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ESPAÑA SAGRADA.
TOMO
IV.
ESPAÑA SAGRADA TOMO
IV.
CONTIENE
EL ORIGEN Y PROGUESOS DE LOS ODISPADOS, TIEMl'O
KN QUE SE
ECLESIÁSTICAS
Y
llICIEItO.N
ESIAIII.ES
LAS
DIVISIONES ANTIGUAS DE
METHüPOLlS SUS
SILLAS:
DE BUENA FÉ Y DOCUMENTOS AUTÉNTICOS. AÍNÁDESE
Et,
LAS
PBOVINCIAS
JUSTIFICADO TODO CON
ESCRITOBES
,
I'OIIMACIO.N
CRONICÓN
DE
DE IDACIO
,
NUEVAMENTE
ILUSTRADO, CON OTROS INÉDITOS.
SU AUTOR
EL RMO.
P. M. FR.
ENRIQUE FLOREZ,
CATKDHÁTICO UK LA U.M V KltSIL) AU DE ALCALÁ Y ASISTENTE CEXERAL I'llüVIMCIAS DE
LiE
LA ÚUDEX DE SAK AULSTIX ER LAS
ESPAÑA.
TERCERA EDICIÓN. PUBLÍCALA
LA REAL ACADEIHA DE LA HISTORIA.
MADRID. IMPRENTA DE JOSÉ UODIIIGUEZ, CALLE DEL EACTOU, I«59.
NÚAI. 9.
-LC^
¿>3
DEDICATORIA DEL AUTOR
AL REY DON FERNANDO
VI.
SEÑOR:
l^a Iglesia de España se halla tan singularmente obli-
gada á la
y protección de sus monarcas, que el dedicar sus obras al augusto nombre de V. M. no tanto liberalidad
es buscar protección cuanto pagarla.
Desde que
los reyes
suevos y los godos abrazaron
la
verdadera Religión, se mostraron príncipes no solo ver-
daderamente
católicos, sino liberales
y piadosos para
cuanto pertenecía al bien de las iglesias; edificaron templos, establecieron
sillas pontificias,
fundaron mo-
VI
nasterios,
y dotáronlo lodo no
solo con los bienes
que
antes liabia usurpado la impiedad ariiana, sino con otros
que añadió su
liberal magnificencia.
El suevo Carriarico
antes de ser católico ya parecía serlo en la solicitud de
fundar aquella lauíosa catedral que edificó en su reino
con ánimo de abrazar nuestros sagrados dogmas
(1);
y
antes de estar fundado en la verdadera piedad se
si
hallaba lan bien afecto á la Iglesia, ¿qué seria después?
Su
Teodomiro no
hijo
solo correspondió al celo de lal
padre, sino al de los Padres de la Iglesia, y aun se anticipó tratar
á sus deseos. Él fué quien los hizo juntar para
y promover
el
bien espiritual de sus estados. Él
fué quien les propuso el
aumento de una metrópoli para
evitar el trabajo de concurrir de lejos á los sínodos (2).
quien ocurrió á
Él fué
la
molestia que tenian en visitar
sus dilatadas diócesis proponiendo el aumento de otras sillas ;
y en
fin él
es á quien se reduce la dotación de
todas las que pertenecieron á su reino.
Entre los godos aun antes de convertidos hubo quien protegiese á los católicos dándoles facultad para tener
concüios
(3).
¿Qué bienes no
les
debimos después que
por sohcitud del rey católico Recaredo abrazaron la Fé?
Baste
lo
que un santo obispo de aquel tiempo
testificado,
(1) (2)
(4) dejó
que todos aclamaban la liberalidad y devoción
S. Gregorio Tiironense. Concilio de Lugo.
(3)
(4)
S. Isidoro. El Biclarense.
VII
deRecarcdo, llamándole Ercctor
dotador de UjUsias
\¡
y conventos. ¡Tan antigua como oslo es la deuda de la iglesia de España á sus monarcas Los reyes sucesores I
imitaron con
ílrmeza aquel ejcm|)lo, (|uc hubo quien
lal
se alargase
mas de
La armonía
enlre lo eclesiástico
qne deseaban
lo
qne se ha llegado á dudar ó
(1).
civil fué tan acorde,
y
los concilios eran cortes,
si
estas se reduelan á concilios. El
si
los prelados
mismo Rey no
solo
ennoblecía con su Real presencia, sino c[ue los edi-
los
ficaba con su ejemplo, humillándose ante los Padres (2),
y representando
deseo de que se corrigiesen los des-
el
órdenes, para lo que
empeñaba
toda su Real protección,
que
los
Padres decre-
taban. Los prelados en recíproca gratitud
esmeraban su
y anadia ley conñrmatoria de
celo en el bien del
lo
monarca y de su reino de modo que ;
con dificultad se podrá señalar concordia mas estrecha entre el Sacerdocio
y
el
Imperio que la conservada en
España desde que se hicieron
católicos los godos.
Destemplada por los excesos de los últimos pdncipes,
y convertido en la
no solo se restauró por
llanto todo el gozo,
piedad de los reyes de Asturias
fué
aumentando cada
unos y otros? Vencia
Cada
(1)
el
¿Oué
,
sino
que se
triunfos
no lograron
Rey; triunfaba en
él la Iglesia.
dia.
trofeo se notaba por aras.
Conc. XII de Toledo.
y León
(2)
¿
Los obispos con
Orden de celebrar (i
X
el
Rey;
el concilio.
VIII
Una misma
esle por los obispos.
Dábales Dios laníos conquislaban.
to
con
lo
triiinlbs,
era la causa de todos.
que no podian poblar cuan-
Erigian iglesias; dolábanlas no solo
que poseían sino con ,
que esperaban
lo
dado antes de conseguido. Largo
fuera, Señor,
tara individualizar los sucesos. Basta las iglesias
adquirir, si
inten-
que ninguna de
de estos reinos carece de los influjos de
la
li-
beralidad y piedad de sus monarcas. Asi lo testiücan las historias
asi lo
;
renovarán estos
grarlos al augusto
libros.
Luego
nombre de V. M. no
algún nuevo servicio
,
el
consa-
es crédito de
sino tributo por las deudas anti-
guas.
Á
este
el cuarto
fin
tomo de
sin recelo de to es;
y con que
este reconocimiento aspira, Señor,
España Sagrada
la
al trono
los políticos le afeen por ser IV. Cuar-
pero primero en la soberanía de la
diendo únicamente la del
mundo,
peratriz del
de V. M.
cielo.
El
el celestial
Rey de
tierra,
prece-
reyes, la
Em-
patrón nuestro apóstol
Santiago llevaron mi atención en los primeros libros. Estos
preceden á V. M., porque estos son los que afirman su
reino;
y
solo precediendo el sacrificio en tales aras,
atreviera yo á besar el soberano trono de V.
Habiendo ahora dar
,
al
me
M.
pues, dado á Dios lo que es de Dios, debo
César
lo
que es del César. De V. M. es
todo lo que fué de la liberalidad de los suevos
y piedad
de los godos. De V. M. es aquel perpetuo celo del bien
lieredado sucesi\ ámenle imr los reyes de
(le las iglesias,
Caslilla turias.
y de León desde
es cuanto debe la Iglesia
De V. M.
reyes de Navarra
de
la
los priiníU'os príncipes
de As-
deferir
y de Aragón. De V. M.
á los
es la gloria
pureza de la Fé que la Iglesia conserva en sus do-
minios, contradecida desde perfidia Judaica, desterrada
el
tiempo de los godos la
á tanta costa
inmundicia
la
de los mahometanos, y declarada una perpetua guerra contra la novedad de la lieregia.
verdaderamente
católico,
De V. M.
es el celo
no solo de introducir
las vastísimas provincias del
la
Fé en
nuevo Mundo, sino de
la
conservación y propagación que de nuevo se logra.
De V. M.
es: ¿pero
cuando toda
á qué
la atención es
fin
recargo deudas piiblicas
de pagarlas? Las mas de las
planas de esta obra no pueden ser eclesiásticas sin ser Reales. tores de
En
ellas se
V. M.;
tra Iglesia:
el
verá
el celo
de los gloriosos progeni-
empeño que tuvieron en honrar nues-
su piedad, sus liberalidades, sus gracias.
Si ahora se pide ejemplo, basta el de
un
solo
Rey
para
darle por muclios. Este es el que dio nuevos reinos á Castilla, coronas el
que rompió
iglesias.
la
el
á la Iglesia y laureola
yugo en que gemian
tantas
Este
y tan nobles
Este el que recobró la de Córdoba, la de Jaén,
de Cartagena y
que
al cielo.
las dotó
la metropolitana
de Sevilla. Este
el
con piadosa y verdaderamente Real magni-
ficencia. Es(e el (pie restauró los lem[)los TOMO IV.
de Toledo y dé II
X
Burgos, extendiendo á otros muchos
piedad y liberali-
la
aclamado por Padre
dad que reinaba en su pecho. Este
el
de la patria, por pió, y por
siendo
la piedad
feliz;
con que llegó á ser santo: y
por haber tenido en
él
un padre de
feliz
príncipes
y veneración á
llenó de tantos créditos,
para
para
el
sí,
por
pueblo,
la patria. Este,
que da glorioso nombre á V. M.
fin, el
feliz
,
las iglesias. Si
en
ejemplar á los
un rey solo nos
¿qué deuda ó qué paga será
igual para tantos? Si de todos hace asunto esta obra, de-
be mostrar su gratitud á todos.
Un FERNANDO
FERNANDO
el
es el puesto por ejemplo
:
sea otro
que por todos reciba nuestro humilde
reconocimiento. Aquel sobre la protección de las Iglesias añadió el
nuevo recomendable
título
,
cado su Real ánimo á promover las engrandeció y colocó en Salamanca
dad
sita
letras.
Para esto
la insigne universi-
antes en Falencia. Para esto ideó la formación de
las leyes toria
de haber apli-
de
la
Partida. Para esto mandó escribir la his-
de sus antepasados, escogiendo paradlo
do mas sobresahente de sus reinos,
el
al prela-
arzobispo de To-
ledo D. Rodrigo, quien en la dedicatoria que hizo al
mismo la
S.
FERNANDO
nos expone
el
Real deseo de que
antigüedad se ihistrase; sin duda porque conoció, co-
mo
tan penetrativo príncipe, que del conocimiento de
los
hechos penden muchos derechos: que las artes y
tras
le-
pueden conquistar dentro de un reino tanto como
XI
fuera k\s armas, y acaso con
mas
ulilirlad,
mas
seguri-
dad y meiiojes dispendios. ¿Pues cómo no será debida
M
y aun grata á V.
la olería
de una obra que se orde-
na á dar nuevo cuinpliniienlo á los deseos de
y
tal
príncipe? Ideó, Señor, aquel gloriosísimo
la ilustración
de las
gran muestra de
cuando tra los
la
liistorias
Monarca
antiguas de estos reinos:
empeño de
dilatar sus Estados con-
la Iglesia, ni el
ardor de promover
la Religión, ni la continua atención al bien sias, bastaron
sanio
generalidad y grandeza de su celo,
ni el glorioso
enemigos de
tal
á llenar
de
las igle-
capacidad de aquel Real áni-
la
mo. Cupo entre tantos y tan graves desvelos el de aumentar las letras pero los escritores no le pudieron dar ;
mas de
que cabia en unos
lo
llenos de preocupaciones, tura,
que llega entera
la
siglos
muy
escasos de luz,
y de tan poca ó ninguna
cul-
acción al reinado de V. M. pa-
ra darle, no parte en esta gloria, sino el lleno de cuanto
corresponde al que dá perfección. Ahora es cuando pue-
den cumplirse
mas
celosos,
los deseos
y dar á V. M.
otros hicieron, las de lo
cultura del siglo de V. al afán
de
de los príncipes antepasados ,
con las gracias de
que
que ninguno logró hacer. La
M. mira ya como materia ruda ahora podemos
los siglos precedentes. Solo
conseguir la ilustración
lo
,
cuando con
la
necesidad com-
pilen las oportunidades de la paz, con la
comodidad
los
intereses,
celo de V.
M.
y sobre todo
la
protección
y
XII
para cnanto es del bien de sus vasallos y del reino. Este celo asegura á V.
M. importantísimas
coníjuislas dentro
de sus Estados, y á nosotros que con
FERNANDO
renovemos
patria, piadoso y
que
el cielo
tos reinos
feliz.
dictados de
los
Para
esto
nos guarde á V. M.
y de
el
,
nombre de
Padre de
la
no necesitamos mas
como para
bien de tan-
la cristiandad pide,
SEÑOR,
Fr. Enrique Florez.
CENSURA Y APROBACIÓN DEL abogado de
los Reales Consejos,
P.
D.
NICOLÁS GALLO,
y preshitevo de su Congrega-
ción del Salvador de esta corte.
De orden de
los
Señores del Supremo Consejo de Caslilla he vislu
despacio, y con toda la reflexión que la materia merece la Historia
Sagrada de España
que sobre este mismo asunto
M.
Si el objeto
regabas de S. M. ó
al
si la
y
piimeros el
el
Consejo pido en semejantes remisiones,
obra que vá á darse á luz es ó no opuesta á las
bien público, yo habría salido bien presto de mi obli-
me
gación y del encargo que se tor
los tres
del orden de S. Agustín, etc.
,
de la censura que
fuese solo enterarse de
que á continuación de
,
cuarto tomo de
han precedido, pretende ahora imprimir
le
M. Fr. Enrique Florez
P.
II.
el
,
muy
hace
pues con solo leer
;
el
nombre
del au-
lomos que ha impreso antes sobre esta propia materia, bastaba
los tres
para convencerme de una entera seguridad acerca de ambos respectos.
Pues á
verdad todo
la
el
contexto de esta insigne obra
,
cuantas planas y
cuantas líneas contiene cada capitulo, no respiran otra cosa que un cabal discernimiento de las verdaderas y sólidas regalías de S. M. acerca de los
derechos eclesiásticos esmaltados en
la
Corona
,
y
mientos sobre que se establecieron y se mantienen.
hondos y lirmes ci-
los
Y
por otra parte no era
capaz de haber arrostrado y mucho menos emprendido este sabio Maestro
una obra que hasta hoy la
mas profunda
amor
se
que es
les por cuantos lados se la
sus intereses (jue floreció
la fé ,
mire
alma de toda ,
mayor
trabajo y á
los
al
ella
y brilla en todas sus par-
ahora se trate del establecimiento y pro-
en nuestra España
,
que es
el
mayor y mas
conocimiento de
precioso de
la disciplina eclesiástica
primeros siglos y se continúa hasta nuestros tiempos,
ahora se desee promover nerables
el
ahora se atienda
en
al
erudición, á no sostener su paciencia y su estudio con aquel
al bien público,
pagación de
ha tenido por inaccesible
el
honor de
la
nación desenterrando los
monumentos de su antigüedad que apoyen sus verdaderas
ahora por último se quiera desagraviar de que con visible emulación
la
la erudición
acusan
las
española de
la
plumas extranjeras.
mas veglorias,
barbarie
A
todo
XIV exquisila erudición y Irabíijo inmenso que supone
el infal¡¿,'a"ble celo,
ocurre
y descubre
autor de estos libros, que nuestros nacionales lian leido con
el
admiración y
los
extraños con envidia. Con que
sura solo mirase á resguardar los altos derechos de
ver toda infección nociva á
hacen
me
la
Majestad y á preca-
inocencia de las costumbres políticas que
Estado, bien presto, digo, habria salido de
la felicidad del
ción en que
la
jurisdicción de la cen-
si la
ponia
bién para que
modo
si
le
son ó no perjudiciales á
digan
obliga-
confianza del Consejo.
la
Pero este augusto Senado no solo remite á los censores
que reconozcan
la
causa pública
la
para
los libros ,
tam-
sino es
son ó no son útiles ó pueden contribuir de algún
si
á promoverla; de otra suerte ni quiere
el
Consejo que se impriman
ni
que se divulguen, pues mirado con reflexión, igualmente dañan á aquella parle del bien
nas
letras,
común que debe adelantarse por medio libros
los
que
vician. Fuera de que en
la
,
embarazan inútilmente como
mas
la
cualquiera producción de ingenio que no sea ventajosa y
diaristas de Lipsia y de
pues dá un nuevo apoyo á los
,
Trevoux para que publiquen y
se confirmen en el
que tienen formado de nuestra actual erudición. Sobre este pié he de
caminar en
la
censura del libro que
sentado que no sea nocivo,
de S. M. ó
al bien del
como para
lo otro.
el
Estado, resta saber
Con
esto he dicho
nación,
la Iglesia
si
lo
puede ser
que no
tiro
el interés
;
pues
es, á las regabas
útil asi
para
uno
lo
á hacer una aprobación
como regularmente
á juzgar con rectitud y con verdad sobre la
Consejo remite á mi juicio
como en ninguna manera
ó censura de ceremonia ni á ciegas,
Rey,
que
cultas de la Europa, sea con justicia, sea
eminente se debe eslimar como perjudicial
juicio
los libros
bue-
estado que hoy se halla la opinión de nuestros
el
escritores entre las naciones
con emulación
del estudio de las
se hacen; sino es
que puede ó no tener
el
de España y aun la universal en que este libro
salga ahora á luz, y que toda la obra que promete se continúe hasta su entera conclusión.
Para
esto,
y ceñido á
los
términos precisos que dejo propuestos
,
digo que
sobre dos puntos cardinales se resuelve toda la esfera de la pública felici-
dad de un reino líneas
que
católico,
tiran los
y á
demás
ellos
,
como á
su centro,
van á parar todas
intereses particulares de que se
compone
,
las
y en
XV que consiste son
la
prosperidad y crédito de una nación hija de
la
la Iglesia.
Estos
Religión y el Estado; y con nada mejor pueden contribuir las ciencias
una república en y las artes á colocar estos dos polos de de perfección y constancia
(pie
mas
el
sea posible, que fijándolos y alirmándolos
sobre los ejes de la historia civil y eclesiástica de sus pueblos
en cierto moilo á sacar y producir
historia civil vuelve
alto punto
;
porque
teatro del
al
la
mundo
y á la vista de sus naciones aquellos héroes que fundaron y ennoblecieron los principios
y progresos de
la patria
común de
todos
promoviendo y ex-
,
citando los ánimos de los presentes con los ejemplos de los pasados, y su-
alma
pliendo toda el espíritu
(pie les falta
é infunde la
que inspira
Por esta parte no tiene
miran con envidia
la
á sus cadáveres y á sus sepulcros con
memoria de sus acciones.
España que desear, y
la
buena suerte que
cuerpo de historia completa con toda suyas carecen
;
la
taja
nuestra en tener un
la
perfección y eminencia de que las el
,
Padre Juan de Mariana
no logró que viniesen á solo conocerle de regiones al otro historiador
naciones extrañas ad-
las
cupo á
le
pues nuestro Livío español
de buen gusto como
el
muy
,
si
distantes personas
romano, consiguió
y otra gloria mucho mayor que esta
,
sin
duda otra ven-
y fué desear cada nación que
lo
hubiese sido suyo, ó á lo menos tener otro semejante para eternizar sus ha-
zañas y sus héroes
;
y sobre todo consiguió que su obra fuese recibida con
uü aplauso increíble de
como una
pieza
los
hombres mas sabios de su tiempo, mirándola
consumada en su
especie,
y como un modelo áque debieran
arreglarse los que se aplicasen á este importanlisimo y gravísimo estudio.
Pero dos cosas no pueden negarse
,
sin
embargo de
ha merecido á todos nuestro historiador. Una de facilitó la
empresa
el siglo floreciente
los justos elogios
ellas es lo
que alcanzó, en
ción fué la nación dominante tanto en letras
como en
el
las
que
mucho que
le
cual nuestra na-
armas, y
los
gran-
des hombres que en aquella edad produjo nuestra España y se aplicaron á ilustrar esta propia materia
y ciudades mas otros sos.
insignes
monumentos de
la
Esteban de Garibay
de Morales, D.
,
ya con
ya con
,
la
historias particulares de algunos reinos
invención de inscripciones
antigüedad que dieron ,
Gerónimo Zurita
,
mucha
,
medallas y
luz á nuestros suce-
Florian de
Ocampo, Ambrosio
Antonio Agustín arzobispo do Tarragona, D. Juan Bau-
XVI lisia
Pérez üb¡si)0 de Segoibe
y oíros de igual erudición y de un tesón iu-
,
faligable en averiguar nuestras cosas, descubrieron el camino, abrieron el
paso y allanaron muchos obstáculos para arribar á
De
nuestra nación.
también por
lodos se aprovechó el Padre Juan de Mariana, el cual hizo especiales descubrimientos, y tuvo la fortuna de
mismo
sí
de
la historia universal
llevar en su derrotero unas guias tan seguras
como á
incom-
estos varones
parables.
Tampoco
se debe disimular que sin
probo estudio é inmenso trabajo
verdad y poner
las cosas
de España en toda
,
como
se
,
la aplicación
la claridad posible
im-
no pudo
,
y muchos de ellos demasiadamente ca-
puede ver en Pedro Mantuano, su antagonista, que no en
lodo se dejó llevar de la pasión de contradecirle, en
de Mondejar D. Gaspar Ibañez de Segovia tecario del
del
y
tuvo nuestro historiador en indagar la
(pie
con todo eso evitar algunos yerros pitales
embargo de
,
en
Rey nuestro Señor, en su Sinopsis
incomparable mérito y utilidad, y aun en
I).
el
eruditísimo Marqués
Juan de Perreras
histórica
de España
,
,
biblio-
obra de
sabio autor de la obra cuya
el
censura tenemos entre manos. Pero asi como
al
grande cardenal Baronio no
se le debe negar la gloria de ser el padre de la Historia eclesiástica por las
equivocaciones que después han reconocido en bres eruditos de nuestros tiempos
putar
el título
gunas
faltas
,
tampoco
al
el
Antonio Pagi y otros hom-
Padre Mariana se
le
debe dis-
de padre de nuestra Historia porque hubiese incurrido en al-
que después se han descubierto en
autores son dignos de la
mayor admiración
;
ella.
Al contrario, ambos
porque en un siglo como
el
su-
yo, en que no había llegado la crítica á la exacta severidad á que la ha
elevado
el delicado
gusto de nuestros eruditos modernos, y en que aun no
se habían descubierto tantos documentos originales
después
,
mas seguros y
sacándolos de los archivos
como
se
han hallado
desenterrándolos de los
cementerios del olvido, hubiesen sin embargo procedido estos dos grandes
hombres con un
juicio recto
y
libre,
y con una integridad y una veracidad
enteramente imparciales. Pero sobre lodo nada hace á uno y otro autor mas
recomendables á
la
memoi-ia de
los
hombres como
la resolución
de empren-
der unas obras cuya dificultad tuvo arredradas las plumas de los escritores
mas
insignes.
Desde
el
cuarto siglo, en que Ensebio Cesaricnse trató la his-
XVI í loria (le la liíicsia
mas de
ron
con mas dignidad y verdad
(|ue sus conliiuiadon'S
mil años hasta el cardenal Baronio, sin
como hubo en
lebres escritores esta obra tan
útil
pasa-
,
algimo de laníos cé-
(|iie
emprender
ese largo tiempo se atreviese á
y tan necesaria á todo el cuerpo de la Religión
(pie
,
medio habia de conservar y traer hasta nosotros sus tradiciones
ese
ciéndose cada dia este designio
mas
inaccesible
asi
,
por kis nuevas conquistas que hacia
naciones recien convertidas Iglesia
,
como por
,
ha-
extensión de sucesos
|K)r la
que se iban aumentando y que de siglo en siglo iban mudando de las cosas
,
por
el
el
semblante
Evangelio en las
variación de la disciplina de la
la
que insensiblemente empezaba á decaer por atemperarse á
ferentes estados y costumbres de los fieles, y por
los di-
alcance de sus desór-
ir al
denes y no perder de vista su remedio.
A
nuestro Mariana
abriese los cimientos y tra nación
lo
;
que
sin
faltó
le
un autor tan diligente como Ensebio que
le sirviese
duda
de apoyo en
fué de
la dificultad
de nues-
historia secular
un grande recurso que alentó
nal Baronio á formar la suya de la Iglesia. Sin
á
la
embargo de
le
carde-
al
eso, no cediendo
nuestro historiador, abrazó esta empresa vastísima y la llevó
hasta la perfección que
hemos ponderado y en que hoy
nos quede que desear para
la
vemos
sin
,
que
de España sino es la corrección
la historia civil
de algunos puntos que, como hemos referido, tiene
la
de Mariana
dignos
,
á la verdad de segunda lima.
Pero
región que siempre se ha l(Miido por impenetrable á cualquiera
la
trabajo y estudio ha sido la Historia Eclesiástica de nuestra Península. Aqui
ha faltado
les
nación
,
agua á
los
mayores y mas laboriosos ingenios de nuestra
y casi se habia ya desesperado
verdad no los
el
sin gravísimos
el
que se pudiese conseguir
fundamentos, por ser casi invencibles
que á cada paso se ofrecían, y no menos
curecían los sucesos é impedían
De
los tres
primeros siglos de
el
ticias llos
;
y
si
y á
la
obstácu-
las espesísimas tinieblas
que os-
curso de ella.
la Iglesia
dicación del Evangelio, apenas habia
narración
los
;
de España
,
incluso el de la pre-
memoria segura sobre que apoyar
la
Prudencio y S. Isidoro no nos hubiesen conservado las no-
de nuestros primeros mártires y de algunos varones ilustres de aque-
tiempos
TOMO
IV.
,
casi no se sabría
si
los
hubo. La
misma
suerte corrieron las ni
xvm memorias de guos lo
(leles,
la
geraii|ii¡a colesiáslica
y de la disciplina de nuestros anti-
y las del establecimiento de las primeras sillas episcopales.
hablan anochecido las crueles y continuas persecuciones de
como
dores gentiles, que
dice S. Cipriano, con igual ó
mayor
los
Todo
empera-
furor tiraron
á acabar con los libros sagrados y con las memorias de nuestra Religión,
que con
que
las personas
la profesaban.
En medio de una noche
tan cerrada dio un gran golpe de luz y aclaro en
parte las costumbres y discipUna de aquellos siglos
el concilio
pues los diez y nueve Padres que concurrieron á
fueron
tos astros
de primera magnitud, que con
el rigor
él
Iliberitano,
como
otros tan*
de sus cánones nos hicie-
ron ver la oculta armonía que en medio de las mismas persecuciones habla mantenido el orbe celeste de la Iglesia de
bastantemente en
el
España
;
la
que se descubre
celo de sus prelados y en la docilidad de los pueblos,
á quienes no dudaron proponer unas reglas de moral tan severas
que para
,
que no se tuviesen por de una asamblea de novacianos fué después necesario templarlas con posteriores decretos de varios concilios generales
,
y que
Sumos
Pontífices y de
mandadas guardar en
se hallasen repetidas y
el
concilio Sardicense.
No duró demasiado
el efecto
que produjeron
los
cánones del concilio de
Pues á poco mas de ochenta años de su celebración, y especial-
Iliberi.
mente después de
la
tras provincias de
nuevas y oscuras nieblas
muerte del grande Osio, se volvieron á poblar nues-
Eumerio, obispo de Tarragona
,
,
y fué preciso que Himerio, ó
acudiese á S. Dámaso, Pontífice romano,
solicitando el remedio de los desórdenes que se hablan introducido,
en
el
mos
clero
si
como en
no fuese por
el
común de
los fieles
;
la apostólica vigilancia
cuyas noticias tampoco tendríade este prelado, y por
y famosa carta que en su respuesta y por muerte de S. Dámaso el
Papa
S. Siricio.
tanto
Esta nos descubre con alguna claridad
la
la célebre le
escribió
corrupción de
costumbres á que habían llegado aquellos tiempos y las causas de donde habían procedido
;
pero la serie y orden de los sucesos todo quedó y
oscuro. Sin embargo, esta carta y el concilio referido son los
monumentos universal
,
y
,
no solo de la
la
sirven hoy
antigüedad española
como entonces de
,
mas
lo
dejó
preciosos
sino es de toda la Iglesia
firmisimos escudos contra los
herefíos
modernos
su opinión
,
pues por mas
;
católicos
asi
como
David Blondelo y otros secuaces de
(jir>
proleslanles
,
hayan querido impugnar
las
decretales anteriores á Siricio y otros ancianos documentos que confunden
y convencen su apostasia, jamás han podido desvanecer
memorias, en donde, á no estar ciegos, verian
estas dos insignes
formidad de siástica
los
dogmas y de
de aípiellos tiempos
llomana
tos la Iglesia
autenticidad de
la
nos testimonios de
;
los
puntos
con todo
,
mas
lo
la
uni-
esenciales de la disciplina ecle-
que hoy observa en ambos respec-
debe á nuestra provincia estos dos fidedig-
la cual
sinceridad con que ha guardado y comunicado á sus
la
hijos el inestimable depósito
de
Pero cuando debian cogerse
la
Fé y de
los frutos
la
doctrina moral del Evangelip.
que promelian y se esperaban de
unas providencias tan oportunas y eficaces para disipar
abusos introdíi-
los
cidos, se hallaron inopinadamente inundadas nuestras provincias con
las
frecuentes avenidas de las naciones septentrionales, que trajeron consigo la
confusión y
el
desorden del gobierno
en ellas, y mudaron enteramente
memorias mas sagradas en
el
el
civil
semblante de
España
,
A
pretendía para
obstinadamente instruidas en gion de la corte
,
sí
religión
los errores
los príncipes
con exclusión de ,
los
naturales de
las otras,
los
acom-
porque todas estas gentes venían
de Arrio; v como era esta
arríanos se ensangrentaron de
prelados y contra los pueblos católicos
mismo
mismos y con
sí
esta guerra de ambición sobre la dominación temporal, que cada
pañaba otra guerra mas cruel de
el
sepultando las
dominio que aun conservaban en algunas provincias
cual de estas naciones
los
,
para destruirse unos á otros y para acabar de exterminar de
el resto del
romanos.
las cosas
caos de las cruelísimas guerras que suscita-
ron los godos, suevos y vándalos entre nuestro pais
y eclesiástico que se observaba
,
que subió
modo
la reli-
contra
la persecución hasta
palacio y trono de Leovigildo, que no dudó derribar á sus pies la
cabeza de su propio la confesión de la fé
hijo
flormenegildo, glorioso confesor y mártir, que selló
de Mcea con su propia vida.
Quiso Dios que con
la
conversión de su hermano Recaredo, que sucedió á
Leovigildo, y con la celebración del famoso concilio tercero Toledano respiró la Iglesia de
España y empezó á amanecer en
ella el siglo
de oro de
la
Religión. Enlonces fué cuando al abrigo de los príncipes católicos y delafre-
XX cuencia de concilios nacionales
,
se restableció la geiarquia eclesiáslica, con-
fundida con las revoluciones antecedentes. Entonces empezó á florecer la
y del monacato con observancia de
disciplina del clero
los
cánones; y en-
tonces, en fin, se vieron aparecer en nuestro horizonte aquellas
lumbreras de doctrina y de santidad,
los
Leandros,
clarísimas
los Fulgencios,
los
Braulios, los Eugenios, los Julianes, los Ildefonsos y otros infinitos, cuyas
memorias estarán eternamente parece deberían haber fijado
á caer en
la
llenas
de bendición en nuestros anales
que atrajo sobre
si
la
que merecía
lo
ción de costumbres que se fué introduciendo en eclesiástico, y
y
época de nuestra desgracia á no mas volver
antigua confusión. Pero no era esto
la
,
corrup-
la
ambos estados secular y
indignación de Dios y el azote de su
justicia.
Pues á poco mas de doscientos años que duró España, vino sobre
ella la irrupción
de
imperio de los godos en
el
sarracenos, ó por mejor decir, se
los
abrió la boca del pozo del abismo y vomitó envueltas en
y de crueldad ejércitos de langostas humanas bia y la Siria por toda la costa de África
serable región
donde es increíble
,
año de su conquista y de nestos
campos y
tástrofe
orillas
el
,
tivos los
,
,
la
Ara-
vinieron á caer sobre nuestra
la infeliz derrota del
mi-
mas de un
Rey D. Rodrigo sobre
los fu-
de Guadalete. ¿Quién podrá pintar la universal ca-
quemados
prelados
barbarie
que volando desde
destrozo que hlcíei-on á poco
que padeció entonces España?
dos los templos
,
humo de
los
archivos
perseguidos los
Asoladas ,
fieles
demolidos ,
las los
ciudades,
arruina-
monasterios
,
fugi-
no se veia otra cosa por todas
parles que lastimosos espectáculos, que desfiguraron enteramente el sem-
blante de las provincias, sin quedar en ellas otro su antigua
monumento que acordase
magnificencia y esplendor, sino es la grandeza enorme de sus
ruinas.
Es verdad que en
los
primeros años de esta general desolación no falta-
ron hombres insignes, que aun debajo del insufrible yugo de los
mahome-
tanos mantuvieron la Fé, y con ella algunas memorias eclesiásticas de aquellos infelices
tiempos. Tales fueron S. Eulogio, mártir, Alvaro de Córdoba,
su discípulo, Juan Hispalense, Isidoro de Beja y otros
muchos que
,
como
restos de la antigua erudición, procuraron batallar contra el torrente de íg-
XXI norancia (lue iban ¡nliodiicicndo eu los nalurales (le
servidinnbic y
una nación cruel y biulal, que no conocía olía cultura y las armas.
(jue el furor
de
la
los
Pero
al fin
persecución
la
otros estudios
todo hubo de ceder al tirano imperio
nuevos coníjuistadores; y no pensando ya
en huir de
ni
los fieles
en otra cosa que
en defender las vidas y recobrar
,
abrigo del nuevo reino de los godos (pie
el
citar en Asturias, se hicieron lodos á la
guerra, abandonaron
y las arles
la patria
los ciencias ,
no
aun de sus mismas glorias; de manera que ja-
mas poseída de
se vio nación
al
infante D. Pelayo volvia á sus-
descuidando enteramente de conservar noticias algunas
,
solo de sus ptírdidas, sino
más
el líalo
la
barbarie y de la rusticidad que
lo
es-
tuvo la nuestra por cerca de siete siglos que se mantuvo en ella la dominación de los árabes viciar cuantos siástica
;
en cuyo largo tiempo se acabaron de perder, sepultar y
documentos legítimos podrían servir á formar
de nuestra Península. ¿Y quién seria
presa tan
difícil
,
de
los sucesos ó
en
los
si los
el
la historia
pocos fragmentos
(|ue
em-
que se atreviese á una
mismos autores coetáneos que estuvieron á
los callan ó se
ecle-
contradicen en su narración
,
la vista
como
se vé
nos restan de sus escritos? Tal era la plaga de
confusión que ocupaba y oscurecía entonces todas las cosas de nuestra provincia.
Por último, después de setecientos años volvió misericordia hacia los míseros españoles
en ese tiempo batiendo y arrojando á tes,
,
los
que á maravillas de valor fueron sarracenos de sus antiguos límilos cuales
y erigiendo de sus conquistas pequeños potentados;
todos en los Reyes Cal()l¡cos D. Fernando y
pués con (MJs
Dios los ojos de su
al fin
el
descubrimiento de
la
mas
vasto y
América y con
Isabel
los
,
y ampliados des-
derechos de los prínci-
Felipe 11, dice Horacio Turselino,
austríacos, formaron en
yor, el
Doña
mas poderoso imperio de cuantos desde
hasta entonces había conocido
el
mundo Nullus ab Orbe :
las
redondez de
en Asia y en
la
la tierra,
le
ma-
la creación
venia
im~
muy
montañas de Covadonga cuando padeció
irrupción de los árabes, se extendió después en la
el
condito latius
peravit; de manera que la monarquía de los godos, á quien
ancha una estrecha gruta en
reunidos
menos de un
la
siglo por toda
gozando dilatados dominios en Europa, en África,
India oriental
,
con
la
entera posesión de las dos Américas.
XXII
misma
Lii
como
forlimii (|uo las
armas, cornVrnn on aquel siglo
España, Cccunda madre de
si la
Pues
las lolras.
im-
lloridisimos ingenios, se hallase
paciente y quisiese volver por el honor de sus hijos y desipiilarse en poco
tiempo de
de doctrina que habia padecido por tantos anos, ape-
la esterilidad
nas sacudió enteramente
el
estudio de las ciencias
con tan
,
nentes varones que produjo
yugo de
la
árabes cuando se dio
los príncipes
como
suceso
feliz
protección y
se deja ver en los
magnanimidad
al
emi-
del incomparable
cardenal Cisneros.
A si
la
sombra de
este héroe español
en quien no se sabe cuál fué mayor,
,
su virtud, la política, la pericia militar ó
nas letras
,
el
amor
al estudio
de las bue-
no hubo especie de erudición á que no se extendiese y en que
no hiciese increibles progresos
la aplicación
de nuestros naturales, acaba-
dos de salir de los siglos de la ignorancia. Del cultivo de los idiomas sagrados y de las lenguas orientales nació
en
que fué
la Iglesia,
la
venden por nuevos entre
la
primera Biblia Poliglota que se vio
Complutense. Los sistemas
filosóflcos
que hoy se
de otras naciones, recibieron su espí-
los eruditos
y su origen de nuestro célebre Gómez Pereyra en su Margarita Anto-
ritu
¿Y quién
niana.
anticuaría
,
fué el primero que enseñó y dio reglas para el uso de la
sino es nuestro Antonio Agustín en su libro de oro sobre
plicación de las monedas, que tanto admiró á los
la
ex-
hombres mas sabios de su
tiempo? ¿Quién descubrió y descifró tantas inscripciones y monumentos de la
antigüedad como nuestro Ambrosio de Morales? ¿Quién halló
el
mas cé-
lebre sistema de cuantos hoy aplaude y sigue la medicina, sino es la famosa
Doña Oliva de Saúco, honor de nuestra nación y de su sexo? ¿Quién
mas de
tan bien templadas contra los hereges
y de
la teología
tra
la controversia
edad, Melchor Cano,
el
,
y estableció
el
dio ar-
verdadero estudio
sino es el Vincencio Lírinense de nues-
cual anle omnes, et supra omnes, dice
el
car-
denal Palavicino, apuró cuanto habia que adelantar sobre un asunto tan ar-
duo y tan vse
útil
,
y no dejó qué decir á los escritores que se
siguieron? Si
le
atiende á la teología escolástica , ¿dónde se hallarán otros Bañez
Sotos
,
otros Victorias, otros Suarez
la expositiva
,
,
¿dónde otros Maldonados
otros ,
otros
Vázquez y otros Molinas? Si á
otros
dozas y otros Riberas? Si á la jurisprudencia
,
Gaspar Sánchez, otros Men-
civil
y canónica
,
¿dónde otros
XXIII
Torquemadas
,
oíros
Gomoz
y otros Covarrubias? Si á
¿dónde otros Nebrijas, otros Vives, otros Sepúlvedas
me
yo que
el
canso inúlilmenle, y seria mas de
los
fácil
contar
la
elocuencia latina,
ni otros
Cerdas? Pero
número de
el
hombres grandes que en todo género de facultades y
cias j)ro(lujo nuestro siglo decimosexto.
Todos
ellos
cuanto habían menester para l'ero ¿(juién lo creería?
,
las cuales
el cultivo
Toda
cien-
lem faculoí
hujiis Hesperice fi-
n¿l)us indita',
ejus
tenw
ad effuciandam
noctis infidelitatem
caditiis mLssd".
OB HUJUS
er-
go muneris (jratiam a te nobis conlatam, etc. Lo mismo en el núm. 16. Y en la misa núm. í29 vuelve á declarar: Diem Iiunc... in
quo memoria uostro-
51
apostólicos.
runí Vatuní edcolilur, (¡noruní pnvsentia iioslris urlñhus luu-toritate
Apostólica
destinatam
fuisse cocpioscimus, sin quelia-
ya cláusiüa que no se ordene á celebrar á estos santos como primeros obispos, y como í'un-
dadores y proi)a¿(adores de
la
cristiandad y sillas pontilicias
en España,
8i
A
esto de
corresponde
el
ninij¡iin
oticio
modo
de már-
aunque lue^o lo fuesen; porque solo reluce la dii^nidad de varones apostólicos y obispos; al modo que en las l'estividades de la cátedra de san Pedro usamos del oficio de contesor pontííice; no porque el apóstol no fuese mártir, sino porque no le compete esta formalidad en cuanto primer obispo y fundador de las sillas de lloma y Antioquia; y por tanto no se lee en estas tiestas nada de su martirio. A este tires,
modo
de España, que en un dia rezaban de todos siete apostólicos, por vlíqmoria de su feliz entrada en estos reinos, y por ser dirigidos por S. Pedro para la fundación y propagación de la dignidad episcopal, usaron del titulo y oíicio de pontitices, sin recurrir al de mártires, por las
iglesias
no ser correspondiente á lo que veneraban como general á todos en un dia.
España Sagrada. Trat. ¡I, cap. II. 52 85 De aqui se infiere, que tercesores, y ünalniente porpor los breviarios antiguos no que era (li¿,mo y justo triljiítar arguye bien Tillemont contra los que les atribuyen el martirio; al modo que de celebrar la cátedra de S. Pedro con oficio de confesor pontífice no se prueba que S. Pedro no hubiese sido mártir. Nuestras igle-
veneraron con razón á los siete como fundadores y propagadores apostólicos de la sias
doctrina
evangélica ,
y como
instituidores de las sillas ponti-
Este solo título es bastante y dignísimo para dar culto á Dios en un dia destinado
ficias.
á esta memoria, al diversas
en
iglesias
modo que
instituyeron
15 de
para celebrar la dispersión de los apóstoles. Si el repartirse á predicar al mundo dio asunto para festividad común á todos doce apóstoles, ¿qué mucho que le tomase España para dar gloria á Dios por el dia en que la dio el copioso y misterioso número de aquellos siete prelados apostólicos? Hízose asi en lo antiguo, como testifica el oficio muzárabe; y ¡ojafiesta
el
lá se hiciese
hoy
julio
asi,
lo
uno
por imitar á nuestros antiguos padres, lo otro porque no se quedasen sin el debido culto dos santos de los siete apostólieos, que por no mantenerse sus iglesias no han tenido in-
por el dia en que amanecieron en Es{)aña aquellas luces, destinadas por el cielo {aelüus miss(v) contra las sombras de la gentilidad, y á cuyos resplandores debemos la total ilustración de lo que empezaron á alumbrarlos apósgracias á Dios
toles!
8G
Como
las iglesias anti-
guas recibieron del oficio gótico el culto de todos en un dia, apficaron
como
antes el títu-
de obispos; pero al punto que abrogados por decreto
lo
,
del santo Pió
V
los breviarios
empezaron á rezar de cada uno en singular, pidieron y obtuvieron de la santa sede el rezo que corresponde á mártires, pues ya cesa-
particulares,
ba
antiguo inductivo. Asi se vio en S. Torcuato, cuyo ofiel
ció obtuvo la santa iglesia de
Guadix en
el
año 1590, pre-
sidiendo en la silla apostólica Sixto V, y luego se extendió á
toda España en
año 1693. La santa iglesia de Avila obtuvo de Clemente VIH el de san Segundo en el año 1594, que se extendió á toda España en el 1728. La de Granada logró el de S. Cecilio en el 1702, extendido á todos los dominios de este reino en el 1729. Almeria consiguió el de S. Indael
De lecio en el
sias el
año 1731, que
común
hizo
en
á las
demás
se
igle-
Jaén obtuvo Eufrasio en el 1003.
el
de S.
17oí).
Unos y otros convienen en el común de un mártir; y aunque no tengamos actas auténticas del modo de su martirio, tampoco hay cosa que se oponga á lo que se ha alegado.
% Pónense
los
^^
los siete apostólicos.
111.
fundamentos
(pie
declaran haber sido discipidos de Santiago.
87
Sobre si fueron discípulos de Santiago hay también controversia. Los fundamentos se reducen á que los instrumentos antiguos que tratan de estos santos, no hacen mención de semejante circunstancia, y por otro lado vemos en la bistoria de Sampiro, obispo de Astorga (que escribió al lin del siglo X) , otros nombres muy distintos aplicados á los
siete
precedenno se atrevió Morales á deque fuesen discípulos de
los siele apostólicos tes,
cir
Santiago; antes bien escribió, que tenia por mas verosímil lo contrario, como se lee en el li-
bro 9, cap. 7, fól. 229, b. 88 No obstante esto digo,
que
es
mucho mas
autorizable
atirmar que S. Torcuato y sus compañeros fueron discípulos del apóstol Santiago, como refiere el breviario de Clemente Vlll, diciendo en la fiesta del apóstol, que los siete primeros
obispos dirigidos á España por S. Pedro fueron del número de los convertidos por Santiago en estos reinos; y nadie ig-
ñora que los nombres de los ordenados por S. Pedro fueron Torcuato y los demás ya expresados. La autoridad que
merece la cláusula del brevia^ rio de Clemente VIH se prueba por lo dicho en el tomo antecedente, pág. 4 i, donde referimos las disputas y exámenes que precedieron al hecho de
discípulos del apóstol: Altar i
corregir los breviarios,
quoque, qiiod est super corpns B. Jacobi Apostoli, quod conse-
tanto se resolvió
cratum
f'uerat
¿i
septeni
di-sci-
quorum nomina
acuerdo. 89 El texto
y por
con mucho
mas antiguo
suní h(ec, Calocerus, Basilius, IHus, GrisogoniLS^ Theodorus, Athanasius, Máximas. A vista de una expresión tan clara, y
que comunmente se alega para prueba de que fueron discípulos de Santiago, es del papa Calixto 11. Pero antes de él, con antelación de mas de un siglo,
no hallarse otra
lo habia
pulis
ejus,
tal
en favor de
escrito el autor del
España Sayrada.
5-i
(lomenlaríüdela Traslación de Santiago, publicado por Juan JJosco, monje Celestino, en el segundo orden de la Biblioleca Floriacense, á pág. 185 (reimpreso por el P. Andrés el
tomo
Bihliotlieece,
pág.
Scoto, en
líispanim
1,
9,
y
por
Aguirre, tomo 5, Concil. págiua 120). Este autor nombra entre los discípulos
que traslada-
ron el cuerpo del apóstol á España, á S. Tesifonte, publicandóle obispo de Vergi y compañero de los demás obispos que nos dirigieron losapóstoles, del cual no se puede dudar que es uno de los siete apostólicos,
ni
decir
que no
fueron discípulos de Santiago los que nos trajeron su cuerpo, Este comentario se escribió en el siglo X, como declara Bosco
cuando dice que tenia mas de seiscientos años de antigüedad;
y habiéndose impreso su obra en el año 1605, si quitas mas de seis siglos, retrocederás al siglo X. Entonces se tenia ya por público en la Francia, que S. Tesifonte y sus compañeros fueron los discípulos que trajeron á España el cuerpo del apóstol.
90
En
Trat. II, caí). II.
Juan do
la l'eña, cii la liosla
de
S. Indalecio. Sus palabras las
pusimos en
tomo
página lio, y habiendo acontecido esto mas de treinta años antes del pontificado de Calixto, no debe decirse este el texto mas antiguo del asunto; antes bien el
3,
puede recurrir al papa León lil, que atribuye á los discípulos de Santiago la traslación del cuerpo del apóstol á España, añadiendo, que después de sepultarle, quedándose dos se
al
laclo
del sepulcro
llamaban los
demás
(que se Teodoro y Atanasio) entraron á predicar
á las Españas acompañados de Dios: Alij vero Díscipuli, Dea comité, ad pnedicandum Hispanias imjressi sunt: Este entrar en España supone que habían salido después de sepultar el cuerpo; y fué asi, como se deja dicho, pues fueron á verse con S. Pedro. Los que vinieron con el cuerpo, ya dijo que eran sus discípulos; los que después entraron á predicar en diversas ciudades de España, y que en breve lograron abundancia de mieses por la conversión de los pueblos, también dice que eran sus
toda expresión el monje Cluniacense Ebretmo, que compu-
Postaliquantum ve7v temporis (esto es, después de ser ordenados por S. Pedro), a¿> EJUSDEM APOSTOLI DIS-
so
C I PULÍS in
de! año 1084, lo
el oficio
XI y cerca escribió con
el siglo
del breviario de san
discípulos:
fidei agnitione pie-
De
los siete npostóUcos.
hihus edoctiíiyhvcvi adnicvil f'(v,cumia ac Dea mnltiplicata messis.
Oiie eslos fueron S. Tor-
cuato y sus compañeros no parece que se puede dudar,
porque de ningunos otros nos consta haberse extendido ápredicar por diversas ciudades y de estos tenemos el antiquisi,
mo
testimonio del oficio g(itico que lo expresa. Por tan-
podemos alegar al papa Leon 111 para el mismo conto
cepto.
55
y empieza por la carta de san (ienMiiiiu) á Cromacio, se pone la misión de S. Torcuato v sus compañeros casi con las mismas palabras que se hallan en Calixto, como las propiisimos en el tomo o, pág. 14G. Pero faltando allí, sepulto in
Jaeobi corpove, se debe decir que esto no es del martirologio citado, sino enlace del papa, que con razón supuso aquella cláusula por haber sido la misión apostólica Gallfvcia
li.
91 El ponlifice Calixto II posterior á la traslación de 8anfué quien lo escribió con matiago. yor expresión en las palabras 9^2 En el siglo inmediato á dadas en el apénd. I\. Alega Calixto reprodujo Vicente Belpara esto el martirologio de vacense que S. Torcuato y sus S. Gerónimo; pero según se seis compañeros fueron discíhallan los martirologios de pulos del apóstol. Lo mismo este nombre no se debe atri- expresan los breviarios antibuir la autoridad del santo á guos de Sevillay Ebora, que se todo lo que allí dice Calixto; hallan en mi estudio. Lo misporque ni en el Florentinio, ni mo el de Córdoba, citado por en Acheri, ni en Marlene, ni Aldrete; Primo Cabilonense, en en el que se pone al íin de la su Mapa mundi spiritualiSj novísima edición de S. Geróni- IMaurolico en su martirologio mo, hecha en Verona después (15 de Mayo), Marineo Siculo, de la parisiense benedictina, Vaseo y otros muchos postese expresa lo que propone el riores , autorizados con el brepapa, quod sepidto in Gallwcia viario romano corregido por Beati Jacohi corpore, ab aposClemente VIH. tolis Petro 95 Añádese el ver en testiet Paulo infulis Episcopalibus apud Romam ormonios antiguos (y entre esdinantur, etc. En el martiro- tos el leccionario grande Comlogio Ms. en vitela que está píntense, con el breviario antien la santa iglesia de Toledo, guo de Toledo y el Cerraten,
España Sagrada. Trat. II, cap. II. duclivo para que S. Pedro los se) ([ue el número de los disdirigiese á España, mas que á cípulos escogidos en España por el apóstol para andar á su otros en mas ó menos núme-
5G
,
lado, fué de siete (1). Estos son los que después vinieron con el
cuerpo; este el número de Torcuato y sus compañeros; este el de los ordenados y enviados por S. Pedro; y esta en íin, la mayor congruencia para enviarlos á España, por causa de tener conocimiento de la tierra, porque tanta persistencia en el número preciso de siete ofrece una total identidad entre las acciones de unos y de otros, esto es, que los siete escogidos
que
le
acompañaron hasta Je-
rusalen y trajeron el cuerpo,
fueron los siete ordenados por S. Pedro y enviados á este reino, no siendo regular que si fuesen distintos, tuviesen siempre la precisa combinación de siete.
9i
Deducida la identidad de unos y otros por el número, se infiere también el in-
(l) Hic vero, aliis diversa Cosmi climata adeuntibus mitu Dei Hesperice oris apulsus , hominibus inibi degentibus, patriamque incolentibus, Verbum Dei prcedicatulo disserit intrepidus. Ubi dum parva seges, quce tune excoli vellet, inter spinas fructifica in,
veniretur, paidulum commoratus, fertur septem Clienlulos proielegisse,
Christo subnixus
{al. subiiixos);
quorum
ro; pues siendo naturales
y ha-
biendo ya empezado á predicar después de sepultado el cuerpo del apóstol, habia congruencia para escoger á estos y premiar sus tareas con el honor de obispos. Que fueron españoles, lo infiero por haber sido convertidos y escogidos en España, como consta por los apéndices precedentes; sin que sea digno de oponerse que algunos de sus nombres sean griegos, pues estos eran muy comunes en España, como tratando de Santa Xantipa prevenimos en el cap. 2, núm. 17 del tratado 1. Añádese para la identidad entre unos y otros, la edad de S. Torcuato y sus compañeros, que según el apéndice II del libro 3 , era ya avanzada, pues los llama Senes; lo que viene bien con los discípulos de Santia-
CoUegio lolium
evellendo
exlirparet
radicitus, Verbique semiíia telluri, diu sterili permanenti, commilteret propensius. Cumque dies immineret supremiis, Ilierosolymam tendit festinus. A cujus contubernali solatio prcedictorum vernaculorum nullus extat sub-
de Toledo y Lec-
tractus.
Brev,
cionar.
Coniplut. en la Traslación
Santiago.
anlig-.
de
De
57
los siete apustúlicos.
go,
pues escogidos cerca de treinta años antes de aportar á Guadix, y hallándose en una edad de madurez (como correspondia para andar al lado
de
los siete obispos resultaron
á l']spaña en
la
propagación de
cristiandad y sillas ponliücias; y como esto fué posterior á la
consagración
,
bastó
insistir
y.
de tener edad sexagenaria cuando vinieron última vez á España. Por
mencionar á S. Pedro y san Pablo, sin hablar de Santiago, que no iníluyó en el hecho. Si
tanto la razón,
valiera
del apóstol),
liabian
verosimili-
la
tud y la autoridad de antiguos y modernos no permiten que neguemos á S. Torcuato y sus
compañeros
honra de discipulos de Santiago cuando I)or otro lado no se descubre cosa autorizada que la impugne. 05 El silencio de algunos antiguos documentos no basta por sí solo: lo 1.", por general razon de argumento negativo sin mas prueba: lo 2.", por razon especial, porque el oficio gólico y el apéndice o de la Misa apostólica éxpresamente trataron de estos santos como propagadores de la dignidad pontificia y orden de los divinos oficios según resumió después S. Gregorio VH en la carta del apéndice V. Para este fin bastó la mención del príncipe de los apóstoles, por ser la cabeza de la Iglesia. Juntamente asi estos coseis
la
,
,
no
(pie
el
silencio,
fueron
dijéramos
de
discípulos
Cristo,
de S. Pedro, S. Pa-
blo
otro algún
,
ni
ni
a})(')stol
men-
apostólico, pues á nadie
y como no es persuasible que varones ordenados por S. Pedro y san Pablo no fuesen discí})ulos de alguno de los apóstoles, se
clonan por maestro
;
convence que el silencio no excluye que lo fuesen de Santiago.
00
Menos
fuerza debe ha-
cer lo que se halla en la histo-
de Sampiro, sobre que se llamaron Calocero, Basilio, etc. Lo 1 .", porque aqui hablamos de los discípulos escogidos por el apóstol como tales para andar á su lado y acompaallí no ñarle hasta Jerusalen se dice mas que los nombrados ria
:
del Icccionario
eran discípulos del santo y portodo puede ser verdad que los instrumentos no dicen que no convirtió mas que á siete, ó que no tuvo masque siete , sino que siete fueron los
Complutense), tomaron por asunto el referir los bienes que
escogidos; al modo que del celestial Maestro no se dice
mo
el
documento
ce
12
(sacado
TOMO
JV.
del apéndi-
,
,
8
España Sagrada.
;)H
que tuvo precisamente setenta y (los discípulos, sino que este fué el número de los que señapara que fuesen á predicar l(')
(\d'á\\\.Qi\Qé\'.Designavit¡)omi-
nus
el
etc.,
como 10. A
cap.
septuaginta daos
alios
escribe S. Lucas al este
modo convino
á
S. Torcuato y sus seis compañeros el ser escogidos para
acompañar
apóstol; y á Cíilocero, Pío, etc., el haber sido
de
los
al
demás
discípulos de San-
tiago.
