración en Afro-Asia: la fase externa o informal, El carictcr de la colaboración afroasiática, 138 La toma de posesión imperial, 139 Colaboración y no-colaboración afroasiáticas bajo el dominio colonial, 141 8. No-colaboración y descolonización, 146 9. Conclusión, 146 Discusión, 148
2. 3. 4. 5. 6. 7.
136
SEGUNDA PARTE
ASPECTOS TEÓRICOS DEL IMPERIALISMO CONTEMPORÁNEO sultado fue una competencia acelerada por los restantes mercados en Asia y África, la mayoría de los cuales fueron sometidos al control político directo de una u otra de las potencias con el fin de evitar la exclusión de sus propios productos. Una segunda área de acuerdo más o menos general fue la referente a los efectos del imperialismo capitalista en las economías de los países no europeos. Con casi toda la industria indígena destruida y todos sus recursos concentrados en la producción de unos pocos productos agrícolas -o minerales- para la exportación, tales economías se convirtieron en poco más que mercados para los productos industriales europeos y en fuente de materias primas. Una vez establecido, era muy difícil, si no es que imposible, romper este patrón. Así, por lo que se refería a esas economías, el fin de la colonización representó poca diferencia; la mayor parte de las viejas barreras a la industrialización y la diversifi cación de exportaciones permaneció inalterada. Un tercer tema concierne al hecho de que muchas teorías del imperialismo fueron vistas como eurocéntricas debido a que centraban su atención en los cambios ocurridos dentro de la sociedad europea, y tenían poco que decir acerca de sus efectos fuera de Europa. El elocuente alegato de Thomas H odgkin a favor de una teoría que dé cuenta del rompimiento que causó el imperialismo en Africa y Asia encontró amplia respuesta. Por otra parte, hubo cierto desacuerdo acerca del peso relativo que se debe conceder al estudio del mundo europeo como opuesto al no europeo. A su vez, esto dio origen a la cuestión más general de si el crecimiento del capitalismo en el siglo XIX hubiera sido posible si no se hubiera contado con el resto ?" _;)
del mundo para ser explotado, y si el actual sistema capitalista sobreviviría si fuese privado de sus mercados y fuentes de materias primas africanos y asiáticos. Por último, hubo una ininterrumpida discusión acerca de la rdación entre economía y política. Una vez más la cuestión fue planteada con particular claridad en el texto de Thomas Hodgkin. Aun cuando los teóricos tercermundistas que él describe creen que el imperialismo es, en su base, un sistema de explotación económica, un h echo de mayor importancia p ara ellos fue el de que sus pueblos fueron subordinados políticamente a una potencia extranjera. Ser colonizado fue verse sometido a una intolerable experiencia de dominación política: ésta, a sus ojos, es la realidad esencial de la era del imperialismo. NOTAS i Para las obras de todos los autores mencionados en esta introducci6n, véase b bibliografía. · 2 Sociologie actuelle· de l'Afrique naire. Paris, 1955 y 1963, trad. por D. Garman corno The Sociology o/ Black A.frica. Deutsch, Londres, 1970. a Este punto se · discute con mayor amp!;tml en la introducción a la tercera parte.
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PRIMERA PARTE
TEORfAS DEL IMPERIALISMO
La literatura marxista, y en particular la de Lenin, domina la cuestión del imperialismo. Tom Kemp hace aqu! un~vi.sión de los orígenes de la teoría marxista en el análisis económico de Marx en El Capit#(sección 2), específicamente el problema de la realización, la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y la concentración y centralización del capital./PTosigue señalando su desarrollo a cargo de Lenin, para quien el imperittiismo era virtualmente sinónimo de la época del capitalismo monopolista ( secciones 3 y 4), y finalmente su pertinencia contemporánea y las formas como se la /JU ede poner a prueba y desarrollarJ(sección 5). Dos de los puntos señalados por él deben ser recordados en toda discusión sobre el imperialismo. Primero, los marxistas emplean el término imperialismo para significar algo distinto y generalmente mucho más amplio que lo significado por otros escritores, especialmente historiadores (sección 2). Esto es fuente de constantes malentendidos tanto accidentales como deliberados. Segundo,f.iina auténtica teoría marxista del imperialismo, o de cualquier otra cosa, no puede ser concebida desligada de stl importancia para una lucha política por el socialismiJ(sección S); y ése es en última instancia el criterio a emplear por un marxista para probar su teoría. Revelar la verdad acerca del mundo es sentar las bases /1ara cambiarlo. Parte de la terminología de la sección 2 puede no serle familiar a algunos lectores. Ella se explica más ampliamente en el libro de Tom Kemp Theories of Imperialism (capítulo 2), pero tal vez una muy breve explicación pueda ser útil aquí. En el análisis de Marx del modo de producción capitalista el valor de una mercancía se comf1one de: primero, el valor del capital co1utante ( c), esto es, la maquinaria y las materias fJrimas empleadas en la producción; segundo, el capital variable ( v), el volumen de trabajo usado, medido en términos de los salarios pagados para conservar vivos a los obreros; y, tercero, la plusvalla (p), el exceso de valor v). de una mercancía sobre su costo de producción (c Los capitalistas tienen el problema de obtener esta plusvalía: en el /110ceso de circulación (de mercancías y dinero) deben encontrar un mercado para sus productos. No sólo debe el mercado de bienes en general ser suficiente para vender todo lo que se produce, sino que, /1or supuesto, debe haber también suficiente demanda tanto de bienes de consumo como de bienes de producción (lo que Marx entiende como los dos compartimentos de la economía). Las condiciones pnra esta proporcionalidad en la deman-
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da tanto en una economía estática como en una economía en crecimiento se encuentran formalmente establecidas en el esquema de la reproducción en el volumen JI de El Capital. , En opini6n de Marx, el pro¡:reso técnico tiende a elevar la composición orgánica del capital (c/v) en la producción, reduciendo el volumen de trabajo necesario en relación al capital. Dado que la lucha de clases tiende a mantener constante la tasa de plusvalía, o tasa de explotaci6n (p/v), resulta que existe una tendencia a que descienda la tasa de ganancia en el sentido que le da Mar:.: _ P _ _. . c+v
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I. LA TEORtA MARXISTA DEL IMPERIALISMO ' TOM KEMP .
