El reinado de los Reyes Católicos en Galicia : actividad económica y fiscalidad regia [1 ed.] 8400101723, 9788400101725

Los Reyes Católicos procedieron a restaurar la efectividad del poder real y a construir un nuevo equilibrio en el repart

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Índice
Prólogo
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El reinado de los Reyes Católicos en Galicia : actividad económica y fiscalidad regia [1 ed.]
 8400101723, 9788400101725

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CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS XUNTA DE GALICIA INSTITUTO DE ESTUDIOS GALLEGOS PADRE SARMIENTO

EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS EN GALICIA: ACTIVIDAD ECONÓMICA Y FISCALIDAD REGIA

Amparo Rubio Martínez

CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS ANEJO XLIII SANTIAGO DE COMPOSTELA MMXVI

ANEJOS DE CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS I II

D. Domingo Fontán y su mapa de Galicia. En el primer centenario de su publicación. 1946. Eladio Leirós. El deambulatorio de la Catedral de Orense. 1948.

III

Fr. Mateo del Álamo y Fr. Justo Pérez de Urbel. (Transcripción). Viaje a Galicia de Fr. Martín Sarmiento (1754–1755). Ms. de la Abadía de Silos. 1950.

IV

D. Pedro González de Ulloa. Descripción de los estados de la Casa de Monterrey en Galicia. 1950.

V

Jesús Carro García (ed. lit.). Corónica de Santa María de Iria. Códice gallego del siglo XV. 1951.

VI

María Luisa Caturla. Un pintor gallego en la Corte de Felipe IV: Anto­ nio Puga. Seguido del apéndice «Los libros que poseía el pintor». 1952.

VII

Ramón Otero Pedrayo. El doctor Varela de Montes. Médico humanis­ ta compostelano del siglo XIX. 1952.

VIII

P. Aureliano Pardo Villar, O. P. Los dominicos en Santiago (apuntes históricos). 1953.

IX

José Manuel Pita Andrade. La construcción de la Catedral de Orense. 1954.

X

Jesús Carro García. Estudios jacobeos. Arca marmórica, cripta, orato­ rio o confesión, sepulcro y cuerpo del Apóstol. 1954.

XI XII

Antonio Fraguas Fraguas. Historia del Colegio de Fonseca. 1956. Antonio Fraguas Fraguas. Los colegiales de Fonseca. 1958.

XIII

Jesús Taboada. Monterrey. 1960.

XIV

José Luis Pensado Tomé. Fragmento de un «Livro de Tristán» galaico– portugués. 1962.

XV

Fermín Bouza–Brey Trillo. El señorío de Villagarcía desde su funda­ ción hasta su marquesado (1461–1655). Edición y estudio. 1965.

XVI

Ramón López Caneda. Prisciliano. Su pensamiento y su problema his­ tórico. 1966.

XVII

Carlos Martínez–Barbeito. Impresos gallegos de los siglos XVI, XVII y XVIII. 1970.

XVIII XIX XX

Antonio Meijide Pardo. La invasión inglesa de Galicia en 1719. 1970. Nieves de Hoyos Sancho. El traje regional de Galicia. 1971. Claude Bédat. El escultor Felipe de Castro. 1971.

XXI

José Ramón y Fernández Oxea y Manuel Fabeiro Gómez. Escudos de Noya. 1972.

XXII

Benito Varela Jácome. Estructuras novelísticas de Emilia Pardo Bazán. 1973.

XXIII

Ángel Rodríguez González (ed.). O Tumbo Vermello de Don Lope de Men­­ do­za. 1995.

XXIV

María José Portela Silva y José García Oro. La Iglesia y la ciudad de Lu­go en la Baja Edad Media: los señoríos, las instituciones, los hom­ bres. 1997.

XXV

Concepción Fontenla San Juan. Restauración e Historia del Arte en Ga­ licia. 1997.

XXVI

Baldomero Cores Trasmonte. Os senadores da Universidade de San­ tiago. 1998.

XXVII

Adolfo de Abel Vilela. A pompa funeral e festiva como exaltación do poder. O cerimonial en Lugo. 1999.

XXVIII

Enrique Cal Pardo. Episcopologio mindoniense. 2003.

XXIX

Mercedes Vázquez Bertomeu. La hacienda arzobispal compostelana. Libros de recaudación (1481–83 y 1486–91). 2002.

XXX

María Rosa Saurín de la Iglesia. Antonio, Francisco y Benigno de la Igle­ sia. Una biografía intelectual. 2003.

XXXI

Manuel Fernández Rodríguez. Toronium. Aproximación a la historia de una tierra medieval. 2004.

XXXII

José Leonardo Lemos Montanet. «Obra viva» de Ángel Amor Ruibal. 2004.

XXXIII

José Antonio Vázquez Vilanova. Clero y sociedad en la Compostela del siglo XIX. 2004.

EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS EN GALICIA: ACTIVIDAD ECONÓMICA Y FISCALIDAD REGIA

INSTITUTO DE ESTUDIOS GALLEGOS PADRE SARMIENTO

ANEJOS CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS Director Isidro García Tato Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, CSIC. Secretario Pablo S. Otero Piñeyro Maseda Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, CSIC. Comité Editorial Ana María Carballeira Debasa, Escuela de Estudios Árabes, CSIC. José María Cardesín Díaz, Universidade da Coruña. Marta Cendón Fernández, Universidade de Santiago de Compostela. María Helena da Cruz Coelho, Universidade de Coimbra (Portugal). Paula Pinto Costa, Universidade do Porto y Centro de Estudos da População, Economía e Sociedade (Portugal). Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, CSIC. Antón M. Pazos Rodríguez, Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, CSIC. Jose Augusto de Sottomayor–Pizarro, Univ. do Porto y Centro de Estudos da População, Economía e Sociedade (Portugal). Consejo Asesor Martín Almagro Gorbea, Real Academia de la Historia. Alfredo Alvar Ezquerra, Instituto de Historia, CSIC. Mário Jorge Barroca, Universidade do Porto (Portugal). Isabel Beceiro Pita, Instituto de Historia, CSIC. Tom Buchanan, Kellogg College (Reino Unido). Enrique Cantera Montenegro, Universidad Nacional de Educación a Distancia UNED. Mafalda Soares da Cunha, Universidade de Évora (Portugal). Luís Adão da Fonseca, Universidade do Porto (Portugal). Fernando García Sanz, Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma, CSIC. Miguel Ángel Ladero Quesada, Real Academia de la Historia. Elvira Lindoso Tato, Universidade da Coruña. Fernando López Alsina, Universidad de Santiago de Compostela. Christine Meek, Trinity College (Irlanda). Nuno Gonçalo Monteiro, Universidade de Lisboa (Portugal). Isabel Montes Romero–Camacho, Universidad de Sevilla. Consuelo Naranjo Orovio, Instituto de Historia, CSIC. César Olivera Serrano, Instituto de Historia, CSIC. Segundo L. Pérez López, Instituto Teológico Compostelano. Cristina de la Puente González, Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo, CSIC. Adeline Rucquoi, Centre de Recherches Historiques, EHESS–CNRS (Francia). Rafael Sánchez Saus, Universidad de Cádiz. María José Azevedo Santos, Universidade de Coimbra (Portugal). José Ramón Urquijo Goitia, Instituto de Historia, CSIC. Leontina Domingos Ventura, Universidade de Coimbra (Portugal). Ramón Yzquierdo Perrín, Universidade da Coruña.

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EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS EN GALICIA: ACTIVIDAD ECONÓMICA Y FISCALIDAD REGIA

Amparo Rubio Martínez

CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS ANEJO XLIII SANTIAGO DE COMPOSTELA MMXVI

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni par­te de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en ma­nera alguna por medio ya sea electrónico, quími­ co, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publi­ caciones.

Catálogo general de publicaciones oficiales: http://publicacionesoficiales.boe.es Editorial CSIC: http://editorial.csic.es (correo: [email protected])

© CSIC © Amparo Rubio Martínez NIPO: 723-16-307-0 e-NIPO: 723-16-308-6 ISBN: 978-84-00-10172-5 e-ISBN: 978-84-00-10173-2 Depósito Legal: M-42.887-2016 Imprime: Lugami Artes Gráficas Impreso en España. Printed in Spain. En esta edición se ha utilizado papel ecológico so­ me­­tido a un proceso de blanqueado ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.

A mis padres.

Índice

Prólogo .......................................................................................................... Siglas y abreviaturas ........................................................................................ Introducción ..................................................................................................

15 21 25

La fiscalidad real en el Reino de Galicia La geografía fiscal ........................................................................................... Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui .................... Obispado de Ourense ............................................................................. Obispados de Lugo y Mondoñedo .......................................................... Los impuestos ordinarios de la Corona: alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes .. Conceptos: alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes …………................... Alcabalas ........................................................................................ Diezmos de la mar ......................................................................... Alfolíes .......................................................................................... El marco jurídico: la legislación hacendística. Posibilidades de fraude y evasión fiscal en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales .................... Estrategias de fraude y evasión fiscal en la gestión de impuestos ordi­­narios . El arrendamiento de alcabalas ......................................................... Diezmos de la mar ......................................................................... Alfolíes .......................................................................................... Agentes y responsables del fraude ............................................................ La usurpación de las rentas reales por señores laicos y eclesiásticos .. El estamento eclesiástico y el pago de alcabalas .............................. Las ciudades como responsables del fraude y la evasión fiscal .........

43 44 52 54 55 55 57 60 65 73 76 76 82 87 89 90 91 94

12

Amparo Rubio Martínez

La evolución de las rentas reales ordinarias (1406 –1504) .................................

99

Los reinados de Juan II y Enrique IV (1406 –1474) ................................

101

Alcabalas ........................................................................................

103

Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui ...

103

Obispado de Ourense ............................................................

113

Obispado de Lugo .................................................................

121

Obispado de Mondoñedo ......................................................

123

Diezmos de la mar y alfolíes ...........................................................

126

El reinado de los Reyes Católicos (1474–1504) ......................................

138

Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui ............

142

Obispado de Ourense ....................................................................

150

Obispado de Lugo .........................................................................

160

Obispado de Mondoñedo ..............................................................

168

La percepción de las rentas reales por la Iglesia compostelana a finales del siglo xv: la Mesa arzobispal y el Cabildo catedralicio .....................................

183

El arzobispo de Santiago y la Mesa arzobispal compostelana ....................

184

Alcabalas y servicios .......................................................................

184

Diezmos de la mar .........................................................................

198

Juros de heredad y mercedes de por vida ........................................

203

El Cabildo catedralicio y la Mesa capitular ..............................................

207

Los impuestos extraordinarios en el Reino de Galicia ......................................

219

Pedidos y monedas .................................................................................

222

El pedido real extraordinario en la primera mitad del siglo xv .................

226

El pedido real extraordinario en la segunda mitad del siglo xv ................

234

El pedido de 1457 ..........................................................................

236

El pedido de 1462 ..........................................................................

239

El reinado de los Reyes Católicos: el pedido de 1476 y la contribución de la Hermandad ................................................................................

242

Los ingresos de la contribución de la Hermandad (1476 –1498) .....

244

Los aspectos económicos de la Hermandad .....................................

252

Los servicios extraordinarios en el Reino de Galicia (1500 –1517) ............

259

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Las rentas reales del Reino de Galicia en el conjunto de ingresos de la Corona de Castilla ..............................................................................................

13

269

Los agentes fiscales del Reino de Galicia Introducción .................................................................................................. Los arrendatarios de las rentas reales ordinarias en el Reino de Galicia: una vi­ sión de conjunto .................................................................................... Arrendatarios naturales del Reino de Galicia ........................................... Los judíos en el arrendamiento de las rentas reales en el Reino de Galicia . Arrendatarios foráneos ........................................................................... La participación de los arrendatarios menores y fiadores en el negocio finan­ cie­­­­ro ....................................................................................................... Arrendatarios menores ........................................................................... Fiadores ................................................................................................. Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui ............ Obispado de Lugo ......................................................................... Obispado de Ourense .................................................................... Obispado de Mondoñedo ..............................................................

295 299 302 313 321 333 334 347 347 358 364 373

Las actividades económicas en el Reino de Galicia: un estudio a partir de las contribuciones de alcabalas Los núcleos urbanos: A Coruña, Betanzos, Pontevedra, Santiago de Composte­ la, Lugo, Ourense, Viveiro ...................................................................... A Coruña ............................................................................................... Betanzos ................................................................................................ Pontevedra ............................................................................................. Santiago de Compostela ......................................................................... Lugo ...................................................................................................... Ourense ................................................................................................. Viveiro ................................................................................................... Distribución de la población urbana por sectores productivos: los ejemplos de A Coruña y Viveiro ................................................................................

383 389 406 417 430 444 451 465 469

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Amparo Rubio Martínez

El mundo rural. Niveles de renta en tierras de señorío ..................................... Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui .................... Obispado de Lugo .................................................................................. Obispado de Ourense ............................................................................ Obispado de Mondoñedo ...................................................................... Conclusiones ................................................................................................. Apéndices ...................................................................................................... Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475–1505) ....................................................... Índice de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Rei­­no de Galicia (1475–1505) ....................................................... Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488–1508) ....................................................... Índice de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488–1508) ....................................................... Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) . Índice de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) .. Índice de mapas y tablas ................................................................................. Fuentes y bibliografía .....................................................................................

487 488 492 495 498 603 627 629 635 637 671 677 693 697 707

Prólogo

L

Reyes Católicos procedieron a restaurar la efectividad del poder real y a construir un nuevo equilibrio en el reparto de funciones con los otros poderes políticos y sociales presentes, exigiendo la acepta­ ción de la efectiva preeminencia regia. Fue un empeño restaurador cuyo éxito promovió simultáneamente innovaciones de mucha importancia porque, ba­ sándose en él, Fernando e Isabel gobernaron y consiguieron resultados tras­ cendentales para el futuro, tanto en el interior de los reinos españoles como en el ámbito de las relaciones exteriores. Lo ocurrido entonces en Galicia se entiende bien dentro de esta perspec­ tiva porque no se aparta del modelo general que los reyes siguieron en su acción política aunque, eso sí, el proceso restaurador fue más intenso, al par­ tir de una situación previa de mayor degradación del poder regio, y tropezó en los primeros años con algunas circunstancias de mayor dificultad, pero también es cierto que se llevó a cabo actuando sobre unas estructuras insti­ tucionales y un modelo de organización social sustancialmente iguales a las del resto de la Corona de Castilla aunque con singularidades regionales —lo que no era exclusivo de Galicia— que debían tenerse presentes en el proceso de articulación entre poder regio y sociedad. Antes de la publicación del libro de Amparo Rubio se conocía bien la potente presencia de la Iglesia gallega, tanto en su vertiente episcopal como en la monástica, la importancia de los señoríos que la nobleza tenía en Gali­ cia, la organización tradicional de las relaciones entre señores y campesinos, la función creciente de los núcleos urbanos y del comercio, tanto interior como exterior por vía marítima, y otros aspectos sobre los que actuaron los reyes mediante su política de restauración al reducir el peso político de la nobleza señorial y vencer las resistencias de algunos de sus miembros, al apoyarse en la potencia eclesiástica, especialmente en la sede arzobispal de os

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Amparo Rubio Martínez

Santiago, cuyo titular era don Alfonso de Fonseca, y al proteger las funcio­ nes propias de los municipios de realengo, especialmente La Coruña. Fue, primero, el restablecimiento del orden público, mediante el envío de Gobernadores reales y la creación de un tribunal delegado de la Audiencia Real, ambos con jurisdicción sobre toda Galicia. Y fue, al mismo tiempo, el establecimiento de la Hermandad, efectivo desde 1482, como soporte militar y policial, que era parte de la general castellana aunque con algunas peculia­ ridades. El viaje regio de 1486 puso punto final a aquel periodo de reorgani­ zación, que ayudó también a desarrollar recursos y actividades económicas en una época de crecimiento, y abrió la puerta para que los impulsos guerreros de algunos encontraran cauce y sueldo en guerras externas a Galicia: primero en Granada, luego en Nápoles. Faltaba un elemento sustancial para componer mejor nuestro entendi­ miento de la acción política regia y de sus resultados en el contacto con las realidades gallegas. Me refiero al conocimiento detallado de la organización, recursos y gastos de la Hacienda real en Galicia, a las relaciones que tejía entre sociedad y fiscalidad, contrastando la situación deteriorada durante los reinados de Juan II y Enrique IV con la mejoría alcanzada, sin apenas modificar el marco institucional, en época de los Reyes Católicos. Este es el argumento del libro que ahora se presenta, en el que, sin duda, se exponen muchos conoci­mientos nuevos, básicos para entender las permanencias y los cambios, a la vez que se añaden innumerables precisiones y detalles, lo que, en definitiva, contri­buye a modificar o matizar puntos de vista, a alcanzar un entendimiento sustancial­ mente mejor de aquellas realidades históricas, más allá de algunos tópicos con­ vertidos en lugares comunes que, a veces, siguen cumpliendo su función de evitar el esfuerzo mental liberador a que obliga la reflexión crítica. El fundamento de esa reflexión es, en este caso, la intensa y dilatada investigación sobre un gran conjunto de documentos inéditos y casi todos desconocidos antes, procedentes de la gestión y administración de ingresos y gastos de la Hacienda real, con el complemento de otras fuentes docu­ mentales y de bibliografía tanto general como regional y local. Este libro adapta y resume el contenido de una tesis doctoral en cuya elaboración se invirtió mucho tiempo, esfuerzo e ingenio partiendo de los precedentes que proporcionaban otras semejantes, aplicándolos y mejorándolos para explicar el complejo caso gallego y su evolución a lo largo del siglo xv.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

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No es propio de un prólogo repetir o resumir lo que ya ha escrito el autor desde la misma introducción de su libro pero sí que puede serlo poner de relie­ ve algunos de sus principales resultados. El primero, sin duda, es la cuantifi­ cación detallada de los ingresos fiscales, entre 1429 y 1504, con el análisis de la importancia relativa y la evolución de los importes de las rentas ordinarias (alcabalas, diezmos de la mar, alfolíes de sal), por partidos o distritos, lo que ha llevado a reconstruir la geografía fiscal del reino con una minuciosidad toponímica que sólo parcialmente se refleja en esta edición resumida. El se­ gundo resultado se refiere a los contrastes que se dieron entre lo que ordenaba la legislación al definir las características de las rentas y las maneras de ges­ tionarlas, y los abusos, fraudes y desviaciones que ocurrieron en la realidad, a los que a menudo se puso coto en tiempo de los Reyes Católicos. La tercera gran aportación del libro es la demostración de cómo aumen­ taron los ingresos entonces, en parte como consecuencia del crecimiento de la actividad mercantil en una época de mayor paz interior, y en parte por la recuperación de rentas reales que hasta entonces habían cobrado abusiva­ mente los señores, aunque hubo casos diferentes y también respeto a muchas situaciones consolidadas, en especial por la sede arzobispal compostelana. El cuarto aspecto a destacar se refiere al fin de la «rebeldía fiscal» contra el pago de los servicios otorgados por las Cortes, donde no había procuradores de ciudades gallegas, en especial en la parte correspondiente a las monedas: los Reyes Católicos solventaron el problema al sustituir a los servicios por la contribución de la Hermandad, y cuando aquéllos volvieron, desde 1500, la situación había cambiado y no hubo más resistencias. El porcentaje gallego en el conjunto de los ingresos regios en toda la Corona creció, como en otras regiones, en términos absolutos, pero también en los relativos. La mejor gestión de las rentas tuvo mucho que ver, tanto cuando se arrendaba su cobro como cuando comenzaron a encabezarse algu­ nas alcabalas para su gestión directa a través de los municipios principales. El estudio de quiénes fueron los agentes fiscales permite reconstruir el mun­ do financiero en el que se movieron al menos un millar de personas entre 1480 y 1504, aportando además la relación detallada de sus nombres, útil para la historia social y económica de Galicia en aquel tiempo. También lo es el análisis pormenorizado de las alcabalas cobradas sobre los diversos productos de consumo en cada una de las principales localida­

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Amparo Rubio Martínez

des: La Coruña, Betanzos, Pontevedra, Santiago, Lugo, Orense, Viveiro. Los caracteres propios de la economía mercantil de cada una de ellas se perfilan así mucho mejor. Y, en lo relativo al ámbito rural, el importe global de las rentas en cada caso permite una jerarquización más fina de los niveles de riqueza de cada comarca o lugar, con muchas salvedades porque sería preci­ so tener presentes otros datos, como son el peso de las rentas señoriales, el detrimento de las regias y la gran importancia de la producción y consumo al margen del mercado. En definitiva, la imagen sobre la Galicia del siglo xv que se deduce de este libro reafirma conocimientos obtenidos por investigaciones anteriores, y proporciona muchos otros nuevos, tanto de orden general como aportando numerosos y antes no conocidos detalles. Es, a mi parecer, una obra funda­ mental cuya lectura será indispensable para quienes quieran entender mejor lo que Galicia era a finales de la Edad Media.

Miguel Ángel Ladero Quesada. Noviembre de 2016.

Siglas y abreviaturas

ACS

Archivo de la Catedral de Santiago de Compostela.

AGS

Archivo General de Simancas.

AHDS AHN AHUS AMC ARCHVa art. art. cit. arts. CAA CADM cap. CCA cit. CMC coord. coords. CSIC

Archivo Histórico Diocesano de Santiago de Compostela. Archivo Histórico Nacional. Archivo Histórico Universitario de Santiago de Compostela. Archivo Municipal de A Coruña. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. artículo. artículo citado. artículos. Cuaderno de arrendamiento de alfolíes (nota 43). Cuaderno de arrendamiento de los diezmos de los puertos de la mar de Galicia y Asturias (nota 29). capítulo. Cámara de Castilla. citada / citado. Contaduría Mayor de Cuentas. coordinador. coordinadores. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

doc.

documento.

docs.

documentos.

Dr.

doctor.

ed.

edición.

eds.

editores.

EMR

Escribanía Mayor de Rentas.

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Amparo Rubio Martínez

etc. Exp. fol. fols. Ibid. IEGPS leg. legs. lib. MP mrs. n.º núm. op. cit. pág. págs. r. RAH Ref. RGS s. d. s. f. sign. ss. t. UPV v. vol. vols.

etcétera. expediente. folio. folios. ibidem (en el mismo lugar). Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento. legajo. legajos. libro. Museo de Pontevedra. maravedís. número. número. opere citato (en la obra citada). página. páginas. recto. Real Academia de la Historia. referencia. Registro General del Sello. sin data. sin foliar. signatura. siguientes. tomo. Universidad del País Vasco. vuelto. volumen. volúmenes.

Introducción*

* Este trabajo se inscribe en el marco del proyecto de investigación: «Linaje, parente­ la y poder: la pirámide nobiliaria gallega (siglos xiii al xv)» (II) Ref. HAR2013–42985–P, que se lleva a cabo en el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, cuyo investi­ gador principal es el Dr. Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, y del subproyecto «Poder, sociedad y fiscalidad en el entorno geográfico de la Cornisa Cantábrica en el tránsito del Medievo a la Modernidad» Ref. HAR2011–27016–C02–01, dirigido por el Dr. Ernesto García Fernandez (UPV), integrado a su vez en el proyecto coordinado «Poder, sociedad y fiscalidad en la Corona de Castilla. Un estudio comparado de la meseta norte y de la cornisa cantábrica en el tránsito del medievo a la modernidad» Ref. HAR2011–27016– C02–00, y desarrollados ambos en el marco de la red temática de investigación coope­ rativa Arca Comunis. Una parte de este trabajo, especialmente la que tiene que ver con las actividades económicas desarrolladas en los núcleos urbanos del Reino de Galicia y los niveles de renta en el medio rural fue elaborada durante los años 2001 y 2006 gracias al programa de ayudas de predoctorales del Ministerio de Educación y Ciencia y de la Fundación Caja Madrid.

E

trabajo que aquí se presenta con el título «El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y fiscalidad regia» pre­ tende dar a conocer un periodo histórico, que supuso cambios de primer orden en el panorama político, económico y social del llamado reino de Galicia, y al que curiosamente han prestado muy poca atención los his­ toriadores gallegos. A la luz de la bibliografía existente, resulta indiscutible que hasta la fecha han sido muy pocos los trabajos dedicados a estudiar el reino de Galicia en su conjunto durante los siglos bajomedievales y menos aún durante el reinado de los Reyes Católicos. Una excepción la constituyen sin duda los trabajos del padre J. García Oro, —Galicia en los siglos XIV y XV o Galicia en la Baja Edad Media—, que aportaron en su día muchísima información acerca de las estructuras políticas, sociales y económicas de aquella región histórica denominada en las fuentes medievales Antiguo Reino de Galicia. La labor realizada por el padre Oro en estos trabajos debe ser considerada más que meritoria, no sólo por haber proyectado un estudio de ámbito regional, en el que se trata al mismo tiempo mundo rural y mundo urbano, descendiendo al caso parti­ cular de las principales villas y ciudades de realengo y señorío —ciudades episcopales— fundamentalmente. Pero sin duda, otro de los valores añadi­ dos de los trabajos del padre Oro sobre Galicia en la Edad Media, es haber dado a conocer la importancia de la documentación del Archivo General de Simancas para la historia del reino de Galicia, unos fondos documentales sobre los que como tendremos oportunidad de comprobar más adelante, se ha trabajado intensamente para la elaboración de este trabajo. Con excepción de los trabajos del padre García Oro, por lo general los estudios sobre el reino de Galicia en el periodo bajomedieval han sido desarrollados en el ámbito académico, tesis doctorales fundamentalmente, l

28

Amparo Rubio Martínez

que han permitido conocer poco a poco numerosos aspectos en relación con la política, las instituciones, la sociedad y la economía del reino de Galicia en los siglos bajomedievales. La mayoría de estos trabajos han sido elabo­ rados desde la perspectiva de la Historia Urbana, tratando muchos aspectos en relación con la economía y la sociedad del reino en los siglos XIV y XV. Así son de sobra conocidas las monografías sobre A Coruña (D. Barral, X. M. Sánchez Chouza), Pontevedra (J. Armas Castro), Santiago (J. E. Gelabert González), Ourense (A. López Carreira), Lugo (M. J. Portela y J. García Oro), Tui (E. Portela y X. Vila), etc. En relación con el mundo urbano, pero sobre todo con la actividad económica de las ciudades y la dinámica comer­ cial que mantenían a través de los puertos destaca el magnífico trabajo de E. Ferreira Priegue sobre Galicia en el comercio marítimo medieval. Junto a los trabajos dedicados al estudio de las ciudades, conviene re­ ferirse también a los que se han ocupado de analizar los poderes señoriales —laicos y eclesiásticos—, que gobernaban el antiguo reino de Galicia en los siglos bajomedievales y que han constituido una base fundamental para el conocimiento de la historia de Galicia de este periodo. Sobre los princi­ pales poderes eclesiásticos del reino hoy contamos con una serie de trabajos que aportan información de primer orden sobre el perfil institucional y las bases económicas de la Iglesia Catedral de Santiago —arzobispo y cabildo catedralicio—. Estudios señeros en este sentido fueron los de M. González Vázquez sobre la figura del arzobispo de Santiago en la Edad Media, o los de Fco. Javier Pérez Rodríguez sobre el Cabildo Catedralicio de Santiago. En relación con los poderes señoriales laicos debemos destacar los desarro­ llados por E. Pardo de Guevara sobre la casa condal de Lemos, o el relativo a la casa de Ribadavia de G. F. Fernández Suárez. Junto a estos trabajos de carácter monográfico, no debemos obviar tampoco los dedicados a monas­ terios e instituciones eclesiásticas del reino de Galicia, que completan el panorama historiográfico del reino de Galicia en este periodo. La edición de colecciones documentales de iglesias y monasterios gallegos ha sido muy abundante en los últimos años, poniendo a disposición de la comunidad científica una ingente masa documental desde la que abordar la historia de Galicia de este periodo desde distintas perspectivas de análisis. Con este panorama historiográfico previo, nuestro objetivo prioritario en este trabajo se centró desde un principio en el estudio de la documen­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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tación hacendística conservada en el Archivo General de Simancas, lo que requería una ardua tarea de desbroce documental, sin ofrecer a priori plenas garantías de satisfacer las expectativas propuestas. Sin embargo, una vez emprendida la primera fase de localización y estudio de la documentación hacendística fue posible comprobar como ésta constituía un observatorio privilegiado para conocer las estructuras político–institucionales y socioeconómicas del reino, los poderes señoriales que gobernaban el territorio a fines de la Edad Media, y por supuesto, las medidas políticas introducidas por los Reyes Católicos que sentarían las bases de un nuevo periodo de gobierno caracterizado por la recuperación del ejercicio efectivo del poder real, la regularización hacendística y el nuevo equilibrio de poderes en el reino de Galicia, incluyendo el de las villas y ciudades de realengo. Partiendo de estas ideas previas, el trabajo que aquí se presenta se cen­ tra en el estudio de la fiscalidad regia y el efecto que ésta tuvo en la acti­ vidad económica y comercial de las principales villas y ciudades del reino de Galicia. La temática de estudio elegida para esta monografía ha tenido como precedente el trabajo que en su día fue objeto de nuestra tesis doc­ toral; Hacienda y Gobierno de los Reyes Católicos en Galicia, en el que nos ocupamos de estudiar no solo la evolución que experimentan las rentas reales en los distintos partidos fiscales que conforman el reino de Galicia a fines del siglo XV —arzobispado de Santiago, obispados de Ourense, Lugo y Mondoñedo— sino sobre todo el reparto de las rentas entre los denomina­ dos grupos de poder —nobleza, iglesia y oligarquías urbanas—. En él tratamos aspectos fundamentales para el conocimiento de la his­ toria social y económica del reino de Galicia en el siglo XV. Entre otras cuestiones, prestábamos atención al proceso de pacificación del reino, el restablecimiento de la justicia y el orden social que llevaron a cabo los Reyes Católicos desde el inicio de su reinado, el proceso de regularización hacendística que emprendieron mediante la integración de las rentas de se­ ñorío a la Corona, los distintos tipos de impuestos reales —ordinarios y ex­ traordinarios— que se recaudaron en el reino durante toda la centuria y los problemas que ocasionó la recaudación de algunos de ellos, fundamental­ mente los servicios extraordinarios, debido a la falta de representación del reino en Cortes. No obstante, el objetivo prioritario de nuestra investigación en aquel trabajo no fue otro sino el estudio del gasto y distribución de la

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riqueza entre la sociedad y el proceso de jerarquización social que resultó del reparto de las rentas reales entre los denominados grupos de poder. Partiendo de este trabajo de carácter monográfico, que permitió cono­ cer aspectos fundamentales sobre las estructuras de poder existentes en la Galicia de fines del siglo XV, la monografía que ahora se presenta pretende analizar con mayor detalle la evolución que experimenta la fiscalidad regia en el reino de Galicia, fundamentalmente en lo que se refiere a los impuestos ordinarios, aunque también prestaremos atención a la fiscalidad extraordi­ naria y a los distintos tipos de impuestos extraordinarios que la monarquía fue demandando en función de las nuevas necesidades. En él trataremos de analizar el origen, naturaleza y evolución de los distintos tipos de impuestos ordinarios que se recaudaban en Galicia a fines del siglo XV —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes—, así como los problemas que generó su recau­ dación, teniendo en cuenta las nuevas perspectivas de análisis con las que en la actualidad se están abordando los estudios de fiscalidad. Desde esta nueva perspectiva, nos proponemos abordar el estudio de las redes de agen­ tes fiscales que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales, los sujetos que intervinieron en los procedimientos recaudatorios, los distintos mecanismos de fraude y evasión fiscal desarrollados por los financieros y por la sociedad en su conjunto para defraudar al fisco regio, las actividades económicas que se llevaron a cabo en los principales núcleos ur­ banos del reino de Galicia a fines del siglo XV etc., una serie de temas cuyo interés ha sido puesto de relieve convenientemente por la historiografía más reciente, y que hemos tratado de analizar en el caso del reino de Galicia. Con estas bases e ideas previas, nuestro trabajo se estructura en tres bloques temáticos principales; el primero de ellos pretende dibujar un pano­ rama lo más exhaustivo posible sobre la evolución que presentan las rentas reales en el reino de Galicia durante el siglo XV. En él se estudia la geogra­ fía fiscal del reino, en este caso la que se organizó para hacer frente al pago de los impuestos reales, en un marco geográfico —el antiguo reino de Gali­ cia— dividido en cuatro partidos fiscales (arzobispado de Santiago con Tui, obispado de Ourense, Lugo y Mondoñedo), que en por lo general venían a coincidir con la distribución eclesiástica de la época. Como veremos más adelante, la documentación sobre la que se ha tra­ bajado nos ha permitido obtener un conocimiento bastante preciso sobre el

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marco geográfico y administrativo en torno al que se articulaba la recauda­ ción de los impuestos en el reino de Galicia, los dominios señoriales —lai­ cos y eclesiásticos— que se localizaban en cada partido fiscal, permitiendo comprobar al mismo tiempo cuales eran los territorios que tributaban direc­ tamente a la Hacienda Regia y cuales los que entregaban sus rentas a los poderes señoriales, etc. En segundo lugar se lleva a cabo el estudio de los distintos tipos de impuestos ordinarios que se recaudaban en el reino de Galicia, analizando el origen y evolución de cada uno de ellos y su desarrollo desde el punto de vista jurídico a partir de la información que proporciona la legislación hacendística de la época, que permite conocer las posibilidades con las que contaban los agentes y responsables de su recaudación para defraudar al fisco regio, evadir el pago de impuestos, o beneficiarse de la gestión de las rentas reales mediante el ejercicio de una gran variedad de prácticas ilícitas. Asimismo, hemos tratado de averiguar quiénes eran los principales responsables del fraude y la corrupción fiscal, teniendo en cuenta que éstas fueron prácticas generalizadas durante toda la Edad Media, que afectaban al conjunto de la sociedad, y que fueron llevadas a cabo tanto por los propios señores —laicos y eclesiásticos— que efectuaban tomas forzosas sobre las rentas reales, como por el estamento eclesiástico, que en ocasiones trataba de evadir el pago de alcabalas o los gobiernos locales, responsables de bue­ na parte de estas operaciones de carácter fraudulento. A continuación se analiza la evolución que experimentan las rentas reales —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes— en el reino de Galicia a lo largo del siglo XV, prestando especial atención a los reinados de Juan II y Enrique IV, para comprobar después cuales fueron los principales cambios introducidos en el reinado de los Reyes Católicos en materia hacendística que serían responsables del notable crecimiento que experimentarían las rentas reales durante este periodo. En relación con las rentas reales ordina­ rias, consideramos de especial interés analizar todo lo relativo a la parte que percibía la Iglesia de Santiago —mesa arzobispal y cabildo catedralicio— en el marco jurisdiccional de la Tierra de Santiago, por cuanto ésta suponía una importante fuente de detracción para la Hacienda Real Castellana. Un quinto apartado dentro de esta primera parte se dedica al estudio de los impuestos extraordinarios que se recaudaron en el reino de Galicia

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durante el siglo XV —pedidos reales, contribución de la Hermandad y ser­ vicios extraordinarios—, un tema que despierta especial interés en el caso de Galicia, al tratarse de un territorio que muestra una gran resistencia al pago de pedidos durante los tres primeros cuartos del siglo XV. Finalmen­ te, a modo de síntesis, trataremos de valorar lo que significó en términos económicos la contribución de Galicia al fisco regio, con respecto a otras regiones fiscales de la Corona de Castilla, así como lo que aportaba Galicia en el conjunto de territorios de la Cornisa Cantábrica. En el segundo capítulo de este trabajo se lleva a cabo un análisis, desde el punto de vista prosopográfico, de la red de agentes fiscales encargados de la recaudación de las rentas reales, un grupo heterogéneo formado por arrendatarios, financieros, hombres de negocio, mercaderes en muchos ca­ sos, que hicieron de su participación en la gestión de las rentas reales un medio de vida o una forma de complementar sus ingresos cuando su acti­ vidad profesional principal era otra. La presencia de arrendatarios autócto­ nos, judíos y la posterior aparición de arrendatarios foráneos en la gestión de las rentas reales del reino de Galicia en los últimos años de la centuria no resulta ni mucho menos arbitraria, sino que como tendremos ocasión de comprobar más adelante responde a circunstancias y coyunturas concretas, fundamentalmente al interés que tenían buena parte de estos financieros en hacerse con el control de las rentas de Galicia, que durante estos años se incrementarían de manera exponencial y de las que esperaban obtener amplios márgenes de beneficio. Siguiendo la estructura piramidal que presentan estas redes de arrenda­ tarios y financieros nos proponemos estudiar también la participación de los arrendatarios menores y fiadores en el negocio fiscal, especialmente todo lo relacionado con sus niveles de renta y bienes patrimoniales, aprovechando las amplias posibilidades de análisis que ofrecen las llamadas informacio­ nes de abono de la Escribanía Mayor de Rentas, que permiten completar muchos detalles acerca de la trayectoria profesional de estos sujetos avecin­ dados en los principales núcleos urbanos del reino de Galicia. Uno de los temas directamente relacionados con el ejercicio de la fis­ calidad que ha llamado especialmente nuestra atención y al que dedicamos buena parte de este trabajo es el que tiene que ver con las actividades econó­ micas que se desarrollaron a finales del siglo XV en las principales ciudades

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del reino de Galicia. Algunas de estas cuestiones han sido ya tratadas, de manera más o menos tangencial, por una serie de autores que centraron sus investigaciones en torno a la historia urbana de las principales ciudades del reino de Galicia. En el caso que nos ocupa, hemos tratado de aprovechar las posibilidades de estudio que ofrecen los Expedientes de Hacienda del Archi­ vo General de Simancas, para profundizar un poco más en el conocimiento de las distintas actividades económicas y comerciales que se desarrollaron en las principales ciudades del reino de Galicia. A partir de su estudio, es posible comprobar cuáles eran los productos más demandados en los mer­ cados locales, quienes eran los arrendatarios que con mayor frecuencia se hacían con el control de las rentas de determinados productos, etc. La información que proporciona esta serie documental nos permite co­ nocer, por otra parte, no sólo el valor en el que se arrendaron los distintos ramos de la actividad económica de las principales ciudades del reino de Galicia, sino también en muchos casos la identidad de los arrendatarios que se hicieron cargo de las rentas, los problemas y dificultades que encontra­ ron en la recaudación de las mismas, las cuantías recaudadas, el margen de ganancias y beneficios obtenidos del negocio fiscal etc. Lamentablemente, no es posible conocer las actividades económicas que se desarrollaron en los principales núcleos del medio rural, aunque si se conocen los valores que alcanzaron las rentas reales ordinarias en cada una de las demarcacio­ nes o unidades fiscales que contribuían en cada partido fiscal (merindades, partidos, alfoces, juzgados, cotos, feligresías, etc.), permitiéndonos com­ probar cuales eran las regiones más potentes desde el punto de vista econó­ mico y fiscal. Finalmente, tratando de aprovechar las posibilidades que ofrecen los padrones fiscales, no sólo para el estudio de la fiscalidad, sino también para el conocimiento del volumen de población de las principales villas y ciuda­ des del reino y de los distintos grupos socioeconómicos que habitaban en ellas, hemos llevado a cabo un somero estudio sobre la distribución pobla­ cional de algunas ciudades, tomando como referencia los padrones fiscales elaborados en 1496 para el pago de la contribución de la Santa Hermandad en las ciudades de A Coruña y Viveiro. El trabajo concluye con una valoración final sobre el reinado de los Re­ yes Católicos en Galicia, así como de las distintas cuestiones tratadas, y se

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completa con una serie de apéndices que registran la identidad de arrenda­ tarios y recaudadores mayores, arrendatarios menores y fiadores de rentas, con el objetivo de facilitar al lector algunas breves indicaciones sobre su identidad, localización, rentas que arrendaron, periodos en los que intervi­ nieron, etc. La labor investigadora llevada a cabo para la elaboración de este traba­ jo ha precisado la consulta de amplios fondos documentales del Archivo General de Simancas; especialmente los de carácter hacendístico, —Con­ taduría Mayor de Cuentas, Escribanía Mayor de Rentas, Mercedes y Privi­ legios, Expedientes de Hacienda—, además de los ya conocidos del Regis­ tro General del Sello, Diversos de Castilla, Cámara de Castilla —pueblos y personas—, etc., aunque también hemos trabajado con documentación procedente de los principales archivos del reino de Galicia, en especial las series de Protocolos Notariales conservadas en el Archivo de la Catedral de Santiago y en el Archivo Histórico Universitario de Santiago. De los fon­ dos documentales mencionados, la documentación hacendística del Archivo General de Simancas, ha constituido la base principal de nuestra investi­ gación, particularmente la que contienen las secciones Contaduría Mayor de Cuentas, Escribanía Mayor de Rentas y Expedientes de Hacienda. Las dos primeras proporcionan un conocimiento detallado acerca de la evolu­ ción que experimentaron las rentas reales durante todo el siglo XV. Preci­ samente, la Contaduría Mayor de Cuentas ofrece unos sumarios generales de gastos e ingresos de extraordinario interés para trazar la evolución que experimentaron las rentas reales en cada uno de los partidos fiscales objeto de estudio, permitiendo así conocer los valores que alcanzaron los ingresos ordinarios de la Corona en el reino de Galicia y las diferentes partidas del gasto libradas durante el reinado de los Reyes Católicos. Desafortunada­ mente, no conservamos documentación de la Contaduría Mayor de Cuentas para los años anteriores al reinado de los Reyes Católicos, lo que dificulta el conocimiento de los ingresos que la Hacienda Real recaudó en el reino de Galicia durante los tres primeros cuartos del siglo XV y las cantidades libra­ das con cargo a tales ingresos, un vacío documental que debe ser cubierto a partir de la documentación de la Escribanía Mayor de Rentas. Como organismo dependiente de la Contaduría Mayor de Hacienda, la Escribanía Mayor de Rentas daba fe de las distintas fases del proceso

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de arrendamiento y recaudación de las rentas reales, razón por la cual esta sección conserva la documentación más antigua, con una amplia y variada tipología documental. Particularmente en este trabajo, nuestra atención se ha centrado sobre todo en las Hojas de cargo y data (relaciones de ingresos y gastos), Posturas, que relatan con el máximo detalle como se llevaron a cabo los procesos de subasta, puja y remates de las rentas reales, e Infor­ maciones de abono, que proporcionan un conjunto de noticias de valioso interés para el conocimiento de los bienes, hacienda y patrimonio de los agentes fiscales que intervinieron en el proceso de arrendamiento de las rentas reales, especialmente de aquellos que avalaron las rentas con las co­ rrespondientes fianzas. Otro de los fondos documentales que ha sido objeto de estudio en este trabajo, son los Expedientes de Hacienda, elaborados en tiempos de Fe­ lipe II, a instancias del propio monarca con el fin de conocer los valores que habían alcanzado las alcabalas en los años anteriores, no sólo las que fueron gestionadas por vía de arrendamiento, sino también de las que se recaudaron a través del encabezamiento durante el último decenio del rei­ nado de los Reyes Católicos. Para el caso de Galicia, esta serie documental contiene referencias desde 1484 en adelante, relativas todas ellas al valor que adquirieron las rentas en los arrendamientos al por menor, no sólo en los principales núcleos urbanos del reino, sino también en el medio rural, lo que nos permite establecer una cierta jerarquía entre los niveles de rentas de las ciudades y del campo, pudiendo comparar asímismo los ingresos de las villas y lugares situados en las zonas costeras con los que alcanzaron las poblaciones del interior. Por otra parte, esta voluminosa y completa serie documental, nos proporciona información muy detallada acerca de las dis­ tintas actividades económicas que se desarrollaron en las principales villas y ciudades del reino durante este período, y revela en muchos casos, la identidad de los sujetos que se hicieron cargo de cada uno de los ramos de la actividad económica. La serie Mercedes y Privilegios constituye otro de los grandes pilares de estudio de este trabajo. Este conjunto documental contiene fundamental­ mente los juros de heredad y mercedes de por vida que tenían asignados los denominados grupos de poder en las rentas reales, que recibían cada año mediante los correspondientes pagos de situados o gasto fijo con cargo a la

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Hacienda Regia. La información obtenida en esta serie documental resulta fundamental para el estudio del gasto y distribución de la riqueza en el rei­ no de Galicia, pero además permite identificar los dominios señoriales en los que buena parte de la nobleza titulada del reino de Galicia recaudó las alcabalas durante los tres primeros cuartos del siglo, alcabalas que a partir de 1480 pasarían a tributar a la Hacienda Regia. Además de la documentación hacendística, han sido consultados otros fondos documentales del Archivo General de Simancas de especial interés para el tema que nos ocupa. Entre ellos, destaca la sección Diversos de Castilla en la que se conservan varios ejemplares de cuadernos de arren­ damiento de diezmos de la mar y alfolíes del reino de Galicia, además de la información relativa a la reducción aplicada a los juros y mercedes de la nobleza y aristocracia del reino de Galicia en 1480, una información de primera mano para profundizar en el conocimiento del reparto del poder en la Galicia del siglo XV. En lo que se refiere al Registro General del Sello, debemos destacar la variedad temática que alberga esta sección documental, que recoge to­ dos los documentos resolutivos expedidos en la corte con el sello de placa por distintos organismos, especialmente el Consejo Real y la Cámara de Castilla, y de ahí la amplitud de temas que trata, pues responde a la gran variedad de competencias que abarcaban ambos organismos, que reflejan multitud de aspectos de la sociedad castellana de la época. Para el caso que nos ocupa, además de la documentación relativa al periodo 1480–1501, disponible en el Portal de Archivos Españoles PARES (http://pares.mcu. es/), hemos trabajado con especial atención la documentación que abarca los años 1501–1520, con abundantes noticias sobre la recaudación de las rentas reales ordinarias en el reino de Galicia durante estos años, compañías de arrendatarios que se hicieron cargo de la gestión y recaudación de las rentas, aspectos relacionados con el fraude y la evasión fiscal, etc. Por otra parte, la documentación de carácter judicial conservada en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, en especial la sección de pleitos civiles y la sala de Hijosdalgo, contiene documentación de ex­ traordinario interés para el estudio de la población de los distintos núcleos urbanos del reino de Galicia: los llamados Padrones fiscales. Este tipo do­ cumental que se conserva sobre todo en los archivos de justicia aportados

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como prueba testimonial en los pleitos de hidalguía, proporciona datos fun­ damentales para nuestra investigación al permitirnos estimar, siempre de forma aproximada, el volumen de población de las ciudades, el número de mujeres viudas que figuran como vecinos pecheros, la relación de hidalgos exentos de pago, oficios y profesiones desarrolladas por algunos de estos vecinos... Lamentablemente, para el caso que nos ocupa solo hemos podido manejar algunos padrones fiscales de A Coruña y de la villa de Viveiro de finales del siglo XV, ya que los existentes para otras ciudades del reino de Galicia son de fechas mucho más tardías, por lo que su estudio no nos com­ pete en este trabajo. El estudio de la documentación procedente del Archivo General de Si­ mancas se completa, finalmente, con la documentación conservada en los principales archivos del antiguo Reino de Galicia. Entre ellos, destacamos el Archivo de la Catedral de Santiago y el Archivo Histórico Universitario de Santiago, cuyas colecciones de protocolos notariales recogen un sinfín de noticias sobre muchos aspectos de la vida cotidiana de los distintos lina­ jes nobiliarios, hidalguía y élites urbanas del reino de Galicia. Así por ejem­ plo, las colecciones de Protocolos del Archivo de la Catedral de Santiago proporcionan datos de valioso interés para el estudio de buena parte de los arrendatarios, financieros y hombres de negocios que en muchos casos integraban las filas de la oligarquía urbana. En esta documentación figuran cartas de compraventa, foros y testamentos de los principales arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales: Ruy Martínez de Carballido, el notario santiagués Lope Gómez de Marzoa, y Gutierre de Sandoval son algunos de ellos. En esta misma línea, la documentación del Archivo Histó­ rico Universitario de Santiago aporta información de extraordinario interés para identificar a muchos miembros de las élites y oligarquías urbanas, al­ gunos de los cuales disfrutaban también de la condición de hidalgos. En relación con el criterio adoptado para la toponimia que el lector en­ contrará a lo largo del trabajo, debo señalar que una de las mayores dificul­ tades que se me plantearon en el momento de redactar estas páginas fue la de adoptar un criterio razonable a la hora de citar los topónimos. En algunos casos, especialmente los referidos a entidades menores, la identificación de topónimos actuales ha resultado excesivamente complicada, de ahí que se haya preferido mantener la forma documental escribiéndolos en letra

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cursiva. Para el resto —y para evitar polémicas— he optado por utilizar los topónimos oficiales, a pesar de no ser mi opción preferida ya que empobre­ ce la extraordinaria diversidad de los mismos, forjados todos ellos tras casi mil años de historia. En el caso de la antroponimia, nuestro criterio ha sido respetar, de manera estricta, la forma que aparece en los documentos. Por último, debo señalar que soy perfectamente consciente de las limi­ taciones que puede contener este trabajo y del marcado predominio en él del carácter expositivo frente a la interpretación y reflexión histórica. Pero lo cierto es que no se puede interpretar lo que no se conoce y en el caso que nos ocupa resulta evidente que el tema de estudio elegido en este trabajo no había sido abordado anteriormente por la historiografía gallega, de ahí un primer esfuerzo en recopilar, ordenar, interpretar y exponer la informa­ ción para hacerla mínimamente inteligible al lector. Con todo y pese a las dificultades encontradas, no hemos renunciado a realizar un gran esfuerzo de síntesis, interpretación y reflexión histórica a lo largo del trabajo, que esperamos pueda ser completado por futuras investigaciones, y abrir al mis­ mo tiempo nuevas perspectivas de análisis desde las que abordar el conoci­ miento de este periodo de la historia de Galicia. Finalmente, no quisiera concluir esta introducción sin manifestar mi agradecimiento a las personas que me ayudaron y me acompañaron en este largo camino. Mi director de tesis, D. Miguel Ángel Ladero Quesada, de quien tanto aprendí y a quien tanto debo, mi primer reconocimiento en este trabajo es para él. A los distintos profesionales, directores de las institu­ ciones en las que me formé, el profesor Denis Menjot (Université Lyon2), Eduardo Pardo de Guevara y Valdés (IEGPS–CSIC), M.ª Isabel del Val Val­ divieso (Instituto de Historia Simancas–UVA), Ernesto García Fernández (UPV), Juan Antonio Bonachía Hernando (UVA), Hilario Casado Alonso (UVA), mi reconocimiento y gratitud para todos ellos. Al personal del Ar­ chivo General de Simancas y del Archivo de la Real Chancillería de Valla­ dolid, en especial a sus actuales directoras doña Julia Rodríguez de Diego y doña Cristina Emperador Ortega, por su generosa ayuda y colaboración prestada en todo momento. Al personal de los Archivos del antiguo reino de Galicia (Archivo de la Catedral de Santiago, Archivo Histórico Diocesano de Santiago, Archivo Histórico Universitario, Archivo del Reino de Galicia, Archivo Municipal de A Coruña), a los que deseo agradecer publicamen­

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te su inestimable ayuda y sabias orientaciones. Finalmente un recuerdo y agradecimiento especial a mis familiares y amigos más directos que con su apoyo incondicional hicieron que este trabajo fuera posible y a las personas que con su ayuda contribuyeron a perfilarlo: Pablo Otero Piñeyro–Maseda, Carlos A. González Paz, Pablo Ortego Rico, María Álvarez Fernández, Mi­ guel García–Fernández y Álvaro Solano Fernández–Sordo. A todos ellos mi agradecimiento más sincero.

La fiscalidad real en el Reino de Galicia

La geografía fiscal

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ntes de abordar el análisis de la evolución que presentan cada uno de los distintos tipos de impuestos ordinarios que serán objeto de estudio en el presente trabajo, conviene referirse aunque sea bre­ vemente, al marco geográfico y administrativo sobre el que se efectuaba la recaudación de dichos impuestos en la Galicia del siglo xv. Desde princi­ pios del siglo xv, Galicia se encontraba dividida en cuatro partidos fiscales principales en orden al pago de los impuestos ordinarios y extraordinarios: el arzobispado de Santiago con el obispado de Tui, y los obispados de Lugo, Ourense y Mondoñedo, en los que se localizaban una serie de seño­ ríos cuyas rentas percibían sus titulares.1 Por lo general, los límites de cada uno de estos partidos fiscales venían a coincidir con los que marcaba la división eclesiástica de la época, aunque no siempre fue así, teniendo cons­ tancia en algunos casos de la recaudación de las alcabalas de determinados lugares en un partido fiscal diferente al de la diócesis a la que pertenecían. Esta situación es la que tenía lugar a fines del siglo xv en Ribadavia, perte­ neciente a la diócesis tudense, cuyas alcabalas se recaudaban en el partido fiscal de Ourense.

Noticias obtenidas a partir de la información que proporcionan las hojas de recabdo de la Escribanía Mayor de Rentas, sobre el valor de los señoríos tasados en los partidos fiscales mencionados. Al respecto véase la relación de señoríos tasados en el arzobispado de Santiago y obispado de Tui en 1451 en AGS, EMR, leg. 8, fol. 142 y la de los señoríos tasados del obispado de Ourense de 1455 en AGS, EMR, leg. 4–II, fols. 644 y 645 y leg. 7, fol. 343. 1

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De los cuatro partidos fiscales en los que se dividía el Reino de Gali­ cia, el arzobispado de Santiago era el más importante en extensión y volu­ men de rentas. Durante todo el siglo xv, las rentas reales del arzobispado de Santiago se arrendaron junto a las del obispado de Tui, formando un único partido fiscal. Dentro de sus límites, se situaban ciudades y villas de realengo —A Coruña, Betanzos y Baiona—, pertenecientes éstas dos últimas al señorío del principado de Asturias, diversas jurisdicciones se­ ñoriales, —laicas y eclesiásticas— y un conjunto de villas y lugares, cotos y feligresías que constituían la denominada tierra llana o no privilegiada.

Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui A finales del siglo xv, el señorío que los prelados compostelanos ejer­ cían sobre la Tierra de Santiago se consideraba el más importante del Rei­ no de Galicia por su antigüedad y extensión. Los límites tradicionales del señorío de la Iglesia de Santiago habían quedado fijados en el año 915 por Ordoño II, estableciendo el límite Norte en el río Tambre y el Sur en el Ulla. Unos años después, en 1120 la reina Urraca establecería como nuevo límite al Este el río Iso, afluente del Ulla, que pasaba a la altura de Arzúa. Sin embargo, muy pronto los límites fijados por estos monarcas quedaron desbordados a partir de nuevas concesiones reales de villas y lugares otor­ gadas a la Iglesia Compostelana.2 Dentro del señorío jurisdiccional de la Tierra de Santiago se distin­ guían dos tipos de territorios en función de su categoría jurídica: la tierra llana, no privilegiada o de realengo —reguenga—, habitada por pecheros y sujeta al derecho común, y la tierra privilegiada, que se dividía a su vez en la que comprendían las jurisdicciones de iglesias y monasterios, los do­ minios señoriales de la nobleza titulada y la jurisdicción que ocupaban las villas que gozaban de fuero.3

Antonio López Ferreiro, Fueros municipales de Santiago y su tierra, Santiago de Compostela, 1975 (1.ª ed. 1896 –1897, 2 vols.), pág. 144. 3 Ibid., pág. 170. 2

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Océano Atlántico

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Mar Cantábrico

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Mondoñedo

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Océano Atlántico

LEÓN

Ourense

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Tui

PORTUGAL

Mapa 1. Partidos fiscales en que se dividía el Reino de Galicia entre los años 1480 y 1504.

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A partir de esta división, resulta evidente que dentro de la Tierra de San­ tiago coexistían distintas jurisdicciones, y que dentro de los límites de este ex­ tenso señorío eclesiástico se situaban otros de menor entidad, ciertos señoríos nobiliarios y los denominados lugares reguengos. Así, formaban parte del señorío eclesiástico de la Iglesia de Santiago la ciudad de Santiago de Com­ postela y su tierra, las villas de Muros, Noia y Padrón, Pontevedra, Fisterra, La Puebla del Deán y su término, Cee y Corcubión. La ciudad de Tui con las villas de Vigo y Redondela pertenecían al señorío eclesiástico del obispo de Tui. Con excepción de los señoríos mencionados, las ciudades y los lugares de realengo —reguengos—, el resto de las villas y lugares situados en el arzo­ bispado de Santiago se hallaban sujetas a dependencia señorial, ya se tratase de señorío laico o eclesiástico —abadengos—. A finales de los años setenta, poseían la condición de lugares reguen­ gos el puerto de Cangas y la Tierra de Morrazo, Pontesampaio, el puerto de Sanxenxo de Padriñán, Fefiñans, O Grove, Vilanova de Arousa, Palmeira, Vilagarcía, Aguiño, Muxía, Malpica, el reguengo y juzgado de Pontevedra con el coto de Poio, Caldas de Reis y Caldas de Cuntis, las merindades de Lobeira, Castro de Montes y A Barreira, la Tierra de Tabeirós, la de Monte Sacro, Val de Cordeiro, la Tierra de Quintá, Cruces y Herbón, el juzgado de Noia, el alfoz de Muros, la merindad del coto de Xallas, As Dúas Casas y el coto de Bama, Arzúa con el coto de Serantes y Melide.4

AGS, EMR, leg. 28–II, fol. 184 (1477). Véase también Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal compostelana: libros de recaudación (1481–1483 y 1486 –1491), Santiago de Compostela, CSIC, 2002. Los libros de recaudación de la hacienda arzobispal nos permiten conocer con más detalle cuales eran los cotos y feligresías que poseían la condición de reguengos: el coto de Bama y Dúas Casas, las feligresías de Pantiñobre, San Martiño de Calvos y San Vicenzo de Arceo, el coto de Piloño, las villas de Melide y Arzúa, la Tierra de Rodeiro, la merindad de Castro de Montes con el coto de Lebozán y Caldever­ gazo, la Tierra de Tabeirós, las merindades de A Barreira y Monte Sacro (San Mamede de Ribadulla, San Cristovo de Merín, Santa Cruz de Ribadulla, San Pedro de Vilanova, Santa Baia de Vedra, Santo André de Illobre, San Miguel de Sarandón, San Pedro de Sarandón y San Bréixome de Sergude), la Tierra de Cordeiro, la Tierra de Quintá, Cruces y Herbón, Caldas de Cuntis, Caldas de Reis con sus reguengos, Pontevedra con sus reguengos (co­ tos de Lérez, los Cobres y San Xoán de Poio y feligresías de Cerponzóns, San Pedro de Campañó y San Fins de Solobeira), Vilanova de Arousa, el puerto de O Grove, Redondela, 4

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Entre los señoríos nobiliarios situados en el arzobispado de Santia­ go que figuran en la documentación de mediados del siglo xv destaca, en primer lugar, la ciudad de Betanzos y la villa de Baiona, pertenecientes al señorío del principado de Asturias. Dentro de los límites del arzobispado, se ubicaban también los señoríos de don Fernán Pérez de Andrade, hijo de Nuño Freire de Andrade y doña Beatriz de Valdés, titulares del señorío de Andrade. Durante el reinado de los Reyes Católicos, su nieto y homónimo, Fernán Pérez de Andrade, hijo de Diego de Andrade, percibía una parte considerable de las rentas reales en forma de juros de heredad situados en ciertos cotos y feligresías de los partidos de Ferrol, Pontedeume y Villalba de Montenegro, centro neurálgico de su señorío. La relación de feligresías pertenecientes al señorío jurisdiccional de don Fernán Pérez de Andrade a fines del siglo xv, nos permite confirmar como desde mediados del siglo xv, su abuelo y predecesor en el título, Fernán Pérez de Andrade O mozo, ya era titular de los dominios señoriales que radicaban en torno a estas villas.5

Vigo, Noia y sus feligresías (Santa Cristina, coto de Sabardes, San Xoán de Roo con el coto de San Xusto, Santa María de Argalo y Santa María de Obre), la villa de Muros, el alfoz de Muros y la merindad de Outes (feligresías de San Xoán de Roo, Santa María de Entíns, Tarás, Outeiro, Cando, Beba, Chacín, Sabardes, Arzón, Torea, Alvite, Lueiro, Locaia, San Fins de Eirón, Campolongo y Bugallido), tierra y coto de Xallas, Fisterra con los cotos de Duio y Sardiñeiro, la villa y puerto de Muxía, las feligresías de Xobre y Lampón, el puerto de Santa Uxía, la feligresía de Santa Uxía, el puerto de Aguiño, el puerto de Palmeira, Mal­ pica y su alfoz, el puerto de Cee, Ponte Ulla, Fefiñáns, Sanxenxo de Padriñán, A Cámara, Tierra de Bendaña y A Pobra do Caramiñal. 5 La relación de cotos y feligresías que constituían los Estados señoriales de los An­ drade ha sido localizada en la documentación hacendística del Archivo General de Siman­ cas, particularmente en las relaciones de situado que registran los diferentes lugares en los que los titulares de esta Casa cobraban las rentas. Al respecto véase AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar. En la sacada de Pontedeume y Ferrol se situaban las feligresías de Herbogo de Serantes, San Xurxo da Mariña, San Martiño de Covas, San Xusto de Soutelo, San Xiao de Narón, Canido, Recimil, Santa Cecilia de Trasancos, Chanteiro, San Vicente de Caamouco, San Pedro de Cervás, el coto de Doniños, San Martiño de Xubia, San Ma­ teo, el coto de Pedroso, Os Casares do Abade, Recemel, Ferreira, Naraío, Lamas, Cerdido, Santa María de Sillobre, Perlío, Magalofes, Maniños, Barallobre, Franza, Laraxe, el coto de San Martiño de Porto, Caaveiro, Limodre, Doroña, San Pedro de Grandal, Vilarmaior,

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En tercer lugar, por su volumen de rentas, se situaban los dominios se­ ñoriales del conde de Trastámara, Pedro Álvarez Osorio, señor de Villalobos, centrados fundamentalmente en torno a las tierras de Traba y Trastámara. El título de conde de Trastámara había pertenecido al duque de Arjona, don Fa­ drique de Aragón, hasta que Juan II se lo otorgara a Pedro Álvarez Osorio, junto al señorío de las tierras de Traba y Trastámara.6 Entre los dominios señoriales que se localizaban dentro de los límites del arzobispado de Santiago a mediados del siglo xv, se cuentan también los de Álvar Páez de Sotomayor, hijo de Fernán Yañez de Sotomayor y doña Leonor Mexía, que había recibido en terrería del arzobispo de San­ tiago, las feligresías de San Martiño de Berducido, San Pedro de Cela, San Miguel y Santa Mariña das Fragas.7 En la parte Norte del arzobispado, concretamente entre las ciudades de A Coruña y Betanzos, se ubicaban los dominios señoriales de Gómez Pérez de las Mariñas, quien durante años había mantenido una estrecha colabo­ ración con los arzobispos compostelanos. Gómez Pérez era hijo de Arias Pardo de las Mariñas y de doña Teresa Prego de Montaos, y había casado con doña Teresa de Haro y Acuña, de cuyo matrimonio había tenido cuatro hijas, que heredarían su extenso patrimonio. A mediados del siglo xv, la mayor parte de los cotos y feligresías pertenecientes a su señorío se loca­ lizaban en la Mariña coruñesa, concretamente en los partidos judiciales de A Coruña, Betanzos, Ordes y Carballo. La documentación hacendística de

Boebre, San Cristovo de Goimil, San Xorxe de Torres, Andrade, Breamo, Santa María de Centroña, Nogueirosa, Monfero, Os Vilares de Parga, Paderne, Coruxou, Pereda, Ambroa, Viña, Irixoa y Santa María de Verís. En la sacada de Villalba de Montenegro se localizan los cotos y feligresías de: Santaballa, Román, San Lourenzo, Sistallo, Cospeito, Recemel, San Mamede, Seixas, Xoibán, Támoga, Ladra, Noche, Goiriz, Seivane, Belesar, Distriz, Santa María Maior, Miraz, O Aparral, San Xurxo, Corvelle, Trobo, Boizán, Gondaísque, Burgás, Carballido, Mourence, Xermade, Momán, Candamil, Roupar, Pígara y As Grañas de Sor. 6 Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, Los señores de Galicia. Tenentes y condes de Lemos en la Edad Media, A Coruña, 2000, vol. 1, pág. 331. 7 Datos cedidos por cortesía de Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, del proyecto Diccionario Biográfico de la Galicia de los Trastámara.

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fines del siglo xv revela la identidad de buena parte de los cotos y feligre­ sías pertenecientes a su señorío jurisdiccional.8 Dentro de los límites del arzobispado de Santiago, se hallaban situa­ dos también los dominios señoriales de Payo Gómez de Sotomayor, hijo de Diego Álvarez de Sotomayor, que se localizaban en la merindad de Rianxo, teniendo como centro neurálgico del señorío, la fortaleza que da nombre a dicha merindad. Payo Gómez había logrado consolidar su seño­ río a partir de las cesiones efectuadas por el arzobispo de Santiago, Lope de Mendoza, quien le había donado una serie de cotos y feligresías en torno a esta merindad por tiempo indeterminado.9 Desde principios del siglo xv, Ruy Sánchez de Moscoso era titular del señorío de Altamira, al tiempo que desempeñaba el cargo de pertiguero mayor en la Tierra de Santiago. De su matrimonio con doña Mayor de Sotomayor, tendría a su hijo Rodrigo de Moscoso, quien a su muerte heredaría la titula­

AGS, EMR, Mercedes y Privilegios, leg. 93, fol. 85. Formaban parte del señorío ju­ risdiccional de Gómez Pérez de las Mariñas, las feligresías de San Cosme de Vimianzo, Santa María de Cortiñán, Santa Comba de Veigue, Santo André de Carnoedo, Santa María de Sada, San Fiz de Vixoi, Santa María de Guísamo, San Martiño de Orto, San Xoán de Lubre, Santa Mariña de Rois, Santo Estevo de Sueiro, Santa María de Oleiros, San Mar­ tiño de Meirás, San Xián de Osedo, Santo Estevo de Piadela, San Xián de Sergude, Santa Marta de Babío, Santa María de Dexo, San Xián de Serantes, San Martiño de Dorneda, Santaia de Liáns, Santa Locaia da Foz, Santa María de Haro, San Pedro de Nós, Santa Ma­ ría de Souto, San Xurxo Dinaes, Santa María de Vilaboa, Santaia de Chamín, Santa María de Noicela, San Salvador de Rebordelos, San Xián de Lendo, Santa María de Bandoxa, San Vicente de Fervenzas, Santa María de Rodeiro, Santiago de Reboredo, Santa María de Regueira, Santo Estevo de Parada, San Pedro de Parada, San Pedro de Oza, San Cosme de Maianca, San Xián de Mondego, Santa María de Lesta, San Tirso de Oseiro, Santa María de Ovotas, Santiago de Alamo, el coto de San Romao, Santa María de Bértoa, Santa María de Traba, Santiago de Sísamo, Santo Estevo de Goiáns, San Xián de Coiro, Santa María de Soutullo, San Pedro de Armentón y Santo Estevo de Larín. 9 Entre las feligresías que el arzobispo Lope de Mendoza cedió a Payo Gómez de So­ tomayor, se cuentan las de San Xián de Laíño, Santa Eulalia de Araño, Santa María de Leiro, Santa María de Asados, Santa Comba de Rianxo, San Salvador de Taragoña, San Pedro de Bealo, San Cristovo de Abanqueiro, San Pedro de Tállara y Santo Estevo de Queiruga, así como la mitad de las de Miñortos y Santa María de Nebra y el cuarto de la de San Vicente de Noal. 8

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ridad del señorío. El matrimonio de doña Urraca de Moscoso, hija de Rodri­ go, con Pedro Osorio, señor de Villalobos, facilitaría la adhesión de nuevas tierras al señorío, algunas de las cuales habían pertenecido anteriormente a la Casa de Trastámara. Es posible que durante la titularidad de Ruy Sánchez de Moscoso al frente del señorío, su hijo don Rodrigo de Moscoso dispusiera ya de su propio mayorazgo, pues a comienzos de los años cincuenta, el valor de las alcabalas de los señoríos de Ruy Sánchez de Moscoso se estimaba en 14.000 maravedís, mientras que las de los señoríos de su hijo, Rodrigo de Moscoso, se situaban en un total de 12.000 maravedís. El primer conde de Santa Marta, Diego Pérez Sarmiento, era hijo de Gar­cía Fernández Sarmiento. Había casado con doña Teresa de Zúñiga y Biedma, aunque sus hijos García Sarmiento y Bernardino Sarmiento, fue­ ron fruto de sus relaciones extraconyugales. En el obispado de Ourense heredaba el señorío de Ribadavia, que sus antecesores habían obtenido de Enrique II en la lucha contra el legitimismo que en Galicia había abande­ rado don Fernando de Castro.10 Durante su titularidad al frente del señorío de Ribadavia (1427–1466), su patrimonio se incrementó de manera notable, al adquirir la villa de Santa Marta de Ortigueira a partir de la permuta de la villa de Tariego efec­ tuada con el guarda real, Pedro de Acuña.11 En el arzobispado de Santiago, formaba parte de su señorío jurisdiccional la villa de Salvatierra y el coto de Leiro, unos dominios señoriales cuyas alcabalas se hallaban tasadas a mediados del siglo xv en 12.000 maravedís.12 El linaje de los Ulloa tenía una gran representación en tierras lucenses. En los primeros años del reinado de Enrique IV, los dominios señoriales de Lope Sánchez de Ulloa radicaban fundamentalmente alrededor de las villas de Monterroso, Ulloa y Repostería. A éstos se añadían el coto de San Xurxo de Aguas Santas, Ferreira de Negral, la Casa de Pambre, el castillo de Biedma, los casares de Estacas y una serie de propiedades que los Ulloa

10 José García Oro, La nobleza gallega en la Baja Edad Media. Las casas nobles y sus relaciones estamentales, Santiago de Compostela, 1981, pág. 76. 11 Ibid., pág. 106. 12 Vide supra nota 2.

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poseían aforadas de las iglesias de Lugo y Santiago.13 Es posible que los señoríos que figuran en la documentación hacendística de mediados del siglo xv, bajo la titularidad de Lope Sánchez de Ulloa, fueran precisamente los que había recibido en condición de aforados de la Iglesia de Santiago, que aparecen tasados en 10.500 maravedís. A pesar de no conocer con exactitud cuales eran los dominios señoria­ les de Pedro Bermúdez de Montaos, contamos con algunas noticias acerca de los beneficios que su padre y homónimo había tenido ocupados a la Iglesia de Santiago. Así, sabemos que Pedro Bermúdez de Montaos, padre del titular que nos ocupa, había donado al monasterio de San Martiño todos los bienes que poseía en San Cristovo de Xavestre para el mantenimien­ to de la capilla en la que se hallaba sepultado su padre, García Prego de Montaos. Al mismo tiempo, había percibido durante toda su vida la mitad del beneficio de Seavia y parte de los de Xavestre y Santiago de Buxán, y disponía su testamento el 24 de mayo de 1445, en el que otorgaba a su mu­ jer, doña Leonor de Castro, todo lo que le pertenecía en el coto de Lestrove con la torre de Dubra y la de Castenda en usufructo vitalicio, al tiempo que mejoraba la herencia de su hijo, Pedro Bermúdez de Montaos. En su testa­ mento, nombraba a sus hijos herederos de todos los bienes que poseía en Dubra, Montaos y Bergantiños, con el castillo de Peñaflor, Moraña, Salnés, Morrazo, Toroño, Louriña y Vilaboa y donaba a su mujer el coto de Coaxe (San Pedro de Dimo) y la feligresía de Catoira, así como las casas y torre que tenía en Santiago.14 Por consiguiente, parece posible que las menciones que nos encontramos en la documentación hacendística de mediados del siglo xv a los señoríos de Pedro Bermúdez de Montaos puedan referirse a estos lugares. En un nivel inferior por el volumen de rentas que generaban, se localizan los señoríos de Ares Vázquez de Vaamonde y Ruy Gómez de Sotomayor. El primero era hijo de Martín Vázquez de Vaamonde y de doña Mayor Martiz,

José García Oro, La nobleza gallega…, op. cit., pág. 162. Datos cedidos por cortesía de Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, del proyecto Diccionario Biográfico de la Galicia de los Trastámara, financiado por la Fundación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa. 13 14

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y aunque nada sabemos acerca de sus dominios señoriales en el arzobispado de Santiago, tenemos constancia de que era titular de la fortaleza da Insúa. Respecto al segundo, Ruy Gómez de Sotomayor, al que se hace referencia en la relación de señoríos tasados del arzobispado de Santiago de mediados del siglo xv, hasta la fecha no ha sido posible identificar cuales eran las villas y lugares que se situaban bajo su jurisdicción.

Obispado de Ourense Según consta en la documentación de mediados del siglo xv, en el obis­ pado de Ourense se situaban una serie de señoríos nobiliarios entre los que cabe mencionar los de Diego Pérez Sarmiento, primer conde de Santa Mar­ ta, que comprendían la sacada de Toreno, Ribadavia, A Peroxa y otros luga­ res de identidad desconocida, a los que seguían por su volumen de rentas, los del conde de Benavente, don Alonso de Pimentel, titular de un extenso señorío en torno a las villas de Allariz, Milmanda, Ramirás, Acevedo, la encomienda de A Besteira, Sandiás y su tierra, O Bolo y Viana, una serie de territorios que había conseguido incorporar por distintas vías. Así, la villa de Milmanda había llegado a manos de los Pimentel por donación del almirante don Alonso Enríquez, mientras que Allariz había pasado a formar parte del señorío a partir de una concesión real efectuada por Juan II en 1446.15 La mayor parte de estos lugares, pertenecientes al señorío del conde de Bena­vente en el obispado de Ourense, constituirían el mayorazgo de su hijo Juan Pimentel a partir de 1498.16 En tercer lugar se hallaba el señorío de doña Isabel de Castro que radicaba en torno a las villas de Valdeorras y Manzaneda de Tribes. Doña Beatriz de Castro, hija de don Alonso y prima de don Fadrique, duque de Ar­jona y conde de Trastámara, había obtenido la villa de Valdeorras con su fortaleza y señorío, a partir de la venta efectuada por la condesa de Va­

15 16

José García Oro, La nobleza gallega…, op. cit., pág. 55. Ibid., pág. 71.

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lencia de don Juan, doña María, mujer de Martín Vázquez de Acuña, por el precio de 12.655 florines de oro.17 Dentro de los límites del obispado de Ourense se localizaban también los señoríos de don Juan de Estúñiga, sobrino de doña Teresa de Estúñiga o de Zúñiga, condesa de Santa Marta. Desde mediados del siglo xv, los Estúñiga poseían el señorío de la villa de Monterrei y su tierra, un dominio que se prolongaría durante toda la centuria, llegando al reinado de los Re­ yes Católicos. Además de la villa y Tierra de Monterrei, formaban parte de los dominios señoriales de don Juan de Estúñiga la sacada de Limia, muy próxima al Reino de Portugal, la Tierra de Tudea, Vilanova dos Infantes y otros lugares. Otro de los señoríos que figura en la documentación hacendística de mediados del siglo xv en el obispado de Ourense es el de la tierra de Aguiar, que en un principio había pertenecido a la Iglesia de Santiago, en virtud de una donación efectuada en 1238 por Fernando III, a la Catedral, mediante la cual le cedía el castillo de Aguiar de Pedraio con la jurisdic­ ción de su villa y tierra, y todas sus rentas, pechos y derechos.18 Parece que a mediados del siglo xv, el prelado compostelano continuaba detentando la titularidad del señorío de Aguiar, pues percibía las alcabalas de la villa y tierra a pesar de las continuas intromisiones que permitía al conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio, que ejercía como encomendero en la villa y su tierra.19 Unos años después, en 1458, el arzobispo Don Rodrigo de Luna cedía Aguiar al conde de Benavente, don Alonso de Pimentel, en calidad de feudo perpetuo, una cesión que permitiría al prelado compostelano con­ tinuar percibiendo las alcabalas de la Tierra de Aguiar.20 En un lugar inferior por el volumen de rentas que generaban, se situa­ ban los dominios señoriales del conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio,

AHUS, Fondo Medinaceli, Sección Valdeorras, Sig. micro 425 – 426. María Teresa González Balasch, El Tumbo B de la catedral de Santiago. Edición y Estudio, Santiago de Compostela, Ediciós do Castro, 2004, pág. 254 (doc. 117). 19 Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, Los señores de Galicia…, op. cit., vol. I, pág. 350. 20 José García Oro, La nobleza gallega…, op. cit., pág. 57. 17 18

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concretamente el señorío de Castro Caldelas y su sacada con otros lugares de su partido. Le seguían en importancia los de Lope Sánchez de Ulloa y otros de titularidad desconocida, cuyas alcabalas eran recaudadas directa­ mente por sus señores o bien por algún otro personaje, sin que hayamos podido llegar a determinar la relación que le vinculaba a este lugar. Así, sa­ bemos que García de Quiroga tomaba las alcabalas de la Tierra de Quiroga con el castillo de Os Novais, Álvaro Vázquez de Valdeorras las del coto de Santo Estevo y el conde de Ribadeo, don Rodrigo de Villandrando, las de los lugares de Lobeira y Entrimo.

Obispados de Lugo y Mondoñedo A diferencia de lo que sucede con el arzobispado de Santiago y obis­ pado de Ourense, en el caso de los obispados de Lugo y Mondoñedo, la documentación hacendística de mediados del siglo xv no permite conocer con precisión cuales eran los señoríos que se hallaban ubicados dentro de cada uno de estos partidos fiscales ni el precio en el que se hallaban tasa­ dos. Sin embargo, de lo que si hay constancia en la documentación, es de que tanto en un caso como en otro, las alcabalas de los señoríos de ambos obispados se hallaban tasadas ya en 1455. Por otra parte, y a pesar de no tener constancia expresa de los distintos señoríos ubicados en cada obispa­ do, conviene destacar la presencia del conde de Lemos, don Pedro Álvarez Osorio, señor jurisdiccional de ciertas villas y lugares en ambos obispados, que había incorporado a su señorío a partir de su matrimonio con doña Beatriz de Castro, hermana del duque de Arjona, don Fadrique Enríquez. Del mismo modo, en el obispado de Mondoñedo adquiría especial relevan­ cia durante estos años Diego Pérez Sarmiento, titular del condado de Santa Marta de Ortigueira desde 1442.

Los impuestos ordinarios de la Corona: alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes

Conceptos: alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes 21

E

el siglo xv, la Hacienda Real castellana contaba con tres fuentes principales de ingresos ordinarios en el Reino de Galicia —alcaba­ las, diezmos de la mar y alfolíes—, derivados de la fluida actividad comercial que tenía lugar en las principales ciudades, villas y lugares del reino, especialmente en aquellas que contaban con un puerto marítimo. n

Sobre el origen de estos tributos y la evolución que presentan en el Reino de Galicia durante el siglo xv, véase los artículos de Amparo Rubio Martínez, «La Hacienda Real del Reino de Galicia en tiempos de Juan II (1406 –1454)», En la España Medieval, 31 (2008), págs. 413 – 474, y «La Hacienda Real del Reino de Galicia en la época de Enrique IV (1454 –1474)», En la España Medieval, 33 (2010), págs. 147 –170. Un análisis detallado de los problemas que originó la recaudación de estos tributos en la Tierra de Santiago a finales del siglo xv, en el trabajo de la misma autora «La recaudación de tributos ordinarios por la Mesa arzobispal compostelana en la Tierra de Santiago: alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes», Cuadernos de Estudios Gallegos, LV, 121 (2008), págs.197 –233. Para la evolu­ ción que experimentan las rentas de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes durante el reinado de los Reyes Católicos, véase en su conjunto Amparo Rubio Martínez, Hacienda y gobierno de los Reyes Católicos en Galicia, tesis doctoral inédita, Universidad Compluten­ se de Madrid, 2007. Sobre el tráfico comercial que tenía lugar en los puertos gallegos véase Elisa Ferreira Priegue, Galicia en el comercio marítimo medieval, A Coruña, 1998; y de la misma autora, «Galicia en la marisma de Castilla. La dinámica de los intercambios mercan­ tiles», en Beatriz Arízaga Bolúmburu y Jesus Ángel Solórzano Telechea (coords.), Ciudades y villas portuarias del Atlántico en la Edad Media, Nájera, 2005, págs. 165 –186. 21

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Investigaciones recientes ponen de manifiesto como, desde mediados de la centuria, la actividad comercial que tenía lugar a través de los puertos gallegos se incrementó de manera considerable resultando muy favorable para la Hacienda Regia, que gravaba el tráfico comercial en los puertos con los denominados diezmos de la mar, impuestos aduaneros que suponían el 10% el valor de las mercancías importadas o exportadas a través de dichos puertos. En relación con la actividad comercial que se desarrollaba en los puertos gallegos, la Hacienda Real percibía también los denominados dere­ chos de alfolíes, derivados de la venta de sal que se efectuaba en los alma­ cenes reales de determinados puertos de la costa N – NE peninsular. En este sentido, conviene precisar que si la alcabala como impuesto ordinario se recaudaba en toda Castilla, los diezmos de la mar y los afolíes de la sal eran propios del Reino de Galicia y de las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo, aunque la Hacienda Real también recaudaba los diezmos de la mar en las Cuatro Villas de la Mar de Castilla. Estas dos fuentes de ingresos —diezmos de la mar y alfolíes— cobra­ rían especial importancia en el Reino de Galicia, teniendo en cuenta el in­ tenso tráfico comercial que tendría lugar durante los reinados de Juan II y Enrique IV. Precisamente durante este periodo (1406 –1474), la documenta­ ción de carácter hacendístico nos permite trazar la evolución numérica que experimentaron estos impuestos, ya que a partir de 1474, diezmos de la mar y alfolíes se arrendarían junto a las alcabalas, formando una única partida de ingresos, lo que nos impide conocer, por si mismo, el volumen de ingresos derivados de la recaudación de estos dos tipos de impuestos. Junto a las alcabalas, los diezmos de la mar y los alfolíes constituían las principales fuentes de ingresos de las que se nutría la Hacienda Regia en el Reino de Galicia, a la que procuraban unos niveles de beneficios muy notables, sobre todo si se comparan con los que por estas fechas procura­ ban los ingresos extraordinarios. Dada la importancia que en términos eco­ nómicos suponían los impuestos ordinarios para la Hacienda Regia, nos ocuparemos más adelante de estudiar la evolución que experimentaron du­ rante el siglo xv. Por el momento, en esta primera parte, nos limitaremos a ofrecer al lec­ tor algunas nociones básicas acerca del origen, concepto y naturaleza, de cada uno de estos impuestos, así como de los mecanismos y estrategias empleadas

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para su recaudación, que la Corona de Castilla se ocupó de regular estricta­ mente a través de los Cuadernos de arrendamiento, legislación hacendística de la época cuyo objetivo final pretendía evitar cualquier práctica de fraude o evasión fiscal. Es evidente que desde los órganos hacendísticos se trató siempre de asegurar el correcto funcionamiento de los mecanismos de cobro y recauda­ ción, tratando de allegar el mayor volumen de ingresos para la Hacienda Regia, no sólo por los beneficios que generaban a las arcas reales, sino también por lo que las rentas reales suponían para los llamados grupos de poder de la sociedad gallega, beneficiarios de buena parte de los juros de heredad y mercedes de por vida que se situaban sobre ellas. Así por ejemplo, sabemos que durante todo el siglo xv, el prelado compostelano percibía la mitad de los diezmos de la mar que se recaudaban en la Tierra de Santiago en virtud de un Privilegio otorgado por el rey Fernando IV a la Iglesia de Santiago en 1304. Pero además, el arzobispo, era titular de deter­ minados juros de heredad situados en la mitad de los diezmos de la mar que habían quedado para la Corona, tras la concesión efectuada en 1304. Las páginas que siguen abordan el estudio de estas y otras cuestiones en relación con el arrendamiento y gestión de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes en el Reino de Galicia, así como las estrategias empleadas por los arrendatarios, instituciones o particulares para defraudar al fisco regio.

Alcabalas La alcabala como impuesto regio tenía su origen en 1342, cuando las Cortes autorizaban a Alfonso XI su cobro por tres años.22 El rey Alfonso XI

Algunos autores señalan la posibilidad de que la alcabala tuviera un origen anterior a su creación como impuesto regio propiamente dicho. En este sentido cabe destacar las noticias que aporta Salvador de Moxó, La Alcabala. Sus orígenes, concepto y naturaleza. Madrid, 1963, citado por Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla. 1369 –1504, Madrid, Real Academia de la Historia, 2009, págs. 57–58. Sobre otros aspec­ tos relacionados con la alcabala conviene tener en cuenta algunos trabajos más: Salvador de Moxó, «Los cuadernos de alcabalas. Orígenes de la legislación tributaria castellana», 22

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lograba esta concesión con carácter extraordinario para sufragar los gastos generados por el cerco de Algeciras. A partir de 1342, los procuradores de Cortes otorgarían sucesivos permisos autorizando el cobro provisional de las alcabalas, tratando de evitar en todo momento su conversión en un tributo de carácter ordinario y habitual. En 1345, Alfonso XI obtenía permiso para renovar el cobro de las al­ cabalas por seis años (1345 –1350) y asimismo, los monarcas posteriores debieron recibir autorización para proceder a su recaudación con carácter esporádico. Así, Enrique II recibió este tributo durante casi toda la década de los años setenta (1373, 1375 y 1376, 1378 y 1379) y Juan I gozó del mismo al menos en los años 1380 y 1387, mientras que los tutores de Enrique III lo conseguían en las Cortes de 1391 y 1393, aunque en este caso se trató de una alcabala del 5%.23

Anuario de Historia del Derecho Español, 39 (1969), págs. 317 – 450; y del mismo autor, «Exenciones tributarias en Castilla a fines de la Edad Media», Hispania, 21 (1961), págs. 163 y ss.; o «Los orígenes de la percepción de alcabalas por particulares», Hispania, 18 (1958), págs. 307–339. También Miguel Ángel Ladero Quesada, Legisla­ción hacendísti­ ca de la Corona de Castilla en la Baja Edad Media, Madrid, Real Academia de la Historia, 1999; y Miguel Ángel Solinís Estalló, «Notas sobre el arrendamiento de la alcabala a través de los cuadernos de 1462 y 1484», Anuario de Estudios Medievales, 22 (1992), págs. 803 – 820. Los Cuadernos de alcabalas son abundantes en el siglo xv, aunque tienen su precedente en el Cuaderno promulgado por Enrique II en 1377 (Burgos, 4 de noviembre de 1377, AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 82, publicado por Salvador de Moxó, «Los cuadernos de alcabalas. Orígenes de la legislación…», art. cit., págs. 369 –376). En la ac­ tualidad, se conocen seis Cuadernos de alcabalas para el siglo xv: el de 1429 (6 de diciem­ bre de 1429, AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 75), los de 1446 y 1455 o 1456 (AGS, EMR, leg. 3, doc. 1), el de 1462 (25 de septiembre de 1462, AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 86, publicado por Salvador de Moxó, «Los cuadernos de alcabalas. Orígenes de la legislación…», art. cit., págs. 383 – 450), el de 1484 (Tarazona, 10 de marzo de 1484, AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 114, EMR, leg. 24, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación hacendística de la Corona de Castilla…, op. cit., págs. 211– 222) y el de 1491 (Real de la Vega de Granada, 10 de diciembre de 1491, AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 112, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación ha­ cendística de la Corona de Castilla…, op. cit., págs. 117– 210). Sobre el origen de la alcabala, concepto, formas de control de pago y otros aspectos relacionados con este impuesto, seguimos fielmente los datos proporcionados por Miguel 23

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No cabe duda de que la alcabala como tributo regio debió experimen­tar un cambio importante durante los últimos años del siglo xiv, o bien a comien­ zos del siglo xv, ya que desde 1429 en adelante, se confirma su existencia como tributo fijo y ordinario.24 Según ha señalado el profesor Ladero Quesa­ da, dicho cambio habría tenido lugar en algún momento del reinado de Enri­ que III, ya que con posterioridad al año 1393, no contamos con noticia alguna sobre la concesión de alcabalas al monarca por parte de los procuradores de las Cortes del reino. Durante todo el siglo xv, la alcabala se presenta como un impuesto que gravaba con un 10% el valor de las compraventas e intercambios que se efec­ tuaban en la Corona de Castilla. Sin embargo, en sus orígenes el gravamen de la alcabala había sido menor, equivaliendo exactamente al 5% sobre el valor del producto. También en un principio, la alcabala había sido pagada por el vendedor y el comprador, mientras que ya a partir del reinado de Enrique III, únicamente el vendedor se haría cargo por completo de su pago. Como impuesto indirecto que gravaba el consumo, debía ser pagada tanto por pecheros como por nobles y clérigos, sin excepción, salvo en el ca­ so de ciertos privilegios concedidos a particulares, que aparecen registrados expresamente en los Cuadernos de alcabalas. Esta obligatoriedad en el pago de la alcabala generaría muy pronto algunos problemas, especialmente con el estamento eclesiástico, que desde principios del siglo xv, se negaba a sa­ tisfacerla, alegando estar exento del pago de la misma. El problema relativo

Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla..., op. cit., págs. 61– 90. La infor­ mación que proporciona este autor sobre la alcabala es muy completa pues es el resultado del cotejo de los distintos Cuadernos de alcabalas promulgados por los monarcas caste­ llanos en los siglos xiv y xv, y de los Cuadernos de Cortes que otorgaron la concesión de este tributo con carácter provisional durante los años 1342 –1393. Los aspectos relativos a las condiciones de arrendamiento de las alcabalas durante el siglo xv, se detallan más adelante, al hablar de fraude y evasión fiscal, y son el resultado de un estudio detallado de los Cuadernos de arrendamiento de 1462 y 1491. Seguramente, con anterioridad a esta fecha la alcabala habría funcionado como un impuesto de carácter fijo y ordinario. No obstante, nos referimos al año 1429 como punto de partida, pues es a partir de este año cuando contamos con documentación completa sobre los valores de las alcabalas. 24

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al pago de la alcabala por parte de los clérigos quedaría zanjado a finales del siglo xv, con una solución favorable al estamento eclesiástico: el Cuaderno de 1491 eximía por primera vez del pago de alcabalas a iglesias, monaste­ rios, prelados y clérigos por todo aquello que comprasen o vendiesen para su mantenimiento, y no por trato de mercadería. Dicho Privilegio no afectaba a los miembros de las órdenes militares que continuarían obligados al pago de la misma.25

Diezmos de la mar En el siglo xv, los llamados diezmos de la mar eran impuestos adua­ neros que gravaban con un 10% el valor de la mercancía que se importaba o exportaba a través de los puertos de la Corona de Castilla con otros rei­ nos. Fundamentalmente, este gravamen recaía sobre los puertos de la costa cantábrica y atlántica de la Corona de Castilla, aunque el arrendamiento y recaudación de unos y otros se efectuaba por separado. Así, mientras que por una parte, se arrendaban los diezmos correspondientes a la costa vasca y a la marina de Castilla, por otra, se arrendaban los diezmos de la mar del Reino de Galicia con las cuatro sacadas de Asturias de Oviedo, y las villas de Ribadeo y Navia.26 Los Cuadernos de arrendamiento de los diezmos de la mar detallan con bastante precisión cuales eran las condiciones en las que se efectuaba el arrendamiento de estos impuestos. Al respecto, sabemos que al menos los diezmos de la mar de Galicia y Asturias se arrendaban junto a otros derechos como las escribanías de los diezmos, y que a partir de los años cincuenta quedaban excluidos de dicho arrendamiento los diezmos de la mar de la villa de Viveiro, cedidos desde finales de los años cuarenta al contador mayor de Juan II, Alonso Pérez de Vivero.27

Sobre este término, véase la voz «alcabala» en el Glosario Crítico de Fiscalidad Me­ dieval (http://www.imf.csic.es). 25

Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla..., op. cit., págs. 117–122. Para un mayor conocimiento sobre las condiciones en las que se efectuaban los arrendamientos de los diezmos de la mar de Castilla y del Reino de Galicia con las cuatro 26

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El arrendamiento de los diezmos de la mar del Reino de Galicia se efec­ tuaba por sexenios, tal y como se pone de manifiesto en los Cuadernos de arrendamiento. En un marco económico basado en la exportación de lana y otras mercancías a través de los puertos de la Corona de Castilla y en la im­ portación de ciertos productos manufacturados procedentes de otros reinos, los diezmos de la mar gravaban o bien la mercancía importada en Castilla, o bien la que se exportaba fuera del reino, pero nunca las dos actividades cuan­ do el viaje de ida y vuelta del mercader tenía lugar en un mismo año. Como muy bien ha señalado el profesor Ladero Quesada, la tradición en Castilla era dejar libres los productos que se exportaban, recayendo el gravamen de los diezmos de la mar sobre aquellas mercancías que se importaban.28 Tal y como ya hemos apuntado, si los diezmos de la mar gravaban el tráfico comercial entre los puertos de la Corona de Castilla y los de otros reinos, el tráfico de mercancías entre distintos puertos de la Corona de Cas­ tilla estaba exento del pago de diezmo, con excepción de los paños de lana,

sacadas de Asturias de Oviedo, véanse los Cuadernos de arrendamiento de esos diezmos. Hoy se conservan dos Cuadernos de arrendamientos de los diezmos de la mar: el relativo a los diezmos de la mar de Castilla (AGS, EMR, leg. 3, doc. 3, Valladolid, 15 de abril de 1447, publicado por José López Juana Pinilla, Legislación de Hacienda de España, 33 vols. impresos y manuscritos, Biblioteca del Ministerio de Hacienda, sign. 353–385), y el que se refiere al arrendamiento de los diezmos de la mar del Reino de Galicia (AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 53, Portillo, 10 de febrero de 1452, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación hacendística de la Corona de Castilla…, op. cit., págs. 337–355; y Rogelio Pérez Bustamante, «Un cuaderno de los diezmos de la mar de Galicia y Asturias. 1451–1456», Boletín de la Real Academia de la Historia, CLXXX 1983, págs. 355 y 375). Sobre el origen de los diezmos de la mar de Castilla, su evolución y posterior caída en manos de los condestables de Castilla, véase Luis Miguel Díez de Salazar Fernández, El diezmo viejo y seco o diezmo de la mar de Castilla (s. xiii – xvi), San Sebastián, 1983; y Alfonso Franco Silva, «Los condestables de Castilla y la renta de los diezmos de la mar», En la España Medieval, 12 (1989), págs. 255 – 284. Por último, una contribución al estudio de los diezmos de la mar en el Reino de Galicia y en las cuatro sacadas de Asturias en José Manuel Calderón Ortega, «El arrendamiento de los diezmos de la mar de Galicia y Asturias (1435 –1436)», El Museo de Pontevedra, 43 (1489), págs. 309 – 313. 28 Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla.1369 –1504, Madrid, Real Academia de la Historia, 2009, pág. 120.

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que si debían pagar, aunque la carga y descarga de paños picotes también se hallaba libre de pago.29 El tráfico de mercancías entre los puertos gallegos y el Reino de Por­ tugal estaba especialmente controlado. En este sentido, los Cuadernos de arrendamiento de los diezmos de la mar dejaban claro como todas las mer­ cancías que pasaran del Reino de Castilla a Portugal o viceversa, por vía terrestre, fluvial o marítima, y en especial aquellas que penetrasen por el Miño, deberían satisfacer los diezmos de la mar, tal y como lo pagaban los mercaderes castellanos en Portugal.30 Sabemos también que al menos durante algún tiempo, los vecinos y moradores del Reino de Galicia estuvieron exentos del pago de diezmos de la mar por todos aquellos productos que adquiriesen para su manteni­ miento.31 Sin embargo, la venta posterior de algunos productos se conside­ raba fraude, y cuando esto sucedía, el infractor era castigado con el pago de seis veces el valor del producto que había vendido. La venta de sal no estaba sujeta al pago de diezmos de la mar, pues la Hacienda Regia poseía el monopolio de venta del producto, por el que percibía los denominados derechos de alfolíes.32 Por encima de todo, las condiciones de arrendamiento de los diezmos de la mar de Galicia y Asturias trataron de evitar el contrabando de mercancías, de manera que sólo algunos puertos estaban autorizados para el comercio ex­ terior: Baiona, Pontevedra, Padrón, Noia, Muros, A Coruña, Be­tanzos, Riba­

Cuaderno de arrendamiento de los diezmos de los puertos de la mar de Galicia y Asturias, otorgado en Portillo, 10 de febrero de 1452 (arts. 6 y 7), publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación hacendística de la Corona de Castilla en la Baja Edad Media, págs. 335 – 346. En adelante CADM. 30 CADM, art. 14. 31 «Cortes de los antiguos Reinos de León y Castilla (Cortes de 1349)», citado por Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla... op. cit., pág. 118. Un caso semejante en Castilla es el de la villa de Bermeo, cuyos vecinos y moradores estaban exentos de pagar los diezmos de la mar del pan, vino, millo menudo (mijo), pescados y carnes frescas y saladas, castañas, fruta verde y seca, legumbres y demás viandas, jurando que dichos productos eran para su mantenimiento. 32 CADM, art. 16. 29

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deo y Navia, y aquellos que tradicionalmente habían estado abiertos al tráfico de mercancías en las denominadas Asturias de Oviedo.33 Según se especificaba en los Cuadernos de arrendamiento, cualquier car­ ga o descarga que se efectuase fuera de los puertos autorizados, si no contaba con la correspondiente licencia de los arrendatarios mayores se consideraba fraude, y suponía la inmediata confiscación de la mercancía para la Hacien­ da Regia, que la confiscaba por descaminada.34 A su vez, los arrendatarios ma­­yores eran los encargados de poner guardas que controlaran las posibles infracciones, pudiendo colocar guardas en toda la ribera del mar del Reino de Galicia, en los puertos del condado de Ribadeo y Navia y en las cuatro saca­ das de las Asturias de Oviedo.35 Los navíos recalados más de un día en cualquier puerto, gallego o astu­ riano, debían comunicar su llegada a los arrendatarios mayores, de tal mane­ ra que las mercancías que transportaban debían quedar registradas ante escri­ bano público. De este modo, al partir, el mercader debería volver a mostrar sus mercancías ante los arrendatarios mayores y el escribano, con el fin de comprobar que ninguna de las mercancías que transportaba el navío había sido descargada, pues la recalada no se hacía con fines comerciales, sino exclusivamente marítimos.36 Por regla general, las condiciones del Cuaderno de los diezmos de la mar respetaron los usos y costumbres de los mercaderes extranjeros, aunque todos ellos quedaban obligados a comunicar a los arrendatarios las descar­ gas de mercancías que efectuasen en los puertos.37

33 CADM, art. 3. La autorización de buena parte de estos puertos para el comercio ma­ rítimo se supone muy anterior al siglo xv. Una relación de puertos del reinado de Alfonso X (1268) se refiere a estos mismos puertos con excepción de los de Muros y La Puebla de Navia y añade otros como los de Ferrol, A Guarda, Tui, Viveiro, Santa Marta y Cedeira. En ella se mencionan los principales puertos dedicados a la importación y exportación de pescado: Pontevedra, Padrón y Noia. Al respecto véase «Cortes de 1268», págs. 21–25, en Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla... op. cit., pág. 96. 34 CADM, art. 2. 35 CADM, art. 4. 36 CADM, art. 5. 37 CADM, art. 5.

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Mapa 2. Puertos habilitados en el Reino de Galicia para la carga y descarga de mercancías procedentes del comercio exterior, entre los años 1451 y 1456.

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Por otra parte, las distintas disposiciones que recoge el Cuaderno de arren­ damiento de los diezmos de la mar, trataron de asegurar que todas las mercan­ cías (paños, pescado y otros) que se importaban y exportaban por los puertos de Castilla, Galicia y Asturias a otros reinos pagasen los correspondientes de­ rechos, de tal manera que aquellos mercaderes que cargaran mercancías en los puertos gallegos y asturianos para descargar en otros puertos de Castilla, y por el contrario, aquellos que cargasen mercancías en los puertos castellanos para descargar en los puertos del Reino de Galicia y Asturias, deberían aportar los correspondientes fiadores para asegurar que la mercancía había sido descargada en los puertos castellanos y no en los de otros reinos. Para ello, los mercaderes debían mostrar un albalá firmado por los arrendatarios de los diezmos de la mar de los puertos en los que se efectuase la descarga, así como por el escribano público. Todas estas medidas trataban de evitar, en definitiva, cualquier intento de evadir el pago del diezmo en las transacciones comerciales, en este caso de las que tenían lugar entre los distintos puertos de la Corona de Castilla.38 En el caso del comercio de los paños, los controles eran mucho más exhaustivos. Al respecto, los Cuadernos de arrendamiento señalaban como todos los navíos que acudiesen a los puertos gallegos y asturianos proceden­ tes de levante o de cualquier otro lugar, deberían hacer efectivo el pago de diezmos de la mar por los paños que se hubiesen descargado, incluso cuando la transacción hubiese sido efectuada fuera de estos puertos.39

Alfolíes El origen del monopolio de la Corona sobre la venta de sal en sus pro­pios depósitos —alfolíes— procede de mediados del siglo xiv, concre­ta­mente del año 1338. Precisamente este año, Alfonso XI establecía la propiedad real sobre las salinas y reorganizaba el cobro del impuesto en los territorios de la Corona de Castilla.40 A partir de este año se fijaban los lugares de importación

CADM, art. 6. CADM, art. 9. 40 Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla..., op. cit., págs. 167–169. 38 39

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de sal por vía marítima en Guipúzcoa, Castilla, Asturias y Galicia, se fijaba el precio de venta de sal, y se disponía la libre circulación del producto por todo el territorio con excepción de Andalucía.41 También durante el reinado de este monarca habría tenido lugar la sustitución del cobro del impuesto por el monopolio de venta de sal a favor de la Corona, gestionado por los arren­ datarios. Según el profesor Ladero Quesada, en tiempos de Alfonso XI, ya se habrían fijado unas cotas de consumo mínimo y se habrían delimitado las demarcaciones territoriales que debían ser abastecidas por cada explotación de sal. De cualquier manera, todo parece indicar que este primitivo sistema de reparto debió resultar excesivamente complicado y de ahí que muy pronto fuera sustituido por el consumo obligatorio y exclusivo de sal de determina­ da salina en una región más o menos amplia. Desconocemos el momento en el que se produjo esta transformación en el abastecimiento de sal, aunque en tiempos de Juan II ya estaba establecida. Otro de los aspectos más relevantes a destacar es que frente a los alfo­ líes del interior de Castilla, que se nutrían de la producción que generaban sus propias salinas, los territorios costeros —Galicia, Asturias, Guipúzcoa y las Cuatro Villas de la Mar de Castilla— importaban la sal por vía marí­ tima. En particular, los alfolíes gallegos se abastecían de sal importada del Reino de Portugal.42 El sistema de arrendamiento y gestión de las rentas de los alfolíes es hoy bien conocido gracias a un Cuaderno de arrendamiento fechado a me­ diados del siglo xv.43 En él se establecía que durante el período de arrenda­ miento, la sal debería permanecer en los puertos autorizados para su venta, quedando prohibido su desplazamiento a cualquier otro lugar. En los años 1451–1456, los puertos autorizados para la venta de sal en el Reino de Ga­

41 Un estudio detallado sobre los alfolíes de las cuatro sacadas de las Asturias de Ovie­ do en Isabel Gónzález García y Juan Ignacio Ruiz de la Peña, «La economía salinera en la Asturias medieval», Asturiensia Medievalia, 1 (1972), págs. 11–155. 42 Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla..., op. cit., págs. 178–180. 43 Un Cuaderno de arrendamiento de los alfolíes del Reino de Galicia correspondiente al sexenio 1451–1456 en AGS, Diversos de Castilla, 6 –14, publicado por José García Oro, Galicia en la Baja Edad Media, Santiago de Compostela, 1977, págs. 239–244. En lo sucesivo nos referiremos a él como CAA (Cuaderno de arrendamiento de alfolíes).

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licia eran los de Tui, Baiona de Miño, Pontevedra, Padrón, Noia, Muros, A Coruña, Betanzos y Navia.44 Es posible que con posterioridad a estos años, se hubiesen autorizado otros puntos de venta de sal y que, desde los propios alfolíes, la sal se hubiese distribuido a otros puntos de venta cercanos, ya que en la época de los Reyes Católicos, tenemos constancia del pago de derechos de alfolíes en otros puertos del Reino de Galicia, además de los mencionados en los Cuadernos de arrendamiento. Durante los reinados de Juan II y Enrique IV (1406 –1474), las rentas de alfolíes fueron arrendadas junto a las de los diezmos de la mar, de modo que el arrendamiento de ambos impuestos se gestionaba de manera conjunta para todo el Reino de Galicia, con excepción de algunos lugares de señorío, cuyos diezmos de la mar y alfolíes habían sido cedidos por la Corona a los titulares de dichos señoríos. Así por ejemplo, el Cuaderno de arrendamiento de alfolíes de 1452 excluía los de la villa de Ribadeo, cedidos desde 1446 al titular de la villa, Rodrigo de Villandrando, así como los de Viveiro, otorga­ dos en 1451 al contador mayor de cuentas, Alfonso Pérez de Vivero.45 Desde 1451 en adelante, la venta de sal se efectuó tomando como re­ ferencia la nueva medida de Ávila, según la cual la fanega equivalía a 24 maravedís y 4 reales, frente a la fanega toledana (20 maravedís), medida de referencia utilizada hasta la fecha.46 Las condiciones del Cuaderno de los alfolíes establecían que, al comenzar un nuevo periodo de arrendamiento los concejos deberían hacer entrega de la sal que quedara en los alfolíes de años anteriores, pagando a los arrendatarios regios, 12 maravedís y 2 reales por cada fanega de sal que entregasen, justamente la mitad del precio de venta de cada fanega.47

Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla.... op. cit., pág. 178. El ordenamiento de Alfonso XI (1338) fijaba los alfolíes gallegos en Santa Marta de Orti­ gueira, A Coruña, Viveiro y Baiona. 45 AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 93, fol. 12. Carta de Privilegio del rey Juan II a Alonso Pérez de Vivero, otorgada en Burgos el 20 de septiembre de 1451. Al respecto véa­ se también Alfonso Franco Silva, «Alfonso Pérez de Vivero, contador mayor de Juan II de Castilla. Un traidor y su fortuna», Hispania, 47, 165 (1987), págs. 81–116. 46 CAA, art. 3. 47 CAA, art. 4. 44

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Mapa 3. Puertos con monopolio de alfolíes autorizados para la venta de la sal en el Reino de Galicia, entre los años 1451 y 1456.

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Según se especifica en las condiciones del Cuaderno de arrendamien­ to, tanto en los puertos del Reino de Galicia, como en la villa de Navia, durante el sexenio 1451–1456, la descarga de sal quedaba exenta del pago de diezmos de la mar, teniendo en cuenta que sobre la venta de sal ya re­ caía un impuesto real específico, el de los alfolíes.48 La entrada de sal en los puertos debía contar con licencia de los arrendatarios reales, pues de lo contrario la operación de descarga se consideraba fraudulenta y la mercan­ cía quedaría confiscada inmediatamente para la Hacienda Regia.49 Del mismo modo, tampoco era posible sacar sal de los alfolíes para venderla en otros lugares sin la autorización de los arrendatarios, con ex­ cepción del alfolí de la villa de Navia, desde el que la sal se distribuía a otros puntos de venta del entorno.50 El tráfico de sal en los puertos estaba estrictamente controlado por los arrendatarios reales, hasta el punto de que estaba prohibida la descarga del producto de un navío a otro sin el consen­ timiento de los arrendatarios, siempre que dicho navío estuviera situado dentro de la marca del puerto.51 Las autoridades municipales —alcaldes y jurados— tenían prohibida la toma de sal por cualquier motivo contra la voluntad de los arrendata­rios.52 Sin embargo, el Cuaderno de arrendamiento de alfolíes de 1452 autorizaba el descuento en el cargo del arrendatario ante las posibles tomas que determi­ nadas personas poderosas pudieran efectuar sobre los alfolíes, lo que pone de manifiesto que la toma de sal por parte de determinados poderosos resultaba una práctica habitual. Por otra parte, los concejos de los respectivos lugares estaban obligados a favorecer el proceso de arrendamiento, facilitando a los arrendatarios reales casas y bodegas para descargar la sal a precios de alquiler razonables.53 Tal y como establecían las condiciones de arrendamiento, la renta de alfolíes se arrendaba por sexenios, de modo que el primer año el arrenda­

CAA, art. 5. CAA, art. 6. 50 CAA, art. 7. 51 CAA, art. 10. 52 CAA, art. 9. 53 CAA, art. 12. 48 49

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tario debería satisfacer al menos la mitad del precio en el que había sido arrendada para todo el periodo, mientras que la cantidad restante se solía prorratear para su entrega en los cinco años siguientes, en los correspon­ dientes plazos cuatrimestrales.54 Respecto a la entrega de fianzas, las con­ diciones de arrendamiento especificaban que el primer año, el recaudador debía presentar fianzas de bienes por valor similar a la cuantía de marave­ dís en que se hubiese fijado la entrega de la renta para dicho año. Los cinco años siguientes se entregarían fianzas por el valor que la renta hubiera alcanzado cada año, más la quinta parte correspondiente a la rebaja efec­ tuada el primer año. Los arrendatarios podían afianzar las rentas con bienes de personas llanas y abonadas de cualquier parte del reino, salvo de Asturias y Vizcaya. El primer año, se obligaba al arrendatario a entregar fianzas por el importe en que la renta había sido arrendada, más la cuantía correspondiente al im­ porte descontado en el cargo del arrendatario en este primer año.55 En los otros cinco años, se exigía al arrendatario entregar fianzas por valor de 400.000 maravedís, precisamente la cuantía en la que habían que­ dado fijadas las rentas para cada uno de estos años. El arrendatario también podía afianzar las rentas mediante la entrega de tierras, mercedes, raciones, quitaciones u otros bienes por una cuantía máxima de la mitad del precio en que la renta se hubiese fijado para cada año. Por supuesto, no se acep­ taban este tipo de fianzas en las Asturias de Oviedo ni en Vizcaya, como tampoco eran válidas raciones ni mercedes de monasterios y tenencias de castillos fronteros, ni pagas, ni sueldo, ni dineros pertenecientes a la gue­ rra. Finalmente, se especificaba que el pago de las fianzas se debía efectuar antes de fin del mes de diciembre de cada año, pues de no ser entregadas en plazo, no serían aceptadas.56 Finalmente, las condiciones de los arrendamientos señalaban que, des­ pués de rematadas la rentas, podrían efectuarse en ellas pujas o medias pu­ jas, en un periodo máximo de sesenta días, de manera que, transcurrido este CAA, art. 16. CAA, art. 17. 56 CAA, art. 18. 54 55

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plazo, no podría ser aceptada ninguna otra puja en los seis años que duraba el arrendamiento.57

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CAA, art. 19.

El marco jurídico: la legislación hacendística. Posibilidades de fraude y evasión fiscal en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales

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documentación generada por la Contaduría Mayor de Cuentas, y más específicamente la legislación hacendística de la época, ha dejado constancia de los múltiples y variados mecanismos que a lo largo del siglo xv se desarrollaron en la Corona de Castilla con el fin de evadir el pago de impuestos a la Hacienda Regia. En este sentido conviene tener en cuenta que si en el conjunto de la Corona de Castilla se generali­ zaron determinadas prácticas fraudulentas con relación al pago de impues­ tos directos e indirectos, en Galicia la mayor parte de las operaciones de fraude se plantearon con relación a la recaudación de impuestos indirectos, más aún teniendo en cuenta que desde principios del siglo xv el reino había mostrado una clara oposición al pago de servicios extraordinarios, espe­ cialmente a partir de 1419, fecha en la que perdía su voto en Cortes. Por consiguiente, resulta evidente que si las dificultades planteadas en torno a la recaudación de impuestos indirectos eran comunes a toda Castilla, en Galicia cobrarían especial importancia, sobre todo por los problemas que generaba la entrada de mercancías en los puertos con el correspondiente pago de impuestos aduaneros diezmos de la mar y la posterior comerciali­ zación de la mercancía en el reino. También la venta y distribución de sal en los llamados alfolíes o almacenes reales fijados en determinados puertos de la costa gallega daba lugar a numerosas prácticas de fraude, entre las que destacaba, por encima de cualquier otra, la comercialización del pro­ ducto en puntos de venta no autorizados. a

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Sin embargo, más allá de las distintas estrategias de fraude ensayadas con relación a la recaudación de impuestos ordinarios, resulta conveniente averiguar quienes eran los autores y responsables de las mismas, teniendo en cuenta que buena parte de estas prácticas eran cometidas por la socie­ dad en su conjunto, incluidos los grupos de poder, titulares de numerosos privilegios y exenciones fiscales que en muchos casos daban lugar a un uso abusivo de los mismos. En la mayor parte de los casos, los responsables de estas operaciones de fraude fueron los propios agentes del fisco regio —arrendatarios mayo­ res y menores—, que a través de las mismas, trataban de obtener el mayor beneficio económico en la recaudación de las rentas reales. Las posibili­ dades con las que contaban para defraudar a la Hacienda Regia durante el proceso de arrendamiento eran muy variadas; desde irregularidades come­ tidas en el proceso de licitación, hasta presentación de escrituras falsas y ocultación de sus bienes y patrimonios para hacerse, año tras año, con el control de las rentas. Determinadas operaciones de fraude y evasión fiscal eran protagoni­ zadas también por los grupos privilegiados de la sociedad, entre ellos el estamento eclesiástico, que estuvo obligado al pago de alcabalas hasta 1491, fecha en la que se le eximía del mismo por aquellos productos que comprasen y vendiesen para su mantenimiento. Uno de los casos más lla­ mativos que hemos documentado es el que tenía lugar a finales de los años ochenta en la ciudad de Ourense, donde los clérigos vendían el vino que pro­ducían libre de alcabala, acaparando la mayor parte de las ventas en la ciudad, e incumpliendo la ley del Cuaderno de alcabalas, que les obligaba al pago de alcabala por todos aquellos productos que vendieran por trato de mercadería. Además del estamento eclesiástico, en muchos casos fueron miem­ bros de la nobleza titulada o de la élite dirigente de las principales villas y ciudades del reino los que pusieron en marcha una serie de mecanismos y estrategias financieras que tendrían como fin último la percepción, siempre indebida, de una parte de las rentas reales. Así por ejemplo, durante la pri­ mera mitad del siglo xv fue bastante habitual que determinados poderosos efectuaran tomas forzosas sobre las rentas reales, y del mismo modo, hay constancia de cómo determinados miembros de la élite dirigente de las ciu­

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dades, que también participaban en el arrendamiento y gestión de las rentas reales, elaboraban ordenanzas municipales en las que se daba prioridad a la venta de determinados productos, como el vino, de los que ellos mismos controlaban la producción. Determinadas villas y ciudades del Reino de Galicia, y por ende, los go­ biernos locales, fueron también responsables de numerosas prácticas ilícitas. En más de un caso, los propios concejos autorizaron la venta de productos de primera necesidad sin la correspondiente licencia del arrendatario, tratando de evadir de este modo el pago de alcabalas, y causando un considerable perjuicio para las arcas reales. Los casos descritos no son más que un ejemplo de los muchos que aparecen en la documentación de este período y ponen de manifiesto que las estrategias de fraude, especulación y evasión fiscal fueron desarrolla­ das por el conjunto de la sociedad gallega del siglo xv; desde la nobleza al estamento eclesiástico, las oligarquías urbanas, y los grupos de arrendata­ rios, mercaderes y financieros, que trataron de evadir el pago del impuesto siempre que fue posible. En las páginas que siguen se analizan determinadas prácticas de fraude en la recaudación de impuestos ordinarios del Reino de Galicia —alca­ba­ las, diezmos de la mar y alfolíes—, de las que tenemos noticia a partir de la legislación hacendística de la época y de la documentación generada por las propias instituciones hacendísticas. Por otra parte, trataremos también de averiguar quienes fueron los principales responsables de este tipo de opera­ ciones, desde sujetos individuales (miembros de la nobleza titulada, élites y oligarquías locales…), los propios arrendatarios y gestores del impuesto, hasta las propias instituciones: el estamento eclesiástico, los gobiernos loca­ les o la mismísima Corona, que en muchos casos alentó o permitió este tipo de prácticas fraudulentas, anteponiendo sus intereses más inmediatos a lo que establecían las leyes recogidas en los Cuadernos de arrendamiento.

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Amparo Rubio Martínez

Estrategias de fraude y evasión fiscal en la gestión de los impuestos ordinarios

El arrendamiento de alcabalas Como ya se ha señalado, las estrategias de fraude que tenían lugar du­ rante el proceso de arrendamiento y recaudación de las rentas eran de muy diverso tipo. Frente a ellas, la legislación hacendística, mediante los llama­ dos Cuadernos de arrendamiento de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes, actuaba como mecanismo de control de las prácticas abusivas. Gracias a las noticias que proporcionan los Cuadernos de arrendamiento, conocemos las distintas prácticas de fraude y evasión fiscal a las que recurrieron los arrendatarios de impuestos durante el proceso de arrendamiento, algunas de las cuales han sido bien estudiadas por distintos autores.58 Por este motivo, trataremos de recordar de manera muy general, en que consistieron estas prácticas, para centrarnos después en el estudio pormenorizado de determi­ nados casos entre los muchos que encontramos en la documentación. Tal y como coinciden en señalar algunos autores, las principales estrategias de fraude en relación con la gestión de las rentas reales tenían lugar durante las dos fases principales del arrendamiento: el arrendamiento al por mayor y el arrendamiento al por menor. En relación con la primera, algunos au­ tores apuntan a la puesta en marcha, por parte de importantes financieros, de determinadas estrategias en el proceso de licitación de las rentas, con un objetivo principal, que consistía en impedir a toda costa que otros fi­ nancieros o posibles competidores accedieran al control de las rentas. En esta línea, parece que uno de los principales cauces para lograr este obje­

En especial destacamos los trabajos de Ágatha Ortega Cera, «Arrendar el dinero del rey. Fraude y estrategias financieras en el estrado de las rentas en la Castilla del si­ glo xv», Anuario de Estudios Medievales, 40/1 (2010), págs. 223 –249; y Pablo Ortego Rico, «Estrategias financieras y especulación en torno al arrendamiento ‹por mayor› de rentas regias ordinarias en Castilla: aproximación a partir del caso de Castilla la Nueva (1462 –1504)», en Juan Antonio Bonachía Hernando y David Carvajal de la Vega (eds.), Los negocios del hombre. Comercio y rentas en Castilla. Siglos xv – xvi, Valladolid, Casti­ lla Ediciones, 2012, págs. 235 – 260. 58

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tivo consistía en la coacción a los posibles competidores, ofreciéndoles ciertos incentivos económicos a cambio de su compromiso firme de no intervenir en el proceso de subasta.59 Sin embargo, en ocasiones los meca­ nismos empleados por algunos financieros para impedir que sus adversa­ rios lograran acceder al control de las rentas fueron mucho menos sutiles, llegando incluso a sustraer la documentación que su adversario necesitaba para afianzar las rentas. Este caso tenía lugar en Galicia a mediados de los años noventa, cuando el notario santiagués Lope Gómez de Marzoa, en su condición de arrendatario mayor de las rentas reales del arzobispado de Santiago, impedía el acceso de su adversario, el arrendatario Ruy Martínez de Carballido, al arrendamiento de las rentas reales, llevando a cabo la sus­ tracción de las escrituras y poderes que éste último precisaba para hacerse con el arrendamiento de las rentas del arzobispado de Santiago.60 La sustracción de las escrituras por parte del notario Lope Gómez al arrendatario Carballido daría lugar a un dilatado pleito, cuya Carta ejecutoria nos permite conocer al detalle cómo se desarrolló la estrategia llevada a cabo por el primero con el fin de evitar que la puja realizada por su contrincante cursara efecto. En el pleito, el arrendatario Carballido acusaba a Lope Gó­ mez de Marzoa de haber pactado con su criado, Diego de Alarcón, la sus­ tracción de escrituras y poderes necesarios para pujar las rentas, así como de haber cometido un delito en claro perjuicio de la Hacienda Regia, por lo que consideraba que el caso debía ser juzgado por los alcaldes de la Chancille­ ría.61 Algunos fragmentos del texto resultan más que elocuentes y describen al detalle la forma en que se desarrolló el caso:

Ágatha Ortega Cera, «Arrendar el dinero del rey…», art. cit., pág. 232. AGS, EMR, leg. 48, fols. 106 –109, 298 – 299, leg. 49, fols. 171, 173 y 174 (1490) y leg. 50, f. 65 y leg. 51, f. 49 (1491). 61 El asunto ya fue tratado en algunos trabajos míos. Al respecto véase Amparo Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros en el arrendamiento de rentas reales en la Galicia del siglo xv», en Juan Antonio Bonachía Hernando y David Carvajal de la Vega (eds.), Los negocios del hombre. Comercio y rentas en Castilla. Siglos xv – xvi, Valladolid, Castilla Ediciones, 2012, págs. 201– 233; «Los agentes fiscales del Reino de Galicia a fines del si­ glo xv», en Mercedes Borrero Fernández, Juan Carrasco Pérez y Rafael Peinado Santaella, Agentes de los sistemas fiscales en Andalucía y los Reinos Hispánicos (siglos xiii – xvii): un 59 60

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… dis que el dicho Lope Gómez con poco themor de Dios y con osadía del diablo y non temiendo las penas en tal caso por derecho establescidas en grand deservicio nuestro y dapno de nuestras rentas, dolosa y engañosamente y con gran maliçia y por lo destruyr y echar a perder y en grand dapno y diminuçion de las nuestras rentas, dis que contratara con Diego de Alar­ cón, su criado, que le furtase çiertos poderes y escripturas que el avía para faser la puja del quarto en las rentas y alcabalas y diesmos y alfolíes del arçobispado de Santiago y obispado de Tuy del Reyno de Galisya de los años ochenta y nueve y noven­ ta y noventa y uno años… Y que por cabsa y culpa del dicho Lope Gómes y por aver contratado con el dicho Diego de Alarcón, su criado, que le furtasen las dichas escripturas y poderes que tenya de los di­ chos sus fiadores para faser el dicho quarto de puja en las di­ chas rentas… …y dis que diera el dicho Lope Gómes al dicho Diego de Alarcón treinta mil maravedíes porque le furtasen los dichos poderes y escrituras y ge los entregasen como dis que se los entrego… … lo qual todo dis que fesiera y contratara con el dicho Diego de Alarcón estando él preso en la carçel de la dicha nuestra corte y chancillería… Al margen del caso descrito, parece que este tipo de prácticas cuyo objetivo era tratar de evitar el acceso a las rentas de posibles adversarios, resultaban bastante habituales durante estos años. En 1495, tenemos noti­ cia de las quejas presentadas a la Corona por Juan de Herrera, arrendata­ rio de las alcabalas de los partidos de Ourense y Mondoñedo de los años 1488 –1490, al que no le había sido posible acudir a la Corte a fenescer las

modelo comparativo, Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, págs. 117–143; y «Un hombre de negocios a fines del siglo xv: el notario santiagués Lope Gómez de Marzoa», en David Carvajal de la Vega, Imanol Vítores Casado y Javier Añíbarro Rodríguez (eds.), Poder, fis­ co y mercado en las ciudades de la Península Ibérica (siglos xiv – xvi), Valladolid, Castilla Ediciones, Colección Historia, págs. 127 –142.

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cuentas, ni a cobrar los maravedís que se le debían, a causa de que ciertos vecinos le habían sustraído las escrituras necesarias para hacerlo.62 Además de los ejemplos mencionados, durante el proceso de arrenda­ miento de las rentas al por mayor, las estrategias de fraude y especulación financiera desarrolladas por los arrendatarios fueron mucho más allá. Una de las prácticas más habituales consistía en que el arrendatario mayor re­ tuviera en sus manos la totalidad del cargo o montante bruto recaudado en cada partido fiscal, sin atender el pago de los gastos —fijos y variables— que gravaban las rentas cada año. En esta situación se hallaba el arrendata­ rio pontevedrés Pedro Cruu a finales de los años noventa, quien al parecer no había hecho entrega de las cantidades que el comendador Pedro de Ayala y su mujer, doña Constanza, debían percibir con cargo a las rentas reales del partido fiscal de Santiago de los años 1498 –1500. Las deudas contraídas por el arrendatario Pedro Cruu con el comendador Pedro de Ayala, acarrea­ rían serios problemas al primero, llegando incluso a ser encarcelado. La solución, favorable al arrendatario Pedro Cruu, tenía lugar en 1503 cuando se ordenaba su puesta en libertad a cambio de que presentara fianzas sufi­ cientes para confiscar sus bienes por valor de la cantidad adeudada.63 Un año después, en 1504, Pedro Cruu obtenía sentencia favorable en relación con el caso mencionado,64 lo que pone de manifiesto como a pesar de los mecanismos empleados por la Corona para limitar el fraude, los monarcas siempre trataron de proteger a estos arrendatarios, financieros y hombres de negocio con los que era preciso contar en todo momento, pues en muchos casos actuaban como prestamistas de la Corona, y era bastante habitual también su pertenencia a las filas de la oli­garquía local, lo que incrementaba el interés de la Corona en mantener una buena relación con ellos.

62 AGS, RGS, Madrid, 12 de marzo de 1495, fol. 233. En estos años Juan Ramírez de Herrera o Juan de Herrera había tenido a su cargo las alcabalas de los obispados de Ouren­ se y Mondoñedo entre los años 1488 y 1490 junto al judío Judá Pérez, y posteriormente, en 1492, había arrendado las alcabalas de Mondoñedo junto a Pedro García de Dueñas. 63 AGS, RGS, Alcalá de Henares, 6 de abril de 1503, fol. 340; Alcalá de Henares, 21 de junio de 1503, fol. 519; Alcalá de Henares, 22 de junio de 1503, fol. 95; Madrid, 28 de julio de 1503, fol. 382. 64 AGS, RGS, Medina del Campo, 5 de diciembre de 1504, fol. 211.

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El arrendamiento al por menor o subarrendamiento de rentas reales era también un proceso complejo, en el que arrendatario mayor procedía a subarrendar las alcabalas de los distintos ramos de la actividad económi­ ca de las ciudades, así como del conjunto de las alcabalas de las distintas unidades fiscales que componían cada partido fiscal. En esta segunda fase del proceso, los arrendatarios mayores ponían en marcha diferentes me­ canismos orientados a controlar determinadas rentas por menudo. Uno de los más habituales consistía en pregonar las rentas con unas condiciones de arrendamiento falsas, lo que facilitaba al arrendatario mayor el control global de las mismas, eliminando posibles competidores.65 Además de ésta, los arrendatarios mayores contaban con otras estrategias, como la adju­ dicación directa de las rentas al por menor, llevándose a cabo el natural desarrollo del proceso falseando plazos, pregones y remates. Todas y cada una de las estrategias de fraude mencionadas pueden ser extrapoladas al Reino de Galicia, donde se daba el caso de que hallándose las alcabalas de algunos lugares encabezadas, los arrendatarios efectuaban pujas sobre el valor inicial de las mismas, no sólo para obtener un beneficio extra, sino también con el fin de castigar a los señores de aquellas tierras. El ejemplo más significativo lo encontramos en el obispado de Lugo en 1502, con las alcabalas de los concejos de Páramo y Gondrame, que durante estos años se hallaban encabezadas en 22.489 maravedís anuales. Preci­ samente un año antes, en 1501, Alfonso Ares de Aguiar, criado del arren­ datario y recaudador mayor del partido de Lugo, Pedro de Gayoso, había efectuado una puja sobre el valor de estas rentas por mandado de su señor de manera fingida y cautelosa, situando las rentas en un total de 35.000 ma­ ravedís. Según la información que proporcionaron una serie de testigos que declararon en relación con el caso, ni Alfonso Ares de Aguiar ni su señor, Pedro de Gayoso, habían presentado fianzas suficientes que avalaran la puja realizada sobre las rentas. Al parecer, la ejecución de esta puja habría tenido como objetivo principal castigar a las tierras de señorío de Álvar González de Ribadeneira, a causa de las enemistades que éste último mantenía con el arrendatario lucense, Pedro de Gayoso. Resulta indudable, por otra parte,

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Ágatha Ortega Cera, «Arrendar el dinero del rey..», art. cit., pág. 233.

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que la ejecución de esta puja al margen de lo que señalaba la Ley procura­ ba al arrendatario Pedro de Gayoso importantes beneficios económicos, ya que a partir de este procedimiento esperaba obtener unos 6.000 maravedís, aproximadamente el 17,14% del valor global de las rentas. Según declaran los testigos, el propio arrendatario tenía plena constancia de la cantidad que esperaba obtener de beneficio, ya que ante la sugerencia de renunciar a la puja, él mismo había respondido que le diese 6.000 mrs. y que dejaría la puja.66 Al margen de este caso, como ya se ha señalado, las posibilidades de conflicto entre arrendatarios mayores y menores eran muchas y de diversa índole. A principios del siglo xvi, tenemos noticia de los problemas que en­ frentaban al arrendatario mayor Carballido con algunos de los arrendatarios de rentas al por menor. Así por ejemplo, durante el año 1502, Ruy Martínez de Carballido tenía demanda interpuesta con Francisco de Tordesillas, que le debía parte de lo recaudado por las alcabalas del pescado, diezmos de la mar y alfolíes de A Coruña, o con el coruñés Luis de Ferbenzas, que adeu­ daba igualmente parte de las alcabalas de la ciudad, y se negaba a pagarlas mientras no le fuese descontada la cantidad correspondiente a las pujas que había efectuado sobre las rentas.67 Carballido se enfrentaba también con los arrendatarios menores de la ciudad de Santiago, Alonso de Roade, Jácome Jainero y Gómez de Requejo, que le debían ciertas cuantías de ma­ ravedís de las alcabalas de la ciudad de Santiago.68 Pero sin duda, el caso más significativo en relación con las deudas que los arrendatarios menores tenían contraídas con el arrendatario mayor Ruy Martínez de Carballido era el de Jácome de España, que en los primeros años del siglo xvi llegó a ser encarcelado como consecuencia de las deudas que tenía pendientes por las alcabalas de Baiona de los años 1498 –1500.69 Sin embargo, al margen de los casos de fraude cometidos por los arren­ da­tarios mayores y menores, tenemos noticia de determinadas prácticas ilí­

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 69, sin foliar y Expedientes Hacienda, leg. 18, fol. 126. AGS, RGS, Madrid, 12 de octubre de 1502, fols. 373 y 376. 68 AGS, RGS, Madrid, 12 de octubre de 1502, fol. 378; 29 de octubre de 1502, fol. 381; 2 de diciembre de 1502, fols. 69 y 71. 69 AGS, RGS, Medina del Campo, 18 de abril de 1504, fol. 199. 66 67

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citas cometidas tanto por oficiales reales, como por parte de determina­ dos oficiales del concejo. En enero de 1502, los monarcas ordenaban a las justicias de A Coruña el cumplimiento de determinadas ordenanzas de los oficiales concejiles, al tener noticia de que en la ciudad, corregidores y jueces de residencia acostumbraban a cobrar ciertos derechos por la sal y el vino.70 La figura del escribano mayor de rentas jugaba también un papel de gran responsabilidad en los procesos de arrendamiento. Se encargaba de dar fe de cada uno de los actos jurídicos que conllevaba el proceso de arrendamiento. Por su parte, los notarios y escribanos públicos de las dis­ tintas villas y ciudades del reino, se encargaban de registrar toda la mer­ cancía que se descargaba en los puertos, así como la que se introducía en las ciudades. Resulta evidente, por tanto, que el desempeño de una escribanía situa­ ba a determinados sujetos en una situación privilegiada para poder estimar el volumen de ingresos que generaban distintas actividades económicas. En ocasiones, estos escribanos eran víctimas de sobornos por parte de los mercaderes para no registrar determinadas mercancías, a cambio de una contraprestación económica o incluso de poder adquirir parte de la mer­ cancía a precios muy bajos. Pero además otra de las prácticas fraudulentas cometidas por los escribanos consistía en no respetar los aranceles estable­ cidos, tal y como se refleja en una Orden Real de 1503, mediante la cual se ordenaba al corregidor de Betanzos entender en la demanda presentada por un vecino de la ciudad contra los escribanos de la misma, a causa de que éstos no respetaban el arancel establecido.71

Diezmos de la mar Al igual que en el caso de las alcabalas, las estrategias de fraude en el proceso de arrendamiento y recaudación de los diezmos de la mar respon­

70 71

AGS, RGS, Sevilla, 14 de enero de 1502, fol. 257. AGS, RGS, Alcalá de Henares, 4 de abril de 1503, fol. 511.

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den también a una casuística muy variada, tal y como se comprueba en los Cuadernos de arrendamiento de estos impuestos aduaneros. Una práctica muy habitual consistía en efectuar la descarga de mercancía de barcos por la noche, con el fin de evitar la presencia de arrendatarios y dezmeros, y proceder a descargar la mercancía de manera fraudulenta. En relación con esta práctica, los Cuadernos de arrendamiento señalaban que cualquier des­ carga efectuada de día o de noche, sin previo aviso al arrendatario mayor, sería considerada fraudulenta, en cuyo caso, el propietario del navío per­ dería toda su mercancía por descaminada, quedando ésta inmediatamente confiscada para la Hacienda Regia.72 Por otra parte, las costas gallegas y asturianas, ofrecían condiciones in­ mejorables para la descarga fraudulenta. Al respecto, los Cuadernos de arren­ damiento señalaban estrictamente los puertos en los que se podía efectuar car­ ga y descarga de mercancías, que en el Reino de Galicia, habían sido fijados en Baiona de Miño, Pontevedra, Padrón, Muros, Noia, A Coruña, Betanzos, Ribadeo y La Puebla de Navia. En el caso de las cuatro sacadas de Asturias de Oviedo, estaba prohibida la descarga de mercancías fuera de los puertos autorizados. Sin embargo, a pesar de la estricta normativa contemplada en los Cuadernos de arrendamiento, parece que la introducción fraudulenta de mercancías fue una constante durante todo el siglo xv, si bien es cierto que cuando la descarga encubierta tenía lugar, la mercancía era inmediatamente confiscada por los arrendatarios reales, de acuerdo con lo que establecían las Leyes del Cuaderno.73 La recalada de navíos en los puertos gallegos por más de un día era también contemplada en los Cuadernos de arrendamiento. Al respecto, la Ley señalaba que cualquier navío que recalara en las inmediaciones de un puerto durante más de un día debería informar al arrendatario mayor de las mercancías que traía, y registrar ante el escribano del diezmo la rela­ ción de paños y productos que transportaba, con el fin de evitar la descarga

Cuaderno de arrendamientos de los diezmos de los puertos de la mar de Galicia y Asturias (Portillo, 10 de febrero de 1452), art. 2. En adelante CADM de 1452, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación hacendística…, op. cit., págs. 335 – 346. 73 CADM de 1452, art. 3. 72

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fraudulenta.74 Cualquier descarga efectuada en estas condiciones, a partir de navíos recalados en las inmediaciones de un puerto, era castigada con el pago por parte del mercader del doble de la cantidad a la que hubiera ascendido el diezmo a pagar por la mercancía en condiciones normales. La negativa del mercader a mostrar la mercancía ante el arrendatario mayor y los escribanos, suponía la pérdida inmediata del navío con la confiscación de toda su mercancía.75 En el caso de los navíos que cargasen mercancías en un puerto de la Co­rona de Castilla y acudiesen a descargarlas a puertos del mismo reino, los Cuadernos de arrendamiento establecían la exención del pago de diezmos de la mar. Por este motivo, los mercaderes debían presentar fiadores en el momento de efectuar la carga del navío, con el fin de garantizar que dicha carga había tenido lugar en los puertos de Castilla y no en los de otro reino. Al realizar la descarga en el puerto de destino, el mercader debería expedir el correspondien­ te certificado en un plazo determinado, con el fin de asegurar que la mercancía había sido descargada en un puerto de la Corona de Castilla.76 Otro de los aspectos que contemplaban los Cuadernos de arrendamien­ to de diezmos de la mar era el relativo a aquellas embarcaciones que, situán­ dose fuera de la marca del puerto, se veían obligadas a descargar mercan­ cías en tierra como consecuencia de condiciones temporales adversas o de ataques enemigos. Al respecto, el artículo 9 del Cuaderno de arrendamiento de diezmos de la mar de 1452 señalaba que todas las carracas, naos y navíos procedentes de cualquier lugar que trajesen paños y penetrasen dentro de la marca de cualquier puerto, deberían pagar el diezmo por la mercancía que transportasen, como debían pagarlo aquellos otros que llevasen paños y que situándose en las inmediaciones del puerto, hubiesen tenido que realizar la descarga forzosa por los motivos indicados.77 No cabe duda de que esta normativa habría sido modificada en tiempos de los Reyes Católicos, ya que al menos desde mediados de los años no­

CADM de 1452, art. 5. CADM de 1452, art. 5. 76 CADM de 1452, art. 6. 77 CADM de 1452, art. 9. 74 75

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venta, los navíos que arribaban a las costas gallegas quedaban exentos del pago de diezmos de la mar por la descarga de mercancías cuando ésta se hubiese efectuado en situación de urgencia, como consecuencia de condi­ ciones temporales adversas o de los ataques de naves enemigas. En relación con esta normativa, sabemos que en 1503, el arrendatario Ruy Martínez de Carballido había tratado de recaudar un total de seis marcos y medio por el diezmo del oro que, procedente de la Isla de La Española, había sido des­ cargado en el puerto de Baiona por ciertos mercaderes de la mencionada isla que lo transportaban en la nao del vasco Sebastián de Urbieta. El proble­ ma planteado en torno al diezmo del oro generó un gran conflicto entre el arrendatario Carballido y los mercaderes de La Española, ya que mientras el primero exigía el pago del diezmo por el oro descargado en Baiona, los mercaderes insistían en que estaban exentos del pago del mismo, en virtud de cierta merced y franqueza de la que eran titulares, y alegaban también como habían llegado a Baiona de manera fortuita, cuando en realidad el oro tenía como destino los puertos de Sevilla y Cádiz.78 Resulta más que evidente que en este caso, el arrendatario Carballido incurría en un caso flagrante de fraude, habida cuenta de que desde 1494, los monarcas habían ordenado la exención del pago de diezmos de la mar por parte de aquellos navíos o embarcaciones que arribasen a un puerto por causa de fuerza mayor.79 Por otra parte, la Orden expedida por los reyes en 1494 no suponía ninguna novedad, ya que anteriormente en 1488 habían prohibido exigir los diezmos de la mar a aquellos navíos que arribasen al puerto de A Coruña, a causa del mal tiempo o de los ataques enemigos.80 Desconocemos si la villa de Baiona disfrutaba del mismo privilegio des­ de fecha tan temprana, pero en cualquier caso lo que está fuera de toda duda es que en 1503 el arrendatario Carballido incurría en un claro caso

78 AGS, RGS, Alcalá de Henares, 13 de mayo de 1503, fol. 90 y Segovia, 7 de sep­ tiembre de 1503, fols. 497 y 498. 79 AGS, RGS, Madrid, 15 de noviembre de 1494, fol. 101. 80 Archivo Municipal de A Coruña (AMC), Reales Cédulas, Monasterio del Abrojo, 7 de diciembre de 1488, n.º 36. La noticia también en RGS, Monasterio del Abrojo, 7 de diciembre de 1488, fol. 163.

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de fraude por incumplimiento de la Ley al exigir el pago del diezmo a los mercaderes de La Española.81 Parece ser que este no fue el único episodio de fraude en el que incu­rría el arrendatario Carballido, ya que este mismo año había exigido el pago de los diezmos de la mar a cierta carabela procedente del Reino de Por­tugal que se había reparado en la ciudad, embargándole todos los esclavos y mer­ cancías que transportaba.82 Algunos otros casos de fraude en relación con la gestión de los diez­ mos de la mar se detallan en los Cuadernos de arrendamiento de los años 1451–1456. Así por ejemplo, tenemos constancia de como algunos merca­ deres burgaleses pactaban con los arrendatarios de diezmos de la mar del Reino de Galicia, la introducción de mercancías en los puertos gallegos y asturianos pagando el 1% de su valor, en lugar del 10% exigido. A esta prác­ tica fraudulenta, que a mediados del siglo xv parecía ser habitual, la Real Hacienda también trató de dar solución. La fórmula adoptada al respecto por los monarcas determinaba que aquellos mercaderes naturales de los Reinos de Galicia y Asturias que trajesen y descargasen mercancías en los puertos de dichos reinos, pagasen el diezmo a los arrendatarios de los diezmos de Galicia y Asturias, mientras que por el contrario, aquellos mercaderes que no fuesen moradores, ni vecinos, ni naturales del Reino de Galicia, entre ellos los burgaleses, y acudiesen a los puertos de los mencionados reinos a cargar o descargar mercancías para su exportación, deberían pagar el diezmo en los puertos de Rabanal y Santa María de Arbás (paso fronterizo entre León y Asturias), de tal forma que los diezmos de la mar se pagasen en estos dos puntos a los arrendatarios de diezmos de la mar de Castilla. Evidentemente, cualquier mercancía de mercaderes castellanos que partiere por otros puer­ tos, sin previo pago de diezmo en los lugares mencionados, sería confiscada

AGS, RGS, Madrid, 15 de noviembre de 1494, fol. 101. Tenemos noticia de esta Orden Real a partir de una petición de la universidad de mercaderes de Burgos a los co­ rregidores y justicias de la villa de Muros, pidiendo que se cumpliera la Orden Real con relación a una nave de Lope de Acha, vecino de Bilbao, que al llegar al puerto de Muros había tenido que descargar la mercancía por hacer aguas, siendo embargada por los arren­ datarios y diezmeros. 82 AGS, RGS, Madrid, 12 de enero de 1503, fol. 379. 81

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inmediata­mente para la Hacienda Regia por los arrendatarios de los diezmos de la mar de Castilla.83

Alfolíes Desde 1338, la Hacienda Real recaudaba los denominados derechos de alfolíes por el monopolio de venta de sal en los puertos del Reino de Galicia y de las Asturias de Oviedo. La gestión de los derechos de alfolí por los arrendatarios reales en los puertos autorizados también daba lugar al ejercicio de todo tipo de prácticas de fraude y evasión fiscal. Los princi­ pales casos se detectan durante el proceso de arrendamiento y recaudación de los alfolíes de Galicia con la villa de Navia y su tierra, pertenecientes a la Corona, mientras que los de Ribadeo y Viveiro habían sido cedidos al conde de Ribadeo y a Alonso Pérez de Vivero, señores de estas tierras, desde mediados del siglo xv. A partir del Cuaderno de arrendamiento de los alfolíes, fechado el 2 de febrero de 1452, conocemos algunas de las principales estrategias de fraude en el arrendamiento y gestión de las rentas de la sal.84 Al tratarse de un mono­ polio real, los arrendatarios de los alfolíes estaban obligados a abastecer los puntos de venta de sal, que como ya se indicó en el caso del Reino de Galicia se hallaban fijados en la ciudad de Tui, Baiona de Miño, Pontevedra, Padrón, Noia, Muros, A Coruña, Betanzos y la villa de Navia.85 A diferencia de los al­ folíes del interior de Castilla, que se nutrían de la producción que generaban sus propias salinas, los territorios costeros —Galicia, Asturias, Guipúzcoa y las Cuatro Villas— importaban la sal por vía marítima. Parti­cularmente, los alfolíes del Reino de Galicia se abastecían de sal procedente de Portugal, que debía ser importada única y exclusivamente por vía marítima.86

CADM de 1452, art. 13. AGS, Diversos de Castilla, fols. 6 –14, publicado por José García Oro, Galicia en la Baja Edad Media…, op. cit., págs. 239 – 244. 85 CAA, art. 2. 86 Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla..., op. cit., pág. 180. 83 84

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Una de las estrategias de fraude más habituales en el abastecimiento de los alfolíes de Galicia consistía en introducir la sal procedente del Reino por vía terrestre, una práctica que los cuadernos de arrendamiento prohi­ bían tajantemente, la entrada de sal de Portugal por vía terrestre, en espe­ cial cuando la sal se introducía por la zona fronteriza comprendida entre Tui, Ribadavia y Ourense, por donde al parecer resultaba posible escapar a los controles aduaneros. El tráfico de sal por estos lugares estaba castigado con una multa de seiscientos maravedís.87 Por otra parte, las condiciones de arrendamiento de los alfolíes prohibían sacar la sal de los puertos fijados para su venta, así como su entrega a cualquier persona sin autorización de los arrendatarios reales. Aquellos arrendatarios o mercaderes que incurrie­ sen en este tipo de prácticas perderían la sal por descaminada, así como las bestias en las que era transportada.88 Por otra parte, la entrada de sal en los puertos autorizados debía contar con licencia de los arrendatarios reales, ya que de lo contrario, la operación se consideraba fraudulenta y la mercancía sería confiscada para el fisco regio.89 Como ya se ha señalado, tampoco se podía sacar sal de los puer­ tos habilitados para venderla posteriormente en otros lugares, salvo del alfolí de Navia, desde el que la sal era distribuida a otros puntos de venta situados en el entorno.90 Por consiguiente, el tráfico de sal en los puertos debía estar estrictamente controlado por los arrendatarios mayores, hasta el punto de que estaba prohibida su descarga de un navío a otro sin consen­ timiento de los arrendatarios, siempre que los navíos se hallasen situados dentro de la marca del puerto.91 El abastecimiento de los alfolíes gallegos con sal procedente del Reino de Portugal alentó también el ejercicio de determinadas prácticas abusivas por parte de las autoridades portuguesas, que aprovecharon la coyuntura en momentos de crisis económica, para embargar la sal de las salinas por­

CAA, art. 13. CAA, art. 6. 89 CAA, art. 6. 90 CAA, art. 7. 91 CAA, art. 10. 87 88

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tuguesas y revenderla a los alfolineros gallegos a precios más elevados, tratando de allegar nuevos recursos económicos para financiar las campañas africanas. Esto ocurría en la década de los años treinta del siglo xv, concre­ tamente en 1437, fecha en la que tenemos noticia de que el rey de Portugal había tomado varios navíos y fustas gallegas para armarlos y llevar en ellos caballos y vituallas, posiblemente para las expediciones africanas. Finalmente, tenemos noticia de una serie de prácticas que no sabemos hasta que punto eran legales y que estaban en relación con el salario que debían percibir los escribanos de los diezmos y alfolíes, ya que al menos en la ciudad de A Coruña, existía la costumbre desde tiempo inmemorial de cobrar dos medidas de sal de cada navío que se descargara en la ciudad.92

Agentes y responsables del fraude Tal y como señalábamos anteriormente, el fraude era una práctica ge­ neralizada en los siglos bajomedievales ejercida por el conjunto de la so­ ciedad. Las estrategias adoptadas para llevar a cabo determinadas prácticas fraudulentas variaban en función de cada tipo de impuesto y de las posibi­ lidades que ofrecía la legislación hacendística para poder llevarlas a cabo. Pero al margen de las distintas estrategias financieras y de especulación en torno a la gestión del impuesto, interesa destacar quienes eran los princi­ pales autores y responsables de tales prácticas. Es indudable que los arren­ datarios de rentas reales eran los mejores conocedores de los mecanismos para defraudar al fisco regio. Pero además de ellos, los denominados grupos de poder recurrieron a distintas prácticas ilícitas, tratando de evadir el pago del impuesto, y en muchos casos reclamando directamente la percepción de una parte de las rentas reales, en virtud de falsos albalaes, situación que se dio sobre todo en tiempos de Enrique IV. Una vez analizadas las principales estrategias de fraude cometidas por los agentes fiscales en el apartado an­ terior, nos referiremos ahora a las que caracterizaron a los llamados grupos de poder, nobleza, instituciones eclesiásticas y oligarquías locales funda­ mentalmente.

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AGS, RGS, Valladolid, 19 de septiembre de 1488, fol. 52.

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La usurpación de las rentas reales por señores laicos y eclesiásticos Una de las prácticas de fraude más habituales y a la que con más fre­ cuencia recurrirían los denominados grupos de poder, eran las denominadas tomas forzosas sobre las rentas reales, que llevaron a cabo determinados miembros de la nobleza titulada, eclesiásticos y otros… La documentación hacendística de Simancas ha dejado huella de la multitud de tomas y usur­ paciones sobre las rentas reales por parte de estos poderosos durante todo el siglo xv. Las noticias al respecto son muy abundantes, tanto en el caso de miembros de la nobleza titulada, como en el del estamento eclesiástico, entre los que destaca por encima del resto el arzobispo de Santiago. Tal y como se constata en la documentación, desde la primera mitad del siglo xv, el duque de Arjona, don Fadrique Enríquez, percibía determi­ nados pechos y derechos antiguos en los partidos fiscales de Lugo y Mon­ doñedo (pan, vino, ganados, puercos, vacas, etc.) que procedían a su vez de determinados impuestos —ordinarios y extraordinarios— que el duque recaudaba en estos territorios. A pesar de no conocer la cuantía exacta o aproximada que el duque don Fadrique pudo percibir por estos conceptos, lo que sí sabemos es que la Corona trató de recuperar en todo momento las rentas percibidas ilícitamente por el duque, encargando su cobro y recau­ dación al recaudador de los alcances del Reino de Galicia. Además de las tomas efectuadas por el duque don Fadrique, durante la primera mitad del siglo xv, tenemos constancia también de las cantidades tomadas ilícitamente por el condestable de Castilla, Ruy López Dávalos, que ascendieron a un total de 26.000 maravedís sobre las alcabalas de Ribadeo y Navia, más los diezmos de la mar de dichos lugares, sin mostrar privilegio alguno que legitimara su percepción ante los contadores mayores. La apropiación de una parte de las rentas reales mediante toma forzo­ sa resultó una constante habitual durante todo el siglo xv. En tiempos de Enrique IV, tenemos noticia de algunas otras percepciones ilícitas a cargo de destacados miembros de la nobleza titulada del reino. Concretamente en 1465, Álvar Páez de Sotomayor efectuaba una toma de 38.000 mara­ vedís sobre los diezmos de la mar y alfolíes de Pontevedra, alegando que contaba con autorización real para percibir dicha cantidad en concepto de

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acostamiento. Este mismo año, Bernal Yáñez de Moscoso tomaba 37.500 maravedís sobre las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes de Fisterra, argumentando que dicha cantidad se le debía en concepto de tierras, mer­ cedes y acostamientos.93 Algunos años después, el conde de Camiña, Pedro Álvarez de Sotomayor, efectuaba ciertas tomas sobre los diezmos de la mar y alfolíes de Vigo y Redondela, en total 59.000 maravedís de los 127.386 maravedís que inicialmente tenía previsto tomar.94 Finalmente, por lo que respecta al prelado compostelano, adelantamos ya que durante todo el reinado de los Reyes Católicos, percibiría mediante toma forzosa 35.000 maravedís situados por mitad en los diezmos de la mar de las villas de Muros y Noia, una cantidad que correspondía a un juro de heredad del que era titular desde principios del siglo xiv.95 A pesar de las continuas cesiones efectuadas por la monarquía a la Igle­ sia compostelana, cuestiones que trataremos más adelante, durante todo el reinado de los Reyes Católicos, el arzobispo Alonso de Fonseca II, Patriar­ca de Alejandría, continuaría efectuando determinados abusos en la Tierra de Santiago, exigiendo por la fuerza el pago de alcabalas, diezmos y alfolíes en lugares del señorío jurisdiccional.. Todavía en junio de 1503, los monarcas ordenaban al gobernador del Reino de Galicia hacer justicia con uno de los fiadores del arrendatario Ruy Martínez de Carballido, que se quejaba de co­mo el arzobispo exigía el pago de ciertos derechos en las villas de Muros, Noia y A Guarda, sin mostrar título o privilegio que legitimara tales derechos.

