Escritura alfabética de la lengua de signos española.
 9788497171090, 8497171098

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ESCRITURA ALFABÉTICA DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA Once lecciones

ÁNGEL HERRERO

ESCRITURA ALFABÉTICA DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA ONCE LECCIONES

con la colaboración de Juan José Alfaro e Inmaculada Cascales Unidad de Investigación de Lingüística Aplicada a las Lenguas de Signos

PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

Publicaciones de la Universidad de Alicante Campus de San Vicente s/n 03690 San Vicente del Raspeig [email protected] http://publicaciones.ua.es Teléfono: 965903480 Fax: 965909445

© Ángel Herrero, 2003 © de la presente edición: Universidad de Alicante

I.S.B.N. eBook: 978-84-9717-109-0 I.S.B.N.: 84-7908-718-8 Depósito Legal: MU-158-2003

Diseño de portada: candela + alenda Fotocomposicón e impresión: Compobell, S.L. C/. Palma de Mallorca, 4 - bajo 30009 Murcia

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información ni transmitir alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado —electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc.—, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual.

ÍNDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Lección 1. El orden de la escritura y las reglas de simplificación. Signos monosilábicos y bisilábicos . . . . . . . . . . . . . . . . . .

15

Lección 2. Símbolos de los signos bimanuales . . . . . . . . . . . . . . . . . .

33

Lección 3. Los lugares L. El modelo de proyección . . . . . . . . . . . . . .

45

Lección 4. Las configuraciones Q . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

59

Lección 5. Las orientaciones O . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

73

Lección 6. Los símbolos del movimiento. El movimiento direccional D

87

Lección 7. Las formas de movimiento F . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

99

Lección 8. Los símbolos de la oración 1. Palabras características del registro escrito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

113

Lección 9. Los símbolos de la oración 2. Los símbolos diacríticos . .

129

Lección 10. Los símbolos gramaticales: símbolos morfológicos . . . . .

137

Lección 11. Los símbolos gramaticales: deixis y anáfora . . . . . . . . . . .

147

PRESENTACIÓN

El objetivo de estas lecciones es mostrar, explicándolo paso a paso, el sistema de escritura de la Lengua de Signos Española (LSE) ideado en la Universidad de Alicante por el profesor Ángel Herrero Blanco, director de la Unidad de Investigación de Lingüística Aplicada a las Lenguas de Signos, y desarrollado en estrecha colaboración con Juan José Alfaro e Inmaculada Cascales, personas sordas especialistas en la LSE y en su enseñanza y miembros de la Unidad de Investigación. Este sistema es el primer sistema de escritura alfabético de una lengua de signos que se basa en la fonología del signo y en el orden de procesamiento de sus sílabas. Al ofrecerlo a través de las once lecciones que forman este libro, hacemos una propuesta a toda la comunidad de signantes, una propuesta que sólo esta comunidad lingüística puede sancionar y hacer suya. Como vamos a ver, una escritura nunca es un producto natural ni espontáneo, pero si es adecuada se convierte, en manos de la comunidad lingüística, en un instrumento de comunicación y de estandarización de extraordinaria importancia. Antes de comenzar las lecciones, es muy importante por eso saber en qué consiste la escritura de las lenguas, qué es lo que se escribe y para quién. 1. ¿Qué es la escritura? Para entender qué es la escritura debemos ante todo cambiar la idea ingenua pero extendida de que la escritura es una copia, una reproducción exacta de la lengua. La voz de un magnetófono o la imagen de un video sí son copias de la voz y de la imagen reales, son como ellas; pero la escritura no es una copia. Es muy importante que entiendas esta diferencia entre la lengua espontánea y la escrita. Los sistemas de escritura de las lenguas habladas no son una

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copia de la voz, y este sistema de escritura de la lengua de signos española no es una copia de los gestos reales que se hacen al signar. Pero si el sistema de escritura es adecuado, al leer un texto de una lengua hablada o de una signada el resultado debe ser como el de una comunicación real. Las lenguas se realizan con muchas variedades e infinidad de matices. La escritura, en cambio, consiste en una serie determinada de símbolos y en una reglas gramaticales específicas. Estos símbolos y estas reglas no representan directamente la comunicación real, sino la estructura de las lenguas. La misma palabra «escritura» significa en algunas lenguas «gramática». Por eso, para que una escritura sea válida, debe con sus símbolos y con sus reglas representar la gramática de esa lengua, y por eso para estudiar la escritura hay que estudiar también la gramática. Al no ser una copia, la escritura hace falta aprenderla. Las lenguas son naturales y por eso se aprenden de forma natural, pero la escritura de una lengua no es natural, es artificial. Todas las escrituras se han inventado. La escritura no se aprende de forma natural, hay que «estudiarla». Hay que aprender los símbolos y las reglas de la escritura para poder escribir mensajes gramaticales y no series de símbolos que nadie entendería. 2. ¿Qué se escribe? Al escribir, lo que hacemos es poner unos símbolos en un orden. En la escritura de la LSE, los símbolos que vamos a utilizar son los siguientes, siempre en este orden: S

LCQODF

BIMANUALES

LUGAR

CONTACTO

CONFIGURACIÓN

S

L

(.)

Q

ORIENTACIÓN DIRECCIÓN

O

FORMA

D

Es importante que te familiarices con ellos y que desde este momento retengas este orden en que escribiremos los símbolos: empezamos a escribir los símbolos de los Signos bimanuales, dejamos un espacio en blanco, y escribimos los símbolos del Lugar de articulación, después señalamos con un punto (.) si no hay contacto con el cuerpo, a continuación escribimos los símbolos de la Q configuración de la mano, los de su Orientación, y por último los símbolos de la Dirección de movimiento y de la Forma interior de movimiento.

F

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¿Por qué estos símbolos? Porque representan los componentes distintivos de los signos y el orden de su articulación: en un lugar del espacio o del cuerpo (y en este caso con o sin contacto con esa parte del cuerpo), la mano activa o las dos manos adoptan una configuración con una determinada orientación y, en los signos dinámicos (la mayoría), realizan un movimiento direccional y/o una forma de movimiento interno. Para escribir bien la LSE deberemos saber cuáles son los símbolos de S, cuáles los de L, los de Q, los de O, y los de D y F (el único símbolo de C es el punto tras un L del cuerpo: indica que no hay contacto de la mano con el cuerpo, sino que la mano se coloca frente ese lugar sin tocarlo). Con estos símbolos vamos a escribir la LSE. Pero fíjate: cada persona que signa lo hace de forma diferente a las demás; los grupos de amigos tienen signos propios, y lo mismo sucede en las familias, en las ciudades... Ahora bien, frente a esta variedad, la escritura debe ser la misma. Con estos símbolos representamos no una forma de signar particular, sino la que puede ser entendida por todos los lectores; no ‘nuestra’ LSE sino la LSE gramatical, porque con los símbolos representamos su sistema fonológico1, y también sus valores morfológicos y sintácticos. Escribir no es «estudiar gramática», pero para comprender la escritura hacen falta nociones gramaticales, que iremos explicando poco a poco. Sólo en este sentido este libro es también un libro de gramática. Pero lo importante es que gracias a la escritura nos comunicamos a distancia y que con ella, si la comprendemos y la practicamos, podemos expresar a todos los lectores nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Igual que la voz puede tener matices expresivos muy variados, los signos también se acompañan de una expresión facial y corporal muy variada; estos matices expresivos no se representan directamente en los símbolos gramaticales. Pero en la escritura se emplean símbolos, como el espacio entre palabras o los puntos, que tampoco equivalen a nada en el hablar o signar reales. Y es que hablar o signar, y escribir, son cosas diferentes. Si comparamos las lenguas habladas y su lengua escrita correspondiente, vemos que hay

1 La teoría fonológica de la LSE ha sido expuesta en otros trabajos, especialmente en el artículo de A. Herrero y J.J. Alfaro «Fonología y escritura de la LSE», en la revista Estudios de Lingüística de la Universidad de Alicante, n° 13 (1999) pp. 91-116. Para un conocimiento de los distintos sistemas de escritura de la LSs que han circulado, ver el capítulo de Irma M. Muñoz «Sistemas de escritura de lenguas de signos. SignWriting y HamNoSys» en el libro de A. Herrero, Carmen Chapa y otros Signolingüística. Introducción a la lingüística de la LSE, Valencia, Fesord, 2001, pp. 157-167.

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casos en los que una y otra son tan diferentes que casi resultan dos lenguas (como en el chino); casos en los que la escritura se aparta del registro oral, por ejemplo añadiendo símbolos gramaticales que no se leen (las desinencias de persona en el verbo francés, la «h» del español, etc.), o empleando símbolos que pueden ser leídos de formas diferentes (como en la escritura inglesa); y casos en los que la escritura, sin ser una copia, se ajusta más a la lengua, es más ‘fonológica’. El sistema alfabético de la LSE es un sistema fonológico: se lee con las manos y el resultado es bastante parecido a una signación real. Pero esto no debe hacernos olvidar que la lengua escrita y la lengua real son fenómenos diferentes. 3. ¿A quién se escribe? Al hablar o signar, lo hacemos siempre con una persona o un grupo concretos: con una persona sorda o con una persona oyente; con un amigo o un extraño; con el jefe del trabajo, con un anciano...En cada uno de estos casos podemos cambiar nuestra forma de hablar o signar. Al escribir, también hacemos diferencias, pero estas diferencias se reducen muchísimo porque los símbolos y las reglas son siempre los mismos. Hay diferencias, pero leves; por ejemplo, al escribir a un amigo el registro escrito resulta más formal que al hablar directamente con él, pero si escribimos a un superior entonces emplearemos expresiones aún más formales. Esto puede parecer una desventaja, pero no lo es. La escritura complementa la comunicación real, no la sustituye. Para escribir bien, es imprescindible signar bien. Y es verdad que la comunicación es siempre con otros, y que sin embargo escribimos solos; pero lo que escribimos vale para todos, porque la escritura es la misma y lo escrito permanece. Escribimos, por ejemplo este libro, para todos. Por eso la escritura tiene un gran valor. La ciencia, la religión, la historia, la filosofía...se escriben, y la escritura conserva su valor. Estas tres cuestiones que acabamos de comentar brevemente (qué es la escritura, qué se escribe y a quién) son muy importantes. Reflexiona por tu cuenta en ellas. Concluyamos esta presentación. Al aprender a leer y escribir una lengua, uno siente estar aprendiendo una dimensión nueva de esa lengua. Al hablar o signar, la comunicación es presente; al leer y escribir no, el pasado escrito está aún disponible y lo que se escribe puede llegar hasta el futuro. La comunicación escrita no es presente, es imaginada. Pero gracias a ello es universal y «verdadera», en el sentido de conservar el conocimiento humano.

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Nota sobre los ejemplos visuales Este libro va destinado a los signantes y a cuantos conocen la LSE. No es un libro para aprender LSE, sino para aprender su escritura una vez que se tiene un conocimiento suficiente de la lengua. Por eso, la reproducción fotográfica de los ejemplos es solo indicativa; de hecho, ningún sistema de símbolos gráficos (flechas, círculos, etc.) es suficientemente explícito como para que alguien que no conozca previamente el signo pueda realizarlo exactamente. En nuestro caso, hemos simplificado al máximo esos símbolos gráficos sobre las fotografías (incluso a veces no se da ninguno), limitándolos a unas indicaciones mínimas para que los signantes sepan de qué signo se trata.

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Los signos escogidos en los ejemplos son signos que se emplean, son ejemplos reales, pero no son signos estandarizados. La LSE no está aún estandarizada. Por eso, puede darse frecuentemente el caso de que el lector crea que el signo correspondiente al significado escrito en español es otro, porque de hecho en su comunidad ese signo se realiza de otra forma. Esto no supone ningún problema para la escritura. Escribimos el signo fotografiado, que aunque no sea estándar es conocido por la inmensa mayoría de los signantes. Y si aprendemos a escribir, podemos escribir cualquier otro signo. Por último, hay que advertir que siempre reproducimos en la fotografía el arranque del signo, su momento inicial. Los símbolos gráficos indican el movimiento realizado a partir de ese momento inicial. Nota sobre los ejercicios Los ejercicios que acompañan a cada lección son ilustrativos: pretendemos sugerir posibles actividades más que proponer ejercicios definitivos de autoenseñanza. Agradecimientos Este trabajo es resultado de varios años de investigación. El último contó con la ayuda GRE01-10, en la convocatoria del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Alicante para grupos emergentes (del 1/09/01 al 1/09/02). Desde que el sistema comenzó a ensayarse, y así a perfeccionarse, conté con el apoyo entusiasta y la colaboración de Juan José Alfaro Abellán e Inmaculada Cascales Ruiz, sin los que muchas de las decisiones tomadas hubieran adolecido de una perspectiva demasiado ‘oral’. Para ellos, ante todo, mi gratitud y mi reconocimiento por tantas horas de dedicación, por ser los primeros miembros de la comunidad sorda en aprender el sistema, y por haberle aportado tanto. También debo agradecer a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes su apoyo, así como a la Confederación Nacional de Sordos de España (CNSE) por la acogida que ha prestado a este sistema; en la CNSE fue bautizado como S.E.A. (sistema de escritura alfabético) y con el signo sòmia.óllry. La realización fotográfica de los ejemplos del libro fue obra de Rafael Pastor, y los signantes que aparecen, y a los que les agradezco sinceramente su colaboración, Ana Peidro, Rubén Nogueira y Juan Caldera. Por último, pero en primer lugar siempre, quiero dedicar este libro a Carmen Alemany Bay, que ha compartido conmigo todo este tiempo haciéndolo no sólo posible sino extraordinario.

Lección 1 EL ORDEN DE LA ESCRITURA Y LAS REGLAS DE SIMPLIFICACIÓN. SIGNOS MONOSILÁBICOS Y BISILÁBICOS

Para quien sabe signar y conoce la LSE, este sistema de escritura es muy sencillo. Vamos a ir explicando y practicando los símbolos de cada tipo y las reglas que necesitamos. Verás que pronto puedes empezar a escribir signos (palabras). Más tarde, podrás escribir oraciones y todo lo que quieras expresar en LSE. Aunque al signar los signos se articulan de forma muy rápida, en todos ellos la articulación se realiza llevando a un lugar (del espacio o del cuerpo, y en este caso en contacto o no con esa parte del cuerpo) la mano activa o las dos manos con una configuración determinada, orientándola y, en los signos dinámicos (la mayoría), sometiéndola a un movimiento direccional o a una forma de movimiento interno. Estos elementos de la articulación (los lugares, las configuraciones, las direcciones etc.) no son cualesquiera, sino que en cada lengua de signos hay unos determinados. En las lenguas orales se les denominó fonemas, y son los elementos mínimos de la articulación que sirven para diferenciar una palabra o un signo de otro: en el caso de las lenguas de signos, diferencian si es monomanual o bimanual, en qué Lugar se sitúa, si hay Contacto con el cuerpo, y con qué configuración Q, con qué Orientación, Dirección y Formas de movimiento se realiza. Ahora lo que tienes que recordar es el orden de los símbolos. Como ya hemos dicho, los símbolos se escriben siempre en ese mismo orden de articulación1: 1 Paradójicamente, este orden da una imagen del procesamiento de la LSE opuesta a la opinión extendida (incluso entre algunos lingüistas) de que el signo es simultáneo, frente a la

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S

LCQODF

BIMANUALES

LUGAR

CONTACTO

CONFIGURACIÓN

S

L

(.)

Q

ORIENTACIÓN DIRECCIÓN

O

FORMA

D

Ahora te vamos a explicar cada uno de los símbolos de forma general. No te preocupes si al principio te pierdes un poco. Poco a poco, conforme vayas practicando en las lecciones siguientes, lo irás viendo cada vez más claro y sencillo. SÍMBOLO S Este símbolo se emplea siempre para los signos bimanuales (los signos en los que empleamos la mano activa —la derecha en los diestros— y también la pasiva o izquierda). Los signos que siempre empiezan por S pueden corresponder a a) signos en los que las dos manos realizan algo similar, como al signar mesa, o viajar FOTO 1

mesa

sc òmeuwy

FOTO 2

viajar

sl aewruhob

b) signos en los que la mano pasiva es sólo un Lugar y la única que se mueve es la mano activa, como al signar médico o objetivo

locución, que es lineal: pero la secuencialidad de articulación del signo promueve un principio de especialización fonológica (en cada posición un tipo de fonema) que se refleja en una sílaba fonológicamente direccional; en las lenguas orales también funciona ese principio, pero es menos estricto (algunos fonemas pueden aparecer en el comienzo y en el final de la sílaba).

F

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FOTO 3

médico

FOTO 4

sah íápb

objetivo

sema ep

Para escribir estos signos bimanuales, que son muy variados, tendrás que escribir primero S y aprender los símbolos específicos que se añaden a la S, en la lección 2. Pero los podrás recordar sin problema, porque son símbolos que en general coinciden con los de direcciones y formas de movimiento. Además de estos dos tipos básicos de bimanualidad, hay algunos signos en los que la mano pasiva se hace activa y se desplaza hasta un lugar de la mano activa. En la lección 2 veremos también su escritura, que en este caso comienza con la mano activa. Ahora fíjate: si el signo que vas a escribir se realiza sólo con una mano (la mano activa) entonces no tienes que comenzar a escribirlo con una S. Los signos de una sola mano (la activa) —y estos últimos bimanuales de mano pasiva desplazada— empiezan por el símbolo siguiente, L (el lugar en el que se inicia el signo), o por Q (la configuración) cuando no hay que escribir L, como veremos; los signos bimanuales típicos, por el contrario, escriben primero el símbolo bimanual (por ejemplo Sm), dejan un espacio en blanco y a continuación escriben el Lugar o la Configuración Q. SÍMBOLO L Con este símbolo escribimos el lugar donde hacemos el signo. Los signos los podemos hacer en el cuerpo o cerca del cuerpo, por ejemplo mujer o hombre (en la oreja y frente a la sien, respectivamente; en la lección 3 veremos que sus símbolos son r y t): FOTO 5

mujer

reâg

FOTO 6

hombre

t.acrob

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o bien, los hacemos en el espacio. Hay que diferenciar el espacio que tenemos enfrente o ‘espacio frontal’, como en aquí (ese lugar lo simbolizamos, como estudiaremos en la lección 3, por ol), y el espacio propio de la mano activa (la derecha en los diestros), que llamamos ‘espacio lateral’, como en próximo (en la lección 3 veremos que el lugar de este signo es eb): aquí

FOTO 7

FOTO 8

olemuawe

próximo

ebòmicea

Con el símbolo L no queremos decir que hay que escribir la letra «l», sino que hay que escribir el símbolo del Lugar en el que realizamos el signo. Como verás en la lección 3, estos símbolos son limitados, es decir, hay un número concreto de símbolos de lugares del cuerpo (26), y un número concreto de símbolos de lugar frontal (5) y del lugar lateral (5): ILUSTRACIÓN 1

ILUSTRACIÓN 2

ILUSTRACIÓN 3

Lugar corporal

Lugar frontal

Lugar lateral

No hacemos signos en cualquier lugar del cuerpo o en cualquier lugar del espacio. Del mismo modo que las lenguas orales han escogido un número concreto de sonidos (por ejemplo, el español hablado no tiene el sonido de la j en la palabra francesa jour —día—, ni el de la sh en la palabra inglesa shame —vergüeza—; y hay pocas lenguas que tengan el sonido de la rr en perro o el de la j en jota), la LSE ha escogido un número concreto de Luga-

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res, un número concreto de configuraciones Q, etc. Decimos que estos son los lugares y las configuraciones fonológicos o sistemáticos. Son los que empleamos para diferenciar unos signos de otros. Para que esta idea, que es muy importante para escribir, te quede más clara, vamos a poner un ejemplo de la LSE. La configuración de la mano abierta con los dedos extendidos y separados es muy frecuente (como en motivo); la representamos, como verás en la lección 4, por o; también es muy frecuente la configuración de la mano abierta con los dedos extendidos pero juntos (como enfadado), que representaremos con ò; en cambio, la mano abierta con los dedos sólo un poco separados no es sistemática: no la escribimos. Podemos hacer un signo con los dedos menos separados que en motivo, por ejemplo al signar signo, pero esa diferencia es relativa y no hace falta escribirla: signo se realiza con los dedos separados. Lo escribimos con o.

FOTO 9

FOTO 10

FOTO 11

motivo

enfadado

signo

sch.omazpe

ch.òmiupb

ch. opb

Lo mismo sucede con los lugares. El signo motivo se realiza en el submentón (debajo de la barbilla, cuyo símbolo es sch); los signos enfadado y signo en el mentón (símbolo ch). Mentón y submentón son dos lugares distintivos. Dentro del submentón puedo realizar signos en zonas diversas (más o menos cerca de la garganta, por ejemplo), pero esas zonas diversas no son distintivas. Son distintas, pero no son distintivas en la LSE, no las empleamos para diferenciar signos, aunque las empleamos con algunos signos. Para escribir bien, tienes que expresar no las variaciones (signar un signo un poco más arriba o más abajo, más o menos tenso, etc.) sino lo sistemático, porque sólo se escribe lo sistemático. Todos los signos se realizan en algún lugar, pero el símbolo L no hay que escribirlo siempre. A veces lo suprimimos. ¿Por qué? Porque si el signo se realiza en uno de los «lugares naturales», entonces no necesitamos escribirlos,

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porque sabemos que se realiza en un lugar natural. Podríamos hacerlo, pero no es necesario. A esta eliminación de símbolos la llamamos simplificación de lugar y, como vamos a ver, se basa en dos reglas. ¿Cuáles son estos lugares que no necesitamos escribir? Son dos: a) el lugar frontal central en muchos signos bimanuales simétricos, como los ejemplos anteriores (mesa) o como en romper. Si en un signo simétrico no escribimos el lugar es que es el lugar central frontal. Escribimos Sm QO... A esta regla la llamamos ‘regla de simplificación del lugar central’. b) el lugar L lateral cuando la mano está en continuidad con el brazo. En estos casos basta con la orientación para saber de qué lugar se trata. Es el caso de abrir, no hay, etc. que se escriben QO..., sin necesidad de L (a esta regla la llamamos ‘regla de simplificación de los lugares laterales’) FOTO 12

FOTO 13

FOTO 14

romper

abrir puerta

no hay

sc ömeucre

aëmeucre

òmafaheb

Aplicando la simplificación, no escribimos sc olömeucre, ni ebaëmeucre, ni abòmafaheb (hacerlo no sería incorrecto, sino innecesario). Pero si las manos simétricas se ubican en otro lugar, o la mano no está en continuidad con el brazo, sino doblada, el lugar lo tenemos que escribir, como veremos. Estas dos reglas de simplificación de L se excluyen: queremos decir con esto que como en los signos bimanuales simétricos se suprime, por la primera regla, la escritura del lugar central, entonces cuando el signo bimanual no se signa en el centro hay que especificar el lugar, y no simplificarlo con la orientación, según la segunda regla, pues de lo contrario pensaríamos que se signa en el centro. Como verás, las reglas de simplificación se emplean muchísimo, porque hay muchos signos que podemos simplificar por ser bimanuales y signarse en el centro frontal, o por ser monomanuales y signarse en cualquiera de los luga-

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res laterales con la mano en continuidad con el brazo, como estudiaremos detenidamente en la lección 5. Esta segunda regla te resultará ahora un poco confusa, pero no te preocupes, porque en esa lección te quedará perfectamente clara. De todas formas, si tienes dudas puedes empezar a escribir todos los signos completos, incluyendo el lugar L, pero enseguida verás que no es necesario. SÍMBOLO

C

Este símbolo se usa poco, únicamente cuando el signo se realiza en el cuerpo, es decir, cuando L es el lugar corporal. En este caso, el signo puede realizarse en contacto con el lugar del cuerpo, como Alicante (en la mejilla, simbolizada por km), o en un lugar del cuerpo pero sin contacto, como sucedía en hombre (en la sien: t.acrob) o en pensar:

FOTO 15

Alicante

kmaeimaufeheb

FOTO 16

pensar

t.ôwywrahe

En el primer caso, el contacto no se simboliza: después de L escribimos directamente la configuración de la mano Q (en el ejemplo Alicante, kmaei..., donde km es el lugar del cuerpo y aei la configuración). En el segundo caso, entre L y Q escribimos un punto . que quiere decir que entre el lugar del cuerpo y la mano hay un espacio (en el ejemplo pensar, t.ô..., donde t es el lugar del cuerpo y ô la configuración). En el caso de los símbolos bimanuales en los que la mano pasiva funciona como lugar L del cuerpo, pondremos también el símbolo del punto . para representar que la mano activa no está en contacto con la pasiva. Al margen del contacto con el cuerpo, las dos manos pueden enlazarse, golpearse, rozar, comenzar en contacto entre ellas y separarse, etc. Todas estas posibilidades las estudiarás más tarde, el la lección 7, porque son Formas de movimiento.