El intento de una vieja y conservadora escuela de historiografía por borrar el término "imperialismo" del vocabulario de los especialistas ha fracasado en forma conspicua. Cualquiera que sea el contenido que se le dé, tanto si nos aproximamos a él con la intención de encontrar una explicación general o con una actitud completamente escéptica con respecto a la teoría, existe ahora un acuerdo general de que abarca fenómenos reconocibles que deben ser explicados. Puesto que el término ya no puede ser desechado, la necesidad de una mayor precisión resulta aún más imperativa. Y por lo tanto, el reto de la teoría marxista, o marxista-leninista - a pesar de todas las vicisitudes a las que la teoría marxista se ha visto sometida-, se hace sentir con renovada fuerza. La discusión ha tendido a convertirse en un debate acerca de la teoría. Más o menos conscientemente, incluso en el paraíso académico de los países anglosajones, los trabajos en este campo, tanto si son realizados por historiadores como por economistas, buscan refutar, y más raramente probar o verificar, lo que esta teoría afirma o se supone que afirma. La ortodoxia académica predominante es necesariamente hostil al marxismo en estos países y es improbable que abjure. Pero ello no es necesariamente cierto respecto a los estudiosos jóvenes y los estudiantes que están insatisfechos con el subjetivismo, idealismo y carga ideológica de casi toda la enseñanza ac;1démica y que son conscientes de su inrapadclad para captar o entender los verdaderos procesos que actúan actualmente para modelar nuestra época. El interés en el problema del imperialismo lo demuestra. ¿En qué consiste, pues, la teoría marxista? 1.
CUESTIONES DE MÉTODO E INTERPRETACIÓN
La teoría marxista del imperialismo forma parte del conjunto teórico conocido como marxismo que se basa en el materialismo dialéctico, incluye su propia economía política y proporciona las tácticas y estrategias de la revolución proletaria. Se ha visto afectada por las vicisitudes del movimiento marxista en este siglo y particularmente por las revisiones y perversiones del stalinismo. 2 Como resultado, quienes hoy día declaran ser marxistas tienen serias diferencias acerca de la teoría del imperialismo, así como en otros aspectos de la teoría y la práctica. Más que ocuparse de esas diferencias, lo que sigue a continuación pretende insertarse dentro de la auténtica tradición marxista y dejará a otros la tarea de discutirla si así lo desean . Una vez dicho esto puede añadirse, aunque el punto es bastante obvio,
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c_¡i:cCJa teoría marxista del imperialismo) no fue proyectada como una aYuda para el estudio y la escritura de Ja historia tal como se practica en las universidades.(Tuvo, y tiene todavía, un definido caráct~r operativo como g11ía para la claboraci6n de políticas y para la acci6n) No obstante, los rnarxistas estudian y escriben historia y afaman que en manos expertas su rnétodo permite que Ja historia se entienda más plenamente.ª Así pues, es necesario para comenzar decir algo, aunque sea breve e inadecuadamente, ~cerca del materialismo hist6rico.4 El marxismo rastrea la dinámica de la actividad social y del desarrollo hist6rico hasta sus raíces en la producci6n y reproducción de los medios de existencia. De esa base material, a su vez continuamente cambiante a medida que los hombres establecen mayor con-· trol sobre el medio que los rodea, es de donde surge la superestructura de la cultura, las instituciones, las leyes y los sistemas políticos. Si bien estas fuerzas superestructurales pueden y en efecto asumen una autonomía pr?pia y r eaccionan sobre la base material, son, en último análisis, remitibles a ella. Hay que subrayar que la concepción materialista de la historia no es esa especie de tosca interpretación "económica" que los críticos mal informados o deshonestos a veces suponen que es. Así como tampoco ve la evolución humana como un producto de "factores" separables de los cuales el económico es el dete1minante. Asume la totalidad de las relaciones humanas, rastrea sus interrelaciones y busca la fuente del cambio hist6rico no en motivos, no en ideologías, sino en la base material de la sociedad en cuestión. Así pues, el estudio del imperialismo comienza con· la estructura económica y halla ahí las fuerzas que ponen en movimiento "grandes masas, pueblos enteros y clases enteras en cada pueblo'', como lo define Engels.Q>ara el marxismo, el imperialismo no es un fen6meno político o ideoló¡:óco, sino que expresa las necesidades imperativas del capitalismo avan\ ndo) Para los marxistas, por tanto, la explicaci6n de tales aspectos del impe· rialismo como la expansión colonial y las luchas por el poder entre los Estados debe buscarse en las condiciones materiales más que en la ideología )' la política. La explicación subjetiva o psicológica del imperialismo ha sido muy convincentemente expresada por Joseph Schumpeter - quizá el único p~nsador no marxista que presenta una teoría general- pero ciertos elementos de ella se descubren en la mayoría de las teorías no marxistas, si no es que en todas.G Aunque no niega la influencia de fuerzas que son principalmente superestructurales, la teoría marxista rechaza la opini6n de 4ue el curso de la historia puede ser explicado en términos de impulsos de poder, amor a la guerra, deseo de gloria y la influencia de personalidades extraordinarias. En particular, niega que las masivas fuerzas tecno16gicas y económicas del capitalismo avanzado hayan sido convertidas de alguna manera en impulsos imperialistas, contrarios a sus tendencias inherr.ntes, por hombres de Estado, líderes militares, castas aristocráticas o in28
cluso por pueblos enteros. Comienza con el modo de producción capitalista en su estado de movimiento y ve lo que define como "imperialismo" como la expresión del desarrollo de sus leyes inmanentes. La complejidad de las formas en que estas leyes se materializan, su interacción con fuerzas en la superestructura y la infinita variedad de situaciones históricas reales, hacen la tarea de una auténtica explicación histórica no menos difícil, y en ciertos aspectos más difícil, para el historiador marxista que para el no marxista.
2. ¿ Q UÍ:
ES EL IMPERIALISllIO?