El estamento eclesiástico y el pago de alcabalas Una de las prácticas de fraude a las que recurrió con más frecuencia el estamento eclesiástico, fue la venta de determinados productos libres del pago de alcabalas, lo que en principio hasta 1491 estuvo prohibido según lo

AGS, EMR, leg. 12, fol. 13. AGS, EMR, leg 14, fol. 94. 95 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Sobre este juro de 35.000 maravedís situado en los diezmos de la mar de Muros y Noia, véanse las págs. 205 y 206 del presente trabajo. 93 94

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especificado en los Cuadernos de arrendamiento. Precisamente el Cuaderno de alcabalas de 1491, contemplaba por primera vez la exención del pago a los clérigos, eximiéndoles del pago de alcabalas de todo lo que comprasen y vendiesen para su mantenimiento sin ser por trato de mercadería. De este modo, con anterioridad a esta fecha, cualquier mercancía que un clérigo vendiese a un lego debía ser gravada con la alcabala, cuyo pago debería satisfacer por entero el comprador.96 A mediados de los años ochenta, el problema en torno al pago de alca­ balas por parte de los clérigos cobraba especial importancia en los partidos de Lugo, Ourense y Mondoñedo. En Ourense, eran los hermanos judíos Judá y Mosén Pérez los que exigían a los clérigos de esta diócesis el pago de la alcabala del vino que vendieran en cumplimiento de las leyes del Cuaderno de arrendamiento de 1484, que les obligaba al pago de alcabalas por todos aquellos productos que vendieran por trato de mercadería: Así es nuestra merçed y mandamos que ningunas ni algu­ nas personas de cualquier ley, estado o condición, preeminen­ cia o dignidad que sean que alguna cosa vendieren o trocaren, que sean bienes muebles y raíces y semovientes no se escusen de pagar la dicha alcabala por cartas o privilegios ni alba­ laes generales y especiales que digan que tiene, ni por usos ni costumbres ni por otra razón alguna, salvo las iglesias y mo­ nasterios y prelados y clérigos destos dichos nuestros reinos, pero si cualquiera de los sobredichos compraren y vendieren cualesquier cosas por trato de mercadería, que lo tal hayan de pagar alcabala como si fuesen legos según las leyes del nues­­tro cuaderno.97

Así se contempla en el Cuaderno de alcabalas de 1462, que se refiere a esta cuestión en los artículos 71 y 72. Al respecto véase también Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla…, op. cit., pág. 62. 97 Cuaderno de alcabalas de 1484 (Tarazona, 10 de marzo de 1484); AGS, Diversos de Castilla, lib. 4, doc. 114; EMR, leg. 24, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación hacendística…, op. cit., págs. 211– 222. 96

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Sin embargo, parece que la exigencia por parte de los judíos Judá y Mosén Pérez del pago de alcabalas a los clérigos orensanos no se habría de­ bido únicamente al estricto cumplimiento de la Ley, ya que la venta de vino libre de alcabala por parte de los clérigos perjudicaba directamente a los arrendatarios judíos, porque permitía al estamento eclesiástico acaparar la mayor parte de las ventas del producto, cuando los arrendatarios judíos eran propietarios de una parte de las viñas de la zona de Ourense y Ribadavia, y controlaban buena parte de la producción de vino de la zona.98 Algunos años después, tenemos noticia de que los clérigos de la Igle­ sia de Ourense continuaban evadiendo el pago de alcabalas en la venta de determinados productos, no sólo en el comercio local, sino también en el comercio a media distancia, encargando en este caso la venta de vino a ter­ ceros. Estas circunstancias tenían lugar en los años 1503 y 1504, cuando Gu­tierre de Sandoval, en su condición de arrendatario mayor de las rentas reales del partido de Ourense, exigía a los administradores de rentas de la dió­cesis orensana el pago de la alcabala de todos aquellos productos que los clérigos hubiesen comprado y vendido en Valladolid por trato de mercade­ ría. Al parecer, los clérigos orensanos habían enviado a terceros a Vallado­ lid a comercializar el vino que producían en la ciudad, tratando de evadir de este modo el pago de alcabalas. Una vez más, las exigencias del arren­ datario Gutierre de Sandoval atendían, no sólo al estricto cumplimiento de la Ley, sino también a su propio interés, ya que Sandoval era propietario de numerosas viñas en Ourense, y uno de principales productores de vino en la ciudad, de manera que la venta de vino libre de alcabala por los clérigos orensanos perjudicaba directamente sus intereses. Un caso semejante se daba en la diócesis de Lugo a mediados de los años ochenta, coincidiendo con el viaje de los Reyes Católicos a Galicia. En este caso, en octubre de 1486, el deán y cabildo de Lugo presentaban sus quejas a la monarquía, exponiendo como los arrendatarios de las rentas reales les trataban de cobrar las alcabalas por los productos con los que

AGS, RGS, Ponferrada, 18 de octubre de 1486, fol. 36, citado por María Gloria de Antonio Rubio, Los judíos en Galicia (1044 –1492), A Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa, 2006, (doc. 294) págs. 585 – 586 (doc. 294). 98

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comerciaban. Una vez más, los monarcas insistían en como el estamento eclesiástico debía permanecer exento del pago de aquellos productos que comprasen o vendiesen para su mantenimiento, pero no cuando la compra­ venta se efectuase por trato de mercadería, en cuyo caso deberían pagar la alcabala como si de legos se tratase.99 Evidentemente, las mismas quejas presentaban los monasterios galle­ gos, como el de San Salvador de Celanova en octubre de 1486, a lo que los monarcas respondían lo mismo, que se respetara la exención de pago cuando los monjes comprasen o vendiesen mercancías para su mantenimiento y que pagasen alcabala cuando la venta se hiciere por trato de mercadería.100 Y el mismo caso se daba en los conventos de las órdenes mendican­ tes como el de San Francisco en Viveiro, donde en 1501 los arrendatarios exigían el pago de alcabala por el vino que los monjes adquirían para su mantenimiento, habiendo embargado los arrendatarios, parte del vino ad­ quirido por los monjes. En relación con el caso, los monarcas encargaban al corregidor y justicias del Reino de Galicia actuar con justicia en cumpli­ miento de las leyes del Cuaderno.101

Las ciudades como responsables del fraude y la evasión fiscal Como ya afirmaba Manuel González Jiménez (1998), las reformas lle­ vadas a cabo por Alfonso XI en el segundo cuarto del siglo xiv, otorgaron un mayor margen de acción a grupos más cerrados y cohesionados de oficiales y regidores dentro de los gobiernos locales de las ciudades. Sin embargo, este amplio margen de maniobra en la acción política de la que gozaban los miembros de los gobiernos locales favorecería el ejercicio de todo tipo de abusos y corruptelas sobre los vecinos de la propia ciudad, permitiéndoles, al mismo tiempo, evadir el pago de ciertos impuestos, no sólo los municipales,

AGS, RGS, Lugo, 12 de octubre de 1486, fol. 37. AHN, CLERO SECULAR_REGULAR, 4900, N.16, Lugo, 12 de octubre de 1486. 101 AGS, RGS, Valladolid, 16 de junio de 1501, fol. 215. 99

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sino también los reales.102 Particularmente en Andalucía, era relativamente frecuente que los alcaldes y regidores, y en algunas ciudades los jurados, estuviesen libres del pago de impuestos reales, un beneficio del cual también disfrutaban las viudas de los capitulares que morían ejerciendo el cargo.103 En el caso del Reino de Galicia, las noticias con las que contamos sobre los mecanismos que los gobiernos locales utilizaban para eximirse del pago de impuestos reales, son muy numerosas. Una de las prácticas más habituales consistía en autorizar la venta de determinados productos sin la correspon­ diente licencia del arrendatario, evadiendo de este modo el pago de alcabalas con el consiguiente perjuicio para la Hacienda Regia. Este caso se daba en Betanzos en 1502, cuando las autoridades locales autorizaron la venta de sal sin licencia del arrendatario mayor, perjudicando de manera considerable los intereses de su vecina ciudad de A Coruña, e incurriendo en una clara ilegali­ dad, ya que desde mediados del siglo xiii en adelante, los sucesivos monarcas habían prohibido la descarga de sal en Betanzos, favoreciendo los intereses de A Coruña, que a diferencia de la anterior, si contaba con autorización regia para efectuar la descarga.104 La solución al problema llegaba en 1505, con una sentencia favorable al arrendatario, mediante la cual se obligaba a la ciudad de Betanzos a pagar los correspondientes derechos por la sal que se hubiese descargado contraviniendo la Ley en su puerto hasta la fecha.105 Un caso similar tenía lugar en la misma ciudad de A Coruña desde 1501, donde el concejo había pregonado la venta de pan libre del pago de alcaba­ las, lo que suponía un agravio considerable para los intereses del arrendata­ rio y de las arcas reales.106

Manuel González Jiménez, «Corrupciones municipales en Castilla a finales de la Edad Media», en Instituciones y corrupción en la Historia, Universidad de Valladolid, Instituto Universitario de Historia Simancas, 1998, págs. 9 y 22. 103 Ibid., pág. 23 104 AMC, Traslados de Privilegios otorgados por Alfonso X al concejo coruñés por el que se le concedía licencia para descargar sal en contra de la vecina Betanzos: Vitoria, 2 de julio de 1255; Vitoria, 2 de diciembre de 1256; Santiago, 4 de septiembre de 1286. 105 AGS, RGS, Segovia, 20 de septiembre de 1505, fol. 250. 106 AGS, RGS, Alcalá de Henares, 3 de febrero de 1503, fol. 448. 102

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No obstante, y a pesar de que algunas ciudades pregonaran la venta de determinados productos libre de alcabalas por diversos motivos, lo normal es que las propias autoridades locales pusieran especial cuidado en que la recaudación de las rentas reales se llevara a cabo con la máxima efica­ cia, sobre todo desde que en 1495 buena parte de las ciudades castellanas aceptaran el encabezamiento como procedimiento de gestión de las rentas reales, percibiendo los concejos una parte sustancial de las mismas como consecuencia de dicha gestión. Para garantizar el pago de alcabalas de ciertos productos, los concejos fijaban determinados lugares en los que se debía efectuar la venta de los mismos. En el caso de la ciudad de A Coruña, desde mediados de los años noventa la venta del pescado se había fijado en la Puerta de la Torre. Sin em­ bargo, y a pesar de todos los intentos por controlar el pago de la alcabala de un producto altamente demandado en la ciudad, en la práctica, la venta del pescado fresco se efectuó también en otros lugares, evadiendo en muchos ca­ sos el pago de alcabalas. Un caso semejante tenía lugar en la ciudad de San­ tiago, en la que ciertos mercaderes acudían a vender sus productos a un lugar próximo, Ponte Sigüeiro, libres del pago de alcabalas. En julio de 1503, los monarcas ordenaban a las justicias de Santiago y de Ponte Sigüeiro que no permitieran la venta de mercancía en este lugar, a fin de evitar operaciones fraudulentas, tendentes a evitar el pago de alcabalas.107 Algunas estrategias de fraude ejercidas por parte de los gobiernos loca­ les consistían en extorsionar y dificultar la labor recaudatoria desempeñada por los arrendatarios mayores de las rentas reales. Así ocurría en el caso de la recién creada Monterreal de Baiona, cuyos vecinos y moradores se ha­ llaban exentos del pago de alcabalas en virtud del privilegio concedido por los Reyes Católicos a la villa el 15 de enero de 1497. En relación con esta exención, en 1503, el arrendatario Ruy Martínez de Carballido denunciaba a la villa de Monterreal, a causa de que ésta impedía a los vecinos de la vieja Baiona vender ciertas mercancías pagando los correspondientes derechos de alcabalas.108

107 108

AGS, RGS, Madrid, 26 de julio de 1503, fol. 688. AGS, RGS, Alcalá de Henares, 3 de febrero de 1503, fol. 449.

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Un caso especialmente significativo en relación con la evasión de im­ puestos es el que tenía lugar en la realenga villa de Viveiro en los últimos años del siglo xv y los primeros del siglo xvi. Con relación a este caso, el arrendatario y recaudador mayor de las rentas reales, Diego de Verdesoto, señalaba que apenas conseguía recaudar las cantidades fijadas en el arren­ damiento, debido a que la mayor parte de la población evadía el pago de al­ cabalas en sus transacciones comerciales. Al parecer, el problema derivaba de la celebración de dos ferias francas anuales y un mercado semanal en la villa, donde se llevaban a cabo la mayor parte de los acuerdos de compra­ venta, mientras que el verdadero intercambio de mercancías se efectuaba en otro lugar, evitando así el pago de alcabalas. Ante las quejas presentadas por el arrendatario, la reacción de parte de la Corona no se haría esperar. El 17 de noviembre de 1502, ordenaban al concejo el estricto cumplimiento de las leyes del Cuaderno nuevo de alca­ balas, incidiendo en determinados aspectos como la colocación de guardas en las puertas de la villa para cobrar las alcabalas, la obligatoriedad de to­ das las personas de pagar la alcabala por las transacciones comerciales que realizasen en los lugares donde se encontraban avecindados, con indepen­ dencia de que el acuerdo de compraventa se hubiese realizado durante la celebración de la feria franca o mercado semanal de la villa. Por otra par­te, se encargaba al corregidor y a los alcaldes del Reino de Galicia el es­tricto control de los mercaderes que introdujesen mercancías en la villa, obligán­ doles a declarar sobre la cantidad y calidad del producto que transportaban para su venta.109 En relación con el pago de diezmos de la mar, se ordenaba una vez más el cumplimiento de las leyes del Cuaderno, que prohibían la descarga de mercancías en los puertos que no estuviesen autorizados, aun­ que las noticias halladas en la documentación ponen de manifiesto que, en la práctica, la descarga de mercancías en puertos no autorizados continuó efectuándose durante todo el periodo. No obstante, a pesar de las muchas dificultades que el arrendatario Verde­ soto en­contró para recaudar las alcabalas de Viveiro como consecuencia de la normativa que se imponía desde el concejo, parece que también se enfrentaba

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AGS, RGS, Madrid, 17 de noviembre de 1502, fols. 258, 259 y 482.

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a la competencia desleal que le hacían ciertos particulares que se atrevían a recaudar las alcabalas y otros tributos en la villa sin la correspondiente auto­ rización real.110 Por otra parte, resulta evidente que la diligencia con la que los monar­ cas atendieron las quejas presentadas por el arrendatario Verdesoto tenía que ver no sólo con su deseo de asegurar la recaudación de las alcabalas y diezmos de la mar en la villa de Viveiro, sino también porque el arrenda­ tario Verdesoto, perteneciente a una prestigiosa familia de cambistas afin­ cados en Valladolid, actuaba como criado y servidor del mayordomo real, don Enrique Enríquez, tenente de la villa de Viveiro desde el año 1499.

110

AGS, RGS, Madrid, 17 de noviembre de 1502, fols. 483, 484, 485, 486, 487 y 488.

La evolución de las rentas reales ordinarias (1406 –1504)

E

estudio de la fiscalidad real —ordinaria y extraordinaria— en la Corona de Castilla en el siglo xv, así como de la capacidad que tenían las distintas regiones fiscales para contribuir al fisco regio, resulta fundamental para entender buena parte de los acontecimientos po­ líticos que tuvieron lugar durante este periodo. Al tratarse de una de las principales atribuciones del todavía incipiente Estado Moderno, la capaci­ dad de exacción que la monarquía castellana tenía sobre cada uno de estos territorios o regiones fiscales de la Corona de Castilla determinaría en mu­ chos casos la acción política que los gobernantes ejercerían sobre cada uno de ellos. Tal y como ha señalado el profesor Ladero Quesada, no debemos olvidar en este sentido que la capacidad para contribuir al fisco regio no era la misma en todos los territorios, ni tampoco el poder real se ejercía con la misma eficacia en todo el país o sobre todos los grupos. Pero por otra parte, esta capacidad con la que contaban las monarquías para exigir y recaudar impuestos permitía a los reyes establecer vínculos con los principales poderes que gobernaban o ejercían un papel político re­ levante en cada uno de estos territorios. Esto explica que en muchos casos los monarcas concedieran exenciones fiscales y mercedes sobre las ren­ tas reales como medio de comprar fidelidades, como compensación a los gastos que determinados particulares hubiesen efectuado al servicio de la Corona o como mecanismo de pago de determinadas cantidades prestadas por los principales poderes del reino. l

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En el caso concreto de Galicia se debe tener en cuenta el amplio mar­ gen de poder con el que contaban los poderes señoriales —laicos y eclesiás­ ticos— sobre el poder real, lo que dificultó considerablemente el ejercicio efectivo del poder real y de la fiscalidad regia en el reino, constituyendo un importante lastre para la Hacienda Regia. Durante todo el siglo xv, el esfuerzo de los distintos monarcas se orientó a recuperar las rentas reales de los señoríos y a conseguir que pasaran a tributar con carácter regular a la Hacienda Regia. Los monarcas Juan II y Enrique IV darían algunos pasos significativos al respecto mediante la imposición de la llamada tasa de señoríos, que establecía un valor fijo para las rentas que debían percibir los señores, con el fin de que la cantidad que generasen por encima de este valor se entregase a la Hacienda Regia. En esta situación permanecerían las rentas de los señoríos del Reino de Galicia desde 1451 hasta el reina­ do de los Reyes Católicos. Los nuevos monarcas conseguirían integrar la práctica totalidad de las rentas de señorío a la Corona, con excepción de los señoríos eclesiásticos, cuyas rentas serían respetadas íntegramente. En otro orden, los impuestos que la monarquía castellana recaudaba en cada territorio y más aún aquellos impuestos ad valorem que gravaban las transacciones comerciales constituyen uno de los mejores indicadores para conocer la actividad económica que se desarrollaba en las ciudades, villas y lugares de cada una de estas regiones fiscales. Para el caso de Galicia, con excepción de la documentación hacendística, es muy poca la documenta­ ción que informa sobre la evolución de la economía en este periodo, lo que limita considerablemente el nivel de conocimiento de estos aspectos, así como el grado de incidencia que la situación económica que atravesaba el reino pudo tener en el desarrollo de la fiscalidad real. Con todo, en las páginas que siguen nos ocuparemos de analizar la evolu­ ción que experimentaron las rentas reales —ordinarias y extraordinarias— du­ rante todo el siglo xv, atendiendo a varios parámetros de análisis que serán determinantes en esta evolución: en primer lugar el mayor o menor éxito con que los monarcas lograron recuperar las rentas de señorío, en segundo lugar la realidad económica sobre la que se sustentaba la fiscalidad real, y finalmente, el mayor nivel de precisión alcanzado en los procedimientos de arrenda­miento y recaudación de las rentas reales que determinarán también el crecimiento que experimenten las rentas en los últimos decenios de la centuria.

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En relación con los aspectos económicos, todavía mal conocidos, debe­ mos tener presente las continuas fluctuaciones que experimenta el maravedí a lo largo de todo el siglo xv, y más aún a partir de los años sesenta, cuando sufre ya continuas devaluaciones con respecto al real de plata, que actúa como moneda de referencia. Finalmente y en relación con la evolución de las rentas reales ordinarias —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes— en el Reino de Galicia, se debe tener en cuenta que durante los reinados de Juan II y Enrique IV (1406 –1474) las rentas de alcabalas se arrendaron con inde­ pendencia de los diezmos y alfolíes del reino, mientras que ya en el reinado de los Reyes Católicos (1474 –1504), alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes formarían parte de una misma partida de ingresos, lo que no debemos per­ der de vista a fin de establecer comparaciones adecuadas entre los niveles de rentas recaudados en uno y otro periodo.

Los reinados de Juan II y Enrique IV (1406 –1474) Durante los tres primeros cuartos del siglo xv, la situación que se ob­ serva en el Reino de Galicia podría calificarse de un tanto marginal o se­ cundaria en la relación política e institucional que mantiene con el poder real, en comparación con la que presentan otros territorios de la Corona de Castilla. Esta circunstancia se debe en parte a la situación jurídica que de­ fine al Reino de Galicia, sujeto en su mayor parte a dependencia señorial, pero también al retroceso que durante estos años experimenta la actividad económica y comercial, especialmente la que tenía lugar a través de los principales puertos del reino. A diferencia de otras regiones de la Corona de Castilla e incluso de otros territorios de la propia cornisa Cantábrica, Galicia es un territorio pro­­ fundamente señorializado, en el que las poblaciones de realengo son muy escasas o prácticamente inexistentes, y esto determina su relación con el poder real, que actúa como un poder lejano e inoperante ante la realidad de los problemas gallegos. Por consiguiente, durante los tres primeros cuartos de siglo, el mapa político que presenta el Reino de Galicia es el de un te­ rritorio fraccionado en jurisdicciones señoriales —laicas y eclesiásticas— cuyos titulares gobiernan el territorio y perciben las rentas de sus señoríos,

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dificultando en buena medida el ejercicio efectivo del poder real y el co­ rrecto funcionamiento de la fiscalidad regia. Ante esta situación, desde principios del siglo xv, buena parte de la po­ bla­ción del Reino de Galicia mostrará grandes resistencias al pago de impues­ tos reales, una rebeldía fiscal que se manifiesta no sólo en el pago de tributos ordinarios —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes—, sino también en lo relativo a tributos extraordinarios —pedidos reales—, a cuyo pago Galicia resistiría desde los primeros decenios del siglo xv, alegando la falta de repre­ sentación del reino en Cortes. Como consecuencia de esta situación, las cantidades que recauda la Hacienda Real en el Reino de Galicia durante estos años son bastante infe­ riores a las que proporcionan otros partidos fiscales de la Corona de Cas­ tilla. Durante los tres primeros cuartos del siglo xv, las cuantías recauda­ das en concepto de impuestos ordinarios —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes—, rara vez representaron porcentajes superiores al 7% del total recaudado en Castilla. En lo relativo al pedido real, extraordinario, Galicia mostrará aún mayores resistencias al pago, lo que hará que en determinados momentos, los monarcas tengan que adoptar medidas de urgencia repartien­ do un doble pedido para amortizar la deuda contraída en años anteriores. Durante estos años (1429 –1474) asistimos también a un importante retroceso de la actividad económica y comercial en Galicia, lo que indu­ dablemente habría limitado considerablemente el crecimiento en el valor de las rentas reales. Las escasas noticias de las que disponemos para cono­ cer la realidad económica de este periodo nos informan, en muchos casos, de las dificultades a las que tuvieron que hacer frente las ciudades del Reino de Galicia para abastecerse de productos de primera necesidad, y nos hablan al mismo tiempo de una economía de subsistencia. Entre las noticias que proporciona la documentación hacendística un documento de 1439 relata las dificultades con las que contaban los alfolineros gallegos para hacer llegar la sal a los alfolíes del Reino de Galicia desde Portugal, teniendo en cuenta que por estas fechas el rey de Portugal estaba tomando los navíos y fustas gallegos para armarlos y acudir con ellos a las expedi­ ciones africanas. Finalmente, durante el periodo que coincide con los reinados de Juan II y Enrique IV se debe tener en cuenta también los abusos que determinados

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poderosos efectuaron sobre las rentas reales, apropiándose por la fuerza de una parte de las mismas. Para justificar el abuso, los autores de estas tomas forzosas sobre las rentas reales se atribuían, en muchos casos, el derecho a recaudarlas mediante falsos albalaes y alegaban, en otros, la costumbre de sus antepasados a recaudarlas. Obviamente tanto Juan II como Enrique IV trataron de evitar esta situación que durante todo el periodo bajomedieval constituía una práctica generalizada en el Reino de Galicia. En muchos ca­ sos los contadores mayores embargaron las rentas de estos poderosos consi­ guiendo restituir a la Hacienda Regia el importe tomado ilícitamente, aunque en ningún caso conseguirían erradicar el problema que persistiría hasta el reinado de los Reyes Católicos, cuando los nuevos monarcas terminarían con muchos de estos abusos. En definitiva, cada una de estas cuestiones permite interpretar mejor la evolución que experimentaron las rentas reales del Reino de Galicia durante los tres primeros cuartos de siglo y compren­ der, asimismo,los cambios que introdujeron los Reyes Católicos en materia hacendística, inaugurando un nuevo periodo fiscal en el que el incremento de las rentas reales sería decisivo, situando a Galicia en una de las regiones con mayores índices de contribución de la Corona de Castilla.

Alcabalas Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui Las primeras noticias con las que contamos sobre el arrendamiento de las alcabalas del arzobispado de Santiago de Compostela juntamente con las del obispado Tui proceden de 1429. Este año dichas alcabalas se situaron en 141.600 reales mientras que sólo diez años después, en 1439, alcanzaban ya los 171.815 reales. Durante la primera mitad de siglo, se observa una tendencia al incre­ men­­to del valor de las rentas en el arzobispado de Santiago, una tendencia que se mantendría hasta 1451, fecha en la que las alcabalas de los señoríos laicos se tasaban para la Hacienda Regia en un valor determinado y se au­ torizaba a sus titulares a percibir las cantidades adjudicadas a cada señorío a través de dicha tasa.

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No obstante, y a pesar del predominio de esa tendencia creciente en el valor de las alcabalas, en determinados momentos se observan ligeros des­ censos como consecuencia de las continuas fluctuaciones que experimenta el maravedí durante estos años.111 Entre los años 1442 y 1445, el incremen­ to en el valor de las alcabalas resulta indiscutible. En los años 1442 y 1443, las alcabalas del arzobispado de Santiago con las del obispado de Tui se arrendaron en 192.581 reales, mientras que en los años siguientes (1444 y 1445), alcanzaban ya los 220.802 reales. A partir de 1445 nos encontramos con un gran vacío documental que impide conocer la evolución que experimentaron las alcabalas hasta 1451 y tampoco permite comprobar si durante estos años los señores ya percibían las alcabalas en sus dominios señoriales o si este fenómeno únicamente habría tenido lugar desde 1451 en adelante, fecha en la que se documenta por primera vez la tasa de señoríos. La llamada tasa de señoríos fijaba en una cantidad determinada las al­ cabalas de los diferentes señoríos situados en cada uno de los cuatro parti­ dos fiscales del Reino de Galicia. El propósito de la Corona al establecer un precio fijo para las rentas de cada señorío, no era otro sino que los distintos señoríos comenzaran a pagar. De este modo, se pretendía que la diferencia entre las rentas tasadas y las que en realidad generaban los señoríos fuese entregada a la Hacienda Regia. Pese a lo que supuso la tasa de señoríos como una importante fuente de detracción de las rentas reales, la tendencia general en el arzobispado de Santiago durante los años 1406 –1454 fue al alza en el valor de las alcabalas. Particularmente en los años 1451 y 1452 las alcabalas del ar­ zobispado de Santiago se situaban en unos 145.002 reales, una cantidad que se incrementaría aún más en los últimos años del reinado (1453 y 1454), alcanzando los 157.181 reales para cada uno de estos años.112

Así, a partir de los datos registrados en la tabla 1, en los años 1440 y 1441, el va­ lor que alcanzan las alcabalas refleja un ligero incremento con respecto al año 1439, si tomamos como referencia su valor expresado en maravedís, mientras que tomando como referencia el valor expresado en reales, lo que observamos es precisamente un importante descenso con respecto a los últimos años. 111

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

105

Tabla 1.

Alcabalas recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de T ui entre los años 1429 y 1454 año

maravedís

reales

maravedís en un real

1429

1.274.407

141.600

9

1430

1.186.927

131.880

9

1431

1.215.570

135.063

9

1439

1.460.432

171.815

8,5

1440

1.540.654

154.065

10

1441

1.540.653

154.065

10

1442

1.540.653

192.581

8

1443

1.540.653

192.581

8

1444

1.766.423

220.802

8

1445

1.766.423

220.802

8

1451 113

1.160.016

145.002

8

1452

1.160.016

145.002

8

1453

1.257.454

157.181

8

1454

1.257.454

157.181

8

Fuente: AGS, EMR, legs. 1–4.

AGS, EMR, leg. 8, fol. 142. Las cantidades que ofrecemos a partir de este año no incluyen el valor de las alca­ balas de señorío, que desde esta fecha perciben sus titulares a través de la llamada tasa de señorío. En los años 1451 y 1452, el valor global de las alcabalas del arzobispado de Santiago de Compostela fue de 1.602.562 maravedís, mientras que su valor líquido, una vez descontados los 442.546 maravedís que sumaban las alcabalas de señorío, se situaba en 1.160.016 maravedís. Asimismo, en los años 1453 y 1454 el valor global de las alca­ balas del arzobispado de Santiago ascendió a 1.700.000 maravedís, mientras que su valor líquido, descontado el correspondiente a las alcabalas de señorío, fue bastante inferior quedando fijado en 1.257.454 maravedís. 112 113

106

Amparo Rubio Martínez

Si analizamos detalladamente la relación de señoríos y la cantidad en que se tasaron las alcabalas de cada uno de ellos en el año 1451, comproba­ mos que los que generaban mayores ingresos para la Hacienda Regia eran los de Betanzos y Baiona, pertenecientes al señorio del Principado de Astu­ rias, cuyas alcabalas fueron tasadas en 218.546 maravedís, representando casi el 50% del total de las rentas de señorío del arzobispado de Santiago. Le seguían por orden decreciente las tierras de don Fernán Pérez de An­ drade —Ferrol, Pontedeume y Villalba—, cuyas alcabalas representaban aproximadamente el 18,07% del total de las alcabalas de señorío. Las elevadas cantidades en que se tasaron las alcabalas de Betanzos y Baiona así como los señoríos de los Andrade, ponen de manifiesto que se trataba de las tierras de señorío con mayor actividad comercial. Al contar con puerto marítimo, la entrada de productos procedentes de otros reinos, además de procurar notables beneficios para la Hacienda Regia como consecuencia del pago de los diezmos de la mar, provocaba un notable incremento de la actividad comercial en los mercados locales, generando mayor volumen de alcabalas que las tierras de señorío situadas en el interior. Muy por debajo de los porcentajes que representaban los señoríos que contaban con puerto de mar, se hallaban los señoríos del interior, cuyas alcabalas en ningún caso representaron más allá del 5% del total asignado al arzobispado de Santiago. Situados en el interior del arzobispado, los señoríos del conde de Trastá­ mara, Pedro Álvarez Osorio, señor de Villalobos, se localizaban fundamental­ mente en torno a las Tierras de Trastámara y Traba, y sus alcabalas se hallaban tasadas en 20.000 maravedís, lo que suponía exactamente el 4,51% del total de las alcabalas de señorío del arzobispado. Por debajo de esta cuantía se si­ tuaban las alcabalas de los dominios señoriales de Álvar Páez de Sotomayor, tasadas en 19.500 maravedís, lo que representaba un porcentaje del 4,40%. En cantidades muy similares se tasaron los señoríos de Gómez Pérez de las Mariñas, que se extendían a lo largo de toda la Mariña coruñesa, en los actuales partidos judiciales de A Coruña, Betanzos, Ordes y Carballo.114

Sobre los distintos cotos y feligresías pertenecientes al señorío de Gómez Pérez de las Mariñas, véase la nota 8 ut supra. 114

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

107

Las alcabalas de los señoríos de Gómez Pérez de las Mariñas se tasaron en 19.000 maravedís, lo que venía a suponer el 4,29% de las rentas de señorío. Tanto en este caso como en los anteriormente mencionados, resulta eviden­ te que en estos señoríos con numerosas salidas al mar, el volumen real de las de alcabalas habría sido superior al tasado. Tal y como se puede observar a continuación en la tabla 2, en propor­ ciones muy similares aunque algo inferiores, se situaban las alcabalas de los señoríos de Payo Gómez de Sotomayor (3,61%), Ruy Sánchez de Mos­ coso (3,16%), Rodrigo de Moscoso (2,71%), conde de Santa Marta —Sal­ vatierra con el coto de Leiro— (2,71%), Lope Sánchez de Ulloa (2,37%), Pedro Bermúdez de Montaos (1,58%) y Arias Vázquez de Vaamonde —Pá­ rraga— (0,45%).115

Tabla 2. Alcabalas de los señoríos tasados recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui en el año 1451, expresadas en maravedís localidades y lugares

Betanzos y Baiona

cuantía

porcentaje

218.546

49,30

Tierras de Fernán Pérez de Andrade

80.000

18,07

Tierras del conde de Trastámara

20.000

4,51

Tierras de Álvar Páez de Sotomayor

19.500

4,40

Tierras de Gómez Pérez de las Mariñas con el coto de Cinis

19.000

4,29

Tierras de Payo Gómez de Sotomayor

16.000

3,61

Tierras de Ruy Sánchez de Moscoso

14.000

3,16

Tierras de Rodrigo de Moscoso

12.000

2,71

Tierras de Ruy Gómez

12.000

2,71

Salvatierra y el coto de Leiro del conde de Santa Marta

12.000

2,71

La información exacta sobre los cotos y feligresías que comprendían los distintos señoríos puede comprobarse en el capítulo dedicado a la Geografía fiscal del presente trabajo, en las págs. 43– 54. 115

108

Amparo Rubio Martínez

Tabla 2.

Alcabalas de los señoríos tasados recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui en el año 1451, expresadas en maravedís (continuación)

localidades y lugares

cuantía

Tierras de Lope Sánchez de Ulloa Tierras de Pedro Bermúdez de Montaos Tierras de Párraga de Arias Vázquez de Vaamonde TOTAL

porcentaje

10.500

2,37

7.000

1,58

2.000

0,45

442.546

100,00

Fuente: AGS, EMR, leg. 8, fol. 142.

Sin embargo, más allá de lo que representan las cifras y porcentajes expuestos en la tabla 2, tal vez el aspecto más relevante en relación con la tasa de señoríos es que a mediados del siglo xv, desde los propios órganos hacendísticos ya se tenía un conocimiento bastante preciso de los dominios señoriales que existían en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui, del volumen de rentas que generaban, y del lastre que constituían para la Hacienda Regia. Un análisis general de la evolución que presentan las alcabalas del partido fiscal de Santiago durante el reinado de Enrique IV nos permite comprobar el notable descenso que experimentaron a partir de 1455 como consecuencia directa de la devaluación del maravedí, que se vió reducido a partir de este año a la mitad de su valor. Así, si en 1454 el valor de las alcabalas del arzobispado de Santiago alcanzaba los 157.181 reales, sólo un año después, en 1455 pasaba a situarse en un total de 79.728 reales.116

Miguel Ángel Ladero Quesada, «Moneda y políticas monetarias en la Corona de Castilla (siglos xiii a xv)», en Moneda y monedas en la Europa Medieval (siglos xii –xv). XXVI Semana de Estudios Medievales, Estella, 1999, págs. 156 –157. En 1442 un real equi­ valía a ocho maravedís, mientras que en 1455 equivalía ya a 16 maravedís. 116

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

109

En realidad, el valor de las rentas en maravedís apenas había variado entre los años 1454 y 1455, de lo que se puede deducir que en ningún caso se habrían producido nuevas cesiones de rentas a los señores y tampoco es po­ sible afirmar que los agentes fiscales encargados de la recaudación hubieran actuado con menor eficacia que en años anteriores. La realidad era otra bien distinta y es que si el valor de las rentas reales se medía en maravedís, en la realidad económica de la época tenía su equivalencia en reales. Por consi­ guiente y como consecuencia de la progresiva devaluación que experimentó el maravedí desde mediados de los años cincuenta, el valor conjunto de las alcabalas del arzobispado de Santiago y del obispado de Tui se situaba justa­ mente en la mitad del que había alcanzado los años anteriores. A pesar de esta tendencia decreciente, en determinados momentos se de­ tecta algún incremento muy moderado en el valor de las rentas. En 1459 por ejemplo, las alcabalas del partido fiscal de Santiago alcanzaban los 82.715 reales, frente a los 79.728 reales de los años inmediatamente anteriores. Sin embargo, a partir de los años sesenta, concretamente desde 1461 en adelante, el valor de las alcabalas descendía considerablemente como consecuencia, una vez más, de la devaluación del maravedí.117 Un año después, en 1462, se alcanzaban niveles de años anteriores, mientras que ya a partir de 1463, el descenso en el valor de las alcabalas será continuo, alcanzando los niveles más bajos entre los años 1467 y 1470 (véase la tabla 3).

Tabla 3. Alcabalas recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de T ui entre los años 1455 y 1470 año

maravedís

reales

maravedís en un real

1455

1.275.654

79.728

16

1456

1.275.654

79.728

16

1457

1.275.654

79.728

16

En 1461 el real equivalía a 20 maravedís. Al respecto véase Miguel Ángel Ladero Quesada, «Moneda y políticas monetarias…», art. cit., págs. 156 –157. 117

110

Amparo Rubio Martínez

Tabla 3.

Alcabalas recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de T ui entre los años 1455 y 1470 (continuación)

año

maravedís

reales

maravedís en un real

1458

1.275.654

79.728

16

1459

1.323.446

82.715

16

1460

1.283.446

80.215

16

1461

1.283.446

64.172

20

1462

1.283.446

80.215

16

1463

1.148.000

71.750

16

1464

1.148.000

71.750

16

1465

1.148.000

57.400

20

1466

984.905

49.245

20

1467 118

904.905

45.245

20

1468

904.905

45.245

20

1469

789.614

39.480

20

1470

789.614

39.480

20

Fuente: AGS, EMR, legs. 5–18–II.

Varios son los factores que explican la caída en el valor de las alcaba­ las durante este periodo. Entre otros, la devaluación del maravedí en 1465 jugó un papel decisivo que contribuyó a acentuar la grave situación en la que ya se encontraba la Hacienda Regia como consecuencia de las numero­ sas cesiones de tierras y mercedes efectuadas por Enrique IV a la nobleza y aristocracia del reino, tratando de asegurar su favor político y de compensar los servicios prestados a la monarquía.119

En los años 1467 y 1468, al valor conjunto de las alcabalas del arzobispado de Santiago y del obispado de Tui se les añadía el que importaban las de los señoríos que, por primera vez en 1467, se arrendaban para la Hacienda Regia, sumando el valor de unas y otras un total de 904.905 maravedís. 118

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

111

Esta tendencia decreciente que experimentaron las alcabalas a media­ dos de los años sesenta alcanzaría las cotas más elevadas entre los años 1466 y 1468. El descenso que experimentaron las rentas en este trienio re­ sulta especialmente destacado, con unas cifras que van desde los 57.400 rea­ les de 1465, hasta los 49.245 reales de 1466 y los 39.458 reales a partir de 1469, una cantidad en la que permanecerían hasta 1470.120 La situación económica que atravesaba la Hacienda Real durante estos años era tan delicada que, en 1467, Enrique IV se proponía recuperar las alcabalas de algunos señoríos, especialmente de aquellos que generaban mayores volúmenes de rentas. En el caso de Galicia, resulta evidente que al margen de las alcabalas de Betanzos y Baiona, que ya percibía la Corona por su pertenencia al Principado de Asturias, las más convenientes desde el punto de vista económico eran las que generaban los señoríos de los Andra­ de (Ferrol, Pontedeume y Villalba), que durante estos años proporcionaban buenos niveles de ingresos, derivados de la actividad comercial en los nu­ merosos puertos de su jurisdicción.121 Así, mediante la incorporación de las alcabalas de estos señoríos a las arcas de la Hacienda Regia, en los años 1467 y 1468 se intentaban amorti­ guar los efectos de la crisis, que a buen seguro hubieran sido mayores sin la buena disposición que mostraron algunos señores a colaborar con la monar­ quía en tales circunstancias.

119 En 1465 el maravedí se devaluaba en un 20% con respecto al valor de años ante­ riores. Así, mientras que en 1464 un real equivalía a 16 maravedís, en 1465 equivalía ya a 20 maravedís. 120 Los valores de las alcabalas que figuran en la tabla 3 para los años 1467 y 1468 incluyen el valor de las alcabalas de los señoríos que fueron arrendadas para la Hacienda Regia en esos dos años. 121 En los años 1467 y 1468 la Hacienda Regia conseguía recuperar las alcabalas de los señoríos de Fernán Pérez de Andrade, situadas dentro del partido fiscal de Santiago. Las rentas de estos lugares se arrendaron en 120.000 maravedís con la siguiente distribución: 80.000 maravedís por las alcabalas de Ferrol, Pontedeume y Villalba, 10.000 maravedís por Neda y Trasancos y otros 30.000 maravedís por Cedeira con sus términos.

112

Amparo Rubio Martínez

Con posterioridad a 1470, apenas contamos con datos que nos permi­ tan comprobar la evolución que experimentaron las alcabalas del partido fiscal de Santiago, un vacío documental que pone de manifiesto, el estado de desorden que atravesaba la Hacienda Regia durante esos años. A partir de los escasísimos datos que figuran en la documentación, todo parece in­ dicar que los señores habrían continuado percibiendo las alcabalas de sus señoríos, aunque en último término la Corona siempre se reservó la capa­ cidad de recuperarlas en momentos de especial urgencia económica, tal y como lo había hecho Enrique IV en los años 1467 y 1468. A pesar de todo, en 1473 la Hacienda Real ya disponía de las rentas de un elevado conjunto de señoríos ubicados en el arzobispado de Santiago y en el obispado de Tui. Un documento de 1473 relativo a la cesión de las rentas reales ordinarias del arzobispado de Santiago y del obispado de Tui por parte de Enrique IV al adelantado mayor del Reino de Galicia, Fernando de Pareja, nos permite comprobar cuáles eran las alcabalas de las que ya por entonces disponía la Hacienda Real en este partido fiscal. Entre las alcaba­ las cedidas figuran las de la ciudad de Santiago con las villas y lugares del arzobispado y del obispado de Tui de cualquier condición, «realengo, seño­ río o behetría», con la excepción de las de Betanzos y Baiona pertenecientes al Principado de Asturias, y los diezmos y alfolíes de la villa de Viveiro, que percibía el vizconde de Altamira, Alonso Pérez de Vivero.122 A partir de los años setenta, el prelado compostelano, Alonso de Fon­ seca II encargaba a su criado, Francisco de Maldonado, hacerse con el arrendamiento de las rentas reales del partido fiscal de Santiago de los años 1470 –1475, incluidas las del año 1473, cedidas por el monarca al adelanta­ do Fernando de Pareja en compensación a los gastos que le había ocasiona­ do la pacificación y sosiego del reino de Galicia durante estos años. Para los años siguientes (1475 –1480), es muy poco lo que conocemos acerca de la evolución que experimentaron las alcabalas en el arzobispado de Santiago y el obispado de Tui, aunque es posible que una buena parte de las mismas hubieran estado controladas por el arzobispo Alonso de Fonse­ ca II, sobre todo teniendo en cuenta que en 1480 los monarcas le concedían

122

AGS, RGS, Segovia, 14 de septiembre de 1476, fol. 628.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

113

una amnistía fiscal, quedando zanjadas todas las deudas que tuviera pen­ dientes con la Hacienda Regia entre los años 1474 y 1480.123 Obispado de Ourense Las primeras noticias de las que disponemos sobre el valor de las alca­ balas en el partido fiscal de Ourense proceden de 1429. Este año las alca­ balas se arrendaron en un total de 37.647 reales, y sólo un año después, en 1430, alcanzaban ya los 49.177 reales, de lo que se puede deducir una clara tendencia al incremento desde principios de los años treinta.124 Durante estos años, buena parte de las alcabalas de la Corona de Casti­ lla se arrendaron en masa, un procedimiento mediante el cual los arrendata­ rios de la masa —maseros—, tomaban en arriendo las alcabalas de un con­ junto de partidos fiscales en una cuantía global, asignando después a cada uno de ellos una cantidad determinada. Para asignar el valor de las rentas de cada partido fiscal tomaban como referencia los precios de años ante­ riores, valorando las posibilidades, margen de ganancias y rentabilidad que ofrecía cada uno de ellos. Durante los años 1437–1440 eran arrendatarios de la masa en Castilla, Juan Ramírez de Toledo y Abraham Bienveniste, los cuales nombraron como arrendatario mayor de las alcabalas del obispado de Ourense a Juan Rodríguez de Monterrei, vecino de Zamora, que estaría a cargo de las alcabalas de Ourense hasta el año 1445.125 A partir de esta fe­ cha, las alcabalas del partido fiscal de Ourense quedaban en manos de Gon­ zalo Núñez de Benavente para el trienio 1448 –1450; de Martín Fernández de Pallares, vecino de Monforte de Lemos, para los años 1451 y 1452; y del judío Juda Pérez de Astorga, para los años 1453 –1456.126

AGS, EMR, leg. 31, fol. 154. AGS, EMR, leg. 1, fols. 215 – 216, 219 – 224 y 228 – 233. 125 AGS, EMR, leg. 2, fol. 60 y ss. 126 AGS, EMR, leg. 2, fols. 62, 179; leg. 3, fols. 207, 402; leg. 4, fols. 644 –648; leg. 7, fols. 341– 343. 123 124

114

Amparo Rubio Martínez

Si analizamos la evolución que experimentaron las alcabalas del obispa­ do de Ourense durante la primera mitad del siglo xv, observamos una prime­ ra tendencia favorable entre los años 1429 y 1430 que continuaría durante toda la década de los años treinta. Así, frente a los 42.177 reales del año 1430, el valor de las alcabalas del obispado de Ourense en 1437 se situaba en un total de 72.890 reales. Entre los años 1437 y 1443, las alcabalas del par­ tido ourensano permanecerían arrendadas en la misma cuantía de 656.016 maravedís, si bien las continuas fluctuaciones que experimentó el maravedí durante estos años permiten constatar un crecimiento moderado pero soste­ nido en el valor real de las alcabalas hasta 1451, en el que se observa ya un cambio de tendencia a la baja, agravado una vez más como consecuencia de la cesión de las rentas de señorío a sus respectivos titulares. Si en 1437 las alcabalas del obispado de Ourense valían 72.890 reales, en los años 1438 y 1439 alcanzaban ya los 77.178 reales. Tras un ligero descenso en los años 1440 y 1441 como consecuencia de una nueva devaluación del maravedí, el valor de las alcabalas se recuperaba de nuevo en los años 1442 y 1443 (82.002 reales), continuando la tendencia al incremento hasta los años 1444 y 1445 (87.627 reales). Entre los años 1445–1450, nos encontramos un gran vacío documental que nos impide comprobar el valor de las alcabalas durante estos años. Sin em­ bargo, a partir de 1451 se observa ya un continuo descenso, con independencia de lo que en términos económicos pudieran suponer las alcabalas de señorío como fuente de detracción de las rentas reales. De este modo, sin considerar las alcabalas de los señoríos, el valor de las alcabalas del obispado de Ourense representaba en 1451 un 7,5% menos que el alcanzado en 1445, y lo mismo sucedía en 1454, cuando ya representaban un 13,77% menos que en 1445.

Tabla 4.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1437 y 1454 año

maravedís

reales

maravedís en un real

1437

656.016

72.890

9

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

115

Tabla 4.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1437 y 1454 (continuación)

año

maravedís

reales

maravedís en un real

1438

656.016

77.178

8,5

1439

656.016

77.178

8,5

1440

656.016

65.601

10

1441

656.016

65.601

10

1442

656.016

82.002

8

1443

656.016

82.002

8

1444

701.016

87.627

8

1445

701.016

87.627

8

1451

174.000

21.750

8

1452

174.000

21.750

8

1453

133.500

16.687

8

1454

132.000

16.500

8

127

Fuente: AGS, EMR, leg. 4 – II, fols. 644, 645 y 646; leg. 7, fols. 339, 340, 341 y 343.

Si observamos los valores asignados a los distintos señoríos del obispa­ do de Ourense en el año 1455, se comprueba que las tierras de señorío que procuraban mayores beneficios a la Hacienda Regia eran las del conde de Santa Marta, Diego Pérez Sarmiento, que comprendían la sacada de Toreno,

En los años 1451 y 1452, las alcabalas de Ourense alcanzaron los 612.000 maravedís, un valor del que descontados los 438.000 maravedís que valieron las alcabalas de los seño­ ríos tasados, resultaba un valor final de 174.000 maravedís para cada uno de estos años. En los dos años siguientes, 1453 y 1454, las alcabalas del partido de Ourense se arrendaron en 571.000 y 570.000 maravedís respectivamente, unas cantidades de las que descontadas las alcabalas de señorío, quedaban rebajadas a un total de 133.500 y 132.000 maravedís. 127

116

Amparo Rubio Martínez

en la actual zona fronteriza entre León y Ourense, Ribadavia y A Peroxa y otros lugares, cuyas rentas se habían fijado en 100.000 maravedís, lo que venía a suponer el 22,83 % del total de las alcabalas de señorío. Con un porcentaje inferior, estimado en el 20,54% del total, aparecen representados los señoríos que poseía el conde de Benavente en tierras ourensanas, —Milmanda, Allariz, O Bolo, Viana y el coto de Sandiás—, señoríos que en 1498 pasarían a formar parte del mayorazgo de don Juan Pimentel. Con niveles de rentas bastante inferiores se situaban los señoríos de Valdeorras, pertenecientes a doña Isabel de Castro, la Tierra de Mon­ terrei con la sacada de Limia y Celanova, de don Juan de Estúñiga, y los cotos del obispo de Ourense. Las alcabalas de los lugares mencionados alcanzaron porcentajes com­ prendidos entre el 9 y 11% del valor global de los señoríos tasados en el obispado de Ourense. Por debajo de estos niveles se situaban las alcabalas de la villa de Castro Caldelas, señorío del conde de Lemos, la tierra de Lope Sánchez de Ulloa y la Tierra de Aguiar, cuyas alcabalas percibía el arzobis­ po de Santiago. Las alcabalas de cada uno de estos señoríos se tasaron en 30.000 maravedís, una cantidad que venía a representar el 6,84% del total. Finalmente, entre los señoríos que figuran con niveles de rentas más modes­ tos se cuentan los de García de Quiroga (3,42%), el coto de Santo Estevo de Álvaro Vázquez (1,36%) y Lobeira, del conde de Ribadeo (0,91%).

Tabla 5.

Alcabalas de los señoríos tasados recaudadas en el obispado de Ourense en el año 1455, expresadas en maravedís localidades y lugares

cuantía

porcentaje

100.000

22,83

Milmanda, Allariz, O Bolo, Viana y el coto de Sandiás del conde de Benavente

90.000

20,54

Valdeorras de doña Isabel de Castro

50.000

11,41

Monterrei y la sacada de Limia y Celanova de Juan de Es­ túñiga

43.000

9,81

Cotos del obispo de Ourense

40.000

9,13

Los lugares del conde de Santa Marta

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

117

Tabla 5.

Alcabalas de los señoríos tasados recaudadas en el obispado de Ourense en el año 1455, expresadas en maravedís (continuación)

localidades y lugares

cuantía

porcentaje

Castro Caldelas de Pedro Álvarez de Osorio

30.000

6,84

Tierra de Lope Sánchez de Ulloa

30.000

6,84

Tierra de Aguiar (toma el arzobispo de Santiago)

30.000

6,84

As Quirogas con el castillo de Os Novais de García de Qui­ roga

15.000

3,42

6.000

1,36

Coto de Santo Estevo de Álvar Vázquez Lobeira del conde de Ribadeo Total

4.000

0,91

438.000

100,00

Fuente: AGS, EMR, leg. 4–II, fols. 644 y 645; y leg. 7, fol. 343.

A partir de los datos registrados en la tabla anterior, resulta evidente que en 1455 los titulares de los distintos dominios señoriales del obispado de Ourense percibían las alcabalas de sus señoríos en las cantidades que se especifican, si bien las alcabalas de los señoríos ourensanos se hallaban tasadas desde 1451 en cantidades algo inferiores a las que manejamos para 1455. Ello hace sospechar que ante una primera tasa de las rentas a la baja, los señores hubieran presentado sus quejas a la Corona, reclamando su dere­ cho a percibir unas cantidades superiores por las alcabalas de sus señoríos. Es posible, por tanto, que los contadores mayores hubieran aceptado elevar el valor de las alcabalas de señorío, que los señores percibirían desde 1455 en adelante en sus dominios señoriales.128

AGS, EMR, leg. 7, fols. 339 – 340. Debido al mal estado de conservación de este documento, no es posible conocer el importe global de los señoríos tasados en el obispado de Ourense en 1451. Sin embargo, lo que si podemos conocer es el valor de las alcabalas de algunos de los señoríos que ya se encontraban tasados en esta fecha: las alcabalas de las tierras del conde de Santa Marta (90.000 maravedís), los lugares de Juan de Estúñiga (80.000), Milmanda y su tierra con otros lugares del conde de Benavente (50.000), Castro 128

118

Amparo Rubio Martínez

Otro de los aspectos que merece la pena destacar en relación con las alcabalas de señorío del obispado de Ourense es el relativo a las tomas que determinados señores —laicos y eclesiásticos— efectuaban sobre las alcabalas de estos señoríos. Así, sabemos que el prelado compostelano to­ maba las alcabalas de la Tierra de Aguiar, García de Quiroga tomaba por la fuerza las de la Tierra de Quiroga con el castillo de Os Novais y Álvar Vázquez de Valdeorras las del coto de Santo Estevo.129 Si nos centramos en la evolución que experimentaron las alcabalas del obispado de Ourense durante el reinado de Enrique IV, debemos destacar en primer lugar como desde los primeros años del reinado, las alcabalas y tercias de un gran número de partidos fiscales de la Corona de Castilla continuaron arrendándose en masa. Precisamente entre los años 1455 y 1458, efectuado el repartimiento de las alcabalas de la masa entre un nu­ meroso conjunto de partidos fiscales, correspondieron al partido fiscal de Ourense 638.715 maravedís anuales, una cantidad de la que se haría cargo el arrendatario Diego de Herrera, vecino de Madrid, que se comprometía a entregar un total de 200.715 maravedís al año por las rentas de este partido, una vez descontado el valor de las alcabalas de señorío, tasadas en 438.000 maravedís.130 Aunque durante estos años los señores percibieron las rentas de sus se­ ñoríos, lo cierto es que el monarca siempre se reservó la capacidad de recupe­ rarlas, tal y como establecían las condiciones de arrendamiento de alcabalas y tercias de la masa. Este fenómeno se documenta por primera vez entre los años 1455 y 1458 en el partido de Ourense, donde los contadores mayores

Caldelas de Pedro Álvarez Osorio (20.000 maravedís), Melias y Ribela de Pedro Álvarez Osorio (10.000 maravedís), y el coto de Santo Estevo, que tomaba Álvaro Vázquez de Valdeorras (6.000 maravedís). 129 José García Oro, La nobleza gallega…, op. cit., pág. 55. En 1458, el arzobispo Rodri­ go de Luna cedía la villa y Tierra de Aguiar en calidad de feudo perpetuo al conde de Be­ navente, como compensación a la ayuda que éste le había prestado en el conflicto que había mantenido durante años con el conde de Trastámara. Sin embargo, tal y como consta en la documentación, parece que el arzobispo efectuó la cesión de la villa y Tierra de Aguiar sin las alcabalas, las cuales continuó percibiendo durante la segunda mitad del siglo xv. 130 AGS, EMR, leg. 7, fols. 349, 351 y 352; y leg. 8, fol. 350.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

119

conseguían recuperar las alcabalas de los cotos del obispo, que se arrenda­ ron en 50.000 maravedís en cada uno de estos años.131 Mediante la incorporación de las alcabalas de los cotos del obispo a la Hacienda Regia, el monarca trataba de contrarrestar los efectos de la crisis iniciada en 1451. La incorporación de las alcabalas de los cotos del obispo no constituyó un fenómeno aislado durante estos años, ya que poco después, en 1457, Enrique IV trataría de recuperar también las alcabalas de la villa de Allariz y su tierra con el coto de Xunqueira de Ambía y Tras os Montes. Para ello ordenaba a las autoridades de Allariz arrendar las alcabalas en el mayor precio posible, al tiempo que ordenaba suspender la entrega de alca­ balas al conde de Lemos y al de Benavente, que por estos años compartían la jurisdicción de la villa.132 En cuanto a la evolución que experimentaron las alcabalas del obispa­do de Ourense durante el reinado de Enrique IV (1454 –1474), se puede obser­ var un primer descenso en el valor de las alcabalas de 1455 con respecto al alcanzado en los años anteriores como consecuencia directa de la devalua­ ción del maravedí.133

Tabla 6. Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1455 y 1468 año

maravedís

reales

maravedís en un real

1455 –1458

250.715

15.669

16

1459 –1460

313.628

19.601

16

1461

313.628

15.681

20

1462 –1464

313.628

19.601

16

1465

313.628

15.681

20

AGS, EMR, leg. 5 – II, fol. 487; y leg. 7, fol. 347. AGS, EMR, leg. 8, fol. 351. 133 En 1455 un real equivalía a dieciséis maravedís. Véase Miguel Ángel Ladero Que­ sada, «Moneda y políticas monetarias...», art. cit., págs. 156 –157. 131 132

120

Amparo Rubio Martínez

Tabla 6.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1455 y 1468 (continuación)

año

maravedís

reales

maravedís en un real

1466

300.000

15.000

20

1467

313.628

15.681

20

738.400

36.920

20

1468

134

Fuente: AGS, EMR, legs. 5–18–II.

Sin embargo, desde 1458 en adelante las alcabalas del obispado de Ourense experimentaban un ligero incremento, pasando de los 15.669 rea­ les de 1458 a 19.601 reales en los años 1459 y 1460, lo que venía a supo­ ner un crecimiento aproximado del 20% sobre el valor de años anteriores. Desde 1461 en adelante, el descenso que se observa en el valor de las alcabalas se considera ya irreversible hasta los últimos años del reinado, si bien se observa alguna recuperación puntual como la que tuvo lugar entre los años 1462 y 1464 como consecuencia de una nueva revalorización del maravedí. Así, entre los años 1461 y 1467 el valor de las alcabalas se situó en casi todo el periodo en 15.681 reales, alcanzando en 1466 las cifras más bajas «15.000 reales». Finalmente, y ante las dificultades que atravesaba la Hacienda Regia, en 1468 Enrique IV decidía recuperar las alcabalas de los señoríos tasados, lo que suponía un total de 418.400 maravedís, que suma­ dos a los 320.000 maravedís que valieron ese año las alcabalas del partido de Ourense alcanzaba todo ello los 738.400 maravedís (36.920 reales), una cantidad que indudablemente permitiría afrontar mucho mejor las necesi­ dades económicas de la monarquía.

En el año 1468 se arrendaron por primera vez las alcabalas de los señoríos ouren­ sanos. De este modo, el valor global de las alcabalas del partido de Ourense se calcula en ese momento en 738.400 maravedís, de los cuales 320.000 maravedís correspondían a las alcabalas que ya se recaudaban en el obispado de Ourense con anterioridad a 1468, 134

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

121

Obispado de Lugo Al igual que en el caso del arzobispado de Santiago y obispado de Ourense, en el obispado de Lugo las primeras noticias de las que dispone­ mos sobre el valor de sus alcabalas datan de 1429. Este año, las alcabalas del partido fiscal de Lugo se arrendaron en 17.495 reales, una cantidad que sería ampliamente superada en 1430, alcanzando ya los 31.882 reales.135 Desde 1430 en adelante, se observa una clara tendencia al incremento de las alcaba­ las con pequeños periodos de retroceso, sobre todo en los años 1440 y 1441, como consecuencia, una vez más, de la devaluación del maravedí. A pesar de no disponer de muchos datos en relación con el proceso de arrendamiento y recaudación de las alcabalas del obispado de Lugo, sí conta­ mos con algunas noticias sobre la identidad de los arrendatarios, así como sobre el modo en el que se llevó a cabo el arrendamiento en algunos años. Así por ejemplo, sabemos que entre los años 1437 y 1440, las alcabalas del partido fiscal de Lugo se arrendaron dentro del conjunto de las alcabalas y tercias de la masa en la Corona de Castilla. Precisamente en estos años, los arrendatarios de la masa nombraban por arrendatario mayor de las alcabalas del obispado de Lugo a Ruy Fernández Nieto, guarda del rey, jurado y veci­ no de la villa de Viveiro, que remataba las alcabalas en cada uno de los cua­ tro años en 316.796 maravedís, una cifra en la que permanecerían arrendadas hasta el año 1443, si bien el valor real de las alcabalas variaría en función de las fluctuaciones que en ese periodo experimentó el maravedí.136 A partir de los años 1442 y 1443, el incremento en el valor de las alca­ balas va a ser continuo. Así, de los 39.599 reales que valieron en cada uno de estos dos años, en los años 1444 y 1445 alcanzaban ya los 46.787 reales. Los últimos años del reinado de Juan II (1453 –1454), las alcabalas se situaban en 50.000 reales, una cifra notablemente superior a la de años anteriores. No obstante, debemos tener en cuenta que desde 1451 se había procedido a tasar

mientras que los 418.400 maravedís restantes correspondían a las alcabalas de los seño­ ríos recién incorporados. 135 AGS, EMR, leg. 1, fols. 215 – 216, 219 – 224, 228 – 233. 136 AGS, EMR, leg. 2, fol. 227 y ss.; y leg. 3, fol. 207.

122

Amparo Rubio Martínez

las alcabalas de señorío, al menos así había sucedido en el arzobispado de Santiago y obispado de Ourense. A partir de los datos que proporciona la do­ cumentación no podemos constatar si las alcabalas de los señoríos lucenses se encontraban tasadas ya en esta fecha, pero de ser así, su valor debería ser descontado del importe global de las alcabalas del obispado. Como veremos a continuación, en los primeros años del reinado de En­ rique IV (1453 –1456), se mantuvo la tendencia al incremento en el valor de las rentas. Durante estos años, las alcabalas del obispado de Lugo se gestio­ naron en el arrendamiento de alcabalas de la masa, que asignaba a las alca­ balas de este partido fiscal un precio de 400.000 maravedís para cada uno de estos años. Desde 1453 en adelante, tenemos ya constancia en la documenta­ ción de que los señoríos lucenses se hallaban tasados en 210.000 maravedís. De este modo, practicado el descuento por las alcabalas de señorío en el car­ go del arrendatario, el valor de las alcabalas del obispado de Lugo quedaba fijado en 190.000 maravedís (23.750 reales).137

Tabla 7. Alcabalas recaudadas en el obispado de Lugo entre los años 1429 y 1454 año

maravedís

reales

maravedís en un real

1429

157.463

17.495

9

1430

286.940

31.882

9

1431

286.940

31.882

9

1437

316.796

35.199

9

1438

316.796

37.270

8,5

En 1453, las alcabalas de los señoríos lucenses se hallaban tasadas en 210.000 ma­ ravedís. Sin embargo, no podemos asegurar que la tasa de los señoríos estuviera ya fijada en 1451, al igual que sucedía en el caso de los señoríos de los partidos fiscales de Santiago y Ourense. En relación con el asunto de la tasa de señoríos véase Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla..., op. cit., págs.71– 86. 137

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

123

Tabla 7.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Lugo entre los años 1429 y 1454 (continuación)

año

maravedís

reales

maravedís en un real

1439

316.796

37.270

1440

316.796

31.679

10

1441

316.796

31.679

10

1442

316.796

39.599

8

1443

316.796

39.599

8

1444

374.296

46.787

8

8,5

1445

374.296

46.787

8

1453 138

190.000

23.750

8

1454

190.000

23.750

8

Fuente: AGS, EMR, legs. 1–4.

Desafortunadamente, no contamos con más información que nos permi­ ta comprobar la evolución que experimentaron las alcabalas del obispado de Lugo durante el reinado de Enrique IV, aunque posiblemente habría sido muy similar a la que tuvo lugar en los partidos de Santiago y Ourense, es decir con una tendencia creciente hasta 1460 y decreciente desde 1460 hasta los últimos años del reinado. Obispado de Mondoñedo Al igual que en los casos anteriores, el examen detallado de los valores de las alcabalas del obispado de Mondoñedo en la primera mitad del siglo xv

El valor indicado para los años 1453 y 1454 es el resultante de descontar del valor global de las rentas de ambos años, que ascendía a 400.000 maravedís, los 210.000 mara­ vedís que importaron las rentas de los señoríos tasados durante cada uno de dichos años. 138

124

Amparo Rubio Martínez

muestra una tendencia creciente hasta el año 1454, tal y como permiten com­ probar los valores en que se arrendaron las alcabalas en estos años. Así, en 1429, las alcabalas del partido fiscal de Mondoñedo se arrendaron en 35.950 reales, y sólo un año después alcanzaban ya los 42.965 reales, una cantidad en la que permanecerían hasta 1431.139 Con posterioridad a esta fecha, el valor de las alcabalas continuó incrementándose con pequeños periodos de retroceso como consecuencia de la devaluación del maravedí. Son muy pocos los datos que nos permiten comprobar como se efectuó el arrendamiento de las alcabalas del obispado de Mondoñedo durante es­ tos años, aunque sabemos que durante el periodo 1437 –1440, actuó como arrendatario y recaudador mayor, Ruy Fernández Nieto, que durante estos años arrendó las alcabalas del obispado de Mondoñedo en 472.247 marave­ dís, una cantidad en la que permanecerían arrendadas hasta 1443.140

Tabla 8.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Mondoñedo entre los años 1429 y 1454

139 140

año

maravedís

reales

maravedís en un real

1429

323.555

35.950

9

1430

386.688

42.965

9

1431

386.688

42.965

9

1437

472.247

52.471

9

1438

472.247

55.558

8,5

1439

472.247

55.558

8,5

1440

472.247

47.224

10

1441

472.247

47.224

10

1442

472.247

59.030

8

AGS, EMR, leg. 1, fols. 215 – 216, 219 – 224 y 228 – 233. AGS, EMR, leg. 1, fols. 140 –181; leg. 2, fol. 60 y ss. y fol. 179 y ss.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

125

Tabla 8.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Mondoñedo entre los años 1429 y 1454 (continuación)

año

maravedís

reales

maravedís en un real

1443

472.247

59.030

8

1444

486.747

60.843

8

1445

486.747

60.843

8

1453

523.000 141

65.375

8

1454

523.000

65.375

8

Fuente: AGS, EMR, legs. 1–4.

En los años 1444 y 1445, el valor de las alcabalas del obispado de Mon­­ doñedo alcanzaba ya los 60.843 reales, aunque parece que el valor real de las alcabalas habría sido algo superior a éste, teniendo en cuenta que este año se descontaban del cargo del arrendador 3.000 maravedís, cantidad equivalen­ te a quince cargas de trigo que tenía situadas el guarda real Juan de Vivero en las alcabalas del obispado de Mondoñedo.142 En los últimos años del reinado de Juan II y los primeros de Enrique IV (1453 –1456), las alcabalas del obispado de Mondoñedo se arrendaron junto a las de otros partidos fis­ cales castellanos en el arrendamiento de alcabalas de la masa. Mediante este pro­cedimiento, las alcabalas de Mondoñedo quedaban a cargo de Juan Sán­ chez de Villota, vecino de Laredo, que las arrendaba en un total de 523.000 maravedís al año, lo que equivalía exactamente a 65.375 reales. Para estos años, el arrendamiento incorporaba una novedad y es que por primera vez se incluían las alcabalas de las feligresías de Santa María de Cabreiros y el valle de Santa María la Mayor, que se habían arrendado anteriormente en el

Cantidad líquida, descontados los 3.000 maravedís equivalentes a quince cargas de trigo que, desde el año 1452, pasaron a estar situadas en las alcabalas del puerto de San Vicente de la Barquera. 142 AGS, EMR, leg. 2, fol. 227. 141

126

Amparo Rubio Martínez

partido fiscal de Santiago.143 Sin embargo, en estos años no hay constancia de que se practicase ningún descuento en el cargo del arrendador, pues los 3.000 maravedís que debía percibir Juan de Vivero habían pasado a situarse en las rentas de San Vicente de la Barquera. Asimismo, tampoco tenemos no­ ticia alguna de que se practicara descuento por las alcabalas de los señoríos tasados, ni conocemos el importe de éstas, aunque es posible que las alcaba­ las de los señoríos mindonienses se descontasen del cargo del arrendatario desde el año 1455 en adelante.

Diezmos de la mar y alfolíes Durante los tres primeros cuartos del siglo xv, el arrendamiento de los diezmos de la mar del Reino de Galicia se efectuó junto a los de las cuatro sacadas de las denominadas Asturias de Oviedo. A diferencia de los diez­ mos de la mar, los alfolíes gallegos se arrendaron en las primeras décadas del siglo xv con independencia de los que la Hacienda Regia recaudaba en otros lugares de la Corona de Castilla. Desde 1415 disponemos de los primeros datos relativos al arrenda­ miento de los diezmos de la mar del Reino de Galicia. En enero de ese año, se arrendaban junto a los de las cuatro sacadas de Asturias de Oviedo por un período de cuatro años (1415 –1418), siendo arrendatarios mayores, Fernán González de Oviedo, vecino de Avilés, y Alfón López de Córdoba, mientras que Diego Fernández de León se haría cargo de la recaudación. La documentación de la Escribanía Mayor de Rentas nos permite cono­ cer con bastante precisión los valores que alcanzaron los diezmos de la mar durante estos años. Entre los años 1415 y 1418, los diezmos de la mar se arrendaron en una cuantía global de 912.000 maravedís, de los cuales corres­ pondieron al primer año 235.500 maravedís, mientras que en cada uno de los otros tres años se acordaba recaudar 225.500 maravedís distribuidos: 195.500 maravedís por los diezmos de la mar de Galicia (86,69%) y 30.000 (13,3%), por los diezmos de la mar asturianos.144

143

AGS, EMR, leg. 4–II, fol. 643.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

127

Tabla 9. Diezmos de la mar recaudados en el Reino de Galicia y en las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo entre los años 1415 y 1418, expresados en maravedís

Asturias

total

1415

Reino





235.500

1416

195.500

30.000

225.500

1417

195.500

30.000

225.500

1418

195.500

30.000

225.500

año

de

Galicia

Fuente: AGS, EMR, leg. 1, fols. 70–71.

A partir de 1427 se introducían algunos cambios en el proceso de arren­ damiento de estas rentas y es que, por primera vez, este año tenemos noticia de a los diezmos de la mar y alfolíes de Ribadeo y Navia, que si bien durante los años 1427 y 1430 se arrendaron con independencia de los propios del Reino de Galicia, figuran dentro de una misma partida de ingresos en la do­ cumentación hacendística.145

Tabla 10.

Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo, y los de los puertos de Ribadeo y Navia, entre los años 1427 y 1430 Reino

de

Galicia con las sacadas

diezmos de la mar

144 145

de

Asturias

alfolíes

Ribadeo

y

Navia

diezmos y alfolíes

año

maravedís

reales

maravedís

reales

maravedís

reales

1427

185.000

23.125

627.883

78.485





AGS, EMR, leg. 1, fols. 70 –71. AGS, EMR, leg. 1, fols. 219 –224.

128

Amparo Rubio Martínez

Tabla 10.

Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo, y los de los puertos de Ribadeo y Navia, entre los años 1427 y 1430 (continuación)

Reino

de

Galicia con las sacadas

diezmos de la mar

de

Asturias

alfolíes

Ribadeo

y

Navia

diezmos y alfolíes

año

maravedís

reales

maravedís

reales

maravedís

reales

1428

185.000

23.125

627.883

78.485

100.000

12.500

1429

185.000

20.555

627.883

69.764

100.000

11.111

1430

185.000

20.555

627.883

69.764

100.000

11.111

Fuente: AGS, EMR, leg. 1, fols. 219–224.

Sin embargo, desde 1431 en adelante la situación parece cambiar, ya que a partir de ese año tendría lugar el arrendamiento conjunto de los diez­ mos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia junto a los de las cuatro saca­das de las Asturias de Oviedo y los de Ribadeo y Navia, un arrendamiento que se efectuaba por períodos de seis años. Así, durante el primer sexenio compren­ dido entre los años 1431–1436, el valor de los diezmos de la mar alcanzaba los 241.022 maravedís anuales, mientras que los alfolíes fueron arrendados en una cuantía anual de 700.331 maravedís por año.146 Desde 1431 en adelante, los diezmos de la mar y alfolíes experimenta­ rían una clara tendencia al alza, muy favorable a la Hacienda Regia, salvo en momentos puntuales, que coinciden precisamente con el trienio 1437–1439. En esos años, las rentas se situaron a cargo del arrendador Alonso López de Córdoba, que los arrendaba para el sexenio 1437 –1442. En cada uno de estos años, los diezmos de la mar se arrendaron en 253.523 maravedís por año, mientras que el precio de los alfolíes quedó fijado en 397.556 maravedís en los tres primeros años (1437 –1439) y 874.623 maravedís en los tres años siguientes (1440 –1442).

146

AGS, EMR, leg. 1, fols. 228 – 233.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

129

Durante el trienio 1437 –1439, además del descenso que se observa en el va­lor de los alfolíes con respecto a los dos años anteriores, sabemos que el arrendatario López de Córdoba no pudo afianzar las rentas, debido a los pro­ blemas que por estas fechas estaba causando el abastecimiento de sal desde el Reino de Portugal. Precisa­mente en estos años, como ya se adelantó, el monarca portugués Alfonso V (1432 –1481) junto con su hermano el infante don Pedro estaban llevando a cabo las expediciones africanas, para lo que habían embargado la mayor parte de la sal existente en el Reino de Portu­ gal con el fin de revenderla a pre­cios superiores a los alfolineros gallegos y obtener así un mayor margen de beneficio para financiar dichas campañas ultramarinas. De este modo, además del elevado precio al que debían hacer frente los arrendatarios gallegos por la compra de sal en Portugal, se añadía un pro­ blema mayor; la incautación por parte del rey de Portugal de varios navíos y fustas gallegos para armarlos y llevar en ellos vituallas y caballos para las expediciones africanas. Las circunstancias descritas animaban poco o nada a los alfolineros gallegos a acudir a cargar la sal a Portugal, ya que a los costes que suponía fletar los navíos se añadía el riesgo de ser captura­ dos por las naves portuguesas. Por otra parte, al elevado coste de la sal en Portugal y a los propios gastos que generaba el viaje, se añadía el agravante de que los alfolineros gallegos no podían vender la carga de sal a un precio superior a los 20 maravedís por fanega toledana, principal motivo por el cual durante estos años se importó muy poca sal del Reino de Portugal a los alfolíes gallegos, lo que tendría una repercusión negativa en el descenso que experimentaron las rentas de los alfolíes en ese periodo.147 En el año 1443 se iniciaba un nuevo período de arrendamiento que se exten­dería hasta 1448. En cada uno de estos seis años, los diezmos de la mar se arren­daron en la cantidad de 265.269 maravedís, mientras que los alfolíes se arrendaban en un monto de 832.156 maravedís anuales, una cantidad de la que, desde el año 1446 en adelante, se descontaba la tercera parte correspondiente al importe de los alfolíes de la villa de Ribadeo y su tierra, que Juan II había concedido por merced real al conde de Ribadeo en

147

AGS, EMR, leg. 2, fols. 19 v.– 21 v.

130

Amparo Rubio Martínez

1442.148 En el arrendamiento y recaudación de rentas de este sexenio inter­ vinieron Pedro López de Sahagún, Francisco Rodríguez de Alcalá, escriba­ no de cámara del rey; el cambiador Fernán Gutiérrez, Ruy Xianzo, criado del santiagués, Jacome de Naveiro, y Diego Sánchez de Romancos, vecino de Alcalá de Henares, quienes se hicieron cargo de las rentas a través de un complejo sistema de reparto y traspaso de las mismas.149 Pero tal vez, lo más destacado del proceso de arrendamiento durante el sexenio 1443 –1448 fue la concesión de los alfolíes de Ribadeo al conde don Rodrigo de Villandrando, una merced que tendría efectos económi­ cos desde 1446 en adelante, lo que indudablemente suponía una reducción considerable de las cantidades que ingresaba la Hacienda Real por alfolíes del Reino de Galicia.150 No obstante, a excepción de lo que en términos económicos pudo ha­ ber representado la cesión de los alfolíes a don Rodrigo de Villandrando en 1446, es posible afirmar que la tendencia general durante estos años fue al incremento en el valor de las rentas. Si tomamos como referencia el valor glo­bal de los diezmos de la mar y alfolíes en estos años, observamos que tras unos años de descenso continuado (1437 –1439) como consecuencia sobre todo de la falta de abastecimiento de sal en los alfolíes gallegos, en general se observa una tendencia al alza de las rentas hasta el año 1451. Así, de los 76.597 reales que importaban las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia en 1439, se pasaba ya a 141.017 reales en los años 1440 –1442, experimentando un ligero descenso años después hasta 1448. Los últimos años del reinado de Juan II marcan el inicio de un cambio de tendencia en el valor de las rentas. En 1451, los diezmos de la mar y al­

148 Desde 1446 en adelante, se decidía descontar una tercera parte del importe anual de los alfolíes de la sal por la concesión que hizo Juan II de los alfolíes de la villa de Ribadeo y su tierra al conde de Ribadeo, don Rodrigo de Villandrando. 149 AGS, EMR, leg. 2, fol. 250. 150 José Manuel Calderón Ortega, «El arrendamiento de los diezmos…», art. cit., págs. 309 – 313. Este autor sitúa la cesión de la renta de los alfolíes al conde de Ribadeo en una fecha anterior, a partir de la donación efectuada por Juan II a Rodrigo de Villandrando el 5 de septiembre de 1439, confirmada por un Privilegio rodado el 4 de marzo de 1442 (Archivo de los duques de Híjar, Ribadeo, Sala I, leg. 239, núm. 31).

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

131

fo­­líes se arrendaban en un nuevo sexenio que se extendería hasta 1456. Al igual que en los años anteriores, el arrendamiento de los diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia se efectuó junto a las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo, quedando excluída la villa de Viveiro, cuyos diezmos de la mar habían sido cedidos al contador mayor de cuentas de Juan II, Alonso Pérez de Vivero en 1451.151 Durante los años 1451–1456, los diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia, quedaron rematados en Diego Rodriguez de Sevilla por un total de 800.000 maravedís anuales, de los cuales 200.000 maravedís correspon­ dían a los diezmos de la mar y 600.000 maravedís a las rentas de los alfolíes. Sin embargo, a diferencia los años anteriores, en esa ocasión las condicio­ nes de arrendamiento de los alfolíes establecían como novedad los plazos y cuantías en las que los arrendatarios debían satisfacer las cantidades acorda­ das.152 Así, se establecía que el primer y segundo año del arrendamiento se redujera a la mitad de su valor la cantidad que debía satisfacer el arrendata­ rio, una cuantía que el arrendatario debería entregar en los años siguientes. Esta reducción practicada en el cargo del arrendatario podría ser interpretada como una licencia concedida desde los órganos hacendísticos con el fin de permitirle un margen de tiempo suficiente para poder llevar a cabo la recau­ dación de las cuantías que debía entregar a la Hacienda Regia. De este modo, tras la promulgación del Cuaderno de alfolíes de 1452, se suspendía del car­ go del arrendatario la mitad del valor de las rentas de los alfolíes (300.000 maravedís), una cantidad que se cargaría sobre el valor de las rentas de los cuatro años siguientes (1453 –1456), alcanzando las rentas de los alfolíes en cada uno de estos años los 675.000 maravedís. Salvo estas excepciones, si analizamos la evolución general que experi­ mentaron las rentas de los diezmos de la mar y de los alfolíes en los cuatro últimos años del reinado de Juan II (1451–1454), observamos una clara tendencia a la baja, derivada no sólo de las pérdidas que supuso para la Ha­

AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 93, fol.12: Carta de Privilegio del rey Juan II a Alonso Pérez de Vivero, otorgada en Burgos el 20 de septiembre de 1451. 152 Un Cuaderno de arrendamiento de los alfolíes de la sal de 1452, publicado por José García Oro, Galicia en la Baja Edad Media..., op. cit., págs. 239 –244. 151

132

Amparo Rubio Martínez

cienda Regia la cesión de los diezmos de la mar y de los alfolíes de las villas de Viveiro y Ribadeo, sino sobre todo de la puesta en marcha de la llamada tasa de señoríos desde el año 1452 en adelante, que supuso una importante fuente de detracción de las rentas reales para la Hacienda Regia al permitir a los señores recaudar los diezmos de la mar y de los alfolíes en los puertos de sus señoríos.

Tabla 11.

Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo y los puertos de Ribadeo y Navia, entre los años 1431 y 1454 diezmos de la mar

alfolíes

año

maravedís

reales

maravedís

reales

total reales

1431–1436

241.022

26.780

700.331

77.814

104.594

1437

253.523

28.169

397.556

44.172

72.341

1438 –1439

253.523

29.826

397.556

46.771

76.597

1440 –1442

253.523

31.690

874.623

109.327

141.017

1443 –1445

265.269

33.158

832.156

104.019

137.177

1446 –1448

265.269

33.158

554.771

69.346

102.504

1451

200.000

25.000

600.000

75.000

100.000

1452 153

200.000

25.000

300.000

37.500

39.125

1453

200.000

25.000

675.000

84.375

86.000

1454

200.000

25.000

675.000

84.375

86.000

Fuente: AGS, EMR, legs. 1 y 2.

Desde 1452 en adelante, del valor global de los diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia, se descontaban un total de 187.000 maravedís (23.375 reales) por los diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos gallegos, que desde 1451 se hallaban tasados en esta cantidad. En el balance global de las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes que exponemos en las páginas siguientes (véase la tabla 13) se muestran los valores netos, una 153

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

133

Cabe suponer, por otra parte, que al igual que había sucedido con las alcabalas, la Hacienda Regia habría tasado a la baja los diezmos de la mar y alfolíes con el fin de que las cantidades que generasen estas rentas por encima del valor tasado fueran a parar a la Hacienda Regia. Si analizamos el valor de los diezmos de la mar y de los alfolíes de los señoríos tasa­ dos del año 1452, observamos que el 64% del total (120.000 maravedís), correspondía a la ciudad de Betanzos y a la villa de Baiona, señoríos del Principado de Asturias, que generaban los mayores volúmenes de ingre­ sos a partir de una fluida actividad comercial a través de sus puertos. Por debajo de estos niveles, se situaban los puertos de los Andrade —Ferrol, Neda y Pontedeume— con cantidades que representaban el 16,04% del total (30.000 maravedís), o los señoríos del conde de Santa Marta, Diego Pérez Sarmiento «Santa Marta de Ortigueira y Cedeira», cuyos diezmos de la mar y alfolíes se hallaban tasados en 20.000 maravedís, representando el 10,69% del total. En niveles inferiores se situaban las cuatro sacadas de Asturias (6,41%), y la villa de Malpica, cuyas rentas se habían tasado en 5.000 maravedís (2,67%).154

Tabla 12. Diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos tasados recaudados en el Reino de Galicia con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo en el año 1452, expresados en maravedís localidades y lugares

cuantía

porcentaje

Betanzos

70.000

37,43

Baiona

50.000

26,73

Ferrol, Neda y Pontedeume

30.000

16,04

Santa Marta de Ortigueira y Cedeira

20.000

10,69

vez descontada la parte correspondiente a los mencionados diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos tasados. 154 AGS, EMR, leg. 8, fol. 136.

134

Amparo Rubio Martínez

Tabla 12.

Diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos tasados recaudados en el Reino de Galicia con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo en el año 1452, expresados en maravedís (continuación)

localidades y lugares

cuantía

Las cuatro sacadas de Asturias

12.000

Malpica TOTAL

porcentaje

6,41

5.000

2,67

187.000

100,00

Fuente: AGS, EMR, leg. 8, fol. 136.

Como consecuencia de la muerte de Juan II en 1454, expiraba el arren­ da­miento de los diezmos de la mar y alfolíes del sexenio 1451–1456. Un año después, en 1455, se iniciaba un nuevo período de arrendamiento que abarcaría el sexenio 1455 –1460. En esos años y tras un complicado sistema de pujas y traspasos, Juan García de Villadiego, vecino de Segovia, y Alfón García de Madrid, ve­­cino de Écija, conseguían hacerse con el arrendamien­ to de los diezmos de la mar y alfolíes de los tres primeros años del sexenio (1455 –1457), mientras que Juan García de Villadiego quedaba como único arrendatario de los tres años restantes (1458 –1460).155 Al comenzar la década de los años sesenta y ante las dificultades que atravesaba la Hacienda Regia, los arrendatarios de los diezmos de la mar y alfolíes se encontraron con serias dificultades para hacer frente al pago de las cantidades con las que se habían comprometido a afianzar las rentas. Ello dió lugar a una multiplicación del número de arrendatarios, recauda­ dores y fiadores, que entraron en escena para hacerse cargo de una mínima parte de las rentas, y asumir de este modo, un riesgo menor al que pudieran haber asumido en años anteriores. Así, en la gestión de los diezmos de la mar y alfolíes de los años 1460 –1470 intervendrían un elevado número de

AGS, EMR, leg. 2, fols. 503 r. –504; leg. 5 –II, fols. 475 – 478; leg. 6, fols. 158 y 160; leg. 7, fols. 316 – 319. 155

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

135

financieros, buena parte de los cuales ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos, devolverían las rentas a la almoneda. En 1461, las rentas de los diezmos de la mar y de los alfolíes del Reino de Galicia eran arrendadas para el periodo 1461–1466 por Álvaro del Río, quien al no entregar las fianzas correspondientes a los años 1463 –1466, conseguía hacerse única­ mente con las rentas de los dos primeros años del sexenio. De este modo, los diezmos de la mar y alfolíes de los años 1463 –1466 volvían a la almoneda quedando en manos de Álvar Pérez de Pontevedra, que traspasaba la mitad de las del periodo 1464 –1466 en Fernán Gutié­ rrez de Valladolid, escribano de cámara y vecino de Madrid. Mediante este traspaso, Álvar Pérez de Pontevedra se titulaba arrendatario y recaudador mayor de la mitad de las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes de los años 1464 –1466 junto a Pedro González de Bahamón, veinticuatro y veci­ no de Sevilla, mientras que Fernán Gutiérrez de Valladolid se haría cargo de la otra mitad de las rentas de los años 1464 –1466. Como resultaba habitual durante estos años, Álvar Pérez de Ponteve­ dra y Pedro González de Bahamón no entregaron fianzas por las rentas del año 1466, por lo que las rentas de este año junto a las del año siguiente, volvieron a la subasta quedando en esta ocasión en manos de Fernán Gutié­ rrez de Valladolid, que decidía hacerse cargo de los diezmos de la mar y al­ folíes en la misma cuantía y condiciones en que habían sido arrendadas en los años anteriores. En cada uno de esos dos años se hizo cargo al arrenda­ tario de un total de 1.003.988 maravedís, de los cuales 249.488 maravedís correspondían al valor de los diezmos de la mar, mientras que los restantes 754.500 maravedís procedían de la renta de los alfolíes.156 Según consta en la documentación, el arrendatario Fernán Gutiérrez de Valladolid tampoco afianzó las rentas correspondientes al año 1467, de ma­ nera que los diezmos de la mar y alfolíes de ese año volvieran a ser puestos en almoneda junto a las de los tres años siguientes. En esta ocasión, las ren­ tas de los años 1467 –1470 fueron rematadas por Juan López de Valladolid

AGS, EMR, leg. 7, fols. 39 – 40; leg. 11, fols. 20 y 44; leg. 12, fol. 108; leg. 13, fols. 180 –182; leg. 14, fol. 95; leg. 15, fols. 83 – 85, 168 –170; leg. 16, fol. 17; leg. 18, fols. 46 – 48. 156

136

Amparo Rubio Martínez

en un total de 610.015 maravedís en cada año. Al parecer Juan López de Valladolid debió afianzar las rentas de 1467, pero no las de los años siguien­ tes (1468 –1470), por lo que estas volvieron a subastarse quedando esta vez en manos del judío Abraham Seneor en el mismo precio y condiciones en las que las había tenido arrendadas Juan López de Valladolid. Finalmente, Abraham Seneor dedicía traspasar las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes de los años 1468 –1470 en Gonzalo de Madrid, en el precio y con­ diciones fijadas anteriormente, obligándose como fiadores Fernando de San Pedro y Alfón García de Toledo.157

Tabla 13. Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo y los puertos de Ribadeo y Navia entre los años 1455 y 1467, expresados en maravedís año

diezmos

alfolíes

total

1455

227.302

680.000

907.302

total en reales

56.706

1456

227.302

340.000

567.302

35.456

1457 –1460

227.302

765.000

992.302

62.018

1461

227.302

680.000

907.302

45.365

1462

227.302

340.000

567.302

35.456

1463 –1464

248.000

750.000

998.000

62.375

1466

249.488

754.500

1.003.988

50.199

1467

199.095

407.682

606.777

30.338

Fuente: AGS, EMR, legs. 5–18.

Respecto a la evolución que experimentaron las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes durante el reinado de Enrique IV, conviene destacar en primer lugar el cambio de tendencia que ya se detecta en los últimos años

157

AGS, EMR, leg. 15, fol. 338.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

137

del reinado de Juan II y que continuaría en la misma línea durante todo el reinado de Enrique IV, en función también de las sucesivas devaluaciones que experimentó el maravedí. De este modo, si el valor de los diezmos de la mar y alfolíes en 1454 alcanzaba los 86.000 reales, una vez descontados los 23.375 reales de las rentas de los señoríos tasados, un año después se situaban en 56.706 reales, un descenso que se debió fundamentalmente a la devaluación que experimentó el maravedí durante este año. Tras un ligero retroceso en el valor de las rentas de 1456 como conse­ cuencia sobre todo de la reducción que se practicó en la segunda anualidad del arrendamiento en la renta de los alfolíes, en 1457 el valor de los alfolíes conseguía estabilizarse e incluso superar algo los niveles de los años anterio­ res, situándose entre los años 1457 –1460 en 62.018 reales. en cada año. Sin embargo, ya a partir de 1461 el valor de los diezmos de la mar y al­ folíes comenzaría a descender ante una nueva devaluación del maravedí.158 A partir de este momento y salvo en momentos puntuales de recuperación como consecuencia de la revalorización del maravedí de los años 1463 – 1464, la tendencia general fue al retroceso, alcanzando las cotas más bajas en 1467, cuando las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes se arrendaron en 30.338 reales. Por otra parte, y a diferencia de lo que sucedía en el caso de las alcaba­ las, Enrique IV no conseguiría recuperar en estos años los diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos gallegos o al menos, no consta en la documenta­ ción, aunque sabemos que sí contó con las de los señoríos del Principado de Asturias (la ciudad de Be­tanzos y la villa de Baiona), que entre los años 1468 –1470 tenía arrendadas el judío Abrahem Seneor, junto al resto de los diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia, y a las alcabalas del par­ tido fiscal de Santiago y Tui. Los diezmos de la mar y alfolíes de Betanzos y Baiona alcanzaban el 64% de los diezmos y alfolíes de los señoríos ga­ llegos, en total unos 120.000 maravedís que suponían un gran alivio econó­ mico para la monarquía en momentos de gran necesidad de recursos como fueron los años 1467 y 1468.

158

En el año 1461, veinte maravedís equivalían a un real.

138

Amparo Rubio Martínez

El reinado de los Reyes Católicos (1474 –1504) Los primeros años del reinado de los Reyes Católicos (1474 –1480) suponen una cierta continuidad en la situación hacendística en la que se encontraba el Reino de Galicia bajo el reinado de Enrique IV, unos años en los que buena parte de las rentas reales continuarían enajenadas en manos de los señores —laicos y eclesiásticos— que gobernaban el territorio. Pre­ cisamente en los años 1470 –1475, el arzobispo Alonso de Fonseca II orde­ naba a su criado, Francisco de Maldonado, arrendar las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes del arzobispado de Santiago de Compostela que se en­ contraban en manos del adelantado mayor del Reino de Galicia, Fernando de Pareja, en virtud de la merced que Enrique IV le había otorgado como compensación a los gastos efectuados para lograr la pacificación y sosiego del reino.159 Ante esta situación de caos y desorden social imperante en Galicia y con la practica totalidad de las rentas reales enajenadas en manos de los se­ñores, los Reyes Católicos se proponían dar solución a los principales problemas del reino. En pri­mer lugar, ponían en marcha un proceso de pacificación del reino, lo que conseguirían en muchos casos ordenando derribar las fortalezas de los señores, exigiendo al mismo tiempo la entrega de algunas otras a la Corona. Por otra parte, tratarían de extirpar muchos de los abusos que los se­ ñores estaban cometiendo con sus vasallos. El envío de los primeros oficiales reales al Reino de Galicia desde mediados de los años setenta en adelante, supondría un paso más en el restablecimiento del orden social y la justicia, facilitando la integración política del reino en el conjunto de territorios de la Corona de Castilla. En 1475, tenemos constancia del envío de los primeros gobernadores reales: don Enrique Enríquez, conde de Alba de Liste, prime­ ro y don Pedro de Villandrando, conde de Ribadeo, después, que acudirían con misiones determinadas, aunque en un principio apenas tuvieran poderes efectivos para actuar. Unos años después, en octubre de 1480, tenía lugar el nombramiento y el envío de don Fernando de Acuña como gobernador y justicia mayor del reino, que acompañado del licenciado García López de

159

AGS, RGS, Segovia, 14 de septiembre de 1476, fol. 628.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

139

Chinchilla, letrado del Consejo Real y alcalde mayor, restablecerían la justi­ cia y muchos aspectos de gobierno en el año y medio siguiente.160 En el proceso pacificador que llevaron a cabo los Reyes Católicos des­de finales de los años setenta, ocupa un lugar destacado la fundación de la Santa Hermandad en 1480, aunque su plena instauración en Galicia no tendría lu­ gar hasta agosto de 1482, y por otra parte la creación de una delegación de la Audiencia Real, que garantizaría en lo sucesivo el mante­nimiento de la paz y el correcto funcionamiento del orden estamental es­tablecido.161 En el plano fiscal, los reyes comenzaban practicando la reducción de juros y mercedes de la nobleza y aristocracia gallega en las Cortes de Toledo de 1480, al tiempo que iniciaban un proceso de regularización hacendística mediante la integración de las rentas. El viaje de los Reyes Católicos a Gali­ cia en 1486 constituiría una garantía más en el proceso de restauración de la autoridad real, comprometiéndose los monarcas a tomar soluciones urgentes ante la gravedad de los problemas gallegos, y tratando de asegurar la organi­ zación social del reino. En líneas generales, es posible afirmar que desde mediados de los años ochenta, los reyes habían conseguido pacificar el reino, restablecer el ejerci­ cio efectivo del poder real, quebrado en tiempos de Enrique IV, y dar solu­ ción a problemas de primer orden que habían afectado al Reino de Galicia durante todo el siglo xv. A pesar de todo, el proceso de integración de las rentas de señoríos —lai­cos y eclesiásticos—, a la organización hacendística de la monarquía

Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad de Galicia. 1490 –1498», Cuader­ nos de Estudios Gallegos, LII, 118 (2005), pág. 242. Sobre el envío de oficiales reales al Reino de Galicia véase Hernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos. Edición y estudio por Juan de Mata Carriazo, vol. I., Madrid, 1943, cap. CXVIII; y Benjamín Gon­ zález Alonso, Gobernación y gobernadores. Notas sobre la administración de Castilla en el periodo de formación del Estado Moderno, Madrid, 1974. 161 Sobre la creación y funcionamiento de estas instituciones en el Reino de Galicia véase Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hermandad de Castilla. Cuentas y memoriales 1480 –1498, Madrid, 2005; del mismo autor, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», art. cit., págs. 239 –287; y Laura Fernández Vega, La Real Audiencia de Galicia. Órgano de gobierno en el Antiguo Régimen, 1480 –1808, A Coruña, 1982, 3 vols. 160

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no resultó sencillo, ya que a menudo encontró la oposición de sus titulares, que se negaban a entregar las rentas de sus señoríos a la Hacienda Regia, pero sin duda constituyó una estrategia altamente favorable para la Corona, pues en un periodo de veinticuatro años, el valor de las rentas de los prin­ cipales partidos fiscales del Reino de Galicia se había cuatriplicado, lo que sin duda permitiría afrontar nuevos gastos a la monarquía. Conviene advertir también que, desde el año 1480 en adelante, tenemos constancia del arrendamiento conjunto de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes en los distintos partidos fiscales del Reino de Galicia, y por otra parte, durante estos años asistimos también a la creación de tres nuevos partidos fis­ cales, de los cuales sólo uno de ellos, quizá el más importante, permanecería activo hasta 1504. Nos estamos refiriendo al partido de Viveiro, constituido como partido fiscal independiente en 1480, después de que los Reyes Cató­ licos consiguieran recuperar la villa de Viveiro para el realengo en 1477. En 1480, las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Viveiro y su término se incorporaban a la Hacienda Regia, al tiempo que los reyes confia­ ban el control y administración de la villa al mayordomo real, don Enrique Enríquez, al que nombraban tenente de la fortaleza de Viveiro. Por su parte, la villa de Sarria y su alfoz se consolidaba como partido fiscal independiente desde mediados de los años ochenta, a raíz de la con­ fiscación de la villa y sus rentas al conde de Lemos, don Rodrigo Enríquez Osorio, como castigo a la ocupación de Ponferrada. Desde finales de los años ochenta, la Hacienda Real pondría en arrendamiento las rentas de Sarria y su alfoz hasta 1501, fecha en la que serían devueltas al conde de Lemos en virtud de los acuerdos matrimoniales de la hija de éste con don Dinís de Portugal, primo del rey. La ocupación de la villa de Ponferrada por el conde de Lemos, provo­ caría también la confiscación de otros lugares sujetos a la jurisdicción de algunos de sus colaboradores. Así, bajo el epígrafe de lugares confiscados, la documentación hacendística registra el arrendamiento de una serie de rentas, pechos y derechos de los lugares que fueron confiscados a Pedro de Bolaño, entre otros los derechos derivados de la escribanía de los alfoces de Outeiro de Rei y Castro de Rei con los portazgos del puente de Rábade y Quintela y los 2.500 maravedís que pagaban los habitantes del coto de Sabucedo a su señor, Juan Salgado.

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El tercer partido fiscal de nueva creación en Galicia fue el de Ribada­ via cuyas alcabalas se arrendaron con independencia de las del obispado de Ourense entre los años 1480 –1487. Concretamente entre 1484 y 1487 las alcabalas de Ribadavia se arrendaron junto a las de ciertos señoríos situados en los obispados de Ávila y Plasencia.162 Finalmente, debemos advertir también como a partir del año 1495 se ponía en marcha un nuevo procedimiento de gestión de las rentas reales: el encabezamiento de alcabalas, en el que algunos concejos desarrollaron un papel fundamental, comprometiéndose a entregar una cantidad fija a la Hacienda Regia, a cambio de correr con todos los riesgos que implicaba el proceso recaudatorio. En el caso de Galicia, al menos en un principio las principales villas y ciudades del reino se mostraron un tanto receptivas a aceptar este nuevo procedimiento recaudatorio. Por otra parte, los datos que proporciona la documentación sobre el valor de las alcabalas enca­ bezadas no permiten estimar si este procedimiento resultó más o menos favorable que el arrendamiento en términos económicos para la Hacienda Regia. En las páginas que siguen, nuestro objetivo principal será analizar la evolución que experimentaron las rentas reales en cada uno de los partidos fiscales del Reino de Galicia, prestando especial atención al proceso de inte­ gración de las rentas de señorío sin olvidar otros factores que indudable­mente favorecieron el incremento de las rentas reales, como las condiciones econó­ micas especialmente favorables que tendrían lugar durante estos años y que permitiría afrontar nuevos gastos a la monarquía.

Durante el trienio 1485 –1487, las alcabalas del condado de Ribadavia fueron arrendadas junto a las alcabalas y tercias de los lugares de Belvís, Sauçedilla, Casatejada, Las Casas del Puerto con Campana de Alcalá y Romangordo y los demás lugares, case­ ríos y términos de Fernando de Monrroy, más las quebradas de Fernando de Monroy el Beçudo y las alcabalas y tercias de los lugares de Gordaliza del Pino, Allende y Somiedo, pertenecientes a los herederos de Diego de Quiñones, y los lugares de Colilla, Velada y Alarza en el obispado de Ávila, y el lugar de Santa María de Nieva con Batres y Villaverde de Arcayos, pertenecientes a Fernando de la Carrera. En el arrendamiento de esos años se incluyen también las alcabalas y tercias de Torrejón, los lugares de Francisco de Carvajal, los de Las Corchuelas y Grimaldo, situados todos ellos en el obispado de Plasencia. 162

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Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui A diferencia de los primeros años del reinado en los que apenas tene­ mos noticias sobre el valor en el que se arrendaron las rentas del arzobis­ pa­do de Santiago, desde 1480 en adelante la documentación hacendística pro­porciona una información muy detallada sobre los procesos de pujas y remates de rentas de cada partido fiscal por periodos de tiempo de dos, tres o cuatro años. Como ya se ha señalado, el destacado crecimiento que experimentaron las rentas reales del Reino de Galicia desde principios de la década de los ochenta se debió sobre todo a la integración de las rentas de señoríos —lai­ cos y eclesiásticos— de cada partido fiscal a la organización hacendística de la monarquía. El proceso de integración de las rentas de señorío en el partido fiscal de Santiago comenzaba en 1480. Este año, el arrendatario y recaudador mayor, Ruy Martínez de Carballido, arrendaba las rentas reales de las ciudades, villas y lugares de señorío eclesiástico del arzobispado de Santiago con la villa de Baiona en 1.720.000 maravedís. Junto a las rentas de los lugares mencionados, se arrendaban un conjunto de señoríos nobiliarios, situados todos ellos dentro de los límites del partido de Santiago: los dominios seño­ riales de las Casas de Altamira y Monterrei, los del conde de Camiña, Pedro Álvarez de Sotomayor; los de Diego de Andrade, los de Fernán Pérez Pa­ rragués y Luis de Acevedo, yernos los dos de Gómez Pérez de las Mariñas; las tierras del arcediano de Nendos y la Tierra de Párraga, perteneciente a Fernán Arias de Saavedra. Por consiguiente, las rentas de los abadengos y señoríos nobiliarios su­ maron este año un total de 2.202.000 maravedís, una cantidad a la que se debían añadir las rentas de las ciudades de realengo de Betanzos y A Co­ ruña, que se arrendaron con independencia de las mencionadas en 418.750 y 400.000 maravedís respectivamente. A todo ello se añadían también las alcabalas de los lugares realengos —reguengos— de la Tierra de Santiago, embargados al arzobispo y a su Mesa arzobispal en 1480, por las que se exi­ gía al arrendatario un total de 170.000 maravedís. En líneas generales, es posible afirmar que el arrendamiento paralelo de las rentas de señorío eclesiástico o abadengo del arzobispado de Santiago

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con la villa de Baiona (1.720.000 maravedís), señoríos nobiliarios (482.000 maravedís), ciudades y villas de realengo (818.750 maravedís) y lugares reguengos (175.000 maravedís), más los correspondientes derechos de ofi­ ciales (3.000 maravedís) suponían la integración de la práctica totalidad de las rentas reales del arzobispado, sumando un total de 3.198.750 maravedís, una cantidad que se incrementaría en los años posteriores. Durante los primeros años 1480 –1483, en los que las rentas del arzo­ bispado de Santiago fueron arrendadas por Ruy Martínez de Carballido junto a otros arrendatarios, el auténtico caballo de batalla, lo constituyeron las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago. Para enten­der el grado de importancia que adquirió el conflicto en relación con las alcabalas de los lugares reguengos, debemos tener en cuenta que el arzobispo y su Me­ sa arzobispal percibían estas rentas desde tiempo inmemorial y que ahora, desde 1480 en adelante, la Hacienda Real decidía recuperarlas encargando su recaudación al arrendatario Ruy Martínez de Carballido, que acudía a la Tierra de Santiago con poderes suficientes para llevar a cabo esta tarea. Por este motivo, se acordaba exigir al arrendatario el pago de 175.000 maravedís por las alcabalas de los reguengos correspondientes al año 1480, una cantidad que se incrementaría considerablemente en 1482, alcanzando los 225.000 maravedís, pues tal y como señalaba la sentencia del Prior del Prado, parece que este año las alcabalas de los lugares reguengos se habrían recaudado con mayor eficacia que en los años anteriores.163 El problema planteado en relación con las alcabalas de los lugares re­ guen­gos dió lugar a numerosos enfrentamientos entre el arrendatario de las rentas reales de una parte, y las autoridades arzobispales de otra, ya que unos y otros habían acudido a la Tierra de Santiago en 1480 exigiendo a la pobla­ ción el pago de las alcabalas. Finalmente, ante la dificultad para solventar el

AGS, EMR, leg. 35, fol. 80. En relación con las cantidades que se debían cargar al recaudador por la recaudación de los lugares reguengos, la sentencia del Prior del Prado, Fray Hernando de Talavera, señalaba lo siguiente: parecería que se debe pagar al dicho Ruy Martínez de Carballido en cada uno de los dichos dos años de 1480 y 1481 por las alcabalas, décimos e alfolíns de los dichos lugares reguengos y otros señoríos las cuantías siguientes: por el año de 1480, 175.000 mrs. y por el dicho año de 1481, 225.000 mrs., esto por cuanto en este dicho año no hubo mengua de justicia en el dicho Reino de Galicia… 163

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problema de los reguengos y la negativa del prelado compostelano a perder­ los en beneficio de la Corona, en 1485, los Reyes Católicos acordaban la de­ volución de las alcabalas de los reguengos al prelado compostelano. De este modo, en septiembre de 1485, los monarcas concedían al arzobispo Alonso de Fonseca II las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago con carácter vitalicio, con condición de que los percibiese desde 1486 en ade­ lan­te, en tanto que ocupase el cargo de prelado en la sede compostelana.164 Si analizamos la evolución que experimentaron las rentas a lo largo del reinado, en general se observa un incremento bastante significativo entre los años 1480 y 1483, en los que las rentas pasaban de los 3.198.750 maravedís en 1480 a 4.669.797 maravedís en 1483. Durante los años 1484 al 1487, en los que las rentas estuvieron a cargo de Luis de Alcalá, estas experimentaron un ligero descenso en su valor, siendo arrendadas en un total de 4.625.518 maravedís en cada uno de éstos años. Éste descenso pudo deberse a que este periodo fue especialmente crítico por las campañas de la Guerra de Granada, lo que seguramente habría influido de manera negativa en el funcionamiento y organización de la Hacienda Regia y por consiguiente, en el descenso que experimentaron las rentas reales durante el mismo. Precisamente en estos años, el judío Luis de Alcalá, tenía arrendadas las rentas de otros partidos fiscales castellanos, lo que para el arrendata­ rio supondría un amplio margen de beneficio y diversificación de riesgos, aunque posiblemente no sería tan provechoso para la Corona, que obtenía mayores ingresos mediante el acceso de un mayor número de financieros a las rentas reales.165

AGS, RGS, 23 de septiembre de 1485, fols. 2 y 3. Entre los años 1484 y 1487, estaban a cargo de Luis de Alcalá los diezmos y aduanas del obispado de Osma, Calahorra con Molina, Logroño, Ágreda y Alfaro, y las alcabalas de Córdoba con el almojarifazgo de la ciudad. 164 165

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Desde 1488 en adelante, las rentas del arzobispado de Santiago se in­ crementarían de manera significativa, iniciándose una etapa de crecimiento sostenido. Así por ejemplo, entre los años 1489 y 1490, las rentas del ar­ zobispado experimentaron un crecimiento notable, pasando de 5.556.772 maravedís en 1489 a 6.945.060 maravedís el año siguiente. En 1491 descen­ dían puntualmente, coincidiendo una vez más con los mayores esfuerzos de la Guerra de Granada, y se recuperaban en 1492, de nuevo, manteniéndose en 6.707.000 maravedís entre los años 1492 y 1494. Durante estos años, actuaba como arrendatario mayor de las rentas del partido fiscal de Santiago, Alonso Gutiérrez de Madrid o «de la Caballe­ ría», que arrendaba las rentas del arzobispado de Santiago junto a las de otros partidos fiscales castellanos a partir de una puja efectuada sobre el valor en el que inicialmente habían sido puestas en precio por su contrin­ cante Rabí Mair Melamed —Fernán Núñez Coronel—, después de 1492.

Tabla 14.

Alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes recaudados conjuntamente Santiago de Compostela y en el obispado de Tui entre los años 1480 y 1504

en el arzobispado de

año

maravedís

1480

3.198.750

1481

3.355.000

1482

4.436.000

1483

4.669.797

1484 –1487

4.625.518

1488

5.106.804

1489

5.556.772

1490

6.945.060

1491

5.869.281

1492

6.707.500

1493

6.706.000

1494

6.706.000

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Tabla 14.

Alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes recaudados conjuntamente Santiago de Compostela y en el obispado de Tui entre los años 1480 y 1504

en el arzobispado de

(continuación)

año

maravedís

1495 –1497

8.357.500

1498

9.258.856

1499

9.263.115

1500

9.263.114

1501

11.159.200

1502 –1504

10.384.000 Fuente: AGS, EMR, legs. 29–100.

Durante el trienio 1495 –1497, las rentas del partido fiscal de Santiago experimentarían un crecimiento extraordinario, alcanzando los 8.357.500 ma­ravedís en cada uno de los tres años. Durante esos años, se hacía cargo de las rentas el pontevedrés Gómez Cruu166, el cual después de un largo y complicado periodo de pujas, remataba las rentas de todo remate en la can­ tidad mencionada. Además de un periodo económicamente favorable, en el incremento del valor de las rentas tuvieron mucho que ver otros factores como las com­ pensaciones que ofrecía la Hacienda Regia a los arrendatarios que pujaban las rentas, estrategias impulsadas desde la propia Corona con el fin de elevar el precio de las rentas. Durante los años 1495 –1497, partiendo de la puesta en precio de las rentas por Fernán Núñez Coronel, se sucedieron toda una serie de pujas de cuantía libre, previas al remate de las rentas. Entre ellas

En 1492, Gómez Cruu era alcalde de la villa de Pontevedra y entre los años 1498 y 1515 fue regidor del concejo. Los datos en José Armas Castro, «Una familia de mercade­ res pontevedreses a finales de la Edad Media: los Cruu», Cuadernos de Estudios Gallegos, Tomo XXXVI, 101 (1986), págs. 117 –132. 166

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destacaron las efectuadas por la compañía de Alonso Gutiérrez de Madrid y Fernando de Villarreal, la efectuada por Rodrigo Sánchez, vecino de Medi­ na del Campo, o la que llevó a cabo el pontevedrés Gómez Cruu, haciéndo­ se finalmente con el control de las rentas de estos años. En el arrendamiento de este periodo, el arrendatario Gómez Cruu tomaba como socios a Gonzalo del Campo, vecino de Salamanca, y a Fernando de Cuenca, avecindado en Almagro, quien por aquel entonces ocupaba también el cargo de tesorero de la Hermandad. No cabe duda, por otra parte, de que en esta tendencia alcista que ex­ perimentaron las rentas reales desde mediados de los años noventa habría tenido mucho que ver la amplia participación de financieros y hombres de negocios en los procesos de licitación de esos años. De ello da buena cuen­ ta el arrendamiento efectuado en los años 1498 –1501, en el que Fernán Núñez Coronel y Luis de Villanueva arrendaban inicialmente las rentas, un arrendamiento en el que se sucederían varias pujas. La primera de ellas efectuada a cargo de Fernando de Cuenca, y la segunda por el ponteve­ drés, Pedro Cruu, que conseguía hacerse con las rentas del arzobispado de Santiago en un total de 9.255.856 maravedís, más los correspondientes derechos de oficiales. Una tercera puja efectuada por Ruy Martínez de Car­ ballido, sobre el valor en el que Pedro Cruu las había rematado para este periodo (1498 –1501), situaba las rentas de 1501 en 11.159.200 maravedís, alcanzando los mayores niveles de todo el reinado.167

Los datos relativos a pujas y remates de rentas, además de las cantidades en las que fueron arrendadas las rentas del arzobispado de Santiago en AGS, EMR, leg. 28 – I, fols. 20, 24 y 25; leg. 29, fols. 2 y 3; leg. 30, fols. 24 y 30 (1480); leg. 29 fols. 53 y 54; leg. 30, fols. 38, 84 y 85; leg. 31, fols. 150, 151, 153 y 155 (1481); leg. 29, fol. 226; leg. 30, fol. 85; leg. 31, fol. 154; leg. 32, fols. 54, 55, 56 y 57; leg. 33, fols. 50, 51, 58, 59, 60 y 258 (1482); leg. 33, fol. 50; leg. 35, fols. 78, 79, 80 y 247; leg. 37, fols. 171, 173, 175, 177, 186, 187 y 188 y leg. 40, sin foliar (1483); leg. 36 fols. 41 y 43 r.; leg. 38, fols. 104, 108, 109, 110 y 111 y leg. 40, sin foliar (1484); leg. 36, fol. 43 v. y leg. 39, fols. 109, 110, 351 y 352 (1485); leg. 41 fol. 118 y leg. 42, fol. 115 (1486); leg. 45, fol. 136 y leg. 47, fols. 135 y 136 (1488); leg. 47, fols. 134 y 136 (1489); leg. 48, fols. 106, 107, 108, 109, 298, 299 y leg. 49, fols. 171, 173 y 174 (1490); leg. 50, fol. 65; leg. 51, fols. 49 y 306 y leg. 60, fol. 394 (1491); leg. 51, fol. 132 (1492); leg. 52 – I, fols. 160 y 161; leg. 52 – II, fols. 137 y 138 y leg. 54, fol. 103 (1493); leg. 53, fols. 183 y 184 y leg. 55, fol. 306 (1494); leg. 57, fol. 167

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Por otra parte, y en relación con el extraordinario crecimiento que ex­ perimentaron las rentas del partido fiscal de Santiago durante estos años, convendría preguntarse por el papel que jugó el encabezamiento de alca­ balas como sistema de gestión y recaudación en el valor de las rentas. En este sentido, conviene recordar que al menos en el caso de Galicia, el enca­ bezamiento de alcabalas jugó un papel secundario en relación con el arren­ damiento, si bien entre los años 1496 –1500 algunos lugares aceptaron este sistema recaudatorio. Es evidente que la aceptación del encabezamiento como procedimien­to recaudatorio en el arzobispado de Santiago, no fue inmediata y que se llevó a cabo de forma progresiva. La iniciativa comenzaba en 1496 en la Tierra de Postmarcos, señorío de Luis de Acevedo, que en noviembre de ese año, deci­ día encabezarse con las feligresías de Santa Baia de Boiro, Carreira e Isorna, en una cuantía anual de 45.029 maravedís.168 A lo largo de ese año se encabe­ zaba también el concejo de Abeancos, la merindad de Cira, las feligresías de Traba y Cereixa y otras muchas villas y lugares, cotos y feligresías como las pertenecientes al señorío de doña María de Haro en los partidos de A Coruña y Betanzos, que se encabezaron en 15.385 maravedís anuales o el partido de Vimianzo que se encabezó en 8.678 maravedís anuales.169

506; leg. 58, fols. 275, 277 y 278; leg. 59, fols. 324, 343 y 345; leg. 60, fol. 126 y leg. 63, fol. 329 (1495); leg. 60, fols. 389 y 409; leg. 61, fols. 291 y 292 y leg. 63, fol. 330 (1496); leg. 63, fols. 326, 327, 328 y 331 (1497); leg. 63, fol. 283; leg. 64, fols. 369, 371 y 372; leg. 66, fols. 273 y 285; leg. 67, fols. 285, 287 y 288 y leg. 82, fol. 166 (1498); leg. 68, fols. 304 y 312, leg. 69, fols. 209 y 211; leg. 71, fols. 86 y 88; leg. 73, fol. 252, 256 y 258 y leg. 82, fol. 166 (1499); leg. 74, fols. 136 y 138; leg. 75 fols. 429, 431 y 433; leg. 76, fols. 408 y 410; leg. 80, fol. 313; leg. 82, fol. 166 y leg. 83, fols. 141 y 143 (1500); leg. 80, fols. 303, 305, 307, 315, 319, 339, 344, 346, 348, 350, 354 y 355; leg. 81, fols. 186, 187, 188 y 201; leg. 82, fol. 157; leg. 83, fols. 109 y 122, leg. 85, fol. 393; leg. 91, fol. 260 (1501); leg. 80, fol. 345; leg. 85, fols. 402, 406 y 407; leg. 85 – II, fols. 1135 y 1137; leg. 87, fols. 125 y 126, leg. 89, fols. 230 y 232; leg. 93, fol. 131 y leg. 96, fol. 383 (1502); leg. 80, fol. 293; leg. 82, fol. 168; leg. 91, fols. 255, 257 y 261; leg. 93, fols. 127, 129, 130, 148 y 149; leg. 94, fols. 250, 251 y 252; leg. 96, fols. 384, 385, 386 y 394, (1503); leg. 96, fols. 382 y 395; leg. 97, fols. 467 y 470; leg. 98, fols. 348, 350 y 351 (1504). 168 AGS, EMR, leg. 60, fol. 405. 169 AGS, EMR, leg. 60, fols. 390, 402, 403 y 410.

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Las alcabalas de los lugares encabezados en 1496 sumaron un total de 294.765 maravedís. Un año después, en 1497, se encabezaba la ciudad de Tui, A Guarda, las feligresías pertenecientes al señorío de Martín Sánchez de las Mariñas con los cotos de San Salvador y Cecebre, Val de Louriñó y otros lugares, alcanzando el valor de todos ellos la suma de 406.234 mara­ vedís. No obstante, el valor de las alcabalas encabezadas se incrementaría de manera notable en 1498, fecha en la que sumaban 1.100.208 maravedís, prácticamente el triple de la cantidad alcanzada el año anterior, lo que se debió fundamentalmente a la entrada en el encabezamiento de los lugares de Brandomés, la merindad de la Insúa, la Tierra de Barcala, Vilagarcía de Arousa, las feligresías del puerto de Laxe, la tierra de Martín Sánchez de las Mariñas y los puertos de Corcubión y Cambados. En 1499 se añadieron nuevas localidades al encabezamiento, sumando el valor de lo encabezado 1.201.018 maravedís. Entre las incorporaciones más significativas que tuvieron lugar este año cabe destacar la de Cangas y la Tierra de Morrazo, que procuraban notables volúmenes ingresos. Sin em­ bargo, este año algunos lugares abandonaron el encabezamiento como fue el caso de la villa de A Guarda. En 1500, el valor de lo encabezado alcanzaba las cotas máximas de todo el periodo, situándose en 1.669.513 maravedís, una cantidad que resultó fundamentalmente de la entrada en el encabezamiento de villas y lugares con puerto de mar, con una gran actividad comercial por vía marítima: Padrón, Puebla del Deán, Rianxo, Carril, y Vilagarcía. En 1501 el valor de las alcabalas que se gestionaron por vía de enca­ bezamiento permanecía inalterable con respecto al año anterior. El motivo principal de este estancamiento en el valor de las rentas encabezadas no era otro sino la celebración del jubileo en Santiago de Compostela, que prometía grandes posibilidades de beneficio a los arrendatarios de impues­ tos. Por este motivo, muchos financieros y hombres de negocios decidían continuar con la práctica habitual de arrendamiento de las rentas reales, esperando obtener un beneficio económico superior al que se preveía con el encabezamiento. Una de las ciudades que se negó a aceptar la entrada en el encabezamiento en el año 1501 fue A Coruña, a la que se le fijó un plazo hasta finales del mes de enero de ese año para decidir su entrada en el encabezamiento.

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Tras un compromiso previo efectuado por el alcalde coruñés, Gómez Varela, para encabezar las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la ciu­ dad para los años 1500 –1510, la ciudad manifestaba su oposición a aceptar el encabezamiento ante la duda de poder recaudar las cantidades acorda­ das, y temiendo, por otra parte, las posibles pérdidas que pudiera suponer para todo el conjunto de los arrendatarios mayores y menores, hombres de negocio, mercaderes, etc. que vivían o se beneficiaban, directa o indirec­ tamente, de la actividad comercial de la ciudad y del arrendamiento de las rentas reales.

Obispado de Ourense Al comenzar el reinado de los Reyes Católicos, la situación hacendís­ tica que se observa en el obispado de Ourense, era la de un partido fiscal con la práctica totalidad de las rentas enajenadas en manos de los señores. Como veíamos en el primer capítulo, dentro de los límites de este partido fiscal se localizaba un conjunto de señoríos cuyas alcabalas eran percibidas por sus titulares mediante la llamada tasa de señoríos, documentada por primera vez en 1451. Como es evidente, los Reyes Católicos trataron de integrar los distin­ tos señoríos en un único partido fiscal con el objetivo de que sus alcabalas pasaran a tributar a la Hacienda Regia. El proceso de integración de los señoríos de Ourense a la Corona se iniciaba en 1482, con la incorporación de los solariegos y abadengos del conde de Lemos, y culminaba a finales de los años ochenta con la adhesión de las rentas de Ribadavia, que entre los años 1480 y 1487 se arrendaron con independencia de las del obispado de Ourense, constituyendo un partido fiscal independiente. En la segunda mitad del siglo xv, la presencia del conde de Lemos en el obispado de Ourense fue, sin duda, mucho más limitada que en el obispado de Lugo. Sin embargo, dentro de los límites del partido fiscal de Ourense era titular del señorío solariego de Castro Caldelas, junto a otros lugares de la misma condición jurídica —Melias y Ribela—, en los que percibía las alcabalas. Además, de las rentas de sus señoríos solariegos, el de Lemos percibía las alcabalas de un conjunto de lugares de abadengo y behetria, en

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virtud de un antiguo Privilegio por el que Juan II había otorgado a su padre, Pedro Álvarez Osorio, el derecho a percibir las alcabalas de estos lugares en compensación de ciertos servicios militares —acostamientos—, prestados a la Corona. Mediante este Privilegio, el de Lemos percibía las alcabalas de los lugares de Santa Cristina, Montederramo, Chandrexa, Santo Estevo de Ribas de Sil, Xunqueira de Espadanedo y la abadía de San Clodio y Torbeo en el obispado de Ourense. Desde el comienzo de su reinado, los Reyes Católicos procedieron a incorporar las alcabalas de los señoríos solariegos del conde de Lemos y de los abadengos y behetrías en los que actuaba como encomendero. En 1482, se incorporaban las alcabalas de Santo Estevo de Ribas de Sil, y seis años después, lo hacían las de las abadías de San Clodio y Torbeo. En el caso de los abadengos de Montederramo, Chandrexa y Xunqueira de Espa­danedo, tenemos noticia de un primer intento de recaudar las alcabalas de estos luga­ res en los años 1482 y 1483, una misión para la que los monarcas enviaron al madrileño Diego de Chinchilla. Sin embargo, la incorporación definitiva de las alcabalas de éstos lugares a la Hacienda Regia no tendría lugar hasta 1488, pues sólo a partir de este año tenemos constancia del pago regular a la Hacienda Regia de las alcabalas que les correspondían. No obstante, el pago de alcabalas de los señoríos solariegos, abadengos y behetrías del conde de Lemos a la Hacienda Regia finalizaría en 1506, fecha en la que retornaban a manos del conde de Lemos. Este año Felipe I otorgaba 300.000 maravedís de por vida a don Rodrigo Enríquez Osorio, en compensación de los maravedís que habían percibido sus antepasados en concepto de acostamiento en las rentas de los abadengos y behetrías de los obispado de Lugo y Ourense. Mediante esa nueva concesión, el de Lemos pasaba a percibir 300.000 maravedís de merced de por vida en las alcabalas de la abadía de Samos y sus sacadas, Santo Estevo de Ribas de Sil, el coto de Incio, los cotos de Castro de Rei y Pombeiro, Sober, Atán, Vilar de Ortelle, lugares situados en el obispado de Lugo, y en las alcabalas de Montede­ rramo, Chandrexa, Xunqueira de Espadanedo, San Clodio y Torbeo, en el obispado de Ourense. La concesión de esta nueva merced al de Lemos le permitía recuperar buena parte de las alcabalas de los abadengos y behetrías en los que tanto él como sus predecesores en el título habían actuado como encomenderos.

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Sin embargo, a diferencia de otras concesiones, al tratarse de una merced de por vida, ésta quedaba extinguida a la muerte del titular, lo que permi­ tía nuevamente a la Hacienda Regia recuperar las alcabalas. La temprana muerte de Felipe I, en 1506, frustraría la percepción de las alcabalas de los abadengos y behetrías por parte del conde de Lemos, de manera que desde 1506 éstas pasarían a tributar nuevamente a la Hacienda Regia, esta vez con carácter definitivo. A diferencia de lo que sucedía con los abadengos y behetrías del conde de Lemos, las alcabalas de los dominios señoriales del conde de Monterrei, don Sancho Sánchez de Ulloa, se incorporaban a la Hacienda Regia en una fecha relativamente temprana. En relación con el señorío de Monterrei y el título del condado, debemos tener en cuenta que durante el reinado de los Reyes Católicos don Sancho Sánchez de Ulloa se titulaba conde de Monterrei a pesar de no ejercer la titularidad del señorío jurisdiccional de la villa. En el año 1465 don Sancho Sánchez de Ulloa había heredado el mayorazgo de sus padres, los señores de Ulloa, Lope Sánchez de Ulloa y doña Inés de Castro. Sin embargo, durante el periodo coincidente con el reinado de los Reyes Católicos la villa de Monterrei y su tierra se hallaba sujeta al señorío jurisdiccional de los Zúñiga, en virtud de un acuerdo to­ mado en 1488, que determinaba que el dominio jurisdiccional de la villa y Tierra de Monterrei debía quedar vinculado a los Zúñiga, mientras que los lugares de Moradillo, Aldea de Horno y Quintanilla pasaban a manos de don Sancho Sánchez de Ulloa.170 Desde los primeros años de su reinado, los reyes trataron de integrar las alcabalas de los dominios señoriales de don Sancho Sánchez de Ulloa, ti­ tulado conde de Monterrei, a la Hacienda Regia. Aunque la cuestión no queda suficientemente clara a partir de la documentación, o que si parece cierto es que si el señorío de la villa de Monterrei y su tierra pertenecía a los Zúñiga desde 1488, lo que está fuera de toda duda es que las alcabalas que en 1482 pasaban a tributar a la Hacienda Regia pertenecían al conde de Monterrei, don Sancho Sánchez de Ulloa. Es posible que las alcabalas de Monterrei que pasa­ ban a tributar a la Hacienda Regia en 1482 formaran parte de los 635.000 ma­

170

José García Oro, La nobleza gallega..., op. cit., págs. 167 –170.

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ravedís que, desde principios de los años ochenta, percibía don Sancho Sán­ chez de Ulloa, conde de Monterrei, de la Corona, de los que al menos 140.000 maravedís se hallaban situados sobre las alcabalas de la villa de Monterrei y su tierra. Parece posible, por otra parte, que la concesión de estos 635.000 ma­ ravedís respondiera a un mecanismo ideado desde la Corona para compensar al conde por la pérdida del señorío de la villa de Monterrei y su tierra. De cualquier manera, en 1482 las alcabalas de Monterrei y su tierra con Celanova, Limia y otros lugares pertenecientes a don Sancho Sánchez de Ulloa pasaban a tributar a la Hacienda Regia.171 La percepción por parte de la Corona de las alcabalas de Monterrei sería continua hasta 1506, fecha en la que don Fernando de Andrade, sucesor en el título de conde de Monterrei por su matrimonio con doña Francisca de Zúñiga, obtenía una nueva merced de Felipe I el Hermoso, mediante la cual recuperaba una vez más las alcaba­ las de la villa de Monterrei y su tierra. Sin embargo, la inesperada muerte de Felipe I en el mismo año provocaría la inmediata revocación de esta merced y la reintegración de las alcabalas de Monterrei a la Hacienda Regia. Durante los años ochenta, concretamente en 1488 pasaban también a tributar a la Hacienda Regia las alcabalas de la villa de Aguiar y su tierra, que según confirma la documentación, hasta la fecha habían sido percibidas por el arzobispo compostelano. No sucedía lo mismo con los señoríos de don Juan Pimentel en el obispado de Ourense —Milmanda, Allariz, San­ diás, O Bolo y Valdeorras—, cuyas alcabalas permanecieron al margen de los arrendamientos reales durante todo el periodo, lo que tal vez pudiera responder, una vez más, a una compensación por parte de los monarcas al conde de Benavente, don Rodrigo Pimentel, hermano del anterior, al que los Reyes habían apartado de A Coruña, compensándole con numerosas mer­ cedes por su contribución decisiva en el bando isabelino durante la Guerra Civil Castellana. De este modo, parece muy posible que la autorización por parte de los monarcas a don Juan Pimentel para recaudar las alcabalas de sus señoríos de Ourense, fuera contemplada como un favor más a don Rodrigo Alonso

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; EMR, leg. 28 – I, fol. 293; leg. 32, fols. 73 y 152; leg. 33, fol. 54. 171

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de Pimentel, titular del condado de Benavente, que a la muerte de su padre había tratado de defender los intereses de su hermano, Juan Pimentel, lo­ grando la concesión de un mayorazgo en su favor en 1498.172 Finalmente, los señoríos del conde de Ribadavia, don Bernardino Pé­ rez Sarmiento, pasaban a tributar a la Hacienda Regia en 1480, aunque en ese momento el condado de Ribadavia ya se había constituido como partido fiscal independiente, siendo arrendadas sus alcabalas al margen del obispa­ do de Ourense. En los ocho años en los que las alcabalas de Ribadavia se arrendaron con independencia de las del partido de Ourense, (1480 –1488), la documentación deja constancia de cómo al menos en los últimos años de este periodo, las alcabalas de Ribadavia se arrendaron junto a las de ciertos señoríos de Ávila y Plasencia, quedando integradas definitivamente en el partido fiscal de Ourense en 1488. En líneas generales, es posible afirmar que la práctica totalidad de las alcabalas de señorío del obispado de Ourense habían comenzado a tributar a la Hacienda Regia desde finales de los años ochenta. Con excepción de los solariegos del conde de Lemos —villa de Castro Caldelas—, y los dominios señoriales de don Juan Pimentel, las alcabalas de los señoríos orensanos pa­ sarían a formar parte del conjunto de ingresos que con carácter habitual re­ caudaba la Hacienda Regia en Galicia. En 1488, las hojas de cargo relativas al arrendamiento de alcabalas del obispado de Ourense, señalaban exacta­ mente los lugares que se incluían en dicho arrendamiento: las rentas de las alcabalas de la ciudad de Orense y de to­ das las otras villas y lugares que son del señorío del conde de Mon­terrey que son en el dicho obispado de Orense, y con las alcabalas de San Esteban y con las alcabalas de Ribadavia y su tierra y los otros logares del conde de Ribadavia que son en el obispado de Tuy y andan en renta de alcabalas con el dicho obispado de Orense y con las alcabalas de Tierra de Aguiar y las Quirogas con el castillo de los Novaes, y con las alcabalas de San Cloyo y Torveo que son en la sacada del dicho obispado

172

José García Oro, La nobleza gallega..., op. cit., pág. 71.

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de Orense, sin las alcabalas de Castrocaldelas y Valdiorres, Mil­ manda y Allaris y el Bollo y Viana sin los logares de señoríos que son en el dicho obispado de este año de 1488...173 Como resulta evidente, la incorporación de las alcabalas de señorío a las arcas reales tendría como consecuencia inmediata un notable incremento en el valor de las rentas reales. Si observamos los valores de alcabalas que apa­ recen registrados en la siguiente tabla 15, podemos comprobar que uno de los momentos de mayor crecimiento se sitúa pre­cisa­mente entre los años 1481 y 1482, pasando el valor de las alcabalas de 501.500 maravedís, a 1.150.867 maravedís, una cantidad que suponía algo más del doble de su valor. Entre los años 1484 y 1487, el valor de las rentas se mantiene estable con cantidades algo inferiores a las que se registran los años anteriores. Esta ligera recesión que experimentaron las rentas de Ourense durante estos años es común al resto de los partidos fiscales, y coincide con los mayores esfuer­ zos económicos de la Guerra de Granada. Un nuevo periodo de crecimiento se observa entre los años 1487 y 1488, precisamente cuando las alcabalas de Ribadavia quedaban integradas en el partido fiscal de Ourense. En estos años, el valor de las alcabalas de Ourense se incrementaba de forma exponencial, pasando de 1.001.500 maravedís en 1487 a 1.344.333 maravedís en 1488, lo que representaba exactamente un incremento del 25,29% de su valor. Desde 1488 en adelante, las alcabalas de Ourense presentan una clara tendencia al alza. Este año se incorporaban las rentas de ciertos señoríos nobiliarios, los abadengos y behetrías del conde de Lemos, las alcaba­ las de Aguiar, las de la encomienda de Quiroga con el castillo de Os No­ vais, pertenecientes a la Orden de San Juan; las abadías de Montederramo, Chandrexa, San Clodio y Torbeo, lo que se tradujo en un incremento muy significativo de las rentas. En 1490, el valor de las alcabalas del partido fiscal de Ourense se situaba en 1.681.061 maravedís, una cifra significativa que venía a suponer unos 336.728 maravedís más que lo recaudado en años anteriores, lo que pone de manifiesto la importancia que tenían las rentas de señorío dentro del conjunto de ingresos de la Corona.

173

AGS, EMR, leg. 44, fol. 167.

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Tras un ligero descenso en el valor de las rentas en 1491, año en el que las tenía arrendadas el judío Rabí Mair Melamed, en 1492 se recuperaban de nue­vo alcanzando niveles superiores a los dos años anteriores; 1.700.549 ma­ravedís en cada uno de los años del trienio 1492–1494. Desde 1492 en ade­lante, las alcabalas de Ourense experimentarían un crecimiento sostenido, al­can­zando las cotas más altas en los años 1497–1499 (2.471.650 maravedís) y en los dos últimos años del reinado con 2.718.230 maravedís en cada año. En este crecimiento tan significativo que experimentaron las rentas en algunos años del reinado tendrían especial incidencia las pujas que efectua­ ron sobre el valor de las rentas algunos financieros y hombres de negocio. Así por ejemplo, el espectacular crecimiento que experimentaron las alcaba­ las de Ourense entre los años 1481 y 1482 se debió en gran medida a las pu­ jas efectuadas por determinados financieros del Reino de Galicia o de otros lugares de la Corona de Castilla. En 1482, el burgalés Gonzalo de Valencia pujaba las rentas del obispado de Ourense junto a las de los partidos fiscales de Lugo y Mondoñedo en un total de 500.000 maravedís más sobre el valor en el que las rentas de estos partidos fiscales habían sido arrendadas para el año 1481. Además de esos 500.000 maravedís, Gonzalo de Valencia efectua­ ba otra puja por valor de 200.000 maravedís, quedando arrendadas las alca­ balas de Ourense en un total de 850.000 maravedís con 30.000 maravedís de prometido a favor del arrendatario. Una vez puestas en precio las rentas para cada uno de estos dos años se sucederían varias pujas de cuantía libre, la pri­ mera a cargo del arrendatario de Betanzos, Ruy Martínez de Carballido por valor de 80.000 maravedís, la segunda efectuada por Juan de Álamos, vecino de Medina del Campo, por la misma cantidad (80.000 maravedís), dos pujas que situaban las rentas de Ourense en un total de 1.060.000 maravedís, un precio en el que las rentas se remataban de primer remate en manos de este último arrendatario. Tras el primer remate, se sucedían otras dos medias pu­ jas de diezmo a cargo de Ruy Martínez de Carballido, que conseguía hacerse con el arrendamiento de las alcabalas del obispado de Ourense para los años 1482 y 1483, con cuantías de 1.150.867 maravedís el primer año y 1.124.367 maravedís el segundo, en compañía de Fernando de Carrión. Otro de los periodos de arrendamiento en el que asistimos a importantes y numerosas pujas sobre el valor de las rentas de los años anteriores fue el trienio 1495 –1497, unos años en los que se hacía con el arrendamiento de las

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alcabalas de Ourense Alonso Gómez de Avilés. Durante los primeros meses del año 1494, la compañía formada por Fernando de Villarreal y Alonso Gu­ tiérrez de Madrid, vecinos de Toledo, arrendaron las rentas del obispado de Ourense correspondientes al citado trienio en el mismo precio y condiciones en las que habían sido arrendadas en los años anteriores por el judío Rabí Mair Melamed. Los continuos enfrentamientos que durante estos años mantuvieron los arrendatarios toledanos con la compañía liderada por Rabí Mair Melamed llevarían a este último a efectuar una gran puja sobre el valor de las rentas de cincuenta y cinco partidos castellanos, entre los que se encontraba el partido fiscal de Ourense. Sin embargo, esa no sería la única puja que incrementaría de manera muy notable el valor de las alcabalas del obispado de Ourense, ya que a lo largo del mes de abril de 1494, sesucedieron otras pujas a cargo de Fernando de Villarreal y Alonso Gutiérrez de Madrid, que situaron las rentas de Ourense en un total de 1.899.453 maravedís. Unos meses después, en octubre de 1494, la compañía formada por Juan de Figueroa, vecino de Valladolid, y Luis Núñez Coronel, vecino de Zamora, pujaba 1.000.000 de maravedís sobre las rentas de los cincuenta y cinco partidos castellanos, una puja que asignaba 60.000 maravedís al obispado de Ourense, quedando fijado el precio de las rentas en 1.959.453 maravedís para cada uno de estos años. Sobre esta cantidad, asignada ya en exclusiva a las rentas de Ourense, se efectuaba una puja de 16.666 maravedís, quedando las rentas rematadas de todo remate en el arrendatario Alonso Gómez de Avilés en un total de 1.979.119 maravedís incluidos los derechos de oficiales. Finalmente, sobre el valor en el que las rentas fueron rematadas de todo remate, el arrendatario Alonso Gómez de Avilés, decidía efectuar la puja del cuarto sobre el valor de las rentas de 1497, situando las alcabalas de este año en 2.471.649 maravedís, una cantidad de la que se hacía cargo junto a Diego Sánchez, vecino de Ourense, con quien decidía compartir el arrendamiento de las rentas de estos años.174

AGS, EMR, leg. 20, fol. 83 (1475); leg. 21, fols. 71 y 72 (1476); leg. 22, fol. 70 (1477); leg. 24, fols. 97 y 98 y leg. 25, fol. 45 (1478); leg. 26, fols. 104, 105 y 106 y leg. 27, fols. 63 y 64 (1479); leg. 28 – I, fols. 29 y 30 (1480) y leg. 29, fols. 56 y 156 (1481); leg. 174

158

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Resulta evidente, por tanto, que a lo largo de todo el período (1480 – 1504), la integración de las rentas de señorío, por una parte, y las estra­ tegias de arrendamiento empleadas por los distintos financieros, por otra, favorecieron el incremento en el valor de las alcabalas orensanas. Ambos fenómenos no fueron aislados, sino que por el contrario, estuvieron estre­ chamente relacionados. Al respecto, conviene recordar que los arrenda­ mientos y procesos de puja eran actos públicos a los que acudían numerosos financieros y hombres de negocios a pujar las rentas. Al tener conocimien­ to detallado de las rentas que se arrendaron en cada partido fiscal, podían estimar con mayor precisión el margen de beneficios que podían obtener si finalmente conseguían hacerse con el arrendamiento de las rentas. Por último, debemos preguntarnos también por el papel que jugó el en­ cabezamiento como procedimiento recaudatorio en el obispado de Ouren­ se. En este sentido debemos destacar, en primer lugar, que se trató de un fenómeno más tardío que en otros partidos como los de Lugo o Santiago. Así, la primera noticia que tenemos del encabezamiento de alcabalas en el obispado de Ourense procede de 1499. Este año se acogían al encabeza­ miento los lugares de Queixa y Orcellón, Dacón, Val de Lobás, Amoeiro,

28– I, fol. 293; leg. 32, fols. 73 y 152 y leg. 33 fols. 50 y 54 (1482); leg. 32, fols. 70, 71 y 152; leg. 35, fols. 82, 249 y 250 y leg. 37, fols. 178 y 179 (1483); leg. 36, fol. 46 r.; leg. 38, fols. 114 y 115 y leg. 39, fol. 116 (1484); leg. 36, fol. 46 v.; leg. 39, fols. 353 y 354 (1485); leg. 41, fols. 119 y 120 y leg. 42, fols. 117 y 118 (1486); leg. 44, fol. 167 y leg. 45, fol. 137 (1488); leg. 47, fol. 138 (1489); leg. 48, fols. 113, 114, 305, 307 y 309 y leg. 49, fols. 176 –179 (1490); leg. 50, fols. 67 y 483; leg. 51, fol. 51 (1491); leg. 50, fols. 481 y 488 y leg. 51, fol. 137 (1492); leg. 50, fols. 481 y 488; leg. 52 – I, fols. 145, 146, 163 y 164 y leg. 54, fol. 107 (1493); leg. 53, fols. 185 y 186 y leg. 55, fols. 308 y 309 (1494); leg. 57, fols. 516 y 518; leg. 58, fol. 280; leg. 59, fols. 366 y 370; leg. 65, fol. 239 y leg. 68, fol. 320 (1495); leg. 57, fol. 516; leg. 59, fol. 366; leg. 60, fols. 422, 429 y 430; leg. 61, fols. 293 y 294 y leg. 68, fol. 320 (1496); leg. 60, fols. 412, 414, 416, 418 y 420 y leg. 63, fols. 332 y 333 (1497); leg. 62 –I, fols. 337 y 338; leg. 64, fols. 367 y 368; leg. 65, fols. 235 y 239; leg. 66, fol. 260; leg. 67, fols. 290 y 291; leg. 68, fol. 322 (1498); leg. 69, fol. 227; leg. 71, fols. 91, 93, 95, 97, 99, 101 y 103 y leg. 73, fols. 262 y 263 (1499); leg. 68, fol. 324; leg. 74, fols. 152 y 163; leg. 75, fols. 435 y 436 y leg. 76, fols. 412 y 414 (1500); leg. 80, fol. 356; leg. 82, fols. 172 y 174 y leg. 83, fols. 126, 128 y 147 (1501); leg. 85, fol. 414; leg. 85 – II, fol. 1.140 y leg. 89, fols. 234 y 238 (1502); leg. 92, fols. 242 y 244; leg. 93, fols. 133 y 135 y leg. 94, fols. 262 y 263 (1503); leg. 97, fols. 479 y 480 y leg. 98, fols. 355 y 356 (1504).

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O Bolo de Senda con los Montes de Oseira y su partido, las encomiendas de don Juan Pimentel y Sobrado de Tribes. El valor de las alcabalas enca­ bezadas de éstos lugares sumó en 1499 un total de 218.272 maravedís, una cantidad insignificante en comparación con la que se recaudó por vía de arrendamiento, y en la que permanecerían encabezados los lugares men­ cionados al menos hasta el año 1504.175

Tabla 15. Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1481 y 1504 año

maravedís

1481

501.500

1482

1.150.867

1483

1.124.367

1484

1.003.000

1485 –1486

1.001.500

1488 –1489

1.344.333

1490

1.681.061

1491

1.619.905

1492 –1494

1.700.549

1495 –1496

1.979.119

1497

2.471.649

1498 –1499

2.471.650

1500 –1502

2.641.650

1503 –1504

2.718.230

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

AGS, EMR, leg. 68, fol. 323 y leg. 73, fol. 264 (1499); leg. 75, fol. 438 y leg. 76, fol. 413 (1500); leg. 80, fol. 358 y leg. 85, fol. 415 (1501); leg. 92, fol. 249 y leg. 93, fol. 137 (1502); leg. 94, fol. 264 (1503); leg. 97, fol. 481 y leg. 98 fol. 357 (1504). 175

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Obispado de Lugo Desde principios de los años ochenta del siglo xv, los monarcas trata­ ron de inte­grar los distintos señoríos jurisdiccionales del obispado de Lugo en un único partido fiscal, con el fin de que las alcabalas de estos señoríos pasaran a tributar a la Hacienda Regia con carácter regular. El proceso de incorporación de los señoríos lucenses a la organización tributaria de la monarquía presentaba muchas dificultades, teniendo en cuenta las distintas situaciones de dependencia señorial que coexistían en este partido fiscal a finales de los años setenta: señoríos jurisdiccionales, solariegos, abadengos y behetrías. Para lograr la integración de las rentas de los principales señoríos a la Hacienda Regia fueron dos los procedimientos puestos en marcha desde los órganos hacendísticos. En primer lugar, la recuperación directa de las rentas de los señoríos de varios linajes nobiliarios, que desde mediados del siglo xv, percibían mediante la llamada tasa de señoríos. En segundo lugar, el embargo y confiscación de bienes practicado a algunos miembros de la nobleza e hidalguía lucense, entre otros al conde de Lemos. Por el primero de estos procedimientos se recuperaban para la Corona las alcabalas de los dominios señoriales del conde de Monterrei, Sancho Sánchez de Ulloa, los del marqués de Astorga, Pedro Álvarez Osorio, y los de algunos miembros de la hidalguía lucense como Diego de Osorio o el señor de Amarante, Ruy Fernández de Noguerol. Mediante el segundo procedimiento, pasaban a tributar a la Hacienda Regia las alcabalas de los señoríos jurisdiccionales del conde de Lemos, más un conjunto de ren­ tas, pechos y derechos pertenecientes a Pedro de Bolaño, Fernán Arias de Saavedra y Mendo de la Ribera entre otros. La integración de las rentas de los señoríos lucenses a la nueva orga­ni­ zación hacendística diseñada por la monarquía tendría como consecuencia inmediata el notable incremento que experimentaron las alcabalas del obis­ pado de Lugo desde principios de los años ochenta. En este sentido, conviene advertir que la incorporación de las rentas de señorío a la Hacienda Regia se produjo de forma gradual, de manera que a medida que se fueron incorpo­ rando los señoríos, el volumen de ingresos recaudados por los órganos ha­ cendísticos en el partido fiscal de Lugo se habría ido incrementando.

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En el caso de las tierras del conde de Lemos y en relación con los bienes que formaban parte de su señorío jurisdiccional, la primera noticia que tenemos acerca de su confiscación procede de 1485, tras la negativa del conde a entregar la villa de Ponferrada a doña María de Bazán y a sus hijas. Comenzaba, de este modo, el embargo de los bienes y señoríos de don Rodrigo Enríquez Osorio con sus rentas, pechos y derechos. Entre los bienes y lugares confiscados se encontraban la villa de Sarria, Castro de Rei y Outeiro de Rei, así como un conjunto de rentas, pechos y derechos antiguos, algunos de los cuales habían sido cedidos temporalmente por el conde de Lemos a sus colaboradores. Entre éstas rentas figuraba el portaz­ go de Outeiro de Rei, cedido desde principios de los años ochenta al lucen­ se Arias da Regueira, los derechos de las escribanías de Outeiro y Castro de Rei, los portazgos del puente de Rábade y Quintela, más los 2.500 ma­ ravedís que pagaba el coto de Sabucedo a su señor, Juan de Salgado. Desde finales de los años ochenta, la Hacienda Regia arrendó las alca­ balas, pechos y derechos de los lugares confiscados con independencia de las rentas del partido fiscal de Lugo. El arrendamiento de las rentas de los lugares confiscados estaría operativo hasta 1501, fecha en la que se levan­ taba el embargo de bienes y rentas a don Rodrigo Enríquez Osorio, quien recuperaba las villas de Sarria, Outeiro de Rei y Castro de Rei con sus alca­ balas, pechos y derechos correspondientes con carácter vitalicio.176 Al margen de los señoríos jurisdiccionales del conde de Lemos, durante estos años tenemos noticia también de la incorporación a la Hacienda Real de las rentas correspondientes a determinados abadengos y behetrías, en los que el conde de Lemos actuaba como encomendero, ejerciendo su protecto­ rado sobre un conjunto más o menos amplio de vasallos. De ese modo, y tras las pesquisas realizadas por los oficiales reales, se decidía que en aquellos lugares en los que predominasen los vasallos de abadengo y behetría sobre

Las rentas de esos lugares pasaron a ser arrendadas en dos partidas diferentes de ingresos: una de ellas llamada Partido de Sarria, cuyas rentas se arrendaron entre los años 1489 y 1501; y otra que, bajo el epígrafe de lugares confiscados, incluía, como su nombre indica, los bienes confiscados a Pedro de Bolaño y algunos otros pechos y derechos anti­ guos. Las rentas de estos lugares confiscados fueron arrendadas para la Hacienda Regia durante el bienio 1500 –1501. 176

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los de condición solariega, las alcabalas debían ser entregadas a la Hacienda Regia y no al conde. Tal y como se detalla en la documentación, los lugares de abadengo y behetría en los que el de Lemos ejercía como encomendero eran los cotos de Sober, Atán, Vilar de Ortelle, O Incio, Castro de Rei y Pombeiro.177 La solución adoptada por los monarcas en 1492 de incorporar las ren­ tas de los abadengos y behetrías del conde de Lemos a la Hacienda Real provocó la resistencia inmediata del conde de Lemos. El problema debió quedar solucionado en los años inmediatamente posteriores, ya que desde 1498 en adelante, las alcabalas de los abadengos y behetrías del conde de Lemos se encabezaron junto a las de otros lugares del obispado de Lugo, permaneciendo en esta situación hasta los últimos años del reinado. En el caso de los dominios señoriales que el conde de Monterrei, San­ cho Sánchez de Ulloa, poseía en el obispado de Lugo, la integración de las alcabalas a la Hacienda Regia presentó serias dificultades. Al margen de alguna noticia aislada que registra el pago de las alcabalas de una parte de estos señoríos a mediados de los años ochenta, las tierras de Monterroso, Ulloa y Repostería no pasarían a tributar a la Hacienda Regia con carác­ ter definitivo hasta 1497, fecha en la que se acogían al encabezamiento. Finalmente, los dominios señoriales del marqués de Astorga, cuyo centro neurálgico se situaba en la villa de Chantada y su alfoz, pasarían a tributar a la Hacienda Regia con carácter regular desde 1495 en adelante. Además de las alcabalas de los señoríos de la nobleza titulada, durante estos años se incorporaron también a la Hacienda Regia los bienes y rentas de ciertos miembros de la hidalguía lucense, la mayor parte de los cuales mantenían vinculos de vasallaje con el conde de Lemos. De todos ellos, el más destacado era Pedro de Bolaño, cuyos bienes habían sido confiscados en 1486 como castigo por su adhesión al conde en el cerco de Ponferrada. Des­ de 1487 en adelante, las rentas de los lugares confiscados a Pedro de Bolaño

La documentación consultada no precisa la condición de abadengo o behetría de cada uno de esos lugares, aunque es posible que en algunos de ellos se dieran ambas si­ tuaciones de dependencia señorial. La situación se complicaba aún más al constatarse la presencia de algunos vasallos solariegos del conde de Lemos en esos lugares de abadengo o behetría. 177

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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pasaban a formar parte de los ingresos habituales de la Hacienda Regia, unas rentas que desde 1498 se arrendarían con independencia de las del partido de Lugo, formando una partida de ingresos designada en la documentación bajo el epígrafe de lugares confiscados.178 Finalmente, la documentación deja constancia también de la incorpo­ ración durante estos años de las rentas de los señoríos del titular de la casa de Amarante, Ruy Fernández de Noguerol, que se encontraban ya arrenda­ das entre los años 1484 –1487. La incorporación de las rentas de los señoríos jurisdiccionales situados en el partido fiscal de Lugo tuvo una incidencia directa sobre la evolución favorable que presentaron las rentas durante estos años. Tal y como se pone de manifiesto en la siguiente tabla 16, el valor de las alcabalas del obispado de Lugo experimentó un notable crecimiento desde los primeros años del reinado, pasando de 185.000 maravedís en los años 1479 y 1480, a 530.826 maravedís en 1483. No obstante, el momento de mayor crecimiento se re­ gistra entre los años 1488 y 1490, coincidiendo con el arrendamiento de las rentas de los lugares confiscados al conde de Lemos, las de sus abadengos y señoríos, así como un conjunto de rentas, pechos y derechos antiguos, pertenecientes a ciertos caballeros e hidalgos lucenses muy próximos al conde. Las consecuencias derivadas de la incorporación de las rentas de los señoríos lucenses a la Hacienda Regia fueron inmediatas. Precisamente entre los años 1487 y 1488, el precio de las alcabalas del obispado de Lugo llegó casi a duplicarse, pasando de los 681.500 maravedís en 1487, a un total de 1.141.296 maravedís en 1488. Desde 1490 en adelante, el valor de las alcabalas lucenses crecería de ma­ nera sostenida, alcanzando los niveles más elevados en 1497, 1.849.687 mara­ vedís, lo que se debió en parte a la incorporación de los señoríos del conde de

Como ya señalamos, desde 1498 en adelante, en el partido designado en la docu­ mentación bajo el epígrafe lugares confiscados se hallaban incluídos los lugares confis­ cados a Pedro de Bolaño —Tierra de Balboa con Torés, Ribeira de Agüeria, Fonfría con el partido de Piñeira, Val de Torés y Noceda—, con otros pechos y derechos antiguos confiscados al conde de Lemos —escribanías de los alfoces de Outeiro de Rei y Castro de Rei, los portazgos de los puentes de Rábade y Quintela—, más los 2.500 maravedís que los vecinos del coto de Sabucedo pagaban a su señor, Juan de Salgado. 178

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Monterrei en es­tos años. Los últimos años del reinado muestran, una vez más, un crecimiento sostenido de las rentas, aunque mucho más moderado que en los años anteriores. Al respecto, conviene recordar que en 1501, el conde de Lemos recuperaba las alcabalas de todos aquellos lugares que le habían sido confis­ cados a mediados de los años ochenta, si bien esto no tendría una repercusión directa en el valor global de las rentas del obispado de Lugo, ya que tanto las alcabalas de las villas de Sarria, Castro de Rei y Outeiro de Rei como las relati­ vas a los lugares confiscados a Pedro de Bolaño y otros colaboradores del conde de Lemos se arrendaron con independencia de éste partido fiscal.

Tabla 16.