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SÍMBOLO

Q

La mano se configura sistemáticamente en la LSE de tres formas: a) mediante configuraciones propias de la LSE, que veremos en la lección 4, y que llamamos configuraciones Q: por ejemplo en Alicante, donde se usa la configuración que simbolizamos con aei, o en pensar, donde la mano se configura de la forma que simbolizamos con ô; b) mediante configuraciones que representan las letras de la escritura oral, es decir, mediante configuraciones dactilológicas, que simbolizamos con la letra en mayúscula: por ejemplo en cocacola, que representamos con la configuración en mayúscula C (la escritura completa del signo cocacola es Cby); c) mediante configuraciones numerales, que representamos con el número correspondiente: por ejemplo 2, como en pasan dos personas (la escritura de este verbo es 2mawi).

FOTO 17

FOTO 18

FOTO 19

Q de Alicante

Q (D) de cocacola

Q (N) de pasan 2 p.

A las configuraciones dactilológicas y numéricas las llamamos configuraciones D-N, para no confundirlas con las otras. Piensa lo siguiente: hay configuraciones dactilológicas (la C, la O, la V, etc.) que son iguales que otras sistemáticas Q (por ejemplo al signar vaso, tarde, o experiencia). Tienes que tener cuidado en poner el símbolo dactilológico cuando el signo utiliza la dactilología y el símbolo sistemático en los otros casos: vaso no tiene nada que ver con la letra «c» (por eso no se escribe C sino ó’á, como veremos) aunque la configuración sea igual; lo mismo sucede con la «o» de tarde o con la «v» de experiencia (no se escriben O ni V, sino eä y ei, respectivamente, como veremos). La configuración Q que se usa en experiencia es formalmente igual que la de la uve y también que la del número dos. Pero el valor que tiene en esos signos es totalmente distinto. La escritura nos ayuda a diferenciarlos y a hacer así el mensaje más fácil de entender.

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FOTO 20

FOTO 21

FOTO 22

vaso

tarde

experiencia

elo’ádahob

ch.eäzpab

jeimicro

Ahora no te preocupes en memorizar estos símbolos; como verás en la lección 4, el sistema de configuraciones de la LSE (con 31 configuraciones distintivas) es muy fácil de recordar si se estudia como sistema, porque tiene unas reglas muy sencillas. De momento sólo ten en cuenta que las configuraciones pueden ser sistemáticas Q, dactilológicas y numerales, y que se representan de forma distinta. SÍMBOLO

O

Este símbolo, que empezamos a representar siempre con una m (es importante que lo visualices pronto) se refiere a las orientaciones de la mano, sea cual sea su configuración. Una misma configuración puede realizarse con orientaciones distintas. Por ejemplo pasado y no hay tienen la misma configuración (ò) pero distinta orientación: FOTO 23

pasado

òmaafaheb

FOTO 24

no hay

òmafaheb

La orientación de pasado la escribiremos, como verás en la lección 5, maa, y la de no hay ma; en esa lección estudiaremos los símbolos de las distintas orientaciones de la mano. Ahora debes saber que, como sucedía con el lugar L, hay signos cuya orientación no hace falta escribirla. También aquí simplificamos la escritura. Como ocurría con el lugar L, emplearemos dos reglas de simplificación de la orientación O, es decir, casos en los que no hace falta escribirla:

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a) cuando el signo se realiza en un lugar del cuerpo y la palma de la mano se orienta hacia el cuerpo, como en recordar. Llamamos a esta regla ‘regla de simplificación de la orientación hacia el cuerpo’. b) cuando el signo se realiza en el lugar lateral, con el brazo flexionado y la mano en continuidad con el brazo, por ejemplo en pistola. Llamamos a esta regla ‘regla de simplificación de la orientación me’. FOTO 25

recordar

FOTO 26

tele

pistola

elb

En estos casos, como el signo es monomanual, se empieza la escritura por L y se añaden C (.), si hace falta, y Q, pero O no hace falta (en los ejemplos anteriores, no hemos escrito por eso el símbolo m.., que hubiera dado respectivamente temauwel y ebemelb —en este último ejemplo se aplica también la regla de simplificación de lugares). Como verás, estas dos reglas afectan a muchos signos cuya escritura se hace así más simple. Además de las dos reglas de simplificación de lugares L y las dos reglas de simplificación de orientaciones O, podemos añadir una quinta regla de simplificación («regla de simplificación orientaciones y lugares de D-N») que afecta a los dos, a L y a O: cuando lo que escribimos son letras dactilológicas sueltas (por ejemplo para deletrear un nombre) o números también sueltos (por ejemplo al signar 7, 26, etc.), ni el lugar ni la orientación hace falta escribirlos (y si esas letras o números van acompañados de algún movimiento característico, por ejemplo en la Ñ, tampoco hay que escribir este movimiento). Así pues, estos signos ya puedes escribirlos: FOTO 27

uve

V

FOTO 28

siete

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25

Si se trata de un nombre deletreado o de varios números se escriben sucesivamente (por ejemplo, ANGEL, o 173). Naturalmente, si el número se ha incorporado al signo con un valor gramatical (por ejemplo en vosotros tres o en pasan cuatro personas), entonces L y O no se simplifican, aunque el símbolo Q se escribe con el número (3, 4). Las otras cuatro reglas de simplificación que utilizamos permiten reducir la escritura bastante, porque hay numerosos signos que se realizan en los lugares «naturales» y con las orientaciones «naturales». Con los símbolos LCQO se pueden escribir ya muchos signos, todos los monomanuales que no tienen ningún tipo de movimiento. Lo importante hasta ahora es que recuerdes el orden de la escritura (S LCQODF). Por ejemplo, para escribir amor:

FOTO 29

amor

yni

S: L: C: Q: O:

no se escribe porque es monomanual. se escribe el símbolo del lugar, en este caso el pecho izquierdo, yn no se escribe porque el signo está en contacto con ese lugar. la configuración de la mano es la que simbolizamos por i la orientación de la palma es hacia el lugar del cuerpo, y por lo tanto no hace falta escribirla D: no hay movimiento direccional, luego no se escribe. F: no hay forma de movimiento, luego no se escribe. Así, el signo amor se escribe:

yni

¿Ves qué fácil es? Lo único que tienes que hacer es aprender los símbolos de cada tipo que veremos en las lecciones siguientes, y las reglas gramaticales que estudiaremos al final de estas lecciones para combinar signos, y hacer ejercicios con ellos para memorizarlos cada vez más, hasta conseguir casi un automatismo.

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SÍMBOLO

D

Este símbolo se emplea para señalar el movimiento direccional de los signos. La mayoría de los signos tienen este ‘fonema’ de cambio de lugar L: el lugar L donde el signo comienza cambia porque un movimiento desplaza a la configuración. Ya verás en la lección 6 los tipos de movimientos direccionales que emplea la LSE, pero para que tengas ya una idea de los mismos, fíjate que el desplazamiento de la mano puede ser • recto, como al signar arriba, andar, etc. • curvo, como al signar empezar, todo el día, etc. • serpenteante, como al signar río, dibujar, etc. y otros pocos más. Cada uno de estos tipos tendrá un símbolo específico. En todos ellos, como te hemos dicho, hay un cambio de L, pero el lugar final, donde el signo termina, no hace falta escribirlo: basta con escribir el símbolo del movimiento. Esto es muy importante para entender bien y practicar correctamente este sistema de escritura. FOTO 30

FOTO 31

FOTO 32

andar

todo el día

dibujar

obeimuaqe

sa ameucya

âemaasu

Sólo hay que escribir el lugar final cuando se trata de un L específico, y no del resultado de una simple dirección de movimiento; es el caso de signos como padre, sordo, etc. FOTO 33

padre

fèìmiu-ch

FOTO 34

sordo

re-v

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Estos signos son bisilábicos, como vamos a ver enseguida. Los monosilábicos se realizan en un solo L que, si hay D, puede desplazarse. Estos otros bisilábicos se realizan en dos L independientes. Es muy importante que comprendas esta diferencia. SÍMBOLO

F

Este símbolo lo empleamos para los signos que tienen otro tipo de movimiento sin cambio de lugar, un movimiento interno que llamamos «forma de movimiento». Hay muchas Formas de movimiento en la LSE, que debes diferenciar de los movimientos direccionales D. Las Formas de movimiento suponen un cambio de configuración (como en flor), de orientación (como en práctica), un breve punteo (como en minuto), etc. y también un cambio de lugar debido a que el signo oscila o gira en torno a la muñeca, el codo o el hombro (como en mandar). Veremos en la lección 7 los tipos de Forma de movimiento que emplea la LSE, pero para que tengas ya una idea de los mismos, fíjate en los ejemplos anteriores: FOTO 35

FOTO 36

FOTO 37

FOTO 38

flor

práctica

minuto

mandar

z. ôla

sm ömawraho

âemaup

emafohe

Como sucedía con la Dirección de movimiento, aunque la Forma de movimiento cambia las configuraciones, las orientaciones, o el lugar, basta con escribir el lugar, la configuración y la orientación iniciales porque al añadir la F ya sabemos cómo se tienen que producir esos cambios y cuál será el resultado. Así pues, los signos pueden cambiar por Direcciones de movimiento y por Formas de movimiento. Si un signo tiene sólo D no se escribirá F, y al contrario, puede tener sólo F. Pero es frecuente que un signo tenga D y F; en este caso los dos movimientos son simultáneos y se escriben en el orden fijo DF (por ejemplo en comprender, recordar, etc.). Si no son simultáneos sino consecutivos (como en espada), estamos ante un signo bisilábico, como veremos en el siguiente epígrafe.

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FOTO 39

FOTO 40

FOTO 41

comprender

recordar

espada

omauwol

tewel

aëmeucre-we

Más adelante veremos que los DF simultáneos se pueden escribir de forma más abreviada; en los ejemplos, omaulo y tele, respectivamente. Así hemos escrito flor, z.ôla. Ya hemos terminado esta presentación de los siete tipos de símbolos ordenados con los que vamos a escribir todos los signos, S LCQODF. Recuerda que no siempre hay que escribirlos todos, porque aunque siempre se signa en un lugar y con una orientación hay reglas de simplificación de L y de O; y porque no todos los signos son bimanuales (S), ni todos tienen contacto (C) ni movimiento direccional (D) ni forma de movimiento (F). Si recuerdas el orden, los tipos de símbolos y las reglas de simplificación, la escritura, y con ella la lectura (naturalmente manual) de la LSE, te resultarán muy sencillas. LOS SIGNOS BISILÁBICOS La LSE es una lengua monosilábica, como los son el chino o el inglés. Esto quiere decir que la mayoría de sus signos (palabras) se hacen con una sola articulación, aunque a veces sea bastante compleja. En el español la mayoría de las palabras son bisilábicas, como «ca-sa», aunque hay también palabras de una («sol»), de tres («es-pa-da»), o de más sílabas. En la LSE también hay algunos signos bisilábicos, que separamos con un guión, como veremos ahora para terminar esta lección; y también de mayor número de sílabas, como veremos en la lecciones 9 y 10; pero la inmensa mayoría son monosilábicos. Hay cinco casos en los que los signos se hacen bisilábicos en la LSE: 1. Cuando presentan una configuración inicial Q y otra final Q’ que no están unidas por ninguna Forma de movimiento sistemática, como en hay (o-uma):

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FOTO 42

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o

uma

2. Cuando presentan un lugar inicial L y otro lugar final L’ que no están unidos por una Dirección de movimiento sistemática, como en sordo(re-v) FOTO 44

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re

v

3. Cuando la Dirección de movimiento y la Forma de movimiento no son simultáneos sino sucesivos, como en espada (aëmeucre-we): FOTO 46

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aëmeucre

we

4. Cuando el signo tiene varios movimientos Direccionales sucesivos, como en China (Ynezy-zu): FOTO 48

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Ynezy

zu

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5. Cuando se trata de un signo compuesto de varios signos, como en fin de semana (kmazu-famiuzy): FOTO 50

FOTO 51

kmazu

famiuzy

En la lección siguiente, al tratar los signos bimanuales, veremos que hay un tipo bastante especial, en el que es la mano pasiva la que se desplaza a un lugar de la activa (como en árbol). Interpretamos estos signos como compuestos, y por lo tanto como bisílabos (primero la mano activa y luego la pasiva). En las lenguas como el español las sílabas no se ven en la escritura, sólo se notan en la articulación de la palabra. En la LSE, y para hacer más visibles los signos polisílabos, emplearemos el símbolo de un guión para separar las sílabas; por ejemplo: hay . . . . . . . . . . . . . . sordo . . . . . . . . . . . . . librería . . . . . . . . . . . árbol . . . . . . . . . . . . .

ò-uma re-v sc òcreb-sl aëmiceu omat-ohsòmia

Fíjate que en los dos primeros ejemplos no volvemos a escribir todo el signo, sino sólo lo que cambia (la configuración Q, el lugar L, etc.). En los signos compuestos escribimos, naturalmente, los dos signos. Ahora no te preocupes por los símbolos concretos (ò u ma r e v, etc.) Los estudiaremos en las lecciones siguientes.

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EJERCICIOS 1. Señala cuáles de estos signos son bimanuales y cuáles monomanuales. Escribe el símbolo inicial s debajo de los bimanuales. preparar

ruido

mentira

responsable

calidad

verano

protesta

playa

dentro

lógico

matrimonio

rey

sangre

coche

participar

sed

perseguir

amigo

pronto

médico

2. Señala en los signos bimanuales anteriores cuáles son de dos manos activas y cuáles de una mano pasiva. 3. Señala cuáles de estos signos se realizan en el cuerpo, cuáles en el espacio lateral y cuáles en el frontal. 4. Señala en cuáles de estos signos aplicaríamos las reglas de simplificación del lugar frontal central. 5. Señala en cuáles de estos signos aplicaríamos las reglas de simplificación del lugar lateral. 6. Señala en cuáles de estos signos la configuración es sistemática (escribe debajo Q), en cuáles es dactilológica (D) o numérica (N). 7. Señala en cuáles de estos signos aplicaríamos las reglas de simplificación de orientaciones: la del cuerpo y la ‘me’.

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8. Señala cuáles de estos signos tiene fonema de Dirección pero no de Forma interior de movimiento, cuáles Forma interior de movimiento pero no Dirección, y cuáles ambos (escribe debajo D, F y DF). 9. Señala cuáles de estos signos son bisilábicos (pon un guión – debajo). 10.Busca ejemplos de signos que se realicen en el mismo lugar de los anteriores.

Lección 2 SÍMBOLOS DE LOS SIGNOS BIMANUALES

Hemos visto en la lección anterior lo que representa cada símbolo en la fórmula general de la escritura S LCQODF. Ya sabes lo que es S, lo que es L, etc. A partir de esta lección vamos a ir viendo cada símbolo en particular: qué símbolos concretos y sistemáticos (fonemas) debemos conocer dentro de cada tipo para escribir todos los signos. El primero de los símbolos es el de los signos bimanuales: S. Este símbolo no se emplea para los signos de una sola mano. Por eso, si al escribir un signo empezamos por S es que se trata de un signo bimanual; si empieza por otra letra, es que se trata de un signo monomanual. Hay dos tipos de signos bimanuales: • aquellos en los que la mano pasiva (la izquierda en los diestros), con una configuración Q y una orientación O específicas, actúa como lugar, es decir, no se mueve, y sobre ella actúa la mano activa. Por ejemplo escribir, carácter, etc. • aquellos en los que las dos manos son activas y si se mueven hacen un movimiento similar (aunque no necesariamente igual). Por ejemplo mesa, bicicleta, etc. Como te indicábamos en la lección anterior, hay algunos signos en los que es la mano pasiva la que se desplaza hacia la activa y la toma como lugar propio. Es una mano pasiva pero desplazada a un lugar de la activa, como en árbol, cine o helicóptero. Signos de este tipo son relativamente escasos, y en muchas oca-

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FOTO 52

FOTO 53

FOTO 54

FOTO 55

escribir

carácter

mesa

bicicleta

sòmia.âesy

sòmiu ézb

sc òmeuwy

sl iwrohob

siones tienen un claro valor icónico y compuesto. Estos signos ‘de mano pasiva desplazada’ los veremos después de estudiar los dos tipos generales. SIGNOS BIMANUALES DE MANO PASIVA Vamos a empezar por los primeros. Cuando un signo utiliza la mano pasiva, empezamos a escribir esta mano pasiva, igual que en los monomanuales empezamos por el lugar L. La mano pasiva se escribe con una S seguida de los símbolos de configuración Q y los de orientación O de esa mano, si es necesario. Luego escribimos el símbolo de contacto C (si la mano activa se signa sin contacto con la pasiva ponemos un punto), dejamos un espacio en blanco, y escribimos la mano activa como ya sabemos: LCQODF. ¿Por qué no escribimos el lugar L de la mano pasiva? Porque los signos bimanuales de mano pasiva se signan en la inmensa mayoría de los casos en el «lugar natural» del centro frontal, que por la regla de simplificación del lugar central, como ya sabemos, no hace falta escribirlo. Es el caso de los dos ejemplos anteriores, pero de muchos más, como por qué: FOTO 56

por qué

sòmiu òpb

FOTO 57

cosa

se ezeb

Muchos signos de mano pasiva, como cosa, son aún más simples, porque en ellos la O también se simplifica: no hace falta escribirla porque es la natural en continuidad con el brazo.

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¿Todos los signos de mano pasiva se signan en el lugar central frontal? No: hay algunos pocos signos de mano pasiva que no se signan en ese lugar, por ejemplo montaña. En estos casos escribimos el lugar de la mano pasiva antes de la s inicial FOTO 58

montaña

absó ósu

Cuando estudiemos las modificaciones de los signos por la gramática al incluirse en oraciones, veremos que la mano pasiva cambia de lugar para señalar valores gramaticales. De momento no te preocupes por ello. La mano pasiva no necesita más símbolos porque no se mueve (no tiene D ni F). Vamos a ver con más cuidado uno de los ejemplos anteriores: cosa. ¿Cómo escribimos este signo? • empezamos por s, para señalar que es bimanual • se signa en el centro natural, luego no hace falta escribir L • a continuación escribimos la configuración de la mano pasiva que, como hemos visto en la lección anterior y comprobarás en la lección 4, es e (dedo índide extendido) • la orientación es también natural, luego se simplifica (no se escribe) Así hemos terminado de escribir la mano pasiva: se. Esta mano actúa como Lugar de la activa. Como la mano activa está en contacto con ese lugar del cuerpo, no escribimos punto. La mano activa empezaría a escribirse con su Q, que en este caso es también e: Por lo tanto, cosa se empieza a escribir: se e... Si la mano pasiva tiene una orientación no natural, entonces la O se escribe, no se simplifica, como ocurre en escribir:

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• también este signo se realiza en el lugar central y por tanto L no hace falta escribirlo • La Q de la mano pasiva (palma abierta con dedos juntos) la representamos por ò (como verás en la lección 4) y su orientación mia (como veremos en la lección 5: todas las orientaciones empiezan por m) Así escribimos ya la mano pasiva: sòmia. Esta mano es el lugar L de la mano activa, que en este caso no está en contacto con ella, y por tanto escribimos el punto de ‘no contacto’. A continuación escribimos la mano activa: su configuración (âe, como veremos en la lección 4), etc: sòmia.âe.... Como ves, es importantísimo recordar el orden para ir separando bien y reconociendo los símbolos: SQO: s-ò-mia. Pero verás que es sencillo. SIGNOS BIMANUALES DE DOS MANOS ACTIVAS Como los signos bimanuales de mano pasiva, estos signos empiezan a escribirse también por una s, pero a diferencia de los anteriores a esta letra le seguirán una o dos letras (consonantes) más, antes de escribir la Q. La razón es que hay varios tipos muy diferentes de signos bimanuales activos. Te pedimos que tengas paciencia porque éste es uno de los temas más complejos de la escritura de la LSE. Los signos bimanuales activos pueden ser variados, y no son siempre perfectamente simétricos. Muchas veces sí lo son, como en frío. Aquí, tomando como plano de simetría el plano vertical frontal que separa en dos partes simétricas nuestro cuerpo, las manos se mueven como en un espejo. El símbolo que utilizamos para estos signos bimanuales simétricos es sm. Es el caso también de radio, vacaciones, esperar, y muchos más: FOTO 59

FOTO 60

FOTO 61

radio

vacaciones

esperar

sm ebómaucreb

sm xmomaq

sm yna

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Todos ellos se empiezan a escribir con sm. Pero hay signos bimanuales simétricos que toman como plano de simetría el plano horizontal frontal, como en noticias o altura. FOTO 62

noticias

FOTO 63

sn omiuls

altura

scn âewa

Hay poco signos así, pero tenemos que diferenciarlos. Los comenzamos a escribir con sn. Si escribimos sm, el resultado al leerlo con las manos sería muy distinto. Compruébalo. En los signos simétricos, ya sean de plano vertical (sm), ya de plano horizontal (sn), la configuración de las dos manos (Q) es la misma, y los otros fonemas L, O , D y F son los simétricos. Por eso no hace falta escribirlos dos veces. Basta con escribir sm o sn y luego escribir sólo la mano activa, dejando un espacio en blanco: sm sn

LCQODF LCQODF

Vamos a ver un ejemplo: querer.

FOTO 64

sm ynò Es un signo simétrico normal (de plano vertical), y por tanto comenzamos escribiendo sm. A continuación escribimos la mano derecha:

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L, que es, como en ejemplo amor que ya hemos visto, yn. C, que presenta contacto con el cuerpo, y por tanto no se escribe punto Q, que tiene el símbolo ò (lección 4) O, que es natural: la palma se orienta hacia el cuerpo. No se escribe. DF no se escriben, porque el signo es estático. Así pues, escribimos sm ynò. Vamos a ver ahora un ejemplo de signo simétrico de plano horizontal: noticias, que ya hemos reproducido antes. Comenzamos con el símbolo de la simetría horizontal, sn. A continuación, tras un espacio en blanco, escribimos la mano derecha: L, que no es escribe porque es el centro frontal (regla simplificación) C, que no se escribe para signos simétricos Q, que tiene el símbolo o (lección 4) O, que no es natural, hay que escribirla: miu (lección 5) D, que no hay en este signo F, que tiene el símbolo ls (lección 7) Así pues, escribimos sn omiuls Ahora vamos a ver varios símbolos que son subtipos de la simetría. Los signos simétricos, que escribimos con sm, pueden tener Dirección de movimiento o Forma de movimiento. En estos casos pueden ser simplificados y hacerse más fáciles de leer: en lugar de escribir sm y después, en la escritura de la mano derecha, señalar al final esa D o esa F, escribimos el símbolo de la D o la F inmediatamente después de la s, en lugar de m. Te aconsejamos que lo hagas, porque la lectura es mucho más sencilla: leemos desde el comienzo no sólo que son simétricos sino el tipo de movimiento de la simetría. Sm LQODF

→

SDF LQO

Las letras que empleamos en estos casos son las mismas que las de las D y F correspondientes (que veremos en las lecciones 6 y 7). Aunque estos símbolos los volveremos a ver, te los indicamos ya: sc sp sx sg sk

cuando las manos comienzan en contacto inicial, como mesa o Albacete cuando las dos manos puntean entre sí, como número cuando las dos manos golpean una con la otra, como hierro cuando las dos manos se enlazan entre sí, como amigo cuando las dos manos se entrecruzan, como albergue

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sz sj ss sw

cuando las dos manos se rozan, como lengua de signos cuando las dos manos en contacto se mueven, como acompañar cuando las dos manos hacen un movimiento de serpenteo, como forma cuando las dos manos se mueven en un dirección recta, como pasillo

A continuación de algunos de estos símbolos (sj, ss, sw) escribiremos, como verás en la lección 6 y 7, la vocal de dirección; dejamos un espacio en blanco y escribimos la mano derecha LQO. FOTO 65

FOTO 66

FOTO 67

FOTO 68

Albacete

número

hierro

amigo

sc ameucyu

sp ômeab

sx öb

sg o’át

FOTO 69

FOTO 70

FOTO 71

FOTO 72

albergue

acompañar

forma

pasillo

sk ob

sje ômea

ssu alameu

swe òma

FOTO 73

lengua de signos

sz owroheb No te preocupes ahora en memorizar todos estos símbolos. Lo harás cuando estudiemos las Direcciones y las Formas de movimiento.