97 Esto va en suposición que sea aquel texto dictado por Sampiro sobre lo que yo tensospecha go vehementísima de que no es suyo, y esta es ta segunda respuesta; que mientras no haya mas comprobacion no se le debe dar autoridad, sino reputarle por una de ;
interpolaciones voluntarias
las
del obispo de
que
floreció
Oviedo D. Pelayo, desde
el
fin
del
Xí en adelante. El fundamentoes, que ningún erudito ignora hoy el genio de este prelado, dado á interpolar los escritos de los antiguos; y efectivamente cuando Morarales refiere los nombres de Casiglo
locero, Basilio, etc., atribuye la
noticia á D. {lib.
9
,
fól.
Pelayo, diciendo
229,
b.),
que
la le-
en su historia original; luego no habiéndose descubierto prueba alguna entre to-
yó
asi
Trat. ll,('n¡). II.
dos
los
inamiscritos
aiiterio-
res, sobre que se
llamasen asi los discípulos de Santiago , y teniendo pruebas evidentes del genio de este autor, corresponde á solo él la sospecha de
que
aquella
interpoló
cláu-
sula.
98 halló
Añade Morales que la en otras memorias anti-
guas\ pero como no expresa las que son, no podemos graduar su antigüedad y crédito, Una de ellas puede ser el cronicon de Sampiro de que vamos hablando pero este no pone en número sobre la autoridad de D. Pelayo cuando le decimos autor de lo interpuesto. En el tomo 1 de los Anales de Galicia, pág. 109, cita su autor D. Francisco de la Huerta, un privilegio de don Alonso el Magno, donde dice que se mencionan estos mismos, y añade que los nombra también la historia de Sampiro interpolada por el obispo Pelayo. Escrito esto con el acuerdo que pide la materia supone que no se halla la cláusula en historia no interpolada y por tanto se debe referir á pluma del expresado D. Pelayo; en cuya suposición, asi como no se debe interponer para ello la autoridad de Sampiro tampoco admitiré la de 1). Alfonso el Magno porque siendo la ma,
;
,
,
,
,
De teriii
Uhs sicLe aposlnlicos.
del uK'i^udo privilegio
que
la
expresada en Sainpiro (una y otra de la consíigracion de la i«,desia de San(iago), el que no se contuvo j)ara la una tampoco se contendría para la otra, ó á lo menos tiene siempre contra si la sospecha. iiiisina
99
Lo
la
cierto es
que Sam-
piro está reputado entre nosotros por
hombre de gran
escritor coetáneo de
fé,
gravedad
que no escribió lo que no pudiese probar, pues y juicio
,
muv
habló de lo actual ó cíente.
No habiendo
instru-
su tiempo, no se encuentra prin-
dictase
que absolutamente le
vecientos
años.
sabemos de D.
Al
contrario
Pelayo,
que
mas autoridad que imagi-
narlo asi, y pasó á ingerirlas en materia de instrumentos
mas antiguos como lo imagiñó. De esto hallarás varias pruebas adelante, donde mostraremoscon evidencia susadiciones, por faltar en códices escritos antes de sus días lo que interpoló; y á este modo creo que, si se descubre alguno de escrito
del siglo XI,
lo
abunda en ella queda la
etc.
y
período, y sin oración con toda períeccion. En íin, ni anles ni dosi)ues del el
siglo
Xll hallamos ([uc ighísia
alguna de España haya adoptado á semejantes discípulos; y esto basta para que nosotros no insistamos mas en el asunto por falta de instrumentos auténticos.
§
IV.
De
milagros que obró Dios por las reliquias de estos satitos, y día en que se hacia su fiesta antiguamente. los
cláusula
inventó mil especies, revístiéndolas con el modo que quiso,
Sampiro
asi
[)or(|iie
de Calocero,
de precedió en no-
aquella
cosa que
sin
promete su in'e¿,Milaridad, y ver que la adición de los nombres
cláiisiila,
re-
mentó alguno anterior á cipio para
oí)
al
principio
no contendrá
tal
En
100
testimonio
de la apostó-
santidad de los siete lieos alegan el martirologio de
Adon,
Cerratense y algunos breviarios antiguos con el Ms. gótico que habia en en el Alcalá (y copiamos apéndice II precedente, págiel
na o8i tomándolo de Tamayo), que los mismos santos plantaron á la puerta de la iglesia una oliva, la cual llorecía milagrosamente en la vispera de la festividad, y al día ,
siguiente concurría todo
el
pue-
que coger aceitunas eran muchas, y servían las que guardaba cada uno para re-
blo
á
,
España Sagrada.
60
medio de sus enfermedades, El Cerratense escribe que se continuaba aquel milagro hasta sus dias (usque hocUe). Lo mismo refieren los breviarios de Sevilla, Ebora y otros, impresos en el siglo XVI y siendo esto tan moderno, parece que el hasta hoy no se debe entender como suena, sino como re:
sumido del primer escritor, y adoptado por los posteriores á los moros; porque desde la entrada de estos, ó cuando se sacó de Guadix el cuerpo de san Torcuato, parece que cesó aquel milagro. Aun hoy se conserva
junto
á
ermita
la
de
Torcuato una oliva de ínmemorial antigüedad, que segun me avisan está tenida por la misma, pero parece que no se riega con la misma devocion que en lo antiguo, pues no produce los frutos que refieren los mencionados documentos. 101 Que esto sucedía en Guadíx lo dice expresamente Adon y otros posteriores, que afirman estaba la oliva junto al sepulcro de S. Torcuato. Ninguno atribuye el milagro á S.
un santo
común á de todos como
solo,
sino
méritos correspondía á que estando allí juntos se plantó. Sobre este milagro se añadía el de sanar los
con su aceite
,
las
enfermeda-
Trat. I¡^ cap. II. des. El leccioiiario
dice (jue
todos los enfermos que Wn'^aban con devoción á sus sepulcros lograban por intercesión de los santos el remedio; en donde se vé que estaban conocidos por entonces los lugares donde yacían sus cuerpos. Asi este como el Cerratense cuentan entre los milagros de sus reliquias, que lanzaban demonios y
daban
prodigios
vista á ciegos,
muy
correspondientes á los que nos vinieran á librar de la superstición de los ídolos y alumbrar con la luz del Evangelio. Generalmente
añaden, que cuanto se les pedía con fé se conseguía. Eran padres, pastores y maestros; y asi miraban como tales á sus pueblos, 102 El día de la festividad
de estos santos le ponen los martirologios de Beda, Usuardo, Adon y el Romano antíguo pequeño con el actual, en el día 15 de mayo. Wandelberto, autor del año 840, escribió un breve martirologio en verso (que se puso al fin de la edición primera de Usuardo hecha por Molano, y le haliarás en el tomo 1 de Beda con nombre de efemérides) allí al 15 de mayo dice: Ponti/ices septem fíesperiam simul Idibus ornant: de suerte que los escritores extranjeros parece que ;
De lio
conocieron otro dia; y aun
de Sevi-
en España
las iglesias
ila, líhovíi
y (jranada insistiepara la festividad
ron en él de estos santos, tran
como mués-
sus breviarios del siglo
XVI. Otras (aunque pocas, segun el Sr. l*erez, obispo de Segorbe) los celebraban en I de mayo, provinicMido esto, en pluma del citado Ilustrísimo, de que en el l¡i)r() gótico de Alcalá se escribió el dia con una cifra, que en lugar de entenderse de los Idus, se aplicó á las KnJendas. Asi este Cl. varón, en el parecer que dió sobre las láminas de Granada. 105 Ya dije en el apéndice 2 del tomo precedente que no existe aquel libro, y por tanto no
podemos bablar
so-
bre la cifra. Añado, que el inductivo de que algunas iglesias celebrasen á estos santos en 1 de mayo, no provino del modo de escribirse su dia en aípiel
libro,
porque
consta que fuese
el
este
mas
no
anti-
que fuese conocido de escritores distantes, ni de otras iglesias de España que insistieron en el 1 de mayo; las cuales no fueron tan pocas como expresa el Sr. Pérez, pues sin salir de mi estudio se lee este dia en el breviario muzárabe, cuyo testimonio debe prcva-
guo,
ni
!
los siete (iposlólicos.
no solo por no haher
lecer,
otro
común
á las iglesias añestos reinos, sino
liguas de
por su mayor antigüedad; y allí no solo es indubitable su dia por el calendario, sino por una rúbrica especial, que liablando de concurrencia de fiestas, dice que S. Felipe y Santiago se trasladen, y se rece de S. Torcuato y sus compañeros, por ser estos los que propio. Asi el breviario toledano antiguo del tienen siglo
oficio
XV,
uno del XVI,
asi
modado
al
XV
y otro del de Tarazona, acorito del cardenal
siglo
asi el
dos de liurgos,
Quiñones, donde en dario de mayo, dia presa
:
Torquatí
et
el
ealen-
4-,
se ex-
Socionnn
ejns,maríiivinn,iliiijus;íi?,ic\
de Avila, y asi el Santoral IMs. del Cerratense del siglo XIII, que lo encontró en otros mas antiguos. De los demás que tengo, solo Sevilla y Ebora insisten en el dia 15; y por faltarles el calendario, no puedo resolver, si acaso señalan como el
Turiasonense,
el
dia I, que
ocupado con los apóstoles no quisieron tomar
por
estar
para los apostólicos. Aldrete cita el breviario de Córdoba, que los celebraba en 27 de abril, inclinándose á que escogieron estedia por estar ocupado el primero de maijo, co-
í)^
rno dice en
el
España Saíjrada. lib. á délas An-
tigüedades de España, ca|). 1^, })ág. 275. Esto nn'smo pudo inducir á las iglesias que no persistieron en las kalendas de aquel mes. 104 Las que mantuvieron aquel dia muestran el poderoso inductivo que tuvieron (originado de la venerable an-
Trat. //, cap. II. (jeiüiutn celebrelur. Asi
en
el
tigüedad), cuando no obstante hallarse ocupado con S. Eelipe
de abril, en ([ue recibió reliquias de S. Indalecio, lie dicho esto para 105 mostrar que antiguamente se tuvo por dia fijo en P^spaña el 1 de mayo para la celebración de los siete apostólicos, ó bien porque los dos apóstoles no tenian tiesta en lo primitivo, ó porque no gozando de oficio propio se trasladaban á dife-
y Santiago, insistieron en
rente dia.
él.
Por tanto no las movió la cifra de un códice particular de Alcalá, sino la generalidad de las memorias antiguas de estos reinos; pues no se hallan tan pocas sobre el dia, que no sean
mas en número y autoridad que
las opuestas,
porque á
las
aqui expresadas debes añadir los leccionarios grandes de Alcala y Toledo, juntamente con el martirologio Ms. atribuido á S. Gerónimo, que citamos y
propusimos en el tomo III, pág. 146, y el calendario toledano impreso en Granada por Xantes de Lebrija, año de 1554, al principio del manual antiguo toledano. Y aun el breviario antiguo de Burgos (corregido) añade que casi en todas partes se celebraban estos santos en el primero de mayo: Etsi horum Sanctíssimorum Pontificiim Kalendis Maij nalaUtium ubique pené
úlliino
106
Qué motivo
tuviese
nuestra Iglesia para esto, esdificil de averiguar por falta de
instrumentos. Según lo que se dijo en el núm. 83, que celebraban su feliz arribo á Espa-
ña mirándolos como primeros obispos y fundadores de las cátedras
pontificias
,
parece
que escogieron este dia por haber sido el dichoso en que entraron ó se esparcieron á la predicación. A esto favorece ver que en un dia los celebraban á todos, lo que no pudo ser porque hubiesen muerto en él, cuando no consta que fuesen martirizados juntos, antes si que murieron en diversas ciudades, y asi fué por una razón común á todos ellos, la cual se verifica en el entrar en Guadix, ó en repartirse á fundar sus iglesias. Es muy verosímil que aquel dia fuese el determinado en que llegaron
Di' los sieU' apostólicos.
á (iiiadix; porque su (oficio nos dice que en él se hallaban los
ciudadanos celebrando á sus Por Ovidio sabemos dioses. que el primero de mayo le te-
().")
dodirado los gentiles á los Lares Prcslilcs, dioses presidenles de las casas y murallas, iiiaii
(pie estaban presentes á
todo v
losdefendian:
PríEstitihus Majar Laribus videre Kalenda',
Aram Staiií
Et
parvaque signa Deiini.... quoque pro nobis, el ¡mvsunl rntenilms conslilui,
suiít pra'sciites,
Tenemos
propio para calificar la actual fiesta en que se hallaban los ciudadanos; tenemos que en este dia se celebraban los santos en España; luego tenemos verosimilitud para decir que lo hacian en memoria de haber entrado entonces en Guadix y haber empezado entonces los milagros, Si dices que ignoraron el dia de su entrada y repartición, añado que aun dado eso, escogieron un dia muy oportuno para celebrarlos, pues parece que con señalar este, tiraron á
107
desterrar
la
dia
superstición
del
gentilismo, venerando á unos
tan sagrados patronos y detensores, que introdujeron en nuestras ciudades y casas del Evangelio.
108
Ya
dije
que
la luz
esto
[Jrbis:
aud'Hinnu¡ae ferunt. — Fast. 5.
es
cosa difícd de averiguar; pero no lo es menos el recurrir para todos á los idus de mayo. ¿Por ventura murieron todos en un dia?¿Fué ese el de su entrada en España? ¿Qué testimonio
ofreces? ¿Los mart rolof^ios extranjeros? De estos unos dicen i
Natale Sanclorum, oíros ni aun esto dicen, poniendo solamente los nombres. Yo digo, que si hay oposición entre los documentos propios de la Iglesia de
España y
los extraños,
mos sentenciar por
debe-
los propios;
porque toda nación debe ser preferida en que para sucesos particulares suyos se antepongan sus textos; especialmente cuando las diíicultades militan igualmente contra todos, como sucede aqui. 109 Pero creo que no hay oposición entre unos y otros, siendo distintos los motivos de señalar la fiesta. España cele-
bró
entrada ó repartición de los siete apostólicos: los extranjeros lo que corresponde á la práctica de los martirologios que es la muerte. Para esto insistieron en el dia 15, no porque fuese propio del tránla
,
de todos, sino porque lo fué de S. Torcuato, segim nos
sito
España Sagrada,
61
dá á entender la práctica de su iglesia, y el que el milagro de la oliva sucedía en su sepulero en este dia, como dicen los documentos alegados. Siendo S. Torcuato el primero de los
iiombrados, con razón atrajo á su dia la mención de los otros; porque habiendo de juntartos, en ninguno mejor que en el tránsito del que fué mas antiguo. Los dias de cada uno en particular se han aplicado según ha parecido mas conveniente: en S. Torcuato el 15 de mayo; enS. Cecilio el 1 de febrero; en S. Segundo el lo de mayo; S. Indalecio mantiene
Tral. //, cap. ¡í. dia de S.
Torcuato en el oíicio nuevo concedido á España. Estos son de los que hoy reza todo el reino, y los dias que tienen señalados. TiUemont propone otra distribucion: á S. Eufrasio en 14 de enero; á S. Cecilio, en 1 de febrero; á S. Esiquio en 1 de marzo; á S. Tesifonte en 1 de abril, y en el 50 á S. Indalecio; á S. Segundo en 2 de mayo, y S. Torcuato en 14 de junio, Esto solo sirve para que registres libros que tratan de estos santos; sin que haya cosa cierta en orden á estos dias. el uiisnio
CAPITULO
llí.
Del progreso de las sillas episcopales.
110
De
aquellos
mismos
varones apostóHcos por quienes empezó en España la digiiidad sacerdotal provino tambien la propagación de las silias pontificias. Estos fueron, como se deja dicho, S. Torcuato y sus compañeros; porque enviados por S. Pedro y S. Pablo con cargo pastoral, correspondía al fin de su mision, que aumentándose cada dia el número de los fieles con la notable abundancia y celeridad que se expuso en el tomo antecedente, aumentasen tam-
bien
que
el
número de pastores
pueblos conquistados. Asi lo dejaron declarado Julián y Félix, citados en el núm. 5. 111 Habiendo pues visto establecielas cátedras que ron para sí los apostólicos, de-
gobernasen los
hemos examinar
el
modo con
que se fué introduciendo aquel copioso número de obispos que á poco tiempo después se hallaba repartido por todas las provincias. Para esto, como para la propagación de cristiandad, no solamente influye-
Del pvoíjvcso de las
ron
y sus
Torciiato
S.
seis
compañeros y discípulos, sino también los domas apost()l¡cos, referidos en el tomo III. l*ero en una y oli'a línea so dobo atribuir la principal denominacion ai mayor número; y por tanto cuando se trata do la en
Iglesia
general
les
damos
65
sillas.
molos y broncos, perecen con el liempo; nieiios podrán eximirse de su voracidad los instrunientos escritos en cortezas do árboles o/'í7/í-
no tienen la antigiicdad que las han deferido y para los españoles debe ser indisputable su novedad, pues en el índice de las decretales que usaba nuestra Iglesia en el siglo Vil, no se halla ninguna anterior á S. Dámaso; lo que es prueba (jue no conocieron tales decretales, y que no las ha-
da est ecclcsiasUca discipUiia^ na quisquam Eplscoporum altmus plebes, vel dicecesim sua imporíunüate pulsare deheat... Plaeety seaundum divinan legis
;
bia en aquel siglo.
Desde
españoles encontrarás citadas algunas reparticiones de provincias y parroquias atribuí-
Constantino IMagno se hallan introducidas otras mas generales por la mayor extensión de la materia, y por el séquito con que se han adoptado. Pero ni aun por entonces se actuó nada en el punto de parroquias y obispados, ni de lo que hubo después se debe insistir en mas que en lo que auténticamente consta por los concilios provinciales. Estos son los índices legítimos , y por eso el señor Loaysa cuidó de formar catálogos al fin de cada uno, en que se viesen las sillas sufragáneas. Después de la entrada de los moros se aplicarón muchos escritores á referir los límites antiguos de provincias; pero solo los que
das á los primeros siglos; pero por estar sacadas de las que se dicen decretales de los papas anteriores á S. Dámaso y Siricio, no las encontrarás en
conformen con las suscripciones de concilios nos deben dar la ley, porque algunos catálogos se formaron tan sin crítica, con tanta inconstancia de
el
Evangelii aiictorila-
saticti
lem, ut nemo nosirum alíenos limites transgrediatur. Esto se
año oí)0 (según Pagi) en el canon 11. V'olvióse á leer en el concilio II de Sevidijo en el
lia,
pero
sin
una y otra
mas
exposición en
que el recurso á los límites de cada silla; y no hallándose en la antigüedad mas actas ni documentos soparte,
bre distribución eclesiástica peculiar, y siendo suíicientes íos civiles, y aun autorizados por los cánones, debemos insistir en ellos para las provincias y obispados antiguos.
En muchos
10
TOMO
IV.
escritores
se
ir>
1
i
1
España Sagrada. Trat.
voces y reducciones de tigiio á lo moderno tan ridículas, que en lugar de darnos luz aumentaron la oscuridad, como notarás de aqui adelo
au-
lante. 1
entre nuestra gente, porque el continuo sobresalto en que la
hacia estar un poderoso ene-
migo que
letras;
no
se conocian las uni-
versidades;
los
como
libros,
pedían ser copiados, por falta de la imprenta, estaban reducidos á las plumas de los mopor cuanto los denasterios ,
Antes de entrar en cada división y catálogo, quisiera te hicieras cargo del estado ¡íifeliz en que por la invasión de los moros quedó nuestra nacion; pues las mas de estas noticias, y todas las que necesitamos impugnar, son partos de aquel tiempo. Y no digo que insistas en los funestísirnos trabajos que padeció en los primeros ímpetus del furor de los bárbaros, sino que pases algunos siglos adelante, cuando ya empezaba á respirar, ensanchando los límites de la cristiandad y alejando la jurisdicción de los mahometanos. En todo aquel tiempo que hubo desde el siglo Víií ai Xlíl, es condonable la falta de erudición que prevaleció 1
III, cap. I.
tenia dentro
de su casa, y el ardor continuo en restaurar su dominio y crisliandad los obligaba a poner toda la fuerza y atención en las armas. Las guerras con tinuadas por tan dilatados siglos no daban lugar al ocio de las
mas cuidaban de
lanza y de
la
espada, 12 El estado en que la entrada de los moros cogió á nuestra nación fué por sus pecados de nmcha distracción aun en los eclesiásticos, que eran los que debian florecer en la
,
los estudios, y
hasta
el
siglo
XII continuaron en ilícitos co-
mercios. Añadiéndose á la primera disolución la dificultad posterior de dedicarse á las letras, fué creciendo de dia en dia la ignorancia
iban
;
empezando á
ojos, se hallaron
y
cuando
abrir
los
preocupados
de ignorancias propias y diversas patrañas de los moros con quienes habían comerciado muchos siglos; y para no adoptar aquellas cosas en que se habían criado, ría
una
era necesa-
y ciencia supeque podía darles aquel
crítica
rior á la
tiempo,
15 De aqui nació que los que empezaron á escribir de cosas ya pasadas, nos dieron por su ignorancia y sencillez unas noticias, que aclaradas mas las cosas es preciso impugnar, porque nosotros, y no
1
1 De liis divmoucs de obispados. ellos, loriemos comodidad de 14 Digo esto, no solo á fin consiiliar las fuentes. Algunos, de que te desprendas de cual'i
contentándose con escrilnr lo que podian darnos en su nombre, se propasaron á in-
quiera pasión, sino taml)¡en para que procures distinguir de
que escribieron con buena fé se-
que intentaron atribuir no menos que al Espíritu Santo. Después del siglo XV, cuan-
nos que en viendo que esto está escrito en pergamino, en tal archivo, en tal libro de becerro (ó Tumbos, como los llaman en Galicia y otras partes) ju/.gan que ya es pecado el rei)atirio si es del siglo Xll ó XIII, no hallan voces con que ponderar su antigüedad si la letra es pai'ece gótica ó longobarda que es carácter de verdad. Pero
do empezaban á
aunque
110
terpolar
lo
otros: este
,
oido ó como lo entendió , y aquel con otros fines menos rectos. En toda edad ha habido varios genios,
gun
En
lo (jue liabia
la
de
los apóstoles
no
falta-
ron fingidores de escrituras apócrifas
sobresalir las
ciencias y la crítica hubo peste de papeles fingidos. Pues si ,
en tiempo de tanta claridad bubo quien levantase turbiones tan oscuros, ¿qué mucho que en siglos tan sin luz hubiese quien á cada paso tropezase? Yo no extraño lo que erraron falta de mas ciencia; ni aun f)or o que fingieron, porque en fin eran hombres; pero tampoco quisiera que quien participe de aquella poca luz los imite en la credulidad, ignorancia ó preocupacion; porque ya no hay disculpa para esto, asi como nunca la hubo para la malicia, si se mezcló alguna en el principio.
escritos y escrituras.
Hay algu-
:
:
,
no basta para la decisión porque aunque suele haber algunos manuscritos preciosos que son como unas minas de oro, hay también pergaminos escritos con letra gótica en el siglo XI y XH, cuyo mayor mineral solo dá piedras falsas. Por tanto unos y otros necesitan de contraste, porque el que quiso falsear sabia escribir en letra de su tiempo y en las membranas ó pieles que tenían ; y asi no basta un principio solo, sino los comprincipios, como verás en la materia de los capítulos sise junte todo ,
guientes.
España Sagrada.
ll()
Tral. NI, cap. II.
CAPITl LO
De
la
11.
división de provincias eclesiásticas atribuida al tievifo
de Constantino Magno.
Muéstrase que es apócrifa y sacada del escrito del moro Rasis, Tiempo á que se debe reducir la obra de aquel moro, y que en ella no se puso la iglesia de Toledo por sufragánea.
15
La primera división de metrópolis que hallamos en nuestras historias con atribucion á principe civil, es la de Constantino Magno. Esta se
en la Crónica de España que llaman General, compuesta por el Rey D. Alfonso el Sabio, en cuyo cap. 145 dice «que á los treinta años de «Constantino, que se cumplie))ron en la era de 376 años, » avino assi que el Empera»dor Constantino aguisó sus lee
:
,
á España á »hbralla de algunas gentes que »se decien los bárbaros, que ))huestes, é vino
»la tenien apremiada:::: é co-
»mo
avie sabor de adelantar cia christiandad , partió toda
«España «dos.
en
seis
El uno es
arzobispa-
de
Narbo-
»na, etc.»
16
Lo mismo
se
halla en
un proceso antiguo que se guarda en Toledo (y pondrémos después) donde se añade que esto fué en el año cuarto del imperio de Constantino, en que hallándose en España convocó á todos los obispos y señaló términos para cada uno, ,
dejándolos repartidos entre seis arzobispos el primero de los cuales fué Narbona, etc. El autor del fragmento atribuido á Dextro aneja esto á un concilio que de orden de Constantino dice se tuvo en Toledo, presidido por su prelado natal, para restaurar los límites ya perdidos de las sillas antiguas. El Gerundense recurre al con,
de Eliberi, que dicese tuvo de orden de Sta. Elena, en presencia suya y de su nieto Constante. Otros muchos adoptaron lo mismo, aplicilio
candóse
al
De la división de Constantino. de todas las autor que quisie-
1 1 ~t
iglesias,
aulori-
presencia de
ron.
zado con
Desde aqui se empieza á ver la verdad de lo (jue se ha prevenido dando mas que admirar el modo con que lo lian seguido los modernos, estando tan mal tramado el cuento, que la sencillez de los anliguos. Desde que escribi() Morales es aun mas de extrañar que haya cundido tanto; pues se opuso derechamente á la ve-
emperador, en un lieiiq)o en que se eiuj)eziil)a á respirar de los alio^'os de persecuciones
17
;
tan
modo
ñar
venida
la
,
,
españoles debieran haberse explayado mas en este asunto,
como
porque un concilio general de toda putado por auténtica la
nación
,
,
autor que lo dijese. Esta es una respuesta que no alcanza, pues no basta que lo diga un cualquiera para que le sigamos; es necesai'io ver si tiene autoridad para prevalecer contra el silencio de todos los patricios y extranjeros que escribieron en tiempo coetáneo y posterior pues de
mente destituida de autoridad; no expresando tal cosa los autores de la historia Romana, ni aun los mismos de quienes el rey D. Alfonso dice que se valió incluidos los que por ser
,
;
tenido para interés
que de ningún
bria algún
total-
fueron Paulo Orosio , san Isidoro, D. Lucas de Tuy, y el arzobispo D. Rodrigo. INinguno de estos expresaron tal cosa , siendo asi que se pusieron á tratar de aquel emperador, y no es persuasible que ocultasen en el silencio una cosa tan memorable y honorífica si la hubieran leido ó re-
tan
enqierador. 19 D. Francisco de Padi//a, tratando en su (centuria 4, cap. 46, de la venida y acción de Constantino , se hace cargo de este gran silencio de escritores y dice que pues lo expresóla historia general, ba-
á exami-
se halla
,
juinto
le pudiíu'a
,
empezamos
era
,
lal
omitir el español que escribiese de aquel
se le atribuye. Si
funestas
sobresalienle
nida de Constantino á España, y á la división de obispados que .,„i8
la
;
bárbaro el que adopte como el primer inventor. Aqui ves un buen ejemplo de lo que se ha prevenido sobre la ceguedad de seguir sin examen lo que está manuscrito ó con letra de otra
suerte
será tan
,
como suele pues como maniíiesta
molde '
,
decirse; este
es-
basta que uno lo diga, aunque tenga contra sí á todos critor
los
,
demás anteriores y aunque ,
118
España Sagrada.
envuelva desaciertos, como sucede en este, no solo por lo que mira á la venida de Constantino á España, sino por el fin que expresa de librarla de los bárbaros que dice la tenian oprimida. Revuelve autores en busca de qué bárbaros dominaban á España en tiempo de Constantino. Y si no necesitas que se halle en otra historia mas que en esta , procura componer lo que refiere, de que sosegada España se fué el diclio
á
Roma
á celebrar las fiestas
ínmm/es; y mira si hallas apoyo de que no estuviese entonces en Constantinopla ó que según las guerras que tenia en ,
Traí. III, cap. II.
obispados es cosa imaginada en un siglo muy falto de nolicias, se toma por el mismo teñor, en que á la iglesia de Narbona la pone en primer lugar entre las provincias de España
en tiempo de Constantino Magno. Este es un desacierto de los mayores que pueden cometerse en la Historia; porque en mas de doscientos años despues de aquel emperador no perteneció á España la Galia Narbonense como con evidencia de hecho se mostrará en su sitio. Luego todos los instrumentos que atribuyan á España la Narbona en tiempo de ,
con tal celeridad que viniendo en su año treinta se volviesen en el mismo dejando pacificada á España convocado y concluido un concilio naciónal de modo que se hallase en Roma celebrando por julio
Constantino M. no pueden ser tenidos por auténticos; y tal fué aquel de donde tomó esta especie la historia general, porque el rey D. Alfonso no aña^ dio de suyo lo que mira á Narbona (como juzgó Padilla): haliólo atribuido á Constantino en aquel alguno de quien antes defendia Padilla que tomó
las
la
Oriente pudiese aguisar sus huestes para España , y esto el
,
,
,
,
,
fiestas
según el dia
los
tricenales,
tenidas
fastos idacianos en
ocho de
las
kalendas de
agosto (que fué el 25 de julio), y juntándolo todo creo te verás precisado á contestar que no merece crédito el que con tanta hgereza escribió lo que adop,
tó la historia general.
20 Pero el mas mentó de que esta
claro argudivisión de
venida.
Es
cierto
que
se
que lo esaunque esto no favocribiese rece al que admite que D. Alfonso añadió de suyo la Narbona ; porque si escribe esto alguno que le sin ejemplar abone, y teniendo contra sí la verdad, bien pudo referir de suyo la venida. Pero lo cierto es, que donde halló lo
lee autor anterior ,
í)e la división
uno está
lo otro,
y
asi
queda
todo desautorizado por su orí,^en.
El primero que escribió esta división, juntando con
21
de España la Narbonense en el imperio de las
provincias
(Constantino
M. fué
Abuben-
que Mahomat Rasis, de quien, por la frecuencia con que sueen nuestros escritores, conviene decir algo. Este le
citarse
fué
historiador
del
Mirama-
molin Dalharal), para cuya ínsti'uccion y de cuyo mandato escribió el
moro
Uasis la his-
y descripción de España, que en su nombre anda manuscrita en los gabinetes de los eruditos, pues hasta ahora no ha visto la luz pública. Como escribió para principe africano, y él aunque español era moro, usó del idioma arábigo para formar su historia. Hasta hoy no se sabe dónde |)ara ningún Ms. en esta lengua: en el año 1259 le habia en Toledo, como se infiere de lo que se dirá núm. 26. En el toria
siglo siguiente consta hallarse
tambien en Portugal; porque en tiempo del rey l3. Dionisio, y de su orden, reííere Barbosa Machado, en la Biblioteca Lusitana V. Dini::,, que se tradujo en la lengua vulgar. Uesende en la carta á Quevedo, § Rases Matirus, dice que le
de Constantino.
tlí)
un arquitecto taml)ieii inf)ro, llamado Maliomet, ayudado del licenciado Gil Perez. Ambrosio de iMorales dice en el libro 12, cap. 68, que tradujo
,
tuvo otro ejemplar en,castellano , discurriendo que de aquella traducción portuguesa vendría á nuestra lengua , y
añadiendo que le parecía su libro mas antiguo que el de Portugal.
En
discurso preliminar al lib. 11, pág. 1.11, expresa que se escribió el original que tenia, en el año 1312. el
Los ejemplares que yo he visto todos están en castellano, y no con total conformidad entre unos y otros. En la santa iglesia de Toledo hay tres copias, la una muy cercana al año 1512, que refiere Morales, según su antigüedad, pero no es aquella la que tuvo Morales. Hállase en el cajón 51 núm. 23. Las otras dos estan en la colección del Sr. Perez, copiada la una del manuscrito que habia en el colegio de Sta. Catalina de la misma ciudad, y en la otra se previene es-
tomada de la que usó 3Iorales, que es harto diferente de la tar
primera é incompleta. Otra he visto, formada de lo que resulta de estas dos, la cual fué de D. Luis de Salazar, y se guarda en el monasterio^ de Monserrate de Madrid. Otra,
España Sagrada. Tvat. líl, cap. II. bulas é i^niorancias, piuliendo (|ne es como compendio en alla ma- servir de muestra el punto gimas cosas, y no liel en de que vamos tratando, pues leria, pues incluye lo que no este es el primero que atribuyí'» se halla en ninguna y los nombres de los reyes tampoco á Constantino la división de incluson los que Rasis usó sino los obispados de España que nosotros les damos. La yendo la provincia NarbonenAcademia valenciana ha pre- se; y este es de quien lo tomó la historia general como se venido que imprimirá el escrito de este moro con notas mar- infiere, no solo por la mayor 1^0
;
,
,
,
Pérez obispo de Segorbe, y entonces sabrán todos el juicio que se debe formar, 22 Sobre el tiempo en que Rasis escribió han errado algunos, por no saber reducir los años de los árabes, ó por no ginales del Sr.
,
haber manejado
el
mismo
bro. El heclio es que
li-
de él se dice expresamente, que cuando el Mh\imamolin recibió el escrito, andaba la era de los morbos en trecientos ('.sesenta e seis años, y asi estaba concon cluido en el año 977 quien concurrió en su mayor pues espacio la Egira 566 empezó en martes 29 de agosto de 976. 25 La calidad de la obra sólo merece aprecio en lo geoal íin
,
,
gráfico,
acomodado
al
estado
de aquel tiempo aunque muy desfigurado de lo antiguo, y en lo que mira á las cosas de los moros. Lo nuestro, en lo anterior y posterior á los romanos, está lleno de fá,
antigüedad de Rasis , sino por hallarse en la obra de D. Alfonso el mismo orden (ó desorden) que en la del moro: uno y otro empiezan por Narbona, y siguen por Braga, por la Tarraconense, Cartaginense, Emeritense y Hispalense. Teniendo, pues, conformidad entre uno y otro, es preciso decir que el moderno lo tomó del antiguo. Ni se pueden atrihuir mas que á un bárbaro las cosas que se incluyen en esta división. ¡Mal texto para puntos de cristianos! ¡Mal testigo para el siglo IV el que vivió seiscientos años después, sin alegar testimonio coetáneo ó intermedio! 24 Para que se proceda mejor, conviene ofrecer lo que se lee en Rasis: «Constantino (di»ce) puso muchos obispos en «muchas cibdades, que los »non havia antes: et dijéron-
Ae que España
era buena tier-
»ra, et bien poblada, et havia
«muchos
cristianos
,
et
non
De obispos
»hav¡a
:
et
la división de Constantino. él
tomó
«consejo, que faria? et tovo »por bien partir a España en «seis obispos,
«bargo
sin
et
que sin enimiedo mostra-
et
»sen la te de Jesu-Christo, et «mandólos venir ante él: et
primero que fuesse «obispo de Narbona: et dió))le con ella seis cibdades, »qiie hoviesse de ver et casti))gar quanto en feclio de las «animas. Et las cibdades han »di(')
al
«nombre
la
1.
Pentis,
et
la
Magaotra Tenmesue, et
«otra Tolosa, et la otra
«lona; et la
Taragona, et Carca«xona. Et Carcaxona há una «Iglesia que es muy honrada «entre los christianos á que «llaman Sta. Maria Gloriosa: «et en esta Sta. Maria ha siete «ostelos de plata; et un dia «del año van á ella los chris«tianos, et facen hi muy gran «fiesta, como quier que por el «año van allá muchos. Et de «esta iglesia a Barcelona ha «diez días de andadura. Et la «otra es la Caba: et la otra es «la otra
,
«la Ilia.
«Et al segundo obispo dio »á Braga, é otrosí muy gran«des et buenas cibdades, et «la primera es Domian, et el «puerto de Portogal, et Co«ria, et Oviedo, et Estorga, «et Bretaña, el Santiago, et «la iglesia de Oro, el dióle á TOMO
IV.
121 «Eiubra, et Isfa et Tara. «Et al tercero dio á Tara«gona et a Barcelona, et Ca»ña, et Morada, et Al viera, et ,
«Oriela, et Lérida,
et 'l'orto-
Zaragoza, et Jluesta, «et Bedelona, et Calahorra. «Et al otro dio a Carthage«na. Et al otro á Toledo, et «Caritro, et Estumbra, et Se«cumbria et Alcuefa et á »sa,
et
,
,
«Guadalfajara, et Valencia, et «Murcia, et Liria, et Caste» llana, et Montogia, et Baza,
Begena. «Et al quinto dio á Mérida, «et á Bexa et á Lixbona, et «a Gobtania et a Cogumbra, «et la Mora, et Enoria, et Co«et
«ria, et
«Et
Lampa.
sexto dio a Sevilla, «et a Italia, et á Xerez Sadu«ña, et a Niebla, et a Málaga, «et a Libita , et á Ecija, et Ca«bra. Et ansi partió César al
«Constantino á España por seis «obispos.
«Et Constantino tovo por «bien que la Fé de Jesu-Christo «oviesse Señor por sí, et fué «él á morir á Constan tínopla: «et llamóse rey et Señor de «Constantinopla ansí como «los otros se havían llamado «de Roma. Et pues ordenó, «que todos los christianos obe«deciessen al señor de Bo«ma, aquel que era señor «de los christianos clérigos. ,
1*22
quo
»et
España Sagrada. ellos
deeian que era
por el poder qiie él whavia de su Ai)ostol l'edro,
«santo,
que Jesu-Cliristo diera á Pedro. E\ los que hí se
»et ))
entonce, «non ha lióme en el niun»do que los pudiCvSse contar »ni dar cuenta. VA ovieron «lleyes et Principes et Gran«des: et tanto le consintió »nios, que nunca cosa co»menzaba, á que non diesse acabo á su voluntad. Et pues »qne todo esto puso, fizo él tantas de buenas cosas, que »ya non pudiessen ser desfe))chas, et parecerán por siem»pre jamás. Et murió. Et rey»nó treinta años: et vivió por «toda su vida sesenta y cinco
«ficieron chrislianos
i)
))años.»
25
Asi se halla la copia
antigua de Toledo, en que sin duda liay defecto en lo que mira á Cartagena y Toledo,
pues según se colocan con separacion estas
sillas
,
resultan
metrópohs y no seis lo que es contra la mente del aulor, que expresamente se ciñe á seis provincias, y acaba en el sexto obispado. Según propone Resende esta división de llasis, sale cabal el número de los seis, pues de Cartagena y Toledo no forma diferentes metrópolis, sino una: Quarto (dice) Carthagímm Lorcam, siete
;
y
Trat. III, cap. II.
Bastam,
Toletum, Alharam,
Oxomam, SagunUam, ValmÜam, Valeriam, Castulonem, Mentesam Oretum, SecobHgam, et quinqué alias, quarum nomina non intellexi. Xú en la. carta á Quevedo, pág. 1020 del tomo 2." de la España ilus,
Irada. Pero esto es
muy
dife-
rente de lo que consta por el texto alegado de la copia de ledo, la cual sin
duda
es
To-
muy
inmediata al principio del siglo XIV, en que se hizo laversion en castellano. También lo contradice derechamente el ejemplar de Rasis que fué del Sr. Seima, y para hoy en el estudio del Sr. D. Juan Antonio Samaniego, consejero de Castilla, su descendiente; donde se lee: «El cuarto dio á Toledo; el qm'nto dio á Mérida; el
sexto á Sevilla.»
26
Convéncese esto mismo, porque en el siglo XIII, al punto que el rey D. Jaime de Aragón conquistó á Valencia reclamó el arzobispo de Toledo que esta iglesia pertenecía por derecho anti,
guo
á su provincia.
Hubo
plei-
to sobre esto; y entre los muchos libros que se hicieron re-
conocer para este fin uno fué el de Rasis, que no estaba todavia traducido; pero valiéndose de un judio y un moro, declararon contenerse allí y ,
De
I2i> de Constantino. en ol ros árabes anónimos la provincias concurrían á siis concilios nacionales? Si por división hecha por Coustanlino; y que Valencia estaba atri- hallar que Narbona eslaba entonces unida con Esuiña crebuida á Toledo. Asi consta por los Mss. en períjaniino de yó que lo mismo habia sucedido en tiempo de (Constantino; la santa l^ílesia de Toledo, cuya cláusula publicó el señor ¿cómo es posible que, hallando también á Toledo única cal^aysa, pág. 151 y dice asi: Posimodum quatiior libros Ará- pital de su provincia y reino, la hiciese sufraí^ánea? Entre bicos in judicio jwbis edhibiíos los escritores modernos no deituipiwimus et fecinuts legi in ja de haber duda sobre la anlibris illis per unum Jiidnum, tigüedad de la metr()
rndor oslando en estos reinos, ó qne esto fué convocando á los ol)ispos á concilio, ó bien al de Eliberi ó id «í uno de Toesto
ledo,
es
apócrifo.
Que
entonces estaba atribuida á España la Galia Narbonense, ó
mencionadas de Dumio, Oviedo, Com(pie existían las sillas
])íuto,
etc.,
esto
es
falsisi-
mo. Que la división de Conslantino no incluia en su original estos vicios, tampoco puede afirmarse; pues sobre no alegarse texto donde carezca contra sí aun á patronos que la si-
de
ellos, tiene
los
mismos
guen, los cuales todos
la re-
cap. II. conocen revestida de las mencionadas calidades, á que no j)nede deferirse crédito.
40
Ja división
I.a
división de
cinco
metropoíitanos puede y debe llamarse (^onstantiniana en el senlido expuesto. La de seis, en que se incluia la Narbonense, solo debe intitularse gótica, no romana; porque solo en tiempo de los godos y después de hermano la muerte de Liuva de Leovigildo, se incorporó la iglesia de Narbona con los cinco metropolitanos de estos reinos, como declararemos en provincias y
cinco
,
su sitio.
CAPÍTULO De
111,
IlL
de obispados y metrópolis del tiempo y dominio de los síievos.
§L Propónese
lo
actuado en el concilio intitulado de Lugo, y muéstrase no ser originales estas actas.
Demás de la división Ai de obispados atribuida al emperador (Constantino , se tiene comunmente por auténque se atribuye á im concilio de Lugo celebrado en el tiempo de los suevos. Pero esta no fué general tica
otra
á todo el continente, sino solo para el dominio de los suevos.
que abrazaba la Galicia, Asturias y parte de Lusitania. Atribuyese esta división á un concilio de Lugo, en que, demás de otras cosas, se erigió una nueva metrópoli, se arreglaron los limites que debia tener cada obispado, y se fundaron de nuevo algunas sillas. Este concilio se ha perdido
,
ó
De
la dirisiou
menos no se ha (Jesciibierliiislu hoy mas (¡iie el h'ají-
á lo to
de una parle historial, que se llalla en una copia, y ineiito
estuvo tanihien oculta hasta
XVI
el
en que la puhlici) I). García de Loaijsa en sn ohni de concilios, impresa en Madrid en el 151)5. Del concilio se halla mención en el [)leito que el arzohisjio de Santiago tuvo con el de Ikaga en tiempo de Inocencio 111, cuya sentencia ponemos en el apéndice II. Antes le mencionó el cronicón Iriense, y creo que esla es la memoria mas antigua. D. Lucas de Tuy habla del mismo sínodo después de la era 704, ^ Post Vándalos. Juan Vaseo trata del fragmento que permanece, como que existia en el archivo de la santa iglesia de Braga. Loaysadice, que le recibió del señor obispo de Lugo D. Juan liuíZj y que en fuerza de su autoridad se fin
del
siglo
movió á darle
,
al público.
Am-
menciona como existente en Lugo; pero
brosio de Morales
le
solo copió la primera cláusula
11, cap. 59). En los demás autores no tanto se le dá nom(///>.
bre de escritura,
como
princi-
palmente de concilio, suponiendo como cosa inconcusa la división de obispados, y lo demás que en ella se menciona. El moderno lusitano Pcrcijra da Sífl-
de los suevas. ra, admitiendo
151 la legitimidad de la sustancia, añade, ((ue la escrilura en (|ue se halla no es original. Antes de hablar sobre esto es preciso exhibir la escri-
Loaysa, pág. 1^8 (de quien la han tomado los demás), es asi: 42 TemjforeSnevorum, suh era 007, die Kalendaruní Ja-
tura, ([ue
según
la public(')
nuarií, Tlieodoniirus, Princeps
Ídem Suevorum, Concilium in Civílate Luco jierí ¡mucepit^ ad conjirmandam fidem Callwlicam, vel pro diversis Ecclesíoi causis. Postquam peregerunt quídquidse Concilio ingerebal, direxít ídem Rex Epistolam
suam ad
Episcopos, quí ihideni erant conqregatí, conünenlem licec: Cupio, Sanctissimi Patres, »ut provida utilitate decernatis »in Provincia Regni nostri: quia »in tota GallaecicB Uegione, spa«tiosae satis Dioeceses á paucis
»Episcopis tenentur: ita ut ali»quantae Ecclesiae per singulos »annos vix possint á suo Epis)>copo visitari. Insuper tantee
unus tantummodo ))Metropolitanus Episcopus est, »et de extremis quibusque Pa-
)>Provincige
))rochiis
longum
est
singulis
»annis ad Concilium conveni)>re.
Dum
Episcopi in
Sgnodo
legerunt ,
Epistolam
lianc ,
elegerunt
ut Sedes Lucensis
Metropolitana, sicut et Bracara; quía ibi erat termí-
esset
España Sagrada.
13!2 71US
Trat. III, cap. III.
Ad Conimhriensem
de con/iniíimis Kpiscopis,
ad ipsum locnm Lucensem (jrandis semper eral conjunctío Suevormn. Etiam in ipso et
Episcopi ordinarentur'. sic-
Cone-
Eminio, Lulhine, ínsula, Anlunane, et Portucale Castrnm anliqunm. hrci,
Ad
Concilio alias Sedes elegernnt, íibi
,
Vesense, Veseo,
Rodomi-
ro, Submontio, Subverheno, Co-
que post liwc pro ímaquaqne Cathedra Dioeceses et Pavodiviserunt ne inter chias Episcopos contenlio aiiquatenus
sonia, OvelUone, Totela, et
fieret: id est:
rum.
,
Ad Cathedram
45
rensis Ecclesiie
qiice
,
Braca-
in vícino
simt , Centumcellas Coetos, Lenetos, Aquaste, Milia, Ci,
ad postam, Ailio, Carandonis, Tauis, Ciliotao, Getanio Oculis Cerecis Petroneto Equirie ad Saltum-, Ítem pagi Pannonias, Ledera, Vergancia, Astiastico Tureco, Cuneco, Cherobio, Berese, liolis
,
liabrica, quce apiid Gothos ])os-
tea Sedes fuit.
Ad Dumio
,
,
Palanticio, Celo, Supelegio,
cum adjacentia sua, quam tenent Comités XI, una cum
vitas
Cavar eos. Ad Auriensem Palla, Auna,
Cairoga, Lemos,
jores.
Ad
Portugalensem
ranti,
Ecclesias quce in vícino sunt, Villanova, Betaonia, Visea, Mentuno, To-
vellos
in
Castronovo
rebia
,
Baubaste
,
Lumbo, míano
,
Ben%oaste,
Nescís, Flapolet, Cur-
Caguesto , Lepoveto, Melga, Tangobia, Villagomedea, Taiivase: ítem pagi, Labvencio, Aliobio, Vallada, Truluco, Cepis, Flandolas, et Pa,
lentiaca.
Ad Lameco, Lamecum, entica,
Omnia,
Atavoca, et
Tu-
Cantabiano,
Camianos.
et
Verugio,Bebalos,Ceporos,Ten' nes, Pinca, Sassavio, Verecanoe, Senabia, etCalapages ma-
Legio
Ad Sedem
Servo-
Egitaniensem tota Egitania, Mene, Cipio, et Francos, 44 Ad Liicensem Luco Ci-
et
Senesquío.
familia
Ad
,
,
Ca-
Asturiensem Astorica, Bergido , Petra, Spe-
,
Comanea, Ventosa, Mausupeviorum et ínfevio-
rum, Senvive, Fvancelloe,
et
Pesícoe.
Ad
Iriensem Movtacio, Saliníense, Centenoe, Celonoe, Mediensie, Pestamavcos.
Ad Tudensem vicino, Tuvedo,
Ecclesias- in
Tabolela, Lo-
copavre , Áureas Tabúlela, Longetude, Carisíano, Martiliana, Turonio , Celessantes, Turnea: ítem pagi Aunone, Sacria, Erbilone, Cauda, Obinia, ,
el
Córtese.
De
Ad sedem
153
la división de los suevos.
Hritoinioriini
Kc-
siml iutra liritouuna cum monasterio Mn-
lilafia.
Kii
vista
de
ellas
re-
adelante
clesiu' qu(V
solvieron (pie de
)¡es
aumentase una nietró|K)li en Luíjo, por causa de ser esta ciudad la mas proporcionada á la concurrencia de los obispos sufragáneos de la parte del Norte y juntamente por ser pueblo muy famoso en lo civil donde acudia gran concurso de suevos. Para evitar el perjuicio que ocasionaba á los prelados la gran dilatación de sus sillas, resolvieron que se erigiesen de nuevo algunos
,
ximi: et qu(B in Astnriis sunt. 45 Lo historial de este instrumento es que, después de convertidos los suevos á la fé por los milagros de 8. Martin 'l'uronense y predicación de
Dumiense mandó el rey Teodomiro que se tuviese un concilio en la ciudad de Lugo, con íin de que se confirmase la religión católica y otras S. IMartin
,
cosas necesarias de
la
Iglesia,
allí
se
,
,
Concluido el concilio envió el rey á los padres una carta, en que les proponia que, sien-
obispados señalando los límites que debian tener todos, pa-
no habia correspondiente número de que esto traia conobispos sigo el grave inconveniente de
caciones. Este es el hecho, se-
do tan dilatado su
reino,
;
que, siendo
muy
dilatadas las
,
ra
que ninguno tuviese
gun nos
le
propone
alter-
la escri-
tura.
Al
Que su materia no
asunto de congregar
fué
el sino-
obispos el concurrir á concilio cada año, por la mucha dis-
y que tampoco no es el mismo concilio, consta por lo que dice de haberse congregado para distinto fin, y que fo«cluido todo lo que pertenecía al concilio, se propuso y trató lo referido luego ni es concilio, ni parte ó fragmento de
tancia.
concilio
46 Estas razones hicieron mucha fuerza á los padres,
sultó.
diócesis,
no podian
los pasto-
res visitar anualmente sus ove-
Juntamente que, no habiendo en tan dilatado espacio masque una metrópoli, era grave molestia para algimos
jas.
porque efectivamente
se exten-
en aquel tiempo desde el mar Cantábrico hasta las cercanias del Tajo, dejando dentro á Coimbra y á dia
Galicia
do
,
:
una escritura ó actas de lo que re,
sino solo
48 Que tampoco es instrumentó original lo notó ya Pej'eijra al fin de las Memorias del obispado de la Guarda en la ,
Disertación Exegética, nota 1 11,
134
España Saijvada.
nútn. 18, y consta ])or cuanto en los términos que atribuye á Viseo, una de sus parroquias es CaUahria, sobre quien
añade que después pasó á obispado en tiempo de los godos, En esto se vé claro que la tal escritura no es del tiempo de los suevos
, ni extractada en aquel tiempo; pues ,
ni original
ios suevos
no podian decir que parroquial en sus dias, fué obispado en los de los godos como de suyo consta por haber sido estos posteriores á aquellos. Por tanto se admiró con razón el P. Yañe%, en el tomo 2 de su Era y Feclias de España 502, pág. que iMorales dijese (lib. 11, cap. 59) que esta era la escritura mas antigua de cuantas en España se han conservado; pues no es del tiempo y era que en ella se refiere con atribución á los suevos como se muestra por lo mismo en que se recurCaliabria
,
,
,
,
re á ellos:
Tempore Suevorum.
Esta primera cláusula declara ser
formada
la
escritura des-
pues del reinado de los suevos; porque cuando actual-
mente dominaban no
se
empe-
zaban asi los instrumentos ni se empieza ningmio con semejante expresión cuando dura el tiempo de los soberanos que le forman pues lo de in illo tempore siempre es cláusula de ,
,
Trat. III, cap. 111.
quien escribe después; y solo renriitiéndose á un imperio ó linea de reyes ya acabada se dice con propiedad en tiempo de tal imperio ó tal línea; v. g. en tiempo de los romanos, en
tiempo de
moros 49
,
los
godos
,
de
los
etc.
Lo mismo consta por
de que usa el instrumentó, que son de tiempo pa-r las voces
sado, no presente : allí (dice) era el término: /iflte gran concurso de suevos : y si la escritura fuera del tiempo de ostos, dijera: aquí es, aqui haij, reinando tal rey de los suevos, etc. , y no en tiempo de los sue-
Luego
vos.
esta escritura
no
que se aneja. Y se debe añadir que ni es del tiempo de los godos , sino poses del siglo á
terior á estos,
como
se prue-
ba por el modo con que habla de Caliabria diciendo que fué silla en el reinado de los godos y si esto se hubiera escrito cuando actualmente dominaban los godos, se pusiera que ya era obispado ó que es silla, pues se mantuvo como tal en todo su dominio, Pero usar de tiempo ya pasado, y decir fué silla en tiempo de los godos, es prueba que esto se escribió cuando ya ni era obispado ni habia tales godos. ,
:
50
Escrito
esto, hallé
el
De mismo concepto y en
el
la (Urisiofi
de hs suítos.
ÍTío
resolución
P. Contador de Avqote en
Memorias del arzobispado de Bragn ínmo2, lih. A, cap. 7, pág. 75r), donde concluye, (|ue al tiempo en que se escribía este documento, lialiin ya perdido Caliabria la dii^iiidad pontifióla, y consiguientemente no se escribi(') el tal fragmento gobernando los suevos, ni aun los godos, sino en tiempo de
§*
II.
sus
,
los reyes
autor,
de Asturias. Asi este
núm. 12o i. Yañez
lia-
ma á esta escritura me^xlada y muy posterior, como se lee en su pág. 502. Antes de proponer yo lo que siento sobre su
y crédito, quiero ofrecer la cronología y variédad que hay sobre el año del concilio de Lugo; y porque esta tiene conexión con los de Braga, es preciso anteponer la de unos y otros. En el tomo I ofrecí una disertación acerca del concilio Lucense; esta es la que se sigue omitido el nombre de disertación por dar mas encadenada la maantigüedad
,
teria.
Del tiempo á que se debe reduc/r el eoneUio de Iaiqo, // el pri-
mero y
sciiuiido
liracareNse.
¡,Qué reyes doniinahan enloiiee^ eii
Galicia^l
51 Sobre el tiempo en que se tuvo el concilio de Lugo, cuya parle se dice esta escritura, discurren muy variamente los autores. Lo único en que parece que deben convenir, es
que
este concilio
fué pos-
de liraga, y anterior al lí. Que fué después del primero de Braga, consta por terior
al
lo dicho,
I
tomo
2, pág. 14-9, soel concilio I de Bra-
bre que ga fué el primero que se tuvo en Galicia después que los suevos abjuraron la heregia, sin que haya lugar á que se admita otro concilio en los años inmediatos anteriores á este que anda con nombre de Bracarense I. Luego el concilio de J^igo fué después del primero de Braga. Confírmase, porque en el de Lugo se dice erigida esta iglesia en metropolitana, y que se aumentaron obispados; luego esto fué des-
pués del Bracarense I , porque si hubiera sido antes, se hallaran ya en él los dos metropolitanos, y
mas
sillas
de
las
que
,
España Sagrada.