Alcabalas recaudadas en el obispado de Lugo entre los años 1479 y 1504 año

maravedís

1479 –1480

185.000

1481

365.333

1482

542.834

1483

530.826

1484 –1487

681.500

1488 –1490

1.141.296

1491

1.230.196

1492 –1493

1.368.607

1494

1.369.543

1495 –1496

1.588.774

1497

1.849.687

1498 –1499

1.721.500

1500 –1504

1.821.500

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

Por otra parte, resulta evidente que, al margen de la incorporación de las rentas de señorío, uno de los factores determinantes en el crecimiento que experimentaron las rentas fue la intervención de destacadas compañías

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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de arrendatarios castellanos con amplia experiencia en el arrendamiento y gestión de las rentas reales, lo que contribuyó decisivamente en beneficio de la Hacienda Regia. Así por ejemplo, durante el bienio 1482 –1483 en el que actuaron como arrendatarios Ruy Martínez de Carballido y Fer­ nando de Carrión, sobre el precio inicial en el que el judío Rabí Simuel de Sobrado había arrendado las rentas, se sucederían varias pujas a cargo de los arrendatarios Gonzalo de Valencia, Ruy Martínez de Carballido, y del propio Rabí Simuel, más dos medias pujas de diezmo efectuadas por Rabí Samuel Aramás, vecino de Mansilla, y por el propio Ruy Martínez de Carballido, lo que situaba el valor de las alcabalas en 542.834 maravedís en 1482 y en 530.826 maravedís en 1483. Otro de los períodos especialmente prolífico en pujas durante el pro­ ceso de licitación de las rentas fue el trienio 1492 –1494, unos años en los que las rentas reales se situaron a cargo de Ruy Martínez de Carballido, que compartió el arrendamiento con Pedro Téllez de Úbeda. En esta oca­ sión, sobre el valor en que se remataron las alcabalas para el año 1491, se sucederían varias pujas: en primer lugar dos pujas de cuantía libre, la pri­ mera a cargo del toledano Luis de San Pedro y la segunda a cargo de Rabí Abraham de Sobrado. Rematadas las rentas de primer remate y concluido el plazo para efectuar las medias pujas de diezmo, se realizaban tres nuevas pujas: una primera llevada a cabo por el arrendatario gallego Ruy Martínez de Carballido, la segunda a cargo del judío Rabi Mair Melamed, y una ter­ cera realizada una vez más por el arrendatario Martínez de Carballido. Para hacernos una idea de lo que, en términos cuantitativos, podían suponer estas pujas, las cantidades pujadas con los correspondientes prometidos — cantidades que percibe el arrendatario por pujar las rentas—, ascendieron a 138.661 maravedís, que sumados a la cuantía inicial, 1.228.695 maravedís darían un precio final de 1.368.607 maravedís. Finalmente, convendría preguntarse sobre el papel que jugó el encabe­ zamiento como procedimiento recaudatorio en la evolución que presentan las alcabalas del obispado de Lugo. A partir de la información que propor­ cionan los Expedientes de Hacienda, sabemos que el encabezamiento tuvo una mayor aceptación en el obispado de Lugo, que en el resto de los parti­dos fiscales del reino de Galicia. Ahora bien, como en el resto de los partidos fiscales, la entrada en el encabezamiento de las villas y lugares del obispado

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de Lugo se produjo de manera gradual y no sin ciertas reticencias. En 1496 se encabezaba por primera vez la Tierra y alfoz de Chantada, los cotos de Luis de la Noceda, el concejo de Samos, la Tierra de Cervantes, A Baleira, Neira y Penamaior, Navia y Burón, Ulloa y Repostería, Portomarín, Outei­ ro de Rei, Meira, Benade, Pedreda, Santalla, Redor de Vila, San Cibrao de Montecubeiro, Deza y Dozón, Chapa y Borraxeiros.179 Sin embargo, desco­ nocemos el valor global que alcanzaron las alcabalas encabezadas este año, ya que la documentación proporciona únicamente la relación de lugares que aceptaron el encabezamiento, sin que permita conocer el valor en el que se encabezaron cada uno de ellos. Un año después, en 1497, además de los lugares mencionados, acepta­­­ ban el nuevo sistema de gestión de las alcabalas: el coto de San Antonio con las feligresías de Os Vi­lares y Fermosa, la Tierra de Abeancos con Fure­ los, San Salvador y San Ce­brián. Las alcabalas de estos lugares junto a las de aquellos otros que ya se encontraban encabezados sumaron un total de 760.870 maravedís.180 En el siguiente año de 1498, se encabezaron por primera vez los lugares de Parga, Páramo y Gondrame, San Breixo con San Vicenzo das Negradas y San Mamede de Nodar, las behetrías del conde de Lemos, el coto de Lea, la terraría de Bascuas, la Tierra de la Orden, Camba y Rodeiro, la Tierra y alfoz de Chantada con las feligresías y cotos de Monterroso, Burres, Breixo y Santa María de Sendelle, Ferreira de Pallarés y la Tierra de As Grobas. Las alcaba­ las de los lugares nuevamente encabezados con las de los que se mantuvieron en el encabezamiento desde 1496, sumaron un total de 1.147.856 maravedís, una cantidad muy superior a la de años anteriores, que se mantendría en cuan­ tías prácticamente idénticas en los años posteriores.181 Durante los tres años siguientes (1499–1501), el valor de las alcabalas encabezadas permanecería estable, recaudándose en cada uno de estos tres años 1.147.494 maravedís por os lugares encabezados del obispado de

AGS, EMR, leg. 60, fols. 431 y 432; leg. 61, fol. 295 (1496). AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, s. d.; y EMR, leg. 63, fol. 335 (1497). 181 AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 12, sin foliar, y EMR, leg. 64, fols. 378, 379 y 381; leg. 66, fol. 266; y leg. 27, fol. 295 (1498). 179 180

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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Lugo.182 Sin embargo, en 1502, el valor de lo encabezado descendía de ma­ nera considerable quedando fijado en un total de 181.431 maravedís. A pesar de la insistencia de los monarcas al gobernador Fernando de Vega, sobre la conveniencia de que las principales villas y lugares del obis­ pado de Lugo continuaran gestionándose mediante el encabezamiento, lo cierto es que buena parte de las villas y lugares del obispado de Lugo de­ cidían abandonar este sistema, alegando el elevado precio de las alcabalas encabezadas y las dificultades que muchas de ellas tenían para hacer frente al pago de las mismas. En 1502 eran ya muy pocos los lugares del obispado de Lugo que continuaban encabezados. Únicamente los lugares de Castelo dos Infantes, Rosende, Vilagude y Larín, las villas de Neira de Rei y Penamaior, las Tierras de Deza y Dozón, las behetrías del conde de Lemos —Sober, Atán, Vilar de Ortelle, Pombeiro, O Incio, Castro de Rei—, y el concejo de Parga, solicitaron continuar en el encabezamiento por cuatro años más (1502 –1505). Sin embargo, y pese a la fuerte caída que experimentaron las alcabalas encabezadas en 1502, en los últimos años del reinado, experimen­ taron un ligero repunte como consecuencia de la entrada de nuevas localida­ des en el encabezamiento, a las que se asignarían unos precios superiores a los de años anteriores. En 1503, se sumaban de nuevo al encabezamiento los lugares de Cha­ pa y Borraxeiros, los cotos de San Antonio con las feligresías de Os Vi­ lares y Fermosa, la Tierra de Abeancos con Furelos, San Salvador y San Cibrao, Páramo y Gondrame, San Breixo, San Vicenzo das Negradas y San Mamede de Nodar, Camba y Rodeiro, la Tierra y alfoz de Chantada con los abadengos, granjas y feligresías y los cotos de Burres, Breixo y Santa María de Sendelle. Un año después, se encabezaban los concejos de Ulloa y Repostería con sus cotos y feligresías, el coto de San Cibrao de Monte­ cubeiro y la Tierra de Reboredo.183

AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, s. d.; Expedientes de Hacienda, leg. 12, s. d.; EMR, leg. 68, fol. 318 y leg. 73, fol. 267 (1499); leg. 75, fol. 443 y leg. 76, fol. 421 (1500); leg. 80, fol. 362 y leg. 82, fol. 179 (1501). 183 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar, Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar; EMR, leg. 85, fol. 410 (1502); leg. 93, fol. 142; leg. 94, fol. 269 y leg. 96, fol. 388 (1503); leg. 97, fols. 487 y 488; leg. 98, fols. 358 y 359 (1504). 182

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Obispado de Mondoñedo Al igual que en otros partidos fiscales, la integración de las rentas de los distintos señoríos —laicos y eclesiásticos— a la Hacienda Regia tuvo lugar a principios de los años ochenta del siglo xv. En el obispado de Mondoñe­ do, la Corona no encontró grandes dificultades para incorporar las rentas de pequeños dominios señoriales, muchos de ellos pertenecientes a hidalgos o caballeros que ejercían como encomenderos en el señorío de la Iglesia mindoniense. Durante los siglos bajomedievales, la presencia nobiliaria en el obispado de Mondoñedo fue muy limitada como consecuencia del fuerte predominio ejercido por el señorío episcopal, que dificultó de manera con­ siderable la expansión del señorío laico. Como consecuencia de ello, por encima de la nobleza titulada, en el obispado de Mondoñedo adquirían un notable protagonismo pequeños señoríos de hidalgos y caballeros en cons­ tante pugna con las tierras de señorío episcopal. La incorporación a la Hacienda Regia de las rentas de estos pequeños señoríos localizados en el obispado de Mondoñedo tendría lugar en 1482, fecha en la que con toda seguridad se encontraban ya tributando al fisco regio. A partir de esta fecha tributaban con carácter regular a la Hacienda Regia las alcabalas de la ciudad de Villamayor de Mondoñedo con su obis­ palía, las de Castro de Rei y su alfoz, pertenecientes al conde de Lemos, con los cotos y feligresías de Ribademiño, las de los cotos y feligresías de Pedro Pardo de Cela y Pedro de Miranda, las de las feligresías que habían sido otorgadas a Alonso Pérez de Vivero, vizconde de Altamira, y las de la villa de Santa Marta y su tierra con Mañón.184 Por lo que se refiere a las alcabalas de Castro de Rei, territorio pertene­ ciente al conde de Lemos, don Rodrigo Osorio, sabemos que la villa había sido confiscada junto a las de Sarria y Outeiro de Rei a mediados de los años ochenta, si bien las alcabalas ya se hallaban tributando a la Hacienda Regia en 1482 tal y como se constata en la documentación. No obstante, al igual que había sucedido con los dominios señoriales y las rentas anejas que poseía en los obispados de Lugo y Ourense, el conde de Lemos recuperaba

184

AGS, EMR, leg. 33, f. 52.

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las alcabalas de Castro de Rei en 1501, cuando sus bienes y rentas eran des­ embargados tras los acuerdos matrimoniales establecidos entre su hija y don Dinís de Portugal. Además de las alcabalas de la villa de Castro de Rei del conde de Le­ mos, en 1482 pasaban a tributar a la Hacienda Regia las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de Santa Marta de Ortigueira, señorío de los Sarmiento de Ribadavia, que procuraban unos niveles de rentas muy notables como consecuencia de la posición estratégica que tenía la villa y de la actividad comercial que se desarrollaba a través de su puerto, que además contaba con alfolí propio. Desde mediados del siglo xv, la villa de Santa Marta había perteneci­ do a los Sarmiento, como consecuencia del intercambio que, en 1440, ha­ bía efectuado Diego Pérez de Sarmiento de su villa y fortaleza de Tariego con Pedro de Acuña, guarda real, a cambio de la entrega, por parte de este último, de la villa de Santa Marta de Ortigueira al primero.185 En 1476, la villa de Santa Marta de Ortigueira y su condado se encontraban bajo la titu­ laridad de don Francisco de Sarmiento, en virtud de un acuerdo establecido con su tío, el conde de Ribadavia, don Bernardino Pérez Sarmiento.186 Durante la segunda mitad del siglo hasta principios de los años ochenta, los condes de Santa Marta percibieron las alcabalas, diezmos de la mar y al­ folíes de la villa de Santa Marta y su alfoz. Particularmente, los diezmos de la mar y alfolíes estuvieron tasados desde 1455 en adelante en 20.000 mara­ vedís, y todavía en los años 1477 y 1478 hay constancia en la documentación de que don Francisco de Sarmiento percibía las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Santa Marta y su condado. La definitiva incorporación de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Santa Marta de Ortigueira a la Corona a principios de los años ochenta, supuso un incremento muy significativo en el valor global de las ren­tas del condado. En 1480 las rentas del condado de Santa Marta se arren­ daban en 71.000 maravedís, y un año después, alcanzaban ya los 83.000 maravedís, lo que pone de manifiesto que el valor real de las rentas que ge­

185 186

José García Oro, La nobleza gallega..., op. cit., pág. 86. Ibid.

170

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neraba el con­dado era verdaderamente muy superior al que durante años le había sido asignado mediante la llamada tasa de señoríos.187 En relación con los señoríos de la nobleza titulada en el obispado de Mondoñedo se debe tener en cuenta también el caso del II vizconde de Al­ tamira, Alonso Pérez de Vivero, al que le habían sido entregadas las rentas de ciertas feligresías, seguramente pertenecientes al señorío eclesiástico, cuyas alcabalas pasaban a tributar al fisco regio en 1482. La documentación hacendística no deja constancia de cuáles eran estas feligresías ni la fecha en las que el vizconde las recibió, pero es posible que pudiera tratarse de las feligresías de Galdo, Xuances, Santo Estevo do Vale, San Miguel das Negradas, As Ribeiras de Sor, situadas todas ellas muy pró­ ximas a la villa de Viveiro, sobre todo teniendo en cuenta que su antecesor el contador mayor de Juan II, Alonso Pérez de Vivero, había obtenido la jurisdicción de las mismas a partir de la permuta efectuada en 1435 con el obispo de Mondoñedo, don Pedro Enríquez de Castro, quien a partir de ese momento había pasado a percibir los 5.000 maravedís de juro de heredad pertenecientes al contador en las alcabalas de Mondoñedo.188 Al comenzar el reinado de los Reyes Católicos, ocupaba la titularidad del señorío de la villa de Viveiro el II vizconde de Altamira, Alonso Pérez de Vivero, titular de las feligresías arriba mencionadas, las cuales había he­ redado de su abuelo el contador mayor y homónimo, Alonso Pérez de Vive­ ro, así como de numerosos juros de heredad que había recibido de su padre, el I vizconde de Altamira, Juan de Vivero. Durante estos años, el vizconde Alonso Pérez de Vivero era titular de un total de 450.000 maravedís de los que Enrique IV había hecho merced a su padre como compensación por la pérdida de la villa de Viveiro, que por estos años había tomado el mariscal Pedro Pardo de Cela, una cantidad a la que se añadían 934 quintales de aceite, a percibir sobre los diezmos de la ciudad de Sevilla.189

AGS, EMR, leg 29, fol. 108. Enrique Cal Pardo, «Juan II, Alonso Pérez de Viveiro y el señorío de Galdo», Com­ postellanum, 26, 1– 4 (1981), págs. 40 – 41. 189 AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 93, fol. 26. Carta de Privilegio otorgada por Enrique IV al primer vizconde de Altamira (29 de marzo de 1465). 187 188

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En 1477, cuando los reyes manifestaron su intención de que la villa de Viveiro adquiriera la condición de realenga con carácter definitivo, ofre­ cían al Vizconde de Altamira en compensación la confirmación de todos sus privilegios, comenzando por los 450.000 maravedís de juro de heredad de los que era titular en las rentas de los partidos de Valladolid, Sevilla, Jerez, Campos, Merindades y Galicia. Sin embargo, poco después, en las Cortes de Toledo de 1480, los monarcas ordenaban la reducción de los ju­ ros de heredad de los que era titular el vizconde en un total del 66,6% de su valor, al tiempo que se decretaba el embargo y confiscación de sus bienes como castigo por el apoyo prestado por el vizconde a la causa portuguesa en la Guerra Civil. Tres años después y ante las insistentes súplicas del II vizconde de Al­ tamira, Alonso Pérez de Vivero, a los monarcas solicitando la recuperación de sus bienes, los reyes ordenaban al gobernador Fernando de Acuña el le­ vantamiento del embargo y la devolución de todas las rentas, pechos y dere­ chos que le hubieran pertenecido hasta la fecha. Desconocemos con exacti­ tud cuales fueron las rentas que en 1483 recuperó el II vizconde de Altamira, aunque es posible que se tratara de los diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Viveiro que había recibido en herencia de su padre y de su abuelo, el con­ tador mayor, pero en ningún caso las alcabalas de la villa y sus tierras, que desde el año 1482 habían quedado integradas con carácter definitivo en el obispado de Mondoñedo, sin posibilidad de poder ser recuperadas de nuevo por el vizconde. Como señalábamos anteriormente, junto a las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos pertenecientes a la nobleza titulada, desde prin­ cipios de los años ochenta en el partido fiscal de Mondoñedo pasaron a tri­ butar una serie de feligresías en las que determinados hidalgos y caballeros ejercían como encomenderos. El caso más relevante es el del mariscal Pedro Pardo de Cela, que ejercía el control de ciertas feligresías pertenecientes al señorío episcopal desde mediados de los años sesenta. La documentación ha­ cendística no precisa la identidad de estas feligresías cuyas alcabalas fueron embargadas al mariscal a partir de 1480. Sin embargo, parece muy posible que se tratase de aquellas en las que el mariscal percibía los juros de heredad que había obtenido por merced de Enrique IV, pues según consta en la docu­ mentación Pedro Pardo de Cela percibía esta cantidad en las alcabalas de la

172

Amparo Rubio Martínez

propia ciudad de Mondoñedo y en las de ciertos lugares, cotos y feligresías de su obispado.190 Finalmente, no podemos dejar de mencionar las rentas de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes del condado de Ribadeo, que permanecieron al margen de los ingresos de la Hacienda Regia durante todo el reinado de los Reyes Católicos. El título de conde de Ribadeo había sido otorgado por el rey

AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 11, fol. 152 y leg. 91, fols. 56 y 70. Sobre los juros de heredad de los que era titular el mariscal Pedro Pardo de Cela tenemos noticia en primer lugar de un juro de 40.000 maravedís situado sobre las alcabalas de la ciudad de Mondoñedo y su obispado, que había sido concedido por merced de Enrique IV el 17 de mayo de 1466, como retribución por su aporte de veinte lanzas al servicio de la monarquía. Esos 40.000 maravedís de juro estaban distribuidos entre las feligresías de Bares (3.000 maravedís), Grallal y Suegos (1.000 maravedís), Landrove (2.000 maravedís), A Mariña de Viveiro (5.000 maravedís), Calendario de Nois (2.000 maravedís), San Martiño de Mon­ doñedo (8.000 maravedís), A Mariña de San Cosme (2.000 maravedís), Cabarcos (2.000 maravedís), abadía de Vilanova de Lourenzá (5.000 maravedís), O Valadouro y A Terra Chá (3.000 maravedís), Alfoz de Valadouro (3.500 maravedís) y Costas de Montes (3.500 maravedís). Además de estos 40.000 maravedís de juro de heredad, el mariscal disponía de otros 50.000 maravedís de juro de heredad que había obtenido por merced de Enrique IV a partir de la renunciación que había efectuado en su favor el I vizconde de Altamira, Juan de Vivero, quien a su vez, los había obtenido de su hermano Gil de Vivero. Esos 50.000 maravedís estaban situados en las feligresías de Bares y Mogor (2.000 marave­ dís), Calendarios de San Cibrao y Portocelo (2.000 maravedís), Calendario de Nois (1.000 maravedís), San Martiño de Mondoñedo y sus cotos (3.000 maravedís), A Mariña de San Cosme (1.000 maravedís), Vilanova de Lourenzá (2.000 maravedís), O Val de Lourenzá (3.000 maravedís), las alcabalas da Terra Chá do Valadouro (2.000 maravedís), Alfoz de Valadouro (2.000 maravedís), Ribeira de Sande con Trabada (3.000 maravedís), Riotorto (1.000 maravedís), Bretoña (2.000 maravedís), Reigosa y A Guarda (1.000 maravedís), alcabalas de los menudos de los cilleiros y aman (sic) de Vaamonde (4.000 maravedís), fe­ ligresía de Magazos (1.500 maravedís), San Pedro de Viveiro (2.500 maravedís), Valcarria (1.000 maravedís), Dehabia (3.000 maravedís), Santo André de Boimente (500 maravedís), feligresías de Miño­tos (500 maravedís), feligresías de Ourol (1.000 maravedís), Santa Baia (800 maravedís), Borra, Chaas y Laurada (300 maravedís), San Martín de Souto y Malloo (1.000 maravedís), Brabos y Pousadoiro (1.000 maravedís), San Pantaio y Varrosa (800 maravedís), Cabanas (400 maravedís), alcabalas de la colación de Crexemill (700 marave­ dís), alcabalas de la Ponte Landrove (300 maravedís), alcabalas del pescado de la villa de Viveiro y porto Çillero (5.000 maravedís), feligresías de Bieito (400 maravedís), Lagestosa (200 maravedís), Forneiros y Castañeiras (200 maravedís). 190

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

173

Juan II en el año 1431 a Rodrigo de Villandrando como compensación por los servicios prestados a la Corona durante la Guerra Castellano–Aragonesa. La concesión del condado y del señorío a Rodrigo de Villandrando llevó apare­ jada la adjudicación de las alcabalas del teritorio del condado, que el conde percibiría en lo sucesivo, pero no las de sus diezmos de la mar y alfolíes que continuó recaudando la Hacienda Regia durante estos años.191 Ocho años después de la recepción del señorío, el 5 de septiembre de 1439, el conde de Ribadeo obtenía por merced real las rentas del alfolí, una merced que sería confirmada el 4 de marzo de 1442.192 De este modo, desde 1439 en adelante y durante todo el siglo xv, Rodrigo de Villandrando, prime­ ro, y su sucesor Pedro de Villandrando, después, percibirían las alca­balas y al­ folíes de la villa de Ribadeo, unas rentas a las que se añadirían pos­teriormente las de la villa de Navia, adquirida por don Rodrigo en 1447. Por el contrario, los diezmos de la mar, arrendados para la Hacienda Regia desde 1428 en adelante, escaparon al control del conde al menos durante los reinados de Juan II y Enrique IV, si bien en el reinado de los Reyes Católicos ya tenemos documentada su percepción por parte de don Pedro de Villandrando.193 Toda­ vía en los años 1496–1498, el conde de Ribadeo continuaba perci­biendo las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de las villas de Ribadeo y Navia. Pre­ cisamente el 21 de diciembre de 1498, los monarcas reconocían su derecho a percibir las alcabalas de estos lugares con sus tierras y jurisdicciones desde enero de 1496 hasta diciembre de 1498. Por su parte, el II conde de Ribadeo,

191 AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 120, fol. 93. Así consta en el traslado de un Privile­ gio de Juán II a Rodrigo de Villandrando, mediante el cual le cedía la villa de Ribadeo y sus aldeas con las alcabalas y el título del condado (Zamora, 22 de diciembre de 1431), siendo confirmado posteriormente por los Reyes Católicos (Valencia, 20 de marzo de 1488). 192 José Manuel Calderón Ortega, «La formación del señorío castellano y el mayo­ razgo de Rodrigo de Villandrando, conde de Ribadeo (1439 –1448)», Anuario de Estudios Medievales, 16 (1986), págs. 421– 447, aquí pág. 433. 193 La documentación relativa al arrendamiento de los diezmos de la mar y alfolies del Reino de Galicia durante el reinado de Enrique IV no excluye en ningún caso la renta de los diezmos de la mar de Ribadeo y Navia, de lo que se puede deducir que durante todo el reinado de Enrique IV (1454 –1474) continuaron formando parte de los ingresos habituales de la Hacienda Regia.

174

Amparo Rubio Martínez

Pedro de Villandrando, liquidaba todas las deudas que la mo­narquía tenía contraídas con él en concepto de sueldos y acostamientos, así como por la tenencia de Marbella hasta el mes de diciembre de 1498.194 En líneas generales, es posible afirmar que la política que los Reyes Ca­ tólicos llevaron a cabo con el conde de Ribadeo fue bastante excepcional, como lo había sido el trato de favor que los monarcas habían dispensado al arzobispo Alonso de Fonseca II, al que autorizaron a recaudar, desde 1486 en adelante, las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago a perpetuidad, o al mismo conde de Lemos, al que los reyes permitieron re­ caudar las alcabalas de sus dominios señoriales con carácter vitalicio desde 1501 en adelante. Una vez más se pone de manifiesto el trato especialmente favorable que los monarcas dispensaron a determinados sujetos con mayor influencia o pe­ so político en el reino. En muchos casos se trató de miembros de la noble­za o titulares de las principales diócesis del reino, con los que era preciso contar en todo momento, sobre todo por el apoyo económico que prestaban a la Co­ rona en momentos decisivos. En el caso del II conde de Ribadeo, Pedro de Villandrando, sabemos que desde los primeros años del reinado de los Reyes Católicos, había ocupado puestos de especial relevancia en la Corte y poseía un extenso señorío en la villa de Valladolid y su infantado, al que habría que añadir desde 1480 en adelante, el desempeño del cargo de regidor en la villa y su contribución decisiva en la Guerra de Granada. Todo esto constituyó un motivo suficiente para que los monarcas, no sólo autorizaran al conde a percibir las rentas de sus villas de Ribadeo y Navia, sino que además le con­ cedieran nuevas exenciones y privilegios fiscales. Como resulta evidente, la temprana incorporación de las rentas de se­ ñorío a la Hacienda Regia en el obispado de Mondoñedo, tuvo como conse­ cuencia inmediata un crecimiento muy significativo en el valor de las rentas desde los primeros años del reinado, si bien se trató de un crecimiento mu­ cho más moderado que en otros partidos fiscales, teniendo en cuenta que las rentas de las principales villas que producían mayores volúmenes de ingresos, o bien se hallaban enajenadas en manos de la nobleza —Ribadeo

194

AGS, EMR, leg. 60, fol. 243; leg. 64, fol. 362; leg. 67, fols. 32 – 35.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

175

y Navia—, o bien se arrendaban por separado como era el caso de Viveiro desde 1480. De este modo, las rentas que pasaron a formar parte del con­ junto de ingresos que la Hacienda Regia recaudaba de forma habitual desde 1480 en adelante, eran además de las de Castro de Rei y Santa Marta de Ortigueira, las de pequeños señoríos de titularidad eclesiástica que fueron ocupados en muchos casos por la fuerza de ciertos hidalgos o caballeros que cobraban sus rentas. Por lo tanto, el incremento en el valor de las rentas de Mondoñedo en los primeros años fue muy moderado, si bien a lo largo de todo el reinado se puede observar una tendencia favorable en su cuantía. Así por ejemplo, entre los años 1481 y 1482 se aprecia ya un crecimiento significativo al pasar de 310.000 maravedís en 1481 a 352.028 maravedís en el año siguiente. A partir de ahí, el valor de las rentas continuaría en ascenso con periodos de mayor crecimiento, concentrados en su mayor parte durante la década de los años noventa. Entre los años 1491 y 1492, el valor de las rentas se incre­ mentó exactamente en 173.338 maravedís, lo que suponía un incremento del 28,35% de su valor. Y, una vez más, otro de los periodos en los que se obser­ va un crecimiento más destacado es el trienio 1495 –1497, coincidiendo con la entrada de financieros castellanos en el arrendamiento de las rentas reales del obispado de Mondoñedo. Durante esos tres años, las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de Mondoñedo se situaron en 855.584 maravedís. Tras un ligero descenso en los años 1498 y 1499, se recuperaban de nuevo en los primeros años del siglo xvi, situándose en 810.750 maravedís en cada uno de los años del período 1500 –1504. Resulta obvio que, al igual que acontecía en el resto de partidos fisca­ les, el crecimiento que experimentaron las rentas en ciertos periodos de­ pendió también de las pujas que efectuaron determinados financieros en los estrados de rentas. Así por ejemplo, en 1482, tras haber sido rematadas las rentas de todo remate por el arrendatario gallego Ruy Martínez de Car­ ballido, se sucedían tres medias pujas de diezmo, dos de ellas a cargo del judío Rabí Simuel Aramás y la tercera a cargo del propio Carballido, que le permitiría hacerse definitivamente con el control de las rentas en unos 352.028 maravedís para los años 1482 y 1483. Otro de los periodos de arrendamiento en el que se sucedieron varias pujas que elevaron considerablemente el valor de las rentas fue el cuatrie­

176

Amparo Rubio Martínez

nio 1491–1494, coincidiendo con la receptoría y pagaduría general de Luis de Alcalá y Rabí Mair Melamed en la Corona de Castilla. En esa ocasión, Rabí Mair Melamed llevó a cabo el arrendamiento, estableciendo un precio de salida para las rentas de esos cuatro años de 560.746 maravedís anuales, un precio sobre el que se sucederían varias pujas, la primera a cargo de Juan de Torralba, vecino de Carrión, que pujaba 50.000 maravedís sobre el precio anual de las rentas, situando su valor en 611.496 maravedís una cantidad en la que finalmente serían rematadas para el año 1491. Rematadas las rentas de primer remate en Juan de Torralba, se sucedían dos nuevas pujas: la primera de ellas efectuada por Luis de San Pedro, veci­ no de Toledo, que pujaba 80.000 maravedís sobre el valor de las rentas de los años 1492 –1494, y la segunda a cargo de Pedro García de Dueñas, vecino de Villadiego, quien finalmente conseguía hacerse con el arrendamiento en un precio final de 784.834 maravedís. Rematadas las rentas de todo rema­ te, Pedro García de Dueñas se asociaba con el madrileño Juan Ramírez de Herrera, con quien se encargaría de entregar las fianzas oportunas y cerrar el proceso para proceder a la recaudación. Sin embargo, todo parece indicar que García de Dueñas y Ramírez de Herrera no afianzaron las rentas de los dos últimos años del periodo, ya que finalmente las rentas de los años 1493 y 1494 quedaban en manos del arrendatario Diego Gómez de Benavente, vecino de Carrión, que las arrendaba en 787.416 maravedís anuales.195

AGS, EMR, leg. 20, fols. 78 y 79 (1475); leg. 21, fols. 66 y 67 (1476); leg. 22, fols. 67 y 68 (1477 y 1478); leg. 38, fol. 7 (1479); leg. 29, fol. 55 y leg. 31, fol. 158 (1481); leg. 32, fols. 58, 70, 71 y 154, y leg. 33, fol. 52 (1482); leg. 35, fol. 83; leg. 37, fols. 182 y 183; leg. 40, sin foliar y leg. 41, fol. 123 (1483); leg. 36, fol. 44 r.; leg. 38, fols. 116 y 117; leg. 40, sin foliar (1484); leg. 36, fol. 44 r.; leg. 39, fols. 114, 357 y 358, y leg. 41, fol. 124 (1485); leg. 41, fol. 125; leg. 42, fol. 121 y leg 43, fol. 110 (1486); leg. 44, fols. 168 y 169; leg. 45, fol. 141; leg. 47, fol. 141; leg. 48, fol. 116 y leg. 49, fols. 182, 183 y 184 (1488); leg. 50 fols. 69, 491 y 493, y leg. 51 fol. 53 (1491); leg. 50, fol. 497; leg. 51, fols. 133 y 134 (1492); leg. 52 –I, fols. 167 y 168; leg 52 –II, fols. 141 y 142 (1493); leg. 53, fols. 189 y 190; leg. 54, fols. 108 y 109, y leg. 55, fols. 314 y 315 (1494); leg. 57, fol. 521; leg. 58, fols. 263 y 266; leg. 59, fols. 376 y 380; leg. 61, fol. 305 (1495); leg. 60, fols. 436 y 437; leg. 61, fols. 302, 303 y 305 (1496); leg. 62 –I, fol. 352, y leg. 63, fol. 343 (1497); leg. 64, fols. 382, 383 y 384; leg. 65, fols. 241 y 243; leg. 66, fols. 252 y 253; leg. 67, fols. 298 y 299, y leg. 69, fol. 215 (1498); leg. 69, fols. 216 y 218; leg. 71, fol 113; leg. 73, fols. 269 195

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

177

Tabla 17.

Alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el obispado de M ondoñedo entre los años 1481 y 1504 año

maravedís

1481

310.000

1482 –1483

352.028

1484

441.500

1485 –1486

440.750

1488

513.000

1489

513.250

1490

513.000

1491

611.496

1492

784.834

1493 –1494

787.416

1495 –1497

855.584

1498 –1499

780.750

1500 –1504

810.750

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

Finalmente, es preciso señalar que el encabezamiento como sistema de gestión de las alcabalas en el obispado de Mondoñedo tuvo una incidencia menor y más tardía que en otros partidos fiscales. La primera noticia con la que contamos sobre la entrada de ciertas localidades mindonienses en el encabezamiento data de 1498, fecha en la que fueron encabezados los concejos de la merindad de San Cosme, la ciudad de Vilamaior de Mondo­ ñedo y la feligresía de San Martín de Trabada. Las alcabalas de esos lugares

y 270, y leg. 93, fol 144 (1499); leg. 74, fol. 149 y 150; leg. 75, fols. 447 y 449; leg. 76, fols. 423 y 424; leg. 81, fol. 206 (1500); leg. 80, fol. 366, y leg. 83, fol. 137 (1501); leg. 87, fol. 132; leg. 89, fols. 245 y 247, y leg. 93, fols. 145 y 147 (1502); leg. 92, fol. 234; leg. 93, fol. 146; leg. 94, fols. 272, 273 y 274 (1503); leg. 96, fol. 399; leg. 97, fols. 489 y 490, y leg. 98, fols. 366 y 367 (1504).

178

Amparo Rubio Martínez

continuaron encabezadas en los años 1499, 1500 y 1501. Sin embargo, la ausencia de datos a partir de 1502 nos hace pensar que tal vez algunas de estas localidades habrían abandonado el encabezamiento, siguiendo la mis­ ma dinámica que otros partidos fiscales. No obstante, tenemos constancia de que finalmente en 1502, la ciudad de Vilamaior de Mondoñedo solicitaba prolongar el encabezamiento por otros cuatro años (1502 –1505), y un año después la villa de Santa Marta y sus feligresías aceptaban el encabezamiento, encabezándose en un total de 154.320 maravedís para cada uno de los años del cuatrienio.196 A modo de conclusión de este párrafo se ofrecen a continuación las ta­ blas 18, 19 y 20, en las que se recogen los principales datos económicos de la evolución de las alcabalas y de las rentas reales ordinarias en los cuatro partidos fiscales del Antiguo Reino de Galicia, entre los años 1429 y 1504.

Tabla 18.

Alcabalas recaudadas en el Reino de Galicia entre los años 1429 y 1454, expresadas en reales año

Santiago y Tui

Ourense

Lugo

Mondoñedo

total

1429

141.600



17.495

35.950

195.045

1430

131.880



31.882

42.965

206.727

1431

135.063



31.882

42.965

209.910

1437



72.890

35.199

52.471

160.560

1438



77.178

37.270

55.558

170.006

1439

171.815

77.178

37.270

55.558

341.821

1440

154.065

65.601

31.679

47.224

298.569

1441

154.065

65.601

31.679

47.224

298.569

1442

192.581

82.002

39.599

59.030

373.212

AGS, EMR, leg. 64, fol. 383; leg. 66, fol. 256; leg. 67, fol. 300 (1498); leg. 68, fol. 319, y leg. 73, fol. 271 (1499); leg. 75, fol. 448, y leg. 76, fol. 425 (1500); leg. 80, fol. 366, y leg. 86, fol. 199 (1501); leg. 92, fol. 233; leg. 93, fols. 151, 153; leg. 94, fols. 275 y 276 (1503); leg. 97, fol. 491, y leg. 98, fol. 365 (1504). 196

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 18.

Alcabalas recaudadas en el Reino de Galicia 1429 y 1454, expresadas en reales

entre los años

(continuación)

año

Santiago y Tui

Ourense

Lugo

Mondoñedo

total

1443

192.581

82.002

39.599

59.030

373.212

1444

220.802

87.627

46.787

60.843

416.059

1445

220.802

87.627

46.787

60.843

416.059

1451

145.002

21.750





166.752

1452

145.002

21.750





166.752

1453

157.181

16.687

23.750

65.375

262.993

1454

157.181

16.500

23.750

65.375

262.806

Fuente: AGS, EMR, legs. 1–4.

Tabla 19.

Alcabalas recaudadas en parte del Reino de Galicia entre los años 1455 y 1468, expresadas en reales año

Santiago y Tui

Ourense

total

1455

79.728

15.669

95.397

1456

79.728

15.669

95.397

1457

79.728

15.669

95.397

1458

79.728

15.669

95.397

1459

82.715

19.601

102.316

1460

80.215

19.601

99.816

1461

64.172

15.681

79.853

1462

80.215

19.601

99.816

1463

71.750

19.601

91.351

1464

71.750

19.601

91.351

1465

57.400

15.681

73.081

1466

49.245

15.000

64.245

1467



15.681

15.681

179

180

Amparo Rubio Martínez

Tabla 19.

Alcabalas recaudadas en parte del Reino de Galicia entre los años 1455 y 1468, expresadas en reales (continuación)

año

Santiago y Tui

Ourense

total

1468



36.920

36.920

Fuente: AGS, EMR, leg. 5–18–II.

Tabla 20.

Rentas reales ordinarias recaudadas en el Reino de Galicia entre los años 1480 y 1504, expresadas en maravedís año

Santiago y Tui

Ourense

Lugo

1480

3.198.750



185.000

Mondoñedo —

total

3.383.750

1481

3.355.000

501.500

365.333

310.000

4.531.833

1482

4.436.000

1.150.867

542.834

352.028

6.481.729

1483

4.669.797

1.124.367

530.826

352.028

6.677.018

1484

4.625.518

1.003.000

681.500

441.500

6.751.518

1485

4.625.518

1.001.500

681.500

440.750

6.749.268

1486

4.625.518

1.001.500

681.500

440.750

6.749.268

1487

4.625.518



681.500



5.307.018

1488

5.106.804

1.344.333

1.141.296

513.000

8.105.433

1489

5.556.772

1.344.333

1.141.296

513.250

8.555.651

1490

6.945.060

1.681.061

1.141.296

513.000

10.280.417

1491

5.869.281

1.619.905

1.230.196

611.496

9.330.878

1492

6.707.500

1.700.549

1.368.607

784.834

10.561.490

1493

6.706.000

1.700.549

1.368.607

787.416

10.562.572

1494

6.706.000

1.700.549

1.369.543

787.416

10.563.508

1495

8.357.500

1.979.119

1.588.774

855.584

12.780.977

1496

8.357.500

1.979.119

1.588.774

855.584

12.780.977

1497

8.357.500

2.471.649

1.849.687

855.584

13.534.420

1498

9.258.856

2.471.650

1.721.500

780.750

14.232.756

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 20.

Rentas reales ordinarias recaudadas en el Reino de Galicia entre los años 1480 y 1504, expresadas en maravedís (continuación)

Santiago y Tui

Ourense

Lugo

Mondoñedo

total

1499

9.263.115

2.471.650

1.721.500

780.750

14.237.015

1500

9.263.114

2.641.650

1.821.500

810.750

14.537.014

año

1501

11.159.200

2.641.650

1.821.500

810.750

16.433.100

1502

10.384.000

2.641.650

1.821.500

810.750

15.657.900

1503

10.384.000

2.718.230

1.821.500

810.750

15.734.480

1504

10.384.000

2.718.230

1.821.500

810.750

15.734.480

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

181

La percepción de las rentas reales por la Iglesia compostelana a finales del siglo xv: la Mesa arzobispal y el Cabildo catedralicio

A

finales del siglo xv, la Mesa arzobispal compostelana y el Cabildo catedralicio percibían una parte considerable de las rentas ordina­ rias —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes— que la Hacienda Real recaudaba en la llamada Tierra de Santiago. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el volumen de rentas de los tributos ordinarios perte­ necientes a la Hacienda Regia que ingresaba una y otra institución variaba sustancialmente, no sólo porque la Mesa arzobispal contaba con una parti­ ci­pación muy superior al Cabildo catedralicio en las rentas de la Corona a partir de los ya conocidos juros de heredad, sino porque además contaba con antiguos privilegios que la facultaban para recaudar una parte de las rentas reales ordinarias en la Tierra de Santiago. Entre éstas últimas, el pre­la­do compostelano recaudaba las alcabalas de los lugares realengos —re­guen­ gos— desde tiempo inmemorial, más la mitad de los diezmos de la mar de los puertos de la Tierra de Santiago, en virtud de un antiguo Privilegio que Fernando IV había otorgado a la Iglesia compostelana en 1304. A todo ello se venía a añadir la concesión en esta misma fecha de la mitad de los servicios extraordinarios que pertenecían a la Hacienda Real en la Tierra de Santiago, lo que daría lugar, tras un largo proceso de apropiación y seño­ rialización por parte de las autoridades arzobispales, a un tributo de carácter eminentemente señorial, que la Hacienda Arzobispal compostelana recau­ daba con periodicidad anual a finales del siglo xv. Durante los siglos xiv y

184

Amparo Rubio Martínez

xv,

los Privilegios mencionados concedidos a la Hacienda Arzobispal com­ postelana en 1304 obtendrían la confirmación y ratificación de los sucesivos monarcas. Concretamente, los Reyes Católicos los confirmaban a mediados de los años ochenta, adquiriendo muchos de ellos la condición de vitalicios como era el caso de las alcabalas de los lugares reguengos, que percibiría el arzobispo de Santiago desde 1486 en adelante, en tanto que durara su condición de prelado de la sede compostelana. La confirmación de todos estos Privilegios a la Hacienda Arzobispal compostelana durante los siglos xiv y xv permitiría a ésta contar con im­ portantes sumas de maravedís que dedicaría a gastos de diversa na turaleza: mantenimiento de su propia administración, defensa del territorio, etc., y al mismo tiempo dejaba al Cabildo catedralicio en una posición un tanto secundaria en lo que a la percepción de las rentas reales se refiere, al contar únicamente con algunos juros de heredad. Precisamente el hecho de contar con un nivel de participación en las rentas reales mucho más limitado, llevó al Cabildo a intensificar la explotación del territorio a través de las dife­ rentes unidades de explotación agraria —tenencias—, mediante las cuales gestionaba su patrimonio rústico.

El arzobispo de Santiago y la Mesa arzobispal compostelana Alcabalas y servicios Entre los impuestos que recaudaba la Hacienda Arzobispal composte­ lana a finales del siglo xv en la Tierra de Santiago destaca, en primer lugar, el servicio arzobispal que, durante estos años, se repartía con periodicidad anual en el señorío de la Tierra de Santiago. El origen de la percepción del servicio arzobispal se remonta a la segunda mitad del siglo xiii, cuando los monarcas castellanos concedieron a los obispos una parte de los impuestos extraordinarios como las tercias reales o las décimas a recaudar sobre sus diócesis. Este tipo de concesiones, que comenzaron a ser habituales desde el último cuarto del siglo xiii, se manifiestan en el caso de la diócesis com­ postelana en la cesión de una parte del servicio extraordinario a la Mesa arzobispal compostelana.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

185

Al respecto, el profesor Nieto Soria señala como, entre los años 1288 y 1291, el episcopado castellano–leonés había hecho entrega a la monarquía de 1.400.000 maravedís en tributaciones extraordinarias, lo que a la larga supondría un notable beneficio económico para las diócesis castellanas, que a cambio recibían el derecho a percibir una parte de los servicios extraor­ dinarios que recaudaba la Hacienda Regia. En el caso del arzobispado de Santiago, sabemos que en compensación a la buena disposición mostrada por el prelado compostelano durante las Cortes de Haro, el monarca le con­ cedió 20.000 maravedís a percibir sobre cada uno de los diez servicios que fueron votados en aquellas Cortes. Pero además de la cantidad mencionada, el prelado compostelano obtendría otro tipo de compensación económica por parte de la Corona, que consistía en el derecho a percibir la mitad del montante de los servicios extraordinarios que fueran recaudados en su ju­ risdicción.197 Este Privilegio, que tenía lugar en 1286, sería confirmado por los sucesivos monarcas en años posteriores.198 Con posterioridad a esta fecha, en 1304, Fernando IV concedía al prela­ do compostelano la mitad de las monedas y servicios con los que los ve­cinos de la Tierra de Santiago debían contribuir al fisco regio. Indudablemen­te, esta concesión suponía la percepción, por parte de la Mesa arzobispal, de la mitad de los servicios extraordinarios que la Hacienda Regia recaudaba en la Tierra de Santiago, convirtiéndose algunos años después, en una fuen­ te de ingresos habitual para la Hacienda Arzobispal. De este modo, desde

José Manuel Nieto Soria, Iglesia y poder real en Castilla. El episcopado (1250 – 1350), Madrid, 1988, pág. 135, citado por Marta González Vázquez, El arzobispo de San­ tiago: una instancia de poder en la Edad Media (1150 –1400), Sada, Ediciós do Castro, Publicacións do Semina­rio de Estudos Galegos, Colección Galicia Medieval. Estudios, 1, 1996, pág. 242. 198 El profesor Nieto Soria constata su concesión por primera vez por Carta de Privilegio otorgada en Astorga, el 2 de octubre de 1286, siendo posteriormente confirmada en los años 1293 y 1317. La noticia en José Manuel Nieto Soria, Iglesia y poder real en Castilla…, op. cit., pág. 135. ACS, Ms. 638, fols. 285 v.–286 r. (Astorga, 2 de octubre de 1286), fols. 291 v.–292 r. (Palencia, 28 de diciembre de 1293), fols. 332 v.–333 r. (Valladolid, 20 de mayo de 1317). 197

186

Amparo Rubio Martínez

principios del siglo xiv, los prelados exigirían cada año la percepción de los servicios reales en la jurisdicción de la Tierra de Santiago.199 Teniendo en cuenta estos antecedentes, cabe suponer que el servicio que recaudaba la Hacienda Arzobispal en la Tierra de Santiago a finales del siglo xv, habría derivado del servicio real extraordinario aprobado en Cortes, particularmente de la parte con la que debía contribuir la Tierra de Santiago. De este modo, la cesión por parte de la Corona de una parte del servicio real extraordinario a las autoridades arzobispales habría dado lugar a un impuesto que recaudaría la Mesa arzobispal compostelana con carácter extraordinario en un principio y con carácter regular y ordinario después.200 Tal y como es posible constatar en los libros de recaudación de la Hacienda Arzobispal compostelana, en un principio la recaudación del servicio arzo­ bispal debió estar a cargo de los arrendatarios y recaudadores reales, aunque muy pronto éstos debieron ser sustituidos por los recaudadores arzobispa­ les, teniendo en cuenta que, a finales del siglo xv, el servicio en la Tierra de Santiago era ya repartido y recaudado con una periodicidad anual.201 Lo que está fuera de toda duda es que desde mediados de los años trein­ ta de siglo xv, el servicio arzobispal que recaudaba la Hacienda composte­ lana, ya no guardaba ninguna relación con el servicio real que, con carácter extraordinario, habría continuado repartiéndose en la Tierra de Santiago y en todo el Reino de Galicia. Tal y como se constata en los libros de recau­ dación de la Hacienda Arzobispal compostelana, en el siglo xv los agentes arzobispales recaudaban el servicio arzobispal únicamente en la ciudad de Santiago y en los llamados lugares reguengos de la Tierra de Santiago.202

Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal..., op. cit., pág. 38. Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal..., op. cit., págs. 37 – 38. 201 Ángel Rodríguez González, O Tumbo Vermello de Don Lope de Mendoza, Santiago de Compostela, 1995; y también Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal..., op. cit. 202 Así aparece en los libros de recaudación, en los que se hace mención a su arren­ damiento durante los años 1481 y 1482. En cada uno de esos años, el arzobispo decidía renunciar a la recaudación del servicio como consecuencia de la demanda por parte de los oficiales reales de las alcabalas de los reguengos que había recaudado el arzobispo de Santiago desde tiempo inmemorial. 199 200

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

187

Por otra parte, hay que tener en cuenta que a fines del siglo xv, el llamado ser­vicio arzobispal se arrendaba junto a las alcabalas de los reguengos, así como junto a otros tributos de carácter meramente señorial como el yan­tar, la luctuosa o el colleytio. Es indudable, por tanto, que el Privilegio otor­ gado por Fernando IV al prelado compostelano en 1304, concediéndole la mitad de los servicios extraordinarios y monedas de la Tierra de Santiago ha­bría dado lugar a un impuesto de carácter eminentemente señorial, con in­dependencia de que la Hacienda Regia continuara recaudando la parte co­ rrespondiente al servicio real en la Tierra de Santiago. Lamentablemente, no es posible comprobar si con posterioridad a 1304 el prelado llegó a percibir en su totalidad el importe correspondiente a la mitad de los pedidos reales en la Tierra de Santiago, pero de lo que sí hay constancia es de que, a finales de los años ochenta del siglo xv, únicamente percibía el servicio arzobispal en la ciudad de Santiago y en los lugares reguengos de la Tierra de Santia­ go. Además del servicio arzobispal, convertido a finales del siglo xv en un tributo de carácter señorial, ocasionalmente y coincidiendo con los reparti­ mientos del pedido real extraordinario comunes a todo el Reino de Galicia, el arzobispo de Santiago recaudaba también la parte del pedido real con la que debía contribuir la Tierra de Santiago.203

Ángel Rodríguez González, O Tumbo Vermello…, op. cit., fol. 98 v., 114 v., págs. 143 y 162. El Tumbo Vermello del arzobispo Don Lope de Mendoza (1435) revela la existencia de dos pedidos o servicios extraordinarios. Por una parte, el servicio arzobispal que era arrendado junto a las alcabalas de los lugares reguengos, y por otra, los llamados pedidos reales que la Hacienda Arzobispal recaudaba ocasionalmente en algunos lugares de la Tierra de Santiago, especialmente en aquellos realengos que estaban excluidos del repartimiento que era entregado a los recaudadores reales. Los datos que proporciona el Tumbo Vermello sobre estos dos tipos de impuestos son muy significativos al respecto. Así, al mencionar las rentas, fueros, servicios y otras derechuras que satisfacían los vasa­ llos y moradores en el burgo de Dúas Casas y en el coto de Bama se señala lo siguiente: En esto no se incluye el nuestro servicio e alcabala e pedidos del rey que recabda por nuestra merced Juan Sanchez de Noia, nuestro recaudador. En otra ocasión, después de mencionar todas las ciudades, villas y lugares en los que el arzobispo recaudaba el ser­ vicio arzobispal, se registra una partida de ingresos en la que aparecen mencionados los pedidos reales que el arzobispo recaudaba en la Tierra de Santiago de manera puntual y que nada tenían que ver con el servicio arzobispal que recaudaba cada año: Item avedes 203

188

Amparo Rubio Martínez

Es evidente, por tanto, que en la segunda mitad del siglo xv el pedido real que la Hacienda Real recaudaba en el partido fiscal de Santiago y en todo el Reino de Galicia no guardaba ninguna relación con el servicio que el arzobispo recaudaba con periodicidad anual en la Tierra de Santiago, lo que se puede constatar a través de los diferentes repartimientos de estos servi­ cios. Así, mientras que en 1476 tenemos noticia del último repartimiento de pedido previo a la constitución de la Santa Hermandad, unos años después, en 1481 y 1482, se efectuaba el repartimiento del servicio arzobispal en la ciudad de Santiago y en los lugares reguengos de la Tierra de Santiago.204 Por consiguiente, la primitiva concesión que Fernando IV había otor­ gado al prelado compostelano en 1304, autorizándole a recaudar la mitad de los servicios o pedidos reales de la Tierra de Santiago habría quedado reducida, a fines del siglo xv, a una pequeña proporción del importe global del servicio, que se recaudaba exclusivamente en la ciudad de Santiago y en los lugares reguengos. Sobre la cuantía que alcanzó el servicio arzobispal en la Tierra de San­ tiago, conocemos su valor en los años 1481 y 1482, en los que se arrendó junto a las alcabalas de los lugares reguengos y otros derechos de carácter señorial. Precisamente, en estos años los oficiales reales acudían a la Tierra de Santiago, exigiendo a la población el pago de las alcabalas para la Ha­ cienda Regia, lo que tendría una incidencia directa y negativa en la recauda­ ción del servicio arzobispal, ya que los vecinos de esas tierras se negaban a satisfacer el mismo, al tener que hacer frente también al pago de alcabalas. Ante la gravedad del problema y la oposición presentada por buena parte de la población, el prelado decidía renunciar finalmente a la recaudación

de aver los maravedís que fueron repartidos e copieren a pagar de los pedidos del rey nuestro señor a çiertos nuestros lugares e realengos e a otros algunos que no se yncluyen ni entran en el repartimiento que se faze e da al recaudador del dicho señor rey de los dichos sus pedidos. 204 AGS, EMR, leg. 25, fol. 17 y RGS, Sevilla, 10 de junio de 1478, fol. 59. El último repartimiento del pedido extraordinario previo a la constitución de la Hermandad tuvo lu­ gar en 1476. Aunque tenemos constancia de su pago en Galicia en este año, desconocemos su distribución por localidades, lo que nos impide precisar si los lugares reguengos de la Tierra de Santiago contribuyeron o no en este pedido.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

189

del servicio.205 Pese a las dificultades que encontró la Hacienda Arzobispal para recaudar el servicio arzobispal en la Tierra de Santiago, los libros de recaudación confirman que, efectivamente, los recaudadores arzobispales consiguieron recaudar algunas cuantías por este concepto, aunque se tratase de cantidades muy exiguas. Como ya señalamos anteriormente, durante todo el siglo xv, el servicio arzobispal se arrendó y recaudó en la Tierra de Santiago junto a las alcabalas de los lugares reguengos que el prelado compostelano percibía desde tiempo inmemorial. Por otra parte, conviene tener en cuenta que el servicio arzobis­ pal, derivado del servicio real extraordinario que la Hacienda Real recaudaba en la Tierra de Santiago, habría sufrido un proceso de apropiación y señoria­ lización por parte del arzobispo y su Mesa arzobispal durante los siglos xiv y xv, quedando convertido a fines del siglo xv en un tributo de carácter mera­ mente señorial. El origen de esta transformación de tributo regio a tributo de carácter señorial hay que situarlo en el Privilegio que en 1304 Fernando IV otorga al prelado compostelano, autorizándole a recaudar la mitad de las mo­ nedas y servicios con los que los vecinos de la Tierra de Santiago debían con­ tribuir al fisco regio. Por consiguiente, a tenor de los da­tos que proporcionan los libros de recaudación de la Hacienda Arzobispal compostelana, debemos tener en cuenta que de las cuantías relativas a los ser­vicios y alcabalas que se detallan a continuación en las tablas 21 y 22, sólo una parte correspondería al servicio arzobispal, unas cantidades muy exiguas si se comparan con las que se recaudarían en los años 1487–1491, en los que el servicio arzobispal

Las poblaciones que opusieron mayor resistencia al pago del servicio arzobispal fueron aquellas en las que el servicio era arrendado con las alcabalas y otros derechos de carácter señorial, de manera que, ante las exigencias de los oficiales reales deman­ dando las alcabalas, los habitantes de estos lugares se negaban a hacer frente al pago de los servicios al arzobispo. Los lugares que se enfrentaron a las autoridades arzobispales por la recaudación del servicio fueron las siguientes: el coto de Bama y Dúas Casas, las feligresías de San Martiño de Calvos y San Vicenzo de Arceo, Melide, Arzúa, la Tierra de Rodeiro, la merindad de A Barreira, la merindad de Montesacro, la Tierra de Cordeiro, Quintá, Cruces y Herbón, Caldas de Cuntis, Caldas de Reis con sus reguengos, Vilanova de Arousa, O Grove, el alfoz de Muros y la merindad de Outes, las feligresías de Xobre y Lampón, el puerto y la feligresía de Santa Uxía, el puerto de Aguiño, el puerto de Pal­ meira y la villa de Malpica. 205

190

Amparo Rubio Martínez

se arrendó con independencia de las alcabalas, que desde 1486 habían sido devueltas al prelado compostelano.

Tabla 21. Servicio arzobispal, alcabalas y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en los años 1481 y 1482, expresados en maravedís (m), cornados (c) y florines localidades y lugares

concepto

año

1481

año

1482 206

Santiago

Servicio y marcos

53.200 m.

53.200 m.

Coto de Bama y Dúas Casas

Servicio y alcabalas

2.000 m.

2.000 m.

San Martiño de Calvos y San Vi­ cenzo de Arceo Servicio y alcabalas





Coto de Piloño

Servicio

833 m. y 2 c.



Casal de A Barreira

Servicio

66 m. y 4 c.



Villa de Melide

Servicio, alcabalas y carnicería

8.520 m.

8.520 m.

Villa de Arzúa

Servicio y alcabalas

3.333 m. y 2 c.

3.333 m. y 2 c.

Tierra de Rodeiro

Servicio y alcabalas

4.166 m. y 4 c.

4.166 m. y 4 c

Merindad de Castro de Montes con Servicio, alcabalas Caldevergazo y yantar

9.366 m. y 4 c.

9.366 m. y 4 c.

Tierra de Tabeirós y merindad de A Barreira Servicio y alcabalas

12.790 m.

12.790 m.

Servicio y alcabalas

5.183 m. y 2 c.

5.183 m.

Servicio y alcabalas

4.666 m. y 4 c.

4.666 m. y 4 c.

Merindad de Monte Sacro Tierra de Cordeiro

207

Este año, se opusieron al pago de servicios casi todos los lugares reguengos de la Tie­rra de Santiago. Únicamente aparece registrado el pago de servicio en la ciudad de Santiago de Compostela y en las villas de Pontevedra, Redondela, Vigo, Noia, Muros, Fisterra y Muxía. 207 La merindad de Monte Sacro se componía de las unidades fiscales de San Mamede de Ribadulla, San Cristovo de Merín, Santa Cruz de Ribadulla, San Pedro de Vilanova, Santa Baia de Vedra, Santo André de Illobre, San Miguel de Sarandón, San Pedro de Sarandón y San Bréixome de Sergude. El servicio que recaudaba la Hacienda Arzobispal en la merindad de Monte Sacro aparece denominado como pedido en los libros de recaudación. 206

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

191

Tabla 21.

Servicio arzobispal, alcabalas y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en los años 1481 y 1482, expresados en maravedís (m), cornados (c) y florines (continuación)

localidades y lugares

concepto

Tierra de Quintá, Cruces y Herbón Servicio y alcabalas Caldas de Cuntis Caldas de Reis y sus reguengos

208

Pontevedra 209

año

1481

año

1482

2.833 m. y 2 c.

2.833 m. y 2 c.

Servicio, alcabalas y yantar

1.833 m. y 2 c.

1.833 m. y 2 c.

Servicio, alcabalas y yantar

16.762 m.

16.762 m.

Servicio

50.000 m.

50.000 m.

Vilanova de Arousa

Servicio y alcabalas





Puerto de O Grove

Servicio y alcabalas





Redondela

Servicio y yantar

2.000 m.

2.000 m.

Vigo

Servicio, yantares y «mar­­tiniega»

5.100 m.

5.100 m.

Noia

Servicio

33.333 m. y 2 c.

33.333 m. y 2 c.

Villa de Muros

Servicio

30.000 m.

30.000 m.

210

Alfoz de Muros y merindad de Outes Servicio y alcabalas





Tierra y coto de Xallas

Servicio y alcabalas

10.000 m.



Fisterra

Servicio

4.500 m.

4.500 m.

Villa y puerto de Muxía

Servicio

3.333 m. y 2 c.

3.333 m. y 2 c.

Feligresías de Xobre y Lampón

Servicio y alcabalas





208 En 1481, los habitantes de Caldas de Reis con sus reguengos no pagaron el importe íntegro correspondiente al servicio, aunque sí pagaron una parte del mismo antes de que el arzobispo hubiese renunciado a su recaudación en la Tierra de Santiago. Concretamente, sabemos que entregaron 3.192 maravedís viejos, equivalentes a 5.298 maravedís nuevos en concepto de servicio y otras menudencias. 209 En 1481, el servicio de los reguengos de Pontevedra se recaudó junto a las rentas del pan, vino y derechuras de la mayordomía de Pontevedra. 210 En 1481 y 1482, los servicios de Teis y Cedeira, se recaudaron junto a las rentas de pan, vino y derechuras de la mayordomía de Redondela.

192

Amparo Rubio Martínez

Tabla 21.

Servicio arzobispal, alcabalas y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en los años 1481 y 1482, expresados en maravedís (m), cornados (c) y florines (continuación)

localidades y lugares

concepto

año

1481

1482

Servicio y alcabalas

Feligresía de Santa Uxía

Servicio y alcabalas

750 m.

750 m.

Puerto de Aguiño

Servicio y alcabalas

1 florín/vecino

1 florín/vecino

Servicio y alcabalas

1 florín/vecino

1 florín/vecino

264.567 m.

253.668 m.

Puerto de Palmeira Total

1 florín/vecino

año

Puerto de Santa Uxía

1 florín/vecino

Fuente: M. Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal... op. cit.

Tabla 22.

Servicio arzobispal y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en el periodo 1487–1491, expresados en maravedís localidades y lugares

concepto

Ciudad de Santiago

Servicio y marcos

Coto de Bama y As Dúas Casas

Servicios y rentas de pan y foros

Tierra de Bendaña

Servicio

periodo

anualidad

266.000

53.200





3.440

688

Feligresías de Pantiñobre, Calvos Servicio y Arceo

5.726

1.145,2

Arzúa

Servicio

4.166

833,2

Melide

Servicio, chancillería y carnicerías

12.450

2.490

Castro de Montes y coto de Lebo­ zán con Caldevergazo Servicio de la tierra

17.048

3.409,6

Castro de Montes, coto de Lebo­ Servicio de la tierra zán con Caldevergazo «da força»

16.667

3.333,4

Tierra de Tabeirós y coto de Codo­ sedo 211 Servicio

11.000

2.200

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

193

Tabla 22.

Servicio arzobispal y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en el periodo 1487–1491, expresados en maravedís (continuación)

localidades y lugares

concepto

periodo

anualidad

A Ponte Ulla

Servicio

9.130

1.826

Caldas de Cuntis

Servicio y yantar

5.055

1.011

30.025

6.005

Servicio

250.000

50.000

Reguengos: coto de Lérez, feligre­ sía de Cerponzóns y feligresía de San Pedro de Campañó Servicio

6.250

1.250

8.337

1.667,4

Caldas de Reis con sus reguengos y Vilanova de Arousa Servicio Pontevedra

Reguengos: coto de San Xoán de Poio y feligresía de San Fins de Solobeira Servicio Redondela

Servicio

10.330

2.066

Vigo

Servicio, yantares y ma­­ga

25.500

5.100

Puerto y feligresía de Santa Uxía

Servicio

Villa de Noia Villa de Muros

3.333

666,6

Servicio y chanci­lle­­­ ría

166.666

33.333,2

Servicios, yantares y chancillería

162.495

32.499

Feligresías de Roo, Entíns, Tarás, Outeiro, Cando, Beba, Chacín, Sabardes, Arzón, Torea, Alvite, Lueiro, Locaia, San Fins de Ei­ rón, Campolongo, Bugallido Servicio

12.170

2.434

Coto de Xallas

50.000

10.000

Servicio

El importe correspondiente a la recaudación del servicio de la Tierra de Tabeirós en los años 1487 –1491 fue de 18.333 maravedís. A lo largo de estos cinco años, los tesoreros arzobispales sólo consiguieron recaudar 11.000 maravedís. El resto, 7.333 maravedís los había tomado el alcalde de la fortaleza de Monte Sacro por la deuda que tenían pendiente los vecinos de la Tierra de Tabeirós. 211

194

Amparo Rubio Martínez

Tabla 22.

Servicio arzobispal y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en el periodo 1487–1491, expresados en maravedís (continuación)

localidades y lugares

Fisterra Muxía Villa de Malpica

212

concepto

periodo

anualidad

Servicio

22.500

4.500

Servicio

16.666

3.333,2

Servicio

291.550 TOTAL

1.406.504

58.310 281.300,8

Fuente: M. Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal... op. cit.

En el caso de las alcabalas de los lugares reguengos, que según consta en la documentación, el arzobispo de Santiago percibía desde tiempo in­ memorial, no conocemos ni tenemos noticia de ningún privilegio ni cesión por parte de la Corona que legitimara a la percepción de las mismas. Tras la decisión adoptada por los monarcas de recuperar las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago para la Hacienda Regia, en el año 1480 se decretaba su embargo y se enviaba a los oficiales reales a la Tierra de Santiago para recaudarlas. Como es evidente, la presencia de los arrendatarios reales en la Tierra de Santiago tendría efectos enormemente perjudiciales para la Hacienda Arzobispal compostelana, que en los años 1481 y 1482 recaudaba cantidades prácticamente insignificantes en con­ cepto de alcabalas. En 1481, únicamente los lugares de Pontesampaio y Xallas hacían entrega de las alcabalas a la Hacienda Arzobispal, y un año después era sólo el lugar de Pontesampaio el que hacía entrega a los agen­

En el caso de la villa y puerto de Malpica, los Cuadernos de recaudación señalan que el servicio arzobispal era pagado por obligación del concejo: Yten tiene el dicho señor en el dicho puerto de Malpica que le an de pagar de serviçio en cada un año treynta e çinco maravedis viejos, por obligación conçegil, los quales deven de los años de LXXXVII, LXXXVIIIº, LXXXIX, XC, XCI. Ase de exsecutar con los otros que deven (ACS, LR C2, fol. 19 v. en Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., pág. 276). 212

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

195

tes arzobispales de ciertas cantidades en concepto de alcabalas, portajes y otras derechuras. No obstante, a pesar de las exiguas cantidades que la Hacienda Arzo­ bispal compostelana recaudó por las alcabalas de la Tierra de Santiago du­ rante estos años, el arrendatario y recaudador de las rentas reales, Ruy Mar­ tínez de Carballido, tampoco debió recaudar la totalidad de las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago, ya que durante estos años (1480 –1483), se practica­ron im­portantes descuentos en su cargo por las pér­ didas ocasionadas en la recau­dación de las alcabalas de los reguengos. Así, en 1480 únicamente se exigían al arrendatario Carballido, 175.000 maravedís por las alcabalas de los lugares reguengos,213 mientras que un año después, en 1481, se decidía elevar esta cantidad a 225.000 maravedís al considerar que este año las alcabalas de los lugares reguengos se habían recaudado con mayor eficacia.214 En los años siguientes,1482 y 1483, el problema de la recaudación de las alcabalas de los reguengos se complicaría aún más, sobre todo al produ­ cirse el arrendamiento paralelo de estas rentas en manos de dos arrendatarios, Luis de Valera y Antonio de Aguilar, que las arrendaban en 536.690 mara­ vedís y 714.891 maravedís respectivamente.215 La solución, determinada por la sentencia del Prior del Prado acordaba una vez más practicar importantes descuentos en el cargo del arrendatario, al que se exigía el pago de un total de 238.297 maravedís, lo que equivalía aproximadamente a la tercera parte del valor en que las rentas habían sido arrendadas en 1483.216 A pesar de las dificultades que encontró el arrendatario Carballido en el arrendamiento de las alcabalas de los reguengos y de los descuentos que se aplicaron en su cargo, lo verdaderamente relevante es que durante estos

AGS, EMR, leg. 28 – I, fols. 20, 24 y 25; leg. 29, fols. 2 y 3; leg. 30, fols. 24 y 30; leg. 35, fol. 80. 214 Al respecto véase AGS, EMR, leg. 29, fols. 53 y 54; leg. 30, fols. 38, 84 y 85; leg. 31, fols. 150, 151, 153 y 155; leg. 35, fol. 80. 215 AGS, EMR, leg. 29, fol. 226; leg. 30, fol. 85; leg. 31, fol. 154; leg. 32, fols. 54 – 57; leg. 33, fols. 50, 51, 58 – 60 y 258; leg. 35, fol. 80. 216 AGS, EMR, leg. 33, fol. 50; leg. 35, fols. 78 – 80 y 247; leg. 37, fols. 171, 173, 175, 177 y 186 –188. 213

196

Amparo Rubio Martínez

años, la Hacienda Real había conseguido hacerse con las rentas de estos lugares, lo que indudablemente constituiría un paso decisivo en los obje­ tivos de la monarquía, en su firme propósito de hacerse con las rentas del arzobispado de Santiago. Sin embargo las continuas exigencias, por parte del arzobispo y su Mesa arzobispal, planteadas a la monarquía solicitando la recuperación de las alcabalas de los reguengos tendrían resultados fa­ vorables para el prelado. Recordemos que durante estos años, el arzobispo Alonso de Fonseca II mantenía una estrecha relación con la monarquía de los Reyes Católicos, con la que había contribuido con numerosos préstamos a financiar las campañas de Granada. Es evidente que los Reyes necesitaban el apoyo económico del arzobispo para financiar la guerra y el arzobispo no dudó en prestar su colaboración. La necesidad de recursos económicos por parte de la Corona y la fidelidad demostrada por Alonso de Fonseca II a la princesa Isabel en la Guerra Civil Castellana fueron razones suficientes para que los monarcas reconocieran al prelado compostelano el derecho a percibir las alcabalas de los lugares reguengos con carácter vitalicio, desde 1486 en adelante. Así, en septiembre de 1485, mediante una Provisión Real, los reyes le hacían merced de las alcabalas de los lugares reguengos en en­ mienda de ciertos gastos y por algunas cosas cumplideras a mi servicio al tiempo que el rey mi señor y yo teníamos guerra con el rey de Portugal.217 Pero, además de la concesión de las alcabalas de los lugares reguengos, desde 1486 en adelante, los monarcas le otorgaban el derecho a percibir con carácter retroactivo las cuantías correspondientes a las alcabalas de los años 1484 y 1485.218 No obstante, el levantamiento definitivo del embargo de las alcabalas de los lugares reguengos al arzobispo compostelano no tendría lugar hasta el mes de abril del año 1486, fecha en la que se decretaba el desembargo en los siguientes términos:

217 Provisión Real otorgada el 9 de septiembre de 1485, véase en Camilo Fernández Cortizo, «Las alcabalas enajenadas en la provincia de Santiago: los reguengos de la mitra compostelana (ss. xv – xix)», Obradoiro de Historia Moderna, 2, Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones e Intercambio Cientí­ fico, 1993, pág. 136. 218 Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., pág. 40.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

197

para que sea acudido al dicho arzobispo con sus marave­ dís e otras cosas que las dichas alcabalas de los dichos reguen­ gos han montado e rendido desde el primero día de enero del dicho año de ochenta y quatro… Por otra parte, se comprometían a entregar al arzobispo cualquier cuan­ tía que le hubiese sido tomada de las alcabalas de los lugares reguengos de los años 1480 –1484. Al respecto señalaban lo siguiente: si se hallase que las alcabalas de los quatro años de ochen­ ta en adelante que le fueron tomados le perteneciere, que se las mandarían pagar.219 A partir de las mencionadas concesiones, el prelado compostelano pasaría a percibir las alcabalas de los lugares reguengos con carácter vi­ talicio desde mediados de los años ochenta en adelante, una decisión que muy pronto despertaría la oposición vecinal de algunos lugares de la Tierra de Santiago. Fundamentalmente, se organizaron tres frentes en contra del pago de las alcabalas de los reguengos al arzobispo: por una parte la Tierra de Tabeirós, Castro de Montes y Caldevergazo; en segundo lugar el alfoz de Muros, y finalmente las llamadas cinco villas: Vilanova de Arousa, Fis­ terra, Malpica, Cee y A Pobra do Caramiñal.220 La resistencia de estos con­ cejos al pago de alcabalas al prelado compostelano se agudizaría a partir de 1492, dando lugar a numerosas pesquisas por parte de la Corona, que se prolongarían hasta las primeras décadas del siglo xvi.221

AHDS, FG, leg. 70, fol. 13. Cédula Real con data de 10 de abril de 1486, fol. 20. Car­ta y Provisión Real otorgadas en esa fecha véanse en Camilo Fernández Cortizo, «Las alcabalas enajenadas…», art. cit., pág. 136. Sobre la concesión de las alcabalas de los lugares reguengos al arzobispo Alonso de Fonseca II véase AGS, RGS, 23 de septiembre de 1485, fols. 2 y 3. 219

220

Camilo Fernández Cortizo, «Las alcabalas enajenadas…», art. cit., pág. 136.

Camilo Fernández Cortizo, «Las alcabalas enajenadas…», art. cit., pág. 137. Un do­ cumento de especial interés para el tema es el recogido en el AHDS, FG, leg. 70: Información 221

198

Amparo Rubio Martínez

Una vez más, el conflicto se saldaba con una solución favorable al pre­ lado. Así, en el caso de las feligresías del alfoz de Muros, en septiembre de 1502, los monarcas ordenaban que pese a que señalaban no formar parte de los reguengos, acudieran con las alcabalas al arzobispo.222 Y del mismo modo, en el caso de las llamadas cinco villas, sabemos que la Mesa arzo­ bispal continuaría recaudando las alcabalas de estos lugares hasta 1525, fecha en la que Carlos I las incorporaba nuevamente a la Corona a cambio de la concesión de un juro de 300.000 maravedís al arzobispo y a su Mesa arzobispal situado sobre las alcabalas de la ciudad de Santiago.223

Diezmos de la mar El arzobispo de Santiago y su Mesa arzobispal percibían también una parte de los diezmos de la mar pertenecientes a la Hacienda Regia en los puertos de la Tierra de Santiago. El prelado gozaba de estos beneficios en vir­tud de un antiguo Privilegio otorgado por Fernando IV en el año 1304, mediante el cual le había hecho merced de la mitad de los diezmos de la mar que recaudaba la Hacienda Regia en los puertos del señorío jurisdiccional de la Tierra de Santiago.224 Con posterioridad a esta fecha, en el año 1308, el arzobispo recibía facultad para recaudar la mitad de los ingresos de la llamada diesma de las mercadurías en los puertos del señorío.225 A estas dos concesiones se añadía una más que tendría lugar en 1310, mediante la cual el monarca hacía merced al arzobispo de Santia­go de otros 10.000 marave­

y averiguación que hizo el licenciado Tórtoles por comisión de la Reyna doña Juana y de pedimiento de fiscal real. Passó el año de 1505. 222 Provisión Real, de fecha 9 de septiembre de 1502, véase en Camilo Fernández Cor­ tizo, «Las alcabalas enajenadas…», art. cit., pág. 138. Alguna documentación complemen­ taria sobre los conflictos que surgieron en relación a la recaudación de los reguengos en AGS, EMR, leg. 79, fol. 179; leg. 80, fol. 374; leg. 85, fol. 408; leg. 85 – II, fol. 1.113; leg. 86, fol. 192; leg. 97, fol. 472. 223 Camilo Fernández Cortizo, «Las alcabalas enajenadas…», art. cit., pág. 138. 224 Marta González Vázquez, El arzobispo de Santiago…, op. cit., pág. 230. 225 Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., pág. 41.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

199

dís a percibir sobre la mitad de los diezmos de la mar que habían quedado para la Corona tras el Privilegio otorgado por Fer­nando IV al arzobispo en 1304.226 A partir de estos Privilegios, el arzobispo de Santiago percibiría durante los siglos xiv y xv un volumen muy considerable de ingresos, derivados del pago de los diezmos de la mar por las descargas de sal y de otras mercancías que se efectuasenen los puertos de la Tierra de Santiago. Tal y como se cons­ tata en los libros de recaudación, a fines del siglo xv percibía la media diezma de la sal y de las mercaderías de la mar en los puertos del señorío de la Tierra de Santiago: Vigo, Redondela, Cangas, Pontevedra, Vilanova de Arousa, Pa­ drón, A Pobra do Caramiñal, Noia, Muros, Cee, Fisterra y Muxía.227 Por consiguiente, y a diferencia de lo que establecían los Cuadernos de arrendamiento de los diezmos de la mar relativos al sexenio 1451–1456, en los puertos del señorío del arzobispado se pagaba diezmo por la descar­ ga de sal, algo que no sucedía en otros puertos habilitados para la descarga de mercancías, ya que la Hacienda Real había prohibido en ellos el pago por la descarga de sal, puesto que ya percibían los llamados derechos de alfolíes por la venta de este producto.228 A finales del siglo xv, el pago de diezmos de la mar por la descarga de sal, así como de cualquier otra mercancía, generaba un volumen de ingresos muy importante para la Hacienda Arzobispal, tal y como se puede constatar en los libros de recaudación. En 1481, la media diezma de la sal y mer­ cancías de los puertos de la Tierra de Santiago sumaba un total de 227.368 maravedís, una cantidad que se incrementaría ligeramente el año siguiente, alcanzando los 331.996 maravedís, cuyas cuantías se reflejan desglosadas a continuación en la tabla 23.

226

Marta González Vázquez, El arzobispo de Santiago…, op. cit., pág. 230.

Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., pág. 41. (ACS, LR,C1, fols. 13 v. – 20 r., 25 v. – 32 r., 38 v.; C2, fol. 1 r., 11 v. – 17 v.). 227

AGS, Diversos de Castilla, leg. 4, fol. 53 y leg. 6, fol. 14, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, Legislación hacendística de la Corona de Castilla... op. cit, págs. 337 – 346. 228

200

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Océano Atlántico

PORTUG AL

FRANCIA

ESPAÑA

eo

rán

iter

Med

Mar Cantábrico

Mar

ARGELIA MARRUECOS



N O

E

Mondoñedo

S

ASTURIAS

Muxía Lugo

Cee

Fisterra

Muros

Santiago

Noia

A Pobra do Caramiñal

Padrón

LEÓN

Vilanova de Arousa

Océano Atlántico

Pontevedra

Cangas de Morrazo

Redondela

Ourense

Vigo ZAMORA

Tui

PORTUGAL

Mapa 4. Puertos habilitados en la Tierra de Santiago para la carga y descarga de mercancías procedentes del comercio exterior, entre los años 1481 y 1491.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

201

Tabla 23.

Diezmos de la mar recaudadas en la Tierra de Santiago en los años 1481 y 1482, expresados en maravedís localidades

año

1481

año

1482

Puerto de Padrón

18.822

13.747

Villa y puerto de Pontevedra 229

33.485

27.115

Vilanova de Arousa

4.540

5.168

Villa de Redondela

1.450

651

Villa y puerto de Vigo

3.005

4.450

Puerto de Cangas 230

9.584

8.575

42.953

63.396

Villa y puerto de Noia Diesmo de çierta mercadoría que se descargó en Valencia

231

Villa y puerto de Muros

9.540



69.106

168.733

Puerto de Cee

2.980

5.500

Villa de Fisterra

7.420



Villa y puerto de Muxía 232 Villa de A Pobra (do Caramiñal) Total

1.758

2.030

22.725

32.630

227.368

331.996

Fuente: M. Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal... op. cit.

Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., págs. 164 –165 (LR, C1, fol. 15 r.): E tiene el dicho Iohan Rodrígues por fenescer su cuenta a cabsa que los vecinos de la dicha villa se levantaron de non querer pagar la dicha media diezma de sal e se ovo de poner entredicho con ellos e aun puesto con los que non quisyeron pagar. 230 Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., pág. 169 (LR, C1, fol. 16 v.): E tyene por fenesçer su cuenta a cabsa de çiertas personas que non la quisyeron pagar la diesma que devían asy que se me fase cargo de los dichos nueve mill quinientos... 231 Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., pág. 172 (LR, C1, fol. 17 v.): Diesma de çierta mercadoría que se descargó en Valençia: Yten que resçe­ by de Gonçalo de Pas, del diesmo de la nao de su hermano Antón Pas que cargo para Cartagena y Valençia de cierta mercadoría que se descargó en Valencia de que el fue fiel de recabdar el diesmo, 9.540. 232 El importe exacto del diezmo de la sal y mercaderías de la mar asciende a 1.758 maravedís y 2 cornados. La mayordomía de la villa rindió ese año 1.166 maravedís. 229

202

Amparo Rubio Martínez

Al igual que sucedía en el caso de las alcabalas, en 1483 se decretaba el embargo de los diezmos de la mar que recaudaba la Mesa arzobispal com­ postelana en un intento por parte de la Corona de recuperar esas rentas para la Hacienda Regia. No obstante, el embargo practicado en los diezmos de la mar apenas sería efectivo, pues en 1486 los monarcas autorizaban nueva­ mente al arzobispo a recaudarlos. En los años siguientes (1487 –1491), recuperadas las rentas ya por el arzobispo, las cuantías recaudadas en concepto de diezmos de la mar se mantendrían más o menos estables, si bien es posible detectar un ligero incremento con respecto a las cantidades alcanzadas en los años anteriores, según se puede observar en la siguiente tabla 24.

Tabla 24.

Diezmos de la mar recaudadas en la Tierra de Santiago en el periodo 1487 –1491, expresados en maravedís localidades

periodo

anualidad

Villa de Padrón

152.314

30.462

Vilanova de Arousa

157.952

31.590

Villa de Pontevedra

474.060

94.812

Villa de Redondela

28.409

5.681

73.682

14.736

Cangas

Villa de Vigo

146.828

29.365

Villa de A Pobra (do Caramiñal)

241.509

48.301

Villa de Noia

292.174

58.434

Villa y puerto de Muros

573.518

114.703

Puerto de Cee

14.414

2.882

Villa de Fisterra 233

77.000

15.400

Durante los años 1487 –1491, los diezmos de la mar de la villa de Fisterra fueron recaudados junto a otros derechos de carácter señorial como los derivados de la explota­ ción del patrimonio y ejercicio de la jurisdicción que se pagaban en cada una de las unida­ des de explotación agraria —mayordomías y casales—. Considerando que la recaudación 233

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

203

Tabla 24.

Diezmos de la mar recaudadas en la Tierra de Santiago en el periodo 1487 –1491, expresados en maravedís (continuación)

localidades

periodo

anualidad

Villa de Muxía

12.394

2.478

Villa de Malpica

10.284

2.056

2.254.548

450.909

Total

Fuente: M. Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal... op. cit.

Juros de heredad y mercedes de por vida La tercera fuente de ingresos con la que contaba la Hacienda Arzobis­ pal compostelana a finales del siglo xv eran los juros de heredad y merce­ des de por vida que el arzobispo y su Mesa arzobispal habían obtenido a partir de distintas concesiones por parte de los monarcas y que eran recau­ dados en las distintas ciudades, villas y lugares de la Tierra de Santiago. En muchos casos, el arzobispo y su Mesa arzobispal eran titulares de estos juros en virtud de antiguos Privilegios, muchos de ellos otorgados en tiem­ pos de Juan II, que serían confirmados posteriormente durante el reinado de los Reyes Católicos. Tanto el registro de bienes del arzobispo don Lope de Mendoza (1435), como los libros de recaudación de la Hacienda Arzobispal compostelana de fines del siglo xv (1481–1491), registran la titularidad por parte del arzo­ bispo, deán y cabildo de un juro de heredad de 4.000 maravedís situado en el alfolí de la sal de la villa de Padrón. Dicha cantidad había sido otorgada

de los diezmos de la mar en los puertos de la Tierra de Santiago proporcionaba niveles de ingresos muy notables a la Hacienda Arzobispal, mayores incluso que los que derivaban de la recaudación de los tributos de carácter señorial en el marco de las mayordomías, decidimos incluir lo recaudado en la villa de Fisterra en la partida de ingresos relativa a los diezmos de la mar.

204

Amparo Rubio Martínez

por Juan II a la Iglesia de Santiago, a partir de la permuta que el arzobispo había efectuado con el adelantado Pedro Afán de Ribera, miembro del li­ naje de Güéjar, en el aljarafe sevillano.234 Además de los 4.000 maravedís de juro mencionados, la Hacienda Arzobispal contaba con un juro de heredad de 2.000 maravedís situados en las alcabalas del vino de la ciudad de Santiago, una cantidad que el prelado compostelano había obtenido a partir de la renunciación efectuada por el mariscal Pedro García de Herrera, a cambio del lugar de Arrayaces, situado cerca de Ampudia, que hasta la fecha había pertenecido a la Mesa arzo­ bispal compostelana.235 El 6 de noviembre de 1431, Juan II expedía una Carta de Privilegio en favor del prelado compostelano, mediante la cual le garantizaba en lo sucesivo el derecho a recaudar estos 2.000 maravedís de juro en las alcabalas del vino de la ciudad.236 Por otra parte, el arzobispo de Santiago y la Mesa arzobispal eran ti­ tulares de un juro de 12.000 maravedís en las alcabalas de las fieldades de las villas de Muros y Noia. A diferencia de los juros anteriores, en este caso no conocemos el Privilegio que legitimara al arzobispo a percibir estas cantidades, que al menos durante los años ochenta, los agentes arzobispales recaudaron mediante toma forzosa efectuada sobre las rentas de estos luga­ res.237 A pesar de no conocer el Privilegio que legitimara al prelado compos­ telano a percibir estas cantidades, cabe sospechar una vez más que la Co­ rona habría autorizado al arzobispo, directa o indirectamente, a percibirlas como compensación a la fidelidad mostrada por el prelado a la monarquía,

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar: Privilegio otorgado en Medina del Cam­ po, 15 de febrero de 1418. 234

235 El mariscal García de Herrera había obtenido estos 2.000 maravedís de juro por re­ nunciación y traspaso del conde de Castro, su hermano, como parte de los 4.800 maravedís que éste poseía situados en los barrios de Balvás (Burgos), de los que Juan II le había hecho merced el 14 de octubre de 1430. 236

AGS, EMR, Mercedes y Privilegios, leg. 4 –II, fol. 107.

Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., págs. 171–174, 203, 205, 264–266 (LR, C1, fols. 17 r., 17 v., 18 r., 29 v. y 30 r.; y LR, C2, fols. 15 r. y 16 r.). 237

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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así como por los continuos préstamos que habría puesto a su disposición en los momentos de mayor urgencia económica.238 El prelado compostelano disfrutaba también de cuantiosos juros de he­ redad situados sobre los diezmos de la mar de la parte perteneciente a la Ha­ cienda Regia en la Tierra de Santiago. A fines del siglo xv, percibía un total de 35.000 maravedís situados por mitad en los puertos de Muros y Noia, en la parte de los diezmos que habían quedado para la Corona después de que en 1304, Fernando IV concediera al arzobispo Fray Rodrigo González de León O. P. y a sus sucesores, la mitad de los diezmos de la mar que la Hacienda Real recaudaba en los puertos de la Tierra de Santiago.239 Por consiguiente, el origen de estos 35.000 maravedís de juro de here­ dad hay que situarlo en 1304, cuando el rey Fernando IV concedía al prela­ do compostelano el derecho a percibir la mitad de los diezmos de la mar de la Tierra de Santiago. A esta concesión inicial de la monarquía a los ar­zobispos compostelanos, muy pronto se vendrían a añadir otras nuevas. Con­cretamente, en los años inmediatamente posteriores a 1304, el monarca otorgaba al prelado compostelano Don Rodrigo del Padrón 10.000 marave­ dís de juro de heredad en la mitad de los diezmos que habían quedado para la Hacienda Regia, una concesión que se completaría en 1310, con la cesión a dicho arzobispo de otros 10.000 maravedís más de juro de heredad a per­ cibir sobre la mitad de los diezmos que habían quedado para la Hacienda Regia en los puertos del señorío de la Tierra de Santiago.240

AGS, CMC, 1ª época, leg. 71, sin foliar yExpedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar. La documentación hacendística relativa al periodo 1492—1502, registra la percep­ ción de estos juros por parte de la Mesa arzobispal compostelana mediante las correspon­ dientes tomas efectuadas sobre las rentas de Muros y Noia. El estudio de la documenta­ ción relativa a este periodo también pone de manifiesto como en ningún caso los agentes arzobispales pudieron mostrar Privilegio de estos 12.000 de juro. 238

María Teresa González Balasch, El Tumbo B de la catedral de Santiago..., op. cit, págs. 227 y 321 (docs. 108 y 159). Véase también Marta González Vázquez, El arzobispo de Santiago…, op. cit., pág. 318. 239

María Teresa González Balasch, El Tumbo B de la catedral de Santiago..., op. cit, pág. 256 (doc. 118); y Marta González Vázquez, El arzobispo de Santiago…, op. cit., págs. 321 y 322. 240

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A partir de estas concesiones, desde los años treinta del siglo xv, tene­ mos constancia de la percepción por parte de la Hacienda Arzobispal de un total de 35.000 maravedís de juro de heredad sobre las rentas de las villas de Muros y Noia. El Tumbo Vermello de 1435 registra la pertenencia al ar­ zobispo de Santiago, que lo era a la sazón Don Lope de Mendoza, de 10.000 maravedís de moneda vieja situados en la mitad de los diezmos pertenecien­ tes al monarca en las villas y lugares de la Tierra de Santiago, por los que el arzobispo percibía 25.000 maravedís de a cinco blancas el maravedí, más otros 10.000 maravedís de la moneda nueva, sumando todo ello un total de 35.000 maravedís.241 Tal y como se constata en los libros de recaudación de la Hacienda Arzobispal, en los últimos decenios del siglo xv, el prelado compostelano percibía estos 35.000 maravedís de juro de heredad situados por mitad en las medias diezmas de la mar que habían quedado para la Hacienda Regia en los puertos de Muros y Noia. Quizá al tratarse de un juro tan antiguo y no tener constancia de su confirmación por los monarcas posteriores a fines del siglo xv, no esté muy claro el derecho a su percepción, de ahí que el arzobispo lo recaudara mediante toma forzosa. Entre las nuevas mercedes que los Reyes Católicos concedieron al ar­ zobispo de Santiago, Don Alonso de Fonseca II, destaca por encima de cual­ quier otra los 300.000 maravedís de merced de por vida que los reyes le autorizaron a percibir en los puertos de la Tierra de Santiago.242 Mediante esta merced, los monarcas trataban de amortizar la deuda contraída con el arzobispo por los 7.000.000 de maravedís que había prestado a la monarquía en 1491 para financiar las campañas de Granada.243

Ángel Rodríguez González, O Tumbo Vermello…, op. cit., fol. 101 r., pág. 146. AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. La concesión de estos 300.000 maravedís de por vida tenía lugar en las alcabalas, medias diezmas y alfolíes de Fisterra (90.000 ma­ ravedís), Cee (64.000 maravedís), Malpica (40.000 maravedís), en las alcabalas y alfolí de Vilanova de Arousa (80.000 maravedís), y en las alcabalas de A Pobra do Caramiñal (26.000 maravedís). 243 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Las relaciones de pago por libranza regis­ tran el pago de 1.000.000 de maravedís al arzobispo Don Alonso de Fonseca II en el año 1497, como pago y compensación a los 7.000.000 de maravedís con los que había contribui­ 241 242

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Tabla 25.

Juros de heredad y mercedes de por vida que disfrutaba la Mesa arzobispal de Santiago de Compostela en el siglo xv, expresados en maravedís beneficiario

cuantía

concesión

rentas en las que se situaba

Arzobispo, Deán y Cabildo

4.000*

15 / 02 /1418

Alfolí de la sal de Padrón

Arzobispo

2.000*

06 / 11 /1431

Alcabalas del vino de Santiago

Arzobispo

12.000*



Alcabalas de las «fieldades» de Muros y Noia

Arzobispo

35.000*



Medias diezmas de la parte real de las villas de Muros y Noia

Arzobispo

300.000**



Alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la Tierra de Santiago

* = Juro de heredad. ** = Merced de por vida. Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar, EMR, Mercedes y Privilegios, leg. 4–II, fol. 107.

El Cabildo catedralicio y la Mesa capitular Como muy bien ha señalado Francisco Javier Pérez Rodríguez, el ar­ zobispo de Santiago de Compostela y el Cabildo catedralicio constituían dos instancias de poder distintas, con una estructura y organización com­ pletamente diferenciada. Al respecto y en relación con el dominio y ex­ plotación del territorio, el arzobispo y su Mesa arzobispal se centraron en rentabilizar las funciones de carácter propiamente señorial, mientras que el Cabildo centraría más sus aspiraciones en la explotación del patrimonio y de sus bienes territoriales. Del mismo modo, el tipo de administración del territorio de una y otra institución se organizaba de forma diferente; así, mientras que la característica propia del señorío arzobispal era la mayordo­

do a costear la Guerra de Granada en el año 1491. Un año después, en 1498, se le libraban 300.000 maravedís por la misma causa y en 1499 dicha cantidad pasaba a formar parte del situado que cada año gravaba las rentas reales del Reino de Galicia. Sobre esta cuestión véase Amparo Rubio Martínez, Hacienda y gobierno…, tesis cit., págs. 819 –1011.

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mía, la administración del patrimonio capitular se llevaba a cabo a través de las llamadas tenencias.244 A partir de aquí, resulta evidente que la participación del Cabildo com­ postelano en las rentas de la monarquía fue mucho más limitada que la que poseía la institución arzobispal. No obstante, desde principios del siglo xiii, son continuas las noticias relativas a concesiones por parte de la monarquía al Cabildo catedralicio sobre las rentas reales. En este sentido, Francisco Javier Pérez Rodríguez señala la importancia de la participación del Ca­ bildo catedralicio en las rentas que la monarquía percibía por la actividad comercial que tenía lugar en los puertos del Reino de Galicia, recaudando una parte de los portazgos, diezmos de la mar y alfolíes.245 Tal y como seña­ la este autor, la cesión de los portazgos y peajes por parte de la monarquía a diversas instituciones eclesiásticas resultaba un hecho habitual, que se constata en muchas diócesis castellanas desde principios del siglo xii. En el caso del Cabildo compostelano, en 1208, Alfonso IX había otor­ gado a la Iglesia compostelana cien marcos in portatito ipsius populationis de Crunia, como compensación a la pérdida que había sufrido el Cabildo, titular hasta la fecha de la mitad del Burgo Viejo de la ciudad, al cons­ truir la nueva población de A Coruña junto al faro.246 A partir de esta no­ ticia, resulta imposible precisar cual de las dos instituciones —arzobispo o Cabildo— percibía los derechos derivados del portazgo, aunque lo que está fuera de toda duda es que en el año 1211, Alfonso IX hacía merced

Francisco Javier Pérez Rodríguez, El Cabildo de Santiago de Compostela (siglos La proyección social de una institución eclesiástica, tesis doctoral inédita, Uni­ versidad de Santiago de Compostela, 1994, págs. I – II. El contenido de este trabajo fue editado posteriormente en dos partes: El dominio del Cabildo de la catedral de Santiago de Compostela en la Edad Media (siglos xii – xiv), Santiago de Compostela, Tóculo Edicións, 1994; y La Iglesia de Santiago de Compostela en la Edad Media: el Cabildo catedralicio (1110 –1400), Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1996. 245 Francisco Javier Pérez Rodríguez, El Cabildo de Santiago…, tesis cit., pág. 501. El marco cronológico que comprende el estudio de este autor abarca desde 1102, fecha de creación del nuevo Cabildo, hasta 1399, cuando la institución ya estaba perfectamente constituida y estabilizada. 246 Francisco Javier Pérez Rodríguez, El Cabildo de Santiago…, tesis cit., pág. 502. 244

xii – xiv).

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al Cabildo catedralicio de 300 maravedís del total concedido a la Iglesia compostelana en 1208. Pero además de estos cien marcos concedidos a la Iglesia compostelana, en el año 1211 Alfonso IX concedía al Cabildo la décima parte de las marcas que correspondían a la ciudad de Santiago de Compostela para sufragar los gastos de un capellán que rezara por la me­ moria de su padre.247 Además de los Privilegios que los reyes concedieron al Cabildo cate­ dralicio en fechas tan tempranas, durante los siglos xiv y xv, los sucesivos monarcas habrían ido concediendo nuevas mercedes y juros de heredad a esta institución, para la atención de numerosos aspectos devocionales y de culto religioso de la catedral, la mayor parte de los cuales serían confirma­ dos ya en tiempos de los Reyes Católicos. En 1345, Alfonso XI hacía merced al Deán y Cabildo de la Iglesia Catedral de Santiago de 3.600 maravedís de juro de heredad situados en los diezmos de la mar de Pontevedra, para el mantenimiento de tres candelas de cera que él mismo había donado a la catedral y que debían arder continua­ mente en el altar del apóstol Santiago. Un año después, este mismo monarca regalaba dos lámparas de plata al altar del Apóstol, para cuyo mantenimien­ to otorgaba al deán y Cabildo 1.000 maravedís de juro de heredad situados en el alfolí de Pontevedra. En total se concedían 4.600 maravedís de juro de heredad para el mantenimiento de tres cirios y dos lámparas de plata que debían alumbrar el altar del apóstol Santiago. En los años de la Guerra Civil Castellana que enfrentó a los partidarios del monarca legítimo, Pedro I, con­ tra su hermano bastardo Enrique II, el Cabildo catedralicio debió encontrar serias dificultades para recaudar estos 4.600 maravedís que poseía en las rentas de Pontevedra. Ante las quejas presentadas por el Cabildo, Pedro I ordenaba al recaudador de las rentas reales del Reino de Galicia el pago de los 4.600 maravedís de juro al Cabildo. En pleno conflicto sucesorio, Enrique II otorgaba al deán y Cabildo de Santiago 10.000 maravedís de juro de heredad situados sobre los diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Noia para la celebración de veinticuatro ani­

María Teresa González Balasch, El Tumbo B de la catedral…, op. cit., doc. 110; citado por Francisco Javier Pérez Rodríguez, El Cabildo de Santiago…, tesis cit., pág. 502. 247

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versarios en la catedral de Santiago, dos misas mensuales, una por la memo­ ria de su esposa, la reina, y otra por el alma del rey Alfonso XI, su padre, y la de sus antecesores. El 22 de julio de 1369, el primer Trastámara completaba esta merced con otros 2.000 maravedís de juro de heredad situados en los diezmos de la mar y alfolíes de las villas de Noia y Padrón. A Enrique II se debe también la concesión de 3.700 maravedís de juro de heredad situados sobre los diezmos de la mar de Pontevedra para el man­ tenimiento de otras tres candelas que había donado a la catedral. Tal y como aparece recogido en la documentación, dicha cantidad se destinaría al man­ tenimiento de otras tres candellas que mandamos arder en el dicho altar [de Santiago] para todo siempre jamas, de noche et de dia segunt que arden las dichas tres candellas que y puso el dicho rey don Alfonso.248 En total, las cantidades concedidas por Alfonso XI y por su hijo En­ rique II de Trastámara sumaban un juro de 20.300 maravedís viejos, que durante el reinado de los Reyes Católicos suponían unos 33.833 maravedís de la moneda nueva. Según se constata en la documentación, los Privi­ legios otorgados por Alfonso XI y Enrique II serían confirmados por los monarcas posteriores. Juan II los confirmaba en 1379, Enrique III lo hacía en dos ocasiones, en 1393 y en 1401, y finalmente los Reyes Católicos los confirmaban el 20 de enero de 1478.249 Desde 1502 en adelante, tenemos documentada la percepción de este juro en dos partes: una primera de 20.000 maravedís que se dedicaría a la ce­ lebración de los aniversarios de los reyes y quedaría situada en los diezmos de la mar y alfolíes de Noia y Padrón, y una segunda, de menor cuantía, 18.833 maravedís, destinada al mantenimiento de las lámparas y candelas del altar mayor, quedando situada exclusivamente en el alfolí de Pontevedra.250

248 Antonio López Ferreiro, Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compos­ tela, Santiago de Compostela, 1898 –1909, vol. VI, pág. 33; citado en Francisco Javier Pé­ rez Rodríguez, El Cabildo de Santiago…, tesis cit., pág. 505. 249 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Sobre el origen de estos juros véase Francis­ co Javier Pérez Rodríguez, El Cabildo de Santiago…, tesis cit., págs. 503 – 505. 250 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Los 20.000 maravedís correspondientes a los aniversarios de los reyes resultan de la conversión de 12.000 maravedís viejos situados sobre estas rentas, al aplicar un coeficiente aproximado de 1,666 maravedís, tal y como se

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Desde principios del siglo xv, los monarcas incrementaron la con­ cesión de nuevas mercedes y juros de heredad a la Iglesia compostelana, si bien estas nuevas mercedes no recaerían únicamente en la figura del ar­zobispo de Santiago, sino también en otras autoridades eclesiásticas per­ tenecientes al Cabildo catedralicio.251 Así, tenemos noticia del Privilegio otorgado por Juan II el 15 de febrero de 1418, al arzobispo, deán y cabildo de Santiago de 4.000 maravedís de juro de heredad situados en las rentas del alfolí de Padrón, que recibieron a partir de la permuta efectuada con el ya citado Pedro Afán de Ribera, miembro del linaje de Güéjar, en el alja­ rafe sevillano.252 Las relaciones de situado correspondientes a los últimos años del reinado de los Reyes Católicos ponen de manifiesto que en 1504, el arzobispo, deán y cabildo de la Iglesia de Santiago aún conservaban este Privilegio.253 Algunos años después, el 10 de septiembre de 1450, Juan II concedía al Deán y cabildo de la Iglesia de Santiago 4.000 maravedís de juro de he­ redad de merced y limosna, situados en las alcabalas de los paños y vinos de Compostela. En origen, este juro había sido otorgado por Enrique III a la Iglesia compostelana a partir de la renunciación efectuada por el mayor­ domo real, Rodrigo Díaz de Mendoza, de los 35.000 maravedís de juro que tenía situados en los diezmos y aduanas del Reino de Murcia. Los Reyes Católicos confirmaban este Privilegio al deán y Cabildo catedralicio el 20 de enero de 1478.254

aprecia en las cuentas de los tesoreros arzobispales de los años ochenta. Del mismo modo, los 13.833 maravedís de juro dedicados a las lámparas y candelas del altar de Santiago resultan de aplicar este coeficiente a los 8.300 maravedís de juro viejos. 251 Nos hemos referido ya a este juro en las páginas 203–204 de este trabajo. 252 Ángel Rodriguez González, O tumbo Vermello…, op. cit., fol. 88 v., págs. 130 y 131; y Mercedes Vázquez Bertomeu, La Hacienda arzobispal…, op. cit., págs. 160, 191 y 251 (LR, C1, fol. 13 r., C1, fols. 25 r. – 25 v., y LR, C2, fol. 10 r.). 253 AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar. 254 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Carta de Privilegio de Juán II (Ocaña, 10 de septiembre de 1450), Carta de Privilegio y confirmación de Enrique IV (Segovia, 23 de octubre de 1459) y Reyes Católicos (Segovia, 20 de enero de 1478). Una copia de este juro y de sus respectivas Cartas de Privilegio y confirmación en ACS, S10 – 01.

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En 1457, el chantre de la Catedral de Santiago, don Alonso Sánchez Dávila, recibía un Privilegio de Enrique IV por valor de 2.000 maravedís de juro de heredad situados en las alcabalas de la carne de la ciudad de Santia­ go a partir de la renunciación que había efectuado en su favor el contador mayor de cuentas, García Sánchez de Valladolid.255 Desde principios de los años ochenta, las relaciones de situado ponen de manifiesto como este juro, en principio perteneciente al chantre de la catedral, había quedado fusionado con otros, como el de 4.000 maravedís que Juan Xorpa había donado al Cabildo catedralicio, situado por mitad en las alcabalas del vino y pescado de la ciudad de Santiago. Durante todo el reinado de los Reyes Católicos, la documentación hacendística constata la percepción de estos 6.000 maravedís de juro por parte del Deán y Cabildo de la Iglesia de Santiago.256 Además de los juros de heredad que durante los siglos xiv y xv obtuvo el Cabildo catedralicio a partir de diversas mercedes y privilegios reales, convie­ ne mencionar también algunos otros, especialmente aquellos que tenían que ver con numerosos aspectos devocionales y de culto religioso en la cate­dral. A lo largo del siglo xv, Juan II y Enrique IV dedicaron una parte conside­rable de los ingresos al mantenimiento y propaganda del culto al apóstol Santiago, pero sin duda los principales impulsores del culto al Apóstol fueron los Reyes Católicos, que concedieron nuevas mercedes y juros de heredad a la Iglesia de Santiago con claros fines propagandísticos para la monarquía. Desde finales del siglo xii, la Cofradía de los clérigos del coro de la Iglesia Catedral de Santiago obtuvo numerosas donaciones de la monarquía, fundamentalmente algunas sumas de dinero para la celebración de misas y aniversarios remuneración de su asistencia a funerales y entierros, si bien algunos años después, los reyes otorgarían a los clérigos del coro ciertas pro­ piedades o rentas anuales para la celebración de aniversarios perpetuos.257

Una copia de este juro de heredad otorgado al chantre de la catedral Alonso Sánchez Dávila en ACS, S10 – 03. Inserta Albalá de merced de Enrique IV (28 de enero de 1457), Carta de renunciación de García Sánchez de Valladolid (Palencia, 5 de enero de 1457), Carta de Privilegio y confirmación de Enrique IV (Palencia, 8 de febrero de 1457). 256 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. 255

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Además de las concesiones mencionadas, la Cofradía de los clérigos del coro obtendría también ciertas exenciones fiscales de parte de la Corona, como la concedida por Fernando III a los propios clérigos y a los que trabajaban sus heredades, eximiéndoles del pago de ciertos tributos y servicios, un Privile­ gio que sería confirmado algunos años después por Sancho IV.258 En las últimas décadas del siglo xiv, los doce clérigos de Sancti Spi­ ritus que servían en el altar de la catedral de Santiago tenían ya una parti­ cipación directa en las rentas de la monarquía. Percibían con periodicidad anual 2.400 maravedís de juro de heredad en virtud de un antiguo Privile­ gio de Enrique II otorgado el 16 de septiembre de 1371, mediante el cual se les hacía merced de dicha cantidad con el fin de que rogasen a Dios por el alma del rey don Alfonso XI, su padre. En un principio, estos 2.400 ma­ ravedís estuvieron situados en los diezmos de la mar del Reino de Galicia y los arrendatarios debían efectuar su pago por periodos trimestrales. Al­ gunos años después, concretamente durante el reinado de los Reyes Católi­ cos, los clérigos del coro percibían esta cantidad en los diezmos de la mar de la villa de Noia. Desde la fecha de su concesión, los sucesivos monarcas habrían ido confirmando este juro del que todavía tenemos noticia en las primeras décadas del siglo xvi.259 Desde mediados del siglo xv, las relaciones de situado relativas al par­ tido fiscal de Santiago registran la titularidad por parte de los capellanes,

Mercedes Vázquez Bertomeu, «La Cofradía de los clérigos del coro de Santiago y las Ordenanzas de 1457», Compostellanum, XLIV, 3 – 4 (1999), pág. 446. Esta autora loca­ liza la primera mención a la Cofradía de los clérigos del coro de Santiago, clericis chori, como beneficiarios del testamento de doña Urraca Fernández de Traba en 1199. 258 Ibid, págs. 446 – 447. Sobre los Privilegios reales que los monarcas otorgaron a la Co­­fradía véase Antonio López Ferreiro, Historia de la Santa A. M. Iglesia..., op. cit., vol. V, págs. 172 y 258, y vol. VI, págs. 180 y ss. También Emilio Carnes García,«Estudio institucional del Colegio de Sancti Spíritus de Santiago de Compostela», Compostellanum, XXVIII, 3 – 4 (1983), págs. 399 – 400. 259 AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 26 – I, fol. 17: Cartas de Privilegio y confirma­ ción: Juan I (Burgos, 11 de agosto de 1379), Enrique III (Valladolid, 22 de junio de 1401), Juan II (Valladolid, 17 de julio de 1420), Enrique IV (Badajoz, 18 de marzo de 1456), Reyes Católicos (Real de la Vega de Granada, 26 de septiembre de 1491), Juana I (Burgos, 22 de marzo de 1512). 257

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mozos y sacristán de la capilla de Santa María de la Iglesia de Santiago de un total de 30.000 maravedís de juro de heredad situados en las alcabalas del vino de la ciudad de Santiago y en el alfolí de la sal de la villa de Padrón.260 En su origen, esta cantidad había pertenecido al arzobispo Don Lope de Mendoza, quien los había obtenido a partir de dos Privilegios de Juan II. Por el primero de ellos, el monarca había hecho merced al arzobispo Don Lope de 25.000 maravedís de juro de heredad situados en las alcabalas del vino de Santiago, de los cuales el prelado compostelano decidía renunciar a 15.000 maravedís en beneficio de la capilla de Santa María de la catedral de Santiago, mientras que el resto, 10.000 maravedís, los cedía a favor de la Iglesia catedral de Sevilla. Mediante un segundo Privilegio, Juan II otorgaba al prelado compos­ telano otros 15.000 maravedís de merced de por vida, que poco después decidía convertir en juro de heredad. En suma, a partir de estos dos Privi­ legios (25.000 y 15.000 maravedís), y tras la cesión efectuada a la Iglesia catedral de Sevilla, el arzobispo Don Lope de Mendoza obtenía un total de 30.000 maravedís de juro de heredad en las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes del partido fiscal de Santiago, contando con licencia para dotar y renunciar 15.000 maravedís de ellos en beneficio de cualquier iglesia o monasterio. En junio de 1442, el arzobispo Don Lope de Mendoza decidía renunciar los 30.000 maravedís de juro de heredad de los que era titular en las alcaba­ las del vino de Santiago y en el alfolí de Padrón, en beneficio de la capilla que se estaba comenzando a construir junto a la catedral de Santiago bajo la advo­cación de Santa María. En su Carta de renunciación expresaba su deseo de continuar la edificación de la capilla y de que las obras finalizasen lo antes posible. La cantidad donada —30.000 maravedís—, se destinaría al pago de oficiales, pedreros, labradores y servidores que trabajaban en su construc­ ción, y una vez rematada la edificación de la capilla, se dedicarían al mante­ nimiento y sustento de los seis capellanes perpetuos, dos mozos servidores, un sacristán y una iluminaria, que servían en la catedral para la celebración de misas y oficios divinos. Además, se destinaría también una parte de éstos

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AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar.

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30.000 maravedís a los gastos de fábrica: ornamentos, cera, lámparas y otros objetos al servicio de la capilla. Un año después, en febrero de 1443, Juan II haría merced de estos 30.000 maravedís a los capellanes, mozos de capilla y sacristán, para lo que ordenaba a los contadores mayores asentar en los libros de nóminas de las mercedes dicha cantidad. Por consiguiente, desde 1443 en adelante éstos 30.000 maravedís de juro de heredad quedarían situados definitivamente en las alcabalas del vino de Santiago y en los alfolíes de la sal de Padrón, y su dedicación a la capilla de Santa María de la Iglesia catedral de Santiago consta durante todo el reinado de los Reyes Católicos.261 Como ya se ha señalado, durante su reinado, los Reyes Católicos con­ cedieron nuevas mercedes a la Iglesia catedral de Santiago, especialmente aquellas que tenían fines claramente propagandísticos para la monarquía. Buena prueba de ello son los 3.000 maravedís de juro de heredad que otor­ gaban en 1495 para la lámpara de los reyes de la catedral, que quedarían situados en las alcabalas del vino de la ciudad. Dicha cantidad se destinaría al mantenimiento de una lámpara de aceite que debía arder continuamente en el altar de Santiago en memoria de los reyes. En su Carta de merced, los monarcas especificaban como además de hacer frente al mantenimiento de la lámpara, la cantidad restante se dedicaría al mantenimiento de los pobres.262 El 25 de septiembre de 1482, los reyes confirmaban un Albalá que la Reina Católica había otorgado a la Iglesia compostelana unos meses antes, mediante el cual le hacía merced de un total de 35.000 maravedís de juro de heredad en las alcabalas del vino de la ciudad de Santiago para costear los gastos de seis cirios que debían arder día y noche en el altar del Após­ tol, con el fin de que los peregrinos que acudiesen a la ciudad encontraran luz y claridad en la Iglesia para sus oraciones y para el cumplimiento de

AGS, EMR, Mercedes y Privilegios, leg. 4 – II, fol. 107. Carta de Privilegio y confir­ mación de los Reyes Católicos de 8 de julio de 1477. 262 AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Carta de Privilegio de los Reyes Católicos (Burgos, 6 de octubre de 1495). Una copia de este juro en ACS, S10 – 05, inserta Albalá de merced de los Reyes Católicos (Madrid, 11 de agosto de 1495) y Carta de Privilegio de los mismos reyes (Burgos, 6 de octubre de 1495). 261

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sus devociones. En el Albalá mencionado, la reina Isabel especificaba que cada uno de los seis cirios debería llevar pintadas las armas de los reyes con su divisa que eran las once flechas. Señalaba también que el primer día de agosto de cada año, en que la Iglesia y el Cabildo acostumbraban a efectuar los nombramientos de tesoreros y oficiales, se debía nombrar un cardenal que recibiese los 35.000 maravedís haciendo juramento ante el Cabildo de que ésta cantidad se destinaría al mantenimiento de la cera y cirios que deberían arder continuamente en el altar del apóstol Santiago así como en aceite para las lámparas de los reyes, alumbrando en primer lugar la lám­ para de la reina doña Catalina. La concesión de estos 35.000 maravedís de juro de heredad para atender los gastos derivados del mantenimiento de los seis cirios tenía su origen en un Albalá que Enrique IV había otorgado a la Iglesia de Santiago el 20 de septiembre de 1469, mediante el cual le hacía merced de 25.000 maravedís de juro de heredad situados en las alcabalas, diezmos y alfolíes del arzobispado de Santiago para el mantenimiento de los cirios y lámparas que debían arder continuamente en el altar del apóstol Santiago. Al parecer, los Reyes Católicos no confirmaron este Albalá de Enrique IV, sino que concedieron una nueva merced a la Iglesia Composte­ lana, de la que tenemos noticia varios años después, a partir de una confir­ mación de la reina Juana.263 El mantenimiento de la candela del Corpus Christi de Santiago tam­ bién se costeó con cargo a las rentas de la monarquía, a partir de la re­ nunciación efectuada por el comendador mayor de León, don Gutierre de Cárdenas, en favor de la Iglesia de Santiago en los últimos años del reinado de los Reyes Católicos. En total se concedían 8.500 maravedís de juro de heredad situados sobre las alcabalas del vino de Santiago para venerar la imagen del Corpus, señalando que dicha cantidad se destinaría a costear una vela de cera de ocho onzas de peso que debía arder noche y día ante el Santísimo Sacramento. Se especificaba, por otra parte, que con la cantidad

AGS, Mercedes y Privilegios, leg, 26 – I, fol. 18. Carta de Privilegio y confirmación de los Reyes Católicos (Córdoba, 25 de septiembre de 1482) y Juana I (Burgos, 22 de mar­ zo de 1512). Una copia de este juro de heredad en ACS, S10 – 04, inserta Albalá de merced de la Reina Católica (22 de marzo de 1482) y Carta de Privilegio y confirmación de los Reyes Católicos (Córdoba, 25 de septiembre de 1482). 263

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

217

restante de éstos 8.500 maravedís se debería financiar una lámpara de acei­ te situada delante de la imagen de la Encarnación.264

Tabla 26.

Juros de heredad y mercedes de por vida que disfrutaba el Cabildo catedralicio de Santiago de Compostela entre 1345 y 1503, expresados en maravedís beneficiario

cuantía

rentas en las que se situaba

concesión

Arzobispo, deán y Cabildo

4.000

15 / 02 / 1418

Alfolí de Padrón

Deán y Cabildo de la Igle­ sia catedral de Santiago 265

20.000

1345 –1346

Diezmos de la mar de las villas de Noia y Padrón

Deán y Cabildo de la Igle­ sia catedral de Santiago 266

13.833

22 / 07 / 1369

Lámpara de los Reyes

Alfolí de Pontevedra Alcabalas del vino de Santiago

3.000

06 / 10 / 1495

Seis cirios del altar de San­ tiago

35.000

22 / 03 / 1482

Candela del Corpus Christi

8.500

1503



Chantre don Alonso Sánchez Dávila (desde 1480, deán y Cabildo)

6.000

1457

Alcabalas de las carnes, vinos y pescados de Santiago

4.000

10 / 09 / 1450

Alcabala de los vinos y paños de Santiago

Deán y Cabildo

267

Alcabalas del vino de Santiago

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. Las primeras noticias con las que conta­ mos sobre los 8.500 maravedís de juro destinados a venerar a la imagen del Corpus datan de 1503. Una copia de este juro en ACS, S10 – 07, inserta: Cédula de los Reyes Católicos autorizando el traspaso de estos 8.500 maravedís de juro de heredad de don Gutierre de Cárdenas en favor de la Iglesia de Santiago (Toledo, 18 de julio de 1502), Carta de renun­ ciación de don Gutierre de Cárdenas (Toledo, 19 de julio de 1502), y Carta de Privilegio de los Reyes Católicos (Toledo, 4 de agosto de 1502). 265 Para la celebración de los aniversarios de los reyes. 266 Para el mantenimiento de las lámparas y candelas del altar del Apóstol. 267 Fecha del traslado de la Carta de Privilegio (AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar). 264

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Tabla 26.

Juros de heredad y mercedes de por vida que disfrutaba el Cabildo catedralicio de Santiago de Compostela entre 1345 y 1503, expresados en maravedís

(continuación)

beneficiario

cuantía

Doce clérigos de Sancti Spí­ ritus del coro Capellanes, mozos y sacris­ tán de la capilla de Santa María de la Iglesia de San­ tiago

2.400

30.000

concesión

16 / 09 / 1371

1442

rentas en las que se situaba

Diezmos de la mar de Noia Alcabalas del vino de Santiago y alfolí de la sal de la villa de Pa­ drón

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar, EMR, Mercedes y Privilegios, leg. 4–II, fol. 107 y leg. 26–I, fol. 18 y ACS, S10, 1–7.

Los impuestos extraordinarios en el Reino de Galicia

E

estudio de la recaudación de pedidos reales, contribución de la Hermandad y servicios extraordinarios otorgados por las Cortes del reino, presenta especial interés en el Reino de Galicia, sobre todo porque, durante buena parte del siglo xv, la población gallega mostró una clara resistencia al pago de servicios extraordinarios, como consecuencia directa de la pérdida de representación de los procuradores gallegos en las Cortes del reino.268 Sin embargo, a pesar de ser este el principal motivo de oposición, en la primera mitad del siglo xv se dieron una serie de cir­ cunstancias que contribuyeron a acentuar, en mayor o menor medida, la negativa de Galicia al pago de impuestos extraordinarios. Entre los factores que jugaron un papel determinante en esta rebeldía fiscal que muestra el l

Sobre las dificultades que presenta el Reino de Galicia al pago de estos impuestos véase José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. I. Galicia señorial, Pontevedra, Fundación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa, 1987, pág. 301; César Olivera Serrano, «La ausencia de Galicia en las Cortes del siglo xv», en Galicia en la Edad Me­ dia, Madrid, 1990, pág. 318; «El pedido de 1455 en el Reino de Galicia», Cuadernos de Estudios Gallegos, Tomo LI, 117 (2004), págs. 363 – 374; y Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia y la recuperación del voto en Cortes», Compostellanum, vol XXV, núm. 1 – 4, 1480, págs. 69 – 79. Sobre los servicios extraordinarios votados por las Cortes de Castilla durante los reinados de Juan II y Enrique IV, resulta especialmente in­ teresante el manuscrito de la Real Academia de la Historia 9/1784. La documentación que recoge este manuscrito hasta el año 1474, ha sido publicada por César Olivera Serrano, Las Cortes de Castilla y León y la crisis del reino (1445 –1474). El registro de Cortes, Burgos, Cortes de Castilla y León, 1986, págs. 177 – 391. 268

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Reino de Galicia durante buena parte del siglo xv, destacan los privilegios y exenciones fiscales que durante los siglos bajomedievales los monarcas concedieron tanto a la Iglesia e instituciones eclesiásticas como a una parte de las ciudades, villas y lugares del Reino de Galicia. Por otra parte, se debe tener en cuenta que durante todo el siglo xv, el Reino de Galicia se hallaba exento del pago de monedas que las Cortes aprobaban junto al pedido, lo que indudablemente habría contribuido a incrementar la negativa del reino al pago del pedido o servicio extraordinario.269 Desde 1406 en adelante, pedidos y monedas quedaban englobados bajo la denominación genérica de servicios que las Cortes aprobarían sucesivamente durante los reinados de Juan II y Enrique IV. En el caso de Galicia, al estar exenta del pago de monedas, los servicios extraordinarios continuarían recaudándose bajo la forma de pedidos reales. Otro factor a considerar con relación a la oposición que muestra el rei­ no al pago de servicios extraordinarios es que buena parte de la población del Reino de Galicia debía hacer frente a las exigencias señoriales, lo que sin duda habría contribuido a incrementar la presión fiscal sobre la pobla­ ción, y en consecuencia, la oposición que los vecinos manifestaban al pago de tributos reales. El ejemplo más significativo se observa en la Tierra de Santiago, donde la población, además de atender al pago del pedido real, debía hacer frente al pago del servicio extraordinario que demandaban los oficiales del arzobispo.270 De cualquier manera y a pesar de la oposición que manifiesta el reino desde las primeras décadas del siglo xv al pago de servicios extraordinarios, la documentación hacendística confirma que Ga­ licia contribuyó en varias ocasiones, al menos durante la década de los años cuarenta, en los que con frecuencia se efectuaron dos repartos de pedido en

César Olivera Serrano, «El pedido de 1455…», art. cit, pág. 364. Sobre el origen del servicio extraordinario que los habitantes de la Tierra de San­ tiago satisfacían durante el siglo xv a la Hacienda Arzobispal compostelana y su trans­ formación en un tributo de carácter meramente señorial véase mi artículo «Los servicios extraordinarios de la Mesa arzobispal compostelana: la señorialización de un impuesto de origen real en la Tierra de Santiago», en Actas del IV Simposio Internacional de Jóvenes Medievalistas, Lorca, Ayuntamiento de Lorca y otros – Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, 2008, págs. 221– 240. 269 270

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

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un mismo año, lo que puede interpretarse como uno de los mecanismos em­ pleados desde los órganos hacendísticos como forma de amortizar la deuda contraída de años anteriores. No creemos conveniente referirnos al origen, concepto y naturaleza de los tributos extraordinarios que se recaudan en el Reino de Galicia durante el siglo xv, ya que todos ellos han sido bien estudiados por el profesor La­de­ ro Quesada.271 Durante todo el siglo xv, Galicia debía contribuir en el pago de pedidos reales extraordinarios así como en los repartos de moneda forera que el reino debía pagar en reconocimiento del señorío real. Sin embargo, durante los siglos bajomedievales, el Reino de Galicia estuvo exento del pa­­go de monedas. Posteriormente, durante el reinado de los Reyes Católicos, con­ tribuiría en los repartimientos de la Hermandad, y ya a partir de 1500 en los servicios votados en Cortes.272 A lo largo de este capítulo nos ocuparemos de analizar la evolución que experimentaron los pedidos reales en el Reino de Galicia en el siglo xv, el

Para el estudio del pedido, monedas y moneda forera destacan los trabajos de Miguel Ángel Ladero Quesada, Fiscalidad y poder real en Castilla (1252 –1369), Madrid, Real Academia de la Historia, 2011; «Cortes de Castilla y León y fiscalidad regia, 1369 –1429», en Las Cortes de Castilla y León en la Edad Media, Valladolid, Cortes de Castilla y León, 1988, I, págs. 289 – 373; La Hacienda Real de Castilla en el siglo xv, La Laguna, 1973; «Ingreso, gasto y política fiscal de la Corona de Castilla desde Alfonso X a Enrique III (1252 –1406) en El siglo xv en Castilla. Fuentes de renta y política fiscal, Barcelona, 1982. Del mismo autor, un trabajo que recopila buena parte de los anteriores, La Hacienda Real de Castilla 1369 –1504, Madrid, Real Academia de la Historia, 2009. Un estudio detallado sobre el origen y organización de la Hermandad en Castilla y en el Reino de Galicia duran­ te el reinado de los Reyes Católicos, y de las cuentas, ingresos y gastos de la Contribución de la Hermandad, en los trabajos del mismo autor, La Hermandad de Castilla. Cuentas y memoriales. 1480 –1498, Madrid, 2005; y «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», Cua­ dernos de Estudios Gallegos, Tomo LII, vol. 118, (2005), págs. 240 – 287. Sobre los servi­ cios extraordinarios votados en Cortes destacan los trabajos del profesor Juan Carret­ ero Zamora, Cortes, monarquía, ciudades. Las Cortes de Castilla a comienzos de la épo­ca moderna (1476 –1515), Madrid, Siglo XXI de España, 1988. 272 Para un conocimiento más detallado de cada uno de estos impuestos se pueden con­ sultar las voces «pedido real», «moneda», «moneda forera», «contribución de la Herman­ dad», «servicios» en el Glosario Crítico de Fiscalidad Medieval (ISSN: 2255–095X), disponible en línea (www.imf.es). 271

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proceso de implantación de la Hermandad en Galicia y el papel que jugó como organismo recaudador de impuestos al sustituir, desde 1476 en adelan­ te, a los tradicionales pedidos reales por una nueva contribución para la que ya no resultaba necesaria la aprobación de las Cortes. La última parte de este capítulo se dedica al estudio de los servicios extraordinarios votados por las Cortes del reino a partir del año 1500, que iniciaban un nuevo período fiscal, una vez desarticulados los órganos centrales de la Hermandad en 1498, una etapa en la que los ingresos derivados de la recaudación del servicio extraor­ dinario se dedicarían fundamentalmente a costear las campañas de conquista que la monarquía hispánica había acometido sobre otros territorios desde mediados de los años noventa.

Pedidos y monedas Como ya se ha señalado, la oposición que durante buena parte del siglo xv presenta el Reino de Galicia al pago de servicios extraordinarios, se debió fundamentalmente a la falta de representación del reino en Cortes, aunque el origen del problema fuera muy anterior y en él tuvieran que ver otros mu­ chos factores, entre ellos los numerosos privilegios y exenciones fiscales que los reyes habían concedido a los poderes señoriales, ya se tratase de señores laicos o eclesiásticos. Es evidente que entre los agraciados por estos privi­ legios fiscales se encontraban las instituciones eclesiásticas, numerosos mo­ nasterios repartidos por todo el reino, a los que los monarcas habían eximido del pago de pedidos y monedas.273 Entre los principales beneficiarios de estas exenciones fiscales se encontraba la Iglesia de Santiago con su señorío juris­ diccional, a la que Fernando IV había concedido la mitad de las monedas y servicios extraordinarios de la Tierra de Santiago. Las primeras menciones relativas a la concesión de servicios extraordi­ narios que los monarcas otorgaron a la Iglesia de Santiago datan de 1286. En

Véase Luis Sánchez Belda, Documentos reales de la Edad Media referentes a Ga­ licia: catálogo de los conservados en la Sección de Clero del Archivo Histórico Nacional, Madrid, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1953. 273

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

223

octubre de este año, Sancho IV ordenaba a los recaudadores del servicio del Reino de Galicia, entregar al arzobispo electo de Santiago, Don Fray Rodri­ go González de León O. P., la mitad de los servicios que le habían sido con­ cedidos por las Cortes de Sevilla. Cuatro años después, en 1290, le concedía otros 20.000 maravedís en cada uno de los siete servicios que quedaban por recaudar de los diez que habían sido concedidos en Villabuena.274 Pero sin duda, el Privilegio más importante, relativo a la concesión de pedidos y monedas al arzobispo de Santiago, es el concedido por el rey Fer­ nando IV el 4 de mayo de 1304, mediante el cual otorgaba al prelado com­ postelano la mitad de las monedas y servicios extraordinarios que la Hacien­ da Real recaudaba en la Tierra de Santiago. Unos años después, en 1313, Alfonso XI reiteraba esta concesión al reconocer a la Iglesia de Santiago el derecho a recaudar la mitad de los servicios y monedas en los lugares perte­ necientes a su jurisdicción en los Reinos de Galicia, León y Castilla. Cuatro años más tarde, el 20 de mayo de 1317, Alfonso XI ordenaba que la mitad de los servicios que le habían sido concedidos en las Cortes de Carrión se recaudasen en la Tierra de Santiago para la Iglesia Catedral.275 Por otra parte, la ciudad de Santiago también había recibido ciertos Privilegios reales que la eximían del pago de pedidos extraordinarios. Así, por ejemplo, Sancho IV había hecho merced a los vecinos y labradores de la ciudad de todos los servicios y pedidos que se le debiesen o que se repar­ tiesen en el Reino de Galicia, un Privilegio que sería confirmado posterior­ mente por los reyes Fernando IV y Alfonso XI.276 Es evidente que la concesión de la mitad de los servicios y monedas de la Tierra de Santiago a la Iglesia compostelana y la exención del pago de una parte del servicio a la ciudad de Santiago contribuyeron a incrementar

274 José Manuel Nieto Soria, Iglesia y poder real en Castilla: el episcopado (1250–1350), Madrid, Editorial Universidad Complutense, 1988, pág. 134, citado por Marta González Vázq ­ uez, El arzobispo de Santiago…, op. cit., pág. 242. 275 Sobre cada una de estas concesiones véase María Teresa González Balasch, El Tum­ bo B de la catedral…, op. cit., págs. 420, (doc. 220), 309 (doc. 150), 416 (doc. 217), 419 (doc. 219), 262 (doc. 121) y 140 (doc.40). 276 Antonio López Ferreiro, Fueros municipales de Santiago y su tierra, Santiago de Compostela, 1895–1896; reproducción facsímil, 1975, pág. 422.

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la oposición de la población gallega al pago de tributos extraordinarios a la monarquía. Pero sin duda el factor más decisivo fue la exención generali­ zada del pago de monedas al conjunto del Reino de Galicia, lo que provocó un gran perjuicio en la recaudación del pedido real sobre el que recaería el montante global que hubiera correspondido al pago de monedas. Así se manifestaba en las Cortes de 1451, en las que los procuradores insistían en la dificultad para recaudar los pedidos reales en el Reino de Galicia como consecuencia de la exención del pago de monedas que disfrutaba el reino. Al respecto señalaban lo siguiente: la gran cabeza que tienen, porque lo mesmo que montava el pedido e moneda se echó todo en pedido.277 En relación con la exención del Reino de Galicia al pago de monedas, únicamente tenemos noticia del Privilegio ya mencionado por el que Fernan­ do IV hacía merced al prelado compostelano en 1304, de la mitad de las mo­ nedas y servicios extraordinarios de la Tierra de Santiago, y la confirmación de dicho Privilegio a la Iglesia de Santiago en 1313, en el que reconocía al prelado compostelano el derecho a recaudar la mitad de los pechos, servicios y monedas que había recibido de los monarcas anteriores en sus dominios jurisdiccionales de los Reinos de Galicia, León y Castilla.278 Es posible que estos Privilegios, en origen concedidos a la Iglesia de Santiago, con el tiempo se hubiesen generalizado a todo el Reino de Gali­ cia, ya que pese a no conocer el Privilegio real que con carácter general eximiera del pago de monedas a todo el reino, desde las primeras décadas del siglo xv, Galicia aparece excluida de los repartimientos de monedas que se efectúan en toda la Corona de Castilla.279 Con relación al pago de moneda forera en principio todo el Reino de Ga­licia, incluida la Tierra de Santiago, estaba obligado a contribuir en reco­ nocimiento del señorío real, si bien desde principios del siglo xiv la Iglesia de

277 Cortes de los antiguos Reinos…, t. III, pág. 606, en Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino…», art. cit., pág. 76. 278 María Teresa González Balasch, El Tumbo B de la catedral…, op. cit., pág. 416 (doc. 217) y pág. 262 (doc. 121). 279 Los repartos generales de monedas para toda la Corona de Castilla en los años 1429, 1430 y 1431, excluyen por completo al Reino de Galicia. Al respecto véase AGS, EMR, leg. 1, fols. 217 – 218, 225 – 226 y 235 – 236.

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Santiago percibía la mitad del producto de la moneda forera que se recaudaba en la Tierra de Santiago. Con posterioridad a esta concesión, el 28 de junio de 1313, Alfonso XI le hacía merced de otros 20.000 maravedís en la mitad de la moneda forera que había quedado para la Hacienda Regia en las sacadas del Reino de Galicia.280 Consta, por otra parte que la ciudad de Santiago de Compostela también había recibido ciertas exenciones en el pago de moneda forera. Concretamente, el rey Sancho IV había eximido a los burgueses de Compostela del pago de cuatrocientas monedas del valor del encabezamiento de la moneda forera, y Enrique III confirmaba este Privilegio a la ciudad de Santiago en 1399: ... por fazer bien e merced a la dicha ciudad que les quita­ ron para siempre jamás cuatrocientas monedas, tanbién de mo­ nedas foreras, como de servicios que le oviesen a dar los conce­ jos e los otros de mis Reynos…281 No obstante, y al margen de los privilegios que disfrutaba la Tierra de Santiago con relación al pago de moneda forera, parece que en general el Reino de Galicia estuvo obligado a contribuir. Buena prueba de ello es la sentencia que en 1376 declaraba a la Tierra de Trasancos exenta de pagar monedas al rey, salvo unas cáñamas en reconocimiento del señorío real. La propia sentencia declaraba a los vecinos y moradores de la Tierra de Trasancos hijosdalgo notorios, exentos del pago de monedas, pechos, pe­ didos o cualquier otro tributo de carácter extraordinario, a excepción de la moneda forera. El 16 de agosto de 1413, Juan II confirmaba este Privilegio a los vecinos y moradores de dicha Tierra, y unos años después, en 1420, el monarca confirmaba una sentencia otorgada en 1373 al monasterio y coto de San Salvador de Pedroso, en la Tierra de Trasancos, que eximía a sus ha­ bitantes del pago de monedas por cabezas y otros pechos o tributos reales con excepción de las dos cáñamas de monedas que se pagaban cada siete

María Teresa González Balasch, El Tumbo B de la catedral de Santiago…, op. cit., pág. 95 (doc. 17). 281 Antonio López Ferreiro, Fueros municipales…, op. cit., pág. 425. 280

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años en reconocimiento del señorío real. Los Reyes Católicos confirmaban estos Privilegios el 20 de marzo de 1484.282

El pedido real extraordinario en la primera mitad del siglo xv La historiografía de los últimos años ha llamado la atención sobre la resistencia que el Reino de Galicia presentó al pago de servicios extraordi­ narios desde finales de la década de los años veinte del siglo xv.283 En opi­ nión de algunos autores, esta oposición de la población gallega al pago de servicios aprobados en Cortes habría tenido lugar desde principios del siglo xv hasta mediados de los años sesenta y se habría debido, fundamentalmen­ te, a la ausencia de procuradores gallegos en las Cortes del reino.284 Tal y como ha señalado César Olivera Serrano, fue precisamente en las Cortes de Madrid de 1419, cuando quedaron fijadas las diecisiete villas y lugares que en lo sucesivo deberían acudir a las convocatorias de Cortes en la Corona de Castilla, quedando al margen el Reino de Galicia. Es posible que fuese a partir de esta fecha cuando los gallegos hubiesen dejado de contribuir en los servicios de Cortes, aunque algunos autores sitúan este acontecimiento unos años después, en 1425, cuando el rey Juan II hizo jurar al príncipe Don Enrique en Valladolid.285 Sin embargo, con independencia del momento en el que hubiese per­ dido su voto en Cortes, la ausencia de procuradores gallegos en las Cortes del reino tendría como consecuencia inmediata la oposición de una parte de la población gallega al pago de servicios extraordinarios a la monarquía. La primera noticia acerca de la resistencia del Reino de Galicia al pago del

AGS, RGS, Tarazona, 20 de marzo de 1484, fols. 1 y 2. José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. I. Galicia señorial, op. cit., pág. 301; César Olivera Serrano, «La ausencia de Galicia en las Cortes…», art. cit., pág. 318; y Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., págs. 69 –79. 284 César Olivera Serrano, «La ausencia de Galicia en las Cortes…», art. cit., pág. 318. 285 Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., pág. 71. 282 283

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pedido extraordinario procede de las Cortes de Palencia de 1431. Los Cua­ dernos de Cortes relativos a este año señalan que Galicia no había pagado desde 1429 y de ahí la solicitud al monarca de que Galicia contribuyese en el pedido extraordinario, pues de no ser así, la deuda pendiente recaería sobre los otros territorios de la Corona de Castilla: Otrosi suplicamos a V. A que por cuanto, segund somos cer­­ tificados, en el regno de Gallizia no han pagado en este anno de veynte e nueve que paso lo que les fue repartido e les copo de pa­ gar en el pedido que a Vuestra sennoría fue otorgado en cada uno de los dichos annos, de lo cual a vuestra sennoría viene deser­vicio e a vuestros regnos recresce mayor cargo, que vuestra alteza quiera proveer en tal manera que lo que así es debido en el dicho rregno de Gallizia del dicho pedido de los dichos annos, sea pa­ gado e cobrado en tal manera que vuestra senoría dello se pue­ da servir para su necesidad presente de la guerra de los moros, e los otros vuestros pueblos no ayan de lazerar e satisfacer por lo que así los rebeldes no pagan a vuestra alteza.286 Efectivamente, durante toda la década de los años treinta, la documen­ tación de la Escribanía Mayor de Rentas no registra noticia alguna sobre los repartos de pedidos reales en Galicia, de modo que será preciso esperar a 1442 para disponer de las primeras noticias relativas a dichos repartos. Teniendo en cuenta esta negativa al pago de pedidos extraordinarios, en las Cortes de Madrid de 1435, los procuradores del reino insistían de nuevo en la oposición que presentaba el Reino de Galicia y las Asturias de Oviedo al pago de pedidos y exigían al rey la contribución de los gallegos en sus obligaciones fiscales.287

Cortes de los antiguos Reinos de León y Castilla, Madrid, Real Academia de la Histo­ ria, t. III, pág. 102, en Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., pág. 75. 287 César Olivera Serrano, «La ausencia de Galicia en las Cortes…», art. cit., pág. 318. 286

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A pesar de esta rebeldía fiscal a la que se refieren los Cuadernos de Cortes, desde principios de los años cuarenta, la documentación hacendís­ tica conservada en el Archivo General de Simancas permite comprobar que Galicia contribuyó en el pago del pedido en determinadas ocasiones. En el reparto del pedido efectuado en 1440, Galicia todavía no contri­ buyó. El pedido de 1440 asignaba un total de 13.684.429 maravedís para toda la Corona de Castilla, de los cuales, los territorios gallegos debían aportar 1.790.590 maravedís, lo que venía a suponer exactamente el 13% del total fiscal repartido en Castilla.288 La cantidad adjudicada a Galicia en 1440 (1.790.590 maravedís), era justamente la mitad de la que se asignaría en años posteriores (3.581.180 maravedís), lo que algunos autores han in­ terpretado como una consecuencia de que las Cortes de Valladolid de este año hubieran aprobado un pedido sin moneda.289 Posteriormente, en las Cortes de Valladolid de 1442, los procuradores trataron de averiguar las cantidades que los contribuyentes gallegos de­ bían desde 1430 y establecer un sistema de cobro para amortizar la deuda contraída.290 No obstante, parece que los intentos de saldar deudas de años anteriores no tuvieron el éxito esperado, ya que unos años después, en las Cortes de Burgos de 1453, se exponían de nuevo las mismas quejas: otrosi suplicamos asimismo a vuestra alteza que le plaga de mandar ejecutar por los vuestros pedidos e monedas e otros pechos e derechos que a vuestra alteza son devidos de los annos

Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla…, op. cit., pág. 209. César Olivera Serrano, «Las Cortes de Castilla y el poder real (1431–1444)», En la España Medieval, n.º 11 (1988), pág. 258, n.º 87, y del mismo autor «El pedido de 1455…», art. cit., págs. 363 – 374. El total asignado al Reino de Galicia en las Cortes de Valladolid de 1440, que ascendía a 1.790.590 maravedís, se repartió de la siguiente manera: 752.855 maravedís correspondieron al arzobispado de Santiago con Tui, 510.000 maravedís al obis­ pado de Ourense, 264.580 maravedís al de Lugo, y 262.610 maravedís al de Mondoñedo. Al respecto véase AGS, EMR, leg. 2, s. f. 290 César Olivera Serrano, «La ausencia de Galicia en las Cortes…», art. cit., pág. 318; Cortes de los antiguos Reinos de León y Castilla, t. III, pág. 404; y en Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., pág. 75 288

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El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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pasados, en las cibdades e villas e lugares del regno de Galicia enbiándolos mandar con grandes fuerças e premios e firmezas e penas que los paguen.291 En cada uno de los años 1442 y 1443, se efectuaron dos repartos de pedi­ do para el Reino de Galicia y las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo, po­ siblemente como uno de los mecanismos adoptados para amortizar la deuda pendiente de años anteriores. De este modo, en el primer reparto correspon­ diente al año 1442 el total recaudado en el conjunto de los cuatro partidos fiscales gallegos alcanzó la cantidad de 3.581.080 maravedís, según se detalla en la siguiente tabla 27.

Tabla 27.

Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el primer reparto del año 1442, expresado en maravedís y reales partido fiscal

maravedís

reales

porcentaje

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

1.505.650

188.206

42,04

Obispado de Ourense

1.021.050

127.631

28,51

Obispado de Lugo

529.160

66.145

14,77

Obispado de Mondoñedo

525.220

65.652

14,66

3.581.080

447.635

100,00

Total

Fuente: AGS, EMR, leg. 2, fols. 415 r. – 417 v.

Las cuantías asignadas al Reino de Galicia en el segundo reparto efectua­ do en el año 1442 son idénticas a las que figuran en la precedente tabla 27, de manera que el total exigido al Reino de Galicia este año habría ascendi­do a 7.162.160 maravedís. Un año después, en 1443, se efectuaban nuevamente

Cortes de los antiguos Reinos…, op. cit., t. III, pág. 656; Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., pág. 76. 291

230

Amparo Rubio Martínez

dos repartos de pedido, seguramente iguales, aunque sólo conocemos las cuantías asignadas al segundo de ellos, similares también a las repartidas en el año 1442.292 En 1444, la población gallega contribuyó con la tercera parte del im­ porte global del pedido que las Cortes habían asignado para todo el Reino de Galicia. Las cuantías recaudadas en los cuatro partidos fiscales gallegos sumaron éste año 1.193.664 maravedís, lo que venía a suponer exactamen­ te la tercera parte del total con el que el Reino de Galicia debía de haber contribuido los años anteriores. El reparto porcentual por provincias fisca­ les es también similar al que se observa para los años 1442 y 1443, según se puede comprobar en la siguiente tabla 28.

Tabla 28.

Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1444, expresado en maravedís y reales partido fiscal

maravedís

reales

porcentaje

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

501.895

62.736

42,00

Obispado de Ourense

340.168

42.521

28,40

Obispado de Lugo

176.522

22.065

14,78

Obispado de Mondoñedo Total

175.079

21.884

14,66

1.193.664

149.206

100,00

Fuente: AGS, EMR, leg. 2, fol. 262.

Una vez más, en 1445, se efectuaban dos repartos del pedido real, aun­ que sólo conocemos el importe del segundo, de manera que no resulta po­ sible estimar la cuantía global del pedido repartido este año en el Reino Galicia. Este segundo reparto alcanzó la cantidad de 4.724.291 maravedís, según se detalla en la siguiente tabla 29.

292

AGS, EMR, leg. 2, fol. 442.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

231

Si consideramos el monto del primer reparto de pedido de cuantía simi­lar a la del segundo, el valor global del pedido habría alcanzado los 9.448.482 ma­ ravedís, una cantidad que a todas luces resulta excesiva, teniendo en cuenta los valores asignados a Galicia en los años anteriores, así como los que se fijaron para el conjunto de la Corona de Castilla. Según los datos proporcionados por César Olivera Serrano, en 1445, los contadores mayores reales estimaron en 47.000.000 de maravedís la recaudación del pedido de toda la Corona de Casti­ lla, de los cuales 3.000.000 de maravedís correspondían a Galicia, lo que repre­ sentaba exactamente el 6,3% del total.293 Esta información difiere de los valores que proporciona la documentación hacendística de Simancas para el pedido de 1445, ya que sólo el segundo reparto efectuado este año, superaba ampliamen­ te los tres millones de maravedís, sumando un total de 4.724.241 maravedís. A tenor de esta información, todo hace sospechar que de acuerdo con la estrategia adoptada en los años precedentes, se hubieran tratado de efectuar dos repartos de pedido como forma de amortizar la deuda acumulada en años anteriores y que ante la dificultad para poder recaudarlos, finalmente se hubiera efectuado un único reparto por cuantía más elevada a la inicialmente prevista.

Tabla 29. Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el segundo reparto del año 1445, expresado en maravedís y reales partido fiscal

maravedís

reales

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

1.984.730

248.091

42,00

Obispado de Ourense

1.347.734

168.466

28,50

698.486

87.310

14,78

Obispado de Lugo Obispado de Mondoñedo Total

porcentaje

693.291

86.661

14,67

4.724.291

590.536

100,00

Fuente: AGS, EMR, leg. 2, fol. 462.

César Olivera Serrano, «La ausencia de Galicia en las Cortes del siglo cit., pág. 318. 293

xv»,

art.

232

Amparo Rubio Martínez

Los últimos datos relativos al pedido del Reino de Galicia durante el reinado de Juan II, son los que se refieren a los años 1447 y 1448. En el pri­ mero de ellos, se repartieron dos pedidos de diferente cuantía que sumaron un total de 4.470.889 maravedís, como se puede apreciar en la siguiente tabla 30, y un año después, en 1448, el pedido alcanzaba los mismos valo­ res que el segundo reparto efectuado en 1447, unos 2.683.079 maravedís, según se observa en la tabla 31.

Tabla 30. Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en los dos repartos del año 1447, expresado en maravedís y reales primer reparto maravedís

partido fiscal

reales

segundo reparto

total anual

maravedís

reales

maravedís

reales

140.813

1.876.602

234.575

95.723 1.276.312

159.539

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

750.095

93.731

1.126.507

Obispado de Ourense

510.525

63.815

765.787

Obispado de Lugo

264.580

33.072

396.870

49.608

661.450

82.681

Obispado de Mondoñedo

262.610

32.826

393.915

49.239

656.525

82.065

Total 1.787.810

223.476

2.683.079

335.384

4.470.889

558.861

Fuente: AGS, EMR, leg. 2, s. f.

Tabla 31.

Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1448, expresado en maravedís y reales partido fiscal

maravedís

reales

porcentaje

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

1.126.507

140.813

41,98

Obispado de Ourense

765.787

95.723

28,54

Obispado de Lugo

396.870

49.608

14,79

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

233

Tabla 31.

Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1448, expresado en maravedís y reales

(continuación)

partido fiscal

maravedís

Obispado de Mondoñedo Total

reales

porcentaje

393.915

49.239

14,68

2.683.079

335.384

100,00

Fuente: AGS, EMR, leg. 2, s. f.

De lo anteriormente expuesto podemos deducir que este doble reparto de pedido durante la década de los años cuarenta habría tenido como ob­ jetivo prioritario saldar la deuda que el Reino de Galicia había contraído del pedido real de años anteriores. Desde 1450 en adelante no volvemos a tener noticia de este doble reparto y tal y como tendremos oportunidad de comprobar a continuación, las cantidades asignadas a los pedidos de la segunda mitad del siglo xv, serían las mismas que las asignadas a un solo pedido de los años cuarenta, lo que demuestra una vez más, que el doble reparto del pedido habría correspondido a una estrategia planteada para amortizar la deuda acumulada de años anteriores.294 Sin embargo, y a pesar de las numerosas contribuciones soportadas por el Reino de Ga­licia en los repartos del pedido real extraordinario efectuados en la década de los años cuarenta, pa­rece que las resistencias al pago habrían continuado algunos años después. De nuevo, en 1451, los procuradores de Cortes exponían al rey la resistencia que el Reino de Galicia y Asturias ha­ bían mostrado al pago de pedidos reales en los años pasados, alegando que apenas habían pagado, y cuando lo habían hecho, la cantidad había sido tan exigua que ni siquiera había llegado para cubrir los gastos derivados de la

Sobre el pedido repartido en 1457, véase Amparo Rubio Martínez, Hacienda y go­ bierno de los Reyes Católicos…, tesis cit., págs. 170 –172; y César Olivera Serrano, «El pedido de 1455...», art. cit., págs. 363 – 374. 294

234

Amparo Rubio Martínez

recaudación. Al mismo tiempo, la deuda acumulada de años anteriores di­ ficultaba la recaudación de los nuevos pedidos que se estaban repartiendo en los últimos años del reinado de Juan II. Precisamente en 1451, los pro­ curadores de Cortes señalaban que la mayor dificultad con la que contaba la recaudación de pedidos consistía en la acumulación de deudas relativas a los años anteriores: las mayores dificultades que hay en se cobrar los dichos pe­ didos es por la gran suma e quantía que a cada uno cabe a pagar, segund la grand carga a que de los dichos annos pasados tienen por no haber pagado.295 Sabemos, por otra parte, que este mismo año, el arzobispo de Santiago trató de saldar las deudas que la Tierra de Santiago tenía pendientes con la Hacienda Regia. Para ello, solicitaba al monarca una especie de amnistía fiscal a cambio de la entrega de una cantidad fija, aunque en este caso pare­ ce que el monarca no se mostró muy receptivo a las exigencias del prelado, por cuanto en las Cortes de Burgos de 1453, los procuradores exigían de nuevo al rey que el Reino de Galicia, y con él la Tierra de Santiago pagase las deudas de años anteriores.296

El pedido real extraordinario en la segunda mitad del siglo xv De acuerdo con lo expuesto en el apartado anterior, es posible afirmar que durante toda la primera mitad del siglo xv, Galicia mostró una gran resistencia al pago de pedidos reales, una rebeldía fiscal que no haría sino continuar en los decenios siguientes, cobrando especial importancia duran­ te la década de los años sesenta.

Cortes de los antiguos Reinos..., t. III, pág. 605; y en Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., pág. 75. 296 Laura Fernández Vega, «Las juntas del Reino de Galicia…», art. cit., pág. 76. 295

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

235

Nos hemos referido también al motivo fundamental que la población gallega argumentó, una y otra vez, para justificar su negativa al pago de servicios extraordinarios: la falta de representación de los procuradores gallegos en las Cortes del reino. Sobre esta cuestión, contamos con un tes­ timonio del concejo de Ourense de 1465, como respuesta al interrogatorio propuesto por la Corte de Enrique IV en los siguientes términos: que por quanto el dicho Regno de Gallizia es regnado so­ bre sy de vuestra alteza, que los procuradores del dicho vuestro Regno deverían ser llamados para las cosas semejantes, según que antes lo eran, e por ellos ser sabidores de las dichas necesi­ dades e menesteres de Vuestra Alteza, esto mismo para que ellos dixesen a Vuestra Alteza e vos informasen de las cosas compli­ deras a vuestro real servicio e al bien e pro común, gobernación e regimiento del dicho vuestro regno, et quando fueren llamados e sabidas vuestras necesidades e menesteres, ellos como buenos e leales vasallos vuestros e de vuestra señoría no fueran menos obedientes a vos faser servicio e otorgar a Vuestra Real Seño­ ría todo aquello que a ellos posible fuese de pagar según sus quantidades e faziendas los pudiesen pagar, para lo qual disen que pues non fueron llamados nin por ellos otorgados que por esta rasón no son ni seran obligados de pagar lo que los otros procuradores de los otros vuestros regnos que para ello fueron llamados lan­çaron e repartieron en el dicho vuestro regno…297 La respuesta del concejo de Ourense al monarca, pone de manifiesto que los gallegos recurrieron al mejor de los argumentos para evitar la con­ tribución del pedido, aunque existieran otros no menos importantes, a los que ya nos hemos referido. Sabemos por otra parte, que todavía a princi­ pios del siglo xvi, la población gallega alegaba la falta de representación de los procuradores gallegos en las Cortes del reino, como motivo funda­

Publicado por José García Oro, Galicia en la Baja Edad Media, op. cit., Santiago, 1977, pág. 245 – 248. 297

236

Amparo Rubio Martínez

mental para justificar la oposición al pago de servicios extraordinarios. No obstante y a pesar de las dificultades que planteó la recaudación del pedido real en el Reino de Galicia durante el reinado de Enrique IV, sabemos que al menos Galicia contribuyó en los pedidos de los años 1457 y 1462.298

El pedido de 1457 Al comenzar el reinado de Enrique IV, concretamente en los años 1455 y 1456, se llevaba a cabo el repartimiento de un nuevo pedido real, en el que Galicia no habría contribuido teniendo en cuenta que este año se apli­ caba un descuento a los arrendatarios mayores de 4.000.000 de maravedís sobre un total de 87.531.000 maravedís por la quiebra de Galicia, lo que venía a suponer algo menos de un cinco por ciento del total.299 Sin embargo, dos años después, en 1457, se efectuaba un nuevo repar­ timiento del pedido real en el que sí tenemos documentada la contribución de los distintos partidos fiscales gallegos.300 Efectivamente, el estudio de la documentación hacendística pone de manifiesto que la contribución de Galicia en el pedido de 1457 se efectuó por regiones o partidos fiscales.301 Y por otra parte, la documentación de la Escribanía Mayor de Rentas per­ mite conocer las cuantías globales asignadas a cada partido fiscal, con detalle de la cantidad con la que debía contribuir cada una de las ciuda­ des, villas y lugares que formaban parte del mismo. Así, sabemos que la recaudación de dicho pedido en el arzobispado de Santiago generó unos ingresos de 1.507.320 maravedís. La Iglesia de Santiago era titular de 39 escusados de merced de juro de heredad en el pedido que se repartiese en el arzobispado, lo que equivalía a unos 2.730 maravedís. La mayor de las

AGS, EMR, leg. 1, fols. 556 – 569 (1457); leg. 16, fols. 137 y 139; leg. 17, fols. 2, 89 – 92 y 121–129 (1462). 299 Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla…, op. cit., pág. 208. 300 Sobre el repartimiento del pedido de 1457 véase César Olivera Serrano, «El pe­ dido de 1455…», art. cit., págs. 363 – 374. 301 AGS, EMR, leg. 1, fols. 556 – 570 v. 298

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

237

regiones fiscales del arzobispado de Santiago por su nivel de contribución en el pedido correspondía a la ciudad de Santiago con la sacada de Post­ marcos, las villas de Noia y Padrón, la sacada de Entrambos puertos con Pontevedra, Vigo y Redondela, la sacada de Salas con Caldas de Reis, la sacada de Deza y la villa de Melide, la sacada de Trastámara, Fisterra, Muros y las otras villas, lugares y tierras llanas, cotos, feligresías y enco­ mien­das de las sacadas.302 La segunda de estas regiones fiscales era la que comprendía la tierra llana, cotos y encomiendas que Fernán Pérez de An­ drade poseía en la sacada de Trastámara con Ortigueira, así como la tierra llana, encomiendas y otros lugares, pertenecientes a cualquier otra persona en dicha sacada. Le seguían en importancia el concejo de A Coruña sin los cotos de la ciudad, Villalba de Montenegro con su alfoz, la villa de Betanzos con su alfoz, etc.303 En el obispado de Ourense, el valor del pedido de 1457 alcanzó una cantidad algo inferior a la recaudada en el arzobispado de Santiago, si­ tuándose en 989.950 maravedís. Entre las regiones fiscales de mayor im­ portancia de este partido por la cuantía de pedido asignada destacaba en primer lugar el concejo de la ciudad con los cotos del obispo y el coto de Cebollido. Se asignaba también una cuantía de pedido considerable al concejo de Castro Caldelas y su tierra, el coto de San Clodio, San Paio, Carvajal, Castro de Boadas, San Vicente, Acevedo y Reigada, pertenecien­ te a la jurisdicción del monasterio de Santa María de Carracedo con Tierra de Manzaneda, sin la encomienda de San Vicente, con el coto de Cobin, la Iglesia y encomienda de Montarratín, la encomienda de Puerto, Castro de

AGS, EMR, leg. 1, fol. 556 y leg. 17, fols. 89 y 121. Los repartos del pedido real efectuados para los años 1457 y 1462 permiten comprobar que la Tierra de Santiago esta­ ba obligada a contribuir en su totalidad, tanto la tierra llana como la tierra privilegiada que se situaba dentro de sus límites. Las cartas de receptoría relativas a cada uno de estos años mencionan como contribuyentes a la ciudad de Santiago con la sacada de Postmarcos, las villas de Noia y Padrón, la sacada de Entrambos puertos, Pontevedra, Vigo, Redondela, la sacada de Salas, Caldas de Reis, la sacada de Deza, la villa de Melide, la sacada de Tras­ támara, Fisterra, la villa de Muros, y otras villas, lugares, tierras llanas, cotos, feligresías y encomiendas de las sacadas. 303 AGS, EMR, leg. 1, fols. 556 – 558. 302

238

Amparo Rubio Martínez

Valdeorras con su tierra, Tierra de Quiroga de Cabo con el castillo de Os Novais, el coto de Santa Cristina, la Tierra de Caldas sin la encomienda de Sobrada. Le seguían en importancia otras regiones, entre ellas la que com­ prendía los lugares, cotos y feligresías de Limia con el coto de Riocaldo, sin la villa de Monterrei y su alfoz.304 Las cantidades recaudadas en concepto de pedido en el obispado de Lugo alcanzaron un total de 529.160 maravedís, una cantidad que se repar­ tía entre los concejos, cotos y lugares que componían las pequeñas regiones fiscales de este partido. La distribución del pedido por localidades nos per­ mite comprobar que la mayor proporción fue asignada a la ciudad de Lugo con sus cotos, a la que correspondieron 99.240 maravedís, un 18,75% del total. En proporciones inferiores, pero de importancia notable, se encabeza­ ban el concejo de Burón y su alfoz (14.290 maravedís), la villa de Monforte (15.300 maravedís), A Pobra do Brollón (11.240 maravedís), Monterroso (24.380 maravedís), Chantada y su alfoz (28.590 maravedís) y la Tierra de Ulloa y Repostería (32.800 maravedís).305 Por último, en el obispado de Mondoñedo, el total del pedido sumó este año 525.220 maravedís, una cantidad muy aproximada a la asignada al obis­ pado de Lugo, que debía ser repartida entre un número inferior de unidades fiscales, debiendo contribuir cada una de ellas, con una cuantía de maravedís muy superior a la que debían satisfacer las poblaciones lucenses. En este caso sabemos que la mayor proporción del reparto recayó sobre la ciudad de Mondoñedo con los concejos, moradores y pobladores de la Tierra Lla­ na, a la que correspondieron un total de 199.690 maravedís, lo que venía a suponer el 38% del total. En menor proporción se situaba la villa de Viveiro con sus valles y términos, con 127.840 maravedís (el 24,3% del total), San­ ta Marta y su alfoz, a la que correspondían 58.030 maravedís (el 11,04% del total), o la villa de Ribadeo con 42.040 maravedís (el 8% del total).306 Final­ mente, las cuantías repartidas por el pedido del año 1457 a los cuatro partidos fiscales gallegos, según se detallan en la siguiente tabla 32, sumaron un total

AGS, EMR, leg. 1, fols. 559 – 563 AGS, EMR, leg. 1, fols. 564 – 569. 306 Ibid. 304 305

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

239

de 3.551.650 maravedís, una cifra muy próxima a los 4.000.000 maravedís asignados al Reino de Galicia en concepto de pedido de los años de 1455 y 1456.307

Tabla 32. Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1457, expresado en maravedís y reales partido fiscal

maravedís

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

reales

porcentaje

1.507.320

94.207

42,43

Obispado de Ourense

989.950

61.871

27,87

Obispado de Lugo

529.160

33.072

14,89

Obispado de Mondoñedo

525.220

32.826

14,78

3.551.650

221.978

100,00

Total

Fuente: AGS, EMR, leg. 1, fols. 556 – 569.

