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Violencia, etica, legalidad y racionalidad
INTHOOll(;CION
SIN DUD,\alguna, uno de los imperecederos frutos de 101filosofla anahtica es el haber logrado que, de una vez por todas, nos dcsemoora:z.1rarnos de ilusiones faciles respecto a 101estructura y el funcionamiento de nuestro nparato conceptual al hacernos conscientes de cuan variado y complejo es cstc. En efecto, nuestro sistema normal de conceptos incluye elementos Ian diver~llS
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como conceptos de sensaciones, teoricos. referenciales, rxprc~iv total de ascsinatos durante cste periodo de 20 aOOs fur de 200 y a~ument6 que la elir:ninaci6n dej6venes del grupo de candidatos a matrimomo multipJic6 las probabilidadcs de matrimonio para los sobmtivitntes y as! constituy6 el factor mayor de la poliginia de los murngin (Warner.
1958: 158, 173).
Hart y Pilling, al discutir sobre los mas 0 menos 1,000 tiwis de las islas Melville y Bathurs, observaron que los plcito" las peleas V 105 duelos eran eomunes: la mayorta tcnfan que ver con la scducri6n y d adultaio. En 1928. una acumulaci6n de casas de scdutti6n y de incumplimirnto de promesas de entrega de hijas para el matrimonio hizo que cerca de 30 guerreros de la banda de los tiklauiJa mtraran en un conflicto armada con aprnomadarnente 60 mandiimbulas. Sin embargo. sri\alan los autores, la acci6n militar sigui6 siendo individual y tuvo lugar entre pleitos y riruu: "La guerra. en d scntido de batallas en filas mm grupos alincados por mcdio de lcaltades tmitorialcs, no ocurri6 y no podia ocunir entre los tiwi- (Hart Y Pilling. t 961: 83). La batalla tcrmin6 cuando los mayores de ambas bandas se volvieron rn contra de un jovrn problcm~tico y 10 apalcaron hil5ta haetrlc puder la conciencia. EntlT los tiwi, cI trabajo de las mujcrrs proporcionaba una abundancill de rccurso' y la poliginia ascguraba d c:xitoso mantenimimto y la transformaci6n de 10 producido. ~r coruiguicnte, habfa mucha compctencia por mujrrcs cnm los mayores y los hombres solteros, con los corrcspondientcs conflictos y trnsioncs. Hart V Pilling sugimn que la proporCi6n.de..matrimoniOs dcsbalanceadOs Sc i:ld>fa a las atmsivas incunioncs en busca de csclavos y a la eliminaci6n de los hombres j6vrnes por parte de los portuguescs. rntre: 1600 V 1800. Y " los pastmores ~sccuc:;tros· 0 captura rn d siglo XIX (p: 99). . --.- ... Esta discusi6n nos indica qUI: no dcbcmos atrnpolilr dircctamrnte a partir de ~cmplos de arrcglos mm los cazadorCs y'lo; rtcoitctorc;-dCni..i~--tros dSas para rrconstruir 10 que pudieron Mba sido la vida V la guerra entre los primuos caz.adorcs y rcrolmorcs de la prrhistoria humana. Ni los san ni los shoshones ni los aborfgrncs australiallOS son rjemplos de especic humana pura; todos han cstado involucrados en los proccsos de la cxpansi6n europta y fueron arcctado5 por rllos. 1.0 que sf podrmos haeer cs notar la posible comspondencia rnm la escascz y Is dispcrsi6n de los m:ursos y la tmdmcia a e.xpandir los laws intcrpcrsonaJes con el fin de miucir riesgos y aumtntar las probabilidadcs de supervivencia. En tales circuru.tancias, pucde igualmtnte bien existir una motivaci6n para limitar la violencia. puesto que no cs sensato h.Jccr enemigos de potcnciales amigos y aliados. AI mismo tiempo. la vida en socicdades simples (st~ a mrnudo llena de plcitos por mujercs. Orbcmos recordar que (stamos lidiando con grupos pequeilos, caracterizados frccumtemmte como ·i~ualitarios-, en los que no hay difermci&ls obvias entre los hombres en cuanto a su capacidad para ocupar las posiciones culturalmente aprobc1das y coscchar las rcrompensas