1:^6
concurrieron,
como
se vé en
segundo de Braga, donde vemos dos metropolitanos, y diez obispados fuera de las matrices y de Dumio; no habiendo en el primero mas que el
un metropolitano y
su-
siete
fragáneos. Infiérese, pues, que
en que se aumento de prelados, terior al 1 de Braga, rior al II y que por el concilio
,
hallan
mas
pone
el
fué pos-
y antetanto se
obispos y dos
me-
tropolitanos en el segundo, y
primero. Veamos ahora, cuándo 5í2 se celebraron los de Braga. Baronio y Ferreras reducen el Bracarense I al año 563, era 601. Pero esto tiene contra si á los códices antiguos Mss. de los concilios, en quienes prevalece la era 599 como unánime se halla en tres códices,
no en
el
,
según lo dicho, tomo 2, pág. 199; y no es lícito apartarnos de tan venerables monumentos, cuando no se convence cosa en contra, como sucede aqui. Demás de esto, aquel concilio se tuvo en el año tercero de Teodomiro ó Ariamiro; y solo á la era 561), favorece el año
599 (año III
del rey
Teodomiro, según lo dicho en el tomo 2, part. 2, cap. 1, de la cronología de los suevos. Vaseo, queriendo dar por erra-
dos los números de los libros
Trat. ÍII, cap. III.
de concilios, recurre al año 536. Pero yerra, porque ni entonces reinaba Teodomiro, ni ni eran católicos los suevos habia entrado en España san Martin Dumiense, que fué uno de los que concurrieron al con,
y el mento para
principal
cilio,
instru-
conversión de los suevos. Pagi insiste en el año 560, pero este autor disminuye en esto y en las pruebas que alega, el número de la
un año; y pues dice que se debe estar á la era que señala Loaysa, que es la 599, año 561 no alcanzo con qué razón insiste en el 560. Constando pues por los códices Mss. la era 599, se debe anejar el concilio I de Braga al año 561 , después del
cual
fué
concilio
el
de
Lugo. El concilio U Bracarense se celebró en la era 610, año II del rey Miro, como afirman constantemente los có-
55
dices antiguos,
mo
y se vio,
lo-
año 572: y por tanto Vaseo, que recurrió al año 564, se apartó de la fé que merecen los códices contestes. Ferreras señala la era 609, año 571, y día 15 de diciembre, que es el 18 de las calendas de enero, «como »se vé (dice) en los códices «por quienes hizo Loaysa la »
2.
La era 610
edición de este
es el
concilio,
y
De »no á
I
))gu¡erite,
(le
Junio del año
si-
como estampó A¿,niii'-
»re.» En el núni. 13 añade que Pagi puso este concilio en el año 57á ; «pero nosotros, »dice, seguimos las «las »
eras
notas de
Este escritor no
presamente alirmó Loaysa que todos los códices convenian en el 1 de Junio, ni en que todos señalan constantemente
,
,
,
;
:
cion este escritor se ponia el dia 15 de Diciembre de la era
609, y no el 1 de Junio de la 610. Es también contra Aguirre , pues este siguió á Loaysa sin mas variedad en el texto que escribir Kalcndarum en lugar de Calendarum. El caso es que asi Loaysa como Aguirre pusieron en el margen el dia 18 de las Kalen,
TOMO
IV.
Terreras que era lo que se debia anteponer, sin reparar en la lección principal, que crey()
es la del texto, ni en ({ue ex-
á
miró bien los códices antiguos, ni á Loaysa, ni á Aguirre. ¡No á los códices, porque estos señalan la era 610, como consta por D. Juan Baulista Pérez y Loaysa alegados tomo 2, pág. 199, y expresamente dice el Sr. Loaysa que todos los códices convienen no solo en la era sino en el dia 1 de Junio, como se vé en el lugar citado y en su libro de concilios, al principio, pág. 10, y después en la 165, donde pone este concilio, expresando en el texto (lie Calendar um Juniarum y asi es contra los códices y contra Loaysa decir que en aquelíos por quienes hizo su edi,
1
los
indubitables
españoles.»
37 das de Kiiero, (|ue se li¡illal)a cu iriij)r(ís¡oiics anteriores; y aquello d(; que se descartaron
la (lirLsioJí de los suevos.
la
610; y supuesta esta como se debe suponer, Ferreras en decir que si-
era
era, faltó
gue
notas de las eras indubitables á los españoles, pues las
en los manuscritos i]i en lo impreso se lee otra era ni
que
I)CX (610), y él sigue la 609; y por tanto se apartó de Loaysa y de los códices en aquello que sigue. Aguirre, en sus notas á este concilio, núm. 56, dice que se celebró en el año 572, ex consensu omnium. 54 De aqui resulta que el concilio de Lugo se debe señalar después del 561, en que se tuvo el I de Braga y antes del 572, en que fué el .11. Pero en qué año determinado no es fácil establecerlo. Vaseo le pone cerca del año 564, á lo que dice Padilla que es error manifiesto porque en la cabeza de la escritura de que vamos hablando se expresa la era DC Vil que es el año 569, la
,
;
,
18
España Sagrada.
158
cinco anos después del que j)iiso Vaseo. liOaysa quitó la fuerza á este argumento, pues propuso en sus notas la duda de leerse era DO Vil ó si debia era DC , séptimo Kal. Januarü. De este modo cesa toda la instancia de Padilla
aumenta
;
pero se
duda, por añadirse variedad de extremos y no haber firmeza en la era. El autor de aquella nota dice que le agrada mas la era DG, pero que sigue la DCVil por autoridad de Morales y Vaseo. En este último no hallo yo la era DCVll, sino la DCII, pues expresa el año 564, que en su sentencia corresponde á la era 602, como afirma en el cap. 22. Lo mas autorizable me parece insistir en la era DCVll, la
conforme están los números; porque el número de las kalendas no se acostumbraba juntar con el de la era, sino separarle por interposición de otra cláusula, ó explicarle por letras. El hecho es que, como este instrumento no es del tiempo de los suevos ni aun de no debemos cuidar los godos niucho de su fecha, ni aun de la autoridad de las materias, por lo que se dirá sobre no ser verdad que en Lugo se decretase la erección de metropoli y nuevas sillas. Prescindiendo del sitio, se puede ad,
,
Trat. líl, cap. IIL mitir la era señalada DGVII,
año 500, porque el aumento de obispados fué mas cerca del concilio 11 Bracarense que del I, como se infiere de que el obispo de Astorga precede en el Bracarense 11 al de Britonia no obstante que este fué de los nuevos y aquel fué consagrado después del 1 Bracarense como se dirá núm. íiA. Si el de Astorga empezó á ser obispo después del concilio I de Braga y con todo eso tenia mas antigüedad que el nuevo prelado de Britonia es preciso admitir algún notable espació después del primer concilio Bracarense, en cuyo tiempo vacase Astorga y recibiese sucesor, que no obstante su poca antigüedad precediese al de la silla nuevamente erigida. Esto prueba que la ereccion de los nuevos obispados distó mas del concilio 1 que del 11 lo que viene bien con el año 560, distante ocho años del primero de Braga y solo tres del segundo, 55 Sobre el rey que hizo congregar este y los dos con,
,
,
,
,
Bracarenses, véase lo dicho /o??20 2, desdela /mí/. 144. El autor de los Anales de Galicia, D. Francisco de la liiierta y Vega, dice en su tomo 1 cilios
de Braga se tuvo en tiempo de Ariamiro,
que
el
concilio
1
De
la (Itrisiírn
sucesor de Teodoiniro I, liiel sínodo de jo de Car'iarico Lugo, reinando 'l'eodoniiro II, y el segundo de Braga en tiem;
po de Miro. para esto se el
concilio
Ariamiro
,
1
fundamento reduce á que en de Braga se lee El
y en
de que
el
Lugo
infiere Teodomiro; de lo que entre Teodomiro I y Miro hubo dos reyes, Ariamiro y Teodomiro II, y que S. Isidoro procedió con ecpiivocacion, cuando no reconoce mas que un Teodomiro y omite á Ariamiro; y concluye, que seguirá el orden de los conci-
como Según esto lios,
vo presente cilios, ó no
teslígos auténticos,
S.
Isidoro no tu-
el
orden de los con-
le
quiso seguir,
si
habia allí dos Teodomiros y un Ariamiro. Ni uno ni otro parece debe decirse; porque S. Isidoro floreció inmediata-
mente á
los citados concilios,
y estos se introdujeron en el cuerpo de los cánones de que usó nuestra Iglesia en tiempo de S. Isidoro; y mas puros ejemplares habia en el siglo Vil de las actas de los concilios Bracarenses que en los siglos posteriores, en que se fueron variando algunos nombres; y asi no liay principio para sospechar que el santo no tuviese presentes copias de estos concilios tan buenas ó mejor
de loa suevos, res que las de las,
y no
lóí) Ikjv.
Teuiéndo-
mencionando á Aria-
miro, no hallo fundanienlo para que nosotros le pongamos en la serie de los suevos católicos pues el santo tomó esto por asunto, y se hallaba muy inmediato á los sucesos, y con todo eso no propone tal nombre, ni mas que un Teodomiro. 50 Si miramos á la material escritura, se halla otro rey mas en los códices de concilios; pues en el Hispalense y en el Toledano se lee Arge-miro en el Bracarense I, como prevenimos con Loaysa en el 10^10*2, pág.idd, y aun e\ señor Pej'e:í expresó á solo este nombre. Si se mira á las antiguas impresiones, se halla Ariamiro en el II Bracarense. Luego ni en lo manuscrito ni en lo impreso hay uniformidad que autorice aquella opinión y por ;
;
tanto los
nombres de
los re^
expresados en aquellos concilios no son testigos auténticos de la sucesión. Junta á esto el estar en contra S. Isidoro, y no haber otra memoría tan antigua; y parece que debemos resolver á favor de lo que expresa el santo dicien-
yes
,
do, que asi
como
el
nombre
de Ariamiro se vició {X)r algún copiante en Argemiro, y en lugar de Miro puso otro á
10 Ariuniiro
España Sagrada. asi también Teodo-
1
iniro
;
(le«,^eneró
en
Ariarniro,
ó tuvo ambos nombres este rey, como se previno en el tomo !2. En favor de esto milita la cronologia pues mira;
do
que resulta de S. Isidoro, corresponde el concilio 1 de Braga á Teodomiro, esto es, al rey en cuyo tiempo se convirtió el reino de los suelo
vos. Este concilio se atribuye
en algunos códices á Arianíiro; luego la cronología indica ser un
mismo
rey
el
de es-
nombres, pues no habia dos reyes en un mismo dia y como en otra parte se lee que iMiro se llamó también Teodomiro, es señal que los suevos usaban de nombre y sobrenombre, en cuya conformidad fueron de un mismo rey los nombres Teodomiro y Ariamiro ó Argemiro, y asi pudo tos
;
S.
Isidoro
usar del prim.er nombre, y de los otros las actas del concilio. El hecho es que la variedad de nombres en este lance no causa distinción
de reyes, porque
el concilio citado perteneció á solo uno, no á diversos ; luego el que las
actas
pongan
bres,
solo prueba que todos
diferentes
nom-
convinieron á un rey , ó que se mezcló vicio de copiantes,
corrompiendo el Teodomiro en Ariarniro y Argemiro.
Trat. III, cap. III.
57 l^ara admitir dos Teodomiros no hallo fundamento si se dice que S. Isidoro procedió con equivocación, porque el primero consta por el santo, no el segundo y si se equivocó, negaremos el primero, diciendo que no hubo tal rey, sino el que este autor llama Teodomiro II, antecesor de Miro, con el cual equivocó san Isidoro el que propuso. Pero nunca se verifican por el santo dos Teodomiros. Y que no hubo mas que uno, consta por el Hiclarense, que sencillamente introduce al rey Miro después de Teodomiro, como san Isidoro, sin dictado que determine el número ó calidad del ;
predecesor.
hubiera dos Teodomiros, debia haber explicado á cuál de ellos sucedió Miro, diciendo que era Teodomiro el II ó el Mozo; al modo que en el sucesor de Justiniano no se contentó con el nombre de Justino y la cronologia, sino añadió el Júnior para distinguirle de otro Justino que habia precedido; luego no usando de distinción alguna en Teodomiro, es prueba, según su genio esmerado, que no hubo otro con quien equivocarse. Lo mismo digo de las Si
actas del concilio de
ponen á del modo que á
de S. Isidoro, que
Teodomiro
Lugo y
¿
.
De
la división
reyes únicos en su
los
noni-
y asi es prueba ([ue no conocieron mas que uno, por([ue si hubiera dos, no supiel>re;
ramos de cuál de ellos hablaban, pues no dan distintivo, Estos son los textos
mas
anti-
guos que tenemos para hablar con fundamento de los últimos reyes de los suevos; y como no hay alusión para dos Teodomiros, es preciso que insistamos en uno, sin poder aíirmar otro Ariamiro distinto personalmente, sino solo en el nombre; porque si se mira á la escritura material de los códiees, se deberá poner otro rey Argemiro, lo que es ridiculez, por no haber tocado el concilio de Braga mas que á un rey; V asi estas son erratas materíales ó sobrenombres del único Teodomiro que hallamos en el Biclarense y en S. Isidoro
58
141 de los sueros. por S. Marlin, como inliere del lil). i, cap. 7 de la liisloria del Turonense, donde dice Miro Hex in Civitate illa, in (¡ua deeessor ejusBasilieamS. Marlini ccdi/ieaverat. i^cro con su Wcencia digo, que no permite estas identidades la cronologia :
puesta en
el
tomo
11,
según
la
cual (^arriarico fué diverso de 'l'eodomiro, y este fué el sa-
nado, no Miro; lo contrario el
que pruebe texto del Turosin
nense, porque la palabra cessor no cae precisamente bre el padre de Miro, sino bre el abuelo , y asi cesa
todo
mo
el
II,
ai'gumento. Véase
desoso-
del
el to-
part. 2, c. 1.
§
III.
Muéstrase no ser cierto que en Iaujo se tuviese concilio
para
división de obispados y aiimenío de metrópolis Motivo de equi.
El Cl. Ruinart, comentando las obras del Turonense,
vocación sobre la inlroducciofi de este concilio,
de Miraculis S. Martin cap. 11, anduvo tan lejos de admitir dos Teodomiros, que ni aun quiso reconocer á Car-
La mas importante disertacion es ver si hubo tal concilio ó qué crédito mere-
lih.
1
riarico, y dijo
que aunque
los
mas de los Mss. ponian este nombre, no hul)0 tal rey, y que fué el mismo que Teodoó Ariamiro, padre de Miro; añadiendo que Miro fué el hijo del rey suevo sanado
rniro
59
,
ce la escritura propuesta, en el nombre que la quieres dar
de actas ó concilio. Ya vimos que ni es original, ni de la antigüedad que algunos han juzgado. Para averiguar su autoridad,
debemos separar
lo
que
España Sagrada.
142 sin
ella
consta
por diversos
principios.
Que Lugo
fué metrópoli en
tiempo de los suevos, consta por el concilio II Bracarense, donde concurrió su metrópolitaño Nitigisio ó Nitigio, con 3Iartin Bracarense Aniio se:
c lindo Regís Mirotiis, die Kalen-
darum Juniarum,
eiim GalleeciceProvinciceEpiscopi,tamex Bracarensi quam ex Lucensi
Synodo cum suis Metropolitanis, prcecepto
prmfatí Regís, simuí in Metropolitana Bracarensi Episcopi convenissent: id est, Martinus Nitigisius, Remisol Andreas, Lucretius, Adoriiis, Witimer, Sardinarius, Viator, Avila, Polemius, Maylocus, etc. Estas palabras se han de necesitar muchas veces. En ellas se vé claro que el obispo de Lugo era metrópolitaño en aquel tiempo. 60 Que la erección de la metrópoli de Lugo se hizo en algún concilio tampoco parece que se puede dudar, por pedirlo asi la gravedad de la materia y el interés común de diversas iglesias; porque haciendo dos metrópolis de lo ,
,
,
que antes no componía mas que una, forzosamente se alteraba la razón de sufraganeos, y los límites de Braga; y para arreglar esto era necesario consultar y contratar con
Trat. III , cap. III.
prelados, lo que de suyo pide que se junten ; y mucho los
mas
si,
mentó, nuevas
como
dice el
instru-
se erigieron entonces
y se arreglaron los límites de las diócesis. Esto no se pudo hacer sin concilio, porque para dar á unos habian de quitar á otros; y no concurriendo todos á la disposicion fuera un seminario de quejas y de pleitos. Por todo esto juzgo indubitable que la metrópoli de Lugo y la nueva distribución de sufragáneos se efectuó en un concilio. Que los obispados que 61 se asignaron al metropoHtano de Lugo fueron, como dicen las actas, el de Orense, Aslorga, Iría, Tuy y Britonia,iaLmsillas,
poco pende del citado instrumentó, pues asi está autenticado en las suscripciones del concilio II de Braga, donde después del metropolitano de Lugo firman los prelados de las tales iglesias al modo que ,
sufragáneos atribuidos á Braga suscriben después de su prelado en aquel mismo los
sínodo,
62 Que en el concilio en que esto se efectuó erigieron de nuevo algunas sillas,- se iná esta escritura, por cuanto en el concilio anterior, primero de Brafiere, sin recurrir
ga
,
no hubo mas que ocho
Del concilio de Iaujo. 145 prelados, incluido el metro- que aUjunas no se erigiesen ahora, como es forzoso conpolitano; y en el siguiente, segundo Brncarense, se hallan fesar al ver que nunca hubo en (ialicia mas que los trece cinco sillas mas, doce en los obispos que suscriben y otro obispados y (jue solo la maque no firma yor parte, ó los mas, preceel Dumiense, dieron al concilio de Lugo. aparte, por cuanto S. Martin, Por tanto, no siendo probable metropolitano de Braga, reteque todas trece sillas se hallania la dignidad de Diime: y ban erigidas antes de este conasi en este concilio habia ya cilio ó del primero de Braga, trece obispados en Galicia, lo que no hubo antes , y por tan- queda lugar á que algunas se estableciesen de nuevo antes to se aumentaron sillas en el del segundo Bracarense. Lo espacio intermedio de los dos mismo se califica por lo que se concilios Bracarenses. El docdirá de cada silla en particutor Ferreras escribió, sobre el que los padres del lar, mostrando que algunas año y^i'ú) son posteriores al primero de concilio de Lugo erigieron á Braga. Luego constando ya toesta iglesia metropolitana, en das por el tiempo del segundo, atencion á la súplica del rey, señalando sufíagáneos y tér- esto es, antes del año 572, se minos á las diócesis, para que infiere que es verdad lo que no liubiese pleitos ni discor- dice la escritura en orden á que algunos obispados se eridias entre los obispos, sin que por entonces se determinasen gieron de nuevo después del I á erigir nuevas sillas , pues y antes del concilio II Bracarense. consla (dice), que las mas que 65 Que todo esto se hizo señalaron á una y otra metroen concilio congregado en poli ya estaban antes erigidas, Esto carece de la formalidad Lugo, no lo tengo por cierto, que se necesita para prueba ni creo que se puede probar de lo antecedente; pues para con instrumento diverso del muestra de que ahora no eri- presente, y me inclino mucho gieron ningún nuevo obispa- mas á que no hubo tal concido, era necesario probar que lio en lo anterior á ser Lugo metrópoli, por lo que se dirá, loíUis las diócesis que señalaron á cada metropolitano es- El motivo para no tener por taban antes erigidas. Pero de- cierto que esto se hiciese en concilio de I^ugo, es que Mocir solo que las mas, no prueba ,
,
,
España Sagrada.
144
11, cap. 59, cita á Itacio, distinto del Idacio Lemicense, diciendo que en su rales, lih.
no
hay mención de tal concilio de Lugo y que aquel autor pone la división de las diíScesis del dominio de los suevos, en el concilio I de crónica
,
Braga. Mariana refiere lo mismo en el lih. 5, cap. 9, poniendo las dos opiniones, que deja al arbitrio de cada uno, inclinándose á que la partición de las diócesis se hizo en el primero de Braga y que en el de Lugo se confirmó. Para esto no hallo yo prueba auténtica; mas por ello se infiere no ser cierto que se empezase á decretar en Lugo, pues vemos testimonios que lo aplican á Braga, y á esto es á lo que yo me inclino, infiriéndolo de que en esta misma escritura de que hablamos se supone y expre,
cuando se hizo Lugo metrópoli y se erigieron nuevas sillas, dando á cada una sa, que
sus parroquias, se hallaban los
padres juntos en concilio. Esta junta no es probable que fuese lo en Lugo sino en Braga primero, porque por la carta del rey vemos que los concilios anuales se tenian en la metrópoli, siendo el motivo para aumentar otro metropolitano el impedir la molestia de que todos concurriesen á ella ca,
Tral. Illy cap. lll.
da ano desde las partes mas remotas, lo que supone que las juntas se tenian en Bra^^a, pues de otra suerte se podia convocar el concilio á una ciudad del medio y se obviaba el trabajo sin aumentar metrópoli y asi es señal que el concilio se celebraba en la ,
;
metropolitana.
iglesia
gundo
Lugo licia
,
porque
era la
por
Lo
se-
ciudad de última de Gala
silla
parte boreal
antes de erigir la Britoniense; de modo que solo para el obispo la
,
de Iria y el de Astorga tenia proporción acomodada, siendo molestísima para los mas en especial para el de Coimbra, Viseo , Lamego Dumio , y aun Braga, que dista unas cua,
,
renta leguas. Luego no es creible que antes de ser Lugo metrópoli convocase el Bracarense á los padres
para tener
allí
Júntase que no hay prueba auténtica de que esto fuese en Lugo, y por tanto tienen mas urgencia las razones. 64 Pero supuesto que este decreto de hacer á Lugo meconcilio.
y erigir nuevas sillas se formó en Braga, no por eso se sigue que se hizo en el concilio Bracarense I, pues tenemos sus actas y no hay en ella mención ni cosa que aluda á tales providencias. En la trópoli
,
Del concilio de Lugo.
misma
escritura del
Liiceiise
cada año se juntahaii á concilio, y asi en uno de estos, después del primero de Braga del año oGl, se erigió Lugo metrópoli, aumentando obispados; porque ya dijimos como parece preciso admitir que esto se hiciese en sínodo, y que fué antes del sese dice que
gundo Bracarense. 6o De íiqui infiero que en en la escritura Lucense no hay cosa cierta, fuera de lo que se prueba por otros documentos. Añado que en cuanto al principal asunto de haberse tenido en Lugo el concilio de la división de las lo contenido
cómo
1
io
se introdujo por equivo-
cacion ó mala inteligencia de un término. 1.a ocasión de haber escrito que hubo concilio
en Lugo, nació de queS. iMartin Dumiense y Hracarense tormó una colección de cánones, dedicada ó dirigida á ISiligio, metropolitano de Lugo, y á todo el concilio déla iglesia Lucense, como se lee en la cabeza de dicha colección Nitigesio :
Episcopo, vel universo concilio Lucensis Ecclesice , Martinus Episcopus. Al leer concilio de
tampoco tiene bastante autoridad, no solo por lo que
de Lugo, fué naturalísimo el pensar que los obispos se hallaban allí en actual sínodo ; y de hecho por estas palabras se movió Morales á probar (/¿/;. 11, cap. 59) que
se acaba de decir, sino por ser
hubo
sillas,
instrumento formado muchos siglos después del tiempo de los suevos; lo que le hace á lo menos sospechoso, por causa de una grave ocasión que hubo para su introducción, y por el genio que reinó en siglos posteriores á los godos, sobre interpolar documentos antiguos y fingir otros nuevos, como notó Mariana en el tratado de la Venida de Santiago á Es-
paña, y propondremos luego, núm. 170. 66 Antes de mostrar lo que defrauda la fé de este instrumentó es preciso proponer ,
TOMO
IV.
la iglesia
Lugo, actualmente congregado, cuando S. Martin envió sus cánones á Nitigio. Vaseo se valió de lo mismo, siguiéndolos otros mutal
concilio en
chos,
y este parece el único inductivo para el primero, que después de los godos compuso esta escritura como apéndice del concilio de Lugo , y realmente tuvo bastante motivo para equivocarse,
67
Pero que por la cláusula propuesta de S. Martin no se entienda co?ic¿7¿o en este sentido de padres actualmente congregados en determinado lugar para tratar puntos de la ,
19
España Sagrada. Trat. JU, cap. líT. j^os caminos en la concurren-
1 ir>
(loclrina ó disciplina eclesiás-
ten^o por indubitable pues allí la voz concilio precisamente significa el conjunto de obispos de particular territorio que forman un cuerpo ó comunidad con su metropolitano. Provino este tica,
lo
;
nombre y
significación,
esta
de que cuando Galicia se dividio en dos metrópolis por la mucha extensión que tenia aquel reino en el dominio de los suevos , no se hizo división en dos provincias, como suele suceder donde hay diversos metropolitanos, sino antes bien se
mantuvo y
se intituló
una
provincía en particular, como consta por las palabras expre-
Bracarense, puestas en el núm. 59. Allí se ven ya los dos metropolitanos, y con todo eso se dice que fodos los obispos eran de una sas del Concilio
Y
provincia.
II
es
que Galicia
nunca tuvo división
civil
en
diversas provincias; i)or lo que
abstuvieron de estas voces aun después de estar dividido el reino en dos metrópolís , y escogieron los nombres de sínodos ó conlos padres
se
,
llamando á unos obispos del sínodo de Braga, y á otros del sínodo ó concilio de Lugo; porque la partición precisamente se redujo á que, para obviar la molestia de los larcilios^
cia
de
los
sínodos,
fuesen
unos á Braga y otros á Lugo, cada uno como á propia metrópoli no como á diversa provincia. Y el dar nombre de concilios á estos dos partidos provino con gran propiedad del uso de los romanos; pues como afirma S. Isidoro, de allí se tomó el nombre de concilio: Concilii nome7i tractum est ex more Romano ( VI Et¡im. cap. 16). El uso de los romanos ,
fué llamar convetitos á las cabe-
zas de partido en que subdivi-
dian las provincias, por cuanto allí debían concurrir los pueblos que atribuían á cada una;
y este concurrir se dice en latin convenire^ y por tanto todo el
nombraba conque es lo mismo que
territorio
vento ^
se
Viendo pues los prelados de Galicia que su determinacion no era aumentar provincia, sino dividir la que habia en dos partidos , escogieron muy oportunamente el nombre de convento ó concilio, llamando á unos obispos del concilio de Lugo , y á otros del Bracarense. Y aun el breviario antiguo de Braga usó en la vida de S. Martin (día 20 de marzo) el mismo nombre romano de convento, diciendo que Nitigio era metropolitano del convento Lucense, concilio.
Del conciliü de Liujo.
68
Que
este es el sentido
verdadero de la voz concilio en este caso, consta por las palabras dadas del concilio de Jkaga; pues hallándose en esta ciudad, dicen que concurrieron los obispos de la provincia de Galicia
,
asi
los
del
vino
1).
I
i7
Juan Bautista Pérez; y
en esto solo quisieron deelarar que estos eran los de la jurisdicción de la nietrói)oli de Lugo, pero no que actualmente se lia liaban celebrando sínodo en Lugo , porque esto es re-
pugnante cuando sabemos que están en Braga unidos en concilio. Pues si cuando están en Braga se dice con verdad ,
sínodo de Braga, como los del Lucense; luego la palabra .v¿nodo ó concilio es lo mismo que el distrito ó jurisdicción de
obispos del concilio de Likjo,
modo
claro está que el oir concilio de
que aun boy se usa en lo civil de la palabra junta para explicar el ámbito de tales y tales pueblos unidos en un cuerpo, V. g., en la Montaña la gran junta de Cudsijo, la cual se llama asi aun cuando sus miembros no estén actualmente congregados á decidir negócios sino solo porque cuando se lleguen á juntar, han de ser de aquel determinado territorio. A este modo el distrito de obispos que tocaban á Lugo se llamaba concilio Lucense, aun cuando no estuviesen juntos porque solo estos y no otros hablan de concurrir á Lugo cuando su metrópoli-
Luyo, no es lo mismo queobispos actualmente congregados en Lugo; y por tanto estos términos solo significan en la presenté materia obispos de la jurisdiccion de Lugo, que cuando llegue el lance de ser couvocados por su metropolitano, han de concurrir á tal ciudad, libres de la antigua práctica de ir de lejas tierras á Braga, pues solo por evitar este trabajo se aumentó la metrópoli para que tuviesen en ella sus conci-
Lugo y de Braga
al
,
,
,
,
taño
los
llamase á
concilio,
Por tanto al suscribir en el segundo de Braga (que fué general de ambas metrópolis) los ,
del partido de
Ex sijnodo
Lucensí, se vé en Loaysa y pro-
este título:
como
Lugo usaron de
Hos.
69
Esta misma inteligen-
cia hallo
que dio
el
papa hio-
voz concilio, cuando hablando en nombre del arzobispo de Santiago D, Pedro, en el pleito que este tuvo con el de Braga, dice en la carta que escribió al de Santiago lo mismo que llevamos expuesto : Mandaverat Hex (Theodomirus) propter dílatiocencio
III
á
la
.
148
ncm
España Sagrada.
Provincm., ut sex Episco-
Trat. III, cap. III. a([ui signili(;a lo
mismo que en
patuum suiRegni Pontífices facerent Concílíum apud Liiciim, ct sex allí apud Bvacaram: et
de Braga, donde sínodo Lucense no denota obispos con-?
ídeo díccbantur sex ad iimim
to
Concílíum, et sex ad aliad pertínere: et de lUroque Concilio
sino obispos del
el II
gre^^ados en l.ugo, siendo cier-
Cujusmodí signíficatíonem nominis approbari dicebas ex Epistola, quaní Martinus Bracarensis ex certa scientiadirigit se.
adEpiscoposLUCENSISCONCILII, non quod tune celebraretar ibi id Concílíum, ciini ídem Martinus legatur illí Consed ad Episcopos, qui tenebantur ex prcediccilio adfuisse;
Regís mandato, temporibus suis illuc ad Conciliiim convenire. Aquí se vé claramente que concilio Lucense denota precisamente el territorio de que debian ser los obispos que á sus tiempos concurriesen á sínodo en la ciudad de Lugo; y se explica que en esta significacion debe entenderse la inscripcion de los cánones de san Martin dirigidos á Nitigio y á to
todos los obispos del concilio de Lugo, esto es, á todos los prelados de la jurisdicción y terri-
de Nitigio; pero no de modo que por ello se entienda actual celebración de sínodo en Lugo, non quod time celebraretur ibi id Concilinm; pues torio
se hallaíjan en Braga, territorio
de
este suceso
de
Lugo.
apud Bracaram,quasídeiitraque Concilii assignatíone, venís-
que
70
Aunque
provincia de Galicia es cosa en que dificultosamente se ha-
la
lia
bre
paridad, con todo eso, sola
inteligencia
ala voz
qne damos
concilio se encuentra
alguna confirmación en África; pues en el Cartaginense III, can. 2 , se dice que cada provincia envié al sínodo nacional tres legados del cuerpo de sus concilios: De ConciIris suis ternos Legatos', y aquí la voz concilios no denota jun-
determinado lu^ gar, sino el distrito de donde se toman los prelados que deben concurrir á su metrópoli cuando ocurra sínodo provincial. Lo mismo en el can. 17 de la colección Africana, donde para dar á la Mauritania Sitifense metrópoli diversa de la Numidia, se dice en el texto latino que la Sitifense se divide de la junta de Numidia: tas actuales en
Ex
cujiis Ccelu separatur,
y la versión griega puso Ex cujus sijnodo, de modo que desde entonces los obispos se decían
unos de un sínodo y otros de otro, al modo que firmaron
l-iO Del concilw de Lugo. en Braga los del sínodo de Lu- es, concilio en que se luciese metropolitana esta iglesia, y (JO, denotando en aquella voz Ca'fu y Sipiodo el distrito de en que se dividiesen los térmilos que del)ian concurrir á los nos de los obispados. Esto no concilios de Nuinidia y á los no solo por lo l'ué en Lugo, de la Sitifense ; pues todos te- arriba dicho , sino porque el nian marcado territorio cuyos fundamento en que estribaron límites no se podian traspasar Vaseo y Morales para admitir en asunto de juntas j)roYÍncia- tal concilio , no prueba tal coles ; y asi vemos que N. P. sa ; pues la dedicatoria de san S. Agustin culpó la tractoria Martin á jSiíigio ij á todos los en que Victorino convocó á obispos del concilio Lucense, no sínodo de Numidia á los obis- supone como se ha juzgado, pos de las Mauritanias á quie- que estos prelados se hallaban nes no debió convocar por actualmente residentes en Lucuanto estos tenían primados go sino precisamente denota separados {Epíst. 59 al 217), que aquella colección de cáno,
,
;
,
,
no formaban sus concilios con la Numidia ni en la Xuy
midia, sino aparte. í?olo hallo la diferencia que en África se intitulaban provincias diferentes, porque toda metrópoli suj)onia diversidad en razón de ])rovínc¡a civil; pero en Gaíicia, como no había mas (jueuna, nunca se intitularon los obispos contradistinguiendo provincias, sino sínodos; dando á entender en esto que las dos
metrópolis precisamente eran j)articion de distrito, para el íin de evitar molestia en la concurrencia de concilios. A vista de estose ener71 va toda la fuerza del principio por el cual se ha admitido que hubiese en Lugo el concilio
de que vamos tratííndo; esto
nes que remitió á Nitigio no era solo para él sino para que la intimase á todos los obispos de su distrito, que se entendian por obispos del sínodo Lucense, como rubricaron cuando estaban en Braga congregados ,
,
segundo concilio, 72 Y aunque quieras decir que S. Martin envió su coléecion de cánones á Nitigio cuando tenia juntos en su iglesia de Lugo á los obispos de su jurisdicción, no se puede entender esto del concilio de sino de que vamos hablando otro distinto y posterior. I^ razón es, porque el sínodo de que tratamos es de aquel en que l^ugo se hizo metrópoli; y este no estaba actualmente congregado cuando S. Martin al
,
España Sagmda.
150
remitió sus cánones á Niligio, sino antes ))ien ya se liabia te-
Consta por las mismas actas, donde leemos que el concilio Lucense se juntó para causas de la fé, etc., antes de ser Lugo metrópoli y que despues de concluir atpiellas nido.
;
causas, se leyó la carta del rey en que peTlia se aumenlase una iglesia metropolita-
na,
como
se bizo
acabado
el
luego es indubitable que al tiempo de convocar aquel sínodo no era Lugo metrópob, ni su obispo era mas que uno de tantos, sufragáneo de Braga, y que no presidia el concilio, constando que Andrés, obispo de Iria, era concilio
mas
;
Cuando
antiguo.
S.
Mar-
dedicó á Nitigio sus canones, ya Lugo era metrópoli; pues por eso le remitió la obra, para que como metropolitano la intimase á todos los obispos de su jurisdicción; luego el concilio que pudo baber para intimar aquellos cánones ya suponía el otro en que Lugo se instituyó metro])oli. Ni antes de esto necesilaba S. Martin valerse de Nítitín
gio ; lo
uno
,
porque solo
el
Bracarense era el metropolitano de toda la provincia; lo otro, porque ya que este no se bailase presidiendo el sínodo en que Lugo se bizo metrópo-
Tral. ¡II, cap. III. li,
que no
es creible, se hubie-
ra valido del obispo que presidia el tal concilio: y este
pudo
no
ser Nitigio, sino Andrés,
lluego aunque S. Martin enviase su colección al Lucense cuando este se bailaba en si-
no fué este concilio aquel en que Lugo se bizo metrópoli, que es del que tratamos, sino otro posterior, en que Nitigio como
nodo con
sus sufragáneos,
cabeza de su territorio convocase á los que ya no concurrian anualmente á Braga; y que por tanto recurrió á él san Martin para que les intimase los cánones, 73 Suponemos que en Lago se tendrían algunos concilíos después de ser metrópob, pues este fué el único fin de su erección ; pero de estos ni de sus actas no ba quedado vestigio en escritos auténticos, que yo sepa. Y asi no me levantes falso testimonio, pensando que yo escribo que en Lugo no se tuvo ningún concilio; antes bien digo que, aunque no tengamos actas de ninguno, reconozco que su metropolitano celebraría algunos, pues asi lo pide el celo de la disciplina eclesiástica, que tan gloriosamente empezó á respírar por aquella provincia , y que este fué el fin para que se erigió
la
metrópoli.
Lo que
,
Del concilio de Lugo. 151 digo es que la cscriliini ó § IV. himnos lia no son actas (le (iiie n i i i i '^'' '^ colección de cañonea as ... ^ .í^ A ^ r^^ concilio, ni parte o apéndice c MurUn n »• ¡Ivacarensc. i> n ' ^^Prue, J^ de sínodo concrcííado en Lur '^«'^^' '/'¿^ no se hizo en ÍAino, ^r 11 •/ _' „• ffo; Y Quc SI Nitiírio celebra^ ^,. ^ w¿ merece por su forniacion ,^ f concilio actual cuando san ba •/ nr ,.^.,,/. ^ ^^ ' nombre de concilio. I\o .,.., se lem ,. ., Martin le remido la colección •, ^ ^ / ^-^^f^ colección en los concilios no tiie este el de cañones •/,.,•„. ^„ ^^ n ... primeros de fíraiia ni fue la ' concilio en que Luíí:o se erii^io ^. ^ primera que se hizo en elI mun,. , ^ sino otro poste- ' metrópoli, "> «^ se pub//•ico: A ,.' do. ^ Cuando 111 ^ ñor. Y digo mas: que el dedi74 Del principio antececar S. Martin su colección á dente se han seguido tamNitigio y á todos los obispos bien otras equivocaciones, didel concilio Lucense no prueba que hubiese entonces conci- ciendo que en el concilio Lucense hizo S. Martin la colio en Lugo sino solo que esta lección de cánones; y que en iglcsia tenia territorio propio por lo que se ba algunos códices se intitula ,9/de obispos nodo Lucense por haberse ordicho. Ítem, que alguno , viendo en iustrumentos auténticos denado allí. ítem que por haberse resumido en Braga para los términos de sínodo y concorrección de las costumbres, cUio Lucense^ los entendió en el significado común y no en fué tenida por tercer concilio Bracarense, como escribe Loayel especial que tienen en tales documentos; y que con este sa, pág. 10, tratando de los cófundamento , y por aquella dices Mss. 75 Esta es una materia de e({uivocacion se introdujo el notable importancia , cuya graconcilio de Lugo de que se va tratando , y se le aplicó la vedad no permite ser pasada en silencio. Para esto hemos escritura ó actas que impugnamos por no ser originales ni de suponer que antes del concilio Calcedonense estaba ya verídicas. formada la colección de cánones que se menciona y confir-
'
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,
,
,
,
ma
en
concilio
ni-gulas Sanclorum Pnlrum per (1) siugula ntinc usque concilia conslitutas
canon
el
(1).
1
del citado
Como
aquellos
propiium robur ohlincir dccrevimus. Cniced., cim.
1.
España Sagrada.
152
cánones se formaron originalmente en griego, fué preciso traducirlos en latin para uso de las partes del Occidente, S. Martin Bracarense, como era oriental y docto en la lengua griega, advirtió que algunas cosas de aquellas no estaban traducidas con toda propiedad ; que otras se hallaban oscuras
,
y
tal
vez diminutas,
Trat. III, cap. III.
no para todos los del dominio dd los suevos, como se vé en que cuando se ofreció juntarlos á todos, fueron convocados á Braga; y asi no fué S. iMartin á Lugo, sino los de Lugo vinieron á Braga. Lo^.\ porque la colección de los 84 cáno^ nes pedia mas tiempo y desembarazo que el que podia teoijispos ([ue la asignaron
,
por incuria de los copiantes, Viendo esto, se aplicó á tomar el glorioso trabajo de hacer una exacta colección de macíayor propiedad de voces ridad de conceptos y perfeccion de sentencias disponiéndola en congruente método por medio de distinguir las sinodos, clases de obispos , clérigos y legos, y reduciéndolo todo á ochenta y cuatro capítulos. Esto parece fué lo que S. Isidoro llama regla de hecha fé y de santa religión por S. Martin; esto lo que el
ner mientras presidia el concilio ; pues gastaban muy pocos dias en los sinodos (como se notó en el tomo 2) , y los cánones eran muchos, con precision de cotejar el texto griego y latino , añadir , expHcar, coordinar y acomodar; y todo esto es mas propio para el gabinete de estudio que para el hospedaje de Lugo. Lo 3.° , porque si S. Martin estuviera presidiendo el concilio, no era necesario que para publicar sus cánones escribiese á
santo dedicó á Nitigio y á todos los obispos de su jurisdic-
metropolitano hubiera intimado los estatutos , y no hubiera hablado con solos los obispos de la juris-
,
;
,
y esto lo que decimos que no fué hecho en concilio congregado en Lugo. 76 Lo 1.°, porque ni consta, cion
,
ni es verosímil
que
S. Martin,
siendo metropolitano de Braga , asistiese á concilio celebrado en Lugo : pues el hacer
metrópoli esta iglesia fué para concurrencia precisa de los
Nitigio, sino él
dicción de
dos
mismo, como mas antiguo,
Lugo, sino con
to-
de la provincia de Galicia, pues era general á todos la materia. Por tanto se supone que el santo había ya prolos
puesto á sus sufragáneos estos cánones; y que para que usasen de ellos los del partido de
Del concilio Ldeiigo. 153 su obra á los obispos del tcrrise los remitió desde Lugo Ikaga á Nitigio; y mientras no torio de Lugo. La primera léecion apud Lúceme solo puede se ofrezca prueba auténtica, de ningún modo afirmaré que admitirse entendiéndola de la metropolitano de publicación, no de la formaS. Martin Braga, se hallase en concilio cion, por lo que queda dicho, 78 Los que llaman á esta de I^ugo, ni que hiciese la cocolección sínodo Bracnrense lección de sus cánones estando en tal iglesia. Veamos ahora se deben entender en el mismo sentido, por ser muy verosisi aquella colección se puede mil que la publicación se hiintitular sínodo Lucense ó Braciese en algún sínodo. El cócarense. 77 Que se publicó en Lu- dice que hubo en el Escorial go no se puede negar con fun- con título de Lucense, parece damento, pues á este fin la re- que la reputó por tercer concilio de Braga; pues })oniénmitió S. Martin al metrópoli,
,
y no es creíble que tuviese omisión en materia tan tano,
grave. Bien pudo remitir copía á cada obispo é intimarla
por escrito pero parece mas conforme que se hiciese en alguno de los concilios anuales, para cuya celebración se erigió la metrópoli, y solo en este sentido se puede decir sí7iodo Lucense la publicación de aquellos cánones. Juan Va%quei del Mármol nota, en el reconocimiento del códice Vigilano , que esta colección se intitula en unas partes Capítula ex Oríentalium Patrum Sijnodís á Maríino Bracarensi Episcopo collecla, apud Lucense Concilium, y en otras ad Lucense Concílíum. Si se lee ad Lucense, debe entenderse por ello que S. Martin dirigió ,
TOMO
IV.
dola, ees,
como
demás códi-
los
que hoy tenemos con número de II dá á este y III Bracarense último el título de cuarto lo que prueba que el colector reputó á los cánones precedentes por concilio III, pues no media otra cosa entre el II y el que llama cuarto. No asi en otros códices que aunque ponen esta colección después del segundo Bracarense, no la reputan por concilio, pues ponen al siguiente con título de tercero, y esto no por números, como nota el mencionado Vazquez, sino por letras, en que es entre
los
sínodos
,
;
,
mas
difícil el errar.
79
mas
Sobre esto
me
autorizable decir
,
parece que en
rigor la colección de S. Martin no se debe decir concilio 20
España Safirada. Tral. ///, cap. III. lüi segundo ó tercero Hracaren- antiguo del Escorial, parece se porque consi- quemó en el incendio del año se ni jicense derada por si sola en la con- 1G71. Memoria que no puede tbrmidad que la tenemos, no renovarse sin dolor, pero que I
,
fué concilio, ni se la ha gra-
duado como
tal
en su
titulo,
sino solo en lo que supone el
códice Lucense cuando llama cuarto Bracarense al que nosotros tercero ; y esto no tiene mas autoridad que la voluntad del colector , contra quien militan , no solo los demás códiees, sino ver que aun en aquel
debia excitar la de los ministros del rey para ocurrir á se-
mejantes daños en lo que nos ha quedado, representando á Su Majestad que mandase hacer copias auténticas de lo mas precioso, las cuales se pusiesen en la Real biblioteca que careciese de los originales, á fin que no solo cooperasen al bien
Lucense no se ponen estos cánones con titulo de concilio, sino como se ha dicho: Crtj^iíiíla ex Orientalium Patriim Sij-
público de los eruditos, sino que se asegurase un tesoro, que perdido por algún azar
nodis, etc.
cir
80
La razón para
decir
pueda resarcon todos los caudales de Indias. A este modo" suce-
inevitable
las
,
no
se
que no fué concilio es porque no tiene preámbulo conciliar, ni número ó concurso de obis-
dio en el códice Lucense, pues
pos, ni
y ni aun esto gozáramos, si no fuera por el extracto que hizo, Dice, pues, al hablar de esta colección, que no la reputaba por concilio: Ego tamen, salva melius sentientis correctione^ potius jtidicarem ex titulo su-
,
fecha, ni
suscripcio-
nes, sino precisamente el títu-
que se acaba de citar, y la dedicatoria de S. Martin á Nitigisio, cual corresponde á una carta familiar que daremos después; todo lo cual no tiene indicio alguno de ser sínodo, lo
Asi lo sintió el referido ^lar-
mol en la razón individual que tomó áú códice Lucense de órden de Felipe II por medio de su secretario Antonio Gracian Aldrete, en el año 1573, concluida á 4 de marzo. Aquel insigne códice, que era el mas
solo nos ha
ña
quedado en Espa-
el índice del referido autor;
jjva scripto,
partem
esse
Bra-
carensis Concilii secundi, atque suh eo contineri\ prouthic, etin excusis, et in Vigilarlo , ubi se-
quens appellaturterimm.Quod adjuvaturexeo^quodnullafor-
ma
Concilii servata prcescribi-
non prceambula, nec data, non subscriptiones, aut numetur,
Í55 Del concilio de Likjo. rus Episcoporiuny non deniíiue nones de S. Marlin no se hizo ni se publicó en el concilio I.uConcilii tiomen prcefert, sed cense, de que vamos hablando, ntidonun tantum Capitulorum, porque este fué antes del secollectoriun ex antiquis Sijnodis Orientalium Patrum, ut aper- gundo Bracarense , y aquella fué después, como se convence tissime lile dicitur. Dice que no es con- por lo dicho. 81 82 Sigúese también, que ciUo, sino parte del segundo estos cánones recogidos por Bracarense. Yo no admito ni aun esto; porque si fuera parte S. Martin no fueron los capitulos que se leyeron en el condel concilio 11, nadie le hubiecilio 11 Bracarense; porque si ra reputado por tercero^ sino se recogieron después de aquel por segundo y el hecho es, que en tiempo de los godos concilio, ;,cómo se habian de no estuvo reputada la colee- leer antes de hacerse? Lo que se propuso allí fué la colección cion de cánones por concilio, como consta por el índice de antigua, que sirvió de fúndamentó á S. 3lartin. La razón los antiguos cánones de líspa;
ña, donde se cita muchas veees aquella colección , pero con el preciso titulo: //i ^.í;cer/> tis Martini: y asi á lo que no
no se debe aplicar nombre de segúndo ni tercero; ni parte del segundo pues ya fuera segúndo. El que se ponga después de aquel concilio y antes del tercero, solo prueba que aquetuvieron
por
concilio
,
lla
colección se hizo después
del segundo Bracarense eso la colocan aparte
,
hizo hasta después del segundo concilio, y aquel fué
se
que se leyó delante de
como
padres del concilio I en todo lo que miraba á la disciplina
,
guiente
le
Lo que
se sigue de aquí es lo
que nos movió á decir todo que la colección de cáesto :
cedió al concilio 1 Bracarense, no era el de S. Martin, que no
el
cuando al sigraduó de cuarto,
tercero
y provinciales, como se lee allí: Relecti ex CÓDICE coram Concilio tam generalium Synodorum Cañones, quamlocaliiim. Este códice, que pre-
rales
y por
cosa diversa, y tan diversa, que el códice Lucense la sU'
puso
porque antes del concilio II hallamos en el primero de Braga códice de cánones genees,
clerical
,
como
allí
los
se refiere,
Después de renovada esta noticia, y leída también la decretal del
pontífice Vigilio dirigí-
da á Profuturo metropolitano de Braga pasaron á decretar ,
,
España Sagrada. Trat. Ili, cap. llí. 156 que se entonces seria la mas pura y lo que determinaron redujo á XXII cánones. Estos correcta de todo lo que liabia mismos se volvieron á leer en en el Occidente pues á este fin se aplicó S. iMartin Bracael segundo de Braga, pero no porque lo rense á componerla. Poco desel códice general pues se hizo otra mas complereleido en este sínodo fué lo que se decretó y firmó en el ta por el santísimo doctor san ,
,
;
;
primero, como consta por la propuesta que hizo á los padres S. Martin, y esto se redujo á los XXII cánones. De lo que se infiere que no se leyó entonces la colección de san Martin porque esta es de ochenta y cuatro capítulos, y no fué decretada ni firmada en el primer concilio, en cuyo tiempo no se habia com-
Después de .8. Isidoro cuidaron nuestros obispos de ingerir en su códice los canones decretados en los diez y nueve años posteriores á la muerte de S. Isidoro como se le lee en el concilio IX de Toledo (1); y asi, por todos estos principios se prueba, que nuestra colección seria de lo mas puro y completo del Occi-
puesto. Por tanto, los capí tu-
dente,
y códice de concilios leídos en el sínodo I Bracarense fueron los que se hallaban en la colección antigua que precedió á la de S. Martin, en que el santo advirtió que habia voces oscuras, impropias y con algunos defectos; por lo
El doctor Huerta imprimió en sus Anales de Galicia, tomo 1.°, lib. 4.°, cap. 16,
,
,
los
á componer otra corregida y arreglada á
que la
se
movió
pureza de los textos en su
origen.
85
(1)
De
,
Decrevimus, ut Capitula, quce
prism Canonibus minimé habeban-
tur inserta, paripromiilgarentur ¡rentenlia, et
,
8i
que esta colección de S. Martin fué la primera^ que asi en Orientecomoen Poniente, vio el or¿>e. Bien me alegrara dará España esta gloria si pudiera probarse; pero por el mismo san Martin hallamos lo contrario, habiendo antes del santo no ,
solo el texto
aqui se infiere que la colección de cánones usada en nuestros reinos desde
in
Isidoro.
aniiquisjungerentur Begulis, pe-
griego, sino la
versión latina en que notó la impropiedad y defectos que corrigió en la suya; pues sa-
rermi jugifate mansura, et omni reverentia conservanda. Tolet, IX, iii
Exord.
lo7 Del concilio de Lugo. bemos que no inventó obra tro; á los Ívones en mas de nueva, sino únicamente se apUcinco, y á los Gracianos en abad seis ; porque Ueginon có á perfeccionar la colección que antes Iiabia , como consta de Pvum en la diócesi de Trépor sus palabras (1). En fuer- veris, floreció, según Triteza de esto se vé, que no solo mió, por el año 910: Burcarprecedió en el Oriente el có- do, obispo de Vormes, por el ,
griego, sino en el Occidente otra versión latina; la cual , sin salir de España , se dice
mencionada, antes que
lialla
Ivon Garnotcnse , obispo de Chartves en la Galia Senonense ó Lugdunense cuarta, por el 1090, según el mis10^20:
ca hubo otra mucho antes de S. Martin lo mismo en Italia , como verás en el tratado
y Graciano, monje benedictino en Bolonia, despues del llí20, ó según algunos por el 1150. 85 S. ^lartin formó ó publicó su colección con la anticipacion insinuada pues mu-
De
rió en
S. Martin escribiese, en el concilio
1
Bracarense, como se Precedió también
deja dicho. la
de Dionisio
E'.t'/^íío.
En
Afri-
:
Veteríbus
Canonum
Col lee-
mo Triteniio;
,
Marzo del año 589,
se-
tionibus del arzobispo Marca,
gun
De modo que por
ó diez años antes según el Turóñense ; y asi se debe reducir al espacio anterior que bubo entre este año y el de 573, porque no solo fué después de
la
colección
de S. Martin solo puede atribuirse á España la gloria de haber precedido á los Regínones en mas de tres siglos á los Biircardos en mas de cua;
(1) tolicce
Domino
beatissimo, atque Apossuspiciendo, in
Sedis honore
Christo fratri IS'itigesio episcopo, vel universo concilio Lucensis Ecclesiee, ,
Martinus episcopus. Sancti camiones, (pii in pariibus Orientis ab anliquis Patribus constituti sunt, grceco prius sermone conscripti sunt, postea autem succedenti temporc in latina lingua translati sunt. Et quia difficiU' est, ut simplicius aliquid ex alia lingua transferalur in alteram, simulque et illud accidit, ut in tantis temporibus scriptores aut non intelligcntes aut dormi,
el
breviario Bracarense,
Lugo metrópoli
ser
,
sino des-
multa prwtermittant;
tantes,
et
prop-
terca in ipsos canojies aliqua apud simpliciores videantur obscura ; ideo visum est , ut cum omni diligentia et ea quce per translatores obscurius dicta ,
ea quce per scriptores sunt iinmulata simplicius, et emendatius restaurarem: hoc simul observans, ut illa qun; ad episcopos vel universum pertinent clerum, una parte conscripta sint: sunt
,
et ,
similiter etquce
muí
sint
ad
laicos pertinent, si-
adúnala; ut de quo capitulo
aliquis'scire voluerit, possitceleriusin-
venire. S. Martin Brac.
España Sagrada.
158
pues del concilio II Bracarenporque se , tenido en el 572 este es el primero que consta despues de la metrópoli Lucense ; y no se hizo entonces la publicación pues en tal caso no hablara S. Martin con solos los obispos de Lugo, sino con todos los que actualmente se hallaban congregados en el II de Braga y asi fué después como la colocan los libros conciliares ; pero antes del 579, cerca del cual murió el santo, como probaremos en su sitio. ,
,
:
,
§
V.