La teoría marxista del imperialismo se propone explicar las características que muestra el modo de producción capitalista en su última y más avanzada etapa como resultado de la acción de sus "leyes del movimiento" descubiertas por Marx. Emplea así el término "imperialismo" en un sentido técnico, que debe ser cuidadosamente diferenciado del significado variable que le asignan los historiadores y otros estudiosos. Para estos últimos, generalmente significa principal o exclusivamente la relación entre el país avanzado, imperial, y las áreas coloniales o scmicoloniales que quedan dentro de su imperio formal o informal. La teoría marxista hace más que esto. Emplea el término para describir una etapa especial del desarrollo capitalista y, por extensión, se refiere a la época del imperialismo en que éste se ha convertido en la forma dominante y hace hincapié en los rasgos nuevos y característicos de esta etapa. Puesto que trata específicamente del modo de producción capitalista, no se ocupa de una teoría más general y global del imperialismo en un sentido más amplio. Si el mismo término se aplica a otros periodos, o en un sentido más cercano a sus orígenes etimológicos, no puede haber objeción en principio siempre que las diferencias se señalen claramente y se eviten las confusiones. Aunque Marx no nos dejó una teoría del imperialismo, el análisis que hizo del modo de producción capitalista proporciona el punto de partida para la teoría marxista-leninista. En El Capital, Marx se esforzó por mostrar que el modo de producción capitalista no estaba gobernado por la satisfacción de las necesidades humanas, sino por el deseo de extraer plusvaHa de una clase de trabajadores asalariados, de realizar esta plusvalía encontrando un mercado para los productos en que estaba encerrada y de capitalizar esta plusvalía en nuevos medios de producción. La teoría del imperialismo trata de la forma fenoménica especial que adopta este proceso en una etapa particular en el desarrollo del modo de producción capitalista. El trabajo de Marx sobre economía política requería la construcción de un modelo de "capitalismo puro" en un nivel de abstracción relativamente elevado. La teoría del imperialismo, al ocuparse, como debe hacerlo, de los efectos reales de las "leyes del movimiento" que Marx descubrió, trata de dar mayor concreción a la forma como estas leyes se han maní-
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festado en .la historia. Lenin, en particular, , comenzó con los nuevos desarrollos en el capitalismo que debían ser explicados. Aquellas. partes de El Capital que resultan más importantes para explicar la nueva etapa del modo de producción capitalista, el imperialismo, son las siguientes: a) los esquemas de reproducción en el volumen n que tratan del problema de c6mo se realiza la plusvalia extraída de la clase obrera. Tenemos así lo que se conoce como "el problema de la realización", un problema de mercados, así como el del mantenimiento de las proporciones entre los dos principales compartimentos de la producción (el referente a los medios de producción y el referente a los medios de consumo) . Rosa Luxemburgo estaba primordialmente interesada en estos aspectos. 6 b) la tendencia decreciente de la tasa de ganancia· que es consecuencia del cambio técnico que aumenta la proporción de capital constante a capital variable, de trabajo "muerto" cristalizado a trabajo vivo, produciendo, en otras palabras, una elevación en Jo que Marx lla.m6 la composición orgánica del capital. Para Marx, esta ley era una ley Cle tendencia: es contrarrestada por otras fuerzas y por los esfuerzos de los capitalistas por encontrar modos de mantener la rentabilidad a pesar de Ja ley. De todo ello se trata en los manuscritos incluidos en el volumen m de El Capital. c] la concentración y centralización del capital como resultado inevitable de Ja lucha competitiva. Esto se menciona en el volumen 1 y se trata más específicamente en el volumen m, donde se relaciona con los cambios estructurales ya visibles en el capitalismo y que estaban preparando el camino para el "capitalismo monopólico", según el término que los marxistas emplearían más tarde. Véanse, por ejemplo, las observaciones de Marx sobre el surgimiento de la empresa comercial y los "empresarios", el papel de la bolsa de valores y los bancos. Estas tendencias las trata también brevemente Engels en el Anti-Dühring. Las partes componentes del análisis de Marx del capitalismo fueron parte de un modelo que, aunque inconcluso, pretendía revelar las "leyes del movimiento" de este modo de producción en su desarrollo total. El método de Marx de abstraer un aspecto a fin de examinarlo de cerca era parte necesaria de esta tarea. Edificar una teoría sobre sólo una parte de la estructura total, como hizo Rosa Luxemburgo con los esquemas de reproducción del volumen u, puede conducir a graves errores. También es necesasario ser muy claros acerca de la distinción entre las características del "capitalismo puro" del modelo --esto es, la existencia de sólo dos clases, capitalistas y trabajadores- y el mundo real que es el que en última instancia tiene que explicar la teoría. Así, por ejemplo, ningún análisis
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sofisticado o construcción de modelos basados en los esquemas de reproducción de Marx puede representar completamente el carácter dialéctico y contradictorio de las relaciones económicas reales en su contexto específico, derivado históricamente. Hay que tomar en cuenta el carácter de la supere.s tructura y su interacción con Ja base económica. Esto se aplica particularmente al Estado nacional, la forma de organización gubernamental dentro de Ja cual toma forma el modo de producción capitalista. Las fuerzas productivas puestas en marcha por el modo de producción capitalista no pueden estar contenidas dentro de las áreas geográficamente confinadas de los viejos Estados dinásticos de Europa. El surgimiento del capitalismo, y la industrialización de los países avanzados a que condujo, generan un mercado mundial y una división internacional del trabajo. Fue a través de su relación con el mercado mundial como Jos Estados capitalistas nacionales adquirieron su fisonomía específica y como las áreas menos desarrolladas, a medida que entraban en contacto con el mercado mundial, asumieron una posición de dependencia. Para fines del siglo xrx la mayor parte del mundo había sido dividida en imperios y esferas de influencia de las potencias dominantes. Aparte de los países de colonización europea, sólo J apón fue capaz de desarrollarse independientemente según patrones capitalistas. Al mismo tiempo, la burguesía, la clase dirigente capitalista, se estableció políticamente a través del Estado n acional y así surgió un sistema de Estados que encarnaban diferentes intereses nacionales. El Estado se definió en la esfera económica mediante sus propias leyes, sistema monetario, tarifas y restricciones al movimiento de los factores de producción. Había, por lo tanto, una contradicción entre las tendencias internacionales unificadoras de las nuevas tecnologías y la influencia