El pedido de 1462 De nuevo en 1462, el Reino de Galicia se oponía al pago de tributos ex­ tra­ordinarios, situación que se constata en las Cortes de este año, que propu­ sieron el envío de un corregidor y dos contadores mayores a dicho reino, tratando de solucionar el problema.308 No cabe duda de que el envío de estos oficiales reales al Reino de Galicia, debió tener buenos resultados, pues a par­tir de este momento no volvemos a tener noticia del reparto efectivo del servicio extraordinario en el Reino de Galicia. Una Carta de pedido fechada en 1462 pone de manifiesto como Enri­ que IV había solicitado a las principales villas y ciudades del reino el envío de sus procuradores a la Corte, donde se reunirían con los miembros del

307 308

Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla…, op. cit., pág. 208. José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. I. Galicia Señorial…, op. cit., pág. 303.

240

Amparo Rubio Martínez

Consejo para acordar el reparto del pedido de los años 1462 y 1463, cuyas cuotas correspondientes al Reino de Galicia para este periodo se consignan en la siguiente tabla 33. En aquel momento formaban parte del Consejo Real miembros de especial relevancia y afectos a la política del monarca: el arzobispo de Toledo y primado de las Españas, Alfonso Carrillo; el mar­ qués de Villena y mayordomo mayor del rey, don Juan Pacheco; y el con­ tador mayor, Diego Arias Dávila. En esta ocasión, el monarca solicitaba la aprobación de los servicios extraordinarios aludiendo a la gran necesidad de recursos para la defensa y afianzamiento de sus reinos y para la lucha de los moros enemigos: ... Y como a mi cumplía mucho defenderlos y afianzarlos y hacer guerra y mal y daño a los dichos moros enemigos de nuestra santa fe lo cual no se podría ni puede hacer sin que los dichos mis regnos me sirviesen con algunas cuantías de mara­ vedíes.309 Una vez aprobado el pago del servicio por los procuradores de Cortes se procedía a fijar los plazos de entrega, que en este caso eran dos: el primero, correspondiente al año 1462, que debería ser satisfecho a finales de los me­ ses de agosto y diciembre, y el segundo, correspondiente al año 1463, que debería ser entregado en los meses de marzo y junio de dicho año. Indudablemente, el reparto del servicio extraordinario de 1462 debió su­­poner un gran esfuerzo económico para la población gallega que al mis­ mo tiempo debía hacer frente al pago de los impuestos reales ordinarios y a un sinfín de derechos y exigencias de carácter señorial. A pesar de que las fuentes disponibles no permiten calcular la presión fiscal a la que se vio sometida la población gallega durante estos años, contamos con algunos tes­ timonios documentales que nos informan acerca de las dificultades que tuvo que afrontar la población gallega para hacer efectivo el pago del pedido.

AGS, EMR, leg 17, fol 2: Carta de pedido. Galicia y Asturias de Oviedo. Nota por do se hicieron las cartas del pedido que se repartió para el arzobispado de Santiago con el obispado de Tui y de los obispados de Lugo, Ourense, Mondoñedo y Asturias de Oviedo deste año de 1462. 309

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

241

Tabla 33.

Pedidos reales extraordinarios recaudados entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en los repartos de los años 1462 y 1463, expresados en maravedís y reales partido fiscal

maravedís

maravedís

año

año

1462

1463

maravedís

reales

bienio

bienio

porcentaje

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui 1.690.888

1.690.888

3.381.776

211.361

42,10

Obispado de Ourense

1.148.657

1.128.908

2.277.565 310

142.347

34,55

Obispado de Lugo

595.273

595.273

1.190.546

74.409

14,82

Obispado de Mondoñedo

590.868

590.868

1.181.736

73.858

14,71

Total 4.025.686

4.005.937

8.031.623

501.976

100,00

Fuente: AGS, EMR, legs. 16 y 17. Para el arzobispado de Santiago, véase el leg. 17, fols. 89, 121 y 122; para el obispado de Ourense, véase el leg. 16, fol. 139 y leg. 17 fols. 91, 126, 127 y 128; para el obispado de Lugo, véase el leg. 17, fols. 90, 123, 124 y 125; para el obispado de Mondoñedo, véase el leg. 16, fol. 137 y leg. 17, fols. 92 y 129.

En el reparto del pedido de Ourense llama la atención como las cifras de los dos años 1462 y 1463 no son exactamente iguales como correspondería y ocurre en los otros partidos fiscales. El reparto del pedido por unidades fiscales, pone de manifiesto que, pa­ radójicamente, las cuantías asignadas en el reparto de 1462 son ligeramente superiores a las repartidas en 1463, con excepción de la villa y Tierra de Aguiar, cuyas cifras revelan una gran diferencia, pasando de 40.871 maravedís en 1462 a 11.119 maravedís en 1463. Esta diferencia que se registra en las cuantías del pedido de los años 1462 y 1463 de la Tierra de Aguiar, podría deberse a la percepción de una parte del pedido por el prelado compostelano, teniendo en cuenta que unos años antes, los prelados compostelanos ha­ bían sido titulares de la jurisdicción de la villa y Tierra de Aguiar con todas las rentas y derechos derivados del ejercicio de la misma, incluidas las alcabalas, que el arzobispo de Santiago continuaría percibiendo durante todo el reinado de Enrique IV, a pesar de haber traspasado en 1458 la jurisdicción de la villa y Tierra de Aguiar al conde de Benavente en calidad de feudo perpetuo. Por otra parte, la percepción de las alcabalas de la Tierra de Aguiar por el prelado compostelano durante los años sesenta, plantea la posibilidad de que el arzobispo percibiese una parte del pedido real mediante toma forzosa, aunque la documentación no registra ningún dato al respecto que permita asegurarlo. 310

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El reinado de los Reyes Católicos: el pedido de 1476 y la contribución de la Hermandad Desde principios de los años sesenta, la negativa fiscal que durante años había caracterizado al Reino de Galicia comenzaba a desaparecer, si bien, to­ davía en 1465 se localizan algunos focos de resistencia, tal y como se deduce de las respuestas del concejo de Ourense al interrogatorio propuesto por la Corte de Enrique IV.311 Por consiguiente, será preciso esperar al reinado de los Reyes Católicos para observar los primeros síntomas de regularización hacendística en el pago de los servicios extraordinarios votados en Cortes, al tiempo que desaparecían otros antiguos malos usos fiscales y se daban los primeros pasos hacia la regularización de las contribuciones ordinarias a la Corona. Las Cortes celebradas en Madrigal en el año 1476, cerraban un período de dificultades económicas y financieras comunes a toda la Corona de Cas­ tilla. Estas Cortes eran las primeras del reinado de sus católicas majestades y serían las últimas en votar servicios extraordinarios hasta el año 1500, pues precisamente en ellas se aprobaba la constitución de la Santa Herman­ dad, que sustituiría los tradicionales pedidos reales votados por las Cortes del reino por la denominada contribución de la Hermandad. Pocos son los datos con los que contamos acerca del reparto del pedido de 1476 y de su distribución por provincias fiscales. Sin embargo, gracias a un manuscrito conservado en la Real Academia de la Historia es posible conocer algunos aspectos sobre la cuantía y organización del pedido de 1476.312 Según se especifica en el mencionado manuscrito, las Cortes de 1476, aprobaron un total de 120.000.000 de maravedís a repartir entre este año y el siguiente, una cantidad muy elevada, sin duda la mayor que las Cortes de Castilla ha­ bían aprobado en los últimos años. Los procuradores de las Cortes de Madrigal señalaban escrupulosamen­ te la forma en que debía ser administrado el pedido de 1476. En este senti­do,

311 312

Véase ut supra la pág. 235. RAH, manuscrito 9/1784.

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se establecía que las cuantías recaudadas en dicho año se destinarían ex­ clu­­sivamente al pago de sueldos y salarios de oficiales reales, y al pago de deudas, únicamente a los grandes del reino, en cuyo caso se pagarían sólo las deudas contraídas desde las Cortes de Toro. Por último, se determinaba que la gestión del pedido se llevaría a cabo a través de los recaudadores y receptores nombrados por los procuradores, que obtendrían Carta de recu­ dimiento, previa entrega de las fianzas oportunas. Con respecto al destino que tuvieron las cuantías recaudadas del pedido real de 1476 en Galicia, efectivamente se constata que buena parte de ellas se dedicaron al pago de salarios de los oficiales que habían llevado a cabo la recaudación. El conde de Benavente recibió también una suma importante, una cantidad que los reyes le entregaban como compensación a los gastos que le había ocasionado su actuación al servicio de la monarquía en la Guerra Civil castellana. Para llevar a cabo la recaudación del pedido correspondiente al año 1476, los monarcas enviaron a Galicia al tesorero Fernando de Mazuelo, quien en febrero de dicho año acudía al reino con el fin de averiguar las cuantías que se debían de los tributos ordinarios y extraordinarios relativas al periodo 1453– 1477, incluidas las deudas del pedido de 1476.313 A partir de esta noticia, resulta evidente que durante los primeros años del reinado de los Reyes Ca­ tólicos las resistencias en el pago del pedido extraordinario acudía al menos hasta el año 1480. En el mes de marzo del año 1478, los monarcas encargaban al tesorero Fernando de Mazuelo, la recaudación de ciertas cuantías de maravedís que adeudaban Lope Sánchez de Moscoso, primer conde de Altamira, y el maris­ cal Pedro Pardo de Cela del pedido correspondiente al año 1476, precisa­mente de la parte que les correspondía pagar por sus solariegos y encomiendas.314 Y sólo tres meses después, en junio de 1478, se ordenaba al mariscal Pedro Pardo de Cela pagar al contador Francisco García de Toledo y al receptor Gonzalo de Valencia, los maravedís que le quedaban por pagar de los pedidos y monedas que correspondían a su tierra.315

AGS, EMR, leg. 23, fol. 51. AGS, EMR, leg. 25, fol. 47. 315 AGS, RGS, Sevilla, 10 de junio de 1478, fol. 59. 313 314

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Los ingresos de la contribución de la Hermandad (1476 –1498) Desde los primeros años de su reinado, los Reyes Católicos mostraron su deseo expreso de implantar la Hermandad en Galicia, un proceso que se llevó a cabo con cierto retraso con respecto a otros territorios de la Corona de Castilla, y que se debió fundamentalmente a la oposición presentada por buena parte de la nobleza gallega a que la Santa Hermandad se constituye­ se en el reino. Así, la Hermandad no se establecería en Galicia hasta 1480, teniendo efectos económicos desde 1482 en adelante. En estas circunstan­ cias, el 18 de febrero de 1480, los reyes otorgaban Carta de poder a don Antonio de Paz, arcediano de Camaces y al licenciado Fernando Gómez de Tordehumos para acudir a Galicia a establecer la Hermandad: Don Fernando y doña Isabel por la gracia de Dios rey y rei­ na, etc. a los concejos, corregidores, alcaldes, alguaciles, merinos, regidores, caballeros, escuderos, oficiales y omes buenos de todas las ciudades y villas y lugares así realengos como abadengos y señoríos y ordenes y behetrías… Sepades que por algunas cabsas que a ello nos mueven cumplideras a servicio de Dios y nuestro y al bien de nuestros reinos y acrecentamiento de la hermandad dellos, nos enviamos a ese dicho nuestro Reino de Galicia con nuestros poderes bastantes y de la diputación general de la dicha hermandad a don Antón de Pas, arcediano de Camaces y al licen­ ciado Fernand Gómes de Tordehumos, ambos de nuestro consejo a poner en hermandad a ese dicho nuestro Reino de Galicia...316 Sólo diez días después, solicitaban a las ciudades, villas y lugares del Reino de Galicia que se prestase la colaboración necesaria al arcediano de Camaces y al licenciado Fernán Gómez de Tordehumos, quienes habían acudido a ese reino para establecer la Hermandad con poderes de los reyes y de la diputación general.317

316 317

AGS, RGS, Toledo, 18 de febrero de 1480, fol. 209. AGS, RGS, Toledo, 28 de febrero de 1480, fol. 208.

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A pesar de la oposición presentada por algunos nobles y caballeros ga­ llegos, la Hermandad conseguía establecerse en Galicia en 1480.318 Desde este momento, los reyes la dotaban de autonomía propia, aunque en la prác­ tica tuviera la misma organización que la castellana y estuviera regida por el Consejo de la Hermandad. Precisamente en 1482, los representantes de los principales municipios gallegos solicitaban una moderación de las cuantías con las que debían contribuir, proponiendo que los cargos de diputados, tesoreros y recaudadores de la institución fuesen ocupados por gallegos, y que el representante del Reino de Galicia en el Consejo de la Hermandad fuese también un gallego. El cuerpo de la Hermandad estaba formado por trescientas lanzas que debían ser retribuidas de acuerdo a los estatutos de la Hermandad, un cuerpo que según opinaban los representantes de los muni­ cipios, debería estar formado también por caballeros gallegos.319 A pesar de que los reyes no atendieron directamente todas las peticio­ nes de los municipios gallegos, es evidente que las exigencias de los con­ cejos facilitaron la modificación de algunos aspectos de la Hermandad, es­ pecialmente en lo relativo a las formas de contribución. Parece lógico, por otra parte, que la monarquía se viera obligada a aceptar algunos cambios en la forma de contribuir de los gallegos, sobre todo teniendo en cuenta las continuas quejas que los concejos hacían llegar a los reyes, la presión fiscal a la que se hallaban sometidos y la imposibilidad de hacer frente a tributos tan elevados. En 1484, se producían los primeros cambios importantes en la organi­ zación de la Hermandad gallega. Este año, el arcediano de Camaces, dipu­ tado general de la Hermandad, era sustituido por Álvaro de Gijón, que en lo sucesivo actuaría como receptor y tesorero de la Hermandad. La labor desa­ rrollada por el nuevo receptor levantó polémica desde el primer momento, sobre todo por parte de los vecinos de A Coruña, que se quejaban continua­ mente de los abusos que Álvaro de Gijón estaba cometiendo en la ciudad.

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv..., op. cit., págs. 331– 335. Sobre todas estas cuestiones véase Antonio López Ferreiro, Fueros Municipales…, op. cit., vol. II, págs. 310 –317, también citado por José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv..., op. cit., pág. 336. 318 319

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La solución por parte de los reyes llegaba el 28 de octubre de 1484, fecha en la que encargaban al gobernador del Reino de Galicia, Diego López de Haro, establecer la forma en que la ciudad de A Coruña debía contribuir en los pagos de la Hermandad conforme a lo regulado en los años anteriores por el arcediano de Camaces.320 Sin embargo, estos no serían los únicos problemas a los que se tendría que enfrentar la Hermandad en el Reino de Galicia. La documentación deja constancia de que durante estos años fueron muchas las dificultades para elaborar los padrones de la Hermandad, ya que buena parte de la población del reino se oponía directamente al pago de la contribución a ella destina­ da. Alegaban que la contribución era pecho y moneda que contravenía las franquezas, exenciones y títulos de hidalguía de buena parte del Reino de Galicia. Contra semejantes afirmaciones, el 23 de diciembre de 1484, los Reyes Católicos declaraban lo siguiente: … que la dicha contribución no fue ni es pecho ni tributo ni monedas ni tal nombre se le debió ni debe poner ni llamar, salvo servicio gracioso de propia voluntad por nuestros reinos otorga­ do y para cierta necesidad y a tiempo cierto y limitado...321 Con estas palabras, los monarcas ordenaban que en lo sucesivo la con­ tribución de la Hermandad no fuese llamada pecho, ni moneda, ni tributo, sino simplemente servicio y expresaban su intención de que el empadro­ namiento no perjudicase en ningún caso los privilegios y libertades de los contribuyentes. No obstante, a pesar del respeto a los privilegios y franque­ zas a título personal, la contribución de la Hermandad se concebía como un servicio de carácter universal, a cuyo pago estaban obligadas todas las per­ sonas de cualquier estado o condición, incluidos los vasallos de instituciones eclesiásticas. Únicamente quedaban exentos del pago aquellos hidalgos que pudieran demostrar su condición mediante privilegio, además de las villas y lugares a las que los reyes hubieran concedido alguna exención temporal.

320 321

AGS, RGS, Sevilla, 28 de octubre de 1484, fol. 186. AGS, RGS, Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 78.

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En este caso se encontraba la villa de Ribadeo en el año 1495, a la que los monarcas habían eximido del pago de peones de la Hermandad, ordenando que la cantidad que le correspondiese pagar por este concepto se entregase al mayordomo que el conde había situado a cargo de la villa.322 Pero lo cierto es que la contribución de la Hermandad se mostraba no­ vedosa con respecto a los repartos de tributos extraordinarios que se habían efectuado en el Reino de Galicia en los años anteriores, sobre todo porque no tenía en cuenta los antiguos privilegios que eximían al estamento eclesiásti­ co del pago de contribuciones directas. Pese a ello, los reyes declaraban que la contribución de la Hermandad en ningún caso perjudicaba al estamento eclesiástico, porque los privilegios y exenciones fiscales que disfrutaban no justificaban el impago de este nuevo servicio. Así lo expresaban el 23 de diciembre de 1484: … declaramos que según el tenor y forma de las dichas leyes y ordenanzas fechas cerca de la paga de la dicha contribución, que los dichos caseros y vasallos y escusados desas dichas iglesias y monasterios y abadías y hospitales y vecinos y moradores en las tierras y señoríos dellos no se pueden ni deben escusar de pagar la dicha contribución de la dicha Hermandad y que la deben y son tenidos y obligados a la pagar, sin embargo de las dichas cartas y privilegios y exenciones que así tenedes y que aquello sin alguno dellos no ympide embargar la dicha paga de la dicha contribución de la Hermandad, ni se extiende ni extendieron a ella en manera alguna ni a los excusar de ser empadronados y que por ello no se quebrantan ni perjudican en las dichas sus exenciones.323 Este mismo año, el procurador del Reino de Galicia proponía a los re­ yes que el procedimiento recaudatorio de la contribución de la Hermandad se efectuase a partir de una tasa o encabezamiento que evitaría los posibles

322 323

AGS, CCA, Cédulas, 2 –1, 154, 3. AGS, RGS, Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 79.

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fraudes que habitualmente generaba el arrendamiento.324 Desconocemos la fecha exacta en la que la contribución de la Hermandad se empezó a gestio­ nar mediante esta tasa o encabezamiento, pero lo que si es seguro es que al menos en 1494, el repartimiento de la contribución entre los vecinos se efec­ tuó a partir de una cantidad previamente fijada. A pesar de todo, la gestión de la Hermandad, vía encabezamiento, no solucionó todos los problemas recaudatorios y los casos de fraude continuaron en los años siguientes. Así por ejemplo, a mediados de los años noventa, la villa de Santa Mar­ ta y su tierra y el coto de Leiro, solicitaban la reducción de la cuantía en la que estaban encabezados. Concretamente, la villa de Santa Marta señala­ ba que se sentía agraviada por la cantidad que le había sido asignada en la contribución de la Hermandad, por lo que solicitaba una reducción de 120 vecinos en cada año. Tras comprobar que las quejas de estos lugares habían sido elaboradas a partir de falsas relaciones, el 10 de septiembre de 1494 los monarcas ordenaban que continuasen contribuyendo en la misma cuantía de años anteriores.325 Además de los casos mencionados, durante estos años se cometieron nu­ merosas prácticas ilícitas, algunas de ellas ejercidas por los propios oficiales de la Hermandad. Concretamente, el procurador del Reino de Galicia exponía el caso de la gente que se reclutaba a caballo y a pie en el reino para acudir a confiscar los bienes de aquellas personas que no habían pagado la contri­ bución de la Hermandad, pues una parte de esta gente, a pesar de no acudir a desempeñar sus funciones reclamaban el pago del salario. Para poner remedio a esta situación, los monarcas exigieron al gobernador López de Haro y al corregidor Sancho García del Espinar, el libramiento de los salarios de estas personas, única y exclusivamente en los bienes confiscados a los deudores de la Hermandad.326 En 1484 se adoptaban una serie de medidas que contribuirían a perfilar algunos aspectos de la Hermandad que anteriormente no habían quedado suficientemente claros. Indudablemente, las decisiones tomadas por los mo­

AGS, RGS, Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 81. AGS, CCA, Cédulas, 1, 149, 3, y Cédulas, 1, 150, 2. 326 AGS, RGS, Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 85. 324 325

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narcas en este sentido habían contribuido a mejorar el funcionamiento de la institución, pero a pesar de todo, muchos problemas persistieron años después. No obstante, pasada la década de los años ochenta, su funciona­ miento había mejorado considerablemente, sobre todo desde el punto de vista económico y fiscal, lo que facilitó en buena medida la regularización de las contribuciones, si bien todavía algunos concejos gallegos mostraban ciertas resistencias al pago. Esto explica que el 11 de abril de 1485, los re­ yes requirieran a buena parte de los concejos del Reino de Galicia el pago de la contribución de la Hermandad, que había sido prorrogada por tres años en la Junta de Miranda celebrada en 1483.327 En 1485 la villa de Viveiro debía algunas cantidades correspondientes a la contribución de años pasados. En abril de este año, los monarcas exi­ gían al concejo vivariense el pago de las deudas atrasadas hasta agosto de 1484, así como todo lo correspondiente a los años inmediatamente poste­ riores.328 Y en esta misma fecha, solicitaban a la ciudad de Santiago el pago de los cuatro reales de la Hermandad de Galicia según se había acordado en la villa de Pinto.329 Como resulta evidente, las dificultades a la hora de recaudar la contri­ bución de la Hermandad fueron siempre mayores en las tierras de señorío que en las ciudades de realengo. En este sentido, sabemos que el conde de Lemos, don Rodrigo Osorio, impedía a los alcaldes de la Hermandad entrar en sus tierras para recaudar la contribución, a pesar de haber sido uno de los primeros nobles gallegos en apoyar decididamente el establecimiento de la Hermandad en el reino. El 14 de abril de 1485, los reyes exigían al conde permitir la entrada a los oficiales de la Hermandad con el fin de que éstos pudieran ejercer sus atribuciones en la recaudación de la contribución de la Hermandad.330 Entre las medidas adoptadas por los Reyes Católicos a mediados de los años ochenta para afianzar el correcto funcionamiento de la Hermandad,

AGS, RGS, Córdoba, 11 de abril de 1485, fol. 211. AGS, RGS, Córdoba, 15 de abril de 1485, fol. 226. 329 AGS, RGS, Córdoba, 15 de abril de 1485, fol. 238. 330 AGS, RGS, Córdoba, 14 de abril de 1485, fol. 209. 327 328

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cabe mencionar también el envío del contador Juan de Arévalo a Galicia, en 1486, que acudía para poner al día las cuentas de la institución y saldar las deudas atrasadas.331 No obstante, y a pesar de las medidas adoptadas por los monarcas, los problemas recaudatorios continuaron algunos años después, sobre todo los que generaban los títulos de hidalguía, exentos en teoría del pago, o los que se derivaban de la exención que disfrutaban los vasallos de Órdenes Militares, especialmente aquellos que se situaban en las encomiendas de la Orden de Santiago. Este era el caso de los vecinos de O Courel, que se negaban a pagar la contribución de la Hermandad que les exigía el conde de Lemos, alegando estar exentos por ser vasallos de la Orden de Santiago.332 El hecho de que los problemas recaudatorios en el pago de la contri­ bución de la Hermandad continuaran años después, prolongó la acción de los oficiales reales en el Reino de Galicia, que prolongarían su estancia en el reino tratando de solucionar muchos de estos problemas. En 1487, se enviaba de nuevo al contador Juan de Arévalo con deter­ minadas instrucciones para supervisar las cuentas de la contribución de la Hermandad.333 Dos años después, se comisionaba al gobernador López de Haro, para resolver el caso planteado por Juan Castañón y sus consortes, que se quejaban de los pechos que les exigía Fernando de Madrid, recaudador de la Hermandad en el obispado de Lugo, siendo hidalgos de solar conocido.334 Asimismo, en septiembre de 1489, se le encargaba resolver la demanda que el concejo de Pinedo mantenía con Vasco Rodríguez, al que reclamaba el pago de la contribución de la Hermandad, a pesar de contar con título de hidalguía y haber participado en el sitio de Baza.335 En muchos casos, los ejecutores de la Hermandad aprovecharon los repartimientos de la gente de guerra para cometer ciertos abusos y fraudes en la recaudación de la contribución. Precisamente en 1492, los reyes en­

AGS, RGS, Medina del Campo, 22 de marzo de 1486, fol. 182. AGS, RGS, Palacios de Valduerna, 23 de octubre de 1486, fol. 93. 333 AGS, RGS, Salamanca, 29 de enero de 1487, fol. 49. 334 AGS, RGS, Medina del Campo, 26 de marzo de 1489, fol. 214. 335 AGS, RGS, Real de Baza, 8 de septiembre de 1489, fol. 204. 331 332

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cargaban al contador Arévalo averiguar los perjuicios ocasionados por los ejecutores de la Hermandad a los vecinos de las provincias de Betanzos y A Coruña en los repartimientos de peones de guerra que debían ser paga­ dos con cargo a la contribución de la Hermandad.336 Durante estos años, se enviaron al Reino de Sicilia mil peones procedentes de Galicia, que se debían costear con cargo a la contribución de la Hermandad, para lo que se elaboró el reparto de peones de 1495. El fraude cometido por los ejecutores de la Hermandad consistía en pagar el sueldo a determinados peones que nunca embarcaron con destino a Sicilia, seguramente a cambio de alguna contraprestación. El 21 de julio de 1495, los reyes encargaban al goberna­ dor López de Haro y al contador Juan de Arévalo, averiguar quienes eran los responsables de esta actuación, con el fin de que se pudieran confiscar sus bienes para compensar el agravio causado a la Hacienda Regia.337 Un año antes, en septiembre de 1494, en un intento de solucionar los proble­ mas planteados en torno a la contribución de la Hermandad, los monarcas habían ordenado a éstos mismos establecer iguala de lo que debían pagar las ciudades, villas y lugares, cotos y feligresías del Reino de Galicia por la contribución de la Hermandad.338 Pese a las medidas adoptadas desde la monarquía, los abusos y extor­ siones causados por parte de los oficiales de la Hermandad persistieron has­ ta las vísperas de la desarticulación de la propia institución en 1498. En 1497, eran los vecinos de la Tierra de Ribadulla los que protestaban contra Pedro Siso, regidor de Santiago y cogedor de la Hermandad, que había acudi­ do al lugar de Ribadulla y su tierra cometiendo todo tipo de excesos.339 Este mismo año, los oficiales de la Casa de la Moneda de A Coruña tenían pleito entablado con el concejo de la ciudad a causa de la contribución de la Her­ mandad. Alegaban estar exentos del pago, algo que los monarcas se negaron a aceptar. El 7 de octubre de 1497, el rey Fer­nando encargaba a las justicias

AGS, RGS, Zaragoza, 20 de septiembre de 1492, fol. 60. AGS, CCA, Cédulas, 2–1, 97, 2. 338 AGS, RGS, Segovia, 10 de septiembre de 1494, fol. 137. 339 AGS, RGS, Medina del Campo, 22 de junio de 1497, fol. 235. 336 337

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de A Coruña el cumplimiento de la sentencia y Carta Ejecutoria que disponía que los monederos debían pagar la contribución de la Hermandad.340

Los aspectos económicos de la Hermandad A pesar de todos los obstáculos que supuso el establecimiento de la Hermandad en Galicia, parece que a finales de los años ochenta la institución se encontraba ya plenamente consolidada, incluso desde el punto de vista fiscal, aún cuando no faltan noticias sobre ciertas resistencias y determinadas prácticas fraudulentas en el pago de la contribución. Pero dejando al margen algunos casos aislados, todo parece indicar que durante estos años, la con­ tribución de la Hermandad se habría ido regularizando, aunque para finales de los años ochenta, no dispongamos de datos seriados que nos informen sobre las cuantías recaudadas por este concepto. Será preciso esperar hasta 1490 para disponer de los primeros datos relativos a los ingresos y gastos que generaba la contribución, lo que nos permitirá conocer en que medida estos ingresos contribuyeron a incrementar el volumen global de ingresos de la Hacienda Regia y cual fue el valor relativo de la contribución de la Hermandad con respecto a los ingresos ordinarios recaudados en el reino durante estos años. Pero por otra parte, las cuentas de la Hermandad nos aclaran también muchos aspectos en relación con los distintos capítulos del gasto que se cubrieron con cargo a la contribución: salarios, sueldos, tenen­ cias, acostamientos, libranzas, malhechores, salarios y descargos de tesore­ ros, etc. Conviene recordar también que en el Reino de Galicia, el pago de estos tributos se efectuaba con un año de retraso con respecto a Castilla. Los pagos de la contribución de la Hermandad se realizaban por períodos anua­ les que se iniciaban el 15 de agosto y finalizaban en la misma fecha del año siguiente. Así por ejemplo, el trienio 1491–1493 en las cuentas de Castilla se identifica con el período comprendido entre el 15 de agosto de 1489 y el 15 de agosto de 1492 en el Reino de Galicia. De este modo, las cuentas de la denominada quinta prorrogación en Galicia, que exponemos a continuación

340

AGS, RGS, Valladolid, 7 de octubre de 1497, fol. 215, y CCA, Pueblos, leg. 6, fol. 339.

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en la tabla 34, corresponderían a los años octavo, noveno y décimo de la Hermandad castellana.341

Tabla 34. Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en los repartos comprendidos entre los años 1489 y 1492, expresada en reales y maravedís 1489 –1490 provincia fiscal

1490–1491

1491–1492

reales

maravedís

reales

maravedís

reales

maravedís

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

63.368

1.964.408

63.976

1.983.256

68.904

2.136.024

A Coruña y Betanzos

29.849

925.319

30.312

939.672

29.660

919.460

Obispado de Mondoñedo

14.926

462.706

15.216

471.696

14.943

463.233

Obispado de Lugo

50.608

1.568.848

50.690

1.571.390

51.364

1.592.284

Obispado de Ourense

37.116

1.150.596

37.184

1.152.704

37.300

1.156.300

Deudas años anteriores Total

3.075

95.325









198.942

6.167.202

197.378

6.118.718

202.171

6.267.301

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, legs. 128 y 134, publicados por Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498…», art. cit., pág.14. Conviene destacar que en los años noveno (1490 – 1491) y décimo (1491–1492) se sumaron al cargo del recaudador determinadas cuantías en concepto de deudas de años anteriores. Concretamente en el año noveno se añadían 3.200 reales al cargo por las deudas de los años anteriores y el año siguiente 7.544 reales. Ladero Quesada señala como estas partidas aparecen tachadas en la documentación por lo que no deben tenerse en cuenta. Además de los datos proporcionados por este autor, aparecen otras copias relativas al valor de los ingresos de la Hermandad de Galicia que reve­ lan que al menos en el año décimo (1491–1492) sí se cargaron los maravedís correspondientes a deudas de años anteriores sumando el cargo un total de 6.346.196 maravedís. Al respecto véase AGS, CMC, 1.ª época, leg. 18, publicado por José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv..., op. cit., pág. 339.

La sexta prorrogación de la Hermandad en Galicia abarcaba los tres años comprendidos entre el 15 de agosto de 1492 y el 15 de agosto de 1495. Para

Buena parte de la documentación conservada en el Archivo General de Simancas sobre las cuentas de la Hermandad ha sido recientemente publicada por Miguel Ángel La­ dero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», art. cit., págs. 240 –287; y José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv..., op. cit., pág. 339. 341

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este período, carecemos de información que nos permita estimar la cuantía exacta asignada para la contribución en cada año, y tampoco cono­ce­mos el reparto porcentual que se efectuó en cada una de las provincias fiscales galle­ gas. La única noticia que tenemos es relativa al valor global de los ingresos de la Hermandad para todo el trienio, que sumó un total de 18.235.920 marave­ dís, lo que nos sitúa en una media anual de 6.078.640 maravedís, una cantidad muy aproximada a la de los años anteriores.342 No obstante, la contribución de las provincias gallegas a la Hermandad en estos años, puede ser estudiada a partir del repartimiento de peones del año 1495 que se efectuó para enviar una armada al Reino de Sicilia y se cos­ teó con cargo a la contribución de la Hermandad. El repartimiento de peones de 1495 constituye una fuente de información similar a la contribución de la Hermandad en el reino, por cuanto la proporción con la que cada una de las provincias fiscales estaba obligada a contribuir era similar a la que había sido asignada en la contribución de la Hermandad. No cabe duda de que el reclutamiento de 1.000 peones para embarcar en la armada de Vizcaya con destino a Sicilia supuso un gran esfuerzo económico para las cinco provin­ cias gallegas, pues la cantidad asignada, unos 5.400.000 maravedís en total, se aproximaba mucho al valor global de la contribución de la Hermandad del Reino de Galicia en cada año. Con el fin de aliviar la carga fiscal que el repartimiento de peones suponía para Galicia, los reyes eximieron al reino del pago de una tercera parte de esta cantidad, de manera que, descontada esta tercera parte del cargo inicial y otras suspensiones de menor importan­ cia, finalmente se hacía cargo al receptor de un total de 3.618.204 maravedís y 14 cornados, distribuidos por provincias fiscales, en las proporciones que a continuación se detallan en la tabla 35.343

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 43, publicado en Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», art. cit., pág. 24. 343 Las suspensiones a las que nos referimos sumaron un total de 58.020 maravedís y 10 cornados. Esta cifra incluía los descuentos por el tercio de los 375 vecinos de Santiago y 43 escusados de la obra de su catedral, dos escusados del monasterio de San Martín de Mondoñedo, siete vecinos de Sarria y los doscientos vecinos cargados a la tierra del Bollo en la provincia de Ourense; véase Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», art. cit., pág. 274. 342

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

255

Tabla 35.

Coste del repartimiento de peones con cargo a la contribución de la Hermandad efectuado en el Reino de Galicia en el año 1495, expresado en reales y maravedís provincia fiscal

vecinos

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

reales

maravedís

porcentaje

16.060

37.473

1.161.673

32,10

Obispado de Lugo

13.241

30.895

957.765

26,47

Obispado de Ourense

9.545

22.271

690.421

19,08

A Coruña y Betanzos

7.524

17.566

544.546

15,05

Obispado de Mondoñedo

3.647

8.509

263.799

7,29

50.017

116.714

3.618.204

100,00

Total

Fuente: Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490–1498», art. cit., págs. 273– 274.

La séptima prorrogación de la Hermandad en el Reino de Galicia abar­ caba el período comprendido entre el 15 de agosto de 1495 y el 15 de agosto de 1498. Para estos años disponemos de algunas cifras relativas a la cuantía global que se le exigió al recaudador de la contribución, muy similar a la de años anteriores, pues nos consta que en el periodo 1495–1496 se recauda­ ron 6.087.408 maravedís por este concepto, y en los ejercicios 1496–1497 y 1497 –1498 se recaudaron 6.050.000 maravedís respectivamente.344 Del últi­ mo año de vi­gencia de la Hermandad conocemos el reparto detallado de las cuantías con las que contribuyó cada una de las provincias fiscales gallegas, lo que nos permite estimar, una vez más, el reparto proporcional según deta­ llamos en la siguiente tabla 36.

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 43, publicado por Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», art. cit., pág. 34. Para el último de los años de este período, 1497 –1498, contamos con otra información que nos proporciona unas cifras lige­ ramente inferiores a las aportadas por este autor. La diferencia es mínima, unos 6.033.592 maravedís (194.632 reales) que apunta el profesor García Oro, frente a los 6.050.000 ma­ ravedís aportados por el profesor Ladero Quesada. Véase AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. 344

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Tabla 36.

Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en el reparto del ejercicio 1497–1498, expresada en reales y maravedís provincia fiscal

reales

maravedís

porcentaje

Arzobispado de Santiago y obispado de Tui

62.532

1.938.492

32,12

Obispado de Lugo

52.632

1.631.592

27,04

Obispado de Ourense

36.204

1.122.324

18,60

A Coruña y Betanzos

29.296

908.176

15,05

Obispado de Mondoñedo

13.968

433.008

7,17

194.632

6.033.592

100,00

Total

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar.

Las cantidades arriba expuestas nos permiten comprobar que el repar­to numérico y porcentual de la contribución de la Hermandad en las provincias fiscales gallegas en el ejercicio 1497 –1498 apenas difiere del que se efectuó durante los años 1489 –1492 o el que se había realizado para el repartimien­ to de peones en 1495, lo que pone de manifiesto que mientras la Hermandad estuvo operativa como órgano recaudador de impuestos, no se incrementó la presión fiscal sobre los contribuyentes, de manera que los ingresos de la Hermandad en Galicia se mantuvieron estables durante todo el periodo con pequeñas variaciones, como se puede observar en la siguiente tabla 37.

Tabla 37.

Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en los repartos comprendidos entre los años 1489 y 1498, expresada en maravedís y reales periodo

maravedís

reales

1489 –1490

6.167.202

195.867

1490 –1491

6.118.718

197.378

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

257

Tabla 37.

Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en los repartos comprendidos entre los años 1489 y 1498, expresada en maravedís y reales

(continuación)

periodo

maravedís

reales

1491–1492

6.112.333

197.162

1492 –1493

6.078.640

193.587

1495 –1496

6.087.408

193.866

1496 –1497

6.050.000

192.675

1497 –1498

6.050.000

192.675

Fuente: M. A. Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia...» art. cit y J. García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. op. cit.

El estudio detallado de los gastos efectuados con cargo a la contri­bución de la Hermandad nos permite afirmar que en el Reino de Galicia, los ingresos procedentes de dicha contribución se dedicaron fundamentalmen­te al man­ tenimiento de la propia institución y al pago de los salarios de sus ofi­ciales. Con excepción de los corregidores, cuyo pago corría a cargo de las ciudades, casi todos los salarios de los oficiales enviados a Galicia y determinados sueldos militares se pagaron con cargo a la contribución de la Hermandad. A los capítulos del gasto mencionado se añadían otros como el mantenimiento de tenencias, pago de acostamientos, cantidades destinadas a la persecución de malhechores, salarios de los tesoreros de la Hermandad, descargos a te­ soreros y libranzas, partidas del gasto, éstas dos últimas, que englobaban di­ versos conceptos. Las cantidades dedicadas a las distintas partidas del gasto en los ejercicios 1489 –1490 y 1497–1498 han sido estudiadas con detalle por el profesor Ladero Quesada, de manera que no parece necesario volver a insistir aquí sobre esas cuestiones.345 Baste recordar únicamente que de los

Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490 –1498», art. cit., págs. 262 – 267 y 278 – 281. Algunos porcentajes a partir de los datos que proporciona el 345

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6.012.870 maravedís recaudados por la contribución de la Hermandad en el año 1498, 5.756.509 maravedís se libraron al tesorero de lo extraordinario Alonso de Morales, para hacer frente al pago de sueldos militares, acosta­ mientos y tenencias, así como a la persecución de malhechores, lo que repre­ sentaba exactamente el 95,73% de los ingresos totales. La cantidad restante se dedicó al pago de salarios de receptores, ejecutores, alcaldes de la Her­ mandad (71.689 maravedís), pago de deudas atrasadas (30.772 maravedís), salarios de oficiales y contadores (25.000 maravedís), y determinados libra­ mientos a los principales poderes políticos, como los 100.000 maravedís que se libraron al conde de Lemos como compensación a su colaboración en el proceso de implantación de la Hermandad en Galicia, o los 29.000 marave­ dís que recibió el conde de Ribadeo por el mismo motivo.346 Pero quizá lo más significativo del detalle del gasto de la contribución de la Santa Hermandad, sean las mercedes que determinados miembros de la nobleza gallega recibieron con cargo a las rentas de esta institución. Ya nos hemos referido al caso del conde de Lemos, don Rodrigo Osorio, que percibía la cuarta parte de los ingresos que se recaudaban por este concepto en su tierra, en virtud de la merced concedida a su abuelo, Pedro Álvarez Osorio, al haber apoyado el establecimiento de la Santa Hermandad en tie­ rras gallegas. La cantidad que ingresaba el de Lemos por este concepto era de 100.000 maravedís anuales347, la misma que percibía el conde de Monte­ rrei, que recibía 100.000 maravedís anuales con cargo a la contribución de la Hermandad de su tierra desde el ejercicio 1493 –1494 en adelante348. Y

profesor Ladero Quesada y otros detalles del gasto, pueden consultarse en mi tesis docto­ ral Hacienda y gobierno de los Reyes Católicos…, op. cit., págs. 678 – 683. 346 AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; y Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490–1498», art. cit., págs. 36 – 43. 347 AGS, CCA, Cédulas, 1, 149, 1 y 2. El 10 de septiembre de 1494, los reyes ordena­ ban al contador Juan de Arévalo, el libramiento de 200.000 maravedís al conde de Lemos, por las cantidades adeudadas de la Hermandad de los años 1492 –1493 y 1493 –1494; y este mismo año, se le libraban otros 100.000 maravedís en cuenta de los 610.000 maravedís que se le habían mandado librar por Cédula Real de un total de 1.000.000 de maravedís que el conde debía percibir para saldar los daños ocasionados en Ponferrada. 348 AGS, CCA, Cédulas, 1, 87, 6; Cédulas, 1, 94, 1; Cédulas, 1, 151, 3.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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por otra parte, los ingresos de la Hermandad se orientaron también al pago de las mercedes y acostamientos de diversos caballeros del Reino de Gali­ cia, entre ellos el señor de Sobroso, García Sarmiento, que recibía 30.000 maravedís en las rentas de la Hermandad de 1494.349 En líneas generales, podemos afirmar que el tardío establecimiento de la Hermandad en el Reino de Galicia, la posterior puesta en marcha de su aparato recaudatorio y la lenta regularización de los ingresos recaudados por este concepto, hicieron de esta contribución en Galicia un modelo de impuesto muy diferente al que se recaudaba en otras partes de la Corona de Castilla, en las que los ingresos de la Hermandad se destinaron fundamen­ talmente a costear las campañas de Granada.

Los servicios extraordinarios del Reino de Galicia (1500 –1517) El origen de los servicios extraordinarios aprobados en Cortes que se recaudan durante todo el siglo xvi se localiza en los últimos años del rei­ nado de los Reyes Católicos, cuando los monarcas se vieron obligados a buscar nuevos recursos económicos con los que hacer frente a las nuevas necesidades de la monarquía, fundamentalmente a las campañas que man­ tenían en el exterior, que tuvieron como escenario principal los Reinos de Nápoles y Sicilia. Sobre la situación que presenta la Hacienda Real en los últimos años del reinado de los Reyes Católicos, son varios los autores que coinciden en señalar que, desde mediados de los años noventa, los ingresos ordinarios que se recaudaban en Castilla ya no resultaban suficientes para satisfacer nuevas expectativas de la monarquía, que buscaba continuamente la anexión de nuevos territorios.350

AGS, CCA, Cédulas, 1, 151, 3. Sobre el origen y recaudación de servicios de Cortes durante los primeros años del siglo xvi véase los trabajos de Ramón Carande Tovar, Carlos V y sus banqueros, Barce­ lona, 2000; y Modesto Ulloa, La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1977; y en especial los de Juan Carretero Za­ 349 350

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Desarticulados los órganos centrales de la Hermandad en el año 1498, se llevaba a cabo el repartimiento de un nuevo servicio extraordinario. Y es precisamente a partir de 1500, con el restablecimiento de los servicios extraordinarios votados en Cortes, cuando se puede hablar de una plena regularización en el pago de estos tributos por parte del Reino de Galicia, sucediéndose los repartimientos de servicios de manera continuada hasta el año 1517. Por lo que se refiere a Galicia, sabemos que los intereses del reino se exponían en las Cortes por medio de los procuradores de la ciudad de Zamora, aunque no fueran éstos los encargados de efectuar la recauda­ ción en el reino, ya que para tal función se había nombrado al gobernador, Fernando de Vega.351 La convocatoria de Cortes de Sevilla, en el año 1500, era la primera en aprobar el reparto de servicios extraordinarios con posterioridad a las Cortes de Madrigal de 1476. En ellas se pretendía recaudar las sumas necesarias para hacer frente a los gastos derivados de la política exterior que incluían las dotes asignadas a las infantas Isabel y Catalina, para contraer matrimo­ nio con los herederos de los reinos de Portugal e Inglaterra. Los conciertos matrimoniales establecidos con Portugal e Inglaterra constituyen una prueba evidente de las negociaciones diplomáticas que los Reyes Católicos habían iniciado con estos reinos, cuyo objetivo era eliminar la presencia francesa en territorio italiano y muy especialmente, en el Reino de Nápoles. Así, en 1496 se acordaban los matrimonios de las infantas Isabel y Catalina con los here­ deros de Portugal e Inglaterra. En primer lugar, se fijaba el matrimonio de la infanta Isabel con el rey de Portugal, Manuel I. Al morir Isabel al dar a luz a su hijo Miguel, los reyes acordaron el matrimonio de su hija María con el rey viudo de Portugal. En segundo lugar, se pactaba el matrimonio de la infanta Catalina con el heredero al trono inglés, Arturo, que tendría lugar en 1501.352

mora, Cortes, monarquía, ciudades…, op. cit.; «Los servicios de Cortes y las necesidades financieras de la monarquía castellana (1500 –1517)», Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea, 8 (1987), págs. 31– 56; «La Hacienda Real de Castilla en 1503 y 1505. Algunos datos cuantitativos», Cuadernos de Historia Moderna, 13 (1992), págs. 169 –197; y «Los servicios de las Cortes de Castilla en el siglo xvi», Cuadernos de Historia Moderna, 21 (1998), págs. 15 – 58. 351 Juan Carretero Zamora, Cortes, monarquía, ciudades…, op. cit., pág. 98.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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261

Las mencionadas Cortes celebradas en 1500 aprobaron la concesión de 150.000.000 de maravedís para la dote de las infantas, una cantidad de la que 146.000.000 de maravedís se dedicarían en exclusiva al pago de la dote, mien­ tras que los otros 4.000.000 de maravedís se entregaron a los procuradores en pago de salarios y ayudas de costa. La cuantía global votada en Cortes debía ser repartida en toda la Corona de Castilla durante los años 1500–1502 con las siguientes cuantías: 54.000.000 de maravedís en el año 1500, 50.000.000 de maravedís en el año 1501 y 46.000.000 de maravedís en el año 1502. Para cada uno de estos años, los monarcas encargaron al gobernador del Reino de Galicia, Fernando de Vega, la recaudación de la cuantía asignada a dicho reino. Conocemos algunos de los mecanismos empleados para llevar a cabo la recaudación del servicio extraordinario de estos tres años, sobre todo porque ésta se efectuó tomando como referencia el repartimiento de peones de la Hermandad del año 1495. Con respecto a los plazos de entrega en los que el Reino de Galicia debía satisfacer las cantidades acordadas, se estable­ cían dos plazos principales en cada año: el primero, fijado a finales del mes de junio, en el que se debería entregar la mitad del importe y el segundo, a finales de octubre para la mitad restante. Las cantidades asignadas al Reino de Galicia en el repartimiento del servicio extraordinario de 1500 fueron muy elevadas con respecto a otras provincias fiscales castellanas, ya que del total de 54.000.000 de maravedís fijados para el conjunto de la Corona de Castilla, Galicia debía contribuir con 6.128.000 maravedís, lo que representaba exac­ tamente el 11,34% del total. Indudablemente, se trataba de una cifra muy ele­ vada en comparación con la que aportaban otras provincias fiscales de Casti­ lla, lo que el profesor Carretero Zamora interpreta como una sobrevaloración por parte de la Hacienda Real de las cantidades con las que debía contribuir Galicia, a tenor de la oposición que había manifestado el Reino de Galicia al pago de servicios extraordinarios. En los dos años siguientes, la contribución de Galicia en el servicio extraordinario presenta los mismos niveles con respecto al conjunto de la

Rosana de Andrés Díaz, «La fiscalidad regia extraordinaria en el último decenio de Isabel I», Cuadernos de Historia Moderna, 13 (1992), Madrid, Editorial Complutense, pág. 151. 352

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Corona de Castilla. Concretamente en 1501 Galicia aportaba con 5.674.074 maravedís de los 50.000.000 de maravedís repartidos para toda Castilla, lo que la situaba de nuevo en unos porcentajes del 11,34% del total repartido. Y el último año del trienio, 1502, se le asignaron 5.151.209 maravedís, de los 46.000.000 de maravedís repartidos en Castilla, una cantidad que repre­ sentaba el 11,1% del total fiscal.353 No cabe duda de que la contribución del Reino de Galicia en los servi­ cios extraordinarios durante estos tres años resultaba excesiva, aún teniendo en cuenta que a principios del siglo xvi, la mitad Norte de Castilla presentaba una situación económica mucho más favorable que las áreas septentrional y meridional del reino. Según los datos ofrecidos por el profesor Carretero Za­ mora, en los repartimientos de servicios extraordinarios de la primera mitad del siglo xvi, la mitad Norte acumulaba el 53,83% del total asignado para el conjunto de la Corona de Castilla, mientras que la meseta Sur y Andalucía presentaban coeficientes más modestos, 23,34% y 22,83% respectivamente, debido posiblemente al predominio de señoríos jurisdiccionales, sobre todo de Órdenes Militares, sometidas a una menor presión fiscal. En el caso par­ ticular de Galicia, éste autor sostiene que la contribución del reino en los servicios de Cortes podría estar sobrevalorada, posiblemente por la resis­ tencia que durante estos años el reino había mostrado al pago de servicios extraordinarios.354 De nuevo en 1502, los reyes convocaban Cortes en Toledo para ju­ rar a los ylustrísimos princesa doña Juana, primogénita heredera destos nuestros reynos y señoríos y príncipe don Felipe, como su legítimo marido, archiduques de Austria y duques de Borgoña, etc. Las Cortes de Toledo de 1502 otorgaron 50.000.000 de maravedís de servicio para este fin, de los cuales 1.333.333 maravedís y 2 cornados se dedicaron al pago de salarios y ayudas de costa de los procuradores. Es posible también que del importe

AGS, EMR, leg. 77, fol. 37; leg. 78, fols. 19, 20 y 38 (1500); leg. 78, fol. 96; leg. 80, fol. 353 (1501); leg. 77, fol. 134; leg. 78, fol. 153; leg. 85, fol. 38; leg. 85 – II, fol. 1.129 (1502). 354 Juan Carretero Zamora, «Los servicios de las Cortes de Castilla en el siglo xvi», art. cit., págs. 18 –19. 353

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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que se debía recaudar este año en concepto de servicio extraordinario, se dedicara una parte a costear las victoriosas campañas de Gonzalo Fernán­ dez de Córdoba en la segunda Guerra de Nápoles, aunque de ser así, esta cantidad habría resultado insuficiente, pues un año después se convocaban nuevamente Cortes para ese fin. Las Cortes de Madrid de 1503 votaron un total de 150.000.000 de maravedís que debían ser repartidos en tres años (1504 –1506) con una cuantía de 50.000.000 de maravedís en cada año, de los que 2.666.666 maravedís y 4 cornados se entregaban a los procuradores en pago de salarios. Finalmente se acordaba repartir las cuantías aprobadas en las Cortes de Toledo (50.000.000 de maravedís) y de Madrid (150.000.000 de marave­dís) entre los años 1503 –1506, aunque en caso de urgencia económica sería po­ sible recaudar el servicio correspondiente a estos cuatro años en sólo dos, como de hecho sucedió, efectuándose la recaudación entre los años 1503 y 1504. Esta urgencia económica con la que los monarcas decidie­ron recaudar los servicios votados por las Cortes de Toledo y Madrid, se de­bió fundamen­ talmente a la deuda contraída por la monarquía como con­secuencia de las campañas de guerra que se habían llevado a cabo entre los años 1501 y 1502 en el Reino de Nápoles. Con el fin de saldar deudas pendientes y efectuar los correspondientes pagos de tropas y acostamientos, se procedía a recaudar los servicios otorgados por las Cortes de Toledo y de Madrid en los años 1503 y 1504, correspondiendo a cada uno de estos años 100.000.000 de maravedís. Los repartimientos efectuados en los años 1503 y 1504 asignaron a Ga­ licia un total de 11.641.732 maravedís, 5.820.866 maravedís por cada año, lo que la situaba una vez más en unos porcentajes similares a las de años ante­ riores (11,64%). Un año después, en 1504 se efectuaba el repartimiento de las cuantías correspondientes a los años 1505 y 1506. En esta ocasión, Galicia debía contribuir con 11.417.046 maravedís, 5.708.523 maravedís para cada uno de los dos años, una cantidad que representaba exactamente el 11,41% del volumen global asignado para toda la Corona de Castilla.355

AGS, EMR, leg. 77, fol. 199; leg. 78, fols. 227 y 338; leg. 93, fol. 124, y leg. 99, fol. 38 (1503); leg. 77, fol. 282; leg. 78, fol. 339; leg. 96, fol. 132; leg. 99, fol. 39. 355

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No obstante, y al margen de las cantidades aportadas por el Reino de Galicia en el pago del servicio extraordinario, la documentación hacendística permite comprobar todavía ciertas resistencias al pago por parte de algunas poblaciones del reino. En la contribución del servicio extraordinario de los años 1503 y 1504, junto a los seis partidos fiscales gallegos, también debían contribuir la villa de Cacabelos, situada en la actual provin­cia de León y la Tierra de Aguiar, próxima a la ciudad de Ourense. El pri­­me­ro de estos luga­ res, formaba parte de los dominios seño­ria­les del prelado compostelano, de manera que al igual que otros aba­­dengos del arzobispado, estaba obligado a contribuir en el pago de servicios de Cortes. Por lo que se refiere a las obliga­ ciones fiscales de la Tierra de Aguiar, sabemos que durante la primera mitad del siglo, la villa y su tierra habían pertenecido al arzobispo de Santiago, hasta que en 1458 don Rodrigo de Luna la cediera en calidad de feudo perpetuo a don Juan Pimentel, conservando el derecho a recaudar las alcabalas. Pese a las resistencias mostradas en años anteriores, tanto la villa de Ca­ cabelos como la Tierra de Aguiar estaban obligadas a contribuir en el pa­go de servicios extraordinarios de los años 1503 y 1504 junto a la villa de Villa­ franca. Al parecer, ambas localidades se negaban a satisfacer los servicios, alegando poseer ciertos privilegios que les eximían del pago. Sin embargo, los argumentos expuestos por ambos concejos no debieron causar efecto, ya que finalmente se ordenaba al corregidor de Ponferrada obligar a las villas de Cacabelos y Aguiar a contribuir en el pago del servicio del año 1503 junto a la villa de Villafranca.356 En el año 1506, las Cortes aprobaron el reparto de un nuevo servicio ex­­ tra­or­dinario. Este año, los reyes don Felipe y doña Juana convocaban Cortes en la ciudad de Valladolid, en las cuales se otorgarían 100.000.000 de marave­ dís para ayuda de los gastos derivados de la vuelta de los reyes a Castilla, así como para pagar las deudas que el reino tenía pendientes de años anteriores. En un principio, se determinó repartir el servicio aprobado en las Cor­ tes de Valladolid de 1506 en los años 1507–1509, aunque finalmente dicho reparto tendría lugar durante los años 1510 y 1511, una solución que se con­ sideraba menos gravosa para el conjunto de la población castellana, que en

356

AGS, EMR, leg. 78, fol. 338.

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fiscalidad regia

265

los años an­teriores había padecido los devastadores efectos de la peste. En consecuencia, el repartimiento del servicio extraordinario otorgado por las Cortes de Va­lla­dolid de 1506 se decidía efectuar en los años 1510 y 1511, en cada uno de los cuales se repartiría un total de 50.000.000 de maravedís para el conjun­to de la Corona de Castilla. El repartimiento de 1510 asignaba 6.100.000 ma­ra­vedís a Galicia, una cuantía que representaba el 12,2% del total fiscal, lo que la situaba en unas proporciones muy similares a las alcan­ zadas durante el trienio 1500–1502. Las condiciones en las que se efectuaba el repartimiento acordaban la entrega del servicio en tres plazos, el primero de los cuales debería hacerse efectivo a finales del mes de abril, el segundo a finales de agosto y el tercero y último que debería tener lugar en diciembre del mismo año. En el repartimiento efectuado en 1511, el Reino de Galicia contribuyó con 6.039.000 maravedís, de los 50.000.000 de maravedís asignados a toda la Corona de Castilla, lo que venía a suponer exactamente el 12,07% del total. En octubre de 1509 y enero de 1511, la reina Juana otorgaba la Car­ ta de receptoría correspondiente a cada uno de estos dos años a favor del gobernador Fernando de Vega, con el fin de que acudiese con las cuantías correspondientes al servicio extraordinario ante los receptores.357 De nuevo, en 1512 se celebraban Cortes en Burgos. En esta ocasión, los procuradores de las ciudades castellanas votaron un servicio de 154.000.000 de maravedís a repartir entre los años 1512 y 1514 con el fin de atender las necesidades del reino, especialmente las relativas a la Iglesia: para que los procuradores viesen y tratasen, platicasen, con­ sintiesen y otorgasen cualesquier cosas que viesen ser cumplide­ ras a servicio de Dios nuestro señor y defensión de su iglesia y pro y bien común destos dichos mis reinos, especialmente sobre las necesidades que la iglesia romana nuestra madre y maestra de todos al presente tiene...358

AGS, EMR, leg. 77, fol. 408, y leg. 78, fol. 427 (1510); leg. 77, fol. 473, y leg. 78, fol. 538 (1511). 358 AGS, EMR, leg. 78, fol. 668. 357

266

Amparo Rubio Martínez

De la mencionada suma, se dedicaban 150.000.000 de maravedís estric­ tamente a cubrir las necesidades de la Iglesia, mientras que otros 4.000.000 de maravedís se destinarían al pago de salarios y ayudas de costa de procurado­ res. En cada uno de estos tres años (1512–1514), el Reino de Galicia contri­ buyó con unas cuantías de maravedís muy aproximadas a las de los años an­ teriores. Concretamente, de los 54.000.000 de maravedís repartidos para toda la Corona de Castilla en 1512, Galicia aportó 6.228.000 maravedís, mientras que en cada uno de los años siguientes, 1513 y 1514, en los que se asignaron 50.000.000 de maravedís al conjunto de los partidos fiscales de Castilla, Gali­ cia contribuyó con 5.770.240 y 5.758.702 maravedís respectivamente, lo que la sitúa una vez más en unos porcentajes del 11,5% del total repartido.359 En 1515 se celebraban Cortes en la ciudad de Burgos. Este año, los pro­curadores de las ciudades y villas castellanas votaban 154.000.000 de maravedís para ayuda a los grandes gastos y necesidades que al presente se ofrecían hacer para las cosas del servicio de la iglesia y nuestro como para la conservación y defensión de los dichos nuestros reinos. Al igual que en el trienio anterior, de la cuantía global votada en Cortes, 4.000.000 de maravedís se destinaban al pago de costas y salarios de los procuradores. El servicio votado en las Cortes de Burgos de 1515 se haría efectivo entre los años 1515 y 1517, con unas cuantías de 54.000.000 de maravedís para toda la Corona de Castilla el primer año y 50.000.000 de maravedís en cada uno de los dos años siguientes. La aportación de Galicia en el servicio extraor­ dinario de cada uno de estos años se sitúa una vez más en torno al 11,5% del total de las contribuciones de la Corona de Castilla. Los valores del ser­ vicio extraordinario asignados a Galicia nos sitúan en 5.758.702 maravedís en 1515 y en 5.767.071 maravedís para cada uno de los años 1516 y 1517. Una vez más, las condiciones en las que se efectuaba el repartimiento del servicio extraordinario fijaban los plazos de entrega a finales de los meses de abril, agosto y diciembre de cada uno de los años. El 19 de julio de 1515, la reina Juana expedía Carta de receptoría a favor del gobernador y justicia mayor del Reino de Galicia, con el fin de que ordenase acudir con las cuan­

AGS, EMR, leg. 78, fols. 609 y 668 (1512); leg. 77, fol. 668; leg. 78, fol. 788 (1513); leg. 78, fol. 861 (1514). 359

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

267

tías correspondientes al servicio extra­ordinario de Galicia al receptor de lo extraordinario, Fernando de Cuenca.360 A modo de síntesis, se ofrece seguidamente, en la tabla 38, los importes de los servicios extraordinarios repartidos en el Reino de Galicia, y aproba­ dos por las Cortes del reino, entre los años 1500 y 1517.

Tabla 38. Contribución del Reino de Galicia a los servicios extraordinarios repartidos por la Corona de Castilla entre los años 1500 y 1517, expresados en maravedís año

maravedís

porcentaje 361

1500

6.128.000

11,34

1501

5.674.074

11,34

1502

5.151.209

11,10

1503

5.820.866

11,64

1504

5.820.866

11,64

1505

5.708.523

11,41

1506

5.708.523

11,41

1510

6.100.000

12,20

1511

6.039.000

12,07

1512

6.228.000

11,53

1513

5.770.240

11,54

1514

5.770.240

11,54

1515

5.758.702

11,51

1516

5.767.071

11,53

1517

5.767.071

11,53

Fuente: AGS, EMR, legs. 77, 78, 93, 96 y 99.

AGS, EMR, leg. 77, fols. 795, 853 y 919 (1515 –1517). Porcentajes que representan la proporción de los servicios extraordinarios recau­ dados en el Reino de Galicia con respecto al total recaudado en el conjunto de la Corona de Castilla durante los mismos años. 360 361

268

Amparo Rubio Martínez

Las cifras relativas a los servicios extraordinarios repartidos en Galicia entre los años 1500 y 1517, ponen de manifiesto el crecimiento económi­ co que había experimentado el reino en el último cuarto del siglo xv, que se aprecia de forma mucho más evidente en la evolución que presentan los impuestos ordinarios. Pero sobre lo que más merece la pena llamar la atención es sobre la progresiva regularización que se alcanzó en el Reino de Galicia en el pago de los servicios extraordinarios durante estos años. Ya se hizo referencia a las elevadas cuantías que en los repartimientos del servicio extraordinario de estos años fueron asignadas a Galicia, lo que en opinión del profesor Carretero Zamora debe ser interpretado como una po­ sible sobrevaloración de las cuantías asignadas a este reino ante las posibles resistencias que pudiera presentar al pago de los servicios, tal y como había sucedido durante buena parte del siglo xv. No obstante, unos años después, las averiguaciones realizadas durante el reinado de Carlos I reducirían nota­ blemente la participación del Reino de Galicia en los servicios de Cortes, lo que podría constituir un claro indicador de que se había alcanzado la plena regularización de las contribuciones en el reino.362

362

Juan Carretero Zamora, Cortes, monarquía, ciudades..., op. cit., pág. 98.

Las rentas reales del Reino de Galicia en el conjunto de ingresos de la Corona de Castilla

U

de los aspectos que sin duda no podemos obviar en relación con los asuntos tratados en los capítulos precedentes es el que se refiere a lo que representaban las rentas reales del Reino de Galicia en el conjunto de ingresos recaudados en la Corona de Castilla durante el siglo xv. El asunto resulta de especial interés, en la medida que explica la relación que Galicia mantiene con el poder central durante este periodo. Por todo ello, tra­ taremos de estimar en primer lugar lo que significaron las rentas de Galicia con respecto a otras regiones fiscales de la Corona de Castilla, así como lo que representaron dentro del área geográfica de la Cornisa Cantábrica, todo ello a fin de valorar en su justa medida la proporción con la que Galicia con­ tribuyó a financiar las necesidades de la monarquía. Así, con respecto a lo que representa Galicia en el conjunto de territorios de la Corona de Castilla, podemos afirmar que entre los años 1429 y 1470, lo recaudado en concepto de alcabalas en Galicia representaba porcentajes com­ prendidos entre el 4,5% y el 6,9% del total fiscal recaudado en Castilla. Tal y como se ha podido comprobar en los capítulos anteriores, el valor de las alcabalas recaudadas en Galicia presenta un continuo incremento du­ rante toda la primera mitad del siglo xv, alcanzando las cifras más elevadas en los últimos años del reinado de Juan II. A partir de aquí se inicia un descenso que no haría sino incrementarse hasta finales de los años sesenta, coincidien­ do con la Guerra Civil en Castilla y la Revuelta Irmandiña en Galicia, un periodo en el que el maravedí sufre una fuerte devaluación y la Hacienda Real apenas consigue recaudar las cuantías mínimas en concepto de alcabalas. no

270

Amparo Rubio Martínez

Si tomamos como referencia los valores que alcanzaron las rentas reales ordinarias de los distintos partidos fiscales del Reino de Galicia entre los años 1429 y 1470, podemos observar que en 1429, las alcabalas de los cuatro partidos fiscales gallegos sumaron un total de 232.721 reales, una cantidad que se incrementaría notablemente en los años 1442 y 1443, alcanzando los niveles más elevados en los últimos años del reinado de Juan II, en los que importaban ya 399.312 reales.363 Por consiguiente, durante la primera mitad de siglo se puede hablar de un crecimiento sostenido en el valor que experi­ mentan las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia. Por otra parte, las cuantías recaudadas en concepto de alcabalas du­ rante estos años permiten comprobar también cual era el partido fiscal del Reino de Galicia que contribuía con los mayores niveles de ingresos a la Hacienda Regia. Evidentemente, se trataba del arzobispado de Santiago con el obispado Tui, por ser el más extenso y el más activo desde el punto de vista económico y comercial. Si observamos los porcentajes de ingre­ sos con los que contribuía cada uno de los partidos fiscales del Reino de Galicia a la Hacienda Regia en 1429 se comprueba que el arzobispado de Santiago con Tui aportaba el 60,84% del total, mientras que el partido fis­ cal de Ourense contribuía con el 16,18% y en proporciones algo inferiores lo hacían los obispados de Mondoñedo (15,44%) y Lugo (7,51%). A prin­ cipios de los años cuarenta, estos porcentajes variarían sensiblemente y aunque los partidos del interior incrementaron su nivel de contribución, el arzobispado de Santiago continuaría aportando algo más del 50% del total de lo recaudado en Galicia, y en menores proporciones contribuirían los obispados de Ourense, Lugo y Mondoñedo, con porcentajes del 21,97%, 10,61% y 15,81% respectivamente, que se mantendrían sin grandes va­ riaciones en los últimos años del reinado de Juan II. Resulta lógico, por

Los valores relativos a las alcabalas del segundo y tercer cuarto del siglo (1429 – 1470), se expresan en reales, debido a la devaluación que experimenta el maravedí en la segunda mitad del siglo xv, y a que es el real de plata el que funciona como moneda de referencia. Para establecer la comparativa entre las distintas áreas geográficas de la Co­ rona de Castilla, tomamos como referencia los valores de rentas proporcionados por el Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla. 1369 –1504, Madrid, Real Academia de la Historia, 2009. 363

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

271

otra parte, que fuese el arzobispado de Santiago el que procurase mayores volúmenes de ingresos a la Hacienda Regia, teniendo en cuenta que era el partido fiscal más extenso y también el más poblado. En él se ubicaban los principales núcleos urbanos del Reino de Galicia, y los más activos desde el punto de vista económico y fiscal, ya que muchos de ellos contaban con un puerto marítimo que hacía que el flujo comercial fuese muy superior al que pudieran tener otras villas y ciudades situadas en el interior. Interesa, por otra parte, comparar a partir de los precios que alcan­ zaron las alcabalas, los niveles de contribución del Reino de Galicia con los que presentan otras regiones fiscales de la Corona de Castilla durante estos mismos años. En 1429 el Antiguo Reino de Galicia junto al resto de territorios de la Cornisa Cantábrica representaba un porcentaje del 6,30% del total de lo recaudado en concepto de tributos ordinarios en la Corona de Castilla, un porcentaje muy inferior al que proporcionaban otras regiones fiscales como Castilla la Vieja y León, que aportaba el 48,22%, a la que seguían por orden de importancia Castilla la Nueva con Extremadura y los maestrazgos de las Órdenes Militares, con el 25,06% del total, y Andalucía con el 20,42%. Tal y como se puede observar en los gráficos 1, 2 y 3 que figuran a continuación, estos porcentajes de contribución apenas variaron durante todo el reinado de Juan II.

Gráfico 1. Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1429, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales región fiscal

Cornisa Cantábrica y Galicia Andalucía

cuantía

337.179 1.092.460

Castilla la Nueva, Extremadura y maestrazgos de Órdenes Militares 1.340.482 Castilla la Vieja y León

porcentaje sobre el total recaudado

6,30 20,42 25,06

2.579.271

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

48,22

272

Amparo Rubio Martínez

Gráfico 2. Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1442 y 1443, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales región fiscal

Cornisa Cantábrica y Galicia Andalucía

cuantía

485.462

porcentaje sobre el total recaudado

6,40

1.650.752

21,75

Castilla la Nueva, Extremadura y maestrazgos de Órdenes Militares 1.905.347 Castilla la Vieja y León

25,11

3.547.119

46,74

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 3. Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1453 y 1454, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales región fiscal

Cornisa Cantábrica y Galicia Andalucía

cuantía

527.574 1.756.850

Castilla la Nueva, Extremadura y maestrazgos de Órdenes Militares 2.005.166 Castilla la Vieja y León

porcentaje sobre el total recaudado

6,70 22,30 25,45

3.589.168

45,55

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

En segundo lugar, si tratamos de averiguar la proporción de las rentas reales ordinarias con la que contribuía el Antiguo Reino de Galicia con res­ pecto a otros territorios de la Cornisa Cantábrica, podemos comprobar que durante toda la primera mitad del siglo xv Galicia era la región que aportaba mayores cantidades. Concretamente, su aportación en el año 1429 suponía el

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

273

57,48% del total recaudado, un porcentaje por debajo del cual se situaban las Asturias de Oviedo con el 25,80% y Asturias de Santillana con el 16,72%, como se puede observar en el siguiente gráfico 4.

Gráfico 4. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1429 a la Corona de Castilla, expresadas en reales región fiscal

Asturias de Santillana

cuantía

67.693

Asturias de Oviedo

104.458

Reino de Galicia

232.721

porcentaje sobre el total recaudado

16,72 25,80 57,48

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

A principios de los años cuarenta, en el periodo comprendido entre 1442 y 1443, los niveles de contribución de los territorios que componían el área geográfica de la Cornisa Cantábrica eran muy similares a los que manejamos para años anteriores, aunque incrementándose la contribución del Reino de Galicia en los pagos de alcabalas, que llegaron a representar el 60,54% del total fiscal recaudado en el conjunto de estos territorios, al que seguían por orden de importancia las Asturias de Oviedo con el 18,21% y Asturias de Santillana con el 14,90%, haciendo aparición en la documentación hacen­ dística de estos años el pedido del Señorío de Vizcaya con una aportación del 6,35%, como se puede observar en el siguiente gráfico 5. Finalmente, en los últimos años del reinado de Juan II (1453 –1454), el Reino de Galicia aportaba el 57,99% del total recaudado en el conjunto de dichos territorios, un porcentaje por debajo del cual se situaban las Asturias de Santillana con el 17,70%, Asturias de Oviedo con el 17,27%, el señorío de Vizcaya con el 5,68%, y los concejos de Cangas y Tineo con el 1,36%, como se puede ob­ servar en el siguiente gráfico 6.

274

Amparo Rubio Martínez

Gráfico 5. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1442 y 1443 a la Corona de Castilla, expresadas en reales región fiscal

cuantía

Señorío de Vizcaya

39.126

Asturias de Santillana

91.849

Asturias de Oviedo

112.248

Reino de Galicia

373.214

porcentaje sobre el total recaudado

6,35 14,90 18,21 60,54

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 6. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1453 y 1454 a la Corona de Castilla, expresadas en reales región fiscal

Cangas y Tineo

cuantía

9.356

porcentaje sobre el total recaudado

1,36

Señorío de Vizcaya

39.126

5,68

Asturias de Oviedo

118.908

17,27

Asturias de Santillana

121.875

17,70

Reino de Galicia

399.312

57,99

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Finalmente, si comparamos los niveles de ingresos ordinarios que ge­ neraba el arzobispado de Santiago de Compostela con los que proporcio­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

275

naban otras archi­diócesis castellanas que contaban con unos elevados ni­ veles de rentas, podemos concluir en este caso que era la archidiócesis de Santiago la que proporcionaba niveles de ingresos más modestos. De acuerdo con las cifras que proporciona el profesor Ladero Quesada, para la primera mitad del siglo xv, en los años 1440 –1443, las alcabalas del arzo­ bispado de Santiago sumaron 1.540.653 maravedís, frente a los 3.663.638 maravedís que aportaba la diócesis hispalense, o los 3.034.870 maravedís que procuraba la de Toledo. No obstante, en los últimos años del reinado de Juan II (1453 –1454), parece que estas diferencias en el valor de las rentas de dichas diócesis ya no eran tan acusadas, lo que seguramente tenga que ver, en el caso del arzobispado de Santiago, con la imposición de la tasa de señoríos, con la que la Hacienda Regia habría recuperado una parte de los principales dominios señoriales, una situación muy diferente a la que tenía lugar en los arzobispados de Sevilla y Toledo, en los que el volumen de alcabalas descendía con respecto a los valores alcanzados en los años 1440 –1443, seguramente como consecuencia de la cesión directa de buena parte de las rentas reales a miembros de los principales linajes nobiliarios del reino. De este modo, las alcabalas del arzobispado de Sevilla, valoradas en los años 1453 –1454 en 2.811.500 maravedís, ya no duplicaban las del arzobispado de Santiago, fijadas en 1.700.000 maravedís para estos dos años, como tampoco lo hacían las del arzobispado de Toledo, que importa­ ban en cada uno de dichos años 2.243.500 maravedís. Desde 1455 en adelante, se produce un descenso muy significativo en el valor de las alcabalas del Reino de Galicia, en paralelo al que tenía lugar en el resto de partidos fiscales de la Corona de Castilla. Este descenso que se manifiesta desde los primeros años del reinado de Enrique IV habría derivado fundamentalmente de la llamada tasa de señoríos, que supuso la perpetua enajenación de una parte de las rentas reales que generaban los principales dominios señoriales del reino a manos de los señores, constitu­ yendo una importante fuente de detracción para la Hacienda Regia. Lamen­ tablemente, a partir de la documentación consultada, no ha sido posible do­cumentar la tasa de señoríos en los obispados de Lugo y Mondoñedo, si bien existen bastantes indicios en la documentación que apuntan a que también en estos obispados se tasaron las rentas de señorío, aunque el des­ cuento no se aplicase directamente sobre el cargo del arrendador.

276

Amparo Rubio Martínez

En cualquier caso, lo que si parece evidente es que desde el comienzo del reinado de Enrique IV, el valor de las alcabalas que se recaudaron en el Reino de Galicia y en general en toda Castilla, era ya muy inferior al que se obser­ va para los años anteriores. En este descenso que experimentaron las rentas desde 1455 en adelante habrían tenido que ver numerosos factores de índole económica, política y social. Así, a la continua devaluación que experimen­ tó el maravedí entre los años 1455 y 1470, se venía a añadir el inicio de la Guerra Civil Castellana en los años 1467 y 1468, entre los partidarios de En­rique IV y de su hermanastro el príncipe don Alfonso, un episodio coin­ cidente en el tiempo con la Revuelta Irmandiña en Galicia. Todos estos fac­ tores constituirían el caldo de cultivo necesario para fomentar la división de la nobleza castellana en bandos y la concesión por parte del monarca a la nobleza titulada del reino de una serie de mercedes y privilegios sobre las rentas reales —juros de heredad y mercedes de por vida—, lo que a corto plazo tendría unos efectos altamente perjudiciales para la Hacienda Regia. Efectivamente, la política de concesión de mercedes a la nobleza, lle­ vada a cabo por Enrique IV en los diez últimos años de su reinado (1464 – 1474) como medio de ganarse el favor político de una parte de la nobleza castellana, no haría sino agravar la delicada situación en la que ya se en­ contraba la Hacienda Regia, llegando a una situación muy crítica en los años 1468 –1470, en los que las cantidades que lograron recaudar los arren­ datarios reales serían muy poco significativas en términos económicos. Indudablemente, el descenso más acusado en el valor de las alcabalas del Reino de Galicia tendría lugar entre los últimos años del reinado de Juan II y el comienzo del de Enrique IV, una vez cedidas las alcabalas de señorío a la no­ bleza en el arzobispado de Santiago y el obispado de Ourense. De este modo, si en los años 1453 y 1454 las alcabalas del Reino de Galicia alcanzaban los 399.312 reales, sólo un año después, descontadas las rentas de señorío, las alcabalas se situaban en 153.273 maravedís, experimentando un considerable descenso en su valor, que se agravaría a principios de los años sesenta. A finales de los años setenta, la documentación hacendística presenta un considerable vacío informativo para estos años, que pone de manifiesto que ante la complicada situación política que atravesaba el reino, la Hacienda Regia no habría conseguido recaudar más que unas cuantías de maravedís realmente exiguas. En el caso de Galicia, a pesar de las difi­cultades, Enrique

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

277

IV conseguía recaudaren los años 1467 y 1468 unas cuantías de maravedís superiores a lo que era habitual en estos años, una vez recuperadas las al­ cabalas de los dominios señoriales de Fernán Pérez de Andrade —Ferrol, Pontedeume, Villalba, Neda, Trasancos y Cedeira—, como medida de ur­ gencia económica Asimismo, en el obispado de Ourense, las cuantías que se recaudaron en concepto de alcabalas en los años 1467 y 1468 fueron muy limitadas, unos 316.628 maravedís en el primero de estos años y 738.400 maravedís en el segundo, una vez recuperadas por el monarca las rentas de alcabalas como forma de captar nuevos recursos con los que hacer frente a las necesidades de la monarquía. Por otra parte, si tratamos de comparar lo que representaba el valor de las alcabalas del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábri­ ca con respecto a otras regiones fiscales de la Corona de Castilla, podemos concluir que durante todo el reinado de Enrique IV era la región de Castilla la Vieja con León, la que proporcionaba los mayores niveles de ingresos, por debajo de la cual se situaban los territorios de Castilla la Nueva, Extremadura y Órdenes Militares. En tercer lugar se posicionaba generalmente la región de Andalucía y por último, los territorios de la Cornisa Cantábrica con niveles de ingresos muy inferiores a las regiones anteriormente mencionadas. Lo que queda plenamente demostrado en los siguientes gráficos 7, 8 y 9.

Gráfico 7. Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1455 –1458, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales región fiscal

cuantía

Cornisa Cantábrica y Galicia

266.674

Andalucía

962.242

Castilla la Nueva, Extremadura y maestrazgos de Órdenes Militares 1.061.065 Castilla la Vieja y León

porcentaje sobre el total recaudado

6,56 23,67 26,11

1.774.763

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

43,66

278

Amparo Rubio Martínez

Gráfico 8. Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1459 –1462, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales región fiscal

cuantía

Cornisa Cantábrica y Galicia

159.105

Castilla la Nueva, Extremadura y maestrazgos de Órdenes Militares

947.544

Andalucía

954.839

Castilla la Vieja y León

porcentaje sobre el total recaudado

4,87 29,03 29,25

1.203.052

36,85

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 9. Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1463 –1465, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales región fiscal

cuantía

Cornisa Cantábrica y Galicia

177.530

Andalucía

743.080

Castilla la Nueva, Extremadura y maestrazgos de Órdenes Militares

833.033

Castilla la Vieja y León

porcentaje sobre el total recaudado

6,23 26,09 29,25

1.094.462

38,43

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Durante el reinado de Enrique IV, el Reino de Galicia continuó apor­ tando los mayores porcentajes al área de la Cornisa Cantábrica. Si observa­ mos las cantidades con las que contribuyó cada uno de los territorios selec­ cionados para éste área geográfica, podemos comprobar como entre los años 1455 y 1458, el Reino de Galicia contribuía con 206.434 reales, lo que re­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

279

presentaba un porcentaje del 63,30% sobre el total, por debajo del cual se situaban las Asturias de Oviedo con 60.241 reales (el 18,47% del total) y las Asturias de Santillana con 59.437 reales (el 18,23% del total), según queda reflejado en el siguiente gráfico 10.

Gráfico 10. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1455 –1458 a la Corona de Castilla, expresadas en reales región fiscal

cuantía

porcentaje sobre el total recaudado

Asturias de Santillana

59.437

18,23

Asturias de Oviedo

60.241

18,47

Reino de Galicia

206.434

63,30

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Entre los años 1459 y 1462 los valores de las alcabalas experimenta­ ron un importante descenso, aunque las recaudadas en el Reino de Galicia continuaron manteniéndose a la cabeza entre las del territorio de la Cornisa Cantábrica. En este periodo Galicia contribuyó con 153.816 reales lo que representaba el 87,48% del total de la zona, seguida por las Asturias de Santillana con 16.718 reales (el 9,51% del total), y ya muy distantes los territorios de Cangas y Tineo con apenas 5.289 reales (el 3,01% del total), como se puede apreciar en el siguiente gráfico 11. En los años siguientes, entre 1463 y 1465, estas proporciones sufrirían pequeñas modificaciones. Así, mientras las alcabalas del Reino de Galicia valieron en estos años 152.287 reales, lo que representaba el 63,65% del to­ tal recaudado, las alcabalas de las Asturias de Oviedo se situaban en 60.250 reales, una cantidad que venía a suponer el 25,18% del total de las contribu­ ciones ordinarias del conjunto de la Cornisa Cantábrica. Le seguían por or­ den de importancia las Asturias de Santillana, que aportaban 17.343 reales

280

Amparo Rubio Martínez

(el 7,25% del total) y los territorios de Cangas y Tineo con 9.375 reales (el 3,92% del total), según se observa en el siguiente gráfico 12.

Gráfico 11. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1459 –1462 a la Corona de Castilla, expresadas en reales región fiscal

Cangas y Tineo

cuantía

5.289

Asturias de Santillana Reino de Galicia

16.718

porcentaje sobre el total recaudado

3,01 9,51

153.816

87,48

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 12. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1463 –1465 a la Corona de Castilla, expresadas en reales región fiscal

Cangas y Tineo

cuantía

9.375

Asturias de Santillana

17.343

Asturias de Oviedo

60.250

Reino de Galicia

porcentaje sobre el total recaudado

3,92 7,25 25,18

152.287

63,65

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Al igual que en el caso de los reinados anteriores, durante el reinado de los Reyes Católicos, el incremento en el valor de las rentas del Reino de Ga­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

281

licia coincide con el que tiene lugar para el conjunto de la Corona de Castilla, lo que se debió principalmente a la incorporación de las rentas de señorío a la Corona, además de la precisión que en estos años se llegó a alcanzar en los procesos de gestión de las rentas —arrendamiento, posturas, pujas, remates y traspaso de rentas—, unos complejos mecanismos de arrendamiento y re­ caudación que se pusieron en marcha desde los órganos hacendísticos con el fin de elevar el precio de las rentas. Si tomamos como referencia el valor de los impuestos ordinarios re­ caudados en Galicia entre los años 1480 y 1491, se puede observar un crecimiento destacado y sostenido en el valor de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes que se recaudaron durante este periodo. A partir de los valores que alcanzaron las rentas reales ordinarias de un conjunto de partidos fiscales de la Corona de Castilla, se comprueba un clarísimo incremento en el valor de las mismas durante todo el reinado. Así, sólo en los quince primeros años, el valor de las rentas reales se había duplicado. En 1480, el precio de las rentas reales ordinarias de Castilla se estimaba en 90.005.285 maravedís, un valor que ya en 1486 se situaba en 151.891.207 maravedís, alcanzando los 198.158.579 maravedís en 1491. Desde 1493 en adelante, el valor de las rentas reales ordinarias no haría sino incrementarse. Precisamente este año, las alcabalas del conjunto de territorios de la Corona de Castilla sumaba un total de 213.622.912 ma­ ravedís, y sólo diez años después, en 1504 se situaba ya en 276.021.697 maravedís. Por lo que se refiere al Reino de Galicia, durante estos años el valor de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes creció de manera exponen­ cial como consecuencia de la incorporación de las rentas de señorío a la Hacienda Regia. En 1480, las rentas de los cuatro partidos fiscales prin­ cipales del Reino de Galicia, más las del recién creado partido de Viveiro sumaban un total de 2.937.000 maravedís, una cantidad que en 1486 se había duplicado ya, alcanzando los 7.008.518 maravedís. A partir de esta fecha, el valor de las rentas reales ordinarias continuó incrementándose hasta los últimos años del reinado. En 1493 se recaudaron en Galicia un total de 11.123.476 maravedís en concepto de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes, una cantidad que sería ampliamente superada en 1504, fecha en la que alcanzaba ya los 16.253.800 maravedís.

282

Amparo Rubio Martínez

Por otra parte, convendría preguntarse cual era el nivel de contribución de Galicia durante estos años con respecto al conjunto de territorios de la Corona de Castilla. En este sentido, a partir de las cifras que proporciona el profesor Ladero Quesada sobre el importe de las rentas reales ordinarias recaudadas en Castilla en 1480, Galicia aportaba el 3,26%, una proporción que se iría incrementando de manera progresiva en los años siguientes, al­ canzando el 4,61% en 1486 y el 4,96% en 1491. Entre los años 1493 y 1504, los porcentajes de contribución de Galicia en el conjunto de territorios de la Corona de Castilla continuarían al alza, de manera que en 1493 las alcaba­ las, diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia repre­ sentaban ya el 5,20% del total recaudado en Castilla, y en 1504 suponían el 5,88% del total fiscal. Asimismo, si comparamos lo que representaban las rentas reales ordi­ narias del Reino de Galicia y las de los territorios de la Cornisa Cantábrica con lo que proporcionaban otras regiones fiscales entre los años 1480 y 1504, observamos que los territorios que aportaban mayores volúmenes de ingresos en 1480 eran Andalucía y el Reino de Murcia, con el 44,77% del total recaudado por la Corona de Castilla, a los que seguían por orden de importancia los lugares de los maestrazgos de las Órdenes Militares con los diezmos y aduanas de los obispados de Osma, Calahorra y Sigüenza, los derechos de servicio y montazgo del reino, el alfolí de Avilés y las salinas de Atienza y Espartinas, que representaban el 20,20% del total. Por debajo de estos porcentajes, contribuían las áreas de Castilla la Vieja y León con el 16,78%, Castilla la Nueva y Extremadura con el 13,17%, y el área geográ­ fica de la Cornisa Cantábrica con un 5,08% del total fiscal. Unos años después, en 1491, el nivel de contribución de cada una de es­ tas regiones fiscales había variado ya sustancialmente. Este año, Castilla la Vieja y León aportaba el 30,35% del total, Andalucía y Murcia contribuían con el 25,51%, Castilla la Nueva y Extremadura con el 19,44%, los maes­ trazgos de las Órdenes Militares y otras rentas con el 17,38%, y finalmente el área geográfica de la Cornisa Cantábrica, en la que se incluía el Reino de Galicia, contribuía con el 7,32% de lo recaudado. En los gráficos 13, 14, 15, 16 y 17, insertos a continuación, se puede ob­ servar la evolución al alza que experimentó la recaudación de las rentas reales ordinarias de la Corona de Castilla entre los años 1480 y 1504.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

283

Gráfico 13. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1480, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís región fiscal

País Vasco, Cuatro Villas de la Mar de Castilla 364, Asturias y Galicia

cuantía

porcentaje sobre el total recaudado

4.572.000 5,08

Castilla la Nueva y Extremadura

11.855.500

Castilla la Vieja y León

15.104.000

13,17 16,78

Maestrazgos de Órdenes Militares 18.176.000 y otras rentas Andalucía y Reino de Murcia

20,20

40.297.785

44,77

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 14. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1486, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

País Vasco, Cuatro Villas de la Mar 11.094.018 de Castilla, Asturias y Galicia

porcentaje sobre el total recaudado

7,30

Maestrazgos de Órdenes Militares 28.259.136 y otras rentas

18,61

Castilla la Nueva y Extremadura

28.543.694

18,79

Andalucía y Reino de Murcia

34.537.658

Castilla la Vieja y León

49.456.711

22,74 32,56

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Este corregimiento, muy anterior a la creación de la provincia de Cantabria, agrupa­ ba las villas portuarias de San Vicente de la Barquera, Santander, Laredo y Castro Urdiales. 364

284

Amparo Rubio Martínez

Gráfico 15. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1491, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

País Vasco 365, Cuatro Villas de la 14.508.204 Mar de Castilla, Asturias y Galicia

porcentaje sobre el total recaudado

7,32

Maestrazgos de Órdenes Militares 34.443.948 y otras rentas Castilla la Nueva y Extremadura

38.527.403

Andalucía y Reino de Murcia

50.544.652

Castilla la Vieja y León

60.134.372

17,38 19,44 25,51 30,35

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 16. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1493, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

País Vasco, Cuatro Villas de la Mar 16.265.734 de Castilla, Asturias y Galicia Maestrazgos de Órdenes Militares 35.979.718 y otras rentas Castilla la Nueva y Extremadura

41.556.514

Andalucía y Reino de Murcia

53.133.752

Castilla la Vieja y León

66.687.194

porcentaje sobre el total recaudado

7,62 16,84 19,45 24,87 31,22

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Cuyo principal aporte económico en la época procedía de las villas portuarias de Guetaria, Bermeo, Fuenterrabía y San Sebastián. 365

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

285

Gráfico 17. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1504, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

País Vasco, Cuatro Villas de la Mar 22.832.284 de Castilla, Asturias y Galicia Maestrazgos de Órdenes Militares 34.837.639 y otras rentas Castilla la Nueva y Extremadura

56.476.401

Castilla la Vieja y León

79.752.342

Andalucía y Reino de Murcia

82.123.031

porcentaje sobre el total recaudado

8,27 12,62 20,46 28,90 29,75

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Interesa, por otra parte, comprobar cual era la proporción que represen­ taba el Reino de Galicia dentro del área geográfica de la Cornisa Cantábri­ ca. Así, se comprueba que en 1480, Galicia aportaba el 64,24% del total, ocupando la primera posición, a la que seguían las Asturias de Oviedo que representaban el 31,71% del total, las Cuatro Villas de la Mar de Castilla que aportaban el 3,50%, y las poblaciones de Cangas y Tineo cuya exigua aportación consistía en el 0,55% del total. En el año 1486 se incorporan por primera vez a la contribución de los territorios de la Cornisa Cantábrica las rentas del Val de Guareña, que aun no siendo muy elevadas superaron a las del País Vasco con Cangas y Tineo juntas. Este año las rentas de Reino de Galicia, las Cuatro Villas de la Mar de Castilla y el País Vasco habían experimentado un considerable creci­ miento con respecto a las de 1480. Aportando solamente Galicia la mayor parte como venía siendo habitual, que ascendía a 7.008.518 maravedís, lo que suponía el 63,18% del total recaudado en esta área geográfica Un lustro después, en 1491, se comprueba que Galicia continuaba ocu­ pando la primera posición con un 67,78% del total fiscal recaudado, mien­ tras que las Asturias de Oviedo aportaban el 15,10% y las Cuatro Villas de la Mar de Castilla el 10,21%. Por debajo de éstos niveles, se situaban el Val

286

Amparo Rubio Martínez

de Guareña con un 3,45%, Cangas y Tineo con el 2,01%, y el País Vasco que aportaba el 1,45% del total. En 1493, el Reino de Galicia aportaba 11.123.476 maravedís del total de 16.265.734 maravedís que la Hacienda Real recaudó en el área geográfi­ ca de la Cornisa Cantábrica, lo que representaba exactamente el 68,39% del total fiscal. El último año del reinado de sus católicas majestades (1504), el valor de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia al­ canzó la cifra de 16.253.800 maravedís del total de 22.832.284 maravedís que se recaudaron en los territorios de la Cornisa Cantábrica —País Vasco, Cangas y Tineo, Val de Guareña, Cuatro Villas de la Mar de Castilla, Astu­ rias de Oviedo y el Reino de Galicia—, lo que nos sitúa ya en un porcen­ taje del 71,19% del total recaudado en los territorios del área cantábrica, un porcentaje por debajo del cual se situaban las Asturias de Oviedo con el 16,25%, las Cuatro Villas de la Mar de Castilla con el 7,78%, Cangas y Tineo con el 1,10%, y finalmente el País Vasco con tan sólo el 0,96 % del total recaudado en el área. En los gráficos 18, 19, 20, 21 y 22, insertos a continuación, se puede ob­ servar la evolución al alza que experimentaron las contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impues­ tos ordinarios a la Corona de Castilla, entre los años 1480 y 1504.

Gráfico 18. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1480 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís región fiscal

Cangas y Tineo

cuantía

25.000

Cuatro Villas de la Mar de Castilla

160.000

Asturias de Oviedo

1.450.000

Reino de Galicia

2.937.000

porcentaje sobre el total recaudado

0,55 3,50 31,71

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

64,24

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Gráfico 19. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1486 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

porcentaje sobre el total recaudado

Cangas y Tineo

180.000

1,62

País Vasco

210.000

1,89

Val de Guareña

460.500

Cuatro Villas de la Mar de Castilla

1.420.000

Asturias de Oviedo

1.815.000

Reino de Galicia

7.008.518

4,15 12,80 16,36 63,18

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 20. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1491 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

porcentaje sobre el total recaudado

País Vasco

210.000

1,45

Cangas y Tineo

291.584

2,01

Val de Guareña

501.167

3,45

Cuatro Villas de la Mar de Castilla

1.481.183

10,21

Asturias de Oviedo

2.190.800

Reino de Galicia

9.832.720

15,10

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

67,78

287

288

Amparo Rubio Martínez

Gráfico 21. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1493 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

porcentaje sobre el total recaudado

País Vasco

210.000

Cangas y Tineo

354.056

Val de Guareña

526.172

3,23

Cuatro Villas de la Mar de Castilla

1.551.493

9,54

Asturias de Oviedo

2.500.537

Reino de Galicia

1,29 2,18

15,37

11.123.476

68,39

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

Gráfico 22. Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1504 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís región fiscal

cuantía

porcentaje sobre el total recaudado

País Vasco

219.000

0,96

Cangas y Tineo

250.300

1,10

Val de Guareña

621.142

Cuatro Villas de la Mar de Castilla

1.777.470

Asturias de Oviedo

3.710.572

Reino de Galicia

2,72 7,78 16,25

16.253.800

Fuente: M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla, op. cit.

71,19

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

289

A partir de los datos expuestos, podemos concluir que el Reino de Ga­ licia aportaba más de la mitad de los ingresos del área septentrional de la Corona de Castilla, concretamente de los territorios situados en el entorno geográfico de la Cornisa Cantábrica, lo que se explica porque en Galicia, además de las alcabalas, la Hacienda Real recaudaba diezmos de la mar y alfolíes, lo que indudablemente habría tenido un peso decisivo en el creci­ miento que experimentaron las rentas durante estos años. Pero por otra par­ te, se debe tener en cuenta el papel que jugaron las rentas de señorío, ya que al pasar a tributar con carácter regular a la Hacienda Regia desde mediados de los años ochenta, serían las principales responsables del importantísimo crecimiento que experimentaron las recaudaciones, que no tiene parangón con el que experimentarían en los restantes territorios del área norteña. Junto a las rentas de señorío, la situación económica que vive Galicia durante este periodo y el destacado repunte que experimenta la actividad comercial, sobre todo la que tiene lugar a través de los puertos, serán tam­ bién factores determinantes en el notable crecimiento que se produce en las tributaciones durante este periodo. En relación con los ingresos extraordinarios que se recaudaron en el Reino de Galicia durante todo el siglo xv, consideramos de especial interés estimar lo que supuso la aportación de Galicia con respecto al conjunto de la Corona de Castilla. Referente al pedido real recaudado durante los reinados de Juan II y Enrique IV, debemos tener en cuenta que en más de una ocasión se efectuaron dos repartos de pedido en Castilla, lo que casi con toda seguridad habría respondido a una forma de amortizar la deuda contraída en años ante­ riores, teniendo en cuenta que desde 1419 en adelante, Galicia mostraría una gran resistencia al pago del pedido real, alegando la falta de representación del reino en cortes. Las primeras noticias de las que disponemos acerca de la contribución de Galicia en el pedido real extraordinario procede del año 1440, fecha en la que Galicia contribuyó con 1.790.590 maravedís, del total asignado a la Corona de Castilla, que ascendió este año a los 13.684.429 maravedís, lo que representaba exactamente el 13,08%. Los años 1442 y 1443, el nivel de contribución del Reino de Galicia con respecto al conjunto de la Corona de Castilla fue considerablemente superior al del año 1440. En cada uno de estos años se efectuaron dos re­ partos de 3.581.080 maravedís cada uno, 7.162.160 maravedís en total, una

290

Amparo Rubio Martínez

cantidad que venía a suponer exactamente el 25,28% del total asignado a Castilla, que en cada uno de estos años alcanzó la cantidad de 28.330.788 maravedís. Un año después, en 1444 la contribución de Galicia representó tan sólo el 4,29% del total, ya que de los 27.829.269 maravedís asignados al conjunto de territorios de la Corona de Castilla, Galicia habría contribui­ do con 1.193.664 maravedís. Es posible que este porcentaje hubiese sido muy superior en 1445, fe­ cha en la que se asignaron dos pedidos en la Corona de Castilla por importe de 35.000.000 de maravedís cada uno, mientras que este mismo año el Rei­ no de Galicia contribuía con otros dos, del que sólo conocemos el segundo, por valor de 4.724.291 maravedís. En el caso de que ambos pedidos fuesen de idéntica cuantía habrían sumado 9.448.582 maravedís, lo que la situaba en unas proporciones del 13,50% sobre el total recaudado. El último periodo en el que tenemos noticia tanto de las cuantías re­ partidas en el Reino de Galicia como en el conjunto de la Corona de Cas­ tilla son los años 1462 y 1463. En estos dos años se repartieron en Castilla 30.589.035 maravedís en un sólo pedido, mientras que en el Reino de Gali­ cia se efectuaron dos pedidos por valor de 8.031.623 maravedís, una cuan­ tía sin duda muy elevada, que venía a suponer el 26,25% del total fiscal y que habría respondido seguramente, una vez más, a la forma de amortizar la deuda contraída de años anteriores. En la siguiente tabla 39 se ofrece una visión de conjunto de lo que re­ presentaron los repartos de pedidos reales de la Corona de Castilla sobre el Reino de Galicia, entre los años 1440 y 1463.

Tabla 39. Contribuciones del Reino de Galicia a los pedidos reales repartidos por la Corona de Castilla en el siglo xv, expresadas en maravedís año

C orona

de

C astilla

pedidos

R eino

de

G alicia

pedidos

porcentaje

1440

13.684.429

1

1.790.590

1

13,08

1442

28.330.788

1

7.162.160

2

25,28

1443

28.330.788

1

7.162.160

2

25,28

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

291

Tabla 39. Contribuciones del Reino de Galicia a los pedidos reales repartidos por la Corona de Castilla en el siglo xv, expresadas en maravedís (continuación)

año

C orona

de

C astilla

pedidos

R eino

de

G alicia

pedidos

porcentaje

1444

27.829.269

1

1.193.664

1

4,29

1445

70.000.000

2

9.448.582

2

13,50

1447 –1448



2

4.470.889

2



1457





3.551.650





1462 –1463

30.589.035

1

8.031.623

2

26,25

Fuente: AGS, EMR, leg. 1, fols. 556 –570 v.; leg. 2, fols. 262, 415 r. – 417 v., 442 y 462; leg. 16, fols. 137 –139; leg. 17, fols. 2, 89 – 92, 121–129; y Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla…, op. cit., pág. 220.

Por otra parte, debemos considerar lo que significaron estos impuestos con respecto al conjunto de las rentas reales ordinarias que se recaudaron en el Reino de Galicia. La comparación de los valores del pedido de 1442 con los relativos a los tributos ordinarios recaudados este mismo año, pone de manifiesto que la cuantía del pedido repartida entre las distintas provin­ cias fiscales del Reino de Galicia se aproxima bastante al valor que este año alcanzaron las contribuciones ordinarias. Así, sabemos que las rentas reales ordinarias del Reino de Galicia sumaron en 1442 un total de 4.113.868 ma­ ravedís (514.233 reales), una cuantía algo superior a la del pedido recau­ dado este año, que sumó un total de 3.581.080 maravedís (447.635 reales). Para el año 1445, las cuantías son muy similares a las que acabamos de exponer. Este año, el volumen de tributos ordinarios recaudados en concep­ to de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes se calcula en unos 4.425.907 maravedís (553.236 reales), frente a los 4.724.291 maravedís (590.536 rea­ les) repartidos en concepto de pedido real. Teniendo en cuenta las cuantías de pedido mencionadas, cabe suponer las dificultades que debió encontrar la población gallega para hacer efectivo el pago del pedido, ya que por otra parte, tenía que hacer frente a unas elevadas cuantías de tributos ordinarios, además de atender a las exigencias de la fiscalidad señorial.

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Ya en el reinado de los Reyes Católicos, a principios de los años no­ venta, la situación había cambiado favorablemente para la Hacienda Regia, sobre todo debido al notable incremento que las rentas habían experimen­ tado desde principios de la década de los setenta, como consecuencia in­ mediata de las medidas hacendísticas adoptadas por los reyes, y del auge que la actividad comercial había alcanzado durante estos años. En este sentido, cabe suponer que el esfuerzo económico que habría tenido que hacer la población del Reino de Galicia para satisfacer la contribución de la Hermandad en estos años, habría sido mucho menor que el de años ante­ riores. A pesar de todo, las cuantías con las que la población gallega debía contribuir continuaban siendo elevadas, no sólo las relativas a la contri­ bución de la Hermandad, sino también las derivadas de las rentas reales ordinarias. Durante estos años, las cuantías asignadas al Reino de Galicia en la contribución de la Hermandad ascendieron a 6.000.000 de maravedís, mientras que los ingresos derivados de las contribuciones ordinarias ya superaban los 10.000.000 de maravedís. Unos años después, los servicios aprobados por las Cortes del reino para el conjunto de la Corona de Castilla, asignarían unas cuantías de maravedís al Reino de Galicia que representaban unos porcentajes del 11% del total de las contribuciones fijadas para Castilla. Las contribuciones del Reino de Galicia en los servicios extraordinarios aprobados por las Cortes del reino a partir del año 1500 fueron las mayores de todo el período, aunque por estos años las cantidades que la Hacienda Real recaudaba en concepto de tributos ordinarios eran mucho más elevadas, triplicando el importe recaudado por los servicios extraordinarios. En el año 1500 correspondieron al Reino de Galicia 6.128.000 maravedís en el pago del servicio extraordinario, mien­ tras que, por otra parte, la Hacienda Real recaudó un total de 15.326.952 maravedís en concepto de ingresos ordinarios —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes—. Tres años después, nos encontramos con unas cantidades similares, unos ingresos para la Hacienda Real de 5.820.866 maravedís por el servicio extraordinario del Reino de Galicia frente a los 16.170.730 ma­ ravedís derivados de la recaudación de los impuestos ordinarios.

Los agentes fiscales del Reino de Galicia

Introducción

U

de los temas mejor estudiados en los últimos años dentro del ámbito del estudio de la historia de la fiscalidad, ha sido el relati­ vo a la red de agentes fiscales que intervinieron en la gestión de los impuestos, atendiendo no sólo a los complicados mecanismos de su­ bastas, pujas y remates de las rentas que tenían lugar durante el proceso de arrendamiento, sino también al estudio de los vínculos personales y profe­ sionales que unían a muchos de ellos y a los intereses que tenían en común para participar en el negocio fiscal. En el Reino de Galicia, al igual que en el resto de los partidos fiscales de la Corona de Castilla, la red de arrendatarios mayores, menores y fiadores se organizaba conforme a una estructura piramidal. En la cúspide de la pirá­ mide se situaban los arrendatarios mayores, que tras un complicado sistema de arrendamiento, pujas y remates, conseguían hacerse con las rentas de uno o varios partidos fiscales al mismo tiempo, unas rentas que posteriormente subarrendaban a los arrendatarios menores, obteniendo un porcentaje de be­ neficio que variaba en función de las circunstancias económicas del momen­ to, así como de las dificultades que presentaba el territorio para llevar a cabo la recaudación. Dentro del proceso de subarrendamiento de las rentas reales es preciso distinguir dos modalidades; la que se llevaba a cabo en los núcleos urbanos, en los que el conjunto de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes se subarrendaba en distintos ramos alcabalatorios —paños, vino, pescado, zapatería, cueros, etc.—, y la que tenía lugar en el medio rural en las distin­ tas unidades fiscales que componían cada partido fiscal, cuyas alcabalas se subarrendaban también al mejor postor, que generalmente solía ser vecino no

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del lugar o de zonas muy próximas, en ocasiones mercaderes, que al hacerse con el arrendamiento de las alcabalas del lugar, obtenían numerosas ventajas a la hora de comercializar sus productos. La figura del fiador, en la base de la pirámide, resultaba también esen­ cial en las dos fases del proceso, en las que debía intervenir presentando fianzas suficientes para garantizar el arrendamiento y dar paso a la recau­ dación. Mediante la presentación de fianzas, cada uno de los fiadores se comprometía a garantizar el arrendamiento con una cantidad determinada con la que debería responder en caso de que se produjeran pérdidas durante el proceso recaudatorio. Pero quizá lo más interesante de la red de agentes fiscales que se encargaron de llevar a cabo la recaudación de las rentas rea­ les sea el estudio de sus orígenes, vínculos familiares y profesionales, así como de su trayectoria profesional, el grado de participación en el negocio financiero, la reinversión de los beneficios obtenidos, las vías de promo­ ción y ascenso social, el acceso de estos agentes a los principales puestos en los gobiernos locales, las alianzas matrimoniales concertadas como for­ ma de afianzar su posición, etc. Este capítulo, dedicado al estudio de los arrendatarios, financieros y hombres de negocios que se hicieron cargo de la recaudación de las rentas del Reino de Galicia, pretende ofrecer una visión aproximada sobre la red de agentes fiscales que intervinieron en la gestión de las rentas reales or­ dinarias de este territorio —arrendatarios mayores, arrendatarios menores y fiadores—, tratando de explicar en la medida de lo posible las causas que llevaron a algunos financieros a monopolizar las rentas de un mismo partido fiscal durante largos periodos de tiempo, y tratando de establecer al mismo tiempo los vínculos e intereses comunes que compartían muchos de ellos, el beneficio económico que obtenían de sus actividades y la rein­ versión de estos beneficios en otras operaciones, la mayoría de ellas vin­ culadas al comercio marítimo, alquiler y explotación de bienes inmuebles urbanos, el desempeño de cargos relacionados con la gestión y adminis­ tración de las haciendas señoriales y eclesiásticas, etc. De acuerdo con las distintas fases en que se desarrollaba el complejo proceso de arrendamien­ to de las rentas reales, dedicamos una primera parte al estudio de los arren­ datarios y recaudadores mayores, en la que nos ocuparemos de analizar la trayectoria de los arrendatarios autóctonos del Reino de Galicia, el grupo

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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formado por financieros judíos y el grupo de arrendatarios y hombres de negocios procedentes de otros lugares de Castilla, que acudieron al Reino de Galicia atraídos por los amplios márgenes de beneficio que prometían las rentas reales en el último decenio del siglo xv. En una segunda parte nos ocuparemos de analizar quienes eran los personajes que intervenían como arrendatarios menores o subarrendatarios de las rentas reales en las principales ciudades del reino, para ocuparnos finalmente de la figura del fiador, que como su nombre indica avalaba o afianzaba las rentas para dar validez al proceso y proceder a la recaudación de las rentas. Con todo, a lo largo de este capítulo no pretendemos llevar a cabo una reconstrucción exhaustiva de la trayectoria vital y profesional de cada uno de los personajes seleccionados, pues excedería con mucho los objetivos propuestos, sino que nos limitaremos a analizar algunos aspectos relacio­ nados con su participación en el negocio financiero y las relaciones que es­ tos agentes del fisco regio mantuvieron con otros financieros de su tiempo. Por razones obvias, no es posible abordar el estudio de todos y cada uno de los agentes fiscales que intervinieron en el arrendamiento y gestión de las rentas reales de este periodo, por lo que únicamente trataremos de analizar la trayectoria de aquellos que consideramos que tuvieron una participación más relevante en el negocio financiero.

Los arrendatarios de las rentas reales ordinarias en el Reino de Galicia: una visión de conjunto

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algunos trabajos anteriores ya señalábamos como los arrendata­ rios y recaudadores mayores de las rentas reales no pueden ser con­ siderados en sentido estricto oficiales al servicio directo de la ad­ ministración regia.366 Sin embargo, este grupo de arrendatarios conformaba una tupida red social que gestionaba las rentas en beneficio de la Hacienda Real, aunque es evidente que en la mayoría de los casos, su actuación res­ pondía a intereses y beneficios particulares, pese a que el propio sistema, controlado desde los órganos hacendísticos, permitía efectuar diferentes ti­pos de pujas con los correspondientes incentivos económicos para quien los llevaba a cabo, con el firme propósito de obtener el mayor margen de beneficio para la Hacienda Regia. En un periodo aproximado de treinta años, que coinciden con el rei­ nado de los Reyes Católicos, intervenían en el proceso de arrendamiento y recaudación de las rentas reales del Reino de Galicia tres grupos de arren­ datarios y recaudadores mayores bien diferenciados: en primer lugar el que componían los arrendatarios propios del Reino de Galicia, que ejercieron un n

Un trabajo previo sobre los arrendatarios de rentas reales del Reino de Galicia en Amparo Rubio Martínez, «Los agentes fiscales del Reino de Galicia a fines del siglo xv» en María de las Mercedes Borrero Fernández, Juan Carrasco Pérez, y Rafael Gerardo Peinado Santaella (coords.), Agentes de los sistemas fiscales en Andalucía y los Reinos Hispánicos (siglos xiii – xvii): un modelo comparativo, Madrid, 2014, págs. 117 –143 366

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claro protagonismo durante los primeros años del reinado; en segundo lugar el grupo de arrendatarios judíos, primero, y conversos después, que jugaron un papel decisivo a finales de los años ochenta y principios de los noventa; y finalmente, un poderoso grupo de financieros castellanos que intervendrían durante todo el periodo, si bien su actividad acabaría intensificándose en los últimos años del siglo xv y los primeros del xvi. Un análisis general sobre la nómina de arrendatarios que intervinieron en la gestión de las rentas reales de estos años nos permite adelantar ya algu­ nos de los rasgos característicos de los personajes que se hicieron cargo de las rentas reales en el Reino de Galicia. Así, por ejemplo, durante los prime­ ros años del reinado se observa una destacada presencia de los arrendatarios autóctonos del Reino de Galicia, que serían sustituidos, a medida que avanza el reinado y se incrementa el valor de las rentas, por otros financieros y hom­ bres de negocios que contaban ya con una dilatada trayectoria profesional en los principales partidos fiscales de la Corona de Castilla. La sustitución de arrendatarios propios del Reino de Galicia por aquellos otros procedentes de otros lugares de la Corona de Castilla se produjo de forma progresiva, de manera que a mediados de los años noventa, todavía operaban en el Reino de Galicia los tres grupos de arrendatarios mencionados. Indudablemente, esta mayor o menor presencia de los arrendatarios au­ tóctonos o foráneos en el arrendamiento de rentas reales del Reino de Galicia dependió de la condición jurídica que definía el territorio. Así se comprueba que, en los partidos fiscales sujetos a una fuerte dependencia señorial, había una mayor presencia de arrendatarios vinculados, directa o indirectamente, a estos poderes señoriales. Tal sucedía en el partido fiscal de Santiago, en el que el principal arrendatario de las rentas reales, Ruy Martínez de Carballido, per­ tenecía a una familia vinculada desde principios del siglo xv a los arzobispos compostelanos. Por el contrario, en las principales villas y ciudades de realen­ go, así como en aquellas que situándose en un principio bajo la dependencia señorial, pasaron después al realengo, se observa un claro predominio de los arrendatarios y financieros foráneos, tal vez como mecanismo empleado por la Corona para garantizar la recaudación de impuestos y el pago de situados a los principales beneficiarios de juros y mercedes. Precisamente, el grupo de arrendatarios foráneos adquiría una participación muy destacada en el partido de Viveiro, en el que la administración de las rentas reales había sido confiada

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al mayordo­mo real don Enrique Enríquez, una vez incorporada la villa de Viveiro al realengo. Asimismo, este grupo de arrendatarios tenía una amplia participación en el caso de la realenga A Coruña o en el de los lugares confis­ cados al II conde de Lemos, Rodrigo Enríquez de Castro, que se arrendaron para la Hacienda Regia desde mediados de los años ochenta.367 De los tres grupos de arrendatarios mencionados, el primero de ellos es­taba formado por reconocidos financieros y hombres de negocios origina­ rios del Reino de Galicia, que alternaban en muchos casos la actividad co­ mercial con el arrendamiento y recaudación de rentas reales. Entre ellos se encontraba, por ejemplo, Alfonso de Carballido, un reconocido mercader de la zona de Betanzos y A Coruña, y su hijo Ruy Martínez de Carballido, que entre los años 1482 y 1483 llegó a tener arrendadas la práctica totalidad de las rentas del Reino de Galicia. En este grupo se incluía también el notario y regidor santiagués, Lope Gómez de Marzoa, del que sabemos que había tomado parte en distintas operaciones comerciales y que era propietario de una nao con base en algún puerto del Reino de Galicia (tal vez Muros o Noia), además de su activa participación en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales. Dentro de este primer grupo, la familia de mercaderes pontevedreses Cruu es otra de las que tuvo mayor peso en el arrendamien­ to de las rentas al por mayor del Reino de Galicia. En este caso, fueron al menos dos de sus miembros —Gómez Cruu y Pedro Cruu—, los que par­ ticiparon activamente en el negocio financiero, además de su reconocida dedicación, durante las décadas centrales del siglo xv, a la actividad comer­ cial por el Mediterráneo. Del mismo modo, el escudero ourensano Gutierre de Sandoval desarrollaría una actividad destacada en el arrendamiento y

Las rentas de los lugares confiscados incluían las alcabalas de Sarria, Castro de Rei y Outeiro de Rei, los derechos de las escribanías de los alfoces de Outeiro de Rei y Castro de Rei, los portazgos de la Ponte de Rábade y Quintela, determinados derechos que los habitantes del coto de Sabucedo pagaban a su señor y los lugares confiscados a Pedro de Bolaño. Las alcabalas de estos lugares, junto a los derechos mencionados, fueron confis­ cados al conde de Lemos a mediados de los años ochenta y arrendados para la Hacienda Real en los años siguientes hasta 1501, momento en que los recuperó el conde de nuevo en virtud de una merced regia como consecuencia de los acuerdos matrimoniales de la hija del conde, doña Beatriz de Castro la Hermosa, con don Dinís de Portugal. 367

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recaudación de las rentas del obispado de Ourense en los últimos años del reinado, una labor que se prolongaría en las dos primeras décadas del siglo xvi, haciéndose con el control de las rentas eclesiásticas de la diócesis com­ postelana, incluídas las rentas de los Votos de Santiago. En la nómina de arrendatarios judíos encontramos a los ya conocidos Luis de Alcalá y Rabí Mair Melamed —quien pasaría a llamarse Fernán Núñez Coronel, después de su conversión al cristianismo—, ambos se si­ tuarían a principios de los años noventa al cargo de las receptorías y pa­ gadurías de los principales partidos fiscales de la Corona de Castilla. Y asimismo figuran los hermanos Judá Pérez y Mosén Pérez, operando desde el eje Ourense–Ribadavia, con una presencia muy destacada en el arrenda­ miento de rentas de los partidos fiscales de Lugo y Ourense desde finales de los años ochenta. Finalmente, si analizamos con detalle la nómina de financieros proce­ dentes de otros lugares de Castilla, observamos que muchos de ellos eran destacados hombres de negocios que llevaban a cabo operaciones de gran envergadura en la zona del antiguo Reino de Toledo, Castilla la Nueva y Ma­ drid. Entre éstos últimos sobresalen entre otros Fernando de Madrid, Alonso de Alarcón, Alonso Téllez de Úbeda, Juan Ramírez de Herrera, Gonzalo de Monzón y Fernando de Cuenca.

Arrendatarios naturales del Reino de Galicia Entre los arrendatarios propios del Reino de Galicia se encuentra, en primer lugar, Ruy Martínez de Carballido, que tendría un papel muy desta­ cado en el arrendamiento de las rentas reales durante todo el reinado de los Reyes Católicos. Desde principios del siglo xv, se constata la vinculación de algunos miembros de la familia Carballido a los arzobispos composte­ lanos. Concretamente, en 1431 se documenta la actuación de un personaje homónimo, que desempeñaba el cargo de escribano del rey y secretario del arzobispo Lope de Mendoza. Además de la información que disponemos acerca de la figura de Ruy Martínez de Carballido, a partir de la documentación consultada hemos podido conocer las actividades profesionales a las que dedicó su vida, por

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medio de las cuales habría llegado a acumular una considerable fortuna y a adquirir una posición social destacada en las ciudades de A Coruña y Betanzos. Ruy Martínez de Carballido era hijo de Alonso de Carballido, un conocido mercader de Betanzos, que había amasado un importante pa­ trimonio gracias a su dedicación a la actividad comercial y a su participa­ ción en el negocio financiero a mediados de los años setenta, unos años en los que arrendaba las rentas reales de las principales ciudades y villas de realengo —A Coruña, Betanzos y Baiona—, junto al arrendatario Pedro de Cuéllar. Pero sin duda, sería su hijo Ruy Martínez de Carballido, el que tendría una participación más destacada en el arrendamiento de las rentas reales del último cuarto del siglo xv.368 Desde finales de los años sesenta, Ruy Martínez de Carballido gozaba de una posición económica y social muy relevante en el Reino de Galicia, debida en parte a su actividad como arrendatario mayor de las rentas rea­ les, a lo que se venían a añadir los títulos y mercedes recibidos de la Coro­ na, como el que le había otorgado la reina Isabel en 1478, nombrándole su emisario real en la ciudad de A Coruña 369. Si atendemos a la trayectoria profesional que presenta este personaje y en especial a su participación en el negocio financiero, debemos destacar, en primer lugar, su labor como arrendatario mayor de las rentas de A Coruña, Betanzos y Baiona a fina­ les de los años setenta, las mismas rentas que habían estado a cargo de su padre en años anteriores. En los años 1482 y 1483, Ruy Martínez de Car­ ballido lograba hacerse con el control de las rentas de los cuatro grandes partidos fiscales del Reino de Galicia. Su actividad como arrendatario y recaudador mayor de las rentas del Reino de Galicia se extiende durante todo el reina­do de los Reyes Católicos, siendo sustituído a su muerte en 1501 por el receptor Juan de Salmerón, al que los Reyes habían nombrado para liquidar las cuentas que habían quedado pendientes.

Un estudio detallado de la trayectoria vital y profesional de estos arrendatarios en Amparo Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros en el arrendamiento de rentas reales en la Galicia del s. xv», en Juan Antonio Bonachía Hernando y David Carvajal de la Vega (coords.), Los negocios del hombre. Comercio y rentas en Castilla. Siglos xv – xvi, Valla­ dolid, Castilla Ediciones, 2012, págs. 203 –208. 369 AMC, Catálogo de Cédulas Reales, n.º 25. 368

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No obstante, a pesar de ser considerado el principal arrendatario de las rentas reales del Reino de Galicia durante estos años, la actividad de Ruy Martínez de Carballido se focalizó sobre todo en el arzobispado de Santia­ go, y particularmente en los núcleos de Betanzos, Baiona, A Coruña y San­ tiago. A comienzos del siglo xvi, su actividad era especialmente intensa en el arrendamiento de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes, llevando a cabo en 1503 la recaudación del diezmo del oro que, procedente de la Isla de La Española, había llegado de manera fortuita al puerto de Baiona.370 Es posible que todas estas actividades hubieran permitido a Ruy Martí­ nez de Carballido acumular una gran fortuna, y que su dedicación a la acti­ vidad comercial por vía marítima la hubiera aprendido de su padre, Alfonso de Carballido, quien durante el último cuarto del siglo xv, había llegado a ser uno de los mercaderes más reconocidos de Betanzos y una de las per­ sonas más adineradas del Reino de Galicia, tal y como se recoge en las de­ claraciones vertidas por ciertos testigos en las denominadas Informaciones de abono del Archivo General de Simancas. Es indudable, por tanto que a lo largo de su vida, Alfonso de Carballido, primero, y su hijo Ruy Martínez de Carballido después, habrían logrado acumular un importante patrimonio a partir de su participación en la actividad comercial y en el negocio fiscal. Este patrimonio que los testigos valoran entre los 2.000.000 y 4.000.000 de maravedís, superaba en muchos casos los niveles de renta y patrimonio de los principales linajes nobiliarios del Reino de Galicia, así como de buena parte de la hidalguía rural. El valor estimado para su hacienda y patrimonio incluía, por supuesto, numerosos inmuebles en la ciudad de Santiago y en sus alrededores, entre ellos las casas en las que vivía, a las que debemos añadir aquellas otras que explotaba por vía de arrendamiento, varios casales situados en ciertas feligre­ sías próximas a Santiago y numerosos bienes muebles, ajuares, joyas y plata que poseía el licenciado Carballido como heredero directo de Ruy Martínez de Carballido.371

Sobre esta y otras cuestiones relacionadas con el arrendamiento de las rentas reales véase Amparo Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros en el arrendamiento…», art. cit., págs. 203 –208. 370

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Otra de las familias de arrendatarios con una destacada presencia en el arrendamiento de las rentas reales del partido fiscal de Santiago es la familia Cruu, mercaderes pontevedreses de reconocido prestigio que operaban a tra­ vés de los principales puertos de las rías baixas. En lo que se refiere a la ac­ tividad comercial que desarrollaron, sabemos que desde mediados del siglo xv, algunos de sus miembros actuaron como cargadores de sus propios bu­ ques o de navíos pertenecientes a otros mercaderes, gallegos o extranjeros, realizando dos rutas marítimas básicas que unían el puerto de Pontevedra con los de Inglaterra y con otros puertos mediterráneos de la Corona de Aragón, dos rutas a través de las que se efectuaba la exportación de productos básicos como el pescado de la ría de Pontevedra.372 La presencia de la familia Cruu en el arrendamiento y recaudación de las rentas del arzobispado de Santiago aparece documentada en el Livro do Concello de Pontevedra desde mediados de los años treinta. Particularmente entre los años 1437 y 1457 son continuas las menciones a miembros de esta familia actuando como fieles encargados de recaudar las alcabalas y los diezmos de la mar de ciertos productos entre los que figuraban los navíos, heredades, sal, paños, vino y pescado, además de los derechos de alfolí.373 En el último cuarto del siglo xv, los miembros más destacados de la fa­ milia Cruu también participan en los arrendamientos de rentas al por mayor del arzobispado de Santiago. En los años 1495 –1497, Gómez Cruu arren­ daba las rentas del partido fiscal de Santiago junto a Gonzalo del Campo y Fernando de Cuenca. Un año después, su hermano Pedro Cruu conseguía hacerse con el control de las rentas del arzobispado de Santiago, una vez que en 1496 hubiera abandonado sus cargos de alcalde y regidor de la villa de

Un panorama mucho más completo sobre la hacienda y patrimonio de estos arren­ datarios en Amparo Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros en el arrendamiento…», art. cit., págs. 214 –217. 372 Sobre la actividad comercial por vía marítima que desempeñaban algunos miembros de esta familia véase José Armas Castro, «Una familia de mercaderes pontevedreses a fi­ nales de la Edad Media: los Cruu», Cuadernos de Estudios Gallegos, XXXVI, 101 (1986), págs. 117 –132; y Elisa María Ferreira Priegue, Galicia en el comercio marítimo…, op. cit., págs. 307 y 588. 373 Amparo Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros en el…», art. cit., pág. 209. 371

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Pontevedra. Los hermanos Cruu participaron también en los arrendamien­tos de rentas al por menor, controlando aquellos ramos de la actividad económi­ ca estrechamente relacionados con los productos con los que comerciaban, lo que en muchos casos les habría permitido comerciar en condiciones espe­ cialmente ventajosas.374 Sobre la hacienda y patrimonio que la familia Cruu logró acumular a lo largo de su vida destacan especialmente las casas en las que vivían en la villa de Pontevedra, situadas en la feligresía de San Bartolomé, así como algunas otras viviendas que explotaban por vía de arrendamiento en la feligresía de Santa María la Grande y en el arrabal de la Moureira. Eran titulares, además, de algunas propiedades rurales próximas a la vi­ lla de Pontevedra, en las que se dedicaban a la producción de vino ullao, y de numerosos bienes rústicos como canteras, molinos o heredades que poseían en propiedad o acensuadas. Eran dueños, en definitiva, de un no­ table patrimonio —rústico y urbano—, que los testigos que declararon en las mencionadas Informaciones de abono no dudaron en estimar entre los 300.000 y 560.000 maravedís.375 Un personaje de singular interés con una destacada participación en la gestión de las rentas del Reino de Galicia es sin duda, el notario compostela­ no Lope Gómez de Marzoa, que a lo largo de su vida, alternó su oficio de no­ tario con otras actividades como el comercio marítimo, el armamento naval y los negocios financieros.376 La participación de Lope Gómez de Marzoa en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales del Reino de Galicia aparece documentada desde finales de los años treinta del siglo xv, coin­ cidiendo con el ejercicio de su oficio de notario en la villa de Pontevedra. Concretamente, entre los años 1438 y 1450, intervenía como fiel recaudando las alcabalas del hierro, navíos, carne, paños, cueros y zapa­te­­­ría. Su labor a

374 Para un mayor conocimiento sobre la participación de los Cruu en las rentas reales, véase Amparo Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros en el arrendamiento…», art. cit., págs. 209 –211 375 José Armas Castro, «Una familia de mercaderes…», art. cit., págs. 127 –128; y Am­ paro Rubio Martínez, «Mercaderes y financieros…», art. cit., págs. 217 – 218. 376 Un completo estudio sobre este personaje en Amparo Rubio Martínez, «Un hom­ bre de negocios a fines del siglo xv...», art. cit, págs. 127 –142.

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cargo de las rentas reales continuaría a principios de los años ochenta. Así en 1482, actuaba como arrendatario de las deudas o albaquías del Reino de Galicia de los años 1453 al 1477, y poco después, tenemos noticia de su participación en la recaudación de las rentas reales del arzobispado de Santiago de los años 1484 –1487, que durante estos años estaban a cargo de Luis de Alcalá según se deduce de una Carta de pago otorgada por el notario Gómez de Marzoa a los herederos del difunto Álvaro García, como justificante de las cantidades que éste último había recaudado por mandado de Luis de Alcalá 377. Ya en los años 1488 –1491, el notario Gómez de Marzoa aparece por primera vez como arrendatario y recaudador mayor de las rentas del par­ tido fiscal de Santiago, y diez años después, entre 1498 y 1499, se docu­ menta su actividad como arrendatario mayor de los obispados de Lugo y Mondoñedo. Es precisamente en esos años cuando se asocia con Fernando de Madrid, un conocido hombre de negocios con gran experiencia en el mundo financiero, acreditada por su continua presencia en los arrenda­ mientos de las rentas reales de Castilla la Nueva.378 Fallecido Gómez de Marzoa en el mes de septiembre de 1501, sería su viuda la que se encargaría de reclamar las cantidades que se le habían queda­ do debiendo a su marido. Así, en los primeros años del siglo xvi, Mayor Fer­ nandez Varela mantenía un pleito pendiente en la Chancillería de Valladolid con la mujer y herederos de Fernando de Madrid, a los que recla­maba un

Amparo Rubio Martínez, «Un hombre de negocios a fines del siglo xv...», art. cit., págs. 127 –142. 378 Pablo Ortego Rico, «Arrendadores mayores y arrendadores menores. La configura­ ción de redes socioeconómicas a través de la gestión de la Hacienda Real a fines del siglo xv: algunos ejemplos», en Ángel Galán Sánchez y Ernesto García Fernández (eds.), En busca de Zaqueo: los recaudadores de impuestos en las épocas Medieval y Moderna, Ma­ drid, 2012, págs. 99 –116. Este autor documenta la presencia de la compañía formada por Gonzalo Fernández de Madrid y Fernando de Madrid en el arrendamiento de las rentas de Molina de Aragón en 1483, en medio de una pugna con el judío Mosén Asayol, que actuaba como testaferro de Alonso de Carrillo. Sobre los negocios del financiero Fernando de Ma­ drid, véase también Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid al servicio de la Real Hacienda durante el reinado de los Reyes Católicos: los arrendadores de rentas», Anuario del Instituto de Estudios Madrileños, 47 (2007), págs. 367 – 416. 377

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total de 78.600 maravedís por las deudas correspondientes a las alcabalas de los partidos fiscales de Lugo y Mondoñedo que habían estado a cargo de su marido en los años 1498 y 1499. La dedicación de Lope Gómez de Marzoa al negocio financiero se constata hasta los últimos años de su vida, teniendo noticia de su actuación como recaudador de las rentas reales del arzobispado de Santiago de los años 1500 y 1501, unas rentas que por estos años tenía arrendadas el pontevedrés, Pedro Cruu. Uno de los aspectos especialmente relevantes en las operaciones finan­ cieras que llevó a cabo Lope Gómez de Marzoa es la estrecha vinculación que mantuvo con otros poderosos financieros de su tiempo. En los años 1490 y 1491, tenemos constancia de su colaboración con Diego de Alarcón en una trama que impediría al arrendatario Ruy Martínez de Carballido el acceso a las rentas del partido fiscal de Santiago. Unos años después, se constata su intervención como recaudador al servicio de Pedro Cruu, una operación en la que el notario presentaba como fiadores a destacados hom­ bres de negocios que manejaban las finanzas de los principales partidos fiscales de la Corona de Castilla: Fernando de Cuenca, Juan Rodríguez de Pisa o Álvaro de Brasy son algunos de ellos379. De sus actividades como notario, regidor, mercader y financiero, Lope Gó­mez de Marzoa lograría acumular un notable patrimonio en bienes in­ muebles y rentas. Entre los primeros se cuentan algunas casas en la ciudad de Santiago, particularmente aquellas en las que vivía junto a su mujer, Mayor Fernández Varela, en la rúa de la Azabachería, otra casa en la rúa del Villar y algunas más que explotaba por vía de arrendamiento en la rúa da Moeda Vella, así como numerosas propiedades rurales repartidas entre Santiago, Pontevedra, Baiona y Padrón. Además de los inmuebles mencio­ nados, el notario Marzoa era titular de un total de 35.000 maravedís de juro de heredad, situados sobre las rentas reales de Betanzos y Baiona, una can­

Es posible que los dos primeros estuvieran emparentados ya que, tras el falleci­ miento de Fernando de Cuenca, sus negocios en curso pasaron a Juan Rodríguez de Pisa como tutor y curador de los hijos del financiero principal, Fernando de Cuenca. Al respecto véase David Alonso García, «Poder financiero y arrendadores de rentas reales en Casti­ lla a principios de la Edad Moderna», Cuadernos de Historia Moderna, 31 (2006), págs. 124 –125. 379

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tidad nada desdeñable, de la que en 1495 decidía destinar 20.000 maravedís de juro a la fundación de un Estudio de Gramática en Compostela.380 Del grupo de arrendatarios autóctonos del Reino de Galicia, Gutierre de Sandoval es uno de los más estrechamente vinculados a las autoridades eclesiásticas, especialmente a la catedral de Santiago, en la que a principios del siglo xvi ejercía como arrendatario de las rentas de la Hacienda Arzo­ bispal Compostelana, y poco después, como mayordomo del Cabildo Cate­ dralicio, dos cargos que ejercería teniendo como precedente la experiencia acumulada en su labor como arrendatario y recaudador mayor de las rentas reales de los partidos fiscales de Santiago y Ourense durante el reinado de los Reyes Católicos. Pocos son los datos con los que contamos sobre la figura de Gutierre de Sandoval, aunque sabemos que pertenecía a una reconocida familia de escu­ deros ourensanos emparentada con el linaje de los Puga, de los que algunos miembros ocuparían por estas fechas las principales regidurías del gobierno de la ciudad de Ourense. La actividad desarrollada por Gutierre de Sandoval a cargo de las rentas reales no fue demasiado relevante hasta el año 1504, pero tendría una gran importancia a partir de esta fecha, ya que durante las dos primeras décadas del siglo xvi aparece actuando como arrendatario y recaudador de las rentas de la Hacienda Arzobispal Compostelana, así como de las rentas de los Votos de la Iglesia de Santiago. La primera noticia que tenemos de Gutierre de Sandoval a cargo de las rentas reales procede de 1483, fecha en la que arrendaba las alcabalas, diez­ mos de la mar y alfolíes que recaudaba el prelado compostelano en los lu­ gares reguengos de la Tierra de Santiago que por estas fechas habían sido confiscadas para la Hacienda Regia 381. Algunos años después, entre 1503 y 1504, Gutierre de Sandoval arrenda­ ba las alcabalas del partido fiscal de Ourense, fijando un precio de 2.718.230

Amparo Rubio Martínez, «Un hombre de negocios…», art. cit., págs. 139 –141. Las rentas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago las percibía el prelado compostelano desde tiempo inmemorial, sin que tengamos noticia de la fecha exacta de su concesión. En 1480, las rentas de estos lugares fueron confiscadas para la Hacienda Regia, una decisión que fue revocada en 1485, cuando los reyes decidieron conceder nuevamente las rentas de estos lugares con carácter vitalicio al arzobispo de Santiago. 380

381

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maravedís para las alcabalas de cada uno de estos años 382. Como resulta evi­ dente, en su condición de arrendatario mayor, Gutierre de Sandoval debió atender numerosos pagos a tesoreros reales como el tesorero del príncipe, Gonzalo de Baeza, que por estas fechas le reclamaba el pago de ciertas canti­ dades con cargo a las rentas del partido fiscal de Ourense 383. Al margen de estos dos episodios, no disponemos de más noticias que ates­tiguen la actividad de Gutierre de Sandoval al frente de las rentas reales, lo que nos permite afirmar que su participación en dichas rentas fue, sin duda alguna, limitada hasta el año 1504, incrementándose de manera considerable desde esta fecha en adelante. En relación con la gestión de las rentas reales de­ sarrollada por Sandoval, convendría preguntarse cuáles fueron los verdaderos motivos que llevaron a un escudero ourensano de finales del siglo xv a intere­ sarse por las rentas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago a prin­ cipios de los años ochenta. Es posible que en los primeros años de su carrera profesional se hubiese dedicado a comercializar el vino que desde Ourense se introducía en Santiago a través de la Puerta de Mazarelos, sobre todo teniendo en cuenta que era propietario de una gran cantidad de viñas en la ciudad de Ourense, las cuales años después le serían confiscadas junto a otros bienes pa­ra amortizar las deudas que tenía pendientes con la Hacienda Arzobispal Com­postelana y que se destinarían al mantenimiento del Estudio de Gramáti­ca com­postelano, fundado por Lope Gómez de Marzoa en 1495.384

AGS, Escribanía Mayor de Rentas, leg. 92, fols. 242 y 244, leg. 93, fols. 133 y 135, y leg. 94, fols. 262 y 263 (1503); leg. 97, fols. 479 y 480, leg. 98, fols. 355 y 356 (1504). 382

383

ARCHVa, Registro de Ejecutorias, Caja 259, 51 (30 de enero de 1511).

María del Pilar Rodríguez Suárez, «La importancia del vino en la comunidad uni­ versitaria compostelana en el siglo xvi», en Isidro García Tato y Ana María Suárez Piñeiro (eds.), Actas de La Cultura del Vino. Primer congreso peninsular, Santiago de Compostela, 2005, pág. 203. En relación con los bienes que fueron confiscados a Gutierre de Sandoval por las deudas contraídas con la Hacienda Arzobispal Compostelana, véase también Ma­ nuel Sendin Calabuig, El Colegio Mayor del Arzobispo Fonseca en Salamanca, Salaman­ ca, Universidad de Salamanca, 1977, pág. 249, que incluye la transcripción del testamento de Alonso de Fonseca, otorgado en Alcalá de Henares el 23 de diciembre de 1431, en el que aparece registrada la donación para el Colegio Mayor de Santiago de los bienes que fueron confiscados a Gutierre de Sandoval. 384

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La labor recaudatoria realizada por Gutierre de Sandoval en el obis­ pado de Ourense encontró las resistencias del estamento eclesiástico que, como ya se comentó, si bien estaba exento del pago de alcabalas de los pro­­ductos que compraban y vendían para su mantenimiento desde 1491, en oca­siones trataron de evadir su pago, efectuando la venta del vino con fines comerciales, a través de terceras personas. Este caso se documenta en los años 1503 y 1504, cuando Gutierre de Sandoval, en su condición de arren­ datario mayor de las rentas reales de Ourense, exigía a los administradores de la diócesis ourensana el pago de las alcabalas de todos aquellos produc­ tos que los clérigos ourensanos hubiesen comprado y vendido en Valladolid con fines comerciales 385. Al parecer, según se detalla en la documentación, los administradores de las rentas eclesiásticas del obispado de Ourense acudían a Valladolid para comercializar el vino que producían los clérigos ourensanos, lo que perjudi­ caba de forma considerable los intereses del arrendatario Sandoval, que por estos años era propietario de numerosas viñas en la ciudad y en sus alrededo­ res, y controlaba gran parte de la producción vinícola de la zona. La gestión de las rentas desempeñada por Gutierre de Sandoval durante estos años chocó también con los intereses de los monasterios de Torbeo y Quiroga, que se negaban a pagar las alcabalas alegando que los vecinos de es­ tas loca­lidades se las debían entregar al conde de Lemos 386. Asimismo, susci­ tó también la oposición de particulares, buena parte de los cuales se negaban a pagar las alcabalas, como ocurrió por ejemplo en el caso del mercader Gó­ mez de Reboredo, que se negaba a pagar las alcabalas por las mercancías que compraba. El 2 de abril de 1505, el monarca encargaba a las justicias ouren­ sanas el estricto cumplimiento de las Leyes del Cuaderno de Alcabalas que contemplaba la obligación de los mercaderes de mostrar, registrar y pagar las alcabalas al arrendatario por las mercancías que introdujesen en la ciudad 387. Poco después, se encargaba a los alcaldes de la ciudad de Ourense entender en la demanda interpuesta por Gutierre de Sandoval contra el mercader Gómez

AGS, RGS, Medina del Campo, 23 de abril de 1504, fol. 334. AGS, RGS, Medina del Campo, 23 de abril de 1504, fol. 335. 387 AGS, RGS, Toro, 2 de abril de 1505, fol. 351. 385 386

312

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de Reboredo, acusado de perjuro y otros delitos contra su persona 388. Con posterioridad a esta fecha, Sandoval debió abandonar el negocio de las rentas reales para dedicarse a la administración de las rentas y bienes patrimoniales de la Hacienda Arzobispal Compostelana. Buena prueba de ello es el pleito que mantuvo en las dos primeras décadas del siglo xvi con el arzobispo Alon­ so de Fonseca II, por las cuentas de la archidiócesis compostelana 389. A comienzos de los años veinte del siglo xvi Gutierre de Sandoval desempeñaba el cargo de mayordomo del Cabildo Catedralicio de Santia­ go, tal y como se comprueba en el requerimiento efectuado por el carde­ nal Jácome de Puga, al canónigo Juan de Mondragón, mediante el cual se le exigían las cuentas relativas a las deudas que había dejado pendientes Sandoval durante el tiempo que había ejercido como mayordomo del Ca­ bildo 390. Durante su actividad como mayordomo del Cabildo Catedralicio debió actuar como su factor Jácome de Puga, con el que sin duda le unían vínculos de parentesco y al que en 1526 se le requerían 350.000 maravedís viejos de las operaciones que había mantenido con Sandoval 391. Una vez fallecido Gutierre de Sandoval, su viuda Catalina García, se encargaría de recaudar las cantidades que todavía se adeudaban a su marido. En el mes de mayo de 1531, encargaba la recaudación de las mismas al santiagués Gonzalo Pérez de Maceira 392, y sólo unos días después, solicitaba al Cabil­ do compostelano el poder necesario para recaudar las rentas de los Votos de Castilla y Granada que su difunto marido había tenido arrendadas y que no había conseguido recaudar en vida 393. Con relación a las rentas de los Votos de Santiago, tenemos constancia del pleito que mantuvo Gutierre de Sandoval con la Tierra de Limia y con un vecino de Salamanca, que le reclamaba el pago del prometido, proceden­ te de una puja en el arrendamiento de dichas rentas 394. A su muerte dejaba

AGS, RGS, Toro, 17 de abril de 1505, fol. 230. ARCHVa, Registro de Ejecutorias, Caja 416, 29 (5 de junio de 1529). 390 ACS, Protocolos Notariales, 004, fols. 241 r. – 241 v. (5 de diciembre de 1528). 391 ACS, Protocolos Notariales, 004, fols. 281 r. – 281 v. (17 de abril de 1526). 392 ACS, Protocolos Notariales, 005/2 fols. 46 v. – 48 v.; y 006, fols. 343 r. – 344 v. 393 ACS, Protocolos Notariales, 004, fols. 411 r. – 414 v. 388 389

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numerosas deudas pendientes con la Hacienda Arzobispal Compostelana, y de ahí que en 1531 se ordenara la confiscación de buena parte de sus bienes que posteriormente serían donados por el arzobispo Alonso de Fonseca III al Colegio Mayor de Santiago 395.

Los judíos en el arrendamiento de las rentas reales en el Reino de Galicia La participación de los judíos en el arrendamiento y gestión de las rentas reales del Reino de Galicia fue, por lo general, bastante reducida si se compara con el papel que desempeñaron en otros partidos fiscales de la Corona de Castilla. Esta reducida participación del colectivo judío en la gestión de las rentas reales del Reino de Galicia se justifica también por la escasa presencia de comunidades hebreas en Galicia. No obstante, desde mediados de la centuria se constata ya la participa­ ción de ciertas familias de judíos en el arrendamiento de las rentas reales del Reino de Galicia. Así, entre los años 1439 y 1443, el profesor Ladero Quesada documenta la presencia del judío Salomón Baquix a cargo de las rentas del arzobispado de Santiago y del obispado de Tui, y unos años des­ pués, concretamente en 1453 y 1454, tenemos noticia del arrendamiento por parte de Judá Pérez, vecino de Astorga, de las alcabalas del partido fiscal de Ourense, así como de los cotos de la mencionada ciudad, cuyas alcabalas arrendaba entre los años 1455 y 1458. En los citados años, Judá

ARCHVa, Registro de Ejecutorias, Caja 383, fol. 42 (2 de diciembre de 1525) y Caja 401, 104 (30 de septiembre de 1527). 395 María del Pilar Rodríguez Suárez, «La importancia del vino…», art. cit., pág. 203; y Miguel Sendín Calabuig, El Colegio Mayor…, op. cit., pág. 249. Yten ansymismo manda­ mos al dicho colegio para ayuda a su hedifiçio e dotación todos los bienes e debdas e acio­ nes que tenemos e nos pertenecen por razón de los alcançes que se hizieron a Gutierre de Sandoval, vecino que fue de la çibdad de Santiago, ansy de los bienes que oy día se poseen por nos, como de aquellos que tenemos derecho y ación e contra sus herederos e fiadores, para lo qual cedemos e traspasamos en el dicho colegio todo el derecho que tenemos a los dichos bienes, debdas y açiones e fazemos al dicho Colegio, retor e colegiales de el procu­ rador en su causa propia. 394

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de Villamañán arrendaba conjuntamente las rentas del arzobispado de San­ tiago y del obispado de Tui 396. En la siguiente tabla 40 se ofrece una relación general de los arrenda­ tarios judíos conocidos que participaron en los arrendamientos de las rentas reales en el Reino de Galicia, entre los años 1439 y 1494.

Tabla 40. Arrendatarios judíos que participaron en los arrendamientos de las rentas reales en el Reino de Galicia, entre los años 1439 y 1494 partido fiscal 397

vecino de

arrienda con

Salomón Baquix

Arzobispado de San­ tiago con obisp. de Tui





1440–1443 Salomón Baquix

Arzobispado de San­ tiago con obisp. de Tui





1453–1454 Judá Pérez

Obispado de Ourense

Astorga



1455–1458 Judá Pérez

½ cotos de Ourense

Astorga



periodo

1439

titular

1455–1458 Judá de Villamañán Arzobispado de San­ tiago con obisp. de Tui Villamañán 1484–1487 Luis de Alcalá

Reino de Galicia

Madrid

— Rabí Mair Melamed

1488–1490 Mosén Pérez

Obispado de Lugo

Allariz



1488–1489 Judá Pérez

Obispado de Ourense

Ourense

Juan Ramírez de Herrera

1488–1490 Judá Pérez

Obisp. de Mondoñedo

Ourense

Juan Ramírez de Herrera

Segovia



1491–1494 Rabí Mair Melamed Sarria

Segovia



1491–1494 Rabí Mair Melamed Obispado de Ourense

Segovia



1491

Rabí Mair Melamed Obispado de Lugo

Fuente: AGS, EMR, legs. 1–98 y M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla... op. cit.

Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla. 1369 –1504..., op. cit., págs. 514, 520 –528. Es posible que éste Judá de Villamañán fuera el mismo Judá Pérez que pudo haber cambiado su vecindad con el fin de acceder a las rentas de otros partidos fiscales. 397 Bajo la denominación de Partido fiscal, nos referimos a las principales provincias eclesiásticas en que se dividía el Reino de Galicia, en torno a las que se articulaba la re­ 396

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Esta limitada presencia de judíos en el arrendamiento de las rentas rea­ les del Reino de Galicia durante la primera mitad del siglo xv, se afian­ zaría desde 1484 en adelante. Precisamente en los años 1484 –1487, Luis de Alca­lá intervenía en el negocio fiscal junto a su socio principal, Rabí Mair Melamed —llamado Fernán Núñez Coronel, después de su conver­ sión al catolicismo en el año 1492—, quien en ocasiones actuaría también como fiador de las operaciones efectuadas por el primero. Así por ejem­ plo, en el arrendamiento de las alcabalas del obispado de Lugo de los años 1484 –1487, su compañero y socio Rabí Mair Melamed, vecino de Segovia, se com­prometía a entregar fianzas por el mismo valor en el que las rentas habían sido arrendadas en cada año, y lo mismo sucedía con las rentas del obispado de Mondoñedo. Durante estos años, la compañía formada por Luis de Alcalá y Rabí Mair Melamed había conseguido hacerse con un considerable volumen de rentas en la Corona de Castilla. Además de las rentas del Reino de Galicia, tenía arrendados los diezmos y aduanas del obispado de Osma, Calahorra con Mo­ lina, Logroño, Ágreda y Alfaro, así como las de las alcabalas de Córdoba con el almojarifazgo de la ciudad. En poco más de cinco años, el volumen de negocios que manejaba esta compañía se había incrementado de manera muy considerable, hasta el punto de hacerse cargo de la receptoría y pagaduría general de Castilla en los años 1491–1494.398 En lo que se refiere específicamente a las rentas reales del Reino de Ga­ licia, el 3 de enero de 1484, Luis de Alcalá, vecino y regidor de la villa de Ma­

caudación de las rentas reales: arzobispado de Santiago con el obispado de Tui, obispado de Ourense, obispado de Lugo y obispado de Mondoñedo. Cuando en lugar de un sólo obispado, figura Reino de Galicia entendemos que en estos años el recaudador se habría hecho cargo de las rentas de los cuatro grandes partidos fiscales de Galicia. 398 Sobre la compañía formada por Luis de Alcalá y Rabí Mair, véase los trabajos de Miguel Ángel Ladero Quesada, «La receptoría y pagaduría general de la Hacienda Regia castellana entre 1491 y 1494 (De Rabí Mair Melamed a Fernán Núñez Coronel)», En la España Medieval, 25 (2002), págs. 425 –506; y Pablo Ortego Rico, «Auge y caída de una gran compañía financiera en Castilla. Luis de Alcalá, Rabí Mayr y la quiebra de la recep­ toría y pagaduría general de rentas (1477 –1495)», en Ernesto García Fernández (coord.), Tesoreros, «arrendadores» y financieros en los reinos hispánicos: la Corona de Castilla y el Reino de Navarra (siglos xiv – xvii), Madrid, 2012, págs. 101–122.