Tral. ¡II, cap. III. to
no el
prueba instrumen-
á las
demás par-
por esto
y
que sea legítimo
En cuanto
to.
se
que no constan por otro lado, digo que tampoco meretes
ce crédito,
Lo
87
mador suceso
distó
muchos
como
,
porque
1.°,
for-
siglos del
probó
se
el
al
mos-
que no es escritura original, sino del tiempo de los repues aun la yes de Asturias mención del concilio de Lugo no antecede al fin del siglo nono, en que se lee en el cronicon Iriense y desde el año 570, en que murió el rey Teodomiro, hasta el fin del siglo IX van mas de trescientrar
;
;
muy
Motivos que muestran no hacer
tos años
fé la escritura en que estriba el concilio de Lugo.
para afirmar lo de antes del
86
Hemos dicho que
la es-
critura intitulada Concilio de
Lugo no cuanto á
es la
autenticable
en
parte de que es-
metropoH en concilio celebrado en dia y que aunque hubiese concilio actual en Lugo cuando S. Martin dirigió su colección de cánones á Nitigio, no se prueba esto por las pa-
ta
iglesia
se
erigiese
;
labras del santo
,
ni
fué este
sínodo aquel en que se hizo Lugo metrópoli , sino otro poslerior; y asi en cuanto á es-
570
,
espacio
dilatado
alegar testigo, y teniendo contra si razones poderosas , que es donde está la fuerza de esta clase de argumentos ; pues en lo que no haya cosa urgente en contra, no sin
alego el silencio de autores ó instrumentos mas antiguos; pero si á la falta de testimonios se juntan otras cosas de peso, no obliga el dicho de escritor muy posterior á que le demos
sucede aqui, por lo que se ha propuesto y lo que se expondrá y aun por sola la distancia del siglo en crédito
:
y
asi
:
que se formó
esta
escritura,
Del concilio de Lufjo.
de esto. Lo principal que debia proponer, es lo que se actuó en el concilio; y pues de esto no hizo caso y toda la atención la enderezó á los términos de los obispados, es temible que el fin de haber forniado este instrumento fué el de la extensión de alguna silla, como diré después, 89 Lo 5.", porque en tiempo de los suevos no se formó instrumento conciliar en que se determinase á cada obispo el número de parroquias que habia de gozar , cual se singulariza en estas actas. Infiérese esto, no solo de que el producido no es del tiempo de los suevos, sino de que si se hubiera escrito la división de los trece obispados, parece moraímente imposible que seme-
confesó el 1*. fíivaí' , (iiie no hace plena fé sobre que Imbiese habido tal concilio en Lugo Certe Collector lomje
olio
:
recentioris sívculi fuit,
,
qunm
opporteret, ul tk ceiebrato con-
/ídem facerct indubilatam. Asi lo pronunció sobre Máximo, pág. 452, n. 90, no obstante que anduvo tan franco en esta materia, que admitió hasta cuatro concilios en Lugo en tiempo de S. Martin Bracarense pero la fuerza de del contexto de la la razou misma escritura, le obligó á decir que no merecía fé por la distancia de tiempos. 88 Lo 2.", por la incertidumbre con que procede en señalar el principal motivo del concilio ; diciendo que fué para confirmar la fé católica, ó para diversas causas de la cilio
;
Iglesia.
Este
modo
jante escritura se hubiese des-
aparecido; porque instrumen-
disyunti-
de uno ú otro , es de quien ignora el motivo determinado; por lo que se vá con tiento y para no errarlo recurrió á esto ó aquello. Bien sé que en tiempo de los godos solia to-
vo
dia
,
ni este escri-
de aquellos tiempos, ni el modo superficial con que toca el principal asunto del concilio indica que cuidó mu-
se transcribiese
,
marse la partícula vel copulativamente, como se declarará en pero
que
para cada iglesia , á fin que cada uno supiese lo que era suyo por sentencia conciliar y que ninguna traspasase sus términos. Pues siendo trece las silias , ¿cómo es posible que en ninguna se hallase; especial-
,
;
común
á todas las iglesias en materia de límites, pe-
to
,
otra parte
159
tor fué
'
mente siendo aquellas iglesias las que estuvieron menos tiempo en poder de los moros por ,
España Sagrada. 100 lo que tuvieron rnas oportunidad para conservar sus monumentos? Y no hallándose ni aun mención auténtica de que hubiese tal división de parroquias en concilio de Lugo, ¿por qué razón se ha de creer á un instrumento que por si no
hace
fé?
90
Demás de
es-
esto, la
critura de que hablamos solo se halló en Lugo , sin que ha-
ya rastro de ella en tantos libros de concilios de suevos y de godos como se guardan en el Escorial y en Toledo pues don Juan Bautista Pérez que los manejó gloriosamente, no menni cionó tal concilio de Lugo tal división de obispados escriturada en sínodo, ni aun el según preItacio de Oviedo ;
,
,
,
viene Morales, Hb. 11, cap. 59, y es de notar que aquel libro se escribió al principio del
glo XII,
como
si-
se dirá después;
y aunque pone la división de síllas délos suevos, dice que se hizo en el I de Braga. Y ver que solo en Lugo se halló tal instrumento y no en el insigne códice de concilios de la tal iglesia, que se intitula Co,
dex Luc&nsís, el mas antiguo de los del Escorial es prueba que se formó después de ha,
de cony separadamente, co-
berse escrito cilios,
el libro
Trat. 11!, cap. III. ino cosa diversa,
01
Añádese, que la iglesia mas dolada en tal escritura es la de Lugo como después se ,
luego el hallarse solamente en este archivo hace sospechosa su invención. Si dijeres que Vaseo alega también este instrumento como existente en Braga, respondo que esto no fué asi desde el principio ; porque en el siglo XII todavía no se hallaba en aquel archivo como consta por la sentencia de Inocencio III en el pleito de esta iglesia con la de Santiago , donde respondiendo el Bracarense á los alegatos de su competidor , y estableciendo su intento recurrió para probarle al concilio verá:
,
,
Lucense de que hablamos
,
ci-
como
hallado en el libro de que usaba el arzobispo de Santiago; In eodem quater-
tándole
Papa hablando con el Gompostelano y exponiendo los alegatos del de Braga,
no
,
dice el
,
quem contra Bracareiisem proLucense Concilium est inventum. Aqui vemos que este instrumento se halló en cuaderno de instrumentos exhibidos por el arzobispo de Santiago y por tanto no le habia antes en el archivo de Braga que estaría bien registrado para el pleito. Desde que se duxisti
,
;
,
,
KU Del concilio de Lugo. vienen los testimonios de los descubrió en el cuaderno citaque traían sobre esta divisiou do, pasó á Uraga, porque fade obispados y parro({uias. vorecia nuiclio á su pretensión; y asi el único archivo fué el Lobera en la segunda parte de de Lugo, naciendo allí por la \'ásCrundc
uno animo, covdcquc per-
est)
auctorilate etiam Si'dis Apostolice; S. Petri, cujits laja- 3.
fecio\
tioneni hvti excepinuia , lU cuncta
quw essent taní Sedi
conlra-
qiiam eliam Ecclesiis Dei, seu Scdilms, perscrutaremur, ria,
perscrutaía covviíjeremas, cuní consilio omnium Episcopoel
riim, til Christi menibra essent ¿ti pace. Perquirentes vero dili- 4. genler ordinem Ecclesiaslicum,
invenimus Dicecesales imiuscujusque Civilaüs divariatos ab aucloritate
*
antiqíia
Pagano-^'"'-
rum persecutione.
Quodstiidio-Zs se perquirentes cuní ejusdem Provincial Pontificihus, in eo^ dem Concilio Lucensi adunalis, 5.
ut potuinms, per veritateni an-
tiquamunicuique tribuinius
Civilati suaní
di^'/initioneni
,
seu
in Deitate perfecta, cvactissirne qucccumque sunt, tam prcoterita, quam futura, inspicit, ordinat, atque disponit, ut Do-
portionem,ac per Villar uní, cacuminaqiie montium, seu antiquorum Casíror uní, velarcha-
minus) ipsorum Ccelorum Rege
términos ingessimus, ne Ecclesia contra Ecclesiam disceptans, alterius términos invade-
inclyto inspirante, seu opitulan2. le
:
Ego Theodomirus Rex, cog-
nomeiito 3Iirus, GalUecim tolius provinciw Rex, Dei ejusque Genitricis gloriosce Marica, ceterortimque Sanctorum , cupiens famidas esse, et servulus, co-
,
rum
co/i/íw/m
(asi lo trae
Bivar)
eis
atque eos propriis subscriptionibus adnotavimus. Concilio &. etiam Br acara} congrégalo se-
ret;
cundo, simili modo, veritate reperla, confirmatum
esV, prccsí-
adunato nutu Del Concilio in dente in eadem Urbe Martino Lucensi jam pr(efatal provincim 'Episcopo. Concessimus etiam Urbe, omnium Catholicorum Ecclesiw Lucensi Sanctce Mar i(e Episcoporum, seu Religiosorum sicutpoluimus per verilatem exvirorum (ubi ab ipsis intímala quirere ab antiquis undecim ,
10
España Sagrada.
i
Comitatits, scilicet, Seinos,
vareos,
et
Cairoya,
etc.,
Ca-
Tvat. II í, cap. III.
Sedis Episcopo, dUigenUssime exquisüas, per antiqíiorum vi-
qiios
rorum scienüam, seu saipturarum seriem vetustarum re-
Comitatusnndecimpropriisno"i.minUnis desUjnavimus: Nitigio cjiísdcm Civitatis Episcopo con-
perlas studiosissime; post perac-
jam ¿n Archiepiscopatnm, communi Concilio to-
tam Bracarensium {asi dice) Sy-
cedente, qui
nodum secundam,
Ecclesice Lucensi fuerat electus.
ibidem in diebus gloriosissimi Domini Mironis liegis, sub era DCX, in
Comitatns vero
prcesentia ipsius Regís, et
tius Provincia} Galloicios,
tali
8. tiuntur. Coniitatus
eidem
omniiim Catholicorum Magnatum
tenor e for-
primus Fia-
mosis oritur, ubi intrat fliünen Naira in Mineo, etc. Secundus vero Comitatus oritur, ubi ingreditur ¡lumen Rovem in Mineo, etc. Tertius Comitatus dicitur Naviensis; oritur in
campo fur-
Quartus Comitatus Sai^riensis dicitur-, levat se in Penam majorem, etc. Quintus Comitatus Paramiensis nuncupatur; incipit ubi intrat Sarria in co,etc.
totius Provincice Gallcccüe; ads-
antibus Episcopis ipsius Provincioe universis, tam in Bracarensi cautione, qnam etiam
ex Lucensis Ecclesice dominatione, diffinitum, atqiie landatum est, et ah ipso Rege Clemeniissimo confirniatum ne ínter Ecclesiam Lucensem, et :
ceteras sibi vicinas, aliqua ori-
retur disceptatio,
aiit zizanice
Sextus dicitur Pallarensis; oritur, ubi ingreditur jlumenArgundiinSaliceda,etc. Septimus Comitatus Decensis nuncupatur; originem suam in
superseminatio sed sicut in Concilio Lucensi unicuique Ci-U vitati sum traditm sunt Parochice per determinaUones antiquorum Castrorum, et flumi-
monteSummo,
num,
Neira,
etc.
etc.
Octavus Co-
mitatus Durrieiuis dicitur; vat se in monte Summo,
etc.
le-
^0-
nus Comitatus dicitur Uliensis; incipit ci monte de Espino, etc. Decimus Comitatus Nallarensis
:
ita perseverent; ut velint
omnia menibra
Christi esse in
pace in unitate Fidei Catholicae. Episcopi omnes, qui affuerunt,
liis
gestis subscripserunt:i\
Undecimus
Martinus Bracarensis Sedis Metropolitanus subscripsi. Lucre-
Comitatus Monte Negreusis di-
tius Colibriensis Ecclesice Epis-
citur, et incipit
copus subscripsi. Sar diñar ius Lamecensis Ecclesiam Episcopus subscripsi. EgoipseNitigius Lucensis Ecclesice Metropolitanus
dicitur; incipit, etc.
,
etc.
*
Has itaque determinaUones
í).
Comitatuum, seu diffmitiones, cí
me
Nitigio, ntitu Dei Lucensis
105
Del conci lio de Lugo. his gcstis subscripsi. Iricnsis
Tudemis Epis-
honra lo que es ap()cr¡fo, como sucede en esto; pues Li santa iglesia de Lugo tiene tantas glorias verdaderas que la hace no poca injuria quien la quiera desdorar con lisonjas de instrumentos supuestos. 97 Que esta escritura no sea ni auténtica ni del tiempo de los suevos, ya lo notó el P. Yañez en su obra de Era y fechas de España; pues en su tomo 2, p. 445, previene que Lugo no se erigió metropolitana por licencia ó confirmación pontificia, y á lo que se lee aqui, núm. o, dice que es adicion de algún devoto. En la p. 502 añade, que esta relación es permixta y muy tarda respecto de los suevos: «porque en ))esla también se demarcan tér))minos, variados por autoridad
Remisol Visensis Ecclesice Episcopus l¡is gestis subscripsi. Adorius Egltaniív Eccleskc Episcopus subscripsi.
Viator Manetensis Ecclesiw Episcopus subscripsi.
subscripsi.
Machis Briloniensis
Ecclesice
Episcopus subscripsi. 96 Esta escritura es claramente un comentario formado para apéndice de la primera; pues no constando en aquella mas que los once condados en común, le pareció preciso al formador que aquello pedia una mas individual demarcación, y esto en escritura aparte, pues si se ingeria en la primera, como se halla en el tom. 2 de las Mem. de Braga, p. 851, seria muy notable el que viesen tanta dilatación en la iglesia de Lugo, y se haria mas sospechoso que esto fué el origen se dirá en la
Lugo de
de
injuriar á nadie, siuo
ociuTir á que no se tenga por
copus Ecclesiw stéscripsi. Polimus Austuriensis Episcopus Ecclesice
empeño
Episcopus
Ecclesüv,
subscripsi. Avila
Andreas
de todo, como
Vamba
sobre
Asturias. Pero el
el
que
formó esta segunda escritura se alucinó mucho mas que en la primera; y con la voluntaria expresión de que los nombres Teodomiro y Miro fueron propios de un rey, ha hecho alucinar á muchos. No es nuestro
,
«antigua
»de
los
,
en
la
paganos
persecución (n.
4),
y es
«cláusula posterior á la irrup»cion de los moros y no del » tiempo
de Nitigio. Intitula convidados alas fehgresias ó conce))jos; y en tiempo de los suevos «como de los godos era otra ía «significación del título de con-
condados y comitivas, «como consta de Casiodoro.» Asi Yañez. «des,
Registrando sus cláusulas
,
mas adentro
hallarás que des-
España Saíjrada.
1()6
de
primera es imperfecta esta escritm'a, pues se queda sin sentido y remate el primer punto de eijo cupiens, á cuyo participio falta verbo que haga perfecta la oración. Lo ^. ", el rey es el que empieza la escritura, y Nitigio es el que la acaba sin volver á mencionar mas al rey, sino solo para la
,
decir que la coníirmó; y empezando la escritura en nombre del rey , y diciendo Nitigio lo
de su confirmación, no
se halla
firma del rey ni era del tiempo de la tal escritura,
habiéndola del concilio antecedente de Braga; lo que basta para que no haga fé semejante instrumento. Loo.", dice , que en el concilio II de Braga se confirmó el asunto, y nadie ha descubierto hasta ahora cláusula ni actas en quesetocase este punto. Lo 4-.% quien lea el latin de los con-
de Braga y
de esta escritura, verá lo que dista un estilo de otro; pues el de esta se halla lleno de impropias locuciones muy ajenas del tiempo de los suevos: Comitatus oritur, levat se etc.; y usa la voz arzobispado (n. 7), cosa nunca oida en España por aquel tiempo ni usada mucho después, con otras voees ajenas de aquel siglo, como el Comitatus, que previno
cilios
el
,
Trat. III, cap. III.
Yañez, Pallares
,
Monte-Espi-
no, etc.
98
Lo 5.°,
que designó
dice,
antes los condados por sus propios
nombres
,
cuando ya
es-
taba Nitigio electo en el arzobispado; y no hay tal designación por propios nombres hasta ahora , por cuanto la escritura precedente solo mencio-
número de los once condados. Lo Q>.\ dice, que en el concilio de Lugo se expresa-
na
el
ron los términos de los obispados por cotos de las villas y rios (n. 10), y no hay mención de rios, sino solo en la diposterior
visión
atribuida
á
Vamba. Lo l.\ dice de Lugo que ya por entonces era ciudad de la provincia de Gá(n. 2),
licia;
como
si
Lugo hubiera
si-
do antes ciudad de otra provincia: declarando en esto, que cuando se formóla escritura habian empezado las dudas del
Lugo de
Galicia y el de Asturias; pero nunca Asturias hi-
zo provincia aparte de Galicia, pues ó fué parte de la provincia Tarraconense y España Citerior, ó tocó á la Galicia
desde que esta se dividió
de
aquella,
99
Lo
8.°,
bió legacía de
que
el
Roma
rey reciexpedi,
de que Lugo se erigiese metrópoli por autoridad pontificia, y para que no
da para
el fin
Del concilio de Lugo. 107 misol se decretase nada que fuese y lo contrario consta expresamente por el concil. II contrario á la sede Apostólica de Hraga; donde en el exordio ni á las demás iglesias. Ksto ya se ponen primero los dos medijo Yañez ([ue era dictado por algun devoto ; y en el todo de tropolitanos y luego los demas por sus antigüedades , y la cláusula se vé que es posasi en él como en las suscripterior á los moros, porcjue los suevos ni los godos no usa- clones j)recede Remisol á Luron de estos recursos ; antes creció. Esto basta para que se conozca que el que dictó esta bien los concilios se juntaban por precepto del rey, como se escritura no era ni de tiempo vé en estos de Braga: ni el su- de Nitigio, ni del rey Miro, simo respeto que España tuvo no posterior á los moros, como previno Yañez ; y por tansiempre á la sede Apostólica, y (lalicia lo tenia ya mostra- to no puede dar fé al instrudo en su concil. 1. Bracar., dio mentó que no solo está destituido de testimonio del tiemlugar á que viniese legado á po de los suevos, sino forjainipedir perjuicios de la silla romana ; no siendo imagina- do con muy poca armonia y no poca disonancia de térmible cosa en que entonces punos, como podrá conocer sobre diese ser perjudicada. Lo 9.°, lo dicho el que le quiera exapervirtió el orden de las susminar con mas escrúpulo, escri pelones contra la disciplina pecialmente acudiendo al tode aquel tiempo ; pues á obis' pos sufragáneos de Braga los mo I de los Anales de Galicia, puso después del Lucense, cua- pág. 406, donde se pone con diversa lección de la publicaíes son Remisol, Adorio y Viada por Bivar , y toda entera; tor ; y á Nitigio le puso entre sufragáneos de Braga debien- en parte con diversidad matedo ponerle ó antes de todos ó rial , y en todo con muestras mas extensas del ningún crésirdespués de los de Braga viendo de cabeza á los de su dito que merece, pues en lo mas no se puede formar una partido, como se vé en el conbuena oración latina de senticil. IIBracarense, quesehabia ya celebrado por estos mismos do perfecto , y tan llena de solecismos, que muestra bien la obispos, 100 De aqui se descubre barbarie del siglo en que se hizo: usque in ftumine, pro otro yerro pues Lucrecio íirma como mas antiguo que Re- ipso flumine, per ilumine, ad ;
,
,
,
,
,
España Sagrada.
1()8
flumine, per illa Serra, super iiionte Calvo, ad illo Castro, ad primo monte, ad illa ponte, etc.. de modo que solo ignorando el lutin que se usaba en el sise glo VI, ó ignorando latin ,
podrá atribuir á tal mejante escritura ; y entre las cosas que incluyó Bivar en el etc. del segundo condado se lee en Huerta per illam antisiglo se-
quam Veredam,
voz bárbara
para los latinos y familiar á nuestra lengua vulgar ; pues Veredus y el latino conoció Veredarius pero Vereda no creo que liaya ejemplar de haber sido conocida por los ,
latinos
,
ni
la
mencionan sus
diccionarios, asi
no usó de
como ningu-
las infelices frases
y
concordancias, ó discordancias, de que todo este instrumento está
manchado.
Yo me ínchno
á que esta escritura se introdujo cerca del tiempo en que se inven-
101
que se atribuye á Yamba; ya por lo que apunté sobre los cotos de rios, y ya por lo del Lugo de Asturias, como también por lo que insiste en obviar discordias de frases obispos y de iglesias conformes con las de la otra tó la división
,
pieza.
102
De
esta facilidad se si-
guió otra en favor de la iglesia de Braga ; pues viendo algún
Traí. III, cap. IIÍ.
apasionado lo que se escril)ia de Lugo , no quiso que fuese Braga menos en sus límites, y asi forjó otra escritura, en que dice que
no
solo
Braga, excedían á diócesis en límites
Lugo
sino
demás
las ,
,
poniéndo-
muy
despacio á contar los respectivos á esta iglesia. Y añade que la razón de metrópolí en Lugo no eximia á los obispos sufragáneos de la autoridad, dignidad y reverencia del Bracarense inten-
se
:
tando con esto abrir rumbo al empeño de la Primacía. Pero toda la escritura está tan mal tramada , que no parecía dígna de que la sacase á luz en nuestros días el P. Contador de Aí'gote (en su tomo 2 de las Memor. de Braga, \íkg. H51) no solo por los desaciertos de su texto latino , sino por la sentencia que traduce en portugués, y yo en castellano, Martin arzobispo de toda la proviíicia de Galicia; pues ya notó este autor que era obra muy moderna, posteriora los godos, aquella en que Nitigio se intitula arzobispo (p. 757), y bien podía conocer , que tanto re-
pugnaba entonces este dictado al prelado de Braga como al de Lugo. Que la metrópoH aumentada en Galicia fué la de Lugo de este reino llamado Lucus ,
100 Del concilio de Lugo. por lo dicho núm. 02. Que AiKjusli y no en Lugo de Asestos no pasaron de cinro, se turias, se mostrará en su sitio, prueba, por cuanto antes de este tiempo hallamos oclio § VIL obispados en aquella proviniQué iglesias se hicieroncpisco- cia, como se vé por el concilio I de Braga; y como nunca pales en tiempo de los snevost llegaron mas que á trece, se siGalicia en su mayor' extensión nunca tuvo mas que trece obis- gue que no pudieron erigirse pados. de nuevo mas que cinco. Que en Galicia nunca pasaron de 103 Es no poco de admi- trece los obispos, consta por rar el silencio que se halla en el concilio II de Braga, que los autores sobre la investífué el que se tuvo después de gacion de los obispados que las sillas aumentadas , y donde se dicen erigidos de nuevo en concurrieron los prelados de el concibo de Lugo ; siendo una y otra metrópoli con totan importante para la averidos sus sufragáneos, y no comguacion de la antigüedad de pusieron en todos mas que trelas iglesias, y hallándose recice, según lo prevenido núm. 02, bida comunmente por legítima sobre Dume. Lo mismo calila escritura en que esto se retica el colector de las actas fiere. Ya dijimos que por lo de este concilio de Lugo; pues que toca á la cláusula de erec- no señaló términos mas que á cion de algunas nuevas sillas, treceiglesias.Lomismo, enfin, solo teníamos que oponer el resulta por combinación de las silencio que en punto tan casuscripciones de los concipital observó el colector de las líos de España pues no hay actas del concilio. Ello es punconocida otra alguna iglesia to bien oscuro; pero pondré que fuera de las trece fuese primero lo que se puede pro- episcopal en tiempo de los suebar, para que sirva de luz á lo vos y tocase á Galicia ; y asi que pende de verosimilitud y el leerse en el catálogo de conjeturas. Lóaysa, que pondremos des10 i Que en tiempo del rey pues, catorce catedrales, es suevo Teodomiro se erigieron yerro de copiantes, que escrialgunos obispados, como ex- bieron á Vélica la cual jamás presan las actas referidas, no suena en concilios ni en los parece que se puede negar demás catálogos, ni aun entre ;
,
TOMO
IV.
22
España Sagrada.
170
geógrafos
los
(ialicia.
De
lo
que tratan de que resulta, que
apoyo auténtico
sin
dijo (5 wí?i'-
en las notas á S. León, que Aguirre transcribió en su t. 2,p. 204, 7Z. 61, qne quince á lo menos fueron los obispos de Galicia, cuando á lo mas solo se prueban trece. 105 De estos consta que no se erigieron de nuevo los de Braga y Lugo, porque mucho antes hallamos mención de tales sillas, como se vio en el tratado precedente n, 177. Tampoco fueron las de Iria y Dume, pues sus obispos Andrés y Martin asistieron al I de Braga, donde se hallan sus nombres, y en el 11 la expresion de las iglesias referidas, Tampoco fué Astorga de las nuevas, porque en el siglo antecedente consta que era episcopal, como se lee en el eronicon de Idacio. Tenemos, pues, que de los ocho obispados cuyos prelados asistieron al Bracarense 1 los cinco fueron de las iglesias señaladas, y asi no fueron estas sillas de las nelj
,
,
nuevas.
106
Cuáles fueron las tres restantes que existian en tiem-
Trnt. líl, cap. III.
po del primer concilio de Braga, es punto mas oscuro, Loaysa, sobre las suscripciones de aquel sínodo, pág. 123, dijo que Luccncio, cuya firrna se halla en el cuarto lugar, fué obispo de (^oimbra, deduciéndolo de que en el concilio 11 de Braga firma por aquella iglesia Lucencio ó Lucecio, y previene
pág. 172, que asi se debe leer y no Lucreció. Padilla sintió lo mis-
mo, y
antes de
uno y otro
lo
Morales. Dado esto, se deberá añadir á las iglesias precedentes la de Coimbra; pero parece que no puede subsistir aquella prueba, porque si Lucencio del concibo 1 fue-
dijo
asi
ra el
mismo que Litcmo
del
II,
parece que habia de ser mas antiguo que Remisol, el cual no se halla entre los obispos del Bracarense I ; y siendo mas antiguo Lucencio que Remisol, habia de firmar primero, por estar asi mandado en el 1 de Braga, canon 6, y no sucede asi. Para esto es necesario poner por delante el orden de suscripciones de uno y otro concilio.
Del concilio de Iaujo.
OBISPOS DEL CONCILIO
IUV.VCAKIlNSK.
I
Lucrecio.
5.
Mai'tin.
2. lldei'ico.
().
Timoteo.
Andrés. 4. Lucencio.
7.
Coito.
8.
Malioso.
1.
3.
De
ITl
estos solo se sabe
Iria y Martin
(¡110
Lucrecio era de Braija
'
,
Andrés de
de Dume.
OBISPOS DEL CONCILIO
II
Por i.
Martin, Bracarense.
1.
2.
Remisol
2.
,
Vísense.
BRACARENSE. de Lugo. Nitigio, Lucense. la metrópoli
Andrés Iriense. Wilimer, Auriense. Avila, Tudense. ,
Lucecio, Conimhricense. .4. Adorio, Egilaniense. 5. Sardinario, Lamecense.
4.
6. Viator, Maguetense.
6. Mailoc, Biitoniense.
5.
o.
107 Aqui ves que de los del primer concilio solo AnMartin alcanzaron el segundo, pues Lucencio y Lucecio tienen alguna diferencia; y aunque sean uno mismo, consta que Remisol no asistió al primero, y asi si no era obispo entonces y lo era Lucecio, habia de ser este mas antiguo, y por consiguiente íirmar primero. Sucede lo contrario; luego parece que el Lu-
drés y
cecio del concilio del
11
es diverso
•
I.
He
108
puesto
asi esta ins-
no para oponerme á que Lucencio fuese obispo de Coimbra y el mismo que asistancia
,
tió al
II
Bracarense
,
sino an-
5. Polemio, Asturiense.
para insistir en ello, porque desatando este argumentó, que es el único que se me ofrece en contra , quedará tes bien
mas
acrisolada la sentencia
,
y
se abre puerta para la antigüe-
dad de otras dos sillas. Digo, pues, que Lucecio del segundo
mismo Lucencio primero, porque el del U
concilio es el
del
llama también Lucencio en algunos códices, sin diferencia alguna del que asistió al I, como se lee en el margen de Loaysa, pág. 171, y en el texto de la pág. 172. Y explise
cando su iglesia de Coimbra en el segundo concilio, sirve esto de prueba para saber que fué Con imbrícense el Lucen-
España Sagrada. Trat.
17:2
que
ocho que constan por las firmas de otros tantos prelados; y el restante fué este de Viseo, que no asistió al con-
primero; pues por el mismo motivo convienen los autores en que Andrés del 1 fue Iriense y Martin J)umiense, que luego ascendió á Braga , solo por convenir estas iglesias á los nombres de los que asistieron á cío
asistió
dos
al
,
uno y otro
concilio,
manifiesta en del
II.
las
como
mismo en Lucencio,
lo
se le de-
sillas.
109 De aquí se sigue que tampoco la de Viseo se debe contar entre las añadidas, sino entre las antiguas ; porque Remisol era obispo antes del concilio I Bracarense como consta por llevar la antigüedad á Lucencio y ser el mas antiguo de todos los de su me,
trópoli.
Por tanto
se infiere
que
no asistir al I concilio fué por enfermedad ú otra ausencia precisa ; pues si no fuera el
obispo en aquel tiempo, y mas antiguo que el de Coimbra, no hubiera llevado la precedencia á este.
110
Sigúese, que en tiempo del concilio I de Braga habla en Galicia nueve obispa-
los
Y
consiguientemente las sillas aumentadas no fueron mas que cuatro, pues nunca compusieron en todas mas que tre^ ce, ni parece que se descubre fundamento mas que para reconocer cuatro de origen del tiempo de los suevos. De estas pertenecieron tres á la metrópoli de Braga y una á la de
se
be reconocer por Conimbricense; y por tanto esta iglesia no es de las añadidas de nuevo, pues se halló su prelado en el I de Braga, que antecedió al del aumento de las
:
cilio.
expresiones
Luego verificándose
III, cap. 111.
"
Lugo. 111
De
de Braga una fué Egitania, hoy Idaña. Asi lo reconoce el moderno académico lusitano Pereyra en las las
Memorias que
sobre esta iglesia, part. 1, cap. 6, en fuerza de que hasta este tiempo de los suevos no se. halla mención alguna de tal silla, Añado, que el motivo propuesto en la carta del rey Teodoniiro sobre el aumento de obis-
pados
escribió
gran dilatacion de las diócesis , en ninguna parte se veritica mejor que en esta del Mediodía de su reino ; porque solo por la parte de Idaña prevalecía mas la ,
esto es
,
la
extensión (no existiendo antes esta silla), á vista de
que desde
Mérida no habia ningun obispo en medio; y si ya Idafía fuera episcopal, no haViseo á
bia por esta parte motivo pa-
173 Del concilio de Lwjo. ra la propuesta del rey. ConsHa silla. Yo añado, que en las lando, pues, que se deben adsuscri[)cionesdel concilio II Bramitir sillas nuevas después del carcnse se sigue al de Egitaprimer concilio de Braga, ninnia el Lamecense en penúltiguna mejor que ídnÍM, en fuer- mo lugar, de suerte que el Kgiza de su situación y el íin de taniense Lamecense y IMagocurrir á la gran dilatación de netense son los tres últimos, las diócesis, como conocerás y por tanto prelados menos por la vista del mapa. Júntase antiguos; lo que apoya que que esta ciudad no compite en estos eran los recien electos, nombre con otras, y asi no Júntase que í.amcgo es ciuprueba tanta antigüedad en ex- dad desconocida en tiempo de ,
celencia.
112
La segunda
silla
del
tiempo de los suevos es PortOy cuyo obispo Viator firma con título de Mnguetense en el II de Braga , por lo que se dirá en su
sitio.
De
esta defiende el ci-
tado Pereyra que no antecedio al concilio de Lugo {DiExegéticay nota o); y aunque el Sr. Acuña introduce cen los pseudo-cron icones obispos en esta iglesia desde el sisei't.
glo
y su adicionador Cerqtieyra Pinto lo pretende esforzar con todo eso no dá pruebas para que admitamos I
,
,
siendo mas autorizado lo dicho en el tomo 1, pág. 213, sobre el orígen de la voz Portugal. 115 La tercera fué Lamego. Asi el referido Pereyra en la Disertación Exegética, noaquella autoridad;
pág. 106, aunque no alega mas razón que el no haliarse antes mención de aqueta 1-4,
romanos
los
mos de
,
sin
que
sepa-
de los suevos y por tanto esta puede decirse erigida de nuevo, porque en caso de duda no ella
hasta
el
;
podemos recurrir para antigüedad de sillas á ciudades modernas, privando de este honor á las mas famosas y mas antiguas, cuando por otro lado el orden de las firmas fa-
vorece á lo expuesto, y aun el motivo que se tuvo de ocurrir á la dilatación de las diócesis prueba que Lamego no era episcopal pues si lo fuera cesaba aquel motivo, estando casi en medio de Dume y de Viseo de modo que ni aun hoy se halla aquella parte con mas sillas. Pero faltando esta , habia mucho territorio sin Pastor, como se vé en el mapa; y asi debe decirse una de las nuevas, 114 La aumentada en el convento de Lugo fué la Bri,
,
17
España Sagrada. que estuvo liácia Mon-
1
toniense,
doñedo, como se mostrará en su lugar. Consta esto por la gran dilatación de diócesis que en la carta del rey se pone por motivo para el aumento de sillas pues asi como antes de erigir á Idaña era mucho el espacio meridional sin obispado, también liabia de ;
ser dilatadísimo el del Norte,
antes del
propone
como mapa. Demás de
Britoniense, el
firma aquel prelado en último lugar, después de Poesto
obispo de Astorga lo que prueba la reciente ordenacion del Britoniense á visleinio
;
,
,
de que
precede uno que no era obispo en tiempo del I de Braga , aunque existia su silla : en lo que se vé que Astorga vacó después del Bracarense I y con todo eso era mas antiguo su obispo que el Britoniense luego este es de los nuevos, y mas nuevos, Añado, que esta ciudad no compite en nombre y excelencia con ninguna de las otras episcopales de Galicia; y asi la antigüedad de silla favorece mas á las otras , pues despues del siglo I se fueron colocando las cátedras pontificias en los pueblos mas sobresata
le
,
:
lientes,
como
se
deja dicho.
Mendez Sylva quiso introducir aqui una población antiquisi-
Trat. III, cap. III.
pero reconociéndola destruida antes del rey M¿7v, dice que la reedilicó este rey. Si esto fué asi, es cosa muy consiguíente que la elevase aquel principe á dignidad pontificia; y por tanto hay mas congruencia para que empezase en tiempo de los suevos, 115 El M. Yepes , en la centuria I de su Crónica, tomo I, fól. 240, dice ser cosa cierta que Orense fué uno de los obispados que se erigieron de nuevo en tiempo de los suevos. No dá pruebas, ni parece que las hay sino para lo contrario ; porque en el concilio II Bracarense vemos al obisina
;
•
con una antigüedad tan notable, que precede á los de Tuy y Astorga; y quien antecede á estos no parece de los nuevamente consagrados constando que Astorga era silla de las antiguas, y lo mismo debe confesarse en Tuy como luego diremos. Favorece al intento la antigüedad y excelencia de la ciudad de Orense, que no permite ser privada de este honor por los que andan tan liberales que le establecen en pueblos de mucho menor nombre y mas mo-
po de esta
iglesia
,
,
dernos.
Por las mismas razones se conoce que Tiiy no fué silla erigida nuevamente, vien-
116
175 Del cimcilio de ímijo. do quosii obispo procede al so veí'¡lie() en el nriloniensc. de Astorga, cuya iglesia era de 117 0(ra razón general las antiguas; y aunque su propara Tuy y Orense es (pie lado no tenia niuclios años de no se pueden admitir erigidos ordenación, por lo que se dijo de nuevo mas que cuatro ohisnúm. 11 i, con todo eso fué pados á visía de constar nueanlerior al aumento de sillas, ve antes del concilio Hracacomo se infiere de que prece- rense, y no hal)er sido nunca de al Britoniense, que es el mas que trece. Estos cualro único que entre los del partido nuevos no se deben atribuir de l.ugo puede decirse nuevo, á ciudades anlignas y famosas, por firmar en úllimo lugar, por despojándolas de silla, y pono ser conocida antes su ciu- niéndola en pueblos no conodad y por lo que se dirá en cidos antes. Luego teniendo, elnúm. siguiente. Precediendo, fuera de los nueve obispados pues, el de Tuy al de Astorga, antiguos, cuatro ciudades cuprelado mas antiguo que el Bri- yo nombre no puede competir toniense, debemos reconocer á con Tuy, etc., es mas autoriTuy por una de las iglesias an- zado el recurrir á estas cuatro liguas. Juntamente la gran- para el asunto de ser las sillas nuevas. Anadea esto ver que deza, antigüedad y fama de en el concilio li Hracarense íirla ciudad pide que no la neguemos este lionor, cuando no man en último lugar los prelahay fundamento convincente, dos de las cuatro iglesias señacomo no le bay; antes bien no ladas, Egitanía, Lamego, Magneto y Britonia, y juntándolo faltan autores que reconocen todo, tendrás por mas autoriá Tuy por silla de Ceponio, zable que solo estos pueden deobispo de Galicia al medio cirse nuevos, dcl siglo V como diremos en 118 El Sr. Loaysa quiso el' apéndice III, § i. Y aun atendiendo al fin de establecer señalar una iglesia mas en los nuevas sillas por evitar la di- prelados que concurrieron al I de Braga, y dijo que Cotto lalación de las diócesis , se inera obispo de Ampurias alefiere que no debieron recursiendo su sitúagando que asi consta por las rir á Tuy firmas del concilio II Bracacion muy inmediata á Braga; rense. Yo me admiro muclio y asi debieron atender á puede cómo se estamparon en blos mas distantes de las siHas antiguas, como se dijo y aquella obra de Loaysa estas ,
,
I
,
,
,
,
España Sagrada.
176
y otras cosas semejantes ; pues ni entre las suscripciones del concilio segundo hay tal Cot-
de Ampurias, ni cosa que tenga alusión á uno ó á otro. Fuera de esto, la silla de Ampurias era de la provincia Tarraconense, no de la Gallega; y asi para reconocerle asistente en Braga, eran necesarias unas pruebas convincentes de uniformidad en los códices ú otros comprincipios urgentes. Pero no hahiendo en el concilio II ni aun alusion á tal Cotto y tal iglesia, no alcanzo con qué razon escribió esto Loaysa, y lo copió Aguirre sin añadir alguna nota. El P. Fr. Juan Marieta, hablando de este concilio en su libro 20, cap. 21, puso á Cotto por obispo de Lugo. to, ni tal iglesia
Trat. III, cap. III.
Esto es menos descaminado; pero queda en linea de voluntario mientras no se autorice.
H9
que es diminuto el catálogo que después del concilio 11 Bracarense forma el Sr.Loaysa, previniendo que en aquel tiempo habia doce sillas catedrales
tir
la división
el
Entre todas las dieclevisiones de provincias siásticas de estos reinos que se hallan comunmente en los autores atribuvéndolas á diferentes príncipes,
medio
mo
,
es
la
total
número,
IV.
de los obispados de Lusitania hecha por godo Recesvinto.
120
del
número
eran trece, como se deja dicho; pero las firmas no fueron en aquel concilio mas que doce, por cuanto S. Martin retenia la dignidad episcopal del monasterio Dumiense, que habia sido fundación suya, y por su honor gozó cátedra pontificia. Conviene que se prevenga asi para que ninguno se equivoque en enGalicia. El
CAPITULO De
También debo adver-
del
solo esta,
siglo
sépti-
que excluye du-
das sobre su ser auténtico,
llí-
el
rey
reinando RecesvÍ7ito en España y siendo metropolitano de Mérida Orondo, que prezose
sidió
los concilios
VII y
VIII
Toledo en los años 64-6 y 653 y murió unos tres años después, á vista de que en el año 656 en que se tuvo el concilio X de Toledo estaba de
,
,
,
De
177
la división de Ltisitania.
vacante esta iglesia. De lo que
sedem reduceret
que esta división se hizo entre el año Gil) en que
llis
empezó á reinar Recesvinto, y el 656 en que habia fallecído Orondo. Consta esto por el único instrumento en que se
formula^
se deduce
lam
et
restauraret.
ergo juxla eamdem Regudecreto Sijnodico, judicii
suKclcmcntiíB confirmalione cid hanc Metvopolim el
reductis, etc.
era cosa notoria
Las actas de aquella 121 nueva división de provincia y concilio en que esto se dice aqui efectuado, no han parecido hasta ahora; pero es cons-
»casi á todos, que á instancia
tante el hecho, hallándose au-
»y representación del mencio«nadoOroncio, habia mandado » Recesvinto que se arreglasen »los términos de los obispados »de la provincia Lusitana y
tenticado en el expresado
ha mantenido la noticia de este hecho, que es el concilio de Mérida, en cuyo til. 8 se refiere
«como
nodo de Mérida, donde
sí-
se re-
como
cosa por entonces notoria, habiendo pa» sado entre el tiempo de la tal fiere esto
»sus parroquias, al método y «norma antigua de sus cano»nes, como efectivamente se
división y del concilio en que esto se contiene, mas de diez
«cumplió por decreto de con«cilio y forma judicial, á que »el rey añadió su Real contir«macion: Ómnibus pene cognitum manet, quomodo divi-
cómputos, pues la división se hizo antes del 656, y este último concilio Emeritense se tuvo en el 666, en que salen mas de los diez años.
na gratia, qiue cor Serenissimi, atque Clementissimi domini nostri, et Principis Recesvintki Regis in
manu
tenet,
años,
como
122
se vé cotejando los
De aqui
se
infiere,
contra lo que algunos han escrito,
que no
extinguió el
punto que se reino de los sueal
ubi vult, illud vertet , suggerente safictce memorifc sanetissimo viro Orontio Episcx)-
vos recobró la provincia Lusitánica su extensión primitiva; pues lo contrario consta en es-
po atiimum ejus ad pietatem moverit , nt términos hii-
te concilio,
et
,
jus Provincice Lusitanicw snis Episcopis,
cum
eorumque Paro-
ehiis^juxtapriorum Canonum sententias, ad nomen Provin\ciai, et Metropolitanam hanc TOMO
lY.
donde
se aneja la
restauración de sus antiguos
lí-
mites al tiempo de Recesvinto, esto es, después de la era 687 ó año 6i9, en que empezó á y habiendo mediado entre este tiempo y el del fin
reinar;
"
23
España Sagrada. Trat. 11!, cap. IV. 178 124 Cuáles fuesen los térde los suevos mas de sesenta y cuatro años, por lo expuesto minos antiguos á quienes se en el tomo 2, part. 2, cap. 1, arregló el estado moderno, restaurando lo alterado por los se infiere que en todo este essuevos, se deduce de este mispació posterior á la extinción de aquel reino, se mantuvo mo concilio y de las demarprovincia de Galicia en caciones de los geógrafos anla posesion de la dilatación que tiguos. Por el concilio vemos que asistieron á él y firtenia en tiempo de los suevos.
marón como sufragáneos de
Viendo el metrópolitaño Orondo que su provincia
Mérida tres obispos de los que en tiempo de los suevos pertenecieron á Braga, y ocho de los que nunca se apartaron de Mérida. Los constantes
123
Lusitánica se hallaba defraudada de la extensión de sus anti-
guos limites, en que llegaba hasta el Duero, y que el imperio de los suevos, que habia sido causa de aquella usurpacion, se habia ya extinguido tantos años antes, trató con la persona Real sobre que su metrópoH recobrase la antigua jurisdicción, que por diversidad de cetros se habia desmembrado y ya por unidad de principe civil debia restituirse al estado primitivo de cuando la Galicia y Lusitania reconocian un solo soberano, El rey favoreció la causa de esta iglesia, y mandando congregar un sínodo, se examinaron jurídicamente los límites de la provincia antigua Lusitánica, y según ellos se pro,
mulgó
la
conciliar
sentencia
que el rey con su Real confirmacion autorizó. Consta de lo que se expresa en el concilio.
fueron El El El El El
Pacense,
de de de de El de El de El de
Avila,
Lisboa,
Salamanca. Coria,
Osonoba. Ébora. Caliabria.
125
Por estos se conoce el estado en que se mantuvo la provincia de Lusitania cuya capital era Mérida desde los ,
,
caso presente;
suevos hasta en lo que se vé que solo por la parte del Norte se varió de lo antiguo, pues antes abrazaba hasta el Duero, y desde los suevos se terminó por el rio el
Mondego, que es el que Jjaña por Mediodía á Coimbra, y desde la embocadura de este
De
la división
en el mar se tiraba una linea para el Tajo, que le cortaba entre Ahraníes y Alcántara, como se muestra por la silla rio
de Egitanía. Con
esta estre-
chez se mantuvo esta provincia por espacio de unos noventa años, que mediaron desde la erección de nuevas sillas por los suevos, basta el caso de que
Y aun
abora se babla.
se
puede
añadir mucbo mas tiempo, pues antes de ser católicos los suevos poseían aquella parte de Lusítania; y por eso alegó Teodomiro que se necesitaba erigir mas obispados por ser muy ,
dilatado
el
dominio y pocos
los
obispos,
17ÍÍ de Lusitania. como sus sufragáneos al concilio de xMérida de G(í(>. No asistió el de Viseo porque esta iglesia se bailaba actualmente vacante, pues no firma ni por sí ni por vicario. Y que desde ,
Recesvinto perteneciese á Mé-' rida , consta lo 1.°, por estar dentro de los límites antiguos
de Lusitania,
Las iglesias que se agregaron á Mérida en tiempo de Recesvinto fueron EgitaWM, Coimbra, Lamegoy Viseo. Los tres primeros asistieron
es,
entre
Duero y Tajo. Lo 2.% porque
Lamego
se redujo á Mérida,
y
entre estas dos está la de Viseo,
mas cercana de Mérida que Lamego. Lo 3.°, porque ni el Visense asistió á Braga en el III concilio que se siguió á esta división de Recesvinto, ni se halia
126
esto
en
el
catálogo de
la
provín-
de Galicia que muestra el estado de la metrópoli de Braga posterior á este concilio de Mérida, que según se halla en Loaysa, p. 154, es cía
BRACAR/E METRÓPOLI SUBDIT.E. Bracara.
Iría.
Dumío.
Lugo.
Portucale.
Britonia.
Tude.
Astorica.
Auria.
127
Este catálogo es posterior á la división en que estamos; y por él se vé la alteracion que causó en Galicia la acción de Recesvinto; pues
desde los suevos Teodomiro y Miro, era estado propio de la provincia de Galicia el catálogo de las trece sillas de que ya se ha tratado. Pero des-
180 España Sagrada. Trat. III, cap. IV. de Kecesvinto quitaron á Ga- jurisdicción de aquellas cuatro licia cuatro, Egitania Coim- sillas. bra, Lamego y Viseo, como 128 Por esta división de se vé por la lista precedente. Recesvinto salió muy mejo,
El haberlas tenido fué correspondiente á las conquistas de los suevos, que solo por la parte de estos pueblos des-
provincia de Mérida, porque gozó de las sillas nuevamente erigidas por los sue-
membraron
nunca tuvo
que en tiempo de los romanos era de la Lusitania, y lo incorporaron con su reino. Por tanto fué congruente que extinguido el gobierno de estos principes, se restituyese Lusitania á su ser primitivo, recobrando la lo
,
rada
vos, Egitania y
forma siguiente:
Merita.
Exonoba.
11. Elbora. 12. Abela. 13. Salmantica.
6. Conimbria.
Viseo.
Añade allí Numantia,
catálogo á diciendo que es este
Zamora', lo que omito por lo que se dirá en su sitio. 129 Mantúvose en esta conformidad la metrópoli de Merita todo el tiempo restante de
godos
,
como
continuar en
memoria de
se infiere
por
los concilios
la
y porel concilio Emeritense se significa mantenerse en paz
que en
Lamego.
10. Cauria.
5. Egitania.
los
tempore Recesvintht).
9. Caliabria.
3. Olixibona.
7.
{á
8.
2. Pace. 4.
Lamego, que
en tiempos anteriores; V asi desde entonces, esto es, antes del año G56, fué el estado de la provincia de Mérida el que se expresa en el catálogo Ovetense, que se halla en Loaysa, p. 134, en la
MERIT/E METRÓPOLI SUBDITA 1.
la
estas sillas,
lo decretado sobre esto
por
la
sínodo y del rey, sin que conste protestación ni réplica, sino antes bien comprobación de todo por el estado de los obispos de Galisentencia
del
congregados al concilio lil Bracarense, año 674, que ninguno fué de los aqui expresados sino solo de los pertenecientes á Braga según el catálogo antecedente. Después cia
,
De
de trasladada á la iglesia de Santiago de Galicia la razón de metrópoli Emeritense , se alteró la extensión de esta provincia por ocasión de un dilatado pleito que hubo entre los dos prelados de Braga y de Santiago, sobre la posesión de los cuatro sufragáneos agregados por Becesvinto á Mérida; pues alegando cada uno poderosas razones, se redujeron en tiempo de Innoc. III á una amigable composición , partiendo la diferencia de modo que Braga recobrase los dos y Santiago los otros dos.
A
esta se aplica-
ron las iglesias de Lamego y Egüatiia, y Braga se quedó con Coimbra y Viseo en fuerza de privilegios que Braga y no Santiago obtuvo sobre Vi-
Coim' que no obstante liaber sido de Braga antes de la metrópoli do Lugo,
seo^ y para resarcir con bra el obispado Iriense^
se aplicó
á Compostela. Esta
sentencia la hallarás en
el
apén-
por ser un compendio puntual de todo lo alegado por estas cuatro sillas con notable agudeza, en que se envuelven muchas buenas noticias, Hoy con la diversidad de dice
II,
principes civiles se halla varia-
antecedente como se verá en el estado actual de las provincias. Por ahora solo se trata del antiguo, y esto en
do todo
lo
,
cuanto á sola la línea de alteración de hmites de metrópolis, para que se vea á quién tocó en lo antiguo cada iglesia.
CAPÍTÜLO De
ISl
la dimsion de Lusitania.
V.
la división de obispados atribuida al tiempo del rey
Vamba.
Autores que no han aprobado esta división.
130
Entre todas las di visiones de obispados de que se tiene noticia , ninguna tan individual la
y
universal
como
que anda en nombre del
rey Vamba. Solo esta abrazó á todas las provincias de España , incluyendo la Galia Narbonense ; y como fué su
asunto general, ha sido
tam-
España Sagrada.
182
bien generalmente recibida y adoptada de escritores españoles y extranjeros, que sin examen se han ido siguiendo unos á otros por espacio de mas de seiscientos años. Esta universalidad y ancianidad ha
aumentado
de un particular examen; porque ya no solo hay que lidiar con el mismo instrumento , sino con el numeroso escuadron de los que le han usado. Años há que me hallaba persuadido á que la escritura en que se conserva la división de Vamba no es original ni del tiempo de los godos ; pero viendo la generalidad con que sin escrúpulo alguno usan de ella aun los críticos modernos , tampoco se me ofreció duda en la sustancia. Por tanto, dando por supuesto que hubo tal división, me puse á trabajar sobre todo lo que juzgué interpolado, por ser no pocas las cláusulas que efectivamente manifiestan no ser del tiempo á que las quisieron reducir, ni dignas de fé aun entre los que empiezan á saludar núesla dificultad
moderno
tras historias. Vi luego
go impreso en que esta
división
Vamba
un
plie-
se trataba
de atribuida á
recurriendo á la fuente de quien me persuadí dimanaba esta especie, logré noticia de algunos que no sin;
y
Trat. III, cap. V. tieron bien del presente instru-
mentó: conviene á saber, don Antonio Agustbi y D. Juan Bautista Pérez, varones consulares en la república de los doctos, y patricios de la nación de España, 131 No obstante que leí esto en la carta 25, que al fin de la Censura de historias fahulosas dio al público D. Gregorio Mayans no me desimpresionó de mi concepto el ver que el Sr. Perex> manífestó á D. Antonio Agustín muchas señales de ser cosa nueva y fulgida; porque no indi« las vidualizándose ninguna aplicaba yo á lo que juzgaha interpolado ó ingerido de nuevo. El limo. D. Antonio Agustín graduó á este instrumentó por cosa de moros, dudando y deseando saber sise hallaba en el escrito de RasiSy como la división atribuida á Constantino. Yo no pude indinarme á nada de esto porque la individual y molesta proligidad con que está fabricada la división de Vamba, no dá motivo á recurrir á ningún moro, pues este pudo equivocar mucho nuestras cosas, pero no ponerse tan despacio á fingir un documento de tanta im,
,
,
pertinencia y fatiga como es señalar los hmites de unas
ochenta
iglesias.
Á
lo
menos
De
yo no doscubro qué
ó qué intorés pudo inducir á un enemigo do la Iglesia para marcar por su arbitrio los confines de cada obispo cristiano en
Y
fin
aunque esto se podia exponer de que el Cl. varón D. Antonio Agusnuestros reinos.
tin
solo
quiso
asi
reducirlo
á
y no á mano, de los moros ; con todo eso en cosa tan recibida y sin pruebas que preponderasen á lo opuesto no me quise contentar con sola la autoridad extrínseca de la duda, lo2 Acudí, en fin, á quien consideré que me podia dar digna respuesta por ser tam-
tiempo
18o
la división del rey Varaba.
,
,
bien origen de mi duda. Escribí á D. Gregorio Mayans; y no solo me declaró su mente so-
bre reputar esta pieza por fingida, sino que me franqueó liberalmente un libro original de su hermano D. Juan Antonio Mayans, compuesto de varios apuntamientos ocurrentes según varia lección , pero tan eruditos , oportunos y recónditos, que muestran bien lo
mucho que de nar
al
público
,
alli
puede ma-
si
se riega su
estudio con la importante debida protección, por ser uno
de los primeros que en España pueden abonar al que dijo:
,
Sint Mcecenates,
Á
non deenmty Flacce^ Marones,
de esto quedé, no solo sin preocupación sino del todo persuadido á que el instrumento de que hablamos no es del tiempo de Vamba ni del reinado de los godos y que por mas extendido y recibído que se halle debe prevalecer la verdad ; porque por lo mismo que es interés en que se trata de todas las iglesias, hay mas obligación de examinarle y si se halla reo de formacion apócrifa no debe ser graduado de auténtico. No hay vista
,
,
,
,
;
,
cosa
mas opuesta
al
bien co-
mun
que falsear los instrumentos púbhcos aunque sea en pertenencias de una aldea ó una sola familia. ¿Pues qué será en materia eclesiástica y en punto general á todas las iglesias ? Un cuerpo tan sagrado tiene por lo mismo que es sagrado, mas derecho á que de ningún modo haya violación de sus papeles, civil,
,
,
133
En
creo que está la
verdad
;
y
caso
muy
presente descubierta
asi es
de interés
el
del público ofrecerle todos los principales fundamentos que
España Sagrada.
184
Trat. III, cap.
en su conjunto persuaden la ficcion. Varios autores habian
lar,
ya declarádose contra ella; pero parece que les sucedió lo que á mi de culpar varias partes sin condenar al todo. El maestro Bivar notó , sobre el año 559 de su Máximo pág. 449, que en este documento
critura en el
,
,
se
incluian
cosas
destituidas
aun de verosimilitud In quihus et sequeníibus multa dicun:
tur similítudine veri destituía, En las adiciones á S. Braulio,
pág. 82, se admira de las muchas mentiras que se amontonarón : Bone Deus quot sunt in his coagmentata mendacial El insigneD. Nicolás Antonio previno en la Censura de historias fabulosas, lib. 10, cap. 5, que ,
esta división estaba destituida
ye legítimos y antiguos testimomos. El maestro Gánrfíira, escritor de mi sagrada Rehgion, adelantó mas que otros, y liegó á conocer y proferir que el Itacio publicado por Loaysa, ni es concilio, ni parte de conciho , antes bien , dice, le tengo por supuesto ; con todo lo demás que referiremos despues. El P. D. Gerónimo Contador de Argote, clérigo regu-
V.
académico lusitano, impugna derechamente esta es-
tomo 2 de
las
Me-
morías del arzobispado de Braga lib. 4 , cap. 7., Dic. 2, pág. 759, como se irá notando. Entre los antiguos y primeros de todos se deben citar por esto, D. Antonio Agustin, y el señor Pérez , obispo de Segorbe. Algunos otros modernos no sintieron bien de la tal división en orden á varias individualidades; pero venció los estudios de todos el mencionado D. Juan Antonio Mayans, á quien defiero totalmente la palma probando con ar,
,
gumentos invencibles la falsedad y suposición de esta pieza en el todo de ella ; sin que haya recurso á graduar el instrumentó de precisamente interpotado, pues sus reflexiones muestran que no hubo tal division en tiempo del rey Vamba. Supongo que te hallarás preocupado por la comunísima opinion; y asi te pido que no des hasta que veas todo lo que se alega , porque no la sentencia
cada prueba en particular, sino el conjunto es el que mueve al juez.