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que btas implican. Puo predsamente por el heche de que un hombre neeesite a una mujer para convertirse en un macho adulto plenamente desarroIlado y reconoodo, igual a los otros machos, edste Ia posibilidad de conflictos y violcncia interpersonal. Jane Collier y Michdle RosaIdo han sugerido que la violmcia entre hombres por 1M mujacs puede SCI' particularmmte fume U1 sodedades simples. en donde los hombres pueden hacerse adultos aut6nomos s6lo cuando pueden ganarse d dattho de casarse con mujeres particuJara para rendirle scrvicios a sus potcncialcs suegros. AlU la autonomia masculina dcpcnde de SCI' capaz. de rtdamar dcrcchos sabre mujacs en compdcncia ron otros hombres y -una va estabItrida- defender cstas pretcnsiones con otros hombres: .£5 en tanto que csposos que los individuos adquierm la indcpmdmcia que los hatt igualcs a otros hombres adultos· (Collier y Rosaldo, 1981: 295). Asf.la lucha por la igualdad min los hombres conduce a manifcstacioncs·de agresividad. Dado que 1a igualdad cs la posiciOn mAs alta que pucdm alcanzar los hombres y como dicha igualdad cs simb6licammte obtenida a travts de la voluntad y la habilidad de usar fuel'UJ, 105 choques en los que ambas . partes'dcmuestran sus capacidades de violencia constituyen los medios mAs apropiados para afirmar la igualdad que pcrm.ite a los hombres h.accr la paz (p. 294). ; ... Hudga dccir que csta compttmria min hombres en mucho contnbuyc tambibl a la autonomfa de Ias:·mujcrcs, cuya propia polftica saual pucde aacabar ·o·mlucir las ocasioiles de conflicto y, por consiguimte, de violencia, No obstante, pucsto que cstos vfnru}os intcrpcrsonalcs de parcntcsco y matrimonio, amistad e intcrcambio de regalos, son Iazos mtrt personas, no hay tampoco un mecanismo catcg6rico y abstracto confl.8blc que pucda mcaminar cl tTabajo hwrullrthacla la producciOn y acumulaci6n de actdentes. Lo que sc puede mw plicar son vfnculos con gente, no con la tiara, pastiulcs 0 rccursos indus . es. Ast, no hay ninguila traduccl6n obvia de la agrcsi6n y la violmcia intcrpcrsonalcs a la adquisici6n dt pcxIer sobre los rccursos a travfs de la cxpansi6n militar y la conquista. Sin embargo, es.just~mente una tendencia asf la que est.1 presente cuando la gmte aplica su'trabajo para transfonnar un pcdazo de tierra en Wla parccla cultivada 0 en unjardin y para adquirir animalcs que se reproduCen y transformarlos ~ ganado. Mientras mAs grandes scan las capacidades de hombres y mujcres de una unidad social para invcrtir su trabajo en toda su extensi6n y mientras mayor sea la acumulaci6n de tr.1bajo no p~uetivo invertido en tstas bases de subsistencia. mas segura sera 1.1 urudad, mayores seran IO!!rccursos bajo su manda, mayor tambifn sera
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su capacidad para eomprometerse en actividadcs que proporcionen prestigio e influmcia. Donde cazadores y recolectores, como los Dan 0 los abortgenes, se dispcrsan. los horticulturistas y los pastores los congregan, Lo harem multiplicando sus familias y anadifndole nuevos micmbros a travis del matrimonio. AI mismo tiempo, en 18 rnedida en que no esten gobcmados por una autoridad a la que haya que someterse, nenen que depender de manera crucial de 1.1 autodefensa armada. ~blacioncs que dependen en forma importante de los lugares de pesca, de areas de cacerta, de campos de cultivo 0 de pastizates tienen que mfrcntar un doble problema; congrtgar hombres para trabajar, pcro tambitn para defmder rccursos crucialt$. Una va que sc congrcga