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A los símbolos de simetría vertical (la más común) y horizontal, hay que sumar dos casos relativamente frecuentes. Mira: los signos simétricos verticales, si se mueven lo hacen de forma simétrica, como en los ejemplos que hemos visto hasta ahora. Pero a veces las dos manos realizan movimientos contrarios, como en viaje, en cuyo caso escribimos sl (snl si la simetría es en el plano horizontal). Y también pueden moverse del mismo modo, rompiendo el plano de simetría, como en hospital, en cuyo caso escribimos sb (snb si la simetría es en el plano horizontal): FOTO 74

viaje

FOTO 75

sl aewrohob

hospital

sb aeicya

Hay, por fin, dos tipos de signos que no son estrictamente simétricos, pero se parecen mucho y conviene que los tratemos ahora, para terminar esta lección. El primero es el caso de pasar, o de traducir, que se signan con las dos manos activas pero con orientación no simétrica, sino contraria: FOTO 76

pasar

sr òmaawo Lo simbolizamos con sr. El segundo caso es más frecuente: se trata de signos cuyas manos están alineadas, como en coches en fila. El símbolo para estos signos de manos alineadas (la mano activa tras la pasiva) es sh. Pueden darse con contacto inicial (shc) como en separados, o estar juntas (shj) como en esconderse, o puntearse una con otra (shp) como en encontrarse. Como ves, tras los símbolos sh utili-

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zamos las mismas letras de las Formas de movimiento de los casos anteriores, y que repasaremos en la lección correspondiente a Formas de movimiento. Empleamos también el símbolo smh en unos casos de simetría específicos, en los que las dos manos se aproximan al eje de simetría y en lugar de acabar simétricamente lo hacen alineadas una detrás de la otra, como en oscuro FOTO 77

FOTO 78

FOTO 79

coches en fila

separados(2 p)

esconderse

sh òmeu

shc emawo

shj òmadohb

FOTO 80

encontrarse

FOTO 81

shp ema

oscuro

smh omali

En todos estos casos de bimanualidad activa se escribe, como ya sabes, primero el símbolo correspondiente (sm, sw, sl, shj, etc.) y después, tras un blanco, la mano activa. Hemos dejado para el final el caso mixto de los dos tipos generales de bimanualidad: el de ‘mano pasiva desplazada’. La mano pasiva, con una configuración determinada, se desplaza a un lugar de la mano activa (al codo, como en árbol; o a la muñeca, como en cine; o a la palma, como en helicóptero): FOTO 82

FOTO 83

FOTO 84

árbol

cine

helicóptero

omat-ohsòmiu

omaudahb-ahsemiu

abomiut-se

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La escritura de estos signos es tal vez la más compleja. Nosotros los interpretamos como palabras compuestas, y por tanto bisilábicas. E interpretamos que el orden de articulación en estos signos es el de mano activa-mano pasiva. Por eso, escribimos, para los signos de este tipo estáticos: mano activa-lugar de mano activa+mano pasiva Así, los ejemplos anteriores se escriben: omat-ohsòmiu (oh es el codo de la mano activa) omaudahb-ahsemiu (ah es la muñeca de la mano activa) abomiut-se (el lugar de la palma o dorso no se escriben) Hemos terminado los símbolos de los signos bimanuales. Ha sido ésta una de las lecciones más complejas. No te preocupes: haz los ejercicios de la lección y empieza a memorizar los símbolos más frecuentes.

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EJERCICIOS

1. Señala, debajo de cada signo, si es bimanual de mano pasiva. Escribe en esos casos el símbolo s...:

representante de acuerdo

lucha

unidos

calidad

aparcamiento parar

carácter

paz

participar

contra

perseguir

preparar

novio

matrimonio

contacto

cosa

despacio

pagar

hierro

noticias

vacaciones

subtítulos

trabajar

copiar

CNSE

esperar

bilingüismo

perdón

objetivo

2. Escribe debajo de los ejemplos bimanuales simétricos el símbolo sm o el sn. 3. Escribe debajo de los símbolos con movimiento contrario (antisimétrico) el símbolo sl. 4. Escribe debajo de los ejemplos simétricos (sm) si se trata de simetría con movimiento recto simétrico (sw), con movimiento juntos (sj), con golpe (sx), etc. 5. Intenta realizar los signos antisimétricos (con símbolo sl) como si fueran simétricos (con símbolo sm).

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6. En los signos bimanuales de mano pasiva, la mano pasiva actúa como lugar de articulación de la mano activa. En los ejemplos de este tipo de signos, cambia como ejercicio: a) la configuración de la mano pasiva b) el lugar de la mano pasiva c) la orientación de la mano pasiva y signa el resultado de este cambio. 7. Busca ejemplos de signos bimanuales simétricos que se realicen en algún lugar del cuerpo Lc.

Lección 3 LOS LUGARES L. EL MODELO DE PROYECCIÓN

Como ya vimos en la lección 1, utilizamos tres tipos de lugar para ubicar los signos (lugares L): ubicamos el signo en el cuerpo, o en el plano central, o en el plano lateral. Recuérdalo. ILUSTRACIÓN 1

ILUSTRACIÓN 2

ILUSTRACIÓN 3

Lugar corporal

Lugar frontal

Lugar lateral

Estos tres lugares constituyen el espacio L o léxico (en él se signan todas las palabras ‘sueltas’, los signos que citamos como aparecerían en un diccionario). Cuando estudiemos la escritura de la oración (lecciones 10 y 11) veremos que hay en la LSE otros dos espacios, el ‘gramatical’ y el ‘análogo’, pero en esta lección vamos a centrarnos en esos tres lugares del espacio L, que son los que empleamos para escribir signos ‘sueltos’ (palabras). Estos lugares se escriben al comienzo, como ya sabes (recuerda: LCQODF). Empezaremos con los lugares L del cuerpo.

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LOS LUGARES L DEL CUERPO Estos lugares se escriben con una o dos letras (consonantes). No todas las lenguas de signos utilizan los mismos. La LSE utiliza de forma sistemática los siguientes (en negrita, el símbolo que utilizamos para escribirlos): Cabeza Ojo Frente Sien

c j f t

Nuca Comisuras Entrecejo

n jm, jn jz

Nariz Bigote Dientes

z zv d

Orejas Mejillas Mandíbula

r km, kn kh

Boca Mentón Labio inf.

v ch chv

Comisuras Submentón Garganta

vm, vn sch th

Centro pech Hombros Cuello

y hm, hn q

Pechos Clavículas Axilas

ym, yn pm, pn xm, xn

Piernas Estómago Muñecas

gm, gn st ah/sah

Brazo Cintura Codos

br ñm, ñn oh/soh

Mano pasiva LSQO Es necesario que empieces a memorizar estos símbolos. Así, cuando veas que un signo empieza, por ejemplo, por v, sabes ya que se signa en la boca (como silencio), o si empieza por t, en la sien (como idea) FOTO 85

silencio

vema

FOTO 86

idea

t.iäla

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Al leerlos, debes llevar la mano a estos lugares (¡no los leas como si fueran la lengua hablada, del mismo modo que una lengua extranjera no se lee como el español!). En la lista de símbolos de los lugares L del cuerpo has visto que algunos símbolos van seguidos de n o de m. Es el caso de las comisuras de los ojos, de la mejilla, de las comisuras de la boca, del hombro, pecho, clavícula y axila, y de la pierna. Son lugares que pueden estar a la derecha (m) o a la izquierda (n), desde la perspectiva del signante: la comisura derecha del ojo (jm) o de la boca (vm), la mejilla derecha (km), el hombro derecho (hm), etc., y las izquierdas respectivas (jn, vn, kn, hm, etc.). En algún caso la primera letra señala un lugar que también es un lugar L del cuerpo: j (el ojo, siempre el del lugar activo), v (la boca), y (el centro del pecho). En los otros casos sólo hay o derecha o izquierda. Recuerda: se añade m para simbolizar el lado derecho (siempre desde la perspectiva del signante) y n para simbolizar el lado izquierdo. Recuerda cómo escribíamos amor: yni (i es la configuración). Cuando el signo se realiza en un lugar corporal, tras escribir los símbolos S si es bimanual simétrico, y dejar un espacio en blanco, escribiremos alguno de estos símbolos del cuerpo, y a continuación la configuración, etc. de la mano activa. Si el signo es bimanual de mano pasiva, ésta actúa como lugar, y por eso tras escribirla escribimos directamente la QO, etc. de la mano activa. Como has visto, simbolizamos por soh, sah el codo y la muñeca de la mano pasiva (como en médico o en último); aunque son muy pocos, hay signos en los que la muñeca o el codo de la mano activa sirven de lugar de la pasiva (como en árbol o cine). En esos casos escribiremos el símbolo del lugar sin la «s» porque son lugares de la mano activa: oh, ah. A continuación escribimos S y las QO de la mano pasiva. Para que puedas asociar mejor los lugares L del cuerpo y sus símbolos, te dibujamos aquí el lugar típico de cada símbolo: ILUSTRACIÓN 4

ILUSTRACIÓN 5

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Como ya te hemos explicado en la lección 1, la mano puede realizar el signo en contacto con estos lugares del cuerpo (como en el ejemplo anterior silencio), o separada de ellos (como en el ejemplo anterior idea). Esto es lo que simboliza el fonema C en la fórmula general LCQ... Y como entonces te decíamos, representamos el contacto escribiendo seguidos LQ... (en silencio: ve...) y la separación mediante un punto entre ellos L.Q (en idea: t.iä...). Recuerda: Contacto: LQ Separación: L.Q Haremos ejercicios con los lugares L del cuerpo al finalizar esta lección. Ahora vamos a ver los otros lugares L. LOS LUGARES L LATERAL Y CENTRAL A diferencia de los lugares L del cuerpo, estos lugares del plano lateral y del plano central se escriben con una letra vocal (a, e, i, o, u, y además y), seguida de la consonante b (para el lugar lateral) o de la l (para el lugar central). Estos lugares son zonas geométricas, y por ello tienen bastante margen de variación. Sin embargo, son perfectamente diferenciables. Aquí los tienes representados: ILUSTRACIÓN 6

Lugares L lateral y central Un signo que se realiza en el cuerpo empezará por los símbolos del cuerpo (por ejemplo xn..., r..., y...). Un signo que se realiza en el espacio (plano late-

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ral o central), empezará por una vocal (incluida la «y») seguida de b o l (por ejemplo, al..., ul..., il..., ol..., etc.); después escribiremos la configuración Q, la orientación O, etc. Para entender bien y poder aplicar a la escritura los símbolos de la vocales (incluida la «y»), te vamos a explicar su sistema. Con él podrás recordarlos perfectamente. Este sistema es el modelo de proyección en «i», que ahora te explicamos. EL MODELO DE PROYECCIÓN EN «I» Este modelo es importantísimo en el sistema de escritura alfabética de la LSE. ¿En qué consiste? Consiste en proyectar en el espacio los dedos de la mano derecha tal como los colocamos para realizar la configuración Q que escribimos i, que es la configuración de signos como amor (que ya hemos visto), contacto, bicicleta, Jesucristo, etc. Esta configuración se proyecta en el espacio desde su lugar natural (con el brazo flexionado hacia delante) ILUSTRACIÓN 7

El modelo de proyección Este modelo nos sirve para representar los lugares específicos L del plano lateral y del plano central, pero también las configuraciones Q, las Orientaciones, y las Direcciones de movimiento. La inmensa mayoría de los símbolos que llevan vocales hacen uso de este sistema. Para comprenderlo mejor, empecemos por su papel en la escritura de las configuraciones Q: • Con la vocal a representamos la configuración de mano cerrada con el dedo pulgar extendido. Es la configuración Q de signos como semana, agua, perro, etc.

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• Con la e representamos la configuración de mano cerrada con el dedo índice extendido. Es la Q de signos como tú, sólo, costumbre, etc. • Con la i representamos la configuración Q de signos como amor, bicicleta, contacto, etc. • Con la u representamos la configuración Q de mano cerrada con el meñique extendido, como la de los signos hay, poco, cansado, etc. • Con la o representamos la configuración Q de mano abierta como la de los signos dónde, signo, encantado, etc. FOTO 87

FOTO 88

FOTO 89

FOTO 90

FOTO 91

semana

sólo

contacto

poco

encantado

olameuwy

emawroheb

sp ib

ch.upb

st.oz

Cuando estudiemos, en la lección siguiente, las configuraciones Q, veremos que estos símbolos se combinan para representar configuraciones de varios dedos (ae, ei, au, etc...). Verás que es facilísimo. Ahora fíjate en dos cosas: • el dedo anular de la mano no tiene símbolo: es que no se emplea en la LSE • el símbolo y no representa ninguna configuración; sólo lo empleamos para lugares, direcciones y orientaciones. Pero hemos dicho que la mano en su configuración i (a la que añadimos el símbolo y) la tomamos como modelo de proyección para representar lugares, direcciones y orientaciones. Para comprenderlo es muy importante que tú mismo realices esta configuración en su posición natural, es decir, con el brazo flexionado en la posición de «pistola». En esa posición, verás que el pulgar (a) señala hacia arriba, que el índice (e) señala hacia delante, que el anular (i) señala hacia la izquierda, y que el meñique (u) señala hacia abajo. El símbolo y va a representar la dirección contraria a i, es decir, la derecha; y el símbolo o la dirección contraria a e, es decir, hacia el signante (aunque hay otra dirección hacia el centro del plano central, como la de venir, que simbolizaremos por oo). Las direcciones D las vamos a simbolizar mediante esas vocales, precedidas del símbolo de dirección correspondiente (lección 6). Lo mismo sucede con las

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

orientaciones O, precedidas del símbolo m (lección 5) y los lugares L lateral y central, seguidas en este caso, como ya hemos visto, de los símbolos b y l. Estás en un momento fundamental del aprendizaje. Ve despacio. Realiza la configuración i en su posición natural. Asocia los dedos a los símbolos, y asocia a los dedos también el lugar y la dirección que señalan. ¿Listo? Vamos a ver ahora ejemplos que te ayuden a memorizar, aunque para ellos tenemos que emplear algún símbolo que todavía no has estudiado. No te preocupes. Lo que queremos es que veas qué productivos son los símbolos vocálicos del modelo. En las lecciones siguientes podrás estudiar esos nuevos símbolos de D, O, etc. Empecemos con ejemplos de Dirección, que repasaremos en la lección 6, para que veas la utilidad de los símbolos vocálicos (en estos ejemplos no abreviamos DF, para que leas con facilidad): • Dirección ‘a’ hacia arriba: escribimos a tras un símbolo de D (por ejemplo el símbolo w del movimiento recto: wa). Es la dirección de idea, fuego, suerte, etc. • Dirección ‘e’ hacia el frente (si es recto, we). Es la dirección de espada, conferencia, decir, etc. • Dirección ‘i’ hacia la izquierda (si es recto, wi). Es la dirección de tren, corto, pasar etc. • Dirección ‘u’ hacia abajo (si es recto, wu). Es la dirección de abajo, costumbre, ascensor, etc. • Dirección ‘o’ hacia el signante (si es recto, wo). Es la dirección de antes, información, comprender, etc. • Dirección ‘y’ hacia la derecha (si es recto, wy). Es la dirección de verano, nombre, semana, etc. En los ejemplos 95 y 97, como habrás observado, el movimiento se produce con rozamiento, lo que simbolizamos con z, seguida de la vocal de direcFOTO 92

FOTO 93

FOTO 94

Idea

conferencia

corto

t.iäwal

ömawel

sm.ewi

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Ángel Herrero

FOTO 95

FOTO 96

FOTO 97

costumbre

comprender

nombre

kmezub

sm omauwol

vnemazy

ción (zu, zy). Con las Orientaciones también empleamos el modelo de proyección, aunque, como veremos en la lección 5, utilizamos a veces dos vocales, y no sólo una. En todo caso, la vocal o vocales se escriben también en este caso después del símbolo general de la Orientación, el símbolo ‘m’. La primera vocal señala si la orientación es la de la palma en continuidad con el brazo, y la segunda señala si la palma se orienta hacia el signante o contra el signante. No te preocupes ahora en memorizar esto, que veremos en la lección de Orientaciones. Veamos ahora los ejemplos de una sola vocal, y dejaremos el resto para la lección correspondiente: • Orientación ‘a’ que adopta la palma en continuidad con el brazo hacia arriba: ma, como al iniciar los signos no hay, mandar, conferencia, etc. • Orientación ‘e’ que adopta la palma en continuidad con el brazo flexionado al frente: me, como en tú, pistola, vaso, etc. • Orientación ‘i’ que adopta la palma en continuidad con el brazo flexionado a la izquierda: mi, como en desear, viejo, blanco, etc. • Orientación ‘u’ que adopta la palma en continuidad con el brazo extendido hacia abajo: mu, como en maleta, abajo, etc. • Orientación ‘o’ que adopta la palma en continuidad con el brazo flexionado hacia uno mismo: mo, como en darme, beca, etc. • Orientación ‘y’ que adopta lapalma en continuidad con el brazo flexionado hacia la derecha: my, como en tenis, comba, etc. FOTO 98

FOTO 99

FOTO 100

Mandar

vaso

blanco

...ma...

...me...

...mi...

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 101

FOTO 102

FOTO 103

maleta

darme

tenis

...mu...

...mo...

...my...

Si mantienes a partir de ahora en la memoria el orden de los símbolos y el modelo de proyección, has dado ya un paso de gigante en la escritura alfabética de la LSE. Claro que todavía no puedes escribir con seguridad los símbolos de QODF. No te preocupes: para eso están las lecciones siguientes. Ahora vamos a aplicar el modelo de proyección a los lugares L lateral y central, con ejemplos suficientes como para que puedas ya escribir todos los L de los signos (palabras). Como vimos en la ilustración 6, los cinco lugares del modelo de proyección (más la derecha y) se toman como vocales seguidas de la consonante b (ab eb ib ob ub yb) para señalar los seis puntos del espacio lateral, y seguidas de la consonante l (al el il ol ul yl) para los lugares del espacio central. Puede ser oportuno antes de seguir adelante responder a una pregunta que muchos nos han hecho, y que tal vez tú también tienes. Es la siguiente: ¿con el modelo de proyección se pueden simbolizar todos los lugares posibles del espacio de signación? La respuesta es que sí se pueden representar todos los lugares de los signos aislados (palabras), pero para representar los signos en combinación sintáctica (oraciones) hará falta emplear algunos puntos más del espacio (el espacio gramatical), como veremos en las últimas lecciones sobre escritura de la oración. De momento, vamos a ver los lugares L del espacio para signos aislados. Otra cuestión que debes tener en cuenta es que hay una coincidencia en un punto del espacio central (ol) con un punto del espacio lateral (ib): coinciden en el espacio y podemos escoger uno sólo: ol (que en muchos casos, además, no hace falta escribirlo porque se simplifica, como ya hemos estudiado). Además hay un punto del espacio central que no es posible signar (yl) y, en caso de hacerlo, coincidiría con el centro del lateral (ob). Hay, por lo tanto, 10 lugares L del espacio léxico. Además, como ya sabes, hay lugares que se simplifican. Ya hemos dicho que el espacio lateral se representa por la vocal del modelo seguida del símbolo b, y el espacio central lo mismo pero con el símbolo l. Como la escritura de los signos monomanuales empieza por L (y también

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Ángel Herrero

empieza por L la escritura de la mano derecha en los bimanuales activos, después de sm, sl, etc.) los signos que veremos a continuación podemos ya empezar a escribirlos: • Con al empiezan los signos del espacio central situados arriba, como cielo • Con ab empiezan los signos del espacio lateral situados arriba, como camarero • Con el empiezan los signos del espacio central situados al frente, como tú • Con eb empiezan los signos del espacio lateral situados al frente, como próximo • Con il empiezan los signos del espacio central situados a la izquierda, como amanecer • Con ib empiezan los signos del espacio lateral situados a la izquierda, lugar que no se escribe por coincidir con ol • Con ol empiezan los signos del espacio central situados en el centro, como aquí • Con ob empiezan los signos del espacio lateral situados en el centro, como silla de ruedas • Con ul empiezan los signos del espacio central situados abajo, como pequeña • Con ub empiezan los signos del espacio lateral situados abajo, como pingüino • Con yl empiezan los signos del espacio central situados a la derecha: no existen • Con yb empiezan los signos del espacio lateral situados a la derecha: por ejemplo (televisión) grande

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FOTO 107

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Cielo

camarero



próximo

amanecer

alomyals

abómya

ele

ebòmicea

ileämiucya

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

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FOTO 110

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FOTO 113

aquí

silla de ruedas

pequeño/a

pingüino

grande

olemuawu

sm obaëmeuleb

ulómeuwu

sl ubòmyudohb

sm ybaemau

Esta lección ha terminado. Repásala cuantas veces sea necesario y memoriza los símbolos de los lugares L del cuerpo (29 más el símbolo n/m), del plano lateral y del plano frontal (10). Intenta interiorizar el modelo de proyección en «i».

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Ángel Herrero

EJERCICIOS 1. Escribe el símbolo del lugar corporal de estos signos, y escribe —si lo hay— el símbolo del contacto. Si son bimanuales, escribe antes el símbolo de la bimanualidad que estudiamos en la lección anterior: educado

poder

mentira

responsable

calidad

verano

flor

animales

silencio

sucio

matrimonio

rey

sangre

vergüenza

saber

sed

gafas

esperar

pronto

médico

2. ¿En cuáles de los signos anteriores la orientación es natural (y por lo tanto no hace falta escribirla)? 3. Lee el lugar del cuerpo de los signos escritos en los ejemplos de este libro. 4. Escribe los lugares lateral o central de los siguientes signos:

conferencia

qué

semana

camarero

Dios

subtítulos

bolos

extranjero

casa

aquí

espada

silla de ruedas

llave

alas

lluvia

mesa

director

exacto

venir

nubes

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

5. Lee (con las manos) el lugar y la configuración básica (a e i o u) de los signos siguientes (no te preocupes por ahora de la orientación): yu... abe...

che… t.a...

yno… jmu...

ole… olo...

ila... kme...

kmi... cho...

ebu... yni...

6. Lee (con la manos) los signos anteriores con algunas de las distintas orientaciones básicas: yuma, chemo, ynomi, olemu, ilami, kmima, etc. Practica este juego con otras variaciones. 7. Lee el símbolo de simetría (si lo tiene), de lugar, de contacto, de configuración, de orientación y de dirección básica (wa we wi wo wu wy) de los signos siguientes (en algunos falta por escribir algún símbolo): vewe olemuwu

sm olomewy v.amawo

sm pmama sc imewy

y.umawo sp ime

¿Simplificarías la escritura de algunos de estos signos? ¿Por qué?

Lección 4 LAS CONFIGURACIONES Q

Llamamos «configuraciones» a las formas distintas en que podemos ‘poner’ los dedos de la mano, al margen del lugar en que la ubiquemos y de la orientación con que la dirijamos hacia el receptor. Naturalmente, son muchas. En las lenguas de signos no se emplean todas, del mismo modo que en las lenguas habladas no se emplean todos los sonidos articulados posibles. En la LSE, por ejemplo, no se emplea la configuración de mano abierta con dedos anular y pulgar enlazados, aunque sí con los dedos corazón y pulgar, y pulgar e índice. FOTO 114

FOTO 115

FOTO 116

Q de café, calidad, etc.

¿

Q de verdad, exacto, etc.

Esta es la primera idea: hay un número limitado de configuraciones en todas las lenguas de signos, como hay un número limitado de lugares, de orientaciones y de direcciones y formas de movimiento. Pero además, entre las configuraciones que usa una lengua de signos, hay algunas que no se sienten distintas porque no las empleamos para diferenciar

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Ángel Herrero

nada, simplemente escogemos una u otra en función de la situación, especialmente en función del lugar donde la articulamos y del movimiento que hacemos. Por ejemplo, en la LSE, como ya hemos visto, podemos separar los dedos de la mano abierta más o menos, pero no hay ningún signo que por eso cambie y se haga otro signo; en cambio, si los juntamos del todo sí: así distinguimos por ejemplo cinco y ¡alto!-en el sentido de «párate». Decimos que la configuración de mano abierta con dedos separados y la de dedos juntos son distintivas (sirven para diferenciar). Las otras son sólo distintas, y valen como variaciones de las distintivas: por ejemplo, separamos más los dedos al signar motivo que al signar signo, pero eso es por el tipo de movimiento de cada uno, y la diferencia no importa en este caso. Las configuraciones distintivas son una parte del conjunto de configuraciones distintas que usa una lengua de signos, y ésta una parte de todas las posibles. A las configuraciones distintivas de una lengua de signos las llamamos configuraciones Q. Al escribir la LSE, como hemos anunciado en la Presentación, no representamos todas las variedades posibles, ni todas las distintas, sino sólo las distintivas, las sistemáticas, las que nos sirven para diferenciar unos signos de otros. ¿Cuáles y cuántas son la configuraciones Q de la LSE? Como resultado de nuestra investigación, te presentamos en esta lección esas configuraciones, cuyo número (que aún podría sufrir alguna variación dialectal) es de 31. Como ves, las 31 configuraciones están dentro de un sistema, de una «malla». Esto quiere decir que todas y cada una de las configuraciones pertenecen a varias clases (la clase de configuraciones Q de ‘fondo de palma’, la de ‘dedos extendidos y juntos’, etc. etc.). El sistema se organiza por medio de esos rasgos o características. Estos rasgos son muy importantes, porque de ellos depende que una configuración se sienta dentro del sistema o no. En caso de que la práctica de la escritura aconsejara añadir algún fonema configurativo más a este esquema, sin duda sería aprovechando los ‘huecos’ (por ejemplo con configuraciones âei, ei’, etc.). ¿Cuáles son las características (en lingüística los llamamos «rasgos distintivos») con que se clasifican las configuraciones Q de la LSE? Son las 6 siguientes: 1. 2. 3. 4. 5. 6.

con qué dedos se articula si la mano está abierta (‘fondo de palma’) o cerrada (‘fondo de puño’) si los dedos están separados o juntos si los dedos están extendidos, flexionados, o cerrados si están cerrados por enlace o en contacto si el pulgar participa o no de la característica 3 o de la 4

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

EXTENDIDOS Separados

Juntos

-pulgar

o

FLEXIONADOS

-pulgar

ò

F O N D O

Separados -pulgar

ó

ô

ö





o’a

éá

P A L M A

CERRADOS

-pulgar en contacto Enlazados

o’á

òa

D E

Juntos

íá

i





áé

é

âe



a

F O N D O D E P U Ñ O

ae

e

äe

aei

ei

au

u

eu

èì

éí

äei

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Ángel Herrero

Vamos a empezar explicando los símbolos de cada característica, para que los entiendes mejor. Pero es muy importante que mires una y otra vez el cuadro, y que trates de entenderlo y de interiorizarlo por tu cuenta, hasta que la escritura se te haga casi automática. 1. PRIMER RASGO: CON QUÉ DEDOS SE ARTICULA Recuerda el modelo de proyección: ILUSTRACIÓN 7 Representamos el pulgar por el índice el corazón el meñique todos

a e i u o

Como puedes ver en el cuadro de las configuraciones, a, e y u son los símbolos de las configuraciones que extienden desde el puño cerrado los dedos pulgar, índice y meñique, como en semana, mentira y poco:

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FOTO 118

FOTO 119

a

e

u

semana olameuwy

mentira km. emauzpeb

poco ch. upb

En cambio, el símbolo i se refiere a una configuración especial, porque se hace flexionando el dedo corazón desde la mano abierta (empleamos esta configuración en el modelo de proyección, y por eso lo llamamos modelo de proyección en «i»), como en contacto:

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 120

i

contacto sp ib

Además de las configuraciones de cada uno de los dedos por sí solos (a e i u), hay configuraciones en las que aparecen reunidos, de dos en dos (como en ei, por ejemplo en mirar; o como en au, por ejemplo en avión, etc.) o en grupos de tres (como en aei, por ejemplo Alicante). El número de vocales indica el número de dedos articulados: ei se articula con dos (el índice y el corazón), aei con tres (el pulgar, el índice y el corazón), etc.