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drid, decidía arrendar las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes del Reino de Galicia en los mismos precios y condiciones en las que las rentas habían sido arrendadas el año anterior. Mediante este procedimiento, Luis de Alcalá con­ seguía acaparar un volumen considerable de rentas en los años 1484–1487, en total 6.747.018 de maravedís correspondientes a las rentas de los cuatro partidos fiscales principales del reino.399 En el caso particular del arzobispa­ do de Santiago con el obispado de Tui, si bien es cierto que Luis de Alcalá figuraba como el único arrendatario y recaudador mayor de las rentas de este partido, la documentación deja constancia de que en el proceso recaudatorio intervinieron otros financieros, algunos de ellos destacados miembros de la oligarquía urbana del Reino de Galicia, como ocurría en el caso del notario santiagués, Lope Gómez de Marzoa, cuya actividad como recaudador mayor al servicio de Luis de Alcalá está perfectamente documentada durante estos años.400 En su actividad al frente de las rentas reales del Reino de Galicia, la compañía formada por Luis de Alcalá y Rabí Mair Melamed se enfrentó durante los años 1491–1494 a una poderosa competidora, la compañía que encabezaba Alonso Gutiérrez de la Caballería, que durante estos años habría conseguido hacerse con las rentas de un considerable conjunto de partidos fis­ cales de la Corona de Castilla. Por lo que se refiere concretamente a Galicia, Alonso Gutiérrez de la Caballería conseguiría hacerse con las rentas del arzo­ bispado de Santiago con el obispado de Tui de los años 1492–1494, mientras que Rabí Mair Melamed permanecería al frente de las del obispado de Lugo

Sobre la geografía fiscal del Reino de Galicia, véase Amparo Rubio Martínez, Hacienda y gobierno de los Reyes Católicos..., op. cit., págs. 7 – 72. 400 Miguel Ángel Ladero Quesada, «La receptoría y pagaduría…», art. cit., pág. 428. Por estos años, Luis de Alcalá ocupaba el cargo de regidor de la villa de Madrid y era bien conocido en los arrendamientos de las rentas reales que tuvieron lugar en la Corona de Castilla durante los años ochenta y noventa. La década de los años ochenta ha sido con­ siderada como una época de esplendor para la compañía formada por Abraham Seneor, Abraham Bienveniste, Rabí Mair Melamed y Luis de Alcalá. Sobre la figura de Luis de Alcalá véase el completo estudio de Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid…», art. cit., págs. 369 – 374; y el trabajo reciente de Pablo Ortego Rico, «Auge y caída de una gran compañía…», art. cit. Más información sobre la actividad del notario Lope Gómez de Marzoa al servicio de Luis de Alcalá en Amparo Rubio Martínez, «Un hombre de ne­ gocios….», art. cit., pág. 130. 399

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de 1491, de las del partido de Sarria de los años 1491–1494 y de las del obis­ pado de Ourense de estos mismos años. Resulta evidente, por tanto, que la compañía formada por Luis de Alcalá y Rabí Mair Melamed como la enca­ bezada por Alonso Gutiérrez de la Caballería consiguieron acceder al control de las rentas de Galicia de los años 1491–1494, sin que se pueda observar una participación especialmente destacada de un grupo sobre otro, teniendo en cuenta además que ambas compañías delegaron gran parte de la gestión de las rentas de estos años en algunos conocidos arrendatarios del Reino de Galicia que habían tenido a su cargo las rentas en los años anteriores. Además de la compañía formada por Luis de Alcalá y Rabí Mair Me­ lamed, durante los años 1488 –1490, los judíos Judá y Mosén Pérez tam­ bién adquirían un papel muy destacado en el arrendamiento y recaudación de las alcabalas de los partidos de Ourense y Ribadavia. En el caso de Judá Pérez, tenemos documentada por primera vez su actuación en 1423, año en el que otorgaba Carta de pago a Pedro Sánchez por las alcabalas del vino del año anterior.401 A partir de este año, su actividad al frente de las rentas reales del Reino de Galicia aparece documentada durante toda la década de los años trein­ ta.402 Concretamente, las alcabalas del obispado de Ourense de los años 1435 –1437 las había obtenido a partir de la renunciación efectuada por el judío don Salomón Baquix, quien las había arrendado para ese trienio junto a las martiniegas, portazgos y tributos de moros y judíos.403 Sin embargo, su labor en la gestión de las rentas reales no se limitaría al arrendamiento de las rentas al por mayor, sino que en muchos casos, actuó también como arrendatario menor de ciertos ramos de la actividad económica de la ciudad de Ourense o del conjunto de alcabalas de ciertas localidades próximas. Tal y como se comprueba en los arrendamientos de estos años, Judá Pérez actuó también como recaudador de determinados pechos y derechos antiguos que pertenecían a la Hacienda Real en el obispado de Ourense. En 1432, lo localizamos reclamando el pago de yantar al concejo de Ourense,

María Gloria de Antonio Rubio, Los judíos en Galicia (1044–1492), op. cit., pág. 390. Ibid., págs. 398, 402, 405, 408, 409 y 411 (docs. 52, 54, 61, 65, 66, 77, 79 y 80). 403 Ibid., págs. 426 – 431 (docs. 127, 128 y 129). 401

402

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y sólo tres años después aparece junto a su hijo, Abraham Pérez de León, recaudando el portazgo de la puente de A Mahía.404 En relación con la gestión de las rentas extraordinarias, Judá Pérez fue recaudador del pedido real en el obispado de Ourense durante la dé­ cada de los años cuarenta. Su participación se puede documentar en los repartimientos del pedido extraordinario de los años 1440 y 1442 en co­ laboración con el arrendatario, Rodrigo Alonso de Zamora.405 En el curso de su actuación a cargo del pedido real en Ourense, parece que Judá Pérez mantuvo ciertas desavenencias con Rodrigo Alonso, lo que debió provocar la revocación del poder que éste último le había concedido para recaudar el pedido.406 Finalmente la recaudación del pedido ourensano de 1442 recae­ ría en la figura de Judá Pérez, que actuaría junto a su hijo Abraham Pérez, lo que pone de manifiesto la confianza y reputación de la que gozaban estos judíos ante los máximos responsables de la Hacienda Regia.407 Además de su labor como arrendatario de las rentas reales en los parti­ dos de Ourense y Ribadavia, tenemos documentada su actividad como pres­ tamista desde el año 1434 en adelante. Precisamente este año, Judá Pérez prestaba doscientos pares de blancas a Pedro de Argomede, quien ofrecía como garantía de pago sus bienes y a terra que ha del rey 408. Este mismo año, su hijo Abraham de León, prestaba en nombre de su pa­ dre, ciento cincuenta maravedís a Inés Afonso, a quien había prestado otros veinticinco maravedís anteriormente, contrayendo la susodicha una deuda con los judíos de 175 maravedís que se comprometía a devolver en vino o en di­ ne­ro.409 A partir de estos ejemplos, resulta evidente que Judá Pérez y su hijo Abraham Pérez, actuaron como prestamistas en numerosas ocasiones. En relación con esta actividad, hay constancia también del impago por parte de particulares de las cantidades prestadas por los judíos, lo que sin

Ibid., pág. 397 (doc. 50), págs. 426 y 441(docs. 126 y 144). Ibid., pág. 473 (doc. 174), págs. 476 – 477 (doc. 179). 406 Ibid., pág. 508 (doc. 206), págs. 508 – 509 (doc. 207). 407 Ibid., págs. 509 – 510 (doc. 208). 408 Ibid., pág. 404 (doc. 63). 409 Ibid., pág. 412 (doc. 87). 404 405

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duda habría tenido como consecuencia inmediata el embargo de los bienes del prestatario.410 Sobre los cargos que desempeñaron al servicio de algunos poderes señoriales, sabemos que tanto Judá Pérez como su hijo Abraham de León, actuaron como contadores y mayordomos de los condes de Santa Marta y de Ribadavia, lo que sin duda les debió procurar amplios márgenes de be­ neficio y una gran experiencia en el manejo y administración de las rentas señoriales. Precisamente en 1441, tenemos noticia de la actuación de Judá Pérez como contador del adelantado y justicia mayor del rey en Galicia, don Diego Pérez Sarmiento.411 Con posterioridad a esta fecha, en 1454 sería su hijo Abraham de León, el que desempeñaría el cargo de mayordomo del conde de Santa Marta, don Diego Pérez Sarmiento.412 Veinte años después, localizamos nuevamente a Judá Pérez actuando como mayordomo y procurador del conde de Ribada­ via, don Bernardino Pérez Sarmiento,413 un cargo en el que sería relevado por su hermano Mosén Pérez a partir de 1483 quedando Judá como mayor­ domo y administrador de los bienes del conde de Santa Marta.414 Por su ac­tividad como mayordomo y procurador del conde de Ribadavia recibía ciertos derechos que percibía en dinero y en especie. En los años 1477 y 1478, su salario se hallaba fijado en 22.500 maravedís, cincuenta fanegas de centeno, veinte moyos de vino y catorce tocinos, tal y como se detalla en una relación de gastos e ingresos de la Casa del conde, elaborada por el propio mayordomo.415 Además de su actividad al servicio del conde de Riba­davia,

Ibid.,, pág. 426 (doc. 125) y 420, 421, 435 (docs. 111, 113 y 139). Ibid., pág. 467 (doc. 163). 412 Ibid., pág. 512 (doc. 213). 413 Ibid., págs. 546 – 547 (docs. 252 y 253). El judío Judá Pérez que consta en la docu­ mentación a partir de los años setenta aparece actuando continuamente junto a su hermano Mosén Pérez. Esto hace pensar que seguramente fuera un personaje distinto al Judá Pérez que interviene con su hijo Abraham Pérez de León entre los años 1423 –1454. 414 Ibid., pág, 556 (docs. 259 y 260). 415 La noticia en Gonzalo Francisco Fernández Suarez, La nobleza gallega entre los siglos xiv – xv. Los Sarmiento condes de Ribadavia, Santiago de Compostela, 2002, págs. 410 411

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Judá Pérez actuó también como administrador de otras casas señoriales, como la de don Juan Pimentel, señor de Allariz, en la que servía a princi­ pios de los años ochenta, además de la ya mencionada del conde de Santa Marta.416 La actividad de los judíos Judá Pérez y Mosén Pérez al frente de las rentas reales se prolongaría e incrementaría de manera notable durante el reinado de los Reyes Católicos. Concretamente, en los años 1482 y 1483 ac­ tuaban como recaudadores de las alcabalas del condado de Ribadavia, que para estos años tenía arrendadas el alcalde de Mucientes y criado del conde de Ribadavia, Alonso de Carrión. Durante su actuación como recaudadores de las alcabalas de Ribadavia debieron contraer ciertas deudas con el arren­ datario principal Alonso de Carrión, pues en 1486 los reyes ordenaban a los judíos saldar las deudas que tenían pendientes con éste último.417 Desde mediados de los años ochenta, los judíos Judá Pérez y Mosén Pérez aparecen arrendando las alcabalas de los partidos de Lugo, Ourense y Mondoñedo en compañía del madrileño Juan Ramírez de Herrera. Median­ te un complejo sistema de arrendamiento, pujas y traspasos, los hermanos Judá y Mosén Pérez conseguían hacerse con las alcabalas de estos tres par­ tidos fiscales correspondientes al trienio 1488 –1490,418 lo que suponía ma­ nejar un volumen de rentas muy considerable en un periodo en el que ellos mismos controlaban buena parte de la producción de vinos de Ribadavia. Esto explica, en cierto modo, el empeño de estos arrendatarios en hacerse cargo de las rentas de varios partidos fiscales a la vez, porque les permitía una mayor precisión en la labor recaudatoria, especialmente la que tenía que ver con las alcabalas del vino, de cuyo pago se consideraban exentos los clérigos de la Iglesia de Ourense, consiguiendo así acaparar buena parte de

578 – 604, citado por María Gloria de Antonio Rubio, «Estancia de Luis Alonso, antes lla­ mado Judá Pérez en Galicia», Espacio, Tiempo y Forma. Serie III, Historia medieval, 18 (2005), pág. 31. 416 María Gloria de Antonio Rubio, «Estancia de Luis Alonso…», art. cit., pág. 30. 417 AGS, RGS, Valladolid, 13 de mayo de 1486, fol. 67. 418 AGS, EMR, leg. 44, fols. 166 y 167, y leg. 45, fols. 137 y 140 (1488); leg. 47, fols. 138 –140 (1489); leg. 48, fols. 115 y 302, y leg. 49, fols. 180 y 181 (1490).

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la venta de este producto en la ciudad.419 En relación con este asunto que co­ braba fuerza a finales de los años ochenta, los Reyes Católicos decidían no posicionarse, ni a favor ni en contra, en el pleito que el obispo de Ourense mantenía con los arrendatarios judíos, sobre las alcabalas que éstos últimos exigían a los clérigos de la catedral por los frutos y rentas que vendían de sus beneficios y bienes patrimoniales.420

Arrendatarios foráneos Del conjunto de financieros castellanos que tuvieron una participa­ ción importante en las rentas reales del Reino de Galicia, destaca princi­ palmente la compañía formada por Alonso Téllez de Úbeda y Fernando de Madrid. El primero de ellos, avecindado en Casarrubios del Monte, y el segundo en Illescas, arrendaron las rentas del obispado de Ourense de los años 1500 –1502 en 2.641.640 maravedís cada año. Tras la muerte de Fernando de Madrid, acaecida seguramente durante los primeros meses de 1502, este debió dejar algunas deudas pendientes con la Hacienda Regia, ya que en septiembre de este mismo año se obligaba a sus herederos a li­ quidar las cuentas de la compañía que había formado junto a Alonso Téllez para recaudar las alcabalas de Ourense.421

419 Como ya se señaló en su momento, en relación al pago de la alcabala por parte de los clérigos, los Cuadernos de alcabalas no contemplaron la exención hasta el año 1491, fecha en la que fueron eximidos del pago iglesias, monasterios, prelados y clérigos, res­ pecto a todos los productos que comprasen o vendiesen sin ser por trato de mercadería. De este modo, con anterioridad a este año, todas las mercancías que vendiesen los clérigos a legos debía ser gravadas con el pago de las alcabalas que debía satisfacer el comprador. El Cuaderno de alcabalas de 1462 se refiere a este aspecto en los artículos 71 y 72. Véase también Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla. 1369 –1504, op. cit., pág. 62. 420 María Gloria de Antonio Rubio, Los judíos en Galicia(1044 –1492), op. cit., págs. 585 – 586 (doc. 294). 421 AGS, RGS, Toledo, 22 de septiembre de 1502, fol. 441.

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La labor recaudatoria efectuada por estos dos financieros en el obispado de Ourense entre los años 1500 y 1502, debió encontrar serias dificultades, sobre todo por la oposición que mostraron ciertas localidades al pago, funda­ mentalmente aquellos señoríos cuyas alcabalas habían sido incorporadas re­ cientemente a la Hacienda Regia. Este era el caso de las abadías de San Clodio y Torbeo, cuyos vecinos se negaban a satisfacer las alcabalas al arrendatario Alonso Téllez, motivo por el cual en diciembre de 1502 se ordenaba a las jus­ ticias orensanas obligar a los vecinos de las abadías a satisfacer las alcabalas al arrendatario, al tiempo que se encargaba a los alcaldes de la ciudad dirimir las demandas interpuestas por las cantidades adeudadas a los arrendatarios. Todavía en 1504 se debían a Alonso Téllez ciertas cantidades de las alcabalas del partido de Ourense de los años 1500 –1502, motivo por el cual los monarcas ordenaban al alcalde de la ciudad hacer ejecución en los bienes de los deudores por el valor que reclamaba el arrendatario.422 En buena parte de las operaciones financieras desarrolladas durante estos años, Alonso Téllez actuó junto al lucense Pedro de Gayoso, quien en nu­ merosas ocasiones intervendría como su fiador.423 Sobre los vínculos familiares de Alonso Téllez, conocemos más bien poco aunque es posible que algunos de los miembros más directos de su familia se dedicaran también al negocio de las rentas reales. Así, entre los años 1492 y 1494 se constata la participación de Pedro Téllez de Úbeda, quien seguramente podría ser su hermano en el arrendamiento de las rentas reales del obispado de Lugo junto a Ruy Martínez de Carballido. Asimis­ mo, durante estos años tenemos noticia de la intervención de García Téllez de Úbeda como receptor de las alcabalas del obispado de Ourense, quien sin duda mantendría estrechos vínculos familiares con los dos anteriores. Precisamente, en 1504 se ordenaba a las justicias de Casarrubios del Monte que obligaran a García Téllez a entregar las fianzas correspondientes en el pleito que trataba con ciertos vecinos de Ourense, a los que debía cierto dinero prestado sobre prendas de plata.424

AGS, RGS, Medina del Campo, 25 de mayo de 1504, fol. 317. AGS, RGS, Medina del Campo, 25 de noviembre de 1504, fol. 355. 424 AGS, RGS, Medina del Campo, 30 de marzo de 1504, fol. 792. 422 423

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Otro de los financieros castellanos que mantuvo una amplia participa­ ción en el arrendamiento de las rentas del Reino de Galicia es Fernando de Madrid, que tendría un papel muy destacado en la gestión de las rentas desde mediados de los años noventa. Durante estos años, aparece avecindado en Illescas, y desde el primer momento, tomaría parte en los arrendamientos de lugares confiscados a particulares e incorporados al fisco regio.425 Así, en los años 1495 –1497 arrendaba las alcabalas del partido de Sarria que habían sido confiscadas al conde de Lemos a mediados de los años ochenta y pues­ tas en almoneda desde 1489 en adelante. A partir de esos años, Fernando de Madrid lograría una participación directa y destacada en las rentas del Reino de Galicia, especialmente durante el trienio 1500 –1502, cuando conseguía hacerse con el control de las rentas de varios partidos fiscales a la vez: Lugo, Ourense y Mondoñedo, más las rentas de los lugares confiscados. Sin embargo, la labor recaudatoria desarrollada por Fernando de Ma­ drid no se vería libre de dificultades, ya que según consta en la documen­ tación fueron muchas las poblaciones que mostraron ciertas resistencias al pago de alcabalas.426 Hay que tener en cuenta que cuando Fernando de Madrid arrendaba las ren­tas de los obispados de Lugo y Mondoñedo en los primeros años del siglo xvi, contaba ya con una dilatada trayectoria en el arrendamiento de las rentas reales, documentándose su actuación en años anteriores como factor del nota­ rio compostelano, Lope Gómez de Marzoa en el arrendamiento de rentas del obispado mindoniense, así como su actuación como recaudador de la contribu­ ción de la Hermandad de la provincia de Lugo a finales de los años ochenta. En los primeros años del siglo xvi, la viuda de Lope Gómez de Marzoa mantenía pleito abierto en la Chancillería de Valladolid con la mujer y herede­

Aurora Ladero Galán, «La frontera de Perpiñán. Nuevos datos sobre la Primera Guerra del Rosellón (1495 –1499)», En la España Medieval, 27 (2004), págs. 265 – 266. Esta autora documenta la presencia de Fernando de Madrid junto a Juan de la Fuente en el envío de trigo y cebada a Rosellón durante los años 1495 –1498, por un valor global de 2.145.107 maravedís. En este caso, Fernando de Madrid, aparece como principal responsa­ ble del contrato o asiento asignado para trasladar trigo y cebada al Rosellón, junto a Diego de Tordesillas, el secretario real Fernando de Zafra y el tesorero, Alonso de Morales. 426 AGS, RGS, Medina del Campo, 19 de julio de 1504, fol. 339. 425

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ros de Fernando de Madrid, a los que reclamaba un total de 78.600 maravedís por las deudas de alcabalas que habían estado a cargo de su marido en los años 1498 y 1499 en los obispados de Lugo y Mondoñedo. Finalmente, los alcaldes de la Chancillería emitían sentencia favorable a la viuda de Lope Gómez de Marzoa, que debería recibir 35.000 maravedís de los 70.000 maravedís que el arrendatario Fernando de Madrid había quedado debiendo a su marido, y que le pertenecían como bienes ganados durante el matrimonio. A la cantidad mencionada se venían a añadir otros 3.500 maravedís correspondientes a la décima parte de esta cantidad, que la viuda del notario Marzoa debía percibir en concepto de arras, según era costumbre en el Reino de Galicia.427 Uno de los financieros y hombres de negocios más conocidos del eje Madrid–Toledo con una destacada participación en el arrendamiento de ren­ tas del Reino de Galicia es Alonso de Alarcón, vecino de Ocaña, quien du­ rante los años 1503 y 1504 actuó junto a Diego Díaz de Guitián. Su actividad como arrendatario está documentada durante estos años en los obispados de Lugo y Mondoñedo, así como en los llamados lugares confiscados del Rei­ no de Galicia. Al igual que otros arrendatarios, parece que en determinados momentos Alonso de Alarcón también encontró serias dificultades a la hora de recaudar las alcabalas en estos partidos fiscales. Precisamente el 8 de ju­ lio de 1503, los monarcas encargaban al gobernador del Reino de Galicia, el nombramiento de una persona que dirimiera las demandas interpuestas por Alarcón en relación con ciertas cantidades que se le adeudaban de las alca­ balas.428 Al mismo tiempo, se ordenaba a los arrendatarios menores de los partidos de Lugo y Mondoñedo, entregar a Alonso de Alarcón la relación del valor de las rentas al por menor, con el fin de proceder a su recaudación.429 En 1503, Alonso de Alarcón arrendaba las rentas del obispado de Mondoñe­ do junto a Diego Díaz de Guitián, mientras que el año siguiente, éstas que­ darían únicamente en manos de éste último.

ARCHVa, Registro de Ejecutorias, Caja 187, 21. Escribanía Quevedo. Carta ejecu­ toria del pleito litigado entre la viuda de Lope Gómez de Marzoa y la parte de Fernando de Madrid, por la que se obliga a la mujer e hijos de éste último a satisfacer 5.035 maravedís por los gastos y costas generados en el pleito mantenido entre ambas partes. 428 AGS, RGS, Alcalá de Henares, 8 de julio de 1503, fols. 690 y 691. 429 AGS, RGS, Alcalá de Henares, 8 de julio de 1503, fol. 696. 427

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La labor recaudatoria desarrollada por Alonso de Alarcón encontró tam­ bién fuertes resistencias por parte de los lugares confiscados del obispado de Lugo. Se trataba precisamente de las alcabalas de las villas de Castro de Rei, Outeiro de Rei y Sarria, confiscadas al conde de Lemos a mediados de los años ochenta, unas rentas que en el año 1501 serían devueltas al conde, en virtud de las capitulaciones matrimoniales establecidas entre su hija, doña Beatriz de Castro, y don Dinís de Portugal. En relación con estas localida­ des, Alonso de Alarcón reclamaba las alcabalas que el conde había percibido indebidamente en los años inmediatamente anteriores al levantamiento del embargo. Como solución al problema, los reyes ordenaban al gobernador del Reino de Galicia efectuar las pesquisas pertinentes con el fin de comprobar cuales eran las cantidades percibidas indebidamente por el conde de Lemos en estos lugares.430 Uno de los personajes con una destacada trayectoria en el arrendamien­to de las rentas del Reino de Galicia es Juan Ramírez de Herrera, documenta­do por primera vez como arrendatario de las rentas de Mondoñedo en los años 1477 y 1478. Poco es lo que conocemos acerca de este arrendatario, aunque su participación en el negocio fiscal junto al judío Judá Pérez a finales de los años ochenta nos hace sospechar sobre sus orígenes judíos. Su labor como financiero comienza a finales de los años setenta como arrendatario de las rentas del obispado de Mondoñedo. Posteriormente, intervenía en los arren­ damientos de rentas del obispado de Ourense (1488 –1489) y Mondoñedo (1488 –1490) junto al judío Judá Pérez y dos años después, en 1492, se titula­ ba una vez más arrendatario de las rentas del obispado de Mondoñedo junto a Pedro García de Dueñas. Además de su actividad al frente de las rentas de Galicia, tenemos documentada su intervención en los arrendamientos de otros partidos fiscales de la Corona de Castilla, algunos de ellos muy próxi­ mos a Galicia, como era el caso de las Asturias de Oviedo. Durante su actuación al frente de las rentas del Reino de Galicia, Ramí­ rez de Herrera mantuvo enfrentamiento abierto con el conde de Ribadeo, a causa de ciertas deudas. Las diferencias con el conde de Ribadeo le llevarían a solicitar Carta de seguro de los monarcas para poder circular libremente

430

AGS, RGS, Segovia, 31 de agosto de 1503, fol. 494.

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por Galicia y el principado de Asturias, un permiso que sería concedido el 30 de mayo de 1491431. Pero las deudas que Juan Ramírez mantenía con el conde de Ribadeo no eran las únicas, ya que este mismo año tenemos noticia de la ejecución que los monarcas ordenaban hacer en sus bienes por valor de los 66.000 maravedís que adeudaba al abad de Husillos.432 Por otra parte, parece que Ramírez de Herrera pudo haber aprovechado su oficio de arrendatario para hacerse con determinados bienes de forma poco legítima. Así lo señalaba el receptor de los testamentos no cumplidos, mandas inciertas y ab intestatos, quien en 1491 le secuestraba ciertos heredamientos en la feligresía de Santo Estevo, próxima a Viveiro, alegando su pertenencia a Teresa Basanta, mujer de Diego Fernández Pinto. Sobre esta cuestión, los mo­ narcas encargaban a las justicias del Reino de Galicia efectuar las correspon­ dientes pesquisas y determinar lo que considerasen oportuno al respecto.433 En octubre de 1491 tenía a su cargo las alcabalas de Cangas y Tineo con las cuatro sacadas de Asturias junto al judío Judá Pérez, actuando como su fiador en el arrendamiento Álvar Gómez de la Serna, vecino de Saldaña, que le reclamaba una deuda de 55.000 maravedís como parte del total que éste año se había librado al tesorero Ruy López de Toledo.434 Las deudas contraídas con los distintos fiadores y factores en el arrendamiento y recau­ dación de las rentas del principado de Asturias tendrían desafortunadas con­ secuencias para Ramírez de Herrera, que entre los años 1491 y 1492 sería secuestrado por el alcalde de Castropol, Rodrigo de la Rúa, que le llevaba preso a la fortaleza de la villa. En julio de 1494 el arrendatario elevaba sus quejas a la Corona pidiendo ser liberado y recuperar las escrituras y bienes que le habían sido tomados cuando fue hecho prisionero.435 Otro de los arrendatarios que aparece documentado en las rentas del Reino de Galicia y particularmente en el obispado de Mondoñedo es el regidor madrileño Gonzalo de Monzón, figura bien estudiada por Máximo

AGS, RGS, Córdoba, 30 de mayo de 1491, fol. 125. AGS, RGS, Burgos, 6 de julio de 1491, fol. 155. 433 AGS, RGS, Córdoba, noviembre de 1491, fol. 221. 434 AGS, RGS, Córdoba, 22 de octubre de 1491, fol. 77. 435 AGS, RGS, julio de 1494, fol. 359. 431 432

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Diago Hernando 436. Según este autor, Gonzalo de Monzón era hijo de un des­ tacado miembro de la oligarquía madrileña de la segunda mitad del siglo xv, el doctor Fernán González de Monzón, que además de regidor, había sido procurador en Cortes por la villa de Madrid, al menos en dos ocasiones, la última en las Cortes de Madrigal de 1476. En 1480 accedía al cargo de regidor por renunciación de su padre y a partir de ahí comenzaba una larga andadura en la vida política madrileña que combinaría con una intensa actividad en el arrendamiento y gestión de las rentas reales. Por lo que se refiere a su participación en el negocio fiscal, sabemos que durante el trienio 1495 –1497 tenía arrendadas las rentas del obispado de Mondoñedo junto al segoviano Alonso de Castro, quien actuó como su socio en el arrendamiento y recaudación de las rentas de varios partidos fis­ cales de la Corona de Castilla durante estos años. Poco después, en los años 1498 y 1499 procedía a arrendar las alcabalas de los partidos de la alhón­ diga y rentas mayores y menores de Córdoba, y en el trienio comprendido entre los años 1500 y 1502 arrendaba estas mismas rentas junto a las rentas mayores del partido de Granada. Finalmente, se le localiza también como arrendatario de una parte de las rentas de Toledo en 1506, junto al granadino Lázaro de Cartagena.437 Este financiero, que Máximo Diago Hernando 438 sitúa entre los princi­ pales de la villa de Madrid a finales del siglo xv, gozaba de una posición so­ cioeconómica destacada, similar a la que poseían otros miembros de la oligar­ quía madrileña del momento. Las informaciones de abonos presentadas por los concejos lo sitúan como un hombre rico, con un patrimonio valorado en

436 Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid…», art. cit., págs. 381– 386. Todo lo relativo a este arrendatario procede del citado artículo, que consideramos oportuno incluir­ lo en el presente estudio por entender que su arrendamiento tuvo lugar en un período de es­ pecial crecimiento de las rentas reales del Reino de Galicia y además por estar considerado Gonzalo de Monzón como uno de los financieros más reconocidos de la villa de Madrid. 437 En los años 1495 –1497, Gonzalo de Monzón y Alonso de Castro actuaron como re­ caudadores en los partidos de Córdoba, Calatrava, Úbeda, Santo Domingo de Silos, Alcaraz y Mondoñedo. La noticia, aportada por Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid…», art. cit., procede del AGS, EMR, HHII, 550. 438 Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid…», art. cit., págs. 382 – 383.

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algo más de 1.000.000 de maravedís, en el que se incluían bienes inmuebles —rústicos y urbanos— de gran valor: una heredad en el lugar de Vicálvaro, valorada en 600.000 maravedís, sus casas principales situadas en la colación de San Nicolás y algunas casas más, así como un horno para cocer pan, un censo de 2.500 maravedís situados en determinados bienes inmuebles que po­ seía en Madrid, y un heredamiento en Sevilla, cerca de la colación de San Jerónimo, valorado en unos 200.000 maravedís. Según indica Máximo Diago, esa notable hacienda de la que era titular procedería seguramente de la heren­ cia recibida de su padre, aunque es posible que Gonzalo de Monzón hubiera conseguido incrementar el patrimonio heredado a partir de la intensa actividad que desarrolló en el arrendamiento de rentas reales. Una de las notas que mejor caracterizan a Gonzalo de Monzón es que mantuvo negocios con personas de procedencia geográfica muy diversa. Esto explica también que su radio de acción fuera muy extenso en lo que se refiere al arrendamiento de las rentas reales. Al igual que Gonzalo, sus familiares más directos, particularmente sus hermanos Francisco y Beltrán de Monzón, participaron en el negocio financiero, aunque en este caso se trata de una participación mucho más reducida con un volumen de rentas y patrimonio también bastante inferior, localizándose la mayor parte de sus propiedades en las aldeas de Getafe y Leganés.439 Finalmente, uno de los ejemplos más significativos de arrendador forá­ neo que se traslada a Galicia atraído por el negocio fiscal es el de Fernando de Cuenca, quien en origen —a mediados de los años noventa— se encon­ traba avecindado en Almagro y al que localizamos ya por estos años en el arrendamiento de rentas reales del arzobispado de Santiago con el obispado de Tui, junto a otros conocidos hombres de negocio como Gómez Cruu o Gonzalo del Campo. La documentación consultada pone de manifiesto que la presencia de Fernando de Cuenca en las rentas del arzobispado de San­ tiago de estos años debió suponer una primera toma de contacto con unas rentas que a la larga resultarían altamente favorables para el arrendatario, que aprovecharía una etapa de bonanza económica y de intensa actividad comercial en los puertos gallegos.

439

Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid…», art. cit., págs. 381– 386.

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Desde 1505 en adelante, Fernando de Cuenca aparece continuamente arrendando las rentas del partido fiscal de Santiago, de manera que en 1508 controlaba ya la práctica totalidad de las rentas reales ordinarias de este partido, tanto las que se gestionaban por vía de arrendamiento, como las que se gestionaban a través del encabezamiento. Poco después, en el periodo 1510–1516, Fernando de Cuenca actuaría co­mo receptor de las rentas del resto de los partidos fiscales gallegos, consi­ guiendo hacerse con la práctica totalidad de las rentas del Reino de Galicia. Con ello se observa un absoluto monopolio por parte de Fernando de Cuenca de las rentas reales, en total unos 15.894.000 maravedís, si tomamos como referencia el valor que alcanzaron en 1510.440 A partir de los años 1519 y 1520 se produce un cambio sustancial en las actividades financieras desempeñadas por Fernando de Cuenca, reduciéndose considerablemente su participación en las rentas reales del Reino de Galicia para dedicarse, casi por completo, a la gestión de las rentas de la Hacienda Arzobispal Compostelana, a lo que se añade una fuerte dedicación a la acti­ vidad comercial, orientada sobre todo a la compraventa de paños procedentes de Flandes. La documentación de los protocolos de la época da buena cuenta de su labor como arrendatario de las rentas de la archidiócesis compostelana, una actividad con la que obtendría amplios márgenes de beneficio, posiblemente asumiendo un riesgo menor que el que implicaba el arrendamiento de las rentas reales. Es posible que su actividad al frente de las rentas de la Mesa arzobispal compostelana hubiera derivado de los vínculos familiares que mantenía con varios canónigos de la catedral, particularmente con Gómez y Diego Ballo, éste último tesorero de la misma durante estos años.441

David Alonso García, Fisco, poder y monarquía en los albores de la modernidad: Cas­tilla 1504–1525, tesis doctoral inédita, Universidad Complutense de Madrid, 2004, págs. 771–783. 441 Fernando de Cuenca estaba casado con María de Pisa, perteneciente a una conocida familia de judeoconversos de Almagro, vinculada a uno de los principales grupos de fi­ nancieros del reino y hermana de Bernaldo de Pisa, quien actuó en numerosas operaciones financieras como factor de Fernando de Cuenca. Este Bernaldo de Pisa había casado con Catalina Ballo de Anaya, a través de la que Fernando de Cuenca habría conseguido esta­ 440

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Para afrontar esta tarea contaba con una amplia experiencia en el arren­ damiento de las rentas reales del arzobispado de Santiago, teniendo en cuenta que la Hacienda Arzobispal percibía una parte considerable de las rentas rea­ les de la Tierra de Santiago, además de los ingresos derivados de la explota­ ción del patrimonio y ejercicio de la jurisdicción en las mayordomías.442 Su labor al frente de la gestión de las rentas eclesiásticas del arzobis­ pado de Santiago habría tenido lugar entre los años 1517 y 1520 aproxima­ damente, teniendo en cuenta que en 1521, la viuda de Fernando de Cuenca decidía liquidar las cuentas pendientes que había dejado su marido con la Hacienda Arzobispal compostelana.443 Un año después, tenemos noticia del requerimiento efectuado por el canónigo Juan García a Juan de Mon­ dragón, también canónigo de Santiago, encargándole el nombramiento de una persona que llevara a cabo ciertas pesquisas con la mujer e hijos de Fernando de Cuenca, sobre las rentas que habían estado a cargo de su ma­ rido.444 A partir de 1520 parece que delegó buena parte de sus actividades como financiero en algunos miembros de su familia, que actuaron como sus factores. Precisamente este año, García de Pisa en condición de factor de Fernando de Cuenca otorgaba Carta de arrendamiento al clérigo Pedro Ares de San Fiz, mediante la cual le cedía todas las tasas y rentas perte­ necientes al deán de la Iglesia compostelana por periodo de un año que se extendía de San Juan a San Juan entre los años 1519 y 1520.445

blecer fuertes vínculos con los canónigos compostelanos Gómez Ballo, hijo del arcediano conquense del mismo nombre y canónigo en la catedral, y Diego Ballo, tesorero de la catedral de Santiago en las primeras décadas del siglo xvi. Las noticias sobre los orígenes familiares de Catalina Ballo de Anaya se encuentran en un proceso de fe conservado en AHN, Inquisición, 127, Exp. 18 –1. 442 La Mesa arzobispal compostelana percibía las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago, la mitad de los diezmos de la mar que eran recaudados en los puertos del arzobispado de Santiago, más otra décima parte de los ingresos que, proce­ dentes de los diezmos de la mar, recaudaba la Hacienda Regia. A esto hay que añadir determinados juros de heredad y mercedes de por vida a percibir sobre las rentas reales de la Tierra de Santiago. Sobre este tema véase Amparo Rubio Martínez, «La recaudación de tributos ordinarios…», art. cit., págs. 197 – 233. 443 AHUS, Protocolos Notariales, S –12, fol. 261 r. – 262 v. 444 ACS, Protocolos Notariales, 016, fol. 81 v. bis.

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Tampoco podemos olvidar que desde el año 1511 en adelante Fer­ nando de Cuenca actuó como receptor de lo extraordinario en el Reino de Galicia, controlando así la totalidad de los ingresos que percibía la Corona por los servicios extraordinarios votados en Cortes. Con ello culminaba la meteórica trayectoria profesional de este financiero que en pocos años había conseguido controlar la totalidad de las rentas ordinarias del Reino de Galicia, los servicios extraordinarios y las rentas eclesiásticas del arzo­ bispado de Santiago, lo que le situaba en una posición idónea para abordar otro tipo de operaciones. Además de su labor como arrendatario de las rentas reales y ecle­ siásticas, Fernando de Cuenca también se dedicó a la actividad comercial, fundamentalmente a la adquisición de paños de Flandes de los que segu­ ramente proveía al Cabildo catedralicio. Como prueba de esta actividad, contamos con numerosas cartas de obligación otorgadas por diversos sas­ tres santiagueses, mediante las cuales le certificaban el pago de ciertas cantidades por la venta de paños procedentes de Flandes.446

445 446

AHUS, Protocolos Notariales, S –17, fols. 299 r. – 300. AHUS, Protocolos Notariales, S –17, fols. 133, 170 y 172 r. –173 r.

La participación de los arrendatarios menores y fiadores en el negocio financiero

A

de los arrendatarios mayores que arrendaban las rentas al por mayor, la documentación hacendística permite identificar también a una serie de arrendatarios menores o subarrendatarios de las rentas reales, que intervenían cada año en el arrendamiento de los distintos ramos de la actividad económica de las ciudades, así como a los llamados fiadores, encargados de afianzar las rentas, dos figuras que re­ sultaban fundamentales para que el procedimiento recaudatorio llegara a su fin. Por regla general y siguiendo la práctica habitual, los arrendatarios mayores procedían a arrendar las rentas reales —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes— de las principales ciudades, villas y lugares atendiendo a los correspondientes plazos de pregones, subastas y remates de las rentas. En este momento entraban en juego los arrendatarios menores, que tras un complejo proceso de pujas, remates y traspasos, conseguían hacerse con las alcabalas de los diferentes ramos de la actividad económica de las principa­ les villas y ciudades del Reino de Galicia, y en otros casos, con el conjunto de las rentas de determinadas localidades, de las que generalmente los pro­ pios arrendatarios eran vecinos. Una vez rematadas las rentas en una cantidad determinada, los arrenda­ tarios menores presentaban las fianzas o avales oportunos que les permitían iniciar la recaudación. Sin embargo, más allá de los complejos procedimien­ tos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales, la documentación hacendística proporciona también otro tipo de noticias fundamentales para conocer mejor la trayectoria profesional de estos financieros, muchos de demás

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ellos dedicados también a la actividad comercial, que intervenían año tras año en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales. Nos estamos refiriendo a las denominadas Informaciones de abonos conservadas en la sección documental de la Escribanía Mayor de Rentas del Archivo General de Simancas, gracias a las cuales hoy es posible conocer no sólo la iden­ tidad de algunos de estos personajes que participaban en el negocio fiscal, sino también buena parte de la fortuna, patrimonio y rentas que lograron acumular a lo largo de su vida. En ocasiones la documentación hacendística también registra las pro­ fesiones u oficios que desempeñaba cada uno de éstos fiadores, lo que nos permite efectuar una reconstrucción aproximada de quienes eran los sujetos que afianzaban las rentas y al mismo tiempo estimar la capacidad económi­ ca de la que disponían, en función de las cantidades que presentaron para avalar las rentas, así como de los bienes y patrimonio que detallan las Infor­ maciones de abonos.

Arrendatarios menores Uno de los colectivos que suscita un gran interés, sobre el que apenas se ha trabajado en los últimos años es el de los arrendatarios menores o subarrendatarios de rentas reales, una actividad que por lo general desem­ peñaban modestos mercaderes de los principales núcleos urbanos del Reino de Galicia, que en muchos casos trataron de hacerse con el control de las alcabalas de aquellos productos con los que comerciaban. Resulta muy difícil reconstruir la trayectoria profesional de cada uno de estos personajes, teniendo en cuenta que la documentación hacendística únicamente permite conocer su identidad y las rentas que arrendaron. No obstante, a pesar de la escasez de datos que para el estudio de este tipo de cuestiones proporcionan los fondos hacendísticos, los protocolos notariales nos permiten precisar mejor algunos aspectos en relación con las actividades profesionales que desempeñaron a lo largo de su vida, el patrimonio que lograron acumular como resultado del ejercicio de estas actividades, los ma­ trimonios concertados como vía de ascenso y promoción social y su acceso, en muchos casos, a los principales puestos del gobierno local.

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Si tratamos de analizar la trayectoria de cada uno de estos arrendata­rios, especialmente los que se hicieron con las rentas de la ciudad de Santiago, observamos que en su mayoría eran mercaderes, dedicados a la compraven­ ta de mercancías que se vendían en la ciudad: paños, vino, zapatos, bestias, cera, etc. Al primero de ellos, Pedro Francés, lo encontramos arrendando la renta de la grasura en los años 1495 y 1496, una actividad en la que sería re­ levado por Diego de Arousa desde 1498 en adelante. Las noticias de las que disponemos durante estos años sobre la identidad y actividad desarrollada por este personaje en Compostela son muy abundantes, si bien debemos te­ ner en cuenta que por este tiempo coexistían varios personajes homónimos en la ciudad. A finales de los años ochenta tenemos noticia de un Pedro Francés, que ejercía el oficio de tejedor en Santiago y aforaba junto a su mujer, Clara Fer­ nández, unas casas en la rúa da Moeda Vella por una renta anual de 200.000 maravedís de moneda vieja.447 Poco después, en 1493 junto a Gonzalo Váz­ quez y en nombre de la Cofradía de tejedores de la ciudad, adquiría el casal de Sartegos en la parroquia de San Xoán do Campo por una suma de 10.200 maravedís viejos.448 Parece muy posible que este Pedro Francés, que desarrollaba su activi­ dad como tejedor en Santiago fuera hijo de Robin Francés, que aparece en la documentación de mediados de los años sesenta desempeñando la misma profesión. Precisamente en 1465, Robin Francés era titular de ciertas casas en Santiago, que tenía aforadas del monasterio de San Paio de Antealtares, por una renta anual de treinta y cinco maravedís. Se trataba de unas casas situadas en la rúa de Vilarente, que posteriormente subaforaría a Mayor Gómez y Fernán García.449 Por estos mismos años tenemos noticia de otro Pedro Francés, de profe­ sión platero, cuyo hijo, el clérigo Juan Núñez, desempeñaba el mismo oficio que su padre. En 1495, Pedro Francés había fallecido ya, pero su hijo Juan Núñez, continuaría ejerciendo el oficio de platero varios años después. Pre­

ACS, LD 17/1, fols. 11 v. – 12 r. ACS, P001, fols. 325 r. – 325 v. 449 ACS, P003, fols. 288 v. – 291 v. 447 448

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cisamente este año de 1495, algunos plateros y mercaderes de Santiago se obligaban de pagar al clérigo Juan Núñez 6.000 maravedís, por las cantida­ des que le adeudaban de años anteriores.450 En 1493 tenemos noticia también del testamento otorgado por Pedro Francés, serrador, natural del Reino de Francia,451 y unos años después, en 1508, sabemos de la existencia de un carpintero, Pedro Francés, estante en la ciudad de Santiago, que junto con Antón Sánchez, del mismo oficio, habían contratado el retablo grande de madera de San Paio de Antealtares.452 Entre los arrendatarios de las rentas al por menor de la ciudad de Santia­ go encontramos a Juan Arias Borrallo, que entre los años 1495 y 1496 tenía arrendada la renta de la cera de la ciudad. Sobre este personaje, sabemos que pertenecía a una reconocida familia de mercaderes santiagueses. Era primo carnal del mercader Ruy Fernández Borrallo, quien le cedía en 1493 todos los derechos sobre una casa situada en la rúa del Villar, a cambio de una renta anual de 400 maravedís.453 Un año después, en 1494, Juan Arias Borrallo otorgaba Carta de pago al notario Fernando López de Lamas, vecino de la villa de Noia, quien le había hecho entrega de la cuarta parte de la nao que había comprado al difunto Afonso de Montemuiño, vecino de la misma villa.454 Al igual que otros mercaderes santiagueses, Juan Arias Borrallo, debió acumular una considera­ ble fortuna derivada de su actividad profesional. Entre otros bienes, poseía una casa en la rúa do Preguntoiro que aforaba en 1489 al cardenal Pedro Fernández de Vivero por una renta anual de doscientos maravedís viejos.455 Entre los santiagueses, tenemos noticia también de Jácome de Loure­ da, quien a mediados de los años noventa, tenía arrendadas las alcabalas del vino de la ciudad de Santiago. A pesar de contar con muy poca información acerca de este personaje, parece que tenía aforados determinados bienes del monasterio de San Martín Pinario, entre otros una huerta en la rúa de San

ACS, LD 16, fol. 54 r. – 54 v. ACS, P002, fol. 188 r. 452 ACS, P001, fol. 341 r. – 341 v. 453 ACS, LD 16, fols. 83 r. – 84 r. 454 ACS, LD 16, fols. 127 r. –127 v. 455 ACS, LD 17/1, fols. 17 r. –18 r. 450 451

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Pedro por una renta anual de siete reales de plata y un ducado para las obras y necesidades del mencionado cenobio.456 Juan Rodríguez de las Navas tenía arrendadas las rentas de las hereda­ des de Santiago en los años 1498 y 1499. La documentación de protocolos deja constancia de como este mercader, al igual que algunos de sus contem­ poráneos, disfrutaba de un elevado poder adquisitivo que le permitía contar con varias criadas a su servicio.457 Entre los bienes de los que era titular, se cuenta la cuarta parte de una casa en la ciudad con su sótano y sobrado que había adquirido en 1498 por una suma de 8.360 maravedís.458 Por estos mismos años, 1498 y 1499, el mercader Diego de Arousa arren­­ daba las alcabalas de la grasura de Santiago. Entre las operaciones que con frecuencia llevaba a cabo este mercader, destaca su actuación como inter­ mediario en diversos pagos ordenados por las autoridades eclesiásticas. Así, en 1493 en representación de las parroquias de San Andrés y Santa Susana entregaba ciertas cantidades al pedrero Juan de Lemos por la edificación de la fuente del Franco, que le había encargado el cardenal, Juan Calviño. En re­ lación con su patrimonio y rentas, cabe suponer que disfrutaba de un elevado nivel de vida, sobre todo teniendo en cuenta que contaba con varias criadas a su servicio, entre ellas Inés López, quien otorgaba testamento en 1491.459 Juan Pérez Tolán, era arrendatario de las alcabalas de las bestias en los años 1498 y 1499. Poco es lo que conocemos acerca de sus bienes y patri­ monio, salvo que era titular de algunas casas y heredades en las aldeas de Tarrío y A Silva, situadas en la parroquia de San Vicenzo de Bama, a partir de la donación que había efectuado en su favor Juan Cachinas, difunto, y que posteriormente ratificaría su mujer, Constanza López.460 Entre los arrendatarios menores que se hicieron con las rentas reales or­ dinarias de las villas, cotos y feligresías ubicadas en el mundo rural, encon­ tramos en primer lugar a Jácome López de Deza, al que localizamos durante

ACS, P018, fols. 86 r .– 87 v. ACS, LD 16, fols. 247 r. – 248 r. 458 ACS, P002, fols. 115 r .– 116 r. 459 ACS, LD 16, fol. 193 r. 460 ACS, P014/2, fol. 187. 456 457

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todo el periodo localizamos arrendando las alcabalas de las feligresías de San Xiao de Guimarei, cotos de Carlos Vázquez, San Mamede de Ribadulla y su partido, Deixebre, Santo Estevo de Trasmonte con el coto de Vigo, y Santalla de Otero. En 1500, además de las alcabalas de los lugares mencio­ nados, arrendaba las feligresías de Pedro Arias de Aldán y las Encomiendas de Aciveiro. Durante estos años Jácome López ejerció también como procurador del conde de Altamira, Lope Sánchez de Moscoso, ya que con este titulo afora­ ba en 1500 a Rodrigo Fraiz y a su mujer un casal en Santa Baia de Silleda, más el lugar de Outeiro, por una renta anual de tres fanegas y media de pan y un par de gallinas.461 Entre los arrendatarios de rentas al por menor del arzobispado de San­ tiago destaca también Juan Abráldez, un reconocido mercader santiagués con una activa presencia en el negocio financiero. A finales de los años ochenta, tenía arrendadas las alcabalas de los principales puertos de la ría de Arousa, lo que le permitía manejar importantes sumas de dinero derivadas del tráfico comercial que tenía lugar en ellos. Entre las rentas que contro­ laba en estos lugares se encontraban las de Santomé do mar, las feligresías de Luis de Acevedo en Postmarcos, las merindades de A Insua y Rianxo, Vilanova de Arousa con Vilamaior, Padrón, Puebla del Deán, Rianxo, Carril y Vilagarcía y el medio diezmo y alfolí de toda la ría de Arousa. Desde 1495 en adelante, aparece arrendando nuevamente las rentas de estos lugares, hasta el año 1500, en que los concejos de la ría de Arousa aceptaban entrar en el nuevo sistema recaudatorio del encabezamiento. Es muy posible que Juan Abráldez fuera familiar directo del regidor san­ tiagués Fernán Yáñez Abraldez, quien en la segunda mitad del xv, figura como árbitro en el pleito que trataba la viuda del regidor de Noia, Francisco Gómez, con otro regidor noiés llamado Pedro Afonso Domingo.462 Entre los múltiples negocios a los que se pudo dedicar Juan Abráldez, además de su participación en el arrendamiento de rentas reales, estaría la inversión en pa­ trimonio inmobiliario para obtener una alta rentabilidad y complemento a sus

461 462

ACS, P001, fol. 11 r. –11 v. ACS, P002, fols. 148 r. –151 r.

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ingresos. Según consta en la documentación, en 1479 poseía junto a Catalina González, varias casas en la rúa da Moeda Nova en régimen de aforamiento, unas casas que había aforado del mercader santiagués Pedro Yáñez, por una renta anual de 265 maravedís viejos.463 En los años ochenta, junto al mercader Ares Fernández de Devesa, Juan Abráldez renunciaba al derecho que tenían sobre unas casas situadas en la rúa del Villar que habían pertenecido al difunto Alonso de Castenda y an­ teriormente a su hermano, el notario compostelano, Álvaro de Castenda.464 Además de los bienes inmuebles que poseía en la ciudad de Santiago, el mercader Juan Abráldez era titular también de algunos casales en el medio rural, buena parte de los cuales los había tomado aforados de monasterios e instituciones eclesiásticas. Precisamente a mediados de los ochenta tenía aforado del monasterio de San Martín Pinario, el casal de San Xurxo, situa­ do en Reboredo, en la feligresía de San Cristovo da Enfesta, por una renta anual de treinta maravedís de moneda vieja.465 Con el fin de evaluar su patrimonio y bienes, conviene recordar que Juan Abráldez tenía a su disposición varios criados. A mediados de los años noventa servía en su casa Antonio de Antelo, quien en 1494 recibía en dote unas casas en la rúa del Villar, por su matrimonio con Catalina García.466 Es posible también que, como familiar directo del regidor Fernán Yáñez Abrál­ dez, se beneficiase de ciertas concesiones, como la que obtenía en 1488 de la mitad del molino de Pumar en el río Sarela.467 El mercader santiagués, Gabriel Gómez tenía arrendadas las alcabalas de la fruta, piedra y barro de la ciudad de Santiago. Así consta en los años 1495 y 1496, mientras que en 1498, arrendaba estas mismas rentas junto a las de la madera, y sólo un año después, en 1499, añadía a las anteriores la alcabala de la cera. De sus bienes y patrimonio sabemos más bien poco, pero

ACS, P002, fols. 153 r. –154 r. ACS, P002, fols. 157 r. –159 v. 465 ACS, P001, fols. 223 r. – 223 v. 466 ACS, P001, fols. 83 r. – 84 r. 467 ACS, LD 17/1, fols. 3 r. – 4 v. 463 464

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sí que poseía en régimen de aforamiento algunas viviendas en las principales calles de la ciudad. En 1498 aforaba junto a su mujer, Constanza Gómez, unas casas del Cabildo compostelano situadas en la rúa Nova, por una renta anual de trescientos maravedís viejos.468 Además de éstas, poseía en régimen de aforamiento, otras casas en la Algalia de Arriba, ya que en 1499 nombraba a Juan Castelao titular del foro de las casas de la Algalia que había heredado de su padre.469 Al margen del caso de la ciudad de Santiago, si analizamos la nómina de arrendatarios menores en otras villas y ciudades del arzobispado de Santiago, incluidas las de realengo, nos encontramos una amplia presencia de merca­ deres en los arrendamientos de las rentas al por menor. Concretamente, en la ciudad de A Coruña, tenemos noticia de la intervención de varios mercaderes en el arrendamiento de las rentas de los distintos ramos de la actividad eco­ nómica, generalmente los relativos a los productos con los que comercia­ ban. Entre ellos destacan especialmente Diego de Ansián, Juan de Mourelos y Juan de la Trinidad, que compartían varias características en común, entre otras participar al mismo tiempo en el negocio fiscal y en la actividad comer­ cial, además de disfrutar de su condición de hidalgos, que les situaba en un estatus superior al resto de mercaderes. El primero de ellos, Diego de Ansián, arrendaba en los años 1495 y 1496 las alcabalas del vino y de la carne de A Coruña, tal y como se constata en los Expedientes de Hacienda. El segundo, Juan de Mourelos, arrendaba en 1498 las alcabalas del cáñamo, peso y he­ redades y en los años 1499 y 1500, únicamente las del cáñamo. Finalmente, Juan de la Trinidad arrendaba las alcabalas de los cueros del año 1499. Uno de los rasgos que ,sin duda, mejor define a estos tres mercaderes coruñeses era el título de hidalguía, que en los años noventa reclamaban en la Chancillería de Valladolid para ser eximidos del pago de impuestos directos. En relación con de Juan de Mourelos, que además desempeñaba el de regidor en la ciudad de A Coruña, en 1491 los Reyes Católicos ordena­ ban averiguar si había heredado la condición de hidalgo de su padre y de su abuelo, ya que de ser así se le deberían respetar las exenciones, franquezas

468 469

ACS, P001, fols. 264 r. – 265 r. ACS, P002, fols. 4 r. – 5 r.

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e inmunidades de las que habían gozado sus antepasados.470 Es de destacar, por otra parte, que la actividad desarrollada por Juan de Mourelos al frente de las rentas reales tenía lugar en los años inmediatamente posteriores al desempeño del oficio de regidor, concretamente en los años 1492 y 1496, lo que resulta lógico por otra parte, teniendo en cuenta que los Cuadernos de arrendamientos de alcabalas prohibían el acceso a las rentas a todo aquel que ocupase cargos de especial relevancia en los gobiernos locales.471 Indudablemente, otro de los puntos en común que tenían estos arrenda­ tarios es que en muchos casos actuaban en más de una fase del proceso de arrendamiento y recaudación de las rentas reales. Particularmente, los coru­ ñeses Diego de Ansián, Juan de Mourelos y Juan de la Trinidad, intervinieron también como fiadores de las rentas reales del arzobispado de Santiago, asu­ miendo una gran responsabilidad al presentar sus bienes patrimoniales como aval en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales. Concretamente, el mercader Diego de Ansián, afianzaba las rentas de los años 1501–1504 por valor de 100.000 maravedís, una cuantía muy elevada si tenemos en cuenta el valor global en el que se estimaban sus bienes y patrimonio, que oscilaba entre los 15.000 y los 100.000 maravedís según las declaraciones vertidas por cier­ tos testigos en las denominadas Informaciones de abono. Y lo mismo sucedía en el caso de Juan de Mourelos, quien durante los años 1501–1504 afianzaba las rentas por la misma cantidad, si bien el valor de sus bienes patrimoniales se calcula entre los 100.000 y los 240.000 maravedís. Asimismo, en el caso de Juan de la Trinidad, tenemos constancia de su in­ tervención como fiador de las rentas del arzobispado de Santiago. Precisa­men­te en 1490, afianzaba las rentas en un total de 150.000 maravedís, mientras que en los años 1495–1497 y 1501–1504 lo hacía por valor de 200.000 maravedís anuales, una cantidad muy acorde al patrimonio y bienes que poseía, que los testigos estimaban entre los 100.000 y los 277.000 maravedís. Como ya se ha señalado anteriormente, los fiadores asumían un gran ries­­go al afianzar las rentas con sus bienes y patrimonio, ya que con ellos

AGS, RGS, Sevilla, 21 de marzo de 1491, fol. 172. José Manuel Sánchez Chouza, A Coruña en la Baja Edad Media, A Coruña, Ediciós do Castro, 2005, pág. 180. 470 471

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debían res­ponder ante las posibles pérdidas que se pudiesen derivar del pro­ ceso de arrendamiento y recaudación de las rentas reales. Esta situa­ción tenía lugar en 1501 en el arzobispado de Santiago, cuando tras el fallecimiento de Ruy Martínez de Carballido, se efectuaba el reparto de las cantidades que debía asumir cada uno de los fiadores para hacer frente a las deudas que el arrendatario principal Carballido había dejado pendientes con la Hacienda Regia. Entre estos fiadores que debían asumir las pérdidas ocasionadas por el arrendamiento de Carballido, se encontraba Juan de la Trinidad que debía contribuir con 60.416 maravedís y Diego de Ansián y Juan de Mourelos, a los que correspondía pagar un total de 30.208 maravedís.472 Al margen de los mercaderes y arrendatarios coruñeses, en el arrenda­ miento de rentas al por menor del arzobispado de Santiago tuvieron una acti­ va participación los hermanos Cruu, pertenecientes a una conocida familia de mercaderes pontevedreses. Concretamente Gómez Cruu actuaba como arren­ datario de las alcabalas del pescado, diezmos de la mar y alfolíes de A Coruña y Betanzos en el año 1500, fecha en la que se arrendaba también el alfolí de Betanzos y las alcabalas de los paños, sedas y lienzos de los forasteros de di­ cha ciudad. Como ya se ha señalado anteriormente, Gómez Cruu pertenecía a una reputada familia de mercaderes pontevedreses que se había especializado en la exportación de pescado de la ría de Pontevedra hacia Inglaterra y hacia los puertos mediterráneos de la Corona de Aragón.473 Su dedicación a la actividad comercial por vía marítima, fundamental­ mente a la exportación de pescado de la ría de Pontevedra, explica también su intervención como arrendatario de las alcabalas del pescado, paños, sedas y lienzos de los forasteros, así como de los diezmos de la mar y alfolíes de dos ciudades de realengo con una amplia proyección comercial como eran A Coruña y Betanzos. Precisamente, su actividad como mercader le permi­ tía conocer de primera mano los valores que podían alcanzar estas rentas y en consecuencia los beneficios que se podían obtener del arrendamiento de las mismas. Pero al mismo tiempo, y en su condición de arrendatario de las

AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; y EMR, leg. 87, fols. 108 –127; leg. 89, fol. 230; leg. 93, fol. 131. 473 José Armas Castro, «Una familia de mercaderes pontevedreses…», art. cit, pág. 125. 472

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rentas reales y mercader, podría adquirir determinados productos de otros mer­caderes en condiciones especialmente ventajosas, devolviendo a cambio numerosos privilegios fiscales para los vendedores. Es evidente, por tanto, que Gómez Cruu conseguía hacerse con las rentas que procuraban mayores beneficios a la Hacienda Regia en el arzobispado de Santiago. Precisamente en estos años en los que Gómez Cruu llevaba a cabo el arrendamiento de las rentas al por menor (1498 –1500), había abandonado ya los cargos de alcalde y regidor del concejo pontevedrés. Indudablemente, la actuación de su hermano Pedro Cruu durante los mismos años como arren­ datario mayor de las rentas reales del arzobispado de Santiago debió facilitar a Gómez Cruu el acceso al control de las rentas de los principales ramos de la actividad económica que procuraban elevados niveles de ingresos a la Hacienda Regia en el Reino de Galicia. En otras ciudades como Pontevedra, actuaron como arrendatarios de las rentas al por menor determinados personajes pertenecientes a conocidas familias de la ciudad. Es el caso de Juan Fernández de Agulla, perteneciente a un conocido linaje pontevedrés con un papel relevante en la vida política de la villa. A fines del siglo xv, ejercía como notario en Pontevedra y en 1498 era designado como procurador del concejo de la villa.474 Quizá más llamativa era la intervención de Vasco Yáñez, que entre los años 1495 y 1500, tenía arrendados los principales ramos alcabalatorios de la villa de Pontevedra. En los años 1495 y 1496, controlaba las alcabalas de la sal, las medias diezmas y los alfolíes, sin duda las rentas que generaban mayores niveles de ingresos para la Hacienda Regia. Sólo tres años después, en 1499, conseguía hacerse con el arrendamiento de la práctica totalidad de las rentas de la villa —diezmos de la mar y alfolíes, alcabalas de la salvajina, pescado, vino, pan, cueros y zapatería, carne, madera, hierro, fruta, hereda­ des, barcos y navíos, y bestias— a excepción de las alcabalas de los paños, que arrendaba Juan de Leiden, lo que pone de manifiesto el indudable interés que mostraban los mercaderes extranjeros en el arrendamiento de las rentas de los productos con los que comerciaban, al tiempo que nos informa tam­

José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa, 1992. 474

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bién sobre la presencia de paño flamenco en los mercados gallegos. Un año des­pués, en 1500 Vasco Yáñez arrendaba las alcabalas de los diezmos de la mar y alfolíes, pescado y heredades de la villa de Pontevedra. A pesar de que hasta la fecha no ha sido posible consultar los fondos de protocolos notariales conservados en los archivos locales de Tui, Lugo, Ourense o Mondoñedo, al menos si se ha podido identificar quienes eran los principales arrendatarios menores de las rentas de estos lugares. Así por ejem­ plo, en el obispado de Tui tenía una participación destacada Gonzalo de Agu­ lla, quien en los años 1495 y 1496 arrendaba las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de Redondela. Directamente relacionado con éste encontramos al notario pontevedrés Juan Fernández de Agulla, quien en 1496 arrendaba las alcabalas y media diezma de la villa de Cangas con Tierra de Morrazo, y al que por estos mismos años documentamos en el arrendamiento de las rentas de Pontevedra. En las rentas del obispado de Tui de estos años destaca la presencia de Álvaro de Barcia, juez de la villa de Redondela, que en 1495 tenía arrenda­ das las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de Vigo, San Martiño y Val de Louriñó, unas rentas que también arrendaba el año siguiente, junto a las de la ciudad de Tui y el pontaje de la ciudad, que en 1495 habían estado a cargo de su hermano, Luis de Barcia. Durante los años 1498–1500, Álvaro de Barcia actuaba como fiador en el arrendamiento de rentas al por mayor que llevaba a cabo Pedro Cruu, con una cuantía importante, unos 500.000 maravedís en cada año, lo que pone de manifiesto el elevado volumen de rentas y patrimonio del que disponía este arrendatario.475 Por lo que se refiere a sus vínculos familiares, sabemos que a través de los Montenegro, Álvaro y Luis de Barcia estaban emparentados con los Cruu, afamados mercaderes pontevedreses con los que Álvaro de Barcia co­ laboraría durante años en el negocio fiscal.476 Los vínculos de parentesco que le unían a las familias Cruu y Montenegro, que por estos años ostentaban la

475 Por lo que se refiere a sus vínculos familiares, sabemos que era hermano de García Prego, hijos ambos de Leonardo Gil y de Urraca Estévez, ésta última hermana de Elvira Prego, la mujer de Tristán de Montenegro, por lo que Álvaro de Barcia era sobrino carnal de Tristán de Montenegro. 476 Sobre los vínculos familiares de esta familia véase MP, Colección Sampedro, 8, 31.

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condición de hidalgos en la villa de Pontevedra y ocupaban los principales puestos en el concejo de la misma, ponen en evidencia cual era la posición social de Álvaro de Barcia, así como las facilidades con las que contaba para acceder al control de las rentas reales. En el obispado de Lugo, las noticias que encontramos en la documen­ tación hacendística sobre la identidad de los arrendatarios menores son ver­ daderamente escasas. A pesar de todo, es posible destacar la intervención de algunos de ellos como Pedro de Gayoso, un conocido escudero, avecindado en Lugo, que en 1492 tenía arrendadas las rentas de lo foráneo de la ciudad, o el mercader lucense Gómez de Neira, quien en el año 1498 se hacía con el control de la totalidad de las alcabalas del obispado de Lugo. En el caso del arrendatario Pedro de Gayoso, sabemos que éste contaba con una gran experiencia en el arrendamiento de rentas reales. En los años 1495 –1497, actuaba como fiador de las alcabalas del obispado de Lugo con una cuantía de 200.000 maravedís en cada uno de los años del trienio, y unos años después, en 1502, se le localiza como autor de ciertas prácticas ilícitas en la gestión de las rentas de las feligresías de Páramo y Gondrame, que por estas fechas se encontraban ya encabezadas. En el obispado de Ourense, en el arrendamiento de rentas al por me­ nor contamos con algunas noticias acerca de los arrendatarios Juan Pérez de Cerrada, Juan Vázquez o Gonzalo de Puga. El primero de ellos, Juan Pérez de Cerrada arrendaba en 1505 las alcabalas de los lugares de Sobrado, Bar­ badás y Seixalbo. De él sabemos, que ejercía como mercader en la ciudad de Ourense, y que durante los trienios 1500 –1502 y 1503 –1505 actuó como fiador de las rentas de este partido fiscal con una cuantía anual de 200.000 maravedís. Los testigos que declaran en las informaciones de abono señalan que poseía bienes en la ciudad de Ourense y en sus términos por valor com­ prendido entre los 79.000 y los 231.000 maravedís. Otro de los arrendatarios menores que contaba con una amplia partici­ pación en el negocio financiero del obispado de Ourense durante estos años era el mercader Juan Vázquez. Vecino y regidor de Ourense, en 1506 tenía arrendadas las alcabalas de las localidades de San Xurxo y Santa Locaia. Poco es lo que conocemos acerca de la posición social de este personaje, aunque todo hace sospechar que pertenecía a la burguesía acomodada de la ciudad, no sólo por el cargo de regidor que ocupaba en el concejo, sino

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también porque en 1497 afianzaba las rentas del partido fiscal de Ourense con un total de 300.000 maravedís. La actividad de Juan Vázquez al frente del gobierno municipal ourensano se documenta en fechas algo más tardías que en el caso de otros conocidos arrendatarios que le precedieron, como Gonzalo de Puga y Rodrigo de Puga. En los años 1492 y 1493 ejercía como regidor del concejo, si bien no hay constancia de su actuación en dicho car­ go en los años anteriores ni posteriores a los mencionados, lo que pone en evidencia que su trayectoria en el gobierno municipal fue, sin duda, mucho más limitada que en el caso de otros financieros como los ya mencionados Gonzalo y Ruy de Puga. Junto a los arrendatarios ya mencionados, Gonzalo de Puga destaca fun­ damentalmente por su amplia participación en las rentas del partido fiscal de Ourense entre los años 1505 y 1508. Este personaje que seguramente estaría emparentado con el regidor ourensano Rodrigo de Puga y con el escude­ ro Antón de Puga, arrendaba las alcabalas de Tierra de Montes con Ribas de Miño. Perteneciente a una destacada familia de escuderos ourensanos, desconocemos el parentesco exacto que le vinculaba al regidor ourensano Rodrigo de Puga, aunque posiblemente se trataría de unos vínculos de paren­ tesco muy próximos. Lamentablemente, no hemos hallado rastro de él en las denominadas Informaciones de abono, lo que nos impide precisar muchos detalles acerca de su trayectoria profesional, así como de su patrimonio y bienes, posición social, etc. A pesar de la escasa información de la que dispo­ nemos sobre el mismo, todo parece indicar que se trataba de un hombre con un estatus social elevado y con un volumen de patrimonio y rentas acorde a la posición social que disfrutaba. Según los datos ofrecidos por Anselmo López Carreira, en los años 1480 –1489, Gonzalo de Puga desempeñaba el cargo de regidor de la ciudad, alcaide de la catedral y merino de los cotos. Es evidente, por otra parte, que como miembro de una destacada familia de escuderos pasaba a integrar las filas de la hidalguía de la ciudad, y de ahí su inclusión en ambas categorías —escudero e hidalgo— en los padrones fiscales.477

Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense no século xv. Sociedade urbana na Galicia Baixomedieval, Ourense, Deputacion Provincial de Ourense, 1998, págs. 580–581. 477

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

347

Fiadores Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui Un estudio pormenorizado de las relaciones de fiadores de los principa­ les partidos fiscales del Reino de Galicia nos permite conocer la identidad de los personajes que intervinieron en esta función en el proceso de arrenda­ miento y recaudación de las rentas reales, y al mismo tiempo establecer una especie de orden jerárquico en función de las cuantías que presentó cada uno de ellos para afianzar las rentas. Si analizamos la relación de fiadores que intervinieron en el partido fiscal de Santiago entre los años 1480 –1504, observamos que al menos ocho de ellos ejercieron como regidores en di­ ferentes villas y ciudades de éste partido fiscal: Fernán Alonso de Cabo, Jácome Colmelo y Fernán Pérez Parragués en A Coruña; Juan López Pardo en Betanzos, Antón Paz y Pedro dos Santos en Noia, Pedro Prego en Pon­ tevedra, y Esteban Rodriguez del Reino en Muros. Estos ocho regidores representaban exactamente el 9,8% del total de los fiadores. Mucho más numeroso era el grupo de mercaderes, que tenía una am­ plia participación en el negocio financiero, representando el 22,5%. La participación de este grupo profesional como fiadores de las rentas reales no resulta un caso aislado en el Reino de Galicia, sino que por el contra­ rio, parece un fenómeno común a toda la Corona de Castilla, teniendo en cuenta que además de ofrecer una buena oportunidad a los mercaderes para complementar sus ingresos, el control directo o indirecto de ciertos ramos de la actividad económica de las ciudades les permitía comercializar sus productos en condiciones especialmente ventajosas. Dentro del grupo de mercaderes destacan los coruñeses Diego de Ansián, Gómez de Beira, Francisco de Chardano, Luis de Ferbenzas, Pedro Merchán, Francisco da Ponte, Alonso Romero, Fernando de Soria, Francisco de Tordesillas y Juan de la Trinidad. Asímismo, tenemos documentada la presencia de ciertos mercaderes santiagueses como Juan Arias Borrallo y algunos betanceiros como Juan Fernández, Alonso de Roa o el mismísimo Alfonso de Carballi­ do, uno de los mercaderes más reconocidos del Reino de Galicia, aunque no aparezca constatada de forma explicita su profesión de mercader en la documentación. Por otra parte, se menciona en la documentación a un

348

Amparo Rubio Martínez

Alonso do Porto, vecino de Vigo, Juan da Veiga, vecino de Noia, y a Pedro Cruu, perteneciente a la ya conocida familia de mercaderes pontevedreses con una activa participación en el arrendamiento de las rentas reales desde mediados del siglo xv, que a finales de la centuria ocupaban ya los princi­ pales puestos del gobierno del concejil. Junto a los regidores y mercaderes, se observa también una destacada presencia de otros profesionales como notarios, jueces, procuradores, etc. Así por ejemplo, el notario de Noia, Álvar García, intervenía como fiador de man­ común en el arrendamiento de los años 1488 y 1489 que llevaron a cabo los principales arrendatarios del Reino de Galicia 478, el notario pontevedrés An­ tón González, afianzaba las rentas de los años 1495–1497 en 100.000 mara­ vedís en cada año, y el coruñés Alonso González aportaba 200.000 maravedís anuales en concepto de fianzas entre los años 1501–1504. Junto a los nota­ rios, encontramos también a la figura del juez afianzando las rentas como era el caso de Nuño Vázquez, juez de Vigo, que presentaba 100.000 maravedís anuales entre los años 1498–1500, o el juez de Redondela, Álvaro de Barcia, que afianzaba las rentas por valor de 500.000 maravedís anuales durante estos mismos años. Además de los profesionales mencionados, intervenían como fiadores de las rentas reales bachilleres como Alonso Fernández de Mourelos, mayordomos como Pedro González, vecino de Saldaña, etc. Además de los mencionados, localizamos también a algunos miembros de la nobleza titulada del Reino de Galicia actuando como fiadores en los procesos de arrendamiento de las rentas reales. Concretamente, el conde de Camiña, Pedro Álvarez de Sotomayor, garantizaba el arrendamiento de rentas de 1490 con una cuantía de 300.000 maravedís. Dentro de este grupo también podemos mencionar al conde de Altamira, Lope Sánchez de Moscoso, y a algu­ nos miembros de la hidalguía del reino, entre otros el caballero lucense Álvar

En los años 1488 y 1489 arrendaron las rentas del arzobispado de Santiago, Lope Gómez de Marzoa y Fernando de Aguilar. Un año después, en 1490, se titulaban arrendata­ rios mayores de las rentas reales Ruy Martínez de Carballido y Juan Fernández de Andeiro; y de nuevo en 1491, arrendaban las rentas el notario santiagués Lope Gómez de Marzoa, esta vez en compañía de Luis de Saldaña. Al respecto véase AGS, EMR, leg. 45, fol. 136, y leg. 47, fols. 135 y 136 (1488); leg. 47, fols. 134 y 136 (1489); leg. 48, fols. 106 –109, 298 – 299, leg. 49, fols. 171, 173 y 174 (1490); leg. 50, fol. 65, leg. 51, fol. 49 (1491). 478

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

349

González de Ribadeneira, señor de Páramo y Gondrame; Esteban de Junqueras, señor de Junqueras y vecino de La Puebla del Deán; o la propia Constanza de las Mariñas, hija del afamado caballero co­ruñés, Gómez Pérez de las Mariñas, que había casado con el hidalgo Fernán Pérez Parragués, quien también inter­ venía como fiador de las rentas reales del partido fiscal de Santiago en estos años. Algunos de estos hidalgos y miembros de la nobleza titulada que actuaron como fiadores de las rentas reales procedían de la zona de Pontevedra. Este era el caso de Lope de Montenegro, que afianzaba las rentas del partido fiscal de Santiago de los años 1498–1500 con una cuantía de 500.000 maravedís anua­ les, y de García de Sarmiento, señor de Sobroso, que avalaba el arrendamiento de las rentas de estos años en la misma cantidad. Si tratamos de establecer un orden jerárquico en función de las cantida­ des con las que estos fiadores se comprometieron a afianzar las rentas, ob­ servamos que por lo general fue un sector de las élites y oligarquías urbanas el que asumió mayor responsabilidad en este tipo de operaciones, si bien algunos miembros de la nobleza titulada también presentaron cuantias muy elevadas. Era el caso, por ejemplo, del conde de Altamira, Lope Sánchez de Mos­ coso, quien durante el trienio 1495 –1497 afianzaba las rentas del arzobis­ pado de Santiago en 2.000.000 de maravedís anuales, una cantidad que por lo general resultaba muy poco habitual y que únicamente podían asumir las principales fortunas del reino. Entre los que participaron con cantidades más elevadas se cuenta también al regidor pontevedrés, Pedro Prego, que entre los años 1498 –1500 presentaba como aval 1.300.000 maravedís por año. Por debajo de estos valores, aunque con cuantías verdaderamente sig­nificativas tenemos la contribución de algunas mujeres como Mayor Rodri­guez de la Torre, esposa del principal arrendatario de las rentas del Reino de Galicia, Ruy Martínez de Carballido, que entre los años 1501 y 1504 presentaba como avales 900.000 maravedís anuales. En un nivel inferior, tenemos los 800.000 maravedís anuales con los que afianzaba las rentas Lope García de Hoyos, mercader de la merindad de Can­ demuño, entre los años 1488–1491. En esta misma línea y con excepción de los 700.000 maravedís con los que afianzaba las rentas Gómez González de Haro, vecino de Noia, tenemos noticia de un número considerable de fiadores que presentaron fianzas por valor de 500.000 maravedís anuales entre los

350

Amparo Rubio Martínez

años 1495 y 1504. Entre estos sujetos, que indudablemente poseían buenas condiciones económicas para afianzar las rentas, figuran algunos miembros de la nobleza titulada del Reino de Galicia como García de Sarmiento, señor de Meira, o individuos pertenecientes a reconocidas familias de la hidalguía del reino: Lope de Montenegro, Constanza de las Mariñas y Pedro Cruu son algunos de ellos. En muchos casos, algunos de estos fiadores que participaron en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales, ocupaban cargos de responsabilidad en los gobiernos de las principales villas y ciu­ dades del reino. Un caso especialmente significativo es el de Pedro Cruu, perteneciente a una reconocida familia de mercaderes que operaban por el Mediterráneo durante las décadas centrales del siglo xv, y que en 1495 desempeñaba al mismo tiempo los oficios de alcalde y regidor del concejo de Pontevedra. Desde 1495 en adelante, una vez abandonados estos car­ gos, Pedro Cruu centraría sus esfuerzos en la actividad financiera, inten­ sificando a partir de esta fecha su participación en los procedimientos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales. Poco después, adquiría la condición de hidalgo, un título que permanecería vinculado a su familia durante todo el siglo xvi.479 Por debajo de los 500.000 maravedís, con cantidades comprendidas entre los 300.000 y 400.000 maravedís, participaban como fiadores desta­ cados miembros de la oligarquía urbana, buena parte de los cuales ocupa­ ban las regidurías de las principales villas y ciudades del Reino de Galicia. Buen ejemplo de ello es el regidor pontevedrés Pedro Prego, que afianzaba las rentas del arzobispado de Santiago de los años 1495 –1497 en 400.000 maravedís anuales, la misma cantidad que presentaba el regidor coruñés Fernán Pérez Parragués en los años 1490 y 1501–1504, o el regidor de Noia, Juan López Pardo. Con idéntica cuantía presentaba avales el caballero lu­ cense Álvar González de Ribadeneira en 1490, y distinguidos mercaderes como el santiagués Juan Arias Borrallo, o el betanceiro, Alfonso de Carba­ llido, casado con Clara Sánchez y padre del ya conocido arrendatario de las rentas reales del Reino de Galicia, Ruy Martínez de Carballido.480

479

José Armas Castro, «Una familia de mercaderes...», art. cit., págs. 128 –130.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

351

Con una cantidad inferior (300.000 maravedís), afianzaban las rentas determinados individuos pertenecientes a la nobleza titulada del Reino de Galicia, como el conde de Camiña, Álvaro de Sotomayor, o algunos miem­ bros de la hidalguía local como Esteban de Junqueiras, que en 1490 aporta­ ba esta misma cantidad. Las mismas que presentaban para avalar las rentas ciertos regidores y mercaderes como el coruñes, Fernán Alonso de Cabo en los años 1495 –1497, el regidor de Muros, Esteban Rodríguez del Reino, o el mercader Alonso Romero. Finalmente, con cantidades comprendidas en­ tre los 100.000 y los 250.000 maravedís documentamos un elevado número de fiadores afianzando las rentas, la mayor parte de los cuales eran modestos mercaderes, si bien también se constata una elevada presencia de escuderos y miembros de la hidalguía local. Por otra parte, conviene destacar como de todos los sujetos que inter­ vinieron como fiadores en los arrendamientos de rentas, algunos lo hicieron por periodos de tiempo muy prolongados, incrementando, progresivamente, las cantidades que aportaban para afianzar las rentas. Buena prueba de ello es el caso del mercader coruñés Juan de la Trinidad, que en 1490 afianzaba las rentas en una cuantía de 150.000 maravedís, mientras que algunos años después, en el trienio 1495 –1497 y en el periodo comprendido entre los años 1501 y 1504, presentaba fianzas por valor de 200.000 maravedís anuales, lo que posiblemente habría tenido que ver con las ganancias obtenidas de su participación en el negocio fiscal, además de las que normalmente procuraba de la actividad comercial que ejercía. Mucho más significativo al respecto es el caso de las fianzas presentadas por el regidor pontevedrés Pedro Prego, 400.000 maravedís al año durante el trienio 1495 –1497, una cantidad que se triplicaría en los años 1498–1500, en los que el regidor se comprometía a presentar avales por valor de 1.300.000 maravedís en cada año.

Al respecto véase Alfredo Eiras Martínez, «Afonso de Carvallido: un mercader be­ tanceiro do s. xv cabecilla dos irmandiños», Anuario Brigantino, 7, Betanzos, Concello de Betanzos, 1984, págs. 14–18; y del mismo autor, «Xente da Baixa Idade Media (II), Anuario Brigantino, 11 (1988), págs. 141–162. 480

352

Amparo Rubio Martínez

Sin embargo, más allá de los datos puramente cuantitativos, es preciso considerar también otros aspectos relacionados con la identidad y los víncu­ los familiares y profesionales que mantenían algunos de estos hombres de negocio. Tal y como hemos venido exponiendo a lo largo de estas páginas, en un marco temporal que coincide exactamente con los diez últimos años del reinado de los Reyes Católicos, buena parte de los arrendatarios mayo­ res y menores, recaudadores y fiadores que intervinieron en los procesos de arrendamiento del Reino de Galicia, mantenían estrechos vínculos familiares y profesionales, lo que indudablemente les facilitaba el acceso a las rentas, así como el reparto de los beneficios y su reinversión en otros negocios. Buena prueba de ello es el arrendamiento que llevó a cabo Pedro Cruu entre los años 1498 y 1500, en el que los sujetos que intervinieron como fiadores eran casi todos familiares por vía directa o indirecta del arrendatario principal. Así, se constata, que el arrendatario principal Pedro Cruu mantenía estrechos vínculos familiares con el regidor pontevedrés, Pedro Prego, que afianzaba las rentas en 1.300.000 maravedís, y lo mismo sucedía con el juez de Redondela, Álvaro de Barcia, y su hermano García Prego, que garanti­ zaban el arrendamiento de Pedro Cruu con 500.000 y 150.000 maravedís respectivamente.481 La tabla 41 que figura a continuación, ofrece una relación global de todos los fiadores que intervinieron en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales del partido fiscal de Santiago, entre los años 1480 y 1504, los periodos en los que actuaron y las cantidades que aportaron para afianzar las rentas.

Los vínculos familiares que conectaban al arrendatario Pedro Cruu con el regidor pontevedrés Pedro Prego se establecían a través de la mujer del primero, Teresa Sánchez de Montenegro, nieta de Tristán de Montenegro y Elvira Prego. Es posible que el regidor Pedro Prego fuera hermano de ésta última, y por consiguiente tío–abuelo de la mujer de Pedro Cruu. Por su parte, el juez de Redondela, Álvaro de Barcia y García Prego eran hermanos, ambos hijos de Leonardo Gil y Urraca Estévez, esta última hermana de Elvira Prego, la mujer de Tristán de Montenegro, por lo que ambos fiadores eran primos carnales de Lope de Montenegro, suegro de Pedro Cruu. 481

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 41.

353

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui, entre los años 1480 y 1504 periodo

nombre

1480–1483 Alonso de Carballido

vecindad

oficio

título

fianza en maravedís

Betanzos





mancomún

1481

Alonso Franco

Betanzos





mancomún

1481

Ruy de Figueroa

Betanzos







1482–1483 Pedro González

Saldaña

Mayordomo





1484–1487 Abraham Seneor









Noia

Notario



mancomún

1488–1491 Álvar García 1488–1491 García González de Avendaño 1488–1491 Lope García de Hoyos

Santiago





mancomún

Merindad de Candemuño





800.000

1490

Alonso de Carballido

Betanzos

Mercader

1490

Álvaro de Sotomayor





Conde de Cami­ña

300.000

400.000

1490

Álvaro González de Ribadeneira

Lugo





400.000

1490

Arias Martínez

300.000

1490

Esteban de Junqueras

1490

A Coruña





Puebla del Deán



Señor de Junqueras

300.000

Fernán Pérez Parragués

A Coruña

Regidor



400.000

1490

Fernando de Soria

A Coruña

Mercader



150.000

1490

Francisco da Ponte

A Coruña

Mercader



100.000

1490

Francisco de Chardano

A Coruña

Mercader



100.000

1490

Francisco de Tordesillas

A Coruña

Mercader



100.000

1490

Gómez Beira

A Coruña

Mercader



100.000

1490

Jácome Colmelo

A Coruña

Regidor



100.000

1490

Juan Arias Borrallo

Santiago

Mercader



400.000

1490

Juan de la Trinidad

A Coruña

Mercader



150.000

1490

Juan López Pardo

Noia

Regidor



400.000

1490

Luis de Ferbenzas

A Coruña

Mercader



100.000

1490

Pedro Merchán

A Coruña

Mercader



200.000

1491

Álvar González







mancomún

1491

García González de Avendaño

Santiago





mancomún

1491

Gutierre Guaço

Val de Toranzo





mancomún

Almagro





mancomún

1492–1494 Fernando de Villarreal

354

Amparo Rubio Martínez

Tabla 41.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui, entre los años 1480 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

1492–1494 Juan Díez de San Ginés 1495–1497 Alonso Fernández de Mourelos

vecindad

oficio

título

fianza en maravedís

Torrijos





mancomún

A Coruña

Bachiller



100.000

Noia





250.000

1495–1497 Alonso González de Candame

A Coruña





200.000

1495–1497 Alonso Romero

A Coruña

Mercader



300.000

Pontevedra





200.000

1495–1497 Alonso Gómez Mansino

1495–1497 Álvar Alonso Xaco 1495–1497 Antón de Paz 1495–1497 Antonio González 1495–1497 Diego Díez 1495–1497 Diego Fernández de Mourelos 1495–1497 Esteban de Junqueras







500.000

Pontevedra

Notario



100.000

Muros





300.000

Muros





300.000

Puebla del Deán



Señor de Junqueras

300.000

Muros

Regidor



300.000

A Coruña

Regidor



300.000

1495–1497 Gómez González de Haro

Noia





700.000

1495–1497 Gonzalo Suárez del Reino







250.000

Noia





250.000

A Coruña

Mercader



200.000

Noia

Mercader



500.000

1495–1497 Lope Sánchez de Moscoso





1495–1497 Martín de Vasarra







300.000

Pontevedra

Mercader



500.000

Noia

Regidor



500.000

Pontevedra

Regidor



400.000

1495–1497 Esteban Rodríguez del Reino 1495–1497 Fernán Alonso de Cabo

1495–1497 Jácome España 1495–1497 Juan de la Trinidad 1495–1497 Juan de Vega

1495–1497 Pedro Cruu 1495–1497 Pedro de Santos 1495–1497 Pedro Prego

Conde de Altamira 2.000.000



Procurador



350.000

1498–1500 Alonso do Porto

Vigo

Mercader



150.000

1498–1500 Álvar Fernández

Junqueiras

Hidalgo



200.000

1498–1500 Álvaro de Barcia

Redondela

Juez



500.000

Vigo





150.000

Tierra do Salnés





300.000

1495–1500 Gonzalo Fernández

1498–1500 Estevo Pérez 1498–1500 García de Caamaño

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 41.

355

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui, entre los años 1480 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

título

fianza en

vecindad

oficio

1498–1500 García Prego







150.000

1498–1500 García Sarmiento





Señor de Meira

500.000

1498–1500 Gonzalo Domínguez

Vigo





100.000

1498–1500 Juan de Boça

Tui





150.000

1498–1500 Lope de Montenegro







500.000

1498–1500 Martín del Reino

Santiago





500.000 100.000

maravedís

Vigo

Juez



1498–1500 Pedro Falcón

Quintela





150.000

1498–1500 Pedro Prego

Pontevedra

Regidor



1.300.000

1498–1500 Nuño Vázquez

1498–1500 Ruy Méndez

Vigo





150.000

1498–1500 Vasco Yáñez







150.000

1501–1504 Alonso de Roa

Betanzos

Mercader



100.000

1501–1504 Alonso González

A Coruña

Notario



200.000 500.000







A Coruña

Mercader



100.000

Puebla del Deán



Señor de Junqueras

300.000

1501–1504 Fernán Pérez Parragués

ACoruña

Regidor



400.000

1501–1504 Francisco Sánchez

ACoruña





300.000

1501–1504 Juan de Baraçal

A Coruña

Carnicero



100.000

1501–1504 Juan de la Trinidad

A Coruña

Mercader



200.000

1501–1504 Juan de Santa María

A Coruña





100.000

1501–1504 Juan Fernández

Betanzos

Mercader



200.000

1501–1504 Juan Núñez de Leiro

Betanzos





100.000

1501–1504 Mayor Rodríguez de la Torre







900.000

1501–1504 Mayor Tata







100.000

1501–1504 Nuño Pérez de Loia

Betanzos





100.000

1501–1504 Pedro de Mourelos

ACoruña





100.000

1501–1504 Constanza de las Mariñas 1501–1504 Diego de Ansián 1501–1504 Esteban de Junqueras

1501–1504 Pedro Martínez 1501–1504 Sancho de Moyno







100.000

A Coruña





200.000

356

Amparo Rubio Martínez

Tabla 41.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui, entre los años 1480 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

vecindad

oficio

1501–1504 Vasco de Freixomil

título

fianza en maravedís

A Coruña

Escudero



200.000

1501–1504 Vasco Fariña de Lamas







100.000

1501–1504 Vasco Fariña de Lamas

A Coruña

Escudero



200.000

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

A partir de las declaraciones que presentaron los testigos de cada locali­ dad en las denominadas Informaciones de abono sobre la capacidad de cada uno de los fiadores para afianzar el arrendamiento con fianzas llanas y abona­ das, es posible conocer el volumen de renta y patrimonio con el que contaban algunos de estos personajes. La información que recogen las Informaciones de abono resulta de especial importancia teniendo en cuenta que no siempre se han conservado protocolos notariales que informen sobre estas cuestiones. Conforme a las declaraciones de los testigos, el arrendatario mayor y fia­dor Alfonso de Carballido era vecino de Betanzos, ciudad en la que desem­ peñaba la profesión de mercader, aunque también era conocida su dedicación al arrendamiento de las rentas reales en buena parte del Reino de Galicia. A finales del siglo xv, este sujeto era titular de un considerable patrimonio en bienes inmuebles, rústicos y urbanos, entre los que se encontraban unas casas en Betanzos y ciertas heredades, viñas y tierras de la ciudad de A Co­ ruña.482 Poseía, asimismo, determinados bienes muebles de valor en su casa, concretamente algunos objetos de plata valorados en 200.000 maravedís. A

Sobre la figura de Afonso de Carballido véase Alfredo Eiras Martínez, «Afonso de Carvallido…», art. cit., págs. 14 –18; y del mismo autor, «Xente da Baixa Idade Me­ dia…», art. cit., págs. 141–162. 482

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

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tenor de las declaraciones efectuadas por los testigos, Alonso de Carballido era hombre de buen trato y buena fama, conocido en todo el Reino de Galicia, la persona más rica de Betanzos y tal vez una de las tres personas más acauda­ ladas del Reino de Galicia. Al parecer, había logrado amasar esa gran fortuna en vida, durante su matrimonio con Clara Sánchez, llegando a acumular un patrimonio valorado en unos 2.000.000 de maravedís aproximadamente, aun­ que algunos testigos lo sitúan en cantidades muy superiores, que alcanzarían los 3.000.000 o 4.000.000 de maravedís.483 Al igual que su padre, Ruy Martínez de Carballido se dedicó fundamen­ talmente al arrendamiento y recaudación de las rentas reales del Reino de Galicia. La información que proporcionan los testigos también define a Ruy Martínez de Carballido como hombre de buen trato y buena fama, dedicado al negocio financiero y a la compraventa de mercancías. Respecto al patri­ monio que logró acumular a lo largo de su vida, los testigos afirmaban que él personalmente no poseía bienes raíces, aunque si numerosos bienes muebles, y que esperaba recibir de su padre una gran herencia, cuyo valor se estimaba entre los 80.000 y los 480.000 maravedís.484 En relación con los fiadores pertenecientes a la nobleza titulada, las in­ formaciones de abono también proporcionan muchos detalles acerca de los títulos, bienes y patrimonio que poseían. En el caso del conde de Altamira, Lope Sánchez de Moscoso, los testigos no dudaban en señalar como era titu­ lar de la Casa de Mens con su tierra y vasallos, la Casa de Vimianzo, el coto de Pacios con los casares de San Martiño, las feligresías de Traba y Cereixa, así como otros bienes, tierras y vasallos, cuyo valor se estimaba entre los 2.000.000 y 3.500.000 de maravedís.485

483 AGS, EMR, leg. 20, fol. 75; leg. 26, fols. 72, 73, 76 y 77. Respecto al valor de los bienes raíces de Alfonso de Carballido, las declaraciones de los testigos se refieren a diferen­ tes cuantías de maravedís: 100.000, 400.000, 1.500.000, 2.000.000, 3.000.000 o 4.000.000. 484 AGS, EMR, leg. 26, fols. 72, 73, 76 y 77; leg. 81, fol. 188; leg. 93, fol. 131. El valor de los bienes raíces de Ruy Martínez de Carballido se estima en diferentes cuantías de maravedís: 80.000, 100.000, 325.000, 360.000, 405.000 y 480.000. 485 AGS, EMR, leg. 26, fols. 72, 73, 76 y 77; leg. 81, fol. 188; leg. 93, fol. 131.

358

Amparo Rubio Martínez

Lamentablemente, las descripciones que han quedado sobre las pocas mujeres que intervinieron como fiadoras en los arrendamientos de rentas rea­ les no van más allá de una breve estimación del valor económico de sus bie­ nes. En el caso concreto de la mujer del arrendatario Ruy Martínez de Carba­ llido, Mayor Rodríguez de la Torre, diversos testigos coinciden en señalar que era titular de numerosos bienes raíces, por valor de 1.000.000 de maravedís aproximadamente.486 Mayor Rodriguez de la Torre era hija de Alonso Ber­ múdez de Montaos y a la muerte de su primer marido, Juan de Soto, disponía de una gran cantidad de bienes muebles y raíces, dinero, oro, plata y joyas heredadas de su padre.487 Además de Mayor Rodríguez de la Torre, en los años 1501–1504 inter­ venía como fiadora de las rentas del partido fiscal de Santiago, Mayor Tata, mujer del físico coruñés, Diego Sánchez, de la que nada sabemos acerca de sus bienes y patrimonio.

Obispado de Lugo A diferencia del arzobispado de Santiago, en el que se observa una im­ portante participación del colectivo de mercaderes en el arrendamiento de las rentas reales, en el obispado de Lugo la presencia de este grupo profe­ sional resulta mucho más reducida, ya que entre los cuarenta y dos fiadores documentados entre los años 1480 y 1504, tan sólo se contabilizan dos mer­ caderes, lo que representa una proporción aproximada del 7,14% del total. Por otra parte, son muy pocos los datos con los que contamos acerca de la identidad y trayectoria de cada uno de estos personajes, más aún si tenemos en cuenta que algunos de ellos residían fuera del Reino de Galicia. Es el caso de Diego Fernández, mercader avecindado en la ciudad de León, que afianzaba

Según la información que proporcionan los diferentes testigos, los bienes raíces de Mayor Rodríguez de la Torre se estimaban en diversas cuantías de maravedís: 940.000, 1.020.000 y 1.140.000. 487 ARCHVa, Registro de Ejecutorias, C.0111.0025. Ejecutoria del pleito litigado por Juan Núñez Pardo de Cela, vecino de Betanzos, con Mayor Rodríguez, vecina de A Co­ ruña, sobre la herencia. 486

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

359

las rentas del partido fiscal de Lugo de los años 1478 y 1480 con 18.000 mara­ vedís anuales, lo que evidencia que se trataba de un modesto mercader, a tenor también de las declaraciones efectuadas por los testigos sobre sus bienes. Un caso muy similar es el del mercader ourensano Pedro González, que en 1490 intervenía como fiador de las rentas de Lugo con unos 40.000 maravedís anua­ les; o el de los lucenses, Arias de Sobreriba y Gonzalo de Sobreriba, vecinos del coto de Cedrón, que afianzaron las rentas junto a Álvaro de la Iglesia, vecino del mismo lugar, en 225.000 maravedís anuales. Al margen del grupo de mercaderes, como resulta evidente, tenemos noticia también de la participación de ciertos regidores como fiadores en los procesos de arrendamiento y recaudación del obispado de Lugo: Alfon­ so Díaz de Cadórniga, regidor de Ourense; Pedro Fernández de Cabarcos, regidor de Lugo; o Álvaro de Villasur, vecino y regidor de la villa de Saha­ gún, son algunos de ellos. Junto a mercaderes y regidores, el perfil más generalizado de los fia­ dores en las rentas del obispado de Lugo es el del hidalgo, escudero, o ca­ ballero, tal y como aparecen designados en la documentación, titulares de pequeños señoríos, que contaban con la capacidad económica suficiente para poder intervenir en los procesos de arrendamiento de las rentas reales. Entre estos miembros de la hidalguía lucense destaca Pedro Álvarez de Castrover­ de, vecino de Bolaño, que entre los años 1503 y 1504 afianzaba las rentas en 250.000 maravedís anuales, y poseía ciertos bienes raíces en los cotos de Bolaño y San Vitorio por valor de 300.000 maravedís; o Fernando de Cam­ ba, señor de Taboada, y hermano de Lope de Taboada, los cuales en 1490 presentaban avales por valor de 100.000 maravedís. Por otra parte, si observamos las cantidades con las que se comprome­ tieron a afianzar las rentas los fiadores del obispado de Lugo, con excepción de aquellos que presentaron fianzas de mancomún, resulta posible establecer un cierto orden jerárquico en función de las cantidades que los distintos fia­ dores presentaron como aval durante el proceso de arrendamiento. En primer lugar, si nos referimos a los fiadores que afianzaron las ren­ tas de mancomún, debemos destacar a los judíos Judá Abravanel y Luis de Alcalá, que afianzaron las rentas del partido fiscal de Lugo del año 1491, de las que se había hecho cargo Rabí Mair Melamed —llamado Fernán Núñez Coronel después de 1492—, pero también a Alonso de Alarcón, que afian­

360

Amparo Rubio Martínez

zaba las rentas del partido fiscal de Lugo de los años 1503 y 1504 junto a Diego Díaz de Guitián. Previamente, el judío Abraham Seneor, vecino de Segovia, había participado como fiador de mancomún en el arrendamiento de alcabalas del obispado de Lugo de los años 1484 –1487, que se encon­ traban a cargo de Luis de Alcalá, así como de las del año 1491, que habían sido arrendadas por Rabí Mair Melamed. Pero al margen de estos grandes financieros, fueron muy pocos los in­ dividuos que presentaron fianzas de mancomún por una cantidad definida, asumiendo un riesgo proporcional a la cantidad que presentaban como aval. Por el contrario, en la mayoría de los casos, en que los fiadores actuaban de mancomún, asumían un riesgo proporcional al grado de participación que tenían en las rentas, en el conjunto global de fiadores, sin que resulte posible, a luz de la documentación consultada, determinar el grado de participación de cada uno de ellos. Así por ejemplo en los años 1503 y 1504 Diego Fer­ nández de Arxemil, escudero y vecino de la feligresía de San Martiño de Pacios, afianzaba las rentas del obispado de Lugo de mancomún, junto a otros fiadores como Gómez de Mourillón, vecino del alfoz de San Xulián da Proba; Álvar Novo, vecino de Pedrafita; Gonzalo Lamela y Pedro Álvarez, vecino de A Pobra de Adai. Asimismo, intervenía como fiador Álvaro de San Martiño, que afianzaba las rentas por valor de 420.000 maravedís junto a Juan Ferreira de Lobeira, Alonso Ferreira, Arias Ferreira, Rodrigo del Río y Lope de Marzán, vecinos del coto de Barbadelo, jurisdicción de la abadía de Samos, y Vasco de Campelo, vecino de Teibilide, en el coto de Samos. Sin embargo, al margen de los fiadores que afianzaron las rentas de man­ común, la mayor parte de ellos participaron en el proceso con cantidades muy modestas, sobre todo si se comparan con las que manejamos para el arzobis­ pado de Santiago. En este sentido, conviene tener en cuenta que los valores que alcanzaron las rentas del obispado de Lugo fueron siempre muy inferio­ res a las del partido fiscal de Santiago, lo que explica en parte que las fianzas presentadas para avalar cada operación también fueran menores. Con excepción del caballero lucense, Álvar González de Ribadenei­ ra, que afianzó las rentas de los años 1495 –1497 en 300.000 maravedís, y las de los años 1500 –1502 en 1.000.000 de maravedís, el resto de fiadores presentaron como aval cantidades muy pequeñas. Entre ellos, tenemos no­ ticia de los 250.000 maravedís presentados en los años 1503 y 1504 por

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

361

Pedro Álvarez de Castroverde, escudero, vecino de Bolaño; los 300.000 maravedís de Rodrigo Álvarez de Valcárcel, vecino de Cacabelos, en los años 1500 –1502; los 200.000 maravedís del escudero y escribano de Lugo, Pedro de Gayoso, de estos mismos años; o los 150.000 y 100.000 maravedís presentados por los hermanos Lope de Taboada y Fernando de Camba en el arrendamiento del año 1490. Por su parte, la información recogida en las Informaciones de abonos relativas a los fiadores del obispado de Lugo es bastante limitada a la hora de proporcionar noticias referentes al patrimonio, bienes y rentas de los fiadores lucenses, y las escasas referencias de las que disponemos proporcionan una simple estimación del valor económico de sus bienes. Sobre los financieros y hombres de negocios procedentes de otros lugares de la Corona de Casti­ lla, disponemos de algunos datos que nos informan acerca de las numerosas operaciones de carácter financiero que llevaron a cabo. Con anterioridad a 1492, el judío Abraham Seneor desempeñaba el cargo de rabino mayor de las aljamas judías de Castilla. Convertido al cristianismo el 15 de junio de 1492, a partir de esta fecha lo encontramos desempeñando el cargo de regidor de la ciudad de Segovia con el nombre de Fernán Pérez Coronel. Durante estos años aparece colaborando activamente con su yerno, Rabí Mair Melamed —Fernán Núñez Coronel— en el arrendamiento de rentas de los principales partidos fiscales castellanos, y al mismo tiempo participa como fiador de las rentas de algunos de estos partidos. En el caso de Álvaro de Villasur, regidor de la villa de Sahagún, las informaciones de abono señalan que poseía bienes raíces en la mencionada villa, cuyo valor se estimaba en 1.000.000 de maravedís. Entre los fiadores oriundos del Reino de Galicia, contamos con alguna información acerca del caballero lucense Álvar González de Ribadeneira, del que los testigos no dudaban en señalar que poseía bienes raíces y vasa­ llos por un valor comprendido entre los 700.000 y los 2.000.000 de marave­ dís. Más significativa resulta aún, si cabe, la información que proporcionan los testigos sobre otros fiadores como Fernán Pérez Parragués, del que indi­ caban que era titular de la fortaleza de la Puebla de Párraga con sus vasallos y jurisdicción, cuyo valor se estimaba superior a los 500.000 maravedís. Seguidamente se inserta la tabla 42 que ofrece una visión global de todos los fiadores que intervinieron en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales del partido fiscal de Lugo, entre los años 1479 y 1504.

362

Amparo Rubio Martínez

Tabla 42.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Lugo, entre los años 1479 y 1504 periodo

nombre

vecindad

oficio

título

fianza en maravedís

1479–1480 Diego Fernández

León

Mercader



18.000

1479–1480 Juan de Sandoval





Alcaide de la fortaleza de Baiona

100.000

Segovia





mancomún

Ourense

Regidor



150.000





Señor de Bieite y Paçofermos

100.000

San Cebrián

Abad de La Tri­ndad (Our­ ense)



40.000

Fernán Díaz de Ribadeneira







150.000

Fernando de Camba





Señor de Taboada

100.000

Allariz





200.000

Coto de Laias (por­ — to de Barbantes)



40.000

1484 –1487 Abrahem Seneor 1490

Alfonso Díaz de Cadórniga

1490

Alonso de Castañeda

1490

Alonso de Miranda

1490 1490 1490

Galaor Mosquera

1490

Gonzalo de Reguengo

1490

Juan de Novoa

1490

Juan Salgado

1490

Lope de Taboada

1490

Pedro do Pazo

1490

Pedro González

Ourense





50.000

Coto de Sabuce­do



Señor del coto de Sabucedo

100.000





Señor de Taboada

150.000

Coto de Reguengo (Terra de San Paio) — Ourense



40.000

Ourense

Mercader



40.000

1491

Abrahem Seneor

Segovia





mancomún

1491

Luis de Alcalá







mancomún

1491

Yuça Abravanel







mancomún

1492–1494 Alonso Franco

Betanzos





100.000

1492–1494 Diego Sánchez

Betanzos





100.000

1492–1494 Fernando de Cornide

Betanzos





50.000

1492–1494 Gonzalo Yáñez de Limino

Betanzos





mancomún

1492–1494 Pedro Polo

Betanzos





80.000

1492–1494 Vasco de Miño

Betanzos





100.000

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

363

Tabla 42.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Lugo, entre los años 1479 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

vecindad

oficio

título

fianza en maravedís

1495–1497 Alonso Franco

Betanzos





100.000

1495–1497 Álvaro González de Ribadeneira





Caballero

300.000

1495–1497 Fernán Pérez Parragués

Betanzos





100.000

1495–1497 Fernando de Hermida

Betanzos





50.000

1495–1497 Gonzalo Yáñez de Limino

Betanzos





100.000

1495–1497 Mayor Rodríguez

Betanzos





100.000

1495–1497 Pedro de Gayoso

Lugo



Escudero

200.000





Caballero

1.000.000

1500–1502 Álvaro González de Ribadeneira

Lugo





50.000

1500–1502 Pedro Fernández de Cabarcos



Regidor



100.000

1500–1502 Rodrigo Álvarez de Valcárcel

Cacabelos





300.000

1500–1502 Fernando de Reigosa

1503–1504 Alonso de Alarcón 1503–1504 Alonso de Páramo 488 1503–1504 Álvaro de San Martiño 489 1503–1504 Arias y Gonzalo de Sobrerriba

Ocaña





mancomún

Páramo (Castro­ver­de)





200.000







420.000

Coto de Cedrón





225.000



Escudero







200.000

1503–1504 Diego Fernández de Arxemil 490 San Martiño de Pa­­­cios (coto de Ar­xe­mil) 1503–1504 Domingo Pérez

Coto de Paçios

En compañía de Pedro Arias. Junto a Álvaro de San Martiño, se comprometían en esta cantidad de 420.000 ma­ ravedís: Juan Ferreira de Lobeira, Alonso Ferreiro, Arias Ferreiro, Rodrigo del Río y Lope de Marzán, vecinos del coto de Barbadelo, jurisdicción de la abadía de Samos; y Vasco de Campelo, vecino de Teibilide, del coto de Samos. 490 Junto a Diego Fernández de Arxemil, actuaron como fiadores de las rentas del obis­ pado de Lugo: Gómez de Mourillón, vecino del alfoz de San Xulián da Proba; Álvar Novo; Gonzalo Lamela, vecino de Pedrafita; y Pedro Álvarez, vecino de A Pobra de Adai, todos ellos de mancomún. 488 489

364

Amparo Rubio Martínez

Tabla 42.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Lugo, entre los años 1479 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

1503–1504 Fernando de Cedrón

fianza en

vecindad

oficio

título

Neira de Xusá





-----------

Manán

1503 –1504 Gómez de Manán

maravedís





420.000

A Pobra de San Xulián —

Escudero



1503–1504 Gonzalo y Arias de Sobrerriba Coto de Cedrón —

1503–1504 Gómez de Mourillón



225.000

1503–1504 Nuño González de Neira491

Villaúxe



Escudero

50.000

1503–1504 Pedro Álvarez de Castroverde

Bolaño



Escudero

250.000

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

Obispado de Ourense Un análisis detallado sobre los fiadores que intervinieron en el arren­ damiento de alcabalas del obispado de Ourense nos permite afirmar que en este caso, el número de regidores que participaron en el proceso fue bastante elevado, constatándose la participación de un total de once regidores entre los cincuenta y seis individuos que presentaron fianzas durante el periodo comprendido entre los años 1480 y 1504, lo que representaba exactamente el 19,64%. En relación con su procedencia, hay que destacar que la mayoría de ellos desempeñaban el cargo de regidor en el concejo ourensano, si bien algunos lo ejercían en otras ciudades y villas próximas a la ciudad. Así, Vasco Blanco, Alfonso Díaz de Cadórniga o Ruy de Puga, desempeñaban el cargo de regidores en la ciudad de Ourense, mientras que Pedro Fernán­ dez de Cabarcos ejercía el cargo de regidor en la ciudad de Lugo, y Galaor Mosquera en la villa de Allariz.

491

En compañía de Álvaro de Posada.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

365

Además de los mencionados, también tenemos noticia de la participa­ ción como fiadores en los procesos de arrendamiento de ciertos regidores procedentes de otros lugares de fuera del Reino de Galicia. Este era el caso del regidor madrileño Luis de Alcalá, que actuó como fiador de mancomún en el arrendamiento que llevó a cabo Rabí Mair Melamed en el año 1491; o el de Diego de Bracamonte, regidor de Ávila y señor de Fuente el Sol, que afianzaba las rentas de los años 1493 –1494 en 3.000.000 de maravedís anuales. Con cantidades nada desdeñables, 1.400.000 maravedís anuales, lo hacía el regidor zamorano Juan de Mazariegos, mientras que Álvaro de Villasur, regidor de Sahagún, intervenía como fiador de mancomún en las rentas de los años 1482 y 1483. En comparación con el grupo de regidores, la participación de los mer­ caderes en el arrendamiento de las rentas del partido fiscal de Ourense se muestra bastante reducida, tan sólo cinco de un total de cincuenta y seis fiadores, lo que suponía un porcentaje poco relevante, representando este grupo profesional el 8,9% del total. Entre los mercaderes que intervinieron en los procesos de arrendamiento del obispado de Ourense cabe mencionar a Fernán Ferro, que afianzó las rentas del año 1497 en 100.000 maravedís, y las del trienio 1500 –1502 en 70.000 maravedís anuales. Su hijo, Diego Sánchez, ocupaba una de las regidurías del concejo ourensano a finales del siglo xv, y afianzaba las rentas con cuantías comprendidas entre los 100.000 y los 150.000 maravedís entre los años 1496 y 1502. Otros mercaderes de los que tenemos noticia eran Pedro González, que afianzaba las rentas del partido de Ourense del año 1489 en 40.000 marave­ dís; o el mercader ourensano Juan Pérez de Cerrada, que presentaba fianzas por valor de 200.000 maravedís anuales en los años 1500 –1504. Finalmen­ te, dentro de este grupo también se documenta al platero Juan Pereira, que avalaba las rentas con 100.000 maravedís en 1497. Pero sin duda, el grupo con mayor presencia dentro del conjunto de fia­ dores de Ourense era el que componía la nobleza titulada e hidalguía local, algunos de ellos titulares de importantes dominios señoriales. En total, se re­ gistran unos quince individuos pertenecientes al estamento nobiliario, lo que representaba una proporción del 26,78% en el conjunto global de fiadores que intervinieron en las rentas del obispado. Dentro de este grupo es posible establecer varias categorías en función de las cantidades con las que afian­

366

Amparo Rubio Martínez

zaron las rentas. Entre los que llevan asignado el título de escudero, docu­ mentamos siete en total; el ourensano Vasco Gómez, que afianzaba las rentas de 1497 en 600.000 maravedís; Pedro Vázquez de Puga, vecino de Ribas de Miño, que afianzaba las rentas de los años 1503 –1505 en 200.000 marave­ dís; el escudero ourensano Enrique de Novoa, o el escribano lucense Pedro de Gayoso, que presentaba fianzas por valor de 200.000 maravedís anuales. Finalmente, con cuantías inferiores localizamos a Pedro de Mosquera, veci­ no de Esposende, y a los escuderos ourensanos Alonso de Deza y Antón de Puga, cada uno de los cuales aportaba 50.000 maravedís en los años 1503 y 1504 en concepto de fianzas. Entre los que ostentan el título de señores de algún coto, fortaleza, fe­­ ligresía, etc. destacan Alonso de Castañeda, señor de Bieite, y vecino del Ri­ beiro de Avia, que afianzaba las rentas de 1489 en 100.000 maravedís; Juan Salgado, señor del coto de Sabucedo, y Luis de Villamarín, señor de la forta­ leza del mismo nombre, que presentaba fianzas por idéntica cantidad en los años 1503 y 1504. Finalmente, entre los titulares de señoríos situados fuera de Galicia, figuran los ya mencionados Diego de Bracamonte, regidor de la ciudad de Ávila y señor de Fuente el Sol; y Francisco González Dávila, señor de Cespedosa, que afianzaban las rentas con cuantías comprendidas entre los 3.000.000 y 4.000.000 de maravedís respectivamente. La intervención de arrendatarios, recaudadores y fiadores procedentes de otros lugares de la Corona de Castilla en el arrendamiento de rentas rea­ les no resulta casual ni mucho menos, sino que su presencia se debió sobre todo a la progresiva incorporación de las rentas de señorío a la Hacienda Regia. El caso más significativo es el de las alcabalas del condado de Riba­ davia, que una vez recuperadas para la Corona entre los años 1480 –1487, se arrendaron junto a las de algunos señoríos situados en los obispados de Ávila y Plasencia, y de ahí la intervención de determinados fiadores proce­ dentes de estos lugares en los procedimientos de arrendamiento y recauda­ ción de las rentas reales. Evidentemente, el arrendamiento de las rentas de Ribadavia al margen de las del obispado de Ourense y la gestión de dichas rentas por parte de un conjunto de arrendatarios, recaudadores y fiadores ajenos al Reino de Galicia debió tener que ver con el deseo de los monar­ cas de asegurar la recaudación de las rentas de este extenso señorío, que, por otra parte, procuraba importantes beneficios económicos a la Hacien­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

367

da Regia.492 Desde el año 1488 en adelante, las alcabalas del condado de Ri­badavia que­darían integradas definitivamente en el obispado de Ourense constituyendo un solo partido fiscal. La tabla que figura a continuación, ofrece una visión global de todos los fiadores que intervinieron en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales del partido fiscal de Ourense, entre los años 1480 y 1504.

Tabla 43. Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Ourense, entre los años 1480 y 1504 periodo

1480

nombre

vecindad

oficio

título

Juan de Deza



Arcediago de Búbal



fianza en maravedís

mancomún 200.000 493

1480

Pedro Galán







500.000

1481

Alonso de Prado







mancomún

1481

Alonso Díaz







mancomún

Sahagún

Regidor de Sahagún



mancomún

Segovia





mancomún

Paçofermos (Ribei­ro de Avia)



Señor de Bieite y Paçofermos

100.000

1482–1483 Álvaro de Villasur 1484–1487 Abrahem Seneor 1489

Alonso de Castañeda

Durante el trienio 1485 –1487, las alcabalas del condado de Ribadavia fueron arren­ dadas junto a las alcabalas y tercias de los lugares de Belvís, Sauçedilla, Casatejada, Las Casas del Puerto con Campana de Alcalá y Romangordo, y los demás lugares, caseríos y términos más las Quebradas de Fernando de Monroy el Beçudo; las alcabalas y tercias de los lugares de Gordaliza del Pino, Allende y Somiedo, pertenecientes a los herederos de Diego de Quiñones; y los lugares de Colilla, Velada, Alarza en el obispado de Ávila y Santa María de Nieva con Batres y Villaverde de Arcayos, pertenecientes a Fernando de la Carrera. En el arrendamiento de estos años se incluían también las alcabalas y tercias de Torrejón, los lugares de Francisco de Carvajal, más los de Las Corchuelas y Grimaldo, situados todos ellos en el obispado de Plasencia. 493 Además de esta cantidad, se obligaba a entregar otros 300.000 maravedís de buenas fianzas, llanas y abonadas, para lo que obligaba a ciertos vecinos de la ciudad de Ourense. 492

368

Amparo Rubio Martínez

Tabla 43.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Ourense, entre los años 1480 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

vecindad

oficio

fianza en maravedís

1489

Alonso de Miranda



40.000

1489

Fernando de Camba





Señor de Taboada

100.000

1489

Galaor Mosquera



Regidor de Allariz



200.000

1489

Gonzalo de Reguengo

Coto de Laiás (Barbantes)





40.000

1489

Juan de Novoa

Ourense





50.000

1489

Juan Salgado





Señor del coto de Sabucedo

100.000

1489

Lope de Alemparte

San Cebrián de Ourantes (Ribas de Miño)





40.000

Coto de Remys? Tierra de San Juan —



40.000

1489

Pedro do Pazo

1489

Pedro González

San Cebrián (aba­ día de la Trinidad, Ourense) —

título

Ourense

Mercader

40.000

Ourense

Regidor



mancomún



Regidor de Ourense



mancomún

Segovia





mancomún



Regidor de Madrid



mancomún







mancomún

Luis de Alcalá



Regidor de Madrid



mancomún

Yuça Abravanel







mancomún

Ávila

Regidor de Ávila

Señor de Fuente el Sol

3.000.000

1490

Rodrigo de Puga

1490

Vasco Blanco

1491

Abrahem Seneor

1491

Luis de Alcalá

1491

Yuça Abravanel

1492 1492

1493–1494 Diego de Bracamonte 1493–1494 Francisco González Dávila 1493–1494 Juan Mazariegos

— Zamora

— Señor de Cespedosa 4.000.000 Regidor de Zamora



1.400.000

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 43.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Ourense, entre los años 1480 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

1493–1494 Luis de Alcalá

vecindad

oficio

título

fianza en maravedís



Regidor de Madrid



mancomún

1493–1494 Rodrigo Díaz de Villarreal

Segovia





600.000

1495–1496 Alonso de Fuentes

Palencia





150.000

1495–1496 Andrés de la Rúa

Palencia





50.000

1495–1496 Bartolomé de Solórzano

Palencia





150.000

1495–1496 Bernardino de la Rúa

Palencia





100.000

1495–1496 Juan García de Tineo

Tineo





350.000

Casarrubios





200.000

Ourense

Mercader y regidor



100.000

1496

Alonso Téllez de Úbeda

1496

Diego Sánchez

1497

Enrique de Novoa

Ourense



Escudero

200.000

1497

Fernán Ferro

Ourense

Mercader



100.000

1497

Juan Pereira

Ourense

Platero



100.000

1497

Juan Vázquez

Ourense

Regidor de Ourense



300.000

1497

Olinda López de Andrade

Ourense





600.000

1497

Rodrigo de Puga

Ourense

Regidor



800.000

1497

Vasco Gómez

Ourense



Escudero

600.000

1498–1499 Alfonso Díaz de Cadórniga 1498–1499 Alonso Téllez de Úbeda 1498–1499 Diego Sánchez 1500–1502 Alfonso Díaz de Cadórniga



Regidor de Ourense



400.000

Casarrubios





200.000

Ourense

Mercader y regidor



100.000



Regidor de Ourense



300.000

Lugo





1.000.000







mancomún

1500–1502 Diego Sánchez

Ourense

Mercader y regidor



100.000

1500–1502 Fernán Ferro

Ourense

Mercader



70.000

Lugo





50.000







mancomún

Ourense

Mercader



200.000

Lugo

Escribano

Escudero

200.000



Regidor de Lugo



100.000

1500–1502 Álvaro González de Ribadeneira 1500–1502 Andrés de Madrigal

1500–1502 Fernando de Reigosa 1500–1502 Francisco Díez 1500–1502 Juan Pérez de Cerrada 1500–1502 Pedro de Gayoso 1500–1502 Pedro Fernández de Cabarcos

369

370

Amparo Rubio Martínez

Tabla 43.

Fiadores que participaron en el arrendamiento y recaudación de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Ourense, entre los años 1480 y 1504 (continuación)

periodo

nombre

1500–1502 Rodrigo Álvarez de Valcárcel 1500–1502 Rodrigo de Puga 1503–1504 Afonso de Pereyles

fianza en

vecindad

oficio

título

Cacabelos





300.000

Ourense

Regidor



200.000

Coto de San Cebrián

maravedís





50.000



Regidor de Ourense



250.000

1503–1504 Alonso de Deza

Ribas de Miño



Escudero

50.000

1503–1504 Antón de Puga

Ourense



Escudero

50.000





Conde de Ribada­via

200.000



150.000



200.000

1503–1504 Alfonso Díaz de Cadórniga

1503–1504 Bernardino Pérez Sarmiento 1503 –1504 Héctor Gómez

Esposende (Ribeiro de Avia) —

1503–1504 Juan Pérez de Cerrada

Ourense

Mercader

Gesta? Obispado — de Lugo

1503–1504 Lope de Deza



1503–1504 Luis de Villamarín



1503–1504 Pedro Mosquera

Esposende (Ribeiro de Avia) —

1503–1504 Pedro Vázquez de Puga

Granja de Prado (Ribas de Miño) —

1503–1504 Rodrigo de Puga

Ourense

Regidor



100.000

Señor de la forta­ leza de Villamarín

100.000

Escudero

100.000

Escudero

200.000



200.000

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

Las Informaciones de abonos relativas a los fiadores que intervinieron en el arrendamiento de rentas del obispado de Ourense de los años 1480 – 1504 proporcionan noticias bastante completas acerca del patrimonio, bie­ nes y rentas que poseían algunos de ellos. Así por ejemplo, en el caso del regidor ourensano Vasco Blanco, las declaraciones de los testigos señalan que era poseedor de ciertas casas en la ciudad de Ourense, concretamente

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

371

siete u ocho pares de casas con una bodega por valor superior a los 200.000 maravedís, además de ciertos cotos y heredades en el término de la ciudad y algunas viñas de gran productividad. Algunos testigos señalan incluso que el regidor Vasco Blanco ejercía su jurisdicción sobre veinticinco o veintiséis vasallos a los cuales exigía el pago de una renta señorial con carácter anual: varios tocinos, puercos, carneros y ciertas cargas de pan. En el caso del regidor Alfonso Díaz de Cadórniga, los mismos testigos señalan que poseía bienes en la ciudad de Ourense y su tierra por un valor aproximado de 800.000 maravedís.494 Si analizamos el caso de otros cono­ cidos regidores como el orensano Rodrigo de Puga, las declaraciones de los testigos sitúan el valor de sus bienes entre los 20.000 maravedís y 1.000.000 de maravedís. Pero la información proporcionada por los testigos va más allá, cuando señala que Rodrigo de Puga poseía tres cotos, en cada uno de los cuales tenía treinta vasallos, que entregaban como renta a su señor un tocino, un carnero y cierto pan. En relación con su patrimonio, señalaban también que Rodrigo de Puga poseía ciertas casas heredadas de sus padres, así como unos cotos en el camino de Ribadavia, en los que tendría entre cuarenta y sesenta vasallos, por los que obtenía una renta anual de 60.000 maravedís. Finalmente, los testigos señalaban como era titular también de ciertas viñas de un gran nivel de productividad. Algunos de estos regidores ejercían también como mercaderes. Este era el caso de Diego Sánchez, mercader, vecino y regidor de Ourense, hijo del mercader ourensano Fernán Ferro, que poseía bienes raíces en la ciudad de Ourense, cuyo valor se estimaba entre los 48.000 y los 70.000 maravedís. De los regidores procedentes de fuera del Reino de Galicia, tenemos noticias sobre Luis de Alcalá, vecino y regidor de Madrid; así como sobre Diego de Bracamonte, señor de Fuente el Sol; o Juan de Mazariegos, vecino de Zamora, de los que apenas contamos con información acerca de sus patri­ monios, bienes y rentas, salvo en el caso de Álvaro de Villasur, que era vecino y regidor de la villa de Sahagún, en la que poseía bienes raíces por valor de 1.000.000 de maravedís.

La opinión de una serie de testigos difiere en lo que respecta al valor de los bienes raíces de Alfonso Díaz de Cadórniga: 788.000, 805.000 y 860.000 maravedís. 494

372

Amparo Rubio Martínez

Entre los miembros de la nobleza titulada que afianzaron las rentas del partido fiscal de Ourense en este periodo, podemos mencionar al conde de Monterrei, Sancho Sánchez de Ulloa, hijo de Lope Sánchez de Ulloa, que había heredado el señorío de su padre en el año 1465. Tal vez la operación más llamativa de su actuación como fiador de las rentas del obispado de Ourense de 1489, sean los 400.000 maravedís, que presentó como aval de las rentas, una cantidad que consiguió respaldar hipotecando varios juros de heredad de los que era titular en las rentas del arzobispado de Santia­ go.495 En relación con sus propiedades y rentas, uno de los testigos, el li­ cenciado Diego de Burgos, señala como siendo él alcalde mayor del Reino de Galicia se habían confiscado al conde de Monterrei unas casas que tenía en la ciudad, cierto vino y un heredamiento situado cerca de la ciudad, aun­ que este testigo no señala en ningún caso el valor de sus bienes. También entre los miembros de la nobleza titulada del Reino de Gali­cia, y con especial vinculación con el obispado de Ourense, tenemos a don Ber­ nardino Pérez Sarmiento, conde de Ribadavia, que intervenía como fiador en el arrendamiento de las rentas de este partido de los años 1503 y 1504, para el que los testigos estiman un patrimonio valorado en 3.000.000 o 4.000.000 de maravedís. Como ya se ha señalado anteriormente, además de los miembros de la nobleza titulada, en el arrendamiento de las rentas reales del partido fiscal de Ourense intervinieron también un conjunto de escuderos, hidalgos y ca­ balleros, cuyos patrimonios y rentas eran verdaderamente notables a tenor de las informaciones proporcionadas por los testigos. Así por ejemplo, el caballero Álvaro González de Ribadeneira poseía bienes raíces en la ciudad

Durante estos años el conde de Monterrei, Sancho Sánchez de Ulloa, era titular de ciertos juros de heredad sobre las alcabalas de las principales villas y ciudades del Reino de Galicia: 19.500 maravedís en las alcabalas del vino de Pontevedra, de los que en 1484 decidía traspasar 8.000 maravedís al conde de Altamira, Lope Sánchez de Moscoso, quien posteriormente los renunciaría en su criado Francisco de Reinoso. De la parte de su padre, Lope Sánchez de Ulloa, había heredado 30.000 maravedís situados en las alcabalas del vino y del pescado de A Coruña, que habían sido obtenidos por éste último mediante una merced de Enrique IV como compensación a la entrega de la fortaleza de Juvencos a la Corona Real con sus rentas y vasallos. 495

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

373

de Lugo por un valor comprendido entre 1.500.000 y 2.500.000 maravedís. Consta también que era señor jurisdiccional de los lugares de Páramo y Gondrame en dicho obispado.. Además de los miembros de la nobleza y de la hidalguía que intervi­ nieron como fiadores en el proceso de arrendamiento y recaudación de las rentas reales, tenemos noticia también de la intervención de algunos eclesiás­ ticos, como el arcediano de Búbal, Juan de Deza, quien ejerció como provisor de la diócesis de Ourense por mandado del Cardenal Pallavicino, al que se le había encomendado su administración en el año 1486. Dicho arcediano afian­ zaba las alcabalas de Ourense de 1480 con 200.000 maravedís, obligando para ello sus bienes temporales, así como la renta de los espirituales. A pesar de no contar con información de testigos sobre el valor sus bienes y patri­ monio, sabemos que en 1480, además de los 200.000 maravedís presentados como fianzas, se habría obligado a presentar otros 300.000 maravedís. Junto al arcediano de Búbal, tenemos noticia de la presencia de Alon­ so de Miranda, vecino y morador en San Cebrián, perteneciente a la abadía de la Trinidad de Ourense, que afianzaba las rentas del año 1489 en 40.000 maravedís, la misma cuantía en la que se comprometía a afianzar las rentas del obispado de Lugo un año después.

Obispado de Mondoñedo Entre los fiadores de las rentas del partido fiscal de Mondoñedo, tam­ bién aparecen algunos personajes autóctonos del Reino de Galicia, si bien la presen­cia de gallegos fue mucho más reducida que en el resto de los partidos fiscales gallegos, teniendo en cuenta que durante buena parte del reinado de los Reyes Católicos, las rentas de Mondoñedo se situaron a cargo de arrenda­ tarios madrileños o de otros lugares de la Corona de Castilla, sin que podamos establecer la causa o razón concreta que originó esta circunstancia. Así, por ejemplo, entre los fiadores naturales o autóctonos del Reino de Galicia que intervinieron en el proceso de arrendamiento y gestión de ren­ tas del obispado de Mondoñedo, podemos mencionar al regidor ourensano Alonso Díaz de Cadórniga, que afianzaba las rentas de los años 1488 –1490 en 150.000 maravedís anuales; al regidor lucense Pedro Fernández de Ca­

374

Amparo Rubio Martínez

barcos, que se obligaba como fiador de las rentas del obispado en los años 1500 –1502 con una cuantía anual de 100.000 maravedís; y al regidor de Allariz, Galaor Mosquera, que durante los años 1488 –1490 presentaba fian­ zas por valor de 200.000 maravedís. También de otros foráneos como el regidor de la villa de Sahagún, Álvaro de Villasur, que afianzaba las rentas de mancomún en el arrendamiento que llevaron a cabo Ruy Martínez de Carballido y Fernando de Carrión en los años 1482 y 1483. Del mismo modo, las menciones directas a mercaderes que intervi­ nieron en el proceso de arrendamiento como fiadores son muy escasas, tan sólo una de un total de cincuenta y dos fiadores. En este caso, tenemos noticia una vez más del mercader ourensano Pedro González, que había actuado como fiador de las rentas de los obispados de Lugo y Ourense y al que encontramos afianzando las del obispado de Mondoñedo de los años 1488 –1490 con una cuantía anual de 40.000 maravedís. Algo más abundantes son las menciones a miembros de la nobleza ti­ tulada, o de la hidalguía, escuderos, etc. cuya participación en el proceso de gestión de las rentas reales está ya plenamente constatada en el caso de los obispados de Lugo y Ourense. Entre los ya mencionados, vuelven a apare­ cer como fiadores de las rentas de Mondoñedo, Fernando de Camba, señor de Taboada; el caballero lucense Álvar González de Ribadeneira; Alonso de Castañeda, señor de Bieite y vecino de Pazofermoso; el escudero Diego Fernández de Arxemil; Juan Salgado, señor del coto de Sabucedo; y el con­ de de Monterrei, don Sancho Sánchez de Ulloa. Pero sin duda, el grupo de fiadores más numeroso en el arrendamiento y gestión de las rentas del obispado de Mondoñedo es el de los financieros segovianos y madrileños, que intervinieron afianzando el arrendamiento que habían llevado a cabo Gonzalo de Monzón y Alonso de Castro. El primero de ellos, Gonzalo de Monzón, era regidor de la villa de Madrid, hijo de un des­ tacado miembro de la oligarquía madrileña de la segunda mitad del siglo xv, el doctor Fernán González de Monzón, quien además de regidor había sido procurador en Cortes por la villa de Madrid, al menos en dos ocasiones.496

Sobre la figura de este arrendatario véase Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid...», art. cit., págs. 381– 386 y págs. 176 –178. 496

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

375

Sobre el segundo de estos arrendatarios, Alonso de Castro, poseemos muy pocos datos, aunque a finales del siglo xv estaba avecindado en Segovia y de acuerdo con la información que proporcionan los testigos, el valor de los bienes que poseía se estimaba en cuantías muy modestas, que oscilaban entre los 150.000 y los 224.000 maravedís. El arrendamiento y recaudación de las rentas de Mondoñedo de los años 1495 –1497 a cargo de estos dos financieros llevó a actuar como fiadores a un conjunto de personas vinculadas directa e indirectamente a ellos, que operaban en el eje Madrid–Segovia–Medina del Campo, algunos de estos como Francisco de Monzón, con una dilatada trayectoria en el arrendamiento y gestión de las rentas reales. Entre los fiadores de procedencia segoviana lo­calizamos a Pedro Gómez de Porras, que afianzaba las rentas de los años 1495–1497 en 500.000 maravedís anuales; a Mari Álvarez de Soler, que lo hacía con 350.000 maravedís; a Diego de Carrión con 180.000 maravedís; o a Alonso de la Fuente, que avalaba las rentas con 120.000 maravedís anuales. Al margen de los mencionados, tenemos noticia también de algunos otros que intervinieron como fiadores con cantidades inferiores, pero en cual­ quier caso significativas: Fernán López, tenente de tesorero de la Casa de la Moneda de Segovia, se comprometía a afianzar las rentas con 80.000 mara­ vedís anuales; y García López, vecino de la colación de San Miguel, posible­ mente hermano del anterior, se obligaba con una cantidad similar. Finalmen­ te, Diego de Miranda se comprometía a entregar fianzas por valor de 50.000 maravedís. Durante estos años, afianzaba también las rentas Juan de Segovia, vecino de esa ciudad, aunque desconocemos la cantidad que presentó para avalar las rentas. Entre los fiadores que participaron en el proceso de arrendamiento de las rentas de los años 1495 –1497, se localizan también algunos hombres de negocios avecindados en Medina del Campo, seguramente muchos de ellos de profesión mercader, aunque la actividad que desarrollan no aparece regis­ trada de forma explícita en la documentación. Entre los fiadores de Medina del Campo, Juan del Castillo se obligaba con una cuantía anual de 1.100.000 maravedís, mientras que el físico maestre Enrique lo hacía con 300.000 ma­ ravedís en cada año. De los madrileños que aportaron mayores cantidades, Pedro Ruiz de Alarcón, se obligaba como fiador de las rentas en 800.000 maravedís cada

376

Amparo Rubio Martínez

año. Con cantidades inferiores tenemos documentado a Pedro González de Madrid, que afianzaba las rentas con 500.000 maravedís en cada uno de los tres años, la misma cantidad con la que se comprometía Diego de Mo­ nasterio. Con una cuantía algo inferior, 300.000 maravedís, afianzaba las rentas el hermano del arrendatario principal, Francisco de Monzón, cuya participación en el negocio financiero ha sido bien estudiada por Máximo Diago Hernando 497, la misma cuantía que aportaba Agustín Fernández, ve­ cino de la villa de Uceda. En cantidades también destacadas, aunque algo inferiores, presentaron fianzas los hermanos Fernán y Juan Sánchez de Jorge Sánchez, que ofrecie­ ron 300.000 y 200.000 maravedís respectivamente por las rentas de cada uno de los años 1495 –1497. Ambos eran hijos de Jorge Sánchez, vecino de la villa de Torrelaguna, que se obligaba, al igual que los anteriores, como fiador en 100.000 maravedís anuales por las rentas del mismo periodo. Pero lo más interesante en el caso de algunos de estos fiadores que acabamos de mencionar es sin duda el conjunto de noticias que sobre sus bienes proporcionan las Informaciones de abonos. En ellas se pone de ma­ nifiesto como algunos poseían un importante patrimonio de bienes muebles e inmuebles —rústicos y urbanos—, lo que les permitía hacer del negocio financiero una fuente de ingresos complementaria sin asumir grandes ries­ gos por tales operaciones. En el caso de Juan del Castillo, vecino de Medi­ na del Campo, diferentes testigos afirmaban que era titular de un conjunto de bienes raíces en las villas de Medina del Campo y su tierra, así como en la villa de Llerena por valor comprendido entre los 724.000 y los 862.000 maravedís 498. La tabla que figura a continuación ofrece una visión global de todos los fiadores que intervinieron en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales del partido fiscal de Mondoñedo, entre los años 1475 y 1504.

Máximo Diago Hernando, «Vecinos de Madrid…», art. cit., págs. 381– 386. Respecto al valor de los bienes de Juan del Castillo, dos testigos señalan que sus bie­ nes raíces se localizaban en la villa de Medina del Campo y su tierra y término, estimando su valor entre los 724.000 y 770.000 maravedís. Un tercer testigo señala que, además de las propiedades que poseía en Medina del Campo, era titular también de algunos bienes en la villa de Llerena, sumando el valor de todos ellos 862.000 maravedís. 497 498

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 44.

Fiadores que participaron en

el arrendamiento y recaudación de

las rentas reales en el partido fiscal del obispado de entre los años periodo

nombre

1475 y 1504

Mondoñedo,

fianza en

vecindad

oficio

título

Valladolid





mancomún

Sahagún





mancomún

1484–1487 Abrahem Seneor

Segovia





mancomún

1488–1490 Afonso Díaz de Cadórniga

Ourense

Regidor



150.000

Señor de Bieite

100.000

1475–1476 Alonso de las Casas 1482–1483 Álvaro de Villasur

1488–1490 Alonso de Castañeda

Paçofermos

1488–1490 Alonso de Miranda

San Cebrián (abadía de la Trindad, Ourense)

1488–1490 Fernando de Camba



1488–1490 Galaor Mosquera 1488–1490 Gonzalo de Reguenga



maravedís



40.000

Señor de Taboada

100.000

Allariz

Regidor



200.000

Laias (Barbantes)





40.000

Ourense





50.000

San Cebrián (Ribas de Miño)





40.000

Coto de Remyr (Tierra de Seoane)





40.000

Ourense

Mercader



40.000

1488–1490 Sancho Sánchez de Ulloa





Conde de Monterrei

400.000

1488–1490 Xoán Salgado





Señor del coto de Sabucedo

100.000

Caballero

120.000

1488–1490 Juan de Novoa 1488–1490 Lope de Alemparte

1488–1490 Pedro Dopazo

1488–1490 Pedro González

1490

Álvaro González de Ribadeneira

1491

Antonio Álvarez de Hamusco

1492

Alfón de Valdariz

1492

Vasco Núñez

1493

Alonso Méndez

Lugo Carrión

Bachiller



mancomún

Vilanova dos Infantes





300.000

Coto de Espi­ noso (concello de Vilanova)





150.000

Saldaña





mancomún

377

378

Amparo Rubio Martínez

Tabla 44.

Fiadores que participaron en

el arrendamiento y recaudación de

las rentas reales en el partido fiscal del obispado de entre los años

1475 y 1504

Mondoñedo,

(continuación)

periodo

nombre

1493–1494 Rodrigo Enríquez de Colmenar

vecindad

oficio

título

fianza en maravedís







mancomún

1495–1497 Agustín Fernández

Uceda





300.000

1495–1497 Alonso de la Fuente

Segovia





120.000

1495–1497 Diego de Carrión

Segovia





180.000

1495–1497 Diego de Miranda

Segovia





50.000 500.000

1495–1497 Diego de Monasterio

Madrid





1495–1497 Fernán López 499

Segovia

Casa de la Moneda



80.000

Torrelaguna





300.000

1495–1497 Francisco de Monzón 500

Madrid





300.000

1495–1497 García López

Segovia





80.000

1495–1497 Jorge Sánchez

Torrelaguna





100.000

1495–1497 Juan de Segovia

Segovia







1495–1497 Juan del Castillo

Medina del Campo





1.100.000

1495–1497 Juan Sánchez de Jorge Sánchez

Torrelaguna





200.000

1495–1497 Maestre Enrique

Medina del Campo

Físico



300.000

Segovia





350.000

Uceda





200.000

1495–1497 Pedro Gómez de Porras

Segovia





500.000

1495–1497 Pedro González de Madrid

Madrid





500.000

1495–1497 Pedro Ruiz de Alarcón



800.000

1495–1497 Fernán Sánchez de Jorge Sánchez

1495–1497 Mari Álvarez de Soler 1495–1497 Pedro de Gómez

Madrid



1500–1502 Álvaro González de Ribadeneira

Lugo



1500–1502 Fernando de Reigosa

Lugo





50.000

1500–1502 Pedro de Gaioso

Lugo



Escudero

200.000

499 500

Caballero 1.000.000

Teniente de tesorero de la Casa de la Moneda de Segovia. Hijo del doctor Fernán González de Monzón, vecino de Madrid.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

379

Tabla 44.

Fiadores que participaron en

el arrendamiento y recaudación de

las rentas reales en el partido fiscal del obispado de entre los años

1475 y 1504

Mondoñedo,

(continuación)

periodo

nombre

fianza en

vecindad

oficio

título

1500–1502 Pedro Fernández de Cabarcos

Lugo

Regidor



100.000

1500–1502 Rodrigo Álvarez de Valcárcel

Cacabelos





300.000

1503–1504 Alonso de Alarcón 1503–1504 Alonso de Páramo 501 1503–1504 Álvaro de San Martiño

502

1503–1504 Diego Fernandez de Arxemil 503

maravedís

Ocaña





mancomún







200.000







420.000





Escudero

420.000

Coto de San Salvador





mancomún

1503–1504 Gómez de Manán







420.000

1503–1504 Juan Ferreiro 504







420.000

1503–1504 Nuno González de Neira







50.000

1503–1504 Pedro Álvarez de Castroverde







250.000

1503–1504 Fernando de Cedrón

Fuente: AGS, EMR, legs. 20–98.

Más detalladas son las informaciones que proporcionan los testigos so­ bre otros fiadores. En el caso de Pedro González de Madrid, los propios tes­ tigos señalaban como era titular de ciertos bienes raíces en la villa de Madrid y en el término de Talamanca, así como en la villa de Medina del Campo

Con Pedro Arias. Arrendó las rentas junto a Juan Ferreiro. 503 Junto al escudero Diego Fernández de Arxemil, vecino de San Martiño de Piloños, en el coto de Arxemil, se obligaron como fiadores de mancomún en las rentas del obispado de Mondoñedo de los años 1503 y 1504: Gómez de Mourillón, vecino del alfoz de A Pobra de San Julián; Álvar Novo; Gonzalo Lamela, vecino de Pedrafita; y Pedro Álvarez, vecino de A Pobra de Adai. 504 Junto a Álvaro de San Martiño. 501 502

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por un valor aproximado de 505.000 maravedís. Los testigos declaraban asi­mismo, como este arrendatario poseía también una serie de propiedades en Los Caravanchales, término de la villa de Madrid, por valor de 90.000 ma­ravedís. Sobre otros fiadores como Pedro Ruiz de Alarcón, afirma­ban que era titular de algunas propiedades en la villa de Madrid, entre las que destacaban unas casas y una heredad de pan llevar llamada la casa negrita, ubicada en el término de la villa del Castillo, una serie de bienes raíces, cuyo valor global se estimaba entre los 300.000 y los 465.000 mara­vedís aproximadamente.

Las actividades económicas en el Reino de Galicia: un estudio a partir de las contribuciones de alcabalas

Los núcleos urbanos: A Coruña, Betanzos, Pontevedra, Santiago de Compostela, Lugo, Ourense, Viveiro

E

estudio de los impuestos que gravaban el consumo y la compra­ venta de mercancías en Galicia durante el periodo bajomedieval, nos permite conocer con bastante precisión cuales eran las diversas actividades económicas que se desarrollaban en las principales ciudades del Reino de Galicia, y al mismo tiempo establecer un cierto orden jerárquico entre los distintos ramos de la actividad económica y los productos más demandados en cada ciudad. Indudablemente, estos impuestos ordinarios que gravaban la entrada y salida de mercancías en el reino, ya fuese por vía marítima o terrestre, y las operaciones de compraventa de toda clase de productos, constituyen uno de los indicadores más fiables del ritmo económico que experimenta­ ban los principales núcleos urbanos del Reino de Galicia a fines del siglo xv; no sólo los que se situaban en la línea costera, sino también aquellos otros ubicados en zonas del interior. En las páginas que siguen, nuestro objetivo se centrará en abordar el estudio de las actividades económicas que se desarrollaron en los distintos núcleos urbanos gallegos a partir de la información que proporcionan los diversos Expedientes de Hacienda conservados en el Archivo General de Simancas. Por otra parte, en la me­ dida en que la documentación disponible lo permita, trataremos de analizar otras cuestiones directamente relacionadas con nuestro estudio, tales como el volumen y distribución de la población en los núcleos urbanos más im­ portantes, en función de las actividades económicas que se desarrollaron en ellos. A tal efecto han sido analizados diversos padrones fiscales de l

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finales del siglo xv, fundamentalmente los relativos a las ciudades de A Coruña y Viveiro.505 No obstante, resulta evidente que la documentación hacendística no puede ser considerada la única fuente de estudio de la realidad económica de los núcleos urbanos, ya que cuando las alcabalas se encabezaban, la cuantía asignada a los distintos ramos de la actividad económica respondía más bien a una estimación aproximada de los valores alcanzados en los años anterio­ res, que a las ventas reales que pudieran realizarse ese mismo año. Así lo pone de manifiesto Juan Eloy Gelabert en un estudio sobre la Tierra de San­ tiago en el siglo xvi, en el que señala cómo los valores de arrendamiento que alcanzaron las alcabalas de los distintos ramos de la actividad económica manifestaban un panorama mucho más ajustado de la realidad económica y el tráfico comercial que tenía lugar en las principales ciudades del Reino de Galicia, permitiendo estimar con mayor precisión la importancia relativa que tenían unas actividades económicas con respecto a otras.506 En el periodo fundamental que abarca nuestro estudio (1480 –1504), las alcabalas de las principales ciudades del Reino de Galicia se gestionaron mediante el sistema de arrendamiento, teniendo noticias únicamente de los encabezamientos de las alcabalas de A Coruña desde el año 1501 en adelan­ te, así como de las de la ciudad de Mondoñedo, encabezadas por primera vez en 1499. Desde 1495 en adelante, contamos con una información de valor excep­ cional para el estudio de la vida económica de las ciudades: los Expedien­

Para el estudio de las actividades económicas en los núcleos urbanos resulta fun­ damental la documentación del Archivo General de Simancas, especialmente la que hace referencia a los arrendamientos al por menor. Al respecto véase AGS, Expedientes de Ha­ cienda, legs. 10, 12 y 18. El estudio de la distribución de la población por sectores produc­ tivos ha sido reconstruido a partir de diversos padrones, algunos de ellos correspondientes al repartimiento de peones por vía de Hermandad a mediados de los años noventa. Entre otros véase ARCHVa, Sala Hijosdalgo, Caja 414,7, Caja 732,3, Caja 797,6. 506 Juan Eloy Gelabert González, Santiago y la Tierra de Santiago de 1500 a 1640, Santiago de Compostela, 1982, pág. 233. Para este autor, la asignación de una cantidad determinada a cada uno de los diferentes ramos alcabalatorios se debe a una cuota impuesta previamente, tal y como se fijaba el valor global en el que se encabezaban las alcabalas de una ciudad. 505

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tes de Hacienda. En ellos se detalla el arrendamiento al por menor de los diferentes ramos de la actividad económica, al menos de los principales núcleos de población del reino: Santiago de Compostela, A Coruña, Betan­ zos y Pontevedra en el arzobispado de Santiago; Ourense y Lugo como principales ciudades de sus respectivos obispados, y Viveiro en el obispado de Mondoñedo.507 Si bien es cierto que el arrendamiento constituye un referente más fia­ ble que el encabezamiento a la hora de valorar el análisis de la dinámica económica de una ciudad, la fiscalidad indirecta no puede ser considerada como la única fuente de estudio, pues en ocasiones, los valores en los que se arrendaban las alcabalas de los distintos ramos alcabalatorios tomaban como referencia los precios de años anteriores. Durante el arrendamiento, los arrendatarios corrían con todos los ries­ gos que implicaba el proceso, y era frecuente que los arrendatarios me­ nores no lograran recaudar la cuantía global en que las rentas habían sido arrendadas. No cabe duda de que el volumen de ingresos ordinarios recau­ dado en los distintos núcleos urbanos gallegos, dependió directamente de la realidad económica del momento, y a pesar de que las fuentes hacen­ dísticas proporcionan muy pocas noticias al respecto, tenemos constancia

Las fuentes documentales del Archivo General de Simancas que detallan el arrenda­ miento al por menor de las diferentes ciudades gallegas desde 1495 en adelante, son por lo general, muy completas. Con excepción de las ciudades de A Coruña y Vilamaior de Mon­ doñedo, cuyas alcabalas fueron encabezadas en 1502 y en 1498 respectivamente, tenemos constancia del valor en el que fueron arrendadas las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de las principales ciudades gallegas. Conocemos el valor de estas rentas en las ciudades de Santiago (1495 –1508), A Coruña (1495 –1500), Betanzos (1495 –1504) y Pontevedra (1495 –1504); AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar, y Expedientes de Hacacienda, leg. 11, sin foliar, y leg. 18, docs. 19, 93 y 124. En el caso de algunas ciudades como Lugo, Ourense o Viveiro, los datos son más tardíos. Con excepción de los valores de las rentas al por menor de 1496 y 1497, los datos relativos al reparto de los distintos ramos alcabalatorios de la ciudad de Lugo proceden de los años 1505, 1506 y 1508; AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar, y Expedientes de Hacacienda, leg. 12, sin foliar, y leg. 18, docs. 68 y 94. En el caso de Ourense, tenemos noticia de dicho reparto en los años 1500, 1505, 1507 y 1508; AGS, CMC, 1.ª época, leg. 69, sin foliar, y Expedientes de Hacacienda, leg. 12, sin foliar, y leg. 18, docs. 26, 67 y 113. Los datos con los que contamos sobre las rentas de la villa de Viveiro proceden del año 1507; AGS, Expedientes de Hacacienda, leg. 18, fol. 28. 507

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de las notables pérdidas que sufrieron las rentas reales en las principales villas y ciudades del Reino de Galicia con motivo del inicio de la Guerra de Nápoles en 1495. Las informaciones que proporcionan los Expedientes de Hacienda permiten conocer cuales eran las principales actividades económicas que se desarrollaban en cada ciudad o núcleo urbano en cuestión, cuales los productos más demandados y la proporción que representaba la venta de algunos de estos productos en comparación con otros, lo que quedaba re­ flejado en los pagos de alcabalas a la Corona. Desde mediados de los años noventa, las rentas de algunas ciudades, villas y lugares del Reino de Galicia se verían considerablemente afectadas, como consecuencia de los ataques a las costas que llevaban a cabo merca­ deres y corsarios franceses, aunque durante estos años, las prácticas de robo y pillaje también se habían generalizado durante estos años. Buena prueba de ello es que el 7 de marzo de 1495, los reyes solicitaban a las justicias del Reino de Galicia la entrega al rey de Portugal de unos presos que se halla­ ban retenidos en Baiona por haber robado dos carabelas que comerciaban con la Mina, Isla Madeira y Flandes.508 A finales de ese mes, se exigía nuevamente a los alcaldes mayores la entrega de los presos que se hallaban en Baiona, entre ellos unos franceses, algunos vizcaínos y un piloto portugués.509 También, el mercader inglés Tomás Gómez, elevaba sus quejas a las justicias del Reino de Galicia por el abordaje que había sufrido por naves de mercaderes vizcaínos y guipuz­ coanos cerca de Fuenterrabía, en el que había sido despojado de sus mer­ cancías, que posteriormente habían sido vendidas en el Reino de Galicia.510 A pesar de la presencia de mercaderes portugueses y vizcaínos en las costas gallegas, los verdaderos protagonistas de los ataques a las costas gallegas fueron mercaderes y corsarios franceses. Por este motivo, algunas villas y ciudades de la costa, ya contaban con los medios necesarios para defenderse de los ataques de franceses y corsarios, de ahí que en 1497,

AGS, RGS, Madrid, 7 de marzo de 1497, fol. 510. AGS, RGS, Madrid, 23 de marzo de 1495, fol. 166. 510 AGS, RGS, Madrid, 18 de marzo de 1495, fol. 433. 508 509

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los monarcas ordenasen al gobernador López de Haro, no efectuar repar­ timientos de personas para labores defensivas en las villas de Baiona y Montedebuey, teniendo en cuenta que estas localidades ya precisaban de sus hombres para defenderse de los ataques de franceses y corsarios.511 Estas noticias permiten comprobar las dificultades que encontraban los mercaderes de otros reinos para acudir a vender sus mercancías al Reino de Galicia, lo que indudablemente perjudicaba a la Hacienda Regia, que percibía buena parte de sus ingresos de los impuestos indirectos que grava­ ban el tráfico comercial y la venta de mercancías. Por otra parte, el peligro que amenazaba las costas gallegas resultaba altamente perjudicial para las compañías de arrendatarios, mercaderes y hombres de negocios, que parti­ cipaban en las tareas de arrendamiento y recaudación de las rentas reales durante estos años. Las rentas que sufrieron mayores pérdidas como conse­ cuencia del inicio de la guerra con Francia fueron las derivadas de aquellos impuestos indirectos que gravaban el comercio exterior —diezmos de la mar— que se recaudaban en los principales puertos del arzobispado de San­ tiago. Junto a los diezmos de la mar, también se vieron perjudicadas algunas otras rentas como la de los alfolíes que por lo general se arrendaron junto a los diezmos de la mar, así como las alcabalas de la sal y de los paños, casas y heredades de los forasteros. El aprovisionamiento de sal de los alfolíes gallegos procedía del ex­ terior, fundamentalmente del Reino de Portugal, y los derechos derivados de su almacenaje y venta eran percibidos en los puertos de la costa gallega. Los alfolíes de mayor importancia en el Reino de Galicia se situaban en las ciudades y villas de Tui, Baiona, Pontevedra, Padrón, Noia, Muros, A Coruña, Betanzos y la villa de Navia. Teniendo esto en cuenta, convendría preguntarse en que medida el inicio de la guerra con Francia determinó la evolución que experimentaron aquellas rentas que dependían directamente del comercio exterior. En este sentido, el estudio detallado de los Expedientes de Hacienda confirma que las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes con las alcabalas de la sal, paños y heredades de los forasteros de los principales núcleos costeros

511

AGS, RGS, Burgos, 5 de febrero de 1497, fol. 279.

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sufrieron bajas considerables desde mediados de los años noventa. Las ciu­ dades de A Coruña y Betanzos fueron las que experimentaron las mayores pérdidas, mientras que la villa de Pontevedra se vería afectada en menor medida. Por otra parte, el descenso en el valor de las rentas no sólo se observa en las ciudades, sino que también parace significativo en algunas villas y lugares de ámbito rural. Las pérdidas en el valor de las rentas reales también se dejaron sentir en algunos lugares del obispado de Tui y en algunas tierras de señorío ubi­ cadas en zonas costeras. Así en los años 1495 y 1496, los arrendatarios y recaudadores mayores del obispado de Tui no dudaban en señalar que las rentas de estos lugares habían sufrido pérdidas muy considerables como consecuencia del inicio de la guerra con Francia: … Y juramos a Dios y a esta cruz que más no nos dan por ellas, ante por el juramento que hacemos de algunas rentas no llevamos el precio en que están puestas ni con 50.000 marave­ díes valen tanto como aquí van…512 El arrendamiento de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de de­ terminadas tierras y sacadas de señorío laico también se vió afectado por los continuos ataques que sufrieron las costas gallegas durante esos años. A mediados de los años noventa, las feligresías pertenecientes al partido de doña María de Haro y de su hijo, Fernando Pérez de Andrade, no se arrenda­ ron por este motivo. Entre ellas cabe mencionar, por ejemplo, las feligresías de Suevos y Barallobre. Del mismo modo, tampoco fue arrendado en estos años el alfolí de Puentedeume, sino que fue recaudado en forma de fieldad, un procedimiento recaudatorio que reducía considerablemente el valor de las rentas.513

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar. AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar. El valor del alfolí de Pontedeume desde mediados de la década de los años ochenta se estimaba en unos 10.000 maravedís. 512 513

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A Coruña Desde mediados del siglo xiii, la ciudad de A Coruña experimentaba un notable crecimiento demográfico, derivado no sólo de las atractivas condi­ ciones económicas que se ofrecían a sus pobladores, sino también del auge que experimentó el comercio marítimo y la actividad comercial a través del puerto.514 Este crecimiento vendría determinado, en cierto modo, por los numerosos privilegios y exenciones fiscales que la ciudad había recibido de la Corona. Uno de ellos, quizá el más importante, era el de poseer alfolí propio en contra de su vecina Betanzos, a la que los monarcas prohibieron la descarga de sal en el puerto. La ciudad de A Coruña había recibido el privilegio de poseer alfolí propio en el año 1255, el cual, al tratarse de un monopolio regio, permitía la descarga de sal en el puerto y su venta en los almacenes o alfolíes designados al efecto.515 Además del alfolí, la ciudad había recibido otros privilegios de la Co­ rona que indudablemente favorecieron la actividad comercial, como el con­ cedido en el año 1466 por Enrique IV, autorizándola a comerciar con Ingla­ terra durante cincuenta meses.516 Los Reyes Católicos no harían sino incrementar estos privilegios y ventajas fiscales a la ciudad con una clara intención de favorecer la actividad comercial y con ello las rentas reales que percibía la Hacienda Regia. Durante estos años,

514 En 1256, Alfonso X otorgaba un Privilegio Real a A Coruña mediante el cual los moradores que viviesen en ella quedarían exentos del pago de impuestos reales (AMC, Privilegios Reales, San Esteban de Gormaz, 9 de febrero de 1256). Este mismo año, Alfon­ so X garantizaba a los vecinos de A Coruña que no se les pedirían préstamos ni donativos forzosos. La noticia acerca de este Privilegio nos llega a partir de dos traslados fechados en 1528, uno de ellos de una confirmación de los Reyes Católicos del año 1487 (AMC, La Coruña, 22 de junio de 1528; y La Coruña, 23 de julio de 1528) 515 La noticia acerca de la concesión de alfolí a la ciudad de A Coruña se conoce a partir de dos traslados de Privilegios conservados en el Archivo Municipal de A Coruña (AMC, Vitoria, 2 de julio de 1255; y Vitoria, 2 de diciembre de 1256). La mención a la concesión de alfolí a la ciudad de A Coruña en contra de su vecina Betanzos en Enrique Vedía y Goo­ sens, Historia y descripción de la ciudad de La Coruña, La Coruña, 1845, pág. 13; y José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. II. Galicia urbana, op. cit, pág. 206. 516 AMC, Traslado de Real Cédula, Octubre, 1466.