a hombres para defender tattnos 0 pastizales, se les pucde tambitn emplcar para haea que otras adan sus terrenos, pastizales 0 agua. La capacidad de congregar hombm de combate para la guerra en grupo antes que para los mfrcntamientos agmivos individualcs sc ve rtforzada en las socicdadcs ordcnadas por d parcJJtcsco por moddos de rcclutamiento social a tr.Ivb del matrimonio (Ember y Ember, 1971; Otttrbrin, 1968). El matrimonio patrilocal, en d cuatlcs ~ombrcs scparan a sus oposas de sus familias de origen y las llevan a vivir en la'l casas de sus padres y human05, puede scrvir para manteoer unidos a un grupo de hombres emparmtados que: trabajan y lurnanjuntos; y f~cilmmte putden tomar parte como una unidad m pltitos con otros ~rupos de hombrn. En estos grupes, cl . equipo dt combatientes es, en efecto, una extensiOn de la organizaci6n dombtica de la casa y de casas relacionadas en 1a linea masculina, y esto puede funcionar como un grupe de interb cohesivo al maximizar los intemrs del rumulo de casas. £Sta situaci6n cst~ bien ilustrada en la obra de Mervyn Meggitt sabre los mae enga de los Altos de Nueva Guinea (Mcggit, 1965, 1977). l.o5 mac enga cstAn en ocasioncs ansiosos por atracr a los forasteros ~ra que sc Ics ayude a limpiar y a cultivar las timas de linaje 0 para ganar aliados m caso de guerr~ 0 pam que asist:m las grandt$ pcrsonalidadcs qu_cest An labrAndoSt rcputacioncs de riquc2.1 y prestigio. AI mismo tiempo, ellos .compre_ndm que d rcclutamiento de forastcros pucde en d futuro produru confldos, c\lamlo empicctn a presionar con «clamos de titrra que ya laboraron y de tierra adicional por parte de paricntc,; el resultado pucdcn ser amarga5 lueha, intrrn35 para txpulsar a los inmigrnntcs. Asimismo, los mac cnga ir~n a la gucrra contra otros linajes par" incorporar sus tierras a las suyas. los informantes dc Meggitt «lata ron que 58 por ciento de los casos de connietos intefHrlll'alcs tentan que: vcr l'un In tierra y en 74 por ciento de los
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cases los vencedores se apoderaron de toda la tierra de los vmcidos 0 de parte de ella, Los mae mga entienden la guerra como un rcsultado de la presi6n por parte de Ia poblaci6n por recursos de tierra. Sin embargo, nosorros tamhim tenemos que ser cuidadosos. La proporci6n de genre aceesible al surninistrc de alirnento bien puede ser una consideraci6n importante en cuestiones de guerra y paz. EI punto de vista de los mac mga sobre estos asuntos 10haem suyo muchos antrop6logos. an como los partidarios de la conquista militar para ampliar d l..tbcnsraum de los conquistadores a cxpcnsas de los conquistados. Precisarnente por esta rawn, sin embargo, tambibt nttCSitamos mfatizar que la prcsi6n de la poblaci6n no sicm~ rondua a la cscalada militar de acuado con d rnoddo de los .. enga. Entrt los ehimbu, quimes ocupan una Ana que va de los Altos de Nueva Guinea tuuta d surcstc del taritorio de los enga, tambim hay vjo. Icncia y dieM violmcia a menudo time que va con qumlw por tierra. Ptro los chimbU construym vlncUlos mAs fumes que los mga Oltre pcqut"os scgmentos de grupos dcscmdiOltes a trav& de matrimonios y Iazos par cl iado matcmo. ElIos carcan de la idrologfa.patrilincal de los mga, los cua- _···-tes-puedm:nnWili"QIi' i"nuilios subgrupos en ejlnitos de elano para Ia agresi6n conartada y 101 invasi6n dr. tierra de grupos memigos. La guerra, por 10 tanto, sigue limitada a pdcas mtre subgrupos mmons y a menudo cs inhibida por la pnsi6n y la mtdiaci6n df los Parlmtu politicos 0 dcllado materno (Brookfield y Brown, 1963; Brown, 1978: 28()"284; Kdly, 1968). Dc cstc eontrastc surgClrdMl~cines.