constrictora del Estado nacional. Esto se manifestó en rivalidades y tensiones entre las principales potencias, en la expansión colonial, en alianzas y preparativos de guerra y finalmente en la guerra misma. Para finales del siglo XIX, según afirma el marxismo, el papel progresivo del capitalismo había llegado a su fin: comenzaba Ja época del imperialismo. Las relaciones y conflictos entre los Estados proporcionan casi todo el material de la historia política. En a,pariencia, predominaban las cuestiones políticas, diplomáticas y militares, y gran parte de los escritos históricos sobre el periodo posterior a 1870 presta muy poca o ninguna atención a las fuerzas económicas que actuaban bajo Ja superficie. Al mismo tiempo, casi toda la historia económica académica está escrita como si el estallido de la primera guerra mundial no tuviera ninguna relación con el tema que estudia.1 Para el marxismo, esta dicotomía es totalmente irreal y proviene del hecho de que gran parte del estudio académico de la historia moderna está cargado ideológicamente. Para la teoría marxista, existe claramente una conexión entre los cambios que tuvieron lugar en Ja estruc-
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tura del capitalismo en los países más poderosos durante el periodo que siguió a 1870 y las nuevas formas de rivalidad entre Estados y la configuración del mundo en imperios coloniales y esferas de influencia que señalaron el comienzo de Ja época del imperialismo. De la aplicación del materialismo histórico se deduce que en su orientación principal las tendenc ias políticas del llamado "nuevo imperialismo" expresaban el resultado de leyes económicas y la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el Estado nacional. · Volviendo a las secciones de El Capital que nos interesan aquí, pueden señalarse brevemente los siguientes puntos. Primero, las empresas capitalistas de los países avanzados buscaron ampliar sus mercados (para realizar plusva lía) y mantener elevadas sus ganancias introduciéndose en el mercado mundial. Siempre que les fue posible, lo hicieron con Ja ayuda y apoyo d e sus gobiernos y/o empleando su fuerza de negociación superior al tratar con socios más débiles, obteniendo concesiones y otras ycntajas. Segundo, otras áreas del mundo estaban vinculadas económicamente a los centros de industria avanzada, haciendo posible así la adquisición en términos favorables de materias primas que entraban en el proceso de circulación, como capital variable y constante, ayudando así a contrarrestar la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Tercero, esto requería Ja exportación de capital a áreas subdesarrolladas para construir vías férreas y puertos, abriendo vías de acceso en el interior y poniendo así nuevos sectores de sus economías bajo la dependencia del mercado mundial. Cuarto, estos desarrollos de la división internacional del trabajo, determinados por las n ecesidades de los países avanzados, fueron acompañados por la expresión de aquellos cambios estructurales -especialmente el ci·ecimiento de los monopolios- cuyos comienzos fueron señalados por M arx y Engels p ero que se habían convertido ya, o se estaban convirtiendo, en las formas dominantes del modo de producción capitalista en su etapa superior. Estas características, especialmente Ja cuarta, fueron el punto de partida del análisis del imperialismo de Lenin que examinaremos más adelante. Surgen aquí numerosos problemas que sólo podemos señalar brevemente. Todos ellos dependen de si es posible establecer una conexión entre, por una parte, las políticas del "imperialismo'', sus ideologías y expansión colonial y, por la otra, los cambios en la estructura económica que, según los marxistas, fueron en última instancia las fuerzas motrices de la nueva época histórica. Hay que admitir que formular la teoría apropiada a esta etapa en términos marxistas no es prueba suficiente para aquellos que no aceptan los mismos postulados. Sigue siendo difícil ver qué "prueba" es la que éstos exigen o estarían dispuestos a aceptar. Dentro de los límites del presente estudio, por lo tanto, nos parece mejor proceder comenzando por aclarnr qué es lo que ellos tienen que refutar.
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3.
CAPITALISMO MONOPOLISTA E IMPERIAl..ISMO
Para enfocar el problema 'desde un ángulo diferente, puede decirse que muchos no marxistas que emplean el término "imperialismo" lo hacen en un sentido político más que económico.8 Se refieren a la relación establecida entre los países metropolitanos avanzados y sus colonias, o también pueden ampliarlo para incluir otras dependencias. el imperio "informal". Como consecuencia, algunos autores ·han concluido, en forma algo malintencionada, que con el fin de la dominación colonial el imperialismo ha llegado a su fin. El término se usa también algunas veces de manera menos precisa para describir las políticas expansionistas de cualquier época y el sometimiento político y militar de unos pueblos por otros. Podría decirse así que el "imperialismo" comienza con el surgimiento de Estados organizados empeñados en la conquista. Sin negar tales empleos en su contexto apropiado, como ya dijimos, el té~no, para los marxistas, tiene un sentido técnic~_2~entífico definido, La teoría mj~!J•. debem_os aceptar la proposición de que el crecimiento del monopolio conduce a un aumento de las dificultades de inversión, de ahí no se sigueneéésa.~iame~Üequé li°éxportac1iSñOecaj)ítaÍ flicsc -estini11lada primordialmente · por la presión de. ~xcedenfoº''de ·ca- · pital. 3 • •• - -----·La resm1esta a esta cuestión se encuentra, en mi opinión, en comprender yconsiderarel capitalismo como un sistema mundial. La existencia de naciones Estados~poaerosalí-flaÍmportañC1 a del naciOrfalismo tiende a oscurecer el concepto de un sistema capitalista global. Sin embargo, el nacionalismo d e las sociedades capitalistas es el alter ego del internacionalismo del sistema. Las clases capitalistas triunfantes necesitan la fuerza de las naciones Estados no sólo para dearrollar mercados internos y construir infraestructuras adecuadas sino también, y esto es igualmente importante, para asegurar y proteger las oportunidades, el comercio e inversión exteriores en un mundo de naciones Estados rivales. Cada nación capitalista desea protección para sí, tratos preferenciales y libertad para operar intern.acionalmente. ,El pr~teccionismo:.. '!~ª...~u~~e_po~~~i~itar y laJ.trgen.:.... cia de. mercados' extenores ·form an parte de un ll)tSJ11q_paq11ete. ·-É l_.Qeseo y la- necesldacr de'opefaraescai~·_!nundial form-;t.:Pattitrin.:.. ,secn de ..fü.. cconómía del capitalismo. Las presiones rompetitivas, los avances técnicos y los desequi librios- réé'urfentes entre capacidad productiva y demanda efectiva crean constantes presiones en pro de la expansión de los mercndos. Los peligros e incertidumbres de los negocios, combinados con un impulso adq uisitivo de rioucza sin límites, activan al empresario para acumular bienes cada vez mayores y para, en el proceso, escudriñar todos Jos rincones ..de-Ja tierr~ . en bus~ª-· d!_ E~t!:Y?L c;P.Ortunidades. Lo gue obstaculiza su avanc!".. además de los límites técnicos dCI~transportes_y_ comum~ · cacíoñe;: es_:1a~resistencia A.~·J?sll~t~"'..9.s:--y)¡-..ri.validad de~ otras..l}acione3 Estados capitalistas.___ _ - Cl5ruiderada de esta forma, la e:ic:portación de capitfil,_ como el comercio exterior, es u!}a func¡(m normal de la empresa caplifilist a. Más aún, Ja expansión de ·1a exportación de capital"'está-eStreChamente relacionada con la expansión geográfica del capitalismo. Ya desde los primeros días del capitalismo mercantil, el capital\empezó a traspasar sus fronteras originales para financiar plantaciones y minas en América y Asia. Con esto llegó el crecimiento de la banca ultramarina para financiar el comercio con Europa, así como para ayudar a lubricar las operaciones de inversión extranjeras. Aun cuando las oportunidades para la inversión doméstica pueden haber escaseado algunas veces en ciertos lugares, el impulso principal para Ja exportación de capital no fue la presi6n del capital excedente sino la utiliza-