De
la ílirisioii del leij
185
Vnniba.
anliguas á lin de conocer los términos que cada iglesia tuvo, juntó á todos los prelados y señaló á cada uno lo ([ue era suyo, con general aclamación. Las circunstancias de los escri,
§
II.
Pruébase que la división atribuida á Vamba carece de lodo apoijo aulénlico en los antiguos,
positivamente estuvo desconocida. No se hizo en el concilio XI de Toledo, ni pudo convenir d otro, según aquello en //
(¡ue
que convienen los mismos que la afirman.
134
primer urgentisimo reparo que saco del escrito de D. Juan Antonio Mayans es ver que este instruniento no ha sido conocido de los escritores posteriores á Vamba en espacio de mas de quinientos años. La fuerza de este argumento consiste en la calidad del hecho y circunstancias de los escritores. El hecho fué, según se reíiere, uno de los mas sobresahentes y notables de cuantos pueden ocurrir en la historia eclesiástica de un reino; porque se supone que habia una El
,
todos los obispos de España sobre !los mutuos límites de sus siillas, invadiendo unos á otros jurisdicción de las parrolia quias que el rey por reme-
[general discordia
entre
I
:
diar estos disturbios se aplicó
á concordarlos, y que enterándose bien de las crónicas TÜMO
IV.
tores son haber sido todos es-
pañoles, el uno coetáneo, los otros no muy distantes , y que se pusieron á tratar
sas de
Vamba
,
de
las co-
mencionando
expresamente el concilio congregado en su tiempo. S. Julian, metropolitano de Toledo , se puso muy despacio á historiar los sucesos de este rey en la rebelión de Pablo, que fué lo que juzgó mas digno de atención. Isidoro Pacense, que floreció en el siglo inmediato , hizo expresa mencion del conciho de Vamba. Los cronicones antiguos el de D. Alfonso líl, que anduvo en nombre de Sebastian, obispo de Salamanca , el del ,
monje Silense
Emilianense, todos tratan de las cosas de este rey. El arzobispo y
el
de Toledo D. Rodrigo hizo también mención del concibo tenido en su reinado y no solo no refiere ninguno de estos autores punto de división de obispados, pero ni ofrecen el mas mínimo fundamento para ello, ni hasta ahora se ha descubierto instrumento anterior al siglo XII, en que se ha;
24
España SagjYtda.
i (Sí)
lie
alusión para tal cosa. ¿Pues
cómo to
es posible
que un pun-
tan sobresaliente, trascen-
dental á todas
España
las iglesias
de de
y que se dice iris tantas disensiones entre todos los prelados, no se conservase en ninguna memoria, siendo tantos los que hablaron de este rey y aun del concilio provincial que congregó en Toledo? Si este se mantiene, siendo particular de una provincia y si se halla expresado en las historias ¿cómo no hablan palabra de lo mas principal, de la paz de la Iglesia y de la división sobre todas las diócesis? ¿Cómo un instrumento general de todas y de cada iglesia, no se halla ni en la memoria de ,
,
,
los historiadores?
155
Y
en los cuatrocientos años posteriores á Vamba no hay mención de tal hecho, ¿qué fé merecerá el primero que se puso á escribirlo sin si
ofrecer fianza? ¿De qué instru-
mento ó escritor lo sacaría, no hallándose en aquellos que existen y escribieron las cosas de este rey y su concilio? Si
supo
por revelación del cielo, debia haberlo dicho para conciliar autoridad y que por ello diésemos gracias á Dios por haber manifestado lo que en mas de cuatrocientos años se mantuvo en oculto. Si lo
Trat. III cap. V.
no tuvo revelación ni autor ó documento de quien poder sacarlo, claro está que por sí no pudiendo solo no hace fé ser testigo de lo sucedido cuatro siglos antes, pues no pueni alega de decir que lo vio que lo leyó ú oyó de unos á otros, porque hasta ahora no se ha escrito que semejante especie venga por tradición ,
;
del
siglo
Vil
XII.
al
Luego
por todos capítulos queda indigno de crédito semejante escritor.
136
Es verdad que algunos concilios y documentos antiguos se han perdido; pero solo puede decirse de esto aquello que por alguna memoria consta que lo hubo. Aqui no solo no hay noticia del suceso, sino que hay fundamento para decir que si se hubiese hecho tal división no se hubiera perdido. La razón es porque cada iglesia era interesada en tener copia del instrumento de que penden los límites de su diócesi y de sus confinantes ; v siendo setenta y nueve ú ochenta las sillas que se dicen arregladas era moralmente imposible que se perdiese del todo y que ni en una siquiera se mantuviese co-
.
'
I
\
,
,
pia
,
como
se
han mantenido
j
de otros concilios mas antiguos, aun sin ser generales.]
De
la división del rey
Hasta ahora no se ha visto en archivo ni hibhoteca escritura alguna de lal división que se
jmeda decir anterior al siglo \II, y asi no hay iundamento ])ara admitir que la hubo en el siglo Vil.
157
Los
fautores de
los
cronicones pretendieron enervar este argumento recurriendo con su fingido />í/¿íprando al archivo de Mcvida, Pero sobre esto no podemos hablar hasta que atinen falsos
y concuerden sus sentencias; ])orque el Luitprando de don Tomás Tamayo no halló mas que la cabeza del concilio, y advierte al margen el mencionado autor, en el fragmento último, que en ningún códice habia mas. El Lu¡t])rando de llamirez del Prado anduvo mas liberal, pues lo dio todo con sus linderos y arrabales y asi esperaremos á que se compongan. ,
158
El P. Gerónimo Rode la Hiciuera conociendo que era innegable el silencio de todos los antiguos sobre
man
,
este concilio general de
sion de sillas
divi-
procuró, en las notas de Luitprando que imprimió D. Lorenzo Ramirez, suplir aquel defecto con decir, pág. 558 que esto provino de que en aquel concibo no se hizo canon algunni
con que se halla en Loaysa, donde se llama ítacio; porque si fuera obra de Idacio, había de tener los nombres de
atribuida á
te diera lo
Tral. Ill, cap. V.
lo si-
guíente.
178 E\ P Co7itado7' de Arimpugnando este instru(fote mentó de la división de Vamba, tomo2,pág. 760, dice, que .
,
«ni es concilio ni parte de él,
título
,
,
atribuye á Idacio el concilio Ovetense. Esta impugnación procede bien contra la escritura de Vamba , supuesto que
hubiese antes del concilio de Oviedo tal ítacio ó Idacio; pero el supuesto es falso, pues
1
De
la división
en tales actas es el libro de Oviedo, en fpie se halla, demás de la división de Vamba y junto con
el
llacio moiK'ioníulo
ella
capitulo
el
citado
dd
Vamha.
veij
21
escritura de división do ohis-
que ajiareció en su noni-
])ados
es ponerla por delante y que ella misma hable, Í)í'e,
núm.
\1\)
Kl primero qíie la im-
154, que empieza: Incipit un-
primi() latina fué D. (jarcia
meruH Sedium Uispaneusium,
en su obra de (Concilios de España inq)resa en ¡Madrid en el 1595. En castellano se dio á luz en la Crónica general de D. Alonso el Sahio, impresa primera vez en Medina del Campo en el 1541. Después la ingirió también Murales en su lib. 1:2, cap. 50, advirliendo
de obispados que sacado de Oviedo imj)rimió Loaysa, pág. 155, con el títu-
y es
lo:
el catálo¿»o
In nomine Dñi. nostri Jesu-
numeruH Sedium llispaniensium. ele. El mismo
Chrisli incipit
y
sacado también de Oviedo, en el tomo 2 do la España ilustrada pág. 850. Este es el que se incluye en dicho Hbro (ivetense, este el que citó el formador de las actas que se atribuyen al concilio de Oviedo ; y como ya se ha mostrado qiie ni en Oviedo ni en otra parte hubo tal Itacio hasta el obispo D. l^elayo, se sigue que todo aquel instrumento en que se
halla
,
,
se cite
no es
ni
pudo
ser del si-
glo IX.
§ V. Pónese
principio de la division atribuida á Vamba; mosel
trando la injuria que se hizo á los prelados de aquel tiempo en el fin con que se dice efectuada.
Otro modo aun mas urgente en prueba de que no hubo en tiempo del rey \amba la
de
¡.oaijsa
,
que será mucho de ello diferente de como se halla en la Crónica general, porque allí, dice
,
está
muy mendoso
y cor-
de sede de Toledo
rupto. Sirva para prueba esto que á la la señala
por límites y diócesi
todas las Asturias fasta los
mon-
Pyrineos. Por tal muestra conocerás la tela. La Crónica general lo sacó en la sustancia de D. Lucas de Tuij, tes
que fué uno de los libros de que el rey se valió para la Crónica, como dice en su prólogo. 1). Lucas la tomó con buena fé del Itacio de Oviedo, escrito casi cien años antes, pues este se formó cerca del año
112Í y aquel empezó su obra de orden de Doña Berenyuela, madre de S. Fernando, y la acabó en la
el 1:25()
,
en í[ue hié
conquista de Córdoba, (pío
212
España Sagrada.
Trat. líl, cap.
V.
de su historia ; y asi floreció un siglo después de D. Pelayo. Demás de esto, en el Tudense se halla al pié de la letra lo que Loaysa publicó sacado del Itacio de Oviedo y otra copia de Toledo, como conocerá quien lo coteje y diremos después ; luego don Lucas lo sacó del códice Ove-
181 Divisio termmorum Dicecesium et Parocliiarum Hispamos íI Wamba Rege facta ex líbris Mss. Ecclesice Toletance , et Ecclesm Ovetemis,
tense.
ciijiis titulus
es lo último
180
que tuvo los originales de D. Lucas y Itacio, y que aunque habia algunas diversidades no las quiso poner, á íin de no ser molesto en cosas tan menudas, Si el documento fuese verdadero, no te escaseara yo las diversas lecciones que resultan florales dice
de ejemplares diversos porque en semejantes cosas, aunque parezcan menudas, no falis utilidad. Pero siendo, como ,
es, apócrifo, y no necesitando para mostrar esto el decíarar la inconstancia de los textos
,
sigo el parecer de Mora-
me
contento con darte la escritura según la publicó el Sr. Loaysa, con los malos les,
y
latines
que
allí
se hallan. Diví-
poco la tradiizxo en romance, porque para el que sea tan ignorante que no sepa ni aun latin, no sirven ni deleitan estos puntos,
:
cius:
(asi dice) est Ita-
in quo historia
Vandalorum Galloccia, et
Begum
Alatiorum in postea Suevoriim, et
demiim Gothorum seribitur. 182 Era DCCI III post Recesvindum Wamba Rex Gotho-
et
rumregnumnovem annos obtiHic Toleto ea hora qua unctus est in Regem ciim quanuit.
dam
evaporatione visa est apis (icunctis qui aderante excapi-
ad callos voláre. Hoc signum factum est a Dño.ut futuras victorias nuntiaret de inimicis per eum, et te
ejus exire, et
diilcedinem pacis quam hahuit erga sitos. Astures et Vascones in finibus Cantabria crehr o rebellantes edomuit, et suo imperio subjiigavit: civitatem, quce
Cartua vocabatiü\
et
Pampilo-
dola en §§ porque es muy dilatada, y en lo mas sobresa-
7iem ampliavit,
quam Wambce
Lunam
mezclo las reflexiones, para que la inmediación facilite la memoria del que lea sin
qiioque Gallice,
Provinciam quce Hispania
tiente
obligarle á citas ó á la molestia
de mis repeticiones. Tam-
vocavit.
citerior dicitur, sibi rebellan-
multis agminibus Fra?icoriim interceptis , subjugavit;
tem et
,
Paiilum perfidum
Gallice ty-
De
la división del reij
rannumcepil.eiqueocidosevelleve pnecepit et ad lü'bem Toletanam cum tviiwipho maijno reversm, discordesque PoiUijices^ eo fjuod alii nliovum Parochias invadehanl, ad concor:
dinm
studuit revocare. Fecitet
Chroiiicas
ram
Hegum priorum co-
se legere
,
ut facilius pos-
términos Parochiarnni dividere , sicnt anliqnilas denotael exigerel jiiris censara: reí el jura propria qiuelihet Eccleset
,
sia
possideret;
sicnt snbjecta
denotat Scriptura.
Todo
185
esto es confor-
rne se halla la historia en
el
Tudense, hasta en el yerro de la era, que debe ser DCCX, pues en esta sucedió Vamba á llecesvinto, el
tomo
se
dijo
en
2. Inclúyense aqui va-
rias cosas
mes á
como
que no son confor-
legítima historia.
Baste para nuestro asunto lo que expresa de la ciudad de Pamplona, diciendo que el rey la liamó Luna de Vamba. No puede haber mayor puerilidad, exclamó aqui el P. Contador, constando que Pamplona fué
obra de Pompeyo, y por él se intituló Pompejopolis esto es, Ciudad de Pompeyo; lo que variado se mudó en Pampilona, y en romance Pamplona. Luis Nuñez, ó Nonio, al cap. 90 de su Eípa/la, trata de ridicula es,
ta
etimología
;
y en lugar del
215
Vnmha.
que aqui se supone Cartua, leyó Martua. noiiibre aiiti¿,nio,
En Tolomeo
se
lia
llegado á
introducir esta voz, pues en la
voz Pom/Wo/i se añadió al niárgen en la edición de León de 15 il: Marina dicta. El Card. Baronio, en el año 075, puso en lugar de Panipilonam Bambelonam; y según la idea ,
de los que interpretan Bambee
Luna, no se pudo usar la P, sino Y ó B, como Luna de Vam/^a ó Bamba. D. Juan Antonio Mayans impugnó este punto, diciendo que en el mismo catálogo de la división de Vamba se usa de la voz Pampilona,
y
si
esto se hubiera escrito en
tiempo del rey Yamba, se la hubiera dado el nombre que el rey mando, Vambeluna con que no usándose de este sino el que ha prevalecido de Pampilona, es prueba ser esto pos;
terior á
Vamba. El mismo Ma-
yans nota el siguiente desacierto de llamar España Citerior á siendo la Galia Narbonense asi que aquella parte de la Galia nunca se llamó España; pues la Citerior sabian bien los padres de aquel tiempo que empezaba de la parte de acá ,
del Pirineo,
como notó
S. Isi-
14, Etym. c. 4; y en los concilios generales á que concurrian los obispos de la
doro,
lib.
Narbonense, se intitulaban de la
España Sagrada.
21-4 (kilia,
como
se vé en el
111
de
Toledo, en el IV, etc., y nunca se dicen de la España. En el cronicón del Biclarense se vé evidentemente que el nombre de la España Cüerior no se
apbcaba á se
;
Galia Narbonenpues tratando de Liuva dila
ce que dio á su bermano Leovigildo el reino de la España
y esto era lo que bay desde los Pirineos acá constando por S. Isidoro que Liuva se contentó con la Galia: luego el llamar España Citerior á la Galia es de siglo de diferentes letras que el de Citerior
,
;
Vamba. 184
por
la
Tengo también que la
discordia tan gran-
de que introduce entre núestros obispos.
A
esta disensión
se reduce el juntar el concilio
general y á vista de este parece que era general la discordia. ¿Pues cómo en una competencia tan universal no nos ;
ha quedado rastro alguno en otros instrumentos? ¿Cómo en concilios inmediatos
pro-
hallamos terminadas las tales cuales competencias que ocurrieron? En el II de Sevilla compusieron los Padres todo lo que en su provincia necesitó arreglarse en materia de limites. En el de Mérida tenido seis años antes del reinado de Vamba se coíicluyó lo que vinciales
,
,
división
precedente de
provincia se disputó entre las parroquias de los obispos de
¡daña y Salamanca. Y si mas competencias ocurrieran, bastaban como para las señaladas las sentencias de los con,
,
cilios respectivos provinciales,
¿Pues cómo tan de repente nos bailamos con una discordia general que turba todas las provincias , y que el rey puede aquietarlo todo en un instante , solo con que le lean seis
¿Que crónicas son estas tan sucintas, que leidas después de congregado el conlas crónicas?
cilio
extrañar
los
Traí. III, cap. V.
lo
facilitan,
todo,
copiosas -que incluyen
y tan el
de-
recho de unos ochenta obis pados sobre los límites de todas sus parroquias? ¿Dónde se nos escondieron estas crónique siendo Reales eran cas también eclesiásticas, con puntuales linderos de todas las iglesias? Ni rastro nos ha quedado de semejantes crónicas en escritos anteriores ó cercanos á ,
Vamba. 185 Pero lo que mas me admira es la discordia que sin fundamento alguno nos suponen entre nuestros prelados, que no pudo componerse en concibo provincial respectivo, Sin duda creerá alguno á vista de esto que las competencias eran de metropolitano á me-
í)e la
división del reif
y no de siitVafíá-
tropolitano,
neo á sufragáneo, por cuanto para estos baslal)a concilio provincial, como vimos en Sevilla y en IMérida. Pues de nada hay mas silencio que de las metrópolis, de cuyas diócesis
no se habla
la
mas mínima pa-
Con que venimos
labra.
á sa-
car que la invasión de parroquias no era por prelados ma-
yores sino solo por los sufragáneos. ¿Pues estos á qué íin acuden á concilio general si la causa es de particulares individuos? El legítimo juez es su metropolitano junto con otros comprovinciales, según la disciplina de aquel tiempo, ,
,
Luego no hay motivo alguno para admitir concilio general sobre este punto, si se excluyen las diócesis matrices como todos las suponen excluídas.
186
El autor de los ylííwrsalios atribuidos á Luitprando á señalar la causa de por qué no señalaron límites á se puso
y dijo, al n. 270 de la edición de Aaituerpia, que falta en la anterior de Tamayo: «que esto consistió en que la «jurisdiccion metropolitana no
las capitales;
»solo se extendía á su diócesi, ))SÍno
á todas las
«provhicia,
«corazoná
como
los
demás de su el
calor del
miembros.»
¡Pía-
ra simplicidad ó simpleza! ¿Por
Vamba.
ventura
el
i2l5
inetropolilano
no
en cuanto obispo determinada di(')cesi? Y si en esta no le señalan límites ¿no podrá introducirse en ajenas parroquias? Los que mas pueden suelen abusar mas de su poder. Pero en íin, suponiendo que los metropolitanos no se mezclaron en usurpar límites ajenos, hemos de inclinarnos á lo mismo en los prelados de la Cartaginense. La razón es porque estos tuvieron un concilio entre sí, al año IV de Vamba, que es el 1\ de Toledo, el primero que esta provincia tuvo en tiempo de este rey, y que de cierto precedió al que se dice tenido para las divisiones. Pues si entre estos obis])Os\mbieva\as gravísimas contiendas, los gravisimos pleitos que por cualquier pretexto nos dicen las actas, publicadas en el Luitprando de Ramírez del Prado por los que quisieron vendernos tal concilio, ¿cómo hallándose congregados en tribunal legítimo, no ocurren á tan gravísimas contiendas , al modo que sin menos ruido lo hicieron los obispos de la Lusitania y de la Botica? Pues en verdad que sacaron al concilio las discordias de malas voluntades que había entre algunos particulares cabildos, proveyendo, en el tít. 4.% el tiene
,
España Sagrada.
21G
modo de
obligarlos á que se
reconciliasen mutuamente.
Si
cuidan tanto de remediar discordias de las ovejas, ¿cómo no acuden á las de los paslores?
187
Yo
confieso que ten-
go por injuriosa á los obispos de aquel tiempo la ficción con que tan gravemente los ofenden y no puedo eximir de culpa grave al que sin fundamenlo alguno para fines lambien sin fimdamenlo usó de lales medios. Y lo peor es que pasaron á publicar los nombres que quisieron dar á 75 obispos, tan con ánimo de autorizar su escritura, que ni una ;
encontraron vacante entre 79 que forman con los cuatro vicarios. Y para llenar el número que imaginaron, anadieron obispos de iglesias que jamás concurrieron ni se oyeron entre nuestros concilios; y ni aun bastando esto, pusieron dos obispos á un tiempo en unas mismas iglesias , como en la Accilana, Malacitana, etc., propasándose á señalar vicario á un obis}X) presente, con unas fórmulas que jamás se hallan practiiíadas en los demás concilios de estos reinos: Placel, placel. Vivat mullos annos Serenissimus et gloriosissimus Rex, ac Dñs. nosler Flavius Vamba; cuya fórmula Placel, iglesia
Trat. IJI, cap. V.
usaba en diversas provincias, no en España, donde una sola vez que se lee el Placel, en el Xll de Toledo, tít. 4, es tomado de la iglesia Africana, cuyos cánones se alegan. Y aunque se felicitaba al príncipe, nunca con el vival mullos anuos. 188 Demás de esto, aunque en las actas se dice que el rey con la lección de sus crónicas arregló según derecho á se
placel,
y que la escritura fué aprobada por todos; con lodo eso, el formador del cronicon de Luitprando, que dijo también que el rey hizo la división, añadió una multitud de jueces, y para componerlo mejor dijo que lodos apelaron al Primado Toledano, y en la causa de los toledanos al abad Suasilio, con otras cosas que pedian paciencia si no fuera mejor el despreciarlas. los prelados,
y» ^ ^
Escritura de Vambapor lorespectivo á los vándalos. Descúbrense los yerros de este punto, y que el Lugo de Asturias nunca fué silla pontificia,
189 za
escritura
la
mira
á
ó por
Prosigue los
reyes
empielo
que
vándalos:
De
confirmamus, Gundcricus, Gese-
Concediynus,
quod
sicut
riciis,
et
liunericus,
dus, ísoriSy
et
Vamba.
¡a división (kl rey
Cutamun-
Giiimel, Reges
Vandalorum, CiviUUemLucum
217
porque debió persuadirse á lo mismo. Kl caso es que en Asturias quisieron que hui)iese un obispado con título de Lucense, el cual jamás se oyó hasta ahora en nuestros concilo,
successivedolaveruntjteneatpa' cifieé, et quiete términos^ qui
lios ni historias;
inferius suhscribentur. Lo que aqui se dice de Lugo en el có-
fueron ensartando, según la ignorancia de aquel siglo, tan
dice Toledano, previene Loay-
grandes desaciertos , sin qué ni para qué; pues la santa iglesia de Oviedo tiene tan verdaderas grandezas, que no necesita de recursos á vestidos ajenos , y en especial tramados tan groseramente como se le-
margen, que en Itacio se entiende de Lugo de Asturias; y según lo puso el Tudense, es: sa al
PrimusRex VandalorumGundericus regnavit in Galkeciíe et Asturiar iwi par tilms a7mis iS. íste cedificavit Civitatem in Astuñis, quam vocavit Luceo, sive
Lucum. Quo mortuo,
frater
ejus Gesericus regnavit pro eo.
Quo mortuo, Hunerkus regnavitpro eo. Quo mortuo, Trasemimdus regnavit pro eo. Quo mortuo, Hildericusregnavitpro eo. Quo mortuo Gilimer, sub quo cessavit r^egnum Vándalorum, regnavit pro eo. Isti omnes Lucensem Ecclesiam dota-
y para esto
jen estos.
Hubo un Lugo en As-
191
pero trescientos años antes de los vándalos nos hizo mención de él Tolomeo, y asi turias
,
su edificación no se debe á los vándalos, y mucho menos la
erección y dotación de su iglesia, según aqui la pinta esta
La razón es porque halla fundamento para
escritura.
no
se
napermanetlibera.etnumquam
afirmar que los vándalos residiesen en la parte de este Lugo de Asturias, que según Mo-
fuit subdita idli Metrópoli.
rales, lib. 13, cap. 18, estuvo
verunt; quce auctoritate
190
Roma-
Aqui exclama Bivar
en las adiciones á S. Braulio que puso después de ]\L Máximo, pág. 82: Bone Deus, quot suntinhis coagmeníata mendacial El P. Contador dice que es
una sarta de fábulas y disparates. Morales omitió todo esTOMO
IV.
media legua mas hoy Oviedo, por
al
mar que
la
parte
de
Oriente septentrional, y aun se
conservad nombre de ria de Lugo.
Sia.
Ma-
vándalos reinaron en Galicia con los suevos, según Idacio y S. Isidoro, pero no consta que los vánda1-iOs
28
»
,
España Sagrada
:2I8 los
tuviesen
lo
peor,
mas poderosos que
siendo
los suevos,
Avista de esto, ¿qué fundamento tenemos para que los vandalos se estrechen á las montañas de Asturias y funden una ciudad en un sitio tan poco favorable como el que tuvo Lugo, que según refiere allí Morales, «era en una hoya, jun))to
á un rio de
mucho
lodo,
»que no podía dejar de ser »mal sano, siendo aun lo alto »de Asturias poco saludable »por la humedad?» Para lo basta la autoridad de Idacio, que sobre lo dicho contrarío
añade, que los vándalos riñeron con los suevos y sitiaron á estos por los montes Nervasios ó Ervasos, que según se inclina Morales, /¿¿. 11, mj9. 19, eran las montañas de Arvas, entre León y Oviedo; y como los suevos debian recogerse y fortalecerse dentro de su tierra, se sigue
que estos y no
los
vándalos tenian la parte de hacia el mar Cantábrico; y por consiguiente las Asturias, si es que las dominaron tocaron á los suevos, no á los vánda,
ios,
192 porque
Dije silas dominaron, solo
nos
que en que
consta
reinaron en Galicia por entonces no se incluian las Asturias, como probaremos en su sitio. Fuera de este concep,
Trat. ///, cap. V. lo geográlico,
hay testimonios
que positivamente excluyen del dominio de los bárbaros á los cántabros y asturianos, como se puede ver en Carvallo, parí. 1, tit. O, % A. Y es muy de notar que, esforzando este escritor cuanto
pudo
las anti-
güedades
de Asturias y el obispado en su Lugo, recurriendo á ítacio, no quiere darle crédito en orden á que los vándalos poblasen esta ciudad ó la diesen obispo, por mas que antes le llama escritor de las cosas de aquellos tiempos, de mucha autoridad. Toda esta autoridad no le hace fuerza para reconocer que los vándalos instituyesen obispado en Asturias, no obstante que añade hallarse lo mismo en otro libro gótico de testamentos de la iglesia de Oviedo; porque los vándalos, dice, «no pudieron dar principio á »cosa tan santa, por ser here»ges, ni á cosa tan grande, »por no haber sido señores de »esta tierra: pág. 05.
193
Pero concedamos que los vándalos reinasen en Asturias; esto solo puede entenderse de Gnnderico, y aun no de todo el espacio de los diez y ocho años de su reinado, sino precisamente hasta que sitió á los suevos en los montes Ervasios, Nervasios ó (Gervasios;
De
la divísiuii
porque desde entonces considerando su re¡)ulac¡on muy urries^^ada, por lo diricil que em el l)uen éxito de aquella expedición á causa de la aspereza de los sitios, y juntamente disuadido por A.slerin, conde de las Es¡)añas dejó la ,
y se pasó á
Galicia
corno refiere Idacio
la Bética, ,
Olymp.
año 4, que fué el año 4:20. Once años antes entraron los bárbaros en España; dos años batallaron entre sí y al cabo
29Í),
,
sorleando las provincias, lestocó la Galicia á vándalos y suevos; con que por el año 411 entró Gunderico en su domi-
minio, y solo nueve a /ios se mantuvo en Galicia, desde el 411 hasta el 4:20, los ocho años restantes desde el 4:20 al 428 los tuvo islas
en
Bética y en las Baleares, y en el 428
murió en
la
-19 yainba. que (jundeiico, Gesericu, IIuIsoris Traseniuiid(», nerico, ó llilderico, y Gilimcr dolaron
dd
reif
mcestiHinicnlehx
cmhul, como
dice uno, ó la iglesia de
como
La sucesión dotación de
dice otro.
fué en África
;
Lugo,
la
iglesias la coíiocerás si lees la
historia de la persecución van-
dálica de Viclor Vítense
y sin esto basta lo que escribe san ;
Gregorio Turonense, que Gunderico, á quien el santo nombra Tvasimundoy como previene Ruinart, se empeñó con toda casta de tormentos en hacer á toda España arriana: Tolam ¡lispaníam iit ad perfidiam Ariance Sect(c consentiret , tormentís ac diverais mortibus ¿mj)ellebat {lib. 2, líisl. Fvanc, eap.'^), y allí refiere la maravillosa constancia de una doncella á quien martirizó. De Gt'smco
poseido del diablo, por haber extendido su mano contra aquella santa iglesia , como lodo consta por Idacio. En este mismo año de 428 le sucedió en el reino Gaisérico , Genserico ó Giserico, su hermano ; y por el mes de mayo del 429 dejó á España y se pasó con toda su gente á
hallarás otras cosas bien nota-
que volviese ningun vándalo á reinar en España como es cosa constante en las historias. A vista de esto mira qué verdad tendrá
le llevó el diablo
África
,
,
Sevilla
sin
bles en el cronicón de Próspero
sobre otros españoles á quienes martirizó. Solo estos dos reyes vivieron en España; los demás en África, tan bárbaros en su
que llegaron á tapiar las iglesias de los católicos. Mira qué buenos fundadores para la iglesia de Lugo! Al primero se
error,
tra la
de
Sevilla
por dar con;
á los otros
persecución de las iglesias de África: y parece muy creible tpie el robarlas no se-
por
la
Esjfaña Sayrada. Trat. ///, cap. V. ria para dotar á la de Lugo. tellam, Cunsancam, Barnan194 Prosigue la escritura tes, el Avion^ Asman, Caraham, señalando las posesiones que Amancam, sicut dictam Ecclela dieron Tcneat igitur dicta siam Lucensem Recaes Vandali Lucus asi lo encadena el Tu- dotavermit. En el Tudense está dense, totas Asturias per Pyreesto menos mal apuntado. 195 Esta parte de dotaneosmontes^etperflumenmagnum Ove, et per totum litiis cion aplicada al Lugo de Asma7is Oceani usque Biscajam, turias fué uno de los principer Summiimrvstrmm, et per pales inductivos para la formaSummumcabrium, per portas cion de la escritura que se de sancta Agatha jyer Pozasa- atribuye á Vamba ; pues algulem, per Limbam de Folios, no, juzgando que eran antitmá cuní campo Erbolio Gor- quísimas las dotaciones que don usque ad illam arhorem al tiempo de escribir esto tede Quadros; per Rivulmn de nia Oviedo , y viendo por otra Humana. Lu?iam, Vandabiam parte que en ellas se citaba usque ad Pijreneos montes, Co- lo que habia sido propio de ijanzam, Villam Quexidam, la iglesia de Santa Maria de per Coniaquelam , Montosam Lugo entendió este Lugo de usque ad flamen Urbetum in Galicia por el de Asturias ; y Gallecia Suernam Vallem juntándose á esto la opinión longam. Veram, Flamosam, del pueblo, que el Lugo de totam Sarriam, Paramum us- Asturias habia sido episcopal que ad flumen Mineum. To- (dígolo asi, porque no me pertam Lemos, Vinyso, Verosmo, suado á que de malicia se fmeCSemmanorum etFroiamus- giese un mal tan grave), lo enqiie ad flumen Silum. Totam sartó todo junto ; y reducienLumiam, cum Ecclesiis de Pe- do su antigüedad al tiempo de traio quce edificatce sunt , vel los vándalos formó este ente f'uerint, inter Arnoyum flumen de razón sin razón haciendo et Silum. A termino montis nn agregado quimérico de dos Buron, et per aqiiam Zore us- Lugos y un Oviedo. En pruecjue in fundum Arnoyi et per ba sirve lo que Sandoval esipsum discessum usque in flu- cribió sobre el monasterio de menMi?ieum, lueza usque Por- S. Vicente de Oviedo, al hablar telam de Vanati, et Ecclesias de del rey D. Silo donde dice Salaz, inter Arnoyum et Silum, «que las iglesias puestas en esta cum Ecclesiis de Barcoso, Cas- «dotación atribuida á los vant2í2()
:
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
De
"¿"li Vamba. que vamos tratando; poniuo al Lugo que entiende de Astu-
la división del rey
«dalos, son las mismas y los «mismos términos que el li»l)ro del Becerro de la santa
de Oviedo, escrito en «letra gótica, con título de los » testamentos reales, dice que »el rey D. Alonso el Casto dio »á la iglesia de Oviedo.» Veatomo o, se esto en Aguirre Concilior., pág. 150, y en Sam-
dá por parroquias á las iglesias de toda la Sarria, de Lemos y de lo mas meridional de Galicia, que solo estando destruidos los obispados de Orense y de I^ugo, podian pertenecer á Oviedo. Aplica también á Lugo lo que ni al de
piro.
Galicia
»i¿ílesia
,
el
196 Con que tenemos que formador de la escritura
atribuida á
Vamba
aplicó
al
tiempo de los vándalos lo que halló en Oviedo, cuando esto se escribía
,
esto es, siglos des-
pues de D. Alfonso el Casto, como consta por lo dicho en Itacio y se dirá después. En estas dotaciones se cita lo que
fué antes de la iglesia de
como
Lugo,
se vé en el P. Contador,
en su tomo 2 ; y esto era propio de Lugo de Galicia , como prueba allí, pág. 681, y consta por escritura que exhibe, p. 842, que el rey restauró con equivalentes lo que quitó del Lugo de Galicia para Oviedo ; todo lo cual fué interino, pues estaban las demás sillas destruídas por los moros , lo que no era asi en tiempo de los suevos; pero aplicando á estos lo que fué propio del tiempo de los otros, sahó el
agregado tan enorme como se vé por la misma cláusula de
rias,
le
pudo pertenecer, como
eran todas las Asturias, pues estas desde el tiempo de los suevos tocaban á Britonia, como se expresa en la escritura del concilio de Lugo puesta en el núm. 4-4; y por tanto decimos que juntando los dos Lugos formó una quimera cuyas partes no pudieron unirse en ningún tiempo, 197 El M. Gándara, en su tomo 2 de Palmas ij Triunfos de Galicia, pág. 214, solo pudo hallar un recurso á esta dotacion de los vándalos tan ámplia como aqui se pinta, diciendo que como eran arrianos, querrían tener en el Lu,
una catedral de su maldita secta con tales dotaciones que no quedase ju-
go de
Asturias
,
risdiccion alguna á las
demás
de católicos. Esto ya se vé que es mas que ironía; pero la suma extensión que aqui se dá á este Lugo dá lugara que se escriba esto, pues no queda tierra que pisar á los iglesias
t2:2!2
«obispos
(le
España Sagrada. fírUonia, Lugo de
«Galicia, y Orense, y entran »en el de Tuij y en el de Bra-
y//, cap.
7'/Yíí.
V.
nicon del obispo Sebastian se ingirió que D. Fruela trasludtí el obispado de Lugo de Astu-
»ga; y ¿cómo había de pasar «por esta tan disforme divi-
rias
rey católico como «Vamba, ni los obispos qne «allí se snpone qne firman? Ni «era razón que pasasen , ma«yormente habiendo sido he«cha por reyes hereges ar«rianos.» Asi el citado Gándara. La principal razón es que admitida esta dotación se quedaban los obispados comarcanos sin jurisdicción y en tiem-
muchísimo, y admira, como dice Gándara « que autores «gravísimos no reparasen en «estas patrañas que se hallan «en las obras de D. Lucas de
un
«sion
;
po de Vamba no pudo
ser así,
pues existian las sillas de Britonia de Orense y de Lugo. En tiempo de D. Alfonso el Casto estaba destruida Brito,
y las otras no estaban repobladas, como declararemos en sus sitios. Y asi este rey pudo dolar á Oviedo tan liberalmente; pero no debió aplicárselo á Vamba el que nia,
formó
esta escritura , porque confundiendo tiempos tan contrarios, no pueden concordarse los derechos de unas y otras iglesias.
198
Esta parte del Lugo de Asturias se vuelve á repetir mas abajo en esta misma escritura diciendo que fué fundada por los vándalos, y que no estaba sujeta á ninguna metrópoli ni primado ; y en el cro,
los
,
edificado por los vánda-
,
á Oviedo. Esto ha cundido
,
«Tuy; pero quien tuvo maña «para
introducir
papel »(de la división de Vamba) en «los archivos de las iglesias de este
«Toledo y Oviedo, también la «tendría para ingerirle en el «Tudense« {pág. 24 í). Y en la 150 dice: «No hubo iglesia «catedral en Lugo de Astu«rias; y el papel de la iglesia «de Oviedo, que Loaysa impri«mió con título de Itacio, ni es «concibo ni parte de concilio; «antes bien le tengo por su» puesto y que falta casi en toado lo historial á la verdad, «y que no se le debe dar cré«dito alguno, y se debe anular «y repeler del tomo de los con« cilios. « Las razones que hay para esto son suficientes para haberlo dictado. El P. Contador, en su tomo 2, hizo una disertación contra esta iglesia de
pág. 671; y por cuanto la materia es trascen-
Lugo, desde
la
dental á varias partes, y es de las mas convincentes para laíic-
cion de esta escritura de Vara-
De
la división
lU'l
rey
Vamba.
225
ba; por tanto, en amor á la vei'iiad que eslá del todo descubierta, y contra el mal geiiio que ha tirado á engañar
pro Sede Briloniensi
público y empañar los legítimos brillos de nuestras santas iglesias, decimos que en
Lugo, fué
al
Lugo de
Asturias no hubo siepiscopal; y lo contrario,
11a
que ocupa tan gran plana en la escritura de Vamba, es una de las mayores ignorancias que se pudieron introducir en Ios siglos de hierro de los tiempos posteriores á los godos, por haber confundido la silla y traslación de la metrópoli de Lugo de Galicia á Oviedo, con la parroquia del Lugo de las Asturias. Esta ha sido la raiz de esta equivocay para desenredarlo hemos de empezar por este mis-
cion
mo
;
hilo.
199 silla
Q)ue la erección de la
de Oviedo no sucedió, en
dotaciones expresadas, al Lugo que hubiese en Asturias, sino al obispado de Britonia, consta expresamente por el mismo rey que la dotó, D. Alfonso el Casto, el cual en las las
dos escrituras que propone el P. Contador, t. 2, p. 791, y p. 842, dice que hace y confirma á la iglesia de Oviedo silla en lugar de la de Britonia destrui-
Ipsam Ovetenseni Ecclesiam faeimus et confirmamus da:
llismaelitis esl
,
qufv ah
destructa.
La
metrópoli que después se escrihe trasladada á Oviedo desde cia,
la
del
Lugo de
como reconoció
formó
Gali-
el
que
que publicó Aguirre con nombre de concilio de Oviedo, tomo 5, p. 15Í), las
actas
donde se dice que trasladan á Oviedo la metrópoli de Lugo, que estuvo sujeta á Draga: Qnm quidem Sedes Metron. 4,
poliíana (Ovetensis) ex Lueensí Sede est transíala. Lucensis
namque Sedes, prins Meíropolitana, Braearce fuitdeinde subdita. Esto bien claro habla del
Lugo de
Galicia, metropolitana
en tiempo de los suevos, y sufragánea de Braga en el de los godos, como consta por los dos concilios II y 111 Bracarenses. Al Lugo de Asturias de ningún modo le conviene; pues lo que se propone en Vamba no permite que esta fuese sufragánea de Braga á vista de que se dice exenta. Pero si esto fuera asi, ni el rey D. Alonso ni el formador de este concilio de Oviedo tenían que recurrir á Britonia ni al
Lugo
de Galicia, para declarar á Oviedo silla y metrópoli por traslación sino precisamente insistir en su Lugo de Astarias, que según esta escritura de Vamba era no solo si,
,
España Sayrada.
224 lia,
sino exenta. Asi arguye el
P. Contador.
Añade que en España no hubo mas que un Lugo
200
episcopal,
como
se vé por el
suevos, que dividiendo todo el espacio de sus dominios, en que entraconcilio de
los
no solo no hace mención mas que de un Lugo, sino que todas las Astu-
ban
rias
las Asturias,
las
adjudica á Britonia,
que estaba no lejos de donde hoy Mondoñedo. Este Lugo fué cier lamente el de Galicia, como se vé por las dotaciones. Y lo mismo por el cronicón de Idacio, donde dice que en el territorio de Lugo, convento jurídico, se hicieron orde-
naciones de obispos contra la voluntad del obispo Lucense; y Lugo convento ó chancilleria no convino al Lugo de Asturias, al cual no nombra Plinio hablando del tal con-
expresamente al de Galicia. Por lo que mira á los cronicones en que se introdujo la noticia de este Lugo de Asturias, responde que algun ignorante la insertó en Sampiro (ya dijimos quién fué), y que lo de Sebastian se muestra claramente ser falso pues en tiempo y añadido de D. Fruela no habia ciudad de Oviedo, como consta por Sandoval. Asi el P. Contador, vento
,
sino
;
Tral. III, cap.
V,
pág. OSl. l*cro aun supuesto que ya estaba fundada la ciu' dad áe Oviedo consta clara,
mente
ser
de
interpolación
de la trasla silla de Lugo de Asturias á Oviedo, por cuanto en el cronicón de D. Alfon-
Pelayo lacion de I).
la especie
so IH, que es el atribuido á
según se mantuvo en el códice Soriense copiado por el P. Mariana, que publicaremos á su tiempo, no se Sebastian,
halla tal especie.
Y
asi se co-
noce la ficción, 201 Otra prueba es el no haber mención alguna de tal silla de Lugo en tantos concihos como hubo en tiempo de los godos, y aun entre los suevos. De modo que nadie ha reconocido obispado de que no se halle mención en alguno de tantos instrumentos auténticos. ¿Pues qué estrella ó qué hado fué el de Lugo de Asturias, que jamás asistió á concilio alguno? Bien conofuerza de este argu-
cieron
la
mentó
los
que después de un
Vastremiindo, á quien hacen vándalo de nación y primer obispo de esta iglesia citando para ello á Idacio, ponen asistiendo en el concilio tal
,
de Lugo á un tal Virmundo. Pero contra el primero dijo Gándara que él se hallaba con tres Idacios, y que en nin-
De
la división del ve\j
giino halló á tal Vastremundo.
Contra el segundo milita que hasta ahora no se ha visto tal íirma en concilio de Lugo, y asi diremos lo mismo del obispo. El que en el concilio 111 de oledo se mencionen dos obispos de Lugo no favorece nada al Lugo de Asturias, pues Niti(jio, por quien suscribió el de liraga , era obispo del Lugo de Galicia , declarado metropolitano de esta iglesia poco antes del año 57:2, como se dijo en el capitulo III tralando de los suevos. El otro era i?m/íi, que fué herege arriano, intruso por el rey Leovigildo y abjuró la heregia en 'i
,
el
mismo
concilio,
como
ta en sus actas, pág.
cons-
215 de
Loaysa. Con que seria fuerte desgracia que de un solo obispo arriano se tenga noticia en el Lugo de Asturias. El caso es que entonces hubo en una misma iglesia dos obispos, uno católico y otro arriano pero convertidos los hereges asistieron al concilio y por esto en un mismo Lugo de Calicía se leen dos obispos , sin que el ser dos pruebe dos Lugos; pues de otra suerte dijeramos que hubo dos Valencias episcopales, dos Tuis, dos Viseos , dos Tortosas, etc., pues en todas estas firmaron dos obispos. Sigúese, pues, que es;
,
TOMO
IV.
Vamha.
:2¿.-)
no prueba nada para el Lugo de Asturias, á():2 V aun concediendo esto urge el mismo arginnenlo. tu firma
de
¿Cómo en
liocila
tantos concilios pos-
no se vuelve á oir mas Lugo que uno sufragáneo de Braga, que es el de Galicia? Si quieres decir que era por ser exenta antes de Vamba, tieteriores
,
nes contra ti la firma del Becila que alegabas. Tienes tambien á todos los metropolitanos contra tí, pues estos no tuvieron sobre si á otro mas que al Patriarca romano, y con todo eso asistieron á los concilios generales IV , VI , VII y VIII, en cuyo tiempo todos eran exentos, sin conocer á otro sobre sí mas que al Papa. Demás de esto, en tiempo de los godos era el rey el que mandaba
congregar los concilios como consta en ellos mismos ¿pues qué misterio hay en que ningun rey llamase al obispo de Lugo de Asturias ó que 11amado, no quisiese asistirá unas ,
;
,
causas tan santas?
205
Mas. Si este obispo es exento de todo y está tan retirado en sus montañas, ¿cómo ahora los padres de este concilio atribuido á Vamba se ponen tan despacio á senten,
examinando todos los linderos de su casa? Y advierte que con los demás
ciar su causa,
29
España Sagrada.
±2i)
metropolitanos, y en especial con el de Toledo, que era tan exento como podia imaginarse
de Asturias, no se meten en cosa alguna. Solo á Braga la expresan, por hallarse incluída en la dotación que citan de los suevos, y que vuelven á confirmar pero si el Lugo de Asturias está excluido en la dotacion de los suevos, ¿cómo se meten con esta iglesia tan el
;
exenta? Si es favor el señalar¿de dónde tanto la términos privilegio á Lugo, que no alcanzó á Toledo ni á otro me,
tropolitano?Greono se recurrírá á los vándalos arríanos, que estaban extinguidos en África mas de un siglo antes.
Todo
204
que se quiera decir en respuesta de que ahora
se
la
señalen términos, se
rebate por suevos.
lo
el
silencio
En tiempo de
de
los
estos se
prefijan parroquias á todas las
de sus dominios, en que entraban las Asturias; ¿pues cómo dotando á Braga que era exenta y al Lugo de Galicia, que era metrópoli, no se acuerdan de Asturias sino para dárselas á Britonia? ¿No habían venido todavía los vandalos? Ya habían salido de Galicia y de España mas de liO años antes, y ya no había en iglesias
,
,
mundo
Queda pues establecido que no el
tales vándalos.
Trat. !II, cap. V.
hay ni una })rueba auténtica en favor de silla episcopal en el íjigo de Asturias, y teniendo tantas contra sí, debe ser desatendida como cosa nacida en siglos de ignorancia; y una de las razones que la impugnan es la calidad de las fuentes de que ha manado, por estar llenísimas de lodo , como en especial se irá mostrando en esta misma escritura de Vamba, que es la mas antigua que se alega , siendo asi que está formada después de las dotaciones con que los reyes de León dotaron á la santa iglesia de Oviedo, como consta por lo dicho; y esta parte de historia, ó por mejor decir fábula, de la dotación de los vándalos á Lugo de Asturias y la traslación de esta á Oviedo, ha sido y se debe borrar como injuriosa á esta santa iglesia, por no deber fundarse su grandeza verdadera en tales desaciertos ni en vestido ajeno de la verdad, como es decir que su primera sede fué la que estuvo en donde nunca la hubo, ó que viene su origen de los bárbaros hereges ó paganos, 205 Pruébase por la misma escritura, puesta n. 194, que esto es posterior á Vamba y á los
moros
lo
ajenísimo
los
godos
,
,
por
el
mismo
esti-
tiempo de lleno de voces posdel
De tenores,
la
división del reij
como Biscajnm, Cas-
tellam,Sunnnu7nroslrHm,Qundros, etc., y sobre toíM porque dotación del rev D. Alonso el Casto, por las palabras de que la dá todas las icjlesias que estaban ya edificadas ó en adelante se edificasen entre el rio Arnoija y el Sil. Esto lo dijo el rey don Alonso, porque entonces se iba conquistando aquel terreno y cada día se esperaban mas progresos por tanto dá á Oviedo ío que se habia edificado ya y lo que esperaban edificar entre aquellos dos rios; ¿pero N'amba á qué asunto habia de decir esto, ni dar al Lugo de Asturias iglesias que tocan al territorio de Orense, quedando en medio el de Lugo? ¿Cuándo en el tiempo de Vamba se llamaron montes Pirineos los que estaban entre xVsturias y Vizcaya, como aqui se dice? Los del tiempo de los godos bien sabian que á las claras dice ser
227
Vamha.
^e-
ros. Otras nulidades tiene
demás
nerales á las
cláusulas
que se expondrán después,
la
;
§
Vil.
Desaciertos de la escritura de
Vamha en
lo
que mira á León.
200
Sígnese en la cscrituralo perteneciente á León, con mayores desaciertos, tantos (')
por atribuir al tiempo de los suevos y godos lo que esta ciudad tuvo únicamente en el de los reyes de León: Leqio, quam condiderunt Romana! Legiones, qucc antiquitus Flos fuit vocata, et per Romanum Papam gaudet perpetua libértate, extat Sedes regia (este et claro está cerrado en el Tudense, añadidas las palabras:
A
nostvL'i prcedecessoribiis)
que alicui Metrópoli
at-
numquam
teneat per suos
los Pirineos
fuit
las
los
términos antiquos, sicut eam dotaverunt Hermericus, RecJiila, Recciarius, Maldra, Frnmarius, Remismundus Theodemundus Suevornm Reges,
las
et
son los que dividen Galias de las Españas; pues
asiloescribióS. Isidoro, //7^ 14, Orig. cap. 8, y S. Julián de Toledo en la historia de Vamba
nombre de Pirineos á mismos que nosotros; pero dá
el
subdita,
,
,
Tlieodomirus.
montañas de Asturias de Santillana llamarse como las que
Aqui siguieron el desatino que antes en los vánda-
dividen á Erancia y á la España, no creo se hallará antes de los siglos bárbaros de los mo-
los, por([ue
207
rió idólatra, ció;
Rechila fué y
según
mu-
refiere Ida-
y no seria menos su padre
228 llcrmei'ico
España Sagrada. que crió tan mal á
y fuera de esto consta por Idacio, que amhos se emsu hijo;
picaron en continuos robos y hostilidades contra los gallegos que ocupaban los casti-
y no es creible que tales reyes bárbaros se echasen á robar para dotar con los despojos la iglesia católica de León siendo el
Trat. III, caí). ^^
siguieron
Trinidad Teodorniro loj^ró el reino suévico tisirna
católico
,
gentil y el otro á lo mas arriano, pues por cosa especial
que Reciario fué católico. De Malar as y de Remismundo, que andaban divididos y de Frumario, que se levantó contra Ilemismundo después que mataron á Maldras, sabemos muchos males que hicieron en Gahcia y ningun bien; porque todo fué robos y muertes, sin venerar los dias sagrados de la Pascua y Frumario persiguió al obispo católico Idacio que refiere todo esto, puesto el rey de parte de los hereges priscilianistas; y estando en este tiempo turbada toda la disciplina eclesiástica en Galicia, como consta por Idacio no hay entrada á que estos reyes anden dotando á León. De Remismundo sabemos que, hecho seíior de todo, se hizo herege arriano por predicación del malvado Ayaz-, que vino de la se refiere
,
,
,
,
Galia
,
y todos los reyes pro-
,
como
,
de
la Saii-
hasta
que
que todo
hiciese
se
se dijo
en su
sitio.
208
líos principales,
uno
eiieiiii^^os
Con que
la
dotación
de los suevos á León es como la de los vándalos á Lugo, no solo por ser los mas arríanos, sino porque al modo que en la división de diócesis del tiempo de los suevos no se hizo mencion del Lugo de Asturias, asi tampoco se hizo de León para señalarla términos,
como cons-
por la escritura que publicó Loaysa y pusimos n. 44. En ella solo se nombra á León por parroquia de Astorga, y lo mismo se repite en la de Vamba, como se pondrá abajo, con sola la diferencia que en Loaysa se escribe Legionem super UrMeo, esto es, León sobre el rio Orbega; lo que parece ha sido causa de que se introduzcan dos Leones. Pero en la impreta
sion del
Tudense
se lee: Legio,
Superurbico, haciendo dos parroquias, una León y otra Superurbico, lo que parece se ne-
para que como dice, resulten once parroquias en la silla de Astorga. Sea como fuere , el hecho es que en la división de los suevos no se dotó á León, y asi es falso ó del todo voluntario decir en cesita asi
,
De
la división del reíj
de Vainba, que la confirman en los antij,nios términos con que la dolaron los suevos.
209
Ni contra esto sirve lo que se escribe en un conci-
de Oviedo, publicado por Aguirre que habia dos Leones y que entre las dos componían una silla In ambas Legio7ieSj qum siint una Sedes pues admitido esto resulta que en tiempo de los godos no habia obispo en León. Consta asi por las actas del citado concilio; donde se dice que una de las silias que no sonaron en los conlio
,
pues de los moros , era esta de Leon , como la de Sassamo?i: estas se dicen allí nombradas nuevamente y que no se oyeron antes , como es cierto: si antiquas Sedes qum in Canonibus resonant vel alias quas
bega, vuelvo á preguntar ¿cómo es una misma silla con la ciudad episcopal de León, tocando una á Astorga y siendo la otra diferente silla? Claro :
,
,
id
est,
Legionem, Saxomotiem, etc.; luego León no era silla nombrada en tiempo de los godos; y por tanto aunque hubiese dos pueblos de este nombre y compusiesen una sede consta por el mismo instrumento que era nueva en el siglo nono en que se tuvo el concilio de Oviedo, pues la contradistinguen de las sillas antiguas. Ni
que esto solo corresponde á uno de los dos pue-
sirve decir
que esto no puede ser. Luego si hubo dos Leones es forzoso que ambas tocasen á un mismo obispado para verificar que componian una silla, como v. g. si hoy decimos que Cartagena y Murcia componen una silla, es preciso que ambas toquen á un obispado, y aun, que ambas sean cateestá
,
,
,
;
:
sino solo des-
,
1
Oviedo aun dado esto no puede ninguno de los dos lugares llamados León componer silla diversa de Astorga. La razón es porque según aquellas actas los dos Leones no formaban dos obispados, sino uno In ambas Legiones^ quce sunt una Sedes. Uno de ellos era parroquia de Astorga según la escritura del concilio de Lugo. Pregunto: ¿cuál de los dos? Si es la sobre Or-
;
mólo nominavimus
sirve, digo, lo
concilio de
:
,
No
."
porque niiif^uno de los dos se rnenciona episcopal en tiempo de los suevos y í^odos. Lo 2." porque solo hallamos reducido al tienq)0 de los suevos un /.íwí por parroquia de Astorga. Supongamos que hubo dos, como dicen las citadas actas del blos.
la escritura
cilios anteriores
229
Vcunba.
*
drales
,
como
se
verifica
en
Calahorra y en Sto. Domingo,
230
España Sagrada.
Trat. ///, cap. V. una nio se verá en la cláusula
en Jaén y Baeza pues si de las dos no fuera catedral, no se pudiera decir que ambas eran una silla. Si ambas iglesias de León eran una silla, ¿có;
mo
será posible que una de las dos se pusiese en tiempo de los
suevos y de Vamba por parroquia de Astorga? El cato es que ni consta mas que un León, ni fué obispado diverso del de Astorga en lo anterior á los reyes de León, como se dirá en su sitio.
210
Esto lo dejó ya dicho il/oríí/(?5, hb. 11, cap. 50, pág. 175 b.; Gá/¿í¿rtra,t.2,pág.l50; Contador, t. 2, p. 763. Eúndase en el mismo argumento que
ha puesto en el Lugo de Asturias porque desde los suevos hasta los reyes de León jamás se halla mención de obispo Legionense. Y solo se lee por parroquia de Astorga entre los suevos. El que formó las actas del concilio de Oviedo sintío lo mismo, que era silla nuevamente nombrada. Y lo que mas lo esfuerza es que no tienemas texto en su favor que la escritura de Vamba, contra la cual, en esta parte, milita lo mismo que lo dicho en Lugo sobre que á estas dos iglesias, que se dicen exentas por entonces, las señalasen términos; y tales que solo constan después de los moros cose
,
,
guíente.