-una es-que IaSmtfd8dcs sodales Ofganizadas jfrorquicammte a tl'avb de lazos vcrticales y dotados de una idrologla u;cluymt~ y unilataal serA propcnsa a rrunir miembros del grupo ""::!I.r para la guerra sunplemente por convcrtir sus estatutos organizacionalcs ol 1\"" un orden de ba~al!a. En talu/cimJnstancias, los laws que se intercruzan y que pudicrarrmcdiar 0 rcducit d conflicto tcndnc1n a sa dlbilo. Esto a su va da lugar a 18 ~gunda Iccci~n, him conocida por antrop6logos. Si IOS~ 1.1205 que van en todos los smtidos no son dfbiles; pu((le tambim no habcr ningUn aceto de cscalada y Ia paz tmdr.i cntonca nUs probabilidado que Ia guerra. Al mismo tianpo, d 6tso de los enga plantea otra cu~ti6n importante con respecto a las consecueneas militans de 1.1prcsi6n poputar. La prcsi6n de la poblaci6n sobre la posesiOn de la tierra no es directa,.sino mediada por una compleja intcracci6n de organizaci6n social y aspiraciones culturalmmtc constituidas. En'los Altos de Nueva Guinea un grupo descendimte nct"csita tiura para producir alimmto no 5010para la gcnte, sino tambim para los puucos -nnoplo de donunO tmanos quc partir de: un acto, por 10 mmos neutral moraJmcnte:. Como vimos en Ia intc:rprdaci6n de fil6sofos como Kant Lci,bniz, Spinoza e incluso Bmt~ un acto il!f cunstituye: maltratar a u~ a~l. SI tal. acto futtll malo:en sr, no nec(Sitanamos el argwnmto.del donun6 para JUzgarlo como un crimen. El mao hecho de que nccc:sitamos estc argume:nto impliea quc el acto de: maltratar a un animal no Cutta considcra,d_o'cOt'rio un,ina! m sl. ~.. ..... .. ,
La tercc:ra co?di~i~n estaolecc la relaci6n entre cometer un bien 0 un acto ~tral al pnnaplO de Ia suie de las consccucncias y un mal al final de esta sene. El maltrato que damos a los animalcs, aunque no c:s malo en sf, conduce a las consc:cuencias meludiblanente pcortS, tS decir a un mal cn -----sf;"ermhltr~to dc:JsU hilinanOi Como'aCabamos de "vCT, esta fue aj,rGada por vanos pcnsadorc:s c Immanuel Kant. Plas mismas rosas" (1973: 1). FJ hombre no 5610 no-ViVi fUua dc'ta natura! I Icza. sino tampoco cs la ctispide de la tvoJuci6n. Como afmna Zimmmnan, I ·ta hwnanidad no es ni mAs ni mmos importante que otnu cosas de fa lima· (Braidotti tt at, 1994: 149). La misma idea aparcce en otras manifcstaciOnC5\ tc6ricas de esta corriente_ El biorrcgionalWno. por ejemplo, propone un nutvo poblamiento de la l1erra scgllil las rcgioncs ccol6gicas, admitc que las comunidades humanas son partes de los· eeosistemas del planeta. Olro impulse lleg6 dt la as[ 113mada Gaia-hip6tesis, eonstruida con base en la tcorfa de los sistanllS. Scg(m csta hip6ttsis, Gaia (Ia tierra) cs un sistem-"--3 que forma un todo org~nico,autorrcproducicnte, autorregulatorio y tcleo._. 16gico. Gaia y sus 5ubsish:mas son organizados jcr~rquicamente con base en cl mutualismo ~ntrc 5US difucntes niveles, dcscquilibrio, diversificaci6n y cooperaci6n. La monocitltura y la uniformidad son enemigos de Gaia. El abandono de los dualismos hombre-ambiente, eultura-natura. mentecucrpo nos lIeva a La tolcrancia hacia otras formas de vida, rupdo por las difcrtncias, i8ualitarismo ccol6gico, principio de diversictad biol6gica, actitud anticlasista, lucha contra la eontaminaci6n y agotamiento dc los recursos,
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irrelevantes, mienrras que los vcpcrimmtos con los animates salvajcs quedan prohibidos moralmente en 105 cases en que dichos aetos amcnazan a las (Species en pcligro de cxtinci6n. E) sufrimimto de los individuos es neeesario en cuanto contribuye a l.a armonla de un todo.