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c1on del capital allí donde existían buenas oportunidades, dentro de los límites, por supuesto, de la tecnología de la época, las condiciones económicas y políticas en otros países y los recursos de la metrópoli. Por ejemplo, puesto que la potencia militar se necesitaba para conseguir muchas de esas oportunidades de lucro, la escasez de mano de obra y recursos económicos que pudieran ser dedicados fácilmente a t'ales propósitos limitaba también las oportunidades de inversión. Como ya mencionamos, durante el impacto de la revolución industrial y -el. surgimiento de las manufacturas producidas · masivamente se produce W1 retroceso en las relaciones comerciales. La empresa capitalista busca desespera-dainente· mercados de exportación, mientras que las áreas ultramarinas son las que sufren una escasez de bienes que ofrecer a cambio. Como resultado, muchos de los países que compran a las naciones industrializadas contraen deudas, puesto que sus importaciones tienden a exceder sus exportaciones. En esas condiciones, las oportunidades y Ja necesidad de recjbir préstamos de capital de los centros metropolitanos aumentan. Así, las ·exportaciones de capital se convierten en un importante apoyo para la exportación- de bienes. Como es · bien- sabido, el verdadero aumento· de la demanda de·exportación de capital.británico aparece con el desarrollo de los ferroc~1ril.§,..No era solámente la industria británica la que proporcionaba losneles y equipos ferroviarios a gran parte del mundo, sino gue también los préstamos de capital británico hacían posible la financiación de esas exportaciones. Además, las instituciones financi eras que evolucionaron en la larga historia del comercio internacional y la exportación de capital adq uirieron intereses en la obtención de negocios extranjeros. Siguiendo sus propios imperativos de crecimiento, buscaron nuevas oportunidades para el empleo del capital en ultramar, al tiempo que reunían y estimulaban enérgicamente capital doméstico para tales inversiones. El punto importante es que la exportación de capital tiene una larga historia. Es producto a] de las operaciones a ·escafa mundial de las naciones capitalistáS- avanzadas, y b] de las instituciones y estructura económica que evolucionaron en la maduración del capitalismo como sistema mundial. No es producto del capital excedente como tal. Esto no quiere decir que nunca haya un problema de "capital excedente" (alimentado a veces por el retorno del flujo de intereses y ganancias del extranjero) , ni que en algunas ocasiones el capital no pueda actuar bajo la p resión de tales excedentes. Una vez que existen complejos mercados internacionales de dinero, diversos usos pueden hacerse de ellos. Los préstamos a corto plazo, por ejemplo, traspasarán las fronteras en respuesta a las escaseces o abundancias de dinero en los distintos mercados. El dinero se prestará para fines políticos y eco116micos más generales, para queun 'país gane influencia y trato preferencialen o tro. Pero el verdadero puntal de los mercados financieros internacionale!''eSTa red internacional de comercio e inversión que generaron
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las naciones industriales a_va_nzadas debido a su necesidad de operar en los m'erca~~~:JnJiti_diales_: ·~Así, mientras ·qúe--eri ocasiones el · capitat·· doméstico ·-e-xceé:lente puede ser un factor que contribuya a los movimientos de capital en el extranjero, la explicación más importante, en nuestra opinión, se halla en las interrelaciones entre la situación económica doméstica de las naciones capitalistas avanzadas y la de sus mercados ultramarinos! ¿Por qué, entonces, el súpj to aumento de las exportaciones de capital asoci_él:do .aLimperialismo moderño?' Eti- füi--opfüión; ·1a respuesta·· es-consecuente con el análisis ·aritérior·así-como con la naturaleza de esta última fase del capitalismo. ..Eciniero,\I~arición del nuevo imperialismo va acompañada por la entrada -en Cs'cena-Cle-·--varíos._:Esiacios- íñd usfríales- cáp"a'ces· de disp~tar. l~. hegéñúinia.füíi:áñi~á~~-ñ~~r c(frñérció'""y fíria~~as :Iilti.rnaclona: · les.. Estas otras..n~ciC:iiies expan4en sus- exportaciones de capit~! ,P~,Uii~~; n::ias rt~_zoIJes) aumentar _s~ come_rcio'e~ter_ior.·. oJ?ten_er -~~rca.d9s_ pr!!Í~rei;i c1alcs.;JÁs1. en vez de que Inglaterra siguiera siendo el primer pa1s exportador de capital entre muy pocos, sur@.._'!~--n~e':? g_~.P.~-ara movilizar el capital más eficazmen~e-para. .su_ us.o . en el cxtranjei;o _i~nto_~como en fa metrópoli. Fi~afñieñte;é'f gesarrollo de las- cor~ poraciones gigantes apresúró el crecimiento del monopolio7· La··capacidad y deseo -·de- estas corpoi:aciones__de controla!' J9~-- .!l':lercados proporcionó otro gran incentivo.a. la expansión del capita_l_en .el extranjero:· · ·- ·---·· -·---~ Los datos de Ja ·inversión· de Estados U nidos -eh -el ·extranjero en la época actual son muy reveladores respecto al tema del capital "excedente" ; pueden ayudamos a responder también las cuestiones históricas. Podría supone rse que si una de las principales razones, si no es que la principal, para Ja exportación de capital norteamericano en la actualidad fuese la presión de una superabundancia de capital doméstico, tanto capital como pudiera ser lucrativamente invertido en el extranjero saldría de Estados Unidos. Pero no es esto lo que sucede. Tenemos los datos referentes a la estructura de las inversiones directas de Estados Unidos en el extranjero durante el año de 1957. (Este es el último año para el que se dispone de tales datos. Un nuevo censo de las inversiones extranjeras se realizó en
raj:
#
160
y:
1966, pero los resultados aún no han sido publicados. ) Lo que encontramos es que el 60 por ciento de los fondos de in versión directa de las corporaciones con base en Estados Unidos es propiedad de residentes norteamericanos y el 40 por ciento es propiedad de personas que no residen en Estados Unidos, principalmente residentes locales, pero incluyendo capital europeo y canadiense invertido en Latinoamérica, etcétera. (Véase cuadro l. B.) CUADRO 1.