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la realenga A Coruña era una de las ciudades que procuraba mayores volúmenes de ingresos a la Hacienda Regia, no sólo los derivados de la recaudación de al­ cabalas sino también los llamados diezmos de la mar, que gravaban con el 10% todas las mercancías que se descargaban en el puerto, y los derechos de alfolíes por el monopolio de la venta de sal en los almacenes autorizados.517 Un examen detallado de las contribuciones de alcabalas nos permite comprobar que las rentas de A Coruña eran unas de las mayores del Reino de Galicia, junto a otras como las de Muros y Noia, que en el año 1500, superaban ampliamente el millón de maravedís. El elevado volumen de ingresos que la ciudad de A Coruña procuraba a la Hacienda Real se debía, como ya se ha dicho, a los numerosos privilegios que había recibido de la Corona, otorgados todos ellos con el fin de reforzar la actividad comer­ cial dentro y fuera de la ciudad. Así, consta que la ciudad había tratado de garantizar la libre circulación por todos los reinos y ciudades, aunque establecía ciertas limitaciones con respecto a Toledo, Sevilla y Murcia. Por otra parte, había tratado de mantener la Pragmática de Enrique III que con­ cedía preferencia a los barcos del reino para los transportes en los puertos de Castilla y se enfrentaba a Betanzos defendiendo el monopolio de la sal y la exclusiva de descarga en el puerto.518 A finales del siglo xv, el tráfico comercial que tenía lugar a través del puerto de A Coruña era sin duda muy voluminoso. La importación y expor­ta­ ción de mercancías obligaba al pago de diezmos de la mar, que gravaban con el 10% los productos que eran objeto de tráfico comercial entre los puertos de distintos reinos. Además, la actividad comercial en el puerto coruñés propor­ cionaba notables beneficios derivados del pago de las alcabalas de los paños, peso y heredades, que pagaban los mercaderes extranjeros. Du­rante la década

Sobre el crecimiento que experimenta la ciudad en el periodo bajomedieval, su desarrollo urbanístico y la distribución de la población véase Amparo Rubio Martínez, «Actividad económica y sectores productivos en la ciudad de La Coruña a fines del siglo xv. Una aproximación a partir del padrón fiscal de 1496», en Solórzano Telechea, J. Á, Arízaga Bolúmburu, B. y Bochaca, M., (Eds), Las sociedades portuarias de la Europa Atlántica en la Edad Media. Encuentros Internacionales del Medievo, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2016, págs. 83–114. 518 José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol. II, op. cit., pág. 206. 517

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de los años noventa, los diezmos de la mar de A Coruña se arren­daron junto a las alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros. A diferencia de éstos, los alfolíes se arrendaron por separado, aunque algunos años también se gestionaron junto a los diezmos de la mar. Una visión general acerca de los valores que alcanzaron las rentas de A Coruña a mediados de los años noventa pone de manifiesto que eran los diezmos de la mar y los alfolíes los que proporcionaban mayores caudales de ingresos a la Hacienda Regia. Por debajo de éstos, se situaban las alca­ balas del pescado y del vino, las derivadas de transacciones de la propiedad inmobiliaria y del peso de ciertos productos y mercancías, las alcabalas de los cotos, carne, paños, cueros y zapatería, lino, el pescado vendido en la puerta de la Torre y el pan. No obstante, a pesar de ser los diezmos de la mar y alfolíes los que pro­­cu­ raban los mayores beneficios a la Hacienda Regia, desde mediados de los años ochenta, los ingresos derivados de la actividad comercial por vía marítima se reducirían de forma drástica como consecuencia de los conflictos bélicos que la monarquía hispánica mantenía con Francia en territorio italiano. Este descenso que experimentaron las rentas de los principales núcleos costeros del Reino de Galicia y particularmente, de la ciudad de A Coruña, se agravaría de manera considerable a mediados de los años noventa, como consecuencia del inicio de la Primera Guerra de Nápoles. A partir de este momento, las que­ jas de los recaudadores no cesarán, señalando las graves dificultades que se encontraban para recaudar las rentas y las grandes pérdidas que éstas habían experimentado ante los continuos ataques que sufrirían las costas gallegas, fundamentalmente de la mano de mercaderes y corsarios franceses. Ante la gravedad del problema y las pérdidas evidentes en las rentas reales, los monarcas decidían tomar medidas y conceder ciertos privilegios fiscales a la ciudad para compensar los daños. En este sentido, en 1487 or­ denaban a las justicias de la ciudad que desde el puerto de A Coruña no se tomaran represalias contra los barcos extranjeros.519 Y sólo un año después, eximían del pago de diezmos de la mar a los navíos que entrasen en el puer­ to de A Coruña de urgencia, a causa del mal tiempo o de ataques enemigos,

519

AMC, Reales Cédulas, Córdoba, 20 de abril de 1487.

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una concesión que posteriormente se haría extensiva a otras ciudades por­ tuarias.520 Ante los peligros que amenazaban las costas gallegas, algunos arren­ datarios encontraron serias dificultades para hacer frente al pago de las canti­ dades en las que se habían comprometido a arrendar las rentas reales. Resul­ ta evidente, por otra parte, que las rentas que se vieron más afectadas fueron las derivadas del pago de impuestos aduaneros en los puertos —diezmos de la mar—, así como las que generaba el monopolio de venta de sal en los al­ macenes reales —alfolíes—, y la comercialización de productos importados del extranjero —alcabalas de paños, peso y heredades de los forasteros—. Tal y como ya se ha señalado anteriormente, habitualmente los diezmos de la mar de A Coruña se arrendaban junto a las alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros, y en ocasiones, como ocurrió en 1496, junto a los derechos de alfolíes, constituyendo uno de los conjuntos de rentas más importantes de la ciudad, que procuraba los mayores beneficios económicos a la Hacienda Regia y representaba porcentajes que oscilaban entre el 35% y el 40% de las rentas reales ordinarias que se recaudaban en la ciudad. A partir de los Expedientes de Hacienda conservados en el Archivo General de Simancas, es posible conocer el valor en el que se arrendaron las alcabalas correspondientes a los distintos ramos de la actividad eco­ nómica en A Coruña en los años 1495 y 1496, así como las dificultades a las que tuvo que hacer frente el arrendatario, Fernán González de Sevilla, para llevar a cabo la recaudación de las mismas. Tras numerosos inten­ tos por parte del arrendatario de recaudar las cantidades en las que había arrendado las rentas —232.500 maravedís por las alcabalas de los paños de los forasteros y 151.700 maravedís por las de los alfolíes—, finalmente Fernán González de Sevilla decidía renunciar al arrendamiento delegando esta función a favor de los arrendatarios y recaudadores mayores del parti­ do fiscal de Santiago, que no tenían más remedio que asumir la difícil tarea de recaudar estas rentas. Las noticias que proporcionan los Expedientes de Hacienda estiman las pérdidas que sufrieron las rentas de A Coruña en es­ tos años en 150.000 maravedís, de manera que lo recaudado en concepto de

520

AMC, Reales Cédulas, 7 de diciembre de 1488.

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diezmos de la mar, alfolíes y alcabalas de los paños de los forasteros sumó tan sólo 231.700 maravedís, una cantidad inferior a la de años anteriores, que venía a suponer exactamente el 25,29% del total, y que en condiciones normales habría alcanzado cotas muy superiores. Un año después, se esperaban pérdidas similares a las de 1495 como consecuencia de los ataques que sufrían las costas gallegas tras el inicio de la guerra con Francia. Así lo manifestaba el escribano público de A Coru­ ña, quien en mayo de 1496 se refería a las pérdidas que las rentas habían sufrido el año anterior, así como a las que se esperaban este año como con­ secuencia de las guerras que la monarquía castellana mantenía con el rey de Francia. En relación con este asunto señalaba lo siguiente: agora a un año porque quedaron en cierto precio en poder de los recaudadores y se perdieron el dicho año pasado ciertos dineros en ellas y se espera perder a causa de las guerras mu­ chos más este año, lo que Dios no quiera…521 En 1496, el arrendatario Juan Boo arrendaba las rentas de los diezmos de la mar en 230.000 maravedís, las de los alfolíes en 150.000 marave­ dís, y las alcabalas de las heredades y peso de los vecinos y forasteros de la ciudad en 90.000 maravedís. Una vez más, ante el temor de no poder recaudar las cantidades fijadas en el arrendamiento, Juan Boo decidía re­ nunciar al mismo, conservando únicamente las alcabalas de las heredades y peso de los vecinos de la ciudad, cuyo precio se fijó finalmente en un total de 70.000 maravedís. Al igual que el año anterior, los arrendatarios y recaudadores mayores del arzobispado de Santiago no tenían más remedio que asumir la recaudación de estas rentas, cuyo valor global se estimó en 398.000 maravedís, si bien no tenemos plena garantía de que el arrendador lograse recaudar la totalidad de las mismas, teniendo en cuenta las conti­ nuas menciones que registra la documentación en relación con las pérdidas que esperaban recibir los arrendatarios de las rentas derivadas del comer­ cio marítimo durante estos años.

521

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; y Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar.

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En suma, durante los años 1495 y 1496, las rentas de los diezmos de la mar con las alcabalas de los paños, pesos y heredades de los forasteros, alcanzaron porcentajes aproximados del 25% del total fiscal, si bien a par­ tir de estos años, estos valores descenderían de manera considerable como consecuencia de la recesión que experimentó la actividad comercial en el puerto coruñés. En 1498 estas rentas representaban sólo el 16,89% del total fiscal, y en los años posteriores continuarían descendiendo, sin alcanzar en ningún caso los niveles de años anteriores. A diferencia de las de años anteriores, las rentas de los alfolíes expe­ rimentaban una clara tendencia al alza, lo que posiblemente habría tenido que ver con las estrategias de especulación que los alfolineros reales ha­ bían llevado a cabo en la explotación de este monopolio de la Corona. Al respecto, sabemos que durante toda la Baja Edad Media, la sal era expor­ tada desde el puerto de A Coruña a otros puertos del Reino de Galicia. A finales de los años ochenta, los alfolineros gallegos encarecían el precio de la sal al tiempo que impedían su almacenaje y contravenían las normas que fijaban en una cantidad determinada el precio del modio de sal.522 Por su parte, la Corona trató de favorecer en todo momento la descarga de sal en el puerto coruñés, y el aprovisionamiento y venta a partir del mismo a los puertos más próximos. En el año1486, los Reyes Católicos prohibían al corregidor y escriba­ no de la ciudad echar sisa sobre la sal, ya que sobre éste producto recaían los llamados derechos de alfolí.523 En 1489 los monarcas ordenaban que los vecinos de A Coruña pagaran a los administradores del alfolí un máximo de cinco reales por cada moyo de sal que introdujesen en el puerto, una orden que sería ratificada por los mismos reyes trece años después.524 Un año después, los monarcas ordenaban a los contadores mayores facilitar a los marineros la descarga de sal en el puerto coruñés.525 Además de éstas

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. vol. II, op. cit., págs. 214 –215. AMC, Reales Cédulas, Córdoba, 21 de julio de 1486. 524 AMC, Provisiones Reales, Valladolid, 11 de enero de 1489; y Toledo, 22 de junio de 1502. 525 AMC, Traslado de Cédula Real, 1490. 522 523

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medidas, desde los órganos hacendísticos se trató de regular en todo mo­ mento el precio de la venta de este producto. La importancia de la sal, tanto para el consumo doméstico, como para la salazón de productos de primera necesidad —fundamentalmente pesca­ do—, supuso un aumento creciente de la demanda, lo que se tradujo tam­ bién en un notable incremento de los ingresos que la venta del producto generaba para la Hacienda Regia. De acuerdo con esta tendencia creciente, la renta de los alfolíes se arrendaba en 1495 en 150.900 maravedís, prácti­ camente la misma cantidad que en 1496, con la diferencia de que éste año los alfolíes se arrendaron junto a los diezmos de la mar y alcabalas del peso y heredades de los forasteros. En los años 1498 y 1499, el valor de los alfolíes se incrementaría de nuevo alcanzando los 200.000 y 250.000 maravedís respectivamente, para descender ya en 1500 a 194.000 maravedís. Las cantidades mencionadas, traducidas a porcentajes, nos permiten comprobar mejor la importancia que tenía la venta de la sal en la ciudad, en comparación con otros productos. Así, en 1495 la venta de sal representaba el 16,47%, mientras que en 1499 suponía ya el 26%, para descender ligeramente a partir de 1500, con por­ centajes aproximados al 18,40% del total fiscal. Directamente relacionadas con la actividad comercial se hallaban las alcabalas de las heredades y derechos del peso de los vecinos de la ciudad. Los ingresos procedentes de este ramo alcabalatorio no eran, ni mucho menos desdeñables, y representaban porcentajes que oscilaban entre el 7% y el 10% del total. Según José García Oro, los derechos del peso tenían una larga tradición en la ciudad de A Coruña. El origen hay que buscarlo a finales del siglo xv, al tiempo que surgían en la ciudad determinados conflictos entre la pro­ ducción y el mercado, conflictos que pronto quedarían saldados mediante la imposición de los llamados derechos del peso que el vendedor debía satisfacer por la venta de determinados productos en las plazas y mercados de la ciudad. La documentación hacendística relativa a los años 1495 –1500 pone de manifiesto que durante estos años tanto los mercaderes coruñeses, como los forasteros satisfacían ciertos derechos por la venta de productos en la ciudad, si bien no sería hasta el segundo decenio del siglo xvi cuan­ do las autoridades municipales concretarían exactamente los derechos que

396

Amparo Rubio Martínez

compradores y vendedores deberían pagar por la venta de cada producto en la ciudad. Precisamente en marzo de 1513, desde el Consejo de Castilla se encargaba realizar una pesquisa sobre los derechos del peso que se querían establecer en A Coruña.526 Y sólo un año después, en noviembre de 1514, tenía lugar la confirmación del acuerdo y ordenanzas para establecer el peso público de la ciudad.527 Por consiguiente, no sería hasta 1514 cuando se crearía una Casa de pesos y medidas en A Coruña con una normativa estricta y definida. A pesar de no conocer para el periodo que nos interesa, en que proporción eran gravados los productos que debían ser sometidos al peso público, ni los ingresos que percibía la Hacienda Regia por estos derechos, si resulta posible precisar algunos de los productos y mercancías que a finales del siglo xv estaban sometidos a control y tasa: fierro, azero, plomo, cobre, lino, estopa, brea, resina, cera, sebo, armaque, congrio, cañamo, aceite, almendra, arroz, paja, tocinos, unto, manteca e generalmente todas las mercancías que fueren de aver peso.528 El arrendamiento conjunto de las heredades y peso de los forasteros de la ciudad, junto a los diezmos de la mar y alcabalas de los paños de los forasteros nos impide conocer el valor exacto de cada una de estas rentas. No obstante, si tomamos como referencia los porcentajes que alcanzaron las alcabalas de las heredades y derechos del peso de los vecinos de la ciudad, comprendidos entre el 7,31% y el 10,27% del total fiscal entre los años 1495 y 1500, cabe suponer que las alcabalas de las heredades y peso de los forasteros habrían alcanzado porcentajes como mínimo iguales y problablemente superiores a éstos.

AMC, Provisiones Reales, Valladolid, 16 de marzo de 1513. AMC, Provisiones Reales, Valladolid, 18 de noviembre de 1514. Para este mismo año, tenemos noticia de un fragmento de Privilegio de la reina Juana por el que confirmaba las ordenanzas y el arancel del peso de la ciudad de A Coruña (AMC, Reales Cédulas, 1514). 528 José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv. vol. II, op. cit., págs. 218 –219. 526 527

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

397

Si nos centramos exclusivamente en el capítulo dedicado a la alimen­ tación, los valores de las alcabalas nos permiten comprobar que el pescado era el producto más demandado en la ciudad, constituyendo una de las prin­ cipales fuentes de riqueza. Como es evidente, el pescado no sólo resultaba fundamental para el abastecimiento de la población de la ciudad, sino que, desde el puerto de A Coruña, se exportaba a las poblaciones más cercanas. La venta del pescado en la ciudad procuraba buenos niveles de ingresos para la Hacienda Regia. En los años 1495 y 1496, las alcabalas del pescado alcan­ zaron 124.900 maravedís, una cantidad que suponía exactamente el 13,63% del total fiscal, y que presenta una clara tendencia al alza en los años pos­ teriores. Desde 1498 en adelante, el incremento en el valor de las alcabalas del pescado va a ser muy considerable, representando porcentajes del 17,55 % del total de las contribuciones ordinarias que la ciudad debía satisfacer a la Hacienda Regia, aunque las mayores cifras se registran en el año 1500, cuando la venta de pescado representó el 20% del total fiscal. La venta del pescado en la ciudad se ajustaba a una estricta normativa que trataba de controlar cualquier intento de fraude que tuviera como ob­ jetivo evadir el pago de las alcabalas. Por este motivo, desde los órganos hacendísticos se establecía que la venta del pescado fresco se efectuase en la Puerta de la Torre, cuya ubicación en la ciudad desconocemos, aunque seguramente se encontraría en alguna puerta de la segunda muralla que se contruyó durante el reinado de los Reyes Católicos, y que rodeaba la Pes­ cadería o arrabal llegando hasta la actual calle Juana de Vega.529 No obstante, y pese a las insistentes órdenes por parte de la Corona, los continuos esfuerzos por concentrar la venta del pescado fresco en la Puerta de la Torre resultaron inútiles, pues según consta en la documentación el producto se comercializó también en otros lugares, evadiendo en muchos casos, el pago de la alcabala. Con el propósito de darle una solución defi­ nitiva a este problema, en 1485 los monarcas exigían a los contadores ma­ yores de la ciudad que el pescado fresco se vendiera exclusivamente en la

María Dolores Barral Rivadulla, La Coruña en los siglos xiii al xv. La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa – Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, Colección Galicia Histórica, 1997, pág. 103. 529

398

Amparo Rubio Martínez

Puerta de la Torre, o en el lugar que los regidores estimaran oportuno a fin de evitar operaciones fraudulentas.530 Las contribuciones de alcabalas relativas a los años 1495 –1500 po­ nen de manifiesto que la normativa que obligaba a vender el pescado en la Puerta de la Torre no fue respetada y que la mayor parte de las ventas se efectuaron en otros lugares, sin escapar en todos los casos al control del fisco regio. Tal y como se puede observar en la siguiente tabla 45, los Expe­ dientes de Hacienda registran unas cantidades poco significativas en térmi­ nos cuantitativos para las rentas del pescado fresco vendido en la Puerta de la Torre. En los años 1495 y 1496, las alcabalas recaudadas en este lugar sumaban 13.740 maravedís anuales, unas cantidades que tan sólo suponían unos porcentajes del 1,50% y el 1,49% respectivamente de los totales fisca­ les liquidados en dichos años.531 El vino era otro de los productos más demandados en el mercado coru­ñés. Durante el siglo xv, la ciudad de A Coruña era una gran productora y exporta­ dora de vinos. Una parte de esa producción se consumía en la ciudad, mientras que otra muy considerable era preparada para la exportación. Los producto­ res de vino de la ciudad pretendían la exclusiva de venta, pero chocaban con los intereses de otras ciudades como los de la vecina Betanzos, así como con los comerciantes del ramo, que exigían sus derechos a importar vino de otras ciudades y villas del Reino de Galicia —Betanzos, Ourense y Ribadavia—, o de fuera del reino. En este sentido, los monarcas trataron en todo momento de garantizar los derechos con los que contaba la ciudad en virtud de antiguos privilegios. La primera medida en este sentido procede del año 1397, en el que Enrique III fijaba una multa de seiscientos dineros para aquellos vecinos que introdujesen y vendiesen vinos en la Pescadería, señalando la necesidad de evitar que la ciudad vieja se despoblase.532 Algunos años después, concreta­

AMC, Reales Cédulas, Sevilla, 18 de agosto de 1485. AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar. 532 María Dolores Barral Rivadulla, La Coruña en los siglos xiii al xv, op. cit., pág. 101. El documento en AMC, Cartas, Santa Olaia, 3 de marzo de 1397, n.º 24, transcrito por Miguel González Garcés, Historia de La Coruña. Edad Media, La Coruña, Obra Social Caixa Galicia, 1987, doc. n.º 50. 530 531

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

399

mente en 1435, tenemos noticia de una disposición real que prohibía la venta de vino en la Pescadería, estableciendo claramente que el vino debía venderse dentro del recinto amurallado de la ciudad vieja. En ella, el rey Juan II seña­ laba como entre los privilegios que la ciudad de A Coruña había recibido de los monarcas anteriores se encontraba el que establecía la venta de los vinos dentro de los muros de la ciudad, en contra de los que contraviniendo las dis­ posiciones reales pretendían venderlo en el arrabal.533 Pero, además, la venta de vino también se ajustaba a una estricta normativa que fijaba determinados plazos con el fin de favorecer la venta de la cosecha de los vecinos de la ciu­ dad. Con esta finalidad, en 1476 los Reyes Católicos ordenaban al concejo y justicias de la ciudad que de acuerdo con las ordenanzas municipales, no se permitiese vender vino de fuera, salvo en los periodos establecidos.534 Tres años después, confirmaban otra Orden emitida con anterioridad me­ diante la cual prohibían la importación de vino en la ciudad, mientras no se hubiera consumido el producido por los vecinos.535 En suma, casi un siglo después de la primera disposición dada en este sentido, parece que aún se daba prioridad a la venta del vino cosechado en la propia ciudad. Junto a las órdenes de la Corona, las ordenanzas municipales también trataron de favore­ cer la venta del vino de los vecinos de la ciudad, frente al procedente de otros lugares. Precisamente la Orden dada por los monarcas en 1476 prohibiendo la venta de vino de fuera de la ciudad, tenía como referente las ordenanzas municipales.536 En 1485 los monarcas trataban de favorecer nuevamente a los vecinos de la ciudad, premitiéndoles hacer catas de sus vinos y registros en sus casas y bodegas.537 Con posterioridad a esta fecha, el 17 de octubre de 1493, los monarcas in­ sistían de nuevo en que se respetasen los Privilegios y Ordenanzas municipa­

AMC, Reales Cédulas, Segovia, 30 de agosto de 1435, n.º 1. La noticia en AGS, RGS, Valladolid, 17 de mayo de 1476, fol. 305; y AMC, Reales Cédulas, Valladolid, 17 de mayo de 1476, n.º 13. 535 El 3 de noviembre de 1499 se dio traslado de un Privilegio de Enrique III de fecha 18 de mayo de 1400, regulando la entrada del vino en la ciudad. 536 AMC, Reales Cédulas, Valladolid, 17 de mayo de 1476. 537 AMC, Reales Cédulas, Sevilla, 18 de febrero de 1485. 533 534

400

Amparo Rubio Martínez

les, que prohibían la entrada de vino foráneo mientras no se hubiese consegui­ do vender el de los vecinos.538 Dos días después, los monarcas confirmaban las Ordenanzas de la ciudad, con el fin de que no se importase vino de otros lugares mientras no se hubiese consumido el propio.539 Los Expedientes de Hacienda de los años 1495 –1500 nos informan sobre los niveles que alcanzaron las alcabalas derivadas de la venta de vino en A Coruña. En 1495 y 1496, proporcionaban 97.180 maravedís anuales, una cantidad que representaba el 10,60% del total de las contribuciones ordinarias de la ciudad. Durante los años siguientes, las alcabalas del vino experimentaron un descenso considerable respecto a los años anteriores. Concretamente en 1498, descendían en un 36% de su valor, mientras que sólo un año después se recuperaban ligeramente aunque sin alcanzar los niveles de años anteriores. En un nivel inferior al que representan las alcabalas del vino, se situa­ ban las de la carne. A pesar de ser el pescado el producto más consumido dentro del sector alimentario, la carne tenía una gran demanda y en los pastos próximos a la ciudad se criaban buenas reses que servían para el abastecimiento de carne en la ciudad, así como para su exportación fuera del reino. El destino principal de la carne que se exportaba por el puerto coruñés era Andalucía. En ocasiones, determinados grupos de poderosos monopolizaban el sector de la carne, con el objetivo de revenderla pos­ teriormente a precios abusivos.540 Con todo, los ingresos derivados de la venta de la carne en la ciudad se muestran bastante inferiores a los que generaba la venta del pescado. Así por ejemplo, en los años 1495 y 1496, las alcabalas de la carne representaban aproximadamente el 4,80% del total fiscal, una cantidad que contrasta con el 13,63% que generaba por estos años la venta del pescado.

AMC, Provisiones Reales, 17 de octubre de 1493. AMC, Reales Cédulas, Barcelona, 19 de octubre de 1493. 540 José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol. II, op cit, pág. 220. Según señala este autor, traficaban con este ramo alimenticio los hermanos Pedro y Fernando de Quintanadueñas, que poseían autorización de los Reyes Católicos para sacar sus reses de las dehesas de Galicia con destino principalmente a Andalucía. Véase AGS, RGS, Provi­ sión Real, Burgos, 8 de febrero de 1508. 538 539

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

401

A diferencia de productos como el vino, pescado o carne, los productos básicos y de primera necesidad como el pan aparecen escasamente repre­ sentados. Hay que tener en cuenta que durante toda la Edad Media, la ciu­ dad de A Coruña fue deficitaria en cereal, lo que se confirma desde fechas muy tempranas. Así por ejemplo, el 15 de agosto de 1300, la reina María de Molina concedía al monasterio de Sobrado dos Monxes cuarenta modios de sal situados en los diezmos de la mar de A Coruña, con el fin de que los monjes pudieran salar el pan de avena que comían.541 Ante este déficit de cereal, los monarcas autorizaron la importación de grano de otros lugares de la Corona de Castilla, tratando de asegurar el abastecimiento de pan en la ciudad. Así, en mayo de 1476, los monarcas concedían licencia a la ciudad para sacar de Andalucía cuatro navíos car­ gados de trigo cada año.542 Paradójicamente, unos años después, los monarcas autorizaban la salida de pan por el puerto de la ciudad,543 aunque muy pronto y ante las continuas quejas por la subida del precio del producto, se ocuparían de regular la entra­ da y salida de grano en la ciudad. En este sentido, el 4 de noviembre de 1493 ordenaban al concejo coruñés prohibir la salida de grano de la ciudad por mar.544 Algunos años después, en 1504, la decisión de los monarcas pasaba por tasar el pan que se introdujese en la ciudad por vía terrestre, y liberalizar la venta de aquel que se importase por vía marítima.545 En 1514, Fernando el Católico autorizaba a la ciudad de A Coruña para sacar de Andalucía 1.000 modios de trigo para su aprovisionamiento, una concesión que unos meses más tarde decidía prorrogar un año más.546 Dos años después, la reina Juana y su hijo Carlos prorrogarían por ocho meses más esta licencia para importar

AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 4 –II, fol. 82. AMC, Valladolid, 17 de mayo de 1476. 543 AMC, Privilegios, 1488. En el año 1488, los Reyes Católicos autorizaban sacar el pan de la ciudad por mar. 544 AMC, Reales Cédulas, Barcelona, 4 de noviembre de 1493. 545 AMC, Reales Cédulas, Medina del Campo, 18 de julio de 1504. 546 AMC, Reales Cédulas, Valladolid, 15 de septiembre de 1514; y Medina del Campo, 20 de marzo de 1515. 541 542

402

Amparo Rubio Martínez

grano de Andalucía.547 No obstante, y a pesar de las concesiones de los mo­ narcas, el problema debió persistir durante todo el siglo xvi, ya que en 1557 mediante una Provisión de la Real Audiencia, se trataba de regular nueva­ mente el abastecimiento de pan en la ciudad.548 Por su parte, el concejo trató de evitar sacar de la ciudad el pan que lle­ gaba de Andalucía pues cuando esto sucedía, se encarecía inmediatamente el precio, lo que redundaba en un claro perjuicio para la población: sería destruir la gente que ende vive, porque se encarecería mucho.549 Resulta evidente, por tanto, que los ingresos de alcabalas derivados de la venta de pan en la ciudad fueron en estos años muy escasos, no superando en ningún caso el 0,65% del total fiscal. Además de los productos mencionados, se pagaban alcabalas por la venta de materias primas y productos manufacturados. En este capítulo eran las alcabalas de los paños las que alcanzaban los mayores niveles, frente a otras como las de los cueros, zapatería y cáñamo. La escasa docu­ mentación disponible que informe sobre el desarrollo del sector artesanal en la ciudad no nos permite comprobar si los paños que en ella se vendían eran confeccionados allí, o si por el contrario, se importaban del exterior, que parece lo más probable. Es posible que, la mayor parte de los paños que se vendían en la ciudad, se importaran de otros reinos, tal y como se deduce también de la presencia de mercaderes extranjeros, principalmente flamencos, en los padrones fis­ cales. Gracias a una Provisión Real de fecha 20 de agosto de 1490 sabemos que la ciudad de A Coruña había conseguido la total liberación de las ventas de estos productos, ya se tratase de ventas al por mayor o al por menor. En relación con la venta de paños, la ciudad solicitaba que los mercaderes fo­ rasteros pudieran vender paños, sedas o lienzos a vara o por menudo, y no sólo en grueso, tal y como se había establecido algunos años antes en una

AMC, Reales Cédulas, Madrid, 15 de mayo de 1516. AMC, Pontevedra, 22 de noviembre de 1557. 549 AMC, Documentos de los Reyes Católicos: Valladolid, 17 de mayo de 1476; y Barcelona, 4 de noviembre de 1493, citado por José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol. II, op. cit., pág. 216. 547 548

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

403

Junta general celebrada en la ciudad de Santiago.550 Durante los años 1495 y 1496, las alcabalas de los paños alcanzaron porcentajes situados en torno al 4,34% del total fiscal, un porcentaje que descendería sensiblemente en los años siguientes, situándose entre el 3,66% y el 3,81%. En un nivel inferior al que representan las rentas de los paños, se si­ tuaban las rentas de los cueros y zapatería. Los trabajadores del cuero y los zapatos estaban asociados en la Cofradía de Santa María de los Zapateros, y a ellos les competía exclusivamente la fabricación de zapatos et botas et outros calsares de coiro. En los años 1495 y 1496, las alcabalas de los cue­ ros y zapatería suponían el 2,87% del total de las rentas reales ordinarias re­ caudadas en la ciudad, observándose una tendencia al alza en los años pos­ teriores. En 1498 representaban ya el 3,60%, situándose dos años después en el 3,29% del total fiscal. Las alcabalas del lino alcanzaron porcentajes ligeramente inferiores a los que representaban las de los cueros y zapatería, situándose en torno al 2,46% en los años 1495 y 1496, y en cuantías algo superiores en los años siguientes. Los límites geográficos en los que la ciudad de A Coruña ejercía su ju­ risdicción habían quedado bien definidos desde los últimos años del siglo xiv. De este modo, los cotos situados en el alfoz de A Coruña, debían contribuir con la ciudad al pago de alcabalas a la Hacienda Regia. La aportación de los cotos de la ciudad al fisco regio se estimaba entre el 7% y el 9% del total fiscal, unos porcentajes nada desdeñables si se comparan con los que procu­ raban algunos de los productos más demandados en el mercado coruñés. En definitiva, si tratamos de establecer una comparación entre los ni­ veles de ingresos provenientes de los distintos sectores productivos de la ciudad, debemos señalar que eran las rentas derivadas de la actividad co­ mercial las que generaban los mayores niveles de ingresos. Por debajo de éstas, el sector alimentario generaba alrededor del 30% de los ingresos, mientras que la venta de materias primas y productos manufacturados su­ ponía tan sólo el 9% al 10% del total fiscal. Finalmente, las alcabalas de los cotos aportaban beneficios comprendidos entre el 7,50% y el 10% a la Hacienda Regia.

550

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol. II, op. cit., pág. 216.

404

Amparo Rubio Martínez

La tabla que figura a continuación ofrece una visión general de las rentas reales ordinarias recaudadas en la ciudad de A Coruña entre los años 1495 y 1500, así como de las actividades económicas que se desarrollaban en la mis­ ma y los beneficios que generaban cada una de estas actividades, en función de los impuestos ordinarios con los que contribuían a la Hacienda Regia.

Tabla 45. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de A Coruña entre los años 1495 y 1500, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

Diezmos de la mar y alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros 551 año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

231.700

25,29

398.000

43,43

150.000

16,89

150.000

15,63

180.500

17,12

Alfolí año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

150.900

16,47





200.000

22,52

250.000

26,05

194.000

18,40

Pescado año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

124.900

13,63

124.900

13,63

155.900

17,55

157.500

16,41

225.250

21,37

Vino año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

97.180

10,60

97.180

10,60

59.800

6,73

76.750

7,99

89.890

8,52

AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar. Por primera vez, en 1500 los diezmos de la mar y alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros de A Co­ ruña fueron arrendados junto a los diezmos y heredades de los forasteros de la ciudad de Betanzos, lo que supuso un notable incremento en el valor de esas rentas. 551

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

405

fiscalidad regia

Tabla 45. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de A Coruña entre los años 1495 y 1500, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Heredades y peso

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

89.100

9,72

67.000

7,31

75.500

8,50

93.234

9,71

108.350

10,27

Cotos de la jurisdicción año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

69.310

7,56

76.300

8,32

88.050

9,91

82.050

8,55

86.050

8,16

Carne año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

44.250

4,83

44.250

4,82

43.550

4,90

45.500

4,74

48.850

4,63

Paños año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

39.800

4,34

39.800

4,34

37.250

4,19

35.150

3,66

40.200

3,81

Cueros y zapatería año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

26.370

2,87

26.370

2,87

32.000

3,60

22.050

2,29

34.775

3,29

Lino año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

22.630

2,47

22.630

2,46

24.675

2,77

25.830

2,69

23.875

2,26

406

Amparo Rubio Martínez

Tabla 45. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de A Coruña entre los años 1495 y 1500, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación)

Puerta de la Torre por venta de pescado año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

13.740

1,50

13.740

1,49

15.000

1,68

15.200

1,58

16.000

1,51

Pan año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

1500

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

6.060

0,66

6.060

0,66

6.100

0,68

6.300

0,65

6.300

0,59

TOTALES año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

año

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

915.940

100,00

916.230

100,00

887.825

100,00

959.564

100

cuantía

1500 %

1.054.040 100,00

Fuente: elaboración propia.

Betanzos El 13 de febrero de 1219, Alfonso IX de León fundaba la ciudad de Betanzos a la que para su gobierno le imponía el fuero de Benavente. En el transcurso de los siglos xiii, xiv y xiv, la ciudad de Betanzos fue obteniendo determinadas franquezas que favorecieron el desarrollo de su actividad eco­ nómica y comercial, no sólo en el ámbito de su dominio territorial, sino tam­ bién en el de otros puertos comer­ciales próximos. Sin embargo, muy pronto la evolución de su actividad comercial se vería ralentizada a causa de la cercanía de su competidora A Coruña, que reunía mejores condiciones para la práctica de las actividades portuarias tanto de carácter mercantil como de logística militar para la defensa de la costa, a la que los monarcas concedieron nume­ rosos privilegios para favorecer su consolidación de acuerdo a los intereses

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

407

de la Corona. Entre estos privilegios, se cuenta la autorización a vender la sal en el alfolí, negando esta posibilidad a los vecinos de Betanzos, a los que sin embargo se les reconocía el derecho de poder adquirir la sal en A Coruña.552 Unos años después, Betanzos parece recuperar cierto protagonismo, sobre todo desde que el monarca Sancho IV le concediera una feria franca que se celebraría el primer día de cada mes, un Privilegio que sería confir­ mado por los monarcas posteriores entre otros Fernando IV y Pedro I.553 Con posterioridad a esta fecha, y durante los primeros años del siglo xiv, la ciudad de Betanzos obtenía nuevos Privilegios reales y exenciones fiscales favorables a su actividad comercial. Así por ejemplo, los monarcas favore­ cían la comercialización del vino en la ciudad, que podía venderse incluso en A Coruña, y asimismo,, la ciudad obtenía numerosas exenciones para comercializar los productos agrícolas, hortalizas y frutas que producía.554 Ya en los años centrales del siglo xiv, la ciudad encontraba de nuevo la protección de la Corona Real. Concretamente, en el verano del año 1345, Alfonso XI trataba de poner fin a las rivalidades existentes entre los dos puertos, buscando una fórmula que evitara limitar el desarrollo económico y comercial de ambos núcleos urbanos.555 Aún con todas estas concesiones, la ciudad experimentaría un impor­ tante despegue económico a partir de las mercedes concedidas por la dinastía Trastámara, como compensación al apoyo incondicional que había prestado a Enrique II. Esto explica que en febrero de 1372, el monarca gratificara a la ciudad con una serie de privilegios y franquezas, destinadas a incenti­var la actividad económica y comercial a través de su puerto. Mediante estas con­­­cesiones, se eximía a Betanzos del pago de monedas, fonsaderas y marti­ niegas por cabeza, y al mismo tiempo se la facultaba para efectuar carga y descarga de productos en su puerto y en todo su litoral, obteniendo también la libertad de pesca en todas sus costas. Además de las mencionadas conce­

José García Oro, «Betanzos en la Baja Edad Media», Anuario Brigantino, 7, Betan­ zos, Concello de Betanzos, 1984, págs. 21– 32. 553 Ibid., pág. 23. 554 Ibid., pág. 24. 555 Ibid., pág. 24. 552

408

Amparo Rubio Martínez

siones, Enrique II garantizaba a la ciudad el aprovisionamiento de cien mo­ dios de sal cada año libres de derechos de alfolí y asimismo autorizaba a cada uno de los vecinos de la ciudad a adquirir diez varas de paño para vestir, también libres del pago de todo derecho.556 Los monarcas posteriores otorgarían nuevas mercedes y franquezas,si bien las concedidas por Juan I y Enrique III se orientarían más hacia la pro­ moción de la agricultura. En 1416, Juan II otorgaba la ciudadanía a Betan­ zos. Unos años después, el 3 de julio de 1467, Enrique IV concedía a la ciudad una feria franca anual de treinta días, mediante la cual establecía plena franquicia para las operaciones comerciales que se efectuasen durante la misma, no sólo en lo que se refería a los lugares en los que debían tener lu­ gar las transacciones comerciales, sino también en cuanto a las mercancías y tipos de transacciones. Por otra parte, mediante esta concesión se aseguraba la protección a todas las personas que accedieran a las ferias.557 Durante el reinado de los Reyes Católicos, la ciudad de Betanzos pro­ porcionaba buenos niveles de rentas a la Hacienda Regia, siempre inferiores a los de su cercana competidora A Coruña. Al igual que ocurría en el caso de otras ciudades situadas en la costa, los mayores beneficios los procuraban los diezmos de la mar y alfolíes, por debajo de los cuales se situaban las alcabalas del vino, pescado, salvajina, paños, alfoces viejos, pan y madera, carne, heredades, cueros y plata. Indudablemente, eran las rentas derivadas del comercio exterior —diez­ mos de la mar y alfolíes— las que proporcionaban los mayores ingresos al fisco regio. Sin embargo, al igual que sucedía en el caso de A Coruña, des­ de 1495 hasta finales del reinado de los Reyes Católicos, las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes de Betanzos con las alcabalas de los paños y heredades de los forasteros experimentaron pérdidas muy notables como con­ secuencia de los ataques que mercaderes y corsarios, franceses, portugueses y vizcaínos protagonizaron en las costas gallegas durante estos años. Las ma­ yores pérdidas tendrían lugar en los años 1495 y 1496, en los que los arrenda­ tarios y recaudadores mayores del partido fiscal de Santiago, recaudaron las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes de Betanzos con las alcabalas de la

556 557

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol. II, op. cit., págs. 237–240. Ibíd.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

409

sal, paños y heredades de los forasteros en forma de fieldad, lo que se traducía directamente en un descenso considerable en el valor de las rentas. En 1495, el valor de estas rentas se estimaba en 265.730 maravedís, aun­que dicha cantidad no debió recaudarse en su totalidad. Este año, el arrendatario y recaudador mayor, Gonzalo del Campo señalaba que la guerra que Castilla mantenía con Francia habría tenido repercusión directa en las rentas derivadas del comercio exterior, de modo que únicamente se había logrado recaudar una mínima parte del valor en el que dichas rentas habían sido arrendadas, aproximadamente unos 10.000 maravedís.558 Unos años después, en 1496, el coruñés Juan Boo arrendaba la tercera parte de las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes con las alcabalas de la sal y paños de los forasteros, unas rentas a las que poco después decidía renunciar en favor de Fernán Gómez de Sevilla, quien decidía hacerse cargo de las mismas en nombre de los arrendatarios y recaudadores principales, Gonzalo del Campo, Gómez Cruu y Fernando de Cuenca. La puja efectua­ da por estos arrendatarios fijaba el precio final de las rentas en un total de 345.000 maravedís por 10.000 maravedís de prometido. Aunque no hay constancia en la documentación de las pérdidas que pudieron experimentar este año las rentas derivadas del comercio exterior, cabe suponer que éstas debieron ser muy considerables, teniendo en cuenta las cantidades que por estas mismas rentas se habían recaudado el año ante­ rior.559 Desde 1498 en adelante, las rentas de los diezmos de la mar y heredades de los forasteros de Betanzos pasarían a arrendarse junto a los diezmos de la mar de A Coruña, mientras que las alcabalas de los paños, sedas y lienzos de los forasteros de Betanzos se arrendaban junto a los alfolíes y alcabalas de la sal. Durante los años 1495 y 1496, el arrendamiento conjunto de los diez­ mos de la mar con las alcabalas de los paños y heredades de los forasteros, alfolíes y alcabalas de la sal generaban unos niveles de ingresos superiores al 40% del total de las rentas reales en la ciudad. A partir de 1498, al pasar los diezmos de la mar y heredades de los forasteros a arrendarse junto a los diezmos de A Coruña, resulta imposible estimar el valor porcentual que

558 559

AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; y Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar. AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar; y CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar.

410

Amparo Rubio Martínez

alcanzaron dichas rentas los años siguientes. A pesar de todo, algunos años después (1499 y 1502) se registran ciertas cuantías de maravedís recauda­ das por estas rentas en forma de fieldad, si bien se trata de cantidades prác­ ticamente insignificantes en términos cuantitativos. Por debajo de las rentas derivadas del comercio exterior —diezmos de la mar, alcabalas de los paños y heredades de los forasteros—, las rentas de los alfolíes con las alcabalas de la sal eran las que mayores niveles de ingresos generaban a la Hacienda Regia. Los Expedientes de Hacienda no detallan su valor en los años 1495 y 1496, al haber sido arrendadas estas rentas junto a los diezmos de mar y a las alcabalas de los paños y heredades de los forasteros. Sin embargo, desde 1498 en adelante, las rentas de los alfolíes se arrendaban con independencia de los diezmos de la mar, aunque sí junto a las alcabalas de los paños, sedas y lienzos de los forasteros, constituyéndose en uno de los ramos de la actividad económica de la ciudad más potente en términos fisca­ les. Resulta evidente, que a pesar de las continuas órdenes reales prohibiendo a la ciudad de Betanzos descargar sal en el alfolí en beneficio de su vecina A Coruña, la descarga habría continuado efectuándose, si bien los niveles de venta de sal en el puerto de Betanzos debieron ser muy inferiores a los de A Coruña y los altos porcentajes que representan desde 1498 en adelante se ha­ brían debido sobre todo a la venta de paños, sedas y lienzos de los forasteros, uno de los principales productos importados en el Reino de Galicia para ser redistribuidos en las zonas del interior. Precisamente en 1498, las rentas de los alfolíes con las alcabalas de la sal, paños, sedas y lienzos de los forasteros sumaron un total de 210.000 ma­ ravedís, lo que venía a suponer el 56,51% del total de los impuestos ordinarios recaudados en la ciudad. Desde 1499 en adelante, se mantendrían como las rentas que generan mayores beneficios económicos en la ciudad, representan­ do porcentajes compendidos entre el 26,74 y el 42,19% del total fiscal. La venta del vino en la ciudad de Betanzos proporcionaba buenos cauda­ les de ingresos, puesto que era uno de los productos más demandados, desti­ nándose no sólo al consumo local, sino también a la exportación. En el siglo xiv la ciudad de Betanzos había obtenido autorización para vender libremen­ te sus vinos en A Coruña, lo que suscitó la oposición de los coruñeses, por lo que la ciudad de Betanzos decidía solicitar de los reyes la confirmación de este Privilegio.560 Por otra parte, cabe destacar que, al menos durante el

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

411

reinado de los Reyes Católicos, los vecinos de Betanzos disfrutaban de la franqueza que les eximía del pago del diezmo de los vinos y pescados que exportasen fuera del reino.561 A fines del siglo xv, las alcabalas del vino de la ciudad de Betanzos representaban porcentajes comprendidos en torno al 10% y el 15% del total de los ingresos ordinarios de la ciudad. A mediados de los años noventa suponían el 11,34% del total fiscal, una proporción que descendía en 1499 hasta el 9,19%, recuperándose de nuevo en los últimos años del reinado, alcanzando las cotas más altas en 1503 con un 15,57% del total. Por debajo del vino, el pescado venía a ser otro de los productos más demandados en el mercado de Betanzos, si bien buena parte del pescado que se capturaba en el litoral de la ciudad se orientaba a la exportación. Durante los años 1495 –1504, las alcabalas del pescado alcanzaron porcentajes muy similares a los que representaba el vino. En 1495, suponían el 9,67% del to­ tal y en 1502 alcanzaban el 13,52%. Al año siguiente, las rentas del pescado experimentaban un descenso considerable, situándose en el 9,04%, recupe­ rándose de nuevo el último año del reinado que llegarían al 13,34%. La ciudad de Betanzos estaba bien abastecida de pan y carne. El consu­ mo de carne estaba bien representado en el mercado de Betanzos aunque

AGS, RGS, Sevilla, 10 de marzo de 1500, citado por José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 244. 561 Es posible que la concesión de esta franqueza hubiera tenido lugar durante el rei­ nado de los Reyes Católicos pues estos no hicieron sino reajustar las mercedes que la ciudad había obtenido de los monarcas anteriores, ampliándolas en muchos casos. Los Privilegios más significativos que disfruta la villa de Betanzos a lo largo del siglo xv son fruto de las concesiones hechas por Enrique II en el año 1372. Este monarca, como ya se ha señalado anteriormente, había eximido a la ciudad del pago de monedas, fonsaderas y martiniegas por cabezas, le había otorgado la facultad de carga y descarga en el puerto y en todo su litoral, libertad de pesca en todos los litorales, aprovisionamiento libre de 100 moyos de sal exentos del pago de derechos de alfolí, y franquicia para que cada vecino pu­ diese adquirir diez varas de paño para su vestir y el de su mujer libres de todos derechos. Los monarcas posteriores confirmarían estos Privilegios. Hoy se conocen las confirmacio­ nes de Juan II (Tordesillas, 13 de septiembre de 1410) y de los Reyes Católicos (Toledo, 30 de mayo de 1480). Al respecto véase AGS, Mercedes y Privilegios, leg. 266, fol. 9, en José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 239. 560

412

Amparo Rubio Martínez

siempre por debajo del pescado, que era el producto estrella del sector ali­ mentario. Durante todo el periodo, las alcabalas de la carne aparecen repre­ sentadas en proporciones comprendidas entre el 4% y el 8%. A mediados de los años noventa representaban el 4,81%, unos niveles que serían supera­ dos ampliamente en los años posteriores, alcanzando las cotas más altas en 1502, cuando se situaban en el 7,40% del total fiscal. Con porcentajes muy similares a los que alcanzaba la carne, aparece re­ presentado el pan, aunque con frecuencia esta alcabala se arrendó junto a la de la madera, que proporcionaba niveles de ingresos muy exiguos. En los diez últimos años del reinado de los Reyes Católicos, las alcabalas del pan se estiman en porcentajes comprendidos entre el 4,5% y el 6,5%, unos niveles que se mantendrán a lo largo de todo el período. Si nos centramos en el capítulo dedicado a las manufacturas, observa­ mos que el trabajo de curtido de pieles y cueros —salvajina— ocupaba el primer lugar. En 1495, las alcabalas de la salvajina representaban el 7,90% del total de los ingresos ordinarios y durante los años siguientes, se observa una tendencia al alza en el valor de estas rentas. Concretamente en 1500, re­ presentaban el 11,25% del total, alcanzando las máximas cotas en el último año del reinado con el 15,23%. En segundo lugar se situaban las alcabalas derivadas de la venta de pa­ ños. En 1495, las alcabalas que generaba la venta de manufacturas textiles representaban el 7,80% del total de los ingresos ordinarios, unas proporciones que se mantendrán más o menos estables en los años siguientes, aunque en proporciones algo inferiores a las de 1495. De nuevo en 1504, se alcanzaban las cotas más altas con porcentajes del 8,36% del total fiscal. Las pieles y cueros eran convenientemente tratados para la venta. Con ellos se elaboraban zapatos y otros accesorios complementarios del vestido. En la ciudad de Betanzos, las alcabalas de los cueros se arrendaban junto a las de la plata. Durante estos años, los ingresos devengados de este ramo alcaba­ latorio se sitúan en proporciones comprendidas entre el 2% y el 5% del total de los ingresos ordinarios. Los niveles más altos se registran en 1502, año en el que las alcabalas de los cueros y plata aparecen representadas en un 5%. Finalmente, cabe mencionar las alcabalas derivadas de los intercambios de la propiedad inmobiliaria —heredades— que rara vez superaron el 5%. El arrendamiento de las alcabalas de los alfoces viejos de Betanzos —Santo An­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

413

dré de Tiobre y Santa Cruz de Porzomillos— se llevó a cabo junto a las rentas de la propia ciudad, al menos durante los años 1495 y 1496. Sin embargo, desde el año 1498 en adelante pasarían a arrendarse en el conjunto de núcleos fiscales que componían el partido formado por el arzobispado de Santiago con el obispado de Tui, representando porcentajes situados en torno al 4,50% del total fiscal. En definitiva, si agrupamos las rentas de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes, observamos que en la ciudad de Betanzos eran las rentas derivadas de la actividad comercial por vía marítima las que proporcionaban los mayo­ res caudales de ingresos al fisco regio, superiores al 40% hasta el año 1502, fecha en la que descendían a un 35% aproximadamente. En segundo lugar aparece el capítulo dedicado a la alimentación que, por lo general, alcanzaba porcentajes comprendidos entre el 30% y el 40% del total de los impuestos ordinarios. Finalmente, las alcabalas derivadas de las heredades y alfoces viejos de la ciudad de Betanzos proporcionaban unos niveles de ingresos poco significativos en comparación con los demás ramos alcabalatorios. La tabla que figura a continuación, ofrece un resumen general de las rentas reales ordinarias recaudadas en la ciudad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, y por consiguiente de las actividades económicas que se desa­ rrollaban en la ciudad, lo que permite comprobar la importancia relativa y los beneficios económicos que generaban unas rentas con respecto a otras.

Tabla 46. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

Diezmos de la mar con las alcabalas de los paños y heredades de los forasteros 562 año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

265.730

42,41

335.000

47,10





9.172

1,73

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%





38.920

7,37









414

Amparo Rubio Martínez

Tabla 46. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación)

Alfolí con la alcabala de la sal 563 año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%









210.000

56,51

222.500

42,19

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

222.500

40,64

141.186

26,74

176.000

36,85

144.500

29,93

Vino año

1495 %

cuantía

11,34

79.599

cuantía

71.100 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

11,19



1502

año

1498

año

%

cuantía



48.500

1503

año

1499 % 9,19 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

61.220

11,18

60.090

11,38

74.370

15,57

72.360

14,98

AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar. Desde 1498 en adelante, las rentas de los diezmos de la mar de Betanzos fueron arrendadas junto a los diezmos de la mar y las alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros de A Coruña, por lo que las alcabalas de los paños, sedas y lienzos de los forasteros de Betanzos se incluyen ,a partir de ese año en el ramo del alfolí. La exigua cuantía que aparece en esta tabla para el año 1499 se refiere a una mínima parte de la renta de los diezmos de la mar y heredades de los forasteros de Betanzos recaudada en forma de fieldad. A pesar de que la documen­ tación no lo especifica, parece posible que la renta de las heredades de los forasteros de Betanzos también hubiera pasado a arrendarse junto a los diezmos de la mar y alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros de A Coruña. Las rentas de las heredades de los vecinos se arrendaban por separado, aunque la documentación no permite conocer la cuantía en la que se arrendó en cada uno de estos años. 563 A partir de 1498, este ramo alcabalatorio incluye los paños, sedas y lienzos de los forasteros de Betanzos. En 1504, las rentas del alfolí de Betanzos no incluye la descarga de los vecinos de la ciudad, que se recaudaba por otra parte. 562

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 46. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Pescado

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

60.600

9,67

60.600

8,52

59.000

15,87

65.175

12,35

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

65.175

11,90

71.384

13,52

43.200

9,04

64.400

13,34

Paños año

1495 %

cuantía

7,80

48.900

cuantía

48.900 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

6,87



1502

año

1498

año

%

cuantía



35.150

1503

año

1499 % 6,66 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

35.150

6,42

40.400

7,65

40.400

8,45

40.400

8,36

Salvajina año

1495 %

cuantía

7,90

49.500

cuantía

49.500 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

6,96

49.300

1502

año

1498

año

%

cuantía

13,26

61.625

1503

año

1499 % 11,68 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

61.625

11,25

70.215

13,30

63.562

13,30

73.562

15,23

Carne año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

30.150

4,81

32.400

4,55

33.050

8,89

23.050

4,37

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

33.050

6,03

39.060

7,40

26.754

5,60

27.300

5,65

415

416

Amparo Rubio Martínez

Tabla 46. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación)

Pan (los años 1495, 1496, 1499, 1503 y 1504 se recaudaron juntamente con la madera) año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

30.200

4,82

37.425

5,26





29.100

5,51

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

34.600

6,32

32.500

6,15

25.250

5,28

28.225

5,84

Madera (los años 1495, 1496, 1499, 1503 y 1504 se recaudaron juntamente con el pan) año

1495

........... año

cuantía

4,82

...........

1500

año

%

cuantía



año

%

cuantía



1496

1498

5,26

6.350 año

%

cuantía



...........

año

%

cuantía

1,70

...........

cuantía

1502

cuantía



año

%

1503

año

1499 % 5,51 1504

%

cuantía

%

5,28

...........

5,84

Alfoces viejos año

1495 %

cuantía

4,83

30.300

cuantía

30.300 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

4,26



1502

año

1498

año

%

cuantía





1503

año

1499 % — 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

















Heredades año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

25.350

4,04

20.205

2,84





17.889

3,39

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

20.173

3,68

7.580

1,43

14.270

2,98

17.672

3,66

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

417

Tabla 46. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Cueros y plata

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

14.700

2,34

17.250

2,42

13.900

3,74

15.200

2,88

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

13.900

2,53

26.487

5,01

13.750

2,87

14.312

2,96

TOTALES año

1495 %

cuantía

100,00

711.179

cuantía

626.530 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

100,00

371.600

1502

año

1498

año

%

cuantía

100,00

527.361

1503

año

1499 % 100,00 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

547.393

100,00

527.822

100,00

477.556

100,00

482.731

100,00

Fuente: elaboración propia.

Pontevedra La villa de Pontevedra, perteneciente al señorío jurisdiccional que el arzobispo compostelano ejercía sobre la extensa Tierra de Santiago, se cons­ tituye a lo largo de la Edad Media como el segundo puerto pesquero del Reino de Galicia, tan sólo precedido en volumen de capturas por el puerto de la villa de Muros, también adscrito al mismo señorío jurisdiccional y provin­ cia fiscal. Desde principios del siglo xii, los monarcas tratarían de favorecer la actividad comercial en el puerto de Pontevedra, para lo que concedieron a la villa una serie de Privilegios como el que, en el año 1169, regulaba un régimen especial para sus navíos, así como la exención del pago de luctuosa, goyosa, fonsadera, pedidalla, anal y moneda; o el de la concesión de exclu­

418

Amparo Rubio Martínez

siva para curar el pescado en 1229 con el privilegio añadido de la fabricación del saín en el mismo año.564 A mediados del siglo xv, la villa de Pontevedra consolidaba su posición comercial con respecto al resto de villas y ciudades costeras del Reino de Galicia. En el año 1452, Juan II le otorgaba la categoría de puerto de carga y descarga de mercancías en el Reino de Galicia y ya en esta fecha Ponte­ vedra contaba con alfolí propio.565 Durante buena parte del reinado de Enrique IV, la jurisdicción ecle­ siástica que ejercía el prelado compostelano sobre la villa fue eclipsada por la presencia de Álvar Páez de Sotomayor y su sucesor en esta Casa, Pedro Ál­varez de Sotomayor, primer conde de Camiña. Para compensar los da­ ños ocasionados por la ocupación de la villa por los señores de Sotomayor, Enrique IV decidía otorgar una feria franca a Pontevedra, la feria de San Bartolomé, concedida por el monarca el 17 de mayo de 1467.566 A partir de esta conce­sión, tanto los vecinos de la villa, como los mercaderes que acu­ dían de fuera quedarían exentos del pago de alcabalas de las mercaderías e mantenimientos e ganados e bienes e cosas que en la dicha feria durante los dichos treinta días de cada un año compraren o vendieren 567. El mercado local pontevedrés ofrecía una variada gama de productos, ya fuesen los referidos al ámbito de la alimentación —pan, vino, pescado, carne y fruta—, o al de la artesanía local con productos manufacturados —paños, zapatos, barcos, navíos, carros y aperos de labranza—. Las rentas de alcaba­ las gravaban cada uno de los productos que se vendían en el mercado ponte­ vedrés, un mercado especialmente activo desde el punto de vista económico y comercial, en el que determinados mercaderes extranjeros tenían establecidas sus redes comerciales a través de las cuales redistribuían y comercializaban sus productos. Sobre la importación y exportación de productos a través del puerto re­ caían dos impuestos fundamentales: los diezmos de la mar y los alfolíes con

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 139. José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., pág. 174. 566 José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 143. 567 José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., pág. 174 –175 564 565

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

419

las alcabalas de la sal. Los primeros gravaban la importación de productos foráneos, paños procedentes de otros reinos y de otros lugares de la Corona de Castilla y vino importado de otras zonas del Reino de Galicia. Los derechos de alfolíes gravaban la venta de sal en el alfolí pontevedrés, desde el que el producto se redistribuía a poblaciones cercanas del Reino de Galicia o incluso a mayores distancias. Si tratamos de establecer un orden jerárquico entre los distintos ramos de la actividad económica en función del volumen de ingresos que generaban para la Hacienda Regia, resulta evidente que el primer lugar lo ocupa­ban, una vez más los diezmos de la mar y las ventas de la sal en el alfolí pon­tevedrés. Diezmos de la mar y alfolíes alcanzaban porcentajes superiores al 35% del total de las contribuciones ordinarias que recaudaba la Corona en la villa de Pontevedra, si bien las cuantías recaudadas en concepto de diezmos de la mar debieron ser muy superiores a las que figuran más adelante en la tabla 47, por cuanto la villa marinera de Pontevedra, al igual que aquellas otras sujetas a dependencia señorial del arzobispo de Santiago, debía entregar la mitad de los diezmos de la mar que se recaudaban en la villa a la Mesa arzobispal compostelana. Como acabamos de señalar, eran las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes las que proporcionaban los mayores beneficios económicos a la Ha­ cienda Real. Por el puerto de Pontevedra se introducían paños procedentes de otros reinos que posteriormente se vendían en el mercado de la villa cargas de paños, así de lan como de liño e estopa e fustanes aunque sin duda, los más apreciados eran la manta que vier d´Aragon, alfamares de Castilla e de Portugal y cordas que vienen de Castilla. Además de los paños, la villa de Pontevedra importaba vinos de otras partes del Reino de Galicia, fundamen­ talmen­te de Ribadavia, Ourense, Milmanda y Monterrei.568 La villa de Pontevedra disfrutaba de alfolí propio para el abastecimien­ to de la villa. La sal era un producto fundamental para la conservación de carnes y pescados así como para la industria de los cueros. El Ordenamiento de Alfonso XI acerca del comercio de la sal, promulgado en el año 1338, no menciona a la villa de Pontevedra, de lo que se deduce que la concesión

568

Ibid., 181–182.

420

Amparo Rubio Martínez

de su alfolí debió tener lugar en fecha posterior, aunque de cualquier ma­ nera en 1452 ya se encontraba plenamente constituido, teniendo constancia documental de su existencia en los Cuadernos de arrendamiento fechados este año.569 La sal que llegaba a Pontevedra procedía en su mayor parte de la costa portuguesa y del ducado de Bretaña.570 En la villa de Pontevedra, las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes se arrendaron conjuntamente. A mediados de los años noventa, los ingresos derivados de la recaudación de estos impuestos constituían una fuente de in­ gresos muy notable para la Hacienda Regia. En 1495 alcanzaban los 500.400 maravedís, lo que venía a suponer exactamente el 39,22% del total de los ingresos ordinarios de la villa, un porcentaje que se reduciría considerable­ mente en los años siguientes, representando en 1498 el 33,08%. Unos años después, en 1502, los efectos de la guerra con Francia tenían unas consecuencias altamente negativas para las rentas derivadas del comer­ cio exterior. Este año, los ingresos procedentes de las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes se situaban en torno al 23,15%, y a partir de aquí se irían recuperando hasta alcanzar niveles de rentas muy próximos a los de años anteriores. La actividad comercial desarrollada a través del puerto de Pontevedra pro­porcionaba a la villa un gran volumen de ingresos, superiores incluso a los que generaba la ciudad de A Coruña. Si nos centramos exclusivamente en los ramos alcabalatorios relacionados con la venta de productos alimentarios, observamos que el pescado era el producto más vendido en el mercado pon­ tevedrés. La venta de pescado generaba las mayores cuantías de maravedís dentro del capítulo dedicado a la alimentación. El mercado de Pontevedra ofrecía una gran variedad de productos del mar tales como: sardinas, pulpos, congrio, abadejo seco, rayas frescas y secas, maragotas y budiones salados.571

569 AGS, Diversos de Castilla, 6 –14, publicado por José García Oro, Galicia en la Baja Edad Media, op. cit., págs. 239 – 244. El Cuaderno de arrendamiento de las rentas de los alfolíes señala como puntos de venta de sal: la ciudad de Tui, Baiona de Miño, Pontevedra, Padrón, Noia, Muros, A Coruña, Betanzos y la villa de Navia. 570 José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., pág. 190. 571 José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 150 –151.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

421

Como villa eminentemente marinera, la venta del pescado proporcionaba im­ portantes caudales de rentas a la Hacienda Regia. Las alcabalas del pescado alcanzaban cuantías superiores a los 300.000 maravedís anuales, lo que se traducía en porcentajes aproximados del 25% o el 30% del total fiscal. El segundo producto más demandado en la villa era el vino, cuyas alcaba­las representaban porcentajes comprendidos entre el 10% y el 12 % del total. Por debajo de estos niveles se situaban las alcabalas de la salvajina, paños, pan, cueros y zapatería, carne, madera, hierro, fruta, heredades, barcos y navíos, y bestias. Durante todo el siglo xv, Pontevedra actúa como el mayor centro de acumulación y contratación de pescado en las Rías Baixas. No resulta extra­ ño el hecho de que fuese el pescado el producto más demandado en la villa, te­niendo en cuenta que el puerto de Pontevedra tenía una gran tradición ma­rinera en la que destacaban especialmente actividades como la pesca de la sardina. Desde el puerto de Pontevedra se exportaban grandes cantidades de pescado hacia Andalucía y el Mediterráneo. Al tratarse de un producto de primera necesidad, el concejo trató de favorecer su adquisición por par­ te de los vecinos de la villa con prioridad sobre las exportaciones.572 En 1495, las alcabalas del pescado representaban el 27,73% del total y durante los años siguientes se observa una tendencia al incremento de estas rentas, aunque sea moderado. En el año 1502, las alcabalas del pescado alcanzaban los mayores niveles de ingresos, representando porcentajes del 33,44% del total, unas cantidades que descenderían mínimamente en los últimos años del reinado de los Reyes Católicos. En un nivel inferior al que representaban las alcabalas del pescado se situaban las del vino. La villa de Pontevedra disponía de vino de su propia cosecha que los regidores del concejo trataron de imponer con carácter exclusivo en el mercado local. La producción de vino en Pontevedra era la máxima riqueza de la que disponían los hidalgos y terratenientes que componían el regimiento de la villa. Por este motivo, trataron de conseguir la exclusiva de venta impidiendo la entrada de vino foráneo hasta que se hubiese agotado el propio vino ullao da colleita dos veciños. Sin embargo,

572

José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., pág. 186.

422

Amparo Rubio Martínez

la propuesta de los regidores pontevedreses no tuvo el éxito esperado, so­ bre todo porque la producción de vino en Pontevedra resultaba insuficiente para cubrir la demanda de los vecinos de la localidad.573 Con el fin de garantizar la venta del vino ullao se prohibió la entrada de cualquier otro tipo de vino después de Navidad hasta haber agotado la producción local. Una vez agotado el vino ullao, se procedía a importar vinos de calidad de otras partes del reino como Ribadavia, Ourense, Mil­ manda y Monterrei.574 Las alcabalas derivadas de la venta del vino entre los años 1495 y 1504 en Pontevedra alcanzaban proporciones muy notables, que oscilaban entre el 10% y el 13% del total fiscal, un nivel en el que se mantendrían desde mediados de los años noventa hasta finales del reinado, sin sufrir grandes alteraciones. Además del pescado y del vino, la villa estaba bien abastecida de otros productos destinados a la alimentación —carne, pan y fruta—, si bien el con­ sumo de los mismos se muestra muy inferior al de años anteriores, tal y como se deduce del examen de las contribuciones alcabalatorias. La comarca pon­ tevedresa gozaba de una amplia producción de mijo y centeno, pero era de­ ficitaria en trigo, cereal que importaba de Castilla y Andalucía. La venta del trigo debía tener lugar en la alhóndiga y debía ser efectuada por los propios dueños del trigo, quedando prohibido a fieles y arrendatarios intervenir en su almacenamiento y venta con fines especulativos.575 Las alcabalas derivadas de la venta del pan aparecen representadas en proporciones que oscilaban entre el 2,5% y el 3,5% del total, si bien en los últimos años del reinado se observa un crecimiento muy moderado, teniendo en cuenta también que las alcabalas del pan se arrendaron junto a las de la fruta. El consumo de carne se daba en proporciones muy similares al del pan. Las alcabalas de la carne se pagaban sobre las reses sacrificadas, y repre­ sentaban porcentajes que oscilaban entre el 3% y el 4% del total. Resulta especialmente llamativa la diferencia existente entre el consumo de pescado

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., págs. 145 –146. José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., págs. 181–185. 575 Ibid., págs. 191–192. 573 574

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

423

y carne en la villa, lo que pone de manifiesto la importancia que la actividad pesquera tenía en Pontevedra. En comparación con otros productos, la venta de frutas y hortalizas en el mercado pontevedrés se muestra bastante limitada. Las proporciones que alcanzan sus ventas permanecen invariables en los últimos años de la centuria situándose casi siempre en porcentajes inferiores al 0,5% del total. La escasa afluencia de este tipo de productos a las ferias y mercados de la villa sólo se explica teniendo en cuenta que buena parte de la demanda de este tipo de productos se cubría dentro del propio ámbito familiar. Un examen de las contribuciones alcabalatorias referidas al ramo de la artesanía y productos manufacturados pone de manifiesto que era la venta de paños la que alcanzaba mayores proporciones. La industria textil apenas se desarrolló en la villa de Pontevedra, salvo en el caso de los paños de li­no, que tuvo un cierto desarrollo al contar con un trato de privilegio en los aran­celes del portazgo. La mayor parte de los artesanos dedicados al textil en Ponte­ vedra —alfayates— confeccionaban prendas para satisfacer la demanda de los vecinos de la villa y del entorno próximo, y su gremio se agrupaba en la Cofradía de Santa Catalina.576 La escasa producción local se completaba con la importación de paños, que posteriormente se vendían en el mercado de la villa. Los Expedientes de Hacienda relativos a los años 1495 –1500 muestran la presencia de mercade­ res flamencos en Pontevedra a cargo de las alcabalas de los paños, como era el caso de Juan de Leiden, que arrendaba estas rentas en el año 1499. De este modo, el mercado pontevedrés estaba permanentemente abas­ tecido de paños de lana, lino, estopa, fustanes y sedas. Una parte de los paños que importaba la villa eran de origen peninsular aunque circulaban también los paños flamencos y los ingleses procedentes de Londres y Bristol. De los paños de origen peninsular destacaban los alfameres castellanos, las mantas de Sevilla, Jerez de la Frontera y del Reino de Castilla en general, que se vendían junto a los de procedencia portuguesa y del Reino de Aragón.577

Ibid., pág. 163. José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., págs. 192 –193; y José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 146. 576 577

424

Amparo Rubio Martínez

Las alcabalas derivadas de la venta de paños alcanzan proporciones muy modestas, sin bien es cierto que en los últimos años del reinado se muestran ligeramente superiores. Así, mientras que en 1495 representaban el 3,96% del total, en 1502 alcanzaban ya el 6,79%, aunque estas cifras descenderían ligeramente en los años siguientes. El trabajo del cuero en sus primeras fases —salvajina— se sitúan en pro­­porciones aceptables dentro del capítulo dedicado a productos manufac­ turados. Las pieles y cueros de Pontevedra y su entorno eran productos muy demandados en el mercado local, sobre todo para la fabricación de calzado y otros complementos. Sin embargo a fines del siglo xv, se exportaron masi­ vamente hacia el exterior, por tierra hacia Castilla y Portugal y por mar hacia Andalucía y el Mediterráneo. En general, el trabajo de pieles y cueros en el medio rural era una práctica muy extendida en el Reino de Galicia. El trabajo consistía, en una primera fase, en adobar y curtir las pieles y cueros que luego se llevaban a las villas y ciudades para proceder a su venta. Por lo general, eran los carniceros los primeros en hacerse con las pieles y efectuar el curtido para vender el producto elaborado a los zapateros.578 Las alcabalas derivadas de la venta de estos productos aparecen representadas en torno al 4% o el 5% del total. Los zapateros eran los profesionales más numerosos e influyentes dentro del sector del cuero. Durante estos años, beneficios derivados de la venta de za­ patos y cueros procuraban a la Hacienda Regia cantidades comprendidas entre los 38.000 y los 48.000 maravedís anuales, lo que suponía un nivel de contri­ bución comprendido entre el 3,5% y el 5% del total fiscal. Los mayores niveles se alcanzaban en 1502, fecha en la que las alcabalas de los cueros y zapatería representaron el 5,21% del total, descendiendo al 4% dos años después. Menores eran las cuantías que proporcionaban las alcabalas derivadas de la venta de productos manufacturados como el hierro y otros metales. El trabajo del metal en Pontevedra corría a cargo de herreros, ferradores, armeros y sarralleiros cuyos talleres aparecen concentrados en la feligresía de San Bartolomé y como gremio artesanal estaban asociados en la Cofradía de San Nicolás.

578

José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., pág. 160.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

425

El mercado pontevedrés ofrecía también algunas materias primas como la madera, fundamental para la construcción de barcos y navíos, así como para la tonelería. Desde mediados del siglo xv, los carpinteros pontevedre­ ses señalaban como, desde tiempos pasados, acostumbraban a fabricar navíos, pinaças e batees para los mareantes y pescadores de la villa. La madera también era utilizada por los toneleros para la fabricación de barri­ les, pipas y toneles, recipientes de uso frecuente para encubar los vinos y envasar el pescado conservado en salazón. Los toneleros se concentraban dentro del recinto urbano amurallado, en la rúa de la Tonelería, próxima a la puerta de Santa Clara, lugar de entrada habitual del vino.579 A fines del siglo xv, alcabalas devengadas por la venta de la madera alcanzaban porcentajes comprendidos entre el 1,5% y el 2,5% del total. Las mayores cotas se al­ canzaban a mediados de la década de los noventa, cuando representaron el 2,41% de las rentas reales recaudadas en la villa, mientras que a finales del reinado representaban tan sólo el 1,24% de las mismas. La villa de Pontevedra importaba las materias primas con las que traba­ jaban los herreros —hierro, acero, estaño y cobre—, cuya labor fundamental se basaba en la fabricación de aperos de labranza como rejas de arado, hoces, azadas, etc., utensilios domésticos (cerraduras, bisagras, aldabas, cuchillos...), herraduras y herramientas de canteros y carpinteros.580 Los productos fabrica­ dos y vendidos por los herreros pagaban la denominada alcabala del hierro, que representaba unos porcentajes aproximados del 1,5% en el conjunto de lo recaudado en concepto de rentas reales ordinarias en la villa. La construcción naval era la ocupación principal de buena parte del sec­ tor artesanal pontevedrés y de otras villas marineras, ejercida por los carpin­ teros de ribera. Tradicionalmente la construcción de barcos y navíos había estado gravada con el pago de la alcabala que debían pagar los carpinte­ros en general. Sin embargo, en algunos momentos, la villa de Pontevedra ob­ tuvo la exención de su pago de manos del arzobispo de Santiago, que tra­tó de impulsar la actividad pesquera en la villa. A mediados del siglo xv, el ar­ zobispo don Rodrigo de Luna eximía del pago de alcabalas a los carpinteros

579 580

Ibid., págs. 164 –165. Ibid., págs. 166 –167.

426

Amparo Rubio Martínez

que fabricasen navíos, naves, barchas, baixeles, carabelas pinaças, varquos et beeteles 581. Durante el episcopado de Alonso de Fonseca II no debieron tener lugar tales exenciones, ya que al menos entre los años 1495 y 1504, la documentación hacendística registra el pago de alcabalas por la construcción de barcos y navíos, aunque las proporciones que representan estas alcabalas son mínimas, situándose en torno al 0,30% del total. Por último, hay que mencionar las alcabalas que generaban las transac­ cio­nes de la propiedad inmobilia heredades, representadas en el 0,50% del total fiscal, así como la venta de cabezas de ganado, alcabalas de las bestias, que se sitúan en porcentajes comprendidos entre el 0,15% al 0,20% del total de los ingresos ordinarios de la villa y que se explica teniendo en cuenta la afluencia de ganado a la feria anual que se celebraba en la misma, quince días antes y quince días después del 24 de agosto, festividad de San Bartolomé. Al igual que en los casos anteriores, la tabla que figura a continuación ofrece una visión general de las rentas reales ordinarias recaudadas en la villa de Ponte­ vedra entre los años 1495 y 1504, lo que da buena cuenta de cuales eran los pro­ ductos más demandados en la villa, los ingresos que generaba cada una de éstas rentas y el porcentaje que representaban sobre el conjunto total de lo recaudado.

Tabla 47.

Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Pontevedra entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

Media diezma y alfolí con la alcabala de la sal año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

500.400

39,22

472.450

36,13

360.000

33,08

423.500

33,91

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

423.500

32,92

207.728

23,15

313.300

30,51

376.000

33,19

581

José Armas Castro, Pontevedra en los siglos xii al xv, op. cit., págs. 164 –165.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 47. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Pontevedra entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Pescado

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

353.850

27,73

352.850

26,98

320.000

29,41

389.000

31,15

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

389.000

30,23

300.000

33,44

313.906

30,57

340.206

30,03

Vino año

1495 %

cuantía

10,87

157.450

cuantía

138.750 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

12,04

130.000

1502

año

1498

año

%

cuantía

11,94

136.500

1503

año

1499 % 10,93 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

158.500

12,32

118.000

13,15

109.660

10,68

120.390

10,62

Salvajina año

1495 %

cuantía

4,23

61.650

cuantía

54.050 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

4,71

57.000

1502

año

1498

año

%

cuantía

5,23

59.850

1503

año

1499 % 4,79 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

66.405

5,16

50.000

5,57

55.000

5,35

55.000

4,85

Paños año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

50.600

3,96

63.400

4,84

65.000

5,97

69.250

5,54

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

67.250

5,22

61.000

6,79

67.040

6,53

67.040

5,91

427

428

Amparo Rubio Martínez

Tabla 47. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Pontevedra entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación)

Pan (el año 1504 se recaudó juntamente con la fruta) año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

43.600

3,41

46.200

3,53

28.500

2,61

35.450

2,83

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

37.925

2,94

28.732

3,20

37.370

3,64

47.300

4,17

Fruta (el año 1504 se recaudó juntamente con el pan) año

1495

6.150 año

cuantía

0,48

6.150

1500

año

%

cuantía

7.100

año

%

cuantía

0,55

1496

cuantía

0,47

4.500

1502

año

%

cuantía

3.712

año

%

1498

cuantía

0,41

4.725

1503

4.460

año

1499 % 0,37 1504

%

cuantía

%

0,43

...........

4,17

cuantía

0,41

año

%

Cueros y Zapatería año

1495 %

cuantía

2,97

44.570

cuantía

38.000 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

3,40

38.000

1502

año

1498

año

%

cuantía

3,49

39.900

1503

año

1499 % 3,19 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

43.350

3,36

46.820

5,21

48.420

4,71

48.420

4,27

Carne año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

36.950

2,89

38.250

2,92

36.000

3,30

37.800

3,02

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

39.000

3,03

37.590

4,19

38.390

3,73

38.390

3,38

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 47. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Pontevedra entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Madera

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

25.250

1,97

31.510

2,41

22.500

2,06

23.100

1,84

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

24.400

1,89

13.000

1,44

12.835

1,25

14.137

1,24

Hierro año

1495 %

cuantía

1,28

21.010

cuantía

16.350 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

1,60

16.000

1502

año

1498

año

%

cuantía

1,47

16.800

1503

año

1499 % 1,34 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

18.000

1,39

14.500

1,61

16.265

1,58

16.265

1,43

Heredades año

1495 %

cuantía

0,50

6.425

cuantía

6.425 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

0,49

5.000

1502

año

1498

año

%

cuantía

0,45

6.000

1503

año

1499 % 0,48 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

6.000

0,46

10.340

1,15

5.167

0,50

4.625

0,37

Navíos y barcos año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

3.540

0,27

3.535

0,27

3.500

0,32

4.725

0,37

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

3.855

0,29

3.300

0,36

2.440

0,23

2.440

0,21

429

430

Amparo Rubio Martínez

Tabla 47. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Pontevedra entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Bestias

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

2.000

0,15

2.000

0,15

2.000

0,18

2.100

0,16

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

2.100

0,16

2.381

0,26

2.381

0,23

2.472

0,21

TOTALES año

1495 %

cuantía

100,00

1.307.450

cuantía

1.275.965 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

100,00

1.088.000

1502

año

1498

año

%

cuantía

100,00

1.248.700

1503

año

1499 % 100,00 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

1.286.385

100,00

897.103

100,00

1.026.634

100,00

1.132.686

100,00

Fuente: AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar, leg. 18, fol. 93.

Santiago de Compostela Desde principios del siglo xii, la ciudad de Santiago de Compostela se caracteriza por su marcado carácter artesanal y la intensa actividad econó­ mica y comercial que se desarrolla en ella, unas características que definen a la ciudad desde la época de don Raimundo de Borgoña, particularmente a partir de la famosa Carta o Fuero datada el 16 de noviembre de 1105. A partir de este año ya se encontraba perfectamente definido el alfoz o giro de la ciudad, que los reyes leoneses irían ampliando sucesivamente. Por estas fe­chas también los moradores de Compostela, si bien sujetos al señorío epis­copal, gozaban ya de la condición de ingenuos y las actividades arte­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

431

sanales que se desarrollaban en la ciudad se encontraban bien definidas y articuladas en gremios.582 Por consiguiente, desde principios del siglo xii, don Raimundo de Bor­ goña se convertirá en el artífice de la verdadera transformación que experi­ mentaría la ciudad, concediendo a todos sus moradores la ingenuidad, defen­ diendo su antigua inmunidad judicial, eximiendo a sus vecinos del pago de tributos y servicios del señorío solariego, y garantizando a Compostela un auténtico y precoz Ius mercatum, condiciones todas ellas altamente favora­ bles para el desarrollo económico de la ciudad.583 En opinión de José García Oro, este conjunto de concesiones reales habrían consagrado definitivamente a Compostela como municipio artesanal y comercial, de manera que ya des­ de principios del siglo xiii, la ciudad estaba formada por una triple cate­goría de pobladores: los vecinos con plenitud de derechos y obligaciones según su clase social, los moradores con derechos limitados en el aspecto jurídico, administrativo y comercial, y los moradores del giro, de condición menos definida, aunque considerados como vasallos y jornaleros.584 En materia tributaria, durante el siglo xiv la ciudad obtenía nuevos Privilegios de la Corona, entre otros, la exención de todos los pechos reales que se repartiesen en el Reino de Galicia, concedida por Sancho IV, que sería confirmada por los monarcas posteriores, la condonación de cuatro­ cientas monedas del monto total del tributo de moneda forera que gravaba a todos los ciudadanos del reino, la exención del pago de diezmos de la mar y de los portazgos y peajes que les correspondía pagar en cualquiera de las poblaciones del reino. Los Privilegios concedidos por los sucesivos monarcas a la ciudad constituirían un gran incentivo para el desarrollo de la vida económica, llegando a alcanzar las rentas derivadas de la actividad comercial unos volúmenes de ingresos más elevados que los que presentan otras ciudades del interior, fundamentalmente Lugo y Ourense.585 A todo ello se venía a añadir la concesión de una feria de quince días por Pedro I en

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág.29. Ibid., pág. 30. 584 Ibid., pág.32. 585 Ibid., págs. 41– 42. 582 583

432

Amparo Rubio Martínez

1351, que junto a las de la Ascensión y Santiago Apóstol, que duraban tres días, impulsarían de manera notable la actividad económica y comercial de la ciudad.586 Desde principios del siglo xv, las alcabalas de la ciudad de Santiago se recaudaron en forma de fieldad, encargándose las autoridades concejiles de nombrar a los fieles responsables de la recaudación. A partir de este momento, tenemos ya constancia documental de los principales ramos de la actividad económica en Santiago, que eran los relativos al pan, vino, carne, pescado, paños, zapatería, grasura, salvajina, hierro, fruta, cera y madera.587 Un exa­ men detallado de las contribuciones alcabalatorias de la ciudad de Santiago pone de manifiesto el peso que tenía en la ciudad el capítulo dedicado a la alimentación —ramos del vino, carne, pescado, fruta y grasura—, frente a otros como el de las manufacturas del textil, el trabajo de las pieles y cueros, o de metales como el hierro y la plata. Desde fechas muy tempranas, el concejo santiagués muestra una gran preocupación por el abastecimiento de productos así como por la calidad, pesos y medidas de los mismos. El 12 de noviembre de 1417, el concejo dictaba las Ordenanzas municipales en las que se mencionaba una gran va­ riedad de carnes y pescados que se vendían en el mercado compostelano. En marzo de este mismo año, se pedía a los encargados de la Casa del pescado que estableciesen en la ciudad o en sus puertas los pesos correspondientes para pesar el pescado fresco o seco que se vendiese. Se ordenaba asimismo que se pesase por las medidas del concejo todo el pescado que se fuese a vender en las pescaderías de la ciudad, así como el que introdujesen los mercaderes foráneos para su venta en las mismas. Las contribuciones de alcabalas de la ciudad de Santiago muestran la amplia gama de productos que ofrecía el mercado compostelano, que se mantendría en la misma línea durante varias décadas. Por otra parte, nos indican que el producto más de­ mandado en la ciudad era el vino, y en menor medida se situaba la carne, pescado, paños, zapatería, salvajina, fruta, grasura, madera, hierro, bestias, plata, heredades, cera, piedra y barro. En las carnicerías de La Algalia de

586 587

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 42. Ibid., pág. 48.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

433

Arriba y en la rúa del Villar, abundaban sobre todo las especies avícolas. Pero junto a éstas, se encontraban otros productos, fundamentalmente forra­ jes para las caballerías y aperos de labranza, una gran variedad de zapatos, leña en sus distintas calidades y medidas, y por supuesto pan, un producto que regulan escrupulosamente las Ordenanzas, desde su composición (hari­ na de trigo), hasta su clase de cocción y peso debido.588 El vino es el gran responsable de los altos porcentajes que alcanza el capítulo dedicado a la alimentación. En 1495, la venta del vino en la ciudad de Santiago generaba unos 215.000 maravedís en pago de alcabalas, lo que venía a suponer exactamente el 36,92% del total de los ingresos ordinarios recaudados para la Hacienda Regia en la ciudad. Durante los años siguien­ tes se observa una tendencia al alza en el valor de estas rentas, de manera que ya en 1498, las alcabalas del vino representaban el 45% del total fiscal. Estos niveles descenderían sensiblemente a partir del año 1500, aunque continuarían siempre manteniendo porcentajes superiores al 30% del total de las contribuciones ordinarias. Una relación de cargas de vino existentes en las principales bodegas de Santiago en el año 1509, que se ofrece en la tabla 48, nos permite conocer al detalle quienes eran los prin­cipales propietarios de bodegas en la ciudad, así como la cantidad de vino que almacenaban. Al respecto, merece la pena destacar como algunos de estos sujetos pertenecían a destacadas familias de la élite dirigente santiaguesa: apellidos como Abraldez, Andeiro, o Ulloa es­ tán presentes en las nóminas de propietarios de bodegas del núcleo urbano compostelano. Junto a éstos, aparece un grupo destacado de individuos que desempeñaban otras profesiones en la ciudad, y que posiblemente encontra­ rían en la venta del vino una buena forma de complementar sus ingresos. Así, tenemos noticia de un Gonzalo García, pedrero de La Algalia; Gómez Ares, sastre; Lorenzo, carnicero; o Lope García, pedrero. Del mismo modo, se cons­tata la presencia de algunas mujeres que almacenaban vino en sus ca­ sas para la venta. Como era habitual en la época, en la mayoría de los casos, la identidad de la mujer permanecía unida a la del varón: la mujer de Martín Álvarez, la mujer de Gonzalo Moro, Mayor García, mujer de García Sánchez,

588

Ibid., pág. 51.

434

Amparo Rubio Martínez

aunque hay algunas que aparecen solas como es el caso de Constan­za Bar­ beira. Entre los propietarios de bodegas se encuentran también algu­nos ecle­ siásticos conocidos como el cardenal Pedro Fernández de Castroverde, que contaba con doce cargas de vino rosado en las bodegas que tenía en su casa. La mayor parte de las bodegas y almacenes de vino dedicados a la ven­ ta del producto, se hallaban situadas en la Puerta del Camino o en la Plaza de Las Mazarelas, si bien algunas se localizan también en La Calderería. No obstante, la mayor parte de estos almacenes o bodegas se encontraban en las casas de morada de los propietarios, sin que sea posible establecer la ubicación exacta a partir de los datos que proporciona la documentación. Por otra parte, merece la pena llamar la atención sobre quienes eran los bodegueros que contaban con mayor número de cargas de vino destinadas a la venta en sus bodegas de la Puerta del Camino. Así por ejemplo, sa­ bemos que Fernando de Palma era propietario de un total de 176,5 cargas entre vino blanco y tinto, Gómez Xito poseía un total de 48 cargas de tinto y rosado en sus bodegas de Las Mazarelas, Martín Dobra 74 cargas de tinto y rosado, y Jácome de Vigo 97,5 cargas de vino blanco repartidas entre los almacenes que poseía en La Calderería, la Puerta del Camino y la propia casa en la que vivía.589

Tabla 48. Propietarios de bodegas en Santiago de Compostela y relación de cargas de vino existentes en ellas en el año 1509 propietarios de bodega

situada en

vino blanco

vino tinto

vino rosado

total cargas

Afonso Festa



15





15

Alonso Brión



30





30

Alonso de Ulloa



14





14 30

Álvaro Catoira Antonio de Lamas Ares Fernández

589



30





En su casa

8





8

Casa

10





10

AHUS, Protocolos Notariales, S – 3, fols. 165 –195

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 48. Propietarios de bodegas en Santiago de Compostela y relación de cargas de vino existentes en ellas en el año 1509 (continuación)

propietarios de bodega

situada en

vino blanco

vino tinto

vino rosado

total cargas

Cardenal de Castroverde

Casa del cardenal





12

12

Constanza Barbeira



20

8



28

Constanza Barbeira



4

36



40

Diego de Arousa



25





25

Diego Pillado



13





13

Domingo



22

23



45



39





39

Fernando de Palma

Puerta del Camino

13





13

Fernando de Palma



3



13,5

Fernán Gómez Abraldez

10,5

Fernando de Palma









8

Fernando de Palma









29

Fernando de Palma









21

Fernando de Palma





6



6

Fernando de Palma



21





21

Fernando de Palma



8





8

Fernando de Palma



26





26

Fernando de Palma



31





31

García Sánchez y Mayor García, su mujer

Casa

11



23

34

Gómez Ares, sastre

Casa

14





14

Gómez Xito

Mazarelas

16





16

Gómez Xito



10





10

Gómez Xito



3

15



18

Gómez Xito



4





4

Gonzalo de Andeiro



12





12

Gonzalo García, pedrero de La Algalia



9





9

Jácome de Vigo

Calderería

56





56

Jácome de Vigo

Sta. M.ª del Camino

25,5





25,5

Casa

16





16

------------

7





7

Jácome de Vigo Juan de Dios

435

436

Amparo Rubio Martínez

Tabla 48. Propietarios de bodegas en Santiago de Compostela y relación de cargas de vino existentes en ellas en el año 1509 (continuación)

propietarios de bodega

vino tinto

vino rosado

total cargas



35





35

Juan de Maçeredo

Casa

24





24

Juan de Santa Marta

Casa

14





14

Juan Grolo el Mozo



9





9

Juan de Lemos

situada en

vino blanco

Juan Grolo, el Viejo

Casa



11



11

Lope García, pedrero



10





10

Lorenzo, carnicero



10





10

Lorenzo, carnicero









20

Martín Dobra



28

16



44

Martín Dobra



15

15



30

Mujer de Gonzalo Moro

Casa

15

11

7

33

Mujer de Martín Álvarez



39





39

Pedro de Vera

Casa

16





16

Pedro Pardo

Casa

18





18

Roi de Peyro



23,5





23,5

Ruy de Muxía



13





13

Ruy López





7



7

Sancho Rodríguez



11





11

796

158,5

42

996,5

TOTALES

Una carga de vino equivalía aproximadamente a 122 litros. Fuente: AHUS, Protocolos Notariales, S–13, fols. 165–195.

Tal como se pone de manifiesto en la tabla precedente, a partir de las cifras que registra la documentación queda fuera de toda duda el amplio predominio de la venta de vino blanco sobre el tinto. De este modo, frente a las 796 cargas de vino blanco almacenadas en distintas bodegas santiague­ sas, únicamente se registran 158,5 cargas de vino tinto y 42 de rosado, re­ sultando un total de 996,5 cargas de vino que se localizan en las principales bodegas de la ciudad a comienzos del siglo xvi.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

437

En segundo lugar y dentro del capítulo referido a la alimentación se situa­ ban las alcabalas de la carne. El mercado compostelano ofrecía una gran va­ riedad de productos cárnicos, destacando por encima de otras las especies aví­ colas.590 Las alcabalas derivadas de la venta de carne en Santiago alcanzaron niveles considerables, representando en 1495 el 12,63% del total fiscal, un porcentaje que descendería ligeramente en los años 1498 y 1499, recuperándo­ se nuevamente a partir del año 1500, con niveles aproximados del 13,35%. Como ya se ha señalado, el pescado ocupaba un lugar fundamental en las contribuciones de alcabalas de la ciudad de Santiago. Al igual que en el caso de la carne, la Casa del pescado de Santiago ofrecía una gran variedad de productos, todos ellos pesados en libras, a los que se añadían las pescadas y congrios frescos que se vendían a ollo 591. En los pagos de alcabalas, la venta del pescado representaba aproximadamente el 10% del total de las contribu­ ciones, alcanzando los mayores niveles en el año 1500, con un porcentaje del 11,24%. A partir de este año descendían de manera considerable, represen­ tando el 6,83% en 1502 y recuperándose ligeramente en los últimos años del reinado, aunque sin alcanzar los porcentajes de años anteriores. En un nivel inferior al que representan las alcabalas del pescado se si­ tuaban las de la fruta, por las que se recaudan cantidades considerablemente inferiores a las de otros productos relativos al sector alimentario. El consumo de frutas y hortalizas en la ciudad aparece más bien ligado al ámbito familiar, de manera que generalmente se cubría con recursos propios. Esto hacía que los ingresos derivados de la venta de fruta en la ciudad fuesen poco relevantes en términos cuantitativos, situándose en porcentajes comprendidos tan sólo entre el 2,5% y el 4,5%. Finalmente, las alcabalas derivadas de la venta de aceites, sebos y grasas —grasura— eran también poco significativas en términos eco­ nómicos, pues en ningún caso superaron el 3% del total de los ingresos. Compostela era ante todo una ciudad de artesanos y mercaderes. En ella se desarrollaban oficios como el de los zapateros, pelliteros, alfayates, herre­ ros, pedreros, carpinteros, correeros, etc. Con relación a la catedral, des­tacaba so­bre todo la Cofradía de los azabacheros, oribes o plateros. En el caso de uno

590 591

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., págs. 50 –51 Ibid., pág. 50.

438

Amparo Rubio Martínez

u otro oficio, existía una viva preocupación por asentar el monopolio en el propio ramo, para lo cual se fijaron una serie de normas respecto a la fabrica­ ción y venta por no profesionales del oficio, y especialmente por foráneos, que pretendían establecerse en la ciudad. Con relación al gremio de azabacheros, sabemos que habían recibido Ordenanzas del arzobispo don Lope de Mendoza en 1443 y de don Rodrigo de Luna después, en las que se detallaban minucio­ samente las calidades de sus productos, las sanciones por eventuales fraudes, la vigilancia respecto a los intentos de mercado libre, y sobre todo, el derecho exclusivo a la producción y venta de los artículos del ramo. Con ante­rioridad a esta fecha, en octubre de 1418, habían recibido unas normas muy similares los plateros, las cuales les restringían la libertad de movimiento.592 Si nos centramos exclusivamente en los ramos de alcabalas relativos al sector artesanal, observamos que a fines del siglo xv, la ciudad de Santiago constituía un foco de contratación textil bien desarrollado, lo que segura­ mente se debía sobre todo al aprovisionamiento de los paños y telas para el personal de la catedral, así como para la ornamentación de capillas y lugares destinados al culto religioso. A mediados de los años noventa, las alcabalas de los paños alcanzaban porcentajes aproximados del 10% del total de las contribuciones ordinarias de la ciudad. A partir del año 1500, la venta de los paños en Santiago se incrementaría de forma exponencial. Los máximos niveles se alcanzaban en 1502, año en el que se recaudaron por las alcabalas de los paños 130.450 maravedís equivalentes al 20,83%, frente a los 67.650 maravedís, recaudados en 1500, lo que suponían un aumento del 11,23% más en los valores de alcabalas con los que la ciudad contribuía a la Hacien­ da Regia. Todavía en los últimos años del reinado, las alcabalas de los paños mantenían niveles elevados, aunque sin alcanzar los de 1502. En un nivel inferior al de la manufactura textil se situaban las alcabalas de la zapatería. En el mercado de Compostela se vendía una gran variedad de calzados: sapatos de corda para sobre calça, sapatos de ome de pee et de lavrador, taçoes para estos sapatos, sapatos para moços pe­

592

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., págs. 51– 52

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

439

quenos de quinse anno ayuso, sapatos soldados et sobre solados el por solar, botas y borceguíes encabezados.593 Al igual que otros gremios, el de los zapateros se había constituído en Cofradía. Como ya se indicó anteriormente, por lo general, cada Cofradía trató de asentar el monopolio en el propio ramo, para lo que se articularon normas excluyentes respecto a la fabricación y venta por no profesionales del oficio y por extranjeros que pretendiesen establecerse en la ciudad. Esta iniciativa se completaba con una normativa muy estricta acerca del acota­ miento de tiendas y mercados.594 En los últimos años de la centuria, las al­ cabalas de la zapatería en la ciudad de Santiago alcanzaban niveles bastante aceptables, sobre todo si se comparan con los que representaba la venta de otros productos. Los porcentajes más elevados se alcanzarían en los años 1495 y 1504, fechas en las que representaban porcentajes del 8,09% y del 8,21% respectivamente. Las alcabalas derivadas del trabajo del cuero en sus primeras fases —sal­ va­jina— representaban unos porcentajes comprendidos entre el 4% y el 6% del total fiscal. A finales de los años noventa, se recaudaron por este concepto 35.100 maravedís, lo que venía a suponer exactamente el 5,21% del total de las rentas reales ordinarias recaudadas en la ciudad. Durante los años siguien­ tes, se observa una tendencia al alza de estas rentas que alcanzaron los precios más elevados en los años 1500 y 1504, representando respectivamente unos porcentajes del 5,83% y el 6,22% del total fiscal. En proporciones muy inferiores se situaban las alcabalas de la madera, por las que a mediados de los años noventa se recaudaban 14.475 marave­ dís, lo que representaba exactamente el 2,48% con respecto a otros ramos de la actividad económica, una proporción que descendería sensiblemente en los años posteriores. Por lo que se refiere a las alcabalas de las bestias, es posible afirmar que durante todo el reinado, alcanzaron porcentajes muy moderados, situados entre el 1,70% y el 1,80%, lo que se explica en cierto modo teniendo en cuenta la afluencia del ganado a mercados francos.

593 594

Ibid., pág. 51. Ibid., pág. 51.

440

Amparo Rubio Martínez

Con niveles de ingresos muy poco significativos se sitúan las alcabalas del hierro, cuyos porcentajes, en función de lo recaudado, oscilaban entre el 1,30% y el 2,25%, alcanzando las cotas más elevadas en los últimos años del reinado. Los Expedientes de Hacienda revelan también la existencia de algunos otros ramos de la actividad económica poco relevantes desde el punto de vista económico. Entre ellos podemos señalar las alcabalas de la plata, que aparecen representadas con porcentajes iguales o poco superiores al 1% y el 1,14% del total fiscal; así como las derivadas del intercambio de la propiedad inmobiliaria —heredades—, que generaban unos ingresos muy modestos a la Hacienda Regia, situados generalmente por debajo del 1%. Finalmente, los menores niveles de alcabalas de todo el conjunto eco­ nómico los proporcionaba el ramo correspondiente a la cera, piedra y barro, que rara vez alcanzaron niveles superiores al 0,50% del total de las contri­ buciones alcabalatorias. La tabla 49 que figura a continuación, detalla los valores que alcanzaron las alcabalas en la ciudad de Santiago entre los años 1495 y 1504, lo que permite comprobar el peso que tenían ciertas actividades económicas en la ciudad, y establecer un cierto orden jerárquico, en función de los beneficios que procuraban a la Hacienda Regia.

Tabla 49.

Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Santiago entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

Vino año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

215.000

36,92

237.500

39,22

295.500

45,56

293.500

43,60

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

222.167

36,90

222.200

35,48

244.500

37,68

202.050

33,70

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 49. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Santiago entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Carne

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

73.550

12,63

73.550

12,14

70.300

10,60

70.300

10,44

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

70.300

11,67

83.600

13,35

81.600

12,57

62.600

10,44

Paño año

1495 %

cuantía

10,90

64.025

cuantía

63.500 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

10,57

63.750

1502

año

1498

año

%

cuantía

9,61

67.650

1503

año

1499 % 10,04 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

67.650

11,23

130.450

20,83

91.800

14,14

104.000

17,34

Pescado año

1495 %

cuantía

10,66

62.100

cuantía

62.100 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

10,25

67.700

1502

año

1498

año

%

cuantía

10,21

67.700

1503

año

1499 % 10,05 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

67.700

11,24

42.800

6,83

57.520

8,86

57.520

9,59

Zapatería año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

47.150

8,09

47.150

7,78

42.500

6,41

48.075

7,14

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

48.075

7,98

48.900

7,80

48.440

7,46

49.240

8,21

441

442

Amparo Rubio Martínez

Tabla 49. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Santiago entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Salvajina

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

29.050

4,98

29.050

4,79

35.100

5,29

35.100

5,21

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

35.100

5,83

34.270

5,47

37.320

5,75

37.320

6,22

Fruta año

1495 %

cuantía

4,20

24.500

cuantía

24.500 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

4,04

25.635

1502

año

1498

año

%

cuantía

3,86

25.950

1503

año

1499 % 3,85 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

26.350

4,37





21.000

3,23

15.970

2,66

Grasas año

1495 %

cuantía

2,97

17.300

cuantía

17.300 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

2,85

14.550

1502

año

1498

año

%

cuantía

2,19

16.400

1503

año

1499 % 2,43 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

16.100

2,67

15.190

2,42

15.565

2,39

16.398

2,73

Madera año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

14.475

2,48

14.475

2,39

12.325

1,85

12.325

1,83

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

12.325

2,04





12.000

1,84

11.320

1,88

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 49. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Santiago entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Hierro

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

10.675

1,83

10.675

1,76

9.020

1,36

9.970

1,48

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

10.025

1,66

11.719

1,87

13.537

2,08

13.537

2,25

Bestias año

1495 %

cuantía

1,72

10.050

cuantía

10.050 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

1,65

11.800

1502

año

1498

año

%

cuantía

1,78

11.800

1503

año

1499 % 1,75 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

11.800

1,96

9.630

1,53

10.300

1,58

10.205

1,70

Plata año

1495 %

cuantía

1,01

5.920

cuantía

5.920 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

0,97

5.205

1502

año

1498

año

%

cuantía

0,78

5.215

1503

año

1499 % 0,77 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

5.215

0,86

6.890

1,10

6.890

1,06

6.890

1,14

Heredades año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

3.780

0,64

3.780

0,62

3.800

0,57

3.800

0,56

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

3.800

0,63

18.440

2,94

5.465

0,84

5.780

0,96

443

444

Amparo Rubio Martínez

Tabla 49. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Santiago entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Cera

año

1495

año

1496

año

1498

año

1499

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

2.875

0,49

2.875

0,47

2.350

0,35

2.150

0,31

año

1500

año

1502

año

1503

año

1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

2.150

0,35

2.100

0,33

2.883

0,44

3.163

0,52

Piedra y barro año

1495 %

cuantía

0,40

2.507

cuantía

2.350 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

0,41

3.235

1502

año

1498

año

%

cuantía

0,48

3.215

1503

año

1499 % 0,47 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

3.215

0,53









3.500

0,58

TOTALES año

1495 %

cuantía

100,00

605.457

cuantía

582.275 año

año

1500

año

1496

año

%

cuantía

100,00

662.770

1502

año

1498

año

%

cuantía

100,00

673.150

1503

año

1499 % 100,00 1504

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

601.972

100,00

626.189

100,00

648.820

100,00

599.493

100,00

Fuente: AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar, y leg. 18, fol. 93.

Lugo A finales del siglo xv, la economía lucense se basaba fundamentalmente en la agricultura, aunque las actividades artesanales y el comercio constituían

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

445

también un pilar fundamental en la vida urbana de la ciudad. Es posible que ya en los últimos años del siglo xv, los artesanos y mercaderes de la ciudad contasen con una organización gremial bien definida tal y como se da por estos años en la ciudad de Ourense aunque hasta el momento, nada podemos afirmar al respecto.595 Sin embargo, y pese a la ausencia de documen­tación que informe sobre estos aspectos, la documentación hacendística nos permi­ te conocer la importancia de los principales ramos de la actividad económica de esta ciudad en orden al pago de las alcabalas.596 Los mayores porcentajes de alcabalas son los que representa el oficio de la zapatería que alcanza cotas situadas entre el 20% y el 25% del total. En segundo lugar se situaban las alcabalas del vino, los paños, correería, bu­ honería y cosas menudas, la carne, las alcabalas de los forasteros, alcabalas del pescado, feria real, las derivadas de oficios como la pellitería o herrería y finalmente, las que procedían de la venta y traspaso de bienes inmuebles. Dentro de la ciudad de Lugo se desarrolla una variada gama de activi­ dades que se pueden agrupar en tres capítulos fundamentales: el primero de ellos es el alimentario, referido a la venta de productos de primera ne­ cesidad: vino, carnes y pescados. Este es el sector que alcanza los mayores porcentajes en los pagos de alcabalas. En segundo lugar se sitúa el capítulo dedicado a los oficios artesanales, en especial el textil, seguido de los cueros y pieles: zapatería, paños, correería y pelliteria; aunque también aparecen representados otros profesionales como los trabajadores del hierro —herre­ ría—. La actividad comercial adquiere gran relevancia en la ciudad de Lugo. La ciudad contaba con varias tiendas de buhonería en las que se llevaba a cabo la venta de baratijas, agujas y adornos de todo tipo. Tradicionalmente, las al­cabalas derivadas de las ventas de los buhoneros se arrendaron junto a

595

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 90.

AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; y Expedientes de Hacienda, leg. 12, sin foliar, y leg. 18, docs. 66 y 94. La documentación es abundante para los años 1505, 1506 y 1508 pero se presenta incompleta para los años 1496 y 1497. Por este motivo, hemos tomado como referencia los valores de alcabalas de los años inmediatamente pos­ teriores a la muerte de Isabel la Católica, con el fin de estudiar con mayor precisión la importancia que adquirieron determinadas actividades económicas en la ciudad. 596

446

Amparo Rubio Martínez

las de la correería, actividad referida al trabajo del cuero, fundamentalmente a la elaboración de correas de cuero. La venta de mercancías al por menor en la ciudad de Lugo tenía su ex­ presión más directa en otro ramo de alcabalas, el de las cosas menudas. Según se desprende del estudio documental, el comercio de las cosas menudas se basaba fundamentalmente en la venta de productos procedentes del exterior, posiblemente del ámbito rural. Dichos productos se venderían en la ciudad con motivo de la celebración de ferias y mercados. En 1496, las rentas de las cosas menudas que se vendían en la ciudad de Lugo las recaudaron los por­ teros, lo que indica que su pago se efectuaba en las puertas de la ciudad, bien al introducir la mercancía, o bien tras su venta siempre y cuando existiese un registro de mercancías que controlase la entrada de los productos.597 Durante los años noventa, estos dos ramos de la actividad económica —correería, bu­ honería y cosas menudas— se arrendaron por separado, mientras que a partir de 1505 quedarían fusionados en uno sólo. La actividad comercial que llevaban a cabo los mercaderes extranjeros en la ciudad de Lugo constituye otro de los ramos alcabalatorios, el de lo forá­ neo. Bajo esta denominación se incluían las alcabalas derivadas de las ventas que efectuaban tales mercaderes en la ciudad. En relación con la actividad comercial que se llevaba a cabo en Lugo, cabe mencionar también la celebración de dos ferias en la ciudad. Una prime­ ra, la feria real que se celebraría en la propia ciudad, de la que no conocemos más datos que los que nos proporcionan las contribuciones de alcabalas. La segunda, es la denominada feria de San Lázaro y se celebraba en las afueras de la ciudad, en el barrio homónimo inmediato al puente que comunicaba con el camino real hacia Santiago. A pesar de no conocer muchos detalles acerca de la vida municipal lucense, sabemos que, al menos, una parte de las alcabalas de la feria de San Lázaro pasaban a engrosar los ingresos de las arcas munici­ pales. En 1506, los regidores de la ciudad de Lugo recaudaban las alcabalas de San Lázaro alegando la pertenencia de las mismas al concejo. Una vez mencionadas las principales actividades económicas que se desarrollaban en la ciudad de Lugo, trataremos de valorar cuales eran las

597

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., págs. 90 –91.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

447

más importantes en términos económicos. A la vista de las contribuciones de alcabalas. Pues bien, el producto más demandado durante estos años dentro de los ramos alcabalatorios referidos al sector de la alimentación era el vino. En los años 1496 y 1497, la venta de vino alcanzaba las cotas más elevadas en los pagos de alcabalas, situándose a la cabeza del ramo alimentario, por encima de otros productos como la carne y pescado. En 1496, las alcabalas derivadas de la venta de vino suponían el 16,40% del total de las alcabalas, un porcentaje muy superior al que representaban las alcabalas de la carne con el 5,81%, o las del pescado.598 En los años 1497 y 1505, las alcabalas del vino se arrendaron junto a las de los paños, represen­ tando en conjunto el 39,31% y el 27,85% del total recaudado en cada uno de estos años. Entre los ramos alcabalatorios que gravaban los distintos oficios artesa­ nales de la ciudad, destaca por encima de todos, el de la zapatería. En el año 1496, la renta de la zapatería se arrendaba junto a otras como la pellitería, correería, buhonería y el pescado. Las alcabalas de estos cuatro ramos alca­ balatorios sumaban conjuntamente un 38,40% del total. Las rentas de la za­ patería eran las más significativas en términos económicos. Prueba eviden­te de ello es que en el año 1497 el ramo de la zapatería generaba el 31,38% del total recaudado, frente al pescado con el 4,17%, el de la pellitería con el 3,05%, o el de la correería y buhonería, que tan sólo alcanzaba el 3,04% del total. Asimismo, en el año 1505, el oficio de la zapatería representaba el 20,78% del total, frente a la correería y buhonería con las cosas menudas que sumaban el 11,24%, el pescado con el 5,02%, y la pellitería con tan sólo el 2,08%. Por debajo del ramo de la zapatería se situaba el textil —paños—, actividad económica que alcanzaba proporciones que oscilaban en torno al 11% y el 13% del total fiscal, y la pellitería y herrería que aparecen repre­ sentadas en torno al 1,5% y el 3%. Si nos referimos a los ramos de alcabalas de las actividades que confor­ man el sector comercial, observamos que las ventas que reportaban los ma­

El arrendamiento de las alcabalas del pescado junto a las de la zapatería, pellitería, correería y buhonería de la ciudad, nos impide conocer el porcentaje que dichas alcabalas representaban con respecto al total en 1496. 598

448

Amparo Rubio Martínez

yores ingresos por estos años eran las que protagonizaban los mercaderes extranjeros —alcabalas de lo foráneo—, cuyos porcentajes oscilaban entre el 9% y el 12% del total. Asimismo, cabe destacar que las alcabalas de la corree­ ría y buhonería con la venta de cosas menudas también alcanzan unas pro­ porciones muy notables, comprendidas entre el 9,50% en 1497, y el 11,89% en 1508. El volumen de ingresos que se obtenía a partir de la celebración de la feria real en la ciudad era, por lo general, inferior al que procede de las ren­ tas mencionadas, aunque en algunos años como en 1496 la celebración de la feria reportó importantes beneficios para la Hacienda Regia. Si agrupamos los distintos ramos de alcabalas en tres únicos bloques, podemos concluir que son los oficios artesanales los que ocupan el primer lugar. La confección de los paños, el trabajo del cuero y la piel —zapatería, correería y pellitería— y el trabajo del hierro alcanzan proporciones inigua­ lables en estos años. Los ingresos de alcabalas derivadas de estos oficios suponían, un 48,22 % del total fiscal en 1506, y un 50,82% en 1508. El capítulo referido a la alimentación también alcanzaba proporciones elevadas. En 1506, las alcabalas procedentes de la venta del vino, carne y pescado representaban el 37,45% del total, mientras que dos años después, representaban un porcentaje algo inferior, estimado en el 32,19%. En tercer lugar se situaban las alcabalas derivadas de la actividad co­ mercial propiamente dicha. Éstas aparecen representadas en un 12,69% en el año 1506, y en una proporción ligeramente superior en 1508 alcanzando el 15,37%. Finalmente, se sitúan las alcabalas devengadas de la venta de inmue­ bles, la denominada renta de las heredades, cuyo conjunto de operaciones en la ciudad de Lugo alcanzaron cifras poco significativas durante el perio­ do estudiado. En 1506, las alcabalas relativas a intercambios de la propie­ dad inmobiliaria representaban únicamente el 1,59% del total, y en 1508 el 1,56%. A continuación se ofrece una tabla con los valores de las rentas reales ordinarias recaudadas en la ciudad de Lugo entre los años 1496 y 1508, des­ glosadas entre los distintos ramos alcabalatorios ordenados en función del volumen de ingresos que cada uno de ellos generaba, expresados en marave­ dís y el porcentaje que representaban sobre el total recaudado.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

449

fiscalidad regia

Tabla 50. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Lugo entre los años 1496 y 1508, distribuidas por ramos alcabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

Zapatería año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

112.327

38,40

49.491

31,38

38.700

20,78

37.450

21,92

47.500

24,48

Vino 599 año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

47.970

16,40

62.000

39,31

51.875

27,85

35.400

20,72

28.875

14,88

Paños año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

40.000

13,67

62.000

39,31

51.875

27,85

20.210

11,82

22.220

11,45

Correería y buhonería de la ciudad año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

112.327

38,40

4.804

3,04

20.950

11,24

18.700

10,94

23.080

11,89

Cosas menudas 600 año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

14.342

4,90

10.193

6,46

20.950

11,24

18.700

10,94

23.080

11,89

En los años 1497 y 1505 la renta del vino se recaudó conjuntamente con la de los paños; y en el año 1508 la renta del vino se cogió por menudo. 599

En el año 1496 la renta de las cosas menudas que se vendían en la ciudad de Lugo la recaudaban los porteros de la misma. El año siguiente, las rentas de las cosas menudas también se arrendaron con independencia de aquellas mercancías que se vendían en las tiendas de buhonería. Sin embargo, a partir de 1505, las alcabalas de las cosas menudas 600

450

Amparo Rubio Martínez

Tabla 50. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Lugo entre los años 1496 y 1508, distribuidas por ramos alcabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Carne

año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

17.020

5,81

15.489

9,82

16.000

8,59

18.520

10,84

21.225

10,93

Foráneo año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%









23.000

12,35

16.695

9,77

21.840

11,25

Pescado 601 año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

112.327

38,40

6.591

4,17

9.355

5,02

10.072

5,89

12.380

6,38

Feria real 602 año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

30.000

10,25





11.250

6,04

5.000

2,92

8.000

4,12

fueron arrendadas junto a las derivadas del grupo tributario constituido por la correería y la buhonería. 601 En el año 1496 se arrendaban juntas las rentas del pescado, zapatería, correería y buhonería, y peletería. Es posible que en este bloque también entraran otras rentas como la ferrería o la renta de lo foráneo de la ciudad. En la documentación, se hace referencia al arrendamiento de alcabalas de estas actividades económicas bajo la siguiente fórmula: Avenencias que fueron hechas con los zapateiros, pescadores, tiendas de buhonería y con los peleteiros. 602 La renta de la feria real del año 1506 fue recaudada por Juan de Salmerón y otro fiel puesto por la ciudad. En 1508 se cogía por menudo.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

451

fiscalidad regia

Tabla 50. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Lugo entre los años 1496 y 1508, distribuidas por ramos alcabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Ferrería

año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%





4.300

2,72

3.892

2,08

3.035

1,77

3.035

1,56

Peletería año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

112.327

38,40

4.818

3,05

3.892

2,08

3.035

1,77

2.831

1,45

Heredades año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

30.806

10,53





7.312

3,92

2.730

1,59

3.035

1,56

TOTALES año

1496

año

1497

año

1505

año

1506

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

292.465

100,00

157.686

100,00

186.226

100,00

170.847

100,00

194.021

100,00

Fuente: AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 12, sin foliar, y leg. 18, fols. 66 y 94.

Ourense El mercado local de la ciudad de Ourense se caracterizaba por hallarse generalmente bien abastecido de toda clase de vituallas. En él se ofrecía a la venta una considerable variedad de los principales y más demandados pro­ ductos de consumo de la época, para satisfacer toda clase de necesidades de los vecinos y comarcanos que allí concurrían, lo que tenía su evidente y más directa correspondencia con la gran diversidad de actividades económicas u

452

Amparo Rubio Martínez

oficios artesanales que se desarrollaban dentro del marco urbano a fines de la Edad Media, según se desprende de la documentación existente y de los estudios realizados.603 Durante todo el siglo xv las Ordenanzas municipales se encargaron de regular la venta de ciertos productos en la ciudad, especialmente los de primera necesidad, fijando precios de venta, regulando pesos y medidas, etc. Así por ejemplo, se fijaban los precios para los distintos tipos de carne que se vendían en el mercado, se regulaban los pesos y medidas de deter­ minados productos con el fin de asegurar el aprovisionamiento y evitar el fraude, se fijaban los aranceles para la venta del pescado en las distintas temporadas del año y se establecían los precios para los distintos tipos de pan, quedando prohibida su exportación en los periodos de mayor cares­ tía.604 Un examen detallado de las contribuciones de alcabalas de fines del siglo xv en la ciudad, pone de manifiesto que la venta de vino ocupaba el primer lugar entre las actividades económicas desarrolladas en la misma, a la que seguían por orden de importancia la venta de zapatos, paños, car­ ne, pescado, pan, hierro, adornos y juquetes —bufilla y sarreo—, cueros y sebos, las alcabalas derivadas de las ventas y traspasos de la propiedad inmobiliaria y de la venta de madera, las alcabalas de las telas —trapería—, hortalizas, paja y leña, salvajina, sal y cabezas de ganado, y finalmente las alcabalas derivadas de la venta de pelliteria. En relación con el sector alimentario, es posible afirmar que, a excep­ ción del vino, la ciudad de Ourense importaba casi todos los productos ne­ cesarios para su abastecimiento. Durante todo el siglo xv, el concejo mostró una gran preocupación por asegurar el aprovisionamiento de productos bá­ sicos en la ciudad.

AGS, CMC, 1.ª época, leg 69, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg, 12, sin fo­ liar, leg. 18 docs. 26, 67 y 113: donde se ofrece documentación abundante y detallada sobre los años 1500, 1505, 1506, 1507 y 1508. Sobre las actividades económicas de la ciudad de Ourense véase también el trabajo de Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense no Século xv. Sociedade urbana na Galicia Baixomedieval, Ourense, Deputacion Provincial de Ourense, 1998. 604 Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense..., op. cit., págs. 220 – 223. 603

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

453

Dentro del capítulo dedicado a la alimentación, la comercialización del vino era sin duda la actividad que mayores beneficios generaba en la ciudad, procurando unos beneficios muy considerables a las arcas municipales y por supuesto, a la Hacienda Regia. La primacía que ocupa la venta de vino en el mercado ourensano se explica teniendo en cuenta el cultivo intensivo y dominante del viñedo en los alrededores de la ciudad. La producción de vino en viñedos próximos a la ciudad y su posterior comercialización y redistribución estuvieron siempre respaldadas por una serie de Privilegios reales que hacía que el producto fuera económicamente rentable, no sólo el que se vendía en el mercado local, sino también el que tenía salida a través de la exportación. Así por ejemplo, tenemos noticia de dos Privilegios Reales de fechas 25 de mayo y 20 de junio de 1353, en los que se eximía del pago de tributos a todo tabernero que acudiese a comprar vino a la ciudad, eximiéndole del pago de alcabalas en su localidad de ori­ gen, en la propia ciudad de Ourense y en el trayecto de ida y vuelta, unos Privilegios que serían confirmados por los monarcas posteriores y que in­ dudablemente determinarían el notable incremento que experimentaría la venta del vino en la ciudad durante el siglo y medio siguiente. El estamento eclesiástico y particularmente el obispo y los canónigos de la catedral de Ourense eran propietarios de viñedos y productores de buena parte del vino que se comercializaba en la ciudad, así como el que se preparaba para la exportación. Su permanencia al frente del negocio du­ rante los siglos xiv y xv con los notables beneficios que la actividad llevaba aparejados se explica también a partir de los Privilegios reales concedidos a la Iglesia ourensana, mediante los cuales se favorecía el desarrollo de dicha actividad. A la ciudad llegaba el vino procedente de la comarca del Ribeiro y allí se encubaba y almacenaba para la venta. Su comercialización aparece liga­da a la exportación a media y larga distancia, aunque buena parte de la produc­ción se vendía en el mercado local. En relación con la venta de vino en el mercado de la ciudad, al margen de la información que proporcionan las contribucio­ nes de alcabalas, lo que conocemos es más bien poco. Por el con­trario, son frecuentes las menciones a mercaderes procedentes de otras zonas del Reino de Galicia, que acudían a Ourense para adquirir el vino que luego exportaban por circuitos comerciales de amplio alcance. Generalmente, el eje fundamen­

454

Amparo Rubio Martínez

tal para la comercialización del vino procedente del Ribeiro ou­rensano era el establecido entre las ciudades de Ourense y Santiago de Compostela. Desde esta última se exportaría al exterior por los puertos de la Tierra de Santiago: Pontevedra, Muros, Noia y Padrón.605 A pesar de no conocer muchos detalles sobre la venta de vino en la ciu­ dad, todo parece indicar que existía una gran demanda del producto, no sólo dentro de la ciudad, sino también en el medio rural más próximo. Por su parte, las autoridades municipales trataron de favorecer en todo momento la comercialización del vino de Ourense prohibiendo la importa­ ción de vinos procedentes de otras zonas mientras no se hubiese vendido el de la propia comarca. Asimismo, el concejo disponía de una detallada normativa acerca de los precios que debía alcanzar el vino en sus distintas variedades, regulando además su tráfico comercial dentro y fuera de la ciudad. Las Ordenanzas municipales de 1506 fijaban los periodos en los que se debía efectuar la venta del vino en la ciudad, unos periodos de los que se excluían los tiempos en que se realizaban los cultos en la catedral.606 El especial interés que el concejo ourensano ponía en regular todos y cada uno de los aspectos relacionados con la comercialización del vino, pone de manifiesto la importancia de esta actividad económica en la ciudad. Induda­ blemente la venta de vino constituía una fuente de riqueza de primer orden en la ciudad, pero al mismo tiempo generaba unos niveles de ingresos muy considerables a la Hacienda Regia. Para la primera mitad del siglo xv, con­ tamos con los datos que proporciona Anselmo López Carreira, según el cual en 1433 las alcabalas del vino de Ourense habrían valido 5.000 pares de blancas, mientras que unos años después en 1466 alcanzarían ya los 12.000 maravedís. Las sisas que repartió el concejo de Ourense para la reconstruc­ ción del puente a partir de los años treinta del siglo xv, gravaron el vino, ya que precisamente éste era uno de los productos que se producía en la ciudad y no había necesidad de importarlo, aunque en 1441, se imponía el pago de sisa sobre todo aquel que se vendiera en las tabernas locales.607

Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense..., op. cit., págs. 226 – 229. José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., págs. 112 –122. 607 Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense..., op. cit., pág. 229. 605 606

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

455

Durante el reinado de los Reyes Católicos, la renta del vino en la ciudad de Ourense alcanzaba los porcentajes más elevados de todos los ramos alca­ balatorios referidos a la alimentación así como del conjunto de actividades económicas que se desarrollaban en la ciudad. En el año 1500, las alcabalas del vino representaban el 47,31% del total fiscal, unos porcentajes que no sólo se van a mantener, sino que incluso serán superados en los años siguien­ tes. En 1507, alcanzaban los 300.000 maravedís, una cifra que representaba el 54,46% del total de las contribuciones ordinarias de la ciudad. Sin embar­ go un año después ya se observan los primeros síntomas de crisis en el sec­ tor, alcanzando las alcabalas del vino un porcentaje del 39,45% con respecto a lo que representaba la venta de otros productos en la ciudad. Siguiendo un orden dentro del capítulo dedicado a la alimentación, en general se observa que las ventas de otros productos eran mucho más limi­ta­ das en el mercado local. Por debajo del vino, la carne era el producto más de­ mandado, un producto que se importaba, a pesar de que existía en la ciudad un importante colectivo encargado de su comercialización. En los años trein­ ta del siglo xv, las sisas que establecía el concejo sobre la carne gravaban no sólo la entrada del producto en la ciudad, sino también el sacrificio de bueyes y vacas, lo que in­­dudablemente contravenía cualquier medida proteccionista que tratara de asegurar el abastecimiento y explica al mismo tiempo que muy pronto el concejo decidiera abandonar esta disposición.608 También durante la primera mitad del siglo xv, las Ordenanzas municipales se ocuparon de regular los precios de venta del producto y al mismo tiempo insistían debida­ mente en que la carne se vendiera al peso, utilizando para ello los pesos lega­ les y tratando de evitar de ese modo cualquier tipo de infracción. Al igual que sucedía en otras ciudades, el concejo también se encargó de fijar los lugares de venta del producto, seguramente con el fin de evitar cualquier intento de evadir el pago de alcabalas. Sin embargo, contra las medidas del concejo, las pretensiones de los carniceros de hacerlo donde considerasen más opor­ tuno persistirían durante años.609 Las noticias con las que contamos sobre las contribuciones de alcabalas de la ciudad en los primeros años del siglo xvi,

608 609

Ibid., pág. 220. Ibid., pág. 221.

456

Amparo Rubio Martínez

sitúan las alcabalas derivadas de la venta de carne en unas cantidades que oscilan entre los 28.290 maravedís del año 1506 y los 37.750 maravedís que alcanzaron en 1500, lo que se traduce en unos porcentajes comprendidos entre el 5,5% y el 7,5% del total fiscal. El pescado se presentaba como otro de los productos básicos de la alimentación, aunque su consumo era sin duda más reducido que el de la carne. Para hacer frente a la demanda de pescado, la ciudad contaba con los recursos de los ríos locales, que permitían disponer de una amplia variedad de especies. Pero además, Ourense importaba pescado fresco y seco de las Rías Baixas con el fin de satisfacer las necesidades de la propia ciudad, actuando también como centro de redistribución del pescado procedente de esta zona hacia Castilla.610 Dentro de la ciudad, por lo general el pescado se vendía en la plaza del Pescado o en la rúa da Pixotaría, dando lugar a numerosos conflictos entre los vendedores —la mayoría mujeres— y el concejo. Así, las Ordenanzas de la primera mitad del siglo xv, advertían de la necesidad de poner un tasador que controlara los precios y se insistía, asimismo, en controlar las infraccio­ nes, ya que según consta en la documentación, en muchos casos el pescado se vendía sin pesar.611 A principios del siglo xvi, las ventas de pescado en el mercado local alcanzaban niveles muy similares a los que representaba la carne. Parece que durante estos años la venta del producto en la ciudad fue cada vez mayor, ya que nos movemos entre los 26.813 maravedís que va­ lieron las alcabalas del pescado en el año 1500 y los 38.500 maravedís que alcanzaron en 1508. Por consiguiente, los porcentajes que representan con respecto al total de las alcabalas recaudadas en la ciudad, son muy similares a los de la carne y oscilan en un margen comprendido entre el 5,13% y el 7,67% del total fiscal. El pan también estaba presente en las contribuciones de alcabalas de la ciudad de Ourense. Se trataba de un producto que se importaba, en su mayor parte, del mundo rural. Las alcabalas derivadas de la venta de pan perma­ necieron estables durante los últimos años del siglo xv, representando por­

610 611

Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense..., op. cit., págs. 222 – 223. Ibid., pág. 223.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

457

centajes comprendidos entre el 4% y el 5% del total de las contribuciones de alcabalas, una proporción que se incrementaría en los primeros años del siglo xvi, alcanzando cifras que triplicaban las de años anteriores. En relación con el pan y con otros productos afines dedicados a la ali­ mentación, conviene llamar la atención sobre la escasez de profesionales de­ dicados al sector, tal y como se deduce del estudio de los censos vecinales. A lo largo de todo el siglo xv se localizan en la ciudad de Ourense un total de veintitrés panaderos, quince de los cuales trabajaban durante la segunda mi­ tad de la centuria, lo que hace sospechar que la elaboración del pan tenía lugar en su mayor parte en el ámbito rural y que desde allí se llevaba a la ciudad para su comercialización.612 Por otra parte, hay que tener en cuenta que el oficio de panadero es el único que las fuentes mencionan referido a la elaboración de alimentos. El resto de los profesionales dedicados al ramo alimentario —carniceros y pes­ cadores— están ocupados específicamente en la venta de tales productos y no en su elaboración. Apenas existen profesionales dedicados a este ramo, lo que se traduce en una escasa oferta de productos alimentarios elaborados, que se explica en parte por la estrecha relación que el mercado de las ciuda­ des establecía con el campo, importando desde allí este tipo de productos, si bien es cierto que, en muchos casos, los alimentos de primera necesidad se cubrían dentro del propio núcleo familiar. Si analizamos detenidamente las contribuciones de alcabalas corres­ pondientes a los distintos oficios artesanales que se desarrollaban en la ciudad de Ourense, observamos que las cotas más elevadas corresponden a las alcabalas de la zapatería, con proporciones comprendidas entre el 8% y el 10,5% durante los años 1500 –1508, representando los mayores niveles del total fiscal en 1506 con el 10,04%. En un nivel inferior al que representan las alcabalas de la zapatería, se sitúan las de los paños. El sector textil era uno de los más significativos y relevantes de la ciudad de Ourense en términos económicos. En orden al pago de alcabalas, el ramo de los paños ocupaba el segundo lugar en el conjunto de oficios artesanales. Durante los primeros años del siglo xvi,

612

Ibid., págs. 187 –193.

458

Amparo Rubio Martínez

las alcabalas de los paños se situaban en torno al 7,5% del total. En 1500, representaban el 7,42% y en esta proporción se mantendría en los años siguientes. En el año 1505 representan el 7,44% del total, alcanzando los niveles más elevados en 1506, con el 8,41%. Un año después, las alcabalas de los paños se sitúan en porcentajes similares a los de años anteriores, con el 7,98%, si bien es cierto que el año siguiente experimentarían un creci­ miento significativo, alcanzando el 9,28% del total. Por otra parte, conviene tener en cuenta que la actividad económica que se gravaba con el título de alcabala de los paños se refería fundamen­ talmente a la venta de paños y tejidos en las plazas y mercados de la ciudad, y no tanto a la venta de vestidos confeccionados prácticamente inexistente, por ser elaborados bajo demanda por sastres y costureras. En este senti­ do debemos advertir que las contribuciones de alcabalas de los paños se muestran inferiores a las que generaba la venta de zapatos, mientras que los censos municipales que se manejan para estos años muestran un número muy superior de sastres encargados de la confección de prendas de vestir que el de zapateros.613 Con ello queda claro que las alcabalas de los paños correspondían fundamentalmente a la venta de tejidos por vara y no a la de productos confeccionados. Otras actividades artesanales, especialmente aquellas relacionadas con el trabajo del metal —ferrería— ocupan también un lugar destacado. La demanda de manufacturas de hierro era general en casi todas las ciudades y villas de la época, sobre todo teniendo en cuenta la expansión artesanal del sector que tiene lugar en este período. El metal más utilizado era sin lugar a dudas el hierro debido a su utilización en la elaboración de aperos de la­ branza. Pera además, el hierro era fundamental para la fabricación de armas, herraduras y utensilios domésticos, así como de algunos objetos decorativos o de lujo demandados en su mayor parte por el ámbito eclesiástico.

Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense..., op. cit., págs. 187 –193. A partir del estudio de distintos censos municipales relativos al siglo xv, este autor localiza un número muy elevado de sastres o alfayates, hasta 201, frente a los 138 zapateros. Concre­ tamente en la segunda mitad del siglo, los censos municipales señalan la existencia de 116 sastres frente a 83 zapateros. 613

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

459

En la ciudad de Ourense el trabajo del hierro ocupaba un lugar muy destacado. La reconstrucción de su puente a lo largo del siglo xv constituiría la principal fuente de demanda de este metal. Las alcabalas derivadas de la venta del hierro se situaban en torno al 4% del total de los años 1500 –1508. Concretamente en 1500 representaban el 4,36% del total, unos niveles muy similares a los que representarían en los años posteriores, si bien con una tendencia a la baja, ya que en 1507 representaban el 3,60%, recuperándose ligeramente un año después. Los censos municipales dejan constancia de la importancia de esta ac­ tividad, aunque el escaso número de profesionales dedicados al oficio no resultase suficiente para satisfacer las necesidades de la ciudad. A lo largo de todo el siglo localizamos treinta y cuatro ferreiros, diecinueve de los cuales desempeñaron su actividad durante la segunda mitad del mismo. No obstan­ te, se debe tener en cuenta que además de los ferreiros había un buen número de profesionales que se dedicaban al trabajo de este metal aunque con un mayor grado de especialización. Los ferreiros se ocupaban de la fabricación de la mayor parte de los objetos metálicos, desde aquellos que se empleaban en la agricultura, herraduras y todos aquellos que se emplearon en la recons­ trucción del puente de la ciudad. A diferencia de éstos, los ferradores se encargaban de la elaboración de instrumentos para el transporte, que dependían por completo de la fuerza ani­ mal. A lo largo de todo el período aparecen veintiún individuos ocupando esta profesión. Otros profesionales que trabajaban el hierro y que aparecen en me­ nor medida eran los cerralleiros, encargados de la fabricación de cerraduras, armei­ros, alfaxemes, cambaixeiros y balesteros en sus distintas modalidades. Dentro del ramo artesanal y en un nivel inferior al que representa el oficio de los ferreiros, aparecen algunas actividades relacionadas con el trabajo de pieles y cueros: la salvajina y pellitería. Los profesionales que constituían el ramo de la salvajina se ocupaban del tratamiento de los cueros una vez desprendida la piel del animal. El cuero convenientemente tratado pasaba a manos de zapateros y pelliteros que se encargaban de la confección de prendas, zapatos y objetos de diversa índole a partir de este material. En la ciudad de Ourense, la venta de cueros y pieles preparados para la confección era muy reducida. Los porcentajes recaudados sobre el ejercicio de estas actividades —salvajina y pellitería— son muy limitados. Las alca­

460

Amparo Rubio Martínez

balas de la salvajina se situaban por debajo del 1% del total de las alcabalas de la ciudad en los años 1500 y 1506. De las alcabalas de la pellitería no tenemos constancia durante los primeros años del siglo xvi salvo en 1508, en que se arrendaron junto a las de la salvajina representando ambas activi­ dades, tan sólo el 0,14% del total de las contribuciones alcabalatorias. La venta de cueros y sebo en bruto tenía mayor importancia. El cuero de los animales no sólo era demandado como producto alimenticio, sino que tam­ bién se vendía para ser tratado posteriormente por los diferentes profesionales de la industria del cuero. Junto al cuero, el sebo era otro de los productos más demandados en las plazas y mercados de casi todas las ciudades y villas de la época por las múltiples posibilidades que ofrecía en la elaboración de jabones, velas de sebo, así como para el tratamiento y conservación de las pieles. Las alcabalas generadas por las ventas de cueros y sebos en Ou­rense alcanzan porcentajes situados entre el 2% y el 3%. En el año 1505, la Ha­ cienda Real recaudaba un total de 14.000 maravedís por las alcabalas del cuero y sebo, lo que venía a suponer exactamente el 2,97% del total de las alcabalas recaudadas en la ciudad. Dos años después, en 1507, estas cifras se reducían considerablemente, recaudándose por este concepto 10.000 mara­ vedís, una cantidad que representaba el 1,81% del total. La madera era otro de los productos que se vendía en los mercados de la ciu­dad de las burgas. Al igual que la mayoría de los productos que cubrían el abastecimiento local, la madera se importaba del exterior y llegaba a la ciudad por vía fluvial. Durante años, las alcabalas de la madera que se vendía en Ourense se arrendaron junto a las de las heredades de la ciudad. Las al­ cabalas de las heredades y madera de la ciudad representaron por estos años porcentajes muy moderados que en ningún caso sobrepasaron el 2% del total fiscal. La venta de telas —trapería— aparece también representada en la ciu­ dad aunque en una proporción mínima que en muy pocas ocasiones supera el 2%. Es posible que este ramo alcabalatorio se ocupase de la venta de telas u otros productos acabados como mantas y sábanas confeccionados dentro del marco de la artesanía local. Por lo general, la fabricación de prendas de vestir atravesaba distintas fases, desde la producción de materias primas —lino, algodón o seda— que generalmente se llevaba a cabo en el medio rural, pa­ sando por la elaboración de las telas en manos de los teceláns, la preparación

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

461

de las mismas que realizaban aparelladores o tundidores, o la fabricación de la propia ropa a manos de los sastres y costureras. Los traperos ofrecerían las telas y productos manufacturados en la ciu­ dad, si bien es cierto que dentro del sector artesanal dedicado al textil en la ciudad de Ourense se localizan algunos artesanos extranjeros. Así por ejem­ plo, entre las menciones de profesionales del textil se localizan dos teceláns franceses y dos flamencos. Las alcabalas de los paños y telas procedentes de Castilla o del exterior corresponden a las que aparecen en el ramo alcabalato­ rio relativo a los paños, aunque en él también se incluye la venta de algunos paños confeccionados en la ciudad. En el mercado ourensano se vendía también paja y leña, si bien las alca­ balas derivadas de la venta de dichos productos apenas son significativas, ya que tan sólo representaban el 1% del total. Por último, la venta de sal y ca­ bezas de ganado aparece escasamente representada. En el año 1500 suponían un exiguo 0,29%, aunque a partir de 1505 se verían incrementadas llegando a alcanzar cotas superiores al 2% sobre el total recaudado. Llama la atención el hecho de que la venta de productos de primera ne­ cesidad como la sal o los animales fuese tan reducida, tal y como se refleja en las contribuciones de alcabalas. Al respecto, debemos tener en cuenta que para llegar a la ciudad procedente de los alfolíes de la costa debía recorrer un largo camino atravesando no pocas dificultades, lo que justifica en cierto modo la escasa venta de sal en los mercados del interior. La venta de cabezas de gana­ do quedaría relegada en su mayor parte a la feria de San Martín que la ciudad celebraba con carácter anual. Los distintos gremios profesionales que desarrollaban su actividad eco­ nómica en la ciudad tenían constituidas sus Cofradías. En el siglo xv Ourense contaba con seis Cofradías: la de los carniceros, los ferreiros o de San Mi­ guel, la de los zapateros o de Santa Eufemia, la de San Sebastián que agrupa­ ba a los mercaderes, y la de los alfayates o de Santa María a Madre.614 Por lo que se refiere a los productos que se ponían a la venta en la ciudad de Ouren­se conviene recordar que casi todos ellos se importaban de otros lugares.

614

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 113.

462

Amparo Rubio Martínez

Las sisas que el concejo ourensano imponía sobre los productos de pri­ mera necesidad, materias primas y algunos productos elaborados para la re­ construcción del puente mayor de la ciudad, constituyen una buena fuente de estudio acerca de los productos que se importaban y exportaban en la ciudad de Ourense.615 Por último, cabe indicar que dada la escasez de pan en la ciu­ dad y la falta de profesionales dedicados a su fabricación, de lo que ya se dio noticia, este producto se importaba del medio rural sin que las autoridades municipales gravasen con sisa su entrada en la ciudad, tratando así de garan­ tizar el abastecimiento. La tabla que figura a continuación, ofrece una visión general de las ren­ tas reales ordinarias recaudadas en la ciudad de Ourense entre los años 1500 y 1508, desglosadas entre los distintos ramos alcabalatorios ordenados en función del volumen de ingresos que cada uno de ellos generaba, expresados en maravedís y el porcentaje que representaban sobre el total recaudado.

Tabla 51.

Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Ourense entre los años 1500 y 1508, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

Vino año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

246.867

47,31

210.000

44,69

203.080

44,99

300.000

54,46

225.300

39,45

Zapatería año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

45.490

8,71

40.000

8,51

45.360

10,04

42.500

7,71

44.480

7,78

Anselmo López Carreira, A cidade de Ourense..., op. cit., págs. 220 – 230. El autor realiza un buen estudio acerca de la importación de productos básicos para el abastecimien­ to de la ciudad: pan, carne, pescado, sal o materias primas, y documenta al mismo tiempo la exportación de vino desde la misma. 615

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

463

fiscalidad regia

Tabla 51. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Ourense entre los años 1500 y 1508, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Paños

año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

38.750

7,42

35.000

7,44

38.000

8,41

44.000

7,98

53.000

9,28

Carne año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

37.750

7,23

30.000

6,38

28.290

6,26

30.000

5,44

32.075

5,61

Pescado año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

26.813

5,13

36.060

7,67

30.325

6,71

32.500

5,89

38.500

6,74

Pan año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

24.000

4,59

25.000

5,32

21.210

4,69

25.500

4,62

78.950

13,82

Ferrería año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

22.771

4,36

19.000

4,04

17.180

3,80

19.875

3,60

23.940

4,19

Bufilla y Sarreo año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

21.000

4,02

18.500

3,93

17.180

3,80

26.000

4,71

19.000

3,32

464

Amparo Rubio Martínez

Tabla 51. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Ourense entre los años 1500 y 1508, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Cueros y sebo

año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

14.195

2,72

14.000

2,97

11.867

2,62

10.000

1,81

10.840

1,89

Heredades y madera año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

10.555

2,02

11.000

2,34

9.346

2,07





9.090

1,59

Trapería año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

9.025

1,72

10.000

2,12

8.492

1,88

10.250

1,86

11.850

2,07

Hortalizas año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

8.259

1,58

5.735

1,22

5.792

1,28

5.296

0,96

5.555

0,97

Paja y leña año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

5.135

0,98

5.000

1,06

4.646

1,02

4.932

0,89

6.300

1,10

Salvajina (el año 1508 se recaudó juntamente con la peletería) año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

1.549

0,29





1.010

0,22





808

0,14

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

465

fiscalidad regia

Tabla 51. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Ourense entre los años 1500 y 1508, distribuidas por ramos alcaba­ latorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación) Sal y bestias

año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

1.549

0,29

10.515

2,23

9.602

2,12





11.330

1,98

Peletería (el año 1508 se recaudó juntamente con la salvajina) año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

















808

0,14

TOTALES año

1500

año

1505

año

1506

año

1507

año

1508

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

cuantía

%

521.784

100,00

469.810

100,00

451.380

100,00

550.853

100,00

571.018

100,00

Fuente: AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 69, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 12, sin foliar, y leg. 18, docs. 26, 67 y 113.

Viveiro Las contribuciones de rentas reales ordinarias recaudadas en la villa de Viveiro en el año 1507 ponen de manifiesto que eran las rentas derivadas del comercio marítimo exterior —diezmos de la mar— y de la venta de sal —al­ folíes— las que proporcionaban los mayores beneficios a la Hacienda Regia. La villa de Viveiro disfrutaba de alfolí propio que había obtenido por merced regia en el año 1262.616

616

José García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 101.

466

Amparo Rubio Martínez

En 1507, los ingresos derivados del pago de los diezmos de la mar y alfolíes de la sal sumaban un total de 90.000 maravedís, una cantidad que venía a suponer exactamente el 25,80% del total de las contribuciones ordi­ narias de la villa. En un nivel inferior al que alcanzan los ingresos derivados del pago de los diezmos de la mar y alfolíes, se situaban las alcabalas del pescado, uno de los productos clave del mercado vivariense, que represen­ taban el 15,63% del total recaudado en concepto de alcabalas. Por debajo de estos niveles, aparecen las alcabalas del vino por las que este año se recau­ daron un total de 50.000 maravedís, lo que venía a representar exactamente el 14,33% del total. En una proporción muy semejante, el 14,19% del total fiscal, se sitúan las alcabalas recaudadas por la venta de sal. Durante estos años, la percep­ ción de alcabalas por la venta de sal por parte de la monarquía se contempla como un caso único en los núcleos urbanos del Reino de Galicia. Cabe su­ poner que, además de las ventas de sal realizadas en los alfolíes autorizados, también se efectuase su venta en otros puntos y que por dichas ventas se pagasen las correspondientes alcabalas. En el año 1507, las alcabalas de la sal valieron 49.515 maravedís, el 14,19% del total de las contribuciones. En proporciones muy inferiores se situaban las alcabalas del dozil 617 con el 7,74%, cueros y hierro con el 6,02%, rapina con el 3,75%, carnicería con el 3,03%, heredades con el 1,72%, y por último el pan en grano con el 1%. Las cifras que proporcionan las contribuciones alcabalatorias de la villa de Viveiro ponen de manifiesto la intensa actividad comercial que tenía lugar a través de su puerto. Sin embargo, los valores de las rentas reales de la villa de Viveiro que figuran a continuación, no constituyen un fiel reflejo de la realidad económica del momento, ya que durante estos años los mercaderes de Viveiro evitaban regularmente el pago de las alcabalas de buena parte de los productos con los que traficaban: pan, vino, paños e incluso ganados. De este modo, se resistían al pago de contribuciones ordinarias a la Corona lle­ gando a sacar sus productos de la villa de Viveiro a otros puertos y ciudades

Según el Diccionario de diccionarios este término procede del francés dousil y el ga­ llego dôcil, y se referiría al conducto por donde se sacaba el vino. Docíl. Llaman en Lemos al taponcillo de estopa que se mete en la canilla, y si es de palo, es la espita; Fray Martín Sarmiento, Catálogo de Voces y Frases de la Lengua Gallega (1746 –1770), ed. de José Luis Pensado Tomé, Universidad de Salamanca, 1973, pág. 347. 617

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

467

del reino con el fin de evadir el pago de alcabalas; de lo que se tiene cons­ tancia en 1502. Este año, el recaudador de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Viveiro, Diego de Verdesoto, denunciaba ante los reyes los negocios fraudulentos que llevaban a cabo los mercaderes de Viveiro, especialmente aquellos que se dedicaban al comercio de paños: algunos mercaderes e otros oficiales que entienden e tra­ tan en cosas de paños e lienços trahen e meten en la dicha villa e logares de su término muchas mercaderías e otras cosas de que deben ser obligados a pagar alcabala e diz que meten las dichas mercaderías escondidamente.618 La tabla que se muestra a continuación registra los valores que alcanza­ ron las rentas reales ordinarias en la villa de Viveiro en el año 1507, dando cuenta, a partir de las cuantias y proporciones que alcanzaron cada una de ellas, de la importancia que tenían unas rentas con respecto a otras.

Tabla 52. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Viveiro en el año 1507, distribuidas por ramos alcabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total rentas

Diezmos de la mar y alfolíes

cuantía

%

90.000

25,80

Pescado

54.515

15,63

Agras de los vinos

50.000

14,33

Sal

49.515

14,19

Dozil

27.000

7,74

Cueros y hierro

21.000

6,02

Rapina

13.100

3,75

AGS, RGS, Madrid, 17 de noviembre de 1502, citado por osé García Oro, Galicia en los siglos xiv y xv, vol II, op. cit., pág. 102. 618

468

Amparo Rubio Martínez

Tabla 52. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la villa de Viveiro en el año 1507, distribuidas por ramos alcabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total

(continuación)

rentas

cuantía

%

Carnicería

8.010

3,03

Heredades

6.000

1,72

Pan en grano Total

3.500

1,00

322.640

100,00

Fuente: AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 18, fol. 28.

Distribución de la población urbana por sectores productivos: los ejemplos de A Coruña y Viveiro

E

conocimiento del volumen de población de las ciudades, los dis­ tintos oficios que desarrollaban sus habitantes, así como la clasifi­ cación de esta en sectores productivos resulta de especial importan­ cia para poder adentrarse en el conocimiento de la ciudad medieval, si bien no siempre resulta posible conocer estos aspectos de la vida urbana debido a las importantes limitaciones que ofrece la documentación. De este modo, el conocimiento de los oficios y profesiones que carac­ te­­rizan la vida de una ciudad sólo es posible en la medida en que se han con­servado las fuentes documentales que registran este tipo de noticias: pa­ drones fiscales elaborados con fines recaudatorios y libros de actas concejiles fundamentalmente, aunque es indudable que, cuando se dispone de ella, la documentación de protocolos resulta de gran utilidad y complementa la infor­ mación aportada por las fuentes anteriores, ofreciendo un conocimiento mu­ cho más preciso de la composición de la población de los principales núcleos urbanos. Si bien es cierto que nuestro mayor interés a la hora de estudiar los padrones fiscales se ha centrado en la distribución de la población por secto­ res productivos, no lo es menos que el estudio de estos tipos documentales nos ha permitido, en muchos casos, tener un conocimiento aproximado del volumen de población que habitaba en las principales ciudades del reino. Sin embargo, conviene hacer algunas advertencias previas en relación con los datos que se pueden obtener del estudio de los diferentes padrones fiscales seleccionados. En primer lugar se debe tener en cuenta que en los padrones elaborados para atender el pago de servicios extraordinarios a la l

470

Amparo Rubio Martínez

monarquía, determinados sectores de la población aparecen excluidos —clé­ rigos, hidalgos y miembros de la nobleza titulada— fundamentalmente, aun­ que en algunos casos, como ocurre con un padrón elaborado para hacer frente al pago del pedido de 1476 en Viveiro, se registra la identidad de algunos de estos fijosdalgos notorios excluidos del pago. De este modo, aunque exentos del pago, la inclusión del grupo de fijosdalgos en el padrón fiscal, nos permite conocer con mayor precisión el volumen global de población de la villa de Viveiro. Los solteros también estaban exentos del pago, al menos en el caso de la contribución de la Hermandad, aunque una vez que contraían matrimo­ nio se les incorporaba al padrón asignándoles la correspondiente cáñama o cantidad con la que debían contribuir. En relación con la composición de la población de los distintos núcleos urbanos, merece la pena prestar atención a la mayor o menor presencia de las mujeres en los padrones fiscales. Como tendremos oportunidad de com­ probar más adelante, las mujeres aparecen escasamente representadas en este tipo de fuentes documentales, y cuando figuran en ellas, por lo general se trata de viudas que representan la cabeza visible del núcleo familiar y a las que se asigna una determinada cuantía a satisfacer. A pesar de todo, el estudio comparativo de estas cáñamas nos permite obtener también un conocimiento aproximado de los niveles de riqueza de la población contri­ buyente, si bien, en el caso de los padrones de la Hermandad, no es posible apreciar diferencias de riqueza entre los contribuyentes, por cuanto este tipo de padrones no gravaba el patrimonio y la riqueza, sino que se limitaba a asignar una cuota fija a cada uno de ellos. Otro de los aspectos que merece la pena analizar a partir de los padrones fiscales es la cantidad y procedencia de población foránea que habitaba en estos núcleos urbanos del Reino de Galicia, posiblemente como consecuen­ cia de los oficios o profesiones que desempeñaban, vinculados muchos de ellos al comercio marítimo. Teniendo en cuenta que los padrones fiscales son realmente escasos, y que en la mayoría de los casos se han conservado como prueba documental presentada en los pleitos de hidalguía, centraremos nuestro estudio en la com­ posición de la población de dos núcleos urbanos costeros del Reino de Galicia —A Coruña y Viveiro—, a partir del análisis detallado de ellos. El primero

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

471

de éstos padrones, corresponde a la ciudad de A Coruña, y fue elaborado en 1496 para el repartimiento de los peones que debían ser envia­dos a Sicilia con cargo a la contribución de la Hermandad. Los de la villa de Viveiro fueron elaborados en su mayoría para el pago de los peones que debían ser enviados a Nápoles y pagados con cargo a la contribución de la Hermandad.619 Como se puede comprobar, la mayor parte de los padrones fiscales que han llegado hasta nosotros se elaboraron para hacer frente al pago de la con­ tribución de la Hermandad, instituída en Galicia en el año 1482. Sin embar­ go, para el caso de la villa de Viveiro, contamos con un padrón muy antiguo, de 1442, que se efectuó para hacer frente al pago del servicio extraordinario y que incluye el repartimiento asignado a la rúa de San Francisco de dicha villa, a la que correspondía pagar un total de 5.270 maravedís. para o serbiçio do señor o principe y para o yantar del Rey y do endiantado y para o salario do alcalde y colledores y para los mensageyros que an de levar hos ditos maravedíes en serbiçio a o dito señor o príncipe dos caes heta.620 Para el estudio de la población vivariense, contamos con un segundo padrón de fecha indeterminada, aunque a tenor de los datos que contiene es casi seguro que correspondiese a los últimos años de la década de los setenta, y que en cualquier caso, fuese anterior a la constitución de la Hermandad en Galicia en el año 1482. Este padrón, que viene a ser el más completo de todos los que se conservan, fue elaborado a instancias del concejo y justicias de la villa de Viveiro y su tierra, a partir de las quejas presentadas por la población sobre las injusticias que se cometían en el repartimiento del servicio. extraor­ dinario. Las principales razones que motivaron la elaboración de este nuevo

El padrón de A Coruña del año 1496 en ARCHVa, Sala Hijosdalgo 00475.017. Un conjunto de padrones relativos a la villa de Viveiro con diferentes fechas (1442,1482, 1484, 1494) en ARCHVa, Sala Hijosdalgo, Caja 414, 7, Caja 732, 3 y Caja 797, 6. Aun­ que no se estudian en este trabajo, si han sido consultados varios padrones de la ciudad de Ourense relativos al siglo xv, publicados por Anselmo López Carreira, Padróns de Ourense do século xv, Santiago de Compostela, Consello da Cultura Galega, 1995. 620 ARCHVa, Sala Hijosdalgo, Caja 414, 7. 619

472

Amparo Rubio Martínez

padrón aparecen recogidas en el propio texto, y señalan como muchos veci­ nos, en teoría obligados a contribuir, en la práctica quedaban exentos a partir de ciertos favores o dádivas que les procuraban los empadronadores, mien­ tras que por el contrario, algunos hidalgos notorios que debían estar exentos, eran empadronados por la enemistad que mantenían con los que elaboraban el padrón. Por otra parte, se señala también como durante el proceso de ela­ boración del padrón se asignaba a la población pechera unas cantidades muy superiores a las que en realidad correspondía repartir, cantidades de las que al parecer se beneficiaban los propios repartidores. Con el fin de acabar con este tipo de abusos y prácticas fraudulentas, se acordaba la elaboración de un nue­ vo padrón, para lo que se hacía necesario el nombramiento de cuatro personas de la villa de buena conciencia, antiguas y que conozcan a los vecinos de la nombrada villa, tal y como queda constatado en la documentación. Un tercer padrón del que tenemos noticia para la villa de Viveiro fue elaborado en 1482, para hacer frente al pago de la contribución de la Her­ mandad, aunque de él únicamente nos ha llegado el repartimiento correspon­ diente a la rúa Grande de Viveiro. El último padrón estudiado data de 1484, e incluye la relación de velas o feligresías que pagaban la contribución con sus respectivos vecinos (vela de Ferreria, vela de Pedro Bermúdez, vela de Fernando Páez, vela de Labrada, vela da rúa Grande y vela de San Francisco). En el caso de la ciudad de A Coruña, el padrón elaborado para pagar el repartimiento de peones que se enviaron a Nápoles con cargo a la Hermandad en 1496, nos permite estimar el número de vecinos que habitaban en cada co­ lación, así como la composición social de la población adscrita a cada una de estas demarcaciones parroquiales. De acuerdo con la información que propor­ ciona esta fuente documental, que se resume en la siguiente tabla 53, la ciudad contaba en estas fechas con un total de 887 vecinos, casi todos ellos contribu­ yentes, distribuidos en cinco colaciones o parroquias: la de Santiago con 148 vecinos, que incluía el barrio de la Pescadería con 33 vecinos, la colación de Santa María del Campo con 75 vecinos, la de Santo Tomé con 125, la de San Nicolás con 229 y finalmente la de San Jorge con 277 vecinos. De los vecinos registrados en el padrón, sólo de algunos se consigna su oficio o profesión, de manera que en algunas parroquias o colaciones hay una mayoría de vecinos con profesión declarada, mientras que en otras se observa claramente una mayoría sin profesión definida. A modo de ejemplo,

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

473

en la colación de Santiago, de un total de 148 vecinos, sólo de 96 se consiga su profesión, y lo mismo ocurría en el barrio de la Pescadería, donde de un total de 33 vecinos se registra la profesión de 21. En el resto de colaciones son muy pocos los vecinos cuya profesión u oficio aparece consignada; en la colación de Santa María del Campo sólo se registra el oficio de 15 vecinos, 9 en la de Santo Tomás, 16 en la de San Nicolás y 23 en la de San Jorge.

Tabla 53. Vecinos de la ciudad de A Coruña según el padrón municipal del año 1496, elaborado para pagar el repartimiento de peones que se enviaron a Nápoles colación o parroquia vecinos

Santiago Pescadería Sta. M.ª do Campo Sto. Tomé San Nicolás San Xurxo

total

Con oficio

96

21

15

9

16

23

181

Sin oficio

52

12

60

116

213

254

706

TOTALES

148

33

75

125

229

277

887

Fuente: ARChVa, Sala hijosdalgo, 00475.017.