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DISCUS[ON
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leOmo muetve esta ttiea los tTts Cas05 de violmcia mencionados al principia de rste artfru)o] En cl mundo natural, la famosa pregunta de 8cnt~ 'accrca de los animalt;s que 5ufrm cobra un scntido distinto, pues cl dolor 5010 rumple una fwlci6n biolOgica tMs; ~r 10' cua) no 5010 la jwtida Y los dcru:hos 0 d bimcstar de 105animaJcs, sino tambitn ioda ·su b~ log1a Y su «:oI08f8· han de dar las mCTmcia5 pcrtinmtcs para Ia rdlc:xi6n ttiea. t:a postura ccoctntrica nos conduce a una rupucsta inespcrada: la violmcia hacia los animalcs cn forma de Ia aecptaciOn de Ii\s multiples torturas que los caz.adons dt 105 animalcs practican ruando ptrsi8~~ ~ sus prcsas no sOlo cs bimvenida sino tambim La supcrvivmcia de la comunidad biOtica mge;tambim la, caema5 ptri6dicas y un eompor- - tainicnto' con los -animalcs siivcstru dutinado5 rcol6gicammte II ptrtter. LOs 'concqJtos de dolor, de placer y de intenses de los micmbros individualcs dd mundo animal no ofrttm ~ que una de tantas considcraciones de las que hay que hacersc cargo m 1.1 complejidad de la..ttia ' ambienta!. Otra conscc\lenba ba.stante diflci) de acqJtar rs que los anima~mlsticos no fonnan/parte de 1.1 comunidad biOtica, por 10 tanto su ?rstmo m cuanto las consldrraciones de c.a.r~cr moral cs compldammte l~rclc:v~te ..Como nota Baird CaIlicot, por Ia mi5ma mUm, scrla OOlig3tono disnunwr d nCuntrO de los humanos, pursto que su poblaci6n amcnaz.a c~n una crisis ecol6gica. La conclusiOn es sorprendentc: ningun tipe de Vlolmcia hacia 105 anirrlales es prohibida con ba~ en la ltica «ocfntrica (Callieot, 1983: 54-73): los animales domfstieos no titnm rstatus moral p.ue~to qu~ no forman parte de los ceosistcmas. Su maltrato c:s, por con1 slg~entc:, lTJ'e),cvante para los c:cocfntricos. La caeena de los miembros d va~ ~pccies pucde: ,'tcner cons«"lIencias benignas m cuanto fomenta e~ullibno «ol6gieo y como tal no pUcdt SeTconsidcrada ilfcita, los cxptnmentos can los animales domlsticos sc vuelven otra vez moral mente
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lbr una trOSDjfa quicro dcdr una ftI050fta dt L, armonfa ccol6gira 0 ci Una .fLlosof1a a un tipo de 5abiduria. de Ia sajfA, a abiertamiente normativa y centiene ambas normas, n:glaJ y postulados prod;t~n de valores prioritarios e hip6ttSis rdacionadas con d tStado cit los asuntos ttl nuestrc universe. La sabidurla a una polltica sabia, pmcripd6n, no 5610dcaipci6n V pmiicri6n cicntifJCa (NatS5, 1973: 6). '
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complejidad, descentralizacion y autonomia local, autodisciplina y la satisfacri6n de las diversas necesidades hwnanas. Sc trata de ampliar el ronccpto de ecologta y vinrularlo con las perspectivas fil0s6fJCa5 que pcrmitirfa convertir eeologta profunda en una sabidurla dd universe. Naess escribe:
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AI principio de este artfculo tratamos de mmcionar los tm casas de violencia hada los animales, d maltrato comun, la cacerta y los cxpcrimentos. Damos por smtado que d primer caso sc refien comu.nmmtc: a los animaIts domlstiros, d segundo a los silvestres y cl ultimo a ambos tipos de animales. Hemos prcscntado cuatro posicioncs ltieas en C\..Lo1nto a 1a viaImOO haOO los animales: fa antropocmtrical la zoocfntrica, la bioctntrica y la !CQCtntric;l-l.a Unica poSICiOn que trata de establ«er una rclaci6n ~tre Ll ~ violmcia bacia los aninla1cs y hacia los hum,mos csla antropodntrica. El 0 iIgummto que sc cmplta cste 10 ~mos cf~od~min6: d ~trato bacia los animalcs condua en vanos ~hdos haria Ia V1olmoa hacia los humanos. En esta ltica, ci maltrato comun hacia los animalti- cs -nforar- ---mente rcpugnante, mientras que la caeena y los experimentos can los animalcs son pcrmitidos en condiciones de rtlevancia y humanism". £l . zoocmtrismo, o'sc,a la.primera altunativa. prohibr cl maltrato, 1a caccrla y los cxpcrimcntos con los anim:llcs 5010 ruando estos aet~ prod~z.can las constcui:ncias de ,"cnor utilidad que los aetos alternatlvos (5mger). EI biocentrismo, a segunda altcrnativa a' antropocmtnsmo, admite q~e ca~a vida cs 58grada y dogmt\ticamente prohlbc todos los e~sos de la V10IcnC13 hacia los animalcs. E) ccocentrismo, la tercera altttnatlv3 .11 antropoccntrismo, admite como cl uniro principia moral, 141 obligaeiOn de prcservar un todo eoncrbido como el ccosistema de los ccosistem:l', cs drcir. cI planeta TIerra. Los difnmt(5 aetas de violmcia hacia los animalcs sc vudvcn, 0 bim moralmcnte irrdcvantcs (d maltrato comun) 0 ndquinm I.. califJCaCi6n moral diversa depcndiendo drl grado de su eontribuci6n al equilibrio ccol6giro
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toti1!. Ahora bien, antes que nada debcmos advertir que ninguna de las posicionts mencionadns satisfaee nllcstras intuicione$ morain, El antropocrntrismo no pcrmite tomar en cuenta los interT5(s de los animales indcpcndirntemcnte de los interestS de: los humanos, cl ;wocaltrismo tomcl m rumta sola mente los intercscs de los scm SC'Il5iblcsdcjando fuern otros elementos del rcosi~h:ma, cI bioccntrismo, dogmt\ticamcntc .,rlora cllalquier manirnlilei6n de vil1cl sin indirarnos de e6mo resolver los conmeto5 entre 105 seres vivicntcs: cI reocentrismo drficmlc ~Intodo conccoid(l el'OI6gieamcnte en
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contra de sus partes, es decir los individuos anirnales, y entre btos los individuos humanos. Creemos que ante la entiat mcncionada tenemos dos opct()-) no: aeeptamos 13 ltica tT-adicional, la antropocentrica junto ron su argu- ~ mento clave: el principia de domin6 0 bien tratamos de consrruir otra, la 1\'" cuarta alternetiva a1 antropocentrismo. La primua qpd6n serta incongruente ron la suposici6n de que la vida animal y vegetal timen un valor en sf. Nos queda Ia ~unda opci6n. Aquf, por !lmites de espacio n051imita1'm105a enWlciar Ia.posibilidad tc6rica de una nueva ltica, AnteS que nada rdlcxioncmos alrrdnlor de las razoncs del fracaso de JiStrc:s altUnativas mencionadas. El error com(m·a todas c1Ia! cstriba en.que tratan de tomar en cumta 5610 un asp«to moralmmte rcIcvante: d :zoocmtrismo mama cI critmo de 101smsibilidad, dbioccntrismo de la vida y el CC'OCrntrismode la supcrvivencia de la comunidad bi6tica 0 c1 planeta liara. La nueva propuesta tendrla que sintttizar est05 criterios. J\)r una parte, sentimos que cI crato que damos a 105 domlsticcis no es irrcIcvante ni para dlos ni para nosotn:)s, 105 humanos:j Estant~ :de. acuci-dc/ &It\ la mayana. de los f116s0fosde que los crifcrios de nuestro ronoc:imiento actrCa del sufrimien· -_---.