FOTO 121

FOTO 122

FOTO 123

ei

au

aei

mirar jeimauwe

avión aumeuwai

Alicante kmaiemaufeheb

Con la o en sus diferentes formas (o, ó, ò, ô, ö) simbolizamos las articulaciones iguales de todos los dedos de la mano. Como sabemos, o simboliza la palma abierta con los dedos extendidos y separados (como en pueblo), pero los dedos pueden también juntarse (como en desear), flexionarse (como en no poder), cerrarse en capullo (como en número) o enlazarse en forma de puño (como en trabajar):

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Ángel Herrero

FOTO 124

FOTO 125

FOTO 126

FOTO 127

FOTO 128

o

ó

ò

ô

ö

Pueblo t.omazpeb

no poder y.ópb

desear ynòzy

número sp ômeab

trabajar sömi öxub

y si aparece además el símbolo a (como en òa, por ejemplo en Argentina) es que el único dedo que se articula de forma distinta es el pulgar: FOTO 129

òa

swy ñòameu 2. SEGUNDO RASGO: FONDO DE PALMA / FONDO DE PUÑO Los dedos de las configuraciones pueden articularse desde la mano abierta (como iä, eä, eâ, etc.) o desde la mano cerrada (como a, u, äe, âe, etc.). Decimos que son configuraciones de ‘fondo de palma’ y de ‘fondo de puño’ respectivamente. Las configuraciones de un solo dedo son de ‘fondo de puño’, salvo la i. como acabamos de ver. También se realizan con el puño las de cualquier par de dedos diferentes del pulgar a (por ejemplo ei, eu); la lectura de estos símbolos es muy simple. Pero si la configuración articula el pulgar a con otro dedo, encontramos configuraciones de los dos tipos: unas en las que el resto de dedos están cerrados (en puño) y configuraciones en las que están extendidos (palma). Aquí es necesario marcar bien la diferencia, que es evidentemente distintiva. Fíjate en cómo diferenciamos esta característica, porque la diferencia es sutil: si la escritura empieza por a y siguen otros dedos (ae, au, aei, etc.),

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

entonces es que la configuración se hace desde el puño; si por el contrario hay un dedo primero (e, i) y le sigue la a (iä, eâ, etc.), es que estamos con el fondo de palma, es decir, con la mano abierta. Debes fijarte bien en el orden para leer bien estas configuraciones. A veces dos configuraciones sólo se diferencian por este rasgo. Compara pulsera e inglés, único y estricto, seguro y el comienzo de oficial:

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FOTO 131

éá

áé

inglés ch. áépb

pulsera sah éág

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FOTO 133



âe

escrito fâewe

único eâmeudahb

FOTO 134

FOTO 135



äe

seguro eäwu

oficial sm äemiucrel

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Ángel Herrero

Recuerda que en el resto de configuraciones con dos dedos se parte del puño, y que las configuraciones con un solo dedo (que escribimos con una sola vocal) también, salvo la i. 3. TERCER RASGO: DEDOS SEPARADOS / DEDOS JUNTOS Hay configuraciones que, como la mano abierta con los dedos extendidos, pueden presentarse con los dedos separados y con los dedos juntos. Esta diferencia, que es distintiva, la representamos añadiendo el símbolo (`) al de dedos juntos. Así, distinguimos ver y respetar, querer y desear

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FOTO 137

FOTO 138

FOTO 139

ei

èì

o

ò

ver jeimauwe

querer sm yno

respetar fèìmiuwe

desear ynòzy

El símbolo de ‘dedos juntos’ (`) se aplica a todos los dedos (ò) de la mano o a todos los dedos de la configuración, salvo en la configuración o’á (que vamos a ver luego pero te avanzamos ya con el ejemplo de autoestima): aquí el pulgar no está unido a los otros dedos, sino separado y flexionado:

FOTO 140

o’á

autoestima sto’ámiuza

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

4. CUARTO RASGO: DEDOS EXTENDIDOS / DEDOS FLEXIONADOS Hay configuraciones que, como la mano abierta, teniendo los dedos juntos o separados, como acabamos de ver, puede presentarlos extendidos o flexionados. La flexión es una diferencia distintiva que representamos añadiendo el símbolo (´) a los dedos flexionados. Así, en no poder, fundación, o jaqueca

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FOTO 142

FOTO 143

se escribe ó

se escribe é

se escribe áí

fundación chémacye

No poder y. ópb

jaqueca f.íápb

Si la configuración tiene el rasgo 3° (dedos juntos, como ò) pero también tiene este rasgo 4° (dedos flexionados, como ó), sumamos los dos símbolos y lo escribimos o’ (para evitar el símbolo ∨ que no está en nuestros teclados). Estos dos rasgos, aplicados a la mano abierta, no afectan al pulgar: la flexión del pulgar a veces no se da, como en alto, y cuando se da se produce separándose del resto de los dedos, como en vaso. Recuerda:

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FOTO 145

se escribe o’a

se escribe o’á

alto o’amacao

vaso olo’ádahob

Ahora voy a comentarte dos problemas que a algunas personas les pueden surgir con los símbolos que estamos estudiando:

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Ángel Herrero

a) Fíjate que la flexión es a veces diferente (en estos últimos ejemplos, por los nudillos de los dedos en o’a y por las falanges en o’á). Escribimos el mismo símbolo porque esa diferencia no es distintiva a nivel de signos-palabra: es decir, o’a puede realizarse a veces con flexión por las falanges (como en abril, cuñado, etc.), y o’á con flexión por los nudillos (como en video y en el clasificador de libro, por ejemplo); en estas variantes influyen la forma de realizarse el signo y a veces cierto subrayado icónico. FOTO 146

FOTO 147

FOTO 148

FOTO 149

o’a

o’a

o’á

o’á

abril y. o’amila

cuñado sg o’amiu

video o’ámeuceu

CLlibro elo’ámeucya

b) Fíjate también en los siguientes símbolos:

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FOTO 151

FOTO 152

ei

èì

éí

experiencia jeimicro

madre vnèìma-vm

venir éímawoo

Como verás en el cuadro general de la configuraciones, no empleamos la configuración de dedos juntos y flexionados que podríamos escribir ei’. ¿Por qué? Porque la diferencia entre la flexión de los dedos índice y corazón juntos y la de los mismos dedos separados no es distintiva. Por eso en los dos casos escribimos éí. Aunque este símbolo está colocado, en el cuadro del sistema de configuraciones, en la columna de ‘dedos separados’, eso es sólo porque lo

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

tomamos como forma básica y creemos que esta misma configuración con los dedos juntos es una variante. De hecho, esta configuración es rara (por ejemplo árbitro) y puede realizarse generalmente con los dedos separados. En los dos problemas que te acabamos de explicar vemos claramente la diferencia entre la lengua y la escritura, que como decíamos en la Presentación es un principio básico de todas las escrituras. Naturalmente, para leer bien la escritura de una lengua hace falta conocer bien esa lengua. Estas variantes y otras muchas hay que emplearlas al signar (como el que sabe signar lo hace), pero al escribir no las usamos porque nunca distinguen significados y porque, en el contexto, la elección de la variante es prácticamente automática. 5. QUINTO RASGO: CIERRE DE DEDOS POR CONTACTO / CIERRE DE DEDOS POR ENLACE Los dedos se unen por sus extremidades de dos formas diferentes, que simbolizamos con los símbolos ¨ y ^: • entrando en contacto, como en té y punto (el índice y el pulgar), o como en polvo (el corazón y el pulgar); o como en llamar (todos los dedos). FOTO 153

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polvo iâmeuzb

té oleâmeuwub

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âe

ô

punto âemaup

llamar ômaupb

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Como ves, se representan los dedos en el orden adecuado según el fondo de palma/puño, y se señala sólo en la a el símbolo de contacto â. • Enlazándose, como en seguro, oficial y natural (el índice y el pulgar); o como en eliminar (el corazón y el pulgar); o como en subtítulos (el índice, el corazón y el pulgar); o como en trabajar (todos los dedos)

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FOTO 158

FOTO 159



äe



oficial sm äemiucrel

natural sm aëmiucrel

seguro eäwu

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FOTO 161



äei

eliminar iämeul

subtítulos sm äeily

Como ves, se siguen los mismos criterios que en el caso anterior, es decir, señalamos los rasgos distintivos: los dedos que intervienen, en un orden según si la configuración se hace con fondo de puño o de palma, y se señala solamente en la a el símbolo de enlace: ä. Hay, sin embargo, un caso particular, el de aë: es una configuración muy distintiva, y se emplea bastante en la LSE. En lugar de ser el pulgar el que enlaza al otro dedo, como ocurre en todos los demás casos (y por eso ponemos en la a el símbolo de enlace), aquí es el índice el que cierra al pulgar, cubriéndolo: por eso el símbolo se escribe en la e (ë). Es el caso de natural.

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En el caso del cierre de todos los dedos:

FOTO 162

ö

trabajar sömi öxub 6. SEXTO RASGO: LA INCIDENCIA DEL PULGAR Hay configuraciones que sólo se diferencian de otras por el pulgar, como òa. En ellas, el pulgar no se ve afectado por la característica de los otros dedos, en este caso la característica de estar juntos; todos los dedos juntos es ò, pero si el pulgar está separado escribimos òa. Lo mismo ocurre en los casos que ya hemos estudiado: o’a, o’á, etc. La mejor manera de aprenderte los símbolos Q es recordando el sistema de proyección, el significado de los símbolos ´, `, ‘, ¨, ^, y el orden de la a. Para seguir adelante, es imprescindible que repases bien esta lección y que hagas los ejercicios siguientes.

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Ángel Herrero

EJERCICIOS 1. Escribe la configuración inicial de los siguientes signos (si son bimanuales, escribe la configuración de la mano activa): carácter

de acuerdo

silla

embarazada

idea

chófer

educado

llave

ver

blanco

delgado

exacto

preparar

novio

avión

contacto

cosa

carta

pagar

hierro

noticias

polvo

subtítulos

madre

copiar

CNSE

esperar

bilingüismo

sistema

objetivo

2. Lee las configuraciones de los siguientes signos: sm aeimauldo omeulso t.émaupb sc òcreb kmezub fiämaul

thaezub ch.upb sx öb

chomaq v.amawob sm yna

sl aëcealb t.ôwywrahe o’amacao

3. Separa, en los signos escritos anteriores, los distintos fonemas de bimanualidad, lugar, contacto y configuración, poniendo entre paréntesis los que se suprimen por reglas de simplificación. Por ejemplo: sm aeimauldo bimanualidad sm v.amawob bimanualidad

lugar (eb)

contacto

configuración aei

lugar v

contacto .

configuración a

4. Busca ejemplos de signos cuya configuración contraste sólo en un rasgo (e/é, aë/äe, ae/áé, o/ò, o/ô, etc.). Por ejemplo: signo/flor (o/ô)

Lección 5 LAS ORIENTACIONES O

Vamos a ver el cuarto constituyente en el orden de la escritura: la orientación O de la mano: LCQO... Es importante, para que entiendas bien los símbolos de la orientación, que tengas en cuenta lo siguiente: • La orientación que escribimos es la de la mano derecha como mano activa. Aunque el signo sea bimanual, si es simétrico sólo se escribe, como ya sabes, la mano activa (aunque naturalmente se lee con las dos manos gracias al símbolo de bimanualidad S); sólo si es bimanual de mano pasiva (cuando la mano pasiva es el lugar corporal de la activa), tras el símbolo s escribimos la configuración Q y la Orientación de la mano pasiva. Pues bien, siempre que escribimos la orientación de la mano pasiva, lo hacemos empleando los símbolos de la orientación de la mano activa vistos simétricamente. Por ejemplo, la orientación del brazo en semana o en tenis se escribiría igual aunque lo realizáramos con la mano pasiva (izq), sólo se diferenciarían en la s inicial (y lo mismo vale para las direcciones):

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FOTO 163

FOTO 164

FOTO 165

FOTO 166

semana

semana (izq)

tenis

tenis (izq)

olameuwy

solameuwy

ömyceu

sömyceu

Para estudiar las orientaciones en esta lección, emplea siempre tu mano activa. Pero si se trata de signos bimanuales de mano pasiva, emplea los mismos símbolos según el eje natural de simetría vertical. Si un signo de mano activa se orienta o se dirige hacia la derecha (y), ese lugar corresponde en la mano pasiva a la izquierda. Del mismo modo, el lugar lateral alto ab está para la mano activa a la derecha del tronco y para la pasiva a la izquierda. Esto corresponde al sentimiento de los propios signantes, que saben que la simetría es una de las características espaciales más importantes de su lengua. • Tienes que tener en cuenta también que la orientación de una configuración es la de la mano, no la de los dedos; por eso conviene a veces desplegar la articulación de los dedos para «volver» a la configuración abierta de la palma (o, ò) de la mano, y entonces observar su orientación. Por ejemplo, mira cómo la orientación de caja (en su comienzo), de contacto y de hierro son la misma: FOTO 167

FOTO 168

FOTO 169

Caja

contacto

hierro

sm. ò-sh òmi

sp ib

sx öb

La escritura de estos ejemplos es muy interesante: • son tres signos bimanuales de dos manos activas, simétricos • el segundo (contacto) se realiza con punteo (sp) y el tercero (hierro) con golpe (sx)

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• el lugar no hace falta escribirlo al ser el central natural en los signos bimanuales (‘regla de simplificación del lugar central’). • Así pues, tras el espacio en blanco del signo bimanual se escribe directamente la configuración Q (i, y ö). En contacto y en hierro se añade el símbolo de la repetición b. En caja señalamos con el punto la separación de las manos en el lugar central. Ahora observa la orientación de la mano, abriéndola si es necesario. Es la misma. Como vimos en la lección 1, esta orientación (la de la mano en continuidad con el brazo cuando éste está flexionado en la posición de «pistola»), por una regla de simplificación de O (‘regla de simplificación de la orientación de me’) se considera también natural, y no se escribe. ¡Los signos están escritos casi completamente! Falta señalar el movimiento. Al estudiar en esta lección el sistema de orientaciones O, entenderás mejor esta regla —y podrás escribir todas las orientaciones. Aunque las orientaciones, como hemos visto y repasaremos, no se escriben en esa ubicación, son importantísimas en la escritura porque gracias a ellas la mayoría de los lugares del espacio lateral no hace falta escribirlos: como vimos también en la lección 1, empleamos en este sistema de escritura otra regla de simplificación de los lugares L (‘regla de simplificación de los lugares laterales’). Esta regla dice que hay lugares L del espacio lateral que no necesitamos escribir, basta con la orientación O –cuando la mano está en continuidad natural con el brazo. Es muy importante por lo tanto escribir bien estas orientaciones para que podamos leer bien también el lugar L que se les asocia y que no se escribe. Vamos a ver a continuación los símbolos de la escritura de las distintas orientaciones. El símbolo que utilizamos siempre para empezar a escribir las orientaciones es el de una m, que escribimos inmediatamente después de las vocales de Q; a esta m le siguen una o dos vocales que especifican la orientación de que se trata. La primera vocal es la del lugar del modelo de proyección: ILUSTRACIÓN 7

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Ángel Herrero

Para entender bien el uso de esta primera vocal de las Orientaciones tienes que tener en cuenta lo que te hemos dicho antes: la orientación es la de la palma de la mano abierta (si tienes dudas, «desarticula» el signo). Ahora bien, además tenemos que diferenciar a dónde apunta la mano. Fíjate, el signo idea se orienta (abre la mano plenamente para verlo más claro) como contacto o hierro, hacia la izquierda FOTO 170

idea

t.iäla pero apunta hacia arriba, mientras que la mano abierta de contacto y la de hierro apunta hacia el frente. Pues bien, recuerda esta regla de escritura: Con la primera vocal representamos hacia dónde apunta la mano abierta, con la segunda hacia dónde se orienta la palma de esa mano abierta, y si esa orientación es la «natural» (la mano en continuidad natural con el brazo) entonces sólo escribimos la primera vocal. Escribimos por eso ma cuando la mano abierta de la configuración está apuntando a arriba, con la orientación «natural», como en conferencia , madre, o en idea: FOTO 171

FOTO 172

FOTO 173

conferencia

madre

idea

öma...

vn.èìma...

t.iä(ma) ...

¿Por qué eliminamos (ma) en el caso de idea? Recuerda: por la otra regla de simplificación de Orientaciones, las de los signos que se hacen sobre el cuerpo cuando la mano se orienta de forma natural hacia él (orientado su palma hacia

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

el cuerpo: ‘regla de simplificación de las orientaciones hacia el cuerpo’). En idea la palma de la mano se orienta hacia el cuerpo y por eso la orientación no hace falta escribirla; en cambio en madre no es así, y debemos escribirla. En estos ejemplos la mano apunta arriba, pero además la palma «no está girada», está en su posición más natural. Por eso escribimos sólo la vocal a, y la orientación la representamos por ma, sin ninguna otra vocal (posición natural). Pero la palma, apuntando hacia arriba (ma) en su posición natural, puede «girar» y orientarse hacia el signante (como en el comienzo de ayer), que «ve la palma», hacia el receptor (como en mirar) y el signante «ve el dorso», e incluso hacia la derecha (como en apuñalarme). En esos casos añadimos la segunda vocal, respectivamente +a, +u, +y, y tenemos las tres orientaciones maa, mau, may. FOTO 174

FOTO 175

FOTO 176

ayer

mirar

apuñalarme

hm.òmaapb

jeimauwe

y. ömayx

De forma análoga al caso de ma, empezamos a escribir la orientación con me cuando la mano extendida de la configuración está apuntando al frente, como en hermanos, lingüística, o abrir (una puerta con llave): FOTO 177

FOTO 178

FOTO 179

hermanos

lingüística

abrir p.

Sp emeub.

swe vmaeme

aëmeucre

Ahora mira: en estos tres ejemplos todos apuntan al frente, pero ¿tiene alguno la mano orientada de forma natural, es decir, en continuidad con el brazo? Sólo una: lingüística. La orientación de este signo es pues sólo me. No

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Ángel Herrero

hace falta añadir nada más a esta orientación. En el caso de hermanos y de cerrar sí tendremos que añadir otra vocal para especificar la orientación no natural (en estos casos la u, porque la mano se gira dejando al signante ver el dorso). Cuando el lugar lateral se simplifica por ser natural (el lugar eb, en la posición de «pistola», como ya sabemos) los signos empiezan a escribirse por la configuración Q (como cerrar). Pero esa ubicación eb tiene otra regla, a la que ya nos hemos referido, que simplifica la orientación también cuando es la «natural», como en pistola por ejemplo: FOTO 180

Pistola

(eb)e(me)l En este caso ni siquiera la orientación (me), que es la misma de lingüística, hace falta escribirla. Hay que escribirla en lingüística porque su lugar no es el natural (es la comisura de los labios, vm en la mano activa), pero no en pistola porque el lugar L es en este signo el natural y la orientación también. Los signos realizados en el lugar y con la orientación de pistola son muy simples: hay que escribir Q pero ni L, ni C (pues no estamos en ningún lugar del cuerpo), ni O. Normalmente la mano está en continuidad con el brazo. Como sabemos por las reglas de simplificación, si el lugar L es eb, no hace falta escribirlo. Tampoco hace falta escribir, por otras reglas de simplificación, la Orientación natural (me), como vimos en el ejemplo de pistola. Pero si la orientación es otra, entonces estas dos reglas de simplificación se suspenden; es lo que sucede en signos como próximo: • • • • •

el lugar L es eb C no se escribe por ser L lateral Q es ò O es mi, y hay que escribirlo Como veremos, tiene D (cea)

FOTO 181

proximo

ebòmicea

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

En este caso, si no escribiéramos el lugar (eb), no podríamos leer bien el signo. Entre el lugar L y la orientación O hay sin duda una profunda relación, que se muestra en estas dos reglas de simplificación de Orientaciones (una con los L del cuerpo hacia los que se orienta naturalmente, y la otra en el lugar L eb del espacio lateral, cuando es la natural me). La mano en su orientación me también puede «girarse», como estamos viendo, lo que representaremos con una segunda vocal a, u e y. Pero vamos a ver cómo escribimos el resto de orientaciones por el modelo de proyección (las primeras vocales), antes de pasar a tratar las segundas vocales en todas ellas: Así pues, escribimos: mi (y solo mi) para los signos en los que la mano extendida apunta a la izquierda y se orienta de forma natural (como en todos los días) mo (y sólo mo) para los signos en los que la mano extendida apunta al signante y se orienta de forma natural (como en dame) mu (y sólo mu) para los signos en los que la mano extendida apunta hacia abajo y se orienta de forma natural (como carretera) my (y sólo my) para los signos en los que la mano extendida apunta a la derecha y se orienta de forma natural (como en tenis) FOTO 182

FOTO 183

FOTO 184

FOTO 185

todos los días

dame

carretera

tenis

shl emiwroheb

elaëmocoa

sm òmudaho

ybömyceu

Esperamos que hayas comprendido el empleo de la primera vocal, a partir del modelo de proyección que hemos utilizado. Ahora debes intentar retener la regla de empleo de las segundas vocales. Es ésta: • Se emplea como segunda vocal a si la palma se orienta hacia arriba (en mea, mia, moa y mya) o hacia el signante (en maa). Es decir, el signante ve la palma de la mano.

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Ángel Herrero

• Se emplea como segunda vocal u si la palma se orienta hacia abajo (en meu, miu, mou y muy) o hacia el receptor (en mau). Es decir, el signante ve el torso de la mano. • Se emplea como segunda vocal y en la orientación inversa a la natural, cuando la palma se orienta hacia la derecha (may, mey, muy) o hacia el receptor (en miy), la izquierda (en moy) o hacia atrás (en myy). Vamos a ver ejemplos de todas las orientaciones que aún no hemos reproducido. La orientación me se reorienta como mea: FOTO 186

comparar

FOTO 187

sl ebòmeawa

parecido

aëmeagrol

como meu: FOTO 188

patinar

FOTO 189

sl òmeuweyb

quedar

sm òmeupu

como mey: FOTO 190

separar

sc òmeywy

FOTO 191

aparta

olòmeywy

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

La Orientación mi se reorienta como mia: FOTO 192

sopa

FOTO 193

sòmia òmiawa

hambre

stömiazy

como miu: FOTO 194

mañana

FOTO 195

yòmiucrep

padre

fèìmiu-ch

Como miy: FOTO 196

América

FOTO 197

f.omiy-alemau

suspender

olamiywu

La orientación mo se reorienta como moa: FOTO 198

nosotros dos

ol2moadaheb

FOTO 199

pedirme

elòmoacoa

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Ángel Herrero

Como mou: asco

FOTO 200

FOTO 201

th.omoup

mirarme

eleimouwo

Como moy: jubilarse

FOTO 202

FOTO 203

n.eimoy-èì

atreverse

sm remoydahe

La orientación mu se reorienta como mua: fútbol

FOTO 204

FOTO 205

sòmi òmuafahopb

andar

obeimuaqe

Como muu: FOTO 206

bolos

ömuule

FOTO 207

golf

sj ubömuuwe

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

Como muy: cerezas

FOTO 208

FOTO 209

r.eimuydahb

pelo largo suelto

r.omuywu

La orientación my se reorienta como mya: bombilla

FOTO 210

FOTO 211

abómyacreb

camarero

abòmya

Como myu: alas

FOTO 212

FOTO 213

sm òmyufahob

sl ubòmyuwa

Como myy: FOTO 214

pingüino

hacia la derecha

elòmyywy

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Ángel Herrero

Estas son todas las orientaciones que empleamos para los signos (palabras) de la LSE. Los recordarás fácilmente si tienes en cuenta el valor de la primera y de la segunda vocal (hacia dónde apunta la mano, hacia dónde se orienta la palma). Como ocurre con el resto de fonemas de las lenguas, la realización no es rígida. Podemos variar relativamente la dirección a la que apunta la mano y la orientación de la palma, pero los valores distintivos son los que acabamos de ver. Otra cosa es que en las oraciones, cuando los signos entran en relación unos con otros, expresemos ciertas relaciones gramaticales con orientaciones también gramaticales. Son unas pocas, y las recordarás también con facilidad cuando las estudiemos en la última lección. En esta lección hemos ido viendo ejemplos de muchos signos, con L, Q y O diferentes. En la lección 1 señalábamos que además de la configuraciones Q en la LSE se emplean, como en todas las lenguas de signos, configuraciones dactilológicas y configuraciones numéricas. Como te dijimos, estas configuraciones se representan con la letra mayúscula (Z, E, M, etc.) y con el número (3, 5, 2, etc.), respectivamente. Pues bien, en estos casos las configuraciones siempre se realizan en el mismo lugar (ab) y con la misma orientación (normalmente mau —aunque esta puede variar de unas zonas a otras). Por eso estos signos se representan sólo con la letra mayúscula o el número. Ahora bien, si la letra o el número se han incorporado a un signo (como en verde o en pasan cuatro personas), entonces sí hay que representar los fonemas necesarios de Lugar y de Orientación. Es lo que ocurría en el ejemplo 198, nosotros dos. Hemos avanzado ya mucho. Antes de proseguir con los fonemas siguientes, que son los del movimiento, vamos a realizar contigo algunos ejercicios de escritura de signos para acostumbrarnos al orden S LCQODF y a los símbolos que ya hemos estudiado: L C Q y O.

