Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia
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Reinhart Koselleck

Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia

Introducción de Elias Palti

Ediciones Paidós I.C .E . de la Universidad A u tón om a de Barcelona Barcelona - Buenos Aires - México

Los textos del presente volumen se han extraído de /Oitschichten. Publicado en alemán, en 2000, por Suhrkamp Verlag, F rancfort Traducción de Daniel Innerarity Cubierta de Mario Eskenazi

La edición del presente volumen ha contado con la ayuda del Goethe Instituí e Inrer-Nationes, Bonn

© 2000 Suhrkamp Verlag © 2001 de la traducción, Daniel Innerarity © 2001 de todas las ediciones en castellano Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona http://www.paidos.com e Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona 08913 Barcelona ISBN : 8 4 -493-1139-X D epósito legal: B -4 1.855-2001 Im preso en Novagráfik, S.L. Vivaldi, 5 - 08 1 1 0 Monteada i Reixac Impreso en España - Printed in Spain

SUMARIO

I n t r o d u c c ió n , E/m í

So bre

Jo s é Paltí

.............................................................

9

l a a n t r o p o l o g ía d e l a s e x p e r ie n c ia s

DEL TIEMPO HISTÓRICO

Estratos del t i e m p o ..............................................................

35

Cambio de experiencia y cambio de método. Un apunte histórico-an trop ológico................................

43

Espacio e h is to r ia ..................................................................

93

A con tecer

t e m p o r a l y e s t r u c t u r a s d e l a r e p e t ic ió n

Continuidad y cambio en toda historia del tiempo presente. Observaciones histérico-conceptuales . . . .

115

Las esclusas del recuerdo y los estratos de la experiencia. El influjo de las dos guerras mundiales sobre la conciencia s o c i a l ..................................................

135

Fuentes de los textos

155

INTRODUCCIÓN

El nombre de Reinhart Koselleck (Górlitz, 1923) se encuen­ tra hoy estrechamente asociado a la escuela de «historia de los conceptos» (Begriffsgeschichte) que él inició a finales de la déca­ da de los sesenta junto con sus antiguos maestros, O tto Brunner y Werner Conze, y cristaliza con la confección de tres grandes diccionarios: G eschichtliche Grundbegriffe. Historisches Lcxikon zur politisch-zocialen Sprache in Deutschland [Conceptos básicos de historia. Un diccionario sobre los principios del lenguaje po­ lítico-social en Alemania] (Stuttgart, 1972-1997), H istorisches Wórterbuch der P hilosophie [Diccionario de filosofía de princi­ pios históricos] (Basilea, 1971-) y Handbuch politisch-sozialer Grundbegriffe in Frankreich, 1680-1820 [Manual de conceptos político-sociales en Francia, 1680-1820] (Munich, 1 9 8 5 -).1 A partir del análisis de las alteraciones ocurridas en el uso y signi­ ficado de los conceptos, esta escuela se propuso alumbrar trans­ formaciones históricas más vastas de larga duración, y especial­ mente, el sentido de la mutación cultural que se produjo entre 1750 y 1850 (período que Koselleck denomina Sattelzeii’y'mavca, para él, la emergencia de la modernidad). Como señala dicho autor, por debajo de tan monumental obra subyace una teoría de la historia o Historik, a la que define como una «doctrina de las condiciones de posibilidad de historias (Ges1. En esta misma colección se ha publicado «Histórica y herm enéutica» (en Koselleck y Gadamer, H isto ria y herm enéutica, Barcelona, Paidós, 1997, págs. 65-94). El volumen incluye una excelente introducción de José Luis Villacañas y Faustino Oncina, seguida de una bibliografía actualizada de y sobre Koselleck y la escuela de «historia de los conceptos».

chichten )».z Ésta determina dónde buscar las posibles continuida­ des y rupturas en la historia conceptual; permite, en fin, discrimi­ nar los diversos niveles de temporalidades relativas de la realidad social y sus interrelaciones. La misma, por lo tanto, no surge de la propia historia conceptual, sino que constituye su premisa, su a priori, y su eficacia reposa exclusivamente en la persuasión y con­ sistencia de sus mismos postulados. Dicha perspectiva llevaría a Koselleck a convertirse en el principal teórico de la Begriffsgeschichtc. En el manifiesto que publica en 1967 estableció las pautas fundamentales que habrían de presidir la confección de los dic­ cionarios antes mencionados.3A éste siguieron luego una larga se­ rie de artículos, cuyo núcleo fue reunido y publicado en 1979 en Futuro pasado ,4 en los que define cuál es el objeto y el sentido de la historia de conceptos. Los que aquí se presentan son textos teó­ ricos más recientes de este autor, en los que plasma la formulación más sistemática hasta hoy de su Historik. En ellos retoma su pro­ yecto original de una «crítica de la razón histórica», reformulándolo parcialmente. Las páginas que siguen intentan ofrecer al lec­ tor el marco conceptual en el que cabe inscribir dichos textos, trazar el horizonte más general de ideas y problemáticas sobre el que pivota su obra historiográfica y permiten, en fin, comprender el sentido y objeto de sus reelaboraciones últimas.