Como se puede observar en la tabla 54 que figura a continuación, entre los 174 oficios y profesiones consignadas, abundan sobre todo los que tienen que ver con el sector secundario, equivalente a la fase de transformación de la materia prima. De este modo, el sector primario aparece muy escasamente representado (sólo una mención a un pescador y también un cavador, que era el sepulturero), mientras que el sector secundario aparece altamente represen­ tado con un número elevado de menciones (126), de las cuales, la mayoría corresponde al gremio de los zapateros (29), sastres (20), carpinteros (11), calafates (10), y toneleiros (10). Resulta evidente por tanto que dentro del sector secundario, además de los oficios de zapatero y sastre, muy presentes en la ciudad, dominaba sobre todo el trabajo de la madera, ya se tratase de la elaboración y reparación de muebles (carpinteros), arreglo de las junturas de las maderas en los barcos (calafates), o elaboración y arreglo de toneles para almacenamiento del vino (toneleiros), siendo éste uno de los productos más demandados en la ciudad.

474

Amparo Rubio Martínez

Además de los mencionados, contabilizamos también un número im­ portante de oficiales o trabajadores de la Casa de la Moneda de A Coruña (8 en total), aunque es posible que dada la importancia de la ceca coruñesa en este periodo, el número de operarios hubiera sido superior, aunque no figure en el padrón. Por debajo de las profesiones mencionadas, aparecen otras con relativa frecuencia, aunque en menor medida: alfayates (4), tundidores (3), tecelans (3), plateros (5), azabacheros (2), armeros (2), cordoeiros (2), forneros (2), pintores (3), picheleros (2), etc. El sector terciario figura escasamente representado, aunque cuando apa­ rece lo hace en número bastante elevado. Así, localizamos 9 mariñeiros, 7 mer­ caderes y 2 pilotos, personajes, todos ellos vinculados al mar, dando un total de 18 vecinos sobre 182, lo que venía a representar el 9,89% del conjunto. Finalmente, se distingue un cuarto grupo que incluye las profesiones que no tienen cabida en los sectores anteriores; en él encontramos barberos (6), bachilleres (1), boticarios (1), cirujanos (2), criados (1), físicos (2), maestre (1), notarios (2), organistas (1), pregoneros (1) y procuradores (3). En total 21 personajes ocupan estas profesiones en el conjunto de los 174 vecinos, lo que representa el 11,53% de los empadronados.

Tabla 54. Oficios y profesiones ejercidas en la ciudad de A Coruña según constan en el padrón municipal del año 1496 oficio o

colación o parroquia

profesión

Santiago Pescadería Sta. M.ª do Campo Sto. Tomé S. Nicolás S. Xurxo

Aguilletero

1









total



1







2

2

4

Armeiro

2











2

Azabachero

1









1

2

Alfayate

Bachiler

1











1

Barbeiro

5









1

6

Barqueiro





1







1

2











2

Bolseiro

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

475

fiscalidad regia

Tabla 54. Oficios y profesiones ejercidas en la ciudad de A Coruña según constan en el padrón municipal del año 1496 (continuación)

oficio o

colación o parroquia

profesión

Santiago Pescadería Sta. M.ª do Campo Sto. Tomé S. Nicolás S. Xurxo

total

Boticario

1











1

Calafate





1

7

1

1

10

Calderero





1







1

Cantarero











2

2

Carboeiro











2

2

Carnicero





1

1





2

Carpintero

6

2





1

2

11

5

2





1



8

Cavador







1

1



2

Cerralleiro









1



1

Cirujano

2











2

Cordoeiro









1

1

2

Corcheiro











1

1

Criado











1

1

Ferreiro

Casa de Moneda





1







1

Físico

2











2

Forneiro

1









1

2 2

Foxeiro

1





1





Labrador











1

1

Mariñeiro

5

4









9

Mercader

6

1









7

Mestre









1



1

Monedero





1







1

2











2 1

Notario

1











Patrón











1

1

Pedrero







1





1

Pescador









1



1

Pichelero

1



1







2

Piloto

2











2

Organista

476

Amparo Rubio Martínez

Tabla 54. Oficios y profesiones ejercidas en la ciudad de A Coruña según constan en el padrón municipal del año 1496 (continuación)

oficio o

colación o parroquia

profesión

Santiago Pescadería Sta. M.ª do Campo Sto. Tomé S. Nicolás S. Xurxo

Pintor

3









Platero

3



1





1

5











1

1

Pregonero Procurador

2

1







Queixeiro









— —



3

3

2

2

1

20

Sastre

16

2



Seleiro

1









Tecelán









2

1

3

Tonelero



8





1

1

10

Tundidor



1





1

1

Zapatero

24



4



1



Zurrador





1







96

21

15

12

15

23

TotalES

1



total



1

3 29 1 182

Fuente: ARChVa, Sala hijosdalgo, 00475.017.

Pero además de lo que puede significar la distribución de la población por sectores productivos dentro de una ciudad, también conviene tener en cuenta la presencia de otros colectivos habitualmente contemplados en los padrones fiscales, como lo son el grupo de las mujeres o el conjunto de población forá­ nea avecindada, que en A Coruña por regla general procedía de otros lugares de la costa cantábrica, aunque también encontramos vecinos originarios de otros países que se encontraban haciendo negocios en la ciudad. En el primero de los casos, la presencia de mujeres en el padrón fiscal de A Coruña del año 1496 es inexistente, lo que resulta lógico, teniendo en cuenta que las viudas es­ taban exentas del pago de la contribución de la Hermandad, una decisión que se había tomado en la Junta de la Hermandad del Reino de Galicia, celebrada en la ciudad de Lugo el 8 de mayo de 1485, teniendo su base en la Asamblea General de la Hermandad, celebrada en la villa de Pinto en el año 1482.621

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

477

No obstante, sí se registran algunas alusiones a mujeres por el parentesco que les unía con cada vecino contribuyente, a pesar de que las mencio­nes son muy escasas: 4 en la colación de Santiago, 1 en la Pescadería, 1 en San­ta María do Campo, y la última en la colación de San Nicolás. En la colación de Santiago, tenemos mención a el hombre de Mayor de Lugo, vescay­no, o piloto que casou con la mujer que fue de Pedro de Muros, el hombre de San­ cha Fado Perrote, y el hombre de María Barqueyra; en la Pescadería se hace referencia a o fillo de Ysabela, en Santa María del Campo encontramos a o que casou con Mencía y criado de Vasco Moro, y finalmente en la colación de San Nicolás figura o hierno de Teresa Alvarina, recién casado... Más importancia, si cabe, tiene el colectivo de población foránea esta­ ble­cido en la ciudad de A Coruña, que se presenta más o menos numeroso depen­diendo de las distintas colaciones. Donde representa un mayor porcen­ taje es en la colación de Santiago, con un 8,78% de los vecinos de esta feli­ gresía, frente al 9,33% que representaban en Santa María del Campo, el 7,2% en Santo Tomás, el 9,01% en San Nicolás y el 6,13% en San Jorge. Si analizamos cual era la procedencia geográfica de este grupo de po­ blación foránea, por lo general se observa que la mayor parte procedía de lugares próximos a la costa cantábrica, casi todos ellos con oficios vincula­ dos, directa o indirectamente, al comercio marítimo. Así por ejemplo, tene­ mos noticia de un Juan de Bermeo, cirujano; Roy Asturán, fillo de Alonso Asturán; Juan de Santander, Diego de Laredo, Alfonso de Ribadesella, Juan de Lequeitio. Entre los procedentes de otros reinos, localizamos a algunos como Rulán, flamenco; Juan Yañez, portugués; Juan de Francia, Pedro Ala­ mán, Juan Francés, Thomas, Olibel, Roy Portugués, Juan Ingres, etc. La tabla 55 que figura a continuación, ofrece una relación pormenorizada de todos los forasteros establecidos en la ciudad de A Coruña en el año 1496, con indicación de la parroquia donde residían y su actividad profesional.

José Manuel Sánchez Chouza, A Coruña en la Baja Edad Media, Sada, Ediciós do Castro, 2005, pág. 32; Miguel Ángel Ladero Quesada, «La Hermandad en Galicia. 1490– 1498», art. cit., págs. 239 – 287; y Amparo Rubio Martínez, «Los ingresos extraordinarios en el Reino de Galicia en el siglo xv», Cuadernos de Estudios Gallegos, n.º 123, Santiago de Compostela, 2010, págs. 247 – 261. 621

478

Amparo Rubio Martínez

Tabla 55. Población foránea avecindada en la ciudad de A Coruña según consta en el padrón municipal del año 1496 C olación

de

S antiago

nombre

profesión

Alfonso de Cedeira

Guarda de la moneda

Alfonso de Monterroso



El hombre de Mayor de Lugo, vescayno



Fernán de Pontedeume

Zapatero

Francisco de Tordesillas

Procurador

Gonzalo Porto, vasco



Juan de Baldaio

Balanzario de la moneda

Juan de Bermeo

Cirujano

Juan de Cambre



Juan de Cedeira

Piloto

Juan de Hordoña

Mercader

O piloto que casou con la mujer que fue de Pedro de Muros



Roy Asturán, fillo de Alonso Asturán



Rulán Framego

— Total C olación

de

S anta M aría

do

14

C ampo

nombre

profesión

Diego de Laredo



Juan de Francia



Juan de Santander



Juan de Vylafranca



Juan Vescayno



Juan Yañes, portugués



Pedro Alamán

— Total C olación nombre

Alfonso de Lugo

de

7

S anto T omas profesión



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 55. Población foránea avecindada en la ciudad de A Coruña según consta en el padrón municipal del año 1496 (continuación)

C olación

de

S anto T omas

nombre

profesión

Fernán de Baldaio



Fernán de Betanzos



Juan de San Vicente



Juan Francés



Olibel



Pedro de Cudillero



Pedro de Laredo



Thomas

— Total C olación nombre

de

9

S an N icolás profesión

Alfonso de Cayón



Alfonso de Pontevedra



Alfonso de Ribadesella



Alfonso de Segovia



Francisco de Valladolid



García de Trasxouba



Gómez de Vivero



Gonzalo de Ferrol



Juan de Lequitio



Juan de Santander



Juan de Santiago



Juan de Santiago



Olibel



Pedro Alamán



Pedro Asturiano



Pedro de Canido



479

480

Amparo Rubio Martínez

Tabla 55. Población foránea avecindada en la ciudad de A Coruña según consta en el padrón municipal del año 1496 (continuación)

C olación

de

S an N icolás

nombre

profesión

Pedro de Ribadesella



Pedro de Santiago



Roy Portugués



Thomas

— Total C olación

de

20

S an X urxo

nombre

profesión

Alfonso Esturán

Pobre espytalero

Alonso de Lastres



Bartolomeu de Bayona



Bertolameu de Baldaio



Diego de Gijón



Diego, que vino de Cayón



Gonzalo de Malpica



Gonzalo de Santillana



Juan de Lastres



Juan de Sevilla



Juan Ingrés



Juanes de Ferrol



Olibel



Pedro de Avilés



Pedro de Laredo



Pedro Yanes de Malpica

— Total

16

Total de foráneos residentes en las cinco colaciones

66

Fuente: ARChVa, Sala hijosdalgo, 00475.017.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

481

Si tomamos como referencia el padrón de vecinos de la villa de Vivei­ ro, elaborado en los años setenta, posiblemente en 1476 pues se refiere al repartimiento del servicio extraordinario de este año, observamos como una vez más es el sector secundario el que domina entre los sectores producti­ vos de la población vivariense. De un total de 256 vecinos registrados en el padrón, únicamente se constata la profesión de 77, mientras que sin oficio definido aparecen 179. Como se puede apreciar en la siguiente tabla 56, de estos 77 vecinos que representaban el 30% de la población registrada en el padrón de Viveiro, el 15,58% se incluiría dentro de lo que podríamos con­ siderar sector primario (pescadores, labradores), el 59,74% estarían a cargo de labores relacionadas con la transformación de la materia prima (zapate­ ros, sastres, ferreiros, pintores, cordoneros, toneleros, tecelans, cerrallei­ ros, carpinteros, picheleros...). En una proporción inferior, el 12,99% del total, aparecen representados aquellos oficios que tenían que ver en mayor o menor medida con la actividad comercial (mercaderes, marineros, tende­ ros, boticarios, etc.) y finalmente, con un porcentaje poco significativo en términos cuantitativos figuran ciertos oficios vinculados al sector servicios (cirujanos, sacristanes, notarios/escribanos, barberos, etc.), que representan aproximadamente el 10,39% del total de la población empadronada.

Tabla 56. Oficios y profesiones ejercidas en la villa de Viveiro según constan en el padrón municipal del año 1476 oficio o profesión

número

oficio o profesión

número

Alfeirán

3

Ferreiro

10

Armero

3

Labrador

3

Barbero

1

Marinero

3

Boticario

1

Mercader

2

Carnicero

1

Notario

3

Carpintero

2

Pescador

9

Cerralleiro

1

Pichelero

1

Cirujano

1

Pintor

3

Cordoeiro

1

Platero

1

482

Amparo Rubio Martínez

Tabla 56. Oficios y profesiones ejercidas en la villa de Viveiro según constan en el padrón municipal del año 1476 (continuación)

oficio o profesión

número

oficio o profesión

Sacristán

1

Tonelero

Sastre

4

Zapatero

Tecelán

1

Tendero

3

número

1 18 Total

77

Fuente: ARChVa, Sala Hijosdalgo, 732.3.

Del mismo modo, si se toma como referencia el padrón de Viveiro de 1484 elaborado para la contribución de la Hermandad, observamos que de un total de 132 vecinos, sólo se consigna el oficio de 38 de ellos. Como se puede apreciar en la siguiente tabla 57, de estos 38 vecinos, sólo 2 estarían dedicados al sector primario (pescadores), 20 al sector secundario ( ferreiros, zapateros, toneleros, armeiros, barqueiros, ballesteiros, etc.), 4 al sector ter­ ciario (despensero, tendero, marinero, carnicero), y 12 dedicados a otros ofi­ cios que no tienen cabida en los anteriores (6 escribanos, 1 gaitero, 1 barbero y 4 bolseiros). De este modo, las proporciones que manejamos para estos sectores serían las siguientes: sector primario (5,2% del total), secundario (52,6%), terciario (10,52%) y otros (31,57%).

Tabla 57. Oficios y profesiones ejercidas en la villa de Viveiro según constan en el padrón municipal del año 1484 oficio o profesión

número

oficio o profesión

número

Armero

1

Barbero

1

Ballestero

1

Barquero

1

Balseiro

4

Carnicero

1

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

483

Tabla 57. Oficios y profesiones ejercidas en la villa de Viveiro según constan en el padrón municipal del año 1484 (continuación)

oficio o profesión

número

oficio o profesión

número

Carpintero

1

Platero

1

Despensero

1

Tendero

1

Escribano

6

Tonelero

1

Ferreiro

4

Tornero

1

Forneiro

1

Tundidor

1

Gaitero

1

Zapatero

7

Marinero

1

Pescador

2

Total

38

Fuente: ARChVa, Sala Hijosdalgo, 797.6.

Por lo que se refiere a la presencia de mujeres en los censos municipa­ les vivarienses, debemos destacar que ni el padrón elaborado en el año 1476 para la contribución del servicio extraordinario ni en el elaborado en el año 1484 para hacer frente al pago de la contribución de la Hermandad, aparece mención alguna a mujeres, algo que contrasta llamativamente con la destacada presencia que tienen las mujeres en el padrón fiscal de Viveiro del año 1442, correspondiente al repartimiento del servicio extraordinario en la rúa de San Francisco de esta localidad. En éste último, de un total de 116 vecinos empadronados, se menciona a 34 mujeres, una cifra que representa el 29,31% sobre el total, un porcentaje muy superior al que representan las mujeres en los padrones fiscales municipales de los años posteriores, sin que podamos dar una explicación coherente acerca de este desequilibrio. La información contenida en el padrón fiscal vivariense del año 1442, que grava el patrimonio y la riqueza de los sujetos contribu­ yentes, nos permite establecer una cierta jerarquía entre las mujeres que tributaban, algunas de ellas ya viudas, aunque otras residían en el núcleo familiar con sus maridos, tal como se puede apreciar en la tabla 58 que se ofrece a continuación.

484

Amparo Rubio Martínez

Tabla 58. Mujeres contribuyentes en la rúa de San Francisco de la villa de Viveiro, según constan en el padrón fiscal municipal del año 1442 nombre de la contribuyente

maravedís

Clara Pillada, mujer que fue de Juan de Luaces

30

Constanza Afonso, mujer que fue de Diego Fernández de Valladolid

60

Dominga Fernández, criada de Fernán López da Pita

4

Elvira Alfeirán

15

Elvira Caraloca y Pedro Rapa, su marido

25

Elvira das Pereyras

8

Elvira de Álvaro Fanego

8

Elvira de Luaces

8

Inés do Finón

35

Juana Alfayata

5

María Afonso de Cabela

100

María Antona, mujer que fue de Juan de Seoane

35

María de Cabrera y Martín Porres

30

María de Chavín, madre de Alonso Antón

25

María de Galdes

12

María de Loureyro y Roy Fernández

70

María de Seoane

24

María do Rego

50

María Fernández das Camoiras

10

María López, mujer que fue de Pedro da Veiga

25

María Pérez

40

María Pérez, alcaldesa

45

María Pérez de Villa

100

María Pulida

20

María Varalla y Juanyn

35

Mayor de Lera

20

Tareija Afonso, mujer de Juan Gómez, marinero

20

Tareija Domínguez, muller que fue de Juan Boo, pescador

45

Tareija Fernández, mujer que fue de Alonso Castaño

35

Tareija Leda, mujer que fue de Alonso Cordido

60

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

485

Tabla 58. Mujeres contribuyentes en la rúa de San Francisco de la villa de Viveiro, según constan en el padrón fiscal municipal del año 1442 (continuación)

nombre de la contribuyente

maravedís

Tareija Martiz Seoane

35

Tareija Misia, mujer que fue de Alfonso Abadín

30

Fuente: ARChVa, Sala hijosdalgo, Caja 00414.007.

Si analizamos, al igual que en el caso de la ciudad de A Coruña, que vo­ lumen de población foránea se encontraba avecindada en Viveiro a fines del siglo xv, el resultado es una escasa presencia de los de esta condición en la villa, si bien es cierto que sí se localizan algunas menciones. Así, en el padrón de 1476, tenemos 15 vecinos procedentes de otros lugares de un total de 252 vecinos registrados, lo que representaba exactamente el 5,9%; mientras que en el padrón de 1484 encontramos únicamente 6, el 3,5% de un total de 170 vecinos. En uno y otro caso, la mayor presencia corresponde a vizcaínos, coruñeses y asturianos, a los que se añaden algunos franceses y portugueses.

El mundo rural. Niveles de renta en las tierras de señorío

T

y como se ha venido poniendo de manifiesto en los capítulos pre­ cedentes, en torno a las principales villas y ciudades del reino se con­ centraban los mayores niveles de rentas, especialmente si se trataba de núcleos urbanos situados en la costa, en los que se hacían efectivos los im­ puestos aduaneros denominados diezmos de la mar que gravaban en un 10% el tráfico comercial con otros reinos. Sin embargo, al margen de los volúme­ nes de rentas y de la variedad de actividades económicas que se desarrollaban en los núcleos urbanos, algunas poblaciones del mundo rural también gene­ raban importantes niveles de ingresos, como consecuencia de su actividad comercial, que variaba considerablemente de unos lugares a otros en función también de las producciones de cada zona. Resulta evidente, por otra parte, que de los cuatro grandes partidos fis­ cales en los que se dividía el Reino de Galicia, el que procuraba los mayores volúmenes de ingresos a la Hacienda Regia era el formado por el arzobispa­ do de Santiago de Compostela juntamente con el obispado de Tui, no sólo por ser el más importante en extensión, sino también por contar con los puer­ tos más activos del reino desde el punto de vista económico y comercial. Al arzobispado de Santiago de Compostela con el obispado de Tui le seguían por orden de importancia los obispados de Ourense, Lugo y Mondoñedo, este último con los niveles de rentas más exiguos, si bien dentro de sus lími­ tes geográficos se localizaba el partido de Viveiro, constituido como partido fiscal independiente desde el año 1480, el cual proporcionaba unos niveles de rentas muy considerables para la Hacienda Regia. al

488

Amparo Rubio Martínez

Arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui Como resulta evidente, el partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago Compostela y el obispado de Tui generaba los ma­ yores volúmenes de ingresos del Reino de Galicia, no sólo por su amplia extensión, sino más bien por su privilegiada situación costera. En las princi­ pales ciudades, villas y lugares que se situaban en su costa, se hacían efecti­ vos los impuestos aduaneros denominados diezmos de la mar, que como ya se indicó gravaban con un 10% de su valor el tráfico marítimo de mercancías con otros países. Los ingresos derivados del pago de impuestos aduaneros marítimos: diezmos de la mar, eran muy considerables, tal y como se puede deducir de los valores de rentas de las principales villas y lugares de la Tierra de Santiago en el año 1500 a partir de la información que proporcionan los Expedientes de Hacienda. Pero por otra parte, la Hacienda Regia percibía en los puertos del Rei­ no de Galicia los derechos derivados de la venta de sal. Los Cuadernos de arrendamiento de alfolíes fijaban los puntos de venta en los puertos de Pon­ tevedra, Padrón, Noia, Muros, A Coruña y Betanzos en el arzobispado de Santiago, y en los puertos de Tui y Baiona en el obispado de Tui. Teniendo en cuenta que los diezmos de la mar y los alfolíes eran satisfechos única­ mente en las villas y lugares situados en la costa, es fácil deducir que los mayores niveles de rentas estarían situados en los principales puertos del arzobispado de Santiago con el obispado de Tui. Sin embargo, las cuantías que alcanzaron las rentas de algunos puertos de la Tierra de Santiago debieron ser muy superiores a los que registra la documentación, pues debemos tener en cuenta que el arzobispo de Santiago percibía la mitad de los diezmos de la mar de la Tierra de Santiago en virtud del Privilegio que Fernando IV le había concedido en el año 1304. El estudio de los valores de las rentas relativos al año 1500 pone de ma­nifiesto que los mayores niveles se localizan, como ya se ha señalado, en las poblaciones costeras. Por encima de 1.000.000 de maravedís se situaban las villas de Muros, Noia, Pontevedra y la ciudad de A Coruña. En un nivel inferior, se localizan las rentas de Padrón, Puebla del Deán, Rianxo, Carril y Villagarcía de Arousa, con la media diezma y el alfolí de Padrón y de toda

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

489

la ría de Arousa, más las alcabalas, diezmos y alfolíes de las villas de Ferrol, Pontedeume y de otras villas y lugares pertenecientes a la sacada de doña María de Haro y Fernando de Andrade, su hijo. En el año 1500, las rentas de Padrón y de toda la ría de Arousa importaban 563.000 maravedís, mientras que las de los lugares y sacada de doña María de Haro y su hijo, se situaban en 324.750 maravedís. También situadas en la costa, generaban buenos niveles de ingresos, com­ prendi­dos entre los 100.000 y los 200.000 maravedís, las villas de Vilano­va de Arou­sa, Cee, Redondela, Finisterre, Vigo y Cangas con la Tierra de Morrazo. En tierras del interior, contaban con unos niveles de rentas similares las tierras y sacadas de don Fernando de Castro y el concejo y Tierra de Mexía. Del mismo modo, algunos puertos de la Tierra de Santiago y del obispado de Tui contaban con niveles muy apreciables de rentas en el año 1500, comprendi­ dos entre los 50.000 y los 100.000 maravedís. En el arzobispado de Santiago cabe mencionar las alcabalas, diezmos y alfolíes delos puertos de Malpica, Laxe, Merindad de Rianxo, Portonovo y Cambados. En el obispado de Tui cuentan con niveles de rentas similares la ciudad de Tui, la villa de A Guarda con su partido, la villa de Salvatierra con su alfoz, la Tierra de San Martiño con Fornelos, la Tierra de Cotobade con la merindad de Soutomaior y As Cámaras do Bispo. Algunas villas y lugares del arzobispado de Santiago y del obispado de Tui situados en la costa y en el interior de la Tierra de Santiago proporcio­ naban unos niveles de rentas comprendidos entre los 30.000 y los 50.000 maravedís. En el arzobispado de Santiago destacan los puertos de Santomé do Mar y A Pobra do Caramiñal, Corcubión y Postmarcos. Situadas en el interior de la Tierra de Santiago, alcanzaban estas proporciones el Girio de la Rocha, el coto de Cinís, la merindad de Cira, los alfoces viejos de Betan­ zos, la merindad de Montaos, y las tierras de doña Urraca de Moscoso. En el obispado de Tui alcanzan estas proporciones las alcabalas de La Franqueira, Val de Tielas, Val de Miñor y el concejo de Sobroso. Es evidente, por otra parte, que eran las unidades fiscales situadas más al interior de la Tierra de Santiago las que contaban con los niveles de rentas más exiguos. Así, con unos ingresos comprendidos entre los 15.000 y los 30.000 maravedís se situaban las alcabalas de las tierras de Fernán Pérez Pa­ rragués, las feligresías de García Díaz de Mexía, el coto de Leiro, la me­rindad

490

Amparo Rubio Martínez

de A Insua, el préstamo de A Mahía, las alcabalas del puerto de Villagarcía, la Tierra de Bama, la Tierra de Martín Sánchez de las Mariñas, San Salvador y Cecebre, las feligresías de Traba y Cereixa, y los cotos de Betanzos y Abe­ gondo. En el obispado de Tui alcanzaban estos niveles las rentas de la tierra de García Sarmiento, señor de Valladares. En un nivel inferior, entre los 10.000 y los 15.000 maravedís se halla­ ban situadas las alcabalas de las feligresías de Pedro Arias de Aldán, Muxía y los cotos de Oia, las encomiendas de Aciveiro y las feligresías de García de Caamaño en Villagarcía de Arousa, Abeancos, San Fins das Estacas, los cotos y feligresías de Leiloio, la Tierra de Moraime, Ferreiros de Urraca de Moscoso, y Marín y Mourente. Con unos niveles de renta menores, comprendidos entre los 5.000 y los 10.000 maravedís se localizan las alcabalas de la sacada de Vimianzo, las fe­ li­gresías de Maroxo, Salceda, Piñeiro y Ribadiso de Urraca de Moscoso, las feligresías de San Simón de Sísamo y Montemaior, el coto de Soandres, las feligresías de Lañas y Logrosa y la feligresía de Santiago de Sísamo, los cotos de Carlos Vázquez, Marcón y Tomeza con el coto de Vilaboa, San Mamede de Ribadulla y su partido y las feligresías de Deixebre y Santo Estevo de Tras­ monte con su partido. Por debajo de los 5.000 maravedís, se localizan los lugares de Seavia, San­­ta María de Queixas, el coto de Arantón y San Xoán de Arriba, el présta­ mo de Viceso, Santa María de Morlán y San Xoán do Campo, Ponte Sigüei­ro, San Miguel de Barcala y Santa María de Lampai, Brandomés, los cotos de Medín y Andeade, Piadela con Montellos, el puerto de Corrubedo, la feligre­ sía de San Xiao de Guimarei, el coto de Codosido, la feligresía de Santalla de Toro; y en el obispado de Tui, el Val de Tebra. Para una visión general de los datos referidos véase el siguiente mapa 5, en el que se indica la distribución geográfica de las rentas reales ordinarias recaudadas en el año 1500 en el partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago de Compostela y el obispado de Tui.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

491

Mar Cantábrico

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Mondoñedo

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ASTURIAS

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A Coruña



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Lugo Santiago

GALICIA

Mondoñedo LEÓN

Océano

Pontevedra

Ourense ZAMORA

Tui

Océano Atlántico

PORTUGAL

Santiago Lugo

NIVELES DE RENTA 0 —0 — 5.000 5.000 mrs. mrs. 5.000 5.000 — — 10.000 10.000 mrs. mrs. Ourense

10.000 10.000 — — 15.000 15.000 mrs. mrs. 15.000 15.000 — — 30.000 30.000 mrs. mrs. 30.000 30.000 — — 50.000 50.000 mrs. mrs. 50.000 50.000 — —100.000 100.000 mrs. mrs. 100.000 100.000 — —200.000 200.000 mrs. mrs. 200.000 200.000 — —500.000 500.000 mrs. mrs. 500.000 500.000 — 1.000.000 — 1.000.000 mrs. mrs.

Tui

PORTUGAL

> 1.000.000 > 1.000.000 mrs. mrs.

Mapa 5. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago y el obispado de Tui, en el año 1500.

492

Amparo Rubio Martínez

Obispado de Lugo En el interior del Reino de Galicia, los niveles de ingresos que genera­ ban las rentas ordinarias eran mucho más modestos que en la costa, tenien­ do en cuenta que los ingresos ordinarios de los partidos de Lugo y Ourense, se nutrían únicamente de las rentas de alcabalas, mientras que los partidos de Santiago de Compostela con Tui, Mondoñedo y Viveiro tenían como fuente principal de ingresos las rentas de los diezmos de la mar y de los alfolíes. En torno al año 1500, los mayores niveles de alcabalas alcanzados en el obispado de Lugo se localizaban alrededor de la villa de Sarria y sus pue­ blas con 353.938 maravedís, aunque debemos tener en cuenta que, desde el año 1489 en adelante, la villa de Sarria y sus pueblas pasarían a constituir un partido fiscal independiente, siendo sus rentas arrendadas a partir de esta fecha tras su confiscación unos años antes al conde de Lemos. No obstante, la ciudad de Lugo también concentraba una buena pro­ porción de las alcabalas del partido, con unos 180.000 maravedís en 1500, una cifra por debajo de la cual aparecen las alcabalas de la abadía de Sa­ mos con sus cotos y partidos valoradas en 104.180 maravedís, o las de la Tierra de Deza y Dozón, perteneciente al señorío jurisdiccional del conde de Lemos, cuyas alcabalas se arrendaron en 102.777 maravedís. En un ni­ vel inferior al que representaban estas rentas figuran las de los principales señoríos nobiliarios lucenses. Así por ejemplo, los señoríos de la Casa de Monterrei: Monterroso, Ulloa y Repostería, alcanzaban niveles de rentas muy próximos a los 100.000 maravedís, 99.302 maravedís y 96.060 mara­ vedís respectivamente. Las alcabalas de las pueblas de Navia y Burón, pertenecientes al seño­ río de Lemos se arrendaron en 91.840 maravedís. Mientras que en torno a los 65.000 maravedís, se situaban las alcabalas de la Tierra y alfoz de Chan­ tada con sus abadengos y granjas, pertenecientes al marqués de Astorga (65.344 maravedís); las alcabalas correspondientes a la Tierra de Chapa y Borraxeiros, pertenecientes a los Ulloa (65.306 maravedís); y las alcabalas del monasterio de Sobrado y su partido, pertenecientes a la Orden del Cister (66.000 maravedís). Con unos niveles de rentas comprendidos entre los 30.000 maravedís y los 50.000 maravedís se situaban las alcabalas de Abeancos con Furelos, San

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

493

Cebrián y San Salvador, Camba y Rodeiro, la Tierra de Cervantes, Portoma­ rín, Outeiro de Rei, señorío jurisdiccional del Conde de Lemos, y sus behe­ trías —cotos de Sober, Atán, Vilar de Ortelle, Pombeiro, O Incio y Castro de Rei—, Portomarín, Balboa y Cancelada, y la Tierra de Castroverde con su alfoz. Con unas cuantías inferiores, comprendidas entre los 15.000 marave­dís y los 30.000 maravedís, se situaban las alcabalas de los cotos de la aba­día de Meira, la Tierra de O Courel, el coto de Cotonovo, la terraría de Sirvián, los cotos de Reboredo, Graba y Dorra, el señorío jurisdiccional de Ruy Fernández de Noguerol y los lugares de Cedrón, Toirán y Valdeláncara, las tierras de García de Valcárcel —Dozón, Momán, Ferreiros y Vilaontes, Illán y Pedrafita, el coto de San Antonio con las feligresías de Villores y Fermota, el coto de Lea, la terraría de Bascuas, Neira y Penamaior, Páramo y Gon­ drame, la Tierra de A Orden, la terraría de Corvelle y Ferreira de Pallares. En un nivel inferior, con unos valores de rentas situados entre los 10.000 ma­ravedís y los 15.000 maravedís figuraban los lugares de Rubiás, Crecen­ te y Quintela, las terrarías de Cámara, Fargos, Robra y Meilán, Benade y Pedreda, Santalla de Coheses, las Grobas y Meira. Entre los 5.000 marave­ dís y los 10.000 maravedís se localizan las alcabalas de los lugares de Cor­ neas y Pedrafita de Camporredondo, Cotá y Serén, la Tierra de Párraga, la terraría de Redor de Vila, San Cibrao de Montecubeiro y las feligresías de Burres, Breixo y Santa María de Sendelle. Y finalmente, con los niveles de alcabalas más bajos, siempre inferiores a los 5.000 maravedís se localizan los lugares de Pacios y Picato, Padornelo, Castelo dos Infantes, Vilagude y Rosende, Francos y Mougán, Manán y Gomeán, Riomol y Mirandela, los cotos de Albeiros, Meilán y Orbazai, San Lorenzo de Aguiar y Constante, el coto de Narón, las feligresías de San Breixo, San Vicenzo das Negradas y San Mamede de Nodar. Para una visión general de los datos referidos véase el siguiente mapa 6, en el que se indica la distribución geográfica de las rentas reales ordinarias recaudadas en el año 1500 en el partido fiscal del obispado de Lugo.

Amparo Rubio Martínez

Mar Cantábrico

N

Mar Cantábrico

ico

nt

lá At

O Mondoñedo

ASTURIAS



494

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A Coruña

Lugo Santiago

GALICIA

LEÓN

Océano

Pontevedra

Mondoñedo ASTURIAS

Ourense ZAMORA

Tui

PORTUGAL

Lugo

Santiago

LEÓN

Ourense

NIVELES DE RENTA 0—

5.000 mrs.

5.000 —

10.000 mrs.

10.000 —

15.000 mrs.

Tui

15.000 —

ZAMORA

30.000 mrs.

30.000 —

50.000 mrs.

50.000 —

100.000 mrs.

100.000 —

200.000 mrs.

PORTUGAL

Mapa 6. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal del obispado de Lugo, en el año 1500.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

495

Obispado de Ourense Una visión general de los valores de las alcabalas recaudadas en el obis­ pado de Ou­ren­­se en el año 1500, nos permite comprobar que los mayores niveles de rentas estaban concentrados en las proximidades de la ciudad y en las villas y lugares de cierta entidad, alrededor de los cuales estaban ver­ tebrados los señoríos laicos y eclesiásticos más destacados. Los mayores niveles de rentas eran los que generaba la abadía de Celanova y Vilanova dos Infantes (153.000 maravedís), la villa de Monterrei con Val de Pazos y Verín con los cotos de Servoi, Oimbra, Ferreiras y Vilamaior (141.485 maravedís), Sobrado y Barbadás (122.525 maravedís) y Piñor y Moreiras (114.000 ma­ ravedís). Entre los lugares que contaban con unos niveles de alcabalas compren­ didos entre los 50.000 maravedís y los 100.000 maravedís, cabe destacar por ejemplo, los lugares de San Cibrao y Valenzá, cuyas alcabalas estaban situadas en 94.575 maravedís, las del monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil (62.500 maravedís), Ceboliño y Bobadela, y las Tierras de Montes con Ribademiño. En el condado de Ribadavia, alcanzaban estos niveles las alca­ balas de la Tierra de Orcellón y su partido (75.044 maravedís), Dacón, Val de Lobás, Amoeiro, O Bolo de Senda, Montes de Oseira y su partido (76.600 maravedís), A Peroxa (73.874 maravedís), Ribadavia (68.000 maravedís), y Lebosende y Avión con sus partidos (67.260 maravedís). Asimismo, en el condado de Monterrei, alcanzaban estos niveles de renta las alcabalas de So­ tobermudo (56.500 maravedís) y las alcabalas de don Juan Pimentel —Santa María de Cexo, Bangueses, Hospital, Condado de Monte Redondo, Santa María de Aguasantas, Xunqueira de Ambía, Arnoia y Fecerdos—. Con unos niveles de rentas considerablemente muy inferiores, situados entre los 30.000 maravedís y los 50.000 maravedís se localizan los lugares de Seoane, A Costa, Asadur y el coto de Molgas con sus partidos, Seixalbo, Cudeiro y Canedo. Asimismo en el condado de Ribadavia, alcanzaron estos niveles las alcabalas de Bentraces, Rozamonde, Laias y San Martín, Castro Cobadoso y Cabanelas con sus partidos. Del mismo modo, en el condado de Monterrei contaban con estos volúmenes de rentas los lugares de Val de Salas, Vilar de Rei, Laza, Val de Laza y las alcabalas de Xinzo de Limia con las ferias de dicha villa.

496

Amparo Rubio Martínez

En el obispado de Ourense, alcanzaron niveles de rentas comprendi­ dos entre los 15.000 maravedís y los 30.000 maravedís, los lugares de As Quirogas con San Miguel de Montefurado, Montederramo con Chandrexa, Torán, Soutomaior, Olaias y San Vicenzo, y los lugares de Juan de Novoa —Sobradelo, Poedo, Guamil y Villar de Santos—; dentro de los límites del condado de Ribadavia los lugares de Esposende, Santo Andrés de Cam­ porredondo, San Paio y San Cristovo de Regodeigós, Beade, Beiro y las Regadas, Gomariz, Pacios y Laias, Osmo y Riobó, San Clodio con sus par­ tidos, Bieite y Berán; y en el condado de Monterrei, los lugares de Ganade, Codosedo, San Pedro de Laroá con Pena, Moreiras y Faramontanos con sus partidos y Fonte Arcada con Laroá y sus partidos. Por debajo de estos niveles se sitúan las alcabalas de San Xurxo y San­ ta Locaia, Santa Cruz de Rabaldo, Araúxo, Acevedo y Porqueira que alcan­ zaban unos volúmenes de rentas comprendidos entre los 10.000 maravedís y los 15.000 maravedís. Finalmente, con valores comprendidos entre los 5.000 maravedís y los 10.000 maravedís, se localizan los lugares de Santa Cristina de Ribas de Sil, Vilanova y Rante, Entrambos Ríos con Vilar, Paio y Muñoriz; dentro del condado de Ribadavia los lugares de Eirás, Salamon­ de y Vilar de Rei; y en el condado de Monterrei, el coto de Sabucedo. Por debajo de los 5.000 maravedís, únicamente tenemos noticia de las alcabalas del coto de Rairo y de la aldea de Ambía, perteneciente al comendador de la Orden de San Juan, Alonso de Novoa. En líneas generales, es posible afirmar que los mayores volúmenes de rentas en este partido fiscal se concentraban en torno a la ciudad de Ouren­ se y a la villa de Ribadavia, debido fundamentalmente a la comercializa­ ción de los vinos de la comarca. En el condado de Monterrei, se distinguían únicamente dos enclaves con valores de alcabalas superiores a los 10.000 maravedís —Celanova y la villa de Monterrei—, mientras que tanto en el condado de Ribadavia como en los alrededores de la ciudad de Ourense, se concentraban buena parte de los núcleos con valores de rentas superiores a los 50.000 maravedís. Para una visión general de los datos referidos véase el siguiente mapa 7, en el que se indica la distribución geográfica de las rentas reales ordinarias recaudadas en el año 1500 en el partido fiscal del obispado de Ourense.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Mar Cantábrico

NIVELES DE RENTA

Mar Cantábrico

ico

nt

lá At

Mondoñedo

ASTURIAS

A Coruña

Lugo Santiago

GALICIA

LEÓN

Océano

Pontevedra

497

fiscalidad regia

Mondoñedo Ourense

0—

5.000 mrs.

5.000 —

10.000 mrs.

10.000 —

15.000 mrs.

15.000 —

30.000 mrs.

30.000 —

50.000 mrs.

50.000 —

100.000 mrs.

100.000 —

200.000 mrs. ASTURIAS

ZAMORA

Tui

ASTURIAS PORTUGAL



N O

E Lugo

S

Santiago

LEÓN

Ourense

ZAMORA

Tui

PORTUGAL

Mapa 7. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal del obispado de Ourense, en el año 1500.

498

Amparo Rubio Martínez

Obispado de Mondoñedo En el obispado de Mondoñedo, los mayores niveles de rentas se locali­ zaban en la zona costera y eran los derivados de la recaudación de alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes. Como es evidente, los mayores niveles se con­ centraban en la villa de Viveiro por razón de su puerto y alfolí, cuyas rentas ordinarias eran arrendadas en el año 1500 en un valor de 348.755 maravedís. Al igual que en el caso de Viveiro, también la villa de Santa Marta de Orti­ gueira contaba con unos volúmenes de ingresos muy considerables como con­secuencia sobre todo de la recaudación de diezmos de la mar y alfolíes en el puerto de dicha villa. En proporciones considerablemente inferiores, se situaban las villas del interior; Castro de Rei y su alfoz (53.000 maravedís), y Vilanova de Lourenzá con su valle y ferrería (52.000 maravedís); y con cantidades algo menores, que oscilaban entre los 30.000 maravedís y los 50.000 marave­ dís, se localizan las villas de Vilamaior de Mondoñedo, San Martiño, San Cibrao, Portocelo y Bares. Los lugares de las Riberas de Miranda, la me­ rindad de San Cosme, Calendario de Nois, Saavedra, Damil, Arcillá, San­ talla de Sisoi y Riotorto, contaban con unos niveles de rentas mucho más modestos que los anteriormente mencionados, situándose entre los 10.000 maravedís y los 30.000 maravedís por término medio. Como se puede apreciar a partir de los valores expuestos, en el inte­ rior del partido fiscal de Mondoñedo, los niveles de rentas eran mucho más modestos que en la zona costera, siguiendo la tónica general ya señalada. De este modo, en el interior de este partido fiscal se localiza un número abundante de cotos y feligresías cuyas alcabalas en ningún caso superaban los 10.000 maravedís: San Martín de Trabada, Bretoña, Calendario de Lan­ drove, Val de Cabarcos, Canedo, San Xurxo de Lourenzá, Couxela, Santalla, Balboa y Vidal, San Pedro de Meira, el concello de Vilarente, Galdo, Santo Adrao de Lourenzá, San Pedro de Mor, Sante, Cesuras y Cunan, Lagoa, San­ ta Cruz de Valadouro, Vilaoruz, Vilapena, Vilaformán y Labrada. Por debajo de los 5.000 maravedís se situaban las alcabalas de los lugares de las Grañas de Sor, Adelán de Valadouro, Vilaseca, Castromaior, San Estevo do Vale, A Balsa, Santomé de Recaré de Valadouro, Xermar, Vilar, Bestar y Lamas, Santa María de Burgo, Reigosa, Segueriz, San Pedro de Xuances, Budián,

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

499

fiscalidad regia

Rececende, Vilamor, Viveiro, los cotos de Ameixide y Lousada, Vi­loalle y Figueiras con San Martiño. Para una visión general de los datos referidos véase el siguiente mapa 8, en el que se indica la distribución geográfica de las rentas reales ordinarias recaudadas en el año 1500 en el partido fiscal del obispado de Mondoñedo.



N O

Mar Cantábrico E

S

o

ic

t án

l

o an

At



O

Mondoñedo ASTURIAS

Lugo Santiago LEÓN Mar Cantábrico

ico

nt

lá At

NIVELES DE RENTA Mondoñedo

ASTURIAS

A Coruña

Lugo Santiago

GALICIA

LEÓN

Océano

Pontevedra

Ourense ZAMORA

Tui

Ourense

0—

5.000 mrs.

5.000 —

10.000 mrs.

10.000 —

15.000 mrs.

15.000 —

30.000 mrs.

30.000 —

50.000 mrs.

50.000 —

100.000 mrs.

100.000 —

200.000 mrs.

200.000 —

500.000 mrs.

500.000 — 1.000.000 mrs. PORTUGAL

Mapa 8. Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal del obispado de Mondoñedo, en el año 1500.

500

Amparo Rubio Martínez

A modo de conclusión del presente capítulo se insertan seguidamente las tablas 59 – 68 en las que se pueden observar los niveles de las rentas alcanzadas en las tierras de señorío de los cuatro partidos fiscales gallegos, tanto en los lugares arrendados —inclusive los de los condados de Monterrei y de Ribadavia— como en los encabezados, durante el periodo comprendido entre los años 1484 y 1508.

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

Puerto de Carambio, cotos feligresías y merindades del conde de Altamira año

1495

220.000 año

1500



año

1496

220.000 año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Tierras y sacada de don Fernando de Castro año

1495

137.056 año

1500

141.550

año

1496

144.850 año

1502

139.100

año

1498

143.800 año

1503



año

1499

126.300 año

1504



Puerto de Santomé do Mar año

1495

41.400 año

1500

43.000

año

1496

41.400 año

1502

43.340

año

1498

44.600 año

1503

44.940

año

1499

43.000 año

1504



Cotos de Carlos Vázquez año

1495

9.700 año

1500

8.650

año

1496

9.700 año

1502

9.335

año

1498

8.650 año

1503

10.100

año

1499

6.425 año

1504

9.760

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Feligresías de Martín Sánchez de las Mariñas, coto de San Salvador en Bergantiños (sin el coto de Cecebre) año

1495

16.250 año

1500



año

1496

16.250 año

1502

11.000

año

1498

— año

1503

12.065

año

1499

— año

1504

11.505

Coto de Cecebre (tierra de Martín Sánchez de las Mariñas) año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

año

1498

— año

7.275

1503

6.830

año

1499

— año

1504

6.830

Cotillos de Betanzos año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

19.092

año

1498

— año

1503

22.430

año

1499

— año

1504

22.430

San Pantaio y su partido y Santa María de Soto (alfoces viejos de Betanzos) año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

16.160

año

1498

— año

1503

16.160

año

1499

— año

1504

16.160

San Mamede de Ribadulla y su partido año

1495

6.418 año

1500

6.425

año

1496

6.418 año

1502

8.042

año

1498

6.425 año

1503

8.667

año

1499

— año

1504

8.667

501

502

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Feligresías de García Díaz de Mexía (Puente de Sarandones) año

1495

16.700 año

1500

23.600

año

1496

24.100 año

1502

26.000

año

1498

23.600 año

1503

26.000

año

1499

23.600 año

1504

26.000

Feligresías de Luis de Acevedo en Postmarcos año

1495

40.500 año

1500



año

1496

40.500 año

1502

45.000

año

1498

— año

1503

52.700

año

1499

— año

1504

52.700

Tierras y partido de Mexía año

1495

102.350 año

1500



año

1496

103.000 año

1502

118.120

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Puerto de Laxe (alcabalas, diezmos y alfolíes) año

1495

80.000 año

1500

78.900

año

1496

80.000 año

1502

76.900

año

1498

— año

1503

80.500

año

1499

79.500 año

1504

83.700

Tierras de doña Urraca de Moscoso año

1495

60.600 año

1500

37.500

año

1496

60.600 año

1502

36.695

año

1498

— año

1503



año

1499

37.500 año

1504



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Puerto de Cambados con el coto de Nogueira año

1495

75.130 año

1500



año

1496

75.130 año

1502

85.000

año

1498

— año

1503

92.000

año

1499

— año

1504



Tierras de Fernán Pérez Parragués año

1495

42.750 año

1500

28.400

año

1496

42.750 año

1502

32.100

año

1498

42.000 año

1503

39.380

año

1499

30.124 año

1504

39.380

Feligresías de Sísamo y Montemaior año

1495

6.685 año

1500



año

1496

6.685 año

1502

7.500

año

1498

— año

1503

7.500

año

1499

— año

1504

7.500

Feligresías del Giro de la Rocha año

1495

42.600 año

1500



año

1496

42.600 año

1502

76.250

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Merindad de la Insuela año

1495

24.650 año

1500



año

1496

24.650 año

1502

32.564

año

1498

— año

1503

35.328

año

1499

— año

1504

36.410

503

504

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Portonovo

año

1495

49.575 año

1500

53.500

año

1496

49.575 año

1502

51.500

año

1498

49.500 año

1503

51.500

año

1499

51.500 año

1504

51.500

Merindad de Rianxo año

1495

55.000 año

1500

64.500

año

1496

55.000 año

1502

77.320

año

1498

57.700 año

1503

86.140

año

1499

57.700 año

1504



Merindad de Lantaño año

1495

90.900 año

1500



año

1496

90.900 año

1502

82.867

año

1498

— año

1503

88.547

año

1499

— año

1504

88.547,50

Feligresía de Santalla de Toro año

1495

500 año

1500

895

año

1496

500 año

1502

1.177

año

1498

865 año

1503



año

1499

895 año

1504



Feligresía de San Xiao de Guimarei año

1495

1.020 año

1500

1.495

año

1496

1.020 año

1502

1.575

año

1498

1.495 año

1503

2.095

año

1499

1.495 año

1504

1.962,50

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

505

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Finisterre 622

año

1495

92.500 año

1500

157.000

año

1496

año

92.500 año

1498

149.100

1502

año

90.000

1503

90.000

año

1499

148.400 año

1504

90.000

Cee 623 año

1495

66.535 año

1500

112.950

año

1496

año

66.535 año

1498

112.950

1502

año

85.000

1503

64.000

año

1499

— año

1504

84.460

Malpica 624 año

1495

40.866

año

1496

40.866

año

1498

52.075

año

1499

54.675

622 Durante los años 1495 y 1496, las alcabalas de Fisterra se arrendaron con indepen­ dencia de las rentas de los diezmos de la mar y alfolíes de la villa. Los medios diezmos y alfolies de Fisterra se arrendaron en estos años junto a los de las villas de Cee, Muxía y Mal­pica. En 1498 el valor de las rentas de Fisterra se incrementa considerablemente como consecuencia del arrendamiento conjunto de sus alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes. 623 Al igual que sucede en el caso de Fisterra, en los años 1495 y 1496, las alcabalas de la villa de Cee se arrendaron con independencia de los diezmos de la mar y alfolíes. En cada uno de estos dos años, los diezmos de la mar y alfolíes de Cee se arrendaron junto a los de Fisterra, Muxía y Malpica. En 1498, las rentas de Cee experimentan un crecimiento notable como consecuencia del arrendamiento conjunto de sus alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes. 624 Los valores de las rentas de esta villa relativos a los años 1495 y 1496 se refieren ex­ clusivamente a las rentas de alcabalas. A partir del año 1498 las alcabalas de Malpica se arren­ daron junto a los medios diezmos y alfolíes.

506

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Malpica

año

1500

54.675

año

1502

año

40.000

1503

40.000

año

1504

40.000

Muxía (alfolí) año

1495

— año

1500

13.900

año

1496

año

— año

1498



1502

año

10.375

1503



año

1499

13.850 año

1504

12.330

Fisterra, Cee, Muxía y Malpica (medias diezmas y alfolíes) año

1495

105.500 año

1500



año

1496

año

105.500 año

1498



1502

año



1503



año

1499

— año

1504



Vilanova de Arousa 625 año

1495

86.150 año

1500

101.475

año

1496

año

86.150 año

1498

110.755

1502

año

78.650

1503

80.000

año

1499

101.975 año

1504



Vilamaior año

1495

.............

año

1496

.............

año

1498

.............

año

1499

.............

En los años 1495, 1496, 1498 y 1499 las alcabalas de Vilanova de Arousa se arrenda­ ron conjuntamente con las de Vilamaior (Santa Uxía de Riveira). 625

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

507

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Vilamaior

año

1500



año

1502

16.662

año

1503

16.852

año

1504

16.852,50

Puebla de Caramiñal año

1495

34.510 año

1500

42.655

año

1496

34.640 año

1502

50.120

año

1498

45.675 año

1503



año

1499

40.875 año

1504



San Fins de las Estacas y su partido año

1495

12.600 año

1500



año

1496

12.200 año

1502

15.852

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Alcabalas de Padrón, Puebla del Deán, Rianxo, Carril y Vilagarcía y medio diezmo y alfolí de Padrón y de toda la ría de Arousa 626 año

1495

560.630 año

1500

582.500

año

1496

560.630 año

1502

518.348

año

1498

570.908 año

1503

674.348

año

1499

533.968 año

1504

674.348

Muros (alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes) 627 año

1495

1.440.000

año

1496

1.320.000

año

1498

1.467.400

año

1499

1.417.400

En el año 1504, Vilagarcía y la merindad de Rianxo se encabezan. En los años 1495, 1496, 1498, 1499 y 1500 las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de la villa de Muros se arrendaron conjuntamente con las de la villa de Noia. 626 627

508

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Muros (alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes) año

1500

1.419.000

año

1502

720.000

año

1503

621.394

año

1504

650.000

Noia (alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes) año

1495

............. año

1500

.............

año

1496

............. año

1502

620.000

año

1498

............. año

1503

633.000

año

1499

............. año

1504

633.000

Ferrol, Pontedeume y otras villas y lugares de doña María de Haro y don Fernando Pérez su hijo año

1495

545.450 año

1500

530.000

año

1496

545.450 año

1502

546.115

año

1498

545.400 año

1503



año

1499

530.100 año

1504



Feligresías de García de Caamaño año

1495

10.500 año

1500

10.625

año

1496

10.500 año

1502

20.000

año

1498

10.625 año

1503

14.600

año

1499

10.625 año

1504

14.600

Deixebre, Santo Estevo de Trasmonte y su partido año

1495

6.273 año

1500

6.425

año

1496

6.273 año

1502



año

1498

6.425 año

1503



año

1499

6.425 año

1504



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Cotillos y coto de Leiro año

1495

31.600 año

1500

15.200

año

1496

año

33.175 año

1498



1502

año

20.000

1503



año

1499

15.750 año

1504



Coto de Cinis en Caaveiro año

1495

31.850 año

1500



año

1496

año

32.900 año

1498



1502

año

36.880

1503



año

1499

— año

1504



Feligresías de Pedro Arias de Aldán año

1495

18.755 año

1500

14.862

año

1496

año

18.755 año

1498

----------

1502

año

16.050

1503

17.260

año

1499

13.100 año

1504

20.018

Coto de Codosido año

1495

1.395 año

1500

1.395

año

1496

1.395 año

1502

1.414

año

1498

1.395 año

1503

1.767

año

1499

1.395 año

1504

2.245

Medín y Andeade de Pedro Fernández de Andrade año

1495

750 año

1500



año

1496

750 año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



509

510

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Coto de Vilaboa

año

1495

4.325 año

año

1496

4.325

1500



año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Feligresía del puerto de Corrubedo año

1495

166 año

año

1496

166

1500

1.600

año

1502

1.000

año

1498

— año

1503

año

1499

— año

1.000

1504

1.000

Santa María de Lampai, Santa Marina de Frades y San Miguel de Barcala año

1495

1.000 año

1500



año

1496

1.000 año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Coto de Piadela con Montellos año

1495

2.000 año

1500

2.225

año

1496

2.000 año

1502

2.528

año

1498

2.225 año

1503

3.133

año

1499

2.225 año

1504

3.261

Coto de Brindomes (monasterio de Santa María de Couxo) año

1495

1.000 año

1500



año

1496

1.000 año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

511

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Encomiendas de Aciveiro año

1495

— año

1500

12.175

año

1496

año

— año

1502

1498

12.883 año

1503



16.301

año

1499

12.175 año

1504



Feligresías de San Mamede de Vigo 628 año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

1.300

año

1498

— año

1503



año

1499

1.240 año

1504



Moraime y su partido año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

año

1498

— año

17.894

1503

19.837

año

1499

— año

1504

19.837

Canduas y Borneiro año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

9.000

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504

11.000

En el año 1500, las alcabalas de la feligresía de San Mamede de Vigo no se arren­ daron. No obstante, su valor se calcula en unos 1.200 maravedís. 628

512

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Santa María de Leiloio año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

16.000

año

1498

— año

1503

18.000

año

1499

— año

1504

18.000

Lañas, Logrosa y su partido año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

8.268

año

1498

— año

1503

año

1499

— año

9.470

1504

9.470

Merindad de Montaos año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

32.370

año

1498

— año

1503

38.790

año

1499

— año

1504

37.990

Morlán y San Xoán de Campo año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

4.094

año

1498

— año

1503

año

1499

— año

4.718

1504

4.695

San Martín de Tiobre y San Andrés de Tiobre (alfoces viejos de Betanzos) año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

7.575

año

1498

— año

1503

19.400

año

1499

— año

1504

19.400

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

513

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Santa Cruz de Porzomillos y su partido (alfoces viejos de Betanzos) 629 año

1495

— año

1500



año

1496

año

— año

1498



1502

año

6.597

1503



año

1499

— año

1504

.............

Ferreiros y Salceda año

1495

— año

1500



año

1496

año

— año

1498



1502

año

19.000

1503



año

1499

— año

1504



Coto de Vigo año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

6.555

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



Abeancos (18 feligresías) año

1495

— año

1500



año

1496

— año

1502

15.050

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



En el año 1504 las alcabalas de Santa Cruz de Porzomillos y su partido se arrenda­ ron conjuntamente con las de San Martín de Tiobre y San Andrés de Tiobre. 629

514

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Coto de Vilaboa 630

año

1495

— año

1500

8.000

año

1496

año

— año

1498



1502

año

10.500

1503

11.650

año

1499

— año

1504

12.667

Marcón y Tomeza año

1495

— año

1500

.............

año

1496

año

3.100 año

1498



1502

año

.............

1503

.............

año

1499

— año

1504

.............

Terramo y Baio año

1495

— año

1500



año

1496

año

— año

1498



1502

año



1503

11.000

año

1499

— año

1504



Tui año

1495

79.000 año

1500



año

1496

77.950 año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



En los años 1500, 1502, 1503 y 1504 las alcabalas del coto de Vilaboa se arrenda­ ron conjuntamente con las de Marcón y Tomeza. 630

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Baiona

año

1495

586.500 año

1500

324.750

año

1496

año

586.500 año

1498



1502

año

151.769

1503

143.460

año

1499

315.000 año

1504

145.900

Puerto de Cangas con Tierra de Morrazo sin el coto de Meira año

1495

174.500 año

1500



año

1496

año

174.500 año

1498

128.500

1502

año

176.900

1503

176.900

año

1499

— año

1504

176.900

Vigo año

1495

176.400 año

1500

170.000

año

1496

año

168.000 año

1498



1502

año

189.832

1503

189.832

año

1499

178.500 año

1504

207.049

Redondela año

1495

121.835 año

1500

120.000

año

1496

121.835 año

1502

93.100

año

1498

---------año

1503

93.100

año

1499

126.000 año

1504

93.100

San Martiño con Fornelos año

1495

61.400 año

1500

63.000

año

1496

61.400 año

1502

50.300

año

1498

---------año

1503

50.300

año

1499

63.000 año

1504

53.607

515

516

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Val de Louriño

año

1495

25.450 año

1500



año

1496

año



25.450 año

1498

1502

año



1503



año

1499

— año

1504



Cotos de Oia 631 año

1495

14.700 año

1500

12.500

año

1496

año

año

1498



14.630 1502

año

13.515

1503

13.515

año

1499

— año

1504

13.515

Val de Tebra año

1495

............. año

1500

4.800

año

1496

............. año

1502

6.947

año

1498

— año

1503

7.022

año

1499

— año

1504

7.022

A Guarda con su partido año

1495

74.750 año

1500

69.000

año

1496

74.750 año

1502

90.020

año

1498

— año

1503

90.020

año

1499

79.640 año

1504

90.020

En los años 1495 y 1496 las alcabalas de los cotos de Oia se arrendaron conjuntamen­ te con las del Val de Tebra. 631

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Franqueira y Valdetielas año

1495

34.300 año

1500

30.700

año

1496

año

34.500 año

1498



1502

año

36.920

1503

36.920

año

1499

32.235 año

1504

36.920

Salvatierra y su alfoz año

1495

71.900 año

1500

77.400

año

1496

año

71.900 año

1498



1502

año

86.680

1503

88.280

año

1499

73.500 año

1504

88.280

Tierra de Cotobade con la merindad de Soutomaior año

1495

59.400 año

1500

61.150

año

1496

año

59.800 año

1498

61.000

1502

año

72.500

1503

79.320

año

1499

63.000 año

1504

79.320

Val de Miñor año

1495

34.500 año

1500

30.200

año

1496

34.500 año

año

1498



1502

año

32.100

1503

32.100

año

1499

32.235 año

1504

32.100

Cámaras del obispo año

1495

47.700 año

1500

52.550

año

1496

47.750 año

1502

60.796

año

1498

— año

1503

63.164

año

1499

49.980 año

1504

63.349

517

518

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 59. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Tierra de García Sarmiento y de su mujer, doña Mencía Sánchez de Lobeira, señores de Sobroso (Tierra de Sobroso con la feligresía de San Juan de Fornelos, el coto de Brandomil, Amoedo y Moscoso) año

1495

31.000 año

1500



año

1496

31.000 año

1502

31.633

año

1498

— año

1503

36.112

año

1499

— año

1504

36.112

Tierra de García Sarmiento, señor de Valladares año

1495

15.000 año

1500

25.000

año

1496

15.750 año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

23.105 año

1504



totales recaudados año

1495

5.822.474 año

1500

4.616.127

año

1496

5.715.653 año

1502

5.156.422

año

1498

3.769.851 año

1503

4.173.146

año

1499

4.398.412 año

1504

3.961.419

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; Exp. Hac., leg. 11, sin foliar, y leg. 18, fol 93.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

Préstamo de Bezeço año

1496

2.760 año

1500–1501 2.760

año

1497

año

— año

1498

2.760

1502

año

2.760

1503

2.760

año

1499

2.760 año

1504

2.760

Cotos de Medín y Andrade año

1496

1.000 año

1500–1501 1.000

año

1497

año

— año

1498

1.000

1502

año



1503



año

1499

1.000 año

1504



Feligresías de Lañas y Logrosa año

1496

6.000 año

1500–1501 6.000

año

1497

año

— año

1498

6.000

1502

año



1503



año

1499

6.000 año

1504



Cotillos de Betanzos año

1496

16.218 año

1500–1501 16.218

año

1497

año

— año

1498

16.218

1502

año



1503



año

1499

16.218 año

1504



Coto de Soandres año

1496

6.126 año

1500–1501 6.126

año

1497

— año

1502



año

1498

6.126 año

1503



año

1499

6.126 año

1504



519

520

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Santiago de Sísamo año

1496

5.150 año

1500–1501 5.150

año

1497

año

— año

1498

5.150

1502

año



1503



año

1499

5.150 año

1504



Giro de la Rocha año

1496

47.171 año

1500–1501 47.171

año

1497

— año

1502



año

1498

47.171 año

1503

76.250

año

1499

47.171 año

1504

76.250

Merindad de Montaos año

1496

30.830 año

1500–1501 30.830

año

1497

— año

1502



año

1498

30.830 año

1503



año

1499

30.830 año

1504



Feligresías de Traba y Cereixo año

1496

16.438 año

1500–1501 16.438

año

1497

— año

1502

16.438

año

1498

16.438 año

1503

16.438

año

1499

16.438 año

1504

16.428

Préstamo de A Mahía año

1496

25.240 año

1500–1501 25.240

año

1497

— año

1502

25.240

año

1498

25.240 año

1503

25.240

año

1499

25.240 año

1504

25.240

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Feligresías de Postmarcos año

1496

45.029 año

1500–1501 45.029

año

1497

año

— año

1498

45.029

1502

año



1503



año

1499

45.029 año

1504



Abeancos año

1496

15.000 año

1500–1501 15.000

año

1497

año

— año

1498

15.000

1502

año



1503

16.050

año

1499

15.000 año

1504

24.610

Abegondo año

1496

15.385 año

1500–1501 15.385

año

1497

año

— año

1498

15.385

1502

año

15.385

1503

15.385

año

1499

15.385 año

1504

15.385

Sacada de Vimianzo año

1496

8.678 año

1500–1501 8.675

año

1497

año

— año

1498

8.678

1502

año

8.678

1503

8.678

año

1499

8.678 año

1504

8.678

Merindad de Cira año

1496

34.240 año

1500–1501 34.240

año

1497

— año

1502

34.240

año

1498

34.240 año

1503

34.240

año

1499

34.240 año

1504

34.240

521

522

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Tierra de Bama

año

1496

19.500 año

1500–1501 19.500

año

1497

año

— año

1498

19.500

1502

año

19.500

1503

19.500

año

1499

19.500 año

1504

19.500

Ciudad de Tui año

1496

— año

1500–1501 79.538

año

1497

año

79.537 año

1498

79.537

1502

año

79.537

1503

79.537

año

1499

79.538 año

1504

79.537

A Guarda año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

79.537 año

1498

79.537

1502

año



1503



año

1499

— año

1504



San Salvador y Cecebre año

1496

— año

1500–1501 18.028

año

1497

año

18.028 año

1498

18.028

1502

año



1503



año

1499

18.028 año

1504



Valdelorina año

1496

— año

1500–1501 26.510

año

1497

26.512 año

1502

26.512

año

1498

26.512 año

1503

26.512

año

1499

26.512 año

1504

26.512

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Mexía

año

1496

— año

1500–1501 108.150

año

1497

año

108.150 año

1498

108.150

1502

año



1503

143.920

año

1499

108.150 año

1504

143.920

Lantaño año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

94.500 año

1498

94.500

1502

año



1503



año

1499

94.500 año

1504



Brandomés año

1496

— año

1500–1501 1.021

año

1497

año

— año

1502

1498

1.021 año

1.021

1503

1.021

año

1499

1.021 año

1504

1.021

Merindad de A Insua año

1496

— año

1500–1501 26.801

año

1497

— año

1502



año

1498

26.801 año

1503



año

1499

26.801 año

1504



Barcala y Santa María de Lampai año

1496

— año

1500–1501 1.531

año

1497

— año

1502

1.531

año

1498

1.531 año

1503

1.531

año

1499

1.531 año

1504

1.531

523

524

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Moraime

año

1496

— año

1500–1501 11.802

año

1497

— año

1502



año

1498

11.802 año

1503



año

1499

11.802 año

1504



San Fins de las Estacas año

1496

— año

1500–1501 12.865

año

1497

— año

1502



año

1498

12.805 año

1503

20.000

año

1499

12.865 año

1504

20.000

Coto de Arancón y San Xoán de Arriba año

1496

— año

1500–1501 3.000

año

1497

año

— año

1502

1498

3.000 año

3.000

1503

3.000

año

1499

3.000 año

1504

3.000

Puerto de Villagarcía año

1496

— año

1500–1501 22.000

año

1497

— año

1502

25.652

año

1498

22.000 año

1503

25.652

año

1499

22.000 año

1504

25.652

Maroxo, Salceda, Piñeiro y Ribadiso año

1496

— año

1500–1501 8.000

año

1497

— año

1502



año

1498

8.000 año

1503

20.260

año

1499

8.000 año

1504

20.260

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

525

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Ferreiros 632

año

1496

— año

1500–1501 10.500

año

1497

año

— año

1498

10.500

1502

año

1503

.............



año

1499

10.500 año

1504

.............

Feligresía de Laxe año

1496

— año

1500–1501 7.618

año

1497

año

— año

1498

7.618

1502

año



1503



año

1499

7.618 año

1504



Tierra de Martín Sánchez de las Mariñas año

1496

— año

1500–1501 18.220

año

1497

año

— año

1498

18.220

1502

año



1503



año

1499

18.220 año

1504



Seavia año

1496

— año

1500–1501 4.840

año

1497

— año

1502



año

1498

4.840 año

1503



año

1499

4.840 año

1504



En los años 1503 y 1504 las alcabalas de Ferreiros se encabezaron juntamente con las de Maroxo, Salceda, Piñeiro y Ribadiso. 632

526

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

San Martiño (San Simón de Sísamo y Montemaior) año

1496

— año

1500–1501 6.972

año

1497

año

— año

1498

6.972

1502

año



1503



año

1499

6.972 año

1504



Concejos de tierra de Sobroso año

1496

— año

1500–1501 31.651

año

1497

año

— año

1498

31.651

1502

año

31.651

1503

31.651

año

1499

31.651 año

1504

31.651

Marín y Morente año

1496

— año

1500–1501 10.210

año

1497

año

— año

1498

10.210

1502

año

10.200

1503

10.200

año

1499

10.210 año

1504

10.200

Santa María de Queixas año

1496

— año

1500–1501 3.720

año

1497

año

— año

1498

3.720

1502

año



1503



año

1499

3.720 año

1504



Puente Sigüeiro año

1496

— año

1500–1501 1.700

año

1497

— año

1502

1.700

año

1498

1.700 año

1503

1.700

año

1499

1.700 año

1504

1.700

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Cotos y feligresías de Leiloio año

1496

— año

1500–1501 12.252

año

1497

año

— año

1498

12.252

1502

año



1503



año

1499

12.252 año

1504



Santa María de Manán y San Xoán do Campo año

1496

— año

1500–1501 2.042

año

1497

año

— año

1498

2.042

1502

año



1503



año

1499

2.042 año

1504



Alfoces viejos de Betanzos año

1496

— año

1500–1501 32.472

año

1497

año

— año

1498

32.472

1502

año



1503



año

1499

32.472 año

1504



Cotos de Cinis año

1496

— año

1500–1501 36.450

año

1497

año

— año

1498

36.450

1502

año



1503

36.880

año

1499

36.450 año

1504

36.880

Tierra de Boel año

1496

— año

1500–1501 21.715

año

1497

— año

1502

21.715

año

1498

21.715 año

1503

21.715

año

1499

21.715 año

1504

21.715

527

528

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Corcubión

año

1496

— año

1500–1501 32.320

año

1497

año

— año

1498

32.320

1502

año

32.320

1503

32.320

año

1499

32.320 año

1504

32.320

Cambados año

1496

— año

1500–1501 79.538

año

1497

año

— año

1498

79.537

1502

año



1503



año

1499

79.538 año

1504

95.000

Cangas con Tierra de Morrazo año

1496

---------año

1500–1501 180.285

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503



año

1499

180.285 año

1504



Padrón año

1496

— año

1500–1501 563.000

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503



año

1499

— año

1504



Alfoz de Muros año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

— año

1502

77.000

año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

La ciudad de A Coruña año

1496

— año

año

1497

año



1500–1501

año



1.015.120

1498



1502

año

1503

1.054.040

año

1499

— año

1504

1.054.040

Tierras de doña Urraca año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503

43.320

año

1499

— año

1504

43.320

Santalla de Toro año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

— año

1502



año

1498

— año

1503

1.177

año

1499

— año

1504

1.177

Coto de Santa Baia de Vigo año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

— año

1502



año

1498

— año

1503

8.161

año

1499

— año

1504

8.161

Encomiendas de Aciveiro año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

— año

1502



año

1498

— año

1503

16.452

año

1499

— año

1504

16.452

529

530

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación)

Tierras de don Fernando de Castro año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503

176.860

año

1499

— año

1504

176.860

Tierras de doña María y de don Fernando, su hijo año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503

578.575

año

1499

— año

1504

578.575

Merindad de Rianxo año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503



año

1499

— año

1504

87.740

Vilanova de Arousa año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503



año

1499

— año

1504

80.250

Santomé do Mar año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

— año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504

44.840

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 60. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

Santiago Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504,

partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de de

expresadas en maravedís

(continuación) Vigo

año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

año

— año

1498



1502

año



1503



año

1499

— año

1504

215.132

Redondela año

1496

— año

1500–1501 —

año

1497

— año

1502



año

1498

— año

1503



año

1499

— año

1504

96.300

totales recaudados año

1496

294.765 año

1500–1501

1.669.513

año

1497

406.264 año

1502

1.449.200

año

1498

1.100.208 año

1503

2.549.025

año

1499

1.201.018 año

1504

3.176.837

Fuente: AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 71, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 11, sin foliar.

531

532

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

Ciudad de Lugo año

1484–1486 90.022

año

1497



año

1487

96.000 año

1498

193.920

año

1492

36.600 año

633

1500

180.000

año

1495

17.020 año

634

año

1496



1505



Terrería de Redor de villa año

1484–1486 6.000

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

6.000 año

1500



año

1495

8.494 año

año

1496



1505

11.688

Terrería de Corvelle año

1484–1486 15.000

año

1497

25.680

año

1487

15.000 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

24.440 año

año

1496

24.440

1505

33.475

Terrería de Bascuas año

1484–1486 12.401

año

1497

19.760

año

1487

— año

1498



año

1492

13.500 año

1500



año

1495

16.160 año

año

1496

16.960

1505



Cotos de Francos y Mougán 635 año

1484–1486 .............

633 634

año

1487

12.400

año

1492

13.600

Casas y heredades con lo foráneo de la ciudad. Carnicería de la ciudad de Lugo.

año

1495

5.181

año

1496

5.180

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

533

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Cotos de Francos y Mougán año

1497

5.229

año

1498



año

1500

4.500

año

1505

4.700

Pacios y Picato 636 año

1484–1486 .............

año

1497

7.490

año

1487

............. año

1498



año

1492

— año

1500

5.000

año

1495

7.220 año

año

1496

7.220

1505

4.000

Benade y Pedreda año

1484–1486 8.248

año

1497



año

1487

8.200 año

1498



año

1492

9.950 año

1500



año

1495

13.216 año

año

1496



1505

16.000

Terrería de Robra 637 año

1484–1486 6.512

año

1497

12.066

año

1487

7.000 año

1498

12.726

año

1492

7.600 año

1500

12.500

año

1495

11.544 año

año

1496

11.540

1505

13.500

635 En los años 1484 –1486 las alcabalas de los cotos de Francos y Mougán se arrenda­ ron conjuntamente con las de la terrería de Bascuas y las de Pacios y Picato. 636 En el año 1487 las alcabalas de Pacios y Picato se arrendaron conjuntamente con las de los cotos de Francos y Mougán. 637 En los años 1492, 1495, 1496, 1497, 1498, 1500 y 1505 las alcabalas de la terrería de Ro­bra fueron arrendadas conjuntamente con las de la terrería de Meilán.

534

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Terrería de Meilán

año

1484–1486 —

año

1497

.............

año

1487

— año

1498

.............

año

1492

............. año

1500

.............

año

1495

............. año

año

1496

.............

1505

.............

Manán y Gomeán año

1484–1486 5.500

año

1497

8.030

año

1487

5.500 año

1498



año

1492

— año

1500

4.500

año

1495

— año

año

1496



1505

5.000

Terrería de Sirvián año

1484–1486 11.940

año

1497

20.248

año

1487

11.400 año

1498

19.200

año

1492

12.300 año

1500

19.000

año

1495

19.358 año

año

1496

20.055

1505

24.560

Terrería de Mera año

1484–1486 8.582

año

1497



año

1487

9.048 año

1498



año

1492

9.900 año

1500



año

1495

11.360 año

año

1496



1505



Cotonovo año

1484–1486 11.300

año

1497

19.936

año

1487

11.310 año

1498

20.210

año

1492

14.400 año

1500

20.500

año

1495

19.450 año

1505

24.000

año

1496

19.450

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

535

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Terrería de Santalla de Coheses año

1484–1486 9.600

año

1497



año

1487

9.600 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

12.750 año

año

1496



1505

22.500

Terrería de A Cámara año

1484–1486 8.100

año

1497

13.180

año

1487

8.568 año

1498



año

1492

11.250 año

1500

14.000

año

1495

13.045 año

año

1496

13.045

1505

15.000

Coto de Pena año

1484–1486 43.315

año

1497



año

1487

23.315 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Pedrafita de Camporedondo 638 año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

............. año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



En los años 1484 –1486 y 1487 las alcabalas de Pedrafita de Camporredondo fueron arrendadas conjuntamente con las del coto de Pena, cotos de la abadía de Meira, y con las del coto de Lea. 638

536

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Cotos de la abadía de Meira año

1484–1486 .............

año

1497

37.257

año

1487

............. año

1498

28.300

año

1492

29.000 año

1500

29.300

año

1495

35.888 año

año

1496

35.909

1505

36.625

Coto de Lea año

1484–1486 .............

año

1497

19.541

año

1487

............. año

1498



año

1492

13.500 año

1500



año

1495

18.760 año

año

1496

18.760

1505



Coto de San Cibrao de Montecubeiro año

1484–1486 2.714

año

1497



año

1487

2.714 año

1498



año

1492

5.625 año

1500



año

1495

6.000 año

año

1496



1505

8.862

Coto de Albeiros año

1484–1486 1.050

año

1497

1.282

año

1487

1.050 año

1498

1.313

año

1492

— año

1500

1.300

año

1495

1.172 año

año

1496

1.172

1505

1.540

Cedrón, Toirán y Valdeláncara año

1484–1486 13.575

año

1497

21.183

año

1487

— año

1498

17.180

año

1492

17.000 año

1500

17.500

año

1495

20.688 año

1505

26.000

año

1496

20.987

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

537

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Valboa y Cancelada año

1484–1486 —

año

1497

55.681

año

1487

13.575 año

1498



año

1492

46.000 año

1500

45.500

año

1495

53.120 año

año

1496

53.040

1505

52.000

Tierra de Taboada año

1484–1486 9.048

año

1497



año

1487

9.000 año

1498



año

1492

28.000 año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

58.000

Coto de Rosende año

1484–1486 18.000

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Valdemanrís 639 año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



En los años 1484 –1486 las alcabalas de Valdemarís fueron arrenadas conjuntamen­ te con las del coto de Rosende, San Vicenzo de Negradas, Ousá, Donalbai, Senande, San To­mé de Guimarei, Illán, Meira de Pena, Santalla de Madelos, y Cotá. 639

538

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

San Vicenzo das Negradas año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Ousá año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Donalbai año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Senande año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



San Tomé de Guimarei año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

1505



año

1496



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

539

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Illán

año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Meira de Pena año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Santalla de Madelos año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Cotá año

1484–1486 .............

año

1497

5.350

año

1487

— año

1498

5.050

año

1492

— año

1500

5.300

año

1495

5.300 año

año

1496

5.300

1505

6.470

Serén 640 año

1484–1486 —

año

1487



año

1492



año

1495

.............

año

1496

.............

En los años 1495, 1496, 1497, 1498, 1500 y 1505 las alcabalas de Serén fueron arren­ dadas conjuntamente con las de Cotá. 640

540

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Serén

año

1497

.............

año

1498

.............

año

1500

.............

año

1505

.............

Outeiro de Rei y su alfoz año

1484–1486 15.820

año

1497



año

1487

16.000 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

32.000 año

año

1496



1505



San Lorenzo de Aguiar año

1484–1486 500

año

1497



año

1487

500 año

1498



año

1492

— año

1500

1.000

año

1495

— año

año

1496



1505

1.200

Constante 641 año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500

.............

año

1495

— año

año

1496



1505

.............

Cotos de Meilán y Orbazai año

1484–1486 775

año

1487

775

año

1492



año

1495

716

año

1496

821

En los años 1498, 1500 y 1505 las alcabalas de Constante fueron arrendadas conjun­ tamente con las de San lorenzo de Aguiar. 641

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

541

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Cotos de Meilán y Orbazai año

1497

1.891

año

1498

1.212

año

1500

1.300

año

1505

2.306

Tierra de Luaces año

1484–1486 29.941

año

1497



año

1487

19.940 año

1498



año

1492

25.000 año

1500



año

1495

30.270 año

año

1496



1505



Cotos de Rubiás y Crecente 642 año

1484–1486 .............

año

1497

17.322

año

1487

............. año

1498

16.170

año

1492

13.600 año

1500

15.000

año

1495

17.066 año

año

1496

27.160

1505

21.250

Quintela 643 año

1484–1486 .............

año

1497

.............

año

1487

............. año

1498

.............

año

1492

— año

1500

.............

año

1495

............. año

año

1496

.............

1505

.............

En los años 1484 –1486 y 1487 las alcabalas de los cotos de Rubiás y Crecente fueron arrendadas conjuntamente con las de la Tierra de Luaces, Quintela, Castro dos Freires, y las de Riomol y Mirandela. 643 En los años 1495, 1496, 1497, 1498, 1500 y 1504 las alcabalas de Quintela fueron arrendadas conjuntamente con las de los cotos de Rubiás y Crecente. 642

542

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Castro dos Freires

año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

............. año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Riomol y Mirandela año

1484–1486 .............

año

1497

4.280

año

1487

............. año

1498

4.242

año

1492

— año

1500

4.400

año

1495

4.254 año

año

1496

4.240

1505



Tierras del conde de Monterrei año

1484–1486 160.000

año

1497



año

1487

140.000 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Castroverde y su alfoz año

1484–1486 30.537

año

1497

52.188

año

1487

— año

1498



año

1492

39.620 año

1500

38.000

año

1495

50.201 año

año

1496

50.200

1505

53.000

Furís y Bacorelle año

1484–1486 11.875

año

1497



año

1487

11.875 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

1505



año

1496



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

543

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Neira de Rei y Peñamaior 644 año

1484–1486 .............

año

año

1487

.............

1497

año



1498



año

1492

17.300 año

1500



año

1495

18.480 año

año

1496



1505



Tierras de García de Valcárcel (Dozón, Momán, Ferreiros y Vilaontes) año

1484–1486 8.440

año

1497

22.470

año

1487

8.400 año

1498



año

1492

— año

1500

17.000

año

1495

22.260 año

año

1496

22.260

1505

25.000

Cervantes año

1484–1486 45.806

año

1497



año

1487

35.800 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



A Baleira de Librán 645 año

1484–1486 .............

año

1497

26.750

año

1487

............. año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

25.000 año

año

1496



1505

24.000

En los años 1484 –1486 y 1487 las alcabalas de Neira de Rei y Penamaior fueron arrendadas conjuntamente con las de Furís y Bacorelle. 645 En los años 1484 –1486 y 1487 las alcabalas de A Baleira de Librán fueron arrenda­ das conjuntamente con las de Cervantes. 644

544

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Portomarín

año

1484–1486 34.495

año

año

1487

33.500

1497

año



1498



año

1492

43.000 año

1500

48.000

año

1495

48.420 año

año

1496



1505

60.500

Páramo y Gondrame (Goián, Meixente, Pedriña, Camino Francés, San Fiz de Paradela y Ferreiros del Camino) año

1484–1486

1487



21.489 año

año

1497

año

1498



22.713

año

1492

33.400 año

1500



año

1495

22.489 año

año

1496

22.470

1505



Navia y Burón con sus alfoces año

1484–1486 45.000

año

año

1487

35.000

1497

año



1498



año

1492

79.635 año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

99.704

Reboredo, Graba y Dorra (cotos de Ruy Fernández de Noguerol) año

1484–1486 6.500

año

año

1487

6.500

1497

año

17.048

1498

19.220

año

1492

8.000 año

1500

19.000

año

1495

17.184 año

año

1496

17.184

1505



Tierras del conde de Lemos, behetrías y caballerías que andan en su sacada (cotos de Sober, Atán, Vilar de Ortelle, Pombeiro, Incio y Castro de Rei) año

1484–1486 50.000

año

1487

50.000

año

1492



año

1495



año

1496

30.000

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Tierras del conde de Lemos, behetrías y caballerías que andan en su sacada (cotos de Sober, Atán, Vilar de Ortelle, Pombeiro, Incio y Castro de Rei) año

1497

30.000

año

1498



año

1500



año

1505



Terrería de Fargos año

1484–1486 —

año

1497

12.840

año

1487

8.760 año

1498

12.130

año

1492

9.100 año

1500

13.000

año

1495

12.220 año

año

1496

11.220

1505

15.140

Coto de Cela año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

1.000 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Coto de Prada año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

675 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Tierra de la Orden año

1484–1486 —

año

1497

26.212

año

1487

— año

1498



año

1492

23.000 año

1500



año

1495

25.776 año

1505

32.835

año

1496

25.776

545

546

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Tierra de Luaces

año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

año

1492

año

41.000

1498



año

1500

1495

— año



año

1496



1505



Camba y Rodeiro año

1484–1486 —

año

1497

42.500

año

1487

— año

año

1492

año

33.000

1498

--------

año

1500

1495

41.103 año

---------

año

1496

57.500

1505

58.750

Ferreira de Pallarés con su partido año

1484–1486 —

año

1497

27.714

año

1487

— año

1498



año

1492

21.300 año

1500



año

1495

26.454 año

año

1496

26.450

1505

34.935

Deza y Dozón año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

125.500 año

1500



año

1495

98.760 año

año

1496



1505



Chapa 646 año

1484–1486 13.655

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

............. año

1500



año

1495

62.660 año

1505



año

1496



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

547

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Tierra de Trasdeza 647 año

1484–1486 .............

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

............. año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Borraxeiros año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

7.500 año

1498



año

1492

............. año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



Tierra de O Courel año

1484–1486 —

año

1497

31.000

año

1487

— año

1498



año

1492

25.000 año

1500

28.000

año

1495

29.286 año

año

1496

31.000

1505

41.000

Camoiras y cotos de Totaisa? año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

3.000 año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505



En el año 1492 las alcabalas de Chapa se arrendaron conjuntamente con las de Deza y Dozón, Tierra de Trasdeza, y Borraxeiros. 647 En los años 1484 –1486 las alcabalas de la Tierra de Trasdeza se arrendaron conjun­ tamente con las de Chapa. 646

548

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) San Lázaro

año

1484–1486 —

año

1497

1.828

año

1487

— año

1498



año

1492

744 año

1500



año

1495

1.000 año

año

1496

1.500

1505

1.000

Párraga año

1484–1486 —

año

1497

9.630

año

1487

19.885 año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

9.540 año

año

1496

9.540

1505



Coto de Vasadre año

1484–1486 —

año

1497

4.148

año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

3.183

Corneas y Pedrafita de Camporedondo año

1484–1486 —

año

1497

10.480

año

1487

— año

1498

6.070

año

1492

— año

1500

6.500

año

1495

10.388 año

año

1496

10.380

1505

10.080

Illán y Pedrafita año

1484–1486 —

año

1497

19.474

año

1487

— año

1498

16.160

año

1492

— año

1500

16.000

año

1495

19.292 año

1505

23.000

año

1496

19.290

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Padornelo, Castelo dos infantes, Vilagade y Rosende año

1484–1486 —

año

1497

9.095

año

1487

— año

1498

4.050

año

1492

— año

1500

5.000

año

1495

9.010 año

año

1496

9.010

1505

6.600

San Bréixamo, San Vicenzo das Negradas, San Mamede de Nodar, Santa María de Nareyta y Bóveda año

1484–1486 --------

año

1497

5.050

año

1487

-------año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

5.000 año

año

1496

5.000

1505



Coto de San Antonio con las feligresías de Vilorís y Fermota año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

14.870 año

año

1496



1505



Abadengos de Chantada año

1484–1486 —

año

1497

64.000

año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

64.000 año

año

1496

64.000

1505

85.750

Sobrado y su partido año

1484–1486 —

año

1497

81.500

año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500

66.000

año

1495

— año

1505



año

1496



549

550

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación)

Tierra de Monterroso año

1484–1486 —

año

1497

81.500

año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

89.000

Burres, Breixo, Santa María de Sendelle año

1484–1486 —

año

1497

6.000

año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

8.440

Coto de Narón año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498

1.010

año

1492

— año

1500

1.000

año

1495

— año

año

1496



1505

1.416

Coto de Samos año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

89.290 año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

150.000

Reboreiras año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

1505

950

año

1496



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) Ulloa y Repostería

año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

123.877

Cortes y Vane año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

704

Coto de Peña año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

2.000

Vilar Cabreiro año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

2.000

A Noceda año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

1505

2.500

año

1496



551

552

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 61. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1484 y 1505,

expresadas en maravedís

(continuación) As Grovas

año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

15.000

Lugares confiscados de Pedro de Bolaño año

1484–1486 —

año

1497



año

1487

— año

1498



año

1492

— año

1500



año

1495

— año

año

1496



1505

30.000

TOTALES RECAUDADOS año

1484–1486 755.740

año

1497

931.131

año

1487

655.290 año

1498

404.443

año

1492

904.714 año

1500

664.100

año

1495

1.037.865 año

año

1496

729.349

1505

1.406.040

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; Exp. Hac., leg. 12, sin foliar, y leg. 18, fol. 94.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

Coto de los Infantes, Rosende, Villagade y Larín año

1497

2.000 año

año

1498

año

2.000

1499 –1501 2.000

año

1502

11.762

año

1503

11.762

1504

11.762 Samos con sus cotos y partidos año

1497

104.180 año

año

1498

año

104.180

1499 –1501 104.180

año

1502



año

1503



1504

— Tierra de Cervantes año

1497

48.445 año

año

1498

año

48.445

1499 –1501 48.445

año

1502



año

1503



1504

— A Baleira año

1497

25.250 año

año

1498

año

1499 –1501 —

25.250

año

1502



año

1503



1504

— Neira y Penamaior año

1497

20.433 año

1504

20.432

año

1498

20.432

año

1499 –1501 20.432

año

1502

20.432

año

1503

20.432

553

554

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación) Navia y Burón

año

1497

91.840 año

año

1498

año

91.840

1499 –1501 91.840

año

1502



año

1503



1504

— Ulloa y Repostería año

1497

99.303 año

año

1498

año

99.303

1499 –1501 99.302

año

1502



año

1503



1504

132.146 Portomarín año

1497

47.470 año

año

1498

año

47.470

1499 –1501 47.470

año

1502



año

1503



1504

— Outeiro de Rei año

1497

33.330 año

año

1498

año

33.330

1499 –1501 33.330

año

1502



año

1503



1504

— Mera año

1497

11.770 año

1504



año

1498

11.770

año

1499 –1501 11.770

año

1502



año

1503



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación) Benade y Pedreda

año

1497

14.642 año

año

1498

año

14.642

1499 –1501 14.642

año

1502



año

1503



1504

— Terrería de Santaia de Coheses (Sarandeses) año

1497

13.375 año

año

1498

año

13.375

1499 –1501 13.375

año

1502



año

1503



1504

— Terrería de Redor de Villa año

1497

9.175 año

año

1498

año

9.175

1499 –1501 9.175

año

1502



año

1503



1504

— San Cibrao de Montecubeiro año

1497

6.565 año

año

1498

año

6.565

1499 –1501 6.565

año

1502



año

1503



1504

7.315 Tierra de Deza y Dozón año

1497

102.775 año

1504

102.777

año

1498

102.777

año

1499 –1501 102.777

año

1502

102.777

año

1503

102.777

555

556

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación) Chapa

año

1497

65.306 año

año

1498

año

65.307

1499 –1501 65.306

año

1502



año

1503

38.500

1504

38.500 Borraxeiros 648 año

1497

............. año

año

1498

año

.............

1499 –1501 .............

año

1502



año

1503

35.010

1504

38.710 Coto de San Antonio con las feligresías de Villores y Fermota? año

1497

15.520 año

año

1498

año

15.520

1499 –1501 15.520

año

1502



año

1503

16.270

1504

16.270 Abeancos con Furelos, San Cebrián y San Salvador año

1497

49.490 año

año

1498

49.490

año

1499 –1501 49.490

año

1502



año

1503

52.015

1504

52.015

En los años 1497, 1498 y 1499 –1501 las alcabalas de Borraxeiros se ancabezaron conjuntamente con las de Chapa. 648

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación) Parga

año

1497

— año

año

1498

año

9.635

1499 –1501 9.635

año

1502

16.160

año

1503

16.160

1504

16.160 Páramo y Gondrame año

1497

— año

año

1498

año

22.489

1499 –1501 22.489

año

1502



año

1503

35.350

1504

35.350 San Breixo, San Vicenzo das Negradas y San Mamede de Nodar año

1497

— año

año

1498

año

5.050

1499 –1501 5.000

año

1502



año

1503

7.272

1504

7.272 Coto de Sober, Atán, Vilar de Ortelle, Pombeiro, Incio y Castro de Rei año

1497

— año

año

1498

año

30.300

1499 –1501 30.300

año

1502

30.300

año

1503

30.300

1504

30.300 Coto de Lea año

1497

— año

1504



año

1498

18.350

año

1499 –1501 18.351

año

1502



año

1503



557

558

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación)

Terrería de Bascuas año

1497

— año

año

1498

año

20.000

1499 –1501

año

20.000

1502



año

1503



1504

— Tierra de A Orden año

1497

— año

año

1498

año

24.846

1499 –1501

año

24.846

1502



año

1503



1504

— Camba y Rodeiro año

1497

— año

año

1498

año

48.500

1499 –1501

año

48.500

1502



año

1503

55.970

1504

104.030 Tierra y alfoz de Chantada con los abadengos y granjas año

1497

— año

año

1498

año

65.348

1499 –1501

año

65.344

1502



año

1503

74.750

1504

135.250 Feligresías y cotos de Monterroso año

1497

— año

1504



año

1498

96.060

año

1499 –1501 96.060

año

1502



año

1503



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación)

Feligresías y cotos de Burres, Breixo y Santa María de Sendelle año

1497

— año

año

1498

año

6.126

1499 –1501 6.126

año

1502



año

1503

7.580

1504

7.580 Coto de Ferreira de Pallares año

1497

— año

año

1498

año

28.026

1499 –1501 28.026

año

1502



año

1503



1504

— Tierra de As Grobas año

1497

— año

año

1498

año

12.255

1499 –1501 12.255

año

1502



año

1503



1504

— Terrería de Corvelle año

1497

— año

año

1498

año



1499 –1501 25.450

año

1502



año

1503



1504

— Tierra de Taboada año

1497

— año

1504



año

1498



año

1499 –1501 46.966

año

1502



año

1503



559

560

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 62. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

partido fiscal del obispado de

Lugo, entre los años 1497 y 1504,

expresadas en maravedís

(continuación) Reboredo

año

1497

— año

año

1498

año



1499 –1501 —

año

1502



año

1503



1504

25.625 TOTALES RECAUDADOS año

1497

760.870 año

año

1498

1.147.856

año

1499 –1501

1.147.494

año

1502

181.431

año

1503

504.108

1504

781.494 Fuente: AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar; Expedientes de Hacienda, leg. 12, sin foliar.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 63. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Ourense, entre los años 1500 y 1508,

expresadas en maravedís

Sobrado y Barbadás año

1500

122.525

año

1505

135.000

año

1506

70.700

año

1507

120.000

año

1508

90.000

Parderrubias, Pereiras, Loiro de Cima, Loiro de Baixo ( partidos que solían andar con Sobrado y Barbadás) año

1500



año

1505



año

1506

9.090

año

1507



año

1508



Piñor y Moreiras año

1500

114.000

año

1505

125.000

año

1506

123.260

año

1507

125.000

año

1508

145.460

Vilanova y Rante año

1500

8.625

año

1505

8.250

año

1506

7.075

año

1507

8.872

año

1508



Seixalbo año

1500

42.127

año

1505

47.000

año

1506

41.410

año

1507

42.875

año

1508

43.315

San Cibrao y Valenzá año

1500

94.575

año

1505

86.000

año

1506

85.092

año

1507

119.000

año

1508

101.060

Coto de Rairo año

1500

3.606

año

1505

2.500

año

1506

1.717

año

1507

1.000

año

1508

1.073

Cudeiro y Canedo año

1500

41.933

año

1505



año

1506

42.676

año

1507

46.000

año

1508

53.285

561

562

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 63. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Ourense, entre los años 1500 y 1508,

expresadas en maravedís

(continuación)

Ceboliño y Bobadela con sus partidos año

1500

59.065

año

1505

55.000

año

1506

año

51.530

1507

88.000

año

1508

57.964

Montederramo con Chandrexa 649 año

1500

23.000

año

1505

28.700

año

1506

año

850

1507

30.000

año

1508

27.300

Tierra de Montes con Ribademiño año

1500

58.200

año

1505

52.000

año

1506

47.286

año

1507

48.000

año

1508

50.540

San Xurxo y Santa Locaia año

1500

12.690

año

1505

15.500

año

1506

13.500

año

1507



año

1508

15.255

Torán, Soutomaior, Olaias y San Vicencio año

1500

21.485

año

1505

23.000

año

1506

23.240

año

1507

21.000

año

1508

21.230

Tierras de Seoane con A Costa, Asadur y coto de Molgas con sus partidos 650 año

1500

45.515

año

1505

59.320

año

1506

17.304

año

1507

55.000

año

1508



Las alcabalas de Montederramo se arrendaron en el año 1506 en 29.200 maravedís por un prometido de 750 maravedís. El conde de Lemos tomaba 27.600 maravedís en dichas rentas, de modo que las rentas quedaban en 1.600 maravedís con 750 maravedís de prometido. 650 El valor de las rentas de estos lugares en el año 1506 era de 48.000 maravedís. Sin em­ bargo de esta cantidad hay que descontar los 28.696 maravedís que tomó el conde de Lemos, Rodrigo Osorio. 649

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

563

Tabla 63. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Ourense, entre los años 1500 y 1508,

expresadas en maravedís

(continuación)

Sobradelo, Poedo, Guamil y Vilar de Santos (lugares de Juan de Novoa) año

1500

15.015

año

1505

15.000

año

1506

14.000

año

1507

14.500

año

1508

14.650

Aldea de Ambía (fue comendador Alonso de Novoa) año

1500

2.300

año

1505

3.000

año

1506

año

2.712

1507

2.758

año

1508

2.788

Entrambosríos, Vilar, Paio y Muñoriz año

1500

5.700

año

1505

6.000

año

1506

5.050

año

1507

6.500

año

1508

7.070

Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil año

1500

62.500

año

1505

67.000

año

1506



año

1507



año

1508



Santa Cristina de Ribas de Sil año

1500

10.000

año

1505

10.150

año

1506



año

1507



año

1508



Las Quirogas con San Miguel de Montefurado año

1500

28.800

año

1505

38.625

año

1506

50.096

año

1507

47.000

año

1508

47.500

Encomiendas de don Juan Pimentel (Santa María de Cexo y Cexo, Bangueses, Hospital, condado de Monte Redondo, coto de Santa Marina de Aguasantas, Xunqueira de Ambía, Arnoia y Feardos) 651 año

1500



año

1505

70.000

año

1506



año

1507

130.000

año

1508



Las rentas correspondientes a los lugares que habían pertenecido a la encomienda de don Juan Pimentel no se arrendaron en el año 1506. El rey Felipe I hizo merced de estas rentas al conde de Benavente. 651

564

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 63. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

partido fiscal del obispado de

Ourense, entre los años 1500 y 1508,

expresadas en maravedís

(continuación)

Tierras del conde don Fernando de Andrade año

1500



año

1505



año

1506



año

1507



año

1508

573.865

Otero de… año

1500



año

1505



año

1506



año

1507



año

1508

10.436

TOTALES RECAUDADOS año

1500

771.661

año

1505

847.045

año

1506

606.588

año

1507

905.505

año

1508

1.262.791

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, leg. 69, sin foliar; Exp. de Hac., leg. 12, sin foliar, y leg. 18, fols. 26, 27 y 113.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 64. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

condado de

Monterrei, entre los años 1500 y 1508, expresadas en maravedís

Monterrei con el valle de Pazos y Verín con sus partidos (cotos de Servoi, coto de Oímbra, Ferreiras y Vilamaior) año

1500

141.485

año

1505

172.000

año

1506

año

157.500

1507

184.200

año

1508

181.830

Sotobermudo año

1500

56.500

año

1505

año

1506

año



75.000

1507

80.000

año

1508



Vila de Rei con su alfoz y partidos año

1500

41.625

año

1505

51.250

año

1506

9.090

año

1507

56.000

año

1508



Laza y Valdelaza año

1500

32.305

año

1505

43.000

año

1506

10.000

año

1507

48.000

año

1508



Xinzo con las ferias año

1500

32.243

año

1505

30.000

año

1506



año

1507

37.000

año

1508



Val de Salas con sus partidos año

1500

45.125

año

1505

49.000

año

1506

2.000

año

1507

57.000

año

1508



Porqueira año

1500

12.169

año

1505

13.635

año

1506

13.190

año

1507

13.250

año

1508

16.337

Coto de Ganade año

1500

20.500

año

1505

30.000

año

1506



año

1507

33.000

año

1508



565

566

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 64. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

condado de

Monterrei, entre los años 1500 y 1508, expresadas en maravedís

(continuación)

Fonte Arcada con Laroá y sus partidos año

1500

15.211

año

1505

16.000

año

1506

6.000

año

1507

20.000

año

1508



San Pedro de Laroá con Pena año

1500

16.504

año

1505

16.000

año

1506

4.040

año

1507

18.000

año

1508



Sabucedo año

1500

9.000

año

1505

12.635

año

1506

12.316

año

1507

12.250

año

1508

12.400

Codosedo año

1500

19.937

año

1505

15.625

año

1506

14.000

año

1507

13.250

año

1508

14.140

Araúxo y Aceredo año

1500

13.000

año

1505

13.650

año

1506

14.650

año

1507

13.650

año

1508

14.332

Moreiras y Faramontaos con sus partidos año

1500

15.638

año

1505

14.250

año

1506



año

1507

18.000

año

1508



Abadía de Celanova y Vilanova dos Infantes año

1500

153.000

año

1505

183.000

año

1506

178.900

año

1507

177.000

año

1508

178.850

TOTALES RECAUDADOS año

1500

624.242

año

1505

735.045

año

1506

421.686

año

1507

780.600

año

1508

417.889

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, leg. 69, sin foliar; Exp. de Hac., leg. 12, sin foliar, y leg. 18, fols. 26, 27 y 113.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 65. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

condado de

Ribadavia, entre los años 1500 y 1508, expresadas en maravedís

Ribadavia año

1500

68.000

año

1505

75.000

año

1506

60.650

año

1507



año

1508



Bentraces año

1500

49.515

año

1505

44.540

año

1506

año

40.430

1507

50.500

año

1508

47.500

A Peroxa año

1500

73.874

año

1505

63.000

año

1506

año

59.750

1507

67.500

año

1508

75.000

Razamonde, Laias y San Martín con sus partidos año

1500

47.000

año

1505

65.500

año

1506

año

47.470

1507

59.000

año

1508

38.400

Lebosende y Avión con sus partidos año

1500

67.260

año

1505

94.000

año

1506

76.125

año

1507

88.160

año

1508

86.880

Santo Meylán? año

1500

9.625

año

1505



año

1506



año

1507



año

1508



Bieite y Berán con sus partidos año

1500

17.905

año

1505

26.000

año

1506

20.020

año

1507

24.875

año

1508

24.250

San Paio con sus partidos (San Cristovo de Regodeigón) año

1500

27.695

año

1505

40.000

año

1506

33.345

año

1507

41.150

año

1508

41.560

567

568

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 65. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

condado de

Ribadavia, entre los años 1500 y 1508, expresadas en maravedís

(continuación) Castrocobadoso

año

1500

34.625

año

1505

40.000

año

1506

33.807

año

1507

37.250

año

1508

37.630

Beade, Beiro y As Regadas con sus partidos año

1500

26.030

año

1505

29.000

año

1506

32.000

año

1507

28.625

año

1508

28.915

Cabanelas con sus partidos año

1500

34.000

año

1505

38.500

año

1506



año

1507

34.875

año

1508

33.740

Esposende y Santo André de Camporredondo con sus partidos año

1500

29.515

año

1505

32.000

año

1506

31.325

año

1507

35.000

año

1508



Gomariz con sus partidos año

1500

24.515

año

1505

30.000

año

1506

25.225

año

1507

33.000

año

1508

33.340

Pacios y Laias con sus partidos año

1500

24.000

año

1505

29.635

año

1506

22.220

año

1507

50.000

año

1508

50.500

Osmo y Riobó año

1500

22.635

año

1505

25.000

año

1506



año

1507



año

1508



Santa Cruz de Rabaldo año

1500

14.625

año

1505

20.000

año

1506

18.190

año

1507

21.000

año

1508

24.260

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 65. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

condado de

Ribadavia, entre los años 1500 y 1508, expresadas en maravedís

(continuación)

Eiras, Salamonde y Vilar de Rei año

1500

5.250

año

1505

5.300

año

1506

5.829

año

1507

6.600

año

1508

6.670

San Clodio con sus partidos año

1500

22.380

año

1505

34.905

año

1506

30.000

año

1507

32.000

año

1508

31.320

Çelme con sus partidos año

1500



año

1505

26.000

año

1506

24.000

año

1507

25.875

año

1508

22.105

Viariz con sus partidos año

1500



año

1505

1.470

año

1506

2.222

año

1507



año

1508



Orcellón año

1500



año

1505

80.000

año

1506

1.166

año

1507

80.500

año

1508



Tierra de Aguiar año

1500



año

1505



año

1506



año

1507

130.000

año

1508



Dacón, Val de Lobás, Amoeiro, Bolo de Senda y Montes de Oseira con sus partidos año

1500



año

1505



año

1506

86.000

año

1507

95.500

año

1508

97.000

Queixa con sus partidos año

1500



año

1505

5.600

año

1506

5.656

año

1507

7.900

año

1508

13.413

569

570

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 65. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

condado de

Ribadavia, entre los años 1500 y 1508, expresadas en maravedís

(continuación)

Val de Conso con sus partidos 652 año

1500

.............

año

1505

.............

año

1506



año

1507

33.000

año

1508

.............

Las Frieiras (García Díaz) 653 año

1500



año

1505



año

1506



año

1507

.............

año

1508



TOTALES RECAUDADOS año

1500

598.449

año

1505

805.450

año

1506

655.430

año

1507

982.310

año

1508

692.483

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, leg. 69, sin foliar; Exp. de Hac., leg. 12, sin foliar, y leg. 18, fols. 26, 27 y 113.

En los años 1500, 1505 y 1508 las alcabalas de Val de Conso y sus partidos se arren­ daron conjuntamente con las de Queixa con sus partidos. 653 En el año 1507 las alcabalas de Frieiras se arrendaron conjuntamente con las de Val de Conso con sus partidos. 652

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 66. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

obispado de

Ourense, entre los años 1499 y 1504, expresadas en maravedís

Queixa y su partido año

1499

8.832

año

1500

8.832

año

1501

8.832

año

1503

año



1504



Tierra de Orcellón y su partido año

1499

75.044

año

1500

75.044

año

1501

75.044

año

1503

año



1504



Dacón, Val de Lobás, Amoeiro, Bollo de Senda, Montes de Oseira y su partido año

1499

76.600

año

1500

76.600

año

1501

76.600

año

1503

92.000

año

1504

92.000

Encomiendas de Juan Pimentel año

1499

50.500

año

1500

50.500

año

1501

50.500

año

1503



año

1504



Sobrado de Trives año

1499

7.296

año

1500

7.296

año

1501

7.296

año

1503



año

1504



TOTALES RECAUDADOS año

1499

218.272

año

1500

218.272

año

1501

218.272

año

1503

92.000

año

1504

92.000

Fuente: AGS, CMC, 1.ª época, legs. 69 y 71, sin foliar y Exp. de Hac., legs. 12 y 18.

571

572

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

Ciudad de Vilamaior con los cotos y lugares de su administración año

1484–1487 49.000

año

1496

40.000

año

1488

52.000 año

1498



año

1491

40.415 año

año

1494

45.800

año

1495

40.000

1500



Vilanova de Lourenzá con su valle y ferrería año

1484–1487 26.554

año

1496

51.000

año

1488

32.500 año

1498

51.000

año

1491

54.666 año

año

1494

53.600

año

1495

51.000

1500

52.000

La Marina de San Cosme (Calendario de San Cosme de Barreiros con Benquerencia) año

1484–1487 7.700

año

1496

13.400

año

1488

9.775 año

1498

---------

año

1491

15.344 año

año

1494

13.020

año

1495

14.900

1500

--------Coto de San Martiño

año

1484–1487 25.748

año

1496

43.500

año

1488

30.100 año

1498

43.500

año

1491

45.240 año

año

1494

46.100

año

1495

43.500

1500

43.500 Calendario de Nois

año

1484–1487 9.500

año

1496

13.900

año

1488

10.500 año

1498

14.250

año

1491

12.126 año

1500

14.500

año

1494

12.729

año

1495

14.000

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

573

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

San Cibrao y Portecelo año

1484–1487 16.400

año

1496

31.000

año

1488

17.600 año

1498

31.000

año

1491

25.250 año

año

1494

29.950

año

1495

31.000

1500

31.000 Cotos de Ameixido y Lousada

año

1484–1487 —

año

1496

3.572

año

1488

— año

1498



año

1491

7.073 año

año

1494

3.572

año

1495

3.572

1500

3.600 San Pedro de Xuances 654

año

1484–1487 12.000

año

1496

2.666

año

1488

1.500 año

1498

4.020

año

1491

............. año

año

1494

3.572

año

1495

2.666

1500

4.000 Santa María das Negradas 655

año

1484–1487 .............

año

1496

2.100

año

1488

1.500 año

1498



año

1491

— año

año

1494

2.430

año

1495

2.100

1500

2.100

En el año 1491 las alcabalas de San Pedro y Xuances se arrendaron conjuntamente con las de los cotos de Ameixido y Lousada. 655 En los años 1484 –1487 las alcabalas de Santa María de Negradas se arrendaron con­ juntamente con las de San Pedro de Xuances, Galdo, y Santa María Maior. 654

574

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Galdo

año

1484–1487 .............

año

1496

7.200

año

1488

4.000 año

1498



año

1491

— año

año

1494

7.000

año

1495

7.200

1500

7.400 Santa María Maior

año

1484–1487 .............

año

1496

3.150

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

3.300

año

1495

3.150

1500

3.000 Bares

año

1484–1487 23.500

año

1496

33.600

año

1488

24.800 año

1498



año

1491

32.480 año

año

1494

33.980

año

1495

33.600

1500

30.000 Mogor 656

año

1484–1487 .............

año

1496

.............

año

1488

............. año

1498



año

1491

............. año

año

1494

.............

año

1495

.............

1500

1.600

En los años 1484 –1487, 1488, 1491, 1494, 1495 y 1496 las alcabalas de Mogor se arrendaron conjuntamente con las de Bares y las de As Riberas do Sor. 656

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) As Riberas do Sor

año

1484–1487 .............

año

1496

.............

año

1488

............. año

1498



año

1491

............. año

año

1494

.............

año

1495

.............

1500

2.300 Val de Cabarcos

año

1484–1487 6.150

año

1496

12.300

año

1488

6.800 año

1498



año

1491

11.000 año

año

1494

13.130

año

1495

13.261

1500

8.000 Trabada

año

1484–1487 5.000

año

1496

9.670

año

1488

6.050 año

1498



año

1491

10.033 año

año

1494

9.670

año

1495

9.670

1500

— Riberas de Sande

año

1484–1487 12.000

año

1496



año

1488

14.400 año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Riberas de Miranda

año

1484–1487 15.000

año

1496

27.653

año

1488

18.200 año

1498



año

1491

43.248 año

1500

22.500

año

1494

28.000

año

1495

27.666

575

576

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Riotorto 657

año

1484–1487 .............

año

1496

14.000

año

1488

............. año

1498



año

1491

............. año

año

1494

15.622

año

1495

14.000

1500

11.000 Bretoña

año

1484–1487 7.900

año

1496

13.000

año

1488

8.780 año

1498

13.000

año

1491

16.492 año

año

1494



año

1495

13.000

1500

10.000 A Aguarda

año

1484–1487 5.500

año

1496

2.200

año

1488

5.275 año

1498

2.400

año

1491

— año

año

1494

2.185

año

1495

2.200

1500

2.500 Reigosa 658

año

1484–1487 .............

año

1496

4.300

año

1488

............. año

1498

4.350

año

1491

— año

año

1494

4.700

año

1495

4.300

1500

4.400

En los años 1484 –1487, 1488 y 1491 las alcabalas de Riotorto se arrendaron conjun­ tamente con las de las Riberas de Miranda. 658 En los años 1484 –1487 y 1488 las alcabalas de Reigosa se arrendaron conjuntamente con las de A Aguarda. 657

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

577

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

Castro de Rei y su alfoz año

1484–1487 38.000

año

1496

48.000

año

1488

40.000 año

1498



año

1491

47.985 año

año

1494

47.975

año

1495

48.000

1500

53.000 Costa de Montes

año

1484–1487 22.000

año

1496



año

1488

24.426 año

1498



año

1491

42.456 año

año

1494

38.500

año

1495



1500

— Muras

año

1484–1487 12.000

año

1496



año

1488

13.200 año

1498



año

1491

28.810 año

año

1494

28.558

año

1495



1500

— Castromaior 659

año

1484–1487 .............

año

1496

4.600

año

1488

— año

1498



año

1491

............. año

año

1494

.............

año

1495

4.600

1500

4.700

En los años 1484–1487, 1491 y 1494 las alcabalas de Castromaior se arrendaron con­ juntamente con las de Muras. 659

578

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

Castro de Ouro y su alfoz y tierra año

1484–1487 29.800

año

1496

1.100

año

1488

— año

1498

1.200

año

1491

— año

año

1494

29.515

año

1495

1.100

1500

1.200 Budián

año

1484–1487 6.000

año

1496

3.400

año

1488

— año

1498

3.550

año

1491

— año

año

1494



año

1495

3.400

1500

4.000 As Grañas do Sor

año

1484–1487 5.000

año

1496

5.000

año

1488

5.000 año

1498

5.000

año

1491

— año

año

1494

6.000

año

1495

5.000

1500

5.000 Suegos 660

año

1484–1487 .............

año

1496

1.100

año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494

.............

año

1495

1.100

1500

1.100

En los años 1484–1487, 1488 y 1494 las alcabalas de Suegos se arrendaron juntamen­ te con las de As Grañas do Sor. 660

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

579

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Coto de Saa

año

1484–1487 —

año

1496

2.225

año

1488

— año

1498

2.175

año

1491

4.020 año

año

1494



año

1495

2.225

1500

2.100 Pacios 661

año

1484–1487 —

año

1496

1.650

año

1488

............. año

1498

1.650

año

1491

............. año

año

1494

2.300

año

1495

1.650

1500

1.600 Rececende

año

1484–1487 —

año

1496

6.262

año

1488

............. año

1498



año

1491

10.250 año

año

1494

12.725

año

1495

6.262

1500

4.000 Vilaseca 662

año

1484–1487 —

año

1488

.............

año

1491

.............

año

1494

.............

año

1495

6.262

En el año 1488 las alcabalas de Pacios, Rececende, Vilaseca, Abadín, Espinarcao, Cabaneiro, Cajota, Silán, Vilapedre, Cimadevila, Lousa, Piñeiro, y Vilaxoán no se arrenda­ ron porque los habitantes de estos lugares se excusaban de pagar alcabalas, alegando que eran francos y que nunca las habían pagado ni estaban obligadas a ello (AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 12, sin foliar). En el año 1491 las alcabalas de Pacios se arrendaron junta­ mente con las del coto de Saa. 662 En los años 1491 y 1494 las alcabalas de Vilaseca se arrendaron con las de Rececende. 661

580

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Vilaseca

año

1496

6.262

año

1498



año

1500

4.800 Abadín 663

año

1484–1487 —

año

1496

1.550

año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494

1.550

año

1495



1500

— Espinarcao

año

1484–1487 —

año

1496

2.000

año

1488

............. año

1498



año

1491

3.102 año

año

1494

2.850

año

1495

2.000

1500

1.550 Cabaneiro

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Cajota

año

1484–1487 —

año

1488

.............

año

1491



año

1494



año

1495



Las alcabalas de Abadín no se arrendaron en el año 1495. Los habitantes de este lugar anduvieron en pleito con los arrendadores mayores para determinar si estaban obligados a pagar alcabalas o si, por el contrario, quedaban exentos de su pago. 663

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

581

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Cajota

año

1496



año

1498



año

1500

— Silán

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Vilapedre

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Cimadevila 664

año

1484–1487 —

año

1496

700

año

1488

............. año

1498



año

1491

1.192 año

año

1494

909

año

1495



1500

300 Lousa

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500



Las alcabalas del coto de Cimadevila no se arrendaron en el año 1495. Su valor apro­ xi­­mado se estima en unos 2.000 maravedís. 664

582

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Piñeiro

año

1484–1487 —

año

1496

1.100

año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494

1.200

año

1495

1.200

1500

1.100 Vilaxoán

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

............. año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Cadavedo

año

1484–1487 —

año

1496

915

año

1488

— año

1498

950

año

1491

800 año

año

1494

836

año

1495

900

1500

900 Vilamor

año

1484–1487 —

año

1496

4.400

año

1488

— año

1498



año

1491

4.178 año

año

1494

4.206

año

1495

4.400

1500

4.000 Ribera de Tigrás

año

1484–1487 —

año

1496

2.768

año

1488

— año

1498



año

1491

3.083 año

1500

2.300

año

1494

3.800

año

1495

2.768

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

Riberas de Ambroça año

1484–1487 —

año

1496

2.870

año

1488

— año

1498



año

1491

5.560 año

año

1494

2.635

año

1495

2.830

1500

2.600 Cesuras y Cunan

año

1484–1487 —

año

1496

7.000

año

1488

— año

1498



año

1491

6.840 año

año

1494

7.079

año

1495

7.000

1500

6.800 Oirán

año

1484–1487 —

año

1496

1.000

año

1488

— año

1498

950

año

1491

1.303 año

año

1494

1.436

año

1495

1.000

1500

900 Argomoso

año

1484–1487 —

año

1496

1.450

año

1488

— año

1498



año

1491

1.548 año

año

1494

1.550

año

1495

1.450

1500

1.300 Sasdónigas

año

1484–1487 —

año

1496

1.315

año

1488

— año

1498

1.315

665

año

1491

1.290 año

1500

1.300

año

1494

1.315

año

1495

1.315

583

584

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Santo Adrao

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

1.280 año

año

1494



año

1495



1500



Saavedra, Damil, Arcillá y Santalla de Sisoi año

1484–1487 4.200

año

1496

11.000

año

1488

5.334 año

1498

11.510

año

1491

— año

año

1494

11.160

año

1495

11.000

1500

13.000 Gaibor 666

año

1484–1487 3.000

año

1496

.............

año

1488

2.000 año

1498

.............

año

1491

— año

año

1494

.............

año

1495

.............

1500

............. Felmil 667

año

1484–1487 .............

año

1496



año

1488

2.000 año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500



Más dos carneros y dos carros de leña. En los años 1494, 1495, 1496, 1498 y 1500 las alcabalas de Gaibor se arrendaron juntamente con las de Saavedra, Damil, Arcillá, y Santalla de Sisoi. 667 En los años 1484 –1487 las alcabalas de Felmil se arrendaron con las de Gaibor. 665 666

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

585

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

San Mamede de Oleiros año

1484–1487 485

año

1496

1.800

año

1488

1.660 año

1498

1.800

668

año

1491

— año

año

1494



año

1495

1.800

1500

1.800 Santa Marta y su tierra y alfoz

año

1484–1487 100.000

año

1496

110.950

año

1488

113.000 año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

110.950

1500

108.000 Cotos de Lourenzá y Candó 669

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

27.050 año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Valadouro

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

29.793 año

1498

año

1491

49.080 año

año

1494



año

1495



1500



Más cuatro gallinas. En los años 1484 –1487 los habitantes de los cotos de Lourenzá y Candó se negaron a pagar las alcabalas alegando que eran francos y que nunca las habían pagado. Durante este período, los mencionados cotos anduvieron en pleito con el arrendador Luis de Alcalá por 668 669

586

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

San Román do Vale año

1484–1487 —

año

1496

5.200

año

1488

8.600 año

1498

2.300

año

1491

5.097 año

año

1494

5.200

año

1495

5.200

1500

2.300 Santo Estevo do Vale 670

año

1484–1487 —

año

1496

3.662

año

1488

............. año

1498

3.700

año

1491

4.674 año

año

1494

3.600

año

1495

3.652

1500

4.700

Feligresía de San Tirso con el coto de Salcedo año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

4.000 año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

— Canedo

año

1484–1487 —

año

1496

12.000

año

1488

7.867 año

1498



año

1491

13.130 año

año

1494

13.130

año

1495

12.000

1500

8.000

dicha causa. El valor de sus alcabalas se calcula en 20.000 maravedís (AGS, Expedientes de Hacacienda, leg. 12, sin foliar). 670 En el año 1488 las alcabalas de Santo Estevo do Vale se arrendaron juntamente con las de San Román do Vale.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

San Martiño de Lamas año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

620 año

año

1491



1498



año

año

1494



año

1495



1500

— Calendario de Landrove

año

1484–1487 —

año

1496

9.500

año

1488

— año

1498



año

1491

12.802 año

año

1494

18.500

año

1495

9.500

1500

9.000 Segueriz

año

1484–1487 1.500

año

1496

4.300

año

1488

año

año

1491



2.200 1498



año

año

1494



año

1495

4.300

1500

4.300 Coto de Cedofeita

año

1484–1487 —

año

1496

2.500

año

1488

— año

1498

2.500

año

1491

año

3.030 año

1494

3.150

año

1495

2.500

1500

2.500 Viloalle y Figueiras con San Martiño

año

1484–1487 —

año

1496

4.200

año

1488

— año

1498



año

1491

5.513 año

1500

3.600

año

1494

4.000

año

1495

4.200

587

588

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

San Cristóbal de Samarugo año

1484–1487 —

año

1496

3.300

año

1488

— año

1498



año

1491

3.237 año

año

1494

3.310

año

1495

3.310

1500

3.200 Santa Comba

año

1484–1487 —

año

1496

3.200

año

1488

— año

1498

3.400

año

1491

4.795 año

año

1494

5.300

año

1495

3.200

1500

3.400 Ferreiravella 671

año

1484–1487 .............

año

1496

1.100

año

1488

............. año

1498

1.100

año

1491

............. año

año

1494

.............

año

1495

1.100

1500

1.100 Coto Daa

año

1484–1487 —

año

1496

3.500

año

1488

1.800 año

1498

2.500

año

1491

— año

año

1494

3.120

año

1495

3.500

1500

2.650

En los años 1484 –1487, 1488, 1491 y 1494 las alcabalas de Ferreiravella se arren­ daron juntamente con las de Santa Comba. 671

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

589

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Lindín

año

1484–1487 —

año

1496

2.800

año

1488

— año

1498

2.900

año

1491

— año

año

1494

1.130

año

1495

2.800

1500

2.900 San Tomé de Lourenzá

año

1484–1487 —

año

1496

10.000

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

10.000

año

1495

9.800

1500

— Santo Adrao de Lourezá 672

año

1484–1487 —

año

1496

10.820

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

14.140

año

1495

14.140

1500

7.000 San Xurxo de Lourenzá

año

1484–1487 —

año

1496

12.140

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

14.100

año

1495

12.140

1500

8.000

En el año 1495 las alcabalas de Santo Adrao de Lourenzá se arrendaron por menu­ do aunque no se conoce la cuantía exacta por la que se arrendaron. En la tabla, tomamos como referencia el valor de las alcabalas de este lugar en el año 1494. 672

590

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

San Andrés de Masma año

1484–1487 —

año

1496

900

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

800

año

1495

900

1500

800 Vilaoruz, Vilapena y Vilaformán

año

1484–1487 —

año

1496

8.000

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

6.420

año

1495

8.000

1500

5.600 San Pedro de Mor

año

1484–1487 —

año

1496

6.650

año

1488

— año

1498

6.650

año

1491

— año

año

1494

6.341

año

1495

6.650

1500

7.000 Adelán

año

1484–1487 —

año

1496

5.000

año

1488

— año

1498

5.000

año

1491

— año

año

1494

4.900

año

1495

5.000

1500

5.000 Santa María de Riobó

año

1484–1487 —

año

1496

265

año

1488

— año

1498

340

año

1491

— año

1500

500

año

1494

450

año

1495

265

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

591

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

Celeiro de Mariñaos año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

2.480

año

1495



1500

— Couxela

año

1484–1487 —

año

1496

8.000

año

1488

— año

1498

8.000

año

1491

— año

año

1494



año

1495

8.000

1500

8.000 Santalla 673

año

1484–1487 —

año

1496

.............

año

1488

— año

1498

.............

año

1491

— año

año

1494



año

1495

.............

1500

............. Balboa

año

1484–1487 —

año

1496

.............

año

1488

— año

1498

.............

año

1491

— año

año

1494

2.000

año

1495

.............

1500

.............

En los años 1495, 1496, 1498 y 1500 las alcabalas de Santalla se arrendaron junta­ mente con las de Couxela, Balboa y Vidal. 673

592

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Vidal

año

1484–1487 —

año

1496

.............

año

1488

— año

1498

.............

año

1491

— año

año

1494

1.800

año

1495

.............

1500

............. Caxoto

año

1484–1487 —

año

1496

750

año

1488

— año

1498

850

año

1491

— año

año

1494

1.000

año

1495

750

1500

1.000 Feligresía de Sante

año

1484–1487 —

año

1496

8.600

año

1488

— año

1498

8.700

año

1491

— año

año

1494

1.660

año

1495

8.600

1500

— Xermar, Vilar, Bestar y Lamas

año

1484–1487 —

año

1496

4.500

año

1488

— año

1498

4.500

año

1491

— año

año

1494

4.880

año

1495

4.500

1500

4.500

Ciertas heredades del obispo de Mondoñedo año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

1500



año

1494

1.500

año

1495



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

Santa Gua de Verona año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

año

1491

año



1498



año

1494

3.000

año

1495



1500

— San Tomé de Recaré de Valadouro

año

1484–1487 —

año

1496

4.500

año

1488

— año

1498

4.500

año

1491

— año

año

1494

2.315

año

1495

4.500

1500

4.600 Frexulfe de Valadouro

año

1484–1487 —

año

1496

2.600

año

1488

— año

1498

2.600

año

1491

— año

año

1494

2.650

año

1495

2.600

1500

2.500 Recaré de Valadouro

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

2.730

año

1495



1500

— Pereiro

año

1484–1487 —

año

1496

3.200

año

1488

— año

1498

3.150

año

1491

— año

1500

3.150

año

1494

3.090

año

1495

3.200

593

594

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Carballido

año

1484–1487 —

año

1496

4.900

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

4.740

año

1495

4.900

1500

3.100 Cients

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494

8.500

año

1495



1500

— Coto de Valoria

año

1484–1487 —

año

1496

365

año

1488

— año

1498

400

año

1491

— año

año

1494



año

1495

365

1500

400 Lagoa

año

1484–1487 —

año

1496

6.600

año

1488

— año

1498

6.700

año

1491

— año

año

1494



año

1495

6.700

1500

6.700 San Xurxo de Cadramón

año

1484–1487 —

año

1496

2.580

año

1488

— año

1498

2.580

año

1491

— año

1500

2.500

año

1494



año

1495

2.580

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) San Xoán de Laxe

año

1484–1487 —

año

1496

1.400

año

1488

— año

1498

1.400

año

1491

— año

año

1494



año

1495

1.400

1500

1.400 Bacoi

año

1484–1487 —

año

1496

2.000

año

1488

— año

1498

2.000

año

1491

— año

año

1494



año

1495

2.000

1500

2.600 Raulfe

año

1484–1487 —

año

1496

900

año

1488

— año

1498

980

año

1491

— año

año

1494



año

1495

900

1500

1.000 Vilacampa

año

1484–1487 —

año

1496

2.400

año

1488

— año

1498

2.400

año

1491

— año

año

1494



año

1495

2.400

1500

2.400 Santa Cruz

año

1484–1487 —

año

1496

6.450

año

1488

— año

1498

6.450

año

1491

— año

1500

6.200

año

1494



año

1495

6.450

595

596

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Parga y Trasparga

año

1484–1487 —

año

1496

12.500

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

12.500

1500

— Montes de Meda

año

1484–1487 —

año

1496

3.100

año

1488

— año

1498

3.100 674

año

1491

— año

año

1494



año

1495

3.100

1500

3.200 Concejo de Vilarente

año

1484–1487 —

año

1496

7.650

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

7.650

1500

7.600 A Graña de Vilarente

año

1484–1487 —

año

1496

2.600

año

1488

— año

1498

2.300

año

1491

— año

año

1494



año

1495

2.600

1500

2.600 Moncelos

año

1484–1487 —

674

año

1488



Más dos pares de gallinas.

año

1491



año

1494



año

1495

3.300

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) Moncelos

año

1496

3.300

año

1498



año

1500

3.300 Baroncelle

año

1484–1487 —

año

1496

2.200

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

2.200

1500

2.200 Candía y Lagoa

año

1484–1487 —

año

1496

4.500

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

4.000

1500

3.500 Quende, Fraiás y Gontán

año

1484–1487 —

año

1496

1.216

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

1.217

1500

900 Romariz

año

1484–1487 —

año

1496

2.300

año

1488

— año

1498

2.300

año

1491

— año

1500

2.300

año

1494



año

1495

2.300

597

598

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación)

Sanoi, Fanoi y Cabojo año

1484–1487 —

año

1496

2.300

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

2.300

1500

2.300 Aldixe

año

1484–1487 —

año

1496

1.600

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

1.600

1500

1.325 Labrada

año

1484–1487 —

año

1496

5.000

año

1488

— año

1498

5.500

año

1491

— año

año

1494



año

1495

6.000

1500

5.500 Santa María de Burgo

año

1484–1487 —

año

1496

4.500

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

4.500

1500

4.500 San Pedro de Muras

año

1484–1487 —

año

1496

7.900

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

1500

7.900

año

1494



año

1495

7.900

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) A Balsa

año

1484–1487 —

año

1496

4.660

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

4.600

1500

4.700 Irixoa

año

1484–1487 —

año

1496

2.600

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

2.600

1500

2.600 Viveiró

año

1484–1487 —

año

1496

4.000

año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495

4.000

1500

3.650 Valle de Lourenzá

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

1.200 Saute

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

1500

7.000

año

1494



año

1495



599

600

Amparo Rubio Martínez

Rentas reales

Tabla 67. ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en maravedís

(continuación) A Muxueira

año

1484–1487 —

año

1496



año

1488

— año

1498



año

1491

— año

año

1494



año

1495



1500

400 TOTALES RECAUDADOS

año

1484–1487 443.937

año

1496

799.136

año

1488

532.330 año

1498

292.420

año

1491

578.422 año

año

1494

694.395

1500

679.025

Fuente: AGS, Exp. de Hac., leg. 12, sin foliar.

año

1495

803.166

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rentas reales

fiscalidad regia

Tabla 68. ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del

obispado de

Mondoñedo, entre los años 1498 y 1504, expresadas en maravedís

Vilamaior de Mondoñedo año

1498

40.400

año

1499

40.400

año

1500

40.400

año

1501

40.400

año

1503

40.400

año

1504

40.400

Merindad de San Cosme año

1498

13.683

año

1499

13.683

año

1500

13.683

año

1501

13.683

año

1503



año

1504



Feligresía de San Martín de Trabada año

1498

9.875

año

1499

9.875

año

1500

9.875

año

1501

9.875

año

1503



año

1504



Santa Marta con sus feligresías y partido año

1498



año

1499



año

1500



año

1501



año

1503

113.920

año

1504

113.920

TOTALES RECAUDADOS año

1498

63.958

año

1499

63.958

año

1500

63.958

año

1501

63.958

año

1503

154.320

año

1504

154.320

Fuente: AGS, Escribanía Mayor de Rentas, leg. 64, fol. 383; leg. 66, fol. 256; leg. 67, fol. 300 (1498). Leg. 68, fol. 319; leg. 73, fol. 271 (1499). Leg. 75, fol. 448; leg. 76, fol. 425 (1500). Leg. 80, fol. 366; leg. 86, fol. 199 (1501). Leg. 92, fol. 233; leg. 93, fols. 151 y 153; leg. 94, fols. 275 y 276 (1503). Leg. 97, fol. 491; leg. 98, fol. 365 (1504).

601

Conclusiones

U

valoración final sobre las distintas cuestiones analizadas en este trabajo nos obliga a referirnos, en primer lugar, al cambio que su­ puso el reinado de los Reyes Católicos en Galicia con respecto a los gobiernos anteriores, especialmente los que cubren el periodo de gobierno de la dinastía trastámara (1369 –1474). Durante este periodo, el Reino de Galicia presenta una situación política de cierta marginalidad con respecto al conjunto de territorios de la Corona de Castilla. Alejado de la Corte y de los centros de poder, el reino aparece dividido en una serie de señoríos —laicos y eclesiásticos— cuyos titulares gobiernan y administran el territorio. En la segunda mitad del siglo xv, Galicia padece una serie de revueltas antise­ ñoriales —movimientos irmandiños— como consecuencia de las luchas in­ ternas de poder, el desorden social y la falta de autoridad política. En lo que se refiere al régimen hacendístico, como se ha podido comprobar a lo largo del trabajo, durante este periodo el reino también presenta una serie de pecu­ liaridades que no tienen parangón con el resto de la Corona de Castilla: irre­ gularidades en el cobro de impuestos, especialmente en lo relativo al pedido real extraordinario, usurpación de buena parte de las rentas reales por parte de los señores, y ciertas singularidades en el régimen monetario son algunos de los rasgos más característicos. Frente a esta situación, que de manera general define al Reino de Ga­ licia entre los años 1369 –1474, el reinado de los Reyes Católicos venía a suponer una nueva etapa de gobierno caracterizada por el restablecimiento de la justicia, y la autoridad real, introduciendo impor­tan­­tes cambios en las estructuras de gobierno, especialmente en lo que se re­fiere al ejercicio de la fiscalidad regia y a los mecanismos de gestión de las rentas reales. La obra de los Reyes Católicos en Galicia, en especial des­­­de 1480 en adelante, la creación de una delegación de la Audiencia Real en el propio reino como na

606

Amparo Rubio Martínez

forma de garantizar la justicia, el envío de los primeros gobernadores reales y la instauración de la Santa Hermandad en 1482, sentarían las bases de este nuevo periodo político que garantizaría en lo sucesivo la paz y el correcto funcionamiento del orden estamental esta­blecido. En el plano hacendístico, se lograba la regularización en el pago de impuestos —ordinarios y extraor­ dinarios—, y se ponía en marcha un nuevo orden social, en el que se esta­ blecía ya un cierto equilibrio de poderes entre el poder real, el señorial y las villas y ciudades de realengo. Partiendo de unas ideas generales que resumen a grandes rasgos lo que supuso el reinado de los Reyes Católicos en Galicia con respecto a la etapa anterior, y siguiendo el esquema de las cuestiones analizadas a lo largo de este trabajo, trataremos de sintetizar ahora algunos de los aspectos que con­ sideramos más significativos del gobierno de los Reyes Católicos en Galicia, así como del funcionamiento de las instituciones, fundamentalmen­te las ha­ cendísticas. Con relación a la geografía fiscal y de acuerdo a lo que hemos venido exponiendo a lo largo del trabajo, Galicia se dividía en cuatro grandes par­ tidos fiscales en orden al pago de impuestos ordinarios y extraordinarios, unos partidos fiscales que por lo general venían a coincidir con la división eclesiástica de la época. El conocimiento detallado del marco geográfico– administrativo en torno al que se articulaba la recaudación de impuestos, los partidos fiscales en los que se dividía el reino, así como las distintas uni­ dades fiscales que componían cada una de éstas demarcaciones fiscales, fun­ damentales para entender como se efectuó la recaudación y cuales fueron los principales problemas y dificultades que en muchos casos planteó el proce­ dimiento recaudatorio. En esta línea, hemos tratado de dar a conocer cuales eran los señoríos más importantes desde el punto de vista económico y fiscal, en la medida que esto determinaría que los Reyes Católicos, en el proceso de incorporación de las rentas de señorío a la Corona, procedieran a recuperar primero aquellos señoríos que generaban mayores niveles de rentas. Como ya se ha puesto de manifiesto a lo largo del trabajo, el señorío más importante desde el punto de vista económico y fiscal del Reino de Ga­licia era el de la Tierra de Santiago, cuya titularidad ejercía el arzobispo de Santiago. Se trataba de un señorío que cubría en extensión más de la mitad del Reino de Galicia, al incluir también el obispado de Tui, y que indudablemente cons­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

607

tituía una importante fuente de detracción de las rentas reales. Pero junto al señorío de la Iglesia de Santiago, se localizan también un conjunto importante de señoríos nobiliarios pertenecientes a las más destacadas estirpes del reino —Lemos, Sarmiento, Ulloa, Andrade etc.—, cuyas rentas reales tratarían de recuperar para la Corona tanto Enrique IV como los Reyes Católicos. Pero quizá, uno de los aspectos más destacados en relación con la geo­ grafía fiscal del Reino de Galicia que se va desgranando a lo largo del tra­ bajo, es la creación durante el reinado de los Reyes Católicos de tres nuevos partidos fiscales —Viveiro, Ribadavia, el partido de Sarria y los denomina­ dos lugares confiscados—, lo que indudablemente constituiría uno de los grandes logros de su gobierno en Galicia, por cuanto esto suponía recuperar las alcabalas de una serie de señoríos que pasarían a tributar con carácter perpetuo a la Hacienda Regia. El primero de estos partidos fiscales de nueva creación y quizá el más importante por los niveles de rentas que generaba, era el de Viveiro, cuyas rentas habían sido recuperadas para el realengo en 1477, tras el firme compro­ miso por parte de los monarcas de no enajenar la villa ni sus rentas a ningún señor ni persona poderosa. La incorporación de Viveiro al realengo y la recu­ peración de sus rentas para la Corona, tendría como consecuencia inmediata el notable incremento de las rentas reales que la Hacienda Real recaudaba en Galicia. En 1480 se creaba el partido fiscal de Viveiro, cuyas rentas reales or­ dinarias —alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes—, pasarían a tributar con carácter definiti­vo a la Hacienda Regia desde esta fecha en adelante. La incorporación de las rentas de Viveiro a la Hacienda Real y la crea­ ción de un nuevo partido fiscal independiente en torno a la villa y su tierra, tendrían un claro objetivo que no era otro sino el control por parte de la monarquía de unas rentas que generaban unos beneficios económicos muy considerables, como consecuencia del pago de los diezmos de la mar de las mercancías que entraban por los puertos y de los derechos de alfolí. Desde 1480 en adelante, los monarcas confiarían la guarda y custodia de la villa de Viveiro y sus rentas al mayordomo real don Enrique Enríquez, que se convertiría en lo sucesivo en tenente de la fortaleza de la villa, controlando las rentas de este partido fiscal durante todo el reinado. El segundo de los partidos fiscales de nueva creación en Galicia era el de Ribadavia, localidad perteneciente a la diócesis de Tui, cuyas ren­

608

Amparo Rubio Martínez

tas se arrendaron durante todo el siglo xv junto a las del partido fiscal de Ourense. Mediante la creación de este nuevo partido fiscal, los monarcas lograban incorporar las alcabalas de Ribadavia y su Tierra a la Hacienda Regia, lo que significaba contar con una nueva fuente de ingresos para la monarquía, que derivaba fundamentalmente de la abundante producción y venta del acreditado vino Ribeiro en la zona. La consolidación de la villa de Ribadavia y su tierra como partido fiscal independiente durante los años 1480 –1486 supuso la integración definitiva de las alcabalas de estos lugares a la Hacienda Regia, unas rentas que desde mediados del siglo xv habían percibido los condes de Ribadavia. Desde 1480 en adelante, las alcabalas de Ribadavia pasaban a formar parte del conjunto de ingresos que con carácter habitual recaudaba la Hacienda Real en el Reino de Galicia. No obstante, como partido fiscal independiente, el partido de Ribadavia sólo estaría ope­ rativo entre los años 1480 y 1488, pues a partir de esta fecha, las alcabalas del condado de Ribadavia pasarían a ser gestionadas, una vez más, en el partido fiscal de Ourense. Junto a la creación de los partidos de Viveiro y Ribadavia se añadía un tercer partido fiscal que correspondía a los lugares que habían sido confisca­ dos al conde de Lemos y a sus colaboradores a mediados de los años ochenta, cuyas alcabalas y otras rentas, pechos y derechos se arrendaron de manera conjunta desde 1489 en adelante. Las rentas de los denominados lugares con­ fiscados incluían las alcabalas de la villa de Sarria con sus pueblas, Castro de Rei y Outeiro de Rei, señoríos todos ellos del conde de Lemos, más ciertas rentas, pechos y derechos antiguos que percibían tanto el conde de Lemos como algunos de sus colaboradores. Pero al margen de la creación de estos nuevos partidos fiscales desde 1480 en adelante, lo que sin duda tuvo unas consecuencias muy favorables para la Hacienda Regia, una de las principales estrategias ideadas por los monarcas para lograr la regularización hacendística y el incremento de las rentas reales en el Reino de Galicia, fue la de recuperar las rentas de señorío para la Corona, un objetivo que ya se habían planteado los monarcas ante­ riores, sin obtener en ningún caso el nivel de eficiencia con que lo hicieron los Reyes Católicos. Por otra parte, la incorporación de los señoríos a la Co­ rona contaba con un valor añadido, no sólo por lo que suponía en términos económicos para las arcas reales, sino sobre todo porque, con excepción del

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

609

conde de Lemos que recuperaba sus rentas a principios del siglo xvi, el resto de señoríos pasarían a tributar a la Hacienda Regia con carácter definitivo, lo que suponía la afirmación de la autoridad regia en Galicia frente a los poderes señoriales como nunca se había dado antes. Es posible también que esta situación de cierta marginalidad que se ob­serva en el Reino de Galicia durante los tres primeros cuartos del siglo xv con respecto a otros territorios de la Corona de Castilla, se debiera en parte a la rebeldía fiscal que Galicia había mostrado al pago de servicios extraordinarios y a las exiguas cantidades que durante años había aportado en concepto de impuestos ordinarios para financiar las necesidades de la monarquía. No cabe duda, por otra parte, de que las medidas adoptadas por los Reyes Católicos fueron decisivas para lograr la regularización hacendís­ tica del reino, si bien los monarcas anteriores, ya habían dado algunos pasos significativos al respecto. La tasa de señoríos, documentada por primera vez en Galicia en 1451, pone de manifiesto como ya en tiempos de Juan II se tenía conciencia del problema que suponían las rentas enajenadas en manos de los señores, y del grave perjuicio que causaban a la Hacienda Regia. Otro de los problemas que generaban las rentas de señorío era el desconocimien­ to que, desde las instituciones hacendísticas, se tenía del volumen real de ingresos que generaban. Precisamente la tasa de señoríos, documentada por primera vez en 1451, fue una estrategia planteada desde los órganos hacen­ dísticos para averiguar los verdaderos beneficios que generaban las rentas de señorío. La solución pasaba por fijar el precio de las rentas de cada seño­ río en una cantidad determinada, que continuarían percibiendo los señores, con el firme propósito de que los beneficios que generasen por encima del valor tasado, pasasen a tributar a la Hacienda Regia. Desde 1480 en adelante, incorporadas las rentas de los principales se­ ñoríos a la Hacienda Regia, el valor global de las rentas ordinarias de cada uno de los partidos fiscales del Reino de Galicia experimentó un crecimien­ to muy notable, llegando incluso a triplicar las cuantías recaudadas en años anteriores. Obviamente, este crecimiento se debió también a unas condicio­ nes económicas favorables, a la mejora sustancial de los procedimientos re­ caudatorios, y a los mecanismos planteados desde los órganos hacendísticos con el fin de elevar los precios de los arrendamientos en los estrados de las rentas.

610

Amparo Rubio Martínez

Con unos niveles de ingresos tan significativos, derivados también de unos años de bonanza económica y de la fluida actividad comercial que tenía lugar a través de los puertos del Reino de Galicia, las estrategias de fraude y evasión fiscal proliferaron, convirtiéndose en prácticas generalizadas y habi­ tuales en el reino. En la mayoría de los casos eran ejercidas por los propios arrendatarios y recaudadores a título personal, aunque en muchos casos las propias instituciones hacendísticas facilitaron a estos financieros el ejercicio de las mismas, sobre todo en momentos de especial urgencia económica, en los que la monarquía necesitaba recurrir al préstamo de esos financieros para hacer frente a los gastos que generaban las campañas de Granada primero, y las guerras de Nápoles después. Pero por otra parte, el ejercicio de determinadas prácticas de fraude y evasión fiscal hay que ponerlo en relación con las propias características físicas del reino. Y es que Galicia poseía unas condiciones idóneas para el ejercicio de todo tipo de prácticas fraudulentas, y en especial para introdu­ cir mercancías de forma clandestina por la zona costera. Así por ejemplo, una de las prácticas más habituales consistía en introducir mercancías por puertos no autorizados, escapando al pago de los diezmos de la mar. En relación con el abastecimiento de sal, la legislación hacendística establecía que los alfolíes de la costa cantábrica debían importar la sal por vía marí­ tima y no terrestre, lo que hasta la fecha había resultado una práctica ha­ bitual en la zona fronteriza de Tui, prohibida y castigada en los Cuadernos de arrendamiento. En relación con el pago de diezmos de la mar, una de las estrategias de fraude más generalizada consistía en introducir paños por los puertos del Reino de Galicia previo acuerdo con los «dezmeros» para pagar el 1% del valor de la mercancía, en lugar del 10% exigido. Como se ha podido comprobar en el capítulo correspondiente, la introducción de mercancías en los puertos daba lugar a una gran variedad de prácticas fraudulentas, que en la mayoría de los casos eran aprovechadas por los arrendatarios para obte­ ner un amplio margen de beneficio económico. Baste recordar al respecto, como en 1488 el arrendatario Ruy Martínez de Carballido reclamaba a los mercaderes de la isla de La Española el pago del diezmo del oro que habían descargado en Baiona por causa de fuerza mayor, cuando en realidad la Ley eximía del pago de diezmos de la mar a aquellos mercaderes que descarga­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

611

sen mercancías en estas circunstancias, ante condiciones climáticas adversas o ante la presencia de ataques enemigos. Para hacer frente a la gran variedad de prácticas fraudulentas, los distin­ tos gobiernos fueron actualizando periódicamente la legislación hacendísti­ ca, con el fin de contar con una estricta normativa que pudiera dar respuesta a la amplia casuística y evitar el ejercicio de nuevas prácticas ilícitas. De este modo, a lo largo del siglo xv, se fueron promulgando una serie de Cuadernos de arrendamiento de alcabalas (1429, 1482, 1484 y 1491), diezmos de la mar (1452) y alfolíes (1452), orientados a corregir la gran variedad de prácticas de fraude y evasión fiscal que tuvieron lugar durante este periodo. Sin em­ bargo, como es evidente, la promulgación de esos ordenamientos no terminó de erradicar el fraude y la corrupción fiscal, siendo estas prácticas consenti­ das en muchos casos desde las propias instituciones, en beneficio de intere­ ses particulares. En el caso del Reino de Galicia, las excepciones a la norma son perfectamente visibles durante todo el siglo xv. Así, según se documenta en los libros de recaudación de la Hacienda Arzobispal Compostelana de los años 1481–1491, los monarcas autorizaron al arzobispo Alonso de Fonseca II a descargar mercancías en los puertos de su señorío, en los que se pagaban diezmos de la mar por la descarga de sal, cuando en realidad, los Cuadernos de arrendamiento prohibían expresamente gravar con el pago de diezmos de la mar la sal que se descargase en los puertos del Reino de Galicia, pues sobre este producto ya recaía un impuesto que gravaba su importación y venta en los almacenes reales, los denominados derechos de alfolíes. No cabe duda de que en este caso, como en otros, nos encontramos ante una situación excep­ cional que los reyes permitían al arzobispo en los puertos de su señorío de la Tierra de Santiago. A tenor de las noticias localizadas en la documentación, parece que ningún otro señor laico contó con autorización para exigir el pago de diezmos de la mar por la descarga de sal en sus puertos. De todo ello se puede deducir que de no ser calificada como una práctica ilícita como tal, al menos el arzobispo de Santiago disfrutaba de una situación privilegiada que sólo se explica en el contexto de una sociedad como la bajomedieval, en la que determinados grupos de poder recibían un trato especialmente favorable, y en cualquier caso, diferente al que disfrutaban otros grupos sociales. Sin embargo y más allá de los casos particulares, como ya se ha pues­ to de manifiesto a lo largo del trabajo, fraude y corrupción eran prácticas

612

Amparo Rubio Martínez

ejercidas por el conjunto de la sociedad, y no sólo por determinados grupos sociales. En el último cuarto del siglo xv, en Galicia se documentan nume­ rosas operaciones de fraude y evasión fiscal ejercidas por los propios arren­ datarios y financieros en los procesos de arrendamiento de las rentas reales, por miembros de la nobleza titulada y personas poderosas que efectuaban tomas forzosas sobre las rentas, por determinados clérigos que trataban de evadir el pago de alcabalas a la Hacienda Regia por los productos que compraban y vendían para su mantenimiento, o por los propios gobiernos locales que autorizaron en muchos casos la venta de productos sin licencia del arrendatario y en beneficio propio. En definitiva, todo un conjunto de prácticas generalizadas a fines del siglo xv, que se explican en una sociedad como la medieval, en la que existían una gran diversidad de formas de elu­ dir el pago de impuestos a la Hacienda Regia, o de hacer fortuna mediante la participación en el negocio fiscal. En otro orden, si tratamos de sintetizar lo que significó la evolución que experimentaron los ingresos ordinarios en el Reino de Galicia durante todo el siglo xv, en general podemos hablar de una tendencia de crecimiento favo­ rable durante la primera mitad de esta centuria, coincidiendo con el reinado de Juan II, que se ralentizaría de manera considerable en los primeros años del reinado de Enrique IV, entrando ya en un claro periodo de declive desde principios de los años sesenta, cuando se llega a una situación especialmen­ te crítica con la práctica totalidad de las rentas enajenadas en manos de los señores. El reinado de los Reyes Católicos venía a suponer un cambio radical con respecto a la etapa anterior, alcanzándose durante su reinado los mayores niveles de crecimiento de las rentas reales de todo el siglo, lo que se habría debido fundamentalmente a la incorporación de las rentas de señorío a la Co­ rona, a la mayor eficiencia en los procedimientos recaudatorios, y a la recu­ peración de la actividad económica y comercial que tendría lugar de manera especial en Galicia durante estos años. Tal y como se ha podido comprobar en los capítulos precedentes, la evolución que presentan las rentas reales or­ dinarias durante el reinado de Juan II, fue por lo general favorable, con una clara tendencia al alza y pequeños períodos de retroceso (1440–1441), como consecuencia de las continuas fluctuaciones que en su valor experimentó el maravedí.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

613

A diferencia del reinado de Juan II, desde los primeros años del reina­ do de su sucesor, Enrique IV, se observa ya un claro descenso en el valor de las rentas, derivado fundamentalmente de la devaluación del maravedí, pero también de la cesión de numerosas mercedes y privilegios a la nobleza titulada, entre ellos el derecho a percibir las rentas reales en sus respectivos señoríos jurisdiccionales. La llamada tasa de señoríos, de la que tenemos constancia por primera vez en 1451, inauguraba una nueva etapa fiscal en la que la monarquía acep­ taba renunciar a una parte considerable de las rentas reales con la intención de recaudar una parte, todavía muy exigua, de las rentas de los principales señoríos del reino. No obstante, aunque la tasa de señoríos no supuso un be­ neficio directo e inmediato para la Corona, si lo supondría a medio y largo plazo, porque permitía conocer el valor real que generaban las rentas de los principales dominios señoriales del Reino de Galicia, y por otra parte, aun­ que los señores percibieran una cantidad fija por las rentas de sus señoríos, los monarcas se reservaban la capacidad de recuperarlas, especialmente en momentos de gran necesidad económica. Este descenso que experimentan las rentas durante el reinado de En­ rique IV habría alcanzado su máximo exponente en los años 1467 y 1468, coincidiendo con la Guerra Civil Castellana, cuando la Hacienda Real per­ cibía ya unos niveles de ingresos muy exiguos en Galicia y en general en toda Castilla, como consecuencia de las innumerables mercedes otorgadas por Enrique IV al estamento nobiliario, tratando de conseguir su apoyo y favor político. En el caso del Reino de Galicia, sabemos que en los últimos años de su reinado, Enrique IV concedía una gran cantidad de mercedes a la nobleza titulada, algunas de manera irregular mediante falsos albalaes, siendo el caso más representativo el del conde de Camiña, Pedro Álvarez de Sotomayor, cuyos juros y mercedes experimentarían una reducción muy considerable en las Declaratorias de Toledo de 1480. Ante la delicada situación que atravesaba la Hacienda Regia, en los años 1467 y 1468, Enrique IV decidía recuperar las rentas de los principales señoríos del Reino de Galicia, que pasarían a tributar por primera vez a la Hacienda Regia. En el arzobispado de Santiago conseguía hacerse con las rentas de los señoríos de los Andrade (Pontedeume, Ferrol y Villalba con sus cotos), pero también con las de Cedeira, As Pontes, Santa Marta, Neda y

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Trasancos, y al mismo tiempo pasaban a tributar las alcabalas de un impor­ tante conjunto de señoríos en el obispado de Ourense. Por su parte, parece que los señores colaboraron con la causa, sin mostrar resistencia alguna, lo que quizá se explique también por las consecuencias tan poco favorables que las revueltas irmandiñas habían tenido para la nobleza gallega. Como ya se ha señalado, el reinado de los Reyes Católicos venía a su­ poner un cambio significativo a todos los niveles con respecto a la etapa anterior. En materia hacendística, las rentas reales ordinarias que recaudaba la Hacienda Real experimentarían un crecimiento exponencial, mientras que en lo que se refiere a la tributación extraordinaria se alcanzaba la plena re­ gularización de las contribuciones. Este crecimiento tan significativo en el valor de las rentas reales ordinarias se debió sobre todo a la incorporación de las rentas de señorío a la Corona,, un proceso en el que los monarcas comen­ zaron por recuperar las rentas de los señoríos más rentables desde el punto de vista económico y fiscal, precisamente los ubicados en el arzobispado de Santiago y obispado de Mondoñedo, dos partidos fiscales en los que las ren­ tas derivadas del comercio exterior —diezmos de la mar—, y del monopolio de venta de sal —alfolíes—, generaban unos niveles de ingresos muy supe­ riores a los partidos del interior. Como consecuencia de ello, la integración de las rentas de señorío en los partidos fiscales de Santiago y Mondoñedo era ya un hecho en 1483, mientras que en los partidos del interior —Lugo y Ourense— el proceso sería más tardío, llegando a culminar a mediados de los años noventa. Pero sin duda, lo más interesante de este proyecto de integración de las rentas de señorío a la Corona fue el trato de favor que recibieron algunos señores —laicos y eclesiásticos— del Reino de Galicia, que continuaron percibiendo las rentas de sus señoríos durante todo el periodo. El caso más significativo es el del prelado compostelano, Alonso de Fonseca II, al que los Reyes Católicos permitieron continuar recaudando las rentas reales en la Tierra de Santiago, a cambio de contar con su favor político y de poner a disposición de la monarquía numerosos préstamos para financiar la Guerra de Granada. Como se ha podido comprobar en el capítulo correspondiente, la participación del prelado compostelano en las rentas de la monarquía fue muy destacada durante todo el siglo xv, contando con tres fuentes principa­ les de ingresos en virtud de antiguos privilegios: por una parte las alcaba­

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

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las de los denominados reguengos de la Tierra de Santiago, la mitad de los diezmos de la mar que la Hacienda Real recaudaba en los puertos de este extenso señorío, y una serie de juros de heredad y mercedes de por vida que la Hacienda Arzobispal recaudaba en las principales villas y ciudades de la Tierra de Santiago. Desde los primeros años de su reinado, los Reyes Católicos trataron de recuperar las rentas reales que percibía el prelado compostelano en la Tierra de Santiago. Sin embargo, las continuas exigencias por parte del arzobispo a la Corona, señalando su derecho a recaudar las rentas reales de la Tierra de Santiago en virtud de antiguos privilegios, llevarían a los monarcas a autori­ zarle nuevamente su recaudación desde 1486 en adelante. Indudablemente, el reconocimiento de parte de los monarcas al arzobispo de Santiago, del derecho a percibir las alcabalas, diezmos de la mar y juros y mercedes, no constituyó un caso aislado, aunque si el más significativo dentro del proceso general de integración de las rentas de señorío gallegas a la organización hacendística de la monarquía. Por otra parte, al margen de lo que en términos económicos pudo sig­ni­­ ficar este reconocimiento para el arzobispo y su Mesa arzobispal, la autori­ zación al arzobispo a recaudar las rentas de la Tierra de Santiago tendría una gran trascendencia política, en la me­dida que garantizaba en lo sucesivo a los monarcas poder contar con la co­laboración económica del arzobispo para financiar sus empresas bélicas. Con todo, se comprueba que durante el reinado de los Reyes Católicos, la colaboración entre la Iglesia Compostelana y la monarquía fue altamente favorable para ambas partes. Por su parte, la sede compostelana ponía a dis­ posición de la monarquía importantes sumas de dinero para financiar las cam­ pañas de Granada, además de las correspondiente décimas o subsidios que recaudaba en el marco de la archidiócesis con las que contribuía a financiar las necesidades de la monarquía. A cambio de esta colaboración económica, el arzobispo y su Mesa arzobispal obtenían nuevos beneficios sobre las rentas reales de la Tierra de Santiago, juros de heredad y mercedes de por vida que probablemente constituirían la única vía de amortización para la monarquía de las cantidades prestadas por el arzobispo Alonso de Fonseca II. No obs­ tante, al margen de los beneficios económicos que obtuvo el prelado com­ postelano por su colaboración favorable a la monarquía, los Reyes Católicos

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también le premiaron con una serie de títulos honoríficos. Precisamente en 1484, recibía el título de presidente de la Real Audiencia, un nombramiento que ponía de manifiesto lo que representaba el prelado compostelano en el panorama político castellano, y sólo un año después, los monarcas manifes­ taban su deseo expreso de contar con su colaboración en los años venideros. Al respecto, la reina Isabel señalaba lo siguiente: «porque yo me entiendo de seruyr dél de aquí adelante en algunos cargos y cosas que son seruyçio cuyo y pro y bien de mis reynos».675 En el proceso de incorporación de las rentas de señorío a la Hacienda Regia también resultaron beneficiados los principales linajes nobiliarios del Reino de Galicia, el conde de Lemos, don Rodrigo Enríquez Osorio y el conde de Ribadeo, don Pedro de Villandrando. El juego de pactos y alianzas políticas que los monarcas establecieron con los principales poderes seño­ riales permitió a estos continuar recaudando las rentas de sus señoríos y en muchos casos obtener nuevos beneficios y privilegios fiscales. El proceso de embargo y confiscación de los bienes y rentas del conde de Lemos fue muy similar al que unos años antes se había practicado contra el arzobis­ po de Santiago. Así, tras el embargo de los señoríos y rentas del conde de Lemos y su arrendamiento desde 1489 en adelante, el conde solicitaba re­ cuperarlas en virtud de antiguos privilegios. Ante las exigencias del conde, los monarcas no tendrían más remedio que autorizar la devolución de las mismas al conde desde 1501 en adelante. Para ello firmaron los acuerdos matrimoniales entre la hija del conde de Lemos y don Dinís de Portugal, mediante los cuales se ordenaba levantar el embargo de los principales se­ ñoríos del conde —Sarria, Outeiro de Rei y Castro de Rei—, al tiempo que le autorizaban a recaudar las rentas de los mismos con carácter vitalicio desde 1501 en adelante. En esta actitud favorable de los monarcas hacia el conde de Lemos, se debe tener en cuenta que para los Reyes era necesario contar con el apoyo del principal referente del poder señorial en Galicia. Por otra parte, mediante el levantamiento del embargo de sus bienes, los reyes premiaban su decisivo apoyo en la Guerra Civil Castellana en el ban­ do isabelino, y asimismo, su apoyo a la implantación de la Hermandad en

675

AGS, RGS, 23 de septiembre de 1485, fols. 2 y 3.