FOTO 215

no hay

• el lugar L es el lateral ab, pero como la mano está en continuidad con el brazo, ese L lateral no se escribe • C no hay porque el L no es el cuerpo • Q es, al comenzar el signo, la configuración ò • O es la natural, ma • En esa posición, realizamos la F de abatimiento, fahe • Escribimos: òmafahe

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FOTO 216

Alicante

FOTO 217

robar

FOTO 218

hablar

FOTO 219

hombre

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• • • •

el lugar L es el del cuerpo km C sí que hay, por lo tanto no se escribe el punto Q es, al comenzar el signo, la configuración aei O no es la natural del cuerpo (la mano no se orienta hacia el cuerpo). Hay que escribirla: mau • Realizamos abatimiento de dedos y repetición, feheb • Escribimos: kmaiemaufeheb

• • • • •

el lugar L es el lateral natural eb. No se escribe C no hay, porque L no es el del cuerpo Q es, al comenzar el signo, la configuración o O no es la natural. Hay que escribirla: meu Realizamos la F de cierre sucesivo de dedos hacia el signante, lso • Escribimos: omeulso

• • • •

el lugar L es el del cuerpo v C no hay, y se escribe el punto Q es, al comenzar el signo, la configuración ei O no es la natural del cuerpo (la mano no se orienta hacia el cuerpo). Hay que escribirla: meu • Realizamos la F de movimiento alterno de dedos y repetición, qb • Escribimos: v.eimeuqb

• • • •

el lugar L es el del cuerpo t C no hay, y se escribe el punto Q es la configuración a O es la natural del cuerpo (en caso de escribirla: ma) • Realizamos la F de giro de 90° por la muñeca, cr, en sentido contrario al reloj, cro, y con repetición: crob • Escribimos: t.acrob

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Ángel Herrero

EJERCICIOS 1. Escribe la orientación inicial de los siguientes signos (si son bimanuales de mano pasiva como lugar, escribe también su orientación) y aplica las Reglas de simplificación de orientaciones (poniéndolas entre paréntesis): leer

de acuerdo

silla

embarazada

idea

chófer

rojo

espada

ver

blanco

delgado

exacto

preparar

novio

avión

contacto

cosa

carta

pagar

mesa

noticias

polvo

subtítulos

madre

copiar

CNSE

esconderse

bilingüismo

alto

objetivo

2. Lee las orientaciones (manualmente) de los siguientes signos: sm aeimauldo omeulso t.émaupb sc òcreb fiämaul olamiywu

thaezub ch.upb sm yna

chomaq v.amawob o’amacao

sl aëcealb t.ôwywrahe kmezub

3. Separa, en los signos escritos anteriores, los distintos fonemas de bimanualidad, lugar, contacto, configuración y orientación, poniendo entre paréntesis los que se suprimen por reglas de simplificación. Por ejemplo: chomaq bimanualidad lugar contacto configuración orientación ch o ma sm yna bimanualidad lugar contacto configuración orientación sm yn a (maa) 4. Busca ejemplos de signos que sólo contrasten en la orientación (me/meu, mau maa/, ma/me, miu/mi, etc.). Por ejemplo: no hay/ven (ma/meu).

Lección 6 LOS SÍMBOLOS DEL MOVIMIENTO. EL MOVIMIENTO DIRECCIONAL D

Vamos a estudiar en esta lección y en la siguiente los símbolos de movimiento D y F, con los que se completa la escritura de los signos: S LCQODF Con ellos podremos escribir los signos ‘dinámicos’, que realizan algún cambio sistemático de los Lugares, de las configuraciones Q y de las Orientaciones con que se inicia el signo. A esos cambios sistemáticos les llamamos Direcciones de movimiento y Formas de movimiento interno. En la lección 1 te explicábamos que hay signos bisilábicos, y que en ellos hay también cambios. Pero los cambios producidos en un signo monosilábico son los previstos por los tipos de D y de F que vamos a estudiar. Decimos que están previstos porque basta con escribir estos D y F para saber cuáles son los lugares, las configuraciones o las orientaciones resultantes. Por el contrario, los cambios de los signos bisilábicos no están previstos y hay que especificar los nuevos L, Q o O que resultan. Los fonemas D y F no son obligatorios, porque hay signos que no tienen ningún cambio (los que escribimos LCQO); hay signos que sólo tienen D (escribimos LCQOD), o sólo F (LCQOF); y hay por último signos que tienen ambos (LCQODF). Además, como ya sabemos, dos D distintas implican siempre que el signo es bisilábico; en cambio, dos F pueden realizarse simultáneamente en el mismo signo (y muchas añaden repetición, que es una F).

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Ángel Herrero

La Dirección de movimiento y la Forma de movimiento interno se realizan sobre una configuración Q ubicada en un lugar L con una orientación O, pero pertenecen a la articulación del mismo signo, son la parte final de la sílaba. Los signos monosilábicos de la LSE, que como te decíamos son la inmensa mayoría, pueden ser estáticos o de sílaba abierta (LCQO), o bien dinámicos o de sílaba cerrada (LCQOD, LCQOF, LCQODF). Hay muchos más signos dinámicos que estáticos en la LSE. Algunos de los signos estáticos típicos en la LSE son: • los ostensivos corporales, como nariz, ojo, etc. • los plenamente icónicos, como gafas • algunos emblemáticos, como silencio En cuanto a los signos dactilológicos y numéricos, los escribimos con la letra o el número correspondiente, sin especificar lugar, orientación, ni movimiento. FOTO 220

FOTO 221

FOTO 222

FOTO 223

nariz

ojo

gafas

silencio

ze

je

sm jáéma

vema

Vamos a estudiar ahora los dos símbolos del movimiento D y F que tenemos que emplear en los signos dinámicos, es decir, en la mayoría de los signos. Lo primero es distinguirlos claramente. El símbolo D representa movimientos direccionales, es decir, movimientos en los que la mano, sin cambiar de configuración Q ni de orientación O, cambia su L de partida debido un movimiento normalmente recto, como en semana, o curvo, como en superior (a veces, en los movimientos curvos, la propia dirección hace variar la orientación): FOTO 224

semana

ilameuwy

FOTO 225

superior

o’amacao

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

El símbolo F representa cambios sistemáticos de configuración Q (como en blando, por extensión parcial de los dedos de ô), o de orientación O (como en morir, por giro de la muñeca). Dos distintas Formas de movimiento pueden realizarse simultáneamente (como en muy parecido, por extensión de dedos y giro de muñeca al mismo tiempo). Veremos los cambios por Forma de movimiento en la lección siguiente, aunque algunos de sus símbolos van a aparecer ya en esta lección, como verás. Cuando un signo tiene Dirección y también Forma de movimiento, estos dos cambios se realizan simultáneamente (como en conferencia, con dirección recta y extensión de dedos). Si no son simultáneos sino sucesivos, el signo es bisilábico y los escribimos en el orden en que se producen, separados por un guión (como en espada): FOTO 226

conferencia

ömale

FOTO 227

espada

aëmeugre-we

Vamos a estudiar ahora el símbolo D. Como hacemos con las orientaciones (que empezaban por la letra m y seguían con una o dos vocales), los movimientos direccionales se simbolizan también por una letra consonante (que indica el tipo de movimiento direccional) seguida de una o dos vocales (que indican la dirección según el modelo de proyección). La mayoría de los movimientos direccionales son rectos. El símbolo básico del movimiento recto es la w, que es el que empleamos cuando el movimiento es de línea recta en el aire (como en semana o en conferencia). Es muy importante que recuerdes bien este símbolo. Le añadiremos las vocales de dirección, como vamos a ver. Pero empleamos símbolos específicos de Dirección para otros movimientos también rectos que van acompañados de alguna forma de movimiento (y les añadiremos también las vocales de dirección): • z para movimientos rectos con rozamiento de la mano sobre el cuerpo (desear) • zp para movimientos rectos, normalmente breves, con rozamiento puntual de la mano sobre un lugar del cuerpo (mentira)

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Ángel Herrero

• s para movimientos rectos en los que la dirección serpentea (serpiente) • k para movimientos rectos, normalmente breves, en los que la mano activa atraviesa a la derecha (transparente) • b para signos que se repiten una vez en una dirección (privado) • r para signos que se repiten varias veces en una dirección (palabras) FOTO 228

FOTO 229

FOTO 230

desear

mentira

serpiente

ynòzy

km. émazpe

olemese

FOTO 231

FOTO 232

FOTO 233

transparente

privado

palabras

somia eimeuke

yn.amiupby

abéámypry

Salvo w y s, los otros símbolos son de hecho símbolos de Forma de movimiento (z, zp, b, r y otros que veremos en la próxima lección) que se producen al mismo tiempo que el movimiento direccional. Son símbolos DF abreviados, por una regla de escritura que vamos a llamar ‘regla DF’. También empleamos muchos de ellos en los signos bimanuales simétricos que realizan movimiento recto (sw, ss) o formas de movimiento entre las dos manos (sz). Es importante que comprendas bien esta regla de escritura. Cuando algunas formas de movimientos (el rozamiento, el roce puntual, la repetición simple, la repetición múltiple, pero también la flexión/extensión de dedos, como veremos en la lección siguiente) se realizan de forma direccional, en lugar de escribir w + las vocales de dirección + el símbolo F correspondiente (z, zp, r, etc.), escribimos D y F de forma unificada añadiendo directamente al símbolo F las vocales de dirección (y escribimos ...zi y no ...wiz) W + vocales dirección + F = F + vocales dirección

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Así, un signo que termina en b se repite en el mismo lugar, pero si termina en ba, o en be, etc., la repetición se hace en una dirección. Como vimos en la lección 3, empleamos las ‘vocales’ del modelo de proyección para representar direcciones. Son las vocales de dirección. Los movimientos rectos normalmente se realizan con alguna de las seis direcciones del modelo de proyección. En este caso, que es el normal, añadimos al símbolo de D (w, s) o de DF (z, b, etc.) la vocal del modelo: • • • • • •

wa za ba, etc., para movimientos rectos hacia arriba we ze be, etc., para movimientos rectos hacia el frente wu zu bu, etc., para movimientos rectos hacia abajo wo zo bo, etc., para movimientos rectos hacia atrás o el signante wi zi bi, etc., para movimientos rectos hacia la derecha (mano derecha) wy zy by, etc., para movimientos rectos hacia la izquierda (mano derecha)

Los ejemplos que acabamos de reproducir escriben por ello su DF como ...zy, ...zpe, ...se, …ke, ...by, ...ry. Al final de la lección te pondremos ejemplos de casi todos los tipos. Decimos de «casi todos» porque no todas las posibilidades se realizan en la LSE. Como te hemos dicho, la mayoría de los movimientos direccionales rectos se realizan en una de esas seis direcciones; pero a veces, los movimientos son diagonales. En este caso, como en el de los movimientos curvos, debemos emplear una segunda vocal. Pero el sistema es muy sencillo. Te lo vamos a explicar a continuación, aunque lo veremos con más detenimiento en la última lección, la 11. Para los movimientos rectos completamos el modelo de proyección con las diagonales del espacio central:

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El plano central frontal los hemos desarrollado desdoblando a ambos lados los dos lugares centrales extremos (a y u), con las letras i o y según el punto esté a la derecha o a la izquierda de ese punto central (ai a ay, ui u uy); la distancia de esa derecha e izquierda es la que corresponde más o menos a la de los hombros derecho e izquierdo, formando una especie de pizarra cuadrada de la signación, que puede abatirse en el plano horizontal (ei e ey). El eje de los dos planos se sitúa en los lugares il y ob, y las direcciones respectivas de ese eje llevan como única vocal i o y; pero hemos aprovechado también el desdoblamiento más corto de o para dos posiciones que a veces se dan (oi oy) y simbolizamos el centro por una doble o oo, para diferenciarlo de la dirección hacia atrás (wo). Visualizamos algunas de estas direcciones:

Ahora podemos escribir un signo cuya movimiento, a partir de un lugar L, se dirige a cualquiera de esos puntos, de forma muy sencilla: wai, wey, roo, etc. La mayoría de estas direcciones se emplean por razones gramaticales, por ejemplo en le dije, mirar hacia alguien más alto, etc..., como veremos en la lección 11; pero también hay algunos signos que como palabra aislada hacen uso de ellas, como venir, tirar, etc. (la razón lingüística es que estos signos incluyen un valor deíctico: venir es venir aquí, tirar es tirar allí, etc.): FOTO 234

FOTO 235

FOTO 236

FOTO 237

.....le dije....

.....le miré....

venir

tirar

vewei

jeimeuwai

éímawoo

olömeuluy

Escritura alfabética de la lengua de signos española

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Las dos vocales, que en los movimientos rectos no se usan muchas veces, son obligatorias en los movimientos curvos. ¿Qué sistema empleamos para representar estos movimientos? Mira los gráficos y observa cómo la primera vocal sigue indicando la dirección según el modelo de proyección y la segunda vocal indica la orientación de la curvatura:

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Ángel Herrero

Creemos que con estos gráficos es suficiente. Prueba a hacer tú los restantes. Vamos, para finalizar esta lección, a ver algunos ejemplos de direcciones rectas básicas y otros ejemplos de algunas direcciones curvas. Direcciones rectas:

FOTO 238

FOTO 239

FOTO 240

arriba

parar

tren

emawa

òmauwe

br.ömillri

FOTO 241

FOTO 242

FOTO 243

pero

abajo

derecha

sm òmauwo

ebemuawu

elòmeywy

FOTO 244

FOTO 245

FOTO 246

vergüenza

sucio

gato

khíáza

kmòmauze

brózy

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 247

FOTO 248

FOTO 249

orgullo

costumbre

calor

kmòazo

kmezub.

fizy

FOTO 250

FOTO 251

FOTO 252

no poder

explicar

revista

yózpub

soma omezpe

sòmia izpib

FOTO 253

FOTO 254

FOTO 255

sentir

otra

transparente

yn.âemiuzpub

se. ezpyb.

somi eimeuke

FOTO 256

FOTO 257

FOTO 258

río

crisis

dactilología

sse. ò

sema ésu

o’ámaullry

96

Ángel Herrero

Direcciones curvas: FOTO 259

FOTO 260

FOTO 261

superior

consecuencia

nacer

o’amacao

sm emicea

sòmiu. ômeaceu

FOTO 262

FOTO 263

FOTO 264

prioridad

oscuro

balón

sa. acey

smh omacial

sc omeucuyp

FOTO 265

FOTO 266

FOTO 267

mi turno

volver

aparcar

y.Tmacoap

sm o’ameucue

sòmeu. òmeucoy

FOTO 268

FOTO 269

FOTO 270

cartel

claro

cansado

sm abamecuo

sc omaucya

umeucuycre

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

EJERCICIOS 1. Escribe la dirección de los siguientes signos (si son bimanuales de dos manos activas, escribe la dirección en la bimanualidad): desear

abajo

comprender

costumbre

idea

pasillo

empezar

bóveda

ver

blanco

delgado

exacto

darme

novios

avión

mesa

cosa

autoestima

recordar

pensar

2 Lee las direcciones (manualmente) de los siguientes signos: thaezub ch.upb khíáza

o’amacao v.amawob sc omaucya

ilameuwy ynòzy kmezub

ömale éímawoo olamiywu

sb aeicya sse. ò vewei

3. Separa, en los signos escritos anteriores, los distintos fonemas de bimanualidad, lugar, contacto, configuración, orientación y dirección de movimiento. Señala los lugares y orientaciones que se simplifican. 4. Señala en los distintos signos del texto siguiente los símbolos de las direcciones de movimiento: Vôle sòmi ômeazal, raëg t.amacrob sòmia oli. 1macre, ye ynòzy swe ve-wy eämeadohb? Vôle sl aeyléíwoo olepui 1mauwu Sm r.òp Omauwruhob Sz owroheb Ynëacrop.

Lección 7 LAS FORMAS DE MOVIMIENTO F

Como hemos visto en la lección anterior, los cambios en un signo se deben a los movimientos direccionales D y a lo que venimos llamando Formas de movimiento. Las Formas de movimiento son cambios de configuración Q, de orientación O, o pequeños movimientos en el mismo lugar L. Como vimos, los signos con D o con F son signos dinámicos. Si un signo dinámico tiene D (cambia su L) y también F (cambia su Q y/o su O), DF se realiza simultáneamente. Esta es la razón por la que podemos añadir la vocal de dirección a F, como hemos visto en varios ejemplos de la lección 6, donde fuimos señalando algunos de los símbolos que empleamos: z, zp, s etc. Ahora vamos a completar los símbolos de F en la LSE. Las claves para su memorización y para su uso casi automático en la escritura están exclusivamente en su práctica, pero para iniciarte en ella es importante que los clasifiquemos en grupos para así ayudarte a comprender su sistema. Vamos a distinguir dos clases de formas de movimiento: • formas direccionables: pueden darse solas, sin movimiento direccional, pero también pueden darse con un movimiento direccional simultáneo. Hay, como vamos a ver, cuatro tipos. Las podemos simbolizar como F(D) • formas no direccionables (salvo por la repetición). Son sólo F y consisten en movimientos internos de los articuladores no configurativos (la muñeca, el codo, etc.). También hay cuatro tipos.

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Ángel Herrero

Al primer grupo, al que correspondían los símbolos que hemos visto en la lección anterior, pertenecen los cuatro siguientes tipos de Formas de movimiento: • extensión y flexión: completa, parcial, o sucesiva; y de puño/de capullo • contactos dinámicos: roce, roce puntual, punteo de contacto, enlace, penetración y golpe • repetición: simple y múltiple. • temblor y alternancia Al segundo grupo, pertenecen los siguientes cuatro tipos de Formas de movimiento: • • • •

punteo en el aire giros: de la muñeca, el codo o el hombro diapasón: de muñeca, de codo o de hombro abatimiento: de nudillo, de muñeca, de codo o de hombro

Vamos a empezar con los tipos del primer grupo, el de las Formas de movimiento que admiten dirección. EXTENSIÓN Y FLEXIÓN A partir de una configuración Q con dedos cerrados (por contacto o enlace) el signo puede producir la extensión de los dedos cerrados (como en idea), y si la Q no tiene cierre de dedos puede por el contrario producirlo (como en fin). El símbolo de extensión y el de cierre completo es l cuando se producen sobre una Q con enlace (¨) o si llega a ella. Si la Q de la que se parte o a la que se llega es una Q con contacto (^), el símbolo es ld. Estas formas internas de movimiento pueden realizarse simultáneamente con un movimiento direccional; en ese caso se les añade las vocales de dirección; en los ejemplos, a y o respectivamente: FOTO 271

idea

t.iäla

FOTO 272

fin

sm aeildo

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

Tanto en el caso de configuraciones enlazadas como en contacto, el cierre puede ser parcial, como en aprender y disminuir, en cuyo caso los símbolos son respectivamente ll y lld: FOTO 273

aprender

FOTO 274

sm omaullob

disminuir

aemaulldu

Por último, la extensión y la flexión pueden realizarse de forma sucesiva, dedo a dedo, como en robar y ¿cuánto? Empleamos el símbolo ls (y añadimos si hay dirección la vocal correspondiente): FOTO 275

robar

FOTO 276

omeulso

¿cuánto?

ebömils

Fíjate que cuando el signo no se mueve direccionalmente, como en ¿cuánto?, no sumamos la vocal de dirección. Lo hacemos en robar. También en edificio hay movimiento simultáneo hacia arriba, por lo que hay que añadir la vocal a, pero lo hacemos directamente en el signo bimanual: FOTO 277

edificio

Slsa ömi

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Ángel Herrero

Ya te habrás dado cuenta de que empleamos los mismos símbolos para la extensión y la flexión (sólo hay que distinguir el tipo de cierre y el cierre parcial). Esto es así porque a partir de una Q siempre sabemos si lo que se va a producir es extensión (si la Q de partida tiene cierre) o cierre (si la Q de partida es abierta). CONTACTOS DINÁMICOS Las manos pueden entrar entre ellas o con el cuerpo en un contacto que no es el contacto inicial C con el que una Q toca una parte del cuerpo, sino otros contactos que se producen con movimiento. Son Formas de movimiento, y por eso los llamamos contactos dinámicos, y son con frecuencia direccionales, en cuyo caso, como te venimos repitiendo, se les añade la vocal de dirección. Son los siguientes: • el roce continuo de una mano sobre la otra o sobre cualquier parte del cuerpo. Su símbolo es z (si es de las dos manos simétricas entre ellas, lo simbolizábamos con sz ...). Por ejemplo, en encantado. Aquí el movimiento de roce no es direccional, sino circular, como suele serlo entre las dos manos (lengua de signos). Pero con frecuencia el roce es direccional, como en el ejemplo que ya hemos reproducido: desear. • el roce puntual. La configuración Q activa pasa rozando una parte del cuerpo. Su símbolo es zp, como en mentira. Siempre es direccional. • el enlace por la mano activa de una parte de cuerpo. Su símbolo es g, como es el caso de mujer. Pueder ser bimanual (las dos manos enlazadas), lo que simbolizábamos por sg, y direccional (me lleva de la mano: sge) • el punteo hacia el cuerpo; en este caso, la configuración Q puntea sobre un lugar del cuerpo hasta tocarlo. Su símbolo es p, y normalmente no es preciso señalar la dirección, pues se suele puntear en una dirección natural hacia el lugar corporal L previamente escrito. (En los signos bimanuales simétricos, si son las manos las que puntean una con la otra, como en besarse, lo simbolizamos por sp). Por ejemplo, picar. • El golpe de Q sobre el lugar L del cuerpo. Su símbolo es x (En los signos bimanuales simétricos lo simbolizamos por sx ...). Si la mano activa golpea sobre la pasiva, hay que señalar la dirección, como en tope, o en trabajo. Si la mano golpea un lugar del cuerpo en la orientación natural, como en torpe, no es necesaria la vocal de dirección. • La penetración de Q (normalmente de sus dedos extendidos) en una parte del cuerpo (como en la boca), o por los dedos de la mano pasiva, como en transparente. En este caso es direccional. Su símbolo es k:

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 278

FOTO 279

FOTO 280

encantado

mentira

picar

stoz

km. emauzpe

km.âep

FOTO 281

FOTO 282

FOTO 283

mujer

torpe

transparente

reâg

f.öx

somi. eimeuke

LA REPETICIÓN Hay muchos signos que se realizan siempre con una repetición binaria de una Forma de movimiento. Por ejemplo, difícil. La representamos con una b. La repetición binaria es en muchas ocasiones una forma que tiene la lengua de signos para fijar bien esa Forma de movimiento (en este caso el golpe x). Su escritura es obligatoria. Pero a veces los signos se repiten varias veces, no dos, como en llover, construir, pensar, etc. La repetición múltiple la simbolizamos con una r. La repetición binaria y, sobre todo, la múltiple, además de formar parte de los signos como palabras, sirven para expresar valores gramaticales, como el número, el aspecto, o algunos cambios de categoría, como veremos en las lecciones 10 y 11. Si la repetición (binaria o múltiple) se realiza en el mismo lugar L del signo, sólo escribimos los símbolos b o r. Si la repetición se realiza en alguna dirección, desplazando el lugar sucesivamente, añadimos la vocal direccional (como en privado).

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FOTO 284

Ángel Herrero

difícil

FOTO 285

ch.émaxb

privado

yn.amiupby

EL TEMBLOR Y LA ALTERNANCIA Terminamos los tipos de Formas de movimiento direccionables con estas dos formas que no hay que confundir: el temblor a que sometemos la configuración de algunos signos, como duda, o árbol, por una parte, y el movimiento alternativo de los dedos, como en hablar. Los dos son direccionables, como en bosque y andar.