Inversión directa norteamericana en otros países en 195 7: * Fondos propiedad de residentes norteamericanos y locales
A. Porcentaje de fondos totales en acciones y préstamos Activos totales
s
Propiedad de residentes norteamericanos Propiedad de residen tes locales** Total
Activo en acciones
A ctivo por deuda
s
s
Miles de millones
Por cie11to
Miles d e millones
Por ciento
Miles de millones
Por ciento
$24.0
100.0
$ 19.7
82.3
$4.2
17. 7
15.6
100.0
3.2
20.6
12.4
79.4
$ 39.6
100.0
:¡; 22.9
58.0
$16.6
42.0
B. Porcentaje de distribu ción de fondos de propiedad norteamericana y local
Propiedad de residentes norteamericanos Propiedad de residentes locales** Total
Activos totales
Activo en acciones
Actiilo por deuda
60.5
86.0
25.4
39.5
14.0
74.6
100.0
100.0
100.0
(Los decimales han sido redondeados.) * Se han excluido la inversiones financiera.a y de seguros. ** Más precisamente, personas que no residen en Estados Unidos. Los propietarios son primordialmen~c residentes en las áreas en que está situada la empresa norteamericana, aunque probablemente hubo un flujo de fondo~ de Europa y Canadá a las empresas de propiedad norteamericana en otras áreas. Fuente: Calculado de U.S. Business Investments in Foreign Countries (Departamento de Comercio de Estados Unidos, Washington, D.C., 1960), cuadro 20.
161
Ahora bien se puede dar un giro interesante a estos datos. Si separamos .los fondos en acciones y deuda, descubrimos que los residentes norteamericanos poseen el 86 por ciento de las acciones y sólo 25 por ciento de la d euda. Lo que esto refleja es la práctica empleada por las firmas norteamericanas para asegurar el control sobre sw fondos extranjeros y para capturar la mayor parte del flujo de ganancias "perpetuo". Por lo que se refiere al capital en préstamos (a corto y largo plazo), que a su tiempo será pagado con las utilidades de la empresa, tanto da conceder una oportunidad a los ricos nativos. Los fondos "excedentes" que supuestamente presionan en el país metropolitano apenas si se usan para las necesidades de préstamos de capital de la empresa extranjera. Pero también es necesario advertir que la participación de 60-40 de los fondos de capital, mencionada arriba, exagera los fondos de capital proporcionados por Estados Unidos. Veamos cómo una publicación para hombres de negocios, Business Abroad, describe las prácticas de inversión en el extranjero de las corporaciones norteamericanas: Al calcular el valor de la inversión de capital, la General Motors, ¡1o·r ejemplo, da a los intangibles tales como marcas registradas, patentes y know-how un valor equivalente al doble del capital real invertido. Algunas corporaciones calculan el know-how, los planos, etcétera, como un tercio del capital invertido, y luego añaden un tercio en acciones proporcionando maquinaria y equipo. 5 Así pues, buena parte del 60 por ciento de los fondos de propiedad de firmas norteamericanas no representa una inversión en efectivo sino una valuación de sus conocimientos, marcas registradas, etcétera, y de su propiíl maquinaria valuada a precios establecidos por la oficina central.' Podría preguntarse si este fenómeno de utilizar capital local es una característica que predomina en las prácticas de inversión en países extranjeros ricos. La respuesta es no. Es verdad que la porción proporcionada por el capital local es mayor en los países europeos (54 por ciento) y menor en ·los países latinoamericanos ( 31 por ciento), pero la práctica de obtener localmente el capital en préstamo es característica de todas las regiones donde se halla invertido capital norteamericano (véase cuadro n). Los datos referentes al flujo de fondos para finahciar las inversiones directas de Estados Unidos en el extranjero son aún más impresionantes. Poseemos los datos referentes a las fuentes de fondos empleados para financiar estas empresas para el periodo 1957 a 1965. Si bien esta información se refiere a un periodo limitado, otras evidencias disponibles indican que no hay razón para considerar este periodo como atípico. 7 Estos datos revelan que durante el periodo en cuestión unos $ 84 mil m illones fueron empleados para financiar la expansión y.operaciones de las inversiones extranjeras directas. De este total, sólo un poco más del 15 por
162
CUADRO 11.
Porcentajes de la distribución de fondos de empresas norteamericanas de inversión directa en otros países, por propietarios y áreas (en 1957)*
Propiedad
Fondos totales
Activo '" acciones
Activo por deuda
62.0 38.0
78.5 21.5
37.2 62.8
100.0
100.0
100.0
46.2 53.8
83.9 16.1
11.1 88.9
100.0
100.0
100.0
69.1 30.9
92.9 7.1
24.9 75.1
100.0
100.0
100.0
51.5 48.5
80.7 19.3
23.9 76.1
100.0
100.0
100.0
62.4 37.6
94.1 5.9
13.1 86.9
100.0
100.0
100.0
En Canadá Residentes Estados Unidos** Residentes locales
Total En Europa Residentes Estados Unidos Residentes locales**
Total En Latinoamérica Residentes Estados Unidos Residentes locales**
Total En África Residentes Estados Unidos Residentes locales**
Total En Asia Residentes Estados Unidos Residentes locales**
Total Notas y Cuente: igual que en el cuadro
1.
ciento vino de Estados Unidos. El restante 85 por ciento fue obtenido fuera de Estados Unidos: 20 por ciento de fondos locales y 65 por ciento del efectivo generado por las operaciones mismas d e la empresa extranjera (véase cuadro m. A) . 163
CUADRO
m. Fuentes de los fondos de las empresas norteamericanas de inversión directa en otros países: 1957-1965
A. Resumen de todas las áreas Fondos obtenidos Fuentes de los fondos Miles de millones$
Porcentaje del total
De Estados Unidos Obtenidos en el extranjero Obtenidos de operaciones de empresas extranjeras Del ingreso neto De depreciación y reducción
$12.8 16.8
15.3 20.1
Total
$ 83.7
64.6
54.1 33.6
40.1
20.5
24.5 100.0
B. Distribución en porcentajes, por área Porcentaje de fondos obtenidos Área
Canadá Europa Latinoamérica Todas las demás áreas
D e Estados Unidos
De fuera de Estados Unidos*
Total
15.7 20.2 11.4 13.6
84.3 79.8 88.6 86.4
100.0 100.0 100.0 100.0
*
Incluye los fondos obtenidos en el extranjero de personas que no residen en Estados U nidos y de operaciones de empresas extranj eras. Fuente: Datos de 1957, igual que los del cuadro 1; 1958-65. Datos de Survey of Current Business, septiembre 1961; septiembre 1962; noviembre 1965; enero 1967.