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el reino, aspectos todos ellos que los monarcas tendrían muy en cuenta a la hora de autorizarle nuevamente a recaudar las rentas de sus señoríos. El conde de Ribadeo también mantuvo una estrecha colaboración con la monarquía de los Reyes Católicos. Durante todo el reinado, los monarcas le permitieron recaudar las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes de sus villas de Ribadeo y Navia, sin que en ningún momento éstas pasaran a tributar a la Hacienda Regia. Con esta actitud, los monarcas trataban de compensar a don Pedro de Villandrando, cuya colaboración con la monarquía había sido decisiva en la financiación de las campañas de la Guerra de Granada. Desde los primeros años de su reinado, los monarcas trataron de premiar la fidelidad mostrada por el conde a la monarquía. En 1476, le autorizaban para sacar sal del alfolí de Navia y llevarlo a vender al Principado de Asturias y pocos años después, en 1483, se le eximía del pago de todos los repartimientos de pedidos y monedas que se efectuasen en el Reino de Galicia en los treinta años siguien­ tes.676 Como ya señalábamos anteriormente, se trataba de un apoyo político con el que era imprescindible contar, teniendo en cuenta que su contribución había sido decisiva en la financiación de la Guerra de Granada, habiéndosele encomendado la tenencia de Marbella con posterioridad a 1492. En relación con los agentes del fisco regio que intervinieron en la re­ caudación de las rentas reales durante el periodo de gobierno de los Reyes Católicos debemos destacar, a modo de síntesis, la actuación de tres grupos principales de arrendatarios, financieros y hombres de negocio que llevaron a cabo la gestión de las rentas reales: el primero de ellos formado por arren­ datarios autóctonos del Reino de Galicia, dedicados muchos de ellos a la acti­vidad comercial por el Mediterráneo, como los Cruu de Pontevedra, los Carballido en la zona de Betanzos y A Coruña, o los Blanco en Ourense, pero en cualquier caso todos ellos reconocidos mercaderes y hombres de negocio que, por lo general, acabaron ocupando puestos de primera línea en los go­ biernos locales. Un segundo grupo era el de los judíos, con una participación muy destacada en las rentas del Reino de Galicia durante los años ochenta, en especial en el partido fiscal de Ourense – Ribadavia, pero en cualquier caso, muy inferior a la que presentan en otros lugares de la Corona de Cas­

676

AGS, RGS, Toro, 22 de noviembre de 1483?, fol. 729, y EMR, leg. 327, fol. 27.

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tilla. Finalmente, un tercer grupo de arrendatarios y financieros procedentes de otros lugares de la Corona de Castilla, especialmente del área Madrid – Segovia – Toledo, que tendrían una participación especialmente destacada en el negocio financiero desde 1495 en adelante. En segundo lugar conviene caracterizar también al grupo de arrendata­ rios menores o subarrendatarios de las rentas reales, que estaba integrado por un conjunto de mercaderes y hombres de negocios vinculados al mundo urbano, los cuales por lo general trataron de hacerse con el control de aquellos ramos de la actividad económica que tenían que ver con los productos con los que comerciaban. A diferencia de los núcleos costeros, en los partidos fiscales del interior —Ourense y Lugo—, el perfil más característico se identifica con el del hidalgo rural que busca en el negocio fiscal una forma cómoda y fácil de complementar sus ingresos. Por consiguiente, el perfil que mejor define al arrendatario de rentas rea­ les al por menor es el de un grupo socialmente heterogéneo, cuyo denomi­ nador común es el carácter urbano de sus intereses. Así, en el negocio fiscal intervienen mercaderes, en especial en las ciudades portuarias, pero también regidores del concejo, muchos de los cuales conseguirían acceder a la con­ dición de hidalgos, que a su vez les permitiría estar exentos del pago de im­ puestos directos. A diferencia del perfil característico que presenta el arrendatario menor en las ciudades portuarias del Reino de Galicia, en las ciudades del interior, adquirieron un mayor protagonismo otro tipo de profesionales —tejedo­ res, plateros, etc.—. Entre estos resulta también muy habitual la presencia de notarios o escribanos públicos en el negocio de las rentas reales, en la medida que éstos registraban todas las mercancías que entraban y salían por los puertos, así como aquellas que se vendían en los mercados locales, lo que les permitía conocer de primera mano el valor que alcanzaban las rentas y el margen de beneficio que podían obtener de su participación en el negocio fiscal. Resulta también habitual la presencia de jueces, alcaldes, procuradores del concejo, etc., miembros todos ellos de las oligarquías y élites dirigentes de las principales ciudades del Reino de Galicia. Entre los arrendatarios menores figuran también extranjeros como el flamenco Juan de Leiden, que en 1499 tenía arrendadas las rentas de los paños de Pontevedra, o Fernando de Albret, que arrendaba las rentas de

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los paños y vinos de la ciudad de A Coruña entre los años 1498 –1500. La presencia de arrendatarios extranjeros al frente de las rentas de los produc­ tos más demandados en la ciudad —paños y vino—, pone de manifiesto su dedicación a la actividad comercial, ya que posiblemente serían ellos los encargados de introducir y redistribuir estos productos en los principales núcleos urbanos del Reino de Galicia. Finalmente, interesa destacar, a modo de síntesis, cual era el perfil que mejor caracterizaba a los fiadores que intervinieron como avalistas en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales. En este sentido, se constata una vez más, que en aquellos partidos fiscales que contaban con puerto de mar, en los que el dinamismo de la actividad económica era mayor, se observa una mayor presencia de mercaderes que participan en la gestión de las rentas reales, como fiadores, aunque también presentan una participación muy destacada regidores, jueces, procuradores, notarios, etc., pertenecientes todos ellos a los grupos sociales dirigentes de las ciudades. Pero además de las élites y oligarquías urbanas, interesadas en los posi­ bles beneficios que pudieran obtener de su participación en el negocio fiscal, lo que a medio y largo plazo les brindaba una posibilidad de ascenso social, en ocasiones la nobleza titulada también muestra cierto interés por los be­ neficios que procuran las rentas reales. El caso más significativo al respecto es el del conde de Altamira, que afianzaba las rentas del arzobispado de Santiago con 2.000.000 de maravedís anuales, una cantidad que superaba ampliamente a la que presentaban los miembros de la oligarquía local. La participación de la nobleza titulada en los negocios financieros propios de la oligarquía urbana, nos obliga a preguntarnos hasta que punto el acceso a las rentas y la participación en el negocio fiscal constituía también un distintivo social, pues al fin y al cabo la capacidad para afianzar las rentas era la prueba más evidente del potencial económico que poseían estos sujetos. Asimismo, debemos preguntarnos también por el nivel de participación que tenía la mujer en el negocio de las rentas reales. En este sentido, se com­ prueba que su participación en los negocios financieros a fines del siglo xv es todavía muy limitada, si bien cuando aparecen se trata generalmente de esposas de reconocidos mercaderes y hombres de negocios que pretenden dar continuidad al negocio de su marido y que generalmente presentan como avales importantes cuantías de maravedís. El caso más representativo es el

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Amparo Rubio Martínez

de Mayor Rodríguez de la Torre, esposa del principal arrendatario de las rentas del Reino de Galicia —Ruy Martínez de Carballido— que entre los años 1495 –1497 presentaba fianzas por valor de 100.000 maravedís anuales en el arrendamiento de las rentas reales que por estos años había llevado a cabo su marido. Posteriormente, en los años 1501–1504, afianzaba las rentas del arzobispado de Santiago con unas cantidades mucho más elevadas, unos 900.000 maravedís anuales, lo que posiblemente se pueda poner en relación con el deseo por parte de esta mujer de continuar con los negocios empren­ didos por su marido, que había fallecido en 1501. Otro caso muy similar es el de Olinda López de Andrade, que en el proceso de arrendamiento de las rentas del partido fiscal de Ourense del año 1497, presenta como aval una cuantía muy elevada para la época 600.000 maravedís, lo que pone de ma­ nifiesto que se trataba de una mujer que ostentaba amplias cotas de poder en la ciudad y su entorno. A diferencia de las ciudades portuarias, en los partidos del interior, la presencia de estos mercaderes se reduce considerablemente en favor de cier­ tos miembros de la hidalguía local, escuderos y caballeros, generalmente titulares de pequeños señoríos. Así la presencia de este colectivo es muy notable en los partidos fiscales de Lugo y Ourense, si bien en este último también tendrían una participación destacada los regidores y mercaderes en­ cargados de la comercialización del vino Ribeiro. En el caso del obispado de Mondoñedo, y en relación con los fiadores que intervinieron en los procesos de arrendamiento, se constata una impor­tan­ te participación de regidores procedentes de otras villas y ciudades —Lugo, Ourense y Allariz fundamentalmente—, junto a la destacada presencia de hidalgos, escuderos y caballeros que aparecen en otros partidos fiscales como los de Lugo y Ourense fundamentalmente. Pero sin duda el grupo más nu­ meroso de fiadores en el obispado de Mondoñedo es el que procedía del eje Madrid – Segovia – Medina del Campo, que afianzaba el arrendamiento que entre los años 1495 y 1497 había llevado a cabo el madrileño Gonzalo de Monzón, junto al segoviano Alonso de Castro. En relación con los agentes fiscales que intervinieron en los procesos de arrendamiento y recaudación de las rentas reales del Reino de Galicia, a lo largo del trabajo el principal foco de atención se ha centrado en los aspectos de carácter prosopográfico, si bien conviene tener en cuenta aquí

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otras cuestiones como el orden en que intervinieron estos arrendatarios, que no fue ni mucho menos casual, sino que en realidad estuvo dirigido desde los órganos hacendísticos, facilitando a unos u otros grupos de finan­ cieros el control de las rentas en función de intereses concretos. Desde los primeros años de su reinado, los propios monarcas mostraron un especial interés en que ciertos grupos de arrendatarios accedieran al control de las rentas del Reino de Galicia, interviniendo en los correspondientes procedi­ mientos de subasta, puja y arrendamiento de las mismas. Así, desde princi­ pios de los años ochenta, desde los órganos hacendísticos se facilitó la in­ tervención de arrendatarios autóctonos del Reino de Galicia, posiblemente con la intención de colocar al frente de las rentas a una serie de personas de confianza de los reyes, que tuvieran un gran conocimiento del territorio, lo que garantizaría la recaudación de las rentas de aquellos señoríos que se habían incorporado recientemente a la Corona. Uno de los mejores ejemplos, en este sentido, es el del arrendatario Ruy Martínez de Carballido, quien entre los años 1482 y 1483 cobraría un protagonismo fundamental al conseguir hacerse con las rentas de los cuatro grandes partidos fiscales del Reino de Galicia. Evidentemente, Carballido era persona de confianza para los reyes, pues la propia reina Isabel lo había nombrado en 1478 su emisario real en A Coruña, la misma ciudad en la que desempeñaba el cargo de regidor en el año 1487. En los últimos años de la centuria, ante el notable crecimiento que ex­ perimentaron las rentas reales en el Reino de Galicia, algunos de los prin­­ cipales financieros de otras partes de la Corona de Castilla, se interesaron por el arrendamiento de estas rentas que prometían amplios márgenes de beneficio, en especial en el partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago de Compostela y el obispado de Tui por ser el más extenso e importante desde el punto de vista económico y fiscal. Por otra parte, es posible establecer también una relación entre la ex­ clusiva participación de estos arrendatarios foráneos en los partidos fisca­ les de nueva creación —Viveiro y Ribadavia—, o en aquellos otros lugares de señorío, cuyas rentas habían sido confiscadas para la Hacienda Regia. Resulta evidente que desde los órganos hacendísticos se tenía especial interés en que fuera precisamente este grupo de arrendatarios el que se hiciera con las rentas de los partidos fiscales de nueva creación, o de los

622

Amparo Rubio Martínez

lugares confiscados, porque garantizaban con mayor eficacia que los arren­ dadores autóctonos, la recaudación de las rentas en unos territorios que por el simple hecho de haber permanecido sujetos durante muchos años a dependencia señorial, ofrecían mayores resistencias al pago de impuestos. Las nóminas de los agentes fiscales que intervinieron en las rentas del Reino de Galicia, permiten establecer también una relación directa entre aque­ llos arrendatarios, financieros y hombres de negocios encargados del arren­ damiento y recaudación de las rentas reales, y aquellos que directa o indirec­ tamente percibían una parte de lo recaudado, ya fuese mediante gasto fijo que gravaba las rentas —situado— o variable —libramientos—. Esta cir­cunstancia se observa en el caso del partido de Viveiro, cuyas rentas fueron gestionadas durante todo el reinado de los Reyes Católicos por una serie de personajes vinculados al mayordomo real don Enrique Enríquez, al que los monarcas ha­bían encargado la guarda y custodia de la villa, una vez incorporada al realen­go en 1477, nombrándole tenente de la fortaleza y cediéndole la prácti­ ca totalidad de las rentas de aquel partido. Por lo que se refiere a los agentes fiscales que intervinieron en la recau­ dación de tributos extraordinarios, con la documentación consultada hasta la fecha, no ha sido posible realizar un estudio en profundidad de la nómina de arrendatarios de lo extraordinario. Con respecto al pedido real recaudado entre los años 1429 y 1475, apenas contamos con información que permita identificar a los agentes fiscales encargados de su recaudación. Desde 1476 en adelante, y sobre todo a partir de la implantación de la Santa Hermandad en Galicia, algunos de los financieros con una participación especialmente destacada en la recaudación de tributos ordinarios del Reino de Galicia ac­ tuarían también como recaudadores de la Hermandad o receptores de los ser­ vicios extraordinarios votados en Cortes. Es el caso de Fernando de Madrid, cuya actividad como arrendatario al frente de las rentas reales ordinarias de los obispados de Lugo, Ourense y Mondoñedo entre los años 1495 y 1502 había sido especialmente destacada, actuando también como recaudador de la contribución de la Hermandad desde finales de los años ochenta. Un caso similar era el de Fernando de Cuenca, cuya actuación fue especialmente des­ tacada en el arrendamiento de las rentas reales ordinarias del arzobispado de Santiago desde fines del siglo xv, una actividad que complementaría a partir de 1511 como receptor de lo extraordinario del Reino de Galicia.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

623

Finalmente, debemos tratar de valorar la relación que establecieron los monarcas con las principales ciudades del Reino de Galicia, no sólo con las de realengo, sino también con las de señorío, y el papel que jugaron los concejos como organismos de gestión de la fiscalidad regia. En relación con las actividades económicas desarrolladas en los principales núcleos urbanos del Reino de Galicia conviene recordar que la recaudación de las alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes hacía del Reino de Galicia un territorio especial­ mente interesante para la Corona por el volumen de ingresos que generaban sus rentas, no sólo las que resultaban de la recaudación de alcabalas en los mercados locales, sino también las que se derivaban de la recaudación de los diezmos de la mar y alfolíes en sus numerosos puertos. Es evidente que los mayores niveles de ingresos correspondían a las villas y ciudades con puerto de mar: A Coruña y Betanzos, entre las de rea­ lengo, y Pontevedra, Muros y Noia, entre las pertenecientes al señorío del arzobispado de Santiago. Según se desprende del estudio de la documenta­ ción, en los últimos años de la centuria los puertos del señorío arzobispal generaban unos niveles de ingresos superiores a los de realengo. En el año 1500, la ciudad de A Coruña producía los mayores beneficios, con unas ren­ tas de 1.054.040 maravedís, una cuantía que contrasta notablemente con la que ese mismo año se recaudaba en Betanzos (547.393 maravedís), lo que se debía fundamentalmente a una antigua concesión del alfolí a la ciudad de A Coruña en grave perjuicio de la villa de Betanzos, que no gozaba de este privilegio. Por encima de estos ingresos, se situaban los que generaban las rentas de las villas y ciudades de señorío, a la cabeza de las cuales estaba la villa de Muros, con 1.419.000 maravedís en el año 1500, a la que seguían otros puertos principales del arzobispado como Pontevedra con 1.286.385 maravedís. Frente a los puertos mencionados, la realenga villa de Viveiro generaba unos niveles de ingresos mucho más modestos lo que posiblemente habría tenido que ver con el control que ejercía sobre la misma el mayor­ domo real don Enrique Enríquez, que se encargó de impedir el acceso de nuevos arrendadores y financieros a las rentas de la villa, con el fin de seguir controlando las mismas, que a buen seguro serían muy superiores a las que figuran en los valores de arrendamiento. Los elevados valores de las rentas de las ciudades costeras contrastan notablemente con los que presentan las villas y ciudades del interior. Así,

624

Amparo Rubio Martínez

ese mismo año de 1500, las alcabalas de la ciudad de Santiago se arrenda­ ron en 601.972 maravedís, y en cantidades bastante aproximadas, 521.784 maravedís, se hallaban arrendadas también las alcabalas de Ourense. En lo que se refiere a las actividades económicas desarrolladas en las distintas villas y ciudades del Reino de Galicia en los últimos decenios del siglo xv, podemos afirmar una vez más que, como queda demostrado en el presente trabajo, en las localidades portuarias los mayores niveles de ingresos procedían de los diezmos de la mar, alcabalas de los paños, peso y heredades de los forasteros. En la pujante ciudad realenga de A Coruña estas rentas representaban en el año 1495 el 25,29% del total ingresado, un porcentaje por debajo del cual normalmente estaban situados los dere­ chos de alfolí (16,47%), teniendo también una buena representación algu­ nos ramos de la actividad económica como el que correspondía al pescado (13,63%), vino (10,60%), etc. Asimismo en algunas villas costeras con puerto de señorío también se generaban importantes movimientos mercan­ tiles, como era el caso de Pontevedra, en la que los ingresos derivados de la «media diezma y alfolí», suponían en el año 1495 el 39,22% del total de la actividad económica, lo que pone de manifiesto la intensa actividad comercial que debía de tener lugar a través de su puerto, más aún si te­ nemos en cuenta que la Mesa arzobispal compostelana percibía la mitad de los diezmos de la mar que se recaudaban en la villa. Por debajo de los ingresos de los diezmos de la mar y alfolíes, sólo aparecen representadas con porcentajes notables algunos productos como el pescado y el vino, ya que el resto de los ramos de la actividad económica figuran en porcentajes inferiores al 4% del total fiscal. Si tomamos como ejemplo algunas de las ciudades del interior, pode­ mos decir que en Santiago el producto más comercializado era el vino, lo que generaba unos niveles de alcabalas que en 1495 triplicaban los alcan­ zados por otros productos como la carne (12,63%), o el pescado (10,66%), aunque también aparecen representados en porcentajes muy considerables otros ramos de la actividad económica como los paños (10,90%) o la za­ patería (8,09%). Por último, si tratamos de valorar la relación que mantuvieron los po­ deres concejiles del Reino de Galicia con la administración central, debe­ mos señalar como durante el reinado de los Reyes Católicos, los gobiernos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

625

locales adquirieron un cierto margen de autonomía en la gestión de la fisca­ lidad real, sobre todo a partir de la entrada de algunas ciudades en el sistema de encabezamiento. No obstante, en ningún caso se constata la cesión de los impuestos indirectos —alcabalas, diezmos de la mar, portazgos, etc.— por parte de la monarquía a los concejos. Con la llegada del reinado de los Reyes Católicos y en relación con el arrendamiento y gestión de las rentas de los distintos partidos fiscales, los concejos constituirían una pieza más del engranaje hacendístico al intervenir en los procesos de arrendamiento de los principales ramos de la actividad económica de las ciudades y villas. A finales de la centuria, con la entrada de algunas villas y ciudades en el encabezamiento, algunos de estos concejos conseguirían un cierto margen de autonomía en la gestión de las rentas rea­ les, aunque a día de hoy todavía no es posible estimar con precisión cual fue el verdadero margen de maniobra que consiguieron los gobiernos locales en la gestión y administración de las mismas.

Apéndices

Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505)

C iudad

de

B etanzos

y villa de

B aiona

n.º

años

1

1475

Alfonso de Carballido

2

1476

Diego de Huete

3

1477

Ruy Martínez de Carballido

4

1478

Ruy Martínez de Carballido y Diego de Estrada

5

1479

Ruy Martínez de Carballido

arrendatarios o recaudadores

C iudad

de

A C oruña

n.º

años

6

1475

Pedro de Cuéllar y Alfonso de Carballido

7

1476

Diego de Huete

8

1478

Ruy Martínez de Carballido

9

1479

Francisco de Cangas

arrendatarios o recaudadores

V illas n.º

años

10

1475

de

M uros , N oia

y

P adrón

arrendatarios o recaudadores

Francisco de Maldonado

630

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) (continuación)

V illas

de

M uros , N oia

n.º

años

11

1476 –1477

Lanzarote de Fontíveros

12

1478 –1479

Diego de Tordesillas

y

P adrón

arrendatarios o recaudadores

A rzobispado

de

S antiago

n.º

años

arrendatarios o recaudadores

13

1480 –1481

Ruy Martínez de Carballido, Francisco González de Se­ villa y Pedro de Baeza 677

14

1482 –1483

Ruy Martínez de Carballido, Fernando de Carrión, Luis de Va­lera y Gutierre de Sandoval 678

15

1484 –1487

Luis de Alcalá

16

1488 –1489

Lope Gómez de Marzoa y Fernando de Aguilar

17

1490

Ruy Martínez de Carballido y Juan Fernández de Andeiro

18

1491

Lope Gómez de Marzoa y Luis de Saldaña

19

1492 –1494

Alonso Gutiérrez de la Caballería

20

1495 –1497

Gómez Cruu, Gonzalo del Campo y Fernando de Cuenca

21

1498 –1500

Pedro Cruu

22

1501 –1504

Ruy Martínez de Carballido

677 De estos tres arrendatarios, Ruy Martínez de Carballido arrendaba las rentas de los abaden­ gos, señoríos nobiliarios y lugares reguengos de la Tierra de Santiago de los años 1480 y 1481 con las de A Coruña de 1480, Pedro de Baeza arrendaba las de la ciudad de Betanzos de 1480, y el conta­ dor mayor, Francisco González de Baeza arrendaba las rentas de A Coruña y Betanzos del año 1481.

Al igual que en los años anteriores, en 1482 y 1483 Ruy Martínez de Carballido y Fernan­ do de Carrión arrendaban las rentas de los abadengos, señoríos nobiliarios y villas y ciudades de realengo del arzobispado de Santiago. Por su parte, Luis de Valera arrendaba las alcabalas de los lugares reguengos de la Tierra de Santiago de 1482 y Gutierre de Sandoval arrendaba las corres­ pondientes a 1483. 678

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) (continuación)

O bispado

de

L ugo

n.º

años

23

1480

Juan Vázquez

24

1481

Francisco González de Sevilla

25

1482 –1483

Ruy Martínez de Carballido y Fernando de Carrión

26

1484 –1487

Luis de Alcalá

27

1488 –1490

Mosén Pérez

28

1491

29

1492 –1494

Ruy Martínez de Carballido y Pedro Téllez de Úbeda

30

1495 –1497

Ruy Martínez de Carballido

31

1498 –1499

Lope Gómez de Marzoa

32

1500 –1502

Fernando de Madrid

33

1503 –1504

Alonso de Alarcón y Diego Díaz de Guitián

arrendatarios o recaudadores

Rabí Mair Melamed

P artido

de

S arria

n.º

años

34

1489

Cristóbal Gascón

35

1490

Cristóbal Gascón

36

1491 –1494

Rabí Mair Melamed

37

1495 –1497

Fernando de Madrid

arrendatarios o recaudadores

L ugares

confiscados

n.º

años

38

1500–1502

Fernando de Madrid

39

1503–1505

Diego Díaz de Guitián

arrendatarios o recaudadores

631

632

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) (continuación)

O bispado

de

O urense

n.º

años

40

1475 –1477

Juan de Melgar

41

1478 –1479

Diego Gómez de Benavente

42

1480

Pedro Galán

43

1481

Diego Gómez de Benavente

44

1482–1483

Ruy Martínez de Carballido y Fernando de Carrión

45

1484 –1487

Luis de Alcalá

46

1488 –1489

Juan Ramírez de Herrera y Judá Pérez

47

1490

48

1491 –1494

Rabí Mair Melamed

49

1495 –1496

Alonso Gómez de Avilés

50

1497

51

1498 –1499

Alonso Gómez de Avilés

52

1500 –1502

Fernando de Madrid y Alonso Téllez de Úbeda

53

1503 –1504

Gutierre de Sandoval

arrendatarios o recaudadores

Gonzalo Blanco

Alonso Gómez de Avilés y Diego Sánchez

C ondado

de

R ibadavia

n.º

años

54

1482 –1483

55

1484

Rodrigo Egas y Diego de San Martín

56

1485 –1487

Rodrigo Egas y Diego de San Martín

arrendatarios o recaudadores

Alonso de Carrión

O bispado

de

n.º

años

57

1475

Pedro de Lerma

58

1476

Pedro de Lerma

M ondoñedo

arrendatarios o recaudadores

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) (continuación)

O bispado

de

M ondoñedo

n.º

años

59

1477 –1478

60

1481

61

1482 –1483

Ruy Martínez de Carballido y Fernando de Carrión

62

1484 –1487

Luis de Alcalá

63

1488 –1490

Juan Ramírez de Herrera y Judá Pérez

64

1491

Juan de Torralba

65

1492

Pedro García de Dueñas y Juan Ramírez de Herrera

66

1493 –1494

Diego Gómez de Benavente

67

1495 –1497

Gonzalo de Monzón y Alonso de Castro

68

1498 –1499

Lope Gómez de Marzoa

69

1500 –1502

Fernando de Madrid

70

1503 –1504

Diego Díaz de Guitián

arrendatarios o recaudadores

Juan de Herrera Francisco González de Sevilla

P artido

de

V iveiro

n.º

años

71

1480 –1481

Lope de Cieza

72

1482 –1489

Rodrigo de Mendoza

73

1490–1491

Tomé Álvarez

74

1492

75

1493 –1494

Juan de Villarreal

76

1495 –1498

Martín de Gamboa

77

1499 –1501

Lope de Urueña

78

1502 –1504

Diego de Verdesoto

arrendatarios o recaudadores

Gonzalo de Mijancas

Fuente: elaboración propia.

633

Índice de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) Aguilar, Fernando de. 16. Alarcón, Alonso de. 33. Alcalá, Luis de. 15, 26, 45, 62. Álvarez, Tomé. 73. Baeza, Pedro de. 13. Blanco, Gonzalo. 47. Campo, Gonzalo del. 20. Cangas, Francisco de. 9. Carballido, Alfonso de. 1, 6. Carrión, Alonso de. 54. Carrión, Fernando de. 14, 25, 44, 61. Castro, Alonso de. 67. Cieza, Lope de. 71. Cruu, Gómez. 20. Cruu, Pedro. 21. Cuéllar, Pedro de. 6. Cuenca, Fernando de. 20. Díaz de Guitián, Diego. 33, 39, 70. Egas, Rodrigo. 55, 56. Estrada, Diego de. 4. Fernández de Andeiro, Juan. 17. Fontíveros, Lanzarote de. 11. Galán, Pedro. 42. Gamboa, Martín de. 76. García de Dueñas, Pedro. 65. Gascón, Cristóbal. 34, 35.

Gómez de Avilés, Alonso. 49, 50, 51. Gómez de Benavente, Diego. 41, 43, 66. Gómez de Marzoa, Lope. 16, 18, 31, 68. González de Sevilla, Francisco. 13, 24, 60. Gutiérrez de la Caballería, Alonso. 19. Herrera, Juan de. 59. Huete, Diego de. 2, 7. Lerma, Pedro de. 57, 58. Madrid, Fernando de. 32, 37, 38, 52, 69. Mair Melamed, Rabí. 28,36,48. Maldonado, Francisco de. 10. Martínez de Carballido, Ruy. 3, 4, 5, 8, 13, 14, 17, 22, 25, 29, 30, 44, 61. Melgar, Juan de. 40. Mendoza, Rodrigo de. 72. Mijancas, Gonzalo de. 74. Monzón, Gonzalo de. 67. Pérez, Mosén. 27. Pérez, Judá. 46, 63. Ramírez de Herrera, Juan. 46, 63, 65. Saldaña, Luis de. 18. San Martín, Diego. 55, 56. Sánchez, Diego . 50. Sandoval, Gutierre de. 14, 53. Téllez de Úbeda, Alonso. 52. Téllez de Úbeda, Pedro. 29.

636

Tordesillas, Diego de. 12. Torralba, Juan de. 64. Urueña, Lope de. 77. Valera, Luis de. 14.

Amparo Rubio Martínez

Vázquez, Juan. 23. Verdesoto, Diego de. 78. Villarreal, Juan de. 75.

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508)

C iudad

de

A C oruña

n .º

año

1

1495

Francisco de Aguiar

Cotos

2

1495

Diego de Ansián

Vino y carne

3

1495

Juan Boo

Heredades y peso (vecinos y forasteros)

4

1495

Pedro Martínez

5

1495

Vasco de Pravio

6

1495

Fernando Rodríguez de Lugo

Paños y Puerta de la Torre

7

1495

Fernando da Silveira

Cueros y zapatería

8

1496

Diego de Ansián

9

1496

Juan Boo

10

1496

Pedro Martínez

679

arrendatario o recaudador

Vecino de A Coruña.

680

Carnicero.

681

Vecino de A Coruña.

682

Vecino de A Coruña.

683

Vecino de A Coruña.

arrendamientos

Pan Pescado y cáñamo

679

681

680

Carne y vino Heredades y peso (vecinos de la ciudad)

682 683

Pan

638

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

A C oruña

n .º

año

11

1496

Vasco de Pravio 684

12

1496

Fernando Rodríguez de Lugo

Paños y Puerta de la Torre

13

1496

Fernando da Silveira

Cueros y zapatería

14

1496

Juan Varela

Cotos

15

1498

Fernando de Albret

Paños

16

1498

Francisco Barba

Cotos

17

1498

Juan Ferreiro

Puerta de la Torre

18

1498

Juan de Mourelos 686

Cáñamo, heredades y peso

19

1498

Juan Pardo

Vino y carne

20

1498

Álvaro Rodríguez

Diezmo y alcabalas de los paños y peso de los forasteros, alfolí y pescado

21

1498

Fernando da Silveira

Cueros y zapatería

22

1498

Juan de Varela

Pan

23

1499

Fernando de Albret

Vino y paños

24

1499

Felipe de Fervenzas

Heredades y peso

25

1499

Juan de Mourelos

Cáñamo

26

1499

Vasco Morón

Cotos

27

1499

Gregorio de Seijas

Puerta de la Torre

28

1499

Juan de la Trinidad

Cueros

29

1500

Fernando de Albret

Vino

30

1500

Juan Boo

Pan

31

1500

Gómez Cruu

Pescado, alfolí y diezmos de la mar de A Coruña y Betanzos

32

1500

Felipe de Fervenzas

Heredades y peso

arrendatario o recaudador

684

Vecino de A Coruña.

685

Carnicero.

686

Mercader.

arrendamientos

Pescado y cáñamo 685

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

A C oruña

n .º

año

33

1500

Juan de Mourelos

Cáñamo

34

1500

Vasco de Pravio 687

Paños

35

1500

Ruy Queixeiro

Carne

36

1500

Gregorio de Seijas

Cueros y Puerta de la Torre

arrendatario o recaudador

C iudad

de

arrendamientos

B etanzos

n .º

año

37

1495

Rodrigo de Andión

Pan y madera

38

1495

Juan Boo

Alfoces viejos

39

1495

Pedro de Bergondo

Cueros y plata

40

1495

Gómez de Lendoiro

Salvajina

41

1495

Pedro de Poulo

Carne y heredades

42

1495

Gregorio de Prado

Pescado

43

1495

Pedro Testa

Vino

44

1495

Gómez de Villar

45

1496

Rodrigo de Andión

Pan y madera

46

1496

Juan de Arriba

Heredades

47

1496

Juan Boo

Alfoces viejos

48

1496

Gómez de Lendoiro

Salvajina

49

1496

Juan de Loureiro

Cueros y plata

50

1496

Nuño Pérez de Loia

Vino

51

1496

Pedro de Poulo

Carne

52

1496

Gregorio de Prado

Pescado

53

1496

Gómez de Villar

Paños

arrendatario o recaudador

687

Vecino de A Coruña.

688

Vecino de Betanzos.

689

Vecino de Betanzos.

688

689

arrendamientos

Paños

639

640

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

B etanzos

n .º

año

54

1498

Nuño Pérez de Loia

Pescado

55

1498

Juan Muñiz

Salvajina

56

1498

Juan Muñiz

Carne

57

1498

Miguel Sánchez Priego

Alfolí y alcabala de la sal

58

1498

Miguel Sánchez Priego

Cueros y plata

59

1499

Rodrigo de Andión

Vino, pan y madera

60

1499

Gómez Cruu

Alfolí

61

1499

Juan Martínez

Salvajina y carne

62

1499

Alfonso Pau

Heredades

63

1499

Miguel Sánchez Priego

Paños

64

1499

Ruy Vázquez

Cueros

65

1500

Juan Boo

Pan, cueros y plata

66

1500

Lope de Cesuras

Vino

67

1500

Gómez Cruu

Alfolí de Betanzos con la alcabala de los paños, sedas y lienzos de los forasteros

68

1500

Juan Muñiz

Carne

69

1500

Juan Núñez de Leiro

Paños (ciudad)

70

1500

Gabriel de Párraga

Salvajina

71

1500

Alonso Poulo

Heredades

72

1500

Alonso Yáñez Urraca

Pescado

arrendatario o recaudador

V illa

de

arrendamientos

P ontevedra

n .º

año

73

1495

Martiño de Bouzos

Salvajina, fruta, navíos y barcos

74

1495

Juan Fernández de Agulla

Pescado y heredades

75

1495

Juan Fernández de Agulla

Pan

76

1495

Vasco Fernández

Cueros y zapatería

77

1495

Pedro das Freiras

Vino

78

1495

Juan de Gascón

Madera

arrendatario o recaudador

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

V illa

de

P ontevedra

n .º

año

79

1495

Diego de Quiñones

Paños

80

1495

Vasco Rodríguez Zapatero

Carne

81

1495

Juan Suárez

Bestias

82

1495

Domingo Yáñez

Hierro

83

1495

Vasco Yáñez

Alfolí, media diezma y alcabala de la sal

84

1496

Martiño de Bouzos

Vino, fruta, barcos y navíos

85

1496

Juan de Biesco

Madera

86

1496

Ruy da Caíña

Carne

87

1496

Juan Fernández de Agulla

Pan, pescado, salvajina y heredades

88

1496

Juan Suárez

Bestias

89

1496

Vasco Yáñez

Diezmo y alfolí con la alcabala de la sal

90

1499

Juan de Leiden

Paños

91

1499

Vasco Yáñez

Salvajina, diezmo y alfolí, pescado, vino, pan, cueros y zapatería, carne, made­ra, hie­rro, fruta, heredades, barcos, navíos y bestias

92

1500

Martiño de Bouzos

Cueros, zapatería y fruta

93

1500

Juan de Dios

Paños

94

1500

Alonso Fernández

95

1500

Pedro García 692

Carne y madera

96

1500

Álvaro de Gayoso

Vino

97

1500

Alonso González 693

Pan

98

1500

Juan Suárez

Bestias

690

arrendatario o recaudador

690

Mercader.

691

Mercader.

692

Tonelero.

693

Mercader, vecino de Santiago.

691

arrendamientos

Paños, salvajina, hierro, barcos y navíos

641

642

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

V illa

de

P ontevedra

n .º

año

99

1500

n .º

año

100

1495

Juan Arias Borrallo

101

1495

Pedro Boo 695

Plata

102

1495

Antonio Fernández

Carne y salvajina

103

1495

Pedro Francés

Grasura

104

1495

Gabriel Gómez 696

Fruta, piedra y barro

105

1495

Ruy Mosquera

Pescado

106

1495

Gonzalo Porra

107

1495

Antonio de Robles

108

1495

Álvaro Rodríguez 698

Bestias

109

1495

Pedro Vázquez

Paños

110

1495

Francisco de Villanueva

Zapatería y hierro Cera

arrendatario o recaudador

Vasco Yáñez

arrendamientos

Diezmo y alfolí, pescado y heredades

C iudad

de

S antiago

de

C ompostela

arrendatario o recaudador 694

arrendamientos

Cera

Madera 697

699

Vino

111

1496

Juan Arias Borrallo

112

1496

Bartolomé Barbeiro

Carne

113

1496

Pedro Boo

Plata

114

1496

Pedro Francés

701

694

Vecino de Santiago.

695

Platero.

696

Vecino de Santiago.

697

Vecino de Medina del Campo.

698

Especiero.

699

«Tundidor».

700

Vecino de Santiago.

701

Platero.

700

Grasura

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

115

1496

Juan García 702

Heredades

116

1496

Gabriel Gómez 703

Fruta, piedra y barro

117

1496

Pedro López Corruro

Salvajina

118

1496

Jácome de Loureda

Vino

119

1496

Ruy Mosquera

Salvajina

120

1496

Gonzalo Porra

Madera

121

1496

Juan Preciado 704

Pescado

122

1496

Gómez de Requeixo

Vino

123

1496

Álvaro Rodríguez 705

Bestias

124

1496

Pedro Vázquez

125

1496

Francisco de Villanueva

Zapatería y hierro

126

1498

Diego de Arousa

Grasura

127

1498

Ruy Becerra

Vino

128

1498

Pedro Boo

Plata

129

1498

Juan Calderón

Paños

130

1498

Juan Gabio

Hierro

131

1498

Lope García

132

1498

Gabriel Gómez

133

1498

Gabriel Núñez

Cera

134

1498

Juan Pérez Tolán

Bestias

arrendatario o recaudador

702

Vecino de Santiago.

703

Vecino de Santiago.

704

Vecino de Santiago.

705

Especiero.

706

«Tundidor».

707

Platero.

708

Vecino de Santiago.

706

707

arrendamientos

Paños

Pescado 708

Fruta, madera y barro

643

644

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

135

1498

Juan Rodríguez de las Navas

Heredades

136

1498

Francisco de Villanueva

Carne, zapatería y salvajina

137

1499

Rodrigo Arias Martínez

Paños

138

1499

Diego de Arousa

Grasura

139

1499

Ruy Becerra

Vino

140

1499

Pedro Boo

Plata

141

1499

Juan García

Hierro

142

1499

Lope García

Pescado

143

1499

Gabriel Gómez 710

Madera, cera, barro y fruta

144

1499

Pedro Juan Marqués

Zapatería

145

1499

Juan Pérez Tolán

Bestias

146

1499

Juan Rodríguez de las Navas

Heredades

147

1499

Francisco de Villanueva

Carne y salvajina

148

1500

Pedro Boo

Plata

149

1500

Juan Gabio

Hierro

150

1500

Lope García

Pescado

151

1500

Gabriel Gómez 712

Barro, fruta y madera

152

1500

Juan Gómez

Grasura y vino

153

1500

Pedro Juan Marqués 713

Zapatería

154

1500

Gabriel Núñez

Cera

155

1500

Arias Núñez 714

Paños

arrendatario o recaudador

709

Platero.

710

Vecino de Santiago.

711

Platero.

712

Vecino de Santiago.

713

Vecino de Santiago.

714

Sastre.

709

711

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

156

1500

Juan Pérez

Bestias

157

1500

Juan Rodríguez de las Navas

Heredades

158

1500

Francisco de Villanueva

Carne y salvajina

arrendatario o recaudador

A rzobispado

de

arrendamientos

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

159

1495

Juan Abráldez

160

1495

Pedro Alborja

Tierras y sacada de Fernando de Castro, feligresías de Sísamo y Montemaior

161

1495

Gómez Alonso de Brasy

Tierras y partido de Mexía, Deixebre, San­ to Estevo de Trasmonte y su partido

162

1495

Pedro Álvarez de la Serna

Alcabalas, diezmos y alfolíes de los puer­ tos de Laxe

163

1495

Diego de Andrade

Coto de Piadela con Montellos

164

1495

Juan Campelo

Santa María de Lampai, Santa Marina de Frades y San Miguel de Barcala

165

1495

Pedro Campijo 717

Portonovo

166

1495

Juan Fariña

Feligresías de García de Caamaño

167

1495

Pedro Flórez

Feligresías de Martín Sánchez de las Ma­ riñas, feligresías de García Díaz de

arrendatario o recaudador

715

Vecino de Santiago.

716

Vecino de Padrón.

717

Vecino de Noia.

715

716

arrendamientos

Puerto de Santomé do Mar, Feligresías de Luis de Acevedo en Postmarcos, Merin­ dad de A Insua, Merindad de Rianxo, Vi­ lanova de Arousa con Vilamaior, Alcaba­ las de Padrón, Puebla del Deán, Rianxo, Carril y Vilagarcía y media diezma y al­ folí de Pa­drón y de toda la ría de Arousa



645

646

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

167

1495

Pedro Flórez

168

1495

Francisco Gómez 719

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Ferrol, Pontedeume y otras villas y lugares de doña María de Haro y de don Fernando Pérez, su hijo

169

1495

García González de Bendaña

Feligresía de Santalla de Toro

170

1495

Gómez González de Haro

Alcabalas de Muros, Noia y sus arrabales con el puerto de Dozón y con el diezmo y alfolí de las villas

171

1495

Juan de Leiden 720

Puerto de Cambados con el coto de No­ gueira

172

1495

Jácome López de Deza

173

1495

Jácome López de Deza

174

1495

Pedro Martínez Pedrero

Merindad de Lantaño

Pedro Prego

Alcabalas de Muros, Noia y sus arrabales con el porto de Dozón y el diezmo y alfolí de esas villas

175

arrendatario o recaudador 718

176

1495

Juan Ramos 722

177

1495

Francisco de Reinoso

718

Vecino da Ponte Sigueiro.

719

Vecino de Pontedeume.

720

Vecino de Santomé.

721

Vecino de Santiago.

722

Vecino de Pontevedra.

723

Vecino de Santiago.

arrendamientos

Mexía, tierras de doña Urraca de Mos­ ← coso, tierras de Fernán Pérez Parragués

Feligresía de San Xiao de Guimarei 721

Cotos de Carlos Vázquez y San Mamede de Ribadulla y su partido

Feligresías de Pedro Arias de Aldán 723

Alcabalas, diezmos y alfolíes del puerto de Carambio, cotos, feligresías y merin­ dades del Conde de Altamira

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

178

1495

Gómez de Requeixo 724

A Pobra do Caramiñal

179

1495

Pedro Saltón 725

Malpica

180

1495

Pedro de Santiago

181

1495

Ruy Tato

182

1495

Gonzalo Varela

183

1495

Juan Varela 728

Medias diezmas y alfolíes de Finisterre, Cee, Muxia y Malpica

184

1495

Martiño Vázquez

Cotillos y coto de Leiro y coto de Cinis (en Caaveiro)

185

1496

Juan Abráldez 729

Puerto de Santomé do Mar, feligresías de Luís de Acevedo en Postmarcos, Rianxo, Vilanova de Arousa con Vilamaior, Me­ rindad de A Insua, alcabalas de la villa de Padrón, Puebla del Deán, Rianxo, Carril y Vilagarcía, media diezma y alfolí de Pa­ drón y de toda la ría de Arousa

186

1496

Francisco de Aguiar 730

Tierras de Fernán Pérez Parragués

187

1496

Pedro Alborja

Feligresías de Sísamo y Montemaior

188

1496

Gómez Alonso de Brasy

Deixebre, Santo Estevo de Trasmonte y su partido con el coto de Vigo

189

1496

Pedro Álvarez de la Serna

Alcabalas, diezmos y alfolíes del puerto de Laxe

arrendatario o recaudador

724

Vecino de Santiago.

725

Vecino de Malpica.

726

Vecino de Pontevedra.

727

Vecino de Puerto de Bois.

728

Vecino de Muros.

729

Vecino de Santiago.

730

Vecino de A Coruña.

726

arrendamientos

Coto de Vilaboa Feligresías del Giro de la Rocha

727

Cee y Fisterra

647

648

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

190

1496

Diego de Andrade

Coto de Piadela con Montelos

191

1496

Juan de Campelo

Feligresías de Santa María de Lampai, San­ta María de Frades y San Miguel de Barcala

192

1496

Pedro Campijo 731

Portonovo

193

1496

Juan Fariña

Feligresías de García de Caamaño en el arciprestazgo de Post­marcos

194

1496

Pedro Flórez 732

Partido de Mexía, feligresías de García Díaz de Mexía, feligresías de Martín Sán­chez de las Mariñas y tierras de doña Urraca de Moscoso

195

1496

Juan Gabio 733

Tierras y sacada de Fernando de Castro

196

1496

Francisco Gómez de Pontedeume

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Ferrol, Pontedeume y otras villas y lugares de doña María de Haro y de don Fernando Pérez, su hijo

197

1496

García González de Bendaña

Feligresía de Santalla de Toro

198

1496

Gómez González de Haro

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Muros, Noia y sus arrabales

199

1496

Juan de Leiden 734

Cambados con el coto de Nogueira

200

1496

Jácome López de Deza 735

Cotos de Carlos Vázquez, feligresía de San Xiao de Guimarei, San Mamede de Ribadulla y su partido

201

1496

Pedro Martínez Pedrero

Merindad de Lantaño

arrendatario o recaudador

731

Vecino de Noia.

732

Vecino de Ponte Sigüeiro

733

Vecino de Santiago.

734

Vecino de Santomé.

735

Vecino de Santiago.

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

202

1496

Juan Ramos

203

1496

Francisco de Reinoso 737

Alcabalas, diezmos y alfolíes del puerto de Carambio, cotos, feligresías y merin­ dades del Conde de Altamira

204

1496

Gómez de Requeixo 738

A Pobra do Caramiñal

205

1496

Pedro Saltón

Malpica

206

1496

Pedro de Santiago 740

Coto de Vilaboa

207

1496

Gonzalo Varela

Cee y Finisterre

208

1496

Juan Varela 742

Media diezma y alfolí de las villas de Fi­ nisterre, Cee, Muxía y Malpica

209

1496

Martiño Vázquez

Cotillos y coto de Leiro y coto de Cinis (Caaveiro)

210

1498

Juan Abráldez

Alcabalas de Padrón, La Puebla del De­ án, Rianxo, Carril y Villagarcía y media diezma y alfoli de las villas y de toda la ría de Arousa

arrendatario o recaudador

arrendamientos

Feligresías de Pedro Arias de Aldán

736

739

741

211

1498

Rodrigo de Aguiar

Tierras de Fernán Pérez Parragués

212

1498

Pedro Flórez

Santomé do Mar, merindad de Rianxo y puente de Sarandón, de García Díaz de Mexía

213

1498

Ruy Franco

Encomiendas de Aciveiro, Cotobade y As Fragas con la merindad de Soutomaior

736

Vecino de Pontevedra.

737

Vecino de Santiago.

738

Vecino de Santiago.

739

Vecino de Malpica.

740

Vecino de Pontevedra.

741

Vecino del Puerto de Bois.

742

Vecino de Muros.

649

650

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

214

1498

Gómez González de Lugo

Alcabalas, media diezma y alfolí de Noia, Muros y sus partidos

215

1498

Jácome López de Deza

San Mamede de Ribadulla y su partido, San Xiao de Guimarei, Deixebre, Santo Estevo de Trasmonte con el coto de Vigo, Santalla de Outeiro y las feligresías de Carlos Vázquez

216

1498

Juan de Noya

Alcabalas, diezmos y alfolíes del puerto de Laxe

217

1498

Pedro Núñez 743

Coto de Codosido

218

1498

Gonzalo Osorio Vázquez

Tierras de doña Urraca de Moscoso

219

1498

Lope Rodríguez de Verducido

Finisterre

220

1498

Álvaro de Romay

A Pobra do Caramiñal

221

1498

Pedro Saltón

Alcabalas, media diezma y alfolí de Mal­ pica

222

1498

Miguel Sánchez Priego

Coto de Piadela

223

1498

Vasco de Seijas

Alcabalas, diezmo y alfolí de Pontedeu­ me, Ferrol y de las otras tierras y sacada de dona María de Haro y de don Fernando de Andrade

224

1498

Alonso Torres

Feligresías de García de Caamaño

225

1498

Alonso Torres

Vilanova de Arousa con Vilamaior

226

1498

Gonzalo Varela

Alcabalas, media diezma y alfolí de Cee

227

1498

Francisco de Villanueva

Tierras de Fernando de Castro

228

1498

Vasco Yáñez

Alcabalas, diezmos y alfolíes del puerto de Cangas

229

1499

Juan Abráldez

Alcabalas de Padrón, la Puebla del Deán, Rianxo, Carril y Villagarcía con la

743

arrendatario o recaudador

Regidor de Betanzos.

arrendamientos



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

229

1499

Juan Abráldez

media diezma y alfolí de esas vi­llas y de toda la ría de Arousa

230

1499

Francisco de Aguiar

Tierras de Fernán Pérez Parragués

231

1499

Pedro Flórez

Santomé do Mar, Merindade de Rianxo, Ponte Sarandón y otras feligresías de García Díaz de Mexía

232

1499

Gómez González

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Muros, Noya y su partido

233

1499

Vasco Hernández

Media diezma y alfolí de Muxía

234

1499

Jácome López de Deza

Feligresías de Carlos Vázquez, Coto de Deixebre y Santalla de Outeiro

235

1499

Juan de Noya

Alcabalas, diezmos y alfolí del puerto de Laxe

236

1499

Pedro Núñez de Betanzos

Coto de Codesido

237

1499

Lope Rodríguez de Verducido

Alcabalas, media diezma y alfolí de Finis­ terre

238

1499

Álvaro de Romay

La Puebla del Caramiñal

239

1499

Pedro Saltón

Alcabalas, media diezma y alfolí de la vi­ lla de Malpica

240

1499

Miguel Sánchez Priego

Coto de Piadela

241

1499

Gregorio Vázquez

Tierras de dona Urraca de Moscoso

242

1499

Francisco de Villanueva

Tierras de Fernando de Castro

243

1499

Vasco Yáñez

Portonovo

244

1500

Francisco de Aguiar

Tierra de Fernán Pérez Parragués

245

1500

Pedro Alborja

Tierras de don Fernando de Castro y Mal­ pica

246

1500

Juan Alonso de Sardiñeiro

Finisterre

247

1500

Vasco Fernández 744

Alfolí de Muxía

744

Regidor.

arrendatario o recaudador



arrendamientos

651

652

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

n .º

año

248

1500

Pedro Flórez

249

1500

Fernán Biesco

Portonovo

250

1500

Gómez González de Lugo

Muros y Noia

251

1500

Rodrigo de Lemos

Marcón, Tomeza y coto de Vilaboa

252

1500

Jácome López de Deza

Feligresías de Pedro Arias de Aldán, San Mamede de Ribadulla, Encomiendas de Aciveiro, Santo Estevo de Trasmonte, feligresías de Carlos Vázquez, Guima­ rei, y Santalla de Toro

253

1500

Juan de Noya

Puerto de Laxe

254

1500

Pedro Núñez 745

Codosedo

255

1500

Ruy de Pereira

A Pobra do Caramiñal

256

1500

Miguel Sánchez Priego

Coto de Piadela

257

1500

Vasco de Vasco de

Tierra de doña María de Haro y de don Fernando Pérez de Andrade, su hijo

258

1500

Pedro de Fontán 746

Puerto de Corrubedo

259

1500

Álvaro de Torres

Vilanova de Arousa y tierras de García de Caamaño

260

1500

Gonzalo Varela

Cee

261

1500

Gregorio Vázquez

Merindad de Rianxo y tierras de doña Urraca de Moscoso

arrendatario o recaudador

O bispado n .º

año

262

1495

arrendatario o recaudador

Gonzalo de Agulla

745

Regidor de Betanzos.

746

Mareante.

arrendamientos

Santomé do Mar y feligresías de Puente Sarandón

de

T ui arrendamientos

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Redon­ dela

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación) O bispado

de

T ui

n .º

año

263

1495

Martiño Álvarez

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Baiona

264

1495

Álvaro de Barcia

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Vigo, San Martiño y Val de Louriñó

265

1495

Luis de Barcia

Alcabalas, diezmos y alfolíes y medio pontazgo de la ciudad de Tui

266

1495

Gonzalo Fidalgo

Franqueira y Valdetielas, Salvaterra y su alfoz, Tierra de Cotobade con la me­ rindad de Soutomaior, Valdemiñor y las Cámaras del obispo

267

1495

Diego García 747

A Guarda con su partido

268

1496

Gonzalo de Agulla

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Redon­ dela

269

1496

Martiño Álvarez

Alcabalas, diezmos y alfolíes de Baio­na

270

1496

Álvaro de Barcia 748

Alcabalas, media diezma y alfolí de Vigo y su partido, San Martiño con Fornelos, Val de Louriñó y alcabalas, diezmos y alfolí de Tui con el pontazgo de la ciu­ dad

271

1496

Juan Fernández de Agulla

Alcabalas y media diezma de la villa de Cangas con la Tierra de Morrazo

272

1496

Francisco Fernández 749

Sobroso y su tierra con la feligresía de San Xoán de Fornelos, el coto de Bran­ domil, Amoedo y Moscoso

273

1496

Gonzalo Fidalgo

Salvatierra y su alfoz, Franqueira y Val­ detielas, Cotobade, Valdemiñor, las Cá­ maras del obispo y los cotos de Oia con la Tierra de Tebra

arrendatario o recaudador

747

Vecino de A Guardia.

748

Vecino de Redondela.

749

Vecino de Pontevedra.

arrendamientos

653

654

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación) O bispado

de

T ui

n .º

año

274

1496

Diego García 750

A Guarda con su partido

275

1500

Álvaro de Barcia

Vigo, Valdemiñor, Franqueira y Valdetie­ las

276

1500

Jácome de España

Baiona

277

1500

Vasco Fernández

Tierra de San Martiño con Fornelos

278

1500

Gonzalo Fidalgo

Cotobade con la merindad de Soutomaior, Salvatierra y su alfoz, tierras de García Sarmiento de Valladares y de doña Teresa, su mujer, y las Cámaras del obispo

279

1500

Álvaro García

Val de Tebra

280

1500

Pedro García

A Guardia con su partido

281

1500

Rodrigo de Lemos

Marcón, Tomeza y el coto de Vilaboa

282

1500

Pedro Pérez

Cotos de Oia

n .º

año

283

1492

Juan de Alpidre

Casas y heredades

284

1492

Pedro de Gayoso

Foráneo

285

1498

Diego Mestre

Todas las rentas

286

1498

Gómez de Neira 752

Todas las rentas

287

1506

Pedro de Castro

Heredades

288

1506

Juan Fornes 753

Pescado

289

1506

Diego Mestre

Renta de lo foráneo

arrendatario o recaudador

C iudad

de

arrendamientos

L ugo

arrendatario o recaudador

751

754

750

Vecino de A Guardia.

751

Vecino de Lugo.

752

Mercader, vecino de Lugo.

753

Mercader.

754

Vecino de Lugo.

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación) C iudad

de

L ugo

n .º

año

290

1506

Diego Martín

Paños de la ciudad

291

1506

Juan de Meira 755

Zapatería, peletería, correería de la ciu­ dad (cosas menudas) y ferrería

292

1506

Gómez de Neira 756

Paños de la ciudad

293

1506

Jácome Rojas

Vinos y carnicería

294

1508

Diego da Carreira

Peletería

295

1508

Pedro de Castro

Zapatería, correería y buhonería

296

1508

Bernardino Fernández

Pescado

297

1508

Álvaro López de Gaibor

Heredades

298

1508

Juan de Meira 758

Carne, renta de lo foráneo y ferrería

arrendatario o recaudador

757

O bispado

de

arrendamientos

L ugo

n .º

año

299

1492

Lope de Aguiar

Balboa y Cancelada

300

1492

Pedro Álvarez de Toirán

Cotos de Toirán, Cedrón, Valdeláncara y Vilaesteban

301

1492

Lope Ares

Terraría de Fargos

302

1492

Alonso do Campo

Coto de Meira, Terrarías de Sirvián, Mei­ ra y Bascuas, Tierra de Luaces, Coto de Lea, Camba y Rodeiro, Ferreira de Pa­ llares con su partido, Rubiás y Crecente, Luaces y Cotonovo

303

1492

Pedro de Gayoso

Terrarías de Benade y Pedreda, Porto­ marín, Tierra de A Orden, Graba, Dorra, Reboredo, Navia y Burón con su partido

arrendatario o recaudador

755

Portero.

756

Mercader, vecino de Lugo.

757

Mercader, vecino de Lugo.

758

Portero.

arrendamientos

655

656

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

L ugo

n .º

año

304

1492

Rodrigo González

Feria de San Lázaro

305

1492

Diego Martínez

San Cibrao de Montecubeiro

306

1492

Vasco de Prado

Francos y Mougán

307

1492

Lope Rodríguez de los Castillos

Deza y Dozón con sus tierras, Chapa y Borraxeiros con sus partidos y la Tierra de Trasdeza

308

1492

Álvaro Saco

Taboada con su partido

309

1492

Álvaro San Juan

Castroverde con su partido

310

1492

Álvaro de Sanjurjo

Terrarías de A Cámara y de Fargos

311

1492

Ares de Santalla

Terrarías de Robra y Meilán

312

1492

Diego de Santo Tomás

Páramo y Gondrame

313

1492

Vasco de Sobrelle

Tierra de Courel, Samos con sus cotos, Neira de Rei y Penamaior

314

1492

Rodrigo de Vilachá

Terraría de Redor da Villa

315

1492

Pedro Sastre

Camoiras y cotos de Totaisa

316

1498

Fernán Ares da Pena

Terraría de Sirvián

317

1498

Alonso Arias das Hortas

Terraría de Robra y Meilán

318

1498

Lope Arias

Riomol y Mirandela

319

1498

Diego de Barreiro

Terraría de Robra y Meilán

320

1498

Pedro de Gayoso

Cotos de Cedrón, Toirán y Valdeláncara, coto de Reboredo, Abadía de Meira, Lua­ ces y su tierra, Rubiás, Crecente, Quinte­ la, Corneas, Pedrafita y Padornelo con sus tierras

321

1498

Vasco de Pallares

Terraría de Cotonovo

322

1498

Diego de Santalla

Cotá y Serén

323

1498

Pedro Sibil de Prado

Illán y Pedrafita

759

Notario.

arrendatario o recaudador

759

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

O urense

n .º

año

324

1505

Pedro Álvarez de Belmonte

325

1505

Fernando Ares Noguerol

Bufuilla y sarreo

326

1505

Ruy de Camba

Vinos y pescado

327

1505

Juan de Congosto

Hortalizas

328

1505

Juan Cuadrado

329

1505

Jácome López de Deza

330

1505

Pedro das Eiras

Pan

331

1505

Vasco Fernández

Cueros, sebo y ferrería

332

1505

Alonso de Madrid

Heredades y madera

333

1505

Lope Robín

Sal, bestias y trapería

334

1505

Pedro da Tança

Paja y leña

335

1505

Alonso Vello

Pan

336

1506

Álvaro de Amoeiro

Ferrería

337

1506

Estevo de Bergondo

Pescado

338

1506

Fernando de Calvos

Cueros y sebos

339

1506

Lope do Camporramiro

Vinos

340

1506

Jácome López de Deza

Zapatería

341

1506

Gonzalo Fernández

Carne

342

1506

Álvaro Gómez

Paja y leña

343

1506

Fernando de Miranda

Trapería

344

1506

Gonzalo Mora

Bufuilla, sarreo y salvajina

345

1506

Rodrigo Novo

Pan

346

1506

Pedro da Praza

Paños

760

Escudero.

761

Zapatero.

762

Zapatero.

arrendatario o recaudador 760

arrendamientos

Paños

Carne 761

762

Zapatería

657

658

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C iudad

de

O urense

n .º

año

347

1506

Gómez da Ponte

Heredades y madera

348

1506

Lope Robín

Hortalizas, sal y bestias

349

1507

Rodrigo de Cimadevilla

Paja y leña

350

1507

Estevo Ferreiro

Ferrería

351

1507

Alonso de Madrid

Vinos, carne, zapatería, cueros y sebo

352

1507

Juan Pérez

Trapería

353

1507

Pedro da Praza

Pescado y paños

354

1507

Lope Robín

Hortalizas

355

1507

Pedro de Serelos

Bufuilla y sarreo

356

1507

Pedro de Suevos

Pan

357

1508

Rodrigo de Andújar

Bufuilla y sarreo

358

1508

Ruy de Camba

Sal y bestias

359

1508

Rodrigo de Cimadevilla

Paja y leña

360

1508

Alonso Fernández

Paños

361

1508

Estevo Ferreiro

Ferrería

362

1508

Alonso de Madrid

Zapatería y trapería

363

1508

Lope Robín

Hortalizas

364

1508

Juan Toneleiro

Pan, vino, carne, heredades, madera, cue­ ros y sebo

arrendatario o recaudador

O bispado

de

arrendamientos

O urense

n .º

año

365

1505

Alonso de Boo

Aldea de Ambía (que fue del comendador Alonso de Novoa)

366

1505

García Carnicero

Entrambosríos, Vilar, Paio y Muñoriz

367

1505

Gonzalo de Cervallia

Tierras de Seoane con sus partidos y la costa de Asadur

368

1505

Juan da Pousa

Piñor y Moreiras

369

1505

Alonso de Devesa

Santo Estevo de Ribas de Sil

arrendatario o recaudador

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

O urense

n .º

año

370

1505

Nuño Feixoo

Encomiendas de don Juan Pimentel (coto de Santa Mariña de Aguasantas y Jun­ queira de Ambía)

371

1505

Gonzalo Fernández 763

Vilanova, Rante y la aldea de Rairo

372

1505

Juan de Gaibor

As Quirogas con sus partidos

373

1505

Alonso de Ginymol

Santa Cristina de Ribas de Sil

374

1505

Domingo González

Montederramo con Chandrexa y sus par­ tidos

375

1505

Nuño González

Soutomaior, Olaias, Toirán y San Vicen­ zo con sus partidos

376

1505

Rodrigo da Pena

San Xurxo y Santa Locaia

377

1505

Juan Pérez de Cerrada

Sobrado, Barbadás y Seixalbo

378

1505

Alonso Pérez de Lamela

Ceboliño y Bobadela con sus partidos

379

1505

Gonzalo de Puga

Tierra de Montes con Ribas de Miño

380

1505

Lope Rodríguez

San Cibrao de Valenzá

381

1505

Vasco Rodríguez

Sobradelo, Poedo, Guamil, Vilar de San­ tos y lugares de Juan de Novoa

382

1505

Payo de Vide

Tierras de Seoane con sus partidos y la costa de Asadur

383

1506

Alonso do Bolo

Aldea de Ambía (que fue del comenda­ dor Alonso de Novoa)

384

1506

Pedro Cao

San Cibrao y Valenzá

385

1506

Gonzalo Carballo

Parderrubias, Pereiras, Loiro de Cima, Loiro de Baixo y Entrambosríos

386

1506

Gonzalo Fernández

Vilanova y Rante, Sobrado, Barbadás y O Ceboliño con sus partidos

387

1506

Rodrigo de Lagares

Cudeiro y Canedo

763

Notario.

arrendatario o recaudador

arrendamientos

659

660

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

O urense

n .º

año

388

1506

Jácome Pardo

Coto de Rairo

389

1506

Juan da Pousa

As Quirogas con sus partidos

390

1506

Gonzalo de Puga

Tierra de Montes con Ribas de Miño

391

1506

Vasco de Ramoi

Seoane, A Costa, Asadur y sus partidos

392

1506

Pedro Rodríguez

393

1506

Vasco Rodríguez

394

1506

Juan Vázquez

San Xurxo y Santa Locaia

395

1506

Álvaro de Verdeal

Montederramo con Chandrexa y sus par­ tidos

396

1506

Rodrigo de Vilaboa

Sobradelo, Poedo, Guamil, Vilar de San­ tos (lugares de Juan de Novoa)

397

1507

Gonzalo Carballo

Entrambosríos, Vilar, Paio y Muñoriz

398

1507

Pedro das Eiras

Cudeiro y Canedo

399

1507

Suero Feixoo

Montederramo con Chandrexa y sus par­ tidos

400

1507

Alonso Fernández

Aldea de Rairo

401

1507

Alonso López

Ceboliño y Bobadela con sus partidos

402

1507

Alonso Pereiras

Aldea de Ambía (que fue del comenda­ dor Alonso de Novoa)

403

1507

Gonzalo de Puga

Tierra de Montes con Ribas de Miño

404

1507

Vasco Rodríguez

Soutomaior, Olaias, Toirán y San Vicen­ zo con sus partidos

405

1507

Pedro de Suevos

Sobrado y Barbadás, Seoane, Costa de Asa­dur y coto de Molgas con sus parti­ dos, Encomiendas de don Juan Pimentel (Santa María de Cexo y Cexo, Bangue­ ses, Hospital, Condado de Monte-

arrendatario o recaudador

arrendamientos

Piñor, Moreiras y Seixalbo 764

Soutomaior, Olaias, Toirán y San Vicen­ zo con sus partidos



764

Vecino de Allariz.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

O urense

n .º

año

405

1507

Pedro de Suevos

rredondo, coto de Santa Mariña de Aguasantas, Xunqueira de Ambía, Ar­ noia y Feardos)

406

1507

Juan Toneleiro

Piñor, Moreiras, San Cibrao, Val de Laza y Seixalbo

407

1507

Rodrigo de Vilaboa

Vilanova y Rante, (Sobradelo, Poedo, Gua­ mil y Vilar de Santos, lugares de Juan de Novoa)

408

1507

Fernando Zapatero

As Quirogas con sus partidos

409

1508

Juan Fernández de Luaces

Ceboliño y Bobadela con sus partidos

410

1508

Alonso Fernández

Aldea de Rairo

411

1508

Gómez Fernández

Montederramo con Chandrexa y sus par­ tidos

412

1508

Álvaro de Gayoso

Seixalbo

413

1508

Ruy Gómez de Sibil

Tierras del conde don Fernando

414

1508

Gregorio Ferrero

Entrambosríos, Vilar, Paio y Muñoriz

415

1508

Alonso de Madrid

San Xurxo y Santa Locaia

416

1508

Alonso Pereiras

Aldea de Ambía (que fue del comenda­ dor Alonso de Novoa)

417

1508

Gonzalo de Puga

Tierra de Montes con Ribas de Miño

418

1508

Juan Raposo

Cudeiro y Canedo

419

1508

Vasco Rodríguez

Soutomaior, Olaias y San Vicenzo con su partido

420

1508

Pedro de Suevos

Sobrado y Barbadás

421

1508

Juan Toneleiro

Piñor y Moreiras, San Cibrao y Val de Laza

422

1508

Rodrigo de Vilaboa

Outeiro

423

1508

Fernando Zapatero

As Quirogas con sus partidos

n .º

año

424

1505

arrendatario o recaudador

C ondado

de

arrendatario o recaudador

Jácome Alonso



arrendamientos

R ibadavia arrendamientos

San Paio con sus partidos

661

662

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C ondado

de

R ibadavia

n .º

año

425

1505

Alonso de Calbe

Viariz con sus partidos

426

1505

Rodrigo Çede

Bentraces

427

1505

Alonso de Devesa

Eiras, Salamonde y Vilar de Rei

428

1505

Suero Feixoo

Santa Cruz de Rabaldo

429

1505

Pedro Fernández

Queixa y Valdeconso con sus partidos

430

1505

Fernando Dano

Beade, Beiro y As Regadas con sus par­ tidos

431

1505

Ruy Franco

Lebosende y Avión con sus partidos, B­iei­ te y Berán con sus partidos

432

1505

Héctor Gómez

Esposende y Santo André de Campore­ dondo con sus partidos

433

1505

Alonso González

Queixa y Valdeconso con sus partidos

434

1505

Alonso González

San Clodio con sus partidos, Osmo, Rio­ bó y Ribadavia

435

1505

García Martiño de Çelme

Celme con sus partidos

436

1505

Gonzalo de Moldes

Pacios y Laias con sus partidos, Castro­ cobadoso y Cabanelas con sus partidos

437

1505

Pedro Mosquera

Gomariz con sus partidos

438

1505

Diego de Pacios

439

1506

Francisco Álvarez

440

1506

Gil de Bieite

Bieite y Berán con sus partidos

441

1506

Ruy de Camba

Dacón, Valdelobás y Montes de Oseira con sus partidos

442

1506

Juan de Cartre

Gomariz con sus partidos

443

1506

Gonzalo de Casuguinares

Gomariz con sus partidos, Eiras, Sala­mon­ de, Vilar de Rei y Viariz con sus partidos

444

1506

Juan Conde

A Peroxa

765

arrendatario o recaudador

Vecino de Congosto.

arrendamientos

A Peroxa 765

Celme

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C ondado

de

R ibadavia

n .º

año

445

1506

Lope Díaz 766

446

1506

Gutierre Fernández de Neira

Orcellón con sus partidos

447

1506

Pedro Fernández

Santa Cruz de Rabaldo

448

1506

Héctor Gómez

Esposende y Santo André de Campore­ don­do con sus partidos

449

1506

Juan González

Bentraces

450

1506

Juan de Liñares

Pacios y Laias con sus partidos

451

1506

Rodrigo Broez López

Rozamonde, Laias y San Martín con sus partidos

452

1506

Alonso de Madrid

Ribadavia

453

1506

Gonzalo de Moldes

Castro Cobadoso con sus partidos

454

1506

Alonso de Outeiro

San Clodio con sus partidos

455

1506

Gómez de Outeiro

San Clodio con sus partidos

456

1506

Gómez Penas

Pacios y Laias con sus partidos

457

1506

Alonso Rodríguez 768

Tierra de Queixa

458

1506

Gil Sobrerán

San Paio con sus partidos

459

1507

Diego de Amoeiro

Bentraces

460

1507

Fernando de Barcia

Bieite, Berán y Lebosende con sus partidos

461

1507

García de Borrajeiros

Cabanelas con sus partidos

462

1507

Gonzalo de Bóveda

A Peroxa con sus partidos

463

1507

Lope Díaz

Beade, Beiro y As Regadas con sus par­ tidos

464

1507

Durán

Celme con sus partidos

arrendatario o recaudador

766

Vecino de Vega.

767

Vecino de Pacios.

768

Vecino de As Forcadas

769

Vecino de As Grobas.

arrendamientos

Beade, Beiro y As Regadas con sus par­ tidos 767

769

663

664

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C ondado

de

R ibadavia

n .º

año

465

1507

Juan da Franza

466

1507

Gonzalo de Hondado

Castro Cabadoso con sus partidos

467

1507

Jácome López de Deza

Esposende con sus partidos

468

1507

Alonso López

Beade, Beiro y As Regadas con sus par­ tidos

469

1507

Rodrigo Broez López

Rozamonde, Laias y San Martín con sus partidos

470

1507

Gonzalo da Pousa

Beade, Beiro y As Regadas con sus par­ tidos

471

1507

Gregorio Rodríguez de Oseira

Dacón, Valdelobás y Santa Cruz de Ra­ baldo con sus partidos

472

1507

Juan de Sandoval

Gomariz con sus partidos

473

1507

Gil Sobrerán

San Paio con sus partidos

474

1507

Pedro de Suevos

Tierra de Aguiar, Val de Conso, Xeria, Freiras y Mezquita con sus partidos

475

1507

Jácome Vázquez

Castro Cabadoso con sus partidos

476

1507

Pedro Vázquez 770

Pazos, Laias, Osmo y Riobó

477

1507

Gil de Vilyel

San Clodio con sus partidos, Eiras y Sa­ lamonde

478

1507

Gómez Zapatero

Queixa con sus partidos

479

1508

Fernando de Barcia

Bieite y Berán con sus partidos y Lebo­ sende con sus partidos

480

1508

García de Borrajeiros

Cabanelas con sus partidos

481

1508

Gil Sobrerán

Eiras y Salamonde

482

1508

Rodrigo Broez López

Rozamonde, Laias y San Martín con sus partidos

483

1508

Lope Díaz

Beade, Beiro y As Regadas con sus par­ tidos

770

«Tundidor».

arrendatario o recaudador

arrendamientos

Orcellón con sus partidos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C ondado

de

R ibadavia

n .º

año

484

1508

Cristóbal Fernández

Coto de San Clodio

485

1508

Héctor Gómez

Pacios y Laias con sus partidos

486

1508

Vasco Rodríguez de Bouzas

A Peroxa

487

1508

Pedro Rodríguez de Moreira

Bentraces

488

1508

Gregorio Rodríguez de Oseira

Dacón y Valdelobás

489

1508

Juan de Sandoval

Gomariz con sus partidos

490

1508

Jácome Vázquez

Alfoz de Castro Cobadoso

arrendatario o recaudador

C ondado

de

arrendamientos

M onterrei

n .º

año

491

1505

Juan de Alfayate

Soutomaior y Valdelaza con sus partidos

492

1505

Juan de Amores

Xinzo con sus partidos

493

1505

Gonzalo Anes

Vilar de Rei con su alfoz y partidos

494

1505

Tristán de Araújo

Araúxo y Acevedo con sus partidos

495

1505

Pedro Bueno

Porqueira con sus partidos y Sabucedo

496

1505

Ruy de Camba

Monterrei, Pazos y Verín con sus partidos

497

1505

Héctor Gómez

Celanova y Vilanova dos Infantes

498

1505

Álvaro de Grizo

San Pedro de Laroá con Pena

499

1505

Pedro Manzanas

Codosedo

500

1505

Gonzalo Núñez

Val de Salas con sus partidos, Moreiras y Faramontaos con sus partidos

501

1505

Alonso de Vilariño

Ganade con sus partidos

502

1505

Juan Xardón

Laroá y Fontearcada con sus partidos

503

1506

Vasco Boo

Araúxo y Acevedo con sus partidos

504

1506

Martiño Feixoo

Monterrei, Pazos y Verín con sus partidos

505

1506

Álvaro Gómez

Vilar de Rei con su alfoz y partidos y La­ roá con A Pena

506

1506

Gonzalo Gómez

Porqueira con sus partidos y Sabucedo

507

1506

Álvaro de Laroá

Moreiras y Fontearcada

arrendatario o recaudador

arrendamientos

665

666

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

C ondado

M onterrei

de

n .º

año

508

1506

Pedro da Praza

Celanova y Vilanova dos Infantes

509

1506

Rodrigo de Ribeiro

Codosedo

510

1506

Juan Veloso

Valdesalas con sus partidos

511

1507

Nuño Álvarez

Araúxo y Acevedo con sus partidos

512

1507

Gonzalo de Cervallia

Codosedo

513

1507

Vasco Colmenero

Porqueira con sus partidos y Sabucedo

514

1507

Pedro da Praza

Celanova y Vilanova dos Infantes

515

1507

Rodrigo de Sampil

Monterrei, Pazos y Verín, coto de Servoi, coto de Oimbra, Ferreiras y Vilamaior con sus partidos

516

1507

Pedro de Suevos

Sotobermudo con sus partidos, Vilar de Rei con su alfoz, Val de Laza, Xinzo con sus partidos, Valdesalas con sus partidos, Ganade con sus partidos, Laroá con sus partidos, Laroá con Pena, San Clodio y Torbeo, Moreiras y Faramontaos con sus partidos

517

1508

Nuño Álvarez

Araúxo y Acevedo con sus partidos

518

1508

Gonzalo de Cervallia

Codosedo

519

1508

Vasco Colmenero

Sabucedo

520

1508

Juan Domínguez

Porqueira con sus partidos

521

1508

Pedro da Praza

Celanova y Outeiro

522

1508

Rodrigo de Sampil

Monterrei y su partido

arrendatario o recaudador

O bispado

de

arrendamientos

M ondoñedo

n .º

año

523

1488

Bienvenido

524

1488

Pedro Fole

Valadouro

525

1488

Álvar Gómez de la Serna

San Pedro de Xuances, Galdo, San Ro­ mán do Vale y Santo Estevo do Vale,

arrendatario o recaudador

arrendamientos

Ribera de Sande, Val de Cabarcos y Vi­ lanova de Lourenzá



El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

M ondoñedo

n .º

año

525

1488

Álvar Gómez de la Serna

Santa María das Negradas, Muras, Val de Lourenzá, Canedo y Couto de Segeriz

526

1488

Pedro Grandío

Grallar y Suegos, Bares, Mogor y As Ri­be­ ras do Sor, Gaibor, San Mamede de Olei­ ros, Costas de Montes, Calendario de Nois, Calendario de San Cibrao y Portocelo

527

1488

Ruy de Goa

Castro de Rei y su alfoz

528

1488

Vasco López

529

1488

Pedro Moreira

Santa Marta y su tierra (alcabalas, diez­ mos y alfolíes), Bretoña, A Aguarda y Reigosa

530

1488

Gonzalo de Prados

Femil

531

1488

Fernán de Revellón

San Cosme de Barreiros con Benquerencia

532

1488

Pedro de Saavedra

Coto de Saa

533

1488

Álvaro de Segade

San Martiño de Lamas

534

1488

Fernán Yáñez

Saavedra, Damil, Arcillá y Santalla de Si­ soi

535

1491

Álvaro Alonso

Espinarcao

536

1491

Alonso de Astudillo

Bares, Mogor y las Riberas de Sor

537

1491

Pedro da Bar

Cadavedo

538

1491

Bienvenido

Mariña de San Cosme

539

1491

García de Boça

Viloalle y Figueiras con San Martiño, Cas­ tro de Rei con su alfoz, Canedo, Trabada y San Cristovo de Samarugo

540

1491

Alonso Casal

Val de Cabarcos

541

1491

Marcos del Castillo 772

Sasdónigas y Vilanova de Lourenzá con su valle y con la ferrería

arrendatario o recaudador

771

771

Alcalde, vecino de Villamayor.

772

Escribano.



arrendamientos

Trabada y San Tirso con el coto de Salcedo

667

668

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

M ondoñedo

n .º

año

542

1491

Juan Cerna

Villamor, Riberas de Ambroa, Cesuras, Cu­nán y Oirán

543

1491

Alonso Elipe

Recesende con Vilaseca, Santa Comba y Ferreira

544

1491

Juan Fernández de Santo André

Ciudad de Vilamayor de Mondoñedo con los cotos y lugares de su administración, Santo Andrao y Ribeiras de Miranda con Riotorto

545

1491

Pedro Grandío 773

Costas de Montes y cotos de Ameixide, Lousada y San Pedro de Xuances

546

1491

Álvar Gómez de la Serna

Ribeiras de Tigrás, Bretoña, Valadouro, Calendario de Nois, Calendario de Lan­ drove, Santo Estevo do Vale, cotos de Saa y Pacios, San Cebriao, Portocelo y Cedofeita

547

1491

Diego de Medina

Coto de Cimadevila

548

1491

Juan Paz

Cadavedo

549

1491

Juan Revellón

Val de Cabarcos

550

1491

Alonso Rodríguez

Val de Cabarcos

551

1491

Álvaro de Sanjurjo

Muras con Castromaior

552

1491

Juan Vázquez

Argomoso

553

1491

Fernán Vello

Val de Cabarcos

554

1498

Alonso Abad

San Pedro de Xuances

555

1498

Fernando Alonso de Vao

San Xoán de Laxe, San Tomé de Recaré y Santa Cruz

556

1498

Pedro Ares de Baamonde

Pereiro

557

1498

Pedro da Barreira

Cadavedo

558

1498

Fernando de Boa

Feligresía de Sande

773

arrendatario o recaudador

Vecino de Viveiro.

arrendamientos

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

M ondoñedo

n .º

año

559

1498

Rodrigo de Bieite

Ferreiravella, coto de Pacios y A Graña de Vilarente

560

1498

Lope Cabreira

Raulfe

561

1498

Juan Cao de Cordido

Feligresía de Grallás

562

1498

Ruy da Carreira

Labrada

563

1498

Pedro de Castañal

Feligresía de Santa Comba

564

1498

Marcos del Castillo 774

Lindín

565

1498

Juan Charlo

Montes de Meda

566

1498

Juan de Cornide

San Mamede de Oleiros

567

1498

Diego Daveis

Saavedra, Damil, Arcillá y Santalla de Si­ soi

568

1498

Gonzalo Delgado

Sasdónigas

569

1498

Ruy Díaz

Labrada

570

1498

Alonso Díaz Crespo

Coto de Valoria y coto de Saa

571

1498

Pedro Fernández Sastre

Romariz

572

1498

Diego Fole

Xermar, Vilar, Bestar y Lamas

573

1498

Pedro Fole

San Xurxo de Candramo

574

1498

Alonso de Felgueira

Feligresía de Santa Comba

575

1498

Diego de Freixido

Coto de Saa

576

1498

Pedro González

Oirán

577

1498

Fernando de Hermida

Oirán

578

1498

Pedro de Labrada

Calendarios de San Cibrao y Portocelo y Calendario de Nois

579

1498

Fernán López de Adelán

Bacoi y Budián

580

1498

García López

Labrada

arrendatario o recaudador

775

774

Escribano.

775

Vecino y regidor de Vilamaior.

arrendamientos

669

670

Amparo Rubio Martínez

Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488 –1508) (continuación)

O bispado

de

M ondoñedo

n .º

año

581

1498

Macía López

Coto de San Martiño

582

1498

Vasco López 776

Cedofeita y la abadía de Vilanova de Lou­ renzá

583

1498

García de Madrid

Abadía de Vilanova de Lourenzá

584

1498

Ruy Martínez Ferreiro

A Guarda y Reigosa

585

1498

Jácome Maseda

Santa María de Riobó

586

1498

Gonzalo Méndez de Saavedra

Lagoa

587

1498

Fernán Monteiro

San Mamede de Oleiros

588

1498

Pedro de Outeiro

Oirán

arrendatario o recaudador

arrendamientos

589

1498

Alonso Pereiras

Raulfe

590

1498

Pedro das Regas

Castro de Ouro

591

1498

Fernando de Río

Sasdónigas

592

1498

Juan de Señorín

Bretoña, Santa María de Riobó, San Ro­ mán do Vale y Santo Estevo do Vale

593

1498

Pedro Trigo

Vilacampa y coto de Caxota Fuente: elaboración propia.

776

Regidor.

Índice de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488–1508) Abad, Alonso. 554. Abráldez, Juan. 159, 185, 210, 229. Aguiar, Lope de. 299. Aguiar, Francisco de. 1, 186, 230, 244. Aguiar, Rodrigo de. 211. Agulla, Gonzalo de. 262, 268. Alborja, Pedro. 160, 187, 245. Albret, Fernando de. 15, 23, 29. Alfayate, Juan de. 491. Alonso de Brasy, Gómez. 161, 188. Alonso de Sardiñeiro, Juan. 246. Alonso de Vao, Fernando. 555. Alonso, Álvaro. 535. Alonso, Jácome. 424. Alpidre, Juan de. 283. Álvarez de Belmonte, Pedro. 324. Álvarez de la Serna, Pedro. 162, 189. Álvarez de Toirán, Pedro. 300. Álvarez, Francisco. 439. Álvarez, Martiño. 263, 269. Álvarez, Nuño. 511, 517. Amoeiro, Álvaro de. 336. Amoeiro, Diego de. 459. Amores, Juan de. 492. Andión, Rodrigo de. 37, 45, 59. Andrade, Diego de. 163, 190.

Andújar, Rodrigo de. 357. Anes, Gonzalo. 493. Ansián, Diego de. 2, 8. Ares da Pena, Fernán. 316. Ares de Baamonde, Pedro. 556. Ares Noguerol, Fernando. 325. Ares, Lope. 301. Arias Borrallo, Juan. 100, 111. Arias das Hortas, Alonso. 317. Arias Martínez, Rodrigo. 137. Arias, Lope. 318. Arousa, Diego de. 126, 138. Araújo, Tristán de. 494. Arriba, Juan de. 46. Astudillo, Alonso de. 536. Barba, Francisco. 16. Barbeiro, Bartolomé. 112. Barcia, Álvaro de. 264, 270, 275. Barcia, Fernando de. 460, 479. Barcia, Luis de. 265. Bar, Pedro da. 537. Barreira, Pedro da. 557. Barreiro, Diego de. 319. Becerra, Ruy. 127, 139. Bergondo, Pedro de. 39. Bergondo, Estevo de. 337.

672

Bieite, Gil de. 440. Bieite, Rodrigo de. 559. Bienvenido. 523, 538. Biesco, Fernán. 249. Biesco, Juan de. 85. Boa, Fernando de. 558. Boça, García de. 539. Bolo, Alonso do. 383. Boo, Juan. 3, 9, 30, 38, 47, 65. Boo, Pedro. 101, 113, 128, 140, 148. Boo, Vasco. 503. Boo, Alonso. 365. Borrajeiros, García de. 461, 480. Bouzos, Martiño de. 73, 84, 92. Bóveda, Gonzalo de. 462. Broez López, Rodrigo. 451, 469, 482. Bueno, Pedro. 495. Cabreira, Lope. 560. Caina, Ruy da. 86. Calbe, Alonso de. 425. Calderón, Juan. 129. Calvos, Fernando de. 338. Camba, Ruy de. 326, 358, 441, 496. Campelo, Juan. 164, 191. Campijo, Pedro . 165, 192. Campo, Alonso do. 302. Camporramiro, Lope do. 339. Cao de Cordido, Juan. 561. Cao, Pedro. 384. Carballo, Gonzalo. 385, 397. Carnicero, García. 366. Carreira, Ruy da. 562. Carreira, Diego da. 294. Cartre, Juan de. 442. Casal, Alonso. 540. Castañal, Pedro de. 563. Castillo, Marcos del. 541, 564. Castro, Pedro de. 287, 295. Casuguinares, Gonzalo de. 443. Çede, Rodrigo. 426. Cerna, Juan. 542. Cervallia, Gonzalo de. 367, 512, 518.

Amparo Rubio Martínez

Cesuras, Lope de. 66. Charlo, Juan. 565. Cimadevilla, Rodrigo de. 349, 359. Colmenero, Vasco. 513, 519. Conde, Juan. 444. Congosto, Juan de. 327. Cornide, Juan de. 566. Cruu, Gómez. 31, 60, 67. Cuadrado, Juan .328. Dano, Fernando. 430. Daveis, Diego. 567. Delgado, Gonzalo. 568. Devesa, Alonso de. 369, 427. Díaz, Lope. 445, 463, 483. Díaz, Ruy. 569. Díaz Crespo, Alonso. 570. Dios, Juan de. 93. Domínguez, Juan. 520. Durán. 464. Eiras, Pedro das. 330, 398. Elipe, Alonso. 543. España, Jácome de. 276. Fariña, Juan. 166, 193. Feixoo, Martiño. 504. Feixoo, Nuño. 370. Feixoo, Suero. 399, 428. Felgueira, Alonso de. 574. Fernández, Antonio. 102. Fernández de Agulla, Juan. 74, 75, 87, 271. Fernández de Luaces, Juan. 409. Fernández de Neira, Gutierre. 446. Fernández de Santo André, Juan. 544. Fernández Sastre, Pedro. 571. Fernández, Alonso. 94, 360, 400, 410. Fernández, Bernardino. 296. Fernández, Cristóbal. 484. Fernández, Francisco. 272. Fernández, Gómez. 411. Fernández, Gonzalo. 341, 371, 386. Fernández, Pedro. 429, 447. Fernández, Vasco. 76, 247, 277, 331. Ferreiro, Estevo. 350 , 361.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Ferreiro, Gregorio. 414. Ferreiro, Juan. 17. Fervenzas, Felipe de. 24, 32. Fidalgo, Gonzalo. 266, 273, 278. Flórez, Pedro. 167, 194, 212, 231, 248. Fole, Diego. 572. Fole, Pedro. 524, 573. Fontán, Pedro de. 258. Fornes, Juan. 288. Franza, Juan da. 465. Francés, Pedro. 103, 114. Franco, Ruy. 431, 213. Freiras, Pedro das. 77. Freixido, Diego de. 575. Gabio, Juan. 130, 149, 195. Gaibor, Juan de . 372. García, Álvaro. 279. García, Diego. 267, 274. García, Juan. 115, 141. García, Lope. 131, 142, 150. García, Pedro. 95, 280. Gascón, Juan de. 78. Gayoso, Álvaro de. 96, 412. Gayoso, Pedro de. 284, 303, 320. Ginymol, Alonso de. 373. Goa, Ruy de. 527. Gómez de la Serna, Álvar. 525, 546. Gómez de Pontedeume, Francisco. 196. Gómez de Sibil, Ruy. 413. Gómez, Álvaro. 342, 505. Gómez, Héctor. 432, 448, 485, 497. Gómez, Francisco. 168. Gómez, Gabriel. 104, 116, 132, 143, 151. Gómez, Gonzalo. 506. Gómez, Juan. 152. González de Bendaña, García. 169, 197. González de Haro, Gómez. 170, 198. González de Lugo, Gómez. 214, 250. González, Alonso. 97, 433, 434. González, Domingo. 374. González, Gómez. 232. González, Juan. 449.

fiscalidad regia

673

González, Nuño. 375. González, Pedro. 576. González, Rodrigo. 304. Grandío, Pedro. 526, 545. Grizo, Álvaro de. 498. Goa, Ruy de. 527. Hermida, Fernando de. 577. Hernández, Vasco. 233. Hondado, Gonzalo de. 466. Labrada, Pedro de. 578. Lagares, Rodrigo de. 387. Laroá, Álvaro de. 507. Leiden, Juan de . 90, 171, 199. Lemos, Rodrigo de. 251, 281. Lendoiro, Gómez de. 40, 48. Liñares, Juan de. 450. López Corruro, Pedro. 117. López de Adelán, Fernán. 579. López de Deza, Jácome. 172, 173, 200, 215, 234, 252, 329, 340, 467. López de Gaibor, Álvaro. 297. López, Alonso. 401, 468. López, García. 580. López, Macía. 581. López, Vasco. 528, 582. Loureda, Jácome de. 118. Loureiro, Juan de. 49. Madrid, Alonso de. 332, 351, 362, 415, 452. Madrid, García de. 583. Mestre, Diego. 285, 289. Manzanas, Pedro. 499. Marqués, Pedro Juan. 144, 153. Martín, Diego. 290. Martínez Ferreiro, Ruy. 584. Martínez Pedrero, Pedro. 174, 201. Martínez, Diego. 305. Martínez, Juan. 61. Martínez, Pedro. 4, 10. Martiño de Çelme, García. 435. Maseda, Jácome. 585. Medina, Diego de. 547.

674

Méndez de Saavedra, Gonzalo. 586. Meira, Juan de. 291, 298. Miranda, Fernando de. 343. Moldes, Gonzalo de. 436, 453. Monteiro, Fernán. 587. Mora, Gonzalo. 344. Moreira, Pedro. 529. Mourelos, Juan de. 18, 25, 33. Morón, Vasco. 26. Mosquera, Pedro. 437. Mosquera, Ruy. 105, 119. Muñiz, Juan. 55, 56, 68. Neira, Gómez de. 286, 292. Noya, Juan de. 216, 235, 253. Novo, Rodrigo, 345. Núñez de Betanzos, Pedro. 236. Núñez de Leiro, Juan. 69. Núñez, Arias. 155. Núñez, Gabriel. 133, 154. Núñez, Gonzalo. 500. Núñez, Pedro. 217, 254. Osorio Vázquez, Gonzalo. 218. Outeiro, Alonso de. 454. Outeiro, Gómez de. 455. Outeiro, Pedro de. 588. Pacios, Diego de. 438. Pallares, Vasco de. 321. Pardo, Jácome. 388. Pardo, Juan. 19. Párraga, Gabriel de. 70. Pau, Alfonso. 62. Paz, Juan. 548. Pena, Rodrigo da. 376. Penas, Gómez. 456. Pereira, Ruy de. 255. Pereiras, Alonso. 402, 416, 589. Pérez de Cerrada, Juan. 377. Pérez de Lamela, Alonso. 378. Pérez de Loia, Nuño. 50, 54. Pérez Tolán, Juan. 134, 145. Pérez, Juan. 156, 352. Pérez, Pedro. 282.

Amparo Rubio Martínez

Ponte, Gómez da. 347. Porra, Gonzalo. 106, 120. Poulo, Alonso. 71. Poulo, Pedro de. 41, 51. Pousa, Gonzalo da. 470. Pousa, Juan da. 368, 389. Prado, Gregorio de. 42, 52. Prado, Vasco de. 306. Prados, Gonzalo de. 530. Pravio, Vasco de. 5, 11, 34. Praza, Pedro da. 346, 353, 508, 514, 521. Preciado, Juan. 121. Prego, Pedro. 175. Puga, Gonzalo de. 379, 390, 403, 417. Queixeiro, Ruy. 35. Quiñones, Diego de. 79. Ramos, Juan. 176, 202. Ramoi, Vasco de. 391. Raposo, Juan. 418. Regas, Pedro das. 590. Reinoso, Francisco de. 177, 203. Requeixo, Gómez de. 122, 178, 204. Revellón, Fernán de. 531. Revellón, Juan. 549. Río, Fernando de. 591. Ribeiro, Rodrigo de. 509. Robin, Lope. 348, 333, 354, 363. Robles, Antonio de. 107. Rodríguez de Bouzas, Vasco. 486. Rodríguez de las Navas, Juan. 135,146, 157. Rodríguez de Lugo, Fernando. 6, 12. Rodríguez de Moreira, Pedro. 487. Rodríguez de Oseira, Gregorio. 471, 488. Rodríguez de Verducido, Lope. 219, 237. Rodríguez de los Castillos, Lope. 307. Rodríguez Zapatero, Vasco. 80. Rodríguez, Alonso. 457, 550. Rodríguez, Álvaro. 20, 108, 123. Rodríguez, Lope. 380. Rodríguez, Vasco. 381, 393, 404, 419. Rodríguez, Pedro. 392.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Rojas, Jácome. 293. Romay, Álvaro de. 220, 238. Saavedra, Pedro de. 532. Saco, Álvaro. 308. Saltón, Pedro. 179, 205, 221, 239. Sampil, Rodrigo de. 515, 522. San Juan, Álvaro. 309. Sánchez Priego, Miguel. 57, 58, 63, 222, 240, 256. Sandoval, Juan de. 472, 489. Sanjurjo, Álvaro de. 310, 551. Santalla, Ares de. 311. Santalla, Diego de. 322. Santiago, Pedro de. 180, 206. Santo Tomás, Diego de. 312. Sastre, Pedro. 315. Sibil de Prado, Pedro. 323. Segade, Álvaro de. 533. Seijas, Gregorio de. 27, 36. Seijas, Vasco de. 223, 257. Señorín, Juan de. 592. Serelos, Pedro de. 355. Silveira, Fernando da. 7, 13, 21. Sobrelle, Vasco de. 313. Sobrerán, Gil. 458, 473, 481. Suárez, Juan. 81, 88, 98. Suevos, Pedro de. 356, 405, 420, 474, 516. Tança, Pedro da. 334. Tato, Ruy. 181. Testa, Pedro. 43. Toneleiro, Juan. 364, 406, 421.

fiscalidad regia

675

Torres, Alonso, 224, 225. Torres, Álvaro. 259. Trigo, Pedro. 593. Trinidad, Juan de la. 28. Varela, Gonzalo. 182, 207, 226, 260. Varela, Juan. 14, 22, 183, 208. Vázquez, Gregorio. 241, 261. Vázquez, Jácome. 475, 490. Vázquez, Juan. 394, 552. Vázquez, Martiño. 184, 209. Vázquez, Pedro. 109, 124, 476. Vázquez, Ruy. 64. Vello, Alonso. 335. Vello, Fernán. 553. Veloso, Juan. 510. Verdeal, Álvaro de. 395. Vide, Payo de. 382. Vilaboa, Rodrigo de. 396, 407, 422. Vilachá, Rodrigo de. 314. Villanueva, Francisco de. 110, 125, 136, 147, 158, 227, 242. Villar, Gómez de. 44, 53. Vilariño, Alonso de. 501. Vilyel, Gil de. 477. Xardón, Juan. 502. Yáñez Urraca, Alonso. 72. Yáñez, Domingo. 82. Yáñez, Fernán. 534. Yáñez, Vasco. 83, 89, 91, 99, 228, 243. Zapatero, Fernando. 408, 423. Zapatero, Gómez. 478.

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

C iudad

de

B etanzos

y villa de

B aiona 777

n.º

año

1

1475

Pedro de Baeza

30.000

2

1475

Ruy de Figueira

50.000

3

1475

Juan de Vigo

4

1476

Pedro del Castillo

5

1477

Alfonso de Carballido



6

1478

Fernando de Mazuelo



7

1478

Juan de Álamos



8

1479

Alfonso de Carballido



9

1479

Ruy de Figueira



fiadores

maravedís

80.000 778



777 Las cantidades que aparecen indicadas en la columna de la derecha son los maravedís que cada fiador entrega a título personal, al recaudador correspondiente en cada demarcación, como aval de las rentas por él garantizadas. 778 Cuando no se indica la cuantía de maravedís en la que el fiador se obligaba con el recaudador de las rentas, se entiende que se obligaba «de mancomún», es decir en todo lo que montaban las rentas avaladas.

678

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

C iudad n.º

año

10

1475

Juan de Álamos

de

A C oruña

fiadores

maravedís



11

1475

Pedro de Baeza

12

1476

Pedro del Castillo



13

1478

Alfonso de Carballido



14

1478

Ruy de Figueira



15

1479

Juan de Álamos



16

1479

Gonzalo González de Sevilla



17

1479

Cristóbal de San Pedro



18

1479

Gonzalo de Valencia



n.º

año

19

1478 –1479

Fernando de Mazuelo



20

1478 –1479

Juan de Álamos



n.º

año

21

1480

Alfonso de Carballido



22

1481

Alfonso de Carballido



23

1481

Alonso Franco



24

1481

Ruy de Figueira



25

1482 –1483

Alfonso de Carballido



26

1482 –1483

Pedro González



27

1484 –1487

Abrahem Seneor



28

1488 –1489

Álvar García



29

1488 –1489

García González de Avendaño



30

1488 –1489

Lope García de Hoyos

800.000

31

1490

Álvaro González de Ribadeneira

400.000

V illas

de

95.000

M uros , N oia

y

P adrón

fiadores

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

fiadores

maravedís

y obispado de

T ui maravedís

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

y obispado de

T ui

n.º

año

32

1490

Juan López Pardo

400.000

33

1490

Juan Arias Borrallo

400.000

34

1490

Esteban de Junqueras

300.000

35

1490

Arias Martínez

300.000

36

1490

Pedro Álvarez de Sotomayor

300.000

37

1490

Alfonso de Carballido

400.000

38

1490

Fernán Pérez Parragués

400.000

39

1490

Luis de Fervenzas

100.000

40

1490

Fernando de Soria

150.000

41

1490

Alonso Fernández de Mourelos

100.000

42

1490

Francisco de Chardano

100.000

43

1490

Gómez de Beira

100.000

44

1490

Juan de la Trinidad

150.000

45

1490

Francisco de Pont

100.000

46

1490

Pedro Merchán

200.000

47

1490

Jácome Colmelo

100.000

48

1490

Francisco de Tordesillas

49

1491

Álvar González



50

1491

García González de Avendaño



51

1491

Lope García de Hoyos

52

1491

Gutierre de Guaço



53

1492 –1494

Fernando de Villarreal



54

1492 –1494

Juan Díaz de San Ginés



55

1495 –1497

Fernán Alonso de Cabo

300.000

56

1495 –1497

Alonso Romero

300.000

57

1495 –1497

Juan de la Trinidad

200.000

58

1495 –1497

Alonso González de Candame

200.000

59

1495 –1497

Pedro Prego

400.000

fiadores

maravedís

100.000

800.000

679

680

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

y obispado de

T ui

n.º

año

60

1495 –1497

Álvaro Alonso Jaco

200.000

61

1495 –1497

Antonio González

100.000

62

1495 –1497

Pedro Cruu

500.000

63

1495 –1497

Esteban de Junqueras

300.000

64

1495 –1497

Gómez González de Haro

700.000

65

1495 –1497

Antón de Paz

500.000

66

1495 –1497

Pedro do Santos

500.000

67

1495 –1497

Juan de Vega

500.000

68

1495 –1497

Esteban Rodríguez de Reino

300.000

69

1495 –1497

Diego Fernández Mourelos

300.000

70

1495 –1497

Gonzalo Fernández

350.000

71

1495 –1497

Diego Díez

300.000

72

1495 –1497

Gonzalo Suárez del Reino

250.000

73

1495 –1497

Jácome de España

250.000

74

1495 –1497

Martín de Vasarra

300.000

75

1495 –1497

Alonso Gómez Mansino

250.000

76

1495 –1497

Lope Sánchez de Moscoso

77

1498 –1500

Nuño Vázquez

100.000

78

1498 –1500

Álvar Fernández

200.000

79

1498 –1500

Pedro Falcón

150.000

80

1498 –1500

Estevo Pérez

150.000

81

1498 –1500

Ruy Méndez

150.000

82

1498 –1500

Gonzalo Domínguez

100.000

83

1498 –1500

Alonso do Porto

150.000

84

1498 –1500

Álvaro de Barcia

500.000

85

1498 –1500

García Prego

150.000

86

1498 –1500

Juan de Boça

150.000

fiadores

maravedís

2.000.000

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

A rzobispado

de

S antiago

de

C ompostela

y obispado de

T ui

n.º

año

87

1498 –1500

Lope de Montenegro

500.000

88

1498 –1500

García de Caamaño

300.000

89

1498 –1500

Martín del Reino

500.000

90

1498 –1500

Vasco Yáñez

150.000

91

1498 –1500

García Sarmiento

92

1498 –1500

Pedro Prego

93

1501 –1504

Esteban de Junqueras

300.000

94

1501 –1504

Fernán Pérez Parragués

400.000

95

1501 –1504

Constanza das Mariñas

500.000

96

1501 –1504

Sancho de Moyno

200.000

97

1501 –1504

Mayor Rodríguez de la Torre

900.000

98

1501 –1504

Vasco Fariña de Lamas

200.000

99

1501 –1504

Juan de la Trinidad

200.000

100

1501 –1504

Vasco de Freixomil

200.000

101

1501 –1504

Alonso González

200.000

102

1501 –1504

Juan Núñez de Leiro

100.000

103

1501 –1504

Alonso de Roa

100.000

104

1501 –1504

Juan de Santa María

100.000

105

1501 –1504

Nuño Pérez de Loya

100.000

106

1501 –1504

Pedro de Mourelos

100.000

107

1501 –1504

Diego de Ansián

100.000

108

1501 –1504

Francisco Sánchez

300.000

fiadores

maravedís

500.000 1.300.000

109

1501 –1504

Juan Fernández

200.000

110

1501 –1504

Vasco Fariña de Lamas

100.000

111

1501 –1504

Juan de Baraçal

100.000

112

1501 –1504

Mayor Tata

100.000

113

1501 –1504

Pedro Martínez

100.000

681

682

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

L ugo

n.º 114

1479 –1480

Diego Fernández

115

1479 –1480

Juan de Sandoval

116

1482 –1483

Álvaro de Villasur



117

1484 –1487

Abrahem Seneor



118

1490

Alonso de Castañeda

100.000 150.000

año

fiadores

maravedís

18.000 779



119

1490

Alfonso Díaz de Cadórniga

120

1490

Juan de Novoa

121

1490

Fernando de Camba

100.000

122

1490

Galaor Mosquera

200.000

123

1490

Juan Salgado

100.000

124

1490

Alonso de Miranda

40.000

125

1490

Pedro González

40.000

126

1490

Gonzalo de Reguengo

40.000

127

1490

Pedro do Pazo

128

1490

Lope de Taboada

129

1491

Luis de Alcalá



130

1491

Abrahem Seneor



131

1491

Yuça Abravanel



132

1492 –1494

Gonzalo Yáñez de Limino



133

1492 –1494

Alonso Franco

100.000

134

1492 –1494

Vasco de Miño

100.000

135

1492 –1494

Diego Sánchez

100.000

136

1492 –1494

Pedro Polo

50.000

40.000 150.000

80.000

En este caso, como en otros en los que no se señala la cuantía exacta con la que se compro­ metía el acreedor, el fiador se obligaba en la cuantía global que valían las rentas. 779

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

683

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

L ugo

n.º 137

1492 –1494

Fernando de Cornide

138

1495 –1497

Álvaro González de Ribadeneira

300.000

139

1495 –1497

Alonso Franco

100.000

140

1495 –1497

Gonzalo Yáñez de Limino

100.000

141

1495 –1497

Mayor Rodríguez

100.000

142

1495 –1497

Fernando de Hermida

100.000

143

1495 –1497

Fernán Pérez Parragués

100.000

144

1500 –1502

Álvaro González de Ribadeneira

145

1500 –1502

Rodrigo Álvarez de Valcárcel

300.000

146

1500 –1502

Pedro de Gayoso

200.000

147

1500 –1502

Pedro Fernández de Cabarcos

100.000

148

1500 –1502

Fernando de Reigosa

149

1503 –1504

Diego Fernández de Arxemil y otros 780

150

1503 –1504

Gómez de Manaín

420.000

151

1503 –1504

Alonso do Páramo y Pedro Arias

200.000

152

1503 –1504

Álvaro de San Martiño y otros 781

420.000

153

1503 –1504

Nuño González de Neira y Álvaro de Pousada

154

1503 –1504

Pedro Álvarez de Castroverde

155

1503 –1504

Fernando de Cedrón

año

fiadores

maravedís

50.000

1.000.000

50.000 —

50.000 250.000 —

Junto a Diego Fernández de Arxemil actuaron como fiadores de las rentas del obispado de Lugo: Gómez de Mourillón, vecino del alfoz de San Julián da Proba, Álvaro Novo, Gonzalo Lame­ la, vecino de Pedrafita y Pedro Álvarez, vecino de la Puebla de Adai, todos ellos en mancomún. 780

781 Junto a Álvaro de San Martiño actuaron como fiadores de las rentas del obispado de Lugo: Juan Ferreiro de Lobeiro, Alonso Ferreiro, Arias Ferreiro, Rodrigo del Río y Lope de Marzán, vecinos del coto de Barbadelo, jurisdicción de la abadía de Samos y Vasco de Campelo, vecino de Taibelide, en el coto de Samos.

684

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

L ugo

n.º 156

1503 –1504

n.º

año

157

1489

Álvaro de Villasur



158

1490

Álvaro de Villasur



159

1491

Luis de Alcalá



160

1491

Abrahem Seneor



161

1491

Yuça Abravanel



162

1492

Luis de Alcalá



163

1492

Yuça Abravanel



164

1493 –1494

Luis de Alcalá



165

1493 –1494

Francisco González Dávila

166

1493 –1494

Diego de Bracamonte

167

1493 –1494

Rodrigo Díaz de Villarreal

168

1493 –1494

Juan de Mazariegos

169

1495–1497

Alonso Gutiérrez de Madrid 782



170

1495–1497

Fernando de Villarreal



171

1495–1497

Juan Gutiérrez de Toledo



172

1495–1497

Gonzalo Pérez Jarada



173

1495–1497

García de Pisa



174

1495–1497

Gonzalo de Pisa



año

fiadores

Alonso de Alarcón

maravedís



P artido

de

S arria

fiadores

maravedís

4.000.0000 3.000.000 600.000 1.400.0000

782 Durante el trienio 1495 –1497, actuaron como fiadores de las rentas de la villa de Sarria con su alfoz y sus pueblas, Alonso Gutiérrez de Madrid, Fernando de Villarreal, Juan Gutiérrez de Toledo, Gonzalo Pérez de Jarada, García de Pisa y Gonzalo de Pisa, vecinos de Almagro, todos ellos de man­ común. En el arrendamiento también se obligaron los bienes de Juan Díaz de San Ginés, ya difunto.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

685

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

P artido n.º

año

175

1495–1497

de

S arria

fiadores

maravedís

Juan Díaz de San Ginés L ugares



confiscados

n.º 176

1500 –1502

Álvaro González de Ribadeneira

177

1500 –1502

Rodrigo Álvarez de Valcárce

300.000

178

1500 –1502

Pedro de Gayoso

200.000

179

1500 –1502

Pedro Fernández de Cabarcos

100.000

180

1500 –1502

Fernando de Reigosa

181

1503 –1505

Diego Fernández de Arxemil y otros 783

182

1503 –1505

Gómez de Manain y Gonzalo Yáñez de Limino

420.000

183

1503 –1505

Alonso do Páramo y Pedro Arias

200.000

184

1503 –1505

Álvaro de San Martiño y otros

420.000

185

1503 –1505

Nuño González de Neira y Álvaro de Pousada

186

1503 –1505

Pedro Álvarez de Castroverde

187

1503 –1505

Fernando de Cedrón



188

1503 –1505

Alonso de Alarcón



año

fiadores

O bispado n.º 189

año

1480

1.000.000

50.000

de

784



50.000 250.000

O urense

fiadores

Pedro Galán

maravedís

maravedís

500.000

783 Junto a Diego Fernández de Arxemil, se obligaban de mancomún en el arrendamiento de rentas otros fiadores como Gómez de Mourillón, vecino del alfoz de San Xulián da Proba, Álvar Novo, Gonzalo de Lamela, vecino de Pedrafita y Pedro Álvarez, vecino de la Puebla de Adai. 784 Junto a Álvaro de San Martiño, actuaron como fiadores de las rentas de los lugares confisca­ dos de este periodo Juan Ferreiro de Lobeiro, Alonso Lobeiro, Arias Ferreiro, Rodrigo del Río, Lope de Marzán, todos ellos vecinos del coto de Barbadelo, jurisdicción de la abadía de Samos.

686

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

O urense

n.º 190

1481

Alfonso Díaz 785



191

1481

Alonso de Prado



192

1482

Álvaro de Villasur 786



193

1483

Álvaro de Villasur



194

1484 –1487

195

1489

Sancho Sánchez de Ulloa

196

1489

Alonso de Castañeda

197

1489

Juan de Novoa

198

1489

Juan Salgado

100.000

199

1489

Galaor Mosquera

200.000

200

1489

Alonso de Miranda

40.000

201

1489

Pedro González

40.000

202

1489

Gonzalo de Reguengo

40.000

203

1489

Pedro do Pazo

40.000

204

1489

Lope de Alemparte

205

1490

Vasco Blanco



206

1490

Ruy de Puga



207

1491

Luis de Alcalá



año

fiadores

Abrahem Seneor

maravedís

— 787

400.000 100.000 50.000

40.000

785 AGS, EMR, leg. 31, fol. 156: las hojas de cargo relativas al año 1481 registran los nombres de Alfonso Díaz y Alonso de Prado. Sin embargo, la información que proporciona esta documen­ tación se considera en cierto modo contradictoria, pues en ella se señala como Diego Gómez de Benavente arrendaba las rentas de 1481 sin presentar fianzas algunas. 786 Al no registrar la cuantía en la que el fiador se obliga, entendemos, tal y como ya se ha seña­ lado, que se obligaba al fiador de mancomún en todo lo que montaban las rentas ante el recaudador. 787 Don Sancho Sánchez de Ulloa actuaba como fiador de las rentas de Lugo de ese año con una cuantía de 400.000 maravedís, para lo que obligaba «cualesquier maravedíes de juro» que tuviera situado en el arzobispado de Santiago.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

687

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

O urense

n.º

año

208

1491

Abrahem Seneor



209

1491

Yuça Abravanel



fiadores

maravedís

210

1492

Luis de Alcalá



211

1492

Yuça Abravanel



212

1493 –1494

Luis de Alcalá



213

1493 –1494

Francisco González Dávila

4.000.000

214

1493 –1494

Diego de Bracamonte

3.000.000

215

1493 –1494

Rodrigo Díaz de Villarreal

216

1493 –1494

Juan de Mazariegos

217

1495

Alonso de Fuentes 788

150.000

218

1495

Bartolomé Solórzano

150.000

219

1495

Bernardino de la Rúa

100.000

220

1495

Andrés de la Rúa

50.000

221

1496

Alonso de Fuentes

150.000

222

1496

Bartolomé Solórzano

150.000

223

1496

Bernardino de la Rúa

100.000

224

1496

Andrés de la Rúa

225

1496

Diego Sánchez

100.000

226

1496

Alonso Téllez

200.000

227

1497

Enrique de Novoa

200.000

228

1497

Ruy de Puga

800.000

229

1497

Vasco Gómez

600.000

230

1497

Juan Pereira

100.000

231

1497

Fernán Ferro

100.000

600.000 1.400.000

50.000

Una nota marginal señala como este fiador se comprometió a afianzar las rentas en todo su valor en el año 1495. 788

688

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

O urense

n.º

año

232

1497

Juan Vázquez

300.000

233

1497

Olinda López de Andrada

600.000

234

1498–1499

Diego Sánchez

100.000

235

1498–1499

Alonso Téllez de Úbeda

200.000

236

1498–1499

Alfonso Díaz de Cadórniga

237

1500 –1502

Francisco Díez

238

1500 –1502

Juan Pérez de Cerrada

200.000

239

1500 –1502

Ruy de Puga

200.000

240

1500 –1502

Diego Sánchez

150.000

241

1500 –1502

Alfonso Díaz de Cadórniga

300.000

242

1500 –1502

Fernán Ferro

243

1500 –1502

Andrés de Madrigal



244

1500 –1502

Álvaro González de Ribadeneira

1.000.000

245

1500 –1502

Rodrigo Álvarez de Valcárcel

300.000

246

1500 –1502

Pedro de Gayoso

200.000

247

1500 –1502

Pedro Fernández de Cabarcos

100.000

248

1500 –1502

Fernando de Reigosa

249

1503 –1504

Bernardino Pérez Sarmiento

200.000

250

1503 –1504

Ruy de Puga

200.000

251

1503 –1504

Juan Pérez de Cerrada

200.000

252

1503 –1504

Luis de Villamarín

100.000

253

1503 –1504

Alonso de Pereiles

50.000

254

1503 –1504

Antón de Puga

255

1503 –1504

Alfonso Díaz de Cadórniga

250.000

256

1503 –1504

Pedro de Mosquera

100.000

257

1503 –1504

Pedro Vázquez de Puga

200.000

258

1503 –1504

Alonso de Deza

50.000

259

1503 –1504

Héctor Gómez

150.000

fiadores

maravedís

400.000 —

70.000

50.000

50.000

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado n.º 260

año

1503 –1504

de

O urense

fiadores

Lope de Deza

maravedís

100.000

C ondado

de

R ibadavia

n.º 261

año

fiadores

maravedís

1484

Pedro González de San Martín, vecino de Escalona



262

1485–1487

Pedro González de San Martín, vecino de Escalona



O bispado n.º 263

año

de

M ondoñedo

fiadores

maravedís

1475

Alonso de las Casas



264

1476

Alonso de las Casas



265

1482 –1483

Álvaro de Villasur



266

1484 –1487

Abrahem Seneor



267

1488–1490

Sancho Sánchez de Ulloa

400.000

268

1488–1490

Alonso de Castañeda

100.000

269

1488–1490

Alfonso Díaz de Cadórniga

150.000

270

1488–1490

Juan de Novoa

271

1488–1490

Fernando de Camba

100.000

272

1488–1490

Galaor Mosquera

200.000

273

1488–1490

Juan Salgado

100.000

274

1488–1490

Alonso de Miranda

40.000

275

1488–1490

Pedro González

40.000

276

1488–1490

Gonzalo de Reguengo

40.000

277

1488–1490

Pedro do Pazo

40.000

278

1488–1490

Lope de Alemparte

40.000

279

1490

Álvaro González de Ribadeneira

280

1491

Antonio Álvarez de Hamusco

281

1492

Alfón de Valdariz

50.000

120.000 — 300.000

689

690

Amparo Rubio Martínez

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado n.º

año

de

M ondoñedo

fiadores

Vasco Núñez

maravedís

282

1492

283

1493 –1494

Rodrigo Enríquez de Colmenar y otros 789



150.000

284

1493 –1494

Alonso Méndez



285

1495 –1499

Pedro Gómez de Porras

500.000

286

1495 –1499

Mari Álvarez de Soler

350.000

287

1495 –1499

Juan de Segovia

80.000

288

1495 –1499

Diego de Miranda

50.000

289

1495 –1499

García López

80.000

290

1495 –1499

Fernán López

80.000

291

1495 –1499

Maestre Enrique

300.000

292

1495 –1499

Diego de Carrión

180.000

293

1495 –1499

Alonso de la Fuente

120.000

294

1495 –1499

Pedro González de Madrid

500.000

295

1495 –1499

Diego de Monasterio

296

1495 –1499

Juan del Castillo

297

1495 –1499

Pedro Ruiz de Alarcón

800.000

298

1495 –1499

Agustín Fernández

300.000

299

1495 –1499

Juan Sánchez de Jorge Sánchez

200.000

300

1495 –1499

Fernán Sanchez de Jorge Sánchez

300.000

301

1495 –1499

Francisco de Monzón

300.000

302

1495 –1499

Jorge Sánchez

100.000

303

1495 –1499

Pedro Gómez

304

1500 –1502

Álvaro González de Ribadeneira

305

1500 –1502

Rodrigo Álvarez de Valcárcel

500.000 1.100.000

200.000 1.000.000 300.000

Además de Rodrigo Enríquez de Colmenar, actuaron como fiadores Bartolomé de la Serna, Juan Brasa y Antonio de Carrión. 789

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

691

Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indicación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís

(1475 –1505)

(continuación)

O bispado

de

M ondoñedo

n.º

año

306

1500 –1502

Pedro de Gayoso

200.000

307

1500 –1502

Pedro Fernández de Cabarcos

100.000

308

1500 –1502

Fernando de Reigosa

309

1503 –1504

Diego Fernández de Arxemil y otros

310

1503 –1504

Gómez de Manain y Gonzalo Yáñez de Limino

420.000

fiadores

maravedís

50.000 790



311

1503 –1504

Alonso do Páramo y Pedro Arias

200.000

312

1503 –1504

Álvaro de San Martino y Juan Ferreiro

420.000

313

1503 –1504

Nuño González de Neira

314

1503 –1504

Pedro Álvarez de Castroverde

315

1503 –1504

Fernando de Cedrón



316

1503 –1504

Alonso de Alarcón



n.º

año

317

1499 –1501

Diego de Cepeda

100.000

318

1499 –1501

Alonso de Urueña

50.000

319

1502 –1504

Diego de Caso

P artido

de

50.000 250.000

V iveiro

fiadores

maravedís



Fuente: elaboración propia.

790 Junto al escudero Diego Fernández de Arjemil, vecino de San Martiño de Piloños en el coto de Arjemil, se obligaron como fiadores de las rentas del obispado de Mondoñedo de los años 1503 y 1504: Gómez de Mourillón, vecino del alfoz de San Xulián da Proba, Álvar Novo, Gonzalo Lamela, vecino de Pedrafita, y Pedro Álvarez, vecino de la Puebla de Adai, todos ellos de mancomún.

Índice de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475 –1505) Abravanel, Yuça. 131, 161, 163, 209, 211. Álamos, Juan de. 7, 10,15, 20. Alarcón, Alonso de. 156, 188, 316. Alcalá, Luis de. 129, 159, 162, 164, 207, 210, 212. Alemparte, Lope de. 204, 278. Alonso de Cabo, Fernán. 55. Alonso Jaco, Álvaro. 60. Álvarez de Castroverde, Pedro. 154, 186, 314. Álvarez de Hamusco, Antonio. 280. Álvarez de Soler, Mari. 286. Álvarez de Sotomayor, Pedro. 36. Álvarez de Valcárcel, Rodrigo. 145, 177, 245, 305. Ansián, Diego de. 107. Arias, Pedro. 151, 183, 311. Arias Borrallo, Juan. 33. Baeza, Pedro de. 1, 11. Baraçal, Juan de. 111. Barcia, Álvaro de. 84. Beira, Gómez de. 43. Blanco, Vasco. 205. Boça, Juan de. 86. Bracamonte, Diego de. 166, 214. Caamaño, García de. 88.

Camba, Fernando de. 121, 271. Carballido, Alfonso de. 5, 8, 13, 21, 22, 25, 37. Carrión, Diego de. 292. Casas, Alonso de las. 263, 264. Caso, Diego de. 319. Castañeda, Alonso. 118, 196, 268. Castillo, Juan del. 296. Castillo, Pedro del. 4, 12. Cedrón, Fernando de. 155, 187, 315. Cepeda, Diego de. 317. Chardano, Francisco de. 42. Colmelo, Jácome. 47. Cornide, Fernando de. 137. Cruu, Pedro. 62. Deza, Alonso de. 258. Deza, Lope de. 260. Díaz, Alfonso. 190. Díaz de Cadórniga, Alfonso. 119, 236, 241, 255, 269. Díaz de San Ginés, Juan. 54, 175. Díaz de Villarreal, Rodrigo. 167, 215. Díez, Diego. 71. Díez, Francisco. 237. Domínguez, Gonzalo. 82. Enríquez de Colmenar, Rodrigo. 283.

694

España, Jácome de. 73. Falcón, Pedro. 79. Fariña de Lamas, Vasco. 98, 110 . Fernández, Agustín. 298. Fernández, Álvar. 78. Fernández, Diego. 114. Fernández, Gonzalo. 70. Fernández, Juan. 109. Fernández de Arjemill, Diego. 149, 181, 309. Fernández de Cabarcos, Pedro de. 147, 179, 247, 307. Fernández de Mourelos, Alonso. 41. Fernández Mourelos, Diego. 69. Ferreiro, Juan. 312. Ferro, Fernán. 231, 242. Fervenzas, Luis de. 39. Figueira, Ruy de. 2, 9, 14, 24. Franco, Alonso. 23,133,139. Freixomil, Vasco de. 100. Fuente, Alonso de la. 293. Fuentes, Alonso de. 217, 221. Galán, Pedro. 189. García, Álvar. 28. García de Hoyos, Lope. 30, 51. Gayoso, Pedro de. 146, 178, 246, 306. Gómez, Héctor. 259. Gómez, Pedro. 303. Gómez, Vasco. 229. Gómez de Porras, Pedro. 285. Gómez Mansino, Alonso. 75. González, Alonso. 101. González, Álvar. 49. González, Antonio. 61. González, Pedro. 26, 125, 201, 275. González Dávila, Francisco. 165, 213. González de Avendaño, Garcia. 29, 50. González de Candame, Alonso. 58. González de Haro, Gómez. .64. González de Madrid, Pedro. 294. González de Neira, Nuño. 153, 185, 313. González de Ribadeneira, Álvaro. 31, 138, 144, 176, 244, 279, 304.

Amparo Rubio Martínez

González de San Martín, Pedro. 261, 262. González de Sevilla, Gonzalo. 16. Guaço, Gutierre de. 52. Gutiérrez de Madrid, Alonso. 169. Gutiérrez de Toledo, Juan. 171. Hermida, Fernando de. 142. Junqueras, Esteban de. 34, 63, 93. López, Fernán. 290. López, García. 289. López de Andrada, Olinda. 233. López Pardo, Juan. 32. Madrigal, Andrés de. 243. Maestre Enrique. 291. Manaín, Gómez de. 150, 182, 310. Mariñas, Constanza das. 95. Martínez, Arias. 35. Martínez, Pedro. 113. Mazariegos, Juan de. 168, 216. Mazuelo, Fernando de. 6, 19. Méndez, Alonso. 284. Méndez, Ruy. 81. Merchán, Pedro. 46. Miño, Vasco de. 134. Miranda, Alonso de. 124, 200, 274. Miranda, Diego de. 288. Monasterio, Diego de. 295. Montenegro, Lope de. 87. Monzón, Francisco de. 301. Mosqueira, Pedro de. 256. Mosquera, Galaor. 122, 199, 272. Mourelos, Pedro de. 106. Moyno, Sancho de. 96. Novoa, Enrique de. 227. Novoa, Juan de. 120, 197, 270 . Núñez, Vasco. 282. Núñez de Leiro, Juan. 102. Páramo, Alonso do. 151, 183, 311. Paz, Antón de. 65. Pazo, Pedro do. 127, 203, 277. Pereiles, Alonso de. 253. Pereira, Juan. 230. Pérez, Estevo. 80.

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

Pérez de Cerrada, Juan. 238, 251. Pérez de Loya, Nuño. 105. Pérez de Sarmiento, Bernardino. 249. Pérez Jarada, Gonzalo. 172. Pérez Parragués, Fernán. 38, 94,.143. Pisa, García. 173. Pisa, Gonzalo de. 174. Polo, Pedro. 136. Pont, Francisco de. 45. Porto, Alonso de. 83. Pousada, Álvaro de. 153, 185. Prado, Alonso de. 191. Prego, García. 85. Prego, Pedro. 59, 92. Puga, Antón de. 254. Puga, Ruy de. 206, 228, 239, 250. Reguengo, Gonzalo de. 126, 202, 276. Reigosa, Fernando de. 148, 180, 248, 308. Reino, Martín del. 89. Roa, Alonso de. 103. Rodríguez, Mayor. 141. Rodríguez de la Torre, Mayor. 97. Rodríguez del Reino, Esteban. 68. Romero, Alonso. 56. Rúa, Andrés de la. 220, 224. Rúa, Bernardino de la. 219, 223. Ruiz de Alarcón, Pedro. 297. Salgado, Juan. 123, 198, 273. San Martiño, Álvaro de . 152, 184, 312. San Pedro, Cristóbal de. 17. Sánchez, Diego. 135, 225, 234, 240. Sánchez, Francisco. 108. Sánchez, Jorge. 302. Sánchez de Jorge Sánchez, Fernán. 300.

fiscalidad regia

695

Sánchez de Jorge Sánchez, Juan. 299. Sánchez de Moscoso, Lope. 76. Sánchez de Ulloa, Sancho. 195, 267. Sandoval, Juan de. 115. Santa María, Juan de. 104. Santos, Pedro do. 66. Sarmiento, García. 91. Segovia, Juan de. 287. Seneor, Abrahem. 27, 117, 130, 160, 194, 208, 266. Solórzano, Bartolomé. 218, 222. Soria, Fernando de. 40. Suárez del Reino, Gonzalo. 72. Taboada, Lope de. 128. Tata, Mayor. 112. Téllez, Alonso. 226. Téllez de Úbeda, Alonso. 235. Tordesillas, Francisco de. 48. Trinidad, Juan de la. 44, 57, 99. Urueña, Alonso de. 318. Valdariz, Alfón de. 281. Valencia, Gonzalo de. 18. Vasarra, Martín de. 74. Vázquez, Juan. 232. Vázquez, Nuño. 77. Vázquez de Puga, Pedro. 257. Vega, Juan de. 67. Vigo, Juan de. 3. Villamarín, Luis de. 252. Villarreal, Fernando de. 53, 170. Villasur, Álvaro de. 116, 157, 158, 192, 193, 265. Yáñez, Vasco. 90. Yáñez de Limino, Gonzalo. 132, 140, 182, 310.

Índice de gráficos, mapas y tablas

Índice de gráficos Gráfico 1.— Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1429, distri­ buidas por regiones fiscales y expresadas en reales ..........................

271

Gráfico 2.— Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1442 y 1443, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales ..........

272

Gráfico 3.— Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1453 y 1454, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales ..........

272

Gráfico 4.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1429 a la Co­ rona de Castilla, expresadas en reales ...............................................

273

Gráfico 5.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1442 y 1443 a la Corona de Castilla, expresadas en reales ..............................

274

Gráfico 6.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1453 y 1454 a la Corona de Castilla, expresadas en reales ...............................

274

Gráfico 7.— Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1455– 1458, dis­tribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales .........

277

Gráfico 8.— Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1459– 1462, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales ..........

278

Gráfico 9.— Alcabalas recaudadas por la Corona de Castilla en los años 1463– 1465, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en reales ..........

278

Gráfico 10.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1455– 1458 a la Corona de Castilla, expresadas en reales ..............................

279

Gráfico 11.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1459–1462 a la Corona de Castilla, expresadas en reales ...................................

280

700

Amparo Rubio Martínez

Gráfico 12.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cornisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios de los años 1463– 1465 a la Corona de Castilla, expresadas en reales ............................. Gráfico 13.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1480, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís ... Gráfico 14.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1486, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís ... Gráfico 15.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1491, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís ... Gráfico 16.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1493, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís ... Gráfico 17.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona de Castilla en el año 1504, distribuidas por regiones fiscales y expresadas en maravedís ... Gráfico 18.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Corni­ sa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1480 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís ..................................... Gráfico 19.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Corni­ sa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1486 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís ................................... Gráfico 20.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Corni­ sa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1491 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís ..................................... Gráfico 21.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Cor­ nisa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1493 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís ............................... Gráfico 22.— Contribuciones del Reino de Galicia y de los territorios de la Corni­ sa Cantábrica en el pago de impuestos ordinarios del año 1504 a la Corona de Castilla, expresadas en maravedís .....................................

280 283 283 284 284 285 286 287 287 288 288

Índice de mapas Mapa 1.— Partidos fiscales en que se dividía el Reino de Galicia entre los años 1480 y 1504 ........................................................................................... Mapa 2.— Puertos habilitados en el Reino de Galicia para la carga y descarga de mer­ cancías procedentes del comercio exterior, entre los años 1451 y 1456 . Mapa 3.— Puertos con monopolio de alfolíes autorizados para la venta de la sal en el Reino de Galicia, entre los años 1451 y 1456 ....................................

45 64 68

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Mapa 4.— Puertos habilitados en la Tierra de Santiago para la carga y descarga de mercancías procedentes del comercio exterior, entre los años 1481 y 1491 ....................................................................................................... Mapa 5.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago y el obispado de Tui, en el año 1500 ............................................................................. Mapa 6.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal del obispado de Lugo, en el año 1500 ................................................... Mapa 7.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal del obispado de Ourense, en el año 1500 ............................................... Mapa 8.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Corona en el partido fiscal del obispado de Mondoñedo, en el año 1500 .........................................

701

200 491 494 497 499

Índice de tablas Tabla 1.— Alcabalas recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui entre los años 1429 y 1454 ........ Tabla 2.— Alcabalas de los señoríos tasados recaudadas conjuntamente en el ar­ zo­bispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui en el año 1451, expresadas en maravedís ....................................................... Tabla 3.— Alcabalas recaudadas conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui entre los años 1455 y 1470 ........... Tabla 4.— Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1437 y 1454 ...................................................................................................... Tabla 5.— Alcabalas de los señoríos tasados recaudadas en el obispado de Ouren­ se en el año 1455, expresadas en maravedís .......................................... Tabla 6.— Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1455 y 1468 ...................................................................................................... Tabla 7.— Alcabalas recaudadas en el obispado de Lugo entre los años 1429 y 1454 . Tabla 8.— Alcabalas recaudadas en el obispado de Mondoñedo entre los años 1429 y 1454 .................................................................................................... Tabla 9.— Diezmos de la mar recaudados en el Reino de Galicia y en las cuatro saca­ das de las Asturias de Oviedo entre los años 1415 y 1418, expresados en maravedís ............................................................................................. Tabla 10.— Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia junta­ mente con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo, aparte de los de los puertos de Ribadeo y Navia, entre los años 1427 y 1430 ...........

105 107 109 114 116 119 122 124 127 127

702

Amparo Rubio Martínez

Tabla 11.— Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia junta­ mente con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo y los puertos de Ribadeo y Navia, entre los años 1431 y 1454 .................................. Tabla 12.— Diezmos de la mar y alfolíes de los señoríos tasados recaudados en el Reino de Galicia juntamente con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo en el año 1452, expresados en maravedís ................................. Tabla 13.— Diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el Reino de Galicia junta­ mente con las cuatro sacadas de las Asturias de Oviedo y los puertos de Ribadeo y Navia entre los años 1455 y 1467, expresados en maravedís .. Tabla 14.— Alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes recaudados conjuntamente en el arzobispado de Santiago de Compostela y en el obispado de Tui en­ tre los años 1480 y 1504 ....................................................................... Tabla 15.— Alcabalas recaudadas en el obispado de Ourense entre los años 1481 y 1504 .................................................................................................... Tabla 16.— Alcabalas recaudadas en el obispado de Lugo entre los años 1479 y 1504 ...................................................................................................... Tabla 17.— Alcabalas, diezmos de la mar y alfolíes recaudados en el obispado de Mondoñedo entre los años 1481 y 1504 ............................................... Tabla 18.— Alcabalas recaudadas en el Reino de Galicia entre los años 1429 y 1454, expresadas en reales .............................................................................. Tabla 19.— Alcabalas recaudadas en parte del Reino de Galicia entre los años 1455 y 1468, expresadas en reales ..................................................................... Tabla 20.— Rentas reales ordinarias recaudadas en el Reino de Galicia entre los años 1480 y 1504, expresadas en maravedís ................................................... Tabla 21.— Servicio arzobispal, alcabalas y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en los años 1481 y 1482, expresados en maravedís (m), cor­­nados (c) y florines ........................................................................... Tabla 22.— Servicio arzobispal y otros tributos recaudados en la Tierra de Santiago en el periodo 1487–1491, expresados en maravedís ............................. Tabla 23.— Diezmos de la mar recaudadas en la Tierra de Santiago en los años 1481 y 1482, expresados en maravedís ........................................................... Tabla 24.— Diezmos de la mar recaudadas en la Tierra de Santiago en el periodo 1487­­–1491, expresados en maravedís ................................................... Tabla 25.— Juros de heredad y mercedes de por vida que disfrutaba la Mesa arzo­ bispal de Santiago de Compostela en el siglo xv, expresados en ma­ ravedís ................................................................................................... Tabla 26.— Juros de heredad y mercedes de por vida que disfrutaba el Cabildo ca­ tedralicio de Santiago de Compostela entre 1345 y 1503, expresados en maravedís .........................................................................................

132 133 136 145 159 164 177 178 179 180 190 192 201 202 207 217

El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 27.— Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el primer reparto del año 1442, expresado en maravedís y reales ................................................................................. Tabla 28.— Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1444, expresado en maravedís y reales ................................................................................. Tabla 29.— Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el segundo reparto del año 1445, expresado en maravedís y reales ................................................................................. Tabla 30.— Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en los dos repartos del año 1447, expresado en maravedís y reales ................................................................................. Tabla 31.— Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1448, expresado en maravedís y reales ................................................................................. Tabla 32.— Pedido real extraordinario recaudado entre los cuatro partidos fiscales del Reino de Galicia en el único reparto del año 1457, expresado en maravedís y reales ................................................................................. Tabla 33.— Pedidos reales extraordinarios recaudados entre los cuatro partidos fis­ cales del Reino de Galicia en los repartos de los años 1462 y 1463, expresados en maravedís y reales .......................................................... Tabla 34.— Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en los repartos comprendidos entre los años 1489 y 1492, expresada en rea­ les y maravedís ...................................................................................... Tabla 35.— Coste del repartimiento de peones con cargo a la contribución de la Her­ mandad efectuado en el Reino de Galicia en el año 1495, expresado en reales y maravedís ................................................................................. Tabla 36.— Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en el reparto del ejercicio 1497–1498, expresada en reales y maravedís ....... Tabla 37.— Contribución de la Hermandad recaudada en el Reino de Galicia en los repartos comprendidos entre los años 1489 y 1498, expresada en ma­ ravedís y reales ...................................................................................... Tabla 38.— Contribución del Reino de Galicia a los servicios extraordinarios re­par­ tidos por la Corona de Castilla entre los años 1500 y 1517, expresados en maravedís ......................................................................................... Tabla 39.— Contribuciones del Reino de Galicia a los pedidos reales repartidos por la Corona de Castilla en el siglo xv, expresadas en maravedís ............. Tabla 40.— Arrendatarios judíos que participaron en los arrendamientos de las ren­ tas reales en el Reino de Galicia, entre los años 1439 y 1494 ...............

703

229 230 231 232 232 239 241 253 255 256 256 267 290 314

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Tabla 41.— Fiadores que participaron en los arrendamientos y recaudaciones de las rentas reales en el partido fiscal del arzobispado de Santiago de Compostela y obispado de Tui, entre los años 1480 y 1504 .................

353

Tabla 42.— Fiadores que participaron en los arrendamientos y recaudaciones de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Lugo, entre los años 1479 y 1504 ...................................................................................

362

Tabla 43.— Fiadores que participaron en los arrendamientos y recaudaciones de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Ourense, entre los años 1480 y 1504 ...........................................................................................

367

Tabla 44.— Fiadores que participaron en los arrendamientos y recaudaciones de las rentas reales en el partido fiscal del obispado de Mondoñedo, entre los años 1475 y 1504 .............................................................................

377

Tabla 45.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciu­dad de A Coruña entre los años 1495 y 1500, distribuidas por ramos alca­ balatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total .........

404

Tabla 46.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciu­­dad de Betanzos entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total .....

413

Tabla 47.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la vi­lla de Pontevedra entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos al­ cabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total ....

426

Tabla 48.— Propietarios de bodegas en Santiago de Compostela y relación de car­ gas de vino existentes en ellas en el año 1509 .......................................

434

Tabla 49.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciu­dad de Santiago entre los años 1495 y 1504, distribuidas por ramos alca­ balatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total .......

440

Tabla 50.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciu­dad de Lugo entre los años 1496 y 1508, distribuidas por ramos alcabalatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total ........................

449

Tabla 51.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la ciudad de Ourense entre los años 1500 y 1508, distribuidas por ramos alca­ balatorios y expresadas en maravedís y porcentajes sobre el total .......

462

Tabla 52.— Rentas reales ordinarias recaudadas por la Hacienda Real en la vi­lla de Viveiro en el año 1507, distribuidas por ramos alcabalatorios y expre­ sadas en maravedís y porcentajes sobre el total ....................................

467

Tabla 53.— Vecinos de la ciudad de A Coruña según el padrón municipal del año 1496, elaborado para pagar el repartimiento de peones que se enviaron a Nápoles ...............................................................................................

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El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y

fiscalidad regia

Tabla 54.— Oficios y profesiones ejercidas en la ciudad de A Coruña según constan en el padrón municipal del año 1496 ..................................................... Tabla 55.— Población foránea avecindada en la ciudad de A Coruña según consta en el padrón municipal del año 1496 ..................................................... Tabla 56.— Oficios y profesiones ejercidas en la villa de Viveiro según constan en el padrón municipal del año 1476 ..................................................... Tabla 57.— Oficios y profesiones ejercidas en la villa de Viveiro según constan en el padrón municipal del año 1484 .......................................................... Tabla 58.— Mujeres contribuyentes en la rúa de San Francisco de la villa de Vivei­ ro, según constan en el padrón fiscal municipal del año 1442 .............. Tabla 59.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del par­ tido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago de Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1495 y 1504, expresa­ das en maravedís ................................................................................... Tabla 60.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del par­ tido fiscal formado conjuntamente por el arzobispado de Santiago de Compostela y el obispado de Tui, entre los años 1496 y 1504, expresa­ das en maravedís ................................................................................... Tabla 61.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del par­ tido fiscal del obispado de Lugo, entre los años 1484 y 1505, expre­ sadas en maravedís ................................................................................ Tabla 62.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del par­ tido fiscal del obispado de Lugo, entre los años 1497 y 1504, expresa­ das en maravedís ................................................................................... Tabla 63.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del par­ tido fiscal del obispado de Ourense, entre los años 1500 y 1508, expre­ sadas en maravedís ................................................................................ Tabla 64.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del con­ dado de Monterrei, entre los años 1500 y 1508, expresadas en marave­ dís .......................................................................................................... Tabla 65.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del con­ dado de Ribadavia, entre los años 1500 y 1508, expresadas en marave­ dís .......................................................................................................... Tabla 66.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del obispado de Ourense, entre los años 1499 y 1504, expresadas en mara­ vedís ...................................................................................................... Tabla 67.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares arrendados del obis­ pado de Mondoñedo, entre los años 1484 y 1500, expresadas en mara­ vedís ......................................................................................................

705

474 478 481 482 484

500

519 532 553 561 565 567 571 572

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Tabla 68.— Rentas reales ordinarias recaudadas en los lugares encabezados del obispado de Mondoñedo, entre los años 1498 y 1504, expresadas en maravedís .............................................................................................. Tabla 69.— Relación de arrendatarios y recaudadores mayores de las rentas reales del Reino de Galicia (1475–1505) ........................................................ Tabla 70.— Relación de arrendatarios y recaudadores menores de las rentas reales del Reino de Galicia (1488–1508) ........................................................ Tabla 71.— Relación de fiadores de las rentas reales del Reino de Galicia con indi­ cación del monto de capital que garantizaban expresado en maravedís (1475–1505) ..........................................................................................

601 629 637 677

Fuentes y bibliografía

Fuentes documentales consultadas I.— Archivo General de Simancas (AGS). I.1.— Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª Época. Legs. 18, 43, 69, 71, 128 y 134, sin foliar. I.2.— Expedientes de Hacienda. Leg. 11, sin foliar. Leg. 12, sin foliar. Leg. 18, fols. 19, 26, 28, 67, 68, 93, 94, 113 y 124. I.3.— Escribanía Mayor de Rentas. Legs. 1–100. I.4.— Diversos de Castilla. Leg. 4, fol. 53 y leg. 6, fol. 14. I.5.— Mercedes

y

Privilegios.

Leg. 4 – II, fols. 82 y 107 / leg. 11, fol. 152 / leg. 26 – I, fols.17 y 18 / leg. 91, fols. 56 y 70. Leg. 93, fols. 12 y 85 / leg. 120, fol. 93 / leg. 266, fol. 9. I.6.— Cámara de Castilla – Cédulas. CED, 1, 149, 2 / CED, 1, 149, 1 / CED, 1, 87, 6 / CED, 1, 94, 1 / CED, 1, 151, 3 / CED, 1, 151, 3 / CED, 2 – 1, 154, 3 / CED, 2 –1, 97, 2 / CED, 1, 149, 3 / CED 1, 150, 2.

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I.7.— Cámara de Castilla – Pueblos. Pueblos, leg. 6, f. 339. I.8.— Registro General del Sello. Sevilla, 10 de junio de 1478, fol. 59 / Toledo, 18 de febrero de 1480, fol. 209 / Tole­ do, 28 de febrero de 1480, fol. 208 / Tarazona, 20 de marzo de 1484, fols. 1 y 2 / Sevilla, 28 de octubre de 1484, fol. 186 / Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 78/, Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 79 / Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 81 / Sevilla, 23 de diciembre de 1484, fol. 85 / Córdoba, 11 de abril de 1485, fol. 211 / Córdoba, 14 de abril de 1485, fol. 209 / Córdoba, 15 de abril de 1485, fol. 226 / Córdoba, 15 de abril de 1485, fol. 238/ 23 de sep­ tiembre de 1485, fols. 2 y 3 / Medina del Campo, 22 de marzo de 1486, fol. 182 / Valladolid, 13 de mayo de 1486, fol. 67 / Palacios de Valduerna, 23 de octubre de 1486, fol. 93 / Salamanca, 29 de enero de 1487, fol. 49 / Medina del Campo, 26 de marzo de 1489, fol. 214 / Real de Baza, 8 de septiembre de 1489, fol. 204 / Córdoba, 30 de mayo de 1491, fol. 125 / Burgos, 6 de julio de 1491, fol. 155 / Córdoba, 22 de octubre de 1491, fol. 77 / Córdoba, noviem­ bre de 1491, fol. 221 / Zaragoza, 20 de septiembre de 1492, fol. 60/Julio de 1494, fol. 359 / Segovia, 10 de septiembre de 1494, fol. 137 / Madrid, 15 de noviembre de 1494, fol. 101 / 12 de marzo de 1495, fol. 233 / Madrid, 18 de marzo de 1495, fol. 433, Madrid, 23 de marzo de 1495, fol. 166 / Burgos, 5 de febrero de 1497, fol. 279 / Madrid, 7 de marzo de 1497, fol. 510 / Medina del Campo, 22 de junio de 1497, fol. 235 / Valladolid, 7 de octubre de 1497, fol. 215 / Sevilla, 10 de marzo de 1500 / Toledo, 22 de septiembre de 1502, fol. 441 / Madrid, 12 de octubre de 1502, fol. 373 / 12 de octubre de 1502, fol. 376 / Madrid, 12 de octubre de 1502, fol. 378 / Madrid, 29 de octubre de 1502, fol. 381 / Madrid, 17 de noviembre de 1502, fols. 258, 259 y 482 / 17 de noviembre de 1502, fols. 483, 484, 485, 486, 487 y 488 / Madrid, 2 de diciembre de 1502, fols. 69 y 71 / Alcalá de Henares, 3 de febrero de 1503, fol. 449 / Alcalá de Henares, 6 de abril de 1503, fol. 340/Alcalá de Henares, 13 de mayo de 1503, fol. 90 / Alcalá de Henares, 8 de junio de 1503, fols. 690, 691 y 696 / Alcalá de Henares, 21 de junio de 1503, fol. 519 / Alcalá de Henares, 22 de junio de 1503, fol. 95 / Madrid, 28 de julio de 1503, fol. 382 / Segovia, 31 de agosto de 1503, fol. 451 y 494 / Segovia, 7 de septiembre de 1503, fols. 497 y 498 / Medina del Campo, 30 de marzo de 1504, fol. 792 / Medina del Campo, 18 de abril de 1504, fol. 199 / Medina del Campo, 23 de abril de 1504, fol. 334 y 335 / Medina del Campo, 25 de mayo de 1504, fol. 317 / Medina del Campo, 19 de julio de 1504, fol. 339/Medina del Campo, 25 de noviembre de 1504, fol. 355 / Medina del Campo, 5 de diciembre de 1504, fol. 211 / Toro, 2 de abril de 1505, fol. 351 / 17 de abril de 1505, fol. 230 / Segovia, 20 de septiembre de 1505, fol. 250.

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II.— Archivo Histórico Nacional (AHN). II.1.— Inquisición, 127, Exp. 18 –1.

III.— Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (ARCHVa). III.1.— Sala Hijosdalgo. Caja 414,7, Caja 732,3, Caja 797,6. III.2.— Registro de Ejecutorias. Caja 416, 29 (5 de junio de 1529). Caja 187, 21. Caja 383, 42 (2 de diciembre de 1525). Caja 401, 104 (30 de septiembre de 1527). Caja 259, 51 (30 de enero de 1511).

IV.— Archivo de la Catedral de Santiago (ACS). IV.1.— Protocolos Notariales. 016, fol. 81 v. bis, 004, fols. 241 r.– 241 v., fols. 281 r.– 281 v., fols. 411 r.– 414 v., 005/2 fols. 46 v.– 48 v. y 006, fols. 343 r.– 344 v. S10–01. IV.2.— Manuscritos. 638, fols. 285 v.–286 r., fols. 291 v.– 292 r., fols. 332 v.– 333 r.

V.— Archivo Histórico Diocesano de Santiago (AHDS). V.1.— Fondo General. Leg. 70, fol. 13.

VI.— Archivo Municipal de A Coruña (AMC). VI.1.— Reales Cédulas.

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Vitoria, 2 de julio de 1255 / Vitoria, 2 de diciembre de 1256 / Santiago, 4 de sep­ tiembre de 1286 / Santa Olalla, 3 de marzo de 1397 / Madrid, 18 de mayo de 1400 / Segovia, 30 de agosto de 1435 / Valladolid, 17 de mayo de 1476 / Sevilla, 18 de febrero de 1485 / Sevilla, 18 de agosto de 1485 / Córdoba, 21 de julio de 1486 / Córdoba, 20 de abril de 1487 / 7 de di­ciembre de 1488. Barcelona / 19 de octubre de 1493 / 3 de noviembre de 1499 / Barcelona, 4 de noviembre de 1493 / Medina del Campo, 18 de julio de 1504 / Valladolid, 15 de septiembre de 1514 / Medina del Campo, 20 de marzo de 1515 / Ma­ drid, 15 de mayo de 1516 / Pontevedra, 22 de noviembre de 1557. VI.2.— Provisiones Reales. Valladolid, 11 de enero de 1489 / 17 de octubre de 1493 / Toledo, 22 de junio de 1502 / Valladolid, 16 de marzo de 1513 / Valladolid, 18 de noviembre de 1514.

VII.— Archivo Histórico Universitario de Santiago (AHUS). VII.1.— Protocolos Notariales. S–3, fols. 165 –195 / S–12, fols. 261 r.–262 v. / S –17, fols.133, 170 y 172 r.–173 r., fols. 299 r.– 300. VII.2.— Fondo Medinaceli. Sección Valdeorras, Sig micro 425 – 426.

VIII.— Real Academia de la Historia (RAH). VIII.1— RAH, manuscrito 9/1784.

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Este libro, titulado El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y fiscalidad regia, se termi­nó de imprimir en la ciudad de Santiago de Compostela el 7 de septiembre de 2016 cuando se cumplen 530 años del inicio del viaje de los Reyes Católicos a Galicia.

✠ Laus Deo O. M.

ANEJOS DE CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS

EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS EN GALICIA: ACTIVIDAD ECONÓMICA Y FISCALIDAD REGIA

CSIC

2016

XXXIV

José Couselo Bouzas. Galicia artística en el siglo XVIII y primer tercio del XIX. 2004.

XXXV

César Olivera Serrano. Beatriz de Portugal. La pugna dinástica Avís– Trastámara. 2005.

XXXVI

Ana María Carballeira Debasa. Galicia y los gallegos en las fuentes ára­ bes medievales. 2007.

XXXVII

Carme Hermida Gulías. O Diccionario del dialecto gallego de Luis Agui­ rre del Río. 2007.

XXXVIII

Carlos García Cortés. María Francisca de Isla y Losada (1734–1808). Una conexión literaria en la Compostela de la Ilustración. 2007.

XXXIX

M. R. Saurín de la Iglesia. (Edición e introducción). Estudios arqueo­ lógi­cos. Antonio de la Iglesia González. 2008.

XL

José Méndez Pérez, Pablo S. Otero Piñeyro Maseda y Miguel Roma­ní Martínez. El monasterio de San Salvador de Chantada (siglos XI–XVI). Historia y documentos. 2016.

XLI

Baltasar de Zúñiga. Sumario de la descendencia de los Condes de Mon­ te Rey, señores de la Casa de Viezma y Ulloa. 2016.

XLII

Isidro García Tato. El Destacamento Penal de las Minas de Wolfram de Valborrás de Casaio (Carballeda de Valdeorras). 2016.

XLIII

Amparo Rubio Martínez. El reinado de los Reyes Católicos en Galicia: actividad económica y fiscalidad regia.

♲ Papel

Reciclado