FOTO 286

árbol

FOTO 287

omat

FOTO 288

bosque

ste euma

hablar

v.eimeuq

FOTO 289

andar

obeimuaqe

No los confundas: el temblor también afecta a los dedos pero no sólo a ellos, mientras que la alternancia es sólo de los dedos: compara bosque y césped.

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

césped

FOTO 290

sqe ebomaa

Vamos a ver ahora el segundo grupo de Formas de movimiento, las no direccionables. Recuerda los tipos: • • • •

Punteo en el aire giros: de la muñeca, el codo o el hombro. diapasón: de muñeca, de codo o de hombro abatimiento: de nudillo, de muñeca, de codo o de hombro

Estas formas son estáticas siempre, aunque pueden repetirse en determinada Dirección; por ejemplo, podemos repetir un punteo como el de palabra varias veces hacia la derecha, para significar palabras en plural, pero se trata de un movimiento que no es continuo, como el de persona o el de personalmente:

FOTO 291

FOTO 292

FOTO 293

FOTO 294

palabra

palabras

persona

personalmente

abáémyp

abáémypry

abáémywu

yáézu

Acabas de leer el símbolo del punteo, p. Esta Forma de movimiento no está normalmente marcada direccionalmente porque suele estar orientada en el sentido de la configuración (como en palabra) o en el sentido del cuerpo (como en picar):

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Ángel Herrero

FOTO 295

picar

km.âep Nuestro sistema de escritura permitiría sin embargo escribir punteos direccionalmente marcados, que a veces se producen por razones gramaticales. LOS GIROS Este tipo de Formas de movimiento, muy empleadas en la LSE, consisten en rotaciones de la configuración Q del signo sobre el eje de un articulador no configuracional (la muñeca, el codo o el hombro). Fíjate en la diferencia con el movimiento Direccional curvo, en el que la configuración se desplaza de un lugar L a otro, mientras que en las rotaciones el movimiento es «sobre sí». Compara: FOTO 296

superior

FOTO 297

o’amacao FOTO 298

dáselo

elaëcya

telefonear (ant.)

r.aëmiuwrahe FOTO 299

llave

aëmeucreb

En la LSE, se emplean tres tipos o grados de rotación interna: de 90° (como en llave, que acabamos de ejemplificar); de 180° (como en casi igual); y de 360° (como en practicar). Simbolizamos estas F con las letras cr, gr, y wr respectivamente.

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 300

casi igual

FOTO 301

aëmeagrol

practicar

sm ömawraho

Si la rotación consiste en giros completos, después de wr tenemos que escribir el símbolo del articulador, pues hay giros hechos con la muñeca, otros con el codo, y otros con el hombro; también en las dos restantes Formas de movimiento no direccionables (diapasón y abatimiento) hay que marcar tras su símbolo, que veremos luego, el símbolo del articulador que emplean. Estos son los símbolos de los articuladores de Formas de movimiento: • • • •

los nudillos (casi siempre del dedo índice): eh la muñeca: ah el codo: oh el hombro: uh

Como hemos indicado, en los giros sólo actúan los tres últimos (y sólo en los giros completos). En nuestro ejemplo anterior, practicar, añadimos por lo tanto ah: sm ömawrah. Todavía falta una información necesaria para poder leer perfectamente los giros de 90°, 180° y 360°: el sentido del giro. Hay dos sentidos posibles en las rotaciones: el sentido de las agujas del reloj y el contrario. Simbolizamos estos dos sentidos con las vocales e y o respectivamente.

Practicar se escribe por fin: sm ömawraho.

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Ángel Herrero

Como ves, hay bastantes giros distintos en la LSE: dos de 90° (cre, cro), dos de 180° (gre, gro), y seis de 360° (wrahe, wraho, wrhohe, wroho, wruhe, wruho). Vamos a ver un ejemplo de cada uno:

FOTO 302

FOTO 303

FOTO 304

FOTO 305

abrir p.

cerrar

traducir

morir

aëmeucre

aëcro

sr eimiugre

òmeagro

FOTO 306

FOTO 307

FOTO 308

serpiente

vosotros

lavadora

ewrahebe

elemeuwrahob

ewroheb

FOTO 309

FOTO 310

FOTO 311

problema

limpiar

opinión

sl emauwrohob

ömauwruheb

f.ömawruhob

DIAPASÓN Y ABATIMIENTO Los articuladores no configuracionales pueden mover la configuración Q de un signo por otras dos Formas de movimiento: el diapasón (como en no), y

109

Escritura alfabética de la lengua de signos española

el abatimiento (como en ven). Los simbolizamos por las letras d y f, seguidas del símbolos del articulador (ah, eh, oh, uh) y el símbolo del sentido en que se realizan (e, o). El sentido es aquí el siguiente: • en el diapasón, hacia afuera e (como en no) y hacia dentro o (como en autorizar) • en el abatimiento, el natural e (como en ven) y el contrario o (como en pesas) • si son múltiples, a veces la orientación no se especifica (y escribimos dahb, fehb, dohb, etc.). Es el caso de no (emaudohb), pero no el de Alicante, esquiar, y otros más que veremos a continuación. Fuera de estos casos de repetición que hace indistinta la orientación del diapasón, en la LSE hay seis Formas de movimiento en diapasón orientado (dahe, daho, dohe, doho, duhe, duho) y ocho de abatimiento orientado (fehe, feho, fahe, faho, fohe, foho, fuhe, fuho). Vamos a ver un ejemplo de cada tipo.

FOTO 312

FOTO 313

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y cuarto

autorizar

confianza

emaudahe

sm ebaeidaho

sh òmiadohe

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equivocado

excavadora

esquiar

smh abeädoho

sm ebo’ameaduhe

sm eböduhob

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Ángel Herrero

FOTO 318

FOTO 319

FOTO 320

FOTO 321

Alicante

construir

ven

abrir

kmaeimaufeheb

slh èìmiufehob

òmeufahe

sc òmifaho

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FOTO 323

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más que tú

pesas

Escocia

volar

ömaufohe

sm ebömeafohob

ömafuheb

sm abòmyufuhob

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

EJERCICIOS 1. Escribe la Forma de movimiento de los siguientes signos: desear

orgullo

comprender

costumbre

idea

blando

flor

qué

opinión

espada

pegar

casualidad

contestar

romper

acuerdo

práctica

minuto

autoestima

recordar

pensar

2. Lee las Formas de movimiento (manualmente) de los siguientes signos: thaezub somia ót kmezub

sòmia. eidahr ömale obeimuaque ch.upb chomaq òmafaheb

t.émaupb ynòzy elb

khíáza elemeuwraho sl öduhb

3. Separa, en los signos escritos anteriores, los distintos fonemas de bimanualidad, lugar, contacto, configuración, orientación, dirección de movimiento y forma de movimiento. Señala los lugares y orientaciones que se simplifican. 4. Señala en los distintos signos del texto siguiente los símbolos de las formas de movimiento: Vôle sòmi ômeazal, raëg t.acrob sòmia oli. Ye ynòzy swe vòb ye sp òb sp ab-ebëamuadahb pnéwruheb sl eäwruheb sm r.òp. 1macre, ye ynòzy swe ve-wy eämeadohb? vôle sl aeyléíwoo olepui 1mauwu Sm r.òp Omauwruhob Sz owroheb Ynëacrop. Olepui sm r.òp Sz owroheb sl eäwruheb sm pmo’ap chiwy-iälu? Sc òamaldy Kaeimaufeheb, Sg o’ámiuwruhob Omauwrohob Re-v Ynëacrop, Y Sòma o’ámizal yn.òpb Sóma o’afehezpb. Olepui pm.ôzpub sm r.òp emeufeho 1mauwu swe eäma Sz owroheb, iâmaz; swo òmau kéág 1mauwu swoo abomiu emaudohb.

Lección 8 LOS SÍMBOLOS DE LA ORACIÓN, 1. PALABRAS CARACTERÍSTICAS DEL REGISTRO ESCRITO

Empezamos a estudiar en esta lección los símbolos que empleamos al escribir oraciones completas. Con lo que hasta ahora has aprendido, puedes escribir todos los signos de la LSE, los signos ‘sueltos’. Puedes escribir nombres como libro, adjetivos como alto, pronombres como yo, adverbios como pronto, verbos como trabajar, preposiciones como para, o conjunciones como pero. Puedes escribir todas las palabras de un diccionario, todas las «partes de la oración». Has avanzado muchísimo. Pero para escribir oraciones debes pensar en la diferencia entre un signo citado (o ‘suelto’) y un signo realmente empleado (formando oraciones con otros signos), y aprender algunos símbolos específicos más. Son pocos, pero son muy importantes para la lectura, para la comprensión de lo escrito. Y son normales en todas las lenguas. En la mayoría de las lenguas (sobre todo las que llamamos ‘lenguas flexivas’) muchas de las palabras sueltas cambian cuando aparecen en la oración, porque entonces además de expresar su significado fijo (el del diccionario) expresan las relaciones gramaticales de esa palabra con las demás. Es lo que ocurre en el español, por ejemplo, con los verbos: cualquiera de ellos (venir, hablar, tener, etc.) se realiza casi siempre en las oraciones de una forma concreta (veníamos, hablaremos, tengo, etc.) que expresa el significado del verbo y además las personas, el tiempo, etc. A veces, como en el francés, es la escritura la que añade esos símbolos gramaticales, que no se emplean en la comunicación oral (en je parle y en ils parlent, el verbo se pronuncia igual y es la escritura la que diferencia la primera persona del singular de la tercera del plural).

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Ángel Herrero

Además, y como hemos explicado en la Presentación, al escribir cualquier lengua empleamos un registro más formal que en la comunicación espontánea. La comunicación escrita es bastante diferente de la comunicación «normal», porque en la comunicación normalmente vemos al interlocutor, notamos su estado de ánimo; podemos dar a entender el nuestro mediante la expresión de la cara, del cuerpo; podemos referirnos a todo lo que está cerca de nosotros con una mirada, etc. Es decir, hay un contexto. En la escritura no hay nada de esto. Es lógico que la escritura sea diferente, porque tenemos que dar más información que en la comunicación espontánea. Si escribiéramos los signos que ya sabemos uno detrás de otro, los entenderíamos uno a uno pero el significado completo de su unión, el significado de la oración, no lo entenderíamos. Ese significado se produce con modificaciones de los signos y con signos específicos. En la escritura de la LSE nos vamos a encontrar con tres tipos: • palabras características del registro escrito • símbolos diacríticos • símbolos gramaticales En esta lección vamos a estudiar los primeros, los signos (palabras) característicos del registro escrito. En las lecciones siguientes estudiaremos los otros dos tipos. PALABRAS CARACTERÍSTICAS DEL REGISTRO ESCRITO Como hemos dicho, hay mucha información que en la comunicación espontánea se puede omitir, porque nos la da el contexto, pero que en la escritura y en la comunicación pública formal (por ejemplo en una conferencia) necesitamos hacer explícita. Los signos que empleamos para esta información son signos de la LSE y también los podemos emplear en la comunicación real, pero normalmente no hace falta. En la escritura sí son necesarios. Cuando se ha leído y escrito bastante (en cualquier lengua) normalmente estas palabras del registro escrito pasan a la comunicación real, y por eso es verdad que cuando nos comunicamos con alguien podemos notar si es una persona que lee y escribe, o no. Vamos a referirnos en esta lección a tres tipos de signos (palabras) característicos de la comunicación escrita: • signos de actitud (por ejemplo duda). • signos de aspecto verbal (por ejemplo costumbre). • signos conectores (por ejemplo, a continuación, dicho ya, etc.).

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

Como hemos dicho, estos signos son signos de la LSE que podemos emplear también en la comunicación espontánea, pero no es necesario. Por ejemplo, podemos signar duda, o costumbre, pero muchas veces lo expresamos mediante gestos: FOTO 326

FOTO 327

FOTO 328

Yo

gustar

duda

ye

thaezub

somia ót

FOTO 329

FOTO 330

Yo

gustar+duda

«no sé si me gusta»

FOTO 331

FOTO 332

FOTO 333

Yo

leer

costumbre

ye

sòmia. eidahb

km. ezpub

FOTO 334

FOTO 335

Yo

leer+costumbre

«suelo leer»

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Ángel Herrero

Otros de estos signos (como a continuación o ya dicho) también se pueden emplear en la comunicación real, sobre todo si no es espontánea sino formal (cuando estamos contando algo un poco complejo a un extraño, por ejemplo). En la escritura se emplean muchísimo. Vamos a referirnos con un poco de detenimiento a cada uno de estos tres tipos. SIGNOS DE ACTITUD Hay muchos sentimientos o estados que tenemos sobre lo que comunicamos, y que al comunicarnos espontáneamente expresamos sin necesidad de palabras: la duda, la sorpresa, el disgusto, la seguridad, etc. En las lenguas orales también podemos expresar estos sentimientos o estados con el tono, con la intensidad de la voz, con la expresión de la cara, con la postura del cuerpo, etc. En las lenguas de signos lo hacemos con la tensión muscular de la articulación, con modificaciones el movimiento, con la expresión de la cara, etc. En la escritura, estos estados y sentimientos hay que expresarlos con palabras. En la LSE los marcadores de actitud (por ejemplo sorpresa) y de modalidad del verbo (por ejemplo tener que) se usan y se escriben después del verbo (si el verbo lleva aspecto, como veremos, estos marcadores se colocan después del aspecto): FOTO 336

FOTO 337

FOTO 338

Yo

mirar

sorpresa

ye

j.eimauwey

fiämaul

con el sentido de «miré sorprendido». FOTO 339

FOTO 340

FOTO 341

Yo

estudiar

necesitar

ye

sòmia. òmixub

emaalb

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

con el sentido de «tengo que estudiar». FOTO 342

FOTO 343

FOTO 344

Yo

gustar

claro

ye

thaezpub

sm omiydohe

con el sentido de «naturalmente que me gusta», «claro que me gusta». Como ves, los signos de actitud pueden cumplir diversas funciones: adjetivo predicativo (miré sorprendido), auxiliar modal del verbo (tengo que estudiar), adverbio de oración (naturalmente que...). Pero para la escritura no es necesario que los estudiemos ahora por separado. En cuanto al orden, ya te hemos indicado su posición tras verbo y aspecto, pero éste es el orden que cualquier signante sabe que hay que seguir. SIGNOS DE ASPECTO VERBAL El aspecto es uno de los morfemas o valores morfológicos que suelen acompañar al verbo cuando se emplea en una oración; otros son la persona, el número, el tiempo... Según las lenguas, estos morfemas pueden ser palabras independientes separadas del verbo (lenguas aislantes), o bien unidas al verbo formando una sola palabra (lenguas aglutinantes), o bien pueden ser morfemas que no son palabras sino que cambian la forma del verbo (lenguas flexivas). En la lección 10 estudiaremos los valores morfológicos y volveremos a referirnos a estos tipos de morfemas. Es muy frecuente que las lenguas hagan uso de varios de estos tipos. En el español, por ejemplo, hay aspectos verbales que se expresan con palabras independientes («sigo estudiando», «empecé a estudiar», etc.) y aspectos que se expresan de forma flexiva («supe», «llegaba», etc.). ¿Pero qué es el aspecto verbal? Es una información sobre la fase de la acción a la que se refiere el verbo. Una acción (por ejemplo estudiar) puede enfocarse como a punto de comenzar, ya comenzada, progresiva, continua, acabada, etc. Este enfoque es el aspecto. Aquí tienes un esquema de los principales aspectos en la LSE y en la mayoría de las lenguas:

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Ángel Herrero

Vamos a explicar brevemente cada tipo de aspecto y a ver cómo se realizan y cómo se escriben habitualmente. El signante puede utilizar otros signos además de los que aquí vamos a usar en los ejemplos (siempre que tengan un significado aspectual y que se escriban inmediatamente después del verbo). El aspecto incoactivo indica que la acción está a punto de empezar, pero todavía no ha empezado. Por ejemplo, en «Esta mañana salí de mi casa, y cuando iba a abrir la puerta del coche me di cuenta de que había olvidado un libro». La acción de abrir el coche no ha empezado, iba a empezar. En la LSE esa acción detenida antes de empezar se puede representar, por ejemplo, signando abrir pero congelando el signo antes de hacer la Forma de movimiento (en lugar de aëcro, sólo aë). Al «congelarlo», la mano se tensa y el cuerpo imita el movimiento de interrupción. Para escribirlo, es mucho más claro hacer explícito el aspecto mediante un verbo o un adverbio de apoyo, que en la comunicación real podemos emplear también, aunque no son necesarios, pero que en la escritura sí se hacen necesarios; por ejemplo el verbo preparar o el adverbio casi:

FOTO 345

FOTO 346

FOTO 347

Yo

fregar

preparar

Ye

sòmia öz

sb eämapby

que empleamos por ejemplo para lo que en español es «iba a fregar cuando...»

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 348

FOTO 349

FOTO 350

Yo

abrir

casi

Ye

aëmeucre

sch o’amouzpe

como «estaba a punto de abrir y...» El aspecto ingresivo señala que la acción acaba de empezar, como en «empezar a llorar», «comienza a correr», etc. Este aspecto se suele signar ‘desatando’ el movimiento después de una suspensión. En la escritura se pueden emplear el verbo auxiliar empezar o el adverbio ahora: FOTO 351

FOTO 352

FOTO 353

él

llorar

empezar

eile

sm jaëzub

sm adahe

que tiene el sentido del español «se ha puesto a llorar». FOTO 354

FOTO 355

FOTO 356

Yo

venir

ahora

Ye

éímawoo

chomaq

como en español «acabo de venir»

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Ángel Herrero

El aspecto perfectivo señala una acción ya acabada. A veces lo signamos con la acción que significa que ha terminado (por ejemplo, para «terminé de leer» se puede signar leer y a continuación signar cerrar el libro). Pero con frecuencia es recomendable escribir signos específicos como el verbo auxiliar terminar o el adverbio ya, o la locución ya fin:

FOTO 357

FOTO 358

FOTO 359

Yo

llorar

terminar

Ye

sm jaëzub

sm aeimauldo

FOTO 360

FOTO 361

FOTO 362

él

trabajar

ya

eile

sömi öxub

xm. o’amizpu

como «dejé de llorar».

como «ya ha terminado de trabajar». El aspecto puntual (o inceptivo) señala que la acción se ha hecho de repente, como en «me volví y ví a...». Se puede añadir al verbo el signo de sorpresa (al signar representamos ese carácter instantáneo de la acción); además, en la LSE se emplea con frecuencia el puntual-interruptivo, que señala una acción interrumpida de repente, y que se signa habitualmente añadiendo el signo interrumpir, que funciona así como verbo auxiliar de aspecto:

121

Escritura alfabética de la lengua de signos española

leer

FOTO 363

FOTO 364

sòmia. eidahb

interrumpir

sòmia.òzpe

Signa este ejemplo: verás que la mano izquierda, que en los dos signos está en la misma posición (mia) y con la misma configuración (ò), se mantiene de un signo a otro. En la escritura, esas asimilaciones que hacemos entre un signo y el siguiente no hay que hacerlas, porque es necesario leer todos los signos y respetar, con los espacios en blanco, la independencia de cada palabra. Cuando se sabe escribir y leer con habilidad, esas asimilaciones vuelven a surgir en la lectura de forma natural. Pero al escribir ten mucho cuidado de escribir todos los signos. El aspecto iterativo señala una acción que se repite, por ejemplo la acción de intentar abrir una puerta varias veces. Se escribe añadiendo el fonema de repetición r al verbo. Así, de abrir (aëcro), abrir varias veces (aëcror). El aspecto frecuentativo señala una acción que se realiza habitualmente. Lo escribimos añadiendo al verbo signos como costumbre, frecuencia, siempre igual, etc. Como en el ejemplo que hemos dado al comienzo de esta lección: FOTO 365

FOTO 366

FOTO 367

él

leer

costumbre

eile

sòmia. eidahb

km. ezpub

como «suele leer». El aspecto gradual señala una acción que va poco a poco en progreso. Al signar este aspecto solemos dar al verbo una repetición direccional, como en cambiar poco a poco, ir creciendo, etc. Si con esta repetición direccional (que

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Ángel Herrero

se simboliza añadiendo r y la vocal de dirección) el aspecto queda claro, no hace falta escribir ningún signo específico, pero siempre podemos añadir poco a poco: FOTO 368

FOTO 369

FOTO 370

Yo

aprender

poco a poco

Ye

sm omaulob

sl aëleb

Como «voy aprendiendo». Por último, el aspecto continuo señala una acción que se está realizando, como en «estoy trabajando». Se signa muchas veces haciendo el movimiento más lento (como en estaba abriendo la puerta), ralentizado. Empleamos el símbolo de la ‘restricción’ que veremos en la lección 10: —r, con guión —, como en estoy leyendo. También se puede emplear en algunos casos el signo continuar (con un sentido más explícitamente continuativo, como en el español «sigue trabajando»). FOTO 371

FOTO 372

él

leer(+cont)

«está leyendo»

eile

sòmia. eidahb-r

FOTO 373

FOTO 374

él

trabajar (+cont)

«está trabajando»

eile

sömi. öxub-r

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Escritura alfabética de la lengua de signos española

FOTO 375

FOTO 376

FOTO 377

él

trabajar

continuar

eile

sömi. öxub

sòmiu. òpab

Como ves, hay formas muy diversas de expresar el aspecto verbal, como sucede en las todas las lenguas. Pero siempre se trata, en la LSE, de una modificación del signo que a veces representamos directamente (repetición, lentitud, etc.) pero que en general se expresa mediante una palabra (verbo, adjetivo, adverbio) que escribimos inmediatamente después del verbo (preparar, costumbre, fin, continuar, etc.). Si hay modalidad (actitud) se escribe después del aspecto. SIGNOS CONECTORES En la comunicación formal (por ejemplo en una conferencia) y en la comunicación escrita, las oraciones suelen ser más largas y complejas que en la comunicación espontánea. Además, al hablar o al signar espontáneamente, la relación entre una oración y otra se expresa muchas veces con gestos (no con signos). La escritura tiene que emplear signos que hagan explícita y clara la relación entre las oraciones para que el lector, que no nos ve, pueda entendernos. Son signos que podemos usar y que de hecho algunas personas sordas usan mucho, sobre todo en la comunicación formal. En la escritura son necesarios. Algunos de ellos son para empezar, a continuación, en consecuencia, pero, etc. FOTO 378

FOTO 379

FOTO 380

para empezar

a continuación

sm adahe

chomat-sm omiawe

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Ángel Herrero

FOTO 381

en consecuencia

FOTO 382

sm emicea

pero

swo abòmau

Además de la relación de conexión entre oraciones, hay signos que expresan conexión de un signo o varios signos con otros anteriores; por ejemplo, al decir en español o signar en LSE el primero...., el segundo........, el tercero..... hacemos referencia a algo ya dicho (por ejemplo: «hay varios problemas: el primero.....etc.»). Estos signos se llaman anafóricos, y evitan repetir el signo anterior (no hace falta escribir: el primer problema....., el segundo problema...., etc.). También se emplea el término anáfora cuando las referencias de las que hablamos no están en el contexto (como en Un día....), aunque hayan sido nombradas antes (como en Vi a Luis en la calle. Él..) Estudiaremos estas anáforas de contexto ausente en la lección 11. Ahora nos estamos ocupando de las anáforas que evitan la repetición de algo ya dicho. Hemos dado el ejemplo de los ordinales: el primero..., el segundo.......,etc. Además, hay signos específicos como ya dicho: FOTO 383

FOTO 384

FOTO 385

el primero

el segundo

ya dicho

1macro

2macro

vm.òmapb

Pero las lenguas de signos emplean un recurso muy importante para evitar la repetición de algo ya dicho cuando reaparece implicado como complemento o argumento de ciertos verbos, las llamadas proformas, que todos los signantes usan en la conversación espontánea. No necesitan ningún símbolo nuevo en la escritura, pero hay que tenerlos muy en cuenta para escribirlos adecuadamente.