2. Koselleck, «H istórica y hermenéutica», en Koselleck y Gadamer, ibíd., pág. 70.^ 3. Koselleck, «R ichtlinien für das Lexikon politisch-sozialer Begriffe der Neuzeit», A rchiv fü r B egriffsgeschickte 11 (1967), págs. 81-99. Koselleck define allí su proyecto a partir de una serie de preguntas: «¿H asta qué punto era co­ mún el uso del térm ino? ¿Su sentido era objeto de disputa? ¿Cuál era el espec­ tro social de su uso? ¿E n qué contextos aparece? ¿Con qué otros términos apa­ rece ligado, ya sea com o su complemento o su opuesto? ¿Q uién usa el término, para qué propósitos, a quién se dirige? ¿Por cuánto tiempo estuvo en uso? ¿Cuál es el valor del término dentro de la estructura del lenguaje político y so­ cial de la época? ¿C on qué otros términos se superpone? ¿Converge con el tiempo con otros térm inos?». 4. Koselleck, V ergangene Zukunft. Zur Sem antik g esch ich tlich er Zeiten, Francfort, Suhrkamp, 1979 (trad. cast.: Futuro pasado: para una sem ántica de los tiempos históricos, Barcelona, Paidós, 1993).

C o n c epto s,

n e o k a n t is m o y e x p e r i e n c i a

El proyecto de «analizar las condiciones de posibilidad de las historias» guarda aún los ecos de las ideas dominantes en el ámbito académico alemán en los años de su formación, fuertemente im­ pregnadas de neokantismo. El término, de hecho, remite a Wilhelm Dilthey, quien a finales del siglo X IX y comienzos del siglo XX se propuso completar la tarea iniciada por Kant mediante una «crí­ tica de la razón histórica». En el lugar de la pregunta sobre cómo son posibles los juicios sintéticos a priori encontraremos ahora la de «cómo es posible un saber universalmente válido del mundo histórico a base de esto dado».5 Dicha reformulación del concep­ to kantiano supone una serie de desplazamientos fundamentales, los que derivan de la naturaleza particular de su objeto. La «revo­ lución copernicana» en las ciencias del espíritu se traduciría en lo­ grar justificar cómo es posible fijar en conceptos estáticos y recu­ rrentes lo que es por esencia movilidad y cambio permanente («Los conceptos de las ciencias del espíritu — aseguraba Dilthey— re­ sultan representaciones de algo en marcha, fijaciones en el pen­ samiento de aquello que es, por sí mismo, transcurso o dirección de movimiento»).6 E l primer paso, para Dilthey, será rastrear el modo por el que el dato puro, en principio presimbólico, se introduce en el plano de los conceptos. Según señala, éste, a diferencia de lo que ocurre en las ciencias naturales, no refiere a ningún objeto externo al su­ jeto, sino a objetos ideales, inmanentes a la esfera de la cultura. La identidad ontológica (y no sólo epistemológica) del sujeto y el ob­ jeto del conocimiento, que define la estructura del mundo ffistórico, provee, pues, una base para un tipo de conocimiento distinto y superior al propio de las ciencias naturales (sólo porque «el mis­ mo que investiga la historia es el mismo que la hace son posibles los juicios sintéticos universales de la historia», afirma).7 Mientras que en el caso del conocimiento científico-natural, el objeto no le es inmediatamente dado al sujeto, le resulta trascendente, por lo 5. Dilthey, E l mundo histórico, M éxico, F.C .E ., 1978, pág. 176. 6. Ibíd., pág. 181. 7. Ibíd., pág. 305.

que tiene que reconstruirlo conceptualmente, esto es, abstracta­ mente (lo que necesariamente conduce a una «cosa en sí» inson­ dable), el orientarse hacia la «vivencia» indica, por el contrario, un «estar adentro» (Innesein ), una pura inmanencia. Lo radical aquí, pues, es situarse en el plano del fenómeno primKv».-, la •/