Una vez más, el patrón es semejante para los países ricos y para los países pobres. Si acaso, la contribución de capital de Estados Unidos es menor en los países pobres que en los ricos: la contribución de capital norteamericano es de 16 por ciento para las empresas en Canadá, 20 por ciento en Europa, 11 por ciento en Latinoamérica y 14 por ciento en todas las demás áreas. No hay que inferir demasiadas conclusiones de estas diferencias; cuantiosos fondos de Estados Unidos se destinaron en estos años para financiar la rápida expansión de empresas en Europa. Sin embargo, es correcto obscr-
164
var que sólo un pequeño porcentaje de los fondos necesarios para financiar sus inversiones extranjeras proviene de Estados Unidos. Y difícilmente es esto lo que se esperaría en base a la teoría de que la principal raz6n para la inversi6n externa es la presión de una superabundancia de capital doméstico.
2.
LA TASA DE GANANCIA DECRECIENTE
En segundo orden de importancia, a menudo se presenta la tasa decreciente dt;,_ganancia_~o~~ _explic:a-9_~~2~!.!l~entQ ¡;n _l~~~~cion~~ cap1UU. El razonamiento que sustenta esta idea es que la acumulación de · eapital; acompañada por una proporción siempre creciente de capital fijo sobre el trabajo, produce una tendencia dominante de la tasa de ganancia promedio a declinar. T al declinación induce a los capitalistas domésticos a invertir en el extranjero. donde. los costos de mano de obra. son bajos y las ·ganancias más elevadas. · · NO¡>ódeir;.;;,'~i nos es necesario para nuestro propósito, examinar ahora ni la consistencia teórica interna de esta teoría, si es que los hechos la sostienen, o, de ser cierta, de qué manera actuaría esta tendencia en condiciones de monopolio. Este examen no es necesario, en mi opinión, porque en cualquier caso la tasa de ganancia decreciente no explicaría el patrón de movimientos del capital internacional. En otras palabras, no es una hipótesis necesaria a este respecto, tanto si en sí misma es verdadera como si no. Este punto se puede probar en relación a dos tipos de inversión externa: la compra_de. bonos extranjeros y el desarrollo' dt:_pozos petroleros y minas. Sin ·embargo, antes de presentar las razones que tengo para decir esto, deseo señalar que estamos ante dos cuestion es distintas. Aquí nos interesan ~ causas de la exportación de capital en el periodo del imperialismo. El efecto de la exportación de capital en las tasas de ganancia doméstica es una cuestión diferente, aunque indudablemente importante. Pero volvamos al patrón de los movimientos internacionales de capital. Primero, 1ª-hipótesis de la tasa .de. ganancia decreciente no puede aplicarse al CP._Qital prestado. Las tasas de interés del dinero prestado en el extranjero sueleñ-ser atractivas, pero, para préstamos relativamente seguros, están considerablemente por debajo de la tasa de ganancia industrial. Así, una compra de bonos extranjeros por una corporación normalmente no será una acción compensatoria contra una tasa de ganancia decreciente. Debemos también eliminar esta hipótesis para explicar Ja inversión directa extensiva en extracción de petróleo y minería. Las inversiones en estas industrias no están motivadas primordialmente por tasas de ganancia comparativas o tasas de ganancia decrecientes en el campo doméstico, sino por hechos geológicos. Los fa~tores decisivos son dónde puso Dios los minerales, y los problemas de transporte para llevarlos a los centros de consumo. Por supuesto, las tasas de ganancia siempre entran en juego, y generalmente son 165
muy elevadas. Igualmente, el inversionista sacará provecho de los salarios más bajos que pueda consegtúr. Sin embargo, la utilidad de estas industrias extractivas no se basa en los salarios bajos, sino en la abundancia de los recursos naturales allí donde se ubican esas industrias y en las estructuras monopolistas a través de las que son puestos en el mercado. Es vcrclnd que las tasas de ganancia comparativas entran en juego cuando, como en el caso de la mineria del hierro en Estados Unidos, se agotan unas reservas de mineral de hierro antes muy ricas. Entonces con;ienza una carrera para aprovechar las reservas de hierro de Labrador, Venezuela y Brasil. Pero también aquí el factor decisivo no es una tasa de gan ancia decreciente debido al proceso de acumulación capitalista: es más bien una tasa de ganancia decreciente debida a las condiciones de lañ"P..lnióñ, la- queºº veº el impulso principal para la inversión directa a escala mündiaJ en los imperativos de la operación del capital en condicíQñcs monopolistas: Este marco analítico abarca una explicación de a] el :cuerpo principal de la inversión, tanto en industrias extractivas como manufactureras, y b] el aumento en las exportaciones de capital durante el periodo de imperialismo. Su objetivo central es demostrar la interrelación existente entre el aumento concomitante en las exportaciones de capital y el monopolio como base del nuevo imperialismo. Los negocios, en general, pueden entenderse mejor como un sistema de poder, para usar una frase de Robert Brady. La esencia de los negocios consiste en tratar de controlar su propio mercado y en operar, en la medida de lo posible, como si todo el mundo fuese su coto. Esto fue así desde el principio mismo de la era capitalista. Sin embargo, como en muchas indu.strfas había demasiados competidores, las oportunidades de lograr el control eran muy limitadas. Con el desarrollo de las condiciones de monopolio -esto es, cuando un puñado de compañías domina cada uno de los mercados importantes- el ejercicio de controlar el poder no sólo se vuelve posible sino cada vez más esencial para la seguridad de la firma y sus fondos. .La..¿ parición de un grado significativo de concentración d e poder no significa erfiri de la competencia. Significa que la competencia ha sido elevada Ortado por Estados Unidos. (D e esta forma, las diferencias de salarios quedan eliminadas como elemento competitivo en los mercados extranjeros.) Los datos referentes a la distribución de las ventas de firmas manufactureras norteamericanas establecidas en el extranjero (de 1962 a 1965) muestran que, excepto para Canadá, menos del 2 por ciento de la producción norteamericana en el extranjero es enviada a Estados Unidos (véase cuadro IV) . El alto porcentaje correspondiente a C anadá consiste principalmente en manufacturas basadas en recursos canadienses (papel, por ejemplo) . Aunque aún no se dispone de datos completos, parece que desde 1965 ha habido un .aumento en las firmas norteamericanas que fabrican en el extranjero partes y equipos para ser vendidos en los mercados domésticos de Estados Unidos. No obstante, la relativa importancia de esta actividad no prueba aún el argumento de que éste sea el determinante principal de la inversión externa norteamericana. Por otra parte, estos bajos porcentajes no significan que los cambios que ocurren en la producción no causen un impacto muy real y grave en el obrero norteamericano. La 169
tendencia a fabricar componentes y productos terminados en .Jap6n, Italia, Corea, Hong Kong, etcétera, ha sido indudablemente sentida por ciertos sectores obreros norteamericanos. CUADRO
rv. Dirección de las ventas de filiales manufactureras norteamericanas establecidas fuera de Estados Unidos, 1962-65
Áreas
Ventas totales
Ventas locales
Exportación a Estados Unidos
Exp ortación a otros paises
DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES
T otal Canadá Latinoamérica Europa Otras áreas
100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
82.3 81.1 91.5 77.2 93.9
"
4.1 10.8 1.6 1.0 1.4
13.6 8.1 6.9 21.8 4.7
Fuente: 1962. Suruay of Current Business, noviembre de 1965, p . 19; 1963-65. !bid., noviembre de 1966, p. 9.