En
si-
presente
, sobre desatino de la dotación que atribuye á los idólatras y here-
la
el
ges arríanos suevos tiene los desaciertos de atribuir á los })redecesores de Vamba el que hicieron corte ó silla Real á l.eon; lo que consta ser propio de aquel rey de León que la dotó con los límites que luego se pondrán. 211 Dice que antiguamente se llamó FLos , cosa que no hallarás en ningún antiguo; y es puerilidad semejante á lo propuesto arriba sobre el Vam~ bm Lunam de Pamplona, y al ,
,
modo de
que escribió
Tudense sobre Leovigildo, que por Leovigildo se llamó León lo
el
Solo he hallado en el Adversario 1 .° de Luitprando que los godos llamaron á León Flos Civitatiwi; pero sobre esto no halló Ramírez de Prado autor ni texto alguno que alegar, pues es del todo voluntario y dictado por él misesta
ciudad.
mo, que
punto añade que Leo/i estuvo sujeta á Braga hasta el tiempo del papa S. Lual
medio del siglo III, y la escritura de que hablamos dice que nunca estuvo sujeta á
ció, al
otro.
212 De esta exención dudó mucho D. Nicolás Antonio, //¿'. (),
Bibl. Vet.,n. 481
,
no obstan-
De
que no llegó á conocer falsedad de la escritura de Vaniba y es porque, como allí nota, ni aun para admitir silla en León en tiempo de los godos se halla apoyo. El decirse aquí que iiiaica estuvo sujela
te
;
ta, fué
Vamhn. pide compasión
la división del ven
para contradistinguirla
de Lugo, que habiendo sido metrópoli, volvió á ser sufragánea. Lo que mas puede pasmar en este punto sobre la eredulidad é ignorancia del siglo en que se escribieron estas cosas, es lo que en el tomo 2
de la Hispania illustrata se imprimió pág. 852, sacado de códices antiguos de Oviedo, diciendo que esta exención la aíianzó el obispo de León Decencío con autoridad del papa en el concilio de Eliberi, tenido en presencia del rey de los alanos, y que la dio los términos abajo señalados. Hasta ahora nos dijeron que los suevos; ya tenemos en campo á los alanos. Pero estos jamás reinaron en Galicia; y mas de cien años antes que entrasen en España, se habia ya celebrado el concilio de Eliberi; pero no obstante la barbarie y ferocidad de estos hombres,
2,11
que
inipug-
nación.
215 Lo que D. Lucas de Tuy escribió sobre un obispo de León que dice asistió al concilio de Lugo del tiempo de
suevos, no tiene en su favor mas que el decirlo; pues hasta ahora nadie ha desculos
bierto tal firma en el concilio, ni se
compone
dice con
lo
lo
que
que aqui se
halla
se
en
aquella división, según nota-
mos núm.
í)o.
Lllo es harina,
ó salvado, de un mismo eostal. Veamos cómo la van amasando. 214 Legio ten eat per P y reneos montes (lo mismo que en el Lugo precedente), et per
Pennanirid)eam,nnacumMedialevaca, Cerrera, Petras ni-
Anión usque ad ¡lumen Carrionem, per Villam Sernam, per Rivuhun siccum, usque ad Villam Ardegam. Per Ceresinos, usque in Castrum Pepi.Per Villam Manam usque in arborem de Quadros. Supra gras
,
Fines térra? Gallicice, tria Castella, Turtures, Datineus, Castellatum,
215
et
Naviam.
LegioCivitasSacerdo-
talis et regia,
et
Lucus quam
introducen muy pacítico y pió á su rey Ataz á sentarse con los padres del concilio, y á dotar á la iglesia de León y
Wandalicedificaverunt in Asturiis, teneant per suos términos
mas
turArchiepiscopo, vel Vrimati.
decretarla
exenta.
Esto,
antiquos, sicut eis divisit
Rex
Theodomirus.Hcemdlisuhdan'
España Sagrada.
iSo'á
^IG
No pudieron
delatar-
mejor de lo moderno de la tal escritura, esto es, de que todo es posterior á los reyes que hicieron corte y obispado exento al de la Sta. Iglesia de Leon. Los términos que la señalan, ya previno iMorales que son los que tuvo después, cuando comenzó á ser obispado. Las \oces son las mismas que se empezaron á usar en aquellos siglos y se conservan Peñarubia, Cervera, Rioseco, Carrion, Cuadros, etc. Lo de ciudad sacerdotal no quiere decir otra cosa como notó bien Gándara, que el ser episcopal, lo que es común á toda
se
:
,
silla
,
ni
León
tiene
mas
título
de sacerdotal que las demás, Pero como antes su prelado se intituló Asturicense, por estar incorporada esta iglesia con Astorga, convino que en tiempo de los reyes de León se dijese sacerdotal, por ser ya silia independiente y por lo mismo se dice regia, porque entonces ascendió á corte, y no en tiempo de los godos, que ninguno vivió por aquellas ;
tierras.
217 Lo mas desacertado es que recurran á la división de Teodomiro suevo para la dotación de León siendo asi ,
que en
me
las tales actas, confor-
se hallaron en Lugo, no
Trat. III, cap. V.
hay
tal
obispado de León, sino
conforme lo interpoló el Tudense; y aun esto, reíirién-
solo
dolo solo
como
incluido en la
Vamba. La conclusion de los nombres arzohispo y piimado se delatan escritura de
,
también de tiempo posterior a Vamba, en el cual nunca se | oyeron en prelados de España ' tales voces; y asi se muestra que todo esto se fraguó después de la restauración de Toledo y la bula de su Primado, 218 La exención que aplica á Lugo de Asturias, es la de Oviedo en cuanto Oviedo; y ya notó Morales que en Itacio no se hacia memoria de tal exención y con esto se comprueba que es remiendo ingerido en la tela del Tudense, pues aun le pusieron fuera de su quicio, entre Mérida y Braga, 219 El autor de los Adversarlos de Luitprando, n. 66, alias 74, fingió, no sé con qué inductivo, que Ictosa era silla anterior á Constantino, y que solo el Papa podia juzgar á este obispo, lo que es hacerla exenta; aunque también dice que estaba sujeta á Tarragona, lo que concordará el que la admita exenta. Añade que Frontiniano su obispo asistió lo al concilio Gerundense pues que es otro desatino ,
,
;
De
Frontiniano que firma allí lo era de Gerona, como consta en el concilio Tarraconense. Vease núm. 515. Aqui solo mencionamos la exención por conexion con la expresada en Lugo y en León, reducida al tiempo de los godos.
§ VIH. Escritura de Vainba en pecíivo
al
lo res-
de
territorio
los
iglesias
Después de las dos que añadieron á la di-
visión de los suevos
,
entran á
de las que se incluían en ella: Sedes PortucaliíE per-
tratar
maneant
in sua divisione, si-
cut eis divisü 7'M5
cum
Rex Theodomi-
his etiam quce nos eis
adjedmus. Asi está el permaneant en el Tudense Loaysa puso j9erma/ieí, manteniendo el :
plural eis. Aguirre lo puso to-
do en singular, siendo
que suele copiar fielmente á Loaysa aun en las erratas. Muestra en esto que entendió el PortucalifB de la silla de Porto, y no de todas las del tiempo de los suevos lo que no debe ser asi pues la escritura dice que Vamba añadió: y á Porto no le asi
;
,
sucedió esto, pues tenia veinticinco parroquias y con otras tantas se quedó, entrando en TOMO
IV.
235 matriz,
la
Añadiéronse ahora, no solo algunas parroquias á los trece obispados antiguos de Galicia, sino dos sillas mas que son Oviedo y León; y el sentido del que fingió esta escritura se puede entender asi, que ,
no solo permanezcan las trece sillas, sino las dos que se han añadido; porque no hallándose estas dos en la división de los suevos, necesitaban que otro rey las metiese y dolase, y esto es lo que atribuyeron á
suevos.
220
Vamba. ambos cómputos
la división del rey
Vamba. 221 Supuesto, pues, que por la voz Portucalice entiende á las trece iglesias del dominio de los suevos, se muestra que esta escritura no es del tiempo de Vamba pues ni aun en tiempo de los suevos se Uamaron las tales iglesias de Portu(fal, sino precisamente de Galicia; mucho menos en tiempo del rey Vamba, en que unas eran de Lusitania, las del Duero acá, y otras de Galicia; porque la voz Portugal no se aplicó en tiempo de los godos al distrito de los obispados sujelos á Braga, sino á sola la diócesi de Porto y después de haberse separado aquel Estado de la corona de León , se fué aplicando el tal nombre á los dominios del rey de Portugal, como se previno en el ,
,
30
España Sagitada.
^254
lomo 1, pág. 413. Por tanto, el nombrar sillas de Portugal á las iglesias de efitre Duero y Mifio y á todas las del tiempo de los suevos , es prueba clara
de formación posterior
al
si-
glo XI.
222
Bracara Metrópolis te-
teat Centuncellas, Gentismillia,
Laineto
,
Aportis,
Güiolis , Adoneste, Aylo , Ceuntendo7iis,
Laubis, Cüioto, Letanía, Ceresis, Petronello, Equisis ad saltum; ítem pagi Panoias, Lela, Bregantia, Astiatigo, Tarego, Aunego, Metrobio, Berese, Va-
Senequumio. Sub uno XXX. No son mas que lantusico, Celo,
et
XXV. 225
Ad Sedem Dumensem
familia Begia. 224 Egitanensis teneat totam Egitaniam, Mene, Cipio, et
Er ancos. 225
Portugalensisteneat in Castro novo Ecclesias, quce in vicino sunt'.scil. Villanova, Betaonia, Vesea, Menturio, Tore-
Bramaste
Pongoaste, Lumbo, Nestis, Napoli, Curmano, Magneto, Leporeto, Melga, Tangobria, Villagomedi, Tanuata. ítem pagi, Lambr enbia
,
,
do,- Aliobrio,
Valeritia,
lango,
et
Ceris,
Tur-
Mendolis,
XXV. Lamecum teneat
et
Patencia. Sub uno
226 ipsumLamegum,Tuencia,ArauCü, Cuntabriana, Omnia, et
Trat. ÍIl, cap. V.
Sub uno
Cí'mi)ius.
227
VI.
Conimbriensis Sedes te-
neat ipsam Conimbriam, Kininio, Selio, Bime, ínsula, As-
Portugalm Custrum antiquum. Sub uno Vil. 228 Vesensis teneat ipsum Veseo, BodomirOy Submonciay
írucioney
et
Suberbeno, Osania^ Ovelione, Tiitella, Goleta, etCaliabria, qiue apud Golhos postea Sedes
Sub uno VII. Son IX. 229 Véase qué desatino
futí.
poner en escritura atribuida á Vamba el que después entre los godos fué silla siendo asi que Vamba era uno de los godos, y antes de él era ya silla Caliabria y actualmente lo era. ,
230 Iriensis teneat ipsam hiam: de Issum usque Cusande Caldas de Bege usque in oram maris Oceani. Aqui se omitió lo del concilio de Lugo, y metieron lo que está después mas abajo núm. 288. Véase núm. 236. 231 Lucensis teneat ipsam Civitatem cum adjacentibus suis, cum Cantoquia, Somes, Carabarcos, Montenigro, Purraga, Latra, Azamana, Segios, Triavada, Pogonti, Salvatera, Monterroso, Doira, Deza, Gocaro,
et
Sub uno XVI. 232 Auriensis teneat Vesu-
lea.
Buvale, Teporos, Sedisos, Pincia, Casavio, Verenganos, Sanabria et Calabazas mayogio,
,
De
Suh uno X. 233 AstoreimHteneatipsain AstoHcam.LeijionemnuperUv-
res.
bico^Beriso, Petra speranti, xitüiribis ^ Caldellas^ Marellos superiorcm el inferiorcm Senuref Frogelos, et Pericos. Suh uno XI. ,
Britanacensis teneat Ecclesias quce in vieino sunt inlro Brilones , una cuín Moí234
nasterio
Maximi usque
mine Ove. 235 Tudeiisis
in flu-
teneat
ipsam
Sub uno XV. esto se
impugnemos
tratará la
cuando
división
por
principios generales contra to-
da
ella.
§
miindu, sin explicar parroquias, coiilentándose con haberlo liecho á la larga en el Lugo de Asturias y en León. l*ero ni aun quiso rei)etir todo lo de los suevos como se vé por ,
siendo asi que sin irabajo lo podia haber ejecutado, por hallarse no solo en lo íria
;
puesto núm.
sino
IX.
Pófiese lo restante de la escritu-
ra atribuida á Vamba. Hasta aqui pusieron la división , explicando cada parroquia en particular, á excepcion de Iria. De aqui adela nte parece estaba ya cansado el formador, y tin') á abreviar , señalando á cada iglesia los términos por respecto á los cuatro puntos cardinales del
mas
lata-
mente en el cronicón Iriense, donde vemos una copiosa doen esta forma Mirus Rex Sedi suoi Iriensi contuUt Dicüceses scil. ,
:
,
Moracium,Siüines,Moraniam, Celinos, Montes, Mertiam, Taberiolos, Velegiam, Loutum, et
Amercam, Coronatum, Dermianam, Gentines, Celtagos, Barchalam, NemanPistomarcos,
eos
,
Vimiantium, Salagiam,
Farum,
Scutarios , Dubriam, Montanos, Nemiros, Prucios, Visamos, Trasancos, Lavacengos, et Arras,
Bregantinos,
et alias,
236
4-4,
tacion del rey Miro
Tiidem, cuín EcclesUs^ quoi in vieino sunt. Tárelo, Torobera, Ludo, Patre, Ágnove, Sagria, Erbilione , Áureas, Langetue, Carasino, Toruca. ítem pagi, Cauda , Ovinia , et Cartasse.
De
-^'^
la división del reif Vütnhíi.
qme
in
Canonüms
re-
sonant,
237
Esto último parece que alude á la división del concilio de Lugo , por cuanto no tenemos noticia de que en otros cánones resuenen parroquias atribuidas por Miro á silia alguna. Pero el que formó la división de Vamba, ó no tuvo noticia de estas dotaciones, ó se las tiró á quitar , pues no quiso expresar aun las mucho
256 menos
España Sagrada. que
llaman Diecesis, que se hallan en Iria en la división de los suevos. En tin, de aqui adelante se contentó con decir algo, para que se vea fué la división general; y ni aun podemos afirmar con certeza que atendió á los puntos cardinales de Oriente á Poniente, y de Norte á Mediodía pues yo hice varias prolijas pruebas, y veo que suele tomar dos puntos por la parte del Oriente de la silla, y los otros dos por Occidente de modo que aunque fueiglesias,
allí
;
:
,
ra legítima esta división, era in-
para el uso de confines, como podrá experimentar el que tenga paciencia, cogiendo v. g. las sillas de la Bética. 258 Loaysa parece que no vio el códice del Tudense, como infiero , fuera de otras cosas, porque según lo apasionado que era por la primacía de Toledo, no hubiera omitido lo que pone D. Lucas por exordio de la metrópoli de esta santa iglesia, diciendo Toletum Metrópolis , regia SedeSy útil
:
Trat. III, cap. V.
conocer siempre no ser na»da propicio ni devoto á la pri))macia de Toledo sino que «manifestó querer sustentar la «parte de los arzobispos de «Santiago, siendo autor del «distrito del reino de León, «que escribió su obra al tiem«po que, estando León des«membrado de Castilla , los «arzobispos de Santiago pug«naban de no reconocer el de«recho de la primacía á los «prelados de Toledo.» A vista de esto se infiere que esta cláusula no la formó D. Lucas sino que la halló ya puesta en la escritura atribuida á Vamba y esto bastaba para calificarla de apócrifa y posterior al tiempo de los godos; pues hasta el arzobispo don Bernardo no se usó de semejante dictado. Dice , pues , el códice de Loaysa: )>
;
,
;
foleto Metrópoli subjaceant hce
Sedes.
259
Oretum
hcec teneat: de
Galla usque Eciga
:
de Betra
quandiu huicSancto Ccetuiplacuerit, Metropolitanos teneat Primatiam. Y en verdad que el Tudense
nsque Campaniam.
era voto desapasionado
términos de Oreto, et de Mentesa, et Acci. Un códice Ms. de la santa iglesia de Toledo que está en el cajón 21 , núm. 1,
Ínter ceter os Hispanice,
que según Padilla, en Tol.
,
c(D.
,
por-
de Garibay el concilio XII de Lucas de Tuy dá á refiere
240
Beatia á esta la dejó en blanco la edición de Loaysa.
En
:
el
Tudense se
lee: j^er
dice
:
De la división Teneal de Campana tis-
de Torberca que Meníesam usque Samentam. 241 Mentesa hcec tenent: de Eciga usque Sccuram de Lila usque Pulíjcena. 242 Acciha'cteneat: de Secura usque Montnneam: de Arcatel usque Carachuel. 243 Basti luvc teneal: de Montanea usque Egestaní: de Rauca usque Fusitam. 244 Urgi Imc teneal: de Egesla usque Carlhaginem: de Gastri usque Mundam. 245 Bigaslrum hwc teneal: de Pugilla usque Nisdomianí: de Serta usque in Babam. 246 Illici ha^c teneal per :
:
:
términos Bagaslri,
el
Selabis
el De7iia.
hwc teneal de Gusto usque ad Moletam de 247
Setahis
:
:
Togola usque ad Intam.
248
hmc teneal de Sosa usque in Intam de Silva usque Gil. 249 Valentía teneal de Silva usque Musvetum de mari De7iia
237 Vnmba. 2^3 Complututn hiec teneal: de Alconl usque ad Cortem de Gusia usque ad Costem. 254 Scfinutia liar teneal: de
íkl veij
:
:
:
:
Coste usque
Fuscam
:
de Codol
usque Pinam.
O.roma luvc teneal: de Fusca usque Árlanwn, quomodo currit in camino (¡bello latín del tiempo de Vamba!) Sancti Petri, qui vadit ad Sanctum Jacobum: de Garaje usque Hermitas. Después se liablará de esto.
255
hmc teneat: de de Almet usque Mambellam 256
Secobia
:
Montel usque Vasodoto. 257 Palentia hm teneat: de Mambella usque Caltam de :
Valhona usque Fortosam. 258 Loaysa nota al margen algunas varias lecciones del Itacio ; pero si hubiera yo de notar las variedades que se hallan sobre las voces y reparticiones, seria fastidioso, y asi no quiero serlo.
Tarraconensi Metrópoli subjaceaní hoe Sedes.
usque Alpont.
250
hmc
de Alpont usque in Terrabellam: de Stizerola usque Niiuir. Valeria
teneal:
251
Secobrica hcec teneat: de Terrabella usque Obviam: de
Toga usque Brecam. 252 Arcabrica hcec leneal: de Alconl usque ad Obviam: de Mora usque Baslram.
259 Barcinona hcec teneal: de Mina usque Pagellam: de Usa usque Bordel. 260 Egara hcec leneal de de Bordel usque Paladera Montesa uscpie Portellam. 2()1 Gerunda hwc teneat: de Palada usque lustemale: de :
:
Alosa usque Pinnas.
España Saíjrada.
Í2."8
Enipuriív hwc leneant:
2()!2
de IiLstcmate iisífue Bercam: de Ventosa usque Giluam.
203 Ansona luvc teneal: de Barga usque Auratam: de B alga usqne Mcntiam. 264 Urgela /uve teneat: de Aurata usque ISasonam: de Múrela usque Valam. 2G5 Levita hwc teneat de Nasona usque ad fontem Salam: de Lora usque Matam. 26G Ictosa (¿de qué conci:
sacarian esta?) licec teneat: de Font Salla usque Portellam: lio
de
Mor ale usqne Tormelam. 267 Tortosa hwc teneat: de
Portella usque
Deniam: de Tor-
moga usque Catenam. Ccesaraugusta hcec teneat: de Moovta usque Splanam: defíibas montes usque Gordoto.
269
Osea hwc teneat: de Splana usque Cobello de Speflem usque Riberam. :
Pampüona hcec teneat:
de Cobello usque Mustelam de Lolica usque Tallam de Mustela usque Nampiam; de Sparga usque Ostrual. Este vá bien, :
:
qne
lleva
demás
Planta usque Aniajam: de Vüla inferno usque Pedem Mora ni. ''21A ¡nsulw Baleares, Majoricam, Minorieaní, Fornienteram üseticam. ,
Spali Metrópoli suhjacennt
hw 275
Sedes.
Itálica
Ulea usque
hwc
Busam
:
teneat
:
de
de Asa us-
que lamolam. 276 Asidona hwc teneat: de Busa usque ad Senam de Lotesa usque Viam latam. '¿11 Elepla hwc teneat: de Sena usque Datam: de Abisa usque Cortesam. 278 Malaca hwc teneat: de Data usque Malexcam de Temía usque Sedes campo. :
:
268
270
Trat. I¡L ea¡). V.
ocho linderos, y
los
solo cuatro.
271
Calaforra hwc teneat: de Nampia usque Spargam de Mustela usque Lacalam. 272 Tirasona hwc teneat: de Sparga usque Platenam: de AUomonte usque Millesam. 273 Auca hwc teneat: de :
279
Eliberis
teneat:
luvc
de Maleoca usque Sotellam: de
Almica usque
280
Astigí
Sedille.
hwc
teneat:
Sotella usque Parietem
ea usque
:
de
de Lú-
Raucam.
Corduba hwc teneat: de Pariete usque Ubetam de 281
:
la Galla usque
Ranam.
282
Egabro teneat: de Ubeta usque ad Malam. Sayam: de Gasta usque Suetam.
283 liwci hwc teneat: de Mala Saya usque a Balagar: de Gigara usque Calonam,
Bracarw Metrópoli subjaceant
hw 284
Sedes.
Dumio hwc teneat de :
m
1
De
1
Duma
usque Álhianí: de liianteca usque Adasam. 28o Porturale Iufc teiient: de Idia usque Losolam de Olmos usque Solani. 28Í) Tude luvc Imeat: de Losóla usque Laqunam'. de Monte aWo usque Fetosam. 287 Auria hree teneal de Qisanca usque Silum: de Vereganos usque Calahains myorcs. 288 irla luec teneal de Iso usque Cusaram: de Caldas de (Breusquein oraní maris Oceani. :
:
:
289
Luco ha'c teneat: de ÍAiquna usque fíussam: de Monte Soto usque Quintanam. 290 Britonia de Bussa usque Torrentes: de Octova usque :
Tobellam,
29
ad Ovem.
Astorica ho'.c teneat: per
oram vios.
et us(¡ue
vallis
Cavcer,
Humar ia,
Vamha.
la división del rcíf
per
et
scilicet^ et
flu-
Ubi-
Egeditania luec teneat: de Sala usque Navam de Sena us(¡ue Muriellam. 29()
:
297
Conimhria ¡uve teneat: de Nava usque Bergain: de Torrente usque Loram.
298 Veseum Jmc teneat: de Borga usque Sortam: deBonella
usque Ventosam.
Lamecuní
2í)9
Enierilfe Metrópoli subjaceant hce sedes.
292
Pace haec teneat: de Balagar usque ad Crocam: ad Montem de Olla usque Marabal.
293 Olisibona luec teneat: de Darca usque Ambiam: de Olla usque Matam. 294 Elbora lime teneat de Sotobi'a usque Petra de Hucella usque Paral am. 295 Eoconoba ha'c teñen t: de Ambia usque Salam: de ip:
luec teneat:
de Sorta mque Petraní: de Tara usque Orlosam.
300
Caliabria luec teneat:
de Soria usque Albeniam: de Soto usque Farani. 30 Sabnantica Iküc teneat: de Albenia usque Sotobram: de Busa usque Siberam.
302
Nunmntia
luee teneat:
de Peñagodisse usque ad Tormem super Utos Balneos: de Valle de Bege usque Dorium. De Vil I alai k usque Oler uní de
Fumus:
goy per Berco, el Tarara.
239
secas
usque Breto
Bivulum
siccuní
de Tarara usque Dorium. Aqiii cár^ó la mano como en Pamplona. Véase nú:u. 317.
303
:
Aínda lime
Petra usque Villam usque Torrero.
304
Cauria
teneat: ds :
de Víasto
luec teneat: de
Tagum: de Asa usque Pumar. Villa
usque
:
sa usque Turreni.
Narbonw
Metrópoli subjaceant lúe sedes.
505
Beterris luec teneal: de
España Sa orada.
íiO Staleth usque
Bavcinona
:
de
Macai usque Ribafora. 306 A(jatha hcec teneat: de Nusa usque Riberam: de Gallar usque Miriam. 507 Maijalona luec teneat: de Nusa usque Ribogar: de Castello
millia usque
Angoram.
Tral. ///, cap. V. taba) in Concilio Toktaiio, ubi
omnes Archiepiscopi
Episcopi convenerant quce subscripiione o ni) Uuní confírmala suiít^ Quiriaco ToLetano Archiepiscopo Priniatia^ dignitate, et Fide Catholica consistente. et
:
512
Statulum
est prceterea
omnes Cleviverent secundum Regu-
508 Nemauso haec teneat: de Busa uscpie Angoram: de
in dicto Concilio, ut
Castello usque Sambiani. 509 Luteba Jmc teneat: de
lam Sanctissimi Patris
Samba usque Rabaval: de AnMontem rufum. 510 Carcasona hcec teneat: de Monte rufo usque Angera m: de Angosa usque Montaña. Etna hcec teneat: de 511 Angera uscpie Rosinolam: de ges usque
Laterosa usque Lamusam. Hce sunt Sedes harum dua-
rum Hispaniarum
octoginla,
sub dominio Gothorum.tam Archiepiscopales,quamEpiscopales, per quas nobis ministratur Yerbum Dei, quce á Romano Pontifice accipiunt
Communio-
nem CatholiccE veritatis ut secundum Traditionem, et doc:
Sanctorum Patrum, animas sibi commissas valeant
trinam
gubernare. Hcec igitur nostra institutio,
quceassensuomnium
Archiepiscoporum,etEpiscoporum dictarum Sedium auctore Deo, facta est, firma permaneat in ceternum. Hcec om7iia supra scripta legit gloriosus ,
Rex Itflm/w
(un secretario bas-
rici
Isidori,
prout continetur in libro ejusdem de honéstate Clericorum. Et quicumque Archiepiscopus, Episcopus Abbas Claustralis, vel Soícularis, pro dignitate, vel ordine, aut aliquo Ecclesiastico minam daret Regi, beneficio sive aliqum atice personce, ille excommunicatione perpetui anathematis innodetur. Esta es la escritura según la publicó Loaysa; y aunque ella acaba aqui, todavía prosiguió Loaysa en copiar otra parte del Itacio de Oviedo y códice Toledano, que se pondrá después y se examinará, por ser hermana carnal en los desaciertos v gravísimos perjuicios que ha causado á la verdad de la historía y á la santa iglesia de Oviedo. Y advierte Loaysa que en,
y
mejor que púdola mala escritura de estos catálogos, y con todo eso quedaron ¿qué tal tantos malos latines
mendó
lo
:
seria el original? {Pág. 144.)
515
Todo
lo
que
se dice
De en
el
niim.
511
la división del rey
prueba que
como
Vamha. debia
241 título del síno-
el
cion de Toledo, y de ningún
do. Al simoiiiaco señaló exconiunion perpetua el ((ue inven-
modo
tó esta división
esto es posterior á la restauradel tiempo
de los godos, como se vé porque no suelta de la mano la palabra av^obispos. Insiste también en que esta división se hizo en concilio general
,
á que asis-
todos los arzobispos y obispos y ya vimos que en tieron
,
liempo de Vamba no hubo concilio.
ne á
En
el
tal
;
manifiesta que (juiso reducirlo todo al concilio XI de Toledo, el tit.
V
niendo en el tit. 9 que antes de la consagración declare el obispo electo estar libre de semejante mancha. Mirando á esto el formador de las actas formó aquellos dos cánones con nueva declaración de su materia por cuanto la opinión que prevalecía por entonces fué que se hizo la división en el concilio XI de Toledo; y esto tomó tanto cuerpo hasta hoy, que el cardenal de Aguirre lo ingirió en el título ó cabeza del concilio, contra lo que halló en Loaysa pues este, aunque lo puso en sus notas, veneró ;
IV.
íin
,
;
,
§ X, Muéstrase la ficción de esta escritura por los desaciertos que se incluijen en el texto de los
§§
precedentes.
se ocurre á los
excesos de los clérigos, y en el tit. VIH á la simonía; previ-
,
co-
en ló í{ue se conoce que no tuvo por delante al concilio \1 , pues este en el tit. L\ solo la fulmina por dos aiíos y si en aquel espació se mostrasen los reos arrepentidos los absuelve y restiluye á sus honores,
modo de
pues en
,
núm. 312 po-
posdata, des})ues de lo que dice firmado por ochenta prelados, los dos cánones que refiere y en esto
TOMO
nio pone en el
de Vaniba
514
Estadivision tiene otra
monstruosidad en ser abundante y defectuosa. Las doce sillas del dominio de los suevos las pone dos veces: una señalando todas sus parroquias en particular, y otra por los cuatro puntos; y esto último es del todo supéríluo, porque la diósi ha explicado toda v. g. de Lugo, diciencesi do una por una todas sus parroquias, ¿á qué fin entra luego á decir que tenga de tal parte á tal parte? Oiga que todas doce gocen lo que acaba de señalar, y no gaste pergamino y tiempo en añadir unos términos mas oscuros que los ,
31
242
Espniía Sagrada. Tral. III, caí). V. ([ue puso antes. V advierte ([iie sa á la Hiera de las Arenas, en la repetición ya no suele que entra en el IJahreíjat , coexplicar ninguna de las parnio determinaremos al liahlar rocpiias que se nombraron ande su iglesia. Y Jctosa, sea ()
mas que lo quiso esforzar el P. Gerónimo Uoman de la Iligüera citado por D. Nicolás Antonio en su lib. 2 cap. 4, Censura de historias fahulo.sas, no logró que D. Tomás Ta,
,
mayo
se persuadiese á
ello
y sobre su Luitprando, pág. 156, que sin razón querian aplicar á Guadalajara las glorias propias de Compluto, y ,
asi dijo
que era idea de los modernos el haber introducido en Luitprando la reducción de tal Gwadalfajara. Todos cios provienen
estos perjui-
no de
malicia sino de la ignorancia de los que fabricaron semejantes la
catálogos, y de los que no reparando en sus grandes desaciertos pasaron á publicarlos, El tronco de todo esto es el
de Oviedo, donde se puso un tratadillo con título de Itacio
Mtitata
gun
nomina CAvitatum,
se-
en mi índice y se previene al margen, que es como se encuentra en el Tudense y se imprimió en el tomo 4.° de se halla
España ilustrada, pág. 58, donde hallarás otras redúcelola
nes bien ridiculas. 340 Volviendo al catálogo propuesto, no se debe omitir que en el núm. 328 escribe \)ro\\ñcm Carpetanice,NOz qne desde Gundemaro no volvió á sonar mas en tiempo de los godos. Con que no solamen-
Trat. 111, cap.
V.
aumenta, quita y coufunde sufragáneos, sino tamhiru hace nueva provincia á la que nunca lo fué. Muéstrase demás de esto no haberse escrito aquel catálogo en tiempo de los godos, por la barbarie de te
voces Calagurra, Iplicea, Caucolibium, Neumasum, en lugar de Nemausum, Iliberi, Hipa ó Elipla Calagiirris: Tortosa por Dertosa; y en nombrar á Almeria se conoce las
,
ser posterior á los moros.
El Festabole que aplica á Poi'to se halla descartado por Eslazo en sus Antigüedades de Portugal, cap. 73, núm. 34, donde dice, que aquel nombre era sospe-
choso por no hallarse en la división de los suevos, ni en Morales que vio muchos ori,
y es nombre inaudito para los naturales, por no haliarse en escrito ó escritura alguna, y asi concluye: «No «recibimos tal Festabole, co))mo ajeno, incógnito, ó in«troducido por yerro. Ni me«nos la signiticacion de Puerto allano ó Playa nueva forja«da en la oficina de Fr. Ber«nardo Brito, porque no veo «quien pueda afirmar ahora «esto de lengua tan antigua, «salvo si resucitó algún sue«vo medio desnudo por fal»ta de pieles con que cubrir«se, como César los pinta, para ginales;
,
,
De «declarar cosa
de tanta
»portancia.« Véaseallí
ni'iin.
¡ni-
25
y sig.
Otro principio general para la impugnación de estos códices es que todos incluyen 541
Ja división atribuida á (Constan-
tino
Magno; y
del
modo que
imprimió I.oaysa, pág. 1 43, cualquiera podrá conocer sus desaciertos, según lo prevenido hasta aqui; porque bastaba paradarlapor apócriíii, el que reducen á tiempo de Constantino las sillas que fueron muy posla
teriores á él, v. g., Caliabria,
Dumio
y Porto, que no fueron obispados, ni aun fueron, has-
tiempo de los suevos, y con lodo eso las hacen catedrales en tiempo de Constantino por suma ignorancia de la IJistoria. Lo mismo en Ictosa y Numancia que nunca lo fueron. Y es tanta la conformidad de la copia atribuida á Conslantino con la de Vamba, que el inventor del cronicón de Luitprando, al tratar de la división de Vamba, dice, que la hizo según dividió Constantino Magno en otro tiempo las sillas con sus términos y limites, en el concilio general que juntó en Toledo con autoridad de S. Silvestre, y al cual se decía haber ta el
mismo Constantino, división de Vamba corres-
asistido el
Si la
ponde y
se
251
la división del reij Vaniba.
mide por
la
de
Constantino, es la iiiia tan íingida y apócrifa como la otra. Y viendo que todo esto es parto ó aborlo del /írtdo, podrá conocer elP. Contador de Árgote y todos cuantos le sigan, si fué su «autor alguna persona eru«dita y práctica en la historia » eclesiástica de España,» como dijo en sus Memorias, pág. 772. Hesta recopilar el 342 tiempo en que se inventó la división de Vamba y el Itacio en que se halla. Sobre lo cual supongo que el códice Toledaño citado por Loaysa y enlazado con el de Oviedo no añade autoridad á este, pues el uno es copia del otro, aunque en el de Toledo omitieron algunas cosas que parece no les sonaron bien como se infiere de las notas marginales de Loaysa, en especial pág. 139. ,
El Toledano es copia del Ovetense, y no al revés, pues aquel se escribió en la era MCCXCl,
año IMCCLIil, como
se
lee al
del códice 5, del cajón 21 mas antiguo que el primero del
fin
mismo
donde después del medio se llalla la misma división. Siendo el códice de Tocajón,
ledo del siglo XIII y el Ovetense del XII, es preciso decir que aquel es copia de este, y por tanto no añade autoridad. El
tiempo del Itacio de Oviedo es el mismo que el de I). Pelayo,
»
España Sagrada.
í252
su obispo, según se dijo en el § 111. La parte de la escritura atribuida
allí
á
Vamba
terior á la exención de
es pos-
Oviedo
y de León mencionadas en ella, También es menos antigua que la silla de Zamora, pues esta se contiene en la división con
nombre de Numancia. En XI no
del siglo
el fin
se habia inven-
tado todavía este instrumento; porque en el año 1088, en que se tuvo el concilio de Husillos, de que tratamos mim. 139, sabemos que se halló el obispo de Oviedo antecesor de don Pelayo ; y pues ni este ni nin~ gun otro prelado tuvo noticia de semejante escritura del rey Vamba es prueba que no habia en Oviedo por entonces tal
Trat. ¡II, cap. V. del año
1124 en
de diciembre, se debe suponer concluida la de nuestro asunto antes del año 1124 en que el citado instruniento la menciona. Pero de ningún modo se puede reconofin
cer formada antes
del Itacio
Ovetense que es el tronco á que todos recurren sin que hasta hoy se haya descubierto mención de semejante cosa antes de la edad de D. Pelayo de Oviedo, esto es, antes de la en,
,
trada del siglo XII, que es la única antigüedad que recono-
cemos en aquella escritura. 544 Hasta aqui parece que buena
en ninguna otra iglesia tal concilio ó división con atribución á semejante reinado ni sin ella, pues se hallaba po-
de unos á otros ha disculpado á todos: ya según los fundamentos que se han puesto, parece que se debe suscribir, y yo suscribo, á la censura del autor referido en el núm. 198, «que el concilio y »la escritura que en CvSte punto
sitivamente desconocida.
»se atribuye al rey
,
Itacio, ni
343
En
délos límites que señala á Zamora se debe dar posterior al año 1118. Y si es verdadera la escritura que menciona Colmenares en la historia de Segovia, pág. 112, por vista
la
fé
Vamba no
» merece
crédito alguno, y se «debe anular y repeler del to-
»mo de
de Loay»sa y de todos los demás en «que se halle. los conciHos
:
De aUjunos
CAPITULO De algunos
'¿'"m
caláloijos españoles.
VI.
catálogos antiguos españoles en que se pone la divi-
sión de las provincias eclesiásticas de España.
345
Ya que hemos
apócrifo de
la
visto lo
división de ohis-
pados que se atribuye á Vamconviene examinar otros ba documentos en que se hallan divídidas las provincias por sedes pontificias , por ser propio de este sitio lo que pertenece á división de metrópolis en comun y constar que no pocos se alucinan con el crédito no bien merecido de algunos ca,
,
tálogos antiguos. 346 El instrumento
mas an-
punto de parli-
concilios, en
cion de obispados, es
cro-
según le Emilianense pone Berganza en el tomo 4 de las Antigüedades de España, pág. 548. Escribióse este cronicón en el año 883, como se dijo en el tomo 2, pág. 80; y hablando en el principio de la descripción de España, dice que se dividió en seis pro vi ncias, á que estaban reducidos todos los obispados, en esta nicon
,
conformidad
tiguo que hallo, fuera de los
Habet Provincias VI cum Sedibus Episcoporum. Prima Carthago, quce est Carpentania. ^
Toleto Metrópoli habet siib se , id est
Oreto.
Dianum.
Complut
Biatia.
Castalona.
Sigonza.
Urci.
Valentía.
Oxoma.
Bigastre.
Valeria.
Secobia.
Hice.
Secobrica.
Palentia.
Satabi.
Arcabrica.
XVII.
Secunda Provincia
Bcetiea.
Hispali Metrópoli. Itálica.
Astigi.
Assidonia.
Córdoba. Egabro.
Arepla.
el
2o'i
EsjMuia Sagrada. Tral. ¡11, cap. Vi. r>íalaca.
\íi
Acci.
iX.
llliberri.
Tertia Provincia Lusitania.
Emérita Metrópoli. I^ace.
Caliabria.
Olixbona.
Talamantica
Exonoba.
Abiia.
Agitaunia.
Talabayra. Elbora. Et Caurio.
Conibria.
Beseo.
Lameco.
XIII.
Quarla Provincia GaUiciensi. Bracara Metrópoli.
Dumio.
Iria.
Portucale.
Luco.
Tude.
Vittania.
Auriense.
Et Asturica. VIH.
Quinta Provincia Terraconensis. Terracona Metrópolis. Barcinona. Egara.
Dertosa. Csesaraugusta. Osea.
Gerunda. Ampurias. Ausona.
Pampilona. Auca.
Urigello.
Callagurre.
Illerda.
Tirasona. XIIII.
Sexta Provincia Gallia
non
est
est
ultra
mare Tingitana.
de Provinciis Spanice
rum
,
sed sub regimine Golho-
erat, ita
Narbona Metrópolis. Agate. Magallona.
Luteba. Carcassona. Elena.
Neuiiiase.
Tolossa.
Beterris.
.
algunos catálogos españoles. 255 Este catálogo tiene 3i7 quitando de ella á Tuccí. En alguna desíignrncion en los Mérida pone á Talabaijra, de cuyo nombre no hemos tenido noinbros, no lanto por usarse obispado, ni la Lusitania tuvo asi en el siglo I\, cuanto por trece sillas antes de haberla en defecto del escribiente, pues Zamora, laque no habia cuanse vé que no tiene constancia en la voz metrópolis, usando do se escribió el cronicón Emilianense. inas frecuentemente de metroEn Narbona pone «í Tolosa, lo que ya dijimos poli, al modo que en la cuarta núm. 558, que no sucedió asi provincia pone Galliciensi, y en tiempo de los godos; y por en la tpiinta Terraconensis. En tanto se intiere que la formani la falta de ortografía fin, cion de este catálogo no se hini la de latinidad defraudan la antigüedad del siglo IX, antes zo por noticias originales, bien son testigos de aquel 519.. El segundo catálogo tiempo. y división de provincias es 5-48 el que se halla en el libro de Esta antigüedad de mas de ochocientos años es lo concilios del Escorial que comunmente se nombra el Emii'mico que venero en este documento; pero por sí solo no lianense, y Loaysa le intitula Hispalense. Este se escribió en es capaz de decidir, por estar diminuto en unas partes, y en el año 962, según lo prevenido en el apénd. III del tomo preotras redundante. En Toledo omite á Bastiy Mentesa y Acci, cedente. El Sr. Loaysa copió poniendo á esta última silla en y publicó la división en esta la Bética, á que nunca tocó, y forma. J)r
DIVISIO PROVINCIARUiM HÍSPANLE
ET EARUM SEDIÜM.
PROVINCIA GALLEÓLE.
Rrachara Metrop olis.
Dumio.
Portucale.
Auriense.
(^onimbria.
Eguitania.
Tude. Luco.
N'eseo
Iría.
Laineco.
Britona.
Vetica.
Astorica.
256
España Sagrada. Tral.
íll
,
cap. Vi.
PROVINCIA GALLI/E.
Narboiia Metrópolis. Caucoliberi.
Luteba. Magalona. Nemis. Eiiemaso. Elena.
Carchasona. Biterris.
Ágata.
PROVINCIA LUSITANL'E.
Emérita Metrópolis.
Caurio.
Avela.
Exonoba.
Salmantica. Elbora.
Olisíbona.
PROVINCIA CARTHAGINIS.
Toleto Metrópolis.
Díanío.
Compluto.
Selabi.
Segontia.
Carthago.
Oxoma.
Bastí.
Palentia.
Mentesa.
Valeria.
Accí.
Oreto.
Biacia.
Valentía.
PROVINCIA Spalis Metrópolis.
BETIC^.
Egabro.
Itálica.
Elíberí.
Elipa.
iVI
Astigis.
Asidona.
alacha.
Corduba. PROVINCIA
Tarracona Metrópolis. Dertosa.
Caesaraugusta.
Tyrasona. Calagurris.
Auca. Pampilo.na. Osea,
1^ARRACONENSIS
Elerda. Barcinona.
Egara. Ausona. Gerunda. Impurias. Orgello.
2o7 algunos catáloijos españoles. 550 Este caü'ilogo tainpo- duración no fué inferior á la 00 tiene mas recomendación de otras que propone este caque la del tiempo, muy ante- fálofío. 555 De aqui infiero que por rior á la formación de la esel silencio ([uc se baila en escrilura atribuida á Vamba, pues tos instrumentos no se debe ará lo menos la precede en siglo y medio, y por tanto no men- güir contra la antigüedad de alguna silla ni probar la anticiona á Numancia por no haberse erigido en aquel tiempo güedad del catálogo en fuerza la silla de Zamora. En lo dede no bailarse en él tal ó tal mas tampoco debe prevalecer obispado. La razón es, porque de un documento que refiere su autoridad, por tener los mismos defectos que el catálogo una silla mas moderna no se precedente, en ser diminuto y puede decir que es anterior á redundante. ella y mucho menos que pre551 A Braga le señala tre- cedió á la erección de aquella ce iglesias sufragáneas siendo mas antigua cuya noticia omiasi que jamás llegó á tal núte, porque antes bien se infiemero; porque Vetíca nunca ha re de esto lo contrario: v. g., sido silla. En Narbona pone en la metrópoli de Toledo omidos obispados mas de los que te á Urci y propone á Comphila corresponden haciendo cato. Bueno fuera que de aqui tedral á Colibre y dividiendo á se intentase probar que ComNismes en dos sillas , una con pluto era obispado mas antinombre de Nemis y otra con guo que Urci ó que era anti¡el de Enemnso que denotan quísimo este catálogo por omiuna misma iglesia. tir en Toledo la mención del 552 En Mérida omite á Píí- Urcitano y otras cinco sillas. ce y k Caliahria siendo cierEsto seria ciertamente desatito que existian cuando Braga no, porque Urci es silla mas gozaba de las sillas que la atri- antigua que Compluto. Otro buye este catálogo. A Toledo ejemplo se toma del silencio la quita á Segovia, Urci, Bide Segovia. El que infiera por gastrOy lllici Secobrica y Aresto que la formación del doconstando que eran cumento se hizo por noticias cabrica sus sufragáneas antes que se anteriores á la erección de la tenga noticia de la silla de Bkino arguye silla de Segovia da que aqui se la atribuye. En bien, porque en tal caso no Sevilla omite á Tucci cuya se mencionaria á Biacia cuI)c
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
tomo
IV.
,
33
258
Esijaña Sagrada, Trat. III, cap. VI.
yo obispado que Segovia se omiten.
es ,
Y
monos
aiiti^^uo
y otros que aqui asi sabiendo co-
mo
sabemos la edad de estos no hay que andar catálogos ,
investigando mayor antigüedad, ni cuidar mucho de lo
que conste solamente por ellos, pues el tiempo en que se hicocieron no era de cultura mo se vé por lo que se ha no,
tado.
354
Si esto
que
no
te basta, re-
estado propuesto sobre las provincias de Mérida y de Braga es el anteflexiona en
el
de Piecesvincomo se prueba por atri-
rior á la división to,
buir á Braga todas las sillas del tiempo de los suevos, y qui-
que esta metrópoli restauró en el reinado del mencionado principe. Por otra parte se conoce que se guió por memorias posteriores al concilio I Bracarense, por cuanto solo después de este hubo el número de las trece catedrales que propone no contando la Vélica por no haber sido silla. Supuesto esto, erró en poner á Lugo por sufragánea constando que en el tiempo de los suevos fué metrópoli: tar á
Mérida
las
,
,
y asi, mirado el estado anterior á los godos no debió con,
tar á
Lugo
entre las sufragá-
neas. Si se mira el espacio
que hubo desde Recaredo á Recesvinto, en que Lugo era sufragánea, no debió quitar á Mérida el Pacense y Caliabriense,
cuyos obispados la pertenecian ciertamente por entonces como se vé por los concilios de aquel tiempo. Tampoco debió ,
Tuc'citana, ni poner en Toledo á Cartagena porque Tucci existia en aquel espacio y no Cartagena. Si se mira el estado posterior á Recesvinto, no del3ió poner en Braga las iglesias que puso, quitando cuatro de ellas á Mérida que consta fuequitar á la Bética la
silla
,
,
ron suyas desde entonces hasta el pontificado de Inocencio IIL Con que en ninguna combinación es verificable el conjunto monstruoso, por falta y redundancia, que ofrece este catálogo ; y asi por sí solo no merece aprecio.
355 Otro catálogo pone el Sr. Loaysa desde la pág. 133, que dice se tomó de un libro Ms. en letra gótica de la santa iglesia de Oviedo, y dice asi:
.
De IN
259
alijunos caUUoijos españoles.
NOMINK DO.MIM NOSTIU JKSL
CIIKISII,
NLMRHLS SEDILM HISPANIEXSIUM ET IjTS'IUSCULSQUE IMIOVLNCI/E SEDES SLO METROPOLITANO SL'HSCIUPT/E , USQl E IN RHODANUM AMNEM, INCIPIT
:
ID EST.
Mentesa.
Toleto snbdilic. Arcabrica Illici. Compliito Sctabis. Segontia. Dianium.
Acci.
Valeria.
Oxoma.
Bastí.
Valentia.
Secobia.
Urgi.
Secobriga.
Palentia.
Meti'o¡)oli
Oreto. Bealia.
Sub uno XX.
Bagastri.
Metrópoli Spali subdilai. Corduba Malaga.
Itálica.
Asidona.
Elberris.
Egabro.
Elepla.
Astigi.
Tucci.
Siú)
uno X.
Meritae Metrópoli subditse.
Pace.
Viseo.
Olixibona.
Lameco.
Exonoba.
Caliabria.
Elbora. Abela. Salmantica.
Egitania.
Caiiria.
Numantia,
Conimbria.
Sub uno XI¡II.
i.
Bracarse Metrópoli subditae. Diimio.
Auria.
Britonia.
Portucale.
Iria.
Astorica.
Tilde.
Lugo. Sub uno VIIII.
Tarracona? Metrópoli subditae. Barcinona. Urgello. Osea. Egara. Pampilona. Lerita.
Gerunda.
Ictosa.
Galaforra.
camora.
España
200
Sayi'ada. Trat. 1¡¡, cap. VI.
Tortosa. Caesaraugusla.
Enipurias.
Ausona.
Tirasona.
Auca.
Síibuno XVI.
Narbona Metrópolis. Beterris.
Nema uso.
Agatha. Magalona.
Luteba. Carcasona. Siib uno IX.
Tolosa. Elna.
Et sub uno Sedes Hispanietises, absque Provincia Tingitania usque ad mare Oceani, qui eas circundat. Sedes LXXXII, léase LXXVIII, exceptis Legione et Oveto, quse nuUi umquam Metrópoli fuerunt subditge.
356 lia
De
este
modo
se ha-
en Loaysa, con solaladife-
rencia que
allí
nombres de
las cuatro últimas
se repiten los
metrópolis en el primer lugar de las sufragáneas lo que yo he omitido, no solo porque ;
metodo de las dos primeras metropolis, donde no pone el nombre de Toledo y Sevilla en la línea en que están las sufraganeas, sino porque es preciso que debajo del título v. g. Bracarce Metrópoli subditce no se ponga á Braga, porque no puede ser sufragánea ó estar salga conforme
sujeta á
sí
con
misma
;
el
y
asi des-
no puede expre^arse la metrópoli, que se halla ya mencionada en la
pues de aquel
título
cabeza.
357
En
los
números de
la
he corregido también el de XIIU en Mérida; porque aunque en Loaysa y Aguirre se lee sub uno XÍII, consta deberse poner XUII, recapitulación
número resulta del contexto, donde vemos que al porque
este
prelado de Mérida le tocan catorce iglesias , incluida la suya, como se incluye en la
suma de Toledo y Sevilla. Lo mismo se autoriza por la edicion de este mismo catálogo en el tomo 2 de la España ilustrada, pág. 8o0, donde se ponen XÜIl
en la Lusitanía, diciendo sub mía XIIII. En la Tarraconense solo se halian XIIÍI en el texto de la España ilustrada, y XV en el de Loaysa; ambos están defectuosos, debiendo ser XVI según el autor de este catálogo. En sillas
De ahjunos
201 estuvo en dominio de los godos. Excluida Tolosa y Ictosa, por no haber tocado aquella á Kspaña ni haber sido esta episcopal, el total de las sillas anliguas de estos reinos suma se-
caláloijos españoles.
todas las seis provincias proponen unos y otros li^
Suma
el
número de
tle
LXXXU
,
lo
que
también es yerro, pues incluidas todas no resultan mas que
LXWUI. 358 Este catálogo es mas moderno que los antecedentes,
lenta
se
35í)
En
la
Zamora y
León. edición citada de ni á
España ilustrada se previene, que entre los nombres de Gerona y Ampurias se hallaban añadidos con letra muy antigua los de las islas de Mallorca, Menorca Formentera y Ibiza, los la
prueba por
dos sillas de Numancia y Ictosa que no se oyeron antes, y por la expresión de que León y Oviedo siempre fueron exenlas. En Narbona pone por sufragánea á Tolosa, como se lee en el catálogo primero de este capítulo y en el puesto número 331, y por tanto yerra en señalar nueve sillas en la Galia Narbonense, no habiendo tenido mas que ocho mientras las
,
cuales se ingirieron en
el
texto
en otro códice de la misma iglesia de Oviedo que no era
Todo hermandad de gótico.
con
la división
esto
califica
la
catálogo
este
Vamuno mas
atribuida á
merece lo autoridad que lo otro. ba, y asi no
CAPÍTULO De
seis incluida
no contando áOviedo
por([ue se formó en la oficina donde se hizo la división de
Vamba, como
?/
VIL
otros catálogos extranjeros de las provincias de
España.
.§!•
pénese
de la Real Biblioteca de París, mostrando que en lo que mira á España se hizo sin conocimiento.
el
El ilustre abad Carlos de S. Pablo puso al fin de su Geografia Sagrada una noticia de los cinco patriarcados, que empieza Sancía Romana Ecclesia, sacada de la biblioteca del
360
rey de Francia, donde entre los demás límites del Patriarcado
romano
obispados de España, reducidos á solas cinco metrópolis, por estar ya separada la Narbonense en el refiere
los
.
España Sagrada.
t2G:2
tiempo en que se escribió esta noticia, que fué después de los catálogos precedentes, esto es, desde el fin del siglo XII en adelante.
No
Traí. III, cap.
Vil.
me
he reducido á proponerle porque no perjudique á escritores de afuera, y se vea lo general que fué en tarle, y solo
se sabe el autor
de este instrumento, pero consta que no estuvo bien informado de las cosas de España, porque fueron tantos sus yerros que estuve determinado á no men-
aquellos siglos oscuros rancia.
la
igno-
Dice pues la edición de Carlos de S. Pablo, en París, año de 1641, en la pág. 66 del Parergon: o()l
Archiepiscopus Terraconensis hos habet Suffr.
Barcinonensem. Gerundensem. Leridensem.
Ausonensem,
Hylerdensem. Oscensem. Tirasonensem. Galoguritanum,
sive Vicensem.
Csesaraugustanum Serragoeensem, vel
Nunmacensem.
Dortosensem. Pampilonensem.
Urgellensem. Archiepiscopus Toletanus hos habet Suffr.
Seguntinum.
Segobiensem.
Oxomensem.
Concensem.
Burgensem qui Domini Papae.
Segobricensem.
Accinctinensem.
Palentinum.
,
est
Archiepiscopus Emeritensis vel Compostelanus hos habet Suffr.
Abulensem. Placentinum. Elborensem. Salamantinensem.
Amacensem. Egitaniensem.
Cannensem. Civitanensem.
Ulisbonensem. Legionensem, qui est
Domini Papge. Ovetensem, qui Domini Papas. Zamorensem.
Archiepiscopus Bracharensis hos habet Suffr.
Portugalensem.
Lamecensem.
Astoricensem.
est
De
205
oíros catálogos e.iiranjoros.
(loliinl)rienseni.
Lucensern.
\isenscm.
Aiirienscrii.
Tiidonscm. Miiidunicnsem.
Arcliicpisrojms ílispalcnsis hos Iiabet Siiffr. Valenciensem. Spala. Ugria. Deinia.
Petrosa.
Goram.
Sibilliensem.
Conipliitum.
Meleyda.
rbedaniim. Cnrdul)ensem.
Maleclia.
Sativa.
Fornicntaria.
Alacha.
Granada.
Alclioroz.
liaecia.
Accintina.
Almaria.
Olisepona.
Url)s deserta.
Monoqna.
(iibaltaria.
Thariif.
Gaparra.
Scpta.
Lucerna. Ventosa.
Adama; sed
Geyr.
362 ciertos
que
Son tantos
los desa-
que aqui se incluyen,
parece superfino mencionarlos. En Tarragona hace dos obispados de Lérida, pues el Leridense é Ilerdense son nombres de una misma ciudad. El Numacense no fué silla, v aun admitido obispado de este casi
nombre, nunca perteneció á Tarragona, si no que el autor de este catálogo hubiese errado, como otros, en juzgar que la antigua Numancia fué Zaragoza, que es á lo que parece alude
el
nombre Serva goeense:
V dado esto incurrió en otro yerro de añadirle sobre el Cesaraugustauo.
565
(1)
En Toledo
Tomo
ciplina y rtVos
4. A])arato
está
muv
para la Disde Porlu-
ecleaiáslicos
F^vitia.
haec qua-
tuor deserttT snnt.
diminuto, quitándole
sillas
que
cuando se hizo este catálogo, y poniendo una de nomí)rc nunca oido, cual es la Accinctínense, si no que entienda por ella la Accilana. El señor Almeyda dijo que podiaser la Giennense (1); pero la alu-
tenia
sión de la voz favorece
mas á
Acci\ y yo creo que ni una ni otra se entiende por aquel
nombre
pues cuando se formó este instrumento no se habia restaurado GuadLc ni Jacn., y el autor parece que miró á las iglesias actuales; por lo que omite muchas de las antiguas que ciertamente fueron de Toledo.