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Todos los pronombres (personales, locativos, temporales, etc.) de las lenguas son proformas, por lo que sería más adecuado denominar las que ahora tratamos, las proformas de la LSE ligadas a un verbo, como ‘proformas argumentales’, pues sustituyen a un complemento o argumento del verbo. Una proforma argumental es como un pronombre clítico (en español, «le dije...», «me miró...») pero en la LSE está incluido en el verbo, es decir, es un morfema flexivo y no aislado o aglutinado al verbo; es muy interesante ver cómo la escritura de las proformas argumentales nos permite «ver» estos morfemas flexivos, que modifican el signo sobre el que actúan, el verbo, cambiando su configuración, su ubicación, su orientación o su dirección. A veces se han incluido estas proformas entre los ‘clasificadores’ debido a que además de cumplir la función de un complemento sustituyen a los sustantivos originales en razón de su forma (y no sólo en razón de su género y número, como en español «le», «la», «los», etc.); las proformas argumentales son de hecho pronombres de «forma» o, mejor, de característica formal, que sustituye a una cosa o un ser que posee esa característica formal y que es sujeto, complemento o locativo del verbo. Algunos de los casos más característicos son los siguientes: • cuando la proforma representa dentro del verbo (de ciertos verbos) el lugar donde se realiza la acción (lo que en español se expresa mediante un complemento de lugar), el verbo cambia su lugar de realización normal por el L de ese lugar: se realiza en ese L y, por consiguiente, se escribe con ese L. Por ejemplo, empleamos la proforma «arriba» (ab) incluida en un verbo como «andar» para signar que alguien anda arriba (en el piso de arriba, por un puente alto, por el tejado, etc.). • Cuando la proforma representa dentro del verbo el ser o el objeto que realiza la acción (el sujeto) o los que la padecen (objeto directo), el verbo cambia su configuración habitual Q por la Q de la proforma de ese ser u objeto: se realiza y se escribe con esa configuración. En la LSE, por ejemplo, el ser humano se representa por ei o por e, un coche por ò, un libro por o’á, un disco por áé, un lápiz por e, etc. Por ejemplo, en dale (un libro) • En algunos verbos con destinatario (objeto indirecto), éste se representa por una proforma de Dirección de movimiento y/o Orientación, cambiando la dirección y/o la orientación habituales del verbo por las direcciones y/o orientaciones que se dirigen o se orientan hacia el lugar donde se ha ubicado previamente ese destinatario. Por ejemplo en le miró.

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Ángel Herrero

FOTO 386

anda arriba

FOTO 387

abeimuaqe FOTO 388

Él

eile

dáselo (un libro)

elo’ácya FOTO 389

le miró

jeimauwey

Pero las proformas no plantean ningún problema para la escritura: son lugares L, configuraciones Q, orientaciones O, etc., que conocemos. En esta lección hemos visto la importancia de emplear en la escritura de la LSE signos de actitud, de aspecto verbal y de conexión, que al signar espontáneamente no siempre se usan porque la expresión personal y el contexto pueden dar esa información. Para hacer ejercicios sobre esta lección y las siguientes es importante sentirse seguro del conocimiento de las anteriores, es decir, de la escritura de los signos (palabras). Pero también es muy importante ser capaz de identificar lo que se hace al signar y acostumbrarse a su simbolización en la escritura: • • • •

la actitud con que signamos o con que nos referimos a alguien la fase de la acción que señalamos en los verbos la conexión que queremos dar a nuestras oraciones las referencias a lo ya dicho

La clave para emplear adecuadamente estos signos es la intención de hacerse entender, de que el otro entienda de la forma más exacta lo que le estamos escribiendo.

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EJERCICIOS Los ejercicios de estas lecciones requieren creatividad: los signos se escriben siempre de una manera, pero decir una idea, un pensamiento, o contar un suceso, se puede hacer de muchas formas distintas. Empezaremos con lo más sencillo. Tú debes empezar controlando los símbolos en oraciones sencillas. 1. Escribe: «tengo tres hijos: el primero se llama Juan, el segundo María y el tercero Carlos» (escribe los puntos y comas como en español) 2. Escribe: «Deja tu libro encima de la mesa» 3. Escribe: «Ahora voy a dar un papel de examen a cada uno» 4. Escribe: «Anoche, en mi casa, seguí trabajando» 5. Escribe: «Suelo ir en verano a Galicia» 6. Escribe: «No sé si comprarme un coche» 7. Escribe: «Mañana, cuando acabe de trabajar, iré al cine» 8. Escribe: «Cuando iba a comer llamaron a la puerta» 9. Escribe: «Claro que he aprobado todo» 10. Escribe: «He ido aprendido a escribir (poco a poco)»

Lección 9 LOS SÍMBOLOS DE LA ORACIÓN, 2. LOS SÍMBOLOS DIACRÍTICOS

En la lección anterior vimos que para comprender bien las oraciones escritas es necesario emplear algunos signos o palabras que en la comunicación espontánea frecuentemente se omiten. Eran signos de la LSE, no símbolos específicos. En esta lección, por el contrario, vamos a tratar símbolos específicos de la escritura, símbolos que se emplean en la escritura de las lenguas y que se llaman símbolos diacríticos, como el punto (.), la coma (,), la interrogación (¿) etc. ¿Qué representan estos símbolos? Al ver signar o al oír hablar, advertimos que el signante hace pausas (como también al hablar las hace el hablante) y que realiza, precisamente en los signos anteriores a las pausas, modulaciones de la expresión, especialmente de las cejas (como el hablante hace modulaciones de la entonación en las palabras finales de la dicción). Gracias a esas pausas que percibimos, podemos separar bien las oraciones (ven // te voy a presentar a un amigo // no le conoces// en Madrid vivía con mi hermano) y las partes informativamente distintas de cada oración (te voy a presentar/ a un amigo ... en Madrid / vivía con mi hermano), y gracias a las modulaciones podemos entender el valor informativo de toda la oración (si es una afirmación, una pregunta, una orden, etc.), y el valor informativo (tema / comentario) de lo que agrupamos dentro de cada oración. Los signos diacríticos sirven para estas dos funciones: agrupan y separan las palabras por su valor informativo (con una coma, un punto, un punto y coma, un paréntesis, etc.), y señalan el valor informativo del conjunto (con el símbolo de la interrogación, de la exclamación, etc.).

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Ángel Herrero

Fíjate que si escribiéramos sin símbolos diacríticos no sabríamos dónde terminan las oraciones, si son preguntas o no, ni cómo agrupar las palabras dentro de cada oración. Para emplear bien los símbolos diacríticos debes recordar que la escritura es distinta de la comunicación espontánea, más formal y más explícita. Los símbolos diacríticos colaboran en que el registro escrito sea así. LOS ESPACIOS ENTRE LOS SIGNOS Al escribir, hay un símbolo que empleamos inconscientemente y que ni siquiera pensamos que es un símbolo: el ‘blanco’ o espacio que dejamos al escribir entre las palabras. Al hablar o signar, ese espacio muchas veces ni siquiera se percibe, porque al hablar o signar juntamos con frecuencia las palabras sucesivas («voya...»). Pero al escribir es necesario emplear ese espacio de separación para poder leer con facilidad. En la escritura de la LSE, como ya te señalábamos en la lección 1 y hemos venido practicando, con un ‘blanco’ o ‘espacio’ separamos dentro del signo los símbolos de la bimanualidad y los símbolos de la mano activa (sc òmeuwy, sx öb, swo òmau, etc.). Por eso, entre los signos distintos dejamos un espacio mayor, un ‘doble espacio’. En algunas propuestas de escritura de lenguas de signos se optó por escribir los signos en columna vertical, pero no somos partidarios de ese sistema. Fíjate en los siguientes ejemplos: sm t.émaupb v.ôle ↑ ↑ 1 espacio 2 espacios

enseñar bien

t.acrob so’á j.eimeuwei ↑ ↑ 2 espacios 1 espacio

un hombre mira una manzana

No tendrás ninguna dificultad en el uso de los espacios. El ‘blanco’ interior de los signos bimanuales (‘blanco simple’), es específico de las lenguas de signos; el ‘blanco’ entre signos independientes (‘doble’) es común a las lenguas orales de nuestro entorno. También es similar el uso del punto, de la coma, del punto y coma, de los puntos suspensivos, y de los dos puntos. También en la LSE debemos comenzar a escribir una oración con mayúscula (Ye thaezub...), pero en la LSE empleamos también la mayúscula, como vimos en la lección 3 y 4, para las configuraciones dactilológicas (Cby). La señal de que hay un cambio de oración es triple: el punto, el doble espacio en blanco

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después del punto, y la mayúscula con que empieza el primer signo de la oración siguiente. No tiene que haber confusión entre las mayúsculas de oración y las mayúsculas dactilológicas. Sin embargo, en la escritura de la LSE empleamos un símbolo diacrítico, el guión (-) con un valor distinto que en las lenguas orales de nuestro entorno. Vamos a detenernos en este símbolo. EL GUIÓN En la escritura de la LSE hay varios casos de empleo del guión. Son los siguientes: • para separar las sílabas de un mismo signo (como en espada, sordo, padre, etc.) • para las palabras compuestas (como librería, fin de semana, padres, etc.), incluyendo la de mano pasiva desplazada (como en árbol). • para añadir al signo algunos valores gramaticales, como veremos en la lección siguiente. (En la lección anterior ya salió uno: —r, que añadimos a algunos verbos para señalar su aspecto ‘continuo’, como en estar abriendo una puerta) • para añadir la afirmación y la negación simultáneas, como veremos en el siguiente epígrafe ( —s, —n) Fíjate en su escritura: espada sordo padre librería fin de semana padres trabajando árbol

ëameugre-we re-v fèìmiu-ch sc òacreb – sl ëamifahob kmazu-famazy fèìmiu-ch – knèìma-km sömia öxub-r omat-ohsòmia

Si empleas correctamente los guiones se facilitará notablemente la comprensión de tus escritos. INTERROGACIÓN, EXCLAMACIÓN, AFIRMACIÓN Y NEGACIÓN En la LSE empleamos también los símbolos diacríticos de interrogación y de exclamación (¿? ¡!) que representan en la escritura las preguntas, las sor-

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presas, etc. Aunque en las oraciones interrogativas sabemos que se termina con un pronombre interrogativo (qué eämeadohb, quién chi-iämaagrel, etc.), es necesario añadir el símbolo ?, que también señalaremos al principio de la oración interrogativa. Así conocemos perfectamente los límites de la oración; pero además el doble signo de interrogación (¿.....?) servirá para distinguir en la lectura estas oraciones interrogativas de otras construcciones, importantísimas en la LSE, que también llevan pronombres interrogativos pero en este caso con un valor relativo y dentro de una oración afirmativa. Nos referimos a la construcción (que algunos llaman cláusula pseudohendida) de la oraciones de identificación1 del tipo «su trabajo es el de profesor»: FOTO 390

FOTO 391

FOTO 392

FOTO 393

Él

trabajar

qué

profesor

eile

sömi.öxub

eämeadahb?

t.émaupb

En estos casos, que pueden aparecer con cualquier pronombre interrogativo (qué, dónde, cómo, cuándo, por qué, etc.), escribimos inmediatamente después del pronombre el símbolo ? Así pues, proponemos distinguir los dos casos: Oraciones interrogativas: ¿..........? Oraciones relativas pseudohendidas: .....?..... Pero en la LSE tenemos que emplear algunos símbolos más, porque —a diferencia de lenguas orales como el español— usamos a veces para la negación y la afirmación explícita de una oración entera los signos no manuales de la afirmación y de la negación, que realizamos con la cabeza de forma simultánea (como es simultáneo el fruncimiento o la elevación de las cejas en las preguntas). Los representaremos, respectivamente, mediante los símbolos —s y —n, que añadimos al final de la oración tras un guión: 1 Ver la comunicación de A. Herrero y Ventura Salazar al I Congreso Nacional de LSE celebrado en Alicante en septiembre de 2001. I. Muñoz, R. Nogueira y A. Peidró (eds.) Actas del I Congreso Nacionalde LSE, Universidad de Alicante, 2002.

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Sí que trabajo FOTO 394

FOTO 395

Ye

sömi. öxub-s No trabajo

FOTO 396

FOTO 397

Ye

sömi. öxub-n

La afirmación y la negación simultáneas se pueden producir también en preguntas y en exclamaciones, en cuyo caso escribiremos: ¿..... —s?, ¿.... — n?, ¡.... —s!, ¡.... —n!. Las preguntas, además de poder incluir afirmación o negación simultáneas, tiene en la LSE dos formas más, muy características: la interrogación disyuntiva (¿....sí o no?) y la interrogación alternativa (¿... o bien ...?). Al signar, realizamos el signo compuesto de la interrogación disyuntiva (¿....emeufahe-emeudahe?) que podemos simbolizar en la escritura, aprovechando por economía los símbolos anteriores, como ¿... -s/n?, o podemos escribir completamente, como acabamos de hacer. La interrogación alternativa muchas veces se realiza con un cambio en la orientación de la cabeza, pero también signamos el signo de origen dactilológico ¿....Odohb....?, que es el que vamos a emplear en la escritura. Cuando estudiamos LSE, nos explican que hay dos tipos de preguntas: la absoluta (que espera como respuesta sí/no, como en «¿Vendrás a la fiesta?») y la parcial (que espera como respuesta un sintagma, como en «¿A qué hora vendrás?», que se responde por ejemplo con «a las ocho»). Los dos tipos de pregunta tienen distinta forma gramatical (las parciales terminan en un pronombre interrogativo como qué, cuándo, etc., mientras que las absolutas no), y tienen además una forma distinta de expresión no manual. Lo mismo ocurre en la mayoría de las lenguas orales, como el español. En la escritura, basta con representar el signo gramatical (el pronombre interrogativo) para diferenciar-

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las. En los dos casos se emplean los mismos signos diacríticos (¿?), pero al leer el signante deberá ‘entonar’ bien, añadiendo la expresión no manual apropiada. Como decíamos al final de la lección anterior, los símbolos de la escritura de la oración son mucho más flexibles que los símbolos de los signos. Esto es especialmente verdad porque a las oraciones les podemos dar diferentes formas. De todos modos, cada forma de oración tiene sus normas de escritura, que debes conocer y emplear.

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EJERCICIOS 1. Convierte en interrogativas las oraciones afirmativas siguientes: Ele re-v-s ANA sömi. öxub Kmaeimaufehb Ye sg o’ámit sm obòmuceu 2 2. Convierte las oraciones afirmativas anteriores en negativas 3. Convierte las oraciones afirmativas anteriores en interrogativas negativas 4. Busca los verbos que han aparecido en este libro, y sígnalos con distintos aspectos. 5. Escribe las siguientes expresiones, y señala si son bisílabos o si tienen algún símbolo diacrítico: madre

listísimo

poco estudioso no soy casado

espada

china

muy dulce

américa

iré

cuándo

rapidísimo

padres

río

diluviar

cena

Lección 10 LOS SÍMBOLOS GRAMATICALES: SÍMBOLOS MORFOLÓGICOS

En las dos últimas lecciones hemos empezado a estudiar la escritura de los signos en la oración. En la lección 8 vimos que hay signos o palabras características de la escritura, y en la 9 acabamos de ver los símbolos diacríticos que empleamos para separar oraciones y para señalar el modo de la oración. En las dos lecciones que quedan vamos a tratar el tercer tipo de símbolos que necesitamos para escribir correctamente todas las palabras de la oración, los símbolos gramaticales. Entendemos por símbolos gramaticales los que expresan los valores morfológicos de los signos (palabras) y los que expresan las relaciones de los signos con el contexto y con los otros signos. De estos últimos (que llamamos deícticos y anafóricos), trataremos en la lección 11. En esta trataremos los primeros: los símbolos morfológicos. La mayoría de los valores morfológicos, como vamos a ver, se emplean en la comunicación espontánea, por lo que su escritura no te ocasionará ningún problema; sólo algunos que se realizan de forma muy variable y con componentes no manuales van a necesitar símbolos específicos, pero son pocos, y alguno de ellos (como —r, que señala, como vimos en la lección 8, el aspecto continuo que algunos verbos expresan mediante la ralentización) ya has empezado a conocerlos.

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LOS SÍMBOLOS MORFOLÓGICOS En todas las lenguas hay, además de categorías de palabras (nombre, verbo, adjetivo, etc.), valores morfológicos asociados a esas categorías de palabras. Los valores morfológicos de una categoría de palabras son informaciones que se suman a las palabras de esa categoría cuando las palabras se dan en una oración: • los nombres, además de su forma y su significado fijo y general (por ejemplo hombre) , suelen tener valores morfológicos de número (singular, plural...), de género (masculino, femenino...), de determinación (determinado/indeterminado), de clasificación, etc. • los verbos (por ejemplo pensar), además de su forma y significados fijos, tienen valores morfológicos de persona (yo, tú, él), de número (singular, plural), de tiempo (presente, pasado, futuro...), de aspecto (continuo, perfectivo, puntual...), etc. Pues bien, el número, el género, la persona, tiempo, el aspecto, etc. son valores morfológicos. Como ya vimos en la lección 8, las palabras o los signos aparecen en los diccionarios con su forma y significado fijo, pero al usarlos en la comunicación se modifican para expresar los valores morfológicos (por ejemplo, en español: «los hombres pensaban...»). Llamamos morfemas a las formas de realización de los valores morfológicos (en el ejemplo anterior, añadir una s al nombre para el valor morfológico de plural, ban al verbo para los valores morfológicos de persona, número y tiempo, etc.). Cada lengua tiene distintos valores morfológicos (hay lenguas sin género, lenguas con número dual, lenguas sin tiempo verbal, etc.) y también distintas formas de realización de sus valores morfológicos, es decir, distinta morfología. Los morfemas pueden darse en forma de palabras independientes (como en español «acabo de estudiar») o en forma de modificaciones que se añaden a los nombres, a los verbos, etc. (como en español «estudiamos»). Estos morfemas se llaman, respectivamente, morfemas libres y morfemas ligados. Hay lenguas donde la mayoría de los morfemas son libres, como el chino: el tiempo, el número, el aspecto, etc., se expresan con palabras propias, ‘sueltas’. En otras lenguas la mayoría de los morfemas son ligados, como en el español. La LSE tiene morfemas libres (como muchos de los aspectos que hemos visto en la lección 8), y morfemas ligados (como el número, la dimensión, las proformas, y algunos aspectos verbales).

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MORFEMAS LIGADOS Esp. amiga

MORFEMAS LIBRES LSE sg o’ámit reâg

Esp. amigo

LSE sg o’ámit t.acrob

Esp. LSE LSE LSE

LSE Esp. Esp. Esp.

yo estudiaba ye sòmia.òmexub-r ol2meadahb ze-we

ye òmaafaheb sòmia.òxub estoy estudiando vosotros dos nariz larga

Hay dos tipos de morfemas ligados: • los aglutinantes, que se añaden a la palabra sin apenas modificarla (la hacen más larga, como en el ejemplo anterior ze-we, o en sòmia òmexubr —«suelo estudiar»: aspecto frecuentativo; o en el español «estudiaré) • y los flexivos, que modifican la palabra en mayor o menor grado (como en «supe» o en ol2meadahb). La alteran ‘por dentro’. Según el tipo de morfología que domine, las lenguas se clasifican en lenguas aislantes (dominan los morfemas libres), aglutinantes (dominan los morfemas ligados aglutinantes) y flexivas (dominan los morfemas ligados flexivos). Se suele decir que el español es una lengua dominantemente flexiva, y se suele pensar que la LSE es dominantemente aislante. Pero estas clasificaciones son muy relativas, porque en el español hay también morfemas libres y en la LSE hay también morfemas flexivos, como estamos viendo. En la LSE, la escritura de los morfemas libres (como el género, algunos aspectos, el tiempo verbal, etc.) no plantea problemas diferentes a la escritura de un signo cualquiera. Son palabras ‘de diccionario’. En esta lección vamos a estudiar los morfemas ligados que sí pueden plantear algún problema porque no son signos independientes sino modificaciones que se realizan en algunos tipos de signos. LOS MORFEMAS LIGADOS EN LA LSE Hay en la LSE, como en muchas otras lenguas, algunos morfemas ligados muy variables, que se realizan de formas diferentes según el signo y normalmente mediante componentes no verbales (como vimos con los aspectos verbales); y hay también morfemas ligados de realización sistemática (como las proformas cuando se ligan a un verbo).

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Un ejemplo de morfema ligado sistemático es en español el grado del adjetivo: añadimos siempre «–ísimo/a». En cambio, en la LSE, este valor morfológico, el grado, se realiza de forma muy variable y con componentes no manuales: compara los signos delgadísimo y altísimo. FOTO 398

delgadísimo

FOTO 399

altísimo

Esto no significa que la LSE no tenga grado: claro que lo tiene, pero no es un morfema sistemático sino variable. Y al contrario: mientras que en español el número en el verbo es muy variable (para la segunda persona, por ejemplo, el singular presenta: venías, viste, cantabas, eres, da, ven...), en la LSE el número de personas del verbo, cuando se expresa en el signo verbal, tiene formas sistemáticas correspondiente a los números (vienen tres personas 3mawoo, vienen cuatro personas 4mawoo, etc.), y para la segunda persona tiene el morfema ligado sistemático que consiste en cambiar la L del verbo por el lugar el, que representa al «tú» (eleimouwo me miras, elaëmicoa me das, etc.) —aunque este cambio de L produce también con frecuencia cambio de Orientación, como en me miras (mou). Vamos a estudiar por separado los morfemas variables no manuales y los morfemas sistemáticos característicos de la LSE, para que los comprendas mejor. 1. MORFEMAS LIGADOS VARIABLES En la comunicación espontánea en LSE, un adjetivo como alto, un adverbio como pronto, o un verbo como correr (y con ellos muchos otros adjetivos, adverbios y verbos), pueden sufrir modificaciones de grado que vamos a llamar intensificación y restricción: podemos signar que alguien es muy alto o poco alto; que alguien vino muy pronto o algo pronto; que alguien corre intensamente o moderadamente. Es evidente que con ello añadimos una información muy importante, un valor morfológico que en otras lenguas se puede expresar mediante un adverbio (como en español añadiendo «muy», «mucho», «poco», etc.), pero que en otras muchas se expresa, como en la LSE, mediante modificaciones del adjetivo, del adverbio o del verbo. Vamos a observar su realización en la LSE.

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FOTO 400

FOTO 401

FOTO 402

alto

poco alto

muy alto

FOTO 403

FOTO 404

FOTO 405

pronto

muy pronto

algo pronto

FOTO 406

FOTO 407

FOTO 408

Correr

correr intensamente

correr moderadamente

La forma con que expresamos este morfema en la LSE es en cada uno de los ejemplos anteriores distinta, pero en todas consiste en un refuerzo o una relajación de la configuración Q del signo y de su movimiento DF, acompañados por una expresión facial característica, pero diferente en cada caso. De hecho, la forma de realizar manualmente el refuerzo o la relajación de Q y de DF es también muy variable. En la LSE existe el valor morfológico, pero no hay un morfema sistemático (ni un signo ni una parte que se añade sistemáticamente al signo) para expresar específicamente ese valor. La escritura debe representar este valor morfológico, pero en nuestra escritura su representación va a ser simbólica. ¿Por qué? —porque se trata de un valor morfológico de realización muy variable con componentes no fonológicos a nivel de signo: la tensión muscular, la longitud o velocidad del movimiento, la expresión de la cara, la posición de la lengua, etc. Estos componentes son importantísimos en la comunicación real, y toda gramática

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de uso de la LSE tiene que estudiarlos y practicarlos. Pero en la escritura es infinitamente más económico representar los dos polos de este valor morfológico, la intensificación y la restricción, con símbolos únicos: —i y —r respectivamente. Así, escribiremos: alto o’amacao

muy alto o’amacao-i

poco alto o’amacao-r

pronto sch.o’amaazpe

muy pronto sch.o’amaazpe-i

algo pronto sch. o’amaazpe-r

correr sl öduhb

correr intensamente sl öduhb-i

correr moderadamente sl öduhb-r

Como ves, la escritura en estos casos señala un valor que sólo el signante puede interpretar correctamente, porque sabe cómo realizar la intensificación y la restricción según el signo de que se trate, incluyendo la expresión facial característica. Así, la expresión facial del valor —i aplicado al adjetivo grande consiste en la expresión de ‘soplar’ (muy grande); la expresión facial de ese mismo valor aplicado al adjetivo rápido consiste en la expresión de ‘silbar’ (muy rápido); la del adjetivo fuerte, en muy fuerte, la expresión de ‘arrugar las mejillas’; la del adjetivo gordo, en muy gordo, en ‘hinchar las mejillas’; la de delgado en muy delgado en estrecharlas, la de pequeño en muy pequeño en sacar el ápice de la lengua, etc. Los símbolos —i y —r representan siempre los mismos valores morfológicos, intensificación y restricción, aunque se realicen de formas tan distintas. Su función, como la de algunos signos diacríticos que vimos en la lección anterior (los adverbios simultáneos de negación y afirmación, —n y —s), es adverbial, pero aquellos eran adverbios de toda la oración y estos adverbios de una parte de la oración (un adjetivo, un adverbio, o un verbo). Antes de estudiar los valores morfológicos sistemáticos queremos hacerte una última consideración sobre estos símbolos —i y —r: que tengas cuidado en interpretarlos bien cuando se aplican a cosas «pequeñas», «débiles», «delgadas» , «lentas», etc. La intensificación de pequeño es «muy pequeño», la de débil es «muy débil», etc., y se escriben con —i. Ten cuidado en no identificar siempre este símbolo con lo «grande», lo «rápido», porque también se puede intensificar lo «pequeño», lo «lento» etc.; tampopco identifiques la —r con lo «pequeño», lo «lento» , porque se puede restringir también lo «grande», lo «rápido», etc.