4.
IM PERIALISMO Y CRISIS
Antes de referirnos a cómo estas relaciones econónúcas han persistido tras Ja decadencia del colonialismo, hay otras dos áreas de discusión acerca del nuevo imperialismo que debemos analizar. f:.stas son la relación del imperialismo con la crisis y el papel del Estado. Estudiemos la primera de ellas: el imperialismo como vía de escape capitalista de la crisis. Cualquiera que sea el mérito de este enfoque, puede crear confusiones si no se separa bien la causa del efecto. Las depresiones de 1870 y 1880, los conflictos agrarios así como las crisis industriales de aquellos años, probablemente aceleraron el nacimiento de un nuevo imperialismo. Pero ellos mismos no fueron la causa del imperialismo. Si acaso, tanto la gravedad de los trastornos económicos como las políticas imperialistas tienen su origen en las mismas rápidas transformaciones de finales del siglo xrx. Las raíces del imperialismo están a profundidad mtJcho mayor que cualquier crisis particular o que la reacción de cualquier gobierno a la crisis. Se hallan en los factores que antes discutimos: el impulso expansionista de cada naci"6n capitalista avanzada para operar a escala mundial, el desarrollo del monopolio y las rivalidades nacionales asociadas a las necesidades de las economías avanzadas con estructuras monopolistas. 170
Lo que logran frecuentemente las crisis económicas es dar a las clases dirigentes y a los gobiernos una aguda conciencia de la necesidad de un remedio vigoroso. Recuerdan su "deber" a los gobiernos perezosos y los impulsan a la acción. Así como la realidad de las contradicciones del capitalismo se revela más francamente durante los periodos de tensión, así las reacciones de los gobiernos se hacen más patentes bajo esa presión. Pero las poHticas y prácticas del imperialismo económico y político forman parte tanto de la prosperidad como de la depresión. Los gobiernos más enérgicos y previsores actuarán, o se prepararán para actuar, en periodos de· calma y prosperidad. Los gobiernos temerosos y miopes despertarán en el momento en que la crisis los golpee, o bien serán derribados por un grupo político más fuerte. Un corolario al argumento de que el imperialismo fue un medio para salir de la depresión es la idea de que el capitalismo se derrumbará a medida que disminuya el área disponible para la expansión imperialista. Esta tesis se basa en una visión rígida y poco realista de cómo funciona el capitalismo. La reducción de mercados y fuentes de materias primas crea serios problemas a la empresa capitalista, pero no implica necesariamente su desaparición. No debería ser preciso señalar lo anterior después de tantos años de experiencia durante los cuales numerosas áreas del mundo han salido por sí mismas de la órbita imperialista. Pero las formulaciones excesivamente simplificadas y mecanicistas parecen poseer una vida propia. Es importante entender los grados de flexibilidad que existen en la sociedad capitalista y que la hacen un sistema más durable de lo que sus oponentes acostumbran suponer. Los organismos biológicos muestran la misma cualidad: la oclusión de una arteria coronaria puede ser compensada por la dilatación de otra arteria que toma a su cargo Ja función de la primera. Sin duda, estos ajustes orgánicos no son eternos y a menudo conducen a distintas y mayores complicaciones. Pero una lección importante que debemos aprender de la historia del capitalismo es que los grandes problemas no conducen a un colapso automático. La experiencia de la posguerra de la segunda guerra mundial proporciona un buen ejemplo de esta flexibilidad. El crecimiento del aparato militar de Estados Unidos se convirtió en una poderosa ayuda para su economía. A su vez, el éxito obtenido por Estados Unidos como organizador del sistema imperialista mundial a punto de derrumbarse dio un importante empuje a otros capitalismos avanzados, creando mercados y ampliando el comercio internacional. Sin embargo, esta flexibilidad no carece de límites. En los más recientes acuerdos imperialistas hl:\y--·grietas. ...._ cl.aramente ,evidentes en las ~resione~ ~e los mercados ~oneta.9-~ ._J{ifefb'~:l'?¡ ·,, c1onales, as1 como en las crecientes dificultades de la rmsma eco,nófaíallor? \.;,;·.
teamorioana. Nuova> por los _~_sfuerzos de una serie de dirigent~s -Muhammad Alí (1805-49), Said (1845-62\ é Isinail (1863-79):.._ para modernizªr __el _ ej~r cito y la burocracia o, según ellos lo veían, para sentar las bases .de.un Es_t_a"do moderrio... El otro fue el impacto__de la economía europea en e-xpansión, primero a ·través un comercio en aumento, luego m_e_d iante la.exportación de capital europeo. -Examinémoslos por orden. --· ·-- -···- ~~ Muhammad Alí. Una vez conquistado el poder, en 1805, el principal objetivo de Muhammad Alí fue asegurar su dom~ando u~tk~i-~ _y_u.11a !ll~!i~~derosos. J?urante Tos pr!_!!!~r_