,
Por otro lado
se infiere
que esta omisión provino de
gal.
Apénd. IV,
pág;.
163.
.
20i
España Sagrada. Trat.
i^niorancia, atribuyendo á Se-
obispados que eran de la Cartaginensc, como se vé en Compluto, Valencia, Denia,Játiva, Baeza y Ubeda. En esta parte incurrió en unas alucinaciones ó ignorancias intolerables, porque sobre poner en villa
Sevilla
iglesias
que jamás
pertenecieron, hace
sillas
la
á las
que nunca lo fueron, y en las que tuvieron este honor corrompe la identidad y hace dos obispados de uno, como en Ubeda y Baeza; y aun en la
III, cap.
á Sevilla, dejándola ya puesta en la metrópoli de Mé-
oiría
por Evüia y Formentaria entendió las islas de Ibiza y Tormentera, estas nunca fueron cabeza de obispados
rida. Si
que convienen á una sola ciudad, hitroduce también nombres de lugares que ni tuvieron silla ni es fácil explicar dónde estuvieron, como Ala.cha, Petrosa, etc. Y en los que se trasluce algo por su alusión se convence que no han sido obispados, ria
si
entiende
Tharuf
mo de
como en
si
Gibaltaá Gibraltar, ó
equivocó
el
sinóni-
Tarif, cual se llamó el
monte de Gibraltar por
el
mo-
aunque
distintos, lia,
Ibiza fué si-
ni pertenecieron á la Béti-
En
creo será molestia el detenernos mas sobre un instrumento bárbaro en esta parte y desconcertadísimo; propuesto solo para que se vea ca.
íin
que no merece crédito.
misma Sevilla multiplica los nombres de Spala y Sibüliense,
Vil.
§
II.
Del catálogo de la Biblioteca
Thuana. Otra división propone el expresado Garlos de S. Pablo, copiada de un antiguo manuscrito de la biblioteca de Francisco Thuano, que se formó con noticias
mas puntuales.
364
Dice asi en la página 8o del Parergon, torneando, como en lo antecedente, la parte que pertenece á España:
ro Taric. Si por Olisepona entendió á Lisboa, erró en redu-
Arckiepiscopus Terraconensis hos habet Suffr
Barchinonensem. Hilerdensem. Galaguritanum. Dertosensem.
Gerundensem. Oscensem.
Ausonensem,
Urgellensem.
Tyrasonensem. Caesaraugustanum.
Pampilonensem.
vel Vicensem.
.
De
2r>5
otros cala Ionios extranjeros.
ArrJiiepiscopus Tolletanus hos ¡labet Suffr.
Oxonicnscin. Segobricenseni.
Sr¿íinitium.
Palcnt iiim
Biirííciiseni
excmpt. Segobiensern.
Concensein.
Archiepiscopus Emeritensis id est, Compostelanus hos habet Suffr. ,
Abulensem. Elborensem. Legionensem, exempt.
Placenlinum. Cauriensem. Oveteiisem, exempt.
Civitateiisem.
Egilaiiiensem.
Salmanlicensem. Ulixboiiensem.
Camorensem.
Arrhiepiscopos Bracarensis hos habet Suffr.
Portugaliensem.
Coliiíibriensem.
V^isonsem.
Eaiiiolensem.
Auriensein.
Tiidensem.
Lucensem.
Astoricensem.
Minduniensem.
No pone
365
provincia de la Bética , por no estar Sevilla conquistada en el tiempo que se hizo este catálogo; por cuvo motivo la omitió también la
Vaticano , que se pondrá después. 066 Este documento carece de los defectos que se hallan en el antecedente; y es una bella descripción del estado que tenia nuestra Iglesia en aquel tiempo ; esto es al fin del siglo XII y á la entrada del XIII. El P. Fr. Francisco Orlendio, que reimprimió este catálogo (1), se contentó con el
,
(1)
tratus
,
TOMO
Orbis sacer, el profanus ilhislomo. 1, [vÁ^. C. del Parergon IV.
espacio que hay año llt20 y el siglo
reducirle al
entre
el
refiXIV. El señor Almevda riendo esta opinión en el apéndice VI, donde reproduce el documento, observa que esta es cuenta mas genérica de lo que pide un poco mas ó menos: ,
y asi adelanta la averiguación,
y determina haberse escrito este catálogo después del año 12:21, por cuanto se hace mención en la metrópoli de Saltsbourg de Lavant, que no fué silla hasta después del mencionado año y según algunos ,
hasta
el
1:240.
citado de Alnioyda, ubi fíupni, apcndice VJ.
tH
200 307
España Sagrada. Por lo que mira á Es-
j)ana, so infiere liaberse escrito
antes del año 1238 en que conquistó á Valencia el rey
no
D. Jaime, pues
mencionado
halla
se
este obispado, en-
contrándose los del siglo antecedente y por esto le reduci;
mos
al
principio del siglo XIII.
Lo mismo en
faltar
la
comprueba por metrópoli de To-
se
obispado de Córdoba; (le lo que se infiere que es anterior al año 1230 en que se restauró aquella ciudad y asi miró su autor al estado en que ledo
Trat. III, cap.
Mí.
go precedente tuvieron buen informe en esta parte pues si se mira el estado anterior al pleito, pertenecieron á Mérida aquellas cuatro iglesias desde Uecesvinto mirado el poste;
;
rior,
Lamego con
perteneció
Idaña á
metrópoli de Mérida, y no Lamego á Braga, como se representa en estos dos la
catálogos.
el
,
España al fin del siglo XII, sin mencionar las iglesias sufragáneas antiguas que
"I-
.§
Del códice de la Bihlioteca Vaticana.
se hallaba
se hallaban sin
silla.
308
Solo hay que corregir lo que no previnieron los autores citados en punto de las metrópolis de Mérida y de Bra-
309
Manuel Schelstrate puso varios documentos de la Gerarquia eclesiástica en el tomo 2, AnüquiEl
tatis Ecclesioe
ilustre
Opus Geographi-
ga porque el catálogo pone por sufragáneas de Braga á Viseo y Lamego, Colmbra dando la de Idaña á Mérida. Esto no fué asi en la entrada del siglo XIII, en que ya sehabia concluido el pleito que so-
co-lUerarchicum impreso en Boma en el año 1007. En ol número XXIII del apéndice, pág. 747, exhibe uno copiado de la bibhoteca Vaticana, cód. 145 cuyo título es : Noíitia Ecclcsiarum tempore Ceelestini IIÍ, a7i. 1225, conscripta á Viro Religioso et Milone ejiís
bre estas cuatro iglesias tuvie-
Abbate.
;
,
ron el Compostelano y Bracarense, agregadas á Santiago Lamego y Idaña y á Braga (^oimbray Viseo, como se dijo en el capitulo IV, núm. 121). ,
Por tanto
ni este ni
el
catálo-
.,
,
,
En la margen pone: Correcta ad exempíar MS. et
varice lectionis
Codicis 1255,
Bibliothecce Regince Suecice. Be-
instrumento las sillas del Patriarcado romano , y al llegar á la pág. 753, dice asi: fiere este
De
oli'os
catálogos exti'unjei'os.
267
IN IIISPANIA. Arehiepíscopus Tarraconeims hos halnH Suffraganeos. fíarchinom'HSi'ut. Gcrondensem. Ansoncnsem, sen Vicensem.
Oscensem. Tirasonenseni. CaliKjurliilaniun. Urji'lensem. Qvsarnugaalanuni. Doiesoisem. Pamp'donemem. Va\ mareen corrige la lección Uevtesensem en Oertusensein y iiiuule Vaíentínum. liiflcrdensem.
lii
,
Archiepiscopiis Toletanus hos habel Suffraganeos. Seguntinum. Oxoniensem. Burgensem. Palenlinnni. Sagur-
Oicnsem. Segobiensem.
Coiwensem. Al margen añade: Cordu-
l'i'iisem.
Archiepiscopus Emeritensis (al margen Composlellanus) hos habel Suffraganeos.
Alndensem. Placenlhium. Salmantkíensem. Estorensem. Can¡icnsem. Ulixbonenseni. Legionensem. Cuetensem. Zamorensem. Al margen: deesi ÜUxbonensis. Y pone: Civitalenseni. Egitanemem. Lamecensem. Pacensem. Archíepiscopus Bracarensis hos habel Suffr. Vorhigalensem. Columbriensem. Vicenmim. Lamelensem. Auxíensem. Tudensem. Lucensem. Astoricensem. Minduniensem.
margen
Al
se lee
:
Archíepiscopus Hispalensis hos habet Suffr.
Siennensem. Cordubensem. Carlhagmensem. Sadacensem.
570
Estos dos códices
,
el
Vaticano del texto y el de la reina de Suecia marginal están á cual peor en lo que mira ,
á España
,
porque ninguno de
dos autores estuvo bien informado. Desde el título empieza la Noticia á mostrar poca exactitud juntando el pontificado de Celestino III con el año 1225, siendo asi ([ue, como previno el Sr. Almeyda, en el apéndice V, pág. 189, los
,
murió Celestino III en el año 11D8; y asi en una ú olra parte hay errata. Según la noticia que de algunas sillas modernas ofrece el documento, resuelve el citado autor que se hizo en el siglo XIII, y (pie por tanto debe prevalecer el año 1225, debiéndose poner en lugar de Celestino á Honorio. 571 En esta suposición erró el códice del texto en poner por sufragáneas sin excep-
España Sagrada.
!2í)8
Tral. III, cap.
(ion alguna á las iglesias que
ya estaban exentas. oniitió
una
el
silla
Octubre del año 1239, la cual se guarda en el archivo de la iglesia mayor de Valencia. Lo mismo muestra también el poner á Córdoba sufragánea de Toledo, pues esto fué después del 1235. 373 Pero faltó en no poner en Mérida y en Braga las sillas sufragáneas del modo que se ha expuesto. Y mucho mas en atribuir á Sevilla la iglesia Covdubense, que señaló en Toledo. Ítem, en darla á Cartagena que nunca perteneció á Sevilla añadiendo otras dos cuyos nombres no pueden entenderse como son Siennense
En Mérida
Civitatense y puso incógnita Estóvense,
El Sr. Almeyda entendió por esta á Astorga ; y si fué asi erró el autor del catálogo en poner esta misma silla por sufragánea de Braga. Yo creo
que por Estóvense no debe entenderse Astorga sino Ebova, ,
nombrada Elbovense infiere
,
ya de
,
como
se
la afinidad en-
tre Elborense
y Estorense, y ya de que no menciona por su nombre á Ebora. Yerra tambien en no dar al Eraeritense las
,
,
Lamecense y Egitaque le pertenecían en
sillas
iliense
año 1225. Yerra en omitir á Egitania y en poner el Lamecense en Braga. 372 El códice de las leeÜi)
ülros caíido(jos cxlranjcrus.
Eps. Gerodeiisis. Eps. Ausoncnsis, sive
Ur^íL'leusis,
Eps. Caísarauguslaiuis.
Viii-
censis.
F.ps. Dertiiscusis.
Kps. Painpiloneiisis.
Eps. Ililcrdensis. Eps. Oscensis. Eps. Tirasoneiisis.
ArclUcpiscopus Tolclanus, cujus Suffraganei sunt Eps. Palcntiiius. Eps. Secopiensis. Eps. Conchensis.
Eps. Seguntiiius.' Eps. Ayoiiieiisis. {Oxom.) Eps. Bur¿¡fensis qui est ,
Domini
l^apae.
Archiepiscopus Compostdlunus, vel Emeritensís, cujus Saff. siuU
Eps. Eps. Eps. Eps. Eps. Eps. Eps.
Eps. Ovetensis, qui est
Abulensis.
Domini Papae.
Placentinus.
Salmantinus.
Eps. Zaiiiorensis. Eps. Civitalensis. Eps. Egitaniensis. Eps.
Elborensis.
Cauriensis. ülisbonensis.
Legionensis, qui est Domini Papaí.
Archiepiscopus Bracarensis Eps. Eps. Eps. Eps. Eps.
Scgutiiius.
Portugalensis.
Colimbriensis.
Visen sis.
Lamecensis.
Falta en este catálogo Córdo-
ba, por
Sevilla lo
y aun Valencia,
que consta ser anterior
al l!258,
como
los precedentes.
En Toledo omite
á Segobriga,
y en Braga pone un nombre inaudito, Segutino, que no denota á Sigüenza pues la deja ya expresada en Toledo, ni ,
,
cujus Suff. sunt
Eps. Eps. Eps. Eps. Eps.
Auriensis.
Tudensis. Lucensis. Astoricensis.
Mindiunensis.
tampoco perteneció á
Braj'a;
V asi es redundante. En Mérida tiene empezado un renglón
con Episcopus, sin expresión de silla que diriamos ser lugar del Lamecense si no estuviera atribuido á Braga y asi en la distril)ucion de las cuatro sillas de (iOimbra, Lamego, ,
;
España Safjrada.
270 N'iseo y l'^-gilaniu,
lodos tienen
detecto.
575
Pero aunque no sean
Esto es lo que se me lia ofrecido proponer en ()rden á la Iglesia de España en general.
tomo
empe-
jierfectamente exactos, sirven
Desde
conocer en algún modo el estado de las sillas y provincias por la parte en que concuerdan no tanto unos con otros, cuanto con otros mas firmes documentos de cada iglesia. Conócese también el escaso conocimiento que en el tiempo del siglo XII habia fuera de España de nuestras sillas y ([ue aun dentro nos dejaron que
zará
cada iglesia. Ahora quiero dar, no solo las cartas de S. Cipriano y Inocencio III, que sirven para prueba de algunas cosas particulares de este libro, sino el Cronicón de Idacio, que es el primero de los documentos generales que pertenecen á la historia de España por ser el
corregir.
tores.
}»ara
,
,
el
el
siguiente
tratado particular de
,
mas antiguo
entre nuestros au-
Tnil. ///, .{¡H'iid.
APÉNDICE
271
I.
I.
EpiMoía de S. Cipvinno, escrila al elevo ij ¡nuMos de España, sobre la eausa de los dos obispos UasHides ij Marcial. Epíát. 08. (.yprianiis
1
presbykTo,
,
Cipciliiis,
iii
Polycar[)ii.s
ad
el i)l('l)¡l)iis eoiisisteiUibiis
caí: iieni Litlio diaeoiio,
Iribus
Priiniis,
Lei'ioiieiii
el plcbi tineriluj
ele.
,
,
Feliei
ot Astiiri-
coiisisloiilibus, fra-
Domino, S.
umiin convenissemus le¿;¡iiius lideras vestras, fratres dileeüssiiui qiias ad nos per Feliceni , et Sabiiiuiii cpiseopos nostros pro íidei vestraí integritate, et pro Dei limore íecistis, sigiiilicanles Basilidem et Marlialem, libellis idololatriai commaculatos et nefandorum facinorum conscientia vinctos , coepiscopaliim gerere, et sacerdotiuin Dei administrare non oportere et desiderastis rescribí ad híec vobis et justam pariter ac necessariam solicitudinem vestram vel solalio vel auxilio nostne sententiíe sublevan. Sed enim desiderio huie vestro non taní nostra consilia quám divina praecepta respondent quibus janí pridem mandatur voce caelesti, et Dei lege praescribitur, quos et quales oporteat deserviré altari, et sacrificia divina celebrare::: {Prosigue con muchos y oportunos textos de Escritura.) 3 Propter quod diligenter de tradilione divina et apostólica observatione observandum est , et tenendum quod apud nos quoque , et feré per provincias universas tenetur, ut ad ordinationes rite celebrandas ad eam plebem cui praepositus ordinatur, episcopi ejusdem provinciíe proximi quique conveniant , et episcopus deligatur plebe praesente qua) singulorum vitam plenissimé novit et uniuscujusque actum de ejus conversaíioiie perspexit. Quod et apud vos factum videmus in Sabini collega3 nostri ordinalione , ut de universae fraternilalis suft'ragio, et de episcoporum qui in praesenlia convenerant quique de eo ad vos litteras fecerant judicio, episcopatus ei deferretur, el manus ei in locum Basilidis imponeretur. i Nec rescindere ordinalionem jure perfectam potest quod Basilides post crimina sua detecta et conscienliam etiam propria
2
C\\\\\ in
,
,
,
:
,
,
,
,
,
,
,
,
,
España Sagrada.
272 confessioiie
nudatam,
Uomam pergeiis, Stepfianum collegarn nos-
ignarum fefellit, ut exambiret reponi se injiiste iii episcopatum de quo fiierat juste depositas. Hoc eo perliiiet ut Basilidis non tam abolita truai longé positurn
sint
,
quám cumulata
,
et gestai rei ac tacitre veritatis
delicta
,
ut ad superiora peccata ejus etiain
circumventionis crimen accesserit. Ñeque enitn tam culpandus est ille cui negligenter obreptum est, quám hic execrandiis qui fraudulenter obrepsit. Obrepere autem si hominibus Basilides potuit Deo non potest cum scriptum sit Dem non deridetu7\ Sed nec Martiali potest profuisse íallacia quominus ipse quoque delictis gravibus involutus episcopatum tenere non debeat, quando et Apostolus moneatet dicat: Epíscopum oporquasi Dci dispensatorem. tet esse sine crimine 5 Quapropter cum, sicut scripsistis, fratres dilectissimi, ut utque alius Febx et Félix et Sabinus collegaí nostri asseverant deCsesaraugusta, fidei cultor atque defensor veritatis, litteris suis sígnificat, Basilides et Martialis nefando idololatriae libello conBasilides adlmc insuper pra^ter libellí maculam taminati sint cum infirmitate decumberet, in Deum blasphemaverit et se blasphemasse confessus sit, et episcopatum pro conscientiae suae ad agendam poenitentiam conversus vulnere sponte deponens Deum deprecans et satis gratulans si sibi vel laico commusit nicare contingeret Martialis quoque, prseter gentilium turpia et lutulenta convivía, et collegia diu frequentata, et filios in eodem coUegio exterarum gentium more apud profana sepulcra depósitos et alienigenis consepuitos actis etiam publicé habitis apud procuratorem Ducenarium obtemperasse se idololatriae, et Christum negasse contestatus sit, curaqne alia multa sint et gravia delicta quibus Basilides et Martialis implicati tenentur, frustra tales episcopatum sibi usurpare cohantur; cüm manifestum sit
fallacise et
,
,
:
,
,
,
;
,
,
,
,
,
:
,
,
,
ejusmodi homines ñeque Ecclésiíe Christi neqiie Deo offerre deberé máxime cum jam pridem nobiscum et ,
:
sacrificia
cum óm-
nibus omnino episcopis in toto mundo constitutis, etiam Cornellius collega noster, sacerdos pacificus et justus, et martyrio quoque dignatione Domini honoratus decreverit hujusmodi homines ad poenitentiam quidem agendam posse admitti ab ordinatione autem cleri atque sacerdotali honore prohiberi. 6 Nec vos moveat, fratres dilectissimi si apud quosdam in novissimis temporibus aut lubrica fides nutat aut Dei ti mor ir,
,
,
,
Trat. III, Apcnd.
275
I.
non perseverat. Prae-
religiosus hacillat, ac pacifica concordia
nuntiata sunt liaíc futura in saículi íine, ot Doniiiii voce, ac aposdeficicMilc jain muhkIo, attoloriini contcsíationc praídictuiii esl ,
quc appropiíKpiaiito
Anticliristo,
boiia
deticcre
({iia'(|iie
,
mala
adversa proticere. Non ¡-ic tanien qiianivis novissiniis temporibus in Ecclesia Dei aul cvangclicus vigor cccidit , aut ut non supersit porchristianaí virlulis aut (idci robur elanguil tio sacerdoluní qnd¿ niinime ad has rerum ruinas et íidei naufragia succumbat sed íbrtis et stabilis lionoreni divina3 IMajestatis, et sacerdotalem dignitatem plena timoris observatione lueatur. Meinininnis et tenenuis succunibentibus licét cedenlibus ceteris Matatlüaní legem Dei vindicasse íbrtiler: Ilelianí judaíis deficientibus atquc á religione divina recedentibus slelisse et certasse sublimiter Danielem nec solicitudine regionis alienas, nec persecutionis assiduae infestatione deterritum frequenter ac fortiter gloriosa edidisse niartyria tres item pueros nec annis, nec minis tractos contra ignes Babylonios íideliter obstitisse et victorem llegem in ipsa sua captivitate vicisse. Viderit vel praevaricatorum nunierus vel prodilorum qui nunc in Ecclesia contra Ecclesiam surgere et fidem pariter ac veritatem labefactare vero
el
,
,
,
,
,
,
:
,
:
;
,
,
apud plurinios sincera mens et religio integra et non nisi Domino et Deo suo anima devota nec christiananí íidem aliena períidia deprimit ad ruinam sed magis excitat et exaltat ad gloriam secundum cpiod beatus apostolus Paulus hortatur et dicit Quid enim si excidcrunt á fule qiiidam eorum, numquid injidelitas illonim /idcm Dei evacuahiCl Absit. Est enim Deiis verax, omnis autem homo mendax. Si autem omnis homo mendax est, et solus Deus verax quid aliud servi, et máxime sacerdotes Dei faceré debemus, nisi ut humanos errores et mendacia relinquamus, et praeccpta dominica custodientes in coeperunt. Permanet
,
,
,
,
,
:
,
Dei veritate maneamus? 7 Quare etsi aliqui de collegis nostris existerunt , fratres dilectissimi, qui deiíicam disciphnam negligendam putant et cum Basihde et Martiale temeré communicant conturbare tidem nostram res ista non debet cum Spiritus S. in Psalmis talibus comminetur, dicens: 7'í/ autem odisti disciplinam el adjecisti sermones meos retro. Si videbas furem, concnrrebns ei, el cumadulleris portionem tuam pouebas. Consortes et participes ostendit eos alienorum dclictorum íleri qui fuerinl delinquenli,
,
,
,
,
TOMO
IV.
35
.
^7 bus copulali; sed
España Sagrada.
i-
Paulus Apost. scribit, et dicit Sumvratores, deiravlores ahhorrentes Deo, injuriosi, superbi, jactantes sui, adinventores malorum, qui cum justitiam Dei coffiíoel lioc ideiii
:
non intellexerunt, quonianí quííaUa agunt, morle sunt dígni, non tantum qui faciunl ea, sed et qui consentiunt eis qui hxec agunt, qiioniam qui lalia inquit agunt morte sunt digni. Manifestat et comprobat, morte dignos esse, et ad poenam venire, non tantum illos qui mala faciunt, sed etiam eos, qui talla agenvissent
,
,
,
dum
tibus consenliunt: qui
,
malis et peccatoribus
,
et pceniten-
tiam non agentibus illicita communicatione miscentur, nocentium contactibus poUuntur, et dum junguntur in culpa sic nec in j)oena separantur. Propter quod integritatis et íidei vestrai religiosam solicitudinem íVatres dilectissimi et laudamus pariter ,
et
probamus
quantum possumus adhortamur
et
,
I
,
,
nos-
litteris
ne vos cum profanis et maculatis sacerdotibus communicatione sacrilega misceatis , sed integram et sinceram fidei vestra3 firmitatem religioso timore servetis. Opto vos fratris
,
,
,
tres charissimi
,
semper bené valere.
APÉNDICE
11.
Epístola de Inocencio lll á D. Pedro, arzobispo de Santiago, en el pleito que tuvo con el de Braga sobre cuatro obispados. Ex lib. 2, epíst. 153. No tiene año de fecha; pero según el
orden con que se halla en el
año
el registro
de Inocencio, se dio en
111)0.
f
Ad Petrum Compostellanum Archiepiscopum Licét
1
unum
corpus Ecclesiae
sit
,
in
quo Christus est catamen qui á Christo
put et universi fideles sunt membra ille petra dictus est Petrus , et a Christo capite vocatus est caput, ipso testante qui ait Tu vocaberis Cephas quod secundum unam interpretationem exponitur caput, quia sicut plenitudo sensuum abundat in capite ad celera vero membra pars aliqua ,
,
:
,
,
plenitudinis derivatur tudinis
,
solus
;
ita ceteri
vocati sunt in
autem Petrus assumptus
est in
partem
solici-
plenitudinem po-
Trn!. I!í, Apcnd. testatis,
tam
ad quein velut ad
II.
(^apiit rnajores Kcclesiai
Hlb causae non
constiliitione canónica, (jiianí instiliitione divina mérito re-
fenmtur. ínter
cjiías illa
non
niininia repulalur, ((luv ínter
Com-
postellananí et liracarensern ecclesias siiper ([uatnor ej)isco[)ati-
bus, videl. Conimbriensi, Lamecensi, Visensi, el Eijilanicnsi, e\ delegatione Sedis Apostolica3 longo fuit temporesnb diversis ¡udicibus ventílala,
quam nos
auctore
Domino
te, IVater, arcliie-
piscopo Compostellano, et venerabili tVatre nostro Martino Bracarensi archiepiscopo pro diflinitione luijus caiisii' pra'sentibus, exacta diligentia curabimus terminare. Petebas siquidcm a dicto Bracarensí arciiiepiscopo ([uatuor praefatos episcopatus, asserens eos ad Compostellanam ecclesiam jure melro{)olitico perlinere.
2
Tuam autem
inlentionem fundare multipliciler nitebaris, per privilegia, per concilia, per liistorias, per divisiones, per famam, et per sententiam. Volens enim Apostólica Sedes Compostellanam ecclesiam pro rcverentia B. Jacobi Apostoli, cujus venerandum corpas in ea conditum requiescit, speciali privilegio decorare, dignitatem Emeritensis metrópolis, qua3 peccatis exigentibus, á longis retro temporibus usque nunc barbárica tenetur feritate captiva, eidem ecclesiae cum integritate Lusitaniae provincia} liberali concessione donavit,
sicut
privilegia
felicis
memoriae Galixti papíc prícdccessoris nostri liquido protestantur, tres de suffraganeis episcopatibus exprimens nominatim videl. Conimbriensem Salamantinensem, et xVbulensem, qui solí tune in confessione christiani nominis permanebant ceteros autem ,
,
;
general! donatione concludcns.
3 líos autem episcopatus, de quibus quaestio vertebatur, ad Emeritensem pertinuisse metropolim per Emeritense nitebaris concilium demonstrare, in quo duodecim episcopi qui convenerant, se omnes esse de Lusitaniaí provincia protitentur, dicentes in primo capitulo: Convenientibus nohis ómnibus Lusitanm Provincia^. Episcopis, etc. Qui post universa statuta concilii omnes cum suo metropolitano subscribunt, tam ex nomine sedium, quam etiam ex nomine personarum ínter quos Conimbriensis, Egitaniensis, Lamecensis, expresse subscribunt. In octavo quoque capitulo ejusdem concilii continetur, quod supplicante sanctge memoria; Orontio episcopo, Rex Reccesvinthns inductus :
est, ut
reducerct atque reslauraret episcopos Imjus provincia}
España Sagrada.
!27()
Lusitaniui
acl sucü
provincia3
nomen atque
coiiciliurii
;
et sic
de-
mum secuiidum
canónicas regulas decreto synodico, judicii formula, et su8e clementia3 confirmatione, ad nomen provinciai, suamque metropolim sunt reducti. Quibus verbis indubitanter exprimí asserebas, quod hi qualuor episcopatus qui usque tune fuerant sub nomine provinciae Galloecia? per sententiam sunt reducti synodicam. Quorum unus, videl. ex reductis exprimitur íuisse Selva Egitaniensis episcopus, qui est unus de (juatuor quos omnes eadem quuestio apprehendit, et ad majorem expressionem in subscriptionibus post metropolitanum Selva primus cum tali adjectione subscribit: Ego Selva Egitaniensis Episcopus, 'pertinens ad Melropolim Emeritensem, una cum Archiepiscopo meo Pro/icio subscribo. Et quisque sequentium dicit ita Sími' liter subscribo intelligens totum cum verbo, id est, pertinens ad Emeritensem metropolim. 4 Isidorus autem in chronicis de Gothis, titulo de suevis, testatur, quod Remismundus ad Lusitaniam transiit, Conimbriam pace deceptam diripit; Ulyxibona quoque ab eo occupatur. Per quod videtur ostendi, quod tam Conimbria, quám Ulyxibona consistit in Lusitania. Plinius quoque narrat in lib. ;2, Nat. hist. circ. fm. quod Durius é maximis Ilispanise fluminibus juxta Numantiam lapsus, dein Lusitanos a Galtecis disterminat. Per quod aperté monstratur, quod cum quatuor episcopatus prsedicti sint ultra Durium, non in Gallaecia, sed in Lusitania sunt constituti. Divisiones etiam multas produxisti de locis, ut asseris, non suspectis assumptas, et exhibitas sub testimoniis et sigillis autenticis quse connumerant hos quatuor episcopatus Ínter Emerítensís ecclesise suffraganeos et eosdem ípsi metrópoli evidenter assígnant. Per testes etiam ab adversa parte productos ostendere voluísti, quod publica fama testatur, hos episcopatus ad Emeritam spectavisse. Felicis quoque memoriai Cselestinus Papa praedecessor noster cum in minori ordine constitutus legationis ofíicio in Hispania fungeretur, de hac causa cognoscens, pro Compostellana ecclesia contra Bracarensem sententiam promulgavit, sicut per multos testes tu ipse nixus es :
y
,
,
comprobare. 5 Verüm ex adverso dictus Bracarensis archiepis. rationes hujusmodi frivolas asseverans, nixus est eas multipliciter infirmare, proponens, quod privilegia donationis per suppressio-
"211
Trat. III, Apénd. II.
nem
expressíoiiem , á (^alixto papa fuere surrepta. Suppressuiii est enini vcriim ¡n illis de duobiis pra3cedentibus privilegüs, qiiaí felicis recordalionis Paschalis Papa super redinte^^ratione ipsorum episcopaliiuní , concesserat in perveritatis
,
ct falsitatis
petuum ccclesiaí liracarcnsi. De possesionc (jiioque tempere in proefatis episcopatibus ecclesia Bracarensis ,
quorum alterum per
privilegia,
([uaiii
co
liabebat,
reliquum vero per lestes
et ins-
trumenta sufticienter ostenderc salagebat. Expressum autem erat in illis talsum in eo quod Conimbriensis episcopatus dicebatur ad Emeritam pertinere cum idcm Bracarensis luultis rationibus adstruere nileretur, tam Coninibricam, quám tres alies episcopatus ad metropolim respicere Bracarensem. In tantuní cnim Pascbali Papa}, qui privilegia super redintegratione proedictorum episcopatuum ecclesioe Bracarensi concessit, constitissc videtur, hos episcopatus ad eamdem Bracarensem ecclesiam pertinere, quod ipse in litteris quas direxit Gunsalvo Conim,
,
,
manifesté lestatur, quod constat, Conimbriensem ecclesiam in Bracarensis provincia? catalogo contineri. Unde quia Toletanus Arcbiepisc. ad mandatum ipsius, Conimbriensem episcopum non restituerat ecclesiae Bracarensi privavit ipsum legationis officio, ut Bracarensis arcbiepisc. bberius in provincia sua justitiamexerceret. 6 Emeritense vero concilium non esse autbenticum multipHciter asserebat. Tum, quia non invenitur in aliquo autlientico libro Ínter alia conciba contineri : tum , quia nec construclionem , nec sensum , nec latinitatem in plerisque locis continere probatur: tum etiam, quia contra canónicas sancliones, et Apostolica3 Sedis Primalum aliquid videtur in eo esse statutum contra episcopum qui non venerit ad concibum , ut videlicet á metropolitano debeat in celia retrudi. Per midecimum queque Toletanum concibum, quod constat autbenticum, nitebatur, illud Emeritense concilium improbare ratione temporis quod in utroque reperitur expressum, cum simul utrumque stare non possit: objiciens contra illud nonnullas alias rationes. Historias autem inductas sané ac veraciter intellectas nibil ad propositum valere dicebat sicut et per quasdam alias historias ostendere nitebatur cum et judex ecclesiasticus ad genlilium prcesertim bistobriensi episcopo,
,
;
:
rias
non debeat
se convertere,
nónicas, vel scripta
quando per constitutiones ca-
Romanorum
Ponliticum
,
aut sacras aucto-
España Sayrada.
'278 toi'i
lates docloniiii, ecclesiasücuíii potest liegoliiiin tcniíinare.
Divisiones etiam quas pro se [)ars tua induxil , invalidas asserebat luní quia lon^e piares, et evidenliores divisiones pro 7
:
sua sunt parte productsc: tum etiam quod in eodem quaterno, iluem contra saipé dictum Bracarensem arcliiepiscopuní produxisti, Lucense concilium esl inventuní, in quo episcopatuum Gall8eci8e fuit facta divisio per quaní episcopatus de quibus agitur ad Gallaeciam provinciam pertincre monstrantur. Faniam vero dicebat, contra se nullatenus esse probataní, sed nec senlenliam príEÍati Legati abcujus fuisse momenti, cum in scriptis non inveniatur fuisse redacta, quamvis super tanto dicaturnegotio fuisse prolata unde nec nomen habere meretur. Nec obstat si forte dicatur, quod fueritamissa; quia qui casum allegat, debet casum probare. Testes autem qui de ipsa loquuntur sententia , inter se omnino discordant , et in dicto et in tempore, et in loco. Praetereá cum talis sententia non intelligatur super proprietate fuisse prolata quia praesumi non debet , ut Apos,
,
:
,
;
,
,
,
,
Legatus tam arduum negotium et difficile , velut indiscussum súbito deíinierit cum etiam pars tua postea litteras Apostólicas impetrarit, quibus distincté praecipiebatur archiepiscopo Bracar. ut hos episcopatus Compostellano arcbiepiscopo restitueret , et facta restitutione si super lioc agere vellet , ordine posse judiciario experiri ; patet quod illa sententia super possessione duntaxat causa contumaciae fuit lata ; quod ipsi testes magis dicere comprobantur. Unde cum Bracarensis ecclesia se postea judicio praesentaverit , et causa postmodum fuerit ab Apostólica Sede commissa, mora purgata, talis sententia expira\it. His alliisque rationibus intentionem tuee partis multipliciter tolicae sedis
:
,
,
elidere nitebatur.
8
Unde
auctore non probante is qui convenitur etsi nihil praístiterit, absolvatur , ad ostendendam tamen evidentias suae partis justitiam, hos episcopatus ad Bracarensem metropolÍQi pertinere satagebat osteiidere, per privilegia videl. et conciba , confessiones et divisiones praescriptiones , et instrumenta. Si enim privilegia privilegiis conferantur sua dicebat privilegia deberé í)r8eferri cum et plura sint numero, X videlicet
,
,
,
,
,
:
licet
Romanorum
Pontif. inter quae post tria privilegia Pascha-
privilegium Callisti Papse, qui nominatim hos episcopatus redintegravit et confirmavit ecclesiae Bracarensi. Quorum lis II est et
Tmt. in, Apñid. vidcliíMít privilegioniin
279
II.
seplem simt redinte^raliones
et coiilir-
malionos, tria vero seqiieiUia, vidcl. Kugonii, lladriani, et Alexaiidri sunt otiain concessiones perpcliia?, per (pías totum videtur negotiuin deüniri. 9 Iii secundo vero Bracareiisi concilio, de qiio non diibitatur qiiin sit autlienticiini, continetur expressiim, qiiod episcopi ,
ad
Gallaeciae cuín suis nietropolilanis
runt, et in
eormn nnmoratione
isti
conciliuin convene-
illiid
(piaLuor continentiir, qui
post statuta concilii ciini alus coepiscopis, tam ex nomine personaruní, quam ex nomine sedium expresse subscribiint. linde liquido patere dicebat, quod et Galla3c¡i.c sunt provinciae et ad
metropolim pertincnt Bracarensem. Gonfessus es etiam tu ipse frequenter in jure, quod omnes episcopi (pii primo líracarensi concilio adfuerunt, indubilanter pertinent ad metropolim Bracarensem sed per quoddam capitulum sccundi concilii Bracarensis aperte probatur, quod hi qualuor interfuerunt primo Concilio Bracarensi cum ad secundum concilium Bracarense convenisse dicantur episcopi tam ex Lucensi synodo quam etiam Bracarensi et inter eos qui ex Bracarensi synodo convenisse dicuntur, isti quatuor nominantur. Porro secundum Bracarense concilium non praecessit Bracarensis synodus, nisi prima. Constat ergo, quod isti quatuor fuerunt in prima synodo Bracarensi. Unde videtur colligi manifesté, quod isti quatuor, juxta praemissam confessionem tuam, indubilanter pertinent ad ecclesiam Bracarensem. 10 Scriptura quoque Lucensis concilii quae continetur in libro á tua parte producto, indicat bos quatuor episcopatus secundum divisionem quam facis ad Bracarensem metropolim :
,
,
,
;
,
,
quam etiam
divisionem tres Romani Pontífices dicuntur in privilegiis Bracarensi ecclesiíe confirmasse. Pluralitatis quoque ratio secundum quam dicitur quia praevalet sententia plurimorum divisiones suas, qua? longe plures sunt numero, pertinere,
,
,
praefert divisionibus partis tuae.
Sed
et ratione
temporum
ei
per-
petuum silentium imponere nitebatur cum a primo Bracarensi Concilio usque ad Emeritense concilium per spatium CVll annorum, hos quatuor episcopatus Bracarensis ecclesia deberet possedisse. A tempore quoque Paschalis II, qui hos episcopatus redintegravit ecclesiae Bracarensi usque ad témpora trium judicum, quibus hfec causa fuit primo commissa, praescriptionis ,
,
280 tcMiipus constat fuisse
España Sagrada. conii)lelum: por quod Ecclesia Bracarcn-
hos l4)iscopatus jiixta suaní asserliononi inconcusso possodit. l\escrij)ta quoqiic l^aschalis transmissa Toletano archiepiscopo, el cpiscopo Conimhriensi de quibus est superius pra3libatum, id ipsmi) (ul asserit) evidcnter üslendiint. 1 1 Porro tu respondebas, quod post latam pro te ab Apostoücae Sedis Legato sententiam, jam non tenebaris ad has aut alias rationes, quaí contra rei judicatoe auctorilatem inducebantur, aliqíiid responderé: nisi quod sine praijudicio tuo, licét ex abundanti satisfacere sustinebas: asserens possessionem Bracarensis ecclesiaí per testes non esse probatam , cuní quidam testium ad probationem inveniantur inútiles, alii vero probentiir mendaces. Litteríe quoque Paschalis, quibus eamdem possessionem adstruere satagebat, contrarium potius adstruere videbantur. Sed
sis
,
et privilegia Paschalis
gium pra3cesserunt secundum formaní, ,
ejusdem
quae suae concessionis prlvilein multis reprehensibilia denotabas. Primó ,
secundó juxta falsitate sugges-
et in bulla, et in scriptura:
continentiam et in enumeratione sedium, et in torum. Persona quoque quae illa privilegia, videl. secundum, et tertium, impetravit, merilo suse pravitatis reddidit illa suspecta: ^lauricius , scil. qui postea fuit haeresiarcha, in Apostolicam Se-
dem
intrusus, qui qualis extiterit,
litterfle
Gelasii
PP. missae ad
Viennensem archiepiscopum aperté depingunt. Praeterea contra impetrata sunt illa rescripta, sicut probatur per Emcritense concilium, in quo per decretum synodicum, et judicii formulam, secundum canónicas regulas, iUi episcopi videntur fuisse reducti. Postremó dicti Legati sententia lata est contra ipsa, quibus si tune fuerunt exhibita, derogatum est per sententiam; si autem exhibita non fuerunt, occasione instru-
rei judicatae auctoritatem
mentorum
noviter repertorum auctoritas rei judicatae
non potest
Tua vero privilegia multipliciter asserebas omni suspicione carere quorum veritas constat ex Apostolicse
ulterius attentari.
:
Sedis archiviis, in cujus regestis fideliter continentur, quae adversas partis privilegiis comparata, certa debent ratione praeferri: quia tua sunt privilegia donationis certa et absoluta; sua vero sunt privilegia confirmationis, seu redintegrationis conditio-
tantum et respectiva. Nec oportebat in tuis privilegiis fieri mentionem suorum praecedentium, quibus nihil juris adquirebatur, quod istis posset obsistere: cum et alias nullius debeant nalia
Trn(. III. Apénd. II.
2S!
reputar] momonti. Naiii ínter scripturas qiia^ parilitatis aliíjiiid habere videntur, scil. iu litteris corninissoriis, invenitur hoc ob-
servan.
12 Seciindiini vero Bracarense concilium, quod m superficie tantum dicebas tibi posse aliquatenus obviare, íideliter intellectum, asserebas, tibi
nequáquam
obsistere;
cum
illa
verba,
quibus episcopi Gallaeciae dicebantur ad illud concilium convenisse, notarii tantum, seu compilatoris extiterint; quae non habent auctoritatem concilii, cum in toto concilio nibil inveniatur statutum, vel factum omnino, quod ad recognitionem pertineat, ut
isti
sint
de Gallaecia, vel ad metropolitanum
quoquo modo pertineant. 13 Uespondebas etiam aliter, quod quia Rex
(íallae-
ciae
Gallaeciae, ut
ex veteribus dicebas constare historiis, occupaverat de provincia Lusitaniíc bas quatuor civitates, ad eas sui regni nomen extenderat, ut per quamdam aequivocationem totum etiam regnum Gallapciae diceretur: et ita non secundum limitationem provinciae, sed secundum occupationem regni, dicti suut illi episcopi de Gallapcia. Quod inde máxime comprobad dicebas quia postquam illa regnorum scissura, quae liiiic nominationi causam praestiterat, estsublata, reductae sunt hae civitates ad suae nomen provinciae, ut jam non Gallaeciae, sed Lusitaniae nominentur; sicut aperte probari dicebas ex sequenti postea Emeritensi concilio, in quo dicuntur ad provinciae suae nomen reducti. Nec ex eo probantur ad Bracarensem metropolim pertinere, quia intervel etiam subscripserunt fuerunt concilio Bracarensi cum constet Narbonensem per multa témpora venisse ad conciba Toletana; nec tamen Toletana metrópolis aliquid juris habuit in ecclesia Narbonensi, sed mandato regum illa fiebant; quod magis violentum, quam justum praesumitur extitisse. Praedictam vero confessionem, qua recognovisti in jure omnes episcopos, qui interfuerunt primo concilio Bracarensi, indubitanter ad Bracarensem metropolim pertinere, in nullo tibi posse praejudicare dicebas quia sive concilium intelligantur personae sive statuta, stare non potest, quod ad secundum Bracarense concilium, episcopi tam de Lucensi, quám de Bracarensi concilio convenissent sed per illam enormitatem, quae statuta fuit in suo Lucensi concilio mandaverat Rex, propter dilatationem provinciae, ut sex episcopatuum sui regni poníifices facerent conci,
,
;
,
;
;
TOMO
IV.
'Añ
:282 liuní apiifl Ijicuiii, et
tur sex ad
uimm
España Sanmila. sex alii apud Bi-acarain,
ot ideó
diceban-
conciliinn, el sex ad aliud pertinere; et
de
apud Bracaram quasi de atraque concilii assignatione venisse. Gujusmodi sif^niticalionem nonnnis approntro((iie
concilio
,
bari dicebas ex epistola,
quam
Marlinus Hracarensis arcbiepiscopus ex certa scientia dirigit ad episcopos Lucensus concib'i; non quod tune celebraretur ii)i id conciliunri, cum idem Marlinus Icj^atur illi concilio adíuisse; sed ad episcopos, qui tenebanlur ex prsedicto llegis mandato, leniporibus suis illuc ad concilium convenire. 14 Emeritense vero concilium aullienticum esse multis rationibus aslruebas tum quia cum alus conciliis continelur in libro, qui corpus canonum appellatur, quem Alexander PP. per interlocutionem authenticum approbavit; tum quia de ipso concilio sumptum est illud capitulum Priscis qiiidem canonibus, quod continelur in corpore decretorum ; unde respondens ad rationes preemissas, quíe contra hoc concilium sunt objectae, omnes quasi frivolas ostendere nitebaris. Divisiones autem, quae pro Bracarensi ecclesia sunt produclae, omnes de locis sibi subjectis, et ideó suspectis, proponebas assumptas; in quorum armaria, propter hanc causam, facile potuerunt corruptüc submitti. Tuae vero divisiones omnes sunt secundüm statutum antiquum, vel de locis non tibi, sed sibi subjectis assumptae. 15 Unde amplius illis contra se credi debet, vel de remotis provinciis, apud quas non extitit causa corruptionis, vel suspicionis praedicta; quas etiam protulisti sub testirnoniis, et sigillis authenticis, quibus et cañones, et veteres scripturas concordare dicebas. Prsescriptiones autem, ex quibus etiam adversus verum dominum competit actio nedum quod exceptio com;
:
,
petat pra3sidentibus
quod Bracarensis
,
multis ralionibus
ecclesia
in
praedictis
annuUabas; asserens, episcopatibus
nullaní
possessionem obtinuit, et ideó nihil in eis omnino praescripsit. Deinde si possessionem aliquam habuissel, sententia quee super his lata probatur, ex Emeritensi concilio vim praecedentis praescriptionis penitus vacuasset. Sequentis vero praescriptionis effec-
tum praefati Legati sententia penitus interrupit. 16 Ipse vero archiepiscopus Bracarensis contra reductio-
nem episcoporum,
quae dicitur in Emeritensi
concilio decreto
synodico, et judicii formula facta fuisse, multipliciter allegabat.
Tiat. III.
Primo,
qiiia syiiodiis illa,
rediictio,
nequáquam
vel quaiulo
provincialis extilerit
au alicujus
:
lanlum
^285
II.
dicilur
ciijus aticlorilaU'
ai)|)arel,
uec
a
scituí'
luoril celébrala,
vel (juaro
,
\¡Hnd.
archiei)iscoj)i
t'ueril
(iiiil)iis
,
vel ubi,
ulruní yeueralis, au
uli'uui juiclorilate
el
lacla ruissc
Uoniani
l^oulilicis,
Delude si ex secundo pro-
oniiuata.
docuuíento de alio, niliil l)íd>itar docuuiculo, uisi el j)riniinu de quo lueutio tacta t'ueral, proferalur. Praiterea cuui secuuduiu couciliiiui Bracarense praecesserit Eineritense conciliuin, et celebrius babealur, ut de quo pliu'a suut assumpla capitula in corpore decreloruui, patet prouec illi per istud polest iu í"tíctó, quod illud debet isti praefeiTi aliquo derogari, sicut cautuui babetur in cauone: quia (piolies nienlio Hat in
ali([iio
:
in gestis concilioruin discors sentenLia invenilur, illud est proj-
íerendum cujus autiquior, et potior extat auctoritas. Rursus non prol)antur uUalenus isli quatuor episcopi t'uisse reducti. Sed de solo Selva Egitaniensi episcopo diciüir, quod unus fuerit de reductis: et ipse solus in subscriptione protiletur expresse se ad ,
l'^meritensem inetropolini pertinere: quanivis et ipse Selva Egitaniensis episcopus non inlelligatur unus de reductis ad Enie-
ritanam metropolini sed potius ad dioecesim propriam , sicut ex eodem capitulo Eineritensis concilii couiprobari dicebat; in quo de illo dicitur, quod ad debitam dicKcesim rediit. Cum igitur synodus illa mininie proferalur, cujus judicio, et decreto in Emerilensi concilio dicuntur reducti, patet, quod illa reductio per Emeritense conciliuní non probatur. 17 Ad baec respondebas, quod niajor est auctoritas approbati concilii , quam unius solumniodo documenti et ideó dubitari non debet, quin veruní sit quod asseritur ab episcopis in concibo congregalis a quibus asseritur illa reductio lacta fuisse decreto synodico judicii formula, secundüm canónicas regulas: sicut et dicitur in primo concilio Bracarensi quod 'riuiribius notarius a Papa Eeone ad synodum Gallaiciaí missus fiiit: nec tamen illa synodus invenitur. Et in 1 Conc. Tolet. ,
:
:
,
,
de statutis Lusitanorum episcoporum et tamen non invenitur synodus, in qua illa fuerint constituía. 3ioyses quoque in libro Numeri mentionern fácil de libro bellorum Domini, qui lamen nusquam aj)paret et tamen creditur ita fuisse, sicut Movscs narrat in illo volumine conlineri. Auctoritas auIcm alicujus concilii non ex eo solo major extitit, quod extat nientio
fit
:
,
284
España Sagrada.
uiitiquior, sed
quod
potior. Alioquin Bracarense coiicil.
ranensi concilio prseferretur
Latesed iilorum duorurn conciliorum
:
par exlal auctorilas: cum provinciale fuerit utrumque, et ambo dicaiitur pariter ab Apostólica Sede recepta. Cum aiitem inter episcopos Emeritensis concilii tantum hi quatuor inveniantur inter episcopos Gallaecise nominati, sicut dicitur in í2 concilio Bracarensi, patet, quod de his quatuor debet intelligi, quod ad nomen provinciee sunt reducti quia non possunt intelligi í'uisse reducti nisi qui fuerunt abducti. Unde facía reductione in 3 concilio Bracaren. quod sequutum est Ementen, concilium, nullum istorum quatuor legitur extitisse. 18 Postquam igitur hgec, et alia fuerunt utrinque prudenter , ac subtiliter allégala quorum multa propter prolixitatem superíluam , in hac pagina praetermisimus annotare , partes ad amicabilem compositionem induximus diligenter: quae tándem per Dei gratiam , nostra solicitudine mediante ad hanc compositionis formam libera volúntate venerunt: ut de quatuor preedictis episcopatibus dúo assignarentur Compostellanae metrópoli, et dúo relinquerentur metrópoli Bracarensi. Nos autem habito super hoc cum fratribus nostris diligenti tractatu, :
,
,
,
compositionem ipsam duximus approbandam, intelligentes eam aiquitati canónicas concordare. Cum enim Visensis episcopus cum episcopis Galleeciae interfuerit secundo concilio Bracarensi, et Emeriten. concilio non adfuerit, in quo plenus suffraga-
neorum numerus Emeritensis metrópolis
legitur affuisse:
unde
nec potest unus de reductis intelligi: cum etiam inter alios suffraganeos Bracaren sis ecclesiae in suis privilegiis numeretur , in privilegiis autem Compostellanae ecclesiae Visensis episcopus nuUatenus liabeatur, saepe dictum archiepiscopum Bracarensem nomine Bracarensis ecclesiae, ab impetitione tua nomine Compostellanae ecclesiae super eodeni episcopatu duximus absolvendum; tibi super hoc perpetuum silentium imponentes. Lamecensis autem et Egitaniensis episcopatus, quos ad Emeritensem pertinuisse metropolim certis didicimus rationibus, et validis argumentis de consiho fratrum nostrorum adjudicavimus Compostellanae metrópoli, ipsum Bracarensem Archiepiscopum super ilhs nomine Bracarensis ecclesiae condemnantes episcopatum autem Conimbriensem licet eisdem rationibus cognoverimus ad Emeritensem spectavisse: quia tamen Iriensis episco,
,
:
,
Traí. III. Apénd. II.
'^85
patus auctoritale Sedis Aposlolicaí subtractus est ecclesiaí Bracarensi, et sede mulata, pro beati Jacobi reverentia, totiis concessus est Compostella^; in recoinpensationein ipsi archiepiscopo
Bracarensi concessiniiis perpetuo retineiiduin. In tantum auteni illa forma compositionis tibi complacuit, quod pro bono pacis liti cessisti, etpetitioni renuntiavisti omnino, super duabus ecclesiis, videlicet sancti Fructuosi, et sancti Victoris, et medietate Bracarae cum pertinentiis suis ómnibus, de quil)us cum alus fuit facía commissio; refutans quidquiíl juris in illis habuisli, vel poluisti habere: renunlians quoque senlentiae, quoe super eis pro Compostellana ecclesia contra Bracarensem fueral promúlgala: super qua coram nobis aliquandiu fuerat litigatum. NuUi ergo, etc. detinitionis, absolutionis, et concessioet ecclesia}
nis, etc.
Dalum Lateran.
IDACIO
ILUSTRADO
CON NOTAS, CORRECCIONES
Y DISTRIBUCIÓN MAS
EWCTA QUE
EN LAS EDICIONES ANTERIORES.
AÑADIDOS
DOS CRONICONES INÉDITOS, FASTOS IDACIANOS Y TABLAS \ AÑOS IIE
DE OLIMPIADAS, CONSULADOS
LA FINDACION DE RDMA, BEÜlClllüS A LOS
TODO CON
MEVAs
OBSEUVACIONES.
l)E
CRISTO:
28í)
Idacio ilustrado.
APÉNDICE
IDACIO
III.
II.IJS'1'RADO.
Circunstancias que hacen recomendable este escrito.
El cronicón de Idacio, obispo de Galicia, no solo es el mas antiguo entre los de historiadores españoles cuyas obras han llegado á nuestros tiempos, sino uno de los monumentos mas preciosos que tenemos asi por su venerable antigüedad como por el tin con que se hizo por la materia y por la calidad de la persona. Todo esto le hace sumamente recomendable, como conocerá quien recorra aun superficialmente cada cosa. 1 La antigüedad es no menos que de mil doscientos y ochenta años habiéndose concluido en el 469 desde el cual al presente 1749 van los mil doscientos y ochenta señalados. El espacio que abraza es de noventa y un años desde el 579 que empieza, hasta el 469 en que acaba, uno y otro inclusive. ,
,
,
,
,
Corto ámbito en el número pero importantísimo por la calidad de los sucesos, y propio de escritor coetáneo, que no pudo extenderse fuera de lo que vio ú oyó á los presentes. El códice que tuvo S. Isidoro no llegaba mas que al año octavo del emperador León, esto es, hasta el año 464, ó según este cronicón, hasta el 466. El que tuvo Sigeberto Gemblacense pasaba hasta el año 17 del emperador Zenon, 490 de Cristo. Pero según nosotros le tenemos, se extiende mas que el de S. Isidoro y menos que el de Sigeberto. Sobre si el de S. Isidoro era el genuino Idaciano puede haber duda, por lo que después se dirá en la nota 14; pero el de Sigeberto fué ciertamente redundante con adición de mano mas moderna cual se halla el segundo cronicón inédito que daremos después, porque como se dirá, ,
,
TDMO
IV.
37
España Suíjnula. Apénd.
290
III.
murió Idacio antes del imperio de Zenon, y asi no pudo tratar de él en su historia. 2 El íin con que escribió esta obra fué distinguir los sucesos que estaban confundidos, como se infiere délo que dice en el proemio. El Máximo doctor S. Gerónimo, no solo habia traducido en latin el cronicón de Ensebio Cesariense, sino que de suyo añadió lo que desde aquel restaba basta su tiempo. Esta continuación no fué total, porque S. Gerónimo vivió mas de cuarenta años después del 578 en que cerró su historia. Cuando la publicó se hallaba en ánimo de escribir obra aparte, según significa en la carta á Vicente y GciUeno, que sirve de proemio al cronicón de Ensebio donde dice que el no abrazar mas tiempo por entonces no era por tener miedo de decir la verdad con libertad sobre los príncipes reinantes, porque el temor de Dios excluye el de los hombres, sino porque con la irrupción de los bárbaros todo estaba confuso (1). Este motivo que le detuvo por entonces parece que continuó después ó bien por mayores atenciones ó porque efectivamente no salió de las ;
,
,
,
dudas.