~·_-R>(fCtos ariiriiaIes y dc·IOs humanos s()"llid6ttiCoS" y de(ndole trilpfriro.No podemos m:hazar c1 principia de sC:tsibilidad sin .~er en ·una su~tid6n lIamada tsptcljmo 0 una mctaftsica ignorante a] cstilo de Dtscartr:s:· Sin embargo; quercmOs tomar cr;t serio la idea proveniente de Ja. cco~1a Moder· na: lilJ!!!ro:rmcr"lbil;4ad de tod05 los e!ementos de~qwcr crosistana X _ ..--(lorfo- tanto· tltlcrosi5ffiiiaaelOS Ccosistcmas, planets lien . Asl la nueva posici6n qunlarfa d como 0 e d05 principios: 1. El principio de smsibilidad 0 la vida subjrnVa y 2. El principio de: la supcrvi,p,. vencia de un todo ronttbido como un ccosistema. E1 ma1h'ato comWl de los animalcs.dombticos y,z"ari05 casas de los cxpcrimmtos con los anima1cs qutdan prOhibidoscon bast en d prima principia y en c1;ugummto de! d«to domin6. Varios casos de eaCt:r1a qunlarlan prohibidos conforme c1 scgundo principia. los dos principios dcfinm nucstras obligaciones prima/ant, cs dccir las obligacioncs que se vuclvcn dominantcs en cualquitt situaci6n no ronflictiva. lCuAl dt: estos principios se vuclve dominante en casa de conflieto ent~ ellos? lC6mo resolver los ronflictos de intcrucs con base en nuestra propuesta? Aquf nos limitarcmos al tercer principio: J. En caso de los con· flietos entre las obligaciones prima facie ddinidas por los dos principios mencionados, el p~er principio qucda dominado por el segundo y no a1 rcvts, Crcemos que csta conclusi6n cs plausible y digna de defender: las partes putdm vcistir 5610 ruando aiste un todo pero el todo, pucde cxistir sin nlgunas de sus partes. Las partes, aunque valiosas en sf, deben sacrifi-
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carse en ocasiones para posibiJitar la sobrevivencia del todo. Cuando la vida de las partes es irrelevante para la supervivencia del todo, estas deben otar protcgidas de acuerdo con el primer principio. los intereses de los individuos, animalcs 0 humanos, son dignos de preservarse, a) menos ruando su rta1imci6n amenaza la vida en su conjunto, el fundamento vital de cliches seres. La eeologta nos puede otorgar pruebas de interconectabilidad de todos los SlTCSvivientes en los eeosistemas dctmninados Y la antropologta nos puede ayudar a mtender c6mo 13 violcncia de los humanos contra 105animalcs .o+>contribuye a la violmcia de los humanos ron los humanos.
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Mujeres en los movimientos armados y la censtruccion de nuevas identidades
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HABw de las mujcns en los movimientos armados es un tema muy amplio, pues como objrto de guerra 0 como bottn, como dlrigentes, combatientes, milicianas 0 como bases de apoyo. hemos estado y (Stamos en todas. En esta OOISi6n. por razorics de cspacio Y tiempo, nos limitaremos a haar algunas rdlcxiones sabre las mujcrc:sque participaron en las dos