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2. MORFEMAS LIGADOS SISTEMÁTICOS Hay muchos valores morfológicos de la LSE que se realizan de forma sistemática, es decir, a través de cambios fijos de L, de Q, de O o de DF. Ya no se trata de modular el signo, subrayando su articulación o relajándola, o de añadir una expresión facial al signo, sino de, por ejemplo, cambiar una Q por otra Q. Así sucede con la incorporación del número al verbo, como en el ejemplo que ya hemos citado, vienen tres personas: FOTO 409

venir

éímawoo

FOTO 410 vienen tres personas

3mawoo

Es el mismo caso de las proformas a las que nos referíamos en la lección 8. La Q de la proforma sustituye a la Q del signo del diccionario: en el diccionario el verbo dar se signa y se escribe y.aëcea, pero la incorporación de la proforma del objeto, para signar dar un libro, lo convierte en y.o’ácea, cambiando la Q aë por la proforma o’á. Del mismo modo, en el diccionario podemos ver que venir es en LSE éímawoo, pero la incorporación del número en vienen tres personas cambia su Q éí por la del número 3. Estos cambios son ejemplos de morfemas sistemáticos. Otro valor morfológico de realización sistemática es el del universal frecuentativo «todos...», que al aplicarse al signo, por ejemplo a semana, lunes, etc., añade una F de repetición que se traduce un movimiento circular (wrohor) o de roce puntual (zpor) FOTO 411

semana

Olameuwy

FOTO 412 todas las semanas

olameuwy-wrohor

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Ángel Herrero

Lunes

FOTO 413

FOTO 414

sòasi.eumeupub

todos los lunes

sòasi.eumeuzpor

El valor morfológico puede expresarse por otros cambios sistemáticos en el signo, como el cambio de L. Los cambios morfológicos de L son frecuentísimos en la LSE. Piensa en los cambios del Lugar donde signamos un verbo cuando sólo lo citamos, por otro lugar que representa morfológicamente a un complemento del verbo (como en llamarla, llámale, llámame, etc.), o la incorporación del lugar de la acción (como en me miraba desde arriba). Dejaremos el estudio de estos cambios morfológicos, por su importancia y porque hacen uso de lo que vamos a llamar ‘espacio gramatical’, para la siguiente y última lección. Hay dos valores morfológicos más que es importante recordar en esta sección de morfemas ligados sistemáticos, porque con frecuencia se han considerado icónicos y no sistemáticos. Son lo que se han venido llamando ‘adjetivos de tamaño’ y ‘adjetivos de forma’. Se signan con morfemas ligados de tipo aglutinante, como nariz grande, o con morfemas libres, como televisión grande. FOTO 415

nariz

FOTO 416

ze

nariz grande

ze-we televisión grande

FOTO 417

FOTO 418

sm aemaudohb

sm aemauwy

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Ambas realizaciones son sistemáticas, aunque naturalmente al signar se pueden y se deben iconizar o dimensionalizar. Pero esto es común a muchos signos y a muchas palabras de las lenguas orales: al hablar o signar subrayamos con medios lingüísticos y extralingüísticos la forma de lo que decimos para que el significado se haga más claro. Los medios extralingüísticos son muy económicos y se emplean mucho en la comunicación diaria. Podemos decir y signar grande, muy grande, etc., pero en cuanto a la dimensión exacta, el signante y el hablante pueden realizar con la manos o con los dedos una aproximación lo más exacta posible al tamaño real de un objeto, como cuando mostramos con el dedo pulgar e índice el tamaño del tornillo que queremos. Evidentemente esto no es lengua. Lo lingüístico sería decir o signar el número de cm., por ejemplo. Los adjetivos de tamaño que aquí hemos ejemplificado son de hecho casos de intensificación y de restricción pero aplicados a los nombres, y equivalen a los adjetivos «grande» y «pequeño» del español. También en español empleamos a veces morfemas libres (como estos adjetivos) y a veces ligados (como los diminutivos). También son morfemas ligados sistemáticos los llamados ‘adjetivos de forma’, que muchos consideran meramente icónicos y asistemáticos. Para la escritura, su único secreto está en darse cuenta de que los realizamos con un signo que vamos cambiando de L por distintos movimiento direccionales rectos o curvos, es decir, añadiendo sílabas al signo inicial. Por ejemplo, podemos hacer la forma

de un edificio con las dos manos, y escribiremos: sc òmeuwy-cre-wu-crowy... La lectura es sencillísima. Como ves, se trata de D y F ligados por aglutinación, y realizados a partir de D y F sistemáticos. Terminamos aquí la consideración de los símbolos gramaticales morfológicos. Hemos visto que algunos son variables (-i, —r) y otros sistemáticos (el plural verbal; el plural universal en los nombres; las proformas; y los adjetivos de tamaño y de forma). No pretendemos haber agotado la morfología de la LSE, ni mucho menos, pero creemos que estos son los aspectos morfológicos que más van a incidir en la escritura de la LSE.

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EJERCICIOS 1. Escribe los signos siguientes en plural: amigo (sg o’ámit) tarde (ch.eäzpab) idea (t.iäla)

mesa (sc òmeuwy) minuto (âemaup) semanas (olameuwy)

médico (sah íápb) hospital (sb aeicya) madre (vnèìma-vm)

Si en algún caso carece de plural, o puede realizarse de formas distintas según el número, señálalo. 2. Escribe el verbo leer (sómi.eidahb) en sus diferentes aspectos (ingresivo, frecuentativo, puntual, etc.) 3. Cuando el signo mirar (jeimauwe) se realiza en una oración, sobre todo cuando es una narración, es frecuente que la mano pasiva represente el objeto que se mira, y que lo represente mediante un clasificador. Por ejemplo: sóma.jeimeuwei . La mano izquierda representa algo esférico; en este caso, por ejemplo, una manzana. Escribe ahora tú las siguientes acciones: mirar una fotografía mirar un coche mirar una nube mirar un tornillo mirar a una persona 4. Escribe el verbo andar (obeimuaqe) incorporando el locativo. Por ejemplo, andar arriba: abeimuaqe. Escribe: andar abajo andar hacia la izquierda Pero este verbo también puede incluir clasificadores del sujeto y adverbios modales. Por ejemplo, en andar contra el viento andar boca abajo andar haciendo eses. Intenta escribir estas expresiones, cambiando si es preciso la configuración, la orientación, o la Forma del movimiento.

Lección 11 LOS SÍMBOLOS GRAMATICALES: DEIXIS Y ANÁFORA

Hemos visto en la lección anterior los signos morfológicos, que se añaden o modifican a los nombres, adjetivos, adverbios y verbos para informar de sus propiedades (el número, el género, la dimensión, el aspecto, la intensificación, etc.). En esta lección vamos a tratar otro tipo de signos fundamentales en la gramática de la LSE y de todas las lenguas (que se realizan también como morfemas libres o ligados, especialmente al verbo): signos que se refieren al contexto real de la signación y signos que se refieren a lo ya signado, al contexto verbal. Estas dos relaciones se sienten como relaciones espaciales en casi todas las lenguas. Las relaciones de las palabras con el contexto real (es decir, con los participantes del acto de comunicación, con el lugar en el que están y con el momento) se llaman deixis, y las relaciones de la palabras con el contexto verbal (con lo que ya se ha dicho o signado, aunque no esté en el contexto real) se llaman anáfora. En muchas lenguas, las dos relaciones, deícticas y anafóricas, se expresan a veces con palabras análogas. Si en español se dice «este niño es hijo de Juan», empleamos un signo deíctico del español, «este», que hace referencia a alguien que está ahí, al que normalmente se mira o se señala al mismo tiempo. «Este» sólo significa eso: algo o alguien que está ahí cerca del que habla. Para otras distancias se pueden emplear en español «ese», o «aquel». También son signos deícticos del español «aquí» (como en «deja los libros aquí»), «ahora», «él», etc. Ahora observa esta diferencia: si en español se dice: «Juan tiene un hijo y una hija; ésta es guapísima», entonces «ésta» hace referencia no a alguien que

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está ahí sino a alguien que acaba de ser nombrada, «la hija». En este caso, la hija no está en el contexto real. Es un signo anafórico. Y mira: en español se emplea el mismo signo para una referencia que está ahí delante y para otra que no está, que sólo ha sido nombrada. Pero en otras ocasiones, los signos deícticos y anafóricos son distintos: «ahora» es una palabra deíctica: se refiere al contexto temporal real del que habla, como en «ahora comprendo...». En cambio, el «ahora» de otro tiempo pasado ya no es «ahora», sino «entonces»; esta palabra es anafórica: se refiere a un tiempo nombrado antes y fuera ya del tiempo de nuestro contexto, por ejemplo «Hace unos años, tuve una enfermedad... Entonces...». Como vamos a ver, en la LSE ocurre algo similar, pero sin duda es en el campo de la deixis y de la anáfora, que como hemos dicho se sienten en general como espaciales, donde esta lengua muestra una riqueza extraordinaria: no sólo por la capacidad de referencia directa al contexto real, que en la LSE es muy amplia, sino sobre todo por la capacidad de referencia a lo ausente, por la capacidad de narración y de dramatización de lo narrado, por la capacidad de desplazamiento. En la LSE, hay signos deícticos y anafóricos que son palabras (morfemas libres), como por ejemplo: Yo Aquí Ahora Él

ye olemuawu chomaq eile

Hay también deícticos y anafóricos que son morfemas ligados. Por ejemplo, al signar un libro que está allí, ubicamos un signo, por ejemplo libro, en un lugar del espacio, modificamos su lugar L habitual (el del diccionario) por otro lugar que señala deíctica o anafóricamente el lugar donde está (libro allí). Además, ese lugar sirve a partir de entonces para representar directamente al signo entero: FOTO 419

FOTO 420

FOTO 421

libro

libro allí

el libro

sc òcreb

sc aeylòcreb

aeyle

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La deixis y la anáfora se realizan por lo tanto en la LSE con signos propios o con modificaciones de los signos. Son signos y modificaciones que todos los signantes conocen, y que necesitamos representar correctamente en la escritura. Vamos a estudiarlos en esta lección. Para ello, necesitamos ampliar el lugar L que empleamos con los signos ‘sueltos’. En efecto: si te has fijado en los últimos ejemplos escritos, verás que algunos de esos lugares (eile, aeyle) no son los del modelo de proyección que empleamos al escribir el lugar L de los signos ‘sueltos’. Estos lugares L se escribían con una sola vocal (ab, el, ol, yl, ub, etc.), y forman el espacio que podemos llamar espacio léxico o L (el espacio de los signos como palabras). Pero las relaciones deícticas y anafóricas emplean un espacio ‘ampliado’. Este espacio ‘ampliado’ en el que su ubican (por ejemplo aeyl), se mueven (por ejemplo waey) y se orientan (por ejemplo maey) los signos para expresar referencia deícticas o anafóricas se llama espacio gramatical, y a sus lugares les vamos llamar lugares G. Vamos a estudiar en este lección los signos deícticos y anafóricos más comunes de la LSE, y para ello te vamos a presentar el espacio gramatical de los lugares G. Al final de la lección te mostraremos una segunda ampliación de este espacio: el espacio análogo. EL ESPACIO GRAMATICAL Al signar en la comunicación real, ubicamos los signos en sus lugares ‘fijos’o léxicos, L, pero también en otros lugares que no son ya los de los signos, sino que expresan las relaciones gramaticales de los signos. Son los lugares gramaticales G. Es importantísimo que desde este momento comprendas que ni L ni G son el espacio real extralingüístico; los dos son sistemáticos, son lingüísticos, no son reales. El lugar donde solemos realizar un signo (por ejemplo hijo) no es el lugar real; lo mismo sucede con los lugares gramaticales (si signo él para referirme a mi hijo que está en otra ciudad, apunto a un lugar que tampoco es el real). Los Lugares gramaticales son también sistemáticos, no son los lugares reales que nos rodean. Ten esto presente, porque es fundamental. Para entender esta ampliación del espacio L puedes imaginarte que desdoblamos hacia los lados el punto el y el punto frontal al punto al (vamos a llamarle ael) del espacio L. Señalamos los lados con la vocal de cada lado (i, y):

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Con ello tenemos un espacio ampliado, que es el espacio G. Fíjate en estos seis lugares G específicos: aeyl

aeil

el

eil

eyl

ol Intenta visualizar este esquema. Lo vamos a ir estudiando detenidamente, para escribir la mayoría de los signos deícticos y anafóricos de la LSE. Lo importante es que observes ya los puntos que hemos señalado en rojo. Estos puntos (ol, el, eil, eyl, aeil, aeyl) son los lugares G de los pronombres personales, demostrativos y locativos de la LSE. Frente a los tres del español (yo, tú, él; este, ese, aquel; aquí, ahí, allí) la LSE cuenta con seis. Ello se debe a que la LSE diferencia en él (y en aquél y en allí) dos variables: la distancia (él próximo/él remoto) y la lateralidad (derecha/izquierda), con lo que se cuenta gramaticalmente con cuatro lugares para lo que el español cuenta con uno. Es decir, no sólo hay un «él» (y un «aquel» y un «allí»), sino que posee por una parte dos, él remoto y él próximo (y los mismo para aquel y para allí), que a su vez se pueden signar a la derecha o a la izquierda. Recuerda que estamos hablando de ubicaciones gramaticales, no de señalar con el dedo en la dirección real de un objeto. Los lugares gramaticales son sistemáticos (como es sistemática la ubicación de yo o la de tú). Sólo algunos de estos lugares G se emplean para signos ‘sueltos’ (como ol), y coinciden así con lugares L, pero todos ellos se emplean para ubicar sistemáticamente a los deícticos personales y espaciales (y para la dirección de los verbos que los llevan de complementos). Te mostramos a continuación los distintos pronombres deícticos de la LSE. Estos son los personales:

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aeyle

aeile

él

él

eile

él tú

ele

él

eyle yo

ye

Los demostrativos se signan añadiendo la Forma de movimiento ‘punteo’ (p) en el mismo sentido de la ubicación. La única excepción a esta forma de derivar los demostrativos a partir de los personales es la de este, que se signa en el lugar ol pero con dirección y punteo hacia el lugar ui (volvemos a recordar que ese lugar no es real, sino gramatical)

aeylep

aeilep

aquél

aquél

ese-aquél

eilep

ese

elep eylep

ese-aquél este

olepui

Los locativos se signan añadiendo la D de dirección recta (w) correspondiente a la ubicación:

aeilewaei

aeylewaey

eilewei

allí

allí ahí-allí

elewe

ahí-allí

eylewey olemuawu

ahí

aquí

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Esta es la relación de deícticos personales, demostrativos y locativos de la LSE, en singular: PERSONALES ye yo ele tú eyle él próximo eile él próximo aeyle él remoto aeile él remoto

DEMOSTRATIVOS olepui este elep ese eylep ese-aquél eilep ese-aquél aeylep aquél aeilep aquél

LUGAR olemuawu elewe eilewei eylewey aeylewaey aeilewaei

aquí ahí ahí-allí ahí-allí allí allí

Pero la LSE muestra todavía más potencia en la expresión de los deícticos espaciales y personales, porque en sus plurales, y a diferencia de una lengua como el español, emplea la diferencia entre el plural genérico (nosotros, esos) y el plural específico (nosotros tres, esos dos, etc.): Nosotros genérico: olemuawraho Nosotros específico: nosotros dos, tres, etc. ol2miadahb, ol3miawruho Vosotros genérico: elemeuwraho Vosotros específico: vosotros dos, tres, etc. (+/- incluyente del tú): el2meadahb/eil2meadahb, el3meadahb/eil3meadahb... Ellos genérico (+/-remoto): eilemeuwraho / eylemeuwraho, aeilemeuwraho /aeylemeuwraho Ellos específico: ellos dos, tres, etc. (+/-remoto): eil2meadahb/aeil2meadahb/aeyl2meadahb/eyl2meadahb, eil3meadahb/aeil3meadahb/aeyl3meadahb/eyl3meadahb... Por último, en la LSE se emplean con frecuencia formas deícticas de «cortesía», para referirse a él, ellos, cuando están en el contexto (próximos) y no queremos que nos vean signar acerca de ellos. En ese caso ocultamos el signo con la otra mano, y escribimos: sò ep sòmi epei sòmau ep

sòmi ep

sòmi epey

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Ya estamos viendo cómo la LSE, gracias a la gramaticalización del espacio, presenta una gran riqueza de formas sistemáticas deícticas y anafóricas. Como te hemos repetido varias veces, este espacio gramatical (G) es sistemático, como lo es el espacio léxico (L). Los dos son diferentes del espacio real que nos rodea (le podemos llamar espacio R) Al signar, como al hablar, podemos dirigir el índice e hacia tantos lugares del espacio real R como queramos. A veces, basta incluso con la mirada. Estos son comportamiento comunicativos muy económicos, que empleamos con frecuencia, pero no son estrictamente lingüísticos. Al escribir, sólo podemos emplear los sistemáticos, y explicar de forma indirecta el lugar (como en español: «Poned el libro allí —dijo señalando un espacio vacío de la librería—»). EL ESPACIO ANÁLOGO Pero la LSE conoce además del espacio L y del espacio G otro espacio lingüístico, que tampoco es el real R pero que viene a ser una copia topográfica de R. Algunos le llaman el espacio topográfico; nosotros preferimos llamarle el espacio análogo, A. Es el que se utiliza cuando realizamos una descripción representada. Por ejemplo, para signar cómo tenemos organizado nuestro cuarto, o cómo están colocados los libros en una librería, representamos las ubicaciones reales mediante ubicaciones análogas en el espacio. Para ello ampliamos aún más el espacio de la signación. Esta ampliación es el espacio A. El espacio análogo A es más sistemático que el espacio real R. El espacio R es infinito y continuo; el espacio A no. Para escribirlo, desdoblamos todos los puntos del plano frontal, no sólo los que desdoblábamos en G (ei y ey; aei y aey). Obtenemos 18 ubicaciones:

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ail

al

eil

oyl(=il)

ayl(=ab)

eyl(=eb)

el

ol

ul

yb

oil(=ob)

uel

ueil

uil

aeyl

ael

aeil

ueyl

uy(=ub)

Estas ubicaciones las empleamos para simular el espacio real. Pero esto no significa que todos los objetos deban situarse en uno de ellos. Los objetos ordenados en series pueden escribirse mediante la Forma de movimiento de repetición direccional (ry, ra, etc.). Para facilitar la escritura podemos especificar después de este símbolo el número de repeticiones; por ejemplo ...ry5, para indicar cinco objetos o seres ordenados hacia la derecha: sc òmeuwy ry5: cinco mesas ordenadas en hilera hacia la derecha ....ru3, para escribir tres objetos o seres ordenados hacia abajo: sc òcreb o’ámaru3: tres libros ordenados en pila hacia abajo

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La alineación de objetos o seres puede no ser lineal, sino en semicírculo, por ejemplo. En ese caso no empleamos el símbolo de la D recta w, sino el de la curva c: sl ömiwub eilòmeurcye4: cuatro coches en semicírculo hacia la derecha Para referirnos luego a cada uno de ellos, hacemos lo mismo con el demostrativo: El primero (de esas cinco mesas antes escritas): eile 1macro El tercero (de esas cinco mesas antes escritas): eile 2macro El segundo (de esos tres libros antes escritos): eile 3macro El cuarto (de esos cuatro coches escritos antes): eile 4macro El espacio análogo, como ves, no es deíctico, pues no se refiere a algo que está en el momento de la comunicación en el contexto. Es anafórico. El espacio gramatical puede ser deíctico o anafórico. Hasta ahora hemos empleado los pronombres deícticos aislados, pero en los puntos sistemáticos de esos espacios pueden ubicarse o dirigirse, como hemos comentado al comienzo de esta lección, no sólo los pronombres personales, demostrativos y locativos (con sus configuraciones correspondientes), sino • los verbos locativos (como por ejemplo una persona andando en el piso de arriba) que modifican su lugar L léxico por el lugar A análogo que indica dónde se realiza la acción: ya no escribimos andar obeimuaqe, sino abeimuaqe FOTO 422

andar

obeimuaqe

FOTO 423

andar (arriba)

abeimuaqe

• y los verbos pronominales (como por ejemplo me mira) que representan el sujeto o los complementos mediante cambios de ubicación, de orientación y de dirección en el espacio gramatical G. Ya no escribimos mirar j.eimauwe, sino me mira eileimouwo:

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FOTO 424

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mirar

j.eimauwe

FOTO 425

me mira

eileimouwo

Como ves, los símbolos de los espacios Gramatical y Ampliado se integran perfectamente en el sistema de escritura. Pero tienes que repasarlos y distinguirlos muy bien, para escribir y leer correctamente. Terminamos esta lección, y con ella este libro de lecciones de escritura alfabética de la LSE. Como señalábamos en la Presentación, se escribe para los demás. Escribir es una decisión de cada uno, y podemos escribir para una sola persona, pero en la escritura, como en la lengua, está implicada toda la comunidad, que con ella puede enriquecer su propia memoria lingüística y su comunicación cotidiana. Son los signantes, en este caso, quienes tienen que hacer suya la escritura: si ocurre así, aunque ello suponga cambios en símbolos u otro tipo de modificaciones como resultado de la práctica y de la intuición de los signantes, nuestro objetivo se habrá hecho realidad. Pues éste no ha sido otro que mostrar la posibilidad misma de la escritura de la LSE, y (al menos nosotros lo hemos sentido con frecuencia así) su belleza.

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EJERCICIOS Lecturas (Sòamia.eidaheb) 1. Ömaleb [1mauwu Sm r.òp Sz owroheb Ynëacrop Sch.amazpeb ömaleb, sm ewi. 13 âe âewab 2001] Vôle sòmi ômeazal, raëg t.acrob sòmia oli. Ye ynòzy swe vòb ye sp òb sp ab-ebëamuadahb pnéwruheb sl eäwruheb sm r.òp. 1macre, ye ynòzy swe ve-wy eämeadohb? Vôle sl aeyléíwoo olepui 1mauwu Sm r.òp Omauwruhob Sz owroheb Ynëacrop. Olepui sm r.òp sz owroheb sl eäwruheb sm pmo’ap chiwy-iälu? Sc òamaldy Kaeimaufeheb, Sg o’ámiuwruhob Omauwrohob Re-v Ynëacrop, Y Sòma o’ámizal yn.òpb Sóma o’afehezpb. Olepui pm.ôzpub sm r.òp emeufeho 1mauwu swe eäma Sz owroheb, iâmaz; swo òmau kéág 1mauwu swoo abomiu emaudohb. Hm òdaheb, swoo abomiu, sl òmiawrohob, emaufaho sb âemawroheb swey vaeme sz owroheb pm o’azpu. Sòmi òmicoaro, pm o’azpu sc o’amidohe F.èìmapyr; emiwrahe sTma Tmacyar T.ówruheb. Sòmi hn.omiqep sòami.òamaapeb swu omeab, sm èìmaufeheb sm eimiullru swe eämab sz owroheb sòmi emuazu; sòma òmizur sz owroheb shl òamiwroheb sm ebomidohb-i; sz owroheb sm eimiullru sj iäcea sc áécyary. Emaufaheb, olemuawrahob jewe sm jmâemala, áémywury v.òzpab z.èìzpab sz owroheb sc áécyary. Sòmi òmicoaro, sz owroheb sòma òmizur shl òamiwroheb, sp emeub emaufahe semi eikdohb. Ch.ópb: ch.iälp-b sz owroheb, sl ôfahb swe t.émaub, éímacie sl ömealab.

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2. Sòmia.òmezpi-zpy [Antonio Machado (1875-1939) Soledades, Galerías y otros poemas (1912) Poesía LXIV] T.ôwruhery.... hm.ôpb. Théág vôle, théág sm ynot. —Ch.ep-ye: ¿sj ômecyo jeimaucye yn.âemiuzpub? Sc ynecuyp sb yn.aëmop sm kòzub. —Sj ômeawaey aeyle soma.omezpaey… T.ôwruhe sòmiu òpabe smh abo’álley-swe elò, sm ym.ozpub sb ñozpuyb, sg o’ámiut sg o’ápre. Versión original: Desde el umbral de un sueño me llamaron… Era la buena voz, la voz querida. —Dime: ¿vendrás conmigo a ver el alma? Llegó a mi corazón una caricia. —Contigo siempre... Y avancé en mi sueño por una larga, escueta galería, sintiendo el roce de la veste pura y el palpitar suave de la mano amiga. 3. Sl v. o’áwob sm ymôzal Comunicación espontánea. A B ABC D E F

Tòmauwy, kòzub. ¿Vôle? Vôle. ¿Sö öpub vôle? Ot. Olemuywu, umawrohob sm aëwub-i. Vamizub…. Olemuywy sp eämeub v.ôwob. Stömiazy o-uma. ¿Olemuywu ele vôle? Sah íag sòmiu òmecea ym.o’azpu sp ò ômaat. ¿Sah íág chewe? Òmaat vôle-i, sm ömiapab-i eimaufahe.

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G Sm ym.odahb sm omealdb. Schomaq, ¿eile kò? H Iâmauz. Òmadahe, v.ôwob ym.o’azpu. Versión literal: I J K L M N O P Q R

Hola, cariño. ¿Qué tal? Bien. ¿Y el trabajo, qué tal? Regular. Hoy el jefe ha estado pesadísimo. Paciencia... Hoy tenemos macarrones para comer. Tengo hambre. Y tú ¿qué tal hoy? He ido ya al médico con el bebé. ¿Qué ha dicho el médico? Que el bebé está muy bien y que está muy sano. Me alegro mucho. ¿Duerme ahora? Sí. Vamos, ya está la comida.

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