Viendo Idacio que no se habia publicado aquella continuación, y que el santo expresó en uno de sus escritos que con la entrada de los bárbaros todo estaba confuso, se inclinó á que no prosiguió; y como la materia pertenecía á sus tiempos, la tomó por su cuenta, como dice expresamente en el proemio. No determina allí en qué escrito dijo aquello S. Gerónimo, pero se halla en el lugar y palabras que propongo en la cita porque aunque en la corografía del colector del tiempo de Carlomagno, que está en el tomo 4.° de la España ilustrada, leemos al fin del hbro i .° esta misma sentencia como remate del cronicón de san Gerónimo me persuado que no es cosa del santo, sino interpolada por el colector pues en ningumo de los muchos Mss. que manejó el limo. Arnaldo de Poiilac, que pasaron de treinta, se encontró tal final, ni se halla en otro membranáceo que tene3
;
,
;
(1)
A
Cflvstanliui vicésimo
auno
usque ad Conaüíaíum Aiiguslorum Valentis VI et Yalcnliniam iterum, totiim menm est. Quo fine couíentus, reliquum tenipus Graiiaui ct Theodosii lalioris hisioriw stylo reservavi: non quo de vi-
ventibus timuerim libere el veré scribere, timor enim Dei hoininum timorem expdlit ; sed quoniam debachantibus aáhuc in térra nostra Barbaris, inrerta sunt ormiia. Hieron. Vincentio el Galicno, \nimc.
mos en
la
!dacio ilustrado. 291 bil)lioteca del cole^no mayor de S. Ildefonso de esta
v asi se debe atribuir al colector. vista del íin con que Idacio escribi(') su cronicón, se co-
universidad
4 noce
\
:
grande utilidad, pues dá lo que tenia ideado un S. (ierónirno; proponiendo con toda distinción lo que según el santo estaba confundido, y añadiendo el espacio de mas de cuarenta años, que el glorioso doctor no pudiera historiar por haber la
nuierto antes.
materia del escrito, es aun mas perceptible para todos su importancia; porque según manitiesta su contexto, sirve para declarar algunas profecias que se cumplieron en este mismo tiempo, como se lee en los años ilO, 41 i y 4o9. Demás de esto es fuente original para los sucesos de la entrada de los vándalos, alanos y suevos en España, con todos los pasos de los godos; de modo que ignoraríamos lo mas princi[)al del siglo V, si no fuera por la luz de este documento. Por esto S. Isidoro insistió tanto en él, que muchas veces copió literalmente sus palabras, no solo por ser muy expresivas, sino por no haber otro autor que toque con tanta extensión y tan de adentro los sucesos de España: porcjue aunque Próspero Aquitánico, sea quien fuere, continuó también á S. Gerónimo, no abrazó tanto espacio, ni se detuvo como Idacio en nuestras cosas ni aun en otras de fuera, y asi dijo bien Pagi sobre el año 581, n. 14, que con este cronicón pueden ilustrarse en muchas partes los Anales; lo que Baronio no hizo por no haberse descubierto en su tiempo. Fuera de lo imperial y Real es muy copioso el número de puntos eclesiásticos que, en especial de España, no constan por otra parte; luego por ambas lineas se hace recomendable la materia. 6 Aumenta su estimación la calidad de la persona, que vivia en todo el tiempo de que habla, y asi fué coetánea. Por lo que mira al Oriente pudo hablar aun de vista, pues peregrinó siendo mozo por aquellas regiones, donde conoció á S. Gerónimo, á S. Juan, obispo de Jerusalen, á S. Eulogio de Cesárea, y á san Teófilo, obispo de Alejandría, como él mismo testifica en el prólogo, y sobre lósanos 400 y 407. Del Occidente tuvo mas conocimiento, como sitio de su principal residencia. En orden á la distinción de los tiempos de que escribe, no hay mejor modo que oirle hablar á él. Todo lo que hay desde el
5
Mirada
la
año primero de Teodosio hasta
el
tercero de Valentiniano, hijo
España
202
Saijrada. Apénd. III. de Placidia, está escrito (dice) parte por experiencia, parte por lección y parte por relación de otros. Lo que se sigue á esto,
añade que lo escribió siendo ya obispo, testigo y participante de muchas de las desgracias que refiere. El primer tiempo es el que dá principio al Cronicón, desde el año 579 de Cristo, hasta el 427, que son los 47 años primeros. El segundo es desde el 427, hasta acabar, que es todo el tiempo que tenia de obispo; y asi toda su obra no excede de su vida. 7 Sobre el ser coetáneo le favorece la calidad de obispo, siempre recomendable, pero con especialidad en aquel siglo. En nuestro Idacio fué tan patente el mérito y honor de la persona, que el santísimo Pontífice León M. se vahó de él para el buen éxito de un concilio provincial en Galicia contra los priscilianistas (1). El celo sobre la pureza de la fé, el amor y solicitud de la disciplina eclesiástica, y lo que padeció por la religión y por la patria, se manifiesta bien en su obra desde el prólogo, y todo junto caHfica el aprecio que merece. Por tanto tengo por bien empleado el prolongado y molestísimo trabajo que he tenido en procurar ilustrarle, haciendo mil combinaciones en sus números; pues con su utilidad parece que compitieron las desgracias, en la envidia del tiempo, en la escasez de códices, en los yerros del que hay, y hasta en el nombre del autor, que ha sido no poca parte para las confusiones.
§»• Si
hubo muchos Idacios en España, y quienes fueron.
Lo primero que
se necesita declarar es quién fué el autor de
porque refiriéndose comunmente muchos Idacios en España, obispos y escritores, ocasiona la misma abundancia confusión, y tal vez se pone en nombre de uno lo que es propio este cronicón;
del otro.
8
Para esto no es preciso
insistir
Si autem aUqiiid, quocl absit, qiiominus possü cekbrari generale concilium, Callceciíe saltern in unum convmianl Sacerdotes: qiiibus congregalis [ratres noslri IDATJUS ef (1)
obstiterit,
en
la
material voz Idacio
Ceponius imminebunt, conjuncta cum instanUa tua, quocitius vel provincialiconventuremediumtantisvulneribus afferatur. S. Leo. Epist. ad. Turib. 93 al 15. eis
Idaeio ¿liiülrado.
!2Í)5
ú Ilacio, con aspiración ó sin ella, ponjue aunque en unas partes se lee lliiítacio, en otras Jllincio, y mas veces Ilacio^ con todo eso |)revalece entre todas la de IDACIO; y asi vemos, que el Cl. Sirniondo solo usó de este nombre, no obstante (jue en el Ms. estaba ilijdaciOy como afirma, sobre el testimonio del Papa S. León. Lo mismo practicó el Sr. Pcrez, obispo de 8egorbe, en las notas sobre el cap. 9 de los Varones ilustres de S. Isidoro; pues aunque bailó escrito Itacio y Idaeio puso ueste en el primer lugar en sus Escolios, por ser mas recibido ; y asi en oyendo Idaeio se puede contraer á este escritor, sin que obste la material variedad de la escritura. 9 Pero por la misma razón puede aplicarse á otros que tienen identidad ó afinidad con este nonibre. El referido Pérez menciona cinco Idacios, concluyendo que pueden reducirse á tres. Uno obispo de Ossonoba en Lusitania, llamado por apellido el Claro, otro obispo de iMérida; ambos perseguidores de Prisciliano, y que asistieron al concilio 1 de Zaragoza, tenido cerca del año 580. El tercero este del cronicón, obispo Lamecense, según dice, en Galicia. El cuarto el que escribió contra el arriano Varidamo. El quinto el mencionado por S. León en la carta á Sto. Toribio. Pero estos dos, dice, se pueden reducir al primero y tercero, y asi solo nos quedan tres Idacios. El P. Mariana, en el prólogo al cronicón inédito que pondremos después, hace también memoria de diversos Idacios. Lo mismo D. Nicolás Antonio. 10 Yo digo que, según prevalece el llamar Itacio al obispo de Ossonoba, no se debe admitir mas que un Idaeio; y dado que sean muchos, según se usa este nombre en diversos autores, con ninguno se debe confundir el autor de que hablamos, pues todos tienen particulares distintivos, aunque no bien aplicados ^
comunmente. 11 Empezando por el que propone en último lugar el señor Pérez, digo que no solo puede, sino debe reducirse al tercero, que es el Idaeio de quien vamos hablando. La identidad entre este y el que menciona S. León en su carta, consta no sosino lo por el tiempo, que es propio del autor del cronicón por la provincia de Galicia, donde no hubo por entonces otro Idaeio mas que el historiador, como se prueba por las veces que se nombra á sí mismo sin mas titulo que obispo de Gali,
204
España Sagrada,
^ipénd. III.
y si hubiera allí y entonces diíerentes Idacios, forzosamente habia de añadir alguna cosa que le distinguiese cuando pone tanto cuidado en declarar quién habla. Contentándose, pues, con la expresión sencilla de su nombre, es prueba que no tenia con quien equivocarse; y asi no solo fué el mencionado por san León, sino el mismo que se expresa en la carta de Sto. Toribio á Idacio y Ceponio, que hallarás en Morales y en Aguirre, en ac[uel, hb. 11, cap. 20, y en este tomo 2, pág. 218. Luego este idacio no debe añadir número. 12 El cuarto, que escribió contra Varidamo, Varimado ó Verimundo, es cierto que se halla confundido en algunos con nuestro historiador, aplicándole el dictado de Lemicense, propio del autor del cronicón. Otros no le distinguen del primero, que es el Ossonobense. Yo digo que es distinto de uno y otro, porque no fué español. D. Nicolás Antonio favorece lo mismo, lib. 2, Bibl. Vet., n. 140, fundado en que vivia en Ñacia;
como se lee en el proemio del libro contra Varidamo: Dudum, dilectissimi fratres, in Neapoli, Urbe Campaniw^ constitutus, etc., como verás en la Bibliotheca Patrum. El Sr. Pérez póles,
movió por esto á dejar de llamarle Ossonobense, porque sabiendo que este murió desterrado, como afirma S. Isidoro, cap. 15, no halló inconveniente en que escribiese en Italia. Yo tampoco le hallara si se mirara á esto solamente pero por otro lado vemos que este Idacio escribió demás de este libro otro que menciona en su proemio S. Isidoro no atribuye á Itacio no
se
;
;
Claro ningún escrito contra los arríanos, sino precisamente contra Prisciliano, sub Apologelíci specíe, que no existe, y creo que ninguno mejor pudiera saber lo que escribió si este fuera español; y asi no mencionando el santo tales obras en Idacio ó Itacio, no tenemos fundamento para atribuirlas á escritor español, porque el nombre solo de Idacio no es bastante, hallándose en algunos fuera de nuestros reinos. 15 Demás de esto el que impugnó á Varidamo estuvo muy de espacio en Italia, dudum, etc., lo que no pudo convenir al español , obispo de Ossonoba porque su destierro no fué hasta después de la muerte de Prisciliano, habiendo sido aquel efecto de esta; y por tanto se siguió al año 387 y se efectuó en el 589, según el cronicón de Próspero, que pone la excomunión de este Idacio en el consulado de Timasio y Promoto, que corresponde el
,
205
¡(lacio ilustrado.
Poco después imirió llacio el Claro, ponjiie se^aiii S. Isidoro fué su muerte en el imperio de Valeiiíiiiiauo y Teodosio el (Iraiide; y como Valentiiiiauo no convivió con teodosio mas ({ue dos años después del 81J, de ahí es ([ue este no podia decir que liahia vivido mucho tiempo en Italia y por tanto no puede ser este el Itacio español Ossonobense ó Claro. I i Tampoco puede decirse que fué el Leniicense autor del cronicón porque este desde antes de ser obispo vivió en Galicia sin que conste haber salido de España mas que á una legacía, de que volvió prontamente, y se mantuvo en su provincia mientras vivió, como prueba su mismo cronicón. S. Isidoro no le atribuye mas ol)ra que esta ni Sigeberto y asi el que escribió contra Varidamo, arriano, no es el que impugnó y persiguió á Prisciliano, que fué el Ossonobense, ni el que esrribií) el cronicón y por tanto si aquel fué español, no puede identilicarse con ninguno de los que conocemos pues de este ni se sabe el tiempo, ni la dignidad ni la patria, y de los oíros sí. El fundamento alegado induce á que no le reputemos español lo que basta para que no ponga número entre nuestros Idacios y consiguientemente no quedan mas que los tres primeros. 15 Del Ossonobense no conocemos mas nombre que Itacio, porque firmemente se halla así en Severo Sulpicio, en S. Isidoro, y aun en el concilio 1 de Zaragoza de modo que no podemos autorizar que se llamase ¡(lacio, y asi no se debe contar entre los de este nombre. IG El segundo, que es el de 3íérida, se nombra Idacio en Sulpicio pero tengo por mas probable que no se llamó asi sino Ursacio. La razón es porque el texto que puede autorizar aquel nombre es el mencionado de Sulpicio este no puede dar ley, porque en esta parte de nombres propios de España está muy adulterado por culpa de copiantes: v. g., en lugar de EmeriUe civitatis pone cmeritce (etatis: por Abiloisi, Abelensi ó Abulensi pone Labilcnsi en lugar de Ossonobensi leemos Sossubensi; y donde debe decir Nam ¡dacius, según lo anterior, pone Nardatius. Un texto donde hay tan poca exactitud en los nombres no es bueno para resolver sobre la voz. Por otra parte consta que el obis])o que se unió con Itacio Ossonobense para
año
al
."8í).
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:
,
:
,
luego este nombre obispo que Sulpicio llama idacio.
quitar la vida á Prisciliano se llamó Ursacio
debe prevalecer en
el
:
España Sagrada. Apénd. III. Que el uno se llamaba [tacio y el otro Ursacio, se halla 17 asi firmemente en las ediciones comunes del cronicón de Próspero y en la de los Mss. de Sirmondo y Chiílecio, que puso Andrés Du-Gliesne en el tomo 1 de los Escritores coetáneos, como también en las que hicieron Labbe en la nueva biblioteca de
296
Mss. y Basnage sobre
Lecciones antiguas de Canisio, en las cuales se lee Ithacius el Ursacius Episcopi , ob necem Priscilliani , cujus accusatores fuerant, Eccledce communione privantur. Los mismos nombres se hallan en la edición Ueal de los Varones ilustres de S. Isidoro, cotejada con siete Mss. por el Cl. Pérez como afirma Juan (irial en el proemio. Siendo, pues, tantos y tan autorizados testimonios los que ponen el nombre de Ursacio con Itacio, deben prevalecer contra la edición viciada de Sulpicio que le intitula Idacio. Es verdad que en el concilio í de Zaragoza leemos como en Sulpicio á Idacio con Itacio; pero según los testimonios alegados parece que las firmas del concilio se copiaron según se hallan los nombres en Sulpicio, porque Ursacio no suena allí y algunos Mss. que sirvieron para las ediciones antiguas ponían Italio. Por esta variedad y la lección de Sulpicio parece que prevaleció en los códices del concilio la voz puesta en la historia de este autor, y que en una y otra parte se debe entender la que proponen los testimonios mas exactos ya citados. Si no que digamos que Ursacio es nombre de otro obispo no conocido. Pero no parece creíble que de repente introdujesen un prelado desterrado, de quien nadie hubiese hecho antes mención refiriendo la culpa que mereció tal pena. Exprésase que la causa fué la acusación de Prisciliano; pero este mismo motivo nos obliga á insistir en Itacio y Ursacio, pues solamente de dos, y no de tres, consta que le aculas
:
,
,
sasen
.
Pero demos que el obispo de Mérida se llamase Idacio. De todos los mencionados solo este nos ha quedado fuera del Lemicense autor del cronicón. La distinción entre uno y otro es muy patente; porque aquel era de la provincia Lusitana, como el Ossonobense, este de Galicia; el de Mérida y Ossonoba florecieron en el siglo antes que el Lemicense; aquellos por el año de 580 y este escribia ochenta años después y aun algo mas: luego ni el tiempo ni la provincia ni la silla permiten confusión y los que han atribuido al Enieritense lo que es preci-
18
,
,
;
297
ídacio ilustrado.
sámente propio del de Galicia
,
no han distinguido
sillas, ni
pro-
vincias, ni tiempos.
Entre los dos obispos perseguidores de Prisciliano hay mas disculpa para contundirlos entre sí por ser de un mismo tiempo y una misma provincia. Unos atribuyen el dictado de Claiv al obispo de Mérida, como l^adilla, Moreno de Vargas, y aun D. Nicolás Antonio , que dá á este la razón de escritor. Otros , como í). Juan Bautista Pérez, atribuven el escrito contra Prisciliano y el dictado de Claro al de Ossonoba. Yo tengo esto por mucho mas fundado , pues cotejados Sulpicio y S. Isidoro se vé que el desterrado fué Itacio y este mismo fué el escritor y el Claro, asi llamado por facundia y apellido, según S. Isidoro que atribuye todas estas cosas á uno mismo (1), llamando al otro Uvsacio. En Sulpicio leemos que Itacio era el Ossonobense, atrevido, parlero, y el mas encarnizado, como en la gula, en la vida de Prisciliano. Este es el que fué privado del obispado , según Sulpicio porque el de Mérida le depuso por sí; acción recomendable, si después no la hubiera desairado con pretender volverá entronizarse (2). El destierro y el morir fuera de su patria es mas propio del Ossonobense, á quien aplicó la pena de deposición que del que voluntariamente la escogió. El pretender nueva introducción en la silla menos conviene al que murió desterrado que al que no consta que saliese de España. Este fué el de Mérida, porque según Sulpicio no tuvo tanta culpa como el Ossonobense ; luego el de Mérida no fué el escritor que es el desterrado y el Claro. 20 Demás de esto, el de Ossonoba era el hablador, según Sulpicio {Joquax), lo que parece que tiene atinidad con lo que dice del escritor S. Isidoro, Clarus eloquio. Este se interesó contra Prisciliano mas cruelmente que el de Mérida ; y por tan-
10
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(1)
Itacius
cognomento
Hispamarum
Ep'iscopus,
eloquio Clarus scripsit quenidaní libnim sub apoloqclici apecie, in quo dctestanda l*riscHliani dogmala et maleficiorum ejus arles, libidinumque cjun probra deniomtrat... [lie autum cum Ursacio cpiscopo ob necem ejusdem Priscilliani cujus accusatores exliltrant Ecclesio) communione privatus exilio condcmnatur ibique die et
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TOMO
IV.
Theodosio majore el ultimo fungitur Valentiniano reynantibus. De Vir. ,
llliistr.
,
cap. 15.
Solus lamen omnium episropa(2) tu f/c de Teodosio, \ añadiendo diez al seis, se inliere tjiie el segundo decenario coricsponde al ano 10 y no al 17, pues desde seis á diez y siete, van ,
once y no diez luego puesto el primer decenario sobre el O, es j)reciso que el segundo corresponda al l(> y de ningim modo al 17. En esta suposición resulta que el año último de Teodosio y
Cronicón de I(lacio. de Cristo sin respecto alguno á los sitios donde el Ms. de Sirinondo aumenta los años imperiales , y como aquellos se han de medir por estos, se infiere que es mas autorizado el aumento que yo hago; pues mudando el año vulgar donde el Ms. muda el imperial, tengo á mi favor aquel vestigio; v. g., el año 459 le ponemos uno y otro en el § Theudoricus cum Duce suOy donde está el año o de Mayoriano y León. Bouquct pasa al 400 en el § Maldras germajium; yo no mudo año de Cristo hasta después donde el Ms. muda el año imperial luego cuando no hay certeza para aumentar la unidad en la cláusula siguiente mas que en la antecedente es mas autorizado aumentarla donde el cronicón muda el año imperial. 3 Lo mismo digo en el lance en que ambos mudamos el año vulgar sin que el Ms. mude el imperial; v. g., yo pongo el 463 en el § Adversus ^Egidium; Bouquet en el § antecedente Agripinus. Si para contraer el suceso de Agripino al año 465 diera texto urgente, hiciera yo lo mismo; pero como no le dá, y solo para el de E^gidio se halla el testimonio de Mario Aventicense, por tanto insisto en no mudar el año 46:2 hasta la cláusula de Egidio. 4 El año último que señala al cronicón es el 468, guiándose según imagino por la época del pontifice Simplicio. Pero como tenemos el cronicón interpolado, es preciso añadir otro año ó quitar el año 3 de Antemio. 5 Esto es lo que me ha parecido prevenir sobre la cronologia y notas de Bouquet, omitiendo lo que mira á los años de los papas y otros puntos que propone sin alegar apoyo á sus sentencias. Ahora añadiremos los demás documentos que sirven para ilustración del precedente. :
,
41 i
APÉNDICE
IV.
CRONICÓN PEQUEÑO DE
IDACIO,
HASTA HOY NO PUBLICADO. Otro cronicón de Idacio se ha mantenido y citado entre los españoles, mas breve que el precedente, pero con algunas diferencias de no poca importancia. Hasta ahora se ha conservado inédito, haciendo mucha falta á los doctos, por cuanto habiéndole citado algunos alegando cosas que no se hallan en las ediciones precedentes, no han podido hacer juicio de la materia por faltarles el códice. Sirva de ejemplo el que nos ofrece don Nicolás Antonio en su Biblioteca antigua, lib, 3, núm. 80, donde alega lo que Jorge Cardoso, escritor lusitano, dijo en su Hagiologio, ó Santoral, de nuestro obispo Idacio, que habia sido gentil en su primera edad, y que en el año 419 se habia convertido á Dios, como refiere el mismo en esta clausula: /rfaí¿¿ ad Deum conversio peccatoris. Viendo D. Nicolás que en ninguno de los cronicones publicados se encontraba tal cosa, creyó que Cardoso la imputaba voluntariamente, portener experiencia de ser poco autorizado este escritor en los puntos de Idacio. Pero en lo que mira a este concepto le pudo haber encontrado apoyado en Vaseo, que le alega en el año 420. En tin, si se hubiera publicado este documento no hubiera extrañado el dicho de Cardoso, pues se halla aqui, debajo de la misma era -457, año 419, en que le citó aquel escritor. Con esto conocerás una de sus utilidades, pues sirve para entender á los autores que se valieron de él. 2 Antes de pasar adelante debemos advertir que Cardoso yerra en el año y en la inteligencia de la cláusula. En el año, porque aunque precede la era mencionada, año 419, ni es fiel el número, ni aunque lo fuera para el suceso inmediato, se debia aplicar al de la conversión. No es fiel el número: porque allí se trata de un suceso del año 4 11, y después de aquella era se ponen cosas anteriores al tal año 419, como se vé en la invención del 1
.
Cro)i ¿con
AI
pequ eñ o de Ida rio
.*>
cuorpo de S. Estehan, que fué en el 415. l*or tanto la era precedente no puede tener cuatro añds mas (pie los sucesos siguientes, y asi se conoce que está errado el número, como se pruel)a también por el cronicón antecedente. Pero aun siendo puntual para el suceso á que se aplica, no se dehia atribuir el mismo año á la conversión de Idacio. La razón es porque después de la era allí señalada se refieren hechos de diversos años; como la invención de S. Esteban en el 415, la muerte de Ataúlfo y el casamiento de Constancio con Placidia, que fueron en el año 416, y aquí es donde inmediatamente se pone la conversión, siguiéndose un suceso del año 417 y otros posteriores, en cuya conformidad toca la conversión al año ílí), y se vé que los números prefijados en una parte no rigen para lo siguiente, sino precisamente para el suceso en que CvStan. 3 Faltó también Cardoso en afirmar que Idacio fué gentil por el preciso titulo de leer su conversión á Dios porque en el siglo quinto prevalecía ya la cristiandad y en España no había idolatría sino en algún rincón en que se conservó ó entró mucho después. Decíase con propiedad que se convertía á Dios aquel que, aunque fuese cristiano, pasaba de vida profana ó secular al estado eclesiástico ó religioso como sin salir de los escritos de Idacio vimos en el cronicón antecedente que, sobre el año 424, realzó la fama de S. Paulino por el título de haberse convertido á Dios: Conversione ad Deum nohilior factúa-, y como dice el autor de su vida en la edición novísima de las obráis del santo, ni él ni sus padres fueron idólatras sino cristianos; pero la gran renunciación que hizo del fausto mundano, tomada por ejemplo por N. P. S. Agustín para mover á un joven á que dejase el mundo, Epist. 120 al 39, mereció que Idacio le elogíase por su conversión á Dios. S. Gregorio Magno escribió á S. Leandro que había dilatado mucho su conversión. S. Benito mandó en su Regla que se atendiese al tiempo de la conversión para las precedencias, y asi de otros mil casos, en que la conversión no supone gentilidad, sino mutación de costumbres y á este modo refirió la suya Idacio. 4 No hallándose esta cláusula en las ediciones anteriores, se vé la utilidad de la presente así por esta como por otras noticias que no hay en otras partes: v. g., sabemos que Sabino ;
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,
España Sagrada. Ápénd. ¡V.
416
echado de su iglesia de Sevilla, pero sin decirnos si fué restituido. Aqui se lee que sí, y esto es muy de estimar. Queme! añade otra cláusula que no se halla ni en lo impreso ni en lo Ms. que tenemos, atribuyendo á Idacio, en la nota á la carta 15 aM9 de S. León, estas palabras: Dictinius Asturicensis Episfué
copus, cuí, ob Priscilliani hceresimy quam profitebatur, ejecto cum alus ejusdem sedee Episcopis, successit Turibius. Yo no
me
que esto sea de Idacio pero muestra que aquel autor tuvo códice ó libro en que estaba en su nombre y cotejando unas cosas con otras se infiere que el genuino cronicón de Idacio tenia mas que el Ms. de Sirmondo. Dios quiera que se llegue á descubrir, ó á lo menos que no se niegue al público cuanto se vaya hallando para que aumentadas las partes falte inclino á
,
,
,
menos
del todo.
Después de escrito esto hallé que Pascual Quesnel en la segunda edición, hecha en León en el año 1700, corrigió el descuido y Hgereza que tuvo en la primera, diciendo, tomó 2, pág. 449: Lapsum memoriw^ seu alliicinationemy quam hoc loco passus sum in prima editione, fateri ac publicare non enibescam. Islam de Dictinio narratioiiem quam sub ídatii nomine bona fide laudavi ac retuli, apud IdaUum non inveniOy Hoc testar i nec cujus sit illa, prorsus dicere ullatenus possum ,
.
et
sánete
sed ex
possum affirmare, illam
ci
me
aliquo libro descriptam, cujas alta
Aun de
este
modo
confictam non fuisse,
me nunc
tenet oblivio.
se salva lo propuesto, sobre que en
libro ó manuscrito se atribuyen á Idacio cosas
algún
que no tenemos
publicadas, y sirve la prevención y confesión propuesta para que nadie se fatigue en buscar en el cronicón impreso la cláusula citada, como sucedió á los que escribieron antes de la edición segunda de Quesnel.
5
El fragmento que yo publico ahora tiene otra circunstancia; de proponer mas eras que todos los impresos. Esto creo que proviene de haberse conservado en España pues siendo cómputo familiar y único entre los nuestros parece que cuidaron omitiendo las olimpiadas, etc. Ni encuentro fundasolo de él mento para decir que añadieron las eras: pues en caso de mezclarse mano mas moderna no se hallaran tan pocas, cuando por otro lado constan los años de diversos sucesos, que por tanto se ,
,
,
7
Cronicón pequeño de ¡dacio. Imbieraii ingerido; y asi
el
-i 1
ver que faltan tantas muestra
qii»^
inmunidad del ejemplar antiguo. Tal cual no esta Lien puesta por vicio del copiante pero las mas corresponden puntualmente á los años del cronicón antecedente y asi unas guardaron
la
,
,
autorizan á otras.
6 Viendo que hasta hoy no se ha descubierto mas ejemplar completo que el Metense, y que por otro lado se citan en las bibliotecas de manuscritos cronicones de Idacio, me inclino á que estos son lo mismo que el presente ó alguno de los citados antes en el § 5. Como no explican el modo con que empiezan ó acaban, ó los años que abrazan, no se puede formar cabal concepto. De la Real biblioteca de Alcobaza, en Portugal, sabemos que tuvo otro del mismo modo ([ue este, como consta por confesar Voseo que empieza por 8. Juan Crisóstomo, y corresponder las citas que propone desde Teodosio en adelante. El que tuvo Morales convino en algo con el que aqui ponemos, según muestran las citas del libro 11, fól. 2ÍÍ b. y fól. 45. Pero se diferenció sustancialmente, faltándole gran parte, y no estando los años bien notados, como se infiere de la extrañeza que le causa lo que cita Vaseo, y del tiempo que aplica á los sucesos. 7 El P. Mariana tuvo entre sus Mss. el que te ofrezco aqui. El mismo se halla también en la colección del ilustrísimo Pérez, que tiene la santa iglesia de Toledo. El mismo, y de escritura mas antigua que los dos Mss. precedentes, conserva la bil)lioteca del colegio mayor de S. Ildefonso de Alcalá, en el códice de que he hablado otras veces donde están los cronicones de Ensebio, 8. Gerónimo, Próspero, Victor Túnense, 8ulpicio y otros; cuya letra es del fin del siglo XIII tomo en folio, membranáceo, bien conservado. Allí pues, al acabar el cronicón que ,
,
damos en
apéndice siguiente dice asi: Huciisque Severus, qiiiet Sidpidus. Dehinc ¡daíiiis, Gallwcice Episcopus, itentm retexii histovÜB ordinem; y empieza: Constanünopoli etc., del modo que le hallarás después. 8 De estos tres manuscritos me he valido para esta edición. Las lecciones vanantes de unos y otros las hallarás al pié, usando para evitar proligidad de las letras iniciales; la i., es el códice complutense, la M. el de Mariana, y la T. el de Toledo: Cron. ant. el cronicón antecedente. el
,
,
TOMO
IV.
53
España Sagrada. Ápcud. ¡V. 418 9 No fallará quien extraño lo diniiniito de este cronicón, empezando veintiséis años después que el precedente, y fallándole dentro de la materia muchas cosas que se hallan en aíjuel. La causa no solo ha sido la desgracia ñital de los antiguos códices, sino el haber mediado una mala elección de un colector, que tomando lo que muchos hablan trabajado originalmente, desfloró lo que quiso formando un cuerpo general de las antiguas cródejando nicas, no con el fin preciso de que se hallasen juntas ,
que escribió cada uno, sino interpolando lo que resultaba de diversos, y aplicando sus nombres adonde no debia. Vése esto claramente en que aqui aplica á Idacio lo que con evidencia nos consta no ser suyo, abrazando cien años posteriores. Lo mismo en el apéndice siguiente, donde atribuye á Sulpicio cosas que no pudo escribir sino en profecía. Allí se encuentran fragmentos del cronicón legítimo de Idacio; y esta es la razón de no hallarse completo el que ahora damos. Si el colector hubiera unido lo que escribió cada uno, sin mudar una letra, debían ser de oro las que diesen su nombre; pero faltando esta fidelidad nos dañó con lo que quiso utilizar. Para suplir la falta que se halla en este segundo cronicón, pongo luego el tercero, donde, como he prevenido y volveré á notar, se hallan cláusulas enteras del verdadero Idacio, y las que tienen variedad son también conducentes para los eruditos. 10 Como el P. Mariana no tuvo mas cronicón de Idacio que el presente, sobre este solo pudo formar dictamen. Dóitele aqui con tanto mayor gusto, cuanto sobre ser de tal sujeto, no se halla publicado. El medio ha sido por el l\. í*. Andrés Marcos Burriel, como expuse en el prólogo. El contexto es asi: intacto lo
Testimonio del P. Juan de Mariana en la ¡we faetón que puso al manuserito del cronicón siguiente. 11
Multi sive íthacií
Duorum meminit
,
sive Idatii, in ÍTispania olim ñierunt.
Severus Sulpicius, Sacrae historise libri 2 extremo, Ithacii, atque idacii, quorum diligentia Priscilliani secta magna ex parte compressa est, Maximi, qui se imperatorem dicebat, gladio sceleris ducibus vindicatis. Ilorum (jiothica? subscriptiones concilio Cíesaraugustano adjiciuntur. Duorum memi-
''í-^ Cronicón pcijuefio de ¡dado. cL ullerius íiit Isidonis libro de Viris ilíuslribus: chroiiograplii (|uein llispaiiiaruní episcopiun dicit apolo¿5'elicuin contra IVis,
cillianuiii si-ripsisse, exilioqiie
l'riscillianus essel occisiis.
llieronvnms
Duoruin
iii
damnalum, quod
ejus accusalione
Eosdein Vasa3iis noininat.
Priscilliano.
K duobus
TritcMiiius
AUeruin
uninii
iacil.
mentionem fácil Aiiibrosius Morales, Historia; cap. 24 et cap. 57, utriusque chrono^raplii, hu-
ilideiii
suae lib. 11,
Extat etiam Idatii Clari líber contra arianos. Nobiliores in lioc numero fuerunt Itbatius, Priscilliani inseclator ea ingenii vecordia, iit Marlino Turoneii-
jus nostri, et alterius
próxima
aitate.
expertus est, haeresis suspicionem imponeret, et modestos viros jejuniis pallidos quasi Priscilliani socios damnaret; dignusque ea quam passus est calamitate. Pra3terea Idatius chronograplius, quem copiosius scripsisse suspicor (nam Praifationis etiam meminil Isidorus) malignitate librariorum in si,
quem adversum
angustias redactum, haud inutilis tamen cognoscenda historia ejus a^tatis. De quo Sigebertus in chroni., auno 490, Idatius, inquit, Lemicae Hispaniarum urbis episcopus, chronicam suam á primo consulatu Theodosii inchoatam hucusque perlias
duxit.
Conoció bien este Cl. escritor que Idacio liabia escrito mas que lo contenido en su códice, como observó por la prefación citada de S. Isidoro, \ aun con toda esta falta le graduó con razón por fragmento importante para la Historia. La cita de que Morales menciona otro Idacio cercano al tiempo del que vamos tratando, no te debe excitar á buscar la antigüedad de aquel escrito, pues no es otro que el Itacio de Oviedo, de que tratamos aqui en el § 3 de la división de obispados atribuida á
Vamba.
,
m)
Eapan a
S(( grada.
Apénd. IV.
IDATII GALL^CL*: EPISGOPI CHRONICON
(1).
Constantinopoli Joannes episcopus praedicatur insignis cognomento os aureum (2), qui ob fidem catholicam Eudoxiam uxorem Arcadii infestissimam patitur Arianam. Beatissimi Martini vitam, etmirabilia quae fecit, Severus, vir summus, discipulus ipsius, qui et chronicam aliam quam hic Sanctus (3) ab initio Génesis usque ad sectam Priscillianistarum perniciosissimam conscripsit, exequitur. Alani, et VVandali, et Suevi ílispanias ingresi sunt era CDXLVII, IV id. octobris, Honorio liX, et Tiieodosio, Arcadii filio, III consulibus. cum intra et Aiaricus rex gothorum Romam (4-) ingressus extra Urbem caedes agerentur (5), hominibus indultum est, qui ,
,
ad sanctorum limina confugerant. Placidia Theodosii in
filia,
Honorii imperatoris sóror, á gothis
Urbe capta.
Aiaricus moritur, cui Ataulfus succedit in regno. Debaccantibus Híspanlas barbaris, et suevis Gallaeciam, ante (6) nihilominus pestilentise malum, opes conditas in urbibus,
M. ¡data Lamecensis Chronicum. ElC el el de Alcobaza Gallcecice Episcopi. Cognomento os oMr^M/n, falta en el cron. (2) ant. y parece añadido después del tiempo de Idacio. Quam hic Sanctus: asi M. y el T. El C. (3) tiene en abreviaturas la q y la s con unas virgulillas encima, sin mas letras; y esto parece se debe interpretar quw hic sunt; aludiendo á que en aquel mismo libro precede á este de Idacio el cronicón de Sulpicio, de que se hace mención, que es el del apéndice siguiente. En favor de esta lección milita el cronicón ex Idacio, tomo 4 de la España ilustrada, pág. i98. Qui et Chronica, alia quam hcec sunt, etc. (1)
T. y
1(1
cual es vestigio de
la
inteligencia insi-
en lugar de Chronicam aliam diremos mas latinamente y con mas conformidad de las notas: Chronica alia quce hic sunt. Basnage acaba esta cláusula con las voces apertissimé scripsit; previniendo otra lección de perniciosissime en lugar de apertissimé. En la España ilustrada se lee peritissimé; pero debe prevalecer el texto que aqui damos; cuyo vestigio se vé en la voz perniciosissime, que alguno mudó en peritissimé, por faltar en su códice la secta con quien concierta la voz perniciosissima. nuada; y
quam
(4) (o)
asi
hic Sanctus,
El T. Romanam. El T. agereter.
Parece que en lugar de ante, debe (6) cir smviente, como en el cron. ant.
de-
.
Cronicón pequeño de Idacio.
-ii^l
siibstantiasque, tyrannicus exactor diripit, et miles exliauril(l).
dirá grassatur, adeo (2) ut hurnanse carnes ab humano genere vi famis fuerint devoratae: matres quoque necatis vel coc-
Fames
tis
per se natorum
(3)
suorum fuerunt
paslic
corpwibus.
(4)
occisorum gladio fame, pestilentia, cadaveribus assuetaí, quosque homines fortiores interimunt eoruiuque carnibus pastae, passim in humani generis efferuntur interitum. Ita quatnor plagis ferri, famis, pestilentiae, bestiarum, ubique in toto orbe saevientibus , praedictae á Domino per prophetas suos annimtiationes implentur (5). Era CDLVII (6) subversis memórala plagarum grassatione Hispaniae provinciis, barbari ad pacem ineundam Domino miseranle conversi, sorte ad inhabilandum provinciarum sibi dividunt regiones. Gallaeciam vandali occupanl et suevi: alani Lusitaiiiam , et Carthaginensem provinciam et vandali cognomento Bestiae
,
,
:
Baeticam sortiuntur. Hispani civitales et castella residua plagis barbarorum provincias dominantium suae subjugant sersilingi
vituti (7).
IJeraclianus
movens exercitum de
África adversus Ilonorium,
Utrículo in Italia in conflictu superatus effugit ad Al'ricam sis in loco supradicto uno et viginti armatorum (8).
,
cae-
Gothi Narbonam ingressi vindemiee tempore. Ataulfus apud Narbonam Placidiam duxit uxorem: nihil tamen ex ejus semine subsistente ex ea. Jerosolymis Joanne episcopo pra'sidente, sanctus et primus post Christum Dominum martyr Stephanus revelatur. Ataulfus a Patricio Constantio pulsus, relicta Narbona Híspanlas petens, per quemdam gothorum apud Barcinonam ínter familiares fábulas jugulatur. Gui succedens Walia in regno, cum Patricio Constantio pace mox facta, alanis et vandalís silingis in Ijusitania et Baetica sedentibus adversatur. Constantius Placidiam accepit uxorem.
(0
ElC
(2)
M. t Deo. M perseatorum
(3)
exharuií. M. milites exhaurit.
.
ElC. impastee.
como
consta por el croti. ant. ano i\i. Esta cláusula e-tá mejor, y como debe, en el cron ant. añ 4d1. Aqui faltan los millares, y aun con ellos {>
(4) (5)
El T. implentet.
es
(6)
Era CDLVII: debe decir era CDXLIX,
cron.
muy diminuto aiit.
año 413.
el
número según
el
^-^2 Idatii
Kspaña Sagrada. Apénd.lV. ad Domimirn conversio peccatoris (1).
NVaiia rex gotlioruní roinaiú nominis causa iiias caules ínagnas efíjcit Ijarbaroruni.
iiilra
(:2)
llispa-
>aiidali silingi in Baítica per
Waliam re^j^em extincti. Alani, qui vandalis et suevis potenlabaiitur (5), adeó caisi suiít á Goíliis, ut exlincto Atace rege ipsorum, pauci qui supeifueruiit, Gunderici regis vandaloruní, qui in Gallsecia resederal, se patrocinio suhjugarent, oblili regni nomine. intennisso certaniine quod agebant, per Constanliuní ad GalJias revocati, sedes in Aquitania a Tolosa usque Oceanum (iOllii
accej)erunt.
\Vaba eruní rege defuncto Theudericus succedit
regno. filius nascitur. lionorius apud Uavennam Constantium sibi facit in regno consortem. Gonstantius imperator Ravennae moritur. Bonifacius Palatium deserens Africam invadit. lionorius actis tricennalibus suis Ravennae obiit. in
ValenLinianus Constantii et Placidiae
Paulinus nobilissimus et eloquentissimus, dudum conversione ad Deum nobilior factus, vir apostolicus, Nolae Canipaniae episcopus habetur insignis: cui Tharasia de conjuge facta sóror, testimonio vitae beatae aequatur et marito (4)." Romanorum XLIII (5) Theodosius Arcadii filius, ante aliquot annos regnans in partibus Orientis defuncto Patre , post obitum Honorii Patrui, monarchiam tenuit Imperii cum esset anno,
rum XXI. Theodosius Valen tinianum, amitse suse Placidiee filium, Constantinopoli Caesarem facit. Valentinanus, qui Caesar erat, Romae Augustus appellatur. Vandali Baleáricas Ínsulas depraedantur, et Carthagine Spartaria, et Hispali e versa, et Hispaniis depraedatis, Mauritaniam inyadunt. Gundericus rex vandalorum, capta Hispali, cum im-
manus in ecclesiam civitatis ipsius Dei judicio Daemone correptus interiit cui pié elatus
:
succedit in regno
:
M. y
(•i)
.M.
e!
y el
C. Ínter. C. ¡loíenlabanl
,
mox
Gaisaricus frater
qui ut aliquorum relatio habuit, effectus apos-
Falla en el cron. ant. toda esta (1) sula. En M. no liay adbominum. (2)
extendisset
:
cláu-
el 'F patentaban-
tur.
(4)
El cron. ant. mérito.
(5)
El cron. ant. XLI.
Cronicón peí¡ueño de Idacio.
4:2.">
fule (iatliolica in Ariaiíaindictus est transiré porlHÜaiii.
tata, (lo
Gaisariciis \\c\ vandaloriim
de
líníticaí i)r()v¡iiciíc
lilore (miiii
Vandalis omiiihiis eorumquc familüs mensc Majo ad Maiirila-
níamet Africam
relictis
transit
llispanüs, qui priiisqiiam per-
adinonitus Ermi^arinni sucvonim rogoin vicinas iii transitu suo provincias depríüdari; recursn cnin aliqnantis siiis tacto, prípdantc (1) í^usitanianí nilio conse([ii¡liir divina: (pn' Imud prociil de Kinerita, ciiin Sancta) niartyri Eulalias injnrias transiret,
praibnisset, multis (2) per Gaisaricnrn caesis, ciim eis qnos secmn habebat, arrepto ut putavit, Euro velocius, fngae subsidio, in ilu-
mine Ana divino brachio príecipitatus interiit: quo ita extincto, rnox quo coeperat (iaisaricus enavigat. Aétio connite baud procul Arelato qunedam gotlioruní manus extinguitur, Anealso (5) optimate eoruní coepto. Era CDIjXX Bonifacius in ícmulationem Aetii de África per Placidiam revoca tur in Italiam.
Sanctus insignis Augustinus recedit (4) é corpore, qui uno eodemque terapore Alexandriaí Cyrillo episcopo príesidente, et Constantinopoli Nestorio hacretico llebione, Cyrilli ipsius epístola eorumdem (5) ha^resim destruentis, et regulam íidei expoíientis oslendit. Ila3c cum alus habetur allaía ((>). Crothorum ca3sa IIX. ^I (7) subAotio Diice. Carthago magna fraude decepta XV (8) die XÍV Kal. Novembris. Oninem Africam Rex Gaisaricus invadit. ínter i^omanos et gotbos pax efficitur. (Iaisaricus pellit (9)
Rex
exea,
elatus episcopum,
et juxta
sanctorum ecclesias
clerumque Cartbaginis de-
propbetiam Danielis demutatis mysteriis
tracUdit arianis.
Rechila (10) Rex suovorum Emeritam ingreditur. Censorius (11) comes, qui legatus fuerat ad suevos, rediens Myrtili (12)
obsessus á Richilane in pace se tradidit. (1)
El cron. ant.
prwáantem, año 420.
.M., el C. y el T. malecUctis: (2) muJtis.
(3)
el croii.
436. ant.
El cron. nnl. Anaolfo.
Fal'a esta cláusula en ol cron. ant., y parece que incluía mas, co-
(4)
.M.
recedite.
mo promele (5)
S\.
el rolalivo^ut".
eorumdam Este
pen'i rio está
tuoso, coiiiü co.ista por
el
cron.
defec-
aiit.
año
(CA
M. habiltira
(7)
El cron
El T. data.
(lilatn.
(8)
\X. M. XXV, die XIV
(0)
M. depulil.
ant.
M K;il.
(10) T. ñichUa. (W) M. Cemiiriur. oí cron
(12)
EiC
Misertiii.
ai
t.Censoriuí.
Kapaña Sagrada. Apcnd. I\ llennericus Kex suevoruiii diuturno per annos
424
.
Vil
morbo
nftlictus interiit.
Uechila Hispali obtenta Baeticain et Carthaginensem provinciam in suam redigit potestatem. Sabino episcopo de Hispali factione depulso, in lociim ejus Epiphanius ordinatur fraude, non jure.
Era
CDXXCI
Constan tinopolitanae Ecclesiae depulso Nesto-
rio praesidet (1) episcopus Flavianus.
Rechila Rex suevorum Emeritae degens moritur mense Augusto, cui mox filius suus catholicus Rechiarius (2) succedit in regno; nonnullis quidem de gente suasemulislatenter (3). Per Agiulfiim Hispali Censurius jugulatur. Rechiarius accepta in conjugio Theudorici regis filia, ininitio regni Vasconias depraedatur (4). Rechiarius mense Julio ad Theudoricum socerum profectus Caesaraugustanam regionem cum Basilio in reditu depraedatur. I^er dohim Ilerdense urbe (5) acta est non parva captivitas. De Gallis epistolae deferuntur Flaviani episcopi ad Leonem episcopum missae cum scriptis Cyrilli episcopi Alexandrini ad Nestorium Constantinopolitanum Tebionem (6). Quo depulso substitutus Flavianus (7) scribit ad Leonem de Euthychete. Theodosius XLIII Imperator moritur Constantinopoli, anno aetatis suae XLIV (8). Post quem statim apud Constantinopolim Marcianus XLIV imperator á militibus et ab exercitu, instante (9) etiam sorore Theodosii Pulcheria Regina (10), efficitur Imperator: qua sibi in conjugium (11) assumpta regnat in partibus Orientis. Valentiniani Imper. decadas IL CCCGLX (12).
M. preside
(1)
et
Epincopun
etc.
M. Rechinarías El croii. ant., y este (2) misnto después Bechiariux I.ns tres Mss. latenter per Aguiulfum ('!) Spalicem Surius jugulatur. Por el cron. ¡int.. se conoce que Spalicem Suriu.i, debe
Los Mss. stante: pero di^be leerse ins(9) tante se^un el contexto y el cron. ant.
mi.
(10) (11)
Regia.
Los Mss.
mos (12)
in conjugio,
como mantuvi-
antes.
M. décadas CCCCL.XX. El C. antepoque parece denotan las vicenales de
leerse Spali Ceruiuriux, 6 Hispali Censorius.
ne
Véase allí año 448. M. populatur.
Valeiitiniano; pero ni estas ni las tricena-
Faifa irrupta,
anl,.
que
se halla en
el
cron.
año 449.
(6)
El cron. ant. Hebionitam.
(7)
El C. Favianus.
Debe decirse XLVII, según el cron. ant. y el año en que nació.
(8)
corresponden á este silio. El cron. no menciona tales fiestas Los núdespués meros CCCC.LX que pone el del II, parece focan á la era siguiente, por no ser propios de este sitio, y bailarse allí los mismos números, aunque con
les
(4)
("í)
11,
ant.
C
yerro,
como
se dirá.
4:2") Cronicón pequeño de hlacio. Kra CDXC (1) gens Ugnoi'iim pace nip(a depraídatur provinciiiii geiUo ojiis cias (ialliarum in campis Calaloiiicis et Mettis Dncis geiis regís Theodori qiiibiis erat in pace societas aporto marte conñigens, divino caesa superatur auxilio: hellum mov ea tempestate societatem dirimit (2). Rex illic Tlieodorus (3) prosIratus occubit. CCC. M. fermé hominum in eo certamine ceci,
memoran tur.
disse
Occiso Theodoro Thurisniundus (*)fil¡us ejus succeditin regno. Tliurismundus (*) rex Gotliorum spirans hostilia, á Theuderico et Frederico fratribus jugidatur; cui Theudericus succedit in regno. Anuo I (i) principis Marciani regina moritur Flacidia mense Julio.
Valentinianus
XXWI
UomcC imperator
\\\I
anno
occiditur
aetatis
sua?
Postqiieni moxMaximusex consulibusXIjV Koniíe Augustas appellatur. Usque ad Valentinianum Tlieodosii generatio tenuit principalum. et regni
Romanorum XLVI
(5).
jam regni
¡Marcianas qaarto
Gaisaricas solicitatas á relicta Valentiniani dispergit, priasqaam Avitas Aagastas ,
anno ob-
monarchiam.
tinet
tar
sui
direptisqae opibas
tam Valentiniani, et ne secam dacens.
Romanoram
tilias
,
at
malam fama
Romam
ingrediGarthaginem reddit , relicfieret,
daas, et lilium
,
Gaudentium
(6)
nomi-
Suevi Carthaginenses regiones, qaas Romanis reddiderant, depricdantar. Marcianas et Avitas concordes principata Romani atuntur Imperii VI anno (7) Marciani. pone CCCCLX. lo quo es el número 400 corresponde al cron. ant. año 4o-¿. .Asi los Mss.; pero esta cláusula está ip (•2) solo viciada, poniendo mox ea ifitiplextatc en lu^ar de nox intempesta, sino truncTda, como con.sta jior el cron. ant. año 452 ({)
Asi M.
(3)
en
Asi .M. El cron. anl. Theodore». El C. la cláusula si^iuiente le nombra Theo-
dore.do: y este es el Iros autores á este
(")
Lo que
TOMO
IV.
M.
El C.
errata; pues solo
iiay
nombre que dan núesmy.
entre estas notas falta en
(4)
K! cron. ant.
anno
III,
y este es el
que
correspondo. Los Mss. XWIet regniWX. El C. XXII. (o) Falla un decenario en todos, pues reinó 31 años. (6)
El cron. ant. (año 456), dice de .\ecio.
que eni
hijo
Los .Mss. ponen Vi amia, per vicio de algún copiante, que hallando Vi ann., leyó annis. Pero consta deber leerse sexto anno, y no xex annis, porque .\vito no reinó ni aun tres.
(7)
54
,
España SíKjrada. Apénd.
'iáf)
Era
CDXCIV
(1)
Ilispariias
l\
.
rex goUionirn 'riieiidericns
cum
cuín volúntate et ordinalione Aviti iüipcratoris ingreditur. Orientaliuin naves Hispali venientes per Marciani exercituní coesae nuntiatur. Theudericus Enierilain depr6edari moliens, B. Eulalias martyris terretur ostentis. Vil anno inniiigenti exercitu siio
moritur Marcianus ('2). Uomanorum XLVII, regnat Majorianus in Italia, et Constantinopoli Leo Augusti appelhntur. Gothicus exercitus duce suo Cyrila a Theuderico Rege llispanias missus mense Julio succedit ad Baíticam. Era CDXCV (5) Sabinus episcopus llispalensis post annos XX quam certaverat expulsus de Galliis ad propriam reddit ecclesiam. Theudericus cum Duce suo Hunerico exercitus sui aliquantam dirigit manum. Cyrila revocatur ad Gallias. Romanorunn XLVIIl Severus á Senatu Romae Augustus appellatur anno imperii Leonis V, Hunericus reddit ad Gallias, Nepotianus Theuderico ordinante Arborium accepit successorem(4). Era D. in conventu Bracarensi duorum natorum porlentnni visum, quatuor Legionem (5) simile meinoratur. perii sui
,
,
Asi
(1)
El C. CnLXIIlI,
VI
qup
es crrnln;
era CDXCÍV, año 450, como consta por el cron. ai!t Falta Marcianiisen los Mss.,pero secx(2) presa en el cron. ant. Asi M. líl Cohipl. CCCCXV, enquefal(3) ta una C entre el X y el V. El cron. ant. pone la expulsión de Sabino en el año 44d era CDI.XXIX. Aqui scí introduce la restitución á la silla á los XX años siguientes; y asi parece que debía leerse era CDX'" IX Esta cláusula falla en el C. Pónenla el (4) T. y M. aunque en este se repiten las paordinante labras Nepotianus Theuderico después de Cyrila revocatur ad Gallias, y y se
debe estar
á la
.
después de reddit ad Gallias. M. Legionem sin quatuor, que pone
(5)
El
(-.
dice
mi
Legiones.
El de
D
el
T.
Juan
Bautista Pérez, que menciona I). (Iregorio Mayans en la i)refacion á-las obras cronolófíicas del martpiés do .Mondojar, riíim. 12!), pág. XIIX, quatuor legión. I'od:is
son locuciones oscuras, por no expre-
sarse
el
suceso en
el
aunque año 4(j2,
cron. ant.,
se envuelve en la cláusula del
que allí por la interpolaciofi se donde en común refiere: al 464 ,
confrai' In pro-
vincia Galhecia prodigiorum videntur signa
Uno de aquellos prodigios fué el aqui mencionado; pero el conjunto de las tres lecciones Legión., legionem, legiones, en lugar de aclarar la duda, la aumenta, por significar cosa de legiones militarfs. Yo creo que debe leerse Legione, denotando la ciudad de León; de suerte que el sentido sea baberse visto en el territorio de Braga un porlenlo de dos niños, y en León otro semejante de cuatro. La calidad del portento se infiere por el colector del cronicón de Idacio en la España ilustrada, que..al hablar del Emp. Severo, dice: In Gallo'cia... dúo adolescentes, come invicem soUdata adhmrentes, sunt mortui. En nuestros dias se ha visto un portento semejante de una criatura con dos cabezas, que se puede decir duorum natorum portentum, y se guarda en Madrid cu el diversa.
147 Uomaiionim \Li\ Antlícniius Aíií>¡i.sIii.s appellatur aimu Leoiiis iin[)L:r¡i i\ (1) mensc Aii^^uslo. V'nuil siiiiul omnes aniii Leoiiis XI. [De aquí adelanlc no es obra de Idacio.) llomanoniíu L Zenon cujus aiini non inveniíintur. Cronicón jtcfiucño de
¡(lucio.
,
Komanonirn
.
Ll Aiiastasius regnat annis XXIII.
lloinanoi'iini Lil vet^. .lustinus (2) anuis VII.
Uomanoruin Lili, Jnstinianus reg. ann. XXXIII. (Aquí añade el Conijd. Alipius Tagastensis Augustinus Hippo,
Calamensis pero esto no pertenece al imperio de Justiniano habiendo (lorecido estos santos en el siglo precedente.) Qui Juslinianus cuní patricio Belisario exercitum in Africam dirigens snper vándalos, et regem eorum Gelimirurn (5), quein celeriter oppressuin una cuní gente sua, vincluiu cum (4) catenis aureis Justiniano imperatori praísenlanduní direxit. Narsem eunuchum in Italiam contra regem Totilam dirigit cum quo Totila per XII annos manus Romanoruní diutissimé dimicavit sed Xarses Totilam superans, omnem Italiam romano imperio subjecit: qui postremo vitae suae tempore ipsam provinciam Italiam Alboino regi Longobardorum tradidit. nensis
,
et Possidius
:
,
:
:
Finitldatius
fíabinete del señor contie de la Saceila. Á esle modo entiendo lo qfie se dice amii,
de haberse visto en el convenio jurídico de Braga un portento de dos niños, y en León otro semejante de cuatro: en cuya suposición deberá leerse quatuor Legione, {\ esperar á que se descubra códice mas perfecto. (1) el
Kn
lufjar
de IV, debe decir X, como en
aiiéndice siguiente; ó mejor XI,
como
se dijo en la nota 14, níuu 15. VA C. Losericus, pero debe decir Justi(2) nuit,
como expresan
serie imp